El club de los fracasados

Leyendo la Sagrada Escritura vemos que los hombres y mujeres de Dios tenían más motivos para ser miembros del club de los fracasados que para ser oradores de TEDx.

20 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Me contaron hace poco una anécdota curiosa: una chica, buena católica, quería a toda costa acercar a su novio a la fe, dado que él no es creyente pero muy respetuoso.

Un día, a la salida de la misa, hablando con unas amigas y un sacerdote del grupo de jóvenes en el que participa, comentó que tenía la idea de “meter” a su novio en una Adoración al Santísimo pero sin decirle nada. Le comentaría que iban a recoger una cosa que no podía cargar ella sola y así le acompañaba… su intención no era buena, era estupenda. “Seguro que se convierte” decía; a lo que el sacerdote le respondió: “o no”.

Comprendió entonces esta chica que era ridículo imponer el momento de la conversión de su novio, aun más, con una mentira de por medio…. Si me preguntas si fue o no a la adoración, sí, fue… pero no hubo conversión milagrosa… por el momento.

Con la mejor de nuestras intenciones, no lo dudo, muchas veces podemos actuar así: intentando marcarle los tiempos y los modos a Dios, sin contar con el activo más importante en este “negocio”: la libertad de cada uno. A la mayoría de nosotros el Señor no nos llama a ser coachs del catolicismo, exitosos hombres y mujeres de la fe, cuyo amor de Dios se mida en la cotización de aquellos que se convierten gracias a nuestros estupendos modos, palabras e ideas. No.

Es cierto que, especialmente en nuestra sociedad «de guapos, ricos y famosos», no parece especialmente agradable trabajar a destajo sin tener algo de lo que presumir en el Instagram de nuestra vida de fe. Caemos en el desánimo interior, mientras miramos al resto haciéndose selfies en entornos «que manan leche y miel». Pero es lo que hay. Sólo tenemos que leer detenidamente la Sagrada Escritura para ver que los hombres de Dios, esos profetas, apóstoles tenían más motivos para ser miembros del club de los fracasados que para ser oradores de TEDx hablando de sus hazañas. Y la Salvación se hizo así, con piedras angulares desechadas, con fracasadillos de medio pelo, con esos que pusieron todos los medios para llevar a Dios a los hombres, pero que quizás murieron sin ver ni medio muro de la tierra prometida.

Dios nos pide poner todos los medios, nos pide invitar a nuestro novio o novia a la Adoración al Santísimo, pero, sobre todo, rezar por él o ella en cada uno de nuestros encuentros con el Señor, aunque nos hayan mandado a ese sitio maloliente en el que todos conocemos a mucha gente. Poner los medios teniendo en cuenta que el fin no es que tu y yo saboreemos el éxito.

No hay cosa menos evangélica que la “Teología del mérito” – si lo hago bien Dios me premiará con frutos, si no veo frutos es que lo estamos haciendo mal-.

Evidentemente, cuando hacemos nuestro trabajo por amor a Dios, bien, entregadamente, los frutos vendrán, tarde o temprano. Como nos decían siempre en la Universidad: “un buen guión puede dar lugar a una mala película pero, con un mal guión, nunca se podrá realizar una buena película”. Nuestro guión será bueno si no lo firmamos nosotros sino el propio Dios, quizás por eso, no tiene mucho sentido imponerle las formas o los tiempos a quien es Dueño del tiempo. Nosotros, a lo que llegamos es a poner los medios humanos como si no existieran los sobrenaturales, y –al mismo tiempo– llamar a Dios con todo el corazón, como si no hubiera medios humanos.

El autorMaria José Atienza

Directora de Omnes. Licenciada en Comunicación, con más de 15 años de experiencia en comunicación de la Iglesia. Ha colaborado en medios como COPE o RNE.

Ecología integral

Dr. Carlos Tornero: «hemos de explicar que hay soluciones para el dolor»

Una cátedra puesta en marcha por la Universidad Francisco de Vitoria y Fundación Vithas impulsará el desarrollo de actividades de investigación, docencia y divulgación que permitan mejorar el abordaje y tratamiento de los pacientes con dolor crónico.

Maria José Atienza·20 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

“La principal causa por la que acude un paciente a un centro sanitario es el dolor. Es necesario una formación adecuada en el dolor para poder detectarlo correctamente, diagnosticarlo y, por supuesto, tratarlo”, subraya el doctor Carlos Tornero, director de la cátedra centrada en el dolor puesta en marcha por la Fundación Vithas y la Universidad Francisco de Vitoria.

El dolor físico, pero también mental, es una de las realidades con la que toda persona ha de convivir de un modo u otro. Como destaca para Omnes el Dr. Tornero: “la cátedra nace del deseo de profundizar en el conocimiento del dolor tanto desde un punto de vista de investigación básica o aplicada y, también, en relación a la difusión y formación a los profesionales sanitarios que en su carrera profesional tendrán que atender a pacientes con dolor”. El director de esta nueva cátedra considera que es necesaria “una formación adecuada en el dolor para poder detectarlo correctamente, diagnosticarlo y por supuesto tratarlo”.

Para decidir hay que estar informado

Investigar en el dolor es clave en una sociedad en la que la media de edad supera los 40 años y en la que, cerca de 17,5 millones de personas (cuatro de cada 10) conviven con dolor en nuestro país. “El dolor puede ser entendido como una respuesta a una agresión externa pero también es una enfermedad en si misma”. Por eso, ante leyes como la recientemente ley de la Eutanasia aprobada en España, que incluye entre sus supuestos el que una persona considere imposible vivir sin una patología determinada, detrás el doctor Tornero destaca la  necesidad imperiosa de “explicar que hay soluciones para el dolor. Por supuesto la libertad individual prevalece y pero se necesita información de las opciones que podemos ofrecer a los pacientes que tanto sufren cada día”.

La pandemia y el dolor

Desde marzo de 2020, en Europa, según datos de la OMS, los niveles de ansiedad y estrés han aumentado de manera exponencial. Alrededor de un tercio de las personas adultas adultos reporta niveles de angustia derivados de los meses de confinamiento. Para el doctor Tornero “es realmente duro ver cómo ha afectado a muchos pacientes esta pandemia. Estamos viviendo situaciones en nuestras unidades del dolor que son realmente duras ya que un tema fundamental para la mejora del dolor osteomuscular, que es la principal causa de dolor, es el movimiento, la actividad… Y el confinamiento las ha limitado muchísimo. Ahora los pacientes acuden con un empeoramiento de su calidad de vida. Sin embargo, con el apoyo de las unidades multidisciplinares del dolor que cuentan con médicos intervencionistas del dolor, psicólogos, fisioterapeutas, nutricionistas, farmacéuticos, se consigue grandes mejoras en la calidad de vida de los pacientes”.

La cátedra del dolor

La cátedra, impulsada por la Fundación Vithas y la Universidad Francisco de Vitoria fomentará los estudios tanto en dolor agudo como crónico, favoreciendo la realización de ensayos clínicos centrados en el tratamiento integral del dolor. Así mismo, se impulsará la difusión y el conocimiento de las investigaciones realizadas mediante publicaciones y otras acciones de comunicación. Una labor de divulgación que el doctor Tornero califica de importante porque es necesario “que todo el mundo sepa que hay soluciones al dolor, que no solo pasan por la farmacología sino que tienen en cuenta las técnicas intervencionistas del dolor, el componente psicológico y la parte social”.

Educación

«Durante décadas, los católicos no nos hemos preparado para lo que se nos viene encima»

Entrevista a Manuel Bustos Rodríguez, director de Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala con motivo de la presentación del título de Experto en Doctrina Social de la Iglesia que se podrá cursar a partir del año que viene.

Maria José Atienza·19 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala oferta, desde el próximo curso, el Título de Experto en Doctrina Social de la Iglesia, que se podrá cursar de forma presencial o semipresencial y tendrá una duración de nueve meses. Un proyecto que tiene como objetivo formar a profesores e investigadores en la Doctrina Social de la Iglesia para transformar así la realidad social.

Manuel Bustos Rodríguez, director de Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala ha conversado con Omnes sobre esta iniciativa académica y la necesidad de conocer a fondo esta área de la doctrina católica para dar respuesta a las cuestiones que plantea la sociedad actual.

Actualmente hay un debate abierto en torno a la presencia de los cristianos en el mundo intelectual y, por ende, en la vida cultural, social, política… en este sentido, hay quien apunta que existe un silenciamiento impuesto a los católicos en el campo público. ¿Se trata sólo de un silenciamiento o ha habido una dejadez, en mayor o menor medida, por parte de los católicos de su formación y por tanto, de los resortes para dar respuesta a la sociedad actual? 

-En realidad, se trata un poco de las dos cosas: la política española y de Europa en general actúa cada vez poniendo más trabas a la expresión pública de los católicos. Hay temor cierto a manifestar sus puntos de vista en público. Pero es cierto, igualmente, que, arropados por una Iglesia social y culturalmente influyente, al menos en nuestro país durante décadas, o imbuidos del espíritu mundano nos hemos preparado mal para lo que se nos viene encima.

¿Cree que salen católicos realmente convencidos y convincentes de las instituciones educativas católicas, colegios o universidades?

-Desgraciadamente, creo que no es así. No se da la formación necesaria para un católico en los tiempos actuales, ni el alumno ni sus familias en general viven acordes con la fe que dicen o debieran profesar.

Muchos católicos desconocen los principios básicos de la Doctrina Social de la Iglesia e incluso hay quien, abordándola desde una perspectiva meramente política, puede escandalizarse. ¿Cómo evitar esta zanja entre la vida de fe y la vida social?

-Pues conociéndola mejor y con una mayor profundidad. No abundan muchas instituciones donde esto se haga. Nosotros pretendemos, modestamente, romper esa limitación.

En esta línea, este tipo de iniciativas ¿son para personas específicas, que trabajan o se dedican a áreas muy concretas como la educación o la política? ¿Todo católico puede y debe tener claro los principios de la DSI en la vida actual? 

-Aunque nuestro título tiene un carácter universitario y para posgrados, dado el carácter de nuestra institución, la DSI es para todos, incluidos los creyentes de otras religiones y los no creyentes: se trata de un corpus de pensamiento sobre los temas más variados, el pensamiento de la Iglesia Católica, a lo largo de siglo y medio aproximadamente.

Actualmente vemos leyes, iniciativas y actitudes completamente contrarias a la dignidad de la vida, de la persona… etc. Es una realidad que está ahí pero, ¿cómo recuperar el terreno perdido en una sociedad multicultural?

-Es preciso el compromiso personal e institucional en la tarea. Las iniciativas contrarias a la propuesta cristiana no dejan de aparecer, configurando una mentalidad nocivas para el propio ser humano. Junto a esto, los cristianos debemos estar más coordinados y unidos. Y, como no, mucha oración. Los tiempos no son nada fáciles.  

Manuel Bustos Alfonso Bullón de Mendoza y Mons. Luis Argüello durante la presentación del título

El título de experto en DSI

El Título de Experto en Doctrina Social de la Iglesia, constará de dos encuentros mensuales que tendrán lugar los viernes por la tarde y sábados alternos por la mañana y los alumnos podrán asistir de forma presencial o semipresencial entre los meses de octubre a junio.

Se combinarán lecciones magistrales y seminarios en los que los asistentes adquirirán competencias para el análisis, la argumentación, el diálogo social y la participación responsable en la vida pública.

El programa consta de diferentes módulos que versan sobre temas como teología; antropología e historia, fuentes y metodologías de la DSI y además se abordarán otros temas específicos como bioética y ecología integral; familia; derecho, comunidad política e internacional; economía y cultura.

Sagrada Escritura

Los niños y el Reino de Dios (Mc 10, 13-16)

Los tres evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) recogen un breve episodio en el que unos niños son llevados a Jesús.

Josep Boira·19 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Los tres evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) recogen un breve episodio en el que unos niños son llevados a Jesús. Así lo relata Marcos: “Le presentaban unos niños para que los tomara en sus brazos; pero los discípulos les reñían. Al verlo Jesús se enfadó y les dijo: ‘Dejad que los niños vengan conmigo, y no se lo impidáis, porque de los que son como ellos es el Reino de Dios. En verdad os digo: quien no reciba el Reino de Dios como un niño no entrará en él’. Y abrazándolos, los bendecía imponiéndoles las manos” (Mc 10, 13-16). Otra escena muy parecida muestra a Jesús tomando a un niño y poniéndolo como ejemplo para sus discípulos, pues disputaban sobre quién era el mayor entre ellos: “Pues todo el que se humille como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos” (Mt 18, 4). 

Jesús y los niños

No pocas veces aparecen los niños como protagonistas en el Evangelio. Son un ejemplo para “esta generación” incrédula, que se parece a los que no responden a la invitación a cantar de unos niños (cfr. Mt 11, 16-17; Lc 7, 32). La alabanza de los niños cuando Jesús entra en el Templo indigna a los príncipes de los sacerdotes y a los escribas, y Jesús sale en defensa de esa sincera y sencilla alabanza de los pequeños (cfr. Mt 11, 25), recordándoles las Escrituras: “¿No habéis leído nunca: ‘De la boca de los pequeños y de los niños de pecho te preparaste la alabanza’?” (Mt 21, 16; cfr. Sal 8, 2).

También a los niños Jesús ha alimentado en la multiplicación de los panes y los peces (cfr. Mt 14, 21; 15, 38). Es el Maestro su más valiente defensor ante quien los maltrate, también con el mal ejemplo: “Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgasen al cuello una piedra de molino, de las que mueve un asno, y lo hundieran en el fondo del mar” (Mt 18, 6). En fin, Jesús exulta en acción de gracias, porque los pequeños son los destinatarios de la revelación de Dios Padre (cfr. Mt 11, 25). 

Jesús y los padres

El episodio que comentamos, en Mateo y en Marcos, viene a continuación de la enseñanza de Jesús sobre la indisolubilidad del matrimonio. Es significativa esta secuencia: una vez unidos para siempre el hombre y la mujer en el matrimonio, aparecen en escena los niños, fruto de esa unión.

Aunque el evangelista no indique quiénes llevan a esos niños cerca de Jesús, parece indicarlo el episodio anterior: los padres.

Son varios los relatos de milagros en que vemos a los padres suplicando a Jesús que cure a sus hijos. Jesús curó al hijo del funcionario real (cfr. Jn 4, 46-54); expulsó el demonio de la hija de la mujer sirofenicia (cfr. Mc 7, 24-30); y el demonio mudo del muchacho cuyo padre acudió a Jesús casi desesperado suplicando que lo curara (cfr. Mc 9, 14-29); resucitó a la hija de Jairo (cfr. Mc 5, 21-42). En todos estos episodios, en algún momento de la narración, se usan los términos que indican “niño” o “niña” (en griego, paidíon, thygátrion): con ellos no se pretende indicar la edad precisa (solo en el caso de la hija de Jairo se dice que tenía doce años), sino cómo los ven sus padres: son “sus niños” que están muriéndose.

Y así crecía la fama de Jesús que curaba a los más débiles, entre ellos a los niños. Es fácil imaginar, por lo tanto, a los padres que llevaban a Jesús a sus hijos pequeños, todavía débiles, para que los bendijera, para que, con la imposición de las manos, o con solo tocarlos, los proteja de las enfermedades y del poder del maligno. 

Jesús y los discípulos

La enseñanza de Jesús a sus discípulos en este contexto es de gran trascendencia. Jesús llega a “enfadarse” (v. 14) porque los discípulos rechazan a los niños que se acercaban a Él. Nos puede sorprender esta actitud del Maestro. ¿Qué sentido puede tener? 

Jesús es el verdadero Rey y Mesías de Israel. Él inaugura el Reino de los cielos y pide a sus discípulos que proclamen su llegada (cfr. Mt 10, 7). Una señal de que este Reino ha llegado son los niños, vistos en su condición esencial: son pequeños, débiles, dependen en todo del cuidado de sus padres. En ese sentido, Jesús se identifica con ellos: “El que reciba en mi nombre a uno de estos niños, a mí me recibe; y quien me recibe, no me recibe a mí, sino al que me ha enviado” (Mc 9, 37). Jesús se dirige al Padre llamándole Abbá (Mc 14, 36), con el balbuceo del niño que llama a su padre. Podríamos decir que Él es el más pequeño en el reino de los Cielos (cfr. Mt 11, 11). La condición esencial del niño es la de Jesús en su relación íntima con su Padre. Se puede entender mejor la gravedad de impedir que los niños se acerquen a Jesús. Es como impedir que se acerquen a Dios. Es más todavía: es como separar al propio Jesús de su Padre Dios. En el fondo, sin darse cuenta, los discípulos estaban rechazando a Jesús al impedir que los niños se acercaran a Él. 

Es conmovedor fijar la mirada en Jesús rodeado de niños, jugando con ellos, sonriéndoles, preguntándoles sus nombres, su edad…; instruyéndoles para que sean buenos hijos de sus padres, buenos hermanos…; y hablándoles de su Padre del Cielo. Una escena terrena y celestial a la vez: aquel momento fue una clara manifestación de lo que ha de ser en la tierra el Reino de los Cielos, y un reflejo de cómo será ese reino en el más allá para aquellos que en la tierra se han comportado como niños delante de Dios.

El autorJosep Boira

Profesor de Sagrada Escritura

Reverendo SOS

SMS fraudulentos

Tener un paquete pendiente de recibir es algo bastante común en la actualidad. Desde los últimos años es costumbre comprar muchas cosas por internet, y llegan a nuestra casa con una agencia de envíos. Hoy toca hablar de los SMS de envío falsos.

José Luis Pascual·19 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

La mayoría de las agencias de transporte utilizan el SMS para notificar una recogida o una entrega próxima, algo que muchos hackers están utilizando para timar de forma fraudulenta. En efecto, a muchos nos ha llegado un SMS con el aviso de un paquete y un enlace para realizar el seguimiento, pero se trata de un timo, por el que unos criminales quieren conseguir tus datos e instalar malware (virus) en tu dispositivo. Lo que parece un aviso de llegada de un paquete, en realidad destruye o se apodera de datos del teléfono. Esto es lo que debes saber y lo que puedes hacer…

¿Qué está pasando? Avisos falsos de envíos: “Su envío está de camino. Pulse sobre el siguiente enlace para realizar el seguimiento…”. Este mensaje, o diferentes versiones con un texto similar, es lo que recibes en los SMS falsos, que se envían de forma masiva. Los enlaces que contienen son diferentes en cada caso, al igual que los números del remitente.

El truco que hay detrás es siempre el mismo, al menos en todos los mensajes que he visto: o bien se piden los datos de acceso de diversos servicios de internet, o bien aterrizas en una página que quiere instalar malware en el dispositivo. Así que, si recibes un mensaje de este tipo, bórralo directamente y, sobre todo, bajo ningún concepto pulses sobre el enlace, ya que no suele haber un verdadero paquete a la espera. Puedes reconocer este tipo de spam o basura por la dirección a la que remite el enlace adjunto al mensaje. Porque no suele ser de Correos, DHL o similar, sino que apunta a páginas desconocidas.

¿Ya has picado?Si ya has caído en la trampa y has pulsado en el enlace, debes conservar la calma. En el peor de los casos, se te ha convencido para instalar apps (aplicacines) de fuentes desconocidas, que siguen esparciendo los mensajes falsos. Eso no solo da mucha rabia, sino que también puede causarte gastos. 

Lo mejor es que instales una app antivirus en el móvil, y actives el modo avión. A continuación, analiza el dispositivo en busca de malware. Si encuentras algo sospechoso, informa a tu operador. Es posible que te anulen los cargos por los SMS enviados. También deberías poner una denuncia en la Policía, por si debes involucrar a una aseguradora.

¿Está tu número móvil en peligro?La ola actual de spam utiliza un conjunto de datos que se le extravió a Facebook, entre ellos los números de teléfono de más de 500 millones de usuarios de esta red social. El sitio web https://haveibeenpwned.com/ puedes averiguar de forma rápida si tu número es parte de los que fueron robados de Facebook. Escribe allí tu número en formato internacional, por ejemplo +34 123 456 789, y te dirá si estás en peligro.

Impide la instalación de cualquier app.Para minimizar el peligro que pueda venir, puedes modificar los ajustes de tu teléfono Android para impedir que se instalen apps de fuentes desconocidas. En los iPhone, este paso no resulta necesario. Y, en general, sería conveniente bloquear los mensajes de terceros en tu operador de telefonía, si no lo has hecho ya.

Bloquea la recepción de SMS falsosEn los ajustes de muchas apps de mensajería puedes establecer que solo quieres recibir SMS de contactos de tu agenda. Si usas servicios como recordatorios o informaciones del banco, te debes almacenar esos números. Muchos móviles o apps de seguridad ofrecen filtros de spam. Estos te pueden ayudar a reducir la frecuencia de SMS no deseados. Si no te libras de la ola de SMS de ninguna forma, quizás hasta debas cambiar de número.

¿Quién va a cubrir los daños?Si se te han generado costes desorbitados por el envío masivo de SMS, podrías consultar con tu seguro de responsabilidad civil por si cubre este tipo de eventos. Muchos contratos modernos pueden tener cláusulas que cubran daños por phishing. Si se han realizado compras en internet, habla con tu banco, ya que muchas tarjetas mantienen seguros contra estas eventualidades. Y también existen ciberseguros específicos, que cubren todos los problemas que se pueden generar en este tipo de situaciones cuando haces uso de la red.

—Otros muchos timos.Hay numerosas variaciones de este timo, y otra de las más comunes es que te soliciten un pago para entregarte el paquete, porque está “bloqueado” en la mensajería. Suele tratarse de cifras muy pequeñas, 3 o 5 euros a lo sumo, así que picas con facilidad y procedes al proceso del pago. Pero, en realidad, a la hora de realizar el pago te pueden cobrar hasta 1.200 euros si no te das cuenta, o si no tienes activada la doble autenticación del banco. Gracias a este último sistema, el banco te envía un mensaje de confirmación al móvil donde puedes ver la cantidad real que vas a pagar si finalmente aceptas.

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Familia

El don de sí, promesa de fecundidad

La entrega de la vida siempre engendra vida. La generosidad al final produce frutos.

José Miguel Granados·18 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Pequeños héroes

Al final de la gran epopeya narrada por J.R.R. Tolkein en El Señor de los anillos, asistimos a este conmovedor diálogo de despedida entre los dos héroes “medianos” o hobbits, Frodo y su fiel compañero:

“-Pero -dijo Sam, mientras los ojos se le llenaban de lágrimas-, yo creía que también usted iba a disfrutar en la Comarca, años y años, después de todo lo que ha hecho.

-También yo lo creía, en un tiempo. Pero he sufrido heridas demasiado profundas, Sam. Intenté salvar la Comarca, y la he salvado; pero no para mí. Así suele ocurrir, Sam, cuando las cosas están en peligro: alguien tiene que renunciar a ellas, perderlas, para que otros las conserven. Pero tú eres mi heredero: todo cuanto tengo y podría haber tenido te lo dejo a ti. Y además tienes a Rosa, y a Elanor; y vendrán también el pequeño Frodo y la pequeña Rosa, y Merry, y Rizos de Oro, y Pippin; y acaso otros que no alcanzo a ver. Tus manos y tu cabeza serán necesarios en todas partes. Serás el alcalde, naturalmente, por tanto tiempo como quieras serlo, y el jardinero más famoso de la historia; y leerás las páginas del Libro rojo, y perpetuarás la memoria de una edad ahora desaparecida, para que la gente recuerde siempre el gran peligro, y ame aún más entrañablemente el país bien amado. Y eso te mantendrá tan ocupado y feliz como es posible estarlo, mientras continúe tu parte de la historia”.

La entrega de la vida siempre engendra vida. La generosidad al final produce frutos. La fidelidad esforzada y perseverante en el cumplimiento de la propia vocación y misión encuentra noble recompensa, pues difunde el bien y embellece el mundo.

El don de los esposos: fecundidad de la carne

El amor conyugal es el arquetipo del amor humano, puesto que contiene la concreción del servicio en la vida en común y la especial fecundidad de la unión de los esposos en la intimidad sexual. El don mutuo del marido y la mujer -que “dan al cónyuge en exclusiva la semilla de sí mismos”- lleva al don divino de la persona del hijo, a quien el Dios ama e infunde el alma espiritual e inmortal.

Como enseñaba Juan Pablo II, “en su realidad más profunda, el amor es esencialmente don y el amor conyugal, a la vez que conduce a los esposos al recíproco ‘conocimiento’ que les hace ‘una sola carne’ (cf. Gén 2, 24), no se agota dentro de la pareja, ya que los hace capaces de la máxima donación posible, por la cual se convierten en cooperadores de Dios en el don de la vida a una nueva persona humana. De este modo los cónyuges, a la vez que se dan entre sí, dan más allá de sí mismos la realidad del hijo, reflejo viviente de su amor, signo permanente de la unidad conyugal y síntesis viva e inseparable del padre y de la madre” (exhortación Familiaris consortio, n. 14).

El amor conyugal auténtico se abre a las fuentes divinas de la vida. Es una especial participación en la obra maravillosa del Creador. Los padres son procreadores, partícipes del poder divino infinito de dar vida humana, transmisores de la bendición originaria de la fecundidad. Ellos descubren con estupor agradecido el valor generativo de su comunión de amor. Están llamados a vivir su alianza nupcial en la verdad de una entrega recíproca plena, abierta a la vida, de forma consciente, libre y responsable; con esfuerzo y con gozo.

El “nosotros” conyugal -remedo y destello del “Nosotros” de la Comunión trinitaria- se amplía en el “nosotros” familiar con la llegada del hijo: de “nuestro hijo”, como ellos dicen. La dignidad irreductible de cada hijo -que lleva el sello de la imagen y semejanza divina, y se halla orientado a un destino eterno- confiere relieve y trascendenciade gloria celestial al amor terreno de los esposos.

No se pierde ningún acto de amor

La paternidad y maternidad se prolongan en la gravosa carga de las tareas de la crianza y de la educación. Los esposos normalmente se sacrifican con amor gustoso por su progenie. Por su parte, la vocación del celibato evangélico ilumina el sentido espiritual del engendrar al que están llamados los padres, como maestros y guías de sus hijos: se trata de una prolongación de la paternidad y de la maternidad, que tiene lugar mediante el ejemplo y la formación humana; y también en toda la vida de gracia y de oración, en la que se comunican méritos por la acción misteriosa del Espíritu Santo, y contribuyen al alumbramiento de la vida del Espíritu en sus hijos.

Con frecuencia, ese esfuerzo comunicativo ha de mantenerse en el tiempo, superando dificultades: con tesón, sin ver los frutos de modo inmediato. Las promesas divinas -que anidan en los deseos del corazón cuando se ordenan a la verdad de la entrega- fundamentan la esperanza sobrenatural inquebrantable.

En este sentido, el Papa Francisco recordaba que quien se esfuerza en la misión evangelizadora “tiene la seguridad de que no se pierde ninguno de sus trabajos realizados con amor, no se pierde ninguna de sus preocupaciones sinceras por los demás, no se pierde ningún acto de amor a Dios, no se pierde ningún cansancio generoso, no se pierde ninguna dolorosa paciencia” (exhortación Evangelii gaudium, n. 279). Y concluía con palabras de aliento: “Aprendamos a descansar en la ternura de los brazos del Padre en medio de la entrega creativa y generosa. Sigamos adelante, démoslo todo, pero dejemos que sea Él quien haga fecundos nuestros esfuerzos como a Él le parezca” (ibíd.).

En definitiva, el don de amor es irrefrenablemente expansivo: siempre puede más que cualquier dificultad. Pues Dios no falla: “es fiel quien hizo la promesa” (Heb 10,23). De modo que “la esperanza no defrauda” (Rm 5,5).

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Evangelización

“Roy, ¿te sientes identificado con la fe cristiana o es un capricho?»

A los 16 años, Roy Oliveira comienza una investigación sobre las religiones por pura curiosidad. Lo que no esperaba encontrar era a Dios y, menos aún, la fe católica ante la que sostenía lo que él llama "típicos tópicos agnósticos". 

Maria José Atienza·18 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

La historia de fe de Roy Oliveira, es poco menos que sorprendente y también, por qué no, esperanzadora. Este chico vigués de 17 años que, en el futuro, quiere servir a su país a través de la política, creció en un ambiente alejado de la fe. Aunque, como él cuenta, durante unos años asistió a un colegio católico, la educación en la fe que percibió fue algo escasa.

Hasta los 16 años su vida transcurre de manera similar a la de muchos jóvenes de nuestra sociedad, que crecen en familias “post cristianas”, cuyo contacto con la Iglesia es más superficial que otra cosa y su idea del católico es la imagen que de ellos se da en series y películas.

Dios que sale al encuentro

A Roy, Dios se le presentó gracias a un sincero afán de conocimiento, a través del razonamiento y del estudio. Así cuenta él su historia de conversión:

“Yo siempre he investigado sobre muchos temas: historia, lenguas, filosofía… y llegó el turno de las religiones. Es cierto que yo sabía de antemano lo que la cristiandad había supuesto para nuestra civilización occidental y, llegado el momento, me centré en las tres religiones abrahámicas: judaísmo, islamismo y cristianismo.

Mientras investigaba llegó el confinamiento y aproveché para seguir indagando sobre el tema. En ese tiempo, me centré en el cristianismo: adquirí una Biblia, libros sobre el tema… y comencé a darme cuenta que, al contrario de los típicos “tópicos escépticos”, la Biblia no era el cúmulo de contradicciones o fantasías que yo creía.

Me sorprendió porque yo iba preparado para encontrarme con un libro vago, lleno de errores y, por el contrario, leyendo la Biblia comprobé que era muy coherente, que todo lo escrito entraba en concordancia con hechos históricos acaecidos paralelamente a lo narrado en las Escrituras; acontecimientos que, además, se justifican a la luz de la fe y la razón, mientras que sólo con la razón quedaban opacos. Eso fue el inicio de mi acercamiento a la fe.

Anteriormente, tenía una concepción de Dios un poco vaga… Es cierto que nunca negué la existencia de “algo”- llámalo Dios, llámalo energía- pero, a través de este estudio le di rostro a Dios. Empecé a darme cuenta que quizás Dios sí se podía haber manifestado a la humanidad y que era el cristianismo la religión que concordaba con esa manifestación. Todo era muy coherente.

A comienzos de mayo de 2020 me pregunté, realmente, si el estudio estaba moldeando mi forma de ver el mundo o si era una impresión pasajera. Decidí darme un tiempo y pensar. Pasó ese tiempo y lo único que conseguí es estar más en comunión con Dios y la Fe… así que me interpelé a mí mismo: “Roy, llegado este punto, ¿te sientes de verdad identificado con la fe cristiana o es un capricho? Caí en la cuenta que no era una fase, sino que, aquello que hace tres meses parecía una pantomima ahora se me presentaba como una verdad que podía respaldar perfectamente. Fue entonces cuando me planteé la conversión. En el Evangelio, Cristo envía a sus apóstoles a hacer “discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”; así que decidí seguir las palabras de Cristo y bautizarme.

He de confesar que, inicialmente, no pensé en la fe católica, de hecho, estudié la iglesia ortodoxa, las distintas ramas protestantes… y, en última instancia, la Iglesia católica. No en vano, estuve cercano al calvinismo, sin embargo, leer la confirmación de Cristo a Pedro como primer papa, me confirmó en la fe católica: en la Biblia se encuentra la justificación del papado, de la sucesión apostólica y la tradición que niegan las confesiones protestantes. Fue esta coherencia de la Iglesia Católica con la Biblia la que me confirmó en que era esa verdad.

Aquello que hace tres meses parecía una pantomima ahora se me presentaba como una verdad que podía respaldar perfectamente.

Roy Oliveira

Francamente empecé a estudiar todo esto de la religión sin buscar nada en especial. Fue a través del razonamiento y la conexión con Dios cuando descubrí que, en el fondo, estaba buscando algo casi sin saberlo. Encontré ‘lo que no buscaba’ y es el tesoro más preciado que tendré en mi vida”.

«Me imaginaba la Iglesia como en ‘El Padrino’”

A pesar de su madurez, Roy es, evidentemente, “hijo de su tiempo”. Él mismo afirma divertido que, en el momento de dar el paso e ir a la parroquia a poner patas a su conversión, se imaginaba la Iglesia Católica “tal y como la veía en películas o series. De hecho, pensaba que me iba a encontrar algo parecido a lo que veía en la película del Padrino, con los ritos en latín…, etc.”

Una vez tomó contacto con su parroquia, el sacerdote “me prestó un Catecismo de la Iglesia Católica que devoré en unas semanas. Al principio estaba perdidísimo, tenía todos los prejuicios típicos, pero he de decir que, a pesar de todo, fui confirmando mi fe de manera muy fluida. Gracias al Catecismo comprendí mucho más la Iglesia y la doctrina y todo iba encajando”.

Evidentemente, su acercamiento a la fe no pasó desapercibido en su entorno. Como destaca Roy “las personas más cercanas a mí no se sorprendieron tanto, debido a que fueron viendo como experimentaba un acercamiento a la religión. Lo que sí recibí fueron algunas advertencias de que me lo tomase con calma y prudencia porque es un asunto serio y, a mi edad, este tipo de cosas pueden ser consideradas ‘fases’”.

Gracias al Catecismo comprendí mucho más la Iglesia y la doctrina y todo iba encajando.

Roy Oliveira

Mis amigos, acostumbrados a mi agnosticismo, si se sorprendieron. Cuando me preguntan por esto siempre les contesto que había investigado sobre la religión, me parecía mucho más coherente de lo que esperaba y gracias a ella logré establecer la conexión con “eso” que en el fondo pensaba que había de existir”.

«En el fondo, envidio a quienes han crecido con fe»

Es frecuente, en las historias de conversión de adultos, encontrar cierta sorpresa ante la naturalidad o incluso la minusvaloración de los sacramentos, la tradición o las verdades de fe por parte de quienes han crecido en entornos católicos. Una especie de ‘acostumbramiento’ malo que choca con el entusiasmo de quien descubre la riqueza de la fe como Roy, que destaca que “quizás puede ser que, como he descubierto la fe de manera reciente, la valoro más; aunque en el fondo, envidio a quienes han crecido toda su vida con fe, porque para ellos es algo natural y yo no tuve esa suerte”.

Envidio a quienes han crecido toda su vida con fe, porque para ellos es algo natural y yo no tuve esa suerte.

Roy Oliveira
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El discurso del odio puede ser rechazado: con la ‘disputa feliz’

El diálogo enriquecedor en las redes sociales sólo es posible haciendo un esfuerzo personal por evitar las confrontaciones directas y con el espíritu abierto para asumir opiniones ajenas. 

17 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Todos los días, y esto no es nuevo, tenemos experiencia de conversaciones polémicas en la red en las que cada uno trata de imponer su punto de vista sobre cada tema que se debate en la opinión pública, desde las vacunas hasta el partido de la selección nacional de fútbol de cada uno, desde cuestiones delicadas, que pertenecen a la esfera espiritual, hasta opciones políticas que, a menudo, son contraproducentes. Todo se atribuye, como leemos, al contenedor de la incitación al odio.

Esto se debe a que cada uno de nosotros tiene una capacidad innata de persuasión (querer convencer al otro de la «bondad» de nuestras ideas) pero priorizamos el resultado en lugar del camino para llegar a él. Olvidamos que el espíritu del debate es precisamente el de no poner nunca un «punto final» a la discusión, sino el de alimentarla continuamente con nuevas opiniones, puntos de vista y estímulos, en un proceso de contra argumentación constante y fructífero para cada uno de los contendientes.

Cada uno de nosotros tiene una capacidad innata de persuasión pero priorizamos el resultado en lugar del camino para llegar a él.

Giovanni Tridente

¿Cómo es posible entonces disentir en una conversación, generar un debate que pueda ser realmente persuasivo para los interlocutores y la audiencia, sin caer en las “desviaciones» de la argumentación? La propuesta del filósofo italiano Bruno Mastroianni, contenida en su libro La disputa feliz Cómo disentir sin pelearse en las redes sociales, en los medios y en público (Rialp) tiene como principio rector «mantener la atención, la energía y la concentración en las cuestiones y los temas en cuestión, sin romper la relación entre los dos contendientes, precisamente para nutrirse de la diferencia que surge», subraya Mastroianni.

La disputa feliz implica actuar en tres niveles para crear un clima propicio a la confrontación y a la buena persuasión. El primer nivel es superar la mentalidad de confrontación a la que nos han acostumbrado los medios de comunicación. El segundo nivel consiste en elegir, conscientemente, formas específicas de expresión en la conversación con el otro, evitando, por ejemplo, la disociación («esto no es así», «esto está mal», «esto es falso»), la indignación («no voy a tolerar que se diga esto», «esto es inaudito»), los juicios ad hominem («estás equivocado», «no lo entiendes»), las generalizaciones («esto es típico de vosotros, los católicos/ateos/extranjeros/profesores») o el discurso de odio… ya que todos éstos son enfoques de confrontación que tienen un efecto beligerante en el oyente.

