Evangelización

San Charbel: una luz de esperanza para un Líbano en crisis

San Charbel es un santo del Líbano famoso por realizar más de 29.000 milagros desde su muerte en 1898. La devoción a su figura está ampliamente extendida por su país natal, que encuentra en este santo un intercesor muy valioso ante las crisis en el territorio.

Bernard García Larraín·4 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos
San Charbel

Mosaico de san Charbel en la catedral de Nueva York (CNS photo / Gregory A. Shemitz)

Hace tres años, el 4 de agosto de 2020, la opinión pública mundial se focalizaba en la tremenda explosión del puerto de Beirut, capital del Líbano. ¿Qué ha pasado desde ese terrible día? 

El Líbano es un país milenario de Medio Oriente donde han vivido y siguen viviendo culturas y pueblos muy diversos. La Biblia menciona al Líbano al menos setenta veces. Durante mucho tiempo fue un país mayoritariamente cristiano, aunque hoy en día se calcula que solo el treinta por ciento de los libaneses son cristianos.

Siglo XX y comienzos del XXI

La historia reciente de este país está llena de luces y sombras. Después de la Primera Guerra Mundial, el Líbano dejó de ser parte del Imperio Otomano y quedó bajo mandato francés durante 20 años. La Independencia llega el 22 de noviembre de 1943. Los primeros años de vida institucional independiente, se caracterizaron por una relativa estabilidad y progreso. El Líbano era conocido como la Suiza de Medio Oriente, y Beirut considerada la capital cultural del mundo árabe. Lamentablemente, las tensiones entre los distintos grupos desencadenaron una guerra civil entre 1975 a 1990 que dejó 100.000 muertos y una profunda herida en la memoria colectiva.

Luego siguieron años de cierta tranquilidad interna hasta el asesinato del primer ministro Rafic Hariri en 2005 y el fatídico verano de 2006 marcado por la guerra de 33 días entre Israel y el grupo paramilitar “Hezbollah” (el “partido de Dios”), durante la cual murieron alrededor de 1300 personas. Luego de 10 años de esfuerzos de reconstrucción después de la guerra civil, el país volvía a ser parcialmente destruido.

Cinco años más tarde, en 2011, el Líbano será nuevamente afectado por un conflicto. Ese año empezó la guerra civil en Siria. Esto produjo que un millón y medio (no es fácil hacer un cálculo preciso) de refugiados sirios empezaran a llegar al Líbano huyendo de la guerra. El choque fue grande para las dimensiones tan pequeñas del país y de sus cinco millones de habitantes.

El Líbano en la actualidad

Pero fue en el 2019, cuando el país quebró financieramente y se generó una gran crisis política, social y económica. Las masivas protestas callejeras comenzaron el 17 de octubre de 2019 y sólo terminaron con la otra gran crisis que provocó el Covid a principios del 2020. El tiro de gracia vino con la explosión del puerto de Beirut el 4 de agosto de 2020 que destruyó gran parte de la ciudad y dejó cientos de muertos. Las imágenes y videos dieron la vuelta al mundo por lo impresionante que fue todo. La explosión fue el hecho que de alguna manera resumió en una tarde todos los dramas que el país estaba viviendo.

La situación hizo que mucha gente, entre ellos muchos cristianos, perdiera la esperanza y decidiera dejar el país que los vio nacer para buscar un mejor futuro para sus familias. Hasta el día de hoy, tres años después de esta tragedia, no se sabe bien qué pasó y quien se atreva a investigar los hechos puede que termine mal.

Así, el país se encuentra sumergido en una grave crisis de la que no se ve salida a corto plazo. No hay Presidente de la República, los servicios de electricidad y agua son muy deficientes, la moneda ha perdido prácticamente todo su valor y mucha gente quiere emigrar. 

