Dios está en cada Paso

1 de octubre de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

“Dios no existe en El Paso”. El titular sobreimpresionado encima de la imagen de una enorme lengua de lava incandescente engullendo una casa en la localidad palmera de El Paso consiguió su objetivo y casi triplicaba los “me gustas” de los posts inmediatamente anteriores y posteriores publicados en la cuenta de Instagram de un diario nacional español.

Leyendo detenidamente la noticia, descubrimos que la frase seleccionada para ilustrar la fotografía la pronuncia Rosa, una vecina de El Paso, tras recordar que la erupción volcánica sucede a tan solo un mes de haber sufrido un incendio que provocó también la evacuación de varios vecinos por el riesgo de que el fuego alcanzara sus casas.

La frase de Rosa es la síntesis de la gran pregunta del hombre sobre Dios. ¿Quién no se ha preguntado estos días dónde está Dios mientras contemplaba la huida de las familias, el miedo en las caras de los vecinos, la angustia de quien ha perdido su medio de vida, su negocio, su ilusión? Todos tenemos derecho, Dios nos lo ha dado, de cuestionarnos el porqué, de mostrar nuestras dudas sobre su existencia o sobre su bondad ante situaciones como estas. Hay una rebeldía innata contra la injusticia, contra el mal. ¿Por qué yo? ¿Por qué a mí?

En este primero de octubre, en el que celebramos la fiesta de Santa Teresa de Lisieux, me viene a la memoria un fragmento de Historia de un alma en el que esta carmelita doctora de la Iglesia narraba una peregrinación que realizó siendo una niña a Roma. A su paso por Nápoles, describe precisamente los “cañonazos” y la “espesa columna de humo” del Vesubio y el poder de Dios que ella veía en su manifestación. Coincidencia volcánica aparte, la santa, cuya delicada salud le hizo sufrir horriblemente hasta su muerte a los 24 años recordaba aquel viaje que hizo junto a un grupo de personas muy distinguidas, alojándose en hoteles principescos, y reflexionaba acerca de cómo lo material no es garantía de felicidad, pues «la alegría no se halla en las cosas que nos rodean, sino en lo más íntimo de nuestra alma (…). La prueba está en que yo soy más feliz en el Carmelo, aun en medio de mis sufrimientos interiores y exteriores, que entonces en el mundo, rodeada de las comodidades de la vida».

Entonces, ¿se puede perder una casa y seguir siendo feliz? ¿Se puede perder la salud o esperar la muerte y seguir siendo feliz? ¿se puede sufrir y decir que Dios existe y nos ama?

Hay un cuentecillo muy conocido que narra la historia de un hombre que, al final de sus días, caminaba por la playa en compañía de Jesús repasando con él toda su vida. Mirando hacia atrás contemplaba los dos pares de huellas sobre la arena, pero, en algunos momentos, las huellas eran solo las de una persona. El hombre recriminó al Señor: mira, en los momentos más difíciles de mi vida, cuando perdí el trabajo, cuando tuve aquel accidente, cuando murió mi hija… En los momentos en que más te necesitaba, me dejaste solo. El Señor, sonriendo, le echó su brazo sobre el hombro, le señaló aquellas huellas lejanas y le explicó: fíjate bien. En esos momentos difíciles, las huellas que desaparecen no son las mías, son las tuyas. Y es que, cuando tú no podías con tu vida, era yo quien te tomaba sobre mis hombros y seguía caminando por ti.

Este es el escandaloso misterio de un Dios que se ha encarnado y que ha sufrido con sus criaturas hasta llegar a exclamar: “¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?”. ¿No es esa, en definitiva, la frase de Rosa sobre la imagen de la casa tragada por el magma? La fe nos muestra hoy, sobre las cenizas de La Palma, solo un par de huellas. Son las huellas de Jesús que toma a Rosa y a tantos otros sobre sus hombros para ayudarles a caminar, paso a paso, en todos los Pasos de nuestro tiempo.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Evangelización

Abigail Marsh: «Ayudar a otros es esencial para experimentar una felicidad verdadera»

Entrevistamos para la serie Sostenibilidad 5G a Abigail Marsh, experta en psicología social y neurociencia afectiva, sobre la generosidad y la disposición a ayudar a los demás presentes en la sociedad actual.

Diego Zalbidea·1 de octubre de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

Entrevistamos a Abigail Marsh, profesora Titular en el Departamento de Psicología y en el Programa interdisciplinar de Neurociencia de la Universidad de Georgetown. También es Doctora en Psicología Social por la Universidad de Harvard en 2004, y realizó una investigación post-doctoral en el National Institute of Mental Health hasta 2008.

Actualmente dirige el Laboratorio de Neurociencia social y afectiva. Le interesan cuestiones tan variadas como las siguientes: ¿Cómo entiende la gente lo que piensan y sienten los demás? ¿Qué hace que decidamos ayudar a otras personas? ¿Qué nos impide hacerles daño? Aborda estas preguntas utilizando múltiples enfoques que incluyen, entre otras técnicas, imágenes cerebrales funcionales y estructurales.

Su investigación ha sido financiada por varios Institutos Nacionales de Salud, la National Science Foundation, y la Fundación John Templeton. Ha recibido algunos premios como el Wyatt Memorial Award concedido por el National Institute of Mental Health y el Cozzarelli Prize a la excelencia científica y originalidad concedido por la National Academy of Sciences.

Además, pertenece a los consejos asesores de la National Kidney Donation Organization y de 1DaySooner, y es confundadora de Psychopathy Is, una organización dedicada a desmentir los mitos asociados a esta enfermedad y dotar a la sociedad de una información certera, que incluya también los síntomas y los primeros indicios. 

Ha publicado un libro sobre el miedo y su universalidad, titulado The Fear Factor

¿Qué es lo que hace que algunas personas sean más generosas que otras?

Hay muchas razones, que van desde lo cultural a lo circunstancial; de la personalidad a las experiencias vividas; del conocimiento a razones biológicas. Estas causas no son siempre fáciles de separar. La mayoría de la gente es generosa cuando cae en la cuenta de que alguien necesita cierta ayuda que ellos son capaces de prestar, y a la vez perciben a esa persona como merecedora de ese favor. Por eso, la mayoría de la gente ayuda a los amigos cercanos y a la familia, cuando pueden, pero están menos inclinados a hacerlo cuando se trata de personas más lejanas. La gente extremadamente generosa es inusitadamente generosa con cualquiera por dos razones.

A veces es porque son más sensibles que la media a las necesidades de los demás; es decir, que son realmente capaces de darse cuenta de que alguien está en apuros. Tienen una gran capacidad de empatía. Otras veces es porque perciben que todas las personas son dignas de ayuda. Se podría decir que tienen una gran humildad y una perspectiva universal. Los donantes de riñón altruistas que he estudiado parece que tienen ambos rasgos. Entre los factores culturales que estimulan la generosidad se encuentra un nivel alto de bienestar subjetivo. La gente que está prosperando parece que es más generosa. 

–¿Ha descubierto alguna relación entre la gratitud y la generosidad?

Sí, están unidas a través de la humildad. La gratitud es un magnífico modo de inculcar un gran sentido de humildad, porque te ayuda a reconocer todos los talentos y la bondad de los demás, que tienen que ver tanto con nuestra propia fortuna. La humildad es el rasgo de la personalidad que hemos encontrado más asociado con la generosidad. 

–¿Piensa que la gente es más generosa ahora que en el pasado?

Así lo creo. Esto ocurre en gran parte porque parece que cuando la gente prospera tiende a ser más generosa, y con el tiempo más y más gente se encuentra en niveles altos de bienestar en todo el mundo. Yo también pienso que con respecto al pasado, ahora la gente suele tener un círculo mayor de personas a las que considera merecedoras de su ayuda. Antes la gente solía contar con círculos más estrechos de compasión. 

«Ahora la gente suele tener un círculo mayor de personas a las que se considera merecedoras de su ayuda»

Abigail MarshExperta en Psicología Social y Neurociencia afectiva

–¿Existe mucha investigación sobre la generosidad?

Hay probablemente mucha más de la que uno podría reconocer, aunque no se agrupe siempre bajo la palabra “generosidad”. Mucha investigación sobre la generosidad usa términos como pro-socialidad, altruismo, compasión, filantropía, e incluso, cooperación. Todos estos temas apuntan a la misma cuestión del comportamiento que es la posibilidad de ayudar a otros. Haciendo una búsqueda transversal de estos términos, encontré 45.000 artículos con al menos uno de ellos en el título publicados sólo en el espacio de los últimos diez años.

–La generosidad, ¿puede crecer en la edad adulta, o tiende a estancarse?

De hecho, tiende a seguir creciendo a lo largo de la edad adulta. Los adultos de edad mediana tienden a ser más generosos que los adultos jóvenes por una serie de razones. Tienden a tener grados más elevados de humildad y, a menudo, están en una situación en la vida en la que han alcanzado muchos de sus objetivos personales, lo que hace que tiendan a volver la mirada hacia su comunidad. Está claro, igualmente, que la generosidad engendra generosidad. Cuando la gente comprueba la alegría de dar, esto suele estimularle a repetir dicha experiencia.

La mayoría de los donantes altruistas de riñón con los que trabajo, por ejemplo, en el pasado han sido donantes de sangre o de médula. Lo consideran como una experiencia tan gratificante que reduce la barrera de cara a prestar ayuda en el futuro. 

–¿Cuál es el perfil de la gente más generosa?

Una característica importante es que son humildes. Tienden a no verse a sí mismos como más importantes que nadie. Esto es diferente de la falsa modestia o la baja autoestima. Significa que no piensan en sí mismos como alguien básicamente especial o más importante que nadie. También son muy sensibles al sufrimiento de otros —cuando los otros están tristes o asustados, son buenos interpretándolo y reaccionando. Pero no reaccionan ante el sufrimiento ajeno con pánico. Se centran en las necesidades de la otra persona más que en sus propios sentimientos.

Esto los hace muy capaces de superar su propio miedo cuando los otros están en una situación de necesidad. ¡Esto no es porque carezcan de miedo! Pienso que es un gran error hablar aquí de héroes y altruistas. Generalmente no lo son. Pero consiguen eficazmente centrarse en las necesidades de los demás y dejar de lado sus miedos cuando surge la necesidad. 

–¿Cómo puedo saber si soy generoso?

El mejor modo de descubrirlo es preguntar a la gente que te conoce bien. Dicho esto, ¡mi experiencia es que la gente que se molesta en hacerse esta pregunta tiende a ser generosa! La gente que no es generosa no se preocupa de si lo es o no.

–La generosidad, ¿depende de la posición financiera de la gente?

Ciertamente no. ¡Hay muchas maneras de ser generoso! Ayudar a otros que lo necesitan dándoles orientaciones, monedas sueltas, ánimo, o incluso un elogio. Todas ellas son formas diversas de generosidad. Dar a alguien el propio tiempo es una de las cosas más generosas que puede hacer una persona. En general, sucede que, cuando la gente siente que está mejorando su situación, es más probable que obre generosamente.

Creo que es importante enfatizar esto, porque el estereotipo de que la gente que hace las cosas bien se vuelve mezquina y egoísta, en realidad no es cierto. Sería terrible si lo fuese, porque significaría que tendríamos que elegir entre hacer las cosas bien y hacer el bien a los demás. De todas maneras, éste es sólo uno de los muchos, muchos factores que promueven la generosidad. Gente generosa puede haberla, y a menudo la hay, de todo el espectro financiero.

–¿Tiene un límite la generosidad?

Uno de los asuntos más difíciles cuando hablamos de generosidad aparece cuando nos encontramos ante recursos limitados. Por ejemplo, la mayoría de la gente no tiene tiempo o dinero ilimitado. Esto significa que cada hora o dólar empleado en ayudar a una persona, no puede ser empleado en ayudar a otra. Todos tenemos obligaciones respecto a nuestras propias familias y amigos (¡y respecto a nosotros!) que, necesariamente, limitan los recursos que podemos emplear en aquellos que se hallan más distantes de nosotros.

–¿Por qué la generosidad hace feliz a la gente?

Hay muchas razones. Una es que estamos configurados para experimentar la alegría vicaria. Cuando transmitimos alegría o alivio a los demás, no podemos sino experimentar la alegría vicariamente. Otra razón es que nos hace sentirnos más conectados con los otros para ayudarles, y hay pocas experiencias más gratificantes que sentirse conectado con otros. Ayudar a otros, además, confiere a mucha gente una sensación de propósito y de sentido que es esencial para experimentar una felicidad profunda y duradera.

España

La Iglesia española: solidaridad y acción frente al volcán de Palma

El secretario general de la CEE, Mons. Argüello ha expresado, en nombre de todos los obispos españoles su solidaridad con los habitantes de Palma, isla que en los últimos días, vive con preocupación e incertidumbre la erupción de uno de sus volcanes.

Maria José Atienza·30 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Secretario General y portavoz de la CEE, Mons. Luis Argüello, se ha detenido, especialmente, en los difíciles momentos que atraviesa la población de la isla de la Palma que, desde el día 19 de septiembre, se ha visto asolada por la erupción del volcán de cumbre vieja.

Además del apoyo expresado en la Nota final que han realizado los obispos de la Comisión Permanente, Mons. Arguello ha afirmado que este tipo de acontecimientos «nos convoca a una humildad existencial ante la fuerza de la naturaleza» y a centrarnos en el «cuidado de lo esencia. Hechos así nos hacen ver lo ridículas que son nuestras disputas» y ha querido lanzar un mensaje de esperanza recordando que «estos acontecimientos nos hacen reconocer nuestra fragilidad y también nos hacen caer en la cuenta de lo que podemos construir juntos».

La cruz que vimos derrumbarse adquiere un significado singular

El portavoz de los obispos ha calificado de «misterio» la realidad de «este volcán que genera y destruye; que es el origen de esas islas y que, al mismo tiempo, está causando tanto dolor. Esa cruz que vimos derrumbarse cuando caía el templo entero de un barrio adquiere un significado singular porque la luz del misterio pascual que une la muerte y la vida aparece como una humilde propuesta de sentido y trabajo solidario que en la iglesia queremos vivir y ofrecer».

Asimismo, en la rueda de prensa se han compartido unas notas sobre la labor que Cáritas diocesana de Tenerife, está realizando, desde el día de la erupción, con el fin de paliar las terribles consecuencias que esta erupción está teniendo para cientos de familias.

Concretamente, los principales problemas que se están viviendo y que afectan a la pérdida de la vivienda de muchas familias. Además de la oferta de acogida de particulares, Cáritas ha ayudado a habilitar espacios parroquiales para acoger a personas evacuadas. El propio Obispado ha puesto a disposición dos viviendas para esta acogida y siguen recibiendo llamadas de particulares dispuestos a ceder viviendas para estas personas.

La solidaridad también se ha notado en la llegada de ropa y suministros básicos, así como en la recaudación de más de 350.000€ para ayudar en esta dramática situación.

España

Mons. Argüello: «¿Cómo no considerar especie protegida la vida humana?»

El Secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española se ha referido a la iniciativa legislativa puesta en marcha para prohibir la presencia de grupos de oración y pro-vida cerca de las clínicas abortistas recordando que estos grupos rezan por las madres, aborten o no, y ofrecen alternativas a la eliminación de la vida y que "si se reconoce el derecho al aborto también se ha de reconocer la libertad de expresión".

Maria José Atienza·30 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 7 minutos

Mons. Luis Argüello ha respondido a las preguntas sobre la opinión de la Iglesia acerca de la iniciativa que pretende penar la presencia de grupos de rescatadores en los alrededores de las clínicas donde se practican abortos. Ha sido durante la rueda de prensa en la que se ha informado de los trabajos de la Comisión Permanente que se ha reunido en Madrid los días 28 y 29 de septiembre.

Argüello ha destacado que «lo verdadero preocupante es que se consideres progreso el interrumpir el progreso de una vida humana» y ha recordado que estos grupos «rezar y ofrecen alternativas de ayuda para evitar la eliminación de una vida humana». Asimismo se ha referido a la «significativa experiencia de personas que cambian su decisión de abortar» gracias a la ayuda de estas personas y que salvan, de este modo, una vida que, como ha recordado «no es un tema de fe, sino de ciencia que nos dice que ahí hay un ser humano nuevo, con un ADN propio y con unas capacidades de desarrollarse que llegarán a formar a esa vida que ya es».

«¿Cómo no considerar especie protegida la vida humana?» se ha preguntado el Secretario General de los obispos españoles que ha querido poner el acento en la paradoja de considerar progresista salvar «el lobo o los huevos de una cigüeña» y no proteger, con el mismo respeto, la vida humana.

Pasos positivos en la prevención de abusos en la Iglesia

Otro de los temas de los que el portavoz de la Conferencia Episcopal Española ha hablado en esta Rueda de prensa ha sido la reunión mantenida en la sede de la CEE con los responsables de las Oficinas de Prevención de Abusos en las distintas diócesis. Argüello se ha mostrado muy satisfecho con el progreso y el trabajo que estas oficinas están realizando en las distintas diócesis españolas.

Asimismo, ha vuelto a recordar que las denuncias son mínimas; si bien «en algunas de las oficinas se han recibido noticias de hechos pasados. Personas que querían, sobre todo, ser escuchados e incidir en la necesidad de caminos de prevención y formación en la Iglesia» para evitar la repetición de sucesos similares. Además ha manifestado que algunas de estas oficinas han recibido a personas «que no tienen que ver con abusos cometidos por eclesiásticos sino en otros ámbitos. La Iglesia renueva su compromiso de querer responder de sus propios hechos, disponerse para el futuro y ofrecer su experiencia  para ofrecer el servicio al resto de la sociedad y poder juntos avanzar en la eliminación de esta lacra».  

Argüello se ha referido a la posible creación de un servicio de apoyo a las oficinas diocesanas desde la Conferencia Episcopal. En este sentido, ha destacado que las necesidades planteadas por las oficinas diocesanas se centran, sobre todo, en la «formación, la atención a las víctimas y también en algunos aspectos jurídicos». Asimismo ha destacado su deseo de «ayudar a la coordinación de las oficinas diocesanas con las congregaciones religiosas y colaborar con fundaciones y asociaciones que se mueven en este ámbito».

La Religión en la LOMLOE

La posición de la asignatura de Religión en el nuevo currículo escolar ha sido otro de los temas abordados por los periodistas, tras la reunión mantenida por la nueva Ministra de Educación y representantes de la Conferencia Episcopal Española.

En este sentido, Argüello ha reafirmado la voluntad de diálogo de la Iglesia con respecto a la situación, no sólo de la asignatura de Religión en el currículo, sino la concepción antropológica que subyace en toda ley educativa. En este sentido ha recordado que «es muy difícil educar si no se parte de una concepción de la persona, de lo que es y de lo que está llamado a ser. Evidentemente en la sociedad actual hay una pluralidad de concepciones antropológicas» y lo que piden, desde la Iglesia y multitud de sectores educativos es  «la libertad de los padres para que la enseñanza antropológica moral y religiosa que se dé a sus hijos sea conforme a sus propios principios» 


Nota de Prensa de la Comisión Permanente

Solidaridad en el dolor con los habitantes de La Palma. Nota

Los Obispos reunidos en la Comisión Permanente de la CEE queremos expresar nuestra cercanía a los habitantes de La Palma y a todos los canarios. De manera especial, manifestamos nuestra solidaridad en el dolor con las numerosas personas que han perdido techo, tierra y trabajo.

Deseamos también instar y apoyar todas las iniciativas de las autoridades locales, autonómicas y estatales en orden a la reconstrucción de todo lo que está siendo destruido por la erupción volcánica.

La Iglesia española, unida más que nunca a la diócesis nivariense, está ya ofreciendo a través de Cáritas ayuda personal y material y quiere manifestar su compromiso de seguir haciéndolo en los próximos meses.

Muchas familias han perdido gran parte de bienes que les vinculaban a su historia personal y local, viven en una angustiosa incertidumbre sobre su futuro y pisan “tierras movedizas” en el presente. La comunidad cristiana puede y quiere ofrecer el vínculo de la fe compartida, la esperanza que alienta a recomenzar y caminar de nuevo y la ayuda fraterna para sostener, consolar y acompañar en este momento dramático para tantos palmeros. Pedimos a la Virgen de las Nieves y al arcángel San Miguel, patrono de La Palma que protejan e intercedan por todos los habitantes de esta querida isla canaria.

Información sobre el proceso sinodal

Uno de los temas que se han tratado en la reunión de la Permanente ha sido la puesta en marcha en la Iglesia en España del proceso sinodal que concluirá con la próxima Asamblea del Sínodo de los Obispos y que tiene como tema “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”. Esta Asamblea sinodal tendrá lugar en Roma en octubre de 2023, pero el papa Francisco ha propuesto trabajar hasta esa fecha con dos fases previas: una en las diócesis y otra a nivel continental.

La Fase diocesana dará comienzo en cada diócesis el fin de semana del 16 y 17 de octubre de 2021, una semana después de la apertura en Roma de este camino sinodal, a cargo del Santo Padre.

La Conferencia Episcopal Española servirá a este proceso en las diócesis con la creación de un equipo sinodal, que el pasado 16 de septiembre mantuvo ya su primer encuentro. El arzobispo emérito de Zaragoza, Mons. Vicente Jiménez Zamora, ha recibido el encargo de coordinar los trabajos de este equipo que apoyará a las diócesis españolas en esta primera fase.

Mons. Jiménez Zamora ha trasladado a la Permanente la importancia de llegar con este proceso a escuchar a todos los que forman la Iglesia, en cualquier lugar y condición que se encuentren. Asimismo, ha constatado el empuje que está teniendo lugar en las diócesis, el deseo de implicarse y de hacer llegar el Sínodo a cada parroquia, a cada comunidad en este tiempo previsto por el papa Francisco para dar voz y escuchar a todo el Pueblo de Dios.

Reunión de las Oficinas de protección de menores y prevención de abusos

El secretario general de la CEE, Mons. Luis Argüello, ha informado de la primera reunión de las Oficinas diocesanas o provinciales de protección de menores y prevención de abusos, que se celebró en Madrid el pasado 15 de septiembre. Este encuentro, de carácter técnico, ha tenido lugar tras la creación, en la Plenaria de abril, de un servicio de asesoramiento en la CEE para estas oficinas. 

La reunión se celebró en un ambiente eclesial profundo, de comunión, participación y misión. Se vislumbró la necesidad cada vez más amplia de acoger a todo tipo de personas que solicitan ayuda por abusos que han tenido lugar en otros ámbitos.

La Comisión Permanente ha estudiado la formación de un equipo de personas en la Conferencia que pueda ayudar y prestar los servicios que se demanden por parte de las oficinas diocesanas.

Celebración del Encuentro Mundial de las Familias, en el marco del año de la familia

Mons. Carlos Escribano ha informado sobre el desarrollo del año “Familia Amoris Laetitia”, convocado por el Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida a iniciativa del papa Francisco.

Este año que la Iglesia decida de manera especial a las familias se abrió el pasado 19 de marzo y se cerrará en Roma con el Encuentro Mundial de las Familias (22-26 de junio de 2022) que se centrará en el tema, “El amor familiar: vocación y camino de santidad”. A la vista de las dificultades para llegar a Roma y poder participar en este encuentro, se ha acogido la invitación de la Santa Sede para celebrar este Encuentro también en cada diócesis y con la posibilidad de organizar un Encuentro de ámbito nacional.

La CEE se suma a esta celebración y ha programado una semana del matrimonio que tendrá lugar a mediados de febrero de 2022. Además, la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la vida edita cada mes unos materiales para vivir esta propuesta del papa Francisco en Familia.

Por otra parte, Mons. Escribano ha presentado también un borrador del documento “Orientaciones para la pastoral de las personas mayores en el contexto actual”. Tras su estudio por la Comisión Permanente, el texto pasará a la Plenaria de noviembre.

En la redacción de este documento, según se acordó en la Plenaria de abril, trabaja un equipo coordinado por la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la vida. Forman parte, la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social; el departamento de Pastoral de la salud; CONFER; Fundación LARES; y el movimiento Vida Ascendente.

Puesta en marcha de la Oficina de proyectos y estudios

El obispo de Ávila, Mons. José María Gil Tamayo, ha presentado un proyecto para la puesta en marcha de un Comité de Estudios y Proyectos de la CEE. La creación de este Comité es una de las actividades previstas en el plan de acción de las orientaciones pastorales “Fieles al envío misionero”, presentado recientemente, que se aprobó en la Plenaria de abril de 2021.

La propuesta presentada, tras ser enriquecida en el diálogo de la Permanente, se presentará en la Plenaria de noviembre.

Otras informaciones

Los obispos españoles peregrinarán a Santiago de Compostela el próximo 19 de noviembre, último día de la Asamblea Plenaria, con motivo del Año Jubilar Compostelano.

También han conocido los miembros de la Permanente los preparativos de la Visita Ad Limina Apostolorum del episcopado español. En esta ocasión se hará en cuatro grupos, entre diciembre de 2021 y enero de 2022, distribuidos por provincias eclesiásticas.

Además, la Comisión Permanente ha revisado, antes de su paso a la Plenaria, las modificaciones de los reglamentos de la Conferencia Episcopal Española.

En el capítulo económico, se ha dado el visto bueno, también para su aprobación en la Plenaria, a la propuesta de constitución y distribución del Fondo Común Interdiocesano para el año 2022 y a los presupuestos para el año 2022 de la Conferencia Episcopal Española y de los organismos que de ella dependen.

La Comisión Permanente ha aprobado el temario de la próxima Asamblea Plenaria que tendrá lugar del 15 al 19 de noviembre. También han dialogado sobre diversos asuntos de seguimiento y han recibido información sobre el estado actual de Ábside (TRECE y COPE).

Nombramientos

La Comisión Permanente ha realizado los siguientes nombramientos:

  • Francisco Romero Galván, sacerdote de la archidiócesis de Mérida-Badajoz, como director del secretariado de la Comisión Episcopal para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado.
  • Francisco Juan Martínez Rojas, sacerdote de la diócesis de Jaén, presidente de la Asociación de Archiveros de la Iglesia en España.
  • María Dolores Megina Navarro, laica de la diócesis de Jaén, como presidenta general de la “Hermandad Obrera de Acción Católica” (HOAC).
  • Juan Antonio de la Purificación Muñoz, laico de la archidiócesis de Madrid, como presidente de la Asociación “PROMOCIÓN EKUMENE” de la Obra Misionera Ekumene.
  • Rosario del Carmen Cases Aldeguer, laica de la diócesis de Albacete, reelegida presidenta de la “Asociación OBRA MISIONERA EKUMENE”.

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Ecología integral

Construir en común

El reciente inicio de un nuevo curso nos presenta una ocasión para afrontar nuevos retos, para construir en común mirando más allá de los propios intereses ideológicos, políticos o pastorales.

Jaime Gutiérrez Villanueva·30 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Hemos comenzado un nuevo curso. Momento de afrontar nuevos retos, de programar y organizar. Ocasión privilegiada para construir en común mirando más allá de los propios intereses ideológicos, políticos o pastorales. El auténtico diálogo, nos recuerda el Papa Francisco en la Fratelli Tutti,  supone la capacidad de respetar el punto de vista del otro aceptando la posibilidad de que encierre convicciones o intereses legítimos. Desde su identidad, el otro tiene algo para aportar, y es deseable que profundice y exponga su propia posición para que el debate sea más completo todavía.

Es cierto que cuando una persona o un grupo es coherente con lo que piensa, desarrolla un pensamiento y unas convicciones y eso de un modo o de otro beneficia a la sociedad. Pero esto sólo ocurre realmente en la medida en que se realiza en diálogo y apertura a los otros, desarrollando la capacidad de comprender lo que el otro dice y hace, aunque no pueda asumirlo como una convicción propia. Las diferencias son creativas, crean tensión y en la resolución de una tensión está el progreso de todos, trabajando y luchando juntos.

En este mundo globalizado, los medios de comunicación pueden ayudar a que nos sintamos más cercanos los unos de los otros, a que percibamos un renovado sentido de unidad de la familia humana que nos impulse a la solidaridad y al compromiso serio por una vida más digna para todos. Internet puede ofrecer mayores posibilidades de encuentro y de solidaridad entre todos; y esto es algo bueno, es un don de Dios. Pero es necesario verificar constantemente que las actuales formas de comunicación nos orienten efectivamente al encuentro generoso, a la búsqueda sincera de la verdad íntegra, al servicio, a la cercanía con los últimos, a la tarea de construir el bien común. 

El Papa Francisco nos recuerda constantemente que la vida es el arte del encuentro, aunque haya tanto desencuentro por la vida. Nos invita de forma reiterada a desarrollar una cultura del encuentro, que vaya más allá de las dialécticas que enfrentan. Es un estilo de vida tendente a conformar ese poliedro que tiene muchas facetas, muchísimos lados, pero todos formando una unidad cargada de matices, ya que el todo es superior a la parte.

El poliedro representa una sociedad o una comunidad donde las diferencias conviven complementándose, enriqueciéndose e iluminándose recíprocamente, aunque esto implique discusiones y tensiones. Porque de todos se puede aprender algo, nadie es inservible, nadie es prescindible. Esto implica incluir a las periferias. Quien está en ellas tiene otro punto de vista, ve aspectos de la realidad que no se reconocen desde los centros de poder donde se toman las decisiones.Un nuevo curso para crecer en la cultura del encuentro con el que piensa diferente y con el que estoy llamado a construir en común. Hermoso reto pastoral y político.

Vaticano

El Papa Francisco: «A ti Señor la gloria, a nosotros la vergüenza»

Rome Reports·30 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

El Papa se mostró especialmente entristecido al conocer el informe sobre abusos en la Iglesia católica en Francia en los últimos 70 años. Francisco ha pedido perdón a las víctimas y ha rogado a Dios el fin de estas conductas.


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Vaticano

«La luz de la fe nos hace ver la misericordia de Dios»

El Santo Padre ha centrado la catequesis de la audiencia de este miércoles en la doctrina de la "justificación", de la que habla san Pablo en la Carta a los Gálatas, recordando que la justificación viene de la fe en Cristo.

David Fernández Alonso·29 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco ha reflexionado en la catequesis de este miércoles 29 de septiembre sobre el concepto de la justificación. «En nuestro recorrido para comprender mejor la enseñanza de San Pablo, nos encontramos hoy con un tema difícil pero importante, el de la justificación. Se ha discutido mucho sobre este argumento para encontrar la interpretación más coherente con el pensamiento del apóstol y, como sucede a menudo, se ha llegado también a contraponer las posiciones. En la Carta a los Gálatas, como también en la de los Romanos, Pablo insiste en el hecho de que la justificación viene de la fe en Cristo».

«¿Qué se esconde detrás de la palabra “justificación” que es tan decisiva para la fe? No es fácil llegar a una definición exhaustiva, pero en el conjunto del pensamiento de San Pablo se puede decir sencillamente que la justificación es la consecuencia de la «iniciativa misericordiosa de Dios que otorga el perdón» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1990). Dios, de hecho, a través de la muerte de Jesús, ha destruido el pecado y nos ha donado de forma definitiva el perdón y la salvación. Así justificados, los pecadores son acogidos por Dios y reconciliados en Él. Es como un regreso a la relación original entre el Creador y la criatura, antes de que interviniera la desobediencia del pecado. La justificación que Dios realiza, por tanto, nos permite recuperar la inocencia perdida con el pecado. ¿Cómo ocurre la justificación? Responder a esta pregunta equivale a descubrir otra novedad de la enseñanza de San Pablo: que la justificación ocurre por gracia».

«El apóstol», explica el Pontífice, «siempre tiene presente la experiencia que cambió su vida: el encuentro con Jesús resucitado en el camino a Damasco. Pablo había sido un hombre orgulloso, religioso y celante, convencido de que en la escrupulosa observancia de los preceptos estaba la justicia. Ahora, sin embargo, ha sido conquistado por Cristo, y la fe en Él lo ha transformado en lo profundo, permitiéndole descubrir una verdad hasta ahora escondida: no somos nosotros con nuestros esfuerzos que nos volvemos justos, sino que es Cristo con su gracia quien nos hace justos. Entonces Pablo, para tener una plena conciencia del misterio de Jesús, está dispuesto a renunciar a todo en lo que antes era rico (cfr Fil 3,7), porque ha descubierto que solo la gracia de Dios lo ha salvado».

Francisco asegura que «la fe tiene para el apóstol un valor global». «Toca», dice, «cada momento y cada aspecto de la vida del creyente: desde el bautismo hasta la partida de este mundo, todo está impregnado de la fe en la muerte y en la resurrección de Jesús, que dona la salvación. La justificación por fe subraya la prioridad de la gracia, que Dios ofrece a los que creen en su Hijo sin distinción alguna».

«No debemos concluir, por tanto, que para Pablo la Ley mosaica ya no tenga valor; esta, de hecho, permanece un don irrevocable de Dios, es -escribe el apóstol- «santa» (Rm 7,12). También para nuestra vida espiritual es esencial cumplir los mandamientos, pero tampoco en esto podemos contar con nuestras fuerzas: es fundamental la gracia de Dios que recibimos en Cristo. De Él recibimos ese amor gratuito que nos permite, a su vez, amar de forma concreta».

En este contexto, dice el Santo Padre, «está bien recordar también la enseñanza que proviene del apóstol Santiago, quien escribe: «Ya veis como el hombre es justificado por las obras y no por la fe solamente. […] Porque así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta» (Gc 2,24.26). Así las palabras de Santiago integran la enseñanza de Pablo. Para ambos, por tanto, la respuesta de la fe exige ser activos en el amor por Dios y en el amor por el prójimo».

El Papa ha concluido la catequesis diciendo que «la justificación nos introduce en la larga historia de la salvación, que muestra la justicia de Dios: frente a nuestras continuas caídas y a nuestras insuficiencias, Él no se ha resignado, sino que ha querido hacernos justos y lo ha hecho por gracia, a través del don de Jesucristo, de su muerte y resurrección. Así, la luz de la fe nos permite reconocer cuánto es infinita la misericordia de Dios, la gracia que obra por nuestro bien. Pero la misma luz nos hace también ver la responsabilidad que se nos ha encomendado para colaborar con Dios en su obra de salvación. La fuerza de la gracia tiene que combinarse con nuestras obras de misericordia, que somos llamados a vivir para testimoniar qué grande es el amor de Dios».

Zoom

México celebra el bicentenario de su independencia

Dos mujeres a caballo participan en el tradicional desfile militar con motivo del bicentenario de la Independencia de México en la plaza del Zócalo de Ciudad de México, el 16 de septiembre de 2021.

David Fernández Alonso·29 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto
España

«Tenemos que tener creatividad para llegar a los de fuera de la Iglesia»

Lograr la participación y escuchar a todos los católicos, también a quienes no tienen una pertenencia activa a la Iglesia o incluso no forman parte de ella. Este es el objetivo de la fase inicial del Sínodo que comenzará de manera oficial en las diócesis el 17 de octubre.

Maria José Atienza·29 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Mons. Vicente Jiménez Zamora, arzobispo emérito de Zaragoza, ha compartido un encuentro con los periodistas en la sede de la Conferencia Episcopal Española en el que ha compartido los primeros pasos que se están dando en nuestro país para la celebración dl próximo sínodo de los Obispos  que lleva por título “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión” y que tendrá lugar en Roma en 2023.