Por último, hay que aprender a dejar de lado las expresiones que provocan una reacción hostil en el otro ejerciendo, cuando sea necesario, un saludable «poder ignorar», conscientes de que, a menudo, y especialmente en la red, la “no respuesta” es, en sí misma, un mensaje, probablemente incluso más eficaz que una reacción explícita a la provocación recibida.

En un libro posterior –Litigando si impara, por el momento sólo en italiano-, Mastroianni va más allá y resume las principales virtudes de la argumentación en los dedos de la mano, con una imagen que consideramos exitosa, sugiriendo que la disputa feliz es algo «al alcance de la mano» y que cualquiera puede ponerla en práctica.

El dedo meñique recuerda la humildad, el valor de los límites, para decir que «somos capaces de sostener sin pelearnos sólo lo poco que somos y lo que sabemos»; el dedo anular, el del anillo de bodas, recuerda el vínculo, por lo tanto el valor de la confianza para no dispersarse mientras se disiente, conscientes de que hay que «cuidar ante todo la relación entre las personas»; el dedo corazón recuerda, en cambio, la necesidad de rechazar la agresión, desactivando los insultos y las provocaciones para mantenerse en el tema de la disputa; el dedo índice es el que elige en qué centrarse y, por tanto, está estrechamente vinculado al tema, siempre que sea objetivo, concreto, relevante y coherente; por último, el dedo pulgar, el dedo del “like” en las redes sociales, es valorado realmente cuando en la disputa, el dedo se orienta hacia uno mismo, como una forma de autoironía, es decir, tener la capacidad de vivir las cosas con desapego sin tomarse demasiado en serio las opiniones propias y ajenas, en definitiva.

Todo ello a sabiendas de que la disputa, para ser verdaderamente feliz, debe ser continua, porque no hay temas que no puedan ser discutidos y no hay verdad que no pueda ser encontrada por medios retóricos, siempre susceptibles de nuevos acuerdos y nuevas reformulaciones.

Vaticano

Juan José Silvestre: “Traditionis Custodes vuelve a la situación de 1970”

El Papa Francisco ha anulado las concesiones hechas por Juan Pablo II y Benedicto XVI para la celebración de la Misa con los libros anteriores a la reforma del Concilio Vaticano II. Ese es, en sustancia, el contenido del Motu Proprio Traditionis Custodes y de la Carta explicativa para todos los obispos, publicados el 16 julio de 2021. Juan José Silvestre, profesor de Liturgia en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, explica a los lectores de Omnes qué significa esta decisión.

Juan José Silvestre·16 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

La decisión del Papa Francisco sigue el mismo esquema que se utilizó al publicarse en 2007 el Motu Proprio Summorum Pontificum, de Benedicto XVI. Entonces se publicaron tanto el Motu Proprio propiamente dicho, como una Carta en la que el Papa explicaba y motivaba las decisiones contenidas en aquel documento. Lo mismo se ha hecho ahora, y también el Motu Proprio de Francisco, llamado Traditionis custodes, es más concreto y normativo, mientras que la Carta dirigida a todos los obispos y publicada conjuntamente con él explica con un poco más de detalle, y desde un punto de vista práctico y pastoral, las indicaciones del Motu Proprio.

Si queremos ser muy sencillos y esquemáticos, podemos decir que, en lo litúrgico, con esta decisión del Papa Francisco volvemos a la situación de 1970, cuando fue aprobado el Misal reformado. En cuanto a los libros litúrgicos anteriores a la reforma de 1970, su utilización queda a la decisión del obispo en cada diócesis, que ha de tener en cuenta las indicaciones precisas recogidas en el Motu Proprio de Francisco. No están prohibidos ni abrogados, pero se eliminan las concesiones que habían dado Juan Pablo II y Benedicto XVI en 1984, 1988 y 2007 para poder celebrar la liturgia con ellos. Sólo podrá hacerse si el obispo lo considera oportuno: precisamente la situación que existía en 1970. La diferencia es que, en estos cincuenta años, y especialmente desde Summorum Pontificum en 2007, las personas que seguían la celebración según los libros litúrgicos anteriores han seguido creciendo, también entre los jóvenes, como recuerda el mismo Papa Francisco, pero esta situación genera conflictos que han tratado de resolver tanto Benedicto XVI como ahora el Papa Francisco.

En lo litúrgico, con esta decisión del Papa Francisco volvemos a la situación de 1970, cuando fue aprobado el Misal reformado.

Juan José Silvestre

Las líneas fundamentales de la decisión hecha pública el 16 de julio de 2021 podemos resumirlas en tres puntos, a los que conviene añadir algunos comentarios.

En primer lugar, desde ahora la única forma ordinaria de la liturgia de rito romano es el Misal de Pablo VI, que es la única expresión de la “lex orandi” del rito romano. Ya no hay dos formas, una ordinaria y una extraordinaria, sino una única forma, que es precisamente el Misal de 1970. Desde el punto de vista litúrgico, esta es la afirmación fundamental.

En segundo lugar, la posibilidad de celebrar con los libros litúrgicos anteriores a la reforma conciliar ya no queda en manos del sacerdote cuando celebra individualmente, ni de un grupo que pida esta manera de celebración, sino que vuelve al obispo, que es el supremo liturgo de la diócesis. Él es quien ha de determinar cuándo es posible hacerlo y cuándo no, ateniéndose a unas indicaciones bastante restrictivas, semejantes a las que había en 1970; por tanto, esa posibilidad se contempla de manera más restrictiva de la establecida por Juan Pablo II y Benedicto XVI. Relacionado con este punto está el hecho de que la Congregación para el Culto Divino, y para algunos aspectos, la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, vuelve a ser competente en este campo; puede recordarse que en la regulación de Summorum Pontificum la forma extraordinaria y el uso de los libros litúrgicos anteriores a la reforma dependían de una comisión ad hoc, que era la Comisión Ecclesia Dei, y de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

En tercer término, sobre todo en la Carta a los obispos, el Papa Francisco valora y considera la generosidad de Juan Pablo II y Benedicto XVI en su objetivo de fomentar la unidad en el seno de la Iglesia, finalidad que orientaba la concesión y permisión de la celebración con los libros litúrgicos anteriores a la reforma.

El Papa Francisco señala que, después de catorce años desde Summorum Pontificum y de un estudio realizado entre todos los obispos del mundo, ha podido constatar con disgusto que esa unidad no se ha conseguido. Al contrario, en cierto modo se ha ahondado la separación y se puede haber producido alguna arbitrariedad. Por ese motivo, sin afirmar en absoluto que lo que hicieron Juan Pablo II y Benedicto XVI no haya sido bueno y generoso, Francisco considera que sus medidas no han producido el resultado esperado, y retira las concesiones que estos dos Pontífices habían hecho para fomentar la unidad y salvaguardar el Concilio Vaticano II. Queda también anulado Summorum Pontificum. Insisto en que no se dice que el Misal anterior fuera erróneo o haya quedado prohibido; Traditionis Custodes es un Motu Proprio que busca fomentar la unidad litúrgica con unas disposiciones nuevas que recuerdan las de Pablo VI cuando fue publicado el Misal de 1970.

Tres puntos clave:
1. Desde ahora la única forma ordinaria de la liturgia de rito romano es el Misal de Pablo VI
2. La posibilidad de celebrar con libros anteriores a la reforma conciliar queda en manos del obispo diocesano
3. Al constatar que no se ha logrado la unidad, objetivo del Motu Proprio Summorum Pontificum, se deroga éste.

Juan José Silvestre

Conviene apuntar que, aunque se haya afirmado así en algunos medios, este Motu Proprio del Papa Francisco no restringe el uso del latín en la Misa o la celebración “versus absidem” o de espaldas al pueblo. Aquí se está hablando de una cosa muy precisa, que es el uso del Misal de 1962. Puede recordarse, por ejemplo, que la edición típica del Misal de Pablo VI, y de todos los libros litúrgicos, es en latín; y la Misa de espaldas no está prohibida por el Misal de 1970.

Por consiguiente, la decisión sobre la posibilidad de utilizar los libros de 1962 queda en manos del obispo, que puede permitir su uso o no hacerlo, y todas las decisiones otorgadas en su momento por Juan Pablo II o Benedicto XVI habrán de ser confirmadas por los obispos en cada lugar. Como principio general, el obispo no debe aceptar nuevos grupos de personas para las que se celebra conforme a los libros litúrgicos anteriores ni crear nuevas parroquias personales.

De lo que se trata es de celebrar bien con los libros litúrgicos emanados por el Concilio Vaticano II y publicados en tiempos de Pablo VI y de Juan Pablo II.

Juan José Silvestre

La Carta subraya asimismo un punto importante: de lo que se trata es de celebrar bien con los libros litúrgicos emanados por el Concilio Vaticano II y publicados en tiempos de Pablo VI y de Juan Pablo II. El Papa Francisco alude también en su Carta a las diversas expresiones de “creatividad salvaje” que oculta y mancha el rostro de la verdadera liturgia, y señala que lo que buscan los amigos de la antigua tradición pueden encontrarlo en el rito reformado contenido en estos libros, y especialmente en el Canon romano pueden encontrar el testimonio de la tradición.

Los libros litúrgicos actuales, en definitiva, cuando son bien celebrados, fomentan lo que quiere el Concilio Vaticano II, que es una participación consciente, piadosa y activa.

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España

Cursos de verano de la HOAC: la reconstrucción social tras la pandemia

Con el título “Trabajo decente y amistad social en la era poscovid”, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) ha realizado, del 12 al 17 de julio, una nueva edición de sus Cursos de Verano, un espacio de reflexión, profundización y diálogo que, por primera vez, se han desarrollado íntegramente de manera telemática y que han contado con cerca de 300 personas entre militantes y simpatizantes.

Maria José Atienza·16 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Este año, el curso se ha centrado en el análisis de las consecuencias de la pandemia que estamos sufriendo y los retos que esta situación plantea para la sociedad y para la Iglesia así como el modo de recorrer caminos de fraternidad y búsqueda de la justicia, especialmente en el mundo obrero y del trabajo. 

Cada ponencia, desde sus diferentes prismas, ha intentado subrayar que la irrupción de la COVID-19, que aún se muestra con crudeza, ha empeorado  la situación del mundo del trabajo golpeando mucho más a aquellos  trabajadores y trabajadoras con peores empleos y situaciones de precariedad y vulnerabilidad. 

Como destaca HOAC en la nota final de estos cursos, las jornadas se han desarrollado de la siguiente manera: 

La jornada de reflexión de consiliarios y animadores y animadoras de la fe, realizada el 12 de julio con la ponencia Cultivar una espiritualidad del cuidado de José García Caro, consiliario de la HOAC de Sevilla, desde la clave teológica del cuidado y en la propuesta del papa Francisco para “que el Espíritu Santo nos enseñe a ver el mundo con los ojos de Dios y a cuidar de nuestros hermanos y hermanas con la suavidad de su corazón”, nos emplaza a un cambio interior y sanar “todas las relaciones básicas del ser humano” y nuestra relación con el planeta. 

Las jornadas de profundización y diálogo Retos y esperanzas del mundo del trabajo en la era poscovid, desarrolladas del 13 al 15 de julio con las ponencias de Sebastián Mora, profesor de Ética de la Universidad Pontificia de Comillas. De Jordi Mir-García, doctor de Humanidades de la Universidad Autónoma de Barcelona y de María José “Coqui” Rodríguez, presidenta de la HOAC de Granada. Además se realizó una mesa de experiencias de militantes en acompañamiento, a trabajadores y trabajadoras en conflictos laborales; con víctimas de siniestralidad laboral; y personas migrantes. 

Sebastián Mora destacó algunos de los elementos que nos ha dejado la pandemia, como la necesidad de repensar la flexibilidad como sinónimo de precariedad; la revalorización de los trabajos esenciales, que como sociedad hemos reconocido durante esta crisis, y la vivencia de que necesitamos cobertura social ante los riesgos sistémicos. Mora pidió a HOAC continuar el camino de la denuncia profética que integre una economía de los cuidados y la necesidad de retomar el debate de los tiempos de trabajo unido al de la renta básica universal.

Por su parte, Jordi Mir-García quiso centrarse en los aprendizajes que la pandemia nos ha traído para contribuir a construir un mundo con mayor justicia social. Una idea compartida por Maria José “Coqui” Rodríguez, presidenta de la HOAC de Granada que instó a la búsqueda de nuevos estilos de vida a través de la senda del encuentro fraterno y de la comunión, practicando la solidaridad y la amistad social.

De lo escuchado y dialogado en estas jornadas de profundización y diálogo surge, entre tanta riqueza compartida:

  • Una llamada a que la HOAC y toda la iglesia se haga eco de la vulnerabilidad en la que se encuentran los sectores más empobrecidos del mundo obrero.
  • La necesidad de tender puentes entre organizaciones del mundo obrero que anhelan una utopía de fraternidad y justicia, desde lo particular a lo más universal.
  • Cultivar la caridad política y hacer vida los principios de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) para favorecer que las instituciones velen por el bien común y el cuidado de la Creación.

Los cursos finalizarán el sábado 17 de julio, con las jornadas de oración con una intervención sobre La mística que nos sostiene en la propuesta de Rovirosa que permitirá discernir este planteamiento con nuestra vida y en nuestros compromisos.

Teología del siglo XX

Il dramma dell’umanesimo ateo, di Henri de Lubac

Pubblicato alla fine della seconda guerra mondiale (1944), il lucido saggio Il dramma dell'umanesimo ateo rappresentava un'analisi cristiana dei fermenti che avevano allontanato la cultura moderna dal cristianesimo e che erano stati, in parte, responsabili della catastrofe.

Juan Luis Lorda·16 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 7 minutos

Testo originale in spagnolo qui

Non era difficile vedere come sia il nazismo che il comunismo traessero origine dalla componente anticristiana dell’età moderna. In entrambi, in modi diversi, si mescolavano presupposti filosofici (di Feuerbach in un caso, di Nietzsche in un altro, e in entrambi, di Hegel) e false pretese scientifiche sul materialismo (dialettica) o sulla biologia (razzismo). Ed entrambi intendevano costruire una nuova città con una cultura senza Dio in favore di un uomo nuovo. Ma caddero durante la costruzione della torre di Babele, che è anche l’apocalittica Babilonia, assetata di sangue cristiano.

Il libro è composto da diversi articoli che De Lubac scrisse durante la Seconda guerra mondiale e l’occupazione della Francia da parte dei tedeschi. In origine erano articoli distinti. Così ci racconta l’autore con la sua caratteristica modestia nel prologo. Ma avevano l’unità dell’analisi: «Sotto le innumerevoli correnti che affiorano sulla superficie esterna del nostro pensiero contemporaneo, ci sembra che ci sia […] qualcosa come un’immensa deriva: per l’azione di una parte considerevole della nostra pensante minoranza, l’umanità occidentale rinnega le sue origini cristiane e si separa da Dio» (p. 9). E prosegue: “Non stiamo parlando di un ateismo volgare, che è tipico, più o meno, di tutti i tempi e che non offre nulla di significativo […]. L’ateismo moderno diventa positivo, organicamente costruttivo. Non si limita a criticare, ma ha la volontà di rendere inutile le domande per fornire direttamente la soluzione. «L’umanesimo positivista, l’umanesimo marxista, l’umanesimo nietzschiano sono, più che un ateismo propriamente detto, un antiteismo e più precisamente un anticristianesimo, per la negazione che ne è alla base» (El drama del humanismo ateo. Encuentro, Madrid 1990 , pp. 9-10).  

Il saggio è diviso in tre parti. Nella prima tratta di Feuerbach e Nietzsche sulla morte di Dio e la dissoluzione della natura umana e paragona Nietzsche a Kierkegaard. La seconda parte è dedicata al positivismo di Comte e al suo ateismo sostitutivo. Il terzo dal titolo espressivo di Il profeta Dostoevskij mostra come lo scrittore russo, sensibile a ciò, avesse intuito la problematica: «Non è vero che l’uomo non può organizzare la terra senza Dio. Quel che è certo è che senza Dio, alla fine, può solo organizzarlo contro l’uomo. L’umanesimo esclusivo è un umanesimo disumano. (pag. 11). Come tutta l’opera di De Lubac, questo libro è pieno di citazioni e riferimenti e si può intuire uno sforzo di lettura serio e intenso. E una vasta cultura. Va anche notato che tratta sempre i pensieri degli altri in modo equilibrato, con grande discernimento e irreprensibile onestà intellettuale.

Feuerbach e Nietzsche

De Lubac descrive l’idea cristiana dell’essere umano e del suo rapporto con Dio come una grande forma di liberazione che avvenne nel mondo antico: «Il Fatum è finito!» (p. 20), la tirannia della fatalità: dietro c’è un Dio che ci ama. «Ora questa idea cristiana che era stata accolta come una liberazione comincia a esser percepita come un giogo». Non vuoi essere soggetto a niente, nemmeno a Dio. I socialisti utopisti, da Proudhon a Marx, vedono in Dio la scusa che sanziona l’ordine ingiusto della società: “per grazia di Dio”, come si conia sulle monete reali.

Feuerbach e Nietzsche infrangono questo ordine. Feuerbach lo farà postulando che l’idea di Dio è stata generata sublimando le aspirazioni degli esseri umani, che si sono privati della pienezza a cui aspirano, e quindi non può più essere la loro. Per Feuerbach, la religione cristiana è la più perfetta e, quindi, la più alienante. Questa idea è stata come una rivelazione per Engels o Bakunin. E Marx aggiungerà, nella sua analisi economica, che l’alienazione originaria è ciò che genera le due classi fondamentali, chi possiede i mezzi di produzione (proprietari) e chi non li possiede (lavoratori) e questo crea nella storia quella struttura sociale che finisce per essere accettata dalla religione. Gli darà anche una svolta pratica e politica: non si tratta più di pensare, ma di trasformare. Serve una rivoluzione più radicale di quella francese. 

Secondo de Lubac, Nietzsche non simpatizzava con Feuerbach, ma fu influenzato da Schopenhauer e Wagner. Il mondo come volontà e rappresentazione di Schopenhauer è influenzato dalla tesi di Feuerbach e incanta Wagner. La Volontà di potenza di Nietzsche è mossa dall’indignazione per l’alienazione cristiana e dal desiderio di riconquistare la piena libertà: «Nel cristianesimo, questo processo di espropriazione e svilimento dell’uomo raggiunge l’estremo», dice. E questa indignazione è presente fin quasi dall’inizio del suo lavoro. È necessario espellere l’errore di Dio. Non si tratta di dimostrare che è falso, perché  sarebbe un processo senza fine ma  lo dobbiamo espellere dal pensiero come un male, una volta smascherato perché sappiamo come si è formato. Occorre proclamare come in una crociata, la “morte di Dio”, compito colossale e tragico, perfino spaventoso, come appare in Così parlò Zarathustra. Di conseguenza, tutto va rifatto e soprattutto l’essere umano: ci troviamo di fronte a un umanesimo ateo. “Non vede, commenta De Lubac, che Colui contro il quale bestemmia ed esorcizza è proprio Colui che gli dà tutta la sua forza e grandezza […], non si rende conto del servilismo che lo minaccia”(pag.50). De Lubac non manca di sottolineare che Nietzsche può deridere la menzogna cristiana perché nel cristianesimo moderno, così confortevole, non c’è quasi traccia della vibrazione dei cristiani che hanno trasformato il mondo antico.

Kierkegaard ha molte cose in comune con Nietzsche: la lotta solitaria contro i borghesi, l’avversione per Hegel e la sua astrazione, la coscienza di combattere da soli con grande sofferenza. Ma Kierkegaard è un uomo di fede radicale, un “araldo della trascendenza”, di quella dimensione senza la quale l’essere umano chiuso in sé stesso non può che soccombere ai suoi limiti e bassezze.

Comte e il cristianesimo 

Il lungo Corso di Filosofia Positiva di Comte fu pubblicato lo stesso anno de L’essenza del cristianesimo di Feuerbach (1842). E come fece notare un commentatore dell’epoca: “L. Feuerbach a Berlino, come Auguste Comte a Parigi, propone all’Europa il culto di un nuovo Dio: la ‘razza umana’» (p. 95).

De Lubac analizza con lucidità la famosa “legge dei tre stadi”, che Comte formulò all’età di 24 anni. «Costituisce la cornice in cui riversa tutta la sua dottrina» (p. 100). Si passa da una spiegazione soprannaturale dell’universo con gli dei e Dio («stato teologico»), a una spiegazione filosofica per cause astratte («stato metafisico») e, infine, a una spiegazione pienamente scientifica e «naturale» (» fase positiva”). Non si torna indietro. Tutto quanto sta al di sopra è «fanatismo», un modo di pensare in voga all’epoca. Comte non si considerava un ateo ma un agnostico: crede di aver dimostrato che l’idea di un Dio era stata falsamente raggiunta e che questa domanda non aveva senso in una società scientifica. Ma è necessario colmare il vuoto, perché «ciò che non viene sostituito non viene distrutto»(pag.121). E vuole organizzare il culto dell’Umanità. Questo porterà a una serie di iniziative piuttosto stravaganti. De Lubac commenta: “In pratica porta alla dittatura di un partito, per meglio dire, di una setta. Nega all’uomo ogni libertà, ogni diritto» (p. 187). Siamo nella linea dei «fanatismi dell’astrazione» che poi denuncerà V. Havel, o dei progetti di «ingegneria sociale» che i marxisti realizzeranno, ma in questo caso, fortunatamente, furono quasi innocui. 

Dostoevskij profeta

È interessante notare che la terza parte del libro è intitolata Il profeta di Dostoevskij. De Lubac riprende un’osservazione di Gide: in molti romanzi vengono descritti i rapporti tra i protagonisti, ma quello di Dostoevskij tratta anche del rapporto «con se stesso e con Dio»(p. 195). In questo lavoro interiore, Dostoevskij ha saputo rappresentare i cambiamenti che l’opzione per il nichilismo e la vita senza Dio comporta in una persona. Dostoevskij è un profeta in questo senso: ci fa vedere cosa accade nelle anime nelle quali si formano nuove idee. Ci permette persino di immaginare cosa sia successo nell’anima dello stesso Nietzsche, l’anima di un ateo in fuga da Dio.

È interessante notare che De Lubac racconta che, nei suoi ultimi anni di lucidità, Nietzsche conobbe l’opera di Dostoevskij (Memorie dal sottosuolo), con cui si sentì identificato: «È l’unico che mi ha insegnato qualcosa sulla psicologia» (200 ), Incontrò anche L’idiota, dove intravide i lineamenti di Cristo, ma percepì presto Dostoevskij come un amico: “completamente cristiano nel sentimento”, conquistato dalla “morale degli schiavi”. E commenterà: «Gli ho concesso uno strano riconoscimento, contro i miei istinti più profondi […] la stessa cosa accade con Pascal» (p. 200).

Quando Dostoevskij stava progettando, alla fine della sua vita, una grande opera con un background autobiografico, annotava: «Il problema principale che si presenterà in tutte le parti dell’opera sarà quello che mi ha torturato consciamente o inconsciamente per tutta la mia vita: l’esistenza di Dio. L’eroe sarà, per tutta la sua esistenza, ora ateo, ora credente, ora fanatico o eretico, ora ancora ateo» (p. 205). Non l’ha scritto in prima persona, ma attraverso i vari personaggi che ha creato e ci ha rivelato i diversi stati della sua anima credente, atea, nichilista o rivoluzionaria.

E’ passato il tempo per questo libro?

Sì lo è. Il confronto tra Nietzsche e Kierkegaard resta attuale, ancora più attuale l’analisi di Dostoevskij che resta commovente. Ma altre cose sono cambiate. Il nazismo è scomparso con la guerra. Il comunismo, come un miracolo, è caduto con il 20° secolo (dal 1989). Feuerbach o Comte sanno di antico, sebbene siano insegnati nelle Facoltà di Filosofia prima di Foucault e Derrida (senza alcuna menzione dei loro critici). Le ideologie politiche sono scomparse, lasciando ferite culturali. 

Tuttavia, il background positivista come unica fede nella scienza sopravvive e si diffonde, senza le eccentricità di Comte. Non c’è culto e sacerdozio positivista, anche se c’è il Magistero quasi pontificio di alcuni “oracoli della scienza”, come li chiamava Mariano Artigas. Ma sì, c’è un presunto materialismo, che, in realtà, ha poco fondamento, dato quello che sappiamo dell’origine e della costituzione del mondo. Ogni giorno sembra sempre più un’enorme esplosione di intelligenza, tanto che è più improbabile difendere la tesi che esiste solo la materia e che tutto è stato fatto da sé.

Il marxismo è caduto, dicevamo, ma l’immenso vuoto ideologico viene riempito con le stesse dimensioni planetarie e le stesse tecniche di propaganda e pressione sociale come l’ideologia sessuale, sviluppatasi dopo il 1968. E ciò è dovuto, in gran parte, al fatto che una sinistra, privata di un programma politico (marxista) e di un orizzonte per il futuro (la società senza classi), ne ha fatto una pretesa morale che riscatta o almeno copre il duro passato. De Lubac, come la maggior parte dei suoi contemporanei, compresa l’intera sinistra classica, rimarrebbe perplesso. Dalla sinistra rivoluzionaria siamo passati alla sinistra libertaria (su ispirazione di Nietzsche) e da lì a una nuova macchina ideologica che, sconvolgendo le basi della nostra democrazia, fa della sua intolleranza una virtù. Dalla fine del Settecento le intolleranze non sono cristiane, ma anticristiane. E su questo nuovo umanesimo vale la diagnosi che De Lubac trova in Dostoevskij: si può ipotizzare un mondo senza Dio, ma non si può farlo senza andare contro l’essere umano. Dostoevskij, il profeta, non ha immaginato questa deriva, ma l’ha annunciata «Solo la bellezza salverà il mondo. «

La chica del mar

Recuerdo cuando la chica del mar me animó diciéndome que había mucha gente rezando por mí, y me uno yo también a ese clamor: "Salve, Estrella de los mares"

16 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

–«¡No te duermas! Aguanta un poco, Cheikh, ya están llegando».

La voz de la muchacha sonaba a la vez dulce y enérgica en aquel cayuco a la deriva, en la oscuridad de la noche.

Me recordaba a la de mi hermana Fatou cuando me despertaba por las mañanas para ir al colegio. Llegaba tarde a menudo, pero ella no permitió que faltara un solo día. «La escuela es nuestra salvación –me repetía–. No sabes lo afortunados que somos. Que las misioneras hayan abierto una escuela a solo media hora de camino de nuestra casa es una suerte que no podemos desaprovechar».

Mi pobre hermanita Fatou, ¡cuánto me quería! Se hizo cargo de mí cuando murió mamá y procuró que no me faltara de nada vendiendo pescado en el mercado. La mataron a machetazos los mismos que destruyeron luego la escuela y quemaron nuestras casas. Luego vino la sequía, el abuso de las compañías que acapararon el negocio de la pesca, la bajada del precio del oro por parte de los contrabandistas que hacía insostenible el trabajo en la mina…

Lo intenté todo para sobrevivir y ahora me veo aquí, perdido en mitad del océano, cayendo en la trampa de la muerte en mi intento de huir de ella. Después de 20 días en esta pestilente barca, sin agua y sin víveres, casi todos han muerto. Y yo estoy a punto de hacerlo. De hecho, estoy deseando que termine esta tortura.

–«¡Cheikh, espabila, que ya vienen! –me volvió a gritar la chica–. Ánimo, hay mucha gente rezando por ti.

Con mucho esfuerzo –cuando se está deshidratado, hasta mover las pestañas se parece a un ejercicio de halterofilia–, pude abrir los ojos y verla. ¡Qué sorpresa me llevé! No era tan joven como parecía por su voz y tenía un niño en brazos. Estaba agitada, nerviosa. No hacía más que mirar al horizonte con preocupación. No me sonaba que hubiera embarcado con nosotros y, además, su aspecto no era el de quien acaba de pasar más de dos semanas sin comer ni beber; pero la cara del niño sí me resultaba familiar…

El cansancio me vencía y, cuando estaba a punto de volver a cerrar los ojos, el pequeño se me acercó y tocó con su mano mis labios. Un torrente de agua fresca pareció correr de repente por mi garganta, mis labios y mi lengua seca como una suela de zapato, a la vez que un resplandor me los quitó de la vista.

El destello resultó provenir del potente foco del buque de salvamento marítimo que acababa de encontrarnos. Varios miembros de la tripulación bajaron a comprobar el estado de mis compañeros, me subieron a bordo y confirmaron que era el único superviviente. ¿Qué habría pasado con aquella madre y el niño? Los había tenido a mi lado hacía solo unos minutos.

Ya en el hospital, pregunté a través del intérprete por aquella extraña pareja que me ayudó a resistir. Nadie sabía darme explicación. Una doctora me dijo que es normal sufrir alucinaciones en el estado en el que estaba; pero uno de los enfermeros, se sacó una especie de estampa que llevaba colgada al cuello con una imagen de una mujer y su hijo. «Es un escapulario de la Virgen del Carmen –me dijo–. Es la patrona de las gentes del mar que la invocan en los momentos de peligro. Quizá fue ella quien te salvó».

Yo no sé si fue real o fue un sueño, pero sí sé que, desde entonces, cada noche me acuerdo de quienes pueden estar sufriendo en medio de una travesía como la mía. Recuerdo cuando la chica del mar me animó diciéndome que había mucha gente rezando por mí, y me uno yo también a ese clamor a la vez que le doy gracias con las palabras que me enseñó el enfermero y que fueron las primeras que aprendí en español, cantándole: ¡Salve, Estrella de los Mares!

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

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Evangelización

Stella Maris, voz de humanidad para las gentes del mar el día de su Patrona

No estáis solos, no estáis olvidados, es el lema del Día de las gentes del mar, que celebran el 16 de julio coincidiendo con la festividad de su Patrona, la Virgen del Carmen. Omnes recoge mensajes del obispo de Tui-Vigo, Mons. Luis Quinteiro, promotor de Stella Maris, y de los delegados en Vigo, Mariel Larriba, y Barcelona, Ricardo Rodriguez-Martos.

Rafael Miner·16 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 10 minutos

Fue precisamente el obispo de Tui-Vigo, promotor del Stella Maris en España, Monseñor Luis Quinteiro, quien presidió el fin de semana pasado la Ofrenda del mar en el Templo Votivo de Panxón, un homenaje de fe y devoción que, cada año, realizan las cuatro marinas —la Armada, la mercante, la flota pesquera y la deportiva— a la Virgen del Carmen. Pueden ver aquí al final el canto de la Salve marinera y la Ofrenda, tras la celebración de la Eucaristía.

En esta ocasión, el Centro Stella Maris de Atención al Marino escogió a Edelmiro Ulloa, nuevo gerente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), como oferente en representación de toda la flota pesquera, a la que correspondía hacer la ofrenda en este año marcado por la Covid-19. Edelmiro Ulloa agradeció a la Virgen su presencia como “luz permanente y guía a puerto para nuestros marinos, alegría en el reencuentro de los nuestros y apoyo en su ausencia, su compañía en la soledad que conlleva a veces la vida abordo, consuelo para los que sufren la amargura de la pérdida definitiva”.

El obispo de Tui-Vigo, Mons. Luis Quinteiro Fiuza, bendice los mares desde la puerta del Templo Votivo de Panxón.

Como es habitual, el obispo Mons. Luis Quinteiro respondió a la ofrenda realizada exhortando a todos los fieles a poner en valor, tanto social como espiritualmente, el mundo del mar, que “tiene una importancia decisiva en nuestra vida laboral, económica y social. La pesca configura sociedades que tienen una fuerza increíble en sus costumbres y tradiciones, en sus creencias y en su solidaridad, convirtiéndose en un ejemplo para toda la sociedad”.

Finalmente, Mons. Luis Quinteiro bendijo los mares desde la puerta del templo con el Santísimo, que recorrió las naves con los fieles sentados en sus lugares para cumplir de este modo las recomendaciones de la vicaría de Pastoral para los lugares de culto. La Ofrenda del mar, que se celebra en Panxón desde el año 1939, se ha convertido en una oportunidad para revalorizar el papel de los marineros y visibilizar los graves problemas que afectan a sus familias.

Caminos de dignidad y justicia

En sintonía con el lema de la Jornada, el obispo de Tui-Vigo y promotor de Stella Maris (Apostolado del Mar) destacó que “en estos tiempos difíciles para todos, y de una manera muy especial para los marineros, el Apostolado del Mar quiere estar cerca de cada uno de los hombres y mujeres del mar para deciros que no estáis solos, que no estáis olvidados”. El prelado recordó que Stella Maris “cumplió 100 años con todos vosotros, y todos los que formamos esta gran familia queremos que sigáis sintiendo cerca el corazón y el compromiso de la Iglesia. Seguiremos remando juntos en los caminos de la dignidad y de la justicia, de la libertad y de la solidaridad”.

Con esta finalidad, “la Iglesia está presente de un modo muy cercano en las parroquias marineras, en los puertos de mar atendiendo a los marineros y a sus familias, visitando los barcos cuando llegan con marineros que no conocen la lengua y que necesitan cosas urgentes y la compañía de gente amiga. Stella Maris, el Apostolado del Mar, quiere impulsar cada día la presencia de la Iglesia en cada puerto, en cada pueblo marinero, en todas nuestras parroquias cercanas al mar, porque la luz de la fe es el mejor camino para luchar por la dignidad de la vida de nuestras gentes del mar”, sintetizó Mons. Quinteiro.

La mayor parroquia de Barcelona

Es posible que algunos de los que lean estas líneas no estén al tanto de la tarea de evangelización y apostolado de Stella Maris con las gentes del mar. En consecuencia, van aquí unas pinceladas hoy, fiesta de la Patrona, la Virgen del Carmen. Ricardo Rodriguez-Martos (Barcelona), y Mariel Larriba (Vigo), han conversado con Omnes.

A finales de junio, la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y la Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Española (CEE), presentó el libro El apostolado del mar, una pastoral de Iglesia en salida (EDICE), del que es autor el ex capitán de Marina Mercante y profesor de la Facultad de Náutica de Barcelona, Ricardo Rodríguez-Martos Dauer (Barcelona, 1948).

Ricardo Rodriguez-Martos es delegado diocesano del Apostolado del Mar del arzobispado de Barcelona desde 1983, año en que fue ordenado diácono por el cardenal Narcís Jubany, que le puso al frente del Apostolado del Mar en la Ciudad Condal. Lleva, por tanto, casi 40 años pilotando la actividad de Stella Maris en el Puerto de Barcelona, está casado, y tiene 3 hijos y 8 nietos. Una institución.

En la presentación del libro, Rodriguez-Martos se refirió al final “a las miles de personas involucradas en el Puerto de Barcelona, a las miles de personas que pasan al año a bordo de los barcos, y a la actividad pastoral que se desarrolla en el anuncio de la fe (celebraciones, bendición de barcos  ̶ una tradición muy marinera ̶ , entierros, bodas, Misas, una actividad pastoral importante”.

Y contó la siguiente anécdota: “recogiendo todo esto, en la última asamblea que tuvimos antes de la pandemia, el cardenal de Barcelona, arzobispo Juan José Omella, dijo: “Después de lo que he escuchado, llego a la conclusión de que Stella Maris es la parroquia más grande de Barcelona”.

A continuación, refiriéndose a algunas ideas expresadas en la presentación, señaló: “Todo esto son elementos de Iglesia en salida, y creo que el Apostolado del Mar, Stella Maris, en cualquier puerto en que trabaje, tiene que intentar ir por este camino. Meterse con gestos y obras en la vida cotidiana de los puertos y de los barcos”.

El autor catalán explicó también cómo surgió la iniciativa de escribir un libro sobre el Apostolado del Mar, Stella Maris, de la Iglesia: “La idea de este trabajo salió del siguiente modo. Hace unos años, en una asamblea en Barcelona donde presentamos la memoria anual, presidió la asamblea el entonces obispo auxiliar de Barcelona, Sebastiá Taltavull, hoy obispo de Palma de Mallorca. Tras escuchar las distintas intervenciones donde se explicaba en qué consistía nuestra actividad, dijo: ‘Esto que hacéis es exactamente Iglesia en salida’.

Desde entonces, aseguró Rodriguez-Martos, “creció en mí una inquietud por profundizar en ese concepto. Me pareció que toda la actividad que se desarrolla en el Apostolado del Mar valía la pena centrarla a la luz del Magisterio, de los fundamentos bíblicos, de la pastoral, para que realmente pueda verse enriquecida con esta reflexión y ayudar a progresar e ir hacia adelante. Empecé a estudiar la Evangelii gaudium, y me entusiasmé. Soy un entusiasta de la Evangelii gaudium y de los documentos del Papa Francisco”.

Un Papa del que el veterano marino, desde hace tantos años en tareas evangelizadoras, destaca esta frase, por citar un ejemplo: “Prefiero una Iglesia accidentada y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias comodidades. Esto inspira mucho. Ir a las periferias, meterse con obras y gestos, esto es imprescindible en el Apostolado del Mar”.

