Hace 500 años, Martín Lutero redactó un escrito que contenía 95 tesis oponiéndose a la práctica de las indulgencias, y lo fijó en la puerta de la iglesia del palacio de Wittenberg el 31 de octubre de 1517. Rápidamente difundidas por toda Europa. ¿Cuál fue el significado de aquel paso? ¿Qué conmemoramos en este aniversario?
—Pablo Blanco Sarto
Universidad de Navarra
Como preparación del 500 aniversario de la muerte de Lutero, los obispos católicos y protestantes de las regiones alemanas de Turingia y Alta Sajonia –lugares ligados al reformador alemán− publicaron en febrero de 1996 una pastoral conjunta, en la que se destacaban algunos aspectos positivos de la figura de Lutero, a la vez que lamentaban la crisis que experimentó la Iglesia en el siglo XVI. Entre los aspectos positivos promovidos por el reformador alemán, los prelados germanos destacaban el amor a la Escritura y la profundización en la doctrina de la justificación. Para Lutero esta doctrina supuso el redescubrimiento de la misericordia de Dios: él mismo describe cómo, al estudiar la Escritura, llegó a la idea de que la justicia de Dios no es la de un Dios cruel que castiga al pecador, sino el amor misericordioso por el que Dios justifica al pecador.
Lo que sucedió
Continuaba el texto de 1996 suscrito por ambas confesiones: “Los estudios sobre la historia de la Reforma llevados a cabo en los últimos decenios con espíritu ecuménico, nos muestran hoy un cuadro más matizado de lo ocurrido entonces”, liberados ya de la fuerte carga pasional y polémica de las circunstancias de la época. “Después de siglos de disputa” –añaden−, “hemos llegado a la conclusión de que estamos de acuerdo en algunos puntos esenciales”…