«La Iglesia es sinodal en su ADN»

El obispo encargado de coordinar el Sínodo en la CEE ha recordado que “la Iglesia es sinodal desde su nacimiento, está en su ADN y lo vemos especialmente en los primeros pasos de la Iglesia”. Asimismo, ha destacado que este proceso es “un camino de escucha y participación que el final, volverá de nuevo a las Iglesias particulares”. En este caso, ha subrayado, el Papa le ha dado “una modalidad, que es que este Sínodo no es solo de los obispos, una reunión puntual en Roma, sino se trata un proceso que comienza en las diócesis de todo el mundo con la participación de todos”. Una participación de “pirámide invertida” para la que se pretende incluir a las parroquias, a través de sus consejos, fieles…etc., que enlacen con equipos diocesanos encargados de esta misión y que serán los que, a su vez, tengan contacto con el equipo formado en la Conferencia Episcopal a estos efectos.

Mons. Vicente Jiménez Zamora ha admitido que no es un camino fácil. Por una parte, “hay diócesis ya han realizado sínodos diocesanos y conocen estos mecanismos de escucha y participación, en otras se han realizado los planes pastorales a través del diálogo con diversos grupos, pero no todas tienen este sistema sinodal igualmente aprendido”. Para dar a conocer este proceso están previstas acciones de comunicación como trípticos, video informativos, campañas… etc., que ayuden a crear lo que ha llamado “una cultura de sínodo”.

“Lo importante es que entremos en este camino juntos, con todos y también con quienes no forman parte de la Iglesia”, ha subrayado en varias ocasiones el arzobispo emérito de Zaragoza que ha destacado además que el sínodo “no es un asamblerismo popular sino que es tomar el pulso a cómo se siente la Iglesia y cómo quiere caminar con otros”. “El método es la escucha y la finalidad es discernir que tiene que dar la Iglesia al mundo y a la sociedad”, ha afirmado.

Un temario adecuado para quienes no forman parte de la Iglesia

Uno de los objetivos de este camino sinodal impulsado por el Papa Francisco es conocer las inquietudes y opiniones sobre la Iglesia de aquellos que no forman parte de ella. Un reto nada fácil, como ha admitido Mons. Vicente Jiménez Zamora, “las instituciones o los caminos en las diócesis más o menos los tenemos claros, pero llegar a los de fuera, a quienes no son parte de la Iglesia requiere creatividad. Tenemos algunos cauces ya abiertos, a través de la pastoral obrera o penitenciaria, pero no podemos quedarnos ahí. Además, hemos de hacer un proceso de escucha, de diálogo, no de discusión…”.

En esta línea ha querido subrayar que en los núcleos temáticos que se han preparado “no se ha evitado ninguna cuestión, cuanto más aflore todo, mejor. No hay que tener miedo y dar la palabra a todos, porque también los de fuera nos evangelizan. Lo vemos en el Evangelio con ejemplos como la cananea o el centurión” y ha admitido que quizás «haya que preparar otros temas para quienes no forman parte de la Iglesia, porque los lenguajes son distintos y hemos de crear puentes».

Evitar la autorreferencialidad, que es una tentación muy fácil, es uno de los objetivos clave de este sínodo en el que, como ha destacado Mons. Jiménez Zamora, «no sabemos qué va a salir».

El equipo sinodal

Mons. Vicente Jiménez Zamora preside el equipo sinodal que se ha creado en la CEE para servir de enlace tanto con la Santa Sede, a través de Mons. Luis Marín, como con las diócesis españolas y el Arzobispado Castrense y, durante estos días en los que se reúnen los obispos de la Comisión permanente, es el encargado de informar de este proceso a los prelados.

Jiménez Zamora ha destacado la variedad del equipo formado en la CEE para coordinar las tareas del camino sinodal en España. El equipo, además de él como presidente, está formado por Mons. Luis Argüello, Secretario general de la CEE; Isaac Martín, laico de la diócesis de Toledo; Olalla Rodríguez, laica de la Renovación carismática católica; Dolores García, presidenta del Foro de Laicos; Luis Manuel Romero, sacerdote, director de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y vida; María José Tuñón ACI, religiosa, directora de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada; y Josetxo Vera, director de la Comisión Episcopal para las Comunicaciones Sociales.

Lecturas del domingo

Comentario a las lecturas del domingo XXVII del tiempo ordinario (B)

Andrea Mardegan comenta las lecturas del XXVII domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan / Luis Herrera·29 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Los fariseos se acercan a Jesús y le preguntan si es lícito al marido repudiar a la mujer. Ellos mismos podrían haber respondido: “Toda la tradición dice que está permitido en algunos casos repudiar a la mujer, y los rabinos discuten las causas que hacen permisible este gesto, desde unas tortillas quemadas hasta el adulterio”. Pero le preguntan a él, que siempre defiende a los más débiles y por tanto a las repudiadas, y quieren ponerlo en contra de la ley. Jesús responde con una pregunta: “¿Qué os mandó Moisés?” (a vosotros). Hablando así se pone por encima de la ley. Podrían contestar: Moisés (le atribuían todos los libros del Pentateuco) nos ordenó “el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne”. O bien: con las tablas de la ley nos ordenó:

“No cometas adulterio”, “no desees la mujer de los demás”. En cambio, van a lo que les interesa, a lo que Moisés “permitió”. Hablan de permisos legales, pero Jesús los lleva a mirar la dureza de sus corazones, el verdadero problema. Y les hace volver al principio, a lo que Dios a través de Moisés les ordenó.

Más que una orden, fue una alegría para Dios, un genial remedio para la soledad del hombre, que no podía encontrar a la compañía adecuada en cualquiera de los demás seres de la tierra. El Génesis habla como si Dios se diera cuenta, en medio de su trabajo de creación, que al hombre no le bastan las criaturas inferiores, y ni siquiera solo Dios, para desarrollar relaciones que lo realicen como hombre. Necesita un ser semejante a él, que ponga ante sus ojos y su corazón una imagen de Dios tangible y encarnada en la humanidad. Y Dios crea a la mujer, su obra maestra. Los dos se entienden y se regocijan. La necesidad de relación es mutua. “Se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne”. Giotto, en Padua, pinta el beso y el abrazo de Joaquín y Ana en la Puerta Dorada, después de que el ángel, según el Protoevangelio de Santiago, les hubiera revelado que Ana ya estaba embarazada de la semilla de Joaquín y esperaba una niña. Mirando la unión de los dos rostros de los padres de María, se ven solo dos ojos, una nariz, una boca: una sola carne.

“El hombre no separe lo que Dios ha unido”. Dios une, el diablo divide. A veces, incluso el hombre divide por la dureza de su corazón. Jesús quiere que las flaquezas de los dos se conviertan en ocasión de compasión, misericordia, perdón, dulzura de corazón. Como hizo con la adúltera. Le presentan niños para que los toque, y los discípulos de corazón duro los regañan. En cambio, los niños tienen un corazón tierno y muestran a sus padres el camino para perseverar en el matrimonio: ser como ellos. Jesús los abraza y los bendice.

La homilía sobre las lecturas del domingo XXVII

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

El autorAndrea Mardegan / Luis Herrera

España

“La política no se entiende a veces como servicio y es invasiva”

“Hay que limitar malos usos políticos y los impuestos en la factura eléctrica”, señala en esta entrevista Manuel Bustos, director del Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala. “En el núcleo de la vida cristiana, del cristianismo”, añade, “está la autoridad como servicio, la política como servicio, la atención a los más necesitados”.

Rafael Miner·29 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 7 minutos

Hace unas semanas, el Secretario de Estado de la Santa Sede, cardenal Pietro Parolin, visitó la Universidad CEU San Pablo, y entre otras cosas, pidió a los políticos un testimonio personal.

La acción política, a su juicio, debería incluir “una dimensión antropológica fundada, que pone en el centro la persona” y reconocer el valor de la justicia como “regulador social”. Además, solicitó que la autoridad no se ejerza con “una visión personal, partidista o nacional”, sino con “un sistema organizado de personas e ideas compartidas y posibles” en busca del bien común.

Sus palabras se produjeron en el marco del II Encuentro Internacional de Políticos Católicos, convocado por el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, y la Academia Latinoamericana de Líderes Católicos, con el apoyo de la Fundación Konrad Adenauer.

Para comentar estas ideas, y sucesos de actualidad de la vida política, desde un prisma de la doctrina social de la Iglesia, Omnes ha entrevistado al catedrático Manuel Bustos, director del Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala. El profesor Bustos considera que los “precios abusivos” de la luz son “un problema social”.

El cardenal Parolin subrayó hace unos días que corresponde a los políticos católicos identificar “las aplicaciones posibles y concretas de la amistad social y de la cultura del encuentro”; y, aún más decisivamente, comprender que “se trata de dos componentes que se transmiten por medio de comportamientos individuales”, es decir, del testimonio personal. ¿Podría concretar algo más esta idea, desde su punto de vista?

Manuel Bustos

Poner en el centro la persona y el valor de la justicia qué duda cabe que son valores no solamente cristianos sino compartidos por buena parte de nuestra civilización, por nuestra cultura occidental, incluso fuera de ella. Ciertamente son importantes. El problema es que la política tiene sus propias reglas de juego, que a veces son incompatibles con ese testimonio, con ese convencimiento personal, y terminan chocando con las estructuras de los partidos, que están concebidas fundamentalmente para ganarle al otro la partida, y al contrario. Es decir, no están tanto en función del bien común, aunque todos se apunten a esa idea del bien común  (quién va a estar en contra de eso?). Pero luego el propio sistema tiene unas carencias, que no han sido subsanadas.

Y una de esas carencias es que tienes que valerte de una serie de elementos para poder derrotar al contrincante, con el fin de llegar alguna vez a gobernar. Y eso pasa a veces por contravalores como son la mentira, o que el otro lleva razón, porque es una cosa buena para el bien común, y tienes que hacer oposición y decirle que no y argumentar lo contrario. Y está eso que denunció Maquiavelo, que a veces para alcanzar el poder hay que valerse de una serie de medios que no son muy lícitos, pero que se utilizan…, quizá disimuladamente, pero se utilizan.

¿Cómo sintetizaría su postura?

En resumen, de acuerdo por supuesto con lo que dice el cardenal. Ojalá se pusiera en el centro la persona, la justicia como regulador social… Pero luego, o cambiamos, o purificamos el sistema político que tenemos, o la cosa es bastante difícil. Y todos aquellos que quieren dar testimonio, se terminan enfrentando con el propio partido. Existen unas consignas, unas cosas que si no las sigues, corres el riesgo de ser marginando en el propio partido. A lo mejor no te echan, pero sabes que no vas a lograr ningún puesto. Eso hace que la gente se pliegue al final a las grandes líneas que marca el partido, o el líder, porque las líneas son a veces variables.

Entre los aspectos de la doctrina social de la Iglesia, ¿En qué punto podría concretarse mejor la autoridad, o el poder, como servicio a los demás, tal como está recordando el Papa Francisco?

En realidad, eso está en el núcleo de la vida cristiana, del cristianismo. Es la autoridad como servicio, la política como servicio, el poder al servicio del bien común, El otro día precisamente en el evangelio de la Misa, salía la autoridad como servicio, cuando Jesús pregunta a los discípulos qué estabais comentando ente vosotros, quién era el más importante, antes de que tuviera lugar lo que vino después.

Jesús hace ahí un discurso para toda la humanidad, sobre cómo debe entender eso el hombre, y por supuesto el cristiano, el seguidor de Cristo, como un servicio, no como algo de lo que me valgo para utilizarlo en función de mis intereses, de los intereses del partido, etc. La autoridad debe estar al servicio de los que más lo necesiten, porque están más necesitados. Esto está presente en toda la doctrina social de la Iglesia, al hablar del papel que tiene el Estado, el papel de la subsidiaridad, el protagonismo que tiene que tener la sociedad para que el Estado no absorba totalmente todas las iniciativas. Es algo que está en el fundamento.

La misma doctrina social de la Iglesia nace precisamente como un servicio a los hombres, a la humanidad, para que no se vuelva en contra del propio hombre, sobre el más débil. Al principio se habla de los obreros, y surge la primera gran encíclica de la doctrina social de la Iglesia, con León XIII, en plena revolución industrial, y luego se va extendiendo a mucha más gente, a otros sectores de la población, a medida que va progresando la doctrina social de la Iglesia. Está en la doctrina de todos los Papas, está en Fratelli tutti, porque es una de las últimas, está en Juan Pablo II, en Benedicto XVI, todos insisten en ello. Hay una continuidad en este tema. Es algo nuclear.

El Papa habla en Fratelli tutti (n. 166) de “una cultura individualista e ingenua ante los intereses económicos desenfrenados y la organización de las sociedades al servicio de los que ya tienen demasiado poder”. ¿Qué puede estar fallando para que un servicio tan elemental como la energía eléctrica, de primera necesidad, dispare su precio para las familias? ¿Le parece justo el sistema denominado de “puertas giratorias”? También sucede con la judicatura.

Esto es una manifestación más de lo que venimos diciendo. Que la política no se entiende a veces como un servicio al bien común, de carácter temporal, porque uno se puede perpetuar en el mismo cargo político, sin que los cargos tengan una duración limitada. Es una muestra de que en lugar de ser eso, es decir, estar trabajando unos años en el puesto que me haya tocado, quiero perpetuarme no ya en la política, sino en las retribuciones, en tener un cargo de importancia, y llegan las puertas giratorias que llevan a los consejos de administración, etcétera. Esto es muy frecuente en numerosas empresas. Igual que pasa con la judicatura, en efecto. Son malos usos. Se debe estar para servir el tiempo que sea necesario o que está estipulado.

Y luego hay que volver a la profesión de cada uno. No se puede uno aprovechar de la política para seguir viviendo bien con un buen sueldo el resto de la vida. Tendrán derecho a una cierta jubilación, obviamente, el día de mañana, por el ejercicio que han tenido en estos años, pero no puedo ya volver a ser juez, y luego vuelvo a la política, y cuando la política se me acabe sigo estando ahí… En el caso de los jueces es más problemático, porque se requiere una neutralidad mayor.

¿En cuanto al recibo eléctrico?

En el caso de las eléctricas, se están rozando unos precios pienso que abusivos. Es cierto que tenemos un déficit de energía, y hay que subsanarlo con electricidad, porque las renovables no han dado de sí todo lo que deberían… La energía nuclear no la queremos, la compramos fuera, ¿y qué ocurre? Que la electricidad sube enormemente. Y como todos sabemos, hay una parte de impuestos y de gravámenes que encarecen todavía más el producto. Esto sí se puede hacer por ley. Tanto lo anterior, como esto de las eléctricas, esto sí se puede hacer por ley, que limiten los impuestos en un caso, lo de los jueces y los políticos, también, pero en el fondo todos tienen intereses, y es imposible poderlo hacer. Pero esto sí se podría hacer por ley. Otras cosas que hemos mencionado son más complicadas, porque dependen de la actitud personal, de las creencias, de otros factores, pero en este caso sí se puede hacer por ley. La pregunta es si tienen interés en hacerlo. Tengo mis dudas.

En realidad, las corporaciones profesionales y otros estamentos de la sociedad civil se han quedado muy pequeñitos en comparación con la potencia del poder político en general, no me refiero a un partido en concreto. ¿Cómo lo ve?

Sí. Tiende a invadirlo todo. Ya estamos viendo estas leyes que tienen componentes morales muy fuertes. La ley de eutanasia, la última, la ley de educación, etcétera. Se hacen en función de unos intereses y unos criterios que dejan fuera a mucha gente que no comparte esas ideas y que son sensibles a una moral que esa ley rechaza de alguna manera.

Y luego está el problema social de estas subidas en el tema eléctrico y estas cosas de la que hemos hablado. Los que tenemos unos sueldos más normales, y no digamos los que tienen retribuciones por encima de lo normal, les puede afectar, pero relativamente, las subidas de precio. Pero hay personas para las que el 30 por ciento del sueldo, o el 20 por ciento, es el pago de la luz o de ciertos servicios, eso hace mucho daño. Esa gente necesita que se mire por ellas.

Finalmente, el cardenal Parolin comentó en la cadena Cope que se puede comparar la situación actual con los primeros siglos de la Iglesia, cuando llegaron los primeros discípulos en una sociedad que no tenía valores cristianos, pero a través del testimonio de las primeras comunidades lograron cambiar la mentalidad e introducir los valores del Evangelio en la sociedad de entonces.

Evidentemente, el testimonio es muy importante, pero hay un punto en el que quizá discreparía un poco. Me refiero a los primeros tiempos de la Iglesia. En esos primeros tiempos había un fondo social y cultural de creencia. Es verdad que no eran cristianos todos, los cristianos eran una minoría, pero había un respeto a la ley de Dios, porque eran judíos, o a los dioses, porque eran romanos. Había un fondo de creencia que hoy no existe. Precisamente el grave problema que tiene nuestra cultura actual es el alejamiento de Dios. Dios no representa dentro de ella un elemento sustancial o fundamental.

Propugnando o predicando una doctrina que acepta ese principio de la existencia de Dios, no llega a mucha gente. Y luego también, como decía un autor (creo que era Pemán, aunque no estoy seguro), el problema del cristianismo (él era creyente), es que ha dejado de ser nuevo para la sociedad actual.

Aunque no lo conozcan, dicen que creen conocerlo: cómo no voy a conocerlo, si hice la Primera Comunión, o tuve catequesis, o di clase de religión… Y se queda con esa idea primitiva o inicial, sin desarrollarla, y ya está. Y cuando vas a hablarle de Cristo, de los fundamentos del cristianismo, te dice: qué me cuentas, si eso ya lo conozco yo.  Es otro problema. El cristianismo en los primeros tiempos era una novedad frente a esa religión muy detallada de los judíos, o al politeísmo romano, pero hoy día estamos en una sociedad en que se han creado iglesias, tenemos un Papa, tenemos sacerdotes, y el cristianismo durante muchos siglos es lo que ha sostenido nuestra cultura. Pero ahora hay esa “sabiduría”, de decir: esto ya me lo sé. La evangelización en esta sociedad postcristiana es difícil.

Vaticano

Los cuadros de San Pedro y San Pablo, visibles en los Museos Vaticanos

Rome Reports·28 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

Los cuadros de los santos Pedro y Pablo, pintados por Fray Bartolomeo y Rafael se pueden ver, después de 500 años en los Museos Vaticanos. Junto a ellos se ven los bocetos y se puede conocer la historia, singular, de estas obras.


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A la cárcel por defender la vida

Ante la propuesta de Ley para blindar las clínicas abortistas y prohibir, con penas de cárcel, la presencia de grupos de rescatadores en sus inmediaciones, nadie debería quedarse indiferente.

28 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La realidad del aborto es una lacra moral en nuestra sociedad. La legalización de la  eliminación de una vida humana es una de esas barreras que hemos cruzado que tiene, a mi juicio, consecuencias impredecibles. Por mucho que le cambien de nombre (interrupción voluntaria del embarazo), por mucho que algunos lo justifiquen (progreso, libertad, emancipación de la  mujer….) la realidad tozuda e inapelable es que el aborto acaba con la vida de un ser humano en las entrañas de su propia madre.

No es extraño que, por ello, en el corazón de la mujer que va a abortar surja un conflicto interno, una lucha de conciencia, cuando entra en la vorágine de la decisión de abortar o de seguir adelante con la vida que ella siente que tiene en su ser.

La voz potente de la mayoría de los medios de comunicación, de las campañas gubernamentales, de incluso muchos de sus amigos y familiares, dirigen sus pasos en una dirección, la que marca el pensamiento único. Y, dicho sea de paso, alrededor del cual se mueve el multimillonario negocio de las clínicas abortistas. Efectivamente muy pocas voces se alzan para decirle a esa mujer que existen otros caminos, que acabar con la vida de ese niño no es la solución. La voz de los rescatadores que rezan en frente de las clínicas abortistas es una de esas débiles voces que la mujer que va a abortar puede oír in extremis,  justo antes del dar el último paso irreversible.

Una voz que se quiere apagar, a la que se le amenaza ahora con la cárcel.

¿Nos damos cuenta del totalitarismo al que estamos llegando? En este, como en otros casos, no se permite ayudar a nadie que esté pasando un trance difícil y que quiera y necesite ese apoyo. Se amenaza con la cárcel a quien preste esa ayuda, simplemente porque va en contra de ese nuevo orden moral que plantea una serie de nuevos derechos humanos, entre los que se encuentra el del aborto.

Simplemente no podemos quedarnos callados. Hemos de alzar la voz y apoyar a aquellos que  siguen luchando por salvar la vida de esos niños y de esas madres hasta ese último momento, a las puertas de las clínicas abortistas.

Su presencia salva vidas. Muchas. Es valentía y conciencia. Es apoyo y respeto a las madres. Y es muy, muy importante. De hecho, si no lo fuese, dudo que el Gobierno de la Nación y todo el imperio económico de las clínicas abortistas hubiesen promovido una ley como esta.

El silencio no es una respuesta válida ni neutra.

El autorJavier Segura

Delegado de enseñanzas en la Diócesis de Getafe desde el curso 2010-2011, ha ejercido con anterioridad este servicio en el Arzobispado de Pamplona y Tudela, durante siete años (2003-2009). En la actualidad compagina esta labor con su dedicación a la pastoral juvenil dirigiendo la Asociación Pública de Fieles 'Milicia de Santa María' y la asociación educativa 'VEN Y VERÁS. EDUCACIÓN', de la que es Presidente.

España

La libertad y la honra. El Cristo de Urda y su basílica menor

El santuario diocesano de Urda, donde se venera el “Cristo de Urda”, cuya imagen fue realizada en 1596, ha sido elevado por el Santo Padre a la dignidad de Basílica. Las fiestas en honor del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz tienen lugar los días 28 y 29 de septiembre.

Juan Alberto Ramírez Avilés·28 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

“Por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida”

(Miguel de Cervantes, El Quijote, LVIII 3).

“En un lugar de La Mancha”…, como empezaría la obra cumbre de nuestra literatura castellana, se levanta el Hospital de la Misericordia, entre viñedos, olivos centenarios y el paisaje dorado y añil donde nacen los Montes de Toledo. Desde hace más de cuatro siglos Urda, pueblo de Toledo y capital de la piedad manchega, lleva siendo meta y casilla de salida de miles de pasos en la búsqueda del Dios que se ha hecho también Peregrino a la búsqueda del hombre.

El pasado 2 de febrero, el Papa Francisco, a través de la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, elevaba a la dignidad de Basílica el secular Santuario Diocesano del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, en Urda. Con jubileo a perpetuidad concedido por san Juan Pablo II el 25 de enero 2005, Urda es el referente en el corazón de las tierras de Castilla de la piedad popular como cauce y camino de una nueva evangelización. 

Un proceso de transformación de un enclave tradicional para la piedad hace de este lugar, en el magnífico entorno de una ecología perfecta para el espíritu, un hospital de sanación donde, tras la búsqueda de Cristo por un camino de peregrinación exterior e interior, se celebra con júbilo su encuentro en el Sacramento del Perdón, en el Pan y la Palabra al llegar a la basílica de Urda.

Una presencia activa en las nuevas redes y ágoras sociales, gracias a un joven equipo de trabajo, han incrementado esa transmisión oral de este lugar como centro espiritual y cultural. Las peregrinaciones anuales organizadas a pie desde diversos puntos de la geografía, con unos nuevos caminos trazados y señalizados, en bicicleta deportiva, incluyendo su paso por la apasionante ruta de Llos Montes de Toledo, a caballo desde la vecina Ciudad Real. Las diversas tandas de Ejercicios, Curso de Retiros y Encuentros de Formación, propiciados para agentes de pastoral y Hermandades y Cofradías, hacen de Urda con su nueva Casa de Retiros anexa a la Basílica un lugar de estudio, trabajo y reflexión sobre el necesario papel de la piedad popular y sus retos en la nueva evangelización. 

Descubrir la fe en un proceso de peregrinación, o redescubrirla en una mayor formación y profundización de la misma, es el objetivo del trabajo programado desde este enclave del corazón de la tierra del Quijote. La escucha y la atención al peregrino, bien en el sacramento de la confesión, bien en el acompañamiento junto a un voluntariado especializado para la acogida y escucha, junto con un cuidado programa de ayuda social que va desde la colaboración en Cáritas o Manos Unidas en distintos proyectos, hasta la creación de ayudas para la investigación del cáncer, hacen que la Basílica de Urda sea no sólo la meta del hombre en Cristo, sino también la parrilla de salida de nuevas iniciativas en la búsqueda de Cristo en el hombre. 

Tras la reciente elevación a la dignidad de Basílica del Santuario de Urda, y con la mirada ya puesta en el próximo Año Santo Jubilar 2024-2025, invitamos a nuestros lectores a encontrar en este lugar de La Mancha un espacio donde, en expresión de Miguel de Cervantes en su Quijote, se trabaje en la armonización por el futuro en la apuesta por la libertad de los hijos de Dios, y en la honra de su dilatada historia desde 1595 al servicio de Cristo y del hombre. Ven tu mismo con los tuyos a descubrirlo. Vive una nueva aventura en la tierra de los gigantes y los molinos. Cristo te espera, Urda te acoge. ¡Ven!

Basílica Santuario de Urda

Las basílicas menores

El Decreto Domus Ecclesiae, de 9-XI-1989, establece las normas para el nombramiento de una iglesia como basílica. Se distingue entre basílicas mayores (San Juan de Letrán, San Pedro del Vaticano, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros) y basílicas menores (todas las demás). 

Para lograr el titulo de basílica menor, la iglesia elevada a dicha dignidad ha de ser un centro ejemplar de actividad litúrgica y pastoral en la diócesis y, además, ha de gozar de cierta resonancia en la misma, ya sea porque haya sido construida y dedicada a Dios con motivo de un acontecimiento histórico religioso o porque custodie una reliquia insigne de una santo o una imagen sagrada de gran veneración.

Entre otras características, las basílicas menores han de contar con dimensiones suficientes para la celebración así como un número conveniente de sacerdotes que puedan garantizar la atención pastoral y el cuidado litúrgico pastoral en dicha basílica.

Para lograr este título, deben presentarse la petición formal del obispo diocesano competente, el nihil Obstat de la conferencia episcopal, información sobre el origen y la vitalidad religiosa del templo: celebraciones, asociaciones de caridad, vivencia de la pastoral…, fotos del templo y la historia religiosa del mismo.

El título de Basílica menor no se trata de un “premio” sino de una valoración de la labor pastoral que se lleva a cabo y que se ha de mantener e incluso acrecentar tras esta concesión. Entre los compromisos que conlleva la obtención del título de basílica menor está el de promover la formación litúrgica de los fieles, especialmente a través de la liturgia y cursos de formación o la promoción de la participación de los fieles y simbolizan, de manera especial, la unión con la sede de Pedro.

Asimismo, los fieles que devotamente visiten la Basílica, y participen en ella en algún rito sagrado o al menos reciten la oración dominical y el símbolo de la fe, bajo las condiciones acostumbradas (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice) pueden obtener Indulgencia Plenaria: 1) el día del aniversario de la dedicación de dicha Basílica; 2) en el día de la celebración litúrgica del titular; 3) en la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo; 4) el día del aniversario de la concesión del título de Basílica; 5) una vez al año en el día que sea determinado por el Ordinario del lugar; y, 6) una vez al año en un día a elegir libremente por cada fiel.

El autorJuan Alberto Ramírez Avilés

Rector de la basílica de Urda

Vaticano

El Papa muestra su cercanía con la isla de La Palma por la erupción del volcán

Durante el rezo del Angelus, el Papa Francisco ha comentado el Evangelio del domingo, llamando a ser personas acogedoras, que no dividen ni juzgan. Además, mostró su apoyo con los afectados por la erupción del volcán de la isla de La Palma.

David Fernández Alonso·27 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco advirtió, durante sus palabras en el rezo del Angelus del domingo, sobre el peligro de dividir y escandalizar a los demás: «El Evangelio de la Liturgia de hoy nos cuenta un breve diálogo entre Jesús y el apóstol Juan, que habla en nombre de todo el grupo de discípulos. Habían visto un hombre que expulsaba demonios en nombre del Señor, pero se lo impidieron porque no formaba parte de su grupo. Jesús, a este punto, les invita a no obstaculizar a quien trabaja por el bien, porque contribuye a realizar el proyecto de Dios (cfr Mc 9,38-41). Luego advierte: en lugar de dividir a las personas en buenos y malos, todos estamos llamados a vigilar nuestro corazón, para no sucumbir al mal y dar escándalo a los demás (cfr vv. 42- 45.47-48)».

«Las palabras de Jesús», asegura Francisco, «desvelan una tentación y ofrecen una exhortación. La tentación es la de la cerrazón. Los discípulos querían impedir una obra de bien solo porque quien la realizaba no pertenecía a su grupo. Piensan que tienen “la exclusiva sobre Jesús” y que son los únicos autorizados a trabajar por el Reino de Dios. Pero así terminan por sentirse predilectos y consideran a los otros como extraños, hasta convertirse en hostiles con ellos. Cada cerrazón, de hecho, hace tener a distancia a quien no piensa como nosotros. Esto – lo sabemos – es la raíz de muchos grandes males de la historia: del absolutismo que a menudo ha generado dictaduras y de muchas violencias hacia quien es diferente».

Afirmó el Santo Padre que «es necesario velar sobre la cerrazón también en la Iglesia. Porque el diablo, que es el divisor – esto significa la palabra “diablo” – siempre insinúa sospechas para dividir y excluir. Tienta con astucia, y puede suceder como a esos discípulos, ¡que llegan a excluir incluso a quien había expulsado al mismo diablo! A veces también nosotros, en vez de ser comunidad humilde y abierta, podemos dar la impresión de ser “los primeros de la clase” y tener a los otros a distancia; en vez de tratar de caminar con todos, podemos exhibir nuestro “carné de creyentes” para juzgar y excluir».

«Pidamos la gracia», prosiguió el Papa, «de superar la tentación de juzgar y de catalogar, y que Dios nos preserve de la mentalidad del “nido”, la de custodiarnos celosamente en el pequeño grupo de quien se considera bueno: el sacerdote con sus fieles, los trabajadores pastorales cerrados entre ellos para que nadie se infiltre, los movimientos y las asociaciones en el propio carisma particular, etc. Todo esto corre el riesgo de hacer de las comunidades cristianas lugares de separación y no de comunión. El Espíritu Santo no quiere cierres; quiere apertura, comunidades acogedoras donde haya sitio para todos».

Concluyendo esas palabras, insistió en la necesidad de cortar cuando encontramos algo que perjudica el alma: «Y después en el Evangelio está la exhortación de Jesús: en vez de juzgar todo y a todos, ¡estemos atentos a nosotros mismos! De hecho, el riesgo es el de ser inflexibles hacia los otros e indulgentes hacia nosotros mismos. Y Jesús nos exhorta a no pactar con el mal con imágenes que impactan: “Si hay algo en ti que es motivo de escándalo, córtatelo!” (cfr vv. 43-48). No dice: “Piensa sobre ello, mejora un poco…”. No: “¡Córtatelo! Jesús es radical, exigente, pero por nuestro bien, como un buen médico. Cada corte, cada poda, es para crecer mejor y llevar fruto en el amor. Preguntémonos entonces: ¿Qué hay en mí que contrasta con el Evangelio? ¿Qué quiere Jesús, en concreto, que corte en mi vida?»

Después del Angelus, además de hacer mención a la Jornada del Migrante y del refugiado, el Papa Francisco se acordó de mostrar su apoyo a la isla de La Palma, que está sufriendo la erupción de un volcán que está causando estragos materiales. «Expreso mi cercanía», afirmó Francisco, «y solidaridad a los afectados por la erupción del volcán en la isla de La Palma, en las Islas Canarias. Pienso especialmente en los que se vieron obligados a abandonar sus hogares».

Familia

«Las mujeres hemos sido miradas con luces de corto alcance»

¿Qué aporta la mujer en la vida de la sociedad, de la Iglesia? ¿Cómo se entiende eso que Juan Pablo II llamaba el genio femenino? Nos aproximamos a este tema, casi inabarcable, de la mano de Natalia Santoro.

Maria José Atienza·27 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

Natalia Santoro reflexiona y profundiza, desde hace años, acerca de la figura y la tarea de la mujer en la sociedad, la familia y la Iglesia. Un tema de gran actualidad y que, como se ha puesto de manifiesto en diferentes ocasiones especialmente por los últimos papas, cobra gran importancia en una sociedad que parece reducir el feminismo a la imposición de la mujer sobre el varón.

– Se habla mucho del «papel» de la mujer en la Iglesia y en la sociedad, pero ¿Es simplemente un papel, un número o una cuota lo que determina la influencia de la mujer en la vida de la Iglesia?

Hablar del “papel de la mujer” es hablar del “por qué” y “para qué” de nuestra existencia como mujeres, es decir: ¿Qué aporta la mujer en el mundo «por el hecho de ser mujer«?

“Te doy gracias, mujer, ¡por el hecho mismo de ser mujer! Con la intuición propia de tu femineidad enriqueces la comprensión del mundo y contribuyes a la plena verdad de las relaciones humanas” decía San Juan Pablo II en la Carta a las mujeres de1995.

Sabemos que la diferencia radical entre hombre y mujer es la sexualidad. Ignorar, anular o disimular las manifestaciones de nuestra feminidad intrínseca es una gran pérdida. Eva significa madre de la humanidad”, y Jesús acaba su vida en la tierra dirigiéndose a la Mujer del cielo en la tierra: María, la Nueva Eva: “Mujer ahí tienes a tu hijo”.

La maternidad es mucho más que el acto de ser madre biológica, es la cualidad esencialmente femenina de la mujer que está impresa en todo su ser, con independencia de temperamentos y caracteres, de funciones y roles. El error es interpretar ser madre con actitudes mujeriles, blandas o buenistas al estilo del ideario femenino de Blanca Nieves o de Cenicienta; y no serlo, con la bruja o la madrastra.

La mujer está llamada también a gobernar la tierra: “Y los bendijo Dios, y les dijo: Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla”. Esta tarea es encomendada igualmente al hombre y a la mujer; por tanto, la presencia de la mujer en todos los ambientes públicos y privados es necesaria. Es más, «no es bueno que el hombre esté sólo», el ser humano, el hombre y la mujer no pueden ser felices excluyéndose mutuamente.

El drama femenino a lo largo de la historia consiste en que las mujeres hemos sido miradas con luces de corto alcance, con una visión que reducía nuestras capacidades personales al ámbito doméstico o a subalternas, sin la consideración que nos es debida, en la misma posición que un hombre, de igual a igual.

La Iglesia como pueblo de Dios se impregna de la cultura de su tiempo, pero también está iluminada para proponer una verdad sobre la mujer, más alta, profunda y revolucionaria desde la misma venida de Jesús.

El Mensaje a las Mujeres (Pablo VI, Clausura del Concilio Vaticano II, 1965) es muy revelador en cuanto a manifestaciones concretas de esa vocación maternal que, en sentido espiritual, tiene mucho que ver con la misericordia y con el cuidado de la fragilidad humana, pero también con la fortaleza, la valentía y la autoridad moral en relación a la vida humana: “Reconciliad a los hombres con la vida. Y, sobre todo, velad, os lo suplicamos, por el porvenir de nuestra especie. Detened la mano del hombre que en un momento de locura intentase destruir la civilización humana”.