Imágenes de Iglesia en salida

Rodríguez-Martos habla de imágenes que considera “clarificadoras de la Iglesia en salida” en Stella Maris: el visitador de barcos que deja su comodidad en casa para atender a las tripulaciones; la conocida furgoneta con letras grandes STELLA MARIS ó las reuniones en el Puerto. Son “imágenes de Iglesia en salida. Como cuando la Iglesia se sienta a formar parte de grupos de trabajo”.

“Nosotros estamos allí para representar la sostenibilidad social de la gente de mar. No hay que olvidar que la sostenibilidad económica y la medioambiental están recogidas en la Laudato si’. Implicarse en eso también es labor de Iglesia. Lo importante es, para mí, estar como Stella Maris y aportar lo que queremos aportar. Y se nos escucha. La Iglesia tiene, en el ámbito social y civil, el derecho y el deber de hacerse escuchar. Sentados como uno más. Y la Iglesia comparte los problemas de todos. Es una faceta muy importante de la Iglesia en salida”.

En el Puerto de Vigo

Mariel Larriba Leira es la otra cara de la moneda de Rodriguez-Martos. Pero sólo en la cronología, porque ha tomado el relevo hace unos meses. Es delegada de Apostolado del Mar de la diócesis de Tui-Vigo desde enero. Sus predecesoras fallecieron el año pasado, eran muy mayores. Y don Luis [obispo de Tui-Vigo] me dijo: te ha tocado. Es un honor. Las personas que llevaban el Apostolado del Mar en estas décadas eran personas de vida consagrada, que se dedicaron a atender a los huérfanos de los marinos, y a toda la gestión de la construcción y mantenimiento del Tempo votivo del Mar, que lo construyó el arquitecto Palacios, y del colegio de huérfanos”.

“Tengo contacto con el mundo del mar desde hace años”, explica Mariel Larriba. “He llevado temas de pesca, he estado en la elaboración del último plan estratégico del Puerto de Vigo. He sido portavoz de Pesca en el Senado, he tenido que llevar iniciativas legislativas de calado. Una de ellas ha sido la reclamación del voto del marino, “un asunto que está sin resolver”. Le pedimos que nos lo cuente.

“Recuerdo que en el año 2011, en el Senado, fui senadora por la provincia de Pontevedra, y habíamos presentado un informe: en la flota de pesca, censados, había unos 16.000 pescadores, de los que apenas votaban doscientos. Y eran una media muy elevada. Los marineros tienen muy limitado su derecho al voto, no votan, no pueden votar, porque están faenando. Choqué de frente con la Junta Electoral Central. En España seguimos arrastrando esto, somos muy garantistas, y tiene que ser la persona quien meta la papeleta en la urna. No hay delegación de voto, ni voto virtual, por correo… En otros países, sí”.

Perfil de Stella Maris

“Stella Maris es una organización mundial, que lleva más de cien años a sus espaldas, trabajando en favor del marino. Dependemos del Dicasterio para el Desarrollo Humano, y estamos divididos en el mundo por áreas geográficas. Hay más de 300 centros de Stella Maris. España es un país litoral, y estamos divididos en dos áreas, una que engloba todos los puertos del Mediterráneo y Canarias; y lo que podemos llamar la fachada cantábrica y atlántica estamos coordinados por los más antiguos, que es Stella Maris Reino Unido. Stella Maris nace en Glasgow, y es Reino Unido quien nos coordina”.

Mariel Larriba continúa: “Yo me he encontrado con esta tremenda red, y además integrados en organizaciones de mayor espectro. En Stella Maris estamos los centros de la Iglesia católica, pero como este Apostolado del Mar se desarrolló mucho en Inglaterra, en la iglesia anglicana, como en otras confesiones cristianas, existe una asociación internacional, ICMA, donde estamos los centros de auxilio, de acogida a los marinos en todo el mundo, de todas las iglesias cristianas. Hay un ambiente ecuménico extraordinario, una colaboración total”.

Vigo: el reto de la digitalización

El centro de Stella Maris en Vigo lleva más de 30 años dentro del puerto, en las oficinas, y la nueva delegada de Stella Maris habla de dos retos en “la labor de acogida y acompañamiento a los marinos”. El primero es la digitalización.

“El mayor número de marineros que vemos circular por los muelles son los de la flota pesquera, porque en la marina comercial apenas bajan de los barcos, o bajan unas horas, cargan y se van. Cada puerto es un mundo. Por ejemplo, nuestro puerto no es de buques de granel, que tardan varios días en cargarse, es sobre todo de mercancía en contenedores. Por eso nos tenemos que anticipar. Y uno de mis retos es llegar digitalmente a esas tripulaciones, a través de internet, para poder atenderles antes de que lleguen a puerto, para optimizar el tiempo que están en tierra. La empatía es fácil cuando hay presencia física. Cuando no la hay, es más difícil. Por eso, nos hemos puesto en contacto con el Centro de Escuchas San Camilo, de Madrid, para atender telefónicamente a esas tripulaciones”.

A esto se une que “las tripulaciones que tenemos ahora son multiculturales. Por eso también el reto de la digitalización. En otros países lo tienen avanzado. En España nos tenemos que poner las pilas para llegar de manera virtual. La pandemia ha hecho que no podamos llegar a las tripulaciones. Su situación de aislamiento se ha acentuado de manera tremenda”.

En cuanto a las condiciones del trabajo en la flota pesquera, “han sido tan duras y tan injustas que apenas hay españoles que quieren trabajar en el mar”, señala Mariel Larriba. “Exceptuando mandos, oficiales, en las tripulaciones casi nadie es español. En el caso de la flota pesquera, los países costeros africanos son los que están alimentando nuestra flota: senegaleses, mauritanos, marroquíes. La convivencia en esas tripulaciones donde no hablan el mismo idioma, ni son de la misma cultura, tiene que ser sumamente difícil. Las tecnologías, por los datos que vamos obteniendo, permiten que tras la jornada de trabajo, se metan con su tablet o lo que sea, y se aíslan cada vez más, y los problemas de orden psicológico aumentan. Las condiciones de soledad son enormes”.

El desafío de la Iglesia en salida

En perfiles similares a los expresados más arriba por Rodriguez-Martos, Mariel Larriba se refiere “a otro reto: el concepto de Iglesia en salida, que se aplica cien por cien al ámbito portuario, porque casi todas las ciudades marítimo-portuarias viven de espaldas al mar. Aquí en Vigo, somos una ciudad alargada, pegada al litoral, y el puerto es toda la fachada de la ciudad que da al mar, era una parte de la que la ciudad no tenía ni idea de lo que pasaba más allá”.

“Nosotros no somos un movimiento político ni un movimiento sindical, sino que es una labor caritativa y social de la Iglesia, que ayuda a las personas. Cuando se habla en términos de sostenibilidad, se está pensando en sostenibilidad medioambiental. Y se piensa en sostenibilidad social en términos socioeconómicos solamente. Nosotros, que formamos parte del consejo del Puerto, y estamos en distintas mesas de trabajo, de seguimiento, nos damos cuenta de que en las reuniones se habla de toneladas pescadas, etc., pero no sale la palabra tripulante, la persona, en toda la reunión. Las personas no son, en general, objeto de atención. Solamente hay una preocupación por su capacitación profesional”.

Sostenibilidad social y humana

“Pero si viven alejados de sus familias, si están buscando un reagrupamiento familiar, si hace meses que no ven a sus familias, si resulta que se quedan aquí internados porque han tenido una apendicitis, están en el hospital solos, si han estado en algún apresamiento porque llevan alguna carga ilegal y acaban en prisión, están en prisión ellos solos, a siete mil o nueve mil kilómetros de sus casas. Esos aspectos humanos no tienen cobertura”, añade Mariel Larriba.

A su juicio, “la sensibilidad especial hacia este colectivo, porque es singular su ámbito de trabajo, esa cercanía, esa especificidad, se está perdiendo, y la cobertura es cada vez más pobre. Tenemos la oportunidad de ser esa voz de humanidad en el ámbito marítimo y portuario. Creo que Stella Maris tiene una gran oportunidad de hacer esa labor”.

Esa expresión, “voz de humanidad”, refleja una realidad viva. Concluimos charlando de la Virgen del Carmen. “En el ámbito marítimo hay una devoción a la Virgen del Carmen muy grande. Y los puertos también son espacios para la evangelización.  Hay muchísimos marineros que no tienen formación espiritual de ningún tipo, más allá de cuatro o cinco ritos que hayan vivido en sus países de origen”.

“En el ámbito portuario no hay oratorio ni capilla. Sí hay sacerdotes, diáconos, que trabajan en Stella Maris. Me encantaría que se abriera una pequeña capilla en el puerto de Vigo. En el puerto de Almería, que tenía mezquita, el delegado de Stella Maris consiguió que se abriera un oratorio”, añade la delegada viguesa. “Me gustaría transmitir ese interés por una sostenibilidad social y humana necesaria, que Stella Maris viene haciendo, y puede desarrollarla mucho más”.

Teología del siglo XX

El drama del humanismo ateo, de Henri de Lubac

Publicado al terminar la segunda guerra mundial (1944), el lúcido ensayo El drama del humanismo ateo representó un análisis cristiano de los fermentos que habían llevado a la cultura moderna a apartarse del cristianismo, y que eran, en parte, responsables de la catástrofe.

Juan Luis Lorda·15 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 7 minutos

Texto en italiano aqui

No era difícil ver que tanto el nazismo como el comunismo eran hijos de la vertiente anticristiana de la época moderna. En los dos, de distinta manera, se mezclaban presupuestos filosóficos (de Feuerbach en un caso, de Nietzsche en otro, y en los dos, de Hegel) y pretensiones científicas falsas sobre el materialismo (dialéctica) o la biología (racista). Y ambos pretendían construir una ciudad nueva con una cultura sin Dios en favor de un hombre nuevo. Pero recaían en la construcción de la torre de Babel, que es también la Babilonia apocalíptica, sedienta de la sangre cristiana. 

El libro está compuesto de varios artículos que De Lubac escribió durante la segunda Guerra Mundial y la ocupación de Francia por los alemanes. En su origen, eran artículos separados. Así lo cuenta el autor con su modestia característica en el prólogo. Pero tenían la unidad del análisis: “Bajo las innumerables corrientes que afloran en la superficie externa de nuestro pensamiento contemporáneo, nos parece que existe […] algo como una inmensa deriva: Debido a la acción de una parte considerable de nuestra minoría pensadora, la humanidad occidental reniega de sus orígenes cristianos y se separa de Dios” (p. 9). Y sigue: “No hablamos de un ateísmo vulgar, que es propio, más o menos, de todas las épocas y que no ofrece nada significativo […]. El ateísmo moderno se torna positivo, orgánico constructivo”. No se limita a criticar, sino que tiene la voluntad de hacer inútil la pregunta y sustituir la solución. “Humanismo positivista, humanismo marxista, humanismo nietzscheano son, más que un ateísmo propiamente dicho, un antiteísmo y más concretamente, un anticristianismo, por la negación que hay en su base” (El drama del humanismo ateo, Encuentro, Madrid 1990, pp. 9-10).  

El ensayo se divide en tres partes. En la primera, trata de Feuerbach y Nietzsche sobre la muerte de Dios y la disolución de la naturaleza humana, y compara a Nietzsche con Kierkegaard. La segunda parte está dedicada al positivismo de Comte y su ateísmo sustitutorio. La tercera con el expresivo título de Dostoyevski profeta muestra cómo el escritor ruso, sensible a esto, había adivinado el argumento: “No es verdad que el hombre no pueda organizar la tierra sin Dios. Lo cierto es que sin Dios no puede, a fin de cuentas, más que organizarla contra el hombre. El humanismo exclusivo es un humanismo inhumano” (p. 11). Como sucede con el conjunto de la obra de De Lubac este libro está cuajado de citas y referencias y se adivina un serio e inmenso esfuerzo de lectura. Y una cultura amplísima. También hay que notar que siempre trata con justicia el pensamiento de los demás, con un gran discernimiento y una honestidad intelectual irreprochable. 

Feuerbach y Nietzsche

De Lubac describe que la idea cristiana del ser humano y su relación con Dios fueron una gran liberación en el mundo antiguo: “¡Se acabó el Fatum!” (p. 20), la tiranía de la fatalidad: detrás hay un Dios que nos quiere. “Ahora esta idea cristiana que había sido recibida como una liberación comienza a sentirse como un yugo”. No se quiere estar sometido a nada, a Dios tampoco. Los socialistas utópicos, de Proudhon a Marx, ven en Dios la excusa que sanciona el orden injusto de la sociedad: “por la gracia de Dios”, como se acuñaba en las monedas reales. 

Feuerbach y Nietzsche van a romper este orden. Feuerbach lo hará postulando que la idea de Dios se ha generado al sublimar las aspiraciones de los seres humanos, que se han desposeído de sí mismos poniendo fuera la plenitud a la que aspiran, y así ya no puede ser suya. Para Feuerbach, la religión cristiana es la más perfecta y, por eso, la más alienante. Esto fue como una revelación para Engels o Bakunin. Y Marx lo sumará a su análisis económico: la alienación original es la que genera las dos clases básicas, los que poseen los medios de producción (propietarios) y los que no los poseen (trabajadores), y ésta crea en la historia la estructura social que acaba sancionada por la religión. Pero le dará un giro práctico y político: ya no se trata de pensar, sino de transformar. Se necesita una revolución más radical que la francesa. 

Según De Lubac, Nietzsche no simpatizó con Feuerbach, pero recibió su influencia por Schopenhauer y Wagner. El Mundo como voluntad y representación, de Schopenhauer, está marcado por la tesis de Feuerbach y encanta a Wagner. La Voluntad de poder, de Nietzsche, está movida por la indignación ante la alienación cristiana y por el deseo de reconquistar la plena libertad: “En el cristianismo, este proceso de despojamiento y envilecimiento del hombre llega hasta el extremo”, dice. Y esta indignación está presente casi desde el principio de su obra. Es necesario expulsar la falacia de Dios. No se trata de demostrar que es falsa, porque no acabaríamos nunca, hay que expulsarla del pensamiento como un mal, una vez que la hemos desenmascarado porque sabemos cómo se ha formado. Hay que proclamar con el brío de una cruzada, la “muerte de Dios”, tarea descomunal y trágica, incluso espantosa, como aparece en Así habló Zarathustra. En consecuencia, hay que rehacer todo y especialmente al ser humano: es un humanismo ateo. “No ve, comenta De Lubac, que Aquel contra el que blasfema y exorciza es precisamente el que le da toda su fuerza y su grandeza […], no se apercibe del servilismo que le amenaza” (p. 50). De Lubac no deja de señalar que Nietzsche puede burlarse de la falsedad cristiana porque en el cristianismo moderno tan acomodado apenas queda rastro de la vibración de los cristianos que transformaron el mundo antiguo.   

Kierkegaard tiene bastantes cosas en común con Nietzsche: la lucha solitaria contra lo burgués, la aversión a Hegel y a la abstracción, la conciencia de combate en solitario con un gran sufrimiento. Pero Kierkegaard es un hombre de fe radical, un “heraldo de la trascendencia”, de esa dimensión sin la que el ser humano encerrado en sí mismo solo puede sucumbir a sus límites y bajezas. 

Comte y el cristianismo 

El extenso Curso de Filosofía positiva, de Comte, se publicó el mismo año que La esencia del cristianismo, de Feuerbach (1842). Y como señalaba un comentarista del momento: “L. Feuerbach en Berlín como Auguste Comte en París, propone a Europa la adoración de un nuevo Dios: el ‘género humano’” (p. 95). 

De Lubac analiza lúcidamente la famosa “ley de los tres estadios”, que Comte formuló con 24 años. “Constituye el cuadro en el que vierte toda su doctrina” (p. 100). Pasamos de una explicación sobrenatural del universo con los dioses y Dios (“estado teológico”), a una explicación filosófica por causas abstractas (“estado metafísico”), y, finalmente, a una explicación plenamente científica y “natural” (“estadio positivo”). No cabe vuelta atrás. Todo lo anterior es “fanatismo”, adjetivo entonces de moda. Comte no se consideraba ateo sino agnóstico: cree haber demostrado que se había llegado falsamente a la idea de un Dios y que esa cuestión no tenía sentido en una sociedad científica. Pero hace falta rellenar el hueco, porque “no se destruye lo que no se reemplaza” (p. 121). Y quiere organizar el culto a la Humanidad. Esto le llevará a una serie de iniciativas bastante delirantes. Comenta De Lubac: “En la práctica desemboca en la dictadura de un partido, mejor dijo, de una secta. Niega al hombre toda libertad, todo derecho” (p. 187). Estamos en la línea de los “fanatismos de la abstracción” que denunciará más tarde V. Havel, o de los proyectos de “ingeniería social”, que llevarán adelante los marxistas, pero en este caso afortunadamente casi inocuo. 

Dostoyevski profeta

Llamativamente, la tercera parte del libro se titula Dostoyevski profeta. De Lubac recoge una observación de Gide: en muchas novelas se describen las relaciones entre los protagonistas, pero las de Dostoyevski también tratan de la relación “consigo mismo y con Dios” (p. 195). En ese trabajo interior, Dostoyevski ha sido capaz de representarse los cambios que suponen en una persona la opción por el nihilismo y la vida sin Dios. Dostoyevski es profeta en este sentido: nos permite ver lo que pasa en las almas con las nuevas ideas. Nos permite incluso imaginar lo que pasó en el alma del propio Nietzsche, el alma de un ateo que huye de Dios. 

Curiosamente, cuenta De Lubac, en sus últimos años de lucidez, Nietzsche llegó a conocer la obra de Dostoyevski (Memorias del subsuelo), con la que se sintió identificado: “Es el único que me ha enseñado algo de psicología” (200), También conoció El idiota, donde entrevió los rasgos de Cristo, pero pronto advirtió a un amigo que Dostoyevski es: “completamente cristiano de sentimientos”, ganado por “la moral de esclavos”. Y considerará. “Le he concedido un reconocimiento extraño, en contra de mis más profundos instintos […] sucede lo mismo con Pascal” (p. 200). 

Cuando Dostoyevski planeaba, al final de su vida, una magna obra de fondo autobiográfico, anotaba: “El problema principal que se planteará en todas las partes de la obra será el que me ha torturado consciente o inconscientemente durante toda mi vida: la existencia de Dios. El héroe será, a lo largo de su existencia, unas veces ateo, otras creyente, otras fanático o hereje, y otras de nuevo ateo” (p. 205). No la escribió, pero en las que escribió, con múltiples nombres, está ese personaje descubriéndonos los distintos estados de su alma creyente, atea, nihilista o revolucionaria.

¿Ha pasado el tiempo por el libro?

Sí que ha pasado. Sigue siendo actual, incluso más actual, la comparación entre Nietzsche y Kierkegaard. Sigue siendo conmovedor el tratamiento de Dostoyevski. Pero han cambiado otras cosas. El nazismo desapareció con la guerra. El comunismo, como un milagro, cayó con el siglo XX (desde 1989). Feuerbach o Comte suenan a antiguallas, aunque se enseñan en las Facultades de Filosofía antes de Foucault y Derrida (sin ninguna mención de sus críticos). Las ideologías políticas han desaparecido, dejando heridas culturales. 

Sin embargo, el fondo positivista como fe única en la ciencia pervive y se extiende, sin las excentricidades de Comte. No hay culto y sacerdocio positivista, aunque sí el Magisterio cuasipontifical de algunos “oráculos de la ciencia”, como los llamó Mariano Artigas. Pero sí que hay un materialismo asumido, que, en realidad, tiene poco fundamento, habida cuenta de lo que sabemos sobre el origen y constitución del mundo. Cada día se parece más a una descomunal explosión de inteligencia, de forma que resulta más inverosímil defender que solo hay materia y que todo se ha hecho solo.  

El marxismo cayó, decíamos, pero el inmenso vacío ideológico, lo va ocupando con las mismas dimensiones planetarias y las mismas técnicas propagandísticas y de presión social, la ideología sexual, desarrollada a partir del 68. Y se debe, en gran parte, a que una izquierda, privada de programa político (marxista) y de horizonte de futuro (la sociedad sin clases), lo ha convertido en una reivindicación moral que redime o por lo menos tapa el duro pasado. De Lubac, como la mayoría de sus contemporáneos, incluyendo toda la izquierda clásica, se quedaría perplejo. De la izquierda revolucionaria hemos pasado a la izquierda libertaria (con inspiración de Nietzsche) y de allí a una nueva maquinaria ideológica que, trastocando los fundamentos de nuestra democracia, convierte su intolerancia en virtud. Desde finales del XVIII, las intolerancias no son las cristianas, sino las anticristianas. Y sobre este nuevo humanismo, vale el diagnóstico que De Lubac encuentra en Dostoyevski: se puede hacer un mundo sin Dios, pero no se puede hacer sin que vaya contra el ser humano. Dostoyevski, el profeta, no imaginó esta deriva, pero si anunció que “solo la belleza salvará el mundo”.

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Accesos a la plaza de San Juan de Letrán 

Junto a la Porta San Giovanni, que hoy en día conduce a la plaza homónima y a la basílica de Letrán, se encuentra la Porta Asinaria, una de las pequeñas puertas de la Muralla Aureliana; toma su nombre de la antigua Via Asinaria.

Johannes Grohe·15 de julio de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Evangelización

«La Biblia ha de ser nuestro principal libro de oración»

El sacerdote Josep Boira es uno de los autores que, cada mes, acerca a los lectores de Omnes, la riqueza de la Sagrada Escritura. Una sección especialmente valorada que acerca la interpretación de la palabra divina a la vida cotidiana de cada persona. 

Maria José Atienza·15 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

La primera cuestión, evidentemente, se centra en el objetivo de la sección Razones, una de las más valoradas de Omnes y de la que usted es autor. ¿Cómo plantea la sección? ¿qué puntos destacaría de ella? 

-La sección ha pasado por distintas etapas y perfiles a lo largo de bastantes años. Actualmente, más en particular desde marzo de este año, el perfil de la sección es semejante a una breve lectio divina. S

e presenta un texto de la Escritura (a menudo un solo versículo), se ofrece su contexto, y algún otro pasaje bíblico que apunte hacia la misma dirección del texto presentado.

El objetivo final es ofrecer una posible actualización del fragmento para que el lector se sienta interpelado con las palabras de la Escritura. A eso contribuyen unas sencillas preguntas que invitan a la reflexión sobre el asunto tratado y unas breves citas tomadas de la tradición viva de la Iglesia que comentan el texto.   

La sección de Omnes quiere acercar la Escritura a los fieles católicos, con un lenguaje asequible y con una mirada sapiencial hacia el texto sagrado.

Josep Boira

¿Cuál es la organización interna de la sección y sus objetivos? 

-En esta etapa, son dos los autores que se encargan de la sección, alternando cada mes. Lógicamente, cada autor tiene su estilo propio, pero la sección tiene como objetivo común acercar la Escritura a los fieles católicos, con un lenguaje asequible, con una mirada sapiencial hacia el texto sagrado que ayude a comprender y descubrir su perenne novedad, y por lo tanto su actualidad para comprender mejor el mundo en el que vivimos.

En su carta Apostólica «Scriptura Sacrae Affectus», el Papa recordaba, con palabras de la Dei Verbum que «si la Biblia es «como el alma de la sagrada teología» y la columna vertebral espiritual de la práctica religiosa cristiana, es indispensable que el acto interpretativo de la misma esté sostenido por competencias específicas» ¿Cómo se aborda, desde estas competencias, el estudio y la explicación de la Sagrada Escritura? 

-En la misma exhortación del Concilio Vaticano II Dei Verbum se dan las pautas para una recta interpretación: «Como la Sagrada Escritura hay que leerla e interpretarla con el mismo Espíritu con que se escribió para sacar el sentido exacto de los textos sagrados, hay que atender no menos diligentemente al contenido y a la unidad de toda la Sagrada Escritura, teniendo en cuenta la Tradición viva de toda la Iglesia y la analogía de la fe». Estos criterios resumen el modo de abordar el estudio de la Biblia. Es maravilloso descubrir las analogías dentro de la Biblia, las interconexiones, los cumplimientos de las figuras.

¿Cómo no admirarse al descubrir que ya el profeta Eliseo multiplicó los panes, prefigurando de algún modo lo que hizo Jesús? Más todavía: después de la multiplicación de los panes, vemos a Jesús que ora y luego camina sobre las aguas agitadas por el viento.

El lector atento puede ir más allá de Eliseo y ver en Jesús al Dios creador, que se cierne sobre las aguas y salva a los hombres de las aguas tenebrosas. Me decía un profesor con gran acierto que la Biblia es el primer hipertexto, milenios antes de que existiera la tecnología de enlazar (link), textos entre sí.

nino biblia

En ocasiones, a los católicos se nos recrimina por parte de nuestros hermanos protestantes, por un «desconocimiento» de la Sagrada Escritura. ¿Es esto cierto? ¿Somos realmente conscientes de la importancia de la Palabra de Dios y de aplicarla en nuestra vida? 

-Gracias a Dios, desde hace mucho tiempo son muchísimas las iniciativas en la Iglesia Católica que favorecen en sus fieles el conocimiento amoroso de la Escritura, a nivel parroquial, académico; las nuevas tecnologías también han abierto la Biblia a muchas personas. Algunas de las iniciativas proceden de los Romanos Pontífices. Recientemente el Papa Francisco nos ha escrito una preciosa Carta Apostólica, que usted acaba de citar: Scrupturae Sacrae Affectus, (cuya lectura aconsejo) con ocasión del XVI centenario de la muerte de San Jerónimo. Anteriormente, estableció el Domingo de la Palabra de Dios.

Quizá algunas de esas iniciativas han surgido siguiendo el ejemplo de nuestros hermanos de las Iglesias evangélicas. Sin duda, hay mucho por hacer, y nunca podremos decir que ya lo hemos hecho todo, pues la Escritura seguirá siendo siempre el alma de la teología y «la columna vertebral espiritual de la práctica religiosa», según dice la citada Carta del Papa. 

Los santos son los mejores intérpretes de la Escritura porque trascienden el texto escrito y llegan, a través de él, a un encuentro con Jesucristo.

Josep Boira

Usted recoge, en la sección, además de su explicación y reflexión, la tradición de la Iglesia de los pasajes de la Escritura que aborda ¿Cree que ahora, que podemos acceder con facilidad a los textos de santos y padres de la Iglesia, podemos aprovechar especialmente este legado para adentrarnos en la Sagrada Escritura e incorporarla a nuestra oración?

– Podríamos decir que los santos son los mejores intérpretes de la Escritura, pues, con la ayuda del Espíritu Santo, han sabido trascender el texto escrito y llegar, a través de él, a un encuentro con Jesucristo. Son nuestros maestros para que la Biblia se convierta en nuestro principal libro de oración.

Mundo

El Papa reza ante la ‘Salus Populi Romani’ tras abandonar el Gemelli

11 días ha estado el Santo Padre ingresado en el Hospital Universitario “Agostino Gemelli” desde donde rezó el Ángelus el pasado domingo y en el que ha visitado a niños y enfermos. 

Maria José Atienza·14 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Papa Francisco ha recibido el alta a las 10:30 de esta mañana. Nada más abandonar el centro hospitalario, el santo Padre ha querido acercarse a la Basílica de Santa María la Mayor para rezar ante el icono de La Virgen María Salus Populi Romani. Francisco ha dado gracias a Nuestra Señora por el éxito de su cirugía, y ha dirigido además una oración especial por todos los enfermos, en particular por quienes ha podido conocer durante los días de su hospitalización.

El Papa ha realizado así un gesto de cariño a la Virgen que, de costumbre repite cada vez que emprende y termina un viaje fuera de Roma y que ha querido realizar una vez ha concluido su estancia en el Hospital Universitario “Agostino Gemelli”en el que ingresó el domingo 4 de julio para someterse a la operación de una “estenosis diverticular sintomática del colon”.

El Santo Padre ha permanecido algo más de una semana en el hospital, un tiempo en el que, además de la intervención quirúrgica, ha visitado a los niños ingresados en el área de Oncología del centro así como a otros enfermos que han sido estos días «compañeros» de hospital del Papa. Alrededor de las 12:00 h. llegaba al Vaticano.

Durante estos días ha podido agradecer a los médico y personal sanitario su labor y ha recibido constantes muestras de cariño por parte de todo el mundo que, como él mismo señaló en el rezo del Ángelus desde el hospital «le habían conmovido profundamente».

Julio es el mes de descanso del Santo Padre por lo que la actividad del Papa baja de intensidad de manera habitual durante estas semanas algo que se prevé que ayude a la total recuperación del Papa de 84 años.

Lecturas del domingo

Comentario a las lecturas del domingo XVI del tiempo ordinario

Andrea Mardegan comenta las lecturas del XVI domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan·14 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Jeremías relata la indignación de Dios por los “pastores que dispersan y dejan que se pierdan las ovejas de mi rebaño”. A estos pastores, que son reyes, les promete castigo: “Vosotros dispersasteis mis ovejas y las dejásteis ir sin preocuparos de ellas. Así que voy a pediros cuentas por la maldad de vuestras acciones”. Ante la iniquidad de quienes se suponía que debían pastorear a su pueblo según el designio de Dios, él promete intervenir para recoger directamente a sus ovejas y darles pastores adecuados. La profecía de Jeremías (“Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que daré a David un vástago legítimo: reinará como monarca prudente, con justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y le pondrán este nombre: El-Señor-nuestra-justicia”) se cumple con la Encarnación y sirve hoy para introducir la lectura del pasaje de Marcos en el que se cuenta el regreso de los discípulos, enviados de dos en dos a evangelizar. 

En la sencillez del Evangelio se respira la frescura de esos momentos en los que los discípulos sienten la necesidad de contarle a Jesús “todo lo que habían hecho y enseñado”. Jesús lo entiende mejor que ellos, que han acumulado fatiga física y emocional, y los invita a retirarse con él en un lugar apartado, para descansar. Les enseña a ellos y a nosotros el valor del descanso, el valor de relativizar las obras, incluso la de la evangelización, que no debe ser un absoluto y ocupar el lugar de Dios. “Porque eran muchos los que iban y venían, y ni siquiera tenían tiempo para comer”. Les enseña la capacidad de desprenderse de la pastoral, de regenerarse en el diálogo con él y en la comunicación fraterna, la bondad de buscar tiempos y lugares de descanso. De quedarse, alguna vez, “ellos solos”.

Jesús enseña tanto con gestos y decisiones como con palabras. Sus apóstoles aprenden y recuerdan. Luego, a lo largo de la historia de la Iglesia, se meditan esos pequeños y significativos detalles de los hechos vividos y contados por el Evangelio, que son un lugar de revelación. Incluso el hecho de que ese intento de descanso no se lleve a cabo, habrá hecho sonreír a generaciones de fieles y pastores de la Iglesia durante dos milenios. Esa multitud que busca al Maestro, tan increíblemente rápida y perspicaz, llega incluso antes que el bote al lugar donde soñaron con un “desierto” para descansar. Es esa compasión de Jesús, que siempre nos conmueve, por esas “ovejas que no tienen pastor”. Marcos dice sólo de Jesús, en singular, que “comenzó a enseñarles muchas cosas”. De esta forma, deja descansar un rato a sus apóstoles, no como habían programado, estando a solas con él, sino escuchándolo fascinados, mezclados con la multitud.

La homilía sobre las lecturas del domingo XVI

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Educación

El 75 % de los españoles reconoce valores cristianos

La mayoría de españoles reconoce que sus valores tienen raíz cristiana, incluso la mitad de los que se declaran indiferentes o ateos. Los niveles de confianza en la Iglesia católica mejoran, aunque son bajos, según un informe de los analistas Víctor Pérez-Díaz y Juan Carlos Rodríguez presentado por la Fundación Europea Sociedad y Educación.

Rafael Miner·14 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 6 minutos

Entre los 28 países europeos cuya población adulta se identifica con alguna denominación religiosa, España ocupa la posición 22, aunque un 75 % de los españoles reconocen que sus valores tienen una raíz cristiana, incluso la mitad de los que se declaran indiferentes o ateos.

Un 86 % reconoce la importancia del papel de las iglesias (incluida la católica) en la asistencia social, mientras los niveles actuales de confianza en la Iglesia católica, aunque continúan mejorando, son relativamente bajos, con una media de 3,8 sobre 10, por detrás de las ONG, pero similares a los de grandes empresas (3,7) y a los medios de comunicación (3,9), y claramente por encima de los partidos políticos (1,5).

Por otra parte, la importancia media que los ciudadanos conceden a la religión en su vida recibe una puntuación de 4 sobre 10  ̶ la cuarta posición más baja entre los países europeos con datos de 2017 ̶ , una media que asciende al 9,3 entre los profesores de religión.

Estas son algunas de las conclusiones del informe Perspectivas ciudadanas y del profesorado hacia la religión, su presencia pública y su lugar en la enseñanza, elaborado por Víctor Pérez-Díaz, premio nacional de Ciencia Política y Sociología de 2014, y Juan Carlos Rodríguez, ambos de Analistas Socio-Políticos, y presentado en el curso de verano de El Escorial titulado El hecho religioso en la España actual, organizado por la Fundación Europea Sociedad y Educación.

El estudio de los analistas se basa en dos encuestas de opinión. Una de ellas se aplicó sobre una muestra representativa de la población española de 18 a 75 años, y la otra, sobre una muestra representativa del profesorado de Religión católica en enseñanzas generales y en centros públicos. Ambas se llevaron a cabo online.

Los directores del curso, Silvia Meseguer (UCM) y Miguel Ángel Sancho (EFSE),han enmarcado este estudio en el proyecto Sociedad civil, religiosidad y educaciónencargado a Sociedad y Educación por la organización internacional Porticus, interesada en disponer de información sobre la situación de la formación religiosa en España. Inauguró el curso Andrés Arias Astray, director general de la Fundación General de la Universidad Complutense de Madrid, en nombre del Rector.

Secularización, un proceso complejo

Víctor Pérez-Díaz describió el proceso de secularización en España como “complejo, confuso, contradictorio y abierto, con tintes muy diferentes en las sociedades occidentales y en el resto del mundo”.

Juan Carlos Rodríguez, coautor del informe, destacó algunas de las conclusiones que, a su juicio, aportan luces nuevas sobre los juicios y percepciones del público acerca de la presencia pública del hecho religioso. Y afirmó que, “por primera vez, se comparan las opiniones del público con las de uno de los agentes hipotéticamente centrales en la transmisión de la perspectiva religiosa, los profesores de Religión”.

A juicio del profesor Rodríguez, el proceso de secularización en España, tiene matices: el público general reconoce un componente religioso en la vida de la gente, reconoce la contribución de las organizaciones religiosas en la atención a los necesitados, tiende a aceptar el estatus actual de la asignatura de Religión, e incluso valora otra posible sobre Historia de las Religiones. En definitiva, “solo queda por concluir que hay, en España, una convivencia civilizada entre los que reconocen un peso a la experiencia religiosa en su vida y los que no”.  

Algunas conclusiones

“La variable que mejor explica las diferencias de opinión encontradas en el estudio es la que combina la identidad y la práctica religiosas de los entrevistados”, afirma Juan Carlos Rodríguez. Estos se clasifican, según el informe, de este modo: un 58,7 % son católicos (un 17,7 %, practicante y el resto poco o nada practicante); un 3,2 % son creyentes de otras confesiones; un 11,2 % se declaran agnósticos; un 15,7 %, ateos y un 10,5%, indiferentes. [Fundeu.es señala que “el agnóstico no afirma la existencia o inexistencia de Dios, mientras éstas no sean demostrables. Ateo, por el contrario, es aquel que “niega la existencia de Dios”].

Con respecto a los profesores de Religión, un 86,1 % asiste a oficios religiosos todas o casi todas las semanas, algo que solo se aplica al 18,7 % del público creyente.

Por otra parte, como es sabido, la implicación de los católicos en los ritos religiosos ha ido descendiendo en las últimas décadas. El ejemplo más nítido del estudio es la evolución del peso de los matrimonios católicos sobre el total de los que se celebran cada año, que ha caído de cerca del 90 % a comienzos de los años ochenta hasta el 21 % de 2019.

Religión en la vida

La importancia media que los ciudadanos en general conceden a la religión en su vida recibe una puntuación de 4 sobre 10 (cuarta posición más baja entre los países europeos con datos en 2017), media que asciende al 9,3 entre los profesores de religión, como se ha señalado arriba.

Un 85,8 % no ha experimentado efectos claros en sus sentimientos religiosos en época de pandemia, y es llamativo, según el informe, que solo un 12 % se haya sentido necesitado de ayuda, frente al 79,1 % que no ha experimentado dicha necesidad.

Un 58,4 % está de acuerdo con la idea de excluir las manifestaciones religiosas de la esfera pública (pero un 97,5 % de los profesores de Religión piensa lo contrario, algo en lo que coinciden con el 63,2 % de los católicos practicantes); un 71 % prefiere que las iglesias se abstengan de opinar en asuntos políticos, pero un 73,7 % de los profesores de Religión opina lo contrario.

Potra parte, un 78 % piensa que los políticos no deben expresar abiertamente sus convicciones religiosas, pero piensa lo contrario el 70 % de los profesores de Religión. Pese a esta aparente propensión a relegar la religión al ámbito privado, un 86 % reconoce la importancia del papel de las iglesias en la asistencia social.

