Educación

El proyecto educativo de los padres

Para abordar un proceso educativo, es imprescindible invertir no sólo en medios económicos, sino también tiempo, dedicación, esfuerzo e ilusión, siempre acompañado todo ello de mucho cariño.

Julio Iñiguez Estremiana·21 de diciembre de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos
educación de la voluntad

El pasado día 19 de octubre (2023), al hilo de una noticia trágica referente a un muchacho joven, en OKdiario me topé con un comentario que me impactó.

Lo transcribo a continuación, tal cual venía publicado:

“El problema no es las Redes sociales……es una juventud inculta, formada en un estadio de enseñanza deficiente, con mal profesorado, nula disciplina, sin objetivos a cumplir …..que llegan a los 25 años creyendo que la vida es jauja y sin sabérsela ganar con su propio esfuerzo.
Catean todo en Junio y sus papas se los llevan a la playa ……a dormir durante el día y beber, esnifar y tener sexo por las noches …….en septiembre de nuevo a la «escuela» con cargo al sudor del trabajo de abuelos ……esto es un Pais de deficientes mentales.
Ni siquiera sirven para irse a trabajar al extranjero….no los quieren en ningún lado….apenas saben Gramatica española…..ni fregar vasos.
Una minoria educada en familias inteligentes y en colegios de pago termina sus estudios y acceden a puestos de trabajo de 3.000 € al mes y buen futuro y en muchos casos terminan bien situados en el extranjero.
Conozco infinidad de niños entre 5 y 13 años que se acuestan, levantan, se sientan a comer en la mesa con sus papás y entre las manos el móvil leyendo tonterías…..pobres niñatos en pocos años…..papas cocidas para comer y aceite de coco……así espabilaran todo lo que no les hicieron. espabilar sus papitas.”

El autor era Luis y en respuesta, había otro comentario de José, que decía:

“Mejor explicado, imposible.”

Me hago eco del comentario porque pienso que son muchos los que piensan de modo similar. No me considero suficientemente experto en sociología como para entrar a justificar o rebatir la visión de la juventud española actual que expresó Luis -respaldado por Pepe- con demasiada crudeza y, seguramente, con su mejor intención de ayudar a corregir lo que se deba mejorar en el campo de la educación de niños, adolescentes y jóvenes. Pero sí considero necesario, por razón de justicia, aclarar mi pensamiento, contrario en algunos puntos al que expone Luis:

A partir de mi experiencia en el trato y el trabajo con jóvenes, puedo afirmar que en la juventud actual también atesoran como generación muchas virtudes -responsabilidad cívica, compromiso social e implicación en la lucha por la igualdad, entre otras- que se deben potenciar.

Y respecto al profesorado, la inmensa mayoría de los profesionales que conozco y he tratado, son muy competentes y realizan su trabajo con una entrega y un espíritu de servicio ejemplar; y con frecuencia en nuestros días, en condiciones adversas.

Proyecto Educativo de los padres para educar a los hijos

No obstante, el comentario de Luis me sirve como contrapunto a la necesidad de un “Proyecto Educativo de los padres para educar a los hijos” -a partir de ahora “Proyecto Educativo”- que me propongo desarrollar en este artículo.

Para lograr al final del proceso educativo el tipo de hijo-alumno que deseamos -jóvenes que han crecido con una buena formación que les capacite para desempeñar con eficiencia sus responsabilidades- es imprescindible invertir no sólo en medios económicos, sino también tiempo, dedicación, esfuerzo e ilusión, siempre acompañado todo ello de mucho cariño.

En la actualidad conocemos muchos ejemplos de jóvenes de mucha valía que, a juzgar por su actuación en la escena pública se implican en la noble tarea de hacer el mundo mejor y nos dan testimonio de haber sido formados conforme a un buen “Proyecto Educativo”.

El ejemplo de Ayaan Hirsi Ali

Ayaan Hirsi Ali es una activista que viene denunciando, con un gran eco en Occidente, el proyecto totalitario que a su juicio entraña el Islam. Después de años reivindicando el ateísmo como la mejor vía para defender los valores de la Ilustración frente a los excesos de las religiones y de las políticas identitarias, recientemente ha anunciado públicamente su conversión al cristianismo.

En su escrito evoca el célebre texto de Bertrand Rusell «Por qué no soy cristiano», para afirmar que en la actualidad las palabras del filósofo han quedado atrás y que únicamente el cristianismo puede lograr que se preserven los valores occidentales.

Refugiada en Estados Unidos a causa de las amenazas de muerte que recibe por sus críticas al Islam, se mantiene firme en su defensa de la «civilización occidental», pues considera que los valores como «la libertad de conciencia y de expresión» sólo tendrán recorrido mediante la comprensión de que surgen del propio cristianismo y «del debate dentro de las comunidades judía y cristiana»».