Para poder cumplir la misión encomendada por Dios mismo, la mujer necesita ser recibida por el hombre con una mirada limpia e inteligente, para darse cuenta de que su diferencia, junto con los talentos humanos que haya podido desarrollar, es lo que se necesita para completar el deseo de Dios de gobernar el mundo. Ahora bien, esto no será posible en una dinámica de confrontación y de lucha por funciones, cuotas o poderes, sino en una dinámica de confianza y unidad.

–¿Qué aporta eso que san Juan Pablo II llamaba el genio femenino en la Iglesia?

San Juan Pablo II fue coetáneo de los protagonistas de la revolución sexual del 68 y del auge del feminismo; respondió acogiendo a las mujeres, comprendiendo su posición y su rebeldía “no exenta de errores”; reconoció la deuda de la historia con las mujeres, les dio las gracias, a todas y cada una, y dedicó años de su vida a escribir y anunciar la dignidad de la mujer.Denunció todas las inercias sociales contrarias: por ejemplo, la instrumentalización de la mujer como objeto de satisfacción del ego masculino, el artificio en la expresión del amor, la responsabilidad del hombre como cómplice y provocador del aborto, y sobre todo denunció el abuso y violencia sexual contra la mujer.

San Juan Pablo II tuvo la brillantez de acuñar ese nuevo término que tantas mujeres de ahora andamos buscando para superar el feminismo falso que ahoga la feminidad en todas sus manifestaciones: el genio femenino. El Papa de las mujeres contempla la esencia de ser mujer en su versión original, la Nueva Eva, la mujer creada por Dios redimida de toda malicia por adelantado, desde su concepción. María es el genio femenino por excelencia, la mujer trascendente, la mujer eterna. Dios se expresa a sí mismo en la mujer de modo diferente al hombre (por tratar de expresar lo inexplicable).

María es el único modelo para la mujer: en ella se cumple de manera plena su vocación. Es esencialmente madre: todos los dones los recibe por su íntima y entrañable configuración con el Hijo. María es Virgen, la Inmaculada, sin mancha de pecado, llena del Espíritu Santo, llena de alegría y entusiasmo, energía y fuerza. Por ello, en ella se despliega la máxima aspiración de la mujer en este mundo, como madre y como virgen, en íntima unión con Dios.

–Como mujer, como católica trabajando en un sector de “ambiente católico”, ¿echa de menos alguna cuestión?, ¿se sienten igualmente reconocidas?

Con trabajo y paciencia, el reconocimiento llega solo. Creo que la colaboración en paz genera el reconocimiento espontáneo, ver que avanzamos juntos y estamos alegres. Esto no significa dejarse avasallar o no tener la fortaleza de llevar la contraria, o dejar de reclamar lo que nos es debido en conciencia.

¿Existe quizás una politización del concepto de «participación de la mujer» también en la Iglesia?

Trasladar las estructuras organizativas de una empresa o de un Estado al ámbito eclesiástico, desde un punto de vista organizativo, puede ser adecuado. Trasladar estos esquemas funcionales al orden “espiritual” sería como aplicar la contabilidad a las conversiones, o el derecho mercantil a las relaciones entre hermanos. Me parece algo feo de entrada, que no encaja, pero es un terreno confuso: resulta fácil saltar de un lado al otro y caer en tierras movedizas.

¿Qué mujeres son para usted ejemplo de trabajo o influencia en la Iglesia?

Mi primera referencia en el modo de ser mujer es mi madre y las mujeres de mi familia, por supuesto. Creo también en lo que dice el Papa Francisco: son los dinamismos ocultos, los hombres y mujeres corrientes los que realmente cambian nuestra historia.

Hay hombres que nos confirman en nuestra misión como mujeres: el padre, el marido, también santos que nos enseñan un camino.

Gracias a estas semillas, y a todo lo que Dios regó después, han sido muchas las mujeres que han sido para mí una referencia. Pero hay una mujer en especial que hizo gala de una delicada y exquisita feminidad desgranando las enseñanzas de Juan Pablo II y el genio femenino para que pudieran ser digeridas y asimiladas por otras muchas mujeres: Jutta Burggraf. Pienso que ella ha marcado un antes y un después para muchas personas, hombres y mujeres; a través de sus escritos sobre el feminismo cristiano, nos facilita el antídoto imprescindible para los desafíos del siglo XXI.

Evangelización

“Dios quiere dejarse condicionar y provocar con las oraciones”

Dios tiene en cuenta las oraciones de las personas, hasta el punto de que se “deja condicionar” por ellas. Se publica hoy la segunda parte de la entrevista con el profesor Sanguineti, que habla sobre el azar, los favores de Dios, los milagros o el actuar humano.

Rafael Miner·26 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 9 minutos

 “El sistema del mundo que prevé que haya azares, es algo permitido, querido y dispuesto por Dios”. “El azar es maravilloso, y es positivo”. Así concluyó el viernes el catedrático emérito de la Universidad de la Santa Cruz (Roma), y profesor de la Universidad Austral (Buenos Aires), Juan José Sanguineti, su intervención en la VI Lección Conmemorativa Mariano Artigas.

Organizado por el Grupo de Investigación Ciencia, Razón y Fe (CRYF), de la Universidad de Navarra, cuyo director es el investigador del Instituto Cultura y Sociedad (ICS), Javier Sánchez Cañizares, el acto permitió al profesor argentino subrayar, entre otras cosas, que “Dios ha estado presente de muchos modos en la pandemia, sacando bienes en cada persona, hay muchas historias de gente que se ha acercado a Dios, o de gente que ha tenido otra cosa. Uno puede verlo, y a veces no lo verá”.

Hoy continuamos la conversación charlando sobre el azar, las oraciones, los favores de Dios, las ‘casualidades’ de la vida, los milagros y las leyes naturales… Se nota, como ayer, que se trata de una entrevista coloquial, no por escrito. El amable lector sabrá subsanar este hecho. Comenzamos hablando del azar.

Juan José Sanguineti

No poca gente cree ahora en el azar, más que en la Providencia divina. ¿Puede explicar brevemente ambos términos, y por qué sucede este fenómeno, si lo comparte?

Esa formulación presupone que azar y Providencia se oponen ¿no? Esto sucedió por azar o esto sucedió porque Dios lo quiso… En realidad, en la conferencia que voy a dar precisamente lo que quiero decir es lo contrario. Dios se mete en el azar, el azar es real, es decir, Dios no lo suprime. Sí hay azar, esto no lo digo yo solamente, no es una idea mía, esto lo dicen muchos autores… Hablamos del mundo físico, y mucho más del mundo humano. En el ser humano hay libertad, hay contingencia. Existen márgenes determinados en los que Dios puede actuar, por supuesto previstos por Dios mismo. Porque si todo estuviera determinado causalmente, en una especie de fatalismo total, entonces Dios no podría intervenir con su Providencia, sería Creador de un mundo determinista, pero ya no podría tocar nada porque ha hecho un mundo así.

Santo Tomás de Aquino dice en la Suma Teológica que si el mundo fuera determinista  ̶ él piensa en los estoicos, critica a los estoicos ̶ , las oraciones de los fieles serían inútiles. Es decir, que si hay oraciones, si nosotros pedimos cosas a Dios, es porque pensamos que Dios las puede cambiar, puede cambiar el curso de los acontecimientos. Significa que las cosas pueden ser de un modo o pueden ser de otro. Con las oraciones pedimos que sea de este modo, si Dios accede a esas oraciones, hace que sea de modo.

Si hay oraciones, si nosotros pedimos cosas a Dios, es porque pensamos que Dios las puede cambiar, puede cambiar el curso de los acontecimientos

Juan José Sanguineti

Dice usted que Dios se mete en el azar, que no lo suprime…

El azar, como decía, por decirlo de alguna manera quizá no perfecta, abre un campo de posibilidades primero a la libertad humana misma, porque en un mundo determinista la libertad no puede hacer nada, pero también, sobre todo, a la acción de Dios providente. Por eso yo creo que el azar, no solo algo así, puntual, sino el sistema del mundo que prevé que haya azares, es algo permitido, querido y dispuesto por Dios. No solo permitido, sino dispuesto por Dios.

De hecho, basta que uno salga a la calle y camine; la verdad es que en lo concreto, en los eventos singulares, hay innumerables azares. Porque yo me voy encontrando con personas por casualidad, pero hay muchas más casualidades de las que uno piensa, porque uno se encuentra con una persona y con otra, etcétera. Si el azar se escapara a la providencia de Dios, entonces no sería Dios porque habría algo que no está ordenado por Dios, se escaparía a su causalidad.

El azar, no solo algo así, puntual, sino el sistema del mundo que prevé que haya azares, es algo permitido, querido y dispuesto por Dios. No solo permitido, sino dispuesto por Dios.

Juan José Sanguineti

El hecho de que Dios intervenga misteriosamente por supuesto en el azar, no quiere decir que sea irreal, que el azar sea una especie de cosa engañosa, porque en el fondo Dios lo está causando. Porque si fuera así sería una manera un poco antropomórfica de pensar a Dios, tendríamos el fatalismo. Este accidente de automóvil me sucedió porque Dios lo dispuso y no porque fuera azar… Lo que yo estoy diciendo es que el accidente es realmente una casualidad, y también hay casualidades buenas: encontrarse dinero, o un buen trabajo (que a veces sucede por casualidad), pero Dios está detrás y Dios “juega”, por decirlo así entre comillas, con el azar. Dios crea un sistema en el que hay un juego causal complejo en donde aparecen los azares.

¿Y cómo interviene Dios en esos azares de la vida?

Yo diría la respuesta en tres fases. Primero, Dios interviene como Causa primera, porque el evento casual ha sido creado por Dios, que interviene en cada causa segunda; entonces, cualquier cosa que sucede es causada por Él como Causa primera.

Pero luego hay una providencia especial, y eso sería Dios Creador que cuida de todo por el hecho de ser Creador. Pero la providencia especial es que Dios interviene. Esa providencia especial puede ser ordinaria o extraordinaria. Si es la ordinaria, sobre eso voy a decir más cosas en la siguiente pregunta. Si es ordinaria, respeta las leyes naturales y no se puede verificar, responde a las oraciones o a la iniciativa de Dios.

En cambio, si es extraordinaria, se trata de los milagros, en donde Dios decide intervenir más allá de las leyes naturales y de alguna manera que el hombre puede verificar. ¿Puede verificar por qué? Porque cuando nosotros encontramos un evento que decimos que es milagroso, lo estudiamos, lo estudia la Santa Sede con científicos, con médicos, por ejemplo una curación, y además durante mucho tiempo, para ver que realmente eso es inexplicable desde el punto de vista de las leyes naturales. Entonces, hay una verificación, no es una verificación completa, pero ante eso consta, si lo vemos como dicen los evangelistas, esto lo hemos visto, lo hemos tocado, los milagros. En el caso de los favores, eso no es así por eso no son milagros.

Usted concluyó el viernes su lección “sosteniendo la intencionalidad divina de crear un universo potencial en el que la providencia de Dios puede actuar en el respeto de las leyes naturales y de un modo no controlable racionalmente”. ¿Podría desarrollar un poco esa idea?

Siguiendo el hilo anterior, respondo a esta pregunta, que tiene mucho que ver con la anterior y da continuidad a las anteriores. Dios quiere crear efectivamente un mundo rico, evolutivo, con historia, historia de la naturaleza, el Big Bang, la formación del Universo; donde hay riesgos, porque si hay azares hay riesgos, y también el mundo humano ¿no? Un mundo humano que está metido en un mundo contingente, como es la Tierra y además, porque hay contingencia por la libertad de todos, de todas las personas.

¿Por qué Dios quiere un mundo así? Porque Dios quiere que el hombre sea activo con su trabajo. Si ya todo viniera dado, si todo fuera determinista y bueno, el hombre no tendría nada que hacer, entones se limitaría a recibir. Dios quiere que el hombre sea activo, un poco como la parábola de los talentos, que tiene que trabajar. El Universo tiene muchas potencialidades, y puede ir por un lado, puede ir por otro, no es que sea una pura potencialidad, que pueda ir por cualquier lado, porque hay márgenes, pero puede ir. Esto se opone al deísmo, mantener que Dios crea el Universo y ya se desentiende, y también se opone al fatalismo, que es parecido al deísmo, que dice que Dios actúa por las leyes deterministas, y todo está ya absolutamente previsto por Dios, y no hay ningún margen no solo para que Dios actúe sino para que ni siquiera el hombre actúe.

Dios quiere que el hombre sea activo, un poco como la parábola de los talentos, que tiene que trabajar.

Juan José Sanguineti

Entonces, Dios actúa, es providente en la evolución. En la evolución es más difícil decir cómo actúa. Sobre eso hay opiniones, pero aquí no entro en la cuestión, porque hay muchos que dicen que interviene a nivel cuántico, cosa que es un poco discutible. Cierto que todo el mundo se opone (los especialistas en estos temas), a que Dios vaya con milagritos haciendo que la evolución vaya exponiendo de vez en cuando: “hagamos ahora este milagro”… Un Dios así es ridículo.

Antes se ha referido a la providencia de Dios. ¿Cómo actúa Dios ante las oraciones?

La providencia de Dios tiene planes, pensando sobre todo en el hombre en la Tierra, tiene planes generales para toda la humanidad  ̶ porque el hecho de que haya guerras mundiales, pandemias, etcétera, no escapa a la providencia de Dios ̶ ,  y tiene planes particulares para cada hombre, para cada hombre y mujer, para la vida de cada uno, con sus éxitos, sus fracasos, su trabajo, su matrimonio, sus enfermedades, su muerte, todo.

Entonces, en ese plan que tiene Dios, Dios tiene en cuenta muchas cosas. Tiene en cuenta las oraciones de las personas. Una vez hace poco uno preguntaba ¿pero con la oración el hombre causa a Dios? Sí, claro que causa a Dios, porque Dios quiere ser causado por las oraciones. Dios escucha la oración, y dice “ah bueno, accedo a esta oración, y voy a hacer este favor”. Es verdad, es así; si no, la oración no tendría lugar en la vida humana.

A veces Dios tiene en cuenta los comportamientos humanos, a veces tiene en cuenta las reacciones humanas, con las acciones de gracias y la misericordia de Dios siempre. Y todo esto lo tiene en cuenta de un modo sapiencial, porque Dios siempre mira el conjunto también. Tiene la visión de conjunto absoluta.

¿Qué significa que “Dios quiere ser causado por las oraciones”. Usted habla de que Dios se deja “condicionar” por nuestras oraciones.

Dios accede, por decirlo así, antropomórficamente, a dejarse condicionar por las oraciones humanas. Si yo no hubiera rezado, a lo mejor esta persona no se habría curado.En ese sentido yo le he “provocado”, porque Dios quiere dejarse provocar por las oraciones. Por eso Dios nos incita a rezar. Quiere decir que está pendiente de que pidamos cosas, porque Él nos las quiere dar, eso está en el Evangelio.

Respecto a si los milagros violan o no las leyes naturales, yo lo dejaría para una discusión técnica, yo no veo problemas. No las viola de un modo arbitrario y rompiendo la ley, sino que hay una causalidad más alta. Y esa causalidad más alta puede afectar a una causalidad baja y cambiarla. Para eso sería el milagro.

Pero luego lo más interesante en realidad son los favores, porque los favores son continuos, los milagros son muy raros. Los favores no violan las leyes. Estoy pensando en los favores que son continuos. Yo rezo para que me encuentre bien mañana, el día que voy a dar la conferencia que no me venga un resfriado, etcétera. Espero que Dios acceda a mi oración. Eso no viola ninguna ley, es un favor que hace a veces por intercesión de los santos o de la Virgen.

Hay un razonamiento que he visto en algunos teólogos, incluso protestantes, que dicen “si nosotros con la técnica vamos más allá de la naturaleza y podemos cambiar las cosas sin violar las leyes, ¿cómo no vamos a permitir que Dios haga lo mismo y mucho más?

Dios tiene libertad para actuar sobre la naturaleza igual que nosotros, no igual, más que nosotros, y hacemos cosas que la naturaleza no hace, pero que las potencialidades de la naturaleza, que son abiertas, permiten que hagamos. Así tiene sentido la tecnología. ¿Cómo Dios hace el favor, cómo lo hace, si causalmente eso es misterioso? Hay explicaciones que son discutibles, porque algunos dicen que Dios pondría las condiciones iniciales del Big Bang… Personalmente, la verdad es que soy un poco refractario a pensar eso. Otros dicen que suministra información y hace que haya una nueva información, no cambia la energía, pero sí la información. Es una respuesta técnica en la que no voy a entrar. Prefiero quedarme con que es misterioso.

Sigamos con los favores. ¿Cómo actúa Dios con los favores? ¿Y qué puede decir cuando suceden ‘demasiadas casualidades’?

Volviendo a los favores, el sentido más importante es ese favor que yo le pido a Dios que me haga y que puede hacerlo o no. No es previsible, o sea, yo no puedo preverlo mágicamente. Porque si yo lo pudiese prever, sería magia, sería como que yo hago una oración, y yo ya sé que Dios me va a atender, entonces ahí ya estoy dominando a Dios.

Yo creo que Dios lo que quiere es que nosotros confiemos en Él, y pidamos cosas que podrá Él hacernos el favor si lo cree conveniente o no hacerlo, o hacernos un favor mejor, porque Dios siempre es bueno y misericordioso. Lo que no es posible es hacer previsiones en lo concreto, porque ya entonces estaríamos controlando a Dios racionalmente y eso se opone a lo que es Dios.

Dios actúa en los favores humanos, que son tantos, sobre todo de la persona que reza, pero a veces de los que no rezan también, pero que Dios ve que tienen buena disposición y entonces Dios les ayuda. Dios actúa de modo escondido, pero el que tiene suficiente visión de Dios se puede dar cuenta un poco.

Yo creo que Dios lo que quiere es que nosotros confiemos en Él, y pidamos cosas que podrá Él hacernos el favor si lo cree conveniente o no hacerlo, o hacernos un favor mejor, porque Dios siempre es bueno y misericordioso.

Juan José Sanguineti

Pienso que cualquiera de nosotros puede contar favores que Dios le ha hecho por intercesión, porque ha habido demasiadas casualidades, y sin embargo nos damos cuenta de que se podría explicar, porque puede haber tantas coincidencias, y entonces dirían: “esto se explica naturalmente”. Sin embargo, a veces son demasiadas casualidades, y decimos “no, esto es un favor”, aunque no sea un milagro. Uno no dice que sea un milagro porque no hay elementos para poder decir que esto es milagroso.

En definitiva, lo que Dios quiere es que nosotros seamos activos y que pongamos también las causas segundas, y por el hecho de tener que rezarlo, ya decimos que Dios me ayudará sobre eso y no hago nada, no actúo, no pongo los medios para hacer las cosas bien… No, Dios te va a ayudar, pero si uno trabaja, si uno hace las cosas, y después a lo mejor Dios ayuda para que no venga ese obstáculo, para que se supere ese obstáculo, pero siempre que en general uno se haya esforzado para conseguirlo.

En ese sentido, somos como colaboradores de Dios. Otra cosa interesante también es que Dios, como es sabio, cuando hace favores, esos favores tienen múltiples efectos que no podemos conocer, no solo uno. Dios hace una cosa, y a nosotros nos favorece, pero también favorecerá o tendrá efectos en cantidad de personas, eventos y cosas.

Recursos

“Dios ha ido sacando bienes en cada persona durante la pandemia”

La acción de Dios en el mundo y la cuestión del azar, son temas que aborda en esta entrevista el profesor Juan José Sanguineti, catedrático emérito de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma).

Rafael Miner·25 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 10 minutos

El plan creador de Dios, la evolución contingente de la naturaleza, preguntas sobre la acción de Dios en el mundo como dónde ha estado Dios durante la pandemia, la apertura o la cerrazón de los hombres y mujeres a la transcendencia, o el tema siempre complejo del azar, son cuestiones que interesan.

Ayer, el profesor Juan José Sanguineti pronunció en la Universidad de Navarra la VI Lección Conmemorativa Mariano Artigas, bajo el título ¿Cómo actúa Dios en los eventos casuales?, en un acto organizado por el Grupo de Investigación Ciencia, Razón y Fe (CRYF), de la Universidad de Navarra, cuyo director es el investigador del Instituto Cultura y Sociedad (ICS), Javier Sánchez Cañizares.

Unos días antes, Omnes pudo conversar sobre estas cuestiones con el catedrático argentino, que es también profesor en el Instituto de Filosofía de la Universidad Austral (Buenos Aires, Argentina)., y autor de más de dieciséis libros y un centenar de artículos científicos, en especial sobre temas de filosofía de la naturaleza, filosofía de la ciencia, cosmología, filosofía del conocimiento y de la mente, y neurociencia.

Ofrecemos hoy la entrevista con el profesor Sanguineti, que tendrá su continuación mañana en este mismo portal

–En primer lugar, una cuestión que se pregunta la gente hoy, en una sociedad herida por la pandemia, aunque esperanzada ahora con la vacunación. Es lo que se planteó a san Juan Pablo II. Si Dios es amor, ¿por qué hay tanto mal? O por decirlo de otro modo: ¿Dónde ha estado Dios durante la pandemia o en otras crisis?

Es la pregunta que se hace Jonas, un filósofo alemán que ya murió a propósito de Auschwitz. Él mismo, filósofo hebreo y creyente, se planteó y se hizo famosa esa pregunta: ¿Dónde estaba Dios en Auschwitz? Y la respuesta de Jonas era que Dios participaba en los dolores humanos y en cierto modo era víctima también; es decir, que Dios sufría junto con los hombres y al mismo tiempo, como es Misericordioso, les ayudaba, pero eso suponía también pensar que Dios no era Omnipotente, que no era potente para desterrar el mal en el mundo.

Esa respuesta se comprende porque es muy difícil, es una pregunta que se ha hecho todo el mundo, pero ciertamente no salva la trascendencia de Dios. Porque un Dios que no es Omnipotente no es verdaderamente Dios, puede ser una entidad espiritual alta, pero no puede ser Dios. Obviamente, no es fácil entender. El problema del mal es un misterio que yo ahora voy a decir que no pretendo resolverlo, porque yo creo que no lo ha resuelto nadie, es un misterio.

La pregunta que uno se puede hacer es cómo es posible que Dios cree un Universo maravilloso, increíble, que demuestra una inteligencia enorme, cuando uno ve toda la maravilla de la naturaleza, y sin embargo también crea una naturaleza en la que surge el sufrimiento, la muerte, el dolor, el hambre y las injusticias… Entonces ¿qué tenía Dios en la cabeza? ¿cuál era su plan?

Si Dios es sabio, aunque es un poco atrevido meterse en la mente de Dios y ver, sobre todo si uno tiene en cuenta que Dios, en la tradición religiosa, no solo cristiana sino mucho más amplia, es providente, es decir, ¿cómo actúa entonces la providencia de Dios? Si Dios es providente, uno dice: bueno cuida de todos los seres, lo dice Jesucristo en el Evangelio, que hasta el último cabello de nuestra cabeza está contado, que Dios se preocupa de los pajarillos, y todo eso está contenido en la sabiduría y la providencia de Dios.

–Usted se ha referido a Job…

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Sí. Una primera respuesta sería de Job, del Antiguo Testamento. Es una respuesta de humildad. Que nosotros no podemos entender a Dios, pero sin embargo somos humildes, y agachamos un poco la cabeza y decimos que Dios es mucho más que lo que nosotros podamos pensar. Y después de todo ese diálogo enorme, que es el diálogo sobre el mal que sufre un inocente, como es Job, al final con todos los argumentos que pretenden decirle los compañeros que van a consolarlo, y que son argumentos buenos, que se han dado siempre, al final dice Job: bueno, ya he hablado demasiado, basta, ahora me callo. Dios es creador, sabe más, mucho más. No da una respuesta, simplemente es una actitud de ignorancia humilde.

Otra respuesta más poderosa es la que uno puede sacar de Jesucristo en la Cruz. Jesucristo en la Cruz asume los dolores humanos, las injusticias, la vulnerabilidad del cuerpo, la humillación. Tampoco eso te resuelve racionalmente las cosas, pero por lo menos te da una luz. Uno puede decir como dice la vida cristiana que uno se une a la Cruz de Cristo, al sufrimiento de Cristo. Entonces mis sufrimientos, aunque yo esté enfermo, aunque yo esté en la cárcel, tenga cáncer, todo eso alcanza un sentido. Yo me uno a la Cruz de Cristo, y por lo menos eso tiene un valor de corredención y un valor que se une al sufrimiento de Cristo, que ha sufrido por nuestros pecados. Porque a veces al hombre lo que más le desconcierta no es el sufrimiento, sino que ese sufrimiento no tenga ningún sentido, eso es lo peor. Que uno sufre, que no tenga ningún sentido y no le importe a nadie, y acabar en la nada. Entonces, ahí la Cruz de Cristo da una cierta respuesta.

–¿Se puede tener en cuenta que hay muchos males que vienen de los pecados humanos, porque Dios respeta la libertad…Incluso en Auschwitz?

Recordemos que lo que pasa en Auschwitz es fruto de pecados enormes de los hombres, de la ideología naziy todo eso. Lo mismo que Jesucristo se deja crucificar, pero al final vence, pero vence con el amor, no vence bajándose de la Cruz, sino que vence con el amor.

Después hay otros males que vienen de la contingencia física (enfermedades, calamidades, accidentes). Eso no viene del pecado, sino que viene de que el mundo es así, es el mundo de la vida, es un mundo donde hay nacimiento y gozo, pero también hay muerte. Y la pandemia pertenece a este tipo de males, es una epidemia, una enfermedad. Yo creo que nosotros, con cierta visión de sabiduría, tenemos que aceptar el mundo físico en el que vivimos y del que nosotros formamos parte con su imperfección, con su alegría y las cosas bonitas que tiene, pero también hay una dimensión de dolor en la vida, en la biología misma y en la vida humana.

También hay que tener una visión de eternidad, de que hay algo más que este mundo.

En Dios hay una providencia y la providencia de Dios no significa que Dios nos resuelve en sus planes todos los problemas que tenemos inmediatamente, pero sí es cierto que Dios siempre sabe sacar el bien de los males y los sufrimientos, incluso aunque los cause el mismo ser humano.

Dios, de alguna manera, cuando hay buenas disposiciones sobre todo, pero incluso aunque no las haya, sabe sacar algún bien para cada uno, e incluso no solo para cada uno sino a veces colectivamente. Ese bien puede ser el bien del martirio, el bien de las virtudes, el bien del progreso de la medicina, por ejemplo con la pandemia es evidente que nosotros aprendemos muchas cosas. La medicina obviamente va a progresar porque siempre ha progresado con los males físicos y biológicos.

–¿Y ese argumento de que soy tan malo, o me he portado tan mal, que Dios no me va a escuchar ni atender?

Dios cuida con una providencia especial a cada uno, si es inocente pero incluso también si es culpable. Entonces, aunque uno sufra o muera, de un modo particular o personal, cada uno lo sabrá o no, pero Dios lo cuida a cada uno sin poder generalizar. Eso lo vemos por ejemplo en la vida de Cristo. Jesucristo empieza curando enfermedades, algunas son pedidas, atiende curaciones, otras las hace por propia iniciativa.

Dios cuida con una providencia especial a cada uno, si es inocente pero incluso también si es culpable. Entonces, aunque uno sufra o muera, de un modo particular o personal, cada uno lo sabrá o no, pero Dios lo cuida a cada uno sin poder generalizar.

Juan José Sanguineti

Pero al mismo tiempo no es eso todo, porque eso que hace Jesucristo, no es que cure todas las enfermedades de todos los hebreos de su época, sino que cura a algunos un poco para demostrar que hay un mensaje más alto, que es la salvación, un mensaje más hondo. Este mundo no es todo, hay más que este mundo. Después de la muerte hay otra cosa. Si uno no tiene esa visión, por supuesto no va a entender nada. Entonces, ¿dónde está Dios en la pandemia y otros males? Dios ha estado presente de muchos modos en la pandemia, sacando bienes en cada persona, hay muchas historias de gente que se ha acercado a Dios, o de gente que ha tenido otra cosa. Hay cosas, y uno puede verlo y a veces no lo verá.

Pero lo que sí que hay que evitar son las explicaciones teológicas o pseudoteológicas, diría que concretas, que pretenden meterse en las motivaciones de Dios. Uno que dice, por ejemplo, que la pandemia es un castigo o un pecado de la humanidad, eso no se puede decir. Nosotros no sabemos nada. No podemos decir nunca este mal es un castigo, como hay algunos que lo dicen. No lo sabemos.

De hecho, Dios tiene sus motivos, que a veces son generales para toda la humanidad y a veces son concretos, y eso se ve en el Evangelio. Dios, cuando cura al ciego de nacimiento y le preguntan: ¿éste pecó o sus padres? Y dice no, no, ni él pecó ni sus padres, es para que, en este caso, se manifieste la gloria de Dios. Por tanto, se ve que hay un plan especial que nosotros no conocemos, pero que tiene Dios con cada uno.

¿Dónde está Dios en la pandemia y otros males? Dios ha estado presente de muchos modos en la pandemia, sacando bienes en cada persona, hay muchas historias de gente que se ha acercado a Dios, o de gente que ha tenido otra cosa. Hay cosas, y uno puede verlo y a veces no lo verá.

Juan José Sanguineti

–En un Foro Omnes de este año, Jacques Philippe señaló que “la pandemia ha mostrado los límites y la fragilidad de la civilización occidental”. ¿Puede identificarse la pandemia actual con los que usted denomina ‘eventos casuales’ o fortuitos en el título de su intervención ‘¿Cómo actúa Dios en los eventos casuales’?

Es cierto que la pandemia ha demostrado no solo los límites de la civilización occidental, sino de todo el mundo. Ha demostrado nuestra fragilidad, a veces nos creíamos con soberbia y que estábamos ya dominando un poco todo, y vemos que de pronto surge una cosa que se nos escapa de las manos y que vemos además el riesgo que tiene de acabar con medio mundo rapidísimamente, es decir, la velocidad y la rapidez con la que se propagó, y eso nos tiene que dejar atentos, porque en medio de los grandes éxitos tecnológicos siempre puede surgir algo que nos tire para abajo.

Al mismo tiempo, esto demuestra la grandeza humana y la inteligencia del hombre, porque la verdad es que hemos frenado bastante esta pandemia. Aunque ha habido casi 5 millones de muertos en el mundo, podría haber sido medio mundo. En epidemias de otras épocas morían la tercera parte o la mitad de la población, miremos las ciudades europeas, las epidemias como la peste negra, donde murió una tercera parte de la población.

Ahora, gracias a la medicina y gracias a tantas cosas, conseguimos dominarla mucho mejor. Aunque la comunicación ha permitido que la pandemia fuera realmente pandemia y además muy aceleradamente, sin embargo esa misma comunicación predice que haya ido rápido el frenazo gracias a la medicina y a tantas cosas buenas que hace la razón humana, eso hay que tenerlo también en cuenta.

–¿Es fortuita la pandemia?

No, no es fortuita. Pero sí está posibilitada por una serie de cosas fortuitas, porque el azar interviene. Pero para eso hay que definir qué es el azar, y hablaremos luego de ello si lo desea. El azar no es que surge cualquier cosa así por las buenas, sino que, ante todo, yo diría que la pandemia es un efecto de un evento, como toda enfermedad, de un evento contingente. No es el evento fatal. No hay lugar para el determinismo. Es un evento que podría no haber sucedido, pero eso pasa con cualquier enfermedad.

Por supuesto que hay algunas enfermedades que son necesarias y ocurren necesariamente, pero otras son contingentes. Pero aunque sea contingente, la pandemia es probable, es un evento probable. Puede ser muy probable o poco probable y lo fortuito es así siempre. Pero fortuito, digamos no determinístico, puede suceder y no suceder, como suele ser un accidente, es más fortuito cuanto es menos probable.

Los epidemiólogos han estudiado que las epidemias, como toda enfermedad, son probables, son algo probable, yo me puedo enfermar como cualquiera de cualquier enfermedad. Pero lo que pasa es que hay circunstancias que favorecen esa enfermedad. Puede ser, en el caso de la pandemia, el consumo de animales salvajes, en Wuhan como se ha dicho, porque se produce la zoonosis, y que el virus pase de una especie a otra o podría ser también, aunque no lo sabemos, un error de laboratorio.

En mi opinión, no pienso que sea algo querido, pero un error de laboratorio no se puede excluir, y si a lo mejor se produce se intenta ocultar, pero si es así sería un evento fortuito. Una serie de circunstancias que de pronto a causa de una serie de concurrencias de cosas no queridas resulta que se produce el accidente. Ahora nosotros podemos reducir las probabilidades, por supuesto, eso sí.

Entonces, tomando medidas, la pandemia no es fruto sin más del azar, pero hay una multitud de elementos que a veces son pequeñitos de azar (descuidos humanos, encuentros fortuitos de la naturaleza en un mercado o lo que sea) que la van haciendo más probable, que son un riesgo. Y eso sucede en todo tipo de accidentes, por eso nosotros lo que queremos es disminuir la posibilidad que haya. Y ahí se mete el azar. Y está unido siempre a la contingencia.

–En ocasiones parece que, en nuestra sociedad, tiene lugar una discriminación de los creyentes católicos, en la elección de cargos públicos, en la política, en la economía, o en otras esferas sociales. Como si sus planteamientos no fueran a ser racionales. ¿Por qué a veces el hombre contemporáneo se cierra a la trascendencia?

Es cierto que en la cultura actual, el hombre contemporáneo, sobre todo occidental, se cierra a la trascendencia, no tiene en cuenta a Dios, o es agnóstico o es ateo práctico, o lo que sea. Eso, como siempre ha sucedido, es por ignorancia, o por arrogancia. La ignorancia puede deberse a que estamos en una cultura que habla muy poco de Dios, que tiene ideas equivocadas sobre Dios, sobre la Iglesia, sobre Jesucristo. Es, que viene de mucho atrás, digamos de los siglos XVIII-XIX, ahora está muy extendido porque ya no es solo los intelectuales, sino que es muy popular. Pero también puede suceder que haya personas que rechazan a Dios por una arrogancia humana, yo lo he visto en muchas personas. No quieren someterse a algo superior al hombre, piensan que el hombre es todo.

Antes necesitábamos acudir a Dios para rezarle porque teníamos enfermedades, porque teníamos problemas económicos. Ahora parece que la economía o la medicina ya lo van a resolver, y acudir a Dios es una cosa de niños.

Juan José Sanguineti

El momento cultural creo que tiende a esta arrogancia, por los descubrimientos, por el progreso científico y tecnológico, aunque la cosa es compleja. Luego hace que el bienestar humano esté mucho más extendido, que sea mejor que antes, y a partir de la segunda mitad del siglo XX el bienestar humano ha llegado a muchísimas sociedades en todo el mundo.

Entonces el ser humano, el hombre y la mujer, se cree que somos autosuficientes. Antes necesitábamos acudir a Dios para rezarle porque teníamos enfermedades, porque teníamos problemas económicos. Ahora parece que la economía o la medicina ya lo van a resolver, y acudir a Dios es una cosa de niños. Eso lo piensa mucha gente.