Educación y religiosidad

En contra de lo que parece tendencia dominante en la discusión pública sobre estos temas, solo un 47,6 % de los entrevistados concede mucha o bastante importancia al debate político sobre el papel de la religión en la enseñanza, frente al 52,5 % que le otorga poca o ninguna.

De todos modos, señala Juan Carlos Rodríguez “ese debate no parece haber iluminado mucho las opiniones de los entrevistados, pues no solo yerra la mayoría al estimar la proporción de alumnos que cursan Religión, sino que, más allá de la opinión mantenida sobre el tema de la financiación pública de centros religiosos, son muy pocos (un 33,8 %) quienes saben que esa financiación también se da en otros países europeos. Lo cual sirve de cautela a la hora de interpretar las opiniones del público acerca de las políticas relativas a la religión en la enseñanza y, quizás, en otros temas conexos”.

Por lo demás, sólo un 27 % reconoce algún efecto importante en su religiosidad por haber cursado la asignatura de Religión en la escuela. Sin embargo, un 44,2 % está de acuerdo en favorecer un contacto con la experiencia religiosa en la escuela o en la familia. De todos modos, la población está aquí muy dividida, ya que un 55,8 % no lo está.

Profesores de religión: mayoría mujeres

Los profesores de Religión en España son mayoritariamente mujeres, con una edad algo superior a la media del profesorado en centros públicos, y cuentan, por término medio, con 1,5 títulos universitarios. Llevan siendo profesores una media de 20,8 años y permanecen más tiempo en sus centros que sus compañeros de la enseñanza pública. Valoran positivamente su formación y combinan las técnicas pedagógicas tradicionales y modernas, como hace, en general, la mayoría de los profesores españoles desde hace tiempo. Sin embargo, los profesores de Religión manifiestan cierta inseguridad e incertidumbre sobre su futuro como tales.

Según el 45% de los profesores entrevistados, el interés por la asignatura en su centro se habría mantenido estable en los últimos años, pero para un 25 % habría aumentado y para un 24 % habría disminuido. En general, tienden a creer que tanto alumnos como el resto del profesorado ven la asignatura de Religión como menos importante que las demás, una percepción que se acentúa al opinar sobre cómo la ven sus compañeros.

En cuanto a la convivencia con sus colegas en el centro, un 92,9 % afirma relacionarse mucho con ellos y un 82,6 % coincide en que su consideración es similar a la de cualquier profesor. Son mayoría (53,5 %) quienes observan en sus compañeros una actitud neutra hacia la enseñanza de la Religión en la escuela pública, y también son más quienes creen que esos compañeros mantienen una actitud positiva (30,2 %) que negativa (16,3 %).

Los profesores que conocen las propuestas de la Conferencia Episcopal Española acerca del futuro de la materia (el 76,7 %) tienen una opinión buena o muy buena sobre ellas, frente al 9,5 % que la tienen mala o muy mala. A un 95,3 % le parece muy bien que la asignatura de Religión compute para la nota media del Bachillerato y de la EVAU (Evaluación para el Acceso a la Universidad), y a un 92,3 % le parece mal o muy mal que no cuente con alternativa.

Evangelización

Renovación parroquial: IN – OUT¿Esperar a que vengan?

La cuestión no es cómo conseguir que la gente venga a la Iglesia; la cuestión es: ¿cómo conseguimos nosotros, los que estamos dentro, salir a compartir la Buena Noticia?

Juan Luis Rascón Ors·14 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

El otro día hablaba con un amigo cura, y me decía que había pedido a cierto movimiento de la Iglesia que vinieran a su parroquia a hacer una determinada actividad: -“A ver si así conseguimos atraer a jóvenes”.

Creo que todos los curas soñamos con encontrar la piedra filosofal de atraer a los jóvenes a las parroquias. Hay parroquias que tienen buenos programas para jóvenes, o un buen itinerario de catequesis que desemboca en grupos de jóvenes, y que incluso promueven vocaciones, gracias a Dios. Es un modelo que se basa en que la parroquia tenga una buena oferta para que los jóvenes… vengan. Hay parroquias que no tienen la capacidad de ofrecer esos programas, o simplemente están implantadas en lugares en que no hay jóvenes. No que no haya jóvenes, sino que no hay familias cristianas que puedan nutrir de jóvenes a la parroquia.

El problema aquí es que lo que se espera es… que los jóvenes “vengan”. Es como si Jesús se hubiera quedado en Nazareth a esperar a que los discípulos viniesen a Él. Cuando leemos el Evangelio atentamente nos damos cuenta de que la formación del grupo de los discípulos en torno a Jesús no es a partir de un movimiento de “entrada”, sino de “salida”. Es Jesús el que sale, el que comienza a predicar, el que va a las orillas del Jordán y del mar a buscar a los discípulos; y luego son estos mismos discípulos los que son “enviados” a los caminos, para ir de ciudad en ciudad predicando el Reino de Dios.

La cuestión no es cómo conseguir que la gente venga a la Iglesia; la cuestión es: ¿cómo conseguimos nosotros, los que estamos dentro, salir a compartir la Buena Noticia?

La cuestión no es cómo conseguir que la gente venga y llene nuestras iglesias, sino como conseguir que las iglesias se vacíen (después de Misa) de los que están dentro, para que vayan hacia afuera como misioneros.

Todo esto es muy claro. Desde hace unos años no se habla más que de evangelización, de nueva evangelización, de Iglesia en salida, de misión, etc.

Más que idear y diseñar programas atractivos para los de fuera, lo que se impone es diseñar procesos para que los de dentro se conviertan de asistentes en verdaderos discípulos misioneros. Así de fácil. O de difícil, porque ya no se trata de que venga alguien con la fórmula mágica que te llene la parroquia, sino que todo pasa por una verdadera conversión. Conversión pastoral.

Mundo

Juan Narbona: “La desconfianza en las instituciones debilita a la sociedad”

Juan Narbona, profesor de Comunicación Digital en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz es una de las voces autorizadas en el campo del estudio de la confianza y la credibilidad de las instituciones. 

Alfonso Riobó·13 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

Más de 600 comunicadores de la Iglesia participaron recientemente en un congreso online organizado por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma), bajo el tema “Inspiring Trust” (“Inspirar confianza”). Juan Narbona, uno de los organizadores, explica en Omnes por qué la confianza es una cuestión relevante para las organizaciones, en esta entrevista de la que ahora publicamos la primera parte. La segunda parte se publicará en esta web dentro de pocos días.

¿Qué entiende por “confianza”? ¿Se puede hablar de “confianza” en la Iglesia?

-Como ocurre con otros conceptos aparentemente obvios, no es fácil definir la confianza, aunque todos sepamos de qué se trata y la experimentemos a diario. Yo la entiendo como “un salto en el vacío”, un compromiso basado en la esperanza de que el comportamiento futuro de la otra parte será coherente con las expectativas generadas.

La confianza está presente en las operaciones más ordinarias de nuestra vida: bebemos el café en el bar sin dudar del camarero que lo sirve, tomamos un autobús con la seguridad de que nos llevará al destino deseado, trabajamos esperando en que nuestra empresa nos pagará a final de mes… Respecto a ella, todos tenemos un papel activo y pasivo: esperamos que confíen en nosotros y aprendemos a confiar en los demás. La Iglesia misma basa su existencia en la confianza –en la fe– en las promesas de Dios; a su vez, reclama confianza a sus fieles, aunque tantas veces sea consciente de no merecerla.

¿Qué efectos tiene la confianza sobre las personas o los grupos?

-Pensemos en nuestra propia experiencia. Cuando confían en nosotros, nos sentimos valorados y aumentan nuestras ganas de colaborar, somos más creativos y capaces de aceptar riesgos, porque nos implicamos plenamente en aquello que nos confían. Además, se agilizan los tiempos, porque no nos sentimos en la obligación de dar cuenta de todo o de justificar nuestras decisiones…

Juan Narbona

En cambio, sin el aceite de la confianza, nuestro compromiso y nuestras relaciones chirrían y se ralentizan hasta paralizarse. Un ambiente de trabajo tenso, una familia donde se exigen excesivas explicaciones o una amistad en la que se piden cuentas de cada error son situaciones en las que nos ahogamos. También en una comunidad cristiana o en el ámbito de la Iglesia, la desconfianza hacia los pastores o de estos hacia los fieles puede dificultar enormemente la misión.

¿Por qué se dice que la confianza está hoy en crisis?

-Una encuesta de Ipsos publicada a finales de 2020 muestra con claridad cuánto ha crecido la desconfianza hacia determinados expertos e instituciones. Por ejemplo, en Inglaterra –aunque los datos son similares en otros países europeos- solo el 56 % de la población se fía de los sacerdotes, cuando en 1983 esa cifra era del 85 %. La desconfianza es aún mayor hacia otros perfiles profesionales -como políticos (15 %) o periodistas (23 %)-, pero no deja de sorprender que el ciudadano medio se fie más de un desconocido por la calle (58 %) que de un sacerdote. Son buenos momentos, en cambio, para doctores, enfermeros e ingenieros, categorías profesionales que reciben mucha confianza.

Por eso, quisimos preguntarnos: ¿qué ha pasado con algunas de esas autoridades sociales? ¿Por qué no nos fiamos de los que hasta ahora considerábamos expertos? ¿Qué consecuencias tiene para la sociedad? También hemos observado que la confianza está aprendiendo a circular de otros modos: hace unos años hubiéramos sido incapaces de dar nuestra carta de crédito online o de alojarnos en la casa de un desconocido al que hemos contactado por internet, y en cambio hoy es son prácticas habituales. Nos fiamos de los desconocidos porque hay mecanismos de seguridad que lo facilitan. Las organizaciones clásicas tienen que analizar con interés estos nuevos canales por los que fluye la confianza.

¿A qué se debe el deterioro generalizado de la confianza?

-En los últimos años se ha acentuado en la sociedad un clima generalizado de sospecha. Nos cuesta ponernos en manos de aquellos especialistas que basan su autoridad en criterios históricos, subjetivos o sobrenaturales.

Las causas de este cambio son variadas, pero la principal es que algunas instituciones tradicionales han decepcionado a la sociedad. El daño mayor lo han provocado aquellas que han mentido a sus públicos. La mentira hace un daño horrible: los escándalos de Lehman Brothers, las emisiones de Volkswagen, las estadísticas confusas de la vacuna Astrazeneca o la cobertura de los abusos sexuales en la Iglesia y en otras instituciones que trabajan con gente joven son algunos ejemplos. El problema es que no solo desconfiamos de una concreta organización mentirosa, sino que nuestra sospecha se extiende a todas las organizaciones o a los profesionales que trabajan en el mismo sector.

Pero mentiras ha habido siempre…

-Efectivamente. Ya san Gregorio Magno en el siglo VI aconsejaba que “si la verdad ha de ocasionar escándalo, es mejor permitir el escándalo antes que renunciar a la verdad”. Quince siglos más tarde, seguimos experimentando que decir la verdad ha sido, es y será siempre un reto frágil y difícil. Nietzsche escribió una sentencia que refleja bien las consecuencias de la mentira: “Lo que me molesta no es que me hayas mentido, sino que a partir de ahora no podré creerte…”. Es decir, la mentira no solo es mala en sí, sino que cancela nuestra autoridad para comunicar la verdad. Mentir para salvar un bien aparentemente mayor (el prestigio de las diócesis o la reputación de sus pastores, por ejemplo) será siempre una tentación, pero hemos aprendido que decir la verdad es un bien que aporta frutos a largo plazo. En cambio, quien se alía con la mentira tiene que asumir que los demás lo observarán siempre con duda y sospecha.

¿Hay otros motivos para este clima de sospecha?

-Sí, junto con la mentira podríamos mencionar el miedo. Internet ha puesto en circulación muchas más informaciones que nos hacen sentir vulnerables. Piense, por ejemplo, en las noticias sobre las vacunas contra la Covid. Tantas contradicciones, tantos rumores, tantas voces diferentes… han agotado nuestra voluntad de confiar. Ya no sabemos quién tiene razón y eso genera una importante sensación de fragilidad y desprotección. Lo mismo ocurre con la tensión política: el discurso es rápido, agresivo, emocional, divisivo… Los políticos nos agotan y perdemos el entusiasmo por construir algo juntos.

En esta era de la información global, los escándalos y crisis en las diversas áreas (inmigración, violencia doméstica, seguridad laboral…) han debilitado nuestra capacidad de ponernos en manos de los demás. Tenemos miedo, y esto no es bueno, porque así se debilitan los lazos sociales, y una sociedad más débil es una sociedad más frágil y manipulable. Por eso es importante inspirar confianza de nuevo en las instituciones que vertebran la sociedad y le dan cohesión y fortaleza.

¿Cómo se reconstruye la confianza?

-Pensar que la confianza se puede “construir” es un error frecuente. La confianza no se puede cocinar con una serie de ingredientes: una campaña de márquetin, algunos datos creíbles, una petición de perdón que suene honesta… No: la confianza no se construye, sino que se inspira, y la otra parte nos la otorga o no con libertad. Sí que es posible, en cambio, trabajar para ser merecedores de esa confianza, es decir, empeñarse por cambiar uno mismo, por ser mejor.

¿Cómo “merecer”, entonces, la confianza?

-Demostrando que se poseen tres elementos: la integridad, la benevolencia y la capacidad, como ya propuso Aristóteles. Es decir, confiamos en la persona que es coherente con lo que dice; en la que muestra con los hechos que desea mi bien; y en aquella que además es competente en el ámbito para el que reclama confianza.

Imagine por ejemplo que se va a comprar un coche. El vendedor le describe con precisión las características del vehículo que le interesa y responde con acierto a sus preguntas. Es capaz: demuestra que conoce su trabajo. Además, le sugiere que espere unos días para beneficiarse de una rebaja y le desaconseja un modelo más caro que no se ajusta a sus necesidades. De ese modo demuestra que quiere ayudarle sinceramente. Si, además, le asegura que él mismo posee el modelo que usted ha elegido, se gana su completa confianza porque su comportamiento es coherente con su discurso.

Cada persona y cada organización puede pensar en qué medida puede mejorar cada uno de estos tres elementos para merecer la confianza de los demás: coherencia, alteridad y capacitación.

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Vocaciones

“En el ejército, un sacerdote da razón de la vida que estás dispuesto a entregar”

Actualmente destinado en el mando de operaciones especiales de Alicante, el comandante José Ramón Rapallo descubrió su vocación sacerdotal enmedio de "la batalla" diaria. 

Maria José Atienza·12 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 6 minutos

¿No es acaso milicia la vida del hombre sobre la tierra? (Job, 7, 1). Probablemente la frase del libro de Job no suene nueva. Más aún para quien ha dedicado su vida al servicio de los demás a través de las Fuerzas Armadas y fue precisamente en medio de este mundo en el que el comandante José Ramón Rapallo vió que Dios le llamaba a su servicio en el ministerio sacerdotal y lo ha contado a Omnes en una extensa entrevista.

Aunque el ordinariato castrense es conocido, su historia tiene la peculiaridad de haber visto su vocación en el ejercicio de su carrera militar en el que continúa su tarea. ¿Cómo fue el descubrimiento de su llamada al sacerdocio?

-Entré en el ejército como voluntario con 17 años. Ya llevo 35 años de servicio. Durante un tiempo, además fui agregado del Opus Dei, una vocación de servicio en medio de las ocupaciones diarias, en el trabajo profesional. En mi caso, mi profesión es un trabajo vocacional como es la milicia, en el que aprendes a renunciar a muchas cosas y a entregar la vida por los demás, si es preciso. 

Durante muchos años, además, fui voluntario de noche en la casa de Madre Teresa y asistía a enfermos de SIDA cuando aquella enfermedad mataba de forma fulminante. Más de una vez, aquellos enfermos nos decían que ir a morir a casa de las Hermanas de la Caridad era aprender a amar con mayúscula. Quizá fue en este sitio, en las noches de vela en la pequeña capilla que tienen donde ví que el Señor me pedía más.

Quizá fue en este sitio, en las noches de vela en la pequeña capilla que tienen donde ví que el Señor me pedía más.

Comte. José Ramón Rapallo

¿Cuál fue la reacción de las personas de su entorno: familia, amistades, y, también, en su propia unidad militar?

-La reacción de mi entorno la he vivido con la naturalidad con que el agua mana de una fuente. Sabían de mis convicciones religiosas y, de hecho, en muchos casos no les ha sorprendido.

En el curso de operaciones especiales todos tenemos un nombre de guerra, en mi caso, decidieron fuera Templario. De momento, me siguen llamando Templario y confio que no tenga que oír lo de: “Jefe de compañía llamando a cuervo”.

Durante años tuve la inquietud de estudiar Teología y lo hice de una forma no reglada. Hace siete años, cuando me planteaba más en serio el tema de la vocación sacerdotal, estando destinado en Alicante, el actual páter del Mando Operaciones Especiales, José Antonio Barriel, me explicó la existencia de un seminario castrense y la posibilidad de seguir estudiando.

Me fui destinado a Madrid. Mi decisión era dejar el ejército, pero el rector del seminario castrense en aquel momento y el recientemente fallecido Arzobispo Castrense, Mons. Juan del Río, me explicaron la posibilidad de compaginar la atención pastoral con mi destino una vez terminara mi formación sacerdotal y que, en ningún caso, abandonara mi condición de militar. Así lo hice y, tras cinco años de seminario y trabajo, el 25 de julio del año pasado, fiesta de Santiago Apóstol recibía la ordenación sacerdotal.   

En su caso, con una vida completamente «hecha» ¿Cómo ha vivido su etapa de formación al sacerdocio?, ¿y su ordenación?

-El hombre propone y Dios dispone. Uno puede hacer muchos planes y pensar que “lo ha hecho todo en la vida”, sin embargo, la realidad supera la ficción. Recuerdo un camino de Santiago en el que, éramos un grupo numeroso y los monjes del convento cisterciense de Santa María de Sobrado ofrecieron alguna de sus celdas para dormir. Uno de nosotros se fijó en lo pequeñas que eran y que no tenían armario y preguntó al monje que le respondió “nosotros no necesitamos armario porque estamos de paso”.

Los cristianos siempre estamos de paso. Lo que nos debería diferenciar es que sabemos de dónde venimos y hacia dónde vamos. Las hermanas de la Madre Teresa cuando cambian de comunidad sólo pueden tener como efectos personales aquello que quepa en una caja de zapatos. El militar un poco más, lo que entra en un coche, normalmente familiar, porque acumulas equipo que luego debes utilizar.

Mi etapa de formación en el seminario la he vivido como etapa de crecimiento interior, de discernimiento, como el muelle se encoge a la espera de que Dios haga de las suyas. «Yo sé de quién me he fiado». Nadie tiene vocación de seminarista y la ordenación parece no va llegar nunca, es cuestión de confianza. La procesión se lleva por dentro y uno piensa, si Dios está conmigo ¿quién contra mí? Dios sabe más.   

¿Cómo entiende usted su vida, de cristiano y ahora de sacerdote, en el ejército?

-Aceptar las exigencias de la vida militar, como son la obediencia debida, estar seis o más meses lejos de tu familia de misión, muchas veces en situaciones de riesgo y fatiga, los constantes cambios de destino… podemos decir que es algo más que una profesión.

La milicia forja carácter, es “religión de hombres honrados” como diría Calderón de la Barca. Una manera de entender la vida basada en unos valores que hoy en día no están precisamente de moda, como el espíritu compañerismo, la lealtad, el sacrificio y, especialmente un valor transcendental, como es el dar la vida por los demás. Para esto hay que saber qué significa la muerte: el militar lo resume en la muerte no es el final del camino que tantas veces rezamos y cantamos en el acto a los caídos en las unidades militares.  

Ser líder espiritual es lo que significa ser capellán en una unidad militar. Saber dar razones de lo que hacemos y por qué lo hacemos.

Comte. José Ramón Rapallo

El ejército, por otra parte, es una escuela de líderes donde la máxima es servir a España. Hoy en día hablamos muchos tipos de liderazgo: liderazgo ético, tóxico, liderazgo en valores… Pero cuando hablamos de dar la vida entramos en otra dimensión. Ahí entra a jugar un liderazgo espiritual, que no te dan ni las estrellas ni los galones.

Ser líder espiritual es lo que significa ser capellán en una unidad militar. Saber dar razones de lo que hacemos y por qué lo hacemos. Es hablar del valor transcendental de la vida que estás dispuesta a entregar y que tanto cuesta aceptar, pero que en el ejército es absolutamente necesario. Sin olvidar que el capellán esta para servir a los que sirven.

Actualmente usted continúa con su tarea dentro del Ejército y ejerce de sacerdote.  ¿Cómo es su día a día? ¿Cómo acogen sus compañeros la presencia de un sacerdote entre las filas?

-El año pasado, después de la ordenación, fui asignado como vicario parroquial a una parroquia de Alcalá de Henares y colaborador en la prisión militar de Alcalá-Meco y otras unidades. En estos destinos ejercí el ministerio sacerdotal hasta finales de septiembre de 2020. En octubre de ese año fui comisionado a Irak, donde he permanecido prácticamente hasta mayo de 2021. En la actualidad he sido destinado a Alicante; allí se encuentra actualmente un capellán, me incorporo en unos días y ganas de trabajar no van a faltar.

Mi experiencia como sacerdote castrense desplegado en misión se ha desarrollado en estos últimos siete meses. Una tarea que considero la razón fundamental de la existencia del servicio de asistencia religiosa, hoy en día, en el ejército, sin tener en cuenta la Guardia Civil o Policía.

En el destacamento Bagdad donde estaba destinado no había páter católico. Cada dos o tres meses venía unos días el páter americano, que estaba en Erbil. La Capilla era multi-confesional, aunque para el culto católico se reserva  una parte,  donde se promovió la construcción de un Sagrario, con motivo el inicio de la Adoración al Santísimo que teníamos todos los jueves y a la que asistían de toda la base y, especialmente, una comunidad de trabajadores filipinos.

Un momento muy especial fue la visita del Papa que supuso un motivo para rezar especialmente por el país. Tuvimos la suerte de contar con el obispo auxiliar de Bagdad que celebró la Misa de Santo Tomás en arameo.  Celebramos además varias Patronas: la Inmaculada, Santa Bárbara,  la Navidad. Durante Semana Santa, los españoles construyeron una cruz con la que se realizó el Vía Crucis. Se organizó un coro y catequesis de confirmación, donde se confirmaron 11 españoles.  

La Santa Misa era generalmente en español e inglés. Pero también en francés o italiano,  dependiendo del número de asistentes de cada país.  Desde octubre, además de acompañar espiritualmente a todos los que se han acercado a la capilla, estar disponible para confesiones e intenciones particulares de la Misa, he celebrado varias misas de difuntos de familiares fallecidos de diferentes nacionalidades durante la misión.

Más de una vez militares extranjeros, aquí en Bagdad, me han comentado la inmensa suerte de contar con un sacerdote. Recuerdo un canadiense que me decía que en su ciudad no había sacerdote católico y sólo podía recibir sacramentos de forma poco frecuente. No somos conscientes de la suerte que tenemos en España.

Usted ha participado en diversas misiones internacionales. Como cristiano y militar, ¿cómo se vive la fe, la esperanza, la caridad…. en esos destinos en los que el riesgo, físico al menos, es mayor?

-El Papa habla de una “Iglesia en salida”, de estar en misión permanente. Qué mejor ejemplo de misionero que el ejército, se encuentra preparado permanentemente para salir allí donde lo necesiten. El sacerdote militar, el páter, como cariñosamente se le llama, además de líder espiritual tiene como misión saber acompañar, saber escuchar y saber comprender. Sólo la presencia de un sacerdote en lugares tan lejanos ya es muy importante; la inmensa mayoría lo agradece y lo ve como algo necesario. De hecho, todos los ejércitos desplegados en misiones con un contingente lo suficientemente grande tienen su servicio de asistencia religiosa.

He podido comprobar cómo se vive, de forma muy diferente, la muerte de un familiar al estar lejos y no poder acompañar con la presencia. La asistencia espiritual, en esos casos, hacen mucho bien, acompañando consolando y escuchando. 

El sacerdote militar, el páter, como cariñosamente se le llama, además de líder espiritual tiene como misión saber acompañar, saber escuchar y saber comprender.

Comte. José Ramón Rapallo

Los sacerdotes en misión tenemos la suerte de estar disponibles 24 horas al día y conocer, muy de cerca, los problemas e inquietudes de los allí están. Cuando hablas con ellos, por regla general, hay un interés por conocer y profundizar en la vida espiritual.

Se aprende a valorar lo que se tiene cuando falta. Todos los que estamos de misión echamos en falta a la familia, pero te das cuenta que los lazos creados, por las condiciones de vida, la distancia… no se olvidan.

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Iniciativas

Marifé, Inés y Pilar. El amor de lo escondido

La liturgia es el espacio donde Dios se hace especialmente presente. Muchas almas entregadas logran meter el amor en lo escondido para rodear de cariño la llegada de Cristo a la tierra.

Arsenio Fernández de Mesa·12 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Cuidemos sólo lo que se ve, porque lo otro nadie lo valorará. En una sociedad que tantas veces vive de cara a la galería parece una proeza la entrega en lo escondido para darle gloria a Él. Prueba de ello es que las muchedumbres de fieles que se acercan a la Misa dominical aprecian ante todo las flores hermosas, el coro que canta con armonía, una buena predicación o la clara dicción de los lectores. Pero sólo el sacerdote y quizá los acólitos se dan cuenta de la limpieza de los ornamentos con que se revisten, la blancura de purificadores y corporales, la pureza de los manteles. No es manía, es cariño. No es obsesión, es amor. El Papa Francisco lo expresaba así: “la belleza de lo litúrgico no es puro adorno y gusto por los trapos sino presencia de la gloria de nuestro Dios resplandeciente en su pueblo vivo y consolado”. Algo grande sucede y hay que recibirlo con grandeza de alma. Grandeza que tiene que ver con cuidar cosas que poquísima gente y a veces nadie valorará. 

Marifé, Inés y Pilar son tres de las muchas señoras que en tantas parroquias dedican su tiempo y sus energías, con enorme generosidad, para que la liturgia tenga la dignidad que merece. “Poca gente elogia nuestro trabajo y eso es maravilloso, porque nos hace conscientes de que nuestro esfuerzo es sólo para la gloria de Dios”, afirma Marifé, que se dedica también a regar cada día todas las plantas de la parroquia para que se conserven bien. “Lo normal es que después de una Misa se alaben las canciones bonitas que han sonado o la preciosa homilía del cura, pero nunca suele decirse que los manteles estaban impolutos”, apunta Inés, que junto con Pilar se encarga de lavar y planchar casullas, albas, manteles y demás ornamentos. “Nuestra ilusión es que Dios vea que en esta parroquia le queremos mucho”, afirman las tres. 

Una vez a la semana Marifé se dedica a limpiar con mimo y cuidado los vasos sagrados: patenas, cálices, vinajeras, el lavabo, la custodia. “Me hace sentirme como una amiga íntima de Cristo, porque estoy tocando objetos en los que Él se va a hacer presente y eso me lleva a menudo a la oración”. Un sentimiento que no sólo experimenta cuando realiza su callada labor sino sobre todo en la celebración de la Misa: “es precioso sentir durante el momento de la Consagración, por ejemplo, algo que nadie puede apreciar en la iglesia de la misma forma: Jesús vuelve a bajar a la tierra en el sacrificio del altar y ahí, muy cerquita, está nuestro trabajo cariñoso y escondido para recibirle como se merece y que esté a gusto”, cuenta emocionada. A veces algunos feligreses les muestran compasión por lo mucho que trabajan: “tratamos de hacerles entender que esto no es lo mismo que limpiar nuestra casa o lavar la ropa sino una tarea que nos parece infinitamente más importante, divina”, explica Pilar. 

Esta costumbre de cuidar las cosas pequeñas por amor a Dios les ha ido educando: “tenemos ya un sexto sentido especial, porque cuando vamos a Misa a otros sitios por alguna primera comunión o un funeral nos damos cuenta cuándo se cuidan las cosas y cuándo no y eso nos revela si allí hay amor de Dios en lo concreto o ese amor está un poco abandonado”, señala Inés. 

Estas tres mujeres entregadas a Dios y a la Iglesia también han comprobado cómo pasar tanto tiempo juntas en la parroquia les ha hecho crecer en amistad. “Los sábados después de la labor y otros días entre semana vamos a un bar cerca de la parroquia a tomar algo: cada día se suma más gente al plan y eso nos hace estrechar lazos de amistad con otros feligreses”, cuenta Pilar. Resumen su día a día en la alegría por servir en lo escondido y así estar muy cerca de Dios.

Mundo

«Que no se deje a nadie solo, que todos reciban la unción del cuidado»

El Papa Francisco ha rezado hoy el Ángelus desde la ventana del Policlínico Gemelli, donde se encuentra ingresado desde hace unos días tras la operación de colon a la que se sometió el pasado lunes.

Maria José Atienza·11 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Durante la oración ha estado acompañado de unos niños enfermos, pacientes del mismo centro hospitalario y que han sido, estos días, una de las principales preocupaciones del Santo Padre.

Las primeras palabras del Papa han sido de agradecimiento por la «cercanía y el apoyo de vuestras oraciones» durante estos días de ingreso. Su experiencia en el hospital ha marcado las palabras del Santo Padre en este primer encuentra tras la intervención de colon a la que fue sometido el pasado lunes. Refiriéndose al envío de Jesús a sus discípulos a curar y «ungir con aceite» el Papa ha destacado que ese «‘aceite’ es ciertamente el sacramento de la Unción de los enfermos, que da consuelo al espíritu y al cuerpo. Pero este «aceite» es también la escucha, la cercanía, la atención, la ternura de quien cuida a la persona enferma: es como una caricia que hace que nos sintamos mejor, que calma el dolor y anima. Tarde o temprano todos necesitamos esta «unción», y todos podemos dársela a alguien, con una visita, una llamada telefónica, una mano tendida a quien necesita ayuda».

El Papa ha querido subrayar además que «en estos días de hospitalización, he experimentado lo importante que es un buen servicio sanitario, accesible a todos». En esta línea, Francisco ha señalado que «este valioso activo no debe perderse. ¡Debemos mantenerlo! Y para ello debemos comprometernos todos, porque sirve a todos y pide la contribución de todos. Incluso en la Iglesia a veces sucede que alguna institución de salud, por mala gestión, no le va bien económicamente, y lo primero que se nos ocurre es venderla. Pero la vocación, en la Iglesia, no es tener dinero sino servir, y el servicio es siempre gratuito.

Francisco ha pedido además oraciones especiales por los médicos y todo el personal sanitario y hospitalario, así como por los enfermos, especialmente «los niños» y, señalando a quienes le acompañaban en el balcón ha subrayado que la cuestión del sufrimiento de los niños es «una pregunta que toca el corazón». Por último ha pedido oraciones también por «quienes se encuentran en las condiciones más difíciles: que no se deje a nadie solo, que todos reciban la unción de la cercanía y del cuidado»

¡Que cese la violencia en Haití!

Al finalizar el rezo, Francisco ha tenido además palabras para pedir que «cese la espiral de violencia en Haití» y ha instado al pueblo haitiano a «reemprender un camino de paz y de concordia», además de pedir a todos los presentes ración por esta intención.

El Santo Padre ha recordado ademas en este domingo, que celebran su día las personas vinculadas a la Pastoral del mar, la necesidad de cuidar los océanos «¡No más plásticos en los océanos!» ha pedido, siguiendo las líneas de Lautato Si’. Por último, además de saludar a los peregrinos de Radio María reunidos en Czestochowa ha querido recordar la fiesta de San Benito de Nursia, patrón de Europa para el que ha pedido que el viejo continente se una en sus valores fundacionales.

Francisco se ha despedido recordando a los cientos de personas reunidos bajo la ventana del Policlínico así como a los que lo seguían por medios de comunicación que «no se olvidaran de rezar por mi».

Ecología integral

“Negar la objeción de conciencia institucional va contra la Constitución”

Federico de Montalvo, profesor de Derecho en Comillas Icade y presidente del Comité de Bioética de España, considera que negar la objeción de conciencia a la ley de eutanasia ejercida por instituciones y comunidades “es inconstitucional”. De Montalvo ha analizado con Omnes la citada ley.

Rafael Miner·11 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 14 minutos

La ley de regulación de la eutanasia, aprobada por la actual mayoría parlamentaria hace tres meses, entró en vigor el 25 de junio. Y esta semana, el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han aprobado en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, el Manual de Buenas Prácticas de la Eutanasia. Se denomina así porque de este modo viene nombrado en la disposición adicional sexta del texto legal.

La ley que da vía libre en España al derecho a morir y a la prestación de ayuda para morir ha echado a andar. Y Omnes ha conversado con Federico de Montalvo Jaaskelainen, profesor de Derecho en Comillas Icade y presidente del Comité de Bioética de España, órgano asesor de los Ministerios de Sanidad y Ciencia del gobierno. Conviene precisar que la entrevista con el profesor Federico de Montalvo tuvo lugar el 6 de julio, un día antes de la reunión del Consejo Interterritorial.

En la entrevista, el profesor de Comillas Icade, que es también miembro del Comité Internacional de Bioética de la UNESCO, repasa numerosas cuestiones. Por ejemplo, señala que no existe un derecho a morir basado en la dignidad, pero sí un derecho a no sufrir. Que lo congruente hubiera sido una ley del final de la vida, donde se garantizara este derecho a no sufrir, que deriva del artículo 15 de la Constitución, pero que se ha elegido la alternativa más extrema del final de la vida. Que la Medicina no responde a los criterios que la sociedad quiera en cada momento, como sucedió en los regímenes nacional-socialista y comunista, sino que tiene que conjugar el interés de la sociedad y los valores que antropológica e históricamente defiende.

O que nunca diría que los que han redactado y aprobado esta ley lo han hecho con intención de matar a nadie, sino que piensan que la solución al final de la vida pasa por la eutanasia, mientras el profesor cree que pasa por las alternativas: los cuidados paliativos o cualquier fórmula de sedación. Además, defiende la objeción de conciencia institucional, y lo argumenta. He aquí una conversación de media hora con Federico de Montalvo.

El Comité de Bioética de España, que usted preside, formuló un informe sobre la tramitación parlamentaria de la regulación de la eutanasia. ¿Podría explicar la génesis del informe?

̶ Ese informe nosotros lo hicimos por dos motivos. La ley en España se tramitó como proposición. Esto significa que es constitucional pero bastante insólito que el partido que apoya al gobierno, de la mayoría del Parlamento, presente el texto legal, y no lo haga el gobierno. El 90 y algo por ciento de las leyes que se aprueban en España son proyectos de ley, porque quien tiene al final la iniciativa legislativa es el gobierno. En ocasiones la oposición presenta una iniciativa que convence al gobierno o a la mayoría parlamentaria, y se tramita, pero es muy excepcional.

Entonces, en España se iba a tramitar la eutanasia mediante una proposición de ley, lo  que iba a provocar que se pudiera aprobar sin participación de ningún órgano consultivo, como el Consejo General del Poder Judicial, Consejo Fiscal, Consejo de Estado… Y ni siquiera nosotros, cuando en toda Europa, cuando se ha planteado tramitar una ley, o al menos se ha planteado el debate de la eutanasia, hay informe del Comité Nacional de Bioética. En Portugal hay un informe, en Italia hay un informe, En el Reino Unido hay, en Francia hay, en Suecia hay, en Austria hay, en Alemania…

En toda Europa, cuando se ha planteado tramitar una ley, o al menos se ha planteado el debate de la eutanasia, hay informe del Comité Nacional de Bioética

Federico de Montalvo

Sería insólito que fuera la primera ley que se aprueba sin oír el parecer de un órgano público., como es el Comité de Bioética de España, que para eso está precisamente.

Y luego, lo hicimos también porque pensábamos que el hecho de que no fuera obligado pedir informes, no impedía que se pudiera hacer. Es decir, en el Parlamento, la Comisión que iba a tramitar la ley podía haber pedido nuestro informe. La idea era, hombre, si nos van a llamar a alguno de nosotros, como era mi caso (de hecho estuve en una lista como citado, aunque no se admitió), es mejor ir con un informe. No ir yo con mi opinión, sino ésta es la opinión del Comité, que está en este informe. Por eso hicimos un informe. Porque era insólito que no se pronunciara el Comité.

¿Puede sintetizar dos o tres ideas del informe del Comité de Bioética de España sobre la citada regulación de la eutanasia?

-Las ideas más importantes las resumiría de este modo. Primero. Conceptualmente, no cabe construir un derecho a morir. Es una contradicción en sí misma. Y de hecho, el fundamento en que se ha basado la ley, es contradictorio. ¿Por qué? Porque se basa en la dignidad, y a continuación se limita a unas personas  -como si sólo fueran dignos los crónicos y los terminales- . Si yo baso que existe un derecho a morir en la dignidad, tengo que reconocerla a todos los individuos, porque todos somos dignos. Por tanto, era una contradicción en sí misma. Por eso decíamos que no existe derecho a morir basado en la dignidad. Porque supondría que cualquier ciudadano puede pedir al Estado que acabe con su vida. El Estado pierde su función esencial de garantizar la vida y se convierte en ejecutor.

