Vaticano

La Santa Sede en la COP27: la cuestión medioambiental es de «dramática urgencia».

El cardenal secretario de Estado vaticano, Mons. Pietro Parolin participa estos días en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP27. La Santa Sede es uno de los estados más comprometidos con la gestión medioambiental. 

Giovanni Tridente·10 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos
cop27

Del 6 al 18 de noviembre se celebra en Sharm el-Sheikh (Egipto) la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP27, a la que también asiste la Iglesia de Roma. No es casualidad que la cuestión ecológica sea uno de los temas principales del pontificado del Papa Francisco, al que, entre otras cosas, ha dedicado la conocida encíclica Laudato si’.

Urgencia dramática

Para este evento en particular, el Pontífice ha estado presente a través de un discurso del Cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, quien recordó cómo pocos días antes, durante su viaje a Bahrein, el propio Santo Padre recordó la «dramática urgencia» de la cuestión medioambiental.

También es la primera vez que la Santa Sede interviene como Estado miembro firmante de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático y del Acuerdo de París. La Santa Sede se ha comprometido, a través del Estado de la Ciudad del Vaticano y desde hace varios años, a reducir las emisiones netas a cero de aquí a 2050, mejorando su gestión medioambiental. Pero también para estimular la educación para una ecología integral, que pueda fomentar el desarrollo y la sostenibilidad «basados en el cuidado, la fraternidad y la cooperación», como recordó Parolin.

Momento de la conversión

A continuación, el discurso del Secretario de Estado hizo hincapié en que la crisis ecológica que estamos viviendo representa «un momento propicio para la conversión individual y colectiva», con el fin de llegar a «decisiones concretas que ya no se pueden posponer». Es un «deber moral», subrayó Parolin, prevenir y resolver los frecuentes y graves impactos humanos causados precisamente por el cambio climático, como el fenómeno de los desplazados y los migrantes.

Ante un mundo ahora interconectado, la respuesta a estas crisis debe ser de «solidaridad internacional e intergeneracional», reflexionó el cardenal secretario de Estado: «debemos ser responsables, valientes y previsores no sólo por nosotros, sino también por nuestros hijos».

Por último, Parolin subrayó que, al adherirse a la Convención y al Acuerdo de París, el compromiso de la Santa Sede es caminar junto a las naciones «por el bien común de la humanidad y, sobre todo, en favor de nuestros jóvenes, que esperan de nosotros que cuidemos de las generaciones presentes y futuras».

Responsabilidad, prudencia y solidaridad

En su Mensaje para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, celebrada el 1 de septiembre, el Papa Francisco, refiriéndose precisamente a la COP27, había llamado también a la urgencia de «convertir los patrones de consumo y producción, así como los estilos de vida, en una dirección más respetuosa con la creación y el desarrollo humano integral de todos los pueblos presentes y futuros», desde la perspectiva de la responsabilidad, la prudencia, la solidaridad y la preocupación por los pobres.

«En la base de todo debe estar la alianza entre el ser humano y el medio ambiente -escribió el Pontífice en aquella ocasión- que, para nosotros los creyentes, es un espejo del «amor creador de Dios, del que procedemos y hacia el que caminamos»».

La importancia y los objetivos de la COP27

La Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático reúne a jefes de Estado, ministros, activistas del clima, representantes de la sociedad civil y líderes empresariales. Es la reunión anual más importante sobre la acción climática mundial. El objetivo es aumentar la inversión pública y privada en apoyo de proyectos e iniciativas hacia una transición energética sostenible en todo el mundo, así como establecer políticas que reduzcan la brecha en los flujos económicos y financieros entre los países ricos y los emergentes.

De hecho, una de las medidas más esperadas es la de intervenir para compensar a los países en desarrollo, que son los que más sufren las catástrofes relacionadas con el cambio climático, ya que son los países ricos los más responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero.

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