Cine

Una historia de la gracia divina

Patricio Sánchez-Jáuregui·10 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

“Amanece en Calcuta” es un documental que gira en torno a la persona de Teresa de Calcuta, pasando el micrófono a personas que en algún momento han estado cerca de ella o se han visto influidas por ella. Tiene una clara vocación testimonial y es una pieza audiovisual que transpira amor. 

Es una obra tratada con sobriedad, que deja a los entrevistados desenvolverse delante de la cámara, contando una historia con la fuerza de ser un evento vivido.

La obra es una película abierta a todos los públicos, con vocación para remover y atraer a todo el mundo. Por encima de todo, es una historia de la gracia divina, que llena de plenitud a una audiencia que puede fácilmente entender y empatizar con aquellos personajes que protagonizan la cinta. Entre ellos, encontramos a un sacerdote que sobrevivió a la enfermedad por mediación de la virgen; una deportista profesional en busca del sentido de su sufrimiento; un profesor universitario de filosofía que encuentra a Dios en los actos cotidianos; una enfermera de una clínica abortista; un converso de un país mayoritariamente budista que encuentra el camino al sacerdocio tras coincidir en un avión con la madre Teresa; y una mujer que nos cuenta la milagrosa curación de su marido de un cáncer cerebral. Todos estos testimonios tienen un magnetismo revitalizador, que hace inevitable rendirse a la película, y aspirar a un mundo mejor, donde la fe no se habla sino que se transmite con obras.

Jose María Zavala Chicharro (1962) periodista de profesión y escritor converso al cine, luce una pequeña pero cuidada biografía cinematográfica, toda ella de temática religiosa. 

Así, después de varias películas sobre el padre Pio, y una sobre el papa San Juan Pablo II, llega el cine con este proyecto de autor al que trata con un cariño que es evidenciado en la pantalla. Su formación como periodista enciende con soltura el género documental, y su pasión por la belleza hace de la obra una experiencia llena de inquietud y con fuerza. Más allá de una música omnipresente, tiene un estilo periodístico cuidado y depurado, que hace que la película fluya con sencillez y buen gusto. 

América Latina

La devoción a María Santísima en Puerto Rico

La devoción mariana en Puerto Rico impregna la vida del cristiano. Su expresión se manifiesta en una diversidad de advocaciones muy arraigadas, en una rica piedad popular y en una desarrollada literatura y pintura marianas. Nos lo cuenta Mons. Leonardo J. Rodríguez, conocedor de primera mano de la devoción puertorriqueña.

Mons. Leonardo J. Rodríguez Jimenes·10 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 9 minutos

Puerto Rico nació cristiano hace más de quinientos años y ese nacimiento cristiano le hizo igualmente mariano desde sus inicios. El catolicismo puertorriqueño es esencialmente mariano desde sus orígenes. La devoción a María está enraizada en la historia de nuestra evangelización y las expresiones de nuestra piedad y cultura. En nuestro terruño tenemos unos 27 santuarios, aunque no todos erigidos canónicamente, de los cuales 15 tienen un título mariano. 

A pesar de nuestro modesto tamaño, la geografía montañosa hizo que los partidos en que se dividió Puerto Rico en el s. XVI, luego pueblos erigidos a lo largo de la historia y territorios ultramarinos, estuvieran, desde el principio, sociológicamente aislados e incomunicados hasta el desarrollo de mejores vías de transporte y medios de comunicación en el s. XX.  Tan es así que, a finales del siglo XIX, el entonces obispo, D. Juan Antonio Puig y Monserrat escribía a la Santa Sede que, entre los problemas pastorales más graves de su diócesis era que la mayoría de la población vivía en el campo y era muy difícil llegar a ellos para su atención espiritual.

La primera advocación

Los primeros colonizadores manifestaron su amor a María dando títulos marianos a parroquias, pueblos, ríos, a sus hijas, etc. En las crónicas de sus visitas a Puerto Rico Fray Iñigo Abbad (1774), Miyares González (1775), André Pierre Ledrú (1788) y don Pedro Tomás de Córdova (1831) testimonian la devoción a la Santísima Virgen que existía en el pueblo puertorriqueño: “Las ceremonias religiosas son muy numerosas en esta Isla, y particularmente las que se dedican al culto de María.” 

La primera advocación mariana que llegó a nuestras playas, vino en manos del primer Obispo en llegar a América, D. Alonso Manso (llegado a San Juan el 25 de diciembre de 1512), fue la Virgen de Belén. Se le atribuye a esta advocación mariana el haber intervenido en la retirada de los holandeses en 1625, en la victoria sobre los ingleses en 1797 y en otras ocasiones.  

En el siglo XVI en Hormigueros, pueblo al suroeste de la isla, Giraldo González fue salvado milagrosamente del ataque de un toro salvaje al implorar la ayuda de Nuestra Señora de la Monserrate.  En agradecimiento y devoción a ella, construyó una ermita dedicada a María bajo esa advocación. Años más tarde, cuenta la crónica de Diego Torres Vargas, que una hija de Giraldo, se perdió en el bosque y quince días más tarde apareció en buena salud diciendo que durante esos días la había cuidado “una señora”, acontecimiento que se atribuyó también a la intercesión de nuestra Señora de La Monserrate. Desde fines del siglo XVI, tanto los cronistas como los historiadores, han recalcado la devoción mariana en este santuario donde “concurren los fieles de toda la isla a colgar los votos que han hecho para salvarse en las tempestades y trabajos; de estos votos se ven llenas las paredes, con algunos cuadros que representan los grandes peligros de que los ha liberado la piedad divina por la intercesión de esa Señora.  Y estos isleños guiados de los mejores principios imitan devotos la piedad de sus padres, frecuentando este santuario a tributar a María gratitud sincera de los divinos beneficios que han conseguido por la intercesión de esta imagen”. Así se expresaba para 1782 Fray Iñigo Abbad. 

Desde el siglo XVIII el Obispo Fernando de Valdivia y Mendoza dispuso que se declarara Santuario esta ermita que ha servido como lugar de encuentro del pueblo puertorriqueño con Jesús y María. Antes de la pandemia de este último año, este santo lugar era frecuentado por miles de peregrinos, que expresan su devoción con el rezo del santo rosario, el uso de hábitos, la presentación de exvotos, la ofrenda de flores y hasta subiendo de rodillas las escalinatas del santuario, a veces con trajes hechos de tela de saco, como penitentes y ofreciendo limosna a los pobres.

Riqueza de advocaciones

Otra advocación mariana presente en nuestra patria es la Virgen de Valvanera. Ante la epidemia del cólera en 1683 que azotó el pueblo de Coamo, Don Mateo García, reunió a los pocos que quedaban sin ser afectados y les dijo: “Habitantes de Coamo… la Santísima Virgen es Madre de misericordia. Si acudimos a ella con fe viva y verdadera piedad, seguramente Ella ha de remediar nuestros males…”. El pueblo con profunda de fe clamó por la ayuda divina ante la Madre de Dios, prometiendo levantar un templo en su honor, y celebrar todos los años el día 8 de septiembre una misa en honor de la Virgen de Valvanera. El milagro de fe ocurrió, el cólera detuvo su paso y la peste desapareció. Buena anécdota para lo que estamos viviendo en este último año con la pandemia del COVID.

La advocación de la Virgen del Carmen es una de las más celebradas en nuestro archipiélago. En nuestro pueblo, desde el siglo XVII, existió Cofradía de la Virgen del Carmen en la Catedral y el convento de monjas carmelitas (primero de la primitiva observancia de la Orden en América). Cuando los padres carmelitas llegaron a Puerto Rico en 1920, ya la devoción a la Virgen del Carmen estaba extendida y era favorita del pueblo puertorriqueño. La misma es querida y venerada como Patrona de nueve pueblos y su fiesta se celebra, no sólo donde ella es la patrona, sino a lo largo y ancho de nuestras costas y hasta en pueblos del centro de la isla, aunque se le suele relacionar con los marinos, pescadores y áreas costeras.

La advocación de María, Madre de la Divina Providencia, se origina en Italia en el s. XIII por san Felipe Benicio, SM, quien al ver la necesidad de los frailes de uno de sus conventos en Italia, imploró el auxilio de la Virgen y encontrando prontamente una canasta de alimentos a las puertas del mismo. Al no conocerse su proveniencia, elevó una oración de gratitud a la Virgen de la Providencia por contestar su ruego. La advocación se desarrolló y difundió por Europa hasta llegar a España de donde uno de sus devotos fue nombrado obispo de Puerto Rico a mediados del s. XIX. Así el 12 de octubre de 1851 el Obispo de Puerto Rico, D. Gil Esteve y Tomás, eligió este título Nuestra Señora de la Providencia como advocación de la Virgen para su diócesis y encargó a Barcelona, como exvoto, una imagen de ella. Esta petición obedece a que el obispo se encontró con una diócesis en gran dificultad pastoral y económica, por lo que su fe en la Providencia y en la intercesión de la Virgen, fue fundamental para enfrentar dicha situación. Su fe y tesón se manifestaron al lograr terminar la construcción de la Catedral en pocos años, así como enfrentar algunas situaciones pastorales. 

La imagen de la Patrona

La imagen se entronizó en la catedral de San Juan el 2 de enero de 1853. En 1913 el Obispo D. Guillermo Jones, O.S.A., acuñó una medalla con la inscripción “Nuestra Señora de la Providencia, Patrona de Puerto Rico”. En 1969 Mons. Luis Aponte Martínez, nuevo Arzobispo de San Juan (primer arzobispo puertorriqueño), solicitó al Papa que Nuestra Señora, Madre de la Divina Providencia, fuera declarada canónicamente Patrona Principal de Puerto Rico. El 19 de noviembre del mismo año S. Pablo VI concedió esta petición. El 5 de diciembre de 1976 fue coronada canónicamente la imagen de la Patrona llegada en 1853. Con motivo de ésta los obispos del país publicaron la carta pastoral sobre María en el plan salvador de Dios. En la misma afirman que la fe de nuestro pueblo no puede comprenderse correctamente ni atenderse debidamente sin tener en cuenta la profunda devoción mariana que siempre la ha animado. 

En su visita a Puerto Rico el 12 de octubre de 1984, san Juan Pablo II en la homilía de la misa recordó la multisecular devoción mariana de los puertorriqueños y exhortó a los fieles a construir el santuario dedicado a su Patrona. El 19 de noviembre de 1990, el Cardenal Luis Aponte Martínez bendijo la primera piedra del futuro santuario. El 19 de noviembre de 2000 se bendijo la Cruz monumental levantada en la plaza construida en los terrenos del futuro Santuario de Nuestra Señora de la Providencia. El 19 de noviembre de 2009 se recibe y expone públicamente la antigua imagen recién restaurada en Sevilla, con motivo del 40º aniversario de su patronato sobre Puerto Rico y para celebrar el cincuentenario del mismo se proclamó un año mariano del 19 de noviembre de 2019 al 2020. Durante el mismo, a pesar de la pandemia y después de superar las dificultades que trajo la misma, peregrinó, por segunda vez en los últimos años, una sencilla imagen de Ntra. Sra. de la Providencia, por las vicarías de la arquidiócesis de San Juan. Esta práctica de la peregrinación de alguna imagen de la Virgen de la Providencia, así como otras advocaciones, es común en el país. 

En 2012 con motivo del quinto centenario de la fundación de la diócesis de San Juan y la llegada de su primer obispo, se realizó una gran concentración de fieles de toda la isla en el coliseo más grande del país (lleno a capacidad), con la presencia especial de la imagen coronada canónicamente de nuestra Patrona, para ser venerada por los asistentes. La celebración fue una expresión de gran fervor del pueblo católico mariano de Puerto Rico.  

Piedad popular

El rezo del santo rosario ha sido fundamental en la piedad popular del país. Aun cuando ha decaído su rezo en familia, sigue siendo una de las devociones populares más comunes de los católicos puertorriqueños. Con el tiempo se musicalizaron las oraciones del rosario con ritmos típicos, haciendo posible la creación de los “rosarios cantaos”, que aún se oyen sobre todo en nuestros campos. 

En nuestro pueblo la fe, la devoción a María, la piedad popular y cultura se manifiestan de manera especial el mes de mayo (mes de las flores, de las madres y dedicado a la Virgen) en lo que llamamos Rosarios o Fiestas de Cruz. Sobre esta devoción nos dice P. Miguel A. Trinidad que el origen de las mismas data del 2 de mayo del 1787, cuando un gran temblor de tierra azotó el país la víspera de la fiesta de la Invención de la Santa Cruz. La costumbre fue muy popular en el siglo XIX. Hay vestigios de fiestas en honor a la Cruz en España, pero la forma de celebrarse en Puerto Rico es autóctona.    

Aunque se les llama Rosarios no estamos hablando de la meditación de los misterios de la vida de Jesucristo y la Virgen María, con el rezo de Padrenuestros, Avemarías y Gloria, sino que el mismo consta de la interpretación de 19 cánticos en honor a la Virgen María, a la Cruz, a Jesucristo y al mes de mayo ante un altar formado por nueve cajones o escalones coronado por una cruz (sin crucificado) adornada con flores y cintas. Los ritmos que predominan en estos cánticos son la marcha festiva, la guaracha y, sobre todo, el vals. Se desconoce la autoría de estos cánticos, aunque probablemente descienden de los motetes medievales. Los cantos se conocen sólo en Puerto Rico, a excepción de un estribillo del quinto cántico: Dulcísima Virgen, que se ha hallado en México.  

La tradición es celebrarlos en el interior o el patio de una casa, pero pueden darse en una plaza pública, iglesia u otro local. Originalmente las Fiestas de Cruz son un “novenario”, pues se cantaban por nueve noches consecutivas. Hoy son pocos los lugares que celebran el novenario; en muchos lugares celebran un “triduo” o al menos una noche.

Otra forma que tiene el puertorriqueño de expresar su piedad es la de pagar promesas. Una manera de hacerlo es usando “hábitos”. Esto se acostumbra hacer por pecados cometidos públicamente o en acción de gracias y testimonio de un favor concedido. El devoto por un tiempo determinado por su promesa al santo o en este caso a la Virgen o por toda la vida usa el hábito correspondiente a la advocación mariana a quien hizo su promesa. Por ej. blanco con un cordón azul a la Inmaculada o marrón a la Virgen del Carmen, etc.

Devoción mariana y cultura

Otra expresión de nuestra devoción mariana se da en las artes plásticas y literatura. La desvinculación de los centros religiosos en la  que vivían muchos en la ruralía  y por la escasez de clero y el difícil acceso a los templos hizo que los campesinos construyeran altares en sus hogares ante los cuales rezaban el Santo Rosario al anochecer, y se entonaban cánticos a María. La falta de imágenes promovió que escultores de barrio tallaran imágenes de madera de Jesús y María bajo diferentes advocaciones, así como de los santos. De esta manera se desarrolló la talla de santos de palo y el oficio de santeros, entendiendo por éstos a los talladores de estas imágenes. Esta tradición que fue cayendo un poco en el olvido ha ido recuperándose en los últimos años, apareciendo incluso jóvenes talladores de imágenes de la Virgen y los santos.

Entre de los pintores del país que han abordado el tema de la Virgen se encuentra 
José Campeche, hombre de profundas convicciones religiosas, máxima expresión de la pintura religiosa entre los ss. XVIII-XIX. De sus 500 obras de arte la mayoría refleja la espiritualidad de la sociedad sanjuanera del tiempo y expresa su devoción mariana: la Virgen de Belén, la Virgen de la Merced, la Virgen de la Divina Aurora y muchas otras. Otro pintor famoso en el s. XIX fue Francisco Oller, quien, a pesar de no ser católico práctico, sintió, como tantos puertorriqueños, devoción a la María Santísima. Entre sus obras de tema religioso se encuentran: La Virgen de las Mercedes, La Inmaculada, La Dolorosa, La Virgen del Carmen, La Visitación y La Virgen de la Providencia. Estas obras demuestran que, no siendo un católico ferviente, como Campeche, la devoción mariana está firmemente arraigada en el alma puertorriqueña. 

En la literatura, y relacionado más estrechamente a la advocación de Ntra.Sra. de la Providencia, tenemos a Alejandro Tapia y Rivera, escritor, poeta y dramaturgo, quien, a la recién llegada imagen de Nuestra Señora de la Providencia, escribió para 1862 el “Himno- Salve, a La Virgen de la Providencia”. 

Francisco Matos Paoli, poeta y escritor, en su libro: Decimario de la Virgen, presenta cinco bellas décimas a Nuestra Patrona. 

Sin embargo, la poesía más conmovedora que se ha escrito a Nuestra Patrona la escribió Fray Mariano Errasti, OFM a raíz de la quema de la imagen, previo a su coronación canónica. En la cubierta del folleto La Virgen Quemada aparece la emotiva poesía.

A modo de conclusión

Lo que es connatural al cristianismo, pues el discípulo de Jesús debe recibir a la Madre del Maestro entre sus cosas más propias (cf. Jn 19,26s.), en América Latina y particularmente en Puerto Rico se ha hecho patente por más de 500 años; acogiendo a María tanto en nuestra piedad, como en nuestros métodos de evangelización y cultura.

Espero que este brevísimo recorrido histórico, devocional y cultural ayude a nuestros lectores a entender y seguir expresando nuestra fe, devoción y fidelidad a Cristo a través de la que Él escogió para ser su Madre y Madre de sus discípulos, estrella de la nueva evangelización. ¡Ave María purísima!

El autorMons. Leonardo J. Rodríguez Jimenes

Vicario para el Santuario Nacional de Nuestra Señora Madre de la Divina Providencia, Patrona de Puerto Rico. Secretario ejecutivo de la Comisión Arquidiocesana de Liturgia y Piedad Popular y Nacional de Liturgia.

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Vaticano

Entrevista a Lucia Capuzzi. Cristo señala la Amazonia

Omnes ha entrevistado a la periodista encargada de asuntos exteriores del periódico Avvenire de la Conferencia Episcopal Italiana, Lucia Capuzzi, que tiene una larga experiencia en asuntos latinoamericanos.

Giovanni Tridente·10 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Si algo ha puesto de manifiesto la pandemia de Covid-19 es el vínculo inseparable entre la crisis humana y la crisis medioambiental. Y hay un área que para la Iglesia representa un nudo central en este sentido, y es la Amazonia, a la que el Papa Francisco dedicó un Sínodo y una Exhortación justo antes de que estallara la emergencia sanitaria mundial.

—¿Qué ha supuesto la experiencia sinodal para los territorios de la Amazonia?

Precedido por un largo proceso de escucha y recogida de las voces del territorio, el Sínodo sobre la Amazonia (octubre de 2019) ha tenido un impacto de inconmensurable profundidad para esa región. El Papa Francisco catapultó a Roma, el lugar simbólico de la cristiandad, a pueblos considerados durante demasiado tiempo en la historia como “salvajes que hay que civilizar”, supervivientes de una época remota que hay que soportar con mal disimulado fastidio o, en el mejor de los casos, parias a los que hay que ayudar. El Pontífice, en cambio, los llamó “maestros” de la ecología integral. Y les propuso una alianza como “iguales”, en una lógica de intercambio fraternal. Su mensaje, por tanto, va mucho más allá de los confines de la Amazonia. 

—¿Cómo son las cosas hoy en día en esas tierras, afectadas además por la pandemia?

Como emergencia global, Covid-19 es también una metáfora de las contradicciones contemporáneas. Si es cierto que “todos estamos en el mismo barco”, algunos se encuentran en la bodega, otros en la cubierta, otros en camarotes equipados. Los frágiles sistemas sanitarios de la Amazonia no han podido resistir el impacto del virus. Los cuidados intensivos se concentran sólo en las ciudades. 

Sin embargo, el exceso de demanda ha hecho que el sistema caiga en picado y ha fomentado el nacimiento de un mercado negro. La mayor carga ha recaído en los pueblos indígenas, los eternos marginados y los más expuestos al contagio debido a su aislamiento histórico. La pandemia en sus tierras, además, se ha extendido por la intrusión de los cazadores -legales e ilegales- de recursos amazónicos: traficantes de madera, mineros ilegales, empleados de grandes empresas mineras. 

—En los documentos del Magisterio se repite con frecuencia el vínculo entre crisis ambiental y crisis humana. 

Por un lado, la emergencia sanitaria ha acaparado la atención de la opinión pública internacional. Y de los medios de comunicación aún más distraídos. Pero, por otro lado, la pandemia nos ha demostrado que la crisis ecológica no es una cuestión abstracta para ricos filántropos, ingenuos y radicales chic. Es una amenaza real para la vida de todos. El Covid-19 proviene de una zoonosis: la destrucción de los ecosistemas pone en contacto a especies antes aisladas con los humanos, multiplicando el riesgo de propagación del virus. Por ello, la ONU ha advertido que debemos prepararnos para una era de pandemia. A menos que hagamos una ecología integral, respetuosa con toda la Creación.

—¿La Amazonia también es emblemática en esto?

Comparto una experiencia personal. Leí Laudato si’ inmediatamente después de su publicación. Enseguida me pareció hermoso y poético, pero en cierto modo abstracto: me costaba entender el vínculo inseparable entre el grito de la tierra y el grito de los pobres. Entendí Laudato si’ tres años después: fue la Amazonia la que me lo reveló. Cuando fui allí en 2018, esperaba ver el bosque, verde y majestuoso. En cambio, me encontré con un páramo desolado. Las minas de oro ilegales habían devorado los bosques, al igual que devoraban la vida de los humanos que dependían de ellos. Los trabajadores se ven obligados a trabajar en condiciones inhumanas sin ninguna protección de las mafias que controlan la extracción. Las niñas, traídas con engaños desde las zonas andinas, y vendidas a los mineros por esas mismas mafias. La crisis ecológica era la otra cara de la crisis social en curso.  

—¿Qué esperanza tiene para el futuro de la Amazonia y cómo puede contribuir la Iglesia a ello?

La Amazonia muestra al mundo el poder de la Resurrección. En la determinación de vidas tan heridas que se reducen a un potingue informe para seguir viviendo. En la obstinación de los pobres por volver a levantarse después de cada caída en abismos indescifrables, mostrando una fuerza que no es ni puede ser humana. La Amazonia, con su vitalidad desbordante, más fuerte que cualquier golpe, es un lugar teológico que nos ayuda, en este tiempo, a “ver” la Resurrección.

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Vaticano

«La alegría de sabernos amados por Dios nos hace afrontar con fe las pruebas de la vida»

El Papa Francisco comentó el evangelio del domingo reflexionando sobre el amor que nos tiene Dios y como ser conscientes de ello nos lleva a una alegría para afrontar las dificultades de la vida.

David Fernández Alonso·10 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

«En el Evangelio de este domingo» comenzaba el Papa Francisco este domingo, comentando el evangelio, durante el rezo del Regina Coeli en la Plaza de San Pedro, «Jesús, después de haberse comparado a Sí mismo con la vid y a nosotros con los sarmientos, explica cuál es el fruto que dan quienes permanecen unidos a Él: este fruto es el amor. Retoma una vez más el verbo clave: permanecer. Nos invita a permanecer en su amor para que su alegría esté en nosotros y nuestra alegría sea plena (vv. 9-11)».

Jesús nos trata como amigos

Francisco lanzó una pregunta fundamental: «¿cuál es este amor en el que Jesús nos dice que permanezcamos para tener su alegría? Es el amor que tiene origen en el Padre, porque «Dios es amor» (1 Jn 4,8). Como un río, fluye en el Hijo Jesús, y a través de Él llega a nosotros, sus criaturas. De hecho, Él dice: «Como el Padre me ama, así os amo yo a vosotros» (Jn 15, 9). El amor que Jesús nos dona es el mismo con el que el Padre lo ama a Él: amor puro, incondicionado, gratuito. Donándonoslo, Jesús nos trata como amigos, dándonos a conocer al Padre, y nos involucra en su misma misión por la vida del mundo».

Y continuaba con otro interrogante: «¿Y qué hemos de hacer para permanecer en este amor? Dice Jesús: «Si cumplís mis mandamientos, permaneceréis en mi amor» (v. 10). Jesús resumió sus mandamientos en uno solo, este: «Amaos los unos a los otros como yo os he amado» (v. 12). Amar como ama Cristo significa ponerse al servicio de los hermanos, tal como hizo Él al lavar los pies de los discípulos. Significa salir de uno mismo, desprenderse de las propias seguridades humanas, de las comodidades, para abrirse a los demás, especialmente a quienes tienen más necesidad. Significa ponerse a disposición con lo que somos y lo que tenemos. Esto quiere decir amar no de palabra, sino con obras».

Habitar en el amor de Dios

«Amar como Cristo significa decir no a otros “amores” que el mundo nos propone: amor al dinero, al éxito, al poder… Estos caminos engañosos nos alejan del amor al Señor y nos llevan a ser cada vez más egoístas, narcisistas y prepotentes. La prepotencia conduce a una degeneración del amor, a abusar de los demás, a hacer sufrir a la persona amada. Pienso en el amor enfermo que se transforma en violencia -¡y cuántas mujeres son sus víctimas hoy en día!-. Esto no es amor. Amar como ama el Señor quiere decir apreciar a la persona que está a nuestro lado y respetar su libertad, amarla como es, gratuitamente. En definitiva, Jesús nos pide que habitemos en su amor, no en nuestras ideas, no en el culto a nosotros mismos; que abandonemos la pretensión de dirigir y controlar a los demás para fiarnos y donarnos a ellos».

El amor conduce a la alegría

Y continuando con este examen de conciencia, el Santo Padre se pregunta: «¿a dónde conduce este permanecer en el amor del Señor?» Y responde con las palabras de Jesús: ««Para que mi alegría esté en vosotros y vuestra alegría sea plena» (v. 11). El Señor quiere que la alegría que Él posee, porque está en comunión total con el Padre, esté también en nosotros en cuanto unidos a Él».

«La alegría de sabernos amados por Dios a pesar de nuestras infidelidades», concluía Francisco, «nos hace afrontar con fe las pruebas de la vida, nos hace atravesar las crisis para salir de ellas siendo mejores. Ser verdaderos testigos consiste en vivir esta alegría, porque la alegría es el signo característico del cristiano».

Evangelización

«El panorama que se abre es el del anuncio claro y explícito de Jesucristo»

La realidad de una sociedad secularizada ha dado lugar a un conjunto de materiales catequéticos para profundizar en la vocación bautismal y para recibir la primera Eucaristía coordinados por los sacerdotes José Antonio Abad y Pedro de la Herrán.

Maria José Atienza·10 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Hace pocos días, el Papa Francisco anunciaba la creación del ministerio del Catequista que será instituido con la publicación de la Carta Apostólica en forma de “Motu proprio” Antiquum ministerium.

La necesidad de evangelización en nuestra sociedad es hoy en día, tan acuciante como en los primeros siglos. Constatar esta realidad llevó al sacerdote José Antonio Abad, junto a Pedro de la Herrán y un grupo de autores, a realizar una serie de materiales catecumenales concebidos como material complementario al catecismo oficial de la Conferencia Episcopal Española “Jesús es el Señor”. De hecho, estos materiales han contado con la supervisión de Mons. José Rico Pavés, obispo auxiliar de Getafe y responsable en la CEE del área de Catecumenado.

En esta entrevista concedida a Omnes, José Antonio Abad recorre la importancia y labor de los responsables de catequesis diocesanos y la tarea de primer anuncio ineludible en una sociedad alejada del humus cristiano.

¿Cuánto tiempo estuvo al frente de la delegación diocesana del Catecumenado en la diócesis de Burgos?

En 2007 comenzó en la diócesis el catecumenado en sus dos modalidades: adultos propiamente tales –mayores de edad- y niños en edad catequética, y se creó un Secretariado del que me nombraron director y que he dirigido hasta hace unos meses.

¿Cómo describiría la tarea del responsable de catequesis diocesano?,¿cree que se conoce esta figura?

Creo que el gran público, es decir, el Pueblo de Dios de las diócesis, todavía desconoce esta nueva figura pastoral. Entre el clero, sí es conocida y valoran la recuperación de esta pastoral.

En cuanto a las tareas del responsable de la diócesis son, sobre todo, apoyar la labor de los párrocos en cuanto a la promoción y formación de los catecúmenos y, en caso necesario, suplir lo que ellos no pueden hacer a nivel parroquial.

Los sacerdotes saben que la tarea de “hacer nuevos cristianos” está indisolublemente unido a su comunidad parroquial. Porque una familia en la que sólo hay defunciones y no vienen nuevos hijos se extingue de modo lento pero inexorable. Actualmente, es evidente que son muchos más los que “se ausentan” que las incorporaciones.

En España, por ejemplo, hemos pasado de una sociedad “cristiana” a una sociedad en la que casi la mitad de los niños no son bautizados en edades tempranas ¿Es una realidad general?

A nadie se le escapa que ya no estamos en una sociedad de cristiandad. El panorama que se nos ha abierto es el del anuncio claro y explícito de Jesucristo y el de hacer discípulos suyos a tantos adultos y niños en edad catequética que no están bautizados.      

En este sentido, no parece que sea arriesgado pensar que esta tendencia irá creciendo. Basta pensar en la práctica religiosa de las nuevas generaciones, de cincuenta años hacia abajo, en la situación de los matrimonios y en el deterioro ético y antropológico de sectores cada vez más amplios …

Pero este panorama no es algo terrible y desolador sino una oportunidad que nos da la Divina Providencia para realizar una nueva evangelización en profundidad. Cuando el papa Francisco insiste en que “no estamos en época de cambios sino en cambio de época”, nos indica que ha llegado la hora de pasar de una pastoral de conservación a otra radicalmente misionera. De una Iglesia “de obispos, curas y religiosos” a otra de pueblo de Dios, en la que todos los bautizados sean testigos de Jesucristo a través de su vida ordinaria. Es la hora de los “santos de la puerta de al lado”.