En segundo lugar, planteamos que además había un error. Porque se basaba en una presunta libertad, cuando en realidad la persona que pedía la eutanasia no estaba realidad pidiendo morir. Asumía la muerte como la única manera de acabar con su sufrimiento. Lo que la persona quería era realmente el derecho a no sufrir. Y para resolver el derecho a no sufrir en España, faltaba todavía un pleno desarrollo de alternativas.

Es decir, si el problema no es el derecho a morir, como dice la ley, sino el derecho a no sufrir, ¿por qué voy a implantar una alternativa muy excepcional, muy especial, cuando no existen realmente implantadas las alternativas que impiden el sufrimiento, que aquí es lo esencial. Nosotros lo que planteamos en el informe es que en lugar de una solución jurídica, que es lo que plantea la ley, creíamos que había que explorar soluciones médicas.

Y no soluciones médicas en el sentido de la terminalidad, sino también en la cronicidad. La situación de enfermes crónicos, no terminales, donde hay posibilidad de la sedación paliativa. Cuando una persona sufre, lo que tenemos que hacer es intentar evitar el sufrimiento, poco a poco, mitigarlo, y si a pesar de lo que hemos hecho, esa persona sigue sufriendo, cabe, y de hecho San Juan de Dios lo tiene recogido en un interesante artículo, la posibilidad de sedar. Porque yo no puedo permitir que alguien siga sufriendo y no hacer nada. Lo que planteamos es que se ha ido a una alternativa extrema sin explorar, sobre la base un derecho que no cabe construirlo, es una contradicción en sí mismo.

Pero también ofrecieron alguna sugerencia jurídica, en clave de excepción legal.

-Sí. Luego planteamos que, en su defecto, si se quería explorar una solución jurídica, que pensamos que primero tenía que ser la médica, había otras alternativas, como la del Reino Unido, que es seguir avanzando en lo que recogía nuestro Código Penal antes de esta ley. Nuestro Código Penal crea un tipo muy privilegiado, con una pena reducidísima, en el homicidio compasivo. El Código Penal es extraordinariamente compasivo con aquel que acaba con la vida de otro por amor o porque está sufriendo.

Nosotros planteamos que si se quería, se explorara esa experiencia que había iniciado el Reino Unido. Que no se estableciera con carácter general el derecho a morir, sino que se hiciera en clave de excepción legal a un tipo penal o de tipo privilegiado.

También planteamos en el informe que nos preocupaba que se implantara esta medida en el contexto actual, cuando se ha producido lo que ha tenido lugar: un número de personas mayores fallecidas por la pandemia. Esta es una sociedad que se va a enfrentar a una situación muy comprometida, que además avanza hacia el envejecimiento. Y en este contexto, no nos parecía oportuna esta ley. Que esta ley no resolvía el problema, sino que podía agravarlo. El contexto nuestro es un contexto muy especial, y la ley lo olvidaba.

eutanasia

¿Cómo hicieron público el informe del Comité de Bioética de España?

̶ Nosotros, siempre que hacemos un informe, se lo mandamos al Ministerio, incluso antes de publicarlo. Lo enviamos a tres personas: al Ministerio de Sanidad, al Ministerio de Ciencia (funcionalmente tenemos la sede en el Carlos III), y se lo enviamos a la directora del Carlos III. Siempre hacemos eso. Y luego ya lo publicamos. Siempre hay un acto de cortesía.

De hecho, el ministro Illa [Salvador Illa, ex ministro de Sanidad] muy amablemente lo dio por recibido y nos agradeció el trabajo. Me mandó un email como suelen hacer muchas veces. Durante la pandemia, por ejemplo, el ministro Duque [hoy ex ministro],  nos ha felicitado por algún informe, expresamente; la ministra recientemente nos ha felicitado por un informe sobre el problema de las vacunas, el derecho a elegir; etc.

Nosotros, antes de hacer ese informe, yo personalmente mantuve una reunión con los responsables de Sanidad, una reunión rutinaria que antes de la pandemia teníamos siempre, para cuadrar la agenda del Comité con el interés del Ministerio. Es decir, nosotros podemos trabajar en cosas que consideramos que son de interés, pero también es bueno ir de la mano del Ministerio, y poder aportar, como estamos haciendo ahora con las vacunas.

Y en esa reunión, que fue en torno al veintitantos de febrero, lo recuerdo porque justo a los dos días me iba a Roma, justo antes de la pandemia, yo comenté al Ministerio que íbamos a hacer un informe sobre la eutanasia, que lo supieran. Que no iba a ser sobre la ley, porque no nos lo habían pedido, pero sí sobre la eutanasia. El Ministerio me dijo que ellos no podían pedirlo porque no era un tema del gobierno ni del Ministerio, sino del Parlamento, del grupo parlamentario. Podemos decir que no fue una especie de puñalada, como se suele decir, de pícaro. Se sabía, y lo anunciamos el 4 de marzo.

¿Piensa que el informe podría tenerse en cuenta de algún modo, quizá en el desarrollo reglamentario de la ley?

̶ En este caso, no. Sí hay previsto un desarrollo por tres figuras, que son algo novedosas, y que se justifican en cierto modo porque esta ley no sólo reconoce un derecho  -no reconoce una libertad, sino un derecho-  , sino que además reconoce una prestación, con cargo a las Comunidades Autónomas. Y se han previsto tres desarrollos en la propia ley. Una es un plan de formación, en el marco de la formación continua del Ministerio de Sanidad, que se está trabajando en él; una guía para la valoración de la discapacidad, que está prácticamente elaborada también; y luego un manual de buenas prácticas, que está en manos del Consejo Interterritorial. Eso son los tres desarrollos.

¿Por qué se ha hecho un manual de buenas prácticas? Porque se ha considerado que era muy importante la participación del Consejo Interterritorial, dado que es una prestación que corresponde a las Comunidad Autónomas. Los tres están bastante culminados.

Usted ha manifestado que se ha perdido la oportunidad de elaborar una ley que regule el final de la vida, de algún modo. ¿Podría explicarlo?

̶ Sí. Me parece importante. Es verdad que la eutanasia, como decía antes, es la medida extrema o muy excepcional. Incluso para aquellos que se muestren a favor de ella. Lo que no parece muy congruente es aprobar una ley sobre esa medida. La ley de eutanasia no es una ley sobre el final de la vida, es una ley sólo de eutanasia. No aborda el final de la vida, aborda la alternativa más extrema en el final de la vida.

Yo considero que lo congruente, y esto lo he compartido con médicos y con más gente, quizá sea aprobar una ley del final de la vida, donde se regulara ese proceso, se garantizaran una serie de derechos, ese derecho a no sufrir, que para mí es un derecho que deriva del artículo 15 de la Constitución, y si hubiera querido la mayoría, con su legitimidad, haber incluido ahí un capitulo final sobre situaciones extremas y eutanasia. Pero en un marco general de una regulación del final de la vida. ¿Por qué digo esto?

Esto no sólo es una cuestión teórica, sino también práctica, en el siguiente sentido. Un médico ahora, a pie de cama, se encuentra con un paciente en un contexto, complejo, en el cual él no sabe si debe proponer una eutanasia, o debe estar en silencio hasta que el paciente hable de ese tema… Sería raro, porque si es una prestación, el silencio sobre prestaciones es algo insólito, porque si es una prestación habrá que decírselo al paciente. Segundo, si la eutanasia es una alternativa extrema, última, una vez agotadas otras, es una alternativa más, o la alternativa principal… Si hubiéramos regulado una ley con todas esas posibilidades, uno podría haber llegado a entender que la eutanasia es la última alternativa ante el resto.

Ahora, tal como queda el ordenamiento, uno tiene dos opciones. O pensar que es la única alternativa, porque es la única que está regulada, o pensar que es una alternativa más. A mí, alguien que pida la eutanasia porque está sufriendo, sin haber agotado una sedación intermitente, u otros medios o apoyos socioeconómicos…, que lo pida me parece bastante insólito. En algún caso, uno puede llegar a admitir que en una situación extrema, a lo mejor hay que ayudar a alguien que está en un sufrimiento extremo. Pero si esa persona no ha agotado, no ha probado, no se han intentado con él los cuidados paliativos o cualquier fórmula de sedación, ¿cómo sabe que realmente necesita otras alternativas a morir directamente en un acto eutanásico? Como ha quedado esa ley, y sólo eso regulado, no el resto de alternativas, que son las más habituales, las más factibles, la duda ahora mismo es: ¿qué es esto?

Personalmente, he escuchado decir a médicos con largo ejercicio profesional que les han pedido la eutanasia muy pocas personas, y que en realidad lo que estaban pidiendo era no sufrir. En cuanto se palió y doblegó el dolor, dejaron de pedirla.

̶ Eso es lo que dicen todos los paliativistas. Los paliativistas dicen que normalmente ellos se han tenido que enfrentar a casos minoritarios, y que ninguno ha salido adelante. Es verdad que los paliativistas trabajan con enfermos terminales, y el problema de la eutanasia no es la terminalidad. Yo creo que es la cronicidad. El caso emblemático es Ramón Sampedro, que no era un enfermo terminal, sino de tipo crónico. Pero que un enfermo crónico opte por la eutanasia sin haber agotado otras alternativas que le permiten mantenerse con vida y con cierta calidad, me parece bastante insólito.

Si se hubiera aprobado esa ley, una ley general sobre el final de la vida, y al final la mayoría hubiera exigido que se incorporara un capítulo sobre eutanasia, entendida como medida excepcional en un contexto. Aquí entendemos que es la medida principal, porque es la única que se ha regulado. No tenemos una ley del final de la vida, pero tenemos una ley de eutanasia.

Que un enfermo crónico opte por la eutanasia sin haber agotado otras alternativas que le permiten mantenerse con vida y con cierta calidad, me parece bastante insólito.

Federico de Montalvo

Especialistas médicos han comentado que esta ley va a introducir un factor importante de desconfianza entre los pacientes y los médicos. ¿Cómo lo ve? Usted es jurista, y quizá prefiera dejar esta cuestión a los médicos.

̶ Como jurista, para nosotros en el mundo del Derecho la relación de confianza, para mí, es lo más relevante. La relación médico-paciente es distinta al resto de relaciones. ¿Por qué es distinta? Yo lo he defendido. Soy de las personas que no es que niegue el principio de autonomía, pero creo que el principio de autonomía hay que matizarlo en el contexto de la enfermedad.

Porque la relación médico-paciente se basa en algo que normalmente genera vulnerabilidad, que es el diagnóstico del enfermo. Una persona en su vida tiene todas las alternativas que ofrece la vida, y de repente se encuentra inesperadamente con que tiene unos síntomas, unos signos, y en unos días, después de un proceso de diagnóstico que genera muchísima incertidumbre, porque a veces tarda días, o meses, se encuentra de repente con que se le ha cortado el aire, se le ha cortado el futuro, como si le hubieran puesto un muro delante. Eso es un diagnóstico de una enfermedad grave.

Considerar que esa persona es plenamente autónoma, es una ficción. Esa persona tiene que tomar las decisiones libremente, e informadamente, pero necesita acompañamiento, apoyo. Esto no es una máquina que me diga lo que tengo que hacer. Esto es una persona enfrente que tiene que intentar empatizar y ayudarme en la toma de decisiones. Eso no es falta de realismo, es acompañamiento.

En esa relación de confianza se basa el buen fin del tratamiento, porque los tratamientos funcionan cuando el paciente confía. Por eso, toda estrategia de ocultación ha sido ya rechazada hace años porque genera desconfianza. Ahora, en el cáncer cualquier médico oncólogo propone que para que funcione bien todo tiene que haber confianza.

Si vemos que la relación médico-paciente se basa en la confianza, en el momento en que el paciente puede temer que el médico haga algo que no se corresponde con los fines de la Medicina, es decir, acabar con su vida, eso puede incidir en la confianza. El paciente puede llegar a dudar que no se le van a ofrecer alternativas que son más caras, porque no hay recursos, porque hay unas medidas de ahorro; que le van a ofrecer una alternativa barata, un fármaco que dura unos segundos, en lugar de fármacos que duran días, más eficaces. Para mí, no es que la vaya a romper, sino que puede romper la confianza.

La relación entre Medicina y sociedad puede ser un tema de enorme interés.

-Hay que recordar una cosa muy importante. La Medicina no responde a los criterios que la sociedad quiera en cada momento. Eso ocurrió en el régimen nacional-socialista, que se usaba a los médicos para exterminar, y en el régimen comunista, donde a los disidentes se les ingresaba en psiquiátricos, como a una persona con un trastorno. La Medicina tiene que conjugar el interés de la sociedad y los valores que antropológica e históricamente defiende. Eso está dicho por un grupo de expertos hace años en España, en un documento.

La Medicina tiene que conjugar y equilibrar sus fines fundacionales, históricos, con los fines de cada momento. Lo que tengo claro es que un médico no es una persona en la que matar entre en sus fines. Matar es una consecuencia de un acto médico. El médico asume la muerte como consecuencia de lo que lleva a cabo, nunca como fin. Un cirujano nunca entra en un quirófano a matar a un paciente. Sería aberrante. Asume la muerte como posibilidad cierta o incierta de un acto.

Cuando un médico opera a un paciente que es muy difícil que salga del quirófano, le está operando porque cree que en ese caso hay una remota posibilidad de que salga adelante. Pero nunca para matarlo. Entonces, estamos alterando los fines de la Medicina, lo cual afecta al rol histórico y social que cumple un médico, pero es que, además, ese rol responde al principio de confianza. Si yo entro en un quirófano sin saber que la finalidad del médico es matarme, yo no entro.

Esto, el problema que tiene es que a lo mejor, idealmente, ante un paciente intelectualmente muy potente, muy formado, que su vida se viene abajo ante un diagnóstico de Alzheimer, y dado que no a poder trabajar su intelecto, pide la eutanasia (algunos casos que hemos visto fuera de España), eso es un caso muy específico.

Pero cuando llegamos a la realidad del día a día en un hospital público, en el que un paciente vulnerable, de condición socioeconómica peor, pueda llegar a pensar que él puede ser eliminado bajo una presunta petición de él, pues claro. Y encima sin una regulación de alternativas, a mí me inquieta.

Aunque es un proceso muy complicado, ¿qué piensa que hay en el trasfondo de esta ley? ¿Qué intención puede haber?

-Yo nunca diría que los que han redactado y aprobado esta ley lo han hecho con intención de matar a nadie. Al revés. Aquí el problema es que esas personas, de manera legítima, creen que la solución al final de la vida pasa por la eutanasia. A otros no es que nos guste que las personas sufran, pero creemos que la solución al final de la vida pasa por las alternativas. Este es el punto de discrepancia. El problema que tienen esas personas, que yo sinceramente creo que lo hacen con muy buena intención, es que a lo mejor no han reparado en las consecuencias que puede tener una medida como ésta, que es lo que genera que casi todo el mundo hable de esto, pero no del paso de legislar. Porque de esto se habla, mucho. Pero el paso de legislarlo, uff. Eso, ¿cuántos países hay?  Es que el tema genera muchísima preocupación, las consecuencias no deseadas.

Quienes han redactado la ley creo que que a lo mejor no han reparado en las consecuencias que puede tener una medida como ésta.

Federico de Montalvo

Nos hemos alargado. Sería bueno un flash sobre la ausencia de una ley de cuidados paliativos en España, y de una especialidad en las universidades.

̶ Este es el problema que comentábamos, que la eutanasia tendría que surgir como medida excepcional en un contexto de alternativas prevalentes, y esas alternativas ni están bien reguladas, ni están bien implantadas, ni están bien utilizadas. Hay un problema de regulación, de implantación y de utilización. Hay mucha confusión sobre la sedación paliativa, todavía.

Algún comentario sobre la regulación de la objeción de conciencia en la nueva ley.

̶ Dos ideas. La primera, que la objeción de conciencia no es un derecho que está en manos del legislador. Es el legislador quien debe decidir cómo se ejerce. Es un Derecho fundamental, y los derechos fundamentales no dependen de la mayoría (la garantía de la minoría). Y la segunda, en la que vengo trabajando, es que no entiendo por qué se niega la objeción institucional. Si la objeción de conciencia es una garantía, una expresión de la libertad religiosa, y la propia Constitución reconoce la libertad religiosa en las comunidades (lo dice expresamente), entonces, si la objeción de conciencia es libertad religiosa, y la libertad religiosa no sólo es de los individuos, sino de las organizaciones, comunidades, ¿por qué no cabe la objeción de conciencia institucional?

¿Esta negativa a la objeción de conciencia institucional se sobreentiende o se prevé expresamente?

-Se sobreentiende, porque la ley dice que la objeción de conciencia será individual. La ley no la excluye expresamente, pero se está entendiendo que, implícitamente, al referirlo al ámbito individual, la excluye. Eso no es que sea correcto o incorrecto, sino que es inconstitucional. ¿Por qué el pueblo judío tiene derecho al honor y las sociedades mercantiles tienen derecho al honor, y por ejemplo una organización religiosa no tiene derecho a la objeción de conciencia?Es libertad religiosa, y la Constitución habla de comunidades. Me parece una contradicción.

Además, reconociendo a las personas jurídicas todos los derechos (honor, intimidad), y hasta responsabilidad penal, ¿les negamos ahora la objeción de conciencia, que es una garantía de un derecho expresamente reconocido por el artículo 16 de la Constitución? Pienso que no hacen falta más argumentos.

Ecología integral

“Lo más importante es rescatar y construir a la persona discapacitada”

Enrique Alarcón lleva 43 años en la Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad de España (Frater), movimiento especializado de Acción Católica. Los últimos 4 como presidente. Con tetraplejia desde los 20 y buen humor, explica a Omnes su tarea.

Rafael Miner·10 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 11 minutos

Fuentes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estiman que más de mil millones de personas en el mundo, un 15 por ciento de la población, tiene alguna discapacidad. En España son alrededor del 10 por ciento, incluyendo todas las discapacidades existentes; es decir, en torno a cuatro millones de personas. Un segmento de población importante, muchos de ellos mayores, aunque no todos.

En este ámbito, numerosos lectores de Omnes habrán oído hablar de Frater, la Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad de España, movimiento especializado de Acción Católica nacido en 1957, integrado en la Federación de Movimientos de Acción Católica de la Iglesia en España, y miembro de la Fraternidad Cristiana Intercontinental de personas con enfermedades crónicas y discapacidades físicas.

DATO

4 millones

De personas en España viven con alguna discapacidad

Frater, centrada en el ámbito de la discapacidad física y orgánica, vive con intensidad su tarea evangelizadora. Actualmente está extendida por 39 diócesis españolas, con implantación en casi todas las comunidades autónomas, y cuenta con más de cinco mil miembros en España, según su página web. Forma parte del área de Pastoral de la Salud de la Conferencia Episcopal Española, y a nivel civil pertenece, como Asociación de ámbito estatal, a la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE), cocemfe.es/ la más importante organización social que agrupa en nuestro país a las personas con discapacidad física y orgánica.

Junto al colectivo de las personas con discapacidad, Frater busca ir logrando una sociedad más justa e inclusiva donde se cumplan los derechos humanos para las personas con discapacidad. En junio de 2017, tras la Asamblea celebrada en Segovia, algunos medios titularon: Enrique Alarcón, primer hombre en la historia que preside Frater España. Junto a él, como consiliario general, Antonio García Ramírez. En efecto, dejaba la presidencia Basilisa Martín Gómez, y con ella cesó también su equipo general.

Hoy, tras cuatro años al frente de Frater, Omnes conversa con Enrique Alarcón, que reside ahora en Albacete, y lleva 43 años en la Fraternidad. El presidente de Frater tuvo un accidente de tráfico “justo al cumplir 20 años, y tengo una lesión de cervical, tetraplejia, y necesito asistencia. Una vez que estoy en la silla, a motor, ya estoy liberado, pero necesito asistencia para levantarme. Pero una vez en la silla, quién nos para”, comenta con buen humor. Alarcón habla de “lo que vamos aprendiendo en Frater a través de nuestra vida”.

Háblenos de Frater. Cuáles son sus tareas, sus desafíos…

̶ Frater, por su misma esencia, se dirige a las personas con discapacidad física, sensorial y orgánica. Es decir, no tenemos como punto de partida atender a todas las discapacidades. Entendemos que la promoción personal es la que nos puede ir capacitando, cubriendo nuestras capacidades, motivando a la persona para que vaya asumiendo distintas perspectivas de cara a esa nueva existencia que se plantea, tanto si la discapacidad es consecuencia de una situación traumática que acontece a lo largo de la vida, o si viene derivada de la infancia, es importante que la persona vaya descubriendo todo ese universo de capacidades que tenemos las personas para ir posibilitando una nueva forma de ser y vivir de una manera nueva, por decirlo así.

Cuando una persona se enfrenta la discapacidad, ya sea de una manera traumática como desde la infancia, llega un momento en que hay un punto de inflexión, donde uno piensa de dónde vengo y hacia dónde voy, y qué tengo que hacer. Otra cosa son los recursos técnicos necesarios.

Frater trabaja fundamentalmente para que la persona se vea reconocida en un primer momento en su dignidad. Descubrir que es una persona con toda su dignidad. Un segundo paso es facilitar herramientas y recursos para que la persona se vaya abriendo al mundo, desde una perspectiva cultural, social, educativa, posteriormente de inserción laboral, académica, etc.

¿Cómo lo hacen, cómo tiene lugar ese proceso en la persona?

-Todo eso se produce a través de procesos, lentos, muy trabajados, a través de los equipos, que nosotros llamamos equipos de vida y formación, donde no solamente se le dan herramientas para que una persona pueda estar en la sociedad, que sepa ir a la Administración, moverse en un entorno urbano, etcétera, sino que lo que se busca es que la persona llegue a tener a tener la necesaria autonomía personal como para plantearse salir de su propia existencia, aunque sea recurriendo a todos los elementos y recursos técnicos que va a ir necesitando.

Enrique Alarcón

En esa perspectiva, Frater trabaja en el ámbito de la discapacidad física y orgánica. Existen las discapacidades mentales, las intelectuales, la tutela… Nosotros no tenemos tutela, porque nosotros lo que hacemos es despertar dentro de la persona la autoconciencia de que tú eres quien tiene que sacar los recursos propios para buscar tu autonomía personal.

Entonces, se posibilitan las tareas de los equipos en los primeros momentos. No se va a hacer un primer contacto con una persona que ha tenido un accidente y se ha quedado en una silla de ruedas, o que está con una enfermedad crónica sobrevenida, y que se ha quedado también con una discapacidad. Los procesos comienzan primero con el encuentro, la escucha, el acompañamiento…

Después viene el segundo paso, que es la invitación o la sugerencia de la misma persona con quien tú contactas. Oye, ¿tú quién eres? ¿dónde estáis? ¿Y qué hacéis en vuestra Asociación? Y se ve que una persona necesita algo más: oye, ¿te quieres venir, que tenemos una reunión de convivencia, y nos conoces? Entonces es cuando poco a poco, cada persona tiene su propio proceso, a través de ese momento, una persona se puede ir integrando en un equipo, que llamamos equipos de vida y formación, y en esos equipos tenemos un plan de formación, sistematizado y estructurado, que llamamos pasos.

Cada persona tiene su propio proceso, a través de ese momento, una persona se puede ir integrando en un equipo, que llamamos equipos de vida y formación.

Enrique Alarcón

Ustedes hablan de lograr una sociedad más justa e inclusiva. ¿A qué se refieren exactamente?

-El plan de formación va abriendo unas perspectivas y un enfoque sobre lo que es la persona a nivel psicológico, cómo funciona la sociedad, sus elementos básicos, el asociacionismo, la importancia que tiene que no somos nada en solitario… La sociedad se construye cuando como ciudadanos asumimos que tenemos una responsabilidad. No es sólo que tengo derechos; tenemos derechos y tenemos deberes. Somos ciudadanos y vivimos en comunidad, y todos tenemos responsabilidades. Tenemos que descubrir cuáles son esas responsabilidades.

Porque lo importante es, efectivamente, estar viviendo y descubriendo la perspectiva de inclusión. Yo soy sociedad, miembro activo, estoy dentro, y todo lo que trabajo es para mejorar la sociedad. Yo propongo que se eliminen barreras arquitectónicas, y lo hago no porque quiero que quiten ese escaloncito, sino porque hace falta una sociedad más amable, pensando en las personas mayores, que tienen problemas de movilidad, en una señora que va con su carrito, porque estéticamente hay mayor calidad de vida en un entorno urbano que lo facilita. Así, en los grupos de formación, se va haciendo un enfoque globalpara que la persona descubra su realidad y el mundo en el que vive.

¿Cómo conoció usted Frater? ¿En qué momento de su vida? ¿Qué es lo que más le atrajo?

-Hay una parte importantísima en Frater, que es un movimiento cristiano. Desde el primer momento de los pasos en la formación, Frater va a enseñar a una persona que tiene una educación, un contacto primero con la fe, y entonces es más sencillo. Si no, se plantean interrogantes, porque Frater no excluye a nadie porque no sea cristiano. Ante todo está la figura de Jesús.

Yo mismo, por ejemplo, no tenía una formación, fuera de lo que es ser monaguillo o una educación básica cristiana, no tenía mayor visión cristiana. A mí, con 21 años, me invitan a Frater, una chica, voy y me encuentro que no hay una sensación de tristeza, sino que todo es fiesta, alegría, comunicarse, la alegría fundamentalmente. Y luego me invitan a una convivencia. Y veo que hay una Eucaristía. Pues me quedo. Y de pronto escucho hablar de un Jesús que me sonaba a chino. Pero bueno, ¿de quién están hablando? Yo nunca había oído hablar así de Jesús. Se transmitía a un Jesús vivo, hombre-Dios, pero metido dentro de la tribu humana, desde el sufrimiento, acompañando el dolor, compasivo, misericordioso, y que te decía el lema que tenemos en Frater: levántate, deja de lamentarte, que el mundo espera que hagas tu tarea, y descubres que tu tarea es una tarea evangelizadora, y que tu papel en el mundo y en la Iglesia es la respuesta a esa motivación que el Espíritu Santo ha generado en ti, a través del encuentro con Jesucristo.

Quizá puede comentar la distinción de tareas y enfoque en una asociación como COCEMFE y lo que se lleva a cabo en Frater, que es Acción Católica.

-En todo ese proceso del que venimos hablando, y que se va dando desde los primeros pasos, los primeros acercamientos, es donde se va generando esa identidad de Frater. Yo soy también presidente en Castilla-La-Mancha de COCEMFE, la entidad más importante en España y en el mundo a nivel de discapacidad física y orgánica, en la que Frater está también integrada, como otras entidades. Tenemos cien asociaciones en la región. Lo que busca una persona con discapacidad en la región es que con un porcentaje concreto de discapacidad, tengo derecho a ciertas cosas. Pues mira, se le informa de los derechos, lo que la Administración pone a disposición de una persona con discapacidad. Y luego, le puedo preguntar: ¿estás interesado en trabajar? Pues aquí tenemos unos cursos de formación, tenemos unos talleres, una bolsa de empleo…. Y fuera de estas cosas, esta persona, como mucho, si tiene otra motivación, puede hacerse socio, pertenecer a la junta directiva, etc.

¿Y Frater qué es lo que hace? Frater es un lugar, un ámbito de encuentro con la vida.

Donde la persona descubre que es escuchada a fondo, donde un silencio tiene el mismo valor que una palabra. Cultivar el silencio, cultivar la palabra, estar junto al que sufre, acompañar su vida, no se trata de dar simplemente servicios. Tenemos residencias en varios sitios de España, pero la tarea más importante es rescatar y construir a la persona.Y juntos, nos rescatamos. Y juntos nos construimos. Y juntos descubrimos la fuerza inspiradora del Espíritu Santo. Y juntos descubrimos nuestra tarea apostólica.

Una anécdota emocionante

-Frater es Acción Católica especializada. Nuestra característica es militante. Para hacerte una idea. Hace poco ha sido la asamblea nacional de COCEMFE, en la que recibió un premio y homenaje por sus 40 tareas de tarea inclusiva. Y en la última comisión general de Frater que tuvimos, comenté una cosa, porque me emocionó. En la asamblea de COCEMFE estábamos los responsables provinciales y a nivel regional. Hubo un momento en que pidió la palabra una persona de una región, que no era de Frater, y dijo: quiero que se reconozca la tarea de Frater, porque gracias a este movimiento se ha llegado a tener el reconocimiento social y lo que se ha conseguido, porque en la raíz de todo el movimiento asociativo estuvo Frater y estaba Frater.

No esperaba eso, y es verdad. Porque hemos procurado salir de la zona de confort, qué bien estanos todos juntitos. No, no. La promoción humana y la promoción social, y sobre todo, la llamada a evangelizar, eso es fundamental. Nuestra mentalidad de ser transformadores de la realidad va implícita siempre. Por eso, como esta mujer decía, todos los que estamos en Frater estamos en diversas formas en el movimiento asociativo en toda España, impulsando proyectos, tareas, motivando a que se hagan acciones sociales…

El compromiso social nuestro. Nosotros no vamos a realizar otras acciones sociales que estén más allá de nuestras limitaciones físicas, pero sí podemos estar en un ayuntamiento, como concejal; en una asociación, llevando una secretaría sobre cualquier cosa; estando en la calle y denunciado, cuando vienen las campañas del Día Internacional de la Discapacidad, o cualquier otra campaña que se haga. Frater siempre está en la calle denunciando, igual que otras veces está anunciando.

Le oigo hablar y me acuerdo del Papa Francisco, que alienta a salir de la zona de confort…

-Uyy, ya quisiera yo. Menudo enamoramiento tenemos hoy con el Papa Francisco. En Frater desde siempre queremos estar fuera de la zona de confort. Es llegar al otro, a la persona doliente donde está. No esperar a que venga. Por ejemplo, ¿cómo me eduqué yo en Frater? Al año y pico de estar en Frater, comencé a acompañar a las personas. La verdad es que eran casi todas chicas, que contactaron conmigo. Y empecé a ir con ellas (dos tenían coche). ¿Y dónde íbamos? Por ejemplo, me he enterado que un chico de tal pueblo ha tenido un accidente y se ha quedado en una silla de ruedas. Íbamos al pueblo, lo buscábamos, y charlábamos en su casa.

¿Y qué decían los familiares? ¿Cómo eran las conversaciones?

-El padre y la madre a lo mejor comentaban: pobrecito, dónde va a ir, si está hecho una pena…Y teníamos lesiones. Algunos como yo, que teníamos lesión no solamente en los pies, también en las manos… Lo que hacíamos era intentar convencer a los padres de que era una persona que tenia que superar su situación, y que ellos eran fundamentales para ese proceso. Se trataba de motivar y educar muchísimo a los padres, hacerles ver…

Pero si no puede salir de la cama… 

-Primero, no tiene que estar en la cama, porque la lesión que tiene es una paraplejia, y en la cama le van a escaras [úlceras], es lo que peor que puedes hacer. 

-¿Y dónde va a ir?

-Hombre, si tú no arreglas el cuarto de baño o no quitas los dos escalones que hay dentro de la casa, y otro grande para salir, ¿dónde quieres que vaya? Tendrá que habilitar el entorno.

Y si en algún momento tenían que pedir ayuda, se le gestionaba una.

Era una tarea durísima muchas veces. En ocasiones nos querían echar de las casas o no nos querían abrir. Pero en otras, muchísimas, muchísimas [Enrique subraya el ‘muchísimas], al final la persona.,.., Se cumplía eso de Frater: se levantaba, terminaba promocionándose a nivel social y humano, cultural, educativo… Y a lo mejor luego no aparecía por Frater, pero a nosotros nos da igual. Los que buscábamos, y buscamos, nosotros es rescatar a la persona. Y lo mismo estábamos en un pueblo varios días, o nos íbamos al Hospital de Parapléjicos de Toledo, porque nos enteramos que una chica de un pueblo de La Mancha estaba allí, y le pasaba tal cosa. Vamos a ayudar a los padres, a informarles, a la chiquilla luego a acompañarla en los primeros procesos.

Es la tarea de Fater. Lo decía el mismo fundador, el padre Francois, la tarea de Frater es ir donde está el mismo sufrimiento, donde está el dolor, hay que estar allí, hacerte presente. Es verdad que la discapacidad no la vamos a quitar, y el dolor tampoco. Pero el sufrimiento sí se puede liberar. Y una de las grandes tareas es poner luz donde hay oscuridad, animar, dar esperanza, unas veces un chiste, otras hablar de lo que sea. O simplemente, escuchar el silencio.

Llevamos un buen rato de conversación. Pronto tendrán la XI Semana de Frater en Málaga, bajo el lema La Ciudad se llenó de Alegría. ¿Habrá renovación de cargos? ¿Se va a presentar a la reelección?

-A raíz de todo este follón [habla de la pandemia], tuvimos que suspender muchas cosas. Y a finales de agosto tenemos la Semana de Frater en Málaga. Del 30 de agosto al 5 de septiembre, en la casa diocesana de Málaga. Queremos crear un ámbito de acogida, un espacio muy de cercanía. Tendremos varios talleres. Allí celebraremos también la asamblea general. Yo preferiría que saliera un equipo nuevo. A los cuatro años, siempre conviene que haya renovación. Pero la experiencia también nos dice que a los cuatro años es complicado que surja, así de golpe. Los equipos tienden a estar normalmente un año más, o dos. En este caso, como yo he estado un poco fastidiado de salud estos dos años, pedí que al menos se renovara una parte del equipo.

¿Está ahora más recuperado?

-Sí. Son cosas que no son tan graves, pero te condicionan mucho la movilidad. De todas maneras, tanto el consiliario general como yo hemos asumido las cosas. Hay que ser honestos. Después de un año y medio en el que no nos hemos podido juntar presencialmente, con toda la dificultad que eso ha supuesto, hasta el punto de que es casi un milagro que los equipos hayan podido seguir tirando, y los equipos se han mantenido. Incluso algunos equipos han crecido. Se ha desarrollado una gran creatividad y originalidad, por ejemplo en Canarias, y en otros lugares. Las reuniones mensuales, la convivencia general, se ha hecho ¡por whatsapp! No todo el mundo podía por videoconferencia.

Algún apunte final sobre la pandemia en las personas discapacitadas…

-Una gran preocupación en Frater cuando llegó la pandemia es qué pasaba con la gente más vulnerable, que no salían mucho de casa anteriormente, o estaban en residencias, las personas que estaban en hospitales, en peor situación. No se podía llegar a ellos. Los que tenemos nuestra familia ya es distinto. Pero las personas que habitualmente están solas… Porque uno de los dramas de la gran discapacidad, ya sea física o sea la orgánica, es la soledad. La soledad es feroz. Se unió la soledad al zarpazo del miedo, la ausencia de revisiones médicas, controles, rehabilitación, etc. Todo eso se cortó.

Uno de los dramas de la gran discapacidad, ya sea física o sea la orgánica, es la soledad.

Enrique Alarcón

Muchísima gente ha empeorado este tiempo a causa de haber suspendido tratamientos, rehabilitación, seguimiento clínico, etc. Hemos intentado solventar esto y remontarla la situación con videoconferencias, llamadas por Skype, por whatsapp, llamadas por tfno sin parar, etc. La gente de Frater supo reaccionar rápidamente. Me sorprendió. Incluso nos hemos comunicado más durante la pandemia que antes de la pandemia…

Evangelización

Sendas para acceder al misterio de Dios: Vías antropológicas

En este campo nos encontramos con las grandes preguntas por el sentido y por lo que sueña el alma humana.

José Miguel Granados·9 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Junto a la indagación del universo en la búsqueda de su fundamento, de su causa última, existe otra forma de contemplar que también conduce al conocimiento del misterio de Dios. Son las vías centradas en el hombre, que miran hacia adentro del mismo: parten del análisis de la psicología humana, de los deseos más hondos que anidan dentro de cada persona, de los grandes interrogantes personales, en un ejercicio de reflexión e introspección.

En este campo nos encontramos con las preguntas por el sentido y por lo que sueña el alma humana. Son los insoslayables “por qués” y “para qués” existenciales que acucian a todo hombre. Es el ansia de los grandes bienes como el amor, la belleza, la amistad, la alegría, la felicidad; con el deseo de que sean auténticos, efectivos, sin limitación, plenos. Se trata del grito del alma sedienta, de la mente que busca más, que desea de modo radical lo grande, que no se conforma con cubrir las necesidades materiales. Sólo el Dios vivo y verdadero, que ha configurado así nuestro dinamismo apetitivo, puede colmar con creces estos deseos profundos. “Sólo Dios sacia” (cf. Santo Tomás de Aquino, en: Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1718).

Anhelamos, además, el bien de la concordia en la comunidad y el respeto a toda persona en su dignidad. Es el sentido moral y de justicia, que se halla en todo ser humano como un clamor innato. Sólo un Dios absoluto puede fundamentar los valores y las normas éticas universales, incluidos los imperativos de la conciencia, que están por encima de las leyes positivas. Además, solamente un Dios eterno y trascendente puede hacer justicia definitiva. Pues, como afirma Benedicto XVI, “la cuestión de la justicia es el argumento esencial o, en todo caso, el argumento más fuerte en favor de la fe en la vida eterna” (carta encíclica Spe salvi, n. 43).

