Un Near Field Communication o, simplemente NFC, permite que se establezca un intercambio de datos de manera inalámbrica entre dos dispositivos en tiempo real. Es muy similar a la ya utilizada WLAN o la popular bluetooth.
¿Cómo funciona?
Para empezar, es importante dejar claro que los NFC tienen la particularidad de que, para funcionar de una manera correcta, necesitan que los dispositivos en cuestión estén muy cerca el uno del otro, a unas distancias inferiores a los 10 centímetros. El beneficio que se obtiene por esto es toda la seguridad de los datos que se están transfiriendo, pues de esta manera se evita el robo de información por parte de cualquier hacker.
Esta tecnología permite el intercambio de datos de manera unidireccional, de un dispositivo a otro. Pero también posibilita el intercambio de manera bidireccional, o sea, entre ambos dispositivos al mismo tiempo.
El uso del sistema NFC resulta ser muy eficiente, pues solo requiere de 200 microsegundos para realizar la conexión entre dispositivos. A esto hemos de añadir que la gran mayoría de dispositivos ya cuentan con este sistema. Los smartphone desde la versión 4.0 de Android ya son compatibles con los protocolos NFC, al igual que los productos de Apple desde el iPhone 6.
Los teléfonos, tablets y otros dispositivos inteligentes cuentan con hasta tres formas distintas de ejecutar el sistema NFC:
-mediante un modo de lectura y escritura, que permite al usuario utilizar su dispositivo NFC en una máquina terminal que se encargara de leer y, de ser necesario, escribir datos.
–modo Peer-to-Peer. Esto es, el intercambio de datos entre dos o más dispositivos.
-emulación de tarjeta. En este caso el usuario selecciona una tarjeta para la realización de un pago, colocando su dispositivo cerca del TPV, como si se tratara de una tarjeta física.
¿Dónde se aplica la tecnología NFC?
Una de las características que hace a la tecnología NFC tan atractiva es su rápida y sencilla configuración en los sectores más variados.
-Pagos a través del teléfono móvil. En este caso, el pago sustituye al uso de la tarjeta bancaria. En lugar de una tarjeta física, se crea una imagen virtual de ésta en el teléfono para realizar el pago correspondiente.
-Pagos contactless, incluido el cepillo electrónico en iglesias y parroquias.
-Autenticación de doble factor. Uno de los usos más comunes del NFC está relacionado con la seguridad para tener permiso de acceso al ordenador o a una aplicación web. La manera usual, se introduce la contraseña y se coloca el dispositivo NFC cerca del sensor habilitado especialmente para que el sistema reconozca y permita el acceso al usuario.
-Compra de entradas en soporte digital. Esto es básicamente una manera de sustituir el clásico trozo de papel que nos permite entrar a una sala de cine o a un concierto.
-Control de acceso a hoteles o restaurantes. La entrada a hoteles o ciertos restaurantes está limitada al uso de RFID que, en términos simples, es un chip que permite tener acceso a ciertas zonas o áreas restringidas.
El éxito y uso del sistema NFC (en general de cualquier tecnología) no depende exclusivamente de quien se encarga de proveer la aplicación, sino también del individuo que la utiliza. De nada sirve introducir mecanismos para agilizar trámites e intercambio de datos, si los usuarios no los ponen en práctica de manera correcta. Por esta razón, si alguien está pensando en utilizar un NFC, lo mejor que puede hacer es guardar su tarjeta de crédito en una funda protectora, que bloquee interferencias de agentes externos. Si por el contrario lo que se pretende es utilizar el smartphone, lo mejor es activar el modo NFC solo en el momento de, por ejemplo, realizar el pago, desactivándolo inmediatamente después de hacer la operación.