En medio de esta obscura y difícil situación, la fiesta del gran santo local, san Charbel, celebrada hace pocos días (tercer domingo de julio en el rito maronita), vino a dar luz y esperanza al pueblo libanés. Quien haya venido al Líbano, se habrá sorprendido de descubrir en todas partes a esta gran figura nacional. Además de estar presente en las iglesias o monasterios que abundan en el país, la cara de este viejo monje eremita está en bares, tatuajes, buses, edificios, calles. Esta cara irradia paz y serenidad tan necesaria en regiones de guerra.

La vida de san Charbel

Charbel nació en 1828 en el seno de una humilde familia de Biqa’ kafrâ, un pueblo situado a 1.600 metros de altitud, en el norte montañoso del Líbano. Sus padres, campesinos profundamente cristianos, transmitieron a sus cinco hijos la fe y les dieron el ejemplo de una vida piadosa. Youssef, el más pequeño de ellos, se caracterizó desde muy pequeño por su piedad y sus virtudes. Movido en parte por el ejemplo de sus dos tíos monjes eremitas, se sintió llamado a entrar al monasterio de Nuestra Señora de Mayfouk. Allí estuvo un año, antes de ser enviado en 1852 al monasterio San Marón, en Annaya, donde ingresó a la orden maronita libanesa con el nombre de Charbel. 

El padre Charbel vivió una vida tremendamente austera y completamente tendida hacia la eternidad, centrada en el diálogo constante con Dios y en la Eucaristía, con poquísimos contactos con otras personas. Solo en determinadas ocasiones, por petición de sus superiores, recibía gente en busca de sus consejos espirituales pues su fama de hombre de Dios se difundió por el país. También se le confiaron algunas misiones fuera del monasterio, las que cumplió con gran espíritu de obediencia y discreción.

Charbel murió a los 70 años, el 24 de diciembre de 1898, durante la vigilia de Navidad. Su superior resumió en el registro escrito su luminosa vida: “fiel a sus votos, de una obediencia ejemplar, su conducta fue más angélica que humana”.

El santo de los milagros

Después de su muerte, la fama del santo libanés se extendió de manera prodigiosa y rápidamente se le atribuyeron milagros impresionantes, sobre todo curaciones, que hasta el día de hoy siguen atrayendo a innumerables personas a Annaya, en la montaña libanesa, para rezar antes sus restos mortales y visitar los lugares en que vivió santamente. Si durante su vida Charbel limitó al mínimo sus relaciones sociales, hoy son unos tres millones de visitantes los que vienen a verlo cada año.

No es raro escuchar en el Líbano a alguien a quien Charbel ha hecho un pequeño o gran favor últimamente. No por nada se suele decir que san Charbel es el santo que más hace milagros, y no solo a los cristianos. En efecto, hasta Anaya llegan personas de todo el mundo y muchos musulmanes se acercan también a rezarle.

Desde su muerte, se le atribuyen más de 29.000 milagros, de los cuales un 10% han beneficiado a personas no bautizadas. El primero de ellos fue una misteriosa luz que iluminaba su tumba, poco después de morir, lo que atrajo a mucha gente. San Charbel continua siendo una luz para el pueblo libanés, cristianos y musulmanes, en esta crisis que atraviesa el país del Cedro milenario.

Oración por el Líbano

Dejamos a continuación la oración por el Líbano del cardenal Bechara Raï, patriarca maronita de Antioquía y de todo el Oriente:
«Señor, ayuda a los libaneses, a todos los libaneses, a poder resistir, a tener la paciencia para conservar sus valores espirituales, morales y nacionales. Y Tú, Señor, Tú intervienes siempre en la historia cuando quieres y en el momento que quieres. Pero nosotros sabemos bien, estamos convencidos de que Tú vas a intervenir para ayudar a este Líbano y a estos libaneses que viven en la esperanza y que rezan. En el Líbano, el pueblo es un pueblo que reza. Señor, ¡escucha su oración!

El autorBernard García Larraín

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