San Agustín resume esta perspectiva de modo preciso y hermoso al comienzo de sus Confesiones cuando ora así: “nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en ti”. Y señala que se trata de un Dios cercano, íntimo, que “está más dentro de mí que mi misma intimidad”, pero que al mismo tiempo no es subjetivo ni manipulable, sino superior y trascendente: “superior a lo más alto de mí mismo”.

Cristo, plenitud de la auto-revelación y de la auto-comunicación divinas, ofrece a la humanidad esa fuente interior de luz y de vida capaz de saciar las ansias del corazón humano: “El que tenga sed que venga a mí y beba” (Jn 7,37). E invita al alma inquieta a la paz interior: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré” (Mt 11,28). En definitiva, sólo el Dios revelado en Cristo nos promete hacer justicia sin tardar (cf. Lc 18,8), nos ofrece la luz divina de la verdad que disipa las tinieblas (cf. Jn 1,5-9), y la comunión de amor en una amistad perfecta y eterna (cf. Jn 15,15).

Evangelización

“Iglesia y sociedad no hablan el mismo idioma pero han de entenderse”

El libro "La senda de la reputación. Cómo la comunicación puede mejorar la Iglesia" acerca, de manera inteligible para todos los actores de esta relación 'medios - Iglesia', los retos y escenarios de comunicación en los que se desenvuelve la comunicación eclesial en la actualidad.

Maria José Atienza·9 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

Periodista y sacerdote de la diócesis de Pamplona- Tudela, José Gabriel Vera, lleva más de una década como delegado de Medios de esta diócesis y secretario de la Comisión Episcopal para las Comunicaciones sociales.

Un recorrido que le ha hecho conocer a fondo las diferentes caras el entorno informativo y que le ha servido para plasmar los puntos clave de «La senda de la reputación. Cómo la comunicación puede mejorar la Iglesia», un libro que defiende la idea, como señala José Gabriel Vera en conversación con Omnes, de que «la labor de quienes trabajan en comunicación eclesial es invitar a las dos partes a hacer un esfuerzo mayor: a comunicar más y a entender mejor.

Frecuentemente, y aún en la actualidad, hay quienes acusan un recelo a la comunicación por parte de la Iglesia ¿Existe este recelo? ¿Y a la inversa?

José G. Vera ©CEE

-No es un recelo al mundo de la comunicación aunque lo puede parecer. Hay dos cuestiones que pueden llevar a pensar eso. Por un lado, que la gente trabaja en la Iglesia no para salir en los medios sino para cumplir una misión. No lo hacen ni para las audiencias ni para quedar bien. Por eso, cuando los medios se acercan a estas personas que hacen tanto bien se encuentran con que, en general, no quieren salir en los medios, no les parece interesante. Además, por otro lado, es cierto que cuando alguien de la Iglesia ve reflejada su Iglesia en los medios no la reconoce, tiene la impresión de que no se ha entendido nada y que no es bien tratada. Y acaba tomando la medida de salir lo menos posible en los medios.

A la inversa no creo que haya recelo sino más bien desconocimiento, prejuicios (en sentido estricto: juicios previos). Para algunos medios acercarse a la Iglesia es como acercarse a la pasta nuclear: no voy a entender nada, no voy a poder entrar en ella, cojo un par de titulares que encajen y paso de pantalla.

La labor de quienes trabajan en comunicación eclesial es invitar a las dos partes a hacer un esfuerzo mayor: a comunicar más y a entender mejor.

Para algunos medios acercarse a la Iglesia es como acercarse a la pasta nuclear: no voy a entender nada, cojo un par de titulares que encajen y paso de pantalla.

José G. Vera

Su experiencia como periodista, delegado de medios y secretario de la CECS (Comisión Episcopal para las Comunicaciones Sociales, como es su nombre actual), ¿cómo ha influido en este libro? ¿Podríamos decir que es un pequeño «manual» de comunicador de la Iglesia?

-El libro está destinado a quienes, en la Iglesia, se dedican a la comunicación y a quienes, en la comunicación, se dedican a la Iglesia. Por un lado, encuentras a periodistas que se acercan a la Iglesia sin mucho conocimiento de nuestra historia, nuestra estructura, nuestro mensaje, nuestra misión. Y me parecía que contarlo en clave de comunicación podría servirles para hacerse un pequeño plano sobre qué es la Iglesia, cuál es su núcleo y cómo lo expresa. Por otro lado, para los comunicadores que trabajan en la Iglesia quería presentar un camino necesario que desde la comunicación hay que señalar a la Iglesia para alcanzar la reputación. Un camino que tiene unas etapas previas y que exige una revisión completa en cada paso.

Cuando la Iglesia tiene una mala reputación o una mala imagen en la sociedad a la que sirve, el problema no lo tiene la sociedad –como se suele pensar entre quienes gobiernan- el problema lo tiene la propia Iglesia.

¿Cree que hay quien aún puede, dentro de la Iglesia, tener la idea de que el papel de la comunicación corporativa es simplemente «tapar las vergüenzas» de la institución? ¿Aprendemos a base de crisis?

-Creo que eso ya no se da. Al menos en el ámbito de la comunicación, dentro de la institución, está claro. Esa convicción, que brota de la teoría de la comunicación y también del Evangelio, hay que irla extendiendo a cada miembro de la institución, con delicadeza y también con determinación. Hay que explicar muchas veces que conviene decir las cosas como son, que conviene contar una y mil veces lo que somos y lo que hacemos, porque cuanto más hablemos, más conocidos seremos y mejor podremos cumplir nuestra misión.

En este tiempo de la transparencia, más todavía en el mundo de las redes sociales, la frase del evangelio “lo que digáis en lo secreto se predicará en las terrazas” tiene plena vigencia. No hay que tapar las heridas sino airearlas y desinfectarlas, aunque haya gente que quiera hurgar en la herida para hacerla más dolorosa y dañina.

Cuando la Iglesia tiene una mala reputación o una mala imagen en la sociedad a la que sirve, el problema no lo tiene la sociedad sino la propia Iglesia.

José G. Vera

La sociedad actual y la Iglesia, ¿hablan el mismo idioma? En el caso de la Iglesia, ¿puede ocurrir que demos por hecho o por entendido cosas que no lo están en absoluto?

-No, no hablamos el mismo idioma, pero tenemos que adaptarnos en el lenguaje para ser mejor entendidos. Ese es un esfuerzo permanente de cualquier institución, hacerse entendible para aquellos que no hablan el mismo idioma, para los que tienen otra estructura mental o formal, o simplemente para aquellos que no nos conocen. En el fondo es también el esfuerzo de un padre de familia para conseguir que sus hijos le entiendan en sus preocupaciones, en sus decisiones, en sus proyectos. Hacerse entender es un trabajo de comunicación imprescindible para la Iglesia.

Además, este contexto de cambio tan profundo de los lenguajes, de los valores, de las ideologías, exige una constante revisión de nuestra comunicación para ver si lo que se entiende coincide con lo que nosotros queremos comunicar.

Cree que los católicos somos, quizás, demasiado «pudorosos» para ser influencers de la fe de manera natural dentro de, por ejemplo, una vida dedicada a la moda, la ingeniería, el derecho …?

-Pienso que existe, por un lado, una vida cristiana debilitada, reducida a un momento de la semana (o del mes o del año), por lo que es difícil una expresión pública de una vida espiritual que tiene poca relevancia para la propia persona. Por otro lado, en aquellas personas con una mayor conciencia de la vida cristiana, se echa en falta una conciencia de misión, de ser enviado.

Esto se entiende porque buena parte de los que viven la fe llegaron a ella no por un esfuerzo que transformó su vida, sino por un medio ambiente familiar, escolar y eclesial que lo envolvía todo, ambiente en el que nacieron y en el que se formaron. Pero ese medio ambiente ya no existe. Conviene darse cuenta de que la siguiente generación será cristiana si hay un empeño personal de cada cristiano en que el futuro sea cristiano, y el camino imprescindible es el testimonio. Un testimonio que en este tiempo es cada vez más costoso, tiene más consecuencias en la vida y puede llegar a ser arriesgado.

Se trata, en definitiva, de aumentar la conciencia de pertenencia entre los cristianos y la conciencia de misión: soy parte de este pueblo y soy enviado a una misión.

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España

Banco Sabadell y Amundi impulsan inversiones responsables

El fondo de inversión Sabadell Inversión Ética y Solidaria, FI, un fondo de inversión gestionado por Sabadell Asset Management, una compañía de Amundi se presenta como una opción de inversión conforme con los principios de la Doctrina Social de la Iglesia.

Omnes·8 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Banco Sabadell y Amundi han cumplido su primer año de alianza juntos. El compromiso sólido de Amundi con la inversión responsable se suma a la experiencia de Sabadell Asset Management para reforzar las capacidades y las soluciones de inversión propuestas a los clientes de Banco Sabadell.

Banco Sabadell muestra su sensibilidad hacia los colectivos más desfavorecidos y, dentro de su iniciativa para revertir recursos a la sociedad, ofrece a los clientes de Banco Sabadell soluciones de inversión que alinean la inversión financiera con la solidaridad a través de fondo de inversión Sabadell Inversión Ética y Solidaria, FI un fondo de inversión gestionado por Sabadell Asset Management, una compañía de Amundi. Este fondo promueve características medioambientales y sociales, y es artículo  8 según el Reglamento (UE) 2019/2088(SFDR).

Sabadell Asset Management ha sido pionera ofreciendo desde 2006 una solución de inversión responsable y de impacto social, que también se alinea con los principios de la Doctrina Social de la Iglesia. La experiencia de Sabadell Asset Management se suma al compromiso sólido con la inversión responsable de Amundi, la gestora líder en inversión responsable,  con más de 30 años de experiencia invirtiendo en clases de activos responsables y que además fue uno de los signatarios fundadores de los principios para una inversión responsable.

Para seleccionar los proyectos beneficiados, a lo largo de casi ya dieciocho años, su Comité Ético se ocupa de identificar y estudiar anualmente los proyectos solidarios aspirantes a recibir ayudas, tanto con aplicación en el ámbito nacional como en el internacional. En los últimos 15 años se han beneficiado más de 25 comunidades en 9 países diferentes y en 3 continentes con ayudas por importe superior a 2.000.000€. Destaca la diversidad de proyectos seleccionados tanto geográficamente, por el tipo de institución que lo recibe o por el motivo por el que se solicitan las ayudas. Algunos de los colectivos beneficiados han sido infancia, población civil en zonas de conflicto armado, personas que sufren alguna enfermedad, condición genética especial, discapacidad, colectivos en riesgo de exclusión social o discriminación (mujeres, inmigrantes, familias numerosas, parados, presos, etc.), entre otros.

Sabadell Inversión Ética y Solidaria, FI invierte principalmente en activos negociados en Europa Occidental y en otros mercados, como Estados Unidos, Japón o países emergentes. En condiciones normales tiene una exposición a renta variable del 20%, con un mínimo de 0% y un máximo de 30%, sin límites de capitalización de las compañías cotizadas. Para identificar los valores responsables en la cartera de renta fija y de renta variable se sigue un proceso de inversión en el que se combinan distintas estrategias, como es la estrategia de exclusión, exclusiones basadas en criterios ESG y exclusiones que alinean las inversiones con la doctrina social de la Iglesia Católica, y la estrategia best- in- class, en ambos casos se aplica una metodología propia de Amundi en la calificación ESG de emisores.

Sabadell Inversión Ética y Solidaria, FI es una solución adecuada para inversores  con un nivel de riesgo medio que desean invertir respetando criterios sociales, éticos, conforme con los principios de la Doctrina Social de la Iglesia y con un impacto social medible a través del componente solidario del fondo.

Banco Sabadell, desde el Segmento de Instituciones Religiosas y Tercer Sector, ofrece la más amplia oferta del sector financiero y la única adaptada en su totalidad a la singularidad de los clientes de estos colectivos, la experiencia y profesionalidad de un equipo de gestores repartidos por todo el territorio nacional que cuentan con la certificación universitaria IIRR y Tercer Sector que les hace exclusivos en formación en el sector financiero.

Iniciativas

El camino teresiano: Tras los pasos de la vida de Santa Teresa de Jesús.

La ruta que une Ávila y Alba de Tormes es el más famoso de los caminos teresianos. Una propuesta de peregrinación siguiendo los hitos fundamentales de la vida de Santa Teresa de Jesús desde su nacimiento hasta su muerte.

Maria José Atienza·8 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

La “santa andariega” es uno de los adjetivos con los que se conoce a Santa Teresa de Jesús. La santa abulense pasó gran parte de su vida viajando por diversas zonas de España realizando sus fundaciones.

No es de extrañar, por tanto, que sea la peregrinación, recorrer los caminos que unen las localidades ligadas a su vida, una manera privilegiada de conocer, comprender y adentrarse en la figura y el ejemplo de una mujer que abrió caminos de santidad con la renovación del Carmelo de la que ella fue principal impulsora.

Son los caminos teresianos y en especial, el que une las localidades de Ávila (nacimiento) hasta Alba de Tormes (fallecimiento), de la cuna al sepulcro, que es también el nombre de la Asociación que reúne a los ayuntamientos de las 22 localidades por las que pasa este camino, asociaciones culturales, empresarios y el Carmelo.

Tras los pasos de Teresa de Jesús

Como destaca Ana Velázquez, una de las impulsoras de la Asociación De la Cuna al Sepulcro, aunque la peregrinación por diversas rutas ligadas a la vida de los santos señeros del Carmelo, santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz ya se venían realizando, fue en 2014 cuando, tras presentar esta idea a las diputaciones de las provincias implicadas, comenzó la señalización y el trabajo de difusión de esta peregrinación.

De hecho ya en 2015, año del V Centenario del nacimiento de la santa de Ávila, la ruta estaba ya completamente señalizada y, con nace la asociación De la Cuna al Sepulcro que es la encargada de gestionar y, sobre todo, dar a conoce esta peregrinación. En su web recogen toda la información y documentación necesaria para realizar este camino teresiano: la guía espiritual, enlaces de interés, mapa de servicios…etc.

También tiene este camino su acreditación de peregrinaje: la andariega. Un documento que se otorga en el Carmelo de Ávila o el de Alba de Tormes una vez se han completado las etapas, que pueden hacerse en ambos sentidos: de Ávila a Alba y viceversa. Durante el camino, en ayuntamientos y parroquias de las localidades puede recogerse la acreditación que se va sellando en cada localidad.

Una ruta asequible

La ruta tiene la peculiaridad de unir dos provincias clave en la vida de santa teresa y albergar también, en su camino, puntos relacionados con San Juan de la Cruz como Fontiveros donde nació el místico español o Duruelo, lugar que vió el inicio de la reforma de los frailes carmelitas.

Un camino sencillo, de etapas llanas que unen pueblos muy cercanos entre sí, lo que facilita el descanso o la posibilidad de hacerlo en familia. Las dos vertientes, norte y sur, apenas superan el centenar de kilómetros. Como señala Ana Velázquez “es un camino no especialmente largo o intenso, que puede hacerse en menos de una semana lo que facilita la organización…”.

La ruta discurre, en muchos momentos, por paisajes de siembra, de trigo y colza especialmente hermosos en primavera y otoño, que son las mejores épocas para hacer este recorrido.

El silencio, compañero del peregrino

Para Ana Velázquez una característica de este recorrido es el silencio.  El mismo silencio que probablemente envolvía los pasos de la santa de Ávila, emerge como uno de los grandes protagonistas de los pasos de los caminantes. “Es muy impresionante, sobre todo en los atardeceres. En esos momentos en los que el horizonte está muy cerca y se unen la tierra con el cielo. Creo que este paisaje, que vieron Teresa y Juan muchas veces, pudo influir también en su vida espiritual, en esa búsqueda mística de unión del cielo y la tierra”.

Lecturas del domingo

Comentario a las lecturas del domingo XV del tiempo ordinario

Andrea Mardegan comenta las lecturas del XV domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan·7 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Después de profetizar la muerte de Jeroboam y el exilio de Israel, Amós, natural de Judea, enviado por Dios a profetizar en el reino del norte, es invitado por el profeta oficial del reino, Amasía, a regresar a Judea. Su experiencia ayuda a enmarcar la naturaleza del profeta: es llamado y enviado por Dios. Amós oye estas palabras: “‘Vidente: vete, huye al territorito de Judá. Allí podrás ganarte el pan, y allí profetizarás. Pero en Betel no vuelvas a profetizar, porque es el santuario del rey y la casa del reino’. Pero Amós respondió a Amasías: ‘Yo no soy profeta ni hijo de profeta. Yo era un pastor y cultivador de sicomoros. Pero el Señor me arrancó de mi rebaño y me dijo: Ve, profetiza a mi pueblo Israel’”. La vocación de Amós no tiene lugar por razones de linaje o de ciencia, sino solo por elección divina.

El prólogo de la carta a los Efesios es una bendición que es paradigma de la profecía de Pablo, e ilustra siete aspectos de la acción de Dios con el hombre: la elección de Dios, la predestinación a la filiación divina en Cristo, la redención en su sangre, la revelación del misterio de la recapitulación en Cristo de todas las cosas, el ser herederos en la esperanza, el don del Espíritu prometido y el vivir para alabanza de Dios y para su gloria. Una síntesis admirable del mensaje que difunde el evangelizador.

En Marcos leemos una recopilación de dichos breves del Señor, que dibujan un retrato de la forma de evangelizar de sus discípulos. No son enviados singularmente, sino con otro, con el apoyo del bastón para la debilidad del cuerpo y el apoyo del hermano para cualquier otra necesidad de fraternidad y de comunión. Tienen el mismo poder que Jesús para echar fuera los espíritus inmundos. 

El desprendimiento es radical: “Les mandó que no llevasen nada para el camino: ni pan, ni alforja, ni dinero en la bolsa; sino solamente un bastón; y que fueran calzados con sandalias y que no llevaran dos túnicas”. No son estas las cosas en las que encontrar apoyo. Su destino son las casas: el lugar donde se vive y se ama, donde cada uno es cada uno, donde está la familia. Esto nos recuerda las conversiones, en tiempos apostólicos, de toda una familia al escuchar el anuncio del Evangelio. “Y si en algún sitio no os acogen ni os escuchan, al salir de allí sacudíos el polvo de los pies en testimonio para ellos”. Aceptan no haber sido acogidos y escuchados: no se alejan cargados ni siquiera con un grano de polvo de rencor, de juicio o de malo pensamiento. Lo dejan en las manos de Dios y se olvidan. Predican y curan, como Jesús. Ungen con aceite muchos enfermos, símbolo del estilo de su actuación, que cura y suaviza. Unción que nos remite a ese Evangelio cada vez que la ofrecemos o la recibimos.

La homilía sobre las lecturas del domingo XV

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

América Latina

Mons. Lozano:“Esperamos la participación de diversos carismas”

Entrevista al Secretario General del Consejo Episcopal de Latinoamérica, monseñor Jorge Eduardo Lozano, sobre la recién comenzada Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe.

David Fernández Alonso·7 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 6 minutos

La Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe ha comenzado con la fase de escucha, y con sus respectivos trabajos en los diferentes países. En concreto, el equipo de animación sobre la Asamblea Eclesial de la Conferencia episcopal de Argentina ha reunido de manera virtual, el 19 de junio, a delegados diocesanos, de áreas pastorales, y responsables nacionales de Movimientos, con el propósito de alimentar el proceso de escucha.

Todo ello “en comunión con toda la Iglesia que peregrina en la Argentina, caminando juntos hacia la Asamblea Eclesial propuesta por el Consejo Episcopal Latinoamericano a iniciativa del Papa Francisco”, han mencionado desde la Conferencia de Obispos de Argentina.

Según afirma el presidente del CELAM Mons. Miguel Cabrejos Vidarte, “este proceso de escucha, en perspectiva sinodal, será la base de nuestro discernimiento, y nos iluminará para orientar los pasos futuros que, como Iglesia en la región y como CELAM, debemos dar al acompañar al Jesús encarnado hoy en medio del pueblo, en su “sensus fidei” que es su sentido de fe. Este proceso de escucha se llevará a cabo entre abril y agosto de este año 2021, por lo que les pedimos que estén atentos (as) y soliciten a sus organismos eclesiales de referencia su participación”.

Omnes entrevista, con ocasión de este buen comienzo de la Asamblea Eclesial, a monseñor Jorge Lozano, Secretario General del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), sobre los temas que se están tratando en este proceso, así como de las ideas que lo han motivado y los objetivos que se plantean.

Mons. Lozano nació en la Ciudad de Buenos Aires el 10 de febrero de 1955, es el 1° de dos hermanos. Se recibió de Electrotécnico en la Escuela Industrial Nº 1 “Ingeniero Otto Krause”. Después de estudiar un año de Ingeniería, ingresó al Seminario en Villa Devoto. Obtuvo el grado de Bachiller en Teología en la Pontificia Universidad Católica Argentina.

Fue ordenado sacerdote el 3 de diciembre de 1982 en el Estadio Obras Sanitarias de la ciudad de Buenos Aires por el cardenal Juan Carlos Aramburu, arzobispo de Buenos Aires. Elegido obispo auxiliar de Buenos Aires por San Juan Pablo II; recibió la ordenación episcopal el 25 de marzo de 2000 en la catedral de Buenos Aires por el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio SJ, actual papa Francisco, (fueron co-consagrantes: Mons. Raúl Omar Rossi, obispo de San Martín y Mons. Mario José Serra, obispo auxiliar de Buenos Aires).

Fue designado obispo de Gualeguaychú por el Papa Benedicto XVI el 22 de diciembre de 2005; tomó posesión de esta diócesis e inició su ministerio pastoral el 11 de marzo de 2006.

En el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) fue responsable de la Sección Laicos Constructores de la Sociedad en el período 2003-2007, y de la Sección Pastoral Social del 2007 al 2011.

Durante la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y El Caribe de 2007 en Aparecida, Brasil, fue responsable de la Oficina de Prensa de la Asamblea. Fue uno de los cuatro obispos argentinos que participaron del Sínodo sobre la Nueva Evangelización en Roma en Octubre 2012.

Actualmente, en la Conferencia Episcopal Argentina, es presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, y asesor de la Comisión Nacional de Justicia y Paz.

Invitado con frecuencia a paneles, mesas de debate y medios de comunicación, publicó numerosos artículos en medios provinciales y nacionales. Es autor de los siguientes libros: Tengo algo que decirte (Lumen, 2011);Vamos por la vida (San Pablo, 2012), Por el camino de la justicia y de la solidaridad (2012) y Nueva Evangelización: Fuerza de auténtica libertad —del 2013 y en colaboración con Fabián Esparafita, Claudia Carbajal y Emilio Inzaurraga— (los tres de la Colección Dignidad para todos de editorial San Pablo) y La sed, el agua y la fe (Ágape, 2013). Todas las semanas, una columna-reflexión de su autoría se publica en medios provinciales y nacionales.

Designado por el Papa Francisco el 31 de agosto de 2016 Arzobispo Coadjutor para la Arquidiócesis de San Juan de Cuyo, asumió esta misión el 4 de noviembre de 2016. Tomó posesión de la Arquidiócesis como Arzobispo el 17 de Junio de 2017.

En los últimos tiempos se habla mucho de sinodalidad eclesial, ¿cómo definiría este concepto y cuál es su opinión sobre este modo de caminar en la Iglesia?

—La Sinodalidad implica escucha, diálogo, discernimiento comunitario. La palabra sínodo es de origen griego, y significa “hacer camino juntos”. San Juan Crisóstomo en el siglo IV afirmó “Iglesia y sínodo son sinónimos”. Guiados por el Espíritu Santo se busca cómo asumir los desafíos que se presentan para la evangelización.

Es un modo de trabajo participativo y que compromete a todos. 

Puesta en marcha la inédita 1ª Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe, ¿nos podría contar cómo ha surgido la idea de la Asamblea y en qué se nota que es inédita?

—En mayo de 2019 se reunió la Asamblea del CELAM, integrada por los Presidentes y Secretarios de las 22 Conferencias Episcopales de América Latina y el Caribe. En esa oportunidad se resolvió proponer al Papa que convocara la VI Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe. La V había sido en Aparecida en 2007. Francisco respondió que todavía hay mucho por implementar y asumir de Aparecida, y propuso pensar en un encuentro del Pueblo de Dios, convocando representantes de las diversas vocaciones. A partir de estos diálogos se fue diseñando la Asamblea Eclesial.

Lo inédito es la amplitud de la convocatoria. Se han realizado en estos años Asambleas en las diócesis, o incluso a nivel nacional. Pero de dimensión Continental es la primera vez.

La Asamblea afronta desafíos en la Iglesia Latinoamericana, ¿cuáles son estos nuevos desafíos que afronta la Asamblea, para la Iglesia en América Latina y el Caribe?

—Los nuevos desafíos y las respuestas pastorales son objeto del discernimiento de la Asamblea. Sin duda estarán  muy influenciados por la pandemia que estamos atravesando.

Entre los objetivos que pretenden en la Guía de la Asamblea hablan de reavivar la Iglesia de una nueva manera, presentando una propuesta reformadora y regeneradora. ¿Cuál sería su propuesta para alcanzar este objetivo?

—La propuesta renovadora ya se está poniendo en marcha con la participación de todos los miembros del Pueblo de Dios en diversos lugares del Continente.

Si bien la Asamblea Eclesial sesionará del 21 al 28 de noviembre, este tiempo de escucha ya es parte del camino de la Asamblea.

En la presentación de la Asamblea, el presidente Mons. Cabrejos en nombre del CELAM afirmó que “la Conferencia de Aparecida nos dejó una tarea pendiente, la de la puesta en marcha de una Misión Continental para «ir hacia aguas más profundas» para encontrar a los más alejados y construir juntos”. ¿A que se refería con esa expresión?

—En el evangelio de San Lucas, después de la pesca milagrosa, Jesús invita a los discípulos a ir “mar adentro” (Lc 5, 4), hacia aguas más profundas. Es una imagen que San Juan Pablo II utilozó para alentar a la Iglesia en el inicio del tercer milenio.

Precisamente en las conclusiones de la V Conferencia de Aparecida, hablan “del avance de fuertes influencias culturales que le son extrañas al pueblo cristiano y muchas veces hostiles. De hecho hay poderes que se han propuesto acabar con costumbres y convicciones que han caracterizado la vida y las legislaciones de nuestros pueblos”. ¿Cuáles son estas influencias y cómo es hoy esta situación en América Latina?

—Las influencias son diversas. Por un lado, el fuerte individualismo que nos empuja al encierro y la autorreferencialidad desentendiéndonos de los demás. A eso se suma el consumismo derrochador que compromete el equilibrio ecológico.

El proceso de escucha, en perspectiva sinodal, que se está llevando a cabo desde abril hasta agosto de este año 2021, ¿cómo se está desarrollando y qué frutos se esperan?

—El proceso de escucha se está desarrollando muy bien. El plazo concluye a fines de agosto y ya hay miles de aportes. Además de las cantidades, se busca que sea espacio de reflexión comunitaria.

Si pudiera hacer un balance general, ¿qué espera de esta Asamblea Eclesial, a todos los niveles, para la Iglesia en América Latina y el Caribe, y para la Iglesia universal?

—Espero que logremos la participación amplia de las diversas vocaciones, carismas y ministerios. Que podamos escuchar las voces de las periferias geográficas y existenciales.

El estilo de trabajo puede servir de estímulo para el camino hacia el Sínodo del 2021 –2023, por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión.

Hacia el encuentro de noviembre

La Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe comenzó con un proceso de preparación en junio de 2020, en el cual un comité de contenidos se dedicó a trabajar para establecer y definir los contenidos que se trabajarían durante las siguientes fases del camino.

Entre noviembre y enero de 2021 se llevó a cabo la redacción del documento e inmediatamente después se diseñó el proceso y documento de Escucha.

Entre abril y la mitad de julio se está desarollando el proceso de Escucha, con foros telemáticos en los diversos países, que por lo que nos ha dicho Mons. Lozano, está teniendo buena acogida y amplia participación. Durante el mes de septiembre y octubre se trabajará el documento y el discernimiento de los convocados, previo a la Asamblea Eclesial presencial en noviembre de 2021.

La propia Asamblea afirma que es imprescindible que todas las mujeres y hombres que conforman la Iglesia de Cristo en América Latina y el Caribe, y que quieren aportar su palabra y testimonio, soliciten su participación en el amplio proceso de escucha. Para ello, es necesario que consulten con sus obispos y los respectivos organismos diocesanos, las parroquias, Cáritas, otros organismos eclesiales, congregaciones religiosas, movimientos laicales y otras instituciones eclesiales y sociales, para así asegurar que su voz sea acogida.

Todos unidos en oración por el Papa

La oración por el Papa, tanto en situaciones complicadas como en todo momento es deber filial de todo católico.

7 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

El domingo pasado por la tarde nos enteramos, a través de los medios de comunicación, que el Papa había sido ingresado en el Policlínico Gemelli di Roma para ser sometido a una intervención quirúrgica “programada” por una estenosis diverticular sintomática del colon.

La noticia fue una sorpresa para todos, ya que, a mediodía, el Santo Padre había rezado el Angelus con buen aspecto físico y sin hacer alusión a su ingreso inmediato en el hospital, salvo el tradicional “no os olvidéis de rezar por mí”. Nos tranquilizaba saber, por el comunicado oficial de la sala de prensa del Vaticano, que la intervención quirúrgica estaba “programada”, o sea, que la causa de la intervención había sida detectada con tiempo y, por tanto, no se trataba de una sorpresa, ni de una urgencia inmediata. Esta intervención quirúrgica “programada” se ve reforzada también porque el Santo Padre tiene previsto una visita pastoral a Eslovaquia y Hungría entre los días 12 al 15 de septiembre próximo. Además, según los médicos, la “estenosis diverticular” es frecuente a partir de los 50-60 años y la operación quirúrgica consiste en la extirpación de la porción del colon afectada, sin darle demasiada importancia.

La declaración del director de la sala de prensa de la Santa Sede de ayer, 5 de julio de 2021, nos comunicaba que el Santo Padre estaba en buenas condiciones generales, consciente y respirando naturalmente. La intervención quirúrgica había durado tres horas y se prevé una hospitalización de unos siete días, salvo complicaciones.

©CNS photo/Paul Haring

El Papa es el principio y fundamento visible de la unidad de fe y de comunión de toda la Iglesia, tanto de los pastores como de todos los fieles. La misión confiada por el Señor a Pedro (Mt 16, 18) continua en los obispos de Roma, donde Pedro fue martirizado, que se van sucediendo a lo largo de la historia. El sucesor de Pedro es Vicario de Cristo y cabeza visible de toda la Iglesia. El Señor rezó particularmente por Pedro en la última cena para que su fe no desfalleciera nunca (Lc 22,31). Es deber de toda la Iglesia unirnos a esa oración de Jesús para rezar siempre por él y conservar y aumentar la unión de fe y de comunión con él, más en esos momentos de especial dificultad para su salud.

El autorCelso Morga

Arzobispo emérito de la diócesis de Mérida Badajoz

Mundo

Una cadena de cariño y oración envuelve al Papa hospitalizado

Una vez conocida la noticia de la hospitalización del Papa, la Iglesia entera esparcida por todo el mundo,  se ha unido en multitud de formas de oración como se manifiesta, por ejemplo, en las redes sociales. 

Giovanni Tridente·6 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La reciente actualización del parte médico del Papa Francisco por parte de la Oficina de Prensa de la Santa Sede recoge que ha descansado bien durante la noche, ha desayunado, se ha levantado para caminar e incluso ha leído algunos periódicos. A través de los que, probablemente podemos añadir, ha saboreado la “cadena de afecto” ofrecida por fieles de todo el mundo.

El Santo Padre está hospitalizado desde la tarde del domingo en el Hospital Universitario “Agostino Gemelli” de Roma para una cirugía de rutina programada.

Técnicamente se trata de «estenosis diverticular sintomática del colon», una operación que implica unos días de convalecencia para una total recuperación.

Nadie estaba al tanto de esta hospitalización planificada del Pontífice, tanto es así que, una hora antes de ingresar al hospital, al que acudió acompañado por su chofer y un colaborador cercano, había rezado el Ángelus desde la ventana de la Plaza de San Pedro. No sólo eso, sino que también anunció (y confirmó) que el 12 de septiembre viajará a Budapest, Hungría, para la Misa de clausura del 52º Congreso Eucarístico Internacional, y luego visitará la vecina Eslovaquia.

Esta «confidencialidad» y sorpresa, ha despertado aprensión, en cualquier caso, tanto desde la prensa internacional como entre los fieles católicos, tanto es así que los enlaces en directo del Policlínico Gemelli de las principales cadenas de televisión se sucedieron a lo largo de las horas. Los mensajes oficiales, deseándole una pronta recuperación llegaron, tanto del papa emérito, Benedicto XVI, como del presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, del presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, e incluso de representantes de otras confesiones religiosas.

Pero, sobre todo, una vez conocida la noticia de la hospitalización del Papa, la Iglesia entera, esparcida por todo el mundo, se ha unido en multitud de formas de oración, aún sabiendo que se trataba de una intervención rutinaria, como se ha dicho varias veces. Las redes sociales han recogido miles de reacciones y oraciones.

La operación, que requirió anestesia general,  fue realizada por Sergio Alfieri, director de la Unidad de Cirugía Digestiva del Policlínico Gemelli, que ha realizado más de 9.000 operaciones del tipo de la que ha requerido el Santo Padre.

Las primeras actualizaciones postoperatorias confirmaron que la cirugía «implicó una hemicolectomía izquierda» y que duró unas 3 horas. Sin embargo, el Papa apareció de inmediato en buenas condiciones generales, alerta y respirando espontáneamente.

Se prevé que la hospitalización dure una semana, por lo que es probable que el próximo domingo el Papa Francisco rece el Ángelus desde la ventana del décimo piso del Policlínico Gemelli, como lo hizo San Juan Pablo II cuando fue hospitalizado allí en varias ocasiones.

España

Los obispos europeos y la Abat Oliba firman una convenio de colaboración

El acuerdo suscrito entre La Universitat Abat Oliba CEU y la Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) tiene como objetivo abrir campos de colaboración para el desarrollo de proyectos de formación, programas y actividades. 

Maria José Atienza·6 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Universitat Abat Oliba CEU y la Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) han suscrito un acuerdo de colaboración por el que sientan las bases para el despliegue futuro de proyectos conjuntos.

El convenio ha sido suscrito telemáticamente por el secretario general de COMECE, Fr. Manuel Barrios Prieto, y por el rector de la UAO CEU, Rafael Rodríguez-Ponga. En el acto han participado el policy advisor de COMECE para la Educación y la Cultura, Emilio Dogliani, el asesor legal para la Migración, Asilo y la Libertad Religiosa, José Luis Bazán, y el vicerrector de Relaciones Institucionales y Profesorado de la UAO CEU, Sergio Rodríguez López-Ros.

Estudiantes e investigación

El acuerdo contempla que la UAO CEU comparta con COMECE resultados y materiales nacidos la actividad científica y divulgadora de la universidad que puedan resultar de interés mutuo como pueden ser algunos que ya se han llevado a cabo en los últimos años en esta universidad relacionados con la transformación digital, el paradigma medioambiental en el magisterio del Papa Francisco, libertad religiosa en la UE, cuestiones de migración y asilo, protección de datos, protección de las minorías religiosas o el rol de las personas mayores en el contexto del cambio demográfico.

Además, entre los puntos se establece que estudiantes destacados de la UAO CEU puedan realizar visitas y estancias académicas en la sede central de COMECE (Bruselas, Bélgica) y a la eventual participación de miembros de COMECE en la universidad de verano de la UAO CEU.

¿Qué es la COMECE?

La Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) es la organización encargada de trasladar a las instituciones de la UE las contribuciones y puntos de vista de la Iglesia Católica. Asimismo, también recorre el camino inverso, informando a las diferentes conferencias episcopales sobre las líneas generales de la actualidad de la UE

TribunaMercedes de Esteban Villar

Aprender a preguntar, aprender a preguntarse

La enseñanza de la religión en España tiene indudable relevancia. La autora ofrece algunos perfiles del proyecto Sociedad civil, religiosidad y educación, como el derecho a la libertad religiosa, y la protección de los derechos culturales en la agenda 2030.

6 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

La religiosidad de los individuos es una dimensión fundamental que tiene fuertes repercusiones y que define culturalmente a las civilizaciones entre ellas con un carácter muy singular, “a la europea”. El desafío de abordar este tema no supone dirigirse a los “no religiosos”, como si aquellos que lo son no tuvieran que reflexionar sobre esta cuestión, prejuzgando que el “problema” es solo de aquellos que ignoran la dimensión religiosa y espiritual de sus vidas. Por el contrario, “hablar” del hecho y de la experiencia religiosa se convierte en una apuesta inclusiva: para aquellos que creen que nada de valor existe fuera de este presente, para los que creen que hay que blandir la espada de la fe, en lugar de la de la paz como su principal fruto; para los que se ocultan bajo una religiosidad “anónima”; para los que creen que es inútil creer porque basta con ejercer la justicia y la tolerancia, es decir, para el que vive como si Dios no existiera, aceptando de manera complaciente, sin hacerse demasiadas preguntas, los valores que la cultura religiosa promueve. Y también para aquellos que se interrogan sobre si en la esencia de nuestra humanidad no habrá algo superior a uno mismo. Y, por supuesto, para aquellos que así lo entienden y lo viven.