«Para mí, esta libertad de conciencia y de expresión es quizás el mayor beneficio de la civilización occidental. No es algo natural para el hombre. Es el producto de siglos de debate dentro de las comunidades judía y cristiana. Fueron estos debates los que hicieron avanzar la ciencia y la razón, disminuyeron la crueldad, suprimieron las supersticiones y construyeron instituciones para ordenar y proteger la vida, garantizando al mismo tiempo la libertad a la mayor cantidad de personas posible. A diferencia del Islam, el cristianismo superó su etapa dogmática. Se hizo cada vez más claro que las enseñanzas de Cristo implicaban no sólo un papel circunscrito para la religión como algo separado de la política. También implicaba compasión por el pecador y humildad por el creyente», explica Ayaan Hirsi Ali en su escrito. 

La activista también asegura que no abraza su nueva fe únicamente por un sentido político y combativo contra las «amenazas globales»; por el contrario ha empezado ir a misa los domingos y a sumergirse en los misterios de la fe.

La educación que recibió Ayaan Hirsi Ali le ayuda a amar la verdad y mantenerse firme en la luchas por los valores que considera justos e irrenunciables.

El ejemplo de Vinicius

Vinicius Jr. Joven futbolista brasileño que a sus 23 años ha ganado muchos títulos con el Real Madrid y logró el sexto puesto en el ranking del Balón de Oro de 2023. Y también, en la misma gala del Balón de Oro patrocinada por France Football, recibió el Premio Sócrates por su labor social fuera de un terreno de juego: «Estoy muy feliz de poder ayudar a tanta gente en Brasil, en las favelas, es muy especial para mí», comentó al recibir el premio.

La iniciativa por la que recibió dicho galardón está basada en una aplicación para teléfonos móviles, de nombre «Base», con la que se pretende potenciar el desarrollo educativo de niños de todo Brasil a través del fútbol. En el nacimiento del ‘Instituto Vini Jr’, que fue anunciado en el verano de 2021 a través de las redes sociales, el madridista dijo:   

«Quiero tener un impacto cuando entro al partido y también fuera del campo, por las cosas que hago. Quiero impactar a corto, medio y largo plazo para que, en unos años, la gente pueda decir que Vinicius fue importante para el desarrollo de los niños, para la educación y para tener menos analfabetos en nuestro país.»

Vinicius Jr., sin duda ha recibido una educación que le impulsa a ser solidario con las necesidades de los pobres y desfavorecidos.

Dos preguntas podemos hacernos los educadores, y principalmente los padres:

1ª) ¿Qué modelo elegimos para nuestros hijos y alumnos?

2ª) ¿Qué medios debemos poner para tener éxito en nuestra empresa educativa?

Evidentemente, las respuestas a estas dos preguntas orientan el “Proyecto Educativo”.

No obstante, es importante tener muy claro que “tener éxito” en la educación de los hijos no es algo automático, ni siquiera poniendo correctamente los medios adecuados, ya que influyen en los resultados gran variedad de factores que quedan fuera del control de padres y maestros; y entre ellos, quizá el más importante, la libertad de cada hijo -de cada alumno-, que siempre hemos de respetar.

Trataremos el tema de la libertad en otro artículo con el detenimiento que se merece, pero aprovecho la ocasión para explicar que la verdadera libertad consiste en elegir el bien, aunque ello implique hacer sacrificios: ser libre no consiste en hacer lo que uno desea en cada momento, sino en hacer libremente, porque quiero, lo que debo hacer en ese momento.

Las dimensiones del proyecto educativo

Pues bien, además del desarrollo físico y corporal, consideramos que son tres las dimensiones que enmarcan un “Proyecto Educativo”: religiosa, familar-social y académica, que están en consonancia con la repercusión interna y/o externa de todo acto humano.

No podemos abordar en este artículo estas tres dimensiones -sería demasiado largo-; lo haremos en próximos artículos detallando cómo se pueden trabajar.

Por ahora nos limitáremos a una breve explicación. 

El primero, y en mi opinión más importante, es el religioso, ya que somos criaturas de Dios: este es un hecho fundamental y decisivo que los hijos deben empezar a conocer y a vivir desde su más tierna infancia. Es Dios quien nos da la vida, contando con el amor y la generosidad de los padres, que dedicarán sus mejores esfuerzos a criar y educar a sus hijos, maravilloso don recibido de Dios.

