Ecología integral

San Juan Pablo II y los problemas de la economía

El economista Amartya Kumar Sen (India, 1933), fue galardonado hace unos días con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2021. En este artículo, Juan Velarde ofrece un testimonio sobre su participación en la redacción de la encíclica Centesimus Annus, de san Juan Pablo II.

Juan Velarde Fuertes·7 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 7 minutos

Naturalmente, tras la Ascensión al Cielo de Jesús, surgió una continua preocupación, por parte de la Iglesia, sobre todos los problemas que vive el hombre y, concretamente, los económicos. En España, basta recordar lo que, en relación con el crédito y la justificación del cobro de los tipos de interés, hizo nacer un amplio debate que se desarrolló, en buena parte, en torno a la Universidad de Salamanca.

Pero todo eso relacionado con la economía, experimentó un cambio extraordinario en el paso del siglo XVIII al XIX, como consecuencia de lo surgido precisamente entonces, y de multitud de puntos de vista. En el científico, es evidente que el gran revolucionario fue Adam Smith, el cual precisamente siempre se colocó fuera de asuntos teológicos, y que en su biografía no parece haberle preocupado, quizá como consecuencia del caos originado en Escocia a partir de la revolución puritana, que dificultó el mantenimiento personal de actitudes religiosas.

Recordemos, además, que todo esto va a estar enlazado con el nacimiento de sociedades secretas, y de una difusión intelectual que se negaba a seguir los consejos del Papado. Y esa economía que nacía con todos esos complementos simultáneos, pasaba a orientar el desarrollo general, en dos ámbitos: el británico, por lo que se refiere a la Revolución Industrial -novedad extraordinaria-; y, por el lado político y social, el francés, con el éxito que acabó teniendo la Revolución.

Y, como resultado de enlaces continuos entre esas novedades, se crea la nueva realidad que se añadía de un extraordinario progreso científico; de las matemáticas, a la física o a la biología, novedad que pasa a afectar también a lo que sucede en el ámbito del factor trabajo. En éste, muy pronto aparecieron resistencias, incluso violentas, a los mensajes que, antes de llamar poderosamente la atención, generan escalofríos. Como consecuencia añadida, la indignación social había pasado a tener un apoyo científico importante con la figura singular de Carlos Marx, por lo que, complementariamente, el materialismo histórico no caminaba precisamente por senderos adecuados para el catolicismo.

‘Rerum Novarum’

Además, en Europa se asentaba un conjunto de nacionalismos que buscaban su apoyo doctrinal muy lejos de lo que había sostenido la Teología.  Añádase a todo esto un hecho político nuevo: Italia había nacido, como nación conjunta e independiente, con planteamientos básicos radicalmente enemigos de la Iglesia, a causa de la existencia de los llamados Estados Pontificios, que desaparecen bélicamente y el Papa pasa a ser un prisionero, en Roma, del nuevo régimen político allí nacido.

Ante este panorama, llega León XIII al Papado, buscando algún tipo de arreglo diferente del que, por ejemplo, en España, a través de la guerra, había buscado, desde su catolicismo, el carlismo. Había que reaccionar contra esta variedad de situaciones enemigas, y esa fue la justificación lógica de que León XIII, para asentar el mensaje de la Iglesia en medio de aquellas novedades, lanzase una encíclica con un nombre bien significativo, porque había que reaccionar contra aquel conjunto de situaciones, incluso muy enemigas. Para ello, desde el punto de vista filosófico, se buscaron puntos de apoyo, en los que se basó el lanzamiento de la encíclica Rerum Novarum

La Rerum Novarum poco a poco, se encontró con que, por un lado, existía un fuerte avance de la ciencia económica, sobre todo desde el punto de vista de la microeconomía, con aportaciones tan notables como eran las de Walras y Pareto. Contemplamos entonces la consolidación de una gran ciencia económica británica -basta pensar que, por ejemplo, aportaba novedades notables nada menos que un hijo de una española, Francis Ysidro Edgeworth-, por no citar una serie de grandes economistas que viajaban hacia la gloria en un cierto gran vehículo descrito, posteriormente por Schsumpeter.

Por otro lado, ese conjunto creciente de grandes economistas desarrollaba su ciencia de modo ciertamente colosal. Y de ella surgían también líneas heterodoxas. Concretamente, la búsqueda de un camino nuevo para resolver la cuestión social creó el corporativismo, que hizo arraigo en multitud de planteamientos políticos conservadores, y que, simultáneamente, contemplaban al catolicismo con simpatía.

‘Quadragesimo Anno’

Este último ambiente general se encontró con un hecho político importante: el Papa se había visto liberado, desde el punto de vista político, con el Tratado de Letrán, desarrollado por Mussolini, quien, a su vez, para frenar avances derivados del marxismo, encontraba satisfactorio que existiese para ello el sendero del corporativismo.

Sin todo eso, no se entiende que este nuevo Papa, Pío XI, con una encíclica situada ya a bastante distancia de la Rerum Novarum, publicase con éxito notable la Quadragesimo Anno, que intentaba ser la proyección hacia una nueva situación mucho más reciente que la de León XIII.

En la ciencia económica se habían desarrollado avances notabilísimos de variado tipo. Desde Cournot, la microeconomía había progresado en el análisis de las situaciones monopolísticas, y ello acabó de avanzar por el terreno de la teoría de la competencia imperfecta.

El progreso de la Teoría Económica era colosal, y la vinculación del corporativismo con el nacionalismo económico y el proteccionismo dio lugar a que todo un conjunto gigantesco de investigadores señalase que ese camino llevaba, forzosamente, a un precipicio que liquidaría a quien lo siguiese, al caer por él, por muy popular que fuese su adalid, caso entonces del rumano Manoilescu. Pero el arraigo de la Iglesia Católica, en multitud de aspectos intelectuales, con esta línea, parecía consolidarse. Basta señalar, en España, todo lo que desarrolló el jesuita Padre Azpiazu en numerosísimas obras, cursos y polémicas.

San Juan Pablo II

Los enlaces políticos derivados del corporativismo durante la II Guerra Mundial se unieron a un progreso notable de la macroeconomía, a través de modelos que permitían orientar, en todo momento, a los directores de la política económica.

El cambio pasó a ser radical desde la ciencia económica, y dígase lo mismo del contexto político que parecerá vincularse, de algún modo, -en ocasiones, incluso, muy fuertes- a la encíclica Quadragesimo Anno. De ahí radica el valor extraordinario de san Juan Pablo II, para dar un salto extraordinario con motivo el centésimo aniversario de la Rerum Novarum.

Conviene señalar sobre esto un acontecimiento. San Juan Pablo II percibió el avance notable de la ciencia económica y de qué manera eso repercutía en un triple sentido. En primer lugar, para fomentar el desarrollo económico, bien visible en todo el mundo europeo no vinculado al comunismo, y también en esas prolongaciones del mundo occidental existentes, desde Estados Unidos o Nueva Zelanda y a Japón. Pero también surgió una variante dentro de la Iglesia en el mundo Iberoamericano que recibió el nombre de Teología de la Liberación. La base científica se encontraba en el denominado Estructuralismo económico latinoamericano, que se consideraba radicalmente enemigo de los planteamientos económicos triunfantes en el mundo citado de Europa, Norteamérica y Japón. Y al mismo tiempo, consideraban necesario que llevase adelante una auténtica revolución política y social llena de matices heterodoxos, que mucho alarmaron, lógicamente, en Roma.

Una reunión en el Vaticano

Ante esta situación, tuvo lugar un cambio radical del que tuve noticia amplia, como consecuencia de una larga conversación que tuvo lugar en Madrid, con Amartya Sen.  Téngase en cuenta que se trata de un gran economista, que logró el Premio Nobel de Economía y que ahora acaba de recibir el Premio de Ciencias Sociales Princesa de Asturias 2021. Amartya Sen me señaló que asombró, en el ámbito de la economía, la llamada del Pontífice para una reunión conjunta a celebrar en el Vaticano.

Consideraron, prácticamente todos los convocados que, dejando aparte sus propias ideas religiosas, debían asistir a esa reunión. La relación de invitados, destacadísimos, va desde Kenneth Arrow, que había obtenido el Premio Nobel de Economía en 1972, a Anthony Atkinson, destacadísimo profesor de la famosa London School de Economía y Ciencia Política, a Parta Dasgupta, de la Universidad de Stanford; también incluye a Jacques Drèze, de la Universidad Católica de Lovaina, quien mucha influencia tuvo en la formación de destacados economistas españoles, sin olvidar a Peter Hammond, también de la Universidad de Stanford.

Pero no podía faltar la Universidad de Harvard, con la presencia de Henrik Houthakker; ni tampoco la de Chicago, nada menos que con Robert Lucas; y, desde Europa, se convocó al miembro del Colegio de Francia, el gran catedrático de Análisis Económico, Malinvaud; a Horst Sievert, del famoso Instituto de Estudios Económicos Mundiales de Kiel; al japonés, de la Universidad de Tokio, Hirofumi Uzawa, y también, en la relación existente se encontraba  el entonces catedrático Amartya Sen, de la Universidad de Harvard. También aparecieron, en la reunión, economistas de centros docentes importantes de Italia y de Polonia; no se convocó a ningún español.

‘Centesimus Annus’

Amartya Sen me señaló que todos ellos se reunieron en debates sobre puntos clave, que pasaban a anotarse por el Papa y varios altos clérigos, para su inclusión en la futura encíclica, que sería la Centesimus Annus.

Para ello, discutieron ampliamente orientaciones, frases concretas, puntos adecuados, continuamente orientados por el Pontífice, en relación con asuntos de gran trascendencia, lo cual casi les obligaba, en ocasiones, a polemizar intensamente; pero quien también con ironía, y con mucha simpatía y agudeza, participaba en los coloquios y orientaba soluciones valiosas, era el propio Santo Padre. Amartya Sen no cesó de elogiarme las reacciones de éste, así como su inteligencia. Y destacó también el nacimiento de la apertura hacia la economía libre de mercado que, de aquel debate, se había de transformar en un texto valiosísimo.

Una muestra del tono general que elogiaba Amartya Sen lo tenemos en una carta de Robert Lucas, donde señalaba que san Juan Pablo II sostuvo, sistemáticamente, que “el subdesarrollo depende tanto de la precariedad de los Derechos Civiles como de los errores económicos”, y que señaló, además, ante el conjunto de la reunión, que él no era “avezado de obras técnicas de economía, ni le parecía que entre los deberes de la Iglesia figurara el de recetar soluciones técnicas para temas económicos”; pero en la encíclica que se preparaba era necesario que se contemplasen los vínculos que deberían existir entre la doctrina social de la Iglesia, el talante especial de cada Pontífice y el mundo del siglo XXI, con todas sus polémicas. 

Así se explica que, como contraste a la citada doctrina, denominada Teología de la Liberación, en la encíclica existe claramente expuesta la admisión del capitalismo, como una consecuencia de la economía libre de mercado. El texto que en ella quedó, exactamente redactado, fue el siguiente: “Si se entiende por ‘capitalismo’ un sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo del comercio, del mercado, de la propiedad privada y la consiguiente responsabilidad sobre los medios de producción, así como la creatividad humana libre en el sector económico, la respuesta, ciertamente será afirmativa … Ahora bien, si por capitalismo de mercado se entiende un sistema donde la libertad del sector económico no queda contenida por un marco jurídico firme que la coloque al servicio de la libertad humana en su totalidad, y la conciba con un aspecto particular de esa libertad, el meollo de la cual es ético y religioso, entonces la respuesta será claramente negativa”. El enlace con la tesis nacida por un conjunto de economistas alemanes y que ha recibido el nombre de economía social de mercado, estaba bien patente.

De este modo, el enlace con la ciencia económica ortodoxa resplandece, y si buscamos la conducta moral adecuada para una seria política económica en san Juan Pablo II, la tenemos, como me insistió, en su conversación muy elogiosa, Amartya Sen. Por ello, éste merece un aplauso especial de los católicos, no por él serlo, sino porque merece recibir en Oviedo el Premio Princesa de Asturias 2021 de Ciencias Sociales.

El autorJuan Velarde Fuertes

Presidente de honor de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas

Experiencias

Jacques Philippe: “La pandemia ha mostrado la fragilidad de la civilización occidental”

El autor de destacadas obras de espiritualidad ha reflexionado, en el Foro organizado por Omnes en mayo, sobre la oración y la vida cristiana en la actualidad, en una situación de dificultad provocada por la pandemia mundial del coronavirus.

David Fernández Alonso·7 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 9 minutos

En el número del mes de abril de este mismo año, Omnes publicaba una extensa entrevista a Jacques Philippe, en la cual conversaba con nosotros sobre variadas cuestiones de actualidad, como la espiritualidad en tiempos difíciles, como los que estamos viviendo durante esta época de pandemia, sobre el sufrimiento, sobre la figura de san José, sobre algunos de los temas de los que trata en sus numerosos libros o sobre la oración en el mundo actual. 

Jacques Philippe es, sin duda, uno de los autores espirituales más conocidos de nuestro tiempo. Natural de la localidad francesa de Metz, al este del país, en la que nació en 1947, estudió matemáticas y ejerció la docencia hasta ingresar, en 1976 en la Comunidad de las Bienaventuranzas. Tras vivir en Tierra Santa unos años, estudiando hebreo y las raíces judías del cristianismo, se trasladó a Roma donde fue responsable de la nueva fundación de la Comunidad en Roma y estudió Teología y Derecho Canónico.

Sacerdote desde 1985, su tarea se centra en la formación espiritual, ya sea dentro de la comunidad de las Bienaventuranzas, o con las miles de personas que han descubierto nuevos caminos de vida interior a través de sus obras, distribuidas por el mundo entero. En los últimos años, además, ha visitado numerosos países predicando jornadas de retiro espiritual para personas de toda condición y labor dentro de la Iglesia. Tarea que, a pesar de la pandemia, ha continuado haciendo a través de diversos medios digitales.

Un mes más tarde de aquella entrevista, en la tarde del miércoles 12 de mayo tenía lugar el Foro Omnes con Jacques Philippe, en modalidad telemática, en la que participaron numerosos espectadores que siguieron la retransmisión en directo por el canal de YouTube de Omnes. Durante el Foro organizado por Omnes, Philippe trató algunos temas que surgieron también a raíz de aquella conversación, como pudieron ser la presencia o ausencia de Dios, la oración del cristiano, la existencia del mal, o cuestiones que se han planteado en la vida de las personas durante la pandemia.

Los límites de la civilización

El padre Philippe comenzó su intervención refiriéndose a la situación que ha atravesado el mundo durante la pandemia, y cómo ha afectado a las personas, particularmente a los cristianos. Planteó la cuestión de cómo la situación actual de la pandemia cuestiona nuestra vida espiritual, nuestra vida cristiana. “En cierto modo”, comenzó, “esta situación ha dificultado nuestra vida cristiana, por la dificultad para celebrar o asistir a la Eucaristía, para reunirse con familiares y amigos, la soledad a la que se vieron obligadas muchas personas, etc. Ha sido todo un reto para nuestra vida cristiana”. 

Este reto también ha tenido efectos positivos para algunos, aseguró Philippe, pensando en  el gran número de personas que se han comprometido a seguir rezando juntos, a comunicarse por internet, a dedicar tiempo para reflexionar. “He recibido muchas solicitudes de retiros y entrevistas online”, afirmó. Además, “a muchas personas, ese tiempo les sirvió para afianzar las relaciones dentro de la familia, de las comunidades en las que transcurrieron esos días de pandemia”.

Haciendo una observación más global, Philippe manifestó que “la pandemia ha mostrado los límites y la fragilidad de la civilización occidental, una situación que ha llevado a nuestra sociedad a sustituir lo real por lo virtual”. Sin embargo, eso no es suficiente, comentaba durante el encuentro. Necesitamos lo real, lo vivencial, la cercanía física de nuestros seres queridos, de las demás personas: “Nos hemos dado cuenta que eso no basta, que es necesario el encuentro físico. Eso también nos recuerda la dimensión física y corporal de lo espiritual”. 

La vulnerabilidad y la fragilidad han sido una constante durante este año y medio que llevamos desde que se desató la pandemia del coronavirus: “En un mundo tentado por la ilusión de la omnipotencia de la tecnología, hemos experimentado cada vez más los límites de la ciencia y la tecnología, lo que nos ha recordado cierta humildad. Nos ha recordado la fragilidad de nuestras sociedades, que tenían la tendencia a creerse todopoderosas”. 

Una reflexión que encontramos complementaria con la que hacía en aquellas páginas que publicamos en abril: “La fragilidad, incluso la impotencia, que experimentamos nos recuerda que la fe no es el ejercicio del poder, sino la entrega de nuestra debilidad y fragilidad en manos de Dios. Esta situación de debilidad que estamos atravesando nos invita a no buscar nuestra seguridad en nuestro propio poder, en nuestra capacidad para resolverlo o para entenderlo sino a poner nuestra seguridad en el abandono confiado en manos de nuestro Padre Celestial, tal como nos propone el Evangelio”.

Philippe suele sugerir en sus obras algunos interrogantes que no dejan indiferente. También durante la tarde del 12 de mayo, quiso sugerirnos un sencillo examen de conciencia: “Me parece que la pregunta que hay que hacerse, como siempre en las situaciones difíciles, no es tanto la pregunta: ‘¿Por qué esta situación?’, sino la pregunta: ‘¿Cómo puedo vivir esta situación de forma positiva? ¿De qué manera me llama a crecer, a evolucionar, incluso a convertirme en los modos de vivir que son míos?’. A cada persona le corresponde encontrar la respuesta a esta pregunta, para descubrir finalmente la llamada que Dios le dirige hoy a través de esta situación”. 

¿Dónde está Dios?

“¿Cuál ha sido el papel de Dios en esta situación?”, se preguntaba el padre Philippe. Dios en ocasiones permite situaciones difíciles para que las personas nos fiemos más de Él, para abandonarnos en Él y confiar en su providencia. De hecho, ante situaciones difíciles, afirmó Philippe, lo importante es cómo se afronta esa situación, y cómo se aprovecha para orientar hacia lo bueno que Dios espera de nosotros. 

Es claro que en este contexto”, continuaba, “donde se muestra patente nuestra fragilidad, encontramos una llamada a apoyarnos en el Señor, que es nuestra roca, nuestra fuerza. En las situaciones difíciles Dios se hace más cercano”. En el tiempo de Pascua hemos leído el evangelio de los discípulos de Emaús. Un modelo que el padre Philippe usó para mostrar cómo Dios actúa en momentos de desánimo. “Ellos están desanimados y Jesús se acerca y les explica las Escrituras. Les da la fuerza para volver a Jerusalén fortalecidos por el encuentro con Cristo. Esto es lo que tenemos que hacer en estos tiempos difíciles. Cristo nos alimenta, nos llena de fuerza”.

El padre Philippe aseguró que “en los tiempos difíciles, Dios se hace más cercano. Dios se hará incluso más y más presente en los tiempos venideros. Jesús caminará con nosotros, como lo hizo con los discípulos en el camino de Emaús. Creo que en los tiempos futuros habrá cada vez más experiencias de Emaús, de Jesús acompañando a sus discípulos y fortaleciéndolos”.

“Este tiempo de pandemia, por tanto, es una invitación a seguir a Jesucristo, a encontrarle, para hablarle”. Un tiempo, en esta línea, también para estar muy pendiente los unos de los otros.

La Eucaristía, encuentro real con Dios

Por otra parte, Philippe ha incidido en que para el cristiano, la Eucaristía, que durante esos días de encerramiento fue un sacramento del que muchos se vieron privados, es el lugar por excelencia de encuentro con Dios. Es un momento donde podemos acoger la presencia de Dios. De hecho, afirmó el padre Philippe que “muchos cristianos han sido muy creativos para mantener activa su vida cristiana”.

La Eucaristía, presencia real del Señor, es centro de la vida cristiana. “Durante esos días de pandemia podíamos encontrarnos con Cristo a través de la comunión espiritual”, afirmó el padre Philippe. Sin embargo, no era suficiente, necesitamos de la presencia del Señor en el sacramento de la Eucaristía. Quizá esta situación nos ha ayudado a “redescubrir la importancia y la belleza de esta presencia que nos tranquiliza. Esto es lo que más necesitamos hoy, la presencia de Jesús con nosotros y en nosotros”. 

Además, junto con la Eucaristía, encuentro por excelencia con Jesucristo, “puede haber un encuentro con el Señor también cuando leemos las Escrituras”. Volviendo al ejemplo de los discípulos de Emaús, que les ardía el corazón cuando escuchaban al Señor explicar las Escrituras, “hoy, con tanta confusión, necesitamos palabra de Verdad. Una palabra de amor y de verdad, que encontramos en la Biblia”. Y hay mucha gracia del Espíritu Santo en la lectura de la Palabra de Dios. “El pasaje de Emaús es una bonita catequesis sobre las Escrituras. ‘Quédate con nosotros, Señor, porque ya es de noche y el día está llegando a su finle pidieron. Pero Jesucristo no solo se ha quedado con nosotros en la Eucaristía, sino que nos ha dado más de lo que le pedimos: se ha quedado en la Eucaristía y en nuestro corazón en gracia”.

Una llamada a estar cerca de los demás

Jacques Philippe continuó su intervención hablando de una consecuencia lógica de esta llamada a la cercanía con Dios: la llamada a estar cerca de los demás. “Una llamada a estar más atentos y presentes los unos a los otros. De hecho, si los discípulos de Emaús fueron encontrados por Jesús, fue porque eran dos los que caminaban juntos, compartiendo, preguntando… Hay que caer en la cuenta de hasta qué punto la caridad hacia los demás nos sitúa realmente en contacto con Dios mismo”.

Como solemos leer en sus obras espirituales, también durante este rato de conversación Philippe acudió a la Sagrada Escritura para ilustrar esta idea: “Hay muchas frases bíblicas donde se observa la importancia de la cercanía con los demás: en Mateo 25, ‘todo lo que hicisteis al más pequeño de mis hermanos, a mí me lo hicisteis’; en Marcos 9, 37, ‘quien acoge a un niño así en mi nombre, a mí me acoge. Y el que me recibe a mí, no me recibe a mí, sino al que me ha enviado’. El más mínimo gesto de atención, de servicio, una sonrisa regalada a otro, todo ello se dirige directamente a Dios y nos pone en contacto con Él”. 

De esta manera, salir de nosotros mismos nos abre a recibir el Espíritu Santo. “A veces hay una verdadera efusión del Espíritu Santo”, reflexionaba Philippe, “un pequeño Pentecostés que tiene lugar cuando amamos de verdad a quien el Señor pone en nuestro camino. Cuando María salió al encuentro de su prima Isabel, produjo un pequeño Pentecostés cuando se encontraron. No es una cuestión de kilómetros, sino que salir de nosotros mismos para ir hacia el otro nos abre al Espíritu Santo”.

Concluyó su intervención recordando los medios que tenemos para unirnos al Señor: “Demos gracias al Señor por todos los medios sencillos y eficaces que tenemos para estar en contacto con él: a través de la fe, la oración, la Eucaristía, la escucha de la Palabra, los gestos de caridad, estar en contacto real con Dios, y la gracia del Espíritu Santo que actúa en nosotros. Él nos ilumina, nos conduce, nos purifica, nos cura… Recemos por un nuevo Pentecostés en la Iglesia y en el mundo”.

La grandeza de la vida cristiana

Al término de su intervención, se pudo abrir un agradable coloquio, con preguntas de los espectadores. Preguntas entre las cuales, algunas de ellas tenían como denominador común el misterio del mal. El padre Philippe afirmó que “la grandeza de la vida cristiana es que de cualquier mal se puede obtener un bien. Oportunidad de crecer, de estar más cerca de Dios”.

La cuestión más importante es cómo se puede afrontar el mal apoyándose en el Señor, de manera que de ahí pueda surgir un bien. Si Jesucristo ha resucitado, el bien prevalece. Evidentemente, “ante una situación de crisis, hay gente que reacciona positivamente, de refuerzo en la fe. Pero otras, en cambio pueden alejarse de la fe. En este caso hay que rezar siempre por esas personas y pedir que Jesús venga a su encuentro”.

Fe, oración, Eucaristía, escucha de la Palabra, comunión fraternal. Todos estos medios se nos proponen para acoger la presencia de Dios”.  

La libertad, signo de la presencia de Dios

En esa misma línea, ante una pregunta en relación a la libertad humana, por la cual vemos que hay personas que siguen el buen camino, pero que otras eligen un camino distinto y quizá equivocado, Philippe comentó que “nuestra libertad es un signo verdadero de la presencia de Dios”.

El hecho de que somos libres”, continuó Philippe, “es manifestación de que Dios nos respeta, porque respeta nuestra libertad. Pero depende de qué uso le damos a nuestra libertad. Si la usamos para amar, cada vez somos más libres, y esa libertad es más bonita. Dios en estos casos se hace más presente. Porque orientamos nuestra libertad hacia Dios, y Dios nos hace más felices. Sin embargo, si usamos mal la libertad la acabamos perdiendo”. 

Otra de las cuestiones estaba dirigida hacia la lucha interior, la postura ante las dificultades y el combate espiritual. Philippe afirmó que “las dificultades son una llamada al combate. Pero hay que recordar que en ese combate no estamos solos, sino que Dios está en el corazón de ese combate. Tenemos que identificar los enemigos de nuestra vida para librar el combate. Preservar la relación con el Señor durante ese combate es crucial para vencer. Con ese contacto con el Señor tendremos la fuerza necesaria para luchar y levantarnos. Aunque haya derrotas, si uno está con el Señor, no se descorazona ni se desanima. Porque la guerra ya ha sido ganada. La fuerza nos la da la certeza de la victoria de Cristo resucitado”. 

Durante este rato de coloquio, algunos espectadores se interesaron por la propia vocación del padre Philippe. “Yo era creyente desde pequeño, sin un deseo o inquietud especial. Era un apasionado de la física, por eso quería estudiar una carrera de ciencias. Durante esa época, me invitaron a unas jornadas de retiro espiritual”.

“De una manera sorprendente”, aseguró el padre Philippe, “durante este retiro, recibí con una fuerza extraordinaria la llamada del Señor. Me resistí un poco, pero comprendí que cuando Dios llama, siempre hay que responder afirmativamente. Más tarde descubrí que el camino sería siendo sacerdote. Era una época difícil, mayo de 1968, durante la cual muchos sacerdotes abandonaron el ministerio. Algunos años después descubrí la Comunidad de las Bienaventuranzas, entendiendo que sería mi vocación. Ingresé en la Comunidad, y más tarde ordenado sacerdote. Lo más importante para mí era tener esa vida espiritual con el Señor, a la cual Él me ha conducido”.

Así concluía un interesante Foro con el autor que es ya un clásico de la espiritualidad.

Iniciativas

Un club de motoristas. Romeros de la Virgen

Es una impresión singular la que produce cruzarse en la carretera con un grupo numeroso de motos, en el que amantes de circular sobre dos ruedas disfruta de una manera evidente. Hacen viajes para estar juntos, para conocer nuevos paisajes, o… para honrar a la Virgen María.

Antonio Espinosa·7 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Hay quien piensa que los motoristas no somos gentes de fiar, que somos una subespecie de gorilas de la carretera, amantes del estrépito, adictos a los efluvios del cuero y de la gasolina, enmascarados de la ruta, o presuntos implicados en los delitos más atroces. Y nada más lejos de la realidad. Es más, probablemente es el colectivo que tiene más a flor de piel la solidaridad en la carretera.

Hace ya más de diez años, formamos un club de motoristas peculiar. Corría el mes de julio del año 2006 cuando entre unos cuantos amigos surgió la idea de viajar de Madrid a Valencia para asistir a la visita de Benedicto XVI con motivo de la Jornada Mundial de las Familias.

Las autoridades señalaban algunas dificultades de acceso hasta el lugar del evento en caso de llegar en coche, por lo que, dada nuestra común afición al mundo de la moto y sus innumerables ventajas, la noche anterior decidimos hacer el viaje sobre dos ruedas, lo que finalmente nos permitió asistir a la Santa Misa casi en primera fila. Fue un primer viaje, en el que lo pasamos tan bien que decidimos repetirlo al menos una vez al año.

Pensamos que un buen motivo podía ser el de honrar a la Virgen María visitando alguno de los muchos santuarios dedicados a Ella para rezar el Santo Rosario. Ahí quedó la cosa, y al llegar el mes de mayo de 2007 elegimos el santuario de la Virgen de Sonsoles en Ávila como destino de nuestra primera romería motera. Ese fue el inicio de Motorromeros, una aventura que con el tiempo ha cuajado en un nutrido club de motoristas del que para formar parte basta con cumplir con tres condiciones: tener pasión por las motos, devoción a la Virgen y el haber participado en alguna motorromería.

Siendo España la tierra de María, como bien la definió san Juan Pablo II, desde entonces han sido muchos los santuarios o ermitas dedicadas a la Virgen que hemos visitado, muchas las curvas trazadas y muchas las avemarías que hemos rezado. Y ello nos ha permitido estrechar lazos de amistad que van más allá de nuestra común afición.

Principalmente hacemos viajes cortos que ocupan las mañanas de los sábados con destinos cercanos a Madrid, pero una o dos veces al año hacemos viajes de fin de semana que nos han llevado a lugares como Covadonga, Aránzazu, Torreciudad, El Pilar, La Virgen de la Cabeza, El Rocío, Lourdes o Fátima. También hemos peregrinado a Santiago en varias ocasiones, y ahora estamos embarcados en un camino de Santiago por etapas desde Roncesvalles, que Dios mediante concluiremos en el año jubilar.

Por otra parte, al ser el motorista por lo general más amigo de carreteras secundarias que de las autopistas, hemos conocido muchos parajes preciosos que componen la geografía española y que de otra forma nunca hubiéramos llegado a conocer.

Con mucha alegría recibimos la noticia de la dedicación del año de san José por el Papa Francisco, porque desde hace unos años le tenemos por patrón y a él nos encomendamos. Lo nombramos patrono principalmente por dos motivos. El primero, porque estaba profundamente enamorado de María, y en eso queremos imitarle, y el segundo, porque para sus desplazamientos contaba con un burro fiel. Nosotros -usando la jerga motera- vamos en “burra” y, solo por eso, ya en algo nos parecemos a él.

Además de contar con san José, desde el inicio hemos experimentado la protección del Arcángel san Rafael, patrono de todos los motoristas. Han sido tantos los entuertos de los que nos ha sacado que, si se si se escribieran uno por uno, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Por contar uno, tenemos por costumbre, al inicio de cada salida, rezarle la “oración del motorista” invocando su protección.

En el año 2013, con motivo del Año Jubilar por la coronación canónica de María Santísima de la Esperanza Macarena, acudimos a Sevilla a hacerle una visita. De regreso, hicimos escala en Córdoba, donde paramos en la catedral para celebrar la Eucaristía.

La suerte de ir en moto es que uno puede aparcar en la misma puerta del lugar al que se dirige, y así lo hicimos, al no ver cartel o señal alguna que nos lo impidiera. Sin embargo, al salir de la catedral, nos encontramos con la sorpresa de una receta de la Policía Municipal sobre cada montura. Por lo visto, estaba prohibido aparcar en sus inmediaciones. En aquel viaje, se dio la circunstancia de que, por las prisas, al partir no rezamos la oración a san Rafael, y según vimos las multas le comenté al Páter que aquella desagradable sorpresa solo podía deberse a nuestro fatal olvido. El coincidió conmigo y, al ser san Rafael el guardián de Córdoba y tener un monumento a pocos metros de la catedral, allí nos dirigimos para reparar nuestro error e invocar su ayuda. Aquello fue mano de santo, o más bien mano de ángel, porque según concluíamos con el amén, aparecieron por una bocacalle dos motoristas municipales que se detuvieron exactamente a los pies del Arcángel donde nosotros nos encontramos. Me dirigí a ellos para explicarles la situación, y nos quitaron las multas, cosa que agradecimos al patrón y nos permitió concluir felizmente la ruta. Desde entonces, nunca hemos dejado de invocarle en cada salida. Más nos vale.

De todas formas, la que más nos protege es María, y no solo de los percances en carretera, que gracias a Ella casi no hemos tenido, sino porque a cada uno nos ha acercado un poquito más a Nuestro Señor como siempre hace. A Él siempre se va y se vuelve por María.

Desde el inicio de esta locura, el club siempre ha estado vinculado de alguna manera al sacramento del matrimonio, porque a lo largo de nuestra breve historia han sido muchas las veces en que al llegar a una casa de María nos hemos encontrado felizmente con una boda. Por ese motivo, decidimos incorporar al club una nueva tradición, la de escoltar a las hijas de todo motorromero que decidan acercarse al altar para contraer matrimonio. Así lo hicimos hace unos meses con Joana, hija de Alberto, que por sorpresa se encontró con un buen grupo de motoristas en la puerta de su casa al salir hacia la iglesia. A punto estuvo su padre de abandonar a su hija en el coche nupcial para sumarse a la escolta con frac incluido.

Y siguiendo con las escoltas, hemos propuesto a los organizadores de esa fantástica iniciativa de María ven el poder escoltar a la Virgen en Madrid el próximo mes de octubre al concluir su peregrinaje por España en el Cerro de los Ángeles.

Cuando nos enteramos del evento pensamos que, de hacerse, a nosotros correspondía tal honor, y si finalmente nos dan su consentimiento nos encantaría poder acompañarla.

Ya somos más de cien los miembros del club, y si de algo estamos convencidos es de que el amor a la Virgen y el llevar una moto ayudan mucho para llegar a un buen destino.

El autorAntonio Espinosa

Cine

Encuentra tu alma en Tierra Santa

Patricio Sánchez-Jáuregui·7 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Tierra Santa. El último peregrino

Dirección: Andrés Garrigó, Pablo Moreno
Guión: Pedro Delgado, Andrés Garrigó, Benjamin Lorenzo
País: España
Año: 2021

Andrés Garrigó, asiduo del cine pío, productor y / o director de títulos como Fátima, El último misterio, Corazón ardiente, y Poveda, repite tándem con Pablo Moreno (Claret, Red de Libertad, etc) para traernos una cinta que aúna dos géneros, el de ficción y el documental.

En su vertiente de ficción, la película nos cuenta la historia de una familia cristiana española, viviendo en una buena urbanización residencial a las afueras de Madrid. En su lado documental, la cinta muestra el testimonio de personas que nos hablan sobre Tierra Santa: Un franciscano, director de colegio en Belén, un palestino, cristiano de Samaria, una monja del verbo encarnado de Belén, varios frailes, un guia de peregrinos, algún periodista y varios conversos y misioneras. Todos ellos son introducidos a través de la ficción de esa familia madrileña que ante la insistencia de la madre, que acaba de ganar una lotería, acaban viajando a desgana a Tierra Santa. Ese viaje les servirá como punto de partida para unirse más y dar un nuevo sentido a sus vidas.

La película hace gala de una fórmula interesante, que integra con más o menos éxito la narrativa documental en la de ficción, si bien esta última necesita una oportunidad para calar: la dramatización de las actuaciones contrasta con la veracidad de los testimonios, que se lleva gran parte del atractivo de la obra, pues sus entrevistados no necesitan de mucho más que sus palabras y sencillez para calar hondo en el alma de los que escuchan. A ello se le une la historia de Tierra Santa, desde los tiempos de Jesús, y los testimonios sobre el legado y la continuidad del cristianismo, y lo que supone para los cristianos el hecho de peregrinar a los santos lugares.

Aunque a veces tiene un uso de la música demasiado omnipresente, lo cual empalaga un poco la cinta, el guión es sencillo y goza de un rango de protagonistas dispar que facilita el llegar a un público más amplio. Tierra Santa. El último peregrino, es, en definitiva, una película disfrutable. Rodada con sencillez, nos hace recorrer los sitios de los que tantas veces hemos oído hablar en las sagradas escrituras, y nos invita a seguir la llamada de la tierra donde empezó todo, sembrando, con las palabras de aquellos que ya lo hicieron, inquietud en el espectador.

Mundo

Pentecostalismo en África. ¿Ha llegado para quedarse?

El pentecostalismo se ha asentado en el continente africano con un énfasis pronunciado en las experiencias externas, cumpliendo algunas de las mismas funciones sociales que las iglesias mayoritarias. Sin embargo, ¿no el creyente anhelará algo más profundo y duradero?

Martyn Drakard·7 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 8 minutos

Si un visitante de fuera de África volviera ahora, después de una ausencia de -digamos- 30 años, se sorprendería de los grandes cambios ocurridos en el “paisaje” religioso. En su primera visita habría conocido una imagen tradicional de misiones católicas e iglesias protestantes convencionales. Ahora se encontraría con iglesias y capillas carismáticas y evangélicas en casi todas las esquinas. 

Tanto amigos como enemigos admiten que este tipo de cristianismo se está extendiendo en África más rápidamente que cualquier otro, y el África centro-oriental de habla inglesa y los Grandes Lagos (Kenia, Ruanda, Tanzania y Uganda) no son una excepción. Por ejemplo, en la manzana en la que vivo en Nairobi, antes de la llegada del covid competían cuatro iglesias de este tipo tanto en número de feligreses como en ruido. A las afueras de la manzana se encuentran también dos iglesias católicas (una bastante nueva) y una anglicana (también bastante nueva).

¿Cómo ha surgido todo esto? ¿Cómo se han hecho notar tanto estas iglesias, y cuál es su atractivo?

Orígenes del pentecostalismo

Para empezar, el pentecostalismo no es nuevo en África. El primer misionero pentecostal que llegó a Kenia vino de Finlandia en 1912, cuando lo que hoy es Kenia formaba parte de un protectorado británico. Ese mismo año surgió un movimiento carismático, denominado Roho (“espíritu” en swahili), entre algunos conversos anglicanos de la zona. En 1918, misioneros norteamericanos establecieron una misión que posteriormente se afilió a la Asamblea Pentecostal de Canadá. En 1965, poco después de que Kenia se convirtiera en un país independiente, también sus iglesias se independizaron y pasaron a llamarse Asambleas Pentecostales de Dios. En 2002 África Oriental contaba con 5.000 iglesias de este tipo. Otras separaciones de grupos disidentes habían tenido lugar antes, en la década de 1930, cuando los misioneros expresaron su oposición a la circuncisión femenina y surgieron muchas iglesias indígenas, entre las que se encontraba la Iglesia Pentecostal Independiente Africana.

Mientras tanto, el Renacimiento de África Oriental (un movimiento dentro de la Iglesia Anglicana de África Oriental), que había comenzado en Ruanda en 1933, llegó a Kenia en 1937, atrayendo a muchos protestantes al cristianismo evangélico y carismático.

Un paréntesis explicativo sobre este Renacimiento: un inglés, John Church, médico misionero de la Church Missionary Society o Sociedad Misionera de la Iglesia, al ver la pobre situación espiritual de la Iglesia Anglicana de Uganda tuvo una “conversión” y comenzó el Renacimiento en la vecina Ruanda, y lo extendió a Uganda, debido a una asociación que tenía con algunos evangelistas ugandeses. Este movimiento se extendió a las iglesias presbiterianas y metodistas de Kenia y a la iglesia luterana de Tanganica (actual Tanzania). 

Finales del s. XX

Avancemos rápidamente hasta las décadas de 1970 y 1980. Entre 1972 y 1986, según un estudio, el número de iglesias pentecostales se había duplicado en Nairobi, más deprisa que cualquier otra denominación cristiana. En 2006, el conocido predicador tele-evangelista estadounidense T.D. Jakes consiguió atraer a casi un tercio de la población de Nairobi a una cruzada. Una encuesta del Foro realizada ese mismo año sugería que los “renovadores” (pentecostales y carismáticos) representaban más de la mitad de la población keniana. En aquella época era habitual que un joven te preguntara: “¿Has nacido de nuevo?”, o que te dijeran: “Estoy salvado”. Los “salvados” y “renacidos” ejercían cierto poder, por ejemplo debido a su significativa oposición a la introducción del aborto o al establecimiento de tribunales kadhi (islámicos) en un referéndum de 2005 para un proyecto de constitución nacional.

