FirmasRodrigo Moreno

El Papa y los perros

El Papa no tiene nada contra los perros en particular ni contra las mujeres que no tienen hijos. Sin embargo, hay momentos en los que bromea.

7 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

A pesar de no meterse en política italiana y redirigir cualquier pregunta sobre el Parlamento al cardenal Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal, de vez en cuando el Papa participa en eventos con políticos de alto rango. Como en la tercera edición de los Estados Generales de la Natalidad celebrada en Roma. Estos encuentros nacieron en 2021 para buscar una solución a un drama que azota Italia en particular, pero también España y casi toda Europa: no hay niños.

Según Eurostat, la tasa de fertilidad de España ha bajado en los últimos veinte años de los 1,23 hasta 1,19 nacimientos por mujer. En Italia llevan dos décadas anclados en los 1,25. Francisco se rebelaba y se negaba a “aceptar que nuestra sociedad deje de generar y degenere en la tristeza”. Pidió comprometerse y que las parejas den pasos para formar una familia. Algo a lo que ayudarían buenos salarios y políticas de conciliación, que también exige.

En un humanísimo momento, Francisco confesó cómo dos semanas antes había gritado a una señora en una audiencia general. Ella se le había acercado con un bolso que abrió delante de él diciendo: “¿Puede bendecir a mi bebé?”. Dentro había un perro y Francisco le respondió: “Señora, tantos niños tienen hambre… ¿y usted me viene con el perrito?”.

No es su primer comentario afortunado o desafortunado sobre las mascotas. En enero del año pasado ya denunciaba en una catequesis sobre san José que “muchas parejas quieren tener hijos, pero luego tienen dos gatos”. “Esta negación de la maternidad y la paternidad nos disminuye”, añadía.

Sobra explicar que Francisco no tiene nada contra los perritos en particular ni contra las mujeres que no tienen hijos (¡como si fuera responsabilidad única y exclusiva de ellas!). Sin embargo, son estos momentos en los que este Papa siempre bromista pierde un poco los papeles que uno se sonríe, le mira con ternura y se dice: “Pero qué libre es”.

El autorRodrigo Moreno

Periodista especializado en información religiosa.

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