Cuando el equipo de la Fundación Europea Sociedad y Educación conoció el interés de Porticus Iberia por disponer de una mayor información sobre la situación de la enseñanza de la religión en España, entendió la importancia de afrontar este reto no solo desde un enfoque investigador multidisciplinar, sino también desde el conocimiento de nuestra propia realidad. El proyecto, que inició su andadura con el título Sociedad civil, religiosidad y educación partió de un estudio de contexto, es decir, de analizar el terreno en el que se iba a desarrollar, vinculándolo con la sociedad española, sin olvidar que, en muy buena medida, lo que aquí se concluyera podría ser perfectamente extensible al marco europeo en el que se mueven las democracias occidentales.  Al hacerlo de este modo, sus ámbitos de trabajo y sus resultados tenían más opciones de convertirse en un agente dinamizador de una conversación sobre uno de los interrogantes que más inquieta al hombre de todas las épocas.

Sociedad civil, religiosidad y educación, desde el punto de vista de la sociología, es un proyecto de amplio alcance sobre las influencias recíprocas y las relaciones entre la sociedad y la religiosidad de los individuos, sobre la presencia y la relevancia del hecho y de la experiencia religiosa en la esfera pública y en las tradiciones culturales de los pueblos, y sobre la participación de la educación en la evolución y en la naturaleza de estas relaciones.

Desde el punto de vista de la ciencia jurídica, nos pareció importante y propio de un orden de convivencia democrática basada en el respeto a la Ley, recordar, por una parte,  los principios jurídicos que sustentan los derechos de libertad, entre ellos el  derecho a la libertad religiosa en nuestro marco nacional y  europeo; por otro, buscar en la Agenda 2030 un ámbito de protección de los derechos culturales, para asegurar la expresión de la religiosidad en el espacio público, en la enseñanza de la religión en las escuelas y en el impulso del diálogo intercultural. 

La orientación hacia el cultivo del ámbito espiritual a través de la escuela decae de año en año: baja el porcentaje de alumnos que elige la asignatura de Religión Católica, un cambio especialmente brusco entre primaria, secundaria y bachillerato. En estos dos últimos niveles, los estudiantes dependen mucho menos de los padres en su elección y prefieren en mucha menor medida la enseñanza de la religión, especialmente en los centros públicos. Además, se da la circunstancia del particular estatus laboral de los profesores de religión en España, la ausencia de una evaluación acerca del impacto de la enseñanza de la religión en la escuela, sobre su calidad y su formación, la autopercepción que transmiten sobre su propio prestigio, su inserción profesional en la escuela y las relaciones profesionales que establecen con sus colegas docentes, entre otros aspectos. 

Sin duda, considerar el paso por las escuelas como un periodo único para el despertar de las preguntas acerca del sentido es una oportunidad de la que todos somos de algún modo responsables; no tanto de sus respuestas, de las que serán en el futuro, como hombres y mujeres creyentes o no creyentes, autónoma y libremente responsables. En resumidas cuentas, todas estas pinceladas tienen que ver con un tema mucho más ambicioso:  la percepción social del hecho religioso y la huella que deja la escuela, en parte a través de la acción formativa de los profesores de religión.

El autorMercedes de Esteban Villar

Directora de Investigación. Fundación Europea Sociedad y Educación

Vaticano

«Del conflicto a la comunión»: la visión ecuménica del Papa Francisco

El Papa Francisco ha hecho un particular hincapié en los últimos días sobre el camino ecuménico subrayando una palabra por encima del resto: "comunión".

Giovanni Tridente·6 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

La palabra «comunión» se escuchó al menos una docena de veces en dos encuentros distintos a nivel ecuménico que el Papa Francisco ha mantenido en las últimas semanas con miembros de otras Iglesias cristianas.

En la primera ocasión recibió en audiencia a los representantes de la Federación Luterana Mundial, acompañados por el Presidente Musa y el Secretario Junge, que vinieron a Roma el día de la conmemoración de la Confessio Augustana -el texto básico de las Iglesias protestantes de todo el mundo- cuyo 500 aniversario se cumple el 25 de junio de 2030.

El propósito de la visita, como recordó el Papa Francisco en su discurso, era fundamentalmente el intento de hacer crecer «la unidad entre nosotros». Y aquí el Pontífice ofreció como alimento para la reflexión la adhesión común a un camino que «del conflicto» pasa «a la comunión». Un viaje que sólo es posible si se está efectivamente «en crisis»: «la crisis que nos ayuda a madurar lo que buscamos».

De hecho, ya en 1980, luteranos y católicos tenían un documento conjunto – «Todos bajo un mismo Cristo»- en el que informaban textualmente: «Lo que hemos reconocido en la Confessio Augustana como fe común puede ayudarnos a confesar esta fe juntos de una manera nueva también en nuestro tiempo».

Han pasado treinta años, y ciertamente se han dado pasos adelante. Como los realizados por el Concilio de Nicea, cuyo 1700 aniversario se cumplirá en 2025, cuyo «Credo» es un texto de fe vinculante no sólo para católicos y luteranos, sino también para ortodoxos y otras muchas comunidades cristianas. La esperanza del Papa Francisco es que esto pueda ser una nueva ocasión para un «nuevo impulso al camino ecuménico.» Al fin y al cabo -explicó el Papa en su discurso- no se trata de hacer un simple «ejercicio de diplomacia eclesial, sino un camino de gracia», «que purifica la memoria y el corazón, supera las rigideces y orienta hacia una comunión renovada». El objetivo es alcanzar, en definitiva, una «unidad reconciliada en las diferencias».

Entre las próximas etapas del camino ecuménico con los luteranos, recordó el Pontífice, estará «la comprensión de los estrechos lazos entre la Iglesia, el ministerio y la Eucaristía», otra prueba -y de confianza- a vivir con humildad espiritual y teológica, para tratar de releer «los tristes acontecimientos del pasado» «dentro de una historia reconciliada».

La segunda ocasión del encuentro tuvo lugar en la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, con la Delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, que tradicionalmente viaja a Roma para esta ocasión. En este punto, el Papa Francisco se ha inspirado en la crisis sanitaria que sigue viviendo el mundo; ha recordado su preocupación por ver «desperdiciada» esta nueva oportunidad crítica «sin aprender la lección que nos da»; y se ha preguntado qué pide «todo esto» a cada cristiano.

También aquí la respuesta es la de «asumir el reto», «operar un discernimiento», «detenerse a examinar qué, de todo lo que hacemos, permanece y qué pasa». Y en el caso de los cristianos, esto significa empujar con fuerza en el «camino hacia la plena comunión», superando el repliegue sobre uno mismo, las seguridades y las oportunidades, los prejuicios y las rivalidades.

«Sin ignorar las diferencias que deben ser superadas a través del diálogo, en la caridad y en la verdad», el Papa Francisco reiteró, por tanto, la necesidad de «inaugurar una nueva fase de relaciones entre nuestras Iglesias» sintiéndose corresponsables las unas de las otras.

Todo ello, además, porque «el testimonio de la creciente comunión entre nosotros los cristianos», aportará esperanza y ánimo a muchos, además de «promover una fraternidad y una reconciliación más universales, capaces de corregir los errores del pasado».

El objetivo común, en definitiva, debe ser el de un futuro de paz para todos.

Vaticano

Cuidar a las personas con discapacidad: una perspectiva sobre el sentido de la vida

La Academia Pontificia para la Vida ha publicado una nota sobre el cuidado de las personas con discapacidad y de quienes se dedican a su atención, a partir de las experiencias aprendidas tras la pandemia.

Giovanni Tridente·5 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Un mundo sin fronteras, sin prejuicios contra las personas con discapacidades, en el que nadie tenga que enfrentarse solo a los retos de la supervivencia personal, es un mundo que debemos esforzarnos por construir”. Es lo que escribe la Pontificia Academia para la Vida en su reciente Nota dedicada a la necesidad, para la Iglesia y para toda persona de buena voluntad, de volver a dar la justa importancia a la atención y al apoyo a las personas con discapacidad y a quienes se ocupan de ellas.

El punto de partida de este documento ha sido la pandemia que, además de poner de manifiesto la interdependencia de toda persona, ha mostrado los límites de la incertidumbre, la fragilidad y las limitaciones. En el caso de las personas con discapacidad, también se ha puesto de manifiesto un mayor riesgo de enfermedad grave o muerte por Covid-19, por factores biológicos y por la desigualdad de acceso a la atención sanitaria y otros apoyos médicos necesarios.

De hecho, muchas personas discapacitadas tuvieron dificultades para obtener información accesible sobre cómo prevenir las infecciones, o encontraron obstáculos para acceder a textos, vacunas o tratamiento en los centros sanitarios, además de los efectos negativos del aislamiento prolongado en sus hogares (ansiedad, soledad, impotencia, desesperación e incluso violencia doméstica). También existen otros tipos de discriminación, vinculados a “un sesgo capacitador, omnipresente en los sistemas de salud, que considera la discapacidad de manera negativa y percibe a las personas con discapacidades como personas que tienen vidas que valen menos la pena conservar que las de las personas sin tales discapacidades”, denuncia la Nota de la Pontificia Academia para la Vida.

El documento destaca tres preocupaciones éticas fundamentales. En primer lugar, la de “promover soluciones” para las necesidades específicas de las personas con discapacidad, haciendo que se beneficien de las políticas e intervenciones de salud pública e implicándolas en los procesos de planificación y toma de decisiones. Y es necesario ir más allá de enmarcar la discapacidad en la salud pública y la atención sanitaria simplemente “en términos biomédicos”, para considerarla en el amplio espectro de las especialidades médicas y otros ámbitos del gobierno y la sociedad. Por último, es prioritario “desarrollar marcos de salud pública basados en la solidaridad”, dando una vía rápida a los pobres y vulnerables, tanto a nivel local como mundial.

La lección que puede extraerse de la pandemia, en lo relativo a las personas con discapacidad, es la de aprender a “adoptar una nueva perspectiva sobre el sentido de la vida”, aceptando “la interdependencia, la responsabilidad mutua y el cuidado de los demás como forma de vida y de promoción del bien común”, como siempre ha enseñado la Iglesia.

El documento -que sigue al del 30 de marzo de 2020 sobre Pandemia y fraternidad universal, al documento del 22 de julio sobre Humana Communitas en la era de la pandemia y al documento del 9 de febrero de 2021 sobre La vejez: nuestro futuro y que está redactado como siempre con la Comisión Covid-19 del Vaticano- termina con siete recomendaciones prácticas.

En concreto, pide que se consulte a las personas con discapacidad y a sus familias “a la hora de diseñar y aplicar las políticas de salud pública”. Se pide a las organizaciones católicas que gestionan centros sanitarios que “asuman el liderazgo” en este ámbito; que den prioridad también a las personas con discapacidad en el acceso a las vacunas, que eviten la discriminación en la asignación de recursos sanitarios, que fomenten la cooperación global y todo tipo de “asociaciones público-privadas”. Por último, hay que asegurarse de que, precisamente por las consecuencias de la pandemia, las personas con discapacidad no se queden atrás en la larga cola para utilizar los servicios sanitarios inicialmente suspendidos por Covid-19.

La nota lleva la firma del Presidente de la Academia Pontificia para la Vida, el arzobispo Vincenzo Paglia y del canciller Renzo Pegoraro.

Caminar juntos en el diálogo

Ante el descubrimiento de los restos de 215 niños en un internado en Canadá, el autor reflexiona sobre lo que podemos aprender del triste episodio, para alejarnos del “modelo colonizador, también de las colonizaciones ideológicas”.

5 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Durante el Ángelus del 6 de junio, el Papa mencionó el estremecedor descubrimiento de los restos de 215 niños, alumnos del Kamloops Indian Residential School, ocurrido unas dos semanas antes: es una noticia que ha traumatizado al pueblo canadiense y que fue calificada de “impactante” por el Papa. El internado indio de Kamloops -activo desde finales del siglo XIX hasta 1969- estaba situado en la Columbia Británica y llegó a ser el mayor internado de Canadá. Formaba parte de un sistema escolar que pretendía asimilar a los nativos a la cultura canadiense. Los niños eran separados de sus familias y trasladados a estas escuelas donde se les prohibía hablar la lengua de origen, a menudo eran abusados, maltratados, hasta el punto de que muchos de ellos pagaban con su vida su diferencia con la cultura de los colonizadores. Los obispos canadienses expresaron inmediatamente su dolor y manifestaron su disposición a colaborar en la investigación para aclarar la situación sin ninguna restricción.

Ese internado era una de las 139 instituciones que trabajaban, en nombre del gobierno de Canadá, para integrar a las comunidades indígenas en la sociedad. Se calcula que unos 150.000 niños de familias colonizadas pasaron por esas residencias: aunque la cifra podría ser mayor, entre 3.200 y 5.000 niños indígenas murieron allí, la mayoría de tuberculosis. Francisco dijo que el triste descubrimiento debe ayudarnos a aumentar nuestra conciencia del dolor y el sufrimiento del pasado y, en particular, a alejarnos del modelo colonizador (también de las colonizaciones ideológicas). Más allá de los intereses económicos, militares y raciales, el colonialismo implica la convicción de que es legítimo que una civilización “superior” se imponga a una “inferior”, con el agravante de que supone justificar la necesidad de conversiones forzadas.

El Papa destacó lo esencial que es hoy “caminar juntos en el diálogo y el respeto mutuo y en el reconocimiento de los derechos y valores culturales de todos y de todas”. Y esto se aplica no sólo a Canadá.

El autorMauro Leonardi

Sacerdote y escritor.

España

La HOAC inaugura nueva etapa, presidencia y prioridades de futuro

La jiennense María Dolores Megina Navarro ha sido elegida nueva presidenta de la HOAC, sucediendo a Gonzalo Ruiz. Le acompañarán Germán Gavín, en el área de Formación; y Pili Gallego, en la labor de Difusión.

Maria José Atienza·5 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La HOAC ha celebrado este fin de semana su Pleno General de Representantes (PGR), el máximo órgano decisorio entre asambleas generales. Una convocatoria que se ha desarrollado de manera semipresencial, en Ávila y a través de la re y en la que se han valorado las líneas de acción del sexenio, donde se ha tomado el pulso a la vida y acción de la HOAC; y en la que se ha aprobado el plan del trabajo del bienio, que define las prioridades de los próximos dos años, que posteriormente se adecuarán a las distintas diócesis.

Este plan de trabajo se reparte en 6 puntos:

  1. Continuar impulsando la campaña “Trabajo digno para una sociedad decente”, el  impulso de la iniciativa «Iglesia por el trabajo decente» y el fortalecimiento de la Pastoral Obrera de toda la Iglesia. De esta forma, seguir acompañando las situaciones de precariedad, colaborar al cambio de mentalidad y a la mejora de las instituciones; y ayudar a construir otras formas de ser y trabajar, proponiendo prácticas de comunión de vida, bienes y acción con el mundo obrero empobrecido.
  2. Cuidar la vida comunitaria, especialmente los equipos y entre los equipos de militantes.
  3. Cuidar el desarrollo de la vivencia de la formación que se experimenta en las vidas de cada militante en su día a día en el mundo obrero y del trabajo
  4. Impulsar la extensión de la HOAC y la Iniciación de nuevos militantes pues para la misión son imprescindibles personas que quieran dedicar su vida al apostolado en el mundo obrero y del trabajo.
  5. Culminar la celebración del 75 Aniversario de la HOAC, desde la perspectiva de memoria agradecida y de acción de gracias de cara al futuro.
  6. Preparar la Asamblea General de la HOAC. Con la definición de un calendario de trabajo para culminar en los días 12 a 15 de agosto de 2023 con la celebración de la XIV Asamblea General.

Además de esto, el pleno ha aprobado el presupuesto general de gastos de 553.508,87 euros, para el año 2022, y de 562.538,72 euros para 2023. El presupuesto de la HOAC es fruto de la comunión de bienes para la misión, como comunidad eclesial enviada a evangelizar al mundo obrero, y que lo concreta toda la militancia, mediante sus aportaciones, decididas libremente a partir de su situación personal y las necesidades comunitarias, en el ámbito del equipo.

Los miembros de la HOAC han querido agradecer además a Gonzalo Ruiz, Teresa García y Berchmans Garrido, su entrega a la Iglesia y al mundo obrero.

Si eres suscriptor de Omnes, puedes conocer la labor de la HOAC en el reportaje contenido en la revista impresa de enero de 2021.
Cine

La vida llama a la puerta

Patricio Sánchez-Jáuregui·5 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Título: Human Life
Dirección y guión: Guto Brinholiy, Luiz Henrique Marques
País: Italia – Brasil
Año: 2021

Honesto e interesante, Human Life es un documental que celebra la vida humana, transpirando cariño y fuerza de voluntad a través de una elaboración sobria, preciosista, y cuidada. Es una propuesta de verano breve (68 minutos) que no deja indiferente a ningún espectador.

La pieza es un documental coral, con entrevistas a personajes cuyo denominador común es el haberse enfrentado al espejo de la muerte y haber salido adelante, o haber elegido la vida por encima de la adversidad. Así, se nos presentan testimonios de una superviviente del holocausto; una medallista olimpica que estuvo en la tesitura de perder todo por un embarazo no deseado; un pintor tetrapléjico, un surfista sin manos…; a pesar de estar cargados de esperanza y la fuerza propia de ser una historia real de lucha por la vida contra incontables adversidades, estas entrevistas encierran también la dureza de esos obstáculos o esos sucesos difíciles de digerir para cualquiera. No obstante, la sensación agridulce se despeja con el testimonio de estas personas que convirtieron la desgracia en oportunidades y cambiaron el sino de su existencia (uno de ellos funda un hogar para niños abandonados, otra ayuda en un centro de mujeres embarazadas, etc).

Gustavo Brinholi, compositor (The Garden of Afflictions, Milagre) se estrena a la dirección con un experimentado director de fotografía como compañero de silla: Luiz Henrique Marques (Alma Portuguesa, Bonifácio: O Fundador do Brasil). Ambos elaboran una cuidada pieza, tierna pero minimalista, cuya forma es un regalo para la vista. Una historia que habla del bien en el mundo sin caer en la trampa del sentimentalismo, rodada con corrección y buen gusto pero con cuidado de priorizar el contenido sobre el continente, e intentando que la dureza de las situaciones no supere el mensaje de esperanza.

De ritmo pausado y rodaje clásico, Human life es el resultado de una esmerada búsqueda de personajes impactantes, localizaciones de ensueño (en Estados Unidos, Italia, Brasil y Alemania), y la importante presencia de una preciosa banda sonora, fruto del también director de la pieza, Gustavo Brinholi.

Vaticano

La reforma del Código de Derecho Canónico en los abusos sexuales

En las últimas semanas los medios de comunicación se han hecho eco de la trascendental reforma del Derecho Penal Canónico que conforma el Libro VI del Código de Derecho Canónico y que el Papa Francisco ha promulgado a través de la Constitución Apostólica Pascite Gregem Dei. ¿Cómo incide en el ámbito de los abusos sexuales?

Mónica Montero Casillas·5 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 6 minutos

La nueva reforma entrará en vigor el próximo 8 de diciembre de 2021, festividad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. Casualidad o no, la fecha coincide con el día que entró en vigor otra importante reforma llevada a cabo por el Papa Francisco sobre la declaración de nulidad del matrimonio.

Al margen de esta cuestión anecdótica, muchos medios, al hacerse eco de esta reforma, se refirieron a la misma como aquella que servirá para “combatir los abusos sexuales” o a través de la cual “el Papa endurece los castigos por abusos de menores”. Cierto es que la reforma recoge una serie de novedades en este ámbito, aunque no sea el único objeto de la misma.

La reforma afecta de forma profunda al modo en que el Derecho Penal Canónico venía siendo considerado y aplicado, a la determinación de las penas, el restablecimiento de la exigencia de justicia, la enmienda del reo y la reparación del escándalo y la compensación del daño producido a través del carácter reparador de la pena.

El contexto

El Código de Derecho Canónico se redactó en el contexto del Concilio Vaticano II, planteándose distintas controversias en el ámbito penal. En primer lugar, si la propia idiosincrasia de la Iglesia aconsejaba establecer un derecho sancionador. Resuelta positivamente esta cuestión, hubo que determinar qué conductas serían consideradas delito y cómo se iban a sancionar. El momento histórico que se vivía propició que la determinación de la pena en el Código de Derecho Canónico no en pocas ocasiones se concretara bajo la fórmula “debe ser castigado con una pena justa”. Quienes tenían la potestad para sancionar, al conocer los hechos y al autor de los mismos, podrían imponer una pena adecuada que recondujera su conducta de forma eficaz. Sin embargo, las medidas adoptadas no resultaron ser apropiadas, y se buscaron otras soluciones por la dificultad de aplicar el propio Derecho Penal Canónico.

Los escándalos surgidos en distintas Iglesias particulares en torno a los abusos sexuales han puesto de manifiesto el dolor y el perjuicio que se ha causado a las víctimas y a la propia Iglesia como pueblo de Dios, así como la necesidad de que los Pastores actúen con diligencia ante estas situaciones: no solo sancionándolas sino también previniéndolas, evitando que se reiteren en un futuro y ofreciendo una respuesta realmente plural, pues no se trata solo de aplicar una sanción al autor, sino que se debe favorecer la curación de la víctima.

Ante estas circunstancias, era necesario adelantar una respuesta a la promulgación y a la entrada en vigor de esta reforma, de tal forma que se facilitara, completara y adecuara la aplicación de las medidas y los procesos regulados en el Código de Derecho Canónico. Al mismo tiempo, ésta debía responder adecuadamente ante la Iglesia universal conformada por una sociedad plural con necesidades específicas, que rechaza rotundamente estas acciones.

Medidas adoptadas

El Papa san Juan Pablo II, el 30 de abril de 2001, promulgó el Motu Proprio Sacramentorum Sanctitatis Tutela, estableciendo determinados delitos que por su gravedad debían ser enjuiciados a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Entre aquellos se incluyó el delito de solicitación contra el sexto Mandamiento cometido por un sacerdote durante la confesión o con ocasión o con pretexto de ella.

A causa de los múltiples casos que salieron a la luz a través de los medios de comunicación en Estados Unidos o Irlanda, que causaron un gran dolor a la comunidad cristiana y cuya complejidad era ya estudiada por la Congregación de la Doctrina de la Fe, el Papa Benedicto XVI, el 21 de mayo de 2010, incluyó en este Motu Proprio el delito de la adquisición, la posesión y la divulgación por parte de un clérigo, con finalidad libidinosa, en cualquier modo y con cualquier tipo de medio, de imágenes pornográficas de menores de edad inferior a los 14 años, equiparando al menor a la persona adulta que habitualmente tuviera un uso imperfecto de la razón en los delitos contra la moral.

El Papa Francisco, el 4 de octubre de 2019, amplió a 18 años la edad de enjuiciamiento de estos delitos por la Congregación de la Doctrina de la Fe cuando la víctima era menor, y redefinió como delito la adquisición o posesión o divulgación, con un fin libidinoso, de imágenes pornográficas de menores de dieciocho años por parte de un clérigo, de cualquier forma y por cualquier medio. Estas medidas se completaron con la promulgación, el 16 de julio de 2020, de un Vademecum, sobre algunas cuestiones procesales ante los casos de abuso sexual a menores cometidos por clérigos, enjuiciados por la Congregación.

En el actual pontificado

Desde el inicio de su pontificado, como sus antecesores, el Papa Francisco, ha tratado de dar una respuesta frente a los abusos sexuales bajo una tolerancia cero, al resaltar la necesidad e importancia de escuchar a las víctimas y reparar los daños físicos, psicológicos y espirituales causados, estableciendo recomendaciones a las Conferencias Episcopales, poniendo en funcionamiento la Pontificia Comisión de Protección de los Menores, adoptando disposiciones normativas aplicables a toda la Iglesia y reiterando la obligación de aplicar el derecho penal canónico a través del ejercicio de la propia potestad de los pastores y desde el ámbito de la responsabilidad que adquieren frente a la iglesia particular que se les encomienda para el cuidado del bien de las almas, para que no se reiterasen en el futuro estas situaciones.

En este mismo sentido, el Papa Francisco promulgó, el 7 de mayo de 2019, el Motu Proprio Vox Estis Lux Mundi, cuyas normas son aprobadas “ad experimentum por un trienio”. Este Motu Proprio destaca por establecer una nueva relación de delitos sobre abusos sexuales cuando el autor de los hechos es un clérigo o un miembro de un Institutos de Vida Consagrada o Sociedades de Vida Apostólica. Además, se establecen como delitos acciones cometidas frente a adultos, menores o personas vulnerables: obligar a alguien, con violencia o amenaza o mediante abuso de autoridad, a realizar o sufrir actos sexuales; realizar actos sexuales con un menor o con una persona vulnerable; producir, exhibir, poseer o distribuir, incluso por vía telemática, material pornográfico infantil, así como recluir o inducir a un menor o a una persona vulnerable a participar en exhibiciones pornográficas.

Novedades en la reforma del Código

La reforma del Libro IV, concretando las penas a imponer y haciéndose eco de las medidas ya adoptadas, incorpora estos delitos con algunas modificaciones en su redacción, principalmente bajo el Título VI, “De los delitos contra la vida, la dignidad y la libertad del hombre”, lo cual destaca la voluntad de proteger a las víctimas y reconocer la vulneración de su dignidad y libertad cuando se ha cometido un abuso, aunque aún se recoge algún delito en el Titulo V, “De los delitos contra obligaciones especiales”, cuando el autor es clérigo.

No se recoge expresamente la mención de “adultos vulnerables”. Su protección se establece de forma indirecta, a través de “un giro” como ha indicado Mons. Arrieta, artífice de la reforma, cuando se hace mención al uso imperfecto de la razón o cuando el derecho reconoce igual tutela, por las discrepancias surgidas en la doctrina respecto a su interpretación.

Por otra parte, aunque en el Motu Proprio Vos Estis Lux Mundi se considera delito las acciones u omisiones dirigidas a interferir o eludir investigaciones civiles o investigaciones canónicas por la autoridad, el nuevo Libro VI regula como delito la omisión de la comunicación de la noticia del delito en el ámbito canónico, lo que no impide la colaboración con la autoridad civil como se concreta en el propio Vademecum.

El nuevo Libro VI regula la inclusión de los fieles laicos como autores de un delito de abusos cuando éstos gocen de una dignidad o ejerciten un oficio o una función en la Iglesia en dos situaciones: cuando cometa un delito contra el sexto mandamiento y la víctima sea menor o persona con uso imperfecto de razón o a la que el derecho reconoce igual tutela, y cuando ejercitando violencia, amenazas o abuso de autoridad cometan un delito contra el sexto mandamiento u obliguen a alguien a realizar o sufrir actos sexuales.

Igualmente, para restituir la justicia, se establece de forma expresa que el juez o la autoridad, durante el enjuiciamiento de la causa, ha de garantizar el derecho de defensa, la presunción de inocencia y la dignidad del presunto autor de los hechos y de la víctima.

Además, velará para que los procesos sean ágiles, evitando la prescripción de los delitos durante su tramitación, impondrá una adecuada sanción teniendo en cuenta las circunstancias atenuantes y agravantes, como la embriaguez u otra perturbación de la mente procurada para cometer el delito, y establecerá la reparación del daño y del escándalo bajo el carácter reparador de la pena, debiendo ejecutar debidamente la sentencia.

Balance

Así pues, la reforma del Libro VI del Código de Derecho Canónico incide en el ámbito de los abusos sexuales recogiendo una serie de novedades y haciéndose eco de las medidas que, en paralelo a los trabajos previos a la reforma, tuvieron que ser adoptadas para evitar la reiteración de estas conductas, proteger a la víctima desde la dignidad y el respeto ofreciendo la ayuda y asistencia pastoral y psicológica necesaria, obtener el perdón de la comunidad cristiana gravemente herida, y facilitar la aplicación del derecho penal canónico establecido.

El autorMónica Montero Casillas

Abogada

América Latina

Uruguay se prepara para la Asamblea Eclesial

Agustín Sapriza·5 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

En América Latina y el Caribe, la Iglesia se está preparando para la celebración de una inédita Asamblea Eclesial en dos fases. La primera, un proceso amplio de escucha, y la segunda, un momento presencial que tendrá lugar entre el 21 y el 28 de noviembre de 2021, en el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en México, y simultáneamente en varios otros lugares de toda la región.

El origen de esta Asamblea es la respuesta que dio el papa Francisco a la propuesta de la directiva del CELAM de hacer una sexta Conferencia General. Francisco animó a pensar en una asamblea distinta, porque hay puntos pendientes del documento de Aparecida. 

La propuesta era abarcar no sólo cardenales y obispos, sino también sacerdotes, religiosas y religiosos, laicas y laicos. Es algo nuevo, con espíritu sinodal, se propone hacer memoria agradecida de la última Conferencia General, esto requiere una conversión pastoral, para buscar nuevos caminos.

La Asamblea Eclesial tendrá un formato presencial y virtual. Presencialmente unas cincuenta personas en Casa Lago en México. Y alrededor de veinte sedes presenciales y hacer una interactuación virtual. 

Se ha querido que en este proceso sinodal sea una escucha grande al pueblo de Dios que peregrina en América Latina y el Caribe, en este tiempo de pandemia.

El proceso tiene los siguientes objetivos: Reavivar la Iglesia de una nueva manera, presentando una propuesta reformadora y regeneradora.

Ser un evento eclesial en clave sinodal, y no solo episcopal, con una metodología representativa, inclusiva y participativa.

Ser un hito eclesial que pueda relanzar los grandes temas aún vigentes que surgieron en Aparecida y retomar temas y agendas impactantes.  Reconectar las cinco Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, vinculando el magisterio Latinoamericano al magisterio del papa Francisco; marcando tres hitos: de Medellín a Aparecida, de Aparecida a Querida Amazonía, y de Querida Amazonía al Jubileo Guadalupano y de la Redención en 2031 y 2033,

La Iglesia que peregrina en Uruguay, pequeña y pobre, se encuentra con el desafío de lograr que su mensaje sea atractivo y movilizador.  Esta Asamblea se ve como un camino para comprometer a todos los fieles para lograr una mayor difusión del evangelio.

A nivel de la conferencia Episcopal, será el obispo de Canelones, Heriberto Bodeant, el encargado de la animación de esta Asamblea. Se realizó una reunión virtual con los vicarios pastorales de todas las diócesis. Además, mediante una carta, anima a todos y todas a sumarse a esta inédita Asamblea, ofreciendo recursos y se creó una dirección electrónica y una línea de WhatsApp, como vía de consulta y para enviar los aportes de las distintas comunidades.

En la arquidiócesis de Montevideo, se aprovechó la reunión anual del clero de la diócesis, para presentar la Asamblea Eclesial. En esta ocasión, por las actuales restricciones sanitarias, fue a través de la plataforma Zoom, participaron unos 130 sacerdotes.

Mundo

El Papa clausurará en Budapest el Congreso Eucarístico e irá a Eslovaquia

El Santo Padre Francisco ha anunciado este domingo que el día 12 de septiembre viajará a Budapest, capital de Hungría, donde concelebrará la Misa conclusiva del Congreso Eucarístico Internacional. A continuación visitará Eslovaquia.

Rafael Miner·4 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

“Del 12 al 15 de septiembre próximo, si Dios quiere, iré a Eslovaquia para realizar una Visita Pastoral, la tarde del día 12”, así lo anunció el Papa Francisco tras la oración del Ángelus del domingo, señalando que los eslovacos se encuentran alegres por esta noticia. “Primero concelebraré en Budapest la Misa conclusiva del Congreso Eucarístico Internacional”, añadió el Papa. “Agradezco de corazón a todos los que están preparando este viaje y rezo por ellos. Todos rezamos por este viaje y por las personas que están trabajando para organizarlo”.

Mateo Bruni, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, ha precisado las ciudades que visitará el Papa: “Como ha anunciado el Santo Padre en el Ángelus de esta mañana, por invitación de las autoridades civiles y de las conferencias episcopales, el domingo 12 de septiembre de 2021, el Papa Francisco viajará a Budapest con ocasión de la Santa Misa conclusiva del 52 Congreso Eucarístico Internacional; posteriormente, del 12 al 15 de septiembre de 2021, viajará a Eslovaquia, visitando las ciudades de Bratislava, Prešov, Košice y Šaštin. El programa del viaje será publicado a su tiempo”.

Se trata del segundo viaje apostólico del Papa tras la pandemia del Covid-19. A primeros de marzo, Francisco visitó Irak en un histórico viaje, en el que estrechó lazos de amistad con la comunidad musulmana chiíta, y mantuvo un encuentro en la milenaria ciudad natal de Abraham, Ur de los Caldeos, con representantes de judíos y musulmanes, y les instó a recorrer un camino de paz.

Por otra parte, hace unos días, en un encuentro de oración por la paz y reflexión sobre Líbano junto a representantes cristianos, ortodoxos y protestantes, el Romano Pontífice mostró una “gran preocupación al ver este país ―que llevo en el corazón y que tengo el deseo de visitar― sumido en una grave crisis”.

Cardenal Erdö: señal de esperanza

“La comunidad de los creyentes católicos están esperando con gran alegría y cariño la llegada del Santo Padre”, ha manifestado el cardenal Péter Erdö, arzobispo de Budapest  y primado de Hungría. “Estamos rezando para que su visita sea una señal de esperanza y de un nuevo comienzo para nosotros con la atenuación de la pandemia”, ha añadido.

El cardenal Erdó  ha destacado asimismo que, es de gran importancia que el Santo Padre asista personalmente a la Misa de Clausura, ya que generalmente es el legado papal quien suele representar al Santo Padre en los Congresos Eucarísticos. Esto fue también el caso durante el último Congreso Eucarístico en Cebú, donde el Papa Francisco envió un videomensaje”.

Con la misma alegría se manifestó Monseñor András Veres, obispo de Győr y presidente de la Conferencia Episcopal de Hungría, cuando firmó junto al cardenal Peter Erdö un comunicado de prensa el pasado 8 de marzo, tras el anuncio del Papa Francisco de que viajaría al país húngaro para celebrar la Misa de clausura del Congreso Eucarístico Internacional que se celebrará del 5 al 12 de septiembre.

Monseñor Zvolenský: fortalecer nuestra fe

El grueso del viaje papal tendrá lugar, sin embargo, en Eslovaquia, pequeño país de Europa Central que cuenta con casi 5,5 millones de habitantes, cuya capital es Bratislava, y su moneda el euro. Tras la caída del Muro de Berlín en 1989, y después de 23 años de presencia de las tropas soviéticas en Checoslovaquia, en junio de 1991 se activó la salida de soldados rusos. Dos años más tarde, en 1993, Checoslovaquia se dividió en República Checa por un lado, y Eslovaquia por otro. En 2018 habían pasado ya 25 años de la escisión.

El arzobispo de Bratislava y presidente de la Conferencia Episcopal Eslovaca, Monseñor Stanislav Zvolenský, ha señalado que el anuncio del viaje del Papa a su país, “es una noticia especialmente alegre, y estoy muy contento. Creo que muchos de nosotros estamos también en este momento volviendo con gran alegría al recuerdo de la visita del Santo Padre Juan Pablo II. Y una vez más podemos decir que el sucesor de los apóstoles, ahora el Papa Francisco, vendrá a Eslovaquia”.

El presidente de la conferencia de obispos eslovacos añadió que este anuncio “llega en relación con la solemnidad de nuestros santos Cirilo y Metodio, heraldos de la fe. Fueron ellos quienes nos enseñaron a respetar al Papa. Y ahora podremos dar la bienvenida al Sucesor del apóstol Pedro en Eslovaquia, para recibirlo entre nosotros”.

Monseñor Zvolenský ha invitado a todos a comenzar a prepararse internamente para poder escuchar bien el mensaje del Papa Francisco, informa la agencia oficial vaticana. “Es un mensaje de sensibilidad hacia los que sufren, los que están al margen de la sociedad, los necesitados, tanto en el ámbito material como en el espiritual. También está su gran preocupación por el bien de la familia, su gran sensibilidad por las necesidades de los jóvenes. Estos temas formarán sin duda parte de la visita del Papa Francisco a Eslovaquia. Creo que podemos esperar un gran fortalecimiento espiritual”.

El 23 de marzo de este año, durante una reunión conjunta, los obispos eslovacos apoyaron una iniciativa presentada ante el Tribunal Constitucional de la República ante la prohibición de culto público debido a la pandemia, informaron diversos medios.  

La paz contigo

A veces, podemos caer también, con el espíritu del mundo (yo el primero), en la polarización, en la crítica fácil, en el juicio malintencionado, en la creación de grupos de amigos y enemigos.