Forma inculturada del cristianismo

Según un informe titulado Iglesias pentecostales carismáticas en Kenia: crecimiento, cultura, estas iglesias resultaron ser una amenaza para las iglesias mayoritarias, entre otras razones porque las mujeres y los grupos marginados encontraban un “hogar” en estas iglesias. Esta forma “inculturada” de cristianismo hizo que una mayoría de kenianos se sintieran atendidos espiritualmente, ya que ofrecían un encuentro “personal” con Dios por medio del poder del espíritu. Respondían a una necesidad existencial: proporcionar la curación de la enfermedad y la liberación de todo tipo de males, todo ello de acuerdo con una cosmovisión africana.

Otro estudio sugirió que esta rama del cristianismo se ha extendido rápidamente en África debido a que su énfasis teológico y ritual en el combate espiritual proporciona un poderoso vínculo con las cosmologías existentes, al tiempo que preserva el significado de la religión tradicional. A menudo se representa a Jesús como una figura de poder masculina, como alguien cariñoso y afectuoso, en lugar de un padre que juzga, punitivo y autoritario. Como para subrayar esto en la práctica, los predicadores pentecostales / carismáticos visten bien, hablan con confianza y así contrarrestan cualquier impresión o acusación de que un hombre de Dios es alguien blando. Su éxito se debe también a su agresivo evangelismo, a la movilización de los laicos y a su carácter festivo, con música y bailes animados y pegadizos.

Y para apoyar esto aún más, en Nairobi se está llevando a cabo actualmente un programa para hombres muy popular, de diez semanas, titulado Man Enough, “Lo bastante hombre”, instituido por un pastor pentecostal que está atrayendo a protestantes y católicos por igual, sobre cómo ser un buen padre y marido, honesto, fiel, serio, etc.

Apertura a la modernidad

Un cebo más sutil, pero muy real, es su apertura a la modernidad, un deseo apremiante de parecer exitoso, de reflejar una visión moderna y de dar una imagen de internet. Todo esto es especialmente atractivo para la juventud africana en ascenso: un liderazgo orientado a los laicos, una responsabilidad eclesiástica basado en las cualidades carismáticas de una persona; además, el uso innovador de las tecnologías modernas de comunicación y un código de moda relajado. La juventud tiene el privilegio de acceder a estas formas de modernidad debido a su nivel de alfabetización; los jóvenes de “élite”, los jóvenes profesionales y los graduados frustrados entienden que estas iglesias responden a sus necesidades de una manera que otras instituciones no lo hacen o son incapaces de hacer, reforzadas y animadas por la evangelización puerta a puerta, reuniones en los hogares, predicación en público y las cruzadas en tiendas de campaña, todo lo cual interpela a la personalidad y el estilo de vida africanos: la vida al aire libre en lugar de en la privacidad del hogar.

El informe Pentecostalización y fe en el sur global lo resume en tres características principales: “Transformación”, “Empoderamiento” y “Sanación y liberación”. 

La “transformación” se refiere a la disponibilidad de un encuentro directo y particularmente intenso con Dios que provoca cambios profundos en la vida y las circunstancias de la persona. Se produce un sentimiento de transformación a nivel personal y comunitario, que incluye un nuevo dinamismo en el culto, inspirado por el Espíritu Santo. El énfasis teológico principal es la transformación producida por el encuentro con Dios: es decir, la renuncia al recurso a la religión tradicional y el creer sólo en Dios.

El “empoderamiento” es el efecto del Evangelio de Jesucristo. Se confía en que la religión africana se ocupará de los efectos del mal causados por los espíritus malignos y la brujería, que son responsables de la enfermedad, el fracaso, la falta de hijos, etc. Las iglesias pentecostales africanas proporcionan el contexto ritual para la oración y el exorcismo para “liberar a los afligidos”.

“Sanación y liberación”. Cuando las cosas no van bien, se explica por el trabajo de los demonios y las brujas. Para el creyente pentecostal, el Evangelio consiste en restauración para que la transformación de la personalidad se manifieste en la salud y el bienestar; en otras palabras, la salvación incluye la abundancia espiritual y física, la liberación de la enfermedad, la pobreza, la desgracia, así como la liberación del pecado y del mal.

La experiencia en Uganda

La experiencia en Uganda es similar, aunque no idéntica. Aquí también se hace hincapié en la prosperidad material y financiera, la abundancia y la salud física: el Evangelio de la Prosperidad (un movimiento de finales del siglo XIX en los Estados Unidos que predicaba el “evangelio” del éxito, la fe en uno mismo, etc.), en el que los congregantes dan el diezmo a la Iglesia con “la promesa y la expectativa de recibir a cambio grandes regalos de Dios”. La riqueza abundante se considera un derecho; el razonamiento es el siguiente: Jesús superó el sufrimiento de este mundo, incluida la pobreza; por tanto, la riqueza es una bendición. Recuerdo que una vez seguí a un coche con una pegatina en la ventanilla trasera que decía: “Lo vi. He rezado. Lo conseguí”.

 Un informe Pew en 2006 decía que el pentecostalismo lo seguían entonces el veinte por ciento de la población ugandesa. De hecho, en la última década las iglesias mayoritarias han perdido un número considerable de fieles. Por ejemplo, los censos nacionales muestran que los anglicanos han pasado del 37 % de la población en 2002 al 32 % en 2014; y la Iglesia católica también ha perdido fieles en favor del pentecostalismo, aunque menos.

Como en otros lugares, pero de forma especial y muy integrada en la cultura y la forma de ser de los ugandeses, los pentecostales de Uganda hace mucho uso de la radio, la televisión y el cine, y tienen varias emisoras de radio. Los ugandeses no tienen reparos en exteriorizar su cultura, y si son pentecostales, cuanto más llamativo y ruidoso sea, mejor. Además de la radio y la televisión, son populares los servicios de culto a la hora del almuerzo en días laborables, por sus supuestos poderes curativos. En Kampala están construyendo su “catedral”, el Tabernáculo Alpha, con capacidad para 6.000 personas.

Mientras que en Uganda, la Iglesia establecida era extraoficialmente la anglicana desde que al principio la Sociedad Misionera de la Iglesia (mayoritariamente anglicana) prácticamente invitó a los británicos a Uganda, y el obispo anglicano era el tercero en orden de precedencia (después del gobernador y del rey de Buganda, el Kabaka) en los actos oficiales, el anglicanismo no llegó a Ruanda hasta la Primera Guerra Mundial, desde Uganda. Menos del 10 % de los ruandeses son anglicanos y, debido a la influencia de la Iglesia de Juan, había sido una iglesia de los balokole (los salvados), como se ha mencionado anteriormente en este artículo.

En Ruanda, la más católica

Ruanda era conocida como la nación posiblemente más católica de África, con cerca de dos tercios de la población bautizada como católicos. La fe llegó al país a finales de la década de 1880, cuando estaba bajo el dominio alemán y luego belga. Sin embargo, el prestigio de la Iglesia sufrió un duro golpe durante el genocidio de 1994, cuando los líderes católicos no condenaron la violencia y algunos clérigos la secundaron. En 2006, el porcentaje de católicos era del 56 % de la población. Además, muchos tutsis que habían huido antes o durante el genocidio y habían regresado, habían estado expuestos al protestantismo en otros países de África oriental o en el mundo occidental y habían abandonado la práctica católica, aportando en su lugar una forma de culto que podía atraer a una población traumatizada. Sin embargo, los domingos las iglesias católicas están llenas a rebosar, con muchísimos fieles varones; incluso las misas de los días laborables están muy concurridas. En las ciudades y pueblos ruandeses, los domingos se caracterizan por la alegría de los asistentes a la misa; por contraste, otras iglesias, incluidas las pentecostales, son de perfil más bajo.

Al sur de Kenia, Tanzania

En Tanzania, el pentecostalismo creció sustancialmente en la década de 1980 y pronto surgieron grupos carismáticos en las iglesias católica y luterana, aunque ya estaba presente desde principios de 1900. Tanzania tiene una población musulmana bastante numerosa, aproximadamente un tercio del total, de casi 60 millones de personas; los cristianos forman el resto, y los católicos son alrededor del 25 % del total de la población nacional.En un estudio realizado durante 18 años en Iringa, una región típica del centro del país, Martin Lindhart, de la Universidad del Sur de Dinamarca, llegó a la conclusión de que la principal preocupación de las congregaciones pentecostales era la liberación de los malos espíritus y de los ataques de las brujas, una concepción de la enfermedad y la curación como un espacio crucial de comunicación entre los seres humanos y los espirituales, ya que, en las sociedades y comunidades tradicionales, la enfermedad se considera efecto de una maldición. Los principales rivales de los pentecostales son los curanderos tradicionales, que confunden a los creyentes sobre los poderes de Dios y los “poderes” de Satanás. Un conflicto similar es muy común entre los creyentes menos educados de otras partes de esta región.

Entre los fieles pentecostales de las ciudades, rigen las mismas expectativas que en los entornos más sofisticados de otros países de África Oriental. El pentecostalismo atrae porque los laicos se implican más directamente; las mujeres se sienten capacitadas para buscar hombres con valores familiares modernos y los llevan a la iglesia; los hombres se convierten porque ven en el pentecostalismo una oportunidad de pasar página y combatir las inclinaciones pecaminosas, causadas, según razonan, por influencias demoníacas, y ejercer el autocontrol, y poner orden y mayor satisfacción en sus vidas.

 Puede que el pentecostalismo sea deficiente en materia de doctrina, pero, a pesar de ello, o tal vez debido a ello, su solución “rápida” parece llenar un vacío en muchos niveles de la sociedad.

Las iglesias llamadas mayoritarias de estos países de los Grandes Lagos -la católica, la anglicana y la luterana- se enfrentan a un serio desafío. En muchos lugares, están asumiendo el reto y haciendo un uso más eficaz de la tecnología moderna. Pero sigue existiendo la tentación de diluir las enseñanzas, la liturgia y las prácticas cristianas esenciales para atraer a un mayor número de fieles. 

 ¿Ha llegado el pentecostalismo a África para quedarse? Al fin y al cabo, cumple las funciones sociales que las iglesias mayoritarias ayudaron a introducir en estas regiones: educación, asistencia sanitaria, trato digno a los grupos marginados, etc., y además tiene un “toque y sabor modernos”. ¿O el creyente o converso más serio dejará de sentirse atraído por su énfasis en lo “externo” y anhelará en cambio algo más profundo y duradero?

Vaticano

Que los jóvenes sean coprotagonistas de la vida de la Iglesia

Las Jornadas Mundiales de la Juventud son una fiesta de fe, y una experiencia misionera y de fraternidad universal. A partir de este año se traslada la Jornada anual a la solemnidad de Cristo Rey.

Giovanni Tridente·7 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Más de treinta y cinco años después de su primera celebración en 1985, las Jornadas Mundiales de la Juventud han sido llamadas a una especie de “prueba” para revigorizar su significado histórico y profético en la vida de la Iglesia y para una evangelización más activa en los tiempos contemporáneos.

De hecho, en los últimos días, por iniciativa del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, al que se ha confiado desde el principio la organización de estas iniciativas de convivencia juvenil, se han difundido algunas orientaciones pastorales para la celebración de la JMJ a nivel diocesano.

Aunque son más conocidas las JMJ que tienen lugar cada dos o tres años a nivel internacional -la última celebrada en Panamá en 2019, y la próxima prevista en Lisboa en 2023-, no hay que subestimar la importancia de la celebración anual en las Iglesias particulares, también como jornada preparatoria del evento mundial.

A partir de este año, a instancias del Papa Francisco, la Jornada anual, que antes se celebraba el Domingo de Ramos, se traslada a la solemnidad de Cristo Rey, al concluir el año litúrgico, que suele caer en el mes de noviembre. Esta decisión del actual Pontífice es también una vuelta al pasado, ya que san Juan Pablo II -el que instituyó por primera vez estos eventos juveniles- convocó a los jóvenes a un encuentro multitudinario en la Solemnidad de Cristo Rey en 1984. 

En aquella primera convocatoria estaba el germen de lo que luego serían las Jornadas Mundiales de la Juventud, encuentros de jóvenes “peregrinos que ‘caminan juntos’ hacia una meta, hacia el encuentro con Alguien, con Aquel que es capaz de dar sentido a su existencia, con el Dios hecho hombre que llama a cada joven a convertirse en su discípulo, a dejarlo todo y a ‘caminar tras él’”.

El nuevo documento nace, sin embargo, con el objetivo de animar aún más a las Iglesias locales a aprovechar estas jornadas como una oportunidad para que los jóvenes se sientan cada vez más “coprotagonistas de la vida y la misión de la Iglesia”.

Hay básicamente seis áreas que las Orientaciones esbozan como centrales para esta revitalización de los eventos diocesanos individuales, que deben “estar en el corazón de cada JMJ”.

En primer lugar, la JMJ está llamada a ser una “fiesta de la fe”, por lo que, junto al elemento de entusiasmo que caracteriza toda expresión juvenil, hay que privilegiar los momentos de adoración silenciosa de la Eucaristía (acto de fe por excelencia) y las liturgias penitenciales (lugar privilegiado de encuentro con la misericordia de Dios).

Los jóvenes, además, deben poder tener una “experiencia de Iglesia”, por lo que deben ser escuchados y participar tanto en la preparación de la Jornada como en otras estructuras y organismos. Aquí el papel central lo desempeña el obispo, que debe estar cerca de los jóvenes para mostrarles la cercanía paternal del pastor.

Otra experiencia que hay que salvaguardar es la “misionera”, implicando a los jóvenes en iniciativas de evangelización pública, “con cantos, oración y testimonios, en aquellas calles y plazas de la ciudad donde se encuentran con sus compañeros”. También sería útil promover iniciativas de voluntariado para los más pobres y desfavorecidos.

Ciertamente, no hay que subestimar el aspecto del “discernimiento vocacional”, haciendo que los jóvenes perciban su “llamada a la santidad”, en cualquier ámbito de su existencia, incluida la vida consagrada o el sacerdocio: “En el delicado proceso que debe llevarles a madurar estas opciones, los jóvenes deben ser acompañados e ilustrados con prudencia”, afirman las Orientaciones.

Por último, el documento hace hincapié en el elemento de “peregrinación”, que lleva a los jóvenes a salir de sus casas para ponerse en camino y así “conocer el sudor y el trabajo del viaje, la fatiga del corazón y la alegría del espíritu”; y la oportunidad de mostrar a los propios jóvenes experiencias de “fraternidad universal”, creando así espacios inclusivos y la realidad de una Iglesia de puertas abiertas. 

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Vaticano

«La Eucaristía es una medicina eficaz contra las cerrazones humanas»

El Papa Francisco ha centrado su reflexión durante el rezo del Angelus en la plaza de San Pedro en la fiesta de hoy, del Cuerpo y Sangre del Señor.

David Fernández Alonso·6 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Hoy domingo 6 de junio, en Italia, España y en otros países, se celebra la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el Corpus Domini. Por eso el Papa Francisco ha comenzado su intervención tras el rezo del Angelus en la plaza de San Pedro acudiendo al Evangelio de esta solemnidad: «El Evangelio nos presenta el relato de la Última Cena (Mc 14, 12-16, 22-26). Las palabras y los gestos del Señor nos tocan el corazón: toma el pan en sus manos, pronuncia la bendición, lo parte y lo entrega a los discípulos, diciendo: «Tomen, esto es mi cuerpo» (v. 22)».

«Es así, con sencillez, que Jesús nos da el mayor sacramento», recuerda el Santo Padre. «El suyo es un gesto humilde de donación, de compartir. En la culminación de su vida, no reparte pan en abundancia para alimentar a las multitudes, sino que se parte a sí mismo en la cena de la Pascua con los discípulos. De este modo, Jesús nos muestra que el objetivo de la vida es el donarse, que lo más grande es servir. Y hoy encontramos la grandeza de Dios en un trozo de pan, en una fragilidad que desborda de amor y de compartir. Fragilidad es precisamente la palabra que me gustaría subrayar. Jesús se hace frágil como el pan que se rompe y se desmigaja. Pero precisamente ahí radica su fuerza. En la Eucaristía la fragilidad es fuerza: fuerza del amor que se hace pequeño para ser acogido y no temido; fuerza del amor que se parte y se divide para alimentar y dar vida; fuerza del amor que se fragmenta para reunirnos en la unidad».

La Eucaristía ha centrado sus palabras en la fiesta de hoy: «Y hay otra fuerza que destaca en la fragilidad de la Eucaristía: la fuerza de amar a quien se equivoca. Es en la noche en que fue traicionado que Jesús nos da el Pan de Vida. Nos hace el mayor regalo mientras siente en su corazón el abismo más profundo: el discípulo que come con él, que moja su bocado en el mismo plato, lo está traicionando. Y la traición es el mayor dolor para los que aman. ¿Y qué hace Jesús? Reacciona ante el mal con un bien mayor. Al «no» de Judas responde con el «sí» de la misericordia. No castiga al pecador, sino que da su vida por él. Cuando recibimos la Eucaristía, Jesús hace lo mismo con nosotros: nos conoce, sabe que somos pecadores y que cometemos muchos errores, pero no renuncia a unir su vida a la nuestra. Él sabe que lo necesitamos, porque la Eucaristía no es el premio de los santos, sino el Pan de los pecadores. Por eso nos exhorta: ‘Tomen y coman'».

«Cada vez que recibimos el Pan de Vida», dice el Papa, «Jesús viene a dar un nuevo sentido a nuestras fragilidades. Nos recuerda que a sus ojos somos más valiosos de lo que pensamos. Nos dice que se complace si compartimos con Él nuestras fragilidades. Nos repite que su misericordia no teme nuestras miserias. Y, sobre todo, nos cura con amor de aquellas fragilidades que no podemos curar por nosotros mismos: la de sentir resentimiento hacia quienes nos han hecho daño; la de distanciarnos de los demás y aislarnos en nuestro interior; la de llorar sobre nosotros mismos y quejarnos sin encontrar la paz. La Eucaristía es una medicina eficaz contra estas cerrazones. El Pan de Vida, de hecho, cura las rigideces y las transforma en docilidad. La Eucaristía sana porque nos une a Jesús: nos hace asimilar su manera de vivir, su capacidad de partirse y entregarse a los hermanos, de responder al mal con el bien. Nos da el valor de salir de nosotros mismos y de inclinarnos con amor hacia la fragilidad de los demás. Como hace Dios con nosotros. Esta es la lógica de la Eucaristía: recibimos a Jesús que nos ama y sana nuestras fragilidades para amar a los demás y ayudarles en sus fragilidades».

Educación

Revolución en la oferta formativa de la Teología en España

¿Pueden los laicos hacer un postgrado ó master en Teología Bíblica, en Joseph Ratzinger ó san Ignacio de Loyola, Historia de la Iglesia, Misionología, Teología Moral, o en Lengua y Cultura Árabe ó Judía? Hasta hace muy poco, no. Ahora sí. Es un modelo impulsado por el Papa Francisco.

Rafael Miner·6 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 6 minutos

Hasta hace poco tiempo, los estudios de Teología debían realizarse como un todo orgánico, bien en las Facultades de Teología, o en los Institutos de Ciencias Religiosas. Lo que tenía hasta ahora la Iglesia son las licenciaturas y doctorados propios de las Facultades eclesiásticas, y después los diplomas y las licenciaturas de los Institutos Superiores de Ciencias Religiosas (ISCR). Eso son grados académicos, a los que la Santa Sede les da un valor para cubrir determinados oficios.

Pero después del proceso de Bolonia, que puso las bases del denominado Espacio Europeo de Educación Superior (1999), “se da a las universidades civiles la oportunidad de hacer sus propias titulaciones, que van más allá de lo que son las carreras establecidas, y la Iglesia se ha sumado a permitir que más allá de la licenciatura oficial en Sagrada Teología, se pueda obtener un título de experto en Judaísmo, ejemplo, por la Universidad X. ¿Y eso qué valor tiene? El que le da la Facultad de Teología correspondiente, sin que sea un grado académico de bachillerato o de licenciatura. Eso sí, todos los títulos cuentan con el aval de la aprobación previa por parte de la Santa Sede”.

Así lo explica el profesor Nicolás Álvarez de las Asturias, catedrático y vicerrector de Ordenación Académica de la Universidad San Dámaso, de Madrid, quien sintetiza de este modo el concepto: “Ahora son los mismos centros los que comienzan a ofertar el modelo de títulos propios o expertos, equivalente en el mundo civil a un postgrado o un master, o el de diplomas. Y muchos de ellos, online”.

Es decir, la Santa Sede permite que cada Universidad ofrezca con su propia autoridad títulos propios, que deben ser aprobados por la Congregación para la Educación Católica, cuyo prefecto es el cardenal Giuseppe Versaldi, aunque no constituyen un grado eclesiástico. Un modelo de corte anglosajón.

¿Esto va en demérito de las tradicionales facultades de Teología o de los Institutos de Ciencias Religiosas? De ningún modo. “Porque esos títulos propios ofrecen formación en algún aspecto muy específico de la Teología o de la Filosofía, a niveles distintos. En unos casos muy especializada, y en otros a nivel más divulgativo, pero centrados solo en un aspecto, sin buscar dar una visión orgánica completa, que ofrecen las Facultades y los ISCR, con unos estudios filosóficos y teológicos que la Iglesia considera necesarios para una formación adecuada”, añade el profesor Nicolás Álvarez de las Asturias.

Además, este impulso a la dinamización de los estudios de Filosofía y Teología viene del mismo Papa Francisco, y la Constitución Apostólica Veritatis Gaudium, a la que citaremos al final. El Santo Padre desea que “la red mundial de las Universidades y Facultades eclesiásticas” afronte “una valiente revolución cultural”.

Intelectuales del ámbito civil

Omnes se ha puesto en contacto con directivos de universidades que han comenzado a ofrecer títulos propios de Expertos. Por ejemplo, la propia San Dámaso, Navarra, la Pontificia de Comillas, o la UNIR, entre otras. El primer consejo para todos los que deseen participar en algún curso de Experto o Diploma es mirar las fechas de matriculación. En bastantes está abierta el plazo todavía. En otros se ha cerrado ya, pero está previsto un período de admisión en agosto, como en Navarra.

Los títulos propios que constituyen la oferta están siendo y serán para laicos interesados en algún aspecto de la Teología; intelectuales del ámbito civil que consideren necesario complementar su formación a nivel universitario en cuestiones que no les son familiares; y en tercer lugar, personas que deseen complementar las licenciaturas más estándares, señalan en San Dámaso.

“En este caso, por citar un ejemplo, si un obispo libanés enviara a un sacerdote a hacer una licenciatura a nuestra Universidad, por ejemplo en teología moral, con un poco más de esfuerzo, podría cursar el título propio sobre el Islam, que le podría venir muy bien para desarrollar su misión en el contexto multirreligioso de su país; y los ejemplos podrían multiplicarse a la luz de nuestra oferta y de las necesidades de las distintas diócesis”, añade el vicerrector de San Dámaso.

Ana Moya, responsable de gestión institucional de la misma universidad madrileña, explica la doble modalidad: “tenemos los diplomas, que son más sencillos, más divulgativos, y el nivel de experto, en el que existen asignaturas específicas y son especializados, dirigidos a personas que ya tienen alguna titulación universitaria”. Pueden consultarlos aquí.

En el curso 21/22 comenzarán a impartirse dos nuevos títulos propios en San Dámaso: Experto y Diploma en Historia de la Iglesia, que se suman a los ya existentes de Filosofía, Misionología, Cultura y Lengua Judía, Cultura y Lengua Árabe, o el que aborda la Relación entre el Cristianismo y el Islam.

Internacionales

El ISCR de la Universidad de Navarra hace notar el agradecimiento de personas que han pasado por los estudios de Teología del centro académico. Por ejemplo, Darío Malaver, responsable de la pastoral familiar hispánica en Abu Dhabi (Emiratos Árabes). Este es su correo: “Te pido de todo corazón que pases mi más profundo agradecimiento a todos y cada uno de los profesores de este Diploma, su carisma y entrega me han servido de ejemplo para mi vida en la Iglesia. No tendré palabras suficientes para describir cuán grata, productiva, satisfactoria e inspirante ha sido mi participación en este Diploma”.

Natalia Santoro, secretaria académica de este ISCR, subraya que “la valorización del laicado” fue una de las grandes intuiciones del concilio Vaticano II, como señaló el arzobispo Jean- Louis Brugés, en la presentación de la Instrucción de 2008 sobre los ISCR : “Para que los laicos puedan efectuar los servicios que les son propios, deben recibir una formación adaptada. Tienen el derecho de solicitarla y la Iglesia tiene el deber de proponérsela”.

El Instituto de Ciencias Religiosas de la Universidad de Navarra, en el que estudian personas de más de 20 países, tiene cinco Diplomas, expuestos en una navegación que es más fácil realizar de uno en uno, en el desplegable desde Cursos y Jornadas. Y su “demanda es creciente”, Natalia Santoro.

Entre los alumnos se encuentran docentes y profesores, directivos, consultores, médicos y científicos, ingenieros, comunicadores, catequistas, padres de familia, y religiosos y laicos de todos los movimientos de la Iglesia. Entre las motivaciones se encuentran la formación de formadores; participar en el debate social; el discernimiento vocacional, y la búsqueda de la verdad.

Los TUP, UNIR…

Los estudios de Teología Universitaria para Postgraduados (TUP) de la Universidad Pontificia Comillas son conocidos en el sector, y “se dirigen a personas con título universitario, especialmente a laicos y laicas, que buscan dar razón de su fe, ofreciéndoles un horario de tarde compatible con su jornada laboral”, en la sede de Comillas ICADE en Madrid.

Los TUP de Comillas son impartidos por los mismos profesores que enseñan por la mañana, y otorgan el título canónico de Bachiller en Teología (Grado). Se trata de una Teología dirigida a personas que desean profundizar en la doctrina católica, y dirigida especialmente a laicos, informa Comillas.

Pero los TUP son diferentes a los títulos propios de los que hablamos. Comillas tiene también másters postgrado propios como son los de Atención pastoral a la Familia, Discernimiento vocacional y acompañamiento espiritual y espiritualidad ignaciana. Como títulos propios, los de Ejercicios espirituales y Espiritualidad Bíblica.

Como se acaba de ver, los estudios bíblicos son una de las materias que más atractivo están teniendo a la hora de diseñar títulos propios. Sobre la Biblia anuncian títulos otros centros, por ejemplo la UNIR, que programa también un curso de Experto en Filosofía y Religión según el pensamiento de Joseph Ratzinger.

La UNIR anima a “descubrir la influencia de la Biblia, con el fin de: – analizar con rigor los diferentes textos de la Biblia; – entender el contexto histórico, político, social y cultural en el que fueron escritos; – e interpretar la Biblia y aplicar su contenido a la sociedad actual”.

Red mundial de universidades y facultades

Hace tres años que el Papa Francisco dio el pistoletazo de salida de esta revolución educativa. “Ha llegado el momento en el que los estudios eclesiásticos reciban esa renovación sabia y valiente que se requiere para una transformación misionera de una Iglesia en salida desde ese rico patrimonio de profundización y orientación”, señaló el Santo Padre en la Constitución Apostólica Veritatis Gaudium.

“Ante la nueva etapa de la evangelización, la renovación adecuada del sistema de los estudios eclesiásticos está llamada a jugar un papel estratégico”, señaló el Papa. “De hecho, estos estudios no deben sólo ofrecer lugares e itinerarios para la formación cualificada de los presbíteros, de las personas consagradas y de laicos comprometidos, sino que constituyen una especie de laboratorio cultural providencial”.

Francisco se refirió al desafío de “una valiente revolución cultural”. Y “en este empeño, la red mundial de las Universidades y Facultades eclesiásticas está llamada a llevar la aportación decisiva de la levadura, de la sal y de la luz del Evangelio de Jesucristo y de la Tradición viva de la Iglesia, que está siempre abierta a nuevos escenarios y a nuevas propuestas”.

El Romano Pontífice señaló entre los criterios fundamentales de esta revolución “la inter- y la trans-disciplinariedad ejercidas con sabiduría y creatividad a la luz de la Revelación. El principio vital e intelectual de la unidad del saber en la diversidad y en el respeto de sus expresiones múltiples, conexas y convergentes es lo que califica la propuesta académica, formativa y de investigación del sistema de los estudios eclesiásticos”.

Evangelización

«La labor de la Iglesia con personas con discapacidad no es nueva»

Roberto Ramírez es el director del departamento que, dentro de la Comisión de Catequesis de la Conferencia Episcopal Española, se dedica a la pastoral con personas con algún tipo de discapacidad y que comparten , plenamente y de manera adaptada, su vida de fe.

Maria José Atienza·5 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Hacer el Evangelio accesible para todos es siempre una tarea ineludible en la Iglesia. Ciertamente, desde hace decenios, numerosas iniciativas eclesiales, como la Pastoral del Sordo o la labor con personas ciegas, ponen de manifiesto que, incluso antes de la sensibilización social, desde la Iglesia, la labor con personas con discapacidad ha sido, en muchos casos, pionera.

En la actualidad, los propios fieles demandan esta atención a las diferentes situaciones de las personas. La atención y adaptación catequética a niños con TDAH o Síndrome de Down es ya una realidad en muchas parroquias, Sin embargo, no todas gozan de las mismas posibilidades y, respondiendo a esta demanda ineludible de lo que podríamos denominar “periferias más cercanas” la Conferencia Episcopal contará con un área específica, dentro de la comisión de Catequesis, dedicada a la atención pastoral de las personas con discapacidad.

Su coordinador es Roberto Ramírez, un joven sacerdote de la diócesis de Canarias, que atiende tres parroquias en la isla y que, respondiendo a Omnes señala que “aunque ésta es, ciertamente es un área nueva en la Conferencia Episcopal, esto no quiere decir que el trabajo sea nuevo. Lo que se pretende es recoger todo el trabajo que ya se viene haciendo desde hace años; por ejemplo, en la pastoral del sordo o Frater, las personas que trabajan con ciegos o niños con TDAH… y, de este modo, ayudar a las diócesis”.

La labor de esta área no se limitará al tema catequético sino que abordará, también, asuntos de índole pastoral, con derivaciones tan concretas como “la construcción de templos adaptados”.

Aunque ésta sea un área nueva en la Conferencia Episcopal, no quiere decir que el trabajo sea nuevo.

Roberto Ramírez

Ramírez apunta que “aunque la pandemia ha retrasado la puesta en común de este equipo, la primera tarea que tienen es que “todos los que trabajamos en estas áreas de personas con discapacidad nos veamos, pongamos en común necesidades y retos y compartir recursos”.

Evidentemente, lo ideal, como destaca el sacerdote, es que cada diócesis tuviese una persona en la delegación de Catequesis o pastoral que se ocupara de estos temas: “una especie de enlace que pudiese orientar a las parroquias según los casos y que tuviese contacto con la propia Conferencia Episcopal”.

Primeros pasos del trabajo

Para el responsable de esta área, uno de los primeros trabajos que se ha de abordar se centra en reunir “una amplia biblioteca de recursos que esté al alcance de cualquier diócesis. Orientar a las diócesis y ofrecerles recursos, orientaciones, etc”. de las que a veces pueden no disponer o simplemente, beneficiarse de experiencias en casos similares.

Roberto Ramirez destaca la importancia de reunir esta “bibliografía y experiencias que puedan servir para orientar a las personas encargadas de las catequesis o en las parroquias, que son las que reciben los casos en un primer momento”.

La pandemia ha retrasado el trabajo de esta área que empezó a organizarse antes de marzo de 2020. Será el próximo octubre cuando, tras numerosos contratiempos, las diversas personas que configuran este equipo se reunirán para poner en marcha este nuevo campo de trabajo de la CEE.

Entre los componentes del equipo que conforma esta área se cuentan personas con discapacidad auditiva o visual, catequistas y fieles que trabajan con síndrome de Down o niños con TDAH. De esa manera se pretende poner en común las peculiaridades pastorales a las que se ha de atender desde las parroquias y las respuestas que ya se han dado en muchos lugares como zonas adaptadas en las parroquias para personas con discapacidad auditiva o recursos de éxito para la catequesis de pre – comunión con niños con TDAH.

En estos momentos se está trabajando es unas primeras orientaciones iniciales adecuadas a la actualidad y a las necesidades de los fieles con diversas discapacidades.

Pare este sacerdote de la diócesis de Canarias, que ha trabajado pastoralmente con niños con síndrome de Down o con TDAH, la Iglesia tiene un gran aliado en las nuevas tecnologías para la labor pastoral con estos fieles, niños, jóvenes y adultos: “hoy es muy fácil que una parroquia pueda proyectar, por ejemplo, en las catequesis de los niños que resuma la enseñanza evangélica que se les quiere transmitir”.

El departamento de la Conferencia Episcopal cuenta, por el momento con un equipo de especialistas en cada una de sus cinco secciones: pastoral del sordo; discapacidad intelectual; trastornos TEA y TDAH; discapacidad visual; y pastoral en las diferentes realidades.

Familia

Cultura del cuidado y familia

La que fue la última novela de Charles Dickens, Our mutual friend (“Nuestro amigo común”), combina situaciones y personajes oscuros con otros luminosos, que irradian bondad y ternura.

José Miguel Granados·4 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Our mutual friend (“Nuestro amigo común”) es la última novela que completó Charles Dickens. Contiene un intrigante entramado de historias de pasiones intensas, en ocasiones violentamente desbocadas, y también de compasión y de amor. Combina situaciones, actuaciones y protagonistas oscuros y cínicos con otros luminosos, que irradian bondad y ternura. 

Belleza del cuidado

Comienza con el enigmático descubrimiento de un hombre asesinado y tirado al río Támesis, y la compleja pesquisa posterior por descubrir su identidad. Diversos personajes de la historia destacan precisamente cuando se dedican al cuidado de los demás.

Así, una joven muy hermosa de extracción social baja, Lizzie Hexam, que ayuda a su padre, hombre rudo, en el rastreo con una pequeña embarcación de remos por el río de Londres para encontrar algo de valor, aunque sea en los bolsillos de algún ahogado… Lizzie cuida con paciente afecto a su adusto progenitor viudo y a su egoísta hermano menor, aunque no encuentre la correspondencia de la gratitud merecida. Inopinadamente, y sin pretenderlo, suscita la atracción erótica desaforada de dos hombres. Por un lado, Bradley Headstone, el pretencioso maestro de la escuela del hermano de Lizzie, que se deja llevar por un ansia brutal hacia ella. Por otro, Eugene Wrayburn, abogado decadente y frívolo, que se burla cruelmente del maestro despechado, provocando el incendio criminal de sus celos. Mortimer Lightwood, amigo íntimo de Eugene, procura cuidarle y reconducir sus provocaciones y dislates, para evitar que abuse de la chica pobre y que encienda la cólera de su humillado rival de amores.

El relato también presenta a Bella Wilfer, otra joven bonita, pero caprichosa y superficial. Vive con su modesta familia: una madre dominante e insoportable, que tiene amedrentado a su pusilánime y laborioso padre; y una hermana envidiosa y vana, que la irrita adrede. Bella anda habitualmente malhumorada por lo que considera su penuria económica inaguantable. Sin embargo, su mejor versión aflora cuando se vuelca en afecto hacia su sufrido padre, cuidándole con delicado cariño. Súbitamente aparece en su vida John Harmon, joven valioso, inteligente y trabajador, que tiene que abrirse camino tras un grave infortunio, y que se esforzará en cuidar y transformar a Bella, para que llegue a ser una mujer excelente.

Otros protagonistas son Nicodemus Boffin y su mujer, un matrimonio mayor sin hijos, encantadores y sencillos, de condición humilde. Han prosperado con el negocio de la recogida de basuras, por lo que a él se le denomina como el basurero de oro (“the Golden Dustman”), expresión que simboliza el peligro del apego al dinero. Viven para cuidar a los demás: acogen y adoptan con cariño a un chico retrasado; y también favorecen a Bella y a John.

Por último, aparece en escena Jenny Wren, joven cojita, de columna contrahecha, con un carácter desabrido y receloso. Su trabajo consiste en bordar de encargo trajecitos para muñecas. Cuida como puede a su padre alcohólico, a quien intenta alejar del vicio destructivo.

Evangelio del cuidado

En el mensaje para la jornada mundial de la paz de este año, el Papa Francisco explica cómo del evangelio de Jesucristo brota la “cultura del cuidado”, germen de unas relaciones sociales conformes a la dignidad humana. 

El cuidado amoroso que Dios mismo depara a cada persona la dota de dignidad y contiene la vocación de corresponder con gratitud mediante el cuidado de los demás. En efecto, la revelación divina y la razón humana nos llevan al reconocimiento de la dignidad sagrada, absoluta, de todo ser humano. Cada persona es única, ha de ser tratada con respeto, pues vale por lo que es y no por lo que tiene: por ser imagen de Dios, por ser amada e invitada a una relación filial de amistad, conforme a su naturaleza inteligente y libre. Además, Jesús se identifica con cada prójimo necesitado y desvalido, cuando dice en su parábola del juicio final: “A mí me lo hicisteis” (cf. Mt 25,40). Cuidar a los necesitados configura el paradigma de la condición humana.

¿A quién cuido?

Una sociedad grande es la que cuida de los pequeños. En cambio, si desprecia a los débiles se torna despreciable: cuando prima la prevalencia de los fuertes, la ley la selva, se maltrata a los pobres y frágiles, y la civilización se torna inhumana, tiránica. 

Por eso, hemos de preguntarnos cada uno: ¿a quién cuido?, ¿cómo cuido a las personas? ¿vivo como verdadero cuidador? Pues, en realidad, mi vida vale en la medida en que soy cuidado y cuido a alguien. Cuando tomo conciencia de que mi vida es para gastarla en el servicio concreto del prójimo, asumo la propia vocación de guardar al hermano (cf. Gén 4,9). Cuando reconozco, protejo y promuevo a alguien, realizo mi misión en el mundo, colaboro con el cuidado providente de las personas que constantemente realiza el Señor. En definitiva, como se lee en esta novela: “Nadie que aligera la carga de alguien es inútil en este mundo”.

Llegar a ser un buen cuidador requiere preparación. Cada uno ha de dejarse cuidar y cuidarse, para llegar a ser capaz de cuidar a los demás. Es necesario formarse integralmente, aprender a amar y a ayudar; adquirir la cualificación adecuada para el servicio humano y profesional desinteresado y esmerado a los demás miembros de la comunidad.

Cuidado familiar

La acogida al necesitado y al enfermo constituyen la entraña de la cultura familiar, su aportación decisiva a la comunidad humana. La comunión conyugal nace de la entrega recíproca de los esposos. El Señor ha bendecido la alianza que une en la carne al marido y a la mujer de por vida con el don de la fecundidad. El hogar matrimonial se conforma como la cuna, la escuela y el primer hospital de la vida humana. En definitiva, la familia constituye la primera comunidad que vive y enseña el cuidado de las personas. Es el lugar natural y privilegiado para educar en el reconocimiento del valor inmensurable de cada persona y en la vocación a cuidar a los demás.

