Vaticano

“Que Dios infunda humanidad en los corazones”, pide el Papa este día 24

En el Ángelus de este domingo IV de Adviento, a unas horas de la misa de la Vigilia de la Natividad del Señor, el Papa Francisco ha alentado a imitar la amabilidad de Dios para que sepamos “acoger y respetar a los demás”. El Papa ha rogado que pensemos en los marginados y desfavorecidos, y en los que sufren en Palestina, Israel y Ucrania.

Francisco Otamendi·24 de diciembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La última vez que el último domingo de Adviento coincidió el día antes de Navidad fue en 2017, y la próxima será en 2028, según la agencia vaticana. Hoy, en 2023, el IV Domingo de Adviento tiene lugar en vísperas de la Natividad Nuestro Señor Jesucristo, día 25, pues este mismo atardecer el Papa en San Pedro, y en tantísimos otros lugares del mundo, se celebra la misa de la Vigilia de la Natividad del Señor.

En el Ángelus de este domingo, en su breve meditación a los romanos y peregrinos en torno al evangelio del día, el de la Anunciación del ángel Gabriel a la Virgen María, el Papa Francisco se ha fijado de modo especial en las palabras del ángel “el Espíritu Santo vendrá sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra”.

“La sombra es un don que restaura”, ha manifestado el Papa. “Es el modo de hacer de Dios. Dios siempre actúa con una manera gentil, que abraza, fecunda y custodia, sin hacer violencia, sin herir la libertad (…). “La sombra que protege es una imagen recurrente en la Biblia”. “La sombra habla de la gentileza de Dios. Es como si Él dijera a Maria, pero también a nosotros: Ven, hoy estoy aquí para ti, y me ofrezco como tu refugio y tu cobijo. Ven bajo mi sombra, quédate conmigo!”.

En esta Navidad, mientras tratamos a parientes y amigos, si sabemos de alguien que está solo, el Papa ha preguntado si podemos ser “una sombra que repara, una amistad que consuela”, para personas solas y necesitadas.

El Pontífice ha invitado en su reflexión a que atendamos al otro “de manera delicada y discreta: escuchando, acompañando, visitando, haciéndonos también nosotros para los demás “sombra del Altísimo”, y ha sugerido como examen: ¿Deseo dejarme envolver por la sombra del Espíritu, por la dulzura y la mansedumbre de Dios, haciéndole sitio en el corazón, acercándome a su perdón, a la Eucaristía?”

“Que Maria nos ayude a ser abiertos y acogedores a la presencia de Dios. que con mansedumbre viene a salvarnos”, ha concluido el Papa.

Sobriedad, no al consumismo

Tras el rezo de la oración mariana del Ángelus, Francisco ha recordado que la fiesta no es consumismo. y no es preciso gastar más de lo necesario, sino vivir en sobriedad. También ha animado a estar cercanos a los desfavorecidos, sea económicamente o por la soledad,  y a los que sufren por las guerras, citando en especial Palestina e Israel, y la atormentada Ucrania.

También ha recordado el Papa a los que sufren por la miseria, el hambre, la esclavitud. “Dios, que ha tomado el corazón humano, infunda humanidad en los corazones de los hombres”, ha rezado el Papa Francisco, antes de pedir oraciones por él, como hace siempre.

El autorFrancisco Otamendi

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