Zoom

Institución de los primeros catequistas

Un guardia suizo custodia la celebración de la Misa del domingo de la Palabra de Dios en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, el 23 de enero de 2022. En la Misa, el Papa instituyó formalmente a mujeres y hombres en los ministerios de lector y catequista.

David Fernández Alonso·24 de enero de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

Restablecer los vínculos con la verdad

En la fiesta de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas, el Papa Francisco ha pronunciado el Mensaje para la 56ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que este año se celebrará el 29 de mayo de 2022. Ha destacado dos ideas principales: la escucha y la paciencia.

Giovanni Tridente·24 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Hay dos reflexiones interesantes que se desprenden sobre todo del Mensaje del Papa Francisco para la 56ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que este año se celebrará el 29 de mayo de 2022, pronunciado hoy a toda la Iglesia en la fiesta de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas.

Conectar el oído con el corazón

La primera idea proviene del título del Mensaje, Escuchar con el oído del corazón, y tiene que ver con la capacidad de conectar nuestro órgano vital por excelencia con el sentido del oído, para que se transforme en un «aparato» verdaderamente funcional a los fines y al sentido de nuestra existencia: hombres y mujeres que viven en comunidades extendidas donde se comparte el amor, la belleza y la bondad, sin otra finalidad que el encuentro con el Amor más grande.

Es un viaje que se desarrolla enteramente en el interior del hombre, a través de «mecanismos» que no se pueden descifrar visualmente, pero que necesariamente tienen repercusiones en la realidad vivida, y pueden beneficiar (o no) a quienes encontramos en nuestro camino.

Conectar el oído con el corazón no es sólo tarea del periodista y del comunicador -aunque el mensaje se dirija esencialmente a ellos-, sino que es una actitud que debe preocupar a cada bautizado, porque cada uno de nosotros no sólo es cristiano, sino también ciudadano, y además estamos insertos en una sociedad que hoy está muy necesitada de deshacerse de esos cortocircuitos que han estropeado la conexión corazón-oído, que la Sagrada Escritura ha propuesto siempre en todo tiempo y para toda persona de buena voluntad.

La paciencia del silencio de la oración

La otra idea es la de la «paciencia». En los ritmos frenéticos en los que estamos inmersos, hemos perdido la capacidad de parar, de hacer una pausa, pero también de saber esperar, de saber frenar la carrera, de sentarse al lado y escuchar. Escuchar principalmente lo que Dios tiene que decirnos -y esto sólo se consigue con la paciencia del silencio de la oración-, pero también lo que otras personas como nosotros tienen que decirnos. Lo que tienen que decirnos, o lo que quieren que escuchemos, para animarnos a enfrentarnos juntos a los problemas y a salir juntos de las situaciones más difíciles, como la pandemia nos ha demostrado tan bien en los últimos años.

Un baño de humildad

Así que el Mensaje del Papa llega como un baño de humildad, y una invitación a ser concretos en nuestros días: es inútil perseguir frenéticamente un objetivo terrenal que retrocede constantemente porque es más fuerte que nosotros. Dediquémonos más bien a restaurar ese «pequeño tramo» interior que conecta el corazón con la escucha, y animados por la «santa paciencia» convirtámonos todos en «oyentes atentos» de las necesidades del mundo, para que cada uno pueda hacer su parte en beneficio de todos.

Buena escucha, mucha paciencia y los mejores deseos para los periodistas y comunicadores, aquellos que por vocación sienten que deben ser los primeros en restablecer los vínculos con la verdad.

Estados Unidos

Miles de personas marchan en Estados Unidos en defensa de la vida humana

La marcha por la vida en Washington, respaldada por miles de personas, se ha realizado con la esperanza de que sea la última marcha a nivel nacional; y supone un nuevo clamor para que el "don de cada vida humana sea protegido por la ley y acogido con amor".

Gonzalo Meza·24 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

El viernes 21 de enero miles de personas se congregaron en Washington DC para manifestarse a favor de la vida. Las gélidas temperaturas de -6º centígrados en la capital norteamericana y los altos índices de contagio de la variante ómicron del COVID-19, no diezmaron el ánimo de miles de jóvenes de todo el país que se dieron cita en la 49ª edición de la Marcha por la vida (“March for life”). Colegios y universidades católicas estuvieron representados con cientos de estudiantes que viajaron desde diferentes puntos del país hacia la capital para participar en esta caminata. 

Desde la sentencia de «Roe vs Wade»

La idea de esta Marcha surgió hace 49 años, después de que el 22 de enero de 1973 la Suprema Corte de los Estados Unidos fallara a favor de la despenalización del aborto en todo el país en el caso conocido como “Roe vs. Wade”. Bajo esta ley se calcula que desde esa fecha cerca que 60 millones de inocentes han perdido la vida. Es por ello que el día 22 de enero ha sido designado en la iglesia de los Estados Unidos como el “Día de oración por la protección legal de los niños no nacidos”. Alrededor de esa fecha se organizan en todo el país ceremonias, vigilias, misas, jornadas de oración y de concientización, así como la muy popular novena “9 días por la vida”.

Como cada año, la marcha del 21 de enero en la capital norteamericana estuvo precedida por una vigilia de oración y una Misa el 20 de enero en la Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción. La liturgia estuvo presidida por el Presidente del Comité Pro Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, mons. William E. Lori, Arzobispo de Baltimore. Junto con él, concelebraron decenas de obispos y sacerdotes que acompañaron a los jóvenes en este viaje. Aun con las restricciones sanitarias, cerca de 5.000 personas participaron en la ceremonia. En su homilía, mons. Lori se refirió al drama por el que pasan las mujeres que han considerado abortar: “Para muchas de ellas, parecía que su única opción era abortar, pero en el fondo sabían que era una elección trágica con graves consecuencias permanentes. ¡Lo que más se necesita en esas estas situaciones es un testimonio de amor y de vida!” Ese testimonio y la ayuda concreta la encontraron en parroquias, congregaciones y ministerios pro-vida. 

Además del clima de alegría, entusiasmo, oración, cansancio y frío, esta 49 Marcha por la vida estuvo marcada por la esperanza de que sea la última marcha a nivel nacional. Y es que en los próximos meses uno de los casos que serán discutidos por los nueve jueces de la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos es el llamado “Dobbs vs. Jackson Women’s Health Organization”. El dictamen de los magistrados sobre ese caso podría revertir la ley del aborto a nivel nacional, dejando que cada estado de la Unión Americana decida despenalizar el aborto o no dentro de sus jurisdicciones. De esa forma el aborto ya no sería considerado un “derecho nacional, constitucional”. Al respecto, el Arzobispo Lori indicó: “Si a finales de este año la Corte Suprema anula Roe vs. Wade, ¿cómo nos deberíamos preparar como católicos? Primero, debemos ser una voz clara y unánime para afirmar que nuestra sociedad y las leyes pueden y deben proteger tanto a las mujeres como a sus hijos. Como cuestión de justicia fundamental, debemos trabajar para proteger por ley la vida de los no nacidos, de los miembros más vulnerables e indefensos de la sociedad”.

Una «batalla campal»

Aunque la Iglesia católica mantiene la esperanza de que se revierta el dictamen Roe vs. Wade emitido en 1973, terminando con ello el “derecho al aborto a nivel nacional”, la batalla contra la vida está siendo y será campal. Justo el 22 de enero, el Presidente Joe Biden -quien se declara católico y acude a Misa dominical- así como la vicepresidenta Kamala Harris señalaron en un comunicado: “El derecho constitucional establecido en Roe v. Wade hace casi 50 años está bajo ataque como nunca antes. Es un derecho que creemos debe estar codificado en la ley. Nos comprometemos a defenderlo con todas las herramientas que tengamos.”

Diferentes asociaciones pro aborto siguen la misma línea. Desde antes de la admisión y argumentación en la Suprema Cortre del caso “Dobbs vs. Jackson Women’s Health Organization”, la Suprema Corte ha recibido un inusitado número de instrumentos jurídicos llamados “Amici curiae” (figura similar a un “asesor desinteresado”). En dichos escritos los defensores y organizaciones abortistas piden a los jueces considerar la serie de leyes que anteceden y establecen “el derecho constitucional de las mujeres a decidir”. Esta batalla de varios frentes contra la vida también incluye la desacralización.

El jueves 20 de enero, mientras cientos de jóvenes participaban en la vigilia nocturna en la Basílica de la Inmaculada en Washington DC, un grupo auto-proclamado “Catholics for choice” proyectó desde fuera de la Basílica haces de luz en la fachada con textos alusivos al “derecho al aborto”. Dicho acto provocó el enojo del Arzobispo de Washington DC, el Cardenal Wilton Gregory, quien por medio de un comunicado señaló: “Ese día (20 de enero) la verdadera voz de la Iglesia estaba únicamente dentro del Santuario. Allí, la gente oró y ofreció la Eucaristía pidiendo a Dios que restaure la verdadera reverencia por cada vida humana. Aquellos que con bufonerías proyectaron palabras en el exterior del edificio de la iglesia demostraron con esas ocurrencias que efectivamente estaban al exterior de la Iglesia y de noche”. El cardenal Gregory concluye tajantemente citando a Jn 13:30 «En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche».

En la otra costa, Los Ángeles

La marcha pro vida de Washington DC no fue la única, a lo largo del fin de semana, ya que se realizaron en diferentes puntos del país diversas manifestaciones, entre ellas la de Los Ángeles, en California, titulada “One Life LA”. Este evento también tuvo una caminata por la vida en las calles angelinas que concluyó en la Catedral con la “Misa de réquiem por los no nacidos”, la cual fue presidida por el Presidente de la Conferencia Episcopal Norteamericana, mons. José H. Gómez, Arzobispo de Los Ángeles.

En su alocución, mons. Gómez exhortó a trabajar para construir una sociedad basada en el amor: “Mostramos ese amor por la forma en que nos cuidamos unos a otros, especialmente cómo cuidamos a los más débiles y vulnerables. OneLife LA nos recuerda la hermosa verdad de que todos somos hijos de Dios y que cada vida es sagrada. Avanzamos con esperanza, en el espíritu de OneLife LA  para crear una civilización de amor que celebre y proteja la belleza y la dignidad de cada vida humana”.

Ayuda a mujeres y familias

La jornada de oración por la vida y los diferentes eventos que se organizan fueron una oportunidad para dar a conocer las diferentes congregaciones y ministerios que existen en los Estados Unidos para ayudar a las mujeres y parejas que enfrentan embarazos bajo situaciones difíciles. En las últimas décadas y dada la gravedad del aborto, en los Estados Unidos han surgido numerosas iniciativas para ofrecer todo tipo de ayuda a las mujeres y familias que pasan por estas difíciles situaciones. Entre ellas se encuentran: la congregación de las «Hermanas por la vida» (“Sisters for life”) cuya misión es ayudar a mujeres embarazas vulnerables; el ministerio «Caminando con mamás en necesidad» (“Walking with moms in need”); el Proyecto Raquel en donde se brinda atención a quienes han pasado por un aborto por medio de una red de expertos que ofrecen consejería, retiros, grupos de apoyo y atención especializada. 

A la espera del fallo del Máximo Tribunal norteamericano, los obispos de este país invitan a todos los católicos a ayunar y orar entre enero y junio del 2022: “Oremos para que este importante fallo sea el fin de Roe vs Wade. No podemos construir una sociedad verdaderamente justa y permanecer inermes ante el impacto que Roe vs Wade ha tenido y que se ha cobrado la vida de más de 60 millones de inocentes. Oremos, ayunemos y trabajemos para que el don de cada vida humana sea protegido por la ley y acogido con amor”. 

Iniciativas

José Miguel Carretié. Adoración perpetua, una joya para la diócesis

Adoradores fijos, ocasionales, cirineos o de emergencia. Así se van denominando, dependiendo de sus respectivas circunstancias, las personas que se comprometen con la adoración perpetua que se lleva a cabo en la parroquia madrileña de San Manuel González. 

Arsenio Fernández de Mesa·24 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

¿Quién no ha sentido el deseo de parar un poco el ritmo y ponerse cara a cara delante de la Eucaristía para descansar en Él? Algunos que ansían frenar el ajetreo y colocarse en silencio mirando a Jesús en el sagrario se quejan muchas veces de que cuando pueden ir a rezar a la iglesia ya está cerrada o incluso que se siente mucho ajetreo y no hay quien rece. No ocurre esto en San Manuel González, una parroquia situada en San Sebastián de los Reyes en la que a principio de este curso se instituyó una capilla de adoración perpetua. Ya desde que era un barracón el párroco, José María Marín, sentía la inquietud de que el Señor estuviera acompañado en todo momento en su presencia real. Por aquel entonces, los jueves desde las ocho de la mañana hasta las once de la noche quedaba expuesto el Santísimo ininterrumpidamente. Mucha gente se apuntaba a adorar a las diferentes horas y ahí se plantó la semilla que ahora germina. Construido el templo actual se planteó instituir la capilla. 

Primero había que “fichar” adoradores: lo publicitaron por la web y pasaron por todas las parroquias de la zona anunciando la buena nueva, conscientes de que estaban vendiendo un producto que interesaba a todos: “es una joya no solo para la gente que va a San Manuel sino para la zona entera”. Se fueron llenando todos los turnos de adoradores fijos. Pero también está la figura de los adoradores ocasionales, que son aquellos que no pueden comprometerse siempre a la misma hora. A esos les incorporan a unos grupos de chat con el fin de que cuando se necesite una sustitución puedan ofrecerse. El nombre es bien gráfico: son los cirineos o adoradores de emergencia

No poder asistir a tu hora por un imprevisto abre también una bella tarea apostólica, según me cuenta José Miguel Carretié, coordinador general de esta obra de Dios: “es en esos casos cuando uno busca entre los amigos, personas de su familia, conocidos, alguien que le pueda sustituir. Es un acto de caridad grande y muchas veces les abres un camino que quizá nunca se habían planteado”. También saca lo mejor de cada uno, como comenta orgullosa Margarita, una de las coordinadoras de turno: algunos jóvenes “piden que se les ponga un turno difícil, a primera hora, para empezar bien el día”. Se ha constituido un auténtico ejército de almas enamoradas que ya están comprometidas. Me cuenta José Miguel que “hay unos 340 cirineos y unos 280 adoradores”. Pero sueñan con mucho más: “la idea es que haya dos o tres por turno. Como hay 168 horas a la semana calculo que unos 300 o 350 adoradores de turno fijo es uno de los objetivos”. Eso sólo para asegurar que el Santísimo esté siempre acompañado, porque el apostolado de almas que quieran adorar a Jesús en la Eucaristía es un mar sin orillas. Siempre hará falta gente. 

José Miguel estuvo desde los comienzos del barracón adorando los jueves. Es esencial, según él, que, aunque las almas no quieran comprometerse a ser adoradores sí sepan que ahí está siempre el Señor esperándoles. Va siempre por la noche, dos horas del martes al miércoles. Cuando llega está solo: “es un privilegio, cara a cara, a solas, sin intermediarios, no tiene nada que ver con rezar de día”. La experiencia le ha hecho entender por qué Jesús escogía hacer oración de noche. Mucha gente le comenta que a medida que está empezando a adorar comprueba cómo la hora se les pasa “volando”. Confiesa con alegría que “la gente está muy contenta de que haya surgido esta posibilidad de adoración permanente porque cambia la vida parroquial pero también toda la vida de la diócesis”. Es un torrente de gracia insospechado, un premio por priorizar los medios sobrenaturales. 

En España hay aproximadamente sesenta capillas de adoración perpetua y en los últimos meses se han abierto cuatro. 

El coordinador general de la capilla de San Manuel González entiende que “la oración es una escuela para empezar donde se comprenden muchas cosas que entiendes con el corazón. Se experimenta una intimidad particular con el Señor, una familiaridad que llena el corazón. Recibes luces sobre determinados aspectos que no conocías”. Y la labor apostólica es continua: “muchas personas a tu alrededor intentan buscar esa paz y quietud que ven en otras personas que adoran y eso les mueve a acercarse a la capilla”.

El sueño. La felicidad de los discípulos

¿Qué ve la gente cuando mira nuestras parroquias? Creo que lo que ven es a una gente que solo cumple con sus obligaciones por costumbre. 

23 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Me contaron una historia. Una mamá va a despertar a su hijo del profundo sueño que tienen los niños de cinco años.

– ¿Sabes qué día es hoy?

– No quiero ir a misa, mamá.

– ¿No? ¿Por qué?

– Mamá, no quiero ir a la iglesia porque la gente allí no es feliz.

Se non è vero, è ben trovato…

Echemos una mirada a la gente que asiste a una misa de cualquier parroquia de cualquier domingo. ¿Parecen felices? ¿Qué conclusión sacaría cualquier persona que se metiese por curiosidad en una de nuestras misas? Y no se trata de que, como me dicen a mí algunas personas…: – “Tenéis que hacer misas más alegres” (es decir, más bulliciosas).

No son las misas las que tienen que ser alegres: son los cristianos los que tienen que estar alegres.

¿Qué ve la gente cuando mira nuestras parroquias? ¿Qué ve la gente cuando nos mira a los católicos? ¿Ven un pueblo vivo, con la alegría del Evangelio ardiendo en sus corazones?… Creo que lo que ven es a una gente que solo cumple con sus obligaciones por costumbre. 

¿Cómo ocurre una conversión? Una conversión tiene lugar desde dentro hacia afuera. No es lo primero que cambia el comportamiento, ni mucho menos es el cambio de comportamiento lo que cambia a la persona. Para parecer feliz, hay que ser feliz; y para ser feliz, te tiene que ocurrir algo que te haga feliz. No llegas a ser feliz fingiendo que eres feliz o haciendo las cosas que hacen los que son felices.

Fijémonos en el evangelio. ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? Primero va el Evangelio y después los Hechos de los Apóstoles. Aquí no hay ningún dilema. La conversión de las parroquias pasa por que nos demos cuenta -en primer lugar, los pastores- de nuestra necesidad de convertirnos en discípulos que arden por Jesucristo, y de transformar las parroquias a través de las comunidades parroquiales, haciendo lo que hace el Señor: elegir un núcleo de discípulos, enseñarles a ser discípulos y a hacer discípulos que hacen otros discípulos. Jesús, en el evangelio, reúne y forma discípulos (los tíos más felices del mundo); nuestras parroquias esperan asistentes a misas y actividades, y algún que otro voluntarioso y voluntarista voluntario.

Muchas parroquias están sumidas en una vorágine de activismo que es absolutamente estéril. Este ritmo frenético de actividad, a la vez que disminuyen los recursos, nos ha hecho perder la alegría y nos aboca a un declive que, de no cambiar las cosas, irremediablemente nos llevará a la desaparición. ¿O no?

El autorJuan Luis Rascón Ors

Párroco en San Antonio de la Florida y San Pío X. Madrid.

Mundo

Bernardito Auza: “La fe es la mayor herencia que los filipinos hemos recibido de España”

El nuncio vaticano en España, Mons. Bernardito Auza, ha reafirmado en la Universidad de Navarra el mensaje de tres Papas en Filipinas: “la Iglesia católica ha sido levadura y alma de la sociedad filipina” (santos Pablo VI y Juan Pablo II, y Francisco). 

Rafael Miner·23 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

Las palabras del nuncio de Su Santidad, Mons. Bernardito Auza, filipino, se enmarcan en la visita que realizó a la Facultad de Teología, en la que participó en una jornada conmemorativa del V centenario de la evangelización de Filipinas, en la que participaron también Mons. Francisco Pérez, arzobispo de Pamplona, y Mons. Ignacio Barrera, vicecanciller de la Universidad de Navarra.

En su intervención, el nuncio Mons. Auza subrayó algunas fechas y el significado de la llegada de la primera expedición que dio la vuelta al mundo. El viaje de Fernando de Magallanes y de Juan Sebastián Elcano en 1521, por el que “el Evangelio llegó a las islas Filipinas”.

“La expedición de Fernando de Magallanes llegó a Filipinas, en la isla de Samar, el día 16 de marzo de 1521, El 30 del mismo mes de marzo, Domingo de Resurrección, fue celebrada la primera Misa en la isla de Limasawa. El día 14 de abril, tuvieron lugar los primeros bautismos en Cebú. El 27 de abril, Magallanes murió en la batalla de Mactán. Y, desde aquel día hasta el regreso a Sanlúcar de Barrameda, Sebastián Elcano tomó el comando de lo que será la primera vuelta en torno “a toda la redondez” del mundo. Estos detalles llegan hasta nosotros, gracias al cronista de la expedición, el veneciano Antonio Pigafetta, que fue uno de los 18 hombres sobrevivientes”.

Más tarde llegaría “la verdadera inauguración de la evangelización”, con “la llegada, el año 1565 desde Nueva España, de la segunda Expedición de la Corona española por voluntad de Felipe II, obra de dos vascos: Miguel López de Legazpi (nació en Zumárraga, Guipúzcoa, el año 1502; falleció en Manila el año 1572), y el fraile agustino Andrés de Urdaneta (nació en Villafranca de Oria, Guipúzcoa, el año 1508 y falleció en México el año 1568) y sus compañeros agustinos”.

Hoy, cinco siglos después, añadió el nuncio papal, “Filipinas tiene 86 circunscripciones eclesiásticas con casi 100 millones de bautizados. Entre el 85 y el 87% de la población total es católica. El pueblo filipino practica su fe sin complejos. La fe se confiesa públicamente y se manifiesta a través de una vivaz religiosidad popular”.

Por eso, el Santo Padre Francisco, en su homilía durante la Misa del 14 de marzo de 2021 en la Basílica de San Pedro, pudo decir: “Queridos hermanos y hermanas, han pasado quinientos años desde que el anuncio cristiano llegó por primera vez a Filipinas. Habéis recibido la alegría del Evangelio: Dios nos amó tanto que dio a su Hijo por nosotros. Y esta alegría se ve en vuestro pueblo, se puede ver en vuestros ojos, en vuestros rostros, en vuestros cantos y en vuestras oraciones. La alegría con las que ustedes llevan su fe a otras tierras”.

Siglos XV y XVI, era de los descubrimientos

Mons. Auza aludió a la llamada “era de los descubrimientos”, de los siglos XV y XVI.Entonces los navegantes europeos protagonizaron gestas verdaderamente trascendentales”, señaló. Y mencionó “los tres más espectaculares y con mayor impacto en la historia. El primero, el “descubrimiento” de América en 1492 por Cristóbal Colón. El segundo, el “descubrimiento” de la ruta de las especias por el pasaje oriental, obra del portugués Vasco da Gama, que llegó a Calicut (Kozhikode), a la India sur occidental, en el año 1498, conectando el Occidente con el Oriente por la ruta marítima.

Mons. Bernardito Auza en Navarra

El tercero, el “descubrimiento” de la ruta de las especias por el pasaje occidental, obra de dos grandes marineros: el portugués-sevillano Fernando de Magallanes, que llegó a las Islas Filipinas en el año 1521, donde murió en la batalla de Mactán (27 de abril de 1521) a menos de dos meses después de la llegada de la expedición en las islas (16 de marzo de 1521), y del vasco Juan Sebastián Elcano, que completó la primera circunnavegación, la primera vuelta al mundo, pasando por las islas de las especias en el regreso a Sanlúcar de Barrameda por la ruta oriental, no obstante las amenazas portuguesas por saltarse claramente el Tratado de Tordesillas de 1494”.

“Éste tercer gran acontecimiento histórico”, afirmó el nuncio Auza, “es el que interesa a nuestra disertación ahora, porque fue gracias a este viaje de Magallanes y de Elcano que el Evangelio llegó a las islas Filipinas. A este punto, tengo que precisar todavía que mientras los primeros bautismos tuvieron lugar en Cebú el 14 de abril de 1521, la muerte de Magallanes en la batalla de Mactán (dos semanas después, el 27 de abril) provocó la salida inmediata de los sobrevivientes de la Expedición, desde entonces bajo el comando de Sebastián Elcano, en dirección de las islas de las especias, hasta la vuelta en Sanlúcar de Barrameda por la ruta oriental”.

Los misioneros, “grandes héroes de los derechos humanos”

En este momento, Monseñor Auza entró directamente a valorar la acción evangelizadora desde el punto de vista de los derechos humanos, y la perspectiva. “A pesar de las controversias, los errores y abusos durante las épocas de “descubrimientos” y de colonización” ―afirmó―, “no se pueden negar o desconocer los logros de dichas épocas. España tiene que estar orgullosa de las proezas de la globalización de la era moderna, y de su contribución, a través de siglos, a la formación histórica de la civilización que conocemos hoy en día”.

En efecto, subrayó, “la acción de Magallanes, y antes la de Colón, con sus viajes y exploraciones, resultaron generadoras de nuevos conocimientos, identidades, valores, mezclas de pueblos y culturas. Podríamos decir que han creado una “identidad hispana” en el Nuevo Mundo, en particular con una lengua y una religión. En España, las experiencias evangelizadoras de muchos misioneros que lucharon para defender los derechos humanos de los indígenas, suscitaron la conciencia sobre este insoslayable aspecto en la sociedad y la convivencia entre los pueblos. En este terreno cabe destacar, por ejemplo, a los dominicos Antonio de Montesino en Santo Domingo y Venezuela. Bartolomé de las Casas en Chiapas y en Centroamérica. Y en Manila, Domingo de Salazar”.

“En el contexto de nuestros días”, manifestó el nuncio filipino, “no tengo ninguna duda que estos misioneros tienen que ser reconocidos como grandes héroes de los derechos humanos de los pueblos indígenas. Mientras que la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas fue adoptada en 2007, hace tan solo veinticinco años, ya en 1511, en Santo Domingo, Antonio de Montesino predicó denunciando las injusticias y las violencias de los encomenderos hacia los indígenas”.

Tres Papas en Filipinas

“Los tres Papas que visitaron las Filipinas – san Pablo VI en 1970, san Juan Pablo II en 1981 y 1995, y Francisco en 2015- subrayaron que la Iglesia católica ha sido, a través de siglos, levadura y alma de la sociedad filipina”, añadió en otro momento de su conferencia el nuncio de Su Santidad. “Ha “modelado” la cultura filipina “por la creatividad de la fe” y la ha animado a través del Evangelio de la caridad, del perdón y la solidaridad al servicio del bien común. Son los valores culturales y espirituales que hemos recibido. Son los mismos valores que tenemos que compartir con los demás. Gifted to give; we must give in return. Este es el sentido y el valor de los actos conmemorativos de los 500 años de la Evangelización de las Islas Filipinas”.

Mons. Bernardito Auza concluyó manifestando que “la fe cristiana es la herencia más importante que nosotros filipinos hemos recibido desde España”, y lanzó un mensaje: “La evangelización es la tarea y la responsabilidad que la Madre Iglesia nos pide. Como en casi todo el mundo, la sociedad filipina también experimenta ahora la secularización. Por eso, el lema del V Centenario de Evangelización, Gifted to Give, inspirado en el Evangelio de San Mateo: “de gracia recibisteis, dad de gracia” (Mt 10,8), tiene el doble objetivo de nueva evangelización y de empuje a la evangelización ad gentes. Hacemos votos por la continuidad de aquella obra evangelizadora que miles y miles de misioneros y misioneras españoles trajeron a Filipinas, para que en nuestros días el Evangelio continúe brillando en nuestros rostros y en nuestras vidas, e inspirando la obra de la paz y de la caridad, se logre una convivencia universal cada vez más humana, más fraterna, y más pacífica, más Laudato sí y más Fratelli tutti”.

Agradecimiento a los misioneros españoles

Poco antes, el nuncio filipino expresó “un profundo agradecimiento por todos los misioneros que salieron desde España hacia Filipinas y desde Filipinas hacia el vasto mundo asiático, hacia China, Japón, Vietnam y toda la Indochina. Muchísimos murieron como mártires en aquellas tierras, con excepción de Filipinas (¡porque los filipinos no mataron a ningún misionero!)”.