Evangelización

«Vale la pena salir de la zona de confort en la enseñanza religiosa»

Entrevista a Javier Sánchez Cañizares sobre el proyecto "Educación, ciencia y religión" a través del que un millar de escolares han abordado, de maneras diferentes, las grandes cuestiones sobre Dios, el mundo y el hombre desde una perspectiva de complementariedad, diálogo y enriquecimiento entre la ciencia y la religión.

Maria José Atienza·4 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 6 minutos

Tres cursos escolares. Un millar de alumnos. Un proyecto: estudiar el tratamiento de Ciencia y religión en colegios españoles. Este es el contexto en el que se plantea la investigación encaminada a conocer los principales problemas pedagógicos relacionados con las grandes cuestiones que involucran a la ciencia y a la religión en los centros de enseñanza escolar españoles.

Desde septiembre de 2018 y hasta el pasado mayo, gracias a una beca de la fundación John Templeton, Javier Sánchez Cañizares, director del Grupo «Ciencia, Razón y Fe» e investigador del Instituto Cultura y sociedad de la Universidad de Navarra, ha liderado este grupo de investigación, cuyo proyecto, como señala en esta entrevista Sánchez Cañizares ha puesto de manifiesto, entre otras cosas, la necesidad de ofrecer a los alumnos «representaciones de las verdades de fe que sean compatibles con la visión del mundo que nos ofrece la ciencia».

España se encuentra ahora en un punto de inflexión en lo relativo a la enseñanza religiosa escolar, de hecho se trabaja en estos momentos en la elaboración del nuevo currículo de Religión. En cierto modo, en los últimos decenios ¿no le parece que se ha considerado la asignatura de Religión algo así como una materia “aparte”, sin relación con las otras ciencias humanas y sociales?

La verdad es que no soy un experto en la cuestión y preferiría no hacer afirmaciones categóricas a este respecto. También porque la clase de religión no solo depende del currículo o el libro de texto que se emplee, sino del profesor y la manera que tenga de invitar e introducir a los alumnos a ese apasionante viaje que debería ser la asignatura de Religión.

Desde luego sí creo que en los últimos tiempos se ha producido algo de lo que la pregunta insinúa. No es un problema sencillo de resolver, porque hay siempre un equilibrio difícil entre mantener la identidad de unos contenidos propios y estar abierto al diálogo e interacción con los demás saberes humanos. Quizás hemos insistido tanto en la identidad de la asignatura de Religión que nos hemos olvidado de la dimensión religiosa latente en otros campos del conocimiento, con el riesgo de convertir a la asignatura de Religión en una especie de meteorito caído del cielo.

Obviamente, el problema no es sólo, ni en mayor medida de los profesores de Religión, sino de la enseñanza en general, también de los profesores de otras asignaturas que silencian, por vergüenza o desconocimiento, la implícita apertura religiosa que puede haber en sus materias.

Quizás nos hemos olvidado de la dimensión religiosa latente en otros campos del conocimiento, con el riesgo de convertir a la asignatura de Religión en una especie de meteorito caído del cielo.

Javier Sánchez Cañizares

Uno de los grandes “problemas” de los católicos en la actualidad es, por llamarla de alguna manera, la pérdida de fe en la etapa universitaria cuando han de razonar y pensar sobre ella, yendo más allá de un “conjunto de oraciones y sensaciones”. Este tipo de proyectos ¿pueden ayudar a superar el dualismo del que hablábamos antes y desarrollar sistemas de pensamiento que armonicen la fe y la ciencia de manera natural?

Desde luego ese es uno de nuestros objetivos. El proyecto pretende que se hable de las grandes cuestiones sobre Dios, el mundo y el hombre desde una perspectiva de complementariedad, donde la ciencia y la religión puedan interpelarse con respeto y seriedad, se escuchen mutuamente y logren purificar algunas representaciones equivocadas que puedan haberse introducido, individual o colectivamente. Como ya apuntó san Juan Pablo II, tanto la fe como la razón, incluida la razón científica, pueden purificarse mutuamente.

En ese sentido, abordar estas cuestiones en el colegio, desde la perspectiva conjunta que menciono, ayuda a los futuros universitarios a pensar la fe de manera personal dentro del contexto cultural actual, muy marcado por el lenguaje común de la ciencia, compartido por todos. En la universidad y en la vida profesional está muy bien que los creyentes sean buenos trabajadores y, además, testimonien su fe con unas prácticas de piedad.

El proyecto ayuda a los futuros universitarios a pensar la fe de manera personal dentro del contexto cultural actual,

Javier Sánchez Cañizares

Pero no se nos debería olvidar la necesidad de que cada creyente, cada uno según sus características propias, testimonie también una unidad de vida intelectual en lugar de una doble vida: la del creyente por un lado y la del científico, universitario o profesional por otro. Eso sería como volver a caer en la teoría medieval de la doble verdad.

Centrándonos en el proyecto que se ha llevado a cabo este año, ¿cómo se ha desarrollado el trabajo en estos meses?

De acuerdo con la fundación John Templeton, hemos decidido dedicar cada uno de los tres años a una “gran cuestión”. El primer año se ha dedicado al estudio del origen del universo y la creación, el segundo a la evolución y la acción de Dios en el mundo, y el tercero a la especificidad humana ante la inteligencia artificial y el transhumanismo. Ha sido clave contar con un profesor encargado en cada uno de los colegios participantes, que era quien, en la práctica, encauzaba los temas concretos y la participación de los alumnos a lo largo de las semanas.

Desde un punto de vista más práctico, el proyecto se ha articulado en torno a un concurso que premiaba los mejores ensayos sobre el tema de estudio. Hemos podido entregar tres premios y dos accésits cada año. La preparación de los ensayos servía a los profesores para organizar las clases y a los alumnos para presentar los trabajos a sus compañeros. Cada año, a final de curso, después de un proceso de selección de los mejores ensayos, ha tenido lugar la fase final con doce equipos. El formato era el de un workshop en el que se exponían los trabajos y se intercambiaban preguntas entre los alumnos y también por parte del jurado.

Más allá de los premios concretos, quizás lo más impresionante ha sido contemplar la calidad, en la forma y el fondo, de estas exposiciones, así como la profundidad de las preguntas. Puedo asegurar que el nivel no tenía nada que envidiar al de muchos cursos universitarios. Más aún, se notaba en los alumnos participantes un deseo de seguir aprendiendo más, de modo interdisciplinar, acerca de estas grandes cuestiones.

Si no nos complicamos la vida en la enseñanza, la vida acabará por complicar lo aparentemente aprendido por los alumnos, como desgraciadamente nos dicen hoy las estadísticas sobre la fe de los jóvenes.

Javier Sánchez Cañizares

¿Qué ideas de aplicación práctica derivadas del proyecto Ciencia y religión en colegios españoles podemos aplicar en los centros de enseñanza en nuestro país?

Me parece que vale la pena salir de la zona de confort en la enseñanza y, especialmente, en la enseñanza religiosa. Es verdad que los profesores de colegios están habitualmente sobrecargados de trabajo y no les deberíamos exigir imposibles, pero también se debería perder el miedo a hablar de aquello que “no sabemos”, a “complicarse la vida”, como vulgarmente se dice. Si no nos complicamos la vida en la enseñanza, la vida acabará por complicar lo aparentemente aprendido por los alumnos, como desgraciadamente nos dicen hoy las estadísticas sobre la fe de los jóvenes.

Me gustaría añadir dos aspectos concretos que han funcionado bien. En primer lugar, desarrollar periódicamente sesiones conjuntas con los alumnos entre un profesor de ciencias y el profesor de religión, que dialogan sobre una de las grandes cuestiones mencionadas. Creo que estimula a los alumnos escuchar una conversación respetuosa entre sus profesores en las que cada uno hace el esfuerzo de entender al otro, así como la metodología propia de la materia que imparte.

En segundo lugar, intentar ofrecer a los alumnos representaciones de las verdades de fe que sean compatibles con la visión del mundo que nos ofrece la ciencia. Es crucial identificar dónde fallan algunas de estas representaciones de la fe que todos nos hacemos. Por ejemplo, es muy grande la tentación de imaginar la acción de Dios en el mundo como la de un ser súper-poderoso que, estando “fuera” del espacio y del tiempo, actúa en el espacio y en el tiempo. Pero en realidad no poseemos un modelo adecuado de la acción de Dios en el mundo.

Después de todo el tiempo dedicado no sólo a la preparación, sino al desarrollo del proyecto toca hacer balance. ¿Cuántos alumnos han participado en este proyecto? ¿Cuál ha sido el feedback de los participantes?

No tengo los números exactos, pero puedo decir que hemos alcanzado directamente en torno a unos 1.000 alumnos (los que han participado en los concursos) e indirectamente a unos 10.000. Hay que tener en cuenta que uno de los objetivos del proyecto es la creación de una cierta cultura de “ciencia y religión” en los colegios. Todos los alumnos de cursos superiores de los colegios participantes, de una manera o de otra, acaban oyendo hablar del proyecto: bien por el concurso, bien por las actividades generales que se han organizado, bien por los comentarios de sus propios compañeros.

El proyecto ha animado a encontrar esa visión interdisciplinar y complementaria entre ciencia y religión a cada uno de los que han tomado parte en él.

Javier Sánchez Cañizares

El mensaje principal que los alumnos y los profesores nos han transmitido ha sido el de continuar con este tipo de iniciativas. Podríamos decir que suponen un estímulo y una inspiración para todos, en la medida en que llevan a entender mejor algunos de los problemas planteados y a buscar una respuesta que pueda ser compartida mediante el estudio y el aprendizaje, pero que sobre todo posee una intensa dimensión personal. El proyecto ha animado a encontrar esa visión interdisciplinar y complementaria entre ciencia y religión a cada uno de los que han tomado parte en él, ya sean estudiantes, profesores u organizadores.

Por último, querría añadir que los alumnos interesados en estas grandes cuestiones, también lo están en entender mejor las dimensiones éticas que conllevan, por ejemplo, la especificidad del ser humano o la distinción y complementariedad entre hombre y mujer. De alguna manera, el interés por las grandes cuestiones también conduce a interesarse por sus consecuencias prácticas. Quizás ha sido también una enseñanza para todos que las exigencias éticas no se pueden aislar de su fundamentación más profunda, para la que hay que tener en cuenta tanto a la ciencia como a la religión.

España

«Gracias a Cáritas no sólo tengo una vivienda, sino una familia»

Las Cáritas diocesanas de España presentan, esta semana, sus datos de 2020, marcados por las consecuencias del Covid.

Maria José Atienza·3 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Vanesa, estudiante universitaria y Ana, desempleada, sin hogar y madre de dos hijos, han puesto voz a los datos presentados hoy por Cáritas Madrid que, al igual que la mayor parte de las Cáritas diocesanas de España, han presentado, en esta semana, sus datos de 2020, marcados por las consecuencias del Covid que ha golpeado a las economías más vulnerables.

Estado de alarma social

Aunque la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus ha descendido sensiblemente en nuestro país, sus consecuencias en el ámbito social y laboral están muy lejos de la recuperación, especialmente para las economías más precarias que son siempre las primeras en sufrir las crisis y las últimas en recuperarse. Ésta es una de las conclusiones compartida por las diferentes Cáritas diocesanas en sus memorias correspondientes a 2020.

No en vano, en la presentación de su Memoria 2020, el director de Cáritas Madrid ha destacado que durante los primeros meses de pandemia, las peticiones de ayuda a Cáritas Diocesana de Madrid se triplicaron y más del 85 % de las solicitudes eran para las necesidades sociales, principalmente alimentos, suministros, gastos de vivienda y medicinas. En el periodo anual de 2020, 139.157 personas, acudieron a la entidad diocesana sin contar las ayudas urgentes entregadas en situación de emergencia durante los primeros meses del estado de alarma.

Vivienda, empleo y suministros básicos

Los principales problemas que tienen quienes se acercan a Cáritas en nuestro país tienen denominadores comunes: la dificultad de acceso a una vivienda, la imposibilidad de asumir los costes de los suministros básicos y la situación de desempleo, que, en no pocos casos, afecta a todos los miembros de la unidad familiar.

Cáritas Canarias ha sido una de las que más ha notado el aumento de la brecha de desigualdad. No en vano, en esta diócesis insular, desde Cáritas se atendió a  14.623 hogares, lo que supuso un incremento del 82,9% de los hogares atendidos con respecto a 2019. Se trata del mayor número de atenciones en el último quinquenio. Un año en el que además, la situación de miles de migrantes, abandonados a su suerte por las calles de las islas, se ha sumado al trabajo de Cáritas y a las dificultades derivadas de la pandemia.

Otras diócesis como Sevilla también han vivido un aumento de las peticiones de ayuda en sus Cáritas diocesanas. En términos generales, las familias atendidas por Cáritas Diocesana de Sevilla aumentaron un 26,6% en 2020. Como destacó en su presentación el director de Cáritas diocesana de Sevilla, la capital hispalense cuenta, entre sus barrios, con seis de los más pobres de España, según el INE. Unas zonas en las que la atención de Cáritas diocesana se ha llegado a duplicar. Las parroquias de Polígono Sur, Torreblanca y Tres Barrios han pasado de atender a 1.428 familias en 2019, a 2.542 familias en 2020.

Otro ejemplo es el de Cáritas Zaragoza, cuya labor de acogida en 2020, llegó a 11.518 personas en 5.332 hogares, un 23% más de personas acogidas que en 2019, y un 31% más que en 2018.

Al problema de vivienda se une la imposibilidad de asumir el gasto para suministros, alimentación y ropa. Un punto que, por ejemplo, en Cáritas Mérida Badajoz ha pasado de suponer un 28% en 2019 a un 46% a lo largo del 2020. 

La pobreza es femenina en su mayor parte

Uno de los datos más preocupantes que, en estos días, exponen las distintas Cáritas se centra en el «rostro femenino» de la pobreza en España. Generalmente, de las personas atendidas por las diferentes Cáritas más de la mitad son mujeres. Sus problemas son especialmente acuciantes en el caso de migrantes con menores a su cargo y es también el ámbito femenino en el que el desempleo ha hecho mayores estragos durante estos meses, con una especial relevancia en las personas dedicadas a las tareas del hogar o profesiones de poca estabilidad.

La aparición de trata con fines laborales

El director diocesano de Cáritas Madrid se ha referido, además a una preocupante realidad que se está produciendo en España como consecuencia de la crisis derivada de la pandemia: la captación de hombres y mujeres con fines de explotación laboral dentro de nuestro país. «Colectivos como las Adoratrices, que trabajan codo a codo con las mujeres víctimas de trata nos están trasladando esta realidad», ha afirmado Luis Hernández «son personas a las que se capta para trabajar con horarios larguísimos, sin coberturas laborales y en régimen de esclavitud, como los que conocemos en Asi, por ejemplo, y que, hasta hace poco era impensable en España».

«Si yo no salgo de aqui, otra madre no podrá entrar»

Poner voz y rostro a quienes acuden en busca de ayuda es uno de los objetivos de las campañas de Cáritas y en especial, la del Día de la Caridad, que se desarrolla en estas jornadas. La presentación de los datos anuales en Madrid ha contado con los testimonios de Aurora y Vanesa. La primera acudió a Cáritas por primera vez hace 7 años. Llegó embarazada, sin vivienda y sin trabajo. Desde entonces, ha pasado por varias residencias de Cáritas y ha seguido cursos de formación y apoyo emocional. «Lo que queremos quienes acudimos a Cáritas», ha destacado, «es un trabajo digno, una vivienda digna, una oportunidad. Hay muchas madres como yo, en esta situación y, si yo no salgo de aquí, otra madre no podrá entrar».

Vanesa es una estudiante universitaria. Aparentemente no tiene «el perfil» de un usuario de Cáritas. Sin embargo, como ella señala «no puedo dejar de agradecer lo que Cáritas ha hecho por mi madre y por mí». Una historia que comenzó en 2015, cuando, por diversos motivos, Vanesa y su madre tuvieron que terminar viviendo en una habitación, «hacinadas». «Mi madre, enferma, acudió a la Iglesia y allí la derivaron a Cáritas. Nos abrieron las puertas del residencial JMJ, nos ofrecieron acompañamiento, y pudimos, con el tiempo gestionar una vivienda social. Vanesa, que ha terminado su carrera y ahora, con esfuerzo esta finalizando un master señala que «gracias a Caritas, no sólo tengo una vivienda, sino una familia» y ha animado a «no perder la esperanza porque en Cáritas siempre están ahí para ayudarte».

América Latina

Uruguay se prepara para la Asamblea Eclesial Latinoamericana

La primera fase de la Asamblea Eclesial es un proceso amplio de escucha, y la segunda, una fase presencial que tendrá lugar entre el 21 y el 28 de noviembre de 2021, en el Santuario de Ntra. Sra. de Guadalupe, en México. La propuesta era abarcar no sólo cardenales y obispos, sino también sacerdotes, religiosas y religiosos, laicas y laicos.

Agustín Sapriza·3 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

En América Latina y el Caribe, la Iglesia se está preparando para la celebración de una inédita Asamblea Eclesial en dos fases. La primera, un proceso amplio de escucha, y la segunda, un momento presencial que tendrá lugar entre el 21 y el 28 de noviembre de 2021, en el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en México, y simultáneamente en varios otros lugares de toda la región.

El origen de esta Asamblea es la respuesta que dio el papa Francisco a la propuesta de la directiva del CELAM de hacer una sexta Conferencia General. Francisco animó a pensar en una asamblea distinta, porque hay puntos pendientes del documento de Aparecida. 

La propuesta era abarcar no sólo cardenales y obispos, sino también sacerdotes, religiosas y religiosos, laicas y laicos. Es algo nuevo, con espíritu sinodal, se propone hacer memoria agradecida de la última Conferencia General, esto requiere una conversión pastoral, para buscar nuevos caminos.

La Asamblea Eclesial tendrá un formato presencial y virtual. Presencialmente unas cincuenta personas en Casa Lago en México. Y alrededor de veinte sedes presenciales y hacer una interactuación virtual. 

Se ha querido que en este proceso sinodal sea una escucha grande al pueblo de Dios que peregrina en América Latina y el Caribe, en este tiempo de pandemia.

El proceso tiene los siguientes objetivos:

  1. Reavivar la Iglesia de una nueva manera, presentando una propuesta reformadora y regeneradora.
  2. Ser un evento eclesial en clave sinodal, y no solo episcopal, con una metodología representativa, inclusiva y participativa.
  3. Ser un hito eclesial que pueda relanzar los grandes temas aún vigentes que surgieron en Aparecida y retomar temas y agendas impactantes. 
  4. Reconectar las cinco Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, vinculando el magisterio Latinoamericano al magisterio del papa Francisco; marcando tres hitos: de Medellín a Aparecida, de Aparecida a Querida Amazonía, y de Querida Amazonía al Jubileo Guadalupano y de la Redención en 2031 y 2033,

Uruguay se prepara

La iglesia que peregrina en Uruguay, pequeña y pobre, se encuentra con el desafío de lograr que su mensaje sea atractivo y movilizador.  Esta Asamblea se ve como un camino para comprometer a todos los fieles para lograr una mayor difusión del evangelio.

A nivel de la conferencia Episcopal, será el obispo de Canelones, Heriberto Bodeant, el encargado de la animación de esta Asamblea. Se realizó una reunión virtual con los vicarios pastorales de todas las diócesis. Además, mediante una carta, anima a todos y todas a sumarse a esta inédita Asamblea, ofreciendo recursos y se creó una dirección electrónica y una línea de WhatsApp, como vía de consulta y para enviar los aportes de las distintas comunidades.

En la arquidiócesis de Montevideo, se aprovechó la reunión anual del clero de la diócesis, para presentar la Asamblea Eclesial. En esta ocasión, por las actuales restricciones sanitarias, fue a través de la plataforma Zoom, participaron unos 130 sacerdotes.  

Se invitó al encuentro, de forma virtual, al cardenal Oscar Andrés Rodríguez Madariaga, arzobispo de Tegucigalpa, que presentado por el cardenal Daniel Sturla, que preside la diócesis.

Mons. Madariaga hizo una disertación de unos 20 minutos, explicando los objetivos de la Asamblea y cuál será su dinámica. Nos animó a que es una oportunidad en clave sinodal, como ha animado el papa Francisco, de escuchar cuáles son las inquietudes y desafíos de nuestros fieles. 

Luego de su intervención, se realizaron trabajos en grupo, con preguntas en clave de preparación para la Asamblea Eclesial. En cada grupo se recogieron las sugerencias que servirán como un primer paso, y se van a trabajar en las distintas instancias orgánicas de la Arquidiócesis para delinear el trabajo de cara a la Asamblea.

Además, se ha compartido en el Consejo de presbiterio un cuestionario, que también se enviará a todas las parroquias para recoger todas las sugerencias.

A su vez, en la diócesis de san José, más de 60 personas participaron en una reunión virtual, donde se animó a seguir los pasos de este camino sinodal.

Sinceramente, queridos, no puede importarnos un bledo

Los sacramentos son la voz de Dios en el mundo, el modo en el que la Trinidad sale al encuentro del hombre y de la mujer de todos los tiempos.

3 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Cuenta Scott Hahn en su libro Comprometidos con Dios cómo un día, al preguntar a cierto amigo, protestante como él, acerca de un libro bueno, éste sacó un ejemplar de un libro sobre la doctrina de Calvino sobre los sacramentos. Al verlo, Hahn se lo devolvió con una frase lapidaria “Me aburre todo esto de los sacramentos”.

A la vuelta a casa, su mujer le hizo ver lo descortés de su reacción y aún más, y cito textualmente: “Kimberly acabó su lección con una sonrisa y un juego de palabras: no te sorprendas Scott si, cuando comparezcas ante el Señor descubres que, en verdad, los aburridos sacramentos ¡te han llevado hasta el cielo!”.

A este pastor protestante y su familia los sacramentos, en especial, la Eucaristía, los condujeron a la fe católica. A todos, a ti y a mi, también los sacramentos nos llevan, como bien decía Kimberly Hahn, al Cielo. A pesar de que, como Scott, (y aún peor porque nosotros sabemos qué son, realmente, los sacramentos), seamos capaces de pensar que nos aburren. Y nos aburren porque hemos reducido, en no pocas ocasiones, los sacramentos a una especie de acto burocrático eclesial olvidando que en cada uno de estos

Ningún sacramento es obra de los hombres, sino de Dios. Es cierto que, arrastrados por el peculiar individualismo de occidente, hemos preferido, especialmente en los últimos años, poner el acento en un “sentir individual” de la fe despreciando, en cierto modo, los sacramentos que aparecían como un simple conjunto de ritos y palabras. Nada más lejos de la realidad. Dios en la tierra habla el lenguaje del amor, se relaciona, en relación de amor con el hombre de manera completa, en los sacramentos.   

No podremos tener una vida cristiana completa sin los sacramentos, sería como pedalear en una bicicleta sin ruedas. No da lo mismo vivir una vida sacramental activa que no hacerlo, como no da lo mismo manifestar el amor a la familia, a la mujer, a los hijos o padres que no hacerlo: de la abundancia del corazón habla la boca.

Los sacramentos son la voz de Dios en el mundo, el modo en el que la Trinidad sale al encuentro del hombre y de la mujer de todos los tiempos, (especialmente evidente en la Eucaristía), la savia que conforma la Iglesia y por tanto a ti y a mí como parte de ella.

El Bautismo, que, como recuerda el Papa Francisco, “nos hace entrar en este Pueblo de Dios que transmite la fe. Un Pueblo de Dios que camina y transmite la fe” y que el Espíritu Santo funda como Iglesia, ese mismo Espíritu que recibimos en la Confirmación. La Eucaristía trastoca el tiempo y el espacio, Dios infinito que se materializa, se “adecua” a nuestros límites haciéndose carne en nuestra carne en la Comunión, y que, como en la Encarnación, espera la respuesta de cada uno. La reconciliación que nos recupera para la vida de la gracia, con la que volvemos a Dios (re-ligare en sentido pleno). En el matrimonio cristiano se refleja carnalmente el amor pleno de Dios en su Trinidad y en su Iglesia. El orden sacerdotal, por el que Dios puede hacerse presente en nuestra vida y cara al final de ella, la ayuda de la Unción. A través de estos sacramentos Dios rasga con su infinitud la línea de la historia, de nuestra historia personal, para hacernos parte de la suya:. su muerte, su resurrección, su gloria.

 No. No podemos decir, ante este panorama, que nos importa un bledo,  porque son éstos, los aburridos sacramentos, los caminos que Dios nos dejó para llegar al Cielo.

El autorMaria José Atienza

Directora de Omnes. Licenciada en Comunicación, con más de 15 años de experiencia en comunicación de la Iglesia. Ha colaborado en medios como COPE o RNE.

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Vaticano

El Papa recuerda que Cristo es modelo para nuestra oración

Francisco ha mantenido en la audiencia general una catequesis centrada en la oración de Jesús, como modelo y fundamento de nuestra propia oración personal.

David Fernández Alonso·2 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco ha mantenido este miércoles 2 de junio la audiencia general en el Patio de San Dámaso con aun limitación de fieles.

El Papa ha continuado su catequesis hablando de cómo el Evangelio nos muestra la oración de Jesús como fundamento de su relación con los discípulos: «Los Evangelios nos muestran cuánto era fundamental la oración en la relación de Jesús con sus discípulos. Ya se aprecia en la elección de los que luego se convertirían en los apóstoles. Lucas sitúa la elección en un contexto preciso de oración: «Sucedió que por aquellos días se fue él al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. 13. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles»(6,12-13). Parece que no haya otro criterio en esta elección si no es la oración, el diálogo con el Padre. A juzgar por cómo se comportarán después esos hombres, parecería que la elección no fue de las mejores; pero es precisamente esto, especialmente la presencia de Judas, el futuro traidor, lo que demuestra que esos nombres estaban escritos en el plan de Dios».

«La oración en favor de sus amigos», dice el Papa, «reaparece continuamente en la vida de Jesús. A veces los apóstoles se convierten en motivo de preocupación para Él, pero Jesús, así como los recibió del Padre, así los lleva en su corazón, incluso en sus errores, incluso en sus caídas. En todo ello descubrimos cómo Jesús fue maestro y amigo, siempre dispuesto a esperar pacientemente la conversión del discípulo. El punto culminante de esta paciente espera es la «tela» de amor que Jesús teje en torno a Pedro. En la Última Cena le dice: «¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos» (Lc 22:31-32). Es impresionante saber que, en el tiempo del desfallecimiento, el amor de Jesús no cesa, sino que se hace más intenso y que estamos en el centro de su oración».

Francisco insiste en que la oración de Jesús es fundamental en los momentos clave: «La oración de Jesús vuelve puntualmente en un momento crucial de su camino, el de la verificación de la fe de los discípulos. Escuchemos de nuevo al evangelista Lucas: «Y sucedió que mientras él estaba orando a solas, se hallaban con él los discípulos y él les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?» Ellos respondieron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que un profeta de los antiguos había resucitado.» Les dijo: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contestó: «El Cristo de Dios.» Pero les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie»(9:18-21). Las grandes decisiones en la misión de Jesús están siempre precedidas de una oración intensa y prolongada. Esta prueba de fe parece una meta, pero en cambio es un punto de partida renovado para los discípulos, porque, a partir de entonces, es como si Jesús subiera un tono en su misión, hablándoles abiertamente de su pasión, muerte y resurrección».

«En esta perspectiva, que despierta instintivamente la repulsión, tanto en los discípulos como en nosotros que leemos el Evangelio, la oración es la única fuente de luz y fuerza. Es necesario rezar más intensamente, cada vez que el camino se empina».

Y en efecto, continúa el Santo Padre, «tras anunciar a los discípulos lo que le espera en Jerusalén, tiene lugar el episodio de la Transfiguración. «Sucedió que unos ocho días después de estas palabras, tomó consigo a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar. . Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante, y he aquí que conversaban con él dos hombres, que eran Moisés y Elías; los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén» (Lc 9,28-31). Por tanto, esta manifestación anticipada de la gloria de Jesús tuvo lugar en la oración, mientras el Hijo estaba inmerso en la comunión con el Padre y consentía plenamente en su voluntad de amor, en su plan de salvación. Y de esa oración salió una palabra clara para los tres discípulos implicados: «Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle» (Lc 9,35)».

«De este rápido recorrido por el Evangelio, deducimos que Jesús no sólo quiere que recemos como Él reza, sino que nos asegura que, aunque nuestros tentativos de oración sean completamente vanos e ineficaces, siempre podemos contar con su oración. El Catecismo dice: «La oración de Jesús hace de la oración cristiana una petición eficaz. Él es su modelo. Él ora en nosotros y con nosotros.»(n. 2740). Y un poco más adelante añade: «Jesús ora también por nosotros, en nuestro lugar y en favor nuestro. Todas nuestras peticiones han sido recogidas una vez por todas en sus palabras en la Cruz; y escuchadas por su Padre en la Resurrección: por eso no deja de interceder por nosotros ante el Padre» (n. 2741)».

Concluye el Papa Francisco que «aunque nuestras oraciones fueran solamente balbuceos, si se vieran comprometidas por una fe vacilante, nunca debemos dejar de confiar en Él. Sostenidas por la oración de Jesús, nuestras tímidas oraciones se apoyan en alas de águila y suben al cielo».

Lecturas del domingo

Lecturas Solemnidad del Corpus Christi (B)

Andrea Mardegan comenta las lecturas del Corpus Christi

Andrea Mardegan·2 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

“Mientras comían”. Comer juntos es realmente importante para nuestro Dios. Las cosas importantes, Jesús las hace en la mesa, los discursos más conmovedores, los milagros más amados. En el momento de la unidad, de la intimidad, de la familiaridad del amor. “Tomó el pan”. Cada gesto queda fijado para siempre en la memoria de los discípulos, y pasa a la memoria de la Iglesia y a la liturgia. Jesús toma el pan con la fuerza de su voluntad divina que espera hace milenios este momento, con el deseo de su voluntad humana que anhela esta hora. Apunta a ser una sola cosa con nosotros, a lo largo de la historia. De tú a tú con cada uno. Toma en sus manos su vida para ofrecérnosla del todo. 

“Lo partió”. Partió el pan con sus manos. Quiere que su cuerpo inmolado se convierta en alimento divino para todos. Que sea multiplicado y distribuido. Que por un único pan nos convirtamos en un solo cuerpo. “Se lo dio”. Jesús da el pan a los suyos: darse es el gesto supremo. 

Siempre se había dado, nunca se echó para atrás. Disponible para ir de una parte a la otra de aquellas tierras, de aquel lago. A escuchar y a explicar. Ahora se vuelve a dar, de un modo nuevo. El don de Jesús nos pide y nos prepara para el don de nosotros mismos. “Tomad”. Se ofrece y se regala a sí mismo, pero pide que nosotros lo tomemos. Se adelantan pensativos, emocionados. Es el don de Dios, su gracia, pero es necesaria la correspondencia humana. Tomar aquel alimento que Jesús nos ofrece, su pan que es su cuerpo por nosotros, para hacernos uno con él. 

En la fiesta del Corpus Christi ponemos más la atención en la segunda parte de la frase de Jesús: “este es mi cuerpo”, “esta es mi sangre”, en la presencia real de Jesús en la Eucaristía, pero nos sorprende que la atención de Jesús está, en cambio, en la primera parte de la frase, o sea, en nosotros. Él está inclinado hacia nosotros, desea vivir con nosotros, estar en comunión con nosotros. En su corazón estamos, sobre todo, nosotros: “¡Tomad!”. Según Marcos, primero ofrece el cáliz y ellos beben, y sólo después dice: esta es mi sangre. 

El deseo de Jesús de donarse y de venir a nosotros es grande: tomad, bebed. Casi es secundario el extraordinario milagro de la Transubstanciación. Lo que cuenta es el amor y deseo de unión, el resto es consecuencia para él que lo puede todo. Hoy y en otras ocasiones, en la Iglesia adoramos, rezamos, llevamos en procesión el cuerpo de Cristo, lo hacemos con alegría y con fe, con gratitud. 

Pero para Él, viene sobre todo a nutrirnos de sí, a convertirse en parte de nosotros, en alimento que nos sostiene mientras vivimos su vida en medio del mundo y, por tanto, que podemos llevar, con nuestra vida, al mundo.

Salmones a contracorriente

Si no queremos traicionar a nuestros jóvenes, sabemos que hemos de pedirles que den lo mejor de sí mismos, que no se conformen con la mediocridad, que ellos naden también contracorriente.

2 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El educador debe tener auténticamente alma color salmón. Porque, más que nunca, hoy la educación es un constante nadar contra corriente, río arriba, como hacen los salmones. Creo que esta sensación la compartimos todos los educadores. Profesores, padres, madres de familia…sentimos muchas veces que vamos a contracorriente al educar a los jóvenes. Y no pocas veces nos asalta la tentación de ceder, de dejarnos llevar por la corriente, que es ciertamente más fácil.

Educamos a contracorriente de la sociedad en la que vivimos. Sus parámetros no tienen nada que ver con los del evangelio. Vivimos en un mundo autosuficiente, consumista, hedonista, con una antropología que rechaza que haya una naturaleza humana, viviendo al margen totalmente de Dios. Todavía quedan algunos resquicios de lo que fue una sociedad cristiana, pero cada vez más débiles, apenas sustentan una civilización que se derrumba por momentos. Una nueva cultura, al margen de las fecundas raíces del cristianismo, impregna todo nuestro ambiente.

Vivimos en un mundo autosuficiente, consumista, hedonista, con una antropología que rechaza que haya una naturaleza humana, viviendo al margen totalmente de Dios.

Javier Segura

A contracorriente de la pedagogía actual. También sus principios son lejanos a los que proponemos nosotros. Es el niño el autor de su propio ser, el que construye su vida, sin más referencia que su propia libertad. El educador pasa a un plano secundario, casi como mero observador de ese proceso. La naturaleza del niño es buena y no hay que interferirla. No hay ni atisbo de algo parecido al pecado original. Todo es lúdico. El esfuerzo, el trabajo, la propia responsabilidad, el fracaso, quedan al margen. Y un igualitarismo sofocante quiere anegarlo todo.

Y también nadamos a contracorriente del propio ser del joven. Porque sus pasiones le inclinarán a lo fácil. Y la dispersión en la que vive, fruto de esta sociedad de la imagen, de lo inmediato, le hará más difícil afrontar un trabajo serio, a veces duro, que no tiene frutos inmediatos. Sencillamente, crecer es gozoso, pero no necesariamente agradable. A veces duele.

Y, sin embargo, si no queremos traicionar a nuestros jóvenes, sabemos que hemos de pedirles que den lo mejor de sí mismos, que no se conformen con la mediocridad, que ellos naden también contracorriente. Que sean jóvenes con el alma color salmón.

Hay un bello poema de Pedro Salinas, ‘Tu mejor tú’,  que nos recuerda lo que es verdaderamente amar. Ese amor del que participa el educador.

Perdóname por ir así buscándote
tan torpemente, dentro de ti.
Perdóname el dolor, alguna vez.
Es que quiero sacar
de ti tu mejor tú.

Ese que no te viste y que yo veo,
nadador por tu fondo, preciosísimo.
Y cogerlo
y tenerlo yo en alto como tiene
el árbol la luz última
que le ha encontrado al sol.

Y entonces tú
en su busca vendrías, a lo alto.
Para llegar a él
subida sobre ti, como te quiero,
tocando ya tan sólo a tu pasado
con las puntas rosadas de tus pies,
tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo
de ti a ti misma.

Y que a mi amor entonces le conteste
a nueva criatura que tú eras.

Es verdad, los educadores contamos con un poderoso aliado, por muy mal que esté el mundo, por desastre que sea la pedagogía actual, por mucho que las pasiones asalten al joven. Ese aliado es su propio corazón y sus ansias de verdad, belleza y bien. Hay que bucear en diálogo profundo con cada joven y ayudarle a descubrir que no llena el deseo de amor todo lo que le ofrece el mundo. Que aspira a más, a mucho más. Más, más y más.

Hay que bucear en diálogo profundo con cada joven y ayudarle a descubrir que no llena el deseo de amor todo lo que le ofrece el mundo.

Javier Segura

Y el otro gran aliado es Dios mismo. Educamos contracorriente, pero Dios es el padre de cada joven, y le ama con un amor entrañable. Él es el más interesado en salvar a su hijo, en que llegue a la plenitud para la que él le soñó. Y por eso se va a emplear a fondo. No le van a faltar ni su cuidado providente ni su gracia.

Educamos contracorriente, sí. Habrá trabajo, habrá pelea. Pero esta batalla la hemos ganado ya.

El autorJavier Segura

Delegado de enseñanzas en la Diócesis de Getafe desde el curso 2010-2011, ha ejercido con anterioridad este servicio en el Arzobispado de Pamplona y Tudela, durante siete años (2003-2009). En la actualidad compagina esta labor con su dedicación a la pastoral juvenil dirigiendo la Asociación Pública de Fieles 'Milicia de Santa María' y la asociación educativa 'VEN Y VERÁS. EDUCACIÓN', de la que es Presidente.

Vaticano

Misericordia y corrección en la Iglesia

Este martes 1 de junio ha tenido lugar la presentación de la reforma del Código de Derecho Canónico, que tiene por finalidad dotar a la Iglesia Católica de un sistema de sanciones adecuado a la situación actual, al mismo tiempo que eficaz para castigar las diversas conductas que constituyen un delito

Ricardo Bazán·2 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Finalmente ha visto la luz la reforma del Libro VI del Código de Derecho Canónico, sobre las sanciones penales en la Iglesia. Este martes 1 de junio tuvo lugar una Conferencia de prensa para la presentación de la Constitución Apostólica Pascite gregem Dei, que tiene por finalidad dotar a la Iglesia Católica de un sistema de sanciones adecuado a la situación actual, al mismo tiempo que eficaz para castigar las diversas conductas que constituyen un delito.

Se trata de una reforma deseada desde hace varias décadas, ya que como lo ha demostrado la experiencia, cuando entró en vigor el Código de Derecho Canónico en 1983, el libro que regula los delitos en la Iglesia no parecía ser un instrumento adecuado, pues había prevalecido una lectura más pastoral que jurídica. Es por esto que el Papa Francisco, en la introducción de la norma aclara: «El Pastor está llamado a ejercer su cometido “con sus consejos, con sus exhortaciones, con sus ejemplos, pero también con su autoridad y sacra potestad” (Lumen gentium, n. 27), pues la caridad y la misericordia exigen que un Padre se dedique también a enderezar lo que tal vez se haya torcido».

Esto se ha visto tristemente comprobado con los delitos de abuso sexual a menores cometidos al interno de la Iglesia, pues las normas del código fueron insuficientes para hacer frente a las denuncias que ya se daban desde la década de los 80’s y que se hicieron públicas a nivel mundial en el 2002. De allí que el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe, Card. Joseph Ratzinger se tomara muy en serio este tema.

En efecto, ya como papa, Benedicto XVI confió en el 2009 la difícil tarea de reformar el mencionado Libro VI al Pontificio Consejo para los Textos Legislativos (PCTL) . Se trata se un trabajo colegial que ha durado casi 12 años, entre reuniones del grupo de estudio creado al interior del mencionado discaterio para revisar el código, así como consultas a otros dicasterios, obispos, facultades de Derecho canónico, entre otros; hasta llegar al texto final que entrará en vigor el 8 de diciembre de 2021. Asi pues, el nuevo Libro VI, sobre las sanciones de la Iglesia, que consta de 89 cánones, queda de la siguiente manera: 63 cánones han sido modificados (71%), 9 han sido cambiados de lugar (10%), y 17 han permanecido iguales (19%).

