Libros

Una luz entre las brumas. «Teologías de ocasión», de Henri de Lubac

"Teologías de ocasión", volumen que recoge veinticuatro artículos del teólogo Henri de Lubac, ha sido publicado recientemente por la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC).

Juan Carlos Mateos González·29 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos
Henri de Lubac

Henri de Lubac

Tal vez lo primero que llame la atención de este libro sea el título. ¿Por qué “teologías de ocasión”? El volumen editado recientemente por la BAC se compone de veinticuatro trabajos muy desiguales que Henri de Lubac (1896-1991) escribió a lo largo de casi medio siglo. En 1984, a petición de sus lectores, el jesuita francés se decidió a publicar esta colección de escritos breves: “Todos los textos aquí reproducidos son de intención teológica. No provienen, sin embargo, ni de una enseñanza orgánica sobre algún punto central del dogma o de su historia, ni de una investigación prolongada sobre un tema particular”. En otro libro también confiesa que “el lector ha podido darse cuenta de que casi todo lo que he escrito ha sido en función de circunstancias, a menudo imprevistas, dentro de cierta dispersión y sin preparación técnica”. Como bien señala su amigo H. U. von Balthasar, la extensa producción de H. de Lubac es “una obra que se abre libremente en todas las direcciones”.

Teologías de ocasión

Autor: Henri de Lubac
Editorial: BAC
Páginas: 640
Madrid: 2023

El nombre de H. de Lubac resulta familiar en el mundo teológico, pero para más de uno este libro puede ser una buena oportunidad para tener una “cosmovisión” muy completa del pensamiento del jesuita francés. En la teología de H. de Lubac se adivina un vivo interés por la historia y por los aspectos sociales del cristianismo. Allí donde la historia se tornaba trágica e hiriente, el joven profesor de Lyon trató de ofrecer una palabra de discernimiento. De este modo, muchos de los acontecimientos de los que hubo de ser testigo H. de Lubac caracterizaron los derroteros de su quehacer teológico y esto explica la vasta variedad de su producción -en temas y en obras-, una disparidad que también queda reflejada en este libro. Por ello, intentaremos describir los núcleos temáticos de cada uno de los capítulos, teniendo en cuenta “el orden lubaciano” de los mismos.

Solamente, a modo de aproximación, nos asomaremos a la primera y a la última parte del libro “Teologías de ocasión”, por ser ambas muy representativas de todo el contenido.

La primera parte, titulada “Teología y espiritualidad” consta de seis capítulos de índole teológica y espiritual. Tres de ellos abordan directamente cuestiones de naturaleza eclesiológica y sacramental, otros dos tienen que ver con la teología espiritual y el último de ellos constituye una valiosa contribución al quehacer de la teología fundamental:

“Sanctorum communio”. En el primer capítulo, de Lubac examina el significado que la expresión “comunión de lo(s) santo(s)” ha ido adquiriendo en la tradición cristiana a lo largo de los siglos. El jesuita francés analiza las vicisitudes de la expresión “cuerpo místico” y sus repercusiones en la relación entre Iglesia y Eucaristía. Para el autor, la “comunión de los santos” significa, ante todo, que entre todos los que pertenecen a Cristo, entre todos los miembros de su cuerpo, existe una comunión de vida, que es la que edifica y sostiene a la Iglesia.

Teologías de ocasión puede ayudarnos a dar respuesta a algunas cuestiones espirituales de nuestro tiempo

“Mística y Misterio”. El interés de De Lubac por la mística llegó a convertirse en fuente de inspiración desde la cual discernir otras muchas cuestiones teológicas. Puesto que no es fruto de la ignorancia, sino de la adoración, en la mística cristiana “el silencio no está al comienzo, sino al final”. A diferencia de otros posibles caminos, la cristiana es una mística de la semejanza, que mira hacia el Dios que llama al hombre desde su naturaleza más profunda para orientarlo hacia sí. “Dios no es inefable en el sentido de que fuera ininteligible: es inefable porque sigue siempre por encima de todo lo que se pueda decir de él”.

“Comunidad cristiana y comunión sacramental”. De modo similar al primer capítulo, presenta la historia de la comprensión de la noción de communio–κοινωνία en relación con la Iglesia, pero, en este artículo, H. de Lubac trata de salir al paso de quienes temían que la recuperación del sentido bíblico y patrístico de la noción implicase una rebaja de la afirmación de la presencia real de Cristo en el sacramento. Con este trabajo, H. de Lubac invita al cristiano a sumergirse una y otra vez “en los orígenes sacramentales de la comunidad cristiana, en las fuentes místicas de la Iglesia”.