Ecología integral

Mons. José Mazuelos: «La cosificación de la vida sólo conlleva sufrimiento»

Omnes entrevista a Mons. José Mazuelos, Obispo de Canarias y presidente de la Subcomisión Episcopal Familia y Defensa de la Vida, sobre temas como el cuidado de los más vulnerables, la ley de eutanasia o el Testamento vital propuesto por la CEE. 

Rafael Miner·9 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

La  Pascua del enfermo se celebra este año bajo el elocuente lema «Cuidémonos mutuamente». Una llamada a redoblar los esfuerzos desde la sociedad, y especialmente, desde los católicos a fomentar una verdadera sociedad del cuidado de los más vulnerables.

Mons. José Mazuelos, Obispo de Canarias y presidente de la Subcomisión Episcopal Familia y Defensa de la Vida ha concedido una entrevista a Omnes en la que trata aspectos como esta necesidad de una pastoral del cuidado y los peligros de leyes como la recientemente aprobada ley de la Eutanasia en España.

¿Cómo se podría inculcar de manera más eficaz en la sociedad española que la vida es un don? Algo no hacemos o no explicamos bien los católicos

Es este uno de los grandes retos que tenemos, como humanos y como católicos, mostrar la verdad de la vida como misterio y educar en la verdad de la dimensión social del ser humano. Hay que intentar mostrar a los niños y jóvenes que la cosificación de la vida sólo conlleva sufrimiento. Hay que educar en la libertad responsable.

Ustedes han urgido a una promoción de los cuidados paliativos en España, y a un acompañamiento integral. Todos queremos sufrir menos cuando se produce una enfermedad avanzada… ¿Cómo podemos ir avanzando en esta línea? ¿Quizá con alguna especialidad en medicina paliativa en las facultades?

La sociedad española no está preparada para afrontar una ley de eutanasia cimentada en la libertad de la persona por la sencilla razón de que no hay servicios de cuidados paliativos para ofrecer a todos los enfermos.

Hoy seguimos careciendo de dichos cuidados y los enfermos, con enfermedades terminales, siguen sufriendo dolores insoportables y sufrimientos que con unos buenos cuidados paliativos se solucionarían.

Muchas familias con enfermos terminales no tienen ninguna ayuda, algo que en muchos enfermos provoca una culpabilidad que les lleva a pedir la eutanasia.

Mons. José Mazuelos

Esa carencia de cuidados paliativos puede originar la petición de la eutanasia y la aplicación injusta de la misma, ya que está demostrado médicamente que el 99% de los enfermos que piden la eutanasia cuando se les administran cuidados paliativos dejan de pedir la eutanasia. Igualmente, la sociedad no está preparada, pues las familias con enfermos terminales no tienen ninguna ayuda, ni económica ni asistencial, algo que en muchos enfermos provoca una culpabilidad que les lleva a pedir la eutanasia.

Por tanto, la solución está en ofrecer una terapia de cuidados paliativos que ayude a los enfermos en su dimensión física, familiar, psicológica y espiritual.

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A este respecto es bueno escuchar la experiencia de los médicos de cuidados paliativos y para ello nada mejor que escuchar al doctor Sanz Ortiz, que, tras describir los sufrimientos físicos y espirituales de los enfermos terminales, afirma que: “no cabe la menor duda que cualquier ser humano que no pueda tener el alivio adecuado de todos sus síntomas en la situación descrita pedirá, casi con seguridad, que terminen con su vida. Pero no porque desee la muerte, sino como la única forma de controlar su sintomatología. Las súplicas de los enfermos para que terminen con su vida son casi siempre peticiones angustiadas de asistencia y afecto. Indican necesidad de ayuda. Si cambiamos el miedo por seguridad, el abandono por compañía, el dolor por su alivio, la mentira por la esperanza y el encarnizamiento terapéutico por el control de síntomas. Si le ayudamos a resolver sus problemas con Dios, consigo mismo y con los demás, es muy probable que la petición de eutanasia quede olvidada por el enfermo casi en el 100% de los casos”. Finaliza afirmando que no se ha dado ningún caso de petición de eutanasia en los, aproximadamente mil enfermos, que han fallecido en su servicio de cuidados paliativos.

La ley de eutanasia recoge el derecho a la objeción de conciencia en su art. 16. ¿Cómo ve el Registro de profesionales sanitarios objetores de conciencia que contempla la ley? Médicos y otros expertos lo consideran un elemento disuasorio.

La imposición del derecho de autodeterminación que trae la ley de eutanasia, cimentada en una relación médico-enfermo, entendida como una oposición de intereses, así como la imposición de una medicina del deseo, no puede olvidar la autonomía y los derechos de los médicos.

No se puede coaccionar la libertad del personal sanitario y el derecho que tienen de no hacer al paciente lo que consideren indeseable o lesivo, por justos motivos. Es decir, no se puede anular, en nombre de la libertad del paciente, la libertad del médico y de todos los responsables del acto médico. Es por ello que se hace imprescindible la objeción de conciencia y ciencia. Esto es, el derecho del médico, frente a una exacerbada pretensión de autonomía, de no administrar un tratamiento que desde su ciencia y experiencia considera perjudicial o desproporcionado.

No se puede anular, en nombre de la libertad del paciente, la libertad del médico y de todos los responsables del acto médico.

Mons. José Mazuelos

¿Por qué es importante realizar un testamento vital o unas declaraciones anticipadas sobre los cuidados médicos que se vayan a recibir? ¿A qué le llaman exactamente testamento vital?

El Testamento Vital, podemos decir que surge para defender al enfermo del encarnizamiento terapéutico u obstinación terapéutica. En la mayoría de los casos se ve el Testamento Vital como el ejercicio de la autonomía del hombre para los momentos en los que no puede ejercerla. Sin embargo, se ha querido usar para reivindicar la autonomía del paciente de forma absoluta para introducir la eutanasia por la puerta falsa.

El testamento Vital es un procedimiento que ayuda a la familia y a los médicos a la toma de decisiones a favor de la vida y el bienestar del paciente.

Mons. José Mazuelos

Hoy, teniendo presente que la nueva normativa recoge que no podrá aplicarse la eutanasia en caso de que la persona haya suscrito con anterioridad un documento con instrucciones, testamento vital, voluntades anticipadas o documentos equivalentes reconocidos legalmente, se hace necesario, como bien recoge la Conferencia Episcopal, registrar las voluntades anticipadas en la que se especifique que se evite la obstinación terapéutica y la eutanasia cuando se pierda la capacidad racional, impidiendo así que se le adelante la muerte por parte del médico, de la familia o del estado. Podríamos considerarlo como un procedimiento que ayude a la familia y  a los médicos a la toma de decisiones a favor de la vida y el bienestar del paciente que no puede manifestar su Consentimiento Informado.

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Ecología integral

“La ley de eutanasia casi hace parecer infractor al médico objetor”

El oncólogo Manuel González Barón, el médico paliativista Ángel José Sastre y la profesora María José Valero, han criticado la nueva ley de regulación de la eutanasia en la Universidad Villanueva. Valero señaló que la ley casi hace parecer “un infractor” al objetor, como si fuera “un héroe perseguido” al que hay que “registrar”.

Rafael Miner·8 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Hay una forma de abordar la objeción de conciencia en las leyes, que es invitar a “considerar al médico objetor como una categoría sospechosa de persona no avanzada, no progresista o que no sigue el ideario de moda”. Y este modo de regulación es el que ha elegido el legislador en la nueva ley de eutanasia, señaló la profesora de Derecho Romano y Derecho Eclesiástico del Estado, María José Valero, en una mesa redonda organizada por el departamento de Core Curriculum de la Universidad Villanueva.

Aplicado a la nueva ley española, la solución ha sido, explicó María José Valero, incorporar cláusulas en la propia ley. De este modo, “el reproche que el objetor supone a la ideología de la ley suele lastrar las cláusulas, hasta el punto de que casi parece que el objetor de conciencia es el infractor”. 

A juicio de la profesora, el texto convierte prácticamente a los objetores en “héroes perseguidos”, por lo que hay que “registrarlos”. En su opinión, los registros “son siempre peligrosos, no por el registro en sí, sino por el uso que se hace de ellos”, por lo que advirtió la “no remota posibilidad de que esos registros se conviertan en criterios de empleo”.

La ponencia de María José Valero tuvo lugar tras sendas intervenciones médicas sobre la nueva ley, que proporcionaron una mirada clínica y ética. El marco fue la mesa redonda sobre ‘Y después de la ley española de eutanasia, ¿qué?’, organizada por la Universidad Villanueva y moderada por el profesor Santiago Leyra, que ofreció varias perspectivas sobre la ley de eutanasia que entra en vigor el 25 de junio, y cuyo debate real comienza ahora, tal como señala en portada el número de mayo de la revista Omnes.

“Contra el sufrimiento, amor”

El conocido oncólogo y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, Manuel González Barón, señaló que “lo que más nos preocupa a los médicos no es dolor físico, que se puede combatir con analgésicos, opioides mayores, etc., sino el sufrimiento, y su hermana menor, la desesperanza”.

“Al enfermo hay que tratar de ayudarle a buscar cuáles son sus propios recursos, investigar en su personalidad para ayudarle a afrontar el sufrimiento”, ha explicado. A su juicio, el dolor es hoy en día combatible médicamente, y es el sufrimiento el que debe tratar de ser abordado de otra forma, resumida en una máxima: “Contra el dolor físico, opioides. Contra el sufrimiento, amor”. 

Hablar con los enfermos

Para el paciente oncológico, “la pérdida de esperanza es una fuente de sufrimiento enorme”. “El paciente deposita la esperanza en lo que dice el médico, y los médicos queremos decirle al enfermo que se puede curar. El bajón llega cuando pasa el tiempo y no llega el alivio de los síntomas”.

González Barón considera, tras décadas de experiencia profesional, que “cuando un enfermo tiene dolor y no se le quita, debe cambiar de médico, porque eso quiere decir que los que le tratan no saben hacerlo. No todos los oncólogos saben manejar bien el sufrimiento”.

A su juicio, hay que hablar de sedación paliativa en términos muy precisos: “Tiene un marco ético y no es un derecho del enfermo ni de la familia: es una indicación tan precisa e importante como una cirugía a corazón abierto. Ha de tener unas condiciones: que exista un síntoma refractario, un consentimiento informado y una conversación con el enfermo; que los fármacos tengan una vida corta en sangre y que existan antídotos, porque la sedación paliativa debe tener siempre la posibilidad de reversión, y hay que monitorizar el proceso”.

El oncólogo, que ha sido jefe de Oncología del Hospital La Paz, insistió asimismo en la importancia de “hablar, de la psicoterapia. Hay muchos médicos que no hablan con los enfermos, de sus problemas. De ahí pueden salir recursos para afrontar el sufrimiento, para ayudar”. Si la enfermedad es grave, y aún irreversible, el enfermo tiene que poder “despedirse de sus seres queridos, perdonarse y perdonar, dar gracias, hacer balance, llegar al final con serenidad, con paz, y si el paciente es creyente, con Dios”.

Finalmente, González Barón criticó con dureza la ley de regulación de la eutanasia desde su preparación y tramitación en numerosos aspectos, como “las instituciones que se ha saltado a la torera”, su incompatibilidad con el art. 15 de la Constitución española y Declaraciones de derechos humanos, y con el Código Deontológico de la profesión médica, o la ausencia de una ley de Cuidados Paliativos, como han señalado otros expertos en omnesmag.com

“Cambie de médico….”

En una línea similar, el médico de familia y paliativista Ángel José Sastre, con una amplia experiencia profesional acompañando a enfermos terminales, subrayó que “la Ley de la Eutanasia aporta al enfermo la sensación de ser una carga”, y se preguntó: ¿Vamos a hacia una sociedad progresista o regresista? Las sociedades avanzan cuando cuidan de sus débiles”, manifestó.

Sastre insistió, por ejemplo, en el problema que supone la irreversibilidad para una decisión de matar a un paciente. El doctor evocó varios casos de su experiencia persona con enfermos que, tras estar al borde de rendirse, le agradecieron luego no hacerles caso en su petición.  “Cuando alguien te pide que termines con su vida, te dan ganas de decirle que cambie de médico”, aseguró el médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, coincidiendo así con el doctor González Barón.

El doctor Sastre había manifestado al principio de su intervención que “no podemos derogar la ley, pero podemos tratar a la gente suficientemente bien como para no pidan la eutanasia”, y persuadió a los médicos para “estar preparados para sufrir con el paciente”. Como González Barón, Ángel José Sastre reiteró que la ruptura de la relación de confianza médico-paciente es muy grave con esta ley.

Vaticano

Sentirse cómodo en la complejidad de la comunicación

Con motivo de la 55ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, el autor, redactor de Omnes y profesor de periodismo de opinión en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, reflexiona sobre los retos que la sociedad de la desintermediación nos plantea, en cuanto comunicadores y como ciudadanos.

Giovanni Tridente·8 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El 16 de mayo se celebra la 55ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, la única establecida desde el Concilio Vaticano II. En el Mensaje escrito para la ocasión, el Papa Francisco se inspira en la invitación de Jesús a los discípulos «Venid y veréis» (Jn 1,46), e insiste en que para comunicar es necesario encontrar a las personas donde están y como están.

En poco más de medio siglo de comunicación social, el panorama informativo ha cambiado totalmente, y con él la profesión periodística, que hoy se ve aplastada por la desintermediación y la infodemia, términos que, si no se toman en su justa dimensión, pueden distraer la atención del verdadero problema. Y eso es: la responsabilidad de cada profesional de hacer bien su trabajo.

En primer lugar, debemos preguntarnos siempre por el impacto ético de la profesión periodística, en particular por el carácter de «servicio al lector» que la caracteriza, a pesar -y quizás aún más- de la era de la comunicación global y desintermediada.

La infodemia nos pertenece

En cuanto al término «infodemia«, -que está muy en boga en los últimos meses, más aun a causa de la pandemia que estamos viviendo-, si miramos atrás en el tiempo y estudiamos los distintos procesos de cultura mediática que se han producido, nos damos cuenta que el término ya había sido acuñado en 2003 por el periodista David J. Rothkopf en un artículo del Washington Post. Eran los primeros meses de la propagación del SARS (la hermana menor de «nuestro» Covid-19) y el autor describió el término como «un fenómeno complejo causado por la interacción de los medios de comunicación tradicionales, los medios especializados, las páginas de Internet y los llamados medios informales», estos últimos identificados como teléfonos inalámbricos, mensajes de texto, buscapersonas, faxes y correos electrónicos.

Como vemos, no hay nada nuevo, salvo el hecho de que los protagonistas de este fenómeno son siempre las personas, tanto como «alimentadores del caos», tanto como consumidores algo voraces y a menudo distraídos. Ciertamente, lo social ha incrementado, y el Covid-19 nos ha vuelto a sumergir trágicamente en algo que quizás deberíamos haber mirado con más cuidado. Esto confirma que la clave para «arreglar» lo que está mal no está en los procesos -que se dan por descontado- sino en las personas. Desde ahí tenemos que recomenzar, o sencillamente empezar.

Un trabajo personal

Ante una sociedad hiperconectada, sería una verdadera lástima -un verdadero empobrecimiento- no aprovechar la cantidad de posibilidades que nos ofrece este mundo, empezando por las herramientas para saber distinguir lo que es bueno para nuestra existencia de lo que la limita. Como se puede comprobar, es un trabajo que pertenece a cada individuo y no puede ser delegado a algún «otro organismo», como si estuviera escondido en algún lugar del éter, que entonces, en el mejor de los casos, es sólo un contenedor vacío o el lugar de aterrizaje de las expectativas equivocadas.

Los riesgos forman parte de la vida, pero hay que afrontarlos, hay que gestionarlos, hay que gobernarlos, hay que acompañarlos. Ningún individuo puede sustraerse a esta necesidad -y tarea- de elegir en primera persona lo que es bueno para él (y para los demás). Y esto se llama libertad.

Los periodistas son personas como las demás, inmersas en la complejidad del mundo actual como cada uno de nosotros. No es útil ni productivo tirar piedras a una categoría en lugar de a otra. Pero es innegable que hay que hacer un examen de conciencia general, teniendo en cuenta la complejidad de las situaciones y el panorama global que estamos viviendo.

Respuestas complejas a problemas complejos

Los problemas complejos requieren respuestas complejas, así que ha llegado el momento, como los buenos «mecánicos», de ir primero a identificar los fallos que hacen impracticable el «motor» de la sociedad, y reparar pieza a pieza los componentes rotos. Es una tarea que corresponde a cada uno, desde el operador de la información y la comunicación hasta el ciudadano de a pie, desde los organismos educativos hasta la política, desde la Iglesia hasta todos los demás organismos que operan en la sociedad. Es una tarea compleja, una tarea global, una tarea inaplazable. Pero también es el mejor reto al que podemos enfrentarnos, para dar sentido a nuestra vida.

No conformarse

Así que un consejo para los jóvenes: ¡nunca os conforméis! No te conformes con el estudio, con el deseo de comprender la realidad, con las posibilidades de ofrecer a los que reciben los frutos de nuestro trabajo. No existe un modelo único de comunicación, al igual que no hay individuos uniformes.

Cada uno de nosotros es único y la comunicación «al mundo» debe partir de la conciencia de que no hay un solo aspecto a tener en cuenta, sino una complejidad de elementos.

Un buen comunicador es el que se siente a gusto en esta complejidad, en lugar de incómodo, y trata por todos los medios de interceptar las causas individuales que llevan a perfilar el diseño global de la vida de las personas. Mis mejores deseos.

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Familia

El amor siempre vence

Bleak House, la novela de Dickens, es una buena muestra de cómo en la convivencia matrimonial hay que “aprender a perder”: ceder, perdonar, darse a fondo perdido aunque no sea lo que "se venda" en el mercado. 

José Miguel Granados·7 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

En la convivencia matrimonial hay que “aprender a perder”: ceder, perdonar, darse a fondo perdido, sin buscar beneficio o recompensa material, sin contar las horas de trabajo o los servicios prestados, sacrificarse gustosamente por los demás… La novela de Charles Dickens Bleak House muestra que quien pierde en apariencia, gana. También la cruz gloriosa de Cristo, que ser considerada un fracaso, en realidad, supone el triunfo completo del amor.

Bleak House (“Casa lúgubre”) es el título sombrío de una de las más grandes novelas de Charles Dickens. Contiene varias historias que se entrecruzan, con una apasionante trama de suspense y una amplia galería de personajes de muy diversa extracción social.

Historias de superación

Como es habitual, el autor critica severamente la hipocresía y la corrupción personal e institucional, en especial del sistema judicial, que en el brillante arranque del relato es comparado a la niebla londinense (“Fog everywhere…”). Además, describe con sutileza psicológica cada carácter moral.

Junto a la profusa colección de sujetos que se comportan vilmente, trazados con crudeza, en ocasiones hasta la exageración o la caricatura histriónica, destacan algunos hombres y mujeres capaces de sobreponerse con coraje admirable a circunstancias muy adversas. Su perseverancia en el bien en medio de las dificultades encuentra siempre recompensa, si no en la historia, al menos en el juicio en el narrador.

Bleak House

Autor: Charles Dickens
Año de publicación: 1853
Páginas (aprox): 445

Así, Caddy Jellyby consigue superar el lastre de un hogar caótico, en el que la madre se ocupa de modo obsesivo y ridículo de las misiones de África mientras desatiende por completo su desastrosa familia. Contrae matrimonio con Prince Turveydrop, amable y laborioso profesor de danza, que tolera con paciencia la carga de un padre manipulador, redicho y caradura, que se gasta los ingresos de su buen hijo en caprichos excéntricos.

Otra dulce mujer, la bella y joven Ada Claire, acompaña fielmente a su marido, Richard Carston, en su caída y degradación, al poner éste su confianza en la obtención de una herencia enmarañada en un proceso judicial tortuoso e interminable, mientras abandona el trabajo profesional y pierde lamentablemente la salud. Su tío, el encantador John Jarndyce, disculpa siempre los agravios que recibe con la negativa a escuchar sus prudentes consejos, y acoge con benevolencia al que labra su propia ruina y la de su desafortunada esposa. Mister Jarndyce es también tutor de la joven huérfana Esther Summerson, que arriesga heroicamente su salud en el cuidado de los pobres operarios de las fábricas de ladrillos y sus familias, aquejados por epidemias letales.

Por otro lado, está el sencillo y noblote coronel George Roncewell, que no duda a la hora de poner en peligro su modesta academia de tiro por mantener la lealtad y por acoger a Jo, un miserable niño de la calle perseguido sin motivo por la autoridad. O, en fin, el barón Sir Leicester Deadlock, capaz de bajarse del pedestal de su arrogancia nobiliaria para socorrer con misericordia y ternura a su mujer en una situación trágica y deshonrosa.

Todos estos “perdedores” desde la perspectiva pragmática o utilitaria, al final ganan: encuentran el premio de su comportamiento honesto y bondadoso.

Quien ama siempre gana

También en la convivencia matrimonial hay que “aprender a perder”, a asumir las derrotas menores por una victoria mayor: ceder, disculpar, comprender, perdonar, darse a fondo perdido, sin buscar beneficio o recompensa material, sin contar las horas de trabajo o los servicios prestados, vivir el gozo de la gratuidad, sacrificarse gustosamente por los demás… El que parece débil o necio en la carrera del éxito o del dominio y el poder mundano resulta en realidad sabio y consistente en su donación discreta y altruista. Pues ya repitió el maestro que los últimos serán los primeros (cfr. Mt 19, 30).

En realidad, quien ama siempre gana: el que sabe resistir con paciencia animosa en el camino de la justicia y del amor, en medio de la tribulación; el que responde al mal con el bien (cfr. Rm 12, 21); el que no se deja llevar por el desaliento o la tristeza, el odio o el rencor, sin llevar cuentas de los agravios, sino que mantiene con fortaleza la paz y la alegría interior, con la sonrisa en el rostro, aunque sufra; quien sabe ser agradecido, cariñoso, positivo, manso y humilde de corazón… En definitiva, como enseña Jesucristo, aquel que pierde por amor su vida será quien al final la encontrará (cfr. Mt 10, 39).

La mayor paradoja de la historia

La cruz gloriosa de Cristo constituye la mayor paradoja de la historia. Aparentemente puede ser considerada un fracaso, una maldición. En realidad, supone el triunfo completo del amor, la más grande bendición. Es el destino del grano de trigo que muere para resucitar y dar vida (cfr. Jn 12, 24). También los esposos y padres han de morir, gastarse, dar la vida por el prójimo, sembrar la semilla de su comunión fecunda a manos llenas; para dejar a los hijos y a las generaciones venideras una estela de luz y de esperanza.

Madre Teresa de Calcuta recordaba la sabiduría escondida en el refrán hindú que proponía como norma de vida: “Lo que no se da se pierde”. Pues solo lo que se entrega florece. Solamente quien participa en el anonadamiento de Jesucristo, el divino Redentor, producirá frutos de santidad para este mundo y recibirá el don de la resurrección eterna.

Vaticano

«La catolicidad de la Iglesia, pide ser acogida y vivida en cada época»

Así lo recoge el santo Padre en su Mensaje para la 107 Jornada del Migrante y el Refugiado en el que ha subrayado que "en el encuentro con la diversidad de los extranjeros, de los migrantes, se nos da la oportunidad de crecer como Iglesia".

Maria José Atienza·6 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Santa Sede ha hecho público el Mensaje con ocasión de la 107 Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado. Un mensaje en el que el papa Francisco ha fijado la mirada en el futuro común de la humanidad, recordando que «todos estamos en la misma barca y estamos llamados a comprometernos para que no haya más muros que nos separen, que no haya más otros, sino sólo un nosotros, grande como toda la humanidad. Por eso, aprovecho la ocasión de esta Jornada para hacer un doble llamamiento a caminar juntos hacia un nosotros cada vez más grande, dirigiéndome ante todo a los fieles católicos y luego a todos los hombres y mujeres del mundo».

El Santo Padre ha querido poner el acento en la identidad católica, universal de la Iglesia que ha de llevar a los católicos a «salir a las calles de las periferias existenciales para curar a quien está herido y buscar a quien está perdido, sin prejuicios», en este sentido, el Papa hecho una llamada a «recomponer la familia humana, para construir juntos nuestro futuro de justicia y de paz, asegurando que nadie quede excluido».

El Mensaje ha sido además presentado, en conferencia de prensa por el cardenal Michael Czerny, S.I., subsecretario de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integra, el Rev. Padre Fabio Baggio,  Subsecretario de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, la Rev. Sor Alessandra Smerilli, F.M.A. subsecretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, y de manera virtual, han intervenido, S.E. Mons. Paul McAleenan, obispo Auxiliar de Westminster y la Sra. Sarah Teather, Directora del Jesuit Refugee Service UK.

En su intervención, el cardenal Czerny ha señalado la idea que refleja el mensaje del Papa cuando se refiere a que «‘todos estamos en la misma barca’ con respecto a la emergencia del covid-19. Todos sufrimos de manera diferente. ¿Qué ocurre cuando todos los supervivientes de un bote salvavidas deben contribuir a remar hasta la orilla? ¿Qué pasa si algunos se llevan más de su parte de las raciones, dejando a otros demasiado débiles para remar? El riesgo es que todos perezcan, tanto los bien alimentados como los hambrientos».

Por su parte, Fabio Baggio, ha querido desarrollar en cuatro puntos la dimensión del nosotros, «que debe aspirar a ser tan grande como la humanidad, en plena correspondencia con el plan creador y salvífico de Dios. El segundo punto es una aplicación del nosotros a la Iglesia, llamada a ser un hogar y una familia para cada bautizado. El tercer punto es una referencia a la «Iglesia en salida», tan querida por el Santo Padre, llamada a salir al encuentro «para curar a quien está herido y buscar a quien está perdido, […], dispuesta a ensanchar el espacio de su tienda para acoger a todos»

Recuperar la esencia del diálogo en la Universidad

El curso de verano "El hecho religioso en la España actual" aborda de manera científica y sistemática, lejos de la pelea dialéctica marcada por las ideologías, el hecho religioso en la sociedad española actual.

6 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El curso de verano «El hecho religioso en la España actual», Civil society, religiosity and education in Spain today aborda, de manera interdisciplinar, el papel histórico y la consideración jurídico-política, sociológica y cultural del hecho y de la experiencia religiosa en España.

Durante el curso académico 2020-2021 profesores de la Universidad Complutense de Madrid y algunos otros colaboradores del departamento de Investigación de la Fundación Europea Sociedad y Educación, han abordado, de manera interdisciplinar, el papel histórico y la consideración jurídico-política, sociológica y cultural del hecho y de la experiencia religiosa en España. Es un estudio en el que he tenido la posibilidad de participar  a lo largo de este tiempo y que creo sinceramente que puede tener una interesante relevancia.

Se pretende abordar de manera científica y sistemática, lejos de la pelea dialéctica marcada por las ideologías, el hecho religioso en la sociedad española actual. Un estudio riguroso que se ha llevado a cabo a lo largo de más de un año y que puede ayudar a dar luz sobre un tema de constante actualidad.

El curso de verano, que se organiza en el Escorial por la Universidad Complutense, representa un hito importante en el desarrollo de este estudio. Como señalan los organizadores ‘este encuentro presenta y delibera sobre los resultados de estas líneas de investigación en el contexto de las políticas de inclusión de la Agenda 2030 y de la relevancia de la educación en la influencia recíproca entre la religiosidad de los individuos y la sociedad, así como en los efectos de esa influencia en la creación de capacidades culturales, cívicas y relacionales’.

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Y es que es verdad que hemos de tomar un poco de distancia para poder dialogar correctamente sobre estos temas que, puestos en la arena política, son difíciles y crean tensión, y tratados en el ámbito universitario generan espacios para el diálogo y el sano contraste de pensamientos. Y es que, sin duda, este debe ser el verdadero espíritu universitario.

La Universidad como institución y el espíritu universitario que se debe formar en los que hemos pasado por sus aulas debería traer a nuestra sociedad valores como la sincera búsqueda de la verdad, el respeto a las ideas de los demás porque es una muestra de respeto a cada persona y su libertad, el trabajo compartido y la búsqueda del bien común, y una auténtica vocación de servicio a la sociedad.

La regeneración de la sociedad pasa por una vuelta de la Universidad a sus raíces como cuna del saber

Javier Segura

Pero reconozcamos que en gran medida la Universidad ha diluido esta identidad y se ha convertido en una ‘máquina de expender títulos’ que luego posibilite un acceso al mercado laboral. Esta mercantilización del espíritu universitario es, a mi juicio, una de las causas de su menguante prestigio e influencia en la sociedad, que debería ser ante todo moral e intelectual y no se puede medir simplemente en parámetros de eficacia.

También una regeneración de la sociedad pasa por una vuelta de la Universidad a sus raíces como cuna del saber, como ‘alma mater’ que se definía en tiempos, madre que alimenta con su saber a todos los que participamos de su vida. Este tipo de cursos recupera ese espíritu universitario y nos pone a todos en una actitud de respetuosa escucha y constructivo diálogo para acercarnos, en esta ocasión, al hecho religioso y su valor personal y social.

En ese sentido es paradigmático y significativo que una institución, la Universidad, que nació de la propia Iglesia y es una de las proyecciones más ricas de la relevancia histórica y cultural de la fe, sea el ámbito que acoge esta reflexión sobre el mismo hecho religioso y su relevancia en la España actual.

El autorJavier Segura

Delegado de enseñanzas en la Diócesis de Getafe desde el curso 2010-2011, ha ejercido con anterioridad este servicio en el Arzobispado de Pamplona y Tudela, durante siete años (2003-2009). En la actualidad compagina esta labor con su dedicación a la pastoral juvenil dirigiendo la Asociación Pública de Fieles 'Milicia de Santa María' y la asociación educativa 'VEN Y VERÁS. EDUCACIÓN', de la que es Presidente.

Iniciativas

Jacques Philippe será el ponente del próximo Foro Omnes

El sacerdote y conocido autor de obras de espiritualidad, Jacques Philippe es el invitado del próximo Foro organizado por Omnes y que tendrá lugar el próximo miércoles.