Como señalaba en la conferencia de prensa Mons. Filippo Iannone, presidente del PCTL, el nuevo Libro VI tiene tres fines: restablecer las exigencias de la justicia, la enmienda del reo y la reparación de los escándalos. Podemos apreciar un proceso de maduración en el modo de entender el Derecho penal como instrumento para restablecer la justicia, propia de la Iglesia como Pueblo de Dios, en el que se da un intercambio de relaciones entre sus fieles, las cuales deben ser reguladas según la justicia, basada en la caridad, de manera tal que los derechos de los fieles puedan ser respetados y garantizada la tutela de los mismos.

En muchas ocasiones Papa Francisco ha buscado explicar que la misericordia no es contraria a la justicia, de allí que sea un deber de justicia, pero al mismo tiempo, de caridad, corregir al que se equivoca (cfr. Exhortación Apostólica Gaudete et exsultate).

Sin duda estamos frente a una norma que ha sido hecha con mucha competencia, así se desprende del texto, el cual contiene una mejor determinación de las normas penales que antes no existía cuando el código fue promulgado. Para ello reduce el ámbito de discrecionalidad del obispo, juez natural de la diócesis. Igualmente los delitos han quedado mejor especificados, así como una elenco de las sanciones (cfr. can. 1336) y unos parámetros de referencia para guiar la valoración de quién debe juzgar las concretas circunstancias. Con miras a proteger la comunidad eclesial y a reparar el escándalo y el resarcimiento del daño, el nuevo texto prevé la imposición de preceptos penales, o iniciar un procedimiento sancionador siempre que la autoridad lo considere necesario, o haya constatado que por otras vías no es posible obtener un suficiente restablecimiento de la justicia, la enmienda del reo y la reparación del escándalo.

Por último, se ofrece a los obispos los medios necesarios para prevenir el delito y así poder intervenir en la corrección de situaciones que de manera posterior podrían ser más graves, dejando a salvo el principio de presunción de inocencia (cfr. can. 1321 § 1).

Además, han sido incorporadas al código delitos que han sido tipificados recientemente a través de leyes especiales, como la tentativa de ordenación de mujeres, la grabación de la confesión, la consagración con fines sacrílegos de las especies eucarísticas. Paralelamente se han incorporado algunos delitos presentes en el Código de 1917 y que no fueron acogidos en el 1983, por ejemplo, la corrupción en actos de oficio, la administración de sacramentos a sujetos a los cuales está prohibido administrarlos, ocultar a la autoridad legítima eventuales irregularidades o censuras en orden a la recepción de las sagradas órdenes.

Se han añadido nuevos reatos como la violación del secreto pontificio, la omisión de la obligación de ejecutar una sentencia o decreto penal, la omisión de la obligación de dar noticia de la comisión de un delito, y el abandono ilegítimo del ministerio. Por último, se han incorporado delitos de tipo patrimonial que han sido noticia en los últimos años. 

Esta reforma del sistema penal de la Iglesia pone en manos de los obispos un instrumento «ágil y útil, normas más simples y claras, para favorecer el recurso al derecho penal cuando esto es necesario, a fin de que, respetando las exigencias de la justicia, puedan crecer la fe y la caridad en el pueblo de Dios». Sin embargo, esto no se puede dar de manera automática, es necesaria una reflexión previa, entender que no se es más pastoral porque se deja de aplicar una pena a quien ha cometido un delito, sino que la justicia y la caridad lo exigen, hay un deber de justicia que corresponde a los pastores realizar.

No en vano, muchas de las víctimas de abusos sexuales por parte de clérigos, más que ver al agresor en la cárcel, buscan la sanción canónica, que generalmente consiste en la suspensión del estado clerical y ser apartado de cualquier cargo pastoral, donde puede ocasionar más daño. No podemos olvidar que el tiempo y la práctica judicial serán de mucha utlidad, de allí que la Pascite gregem Dei necesite tiempo para desplegar el efecto que busca el Papa Francisco, ser un instrumento para el bien de las almas.

Vaticano

Mons. Arrieta, sobre la reforma del Código: “Ahora los delitos, las penas y el modo de aplicarlas quedan bien determinados”

Entrevistamos a Mons. Juan Ignacio Arrieta, Secretario del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, sobre la reforma del Libro VI del Código de Derecho Canónico.

Giovanni Tridente y Alfonso Riobó·2 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 7 minutos

La ha decidido el Papa Francisco por la Constitución Apostólica Pascite Gregem Dei, que lleva fecha del 23 de mayo de 2021, pero ha sido dada a conocer el 1 de junio. 

La revisión redefine el sistema penal de la Iglesia, modificando en profundidad la mayor parte de ese Libro del Código vigente, de 1983.

-Con la nueva Constitución Apostólica hecha pública el 1 de junio, ha terminado finalmente el proceso de revisión del Libro VI del Código de Derecho Canónico, relativo a las sanciones penales en la Iglesia. ¿Cuándo comenzó este largo proceso de reforma? ¿Por qué se ha tardado en llegar a la promulgación?

Cuando el Papa Benedicto XVI encargó al Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, en septiembre de 2009, la revisión del Libro VI del Código de Derecho canónico, se constituyó un grupo de estudio que fue trabajando en contacto con muchos otros canonistas, hasta preparar un primer borrador del nuevo Libro VI. El borrador se mandó en 2011 para consulta a todas las conferencias episcopales, a los dicasterios de la Curia, a las facultades de derecho canónico y a muchos otros expertos. 

Con las respuestas, se siguió trabajando del mismo modo, perfilando mejor los textos en sucesivos borradores, hasta llegar, tras nuevas consultas y trabajos, a este texto que ahora ha promulgado el Papa.

-Entonces, ¿recoge las experiencias y las opiniones relevantes? 

Sí, ha sido un trabajo colegial, que ha implicado a muchas personas en todo el mundo. Y ha sido también un trabajo algo complejo, porque siendo una ley universal, tenía que adecuarse a las exigencias de culturas y situaciones concretas muy diversas. Un trabajo así, en una materia particularmente delicada como esta, requiere tiempo y necesita sopesar soluciones para que sirvan a toda la Iglesia.

-De los 89 cánones del Libro VI, han sido modificados 63, y otros 9 han cambiado de lugar; sólo 17 han permanecido invariables. ¿Por qué ha sido necesaria esta reforma, antes que la de otras partes del Código?

Casi inmediatamente después de la promulgación del Código de Derecho Canónico de 1983, se comprobó que el derecho penal de su Libro VI no funcionaba. 

En realidad, aquel texto había cambiado radicalmente el sistema precedente del Código de 1917, pero sin medir del todo las consecuencias. Se redujo mucho el número de las penas, cosa que era muy necesaria; pero, sobre todo, muchos cánones clave se redactaron de modo intencionalmente poco definido, pensando que debían ser los Obispos y Superiores quienes determinasen en cada caso qué conductas debían castigarse y cómo había que hacerlo. 

El resultado es que tanta indeterminación –no se olvide que la Iglesia es universal– condujo de hecho al desconcierto, y paralizó el funcionamiento del sistema. Por eso, a partir de cierto momento, la Santa Sede tuvo que intervenir de modo extraordinario para castigar los delitos mas graves. 

-En líneas generales, ¿qué papel tienen las sanciones penales en la Iglesia, y en relación con la vida de los fieles? Las situaciones lamentables de los últimos años, por ejemplo el fenómeno de los abusos, ¿han devuelto a la conciencia eclesial la importancia del Derecho penal?

En la época en la que se prepararon los cánones penales del Código de 1983, prevalecía un clima en el que se dudaba de si en la Iglesia había sitio para el derecho penal; parecía que las penas se oponían a las exigencias de la caridad y de la comunión, y que lo máximo que podía aceptarse –por resumirlo de algún modo– eran medidas disciplinares, no propiamente penales.

Muchos hechos posteriores han demostrado lo trágico de un modo de pensar como ese, y así lo señala ahora el Papa Francisco en el texto de la Constitución Apostólica. Precisamente por exigencias de caridad, hacia la comunidad y hacia la persona que hay que corregir, es necesario utilizar el derecho penal cuando es preciso.

-¿Han sido esas situaciones el motivo de la revisión?

No, la reforma no se hace para responder al problema de los abusos. La revisión era necesaria para hacer que funcionara el sistema penal en su conjunto, y para proteger muy diversas situaciones y realidades eclesiales esenciales –los Sacramentos, la Fe, la autoridad, el patrimonio eclesiástico, etc.–, y no únicamente unos pocos delitos, aunque tengan particular gravedad como sucede con los abusos de menores.

-¿Qué importancia tiene el Derecho en la vida de la Iglesia?

En su peregrinar terreno, la Iglesia se organiza como sociedad, y por tanto tiene que tener sus propias reglas y leyes que regulan su vida. Desde los primeros siglos de su historia, la Iglesia ha ido formando un conjunto de reglas, bastante flexibles, que a lo largo de los tiempos y de las diferentes culturas se han ido adaptando a las necesidades que se iban presentando, respetando siempre el núcleo esencial de su propia identidad de carácter espiritual. Ese es el derecho canónico.

-¿Qué sucede ahora con el sistema penal del “hermano” del Código de Derecho Canónico, que es el Código de Cánones de las Iglesias Orientales?

El Código de Cánones de las Iglesias Orientales se promulgó siete años después del Código de Derecho Canónico de 1983. En buena medida pudo aprovecharse de la experiencia negativa, que ya para entonces surgía, acerca de las dificultades de aplicación del derecho penal latino. Quizás sea necesario retocar algo también en la legislación oriental, pero el problema más agudo lo planteaba el código latino.

-¿Cuáles son los elementos esenciales de esta revisión?

Los puntos esenciales que caracterizan la reforma pueden resumirse en tres conceptos. 

El primero es una mayor determinación de las normas y de los modos de actuar, con una disminución consiguiente de la carga sobre las autoridades eclesiásticas en el momento de decidir caso por caso. Ahora están determinadas también las penas que se deben imponer, y se indican, a la autoridad que debe decidir, parámetros en relación con los cuales adoptar soluciones. 

El segundo criterio es el de proteger mejor a la comunidad cristiana, velando para que se repare el escándalo que produce una conducta delictiva y, en su caso, para resarcir también los daños causados. 

Por último, se proporcionan ahora a la autoridad instrumentos más adecuados para prevenir los delitos y, sobre todo, para corregir infracciones antes de que se hagan más graves.

-Esa mayor determinación, ¿se refleja en el enfoque de los diversos tipos penales?

Las novedades en la definición de los delitos son consecuencia de lo que decía antes, sobre la mayor determinación de las normas. 

Por un lado, se han especificado mejor algunos delitos que en el Código de 1983 resultaban excesivamente sintetizados. Se han incorporado al Código, por otro lado, delitos que se han ido definiendo en los años sucesivos, como el de la grabación (registro) de las confesiones, y algunos otros más. Después, algunos delitos que no se tuvieron en cuenta en la codificación de 1983 se han tomado directamente del Código de 1917, como la corrupción en actos de oficio, la administración de sacramentos a quienes tienen prohibido recibirlos, o el ocultar a la autoridad eclesiástica eventuales irregularidades con el fin de poder acceder a las órdenes sagradas. 

Por último, se han definido también algunos delitos nuevos: por ejemplo, la violación del secreto pontificio, la omisión de la denuncia un delito por parte de quien está obligado a denunciarlo, el abandono ilegítimo del ministerio eclesiástico que desempeña un sacerdote, etc. 

-Específicamente en relación con los abusos de menores y personas vulnerables, ¿se ha tenido en cuenta la experiencia de los últimos años, para hacer más eficaz el Derecho penal?

Como es natural, aunque, ese no fuera el objeto central de la reforma, se ha dado particular importancia al delito de abuso sexual de menores. Las novedades en este punto son varias. 

En primer lugar, ya no es considerado sólo como un delito contra las obligaciones especiales de los clérigos o religiosos (como son las obligaciones del celibato o de no gestionar bienes patrimoniales), sino que se considera como un delito contra la dignidad de la persona humana.

Además, se ha ampliado la categoría, para incluir como posibles víctimas a otros sujetos que en el derecho de la Iglesia tienen similar protección jurídica a la de los menores. 

Por último, aunque en este caso no sean ya delitos reservados a la Doctrina de la Fe, se incluyen también como delito las conductas de abuso de menores realizadas por religiosos no clérigos, o por laicos que desempeñan alguna función u oficio en el ámbito eclesiástico.

-Un momento crucial en la lucha contra los abusos fue el encuentro sobre la protección de los menores promovido por el Papa en febrero de 2019, del que uno de los frutos es el Vademécum del año 2020. ¿En qué medida ha influido en el trabajo del Consejo Pontificio para la reforma del Libro VI?

Efectivamente, el Vademécum preparado por la Congregación para la Doctrina de la Fe está siendo de mucha utilidad para castigar en la vía administrativa los delitos de abuso de menores realizados por clérigos, que es la materia reservada a ese Dicasterio. Pero, además, como en el Código no se desarrolló suficientemente el tema de las sanciones penales realizadas por vía administrativa (al principio se pensó que la regla general debía ser que las penas se impusieran por vía judicial), ese Vademécum resulta de gran utilidad general, y sirve de guía para proceder penalmente también en los casos que no están reservados a esa Congregación.

-Un aspecto significativo fue también la abolición del secreto pontificio en los casos de denuncias de abusos. ¿Por qué es importante esta decisión del Papa, cómo incide concretamente en la vida de la Iglesia? 

En estos procesos, el secreto pontificio resultaba un inconveniente, tanto para las víctimas como para los acusados y para el desarrollo del proceso. Por eso, ha sido un bien el eliminarlo en este tipo de procesos por abuso de menores, facilitando así la libertad del enjuiciamiento y de la defensa.

-Hace no mucho tiempo se creó otro instrumento, una “task force” para ayudar a las Iglesias locales a actualizar o preparar líneas guía en el ámbito de la tutela de los menores. ¿Por qué fue necesario, y cómo se está procediendo?

Hay que tener en cuenta qué la Iglesia está presente en los cinco continentes, y que son muchas las comunidades diocesanas que carecen de los recursos que sí tienen otras de mayor tradición. Por eso, la Santa Sede se vio en la necesidad de preparar un equipo que asesorarse a las Iglesias locales y a las conferencias episcopales, de manera que puedan mantener al día y renueven los protocolos relativos a la protección de menores. No todas las Iglesias tendrán la misma necesidad, pero de este modo se garantiza también una respuesta armónica en su conjunto por parte de la Iglesia.

-Otro campo de atención es el de los delitos en materia económica. ¿Afecta la revisión a las penas canónicas para este tipo de delitos?

En efecto, entre las novedades que recoge ahora el Libro sexto está la mayor atención a los delitos de carácter económico y patrimonial. De una parte, se han especificado mejor los distintos tipos de delito, incluyendo casos extremos de delito, no ya doloso, sino culposo. En todos estos casos se incluye en la sanción penal la exigencia de reparación de los daños causados. 

Además, como novedad, se ha incluido como nuevo delito canónico: el de cometer en sede civil delitos en materia económica con violación del deber de los clérigos y religiosos de no asumir ningún tipo de gestión patrimonial sin permiso de su Ordinario propio.

-¿Qué valoración de conjunto hace de esta reforma del Código?

Para resumir mi valoración, creo que hay que decir que el nuevo libro sexto del código de derecho canónico ha cambiado sustancialmente el sistema penal de la Iglesia. Ahora los delitos, las penas y el modo de aplicarlas han quedado bien determinados. Sobre todo, como el Santo Padre subraya en la Constitución apostólica de promulgación, la actuación o aplicación de las normas penales, cuando sea necesario usarlas, forma parte de la caridad pastoral que debe guiar el gobierno de la comunidad cristiana por parte de quienes la tienen a su cargo. Por eso, aunque la ley penal de la Iglesia tenemos que cumplirla todos, el Papa se dirige en su texto principalmente a quienes tienen que aplicarla.

El autorGiovanni Tridente y Alfonso Riobó

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José Miguel Granados recomienda la lectura de "La peregrinación de la gracia", tercer libro de la serie "Buscando entender".

José Miguel Granados·2 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Sorprende este original y ameno ensayo de Moral fundamental (editorial Palabra, Madrid 2021, 150 páginas), escrito por José Manuel Horcajo, profesor de teología de la madrileña Universidad eclesiástica San Dámaso y párroco de San Ramón Nonato, en el distrito de Puente de Vallecas.

Libro

Título: La peregrinación de la gracia
Autor: José Manuel Horcajo
Editorial: Palabra
Páginas: 152
Año: 2021

La metáfora de la peregrinación sirve de hilo conductor a la comprensión del sentido del obrar humano a la luz de la fe cristiana y de la razón humana. Desde el viaje a Hispania de Astérix y Obélix, pasando por el viaje de Abraham, el Éxodo de Israel, la Odisea de Ulises, el Camino de Santiago, las andanzas de Don Quijote, la divina comedia de Dante, o la misión de Frodo, el portador del anillo…, el autor nos facilita la comprensión de conceptos clave de la ética: gracia, afectividad, intencionalidad, conciencia, nominalismo, utilitarismo, emotivismo, etc.

Con un lenguaje riguroso y al mismo tiempo coloquial, ofrece montones de aplicaciones a la vida práctica para hacer asequible la doctrina de los grandes doctores de la Iglesia. Así, para dejar clara la falsedad de la pretensión de autonomía y la necesidad de fundamentarse en el amor divino originario: “Nuestra libertad o es filial o no es nada”.

Otro ejemplo, para entender la diferencia entre el instinto humano natural y racional con el sobrenatural que suscita el Espíritu Santo: la religiosa Santa Ángela de la Cruz, que pide limosna para los pobres que atiende en la casa de su compañía; recibe una bofetada de un señor mal encarado; su respuesta inmediata no es la reacción violenta ni la denuncia legal, sino decirle: -“Ya me ha dado lo mío, ahora deme para mis pobres”.

En definitiva, una presentación asequible de las bases del obrar humano y cristiano, superando diversas teorías que han conducido a vías muertas. Y todo ello desde la centralidad del amor personal de Jesucristo como motor, motivación y meta del caminar en santidad hacia la plenitud humana en esta vida y en la eternidad.

España

“Me Apunto a Religión” subraya el valor de la asignatura para la sociedad

La Conferencia Episcopal Española lanza, un año más, la campaña “Me Apunto a Religión”, subrayando, en esta edición, la influencia de la enseñanza religiosa en una sociedad plural.

Maria José Atienza·1 de junio de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Coincidiendo con el final de curso y la elección de las asignaturas ara el siguiente periodo escolar, la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura ha lanzado la campaña “Me Apunto a Religión”, con la que la Conferencia Episcopal Española desea, a lo largo de todo el mes de junio, invitar a las familias y al alumnado a matricularse en la asignatura de Religión Católica en el próximo curso 2021-2022.

La campaña anima a la elección de la asignatura de Religión subrayando su carácter escolar y académico, su aportación específica al desarrollo integral de los alumnos y alumnas, y a la articulación de sociedades respetuosas con la diversidad religiosa. 

La campaña está dirigida a familias con hijos e hijas en edad escolar y a estudiantes de secundaria. Además, se lanza en dos tipos de soporte: a través de las redes sociales y en prensa online de ámbito nacional. 

Esta iniciativa se suma también a aquellas acciones que las distintas delegaciones diocesanas de Enseñanza están realizando con la misma finalidad.

Cultura

«Escuchar las obras de Carlos Patiño es escuchar lo que oyeron Velázquez o Calderón»

Albert Recasens, director y musicólogo, ha coordinado la primera grabación internacional de la obra de Carlos Patiño, maestro de la capilla Real bajo el reinado de Felipe IV.

Maria José Atienza·1 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Albert Recasens, director y musicólogo, ha coordinado esta recuperación que pretende “acercar al público la figura y producción musical de Carlos Patiño a través de sus obras más destacadas”, como ha señalado en una entrevista para Omnes. El disco, Carlos Patiño: música sacra para la corte, es fruto del trabajo de Recasens en el Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra, fue grabado al frente de su conjunto La Grande Chapelle en la iglesia de san Quintín en Sobral de Monte Agraço, en Portugal. Se trata de la primera grabación mundial con las composiciones religiosas en latín más emblemáticas de este genio barroco que sirvió en la corte de Felipe IV.

Una cuidada selección

Albert Recasens ha apuntado que el trabajo realizado constituye una “reconstrucción de la sonoridad que tuvo la capilla real en el reinado de Felipe IV, uno de los reinados más ricos en lo artístico y cultural en España. Carlos Patiño es el compositor más importante que tenemos en la primera mitad del S. XVII en España. Escuchar su música significa adentrarse en la música que escucharon Calderón de la Barca o Velázquez”.   

A diferencia de proyectos como el Oficio de Difuntos de Tomas Luis de Victoria, Carlos Patiño (1600-1675) Música sacra para la Corte, recoge una selección de piezas compuestas por Patiño dentro de su producción de música sacra. Como señala Albert Recasens, en este caso “nos hemos centrado en el repertorio en latín, y, dentro de este grupo, se ha realizado una selección de las piezas de mayor calidad artística, que tuvieran un valor por algún elemento: ya sea la relación del texto y la música, ya sea porque sean piezas “osadas” artísticamente en las que la armonía, las melodías o la estructura son muy avanzadas, o simplemente, por la belleza”.

La grabación que recoge el disco se compone de una primera parte del disco “centrado en obras marianas en sentido amplio: motetes, antífonas, letanías dedicadas a la Virgen o bien salmos como el Lauda Ierusalem, que se cantaban en vísperas de fiestas de la Virgen. Junto a esta, una segunda parte dedicada a los difuntos, y unas piezas “sueltas” como la secuencia Veni, Sancte Spiritus y un motete al Santísimo”.

Patiño, el «pintor musical» de la Virgen

Albert Recasens describe a Carlos Patiño como un “gran pintor de la Virgen”, como Murillo en las artes pictóricas: “Patiño tiene una especial predilección por los textos dedicados a la Virgen María. Compuso una serie de Magnificats, Salve Regina y, lo más sorprendente, una serie de letanías, algo particular en el panorama del S. XVII. De estas obras marianas, destacaría el María Mater Dei.

En esta obra el ‘discurso musical’ sigue al milímetro el discurso litúrgico, el texto religioso”, señala este experto, “se trata de una oración a María con varios pasajes, sobre todos los atributos de la Virgen, invocaciones, textos que proceden de distintos libros de la Sagrada Escritura y de oraciones habituales. Lo que hace única esta pieza, muy barroca, es el gran contraste entre la solista soprano y el resto del coro. Lo que en música conocemos como el stile concertato. Es muy hermoso el juego de texturas musicales, por ejemplo, cuando canta “o Clemens, o pía…” todo es melismático, sinuoso, una cascada de melodías muy dulces”.

Retrato de Carlos Patiño

Recasens señala que además de considerarla una de las mejores obras de Carlos Patiño, “fue una de las preferidas del propio compositor. Lo sabemos porque, cuando donó una selección de sus obras al Monasterio del Escorial, escogidas por él mismo como memoria de su trabajo, el Maria Mater Dei fue una de ellas. Además tenemos un retrato de Patiño, algo excepcional, pintado por su hijo Pedro Félix y que se conserva en la Biblioteca Nacional, donde aparece un Carlos Patiño ya anciano que, curiosamente, en la mano sostiene una partitura donde se lee María Mater Dei”.

Albert Recasens aúna en su tarea la labor de investigación y la puesta en escena. Cada trabajo requiere “una investigación muy ardua pero luego una parte muy práctica: búsqueda de fondos, logística para que pueda darse el conjunto, las transcripciones, los permisos, la edición, etc.”

Para realizar esta labor ha consultado los fondos de numerosos archivos en los que se conserva el legado del maestro conquense, como los de los monasterios de Montserrat y El Escorial, que custodia la principal colección de obras suyas en latín; los de las catedrales de Ávila, Burgos, Cuenca, Valencia, Las Palmas, Valladolid, Segovia, Salamanca y Santiago de Compostela; y la Biblioteca Nacional de Catalunya, entre otros.

También ha accedido a documentos preservados en el Nuevo Continente: Ciudad de Guatemala y Puebla, ya que la influencia de Patiño llegó más allá de los límites de la península impulsado por el poder de la Corona española. De hecho, como apunta Albert Recasens “la importancia de Patiño es central en la música sacra de aquel tiempo. Desde que, en 1634, le nombran maestro de la Real Capilla, ocupó ese magisterio durante tres décadas. Ese puesto es un faro: todas las iglesias de España miran a la capilla Real, es el modelo al que imitar, no sólo en España sino en todos los lugares influencia de la monarquía hispánica entonces”.

La labor divulgativa es esencial

El trabajo realizado desde este Instituto ha seguido rigurosos criterios históricos. Como apunta Recasens: “se ha recreado el estilo imperante en la música sacra de la época, policoral, con dos o más coros colocados en distintas zonas de los templos: presbiterio, coro, púlpito… que hacen juegos de ‘claroscuro’, creando un efecto de estereofonía. La grabación se ha realizado con instrumentos de época, siguiendo la tratadística de la época, cómo se interpretaba, el tempo… todo es una interpretación históricamente informada, es decir, recogiendo la información que nos proporcionan los documentos.”

«Conocemos a los principales pintores y literatos del S. XVII, sin embargo, no sabemos quiénes eran los músicos españoles de este tiempo»

Albert Recasens

Un trabajo que desde el ICS dan a conocer al gran público, tarea imprescindible en nuestro país, defiende Albert Recasens: “parece mentira que sepamos perfectamente quienes fueron destacados literatos o pintores de los siglos XVI o XVII en nuestro país, pero en cuanto a nuestro conocimiento de los músicos, damos cierta pena. No sabemos cómo sonaba la música en las iglesias; teóricamente si, con los manuscritos, estudios… pero falta un elemento muy importante, la divulgación. En este punto entra el trabajo que realizamos en el ICS en torno a la divulgación del patrimonio musical español”.

Documentos

Constitución Apostólica Pascite gregem Dei

Constitución Apostólica del Papa Francisco Pascite gregem Dei, por la que se promulga la reforma del Libro VI del Código de Derecho Canónico.

David Fernández Alonso·1 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 6 minutos

FRANCISCO

CONSTITUCIÓN APOSTÓLICA

PASCITE GREGEM DEI

CON LA QUE SE REFORMA EL LIBRO VI DEL CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO

Apacentad la grey de Dios, gobernando no a la fuerza, sino de buena gana, según Dios” (cfr. 1 Pt 5, 2). Estas palabras inspiradas del Apóstol Pedro resuenan en las del rito de ordenación episcopal: «Jesucristo, Señor nuestro, enviado por el Padre para redimir al género humano, envió a su vez por el mundo a los doce Apóstoles para que, llenos de la fuerza del Espíritu Santo, anunciaran el Evangelio, gobernaran y santificaran a todos los pueblos, agrupándoles en un solo rebaño. (…) Él [Jesucristo, Señor y Pontífice eterno] es quien, valiéndose de la predicación y solicitud pastoral del Obispo, os lleva, a través del peregrinar terreno, a la felicidad eterna» (cfr. Ordenación del Obispo, de los Presbíteros y de los Diáconos, versión española, reimpresión de 2011, n. 39). Y el Pastor está llamado a ejercer su cometido “con sus consejos, con sus exhortaciones, con sus ejemplos, pero también con su autoridad y sacra potestad” (Lumen gentium, n. 27), pues la caridad y la misericordia exigen que un Padre se dedique también a enderezar lo que tal vez se haya torcido.

Avanzando en su peregrinación terrena, desde los tiempos apostólicos, la Iglesia fue dándose leyes para su modo de actuar que en el curso de los siglos han llegado a componer un coherente cuerpo de normas sociales vinculantes, que confieren unidad al Pueblo de Dios y de cuya observancia se hacen responsables los Obispos. Tales normas reflejan la fe que todos nosotros profesamos, de ésta arranca la fuerza obligante de dichas normas, las cuales, fundándose en esa fe, manifiestan también la materna misericordia de la Iglesia, que sabe tener siempre como finalidad la salvación de las almas. Teniendo que organizar la vida de la comunidad en su devenir temporal, esas normas necesitan estar en permanente correlación con los cambios sociales y con las nuevas exigencias que aparecen en el Pueblo de Dios, lo que obliga en ocasiones a rectificarlas y adaptarlas a las situaciones cambiantes.

En el contexto de los rápidos cambios sociales que experimentamos, bien conscientes de que “no estamos viviendo simplemente una época de cambios, sino un cambio de época” (Audiencia a la Curia Romana en ocasión de la presentación de las felicitaciones navideñas, 21 de diciembre de 2019), para responder adecuadamente a las exigencias de la Iglesia en todo el mundo, resultaba evidente la necesidad de revisar también la disciplina penal promulgada por San Juan Pablo II, el 25 de enero de 1983, con el Código de Derecho Canónico. Era necesario modificarla de modo que permitiera su empleo a los Pastores como ágil instrumento saludable y correctivo, y que pudiese ser usado a tiempo y con caritas pastoralis, a fin de prevenir males mayores y de sanar las heridas causadas por la debilidad humana.

Por esta razón, Nuestro venerado Predecesor Benedicto XVI, en 2007 encomendó al Pontificio Consejo para los Textos Legislativos la tarea de emprender la revisión de la normativa penal contenida en el Código de 1983.

Sobre la base de dicho encargo, el Dicasterio se ha dedicado a analizar concretamente las nuevas exigencias, a identificar los límites y las carencias de la legislación vigente y a determinar posibles soluciones, claras y sencillas. Este estudio se ha realizado en espíritu de colegialidad y de colaboración, solicitando la intervención de expertos y de Pastores, y confrontando las posibles soluciones con las exigencias y la cultura de las diversas Iglesias locales.

Redactado un primer borrador del nuevo Libro VI del Código de Derecho Canónico, fue enviado a todas las Conferencias Episcopales, a los Dicasterios de la Curia Romana, a los Superiores Mayores de los Institutos Religiosos, a las Facultades de Derecho Canónico y a otras Instituciones eclesiásticas, para recoger sus observaciones. Al mismo tiempo fueron interpelados también numerosos canonistas y expertos de derecho penal de todo el mundo. Los resultados de esta primera consultación, debidamente ordenados, fueron después examinados por un grupo especial de expertos que modificó el texto del borrador de acuerdo con las sugerencias recibidas, para luego someterlo nuevamente al examen de los consultores. Finalmente, tras sucesivas revisiones y estudios, el borrador final del nuevo texto se estudió en la Sesión Plenaria de los Miembros del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos en el mes de febrero de 2020. Realizadas luego las correcciones indicadas por la Plenaria, el borrador del texto se transmitió al Romano Pontífice.

El respeto y la observancia de la disciplina penal incumbe a todo el Pueblo de Dios, pero la responsabilidad de su correcta aplicación –come se dijo más arriba– corresponde específicamente a los Pastores y a los Superiores de cada comunidad. Es un cometido que pertenece de modo indisociable al munus pastorale que a ellos se les confía, y que debe ejercerse como concreta e irrenunciable exigencia de caridad ante la Iglesia, ante la comunidad cristiana y las eventuales víctimas, y también en relación con quien ha cometido un delito, que tiene necesidad, al mismo tiempo, de la misericordia y de la corrección de la Iglesia.

Muchos han sido los daños que ocasionó en el pasado la falta de comprensión de la relación íntima que existe en la Iglesia entre el ejercicio de la caridad y la actuación de la disciplina sancionatoria, siempre que las circunstancias y la justicia lo requieran. Ese modo de pensar –la experiencia lo enseña– conlleva el riesgo de temporizar con comportamientos contrarios a la disciplina, para los cuales el remedio no puede venir únicamente de exhortaciones o sugerencias. Esta actitud lleva frecuentemente consigo el riesgo de que, con el transcurso del tiempo, tales modos de vida cristalicen haciendo más difícil la corrección y agravando en muchos casos el escándalo y la confusión entre los fieles. Por eso, por parte de los Pastores y de los Superiores, resulta necesaria la aplicación de las penas. La negligencia del Pastor en el empleo del sistema penal muestra que no está cumpliendo recta y fielmente con su función, tal como hemos señalado claramente en documentos recientes, como las Cartas Apostólicas en forma de “Motu Proprio” Como una Madre amorosa, 4 de junio de 2016, y Vos estis lux mundi, de 7 de mayo de 2019.

La caridad exige, en efecto, que los Pastores recurran al sistema penal siempre que deban hacerlo, teniendo presentes los tres fines que lo hacen necesario en la sociedad eclesial, es decir, el restablecimiento de las exigencias de la justicia, la enmienda del reo y la reparación de los escándalos.

Como hemos señalado recientemente, la sanción canónica tiene también una función de reparación y de saludable medicina y busca sobre todo el bien del fiel, por lo que “representa un medio positivo para la realización del Reino, para reconstruir la justicia en la comunidad de los fieles, llamados a la personal y común santificación” (A los participantes en la Sesión Plenaria del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, 21 de febrero de 2020).

En continuidad con el enfoque general del sistema canónico, que sigue una tradición de la Iglesia consolidada a lo largo del tiempo, el nuevo texto aporta modificaciones de diverso tipo al derecho hasta ahora vigente, y sanciona algunos nuevos tipos penales. De modo particular, muchas de las novedades presentes en el texto responden a la exigencia cada vez más extensa dentro de las comunidades de ver restablecida la justicia y el orden que el delito ha quebrantado.

El texto resulta mejorado, también desde el punto de vista técnico, sobre todo por lo que se refiere a algunos aspectos fundamentales del derecho penal, como por ejemplo el derecho a la defensa, la prescripción de la acción criminal y penal, una más clara determinación de las penas, que responde a las exigencias de la legalidad penal y ofrece a los Ordinarios y a los Jueces criterios objetivos a la ahora de individuar la sanción más adecuada para aplicar en cada caso concreto.

En la revisión del texto, al fin de favorecer la unidad de la Iglesia en la aplicación de las penas, sobre todo respecto de los delitos que provocan mayor daño y escándalo en la comunidad, se ha seguido también, servatis de iure servandis, el criterio de reducir los casos en los que la imposición de sanciones queda a discreción de la autoridad.

Teniendo en cuenta todo ello, con la presente Constitución Apostólica, promulgamos el texto revisado del Libro VI del Código de Derecho Canónico tal como ha sido ordenado y revisado, con la esperanza de que resulte un instrumento para el bien de las almas y sus prescripciones, cuando sea necesario, sean puestas en práctica por los Pastores con justicia y misericordia, conscientes de que forma parte de su ministerio, como un deber de justicia –eminente virtud cardinal–, imponer penas cuando lo exija el bien de los fieles.

Con el objeto de que todos puedan convenientemente informarse y conocer a fondo las disposiciones de que se trata, establezco que cuanto hemos deliberado se promulgue con la publicación en L’Osservatore Romano y sea insertado luego en el Comentario Oficial Acta Apostolicae Sedis, entrando en vigor el 8 de diciembre de 2021.

Establezco también que con la entrada en vigor del nuevo Libro VI quede abrogado el vigente Libro VI del Código de Derecho Canónico del año 1983, sin que obste en contrario cosa alguna incluso digna de particular mención.

Dado en Roma, junto a San Pedro, en la Solemnidad de Pentecostés, 23 de mayo de 2021, noveno año de Nuestro Pontificado.

FRANCISCO

Vaticano

La Santa Sede reforma las sanciones penales en la Iglesia

Con la Constitución Apostólica Pascite gregem Dei, fechada el 23 de mayo de 2021, solemnidad de Pentecostés, el Papa Francisco promulga el nuevo Libro VI del Código de Derecho Canónico, que contiene la normativa sobre las sanciones penales en la Iglesia.

David Fernández Alonso·1 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Con la Constitución Apostólica Pascite gregem Dei, fechada el 23 de mayo de 2021, solemnidad de Pentecostés, el Papa Francisco promulga el nuevo Libro VI del Código de Derecho Canónico, que contiene la normativa sobre las sanciones penales en la Iglesia. El texto legislativo, «para que todos puedan informarse fácilmente y conocer en profundidad las disposiciones en cuestión», entrará en vigor el 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción. Se trata de uno de los siete libros de los que se compone el Código de Derecho Canónico.

El Papa Francisco asegura en la Constitución por la cual se aprueba la modificación del Código, que era necesario revisar la disciplina penal promulgada por San Juan Pablo II: «En el contexto de los rápidos cambios sociales que experimentamos, bien conscientes de que “no estamos viviendo simplemente una época de cambios, sino un cambio de época” (Audiencia a la Curia Romana en ocasión de la presentación de las felicitaciones navideñas, 21 de diciembre de 2019), para responder adecuadamente a las exigencias de la Iglesia en todo el mundo, resultaba evidente la necesidad de revisar también la disciplina penal promulgada por San Juan Pablo II, el 25 de enero de 1983, con el Código de Derecho Canónico. Era necesario modificarla de modo que permitiera su empleo a los Pastores como ágil instrumento saludable y correctivo, y que pudiese ser usado a tiempo y con caritas pastoralis, a fin de prevenir males mayores y de sanar las heridas causadas por la debilidad humana».

Efectivamente se mejora el texto del Libro VI, también desde el punto de vista técnico, sobre todo por lo que se refiere a algunos aspectos fundamentales del derecho penal, como por ejemplo el derecho a la defensa, la prescripción de la acción criminal y penal, una más clara determinación de las penas, que responde a las exigencias de la legalidad penal y ofrece a los Ordinarios y a los Jueces criterios objetivos a la ahora de individuar la sanción más adecuada para aplicar en cada caso concreto.

En la revisión del texto, al fin de favorecer la unidad de la Iglesia en la aplicación de las penas, sobre todo respecto de los delitos que provocan mayor daño y escándalo en la comunidad, se ha seguido también, servatis de iure servandis, el criterio de reducir los casos en los que la imposición de sanciones queda a discreción de la autoridad.

Fases de la modificación

Francisco explica en la Pascite gregem Dei que ya Benedicto XVI, en 2007 encomendó al Pontificio Consejo para los Textos Legislativos la tarea de emprender la revisión de la normativa penal contenida en el Código de 1983.

Sobre la base de dicho encargo, el Dicasterio se ha dedicado a analizar concretamente las nuevas exigencias, a identificar los límites y las carencias de la legislación vigente y a determinar posibles soluciones, claras y sencillas.

Redactado un primer borrador del nuevo Libro VI del Código de Derecho Canónico, fue enviado a todas las Conferencias Episcopales, a los Dicasterios de la Curia Romana, a los Superiores Mayores de los Institutos Religiosos, a las Facultades de Derecho Canónico y a otras Instituciones eclesiásticas, para recoger sus observaciones. Al mismo tiempo, dice el Papa en el documento, fueron interpelados también numerosos canonistas y expertos de derecho penal de todo el mundo. Los resultados de esta primera consulta, fueron después examinados por un grupo especial de expertos que modificó el texto del borrador de acuerdo con las sugerencias recibidas, para luego someterlo nuevamente al examen de los consultores.

Finalmente, tras sucesivas revisiones y estudios, el borrador final del nuevo texto se estudió en la Sesión Plenaria de los Miembros del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos en el mes de febrero de 2020. Realizadas luego las correcciones indicadas por la Plenaria, el borrador del texto se transmitió al propio Papa.

El novio

Desde aquella JMJ, siempre que paso por una tormenta en mi vida me acuerdo de aquel “ve y lo verás” de Esther, y busco el sagrario más cercano.

1 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Madrugada del 21 de agosto de 2011. JMJ de Madrid. El Aeródromo de Cuatro Vientos, en el que casi dos millones de jóvenes se disponían a pasar la noche, aparecía sorprendentemente calmado tras la repentina tormenta que casi provocó la suspensión de la vigilia con Benedicto XVI. ¿Ha visto usted alguna vez a dos millones de jóvenes, fuera de casa, de noche y yéndose a dormir? Pues yo sí. ¡Y dicen que ya no se ven milagros!