En cambio, cuando el hombre advierte su fragilidad y sus límites, eso a veces le hacer redescubrir a Dios, le lleva a Dios. Con eso no auguro que haya desastres, pero digo que el excesivo bienestar muchas veces da vía a la arrogancia humana. Creo que a Dios se llega de muchos modos, se puede llegar viendo la maravilla del cosmos, de la naturaleza, como han llegado a ser los trabajos del genoma humano de Collins, que viendo la maravilla del genoma se convirtió y empezó a creer en Dios.

En cambio, cuando el hombre advierte su fragilidad y sus límites, eso a veces le hacer redescubrir a Dios, le lleva a Dios. Con eso no auguro que haya desastres, pero digo que el excesivo bienestar muchas veces da vía a la arrogancia humana.

Juan José Sanguineti

O también uno puede llegar a ver que es una aspiración humana conocer a Dios, y es verdad, sería como un camino. Pero otro camino es también ver nuestros límites y el mismo mal. Curiosamente, eso que a veces parece que aleja de Dios, eso mismo a veces puede acercar a Dios, viendo que si nosotros no tenemos a Dios, si no hay un Dios, vamos al nihilismo. Y ahí se plantea una disyuntiva que al final la gente se puede plantear, que es: “bueno si no hay Dios, vamos al nihilismo, la vida no tiene sentido”. Porque aunque nosotros hayamos resuelto todo el problema, no sé, médico o económico, el sentido último de la vida, eso no lo resuelve ni la economía, ni la política. Eso es una cosa que tiene que ver precisamente con Dios.

Gracias, profesor. Continuamos mañana. Hemos de hablar del azar también, de la oración, de los favores, de las ‘casualidades’, de los milagros y las leyes naturales…

Mundo

Continúa el camino sinodal alemán, con controversia y propuestas alternativas

La asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal de Alemania, que ha concluido en Fulda, ha rechazado debatir el texto alternativo del obispo Vorderholzer, apoyado por el cardenal Kasper. Estos ven en el documento sobre “Poder y separación de poderes en la Iglesia” un intento de democratización según criterios sociopolíticos.

José M. García Pelegrín·24 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

El jueves 23 de septiembre ha finalizado la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal de Alemania (DKB, por sus siglas en alemán), tras cuatro días de reunión, celebrada en Fulda. Después de que la asamblea de primavera -el pleno de la DKB se reúne dos veces al año, en primavera y otoño- tuviera que celebrarse online debido al COVID-19, en esta ocasión volvió a tener formato presencial.

En sus palabras de saludo, el Nuncio Mons. Nikola Eterović hizo referencia a la entrevista mantenida por el Papa Francisco con COPE el 1 de septiembre, citando las palabras del Santo Padre: “Sobre eso, yo me permití mandar una carta. Una carta que la hice yo solo en castellano. Un mes me llevó hacer eso, entre rezar y pensar. Y se la mandé en su momento: original en castellano y traducción al alemán. Y ahí expreso todo lo que siento sobre el sínodo alemán. Ahí está todo”.

“Una de esas cosas que el Papa dice en la carta” -continuaba Mons. Eterović- “la subrayó el Cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin, en su homilía en la Basílica de San Juan de Berlín el 29 de junio de 2021 con motivo de los 100 años de relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Alemania: ‘Todas las veces que una comunidad eclesial ha intentado salir sola de sus problemas, confiando solo en sus propias fuerzas, en sus propios métodos y en su propia inteligencia, ha acabado multiplicando y perpetuando los mismos males que intentaba superar». A continuación, el Cardenal Parolin pidió que se valorara la comunión eclesial en el sentido católico, es decir, universal”.

Advertía así el Nuncio ante posibles “caminos particulares” del camino sinodal alemán, uno de los temas centrales de la reunión del episcopado, al que la asamblea dedicó en exclusiva medio día de reflexiones y conversaciones. Según el presidente de la DBK, Mons. Georg Bätzing, la Conferencia Episcopal entiende “el Camino Sinodal de la Iglesia en Alemania como nuestro enfoque de una sinodalidad vivida de la Iglesia”; el presidente de la DBK añadió: “Seguimos dialogando y trabajando juntos en las perspectivas para poder aportar también nuestras experiencias al Camino Sinodal de la Iglesia universal”.

En la rueda de prensa al término de la asamblea plenaria, Mons. Bätzing volvía sobre ello: “El Camino Sinodal que el Papa Francisco está recorriendo con toda la Iglesia y el Camino Sinodal en Alemania son dos caminos que tienen un objetivo común: hacer visible y vivible la Buena Noticia del Evangelio hoy bajo los ‘signos de los tiempos’; se trata de un fortalecimiento en la fe, una renovación de la Iglesia y una recuperación de la confianza y la credibilidad. Ambas formas se complementan. Por lo que veo, esto también es válido para los numerosos procesos y caminos sinodales de otros países. Acojo con satisfacción esta dinámica”.

En este contexto, uno de los aspectos más controvertidos ha sido el “texto base” de uno de los foros sinodales, denominado “Poder y separación de poderes en la Iglesia”. Algunos obispos -y otros miembros del camino sinodal- subrayan que dicho texto adolece de una falta de normas teológicas, de querer democratizar la Iglesia de acuerdo con criterios sociopolíticos y de socavar el cargo de obispo. 

Antes de la reunión de la DBK en Fulda, el obispo de Regensburg (Ratisbona) Mons. Rudolf Voderholzer publicó a comienzos de septiembre -en una página web creada a tal efecto- un texto alternativo, elaborado por varios miembros del camino sinodal. Sin embargo, los presidentes de dicho foro sinodal -Claudia Lücking-Michel, vicepresidenta del “Comité Central de los católicos alemanes”, y el obispo de Essen, Mons. Franz-Josef Overbeck— rechazaron debatir sobre ese texto alternativo.

Por otro lado, en una conferencia pronunciada en Augsburgo, el cardenal alemán Walter Kasper, presidente emérito del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, apoyó el texto alternativo, pues “analiza de modo claro los problemas existentes, argumenta según el sentido del Concilio Vaticano II y propone medidas de reforma eficaces y realizables”. Según el Cardenal, dicho texto “entiende la tradición como una invitación a dejarse sorprender por nuevas ideas. Es el resultado de una teología mediadora”. Además, pone de manifiesto que “no hay que poner todo patas arriba. Sobre la base del Concilio, se puede ir más allá en el espíritu del Concilio sin entrar en conflicto con la doctrina de la Iglesia”.

En la rueda de prensa al término de la asamblea general de la DBK, Mons. Bätzing subrayó que “no hay una oposición conjunta contra las líneas fundamentales del texto base del foro sinodal”, sino únicamente “críticas que se tendrán en cuenta en el trabajo posterior sobre dicho texto”. En la Comisión de Doctrina de la Fe de la DBK se trataron las objeciones en un “debate controvertido, pero bueno”, según Mons. Bätzing, pero no se aceptaron las propuestas de cambio. La Comisión de Doctrina de la Fe subraya —siguió diciendo el presidente de la DBK— que “las reformas y los cambios deseados y necesarios han de estar dirigidos al objetivo de fortalecer a la Iglesia en su esencia, permitiéndole proclamar y recuperar su credibilidad.

Por lo tanto, al tratar el poder, hay que buscar un modo que haga justicia tanto a las personas acostumbradas a las normas político-sociales, como a la Iglesia. Por lo tanto, no debe haber oposición entre Consagración [episcopal] y Dirección [de la diócesis], pero hay que hacer cambios en cuanto al control de la dirección, mediante transparencia y participación”.

Otro de los temas que ocupó la atención de la asamblea plenaria de la DBK fue la cuestión de los abusos sexuales; como se recordará, el informe de tres universidades (“estudio MHG 2018”) está en el origen del camino sinodal alemán, introducido para encontrar medidas eficaces a fin de impedir que en el futuro se produjeran dichos abusos. Una de las medidas concretas aprobadas en la asamblea actual fue la estandarización en los expedientes de clérigos, pues de ese modo “es posible que las acusaciones de abusos sexuales, en el futuro, se documenten en todas las diócesis de modo vinculante, unificado y transparente”.

Además -recuerda Mons. Bätzing en la rueda de prensa final- la creación de un “comité asesor de afectados” adjunto a la Conferencia Episcopal “facilita una cooperación más estrecha y el intercambio permanente con afectados”. Y añadía: “El tema de los abusos sexuales no nos deja de preocupar. Me gustaría asegurar una vez más que este oscuro capítulo de la Iglesia sigue siendo una prioridad en nuestra agenda. Nos hemos comprometido a asumir y aclarar la situación en 2010 y estamos trabajando en este doloroso proceso, en el que hay avances y también retrocesos”.

Sin embargo, coincidiendo con la asamblea plenaria, uno de los miembros del comité asesor de afectados de Colonia, Peter Bringmann-Henselder, declaró que dudaba de la adecuación de Mons. Bätzing para tratar los casos de abusos en la Iglesia católica. Bringmann-Henselder se refiere concretamente a su actividad como Vicario General de la diócesis de Tréveris en los años 2012-2016: “De esos años se conocen casos de abusos. ¿Sabía algo Mons. Bätzing? ¿Ocultó algo? Hasta que no se esclarezcan esos hechos debería dejar la presidencia de la DBK y esclarecer los abusos tanto en Limburgo [la diócesis que preside desde agosto de 2016] y en Tréveris. Deben tratarse todos esos casos de modo implacable, como se ha hecho en la diócesis de Colonia”.

En su homilía que pronunció en la Misa del jueves, el cardenal Woelki hacía referencia a un aspecto central. Glosando la vida de san Pío de Peltrecina, cuya fiesta se celebraba ese día, afirmaba: “Quien solo busque el sensacionalismo, será ciego para la actuación de Dios, que quiere que las personas cambien para bien, a fin de llevarlas a la comunión con Él y a la alegría perfecta. No nos dejemos impresionar en nuestra vida por lo externo y no nos distraigamos de pedir y buscar la comunión con Dios y su voluntad detrás de las cosas. Porque solo ahí encontramos la vida que nos permite vivir de verdad”.

Mundo

El Papa ratifica al cardenal Woelki como arzobispo de Colonia

Ya se conocen los resultados de la visita a la archidiócesis de Colonia ordenada por el Papa. El cardenal arzobispo de Colonia Rainer Maria Woelki continúa al frente de la archidiócesis. También los obispos auxiliares Puff y Schwaderlapp permanecerán en el cargo.

José M. García Pelegrín·24 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

El cardenal Woelki ha sido ratificado en su cargo de arzobispo de Colonia por el Papa Francisco. En un comunicado de la Santa Sede, hecho público hoy viernes 24 de septiembre a través de la Nunciatura Apostólica en Alemania, el Santo Padre hace referencia al informe elaborado tras la visitación de la archidiócesis realizada por el cardenal Anders Arborelius, obispo de Estocolmo, y Mons. Johannes van den Hende, obispo de Rotterdam: “En relación con el Arzobispo de Colonia, S. Em. el Cardenal Rainer Maria Woelki, no han surgido pruebas de que haya actuado contra Derecho en el trato con casos de abusos sexuales. Las afirmaciones de que el Cardenal quiso ocultar algo, especialmente por retener al comienzo la publicación de un primer estudio, han sido refutadas por los hechos ya publicados y por los documentos que ha analizado la Santa Sede. La decisión del Arzobispo de tratar los crímenes de abusos en la Iglesia, de dirigirse a los afectados y de fomentar la prevención, se manifiestan en la puesta en práctica de las recomendaciones del segundo estudio, que ya ha comenzado a realizar”.

El documento alude también a que el Cardenal “en general, el modo de tratar esos hechos, sobre todo en el plano de la comunicación”, también ha cometido errores; por ese motivo, en una larga conversación entre el Papa y el Cardenal, este pidió un “tiempo de reflexión, de renovación y de reconciliación”, lo que llevó al Santo Padre a acceder al deseo del cardenal Woelki de disponer de un “tiempo de reflexión” desde mediados de octubre hasta el comienzo de la Cuaresma. Hasta dicho momento, se ocupará de dirigir la diócesis Mons. Rolf Steinhäuser.

En relación con los obispos auxiliares de Colonia que habían puesto sus cargos a disposición de la Santa Sede, el documento dice que “el Santo Padre ha decidido no aceptar su renuncia”: “Si bien ambos obispos cometieron algunos errores al tratar procedimientos, no lo hicieron con la intención de ocultar abusos o de ignorar a los afectados”. Por ello, Mons. Ansgar Puff retomará inmediatamente su cargo de obispo auxiliar; en el caso de Mons. Dominikus Schwaderlapp, el Santo Padre ha accedido a su petición de trabajar, antes de su retorno a la archidiócesis, durante un año en la pastoral en la archidiócesis de Mombasa (Kenia).

Zoom

Migrantes en el Río Grande

Un migrante en busca de asilo en Estados Unidos lleva a un niño a hombros mientras cruzan el Río Grande de regreso a México cerca del Puente Internacional entre México y Estados Unidos el 20 de septiembre de 2021.

David Fernández Alonso·24 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Evangelización

«Para anunciar la Buena Noticia donde hay dolor hemos de mirar a la persona»

La fiesta de la Virgen de la Merced recuerda la inestimable tarea de capellanes penitenciarios, voluntarios y  funcionarios de prisiones. También de los propios reclusos y reclusas que, en medio de una dura situación, se unen más a Cristo en la cruz, que les abre las puertas de la libertad interior y la reconciliación.

Maria José Atienza·24 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

“Lo primero es mirar a la persona. De nada sirve hablar de Dios si antes no te has acercado a la persona que sufre y lo pasa mal, le tiendes la mano, le ayudas, le escuchas y le das ánimos. Una vez que te has acercado a la persona puedes hacer esa propuesta de salvación y decirle que Dios le ama” señala Paulino Alonso, capellán de Soto del Real y responsable de la Fundación Comedor Ave María.

El capellán del centro penitenciario más grande de España subraya como “aquí tenemos todo tipo de personas, hombres y mujeres; que han cometido unos delitos concretos, en unas circunstancias concretas, con una situación concreta. Para anunciar la Buena Noticia allí donde hay dolor y sufrimiento hemos partir de esta mirada a cada uno y proponer el mensaje de Cristo Salvador. Recordar que Jesús mira a la persona, no condena a la persona y desde ahí empezar un camino con él, que les acompaña desde la cercanía de nosotros, que somos los que llevamos este mensaje”.

Así lo hace Paulino tras décadas en la prisión, “Gracias al padre Paulino fue posible mi camino de reconciliación y conversión” afirma Adolfo, condenado por hacer de “mula”. Este venezolano fue detenido en Barajas portando droga y condenado a seis años. “Honestamente, yo venía con cierto rechazo hacia la religión o la Iglesia…. En ese momento, uno se siente abandonado, yo le echaba en cara a Dios que sabiendo la necesidad que estaba pasando, permitió que pasara y sobre todo la situación de mi familia en Venezuela”.

El cambio comenzó lentamente, primero, cuando Adolfo entró a formar parte del coro de la capilla de la prisión y, con el tiempo “a través de las celebraciones de la Misa con el P. Paulino, fui cambiando. Fui asumiendo mi responsabilidad y dándome cuenta que no debía echar la culpa a Dios. “Me ayudaron a abrir los ojos y en especial la cercanía, el trato del padre Paulino”, señala. Ahora Adolfo, que ha obtenido el tercer grado, ayuda al capellán en el Comedor Ave María.

Dios te mira a la cara

“En la cárcel vives el Evangelio puro”, apunta María Yela, delegada de Pastoral Penitenciaria de la Archidiócesis de Madrid, “yo siempre digo que cada preso es un Sagrario vivo. Celebrar la fiesta de la Merced es recordar cómo la Virgen vivió tantas situaciones de dificultad, y cómo acompañó y agrupó a los Apóstoles, como hoy acompaña a los presos”.

Yela describe esa relación entre la Virgen y el mundo de la Pastoral Penitenciaria porque “Ella supo encarnar a Jesús con todo lo que aquello suponía de dificultades, de entrega. Se puso en camino para ayudar a su prima, dio a luz a su Hijo en la pobreza y lo acogió como un regalo y así, se hizo Ella regalo para nosotros. María nos enseña a acompañar al que sufre, como ella educó a Jesús”.

Acompañar sin juzgar, acompañar a cada uno con sus circunstancias, su pasado, presente y futuro. “Lo que más valoran es que personas concretas y, sobre todo, Alguien con mayúscula no les rechazan, no le juzgan ni le miran con ojos de maldad sino como personas”, destaca Paulino. “Esto es algo fundamental, no sólo para quien está preso sino para todos: que Dios nos mira a la cara, que nos ama, entiende nuestra circunstancia y no viene a juzgarnos”.

El camino del perdón no es fácil, mucho menos dentro del entorno de falta de libertad y en el que confluyen muchos otros factores. Sin embargo, “poco a poco hay quien descubre que, por ese camino del odio no van a ninguna parte y comienzan la vía contraria, del perdón. A medida que se esta con ellos descubren ese valor del perdón y de la reconciliación, que no es fácil, sobre todo cuando tienen una condena exagerada por lo que han hecho o incluso están encarcelados injustamente”, apunta el capellán de Soto del Real. María Yela corrobora esta afirmación: “en la prisión hay muchas actividades, etc. pero también hay tiempos con uno mismo, que ayudan a una conversión profunda en muchas ocasiones”.

Paulino Alonso(3º por la Izquierda) y María Yela(centro) junto al Card. Arzobispo de Madrid y voluntarios de Pastoral Penitenciaria

La Virgen de la Merced

La Orden Real y Militar de Nuestra Señora de la Merced y la Redención de los Cautivos, fue fundada en 1228 por san Pedro Nolasco inspirado por la Virgen María y bajo la advocación de la Virgen de la Merced para la redención de los cristianos cautivos en manos de musulmanes. Además de los tradicionales votos de los religiosos, los mercedarios se comprometen con un cuarto voto a liberar a otros más débiles en la fe, aunque les cueste la vida.

A lo largo de la historia, la Orden mercedaria ha adoptado diversos ministerios caritativos y apostólicos de acuerdo con las necesidades de la Iglesia y el mundo. Actualmente, los mercedarios continúan con esos ministerios de acuerdo a las necesidades de las iglesias particulares, por ejemplo, como capellanes en muchos centros penitenciarios, a través de comedores, la atención a huérfanos o con su labor con los migrantes.

Por eso, el día de la fiesta de nuestra señora de la Merced, es el día de la Pastoral Penitenciaria

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Mundo

Mujeres en puestos de gobierno de la Iglesia: no es cuestión de paridad

Los nombramientos de dos mujeres, en este caso religiosas, para diferentes puestos de gobierno en la Santa Sede son un indicativo de la normalización de la presencia femenina en tareas que cualquier laico puede asumir dentro de la Iglesia.

Maria José Atienza·22 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Los nombramientos de Nathalie Becquart como subsecretaria del Sínodo de Obispos y de Alessandra Smerilli como secretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral han vuelto a poner en primer plano el papel de la mujer en puestos de gobierno en la Iglesia católica, su necesidad y, sobre todo, la normalización de la presencia femenina en sectores eclesiales no ligados al ministerio sacerdotal.

Mónica Montero, abogada y copresidenta de la Sección de Derecho Canónico del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid señala los pasos que se están dando en la ruptura del “techo de cristal” que, en ocasiones, se ha podido dar en estos sectores y la mayor presencia de mujeres, sobre todo, laicas, en puestos de gobierno tanto de diócesis como en la propia Santa Sede  

En los puestos de gobierno de la Iglesia que no requieren la ordenación sacerdotal se trata más bien de romper el techo de cristal que existe

Mónica MonteroAbogada

En los últimos años hemos ido viendo nombramientos de mujeres en puestos de gobierno de la Iglesia tradicionalmente desempeñados por hombres y especialmente, sacerdotes. Jurídicamente, ¿esto ha supuesto algún cambio o simplemente era «tradición»?

–Jurídicamente, aun cuando no se refiere a puestos de gobierno, el cambio de mentalidad y la puesta en marcha por el Papa de esa voluntad de que todos los fieles puedan participar de la misión de la Iglesia tiene su efecto en la modificación, por ejemplo del canon 230, para que la mujer acceda al ministerio de lector y acolito, al otorgar de un estatus, una forma jurídica concreta y determinada para el ministerio laical de catequista o al permitir que dos de los tres jueces que enjuicie una causa de nulidad matrimonial sean laicos, conforme el canon 1673.3 (reformado por el Mitis Iudex Dominus Iesus), sin necesidad de que estos nombramiento requieran la autorización de la Conferencia Episcopal, como se regulaba antes.

En los puestos de gobierno de la Iglesia que no requieren la ordenación sacerdotal se trata más bien de romper el techo de cristal que existe. El Papa Francisco, ha exhortado para que el papel de los laicos y en especial que las mujeres tengan una mayor consideración. Se trata de romper con una larga tradición clericalista, tal y como ha indicado en el documento de preparación para el Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad que se dio a conocer el pasado día 7 de septiembre de 2021:

“La Iglesia entera está llamada a confrontarse con el peso de una cultura impregnada de clericalismo, heredada de su historia, y de formas de ejercicio de la autoridad en las que se insertan los diversos tipos de abuso (de poder, económicos, de conciencia, sexuales). Es impensable «una conversión del accionar eclesial sin la participación activa de todos los integrantes del Pueblo de Dios» (Francisco, Carta al Pueblo de Dios (20 de agosto de 2018, preámbulo n 2).

El Papa Francisco, ha querido dar ejemplo, confrontándose con el clericalismo, con estos nombramientos, pero bien es cierto que aun se requiere dar más pasos y a todos los niveles, no solo en la Santa Sede, sino también en las Iglesias particulares, para que las mujeres que cuenten con la valía requerida y superen el proceso de selección, tengan la posibilidad de ser nombradas para los cargos de jueces, canciller, ecónomo, etc.

En cualquier caso no se trata de buscar una cuota de paridad sino de contar con laicas debidamente cualificadas.

Este tipo de nombramientos, ¿crean «jurisprudencia»? Es decir, son un síntoma de normalización de la presencia y labor de la mujer en estos ámbitos? 

–La jurisprudencia y la práctica de la Curia Romana podría ser tomada en consideración conforme al c. 19 cuando no exista una prescripción expresa en la ley universal o particular o una costumbre y sea necesario tomar una decisión. Si leemos, los primeros artículos de Pastor Bonus hablan de la posibilidad de adscribir a fieles a los Dicasterios, evidentemente no para los cargos que requieren ordenación sacerdotal, pero si para el resto de los cargos y más aún cuando por la naturaleza del Dicasterio lo hiciera conveniente.

Debería ser un síntoma de normalización los nombramientos de mujeres en cargos de gobierno dentro de la Iglesia, pero aún no lo es. Se están dando pequeños pasos, con el ejemplo que el propio Papa está dando, para que se asuman con normalidad y no se destaque el hecho de que sea una mujer quien ocupe el puesto, sino que se destaquen sus cualidades, formación y experiencia para desarrollar el puesto para el que se le nombra.

Debería ser un síntoma de normalización los nombramientos de mujeres en cargos de gobierno dentro de la Iglesia, pero aún no lo es.

Mónica Montero. Abogada
Lecturas del domingo

Comentario a las lecturas del domingo XXVI del tiempo ordinario (B)

Andrea Mardegan comenta las lecturas del XXVI domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan·22 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Comentario a las lecturas del domingo XXVI

En los últimos acontecimientos, los discípulos pensaban haber dejado una mala impresión en Jesús. Para recuperar el valor a sus ojos, Juan cuenta que impidieron a un hombre que echara demonios en el nombre de Jesús, “porque no viene con nosotros”. No habían podido expulsar al diablo que atormentaba a aquel niño a los pies del monte. Un extraño, en cambio, lo lograba. La envidia y la exclusión se desatan, ocultas por la aparente buena razón de la pertenencia. Juan espera una alabanza del Señor, que no llega: “No se lo prohibáis… El que no está contra nosotros, con nosotros está”. Cualquiera puede obrar milagros en el nombre de Jesús, incluso si no es de los que le siguen. La tentación del orgullo colectivo, de un “nosotros” que se contrapone, de la envidia del bien hecho por otros que no son del propio grupo, está siempre al acecho en la sociedad civil y en la Iglesia. Es fácil caer en ella, hay que vigilar.

Jesús les ofrece antídotos contra ese orgullo colectivo, alimentado por saberse discípulos de Jesús y participar de cerca en sus milagros: Juan vio a la hija de Jairo volver a la vida y a Jesús transfigurado en el monte. Afirma que cualquiera, de cualquier pueblo, fe, cultura, si hace algo pequeño, como dar de beber un vaso de agua a los discípulos porque son de Cristo, tendrá su recompensa. En cambio, los discípulos deben estar atentos porque pueden escandalizar a los pequeños, que son los que tienen una fe débil, quizás inducirlos a abandonar el seguimiento de Cristo y de la Iglesia, por ejemplo con la actitud de exclusión que acaban de mostrar.

Además, el discípulo debe eliminar lo que es un obstáculo para él, en sí mismo. Una mano, un pie, el ojo. Algo muy personal, que hace tropezar. La mano de Adán tomó el fruto del árbol de la vida, y la mano de Caín se levantó contra Abel. Pero la mano de Abraham se elevó en oración, y la de Jesús resucitó a la hija de Jairo. La mano agarra para poseer, roba, mata; pero también trabaja, reza, acaricia, cura y dona. Jesús habla de una sola mano para cortar, porque la otra es signo de la posibilidad del bien, de la conversión que siempre es posible. El pie recuerda la orientación de la vida, la posesión de la tierra y el ejercicio del poder. “Sus pies corren a derramar sangre”, pero “qué hermosos los pies de los que traen buenas noticias” (Rom 3, 15, 10, 15). “El hombre de ojos envidiosos es maligno” (Sir 14, 8) pero “mis ojos han visto tu salvación” (Lc 2, 30). Los ojos dicen de la actitud del corazón hacia las criaturas. Jesús hace entender a sus discípulos que hay que seguirle (pie) y poner en práctica su palabra (mano), pero también tener el ojo limpio para amar a todas las personas que él ama.

La homilía sobre las lecturas del domingo XXVI

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Reverendo SOS

El regalo del perdón

El perdón es una acción muy beneficiosa para la salud mental, según la psicología, ya que desata de rencores en el ánimo, disminuye la obsesividad y libera del malestar. Para que el perdón tenga estos beneficios hay que recorrer todas las etapas del camino.

Carlos Chiclana·22 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Un sacerdote se enfrenta a diario a situaciones en las que hay personas que piden perdón a Dios y que perdonan las ofensas/deudas de otros pero ¿basta con la decisión de perdonar por un motivo sobrenatural para que la psicología también responda rápidamente? ¿somos capaces de perdonar de verdad a los enemigos y no guardar rencor? ¿no es una expectativa narcisista pretender amar hasta ese extremo? ¿se cambia la herida tan fácilmente en compasión, se transforma la ofensa en intercesión? ¿y el perdón a uno mismo?

Si te pisan el pie en el bus porque han dado un frenazo, es fácil perdonar. Si te buscan para hacerte el mal, lo hace alguien comprometido contigo, a quien quieres especialmente, o la institución a la que perteneces, es más difícil y la herida más honda. Atentado, infidelidades, traiciones, abandonos, incomprensiones, abusos, violencia y un largo etcétera de heridas en el hondón del alma.

Desde una perspectiva psicológica son conocidos los beneficios del perdón para la salud mental y hay muchos grupos de investigación que trabajan en ello porque desata de rencores en el ánimo, disminuye la obsesividad y libera del malestar. Es un acto que excede la justicia, implica la identidad de cada uno y potencia la libertad. Para que el perdón tenga estos beneficios es necesario recorrer todas las etapas del camino. 

Es fácil caer en alguna trampa como ignorar el daño, evitar el conflicto, vengarse, ponerse una coraza, ser dominado por la amargura o la tristeza, simular que se perdona, proyectar el dolor en otra persona, renunciar a los derechos generados por la ofensa, mostrarse imperturbable y sin emociones, hacerlo como alguien moralmente superior, pretender que todo vuelva a ser como antes o exigirse la reconciliación. 

El cardenal Raztinger explicó que es exigente: “El perdón cuesta algo, ante todo al que perdona: tiene que superar en su interior el daño recibido, debe como cauterizarlo dentro de sí, y con ello renovarse a sí mismo, de modo que luego ese proceso de transformación, de purificación interior, alcance también al otro, al culpable, y así, ambos, sufriendo hasta el fondo el mal y superándolo, salgan renovados”. 

Los expertos proponen cuatro fases:

1.- Fase de descubrimiento.

Descubres el dolor generado y se expresan las emociones que tienes. Examinas las defensas que aparecen como negar que sea tan intenso, mirar para otro lado o culpar a factores externos. Se admite la posible vergüenza o las ganas de venganza. Te haces consciente del enorme gasto de energía emocional que consumes, de la repetición mental de la ofensa y de cómo te comparas con el agresor/a. El justo mundo en el que creías ha sido perturbado. 

2.- Fase de decisión.

Quieres cambiar tus emociones, tu actitud ante lo que ha ocurrido y quiénes lo han realizado. Empiezas a considerar el perdón como una opción que puede interesarte y te acercas a este compromiso, al menos como una decisión cognitiva, aunque sigas con emociones desagradables. Separas al agresor de la agresión para poder señalar el mal y reconocer la dignidad de quien te ha ofendido.

3.- Fase de trabajo 

Se inicia el proceso activo del perdón. Redefines y reconsiderar la identidad del ofensor, fomentas la empatía y compasión, promueves la asunción y aceptación del dolor, te haces consciente del regalo moral ofrecido.

4.- Fase de profundización 

Buscas y encentras un significado que te de sentido a lo que estás haciendo. Tomas conciencia de ti mismo como alguien perdonado y que no está solo. Constatas que aparece un nuevo objetivo en la vida debido a la herida. Percibes que los afectos negativos han disminuido.

¿Es necesario que nos pidan perdón para poder perdonar? ¿es obligada la reconciliación? ¿tiene que ser todo como antes? Los especialistas sugieren que ni es necesaria la petición de perdón ni la reconciliación y que, precisamente por el perdón, las cosas no son como antes de la ofensa, ni como durante la ofensa ni como después de la ofensa sin perdón, son distintas.

Así, se renuncia a la venganza pero no al dolor ni a la justicia ni a la verdad; se aumenta la libertad personal, me hago más digno y dignifico al agresor/a.  Establezco un nuevo modo de estar en mi vida. Cuando la actitud personal y la gracia de Dios no son suficientes para recorrer todas estas fases, es adecuado apoyarse en una terapia específica para perdonar.

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Libros

Borges, un escritor en busca de sentido

Aunque el escritor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986) es más conocido por su prosa: sus relatos, su corpus poético no es irrelevante. Publicó trece poemarios que contienen más de 400 poemas. Vamos a indagar sobre la presencia de Dios en la poesía de Borges.

Antonio Barnés·22 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 6 minutos

“Yo querría sobrevivir en el “Poema conjetural”, en el “Poema de los dones”, en “Everness”, en “El Golem” y en “Límites”, dijo el poeta argentino. Pues bien, en cuatro de esos poemas aparece Dios. En el “Poema conjetural” aparece un Dios omnisciente:

Al fin he descubierto
la recóndita clave de mis años,
la suerte de Francisco de Laprida,
la letra que faltaba, la perfecta
forma que supo Dios desde el principio.

En otro de estos cinco poemas, el “Poema de los dones”, leemos lo siguiente:

Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche.

[…]

Algo, que ciertamente no se nombra
con la palabra azar, rige estas cosas;

Dios donó a Borges con un gran amor a los libros, pero al mismo tiempo le concedió la ceguera, contradicción que el poeta califica de “magnífica ironía”; es curioso: escribe “nadie rebaje a lágrima o reproche”, esto es, nadie llore por esta situación mía ni nadie reproche a Dios esa ironía. Quizá en esto podemos ver cierta actitud estoica en el escritor.

En otro de estos cinco poemas elegidos: “Everness”, leemos:

Sólo una cosa no hay. Es el olvido.
Dios, que salva el metal, salva la escoria
y cifra en Su profética memoria
las lunas que serán y las que han sido.

Aquí aparece el destino, una idea muy presente en Borges: un destino que con frecuencia parte de Dios o de la divinidad.

En “El golem” leemos:  

Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia 
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales.

Es un poema sobre la cábala en el que se alude al nombre de Dios, y a la gran preocupación de Borges sobre lo que son los nombres, las palabras.

Si tuviéramos que extraer un retrato robot del concepto o de la imagen de Dios en la poesía de Borges a partir solamente de estos cuatro poemas, podríamos decir que el Dios de Borges es más filosófico que religioso, más cognitivo que afectivo, más helénico que cristiano. Pero decir “más que” no significa “absolutamente”: significa que hay una dirección.

Dios más filosófico que religioso. Porque Borges desde su juventud lee mucha filosofía. Lee a Espinoza, a Schopenhauer, Leibniz, Berkeley y otros filósofos también precristianos. Y esto le va a dejar una impronta muy fuerte que aparecerá en el concepto que muestra de Dios, pero que no ahoga otras fuentes como puede ser la Biblia, el evangelio… como puede ser en definitiva la cultura cristiana en la que vive

Más cognitivo que afectivo. O sea Dios mucho más de memoria, de inteligencia, de intelecto, de razón. Pocas veces aparece el amor en el Dios borgiano. Ahora bien, esta hipótesis inicial sobre el Dios de Borges hay que contrastarla con otros textos.

En su primer poemario, Fervor de Buenos Aires, de 1923, hallamos un poema dedicado al dictador decimonónico argentino Rosas y leemos lo siguiente:

Ya Dios lo habrá olvidado 
y es menos una injuria que una piedad 
demorar su infinita disolución
con limosnas de odio.

La situación tras la muerte es de infinita disolución: metáfora tremenda de lo que desde cierto nihilismo se atisba el futuro del ser humano. Y esto ya está en 1923. Son muy tempranas las ideas que tiene Borges sobre Dios.

En Luna de enfrente (1925) leemos otro poema donde se dice:

y te veré por vez primera, 
quizá, como Dios ha de verte,
desbaratada la ficción del Tiempo,
sin el amor, sin mí.

Es un poema netamente amoroso en el que aparece Dios, lo cual es muy frecuente en la literatura y en la poesía. Sin embargo, esa mirada de Dios “sin el amor” llena un poco de inquietud. Muestra un Dios muy filosófico, al estilo del pensador holandés Spinoza.

En otro poema de este poemario, “Mi vida entera”, leemos:

Creo que mis jornadas y mis noches se igualan en pobreza y en riqueza a las de Dios y a las de todos los hombres.

Esta igualdad de los hombres con Dios, desde un punto de vista cristiano, se explicaría por la encarnación del Verbo. Cristo asume todas nuestras cosas y todos nuestros dolores. Pero desde un punto de vista filosófico también podríamos pensar en un panteísmo espinoziano donde todo lo que aparece en definitiva no sonsino manifestaciones de Dios.

En otro poema de Luna de enfrente leemos:

Así voy devolviéndole a Dios unos centavos
del caudal infinito que me pone en las manos.

Sin embargo aquí encontramos un texto plenamente concorde con una visión de Dios benefactor, como un Dios Padre que concede sus dones de una manera sobreabundante. De modo que aunque predomine una visión filosófica en cierto modo fría, de unos filósofos de la modernidad que han roto puentes con Dios, el pensamiento de Borges no está aherrojado por esa filosofía y también surgen otras ideas.