Maria José Atienza·6 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La presencia o ausencia de Dios, la oración, o cuestiones que se han planteado en la vida de toda persona durante la pandemia como el sentido del sufrimiento serán algunos de los puntos alrededor de los que gire este encuentro con uno de los autores de espiritualidad más importantes de nuestra sociedad actual.

El foro, que será retransmitido por Youtube a través del canal de Omnes en directo, tendrá lugar el próximo miércoles 12 de mayo, a partir de las 19:30 h.

https://www.youtube.com/watch?v=TADk7OM8cYo

Jacques Philippe

Jacques Philippe, natural de Metz, es autor de numerosos libros de vida espiritual entre los que se cuentan títulos como “La Libertad interior”, “ Tiempo para Dios” o “La paternidad espiritual del sacerdote”.

Miembro de la comunidad de las Bienaventuranzas, tras vivir en Tierra Santa unos años, estudiando hebreo y las raíces judías del cristianismo, se trasladó a Roma donde fue responsable de la nueva fundación de la Comunidad en Roma y estudió Teología y Derecho Canónico.

Sacerdote desde 1985, en la actualidad su tarea se centra en la formación espiritual, tanto en su comunidad, como a través de sus obras, distribuidas por el mundo entero.

Zoom

La Virgen que espera a Jesús

La imagen sedente de la Virgen se encuentra en la entrada de la gruta de Nuestra Señora de Mantara (Líbano), el lugar donde, según la tradición, María esperó a Jesús en su predicación por Tiro y Sidón. 

Omnes·6 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Familia

La amistad conyugal

La amistad conyugal constituye una vocación específica, un don y una tarea a construir. Requiere esfuerzo, aprendizaje y paciencia, a los que se suma la gracia del Espíritu Santo. En la literatura, esa historia y drama de amor está reflejada en la gran novela “Jane Eyre”.

José Miguel Granados·6 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Jane Eyre es la protagonista del mejor relato de la gran novelista victoriana Charlotte Brontë. Narra la historia de una joven huérfana que, tras padecer una dura infancia de maltrato por parte de sus familiares lejanos, que la acaban dejando en un internado miserable, llega a trabajar como interna, profesora de una niña en una casa nobiliaria.

Ya desde pequeña había manifestado su sensibilidad e inteligencia. En una ocasión responde con carácter a su cruel tutora: “Usted piensa que yo puedo vivir sin un poco de amor; pero yo no puedo vivir así”. Luego encontrará el amor de un hombre bueno, aunque de temperamento y circunstancias difíciles; tendrá que sufrir diversas tribulaciones en el camino y superar arduos obstáculos. A la propuesta atractiva y tentadora de una relación inmoral e indigna, contestará conforme a su conciencia cristiana delicada y firme: “Debo renunciar al amor y al ídolo”. A la invitación a contraer un matrimonio de conveniencia, basado en una religiosidad rígida, sin afecto ni ternura, responderá: “Él no es mi marido y nunca lo será. No me ama; yo no lo amo; él es severo, frío como un iceberg; yo no soy feliz a su lado”.

Íntima comunión

El matrimonio constituye “la íntima comunión de vida y amor conyugal”, como enseña con precisión el Concilio Vaticano II. En realidad, solamente el amor verdadero, basado en la alianza esponsalicia entre un hombre y una mujer, en la donación recíproca y fiel, en la totalidad de la entrega, en compartir el proyecto de formar un hogar acogedor y fecundo, hace justicia a la grandeza de la persona, a su valor único, y también a la belleza de la atracción y de la promesa del “eros”.

Si falta esta voluntad de compromiso matrimonial pleno -quizá por una hipertrofia dañina de las dimensiones utilitarias, económicas, hedonistas, emotivas, o por grave inmadurez- la relación se envilece y se torna mercenaria, contraria a lo que merece cada ser humano, que siempre ha de ser tratado como fin y no como medio, conforme a la norma personalista, como enseñaba Juan Pablo II (cfr. Carta a las familias, n. 12).

Amistad y virtud

La amistad conyugal constituye una vocación específica, don y tarea a construir, con sabiduría, tenacidad y esperanza. Es un trabajo de formación en la virtud, que no se puede dejar a la mera espontaneidad caprichosa y volátil. Requiere la educación del corazón, de la voluntad y de la inteligencia, con la ayuda de maestros-testigos y de comunidades que procuran la excelencia humana.

Exige también ejercitar la prudencia para encontrar en cada momento y situación el mejor modo de cultivar el afecto conyugal, la paciencia para perseverar en el bien de la comunión familiar en medio de las pruebas y las crisis, el esfuerzo por encontrar modos para renovar la ilusión del amor, para mejorar una y otra vez las formas de la vida en común.

Además, siempre que acudimos al Señor, la gracia del Espíritu Santo viene en ayuda de nuestra debilidad (cfr. 2 Cor 12, 9). La unión de amistad con Jesucristo, el Esposo de la nueva alianza, infunde savia sobrenatural que regenera las amistades humanas, comenzando por esa tan especial que se ha de cuidar dentro de cada matrimonio. El don de Dios hace posible la donación conyugal y familiar anhelada y sellada con la alianza. El sacramento del matrimonio contiene una bendición divina permanente, que requiere sencillamente recurrir a los medios abundantes que tenemos en la Iglesia -formación continua, vida de oración, frecuencia de sacramentos, participación en la comunidad, obras de servicio y de misericordia- para cumplir el mandato del Maestro: “Permaneced en mí” (Jn 15, 4).

Tras un tortuoso recorrido, en el que la audaz Jane Eyre mantiene con serenidad y fortaleza la orientación interior hacia el amor auténtico, apoyada en el Señor, encuentra con gozo la recompensa a sus esfuerzos y a su coherencia en la senda del bien, llegando a afirmar: “Me considero sumamente bendecida; porque soy la vida de mi marido tan completamente como él es la mía”.

Lecturas del domingo

Lecturas domingo VI de Pascua

Andrea Mardegan comenta las lecturas del domingo VI de Pascua 

Andrea Mardegan·5 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Pedro reacciona ante Cornelio, que se postra a sus pies, haciéndolo ponerse en pie y diciéndole: “También yo soy un hombre”. Pedro es consciente de su pequeñez. También el hecho que lo ha llevado a Cornelio es elocuente. Dios ha organizado todo. Reconoce con humildad que está entendiendo que “Dios no hace distinción de personas”: Dios está abierto a todos, ha venido por todos, ama a todos. 

El gran problema de la apertura del cristianismo a los paganos se resuelve con hechos que proceden de la iniciativa de Dios. Mientras Pedro habla, el Espíritu Santo se difunde sobre los paganos que, junto a Cornelio, lo escuchan. Todavía no han recibido el Bautismo ni la Confirmación. Está claro que Dios puede donar su gracia también sin los sacramentos. Esto requiere humildad de Pedro, Dios podía no necesitarle, aunque prefiere dejarse siempre ayudar por los cristianos, porque nos ha pedido que nos amemos como él nos ha amado. El amor entre nosotros es el camino para que viva en nosotros el amor de Dios. 

En la casa de Cornelio está el amor de Pedro, que se ha puesto en camino y que no ha tenido miedo de entrar en la casa de un pagano, ha aceptado la visión de los alimentos, que son todos puros, se ha dejado cambiar la mente por el Espíritu Santo. Se convierte en el medio por el que llega el Espíritu Santo. También los cristianos que proceden del judaísmo notan que el Espíritu Santo ha bajado sobre los paganos. Los escuchan hablar en idiomas distintos y glorificar a Dios. Su convicción de ser los únicos en ser amados por Dios queda derrotada por los gestos mismos de Dios. Pedro obedece a Dios y ordena que sean bautizados. Así, los primeros cristianos provenientes de judaísmo conocen la potencia del amor del Espíritu Santo. 

Juan en su primera carta, nos revela otros aspectos del amor de Dios. Dios mismo es amor, y el amor significa amar primero, como ha hecho Dios con nosotros, y amar no sólo con las palabras sino con el hecho de donar al Hijo, a sí mismo, para darnos la vida y expiar nuestros pecados. Por tanto, si hemos recibido el amor de Dios, podemos amarnos los unos a los otros; y si amamos, significa que hemos sido generados por Dios y que hemos conocido a Dios. 

Jesús declara que nos ama como el Padre lo ama a Él, y nos pide que permanezcamos en su amor. Nos pide que observemos sus mandamientos para permanecer en su amor, como él ha observado los mandamientos del Padre y permanece en su amor. En realidad, el mandamiento del Padre a Jesús es uno sólo: el de venir entre nosotros y donar su vida por nosotros, por amor. Y el mandamiento de Jesús a sus discípulos es uno sólo: el mandamiento nuevo, amarnos como Él nos ha amado, dando la vida los unos por los otros. 

Vaticano

El Papa: no hay contraposición entre contemplación y acción

A veces se ha considerado a la contemplación como opuesto a la acción y a las obras de caridad, pero ese dualismo no pertenece al mensaje cristiano, ha aclarado Francisco en la audiencia general del 5 de mayo.

Maria José Atienza·5 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Una presunta oposición entre contemplación y acción no pertenece al mensaje cristiano, y posiblemente procede de la influencia de filósofos neoplatónicos. Lo ha explicado el Papa en la audiencia general, que una vez mas ha tenido lugar de manera no presencial, retransmitida desde la Biblioteca Apostólica.

En realidad, en el Evangelio no hay más que una llamada única, “la de seguir a Jesús por el camino del amor. Este es el ápice y el centro de todo”. Consideradas así las cosas, “caridad y contemplación son sinónimos, dicen lo mismo”.

La oración de contemplación ha sido el tema central de la alocución del Papa durante la audiencia. El punto de partida ha sido la dimensión contemplativa de la vida humana, que ya en la esfera natural se refleja en una mirada al mundo que nos rodea que nace más del corazón que de los ojos, y es más que una forma de ser que de hacer. Esa mirada natural no es todavía oración, pero la oración también participa de esa dimensión contemplativa.

La dimensión contemplativa de la oración aclara la mirada y permite acoger la realidad con otra perspectiva, que es una perspectiva de fe. Por eso permite ver la realidad con ojos diferentes, y consiste sobre todo en un sentirse mirado con amor. En este contexto, el Papa ha recordado lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica, en el n. 2715: “La oración contemplativa es mirada de fe, fijada en Jesús”, y asimismo las palabras que dijo al santo cura de Ars aquel campesino que rezaba ante el sagrario: “Yo le miro y él me mira”.

“Jesús ha sido maestro de esta mirada”; “su secreto era la relación con el Padre celeste”, que cuidaba con los tiempos, espacios y silencios necesarios. Un ejemplo particularmente revelador es la escena de la Transfiguración, donde se muestra “la luz del amor del Padre, que llena el corazón del Hijo y transfigura toda su Persona”.

Al final de su alocución, el Papa ha saludo a los fieles en varios idiomas. A los fieles de lengua española les ha formulado una sugerencia que concreta sus palabras sobre la contemplación: “Los animo a que hagan una pausa para ir a la iglesia más cercana, a sentarse un rato delante del sagrario. Déjense mirar por el amor infinito y paciente de Jesús, que allí los espera, y contémplenlo con los ojos de la fe y del amor. Él les dirá muchas cosas al corazón”.

Y a todos los ha animado a unirse a la oración del Rosario que la Iglesia en todo el mundo eleva a Dios en este mes de mayo, como en una red, para pedir el fin de la pandemia. En este miércoles día 5 de mayo, dirige esa oración el santuario de la Santísima Virgen del Rosario en Namyang, Corea del Sur.

Ese anciano regordete que huele a chuches no es Dios

Madurar la fe significa conocer a Dios para amarlo más y, al mismo tiempo, amar a Dios para conocer quién es.

5 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Hace poco más de un mes, Tracey Rowland, jurista, filosofa, teóloga y una de las únicas cuatro mujeres distinguidas con el Premio Ratzinger de Teología, alentaba, en este medio a “tener el coraje de explicar la fe”. Unas palabras que no eran, precisamente, un brindis al sol.

Explicar la fe no es sólo “hablar” de la fe, ni siquiera hacerlo en nombre de ella; como tampoco es limitarse, simplemente, a repetir unas fórmulas de credo.

Explicar la fe presupone conocerla y amarla. Porque el amor es una forma de conocimiento necesaria en nuestra relación con Dios. No en vano, con palabras de Benedicto XVI “Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida”.

Seguramente tú, como yo has escuchado más de una vez eso de que “no se puede amar lo que no se conoce” y, al mismo tiempo, el conocimiento amplía la mirada del amor. Conocer a Dios para amarlo más; amar a Dios para conocer quién es.

Sólo así evitaremos quedarnos en una imagen de Dios como una especie de súper papá Noel al que le pedimos cosas y nos las trae dejando un reguero de gominolas. No. Ese anciano regordete, amable y bonachón, que huele a chuches, no es Dios. Aunque sea amable (o mejor dicho, sea Amor), y necesitemos también poner el corazón y el sentimiento en nuestra vida como cristianos, la sentimentalización de la fe es quizás una de las trampas más habituales de nuestra sociedad eternamente “teenager”.

Como destaca Ulrich L. Lehner en su libro Dios no mola: “he podido comprobar que una buena parte de la vida parroquial se centra en el sentimentalismo, o en la búsqueda de sentimientos. Se invita a los niños a ‘sentir’ y ‘experimentar’ esto o aquello, pero raramente se les da un contenido, una razón para su fe. No me sorprende que abandonen la Iglesia si pueden encontrar mejores sentimientos fuera de ella”.

Los sentimientos tienen, evidentemente, su lugar en la fe, pero tienen que apoyarse en un contenido para que las lágrimas que pueden venir a nuestros ojos al contemplar escenas de la pasión de Cristo, por ejemplo, no acaben ahogando el don de la fe en un mar sin sentido; al igual que no podemos vivir una fe reducida a una actitud estoica e intelectual que terminaría olvidando la clave de esta misma fe: la encarnación de ese mismo Amor: Dios que se hace hombre, más aún, hombre perfecto.

La apuesta por meter cabeza en nuestra fe es hoy una demanda ineludible qeue abarca prácticamente todos los ámbitos de nuestra vida: desde la educación religiosa escolar, la vida de fe en familia o el peligro de borrar a Dios de la cultura reduciendo nuestra a una simple sucesión de acontecimientos intrascendentes.

Aunque parezca mentira, hoy más que nunca, el «altar al dios desconocido» se erige en el centro de nuestras plazas y darle nombre y vida corresponde a nosotros, para hacer nuestra fe más profunda, para ser discípulos y testigos en un mundo sordo. Y también para aceptar con humildad que, probablemente, no nos darán las gracias.

El autorMaria José Atienza

Directora de Omnes. Licenciada en Comunicación, con más de 15 años de experiencia en comunicación de la Iglesia. Ha colaborado en medios como COPE o RNE.

Vaticano

Sigue, cada día, la oración por el fin de la pandemia

Desde el inicio del mes, santuarios de todo el mundo rezan el Rosario por el fin de la pandemia. Únete diariamente en directo, del 1 al 31 de mayo, a los templos marianos que rezan el Santo Rosario en la maratón de oración a la Virgen.

Maria José Atienza·4 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La maratón de oración impulsada por el Dicasterio para la Nueva Evangelización, une a los santuarios del mundo en la invocación a la Virgen para que la humanidad sea liberada del drama de la pandemia. A continuación encontrará una lista de los Santuarios desde los que se reza el Rosario cada día a las 18:00 horas (CET) y un enlace para unirse a la oración en directo:

Martes, 4 de mayo, 18:00 horas: Basílica de la Anunciación (Nazaret), Israel – Transmisión en directo

Miércoles, 5 de mayo, 18:00 horas: Santísima Virgen del Rosario (Namyang), Corea del Sur – Transmisión en directo

Jueves, 6 de mayo, 18.00 horas: Nuestra Señora Aparecida (Sao Paulo), Brasil – Transmisión en directo

Viernes, 7 de mayo, 18.00 horas: Nuestra Señora de la Paz y Buen Viaje (Antipolo), Filipinas – Transmisión en directo

Sábado 8 de mayo, 18:00 horas: Nuestra Señora de Luján, Argentina – Transmisión en directo

Domingo 9 de mayo, 18:00 horas: Santa Casa de Loreto, Italia – Transmisión en directo

Lunes, 10 de mayo, 18:00 horas: Nuestra Señora de Knock, Irlanda – Transmisión en directo

Martes, 11 de mayo, 18:00 horas: Nuestra Señora de los Pobres (Banneux), Bélgica – Transmisión en directo

Miércoles, 12 de mayo, 18:00 horas: Notre Dame d’Afrique (Argel), Argelia – Transmisión en directo

Jueves 13 de mayo, 18:00 horas: Nuestra Señora del Rosario (Fátima), Portugal – Transmisión en directo

Viernes, 14 de mayo, 18.00 horas: Nuestra Señora de la Salud (Vailankanni), India – Transmisión en directo

Sábado, 15 de mayo, 18.00 horas: Nuestra Señora Reina de la Paz (Medjugorje), Bosnia – Transmisión en directo

Domingo, 16 de mayo, 18:00 horas: Catedral de Santa María (Sídney), Australia – Transmisión en directo

Lunes, 17 de mayo, 18:00 horas: Inmaculada Concepción (Washington), EE.UU. – Transmisión en directo

Martes, 18 de mayo, 18:00 horas: Nuestra Señora de Lourdes, Francia – Transmisión en directo

Miércoles, 19 de mayo, 18:00 horas: Meryem Ana (Éfeso), Turquía – Transmisión en directo

Jueves, 20 de mayo, 18.00 horas: Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, Cuba – Transmisión en directo

Viernes, 21 de mayo, 18:00 horas: Nuestra Señora de Nagasaki, Japón – Transmisión en directo

Sábado, 22 de mayo, 18.00 horas: Nuestra Señora de Montserrat, España – Transmisión en directo

Domingo 23 de mayo, 18:00 horas: Notre Dame du Cap (Trois Rivières), Canadá – Transmisión en directo

Lunes, 24 de mayo, 18:00 horas: Santuario Nacional de Nuestra Señora, China – Transmisión en directo

Martes, 25 de mayo, 18:00 horas: Santuario Nacional de Nuestra Señora Ta’ Pinu, Malta – Transmisión en directo

Miércoles, 26 de mayo, 18:00 horas: Nuestra Señora de Guadalupe, México – Transmisión en directo

Jueves, 27 de mayo, 18:00 horas: Madre de Dios (Zarvanytsia), Ucrania – Transmisión en directo

Viernes, 28 de mayo, 18.00 horas: Madonna Negra de Altötting, Alemania – Transmisión en directo

Sábado, 29 de mayo, 18.00 horas: Nuestra Señora del Líbano (Harissa), Líbano – Transmisión en directo

Domingo 30 de mayo, 18.00 horas: Nuestra Señora del Santo Rosario de Pompeya, Italia – Transmisión en directo

Lunes, 31 de mayo, 18:00 horas: Jardines del Vaticano, Ciudad del Vaticano – Transmisión en directo

Cultura

Arte y espiritualidad se dan cita en el «Observatorio de lo Invisible»

Estudiantes de disciplinas artísticas como la fotografía, la escultura o la música se dan cita en esta escuela de verano mediante una experiencia inmersiva de arte y espiritualidad, que este año se desarrolla en el Monasterio de Guadalupe.

Maria José Atienza·4 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El Observatorio de lo Invisible se organiza, en esta edición, dentro del Año Santo Guadalupense con el apoyo del Arzobispado de Toledo y del Real Monasterio de Guadalupe y su Hospedería.

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La escuela de verano prevista para este año la integran ocho talleres prácticos disciplinares que cuentan, entre sus profesores al compositor y director de orquesta Ignacio Yepes, la fotógrafa Lupe de la Vallina, el arquitecto Benjamín Cano, la pintora María Tarruella o el escultor Javier Viver.

Además contarán con una serie de actividades transversales como charlas con invitados como Francisco Cerro Chaves, Arzobispo de Toledo o José Alipio Morejón, Director de Raices de Europa, visitas guiadas al Monasterio de Guadalupe con atención a distintos puntos de la colección del monasterio o veladas artísticas.

Observatorio de lo Invisible es un proyecto de la Fundación Vía del Arte que tiene por objeto la promoción del arte y los artistas, la renovación e integración de las diversas disciplinas artísticas y la investigación, formación e intercambio de experiencias y conocimiento.

Inscripciones

Además de la inscripción general, el Observatorio de lo Invisible cuenta con una serie de universidades que colaboran con la dotación de becas a sus alumnos que estén interesados en el Observatorio para que puedan disfrutar de un precio de inscripción reducido. Más información en  www.observatoriodeloinvisible.org

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Ecología integral

El Papa invita a participar este mes en la Semana Laudato si’

La llamada a cuidar de la Creación es constante en el Papa Francisco. Ahora invita a todos a la Semana Laudato si’, que tendrá lugar del 16 al 24 de mayo, a los 6 años de la encíclica, con el lema “Sabemos que las cosas pueden cambiar”.

Rafael Miner·4 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

La Semana Laudato si’ será la culminación del año especial que convocó el Papa el 24 de mayo de 2020, en el momento de cumplirse cinco años de la promulgación de la encíclica sobre el cuidado de la casa común, para “reflexionar sobre la encíclica”.

Además, la Semana Laudato si’ será un momento para pensar sobre lo que la pandemia del Covid-19 nos ha enseñado y preparar el futuro con esperanza. Para conocer los contenidos del evento, pueden consultar aquí.

En un breve videomensaje, el Papa Francisco comienza preguntándose: “Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?” “Renuevo mi llamado urgente a responder a la crisis ecológica. El clamor de la tierra y el clamor de los pobres no dan para más”. A continuación, el Santo Padre anima a todos: “cuidemos la Creación, don de nuestro buen Dios creador. Celebremos juntos la Semana Laudato si’. Que Dios les bendiga. Y no se olviden de rezar por mí”.

La Semana Laudato si’ 2021 está auspiciada por el Dicasterio Vaticano para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y promovida por el Movimiento Católico Mundial por el Clima, en colaboración con Renova+, Caritas Internationalis, CIDSE, la Unión Internacional de Superiores Generales, la Unión de Superiores Generales,  la Compañía de Jesús y la Oficina general de justicia, paz e integridad de la creación de los Frailes Menores, junto a otros colaboradores.

Oración para este año especial

En la convocatoria de este año especial, realizada el 24 de mayo del año pasado, el Papa Francisco invitó “a todas las personas de buena voluntad a unirse, para cuidar de nuestra casa común y de nuestros hermanos y hermanas más frágiles”. Y anunció una oración dedicada a este año, señalando que “será bello rezarla”. Es la siguiente:

“Dios amoroso,

Creador del cielo, de la tierra y de todo lo que hay en ella.

Abre nuestras mentes y toca nuestros corazones, para que podamos ser parte de la creación, tu don.

Sé presente para los necesitados en estos tiempos difíciles, especialmente para los más pobres y más vulnerables.

Ayúdanos a mostrar solidaridad creativa para afrontar las consecuencias de esta pandemia mundial.

Haznos valientes para abrazar los cambios dirigidos a la búsqueda del bien común.

Ahora más que nunca, que podamos sentir que todos estamos interconectados e interdependientes.

Haz de tal modo que logremos escuchar y responder al grito de la tierra y al grito de los pobres.

Que puedan ser los sufrimientos actuales los dolores de parto de un mundo más fraternal y sostenible.

Bajo la mirada amorosa de María Auxiliadora, te pedimos por Cristo Nuestro Señor.

Amén.

Como es sabido, la encíclica papal, fechada el 24 de mayo de 2015, comenzaba así:

“Laudato si’, mi’ Signore” – “Alabado seas, mi Señor”, cantaba san Francisco de Asís. En ese hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos: “Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba”.

“¡Es el momento de actuar!”

El pasado 22 de abril, el Papa publicó un videomensaje para sumarse a la conmemoración del Día de la Tierra, una fecha establecida por las Naciones Unidas con el fin de consolidar una conciencia mundial sobre la relación de interdependencia entre los seres humanos, los seres vivos y el medioambiente que los rodea.

En el video, el Santo Padre señaló que desde hace tiempo la humanidad está tomando más conciencia de que la naturaleza “merece ser protegida”, aunque sea “por el hecho de que las interacciones humanas con la biodiversidad que Dios nos ha dado, deben hacerse con el máximo cuidado y con respeto”. “Cuando se desencadena la destrucción de la naturaleza es muy difícil detenerla», afirmó el Papa.

Enseñanzas de la pandemia

Asimismo, el Pontífice subrayó la importancia de cuidar la biodiversidad y la naturaleza, algo que en este tiempo de pandemia hemos aprendido mucho más:

“Esta pandemia nos ha mostrado lo que ocurre cuando el mundo se detiene, se pausa, aunque sea por unos meses. Y el impacto que esto tiene en la naturaleza y el cambio climático, con una fuerza tristemente positiva, ¿no? En otras palabras, hace daño”.

De igual modo, el Papa manifestó que la llegada del Covid-19, “que nos afecta a todos, aunque de forma múltiple y diversa», nos muestra también “que la naturaleza global necesita nuestras vidas en este planeta, a la vez que nos enseña más sobre lo que tenemos que hacer para crear un planeta justo, equitativo y ambientalmente seguro», informó la agencia oficial vaticana.

El Santo Padre añadió que este nuevo desafío global que supone la actual crisis sanitaria, nos enseña el valor de la interdependencia, “este compartir el planeta”. 

Para el Papa, ambas catástrofes globales, la pandemia y la climática, “demuestran que no tenemos más tiempo para esperar. Que el tiempo apremia y que, como nos enseñó el Covid-19, sí tenemos los medios para afrontar el reto. Tenemos los medios. Ahora es el momento de actuar, estamos al límite”.

Francisco concluyó pidiendo a todos unidad para lanzar un llamamiento a los líderes del mundo con el fin de que «actúen con valentía, con justicia y para que digan siempre la verdad al pueblo, que la gente sepa cómo protegerse de la destrucción del planeta y cómo proteger el planeta de la destrucción que muy a menudo provocamos».

“La adversidad que estamos viviendo con la pandemia, y que ya sentimos en el cambio climático, debe espolearnos, debe empujarnos a la innovación, a la invención, a buscar nuevos caminos. No se sale igual de una crisis, se sale mejor o peor. Este es el reto, y si no salimos mejor parados, vamos por el camino de la autodestrucción”, añadió el Papa.

Reto y oportunidad, según Mons. Gallagher

En junio del año pasado, con ocasión de los 5 años de la encíclica Laudato Si’, el Secretario de Relaciones con los Estados de la Santa Sede, arzobispo Paul Richard Gallagher, dictó una conferencia en la presentación del documento “En camino hacia el cuidado de la casa común”, elaborado por la Mesa Interdicasterial de la Santa Sede sobre Ecología Integral.

“La pandemia del Covid-19 nos empuja aún más a hacer de la crisis socioeconómica, ecológica y ética que estamos viviendo un momento propicio para la conversión y para la toma de decisiones concretas e impostergables, como bien se evidencia en el texto que tenéis ante vosotros”, comenzó señalando Mons. Gallagher.

“Para ello, necesitamos una propuesta operativa, que en este caso es la ecología integral”, señaló. Y esta ecología requiere, a su juicio, una “visión integral de la vida para elaborar lo mejor posible políticas, indicadores, procesos de investigación e inversión, criterios de evaluación, evitando concepciones erróneas del desarrollo y el crecimiento”; y una “visión de futuro, que debe concretarse en los lugares y espacios donde se cultivan y transmiten la educación y la cultura, se crea conciencia, se forma la responsabilidad política, científica y económica y, en general, se actúa responsablemente”.

Esto representa, afirmó el arzobispo Gallagher, un reto exigente, pero también una oportunidad muy actual para “diseñar y construir juntos un futuro que nos vea unidos en la custodia de la vida que se nos ha dado y en el cultivo de la creación que nos ha sido confiada por Dios para que la hagamos fructificar sin excluir ni desechar a ninguno de nuestros hermanos y hermanas”.

Recursos

Calvino y el mundo: ideas clave y difusión de la «segunda reforma»

¿Cuáles son los principales puntos de la doctrina calvinista?, ¿qué influjo tuvo en Europa y cómo se relaciona con otras confesiones? Son algunas de las cuestiones que aparecen en este artículo de fondo sobre la figura del reformador suizo. 

Pablo Blanco Sarto·4 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 9 minutos

Hace algo más de un año, la catedral de Ginebra, acogió la primera celebración eucarística después de cinco siglos ninguna ceremonia católica. Una celebración que volvió a poner sobre la mesa las ideas sobre la teología reformada. En este artículo nos referimos a aquellas comunidades que formaron parte de una «segunda reforma» protestante, auspiciada en tierras suizas por Zwinglio y Calvino. De allí se va a difundir por todo el mundo, hasta llegar a los 75 millones de cristianos pertenecientes a la Alianza reformada mundial.

La influencia en el mundo de las ideas y en la sociedad resulta todavía mayor. Reciben también a veces los nombres de puritanos, presbiterianos y congregacionalistas. El desarrollo de estas comunidades no solo en tierras helvéticas, sino también en Francia, Holanda, Escocia, Estados Unidos, Latinoamérica o Corea. El calvinismo se ha convertido así en un fenómeno mundial.

1.Los orígenes suizos

En la Suiza alemana, Ulrich Zwinglio (1484-1531) predicó un radicalismo disgustó al mismo Lutero. Este se enfrentó con el reformador suizo en la Disputa de Marburgo en 1529, quien defendía solo la dimensión simbólica de la eucaristía. Zwinglio pertenecía a la misma generación que Lutero, y por eso nunca quiso que le llamasen luterano, aunque aceptó la doctrina de la justificación por la sola fe. Además, Zwinglio veía en Cristo al maestro y al modelo, mientras para Lutero, Cristo era el Salvador que perdona y da la vida eterna por pura misericordia. La mentalidad de Lutero estaba siempre marcada por la teología de la cruz; la de Zwinglio, por la filosofía humanística con sus métodos, su lógica y su exigencia intelectualista. Las tendencias espiritualistas e intelectualistas propias del humanismo fueron exageradas: nada de imágenes ni sacramentos, sino sobre todo liturgia de la Palabra.