Ante tal sosiego, decidí aprovechar para ir a aprovisionarme de agua, pues el día siguiente se anunciaba bastante caluroso y, en las horas punta, las colas eran insufribles. Por el camino, me pareció divisar a lo lejos, cabizbaja, a una de las chicas del grupo al que acompañábamos. Esther pasaba por una mala racha. Los padres se habían quedado en paro y ella había tenido que aparcar los estudios para trabajar en una hamburguesería y arrimar algo a la familia. Para colmo, acababa de cortar con Juan, el novio con el que todos dábamos por hecho que se terminaría casando.

La seguí con la mirada y vi cómo, antes de llegar a la zona de reparto de comida, se desviaba hacia el lado opuesto, en dirección a otra gran carpa. Me dejó con la mosca detrás de la oreja, pero continué hacia mi destino donde me entretuve más de una hora al encontrarme por casualidad con unos amigos a quienes hacía años que no veía.

De regreso a mi sitio, me topé de frente con Esther y parecía una persona distinta. Una gran sonrisa llenaba su rostro, que parecía resplandecer.

–Niña, ¿qué haces? ¿De dónde vienes tan contenta? –le pregunté.

–Nada –sonrió–, de ver a mi novio.

–Ah, perdona, yo pensaba que ya no…

–No, no –me tranquilizó–. No he vuelto con Juan. Este es mejor. Si quieres conocerlo, está ahí, en aquella carpa. Anda, ¡ve y lo verás! –me animó mientras se alejaba–.

Aturdido en principio por la respuesta, decidí ir a satisfacer mi curiosidad sobre aquella misteriosa carpa. Cuando llegué, el espectáculo era realmente único. Cientos de jóvenes en total silencio, arrodillados, adoraban al Santísimo Sacramento expuesto en una preciosa custodia.

Impresionado, caí también yo de rodillas y comencé a dar gracias por aquel regalo inmenso que me acababan de hacer. Di gracias a Dios por Esther, por aquellos jóvenes que me evangelizaban con su fe, por haberse querido quedar entre nosotros de esta forma tan sencilla y oculta a los ojos del mundo.

Este domingo, en la parroquia, nos dijeron que este año tampoco habrá procesión del Corpus Christi por las calles. Mientras el párroco daba explicaciones, mi vista se fue de inmediato hacia dos bancos más adelante. Ahí estaba Esther con Juan, que es ahora su marido, y con su hija de dos años en brazos. Consiguió acabar la carrera, casarse y ahora acompaña, además, a un grupo de jóvenes de la parroquia.

Desde aquella JMJ, siempre que paso por una tormenta en mi vida me acuerdo de aquel “ve y lo verás” de Esther, y busco el sagrario más cercano, para arrodillarme de nuevo ante “el novio” que, aunque este año no salga a buscarnos, está siempre ahí, en la carpa más alejada de los ojos de la mayoría.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Libros

Las parábolas de Jesús de Nazaret

Las parábolas son el recurso más frecuente que empleaba Jesús para enseñar a sus discípulos. A desentrañar el profundo significado de las parábolas nos ayuda este libro de Julio de la Vega-Hazas. En él se analizan veinticinco parábolas, agrupadas en cinco grandes temas.

Juan Ignacio Yusta·1 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Si preguntamos a alguien que se haya acercado a la lectura de los Evangelios qué es lo que más le ha impresionado, lo más probable es que se refiera al relato de la Pasión del Señor. Pero si le preguntamos por lo más destacable de la predicación de Jesús, seguramente señalaría las parábolas. El propio Evangelio lo dice: Les enseñaba en parábolas.

Por poca formación que tenga el lector, advierte de inmediato que las parábolas no son narraciones del tipo de una fábula -«lo cuento para entretener»-. Porque la literatura de ese tipo generalmente encierra un propósito aleccionador o instructivo.

La parábola permite transmitir un contenido con sencillez. En este sentido, su significado fundamental se percibe con facilidad por todas las personas, sin importar el lugar o la época. Pero, a la vez, las parábolas de Jesús incluyen detalles o aspectos que enriquecen el contenido, aunque no se perciben tan a primera vista. De hecho, en la misma predicación de Cristo, los escribas y fariseos las entienden con más profundidad que la mayoría de los oyentes. Parte del significado, sobre todo lo que se refería a su persona misma, era específicamente para ellos.

Libro

Título: Las parábolas de Jesús de Nazaret
Autor: Julio de la Vega-Hazas
Editorial: Rialp
Páginas: 193
Ciudad y año: Madrid, 2021

A desentrañar ese profundo significado de las parábolas nos ayuda este libro de Julio de la Vega-Hazas. En él se analizan veinticinco parábolas, agrupadas en cinco grandes temas: 

El primero recoge las denominadas parábolas del Reino, en las que Jesús anuncia la llegada del Reino de Dios o Reino de los cielos y la actitud con que debe disponerse el hombre para alcanzarlo. En ellas se subraya que vale la pena jugarse todo para conseguirlo, aunque deban arrostrarse dificultades.

A continuación, encontramos las parábolas de la respuesta a la llamada, que de un modo u otro contienen un toque de atención para percibir la presencia de Dios en nuestra vida, de modo que se pone de relieve la insensatez de quienes desoyen esa llama, la ignoran o la olvidan, quitándole importancia o dejándose llevar por otros intereses que les parecen más necesarios o urgentes.

En el tercer capítulo están las que el autor llama parábolas del juicio divino. En este grupo se reúnen algunas parábolas especialmente expresivas, porque el relato pone de relieve el agudo contraste entre el comportamiento de la persona prudente y sensata frente al proceder de la alocada y frívola, con diversos matices, en los que fácilmente se puede encontrar retratado el lector.

Siguen en un cuarto capítulo las parábolas de la misericordia. Tres son las parábolas reunidas bajo este epígrafe, y las tres son del evangelio de san Lucas, entre ellas, la que generalmente se ha considerado como la más conmovedora y bella de todas, la parábola del hijo pródigo o, como también se la denomina a veces, del padre misericordioso.

Y por último aparecen unas parábolas sobre virtudes. Este quinto capítulo, como advierte el propio autor, aglutina varias parábolas heterogéneas, agrupadas por un fondo común: enseñar alguna virtud o prevenir sobre algún vicio. De ese modo se reúnen unas preciosas enseñanzas que hablan con elocuencia al hombre de hoy y de todos los tiempos, siempre necesitado de virtud, que es lo que le hace bueno, en el profundo sentido de la palabra.

El significado de cada una de las parábolas salta a la vista -es un mensaje perenne-, pero se enriquece cuando se ve, como aquí, su entronque con el Antiguo Testamento, y el significado de varios detalles que corresponden a la vida y cultura de los oyentes, y que se puede escapar con facilidad al lector de hoy.

Una virtud destacaría de este libro: que tratando una materia como es los escritos bíblicos, que se presta a consideraciones exegéticas de altos vuelos (pero que resultan más bien farragosas para los no especialistas), sabe exponer con claridad la enjundia de las enseñanzas de Jesús y pone de relieve, sobre todo, su aplicación práctica para la vida cristiana. El lector es llevado así muchas veces a descubrir aspectos en los que no se había fijado, o conclusiones y consecuencias que no había sospechado antes. De ese modo, la lectura de estas reflexiones abre un amplio panorama que enriquece nuestro conocimiento del evangelio y abre caminos a nuestra vida espiritual.

Con muy buen criterio, el autor del libro incluye al comienzo de cada parábola el texto evangélico que va a comentar a continuación. Me atrevo a sugerir al lector, para alcanzar un mejor aprovechamiento del libro, que una vez haya leído con detenimiento el comentario de la parábola, vuelva a una lectura sosegada del texto del evangelio, hecho ahora con las resonancias que su lectura despertará gracias a los comentarios y reflexiones recién leídas: seguro que esa nueva lectura le resultará esclarecedora, le permitirá descubrir nuevos aspectos y, sobre todo, suscitará aplicaciones prácticas para sacar más provecho de ese tesoro que es la palabra de Dios, la que el Hijo de Dios quiso dejarnos para enseñarnos el camino que conduce a la felicidad.

El autorJuan Ignacio Yusta

Tiempo para tomar la fe en serio

Tras un año de pandemia seguimos preguntándonos si la fe puede ayudar a las personas a vivir con más paz y equilibrio en situaciones como la que atraviesa la sociedad.

1 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Parece que los momentos más difíciles son siempre los que dejan al descubierto la autenticidad de nuestras opciones fundamentales más profundas. Estábamos acostumbrados a planificar con tiempo, a tener seguridades en cosas exteriores, a disfrutar cuando quisiéramos de los amigos y seres queridos, a ser espontáneos, etc. Este último año nos ha trastocado todo y ha dejado claro en qué estábamos poniendo nuestras seguridades y esperanzas. Quienes ya tenían una fe profunda, lo han tenido mejor. Otros han tenido que replantearse muchas cosas. Y muchos se han visto deprimidos, desesperanzados, amargados, superados por la situación. 

¿Qué hace que unos vivan de un modo y otros diferente las mismas circunstancias? Algunos estudios apuntan al sentido de la vida. Nuestros modos de vivir la fe hacen que mantengamos la paz y el equilibrio o no. La cuestión está en si nuestra religiosidad es solo tradición y cumplimiento o si es experiencia y convicción. En la primera se suele poner la fe en las prácticas externas sin un compromiso con el Evangelio ya que no ha habido una experiencia personal de Dios. En cambio, en el segundo modo, la persona vive descentrada de sí misma, ha comprendido e interiorizado bien el misterio del Amor de Dios. Y esto provoca una fe mucho más profunda que compromete con los demás y afecta al modo de vivir en la sociedad. Esta fe da razones para la esperanza y la vivencia de emociones positivas en medio de cualquier situación.

En este sentido, no deberíamos olvidar que el mejor regalo que podemos hacer a los hijos es la vivencia de una fe comprometida. El mundo futuro, pospandemia, no será fácil. Nuestro planeta se deteriora, la economía que conocíamos hasta ahora empieza a cambiar, la globalización acentúa realidades positivas, pero también negativas. Y nuestros actuales niños y jóvenes no lo tendrán fácil.

La fortaleza, la resiliencia, las habilidades emocionales y comunicativas, serán parte de la mejor herencia que podemos dejar.

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Un sueño que se llama Líbano

Desde el país de los cedros, donde está por motivo de un proyecto de su fundación, la autora describe una situación que preocupa a los jóvenes libaneses, que buscan un futuro próspero pero no logran encontrarlo en su propia tierra.

1 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Una solución para Oriente Medio podría ser ésta: esperar a que se vayan los jóvenes, que ya están esperando, dispuestos a irse, y dejar que los últimos viejos llenos de odio se extingan haciendo la guerra entre ellos. Este es uno de los muchos pensamientos paradójicos que vienen a la mente cuando uno se detiene un momento a escucharlos, jóvenes de entre veinte y treinta años, que cuentan sus historias alrededor de una mesa de madera en la Bekaa, la región de Líbano que limita con Siria al este. 

Actualmente trabajan como personal de la ONG AVSI, atendiendo a los más vulnerables, especialmente a los niños refugiados sirios y sus familias. Escúchelos y mida hasta qué punto aquí, en los días de la reanudación del conflicto entre Palestina e Israel, la pandemia ha llegado para asestar sólo el último de una serie de golpes mortales. Mientras que en otros lugares los medios de comunicación documentan una lenta pero constante salida de las garras del COVID, y los economistas anuncian una extraordinaria recuperación del PIB, aquí en el Líbano los jóvenes citan a sus padres y abuelos como testigos de que nunca antes la situación había sido tan imposible, sin salida visible, ni siquiera durante la guerra civil.

Que hay más libaneses fuera que dentro del Líbano, se sabe y es ya una vieja historia. Pero esta vez la medida está llena, es la huida de los que han hecho cenizas el pasado y ahora están jugando con su futuro. “Mi sueño no es irme. Mi sueño es el Líbano, pero es el Líbano el que no tiene espacio ni oportunidad para mí” – explica Zenab – “Si es difícil encontrar la manera de empezar de nuevo en otro lugar, aquí es imposible”. “Estoy esperando la respuesta para hacer un doctorado en Hungría” – dice Laura – “En cuanto llegue me iré y espero que sea una puerta de entrada a un trabajo allí. Parece que son acogedores”.

“Aquí todo es tan cambiante, tan frágil”, observa Laura, “que incluso renunciamos a comprometernos. ¿Cómo puede una persona arriesgarse a encariñarse con alguien que luego podrá marcharse o que nunca tendrá trabajo y medios para poder montar una casa?” 

La historia de la segunda mitad del siglo XX en el Líbano fue tan divisiva que quienes redactaron los programas escolares siempre prefirieron dejarla en la sombra, fomentando la ignorancia y el desinterés.

Los jóvenes quieren irse, escapar de un contexto que les corta las piernas y les estrecha el horizonte. Mejor emigrar antes de que devore incluso lo que queda del deseo de redención. “El nuestro es un país en suspenso, a la espera” – Philippe es realista -. “Pero no podemos esperar más”.

El autorMaria Laura Conte

Licenciada en Letras Clásicas y doctora en Sociología de la Comunicación. Directora de Comunicación de la Fundación AVSI, con sede en Milán, dedicada a la cooperación al desarrollo y la ayuda humanitaria en todo el mundo. Ha recibido varios premios por su actividad periodística.

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Enseñanzas del Papa

El Papa en mayo. Comunicadores de la verdad y transmisores de la fe

En las enseñanzas de Francisco durante el mes de mayo destacamos su mensaje para la 55ª Jornada mundial de las comunicaciones sociales y la institución del ministerio de los catequistas, verdaderos comunicadores y transmisores de la fe.

Ramiro Pellitero·1 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

La Jornada de las Comunicaciones Sociales se celebró el 16 de mayo, y el documento que instituye el ministerio laical de los catequistas data del día 10 del mismo mes.

Comunicar encontrando a las personas

Ven y lo verás” (Jn 1, 46). Comunicar encontrando a las personas donde están y como son, es el Mensaje para Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de 2021 (que había sido publicado el 23 de enero pasado).

Toda comunicación auténtica tiene que ver con la vida de las personas. Esto vale tanto para el periodismo como para la comunicación política o social, y también para la predicación y el apostolado cristiano. Comunicar requiere, observa el Papa, “ir a ver, estar con las personas, escucharlas, recoger las sugestiones de la realidad, que siempre nos sorprenderá en cualquier aspecto”.

La información periodística, sigue señalando, exige “desgastar las suelas de los zapatos”, si no quiere limitarse a ser una copia de noticias preconfeccionadas, sino afrontar “la verdad de las cosas y la vida concreta de las personas”. Todos hemos oído hablar de periodistas que van donde nadie va, arriesgando su vida para denunciar las condiciones difíciles de minorías perseguidas, los abusos e injusticias contra la creación, las guerras olvidadas. 

Y así también sucede con la pandemia y con las vacunas. Porque “existe el riesgo de contar la pandemia, y cada crisis, sólo desde los ojos del mundo más rico, de tener una ‘doble contabilidad’”; de modo que “las diferencias sociales y económicas a nivel planetario corren el riesgo de marcar el orden de la distribución de las vacunas contra el Covid”. 

Comunicar con responsabilidad

Incluso la tecnología digital, que nos permite una información de primera mano, comparte los riesgos de “una comunicación social carente de controles”; de manera que se expone a la manipulación por diversos motivos. Y no se trata de demonizar ese gran instrumento, sino más bien de fomentar “una mayor capacidad de discernimiento y un sentido de la responsabilidad más maduro, tanto cuando se difunden, como cuando se reciben los contenidos”. 

Y como todos somos no solo usuarios sino también protagonistas de la comunicación, “todos somos responsables de la comunicación que hacemos, de las informaciones que damos, del control que juntos podemos ejercer sobre las noticias falsas, desenmascarándolas. Todos estamos llamados a ser testigos de la verdad: a ir, ver y compartir”.

El apostolado cristiano: comunicación de una “buena noticia”

También así se inició la fe cristiana, con aquella respuesta-sugerencia de Jesús a quienes le preguntan dónde vive: “Venid y lo veréis” (Jn 1, 39). Así se comunica la fe: “como un conocimiento directo, nacido de la experiencia, no de oídas” (cfr. Jn 4, 39-42).

De esta manera la enseñanza de Francisco se abre, desde la consideración antropológica y ética de la comunicación hasta la teología de la comunicación. En efecto, porque en Jesús, Palabra (Logos) de Dios hecha carne, Dios se nos comunicó de la manera más profunda, real y humana posible. Jesús comunicaba porque atraía, ante todo con la verdad de su predicación.

Pero al mismo tiempo “la eficacia de lo que decía era inseparable de su mirada, de sus actitudes y también de sus silencios”. “Los discípulos no escuchaban sólo sus palabras, lo miraban hablar”. En Él el Dios invisible se dejó ver, oír y tocar (cfr. 1 Jn, 1, 1-3). 

Y esto nos devuelve luces para nuestra comunicación y testimonio de la verdad. “La palabra es eficaz solamente si se ‘ve’, sólo si te involucra en una experiencia, en un diálogo. Por este motivo el ‘ven y lo verás’ era y es esencial”. Si queremos comunicar, testimoniar la verdad, hemos de hacerla visible en nuestra propia vida.

Así lo han vivido siempre los cristianos y lo han enseñado desde san Pablo de Tarso y san Agustín hasta Shakespeare y san John H. Newman. También hoy –apunta el Papa Francisco– “el Evangelio se repite hoy cada vez que recibimos el testimonio límpido de personas cuya vida ha cambiado por el encuentro con Jesús”.

Una cadena de encuentros personales

La transmisión de la fe se ha producido, en efecto, desde hace más de dos mil años, en “una cadena de encuentros que comunica la fascinación de la aventura cristiana”. 

Y así la verdadera comunicación, antropológica y socialmente hablando, pero también considerada teológicamente, requiere el “tú a tú” del diálogo y de la amistad, de la cercanía y del don esforzado de sí ante las necesidades de los demás: “El desafío que nos espera es, por lo tanto, el de comunicar encontrando a las personas donde están y como son”. 

Pero, atención, esta comunicación evangelizadora pide también, como señala el Papa en su oración final, una serie de condiciones: salir de nosotros mismos; buscar la verdad; ir a ver, también donde nadie quiere ir o mirar; escuchar, prestando atención a lo esencial y sin dejarnos distraer por lo superfluo y engañoso; desechar los prejuicios y las conclusiones apresuradas; reconocer dónde sigue “morando” Jesús en el mundo; contar con honestidad lo que hemos visto. 

Los catequistas, transmisores de la fe 

Con el motu proprio Antiquum ministerium (10-V-2021) el Papa ha establecido el ministerio de los catequistas. Si bien no todos los catequistas requieren ser “instituidos” para su tarea, la existencia de este “ministerio” o función eclesial facilitará la organización y la formación de los catequistas en todo el mundo. 

La catequesis es un servicio imprescindible en la Iglesia desde los primeros siglos. Si bien es necesaria particularmente para la educación en la fe de los niños y jóvenes, hoy como siempre sigue siendo necesaria también para los demás cristianos. Todos necesitamos que se nos anuncie el mensaje del evangelio y que se nos prepare para recibir y aprovechar cada día mejor los sacramentos. De modo que nuestra vida dé frutos al servicio de la Iglesia y de la sociedad.  

Esta tarea está pensada fundamentalmente para los fieles laicos. Ciertamente, no cambia la condición de estos fieles bautizados, que son la mayoría del pueblo de Dios. Ellos están llamados a santificarse en las realidades temporales con las que se entreteje su existencia: el trabajo y la familia, la cultura y la política, etc. (cfr. Concilio Vaticano II, Lumen gentium, 31). Al mismo tiempo, “recibir un ministerio laical como el de catequista da mayor énfasis al compromiso misionero propio de cada bautizado, que en todo caso debe llevarse a cabo de forma plenamente secular sin caer en ninguna expresión de clericalización” (Antiquum ministerium, 7).

La Iglesia desea, en definitiva, dar aún más importancia al catequista, cuya tarea puede considerarse como una vocación en la Iglesia, apoyada en la realidad de un carisma, y dentro del amplio marco de la vocación laical (cfr. n. 2). 

La catequesis está llamada a renovarse teniendo en cuenta las circunstancias actuales: una renovada conciencia de la misión evangelizadora de toda la Iglesia (nueva evangelización), una cultura globalizada y la necesidad de una renovada metodología y creatividad, especialmente en la formación de las nuevas generaciones (cfr. n. 5). 

El documento establece que corresponde a las conferencias episcopales preparar los cauces para que los obispos en cada diócesis organicen a los catequistas instituidos de un modo “estable” en cada Iglesia local. 

 Los catequistas han de ser “hombres y mujeres de profunda fe y madurez humana, que participen activamente en la vida de la comunidad cristiana, que puedan ser acogedores, generosos y vivan en comunión fraterna, que reciban la debida formación bíblica, teológica, pastoral y pedagógica para ser comunicadores atentos de la verdad de la fe, y que hayan adquirido ya una experiencia previa de catequesis”.

Los descartados y el cine

A partir de la ganadora del Oscar a mejor película de este año, el film de la directora pekinesa Chloe Zhao Nomadland, la autora reflexiona sobre los descartados de los que habla con frecuencia el Papa Francisco.

1 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Me habían advertido de que es una película difícil, no comercial, lenta. Estas eran mis expectativas cuando me disponía a ver Nomadland, un film que se ha llevado algunas de las estatuillas más preciadas en la última edición de los premios Oscar del cine: mejor dirección, mejor película y mejor actriz principal.

A medida que avanzaba la proyección, me sentía más conmovida con la historia de Fern, no sólo por la excelente actuación de Frances McDormand, las tomas que recorren los bellísimos paisajes o la banda sonora de Ludovico Einaudi. Nomadland encierra mucha más riqueza de la que parece, tal y como se desprende de los sutiles diálogos mantenidos por sus protagonistas.

La película pone al espectador ante personas que, como fruto de diversas circunstancias dolorosas, son apartadas del sistema económico y social norteamericano, y viajan errantes de una parte a otra del país buscando un modo de subsistencia, malviviendo sobre las cuatro ruedas de sus desvencijadas furgonetas. Apátridas bondadosos y vulnerables, que portan un lastre de heridas sin cerrar y que mueven a pensar en los descartados que están con tanta frecuencia en los labios del Papa Francisco.

Seguramente si no fuera por Chloé Zhao, directora y guionista del film, quien se interesó en un libro de no ficción sobre esta temática -escrito en 2017 por la periodista Jessica Bruder- y quiso trasladar esta historia a la gran pantalla, muchos no habríamos sospechado que, en la nación más avanzada del mundo, hay un millón de personas viviendo en condiciones precarias sobre casas de cuatro ruedas.

Algunas de las películas que este año eran candidatas a los premios de la academia del cine norteamericano tratan temas que tienen una honda resonancia en el corazón de la Iglesia. Desde los marginados sociales de Nomadland, al anciano que atraviesa el camino sin retorno de la desmemoria, interpretado por Anthony Hopkins en The Father

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TribunaAbel Toraño SJ

Ignatius500. Dejarnos inspirar por la conversión de Ignacio

1 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Acabamos de celebrar en Pamplona la inauguración del Año Ignaciano que celebra el quinto centenario de la conversión que llevó a Ignacio -fundador de la Compañía de Jesús- desde la agonía de su habitación en Loyola, hasta ver nuevas todas las cosas en Cristo en la cueva de Manresa. Este centenario abarca desde el pasado 20 de mayo (500 años de la herida en Pamplona) hasta el 31 de julio del próximo año, festividad del santo.

 ¿Cómo podríamos sacar provecho de este año largo? ¿Cómo situarnos? Sin duda, habrá quien aproveche para conocer mejor la vida de Íñigo y cuáles fueron esos pasos heridos que le llevaron de querer ser un distinguido caballero a ser un pobre peregrino que deseaba servir a Cristo. Conocer a las personas es un paso importante, sin duda, pero corremos el peligro de situarnos como meros espectadores que sienten ciertas emociones, pero, al final, siguen igual: nada cambia. Otra posibilidad es pasar de ser espectadores a ser actores: ¿será posible que lo que le pasó a Ignacio me pueda pasar a mí? ¿Hay algo en su camino de conversión que me invite a dejar algunas cosas y a echarme a andar? ¿Puede ser Jesús, al fin, el Señor de mi vida? ¿Acaso lo querrá Él así? 

El camino de Ignacio puede ofrecer algunas claves.

Descubrir la plenitud de tu vida. Parece sencillo ser lúcido, pero es muy fácil engañarse. Íñigo sabía lo que quería. Quizá en nuestro tiempo no nos es tan fácil saber qué queremos, pero, al final, tomamos nuestras decisiones y nos vamos aclarando. Y aunque en la vida no hagamos exactamente aquello que soñábamos, sí permanecen estables ciertos ideales: de vida afectiva, desempeño laboral y bienestar económico; de cuidado del cuerpo y disfrute de los placeres a nuestro alcance; de solidaridad… Nos ayudará saber cuáles son nuestros ideales, pero creo que la lucidez verdadera se mueve en un plano aún más hondo. Me refiero a la carga de sentido que damos a estos ideales: ¿es eso que busco lo que de verdad me va a llenar?; ¿es esta carrera o profesión lo que de verdad significa mi vocación?; ¿es la prosperidad y el bienestar lo que me hace acostarme diariamente con satisfacción y agradecimiento?

Ignacio llegó moribundo a su casa de Loyola. Poco podía imaginar que, por la rendija abierta de sus heridas, Dios le iba a otorgar luz para ver que se estaba engañando, que la plenitud que anhelaba no se encontraba donde creía. Que tantas cosas por las que había luchado nunca le iban a llenar, herido o sano. Y que otra vida era posible. No sería fácil, pero Dios está siempre al lado de quien lo intenta.

Dejar actuar a Dios. Íñigo salió de su casa totalmente decidido: lo de antes en su vida ya no valía. Todo tenía que cambiar. Y así partió de Loyola: entero, sin querer dejar nada por apostar; sin reservarse algunas zonas de seguridad, por si acaso le venían mal dadas. Opta por la mayor libertad de la que es capaz, porque, ¿acaso no es más libre la persona capaz de apostarlo todo? Puso en ello todo su empeño y voluntad: comía y vestía como un pobre; hacía larguísimos tiempos de oración, se imponía duras penitencias, frecuentaba la confesión, vivía en casas de caridad y solo le importaba lo que tenía que ver con Dios. Entonces, ¿se ha convertido ya Ignacio?

Aún no. ¿Qué le faltaba? Soltar las riendas de su vida: dejar a Dios ser Dios; dejar que la iniciativa de su vida no fueran los ideales religiosos que pendían de su voluntad, sino que la iniciativa la tuviera el Dios de Jesús y solo Él. En Manresa, tras largos meses de lucha, fracasó su ideal religioso. Se dio cuenta de que nuestra vida y nuestra fe no dependen de nosotros: dependen de la voluntad amorosa y fiel de Dios. Es pura gracia. Ignacio expresó así este rescate en medio de la noche: nuestro Señor le había querido librar por su misericordia… y así, empezó a vivir a Su modo, el modo de Dios.

Lema: Ver nuevas todas las cosas. El resto de su vida, la iniciativa en Ignacio la tuvo siempre el Señor. Esta experiencia fundante fue cambiando su modo de entender a Dios, de entenderse a sí mismo y de entender todas las cosas.

Dios le había rescatado, porque Dios es puro amor misericordioso con cada uno de nosotros. Encontrarse con este Dios personal es el tesoro escondido que Ignacio sintió que tenía que alentar a que otros buscasen. A lo largo de toda su vida no cesaría en su empeño por ayudar a muchos a encontrarse con el Dios de Jesús por medio de los Ejercicios Espirituales.

Ese mismo rostro de Cristo lo fue encontrando en la vida de tantos pobres, enfermos y excluidos que encontraba en los caminos, pidiendo por las calles o postrados en los catres sucios de los hospitales más pobres. A ellos dedicaría sus atenciones y por ellos arriesgaría su salud.

Íñigo salió de Loyola solo, creyendo que su aventura de fe era algo individual. Alcanzado por Cristo, buscaría compañeros, como el mismo Jesús había hecho en su vida pública. Porque la fe es para compartirla. Porque el amor, solo, se muere. Porque es Dios mismo quien nos busca para ser sus compañeros.

El autorAbel Toraño SJ

Coordinador en España del Año Ignaciano

Sin natalidad no hay futuro

1 de junio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Sin natalidad no hay futuro”: el enunciado recuerda algo casi evidente, pero conviene considerarlo para percibir de nuevo su verdad y su virtualidad para orientar decisiones personales y sociales; y una realidad en la que el Papa Francisco quiso centrar su alocución para inaugurar una reunión de reflexión y debate sobre la natalidad en Italia. 

Francisco explicó la seriedad del problema con una imagen: la disminución de los nacimientos en Italia equivale a la desaparición cada año de una ciudad de 200.000 habitantes. También España y los países del mundo económicamente desarrollado se encuentran ante un serio problema con consecuencias para toda la sociedad. Por eso están ante la responsabilidad “urgente” (así la calificó el Papa) de responder al llamado “reto demográfico” y de buscar soluciones a la caída de la natalidad, como condición necesaria para “volver a poner en marcha” la sociedad.

El Papa aportó tres reflexiones: primero, que conviene recuperar la noción de “regalo”, que abre “a la novedad, a las sorpresas: toda vida humana es una verdadera novedad, que no conoce un antes y un después en la historia”; segundo, que una “sostenibilidad generacional” posibilita un crecimiento sostenible; finalmente, que es necesaria una “solidaridad estructural” que dé estabilidad a las estructuras que apoyan a las familias y ayudan a los nacimientos: “una política, una economía, una información y una cultura que promuevan con valentía la natalidad”.

Dando un salto para situarnos en otra esfera y contexto, hace pocos días expuso este problema, de una manera muy personal y concreta, una joven escritora española. Con veintinueve años, embarazada, señaló que no es que los jóvenes no quieran tener hijos, sino que tenerlos representa para ellos un salto en el vacío, ante la ausencia de una política que fomente el acceso al trabajo y a la vivienda, y de una apuesta clara por las familias. 

En ese sentido, en conversación con Omnes, Javier Rodríguez, director general del Foro de la Familia, reclamaba una ley integral de familia, una perspectiva de familia en todas las leyes y dos pactos de Estado: uno por la maternidad y la natalidad, y otro por la educación. Necesitamos políticas familiares de largo alcance y con visión de futuro, no basadas en la búsqueda de un consenso inmediato, sino en el crecimiento del bien común a largo plazo. Aquí radica la diferencia entre gestionar los asuntos públicos y ser buenos políticos, añade Francisco. En la línea de la joven escritora, urge ofrecer a los jóvenes garantías de un empleo suficientemente estable, seguridad para sus hogares e incentivos para no abandonar el país.

En su discurso ante las asociaciones familiares italianas, el Papa fue más allá, al exclamar qué maravilloso sería ver aumentar el número de empresarios y empresas que, además de producir utilidades, promueven la vida, y que llegan a distribuir parte de las ganancias a los trabajadores, con el fin de contribuir a un desarrollo impagable, ¡el de las familias! Es un reto no sólo para Italia, sino para muchos países, a menudo ricos en recursos, pero pobres en esperanza.

El autorOmnes

España

«Seamos Más Pueblo»: la preocupación por los demás como estilo de vida

Durante esta semana previa a la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo (Corpus Christi) celebramos, en la Iglesia española la semana de la Caridad.

Maria José Atienza·31 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Los días previos al Día de la Caridad son jornadas que ponen en primer plano el ineludible mandamiento nuevo que distingue a los cristianos: amaos los unis a los otros y en los que Cáritas nos recuerda la necesidad de nuestra colaboración para sacar adelante las vidas de muchas personas.

En esta ocasión, desde el brazo de caridad de la Iglesia y jugando con el concepto de ser pueblo de Dios, desde Cáritas se invita a los católicos a ser «más pueblo».

«El mundo es un pueblo habitado por más de 7.000 millones de vecinos y
vecinas que se conocen y se ayudan. Un pueblo en el que todo lo que ocurre nos importa y nos afecta porque todos somos pueblo de Dios y nadie debería quedarse fuera» señalan en el díptico realizado desde Cáritas con motivo del Día de Caridad.

No en vano, la celebración del Día de la Caridad en la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo une la pertenencia al Cuerpo místico de Cristo que es la Iglesia al cuidado de quienes nos rodean: «Como comunidad cristiana dar testimonio de fe es hacer nuestras las palabras de Jesús, tomad y comed, tomad y bebed, es compartir el banquete de la Vida y ser signo de consuelo, de aliento, de denuncia y de esperanza en medio de una sociedad rota y herida».

Cáritas propone 4 vías de materialización de este «ser pueblo»:

– Cambiar el estilo de vida. Cultivar la cercanía y la disponibilidad, como destacan en su propuesta «revincularse con otras personas y grupos, porque esa interdependencia crea fraternidad».

– Cambiar la mirada. Acercando la mirada a la realidad como hace el buen samaritano.

– No pasar de largo. Seguir a Jesús implica tomar partido y hacer todo lo posible para que la dignidad y la justicia sean realidad para todas las personas. Buscar la coherencia en tu vida personal y en las decisiones que tomas con otras personas. Los cambios se gestan desde un nosotros compartido.

– Cambiar el tiempo. Vivir de verdad con el corazón abierto al amor.

70 Cáritas diocesanas

Además de la campaña nacional, durante estos días las 70 Cáritas Diocesanas de toda España hacen pública su rendición de cuentas y realizan cuestaciones económicas, en un año fuertemente marcado por el impacto de una pandemia sanitaria que ha obligado a multiplicar los esfuerzos humanos y económicos para atender a un número creciente de familias acuciadas por los efectos de la profunda crisis social derivada de la Covid-19.

Familia

“Jóvenes y familias necesitan cariño y un acompañamiento especial”

La necesidad de ayudar, querer y acompañar a los jóvenes y a las familias se puso de manifiesto la semana pasada en un curso sobre La educación de la afectividad celebrado en la Universidad de Navarra. La ruptura de seis de cada diez matrimonios en España en la actualidad genera muchas heridas afectivas reales.

Rafael Miner·31 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 6 minutos

La belleza de la sexualidad humana fue el primer denominador común de las sesiones prácticas que protagonizaron los expertos en el curso organizado por el Instituto Core Curriculum, y cuyo primer ponente fue el profesor Juan José Pérez Soba, como ha informado este portal omnesmag.com

Un segundo concepto en el que coincidieron fue la necesidad de ayudar y acompañar a los jóvenes, que tienen un anhelo profundo de entregarse a otra persona, señaló Jokin de Irala, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública e investigador del proyecto Educación de la afectividad y de la sexualidad humana del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra. “Podemos ayudarles en su camino de crecimiento. El primer paso es que se sientan sinceramente acogidos, queridos, por quienes les acompañamos”.

La profesora Nieves González Rico, directora académica del Instituto “Desarrollo y Persona” de la Universidad Francisco de Vitoria, quiso contextualizar desde el principio el marco del que estaban hablando: “Necesitamos escuchar bien, acoger verdaderamente las situaciones reales que estamos abordando en los centros educativos en los que trabajamos. Cada día sabemos que son más numerosos los alumnos que no crecen un marco de estabilidad familiar. Dos de cada tres niños nacen fuera del matrimonio, y seis de cada diez matrimonios constituidos en España, se rompen. Hay mucho sufrimiento en el seno de los hogares, y muchas heridas afectivas reales”.

A continuación, la experta de la Francisco de Vitoria lanzó otro mensaje de acompañamiento: “La familia es una realidad generadora de sociedad, de cultura, que precisa ser acompañada para poder llevar adelante esta gran misión que tiene de transmisión de significado, en el fondo, a los hijos. Sobre todo en los momentos que está atravesando, de dificultad, soledad, abandono, necesita ser especialmente acompañada”.

Un tercer aspecto nuclear de coincidencia fue que los primeros y fundamentales formadores son los padres, pero que luego está la escuela, los docentes. “Nuestra misión es formar formadores que anuncien la grandeza y belleza de la sexualidad, pero los primeros y fundamentales formadores son los padres, y a ellos nos dirigimos”, señaló Nieves González Rico. Y luego, a su juicio, “los docentes tenemos una labor fundamental para poder abordar con sencillez y también con naturalidad estos temas, que tienen que ver con la identidad personal: yo, ¿quién soy?, que va unida a otra pregunta: yo, ¿para quién soy?, la vocación, que es la vocación familiar en la vida adulta, que es esponsal, y la vocación también profesional, que estamos trabajando por construir un bien común”.

“Si no contestamos, otros lo harán”

El catedrático Jokin de Irala abordó de entrada la necesidad de una educación sexual, y manifestó en su planteamiento inicial: “La educación sexual sí es necesaria. Los padres son los educadores primordiales, pero son importantes otros educadores, por ejemplo, los centros educativos, que ayudan”, señaló. Y añadió con claridad:La educación afectivo sexual es preparación para el amor. Por lo tanto, no hay edad para hacer esto. Si fuera hablar de la relación sexual, sí habría edades. Y esto tiene dos grandes apartados: la educación del carácter, donde se hace mucho trabajo en educación primaria. Y luego, vienen otros aspectos, más biológicos, que comenzarían en la secundaria”.

Se preguntó también el experto de Navarra “si la educación sexual puede ser perjudicial”. Esta fue su respuesta: “Sí, cuando no está integrada, cuando no está en su contexto de edad, cuando no hay valores detrás, cuando no hay preparación para el amor. No es perjudicial cuando sí está integrada. Y además puede proteger de la incitación de otros mensajes. Cuando busca crecer en habilidades para ser amado y amar”.

Siguiendo con la argumentación, el profesor De Irala subrayó que si no hacemos esta tarea, otros la harán. “No perdamos de vista que si no hacemos nuestro trabajo, tengamos la seguridad de que otros sí están haciendo su trabajo: en redes, internet, gobiernos, Netflix, etc. Hay una actuación continua sobre los jóvenes. En cambio, si nosotros hacemos nuestro trabajo, los jóvenes van a poder elegir entre lo que ven en internet y lo que les estás transmitiendo”.

Opciones en colegios públicos franceses

El catedrático expuso un caso real relativo a esta cuestión educativa en Francia porque, aseguró, “los centros escolares van a ser importantes en este paradigma. En algunos colegios públicos en Francia los padres se reunían para decidir quiénes iban a hablar de afectividad y sexualidad a sus hijos. Y en un colegio público podían salir tres grupos de padres. Pues bien, se daban tres programas de educación sexual paralelamente. Podemos pensar que no es la situación ideal, pero desde luego prefiero eso a que lo que se dé sea lo que haya decidido el gobierno de turno. Por lo menos así los padres podían decidir quiénes iban a hablar a sus hijos de ciertos temas”.

A la hora de hablar a nuestros hijos de estos temas, señaló el doctor De Irala, es importante “integrar la información en cuatro aspectos: “información biológica, educar para el amor humano, educar en el estilo de vida y actitudes saludables, y apertura a la trascendencia”. Son cuatro oportunidades o dimensiones que conviene tener en cuenta en los diálogos.

Pasar de la teoría a la práctica

Otro aspecto importante es el que se podría denominarse “empoderamiento, y que llamaremos saber hacer. Es decir, pueden saber la teoría, pero no la práctica. Cuando hablo a jóvenes en los colegios me gusta mostrarles que se saben la teoría, pero no la práctica”, añade Jokin de Irala.