Además, añadió que le “gustaría mencionar en particular tres conventos en España, que conozco, de donde salieron miles y miles de misioneros que dieron sus vidas en las misiones en Oriente: el convento agustino en Valladolid (Castilla), de donde salieron más de tres mil misioneros para Oriente; el convento recoleto en Monteagudo (Navarra), de donde salieron más de dos mil misioneros, muchos de ellos fueron misioneros en las islas de Visayas (Bohol, Cebú, Negros, Palawan etc.), como san Ezequiel Moreno; y el convento Real de Santo Tomas, en Ávila, de los dominicos de la Provincia misionera de Santo Rosario, de donde salieron muchísimos profesores de la Universidad de Santo Tomás en Manila y los demás misioneros en Oriente”.

Más de 300 estudiantes filipinos en Navarra

El decano de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, Gregorio Guitián, recordó que esta jornada constituía “una oportunidad para mirar con perspectiva la evangelización de Filipinas llevada a cabo por tantas personas, movidas por el amor a Dios y a sus hermanos: ‘Hoy es una gozosa realidad que la Iglesia Filipina devuelve a muchos países lo que antes recibía y es una potente fuerza misionera en muchos países de Occidente’”.

Asimismo, el decano remarcó “los abundantes motivos para celebrar el 500 aniversario de la evangelización de Filipinas. Son más de 300 los estudiantes que se han formado en las facultades eclesiásticas de la Universidad, a los que hay que añadir tantos otros que han estudiado carreras civiles. Tenemos la esperanza de que su paso por la Universidad deje en ellos un vivo deseo de servir a la sociedad y a la Iglesia”.

“Gregorio Guitián reiteró su agradecimiento a Mons. Auza, por su presencia en la Universidad; a los ponentes, la profesora Inmaculada Alva y el profesor José Alviar; y a los participantes, entre los que se encontraban Mons. Francisco Pérez, arzobispo de Pamplona, y Mons. Ignacio Barrera, vicecanciller de la Universidad”, ha informado el centro académico.

El nuncio, Mons. Bernardito Auza, al comienzo de su conferencia había dado las gracias a la Universidad de Navarra y al decano de la Facultad de Teología “por la organización de esta Jornada académica, dedicada a los 500 años de la Evangelización de Filipinas. Considero que es una justa iniciativa por lo que representa el hecho histórico y también por la concurrencia de la significativa presencia de alumnos filipinos que, antes y ahora, realizan o han realizado su formación en esta prestigiosa Universidad”.

Educación

Cultura «woke» en el aula

Planteamientos ideológicos como los animalistas, el feminismo radical o el revisionismo histórico están llegando a las aulas por medio de las leyes educativas, del ambiente cultural y de la lucha política de activistas.

Javier Segura·22 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

La cultura woke ha sido uno de los temas que ha abordado el papa Francisco, en su discurso ante los responsables diplomáticos acreditados en la Santa Sede, el pasado 10 de enero.

En palabras del sucesor de Pedro «se está elaborando un pensamiento único —peligroso— obligado a renegar la historia o, peor aún, a reescribirla en base a categorías contemporáneas, mientras que toda situación histórica debe interpretarse según la hermenéutica de la época, no según la hermenéutica de hoy».

Todos recordamos el derribo de estatuas de personajes insignes de nuestra historia como Fray Junípero Serra o Cristóbal Colón. Somos testigos de la revisión de la Historia que algunos movimientos sociales quieren hacer, presumiblemente unidos a una lucha por la justicia social de determinados grupos.

Un mismo esquema de presión al que se unen otros colectivos (LGTBI, feminismo radical, ecologismo panteísta, animalistas, etc.) que quieren promover y en última instancia imponer su visión de la realidad.

Pero, como señala el Papa, detrás de todo este movimiento hay una auténtica colonización cultural que aboga por un pensamiento único, políticamente correcto, que acaba denigrando al ostracismo a todo el que no piense como ellos. Es la cultura de la cancelación. Y con ello la cancelación de la cultura.

Este movimiento cultural está calando también en nuestra sociedad. Tiene mucho de división y ruptura social, y repite el viejo esquema revolucionario adámico de que todo empieza hoy con nosotros.

La cultura de la cancelación –tirar estatuas, perseguir a los historiadores, reescribir la historia- es una forma de intransigencia y totalitarismos cultural, de corte netamente marxista. Una nueva versión de la lucha de clases.

Estos planteamientos ideológicos están llegando también a nuestras aulas, por medio de las leyes educativas, del ambiente cultural y de la lucha política de activistas.

En primer lugar, por las propias claves ideológicas que impregnan la ley, especialmente todo lo que se refiere a la ideología de género, aunque no sólo. También en la forma en la que se plantean otras asignaturas, por ejemplo, la misma materia de Historia. Efectivamente, por una parte queda muy reducido el estudio de toda la parte del pasado que ha sustentado nuestra civilización y parece que lo que más importa -¿lo único?- es la Historia más inmediata. Pero, además, ésta se plantea con tintes más subjetivos, marcados por la visión y problemática actual, desde una hermenéutica de hoy, como señala el Papa.

En realidad lo que ocurre es que se quiere utilizar la educación para configurar la sociedad del mañana. Y se están poniendo ya las bases que se marcan desde la agenda 2030,  sobre cómo debe ser la sociedad del futuro. La educación como herramienta para construir ese nuevo orden mundial es parte del proyecto y uno de los objetivos de la propia agenda 2030.

Frente a esta cultura de la cancelación lo mejor que podemos ofrecer a nuestros jóvenes es un verdadero estudio de la Historia, con pretensión de objetividad, con una sana perspectiva, que les permita tener un verdadero pensamiento crítico. Un estudio que les ayude a nuestros jóvenes  a descubrir nuestras raíces como personas y como pueblo.

Quizás tengamos que releer el lema que dio origen al movimiento woke, que proviene de la expresión inglesa Stay woke! ¡Permanece despierto! Quizás es hora de que despertemos y nos demos cuenta de lo que está en ocurriendo en nuestra sociedad y en nuestras aulas.

El papa Francisco parece que lo tiene claro.

España

Rosa Abad: «Lo que el Señor te transmite no se puede callar»

La celebración vaticana del III Domingo de la Palabra de Dios, instituido por el Papa Francisco el 30 de septiembre de 2019, contará este año con varias novedades, entre ellas, la institución de los primeros ministros de la Catequesis.

Maria José Atienza·22 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

“Sólo puedo dar gracias a Dios, en mayúscula”, así responde a Omnes Rosa Abad. Esta diplomada, bibliotecaria de profesión y catequista de vocación, recibirá, en el Domingo de la Palabra, el ministerio de catequista establecido mediante la publicación de la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio Antiquum Ministerium, el 10 de mayo de 2021.

Junto a ella serán instituidos con este ministerio dos laicos del Vicariato Apostólico de Yurimaguas (Perú), dos fieles de Brasil que ya están involucrados en la formación de catequistas, y una mujer de Kumasi (Ghana). También, el Presidente del Centro Oratori Romani, fundado por el catequista Arnaldo Canepa y un laico de Łódź. Aunque no estarán presentes debido a actuales restricciones sanitarias, otros dos fieles de la República Democrática del Congo y de Uganda también recibirán este ministerio.

La catequesis no acaba nunca

“Recibir el Ministerio me supone una alegría inmensa y una gran responsabilidad” destaca Rosa Abad, “Él sabe hacia dónde me llevará este nuevo camino. Mi respuesta es: Señor aquí estoy, que se haga Tu voluntad”.

La catequesis cobra en la actualidad, un lugar central en la vida de la Iglesia. No en vano, son miles los catequistas que, en todo el mundo, realizan una misión insustituible en la transmisión y profundización de la fe. Como señala Rosa, la catequesis no es una tarea con tiempos establecidos.

“La catequesis es vida”, señala Rosa Abad, porque “la relación con Dios no se termina nunca, cuanto más sabes más quieres saber y más te queda por aprender”. “Cuando dejas que Dios entre en tu vida es increíble como todo cambia sin mover nada” continúa, “Dios nunca decepciona, solo por ello merece la pena abrir la puerta y dejarnos llevar por El”.

Rosa Abad lleva 10 años de catequista en la Parroquia del Cristo de la Victoria en Madrid. Muy implicada en la catequesis, como destaca su párroco, Alfredo Jiménez, forma parte del Equipo de Expertos de la Delegación de Catequesis del Arzobispado de Madrid, y miembro de la Asociación Española de Catequetas (AECA), como se destaca en el semanario de la archidiócesis madrileña, Alfa & Omega.

«Apóstoles en misión»  

Durante el rito, los nuevos ministros de la catequesis recibirán una cruz, reproducción de la cruz pastoral utilizada primero por San Pablo VI y luego por San Juan Pablo II, para recordar el carácter misionero del servicio que van a administrar.

Ese carácter misionero de la catequesis es clave para Abad. “Todo lo que el Señor te transmite no se puede callar por eso hay que darle voz”, subraya esta laica madrileña, “tenemos que ser apóstoles en misión”.

En manos de todos

Con la institución de este ministerio del catequista y la apertura de los ministerios de Lector y Acólito a las mujeres, la Iglesia pone el foco en estos millones de fieles laicos que son la savia de la Iglesia en el mundo.

En este sentido, de hecho, el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización pone de relieve “la multitud de laicos que han participado directamente en la difusión del Evangelio a través de la instrucción catequética es innumerable. Hombres y mujeres animados por una gran fe y auténticos testigos de santidad que, en algunos casos, han sido también fundadores de Iglesias, llegando a dar su vida».

Los laicos y laicas, como Rosa Abad, que reciben estos ministerios son una muestra de que “el futuro de la Iglesia esta en manos de todos” como apunta Abad, “todos somos Uno y nadie se tiene que sentir excluido, es nuestra labor hacer que la Iglesia sea la Casa de todos”.

Este futuro planeta, para Rosa Abad unos retos clave: “Tenemos que llevar la Palabra de Dios sin complejos. Hacer que lo tradicional conviva con las nuevas tecnologías sin miedos. Como dice el Papa Francisco ‘Dios nos esta esperando en el hombre’. Solo hay que hacérselo saber para que El le llene de su amor”.

La celebración vaticana

Los actos del Domingo de la Palabra de Dios de este año estarán presididos por el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro.

A las 9:30 h. comenzará la Santa Eucaristía con aforo limitado por la normativa sanitaria vigente.

Durante la celebración, el Santo Padre presentará a los participantes un volumen que contiene un comentario de los Padres de la Iglesia a los capítulos 4 y 5 del Evangelio de Lucas, “con el fin de reavivar la responsabilidad que tienen los creyentes en el conocimiento de la Sagrada Escritura y de mantenerla viva mediante una obra de transmisión y comprensión permanente”.

Dos momentos serán especialmente significativos en esta jornada. Por primera vez, el ministerio de Lector y Acólito se conferirá también a los laicos y finalmente, el Santo Padre realizará el rito por el que se conferirá el ministerio de catequista a los fieles laicos, mujeres y hombres, ya establecido mediante la publicación de la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio Antiquum Ministerium.

Actualidad

Otro año sin ejercicios espirituales para la curia romana

Rome Reports·21 de enero de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

Tal y como ocurrió el año pasado, la Curia romana no realizará de modo presencial los ejercicios espirituales de este año. Cada uno lo hará de modo privado entre el 6 y el 11 de marzo.

El Papa Francisco ha cancelado su agenda pública para esos días, incluyendo la audiencia general del 9 de marzo.

La beatificación de la Reina Isabel

«La elevación a los altares de la Reina Isabel la Católica podría suponer un motivo de ánimo en el turbulento panorama nacional. Se trata de uno de los personajes más fascinantes e injustamente tratados de la historia y, según muchos, la mejor reina que jamás ha tenido España. Sería el momento de reconciliarnos con nuestro pasado más brillante ganando la autoestima necesaria para afrontar con optimismo el futuro. Y podría presentar un buen modelo para la actual Princesa de Asturias, futura Reina Leonor»

21 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Una noticia que pudo pasar inadvertida en su día fue la reanudación de la causa de beatificación de Isabel la Católica por parte de la Conferencia Episcopal Española, a petición del Papa Francisco. En la última asamblea de la Comisión Pontificia para América Latina, según contó el Cardenal Cañizares, se trató el tema de la mujer en la Iglesia, y fue cuando Francisco animó a retomar un proceso paralizado desde hace años.

El proceso de beatificación de la Reina Isabel sufrió un parón en 1991 (justo antes del V Centenario del Descubrimiento de América), alegando la expulsión de los judíos de España como principal razón.

En octubre de 2018 se celebraron sendos simposios, en Valladolid y Granada, sobre la figura de la Reina, quien junto con su esposo, Fernando el Católico, tuvo un papel esencial en el final de la Reconquista y el Descubrimiento de América.

Actualmente hay una circunstancia muy favorable y es la concesión de la nacionalidad española a los sefardíes realizada por el Gobierno anterior, pues fue una injusticia histórica que se ha reparado.

Las palabras del Papa pueden suponer el impulso definitivo a una beatificación que sigue siendo polémica pero que podría darse de la mano del primer Romano Pontífice americano de la historia.

El gran historiador francés Jean Dumont sentencia sobre nuestra protagonista en su excelente obra La Incomparable Isabel la Católica: “La santidad de Isabel ha quedado establecida, sin discusión posible, en los 28 gruesos volúmenes de documentos que ha reunido el postulador de su Causa de beatificación, el padre Anastasio Gutiérrez”.

La célebre reina del siglo XV amaba la música, la poesía y el teatro y era al parecer una excepcional amazona. Pero ante todo, Isabel amaba a Dios y al prójimo. Empezando por su propio marido, el Rey Fernando, con quien se desposó tras la muerte repentina de su primer pretendiente, y siguiendo por cualquiera de sus súbditos, sin excluir al último de ellos.

Sobre la llamada “expulsión de los judíos» se ha argumentado que se trató en realidad de una especie de suspensión del permiso de permanencia en España, como se hizo en todos los países europeos, sin que ello representase injuria alguna y mucho menos antisemitismo por parte de la Reina, en contra de lo que se ha dicho y escrito.

Sobre la reconquista de Granada, Isabel y Fernando no hicieron sino coronar una empresa que comenzó en el año 718 en Covadonga y que tenía como principal objetivo la defensa de la fe católica.

Por su parte, el problema de la Inquisición ha sido generalmente enfocado “desde un falso planteamiento”, como denuncia el postulador Anastasio Gutiérrez, sin que los historiadores se hayan detenido en la verdadera razón que puso en marcha todo el aparato inquisitorial del Reino de Castilla: el fenómeno religioso de los “conversos”.

Isabel fue, según todas las pruebas documentales existentes, una Reina prudente y justa; una madre que padeció terriblemente a causa de la irreparable pérdida y el sufrimiento de sus hijos; una mujer que amaba profundamente a su esposo;  y una hija de la Iglesia que defendió la fe católica hasta su último aliento.

Es ejemplar la fortaleza de una mujer que tuvo que enfrentarse al sufrimiento desde muy joven. La muerte de su hermano con tan solo 15 años, el atentado contra la vida de su marido Fernando de Aragón o la muerte prematura de su heredero, el príncipe Juan, y de su primogénita Isabel, así como el auténtico calvario soportado con su hija Juana, fueron algunas de las pruebas a las que se enfrentó durante su vida.

Es notoriamente conocido que fue la evangelización el principal motivo del respaldo de la Reina Isabel al viaje a América y gracias a ella rezan a Dios en español 500 millones de personas.

Caracterizada por su celo apostólico, en las primeras reuniones que mantuvo con Cristóbal Colón la soberana quedó impresionada ante las posibilidades que el proyecto ofrecía a la extensión de la fe católica.

“Religiosísima, como un sacerdote entregado al culto de Dios, de la Virgen, de los santos… Dada a las cosas divinas mucho más que a las humanas». Así describía a nuestra monarca el encargado de la Capilla Real, Lucio Marineo Sículo.

El suyo es uno de los muchos testimonios directos de las virtudes que, en grado heroico, vivió Isabel de Castilla y que repasa la Causa de Beatificación: desde la fe, esperanza y caridad, hasta la humildad, fortaleza, templanza, justicia y prudencia.

España, que tanto ha contribuido de manera positiva al devenir de la historia universal, ha tenido muchos buenos reyes y reinas a lo largo de los siglos. Sólo dos han sido canonizados hasta la fecha: San Hermenegildo y Fernando III el Santo.

La beatificación de la Reina Isabel sería no solo un reconocimiento a su santidad de vida, sino también un homenaje al papel de nuestro país desde sus orígenes en defensa de la fe cristiana.

Habrá a quien todo esto le parezca algo del pasado, pero no lo es. Durante demasiado tiempo hemos convivido con la “leyenda negra” que han difundido nuestros enemigos, persuadiendo de ella incluso a muchos españoles.

Por supuesto que en la historia de España se han cometido errores, como en la de cualquier país que haya tenido la importancia histórica del nuestro.

Pero también es legítimo y saludable que todos conozcan las contribuciones insustituibles que hemos realizado en el devenir histórico. La doctrina de los derechos humanos, que tiene su origen en la Escuela de Salamanca del s. XVI y que tanto tiene que ver con el carácter cristiano de nuestra nación, no es la menor de ellas. Y conocer mejor la personalidad y obra de la Reina Isabel podría ser un excelente estímulo en los momentos actuales, así como un buen modelo para nuestra futura Reina Leonor.  

Leer más
Mundo

Un informe sobre abusos sexuales en la diócesis de Múnich intenta involucrar a Benedicto XVI

El informe trata un periodo de 75 años, pero en su presentación el interés se centra en la cuestión de si el Papa emérito conocía el pasado de un determinado sacerdote.

José M. García Pelegrín·20 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

El miércoles se ha presentado en Múnich el informe sobre abusos sexuales de menores y adultos vulnerables por parte de clérigos y laicos que trabajaban en la archidiócesis de Múnich-Freising entre 1945 y 2019, elaborado por el bufete de abogados muniqués “Westpfahl, Spilker, Wastl”. El informe, de más de 1.200 páginas, está firmado por cinco abogados del bufete.

En total, recoge acusaciones contra 261 personas (205 clérigos y 56 laicos), de los cuales la investigación “arrojó indicios de culpa” contra 235 personas (182 clérigos y 53 laicos), con un total de 363 casos relevantes. Los autores del informe consideran que, en 65 casos, las acusaciones están probadas; en 146 son al menos plausibles; en 11 casos las refutaron. En 141 casos (el 38 %) “no hay una base suficiente para extraer un juicio definitivo”. El informe parte de la base de que, al menos, hubo 497 damnificados, 247 de sexo masculino y 182 de sexo femenino (en 68 casos “no fue posible determinarlo”); el grupo de edad más numeroso es el de 8 a 14 años (59 % entre los de sexo masculino; 32 % entre los de sexo femenino).

Pero, más que los casos en sí, lo que interesaba especialmente a la opinión pública era el modo en que había actuado la jerarquía; al tratarse de un periodo de 75 años, afecta a seis arzobispos, todos ellos cardenales: Michael von Faulhaber (1917-1952), Joseph Wendel (1952-1960), Julius Döpfner (1961-1976), Joseph Ratzinger (1977-1982), Friedrich Wetter (1982-2008) y Reinhard Marx (desde 2008).

Un artículo publicado en el semanario “Die Zeit” acusaba al Papa emérito Benedicto XVI de haber tenido conocimiento del caso de un sacerdote que —después de haber cometido abusos en su diócesis de origen, Essen— se trasladó a Múnich para seguir un tratamiento de psicoterapia. A este caso, por haberse solicitado al Papa emérito una toma de postura al respecto a la que Benedicto XVI respondió con un escrito de 82 páginas, los autores del informe conceden tal importancia que forma parte de un tomo especial de más de 300 páginas. Aparte de dicho caso, el informe habla de otros cuatro (uno de ellos queda, sin embargo, descartado) en los que “se le culpa de no haber reaccionado adecuadamente o de acuerdo con las normas a los casos de (presuntos) abusos que habían llegado a su conocimiento”.

En la rueda de prensa en la que el bufete de abogados presentó el informe, prácticamente todas las preguntas giraron en torno a la cuestión de qué sabía el entonces cardenal Ratzinger sobre los antecedentes de ese sacerdote (al que se denomina “X”; se trata del caso 41 del informe). El asunto es complejo porque en él están involucrados tanto el entonces Vicario general de la diócesis, Gerhard Gruber, como el Vicario judicial en dicha época, Lorenz Wolf. En 2010 —cuando los abusos sexuales salieron a la luz y el mismo bufete de abogados se ocupó de hacer una primera investigación— Gerhard Gruber asumió toda la responsabilidad; ahora dice que “le obligaron a ello”, pero sin dar mayor detalles sobre quién le habría obligado. Y la credibilidad de Lorenz Wolf, sobre la que “Die Zeit” fundaba sus acusaciones, es puesta en entredicho por el mismo bufete de abogados.

Los autores del informe creen haber encontrado la prueba de que Benedicto XVI sabía sobre la situación del sacerdote “X” en el acta de una sesión de trabajo mantenida en la curia de la diócesis el 15 de enero de 1980. En su toma de postura, el Papa emérito asegura no recordar haber estado en dicha reunión; del hecho de que en el acta no se indique expresamente que no estaba, el abogado infiere que eso quiere decir que sí asistió. De ahí, el abogado Wastl colige que Benedicto XVI estaba informado sobre el pasado de “X”.

Ahora bien, cuando un periodista le pregunta si puede asegurar que Benedicto XVI tenía ese conocimiento, el abogado mide sus palabras: si eso es una prueba, lo tendrán que decir los tribunales; él considera como “altamente probable” que lo supiera. La siguiente periodista pregunta si está seguro de que en dicha sesión se tratara el asunto del sacerdote en cuestión: “Bueno, partimos de la base” —responde el abogado— “de que es altamente probable que se tratara ese asunto; ahora bien: ustedes ya conocen el modo tan creativo con que se levantan actas en la Iglesia católica”. Es decir, que no tiene pruebas de que se tratara la cuestión, y añade: “No me puedo imaginar que se dijera que viene un sacerdote de otra diócesis y nadie preguntara por qué razón. Y si se sabía que estaba en tratamiento psiquiátrico, que no se preguntara por qué. Claro que el hecho de que no me lo pueda imaginar no quiere decir que conozca el tenor literal de la reunión”. Aunque fuera así: que en 1980 una “psicoterapia” no despertara inmediatamente la sospecha de haber cometido abusos sexuales, es algo que tampoco se le ocurre al abogado.

En una primera y breve declaración, el cardenal Reinhard Marx —al que se le acusa de haber obrado incorrectamente en dos casos y también de no haber concedido la necesaria importancia al asunto, pues no comenzó a ocuparse de ello hasta 2018, diez años después de llegar a la sede muniquesa— ha señalado que se muestra “conmocionado y avergonzado” y que sus primeros pensamientos son para los afectados por abusos sexuales que han experimentado sufrimientos por parte de clérigos u otros representantes de la Iglesia.

Debido a la extensión del informe (casi 1.700 páginas en total), el cardenal Marx anunció que sería estudiado en el obispado: “Espero poder presentar el próximo jueves unas primeras perspectivas y bosquejar el camino a seguir”. Para ello emplazó a una rueda de prensa el próximo 27 de enero.

Fe y vida familiar

Hacer familia es, antes que nada, saber amar en medio de la imperfección de lo cotidiano. Las “tensiones” de la convivencia, y las dificultades y crisis por las que toda familia transita, no se resuelven -sólo- rezando… es necesario también poner medios humanos.

20 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

La cultura postmoderna plantea importantes retos para la vida familiar: la creciente visión del ser humano como independiente y autosuficiente; la fragilidad de las relaciones afectivas; o creer que un amor duradero es una quimera imposible, se han instalado en los modos de vida cotidianos de muchas las familias, también de las que se consideran cristianas. Apenas hay tiempos de vida común, no se prevén ni valoran los momentos de compartir mesa, celebraciones o el cuidado de los enfermos, ancianos y niños. Los esposos desarrollan a menudo relaciones profesionales y sociales paralelas. Así se va desvirtuando, en la práctica cotidiana, la auténtica convivencia familiar.

Nadie es inmune a esta influencia. Hay sin embargo cristianos que piensan que, por el hecho de ser creyentes, su familia debería ser perfecta. Que las dificultades apenas deberían afectarles. Y que los problemas familiares, cuando inevitablemente se topan con ellos, se resuelven rezando. No cabe duda que la fe personal y la gracia del sacramento del matrimonio son elementos importantes para poder dar un testimonio familiar cristiano. Pero eso no significa que ser un buen cristiano y rezar baste para garantizar una auténtica convivencia familiar.

En estas líneas querría ante todo reivindicar lo que podríamos llamar, primacía de lo humano en la vida familiar. Todas las personas tenemos la capacidad de amar y el deseo de ser amados. Hacer familia es, antes que nada, saber amar en medio de la imperfección de lo cotidiano. Las normales “tensiones” de la convivencia, y las dificultades y crisis por las que toda familia transita, no se resuelven -sólo- rezando… es necesario también poner medios humanos.

¿Qué podemos hacer? En primer lugar, contar con la suficiente dosis de humildad y realismo para asumir que, aunque nos “sepamos la teoría” de lo que “debería ser” la familia ideal, la realidad suele distar mucho de ella. En segundo lugar, es preciso saber pedir ayuda y dejarse ayudar por quienes pueden prestarla. El acompañamiento familiar -el apoyo de las personas que nos quieren y en quienes confiamos- cobra en nuestros días una importancia capital. La experiencia muestra que las principales causas por las que hoy se rompen muchas familias no son en realidad irreparables. En muchas ocasiones se trata de aprender a conocer la dinámica de crecimiento y maduración del amor, con sus momentos de tranquilidad y de dificultad, para comprender la dificultad de modo positivo, y ser capaces de iniciar un cambio de actitud.

Además, quienes tienen una fe viva, contarán con la inestimable ayuda de la gracia y de las virtudes cristianas (la humildad, la caridad, la paciencia, la comprensión, etc.), que son clave para el buen desarrollo de la vida familiar. Y son también una ayuda inestimable en momentos de dificultad, para comprender las fragilidades propias y ajenas, y para saber perdonar de corazón.

El autorMontserrat Gas Aixendri

Catedrática en la Facultad de Derecho de la Universidad Internacional de Cataluña y directora del Instituto de Estudios Superiores de la Familia. Dirige la Cátedra sobre Solidaridad Intergeneracional en la Familia (Cátedra IsFamily Santander) y la Cátedra Childcare and Family Policies de la Fundación Joaquim Molins Figueras. Es además vicedecana en la Facultad de Derecho de UIC Barcelona.

FirmasKlaus Küng

La unidad de los cristianos: una intención que nos interesa a todos

En la actualidad, la petición por la unidad de los cristianos adquiere notas especiales, y al mismo tiempo la conecta con el Papa Francisco, que llama a actuar “en salida”.

20 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos me recuerda un encuentro en un tren hace muchos años. En aquel momento era todavía un joven sacerdote, y quería aprovechar el viaje para preparar una predicación, rezar y leer. Había encontrado un asiento tranquilo frente a un caballero de aspecto serio y, tras un breve saludo, me enfrasqué inmediatamente en mi lectura. Pero cuando llegó el revisor, la persona que tenía delante aprovechó la interrupción para dirigirse a mí. «¿Es usted un sacerdote católico?», me preguntó y, ante mi respuesta afirmativa, dijo: «Yo soy un pastor protestante». Quiso saber dónde trabajaba, y le respondí que era sacerdote del Opus Dei, y cuando volvió a preguntar intenté explicarle el Opus Dei en pocas palabras, como una institución de la Iglesia católica a la que pertencen principalmente laicos que se esfuerzan por seguir a Cristo en medio del mundo. Su reacción me sorprendió. Dijo: «Eso me parece protestante». Los cristianos que viven en el mundo habían sido la gran preocupación de Lutero, me dijo.

Nos pusimos a conversar. Me habló de su tarea. Dijo que era trabajosa, porque sólo algunos vivían realmente su fe. Que su obispo les recordaba regularmente que debemos cumplir los mandamientos de Dios. Sin eso, rezar no sirve de mucho, a lo que yo repuse: «Eso me parece católico». Nos entendimos bien. Luego pasamos a hablar de la situación religiosa en Austria y coincidimos en que en nuestro tiempo era necesario un cristianismo decidido. Cualquier otra cosa no podría mantenerse a largo plazo.

