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Por qué Jesús predicó en parábolas

Jesús utilizó parábolas en su enseñanza para revelar los misterios del reino de Dios, para dar cumplimiento a las profecías mesiánicas y para manifestar su condición divina como Hijo de Dios.

Rafael Sanz Carrera·19 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos
Biblia

(Unsplash / Aaron Burden)

Heredero de una rica tradición profética y sapiencial, Jesús no solo predicaba. También se erigió como un maestro de las parábolas, narrando historias que conectaban con la gente y transmitían sus mensajes de forma profunda e inolvidable.

La exclamación de sus contemporáneos: “¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!” (Juan 7, 46), resume a la perfección la singularidad y el impacto de las enseñanzas de Jesús, impregnadas de una sabiduría profunda y expresadas a través de parábolas incomparables como la de la oveja perdida, el buen samaritano o el hijo pródigo. Ejemplos de su magistral capacidad para utilizar historias cotidianas y transmitir profundos mensajes morales y espirituales.

¿Por qué Jesús utilizó las parábolas?

Las razones que los exégetas aducen por las que Jesús utilizó parábolas son variadas, pero podemos señalar dos razones principales:

1. Para revelar los misterios del reino de Dios a los discípulos. Puesto que los discípulos tienen una disposición receptiva y abierta al mensaje de Jesús (Marcos 4, 11; Mateo 13, 11; Lucas 8, 10), las parábolas les ayudan a entender verdades espirituales profundas que de otra manera serían demasiado complejas o difíciles de comprender (Mateo 13, 11-12). En este sentido el uso de parábolas fue un don de Dios y una señal de gracia para con ellos: «Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. Porque de cierto os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron» (Mateo 13, 16-17; cfr. Marcos 4, 11).

2. Para ocultar los misterios del reino de Dios a los que no creen. Los que no creen tienen el corazón endurecido y no están dispuestos a recibir el mensaje de Jesús y menos en un lenguaje figurado que no entienden (Marcos 4, 12; Mateo 13, 13-15; Lucas 8, 10). De algún modo, las parábolas son también un medio para revelar la incredulidad y la dureza de corazón de quienes rechazaban su mensaje. 

Sin embargo, intentaremos demostrar que existían otras razones por las que Jesús empleó las parábolas, como son: (1) el cumplimiento de las profecías mesiánicas y (2) la manifestación de su naturaleza divina como Hijo de Dios.

Jesús cumple las profecías

Nos proponemos destacar cómo Jesús da cumplimiento a las profecías mesiánicas al emplear las parábolas.

El ejemplo más claro lo encontramos en el Evangelio de Mateo, que dice: “Jesús dijo todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les hablaba nada, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta: ‘Abriré mi boca diciendo parábolas; anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo’» (Mateo  13, 34-35).

En este pasaje, Mateo dice que el uso de parábolas por parte de Jesús cumple la profecía de Asaf y demuestra su papel como el profeta que revela la voluntad de Dios. La profecía de Asaf, un poeta y músico del Antiguo Testamento, se encuentra en el Salmo 78, 2: . Así, según Mateo, es “que voy a abrir mi boca a las sentencias, para que broten los enigmas del pasado”. Esta profecía predijo que el Mesías enseñaría usando parábolas, y Jesús la cumple, ya que “sin parábolas no les hablaba nada”.

Además está la profecía de Isaías: «Él me dijo: ‘Ve y di a esta gente: “Por más que escuchéis no entenderéis, por más que miréis, no comprenderéis”.  Embota el corazón de esta gente, endurece su oído, ciega sus ojos: que sus ojos no vean, que sus oídos no oigan, que su corazón no entienda, que no se convierta y sane’» (Isaías 6, 9-10). Es Jesús mismo quien cita este pasaje en varios lugares (Mateo 13, 13-15; Marcos 4, 11-12; Lucas 8, 10) precisamente para explicar por qué hablaba en parábolas.

Vemos que Jesús no sólo sigue una tradición (profética y sapiencial) con su modo de predicar con parábolas, sino que también es consciente de estar cumpliendo las profecías acerca de él.

Dios habla en Parábolas

La Biblia nos enseña que el lenguaje que Dios utiliza es con frecuencia misterioso, destacando el carácter parabólico de su discurso como la forma natural de su expresión. La idea de que Dios habla en parábolas está bien fundamentada en las Escrituras. Veamos algunos ejemplos.