Más adelante, en El hacedor, ya estamos en 1960, encontramos dos sonetos bajo el título “Ajedrez”:

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonía?

Que un dios con minúscula detrás de Dios con mayúscula la trama empiece es una gran ironía frente al concepto de un Dios creador de la nada. Una de las preocupaciones fundamentales de Borges es el tiempo, la eternidad. Es un autor muy filosófico, un escritor que se hace grandes preguntas. Y aquí está esa pregunta sobre el origen del tiempo, sobre el origen del mundo. “La trama empieza / de polvo y tiempo y sueño y agonías”: o sea, el mal o el dolor en el mundo no es como en la tradición judeo-cristiana producto de un pecado original, no habiendo estado en el designio inicial de Dios, sino que parece que hay un destino originario en el que el mal y el bien se van intercalando. Aquí quizá enlazamos con una visión de la divinidad griega donde hay un destino que incluso está por encima de Zeus.

En un poema dedicado a Alfonso Reyes leemos:

Sabe Dios los colores que la suerte
propone al hombre más allá del día;
yo ando por estas calles. Todavía
muy poco se me alcanza de la muerte.

Borges reconoce que no las tiene todas consigo, que no sabe exactamente lo que hay tras la muerte.

Estamos en 1960: ya es un poeta maduro.

Pido a mis dioses o a la suma del tiempo
que mis días merezcan el olvido,
que mi nombre sea Nadie como el de Ulises,
pero que algún verso perdure

En algunos poemas vemos cómo después de la muerte hay un olvido absoluto decretado por Dios; lo cual debe ser una gran contradicción para Borges: un poeta tan buscador de sentido. En este caso además, parece que se lo está pidiendo a Dios, pero no dice “Dios”, sino “a mis dioses o a la suma del tiempo”: a los dioses en los que no sé si creo ni sé si existen; o la suma del tiempo, que sería como una versión filosófica de la explicación sobre el mundo. “Pero que algún verso perdure”, es decir, no quiere morir del todo, como decía el poeta latino Horacio: non omnis moriar. El arte y la literatura son un modo de vencer al tiempo y a la muerte, de trascender.

En “Otro poema de los dones”, de este mismo poemario (El Otro, El Mismo) leemos:

Gracias […] por el amor, que nos deja ver a los otros
como los ve la divinidad,

Lo que se plantea aquí sobre el amor está en relación con la divinidad, y es maravilloso. El amor no sería otra cosa que mirar con los ojos con los que mira a Dios. El amor sería un chispazo de la divinidad

En este poemario, El Otro, el Mismo, de 1964 nos topamos con un poema que glosa un versículo del evangelio de san Juan 1, 14. Borges es un hombre fascinado por los cuatro evangelios, que considera una obra al margen de toda medida. En este este poema leemos:

Dios quiere andar entre los hombres 
y nace de una madre

Evidentemente, Borges está glosando un versículo del evangelio, lo que no significa que suscriba lo que está diciendo, pero también es verdad que ha elegido ese texto para comentarlo y podía haberlo obviado. Expresa de manera sencilla y hermosa el misterio de la encarnación que en definitiva es lo que aparece en ese versículo de san Juan, que escribió “el verbo se hizo carne”: quiere andar entre los hombres y nace de una madre.

En Elogio de la sombra (1969) hay un poema que se titula James Joyce:

desde aquel inconcebible
día inicial del tiempo, en que un terrible
Dios prefijó los días y agonías

[…]

Dame, Señor, coraje y alegría
para escalar la cumbre de este día.

Al escribir un poema sobre el Ulises de James Joyce, que es el relato de un solo día en la vida del protagonista, Borges trae la metáfora del día como la vida. Aparece un terrible Dios que nos puede recordar a Dios en algunos pasajes del Antiguo testamento o a un dios de mitología grecolatina. “Prefijo los días y agonías”. Una vez más está el destino con los días y las agonías, con los trabajos y los días, con los bienes y los males, y al final “Dame, Señor, coraje y alegría para escalar la cumbre de este día. Puede ser una noción netamente cristiana o un pensamiento estoico. También puede ser un remedo del mito de Sísifo, pero no deja de ser ambivalente, lo cual es algo muy propio de Borges.

(Continuará)

El autorAntonio Barnés

Mundo

La Iglesia católica en cifras: ¿Dónde crece y dónde retrocede?

Rome Reports·21 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

La Oficina Central de Estadística que se encarga de elaborar las tendencias numéricas siempre cambiantes de la Iglesia católica en el mundo. Cada año publica el número de católicos que hay en el mundo y dónde se encuentran.


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España

Los obispos españoles proponen mirar con ojos nuevos a los migrantes

Éste es el mensaje de los obispos españoles ante la 107 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2021, que tiene lugar este domingo 26 de septiembre.

Rafael Miner·21 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Pasar de la barrera de la barrera del “ellos” y atreverse a pronunciar un nuevo “nosotros” que abrace a todo ser humano, para “buscar la dignidad que nos une y construir así la fraternidad”. En la presentación de la Jornada, que tiene como lema “Hacia un nosotros cada vez más grande”, intervinieron el obispo auxiliar de Madrid y obispo responsable de Migraciones, Mons. José Cobo; el director del departamento de Migraciones, el dominico Xabier Gómezy la venezolana Milagros Tobías, de la parroquia Nuestra Señora del Camino (Madrid), madre de tres hijos, uno de ellos discapacitado físico, al que denominó en su testimonio “el ángel que llegó a mi vida”.

Monseñor José Cobo comenzó recordando el mensaje de los obispos españoles ante esta Jornada Mundial, en la que “el Papa nos coloca de nuevo ante el horizonte de la fraternidad y nos hace una nueva invitación en la que pone delante la vacuna definitiva que la familia humana necesita: salir de un ‘nosotros’ pequeño, reducido por fronteras o por intereses políticos o económicos, para ir a un ‘nosotros’ incluido en el sueño de Dios, en el que vivamos como hermanos compartiendo la misma dignidad que él nos da”.

“Es un movimiento interno”, añadió, “que pide saltar la barrera del ‘ellos’, para atrevernos a pronunciar un nuevo ‘nosotros’ que abrace a todo ser humano. Es fácil entenderlo para quienes pronunciamos el Padrenuestro como oración venida de Cristo que nos coloca en la disposición de vivir como hijos”.

El obispo responsable de Migraciones señaló: “todos estamos interrelacionados, todos dependemos de todos, y subrayó que “no partimos de cero. Mucha gente está trabajando para que la sociedad acoja el fenómeno de la migración con ojos nuevos”.

Las personas vulnerables siguen llamando

“Hemos pasado un año complicado”, prosigue el mensaje. “Con la pandemia no olvidamos las dramáticas crisis migratorias, tanto en las fronteras de Canarias como en Ceuta y Melilla. Las personas vulnerables en movimiento siguen llamando a nuestras fronteras. Con ellas sentimos que estamos juntos en un mundo plagado de catástrofes, de guerras y consecuencias del cambio climático que siguen obligando a muchos a salir de su tierra. Tampoco dejamos de preocuparnos y rezar por el dolor de quienes, a poco de llegar, intentan abrirse paso en nuestra sociedad y que, en poco tiempo, ha agrandado sustancialmente su desigualdad”.

Más adelante, Mons. Cobo reiteró la idea de la interconexión, de lo que compartimos. “En este tiempo también hemos aprendido a constatar que todos estamos interconectados, que compartimos destino y viaje. Sabemos que estamos en el mismo barco en medio de muchas tormentas, donde o permanecemos juntos, o perecemos juntos”.

Pero junto a las tormentas, “el Espíritu Santo no cesa de ofrecernos una mirada amplia y esperanzadora para poder tejer un futuro donde cada vez el ‘nosotros’ que pronunciamos, pequeño, limitado y que gira alrededor de nuestros intereses, se va transformando en un ‘nosotros’ fraterno y evangélico, que nos vincula y nos da un horizonte al que dirigirnos desde nuestras diversas vocaciones”.

La Iglesia tiende la mano al Estado

“No podemos conjugar un ellos y nosotros, hemos de buscar la dignidad que nos une, y construir así la fraternidad. No hay personas de `primera o segunda categorìa, hay personas humanas. Esta Jornada nos pide tres esfuerzos”, remachó Monseñor Cobo:

1) mirar con ojos nuevos la migración.

2) mirar y agradecer a las comunidades cristianas los esfuerrzos que se realizan para acoger juntos” a los que llegan.

Y 3) mirar a toda la sociedad, y “contemplar la migración como un salvavidas para el futuro. La Iglesia quiere trabajar con el Estado, con la sociedad. Somos expertos en humanidad, y generamos espacios de acogida y espacios de encuentro”.

Los obispos de la subcomisión de Migraciones, que está integrada en la Comisión Episcopal para la Pastoral social y Promoción humana, explican que “para responder en clave de ‘nosotros’ se nos llama a poner todo el esfuerzo en constituir, con todos, un sistema que normalice la migración legal y segura a largo plazo, y que se base plenamente en una ética apoyada en los derechos humanos, en el horizonte de fraternidad universal y en el derecho internacional”.

«Esto nos abre”, aseguran, “a la tarea de ayudar a recrear el modelo de ciudadanía que propicie una cultura de la integración que, además, aprenda a globalizar la responsabilidad de vivir juntos en esta casa común”. Y señalan como ejemplo las propuestas del Papa Francisco en el capítulo que dedica a “la mejor política” dentro de la encíclica Fratelli tutti.

El mensaje de los obispos resalta “la importancia del Pacto Global por las Migraciones y la iniciativa de políticas internacionales que garanticen estos derechos desde el ‘nosotros’ inclusivo y amplio que mire la fraternidad como ‘nueva frontera’. Los cristianos somos parte del ‘nosotros’, señalan.

Añaden además que “no podemos dejar solos a los que toman las decisiones, ni a los gobernantes ni a quienes gestionan la crisis. Es hora de incorporar el grito de tantos y de acoger las huellas ya marcadas. Por eso agradecemos todo el camino emprendido en este tiempo por quienes hacen de puentes de esperanza para tantos desde sus comunidades”.

Globalización de la solidaridad

El dominico Xabier Gómez, director del departamento de Migraciones, recordó las palabras del Papa en Lampedusa en 2013, cuando señaló que se trataba de pasar de la globalización de la indiferencia a la globalización de la solidaridad, y subrayó también que ésta es la 107 Jornada Mundial, es decir, que no se trata de un mensaje propio del Papa Francisco sino que ha habido más de cien jornadas, que se iniciaron en 1914 “Hemos de repensar juntos un modelo más inclusivo que no genere descarte”, manifestó, “y buscar soluciones integrales, coordinadas”. “La Iglesia en España no está dormida”, resaltó, se trata de “la causa de la vida digna”, de forjar “una sociedad más justa, fraterna y hospitalaria”.

La aventura de educar

Se trasluce una propuesta humanista basada en la antropología cristiana en la que la familia es la primera protagonista a la hora de educar a los hijos

21 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La cadena de televisión TRECE ha iniciado una nueva temporada reforzando contenidos de carácter social y con una especial atención al mundo educativo. Dentro de los informativos de las 20.30 que presenta el periodista navarro José Luis Pérez, el jueves a las 21.30 se aborda semanalmente la actualidad del mundo de la educación.

Es una apuesta que potencialmente cuenta con un gran interés entre un amplio sector de la población, de manera muy especial entre los padres y madres, que son los primeros educadores de los niños. Pero también entre los profesionales de la enseñanza en todos sus niveles.

El reto es, evidentemente, hacer un programa de televisión que tenga el dinamismo propio de este medio, y que a la vez tenga rigor y sea sugerente para todos los que viven pendientes de la realidad educativa.

Los mimbres son buenos. La producción de TRECE en un horario inmejorable,  el trabajo de un profesional de la solvencia de Fernando Salaverri, la dirección de contenidos del equipo de Ven y verás educación, junto al rostro amable y sonriente de la presentadora Paloma Martín-Esperanza, hacen que uno se acerque al mundo educativo con una mirada positiva y sugerente.

De fondo se trasluce una propuesta humanista basada en la antropología cristiana en la que la familia es la primera protagonista a la hora de educar a los hijos, en una estrecha colaboración con todas las instituciones, especialmente con el profesorado.

El maestro, vocacionado y competente, se convierte en el gran agente dinamizador de la acción educativa. Y el alumno, auténtico protagonista de la educación, es  potenciado a sacar lo mejor de sí mismo y desarrollar su personalidad plenamente. Una propuesta de educación integral, atendiendo de manera muy especial a la presencia de las humanidades, al valor y riqueza de nuestra lengua, de nuestra historia, de la enseñanza religiosa. Una visión que huye de la dialéctica entre la escuela pública y la concertada y que apuesta por la complementariedad de los distintos modelos educativos.

El genial compositor y director de orquesta Luis Cobos ha puesto melodía a La aventura de educar y ha creado una sintonía que pone música y ritmo. Encaja muy bien el estilo del programa, alegre y sugerente, con la imagen de quien se pone en camino con expectativas e ilusión. Una aventura, sí, pero de corte más cotidiano que épico, que compagina en su ritmo la serenidad y la alegría, el juego y la armonía.

Sin duda Luis Cobos ha captado y representado de una manera magistral lo que quiere ser este programa y, sobre todo, lo que debe ser nuestra visión de la educación. Un trabajo en el que se compagina el esfuerzo y la dedicación con una propuesta en positivo, no a la contra de nadie, sino manifestando de forma sencilla la visión de la vida, y de la educación que nace del humanismo cristiano.

Es una alegría ver que los grandes medios acogen en su parrilla este tema tan importante y  TRECE merece ser felicitada por su decidida apuesta por la educación.

El autorJavier Segura

Delegado de enseñanzas en la Diócesis de Getafe desde el curso 2010-2011, ha ejercido con anterioridad este servicio en el Arzobispado de Pamplona y Tudela, durante siete años (2003-2009). En la actualidad compagina esta labor con su dedicación a la pastoral juvenil dirigiendo la Asociación Pública de Fieles 'Milicia de Santa María' y la asociación educativa 'VEN Y VERÁS. EDUCACIÓN', de la que es Presidente.

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España

El Domund «más joven» da el pistoletazo de salida para esta campaña

Obras Misionales Pontificas de España ha presentado la edición anual del Domund en la que la participación misionera de los jóvenes es la protagonista indiscutible.

Maria José Atienza·21 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Javier López-Frías, Toni Miró, Patricia Ruiz, Ana Zornoza y Luisa Moreno, son los cinco jóvenes que ponen cara, este año, a la campaña de la Jornada Mundial de las Misiones – DOMUND.

Todos ellos han compartido, desde diferentes congregaciones o asociaciones la experiencia misionera y son sus testimonios los que, en esta edición, expresan la riqueza personal que la misión ha significado para ellos en diferentes localizaciones de Sudamérica y África.

Una campaña testimonial, que como destaca el director nacional de OMP, José María Calderón “Si queremos contar lo que hemos visto y oído… ¿qué mejor que los jóvenes para que nos ayuden a hacerlo? Muchos jóvenes han tenido la suerte de compartir algún tiempo con los misioneros y quieren hacernos partícipes de lo que han vivido y lo que han sentido».

II Carrera solidaria y Conoce el Domund

Esta campaña se une además a la segunda edición de la carrera solidaria organizada por Obras Misionales Pontificias Corre por el Domund. Una carrera no competitiva, adaptada a todos los públicos y, por ahora, 100% virtual que pretende dar a conocer la labor de los más de 10.000 misioneros españoles así como permitir la solidaridad y colaboración económica de todos los inscritos.

Por su parte, Toledo, Guadalajara, Cuenca, Talavera de la Reina y La Roda, Albacete son las sedes este año de la exposición «El Domund al descubierto» que ofrece una exposición en la que se acerca la vida misionera de la Iglesia a todo el mundo. También será en Toledo donde se celebre el pregón del Domund que este año correrá a cargo del chef Pepe Rodríguez, jurado del programa “MasterChef España”, y que tendrá lugar el jueves 21 de octubre.

Vaticano

Sínodo, de la Iglesia de Roma al mundo

El Papa Francisco ha animado, durante la audiencia con casi cuatro mil fieles de su diócesis con motivo del inminente sínodo, a no tener miedo a las sorpresas, a dejar las puertas abiertas.

Giovanni Tridente·21 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

«Es muy importante que la diócesis de Roma se comprometa con convicción a este camino. Sería una vergüenza que la diócesis del Papa no se comprometiera a ello, ¿no? Una vergüenza para el Papa y también para vosotros». Cuando faltan unas semanas para el inicio del camino sinodal que implicará a toda la Iglesia durante los próximos dos años, y que comenzará con una consulta en todas las diócesis, el Papa Francisco ha «reunido» a los fieles de su Iglesia particular para ofrecer algunas indicaciones básicas -y también profundas- que deben caracterizar este camino. Indicaciones que inevitablemente, precisamente por ser Papa y Obispo de Roma, da a todas las diócesis del mundo.

La clave es escuchar

La palabra clave -después de la de «caminar juntos»- es, sin duda, «escuchar», porque todos son y deben ser protagonistas. Es necesario dejarse mover por una «inquietud interior» que dé cabida a la docilidad al Espíritu Santo, protagonista por excelencia. El Papa señala los Hechos de los Apóstoles como el vademécum de este camino, del que extraer ejemplos emblemáticos, mostrando que «la Palabra de Dios camina con nosotros», pero también que cuando hay problemas, se discuten y debaten todos juntos, de forma sinodal.

De hecho, no debemos temer «visiones y expectativas diferentes», como les ocurrió también a los primeros cristianos o al primer Concilio, sino asegurarnos de alimentar «visiones profundas, visiones amplias, visiones largas». Porque «Dios ve lejos, Dios no tiene prisa», y la rigidez es un pecado «contra la paciencia de Dios» y su soberanía, advirtió el Papa Francisco.

El «sensus fidei»

La fase diocesana del proceso sinodal es, por tanto, muy importante, porque escucha el «sensus fidei infallibile in credendo». Sin duda habrá resistencias, sobre todo en aquellos que imaginan una Iglesia «rígidamente dividida entre dirigentes y subordinados, entre los que enseñan y los que deben aprender», pero «a Dios le gusta volcar las posiciones». Este camino, por tanto, más que por la verticalidad, debe distinguirse por la horizontalidad: «la Iglesia sinodal restituye el horizonte desde el que sale el sol Cristo».

Escuchar el «sensus fidei» significa también, para el Papa Francisco, llegar a los marginados, a los pobres, a los desesperados «elegidos como sacramento de Cristo». Significa llamarlos, pasar un tiempo con ellos, «escuchar no lo que dicen sino lo que sienten», posiblemente recibir insultos… Esto es así porque «el Sínodo está a la altura, incluye a todos». Y porque, al incluir a los miserables, a los descartados, también aprendemos a «hacernos cargo de nuestras propias miserias».

Puertas y ventanas abiertas

Evidentemente, esto vale también para las parroquias, a las que se invita a dejar sus puertas y ventanas abiertas, sin tener en cuenta sólo a los que asisten o piensan como nosotros – «que serán el 3,4 o el 5%, no más»-; por el contrario, es necesario dejarse interpelar por los que están lejos, dejarse abrumar por el diálogo, sin miedo, con plena confianza en el Espíritu que es el que conduce: «no os desengañéis, preparaos para las sorpresas», reiteró el Santo Padre.

«He venido aquí para animaros a que os toméis en serio este proceso sinodal», dijo para concluir, porque «el Espíritu Santo nos necesita». Escúchenlo escuchándose a sí mismos. No dejes a nadie fuera o detrás». Esta será la actitud correcta que «hará el bien a la Diócesis de Roma y a toda la Iglesia». Una Iglesia que en este tiempo de pandemia se convierte en un «sacramento de cuidado» para el mundo entero.

Evangelio

“Toda mujer que reza o profetiza con la cabeza descubierta” (1Co 11, 2-16)

Juan Luis Caballero·21 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

En la primera Carta a los Corintios, Pablo introduce el tema de cómo han de rezar y profetizar hombres y mujeres en las asambleas litúrgicas (1Co 11, 2). Las palabras con las que comienza dejan entrever que, a pesar de una inicial alabanza, algo debe ser corregido (1Co 11, 3.16). Sin embargo, la afirmación que sigue es enigmática: “Os alabo porque en todo os acordáis de mí, y mantenéis las tradiciones como os las transmití. Quiero que sepáis que la cabeza de ‘todo hombre’ [= ser humano] es Cristo, la cabeza de la mujer es el hombre [= varón], y la cabeza de Cristo es Dios” (1Co 11, 2-3). 

¿Qué entiende Pablo por “cabeza”, y por qué saca este tema? A lo largo de los vv. 4-16, el Apóstol abordará esa cuestión desde diferentes puntos de vista, y esto permitirá que unas partes de la argumentación iluminen otras. 

Indicaciones generales sobre 1Co 11, 2-16

a) El texto contiene expresiones de difícil interpretación debido a su polisemia (cabeza; hombre; imagen; gloria; autoridad).

b) La temática hace referencia a algo de fondo, pero que se manifiesta en algo externo: la forma de llevar el cabello. Pablo apunta a lo primero. 

c) El Apóstol habla de hombres y mujeres, pero el desarrollo de la argumentación deja claro que quiere centrarse en “algunas mujeres”.

Honra y deshonra en las asambleas de Corinto (vv. 4-6)

“Todo hombre [varón] que reza o profetiza ‘con la cabeza cubierta’ [= cabello largo; cfr. v. 14] deshonra [kataischyno] su cabeza [= a sí mismo; a su persona],y toda mujer que reza o profetiza con la cabeza descubierta [= cabello corto] deshonra [kataischyno] su cabeza [= a sí mismo; a su persona], pues es lo mismo que si se rapara. Por tanto, si no se quiere cubrir [= cabello largo], que se rape al cero [ironía de Pablo]. Si es vergonzoso para la mujer cortarse el pelo o raparse, que se cubra [= cabello largo].

Expresiones sobre las que hay que discernir son: “cabeza” (kephalé), que puede tener tanto un sentido físico como metafórico (aquí, sentido de “origen/procedencia” más que de “autoridad”), aunque el texto da pistas, porque en algunos momentos no es posible uno de esos dos sentidos; aner (varón), cuyo sentido a veces se intercambia con el de anthropos (ser humano); las referencias a la cabeza cubierta o descubierta: se está hablando del peinado o corte de cabello (cfr. vv. 13-15).

Pruebas bíblicas y de sentido común (vv. 7-15)

En estos versículos, Pablo aporta las razones que apoyan sus indicaciones. Se trata de argumentos bíblicos, de experiencia y de razón.

“El hombre, en efecto, no debe cubrirse la cabeza, puesto que es imagen [eikon] y gloria [doxa] de Dios; la mujer, en cambio, es gloria [doxa] del hombre; porque no procede el hombre de la mujer, sino la mujer del hombre, ni fue creado el hombre por razón de la mujer, sino la mujer por razón del hombre. Por tanto, la mujer debe tener autoridad [exousía] sobre su cabeza [= que lleve el cabello de modo que haga visible su irrenunciable identidad] por razón de los ángeles [= los que velan por el orden divino de la creación] (vv. 7-10).

Pablo tiene en el pensamiento que, según Gn 2, 7.21-23, varón y mujer han venido a la existencia a través de actos creadores diversos (del polvo de la tierra y de la costilla de Adán), lo que no significa mayor o menor dignidad, sino un estatuto teológico y antropológico diferenciado. La mujer es gloria del varón en cuanto que el varón descubre en ella a alguien que es como él, y no como el resto de los seres creados (cfr. Gn 2, 20): Dios se enorgullece del hombre; el varón se enorgullece de la mujer. La mujer debe cubrirse (= cabello largo) al profetizar u orar para manifestar la modalidad del acto creador de Dios, no por menor dignidad o por sometimiento.

“Por lo demás, ni la mujer sin el hombre [varón], ni el hombre [varón] sin la mujer, en el Señor. Porque si la mujer procede del hombre [varón], así el hombre nace de la mujer; y todo de Dios” (vv. 11-12). 

Los siguientes argumentos equilibran la posible impresión de que Pablo considere a la mujer inferior al hombre. Ambos son necesarios el uno para el otro: la mujer salió de la costilla del varón, pero todos nacemos de una mujer y, todo ello, dentro del plan de Dios: “en el Señor”.

“Juzgad por vosotros mismos: ¿es conveniente que la mujer rece a Dios con la cabeza descubiertwa [= cabello corto]? ¿Acaso la misma naturaleza [= diferencia sexual] no os enseña que es afrenta [atimia] para el hombre llevar larga cabellera, mientras que la mujer se honra [doxa] dejándola crecer? Porque la cabellera le ha sido dada como ‘velo’ [peribolaion] (vv. 13-15). 

Pablo se remite, por último, al sentido común, apelando a lo que todos pueden ver y juzgar, afirmando que para la mujer es motivo de honra dejarse crecer el cabello y que los corintios mismos juzgan inconveniente que las mujeres oren ante Dios con la cabeza descubierta.

En conclusión. En Corinto había mujeres (quizá “entusiastas emancipadas”) que habían entendido mal las consecuencias del acto redentor de Cristo. Pablo reafirma la misma dignidad de hombres y mujeres, pero dice que para los bautizados no desaparecen las diferencias sexuales (cfr. Ga 3, 28), porque estas pertenecen al diseño creador de Dios. Que una mujer ore pareciendo un varón (= imitando su forma de llevar el cabello), es manifestación de rechazo del plan creador. Pablo, lejos de ir contra la mujer, está hablando en su favor: su dignidad radica también en su diferenciación respecto al varón.

El autorJuan Luis Caballero

Profesor de Nuevo Testamento, Universidad de Navarra.

Cultura

Flannery O’Connor (1925-1964) Una escritora inquietante para el lector de hoy

La literatura no es solo entretenimiento. Para la escritora católica norteamericana Flannery O’Connor es un medio para remover a los lectores y hacerles pensar. O’Connor lo hace muchas veces con personajes grotescos y situaciones violentas, no es “políticamente correcta” y con ello invita a reflexionar sobre el sentido de la vida.

María Teresa Kamel y Jaime Nubiola·20 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Flannery O’Connor (1925-1964), escritora católica del sur de los Estados Unidos, es considerada como una de las autoras más importantes del siglo XX. Personalmente nunca conecté con sus relatos tremendistas. Sin embargo, me impresiona su capacidad de llegar hoy en día a nuevos lectores. Transcribo lo que me escribe Teresa Kamel desde Los Ángeles:

“Hace varios años, pasé la mañana de mi cumpleaños ahogada en agonía existencial. Acostada en la cama, lamenté silenciosamente los años que dejaba atrás, deseando una manera de regresar y recuperar la identidad de la niña de ayer. Temía a los años que me esperaban y al peso de sus exigencias y promesas inciertas. Tenía cinco años.

Me sentí acompañada cuando encontré durante mis años universitarios los escritos de Flannery O’Connor. En su obra vi cristalizado de manera palpable y profunda mi temor infantil al paso del tiempo. Para O’Connor, católica devota hasta su muerte, la conversión espiritual no es un proceso, sino una bofetada, y la hora de la verdad viene aunque una no esté lista. Sus personajes llegan a encontrarse no solo con su propia banalidad y pobreza interior, sino también con la oportunidad de aceptar hasta sus fallos más patéticos.

El tema de la realización espiritual deja una huella marcada en Un hombre bueno es difícil de encontrar (1955). Se trata de uno de los relatos más conocidos de O’Connor. Comienza de una manera sencilla: una abuela va de viaje en coche de Georgia a Florida con su hijo Bailey, su nuera y sus tres nietos. La historia es cómica, burlándose de las preocupaciones superficiales de la abuela (cuando hablaba de esta historia, Flannery se referiría a ella como “la anciana tonta”). Sin embargo, la recepción del relato fue escandalosa por la abrupta violencia que sigue: un grupo de presos encuentra a la familia y los mata uno a uno. La abuela es la última en morir. Después de matarla, su asesino, el líder de los presos —conocido como “the Misfit” [el Desequilibrado]— dice a sus compañeros que “habría sido una buena mujer si hubiera tenido a alguien cerca que le disparara cada minuto de su vida”. No es sorprendente que esta frase concentrara el disgusto de críticos y lectores.

El final de este cuento también me causó cierta angustia cuando lo leí por primera vez. ¿Cómo una vida puede acabar de una manera tan abrupta, con tan poca compasión y sin preparación alguna? En realidad, O’Connor sabía la respuesta mejor que nadie. A los veinticinco años fue diagnosticada de lupus eritematoso, la misma enfermedad autoinmune que había matado a su padre en 1941. Aunque el pronóstico inicial era prometedor, los síntomas de su enfermedad comenzaron a causar efecto rápidamente, limitando su movilidad y sus fuerzas. Murió catorce años después. 

O’Connor sabía que su vocación era la escritura y su encuentro con una muerte inminente le dio un sentido de urgencia para completar su misión. Un hombre bueno es difícil de encontrar sugiere que la conciencia de su vocación no le deja lugar para la vanidad. Su protagonista manifiesta una preocupación por valores que no le ayudarán en sus últimos momentos. La abuela se prepara para el viaje con un sombrero que aseguraba que “en caso de accidente, cualquiera que la viera muerta en la carretera sabría al instante que era una dama”. Insiste en dar una vuelta para visitar una mansión que conocía de niña; miente a sus nietos para suscitar su interés al decirles que hay un panel secreto en la casa y Bailey se ve obligado a cambiar de ruta para calmar el alboroto que la abuela ha causado en sus nietos.

Aunque estos episodios no carecen de humor e ironía, sirven como motivo de su muerte. El desvío en el que tanto insiste les lleva a encontrarse con sus asesinos después de un accidente. El sombrero quedará roto y arrojado en el suelo, donde ella misma yacerá muerta. Que las intenciones de la abuela nunca fueran malévolas no tiene importancia: sus manipulaciones y prioridades desordenadas impiden que la familia llegue a su destino, llevándolos a la muerte. Sin embargo, el desarrollo espiritual de la protagonista no aparece hasta su diálogo con el Desequilibrado acerca del bien y el mal: “Si rezaras, Cristo te ayudaría”, llega a decirle. Después del asesinato de su familia, la abuela experimenta un cambio radical. Al ver al Desequilibrado con la camisa de su hijo, lo toca exclamando: “¡Si eres uno de mis niños! ¡Eres uno de mis hijos!”. Este retrocede “como si le hubiera mordido una serpiente” y le dispara a la abuela en el pecho. Es un final estremecedor, muy propio de Flannery O’Connor.

Aunque su prosa es elegante y poderosa, su contenido es violento, morboso e inquietante. La belleza es un medio que O’Connor utiliza para ir más allá de la vanidad y del pecado, para que, al encontrarse con uno mismo, pueda encontrarse también con Dios. La muerte de la abuela es, en toda su violencia, un acto de redención. Por primera vez en el cuento, la abuela acepta la oportunidad de amar a otro. Reconoce su identidad de madre, dispuesta a querer al hombre que tiene su vida en las manos. Para O’Connor es el momento de gracia al que estamos llamados. La vida, la obra y el tiempo llegan en el momento en que los aceptamos”.

Hasta aquí la poderosa descripción de Teresa Kamel acercándonos a Flannery O’Connor a partir de su relato Un hombre bueno es difícil de encontrar. La lectura de este y de sus demás relatos es muy recomendable para quienes deseen ser vapuleados en lo más íntimo. Aunque quizá no sea adecuada para personas más sensibles, O’Connor puede hacer reaccionar a algunos jóvenes de hoy.

El autorMaría Teresa Kamel y Jaime Nubiola

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En la muerte de un hombre bueno

«Al experimentar la muerte de mi padre, un hombre normal y profundamente bueno, he podido reflexionar sobre la transcendencia que tienen las vidas de tanta gente que quizá no sean famosas pero que dejan un surco profundo con su acierto al establecer las prioridades de su existencia. Como dice aquella célebre frase de Stephen Covey: lo más importante es que lo más importante sea lo más importante. Y me parece que eso se ve especialmente al final de la vida de alguien»

20 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Este mes de julio pasado pude llevar a mis padres, de 83 y 79 años respectivamente, a ganar el Jubileo en la Catedral de Santiago de Compostela. Fue un día especialmente bonito y mi padre, ferrolano que estudió Derecho en la ciudad del Apóstol hace muchos años, estaba especialmente contento y nos iba hablando de los lugares que había frecuentado en su ya lejana juventud. Semanas antes había publicado un artículo en Omnes sobre La tumba de Santiago el Mayor, uno de sus temas más estudiados.

Algo más de un mes después, una mala caída en la casa donde pasaban sus vacaciones le fracturaba la cadera y, tras 18 días de complicaciones, fallecía en un hospital de la ciudad donde había nacido. Afortunadamente, los días previos pudo despedirse de su esposa y de sus hijos, con una paz y una tranquilidad de conciencia que son el mayor tesoro en esos decisivos momentos. Antes había podido recibir los últimos sacramentos de mano de un hijo suyo sacerdote.

En las muchas conversaciones que mantuve con él a lo largo de los años que pude disfrutar de su trato, pues además de mi padre puedo decir que era mi mejor amigo, me supo transmitir las prioridades que había tenido durante toda su vida. Hombre profundamente creyente, para él lo primero era su trato con Dios, inmediatamente después su familia y después su trabajo, y luego todo lo demás. Y creo que ese orden de prioridades le permitió morir con paz y serenidad.

Alejado de Dios en su juventud, recuperó la fe al terminar la carrera y, desde entonces, apoyó su vida sobre la roca de la fe en Jesucristo, Dios y Hombre, dentro de la Iglesia Católica. Después conoció a mi madre, una mujer valiente y de convicciones firmes, y eso fue decisivo para su vida y para la de todos sus hijos. La pertenencia de los dos al Opus Dei fue una gran ayuda para su vida y para la educación cristiana de sus hijos, como reconoció agradecido mi padre en su lecho de muerte.

No le faltaron dificultades y sinsabores en la vida, como la muerte de un hijo a los pocos días de nacer o de otra hija joven madre de cuatro hijos por cáncer o diversas enfermedades suyas y de algunos de sus siete hijos. O dificultades laborales, que también las tuvo. Todas ellas las afrontó con entereza y serenidad, confiado en que Dios “aprieta pero no ahoga” y que, como decía Santa Teresa de Ávila, “duramente trata Dios a los que quiere”.

Funcionario de la Administración pública del Estado, era un gran aficionado a las Humanidades, especialmente a la Historia. En sus escasos ratos libres aprovechaba para leer e ir enriqueciendo su biblioteca que le ilusionaba que aprovecháramos sus hijos y amigos. Supo transmitir su amor por la lectura a sus hijos pues estaba convencido de que es algo fundamental si se quiere conseguir un pensamiento crítico y no ser manipulados por las modas del momento.

Gran amante de los clásicos, le gustaba citar la “aurea mediocritas” de Horacio como el ideal de su vida, algo así como la vida del hombre corriente. Apasionado cinéfilo, disfrutaba mucho con las películas de Frank Capra, que tan bien perfiló ese hombre corriente americano, profundamente honrado, hasta la ingenuidad, y profundamente humano. En su juventud pintó unas bellas acuarelas de paisajes gallegos, afición heredada de su padre, y ganó algunos premios de pintura en Santiago, Madrid y Portugal.