Y el profesor puso el siguiente ejemplo de una sesión en un centro educativo: “una chica ve que el guaperas de la ciudad quiere bailar contigo; miras alrededor, las amigas le animan, o sea, adelante. Comienza a bailar con él, y el chico empieza a hacer cosas que no le gustan. ¿Cómo salir de esa situación de manera airosa, sin hacer el ridículo?

Algunas respuestas fueron: me voy corriendo de la discoteca, pero puede no ser la mejor opción si al día siguiente hay que dar explicaciones; o es posible que sí lo fuera. En todo caso, el hecho de haber pensado en eso, cuando les ocurra una situación parecida, actúan y reaccionan mucho más fácilmente. Con alumnos universitarios también se puede hacer, para que no lleguen los bloqueos. El entrenamiento del saber hacer es muy importante”, comenta este catedrático, que está casado y tiene cinco hijos.

Información precisa, verdadera y suficiente

En los talleres con padres del catedrático, uno de los criterios que ofrece es: “mejor una hora antes que cinco minutos tarde. Y si le dicen: tengo miedo de adelantarme, responde: mejor adelantarse antes de llegar tarde”.

“Se trata de educar y formar además de informar. Lo que hace la educación sexual zoológica, veterinaria, lo que algunos llaman la fontanería sexual, es hablar del cómo, pero hay que hablar del por qué. La información ha de ser precisa, verdadera y suficiente”. Y elprofesor puso un ejemplo para ilustrar cada uno de estos conceptos.

“Precisa: Una madre le comentó en una ocasión: “yo le he dicho a mi hijo que ha nacido de mi ombligo. ¿He hecho bien, doctor? Le miro y le pregunto: ¿pero su hijo ha salido de su ombligo? Me responde. No. Pues no me parece buena idea. Su hijo va a acabar diciendo que su madre no sabe nada de estos temas y acabará preguntando a sus amigos.

Suficiente: si preguntan por dónde salen los hijos, diles por dónde salen, y no necesariamente cómo entró.

Verdadera: según el grado de desarrollo de personal y progresivo, con una visión positiva del amor y de la sexualidad. Mi consejo es formar en la responsabilidad, desde la libertad. Promover actitudes y comportamientos. Basado en el diálogo y respetando la propia intimidad”.

Acceso precoz a las tecnologías

Cuántas veces hemos visto chicos muy jóvenes, realmente niños, con artilugios electrónicos, incluso teléfonos móviles. Desde el principio de su intervención, la profesora Nieves González Rico manifestó: “sabemos que nuestros alumnos acceden de forma muy precoz a las tecnologías, que el consumo de pornografía les toca precozmente, que se les ofrecen relaciones sexuales desvinculadas de los afectos, incluso se les facilitan a través de los plataformas que tienen en sus manos”.

“Y emergen nuevas preguntas que son existenciales, y que tiene que ver con la afectividad, con la sexualidad, por ese clima cultural que nos rodea. Porque nuestros niños de 5 a 11 años están dos horas delante de las pantallas, y a partir de los 11 años podemos subir a 3, 4 y hasta 5 horas diarias. A través de estas pantallas se están ofreciendo respuestas que están vinculadas a una nueva antropología”, alertó la directora del Instituto Desarrollo y Persona de la Universidad Francisco de Vitoria, cuyos materiales pueden consultar aquí.

Algunos de los mensajes finales de Nieves González-Rico, que dirige desde hace años el Centro de Orientación Familiar de la Archidiócesis de Valladolid, fueron: “Educar es amar. Acoge y valora. Abre una pregunta inteligente, ¿Por qué crees que…? ¿Qué puedes hacer con…? Escucha hasta en el silencio. Confía y sana en el amor”.

Vaticano

«La Trinidad nos hace contemplar el misterio de amor del que procedemos»

Desde la plaza de san Pedro el Papa Francisco ha reflexionado sobre el misterio de amor que nos muestra la contemplación de la Santísima Trinidad.

David Fernández Alonso·30 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco ha retomado, tras la semana pasada haber terminado el tiempo de Pascua, el rezo del Angelus desde la ventana del Palacio Apostólico, ante los fieles de la Plaza de San Pedro.

«Hoy celebramos la Santísima Trinidad», ha comenzado el Santo Padre, «el misterio del único Dios en tres Personas: Padre e Hijo y Espíritu Santo. Es un misterio inmenso, que supera la capacidad de nuestra mente, pero que habla a nuestro corazón, porque lo encontramos encerrado en aquella frase de San Juan que resume toda la Revelación: «Dios es amor» (1 Jn 4,8.16). En cuanto amor, Dios, aunque es uno y único, no es soledad sino comunión. El amor, en efecto, es esencialmente don de sí mismo, y en su realidad originaria e infinita es Padre que se da generando al Hijo, que a su vez se da al Padre, y su amor mutuo es el Espíritu Santo, vínculo de su unidad».

«Este misterio de la Trinidad nos fue desvelado por el mismo Jesús», aseguró el Papa. «Él nos hizo conocer el rostro de Dios como Padre misericordioso; se presentó a sí mismo, verdadero hombre, como Hijo de Dios y Palabra del Padre; habló del Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo, Espíritu de la Verdad, Espíritu Paráclito, es decir, nuestro Consolador y Abogado. Y cuando se apareció a los apóstoles después de la Resurrección, Jesús los mandó a evangelizar «a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28,19). Por eso, la misión de la Iglesia y, en ella, de todos nosotros, discípulos de Cristo, es hacer que cada hombre y cada mujer puedan «sumergirse» en el amor de Dios y recibir así la salvación, la vida eterna».

La fiesta de hoy, pues, «nos hace contemplar este maravilloso misterio de amor y luz del que procedemos y hacia el cual se orienta nuestro camino terrenal. Al mismo tiempo, nos invita a fortalecer nuestra comunión con Dios y con los hermanos, bebiendo de la fuente de la Comunión Trinitaria. Pensemos en la última gran oración de Jesús, elevada al Padre inmediatamente antes de su Pasión. Al final de esa oración -como un testamento espiritual- en el corazón de Cristo brota una súplica que expresa la voluntad del Padre. Escuchemos de nuevo las palabras de Jesús recogidas en el Evangelio de Juan: «Para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado»(17,21)».

«En el anuncio del Evangelio y en toda forma de misión cristiana, no se puede prescindir de esta unidad invocada por Jesús; la belleza del Evangelio requiere ser vivida y testimoniada en la concordia entre nosotros, que somos tan diferentes».

Reflexionando sobre la actitud de los discípulos de Cristo, Francisco aseguró que «de los discípulos de Cristo se debería poder decir siempre: «¡Son tan diferentes y, sin embargo, mira cómo se aman!». Y no sólo entre ellos, sino a todos, más aun, especialmente a las personas que encuentran como «extrañas» en el camino, heridas, ignoradas, despreciadas. El signo vivo del Dios Trinidad es el amor recíproco y hacia todos; compartir las alegrías y las penas; no imponerse a los demás, sino cooperar los unos con los otros; la valentía y la humildad para pedir perdón y para darlo; valorar los diferentes carismas que el Espíritu distribuye para la edificación común. Así crecen comunidades eclesiales que evangelizan no tanto con las palabras, sino con la fuerza del amor de Dios que habita en nosotros por el don del Espíritu Santo».

Argumentos

Apuntes para reflexionar y argumentar sobre la ley de eutanasia

El autor, sacerdote, médico y doctor en Teología Moral realiza un amplio y documentado recorrido acerca de las elementos que confluyen en la realidad de la eutanasia y las razones que basan la postura contraria a la eliminación de la vida.  

Juan Carlos García Vicente·30 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 22 minutos

La eutanasia es un problema realmente complejo: tiene elementos legales, sociales, médicos, antropológicos, morales, económicos, incluso religiosos, etc. Su estudio admite múltiples puntos de vista, cada uno con sus pros y sus contras. Actualmente en España se desea que las leyes consagren la voluntad de un sujeto para poner fin a la propia vida con ayuda médica. Con estos apuntes pretendo, de manera modesta, afrontar algunas líneas-guía principales en cada aspecto subrayado: el papel de las leyes, el papel de la voluntad del sujeto, el papel que se le encomienda a los médicos. Los ofrezco a quien puedan resultarle útiles.

Estas líneas pueden servir para reflexionar y para argumentar sobre este problema, o bien servir de base para una sesión informativa o para un debate. Deliberadamente dejo a un lado, en estos apuntes, otras consideraciones: si se ha escuchado a las instituciones profesionales y a la sociedad civil, si se ha permitido abrir un debate social sobre la cuestión, si tal ley era oportuna en estos momentos de pandemia, si había un interés político o económico detrás, la propuesta de los cuidados paliativos, etc.

El esquema que seguirán estas notas es el siguiente:

  1. Las razones a favor de la eutanasia.
  2. La ley sobre eutanasia aprobada en el Parlamento español.
  3. Acerca de la voluntad del paciente.
  4. Acerca del papel que la ley asigna a los médicos.
  5. La postura católica acerca de la eutanasia.

1. Las razones a favor de la eutanasia

A veces se pueden caricaturizar con cierta ligereza las razones que dan los partidarios de la eutanasia. O se les tilda de “ideológicos”, olvidando que encontramos personas favorables a la eutanasia en todo el espectro social y político, desde los más liberales a los más conservadores, ricos o pobres, intelectuales o no, de nuestra sociedad. No es tiempo perdido conocer con algún detalle sus posturas, porque valorar a quien es distinto o piensa de modo diverso es una actitud que denota libertad interior y apertura de miras.

¿Por qué se sostiene que las leyes deben reconocer como un derecho la voluntad de alguien de terminar con su vida, recibiendo ayuda médica para ello?

En primer término, se señala, porque da la posibilidad de terminar con el dolor y el sufrimiento, tanto al paciente como a sus familias. Las personas tienen derecho a decidir sobre su vida, cada uno ha de ser libre de decidir lo que quiere hacer con su vida y cuándo ponerle fin. Y esta ley permite que sea uno mismo quien decida. Dejar a las personas ser libres es no obligarlas a someterse al propio criterio. Mantener a alguien sufriendo, negarle la paz, es como una tortura y un acto de crueldad incomprensible, irracional, injusto.

Si las demandas de los pacientes, de la sociedad, incluso de muchos médicos, han experimentado un cambio de sensibilidad hacia la petición voluntaria de morir, es necesario disponer de leyes que lo regulen con garantías. Es una exigencia del pluralismo. Donde nace una necesidad, surge un derecho. Quienes apoyan esta ley están a favor de la dignidad y de la libertad. Esta ley nos hace avanzar en nuestra libertad y ofrecerá suficientes garantías para que el procedimiento respete esa libertad individual. Beneficiaría a todos los que la solicitaran, y no obligaría a nadie a nada. Ni siquiera a los médicos, pues la propia ley recoge el derecho a la objeción de conciencia.

Desde luego, ojalá nadie tenga que tomar estas decisiones. Pero la realidad es que hay centenares de personas que sí quieren tomarla: llevan años viviendo con intolerables sufrimientos o en situaciones de un deterioro irreversible de su vida. Y no podemos imponer nuestras creencias ni nuestras decisiones a otros, sino respetar las convicciones individuales acerca del momento mejor para poner fin a la propia vida. Quienes quieran seguir viviendo en situaciones penosas lo van a poder seguir haciendo como hasta ahora. Pero quienes libremente quieran, en esas situaciones, poner fin a sus sufrimientos, gracias a esta ley lo podrán hacer. Nadie pierde derechos, y todos avanzamos un poco en nuestra libertad.

2. La ley sobre eutanasia aprobada en el Parlamento español

Es una ley injusta, al menos por dos razones:

a) porque legisla en contra de la protección de un Derecho fundamental, el derecho a la vida. Esa expresión técnica (“derecho fundamental”) se usa para referirse a los bienes básicos que deben ser respetados en cada ser humano por el mero hecho de ser “humano”. No son derechos “dispositivos”. Otros derechos fundamentales son, por ejemplo, el derecho a la educación, a la integridad física, a la vida privada, a la libertad de pensamiento, etc. No son creación de un ordenamiento jurídico o político: son bienes básicos esenciales para el desarrollo de cada persona. Se les suele describir con algunas notas características: son derechos universales, absolutos (es decir, “sin condiciones” de sexo, edad, etc.), inalienables (no se pueden vender o ceder a un tercero), irrenunciables (particularmente claro en el derecho a la vida, el primero de todos los derechos fundamentales ya que es el generador de cualquier otro derecho posible).

b) porque permite cometer graves injusticias al amparo de la ley misma. Muchos juristas, incluso partidarios de la eutanasia, han hecho notar que, técnicamente, la presente ley abre la puerta a cometer injusticias mayores que las que quiere evitar: asesinato por interés, falsificación del documento de voluntades previas, aplicar la muerte en contra de la voluntad del sujeto, eliminación de la garantía judicial en el procedimiento, etc. En el fondo, el problema básicamente estriba en que no es el paciente quien decide. Los mecanismos que esta ley establece son jurídicamente insuficientes para evitar abusos, y caben aplicaciones injustas. Una injusticia de especial gravedad porque es imposible de reparar, ya que la muerte acaecida es irreversible: no se puede devolver la vida a alguien que se ha matado “por error”, o por mala fe.

Algunas objeciones más notables que los juristas han hecho a esta ley son:

1) En la presente ley, el juez (la garantía y tutela judicial) no aparece en ningún momento, por ningún lado. Los “controles” que la ley establece son meramente administrativos, en un tema de importancia capital por tratarse de un Derecho fundamental (basta pensar que la inviolabilidad del domicilio, el levantamiento del cadáver, el registro corporal, el ingreso no voluntario en una institución psiquiátrica, etc., son situaciones que requieren la acción judicial).

2) Respecto a la capacidad de obrar del paciente que solicita la eutanasia (la capacidad jurídica que tiene una persona para, en pleno uso de sus facultades mentales, actuar voluntariamente), la ley introduce una preocupante novedad, al establecer como “Situación de incapacidad de hecho”: situación en la que el paciente carece de entendimiento y voluntad suficientes para regirse de forma autónoma, plena y efectiva por sí mismo, con independencia de que existan o se hayan adoptado medidas de apoyo para el ejercicio de su capacidad jurídica (vid. artículo 3, apartado h). Según esto, un representante del paciente o un médico, es decir un tercero, puede solicitar la muerte si considera, sin tutela judicial alguna, que es un incapaz.

3) La ley establece que la prestación de ayuda para morir podrá llevarse a cabo según dos modalidades. Una de ellas es “la administración directa al paciente de una sustancia por parte del profesional sanitario competente” (vid. artículo 3, apartado g-1). Esto es una despenalización del homicidio, en contra del Código Penal. Entre el momento de solicitar la eutanasia y su aplicación transcurre un tiempo durante el cual el sujeto podría querer revocar esa decisión, o posponerla un poco. Aunque la ley recoge el derecho del paciente a revocar la decisión o posponerla (véase art. 6.3), hay que tener en cuenta que si el médico, o un tercero, considerasen que en ese momento el paciente ya no es “plenamente consciente” o es “incapaz de hecho” para manifestar su voluntad contraria, o sencillamente el paciente ha perdido la capacidad física para comunicarse, se le podría aplicar una eutanasia contra su voluntad. ¿Quién certifica que, en el momento en el que se le va a aplicar la muerte, esa persona quiere que se le aplique?: no existe ninguna vigilancia judicial de protección al paciente.

4) El art. 5.1 establece los requisitos para recibir la prestación de ayuda para morir. Lo preocupante es que a renglón seguido (Art. 5.2) la ley establece que “no será de aplicación lo previsto en las letras b), c) y e) del apartado anterior en aquellos casos en los que el médico responsable certifique que el paciente no se encuentra en el pleno uso de sus facultades ni puede prestar su conformidad libre, voluntaria y consciente para realizar las solicitudes, cumpla lo previsto en el apartado 1.d), y haya suscrito con anterioridad un documento de instrucciones previas, testamento vital, voluntades anticipadas o documentos equivalentes legalmente reconocidos, en cuyo caso se podrá facilitar la prestación de ayuda para morir conforme a lo dispuesto en dicho documento”. En ese mismo art. se precisa que la valoración de la situación de incapacidad de hecho la efectuará el médico responsable del paciente. En el procedimiento de incapacitación, para considerar si una persona está capacitada o no para decidir sobre su propia vida, no aparece el juez por ningún lado.

5) Entre los requisitos para recibir la prestación de ayuda para morir, se determina (véase art. 5.1.c) que “si el médico responsable considera que la pérdida de la capacidad de la persona solicitante para otorgar el consentimiento informado es inminente, podrá aceptar cualquier periodo menor que considere apropiado (se ha hablado previamente de que ha de haber 2 solicitudes escritas de eutanasia separadas por un plazo de 15 días) en función de las circunstancias clínicas concurrentes, de las que deberá dejar constancia en la historia clínica”. Préstese atención en varias cosas:

  • que el criterio acerca de la capacidad lo establece el médico. En una cuestión tan seria como la capacidad jurídica, se le da esa facultad a un médico;
  • que si el médico considera que se debe saltar el procedimiento de las dos solicitudes anteriores, atendiendo por ejemplo al criterio de que en pocos días el paciente va a perder su capacidad de obrar, puede saltarse el protocolo.

6) Al establecer los requisitos que debe cumplir la solicitud de ayuda para morir, se señala (véase art. 6.4) que, una vez determinada la incapacidad de hecho, “la solicitud de prestación de ayuda para morir podrá ser presentada al médico responsable por otra persona mayor de edad y plenamente capaz, acompañándolo del documento de instrucciones previas, testamento vital, voluntades anticipadas o documentos equivalentes legalmente reconocidos, suscritos previamente por el paciente. En caso de que no exista ninguna persona que pueda presentar la solicitud en nombre del paciente, el médico que lo trata podrá presentar la solicitud de eutanasia”. No es solo que la familia pueda quedar al margen de la decisión, sino que como se señala después (véase art. 9) el médico “está obligado a aplicar lo previsto en las instrucciones previas o documento equivalente”: un documento que le puede llegar (quizá falsificado) al médico en cualquier momento de la evolución clínica, una vez el paciente sea estimado “incapaz de hecho”.

7) Una vez realizada la eutanasia, el médico responsable deberá presentar ante una Comisión de Control ciertos documentos. El tenor de la norma abre la posibilidad de que, aunque el paciente no haya solicitado por escrito la eutanasia, alguien “en nombre del paciente” pueda solicitarla (véase art. 12, apartado a-4: “Si la persona solicitante disponía de un documento de instrucciones previas o documento equivalente y en él se señalaba a un representante, nombre completo del mismo. En caso contrario, nombre completo de la persona que presentó la solicitud en nombre del paciente en situación de incapacidad de hecho”).

8) Finalmente, causa mucha preocupación que la Disposición adicional primera. Sobre la consideración legal de la muerte, establezca que “La muerte como consecuencia de la prestación de ayuda para morir tendrá la consideración legal de muerte natural a todos los efectos, independientemente de la codificación realizada en la misma”. Es decir, cuando a un juez o a un familiar le llegue el certificado de la muerte, leerá muerte natural, cortando el paso a que se pueda abrir una demanda por la sospecha de que, por ejemplo, no se hayan cumplido todas las garantías.

Ante una ley cualquiera, los estudiosos del Derecho suelen preguntarse cuál es la intención de la ley misma. Muchos temen que la intención de fondo sea más bien económica, como un medio más de asegurar el estado de bienestar (la sostenibilidad de las pensiones, etc.). Y que la ley de una muerte digna esté disfrazando realmente, bajo ese nombre, un procedimiento para poner fin a lo que se considera una vida inútil.

3. Acerca de la voluntad del paciente

Muchos estudiosos del Derecho y de la Medicina han señalado que evaluar la verdadera autonomía de alguien que manifesta su voluntad de morir es de las cuestiones más difíciles.

Desde el Derecho se hace observar que el consentimiento libre y voluntario del sujeto puede viciarse muy fácilmente: puede sufrir coacciones por parte de la familia, de los cuidadores, del médico; de personas interesadas en cobrar seguros de vida; o por la Administración (en un paciente que esté a cargo de la Administración sanitaria solamente), etc. Cuando la situación de la persona enferma supone una importante carga familiar, objetiva o subjetiva, la opción de elegir la eutanasia se convierte en una coacción moral sobre la conciencia de la persona que se siente un estorbo.

Desde la Medicina los especialistas (psiquiatras, paliativistas, intensivistas, neurólogos, etc.) han hecho notar importantes objeciones sobre la libertad del paciente cuando expresa su “voluntad de morir”. Veamos algunas:

  • Sólo desde la libertad se pueden tomar decisiones acordes con el pensamiento y el propio modo de vivir. Los trastornos que influyan en la misma ocasionarán, en mayor o menor medida, una decisión tomada desde la patología, en la que ésta carece de un elemento fundamental: la libertad. Pero precisamente cuando existen trastornos mentales, la libertad está seriamente comprometida, pudiendo llegar a anularse de forma transitoria o definitiva la capacidad de decidir: y este es un elemento esencial (la libertad o autonomía de la voluntad del paciente para manifestar su voluntad expresa de morir) para atender o no la petición de ayuda para morir.
  • Algunas patologías pueden comprometer las funciones psíquicas esenciales (la conciencia, el pensamiento, la sensopercepción, la vivencia del yo o la afectividad) para tomar decisiones relevantes. La integridad de estas funciones es condición sine qua non para asumir que una decisión está libremente tomada y se ajusta a la verdadera voluntad de la persona y no a la voluntad patológicamente determinada. Por ello, las personas que padezcan descompensación psicopatológica en el momento de tomar decisiones que afecten a su futuro, previamente deben ser apoyadas con el fin de restaurar su libertad y, en definitiva, su capacidad de tomar decisiones. Especialmente si fuesen decisiones en contra de sus propios intereses y que son irreversibles.
  • Los trastornos mentales más severos de por sí colocan a esos pacientes en situaciones de especial vulnerabilidad, al llevar asociados problemas de esperanza de vida, acceso a la vivienda, al empleo, a la atención sanitaria especializada, etc.: es importante garantizar que estas carencias remediables no contribuyan al deseo de morir.
  • Es bien conocido que el deseo de morir forma parte de la sintomatología habitual de varios trastornos mentales, especialmente de los trastornos depresivos, aunque también de la esquizofrenia, las adicciones y los trastornos graves de personalidad, entre otros. De hecho, el suicidio es una preocupación de salud pública a nivel global -la incidencia de suicidios consumados en pacientes con trastornos mentales es muy alta, siendo una de las principales causas de muerte en personas de 15 a 34 años-. La opinión científica es unánime al relacionar la mayoría de los suicidios consumados con la presencia de enfermedades mentales, incluso aceptando que el deseo de morir no resulta siempre de la manifestación de una enfermedad mental.
  • La presencia de depresión es una preocupación especial en las solicitudes de eutanasia porque puede afectar la competencia de los pacientes, particularmente en la ponderación relativa que dan a los aspectos positivos y negativos de su situación y posibles resultados futuros. La depresión es una enfermedad para la que existen tratamientos y es potencialmente reversible. Los pacientes con depresión pueden ser considerados como una población vulnerable en este contexto, ya que su solicitud de muerte puede ser debida a la presencia de esta; y la respuesta correcta es el tratamiento de la depresión, en lugar de la asistencia en la muerte.
  • Es indudable que algunos trastornos mentales son causa de enorme sufrimiento y el grado de afectación que generan se infiere fácilmente, tanto de la experiencia social y profesional con pacientes psiquiátricos, como de las cifras de suicidio atribuibles a trastornos psiquiátricos. No puede dejar de señalarse la similitud de la desesperanza y el deseo de morir con la sintomatología propia de las depresiones y con el contexto clínico del suicidio. La vulnerabilidad no debe utilizarse para discriminar el acceso a la ayuda a morir ni a ningún otro derecho legal, pero no puede obviarse la presencia de elementos ajenos a la persona en la toma de decisión, más aún cuando se trata de un hecho irreversible. En sociedades en las que la prevención del suicidio se considera una responsabilidad global, y la disminución de las cifras anuales un objetivo común, no puede soslayarse la incongruencia de plantear la ayuda a morir en personas que sufren trastornos que tienen entre sus propios síntomas, formando parte de la patología, la ideación suicida y el deseo de morir.
  • Existen numerosos estudios sobre el “deseo de morir” que presentan los pacientes oncológicos o en situación terminal en algún momento de su evolución clínica. Las investigaciones ponen de manifiesto que esa situación anímica tiene un significado bien distinto al de una “voluntad efectiva de que les quiten la vida”.

4. Acerca del papel que la ley asigna a los médicos

En primer lugar es necesario hacer referencia a las Declaraciones oficiales que han escrito variadas corporaciones médicas. Es unánime el rechazo tajante a la colaboración perversa que se pide a los médicos para causar la muerte a un paciente. De acuerdo con la deontología profesional del médico, la eutanasia y la ayuda médica al suicidio son incompatibles con la ética médica.

  • La Asociación Médica Mundial, en octubre del 2019, publica una Declaración en la que manifiesta su “firme oposición a la eutanasia y al suicidio con ayuda médica; ningún médico debe ser obligado a participar en eutanasia o suicidio con ayuda médica, ni tampoco debe ser obligado a derivar un paciente con este objetivo”.
  • El Consejo General de Colegios oficiales de Médicos en España (la Organización Médica Colegial), hizo público en mayo del 2018 su “Posicionamiento ante la eutanasia y el suicidio asistido”, donde establece, en coherencia con el Código de Deontología Médica, que el médico nunca provocará intencionadamente la muerte de ningún paciente ni siquiera en caso de petición expresa por parte de éste.
  • Y más recientemente el Comité de Bioética de España (organismo consultor dependiente del Ministerio de Sanidad) dio a conocer su Informe, publicado en octubre del 2020, en cuyo capítulo 6 (titulado Eutanasia y profesionalismo médico) señalaba que “desde el punto de vista estrictamente médico […] la eutanasia supone una transformación que hay que poner de manifiesto. Mediante su descripción como un derecho que se ejerce en el seno de la actividad médica, es la propia actividad médica la que queda transformada, pues en algunos casos descritos por la ley el homicidio médico se convierte en la acción protocolizada. […] Con la eutanasia el profesional de la Medicina adquiere un nuevo poder, aunque sea no buscado. Posee un poder de muerte sobre el paciente, que ciertamente se abre según la voluntad de éste y las circunstancias previstas en la ley. El cambio que se produce es el homicidio intencional por parte del médico como una obligación jurídica que trascenderá a la lex artis”.
  • También son de especial interés las Declaraciones publicadas por la Sociedad Española de Psiquiatría, por la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, o la Declaración oficial conjunta de los Colegios de Farmacéuticos, Odontólogos y Médicos de Madrid.

¿Qué significa para la Medicina que el médico deba provocar la muerte o colaborar en el suicidio de su paciente, si este se lo pide? En síntesis se podría decir que trae consigo la degeneración de la Medicina, porque convierte la Medicina en otra cosa:

  • La perversión de la relación médico-paciente. La asistencia al suicidio no es una tarea que surja de la responsabilidad profesional de un médico, ya que es importante que los pacientes gravemente enfermos puedan considerar a su médico como una persona confiable, con quien pueden hablar, incluso si están luchando con el deseo de una muerte prematura. Dentro del espacio protegido de la relación médico paciente, cada paciente debe poder confiar en una discusión leal sobre los pensamientos e intenciones suicidas, y en el asesoramiento y apoyo orientados hacia la vida por parte del médico. Rechazar la asistencia al suicidio permite a los médicos preservar el significado ético deontológico de su profesión y les permite a los pacientes mantener una confianza más sólida en sus médicos.
  • La abolición del ethos médico, porque destruye la vocación médica, las cualidades básicas de la profesión: cuidar y acompañar al paciente hasta el final, hacer prevención del sufrimiento, la fidelidad al paciente, el respeto de su dignidad, la confraternidad profesional, la justicia igual con todos. El médico es la persona en quien se confía justo en el momento en que la enfermedad y el sufrimiento minan las fuerzas espirituales y corporales y ponen en peligro la vida. A un médico no se le puede pedir que juzgue ni que decida quién debe vivir y quién debe morir. La confianza que el enfermo le concede se basa en el presupuesto tanto de su profesionalidad como de la inequívoca actitud a favor de la vida que se espera de él.
  • Una visión justa de la realidad nos revela que el médico, en cuanto agente moral, no es un “ser superior”. Es un ser humano, con virtudes y debilidades, ideales y defectos. Puede estar a veces muy cansado, fastidiado por sus fracasos, o demasiado conmovido por el sufrimiento de sus pacientes. Por fatiga emocional o compasión irreflexiva, el médico puede sentir la tentación de anticipar la muerte de un paciente, en especial cuando éste se lo pide. Si entonces cediera, cometería un homicidio. La prohibición absoluta de dar muerte a sus pacientes, presente desde Hipócrates en la ética profesional, ha sido el motor moral y la salvación humana del médico y la medicina.
  • El médico se erige en apoderado de los pacientes incapaces. El médico que acepta la “solución” eutanásica para algunos de sus pacientes, se convierte, por razones de coherencia moral, en dueño de la vida de los crónicamente incapaces (deficientes profundos, comatosos permanentes, dementes seniles, etc.).
  • Las experiencias obtenidas en Bélgica y Holanda están demostrando que los límites marcados en un principio por la ley, son pronto borrados por la práctica de los médicos. Cuando la eutanasia adquiere carta de naturaleza en las conciencias, de las personas o de las sociedades, como algo moralmente aceptable o incluso bueno, la eutanasia se vuelve difusiva, y de hecho incontrolable legalmente.
  • Una razón más, digna de prestarle atención, es que la eutanasia daña profundamente la investigación biomédica, en concreto a la que se dirige a tratar la enfermedad avanzada y terminal. Pero también a la que busca la solución de las enfermedades tenidas hoy por incurables, sobre todo si los investigadores no descubren perspectivas halagüeñas de rápidos avances. La “muerte dulce” puede robar incentivos a la investigación de los mecanismos del envejecimiento cerebral, de la rehabilitación de la demencia, de la enfermedad cancerosa avanzada, de la corrección de las malformaciones múltiples, de muchas y graves enfermedades genéticas. Llevan mucha razón los que sostienen que la eutanasia empobrecerá el trabajo y la ciencia de los médicos.

¿Qué significa para la Medicina que el médico deba provocar la muerte o colaborar en el suicidio de su paciente, si este se lo pide? La degeneración de la Medicina, porque convierte la Medicina en otra cosa

Juan Carlos García Vicente

5. La postura católica acerca de la eutanasia

En todo lo anterior no se ha hecho referencia alguna a las convicciones religiosas. Pero ciertamente la idea que un creyente recibe de los convencimientos religiosos propios sobre el origen y el destino del hombre le lleva a reaccionar con inquietud ante cualquier intento de legalización de esta práctica. El creyente recibe con un sentido de seguridad y de alivio la persuasión de que solo el Dios de la vida es el Señor que domina la muerte. La llegada a esta vida y el final de la misma son acontecimientos demasiado importantes y misteriosos para que ninguna autoridad humana pueda entrometerse.

Los principales documentos oficiales de la Iglesia católica sobre la eutanasia son la Declaración Iura et bona, y la Carta Samaritanus bonus, publicadas ambas por la Congregación de la Doctrina de la Fe en los años 1980 y 2020 respectivamente. A estos documentos debe añadirse el rechazo a la eutanasia formulado por san Juan Pablo II en su Encíclica Evangelium vitae n. 65, con palabras especialmente solemnes: “De acuerdo con el Magisterio de mis predecesores y en comunión con los obispos de la Iglesia católica, confirmo que la eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios, en cuanto eliminación deliberada, moralmente inaceptable, de una persona humana”.

Ambos documentos, aun a distancia de 40 años entre sí, recogen un breve compendio de la moral católica sobre la enfermedad y la muerte. Su lectura pone de manifiesto que el magisterio se daba cuenta de la evolución en curso de las cosas, tanto en lo relativo a la eutanasia como en lo relativo a las nuevas terapias que permitían salvar vidas o prolongarlas casi indefinidamente.

En la declaración Iura et bona se tienen en cuenta y se refutan los dos postulados antropológicos en que se basan la eutanasia voluntaria y el suicidio asistido; por un lado, la idea de que, en algunas circunstancias, morir es un bien y vivir un mal; por otro lado, la pretensión de que el hombre tiene el derecho a elegir el procurarse o procurar a otros la muerte. Este documento, además, niega que el dolor sea un mal absoluto que se deba evitar a toda costa: es un acto obligado de caridad hacer lo posible para aliviar el sufrimiento de los enfermos, pero sin olvidar el significado positivo del sufrimiento voluntariamente aceptado y sostenido por la fe en Jesucristo.

La piedad y la beneficencia tienen mil maneras de expresarse. Pero entre ellas no hay lugar para el asesinato de un hermano que agoniza. La doctrina católica afirma que la vida es un don maravilloso y una tarea-deber confiada por Dios al hombre. Y que, precisamente por ser regalo y misión recibida del Señor, debe ser administrada y vivida hasta el fondo, encomendándonos siempre con confianza a los designios del amor divino, especialmente en los momentos de mayor dificultad. Por tanto, la moral católica ve en la eutanasia y el suicidio asistido un mal que se opone, no a unos principios dogmáticos abstractos, sino al propio bien del hombre, porque contradice su ser más íntimo y su vocación a la felicidad.

Cuando se está enfermo, confiarse a la divina providencia no elimina el deber personal de cuidarse y hacerse cuidar, ni impone la obligación de recurrir a todos los remedios posibles. Concretamente esa declaración señala estas precisiones:

  • a falta de otros remedios, es lícito recurrir, con el consentimiento del enfermo, a los medios puestos por la medicina más avanzada, aunque estén todavía en fase experimental y no estén exentos de algunos riesgos;
  • también es lícito interrumpir la aplicación de estos medios cuando los resultados no se corresponden con las esperanzas depositadas en ellos;
  • es siempre lícito contentarse con los medios normales que la medicina puede ofrecer;
  • ante la inminencia de una muerte inevitable, a pesar de los medios empleados, es lícito renunciar a tratamientos que solamente supondrían un alargamiento precario y penoso de la vida, pero sin interrumpir los cuidados normales que se deben dispensar a cualquier enfermo en estos casos.

Contra la cultura pro-eutanasia, el cristianismo denuncia las contradicciones y debilidades de posturas que no saben darse cuenta del drama de quien, enfermo y tal vez marginado por todos, no puede ya soportar la vida. El deseo de morir es no pocas veces el resultado de una situación inhumana e injusta, o de una condición patológica que se ha descuidado e incluso ignorado. No se puede negar que el dolor prolongado es insoportable, y otras razones de índole psicológica pueden nublar la mente hasta llevar a alguno a pensar que puede pedir legítimamente la muerte o procurarla a los demás. Pero, no obstante, asesinar a un enfermo es inadmisible.

La petición de morir difícilmente es el resultado de una verdadera elección. El que se encuentra en esas circunstancias tiene solo la experiencia de la deseperación o de la soledad actual, pero no tiene ninguna experiencia de la muerte: la muerte solo se puede imaginar, pero no se puede medir, y menos contar. Es el único asunto humano que no deja ninguna posibilidad de volver atrás. Paradójicamente no hay ningún momento en la vida en el que sea tan fundamental reavivar la esperanza, como cuando uno se encuentra cerca de la muerte: es el instante en que la historia vivida hasta entonces alcanza pleno sentido solo si permanece abierta la posibilidad de un futuro.

La Carta Samaritanus bonus recoge todo ese mismo sentir. Pero amplía el foco de atención, teniendo en cuenta los últimos 40 años de desarrollo de la medicina. Ya solo la lectura del índice de este documento da idea de los nuevos campos en salud y terapias en que la moral católica entiende que puede aportar una luz importante.

De un modo muy resumido podemos enuclear dos líneas-guía que aparecen en este documento:

  • Un concepto reiterado y clave es el de los cuidados (cuando no se puede curar, siempre es posible cuidar) y el acompañamiento al enfermo crónico sin esperanzas de curación, o en fase terminal de su enfermedad. La continuidad en la asistencia es un deber del médico, como un modo peculiar suyo de solidaridad con quien sufre.
  • Una atención muy particular al deber del médico de realizar una adaptación de las terapias a las posibilidades reales de mejoría del paciente, señalando la futilidad terapéutica como una praxis no solo médica sino éticamente inaceptable. Y el reconocimiento de la licitud de la sedación en el tramo final de la vida: “Para disminuir los dolores del enfermo, la terapia analgésica utiliza fármacos que pueden causar la supresión de la conciencia (sedación). […] La Iglesia afirma la licitud de la sedación como parte de los cuidados que se ofrecen al paciente, de tal manera que el final de la vida acontezca con la máxima paz posible y en las mejores condiciones interiores. Esto es verdad también en el caso de tratamientos que anticipan el momento de la muerte (sedación paliativa profunda en fase terminal), siempre, en la medida de lo posible, con el consentimiento informado del paciente” (Samaritanus bonus, n. 7).

Fuentes usadas para este trabajo, como referencias para los lectores interesados:

1) Un botón de muestra de la postura de los partidarios a la eutanasia puede verse:

2) La Ley vigente de eutanasia en España puede leerse en: https://www.boe.es/buscar/pdf/2021/BOE-A-2021-4628-consolidado.pdf

3) Se proponen las siguientes lecturas que arrojan luz de por qué es una ley injusta. Aunque no se refiera a la ley española que se está tramitando, sino en general, el análisis del Tribunal de Europeo de Derechos Humanos, del 31 de agosto del 2020, es excelente. Puede verse en: https://www.echr.coe.int/Documents/Guide_Art_2_ENG.pdf. También las páginas dedicadas a hacer un análisis jurídico de la eutanasia, del Informe del Comité de Bioética de España (organismo consultor dependiente del Ministerio de Sanidad) tienen extraordinario interés; puede verse en: http://assets.comitedebioetica.es/files/documentacion/Informe%20CBE%20final%20vida%20y%20la%20atencion%20en%20el%20proceso%20de%20morir.pdf.

4) Hay diversos estudios sobre las limitaciones técnicas de la actual ley de eutanasia, desde el punto de vista jurídico. Por citar un estudio más minucioso, entre tantos, referente a la técnica jurídica, puede verse: R. Gisbert, El gran peligro de la ley de eutanasia

(https://www.youtube.com/watch?v=21vp0TXhlaQ; durac. 37 min). Ese autor maneja el texto de proposición de ley aprobado en el Congreso, previo a su paso por el Senado y a la redacción de la ley actualmente en vigor. Pero las modificaciones recogidas en la ley ya vigente no tocan la sustancia de los análisis que hace R. Gisbert, que siguen siendo pertinentes. Otros estudios de calidad, ya más breves, pueden encontrarse en R. Navarro-Valls, La encrucijada sangrienta del derecho (https://blogs.elconfidencial.com/espana/tribuna/2020-10-20/encrucijada-sangrienta-derecho_2796332/); o también J.M. Torralba, Dignidad humana y autonomía personal en la nueva ley de eutanasia (https://www.elespanol.com/opinion/tribunas/20201017/dignidad-humana-autonomia-personal-nueva-ley-eutanasia/528817119_12.html).