Leemos en el siguiente pasaje de Oseas que Dios dice de sí mismo: «He hablado a los profetas, y multipliqué las visiones; y por medio de los profetas usé parábolas» (Oseas 12, 10). Con claridad Dios dice que ha hablado usando parábolas y visiones. Aunque este versículo subraya el uso de parábolas por parte de Dios, también sugiere que Jesús, al usar parábolas, lo hace en connaturalidad con su condición de Hijo de Dios. Esto fue, en parte, lo que llamó la atención de sus contemporáneos: «porque les enseñaba con autoridad y no como sus escribas” (Mateo 7, 29); percibían el carácter parabólico de su discurso como su forma natural (divina) de expresión.

Lo vemos también en Proverbios 25, 2: “Gloria de Dios es ocultar un asunto; gloria de los reyes, escrutarlo”, donde se sugiere que es parte de la naturaleza de Dios ocultar ciertas cosas, dejando que los humanos las descubran y entiendan a través de la búsqueda y el discernimiento. Esto se relaciona directamente con el uso de parábolas, al exigir del oyente una participación activa en la búsqueda de la verdad. No son simples historias. Son vehículos de profundos significados espirituales y morales que deben ser descubiertos y entendidos a través de la reflexión y el discernimiento.

Parábolas para revelar los misterios

Lo mismo ocurre en Ezequiel 17, 2: “Hijo de hombre, propón un enigma y cuenta una parábola a la casa de Israel”. En este pasaje, Ezequiel, como profeta, recibe esta instrucción en un contexto difícil donde Israel necesita ser llamado al arrepentimiento y a la reflexión sobre sus acciones. La parábola se convierte en la mejor herramienta para que el mensaje de Dios sea considerado seriamente y comprendido en profundidad. Jesús emplea este mismo método divino; y que al estar profetizado, está también dando cumplimiento con sus parábolas.

Finalmente, el Salmo 49, 4: «prestaré oído al proverbio y propondré mi problema al son de la cítara». Este versículo nuevamente refuerza la idea de que los proverbios y enigmas son una forma de comunicación con Dios. Jesús, como Hijo de Dios, utilizó las parábolas de manera similar, revelando verdades espirituales a través de historias sencillas que invitaban a la reflexión y el entendimiento.

Estos pasajes ilustran que el uso de parábolas es una forma frecuente de expresión y comunicación divina, que lleva a los oyentes a buscar la verdad, discernir y reflexionar profundamente. En este sentido, el uso de parábolas por parte de Jesús es el mejor modo para revelar los misterios del Reino de Dios y manifestar su condición de Hijo de Dios.

Otras profecías mesiánicas cumplidas

De un modo más indirecto, encontramos otras profecías que nos sugieren el modo en que habría de predicar el Mesías y a las que Jesús da de algún modo también cumplimiento. Veamos algunas.

Isaías 42, 1-4: «Mirad a mi siervo,  a quien sostengo; mi elegido, en quien me complazco. He puesto mi espíritu sobre él, manifestará la justicia a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la apagará. Manifestará la justicia con verdad. No vacilará ni se quebrará, hasta implantar la justicia en el país. En su ley esperan las islas».

Aunque el texto no menciona las parábolas explícitamente, este pasaje profético describe el carácter del siervo del Señor, el Mesías. Así vemos que las parábolas de Jesús se presentan como historias cotidianas con un lenguaje sencillo y accesible: “No gritará, no clamará, no voceará por las calles”, y se dirige a los de condición humilde: “La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la apagará”.

Proverbios 1, 6: «para entender proverbios y dichos, sentencias de sabios y enigmas». El proverbio sugiere que la comprensión de la sabiduría no es inmediata, sino que requiere de un proceso gradual de aprendizaje y reflexión.

De igual modo, las parábolas de Jesús también pueden verse como una forma de revelación gradual. No todas las personas captan el significado completo de las parábolas desde el principio. Aquellos que están dispuestos a escuchar con atención y buscar la sabiduría pueden llegar a comprender las profundas verdades que Jesús transmite a través de ellas. Si bien Proverbios 1, 6 no se refiere específicamente a las parábolas, sí establece principios que iluminan la forma de predicar de Jesús.

Conclusión

Podemos concluir que Jesús utilizó parábolas en su enseñanza para cumplir una doble función. En primer lugar, revelar los misterios del reino de Dios a sus discípulos y ocultarlos a los de corazón endurecido. Pero también, con este proceder daba cumplimiento a las profecías mesiánicas, y además, ponía de manifiesto su condición divina como Hijo de Dios.

El autorRafael Sanz Carrera

Doctor en Derecho Canónico

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