Vaticano

El Papa lanza el Año de Oración cara al Jubileo de 2025

El Santo Padre ha dado inicio hoy mismo, en el Ángelus de este Domingo de la Palabra de Dios, a un Año dedicado a la Oración, a descubrir la necesidad de la oración en la vida personal, de la Iglesia y del mundo, como preparación al Año Santo de la Iglesia universal, convocado para 2025.

Francisco Otamendi·21 de enero de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos
Francisco

El Papa saluda durante una audiencia general a los fieles reunidos en la plaza de san Pedro (Foto CNS / Vatican Media)

El deseo es intensificar la oración para prepararnos a vivir bien este evento de gracia, experimentar la fuerza de la esperanza de Dios, ha manifestado el Papa refiriéndose al Jubileo de 2025, que lleva como lema «Peregrinos de la esperanza».

Por esto, “iniciamos hoy un Año dedicado a la Oración, a descubrir la necesidad de la oración en la vida personal, en la vida de la Iglesia, en el mundo”. Estaremos ayudados por el Dicasterio para la Evangelización, ha añadido el Santo Padre en el Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico en la Plaza de San Pedro, ante alrededor de veinte mil fieles, según la agencia vaticana.

Precisamente el proprefecto de este Dicasterio, Monseñor Rino Fisiquella, ha sido concelebrante principal, junto al cardenal Konrad Krajewski, limosnero del Papa, de la Misa celebrada esta mañana con ocasión del Domingo de la Palabra de Dios. Además, el Papa ha conferido a laicos y laicas de diferentes países del mundo los ministerios de Lector y Catequista. Han sido nueve personas de Jamaica y Brasil como Lectores, y de Corea, Chad, Trinidad y Tobago, Brasil, Bolivia y Alemania como Catequistas.

Unidad de los cristianos, y paz para los niños 

En el marco de este año dedicado a la oración, el Pontífice ha rogado por la Unidad de los cristianos en esta semana. También ha pedido invocar la paz en Ucrania, Israel y Palestina, y en otras partes del mundo.

“Los que sufren siempre son los más débiles, pienso en los pequeños, tantos niños heridos y asesinados, abandonados, sin afecto, sin sueños, sin futuro, sintámonos responsables de orar para construir para construir la paz para ellos”, ha animado a los fieles.

El Papa ha manifestado su dolor por la noticia del secuestro en Haití de un grupo de personas, entre ellos seis religiosas. “Pido con dolor por favor por la concordia social en el país, y el cese de la violencia, que provoca tantos sufrimientos a esa querida población”.

Por la paz en Ecuador

Francisco ha saludado a todos los romanos y peregrinos italianos y de otros países presentes en la plaza de San Pedro, en especial a los provenientes de Polonia, Albania, Colombia, estudiantes del Instituto Pedro Mercedes de Cuenca, universitarios americanos en Florencia, jóvenes de Panamá, sacerdotes, migrantes de Ecuador, a los que ha asegurado la oración por la paz en su país.

“Pecadores, pero el Señor sigue creyendo en nosotros”

Como ha realizado en la homilía de la Misa del Domingo de la Palabra de Dios, el Santo Padre ha reflexionado antes del rezo del Ángelus sobre la llamada de Jesús a los primeros discípulos. Ha manifestado que el Señor ama implicarnos en su obra de salvación, nos quiere activos con Él, responsables y protagonistas.

«Un cristiano que no es activo, que no es responsable en la labor de anunciar al Señor y que no es protagonista de su fe, no es cristiano», ha señalado el Pontífice. “Esto es importante, el Señor nos eligió para ser cristianos. Somos pecadores, pero el Señor sigue creyendo en nosotros. Esto es maravilloso”, ha proseguido.

“Anunciar el Evangelio no es tiempo perdido”

“Anunciar el Evangelio no es tiempo perdido”, ha subrayado el Pontífice. “Es ser más felices ayudando a los demás; es ayudar a los demás a ser libres; es hacerse mejores ayudando a los demás a ser mejores”.

Por último, como es habitual, el Papa ha invitado al examen personal, con alguna pregunta. “¿Me detengo de vez en cuando a recordar la alegría que creció en mí y alrededor de mí, cuándo acogí la llamada a conocer y a testimoniar a Jesús? Y cuando rezo, ¿doy gracias al Señor por haberme llamado a hacer felices a los demás? Y finalmente: ¿deseo hacer gustar a alguien, con mi testimonio y mi alegría, hacer gustar lo hermoso que es amar a Jesús?”

El autorFrancisco Otamendi

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