Juan Calvino (1509-1564) abrió nuevos caminos en el protestantismo. Había recibido una formación jurídica que va a influir en la exposición de la doctrina y en la organización civil y eclesial. Trabajador incansable, procura instaurar en Ginebra las condiciones de vida de la Iglesia primitiva. Así, todos los aspectos de la vida social resultaron regulados: no solo la predicación y los cantos religiosos, sino también castigando con la pena de muerte por blasfemia, adulterio u ofensa a los propios padres. Esta organización férrea a la que sometió a la ciudad tuvo algunas consecuencias positivas, como la mejora de la calefacción, la industria textil o la atención sanitaria. El mismo día de su muerte reunió a sus amigos en torno a su lecho para predicarles un sermón. Cuando murió el 27 de mayo de 1564, toda Ginebra lloró ante su féretro. Logró así una verdadera teocracia bajo el gobierno directo de la palabra de Dios.

Calvino tiene la misma concepción sobre la justificación que Lutero, e incluso la intensifica, con la «doctrina de la predestinación

Pablo Blanco

Calvino expuso su doctrina en el tratado llamado la Institución cristiana, una de las obras más influyentes de la literatura mundial, junto al Pequeño catecismo de Lutero. Calvino tiene la misma concepción sobre la justificación que Lutero, e incluso la intensifica, con la «doctrina de la predestinación». Escribe: «Lo que hay de más noble y laudable en nuestras almas no solo está herido y dañado, sino totalmente corrompido». Calvino identifica pecado original y concupiscencia, entendida como la oposición entre el hombre y Dios, entre el finito y el infinito, dirá después Karl Barth. El hombre nace empecatado y, después del Bautismo, lo sigue estando: «El hombre por sí mismo no es sino concupiscencia». Por tanto, a) el hombre no es libre, sino que está totalmente sometido al mal; b) todas las obras espirituales del hombre son pecado; c) las obras del justo son también pecado, aunque Cristo las conoce y las oculta; d) la justificación es la mera no imputación del pecado.

2. La teología calvinista

«Calvino tuvo una personalidad polifacética y genial, escribió Lortz. La doctrina por él enseñada, aunque acuse la influencia de Lutero, es un producto original». Tenía además una cabeza sistemática, propia de quien ha sido formado en la ciencia jurídica, pero tenía también un corazón tierno y delicado. «Además –escribe Gómez Heras−, Calvino supo imprimir a su protestantismo un carácter más universalista que Lutero», del que proceden el dinamismo misionero de los calvinistas, su amor al riesgo y a la aventura, e incluso su talante ecuménico. Teólogos como Zwinglio, Bucero, Bullinger, Laski y Knox han aportado un proprium a la fe reformada, que toma diversa fisonomía en cada comunidad eclesial. A pesar de todo, se presentan algunos elementos comunes, entre los que podemos destacar los siguientes, a modo de síntesis a partir de lo anteriormente expuesto:

a) En el ámbito reformado está vigente el principio sola Scriptura, y tiende a la interpretación literal de la Biblia. Junto a ella, las profesiones de fe son testimonios situados en el tiempo en los que la comunidad reconoce sus creencias. La tradición reformada ha producido numerosas confesiones de fe, como la Declaración teológica de Barmen (1934), los Fundamentos en perspectiva del Credo de la Iglesia reformada holandesa(1949) y la profesion de fe de la Iglesia unida presbiteriana de los Estados Unidos(1967).

Aunque estas no gozan de la autoridad que detentan los escritos confesionales del luteranismo (especialmente la Confesión de Augsburgo y los catecismos de Lutero). No hay pues ningún escrito confesional que sea vinculante para todas comunidades reformadas. El principio congregacionalista de la autonomía de cada comunidad prevé incluso el derecho de establecer los fundamentos de la propia fe.

El calvinismo está más pendiente que el luteranismo del concepto de santificación personal, que le lleva al cumplimiento de la ley y a la tarea de santificar el mundo.

Pablo Blanco

b) Es nuclear el concepto de elección de la persona en Cristo: la salvación humana no depende de la buena voluntad o propias disposiciones, sino tan solo en la fe: el que cree está predestinado. En Calvino se encuentra sin embargo –a diferencia de Lutero– una cierta subordinación de la divinidad de Cristo, con una cierta tendencia nestoriana. La enseñanza reformada clásica de la «doble predestinación» (a la salvación o a la condenación) tiene hoy escasa relevancia. Pero igualmente los temas de la fe y la santidad, la penitencia y la conversión son todavía fundamentales en la teología reformada. El calvinismo está más pendiente que el luteranismo del concepto de santificación personal, que le lleva al cumplimiento de la ley y a la tarea de santificar el mundo.

c) Resulta fundamental también la realidad del Dios vivo que se revela en la Escritura. La Revelación soberana y gratuita de Dios en Jesucristo fue explicada de modo incisivo por el más importante teólogo reformado de la época moderna, Karl Barth. Allí se muestra bien bien lo que significa el soli Deo gloria, pues al reformador suizo le interesaba solo la gloria de Dios, y no tanto la propia salvación, como a Lutero. Puede reconocerse esto en la enseñanza sobre la soberanía de Dios: Dios realiza en el mundo su voluntad de un solo modo, por la soberanía fundada en Jesucristo y ejercida por medio de él.

d) La «teología de la alianza» reformada desarrolla el pensamiento de la soberanía de Dios en la perspectiva de la historia de la salvación, y considera el Antiguo y el Nuevo Testamento como una unidad: la «alianza de obras» y «de gracia» están ordenadas la una a la otra. El valor del Antiguo Testamento en el cristianismo reformado encuentra aquí su fundamento. El compromiso del cristiano a la alianza establecida con Dios está en la base de la ética cristiana («ética de la alianza») como consecuencia de la soberanía de Dios en el mundo. Desde esta perspectiva positiva el cristianismo reformado encuentra fuerza para actuar en el mundo.

e) Los sacramentos –Bautismo y Cena− están unidos a la Palabra; son signos y sellos de la predicación de la gracia. El Bautismo no es necesario para la salvación, pero sí un serio mandamiento de Cristo, por lo que a veces se retrasa para la edad adulta según la propuesta anabaptista. La doctrina sobre la Cena –celebrada cuatro veces al año− se encuentra entre la de Lutero y Zwinglio. Las formas de la doctrina clásica (la presencia espiritual de Calvino y la con-sustanciación de Lutero) se entienden como intentos de comprensión de la misma fe eucarística, por lo que ya no se ve como fuente de división. Por eso practican la intercomunión o la llamada «hospitalidad eucarística» entre ellos. Si en la concepción luterana, la Eucaristía es el cuerpo de Cristo; en Calvino está; y en Zwinglio solo lo significa.

f) Frente a un cierto pesimismo antropológico propio del luteranismo, encontramos a un optimismo calvinista que entiende el mundo como tarea. En el calvinismo puede encontrarse una ética de la acción y del éxito, que le proporcionarán un gran éxito en su actividad misionera. No en vano, el sociólogo Max Weber formuló la teoría de la ética calvinista como fundamento del espíritu capitalista, si bien esta teoría ha sido profundamente discutida.

Si para Lutero la religión es algo fundamentalmente interior, en Calvino presentará una dimensión marcadamente social. Frente a un cierto quietismo luterano, encontramos con un activismo calvinista que propicia la estructura democrática: «el calvinista –afirma Algermissen− que actúa con éxito para gloria de Dios se siente como elegido, como predestinado». Este principio explicaría el desarrollo económico en países anglosajones, donde triunfó rápidamente el calvinismo. Aquí también existen diferencias con la visión católica, que procura combinar el éxito personal con el principio de solidaridad.

Si para Lutero la religión es algo fundamentalmente interior, en Calvino presentará una dimensión marcadamente social.

Pablo Blanco

El ideal calvinista está caracterizado, por una parte, por la simplicidad y la sobriedad de las costumbres y conducta y, por otro, por un interés vivo por las cuestiones sociales y políticas, por la ciencia y por el arte. Es la llamada «moral puritana», que tanto ha marcado –para bien y para mal- el desarrollo de algunos países. La ética es vista como obediencia y realización de un ordenamiento eclesial junto al social y político. Como veíamos, Calvino propugnó la colaboración entre la Iglesia y el Estado: son dos poderes distintos pero subordinados a la soberanía de Dios, que deben colaborar para el bien de la misma y única sociedad humana. El dualismo luterano que distingue entre el poder secular y el espiritual es ajeno al pensamiento reformado. El poder temporal casi se identifica con el religioso.

Frans Hogenberg. El motín iconoclasta calvinista del 20 de agosto de 1566

3. Iglesia y ecumenismo

Según Calvino, la Iglesia es la comunidad invisible de los predestinados, pero se hace visible en su misión de guiar a todos. El reinado de Cristo debe manifestarse e imponerse por medio de los ministerios eclesiales, y por eso la estructura eclesiástica cobra una importancia decisiva. La fe y la disciplina adquieren un carácter prioritario en la comunidad, y el Estado debe ayudar a la Iglesia. Esto constituye habitualmente Iglesias nacionales. Mientras en el luteranismo el poder temporal primaba sobre el espiritual, en el calvinismo será al contrario, hasta el punto de que a los disidentes en materia de religión se les ofrece el privigelium emigrandi.

Para Calvino, la fe y la disciplina adquieren un carácter prioritario en la comunidad, y el Estado debe ayudar a la Iglesia

Pablo Blanco

En lo que se refiere a la eclesiología, Calvino se interesó más que Lutero por la Iglesia visible, su doctrina, legislación y ordenamiento. En las exposiciones tardías subraya la importancia de la Iglesia invisible, pero lo hace para distinguirse de Roma: también para él es válida la idea de que existe una Iglesia invisible que reúne a los elegidos de todos los tiempos. Pero solo los miembros de la Iglesia visible pueden pertenecer a la Iglesia invisible, aunque no todos sus miembros visibles pertenecen a la invisible. Cristo construye su Iglesia con la Palabra y el sacramento, y la formación de los fieles para la santidad juega un papel fundamental, de manera que el ordenamiento eclesial es muy importante en su eclesiología.

De eclesiología trata casi la mitad de su Institutio de 1559, y en relación con el ministerio, sostiene lo que entiende ser testimonio neotestamentario; esto es, un ministerio de cuatro niveles: pastores doctores, ancianos y diáconos. El ministerio episcopal no es sin embargo necesario para la Iglesia, de ahí los posteriores desarrollos «presbiterianos» opuestos a los «episcopalianos» o anglicanos.

Esta enseñanza de Calvino se ha llevado a cabo de maneras diversas en los ordenamientos eclesiales reformados y el número de ministros ha sido modificado, quedándose en tres: el párroco o servidor de la Palabra, el presbítero (anciano o servidor de la Mesa) y el diácono o servidor de los pobres. Estos tres ministerios guían la comunidad en el presbiterio o consejo eclesial; pero la única cabeza de la Iglesia sigue siendo Cristo.

Sin embargo, la eclesiología cristológico-pneumatológica de los reformados reclama abandonar la estructura jerárquica, ya que los diversos ministerios se comprenden como elementos que se integran recíprocamente a partir del señorío de Cristo. Ningún ministerio está subordinado a los demás, y ninguna comunidad prevalece respecto a otras. Esto permite una «eclesiología abierta» y una estructuración más bien de tipo congregacionalista o presbítero-sinodal de tipo marcadamente participativo. No es este sin embargo un sistema de representación democrática de los fieles, sino expresión de la comunión espiritual de la comunidad fundada por Cristo en el Espíritu.

Ningún ministerio está subordinado a los demás, y ninguna comunidad prevalece respecto a otras. Esto permite una «eclesiología abierta» y una estructuración más bien de tipo congregacionalista

Pablo Blanco

Los sínodos, que originariamente eran reuniones de los ministros para tratar de temas comunes, conceden un gran peso a los «laicos» (los no-teólogos) y los presbiterios locales de los elders. Estos no son meros consejeros sino que tienen los mismos derechos y deberes en el gobierno central o comunitario. Con esta organización las comunidades reformadas han mantenido su identidad original y la independencia, especialmente donde -como en Holanda- no existía un gobierno eclesial regional. Han nacido así como movimientos de oposición a la reglamentación estatal o a la mayoría confesional, como en Escocia, Francia, Inglaterra y la Baja Renania. En relación con un magisterio vinculante, vale lo mismo que en las comunidades luteranas: los sínodos tienen un papel particular, y el carácter abierto de la eclesiología reformada ha provocado las primeras uniones del cristianismo reformado.

La teología ecuménica reformada es sobre todo de tipo federalista, pues busca la unión entre las distintas comunidades separadas al unirse entre ellas. Así, las «Iglesias unidas» (unierte Kirchen) en Alemania fueron las uniones promovidas por el Estado entre reformados y luteranos en el siglo XIX en territorios confesionales mixtos. Por su origen desde arriba, se distinguen de las «Iglesias de la Unión» (Unionskirchen) que surgieron como consecuencia del movimiento ecuménico nacido desde la base en el siglo XX. Aquellas alianzas, nacidas con la oposición popular y separadas de las comunidades luteranas, son uniones administrativas que han alcanzado la intercomunión eucarística entre las distintas denominaciones protestantes.

Así, las Iglesias reformadas en Europa dieron un paso esencial en la Concordia de Leuenberg de 1973, entre las que existe comunión doctrinal y eucarística. Por tanto, un calvinista puede comulgar en una Comunidad luterana, y viceversa. El teólogo luterano Oscar Cullmann (1902-1999) propuso por el contrario la fórmula de la «diversidad reconciliada», de gran aceptación en los círculos ecuménicos. Esta propuesta promueve la unidad, sin comprometer la propia identidad.

Vaticano

Charles de Foucauld, “el hermano universal”, será canonizado el 15 de mayo

Descubrió la vocación religiosa y misionera al tiempo que la fe, y se puso al servicio de los más desamparados en el Sahara argelino, donde murió mártir. Una semblanza.

José Luis Domingo·3 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

15 de mayo de 2022. Esta es la fecha anunciada por el Papa para la canonización de Charles de Foucauld y otros siete beatos: Lázaro Devasahayam; César de Bus, sacerdote, fundador de la Congregación de los Padres de la Doctrina Cristiana; Luis María Palazzolo, sacerdote, fundador del Instituto de las Hermanas de los Pobres; Justino Russolillo, fundador de la orden religiosa de los Vocacionistas; María Francisca de Jesús, fundadora de las Capuchinas de la Madre Rubatto y la Madre María Domenica Mantovani, cofundadora de las Hermanitas de la Sagrada Familia.

Biografía de Charles de Foucauld

Charles de Foucauld nació el 15 de septiembre de 1858 en el seno de una familia aristocrática de Estrasburgo. A los cinco años perdió a su madre y cinco meses después a su padre. Los huérfanos fueron confiados a su abuelo materno, el coronel de Morlet.

Durante sus estudios, Charles pierde gradualmente su fe. «A los 17 años yo era puro egoísmo, pura vanidad, pura impiedad, puro deseo del mal, estaba como enloquecido…», «estaba en la noche. No veía ya ni a Dios ni a los hombres: Sólo estaba interesado en mí», recuerda.

Tras elegir la carrera militar, con un temperamento fogoso, multiplicó sus excesos. Apodado el «gordo Foucauld», reconoce: «Duermo mucho, como mucho, pienso poco». Habiendo heredado una gran fortuna tras la muerte de su abuelo, la dilapidó organizando fiestas. En 1880 su regimiento es enviado a Argelia. Unos meses más tarde, es licenciado por «indisciplina unida a una notoria mala conducta». El 8 de abril de 1881 fue dado de baja en las listas pero, enterado de que su regimiento iba a participar en una acción peligrosa en Argelia, pidió su reincorporación y fue readmitido. Durante ocho meses demostró ser un excelente oficial, apreciado tanto por sus jefes como por los soldados. Su escuadra regresó a Mascara el 24 de enero de 1882; pero la vida de guarnición le aburría…

Seducido por el norte de África, renuncia al ejército y se traslada a Argel. Durante más de un año, preparó científicamente y a su costa la exploración de Marruecos, que recorrió durante once meses, disfrazado de rabino. Allí se sintió abrumado por el encuentro con musulmanes que vivían «en la presencia continua de Dios». A su regreso a Francia, comenzó a interesarse de nuevo por el cristianismo. En ese momento, la vida del joven oficial cambió.  El 30 de octubre de 1886, se confesó, siguiendo el consejo de su prima, en la iglesia parisina de Saint-Augustin. El joven converso eligió dar todo a Dios. Tras una peregrinación a Tierra Santa, ingresa en el monasterio de Notre-Dame des Neiges, con los trapenses de Ardèche, el 16 de enero de 1890. «En cuanto creí que había un Dios, comprendí que no podía hacer otra cosa que vivir sólo para Él; mi vocación religiosa data de la misma hora que mi fe. Dios es tan grande. Hay tanta diferencia entre Dios y todo lo que no es Él…», escribió.

La oración del abandono

En 1897, deseando «seguir a Nuestro Señor en su humillación y pobreza», dejó la orden cisterciense para llevar una vida oculta durante tres años como siervo de las Clarisas de Nazaret. “En mi cabaña de madera, a los pies del Sagrario de las Clarisas, en mis días de trabajo y mis noches de oración, encontré tan bien lo que buscaba que es evidente que Dios me preparaba ese lugar”. Fue durante estos años cuando escribió su famoso texto que se convertiría en la Oración del Abandono:

Padre mío
Me abandono a Ti.
Haz de mí lo que quieras.
Lo que hagas de mí
te lo agradezco.
Estoy dispuesto a todo,
Lo acepto todo,
Con tal que tu voluntad
se haga en mí
Y en todas tus criaturas.
No deseo nada más, Dios mío.
Pongo mi vida en tus manos.
Te la doy, Dios mío,
Con todo el amor
de mi corazón.
Porque te amo
Y porque para mí
amarte es darme,
Entregarme en tus manos
sin medida,
Con una infinita confianza,
Porque tu eres mi Padre. 

En 1900, regresó a Francia para empezar a estudiar para el sacerdocio. Fue ordenado sacerdote el 9 de junio de 1901, a la edad de cuarenta y tres años.

A petición suya, fue enviado al monasterio trapense de Akbes. «Me sentí llamado inmediatamente a ‘las ovejas perdidas’, a las almas más abandonadas, a las más desamparadas, para cumplir con ellas el deber del amor: ‘Amaos los uno a los otros como yo os he amado. En esto conocerán todos que sois discípulos míos:’. Sabiendo por experiencia que no había pueblo más abandonado que los musulmanes de Marruecos, del Sáhara Argelino, pedí y obtuve el permiso para ir a Béni Abbès, un pequeño oasis del Sáhara Argelino cerca de la frontera con Marruecos», escribió a su amigo Gabriel Tourdes en 1902.

Posteriormente, desde 1905, vivió en Tamanrasset, en el desierto de Hoggar. En la ermita que construyó con sus propias manos, vivió «ofreciendo su vida por la conversión de los pueblos del Sahara». Deja constancia de sus sentimientos en esta nota biográfica de los inicios : “Hoy, tengo la felicidad de colocar -por primera vez en zona tuareg- la Santa Reserva en el Tabernáculo». «¡Sagrado CORAZÓN de JESÚS, gracias por este primer Sagrario en zona tuareg! ¡Que sea el preludio de muchos otros y el anuncio de la salvación de muchas almas! ¡Sagrado CORAZÓN de JESÚS, irradia desde el fondo de este Tabernáculo sobre el pueblo que te rodea sin conocerte! ¡Ilumina, dirige, salva estas almas que Tú amas!».

A fuerza de generosidad, de un duro trabajo de traducción de las escrituras, que incluyó la realización de un diccionario tuareg-francés, actuando de manera completamente desinteresada, se ganó el reconocimiento y la estima de los tuaregs, que incluso le cuidaron cuando cayó gravemente enfermo. «Mi apostolado debe ser el apostolado de la bondad. Si me preguntan por qué soy manso y bueno, debo decir: ‘Porque soy el servidor de alguien mucho más bueno que yo’”.

Luchó contra la esclavitud que aún existía en este pueblo, y utilizó el dinero que sus familiares le enviaban desde Francia para comprar esclavos y liberarlos. “Descubrió que Jesús” – según palabras de Benedicto XVI en 2005, durante la ceremonia de beatificación- “vino a unirse a nosotros en nuestra humanidad, invitándonos a la fraternidad universal que experimentó en el Sahara, al amor que Cristo nos dio como ejemplo”. Fe, esperanza y caridad sin desfallecimientos: «¡Mañana se cumplirán diez años de que digo la Santa Misa en la ermita de Tamanrasset! ¡y ni un solo convertido! Hay que rezar, trabajar y esperar». Trabajo incesante que elude los subterfugios: «Estoy persuadido de que lo que debemos buscar para los oriundos de nuestras colonias, no es ni la asimilación rápida ni la simple asociación ni su unión sincera con nosotros, sino más bien el progreso que será muy desigual y que deberá ser alcanzado por medios a menudo muy diferentes: el progreso debe ser intelectual, moral y material”.

Ante el temor de las bandas de saqueadores, con objetivos más o menos políticos mientras Europa estaba desgarrada por la Primera Guerra Mundial, el ermitaño hizo construir un «bordj» (fuerte) en Tamanrasset para que los tuaregs se refugiaran. Es allí, el 1 de diciembre de 1916, donde él morirá, asesinado por un disparo efectuado por quien lo custodiaba. Tenía 58 años.

Su deseo de martirio, siempre presente, lo había expresado en una nota espiritual de 1897: «Piensa que has de morir mártir, despojado de todo, tendido en el suelo, desnudo, irreconocible, cubierto de sangre y de heridas, violenta y dolorosamente asesinado… Y desea que sea hoy… Para que te conceda esta gracia infinita, sé fiel en velar y llevar la cruz. Considera que es a esta muerte a la que debe conducir toda tu vida: ve por esto la poca importancia de muchas cosas. Piensa a menudo en esta muerte para prepararte para ella y para juzgar las cosas en su verdadero valor».

«Charles de Foucauld, en una época en la que no se hablaba de ecumenismo y menos aún de diálogo interreligioso, sin tener que hablar a nivel teológico con quienes no compartían su fe, fue un interlocutor que fue el hombre de la caridad. Ese es Charles de Foucauld el hermano universal», explicó el padre Bernard Ardura, postulador de la causa de canonización del padre de Foucauld, a Vatican News en 2020.

Desde entonces, han surgido comunidades de sacerdotes, religiosos y laicos que forman la familia espiritual de Carlos de Jesús. A través de su diversidad, estas comunidades muestran la unidad de su origen y su misión.

El autorJosé Luis Domingo

Corresponsal de Omnes en Francia.

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Carta a mamá

Al inicio de mayo, el mes de María, de la Madre, una carta para aquella a la que, cada día, llamamos madre con la seguridad de que nos escucha. 

3 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Hola Mami. ¿Cómo estás?:

Yo sigo bien aquí, dentro de esta bola enorme. ¡Cómo me gustaría poder verte ya la cara! Acariciar tus mejillas, sentir tus abrazos y oler tu pelo; pero, por ahora, creo que me queda un tiempo de estar aquí. Me gusta hablar contigo, porque sé que me escuchas, que estás pendiente de mí, y que le cuentas a papá cosas mías.

No me cabe en la cabeza cómo otros no hacen esto que tú y yo hacemos habitualmente: charlar; pegarnos un toquecito para saber que estamos juntos, aunque uno a un lado y otro al otro; explicarnos nuestras cosas, aunque yo no te oiga claramente como se oyen las personas cuando hablan entre ellas. A veces es un agobio estar aquí, ¿sabes? Hay muchas cosas que me oprimen, hay días en que me encuentro mal y me gustaría salir ya de una vez, pero en cuanto te lo explico, se me pasa. Me siento arropadito por ti, protegido, seguro.

Mis palabras son muy pobres aquí dentro. A veces, lo único que hago es repetir y repetir lo mismo 50 veces, pero a ti te encanta porque, en ese momento, estoy contigo y muchas palabras sobran cuando lo que nos decimos es “te quiero”.

¡Tengo tanta suerte de tener una madre! Yo creo que nada se parece más a Dios que una madre. Vosotras creáis la vida en vuestro interior y os dais como alimento; corregís, pero perdonáis siempre; ayudáis a vuestros vástagos en sus necesidades y los proveéis de todo lo que necesitan; os jugáis la vida con cada nueva criatura y, llegado el momento, sois capaces de darla por ella. No hay palabra que se parezca más a madre que amor.

Foto: Fernando Navarro

Pero tú eres una madre especial, porque no eres solo madre mía, sino de todos y tu nombre es el más dulce de los nombres: María.

Los que vivimos dentro de esta bola enorme que es el mundo, nos dirigimos a ti de forma especial en este mes de mayo donde, en la mitad del planeta, florece la primavera. Anhelamos encontrarnos contigo al otro lado, en el cielo, y poder verte en persona porque tú estás ya allí en cuerpo y alma. Multiplicamos nuestras oraciones porque sabemos que tú nos escuchas e intercedes por nosotros ante Papá Dios.

Millones de personas no sabríamos vivir sin tener contacto contigo, sin invocarte a menudo. Ante los agobios de la vida, acudimos a ti buscando el consuelo y nos gusta sentirnos arropados bajo tu manto. Entre las formas de dirigirnos a ti, en este mes que te dedicamos, lo hacemos principalmente con el Rosario, en el que, de tu mano, contemplamos cuánto nos amó tu Hijo y repetimos hasta 50 veces palabras llenas de cariño.

¡Qué suerte tengo de tenerte como madre! En el colmo de la donación, cuando ya tu Hijo me lo había dado todo, quiso dejarme a tu cargo y que yo también tuviera el privilegio de poder llamarte Immá (mamá).

Querida Immá:

En este mes de mayo quiero decirte de nuevo cuánto te quiero y te necesito; y quiero pedirte que me ayudes a hacerme pequeño, tan pequeño como un bebé, para poder, contigo como madre, y como nos invitó a hacer tu Hijo, nacer de nuevo.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

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Cultura

Reliquias de Nuestro Señor: la Santa túnica de Jesús

Continúa la serie dedicada a las reliquias de la pasión de Nuestro Señor Jesucristo, fijándonos, en esta ocasión en la túnica que, según el Evangelio, vestía Cristo y fue sorteada entre los romanos.

Alejandro Vázquez-Dodero·3 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 6 minutos

La Sagrada Túnica o Santa Túnica es una prenda que vestía Jesús antes de ser crucificado. La llevaría por dentro de otras prendas externas, y por tanto no quedaba a la vista.

Según la costumbre del tiempo, un judío –Jesucristo lo era– vestiría tres prendas: una túnica interior –interula– más o menos larga en función de la posición económica del individuo, con mangas cortas o medias mangas; una túnica larga –tunica– sujeta por la cintura y larga hasta los pies; y finalmente una capa –toga– que se vestía para salir de casa. La túnica podía ser de lana, tejida de una sola pieza de arriba abajo.

La Iglesia Católica ha dotado a la santa túnica de un simbolismo muy particular, a partir del modo como aparece en la Sagrada Escritura. En concreto, a partir de la referencia que hace el evangelio de san Juan 19:23-24: “Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo. Entonces dijeron entre sí: no la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será. Esto fue para que se cumpliese la Escritura, que dice: repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes. Y así hicieron los soldados”.

Significado tradicional y muestras de piedad.

Como veremos seguidamente, existen tres ejemplares que dicen ser la auténtica túnica sagrada. Ante esa incerteza –¿cuál sería la verdadera?– la Iglesia no puede más que considerarla como un símbolo.

El hecho de que, como dice el santo Evangelio, se trate de una única pieza tejida, sin costuras, ha llevado a la alegoría de la unidad como rasgo fundamental de la constitución y vitalidad de la Iglesia. En ciertas fuentes se menciona que la de Jesús pudo haber sido tejida por su Madre, santa María.

También el hecho de que la santa túnica no fuera repartida –troceada– entre los soldados, sino rifada, tradicionalmente ha invitado a considerar la confluencia en la Iglesia del elemento humano y visible de un lado, y de otro el aspecto espiritual, la continua asistencia del Espíritu Santo que la vivifica.

Hay quienes asocian la santa túnica al pudor y dignidad del hombre, en contraposición al significado del arrebato violento por parte de los soldados al desnudar a Jesús, según refiere el santo Evangelio, que representaría el degradable trato del cuerpo humano a tenor del vicio de la impureza.

Existen muchas tradiciones piadosas que veneran la santa túnica, como por ejemplo la multitud de peregrinaciones a Tréveris que han tenido lugar desde principios del siglo XVI, donde, como veremos a continuación, se conserva la más renombrada reliquia de la santa túnica. Cabe destacar que desde el siglo XX esas peregrinaciones tienen carácter ecuménico, es decir, está llamado a ellas cualquier cristiano, y no sólo los católicos.

Distintos ejemplares de la santa túnica. Procedencia según tradición, autenticidad y estado de conservación.

Varias son las reliquias que dicen ser la túnica que vistió Nuestro Señor antes del inicio de su pasión o via crucis. Se encuentran en Alemania, Francia y Rusia. Cada una procede de una tradición distinta que justifica el porqué se hallan donde se hallan.

La Iglesia no se ha pronunciado acerca de la autenticidad de ninguna de ellas, aunque admite su veneración en tanto las consideremos representaciones que ayudan a vivir devotamente la fe.

Tréveris (Alemania):

Según cuenta la tradición fue la madre del emperador romano Constantino, santa Elena, quien en el siglo IV recuperó la santa túnica en una de sus peregrinaciones a Tierra Santa. Ello no obstante los relatos que nos han llegado de la estancia de la santa en Jerusalén solo se refieran al encuentro de la cruz de Cristo, y no digan nada sobre la santa túnica.