Nacido al final de la Guerra Civil española, vivió la posguerra y fue educado por sus padres en la austeridad y la necesidad de trabajar y esforzarse para salir adelante. Durante el franquismo, no fue simpatizante del régimen, pero como a muchos de su generación le molestaron después algunas mentiras que se han dicho sobre aquellos años. La Transición suscitó en él grandes esperanzas y algunos desengaños. Al final de su vida era consciente de que la política es difícil y alertaba sobre las promesas incumplidas de muchos políticos que prometen soluciones sencillas a problemas complejos.

Siendo un hombre reservado, era de trato muy cordial y fue apreciado por sus jefes y compañeros de trabajo, así como por todos los vecinos que asistieron en buen número a su funeral. Persona de convicciones firmes, sabía dialogar y respetar a los que no pensaban como él, especialmente en sus últimos años de vida. No soportaba bien a los fanáticos de uno u otro signo.

Hay mucha gente buena y honrada que muere todos los días sin hacer ruido, pero que contribuyen infinitamente más al bien común que otras personas que pasan unos años en el “candelero”

Santiago Leyra

Hago este repaso de su vida consciente de que muy probablemente en ella no se encuentre nada digno de ser trasladado al cine o a la literatura. Fue un hombre normal, con muchas virtudes y algunos defectos. No le gustaba nada hablar en público ni ser el centro de atención, por su temperamento. Una de sus características principales era su incapacidad de mentir.

Y también soy consciente de que la vida de mi padre no ha sido única. Estoy convencido de que hay mucha gente buena y honrada que muere todos los días sin hacer ruido, pero que contribuyen infinitamente más al bien común que otras personas que pasan unos años en el “candelero” y que a veces cambian su alma por una temporada en el poder o bajo los focos de las cámaras.

Con mi padre, se está yendo una generación a la que creo tenemos mucho que agradecer los que venimos detrás. Gente normal y corriente, que ha tratado de cumplir con su deber y sacar a su familia adelante. En esta época donde se respira un cierto pesimismo ante el presente y el futuro, he querido resaltar una de esas vidas buenas que consiguen llegar a la meta de todo hombre honrado: ser querido por los suyos y que le despidan con agradecimiento.

Ah, mi padre se llamaba Ángel María Leyra Faraldo.

Foco

Educación digital. El delicado equilibrio

Familias y educadores se encuentran con un complejo ecosistema de pantallas en las que, en ocasiones, la gestión de tiempo, libertad y necesidad se antoja difícil. La tecnologización de la vida es ya una realidad con la que convivimos y ante la que, como en todo, lo principal es “meter cabeza”. 

Maria José Atienza·19 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 6 minutos

Sólo en el primer trimestre de 2021 el número de móviles vendidos alcanzó los 354,9 millones en todo el mundo, y se calcula que el 70% de la población mundial dispone de un teléfono móvil. Según los datos que publica Ditrendia, más de la mitad del tráfico web en el mundo se realiza desde el móvil, y la media de tiempo de uso supera ya las 3 horas y media. Sumando las horas, dedicamos al móvil más de mes y medio al año -48 días- ya sea por gestiones, compras online o consumo de ocio a través de los dispositivos móviles. 

Nuestro mundo es un mundo de pantallas, y esto no significa que sea peor o mejor que los anteriores o los futuros. Es el que es, y por ello, conocer y entender este entorno digital, así como, ser conscientes de que la tecnología puede ser una aliada y no una enemiga en nuestro día a día, no puede verse como una utopía sino como“una necesidad”. Así piensa María Zalbidea, analista de tendencias y madre de 4 hijos que se ha convertido en una referencia en el ámbito de lo que podríamos llamar “educación digital”. 

Desde hace años, a través de su blog Cosiendo la brecha digital, el libro del mismo título y colaboraciones con distintas entidades, María ayuda a familias y educadores a entender y gestionar el mundo digital en el que nos encontramos y los comportamientos derivados de esta realidad que afectan, en gran medida, a las relaciones familiares. 

Con gran claridad explica a Omnes que “es un ejercicio de responsabilidad paterna saber qué están haciendo tus hijos en internet, qué les gusta ver, compartir, con qué vibran…a partir de ahí tendrás materia para poder educar, charlar con ellos y conectar de verdad con tus hijos. Si no entendemos que la tecnología puede ser una aliada en lugar de una intrusa y una enemiga, seguiremos dando la espalda a la realidad del mundo en el que viven nuestros hijos. Eso no excluye que tenemos que ser conscientes y trabajar mucho en las familias sobre lo bueno que podemos extraer de esa tecnología que se ha instalado en nuestros hogares y aprender a usarla en nuestro beneficio”.  

La pandemia tecnológica

El primer trimestre de 2020 precipitó la digitalización de muchos de nuestros comportamientos. La llegada de la pandemia, el confinamiento y la alteración de las rutinas laborales y sociales de millones de personas hizo que, durante el primer estadio de la pandemia, el tiempo de uso de las aplicaciones móviles creciera un 30 % en China, en Italia un 11 % mientras que en países como Chile o España el crecimiento experimentado fue en torno a un 6 %. 

Hay que señalar que, durante estos meses, la tecnología permitió y facilitó aspectos tan importantes como la continuidad del trabajo  y el estudio o las clases online. También sirvió, en no pocas ocasiones, para conocer y ser conscientes de los hábitos tecnológicos de las personas con las que convivimos. 

En cierta medida, la convivencia casi obligada con la tecnología ha recortado distancias en muchas familias en la que, en ocasiones, los padres se veían casi superados por la rapidez y volatilidad de los avances y modas digitales, víctimas de lo que Zalbidea denomina “la brecha digital intergeneracional”, que como ella destaca “existe y va a existir siempre. Pero como padres no podemos tirar la toalla y debemos empezar cuanto antes a coserla con puntadas, con un hilván o con grapas si hiciera falta. Si no, nos perderíamos una ocasión magnífica para educar a nuestros menores. La transformación digital que vivimos hace que todo vaya demasiado deprisa, y los padres de hoy día, somos de las primeras generaciones que educamos en un mundo hiperconectados pero es una aventura apasionante que debemos de tomar con entusiasmo. El secreto es lo de siempre: tiempo, dedicación y cariño. Con estos ingredientes conseguiremos sortear este tsunami digital y subirnos incluso a la ola”. 

A día de hoy, se han asentado comportamientos digitales encaminados a facilitar nuestra vida, como las gestiones bancarias, o las compras online en grandes negocios, pero también en entornos locales; el móvil se erige, además, como principal dispositivo de ocio, especialmente entre los más jóvenes.  Todos estos datos nos muestran un paisaje claro: vivimos en una sociedad tecnologizada. Han cambiado hábitos, se han simplificado tareas y nacen profesiones que hace, no sólo diez sino cinco años, no existían. Al tiempo, como es natural, emergen problemas derivados de la omnipresencia de los dispositivos en nuestra realidad cotidiana y a edades cada vez más tempranas. 

Son frecuentes los conflictos familiares por un uso inadecuado de la tecnología, ya sea por exceso de tiempo o por problemas más preocupantes, como pueden ser la adicción a juegos online, la relación con desconocidos, el acceso a contenidos inadecuados y la sobreexposición de menores (y mayores) o el ciberacoso, que, según los datos ofrecidos por GAD3 para Empantallados, encabezaban la preocupación de los padres viendo el comportamiento digital de sus hijos durante el confinamiento.

En este sentido, Zalbidea apunta un tema clave: si los padres o educadores no tienen, y muestran, una relación sana con el mundo digital, no la tendrán los más jóvenes. “Hablamos demasiado del uso que hacen los menores de la tecnología y nos miramos poco a nosotros mismos”, apunta esta analista de tendencias. “Cada vez estoy más convencida de que, nosotros como padres y educadores, somos los que marcamos qué relación queremos que, en nuestra familia, se tenga frente a la tecnología. De cómo utilices tú los dispositivos depende cómo se relacionan los más pequeños con ellos. Los menores nos observan, tienen que ver que procuramos tener un cierto autodominio sobre los dispositivos, que también luchamos por desconectar, que entendemos la tecnología como un complemento en nuestra vida, que tratamos de hacer un buen uso en definitiva de los medios…”. 

Conocer la identidad digital

Hacer un “censo digital” de dispositivos y dibujar un “perfil tecnológico” de los miembros de la familia son dos de las recomendaciones que, como experta en este ámbito, hace María Zalbidea a los padres cuando habla de una sana vida digital. Para Zalbidea, “es fundamental recoger datos, y más datos… Vivimos en la era del big data y todos sabemos que los datos son el petróleo del siglo XXI. Cuanto más en nuestros hogares debemos conocer qué es lo que hay”. 

¿Cuántos móviles tenemos cada miembro de la familia?, ¿conozco los perfiles de redes sociales de mis hijos?, o, ¿qué información comparto de los miembros de mi familia y a quién?, ¿cuántas veces al día miro el móvil? Todos estos datos, puestos sobre el papel, pueden asustar, porque, en muchas ocasiones, no somos conscientes ni tan siquiera de nuestra propia relación con la tecnología… pero es clave realizar este estudio personal y familiar para conocer cada vez mejor a nuestros hijos o alumnos, con el fin de “acompañarlos en este entorno digital en el que crecen y a lanzarlos para comerse el mundo en analógico y en digital. Una vez que medimos la temperatura tecnológica de nuestro hogar somos capaces de dibujar un plan a medio, corto o largo plazo que nos encaje y nos ayude”. 

Con miedo no se puede educar

Llegados a este punto surge otra de las preguntas clave en esta relación: ¿cómo superar el miedo que podemos tener a que nuestros menores se sientan vigilados y logremos lo contrario a lo que se busca? “Atrévete”, responde tajante Zalbidea, “dedica tiempo a esa plataforma que se llama Twicht que tanto le gusta a tu hijo adolescente, pregúntale quién es Ibai Llanos, qué app utiliza para hacer esos videos tan chulos que hace para los cumpleaños de sus amigos…  Eso te dará muchas pistas y te acercará a tus hijos. 

Pero, sobre todo, quítate los miedos. Con miedo no se puede educar bien. Los padres sabemos mucho más que ellos de todo: a experiencia de vida no nos ganan, aunque sepan configurar mejor los dispositivos. No saben tanto, de verdad, tenemos que conseguir no perder la autoridad delante de ellos haciéndoles ver tantas veces lo inmigrantes digitales que nos sentimos. Es el momento de hacer un curso, leer un buen libro, escuchar un podcast… Hay muchos recursos en la red que nos pueden ayudar a enfocar la educación digital como un acompañamiento. No podemos estar todo el día pensando que debemos vigilar lo que hacen: es más cuestión de guiar y acompañar para conectar con ellos y así poder protegerles”. 

Predicar con el ejemplo 

La inquietud de padres y educadores no es vana. A los problemas físicos relacionados con la obesidad o las pérdidas de visión que está generando la sobreexposición a las pantallas se suman los no menos preocupantes problemas de salud mental: ansiedad, estrés, insomnios, vejaciones, trastornos alimenticios, ciberacoso y depresiones que se relacionan directamente con la constante presencia en redes sociales. 

La necesidad de una dieta sana en el ámbito digital es tan importante como en el ámbito físico. Y la realidad es que la “falta de cabeza” en la red no es sólo patrimonio de los adolescentes. En torno al 25 % de los niños tiene presencia en internet incluso antes de nacer, porque sus padres publican imágenes de las ecografías durante el embarazo. Unas cifras que, desde el nacimiento y hasta los 6 meses de vida avanzan hasta superar el 80 % de los niños. Se comparten y publican no sólo fotografías sino, también,  explicaciones de lugares, aficiones, juegos que les gustan, comidas e incluso, momentos “vergonzantes” como rabietas o el baño son exhibidos en la red. Una situación de clara inseguridad digital real a la que exponemos a nuestros menores.

Ante este tipo de comportamientos, María Zalbidea es clara: “Nunca ha sido tan importante educar con el ejemplo. Nosotros somos los primeros que tenemos que demostrar que somos capaces de cuidar y gestionar la huella digital de nuestros hijos, desde que son bien pequeños, sin someterlos a una sobreexposición desmedida. 

Si nosotros no cuidamos la actitud reflexiva ante lo que leemos y compartimos en las redes sociales ¿cómo vamos a pretender que lo haga un adolescente? Si nosotros estamos siempre mirando las actualizaciones de nuestros smartphones ¿cómo vamos a pedir a ellos que tengan medida y tiempos responsables de uso? 

Sin embargo, si ven que tenemos intención de cuidar nuestro bienestar digital y el de los miembros de la familia, eso ayudará a que nuestros menores tengan ilusión por gestionar su relación con la tecnología de una forma responsable y saludable”.

Mundo

Apadrina un obispo para rezar por él

La iniciativa de la alemana Claudia Langen se propone impulsar la oración por los obispos, y cuenta ya con más de dos mil personas implicadas. Así lo explica en esta entrevista para Omnes.

José M. García Pelegrín·19 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Hace año y medio, Claudia Langen —53 años, casada y con hijos mellizos de 21 años; vive en Wachtberg, cerca de Bonn— lanzó una iniciativa para rezar por los obispos: «padrinos de oración» cuenta ya con más de dos mil personas. Conversamos con la Sra. Langen sobre esta iniciativa.

– ¿Cómo surgió esta iniciativa?

Comenzó concretamente con una conversación, en el marco del acompañamiento espiritual, con el obispo auxiliar de Colonia Dominik Schwaderlapp; me dijo que sería bueno que se rezase más por los obispos, pues estaba preocupado por las divisiones internas y por la necesidad de una renovación interior en Alemania. Era —un segundo, que lo reviso en la agenda— el 6 de marzo de 2020.

De camino a casa me dije a mí misma: la solución sería encontrar un «padrino de oración» para cada uno de los 69 obispos que, contando los ordinarios y los auxiliares, hay en Alemania. En el tren iba pensando en las «locomotoras» (los multiplicadores) de que disponemos en la iniciativa con la que distribuimos en el cine alemán películas espirituales (p.ej. La última cimaFátima: el último misterioEl mayor regalo, etc.). Son personas de toda Alemania, muchos de ellos con una intensa vida de oración. Me puse enseguida a llamar por teléfono.

– ¿Cuánto tiempo le llevó encontrar a esas 69 personas?

En tan solo semana y media conseguí que 69 personas se comprometieran a hacerlo. ¡Fue increíble! Entonces me planteé la cuestión de cómo distribuirlos. Si hubiera dejado que cada uno eligiera a su «apadrinado» no hubiera terminado nunca. Se me ocurrió, y así se lo dije a Mons. Schwaderlapp, que lo sorteáramos: él tenía una caja con los nombres de los padrinos en tiras de papel y yo otra con los de los obispos de igual forma, y así sacamos alternando el nombre del padrino o la madrina y el del obispo correspondiente. El 17 de marzo de 2020 teníamos la primera ronda de apadrinamientos de oración. 

– Pero no se quedaron ahí…

Efectivamente; muchas de esas personas me dijeron que tenían un pariente o un amigo al que también le gustaría apadrinar a un obispo. Por eso, le comenté a Mons. Schwaderlapp: «¿Qué hacemos? No quiero impedir a nadie que rece». Su respuesta: «Comience con una segunda vuelta». Lo dimos a conocer más; por ejemplo a través de la agencia católica de noticias KNA. Así, en un solo día me llegaron 160 correos electrónicos.

También el semanario católico Die Tagespost publicó un texto online y un artículo en papel, lo cual hizo que escribieran muchísimas personas. Dimos entrevistas a Ayuda a la Iglesia Necesitada y a la televisión EWTNRadio Horeb trató el asunto en varias ocasiones. Sucedió en el momento correcto: debido al cierre de los cines por la pandemia, disponía de más tiempo para dedicarme a ello.

– ¿Cuántas personas participan ahora en la iniciativa? 

Vamos por la ronda número 33; concretamente —un momento, que abro la tabla Excel— llevamos 2.275 personas. 

– ¿Qué le dice cuando propone a alguien ser padrino o madrina de oración de un obispo?

Ahora ya no llamo a nadie; sucede lo contrario, que me llaman a mí. Pero al principio les decía sencillamente que los obispos tienen mucha responsabilidad y más ahora, en tiempos difíciles, que sería muy bonito que rezaran por ellos. 

– ¿A qué se refiere con tiempos difíciles?

En este año y medio que llevo con la iniciativa he podido ver que muchas personas se han vuelto más críticas, más escépticas. Al principio de la pandemia las iglesias estaban cerradas, no se celebraban Misas… Esto ha dolido mucho a la gente, pero ha dado pie a mantener muchas conversaciones sobre la fe y la Iglesia.

– Aparte de los medios católicos, ¿consigue la iniciativa llegar a nuevos círculos de personas? 

Es muy difícil llegar a otros medios, más allá de los católicos. En realidad, yo no quería salir de un plano personal; pero cuando se fue ampliando el círculo comenzamos a imprimir unos folletos y también lanzamos una página web de la iniciativa (https://betenfuerbischoefe.de), para lo cual fundamos una asociación llamada Glaube versetzt Berge (La fe mueve montañas). Hemos distribuido más de 36.000 folletos por toda Alemania, principalmente a través de los padrinos, de persona a persona. Para mí, lo más importante es que se haga de modo voluntario y que se sienta gozo en la oración. La amplitud de los que asumen el padrinazgo es muy grande: la madrina más joven tiene 11 años —antes de nombrarla, hablé con su abuela para pedirle permiso— y la mayor, 96.

Entre ellos hay muchos jóvenes. Por ejemplo Lukas Klimke, que formaba parte de la primera ronda y que la próxima semana ingresará en el seminario sacerdotal de Paderborn. Hay muchas religiosas y unos 80 a 100 sacerdotes. Además, la iniciativa se está internacionalizando: rezan no solo alemanes; se nos han unido personas de México y Brasil, a través de una comunidad española en Friburgo; pero también hay padrinos de Inglaterra, Francia, España… En algunos casos son alemanes que viven en el extranjero; en otros, personas de dichos países, que rezan por los obispos alemanes. Los casos más exóticos son los de una persona residente en Tokio y otra en China, que supieron de la iniciativa por el artículo en Die Tagespost.

– ¿Se extiende la iniciativa a otros países? 

Después de una entrevista que mantuve en enero con Claudia Kaminski en K-TV me escribió Anna Reindl desde Austria para poner en marcha allí esta misma iniciativa; desde el 25 de marzo existe la iniciativa «padrinos de oración» para rezar por los obispos austríacos. Y ya son más de mil personas. Esto es un regalo del cielo; no lo puede hacer uno con sus propias fuerzas.

Todo esto ha venido de la mano de Dios: que a través del vicario general de Colonia, Markus Hofmann, comenzara a tener una devoción a la Virgen que antes no tenía —ahora organizo con él las peregrinaciones de la diócesis de Colonia a Fátima, a lo que también ha contribuido la película de Andrés Garrigó sobre Fátima—, que después continuara la dirección espiritual con Mons. Schwaderlapp…

– ¿Cómo mantienen el contacto con lo que podríamos llamar la red de apadrinamiento?

Enviamos a cada una de estas personas un correo electrónico informativo, cada seis u ocho semanas, para mantener la «familia de oración». En la primavera, poco antes de la Asamblea de la Conferencia Episcopal, organizamos un livestream desde la parroquia, aquí en Wachtberg (cerca de Bonn), del que se ocupó uno de mis hijos. Era la primera vez que nos reuníamos, al menos virtualmente, más de 300 padrinos de oración. El 5 de junio, festividad de San Bonifacio, tuvimos una Santa Misa en el santuario mariano de Kevelaer, que retrasmitieron Radio Horeb y EWTN.

El 20 de septiembre comienza una nueva Asamblea de la Conferencia Episcopal. En esas fechas estaré con la familia de vacaciones, pero viajaremos a Gräfelfing, en Baviera, donde con unos sacerdotes de la comunidad Emmanuel organizaremos el viernes 17 una velada de oración por los obispos. Hemos preparado ya un livestream y probablemente la retrasmita también EWTN. No pararemos de rezar por los obispos, aunque lleguemos a los diez mil padrinos.

España

Torreciudad viste de flores a la Virgen en el Día de las Familias

Más de 15.000 claveles blancos ofrecidos por familias y particulares han adornado el presbiterio del Santuario de Torreciudad que hoy ha celebrado el Día de las Familias.

Maria José Atienza·18 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

El santuario de Torreciudad ha celebrado hoy su tradicional Día de las Familias que ha contado con participación presencial y a distancia. La jornada ha comenzado a las 12:00 h. con la celebración de la Santa Misa solemne, oficiada por el rector del santuario, Ángel Lasheras. En su homilía ha pedido vivir muy unidos al Papa Francisco, rezando por su persona y sus intenciones, y ha comentado una frase pronunciada por el Santo Padre en la apertura del Año dedicado a la Familia que convocó el pasado mes de marzo: “apoyemos a la familia, defendámosla de todo lo que comprometa su belleza. Acerquémonos a este misterio del amor con asombro, discreción y ternura“.

Por la tarde, los fieles han rezado el Rosario por los soportales de la explanada, acompañando la imagen peregrina de la Virgen de Torreciudad. La jornada ha concluido con la Bendición con el Santísimo Sacramento desde el altar al aire libre. Los grupos participantes más numerosos han venido desde Madrid, Barcelona, Zaragoza, Valencia, Huesca, Burgos, Granada, Santander y San Sebastián, en viaje organizado por parroquias y varios centros educativos.

Un manto de claveles

Un grupo de jóvenes voluntarias ha estado trabajando durante toda la víspera para poner las flores en la escalinata del presbiterio del templo, bajo la imagen de la Virgen de Torreciudad para conformar un manto de 15.000 claveles blancos ofrecidos por familias de todas las comunidades autónomas de España y de otros 23 países: Alemania, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Croacia, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Filipinas, Guatemala, Honduras, Inglaterra, Irlanda, Italia, México, Panamá, Paraguay, Peru, Portugal, Puerto Rico y Suiza.

mNTO FLORES
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Ecología integral

Lo natural como categoría moral

¿Dónde queda el concepto de naturaleza que empleamos, por ejemplo, al hablar de ley natural, de comida natural o de teología natural? ¿Por qué la Iglesia habla de ecología? ¿De qué modo se relacionan la naturaleza y la finalidad de las cosas? Son algunos de los elementos que se abordan en este artículo.

Emilio Chuvieco y Lorenzo Gallo·18 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 7 minutos

Hace unos años, buscando información en internet, caí en un sitio web llamado ecosofía, en donde brindaban información sobre temáticas relacionadas con filosofía y ambiente. Me llamaron la atención alguna de las respuestas que aparecían allí sobre lo que entendían los seguidores del sitio por naturaleza. Transcribo dos: “La naturaleza, es todo lo que el hombre no creó con sus propias manos, es decir: el aire, el agua, la tierra, los animales, las plantas y otros”; “La naturaleza es todo lo que tenemos a nuestro alrededor excepto lo que ha hecho el hombre, por supuesto”.

Parece que estas personas, sin duda interesadas por la conservación de la naturaleza, entienden la naturaleza como un entidad externa y ajena al ser humano. Ahora bien, si el ser humano no es parte de la naturaleza, ¿de qué es parte? Por otro lado, en ese planteamiento, el concepto de naturaleza se reduce a los elementos biofísicos que forman el ambiente que nos rodea. ¿Dónde queda el concepto de naturaleza que empleamos, por ejemplo, al hablar de ley natural, de comida natural o de teología natural?

Se ve que la palabra naturaleza puede aplicarse con muy distintos sentidos, que pueden parecer equívocas, pero que tienen una unidad si pensamos las cosas con más hondura. Siguiendo el pensamiento griego, naturaleza sería lo que constituye a algo como tal: la naturaleza canina explica lo que un perro es y hace, así como la naturaleza arbórea nos permite entender y diferenciar un árbol de otras plantas o seres inanimados. La naturaleza es el ambiente, sin duda, con todos sus componentes: seres humanos, animales, plantas, suelo, clima, etc., pero también es lo que hace que un determinado ambiente sea distinto de otro. Conservar la naturaleza es conservar las características intrínsecas de ese ambiente, lo que le hace ser un humedal, un hayedo o una pradera herbácea, frente a la transformación que pudieran los seres humanos introducir (no hemos de olvidar que también los seres no humanos introducen cambios en los ecosistemas, que son por definición dinámicos).

Así las cosas, conservar la naturaleza es conservar lo que las cosas son, y eso aplica a los paisajes, pero también a los animales, las plantas y, por qué no, al ser humano. De ahí que sea razonable hablar de una ecología humana, que nos llevaría a buscar un equilibrio vital con las características más hondas de nuestra constitución.

Desde hace varias décadas, distintos autores –en su afán de deconstruir cualquier concepto clásico- niegan que exista una naturaleza humana, entendida como el conjunto de valores universales que nos afectan a todos los seres humanos. Siendo consecuentes con ese planteamiento, solo queda acogerse a un relativismo moral, en donde cada uno defiende unos valores propios sin pretender extenderlos a otros. En la práctica, ese relativismo dificulta enormemente establecer principios morales de validez universal y, por tanto, asentar cualquier declaración de derechos humanos que garantice igual dignidad para cualquier persona, independientemente del lugar y época en la que viva.

Así las cosas, conservar la naturaleza es conservar lo que las cosas son, y eso aplica a los paisajes, pero también a los animales, las plantas y, por qué no, al ser humano. De ahí que sea razonable hablar de una ecología humana.

Emilio Chuvieco y Lorenzo Gallo

En nuestra opinión, la conservación de la naturaleza, cada vez más vinculada al concepto de desarrollo integral, debería ligarse también a una revaloración de lo natural como criterio objetivo de sanción moral.

Siguiendo el enfoque ético propuesto por Aldo Leopold, uno de los pioneros del conservacionismo: “Algo es correcto cuando tiende a preservar la integridad, estabilidad y belleza de la comunidad biótica. Es incorrecto cuando tiende a otra cosa” (Una Ética de la Tierra, 1946). Siguiendo esta idea, podríamos afirmar que algo es moralmente adecuado cuando es natural, cuando sigue lo que corresponde a la naturaleza de una “comunidad biótica”. Si aplicamos esto al ser humano, podríamos usar ese criterio “ecológico” para calificar algo como moralmente bueno si es natural al ser humano. Claro está, identificar lo moral con lo natural lleva consigo ponernos de acuerdo en definir a fondo qué significa el concepto “natural” y después cómo se aplica a la naturaleza humana.

Los significados de «natural»

Usamos la palabra natural en varios contextos que no tienen, en nuestra opinión, una sanción moral univoca. Por un lado, usamos natural como sinónimo de normal, de lo que se hace habitualmente. Claro está que alguien que haga cosas no habituales o incluso anómalas, como teñirse el pelo de verde, no tiene por qué estar cometiendo una inmoralidad.

Tampoco parece moralmente reprobable cuando calificamos de natural a una conducta que se produce espontáneamente en determinadas personas. Lo natural a un autista es que hable poco y eso no lo hace peor persona. Tampoco implica lo contrario: que toda conducta espontánea sea moralmente buena. Un ladrón puede tener tan arraigado ese mal hábito que le lleva a hacerlo espontáneamente, y eso no le convierte en mejor individuo.

En tercer lugar, podemos calificar como natural algo que se produce sin intervención humana. En este sentido, tampoco podemos asignar calificación moral a esa naturalidad, o a esa falta de naturalidad en el caso de las acciones artificiales, ya que hay intervenciones humanas que son muy buenas, aunque no sean naturales, como sería operar a un enfermo o construir una casa. Finalmente, cuando empleamos la palabra natural para referirnos a fenómenos que ocurren siguiendo unas leyes de la naturaleza, tampoco deberíamos calificarlas moralmente. Un terremoto o una erupción volcánica no son en sí malas o buenas, aunque a veces tengan efectos que si puedan calificarse así.

Hemos dejado para el final lo que consideramos el núcleo de esta reflexión. Lo que califica que algo natural sea bueno en sí mismo no es por ninguna de las cuatro acepciones antes indicadas (lo normal, lo espontáneo, lo no-artificial o lo producido por el ambiente), sino por el hecho de que corresponda a la naturaleza de ese ser, principalmente del ser humano. En este sentido, y extendiendo la cita previa de Leopold, algo sería bueno cuando es propio de la naturaleza humana y sería malo cuando va contra ella. En suma, algo que vaya contra nuestra naturaleza sería antinatural, y por tanto moralmente reprobable. Este principio ha estado presente en la cultura clásica, como puede verse en la voluntaria entrega de Antígona ante la ley injusta de Creonte o en los escritos de Cicerón, y continuó con el cristianismo hasta la ruptura que supuso el empirismo y la Ilustración, donde se plantearon fuentes alternativas de moralidad que han acabado por ser propuestas vacías de contenido concreto, y han dejado lugar a la ética del acuerdo (es moral aquello que acordamos que lo sea) o al positivismo jurídico (es moral lo que la ley dice que es moral).

Lo que califica que algo natural sea bueno en sí mismo es el hecho de que corresponda a la naturaleza de ese ser, principalmente del ser humano.

Emilio Chuvieco y Lorenzo Gallo

La Iglesia católica sigue considerando que la naturalidad, entendida en el sentido más profundo del término, es un principio moral válido, tal y como recoge la última edición del catecismo: «Respetar las leyes inscritas en la Creación y las relaciones que dimanan de la naturaleza de las cosas es, por lo tanto, un principio de sabiduría y un fundamento de la moral» (Compendio, n. 64). Puede aplicarse a muchos aspectos moralmente controvertidos, como sería, por ejemplo, el aborto, la eutanasia o la regulación de la natalidad. A fin de cuentas, ¿qué diferencia a la regulación natural de la contracepción, por ejemplo? Básicamente en que una es natural (respeta los ciclos naturales de la fecundidad femenina) y otra no (los impide, de hecho), y de ahí que la primera sea admitida moralmente por la Iglesia y la segunda no (aquí hablamos del objeto en sí, no de la intención del agente, que puede convertir en moralmente inadecuado un acto bueno, pero nunca al revés).

¿Quiere esto decir que cualquier intervención humana (por tanto, no natural) sea moralmente criticable? No, solo lo será cuando sea propiamente anti-natural, o dicho de otra forma, cuando contravenga el sentido profundo de nuestra naturaleza. Operar de un ojo para devolver la vista a un paciente o hacerle diálisis de riñón es no-natural, pero se orienta a recuperar una función natural que se ha perdido o debilitado (por tanto, no es antinatural).  Por su parte, las intervenciones médicas ligadas a la contracepción son las únicas que se realizan para reprimir lo que funciona correctamente, contraviniendo su curso natural: parece obvio recordar que estar embarazada o ser fértil no es una enfermedad. En la misma línea, una cosa es intervenir para evitar el dolor a un enfermo crónico y otra eliminarle.

Estas reflexiones también pretenden conectar la ecología natural con la humana, de la que han hablado los últimos papas, que supone aplicar a nuestra naturaleza el respeto profundo que también se debe al ambiente. Benedicto XVI subrayó este enfoque en Caritas in Veritate: “…cuando se respeta la «ecología humana» en la sociedad, también la ecología ambiental se beneficia (…) Si no se respeta el derecho a la vida y a la muerte natural, si se hace artificial la concepción, la gestación y el nacimiento del hombre, si se sacrifican embriones humanos a la investigación, la conciencia común acaba perdiendo el concepto de ecología humana y con ello de la ecología ambiental.

Es una contradicción pedir a las nuevas generaciones el respeto al ambiente natural, cuando la educación y las leyes no las ayudan a respetarse a sí mismas. El libro de la naturaleza es uno e indivisible, tanto en lo que concierne a la vida, la sexualidad, el matrimonio, la familia, las relaciones sociales, en una palabra, el desarrollo humano integral» (n. 51). También el papa Francisco ha recordado la necesidad de abordar la ecología desde una perspectiva integral, que afecta no solo al ambiente sino a las personas, incluyendo también su esfera moral: «La ecología humana implica también algo muy hondo: la necesaria relación de la vida del ser humano con la ley moral escrita en su propia naturaleza, necesaria para poder crear un ambiente más digno» (n. 155).

Es una contradicción pedir a las nuevas generaciones el respeto al ambiente natural, cuando la educación y las leyes no las ayudan a respetarse a sí mismas.

Emilio Chuvieco y Lorenzo Gallo

Finalmente, ¿por qué deberíamos considerar lo natural como categoría moral? Precisamente porque es lo más genuino a la persona, lo que le define más íntimamente y, en consecuencia, lo que garantiza la consecución de su propia perfección.

Si somos creyentes, porque la naturaleza humana ha sido querida por Dios: no nos toca a nosotros “mejorarla” (como pretenden los transhumanistas); si somos evolucionistas (creyentes o no) porque es el estado más avanzado del desarrollo natural, y sería muy pretencioso por nuestra parte alterarlo. En ambos casos, una razón adicional sería que lo natural no tiene efectos secundarios negativos, precisamente porque está en perfecto equilibrio con lo que somos.

Sabemos bien que maniobrar contra la naturaleza siempre tiene consecuencias negativas. Las tiene en ecología ambiental (deforestar un bosque en la cabecera de un río, llevará a inundaciones aguas abajo), y también en ecología humana (la decadencia de la familia es consecuencia, en buena parte, de la revolución sexual de los 60-70s). Conservar la naturaleza, en consecuencia, no solo lleva consigo conservar los ecosistemas para que sigan funcionando establemente, sino también conservar nuestra propia naturaleza, evitando aquellas acciones que la deterioran, buscando un equilibrio entre las tres dimensiones que la componen: animal, social, racional-espiritual.

El autorEmilio Chuvieco y Lorenzo Gallo

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Ecología integral

Lecciones de la pandemia del Covid-19 para los cuidados paliativos

Cada año en Europa necesitan cuidados paliativos más de cuatro millones de personas, pero pronto serán cinco, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

Rafael Miner·18 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 7 minutos

La pandemia del Covid-19 y sus variantes nos ha obligado a volver a mirar a la muerte de frente, y a todo aquello que la rodea. Se hace necesaria una reflexión para sacar consecuencias positivas de la experiencia. Y además de las instituciones sanitarias, de los profesionales, de las enfermeras, de los cuidadores, expertos del ámbito académico lo están haciendo ya.

Por ejemplo, el médico y sacerdote Pablo Requena, delegado del Vaticano en la Asociación Médica Mundial, miembro del Comité de Ética de la Hospital Pediátrico Bambino Gesú de Roma, y profesor de la Universidad de la Santa Cruz en Roma, acaba de escribir un libro de 140 páginas titulado La buena muerte, con el sugerente subtítulo Dignidad humana, cuidados paliativos y eutanasia.

El libro será reseñado en la revista Omnes de octubre, pero podemos entresacar ya alguna idea, que sirve al propósito de estas líneas. Dice Pablo Requena: “En muchos de los debates actuales se enfrentan la eutanasia y los cuidados paliativos. ¿Es adecuada esta confrontación? ¿No se podría considerar la eutanasia o el suicidio asistido un último instrumento dentro del arsenal de cuidados paliativos? En las páginas que siguen se intenta explicar por qué la respuesta a esta última pregunta es negativa. La eutanasia no debería formar parte de la medicina porque va en contra de su finalidad, de sus métodos y de su práctica”.

