Cultura

Klara y el sol: ¿Somos reemplazables?

La cuestión de fondo que se plantea en la última novela de Kazuo Ishiguro (1954), “Klara y el sol” (2021), ha inquietado a muchos filósofos: ¿Qué es el ser humano?, ¿qué es aquello que nos hace únicos e irrepetibles?

Juan Ignacio Izquierdo Hübner·19 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos
klara

Klara es un robot empático y con gran capacidad de aprendizaje. Está esperando en el fondo de la tienda, tiene ganas de que la trasladen a la vitrina para que alguien la elija. Por fin, Josie, una niña de 14 años con una enfermedad que le va robando fuerzas, se fija en ella. Quiere convertirla en su mejor amiga. La madre accede y la compran; sin embargo, ella parece tener una segunda intención, o más bien un dilema: cuando su hija muera, ¿sería posible que el robot la sustituya, imitándola en todo con tanta exactitud que pudiera llegar a ser la “continuación” de su hija?

La cuestión de fondo que se plantea en la última novela de Kazuo Ishiguro (1954), “Klara y el sol” (2021), ha inquietado a muchos filósofos: ¿Qué es el ser humano?, ¿qué es aquello que nos hace únicos e irrepetibles?

Para el francés René Descartes (1596-1650), el hombre es su conciencia. Según él, sería posible dividir el mundo entre res cogitans (sustancia pensante o conciencia) y res extensa (sustancia extensa, el cuerpo). Esta separación del hombre entre conciencia y “el resto” sentó las bases para que algunos nos definan como “una conciencia que es dueña de su cuerpo”.

La novela no entra en estas honduras, pero las vacilaciones de la madre, de su exmarido, del científico al que contratan para que ayude a Klara en su tarea de imitación, etc., nos van revolviendo el estómago. A nosotros nos queda la discusión posterior: ¿Hay algún principio que concilie la conciencia y el cuerpo? El filósofo alemán Robert Spaemann (1927-2018), por ejemplo, propuso que la clave para superar esta disociación es recordar que el hombre es un ser vivo, puesto que la vida es exterioridad e interioridad al mismo tiempo. La vida como principio de unidad del ser humano puede ser un camino para resolver las anteriores perplejidades.

También sorprende el punto de vista de la narración. Ishiguro escribe desde la perspectiva de la conciencia del robot. Los “pensamientos” de Klara nos van dando luces acerca de la discusión sobre nuestra identidad. Ella se esfuerza por conocer a Josie, pero poco a poco se va dando cuenta de que en la niña hay un fondo invisible y lejano que podría ser imposible de alcanzar, y menos todavía de imitar. Es aquello que los humanos llaman corazón. Por este motivo, Klara pondrá todas sus energías para cuidar a Josie lo mejor posible, para que se cure y no necesite ser “continuada” ni “sustituida”.

La novela “Klara y el sol” nos mueve a reflexionar sobre la esencia del hombre, el sentido de la vida, la calidad de nuestras relaciones, el amor y todas esas tonterías que nos hacen únicos e irreemplazables.

El autorJuan Ignacio Izquierdo Hübner

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