La última parte, “In memoriam”, recoge dos artículos referidos a “agradecer” a sus grandes amigos y maestros todo lo recibido. Los titulados “Filósofo y apóstol” y “El amor de Jesucristo” están dedicados a la memoria de A. Valensin, su profesor de filosofía en las Facultades Católicas de Lyon. Auguste Valensin (1879-1953) fue uno de los actores implicados en los debates del mundo intelectual católico de entreguerras a raíz de la crisis modernista. Sin duda, fue el propio Valensin quien introdujo al joven Lubac en el pensamiento de M. Blondel. Otro frente común que estrechó aún más sus lazos de amistad fue la oposición al totalitarismo. Buena parte de su correspondencia epistolar fue publicada póstumamente por el propio H. de Lubac, a petición de sus superiores.

Los tres últimos artículos de esta última parte están dedicados al destacado escritor y diplomático francés P. Claudel: “Sobre un Credo de Claudel”, “Claudel teólogo” y “El drama de la llamada”. Tras su conversión religiosa, acontecida el 25 de diciembre de 1886, durante las vísperas de Notre-Dame de París, Claudel desarrolló una prolífica labor literaria, hasta el punto de ser considerado uno de los principales poetas y dramaturgos del siglo XX en ámbito católico.

H. de Lubac había comenzado a leer sus obras desde sus estudios secundarios. De hecho, P. Claudel será, junto con Ch. Péguy, uno de los poetas de cabecera de H. de Lubac desde su ingreso en la Compañía de Jesús. Claudel y Péguy: dos poetas teólogos, de talla excepcional, demasiado olvidados en la Iglesia. Desde su primer encuentro en 1942, H. de Lubac y P. Claudel compartieron un mutuo interés por la dimensión espiritual de la interpretación de la Biblia, basándose en la lectura de los Padres de la Iglesia.

Quizá la mejor forma de situar el texto titulado “Sobre un Credo de Claudel” sea volver la mirada a su Memoria, donde explica: “En el prólogo que antaño antepuse a una selección de textos claudelianos sobre el Credo, intenté hacer entrever, a base de raros ejemplos sacados de esa selección, qué riquezas ofrece la obra de Claudel para la reflexión doctrinal, qué perspectivas, a veces insospechadas […]. Asombrará por la audacia y por la fuerza viva de renovación que inspira”.

El capítulo que lleva por título “Claudel teólogo” recoge el texto de una conferencia pronunciada en el Instituto Católico de París en diciembre de 1968. El regusto pesimista de algunas de sus notas quizá se deba más a la agitación y a las polémicas del inmediato postconcilio y del mayo de 1968 que al genio lubaciano. De hecho, su lamento no llora el eclipse de Claudel, sino de los valores religiosos y cristianos sobre los que se alzaba su obra.

Finalmente, el artículo “El drama de la llamada” surgió a raíz de una recesión que escribió el jesuita sobre un libro de A. Becker con este mismo título. El libro trataba de evidenciar la relación de la obra y el pensamiento de P. Claudel con la fe y la espiritualidad cristianas, ilustrando cómo el poeta había ido abordando el tema de la llamada divina en su obra lírica y dramática, enfrentándose a cuestiones profundamente existenciales y espirituales.

Al término de nuestro recorrido temático por los veinticuatro estudios que componen el presente volumen, podemos constatar la magnitud de esta obra, construida al ritmo de los trabajos y los días, en un amplio abanico de contextos y ocasiones en que el teólogo francés se siente interpelado a ofrecer una palabra propia de su quehacer. En este sentido, los capítulos de “Teologías de ocasión” pueden ayudarnos a dar respuesta a algunas cuestiones espirituales de nuestro tiempo. Su lectura y estudio servirán de mucho provecho al lector, al especialista -y también al amateur- en las cuestiones teológicas. Una lectura que resulta honda y reconfortante, vital y sosegada, académica y espiritual. Agradecemos a la BAC y a la Fundación Maior su apuesta por publicarla en español.

El autorJuan Carlos Mateos González

Newsletter La Brújula Déjanos tu mail y recibe todas las semanas la actualidad curada con una mirada católica
Banner publicidad
Banner publicidad