Desde que Carlomagno fundó junto a San Pedro una “Schola Franconia”, el camposanto ha pasado por múltiples vicisitudes hasta albergar, además de un cementerio, edificios de la Archicofradía –propietaria del conjunto–, del Pontificio Colegio de Sacerdotes Alemanes y del Instituto Romano de la Sociedad científica Görres.
José M. García Pelegrín