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Capellán Ivan Lypka: “Ucrania quiere vivir en libertad. Esto hay que pararlo”

Mientras tropas rusas entran en la capital ucraniana, Kiev, el capellán católico de la comunidad ucraniana en Madrid, Iván Lypka, conversa con Omnes. Se trata de un colectivo de ocho mil a diez mil personas, de los que muchos asisten al culto en la parroquia del Buen Suceso. “Ucrania es un pueblo pacífico”, asegura.

Rafael Miner·26 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos
entrevista Capellan Ivan Lypka Ucrania

Foto: Bombardeo sobre Kiev ©CNS photo/Valentyn Ogirenko, Reuters

Texto en italiano aqui

Las noticias e imágenes no dejan lugar a dudas. Las tropas rusas están ya en Kiev, muy cerca del Parlamento ucraniano. Conversamos con el sacerdote ucraniano, capellán Iván Lypka, que ayer al anochecer celebró Misa para la comunidad ucraniana en Madrid, y dirigió a continuación una Adoración al Santísimo rezando por su país y sus gentes. Toda su familia reside en Ucrania. Algunas de sus palabras pueden quedarse ‘viejas’ en horas, porque la toma de Kiev se está produciendo ya, según puede constatarse.

Lleva usted en España bastantes años atendiendo a la comunidad ucraniana.

― Sí. Unos veinte años. Vine desde Ucrania. En la provincia somos en torno a veinte mil. En estos años que llevo aquí organicé tres sitios. En Alcalá de Henares, en Getafe y aquí en Madrid, donde se organizó la colonia ucraniana, y la capellanía. Tenía mucho interés el anterior cardenal. Los primeros ucranianos comenzaron a llegar en 1997, debido a una crisis económica, y se quedaron aquí a trabajar para apoyar a sus familias. Hay mucha gente que son ya residentes en España y tienen la nacionalidad española. Y hay jóvenes que han terminado ya aquí su carrera.

Muchos ucranianos tendrán familiares en su país…

― Mi familia, mis padres, mis hermanos, hermanas, sobrinos, están allí, toda la familia está allí. Antes había sólo dos provincias en este conflicto, Pero ahora es una guerra total, por todas partes.

¿Qué noticias les llegan?

― Están pitando siempre sirenas, para irse a sitios blindados por los bombardeos. Hablé con mi hermano esta misma mañana. Todas las noches tiene que esconderse, no se sabe cuándo van a atacar. Ayer estaban atacando lugares importantes aeropuertos, bases militares, también lanzaron bombas a lugares donde vive la gente, y se acercan a las calles. Ahora tienden a la capital. Bielorrusia está muy cerca.

¿Hay gente entre sus familiares o no familiares con la idea de irse del país? ¿O quieren quedarse?

― No se sabe bien. Para salir o para quedarse hay que tener tiempo para pensar. El conflicto comenzó el año 14. Estaban trabajando los políticos, Ayer comenzaron los militares. Ahora no se sabe. Hay muchos muertos, heridos, toda Ucrania ahora mismo está en guerra, están luchando en distintos lugares, porque entran por distintos caminos, por todos lados. Están atacando también por el aire.

Rezamos por ustedes, por la paz, como ha pedido el Papa Francisco.

― Nosotros estamos luchando desde hace años por arrancar y levantar la economía. Mucha gente debe cuidar su trabajo, porque de eso vivimos, y ayudamos a la familia que tenemos allí.

Además, ayer por la tarde tuvimos una Misa, y luego una Vigilia por la paz en la parroquia, para que termine todo eso. Luego una Vigilia con los jóvenes de la parroquia y la comunidad ucraniana. Y un grupo se quedó a adorar al Señor toda la noche, en la capilla.  Estos días seguiremos.

¿Qué le gustaría que sucediera ahora? Efectúe un llamamiento a los líderes políticos.

― Es una necesidad. Esto hay que pararlo lo antes posible. Los políticos tienen todo en sus manos, y pueden parar esa matanza. La gente no tiene ninguna culpa. El presidente nuestro [Volodímir Zelenski], lo dice muy claro: Ucrania no quiere luchar con nadie, no está atacando a nadie. Ahora, en estos días, estamos defendiendo nuestra libertad, nuestra independencia, nuestra cultura, nuestra fe también, nuestras casas, nuestras familias, nuestro país.

En su país hay mayoría ortodoxa…

― Sí. Nosotros somos greco católicos, y también hay comunidad católica de rito latino. La mayoría son ortodoxos, sí.

En esta cuestión, estarán todos unidos.

― Creo que sí. Ahora es un momento para unirse. La unidad. Defender la fe, la Iglesia, la cultura, nuestro país, porque es muy importante. Ucrania ya ha dicho mil veces, y muy claro, los políticos, los obispos, etc., que Ucrania quiere vivir en libertad, como pide ahora todo el mundo, sobre todo Europa, la democracia, etcétera. Y eso quiere el pueblo ucraniano, yo creo.

Agradezco mucho la oración. La necesitan, también los militares que están defendiendo la paz y a Ucrania.

Los sacerdotes católicos en Ucrania son más de 4.800, y las religiosas más de 1.300.

 ― Cuando comenzó el conflicto en el año 14, el Papa organizó una colecta mundial en toda la Iglesia católica. Nosotros también nos unimos, Esas colectas se dedicaron a ayudar a la gente que estaba en el conflicto, en estas dos provincias que ahora están bajo control ruso. Ahí podían entrar representantes de organizaciones para llevar cosas necesarias; comida, medicamentos, etc.

¿Les falta comida, alimentos, a los ucranianos ahora?

― Creo que va a haber escasez, pero todavía no se sabe. Hoy es el segundo día. Nadie esperaba esto, y la gente se está organizando. Todo el mundo con una cabeza bien, normal, pensaba que no iban a pasar esto, porque ¿qué razón tiene empezar una guerra dentro de Europa? Esto no tiene explicación.

El capellán Ivan Lypka afirma en la despedida: “Necesitamos un arma muy especial, la oración. Hay gente que está en primera fila, pero los que rezan también está apoyando mucho, porque estamos defendiendo la verdad, y nuestra tradición en la fe, porque no se sabe qué puede ocurrir luego. Ucrania es un pueblo pacífico, que quiere vivir de su trabajo, atender y apoyar a su familia”.

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