Los cuidados paliativos son apoyados de forma notoria por la Santa Sede, al ser considerados como una atención integral de los pacientes con un sufrimiento intenso en una enfermedad grave, de forma interdisciplinar, con el fin de mantener su bienestar y calidad de vida. Así lo reflejó el White Book for Global Palliative Care Advocacy, Libro Blanco en el que expertos de todo el mundo, convocados por la Pontificia Academia de la Vida, y coordinados por el equipo de investigación Atlantes del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra, estudiaron fórmulas para promover los cuidados paliativos.

Requena se refiere en el libro a pioneras y pioneros de los cuidados paliativos, como Jeanne Garnier, mujer joven de Lyon que en 1835 perdió a su marido y a sus dos hijos pequeños, y que a punto de desesperarse, su fuerte anclaje en la fe le ayudó a salir adelante, hasta comenzar una labor asistencial para moribundos abandonados por la sociedad. Así nació la Asociación de las Damas del Calvario (1842).

El autor menciona asimismo a Rose Hawthorne Lathtrop, Florence Nightingale, y desde luego a Elisabeth Kübler Ross, “médica suiza que desarrolló buena parte de su trabajo en Estados Unidos, y conocida sobre todo por su libro Sobre la muerte y los moribundos (1969), donde recoge la experiencia de muchos años y millares de horas pasadas al cabezal de los enfermos, muchos de ellos moribundos”.

Pablo Requena menciona también argumentos del doctor Marcos Gómez, que ha dedicado su larga vida profesional a los cuidados paliativos, y que presentó a finales de julio, con el presidente del Consejo de Médicos español, doctor Tomás Cobo Castro, una Guía de Sedación Paliativa 2021, en el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, preparada junto a la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (Secpal).

El libro subraya también, por si había dudas, que “La Organización Mundial de la Salud explica que ‘los cuidados paliativos mejoran la calidad de vida de los pacientes y las familias que se enfrentan con enfermedades amenazantes para la vida, mitigando el dolor y otros síntomas, y proporcionando apoyo espiritual y psicológico desde el momento del diagnóstico hasta el final de la vida y durante el duelo’ (WHO 2020)”.

En Europa, en América…

Las reflexiones y argumentos de Pablo Requena ayudan a contextualizar la creciente demanda de cuidados paliativos, y el análisis de Secpal. Europa tendrá que atender en 2030 a casi 5 millones de pacientes con sufrimiento intenso y una enfermedad grave, frente a los 4,4 millones actuales, mientras el 65 % de la población no tiene acceso todavía a cuidados paliativos. Un 38 por ciento tendrán enfermedades oncológicas, cáncer; un 33 por ciento, cardiovasculares; el 16 por ciento, variantes de las demencias; el 6 por ciento, crónicas; y un 7 por ciento, otras.

En Latinoamérica, diecisiete países de habla española y portuguesa, con 630 millones de personas, cuentan con 1.562 equipos de cuidados paliativos, lo que supone un ratio de 2,6 por cada millón de habitantes Se avanza, pero de modo insuficiente, porque se estima que sólo el 7,6 % de las personas que necesitan cuidados paliativos en América Latina los reciben, aunque hay ya cinco países (Colombia, Costa Rica, Chile, México y Perú), que disponen de una ley de cuidados paliativos, que no tiene España, por ejemplo.

En cuanto a la pandemia del Covid-19, se ofrecen datos de América, porque el continente americano, de un total mundial de 225,2 millones de contagios, lidera el número de casos confirmados (86,6 millones), por delante de Europa (65,4 millones) y Asia (64,8 millones). Además, de un total de 4,6 millones de fallecidos hasta el 12 de septiembre, América supera los 2,1 millones, Europa 1,2, Asia un millón, África 202.911, y Oceanía 2.582.

Por países, Estados Unidos encabeza los fallecidos (674.639), y le siguen Brasil (589.277), India (442.238), México (266.150), Perú (198.621), etc. España contabiliza oficialmente 85.237 fallecimientos en esa fecha. En síntesis, de los cinco países con más fallecidos, cuatro son americanos.

Necesidad de cuidados especializados

Con estos datos, parece lógico que algunos organismos e instituciones hayan comenzado a obtener algunas conclusiones preliminares, incluso lecciones, aprendidas de la pandemia del Covid-19, con implicaciones para el tratamiento de los pacientes ante futuras pandemias, y lo que queda de ésta y de sus variantes. Dos de los temas más dolorosos en los que se han fijado los expertos son la atención especializada en cuidados para paliar el sufrimiento intenso, y la soledad de los enfermos.

Algunas conclusiones formuladas por la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, que preside el Dr. Juan Pablo Leiva, ante la 71 Reunión del Comité Europeo Regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha tenido lugar los días 13 al 15 de septiembre, son las siguientes:

1) “Las necesidades de cuidados paliativos en Europa están aumentando rápidamente”, y la crisis sanitaria “ha hecho que el imperativo para su integración en los sistemas de salud sea más urgente que nunca”.

2) “La preparación para una pandemia debe incluir la prestación de servicios de cuidados paliativos integrados, tanto para quienes resultan afectados como para los pacientes que no padecen Covid, incluidas las personas mayores con enfermedades crónicas”.

3) “Los cuidados paliativos básicos enfocados desde Atención Primaria pueden aliviar una significativa carga de síntomas”, pero el sistema “necesita recursos”.

Por otra parte, Secpal reivindica que “todos los profesionales de la salud estén capacitados para responder a pacientes con necesidades de cuidados paliativos. Esta educación debe ser tanto a nivel de pregrado como de posgrado. Actualmente, solo 9 de 51 países europeos tienen cuidados paliativos como asignaturas obligatorias en las facultades de Medicina, y poco más de la mitad de los países proporcionan acreditación oficial. España es uno de estos países en los que la falta de una acreditación oficial en cuidados paliativos produce un aumento de barreras en el acceso a esta atención.”.

La sociedad de médicos paliativistas pide asimismo que “todos los medicamentos controlados esenciales para el tratamiento de los síntomas, incluidos el dolor y la angustia psicológica, en particular, los analgésicos opioides para aliviar el dolor y la dificultad respiratoria y las benzodiazepinas para sedación (Covid) estén disponibles, sean accesibles y asequibles”.

Los especialistas en paliativos denuncian que “algunos países europeos han experimentado escasez y desabastecimiento de medicamentos controlados (opioides y benzodiazepinas) utilizados en Covid y cuidados paliativos”. En la prepandemia, por ejemplo, “el 25 % de los países europeos informaron de que no había disponibilidad de morfina oral de liberación inmediata, y algunos países no tienen morfina oral en absoluto. Kazajstán ha informado de que solo tiene morfina y fentanilo inyectables”.

Formación y preparación

El aspecto formativo de los profesionales sanitarios es uno de los más importantes. En este sentido, Secpal señala que “trece países europeos tienen reconocida la especialidad en Cuidados Paliativos, mientras que en España no existe formación específica reglada que garantice que los pacientes y sus familias serán atendidos por los profesionales más capacitados para responder “a las situaciones cambiantes, críticas y complejas que genera el proceso de enfermedad avanzada o final de vida”.

Además, añade que “la Sociedad Española de Cuidados Paliativos defiende que el Área de Capacitación Específica (ACE) y el Diploma de Acreditación Avanzada (DAA) son fórmulas «compatibles, complementarias y necesarias» para crear una estructura asistencial eficaz que asegure a la población «la mejor calidad de vida posible hasta el final”.

Una de las razones estructurales de esta precariedad en el acceso a los cuidados paliativos en España, aunque no la única, es la falta de reconocimiento de una especialidad o superespecialidad en el ámbito de conocimiento de los cuidados paliativos, que suponen lo más propio del cuidar y deben satisfacer las necesidades del enfermo en cualquier sitio en el que se encuentre, ya sea en su casa, en un hospital o en un centro residencial», explica el Dr. Juan Pablo Leiva, presidente de Secpal. Por ello, defiende “la capacidad de ofrecer una respuesta estructurada al sufrimiento humano relacionado con el proceso de morir «debería estar presente en todos los niveles de la asistencia sanitaria: atención primaria y hospitalaria y servicios de urgencias”.

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El dolor de la soledad

Intentar paliar la soledad de los enfermos, su acompañamiento, es otro de los objetivos que persiguen los cuidados paliativos. En cuanto a la prestación de estos cuidados durante la pandemia, Secpal aporta cómo se intentó garantizar la asistencia en los peores momentos de la pandemia.

La misma organización y la Asociación Española de Enfermería de Cuidados Paliativos (Aecpal), emitieron al unísono un comunicado en el que reclamaban que se garantizara el acompañamiento de las personas para que no murieran solas.

Como aproximación a lo sucedido durante la pandemia, el Grupo de Investigación de Aecpal ha publicado en la revista Medicina Paliativa un estudio en el que, en base a la experiencia de 335 profesionales de Enfermería de todo el país, se pone de manifiesto que el 49,8 % de los pacientes con Covid 19 en situación de últimos días que atendieron durante los meses de abril y mayo no pudieron despedirse de sus seres queridos. Sólo en el 6,8 % de los casos esta despedida se produjo en el momento del fallecimiento.

Estos y otros datos ponen de manifiesto, según las mismas fuentes, que, a pesar de la existencia de protocolos de acompañamiento y del gran esfuerzo realizado por los sanitarios para humanizar la asistencia, incluso hasta dar su vida, “la soledad ha estado muy presente en los pacientes en situación de últimos días, lo que supone un importante coste emocional para las familias en duelo, al igual que para los propios profesionales”.

Y añaden que “esta realidad sigue produciéndose, ha incrementado hasta límites insoportables el sufrimiento de los pacientes y de sus seres queridos, y no puede considerarse en ningún caso morir con dignidad”.

¡A la yugular! (de Novell)

El penoso suceso vivido estas semanas muestra que la debilidad siempre está presente en nuestra Iglesia tanto en la persona que yerra como en quienes, convierten esta misma debilidad en razón de ataque y humillación pública.

18 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Han transcurrido ya varias semanas desde la penosa noticia de la renuncia del titular de Solsona, por motivos, cuanto menos, rarunos, que ha sacudido las redacciones de información general y religiosa en España.

Para la mayor parte del mundo, incluso dentro de la Iglesia, Solsona era una de esas diócesis que hay que buscar en el mapa. Antigua e histórica sede para muchos olvidada que ha protagonizado, y aún a estas alturas sigue en el candelero, portadas, tertulias y opiniones en el mundo entero.

Si algunas cosas ha puesto de manifiesto esta historia es cómo la debilidad siempre puede estar presente en nuestra Iglesia y cómo, para muchos también y especialmente dentro de esta Iglesia, en lugar de ser motivo de examen personal y comunitario, el hecho se convierte en arma y razón de ataque, de escarnio y de humillación pública.

Evidentemente, este hecho, o al menos lo que conocemos de él, ha sido, sin tapujos, un escándalo en su verdadera acepción: por las características, las connotaciones o el desconocimiento… pero no es menos escandaloso el morbo, el cotilleo de sacristía y la “sangre” que se está haciendo con este caso y sus protagonistas, muy especialmente en medios “religiosos”.

Que haya quienes, desde fuera de la Iglesia cojan este tipo de asuntos para atacar o burlarse de la fe es normal, podríamos decir que viene casi de serie. Pero que quienes nos confesamos católicos, y cada domingo nos golpeamos el pecho proclamando nuestra culpa, nos hayamos lanzado, en horas, a la yugular, juzgando intenciones, corazones y vidas ajenas, sin mostrar un mínimo de caridad o sentido sobrenatural, eso sí alimenta el escándalo.

Leía, en la cuenta de Twitter de un reconocido comunicador, cómo la reacción de ciertos medios considerados de información religiosa, ante este caso le había llevado a pensar en el evangélico pasaje de la mujer adúltera. Le doy toda la razón. Con la diferencia coyuntural de que, en la actualidad, hemos cambiado las piedras por los teclados y las cámaras. Cómo sostenía este mismo periodista, especialmente en medios religiosos, la información sobre temas que afectan directamente a las personas, tiene que sostenerse sobre un exquisito respeto a la persona con caridad.

La historia de la Iglesia está escrita con tinta de pecadores y santos, o mejor, con tinta de santos que se saben pecadores y pecadores que pueden llegar a ser santos.

Ante las miserias de unos y otros, la palabra más fuerte y efectiva que podemos decir o escribir es la oración que, por esa comunión de los santos, no se pierde ni aún en los casos que podamos considerar más extremos… aunque el higadillo quiera lanzar el teclado hacia el de enfrente.

El autorMaria José Atienza

Directora de Omnes. Licenciada en Comunicación, con más de 15 años de experiencia en comunicación de la Iglesia. Ha colaborado en medios como COPE o RNE.

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Familia

Novios y católicos. El reto del ejemplo y la formación

Escuelas para novios, cursos, testimonios… el acompañamiento a las parejas en el tiempo previo al matrimonio es una de las puntas de lanza de la pastoral familiar en la actualidad.

Maria José Atienza·17 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

«Amigos, no banalicemos el amor, porque el amor no es sólo emoción y sentimiento, esto en todo caso es al inicio. El amor no es tenerlo todo y rápido, no responde a la lógica del usar y tirar. El amor es fidelidad, don, responsabilidad». Así se dirigió el Papa Francisco a los jóvenes en el encuentro con ellos que mantuvo en su viaje a Eslovaquia.

Crecer juntos dentro de un noviazgo cristiano es un reto para quienes se encuentran en este camino y también para la pastoral familiar que, en no pocas ocasiones, ha pasado de puntillas por estos momentos limitándose, en el mejor de los casos, al cursillo prematrimonial. Sin embargo, en los últimos años, son múltiples y cada vez más variados los proyectos de escuelas de novios, o grupos de novios que, teniendo presente la realidad del mundo actual, acompaña a las parejas en el tiempo de noviazgo.

El impulso de Amoris Letitia

La publicación de Amoris Laetitia ha sido un paso más dentro de la actualización de la pastoral familiar en la Iglesia católica. La exhortación apostólica dedica varios párrafos al tiempo de noviazgo y anima, especialmente al cuidado pastoral de esta etapa. No en vano, en ella se señala que “todas las acciones pastorales tendientes a ayudar a los matrimonios a crecer en el amor y a vivir el Evangelio en la familia, son una ayuda inestimable para que sus hijos se preparen para su futura vida matrimonial y apunta a que “la pastoral prematrimonial y la pastoral matrimonial deben ser ante todo una pastoral del vínculo, donde se aporten elementos que ayuden tanto a madurar el amor como a superar los momentos duros. Estos aportes no son únicamente convicciones doctrinales, ni siquiera pueden reducirse a los preciosos recursos espirituales que siempre ofrece la Iglesia, sino que también deben ser caminos prácticos, consejos bien encarnados, tácticas tomadas de la experiencia, orientaciones psicológicas”. 

Amoris Laetitia junto al Itinerario de formación y acompañamiento de novios “Juntos en Camino, + Q2 ”  publicado por la Conferencia Episcopal Española han sido un punto de comienzo o refuerzo de esta línea de acompañamiento pastoral.

En la actualidad encontramos ejemplos como los grupos de novios de la diócesis de Vitoria,  Camino de Caná  en la diócesis de Córdoba o las distintas experiencias dirigidas a las parejas de novios de la delegación de familia de la Archidiócesis de Madrid.

Todos ellos coinciden en un punto: se trata de un camino de acompañamiento para el tiempo de noviazgo sin que, necesariamente, se aproxime la fecha de la boda. Un tiempo de maduración afectiva, formación humana, diálogo y reflexión con el objetivo de afirmar la base del futuro matrimonio y dar herramientas de apoyo espiritual para vivir la propia vocación matrimonial.

Novios 3.0

Las redes sociales se han convertido en uno de los principales medios utilizados en la formación para los jóvenes. Cuentas como Novios Católicos ofertan reflexiones, formación, oraciones y testimonios de parejas de novios que viven cristianamente este tiempo en redes como Youtube o Instagram.

A ellos se suman cuentas personales de jóvenes o parejas de novios que ofrecen, con naturalidad, su testimonio de vida cristiana dentro del noviazgo. Entre ellas encontramos la de la barcelonesa Ana Bini Sesé @princespequitas o la sevillana Teresa García Ledesma @teregl99 que comparten momentos de su vida y responden con sencillez las dudas de parejas de novios como ellos.

Teología del siglo XX

¿Francia, tierra de misión? El impacto de una propuesta (1943)

En medio de la II Guerra Mundial y con Francia ocupada, dos capellanes de las Juventudes Obreras Católicas, con el impulso del cardenal Suhard, hicieron reflexionar a muchos sobre la evangelización de las barriadas.

Juan Luis Lorda·17 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 7 minutos

En la I Guerra Mundial, los seminaristas franceses fueron obligados al servicio militar y así, de golpe, conocieron la realidad que había fuera de las parroquias. Los compañeros soldados mayores todavía eran cristianos, pero la mayoría de los de su edad no sabían nada. La siguiente generación sería por fuerza pagana; especialmente, en las barriadas proletarias, nutridas de gente desarraigada y, en general, con fuerte recelo hacia la burguesía y la Iglesia.

El catolicismo francés impulsó y sostuvo grandes misiones en los siglos XVIII y XIX en muchos países africanos y asiáticos (Vietnam, Camboya), con la Societé des Missions Étrangeres, además del protectorado de Francia sobre los súbditos cristianos del Imperio otomano que estableció Francisco I, y continuó la república laica. 

Estaba claro que también se necesitaba misionar en Francia. Inmediatamente, se extendió la asociación Juventud Obrera Católica (JOC, 1923) y su rama femenina (JOCF, 1924), fundadas en Bélgica por Joseph Cardijn dos años antes (1921). Era un apostolado especializado para reunir a grupos de jóvenes obreros y formarlos, al que se dedicaron algunos sacerdotes escogidos. 

A este empeño evangelizador se sumará el cardenal Suhard, arzobispo de París (1935-1949) con la Misión de Francia (1941) y la Misión de París (1943), y el libro ¿Francia, tierra de misión? (1943), de dos capellanes de la JOC.

El cardenal Suhard

Emmanuel Suhard (1874-1949) es una figura señera del catolicismo francés del siglo XX. De origen muy humilde, fue destacando por sus capacidades. Se formó en Roma, teniendo como compañero al futuro Pío XII (y sacando mejores notas). Tras muchos años de enseñar en el seminario de Laval (1899-1928) y haberse negado ya una vez, lo hicieron obispo de la pequeña Bayeux et Lisieux (1928), enseguida de Reims (1930) y cardenal (1935). Quizá influyó que era contrario a la melange de política y catolicismo de L’Action Française, que había condenado Pío XI en 1926 con escándalo de muchos católicos tradicionales y bastantes obispos. 

El 9 mayo de 1940 murió el cardenal Verdier de París, y el 10 los alemanes invadieron Francia. La Santa Sede nombró inmediatamente a Suhard arzobispo de París. Mal comienzo. De entrada, le detuvieron y requisaron el palacio arzobispal. Pronto lo liberarían, era un aviso. Suhard había condenado el régimen nazi antes, como el propio Verdier. Y en todo el periodo de ocupación, mantuvo dignamente su sitio y protestó con energía ante los abusos. También tuvo que convivir y marcar distancias con el régimen de Pétain, al que se habían adherido muchos católicos y obispos más tradicionales, buscando alivio de tantas contradicciones. 

Lejos de bloquearse, pensó que la verdadera solución de tantos males era la evangelización. Más urgente que nunca en Francia, con tantas heridas del pasado revolucionario, tantas diócesis devastadas, tantos sectores apartados o contrarios a la fe. Y ahora humillada por la derrota y la ocupación. El 24 de julio de 1941 convocó la asamblea de cardenales y arzobispos, y les presentó el proyecto de la Misión de Francia, que debía servir tanto para repartir el clero entre las diócesis que más tenían y las que menos, como para llegar adonde no se había llegado o se había perdido. Se creó un seminario en Lisieux y se comenzó, hasta el día de hoy. 

Además, estaba su inmensa diócesis, París. En la tarde del lunes de Pascua de 1943, su secretario le pasó un escrito de unas cincuenta páginas. Era un informe bien documentado de dos capellanes de la JOC, Henri Godin e Yvan Daniel, sobre cómo evangelizar el sector popular y obrero. Lo leyó por la noche. Les llamó, les pidió que lo prepararan para la publicación. Y, directamente, lanzó la Misión de París (1-VII-1943), dirigida a evangelizar los barrios populares. Buscó sacerdotes y laicos, y dedicó algunos templos, que dejaron de ser parroquias. 

Los autores y el libro

Henri Godin (1906-1944) puso las ideas, un estilo ágil, y muchos testimonios que hacen la lectura impactante. Yvan Daniel (1906-1986) se ocupó, según se dice, de los datos y el análisis sociológico. 

Godin no quiso ocupar ningún cargo en la nueva Misión, porque prefería mantenerse en el trabajo de base. Buscó a otros candidatos. Y murió a los pocos meses (16-I-1944) en un accidente doméstico: durante la noche una estufa quemó el colchón y los gases le intoxicaron. La masiva asistencia a su funeral testimonió la estupenda labor que había hecho en medios obreros. Yvan Daniel siguió en la Misión de París y publicó varios ensayos y recuerdos. 

El libro se publicó el 11-XI-1943, y se vendieron 140.000 ejemplares hasta la misma vigilia del Concilio Vaticano II. Impresionó a Juan XXIII (nuncio en Francia de 1944 a 1953) y a Juan Pablo II, que mientras estudiaba en Roma viajó a París para conocer este apostolado. El libro llevaba un prefacio de Guerin, consiliario general de la JOC en Francia y en ese momento detenido por la Gestapo. Ha sido reeditado por las ediciones Karthala (París 2014), con amplio prefacio de Jean Pierre Guérend, biógrafo del cardenal Suhard, y otros complementos. Es la edición que citamos. 

Planteamiento general 

Comienzan distinguiendo tres tipos de poblaciones: 

–las tradicionales donde la fe regula la cultura y la vida, aunque no penetre mucho ni convierta los comportamientos personales;

-áreas descristianizados, con práctica baja y un cristianismo de grandes ocasiones (fiestas, bodas y funerales); aunque parezca poco, es muy distinto de un paganismo;

-áreas paganas, como algunas zonas rurales profundamente descristianizadas y, sobre todo, el proletariado, la nueva clase urbana desarraigada, formada desde mediados del XIX en las grandes ciudades industriales.

La creciente secularización había producido que los cristianos más practicantes se concentraran en las parroquias y se separaran del resto: colegios cristianos, reuniones cristianas y relaciones cristianas. Pero el ambiente de una parroquia normal de París, con tono de clase media, no es atractivo ni cómodo para obreros, con otro lenguaje y costumbres. Tampoco era posible mezclar a los jóvenes de esas parroquias con jóvenes de otra extracción, con otro lenguaje y otras costumbres. Los padres protestaban. Los autores multiplican los ejemplos de iniciativas que solo han conseguido extraer algunas personas y familias del medio obrero e integrarlas con dificultad en las parroquias existentes. Pero así han dejado de pertenecer a su medio y ya no pueden ser fermento para esa “masa” desarraigada. Pero los pobres son favoritos del Señor y tienen que ser evangelizados. ¿Cómo conseguirlo?

Es preciso pensar lo que es una misión cristiana, y lo que puede ser cuando se hace en estos barrios. 

La misión

Una misión “es la renovación del gesto de Cristo que se encarna y viene a la tierra para salvarnos. Es el anuncio de la buena Nueva a los que no la conocen” (p. 90). “El verdadero misionero va a construir una Iglesia. No va a aumentar la comunidad cristiana a la que pertenecía, no va a crear una sucursal” (p. 93). 

Hay que recordar un dato sociológico y eclesial: aunque la conversión es individual, la misión se dirige a crear y establecer “iglesias”, comunidades, que los cristianos necesitan para respirar en cristiano, porque el ser humano (y el cristiano) es profundamente social. 

“El fin último de una misión solo puede ser la recristianización de las masas: ambientes [milieux] e individuos. La masa de individuos gracias a la influencia del ambiente, el ambiente gracias a algunos individuos de élite con la ayuda de todo tipo de instituciones” (p. 244).  

 “Lo primero es la predicación directa del Evangelio. Es lo propio de un sacerdote cristiano […]. El segundo medio es la influencia personal. En el sacerdote se llama dirección; en el educador, educación; en el compañero, influencia (p. 245). 

“Pensamos que una gran parte de la élite del proletariado, con la gracia que viene sobre ellos, puede ser ganada por la predicación, lo mismo que en tiempos de San Pablo. La gente se plantea problemas religiosos y aunque reprochan muchas cosas a la Iglesia, quieren saber ‘qué piensan los curas’” (p. 250). Pero “un sacerdote que dirige doscientas personas está terriblemente sobrecargado” (p. 245).

Creación de comunidades cristianas

Es preciso formar alguna pequeña comunidad cristiana, porque sostiene la fe y, con su sola presencia, plantea la cuestión religiosa a los demás. “Nos permitimos insistir en este punto de la fundación de comunidades cristianas en todas las comunidades naturales porque nos parece que es la clave de todo el problema de las misiones urbanas. Nos parece probado que el 80 % de la gente del pueblo no pueden practicar el Evangelio que en y por esas comunidades. Ni siquiera pueden vivir una vida humana si no es en comunidad” (p. 253). Y citan en su apoyo a Gustave Thibon (Retour au réel, 1943). 

Precisamente, una de las grandes causas de la descristianización fue el desenraizamiento masivo de la gente respecto a sus comunidades rurales de origen, motivado por la crisis de la sociedad tradicional campesina y el desarrollo de la industrialización urbana. A la vez, han perdido su inserción en la sociedad y en la Iglesia. Hay que ayudarles a crear comunidades. Muchos ya han creado comunidades de vecinos, de trabajos, de aficiones. Se trata de llegar allí. Esas comunidades son también el campo de desarrollo e influencia natural de los cristianos, que así no salen de su medio. Esto debe ir acompañado de un imprescindible trabajo de opinión pública cristiana en ese medio. 

Con los estándares de otras misiones

Viene muy bien recordar cómo se han evangelizado otros pueblos. Inspirándose en lo que Pío XI decía a los misioneros, insisten en que se trata de transmitirles el Evangelio y nada más: “No hay que exigir como condición de su incorporación al cristianismo que los paganos se europeícen, no hay que pedirles más que los que pueden dar. Es preciso ser pacientes y saber recomenzar cuantas veces haga falta” (p. 159). A veces, habrá que esperar hasta una segunda o tercera generación. Los ambientes de las barriadas no son más fáciles de convertir que los pueblos antiguos. 

Además, “el hombre de nuestro tiempo está enfermo, enfermo hasta el fondo de su naturaleza. Pretender que primero hace falta sanarlos para después convertirlos al cristianismo nos parece un método un poco semipelagiano. No se les sanará (al menos al hombre medio) más que con el cristianismo, y al ser sanado permitirá al cristianismo desarrollar todos sus efectos” (pp. 175-176). “Insistimos en que ese cristianismo de nuestros conversos no es siempre completo. Es todavía demasiado humano, demasiado impregnado del entusiasmo de un comienzo. Todavía se reconoce, sin embargo, la evidencia de la acción de la gracia. No es un cristianismo de un fiel, es un cristianismo de catecúmeno, un grano maravilloso que promete una cosecha, pero solo es un grano” (p. 176).

Conclusión

En la conclusión, critican el individualismo antinatural y el predominio del dinero en la vida moderna. Pero no se puede esperar a evangelizar a que las cosas se arreglen. Los primeros cristianos evangelizaron también a los esclavos. 

“No nos hacemos ilusiones. El fin último no es convertir al proletariado, sino suprimirlo, pero esto es tarea de toda la Ciudad. No tratamos solo de llevar las masas a Cristo, sino que dejen de ser masas informes” (268).

¿Y después?

Esa misión despertó una oleada de generosidad auténticamente cristiana, especialmente en muchos sacerdotes y jóvenes. Muchos sacerdotes partieron con los deportados franceses a los campos de trabajo obligatorio en Alemania, para acompañarles. Otros formaron comunidades en las barriadas obreras. 

El intenso influjo del comunismo, desde finales de los cuarenta, con su loca mística, su propaganda y su descarada manipulación de las instituciones, desorientó muchas aspiraciones cristianas, desviándolas hacia opciones netamente políticas y revolucionarias. Como símbolo, en 1969, la JOC dio un viraje hacia la lucha de clases, incorporando como modelos al Ché Guevara y a Mao. Esto desnaturalizó y desvió todo. 

Queda todo el testimonio sacrificado de tantos que hicieron bien. Y, tras el huracán comunista, las mismas sanas inspiraciones del principio. El proletariado, como deseaban los autores, ha desaparecido con el progreso (y no con el comunismo), aunque permanece la marginación. La evangelización es hoy más necesaria que ayer, pero no para las barriadas, sino para el conjunto de la sociedad. Hay que ir a ellos, como decía entonces el cardenal Suhard, y repite hoy el Papa Francisco.

Cultura

El corazón mariano de Austria: Mariazell, la “Magna Mater Austriae”

El santuario de Mariazell, acoge en su interior la venerada talla de la Virgen María, Magna Mater Austriae. Un lugar de peregrinación y devoción desde hace nueve siglos.

Jacqueline Rabell·17 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

Según cuenta la tradición, en torno al año 1157 el abad Otker, del monasterio benedictino de San Lamberto, envió a uno de sus monjes a lo que más tarde se conocería como Mariazell, que entonces pertenecía a los dominios del monasterio, con el propósito de que se hiciera cargo de las almas de los habitantes de la zona.

Con el beneplácito del abad, el hermano Magnus se puso en camino llevando con él una pequeña figura de la Virgen con el Niño tallada en madera de cal. En la noche del 21 de diciembre, mientras se dirigía a su destino, una roca de grandes dimensiones apareció en el camino, impidiéndole continuar el trayecto.

Al dirigirse a la Virgen en busca de ayuda, la roca se partió en dos y dejó el camino libre. Cuando por fin logró llegar a su destino, el hermano Magnus se puso a construir una pequeña celda (Zell, en alemán) que le serviría de alojamiento, a la vez que como lugar de oración. De ese pequeño habitáculo es de donde parece derivar su nombre; Maria por la talla que con él trajo el monje, y Zell por la celda donde estuvo situada al principio: Mariazell.

Templo románico, ampliación gótica

Sin embargo, de acuerdo con la inscripción que aparece sobre el portal principal, parece que la construcción de la primera iglesia románica no fue hasta 1200, o sea, casi medio siglo después de su llegada. A lo largo de los años posteriores, la fama del lugar se fue extendiendo gracias a los numerosos fieles a los que la Virgen otorgaba sus gracias, convirtiéndose en el lugar de peregrinación por excelencia de los habitantes de los territorios austriacos. A ello contribuyó la concesión de una indulgencia plenaria del Papa Bonifacio IX en 1399, lo que favoreció el desarrollo de celebraciones y procesiones, que sobrevivieron a pesar incluso de las restricciones religiosas impuestas por el emperador José II (1765-1790).

La ubicación geográfica del santuario sin duda favoreció que a lo largo del siglo XV Mariazell no sólo fuera un lugar frecuentado por habitantes de la zona de Austria, sino también por franceses, suizos, alemanes, bohemios, polacos, húngaros, croatas o serbios. Esa es la razón principal de que se llevara a cabo una ampliación, de estilo gótico, sobre la primitiva iglesia románica. Parece que esta se inició con la adición de un coro y siguió con la construcción de una nueva nave central y dos laterales.

Pero no solo el “pueblo llano” acudiría a Mariazell a implorar la intercesión de la Virgen o en acción de gracias por los favores concedidos. También la familia imperial se convertiría en protectora y devota de la Madre de Mariazell, especialmente después de la contrarreforma. Fue entonces cuando se hizo necesaria una ampliación de la iglesia gótica, que fue en su mayor parte patrocinada por los Habsburgo. Las reconstrucción y ampliación se inició en el año 1644, bajo la dirección del constructor Domenico Sciassia. No sería hasta cuarenta años más tarde cuando se pudo dar por terminado el colosal proyecto, que Sciassia no llegaría a ver acabado. La inmensa obra y los desafíos que supuso aunar los elementos góticos con las nuevas introducciones barrocas, han convertido a Mariazell en una joya arquitectónica y en la iglesia más grande de Austria.

Entre las partes de la iglesia que más dificultad presentaron se encuentra la fachada, la cual consigue aunar el gran portal ojival y la originaria torre gótica que, según la tradición mandó construir el rey húngaro Luis I, y las dos torres barrocas ideadas por Sciassia. Un hecho que pasa desapercibido, pero que fue una manera de honrar también a los húngaros, peregrinos habituales a Mariazell.

Peligros y dificultades

Fue en esos años de gran cambio y movimiento cuando el emperador Leopoldo I visitó el santuario y nombró a la Virgen de Mariazell generalísima de su ejército imperial. Corría el año 1676 y, por aquel entonces, los territorios austriacos necesitaban de toda la ayuda posible, debido a la constante amenaza y progresivo avance de las tropas otomanas hacia los territorios habsbúrgicos. Un enemigo que con el transcurrir de los años se había convertido en un peligro permanente, que no remitiría hasta el año 1683 cuando, gracias al genio militar del príncipe Eugenio de Saboya, se logró detener el asedio a Viena, expulsarlos de los territorios austriacos y poner fin a su hegemonía en el sureste de Europa.

Tal y como se menciona al principio, la fama de Mariazell consiguió sobrevivir incluso a las restrictivas leyes del emperador ilustrado José II y la piedad popular, aunque ya no alentada por la monarquía, siguió viendo en la Virgen de Mariazell su protectora.

A lo largo del siglo XIX el santuario no experimentaría más ampliaciones, pero sí tuvo que ser profundamente restaurado debido a los daños que ocasionó el gran incendio ocurrido en la noche de Todos los Santos de 1827. Dada su importancia, hubo numerosas contribuciones económicas que ayudaron a su rápida restauración entre 1828 y 1830. Sin embargo, no se siguieron los planos anteriores, sino que se tendió a una mayor simplificación constructiva. Aprendida la lección, se instalaron por primera vez pararrayos en el tejado de la iglesia. Aunque los daños fueron numerosos, se consiguió salvar la estatuilla románica de la Virgen, que sigue hoy día en su lugar original, la Capilla de Gracia, el corazón del santuario. La capilla se ha convertido en la parte más antigua del templo (1690) y contiene la talla de 48 centímetros de la Virgen con el Niño, a la que hoy se honra como la Magna Mater Austriae y con la que el hermano Magnus comenzaría su labor evangélica en 1157. Ya entrado el siglo XX, la iglesia seria elevada por el Papa a la categoría de basílica menor en 1907.

Visitada por los Papas

Pocos años después de haber sido elegido Pontífice, san Juan Pablo II visitó Mariazell el 13 de septiembre de 1983. Años más tarde, su sucesor, Benedicto XVI regresaría el 8 de septiembre del 2007 para celebrar los 850 años del santuario y honrar al lugar con el premio papal de la “Rosa de Oro”, una flor forjada en oro y llena de esencias aromáticas como bálsamo, incienso y agua bendita. Otros santuarios que recibieron este mismo honor, en su momento con Juan Pablo II, fueron Loreto, Lourdes y Czestochowa.