5) Se propone una lectura, por su enorme interés para conocer las limitaciones de la voluntad del sujeto que expresa su deseo de morir, de la posición de la Sociedad Española de Psiquiatría, que puede encontrarse en: http://www.sepsiq.org/file/Grupos%20de%20trabajo/SEP-Posicionamiento%20Eutanasia%20y%20enfermedad%20mental-2021-02-03(1).pdf

6) Para el lector interesado, sobre todo médicos y personal sanitario, se señalan algunas investigaciones más recientes, acerca del “deseo de morir” que manifiestan algunos pacientes:

– Bellido-Pérez M, Monforte-Royo C, Tomás-Sábado J, Porta-Sales J, Balaguer A. Assessment of the wish to hasten death in patients with advanced disease: A systematic review of measurement instruments. Palliat Med. 2017 Jun;31(6):510-525. doi: 10.1177/0269216316669867. Epub 2016 Oct 22. PMID: 28124578; PMCID: PMC5405817. El artículo puede leerse en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5405817/

– Rodríguez-Prat A, van Leeuwen E. Assumptions and moral understanding of the wish to hasten death: a philosophical review of qualitative studies. Med Health Care Philos. 2018 Mar;21(1):63-75. doi: 10.1007/s11019-017-9785-y. PMID: 28669129. Un abstract del mismo puede verse en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28669129/

– Belar, Alazne & Arantzamendi, Maria & Santesteban, Yolanda & López-Fidalgo, Jesús & Martínez García, Marina & Gay, Marcos & Rullan, Maria & Olza, Inés & Breeze, Ruth & Centeno, Carlos. (2020). Cross-sectional survey of the wish to die among palliative patients in Spain: one phenomenon, different experiences. BMJ Supportive & Palliative Care. bmjspcare-2020. 10.1136/bmjspcare-2020-002234. El artículo puede descargarse en: https://www.researchgate.net/publication/342429857_Cross-sectional_survey_of_the_wish_to_die_among_palliative_patients_in_Spain_one_phenomenon_different_experiences

– Arantzamendi M, García-Rueda N, Carvajal A, Robinson CA. People With Advanced Cancer: The Process of Living Well With Awareness of Dying. Qual Health Res. 2020 Jul;30(8):1143-1155. doi: 10.1177/1049732318816298. Epub 2018 Dec 12. PMID: 30539681; PMCID: PMC7307002. El artículo puede leerse en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7307002/

7) La Declaración de la Asociación Médica Mundial, de octubre del 2019, puede verse en: https://www.wma.net/es/policies-post/declaracion-sobre-la-eutanasia-y-suicidio-con-ayuda-medica/

8) La Declaración del Consejo General de Colegios oficiales de Médicos en España (la Organización Médica Colegial), de mayo del 2018, puede verse en: https://www.cgcom.es/sites/default/files/u183/np_eutanasia_21_05_18.pdf. Una nueva Declaración de este Organismo fue necesaria tras la aprobación de la ley en el Congreso, señalando que la regulación de la eutanasia en España supone avalar por Ley que la eutanasia es un “acto médico”. Esto es contrario a nuestro Código de Deontología Médica y contradice los posicionamientos de la Asociación Médica Mundial. Más adelante advierte que el CGCOM activará todos los mecanismos necesarios en defensa de la profesión médica, del ejercicio de la medicina, de los valores del profesionalismo médico y de la relación médico paciente. Puede encontrarse en: https://www.cgcom.es/sites/default/files/u183/np_ley_eutanasia_cgcom_18_12_2020.pdf

9) El Informe del CBI (Comité de Bioética de España) puede leerse en: http://assets.comitedebioetica.es/files/documentacion/Informe%20CBE%20final%20vida%20y%20la%20atencion%20en%20el%20proceso%20de%20morir.pdf.

10) Las Declaración de la Sociedad Española de Psiquiatría Puede leerse en: http://www.sepsiq.org/file/Grupos%20de%20trabajo/SEP-Posicionamiento%20Eutanasia%20y%20enfermedad%20mental-2021-02-03(1).pdf

11) Las Declaraciones, muy contundentes, de la Sociedad Española de Cuidados pueden encontrarse, por citar solo las dos más recientes, en: 

– https://aecpal.secpal.com/Sobre-la-eutanasia-y-la-dignidad-al-final-de-la-vida

– https://www.secpal.com/Comunicado-de-SECPAL-y-AECPAL-sobre-la-Proposicion-de-Ley-Organica-de-Regulacion-de-la-Eutanasia.

12) La Declaración oficial conjunta de los Colegios de Farmacéuticos, Odontólogos y Médicos de Madrid puede leerse en: https://www.icomem.es/comunicacion/noticias/3640/Declaracion-oficial-contra-el-Proyecto-de-Ley-de-Eutanasia-de-los-Colegios-de-Farmaceuticos-Odontologos-y-Medicos-de-Madrid

13) Acerca del significado que tiene para la Medicina que el médico deba provocar la muerte o colaborar en el suicidio de su paciente, si este se lo pide, hay centenares de entrevistas, libros y artículos escritos por médicos. Por citar un estudio de un médico, dirigido a médicos, especialmente valioso por su concisión, claridad, y la cualificación de su autor, puede leerse G. Herranz, Los médicos y la eutanasia, que puede verse en: http://www.muertedigna.org/textos/euta29.html

14) Acerca de la postura católica sobre la eutanasia, es importante no olvidar que la Conferencia Episcopal Española (y muchos obispos en su magisterio ordinario) ha publicado varias declaraciones firmes al respecto. Pueden verse en:

– https://www.conferenciaepiscopal.es/podcast/la-vida-es-un-don-la-eutanasia-un-fracaso/; o su versión en texto bajo el título La vida es un don, que puede leerse en: https://www.conferenciaepiscopal.es/interesa/eutanasia/iglesia-frente-eutanasia/

– https://www.conferenciaepiscopal.es/podcast/sobre-la-aprobacion-de-la-ley-de-eutanasia-palabras-de-mons-arguello/

15) Como es sabido, los principales documentos oficiales de la Iglesia católica sobre la eutanasia, emanados por la Congregación para la Doctrina de la Fe, son la declaración Iura et bona, y la Carta Samaritanus bonus, que pueden leerse en:

http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19800505_euthanasia_sp.html

https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2020/09/22/carta.html

16) Por dar una referencia del magisterio universal y solemne acerca de la eutanasia, es obligado mencionar el texto de S. Juan Pablo II perteneciente a la Encíclica Evangelium vitae, n. 65.

17) Los lectores encontrarán en la Carta Samaritanus bonus, ya citada, pero especialmente en el Cap. V, diez apartados de toma de decisiones éticas en situaciones clínicas muy diversas (contextos pediátricos, estado vegetativo, retirada de terapias, etc.). Resultará especialmente interesante para los médicos.

18) Para facilitar el trabajo de consulta, se ofrece ahora algún texto de la Carta Samaritanus bonus, Capítulo V: También cuando la curación es imposible o improbable, el acompañamiento médico y de enfermería (el cuidado de las funciones esenciales del cuerpo), psicológico y espiritual, es un deber ineludible, porque lo contrario constituiría un abandono inhumano del enfermo. (…/…) Reconocer la imposibilidad de curar ante la cercana eventualidad de la muerte, no significa, sin embargo, el final del obrar médico y de enfermería. Ejercitar la responsabilidad hacia la persona enferma, significa asegurarle el cuidado hasta el final: «curar si es posible, cuidar siempre (to cure if possible, always to care)». Esta intención de cuidar siempre al enfermo ofrece el criterio para evaluar las diversas acciones a llevar a cabo en la situación de enfermedad “incurable”; incurable, de hecho, no es nunca sinónimo de “in-cuidable”. La mirada contemplativa invita a ampliar la noción de cuidado.

19) La licitud moral de la sedación ha sido recogida, como es sabido, en la Carta Samaritanus bonus, Cap. V, n. 7.

20) Como bibliografía general adicional se sugiere la siguiente:

I. Carrasco de Paula, voz Eutanasia, en Consejo Pontificio para la Familia, Lexicon (Términos ambiguos y discutidos sobre familia, vida y cuestiones éticas), Palabra 2004, pp. 359-366.

M. Martínez-Selles, Eutanasia. Un análisis a la luz de la ciencia y la antropología, Rialp, Madrid 2019, 98 páginas.

C. Centeno, Eutanasia, por ley, en España: ¿está todo claro?, en https://theconversation.com/eutanasia-por-ley-en-espana-esta-todo-claro-152908

C. Centeno, Quiero una sociedad que proteja al débil y alivie al enfermo, en https://eldebatedehoy.es/noticia/entrevista/08/02/2021/carlos-centeno-eutanasia/#:~:text=Quiero%20una%20sociedad%20en%20la,enfermo%20se%20le%20ofrezca%20alivio.&text=Estoy%20a%20favor%20de%20la,que%20viven%20todos%20los%20dem%C3%A1s.

AA.VV., Dar vida al final de la vida: 20 escritos para reflexionar, en Cuadernos de Bioética (puede descargarse en: http://aebioetica.org/eutanasia-y-etica.html)

Aceprensa, Expertos de la ONU: la discapacidad no es motivo para aplicar la eutanasia, en https://www.aceprensa.com/el-observatorio/expertos-de-la-onu-la-discapacidad-no-es-motivo-para-aplicar-la-eutanasia/

E. García Sánchez, La autonomía del paciente como justificación moral de la eutanasia. Análisis de su instrumentalización y perversión, en: https://www.bioeticaweb.com/wp-content/uploads/eutanasia_vs_autonomia.pdf

R. Sánchez Barragán, La objeción de conciencia frente a la eutanasia: un análisis biojurídico,en: http://revistas.usat.edu.pe/index.php/apuntes/article/view/398/843

El autorJuan Carlos García Vicente

Sacerdote, médico, doctor en Teología Moral

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Vaticano

Dos recomendaciones del Papa para los medios de comunicación de la Iglesia

De la visita del Papa Francisco a la sede de trabajo del Dicasterio para la Comunicación, surgieron dos importantes recomendaciones: comprobar la eficacia de su trabajo y centrarse en la creatividad.

Giovanni Tridente·30 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

«Comprobar la eficacia de su trabajo y centrarse en la creatividad»

De la visita del Papa Francisco a la sede de trabajo del Dicasterio para la Comunicación, este lunes, con motivo del 160 aniversario de L’Osservatore Romano y del 90 aniversario de Radio Vaticano, surgieron dos importantes recomendaciones. Aunque se dirigen específicamente a todo el sistema de medios de comunicación de la Santa Sede, se aplican a todos los que se dedican a la Comunicación de la Iglesia y a la transmisión del Evangelio a todos los niveles y por todos los medios.

¿Somos eficaces?

La primera recomendación, que nace fundamentalmente de una preocupación, la hizo el Papa en los micrófonos de Radio Vaticano, en directo desde Regia 9, en presencia del jefe de la emisora y del redactor jefe. El Papa sugirió que siempre debemos preguntarnos por la eficacia del mensaje que intentamos transmitir. Más concretamente: ¿A cuántos llega?

Porque el riesgo es el de tener una bonita organización, una bonita estructura, que por si acaso también invierte mucho dinero -que sale de las ofrendas de los fieles- y el resultado no es tan significativo desde el punto de vista de la productividad y la eficacia, por utilizar una metáfora empresarial.

El Papa utilizó la imagen de la montaña que hace nacer al ratón, de un famoso dicho popular, para decir que el peligro es el de invertir mucho en «infraestructuras», con un enorme gasto de energía a todos los niveles, y luego no calibrar toda esta inversión en el verdadero objetivo de la propia organización, que para la Santa Sede es el de hacer llegar el mensaje de Jesús al mayor número de personas posible.

Cuidado con el funcionalismo

La segunda recomendación, ligada a la anterior, la hizo el Pontífice al saludar a los redactores en la Sala Marconi del Palacio Pío, que se encuentra al principio de la Via della Conciliazione y donde desde hace unos meses están reunidos todos los departamentos que se ocupan de la comunicación vaticana, como conclusión de un proceso de reforma -fundamentalmente de las estructuras- iniciado en los primeros meses del pontificado.

Precisamente, tras visitar los locales y las nuevas ubicaciones, el Papa advirtió del riesgo del funcionalismo, «el gran enemigo del buen funcionamiento». Hay que tener cuidado, en definitiva, de no confiar todo a los procedimientos y a las asignaciones, para no ahogar la creatividad de las personas. Para que el trabajo funcione, es necesario que «todos deben tener suficiente libertad para funcionar». Y esto se expresa en la «capacidad de arriesgarse», sin tener que someterse constantemente a un rigmarole de peticiones de «permiso» (concedido por los superiores).

Los dos recordatorios del Papa, como decíamos, son útiles también para todos los que se dedican a la evangelización a través de los medios de comunicación y, de modo particular, al servicio de la institución eclesial.

Verificar siempre los frutos del propio trabajo, para mejorar aquellos aspectos que puedan limitar también el despilfarro de recursos; apostar por la creatividad, sin caer en lastres inútiles que apaguen -duerman, maten, para usar las palabras del Papa- cualquier atisbo de audacia al servicio de la difusión del Reino de Dios en este mundo.

Ecología integral

Horizontes para superar el emotivismo actual

El encuentro de Cristo con la Samaritana ofrece horizontes para superar el emotivismo cultural que reduce los afectos a la emoción; para abrirnos al diálogo, y aprender la madurez del don de sí mismo. A estas cuestiones se refirió el profesor Juan José Pérez-Soba en un curso sobre La educación de la afectividad en la Universidad de Navarra.

Rafael Miner·29 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 9 minutos

Pocos dudan de que, posiblemente, el término más usado en nuestro lenguaje sea la palabra amor. En cambio, hay ámbitos importantes de la vida en que no se usa apenas nunca. No suele hablarse en política de amor, tampoco en economía. La razón que se aduce para este fenómeno es que estamos hablando de cosas serias.

“El amor no podría ponerse como fundamento, sino solo como algo decorativo dentro de la vida; sería irremediablemente subjetivo, incapaz de dar una razón sólida para la construcción de una sociedad”. Sin embargo, quizá precisamente por ello, “la gran reivindicación epistemológica [conocimiento científico] de la encíclica Caritas in veritate de Benedicto XVI es la de mostrar el papel fundante del amor, con todo su valor afectivo, en especial en lo que concierne a esas dos actividades sociales, la política y la economía. Por ello, pone el amor como la luz principal para la comprensión del bien común”.

“Debemos ayudar a los jóvenes a superar el analfabetismo afectivo que les impide descubrir qué es lo que el amor pide a cada persona”.

Juan José Pérez Soba

Quien así habla es Juan José Pérez-Soba, profesor ordinario del Pontificio Instituto Juan Pablo II para las ciencias del Matrimonio y la Familia (Roma), y ponente principal del curso sobre La educación de la afectividad que se ha tenido lugar estos días en Pamplona, organizado por el Instituto Core Curriculum de la Universidad de Navarra, al que han asistido más de cinco mil personas de 47 países.

perez soba
Juan José Pérez-Soba,

La pista principal para conocer las aportaciones del profesor Pérez-Soba ha sido su libro Encuentro junto al pozo (Palabra, 2020). Además, las reflexiones del autor sobre la afectividad son abundantes. Por ejemplo, en la revista Scripta Theologica del mismo año, y en otros lugares. Vaya esto por delante, porque comprenderán que sintetizar siete sesiones del profesor sobre el amor y sus niveles; los tipos de amor; filial, esponsal y de amistad; amor y virtud, la madurez afectiva, y lo que los jóvenes quieren saber, es prácticamente imposible.

De modo que nos asomaremos sólo a algún tema, adelantando de entrada este deseo del profesor: “Debemos ayudar a los jóvenes a superar el analfabetismo afectivo que les impide descubrir qué es lo que el amor pide a cada persona”.

Un engaño “egocentrista”

¿Cómo podíamos describir a un emotivista, es decir, a la persona que se guía prácticamente por las emociones del momento? Lo hizo el Papa Francisco en la encíclica Amoris Laetitia (La alegría del Amor), en el capítulo considerado nuclear del texto, el cuarto, que lleva por título El amor en el matrimonio.

“Deseos, sentimientos, emociones, eso que los clásicos llamaban pasiones, tienen un lugar importante en el matrimonio […]”. Por otra parte, “Jesús, como verdadero hombre, vivía las cosas con una carga de emotividad. Por eso le dolía el rechazo de Jerusalén, y esta situación le arrancaba lágrimas. También se compadecía ante el sufrimiento de la gente. Viendo llorar a los demás, se conmovía y se turbaba, y Él mismo lloraba la muerte de un amigo”.

Sin embargo, afirma el Papa más adelante, “creer que somos buenos sólo porque ‘sentimos cosas’ es un tremendo engaño. Hay personas que se sienten capaces de un gran amor sólo porque tienen una gran necesidad de afecto, pero no saben luchar por la felicidad de los demás y viven encerrados en sus propios deseos. En ese caso, los sentimientos distraen de los grandes valores y ocultan un egocentrismo que no hace posible cultivar una vida sana y feliz en familia” (Amoris Laetitia, núm. 145).

A merced de las emociones

“El emotivismo comienza con la reducción de los afectos a la emoción”, señala el profesor Pérez-Soba. “En verdad, es la consecuencia primera de considerar la afectividad exclusivamente a partir de la introspección de la conciencia. De esta forma, se pierde su intencionalidad más profunda y el modo de configurar la base de la virtud moral que nos dirige a la perfección”.

Ahora se llama emoción al afecto que aparece intensamente a la conciencia y la mueve en una dirección concreta. Venía a sustituir el término pasión, que estaba más unido a la apertura a la recepción de un don y a una trascendencia, señaló en su exposición. A su juicio, es consecuencia de la secularización misma que sufrió el amor en la interpretación luterana de la caridad, que explica la caridad reducida a beneficencia, un intercambio de bienes útiles desde un punto de vista altruista.

“El emotivismo comienza con la reducción de los afectos a la emoción”

Juan José Pérez Soba

“Todo ello impedía reconocer su papel dentro del matrimonio al que Lutero niega su carácter de sacramento y, por primera vez en la historia, lo considera una realidad no sagrada.”.

En consecuencia, según el emotivismo, una persona sería buena si se siente bien al obrar de determinado modo y esta emoción se confunde con su conciencia desde una visión intuicionista, ha explicado el profesor Pérez-Soba. Este reduccionismo está muy claro en la obra de Daniel Goleman [Emotional intelligence], que se centra en las emociones y su sustrato energético, hasta perder de ellas su sentido intencional.

Estado de ánimo del momento

El Directorio de pastoral familiar de la Iglesia, editado por la Conferencia Episcopal Española, y citado por el profesor del Instituto Juan Pablo II, señala que “esta concepción debilita profundamente la capacidad del hombre para construir su propia existencia porque otorga la dirección de su vida al estado de ánimo del momento, y se vuelve incapaz de dar razón del mismo. Este primado operativo del impulso emocional en el interior del hombre sin otra dirección que su misma intensidad, trae consigo un profundo temor al futuro y a todo compromiso perdurable”.

A continuación, el directorio subraya “la contradicción que vive un hombre cuando se guía solo por sus deseos ciegos, sin ver el orden de los mismos, ni la verdad del amor que los fundamenta. Ese hombre, emocional en su mundo interior, en cambio, es utilitario en lo que respecta al resultado efectivo de sus acciones, pues está obligado a ello por vivir en un mundo técnico y competitivo. Es fácil comprender entonces lo complicado que le es percibir adecuadamente la moralidad de las relaciones interpersonales, porque estas las interpreta exclusivamente de modo sentimental o utilitarista”.

Comunicación afectiva de Jesús

“No estamos acostumbrados a analizar una conversación dentro de los cauces de una comunicación afectiva, normalmente solo lo hacemos cuando hay una evidente ruptura entre los interlocutores y nos servimos de la emoción para explicar el fracaso de la misma. Nos restringimos muchas veces al lenguaje verbal, ignorando el contenido personal presente de modo afectivo con un valor muy grande en el diálogo. Hemos de considerar una grave carencia quedarnos en ese nivel consciente del análisis que tiende a la reflexión, y perder en cambio el dinamismo afectivo que lo guía”.

Así comienza el profesor Juan José Pérez Soba su análisis sobre la conversación de Jesús con la samaritana en el pozo de Sicar. “Llega una mujer de Samaría a sacar agua, y Jesús le dice: ‘Dame de beber’” (Jn 4,7).

“Podemos tomarlo como un ejemplo de una conversación evangelizadora que tiene el resultado asombroso de la transformación completa de la mujer que llega a convertirse en un apóstol para sus conciudadanos de Sicar. Así la tomamos como referencia prototípica para la acción pastoral en el ámbito familiar”.

De hecho, la Exhortación apostólica Amoris Laetitia presenta este encuentro como un punto clave de su exposición. Dice el Papa Francisco: “Es lo que hizo Jesús con la samaritana (cfr. Jn 4,1-26): dirigió una palabra a su deseo de amor verdadero, para liberarla de todo lo que oscurecía su vida y conducirla a la alegría plena del Evangelio” (núm. 294).

Los afectos no excluyen la objetividad

Sin duda, explica el profesor, somos herederos de una apologética racionalista donde el papel evangelizador consistiría en demostrar mediante razones concluyentes los ‘praeambula fidei’ a una persona que se resiste a creer, pero que es capaz de razonar.

La insuficiencia de este camino es la base de la propuesta de san John Henry Newman, para el que una adhesión de fe debe implicar a toda la persona, no solo a su inteligencia.

Benedicto XVI, en su primera encíclica, tomó el camino del deseo de forma clara al considerar que “la mejor defensa de Dios y del hombre consiste precisamente en el amor”, recuerda Pérez-Soba, puesto que el diálogo con la samaritana “es eminentemente afectivo. La sed de la que habla Cristo es, como afirma san Agustín, de la fe de la Samaritana. Queda así enmarcada en un marco propio, la fe en un amor que es la lógica interna de todo el relato”.

A juicio del profesor del Instituto Juan Pablo II, “esto nos lleva a considerar que hablar de los afectos no excluye de ningún modo la objetividad, más bien la exige de un modo propio y, de hecho, sostiene esta conversación. Los deseos no son intimistas, no se encierran en una autorreferencialidad, son fundamento de una comunicación con un claro valor objetivo que enriquece cuando se comparte. La negación de este principio ha complicado mucho cualquier diálogo afectivo, porque se ha proyectado sobre él el prejuicio de que se trataría siempre de un intimismo subjetivista al que deberíamos poner reparos”.

“No es así en la tradición clásica que ha preferido el marco del diálogo al de la introspección para poder hablar de los afectos”. Recordemos, añade Pérez-Soba, “el brillante inicio del libro De spiritali amicitia de Elredo de Rieval en el siglo XII: ‘Aquí estamos tú y yo, y espero que como tercero entre nosotros esté Cristo”.

La inclusión de Cristo como presente en la misma amistad no es un añadido, sino la razón de la conversación, subraya Pérez-Soba. Por eso el monje inglés insiste en el consejo de incluir este modo de pensar en todos los ámbitos de la vida: “Habla con seguridad y con el amigo mezcla todas tus preocupaciones y pensamientos, si aprendes algo o lo enseñas, lo des o lo recibas, lo profundices o lo saques”.

Encuentro personal

Quedaría aún más incompleta esta reflexión del profesor, si no se recogiera al menos lo siguiente. “Jesús, a partir de la verdad del deseo, aprovecha el asombro inicial que muestra la mujer y toma la lógica nueva de la revelación de la persona en el amor, la intención que le guía es mostrar al amado como un fin en sí mismo. Quiere que podamos decir en verdad ‘te quiero por ser quien eres’”.

“En el caso de Dios, hemos de hablar de un amor originario, al mismo tiempo incondicional y exclusivo, que sana el corazón del hombre y se introduce en las relaciones humanas”.

Juan José Pérez Soba

Y en ese punto la conversación cambia porque se personaliza y se inserta en la construcción de la propia vida real. “El pozo de la sed y del esfuerzo, se van a revelar, por medio de un encuentro personal, como la fuente del don y de la alianza. La promesa de Dios sigue la dinámica de un amor que crece y que permite explicar la unidad de la vida manifestada a los hombres en un horizonte de salvación”, añade el profesor.

“En el caso de Dios, como revelación de la novedad radical que introduce su acción en el mundo, nos hallamos ante el ofrecimiento de su alianza. Hemos de hablar de un amor originario, al mismo tiempo incondicional y exclusivo, que sana el corazón del hombre y se introduce en las relaciones humanas”.

“Su comprensión adecuada implica un amor total, exclusivo, corporal y fecundo: Dios esposo, consigue la fidelidad de su esposa Israel a una Alianza que es para siempre y que va ser el centro del misterio cristiano” (cfr. Ef 5, 32).

Estas características marcan, a juicio de Pérez-Soba, la revelación de Dios en su valor más personal, hasta el punto de que Benedicto XVI pudo decir: “A la imagen del Dios monoteísta corresponde el matrimonio monógamo. El matrimonio basado en un amor exclusivo y definitivo se convierte en el icono de la relación de Dios con su pueblo y, viceversa, el modo de amar de Dios se convierte en la medida del amor humano”.

“La verdad de un amor personal que nos llama, en la que se realiza la implicación de la persona en el afecto, es el inicio de un delicado proceso de crecimiento que hay que cuidar y acompañar”, añade el ponente.” Se trata de un proceso de maduración que ya se apunta en el Cantar de los Cantares como respuesta de la llamada del amor: La voz de mi Amado (Cant 2, 8).

Educar en los afectos a los jóvenes

“Hemos de tomar en serio la ayuda que los jóvenes necesitan para aprender a amar”. El profesor Pérez-Soba recuerda aquí al Papa Francisco cuando dice: “Pero ¿quién habla hoy de estas cosas? ¿Quién es capaz de tomarse en serio a los jóvenes? ¿Quién les ayuda a prepararse en serio para un amor grande y generoso?”

«Obviar la educación afectiva genera un vacío en los jóvenes que les dificulta encontrar el sentido de aquello que están viviendo”

Juan José Pérez Soba

Si se comprende la gran riqueza de ser capaz de interpretar los afectos desde ese amor que promete una historia, el hecho de aprender a amar se hace urgente y se agradece, señala el profesor, quien añade que los afectos deben tener un papel central en la formación de los jóvenes. “La educación tiene que ser una educación ante todo en los afectos; y obviarlo genera un vacío en los jóvenes que les dificulta encontrar el sentido de aquello que están viviendo”, afirmó en el Curso.

Por cierto, Pérez-Soba aludió al comentario del “Cantar de los Cantares” de Orígenes, y comentó que este libro bíblico no se lee nunca en la liturgia, cuando es uno de los más comentados por los Padres de la Iglesia. “Es como si hubiera un miedo a los afectos”, señaló.

A la medida de Cristo

“El sujeto emotivo es en la actualidad la dificultad mayor para la evangelización”, consideró el ponente. “La razón de ello es que considera la experiencia religiosa según la intensidad de su sentimiento. Por eso, no va a misa si no lo siente, no reza si no encuentra emociones, la doctrina le parece ajena del todo a la vida porque no le despierta sentimiento alguno y le aburre. Es la causa del éxito de la espiritualidad New Age, de una religiosidad de puro consumo emotivo”.

El objetivo de la pastoral de la Iglesia, según Juan José Pérez Soba, “consiste en gran medida en convertir el sujeto emotivo en un sujeto cristiano: ‘a la medida de Cristo’ (cfr. Ef 4, 13) que vive del amor de Cristo que le hace hijo, y no de la emoción del instante que no sabe a dónde le conduce. Este es el paso de la conversión, de la que es un testimonio único nuestro diálogo con la Samaritana”.

En el curso intervinieron también el catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra e investigador Jokin de Irala, y la directora académica del Instituto Desarrollo y Persona de la Universidad Francisco de Vitoria, Nieves González Rico. De sus intervenciones, centradas básicamente en afectividad y sexualidad, nos ocuparemos próximamente.

Cine

María, la mujer más «influencer» en el cine

Las clasificaciones podrían ser muy diversas, pero la idea de fondo permanece: la Virgen ha influido y sigue influyendo a nuestros directores y a nuestros espectadores por una razón muy sencilla: es la Madre de Dios.

Rosa Die·28 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Para los cristianos, el mes de mayo significa mucho más que la exaltación de la esperada primavera, la llegada del ansiado final de curso o el estrés previo al cierre de trimestre para los contables: Mayo es el mes de la Virgen María, Madre de Dios y Madre de la Iglesia.

Si hay una mujer que ha influido a nivel artístico en todas las generaciones humanas desde principios del siglo XX esta es la Virgen María, amén de aquella famosa cita en el Evangelio de San Lucas: «Todas las generaciones me llamarán bienaventurada» (Lc 1, 48).

Películas de toda índole, época y presupuesto han ensalzado a la Virgen María como una mujer extraordinaria, ejemplo de valores y virtudes, una auténtica influencer para nuestra vida, siempre adaptada al momento del estreno cinematográfico.

Podríamos hablar de tantas y tantas películas protagonizadas por Ella, la Nueva Eva, la Madre de Dios, si bien cada director ha querido centrarse en algún aspecto concreto de la Virgen: la dulzura y docilidad de la joven de Nazaret, la historia de amor con San José, la relación con su Hijo, Jesús, o su importancia e implicación en la Pasión del Señor. 

Podríamos hablar de tantas y tantas películas protagonizadas por la Virgen, si bien cada director ha querido centrarse en algún aspecto concreto.

Rosa Die

Podemos apreciar en filmes como María de Nazaret (Jean Delannoy, 1995), Natividad (Catherine Hardwicke, 2006), Maria, figlia del suo figlio (Fabrizio Costa, 2000) o Tierra de María 2013 (Juan Manuel Cotelo), que la Virgen es el leitmotiv de la película, del mismo modo que en otras cintas, María es parte de la historia, como vemos en La Pasión de Cristo (Mel Gibson, 2004), El Evangelio según San Mateo (Pier Paolo Pasolini, 1973) o Vivo, -por citar solo algunos ejemplos- última producción religiosa estrenada en nuestro país, junto a Amanece en Calcuta (José María Zavala Gasset, 2021).

Apariciones marianas

Otra subcategoría, -una faceta particularmente influencer de la Virgen- sería la inmensa lista de documentales y largometrajes sobre apariciones marianas, ocurridas desde hace años en diferentes lugares del mundo, algunas aprobadas por la Iglesia -Fátima, Lourdes, Guadalupe- y otras todavía en estudio, como las de Medjugorje o las de Garabandal.

Estas últimas han dado mucho que hablar, y así se refleja en muchas de las producciones cinematográficas recientes: De Medjugorje, la cinta más destacada es Gospa: El Milagro de Medjugorje (Jakov Sedlar y John Sedlar, 1995), y de Garabandal (Cantabria, España) se ha indagado más en los últimos años, dando pie a las cintas Garabandal, solo Dios lo sabe (Brian Alexander Jackson, 2017) o Garabandal, catarata imparable (Mater Spei, 2020).

Sobre la extraordinaria aparición de la Virgen en Lourdes contamos con las clásicas La canción de Bernadette (Henry King, 1943) y Bernadette (Jean Delannoy, 1988), pastora, mística y religiosa francesa a quien la Virgen confió su palabra y visión en 1858.

Madre del Salvador del mundo

El mensaje de Fátima (John Brahm, 1952) es la cinta indispensable para conocer las apariciones de “la Señora” a los tres pastorcitos de Portugal, actualizada en varias ocasiones, como en la reciente Fátima, el último misterio (Andrés Garrigó, 2017) y cómo no recordar la milagrosa estampación de la Imagen de María en el humilde ayate del mexicano Juan Diego, narrada en Guadalupe (Santiago Parra, 2006).

¿A quién no le interesa saber quién fue la madre del Salvador del mundo?

Rosa Die

Las clasificaciones podrían ser muy diversas, pero la idea de fondo permanece: la Virgen ha influido y sigue influyendo a nuestros directores y a nuestros espectadores por una razón muy sencilla: es la madre de Dios. ¿A quién no le interesa saber quién fue la madre del Salvador del mundo?

María era una mujer de profunda vida de oración, vivía siempre cerca de Dios. Era una mujer humilde, es decir, sencilla; era generosa, se olvidaba de sí misma para darse a los demás; tenía gran caridad, amaba y ayudaba a todos por igual; era servicial, atendía a José y a Jesús con amor; vivía con alegría; era paciente con su familia; sabía aceptar la voluntad de Dios en su vida. ¿No es esta una verdadera influencer?

El autorRosa Die

Periodista profesional con más de diez años de experiencia en información local y sociorreligiosa, además de otros ámbitos de la comunicación. Crítica de cine, musical y amante del arte y la literatura.

Iniciativas

“Lo que vivió San Juan de Ávila no dista mucho de lo que encontramos hoy”

Entrevista con el sacerdote Carlos Gallardo sobre el III Congreso Internacional Avilista que se celebrará en Córdoba y Montilla entre los días 29 de junio y 2 de julio de 2021.

Maria José Atienza·28 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

San Juan de Ávila, doctor de la Iglesia Universal, volverá a ser el eje de la reflexión y el estudio de estudiosos, sacerdotes y seguidores del patrón del clero secular español en el III Congreso Internacional Avilista que se celebrará en Córdoba y Montilla entre los días 29 de junio y 2 de julio de 2021.

Un amplio programa da forma a este encuentro en el que se podrán escuchar ponencias de temas tan variados como la “Escuela Femenina avilista”, “La Sagrada Humanidad de Cristo en la teología avilista” o las “Claves de la Espiritualidad sacerdotal desde San José al estilo de San Juan de Ávila”.

Uno de los encargados de la organización de este congreso es el sacerdote Carlos María Gallardo, profesor del Estudio Teológico «San Pelagio» y director Espiritual del seminario diocesano de la diócesis de Córdoba. De la mano de este sacerdote, muy unido a la localidad de Montilla en la que vivió y falleció el santo, conocemos

Hace 75 años que la figura de San Juan de Avila se propuso al clero como modelo. En este tiempo ¿se ha conocido más la vida y la obra de este santo español? 

-Desde el momento en el que san Juan de Ávila fue elegido como patrono del clero secular español, se potenció de manera especial su figura y sobre todo su espiritualidad eminentemente sacerdotal. Muchos teólogos comenzaron a bucear en sus obras y encontraron una riqueza singular que alimenta al mismo tiempo el alma. También entre los sacerdotes se encontró un seguro maestro de vida espiritual que enciende el corazón de los que desean vivir en plenitud su ministerio. Es significativo que fue declarado patrono del clero secular siendo aún Beato, pero esto suscitó el deseo de su canonización y el reconocimiento que se debe a quién tanto trabajó en vida por la santidad de los sacerdotes y su adecuada formación.

A inicios de año, el Papa Francisco mando inscribir en el Calendario Romano General con el grado de memoria ad libitum la fiesta de San Juan de Ávila poniendo de relieve su actualidad, en este sentido, ¿qué dice san Juan de Ávila al clero de hoy? 

-San Juan de Ávila tiene mucho que decirnos al clero secular de hoy. Aunque estemos hablando de siglos distintos y distantes en el tiempo, lo que al santo le tocó vivir no se diferencia mucho de lo que podemos vivir hoy en día en el mundo, en la Iglesia.

Pero el santo maestro nos enseña que el verdadero secreto para la santidad es mirar a Cristo y vivir plenamente enamorado de Él. Es el amor de Cristo y el amor a Cristo lo que destaca en la vida y obra de este gigante y es eso lo que nos transmite a los sacerdotes de todos los tiempos.

El valor de la vida interior, de la oración, la penitencia, la entrega a las almas que Dios nos encomienda, ejercer el ministerio de la paternidad espiritual, de la predicación… es en definitiva la esencia de una vida sacerdotal pero llena de fuego, del fuego del amor de Dios.

El amor a Cristo lo que destaca en la vida y obra de San Juan de Ávila y es eso lo que nos transmite a los sacerdotes de todos los tiempos.

Carlos Gallardo

San Juan de Ávila es uno de los 34 doctores de la Iglesia, personas cuyas enseñanzas forman parte del humus magisterial de la Iglesia. En el caso de San Juan de Ávila, ¿cuáles son los puntos fundamentales del magisterio de este santo sacerdote? 

-Encontramos un vasto magisterio en el santo doctor. Destaca como humanista, reformador, predicador del Evangelio, maestro espiritual, catequista… son muchas las facetas que confluyen en él. Pero se aprecia una característica muy común en todos sus escritos. Y es que el santo maestro es capaz de exponer y transmitir las verdades más profundas de nuestra fe con rigor teológico, pero al mismo tiempo con una inmensa delicadeza pastoral.

Leyendo sus cartas por ejemplo uno descubre como habla a personas concretas, con problemas concretos, se preocupa de ellos y sabe presentar y poner siempre en el centro el misterio de Cristo. Con muchísima frecuencia encontramos una oración en medio de la carta que hace que el lector se detenga a contemplar a Cristo, al “todo hermoso” y quede sobrecogido por el misterio de su amor.

El santo maestro es capaz de exponer verdades profundas de nuestra fe con rigor teológico, pero al mismo tiempo con una inmensa delicadeza pastoral.

Carlos Gallardo

Centrándonos ya específicamente en el próximo congreso que tendrá lugar en Córdoba y Montilla, ¿cuál es su motivación y qué frutos esperan de este encuentro?

-Al celebrar en este año el 75 aniversario de la proclamación de san Juan de Ávila como patrono del clero secular español, nos parecía que esta efeméride no podía pasar sin más. Por ello se hacia necesario organizar algún evento que nos hiciera por una parte reflexionar y profundizar en el en la vida y obra del santo doctor y por otra facilitar el conocimiento de san Juan de Ávila a todo el pueblo de Dios, pues tiene mucho que decirnos a cada uno. Su intención siempre fue “que todos sepan que nuestro Dios es amor” y está también tiene que seguir siendo la nuestra.

El congreso está dividido en cuatro bloques temáticos (Historia, teología, espiritualidad y actualidad). En estos bloques hay tres ponentes junto a un moderador buscando así favorecer el diálogo y la reflexión entre unos y otros. Algunas ponencias van orientadas al sacerdocio y a la formación sacerdotal, pero otras están abiertas a otras dimensiones de la vida cristiana que buscan enriquecernos a todos.

Otra intención fundamental del congreso es que se facilite la oración y el encuentro con Dios. Por ello están previstos actos de culto e incluso un musical oracional dirigido por el cantautor José Manuel Montesinos que ha compuesto canciones con letras extraídas de las obras de san Juan de Ávila.

III Congreso Avilista

El III Congreso tendrá una doble modalidad de participación: presencial y telemática. El seguimiento online puede hacerse a través de la web sanjuandeavilacordoba21.com. En el caso de la asistencia presencial, las sesiones se seguirán en el salón de actos del Obispado de Córdoba (C/Torrijos, 12) hasta un máximo de cien personas. Las inscripciones en ambos casos deben realizarse a través de la página web.

Los asistentes físicos podrán conocer además la casa en la que vivió este Doctor de la Iglesia y participar en la eucaristía en la basílica de San Juan de Ávila de Montilla, presidida por el Cardenal Arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella

Zoom

Maratón de rosarios para pedir por el fin de la pandemia

El Papa Francisco reza el rosario con unas 160 personas en la Basílica de San Pedro del Vaticano el 1 de mayo de 2021. El Papa comenzó la maratón de rosarios para pedir por el fin de la pandemia del COVID-19.

Omnes·28 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

Mons. Roche, prefecto del Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos

El Arzobispo emérito de Leeds sucede a Mons. Robert Sarah al frente de la Congregación vaticana en la que ejercía como secretario hasta la fecha

Maria José Atienza·27 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La Santa Sede ha hecho público el nombramiento de Monseñor Arthur Roche como Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. El hasta ahora Secretario de esta Congregación sucede en el cargo al Card. Roberth Sarah a quien Francisco acepto la renuncia por edad el pasado 20 de febrero.

Además del nombramiento de prefecto, el Papa también ha nombrado a Monseñor Vittorio Francesco Viola, O.F.M. como secretario de dicha congregación confiriéndole al mismo tiempo el título de Arzobispo-Obispo Emérito de Tortona.