Desde entonces, han pasado muchos años. En Europa Central -al igual que en otros países cristianos prósperos de todo el mundo- están teniendo lugar procesos difíciles para la Iglesia: retroceso de las vocaciones, crisis de la familia, estancamiento de la pastoral con los jóvenes, denuncias de abusos y un número creciente de personas que abandonan la Iglesia. Todos se ven afectado. Es particularmente perceptible en las grandes instituciones eclesiásticas, en las comunidades protestantes y también en la Iglesia católica. El proceso, que ya era reconocible hace 40 años, ha avanzado dramáticamente y se ha acelerado. Está relacionado con el rápido cambio de las condiciones de vida, pero no sólo con esa causa.

Muchas veces la gente está absorbida por el trabajo, y también por las diversas influencias, objetivos y formas de vida de un mundo ampliamente secularizado. Muchos pierden de vista a Dios y, con Él, en su mayoría también algo que pertenece al fundamento de la actitud cristiana ante la vida y del modo cristiano de configurarla. No sólo decrece el número de participantes en las celebraciones litúrgicas. En muchos se está desvaneciendo la práctica de la fe, y ya no se consigue la integración de los niños en la vida de la Iglesia, aunque por lo general siguen estando bautizados, reciben enseñanza de la religión y se preparan para la primera comunión y la confirmación. El número de creyentes disminuye, así como el número de familias cristianas, la enseñanza de la religión es cada vez más difícil, si es que todavía tiene lugar. La vida pública está cambiando, y lo mismo la legislación y muchas otras cosas, incluida la educación. Así, el proceso de secularización afecta cada vez a más personas. Al principio se notaba sobre todo en las zonas urbanas, pero ahora las zonas rurales se ven afectadas casi por igual. Hasta el caserío más solitario puede recibir noticias e influencias de todo el mundo.

¿Tenemos que quedarnos de brazos cruzados y aceptar sin más esta evolución? Desde hace décadas hay, también dentro de la Iglesia católica, diferentes enfoques acerca de las soluciones, debates e incluso tensiones, hasta correr el peligro de la división. En ese contexto, no se pueden pasar por alto las referencias a otras confesiones cristianas.

Algunos intentos de reforma de las últimas décadas son similares a los del protestantismo liberal. Se exigen adaptaciones a las ideas de hoy. Se está pensando en algunas cuestiones de la doctrina y de la ética, especialmente en la moral sexual. El ministerio sacerdotal debería abrirse a los casados y a las mujeres, se dice, cuando no se pone en discusión su necesidad. Se considera que el ministerio jerárquico necesita una reforma. El objetivo es, por decirlo así, un cristianismo moderno. La crisis de los abusos sirve como justificación y como medio de presión. El Papa Francisco se ha posicionado claramente con respecto al proceso sinodal en Alemania, donde estas posiciones encuentran respaldo masivo, y ha animado a poner en marcha una auténtica nueva evangelización.

Pero también hay otros enfoques. Algunas iglesias se están llenando de nuevo. También hay conventos con vocaciones, y comunidades que están creciendo. Se está redescubriendo la importancia de la oración, y especialmente la adoración eucarística se ha extendido de nuevo en los últimos años. La recepción del sacramento de la Penitencia, que en las últimas décadas había desaparecido casi completamente en algunos lugares y regiones, está siendo cuidada en algunas iglesias y monasterios, y se considera una gran ayuda. Se buscan nuevas formas de comunicar la fe. Cada vez se cae más en la cuenta de que en la preparación para la Primera Comunión y la Confirmación los padres son tan importantes como los niños, o casi más que ellos.

En todo este panorama, es interesante observar que no pocas iniciativas e impulsos provienen de otras confesiones. Los cursos Alpha, nacidos en la iglesia anglicana, encuentran su lugar en la Iglesia católica con ciertas adaptaciones. Lo mismo ocurre con el esfuerzo por impulsar el discipulado, que es particularmente pronunciado entre los cristianos evangélicos (evangelicales). La “oración del corazón”, de la tradición ortodoxa, es un valioso estímulo para muchos. En la formación de familias cristianas como “iglesias domésticas”, sirven de incentivo las prácticas evangélicas. No hay que olvidar los impulsos que han partido del movimiento pentecostal, al inicio predominantemente protestante, o de los festivales de jóvenes de Taizé. También hay que mencionar los movimientos pro-vida y pro-familia o la lucha contra la pornografía en los Estados Unidos.

Cuando se observan estos contextos, la petición por la unidad de los cristianos adquiere notas especiales, y al mismo tiempo la conecta con el Papa Francisco, que llama a actuar “en salida”. Esta ha sido su gran preocupación desde el principio. Ya se encuentra en su primera encíclica Evangelii Gaudium. Fueron los temas que trató en sus discursos en el pre-cónclave. Y esta es posiblemente también la esperanza que le ha llevado a invitar al mundo a un proceso sinodal, a pesar de todos los riesgos que ello puede conllevar. En el fondo, se trata probablemente de procurar el objetivo central del Vaticano II: que todos los bautizados y confirmados han de tener el deseo de llevar a Cristo en su corazón, y llevarlo a los demás. ¡La oración de unos por otros, y el diálogo de unos con otros, son de gran urgencia y significan una gran esperanza!

El autorKlaus Küng

Obispo emérito de Sankt Pölten, Austria.

Leer más
Vaticano

«Nos hace bien mirarnos en la paternidad de José y permitir al Señor que nos ame con su ternura»

En la catequesis de la audiencia general de este miércoles, el Papa Francisco ha reflexionado sobre la ternura de San José, animando a experimentarla en el amor de Dios y a ser testigos de ella.

David Fernández Alonso·19 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

En la audiencia de este miércoles 19 de enero, el Papa Francisco quiso «profundizar en la figura de San José como padre en la ternura».

Recordó que «en la Carta Apostólica Patris corde (8 de diciembre de 2020) pude reflexionar sobre este aspecto de la personalidad de San José. De hecho, incluso si los Evangelios no nos dan particularidades sobre cómo ejerció su paternidad, podemos estar seguros de que su ser hombre “justo” se tradujo también en la educación dada a Jesús. «José vio a Jesús progresar día tras día “en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres” (Lc 2,52). Como hizo el Señor con Israel, así él ‘le enseñó a caminar, y lo tomaba en sus brazos: era para él como el padre que alza a un niño hasta sus mejillas, y se inclina hacia él para darle de comer’ (cf. Os 11,3-4)» (Patris corde, 2)».

«Los Evangelios», continuó el Santo Padre, «atestiguan que Jesús usó siempre la palabra “padre” para hablar de Dios y de su amor. Muchas parábolas tienen como protagonista la figura de un padre. [1] Entre las más famosas está seguramente la del Padre misericordioso, contada por el evangelista Lucas (cfr Lc 15,11-32). Precisamente en esta parábola se subraya, además de la experiencia del pecado y del perdón, también la forma en la que el perdón alcanza a la persona que se ha equivocado. El texto dice así: ‘Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente’ (v. 20). El hijo se esperaba un castigo, una justicia que al máximo le habría podido dar el lugar de uno de los siervos, pero se encuentra envuelto por el abrazo del padre. La ternura es algo más grande que la lógica del mundo. Es una forma inesperada de hacer justicia. Por eso no debemos olvidar nunca que Dios no se ha asustado de nuestros pecados, de nuestros errores, de nuestras caídas, sino que se asusta por el cierre de nuestro corazón, de nuestra falta de fe en su amor. Hay una gran ternura en la experiencia del amor de Dios. Y es bonito pensar que el primero que transmite a Jesús esta realidad haya sido precisamente José. De hecho, las cosas de Dios nos alcanzan siempre a través de la mediación de experiencias humanas».

El Papa animó entonces, a «preguntarnos si nosotros mismos hemos experimentado esta ternura, y si a su vez nos hemos convertido en testigos de ella. De hecho, la ternura no es en primer lugar una cuestión emotiva o sentimental: es la experiencia de sentirse amados y acogidos precisamente en nuestra pobreza y en nuestra miseria, y por tanto transformados por el amor de Dios».

«Dios no confía solo en nuestros talentos», afirmó Francisco, «sino también en nuestra debilidad redimida. Esto, por ejemplo, lleva a San Pablo a decir que también hay un proyecto sobre su fragilidad. Así, de hecho, escribe a la comunidad de Corinto: ‘Para que no me engreía con la sublimidad de esas revelaciones, fue dado un aguijón a mi carne, un ángel de Satanás que me abofetea […]. Por este motivo tres veces rogué al Señor que se alejase de mí. Pero él me dijo: “Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza”’ (2 Cor 12,7-9). La experiencia de la ternura consiste en ver el poder de Dios pasar precisamente a través de lo que nos hace más frágiles; siempre y cuando nos convirtamos de la mirada del Maligno que «nos hace mirar nuestra fragilidad con un juicio negativo», mientras que el Espíritu Santo «la saca a la luz con ternura» (Patris corde, 2). ‘La ternura es el mejor modo para tocar lo que es frágil en nosotros. […] Por esta razón es importante encontrarnos con la Misericordia de Dios, especialmente en el sacramento de la Reconciliación, teniendo una experiencia de verdad y ternura. Paradójicamente, incluso el Maligno puede decirnos la verdad, pero, si lo hace, es para condenarnos. Sabemos, sin embargo, que la Verdad que viene de Dios no nos condena, sino que nos acoge, nos abraza, nos sostiene, nos perdona’ (Patris corde, 2)».

Ya al final de la catequesis, el Papa aseguró que «nos hace bien entonces mirarnos en la paternidad de José y preguntarnos si permitimos al Señor que nos ame con su ternura, transformando a cada uno de nosotros en hombres y mujeres capaces de amar así. Sin esta “revolución de la ternura” corremos el riesgo de permanecer presos en una justicia que no permite levantarnos fácilmente y que confunde la redención con el castigo. Por esto, hoy quiero recordar de forma particular a nuestros hermanos y a nuestras hermanas que están en la cárcel. Es justo que quien se ha equivocado pague por su error, pero es igualmente justo que quien se ha equivocado pueda redimirse del propio error».

Para concluir, el Pontífice rezó la siguiente oración a San José:

«San José, padre en la ternura,
enséñanos a aceptar ser amados precisamente en lo que en nosotros es más débil.
Haz que no pongamos ningún impedimento
entre nuestra pobreza y la grandeza del amor de Dios.
Suscita en nosotros el deseo de acercarnos al Sacramento de la Reconciliación,
para ser perdonados y también capaces de amar con ternura
a nuestros hermanos y a nuestras hermanas en su pobreza.
Sé cercano a aquellos que se han equivocado y por esto pagan un precio;
ayúdales a encontrar, junto a la justicia, también la ternura para poder volver a empezar. Y enséñales que la primera forma de volver a empezar
es pedir perdón sinceramente.
Amén».

España

La escucha es la clave de la labor de CONFER

Lourdes Perramón es la nueva Vicepresidenta de CONFER. Esta Oblata del Santísimo Redentor, que forma parte por primera vez de los órganos de gobierno de esta institución, reflexiona sobre su papel y los retos a los que se enfrenta en esta nueva etapa.

Maria José Atienza·19 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La vicepresidencia que me ha sido encomendada la asumo, ante todo, desde la disponibilidad y el compromiso en lo que significa y quiere ser la CONFER: ese espacio de encuentro, de apoyo, de comunión y construcción colectiva. 

Durante muchos años la CONFER ha sido para mí un apoyo, mediación y referencia, en el caminar personal como religiosa y más recientemente en el servicio congregacional como superiora general. Ahora se me brinda la oportunidad de devolver algo de lo recibido y quiero hacerlo con generosidad, dentro de las posibilidades que conlleva compaginarlo con la responsabilidad congregacional. 

Responsabilidad compartida

Tengo la suerte de incorporarme a un equipo que ya venía funcionando y eso me enriquece y ofrece seguridad. A la vez me habla de confianza al tratarse de una responsabilidad compartida y de aprendizaje, al ser una tarea que se nutre de un rico grupo de personas, tanto en la sede nacional como en las diferentes CONFER regionales, diocesanas y, por supuesto, toda la vida consagrada. 

Partimos en general de una acogida positiva a las propuestas que lanza CONFER, pero quizás el gran desafío es que no se quede en algo unidireccional. Vivimos un momento de renovación expresado, entre otros, en el proyecto para el fortalecimiento y viabilidad de la CONFER al servicio de las Congregaciones religiosas en España, que recientemente se presentó y aprobó en la Asamblea. 

Es un proyecto que quiere responder a los desafíos de la vida religiosa, recogidos en un diagnóstico que se elaboró partiendo de los aportes de muchas congregaciones. Justamente en la escucha de la realidad es donde radica la clave esencial para que esa labor de apoyo sea exitosa, adecuando los diferentes servicios que CONFER ofrece a las necesidades cambiantes del momento actual. 

En el proyecto ha de tener un papel importante el apoyo a las congregaciones con más dificultades, pero también el propiciar las sinergias, intercambios o acciones conjuntas entre congregaciones. Solo desde ahí será posible renovar, con creatividad y audacia, lo esencial de nuestra vida consagrada y del servicio que estamos llamados a aportar en la Iglesia y sociedad, con especial atención a quienes viven situaciones de mayor vulnerabilidad.

El rostro femenino 

La vida religiosa femenina ha sido y es mayoritaria frente a la masculina, no solamente en números absolutos sino en la participación habitual en las actividades que organiza CONFER. 

Podemos decir que CONFER tiene un rostro femenino que impregna la vida cotidiana en sus reflexiones, prioridades, acciones. Acabamos de vivir un hecho relevante en la visibilidad externa de esta realidad, como ha sido la primera presidencia femenina de la CONFER, desde cuando hace ya más de 25 años se unieron las conferencias masculina y femenina. Sin embargo, considero que no caben conformismos en este tema. Debemos asumir el compromiso, junto a las mujeres laicas, para que la Iglesia en su conjunto no se pierda nuestra mirada, sensibilidad, saber… y estar atentas para participar y compartir los espacios de decisión eclesial. 

Una gran oportunidad

Ante el Sínodo que vive toda la Iglesia universal la vida religiosa parte “con cierta ventaja”. La vida en comunidad, el compartir todo lo que somos y tenemos en una fructífera comunicación de bienes, los espacios de discernimiento y decisión participados, colegiados, los caminos en misión compartida con el laicado, el trabajo en red con tantas entidades y las experiencias de intercongregacionalidad… 

El Sínodo es una gran oportunidad y responsabilidad a la vez, para que a partir de la propia experiencia y en la escucha mutua con las comunidades locales en la Iglesia diocesana, seamos capaces de hacer propuestas que ayuden a hacer más real, más encarnado el modelo de Iglesia, pueblo de Dios que el propio Concilio Vaticano II ya soñaba. Una Iglesia en misión, que acompaña solidariamente a las minorías y a los más empobrecidos sin juicios ni exclusiones.

El reto vocacional 

El descenso de vocaciones a la vida consagrada es evidente pero, a veces, la pregunta se focaliza en relación a qué le sucede a la juventud que no entiende o acoge esta propuesta vocacional. Cuando quizás nos falta preguntarnos si hemos sido capaces de mostrar en lenguajes y formas nuevas, la esencia mística y profética de la vida consagrada. 

Y por último y quizás lo más importante, reconocer que algo de Dios debe haber en esta realidad y que detrás de lo numérico sigue habiendo una llamada muy evangélica.

España

Jesús Díaz Sariego, OP: “La escasez vocacional puede ser una oportunidad para retomar el Evangelio ”

Jesús Díaz Sariego, presidente de CONFER, comparte con Omnes su visión de la vida religiosa, las líneas maestras de futuro o la preocupación por la escasez vocacional.

Maria José Atienza·19 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 9 minutos

Jesús Díaz Sariego, Superior Provincial de la Provincia de Hispania de la Orden de Predicadores, es, desde el pasado noviembre, presidente de CONFER. Este organismo de derecho pontificio aúna a Institutos Religiosos y Sociedades de Vida Apostólica y acoge también a algunos monasterios masculinos y femeninos.

–Hace unas semanas asumía la presidencia de CONFER, aunque forma parte del equipo directivo desde 2017. ¿Qué peso tiene CONFER dentro de las distintas congregaciones, que ya de por sí son autónomas?

La inscripción a CONFER es libre. Es una decisión que toma cada congregación. Esta libertad de pertenencia resulta muy apropiada. Como bien dices, cada congregación es autónoma acorde con su carisma y misión en la Iglesia. Esa autonomía está la riqueza de CONFER. Cada familia carismática es una gran aportación para el conjunto. Su peso debe estar precisamente aquí, y no tanto en el número de religiosos o religiosas. Tampoco en la implantación eclesial y social con más o menos visibilidad e influencia. La Conferencia Española de Religiosos quisiera mimar y cuidar a cada uno de sus miembros por su fuerza carismática, don del Espíritu en la Iglesia. 

–¿Hay unidad entre los distintos miembros de la CONFER? 

En las cuestiones más importantes hay comunión y unidad. Aún más. En aquellos asuntos que pudieran separarnos percibo encuentro en lo fundamental. En el diálogo y en las preocupaciones comunes nos acabamos encontrando en lo que nos constituye como seguidores de Jesús. Hay una vocación común, que nos convoca en este seguimiento. Tenemos un lenguaje común en el que nos comprendemos. Sabemos, incluso, expresar las diferencias de estilos y de enfoques. Estar en comunión no conlleva ser todos iguales, porque representamos a muchos carismas. Ninguno es imprescindible, pero todos son necesarios. 

Además, en este momento histórico en el que nos encontramos, estamos desarrollando aún más el valor de cada familia religiosa desde sí misma y desde el conjunto. Es un momento muy interesante y un discernimiento que nos está llevando a una mayor comunión y sinodalidad entre nosotros. La relación y comunicación entre carismas es un signo de nuestro tiempo que debemos explorar aún mucho más. El camino de la intercongregacionalidad es una apuesta, entre otras, de CONFER para los próximos años.

–Existe un evidente descenso de las vocaciones, especialmente para el sacerdocio y la vida consagrada. ¿Cómo se asume este reto en CONFER? ¿Es igual en todas las congregaciones o institutos? 

El descenso de vocaciones para la vida consagrada y para el sacerdocio, en España, es una realidad que se nos impone. Debemos aceptarla y comprenderla también desde Dios. No sólo desde nuestro momento cultural, aunque también. He de decir, al mismo tiempo, que la situación que se está dando en nuestro país, con respecto al descenso de las vocaciones, no es la misma que en otros países y en otras realidades culturales en los diversos continentes.

En España hemos vivido, en la década de los cincuenta del pasado siglo, un boom vocacional que nos ha llevado a estar muy presentes en la sociedad española, por el número de religiosos y por las numerosas presencias y obras que generaron. Muchos tuvieron un espíritu misionero más allá de nuestras fronteras. En este sentido, la aportación de la vida religiosa durante décadas fue magnífica y no siempre debidamente reconocida. 

Ahora estamos en otro momento. No sólo porque la sociedad española haya cambiado, y mucho, sino porque la Iglesia también ha cambiado. Nosotros mismos, como consagrados, vamos siendo diferentes. Deberíamos pararnos a pensar si la sociedad de nuestros días requiere el mismo número de religiosos o más bien, necesita otro tipo de levadura para fermentar el pan. Cada vez me convenzo más de esto. 

El mundo secularizado en el que nos encontramos necesita para su fermento una levadura menos numerosa, aunque también muy cualificada desde el punto de vista evangélico, como lo han sido los religiosos y religiosas que nos han precedido. Como si los relatos evangélicos que hacen referencia a la descripción de lo que es el Reino, que hemos escuchado tantas veces, tuvieran en nuestro presente un mensaje especialmente apropiado para comprender y vivir nuestro momento.

Invito –me invito– a pensar la escasez de las vocaciones más desde Dios que desde nosotros mismos. Seguro que nos está diciendo algo. Al menos nos suscita estas y otras preguntas: ¿qué vida religiosa quiere Dios para el futuro? ¿En qué Iglesia? ¿En qué mundo? La vocación religiosa, solemos decir, es de Dios, aunque requiera nuestra colaboración al ciento por ciento. Pero es de Dios… Ensayemos esta nueva mirada. 

Me gustaría que CONFER explorara este nuevo camino a la hora de afrontar la disminución de las vocaciones. La escasez puede ser también un signo de los tiempos, un signo del Espíritu que algo nos quiere decir. 

Puedo afirmar, por otra parte, que el descenso de las vocaciones es común a todas las familias religiosas inscritas en CONFER. No debemos olvidar que todas ellas vienen de lejos. Algunas son centenarias. En ellas anida la serenidad suficiente, que proporciona la experiencia del tiempo, para sentarse ante Dios y orar con Él las preguntas: “Señor, ¿qué quieres de nosotros hoy? y ¿cómo dar valor a la escasez?”. ¿No será la escasez una nueva oportunidad para retomar el Evangelio de nuevo y convertir nuestra vida más y mejor a Dios para un mejor servicio a lo que nuestro mundo reclama de nosotros? Es una pregunta que me lleva horas de ensayo buscando respuestas.

–En este sentido, ¿cómo se vive el nacimiento de nuevas formas de vida religiosa, muchas veces desde carismas previos? 

El nacimiento de un nuevo carisma en la Iglesia siempre es una bendición de Dios y, por lo tanto, una buena noticia. Esto muestra vitalidad y dinamismo. Dios, en cierto sentido, nos va llevando. 

Por otro lado, cada carisma no deja de ser una forma creativa de leer la Palabra de Dios en relación a cada época. 

El seguimiento de Jesús no necesita muchas justificaciones. Hay múltiples maneras de seguirlo. La voluntad del Señor es que lo sigamos por amor y la expresión de ese amor es plural, dando lugar a muchas formas de vida religiosa.

Los hombres y mujeres de nuestro tiempo también quieren seguir al Señor expresando su voluntad de amarle y de percibir, al mismo tiempo, su amor por ellos. No debe extrañarnos que surjan nuevas formas de vida religiosa. Mientras el amor a Dios sea una realidad en el ser humano y en los miembros de la Iglesia, surgirán nuevos carismas que lo expresen.

La Iglesia en comunión sabrá discernir cada uno de ellos y lo hará, como sabe hacerlo, velando siempre para evitar excentricidades o respuestas no del todo acordes con la Sagrada Escritura leída en su conjunto y con la tradición de la Iglesia. No debemos olvidarlo, el proyecto de Jesús siempre es un proyecto fraterno, comunitario. De integración y comunión. Si algo hace daño de forma visceral al conjunto, me permito dudar de su autenticidad. El proyecto de Dios siempre es integrador, nos hace más humanos y nos acerca a su designio. Éste no es otro que su amor entregado.

Ninguna familia religiosa agota en sí misma el carisma que en su día recibió. Los mismos carismas, su profundización y actualización, son dinámicos, por la creatividad que encierran en sí mismos.   

–En su primer discurso como presidente de CONFER habló de la necesidad de “creatividad”…

La creatividad, bien entendida, hacer más bien referencia a nuestra capacidad de cambio (de conversión, diríamos en términos evangélicos). Ha de ser un proceso espiritual y ha de brotar de la oración íntima con el Señor y del diálogo profundo con los que te rodean. 

La creatividad, ante todo, es observación y confianza. Observación de la realidad y de las necesidades de los otros. Pero también confianza en la palabra de Dios que hemos también de observar, de captar en cada detalle. 

El Evangelio está lleno de creatividad. Es un derroche de imaginación a la hora de plasmar los detalles de Jesús en su modo de relacionarse con la gente, en su modo de configurar sus discursos, en su modo de actuar y de observar la realidad, en la espiritualidad que rezuma en su contacto con el Padre, etc. Esta es la creatividad de la vida religiosa. Ha de nacer de la lectura atenta de la Palabra de Dios y de la escucha minuciosa del mundo que tenemos por delante. Poner en relación ambas miradas requiere buscar formas novedosas a la hora de responder a nuestros desafíos y problemas. También a la hora de hacer llegar el Evangelio a nuestros contemporáneos.

La expresión de Dios siempre es creativa porque requiere inteligencia y buen corazón. La inteligencia ordena las cosas, las disecciona, profundiza en la realidad de las mismas. 

El corazón, a su vez, pone la pasión y el afecto. Permite la identificación personal con lo que se programa o idea. Inteligencia y corazón deben lograr el equilibrio necesario, entenderse y complementarse. 

–¿Cómo pueden las distintas familias religiosas asumir este reto en la vida actual sin dejarse llevar por modos estrafalarios o alejados de su carisma?

Yo diría que es una práctica, ante todo espiritual. Un ejercicio de nueva lectura de los tiempos que concurren desde Dios y no tanto desde nosotros mismos. Inherente a cada carisma es la creatividad. 

Nuestros fundadores no improvisaron el carisma en el que se inspiraron para canalizar su fuerza profética. El profeta siempre es una figura, en la Sagrada Escritura, rompedora, llena de creatividad, soñadora e inspiradora de nuevos caminos, pero en contraste con Dios y con la realidad.

El profeta ante todo es un hombre o mujer contemplativo, orante, buscador en la realidad de las huellas de Dios. El verdadero profeta en la Biblia es aquél que, inspirado por el Espíritu, es capaz de discernir la voz de Dios en las circunstancias históricas que tiene ante sus ojos. Este discernimiento es un proceso. Lento en algunas ocasiones, reposado y rumiado en el interior. Esto nos lo enseñan nuestros fundadores. 

Las distintas familias religiosas ponen en práctica y asumen el reto de la creatividad desde la fuerza profética que anida en cada carisma, sobre todo cuando se deja a Dios actuar en las mediaciones humanas. 

–¿Ha podido definir las líneas maestras de los próximos años para la vida religiosa española? 

Después de realizar un diagnóstico de los principales retos que afrontan hoy las comunidades de vida religiosa, en el que han participado una representación muy importante de religiosos y religiosas de toda España, hemos iniciado un plan global para el fortalecimiento y viabilidad de CONFER.

Un plan que nos permitirá realizar las necesarias actualizaciones que CONFER necesita para poder servir mejor a la vida religiosa en España en los próximos años. Todo ello parte de los cambios tan rápidos que estamos viviendo en el interior de nuestras congregaciones. Pero también a la realidad tan cambiante de la sociedad española. Hemos de seguir fortaleciendo la CONFER como casa común, espacio de referencia para seguir aglutinando y favoreciendo los valores comunes de la vida religiosa.

El camino intercongregacional, la reflexión y misión compartidas, nuestra presencia en la vida pública, el fortalecimiento y desarrollo de las CONFER diocesanas y regionales, la comunicación y presencia en las redes sociales, son planes de acción que queremos potenciar en los próximos años.

A lo anterior se une la preocupación por nuestra formación permanente, según las exigencias del momento cultural y social en el que estamos; la sostenibilidad financiera de los proyectos y de las obras; la atención -su cuidado- a los religiosos y religiosas según el momento vital en el que se encuentren. También el apoyo a las congregaciones más débiles; la búsqueda de nuevas formas de trabajo, generando dinamismos de trabajo en equipo son, entre otras, nuevos desafíos que queremos considerar en este momento. 

–El Papa Francisco no esconde su preocupación y también su impulso a la vida religiosa. ¿Es para ustedes un acicate este apoyo? 

Ciertamente. El Papa Francisco es toda una bendición para la vida religiosa. Sus reflexiones y sugerencias nos motivan mucho en este momento histórico. Además, como religioso, sabemos que lo hace desde dentro; es decir, desde su propia vivencia interior. Esto nos resulta especialmente valioso y creíble. Lo notamos cuando se dirige especialmente a nosotros. Es claro y directo en su mensaje. Pero también apasionado en lo que dice. Muestra creer en lo que nos dice. Esto es un valor que comunica y convence y un impulso que nos estimula y anima. 

–¿Cómo es su papel en la vida diocesana?

La vida religiosa, a través de las distintas comunidades, ha estado y sigue estando muy presente en la vida de las diócesis. Éstas se han visto enriquecidas con la aportación de las distintas congregaciones y sus carismas. En estos últimos años se ha ido ganando mayor sinergia, como gusta decir ahora, entre las congregaciones y los pastores locales. Un camino de sinodalidad, sin duda alguna, por el que debemos transitar.