No será hasta el siglo IX cuando se escriba acerca de la existencia de la santa túnica en Tréveris, cuya obtención en efecto se atribuye a santa Elena. Pero entre ese siglo y el XIX fue llevada de un sitio para otro –Coblenza, Colonia, Augsburgo, entre otras ciudades– hasta que volvió a Tréveris, donde se halla actualmente.

Cabe destacar que el propio Lutero en el siglo XVI denigró fuertemente la autenticidad de la reliquia y su procedencia. Se preguntaba –ridiculizando a sus devotos veneradores– cómo podía ser que una prenda de Cristo se descubriese tras varios siglos desde la muerte de Cristo, y cómo habría llegado desde Palestina a Tréveris, lo que no estaba nada claro. Acusaría al emperador de falsificar la santa túnica con el objetivo de reforzar su autoridad.

En favor de la veracidad de la tradición de esta versión de santa túnica cabe señalar que los arqueólogos han descubierto en las excavaciones de la antigua catedral de Tréveris varios graffitis que atestiguan una serie de plegarias o peticiones a Jesucristo, y en un lugar separado del templo, lo que justificaría que allí estuviera la reliquia para veneración de los peregrinos.

En cuanto al estado de conservación de la reliquia, cabe destacar que esta versión de santa túnica cuenta con varias capas superpuestas a la original para su conservación. Y sobre su antigüedad, ya en el siglo XX se realizó un examen que la dató en el siglo I.

Argenteuil (Francia):

Desde mediados del siglo IX tenemos constancia de la existencia de este ejemplar de la santa túnica en la iglesia de los benedictinos de Argenteuil. También parece que estuvo en Constantinopla y Jerusalén, pero Carlomagno la trasladó a Argenteuil para su custodia definitiva.

Debido a los ataques vikingos, durante un determinado período la reliquia fue ocultada dentro de un muro de la iglesia, época durante la cual no fue exhibida al público para su veneración. A mediados del siglo XVI la abadía benedictina fue incendiada; sin embargo, la santa túnica se conservó, e ilustres personajes como el rey Enrique III, María de Medicis, o Luis XIII pudieron venerarla. En el siglo XVII el papa Inocencio X reconoció oficialmente tal veneración, momento a partir del cual la reliquia recibiría muchas más visitas.

Al finalizar la revolución francesa el monasterio benedictino de Argenteuil fue abolido, y la santa túnica fue trasladada a la iglesia parroquial. Ahora bien, ante los ataques que estaban sufriendo otras reliquias, el abad decidió trocear la santa túnica y esconder las distintas partes en sitios diversos. Dicho abad fue encarcelado, y al ser liberado recuperó prácticamente todos los pedazos de la santa túnica, y pudo recomponerla casi en su totalidad.

En el siglo XIX, a fin de protegerla, sus distintas partes fueron cosidas en una túnica de seda blanca, a modo de soporte de esos trozos recompuestos.

Se han realizado varios estudios para su datación. Las conclusiones más determinantes de su autenticidad son las relativas a su teñido, que sería del siglo I. Además, se concluyó que fue tejida en una sola pieza, y a través de un procedimiento similar al que se estilaba en Siria y Palestina en el siglo I.

A diferencia de la santa túnica de Tréveris, la de Argenteuil presenta manchas de sangre. Los análisis realizados concluyen que se asimilan a las de la sábana santa de Turín, incluso en el grupo sanguíneo, si bien la primera presentaría gotas de sangre de un cuerpo en movimiento –capa externa– mientras que la síndone de Turín –capa interna– sería la de un cuerpo estático.

Ya en el siglo XXI fueron realizadas las pruebas del carbono 14 sobre la santa túnica, y la datación a la que se llegó fue del siglo VII, pero se justificó señalando que podría deberse a una posible contaminación de la muestra tenida en cuenta.

Mtskheta (Georgia):

Por último, tras habernos referido a las santas túnicas de Tréveris y Argenteuil, que, aunque no fueran auténticas, existen, contamos con un tercer ejemplar de esa reliquia, que a su vez cuenta con varias versiones.

Al poco de morir Jesucristo la reliquia llegaría a manos de Sidonia, una joven residente en la localidad georgiana de Mtskheta, en el Cáucaso, la actual Georgia.

Como sucede con las otras versiones –alemana y francesa– de santa túnica, la de Mtskheta sería troceada y repartida por San Petersburgo, Moscú, Kiev y otras ciudades rusas. Siempre por motivos de preservación ante posibles ataques a su integridad.

Cuenta la tradición que al echar suertes los romanos sobre la túnica de Jesús, un súbdito georgiano, Elioz, se encontraba en Jerusalén. Consiguió hacerse con la túnica y la llevó a su país, entregándosela a su hermana, Sidonia. Ésta, que llegaría a ser proclamada santa, al verla la agarró con tanto fervor e ímpetu que murió en el acto, siendo enterrada junto con ella. Allí crecería un cedro del Líbano, que duraría siglos y siglos, y ante el cual rezarían generaciones y generaciones. En aquel sitio se construiría la primera iglesia georgiana, y a través de la madera del cedro se obraron una serie de milagros.

Fue a partir del siglo XI cuando empezó a difundirse la fama de la reliquia. En el siglo XIV la iglesia de Mtskheta en la que se encontraba depositada la santa túnica fue destruida, si bien la reliquia se salvó al conservarse hasta su reconstrucción en la cámara de los tesoros.

En el siglo XVI tiene lugar un hecho que refleja nuevamente la existencia de esta versión de santa túnica: consta documentada la entrega al patriarca moscovita de la denominada “santa túnica de Georgia”, proveniente de la iglesia de Mtskheta. Fue entonces cuando se erigió en su honor el monasterio de la nueva Jerusalén de Istra, al que fue llevado la santa túnica.

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Vaticano

El Papa Francisco: “En la dramática situación actual, Madre de Dios, recurrimos a ti”

La oración del Papa en San Pedro ha puesto en marcha la cadena de oración del Rosario, para pedir a la Santísima Virgen el fin de la pandemia, que durará todo el mes de mayo y conectará a santuarios marianos de todo el mundo.

Emilio Mur·2 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

​A las 18:00 horas de Roma, en la basílica de San Pedro y ante la imagen de la Virgen del Socorro, venerada desde el siglo VII, el Papa ha dado comienzo a la cadena de rezo del Rosario para pedir el fin de la pandemia, que durará hasta el 31 de mayo. Ese día, el último de mayo, el Santo Padre cerrará también la cadena de oración, que cada día del mes cederá el protagonismo a un santuario mariano diferente en todo el mundo. 

Después de rezar los cinco misterios y de cantar la Salve y la letanía lauretana, Francisco ha dirigido una oración particular a la Santísima Virgen: “En la situación dramática actual, cargada de sufrimientos y de angustias que envuelven y acucian al mundo entero, recurrimos a ti,Madre de Dios y Madre nuestra, y buscamos refugio bajo tu protección”. Luego, el Papa ha bendecido los rosarios que se enviarán a los treinta santuarios que se encargarán de dirigir el rezo del Rosario en sus países, y a los que todos se podrán unir a través de los medios de comunicación. 

El monasterio de Montserrat, en España, ha sido seleccionado para la oración del día 22 de mayo, y entre los demás santuarios se encuentran los de Nuestra Señora de Walsingham en Inglaterra, Częstochowa en Polonia, la Anunciación en Nazaret, Aparecida en Brasil, Luján en Argentina, Loreto en Italia o la Inmaculada Concepción en los Estados Unidos.

También en el Regina Coeli de hoy día 2 de mayo, en que se celebra el día de la madre en muchos lugares, el Papa ha vuelto a dirigir la mirada a Santa María para pedirle que “nos ayude a permanecer en Cristo, en su amor, en su palabra, para dar testimonio del Señorresucitado en el mundo”. 

Desde los apartamentos pontificios que dan a la plaza de San Pedro, el Papa se dirigía a los presentes en número limitado por las causas sanitarias conocidas, y a todo el mundo. En las palabras pronunciadas tras la oración mariana del mediodía, se ha hecho eco de la petición de los católicos de Myanmar para que se dedique un avemaría del rosario de cada día a pedir la paz en su país.

En su comentario al Evangelio de este quinto domingo de Pascua, que contiene la parábola de la vid y los sarmientos, la que el Santo Padre ha destacado la insistencia de Jesús en el verbo “permanecer”:“Permanezcan en mí y yo en ustedes” (Juan, 15, 4) diceJesús; y lo repite otras seis veces en el pasaje propuesto por la liturgia. Francisco ha explicado que se trata de una permanencia “activa”, ha explicado, y también de una permanencia “recíproca”. En efecto, “sin la vid los sarmientos no pueden hacer nada, necesitan la savia para crecer y dar fruto; pero también la vid necesita los sarmientos, porque los frutos no brotan del tronco del árbol”. 

Nosotros los cristianos necesitamos a Jesús, porque sin Él no podemos ser buenos cristianos. Pero asimismo,“Jesús, como la vid con los sarmientos, nos necesita”. ¿En qué sentido? Responde el Santo Padre: “Necesita de nuestro testimonio”. 

Ese es precisamente el fruto que debemos dar, como sarmientos. Anunciar al mundo la buena nueva del Reino con palabras y con obras es tarea de todos los cristianos, desde que Jesús ascendió al cielo junto a su Padre. Y es la unión con Cristo, principalmente en la oración, la que nos asegura “los dones del Espíritu Santo, y así podemos hacer el bien al prójimo y a la sociedad, a la Iglesia. Por sus frutos se reconoce el árbol. Una vida verdaderamente cristiana da testimonio de Cristo”. 

Otras menciones del Santo Padre después del Regina Coeli han sido para la reciente beatificación en Venezuela del médico Jorge Gregorio Hernández, y para los cristianos ortodoxos y de las Iglesias orientales que hoy celebran la Pascua, de acuerdo con su tradición litúrgica.

El autorEmilio Mur

Evangelización

Vías de evangelización: ¿Ha enterrado la ciencia a Dios?

Una ciencia sin apertura a la sabiduría humana y divina, se convierte en un poder perverso, terrible. En cambio, el buen humanismo orienta rectamente el sentido de la ciencia al servicio del hombre.

José Miguel Granados·2 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Es la pregunta que se plantea en el título de uno de sus libros (Rialp, Madrid 2020) el matemático, profesor emérito de filosofía de la ciencia de la universidad de Oxford, John C. Lennox.

Afirma que en ocasiones algunos confunden al verdadero Dios con las divinidades mitológicas, con los dioses fabricados para “tapar los agujeros”. Es decir, la religión sería la explicación de lo que no entendemos, hasta que llega la ciencia y lo explica; y, entonces, sobran esos dioses mágicos.

Pero, en realidad, el Dios revelado es el que creó todo, no solo lo que no entendemos: es quien da razón de todo cuanto existe. La fe no es una superstición para rellenar vacíos sino el fundamento primero y el sentido último de la vida. La pregunta “¿quién creó a dios?” sirve para los ídolos, meras deformaciones irreales, no para el Dios verdadero increado. Él es la causa de todo cuanto existe.

Los materialistas pretenden que hay una alternativa ineludible entre la ciencia y Dios, pero realmente esa imagen de dios que proponen no es más que una caricatura. Además, su ciencia pretende constituirse reductivamente en el único saber consistente y verificable, capaz de explicarlo todo, excluyendo otras fuentes de conocimiento; y ello de modo apriórico y dogmático, sin base científica que lo avale.

Ciertamente, las explicaciones científicas son válidas, pero parciales y limitadas. Hay otro tipo de explicaciones plausibles y complementarias. Los científicos sabios evitan la arrogancia absurda de pretender que su conocimiento y su método es el único aceptable. Hay otros enfoques y perspectivas válidos y necesarios.

El libro

Título: ¿Ha enterrado la ciencia a Dios?
Autor: John C. Lennox
Editorial: Rialp
Páginas: 278
Año: 2021

En efecto, la ciencia no responde a las cuestiones de sentido o de antropología y ética; no puede hacerlo, porque su método de trabajo no lo permite. En cambio, la filosofía, la moral y la cultura, basadas en la lógica metafísica, en las mejores tradiciones de los pueblos y en la experiencia común, dan respuestas a la búsqueda de sentido de la vida y del obrar humanos, incluida la actividad científica. Una ciencia sin apertura a la sabiduría humana y divina, se convierte en un poder perverso, terrible. En cambio, el buen humanismo orienta rectamente el sentido de la ciencia al servicio del hombre.

El gran engaño del positivismo excluyente es la pretensión de que las leyes de la naturaleza explican la realidad misma de la naturaleza. Así ocurre, por ejemplo, con la gravedad, la energía, el tiempo: la ciencia indaga su estructura, pero no alcanza su esencia y su causa última en el conjunto del universo. Pues la ciencia explica en un cierto nivel. Pero ha de tener humildad y apertura al resto de las fuentes de conocimiento, pues afirmar que la ciencia es el único saber válido es falso, ridículo y acientífico.

La ciencia explica en un cierto nivel. Pero ha de tener humildad y apertura al resto de las fuentes de conocimiento.

José Miguel Granados

Además, también es sensato acoger la revelación sobrenatural del Dios personal que se comunica con los hombres. La fe cristiana no es una mera ficción contraria a la evidencia: no es ciega sino luminosa. De hecho, ofrece abundantes signos y pruebas para creer, como los milagros, las profecías, la lógica y belleza de la doctrina cristiana, que satisface los profundos deseos del corazón, la admirable figura de Cristo, la santidad de tantas vidas de creyentes, la plenitud humana y de civilización que ha traído el evangelio.

El reduccionismo del cientifismo materialista y ateo, que pretende que el mundo carece de finalidad y de inteligencia creadora, aboca al caos o al absurdo. Sin embargo, los códigos genéticos, con miles de millones de signos en perfecto orden, hablan de una mente ordenadora superior. La casualidad o el azar como explicación de la naturaleza es irracional, ilógica e imposible. Hay un diseño inteligente que remite a un Diseñador personal. Hay un lenguaje en la creación que remite a su Autor trascendente.

Los científicos ateos y materialistas dicen confiar en su cerebro como mera función orgánica, pero paradójicamente no creen en una Razón creadora que está en su origen. La racionalidad humana es también evidencia de una Razón personal creadora como su causa. Sin un Dios que es la Razón suprema de la naturaleza, que es la Mente del universo, la ciencia no sale de la pura irracionalidad, y queda abocada al determinismo, a la fatalidad o al sinsentido.

Como se afirma en el prólogo del evangelio de san Juan, “al principio existía el Verbo”, el Logos, que es la Razón divina y el Sentido originario del cosmos. “Por él fueron hechas todas las cosas”. En todas las criaturas deja la huella, la impronta de su armonía y de su equilibrio, conforme a una finalidad, a un diseño originario inteligente. Él es la clave del cosmos y de la historia.

Las ciencias descubren y describen las leyes de la naturaleza, con grandes esfuerzos y logros, pero también con enormes limitaciones. En cambio, Dios crea esas leyes, ese orden: es su causa. En definitiva, la verdadera ciencia entierra el ateísmo materialista pretendidamente científico, porque para hacer ciencia se requiere al Dios personal -eterno y sabio, todopoderoso y bueno- como fundamento de la racionalidad y del orden de la naturaleza.

Teología del siglo XX

“La Teología: un antes y un después en mi manera de concebir el mundo”

El anhelo de Dios late en los corazones, sabiéndolo o no. Muchos laicos buscan modos de acercarse a la fe y conocerla mejor. Isabel Saiz, que estudió Derecho y Administración y Dirección de Empresas (ADE), explica cómo le influyó estudiar Teología en su modo de concebir el mundo, y habla del deseo de Dios.

Rafael Miner·2 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 11 minutos

Desde hace siglos se conocen varias exclamaciones de san Agustín que recoge en sus obras, en especial en las Confesiones. Alguna se puede ver en no pocos templos católicos: “Nos hiciste para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”. Otra es la famosa “Tarde te amé. ¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y he aquí que tú estabas dentro de mí, y yo fuera, y por fuera te buscaba; y deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, más yo no estaba contigo”.

Al repasar esas frases, hace unos días, recordé un poema de Nietzsche, dedicado al Dios desconocido. Ahí, cuando tenía 20 años, el filósofo alemán decía en 1864: “¡Quiero conocerte, Desconocido, tú que ahondas en mi alma, que surcas mi vida cual tormenta, tú, inaprehensible, mi semejante! Quiero conocerte, servirte quiero”. Lo he visto comentado por el profesor de Teología, Ramiro Pellitero, colaborador de Omnes.

El Papa Francisco reflexionaba hace unos años, un 28 de agosto, sobre la inquietud de san Agustín, y decía que “en esas palabras está la síntesis de toda su vida”. Y se preguntaba: “¿Qué inquietud fundamental vive Agustín en su vida? O tal vez debería decir más bien: ¿qué inquietudes nos invita a suscitar y a mantener vivas en nuestra vida este gran hombre y santo? Propongo tres: la inquietud de la búsqueda espiritual, la inquietud del encuentro con Dios, la inquietud del amor”.

Estos días me he enfrascado en un volumen escrito por Fulgencio Espa, titulado Un camino por descubrir. Introducción a la teología, de Ediciones Palabra. Se incluye en una ambiciosa colección dirigida por el profesor Nicolás Alvarez de las Asturias, Buscando entender, pero que podría denominarse, por ejemplo, Teología para todos, o al alcance de todos. Está dirigida a cualquier persona interesada en profundizar en su fe, sin que necesite mayor formación inicial que la recibida con ocasión de la recepción de los sacramentos de la iniciación cristiana. Habrá cinco volúmenes por año, hasta 2024.

Título: Un camino por descubrir. Introducción a la teología
Autor: Fulgencio Espa
Editorial: Palabra
Páginas: 122
Año: 2021

Conocer mejor la fe

A san Agustín le decían algunos: “Tengo que entender para creer”. Y el santo obispo de Hipona les respondía: “Cree para entender”. Al final, como reconoce él mismo, “ambos decimos verdad. Pongámonos de acuerdo”. En efecto, “se cree para entender y se entiende para creer. Teología es justamente ese saber: la ciencia dedicada a profundizar en la fe y sus misterios: la Trinidad, Cristo, la gracia, la Virgen, la Iglesia…”, escribe Espa.

Cada vez más, es cierto que muchos laicos buscan modos de acercarse a la fe y conocerla mejor. En parroquias, en grupos, con amigos. Existen materiales. Por ejemplo, el Compendio del Catecismo de la doctrina cristiana, muchas obras… Esta Colección de Palabra puede ser una de estas ayudas.

“Tenemos que tener el coraje de explicar la fe”, decía hace unos días en un Foro Omnes la profesora de la Universidad de Notre Dame, Tracey Rowland. Pues bien, hoy charlamos con Isabel Saiz Ros, que escribe un par de libros de la Colección, sobre Antropología Teológica, y que enseguida explicará en qué consiste eso.

Esta madrileña es un buen ejemplo de una persona con estudios civiles, Derecho y ADE, que trabaja en una asesoría de empresas, y que explica cómo le ha “cambiado” estudiar Teología en Roma, hasta el punto de obtener el Bachillerato de Teología con rango universitario, en este caso en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz.

Antes de adentrarnos en la conversación, Isabel Saiz reconoce de entrada: “Es verdad que esto ha supuesto un antes y un después en mi manera de concebir el mundo… En este sentido, me encantaría que todo el mundo pudiera ‘acceder’ a la Teología y hacer ‘sus descubrimientos personales’”.

En primer lugar, un breve repaso de su trayectoria…

-Estudié Derecho y ADE sobre todo por una razón práctica, pensando en la amplitud de las salidas profesionales. Quizá también porque era la carrera de moda y porque mis padres tienen una asesoría de empresas. La carrera me gustó, aunque me costó lo suyo (especialmente las asignaturas de números).

A medida que avanzaba en la carrera me parecía que, por un lado, era más capaz de comprender cómo funciona este mundo en el que vivimos: el porqué de las crisis económicas, el funcionamiento de los sistemas políticos, las relaciones jurídicas que están detrás de cada realidad, etc. Pero, al mismo tiempo, las ideas de fondo -los porqués, digamos- que yo conseguía captar en cada asignatura- me parecían contradictorias, sesgadas e insuficientes, a veces demasiado ideológicas.

Cada profesor hablaba según su propia manera de entender el mundo, su propia visión del hombre, su personal filosofía o ideología. El contraste tan grande que veía entre la manera de entender el mundo que me habían transmitido en casa y el que lograba percibir a mi alrededor, alimentó mi deseo de formarme cristianamente en más profundidad, así que me planteé la posibilidad de ir a Roma a estudiar Teología.

Ciertamente el estudio de la Teología ha superado mis expectativas, y con creces.

¿Qué le ha aportado estudiar Teología?

-Los estudios teológicos me han proporcionado una visión completa y unificadora de la realidad. Te hacen capaz de ver todo en unidad, de construir un relato claro, con principio y fin, en el que cada pieza encaja. Los dogmas no son tan “dogmáticos” como parecen, porque son “hasta cierto punto” explicables, la moral es en realidad el camino para llegar a ser verdaderamente feliz, el mal puede explicarse y el dolor y el sufrimiento adquieren un valor y sentido profundos… La Teología permite adquirir un conocimiento que penetra las razones, ver la realidad con una profundidad y una belleza nuevas. Al final, la razón de todo la encuentras en un Dios que es Amor y cuyo Rostro es Cristo.

Al mismo tiempo, paradójicamente, aunque parece que “todo se podría explicar”, en realidad nunca nada se puede explicar del todo. Dios parece mostrarse y velarse al mismo tiempo. La Teología me ha ayudado a entender que la actitud adecuada para acercarse a las cosas es la humildad, pues el Misterio nunca va a poder ser aprehendido del todo. La razonabilidad y el misterio se dan la mano.

En las clases repetían mucho esta idea de que cuando un teólogo llegaba a una cumbre siempre se encontraba ahí un santo. Es verdad, para llegar a adentrarse en los misterios del corazón misericordioso de Dios, no basta la Teología, además hace falta la oración. Doctrina y piedad. Teología y relación personal con Cristo.

Usted también enseña Teología. ¿Puede comentar a los visitantes y lectores de Omnes el interés que ha encontrado al enseñarla a gente de a pie, y las dificultades que encuentra?

-Creo que el interés es algo que hay que saber despertar y para eso es importante tocar las teclas adecuadas. Aunque no lo expresemos igual o no seamos conscientes del mismo modo, en realidad todos anhelamos lo mismo. Para sacar a relucir ese profundo deseo de Dios que todos tenemos es importante conocer, por un lado, con qué conectamos los hombres y mujeres de hoy, qué nos preocupa, nos duele, nos da miedo…

Y también, por otro lado, los lenguajes y modos que hay usar para llegar a conectar y transmitir el mensaje. En el fondo, es ser capaz de saber a quién tienes delante y de hacerte a él. Por ejemplo, a la hora explicar la Creación, podrías partir del evolucionismo, pues es algo que todos entendemos, y desde ahí, explicar cómo Dios crea desde la nada, lo cual es perfectamente compatible con el evolucionismo.

En este sentido, las dificultades son exactamente las mismas de las que puedo tener yo. Para poder llegar a comprender la fe en toda su belleza y profundidad hay que partir de una filosofía adecuada, pero la formación filosófica es cada vez más pobre, por lo que hay que partir de más abajo, de lo básico, sin dar nada por supuesto.

El interés es algo que hay que saber despertar y para eso es importante tocar las teclas adecuadas.

Isabel Saiz

El estudio de la Trinidad, por ejemplo, se basa en una serie de conceptos filosóficos -sustancia, accidente, persona…-, que necesito saber previamente. Una de las consecuencias de la pérdida del realismo filosófico es el relativismo en el que -conscientes o no-, vivimos. Esta es otra gran dificultad, llegar a entender que las cosas son como son, y yo las descubro.

Para poder estar abierto intelectualmente a conocer la fe, tengo que partir de la idea de que se trata de hacer un camino para profundizar en la verdad de las cosas. Las verdades de fe no son una visión más del mundo, una teoría como otra cualquiera, sino realidades que se me invita a descubrir.

¿Qué retos percibe al intentar explicar a la gente la antropología teológica, de la que va a publicar un libro? No creo que la gente sepa lo que significa…

-Considero que el gran reto a la hora de enseñar Teología no es distinto del reto que la Iglesia tiene: el de ser capaz de mostrar el verdadero rostro de Cristo a los hombres y mujeres de cada tiempo y lugar.

Para eso es válido lo dicho anteriormente. Es importante hacerse al que tienes enfrente y, partiendo de su concepción del mundo, tratar de mostrarle a Cristo. Se trata de conectar no sólo intelectualmente sino afectivamente: llegar a la cabeza y llenar el corazón.

Vamos con la Antropología teológica…

-Cuando le comenté a mi familia que me habían pedido colaborar en la elaboración de un libro de Antropología teológica, uno de mis hermanos me preguntó si eso de la Antropología teológica consistía en estudiar cómo los distintos pueblos y culturas han visto y ven a Dios, a la divinidad.

Me hizo gracia porque justo es todo lo contrario. Más que estudiar cómo los hombres ven a Dios (lo que se podría llamar “Teología antropológica”), se trata de profundizar en la visión de Dios hacia el hombre: es comprender al ser humano en toda su hondura y belleza, desde Dios.

Y esta comprensión pasa por el estudio de la creación del hombre y la mujer a imagen y semejanza de Dios, creados para la felicidad, que se identifica con comunión con el Creador, con la libre respuesta al amor de Dios, con la colaboración con Él en el perfeccionamiento del mundo, a través de su trabajo y la procreación.

¿Y más adelante?

-En un segundo momento, la Antropología teológica estudia cómo en el principio de los tiempos el ser humano decide libremente rechazar a Dios. Este pecado cometido en los orígenes (pecado original), explica el mal, el dolor, la muerte y las profundas heridas que cada uno de nosotros puede constatar que existen en nuestro corazón, en nuestro ser: nuestra dificultad para saber cuál es el bien, para desearlo y para realizarlo.

Pero el amor y la misericordia de Dios no se detienen en ese rechazo del hombre, al contrario, llevan a Dios a entregarse a él hasta el punto de hacerse hombre y morir en una cruz, para que con su Vida, Muerte y Resurrección el hombre pueda volver a estar en comunión con Dios, pueda volver a ser hijo de Dios y a participar de su eterna felicidad.

Se trata de descubrir que cada uno de nosotros está llamado a una felicidad con mayúsculas.

Isabel Saiz

La Antropología teológica ahonda en lo que significa la vida de la gracia: ese gran don que Dios nos ha recuperado de hacernos hijos suyos, de hacernos partícipes de su propia vida.

En Cristo el hombre descubre a qué está llamado, a la comunión con el Padre a través de la unión con Él, a ser verdaderamente hombre, mujer, que no es otra cosa que dejar que el Espíritu Santo nos vaya transformando en Cristo. En Cristo puedo ver aquello a lo que estoy llamado a ser, mi mejor versión, mi yo más pleno y auténtico, y es el mismo Cristo quien va transformándome, a través de la gracia y mi libre colaboración.

 ¿Cómo lo podría sintetizar?

-En resumen, se trata de descubrir que cada uno de nosotros, a pesar de nuestras heridas y de nuestra debilidad -y muchas veces gracias a ellas-, está llamado a una felicidad con mayúsculas, a la comunión con Dios, a la vida de la gracia que se nos da en Cristo.

 Comente lo que le viene a la cabeza sobre algunos temas de actualidad. Parece que desciende la recepción de los sacramentos. ¿Conocemos qué son los sacramentos?

-La secularización de la sociedad occidental -no sólo la española- es un hecho indiscutible. No es nada sorprendente que los datos revelen cada vez menos afección a la Iglesia y menos práctica religiosa. Es la tendencia de nuestras sociedades, no ya desde hace décadas, sino siglos.

Hay multitud de estudios que analizan las causas últimas de esta secularización, las raíces filosóficas que han provocado “el cambio de paradigma”, el paso de la “Christianitas” medieval al laicismo moderno, pasando por el Renacimiento, la Ilustración, el Modernismo, etc. Creo que es necesario conocer cómo han ido sucediendo históricamente las cosas, cómo y por qué hemos llegado a la sociedad en la que vivimos. Pero no tanto para “buscar culpables” y lamentarnos por un pasado que quizá nunca existió, sino para poder llegar a comprender el mundo de hoy y al hombre de hoy en toda su profundidad. Con sus luces y sus sombras. Con sus debilidades y sus fortalezas. Con sus pecados y sus virtudes. No podemos mirar al pasado con lamento, al presente con rechazo y al futuro con pavor.

Quizá conocer la historia también ayuda a relativizar “el drama del secularismo”, que no es negarlo y mirar hacia otro lado, sino ponerlo en su sitio. En cada época los cristianos han tenido que hacer frente a multitud de dificultades, de incomprensiones, de incoherencias tanto “dentro” como “fuera”. El cristianismo es escandaloso porque Cristo es escándalo y lo va a ser siempre.

En algunos países puede llegar la persecución.

-Creo que esta situación de secularización, incluso de persecución intelectual, legislativa y cultural, puede ser una oportunidad que Dios nos brinda para que los cristianos de Occidente redescubramos precisamente esto, que la persecución -ya sea violenta y llamativa o silenciosa pero aún más insidiosa- forma parte de la vida del cristiano.

También es un momento para que crezcamos en confianza en Dios, en esperanza. Si ya no podemos esperar nada de las estructuras sociales, del Estado, de las leyes, tendremos que esperarlo de Dios. Y de un Dios que es señor de la Historia y la dirige. También puede ser un buen momento para crecer en la responsabilidad que cada uno de nosotros tenemos de llevar el mundo a Dios, de acercar el mundo a Dios y Dios al mundo, mediante nuestro trabajo, nuestra oración, nuestra entrega sincera a todos, nuestra preocupación social, etc. Quizá Dios también permita esto para que vayamos a lo esencial, para que redescubramos que lo verdaderamente importante es mi relación personal con Cristo.