En la homilía que predicó entonces, Benedicto XVI habló sobre el significado de la peregrinación y su relación con Cristo y su Iglesia. Pero también de ese Dios Niño en los brazos de su Madre, que al mismo tiempo está crucificado sobre el altar mayor: “Debemos contemplar a Jesús como lo vemos aquí, en el santuario de Mariazell. Lo vemos en dos imágenes:  como niño en brazos de su Madre y, sobre el altar principal de la basílica, crucificado. Estas dos imágenes de la basílica nos dicen: la verdad no se afirma mediante un poder externo, sino que es humilde y sólo se da al hombre por su fuerza interior:  por el hecho de ser verdadera. La verdad se demuestra a sí misma en el amor”.

Aunque a veces transmitir este mensaje y predicarlo en un mundo hostil al amor de Dios puede resultar desesperanzador. No desfallezcamos, como muy bien expresaba Benedicto XVI en esa misma homilía: “Peregrinar significa estar orientados en cierta dirección, caminar hacia una meta. Esto confiere una belleza propia también al camino y al cansancio que implica”.

El autorJacqueline Rabell

Mundo

El Papa no cesa al obispo de Hamburgo, Stefan Hesse, para favorecer un nuevo comienzo

Mons. Stefan Hesse había presentado su renuncia al Santo Padre el pasado mes de marzo. Al no ser aceptada por el Papa, el obispo promete recomenzar apoyándose en la confianza mutua.

José M. García Pelegrín·16 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Con un comunicado de la Nunciatura Apostólica en Alemania, reproducido por la Conferencia Episcopal Alemana y fechado el 15 de septiembre, se ha dado a conocer que el Papa Francisco no ha aceptado la renuncia del arzobispo de Hamburgo Stefan Hesse.

Antes de su nombramiento como Arzobispo de Hamburgo, en enero de 2015, Mons. Hesse —nacido en Colonia en 1966— había estado al frente del departamento de Personal de la diócesis de Colonia de 2006 a 2012; a continuación, desempeñó el cargo de Vicario General entre 2012 y 2015. En el período de sede vacante de la diócesis —entre la renuncia del Cardenal Meisner en febrero de 2014 y el nombramiento del Cardenal Woelki en septiembre del mismo año— fue el Administrador diocesano, elegido por el Cabildo catedralicio de Colonia.

Precisamente es en relación con sus cargos en la diócesis de Colonia —y no por su ministerio como pastor de la diócesis de Hamburgo— por lo que Mons. Hesse presentó su dimisión al Santo Padre: el 18 de marzo, un bufete de abogados presentaba un informe pericial sobre los abusos sexuales en la diócesis de Colonia. La cuestión fundamental para dicho informe se centraba en la cuestión de si la autoridad eclesiástica —en el periodo comprendido entre 1975 y 2018— reaccionó adecuadamente cuando se informó de posibles abusos sexuales a menores o a personas encomendadas (p.ej. en residencias), de acuerdo con las normas vigentes en cada caso. El peritaje exoneraba al Cardenal Woelki, pero dejaba en entredicho la actuación de algunos responsables eclesiásticos; por ese motivo, el Cardenal relevó de sus cargos al obispo auxiliar Dominik Schwaderlapp y al vicario judicial Günter Assenmacher; al día siguiente presentaron sus renuncias tanto otro obispo auxiliar de Colonia, Ansgar Puff, como Mons. Stefan Hesse.

El 27 de marzo, el Papa accedía, a petición de Hesse, a la “solicitud de retirarse provisionalmente de la dirección de la diócesis”. Mons. Hesse se retiró a un convento; la dirección de la diócesis fue asumida provisionalmente por el Vicario General Ansgar Thim. 

En el comunicado citado se hace referencia a que “la actuación de Mons. Hesse fue tratada en el contexto de la Visitación Apostólica del arzobispado de Colonia, celebrada del 7 al 14 de junio de 2021 por el Cardenal Anders Arborelius, obispo de Estocolmo, y Mons. Johannes van den Hende, obispo de Rotterdam”.

Dicho comunicado continúa diciendo: “Tras un examen minucioso de los documentos recibidos, la Santa Sede ha constatado que durante el período en cuestión se produjeron errores en la organización y en los métodos de trabajo de la Vicaría General del Arzobispado, así como errores personales de procedimiento por parte de Mons. Hesse. Sin embargo, la investigación no ha demostrado que se cometieran con la intención de encubrir casos de abusos sexuales. El problema básico, en el contexto más amplio de la administración de la archidiócesis, fue la falta de atención y sensibilidad hacia los afectados por los abusos”.

En el último párrafo, el escrito comunica la decisión del Papa: “Teniendo en cuenta que el Arzobispo ha reconocido humildemente los errores que cometió en el pasado y que puso su cargo a disposición, el Santo Padre, tras considerar las evaluaciones que le han llegado a través de los visitadores y de los dicasterios de la Curia Romana implicados, ha decidido no aceptar la renuncia de Mons. Hesse, sino que le pide que continúe su misión como Arzobispo de Hamburgo con espíritu de reconciliación y servicio a Dios y a los fieles confiados a su cuidado pastoral. Para ello, el Santo Padre invoca la bendición de Dios sobre el Arzobispo Hesse y la Archidiócesis de Hamburgo, por intercesión de la Santísima Virgen María y de San Ansgar”.

En una carta dirigida a los fieles de la Archidiócesis, Mons. Hesse agradece al Santo Padre “su clara decisión y la confianza que con ello me otorga”. Al mismo tiempo, comunica que retoma —“por voluntad expresa del Papa”— sus funciones; pero reconoce: “soy plenamente consciente de que no será fácil”.

Mons. Hesse asegura que “será necesario recomenzar” y que hará “todo lo que está en mi mano para responder a los retos que se presentan”. Para concretar cómo será ese nuevo comienzo, “me asesoraré en un primer paso con los miembros de diferentes comisiones y personas de la archidiócesis. En una conversación abierta compartiremos desilusiones y dudas, pero también esperanzas y expectativas para un buen futuro”. Concretamente, Mons. Hesse anuncia que en dichas conversaciones, asesoramientos y decisiones de futuro “el criterio de nuestro actuar será la superación de la violencia sexual; mis y nuestros esfuerzos se dirigirán a hacer cada vez más justicia a los afectados por la violencia sexual y sus dolorosas experiencias”.

Por su parte, el Presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Georg Bätzing, ha publicado un comunicado con el siguiente tenor literal: “La decisión del Papa hecha pública hoy pone fin a un difícil período de incertidumbre para la archidiócesis de Hamburgo y para el arzobispo Stefan Hesse. Eso es bueno y estoy agradecido por ello. El arzobispo Hesse permanecerá en Hamburgo y, por tanto, seguirá siendo miembro de la Conferencia Episcopal Alemana. Deseo a la archidiócesis y a su arzobispo un buen nuevo comienzo en la responsabilidad conjunta, llevada por la confianza mutua. Gran parte de lo que tuvo que dejarse de hacer en los últimos seis meses puede abordarse ahora con renovado vigor. A todos los que ahora puedan sentirse confundidos, les pido que confíen en que el Papa ha tomado una decisión, sobre la base de consultas, bien meditada y fundamentada”.

Lecturas del domingo

Comentario a las lecturas del domingo XXV del tiempo ordinario (B)

Andrea Mardegan comenta las lecturas del XXV domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan·16 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

En su vida pública, Jesús viaja mucho. Su escuela es itinerante, signo de que la vida con él es un camino, y de que su discípulo tiene que seguirle. El Evangelio también habla de las mujeres que lo “habían seguido” y, por lo tanto, eran sus discípulas. Es sorprendente ver que Jesús no quiere que se sepa que pasa por Galilea. Era su tierra natal, la de su familia y la de la mayoría de sus discípulos. ¿Quizás porque no quiere interrupciones en su viaje? ¿O porque no quiere volver a sentirse profeta despreciado en su tierra? ¿O porque sabe que los suyos aún no han dado ese salto interior, no han entendido el primer anuncio de su derrota, muerte y resurrección, ni el reproche que le hizo a Pedro cuando se opuso: “Apártate de mí Satanás”, y quiere dedicarse a ellos?

Luego, por segunda vez anuncia el final de su misión, tan diferente a sus expectativas: “El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará”. Los discípulos siguen sin comprender nada de este misterio, tan distante de su perspectiva. 

Puesto que somos discípulos de Cristo, nos ayuda meditar a menudo sobre los modelos que nos presenta el Evangelio: no entendieron nada, discutieron sobre quién era el mayor, le traicionaron, le negaron, todos huyeron. Aquí también tienen miedo de interrogarlo, para no ser reprochados como Pedro. Es difícil hacerlo peor. Quizás la palabra de Dios nos dice estas cosas para animarnos, y los evangelistas no se esconden y no mienten. También nos consuela ver a Jesús que, con todo el poder de su palabra, no consigue entrar en esas cabezas duras. Confía en la intimidad de la casa de Cafarnaúm para intentar continuar el diálogo. Pero, incluso protegidos por los muros de su casa, los discípulos no tienen el valor de decir lo que estaban discutiendo en el camino. Pensaban en quién debería liderar su grupo cuando Jesús muriera, como ya les había predicho dos veces. Sienten que esa discusión no es buena y, por lo tanto, guardan silencio. Esta vez Jesús no regaña, sino que aprovecha para volver a enseñar. Con palabras tranquilas y lapidarias: si alguien quiere ser líder en la iglesia, en cualquier nivel, debe ser el último de todos y el servidor de todos.

E inmediatamente después, Marcos, como único entre los sinópticos, describe el gesto del abrazo de Jesús a un niño, al que muestra a los discípulos como objeto de su atención e indirectamente como modelo. Los anima a acoger a los niños en su nombre: porque así acogen a Jesús y al Padre que le envió. Cuidarlos les ayudará a olvidar el encanto del poder. Los niños eran parte de los últimos: también deben hacer así los que quieren ser los primeros entre los discípulos de Jesús.

La homilía sobre las lecturas del domingo XXXIII

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Zoom

El Papa en el barrio gitano Luník IX

Una de las instantáneas que nos ha dejado el viaje a Eslovaquia: el Papa Francisco habla durante el encuentro con la comunidad gitana en el barrio de Luník IX en Košice, el 14 de septiembre de 2021.

David Fernández Alonso·16 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Santificar el mundo desde dentro: las Hermandades y su sitio en la Iglesia

Las hermandades son algo más que reliquias de interés antropológico o etnográfico. Suponen una decisiva aportación a la tarea de «santificar el mundo desde dentro», lo que requiere una delicada armonía entre el corazón y la cabeza, la religiosidad popular y la doctrina, para desarrollar toda su potencialidad.

16 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

No sabría decir si la sociedad actual es la más convulsa de la historia, seguramente no, pero es la que nos ha tocado vivir y la que tenemos que tratar de mejorar y sacar adelante. En esta situación en algunos ambientes se vuelve la vista a las hermandades y cofradías. Seguramente es un buen recurso, pero antes hay que objetivarlas, estudiar cuál es su naturaleza, fines y su potencialidad, más allá de estereotipos, sentimentalismos o prejuicios. 

Aunque muchas nacieron con  un carácter gremial y mutualista, en la Contrarreforma el Concilio de Trento subrayó «la necesidad y ventajas que se derivan del culto a las imágenes, verdaderas efigies de Jesús y de su Madre y piensa [el conjunto de padres conciliares] que estas imágenes deben salir a la calle, para que el que por su voluntad no entre en las iglesias, al encontrarse con ellas en las calles, piense en el momento de la Pasión de Nuestro Señor que esta imagen representa»  (C.T. Sesión XXV, 4-12-1516). Esta recomendación impulsó la creación de  hermandades con una orientación más pastoral, sin abandonar la dimensión de beneficencia y  socorro muto.  

Por esta razón,  aunque hay noticias de hermandades desde el siglo XIV, el siglo XVI es  el de la eclosión de nuevas hermandades,  instituciones que se han ido consolidando  a lo largo de los siglos, sujetas a los vaivenes políticos y corrientes de pensamiento de cada época.

Sorprende que a pesar de su antigüedad y relevancia siempre tuvieron un encaje poco preciso en el ordenamiento canónico, lo que les llevó a unas relaciones complicadas con la Iglesia Jerárquica  en unas ocasiones y con los poderes públicos en otras. Acuerdos y desencuentros se han ido sucediendo a lo largo de los siglos. En los archivos de las hermandades se guardan documentos que elaboran crónicas muy precisas de  los pleitos mantenidos entre las hermandades y la Iglesia, algunos rayando el esperpento, también con los corregidores.

El Código de Derecho Canónico de 1917, que construye por vez primera un sistema legislativo propio y completo de la Iglesia,  resuelve  la existencia de las hermandades con una breve referencia (c. 707) en las que las define como «uniones de fieles», sin precisar el alcance de esta definición.

 El Concilio Vaticano II al proclamar la «llamada universal a la santidad, santificando el mundo desde dentro» (LG) y el «reconocimiento explícito de los fieles a asociarse» (AA), abre una nueva vía que tiene su reflejo en el Código de 1983 que dedica el Título V del Libro II, de las Asociaciones de Fieles a este tema, además de algunas referencias en otros cánones.

Curiosamente este texto normativo no nombra en ningún momento a las hermandades o cofradías, pero les proporciona el encaje perfecto al referirse a las asociaciones de fieles. Distingue tres tipos de asociaciones: públicas, privadas y sin personalidad jurídica.

Asociaciones  públicas serán las que se propongan transmitir la doctrina cristiana en nombre de la Iglesia, o promover el culto público, o  persigan otros fines reservados por su misma naturaleza a la autoridad eclesiástica. En razón de sus fines corresponde exclusivamente a la autoridad eclesiástica competente el erigir estas asociaciones de fieles.

Son Privadas aquellas cuyos fines no están reservados a la autoridad eclesiástica,   aunque han de ser compatibles con la doctrina cristiana. Pueden adquirir personalidad jurídica si sus estatutos son conocidos y aprobados por la Jerarquía.  

hermandades

Se consideran asociaciones sin personalidad jurídica, cualquier grupo  de fieles unidos para  un fin piadoso. Deben ser conocidas por la Jerarquía, para evitar la dispersión y avalar su idoneidad.

En este panorama ¿dónde encajar a las hermandades?  Puesto que tienen como finalidad transmitir la doctrina cristiana en nombre de la Iglesia,  promover el culto público, el fomento de la caridad y la  formación de los hermanos, fines   reservados por su misma naturaleza a la autoridad eclesiástica, hay que concluir que las hermandades son  asociaciones públicas de fieles de la Iglesia Católica, erigidas  por la autoridad eclesiástica, con personalidad jurídica propia,  que reciben de la  Iglesia la misión para trabajar en pro de los fines que se proponen alcanzar en su nombre.

No actúan en nombre propio, sino de la Iglesia, que se reserva   funciones de orientación y supervisión. Es la Jerarquía quien ha de confirmar a los cargos electos de la hermandad; nombrar al Director Espiritual; supervisar su plan de actuación;  examinar y aprobar, si procede,  sus Reglas; tiene capacidad sancionadora;  verifica la administración económica, ya que los bienes de las hermandades  son  “bienes eclesiásticos”, y algunas funciones más encaminadas al mejor cumplimiento de sus fines.

Las hermandades son pues algo más que reliquias de interés antropológico o etnográfico. Suponen una decisiva aportación a la tarea de «santificar el mundo desde dentro», lo que requiere una delicada armonía entre el corazón y la cabeza, la religiosidad popular y la doctrina, para desarrollar toda su potencialidad. Merece la pena profundizar en su conocimiento.

El autorIgnacio Valduérteles

Doctor en Administración de Empresas. Director del Instituto de Investigación Aplicada a la Pyme Hermano Mayor (2017-2020) de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, en Sevilla. Ha publicado varios libros, monografías y artículos sobre las hermandades.

Mundo

La visita del Papa a Eslovaquia: «Un mensaje de paz en el corazón de Europa»

Durante la visita al país eslavo, el Papa Francisco ha animado a los cristianos centroeuropeos y a los de todo el mundo, a saber mostrar con su vida la belleza del Evangelio.

Andrej Matis·15 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 7 minutos

Los preparativos del viaje apostólico del Papa Francisco a Eslovaquia estaban marcados por el tema de la seguridad sanitaria. En un primer momento, solo las personas con la doble pauta de la vacuna completada podrían asistir a los eventos. Estas indicaciones en un país donde se ha vacunado a solamente a algo más de un 40 % de la población provocó un gran desaliento. El 4 de septiembre, la Conferencia episcopal, después de haber negociado con el gobierno, anunció el cambio de las restricciones abriendo la posibilidad de inscribirse a los encuentros para las personas con un test PCR negativo o las personas que hayan superado el virus. A pesar de esta inicial dificultad, fueron muchos los que no se echaron atrás. Comenta Mária, una joven abogada de Bratislava: “He venido al encuentro con el Papa en Šaštín con la gente de mi parroquia. Quería venir, ya que se trata de una ocasión única para poder estar con el representante de Cristo en la tierra. Me dije: ‘Si el Papa quería estar con nosotros, yo también quiero seguramente encontrarme con él’”.

Un tesoro escondido en el corazón de Europa 

Mária, la joven abogada de Bratislava

Para muchos, Eslovaquia es otro país del Europa del este; sin embargo, los eslovacos se sienten totalmente centroeuropeos. En este sentido, el Papa se ganó a todo el mundo cuando habló de “un mensaje de paz en el corazón de Europa”. Es notable el hecho que el cambio del sistema comunista al democrático del año 1989 fue tan pacífico que se ganó el nombre de “revolución de terciopelo”. También la división de Checoslovaquia que dio lugar a República Checa y Eslovaquia el 1 de enero 1993 fue un ejemplo de un proceso político que atrajo la admiración de la comunidad internacional. Dice Vladimír, un joven ingeniero industrial de Bratislava: «Me llamó la atención que el Papa comentara lo pacífico que son los eslovacos y el hecho que los eslovacos pueden aportar mucho a la fraternidad entre los pueblos también gracias a su posición geográfica, estando en el centro del continente». El Papa jugó también un papel de mediador, celebrando la liturgia católica del rito griego. Eslovaquia no es solo el país cuya frontera del este marca los confines de la Unión Europea, sino que también señala de algún modo las fronteras del catolicismo. Las mayorías de los cristianos de los países que están al este de Eslovaquia confiesan la religión ortodoxa. 

Amabilidad y contradicción 

Sin embargo, a pesar de que el Papa aprecia la amabilidad y serenidad de los eslovacos, hace falta complementarla con algo de carácter. El Pontífice dijo en su homilía en Šaštín: «No olvidemos esto: la fe no puede reducirse al azúcar que endulza la vida. No se puede. Jesús es un signo de contradicción. […] Frente a Jesús no podemos permanecer tibios, no podemos permanecer indiferentes. […] No se trata de ser hostil al mundo, sino de ser «signos de contradicción» en el mundo. Cristianos que saben mostrar, con su vida, la belleza del Evangelio. Cristianos que son tejedores de diálogo allí donde las posiciones se vuelven rígidas; que hacen brillar la vida fraterna allí donde la sociedad está a menudo dividida y es hostil; que difunden la buena fragancia de la acogida y la solidaridad allí donde a menudo prevalecen el egoísmo personal y el egoísmo colectivo; que protegen y preservan la vida allí donde reina la lógica de la muerte».

El verdadero centro de la Iglesia 

El Papa, usando la imagen del castillo de Bratislava que se alza sobre la capital de Eslovaquia, invitó en su encuentro con los sacerdotes y religiosos, a promover una Iglesia que no sea autorreferencial. Según el Pontífice, «la Iglesia no es una fortaleza, […] un castillo situado en lo alto que mira al mundo con distancia y suficiencia. […] Una Iglesia humilde que no se separa del mundo y no mira la vida con desapego, sino que habita en ella, es hermosa. Vivir en el interior, no lo olvidemos: compartir, caminar juntos, acoger las preguntas y las expectativas de la gente. […] Cuando la Iglesia se mira a sí misma, acaba como la mujer del Evangelio: encorvada, mirándose el ombligo (cf. Lc 13,10-13). El centro de la Iglesia no es ella misma. Alejémonos de la excesiva preocupación por nosotros mismos, por nuestras estructuras, por cómo nos mira la sociedad».

Formación en la libertad. Un riesgo. Un reto.

El Papa Francisco en el mismo encuentro planteó también el tema de la formación en la libertad. Según el Santo Padre, no se puede esperar que el pueblo que vivió décadas bajo el yugo comunista aprenda a usar la libertad de noche a mañana. Sin embargo, esto no es una excusa para pensar que «es mejor tener todo predefinido, leyes que cumplir, seguridad y uniformidad, que ser cristianos responsables y adultos, que piensen, cuestionen sus conciencias, se dejen cuestionar. Es el comienzo de la casuística, todo regulado… […] Queridos amigos, —dijo el Papa— no tengáis miedo de formar a las personas a una relación madura y libre con Dios. […] Tal vez esto nos dé la impresión de no poder controlar todo, de perder fuerza y autoridad; pero la Iglesia de Cristo no quiere dominar las conciencias y ocupar espacios, quiere ser una «fuente» de esperanza en la vida de las personas. Es un riesgo. Es un reto». 

El mayor sueño de la vida

El Papa se encontró en Košice no sólo con la comunidad gitana de Luník IX, sino también con los jóvenes. El Papa no dudó en abordar un tema de mucha actualidad. Para invitar a la gente joven a vivir limpiamente la etapa del noviazgo, el Papa afirmó: «El amor es el mayor sueño de la vida, pero no es un sueño barato. Es hermoso, pero no es fácil, como todas las grandes cosas de la vida. […] se necesitan ojos nuevos, ojos que no se dejen engañar por las apariencias. Amigos, no trivialicemos el amor, porque el amor no es sólo emoción y sentimiento, si acaso esto es el principio. El amor no consiste en tenerlo todo a la vez, no responde a la lógica de lo desechable. El amor es fidelidad, don, responsabilidad. La verdadera originalidad hoy, la verdadera revolución, es rebelarse contra la cultura de lo temporal, es ir más allá del instinto, más allá del instante, es amar para toda la vida y con todo tu ser». 

Un grupo de jóvenes scouts

Todo lo que vale, cuesta

Ese mismo día, la fiesta de la exaltación de la Santa Cruz el Papa amplió los horizontes de los jóvenes invitándoles a encenderse por unos ideales heroicos. «Todos tendréis en mente grandes historias, que habéis leído en novelas, visto en alguna película inolvidable, oído en algún cuento conmovedor. Si lo piensas, siempre hay dos ingredientes en las grandes historias: uno es el amor, el otro es la aventura, el heroísmo. Siempre van juntos. Para hacer grande la vida se necesitan ambas cosas: amor y heroísmo. Miremos a Jesús, miremos al Crucificado, ahí están las dos cosas: el amor sin límites y el valor de dar la vida hasta el final, sin mediocridad. […] Por favor, no hagamos que los días de la vida pasen como los episodios de una telenovela».

Las lenguas de la liturgia 

San Cirilo y San Metodio, los apóstoles no solo de los eslovacos, pidieron con éxito al Papa Adriano II el permiso de celebrar la Santa Misa en el idioma eslavo. La visita del Papa Francisco a Eslovaquia tuvo como particularidad otro hecho semejante. Comenta Dominik, que estuvo en la Misa con el Papa en Šaštín: «Me llamó la atención que las plegarias de los fieles se leyeron en algún idioma desconocido para mí. Después de un rato me di cuenta de que era el romaní, la lengua de los gitanos». Se trata de la primera vez en la historia que una Papa introduce en la liturgia por él mismo celebrada este idioma. 

A Vojtech, de Dolný Kubín, que también participó en la liturgia de Šaštín, destacó no sólo el romaní: «una cosa que me llamó especialmente la atención ha sido la liturgia, lo bien que estaba cuidada. La Misa ha sido en latín y las lecturas en eslovaco. Los cantos igual: algunos en latín, otros en eslovaco. Me ha parecido una mezcla perfecta. El coro y la orquesta sonaban de maravilla. Todo muy digno, muy elevado y muy bonito. Me encantó». 

La historia se repite

El Papa cerró su visita apostólica a Eslovaquia rezando, como es costumbre, ante la imagen de la Virgen Salus Populi Romani en Santa Maria Maggiore, en la misma iglesia, donde los apóstoles de eslavos, San Cirilo y Metodio pidieron la aprobación de la lengua eslava para la liturgia.

El autorAndrej Matis

Mundo

El Papa Francisco clausura la visita a Eslovaquia en el santuario de Šaštín

El Papa celebra la Eucaristía en el último día de su visita a Eslovaquia, en el santuario nacional de Šaštín, el día de la fiesta de Nuestra Señora de los Siete Dolores, patrona del país. A la vez, en Argentina, país natal de Francisco, se ha dado una conexión especial.

David Fernández Alonso·15 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

Lo mejor para el final. Hoy, miércoles 15 de septiembre, es el día de la peregrinación tradicional nacional al santuario de Šaštín, donde se venera la patrona de Eslovaquia: la Virgen de los Siete Dolores. La particularidad de la peregrinación de este año es que uno de los peregrinos ha sido el mismo Papa Francisco. El Santo Padre ha celebrado por la mañana la Santa Misa al aire libre, tras presidir un encuentro de oración con los obispos en el interior del santuario.

La ciudad

Šaštín es una ciudad con una larga fama en la historia de Eslovaquia. Su historia se remonta a la llegada de los santos Cirilo y Metodio a la antigua patria de los eslovacos. Era una importante fortaleza para la protección de las rutas comerciales en el cruce de las carreteras del Danubio, Bohemia y Znojmo. El nombre del castillo y del asentamiento proviene de las palabras «Šášie» y «Tín», que significa: castillo de los árboles cortados. Se construyó junto al río Myjava, en un terreno pantanoso. El castillo era la sede de los gobernadores del condado y del arcedianato, representantes del obispo. El arcedianato de Šaštín administraba los diaconos desde Moravský Ján hasta Čachtice. Así, Šaštín fue siempre la sede del deán y del arcediano, que residían en el castillo. La primera iglesia, la capilla del castillo, probablemente se encontraba allí. La primera mención escrita es de 1204, cuando Imrich II dio a la familia Győr una propiedad llamada «Sassin». Más tarde, la propiedad fue adquirida por Imrich Czobor I. Su hijo Imrich Czobor II se estableció aquí de forma permanente.

La peregrinación

La tradición de la peregrinación a Šaštín está estrechamente ligada a la veneración mariana. Angelika Bakičová, la esposa del conde Imrich Czobor, solía rezar por su esposo ante una imagen de la Virgen María que colgaba de un árbol cerca del castillo. En agradecimiento a su conversión, mandó elaborar en 1564 una imagen de Nuestra Señora de los Siete Dolores. El pueblo veneraba mucho a esta Virgen y rezaba a la nueva imagen para que curara su cuerpo y su alma. Tras examinar 726 casos milagrosos, la estatua fue declarada milagrosa en 1732 por una comisión investigadora establecida por el obispo de Esztergom. En 1762, la estatua fue trasladada solemnemente al altar mayor de la Basílica. La emperatriz María Teresa participó en la ceremonia como partidaria de la construcción de la propia basílica. En 1927, el Papa Pío XI proclamó a la Virgen de los Siete Dolores como patrona de Eslovaquia.

La Basílica

En 1733, la Orden Paulina (Orden de San Pablo, primer ermitaño) llegó a Šaštín y se comprometió a construir una iglesia de peregrinación y un monasterio. La construcción comenzó en 1736 con la bendición de la primera piedra. En 1748 se terminó el edificio y el tejado de la parte de la iglesia, y tres años más tarde se cubrió también el monasterio. En 1786, el monasterio paulino fue suprimido por orden del emperador José II, y los monjes se marcharon a Polonia. Tanto la iglesia como el monasterio quedaron bajo la administración de los sacerdotes diocesanos.
A partir de 1924, la Orden Salesiana estuvo presente en Šaštín, y estuvo activa hasta 1950, cuando fue expulsada por la fuerza. En 1964, el Papa Pablo VI elevó el Santuario de la Virgen María de los Siete Dolores a la categoría de Basílica Menor. Los salesianos regresaron a Šaštín durante un breve periodo en 1968-1970 y luego durante un periodo más largo tras el cambio de régimen político en 1990. En el monasterio dirigieron un instituto católico (gymnázium) para chicos hasta 2016. En 2017, los salesianos fueron sustituidos de nuevo por los administradores originales: los paulinos.

En la actualidad

Las visitas más significativas de los peregrinos modernos fueron las de la Madre Teresa de Calcuta (1987) y el Santo Padre san Juan Pablo II, que rezó en la Basílica durante su segunda visita pastoral a Eslovaquia (1995). Actualmente, Šaštín acoge cada año unas 200 peregrinaciones nacionales y 40 extranjeras (además de los creyentes de los países vecinos, los de España y México no son una excepción). En total, hay cerca de 200.000 peregrinos al año, de los cuales unos 40.000 se dan cita durante la principal peregrinación nacional. La fiesta de la Virgen de los Siete Dolores el 15 de septiembre es también fiesta nacional en Eslovaquia.

Además de la peregrinación nacional y de la peregrinación de los greco-católicos, en Šaštín son tradicionales las peregrinaciones temáticas: la peregrinación de los enamorados, la peregrinación de los hombres, la peregrinación de las madres, la peregrinación de los ministros, la peregrinación de los motociclistas y la peregrinación de los corazones rotos, entre otras.

Francisco en Šaštín

El Papa ha insistido durante la homilía en no reducir la vida cristiana: «No olvidemos esto: la fe no puede reducirse a una azúcar que endulza la vida. No se puede. Jesús es un signo de contradicción. Vino a traer luz donde hay oscuridad, sacando la oscuridad a la luz y obligándola a rendirse. Por eso las tinieblas siempre luchan contra Él. Quien acepta a Cristo y se abre a él se levanta; quien lo rechaza se cierra en las tinieblas y se arruina».

Han sido más de 50.000 personas las que han acudido a Šaštín para celebrar la solemnidad de Nuestra Señora de los Siete Dolores, patrona de Eslovaquia, en la Santa Misa con el Papa Francisco hoy. Ha sido el broche de oro, que el Papa ha presidido al final de un viaje pastoral de cuatro días importantísimo en Eslovaquia. Tras la misa, tiene lugar la ceremonia de despedida en el aeropuerto y volará a Roma.

Una conexión entre Eslovaquia y Argentina

En este último día de la visita del Santo Padre a Eslovaquia, se dará un arco espiritual entre Eslovaquia y Argentina: se trata de la celebración eucarística por la Santa Patrona de Eslovaquia, Nuestra Señora de los Siete Dolores en el Santuario Nacional en la Basílica de la Virgen de Luján en Argentina, el país natal del Papa Francisco. Esta iniciativa ha sido impulsada por el Embajador de Eslovaquia en Argentina, S. E. Rastislav Hindický; y la Misa la celebrará el padre Lucas García, Rector de la Basílica de Luján.

Imagen de la Virgen de los Siete Dolores, en la Cripta de la Basílica de Luján.

La celebración tendrá lugar a las 11.00 horas en el mismo día que el Papa Francisco está celebrando la misa en el Santuario Nacional de Eslovaquia en la Basílica de Šaštín. Después de la misa pronunciará unas palabras el Embajador de Eslovaquia, quien también ofrecerá la ofrenda floral con los colores de Eslovaquia a la imagen de la Nuestra Señora de los Siete Dolores expuesta en la Cripta de la Basílica. La imagen de la Santa Patrona de Eslovaquia  se encuentra en su capilla en la cripta de la Basílica de Luján, donde fue inaugurada en noviembre de 1996, ya hace 25 años.

Iniciativas

María y José Solana. Encuentros de fe con adolescentes

El matrimonio Solana, María y José, llenan su casa de adolescentes todos los viernes para hablarles de la fe, ayudarles a compartir su vida y provocar que se creen grandes amistades entre ellos. 

Arsenio Fernández de Mesa·15 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Charlo con María y José, casados, seis hijos. Los dos son profesores: María en Primaria y José en Secundaria. Viven la fe en la parroquia de Santiago y San Juan Bautista de Madrid pero nunca han querido quedarse en una experiencia cristiana de mínimos. Siempre desearon más. Por eso participan como “padrinos” en una novedosa pastoral con adolescentes. “Para los chicos en este momento de su vida la referencia de su hogar, de su casa, pasa a un segundo plano y los amigos cobran un protagonismo especial”, apunta José. De ahí que busquen paliar el problema de que estén “faltos de referencia fuera de casa”. Esta pastoral les mantiene vinculados a la parroquia después de la Confirmación, periodo en el que se produce una especie vacío en los chicos -que suelen romper la vinculación con la Iglesia-. Se hacen unos cuantos grupos para que participen juntos de la fe y así empiecen a generar personas de referencia que son de su edad. Sus iguales. “Es un grupo de amistad en la parroquia”, señala María. 

En estas reuniones se tratan temas sobre la fe cristiana: alguna virtud teologal, pecado capital o don del Espíritu Santo, por ejemplo. Casi todos los encuentros son fuera de la parroquia. Aquí está la gracia y quizá el secreto del éxito: se reúnen los viernes en la casa de María y José. “La idea es que vean que nuestra casa es su casa, que se les abren las puertas y son uno más. Nuestros hijos con ellos se lo pasan bomba. Nos reunimos mientras nuestros hijos ven una película. La cena la hacemos en conjunto. Se generan lazos entre ellos, con nosotros y con nuestros hijos. Les ayudas a encontrar gente como ellos, con inquietudes como ellos, a los que luego verán en la parroquia”, apunta este matrimonio tan entusiasmado con su tarea. Luego les llevan a sus casas, ya entrada la noche.

El feedback que transmiten los chicos es un gusto por este tipo de reuniones. Van ilusionados. Con ganas. Saben que son importantes. Que estos encuentros son en parte suyos. No se configuran como una catequesis al uso en la que reciben con cierta pereza lo que les dice el catequista como si fuese una clase más del colegio. Estos encuentros son muy experienciales. Participan. Viven lo que se trata y pueden expresar sus propias experiencias. Se ven involucrados, lo sienten todo en primera persona. “Para nosotros es una pastoral exigente: todos los viernes los recoges en la parroquia, los llevas a tu casa, les preparas una buena cena con cariño y luego los llevas de vuelta a su casa. Hacemos un viaje repartiendo niños por todo Madrid, que a veces nos lleva dos horas”, señala José. Es la paradoja de Jesucristo: quien pierde su vida la encuentra. Así lo siente este matrimonio. “Ver cómo viven los chicos los temas que se tratan, cómo exponen sus propias experiencias, cómo les ayuda retorna en que estamos satisfechos. Dios nos da alegría, paz en el matrimonio. Nos une más. Nos ayuda a ser generosos, a no guardarnos la vida para nosotros. Nos maravilla meternos en la vida de estos chicos”, coinciden ambos. 

Los chicos están con ellos desde que tienen 12 años hasta que cumplen 18. “Pueden expresar con nosotros lo que no pueden expresar en casa ni con sus amigos del colegio. Hablamos libremente de muchos temas que son esenciales, como la sexualidad, la envidia, honrar a los padres, la importancia del respeto. Recurrimos mucho al Catecismo de la Iglesia para iluminarles sobre estos temas”. Piensan que esta actividad será un tesoro para sus hijos cuando sean adolescentes el día de mañana. “Deseamos que cuando nosotros no podamos llegar a explicárselos -porque con los propios padres siempre cuesta hablar de algunos temas- haya otro matrimonio que les ilumine, que les enseñe a abrir el alma, que pueda cuidarles, provocar que se creen grandes amistades”, concluye María.