No pocas religiosas y religiosos asumen, a su vez, cargos diocesanos importantes en el dinamismo eclesial de la Iglesia local. 

No debemos olvidar que la vida religiosa aporta a la Iglesia universal y, por tanto, a la iglesia local no sólo su hacer; más bien, y sobre todo, su ser. Benedicto XVI nos lo recuerda en su exhortación Sacramentum caritatis cuando dice que la contribución esencial que la Iglesia espera de la vida consagrada es más en el orden del ser que en el del hacer. Cuando esto se da, los consagrados nos convertimos objetivamente, más allá de las personas concretas, en referencia y anticipación del camino hacia Dios que todo bautizado ha emprendido.

Desde esta perspectiva, nuestro papel en la vida diocesana no se reduce única y exclusivamente a una colaboración pastoral o a una participación más o menos activa en la vida eclesial de la diócesis. La vida consagrada, con su presencia, representa un signo del Reino más profundo y acorde con el plan de salvación que Dios ha trazado para todos

Es bueno y necesario que algunos bautizados, hombres y mujeres, en el compromiso de vida que han adquirido, recuerden en su modo de vivir y de ser, ese dinamismo del Espíritu que nos acerca a todos al Dios que nos sostiene y salva. 

–¿Cómo está viviendo la vida religiosa en España el proceso sínodal?

La vida religiosa tiene mucha experiencia, por razones obvias, en su estilo de vida y en su modo de organizarse y funcionar, de sinodalidad. Nuestra vida comunitaria y la participación común en las decisiones más importantes de cada comunidad y de cada congregación nos han educado en un modo de participar y de ser corresponsables. En este sentido puedo decir que somos una ayuda que brota desde la propia experiencia.

El Papa Francisco nos lo recuerda con frecuencia: “La vida consagrada es experta en comunión, promueve en sí misma la fraternidad como estilo propio de vida”. La Iglesia universal ha abierto el camino de la sinodalidad con motivo del próximo Sínodo. Creo que responde a un momento eclesial importante y necesario. Por esta razón nos ha puesto a todos a trabajar en la misma dirección. 

Son ya muchos los religiosos y religiosas que en sus parroquias y en sus diócesis se han puesto a trabajar, junto con todo el pueblo de Dios, en el proceso sinodal de esta primera fase: la fase de la escucha. Me consta su interés y participación. 

Desde CONFER, este trabajo y proyecto eclesial, lo asumimos con responsabilidad. También con el ánimo abierto de colaborar con las diócesis y con los demás sectores eclesiales y sociales en los procesos de escucha mutua y de discernimiento en común.

Aportaremos lo que intentamos vivir cada día, así como nuestra experiencia, nuestras búsquedas, nuestras preguntas y nuestros intentos de respuesta. Ya desde ahora agradecemos se cuente también con nosotros en este proceso eclesial en el que todos estamos embarcados.

Lecturas del domingo

«La palabra de Dios en nuestra vida». Domingo III del Tiempo Ordinario

Andrea Mardegan comenta las lecturas del III domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan / Luis Herrera·19 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Comentario a las lecturas del domingo III

Lucas, hombre de refinada cultura griega, abre su evangelio con un prólogo como en las obras clásicas de la antigüedad. No lo llama “evangelio” sino “relato” y “escritura ordenada”, resultado de una “investigación diligente” sobre los “hechos que se han cumplido entre nosotros”. Dice “entre nosotros” a pesar de que escribe desde un lugar lejano de Tierra Santa y lo hace después de de varios años, por lo que no es un testigo ocular. Esto sugiere a todos los lectores a lo largo de la historia que los acontecimientos de la Encarnación y de la Redención realmente se cumplieron “entre nosotros”. Se dirige mediante una captatio benevolentiae hacia el “ilustre Teófilo”, “amigo de Dios”. Se disculpa por haberse unido a las filas de los “muchos” que ya han escrito, pero es consciente de que su investigación ha sido certera y expondrá los hechos con “orden”, dando a cada evento un lugar lleno de trascendencia teológica. Los que deseamos formar parte del ilustre grupo de amigos de Dios a los que escribe Lucas, nos dejamos persuadir para leer su evangelio íntegramente, a lo largo de este año, con los oportunos comentarios.

De los primeros pasos de Jesús en su vida pública, Lucas destaca la presencia del Espíritu que lo concibió en el vientre de su madre y lo envolvió en su infancia, bajó sobre Él en el bautismo y lo condujo al desierto. Ahora, lo acompaña con su poder en su regreso a Galilea y en la predicación en las sinagogas. Y provoca en los que le encuentran, como ya en su infancia, la oración de alabanza, que en Lucas siempre se refiere a Dios. La escena de la sinagoga de Nazaret tiene detalles propios de una fuente presente al evento, ¿tal vez su madre? Lucas señala que Jesús va a Nazaret, “donde se había criado”, haciendo referencia así a donde había crecido, anotado en Lc 2, 40 y 2, 52. 

Al decir que “entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados”, nos ofrece otro cuadro de su vida habitual en los años ocultos de Nazaret. La narración es una descripción visual: le vemos ponerse en pie para leer, recibir el rollo, desenrollarlo, encontrar el pasaje que le interesa citar. Al leer el pasaje de Isaías se detiene en “promulgar el año de la gracia del Señor” y omite el siguiente versículo: “Un día de venganza de nuestro Dios”. Se queda con la gracia y omite la venganza.  Seguimos viéndole mientras enrolla el libro, lo devuelve al ministro y se sienta. Nos damos cuenta de que en la sinagoga todos los ojos están clavados en él. Luego “comenzó a decirles”: sopesando las palabras, mirando a los oyentes en los ojos les dice, literalmente, que en ese día se cumplió la escritura “en vuestros oídos”. Si escuchamos su palabra, permitimos a Dios realizarla en nuestra vida.

La homilía sobre las lecturas del domingo III

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

El autorAndrea Mardegan / Luis Herrera

España

La pandemia eleva a 11 millones las personas en riesgo de exclusión social en España

La crisis socioeconómica provocada por las consecuencias de la pandemia de coronavirus ha sumado 2 millones y medio de personas más al riesgo de exclusión social en España. La crisis se ceba con las mujeres, los jóvenes y las personas migrantes.

Maria José Atienza·18 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española y directora ejecutiva de FOESSA y Raúl Flores, coordinador del Equipo de Estudios de Cáritas y secretario técnico de FOESSA, han presentado “Evolución de la cohesión social y consecuencias de la covid-19 en España”, un amplísimo y documentado estudio sobre la crisis provocada por la pandemia.

La investigación –llevada a cabo por un equipo de más de 30 investigadores procedentes de más de diez universidades y entidades de investigación social, ha estado coordinada por los catedráticos Luis Ayala Cañón, Miguel Laparra Navarro y Gregorio Rodríguez Cabrero.

Como ha destacado Natalia Peiro la pandemia “ha profundizado aún más la brecha de desigualdad que se arrastraba desde la crisis de 2008, llevando a más de 6 millones de personas a una situación de riesgo de exclusión severa en España. Los grandes damnificados por la Covid-19 son precisamente las personas y familias más frágiles y desfavorecidas, a quienes no ha llegado las respuestas públicas del denominado escudo social”. En este sentido, el informe revela que la diferencia entre la población con más y menos ingresos ha aumentado más de un 25 por ciento, cifra superior al incremento que tuvo durante la crisis de 2008.

En 2020, Cáritas atendió a un millón y medio de personas, 366.000 más que en 2019.

Peiro ha destacado que la presentación de este informe pone de manifiesto que llevamos “décadas generando, sosteniendo y naturalizando el sufrimiento de situaciones de pobreza y exclusión social que son una realidad cotidiana para millones de personas y familias. Una estructura social y económica que genera desigualdad, donde quien se ha quedado fuera tiene casi imposible volver a entrar”.

Asimismo, la secretaria general de Cáritas española ha resaltado la exactitud de este estudio, que cuenta con un mínimo margen de error y que se realiza “desde los ojos de los afectados” con el fin de conocer la realidad para poder abordarla con medidas eficaces

Precariedad laboral

Raúl Flores, coordinador del Equipo de Estudios de Cáritas y secretario técnico de FOESSA, ha sido el encargado de mostrar los principales resultados de este estudio de más de 700 páginas.

Como ha querido destacar Flores, una de las principales consecuencias de esta crisis ha sido el aumento de la precariedad laboral que se ha duplicado, en este tiempo alcanzado a casi 2 millones de hogares en los que todos sus miembros en edad activas están en paro. 

En la línea de la cronificación de la situación de vulnerabilidad apuntada por Natalia Peiro, Raúl Flores ha señalado cómo, en este ámbito, los más afectados han sido quienes ya se encontraban en una situación de precariedad laboral, con contratos temporales o de media jornada y que no han podido acogerse a los ERTE de las empresas.

Las nuevas brechas de exclusión social

En informe habla de un nuevo factor de exclusión social que ha puesto de manifiesto esta pandemia: la desconexión digital. Esto es, la falta de acceso a internet en 1,8 millones de hogares lo que supone un factor añadido de dificultad para más de 800.000 familias que han perdido oportunidades de mejorar su situación debido a cuestiones digitales como la falta de conexión, la falta de dispositivos informáticos o de habilidades digitales.

Las mujeres sufren, de manera especial las consecuencias de la crisis.La exclusión social en los hogares encabezados por mujeres ha pasado del 18% en 2018 al 26% en 2021, un incremento que multiplica por 2,5 el registrado durante el mismo periodo en el caso de los hombres (que pasaron del 15% al 18%). En este sentido, Raul Flores ha querido destacar que “las diferencias de género han permanecido ausentes del debate político y mediático en estos meses, algo que remite a cuestiones de tipo estructural y que es importante tener en cuenta de cara a diseñar políticas públicas eficaces”.

Los jóvenes, en la cuerda floja… otra vez

Ser joven es otro de los factores de exclusión que la pandemia ha puesto de manifiesto. El propio Raúl Flores ha señalado que en el caso de los jóvenes “han vivido dos grandes crisis en una fase esencial de sus proyectos vitales en los que se plantea la transición al empleo, a la vida adulta, la emancipación o la construcción de nuevos hogares: a los que tenían 18 años en 2008 les ha alcanzado la crisis de 2020 con 30 años”. Esto conlleva que, en 2021 más de 650.000 personas de entre 16 y 34 se sumaran a la situación de exclusión, la mayoría en situación de exclusión severa lo que supone 500 mil personas jóvenes más con respecto a 2018.

La población migrante ha sido otro de los núcleos afectados especialmente en la pandemia. El estudio pone de manifiesto cómo la población inmigrante ha sufrido una tasa de incidencia de la Covid-19 casi 3 puntos porcentuales mayor que entre la población de origen español. Como destaca Flores “las causas son evidentes: peores condiciones de vida, viviendas peor ventiladas y más hacinamiento; así como menores recursos para adoptar medidas preventivas tanto en los hogares como en los empleos”.

Más allá de la renta y el trabajo: las relaciones personales

Otro de los ámbitos afectados por esta pandemia ha sido el de las relaciones personales y familiares. Más de tres de cada diez familias considera que la pandemia ha tenido bastante o mucho impacto en el deterioro de sus relaciones sociales y ha disminuido, significativamente, el porcentaje de personas que han ayudado o ayudan a otras personas y, en menor medida, también el de personas que han tenido o tienen alguna persona que pueda ayudarle. Este debilitamiento de los vínculos externos al hogar sigue siendo más acusado en los hogares en exclusión severa y en hogares monoparentales encabezados por mujeres.

Retos y propuestas

La crisis de la Covid-19 está dejando una profunda huella que incide en los lastres de la Gran Recesión de 2008-2013 que no fueron plenamente resueltos en el siguiente periodo de recuperación.

Frente a situación, el informe Foessa y Caritas Española consideran necesario perfeccionar el sistema de protección social a futuro con las siguientes propuestas:

1. Mantener de manera estable para el futuro las medidas provisionales tomadas en el caso de la salud, la vivienda o la protección social con las necesarias adaptaciones a periodos de estabilidad económica. El reto del sistema de protección social es evitar que estas nuevas situaciones de vulnerabilidad e intensificación de la exclusión severa se transformen en crónicas.

2. Mejorar la cobertura del Ingreso Mínimo Vital, ya que supone un notable avance social para corregir el desequilibrio entre la protección social de la población laboral estable y aquella que es precaria o en situación de exclusión social. De los 850.000 hogares beneficiarios previstos inicialmente, a septiembre de 2021, sólo 315.913 hogares, el 37% de los previstos inicialmente. Una media de 2 personas beneficiarias por cada 10 personas en situación de pobreza severa en España.

3. Reimpulsar el modelo de estado de bienestar en su conjunto, con una orientación clara hacia el acceso a los derechos como canal para la inclusión social y el “rescate” de los sectores más excluidos.

4. Implementar medidas que reduzcan la hiperflexibilidad, mejorando la organización social del tiempo de trabajo también en los empleos de sectores excluidos, no cualificados, en empleos temporales y precarios – los sectores llamados “esenciales” de la limpieza, la hostelería y las labores agrícolas entre otros -, y que acaben con las situaciones de irregularidad.

5. Deberían complementarse, así mismo, los salarios escasos con otras medidas redistributivas, a modo de estímulos al empleo, bien a partir de prestaciones complementarias para los trabajadores de bajos salarios, bien como deducciones fiscales reembolsables.

6. Entre los retos pendientes, también está el de garantizar un sistema de salud público de calidad y el de un cambio de estrategia y paradigma en el ámbito de la atención a personas en situación de dependencia y con necesidad de cuidados.

7. Poner en marcha políticas frente a la exclusión residencial, ya que desde 2018 se ha duplicado el porcentaje de hogares que residen en viviendas insalubres (hasta el 7,2% en 2021) o en situación de hacinamiento (hasta el 4% en 2021). Además, la COVID-19 ha hecho empeorar o tensionar la mayoría de los indicadores de acceso y mantenimiento de la vivienda. Casi se duplica el número de hogares, pasando de 1,1 a más de 2 millones, que sufrieron retrasos, o no tuvieron dinero suficiente, para el pago de alguno de los gastos relacionados con la vivienda, como el pago del alquiler o la hipoteca.

8. Superar la brecha educativa provocada por el apagón digital. Las políticas públicas deberán poner los medios necesarios para que todas las personas puedan superar la brecha digital. Por término medio, en 2020 un 15% de los hogares con menores de 15 años indican que sus calificaciones son peores que en 2019. Un porcentaje que aumenta de forma considerable en los hogares más vulnerables: el 31% de hogares en los que viven niños, niñas y adolescentes (NNA) de minoría gitana y el 25% de hogares del cuartil más bajo de ingresos.

9. Avanzar hacia servicios sociales adaptados a las realidades sociales del siglo XXI. Ante los enormes retos globales que afrontan las políticas sociales como son, entre otros, el envejecimiento de la población, la lucha contra la exclusión social, la protección de menores vulnerables y la integración de la población inmigrante, precisamos de servicios sociales adaptados a las nuevas realidades sociales.

Evangelización

Fray Abel de Jesús, el carmelita que explica teología en Youtube

Los puntos fundamentales de la Fratelli Tutti, una explicación del Adviento, el cristianismo en Star Wars o una divertida enumeración de cosas que muchas veces no hacemos bien en misa, son algunos de los vídeos que puedes encontrar en el canal de fray Abel de Jesús.

Maria José Atienza·18 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

Estudió comunicación pero jamás pensó en dedicarse a ella, “la veía desde el lado negativo” reconoce. Este tinerfeño de 28 años estuvo en el seminario diocesano cinco años antes de dar el salto a la vida religiosa.

Entró en el Carmelo en el año 2016 y, al realizar su profesión religiosa, Dios le hizo ver a este “anti-redes” que lo quería evangelizando en Youtube.

¿Cómo comenzó el canal de fray Abel?  

­–No fue una cosa que yo planeara. Casi al contrario, diría yo. Como todas las cosas de Dios: Dios toma la iniciativa y tu vas a remolque. Así ha sido mi vida, siempre a remolque de Dios, como el profeta Jonás.

Yo no tenía redes sociales ni nada. Prácticamente vivía en la abstinencia digital. En el noviciado apenas usaba el ordenador. Entraba en mi correo una vez a la semana o buscaba alguna información y poco más. Estaba “a cero” en Twitter, Facebook, Instagram o Youtube.

El día de mi profesión religiosa, arrodillado experimenté que el Señor me llamaba a ser evangelizador a través de Youtube. Y me dije para mis adentros “vamos a ver, ¿cómo voy a serlo? Es cierto que había estudiado comunicación pero casi “para redimirme”: para conocerla, pero no para dedicarme a ella. De hecho, la veía por el lado “negativo”.

El caso es que experimenté esta inesperada llamada a evangelizar en Youtube. Pensé que era una invención de mi mente pero, a partir de ahí, realicé un largo proceso de discernimiento con mi director espiritual, con los formadores, etc. hasta que se inauguró el canal, el 15 de octubre, día de Santa Teresa, de 2019. Me abrí Twitter e Instagram, aunque todo está muy centrado en Youtube. Mi idea es crear comunidad en Youtube, éste es el sentido si bien es verdad que cada red tiene su público.

¿Por qué Youtube y no otra red social?

–Realmente no hay una explicación lógica. Sólo sé que, en ese momento me vino un flechazo de parte de Dios. Una experiencia muy incisiva. Eso se cristalizó en mi mente en Youtube, y no en otra cosa. Yo sabía muy poco de ese mundo, conocía a Antonio García Villarán que es un crítico de arte que me gustaba mucho pero poco más.

¿Los resultados confirman que esto era lo que Dios quería?

–Por una parte, los resultados no son muestra de nada. En el Evangelio la dinámica del éxito esta completamente desaparecida. No existe dinámica del éxito sino más bien al contrario. Podemos decir que, de tejas para abajo, con ojos puramente humanos, al menos en la vida de Cristo la predicación del Evangelio fue un “estrepitoso fracaso”: le abandonan, muere en la cruz… La semilla del Evangelio tuvo que pudrirse para dar su fruto. Nosotros también tenemos que entrar, en nuestros apostolados, en la dinámica de la semilla: pudrirnos para fructificar. Por eso, repito, el éxito no es criterio de nada

Por otro lado, es verdad que me he encontrado con hechos prodigiosos que la propia dinámica de la palabra engendra: gente fantástica, personas que se ha sentido ayudada por el canal o que han profundizado en su fe gracias a los vídeos… Esto demuestra que el esfuerzo, ese superar esas tentaciones personales, vale la pena. Vale la pena correr ese riesgo. La evangelización, la misión es un riesgo. Mas allá de las cifras, ha valido la pena.

En cuanto a los números no me quejo. Con lo difícil que es ahora difundir contenido católico en red estamos más que contentos de que haya tantas personas de todo tipo siguiendo el canal. Estamos haciendo una misión preciosa, que es un camino de fe compartida.

¿Cómo navegar en un mundo donde no es difícil poner a Dios de excusa para buscarse a un mismo?

–Esa es la lucha diaria. Ver la voluntad de Dios para ese trabajo que requiere mucho discernir, mucho orar, y evitar esas tentaciones que hay en este camino.

¿Le ayuda alguien en esta tarea?

–Esto es una misión muy sacrificada, por el tiempo que lleva y las energías que te consume, la emoción que pones, la atención a las dinámicas de funcionamiento. Ser youtuber no es sólo un oficio, como tal, sino es casi un modo de existencia.

Cuento con personas que colaboran conmigo, especialmente en la gestión de las redes sociales porque sigo siendo bastante abstemio en ese sentido. Respondo a las cuestiones que me hacen personalmente pero no soy un habitante continuado de la red. De hecho, no tengo smartphone, por lo que mi navegación por internet está muy restringida al momento que entro en el ordenador. Y es así, básicamente, porque no tengo tiempo. Tengo cuatro horas en la tarde, si gasto una de ellas en redes sociales, sólo me quedan tres para hacer el vídeo y estos vídeos no salen con tres horas al día sino con mucho más.

¿Cómo equilibra ese modo de vida del youtuber con esa semiabstinencia digital?

–Yo lo planteo desde el punto de vista teológico de la contemplación. Todo se ordena a este principio germinal: la vida contemplativa.

La vida contemplativa desde el punto de vista teresiano requiere mucha astucia evangélica, no es todo del diablo o todo es nuestra salvación. Es un punto medio que requiere aprovechar todo lo bueno que ofrece el continente digital y rechazar todo lo aquello que pueda suponer una lesión para la salud de nuestra vida contemplativa, lo que significa un desafío constante. Por eso me considero semiabstemio digital: trabajo en internet pero no dejo que eso cope toda mi vida.

Por eso no tengo Smartphone. Tengo un ordenador en un lugar, lejos de mi habitación. Tengo unos momentos muy específicos en los que trabajo en el mundo digital. Hago una especie de ecología de la jornada que me permite librar mi ámbito propiamente contemplativo –la celda, la capilla o el refectorio– de todos los ruidos que el continente digital pueda meter ahí y que no es su espacio propio. Por eso tengo que acotar muy bien el espacio y el tiempo.

Una de las características de su presencia en redes es que huye de los enfrentamientos y polémicas pero ¿cómo ve esas discusiones y ataques que se manifiestan en las redes sociales, también entre católicos?

– Uno de los creadores de Internet, Jaron Lanier, se ha convertido en una especie de apóstol contra lo que se ha convertido el mundo digital a causa de una economía de la atención radicalizada que pretende captar visceralmente nuestra atención. Todo esto con el objetivo de generar interacción, conocimiento sobre nosotros. De este autor saqué la idea de que toda persona radicalizada en estos momentos, con posturas radicales o ilógicas, tienen una particularidad: son, en muchos casos, adictas a internet.

Esta polarización radical es fruto de una mala gestión de nuestra vivencia del continente digital y todos podemos caer en esto.

A las empresas de la red le convienen, desde el punto de vista económico que seamos lo mas radicales posible, en todos los ámbitos. Cuanto más radicales seamos y más radicales sean nuestras intervenciones en las redes sociales mayor interacción vamos a generar, y por lo tanto, más datos sobre nosotros y las personas que nos rodean vamos a facilitarles.

Los cristianos muchas veces caemos en esa idea de que una red social es de un perfil político u otro… De izquierdas o de derechas y no es así. Las redes sociales no son de derechas o izquierdas sino de lo bajo, de lo más bajo de la persona porque la polarización produce rédito.

Entonces cuando vemos que cancelan algunas cuentas en redes, como Twitter por ejemplo, ¿no piensa que se quiera silenciar una u otra postura?

Lo primero que hay que decir es que muy pocas cuentas son canceladas indefinidamente. Generalmente se cancelan durante una semana porque el algoritmo no ha funcionado bien. Es decir, si 300 personas se “ponen de acuerdo” para denunciar una cuenta, aunque sea sobre flores, la van a cancelar, porque las propias pautas de la plataforma funcionan así. Twitter suspende cautelarmente hasta que la revise una persona y entonces, generalmente, se restaura.

Ahora bien, si un perfil va contra las leyes de esas plataformas en las que está, –que son privadas, no lo olvidemos, y pueden poner las normas que quieran–, o que su conducta suscita comportamientos violentos, contenidos ilegales, la cancelarán indefinidamente.

No digo que no haya casos en los que no se hayan excedido, detrás de las redes sociales hay personas y pueden darse injusticias. Pero, en lo que yo percibo, no hay una censura sistemática de perfiles católicos.

¿Cómo definiría su canal?

–Es muy buena pregunta porque siento que llevo dos años haciéndomela. Con cada video resucita la pregunta “¿qué estoy haciendo?, ¿para qué es este canal?”

Últimamente pienso que lo que aporto a este canal es la Teología. Teología para Youtube, pero también hago videos analizando el fondo de High School Musical y vuelve la duda “¿esto qué es?, ¿teología friki?”.

Lo cierto es que la postmodernidad entiende hoy las disciplinas en este sentido, casi absurdas. El absurdo, en sentido bueno, es casi una categoría. Sólo tenemos que ver en canal de Ter, por ejemplo.

Si queremos hablar a la posmodernidad, en ocasiones, tendremos que partir de unas comparaciones que, desde el punto de vista académico, son banales, absurdas.

La teología tiene que abrir su formato a la posmodernidad y eso significa cambiar la dinámica de la academia a otras dinámicas en las que aún estamos iniciándonos. Podría decir que mi canal es Teología para el hombre postmoderno.

¿Cuáles ha sido sus vídeos “top”?

– Lo que más gusta son las explicaciones entretenidas, pero profundas, de cuestiones teológicas que a la gente le importa. Por ejemplo, hice un vídeo de 10 minutos sobre el Adviento que triunfó o uno sobre la Inmaculada. También he comentado documentos magisteriales de reciente publicación. La gente valora que expliques las cosas de manera profunda pero a la vez fresca.

Ante la semana de oración por la unidad de los cristianos

Este año, la Semana de Oración sitúa el ecumenismo en el terreno de la amistad y de la misión evangelizadora de la Iglesia, e invita a mirar al Oriente cristiano. La autora propone reflexionar sobre algunos documentos del Magisterio sobre esta temática. Todo lo que favorece la unidad señala la presencia de Dios.

18 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

La semana de oración por la unidad de los cristianos, que se celebra generalmente desde el 18 al 25 de enero, en este año 2022, se nos presenta como una prolongación del tiempo de la Epifanía con el lema “Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo” (cf. Mt 2, 2).

Los cristianos del Líbano, encargados de la elaboración de los materiales-guía que se proponen para vivir esta semana, han elegido el paso evangélico de los Magos de Oriente como temática para reflexionar y orar juntos en perspectiva ecuménica.

De este modo, se resaltan especialmente dos acentos o perspectivas del ecumenismo.

Por un lado, se nos invita a participar en lo que llamamos ecumenismo de la amistad, es decir, entrar en el movimiento de acercamiento, conocimiento y apertura hacia los cristianos de otras confesiones y, concretamente, en esta ocasión, hacia el mundo del Oriente cristiano.

La otra dimensión del ecumenismo que se nos propone de forma particular este año es la relación estrecha que existe entre ecumenismo y misión evangelizadora, que el Señor ha confiado a su Iglesia a la que ha enviado para llevar el mensaje de la salvación hasta los confines de la tierra.

Solo desde un mayor conocimiento mutuo entre las diversas confesiones cristianas será posible reconocer todo lo que nos une, así como la riqueza particular que aporta cada una ofreciendo al mundo, en una relación de intercambio y escucha de lo bueno y valioso, la belleza del cristianismo.

Este año, en la semana de oración por la unidad, se nos invita a adentrarnos y familiarizarnos un poco más con la vida de los cristianos del Oriente. Es una verdadera oportunidad para conocer sus tradiciones, espiritualidad, ritos litúrgicos, historia y su situación actual, marcada por la persecución y la minoridad.

Esta apertura hacia el Oriente ha estado presente en el corazón de los últimos Pontífices, desde León XIII hasta nuestros días. Fue, especialmente, san Juan Pablo II, el Papa que vino del Oriente, con su expresión sobre el “cristianismo de los dos pulmones”, quien más activamente alentó este especial amor y veneración de la Iglesia Católica al Oriente cristiano.

Ha sido enorme el esfuerzo que se ha hecho en el ámbito católico para favorecer la reconciliación y el perdón, el diálogo y la cercanía, en definitiva, la comunión con las Iglesias hermanas del Oriente. En este sentido, podría ser interesante, a lo largo de esta semana, leer y reflexionar sobre algunos documentos muy significativos del Magisterio de la Iglesia sobre esta temática.

El primero sería Orientalium Dignitas sobre las Iglesias Católicas Orientales de León XIII. La segunda propuesta sería del Concilio Vaticano II, el capítulo tercero del Decreto Unitatis Redintegratio, el Decreto conciliar dedicado al Ecumenismo, donde al describir las distintas comunidades cristianas separadas, se reconoce la estima y consideración peculiar dada a las Iglesias Orientales y, muy provechosa, sería una lectura detenida y orante de la Exhortación apostólica Orientale lumen de san Juan Pablo II, escrita en 1994.