No quiero parecer negativo, pero el interés de los jóvenes por la religión es bajo, según diversos estudios.

-Cuando yo estudié, la religión era obligatoria y contaba para la media -lo cual era un incentivo para estudiarla, cosa que ahora no sucede-. Los profesores de religión lo tienen muy difícil, son unos auténticos héroes porque lo tienen todo en contra, sobre todo en determinados ambientes.

Foto: CNS

Pero todo ese esfuerzo no es vano, como dice el Papa Francisco en Evangelii Gaudium: “Como no siempre vemos esos brotes, nos hace falta una certeza interior y es la convicción de que Dios puede actuar en cualquier circunstancia, también en medio de aparentes fracasos […]. Es saber con certeza que quien se ofrece y se entrega a Dios por amor seguramente será fecundo (cf. Jn 15,5). Tal fecundidad es muchas veces invisible, inaferrable, no puede ser contabilizada. Uno sabe bien que su vida dará frutos, pero sin pretender saber cómo, ni dónde, ni cuándo. Tiene la seguridad de que no se pierde ninguno de sus trabajos realizados con amor, no se pierde ninguna de sus preocupaciones sinceras por los demás, no se pierde ningún acto de amor a Dios, no se pierde ningún cansancio generoso, no se pierde ninguna dolorosa paciencia […]” (Evangelii Gaudium, 279). 

Mi experiencia es que la propuesta cristiana sigue llenando de luz los corazones de los jóvenes que se encuentran con Él, a veces del modo más inesperado. En cualquier caso, el “aparente fracaso” de las clases de religión, de las catequesis, de los distintos modos e instrumentos para mostrar a Cristo, nos sirve de aprendizaje y nos impulsa a pensar formas y modos nuevos, a repensarse, a reinventarse una y otra vez, que no es decir algo distinto, sino el mismo mensaje con modos nuevos. 

 Y la solidaridad en nuestro país es, sin embargo, alta, y se ha mostrado durante la pandemia.

-Creo que a los jóvenes se nos ha inculcado, de un modo u otro, la preocupación por el necesitado. Al menos esa es mi experiencia. No recuerdo que nadie me haya dicho, así de primeras, “no, a mí eso no me va” o algo por el estilo, a una propuesta de hacer algo de voluntariado. Y desde luego es increíble la cantidad de iniciativas que hay y van surgiendo, de todo tipo y modalidad, para intentar socorrer en algo al necesitado (desde llevar café caliente a los sintecho hasta pasar dos meses en Calcuta con los más pobres de entre los pobres).

También a raíz de la pandemia se ha visto una explosión de solidaridad: jóvenes que han llevado comida a los barrios más afectados, médicos que no ejercen y se han ofrecido voluntarios para atender a los enfermos de covid, incluso voluntarios para los ensayos clínicos de las vacunas, etc. 

En este sentido, las últimas reflexiones del Papa Francisco sobre la fraternidad universal recogidas su encíclica “Fratelli Tutti”, y su ejemplo personal de amor sincero y profundo a los más necesitados, son un estímulo continuo a mirar al otro, no sólo al que tengo más cerca sino a todos.

Concluimos la conversación con Isabel Saiz, cuya mirada positiva y llena de esperanza es alentadora. Podrán leerla en la colección Buscando Entender, de Ediciones Palabra, que dirige, como se ha señalado, el profesor Nicolás Alvarez de las Asturias. A través de él, podrán contactar con los autores, entre los que se encuentran, entre otros, José Manuel Horcajo, doctor en Teología como Fulgencio Espa, y párroco también en Madrid.

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Vaticano

Las siete invocaciones que el Papa añadió a las Letanías de San José

La Santa Sede ha publicado hoy la carta que la Congregación del Culto divino y la disciplina de los sacramentos ha enviado a las conferencias episcopales de todo el mundo para anunciarles la introducción de siete nuevas invocaciones en las Letanías de San José.

Maria José Atienza·1 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Estas invocaciones, como indica la carta, estan tomadas de las intervenciones de los Papas que han reflexionado sobre algunos aspectos de la figura del Patrón de la Iglesia universal. La fiesta de San José Obrero ha sido el marco de este anuncio que se encuadra dentro del ciento cincuenta aniversario de la declaración de san José como patrón de la Iglesia universal y el año dedicado al Santo Patriarca.

Las nuevas invocaciones

Lan invocaciones que se unirán a las actuales, son las siguientes:

Custos Redemptoris (cf. san Juan Pablo II, Exhort. Apost. Redemptoris custos);

Serve Christi (cf. san Pablo VI, homilía del 19-III-1966, citada en Redemptoris custos n. 8 y Patris corde n. 1);

Minister salutis (san Juan Crisóstomo, citado en Redemptoris custos, n. 8);

Fulcimen in difficultatibus (cf. Francisco, Carta Apost. Patris corde, prólogo);

Patrone exsulum (Patris corde, n. 5).

Patrone afflictorum (Patris corde, n. 5).

Patrone pauperum (Patris corde, n. 5).

La carta indica además que «corresponde a las Conferencias de Obispos traducir las Letanías a las lenguas de su competencia y publicarlas; dichas traducciones no necesitarán la confirmatio de la Sede Apostólica. Según su prudente criterio, las Conferencias de los Obispos podrán insertar también, en el lugar apropiado y conservando el género literario, otras invocaciones con las que se honra particularmente a san José en sus países.»

Letanías a san José (Traducción orientativa)

Señor, ten misericordia de nosotros

Cristo, ten misericordia de nosotros.

Señor, ten misericordia de nosotros.

Cristo óyenos.

Cristo escúchanos.

Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.

Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.

Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.

Santa María, ruega por nosotros.

San José, ruega por nosotros.

Ilustre descendiente de David, ruega por nosotros.

Luz de los Patriarcas, ruega por nosotros.

Custodio del Redentor, ruega por nosotros.

Esposo de la Madre de Dios, ruega por nosotros.

Casto guardián de la Virgen, ruega por nosotros.

Padre nutricio del Hijo de Dios, ruega por nosotros.

Celoso defensor de Cristo, ruega por nosotros.

Siervo de Cristo, ruega por nosotros.

Ministro de la Salvación, ruega por nosotros

Jefe de la Sagrada Familia, ruega por nosotros.

José, justísimo, ruega por nosotros.

José, castísimo, ruega por nosotros.

José, prudentísimo, ruega por nosotros.

José, valentísimo, ruega por nosotros.

José, fidelísimo, ruega por nosotros.

Espejo de paciencia, ruega por nosotros.

Amante de la pobreza, ruega por nosotros.

Modelo de trabajadores, ruega por nosotros.

Gloria de la vida doméstica, ruega por nosotros.

Custodio de Vírgenes, ruega por nosotros.

Columna de las familias, ruega por nosotros.

Apoyo en las dificultades, ruega por nosotros.

Consuelo de los desgraciados, ruega por nosotros.

Esperanza de los enfermos, ruega por nosotros.

Patrono de los exiliados, ruega por nosotros.

Patrono de los afligidos, ruega por nosotros.

Patrono de los pobres, ruega por nosotros.

Patrón de los moribundos, ruega por nosotros.

Terror de los demonios, ruega por nosotros.

Protector de la Santa Iglesia, ruega por nosotros.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos, Señor,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros.
V.- Le estableció señor de su casa.
R.- Y jefe de toda su hacienda.

Oremos: Oh Dios, que en tu inefable providencia, te dignaste elegir a San José por Esposo de tu Santísima Madre: concédenos, te rogamos, que merezcamos tener por intercesor en el cielo al que veneramos como protector en la tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

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FirmasRafael Palomino

Sociedades “juridificadas”

Las sociedades occidentales están intensamente juridificadas. El Derecho estatal lo invade todo. Los ciudadanos colapsan los juzgados esperando que el oráculo de la justicia solucione sus problemas.

1 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Hace pocos años, muchos problemas se solventaban sin necesidad de acudir a un juez o un tribunal. Esto era posible porque existía un substrato moral compartido. Hoy no es así.

Los grupos religiosos no pueden sustraerse a esta juridificación. Y no porque las religiones lo quieran, sino porque lo que Carl Schmitt llamó “legislación motorizada” (v.gr. la producción de normas estatales de forma desbocada para arreglarlo todo) se hace presente en sectores de la sociedad civil que antes se confiaban al libre arreglo de los individuos y grupos, incluido el sector religioso.

Por eso, a la vista de las noticias judiciales que pueblan la prensa, cada vez estoy más convencido de que las iglesias no solo necesitan creyentes fervorosos, ministros de culto ejemplares o hermosos lugares de culto. Necesitan también buenos abogados. Y una dosis no pequeña de mentalidad jurídica.

Un ejemplo entre muchos. El 22 de febrero de 2021 el Tribunal Supremo español tuvo que pronunciarse, ante una resolución de la Agencia Española de Protección de Datos desfavorable para los Testigos de Jehová, acerca de qué datos personales concretos de un exmiembro puede conservar una confesión religiosa. Lo de menos es el fallo de la sentencia, ratificando que solo se pueden conservar los datos mínimos para que la confesión religiosa pueda cumplir sus fines. Lo más importante es el debate de fondo. Es decir: se podría argumentar, no sin cierto fundamento, que las religiones son autónomas o independientes del Derecho del Estado: gozan de la autonomía en la gestión de sus asuntos internos, la libertas ecclesiae que se abrió paso en la Edad Media frente al poder temporal. Pero simultáneamente cada actuación que desarrolla un grupo religioso o una parte de él tiene una dimensión jurídica que no se puede ignorar, es más, que se debe tener presente… Lo cual nos aboca a una delicada operación de deslinde de competencias entre lo sacro y lo profano.

El autorRafael Palomino

Catedrático de Derecho Eclesiástico del Estado

Después de la pandemia, ¿qué le toca a la Iglesia?

Mientras Estados Unidos lucha por salir de la pandemia del coronavirus, la Iglesia en Estados Unidos se pregunta cómo será su futuro. Con muchas iglesias cerradas durante meses y una asistencia aún reducida, algunos obispos temen que la asistencia después de la pandemia pueda caer entre un 20% y un 40%.

1 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La preocupación de los obispos en EE. UU. se ha visto incrementada por una reciente encuesta de Gallup que mostraba que el porcentaje de católicos que dicen ser miembros de la Iglesia ha caído del 76% al 58% en los últimos 20 años, el doble de la caída porcentual de los protestantes. 

E incluso antes de la pandemia, una encuesta realizada en 2019 por el Pew Research Center sugería que hasta el 70% de los católicos estadounidenses creen que el pan y el vino utilizados para la Comunión son “símbolos del cuerpo y la sangre de Jesucristo”, en contra de las enseñanzas de la Iglesia. 

No todo es sombrío. El Anuario Estadístico de la Iglesia Católica del Vaticano dice que en 2019 Estados Unidos fue el cuarto país con católicos bautizados, incluyendo niños menores de siete años, y empató en el liderazgo de ordenaciones sacerdotales, junto con la India.  Los estudios transversales muestran un descenso en los matrimonios y bautismos sacramentales, y no hay duda de que la Iglesia católica en Estados Unidos se enfrenta a crecientes desafíos, mientras lucha por mantener una gran infraestructura de parroquias, escuelas y hospitales. 

Según la encuesta de Gallup, el número de miembros de la iglesia de cualquier tipo en Estados Unidos ha disminuido drásticamente en los últimos 20 años, una caída sin precedentes por debajo del 50% por primera vez y que se extiende a todos los grupos demográficos. Al mismo tiempo, el número de “nones” – los que no tienen afiliación religiosa – está creciendo, con casi un tercio de los menores de 35 años en esta categoría. Esto sugiere que hay fuerzas culturales más amplias que afectan a todos los grupos religiosos. 

La respuesta de la Iglesia es objeto de un gran debate. Aunque los obispos luchan contra sus propias divisiones, parecen estar unidos en su deseo de centrar una mayor atención en la Eucaristía como punto de partida necesario. El obispo auxiliar de Los Ángeles, Robert Barron, ha estado alentando un renacimiento eucarístico y un mayor esfuerzo de evangelización. 

Barron, que calificó los resultados de la Encuesta Pew como “un fracaso masivo por parte de los educadores y catequistas católicos, predicadores y profesores”, también ha expresado su preocupación por las divisiones ideológicas que dividen a la Iglesia estadounidense. El difícil reto al que se enfrentan los líderes de la Iglesia estadounidense en su intento de trazar un futuro post-pandémico es encontrar un camino para renovar la Iglesia internamente y comprometerse con una cultura pública cada vez más secular y diversa. 

Un punto de aliento: La Iglesia estadounidense no está sola. El Papa Francisco y muchos de los líderes de la Iglesia en los países desarrollados también están tratando de abordar lo que el Papa llama este “cambio de época”.

El autorGreg Erlandson

Periodista, autor y editor. Director de Catholic News Service (CNS)

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Enseñanzas del Papa

El Papa en marzo. Dejarse resucitar para ser testigos de la misericordia

Abril comenzó durante la semana santa. Avanzó en medio del asombro, entre la cruz y la resurrección. Asombro ante la entrega del Señor, la fuerza de su vida ahora con nosotros, y su misericordia, que se derrama por sus llagas, siempre abiertas por nosotros para todos.

Ramiro Pellitero·1 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

Siguen la pandemia, la crisis social y económica y los conflictos armados, recordaba Francisco en su mensaje urbi et orbi. Pero en Cristo resucitado está nuestro asombro y nuestra esperanza. Él nos apremia a dejarnos resucitar con Él a una vida nueva (más coherente desde ahora), a una vida de testimonio y de misericordia. 

Asombro y confianza ante la cruz

Ya durante la liturgia del domingo de ramos, como introducción a toda la celebración del misterio pascual, el Papa había manifestado, y propuesto para todos, un sentimiento de asombro por “el hecho de que llegue a la gloria por el camino de la humillación” (homilía 28-III-2021). “Dios está con nosotros en cada herida, en cada miedo. Ningún mal, ningún pecado tiene la última palabra. Dios vence, pero la palma de la victoria pasa por el madero de la cruz. 

Por eso las palmas y la cruz están juntas” (ibíd.). Por eso hemos de pedir la gracia del asombro; sin ella, la vida cristiana se vuelve gris y tiende a refugiarse en el legalismo y el clericalismo. Hemos de vencer la rutina, los remordimientos, las insatisfacciones, sobre todo la falta de fe. Necesitamos abrirnos al don del Espíritu, a esa “gracia del asombro”. Asombro al descubrirnos amados por Dios, que “sabe llenar de amor incluso el morir” (ibíd.).

El miércoles santo Francisco planteó la celebración del misterio pascual –en el conjunto de estos días– como un renovar o revivir “el camino del Cordero inocente inmolado por nuestra salvación” (audiencia general, 31-III-2021). 

Al día siguiente, en la misa crismal, explicó la necesidad de la cruz; pues, como manifiesta Jesús en su predicación, en su vida y en su entrega, “la hora del anuncio gozoso y la hora de la persecución y de la Cruz van juntas” (homilía, 1-IV-2021). Como consecuencia, el Papa proponía, especialmente para los sacerdotes presentes, dos reflexiones. En primer lugar, la presencia de la Cruz como horizonte, “desde antes” de que se desencadenaran aquellos infaustos acontecimientos, como un “a priori” (algo profetizado y previsto, aceptado y asumido y abrazado). Y no como una mera consecuencia o un daño colateral determinado por las circunstancias. “No. La cruz está siempre presente, desde el principio. En la cruz no hay ambigüedad” (ibíd.).

“Nos asombrará cómo la
grandeza de Dios se revela en la
pequeñez, cómo su belleza brilla
en los sencillos y en los pobres”.

En segundo lugar, si bien es verdad que la cruz es parte integral de nuestra condición humana y de nuestra fragilidad, también en la cruz está la mordedura de la serpiente, el veneno del maligno que pretende acabar con el Señor. Pero lo que consigue, como explica san Máximo el confesor, es lo contario. Pues al encontrarse con la mansedumbre infinita y la obediencia a la voluntad del Padre, eso se convirtió en un veneno para el demonio y un antídoto que neutraliza su poder sobre nosotros.

En definitiva: “Hay Cruz en el anuncio del Evangelio, es verdad, pero es una Cruz que salva”. Por tanto, no debemos asustarnos ni escandalizarnos ante los gritos ni las amenazas de los que no quieren oír la Palabra de Dios; ni tampoco hacer caso de los legalistas que quisieran reducirla a moralismo o clericalismo. Porque el anuncio del Evangelio recibe su eficacia no de nuestras palabras, sino de la fuerza de la cruz (cfr. 2 Co 1, 5; 4, 5). También por eso hemos de acudir a la oración, sabiendo que “sentir que el Señor nos da siempre lo que pedimos, pero lo hace a su modo divino”. Y eso no es masoquismo, sino amor hasta el final.

“Ir a Galilea”: recomenzar

En el evangelio, y también en nuestra vida, todo ello desemboca en la invitación pascual: “Él va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis” (Mc 16, 7). ¿“Qué significa para nosotros ir a Galilea”, se preguntaba Francisco en su homilía de la vigilia pascual, el sábado santo (3-IV-2021).

Ir a Galilea significa para nosotros tres cosas. En primer lugar, recomenzar siempre, a pesar de los fracasos y de las derrotas, desde los escombros del corazón, también después de estos meses oscuros de pandemia, no perder nunca la esperanza, porque Dios puede construir con notros una vida nueva, una historia nueva. 

Tercero, significa ir a las fronteras:a los que tienen dificultades en su vida cotidiana, a su entusiasmo o resignación, sus sonrisas y lágrimas: “Nos asombrará cómo la grandeza de Dios se revela en la pequeñez, cómo su belleza brilla en los sencillos y en los pobres”. Y así podremos abatir las barreras, vencer los prejuicios, superar los miedos, descubrir “la gracia de la cotidianeidad”.

Ser misericordiados y volverse misericordiosos

Cristo resucitado se aparece a sus discípulos. Los consuela y los fortalece. Son “misericordiados” y se vuelven misericordiosos. Son misericordiados “por medio de tres dones: primero Jesús les ofrece la paz, después el Espíritu, y finalmente las llagas” (homilía en el II Domingo de Pascua, 11-IV-2021).

Jesús les trae la paz, la paz del corazón, que les hace pasar del remordimiento a la misión. “No es tranquilidad, no es comodidad, es salir de uno mismo. La paz de Jesús libera de las cerrazones que paralizan, rompe las cadenas que aprisionan el corazón”. No los condena ni los humilla. Cree en ellos más de lo que creen en sí mismos; “Nos ama más de lo que nosotros mismos nos amamos” (san John Henry Newman).

“La paz de Jesús libera de las
cerrazones que paralizan,
rompe las cadenas que
aprisionan el corazón”.

Les da el Espíritu Santo y, con Él, el perdón de los pecados. Esto nos ayuda a comprender que “en el centro de la Confesión no estamos nosotros con nuestros pecados, sino Dios con su misericordia” (ibíd.). Es el sacramento de la resurrección: misericordia pura. 

Les ofrece sus llagas. “Las llagas son canales abiertos entre Él y nosotros, que derraman misericordia sobre nuestras miserias” (ibíd.). En cada Misa adoramos y besamos esas llagas que nos curan y nos fortalecen. Y ahí recomienza siempre el camino cristiano, para dar algo nuevo al mundo. 

Antes discutían sobre quién sería el más grande. Ahora han cambiado porque han descubierto que tienen en común el Cuerpo de Cristo y, con Él, el perdón y la misión. Y por eso no temen curar las llagas de los necesitados. Y Francisco nos anima a preguntarnos si somos misericordiosos o, por el contrario, vivimos una “fe a medias”. A dejarnos resucitar para ser testigos de la misericordia. 

Superar el virus de la indiferencia

En la misma línea, el Papa animaba a los obispos del Brasil –una de las conferencias episcopales más grandes de la Iglesia– a ser instrumentos de unidad. Unidad que no es uniformidad, sino armonía y reconciliación. 

En un videomensaje el 15 de abril les exhortaba a “trabajar juntos para superar no sólo el coronavirus, sino también otro virus, que desde hace tiempo infecta a la humanidad: el virus de la indiferencia, que nace del egoísmo y genera injusticia social”.

“Trabajar juntos para superar no
sólo el coronavirus, sino también
el virus de la indiferencia, que
nace del egoísmo y genera
injusticia social”.

El desafío –les recordaba– es grande; pero con las palabras de san Pablo, el Señor “no nos dio un espíritu de timidez, sino de fortaleza, caridad y templanza” (2 Tm 1, 7). Y ahí, en Jesús resucitado, su perdón y su fuerza, está nuestra esperanza. 

Abrirse al asombro ante la vida de Cristo y resucitar con Él, recomenzando por medio de la confesión de los pecados. Y ser testigos del amor y de la misericordia que transforman la vida. Tal es la propuesta para esta Pascua en tiempos recios.

Orientarse en las redes

1 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Las redes sociales -me refiero a Facebook, Instagram, TikTok, Twitter, Twitch…- son empresas con el objetivo de hacer negocio recopilando nuestra información. El descubrimiento de esta verdad puede empujarnos a reacciones instintivas que son completamente ineficaces. Sucedió hace meses a nivel mundial, por ejemplo, cuando millones de usuarios decidieron abandonar WhatsApp para suscribirse a otras aplicaciones como Telegram o Signal: al hacerlo, sin embargo, no reflexionaron sobre el hecho de que la lógica de los algoritmos es la misma. ¿Y entonces? ¿Cómo sobrevivir a los algoritmos utilizándolos en nuestro beneficio? ¿Cómo aprovechar el enorme potencial de la tecnología sin caer en las trampas que presenta? Muchos libros intentan responder a este dilema tan actual.

Sugiero, en primer lugar, comprobar en la web qué seguidores tiene el autor. “Donde hay camioneros nunca te equivocas”: este dicho para indicar la calidad del restaurante siempre ha sido eficaz. Sólo los que utilizan la web saben explicar cómo permanecer en ella sin dejarse atrapar.

El segundo criterio es el evangélico. Nuestra época, cada vez más interconectada, abre nuevas fronteras para compartir contenidos positivos, educativos y, por tanto, también evangélicos. Hay que llevar a Cristo a toda criatura y en el mundo de las redes sociales viven millones de personas, muchas de ellas jóvenes. 

Y he aquí el tercer criterio para elegir los libros que pueden ayudarnos: un sano espíritu crítico. Necesitamos ese equilibrio en el que el autor explica que no todo es bueno pero tampoco todo es malo, y para ello cuenta con sinceridad su receta para utilizar las redes sociales. Con una guía inteligente aprenderemos a seguir siendo libres para pensar por nosotros mismos sin plagiar nuestros pensamientos y acciones: deseando movernos como protagonistas en el universo social.

El autorMauro Leonardi

Sacerdote y escritor.

Los primeros 500 años del Evangelio en Filipinas

En 1521, hace quinientos años, se celebró en Filipinas la primera Misa, y comenzó un proceso de evangelización que produciría grandes frutos, tanto en ese país como en otros lugares de Asia y de todo el mundo. El autor explica el significado histórico de esta fecha.

1 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El 31 de marzo de 1521, domingo de Pascua, se celebró la primera misa en Filipinas, y desde entonces la Palabra de Dios se ha ido extendiendo por aquellas islas, a las sucesivas generaciones y en las tierras del lejano Oriente, hasta el día de hoy. Se han cumplido a la letra las palabras de la Sagrada Escritura: “Por sus frutos los conoceréis” (Lc 6, 43), pues no solo existen comunidades fieles de filipinos en el archipiélago, sino por el mundo entero, evangelizando tantas naciones con su ejemplo y su palabra. 

El Papa Francisco ha querido unirse a la alegría de toda la Iglesia con una solemne celebración eucarística en la basílica de san Pedro, el 14 de marzo. En la homilía quiso destacar dos grandes rasgos de aquella tarea evangelizadora, que involucró a toda la Iglesia en España.

En primer lugar, se refirió a la alegría y a la confianza en Dios como parte del Evangelio de Jesucristo, que han arraigado en el alma del pueblo filipino: “Habéis recibido la alegría del Evangelio: que Dios nos ha amado tanto que dio a su Hijo por nosotros. Y esta alegría se ve en vuestro pueblo, en vuestros ojos, rostros, canciones y oraciones”. Inmediatamente, señaló cómo la llamada de Jesucristo a predicar a todas las gentes encontró pronto eco en el pueblo filipino, que desde el principio se convirtió en el pueblo misionero de Asia, y expresó así su agradecimiento: “Quiero daros las gracias por la alegría que traéis al mundo entero y a las comunidades cristianas”

(CNS photo/Cristian Gennari)

Hubo dos hechos muy significativos en la ceremonia de la basílica de San Pedro: los representantes de la Iglesia en Filipinas peregrinaron a Roma con el Santo Niño de Cebú y con la cruz procesional que llevó a las islas Magallanes. Precisamente, la evangelización de esas islas se caracterizó por el impulso de las devociones y de la piedad popular: advocaciones de la Virgen en todas las ciudades, a san José, a los santos, así como la constitución de cofradías. Respecto a la cruz procesional de Magallanes, se trata de es un gesto de agradecimiento a España y, en concreto, al Patronato de Indias, que movilizó los medios materiales y las personas para llevar la fe a Filipinas mediante el envío de misioneros del clero regular y secular, y de obras de arte, retablos, orfebrería, para decorar dignamente los primeros templos cristianos, así como la construcción de hospitales, orfelinatos y asilos para ancianos. Asimismo, el nombre de Magallanes recuerda a los marinos españoles que dirigieron las naves hasta aquellas apartadas tierras y que, gracias a Legazpi y Urdaneta, encontraron las corrientes marinas que permitieron abrir una ruta marítimas desde México a Manila en 1565.

Desde entonces, la evangelización cobró un nuevo impulso y fueron llegando misioneros de diversas órdenes religiosas desde España, vía México: los agustinos, que en 1572 ya habían edificado en Manila su primer convento; y, en 1579, los franciscanos. En 1579 se erigió en Manila la primera sede episcopal y fue consagrado el primer obispo del archipiélago, el dominico Fray Domingo de Salazar. 

Finalmente, llegaron los jesuitas al archipiélago. A finales del siglo XVI ya había casi quinientos misioneros de diversas ordenes trabajando junto a sacerdotes del clero secular. El método evangelizador que siguieron fue el mismo que se había puesto en marcha en América años atrás: el llamado de los doce apóstoles, consistente en aprender la lengua de los nativos y sus costumbres e, inmediatamente, hablarles en directo de Jesucristo y su doctrina salvadora, para finalmente invitarles a creer en Él y, en caso positivo, prepararse para recibir el bautismo, y luego los demás sacramentos. A mitad del siglo XVII había en Filipinas dos millones de cristianos nativos.

El Papa Juan Pablo II recogía en 1987, en su Exhortación Pastoral Redemptoris missio, los diversos pasos de la evangelización hasta la implantación de la Iglesia diocesana, la aplicación de los Decretos Tridentinos, la puesta en marcha de los Sínodos diocesanos y de los primeros Seminarios diocesanos. 

Los altos cargos que gobernaban aquellas tierras -virreyes, presidentes de las Audiencias, gobernadores- eran seleccionados por el Consejo de Indias entre personas honradas y de buen nivel intelectual y, pasados unos años, regresaban a España tras someterse al llamado juicio de residencia. Gracias a estos mecanismos y a otras experiencias incorporadas a las leyes de Indias hay que reconocer que fue una colonización mucho menos controvertida que la americana.

Por otra parte, las leyes de Indias se aplicaban según el espíritu del testamento de Isabel la Católica, y se trataba a los nativos como verdaderos hombres libres y súbditos de la corona de Castilla, evangelizados según requerimiento de la donación del Papa Alejandro VI en las Bulas Inter Coetera de 1503 a los Reyes Católicos. Finalmente, otro hito en la evangelización de Filipinas, en continuidad con la de América, fue la pronta erección (1611) de la Universidad de Santo Tomás de Manila, una señal de la importancia que se daba a la educación universitaria y a la alfabetización.

El autorJosé Carlos Martín de la Hoz

Miembro de la academia de historia eclesiástica. Profesor del máster de Causas de los Santos del Dicasterio, asesor de la Conferencia Episcopal Española y director de la oficina de las causas de los santos del Opus Dei en España.

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Eutanasia. Correr hacia la propia destrucción.

1 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Al tiempo que niños y mayores aplaudían a los sanitarios desde los balcones, mientras se calificaba de héroes a médicos y enfermeras, en el mismo momento en que la lucha por la vida, por la salud, parecía ser el centro de la preocupación en España, el gobierno aprobaba, por la puerta de atrás y con una preocupante prisa, la ley de la eutanasia, elevando la muerte asistida a la categoría de derecho. La aprobación de una ley con las características de la española es preocupante desde todos los ángulos de vista y, por lo tanto, su aprobación, aparte de un fracaso, debe considerarse, para todas las personas que reconocen la dignidad del ser humano, un acicate para continuar cambiando el marco utilitarista y “de descarte” que da lugar a una ley de estas características. 

La entrada en vigor de la nueva ley de eutanasia no sólo despenaliza la opción de quitarse la vida, (lo que significa la eutanasia aunque la expresión sea más aséptica que tirarse desde una ventana) sino que, al considerarla un derecho prestacional, transforma el “derecho a morir” en una acción para la que el Estado ha de procurar los medios, tanto materiales como “formativos”. Resulta chocante si se tiene en cuenta además que, en España, los cuidados paliativos no tienen una ley que los ampare: se considera un derecho la eliminación de la vida, mientras el cuidado y protección de la misma queda a merced “del mercado”. En la actualidad, el desarrollo de la medicina y los cuidados paliativos rompen, por completo, la idea de que la muerte va acompañada de sufrimiento. La compasión se muestra ayudando a no sufrir y no ayudando a morir. De hecho, como señala el presidente del Colegio de médicos de Madrid, Manuel Martínez Sellés “el problema es que a la población se le está presentado la dualidad de eutanasia o sufrimiento. Pero la dualidad no es ésa”.

