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“Para Ignacio Echeverría, Dios siempre fue importante”

La editorial Palabra ha publicado una biografía sobre Ignacio Echeverría, "El héroe del monopatín". En esta entrevista, hablamos sobre Ignacio con los autores, la editora Julia Moreno y Javier Segura, director del musical Skate Hero.

Loreto Rios·5 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

De izquierda a derecha, Javier Segura, Joaquín Echeverría (padre de Ignacio) y Julia Moreno.

Siete años después de su fallecimiento, el legado de Ignacio Echeverría, el hombre que se enfrentó a los terroristas en un atentado en Londres armado solo con su monopatín, sigue vigente. Recientemente se ha estrenado el musical Skate hero, que narra las últimas horas de la vida de Ignacio.

El héroe del monopatín

Autores: Julia Moreno y Javier Segura
Editorial : Palabra
Páginas : 168
Madrid: 2024

La editorial Palabra se ha sumado a estos reconocimientos con la biografía El héroe del monopatín, prologada por los padres del protagonista. En Omnes hemos tenido la oportunidad de entrevistar a los autores, la editora Julia Moreno y Javier Segura, director del musical.

¿Cómo surgió la idea de hacer una biografía sobre Ignacio Echeverría?

Julia Moreno: La idea de escribir este libro nace cuando Javier estaba haciendo el musical “Skate Hero”, que cuenta las últimas 24 horas de la vida de Ignacio. Hasta entonces, como es evidente, lo que la gente conocía de él era su muerte, pero Javier pensó que era el momento de contar su vida. Justo yo le dije que acababa de empezar un máster de edición de libros y me propuso adentrarme en el mundo de Ignacio y reconstruir su vida sobre las páginas.

¿Cómo ha sido el proceso de investigación para escribir este libro?

Julia Moreno: Todo a través de entrevistas en persona, por escrito y por teléfono. También han sido una fuente importante las cartas que escribieron personas cercanas a Ignacio tras su muerte. Con toda esta información se ha tratado de buscar la máxima objetividad en todo momento, siempre con el desafío de tratar con cuidado el tema, ya que no podemos olvidar que se trata de un libro sobre una persona real, que existió de verdad y que tuvo una muerte trágica. Eso es algo que hubo que tratar con cuidado a la hora de contactar con las personas que formaron parte de su vida.

Después de hablar con personas que le conocieron, ¿qué semblanza sacáis del carácter de Ignacio?

Julia Moreno: Todos coincidían en que era una persona que luchaba por lo que creía justo sin ningún miedo. Le encantaba estar con sus amigos y con su familia. Le encantaba hacerse niño, cuando estaba con ellos era uno más y le querían mucho. Creo que en palabras de su gran amigo de toda la vida podemos descubrir cómo era: “Ignacio no era ningún suicida. Amante de la vida, de la naturaleza, de su familia, de sus amigos, de su trabajo, Ignacio no sabía que iba a morir aquella noche. Aquí reside precisamente su grandeza, en no saberlo, porque nunca lo iba a poder saber. En las personas normales, lo que vemos, lo procesamos, antes de actuar, por un filtro, como una especie de instinto de supervivencia, en donde se mezclan los miedos y temores más básicos, pero Ignacio lo procesaba por otro filtro distinto, el de si es justo o no. Así fue siempre y así quedará para la eternidad”.

Ignacio Echeverría ©OSV

¿Qué sabemos de su vida cristiana?

Julia Moreno: Para Ignacio, Dios siempre fue importante. Desde pequeño, sus padres le llevaron a Misa y, cuando fue creciendo, él mismo decidió seguir haciéndolo, e incluso tomó la iniciativa de llevar a sus sobrinos a catequesis para que hicieran la Primera Comunión en vistas de que, si no lo hacía él, podía peligrar que recibieran el sacramento. Esta firmeza en la fe en ocasiones le costó disgustos con su padre cuando este mostraba su desacuerdo con ciertos aspectos de la Iglesia que Ignacio defendía, porque ante todo sabía diferenciar entre la Iglesia y los pecados que cometen las personas que forman la Iglesia. Además, no tenía ningún miedo de confesarse católico incluso en lugares en los que sabía que esto no sería del todo bien recibido, como podía ser en ambientes de skaters o en viajes con sus amigos en los que los domingos ponía como prioridad ir a Misa, aunque tuviera que caminar bastante para encontrar una iglesia.

Javier Segura: Sin duda su fe configuró toda su vida. La rectitud moral o el deseo de ser radicalmente bueno nacía de su vida de fe. Hay mil detalles sencillos que nos hablan de eso. Su vivencia y la valoración de los sacramentos, su caridad con personas desconocidas, la oración del evangelio de cada día, la dirección espiritual, sus reuniones en Acción Católica en la parroquia, la catequesis que impartía en Inglaterra… Podríamos definirlo como una vida cristiana comprometida de un joven laico actual.

Las personas que habían sido atacadas antes de la intervención de Ignacio y sobrevivieron, ¿en algún momento han hablado de él o recuerdan lo que ocurrió?

Javier Segura: Hubo varias y distintas reacciones. Hay una pareja que estaba siendo atacada, los Dowling, que sobrevivió al atentado, que después del juicio se pusieron en contacto con Isabel, la hermana de Ignacio. Les querían dar las gracias ahora que sabían quién les había salvado, y les dijeron que se acordarían de Ignacio todos los días de su vida. No quisieron dar entrevistas, pero siguieron en comunicación con la familia de Ignacio y les fueron mandando fotos de su boda y de otros momentos desde Australia, donde vivían. Y también varios de los policías que intervinieron en el ataque estuvieron en contacto con la familia, se tomaron fotos o escribieron artículos en revistas sobre el tema.

Ha visitado a la familia en dos ocasiones la policía inglesa, quienes sienten gran admiración por Ignacio. Y yo añadiría que por su familia, pues mostró un gesto que le honra al no entrar en la corriente de difamación que surgió que sugería que la policía británica era la que había matado, por error, a Ignacio

¿Cómo fue la creación del musical “Skate Hero” y qué frutos ha dado?

Javier Segura: El musical surge en el entorno del grupo católico Milicia de Santa María fundado por el Venerable Tomás Morales S.I. Es un grupo apostólico de jóvenes que quieren llevar la fe a sus coetáneos. Desde hace unos años han venido trabajando este formato del musical como una herramienta útil para transmitir los valores del evangelio. Este es el cuarto musical de estas características. El primero fue con motivo del año de san Pablo, “Hijos de la libertad”, y posteriormente se hizo otro en el año de la misericordia, “Contigo”. Merecía contar y cantar la vida y el ejemplo de Ignacio Echeverría como un modelo de vida cristiana para los jóvenes de hoy.

¿De qué manera sigue inspirando hoy en día la valentía de Ignacio a la gente?

Javier Segura: Quizás a los primeros que ha inspirado es a los propios jóvenes que han realizado el musical. Tener que llevarlo a un escenario hace que acabes viviendo sus valores. Recuerdo con especial emoción la vez que lo representamos en Las Rozas, de donde era Ignacio, en que pudimos tener sobre el escenario el mismo monopatín que él utilizó en el atentado. Fue realmente conmovedor. Otro momento significativo fue cuando nos llamaron del programa Got Talent para estrenar temporada con la canción-oración ‘Dar la vida por amor’. Ver a Risto Mejide emocionarse con el ejemplo de Ignacio nos hizo ver que su mensaje de amor incondicional es universal.

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