Por último, Mons. Aurelio García Macías, hasta ahora Jefe de Oficina de la citada Congregación ha sido nombrado Subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, con rango episcopal y asignándole la sede titular de Rotdon.

Mons. Arthur Roche

Natural de Batley Carr, de la diócesis inglesa de Leeds, Mons. Arthur Roche, de 71 años, fue ordenado sacerdote en 1975. Sus inicios ministeriales estuvieron ligados a diversas parroquias. En 1979 se convirtió en Secretario, Vice-Canciller de la Diócesis de Leeds. Realizó el doctorado en Teología Espiritual en la Pontificia Universidad Gregoriana, en Roma. De vuelta a Gran Bretaña, pasó a ser director espiritual del seminario, Venerable Colegio Inglés y en 1996 fue nombrado Secretario general de la Conferencia episcopal de Inglaterra y Gales.

En 2001 el papa Juan Pablo II lo nombró Obispo auxiliar de la Archidiócesis de Westminster y Obispo de la Diócesis titular de Rusticiana. Un año más tarde fue designado Obispo coadjutor de la Diócesis de Leeds, diócesis de la que pasó a ser titular tras la renuncia de Mons. David Konstant, en 2004.

Benedicto XVI lo nombró en 2012 Secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de la que ahora pasa a ser la cabeza. También forma parte del Pontificio Consejo de la Cultura.

Zoom

El número de prisionera de Auschwitz que conmovió al Papa

Lidia Maksymowicz muestra al Papa el número del campo de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau donde pasó 3 años durante la Audiencia en el Patio de San Dámaso del 26 de mayo de 2021. 

Maria José Atienza·27 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Actualidad

Un camino eclesial en el Espíritu Santo y para todos

La fase diocesana del Sínodo de los Obispos tendrá lugar desde octubre de 2021 hasta abril de 2022. La XVI Asamblea General Ordinaria estaba prevista para el mes de octubre del 2022 y el Papa ahora ha decidido una nueva fecha y un procedimiento singular, el de un “itinerario sinodal” que conducirá a la Asamblea, en octubre de 2023.

Pedro Urbano·27 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Escribir acerca del camino sinodal tras el día de Pentecostés, cuando toda la Iglesia recibe una efusión del Espíritu, resulta muy providencial. La liturgia de esta solemnidad, con la famosísima secuencia Veni, Sancte Spiritus!, está invocando la acción del Paráclito, con toda su potencia, de forma que la vida eclesial, en su conjunto, sea renovada, plena de amor y santidad. Qué fácil es entonces hablar del camino de la Iglesia.

Porque la Iglesia -nos está recordando constantemente el Papa Francisco, que es el primer impulsor del camino sinodal- no tiene sentido en sí misma considerada. Por su propia esencia, mira hacia fuera de sí, es decir, necesita del Amor Trinidad para su existencia. Siguiendo la imagen clásica de los Padres: es como la luna, que necesita del sol para dar luz. 

Abierta a la gracia divina

Recordemos, efectivamente, la imagen de la liturgia de una “luna perfecta” en referencia a la Iglesia abierta a la gracia divina. El canto gregoriano, de una manera magistral, ha sabido dar forma musical a esta imagen de la Iglesia resplandeciente, llena, plena de luz, cuando deja actuar al Espíritu santo, como “luna llena” en el cielo estrellado.

Quienes nos estén leyendo en estos momentos sobre el camino sinodal pueden pensar que nos hemos ido muy lejos. Y, en realidad, estamos tocando el mismo núcleo del proceso que impulsa el Papa Francisco y que, el próximo octubre de 2021, celebrará su XVI Asamblea general ordinaria del Sínodo de Obispos. El calendario se presentaba esta misma semana bajo la guía de Mario Grech, cardenal secretario del Sínodo, para todos los medios de comunicación. Anunciaba con alegría el proyecto, es decir, el camino que recorreremos todos los creyentes en Jesucristo junto con el Papa y toda la Iglesia, para ir a Dios unidos en la fe, la esperanza y sobre todo en el amor. 

Se trata de “convertir el Sínodo en el espacio del Pueblo de Dios”, explicaba cardenal Grech a los medios. Tendrá tres fases: diocesana, continental y universal, a lo largo de los próximos tres años. Los días 9 y 10 del próximo octubre, con la presidencia del Papa, dará inicio la primera de las fases con las que se invita a participar a todo el Pueblo de Dios. Por lo tanto, por primera vez en su historia, el Sínodo parte de las iglesias locales y convoca a todos a una renovación profunda de la vida personal. A esto se le denomina “camino sinodal integral”, pues no deja fuera de la participación a ninguno de los integrantes del Pueblo de Dios. No es difícil encontrar estos días un esquema de cuáles serán esas fases en las que se desarrollará este camino del Sínodo. Digámoslo un poco a la manera de la teología: se trata de reflexionar acerca de la identidad cristiana dentro de el camino común de la Iglesia, comunión de vida y de fe, de amor y esperanza. Lo cual implica participar de los bienes que nos da el Espíritu Santo.

Esta es la grandeza de la vocación cristiana: llamarnos y ser verdaderamente hijos de Dios. Pero es el Espíritu Santo el encargado de llevar a plenitud esa llamada. Nadie puede quedarse atrás, por tanto, y esto es lo que nos recuerda una y otra vez el camino sinodal. De aquí que el Papa Francisco quiera incluir en el Sínodo la voz de los fieles, grandes y pequeños, más o menos preparados, hombres y mujeres, la voz de todos, en definitiva, porque la voz de los fieles recoge un sentido muy importante de la vida de la Iglesia, ese sentido que tradicionalmente se ha denominado sensus fidelium, o sea, la famosa “nariz católica” que detecta  de manera intuitiva la verdad y el error en la vida de los cristianos. Si se quiere, con la expresión más teológica: discernir bajo “la asistencia del Espíritu a su Iglesia”. 

Que Cristo viva en la Iglesia

Este es el gran objetivo del camino sinodal: que Cristo viva en nosotros, que Cristo viva en la Iglesia. Es una llamada a que ninguna de las comunidades creyentes, por aisladas que se puedan encontrar geográficamente, quede al margen del proceso de renovación. En la época nuestra, con la expansión social y la emigración de muchas poblaciones, se produce ese fenómeno de diseminación. Hay, se quiera o no, una gran movilidad social por todo el mundo, pero la vida de la Iglesia es comunión, congregación personal por el Espíritu en la santidad del amor.

Podemos explicar ahora brevemente en qué consiste esta Asamblea sobre el Sínodo. El cardenal secretario lo explicaba acudiendo a los tres principios fundamentales del camino sinodal: comunión, participación y misión. 

Se ha hablado mucho de cada una de estas dimensiones de la vida del creyente, y lo seguiremos haciendo en los próximos años, porque son los conceptos fundamentales que desde el punto de vista eclesiológico se ponen de relieve en esta época de la Iglesia. Podemos hablar también de las raíces históricas, de su relación con el Concilio Vaticano II. El Papa Francisco ha querido imprimir un sello personal en el camino de la sinodalidad, pasando de un “Sínodo evento” a un “Sínodo proceso”, a un camino, en la práctica, que mueve a todos. Ahora, con todo, Francisco suma una nueva consecuencia, que es la participación de todos. La insistencia reiterada, casi se puede decir que machacona de que sea el Pueblo de Dios el que tome el protagonismo en este camino sinodal, indica algo muy fundamental para los próximos años. El centro de este camino no es la Jerarquía, no es el Papa -aunque sea el principal promotor-, no es el Sínodo, sino que son “todos y cada uno de los creyentes en Cristo”, quienes tienen que avanzar en ese camino de comunión, participación y misión.

Digámoslo ya con una frase sintética que es precisamente nuestro título: “Un camino en el Espíritu” para todos los creyentes, hacia la comunión en Cristo.

El nuevo “itinerario sinodal”

La XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, sobre el tema: Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión, estaba prevista para el mes de octubre del 2022. El Papa ahora ha decidido una nueva fecha y un procedimiento singular, el de un “itinerario sinodal” que conducirá a la Asamblea, en octubre de 2023. 

El recorrido atravesará tres fases: una diocesana, una continental -con dos Instrumentum Laboris distintos- y otra universal. Se abrirá en octubre de 2021, en el Vaticano (los días 9 y 10) y en cada diócesis (el día 17). 

La fase diocesana tendrá lugar desde octubre de 2021 hasta abril de 2022; intervendrán las diócesis y las Conferencias Episcopales. A su término, la Secretaría General del Sínodo procederá a la redacción del primer Instrumentum Laboris (antes de septiembre 2022). La fase continental abarcará desde septiembre de 2022 hasta marzo de 2023; después (y antes de junio 2023), la Secretaría General del Sínodo redactará el segundo Instrumentum Laboris, y lo enviará a los participantes de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Esta se celebra en octubre de 2023, de acuerdo con los procedimientos establecidos en la Constitución Apostólica Episcopalis Communio

El autorPedro Urbano

Vaticano

«Si Dios es Padre, ¿por qué no nos escucha?»

El Papa Francisco ha reflexionado, durante la audiencia del miércoles 26 de mayo en el Patio de san Dámaso, sobre la apariencia en ocasiones de que Dios no escucha nuestras oraciones.

David Fernández Alonso·26 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco ha mantenido la audiencia general en el Patio de san Dámaso, con un número de fieles reducido por las restricciones sanitarias.

Francisco ha comenzado su catequesis reflexionando sobre por qué parece que Dios no responde a nuestras peticiones: «Hay una contestación radical a la oración, que deriva de una observación que todos hacemos: nosotros rezamos, preguntamos, sin embargo, a veces parece que nuestras oraciones no son escuchadas: lo que hemos pedido – para nosotros o para otros – no sucede. Si además el motivo por el que hemos rezado era noble (como puede ser la intercesión por la salud de un enfermo, o para que cese una guerra), el incumplimiento nos parece escandaloso. «Hay quien deja de orar porque piensa que su oración no es escuchada» (Catecismo de la Iglesia Católica, n.2734) Si Dios es Padre, ¿por qué no nos escucha? Él que ha asegurado que da cosas buenas a los hijos que se lo piden (cfr Mt 7,10), ¿por qué no responde a nuestras peticiones?»

«Padre nuestro»

«El Catecismo», dice Francisco, «nos ofrece una buena síntesis sobre la cuestión. Nos advierte del riesgo de no vivir una auténtica experiencia de fe, sino de transformar la relación con Dios en algo mágico. De hecho, cuando rezamos podemos caer en el riesgo de no ser nosotros quien sirve a Dios, sino pretender que sea Él quien nos sirva a nosotros (cfr n. 2735). He aquí, pues, una oración que siempre reclama, que quiere dirigir los sucesos según nuestro diseño, que no admite otros proyectos si no nuestros deseos. Jesús sin embargo tuvo una gran sabiduría poniendo en nuestros labios el “Padre nuestro”. Es una oración solo de peticiones, como sabemos, pero las primeras que pronunciamos están todas del lado de Dios. Piden que se cumpla no nuestro proyecto, sino su voluntad en relación con el mundo. Mejor dejar hacer a Él: «Sea santificado tu nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad» (Mt 6,9-10)».

«El apóstol Pablo nos recuerda que nosotros no sabemos ni siquiera qué sea conveniente pedir (cfr Rm 8,26). Cuando rezamos debemos ser humildes, para que nuestras palabras sean efectivamente oraciones y no un vaniloquio que Dios rechaza. Se puede también rezar por motivos equivocados: por ejemplo, derrotar el enemigo en guerra, sin preguntarnos qué piensa Dios de esa guerra. Es fácil escribir en un estandarte “Dios está con nosotros”; muchos están ansiosos por asegurar que Dios está con ellos, pero pocos se preocupan por verificar si ellos están efectivamente con Dios. En la oración, es Dios quien nos debe convertir, no somos nosotros los que debemos convertir a Dios».

Oraciones impregnadas de sufrimiento

«Sin embargo», continuó el Papa, «un escándalo permanece: cuando los hombres rezan con corazón sincero, cuando piden bienes que corresponden al Reino de Dios, cuando una madre reza por el hijo enfermo, ¿por qué a veces parece que Dios no escucha? Para responder a esta pregunta, es necesario meditar con calma los Evangelios. Los pasajes de la vida de Jesús están llenos de oraciones: muchas personas heridas en el cuerpo y en el espíritu le piden ser sanadas; está quien le pide por un amigo que ya no camina; hay padres y madres que le llevan hijos e hijas enfermos… Todas son oraciones impregnadas de sufrimiento. Es un coro inmenso que invoca: “¡Ten piedad de nosotros!”».

«Vemos que a veces la respuesta de Jesús es inmediata, sin embargo, en otros casos esta se difiere en el tiempo. Pensemos en la mujer cananea que suplica a Jesús por la hija: esta mujer debe insistir mucho tiempo para ser escuchada (cfr Mt 15,21-28). O pensemos también en el paralítico llevado por sus cuatro amigos: inicialmente Jesús perdona sus pecados y tan solo en un segundo momento lo sana en el cuerpo (cfr Mc 2,1-12). Por tanto, en alguna ocasión la solución del drama no es inmediata».

La única llama de la fe

El Papa reflexionó sobre el milagro de la hija de Jairo: «Desde este punto de vista, merece atención sobre todo la sanación de la hija de Jairo (cfr Mc 5,21- 33). Hay un padre que corre sin aliento: su hija está mal y por este motivo pide la ayuda de Jesús. El Maestra acepta enseguida, pero mientras van hacia la casa tiene lugar otra sanación, y después llega la noticia de que la niña está muerta. Parece el final, pero Jesús dice al padre: «No temas; solamente ten fe» (Mc 5,36). “Sigue teniendo fe”: la fe sostiene la oración. Y de hecho, Jesús despertará a esa niña del sueño de la muerte. Pero por un cierto tiempo, Jairo ha tenido que caminar a oscuras, con la única llama de la fe».

Francisco aseguró que el Señor «También la oración que Jesús dirige al Padre en el Getsemaní parece permanecer sin ser escuchada. El Hijo tendrá que beber hasta el fondo el cáliz de la Pasión. Pero el Sábado Santo no es el capítulo final, porque al tercer día está la resurrección: el Mal es señor del penúltimo día, nunca del último. Porque ese pertenece solo a Dios, y es el día en el que se cumplirán todos los anhelos humanos de salvación».

Lecturas del domingo

Lecturas de la solemnidad de la Santísima Trinidad

El sacerdote Andrea Mardegan comenta las lecturas correspondientes a la fiesta de la Santísima Trinidad

Andrea Mardegan·26 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Dios Trino es el Dios Señor de la historia, reconocido por el pueblo de Israel, a quien Moisés explica que ha ido a “elegir para sí una nación en medio de otra con pruebas, signos, prodigios y batallas, con mano potente y brazo fuerte”. Es el Dios que mora en lo íntimo del bautizado que se ha convertido en su hijo. Pablo toma prestado de la cultura griega el concepto jurídico de adopción, desconocido en el mundo judío, para tratar de entender con categorías humanas la inefable acción del Espíritu, que nos hace pasar, en nuestra relación con Dios, de esclavos llenos de miedo frente al patrón, a hijos que le llaman “¡Abbá, Padre!”. Hijos de Dios y por eso “herederos de Dios, coherederos de Cristo”, que no significa un camino de éxitos fáciles: es una llamada a participar “en sus sufrimientos para participar también en su gloria”. 

Es el Dios que construye su Iglesia a partir del monte de Galilea. En Jerusalén se ha consumado el sacrificio del Hijo de Dios y su Resurrección. Pero la Iglesia es reunida en la tierra desde el confín donde todo tuvo su inicio, de donde no tenía que haber surgido ningún profeta, mezclada con los paganos. Comienza desde los Once, que llevan en sí la herida del decimosegundo que se ha ido, y de la debilidad de la fe de todos cuando vieron al Resucitado: “Pero ellos dudaron”. Tienen dudas en la fe mientras están postrados en tierra porque se les ha aparecido Dios, para manifestar su propia impotencia, para esconderse y defenderse de Él. Jesús responde “acercándose”. 

Nos imaginamos a Jesús que toca la espalda, o la cabeza o el costado de cada uno y le anima a levantarse, a mirarle a los ojos, porque ya no se muere si se miran los ojos del Dios hecho hombre, muerto y resucitado. A sus apóstoles, frágiles y llenos de miedo, con las palabras: “Me ha sido dado todo poder en el cielo y sobre la tierra”, Jesús les recuerda la visión de Daniel: “Y entonces vino con las nubes del cielo uno semejantes a un hijo del hombre…Le fueron dados poder, gloria y reino; todos los pueblos, naciones y lenguas lo servirán y su poder es un poder eterno, que no terminará nunca”. 

Para construir este reino que es la Iglesia, Jesús cuenta con aquel grupito de fugitivos incrédulos. No los riñe, sino que los relanza. Ellos deberán bautizar a los pueblos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Es decir, deberán sumergirlos en Dios, Padre que genera al Hijo y Espíritu que expira amor entre Padre e Hijo. Amor en el que quiere incluir a todos los pueblos, todas las personas y sus vidas. En esta empresa nos asegura su presencia hasta el fin del mundo. Era el Emanuel prometido al inicio del evangelio de Mateo; es el Emanuel, Dios con nosotros, hasta el final.

La homilía sobre las lecturas de la Santísima Trinidad

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Iniciativas

«Siempre que volvamos la mirada a la Inmaculada habrá fruto»

Jaime Bertodano, sacerdote y coordinador de la iniciativa "Madre Ven" destaca que la iniciativa de esta imagen peregrina puede ayudar a muchas personas a "experimentar de veras el consuelo de María".

Maria José Atienza·26 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 6 minutos

El primer día de mayo iniciaba su andadura por España una bella imagen dela Virgen Inmaculada. Comenzaba así la peregrinación «Madre Ven» impulsada por un grupo de laicos y sacerdotes que recuerda la visita de la Virgen al Apóstol en el Pilar desde Éfeso enmarcada en el Año Santo Compostelano. Con este motivo, Omnes ha entrevistado al sacerdote Jaime Bertodano, Vicario de apostolado seglar de Getafe y coordinador de la iniciativa «Madre Ven».

¿Cómo y por qué nace esta idea de la peregrinación de Nuestra Madre por España?

-A varios laicos y sacerdotes nos llegó por separado la iniciativa “M de Marie” que un grupo de laicos franceses habían puesto en marcha como una respuesta a la Virgen después del incendio de Notre Dame de Paris. A ellos les tocó la Virgen el corazón. ¿No estamos también nosotros en una situación de necesidad? ¿Por qué no hacer algo parecido en España?

Así surgió el hablarlo con entre varios de nosotros (5 o 6 personas) y el darle forma a la idea francesa para hacerla nuestra. El jubileo del Apóstol Santiago se presentaba como la ocasión para nuestra peregrinación y la visita de la Virgen al Apóstol en el Pilar desde Éfeso como el eje principal de la idea. ¡Madre ven!, como viniste a visitar a Santiago.

Sorprendentemente, la Virgen fue juntando personas con el deseo de peregrinarla por España y en pocos días dos grupos de amigos por separado estaban ya dispuestos a llevarla. La idea se había hecho realidad. De cinco personas por separado se había multiplicado a 30.

Y empezamos a rodar en círculos concéntricos: un grupo coordinador de 6 personas, un grupo de voluntarios territoriales y otros para asuntos diversos (comunicación, voluntarios, etc). La Virgen iba llamando y eligiendo a gente para peregrinar con Ella.

¿Porqué se escogió esa imagen de la Inmaculada con tantas otras imágenes marianas presentes en España?

-Como bien sabemos en esta tierra la Madre de Dios tiene infinidad de advocaciones, pero la Inmaculada es la patrona de España. Es una advocación doctrinal que aúna todas las demás.  Y la historia del dogma tiene una relación estrechísima con la propia historia de España.

Dando un paso más, para elegir esa imagen de la Inmaculada buscábamos dos criterios: Uno, que fuera fácilmente reconocible como Inmaculada; dos, que pudiera tener relación con la historia de la Inmaculada y de España.

Fuimos a visitar al arzobispo de Toledo para presentarle el proyecto de “Madre Ven” (pues Toledo, además, está en año Jubilar de Guadalupe). Todavía no habíamos escogido la imagen. Tras el encuentro con él, entramos en la Capilla del arzobispo de Toledo, donde hay adoración perpetua, nos encantó la imagen de la Inmaculada que está allí y pensamos que podía ser esa. Así, decidimos hacer una copia con la última tecnología en 3D que fuera absolutamente fiel a la original.

Para elegir la imagen de la Inmaculada buscábamos dos criterios: que fuera fácilmente reconocible y que tuviera relación con la historia de la Inmaculada y de España.

Jaime Bertodano. Coordinador «Madre Ven»

El nombre de este recorrido mariano es más una llamada, una súplica que un «anuncio de visita» ¿Por qué se escogió ese «Madre ven”? 

-“Madre, ven” es una letanía del corazón. Es una forma sencilla de invocar a María, de reclamar su atención maternal con confianza de hijos. Es una petición de ayuda, un reconocimiento humilde de que no podemos vivir solos el camino de la vida y el camino de la fe, de que necesitamos pedir la ayuda de Dios. Es por eso una invocación que abre el corazón a la gracia.

¿Cuál es el objetivo? 

Está en su nombre: Madre, ven. Entendemos que el año Jacobeo es una oportunidad para identificarnos con el Apóstol. Pero no como un ideal abstracto. Queremos hacerlo de veras, de una forma real. Y es fácil hacerlo en la situación que nos encontramos. En el Pilar de Zaragoza, María visitó a Santiago. Le llenó de consuelo, esperanza y fortaleza en Cristo para la evangelización. Por eso pedimos las mismas gracias que la Virgen trajo al apóstol Santiago cuando se encontraba cansado y abatido. Experimentar de veras el consuelo de María. Que su visita nos llene de una verdadera esperanza. 

Nos gusta decir, con humildad, que más que esas gracias no podríamos pedir. Y menos que eso, no nos serviría para afrontar los retos que vivimos. Es justo lo que necesitamos. Ni más ni menos.

Y donde está la Virgen hay fecundidad. Siempre que volvamos la mirada a la Inmaculada, habrá fruto.

España ha sido calificada como la «tierra de María» por el profundo amor y devoción que se le tiene a la madre de Dios en España manifestado en tantas advocaciones marianas, ¿qué acogida está teniendo? 

-Hemos querido ir precisamente al origen de esa devoción. La historia de la devoción mariana en España comienza en el Pilar. Ella estaba con san Juan, hermano de Santiago, y vino en su ayuda. Es un privilegio que María nos visitara.

Desde entonces, esta es su tierra y aquí nos ha manifestado su amor maternal en numerosísimas ocasiones. Y ese amor mariano está en España, en su cultura, en sus gentes. Es inseparable. Lo estamos comprobando en las etapas del Camino de Santiago que ya está haciendo. Esta primera parte de la peregrinación de “Madre ven” está siendo muy local. Es la gente de los pueblos la que la recibe, la saluda, la acompaña, la que la reza con confianza y se emociona al ver que su Madre viene a verla. Es la fe de los sencillos. Y estamos viendo cómo María está consolando verdaderamente. La Virgen pasa con sus gracias, de una manera humilde, sin hacer ruido. Vemos cómo mucha gente le abre su corazón: ancianos, gente que tiene algún dolor o dificultad, los niños, etc. se dirigen a Ella con mucha, mucha confianza. Esto es precioso.

El amor mariano está en España, en su cultura, en sus gentes. Es inseparable.

Jaime Bertodano. Coordinador «Madre ven»

¿Cómo se pueden unir a la peregrinación de esta imagen, también los enfermos, los mayores o quienes tendrán problemas para desplazarse a los puntos en los que estará? 

-La Virgen pasará por muchos lugares de España. Queremos que vaya a todos los que podamos en el tiempo que peregrine. Y allí donde Ella vaya y encuentre corazones dispuestos, los tocará, aunque sea en la distancia, con la oración. En algunos lugares hemos previsto llevarla no solo a santuarios, sino también a residencias, hospitales y cárceles. También se pueden seguir las etapas en nuestra web (www.madreven.es) donde colgamos fotos de cada jornada, o en el canal de Youtube donde hay unos videos resúmenes estupendos.

La imagen de la Virgen a su paso por Navarra ©Madreven.2021

Los momentos por los que atravesamos pueden «agotarnos» como a Santiago: la pandemia, la falta de esperanza en muchas personas ¿es esta peregrinación un nuevo aliento de la Virgen? 

-La pandemia ha influido en nuestras vidas. Nos ha dejado tocados y ha cambiado cosas. En algunos casos, ha hecho que se replanteen cosas importantes. Pero, sobre todo, ha puesto en evidencia muchas otras: la fragilidad del hombre moderno, su soledad y su fragmentación interior. Parecía que la vida buena era el bienestar y la ausencia del sufrimiento. El consumismo y el progreso tecnológico nos lo habían prometido. La fe católica era una herejía para esa “nueva religión”. Pero la pandemia le ha quitado en parte la máscara. Nos ha demostrado que tiene un recorrido muy corto, y que no acaba más que en soledad. Y quizás la Virgen viene como “Pastora” a recuperar a esos hijos pródigos de esta tierra, que estábamos quizás un poco perdidos. Ojalá sea así. Se lo pedimos.  

El miedo, además, ha dejado a muchas personas literalmente paralizadas. La visita de la Virgen puede ser una ocasión de despertar de esa ilusión engañosa, de salir de los miedos que nos atenazan y volver a ponernos en camino como Santiago con esperanza y valentía, confortados y acompañados por nuestra Madre.

Por otro lado, este año coinciden providencialmente numerosos jubileos además del Compostelano: Guadalupe, Lepanto y la Virgen del Rosario, el centenario de la muerte de Santo Domingo de Guzmán, de la Conversión de San Ignacio de Loyola, el Santo Cáliz de Valencia…y me dejo unos cuantos. Parece que el Señor está llamándonos a la conversión ¡y poniendo ayudas concretas!

El recorrido mariano

La Inmaculada ya pasado ya por ya lugares como Zaragoza, Bilbao o San Sebastián y, en estos días, llegará a la diócesis de Santander. Un recorrido que mira ya a Santiago de Compostela, donde se le espera en torno a la festividad del Apóstol y patrón de España. Allí llegará tras su paso, junto a los Amigos del Camino de Santiago, por las diócesis de Santander, Oviedo, Mondoñedo-Ferrol y Santiago.

La llegada a Santiago, de hecho, marcará la primera parte de esta peregrinación de Nuestra Señora por España, la tierra de María. En los meses posteriores la imagen recorrerá toda España por otros medios hasta que el próximo 12 de octubre, una misa en el santuario del Cerro de los Ángeles, bajo el Monumento al Sagrado Corazón de Jesús, pondrá fin a la peregrinación de «Madre Ven».

Ecología integral

El Papa convoca la Plataforma de Acción Laudato si’ que durará 7 años

En la conclusión de la Semana Laudato si’, el Papa Francisco ha invitado a todos a emprender juntos un camino hacia la ecología integral, en el marco de una Plataforma de Acción Laudato si’ (PALS), en la que la Santa Sede lleva tiempo trabajando.

Rafael Miner·25 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

En un videomensaje con ocasión de la clausura de la Semana Laudato si’, que ha tenido lugar de modo virtual en numerosos puntos del planeta, el Santo Padre recuerda que la encíclica Laudato si’, promulgada en 2015,” invitaba a todas las personas de buena voluntad a cuidar la Tierra, que es nuestra casa común. Desde hace tiempo, esta casa que nos aloja sufre por las heridas que provocamos a causa de una actitud depredadora, que hace que nos sintamos dueños del planeta y de sus recursos y nos autoriza a un uso irresponsable de los bienes que Dios nos ha dado”.

“Hoy, estas heridas se manifiestan dramáticamente en una crisis ecológica sin precedentes que afecta al suelo, al aire, al agua y, en general, al ecosistema en el que viven los seres humanos”, añade el Papa Francisco, quien ese refiere a continuación a la pandemia que azota la humanidad desde hace más de un año, y a los más necesitados.

“La actual pandemia, además, ha sacado a la luz de forma todavía más aguda el clamor de la naturaleza y el de los pobres, que son los que más sufren las consecuencias, evidenciando que todo está interconectado y es interdependiente y que nuestra salud no está separada de la salud del ambiente en el que vivimos”.

“Necesitamos, por tanto, un nuevo enfoque ecológico”, clama el Papa, “que transforme nuestra manera de habitar el mundo, nuestros estilos de vida, nuestra relación con los recursos de la Tierra y, en general, nuestra forma de ver al ser humano y de vivir la vida. Una ecología humana integral, que involucra no sólo las cuestiones ambientales sino al hombre en su totalidad, se vuelve capaz de escuchar el clamor de los pobres y de ser levadura para una nueva sociedad”.

«En siete años, nuestras comunidades se esforzarán de diferentes maneras para llegar a ser totalmente sostenibles, en el espíritu de la ecología integral»

Papa Francisco

En consecuencia, el Romano Pontífice ha dado un paso más, y ha anunciado que “el año de la Laudato si’ se traducirá en un proyecto de acción concreto, la Laudato si’ Action Platform, un camino de siete años en el que nuestras comunidades se esforzarán de diferentes maneras para llegar a ser totalmente sostenibles, en el espíritu de la ecología integral”.

Invitación a siete realidades

Con esta plataforma, el Santo Padre y el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, cuyo prefecto es el cardenal Peter K. A. Turkson, invitan a todos, con palabras del Papa, “a emprender juntos este camino y, en particular, me dirijo a estas siete realidades: familias – parroquias y diócesis – escuelas y universidades – hospitales – empresas y haciendas agrícolas- organizaciones, grupos y movimientos – instituciones religiosas. Trabajar juntos. Sólo así podremos crear el futuro que queremos: un mundo más inclusivo, fraternal, pacífico y sostenible”.

“En un camino que durará siete años, nos dejaremos guiar por los siete objetivos de Laudato si’, que nos indicarán la dirección mientras perseguimos la visión de la ecología integral: la respuesta al clamor de la Tierra, la respuesta al clamor de los pobres, la economía ecológica, la adopción de un estilo de vida sencillo, la educación ecológica, la espiritualidad ecológica y el compromiso comunitario”.

El Papa termina su mensaje subrayando que “hay esperanza. Todos podemos colaborar, cada uno con su propia cultura y experiencia, cada uno con sus propias iniciativas y capacidades, para que nuestra madre Tierra recupere su belleza original y la creación vuelva a resplandecer según el proyecto de Dios. Que Dios bendiga a cada uno de vosotros y bendiga nuestra misión de reconstruir nuestra casa común”.

“No tenemos tiempo”

Se trata, añadió el cardenal Peter Turkson en la rueda de prensa posterior, de inaugurar “siete años de actividad para continuar y concretar el mensaje de la encíclica en las Iglesias locales. Seis años después de la carta encíclica Laudato si’, es bueno mirar el mundo que estamos dejando a nuestros hijos, a las generaciones futuras. La pandemia nos ha hecho reflexionar y nos ha enseñado mucho, pero el grito de la Tierra y de los pobres es cada vez más desgarrador, y el mensaje de nuestros científicos y de nuestros jóvenes es cada vez más alarmante: estamos destruyendo nuestro futuro.

La pandemia nos ha hecho reflexionar y nos ha enseñado mucho, pero el grito de la Tierra y de los pobres es cada vez más desgarrador

Card. Peter Turkson

El cardenal Turkson afirmó que “nuestra familia humana y no humana en su conjunto está en gran peligro, y no tenemos más tiempo para esperar o retrasar”. A continuación desgranó una serie de objetivos, como “limitar el aumento de la temperatura media mundial dentro del límite crucial de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales; y escuchar y responder a la ciencia, a este grito de la Tierra, de los pobres y de nuestros hijos.”.

Los grupos de trabajo

El P. Joshtrom Isaac Kureethadam , coordinador de la sesión Ecología y Creación del Dicasterio vaticano, informó que han estado trabajando  en la Plataforma “durante casi dos años”, y existe ya un ‘Comité Directivo’ para este proceso, dirigido por el Dicasterio.

“La colaboración es especialmente evidente en los Grupos de Trabajo que dirigen cada uno de los siete sectores”, añadió el P. Kureethadam: “el sector de las Familias está liderado por el movimiento de los Focolares junto con varios otros colíderes, el sector de las Parroquias y Diócesis está liderado por CAFOD junto con las Conferencias Episcopales y otros socios; el sector de las Escuelas está liderado por la Alianza Verde Don Bosco y Scholas Occurrentes junto con otros colíderes; el sector de las Universidades está liderado por los Jesuitas junto con varias otras redes de Universidades; el sector de los hospitales está liderado por la Asociación Católica de la Salud de la India (CHAI) y la Asociación Católica de la Salud de EE.UU. junto con otros colíderes; el sector de la economía está liderado por la Economía di Francesco y Laudato si’ Challenge junto con varios otros; los grupos y movimientos por la CIDSE junto con la UMOFC, VIS, y los sectores religiosos por la USG y la UISG”.

De este modo, señaló el P. Kureethadam, “respondemos a la constante invitación del Papa a ‘preparar juntos el futuro’, en el contexto de la actual pandemia. A modo de conclusión, me gustaría mencionar que nuestra oración y nuestro sueño es iniciar ‘un movimiento popular desde abajo’, que pueda realmente provocar el cambio radical necesario dada la urgencia de la crisis de nuestra casa común”.

España

Ayuda a la Iglesia Necesitada lanza la campaña «Me duele África»

La celebración del Día de África ha sido el marco de presentación de la campaña de Ayuda a la Iglesia Necesitada “Me duele África” para ayudar a las iglesias locales ante el avance del yihadismo en África.

Maria José Atienza·25 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La conmemoración del Día de África, que se celebra el 25 de mayo ha servido de marco para que la delegación española de Ayuda a la Iglesia Necesitada diera a conocer su campaña “Me duele África”, con la que pretenden reunir un total de ocho millones de euros para poder desarrollar los proyectos que esta Fundación apoya actualmente en el continente africano enfocados en el acompañamiento a las víctimas y a los religiosos y sacerdotes que les sostienen y en promover el diálogo interreligioso y la reconstrucción de los edificios de la Iglesia devastados por el terrorismo.

Durante la presentación de este proyecto, Javier Menéndez Ros, director de ACN España subrayó cómo el continente africano “sufre, como pocos, la pobreza, el reparto injusto de los recursos, el difícil acceso a la sanidad, la corrupción del poder político, la emigración brutal y en los últimos meses, el Covid. A esto hemos de sumar el avance del yihadismo”.

Un avance que, como recoge el Informe de Libertad religiosa en el mundo, deja un mapa preocupante en el continente africano. La libertad religiosa se vulnera en un 42% de los países de África y en 12 de ellos esta vulneración llega a ser una persecución extrema. De entre los países más peligrosos destaca Nigeria, golpeada por las acciones del grupo Boko Haram.

Proyectos en 4 países

ACN desarrolla proyectos en 4 naciones de África que sufren esta persecución: Mozambique, Nigeria, República Centroafricana y Burkina Faso. En estos lugares, los cristianos son objetivo claro de los extremistas, de hecho, África ostenta el triste récord de asesinatos de sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos, en los últimos años. La situación ha llevado a más de 6 millones de personas a huir y a perder absolutamente todo, para poder salvar sus vidas, muchos de ellos necesitan apoyo psicológico pero también alimentos y bienes de primera necesidad y no son pocos los que acuden a la Iglesia en busca de esta ayuda.

La campaña, puede apoyarse a través de a web de ACN España

Padres, madres y adres

La ingeniería social que, a través de un sistema educativo ideologizado, se quiere imponer a los más jóvenes no dejará de tener consecuencias no sólo personales y afectivas, sino también educativas

25 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

En el artículo 17, de la nueva ley sobre transexualidad, que versa sobre el cambio de nombre en el Registro Civil de personas trans se señala que ‘las personas trans serán inscritos como padres, madres o adres según  el sexo registral actual sea hombre, mujer o no binario o en blanco’.

Al baile de denominaciones que ya nos tienen acostumbrados algunos colectivos y con los que, poco a poco nos vamos familiarizando, añadimos uno nuevo, al menos para mí, que son los (¿las?) ‘adres’.

Más allá de la situación de las personas concretas, que como toda persona merece el mayor de los respetos, no por el hecho de ser trans, sino sencillamente por ser personas, querría alertar de las consecuencias educativas que este tipo de conceptos y visiones de la sexualidad pueden tener.

Efectivamente en los colegios se están impartiendo charlas incluso a los niños de infantil (de tres a cinco años) sobre la transexualidad para que la entiendan y normalicen. Por medio de cuentos, disfrazado de tolerancia, se va transmitiendo a los niños una mentalidad en la que su propia sexualidad y la de sus padres se difumina y confunde. Niños que son niñas, niñas que son niños, niños y niñas que no saben que son. Padres, madres y adres.

Estamos construyendo sobre arena la personalidad de nuestros niños y jóvenes privándoles de las seguridades necesarias en cada momento de su vida para que puedan crecer con armonía.

Javier Segura

Un principio educativo básico es que crecemos y maduramos desde certezas, no desde las dudas. En todo tipo de conocimiento y experiencia aprendemos desde seguridades en las que vamos profundizando poco a poco hasta llegar a descubrir su complejidad. Si he de enseñar la construcción de frases en inglés a los niños les diré que el verbo auxiliar ‘do’ se utilizar para las negativas y las interrogativas. Y les contaré que en las afirmativas no se utiliza. Ya llegará el momento en el que les cuente que en las afirmativas, si deseo enfatizar la idea sí  que debo usar el auxiliar ‘do’, como por ejemplo en la canción de Peter Pan, ‘I do believe in fairies’. Sencillamente ese es el proceso correcto de aprendizaje.

Creo que estamos construyendo sobre arena la personalidad de nuestros niños y jóvenes privándoles de las seguridades necesarias en cada momento de su vida para que puedan crecer con armonía. Y es falso que les hagamos por ello más tolerantes y capaces de acoger a quien es, por una razón u otra, distinto.

Se trata de un proyecto de ingeniería social en el que se están invirtiendo grandes cantidades de dinero, por el que se quiere anular el concepto de naturaleza humana y aún la misma idea de persona. Y se está haciendo de una manera especialmente activa en el mundo de la educación, empezando con los niños.

Esto es especialmente grave cuando se trata de los más pequeños, con una personalidad en desarrollo, induciéndoles a experiencias y planteamientos ajenos a lo que su propia evolución psicológica y afectiva necesita. No es sólo que estemos matando su infancia. Es que estamos provocando dudas sobre su propia identidad que pueden perjudicar seriamente su desarrollo y maduración. Porque crecemos desde seguridades, desde certezas. También en el ámbito afectivo, también en los referentes de los adultos de sus padres y madres.

La ingeniería social a la que la ideología de género está sometiendo a nuestros niños es educativamente un despropósito.

Javier Segura

Llegará el momento en que el niño crezca y se convierta en adolescente y joven, y entonces comprenda que hay situaciones complejas en el ámbito de la sexualidad que merece abordar con sumo respeto. Pero la ingeniería social a la que la ideología de género está sometiendo a nuestros niños es educativamente un despropósito con consecuencias personales y sociales muy graves.

Y esto es preciso que todos los educadores lo tengamos presente.

El autorJavier Segura

Delegado de enseñanzas en la Diócesis de Getafe desde el curso 2010-2011, ha ejercido con anterioridad este servicio en el Arzobispado de Pamplona y Tudela, durante siete años (2003-2009). En la actualidad compagina esta labor con su dedicación a la pastoral juvenil dirigiendo la Asociación Pública de Fieles 'Milicia de Santa María' y la asociación educativa 'VEN Y VERÁS. EDUCACIÓN', de la que es Presidente.