4 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Yo no sé usted, pero yo echo mucho de menos los saludos, los abrazos, los besos de paz. Un rito que nuestra liturgia prevé como opcional y que se ha simplificado o directamente suprimido debido a la pandemia.

Sus orígenes son apostólicos y su significado, profundísimo: los fieles expresamos con él la comunión eclesial y la caridad fraterna antes de tomar el cuerpo de Cristo. Porque ¡somos el cuerpo de Cristo! Y un cuerpo, sin unidad plena, es un monstruo como el de Frankenstein. No hay nada más horrible que la descomunión, cuyos efectos son la enemistad, la envidia, el odio y, en última instancia, la guerra.

Francisco comenzó el mes de julio con una jornada ecuménica de oración por la paz en El Líbano, un país especialmente necesitado de comunión, cuya historia está plagada de conflictos y que se encuentra sumido en una gravísima crisis institucional y social. Asimismo, la edición de este mes del vídeo que publica junto a la Red Mundial de Oración del Papa está dedicada a la “amistad social”. En él nos pide «huir de la enemistad social que solo destruye y salir de la “polarización”», algo que –señala– «no siempre es fácil, especialmente hoy cuando una parte de la política, la sociedad y los medios se empeñan en crear enemigos para derrotarlos en un juego de poder».

El Papa, que maneja información de jefe de Estado, está preocupado y pide oración, y eso a mí me preocupa mucho. Los analistas políticos hablan ya abiertamente de guerra fría entre China y Estados Unidos, una tensión que la pandemia ha silenciado, pero que está latente y amenaza con graves consecuencias a nivel mundial una vez pase la ola.

Con este artículo no pretendo ser apocalíptico en el sentido popular del término, como algo que amenaza exterminio o devastación; sino en el sentido bíblico. Y es que el Apocalipsis es el gran libro de la esperanza cristiana pues, con imágenes inquietantes (y tantas veces mal interpretadas), expresa la resistencia frente al adversario y la fe en la asistencia divina incluso en los momentos más difíciles. El secreto: permanecer firmes en la fe, en comunión como hicieron las primeras comunidades frente al poder romano.

Las disensiones en el seno de la comunidad cristiana son, no solo normales, sino necesarias. Pero, a veces, podemos caer también, con el espíritu del mundo (yo el primero), en la polarización, en la crítica fácil, en el juicio malintencionado, en la creación de grupos de amigos y enemigos… Abordar el Evangelio desde distintos puntos de vista y sensibilidades expresa la riqueza del Espíritu, que sopla como quiere y donde quiere, aunque nadie está libre de cometer errores. ¡Somos un pueblo de pecadores! Por eso, la primera medicina contra la descomunión es la humildad: no creerse nunca en posesión de la verdad absoluta, conocer las propias –y muchas– limitaciones, e incluso, con San Pablo, considerar a los demás superiores (Cfr. Flp 2,3).

No perdamos la comunión para poder llevar la esperanza a un mundo en crisis, que el “mirad cómo se aman” siga siendo la luz que atraiga a quienes viven en oscuridad. Querido lector: déjame que te tutee como hermano y te pida perdón si en algo te he ofendido. Pidamos juntos el don de la paz y déjame que yo te diga: ¡La paz contigo!

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

España

“Los 1.200 años de la catedral de Oviedo es un momento de gracia”

La Catedral de Oviedo, lugar de peregrinación al custodiar insignes reliquias de Jesús, como el Santo Sudario, cumple el 13 de octubre 1.200 años de la consagración de su primer altar. José Luis González Vázquez, presbítero, canónigo y delegado episcopal de Liturgia de la diócesis, lo explica a Omnes.

Rafael Miner·4 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 6 minutos

“La Catedral es el monumento que transmite a los habitantes de nuestro mundo, con el lenguaje plástico del arte, la fe de quienes nos precedieron y que ha de seguir difundiéndose mediante el testimonio cristiano. La Catedral es el “lugar” donde parte la misión de la Iglesia que siempre está relacionada con la creación de nuevas comunidades cristianas que tienen siempre un “lugar” donde celebran la fe haciendo memoria del Señor”, señala a Omnes José Luís González Vázquez, presbítero desde 1980, delegado episcopal de Liturgia de la archidiócesis de Oviedo y canónigo prefecto de liturgia de la Catedral.

El 13 de octubre es el día que la diócesis de Oviedo celebra la dedicación de su Catedral que tiene por titular al Salvador y a los Doce apóstoles. Este fue el deseo de Alfonso II el Casto, que no solamente hizo de la ciudad donde había nacido (Oviedo), capital del Reino de Asturias, sino que en ella estableció, en el año 811, una nueva diócesis siendo su primer obispo Adolfo, explica don José Luis González.

Este año 2021 es, por tanto, especial para la catedral ovetense y la archidiócesis, porque se cumplen los 1200 años de la consagración de su primer altar.

“Es un momento de gracia que se nos ofrece, a los que formamos parte de esta diócesis ovetense, a fin de que sepamos vivir la Catedral como centro y manifestación de la Iglesia local”, añade el delegado de Liturgia, que es también profesor de Sacramentología y liturgia del Seminario, y licenciado en Teología litúrgica.

De modo que este año, tras el tradicional Jubileo de la Santa Cruz, que tiene lugar del 14 al 21 de septiembre, tendrá lugar la celebración del 13 de octubre, cuyo momento cumbre será la celebración de la Misa en rito Hispano. De todo ello conversamos con José Luis González, de modo virtual, como pueden imaginar.

¿Qué se celebra exactamente y cuál es su significado? ¿Puede comentar el contexto histórico?

-Todos los años, el 13 de octubre, la Diócesis de Oviedo celebra la dedicación de su Catedral que tiene por titular al Salvador y a los Doce apóstoles. Este fue el deseo de Alfonso II el Casto, que no solamente hizo de la ciudad donde había nacido –Oviedo- capital del Reino de Asturias, sino que en ella estableció, en el año 811, una nueva diócesis siendo su primer obispo Adolfo.

En este año de 2021 se cumplen, por tanto, los 1200 años de la consagración de su primer altar. Es un momento de gracia que se nos ofrece, a los que formamos parte de esta Diócesis ovetense, a fin de que sepamos vivir la Catedral como centro y manifestación de la Iglesia local.

La Catedral no es un lugar de reunión, como podría serlo una sala de espectáculos. Por ser el lugar de la proclamación de la Palabra de Dios y la celebración de los sacramentos, en particular los sacramentos de la Iniciación Cristiana en la noche pascual, constituye un signo de carácter casi sacramental.

Por otro lado, es el símbolo elocuente de la singularidad de la Diócesis a la que pertenece; de los lazos de comunión con las restantes diócesis que forman la Iglesia católica y, aspecto muy importante y en ocasiones olvidado, signo de la apostolicidad de nuestra Comunidad Diocesana.

El nombre le viene porque en ella está la cátedra episcopal. El que en ella se sienta es el Obispo propio que es garante de la fe de la Iglesia que preside, puesto que, la sucesión apostólica, es mucho más que una transmisión de poderes: es una inserción en la apostolicidad de la Iglesia, en la sinfonía de comunión con otras Comunidades Cristianas. Por tanto, la cátedra es el símbolo que identifica el lugar donde el Obispo preside la Diócesis, predica el evangelio, testifica la veracidad de los sacramentos que en ella se celebran. Es, consiguientemente, un lugar único en su género ya que, a través de la cátedra, hace visible no solo el carácter pastoral del ministerio episcopal, que implica enseñanza y gobierno, sino también la unidad en la fe de aquellos a quienes el Obispo reúne en el nombre de Cristo, pastor por excelencia.

Por la grandeza de su construcción, la Catedral siempre hace referencia al templo espiritual que brilla por la grandeza de la gracia divina, pero, al mismo tiempo, es también una figura visible de la Iglesia de Cristo, que, aquí abajo, eleva a Dios su súplica, su alabanza y su adoración. Esta realidad motiva la peregrinación a la Catedral, como fuente de la fe para toda la Diócesis.

¿Qué actos tienen previsto el Arzobispado de Oviedo y toda la Comunidad Diocesana para celebrar esta efeméride?

-El Cabildo catedralicio, encargado de cuidarla y servirla, está organizando una serie de actos que abarcan tres aspectos: a) Expositivos. b) Conciertos musicales. c) Conferencias culturales. El momento cumbre será la celebración de la Misa en rito Hispano el mencionado día trece de octubre.

En la agenda de la Catedral ocupa un lugar muy destacado el “Jubileo de la Santa Cruz” que anualmente en ella se celebra. Se inicia el día 14 de septiembre y se concluye el día 21 del mismo mes. Estos días de júbilo están en relación con la “Cruz de los Ángeles”, bellísima joya regalada a nuestra Iglesia diocesana por el rey Alfonso II en el año 808.

Desde antaño se denomina nuestro primer templo con el nombre de “Sancta Ovetensis” por las reliquias en ella se guardan. La más importante es el “Santo Sudario”: precioso lienzo que, como narra el evangelio, cubrió el rostro del Señor cuando lo bajaron de la cruz y lo encontraron en el sepulcro vacío de Cristo “enrollado en un sitio aparte” (cfr. Jn 20,7).

Procedente de Jerusalén, junto con otras muchas reliquias que se guardaron en un “Arca Santa”, y debido a la invasión de los persas en el año 614, dio lugar a que esta arca fuese trasladada de Palestina a Cartagena. Posteriormente pasó a Sevilla y, más tarde, a Toledo.  Con la invasión musulmana de la península ibérica, encontró refugio en el “Monsacro”: pequeño monte cercano a la ciudad de Oviedo; posteriormente fue llevada a la “Cámara Santa” de la Catedral de Oviedo, por deseo del rey Alfonso II el Casto y, desde entonces, en ella permanece. 

Santo Sudario y Jubileo de la Santa Cruz

-Tradicionalmente, la reliquia del “Santo Sudario” –la más insigne- se muestra los días 14 y 21 de septiembre al finalizar la celebración eucarística; también el Viernes Santo. Este año, el “Jubileo de la Santa Cruz” estará presidido cada día por un obispo. Lo abrirá el Sr. Nuncio y lo cerrará el Sr. Arzobispo. El resto de los días nos acompañarán los que forman parte de la provincia eclesiástica de Oviedo, los naturales de nuestra tierra junto con el Sr. Cardenal presidente de la Conferencia Episcopal Española.

El que a través del tiempo, en nuestra Catedral, se guarden tan insignias reliquias relacionadas con la persona de Jesús, el Señor, ha hecho de ella lugar de peregrinación. Son varios los caminos que conducen a la “Sancta Ovetensis”. Sus nombres son: “Camino de San Salvador” y, también, “Camino de las Reliquias”. En la Catedral de Oviedo se encuentra el origen del “Camino de Santiago”. Su primer peregrino fue el rey asturiano Alfonso II. También es meta de peregrinación.

¿Se contará de algún modo con la sociedad civil asturiana?

-El Ayuntamiento de Oviedo manifestó, en la persona de su alcalde, el deseo de colaborar en estos acontecimientos y así lo está haciendo; algún medio de comunicación social ha ofrecido igualmente su generosa disposición.

En un momento en el que parece que «se cierran» más templos de los que se abren, se rememora la dedicación del “corazón de la diócesis”. ¿Qué significado tiene para la diócesis, para sus fieles?

– El edificio catedralicio, que es sagrado porque está destinado a contener el “Cuerpo de Cristo” que es su Iglesia, tiene una fuerte capacidad evocadora. Es el monumento que transmite a los habitantes de nuestro mundo, con el lenguaje plástico del arte, la fe de quienes nos precedieron y que ha de seguir difundiéndose mediante el testimonio cristiano. La Catedral es el “lugar” donde parte la misión de la Iglesia que siempre está relacionada con la creación de nuevas comunidades cristianas que tienen siempre un “lugar” donde celebran la fe haciendo memoria del Señor. Festejar la dedicación de nuestra “Iglesia Madre”, es renovar el compromiso de hacerla crecer mediante la vivencia más comprometida del evangelio.

¿Habrá alguna referencia a la Virgen de Covadonga, la Santina, objeto de tanta devoción popular?

-La Catedral de Oviedo engloba hoy tres iglesias que, en su inicio, estuvieron separadas, pero al “crecer” la fábrica catedralicia las fue englobando en su interior. Son: la capilla de Santa María del Rey Casto, panteón de los Reyes de Asturias; el templo de San Salvador y los Doce Apóstoles, y la Cámara Santa, donde se guardan las diversas reliquias que a esta Sede llegaron a través del tiempo.

En la capilla de Santa María del Rey Casto, en su retablo central, presidiéndolo, se encuentra la imagen llamada de “Santa María de las Batallas”. La imagen de “Nuestra Señora de Covadonga” –popularmente llamada “La Santina”- recibe también el nombre, aunque es menos conocido, de “Santa María de las Batallas” y, posiblemente, acompañase a los reyes asturianos en su deseo de recuperar para Cristo la península ibérica conquistada por los árabes tras la batalla de Guadalete. 

Cultura

Reliquias de Nuestro Señor: El sudario de Turín y el sudario de Oviedo

La sábana santa de Turín es una de las reliquias de Nuestro Señor que más interés despierta en la comunidad científica. Los numerosos estudios sobre este lienzo continúan dando sorpresas en la actualidad. 

Alejandro Vázquez-Dodero·4 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 6 minutos

¿Qué es el sudario de Turín, denominado asimismo santo sudario, síndone o sábana santa? Significado tradicional y muestras de piedad.

Se trata de una tela de lino que muestra la imagen de un hombre que presenta marcas y traumas corporales como los que pueda haber en una crucifixión. Mide 436 cm de largo, y 113 cm de ancho.

Se custodia en Turín, en una capilla propia construida en el siglo XVII, dentro del complejo compuesto por la catedral, el palacio real y el denominado palazzo Chiablese.

Sindone de Turín

Desde siempre ha habido un extenso debate acerca de sus orígenes, y de la figura que contiene el sudario. Entre científicos, teólogos, e investigadores en general. Muchos sostienen que se trata de la ropa que cubrió el cuerpo de Jesucristo al ser enterrado, y que la figura que quedó grabada en esa tela es la suya.

Resulta sobrecogedor el relato del fotógrafo Secondo Pía, quien, en 1898, al revelar las fotografías que hizo a la tela vio “aparecer el santo rostro, tan claro que retrocedió”. No sospechaba que su descubrimiento iba a impactar en la comunidad científica del modo como lo hizo. Desde entonces esa sábana sido objeto de examen sistemático, dando origen a la disciplina científica conocida como “sindonología”; en griego sábana se dice “sidon”.

Según relatan los Evangelios, antes de depositar el cuerpo de Jesús en el sepulcro fue envuelto en una sábana. Al modo como se hacía entonces, pondrían un gorro sobre su cabeza, atado a sus mejillas. Luego sería envuelto a lo largo con una sábana –“sindon”– y atado horizontalmente con dos vendas. Por último, un velo –“sudarion”– cubriría su rostro.

La ley judía sostenía que un cadáver es impuro, de modo que todo lo que lo tocase se volvía impuro. Ello cambió con la resurrección de Jesús, de ahí que sus discípulos se afanaran por conservar los objetos que habían estado en contacto con su cadáver.

Eusebio de Cesarea, siglo III, es el primero en referirse a la existencia de un lienzo con la huella de Jesús. Desde entonces hay rastro de sus diferentes destinos, custodias y vicisitudes.

A finales del siglo XVI la sábana santa se custodiará en Turín. El llamado hasta entonces  Mandylion de Edesa pasará a conocerse como el sudario de Turín. Solo a principios del siglo XVIII a causa del asedio francés a la ciudad, y durante la Segunda Guerra Mundial, será traslado a un lugar distinto por motivos de seguridad.

Al morir el último de los monarcas de la casa de Saboya en 1983, la sábana santa pasaría a quedar a cargo de la Santa Sede.

Diversos estudios científicos, entre otras conclusiones, han llegado a las siguientes:

  • La imagen reflejada en la síndone es de un hombre que sufrió una extrema agonía;
  • la hebra con la que se tejió el lienzo procede de Oriente medio; los tejidos de este tipo ya se utilizaban en los primeros años del Cristianismo, y probablemente proceda de telares judíos;
  • la síndone coincide con lienzos sepulcrales del siglo I;
  • la imagen no fue pintada al no verse trazos de pigmentos, así como por el hecho de que no habría podido pintarla ningún artista del medioevo al no conocerse entonces la técnica de la perspectiva que refleja;
  • un alto porcentaje de las semillas halladas en la reliquia proceden de Judea;
  • el polen de una de las plantas encontrado en la síndone se refiere a la que se usó para extraer las espinas que configurarían la corona con la cual fue coronado Jesucristo;
  • de la imagen se extrae que unos clavos atravesarían las muñecas de las manos, y no las palmas como se representa al crucificado en imágenes y pinturas; ello confirmaría que la imagen de la sábana no es una falsificación pictórica medieval;
  • tras los estudios acerca de la técnica de producción de imagen se concluye que estamos ante una imagen no hecha por mano;
  • a los pies de la tela se descubrieron restos de minerales que se usaban en las construcciones de la antigua Jerusalén, lo que confirmaría que quien fuera envuelto en ella habría transitado por esa ciudad;
  • se descubrieron en las cuencas de los ojos los dibujos de unas moneditas que se habrían colocado al cuerpo que refleja la tela, y esas monedas son de la época de Tiberio; o sea de los primeros años del siglo I, cuando murió Jesucristo.

Cabe subrayar que la Iglesia Católica no se ha manifestado acerca de la autenticidad del santo sudario. Sobre todo porque constan comprobaciones científicas que datan la tela en años posteriores al siglo I, como la prueba realizada en 1988 mediante radiocarbono –carbono 14–, que la sitúa en el siglo XIV.

San Juan Pablo II se pronunció en 1998, manifestando que al no tratarse de una cuestión de fe, la Iglesia no tiene competencia específica para pronunciarse sobre esas cuestiones. Serán los científicos quienes deban seguir investigando.

En 1958 el papa Pío XII autorizó oficialmente la devoción a la denominada “santa Faz de Jesús”, la cara que consta grabada en el sudario de Turín.

Distintos acontecimientos en relación con el sudario de Turín

A principios del siglo XVI hubo un incendio en la capilla que custodiaba la sábana santa; ésta fue dañada y, para su restauración, se usaron una serie de parches o remiendos.

En 1997 un nuevo incendio dañó la síndone. Pero fue restaurada en 2002, siendo retiradas la cubierta de la sábana y una serie de parches. Gracias a esa restauración pudo ser estudiado con precisión el reverso de la tela, que hasta entonces quedaba oculto.

La exposición al público de la sábana santa es muy reservada, por razón del cuidado que debe procurársele. Las últimas exposiciones tuvieron lugar en el año 2000 con motivo del Jubileo, en 2010 con expreso deseo del hoy Papa emérito Benedicto XVI, y en 2015 debido al bicentenario del nacimiento de Don Bosco.

Características de la imagen grabada en el sudario

Aunque hay muchas opiniones acerca de las características de la imagen del hombre grabada en la sábana santa, parece que reina acuerdo sobre algunas de ellas.

Cabe destacar que presenta los colores invertidos respecto de una imagen óptica habitual. De ahí que haya sido comparada con un negativo. Los contornos de la imagen, que solo puede observarse a cierta distancia, son imprecisos.

Hay naturalmente creyentes que consideran la imagen como un rastro de la resurrección de Jesús, y cuentan con efectos sobrenaturales –o al menos seminaturales– que debieron colaborar en el proceso de estampado de la imagen en la síndone. Es decir, creen en el milagro de tal estampación, y creen en que quien fue estampado fue el mismo Jesucristo, por el tipo de heridas y otros detalles que concuerdan con su persona.

El sudario de Oviedo: ¿qué es y por qué se relaciona con el sudario de Turín?

Además de la sábana santa hay otras reliquias cristianas relacionadas con la ropa que pudiera vestir Jesucristo tras su descendimiento de la Cruz y enterramiento.

Una de ellas es el sudario –o “pañolón”– de Oviedo. En esta ciudad española se conserva un pequeño paño de lino manchado de sangre. Se venera como la prenda funeraria que, según los Evangelios –cfr. Juan 19:40 y 20:5-8– constituyó el sudario que cubría la cabeza. Los cuatro evangelistas se refieren a diversos paños que vistió Nuestro Señor con motivo de su enterramiento: la síndone o sábana, el sudario o paño de la cabeza, y las vendas. Refieren que al llegar al sepulcro la mañana de Pascua Pedro y otro discípulo se encontraron el sepulcro vacío y los lienzos plegados, y el sudario que había sido puesto en su cabeza, no plegado con los lienzos sino aparte, todavía enrollado.

Contamos con leyendas que señalan la presencia del sudario en Oviedo desde el siglo VIII, antes de lo cual debió permanecer por tiempo en Tierra Santa, dando por sentado que san Pedro sería su primer custodio.

Al igual que con la sábana santa, hay estudios acerca de la composición de la tela del sudario de Oviedo, la sangre y otros restos hallados en el mismo, que llevan a pensar que pudiera ser el de Jesucristo.

La cuestión más importante en el estudio del sudario de Oviedo es su relación con el sudario de Turín o sábana santa. En varias ocasiones se ha afirmado que ambas prendas cubrieron idéntica cabeza en dos momentos distintos pero cercanos entre sí; ello basándose en la historia, las causas de la muerte del hombre que debió vestir esas telas, y la composición sanguínea y patrones de las manchas que nos han llegado.

Sin embargo, en contra de la tesis acerca de la pertenencia de esas prendas a Jesucristo, existen cuatro dataciones que sostienen que el pañolón es de origen medieval, situado entre los siglos VI y IX.

También opuestos a esa pertenencia hay quienes defienden que, si hubiera sido conservada la mortaja del Señor, los evangelistas lo hubieran recogido en sus relatos, cosa que no hicieron. Cosa distinta es el hecho de que el evangelio de san Juan hable de un pañuelo para tapar el rostro de Jesús y una vendas o lienzos que ataban o ligaban el cuerpo, y el resto de los evangelios tan solo hablen de una mortaja como sábana. Esto último descartaría el evangelio de san Juan entre los que reconocieran la veracidad de la sábana santa.

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Familia

El matrimonio: «Misión posible»

El matrimonio y la familia constituyen la primera escuela de humanidad. El autor comenta algunas de las virtudes propias del matrimonio, que hacen de él un camino hacia la promesa divina del amor pleno.

José Miguel Granados·4 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Sufrimiento y superación

David Copperfield es quizá la novela con más elementos autobiográficos de Charles Dickens. Contiene diversas historias apasionantes de sufrimiento y de superación. Como es habitual en el autor, presenta una amalgama variopinta de personajes, genialmente trazados. Betsey Trotwood, la tía de la madre del protagonista de la historia, es una solterona excéntrica. Fue a visitar al pequeño David recién nacido, pero se marchó enfadada al comprobar que no era una niña. Sin embargo, años después, cuando éste, siendo un muchacho completamente despojado y abatido, acuda exhausto a pedirle ayuda, ella lo acogerá con magnanimidad.

La extravagante y entrañable tía ofrece sabios consejos a su sobrino. Le recuerda límites éticos básicos: “No seas nunca perverso, no seas nunca falso, no seas nunca cruel”. Y le anima al coraje en las luchas de la vida: “Hemos de afrontar las adversidades con entereza; y no permitir que nos asusten. Hemos de aprender a cumplir nuestro papel. Hemos de superar la adversidad”.

Fortaleza y paciencia

La paciencia, como parte de la virtud de la fortaleza, consiste en la consistencia de ánimo para no sucumbir al desaliento ante la adversidad. Permite acometer grandes empresas y tareas. Se trata de una virtud imprescindible en la vida, pues a todos nos llega la dificultad y la tribulación. Supone la firme adhesión al bien, rechazando los falsos atajos, con estabilidad ante las contrariedades; sin recriminaciones, murmuraciones ni quejas; sin buscar consuelos o compensaciones inoportunas; sin dejarse abatir por la tristeza, que genera resentimiento y amargura; con gozo y perseverancia.

“Ser paciente significa no dejarse arrebatar la serenidad ni la clarividencia del alma por las heridas que se reciben mientras se hace el bien” (Josef Pieper). Por tanto, la paciencia capacita para “resistir, ser testigo de la tristeza sin dejarse ganar por ella, conservar la fidelidad a la memoria del ser que se presentó en el pasado como el único camino posible para una existencia verdaderamente humana, y aguantar el embate del dolor por mor de esa promesa que entonces el hombre supo suya” (Javier Aranguren).

Además, los dones del Espíritu Santo potencian las capacidades humanas hasta conferir el modo de sentir y de obrar del mismo Cristo, al adquirir sus mismas virtudes.

Coraje y perseverancia

El matrimonio y la familia constituyen la primera escuela de humanidad. El gran ideal de formar un hogar requiere esfuerzo y compromiso duraderos, sacrificio y motivación constantes, tenacidad y aguante en las diversas vicisitudes. Por desgracia, hay quienes tienen miedo a aventurarse en una vocación grande y rebajan penosamente su existencia. Sin embargo, con Jesús se pueden alcanzar metas altas, y merece la pena el esfuerzo. Juan Pablo II explicaba con pasión a los jóvenes que Cristo capacita para una vida grande:

En realidad, es a Jesús a quien buscáis cuando soñáis la felicidad; es Él quien os espera cuando no os satisface nada de lo que encontráis; es Él la belleza que tanto os atrae; es Él quien os provoca con esa sed de radicalidad que no os permite dejaros llevar del conformismo; es Él quien os empuja a dejar las máscaras que falsean la vida; es Él quien os lee en el corazón las decisiones más auténticas que otros querrían sofocar. Es Jesús el que suscita en vosotros el deseo de hacer de vuestra vida algo grande, la voluntad de seguir un ideal, el rechazo a dejaros atrapar por la mediocridad, la valentía de comprometeros con humildad y perseverancia para mejoraros a vosotros mismos y a la sociedad, haciéndola más humana y fraterna”.

La fe del cristiano en el Dios Amor todopoderoso y la confianza en su cercanía, en su cuidado providente, en su promesa de vida, refuerzan sobrenaturalmente la virtud de la paciencia. Así ocurre especialmente en la hermosa vocación de los esposos. Cuando se cuenta realmente con la gracia, el proyecto de la alianza de amor conyugal fiel y generoso, fecundo y expansivo, renovado en el tiempo, resulta gozosamente posible. Pues la bendición nupcial del Señor tiene valor permanente.

La esperanza no defrauda

La promesa divina del amor pleno inscrita en el lenguaje esponsalicio del cuerpo y en los deseos del corazón -es decir, en la dinámica del eros–  genera una esperanza segura y, por eso, constituye el hilo conductor de la historia de cada matrimonio. En este sentido, el Santo Padre Francisco anima con vehemencia:

“Cultiva ideales. Vive por algo que sobrepasa al hombre. La fidelidad consigue todo. Si te equivocas, levántate: nada es más humano que cometer errores. Y esos errores no tienen que convertirse para ti en una prisión. No te dejes aprisionar por tus errores. El Hijo de Dios no vino por los sanos, sino por los enfermos; por lo tanto también vino por ti. Y si te vuelves a equivocar en el futuro, no tengas miedo, ¡levántate!, ¿Sabes por qué? Porque Dios es tu amigo. Si te hiere la amargura, cree firmemente en todas las personas que todavía trabajan para el bien: en su humildad está la semilla de un mundo nuevo. Relaciónate con las personas que han mantenido su corazón como el de un niño. Aprende de la maravilla, cultiva el asombro. Vive, ama, sueña, cree. Y, con la gracia de Dios, no desesperes nunca”.

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América Latina

Uruguay: Experiencias de supervivencia de la fe

La supervivencia de la fe reclama el compromiso de todos, para que su luz se mantenga viva en un mundo empeñado en quitar a Dios pero en el que también vemos signos de esperanza.

Jaime Fuentes·3 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

Aquella mañana del 15 de septiembre de 2011, el diagnóstico de Benedicto XVI fue exacto. Mirándome a los ojos exclamó: “Uruguay es un país laico… ¡Hay que sobrevivir!”. A la vuelta de diez años, con la extensión del secularismo, la advertencia del Papa emérito parecería que tiene, como la pandemia que estamos sufriendo, un alcance inédito. ¿Habrá alguna vacuna eficaz para contrarrestar la enfermedad?

No cabe duda de que, en Uruguay, el empeño anticristiano y anti-Iglesia fue bien planteado y ha cosechado no pocos éxitos, como ya se vio. El resultado final es, hasta hoy, una extendida ignorancia religiosa, la destrucción de la institución familiar y, como señalaba Francisco en su Exhortación programática, el olvido de Dios “ha producido una creciente deformación ética, un debilitamiento del sentido del pecado personal y social y un progresivo aumento del relativismo, que ocasionan una desorientación generalizada” (Evangelii Gaudium, n. 64).

Pero, gracias a Dios, nunca todo es definitivamente negro. Después de casi 48 de sacerdocio y como obispo durante los últimos diez, quizás puedo transmitir algunas experiencias.

La primera es que el Espíritu Santo sigue actuando: promueve inquietudes de conversión a Dios, mueve a inesperados arrepentimientos, incita a comprometerse con Jesucristo y con la Iglesia, provoca ansias de santidad, impulsa movimientos de servicio al prójimo… Esta experiencia, repetida incontables veces, enseña que el estilo que prefiere el Espíritu de Dios para actuar es el silencio.

La piedad popular. Francisco tiene mucha razón, cuando escribe que menospreciarla “sería desconocer la obra del Espíritu Santo”. Sus expresiones “tienen mucho que enseñarnos y, para quien sabe leerlas, son un lugar teológico al que debemos prestar atención, particularmente a la hora de pensar la nueva evangelización” (EG, n. 126). En Minas, muy cerca de la ciudad, se encuentra el Santuario Nacional de la Virgen del Verdún. En la cumbre del cerro, desde que en 1901 se colocó una imagen de la Inmaculada, el 19 de abril, cuando se celebra su fiesta, llegan a venerarla no menos de 60 o 70 mil personas: familias enteras que siguen transmitiendo a sus hijos la fe en la intercesión de nuestra Madre…  Y son miles los peregrinos que la visitan durante todo el año (y necesitan atención espiritual y faltan sacerdotes, ¡ay, Señor!). “No conviene ignorar la tremenda importancia que tiene una cultura marcada por la fe”, insiste Francisco, “porque esa cultura evangelizada, más allá de sus límites, tiene muchos más recursos que una mera suma de creyentes frente a los embates del secularismo actual(ib.)

La supervivencia de la fe reclama el compromiso de todos, para que su luz se mantenga viva. Y requiere, hablando con precisión, que el sacerdocio ministerial esté realmente al servicio del sacerdocio común de los fieles laicos. No es fácil romper una inercia de siglos, sintetizada en un concepto que está frecuentemente en labios del mismo Papa: el clericalismo. Es, sobre todo, una labor de educación de los que se preparan para al sacerdocio; una labor de largo aliento, tan trabajosa como imprescindible.

La idea de fondo de la “nueva evangelización” a la que convoca Francisco, la había explicado Juan Pablo II a la Asamblea del CELAM, en 1983, y la detalló especialmente en Uruguay en 1988: ella debía ser “nueva en su ardor, en sus métodos, en su expresión”.

“Sentir ardor apostólico significa tener hambre de contagiar a otros la alegría de la fe”, dijo en su última predicación en nuestro país. “El ardor apostólico no es fanatismo, sino coherencia de vida cristiana. Sin juzgar las intenciones ajenas debemos llamar bien al bien y mal al mal. Es de sobra sabido que desfigurando la verdad no se solucionan los problemas. Es la apertura a la verdad de Cristo la que trae la paz a las almas. ¡No tengáis miedo a las dificultades ni a las incomprensiones tantas veces inevitables que produce en el mundo el esfuerzo por ser fieles al Señor!”.

“Nueva en sus métodos”.“Se trata de un apostolado que está al alcance de todos los cristianos en su entorno familiar, laboral y social”, explicaba Juan Pablo II. Es un apostolado que tiene como principio imprescindible el buen ejemplo en la conducta diaria –a pesar de las propias limitaciones personales– y que debe continuarse con la palabra, cada uno de acuerdo con su situación en la vida privada y en la vida pública”. Y Francisco: “Se trata de llevar el Evangelio a las personas que cada uno trata, tanto a los más cercanos como a los desconocidos. Es la predicación informal que se puede realizar en medio de una conversación y también es la que realiza un misionero cuando visita un hogar. Ser discípulo es tener la disposición permanente de llevar a otros el amor de Jesús y eso se produce espontáneamente en cualquier lugar: en la calle, en la plaza, en el trabajo, en un camino” (EG, n. 127).

¿Qué quería decir “nueva en su expresión”? Explicaba Juan Pablo II en Salto: “Cada hombre y cada mujer cristianos ha de adquirir un sólido conocimiento de las verdades de Cristo –adecuado a su propia formación cultural e intelectual–, siguiendo las enseñanzas de la Iglesia. Cada uno ha de pedir al Espíritu Santo que le permita llevar el ‘alegre anuncio’, la ‘Buena Nueva’, a todos los ambientes en que se desarrolla su existencia. Esa profunda formación cristiana le permitirá verter ‘el vino nuevo’ de que nos habla el Evangelio, en ‘odres nuevos’ (Mt 9, 17): anunciar la Buena Nueva con un lenguaje que todos puedan entender”. Francisco insiste: “todos estamos llamados a crecer como evangelizadores. Procuramos al mismo tiempo una mejor formación, una profundización de nuestro amor y un testimonio más claro del Evangelio. En ese sentido, todos tenemos que dejar que los demás nos evangelicen constantemente; pero eso no significa que debamos postergar la misión evangelizadora, sino que encontremos el modo de comunicar a Jesús que corresponda a la situación en que nos hallemos” (EG, n.121).

Dar a conocer a Jesucristo trae también consigo la preocupación por las necesidades materiales de las personas y de la sociedad: esta conducta “acompaña siempre a la evangelización”, continuaba Juan Pablo II. “La Iglesia ha entendido así la evangelización a lo largo de la historia y, por eso, junto con la proclamación de la Buena Nueva, se emprendían iniciativas que buscaban satisfacer tales necesidades. Como bien señalaba mi predecesor Pablo VI, de feliz memoria, ‘evangelizar para la Iglesia es llevar la Buena Nueva a todos los estratos de la humanidad, es, con su influjo, transformar desde dentro, hacer nueva la humanidad misma: ‘Mira que hago un mundo nuevo’ (Ap 21, 5)’ (Evangelii Nuntiandi, 18). Francisco dedica todo el capítulo cuarto de Evangelii gaudium a explicar “la dimensión social de la evangelización, precisamente porque, si esta dimensión no está debidamente explicitada, siempre se corre el riesgo de desfigurar el sentido auténtico e integral que tiene la misión evangelizadora”. Y es imposible sintetizar la perseverante insistencia del Papa, que, de mil modos y por medio de iniciativas ejemplares, la explica en sus múltiples aspectos.

 “¡Hay que sobrevivir!”, me dijo aquella mañana Benedicto XVI. De a ratos, como a todo el mundo, me viene algún bajón, como ganas de “hacer la plancha”… Creo innecesario, por conocidas y compartidas, enumerar sus causas. Pero trato de no olvidar y de poner en práctica dos verdades esenciales: “Sin momentos detenidos de adoración, de encuentro orante con la Palabra, de diálogo sincero con el Señor, las tareas fácilmente se vacían de sentido, nos debilitamos por el cansancio y las dificultades, y el fervor se apaga. La Iglesia necesita imperiosamente el pulmón de la oración” (EG, n. 262). La segunda verdad es un hecho que me provoca el mismo sentimiento que al Papa Francisco: “Me alegra enormemente que se multipliquen en todas las instituciones eclesiales los grupos de oración, de intercesión, de lectura orante de la Palabra, las adoraciones perpetuas de la Eucaristía” (EG, n. 262). Es verdad, en Uruguay como en tantos lugares del mundo, aquí y allá nacen iniciativas de oración, de peregrinaciones, de recurso a la Virgen, de adoración perpetua de la Eucaristía…

 Las dificultades que enfrenta la Iglesia en Uruguay, aunque con sus acentos propios, como ya se vio en anteriores servicios, no son diferentes de las que se encuentran hoy en esas y otras latitudes. En todos los casos, el aliciente para sobrevivir es formidable: es “la lucha por el alma de este mundo”, como escribió san Juan Pablo II al invitarnos a cruzar el umbral de la esperanza. Es el mismo espíritu que alienta a Francisco: en efecto, “¡cuántas veces soñamos con planes apostólicos expansionistas, meticulosos y bien dibujados, propios de generales derrotados! Así negamos nuestra historia de Iglesia, que es gloriosa por ser historia de sacrificios, de esperanza, de lucha cotidiana, de vida deshilachada en el servicio, de constancia en el trabajo que cansa, porque todo trabajo es ‘sudor de nuestra frente’” (EG n. 96).

El autorJaime Fuentes

Obispo emérito de Minas (Uruguay).

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