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El milagro del pez con la moneda en la boca

Alfonso Sanchez Lamadrid y Rafael Sanz analizan el episodio del impuesto del Templo, recogido en el evangelio de Mateo.

Alfonso Sánchez Lamadrid Rey y Rafael Sanz Carrera·13 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos
milagro pez

Introducción

Mateo es el único evangelista en narrar tres acontecimientos muy importantes de la vida de san Pedro: su caminar sobre las aguas (14, 28-31); la solemne promesa que Jesús le hace de ser el fundamento de su futura Iglesia (16,17-19); y el episodio del impuesto del Templo (17,24-27) que estamos estudiando aquí. De este modo Mateo quiere destacar el papel relevante y simbólico que Pedro tiene para la Iglesia y en este marco lo analizamos.

Jesucristo muestra dominio sobre los peces en este milagro en el que Pedro captura un pez con la moneda en la boca como había predicho el Señor. Este milagro es una imagen de la misión redentora de la vida de Jesús, que se entrega -como la moneda del pez- por nuestro rescate salvífico.

S. Mateo lo narra de la siguiente manera: 

“Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron: «¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?». Contestó: «Sí». Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle: «¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños?». Contestó: «A los extraños». Jesús le dijo: «Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no darles mal ejemplo, ve al mar, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti» (Mt 17, 24-27)

Con este artículo pretendemos explicar una hipótesis verosímil de cómo ocurrió este milagro y otros detalles como el impuesto que debía pagar, el arte utilizado para pescar, la especie de pez capturada y la moneda que pudo tener el pez en la boca, así como ofrecer una explicación teológica del milagro.

Las monedas en Israel en el tiempo de Jesús

En el tiempo de Jesús se manejaban al menos tres tipos de monedas, pesos y medidas. Respecto a las monedas tendríamos:

Las monedas romanas del imperio que dominaba en ese momento en Palestina. Entre ellas estaban: el denario, el cuadrante, el assarion, etc.

Las monedas griegas que se mantenían activas tras el periodo helenístico, y sería adoptado por los romanos. Precisamente a estas monedas hace referencia el texto original griego de Mateo: δίδραχμα (v.24; didragma = 2 dragmas) y στατῆρα (v.27; estáter = 4 drachmas o 1 tetradragma). 

Y por último, había también monedas más antiguas y que habían sido tradicionalmente judías, entre las que se encontraba el siclo -moneda principal del Templo de Jerusalén- y los shekel, geras y bekam. Esto explica la existencia de los cambistas en el Templo, para ajustar las diversas monedas a las diversas fracciones de siclos u otras monedas del Templo. 

La moneda que Jesús le dice a Pedro que encontrará en la boca del pez que pescará es muy probablemente un estáter (Fig. 1). Aunque había varias acuñaciones de esa moneda, lo más probable es que el estáter al que hace referencia el texto original de Mateo, fuera un estáter o tetradragma de Tiro, pues era la moneda de plata más común con ese valor. El tetradragma tiene el valor exacto del impuesto que debía pagarse por dos adultos, como Jesucristo había indicado que debía hacer Pedro con la moneda que encontrara en la boca del pez. Otros autores piensan que también podía tratarse de un tetradagma de Antioquia, aunque se utilizaba mucho menos.

Fig. 1 Estáter de plata

La pesca con anzuelo en tiempos de Jesús

El lugar de la pesca del pez probablemente fue cercano a la casa de san Pedro, en Cafarnaún, cuyos cimientos se descubrieron en unas excavaciones del siglo pasado. En esta casa se encontraron restos arqueológicos de redes y anzuelos de aquella época. La fecha del milagro es difícil de determinar, pues Mateo parece organizar su Evangelio de una forma más didáctica que cronológica. 

La pesca con caña y anzuelo es muy antigua y ya era utilizada por los pueblos costeros del Mediterráneo e Israel desde siglos antes del nacimiento de Jesús. En una época más reciente, a principios del s. XX, se ha descrito un sistema de pesca con anzuelo usado entonces en el lago de Galilea. Se coloca al final de una caña un sedal con un peso y un anzuelo sin cebo, y se echa en el agua en medio de un banco de peces, retirándolo rápidamente, enganchando alguna vez un pez en el anzuelo. Se conoce como “robar un pez”. 

Desde el punto de vista legal, la pesca con anzuelo era libre y estaba permitida a todas las tribus de Israel.

La especie de pez pescada por san Pedro

Tradicionalmente se ha conocido el musht, Sarotherodon galilaeus (Fig. 2), como pez de san Pedro por este milagro.Este pez se reproduce de una manera que puede explicar la presencia de la moneda en la boca. El musht tiene un ciclo anual con dos épocas bien diferenciadas, una dedicada a la alimentación y otra a la reproducción. Durante la primera, se agrupa en cardúmenes en los meses de invierno y comienzo de la primavera en la zona del Norte del lago por motivos alimentarios: cerca de Taghba desembocan riachuelos de agua caliente donde crecen con facilidad alimentos que atraen a los peces, especialmente a las tilapias y a las sardinas del lago. Estos peces comen el plancton que se produce con más abundancia en esta zona del lago. En la época de reproducción se dispersan las parejas de reproductores. Esta se produce por fecundación externa de los huevos en un agujero hecho en una zona de piedras y una vez nacidos los alevines son defendidos por los padres. En cuanto estos nacen, uno de los padres se hace cargo de los mismos, usando su boca como refugio, y se deshace la pareja. Llegado el momento de la independencia, el padre o la madre expulsa  a los juveniles de la boca frotando piedras cogidas del fondo dentro de la boca. En algunos casos se han encontrado también monedas que habían caído al fondo al pescarlos. 