Manos enfermo

A quienes consideran la vida como un don que merece ser cuidado y respetado de principio a fin queda ahora el apasionante reto de trabajar para cambiar los marcos de interpretación actuales con los que trabaja la opinión pública en este tema. Marcos de interpretación entre los que se encuentran puntos tan delicados como el acercamiento a la compasión, el concepto de “vida digna”, la banalización de la muerte, la mercantilización de la vida o la consideración de que el progreso no es sino una alocada carrera de conquista de supuestos derechos individuales. A todos, en palabras del profesor Torralba, “nos ha de mover la convicción de que existen verdades como el valor de la vida, que la sociedad no debería olvidar”. 

Obligar a los médicos  y sanitarios a trabajar para la muerte y no para procurar el cuidado y mejora de la vida hiere gravemente la médula espinal de una sociedad sana y verdaderamente humana cuya característica habría de ser la de la atención, cuidado y promoción de los más débiles. 

Como describe uno de los colaboradores de Omnes, Javier Segura, “quien arroja como una carga a los más débiles, caminará más rápido, podrá correr incluso, pero lo hará hacia su propia destrucción”.

El autorOmnes

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Vaticano

El sistema procesal vaticano será igual para todos

Cardenales y obispos serán juzgados por el Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano, como todos los demás eliminando la posibilidad de recurrir a un Tribunal de Casación presidido por un cardenal como hasta ahora.

Maria José Atienza·1 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

La Santa Sede ha publicado un nuevo Motu proprio del papa Francisco, que entra en vigor el 1 de mayo y que modifica el sistema judicial del Estado de la Ciudad del Vaticano.

El cambio se produce en el artículo 24 del ordenamiento, que preveía que los cardenales y obispos acusados de delitos penales en el Estado Vaticano pudieran recurrir al Tribunal de Casación.

A partir de ahora serán juzgados por el Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano, como todos los demás. Sigue vigente, sin embargo, la necesidad de la autorización previa del Pontífice para llevar a juicio a cardenales y obispos.

El propio Papa ha recordado en la publicación de este Motu Proprio las palabras pronunciadas el 27 de marzo pasado durante la Apertura del Año Judicial y en el que apelaba a la necesidad de establecer un sistema de «igualdad de todos los miembros de la Iglesia y su igual dignidad y posición, sin privilegios».

Texto del Motu Proprio

Según la Constitución conciliar Lumen Gentium, en la Iglesia todos están llamados a la santidad y han alcanzado idéntica fe por la justicia de Dios; de hecho, «existe una auténtica igualdad entre todos en cuanto a la dignidad y a la acción común a todos los fieles en orden a la edificación del Cuerpo de Cristo.» (n. 32). La Constitución Gaudium et Spes afirma también que «todos los hombres … tienen la misma naturaleza y el mismo origen. Y porque, redimidos por Cristo, disfrutan de la misma vocación y de idéntico destino. (n. 29). Este principio está plenamente reconocido en el Código de Derecho Canónico de 1983, que establece en el canon 208: «se da entre todos los fieles .. una verdadera igualdad en cuanto a la dignidad y acción…».

La conciencia de estos valores y principios, progresivamente madurada en la comunidad eclesial, solicita hoy una conformidad cada vez más adecuada con ellos también en el ordenamiento vaticano.

En este sentido, en el reciente discurso de apertura del Año Judicial quise recordar » la necesidad prioritaria de que —también mediante los oportunos cambios normativos— en el actual sistema procesal aflore la igualdad de todos los miembros de la Iglesia y su igual dignidad y posición, sin privilegios que se remontan a otros tiempos que ya no están en consonancia con las responsabilidades que le corresponden a cada uno en la aedificatio Ecclesiae. Esto requiere solidez en la fe y coherencia en el comportamiento y las acciones.».

Partiendo de estas consideraciones, y sin perjuicio de cuanto se dispone en el derecho universal para algunos casos específicos expresamente indicados, se advierte hoy la necesidad de proceder a algunas ulteriores modificaciones del ordenamiento judicial del Estado de la Ciudad del Vaticano, también para garantizar a todos un juicio articulado de grado múltiple en línea con la dinámica seguida por la experiencia jurídica más avanzada a nivel internacional.

Dicho esto, con esta Carta Apostólica en forma de Motu Proprio, decreto que:

1. En la Ley sobre el ordenamiento judicial de 16 de marzo de 2020, n. CCCLI, en el art. 6, se añade el siguiente párrafo después del párrafo 3: «4. En los causas que afecten a los Eminentísimos Cardenales y los Excelentísimos Obispos, fuera de los casos previstos en el canon 1405 § 1, el tribunal juzga previo asenso del Sumo Pontífice»;

2. En la Ley sobre el ordenamiento judicial de 16 de marzo de 2020, n. CCCLI se deroga el art. 24.

Así lo decreto y establezco, sin perjuicio de cualquier disposición en contrario.

Establezco que esta Carta Apostólica en forma de Motu Proprio sea promulgada mediante su publicación en L’Osservatore Romano y entre en vigor al día siguiente.

Dado en Roma, desde el Palacio Apostólico, el 30 de abril del año 2021, noveno de mi Pontificado.

Franciscus

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Iniciativas

Tui Vigo estrena una versión musicalizada de Patris Corde

La Delegación de Liturgia de la diócesis gallega ha preparado una oración musicalizada con textos de la carta apostólica Patris Corde del Papa Francisco.

Maria José Atienza·1 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Un trabajo que ha llevado a cabo el prefecto de música de la Catedral de Tui, Daniel Goberna y que ha contado con la colaboración de María Mendoza en los arreglos y de varios jóvenes diocesanos de parroquias y del Colegio San José de Cluny en la grabación.

La parroquia viguesa de San José Obrero y Santa Rita será el escenario de esta presentación dentro de la eucaristía que presidirá, el sábado 1 de mayo a las 20:00h. Mons. Luis Quinteiro Fiuza, obispo de Tui-Vigo.

No es la única acción en torno al año dedicado al Santo Patriarca en la diócesis gallega. Además de 5 templos dedicados a San José, la Vicaría de Pastoral ha dedicado todo el mes de marzo a rezar la oración recomendada por el papa. Y así, durante los 31 días del mes de marzo, se ha publicado el texto acompañado de una de las imágenes del santo patriarca entre las veneradas en la diócesis de Tui Vigo.

Ecología integral

Martínez-Sellés: “Los plazos de la ley de eutanasia son acelerados”

La ley de eutanasia española se ha elaborado “a espaldas de la profesión médica”, y “los plazos son muy cortos, acelerados”, ha señalado el doctor Manuel Martínez-Sellés en un encuentro online del Centro Académico Romano Fundación (CARF).

Rafael Miner·30 de abril de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La regulación de la eutanasia que entrará en vigor el 25 de junio “va a suponer una quiebra de la relación de confianza médico-paciente”, y se ha elaborado “a espaldas de la profesión médica”, al tramitarse “sin consultar a los médicos”, ha manifestado el decano del Colegio de Médicos de Madrid, Dr. Manuel Martínez-Sellés, en un encuentro online organizado por el CARF en torno a “La verdad sobre la eutanasia”.

“Sorprende también que los procedimientos previstos en la ley sean tan acelerados”, señaló Martínez-Sellés, que es jefe de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. A su juicio, “todos los plazos que se dan son muy cortos”. Por ejemplo, se prescriben dos días al médico entre la primera solicitud de que lo que la ley llama “prestación de ayuda para morir” y “un proceso deliberativo” sobre su diagnóstico, posibilidades terapéuticas y resultados esperables, así como sobre “posibles cuidados paliativos”, una especialidad que no existe en España ni en los Países Bajos, subrayó.

El decano de los médicos madrileños reiteró que la eutanasia “no es un acto médico. No nos dedicamos a matar, sino a curar”, y la ley va “contra la esencia misma de la medicina”. También recordó que la Asociación Médica Mundial ha condenado la eutanasia y el suicidio asistido, “la última vez en octubre de 2019”. “Los médicos hemos de mantenernos fieles a nuestro juramente hipocrático”, concluyó Manuel Martínez-Sellés antes de responder a las numerosas preguntas de los asistentes al encuentro, en el que participaron cerca de 700 personas.

En el número de mayo de la revista Omnes se recogen unas declaraciones del Dr. Martínez-Sellés, en relación sobre todo a la objeción de conciencia. El decano madrileño considera “inaceptable una lista negra de objetores a la eutanasia”. En su opinión, “la objeción de conciencia es evidente que está reconocida. Lo que nos preocupa son las posibles consecuencias de esta objeción de conciencia, eso es lo que me parece más preocupante, el Registro de objetores, no sabemos qué consecuencias puede tener, y estamos analizando propuestas”.

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América Latina

La Iglesia beatifica a José Gregorio Hernández, el “médico de los pobres”

El doctor venezolano José Gregorio Hernández, conocido como el “médico de los pobres”, al que se tiene gran devoción en el país, es beatificado hoy, 30 de abril. El cardenal Parolin no podrá asistir finalmente a causa de la pandemia.

Rafael Miner·30 de abril de 2021·Tiempo de lectura: 8 minutos

Tal como anunció la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), la ceremonia de beatificación del Venerable Dr. José Gregorio Hernández, tendrá lugar el 30 de abril en el estadio universitario de la Universidad Central de Venezuela. La misa de beatificación será presidida por Monseñor Aldo Giordano, Nuncio Apostólico en Venezuela. Ayer mismo, el Papa lo nombró Copatrono del Ciclo de Estudios en Ciencias de la Paz de la Pontificia Universidad Lateranense de Roma.

A la ceremonia no podrá asistir el Secretario de Estado del Vaticano, cardenal Parolin, quien “por razones de fuerza mayor”, según un comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, “vinculadas sobre todo a la pandemia del Covid-19, no podrá viajar a Venezuela, como era su deseo, con motivo de la beatificación del Venerable Siervo de Dios José Gregorio Hernández”.

El cardenal espera que este acontecimiento “contribuya a profundizar en la fe de los venezolanos y en su vida cristiana, a imitación del nuevo Beato, a afrontar juntos la crisis humanitaria y a promover la convivencia plural y pacífica”.

En la rueda de prensa realizada en la sede de la Conferencia Episcopal Venezolana, el cardenal  Baltazar Porras, arzobispo de Mérida, administrador apostólico de Caracas y presidente de la Comisión Nacional para la Beatificación del Dr. José Gregorio Hernández, explicó que  la Carta Apostólica firmada por el Papa Francisco, fijó como fecha para celebración litúrgica del Dr. José Gregorio Hernández el 26 de octubre de cada año, que coincide con la fecha de su nacimiento y que “ya es tradición para los venezolanos celebrarlo ese día”.

Más de 70 años de proceso

El 19 de junio de 2020, la Congregación para la Causa de los Santos promulgó el decreto con la autorización del Papa Francisco para la beatificación del Venerable Dr. José Gregorio Hernández, el cuarto Beato venezolano. Han pasado más de 70 años desde el inicio del proceso de beatificación y canonización del “médico de los pobres”, en 1949, por el entonces arzobispo de Caracas, Mons. Lucas Guillermo Castillo.

Posteriormente, el 16 de enero de 1986, José Gregorio Hernández fue declarado venerable, por el Papa Juan Pablo II. Ya bajo el pontificado del Papa Francisco, el 9 de enero de 2020, la Comisión Médica de la Congregación para la Causa de los Santos, aprobó el milagro atribuido a su intercesión, la curación de una niña alcanzada por una bala en la cabeza, disparada por unos hombres que querían robar a su padre. De igual forma ocurrió el 27 de abril de 2020 con la Comisión Teológica.

La beatificación de José Gregoria Hernández debe significar “una transformación para el pueblo venezolano”

Mons. Tulio Ramírez. Vicepostulador de la causa

Mons. Tulio Ramírez, vicepostulador de la Causa, ha señalado que la beatificación debe significar “una transformación para el pueblo venezolano”, puesto que él es referente de paz para todos. Destacó el sentido espiritual de la ceremonia de Beatificación, y la importancia de “no quedarnos en un acto festivo; la transcendencia que lleva consigo este acto es muy esencial para la conversión del corazón”.

Entrega a los demás

Se ha resumido la trayectoria del doctor Hernández como “una vida dedicada a las personas a las que atendió”, especialmente en la época de la epidemia conocida como ‘gripe española’, a las que apoyó con su dedicación y por las que entregó su vida. Nacido en 1864, murió atropellado por un coche cuando salía de una farmacia de Caracas el 29 de junio de 1919, donde había comprado medicinas para un paciente anciano.

El cardenal Baltazar Porras señaló que “La beatificación llega en el momento más oportuno”, “en medio de una crisis global y de una pandemia que pone en alto la debilidad de la condición humana y la necesidad de cuidar y preservar la salud integral, no hay mejor bálsamo que recurrir a la intercesión del médico de los pobres (…). “José Gregorio es en estos momentos el mejor punto de convergencia de todos los venezolanos, sin distingos de ninguna especie. Él nos convoca a trabajar juntos por el bien de la gente”.


Se reproduce a continuación un artículo y entrevista publicado en Palabra por Marcos Pantin en 2013.

El Dr. José Gregorio Hernández: hombre de ciencia y médico de los pobres

La vida de cada santo señala un camino que lleva a Dios. Cuando esa vida es tan normal que bien pudiera ser la mía, la del vecino o la de millones de cristianos, el santo puede arrastrarnos con él por el camino hacia Dios. Y si este influjo lo ejerce hoy, bien se dice que es un santo actual.

En estas luces podemos apreciar la vida del venerable José Gregorio Hernández, médico venezolano fallecido en 1919. Su causa de beatificación fue abierta en 1949 y el Beato Juan Pablo II aprobó el Decreto de la heroicidad de sus virtudes en 1986.

Mons. Fernando Castro Aguayo, obispo auxiliar de Caracas y actual Vice Postulador de la Causa de Beatificación nos da algunos datos sobre la vida del venerable siervo de Dios.

Monseñor ¿cómo trazar un perfil del Dr. José Gregorio Hernández?

-La vida del Dr. Hernández es muy rica. Puede afirmarse que destacó en el ejercicio de la medicina como servicio. Atendió a ricos y pobres, y a todos trató con la misma dedicación, incluso, haciendo uso de su patrimonio personal en favor de los más necesitados. José Gregorio Hernández ha sido reconocido en todos los sentidos: como ciudadano que rindió a su patria servicios admirables, como profesional de la medicina, como académico y riguroso hombre de ciencia, y sobre todo como hombre de fe que practicó la vida cristiana heroicamente en todos los momentos de su vida.

Catedrático de gran talla y amante de la universidad, siempre fue médico incansable con profunda vocación de servicio. Afirma el Dr. Razetti “Como médico práctico el Dr. Hernández ha tenido en Caracas una de las más brillantes clientelas y sus pacientes le profesan especial afecto por la suavidad de su carácter, la cultura de sus modales y el interés con que atiende a sus enfermos”, y seguidamente elogia, con cariñosa envidia, sus diagnósticos certeros.

Siendo un académico y científico de rigor ¿Cómo armonizó su ciencia y su fe?

-Todas las personas que conocen la vida del Dr. Hernández se sienten atraídos por su hombría de bien, su ciudadanía y por su vida cristiana. Es un ejemplo de fe en Jesucristo y de disponibilidad a Dios en el ejercicio de su profesión, impulsando la ciencia médica, en medio de las teorías y avances científicos de la época.

Los testimonios más elogiosos provienen de sus colegas científicos, muchos de ellos ganados para el positivismo materialista y el evolucionismo ateo. Afirmó Luis Razetti, médico e investigador de talla internacional, con quien hizo estrecha amistad cuando iniciaban la investigación médica en Venezuela: “No obstante que el doctor Hernández y yo pertenecemos a escuelas filosóficas diametralmente opuestas, una sincera amistad nos ha unido siempre y yo me he complacido en toda época en proclamar los indiscutibles méritos que posee como profesor, como hombre de ciencia y como ciudadano de conducta inmaculada”. Y añade el Dr. Rafael Caldera: “Bastaría leer los juicios sobre Hernández, de la mayoría de los más renombrado valores científicos de su época para ver cómo consideraban milagroso que pudiera ser cristiano un hombre de tantos y tan versados conocimientos en las ciencias experimentales.

Tan reconocido como médico y científico ¿Cómo es su fama de santidad?

-La devoción al Dr. José Gregorio Hernández está sumamente extendida. En los sectores medios y populares de Venezuela, prácticamente, un 90% ha acudido a su intercesión, y aproximadamente un 10 o 15% afirma haber recibido algún favor o milagro por su intercesión. En el hospital público o en la moderna clínica privada no faltan las estampas para la devoción privada, en la cama del enfermo, en el puesto de enfermeras o en la Unidad de Cuidados Intensivos.

People gather outside of the church in Caracas, Venezuela, where the remains of Jose Gregorio Hernandez Cisneros rest, Oct. 26, 2020. Hernandez, a Venezuelan doctor known for treating hundreds of poor patients for free and who died in 1919, will be beautified in Caracas April 30. (CNS photo/Fausto Torrealba, Reuters)

La fama de santidad del Dr. Hernández se toca desde el momento de su muerte. Médico de los pobres es velado con honores de catedrático en el paraninfo de la Universidad. De allí es llevado a la Catedral. Terminadas las exequias será llevado en hombros hasta el Cementerio. La noticia vuela por las calles y la ciudad conmovida espera frente al templo. “En la catedral el pueblo gritaba a las puertas: ¡el doctor Hernández es nuestro…! Al salir el féretro el pueblo lo arrebató a los estudiantes que lo llevaban y no hubo medio de evitarlo”. Fue el cortejo fúnebre más concurrido y sincero hasta entonces registrado en Caracas.

Si su devoción está tan extendida ¿no debería andar más rápido la causa de beatificación?

-Es sorprendente la abundancia de favores que se obtienen por la intercesión de José Gregorio Hernández. Sin embargo, la razón porque todavía no ha llegado a los altares es que todos lo consideran santo y pocos sienten la obligación o el deseo poner por escrito los milagros o favores que reciben por su intercesión.

¿Qué nos dice de su trabajo como Vice Postulador?

-Desde hace un año que he sido nombrado Vice postulador de la Causa. En este tiempo se han creado muchas pequeñas comunidades en diferentes sitios de Venezuela que se comprometen a orar, difundir la devoción al Siervo de Dios y recabar los datos necesarios para sustentar los milagros.

Además se ha dado un nuevo impulso a la Causa con la impresión de cuatro millones de estampas para la devoción privada que se están distribuyendo en toda Venezuela y algunos países de América.

Y ¿qué se espera de la difusión de la estampa en cuanto elemento evangelizador?

-En primer lugar, la oración de la estampa está dirigida a Nuestro Señor Jesucristo para que Él conceda un favor por la intercesión del Siervo de Dios. Luego, aspiramos a que el uso de la estampa fomente la oración en familia, entre vecinos y amigos, es decir, oración comunitaria. Y en tercer lugar, a través de la estampa aspiramos recaudar los datos para sustentar los milagros e introducirlos en la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos.

¿Es fácil mantener el fervor general por el Médico de los pobres dentro de los cánones de la devoción privada?

-Para muchas personas que tienen devoción a José Gregorio, ha sido un verdadero descubrimiento constatar que la oración de la estampa se dirige a Jesucristo, el Mediador entre Dios y los hombres. Esta referencia ha sido un elemento evangelizador muy importante. Ha orientado a mucha gente sencilla que posiblemente toma la devoción al Dr. Hernández en modo un poco supersticioso. Esta insistencia en orientar la oración privada a nuestro Señor Jesucristo les ha ayudado a reavivar su fe, porque la oración personal y comunitaria dirigida a Jesucristo es siempre una fuente de bien y orienta al hombre al Redentor del mundo, al Salvador de la humanidad y Señor de la Historia.

¿Cómo respalda la Jerarquía venezolana este impulso a la Causa de Beatificación?

-El Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas, el pasado mes de Octubre dirigió una Carta pastoral bastante extensa en la que subraya la vida heroica del Venerable, da las pautas para una recta devoción y anima al pueblo católico de toda Venezuela y otros países, a recoger los datos para respaldar el milagro requerido para la beatificación.

Este pronunciamiento es muy oportuno. Sale a la luz al inicio del Año de la Fe. Ciertamente, la beatificación del Dr. José Gregorio Hernández sería un gran bien para Venezuela porque reconocería la santidad de un ciudadano cabal, un científico de rigor, hombre de fe y caridad diligente, muy criollo, muy venezolano, que vivió la vida cristiana hasta las últimas consecuencias.

José Gregorio Hernández

Nace en Isnotú (Andes venezolanos) el 26 de octubre de 1864. Recibe el doctorado en Medicina en Caracas en 1888. En 1889 fue enviado a Europa para especializarse y traer a Venezuela los últimos avances en Medicina. Por dos años trabajó en los laboratorios de la Facultad de Medicina de París. Acumula experiencia en Berlín y Madrid donde recibió reconocimientos académicos.

En 1891 trae a Venezuela los equipos para erigir el Laboratorio de Medicina Experimental de la Universidad Central. Funda tres nuevas cátedras universitarias y el Instituto de Medicina Experimental. Miembro fundador de la Academia Nacional de Medicina, sin embargo, mantiene la consulta médica, la atención en el hospital y la docencia universitaria.

Fallece en Caracas el domingo 29 de junio de 1919 atropellado por un automóvil durante su ronda habitual de visitas a enfermos pobres.

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El San José que ha acompañado a dos Papas

La imagen, obra del escultor Enrico Nell Breuning, estuvo en San Pedro con el Papa Pacelli, en 1956 y ha acompañado a Francisco en varias ocasiones. La imagen pertenece a la Asociación Cristiana de Trabajadores Italianos.

Maria José Atienza·29 de abril de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

Nueva ley anticorrupción del Vaticano: prohibidos los regalos de más de 40 euros

El Papa Francisco ha emitido una nueva carta apostólica en forma de motu proprio con nuevas medidas anticorrupción para los directivos de la Curia.

David Fernández Alonso·29 de abril de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

«El que es fiel en lo poco, también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto» (cf. Lc 16,10). Con este versículo comienza la Carta apostólica en forma de motu proprio del Papa Francisco con algunas disposiciones sobre la transparencia en la gestión de las finanzas públicas. Marca la pauta con la que se están llevando a cabo las reformas en el ámbito económico y financiero de la Santa Sede.

Una nueva «ley anticorrupción»

Con esta nueva «ley anticorrupción», el Papa exige a todos los empleados en niveles directivos de la Santa Sede, y a todos los que desempeñan funciones de administración activa, funciones jurisdiccionales o de control, que firmen una declaración en la que aseguren que no han recibido condenas firmes, que no están sujetos a procesos penales pendientes o investigaciones por corrupción, fraude, terrorismo, lavado de dinero, explotación de menores y evasión fiscal.

Asimismo, el motu proprio exige a estas personas no tener dinero en efectivo o inversiones en países con alto riesgo de blanqueo de capitales o financiación del terrorismo, en paraísos fiscales o participaciones en empresas que operen en contra de la Doctrina Social de la Iglesia.

Un compromiso de Francisco

Esta medida es consecuencia del trabajo infatigable que se está llevando a cabo por lograr una mayor transparencia en las finanzas vaticanas, y el compromiso que se ha propuesto el pontificado de Francisco en esta materia.

La nueva ley sigue la línea de la del 19 de mayo de 2020, cuando el Papa Francisco promulgó el nuevo código de contratación pública. Era necesaria, explica el Papa, porque la corrupción «puede manifestarse en diferentes modalidades y formas, incluso en sectores distintos de la contratación pública, y por ello la normativa y las mejores prácticas a nivel internacional prevén para quienes desempeñan funciones clave en el sector público obligaciones particulares de transparencia con el fin de prevenir y combatir, en cada sector, los conflictos de intereses, las modalidades clientelares y la corrupción en general». Por ello, la Santa Sede, que se ha adherido a la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, «ha decidido ajustarse a las mejores prácticas para prevenir y combatir» este fenómeno «en sus diversas formas».

La Santa Sede se ha adherido a la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, «ha decidido ajustarse a las mejores prácticas para prevenir y combatir» este fenómeno en sus diversas formas.

Las medidas

Por tanto, el Papa Francisco ha decidido añadir artículos al Reglamento General de la Curia Romana, con una medida que concierne a todos los que se encuentran en los niveles funcionales, desde los cardenales jefes de dicasterios hasta los vicedirectores con contratos directivos de cinco años, y a todos los que tienen funciones de administración jurisdiccional activa o de control y supervisión. Tendrán que firmar una declaración en el momento de la contratación y después cada dos años, de modo que se asegura el compromiso por las buenas prácticas.

Además, se les solicita testificar no haber tenido condenas firmes, ni en el Vaticano ni en otros Estados, y no haberse beneficiado de indulto, amnistía o gracia, y no haber sido absueltos por prescripción. Además, también tienen que declarar no estar sujetos a procedimientos penales pendientes o a investigaciones por participación en una organización criminal, corrupción, fraude, terrorismo, blanqueo de capitales de actividades criminales, explotación de menores, tráfico o explotación de seres humanos, evasión o elusión fiscal.

Declaración de transparencia

También deben declarar que no poseen, ni siquiera a través de intermediarios, dinero en efectivo o inversiones o participaciones en sociedades o empresas en países incluidos en la lista de jurisdicciones con alto riesgo de blanqueo de capitales (a menos que sus familiares sean residentes o estén domiciliados por demostradas razones familiares, laborales o de estudios).

Deberán garantizar, según su conocimiento, que todos los bienes, muebles e inmuebles, de su propiedad o que solo tengan en posesión, así como las remuneraciones de cualquier tipo que reciban, proceden de actividades lícitas. También es significativa la petición de «no tener» participaciones o «intereses» en sociedades o empresas que operen con fines contrarios a la Doctrina Social de la Iglesia.

Ni regalos de 40 euros

La Secretaría para la Economía podrá realizar comprobaciones sobre la veracidad de las declaraciones realizadas en papel por los declarantes, y la Santa Sede, en caso de declaraciones falsas o mendaces, podrá despedir al empleado y reclamar los daños y perjuicios sufridos.

Por último, se prohíbe -y esta novedad afecta a todos los empleados de la Curia Romana, del Estado de la Ciudad del Vaticano y de los organismos afines- aceptar, por razón de su cargo, «regalos u otros beneficios» de un valor superior a 40 euros.

Se prohíbe aceptar o solicitar, para sí mismo o para personas distintas del Ente en que se presta servicio, por razón o con ocasión del propio cargo, dádivas, regalos u otros bienes cuyo valor sea superior a cuarenta euros.

Reglamento General de la Curia RomanaArtículo 40, párrafo 1, n)

Sin lugar a dudas, la Santa Sede está siendo referente con las reformas que está llevando a cabo en materia de transparencia financiera, quizá porque tenía mucho donde cambiar en este ámbito. Ésta nueva ley se suma a la ya buena cantidad de reformas que se han tomado en este sentido. Y parece que seguirán trabajando en la misma línea.

España

Más de 10.000 personas encontraron empleo en 2020 gracias a Cáritas

Cáritas España ha presentado su Informe anual de Economía Solidaria en el que recoge las acciones desarrolladas en 2020 en el sector del empleo.

Maria José Atienza·29 de abril de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Con motivo del Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, Cáritas ha hecho público su Informe anual de Economía Solidaria en el que da a conocer el trabajo de las delegaciones de Cáritas en toda España en relación al empleo en el año 2020. El Informe pone de manifiesto las dificultades que la pandemia de Covid trajo al desarrollo de los programas de Cáritas. Sin embargo, Cáritas pudo mantener el ritmo de respuesta de sus programas de empleo y economía social.

DATO

60.055

personas participaron en los programas de empleo y economía social de Cáritas en 2020

En 2020, un total de 60.055 personas participaron en estos programas de las que 10.153 lograron acceder a un puesto de trabajo, lo que supone más del 17% del total de personas participantes. Una acción que supuso una inversión 85.685.576 euros en el conjunto de las 70 Cáritas Diocesanas de toda España y el trabajo de 1.195 personas contratadas y 2.166 voluntarios, liderando actividades en cuatro ejes complementarios: acogida y orientación laboral, formación, intermediación laboral e iniciativas de autoempleo.

De entre los participantes en estos programas, más de la mitad son mujeres, que suponen un 65,6% y el 34,4% hombres (20.674). Por origen nacional, el 45,8% son españoles (27.492), el 48,5% de origen extracomunitario y otro 5,7 % de países de la Unión Europea (3.417).

Como destaca el propio informe, el compromiso de Cáritas para acompañar a las personas vulnerables en búsqueda de empleo pone el foco en cuatro objetivos:

– Favorecer la empleabilidad a través de la mejora de las competencias personales, transversales y laborales básicas para la búsqueda de empleo y el mantenimiento del mismo.

– Fomentar la realización de acciones formativas adaptadas a las características y necesidades reales demandadas por el tejido productivo.

– Potenciar las experiencias de aprendizaje mediante la realización de prácticas en un entorno real de trabajo, a través de la colaboración con empresas y entidades.

– Acercar a las personas al tejido empresarial a través de la intermediación y la sensibilización de las empresas en materia de empleo inclusivo.

– Generar empleo protegido mediante la puesta en marcha de iniciativas de Economía Social (Empresas de Inserción y Centros Especiales de Empleo)

Otros aspectos que recoge el Informe pone el foco en los ámbitos del Comercio Justo, la Economía Social y las Finanzas Éticas.

Aspectos clave de futuro

Además de esto, el Equipo de Estudios de Cáritas ha analizado los efectos de la crisis provocada por la pandemia en el ámbito del empleo y que estaría definido por tres grandes factores: la importante destrucción de empleo como resultado de la crisis de la COVID-19, la fuerte exposición de sectores productivos esenciales al contagio y a la precariedad; y las graves dificultades para la integración laboral y social.