Es necesario aclarar que, cuando hablamos de las Iglesias Orientales, tenemos que distinguir entre las Iglesias Católicas Orientales y las Iglesias Ortodoxas. Las primeras forman parte de la Iglesia Católica y para el diálogo ecuménico con la Ortodoxia son muy importantes, aunque su peculiaridad ha supuesto generalmente una dolorosa situación de extranjería, pues para los católicos son muy diferentes en costumbres y ritos y para los ortodoxos son catalogadas, a veces con dureza y hostilidad, como hermanas separadas. Ellas, en cambio, son verdaderos puentes entre las dos orillas. Por un lado, gozan de una común tradición, ritos, espiritualidad e historia con las Iglesias Ortodoxas y, a la vez, se encuentran en comunión con la Iglesia Católica.

Esta peculiaridad propia alumbra una esperanza ecuménica, pues en ellas vemos realizada la promesa de la comunión entre Oriente y Occidente, así como la realización de una unidad que no puede ser entendida como uniformidad sino como armonía en la pluralidad reconocida, acogida y reconciliada.

El otro aspecto del ecumenismo que está muy presente en el lema y materiales que se ofrecen para la celebración de esta semana 2022 es la vinculación que existe en el cristianismo entre unidad y misión, entre ecumenismo y dinamismo evangelizador.

Ciertamente, el símbolo de los Magos de Oriente y de la estrella que les guía hacia Cristo, reconocido como el Salvador del mundo, hace referencia a los pueblos lejanos, a los paganos, a los alejados que se dejan interpelar y guiar por los signos que Dios envía para hacer presente su gracia en medio del mundo hasta llegar a reconocerla y creer en ella.

La Epifanía en el ciclo litúrgico de la Navidad es correspondiente con Pentecostés en el ciclo de la Pascua. Es la celebración de la manifestación de la Gloria de Dios a todos los pueblos de la tierra, puesto que Él quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (cf. 2 Tim 2,1).

Los Magos representan a toda la humanidad, a los hombres de buena voluntad, a los lejanos y extraños al pueblo elegido pero que han sido también llamados por Dios, por caminos insospechados y misteriosos, para establecer con ellos la nueva y definitiva alianza.

No olvidemos que el ecumenismo nace a principios del siglo XX con la Conferencia Misionera Mundial de Edimburgo de 1910 donde se constató que un grave problema misionero era la división de los cristianos. La predicación del evangelio perdía credibilidad al ser anunciado por hermanos enfrentados y estos mismos enfrentamientos se convertían en parálisis para la evangelización.

La división de los cristianos es un antitestimonio evangélico y deforma el rostro visible de la Iglesia de Cristo. Queda claro, de este modo, que el empeño y la preocupación ecuménica nacen para la misión y avivan el dinamismo testimonial. Las palabras de Jesús en Jn 17, 21 son la expresión lograda de este vínculo entre unidad y misión “Que todos sean uno para que el mundo crea”.

 Así cada oración, cada palabra, cada gesto a favor de la unidad y la concordia, en medio del mundo herido por la división, pueden ser la estrella que ilumina y señala la presencia de Dios, su cercanía.

Que en esta semana de oración por la unidad de los cristianos el mundo se llene de estrellas, la tierra se una al cielo y, en medio de tanta claridad, la luz que viene del Oriente, los hombres reconozcan al Dios que se ha hecho hombre, en Cristo Jesús, para salvarnos.

El autorHna. Carolina Blázquez OSA

Priora del Monasterio de la Conversión, en Sotillo de la Adrada (Ávila). Es también profesora de la Facultad de Teología en la Universidad Eclesiástica San Dámaso, de Madrid.

La corrección fraterna bien entendida

Los católicos no podemos descuidar la comunión dentro de la propia Iglesia, donde las divisiones existentes son cada vez más aireadas por diferentes medios.

17 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Siempre que llega la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, me hago la misma pregunta: ¿para cuándo otra Semana de Oración por la Unidad de los Católicos?

Y es que, si bien hay que seguir alentando el movimiento ecuménico que busca superar rencillas entre confesiones históricamente separadas, no podemos descuidar la comunión dentro de la propia Iglesia Católica, donde las divisiones existentes son cada vez más patentes. Y no creo que sea porque haya más desunión que antes, sino porque hay medios de comunicación permanentemente dedicados a airearlas. Porque estamos en la era de las redes sociales, donde la corrección fraterna se ha pervertido convirtiéndose en un ir y venir de zascas.

En las mejores familias hay filias y fobias, envidias, recelos y gente que, no sabemos bien por qué, nos cae bien o mal. También en la gran familia de los hijos de Dios que es la Iglesia nos suele pasar a nivel particular, cuando no soportamos al párroco o a la hermana del banco de al lado; a nivel de grupo, cuando quien nos produce rechazo es la parroquia vecina, la cofradía de enfrente o el movimiento de allá arriba; y a nivel extremo, cuando rechazamos en pleno a la Iglesia y al Papa.

Disentir es legítimo, pero no entender que las acciones o estilos de otros pueden venir también de parte de Dios, aunque uno no las comparta, es no conocer la multiforme gracia del Espíritu Santo, que sopla como quiere, en quien quiere y hacia donde quiere.

Frente a la obra del diablo (etimológicamente significa “el que divide, el que separa, el que crea odios o envidias”), la obra del Espíritu Santo es la comunión.

Una comunión que no es boba, ni ajena a la verdad, ni conformista, sino que entiende que el mismo Dios se manifiesta de manera distinta a través de personas concretas.

Trabajar en la comunicación eclesial me ha permitido conocer ampliamente la Iglesia, sus distintos sectores, sus distintas sensibilidades y descubrir el tesoro de su diversidad. Les puedo asegurar que he visto santos y pecadores en todos los ámbitos.

Frente a quienes promueven una Iglesia cuadriculada, uniformada según su propio punto de vista, el valor de la comunidad cristiana está en su diversidad, en su pluralidad.

Como pasa en el matrimonio cristiano con los cónyuges, la diferencia no es un obstáculo, es precisamente una llamada al amor, a abrirse al misterio del otro.

Salir de uno mismo para descubrir que las cosas pueden hacerse de otra manera, que cuando no somos dos sino una sola carne somos mejores porque nos complementamos, y de ahí brota una vida nueva. Es lo que le pedía Jesús al Padre para la Iglesia: “que sean uno”; es lo mismo que vive Él en el misterio trinitario: unidad en la diversidad.

Las divergencias no deben llevarnos, por tanto, a tratar de cambiar al otro, sino a dejar de lado nuestros prejuicios y descubrir lo que de bueno está obrando el Espíritu a través de él. ¿Qué puedo aprender del hermano? ¿Qué podría yo aportarle? ¿Qué aspecto de mi vida denuncia su estilo de vivir el Evangelio? ¿Cómo podría yo cubrir sus carencias para ser complementarios? La corrección fraterna, bien entendida, comienza por uno mismo.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Leer más
Recursos

¿Qué son los santos clavos y cuál es su historia?

Los santos clavos fueron aquellos que se emplearon en la crucifixión de Jesucristo. Al descenderle de la Cruz, una vez muerto, de acuerdo con la tradición, los clavos fueron enterrados con aquélla.

Alejandro Vázquez-Dodero·17 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Sabemos por fuentes históricas que los clavos eran usados en la pasión de los condenados a muerte por crucifixión durante la dominación romana de muchos territorios. 

Se utilizaron para clavar a Jesucristo, y por estar “bendecidos” por su sangre han merecido siempre una gran veneración. Al descenderle de la Cruz, una vez muerto, de acuerdo con la tradición los clavos fueron enterrados con aquélla. A principios del siglo IV, durante su viaje a Tierra Santa, la emperatriz Elena se ocupó de recuperar las reliquias de la pasión del Señor, entre las que se encontraban los santos clavos.

Elena haría llegar parte de la Cruz a su hijo Constantino, así como dos de los tres clavos, que destinaría al bocado del caballo de su hijo, a su casco y a su escudo, para que así el emperador estuviera protegido en sus batallas. El tercero se lo llevaría a Roma.

La primera referencia escrita a la existencia de estas reliquias data de finales del siglo IV en una oración atribuida a san Ambrosio de Milán, y más adelante, en el siglo VI, se hallaría en Constantinopla una documentación que se refería a la veneración de algunos clavos sagrados.

Hay ciertos rastros historiográficos acerca de diversos destinos de los tres clavos. Entre ellos cabe destacar Santa María della Scala de Siena, uno de los mayores y más antiguos hospitales de Europa, que a mediados del siglo XIV se transformó en centro de peregrinaciones, precisamente por contar con uno de los santos clavos.

Otro clavo, como decíamos, lo destinó santa Elena para su hijo, y en Milán se conserva el bocado –o arnés– con la santa reliquia. San Carlos Borromeo, arzobispo milanés, en el siglo XVI utilizaría la reliquia para las procesiones con los fieles de la ciudad, haciéndoles partícipes de ese gran tesoro. En Milán, cada 14 de septiembre, desde tiempo inmemorial, se expone y venera la reliquia en la catedral para celebrar la fiesta de la exaltación de la santa Cruz.

Varios ejemplares o versiones de clavos sagrados

Contamos con multitud de lugares en todo el mundo que se atribuyen la autenticidad de reliquias elaboradas a partir de partes de los clavos sagrados incorporadas a relicarios. Ahora bien, dada tal cantidad, algunas de tales reliquias bien podrían proceder de la propia estructura de la Cruz, y no de los clavos.

También se distribuyeron reliquias confeccionadas a partir de su contacto con los santos clavos, cosa distinta de incorporar –fusionar– muestras de ellos a otros instrumentos que de hecho servirían de relicarios. En consecuencia, aunque un cierto número de los santos clavos puede no ser auténtico, sí cabría admitir que algunos relicarios, o propiamente reliquias, contuvieran algunas partículas de los santos clavos originales. Pero parece imposible saber qué clavos contienen esas partículas del que Elena llevara a Roma.

Como decíamos, consta confirmado por las fuentes más antiguas que santa Elena encontró tres cruces y tres clavos. Aunque ciertamente fuera posible que se desenterrasen más de tres clavos, contando con los usados para crucificar a los dos ladrones, los que unían los dos travesaños de la cruz o los que fijaban el titulus en lo alto de la cruz.

Muchos científicos, particularmente arqueólogos, han estudiado la autenticidad de las diversas versiones de clavos sagrados con que contamos, basándose en investigaciones acerca del uso común que se daría en época de Cristo a los clavos para la crucifixión de los condenados. Así, concluyendo cuál debía ser la medida de los clavos para poder atravesar manos y pies, por ejemplo, podría determinarse su autenticidad o no.

Pasamos a relacionar algunos de los lugares donde se conservan clavos –o trozos de ellos– venerados como los usados en la crucifixión de Cristo; aunque destacando, como hemos señalado, la incerteza de su autenticidad:

  • Catedral de Milán (en forma de bocado o arnés, antes comentado).
  • Basílica de la santa Cruz de Jerusalén en Roma.
  • Catedral de Bamberg, Alemania.
  • Catedral de Colle di Val d’Elsa, cerca de Siena.
  • Catedral de Notre-Dame de París.
  • Catedral de Saint-Etienne de Toul.
  • Catedral de Monza (corona de hierro).
  • Palacio Imperial de Hofburg de Viena (lanza sagrada).
  • Monasterio de san Nicolò l’Arena de Catania.
  • Catedral de Trèveris (tesoro).
Sagrada Escritura

“En él habita la plenitud de la divinidad” (Col 2, 9-15)

Juan Luis Caballero·17 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

La mediación de Cristo es uno de los puntos centrales de la cristología de la Carta a los Colosenses. Partiendo de la situación concreta de la comunidad cristiana de Colosas, Pablo universaliza su mensaje y ofrece una profunda reflexión sobre la primacía de Cristo en la creación y en la redención. El texto del que señalamos unas claves es Col 2, 9-15, especialmente los versículos 13-15: “Y a vosotros, que estabais muertos por vuestras culpas y por la incircuncisión de vuestra carne, os ha hecho revivir con él, habiendo perdonado todas vuestras culpas, habiendo cancelado el manuscrito, con sus decretos, que nos era adverso, y lo ha suprimido, después de haberlo clavado en la cruz; habiendo desarmado a los principados y las potestades, las ha dado en espectáculo con seguridad, celebrando con una procesión triunfal su victoria sobre ellas, en él”.

Contexto del pasaje

El contenido general de Colosenses es la obra de Cristo por la santidad de los creyentes y la fidelidad al evangelio recibido y anunciado por Pablo. Estos temas se desarrollan en Col 1, 24-4, 1. El corazón de la exposición (Col 2, 6-23) consta una serie de exhortaciones y advertencias que encuadran las razones cristológicas: Cristo y los creyentes con él (Col 2, 9-15). Esta unidad se divide en dos etapas argumentativas:

a) La primera, unas motivaciones basadas en la situación presente (versículos 9-10): en Cristo habita toda la plenitud de la divinidad “corporalmente” (relación Cristo/Dios); en él habéis sido plenamente colmados (relación Cristo/creyentes); Cristo, cabeza de todo principado y potestad (Cristo/potestades).

b) La segunda, unas motivaciones basadas en acontecimientos pasados (versículos 11-15). Por un lado, la transformación realizada en los creyentes: separación de la carne y del pecado (circuncisión, con connotación bautismal, v. 11) y unión con Cristo (muerte/resurrección, con connotación bautismal, v. 12). Por otro, el obrar de Dios/Cristo en su favor por medio de la cruz (versículos 13-14) y la acción sobre las potestades (v. 15).

El punto decisivo es la plenitud recibida en Cristo por los creyentes: están colmados en él, han resucitado con él. En Cristo los creyentes ya han recibido todo y no tienen ninguna necesidad de prácticas que suponen incompletos, o aún por obtener, los dones salvíficos recibidos en Cristo.

La situación presente y los acontecimientos pasados

Los versículos 9-10 subrayan que la plenitud de la divinidad se encuentra en Cristo, solo en él y en ningún otro, de una forma real, verdaderamente, realmente, plenamente, y que los cristianos tienen acceso a esa plenitud, sin necesidad de recurrir a las potencias espirituales y a las prácticas que ellas exigen, por la incorporación “en Cristo”. También se subraya que Cristo es la cabeza de todo principado y potestad. La relación de Cristo con los cristianos es la de cabeza de un cuerpo; la relación de Cristo con las potencias es la de cabeza como superioridad y dominación. Las potencias, sometidas a Cristo, no pueden cuestionar ni amenazar la plenitud que los creyentes reciben tan solo de Cristo. Estos, habiendo recibido todo de él, no están sujetos a las potencias, tanto angélicas como terrenas.

Con estos versículos, la argumentación pasa de la situación actual de los creyentes (la unión definitiva a Cristo) a lo que la ha producido.

Partiendo del rito de la circuncisión como un desembarazarse de un trozo de carne, Pablo habla de la superioridad de la “circuncisión de Cristo”, espiritual y que transforma a todo el hombre, aligerándolo de todo lo “carnal” (alusión a la nueva condición del cristiano, ahora en el orden de Cristo) por medio del bautismo, posibilitando así el acceso a la plenitud divina por la unión definitiva con Cristo muerto y glorificado, sin necesidad de ninguna práctica o rito especial añadido. Esta separación o desvestirse de lo carnal va unida a una unión como muerte y resurrección, entendida ésta como vida nueva y transformada del bautizado (unión personal con Cristo), pero aún pendiente de la glorificación definitiva. Esta resurrección ha sido posible por la apertura (fe) al poder de Dios.

Los versículos 13-15 pasan ahora a poner el énfasis en la mediación de Cristo al no explicitar el sujeto de los verbos usados. Nuestra muerte tenía su causa en la no adhesión a la voluntad divina, que es lo mismo que “incircuncisión del corazón” como rechazo a renunciar a la “carne”; la vida (asociación a la plenitud de Cristo) ha venido gracias a Cristo y al perdón de los pecados.

El sentido de los versículos 14-15 podría resumirse así: Cristo, cabeza, ha obrado la pacificación entre Dios y los hombres, reduciendo a la impotencia a todo poder que se le oponía y desarmando a todo poder que, incluso estando sometido, tenía un papel punitivo y coercitivo. En el texto, por tanto, la expresión “principados y potestades” se refiere a ambos tipos de potencias, tanto a las malas como a las buenas. La expresión “dar en espectáculo” se refiere, igualmente a ambas: con una connotación negativa (victoria y entrega a la burla) y con una connotación neutra o positiva (manifestación de su fidelidad), según de quien se trate. La celebración triunfal afecta, igualmente, a ambas. El documento al que se hace referencia en el v. 14 es el libro en el que los ángeles registraban los pecados de los hombres, merecedores por ellos de un castigo por cuya aplicación y ejecución debían velar los ángeles. La muerte de Cristo en la cruz ha hecho desaparecer este documento, habiendo sido perdonados los pecados por gracia.

El autorJuan Luis Caballero

Profesor de Nuevo Testamento, Universidad de Navarra.

Vaticano

Una religiosa conocida del Papa, camino de los altares

Rome Reports·16 de enero de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

La italiana María Bernardetta de la Inmaculada ingresó a las 17 años en la congregación de las Hermanas Pobres Bonaerenses de San José. Pasó gran parte de su vida en Argentina. En 2001 final de sus días, ya en Roma, recibió la visitá y la unción de enfermos de manos del entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio.


Ahora puedes disfrutar de un 20% de descuento en tu suscripción a Rome Reports Premium, la agencia internacional de noticias, especializada en la actividad del Papa y del Vaticano.
Familia

Inteligencia y relación de pareja

¿Quién es más inteligente, la persona que sabe hacer complicadas operaciones de cálculos matemáticos y financieros, o aquélla que consigue tener una familia unida y feliz donde la mujer, el marido los hijos están a gusto en casa?

José María Contreras·16 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Como regla general siempre se ha considerado inteligente a la persona que sabía resolver complicados problemas técnicos o intrincados raciocinios filosóficos.

Con el paso del tiempo ha llegado la superespecialización que, básicamente, consiste en saber muchísimo de casi nada.

Nos estamos encontrando una sociedad en la que algunas personas tienen un conocimiento altísimo de pequeñas parcelas del saber, pero a la larga desconocen, y parece que no les interesa ver, la realidad en su conjunto.

Así, como es lógico, se sigue en la sociedad, en cuestiones vitales para nuestras vidas, opiniones de personas que son famosas por otros temas.

Sus opiniones, muchas veces, las tomamos los demás como incuestionables. Confiamos en quien las dice por su prestigio, por su popularidad, como si las dijeran sabios en esa materia, pero la realidad es que no saben más que el ciudadano medio.

A esto se une la visión clásica de que «el inteligente es el que llega con la razón más lejos que los demás»; definición que, por muy clásica que sea, no deja de ser un reduccionismo ya que, además de una racional, hay otros tipos de inteligencia.

Uno de esos tipos de inteligencia es la emocional, pero igualmente existe una inteligencia social, numérica, espacial…

Cuestionémonos: ¿quién es más inteligente, la persona que sabe hacer complicadas operaciones de cálculos matemáticos y financieros, o aquélla que consigue tener una familia unida y feliz donde la mujer, el marido los hijos están a gusto en casa?

Concederle el criterio de inteligencia sólo a lo que tomamos por intelectual es, en mi opinión, un error.

La persona ha de tener una visión de su vida en conjunto; no puede dividirse en trabajo, familia, amistades, aficiones… Tiene que saber unir de manera inteligente todas esas facetas que constituyen la vida de las personas, si no lo hace, nunca logrará una vida plena.

«Es que para llegar a ser un alto científico hay que ser muy inteligente», se puede contestar

¿Y para conseguir armonizar una familia feliz no hay que ser también muy inteligente?

Miremos la sociedad y saquemos conclusiones.

El más inteligente siempre tiene una visión medianamente completa de la realidad.

Nadie será capaz de conseguir una familia armoniosa si no tiene en su vida esa visión.

Para conseguir una vida satisfactoria hay que formar la inteligencia emocional.

¿No creen que dedicamos mucho tiempo a la formación de la inteligencia racional y poco o ninguno a la inteligencia emocional?  

Cuantos más cerca estemos de lo que el ser humano busca de verdad, aunque no lo sepa, más facilidad tendremos para llevar una vida razonablemente feliz.  

Para eso hay que aprender, formarse, adquirir conocimientos sólidos, no los estereotipos que muchas veces modelan una sociedad y que no consiguen que las personas sean más felices, sino que sean más manipulables.

No olvidemos que la formación de las otras inteligencias, sin descuidar la racional, nos va a dar más felicidad como personas que, a fin de cuentas, es lo que somos.

Escucha el podcast «Amor e inteligencia»

Ir a descargar

¡Vivan las cadenas!

Los valores que sustentan la actividad de las personas no se establecen por mayoría o consenso, tampoco desde el conflicto dialéctico, ni desde el ciberactivismo, sino por su adecuación a la verdad, que el hombre puede alcanzar a conocer sólo con auxilio de la razón, impulsada, en su caso, por la fe.

16 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Nunca he atravesado el túnel del Canal de la Mancha, pero imagino la impresión que debe suponer entrar en él con un paisaje, clima, idioma y cultura determinados y a la salida encontrarse en un ambiente distinto. Una lengua y costumbres diferentes, que exige adecuar el comportamiento a esas nuevas circunstancias, pero sin perder la propia identidad.

Salvando las diferencias algo así nos ha ocurrido tras pasar por el túnel de la pandemia. Entramos en él desde un mundo conocido y al salir –si es que estamos saliendo- nos encontramos con un entorno social bastante diferente.

La pandemia no ha sido la causa de esos cambios, pero ha acelerado tendencias que ya se venían manifestando y tratan de configurar un nuevo modelo social. Ahora hay que verificar si esta sociedad que se nos propone es habitable, es humana, si se adecúa a la realidad del hombre.

Lo más inmediato es identificar cuáles son esos cambios. Si se refieren sólo a cuestiones superficiales o afectan a nuestros valores, nuestra cosmovisión y a nuestra relación con Dios. De ser así, en este caso, habría que recurrir a la antropología cristiana para reconstruir la verdad sobre el hombre y en esa tarea han de estar implicadas las hermandades.

Las claves para ese análisis no están en la sociología -“todo el mundo lo piensa”, “todo el mundo lo hace”-, porque ésta no es una ciencia normativa.

Los valores que sustentan la actividad de las personas no se establecen por mayoría o consenso, tampoco desde el conflicto dialéctico, ni desde el ciberactivismo, sino por su adecuación a la verdad, que el hombre puede alcanzar a conocer sólo con auxilio de la razón, impulsada, en su caso, por la fe. Claro que esa tarea requiere un esfuerzo intelectual que puede desanimar a algunos.

En una arriesgada comparación podríamos establecer un cierto paralelismo entre esta situación y la España del Trienio Liberal (1820-1823) impulsado por Riego frente al inmovilismo absolutista de Fernando VII. Hay que reseñar que los liberales eran minoría y se encontraban entre los más ilustrados de la clase media emergente.

Simplificando un periodo tan intenso como complejo de la historia de España diremos que la aventura liberal terminó pronto, apenas tres años, y mal.

Riego fue ahorcado y Fernando VII fue recibido en Madrid entre el entusiasmo del pueblo al grito de «¡Vivan las cadenas!». Proclamando así su temor a vivir en libertad, a tener que plantearse y resolver los problemas de convivencia y organización política.

Parece que ese miedo a la libertad aún perdura en algunos ambientes cristianos y cofrades. También ahora los hay que prefieren abrazar planteamientos absolutistas, refugiándose en una mal entendida tradición. Renuncian al acto propio de la libertad que es amar el bien, y a su capacidad de orientarse con sus acciones hacia Dios, que es Bien y Verdad.

Es el estudio de la acción el que revela a la persona. La realidad de la persona se construye desde la persona misma, uniendo la subjetividad de la experiencia con la objetividad de la verdad revelada.

Justo lo contrario a la ingeniería social que trata de crear nuevos valores –más bien contravalores- a los que la persona ha de adecuar sus acciones o comportamiento, cambiando así la realidad del hombre.

Ésta es ahora la tarea de las hermandades: elaborar un modelo de análisis de la realidad, con una fundamentación doctrinal rigurosa. Un análisis que sirva realmente a su misión de cara a sus hermanos y a la sociedad: asumir su propia verdad como vocación.

El autorIgnacio Valduérteles

Doctor en Administración de Empresas. Director del Instituto de Investigación Aplicada a la Pyme Hermano Mayor (2017-2020) de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, en Sevilla. Ha publicado varios libros, monografías y artículos sobre las hermandades.

Mundo

Redescubrir Tierra Santa

A la esperada apertura de las fronteras recientemente anunciada por el gobierno de Israel se une una curiosa realidad que ha surgido en la pandemia: la visita o estancias de judíos residentes en Israel en instituciones cristianas ante la imposibilidad de viajar fuera del país.

Maria José Atienza·15 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

El pasado 6 de enero, el gobierno de Israel anunciaba la reapertura de las fronteras del país. Esto permite a los residentes en Israel vacunados volver a viajar a cualquier parte del mundo sin necesidad de un permiso especial.

Este hecho abre, por fin, una puerta a la esperanza en las familias religiosas, centros de peregrinos y visitantes y en las familias cristianas que viven de manera directa del turismo y de las peregrinaciones religiosas a Tierra Santa.

El impacto de la pandemia

tierra santa

La Tierra Santa ha sido una de las zonas más castigadas por el cierre de las fronteras y las dificultades para realizar viajes internacionales.

El turismo, especialmente las peregrinaciones de cristianos han sido, desde hace años, uno de los principales motores de la economía en Tierra Santa. En especial para la comunidad cristiana palestina residente en Tierra Santa la cual se dedica, en gran parte, a la venta de objetos de artesanía religiosa.

Según los datos del ministerio de Turismo de Israel, el estallido de la pandemia a inicios de 2020 hizo que el número de turistas que se desplomara a 832.500, frente a los cuatro millones y medio de 2019. Una cifra que descendió, aún más en 2021, con 401.500 visitas de extranjeros a Tierra Santa.

Ahora, con las fronteras abiertas y la masiva vacunación se espera una recuperación progresiva de las peregrinaciones y viajes a la tierra de Jesús.

¡Volved a Tierra Santa!

El pasado mes de noviembre, un grupo de periodistas de información religiosa, pudimos conocer de primera mano la difícil situación que la pandemia ha dejado en las comunidades religiosas residentes en Tierra Santa, los fieles cristianos y, en general, el sector turístico israelí.

¡Volved a tierra Santa peregrinos! Era la frase repetida entre religiosos, monjas, artesanos… El patriarca latino de Jerusalén, Mons. Pierbattista Pizzaballa O.F.M, con quien pudimos conversar unos minutos animaba a los cristianos a volver a Tierra Santa “que es vuestra tierra” señalaba.

Visitar los lugares sagrados, residir en las casas de la Custodia Franciscana y otras instituciones presentes en Tierra Santa y sobre todo, ayudar económicamente a las comunidades cristianas en las que la crisis económica se une a su ya difícil situación social se perfilan como la esperanza de la recuperación de los próximos meses.

El redescubrimiento de la propia tierra

Con esta esperanza en el retorno de la normalidad, destaca también un fenómeno curioso que se ha dado en los meses de cierre de fronteras: el turismo “interno” que ha llevado a muchos judíos residentes en Tierra Santa a visitar lugares cristianos y hospedarse, en muchas ocasiones, en casas de peregrinos situadas en zonas diversas del país. Un movimiento que ha despertado incluso, la curiosidad en los medios locales.

El sacerdote irlandés Eamon Kelly, subdirector de Magdala Center, casa de huéspedes dirigida por los Legionarios de Cristo en Migdal, la antigua Magdala, confirma esta realidad.

Durante las obras de construcción de este centro se hallaron los cimientos y parte de los muros de una sinagoga del siglo I así como parte de la calzada marítima, la Via Maris, en un estado de conservación muy bueno.

A todo esto se sumó el hallazgo de la primera menorah tallada en piedra de la que se tiene constancia. Todo ello ha hecho de Magdala un lugar especial para muchos judíos de la zona que la han escogido para la celebración del Bar Mitzvah de sus hijos.