Fig. 2 Sarotherodon galilaeus. Nombre común musht o pez de san Pedro.

Para Mastermann la técnica de robar el pez es la que usó Pedro para pescar en esta ocasión, capturando un musht. Num, sin embargo, se opone a esta idea sosteniendo que el método de robar un pez le parece poco adecuado para un pescador profesional como Pedro y dado que, al ser el musht planctívoro este pez no pica en el anzuelo, el pez pescado debió ser un barbo, especie muy abundante en el lago, predadora y que come en el fondo. Para nosotros, Pedro, hábil pescador, podría haber robado un pez con este sistema bastante intuitivo. 

Teología del milagro

Hechas estas aclaraciones previas pasamos al análisis exegético del texto para descubrir su trasfondo teológico.

Una lectura superficial pudiera hacernos pensar que Jesús cuestiona su pago al impuesto del Templo, pero no es así. Jesús, lejos de haber sido hostil al Templo, quiso pagar este impuesto junto con Pedro. Entonces ¿qué está queriendo aclarar Jesús diciendo que “los hijos están exentos”? Lo que está haciendo es poner el impuesto del Templo en su verdadera dimensión religiosa, como explicamos a continuación.

Aunque la palabra “Templo” no aparece en este episodio (aparece solo “didragma”, v. 24), ciertamente se trata del impuesto del Templo que fue inaugurado por indicación de Dios a Moisés, que guió al pueblo de Israel por el desierto hasta la tierra prometida durante cuarenta años. Decidieron hacer un censo de las personas que podría no agradar a Dios. Cada uno daría un rescate de seis gramos de plata para que no les ocurriera nada malo cuando se les empadronase (Éxodo 30,11-16). Así que el impuesto tenía la clara finalidad de rescatar sus vidas: dar un bien material de cierto valor para que Dios les respetara sus vidas. Se trata, pues, de un pago de expiación de los israelitas; del rescate de salvación de todo Israel ante Dios. Y ¿no es precisamente eso lo que viene a hacer Jesús? “El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mt 20,28): la intención del Hijo es rescatarnos por la entrega de su vida. Quizás por eso, cuando Jesús le dice a Pedro que vaya a pescar y coja la moneda la boca del pez y pague “por mí y por ti”, realmente es Jesús -sirviéndose del pez- el que pagará el rescate de Pedro. Será Él quién pagará, con su pasión, muerte y resurrección, el rescate por todos. De este modo, Jesús mismo, con una visión profundamente contemplativa, interpreta el sentido real del impuesto del Templo: el rescate de Israel que -con Él- se va a hacer realidad. 

En todas las narraciones evangélicas, este es uno de los pocos milagros que Jesús parece hacer para beneficio propio. Pero realmente no es así: la entrega de su vida es el impuesto que Dios impuso para rescatar al pueblo de Israel. Jesús quiso fundar su Iglesia como el nuevo pueblo de Israel, que incluye a todos los bautizados. Por ello, Jesús, de alguna manera, en este pasaje, es el verdadero “impuesto” que también nos rescata a todos los cristianos.

Se ha destacado con frecuencia la omnisciencia de Jesús porque sabía lo que Pedro había hablado previamente con los cobradores del impuesto. Así como el conocimiento futuro del pez que Pedro pescaría después con una moneda en la boca. Pero lo realmente impresionante es la interpretación profundamente  teológica que hace Jesús al relacionar todo lo que está aconteciendo con su misión mesiánica y redentora. Todo lo anterior explicaría mejor la reacción de Jesús en este peculiar relato. En efecto, todo en él parece conducir hacia la confesión de la fe que proclama el cristiano, como Pedro: “Verdaderamente eres Hijo de Dios” (Mt 14,33). 

Para ampliar conocimientos:

  • Catecismo de la Iglesia Católica. Asociación de Editores del Catecismo. 2005. n. 583-586.
  • France R. T. “The Gospel of Matthew”, Wm. B. Eerdmans. 2007
  • Galili E., Zemer A. y Rosen B. “Ancient Fishing Gear and Associated Artifacts from Underwater Explorations in Israel – A Comparative Study”.  Archaeofauna 22 (2013): 145-166
  • Gil, J.-Gil, E. “Huellas de nuestra fe”. Jerusalén 2019.
  • Harrington, D. J. “The Gospel of Matthew”, Liturgical Press. 1991
  • Marotta, M. E. “So-called ‘Coins of the Bible’”.2001
  • Masterman, E. W. G. “The Fisheries of Galilee.” Palestine Exploration Fund Quarterly Statement 40, no. 1 (January 1908): 40–51.
  • Nun, M. “The sea of Galilee and its fishermen in the New Testament. Ein Gev 1989.
  • Troche, F.D. “Il sistema della pesca nel lago di Galilea al tempo di Gesù. Indagine sulla base dei papiri documentari e dei dati archeologici e letterari”. Bologna 2015.
El autorAlfonso Sánchez Lamadrid Rey y Rafael Sanz Carrera

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