En este sentido, han querido poner el acento en cómo la destrucción del empleo ha afectado con mucha mayor intensidad a las mujeres y a los jóvenes menores de 30 años.

Cáritas ha querido señalar también puntos clave para un desarrollo sostenible y justo en el ámbito de la empleabilidad en España, destacando, entre otras, la necesidad para crear empleo inclusivo que realmente permita una vida digna así como un ajuste necesario de recualificación y adaptación al futuro modelo productivo y ha querido señalar las consecuencias negativas de la la ruptura del contrato social para el desarrollo vital de los jóvenes para los que se desdibuja el trabajo como un elemento clave para su integración así como la realidad de que el empleo no es la vía de integración social para todas las personas.

Documentos

Santa Catalina de Siena: trabajando por la libertad de la Iglesia

La Iglesia celebra hoy la fiesta de Santa Catalina de Siena. Mujer clave en la historia de la Iglesia, es una de las pocas mujeres con el título de Doctora de la Iglesia. Su figura y su ejemplo es hoy más actual que nunca. 

Jaime López Peñalba·29 de abril de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Catalina de Siena nos resulta una mujer admirable. Nace en 1347 en una familia de artesanos. Gusta la soledad desde niña, dedica mucho tiempo a la oración y al recogimiento, y a los 6 años, experimenta una primera visión de Jesucristo, lo cual decide su camino espiritual: hace voto de virginidad e intensifica su vida de penitencia y oración, entre las resistencias de su familia.

Más adulta, se consagra como mantellate, terciaria de los dominicos. Su vida espiritual se fortalece y descubre cómo la intimidad cristiana está siempre habitada por Dios: “Has de saber, hija mía, lo que eres tú y lo que soy Yo. Si aprendes estas dos cosas serás feliz. Tú eres lo que no es, y Yo soy el que Soy”. La joven Catalina se familiariza cada vez más con Dios, experimentando especialmente la providencia del Padre. De estas vivencias nacerá su obra más famosa: el Diálogo con la Divina Providencia.

En el año 1366 vive su experiencia mística fundamental de desposorio con Jesucristo que se le aparece como Esposo, regalándole un espléndido anillo, que sólo veía ella, y que marca para siempre su espiritualidad. Nace una relación de intimidad, de fidelidad, de amor: “Amada hija mía, así como tomé tu corazón, que tú me ofrecías, ahora te doy el mío, y de ahora en adelante estaré en el lugar que ocupaba el tuyo”.

«Es Cristo quien vive en mi»

Verdaderamente Catalina actualiza el ideal del Evangelio: no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mi (Gal 2, 20). El misterio pascual impregna y configura toda su espiritualidad: Jesucristo, con sus palabras y sobre todo con su vida entregada, es el Pontífice, literalmente hace de puente que nos lleva al cielo. Su cuerpo en la Cruz es el símbolo del ascenso a la santidad, en tres peldaños sucesivos: los pies, el costado y la boca de Jesús, que expresan las etapas clásicas de la vida espiritual de combate con el pecado, la práctica de la virtud y la unión dulce y afectiva con Dios.

En los años sucesivos las visiones se multiplican: del infierno, del purgatorio, del cielo, que culminan en la experiencia mística de los estigmas en 1375, exteriormente invisibles, pero interiormente sensibles para ella.

Su comunión con el Crucificado se traduce en una llamada a solidarizarse con los enfermos de la peste y demás pobres de su tiempo: “Haced memoria de Cristo crucificado, poneos como objetivo a Cristo crucificado”. Su fama de santidad atrae a muchos, y se genera un grupo de discípulos alrededor de la mamma dulcisima. Su maternidad espiritual busca al prójimo, que se convierte en la ocasión de nuestro amor: para Catalina, toda virtud que agrade a Dios se realiza por medio del prójimo que la Providencia nos pone en el camino.

Esta misma fama también genera sospechas. Los dominicos se interesan por esta hija espiritual suya, y envían a fray Raimundo de Capua a investigar a la mujer carismática de Siena. El resultado no solo es favorable a Catalina, sino que Raimundo queda fascinado, se convierte en su discípulo, su confesor y su biógrafo, antes de llegar a ser posteriormente maestro general de la Orden.

Implicación en el destino de la Iglesia

Aquí debe situarse la dimensión política de su vida, en el mejor sentido de la palabra, porque la espiritualidad cristiana siempre debe tomar una forma apostólica.

Catalina se implicará y dirigirá cartas a las grandes personalidades de la Iglesia y de las repúblicas italianas, buscando la paz entre las ciudades, mediando en los conflictos de la alta nobleza, e incluso interpelando a los Papas, pidiendo una intensa reforma del clero y suplicando por la vuelta a Roma del sucesor de Pedro desde Aviñón, donde habían buscado refugio a comienzos del siglo, pero donde también estaban en la órbita política de los reyes franceses. Catalina muere en 1380, en Roma, al lado del Santo Padre, su “dulce Cristo en la tierra”.

Su maternidad espiritual, que buscaba a todos, hoy se expresa con su doctorado, y también con su patronazgo de la Ciudad Eterna, de Italia y de toda Europa. Es madre nuestra también por esa intercesión: que históricamente pedía la libertad del Santo Padre, pero que, en último término, apuntaba a la libertad de toda la Iglesia.

El autorJaime López Peñalba

Profesor de Teología en la Universidad San Dámaso. Director del Centro Ecuménico de Madrid y Viceconsiliario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad en España.

Mundo

Un maratón de oración por el fin de la pandemia

Treinta santuarios de todo el mundo se unen por deseo del Papa Francisco a la maratón de oración para invocar el fin de la pandemia.

David Fernández Alonso·29 de abril de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Durante el mes de mayo se dedicará, por deseo del Papa Francisco, un ‘maratón’ de oración para invocar el fin de la pandemia, que está azotando al mundo desde hace ya más de un año, y para la reanudación de las actividades sociales y laborales. Así lo informa el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, una iniciativa que unirá a los santuarios del mundo en oración para invocar el fin de la pandemia.

De toda la Iglesia…

«El Papa Francisco ha querido implicar a todos los Santuarios del mundo en esta iniciativa, para que se conviertan en instrumentos de la oración de toda la Iglesia. La iniciativa se realiza a la luz de la expresión bíblica: “De toda la Iglesia subía incesantemente la oración a Dios” (Hch 12, 5)», se lee en el comunicado del Pontificio Consejo. 

El Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, al que el Papa ha encomendado la organización del evento, además de proveer los recursos litúrgicos para esta iniciativa (el lector de Omnes puede descargarlos aquí), ha informado hoy de los treinta santuarios representativos, repartidos por todo el mundo elegidos para dirigir la oración mariana un día del mes.

Los santuarios

Se trata de los Santuarios Nuestra Señora de Walsingham en Inglaterra; Jesús el Salvador y María Madre en Nigeria; Nuestra Señora de Częstochowa en Polonia; Basílica de la Anunciación en Nazaret; Santa Virgen del Rosario en Corea del Sur; Nuestra Señora de Aparecida en Brasil; Nuestra Señora de la Paz y del buen viaje en Filipinas; Nuestra Señora de Luján en Argentina; Santa Casa de Loreto en Italia; Nuestra Señora de Knock en Irlanda; Virgen de los Pobres en Bélgica; Nuestra Señora de África en Argelia; Santa Virgen del Rosario de Fátima en Portugal; Nuestra Señora de la Salud en India; Virgen Reina de la Paz en Bosnia; la Catedral de Santa María en Australia; Inmaculada Concepción en U.S.A.; Nuestra Señora de Lourdes en Francia; Virgen María en Turquía; Nuestra Señora de la Caridad del Cobre en Cuba; Virgen de Nagasaki en Japón; Nuestra Señora de Montserrat en España; Nuestra Señora de Cap en Canadá; Virgen de Ta’Pinu en Malta; Nuestra Señora de Guadalupe en México; Madre de Dios en Ucrania; Virgen Negra de Altötting en Alemania; Nuestra Señora de Líbano en Líbano; Virgen del Santo Rosario de Pompeya en Italia.

La oración en cada uno de estos Santuarios será transmitida por los canales oficiales de la Santa Sede a las 18:00 horas, según la hora de Roma. Además, «cada Santuario del mundo está invitado a rezar en la forma y el lenguaje en que se expresa la tradición local, para invocar la reanudación de la vida social, del trabajo y de las numerosas actividades humanas que se suspendieron durante la pandemia. Esta convocatoria en común pretende ser una oración continua, distribuida por los meridianos del mundo, que toda la Iglesia eleva incesantemente al Padre por la intercesión de la Virgen María».

Con participación del pueblo

De ahí que los Santuarios «están llamados a promover y solicitar en la medida de lo posible la participación del pueblo, para que, gracias a las tecnologías de la comunicación, todos puedan dedicar un momento a la oración diaria, en el auto, en la calle, con el Smartphone por el fin de la pandemia y la reanudación de las actividades sociales y laborales».

El Santo Padre abrirá y cerrará la oración, junto con los fieles de todo el mundo, desde dos lugares significativos dentro del Vaticano. El 1 de mayo, el Papa Francisco rezará ante la Virgen del Socorro, un icono venerado ya en el siglo VII, representado en un fresco sobre el altar de San León en el crucero sur de la primitiva Basílica Vaticana, y luego colocado, donde aún hoy se encuentra, dentro de la nueva Basílica de San Pedro, construida por el Papa Gregorio XIII en 1578, en la Capilla Gregoriana, donde, además, se conservan las reliquias de San Gregorio Nacianceno, Doctor y Padre de la Iglesia.

Un obsequio del Papa

El Santo Padre bendecirá unos rosarios especialmente diseñados para esta ocasión, que luego serán enviados a los treinta santuarios directamente involucrados. Algunas familias de las parroquias de Roma y del Lazio se turnarán para la oración y la lectura, junto con los jóvenes representantes de los Movimientos de Nueva Evangelización. El 31 de mayo, en cambio, el Papa Francisco concluirá la oración desde un lugar significativo en los Jardines Vaticanos, del cual se dará posteriormente más información.

Ecología integral

«Se necesita un cambio de sistema donde las personas sean el centro»

Las entidades de inspiración católica que promueven la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) celebran la solemnidad de san José obrero, patrono de los trabajadores recordando las consecuencias que la pandemia ha tenido en los trabajadores más vulnerables.

Maria José Atienza·28 de abril de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Las entidades que conforman la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente han hecho público un manifiesto con motivo de la próxima celebración, el 1 de mayo, del Día Internacional del trabajo y la solemnidad de san José obrero.

En este manifiesto han querido destacar que la “crisis ha puesto de relieve la necesidad de un cambio de sistema productivo, basado en trabajos que aporten valor, sujetos de unas condiciones laborales dignas, y donde las personas estén en el centro”.

Tomando como ejemplo la figura de san José, de quien el propio Jesús aprendió el valor del trabajo, ITD ha subrayado “la importancia del trabajo como actividad humana que acrecienta la dignidad de cada persona y de sus familias”.

Aumento de inestabilidad laboral por el Covid

El impacto de la pandemia es uno de los factores que “ha acelerado los procesos que debilitan el derecho al trabajo, y empobrecen, precarizan y descartan a millones de trabajadoras y trabajadores, principalmente mujeres y jóvenes”.

Entre las consecuencias que el Covid ha tenido en las economías familiares y mundiales, estas entidades apuntan la destrucción de miles de empleos y los despidos en los que han terminado muchos de los ERTE, así como la ineficacia de “las medidas de protección social diseñada para paliar los efectos de la crisis  que no ha llegado a las personas que más lo necesitan, como tampoco ha sucedido con el subsidio temporal previsto para las trabajadoras del hogar o el ingreso mínimo vital”.

Puntos de trabajo para un cambio de sistema

Por todo ello, Iglesia por el Trabajo decente ha en la necesidad de unirse en oración como Iglesia y “adoptar las medidas necesarias para conseguir que el trabajo decente sea una realidad accesible para todas las personas, con condiciones que permitan mantener una vida digna y una protección social que llegue a todas las personas que lo necesitan” a través de los siguientes puntos:

– Redefinir la idea del trabajo como actividad humana y configurar nuevas políticas –los cuidados, la reducción de la jornada laboral, etc.— que aseguren a cada persona trabajadora “alguna manera de aportar sus capacidades y su esfuerzo” a la construcción del bien común.

– Potenciar el trabajo con derechos, seguro, “libre, creativo, participativo y solidario” (EG 192) en cualquier relación laboral y para todas las personas, sin distinción de edad, sexo o procedencia.

 – Garantizar el acceso a medidas de protección social para aquellas personas que no puedan trabajar o que sus condiciones laborales no les permitan llegar “a fin de mes”.

– Lograr el reconocimiento social y laboral de los empleos esenciales para la vida, con unas condiciones laborales dignas.

– Promover un diálogo con toda la comunidad política, sociedad e instituciones para configurar un nuevo contrato social basado en la centralidad de la persona, el trabajo decente y el cuidado del planeta.

– Impulsar la incorporación de la juventud al mercado laboral en una sociedad golpeada por una crisis sanitaria social y económica creando oportunidades reales de acceso al trabajo digno.

Educación

Más de la mitad de los alumnos optan por la asignatura de Religión

Más de 3 millones de alumnos han escogido cursar la asignatura de Religión Católica durante este curso en España. La cifra, que supone en torno a un 60% del alumnado total, ha descendido ligeramente en comparación al curso pasado.

Maria José Atienza·28 de abril de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La Comisión Episcopal para la Educación y Cultura de la Conferencia Episcopal española ha hecho públicos los comparte, como cada año escolar, los datos estadísticos del alumnado que opta por la asignatura de Religión Católica en este curso 2020-21.

La cifra recoge los datos reales obtenidos por las 69 delegaciones diocesanas de Enseñanza correspondientes a 15.029 centros públicos, concertados y privados.

En cuanto a la elección de la enseñanza de Religión Católica al inicio de este complicado curso escolar, desde Educación Infantil hasta Bachillerato, suman 3.255.031 alumnos en España, en todo tipo de centros, lo que significa el 60,59% del alumnado. La comparativa de este porcentaje con el del curso anterior (63%) revela un leve descenso.

DATO

3.255.031

Alumnos, desde Educación Infantil hasta Bachillerato, han escogido cursar la asignatura de Religión en el curso 2020 – 2021

Los datos revelan que, a pesar de la incertidumbre que tanto la pandemia como debate mediático sobre la LOMLOE y la inestabilidad vertida sobre la asignatura, vertieron sobre la enseñanza de Religión Católica, la mayoría de los alumnos sigue escogiendo esta modalidad en España.

Un dato que desde la Comisión aprecian, dado que se encuadran «en el marco de una sociedad plural de creciente diversidad cultural y religiosa». Asimismo, esta publicación supone un incentivo para trabajar y mejorar el currículo de la asignatura de Religión con el objetivo de que responda a las demandas de la sociedad y las familias en el mundo actual. Desde la Comisión han querido además, animar a «las familias a mantener su compromiso, como primeras responsables de la educación de sus hijos e hijas, solicitando la enseñanza de la religión como parte de su educación integral».

No te pierdas el apartado Educación, donde encontrarás todas las informaciones sobre este tema publicadas en Omnes
Lecturas del domingo

Lecturas domingo V de Pascua

Andrea Mardegan comenta las lecturas del domingo V de Pascua y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan·28 de abril de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Los primeros dos que siguieron a Jesús le preguntaron: “Rabbi, ¿dónde moras?”. Traducimos como morar el griego menein, en latín, manere. “Les respondió: Venid y veréis”. Querían saber dónde moraba porque querían vivir con él. Cuando les dice “venid y veréis”, podemos entender que se refería también a los tres años juntos, durante los cuales les revelaría los lugares importantes de su morada: dónde podrían encontrarle y habitar con él. Encontramos esos lugares siguiendo el verbo menein, morar, muy importante en el cuarto evangelio. 

La primera morada revelada: después de que la samaritana cuenta que ha encontrado al mesías, “los samaritanos llegaron adonde estaba él, le pidieron que morara con ellos. Y se quedó allí dos días”. Jesús mora entre los herejes y los pecadores. 

En el discurso sobre el pan de vida, Jesús dice: “El que come mi carne y bebe mi sangre mora en mí yo en él”. Jesús mora en quien come su carne y bebe su sangre. En el capítulo octavo: “Decía Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros moráis en mi palabra, sois en verdad discípulos míos, conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. Jesús habita en su palabra y nos pide que la elijamos como nuestra morada. En los diálogos de la última cena, después de la pregunta de Felipe sobre el Padre: “Las palabras que yo os digo no las hablo por mí mismo. El Padre que mora en mí, realiza sus obras”. El Padre mora en Jesús y Jesús en el Padre. Más adelante: “Yo rogaré al Padre y os dará otro Paráclito para que more con vosotros siempre. Vosotros le conocéis porque mora a vuestro lado y está en vosotros”. El Espíritu Santo mora en nosotros. “Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada en él”. También el Padre y el Hijo, es decir, toda la Trinidad, habita en nosotros. 

En el discurso de la vid y los sarmientos, el verbo morar está muy presente: Morad en mí y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no mora en la vid, así tampoco vosotros si no moráis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que mora en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada. Si alguno no mora en mí es arrojado fuera, como los sarmientos, y se seca; luego los recogen, los arrojan al fuego y arden. Si moráis en mí y mis palabras moran en vosotros, pedid lo que queráis y se os concederá”

Los primeros discípulos habían hecho la pregunta justa, y Jesús, a lo largo de aquellos años, responde de un modo inimaginable para ellos. La principal morada de Jesús es en nosotros, y con los pecadores, y nosotros moramos en él. A través de su carne y de su sangre. A través de su palabra. A través de su amor. 

Vaticano

¿En qué consiste la meditación? El Papa lo explica en la audiencia

El Papa Francisco ha reflexionado sobre una forma de oración cristiana, muy difundida incluso entre personas de otras religiones: la meditación.

David Fernández Alonso·28 de abril de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco ha centrado la catequesis de hoy en una forma de oración: la meditación. «Para un cristiano “meditar” es buscar una síntesis», afirma el Papa. «Significa ponerse delante de la gran página de la Revelación para intentar hacerla nuestra, asumiéndola completamente. Y el cristiano, después de haber acogido la Palabra de Dios, no la tiene cerrada dentro de sí, porque esa Palabra debe encontrarse con «otro libro», que el Catecismo llama «el de la vida» (cfr Catecismo de la Iglesia Católica, 2706). Es lo que intentamos hacer cada vez que meditamos la Palabra».

Una práctica difundida

Francisco ha reflexionado sobre la práctica general de la meditación, muy difundida en nuestros días entre personas también de otras religiones, incluso entre personas que no tienen una visión religiosa de la vida. «Todos necesitamos meditar, reflexionar, reencontrarnos a nosotros mismos». «Sobre todo», continúa el Pontífice, «en el voraz mundo occidental se busca la meditación porque esta representa un alto terraplén contra el estrés cotidiano y el vacío que se esparce por todos lados».

Todos necesitamos meditar, reflexionar, reencontrarnos a nosotros mismos.

Papa FranciscoAudiencia general, 28 de abril de 2021

«Ahí está, por tanto, la imagen de jóvenes y adultos sentados en recogimiento, en silencio, con los ojos medio cerrados… ¿Qué hacen estas personas? Meditan. Es un fenómeno que hay que mirar con buenos ojos: de hecho nosotros no estamos hechos para correr en continuación, poseemos una vida interior que no puede ser siempre pisoteada. Meditar es por tanto una necesidad de todos».

Jesucristo es la puerta de la oración

«Pero nos damos cuenta que esta palabra, una vez acogida en un contexto cristiano, asume una especificidad que no debe ser cancelada. La gran puerta a través de la cual pasa la oración de un bautizado – lo recordamos una vez más – es Jesucristo. También la práctica de la meditación sigue este sendero. El cristiano, cuando reza, no aspira a la plena transparencia de sí, no se pone en búsqueda del núcleo más profundo de su yo; la oración del cristiano es sobre todo encuentro con el Otro con la O mayúscula. Si una experiencia de oración nos dona la paz interior, o el dominio de nosotros mismos, o la lucidez sobre el camino que emprender, estos resultados son, por así decir, efectos colaterales de la gracia de la oración cristiana que es el encuentro con Jesús».

Si una experiencia de oración nos dona la paz interior, es resultado de la gracia de la oración cristiana que es el encuentro con Jesús.

Papa FranciscoAudiencia general, 28 de abril de 2021

El término “meditación” a lo largo de la historia ha tenido significados diferentes. El Papa afirma que «también dentro del cristianismo se refiere a experiencias espirituales diferentes. Sin embargo, se pueden trazar algunas líneas comunes, y en esto nos ayuda también el Catecismo, que dice así: «Los métodos de meditación son tan diversos como diversos son los maestros espirituales. […] Pero un método no es más que un guía; lo importante es avanzar, con el Espíritu Santo, por el único camino de la oración: Cristo Jesús» (n. 2707)».

Formas de meditación

El Papa consideró la variedad de formas de meditar. Son muchos los métodos de meditación cristiana: algunos muy sobrios, otros más articulados; algunos acentúan la dimensión intelectual de la persona, otros más bien la afectiva y emotiva. «Todos son importantes y dignos de ser practicados, en cuanto que pueden ayudar a la experiencia de la fe a convertirse en un acto total de la persona: no reza solo la mente del hombre, como no reza solo el sentimiento. En la antigüedad se solía decir que el órgano de la oración es el corazón, y así explicaban que es todo el hombre, a partir de su centro, que entra en relación con Dios, y no solamente algunas facultades suyas».

El método es un camino, no una meta

Francisco quiso recordar y animarnos a no olvidar «que el método es un camino, no una meta: cualquier método de oración, si quiere ser cristiano, forma parte de esa sequela Christi que es la esencia de nuestra fe. El Catecismo precisa: «La meditación hace intervenir al pensamiento, la imaginación, la emoción y el deseo. Esta movilización es necesaria para profundizar en las convicciones de fe, suscitar la conversión del corazón y fortalecer la voluntad de seguir a Cristo. La oración cristiana se aplica preferentemente a meditar “los misterios de Cristo”» (n. 2708)».

La gracia de la oración cristiana

«Esta es por tanto la gracia de la oración cristiana», afirmó el Papa: «Cristo no está lejos, sino que está siempre en relación con nosotros. No hay aspecto de su persona divino-humana que no pueda convertirse para nosotros en lugar de salvación y de felicidad. Cada momento de la vida terrena de Jesús, a través de la gracia de la oración, se puede convertir para nosotros en contemporáneo. Gracias al Espíritu Santo, también nosotros estamos presentes en el río Jordán, cuando Jesús se sumerge en él para recibir el bautismo. También nosotros somos comensales de las bodas de Caná, cuando Jesús dona el vino más bueno para la felicidad de los esposos».

Cristo no está lejos, sino que está siempre en relación con nosotros.

Papa FranciscoAudiencia general, 28 de abril de 2021

En conclusión, el Santo Padre empatizó con nuestra situación personal: «También nosotros asistimos asombrados a los millones de sanaciones realizadas por el Maestro. Y en la oración somos el leproso purificado, el ciego Bartimeo que recupera la vista, Lázaro que sale del sepulcro… No hay página del Evangelio en la que no haya lugar para nosotros. Meditar, para nosotros cristianos, es una forma de encontrar a Jesús. Y así, solo así, reencontrarnos con nosotros mismos».

América Latina

Obispos americanos elogian la preocupación climática de Biden

Los obispos Coakley y Malloy han emitido una declaración en la que apoyan el mensaje del Papa Francisco a la Cumbre climática convocada por el presidente Biden.

David Fernández Alonso·28 de abril de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Pasados unos días desde que el presidente de Estados Unidos Joe Biden convocara la Cumbre de Líderes sobre el Clima los días 22 y 23 de abril, que incluyó un mensaje en vídeo del Papa Francisco, el Arzobispo Paul S. Coakley de Oklahoma City y el Obispo David J. Malloy de Rockford, respectivos presidentes de los Comités de Justicia Doméstica y Desarrollo Humano y de Justicia Internacional y Paz de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), han publicado una declaración en apoyo al Santo Padre.

En la declaración conjunta, afirman compartir el mensaje emitido por el Santo Padre a los líderes reunidos en la Cumbre de Líderes sobre el Clima de la Casa Blanca, afirmando con Francisco que «nuestra preocupación es ver que el medio ambiente sea más limpio, más sano y se conserve, y cuidar la naturaleza para que ella cuide de nosotros».

Los obispos han elogiado esta preocupación común y la decisión de la Administración Biden de volver a unirse al Acuerdo Climático de París. Además, la Cumbre de Líderes sobre el Clima «refleja un renovado liderazgo estadounidense en materia de cambio climático», afirman los obispos, así como «la promesa de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 50% respecto a los niveles de 2005 para 2030 es un objetivo nacional ambicioso y es bienvenido».

En consonancia con el llamamiento del Santo Padre a la ecología integral, Coakley y Malloy recuerdan que el movimiento hacia un mundo de emisiones netas cero debe también hacer hincapié en la transición justa para que las familias trabajadoras que dependen del sector energético no se queden atrás.

Libros

Cultivar la mirada del amor

José Miguel Granados nos recomienda la lectura de La pequeña Dorrit, como ejemplo del cultivo de una mirada de amor, como actitud que "engrandece a la persona, acierta siempre en su actuar y difunde la belleza eterna a su alrededor".

José Miguel Granados·28 de abril de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Amy es la joven protagonista que da título a uno de los grandes relatos de Charles Dickens: La pequeña Dorrit. Nacida en la penosa cárcel para deudores, donde vive con su padre, se muestra siempre servicial, bondadosa y sonriente.

La mirada de cariño de Amy

Pone constantemente una pincelada de color vivo en un entorno gris, una nota de generosidad y alegría en un mundo sucio, egoísta y triste. Su hermano y su hermana, frívolos y aprovechados, se hallan imbuidos de una visión superficial y mundana. Ella, en cambio, posee la sabiduría del corazón, la clarividencia de quien ama y transmite a todos la hermosura de vivir. 

Libro

Título: La pequeña Dorrit
Autor: Charles Dickens
Editorial: Alba
Páginas: 840

Amy mira siempre con cariño a su padre que, en su condición de pobreza miserable, mantiene su ridículo orgullo de casta: gusta de recibir el apelativo de padre de la prisión (Father of the Marshelsea), y acepta limosnas como “reconocimientos”. Amy cuida también a Maggy, una mujer deficiente con mente de niña, que la llama su “pequeña madre”. Para mantener a su padre, sale cada día a trabajar de costurera en la casa de la señora Clenam, una mujer atenazada por su pasado, debido a su conciencia rigorista y angustiada. 

Educar la mirada

Educar la mirada constituye una tarea imprescindible en la vida. Especialmente para la vocación y misión conyugal y familiar. Cuando, al principio del enamoramiento, la afectividad encendida prevalece, resulta espontáneo y fácil mirar con entusiasmo al ser amado. Pero los sentimientos fluctúan, los estados de ánimo tienden a perder pronto su intensidad, y el ardor de la pasión suele apagarse paulatinamente. Con el tiempo, afloran en la percepción los defectos del otro, hasta llegar a sentir la convivencia como algo arduo y, en ocasiones, insoportable. 

Por ello, es necesario trabajar con sabiduría y tesón las actitudes interiores, mediante el cultivo de las virtudes humanas: la paciencia animosa para soportar las dificultades de la convivencia y del carácter; la amabilidad sonriente para querer con afecto desinteresado; la sencillez y el buen humor que propician un entorno de cariño; la humildad y la serenidad para superar la arrogancia y los ataques de ira; la bondad y la comprensión que evitan el juicio condenatorio; el afán de servicio que no busca recompensa; el sentido positivo para remontar el desaliento y renovar la ilusión.

Don de la gracia: la mirada de Cristo

Esta mirada de amor se obtiene de modo especial cuando acudimos con perseverancia a las fuentes de la gracia divina, como son la escucha orante de la palabra de Dios, el recurso frecuente a los sacramentos, el acompañamiento espiritual o la participación en la vida de la comunidad cristiana. Entonces, el Espíritu Santo nos concede el don de una mirada de misericordia hacia las faltas ajenas o propias: una mirada de perdón, según el modelo de Cristo, que acogió siempre a los pecadores; una mirada de caridad, que “goza con la verdad, todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo o soporta” (1 Co 13,6-7); una mirada de esperanzaque cree siempre en la capacidad de conversión y de mejora de las personas. 

Bendecida con el amor correspondido de Arthur, el hijo de la señora Clenam, Amy continúa su existencia derramando ternura. Al bajar las escaleras de la capilla donde contraen matrimonio, “descendieron a una vida sencilla, útil y feliz”. Derrochando cariño con todos, y especialmente con sus hermanos, cuya actitud superficial los llevó por derroteros desastrosos. 

Pues, en definitiva, la mirada de amor -adquirida como disposición estable, mediante la adecuada educación del corazón- constituye la actitud adecuada que engrandece a la persona, acierta siempre en su actuar y difunde la belleza eterna a su alrededor.

España

Manuel Martínez-Sellés abordará la realidad de la eutanasia

Un encuentro online, organizado por Centro Académico Romano Fundación, analizará, de la mano de Manuel Martínez-Sellés, las consecuencias de la recientemente aprobada ley de eutanasia en España.

Maria José Atienza·27 de abril de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El presidente del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid, catedrático de Medicina y jefe de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón, Manuel Martínez Sellés abordará, este jueves 29 de abril a partir de las 20:30h., las principales cuestiones que rodean esta respuesta al final de la vida: ¿qué es la eutanasia? ¿cuáles son sus consecuencias? ¿para qué sufrir? Cuestiones que Martínez Sellés tratará desde una perspectiva científica, humana, digna para el enfermo y, sobre todo, cristiana.

El encuentro, organizado por Centro Académico Romano Fundación, se seguirá online y está abierto a todo aquel que desee seguirlo.

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