Asimismo es frecuente ver a familias judías comiendo en el restaurante del centro o visitando los restos de la sinagoga y los baños que se pueden ver en Magdala.

sinagoga_magdala tierra santa

Enriquecer la fe

Una experiencia similar han vivido en Saxum Visitor Center, impulsado por la prelatura del Opus Dei y cuyo nombre recuerda al apelativo con el que su fundador, san Josemaría Escrivá, llamaba a quien sería el primer sucesor al frente de la Obra, el Beato Álvaro del Portillo que visitó Tierra Santa en marzo de 1994 justo antes de fallecer.

Durante la visita de noviembre, Almudena Romero, directora del centro de visitantes, apuntó que, durante los meses de pandemia, más de un centenar de judíos, procedentes de poblaciones vecinas se habían acercado a conocer “qué era aquella casa”.

“Se suelen sorprender de que mostremos el pasado judío de Jesús y de que tengamos toda la historia del pueblo de Israel plasmada en la línea del tiempo del patio” destaca Isabel Rodríguez, encargada de la comunicación en Saxum.

En una ocasión, al finalizar la visita al centro, un guía judío de origen francés se quedó “más de una hora haciéndome todo tipo de preguntas” recuerda Isabel. “Le expliqué que, para mí, vivir en Jerusalén y visitar los lugares santos ha supuesto entender en profundidad que Jesús es judío y que la fe cristiana –cuando uno entiende el Antiguo Testamento, las fiestas y tradiciones judías– adquiere una dimensión nueva, es mucho más rica en su significado”.

saxum_explicacion
Almudena Romero explica el patio de entrada en Saxum

Esperanza para Tierra Santa

“Saxum es un lugar en el que es fácil tender puentes y compartir lo común entre las culturas y tradiciones religiosas” añade Isabel. Una afirmación a la que se suma el padre Kelly “muchos judíos de la zona nos dan las gracias por cuidar de la sinagoga y de los restos arqueológicos”.

La reticencia hacia los cristianos por parte de muchos judíos se desvanece con estas visitas. Algo que quizás antes era poco menos que imposible y que la pandemia ha ayudado a cambiar.

Poco a poco, con la normalización de la situación socio-sanitaria, redescubrir Tierra Santa vuelve a ser un sueño posible.

Vaticano

«Peregrinos de la esperanza»: comienza la preparación del Jubileo de 2025

En camino hacia un nuevo Año Santo de la Iglesia universal, el Jubileo de 2025, el Papa Francisco quiere dar comienzo a su preparación, y para ello han dado a conocer el lema del Jubileo: "Peregrinos de esperanza". Los últimos 25 años han representado para la Iglesia y para la sociedad un "cambio de época", como ha subrayado repetidamente el Santo Padre.

Giovanni Tridente·14 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

«Peregrinos de la esperanza» es el lema elegido por el Papa Francisco para el próximo Año Santo de la Iglesia universal, el Jubileo de 2025. Fue el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, quien lo anunció en las últimas horas, relatando los resultados de la reciente audiencia privada que tuvo con el Santo Padre a principios de enero.

La noticia de que sería el departamento vaticano dirigido por monseñor Fisichella quien coordinaría la preparación del próximo Jubileo en nombre de la Santa Sede, en contacto con las autoridades civiles italianas, se anunció el día después de Navidad, pero ya se habían mantenido estrechas conversaciones con los organismos interesados desde hacía varios meses.

El Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, que según el próximo texto de reforma de la organización de la Curia Romana -Praedicate evangelium- debería fusionarse con la Congregación de Propaganda Fide, ya gestionó el anterior «Jubileo de la Misericordia» (8 de diciembre de 2015 – 20 de noviembre de 2016). Es cierto que entonces fue un acontecimiento que no sólo se produjo por sorpresa a instancias del Papa Francisco, sino que se pretendió que fuera «difusivo» respecto a la sola ciudad de Roma, con la apertura de las «Puertas Santas» en todas las diócesis del mundo. La primera Puerta Santa que se abrió, como se recordará, no fue la de la Basílica de San Pedro, sino la de la Catedral periférica de Banguì, en la República Centroafricana.

El camino de la preparación

Volviendo a la próxima cita de 2025, además del aspecto logístico tendrá lugar sin duda el camino de la preparación espiritual. Basta recordar que para el Gran Jubileo del Año 2000, el camino de preparación comenzó seis años antes, en 1994, cuando Juan Pablo II entregó a toda la Iglesia la Carta Apostólica Tertio Millenio Adveniente. En ese documento anticipó las tres fases que llevarían a la plenitud esa celebración; una «antepreparatoria» y tres años estrictamente preparatorios, de 1997 a 1999.

Ciertamente no estamos en la inminencia de un cambio de milenio que requiera una reflexión ponderada sobre dos milenios de historia, pero ciertamente los últimos 25 años han representado para la Iglesia y para la sociedad un «cambio de época», como ha subrayado repetidamente el Papa Francisco.

Un razonamiento que también hizo el Papa en 2019 a la Curia Romana, cuando reiteró que precisamente en este contexto epocal, donde entre otras cosas, dijo, «no estamos en la cristiandad, ya no», la verdadera urgencia de los testigos de Cristo no es «ocupar espacios» sino «iniciar procesos».

Ciertamente, el tema de la esperanza también vino a la mente del Papa tras los acontecimientos de los dos últimos años, caracterizados por la pandemia, que además de tanto sufrimiento ha sembrado en el mundo la desesperación y la desilusión hacia un futuro que parece incierto, en el que también se ha perdido la capacidad de soñar.

El Jubileo será, pues, una oportunidad para retomar el camino de la confianza y mirar con ojos renovados el futuro que nos espera, haciendo cada uno su parte: peregrinos de la esperanza.

Vocaciones

Sacerdotes santos: José Gabriel Brochero, el Cura Brochero

El sacerdote san José Gabriel Brochero es el primer santo canonizado que nació, vivió y falleció en la República Argentina. Murió de lepra el 26 de enero de 1914. Fue beatificado el 14 de septiembre de 2013 y canonizado el 16 de octubre de 2016. Su fiesta se celebra, cada año, el 16 de marzo.

Pedro José María Chiesa·13 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

El sacerdote san José Gabriel Brochero es el primer santo canonizado que nació, vivió y falleció en la República Argentina. Popularmente es conocido como el “Cura Brochero”. Nació el 16 de marzo de 1840. Al día siguiente fue bautizado. Su familia estaba compuesta por padres que desempeñaban duros trabajos rurales, lo que no sería obstáculo para que formaran una brillante familia numerosa fiel a la Fe católica, austera hasta el extremo y compuesta por diez hijos, uno de los cuales sería sacerdote (José Gabriel Brochero) y dos de las mujeres fieles religiosas de la Congregación de las Hermanas del Huerto.

Murió de lepra el 26 de enero de 1914. La enfermedad duró muchos años, y lo fue “devorando” de a poco. La había contraído como consecuencia de su asistencia perseverante a un anciano que padecía dicho mal, pese a todas las advertencias que se le hacían. Él no quiso abandonarlo, puesto que era consciente de que era la única persona que lo visitaba. Su fiesta se celebra, cada año, el 16 de marzo. Fue beatificado el 14 de septiembre de 2013 y canonizado el 16 de octubre de 2016.

Su ministerio sacerdotal

En lo que hace a su trabajo sacerdotal, consignamos que el 4 de noviembre de 1866 fue ordenado sacerdote en la Catedral de Córdoba (Argentina). Al año siguiente manifestó sus agallas sacerdotales destacando por su valiente generosidad al asistir a enfermos y moribundos durante la epidemia de cólera que azotó a la ciudad de Córdoba en 1867, muriendo un porcentaje importante de la población (2.300 personas sobre unas 30.000).

A fines de 1869 el obispo le confió el extenso “Curato” de San Alberto: diez mil habitantes dispersos en zonas desérticas y montañosas, a lo largo y ancho de 4.336 kilómetros cuadrados, en una zona incomunicada por la interposición de las “Sierras Grandes”, macizo de piedra de 2.200 metros de altura, cuya travesía, si bien no era  muy elevada, era muy peligrosa e inhóspita, razón por la que estaba aislada de los sitios más civilizados.

En su “Curato” los lugares eran distantes, y casi no había caminos ni escuelas. Además, el estado moral y la indigencia material de sus habitantes eran lamentables. No obstante, el corazón apostólico de Brochero convirtió aquella zona en un centro de espiritualidad y zona productiva floreciente.

La sede del Curato se llamaba “Villa del Tránsito” (hoy “Cura Brochero”), se componía de tan sólo doce casas precarias, sin servicio alguno. En aquel sitio el analfabetismo, el concubinato, el alcoholismo, el robo y la pobreza hacían estragos, a lo que se añadía la falta absoluta de instrucción religiosa y la carencia de sacramentos.

El Cura Brochero, consciente de que las autoridades estatales de la capital provincial no manifestarían interés alguno por aquellos sitios abandonados, comprendió que si no organizaba a la población para que elevasen por sí solas su propia dignidad humana, no podría predicar el Evangelio con eficacia; por tanto, con notable liderazgo espiritual, sacramental y moral organizó a los habitantes en cuadrillas abocadas a construir capillas y escuelas, trazar caminos en lugares rocosos y escarpados, y abrir acequias de riego que harían llegar a los cultivos el agua desde los ríos de montaña, lo que transformó a la zona en un vergel. 

Muchas de estas obras aún hoy perduran, y entre ellas destaca el “Camino de las Altas Cumbres”, que fuera utilizado en competiciones del rally internacional.

A lomo de mula

A diferencia del santo Cura de Ars, a quien el Espíritu Santo impulsó a desarrollar una notable pastoral “estática”, centrada en las confesiones y la predicación al pueblo fiel, el Cura Brochero fue impulsado por el Espíritu Santo a la tarea “dinámica” de la pastoral parroquial, razón por la que a lomo de mula hizo miles de kilómetros (“miles” en sentido literal), para visitar a todos sus feligreses y llevarles la Fe, el consuelo y los sacramentos, soportando crueles heridos en su trasero incurablemente llagado. 

Un día comprendió que sus esfuerzos nunca dejarían frutos espirituales sólidos si no lograba la conversión profunda de las almas que le habían sido confiadas; y también entendió que la única manera de convertir a tanta gente pobre y abandonada era hacerlos participar, a “todos” (y en especial a los analfabetos, concubinos, alcohólicos, bandidos perseguidos por la ley, etc.), en tandas de ejercicios espirituales de al menos ocho días (con menos de ocho, él consideraba que no se podía hacer “nada serio”). 

En esas tandas había cuatro días dedicados a la formación en la doctrina cristiana básica, y otros cuatro a la vida de oración en sí. 

En pos de este objetivo construyó una inmensa casa de retiros en la sede de su parroquia, sitio casi abandonado. Aunque todos sus feligreses consideraron la propuesta una locura, se hizo: dicen que no hay santidad sin algo de magnanimidad.

Se construyó en poco tiempo, y sólo en el primer año de uso, participarían de modo “misterioso” en aquellas tandas de ejercicios espirituales un total de 2.240 ejercitantes (sumando las tandas de varones y las de mujeres). Quien conozca hoy el lugar, no encontraría explicación humana a tal hecho. Y esta práctica se mantuvo firme, en aquella zona despoblada, desde 1877 hasta 1914 (año de su muerte). Hubo tandas de ejercicios de hasta 900 participantes.

Si se tiene en cuenta que en aquellos años no había ni radio, ni TV, ni WhatsApp, ni redes sociales, ni freezer, ni neveras, ni cadenas alimentarias de frío, ni gas, ni agua potabilizada, y que los medios de transporte eran a pie o tracción a sangre, no hay duda que el soplo del Espíritu Santo en ese sitio, y la correspondencia a la gracia del santo cura, fueran dos realidades indudables. 

Su fe, tal como nos pidió Jesucristo, era capaz de “sacar hijos de Abraham de las mismas piedras” (Mateo 3, 9). Por otra parte, la población de la sede donde se construyó la casa de retiros era de tan sólo un centenar de personas, de modo que al resto de los ejercitantes había que salir a buscarlos por zonas aisladas y distantes, lo que hacía que el éxito fuera completamente inexplicable sin la acción del Espíritu y la correspondencia a la gracia.

La lección más importante que nos brindó a los sacerdotes se puede sintetizar así (no son palabras de él): «Para convertir a los ignorantes y a los rudos: ¡Ocho días de ejercicios… al menos!» Fue un gran promotor de los retiros espirituales populares, para las gentes sencillas, y también un gran inspirador de aquellos párrocos que consideran fundamental contar, en su propia parroquia, con casas de ejercicios: ¡nada de hacer depender los retiros espirituales de la libre disponibilidad de fechas de otras casas de retiros!

A todo lo dicho se añade la innumerable cantidad de anécdotas recogidas que reflejan su buen humor, su confianza en la gracia, su fe en la necesidad de los sacramentos, y la importancia de la promoción humana como base de apoyo para la acción del Espíritu Santo; estas anécdotas son inagotables y muy interesantes, pero la brevedad impide exponerlas.

Su muerte

Al morir tenía setenta y tres años. La última parte de su vida estuvo ciego y muy sordo, y abandonado por casi todos… por pánico a la lepra, que helaba los buenos sentimientos. Téngase presente que si hoy tenemos miedo al “coronavirus”… ¡cuánto más lo era el miedo a la lepra entonces!

Murió con todos los sacramentos, soportando agudos dolores. Lo enterraron a cuatro metros de profundidad en la capilla de la casa de ejercicios, y cubrieron el ataúd con cal viva, tras lo cual quemaron todas sus pertenencias, excepto los libros parroquiales. 

Hoy sobreviven aquellos libros que registran su fe viva en los sacramentos, prueba de lo cual es la inconmensurable cantidad de personas a las que atendió, así como los frutos silenciosos que perseveran en esa zona a la que extrajo del abandono geográfico y la pobreza espiritual, razón por la que todos sus habitantes (creyentes o no, católicos o anti-católicos), de modo unánime, lo estiman como líder histórico en todos los ámbitos: humano, espiritual, moral y religioso. 

En la zona donde se desempeño su ministerio se dice que el cura Brochero, como imagen sacerdotal de Cristo, es merecedor de una fama y un cariño que lo han convertido en un “intocable”, digno título para quien consumió su vida como lo hacen las velas que en el altar rinden culto a Dios Padre.

Al Cura Brochero, distinguidos folkloristas argentinos lo honraron con una bella canción, que se puede escuchar a continuación, “Un paso aquí un tranco allá”, que sintetiza muy bien su vida.

El autorPedro José María Chiesa

Santa Fe, Argentina

Mundo

Martin Kugler: «Los cristianos deben pasar de mayoría enojada a minoría creativa»

Entrevista a Martin Kugler, director de Kairos Consulting for Non-Profit Organisations y miembro del Observatorio de la Intolerancia y Discriminación contra Cristianos en Europa.

Maria José Atienza·13 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Hace pocas semanas el Observatorio de la Intolerancia y Discriminación contra Cristianos en Europa publicaba el informe “Bajo presión. Los derechos humanos de los cristianos en Europa”, su informe correspondiente a los años 2019- 2020 en el que recogen algunos de los principales obstáculos con los que se enfrentan los cristianos en Europa.

Ante esta realidad de la radicalización del laicismo en diversos ambientes, el vienés Martin Kugler, destaca en Omnes la necesidad de los cristianos de “ser más auténticos y estar menos asustados, estar bien informados y manifestarse con argumentos inteligibles y razonables”.

Un punto muy interesante es el fenómeno que este estudio denomina la intolerancia secular. Hay quien se denomina cristiano y defiende esa idea de la religión como «algo privado». ¿Se confunde la dimensión pública de una religión con un estado confesional?

–La dimensión pública de la fe cristiana vivida es evidente y necesaria. Confundirlo con el «catolicismo político» es completamente anacrónico, pero es utilizado deliberadamente por los partidarios del laicismo radical para intimidar a los cristianos que participan activamente en la vida pública. Sin embargo, el asunto es muy sencillo cuando uno lo concreta. Nuestra relación con Dios y la Iglesia es algo muy personal, pero tiene consecuencias que afectan a toda nuestra vida como ciudadanos, trabajadores o empresarios, periodistas o profesores, votantes y políticos, etc.

Lo mismo podría decirse de los ateos o agnósticos, a los que nadie pediría que desecharan su visión del mundo cuando escriben un artículo o se involucran en la política. Sí, incluso cuando toman una decisión judicial, están influenciados por sus creencias, lo que se puede observar, por ejemplo, en decisiones del TEDH.

El truco, muy habitual en las élites laicistas europeas, funciona de forma muy sencilla: presentan el punto de vista agnóstico o incluso anticristiano como la posición neutral por excelencia. En la tradición judía de Viena, esto se llama chutzpah: desvergüenza.

Nuestra relación con Dios y la Iglesia es algo muy personal, pero tiene consecuencias que afectan a toda nuestra vida como ciudadanos.

Martin KuglerObservatorio de la Intolerancia y Discriminación contra Cristianos en Europa

Diálogos y derechos

El informe subraya la ignorancia del hecho religioso en muchos gobiernos que supone un problema a la hora de abordar estos ataques contra los cristianos. ¿Existe alguna solución para ello? ¿Cómo actuar cuando no hay predisposición al diálogo?

Martin Kugler
Martin Kugler

–Esa ignorancia también tiene que ver con una pronunciada falta de voluntad para tomar en serio el fenómeno de las personas de fe. Para cruzar este umbral, hay que reducir los prejuicios y ser considerado en el estilo, sobre todo en la comunicación de nuestras preocupaciones y problemas.

Un buen ejemplo es el movimiento pro-vida. La elección de las palabras puede cerrar puertas, pero también abrirlas. Hay una gran diferencia entre hablar del aborto como «asesinato» o señalar que cada aborto acaba con el latido de uno de los miembros más débiles de nuestra sociedad. Y que el aborto es algo irrevocable y queda como una herida para siempre. A menudo también es útil llamar a los prejuicios por su nombre de forma educada y clara, y así despertar a parte del público.

No debemos resignarnos a que los cristianos, especialmente la Iglesia católica, aparezcan siempre como victimarios y nunca como víctimas en el cine y el teatro, en los libros escolares, en las novelas… En general, en los medios de comunicación. Esto parece un dogma, observable en la falta de atención al drama de la creciente persecución de los cristianos en todo el mundo o, regionalmente, al hacer la vista gorda a la discriminación de los cristianos en Europa.

El informe señala a España como uno de los países en los que esta intolerancia es, no sólo permitida, sino casi fomentada desde las instituciones. ¿Cómo combinar esa llamada al diálogo con la defensa de los derechos que son conculcados por un supuesto estado de derecho?

–Al igual que muchos austriacos, soy un forofo de España y, por lo tanto, estoy muy preocupado por algunos acontecimientos. De hecho, la ideología que prevalece en parte del establishment español me recuerda a las actitudes de los adolescentes. Mocitos que, 50 años después de la muerte de Franco, tuvieran que demostrar una rebelión contra los valores conservadores.

En algunas cuestiones como la política de identidad, la educación sexual y de género o la lucha contra la discriminación, parece como si todos los adultos hubieran abandonado la sala (de estar) en Europa Occidental y del Norte. Y no lo digo yo, sino el autor liberal británico Douglas Murray, que como homosexual muestra un gran malestar por este hecho.

Sin embargo, en ciertos temas hay esperanza de una victoria de la razón, porque la izquierda marxista cultural está dividida en su interior. Un ejemplo es el movimiento transgénero, que está lleno de contradicciones y, sin embargo, está acumulando una presión masiva, haciendo obsoletos los logros históricos del movimiento feminista.

En Gran Bretaña, por ejemplo, ahora se abstienen de tratar hormonal y quirúrgicamente a los jóvenes sólo porque expresan este deseo a un psicoterapeuta o a un médico. Se ha detenido un proyecto de ley en este sentido.

Responsabilidad de los cristianos

Uno de los problemas graves que observamos en Europa es la polarización de las posturas e incluso, una cierta «guetización» entre quienes defienden una u otra postura. ¿Cómo superar esta realidad? ¿Hay signos de esperanza en alguna parte?

–En el libro «¿Democracia sin Religión?» publicado en Madrid en 2014. (Stella Maris) ya hemos señalado este peligro. El profesor judío famoso Joseph Weiler escribió en su momento sobre un doble gueto para los cristianos fieles de Europa. Uno en el que se vieron forzados por la intimidación, la presión política o incluso el recorte de ciertos derechos como la libertad de conciencia.

El otro gueto sería en el que muchos cristianos se habrían colocado voluntariamente porque se necesitaría mucho valor, energía y esperanza para permanecer en el lugar asignado, incluso en el lugar principal del discurso social.

En cuestiones como la política de identidad, la educación sexual y de género o la lucha contra la discriminación, parece como si todos los adultos hubieran abandonado la sala.

Martin KuglerObservatorio de la Intolerancia y Discriminación contra Cristianos en Europa

El informe quiere ser una ayuda para el diálogo, sin embargo, hay quien puede tener más miedo aún al ver este retroceso de las libertades religiosas. ¿Cómo superar este temor y conducir, sin extremismos, estas realidades a una normalización de los derechos de los cristianos?

El Papa Benedicto pronunció un importante discurso en el Parlamento alemán en 2011. Describió la ecología del hombre como una realidad que siempre está de nuestro lado, por así decirlo, y en contra de todas las ideologías. Su predecesor, san Juan Pablo II, señaló que el gran «mal» del siglo XX – el nazismo y el marxismo – fue finalmente superado también en este último siglo.

En 1989, en Europa del Este, tras 50 años de dictadura comunista, el pueblo demostró una sorprendente capacidad de resistencia. Y, por último, dialogar también puede significar evitar que ocurran cosas malas, de modo que una situación sea sólo «medio mala». Así que, por favor, nada de posturas de «todo o nada».

El estudio hace una llamada a la implicación en la vida cultural, social, política de los cristianos. ¿Ha habido cierta dejadez de este deber por parte de los cristianos?

–En general, los cristianos de Europa deberían abandonar la posición de una supuesta mayoría enojada y convertirse en una minoría creativa. Como faros de la sociedad, también podríamos conseguir que la mayoría silenciosa hablara y actuara. O al menos dar algo así como un testimonio de esperanza para la siguiente generación y crear las bases para un nuevo comienzo.

Es primordial para los cristianos ser más auténticos y estar menos asustados, estar bien informados y manifestarse con argumentos inteligibles y razonables. En este mundo, se convierten cada vez más en abogados de la libertad y de una vida plena.

Zoom

Chicos juegan al fútbol en un campo polvoriento en Sudáfrica

Un grupo de chicos juega al fútbol en un campo polvoriento en Soweto, Sudáfrica. Los obispos católicos de África expresaron su preocupación por los graves problemas que amenazan la paz en todo el continente.

Omnes·13 de enero de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
España

Infancia misionera: «Jenet, Michelle e Íscar representan a todos los niños del mundo»

Sofía, franciscana misionera ha compartido las historias de tres niñas a las que ha conocido a través de su labor en la frontera brasileña con Venezuela. Estas tres menores representan, para esta vilagarciana “a todos los niños del mundo.  Doy gracias a Dios por conocer estas historias que dan luz a una vida nueva y que, en el margen, son la luz del mundo y nos enseñan a creer en Dios que esta vivo”.

Maria José Atienza·12 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La presentación de la jornada de la Infancia misionera, que se celebra el domingo 16 de enero en España, ha contado con el testimonio de Sofía Quintans Bouzada, franciscana misionera de la Madre del Divino Pastor, misionera en Brasil.

Ella, junto a José María Calderón, Director Nacional de OMP España, ha puesto nombre a la labor que la obra pontificia realiza en las zonas más desfavorecidas del planeta.

Sofía es una de las integrantes de la comunidad franciscana misionera que se estableció en 2019 al norte del país, en el estado de Roraima. La zona es un enclave fronterizo que supone uno de los pasos de mayor afluencia de refugiados venezolanos.

Sofía, una religiosa peruana y otra venezolana, a la que se unirá pronto una congoleña, constituyen lo que ha denominado como una “presencia eclesial muy encarnada, samaritana y humilde”.

Su labor evangelizadora se centra en la atención a los refugiados procedentes de Venezuela que, desde 2018 han cruzado a la nación carioca. Se calcula que unos 600.000 venezolanos han pasado a Brasil desde 2018. Ese año la crisis humanitaria desatada en esta frontera norte hizo que el gobierno brasileño pusiera en marcha una ingente operación de acogida en la que colaboran el propio gobierno, el ejército, ONGs y las distintas confesiones enraizadas en el país.

quintas_brasil_omp

En ese complejo y variado mapa de instituciones, las franciscanas misioneras son “una presencia pequeña pero una fuerte experiencia de Cristo pobre y pequeño”. Colaboran en el acompañamiento, escucha y acogida de los miles de menores, especialmente niñas, que viven en condiciones especialmente duras.

Un proceso de “acoger, promover e integrar a estas personas como si fuera el mismo Cristo que llega a nosotros” ha subrayado Quintás. Un proceso que hace que se sientan acogidos a través de acompañamiento personal, espiritual” y siempre, “con un cuidado respeto a la persona”.

Como ha explicado Sofía Quintás, los refugiados que llegan a Brasil comienzan su vida en los “abrigos”, unos campos de refugiados instalados por el Gobierno. Además de ser de menor tamaño, los «abrigos» están diferenciados por tipología -mujeres con hijos, varones solos, menores…- para poder atender con mayor eficacia sus necesidades.

Tres nombres

Esta franciscana misionera ha personalizado su experiencia en tres historias diferentes de tres chicas. Jenet, la primera, una niña Pomona, salió de una comunidad indígena interior de Venezuela con un tumor en la cabeza. Pidió ayuda, pero estaba sin documentos. Gracias a diversas gestiones pudo ser trasladada a Sao Paulo para recibir un tratamiento y volvió a su comunidad indígena. “La lucha por la vida de esa niña” ha señalado Quintás “fue para mi un reflejo de Cristo vivo muy fuerte”.

La segunda historia ha llevado el nombre de Michelle, quien para esta franciscana “representa la trata de seres humanos más vulnerables”. Vive en uno de esos «abrigos» y la religiosa se percató de que dejó de acudir a las actividades de integración. Al preguntarle por qué no asistía, la niña le respondió que ella “quería ir, pero que tenía que trabajar en el semáforo” pidiendo por las calles.

El tercer nombre es el de Íscar, quien, “tras cruzar sola la frontera con 16 años”, consiguió terminar sus estudios y, recientemente, se ha graduado y cada día, ha destacado, da gracias a Dios por haber podido reconducir su vida y perdonar a su hermano que la maltrató.

2022 un año intenso en las OMP

Por su parte, el Director Nacional de OMP España, José María Calderón, ha destacado que este año 2022 tiene un especial acento para la familia misionera.

No en vano, se cumple el primer centenario de la institución de la Infancia Misionera como obra pontificia, “su puesta al servicio de la pastoral ordinaria del Santo Padre en la atención de los niños de los territorios de misión”.

Además, el próximo 22 de mayo será proclamada beata Pauline Jaricot, la joven lionesa iniciadora de lo que, mas adelante sería, la Propagación de la Fe. 

Calderón ha recordado que “la infancia misionera es muy importante. Para muchos niños en territorios de misión, el único sitio donde encuentran hogar, afecto, posibilidades de crecer y estudiar es la iglesia”. Además ha señalado que esta campaña continúa la campaña iniciada hace cuatro años en la que la Infancia Misionera se centra en la vida de Jesús niño. En esta edición, “los niños del mundo son también luz para niños sin Fe, que son ignorados, que no son amados”.

Vaticano

«El trabajo es esencial en la vida humana y es camino de santificación»

El Papa Francisco ha reflexionado sobre el trabajo de san José y sobre cómo Jesús aprendió de su padre el mismo oficio. Afirmó que el trabajo no "solo sirve para ganar el sustento adecuado", sino que es principalmente "camino de santificación".