«La fe cristiana afirma que lo que aquí se dice del primer hombre [“Dios tomó polvo del suelo y le insufló el aliento de vida; y el hombre se convirtió en ser viviente”, Génesis] es aplicable a cada ser humano. Que cada individuo tiene un origen biológico por una parte, pero por otra no es el mero producto de los genes existentes, del ADN, sino que procede directamente de Dios. El ser humano lleva el aliento de Dios (…) En él está el aliento de Dios, no es una mera combinación de materiales, sino una idea personal de Dios» (Dios y el Mundo: Creer y vivir en nuestra época.  Una conversación con Peter Seewald)

También es muy recomendable que los niños aprendan desde muy pequeños a tratar a Jesús y a su Madre, la Virgen María, que es también Madre nuestra y está siempre atenta para ayudarnos en todas nuestras tareas y dificultades. No olvidemos que dentro del proceso educativo, los niños han de aprender a pedir ayuda a quienes son de su confianza: mamá, papá, educadores, para hacer aquello que no saben y para consultar sus dudas y adquirir seguridad en la vida.

La educación de la dimensión familiar-social es uno de los pilares del correcto desarrollo infantil, fundamental para el futuro de los niños: entender conceptos como respeto, generosidad, servicio, ayuda, tolerancia, laboriosidad, paciencia o compañerismo, son tan importantes como aprender idiomas, matemáticas o lengua. Pero en el caso de los valores no es suficiente con conocer y entender los conceptos, sino que lo decisivo es vivirlos, ponerlos en práctica, que es lo que llamamos tener virtudes -hábitos buenos adquiridos en un ambiente educativo de libertad-.

Mejorar como personas consiste en desarrollar virtudes: ser generosos, leales, laboriosos, sinceros, tolerantes, etc. De esta manera, para alcanzar una vida lograda «tenemos que haber dejado impreso nuestro paso, dejando a la tierra un poco más bella y al mundo un poco mejor» [G. CHEVROT, El Evangelio al aire libre, Herder, Barcelona 1961, p. 169]; es decir, una familia con más paz y unida por la fuerza de los “valores familiares” algo de progreso para la sociedad, unos amigos enriquecidos con nuestra amistad…

Por último, en cuanto a la dimensión académica, todos entendemos la importancia de una excelente preparación en el conocimiento de las ciencias, de la historia, de la filosofía, etc., atendiendo a dos finalidades fundamentales: profundizar en el conocimiento del mundo y la naturaleza, que ayuda a conocer la verdad; y adquirir la competencia adecuada para un buen desarrollo en la futura profesión. Estos conocimientos son los que facilitaran a nuestros hijos y alumnos devolver a la sociedad parte de lo que de ella recibieron.  

Un tercer ejemplo: Carlo Acutis. Este joven, beatificado el 10 de octubre de 2020 en Asís, a quien la Iglesia propone como modelo de santidad para los jóvenes y adolescentes de nuestro siglo, que encuentran satisfacción, no en lo efímero, sino en los valores perennes que Jesús sugiere en el Evangelio, es un ejemplo actual que compendia las tres dimensiones de la educación que venimos tratando.

Carlo fue un chico normal, sencillo, simpático, jugaba al fútbol, amaba la naturaleza y a los animales, y tenía muchos amigos. Además, se sentía atraído por los medios de comunicación social y por la informática, ciencia para la cual desarrolló un especial talento, siendo considerado un genio por los adultos que lo conocieron.

Diseñó la web http://www.miracolieucaristici.org -una exposición virtual que explica todos los milagros eucarísticos ocurridos en todo el mundo que te recomiendo visitar. El Papa Francisco señaló que sus conocimientos los usaba también para transmitir el Evangelio y para comunicar valores y belleza.

Además, mantenía viva su relación con Dios a través de su amor por la Eucaristía, que él mismo definía como «mi autopista para el Cielo» y fue muy devoto de la Virgen María. «Ser originales y no fotocopias» era su lema. Su fe y su oración le llevaron a encomendarse al Señor. Con este espíritu vivió con serenidad la enfermedad que le llevó a la muerte a la temprana edad de 15 años.

Conclusiones

Es imprescindible disponer de un “Proyecto Educativo” para lograr que nuestros hijos y alumnos crezcan y se formen conforme al modelo que hemos elegido para ellos, con vistas a que sean jóvenes y adultos que devuelvan a la sociedad parte de lo que recibieron de ella.

Además del desarrollo físico y corporal, son tres las dimensiones que enmarcan todo “Proyecto Educativo”: religiosa, familiar-social y académica, las cuales están en consonancia con la repercusión interna y/o externa de todo acto humano.

Para la eficacia del proyecto educativo es importante aprovechar los primeros años de vida de los hijos -desde antes de su nacimiento hasta el inicio de la adolescencia-, cuando transcurren la gran mayoría de los periodos sensitivos de la educación de una persona, en los que todo se asimila mejor y con un esfuerzo mínimo. 

Lectura recomendada: “Educar hoy”. Autor: Fernando Corominas, Colección: «Hacer familia».

El autorJulio Iñiguez Estremiana

Físico. Profesor de Matemáticas, Física y Religión en Bachillerato

Newsletter La Brújula Déjanos tu mail y recibe todas las semanas la actualidad curada con una mirada católica
Banner publicidad
Banner publicidad