En la presentación del texto síntesis con las aportaciones que las diócesis, congregaciones religiosas, movimientos y distintos grupos han enviado al equipo sinodal de la Conferencia Episcopal, y poco antes de que se hiciera público su contenido, el cardenal Omella llegó a hablar de que “hay mares y ríos que quieren anegar el proceso emprendido en la Iglesia universal” a instancia del Papa.
Sin embargo, añadió, “el Espíritu nos empuja a caminar juntos, sin perder el amor, la comunión y la esperanza”, “unidos a Cristo, cum Petro y sub Petro, con Pedro, que es el elegido por el Señor”, “Pedro se resistió a Cristo, pero Cristo le eligió a él”.
De este modo, el cardenal arzobispo de Barcelona y presidente de la CEE apeló a un “creciente anhelo de comunión y rechazo de la división”, y detectó que “quizá hemos descuidado la oración, ¿Creemos en la oración?”, preguntó. “Sin vida de oración no podemos hacer nada”, y recordó que “sólo después de Pentecostés los discípulos fueron ‘cor unum y anima una’”.
“Recuperar la fraternidad cristiana”
A continuación, intervinieron el arzobispo Mons. Luis Marín, subsecretario de la Secretaría General del Sínodo, de modo online, y el obispo coordinador del equipo sinodal, Mons. Vicente Jiménez Zamora. Ambos se refirieron también a las trabas al proceso sinodal, en presencia del vicepresidente de la CEE y arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, del secretario general de la Conferencia de obispos, Monseñor Francisco César García Magán, y más de un centenar de asistentes a la reunión.
Mons. Luis Marín recordó que “la dimensión sinodal de la Iglesia está ya presente desde los orígenes. “La espiritualidad y el clima de oración”, “recuperar el sentido de la fraternidad cristiana”, valorar “la riqueza de la variedad de vocaciones y de sensibilidades”, son algunas otras características del proceso sinodal. “Sed valientes, sed generosos”, animó, y “caminemos juntos con humildad, disponibilidad y esperanza”.
El obispo coordinador y arzobispo emérito de Zaragoza, Mons. Vicente Jiménez Zamora, centró sus palabras en “memoria” y “compromiso”, y señaló que el proceso sinodal “está siendo una gracia de Dios”, que “supone una piedra miliar en la Iglesia”.
Precisamente Mons. Jiménez Zamora acudirá, acompañando al cardenal Juan José Omella, en representación de la CEE, a la Asamblea continental europea del proceso sinodal, que se celebrará en Praga los días 5 al 9 de febrero, junto al secretario del equipo sinodal, el sacerdote Luis Manuel Romero; la Hna. María José Tuñón, ACI, que esta mañana dirigió la oración introductoria, como responsable de la vida consagrada y miembro del equipo sinodal, y Dolores García Pi, presidenta del Foro de Laicos y también miembro del mismo equipo sinodal de la Conferencia Episcopal.
El texto síntesis
La presentación de la síntesis, que pueden consultar aquí, con las aportaciones al documento fue realizada por tres miembros del equipo sinodal: Isaac Martín, Olalla Rodríguez y Dolores García Pi. Los tres recordaron que no se trata de un texto cerrado y definitivo, porque el texto final será presentado en Praga a primeros de febrero, y al que todavía se pueden enviar aportaciones.
Entre otros aspectos, pueden sintetizarse los siguientes:
1.- Polarizaciones.
Se detectan que “las mismas polarizaciones existentes en la sociedad laten en el seno de la Iglesia: la polarización entre diversidad y unidad y necesidad de diálogo (entre nosotros, a nivel ecuménico y con la sociedad); la polarización entre tradición y renovación (particularmente en la liturgia y en el lenguaje); la polarización entre Iglesia piramidal e Iglesia sinodal (que se manifiesta en nuestras estructuras).
Por otra parte, “el trinomio ‘comunión, participación y corresponsabilidad’ aparece repetidamente en las aportaciones, admitiéndose que existen impedimentos para crecer en ellos, particularmente por las resistencias del clero y la pasividad de los laicos. Se detecta con fuerza la tensión del clericalismo que lleva a confundir el servicio con el poder. Nos duelen las distancias existentes entre los miembros del pueblo de Dios de distintas vocaciones y la soledad en la que viven algunos de ellos. Un primer paso para abordarlo es la formación en los seminarios y noviciados y la que reciben los laicos”.
Don del Espíritu Santo
2. Imágenes y algunas aportaciones.
“La imagen bíblica de la tienda nos parece muy sugerente e iluminadora como símbolo de lo estamos llamados a ser: una Iglesia en salida, integrada por personas diversas y plurales que, desde el deseo de ser cada día más acogedora, pero sin olvidar el fundamento de la unidad, abra sus puertas y se haga presente, bajo la guía del Espíritu Santo”.
“El proceso sinodal no debemos concebirlo como la solución a los problemas que la Iglesia tiene en su conjunto, sino como un don del Espíritu Santo que nos llama a la escucha activa, al diálogo profundo y al discernimiento comunitario a través de la metodología de la conversación espiritual”.
“Intuimos también que, para caminar juntos, es necesaria en cada uno de los miembros de la Iglesia una continua conversión personal, desde la escucha de la palabra de Dios, la oración y los sacramentos, destacando la centralidad de la eucaristía.
El proceso sinodal está ayudando a tomar conciencia de la dignidad común de todos los bautizados y la necesidad de revitalizarla, para crecer en corresponsabilidad y sentido de pertenencia a la Iglesia. Todo esto se percibe con mayor fuerza en el laicado, pero también aparece en los pastores y en la vida consagrada”.
3. Iglesia en salida. Ecumenismo, religiosidad popular, pastoral familiar.
“Sigue resonando con intensidad la invitación a ser una Iglesia en salida, en el contexto de la secularización que vivimos en Europa y en España. Por eso, se subraya el anhelo de una Iglesia misionera, de puertas abiertas, donde se escuche el grito de los más pobres y vulnerables, sin olvidar el clamor de la tierra”.
“Una experiencia novedosa ha sido la gran coincidencia en la importancia del ecumenismo y del diálogo interreligioso, que amplía el espacio de nuestra tienda, la Iglesia. Además, se intuye el valor de la religiosidad popular y el papel fundamental que debe tener la pastoral familiar”, señala el texto.
He aquí algunas de las ideas de la síntesis de la propuesta de la Iglesia en España para la asamblea continental de Praga (5-9, febrero). Del 10 al 12 del mismo mes se reunirán los presidentes de las 39 conferencias episcopales de Europa, informó Luis Manuel Romero, y la primera sesión de la Asamblea Sinodal tendrá lugar en Roma del 4 al 29 de octubre en Roma.