David Fernández Alonso·12 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

«Los evangelistas Mateo y Marcos definen a José como “carpintero” u “obrero de la madera”. Hemos escuchado hace poco que la gente de Nazaret, escuchando a Jesús hablar, se preguntaba: «¿No es éste el hijo del carpintero?» (13,55; cfr Mc 6,3). Jesús practicó el oficio de su padre». Así comenzó el Santo Padre Francisco la catequesis de este miércoles 12 de enero, en el Aula Pablo VI.

El Papa reflexionó sobre el oficio de José: «El término griego tekton, usado para indicar el trabajo de José, ha sido traducido de varias maneras. Los Padres latinos de la Iglesia lo hicieron con “carpintero”. Pero tengamos presente que en la Palestina de los tiempos de Jesús la madera servía, además de para fabricar arados y muebles varios, también para construir casas, que tenían ventanas de madera y techos de terraza hechos de vigas conectadas entre sí con ramas y tierra».

«Por tanto, “carpintero” u “obrero de la madera” era una calificación genérica, que indicaba tanto a los artesanos de la madera como a los trabajadores que se dedicaban a actividades relacionadas con la construcción. Un oficio bastante duro, teniendo que trabajar materiales pesados, como madera, piedra y hierro. Desde el punto de vista económico no aseguraba grandes ganancias, como se deduce del hecho de que María y José, cuando presentaron a Jesús en el Templo, ofrecieron solo un par de tórtolas o pichones (cfr Lc 2,24), como prescribía la Ley para los pobres (cfr Lv 12,8)».

El Papa Francisco durante la audiencia general en el Aula Pablo VI en el Vaticano, el 12 de enero de 2022. (CNS photo/Paul Haring)

En relación a Jesús adolescente, el Papa dice que por tanto, «aprendió del padre este oficio. Por eso, cuando de adulto empezó a predicar, sus paisanos asombrados se preguntaban: «¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros?» (Mt 13,54), y se escandalizaban a causa de él (cfr v. 57)».

«Este dato biográfico de José y de Jesús» hacen pensar al Papa, según dijo, «en todos los trabajadores del mundo, de forma particular en aquellos que hacen trabajos duros en las minas y en ciertas fábricas; en aquellos que son explotados con el trabajo en negro; en las víctimas del trabajo; en los niños que son obligados a trabajar y en aquellos que hurgan en los vertederos en busca de algo útil para intercambiar… Pero pienso también en quien está sin trabajo; en los que se sienten justamente heridos en su dignidad porque no encuentran un trabajo. Muchos jóvenes, muchos padres y muchas madres viven el drama de no tener un trabajo que les permita vivir serenamente. Y muchas veces la búsqueda se vuelve tan dramática que les lleva hasta el punto de perder toda esperanza y deseo de vida. En estos tiempos de pandemia muchas personas han perdido el trabajo y algunos, aplastados por un peso insoportable, han llegado al punto de quitarse la vida. Quisiera hoy recordar a cada uno de ellos y a sus familias».

El trabajo, subrayó el Santo Padre, «es un componente esencial en la vida humana, y también en el camino de santificación. Trabajar no solo sirve para conseguir el sustento adecuado: es también un lugar en el que nos experimentamos a nosotros mismos, nos sentimos útiles, y aprendemos la gran lección de la concreción, que ayuda a que la vida espiritual no se convierta en espiritualismo. Pero lamentablemente el trabajo es a menudo rehén de la injusticia social y, más que ser un medio de humanización, se convierte en una periferia existencial. Muchas veces me pregunto: ¿con qué espíritu hacemos nuestro trabajo cotidiano? ¿Cómo afrontamos el cansancio? ¿Vemos nuestra actividad unida solo a nuestro destino o también al destino de los otros? De hecho, el trabajo es una forma de expresar nuestra personalidad, que es por su naturaleza relacional».

«Es bonito», concluía Francisco, «pensar que Jesús mismo trabajó y que aprendió este arte propio de San José. Hoy debemos preguntarnos qué podemos hacer para recuperar el valor del trabajo; y qué contribución, como Iglesia, podemos dar para que este sea rescatado de la lógica del mero beneficio y pueda ser vivido como derecho y deber fundamental de la persona, que expresa e incrementa su dignidad».

El Papa quiso rezar con los asistentes la oración que san Pablo VI elevó a San José el 1 de mayo de 1969:

«Oh, san José,
patrón de la Iglesia,
tú que junto con el Verbo encarnado
trabajaste cada día para ganarte el pan,
encontrando en Él la fuerza de vivir y trabajar;
tú que has sentido la inquietud del mañana,
la amargura de la pobreza, la precariedad del trabajo;
tú que muestras hoy el ejemplo de tu figura,
humilde delante de los hombres,
pero grandísima delante de Dios,
protege a los trabajadores en su dura existencia diaria,
defiéndelos del desaliento,
de la revuelta negadora,
como de la tentación del hedonismo;
y custodia la paz del mundo,
esa paz que es la única que puede garantizar el desarrollo de los pueblos. Amén
«

Teología del siglo XX

Las etapas de Joseph Ratzinger (I)

Joseph Ratzinger es uno de los grandes teólogos del siglo XX y, además, un testigo excepcional de la vida de la Iglesia, con sus cuatro etapas como teólogo y profesor, arzobispo de Múnich, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y Papa.

Juan Luis Lorda·12 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

¿Qué define a un teólogo? Parece obvio fijarse en el efecto exterior. Primero, en sus libros. Después, en las principales ideas o tópicos que se le atribuyen, fijadas, con mejor o peor acierto, por una tradición primero de ensayos y, sobre todo, de voces de diccionario y manuales. En Joseph Ratzinger, no ha pasado el tiempo suficiente para esta operación. E incluso su obra tampoco está fijada del todo, al estar publicándose sus Obras Completas, que agrupan sus escritos por temas y recogen inéditos y escritos menores o poco conocidos, con lo que transforman su aspecto y, a la larga, su lectura. 

Cuatro etapas teológicas

Lo que sí está fijado son las cuatro etapas de su vida. Después de un periodo de formación, vienen su trabajo como teólogo (1953-1977), que incluye su participación en el Concilio (1962-1965); después, como arzobispo de Múnich (1977-1981), como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe (1982-2005) y como Papa (2005-2013). Se combinan así dos etapas más dedicadas al pensamiento o discernimiento teológico, como profesor y como prefecto; y dos etapas netamente pastorales, como obispo y como papa. Se trata de una feliz combinación. Sería un grave error sobre la naturaleza de la teología, y un tremendo empobrecimiento, reducir su aportación teológica a la dedicación “profesional”: artículos, libros, conferencias…  

En las cuatro etapas ha hecho teología, aunque de manera distinta. Y se puede intentar sintetizar tanto lo que aporta cada época como las líneas de fondo que las recorren todas. En sus conversaciones, él mismo ha manifestado que se ve con cierta continuidad, aunque las circunstancias le han puesto en posiciones distintas. Kierkegaard usaba pseudónimos distintos para mostrar las distintas perspectivas con las que podía mirar las cosas. A Joseph Ratzinger le han venido dadas por el curso de su vida. Porque no ven las cosas con la misma perspectiva un teólogo joven, un obispo en una época compleja, un prefecto para la doctrina de la fe al que le toca una atención universal sobre la doctrina, y un Papa que ha de ser buen Pastor y referencia de comunión para toda la Iglesia, con una misión particular en lo que se refiere a la interpretación y aplicación del Concilio Vaticano II. 

Unas raíces de fe

Joseph Ratzinger se ha retratado muy bien a sí mismo en ese excepcional y encantador libro autobiográfico, Mi vida (1927-1977), que publica en 1997 y que recoge su trayectoria como profesor. Se completa con los cuatro libros de conversaciones con Seewald y con algunos momentos de tertulia y expansión durante su pontificado. 

Allí se observa cuánto le ha marcado la experiencia de la fe vivida en su infancia, en el entorno tradicional bávaro, con su familia sencilla y creyente, con la liturgia celebrada gozosa y solemnemente en las parroquias que conoció de niño, con las etapas y fiestas del calendario litúrgico que marcaba el ritmo de la vida de toda aquella gente creyente. Podría haber perdido o cambiado estas raíces, pero en el curso de su vida las ha consolidado, y esa experiencia cristiana es la base de su teología. 

La liturgia como fe vivida

En la presentación de sus Obras completas (vol. I, dedicado a la Liturgia), explica: “La liturgia de la Iglesia fue para mí, desde mi infancia, una realidad central en la vida y se convirtió también […] en el centro de mi esfuerzo teológico. Como materia de estudio escogí la teología fundamental, porque quería por encima de todo seguir la pista a la pregunta: ¿Por qué creemos? Pero en esta pregunta estaba la otra pregunta sobre la respuesta correcta a Dios y, por tanto, la pregunta sobre el culto divino […], del anclaje de la liturgia en el acto fundante de nuestra fe y, así también, de su lugar en el conjunto de nuestra existencia humana”. Y un poco antes explicaba: “En la palabra ‘Ortodoxia’ la segunda mitad, ‘doxa’, no significa ‘opinión’, sino ‘gloria’; no se trata de tener una ‘opinión’ correcta sobre Dios, sino de la forma correcta de glorificarle, de responderle. Esta es efectivamente la pregunta fundamental que se formula el hombre que comienza a comprenderse correctamente: ¿Cómo debo encontrarme con Dios?”.

Su itinerario por la teología fundamental, sobre la naturaleza y problemas de la fe, que también va dirigida a la situación del mundo moderno, va a encontrar una respuesta litúrgica. La fe se puede y se debe pensar para entenderla, explicarla y defenderla, pero sobre todo se ha de vivir y celebrar. De ahí deduce también cuál ha de ser el papel del teólogo y el suyo propio. 

Raíces teológicas

Joseph Ratzinger se formó en el seminario de su diócesis, en Frisinga, y después, en la facultad de teología de Múnich (1947-1951), todavía en ruinas como consecuencia de la guerra. En Mi vida refleja muy bien el ambiente entusiasta y renovador del momento. Las duras experiencias del nazismo habían suscitado en la Iglesia alemana un ansia de renovación y evangelización, que recibía con entusiasmo los fermentos nuevos de la teología litúrgica (Guardini), de la eclesiología (De Lubac) y de la Escritura, además de las nuevas inspiraciones filosóficas, especialmente de la fenomenología y personalismo (Guardini, Max Scheler, Buber). Todo esto le daba un cierto tono de superación (y superioridad) respecto a la vieja teología escolástica (y romana). El joven Ratzinger quedó impresionado por Catolicismo de De Lubac, y por el Sentido de la Liturgia, de Guardini. Y, desde entonces hasta el final de su vida, se mantendrá muy bien informado de los progresos de la teología bíblica.

Un poco inesperadamente le tocó ser profesor del seminario y especializarse en Teología Fundamental, donde se planteaban las grandes cuestiones de la fe ante el mundo moderno, ante las ciencias, la política, las dificultades de las personas actuales para creer. La tesis doctoral sobre san Agustín (Pueblo y casa de Dios en San Agustín, 1953), le hizo ahondar en la eclesiología. Y la tesis de habilitación sobre La Teología de la historia en San Buenaventura (1959) abordaba un enfoque nuevo de la teología fundamental: la revelación, antes de concretarse en fórmulas de fe (dogmas) es la manifestación de Dios mismo en la historia de la salvación. Esto le enfrentó con Schmaus en el tribunal de tesis, pero era una idea que ya se imponía y acabaría recogida por el Concilio Vaticano II: la revelación es con “hechos y palabras” de Dios, y fundamenta la profunda unidad de las dos fuentes, Escritura y Tradición. 

Ratzinger profesor y teólogo (1953-1977)

Sigue una época muy intensa como profesor de Teología Fundamental (y después también de Teología Dogmática) en el seminario (1953-1959) y después en cuatro universidades: Bonn (1959-1963), Münster (1963-1966), Tubinga (1966-1969) y Ratisbona (1969-1977).

Ratzinger es un profesor joven e inteligente y se siente unido a una corriente teológica renovadora alemana con figuras representativas, como Rahner y Küng, que lo aprecian. También lo aprecia el cardenal Frings, que se lo lleva como asesor y perito conciliar, después de haberle oído una conferencia sobre cómo tenía que ser el Concilio (1962-1965). Trabajará bastante para el cardenal (casi ciego), y el Concilio le dará una nueva experiencia de la vida de la Iglesia y el trato con grandes y veteranos teólogos que admira, como De Lubac y Congar. 

Dentro de aquel entusiasmo teológico empieza a percibir los síntomas de la crisis posconciliar y, poco a poco, se distancia del vedetismo de algunos teólogos, como Küng, y también del que se comprendan como los verdaderos y auténticos maestros de la fe, un concilio de los teólogos constituido como una permanente fuente de cambio en la Iglesia. Ese va a ser el motivo de su adhesión al proyecto de la revista Communio, de Von Balthasar y De Lubac, en contraste con la revista Concilium, de Rahner. Hace falta discernimiento. También hace falta discernir y centrar la Teología bíblica, para que nos acerque y no nos separe de Cristo. Es una preocupación que nace entonces y crece en su vida hasta el final cuando, ya como Papa, escribe Jesús de Nazaret

La obra de esta época

A primera vista, la obra como teólogo no es muy grande y en cierto modo queda oculta, porque tiene bastantes artículos de diccionario y comentarios. Como fruto de sus trabajos en Teología Fundamental, se publicará más tarde su Teoría de los principios teológicos (1982). Además, reúne sus artículos sobre eclesiología en El nuevo Pueblo de Dios (1969) y, más tarde, en Iglesia, ecumenismo y política. Nuevos ensayos de eclesiología.  

Sin embargo, el libro que le da fama en este momento y que reúne toda su preocupación de explicar la fe cristiana a un mundo moderno más o menos problematizado y crítico, es su Introducción al cristianismo (1968: año complejo), traducido pronto a muchas lenguas. Se trata de un curso para universitarios, pero reúne y sintetiza muchos de sus puntos de vista. 

Además, cuando ya ha sido nombrado arzobispo de Múnich, termina y publica una breve Escatología (1977), que tiene más importancia de lo que parece en su pensamiento, ya que da el sentido cósmico de la historia, pone la vida humana ante las grandes cuestiones y le permite acercarse al problema del alma y de la persona desde una óptica teológica renovada por el pensamiento personalista. El ser humano es, ante todo, una palabra de Dios y alguien destinado a él. 

Ratzinger obispo (1978-1982)

Le pilló completamente de sorpresa, como confiesa con toda sencillez en Mi vida. Ni siquiera cuando le llamó el nuncio se imaginó lo que le podía venir encima. Pero Pablo VI había pensado en él como un teólogo-obispo con autoridad personal suficiente para contribuir a sedimentar la difícil situación eclesial posconciliar en Alemania. Joseph Ratzinger la sufrió. Lo más hermoso y gratificante de su ministerio fue la predicación y el trato con la gente sencilla. Lo más áspero, las resistencias y manías de las estructuras eclesiales, tan desarrolladas (y a veces problematizadas) en Alemania. Lo primero es la fe vivida, en la que se aprecia la autenticidad y eficacia del Evangelio. Pero lo segundo, difícil de manejar, también pertenece a la realidad de la Iglesia en este mundo, y no se puede obviar. 

Como la segunda parte queda más oculta, se puede decir que este periodo se caracteriza por una gran expansión de su atención a la liturgia y a la predicación sobre la santidad cristiana. Y esto consolida su teología como pastor, recordando la intensa tradición de los antiguos padres de la Iglesia, teólogos y obispos. La misión de un obispo es, sobre todo, celebrar y predicar, además de guiar la vida de la Iglesia. La misma actividad le permite cuajar su pensamiento litúrgico, y desarrollar su referencia a la santidad de la Iglesia, reflejada en los misterios de la vida del Señor y en la vida de los santos. 

La obra de este periodo

Es un periodo corto, de cuatro años, pero clave en el desarrollo de su teología litúrgica. Lo que, primero, como sacerdote y profesor, habían sido predicaciones ocasionales, se convierte poco a poco en un cuerpo sobre los misterios de la fe y de la vida de Jesucristo que la Iglesia celebra a lo largo del año. Por ejemplo, las cuatro predicaciones sobre Eucaristía, centro de la Iglesia (1978), El Dios de Jesucristo. Meditaciones sobre el Dios Uno y Trino, y La fiesta de la fe (1981). Su reflexión litúrgica, antes un poco dispersa y ocasional, se consolida ahora en una visión general, y acabará, ya como prefecto, en su El sentido de la Liturgia (2000). En la que incluye también su interés por el arte y, especialmente, por la música sagrada. 

Además, en este periodo destaca su predicación sobre la creación ante las cuestiones de la ciencia moderna y la evolución, que da lugar a un libro inteligente y lúcido, Creación y pecado.

Lecturas del domingo

«Las ánforas del vino nuevo». Domingo II del tiempo ordinario

Andrea Mardegan comenta las lecturas del II domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan / Luis Herrera·12 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

La tercera Epifanía de Jesús tiene lugar en Caná. En la Misa el Evangelio comienza con las palabras: “en aquel tiempo”, pero en el original el episodio es introducido con: “el tercer día”. En la teofanía del Sinaí, Dios apareció a Moisés al tercer día entre truenos y relámpagos, en una nube y con un sonido de cuerno muy fuerte.

El estilo ha cambiado: aquí Jesús participa en una fiesta de bodas: alegría, buena comida, cantos y bailes. Tres días durò su búsqueda y tres días durará “su hora”, en Jerusalén. La boda es símbolo de la relación de Israel con Dios. Con Isaías Dios declara su amor por Jerusalén: “Serás llamada Mi gozo y tu tierra Casada, porque el Señor encontrará Su deleite en ti y tu tierra tendrá un novio … como el esposo se regocija por la esposa, así tu Dios se regocijará por ti”.

El verdadero esposo en Caná es Jesús, llamado siete veces con su nombre propio y tres con pronombres personales, y la verdadera esposa es María, llamada dos veces la madre de Jesús, luego mujer y otra vez madre. Es María quien presenta a Jesús y a sus discípulos, nosotros, a la fiesta. Ella se da cuenta. Deja el papel de simple invitada. Va más allá: no es el esposo, ni el maestro de mesa, nadie le ha pedido nada, pero “cuando se acabó el vino, la madre de Jesús le dijo:« No tienen vino»”.

Ha puesto su ojos en el Hijo y con la mirada le pide que dé un signo de sí mismo a esos esposos y al mundo. Jesús está pensativo, a María le recuerda su estado de animo a las palabras del ángel. Quizá no quería empezar todavía lo que habría traído un inmenso sufrimiento a su Madre, porque le habría llevado a morir por amor, por todos.

Por eso le dice: “Mujer, ¿qué nos va a ti y a mí? Todavía no ha llegado mi hora”. La hora decidida por el Padre. Diciendo esto, conecta las bodas de Caná con su cruz y su resurrección. María entiende y, con el lenguaje de sus ojos, que ambos conocen bien desde siempre, le dice: mi amor, no temas por mí, ya he dicho mi sí.

Y es para siempre, lo sabes. Con la mirada le dice: “Ya puedes anticipar tu hora”. Pablo a los Corintios: “A cada uno se le da una manifestación particular del Espíritu para el bien común”, y en Caná cada uno hace su parte, los siervos cumplen con plenitud lo que María manda y que Jesús ha dicho: “hasta arriba” llenan las ánforas de piedra con agua para la purificación de la ley antigua.

Llegan a ser una anticipación de los cálices llenos del vino de la nueva alianza. El maestro de mesa prueba y testimonia que ese vino es el mejor. El esposo, primer receptor involuntario del evangelio de Dios, acoge con su asombrado silencio lo inesperado que sucedió en su vida. Los discípulos, y nosotros con ellos, creemos en Jesús y le seguimos.

La homilía sobre las lecturas del domingo II

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

El autorAndrea Mardegan / Luis Herrera

Los Reyes Magos somos todos

Los “magos” personifican a todos aquellos que, sin pertenecer al Pueblo de Israel, habían de ser incorporados a Cristo por el bautismo.

11 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La manifestación de Jesús como Niño, Hijo de Dios, a unos “magos venidos de Oriente” es la revelación del Mesías, Hijo de Dios, a toda la humanidad. Los “magos” nos representan. Personifican a todos aquellos que, sin pertenecer al Pueblo de Israel, habían de ser  incorporados a Cristo por la fe y el bautismo. Ellos  fueron los primeros a los que el Señor quiso manifestarse fuera de Israel.

Su camino hacia el Niño es guiado por una “estrella”. Ello nos indica la importancia de la creación como camino hacia Dios para todos los pueblos. Los magos comienzan su itinerario desde la revelación de Dios en la naturaleza para llegar a la revelación de Dios por medio de las Escrituras de Israel: «En Belén de Judá – le dijeron- pues así está escrito por medio del Profeta. Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que apacentará a mi Pueblo, Israel» (Mt 2,5-6). Para encontrar al verdadero Dios hay que pasar por la revelación de Dios hecha a Israel.

Los magos, que la tradición dice que eran también Reyes, nos representan a todos. San León Magno escribió: «Que todos los pueblos vengan a incorporarse a la familia de los patriarcas (….) Que todas las naciones, en la persona de los tres Magos, adoren al Autor del universo, y que Dios sea conocido, no sólo ya en Judea, sino también en el mundo entero, para que por doquier sea grande su nombre» (Serm.23).

El mundo tiene una gran necesidad del verdadero Dios, revelado, en primer lugar a Israel. Los magos llegan a Jerusalén «para rendir homenaje al Rey de los judíos» (Mt 2,2). Él es «Quien domina sobre pueblos numerosos» (cf. Nm 24, 7 y ss.). Todos tenemos una gran necesidad de adorar a ese Niño y de ofrecerle el regalo de nuestra existencia.

Percibimos con claridad que la cultura dominante es relativista. Todo debe girar en torno al propio individuo, como norma de verdad y de bondad; todo está en función de la precepción subjetiva de cada uno, de cada una y en el “derecho a tener derechos”, rehuyendo los deberes y responsabilidades familiares o sociales. Los demás, simplemente, deben sujetarse a mi decisión.

Ese “subjetivismo” dominante que parece favorecer a la persona, en realidad, la debilita, debilitando también a la familia y a la sociedad, y la hace fácilmente dependiente de intereses de los grandes grupos de poder.

Sí, también la Doctrina social de la Iglesia afirma que «el bien común esta siempre orientado hacia el progreso de las personas» (CIC, n.1912); que «el orden social y su progreso deben subordinarse al bien de las personas….y no al contrario» (GS 26,3), pero la persona abierta a Dios como su Creador y Salvador y abierta a la familia y a la sociedad; no cerrada en sí misma. Es un orden social que tiene como base la verdad de la persona como criatura; un orden social edificado en la justicia y vivificado por el amor. 

La raíz de este proceso trasformador, que estamos viviendo y que nos lleva a un “subjetivismo” dominante, ¿no será el empobrecimiento espiritual, la ausencia de Dios, la pérdida del verdadero sentido de la vida y de la muerte que lleva a un nihilismo deshumanizador? Toda persona tiene necesidad de encontrar un sentido a su vida y este sentido último sólo puede ser el Dios verdadero, el Único que puede satisfacer plenamente el ansia de felicidad que anida en el hombre.

Por eso, es tan importante que miremos al cielo, a esa estrella que nos lleva al Niño Jesús para despertarnos y ayudar a despertar de ese sueño deshumanizador que pretende desterrar a Dios de la vida de los hombres.

El autorCelso Morga

Arzobispo emérito de la diócesis de Mérida Badajoz

Mundo

Cristina Inogés:»Percibo que aquello de ‘la hora de los laicos’ está más cerca que nunca»

Entrevista a Cristina Inogés, miembro de la Comisión Metodológica del Sínodo y encargada del momento de reflexión de la apertura del camino sinodal en Roma.

Maria José Atienza·11 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Cuando recibió el correo de la Secretaría General del Sínodo de los obispos invitándola a ser una de las voces participantes en la apertura del sínodo “Por una Iglesia sinodal, comunión, participación y misión”, esta laica, teóloga por la Facultad de Teología Protestante de Madrid y miembro de la Comisión Metodológica de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, pensó “que se habían equivocado de Cristina”.

Ya en la ceremonia de apertura, en su meditación, junto al Papa Francisco, señaló que es “bueno y saludable corregir los errores, pedir perdón por los delitos cometidos, y aprender a ser humildes. Seguramente viviremos momentos de dolor, pero el dolor forma parte del amor. Y nos duele la Iglesia porque la amamos”. De esta meditación y del camino sinodal del que forma parte ha hablado con Omnes.

Usted fue una de las participantes en la apertura del Sínodo en Roma junto al Papa Francisco. ¿Cómo recibió este encargo? 

–Fue a través de un correo electrónico, que es como funcionamos hoy. Todo muy normal y sencillo. 

¿Qué supuso para Usted ese momento? 

– Lo primero fue creer que se habían equivocado en la Secretaría General del Sínodo porque en la Comisión Metodológica hay otra Christina. Cuando me di cuenta de que no había equivocación posible y que el correo era para mí, no me lo podía creer. Respiré hondo unas cuantas veces y respondí al correo dando las gracias. Tampoco cabe hacer mucho más.

Hace unas semanas, tuvo la oportunidad de participar en los jueves del Instituto Teológico de Vida Religiosa, esos momentos de formación para la vida consagrada, en el que habló sobre la vida religiosa y la sinodalidad. ¿Hay un esfuerzo en la vida religiosa por participar y alentar este proceso? 

–Los religiosos tienen dos vías de participación: la diocesana por la diócesis donde haya comunidades, y la participación a través de su misma congregación. El esfuerzo, realmente, es porque pueden trabajar en profundidad a través de esas dos vías. Además, la vida religiosa tiene, como parte del pueblo de Dios, mucho protagonismo en este Sínodo, y no tiene que pasar desapercibido algo tan evidente que posiblemente por ello se nos escape. Ese algo es que Francisco ha nombrado a dos religiosos como subsecretarios del Sínodo: Nathalie Becquart, de la congregación de Xavières y Luis Marín, de la congregación de los agustinos. Eso no es una casualidad. Los dos, tanto Nathalie como Luis, además del muchísimo trabajo que tienen en la Secretaría General del Sínodo, no dejan de participar en encuentros, cursos, jornadas… alentando y explicando la importancia de este Sínodo. La vida religiosa tiene, como parte del pueblo de Dios, mucho protagonismo en este Sínodo.

¿Facilita la “tradición sinodal” de las comunidades religiosas el progreso de este proceso sinodal?

–Primero es importante dejar claro que la sinodalidad no es una tradición como tal. Es un elemento constitutivo de la Iglesia. Segundo, tener en una institución estructuras aparentemente sinodales no garantiza que éstas funcionen sinodalmente. También las hay en las parroquias, en las propias estructuras diocesanas, y hasta que no ha aparecido este Sínodo casi nadie había escuchado la palabra sinodalidad.

La vida religiosa tiene que aprender a ser sinodal, como lo debemos aprender todos. De hecho, en el reciente libro de Salvatore Cernuzio Il velo del silenzio se señala que la aplicación de formas sinodales en la vida religiosa será uno de los pasos que ayuden a limpiar en las congregaciones el problema de los abusos a las religiosas y a las monjas. Esto lo afirma Nathalie Becquart en el prólogo. Con esta afirmación queda claro que, hasta ahora, no se daba en la medida en que debía darse.

cristina inoges_marin
Cristina Inogés y Mons. Luis Marín en la apertura del sínodo

Ahora que ya llevamos varios meses en este proceso. ¿Percibe en la Iglesia una apuesta real por la sinodalidad? 

–Apuesta clara… no sé. Cuesta mucho romper ciertas inercias y el miedo a lo desconocido no ayuda (aunque no entiendo qué miedo se puede tener a una propuesta del Espíritu como es este Sínodo). Sin embargo, sí percibo un entusiasmo en el laicado que empieza a ver que esta vez eso de la hora de los laicos está más cerca que nunca. Esa es la actitud: no quedarnos quietos y caminar, ir abriendo senda, saber que no estamos solos. Ser conscientes de que Francisco nos quiere escuchar y quiere que aprendamos a ser Iglesia de otra manera. 

Uno de los retos es integrar también a quienes no se sienten parte «activa» de la Iglesia (están bautizados o no). ¿Cree que se está llegando a estas personas? 

–Todos tenemos que implicarnos en la acción de aproximación a esas personas. Lo que sucede es que la primera aproximación tendría que ser por parte de los obispos porque esas personas a las que, en muchas ocasiones hemos silenciado e invisibilizado nosotros mismos, necesitan también la figura y la palabra de los pastores.

Hay que tener en cuenta que para acercarse a esas personas no sirven los cauces habituales. Es necesario crear otros, pensar en otros, construir otros y, sinceramente, no sé cómo va eso en este momento. Pero no vaya a creer alguien que es muy complejo hacerlo. Muchas veces las redes sociales pueden ser grandes aliadas. La cuestión es qué y cómo decimos en las redes que todos estamos llamados a participar en este Sínodo.

En sus palabras durante la apertura del sínodo se centró especialmente en superar y pedir perdón por los errores cometidos como parte de este proceso sinodal. ¿Hay miedo en reconocer la propia debilidad? 

–Todos tenemos que implicarnos en la acción de aproximación a esas personas. Lo que sucede es que la primera aproximación tendría que ser por parte de los obispos porque esas personas a las que, en muchas ocasiones hemos silenciado e invisibilizado nosotros mismos, necesitan también la figura y la palabra de los pastores.­Es verdad que hice alusión a los errores y dije que había que pedir perdón, pero no solo por los errores, también y sobre todo, por los delitos.

Errores y delitos no son lo mismo. Un error se puede cometer sin querer; un delito requiere premeditación. Son realidades tremendamente diferentes. Más que miedo a la propia debilidad, el miedo es a las consecuencias de esa debilidad, compuesta, repito, por errores y delitos. Cuesta mucho asumir la responsabilidad institucional y sin eso costará mucho recuperar, si se puede, algo de la credibilidad perdida. 

En este caso, como son de tal magnitud, el arrepentimiento debe ir acompañado de la investigación de los mismos. Sin ese proceso de investigación que lleve a la limpieza, por mucho que miremos hacia el futuro no encontraremos mucha esperanza, porque siempre estará la sospecha de que algo se ocultó en el pasado. Si queremos aprender, aprendamos limpiando. Será la única forma.

España

Los más jóvenes, más afectados por la pandemia

El XI Barómetro de las Familias en España, realizado por GAD3 para la Fundación The Family Watch, pone de manifiesto que los menores de 30 años son el grupo de edad que más ha acudido a la ayuda psicológica por problemas derivados de la pandemia.

Maria José Atienza·10 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Los menores de 30 años han sido el grupo de edad más afectado por las consecuencias que la pandemia de coronavirus ha tenido en las familias españolas.

El 34% de los jóvenes entre 18 y 24 años ha necesitado de ayuda psicológica y han consumido ansiolíticos por primera vez en estos meses.

Internet: el campo de minas

Uno de los puntos preocupantes que se derivan de esteBarómetro de las Familias es el aumento del consumo de contenidos “para adultos” durante el confinamiento.

Aunque este barómetro, como destaca Sara Morais, directora general de GAD3, no mide el consumo sino la percepción, llama la atención que un 68,7% de los encuestados considere que se ha aumentado este tipo de conductas durante el confinamiento. Más de la mitad de ellos destacan, además, la facilidad de acceso a contenido inadecuado a través de las plataformas digitales de cine y entretenimiento.

El acceso a internet a través de dispositivos móviles, a una edad cada vez más temprana, supone un punto de preocupación clave en las familias españolas.

Los padres y madres apuntan el crecimiento de conductas nocivas como un excesivo uso y tiempo dedicado a las redes sociales.

Los problemas más temidos se centran en la exposición de su imagen, los insultos e injurias y la incapacidad para filtrar contenidos inapropiados. También apuntan a los posibles cambios en la autoestima derivados de la idealización percibida en perfiles de influencers.

Dentro de este ámbito, el 85% de los entrevistados ve con buenos ojos aumentar la regularización sobre la publicidad con menores, especialmente en lo que se refiere a la imagen de los menores en televisión y redes.

Cerca del 80% de los entrevistados cree que la publicidad muestra a los preadolescentes con actitudes adultas y que se da una imagen sexualizada de los preadolescentes.

En esta línea, Maria José Olesti, directora general de la Fundación The Family Watch quizo señalar la labor de la Fundación con operadores y partidos políticos para lograr que, al contratar una línea de Internet, venga, por defecto, con limitación de acceso a determinados contenidos como ya se hace en otros países.

Formar una familia, sí, pero a largo plazo

Formar una familia sigue pareciendo, a ojos de los más jóvenes, una tarea especialmente difícil. Los menores de 45 años priman una estabilidad económica y la ampliación de los estudios al hecho de formar una familia.

En este sentido, ocho de cada diez entrevistados piensan que existen más dificultades a la hora de formar una
familia respecto a generaciones anteriores y tan solo la mitad de los encuestados afirman que el hecho de formar una familia está bien valorado a nivel social y laboral, especialmente entre los mayores de 45 años.

Esta percepción negativa del entorno social y de ayudas es uno de los frenos más importantes para la formación de familias entre los 30 – 40 años. Como destaca Olesti: “Si no ofrecemos a los jóvenes oportunidades y les facilitamos poder formar una familia, e incluso emanciparse, difícilmente se plantearán tener hijos”.

Olesti también alude al desgaste físico y emocional que la pandemia ha dejado en las familias. Algo que hace evidente «la necesidad de reflexionar sobre la familia y las políticas familiares» para que éstas sean realmente efectivas y ayuden a las familias.

Luz al final del túnel

A pesar de que los datos están lejos de las percepciones previas al estallido de la pandemia de coronavirus, en 2019, el estudio de GAD3 delata un ligero optimismo en las familias españolas. En este sentido destaca la subida porcentual entre los menores de 45 años ante el hecho de formar una familia.

Si el año pasado, en pleno apogeo de la pandemia y con el confinamiento total aún reciente, sólo un 26% de los encuestados de esta franja de edad consideraba la posibilidad de formar una familia en los próximos años, este punto se ha elevado en esta edición a un 46%, aunque sigue estando por detrás de cuestiones como prosperar en la vida profesional o ampliar los estudios.

Asimismo se percibe un aumento de la creencia en la mejora de la situación económica, tanto familiar como nacional. Hace un año, las perspectivas de la mayoría de los encuestados mostraba un paisaje negativo del futuro económico general con un 65%. En esta edición, la percepción de un empeoramiento económico general ha bajado al 42,7%. Quienes piensan que su situación personal mejorará en los próximos meses también ha subido hasta el 24%.

En palabras de Morais «los españoles han retomado sus planes vitales frenados por la pandemia, como pueden ser la compra de una casa, un coche o formar una familia».

La directora general de GAD3 destaca que, en los próximos meses aumentarán indicadores económicos como el inmobiliario, parados por la pandemia.

La metodología

El Barómetro de las Familias se realiza a través de encuestas telefónicas, realizadas en la segunda quincena del pasado mes de diciembre. Las encuestas se hicieron a 601 hogares de todo el país, incluidas las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla.

Vaticano

Se abre al público la antigua residencia de los papas

Rome Reports·10 de enero de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

El Palacio Apostólico de Letrán, junto a la basílica del mismo nombre que es la catedral de Roma fue la residencia de los papas desde el siglo IV al XIV.

El edificio fue reconstruido en el siglo XVI bajo el pontificado de Sixto V que lo convirtió en su residencia de verano. Actualmente acoge las oficinas de la diócesis de Roma. Su interior se ha abierto al público con visitas guiadas organizadas por los Misioneros de la Divina Revelación.


Ahora puedes disfrutar de un 20% de descuento en tu suscripción a Rome Reports Premium, la agencia internacional de noticias, especializada en la actividad del Papa y del Vaticano.
Libros

En estado de gracia

Manuel Casado recomienda la lectura del nuevo poemario de Carmelo Guillén, del que podría decirse que cada página “chorrea vida y vida canta”.

Manuel Casado Velarde·10 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Carmelo Guillén Acosta (Sevilla, 1955) nos regala un nuevo libro de poemas. Tras su volumen recopilatorio Aprendiendo a querer. Poesía (revisada) completa 1977-2007 (2007) y sus posteriores entregas (La vida es lo secreto, de 2009, y Las redenciones, de 2017), En estado de gracia es un libro de celebración entusiasta de la plenitud humana merced a la Encarnación. Parodiando las palabras del soneto de Dámaso Alonso relativas a Lope de Vega, podría decirse que cada página de este poemario “chorrea vida y vida canta”. Amor y luz invaden y vivifican todo.

Si para Quevedo “todo lo cotidiano es mucho y feo”, la poesía de Guillén Acosta es un canto al “valor / que tiene cada cosa por frágil que resulte” (13), al carácter sagrado de la materia y lo prosaico, en lo que aspira a “sentir el chasquido de lo insignificante, / su cotidianidad”, “aquello que me impulsa a no ansiar / otra vida distinta a ésta en que ahora vivo” (16), porque en ella todo está “trabadamente hilado a nuestra hechura” (61). 

Libro

Título: En estado de gracia
Autor: Carmelo Guillén Acosta
Editorial: Renacimiento
Páginas: 72
Ciudad y año: Sevilla, 2021

Si no fuera tópico, y el autor no hubiera dado ya sobradas muestras para decirlo, habría que ponderar que estamos ante un libro de plena madurez, de dominio de recursos expresivos, siempre, claro, al servicio del núcleo de sentido. 

En las páginas de este libro se topa el lector con el mentís más terminante a una “mística ojalatera”. El poeta se entrega “a bocajarro al diminuto instante, / a la fugacidad del tiempo, a tantos hechos / que apenas casi asoman y caen en el olvido” (22); todo ello “en un presente / que sabe a eternidad” (23), “que no termina nunca, semejante / al del amor de Dios, cuyo ejercicio / descubro sin cesar en este mundo / al ritmo acompasado de mi vida” (25). Para descubrir a ese Dios que “se disfraza de rutina” (Insausti dixit), se precisa ser “contemplativo, / esa clarividencia que el silencio comporta, / esa armonía final con todo lo creado” (27), que permite seguir “fiel a lo nimio, / a la palpitación de lo diario”, y “ver cómo la vida / me impele a darme a las pequeñas cosas, / a su respiración sencilla y frágil” (29). 

En tiempos como los de hoy, con el advenimiento de las “no-cosas” propio del ámbito digital, en el que lo real se vuelve líquido, pierde densidad y se esfuma, y en el que nos hemos vuelto ciegos para las realidades silenciosas, habituales, menudas (Byung-Chul Han), la poesía de Guillén Acosta nos invita a anclarnos en el ser, en lo sólido de la roca viva.

El tono general celebrativo, con el dominio del ritmo a que nos tiene acostumbrados el autor, estalla en ocasiones en cantos como este: “Quién me iba a decir / que estas cosas minúsculas, / microscópicas casi, / sin interés alguno […], iban a acompañarme / en mi lucha diaria / hasta el fin de mis días, / y que serían la llave / que me abriera la puerta / angosta tras mi muerte” (30).

La poesía de Guillén Acosta no es una forma de expresarse: es una manera de vivir, de un vivir contemplativo, esperanzado, agradecido, abierto al gran don de la existencia humana. Un vivir, en suma, entregado, que “darse a otra persona es, sin lugar a dudas, / el camino más corto para alcanzar la dicha” (57). Es una poesía que habla a las más profundas necesidades humanas, porque brota de las “mesmas vivas aguas de la vida”, como dice santa Teresa de Ávila.

Si es verdad que, como escribe F.-X. Bellamy, el tiempo dedicado a la contemplación es lo único que hoy puede salvar a nuestro mundo, el poemario En estado de gracia opera en el lector el efecto perlocutivo de hacerle valorar la propia vida, “desvelándole en el tiempo lo que escapa al tiempo”, es decir, lo permanente, actual, eterno. Aquí, precisamente, radica, como ya advirtió Hölderlin (“lo que permanece lo fundan los poetas”), la esencia de la poesía. Función necesaria hoy más que nunca en que trajinamos, aquí y allá, con vértigo de ambulancia, pero sin puntos fijos y suelo firme donde anclarnos. Nada tiene, pues, de extraño que haya tanta sensación de absurdo y desesperanza. Y tanta medicalización prescindible.

Si alguien me preguntara por qué me gusta este libro de Guillén Acosta, la respuesta que me viene espontánea es: porque me ayuda a entrever el espesor de lo que, en mi día a día, parece trivial e inane; porque me ayuda a entender mejor mi vida y mi vocación de cristiano corriente; porque me ayuda a vivir.

Al pasar la última página de este poemario, no sabe el lector a ciencia cierta si ha estado leyendo o rezando. En cualquier caso, ha experimentado que lo que en cada momento tiene entre manos, por menudo o doloroso que sea (porque “de vez en cuando ocurre: el dolor da bocados”), posee una densidad inaudita si se sabe conjugar con los verbos amar y servir, en activa y en pasiva; y se ha “hecho a la idea / de que no existe otra eternidad” (44). 

El autorManuel Casado Velarde

Vaticano

El sueño de una Iglesia totalmente misionera

En el Mensaje para la próxima Jornada Mundial de las Misiones, el Papa Francisco ha manifestado su deseo de comenzar una etapa de la Iglesia que involucre a todos los cristianos en virtud de su bautismo, profetas y testigos modernos que llevan el Evangelio hasta los confines de la tierra con el poder del Espíritu Santo.

Giovanni Tridente·10 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Una nueva temporada misionera que involucra a todos los cristianos en virtud de su bautismo, profetas y testigos modernos que llevan el Evangelio hasta los confines de la tierra con el poder del Espíritu Santo. Este es el sueño que el Papa Francisco transmitió a la Iglesia universal en su Mensaje para la próxima Jornada Mundial de las Misiones, dado a conocer el día de la Epifanía, el 6 de enero de este nuevo año.

La cita tendrá lugar, como es habitual, el penúltimo domingo de octubre, mes notoriamente dedicado a las misiones, y este año caerá el día 23. El tema elegido está tomado del versículo 8 de los Hechos de los Apóstoles, «Para que seáis mis testigos», que recoge la última conversación de Jesús resucitado con los discípulos antes de su Ascensión al Cielo.

Estas palabras – escribe el Papa Francisco en el Mensaje – representan «el punto central, el corazón de la enseñanza de Jesús a los discípulos en vista de su misión en el mundo». Y son una invitación constante para cada bautizado si quiere ser un verdadero testigo de Cristo. Aquí surge «la identidad de la Iglesia», que se construye no de forma aislada en los miembros individuales, sino de forma comunitaria, como ya indicó san Pablo VI en la Evangelii Nuntiandi.

En cuanto a la esencia de esta misión -explica el Pontífice- se traduce en «dar testimonio de Cristo, es decir, de su vida, pasión, muerte y resurrección, por amor al Padre y a la humanidad». Es una advertencia para todo cristiano, que está llamado, en definitiva, a no comunicarse a sí mismo ni a sus propios dones y capacidades, sino a «ofrecer a Cristo con palabras y acciones, anunciando a todos la Buena Noticia de su salvación con alegría y franqueza, como los primeros Apóstoles».

Verdaderos testigos

Esto también puede significar, a veces, sufrir el «martirio», no necesariamente sangriento, pero es la forma más concreta de ser verdaderos testigos. No es casualidad que en la evangelización «el ejemplo de vida cristiana y el anuncio de Cristo vayan juntos», como los dos pulmones con los que debe respirar una comunidad que se considere verdaderamente misionera, subraya el Papa Francisco en su Mensaje.

A continuación, el Papa vuelve a reflexionar sobre la necesidad de ir más allá de los «lugares habituales» de la evangelización, ya que todavía hay zonas geográficas a las que no ha llegado el mensaje cristiano. Al mismo tiempo, hay que considerar también todos esos horizontes sociales y existenciales, esas situaciones humanas «límite» que alimentan un deseo, aunque no se exprese, de encontrar a Cristo.

Evidentemente, es necesario contar con la inspiración constante del Espíritu Santo, porque es él «el verdadero protagonista de la misión», que da fuerza a sus discípulos y sabe dar «la palabra justa, en el momento preciso y en el modo apropiado».

En esta perspectiva, el Papa nos invita a vivir también los diferentes aniversarios misioneros que caen en este 2022. Entre ellos, el 400 aniversario de la creación de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, «una intuición providencial» que ya en 1622 permitió llevar a cabo la misión evangelizadora de la Iglesia lejos de la interferencia de los poderes mundanos.

Dos siglos después, la francesa Pauline Jaricot -que será beatificada el próximo 22 de mayo- fundó la Asociación para la Propagación de la Fe, que permitía a los creyentes individuales participar activamente en las misiones a través de una fructífera red de oración y colecta para los misioneros. De esa primera semilla nació la actual Jornada Mundial de las Misiones.

Testigos asesinados

Este aniversario puede ser también una oportunidad para recordar a los muchos testigos que dan su vida por las misiones cada año, siendo asesinados en contextos de violencia, desigualdad social, explotación y degradación moral y medioambiental: párrocos, sacerdotes comprometidos en obras sociales, religiosos, pero también muchos laicos y catequistas.

Cada año, sus historias se recogen en un dossier de la Agencia Fides. En 2021, por ejemplo, 22 misioneros fueron asesinados en el mundo, 13 sacerdotes, 1 religioso, 2 religiosas y 6 laicos, la mayoría de ellos en África, pero también en América, Asia y un caso en Europa. Personas que dieron testimonio de Cristo hasta el último momento de su vida, a menudo en esas periferias geográficas y existenciales alejadas de los lugares convencionales, tal como invita la Iglesia y como exige la verdadera misión.

Cultura

Gershom Scholem (1897-1982). La revelación y la tradición judías

En estos años de redescubrimiento de la tradición y cultura judías por parte del mundo católico, un autor clave para comprender el pensamiento judío hoy -y sus tensiones y conflictos- es Gershom Scholem, que es una figura relativamente poco conocida en España.

Jaime Nubiola·10 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Gerhard Scholem hizo todo lo que estuvo en sus manos para ser lo más judío posible. Nació en 1897 en una familia judeo-germana asimilada, para quienes la judeidad no era nada más que tradiciones de sus antepasados. Por ello, la búsqueda del joven Scholem fue vista como un acto de rebeldía, muestra de unos intereses demasiado judíos. Prueba de esto es su rechazo al nombre de “Gerhard” y su sustitución por el nombre mucho más judío “Gershom”.

Estudió matemáticas, filosofía y lenguas orientales antes de encontrar el que sería su tema preferido de estudio: la Cábala, el sistema de interpretación de las doctrinas ocultas de la tradición mística judía. Participó en grupos sionistas desde joven. Aseguraba que el sionismo no era para él un movimiento únicamente político, favorecedor de la creación del Estado de Israel, sino un movimiento de profunda renovación del judaísmo.

Para Scholem, el judaísmo era algo particular, imposible de asimilar a cualquier otra cultura sin destruirse; la búsqueda de ese “verdadero judaísmo” fue lo que le movió a estudiar la Cábala y otros movimientos históricos, así como a unirse al sionismo y a trasladarse a vivir a Jerusalén, donde fallecería en 1982, después de una prolífica vida académica en la Universidad Hebrea. Su interés por la renovación espiritual del pueblo judío le llevó a investigar sobre la historia, el mesianismo y la identidad y misión histórica judías.

Su pasión por el pasado no era un interés meramente erudito: lo que esperaba encontrar en la historia era la fuerza renovadora que permitiera construir el presente para dar así al pueblo judío nuevos motivos para luchar por existir. Así lo escribe en Grandes tendencias de la mística judía: “Las historias todavía no han terminado, todavía no se han convertido en historia, la vida secreta que hay en ellas puede emerger nuevamente en ti o en mí el día de hoy o de mañana”.

Scholem consideraba que la prueba irrefutable de la particularidad del pueblo judío era su resiliencia: a pesar de las vicisitudes de la historia y de las circunstancias difíciles por las que tuvo que pasar, supo preservarse siempre y conservar su sentido y su misión. “En última instancia este sentido se fundamentaba en la relación particular que guarda el pueblo elegido con Dios y que la tradición preserva a la par que enriquece según las circunstancias históricas”, ha escrito César Mora (“Gershom Scholem, redescubridor de la mística judía”, El Ciervo, 2019). Para Scholem, es llamativo cómo, bajo circunstancias sociales muy duras, capaces de aplastarlo, el judío se ha reconfigurado y desarrollado. Esto no lo achaca únicamente al vínculo religioso, pues le parece que justamente la época actual, marcada por la secularización, no ha sido capaz de hacer obsoleto el vínculo común del pueblo.

Para Scholem, la especificidad del pueblo judío surge en gran medida por la elección de Dios y el mensaje que le reveló. Esta revelación no es comprendida como un momento único y final, sino que se irradia y se expresa en toda la realidad y a través de toda la historia.

Scholem comprende la revelación como algo abierto, pendiente de su configuración final que solo se comprenderá mirando hacia atrás: “La palabra de Dios, si existe algo semejante, representa un absoluto, del que tanto puede decirse que descansa en sí mismo como que se mueve en sí mismo. Sus irradiaciones están presentes en todo aquello que, en cualquier parte, pugna por expresarse y configurarse… y es precisamente en esta diferencia entre lo que se llama palabra de Dios y la palabra humana donde se halla la clave de la revelación” (Scholem, Hay un misterio en el mundo: Tradición y secularización, p. 18). 

Por ello, la revelación es comprendida por Scholem como algo abierto a interpretación, un encuentro del hombre con la palabra de Dios que es infinitamente interpretable, que se va configurando a través de las experiencias históricas y con ellas se renueva. La experiencia histórica se torna así para el judaísmo en algo fundamental, en donde el pueblo judío encuentra su identidad y donde se encuentra con la revelación.

Uno de estos momentos fundamentales que imprime identidad en el pueblo judio sería la revelación del Sinaí y, aun hoy, la pregunta por los contenidos de la revelación y su confrontación con los tiempos sigue siendo vigente.

Para Scholem, la revelación se adapta al tiempo histórico y por ello en cada momento de la historia hay que plantearse nuevamente esta pregunta y buscar una respuesta también en la historia. Las experiencias históricas llevan al judío necesariamente a plantearse su identidad; a diferencia del cristiano, a quien las circunstancias históricas no le dicen —según Scholem— nada de su identidad, pues su momento configurador —la venida del Mesías— ya ocurrió en el pasado. El presente y el futuro están para el judío abiertos y radicalmente relacionados con su identidad más íntima. Sucesos como la Shoá son fundamentales para comprender la identidad judía de hoy.

La revelación —para Scholem— está abierta a la novedad de la creatividad humana. No se trata de algo fijo y que solo deba ser transmitido, sino de algo vivo, en una constante relación con la conciencia creyente y abierta a la espontaneidad. Scholem ve en la tradición el secreto del pueblo judío, pues representa la unión de lo antiguo con lo nuevo, la aceptación de la novedad y su integración en lo ya establecido.

Aprender de nuestros “hermanos mayores en la fe” —como gustaba llamar Juan Pablo II al pueblo judío— es un desafío. En esta dirección, Gershom Scholem es un autor que puede ayudarnos, pues da mucho que pensar.

América Latina

El contexto de las presidenciales en Chile

Tras una campaña disputada, el candidato de izquierda Gabriel Boric ha logrado la mayoría frente a José Antonio Kast, abogado y político católico. Los obispos piden que “gobierne para todos los chilenos”.

Pablo Aguilera·10 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

En un reñido balotaje, el domingo 19 de diciembre, José Antonio Kast, abogado y político católico, aceptó su derrota ante su rival, Gabriel Boric, candidato de la extrema izquierda.

En la madrugada del lunes 20 se informaron los resultados finales: Boric sumó 55,8 % de los votos, frente al 44,1 % de Kast. El porcentaje de los chilenos que acudió a las urnas en esta segunda vuelta fue 56,59%.  En la primera vuelta del 21 de noviembre votó el 47,34 % de los ciudadanos; en ella Kast había logrado la primera mayoría, seguido de cerca por Boric.

En su propuesta de gobierno, Kast presentaba distintas estrategias para proteger la vida desde su concepción hasta la muerte natural, para reforzar el derecho preferente de los padres a educar a sus hijos y para reconocer la cultura e identidad de los indígenas, entre otras propuestas.

En tanto, la propuesta de gobierno de Boric, abanderado del Frente Amplio y del Partido Comunista, promete la incorporación de una perspectiva feminista, la implementación de políticas como el “aborto legal, libre, seguro y gratuito” y modificaciones a la ley de identidad de género, entre otras ideas.

Boric se encuentra en su segundo periodo como diputado y para el estallido social de 2019 firmó el Acuerdo por la Paz para acoger las demandas de la ciudadanía respecto sobre políticas públicas que permitan mayor dignidad y que hoy se traduce en la Convención Constitucional para proponer una nueva Constitución para Chile.

Ante la elección presidencial, el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal (CECh), emitió un prudente comunicado el 16 de diciembre, donde ofreció sus oraciones por el próximo presidente y le pidieron “que gobierne para todos los chilenos, buscando caminos de diálogo, acuerdo, justicia y fraternidad”.

Algunos obispos, individualmente, recordaron a sus fieles los “principios no negociables” para la Iglesia: respeto a la vida desde su concepción hasta su muerte, matrimonio entre un hombre y una mujer, libertad de educación, etc. Al conocerse el resultado de la elección, el Comité permanente envió sus saludos al triunfador: “Rogamos a Dios que le regale su sabiduría y su fuerza, la que sin duda necesitará. La misión siempre es más grande que nuestras posibilidades y capacidades, pero confiamos que -con la colaboración de los ciudadanos, el trabajo de los diversos actores sociales y políticos, y la fuerza espiritual que viene de la fe y de las convicciones humanas más profundas- pueda enfrentar su tarea con generosidad, compromiso y prudencia”.

Aunque el programa de Boric propone hacer drásticos cambios en políticas públicas, muy  probablemente deberá negociar con la oposición pues ésta tendrá el 50 % de los senadores en el nuevo Congreso. El Presidente y los nuevos parlamentarios asumirán en marzo próximo.

Más allá del resultado de la elección presidencial, hay algo más importante por venir. La Convención Constituyente, que comenzó a trabajar en julio pasado, debería entregar una propuesta de nueva Constitución política entre abril y julio del 2022. Sesenta días después ese texto será sometido a plebiscito; para su aprobación o rechazo se necesitará el 50 % más uno de los votos.

La Iglesia Católica y otras confesiones cristianas, judíos, musulmanes y otros están recolectando 15.000 firmas requeridas para apoyar una propuesta sobre la libertad religiosa a la Convención. Dicha propuesta la hicieron llegar por escrito en octubre pasado.

El presidente de la Conferencia Episcopal, el Cardenal Arzobispo de Santiago Celestino Aós reflexionó en su mensaje de Navidad sobre esta situación, poniendo el acento en la acogida, la escucha y el diálogo: “Nosotros estamos en otra: atareados con nuestros quehaceres y planes políticos y sociales, enfadados en nuestras aventuras y desventuras financieras, discutiendo religiosamente sobre justicia y pecados ¡siempre pecados de los otros, que la corrupción anda por otros barrios! Suenan y resuenan las palabras dinero, vacaciones, negocios, eso sí, envueltas en virus y contagio, y camas UCI, etc. muy preocupados y lamentando que no sea tan grande la avalancha de objetos y regalos, y porque nuestras celebraciones deben ceñirse a los aforos ordenados, y sin entender que todos debemos hacer nuestro aporte para organizar mejor nuestra convivencia, para poner paz donde hay violencia, respeto donde hay odio, honradez donde hay corrupción, fidelidad matrimonial donde hay abuso y abandono, diálogo donde ensordece el insulto y la descalificación, acogida donde los migrantes sufren rechazo. Son tarea de todos, es tarea también de usted”.

Leer más
Mundo

Los viajes del Papa en 2022: cada vez más ‘constructor de puentes’

Como sucede con los consistorios de cardenales, o ahora con la reforma de la Curia romana, y por supuesto con ocasión de los cónclaves, la expectativa de los viajes del Santo Padre en 2022, trae consigo un punto de intriga, de misterio. Los viajes apostólicos del Papa Francisco suponen una siembra de fraternidad y unidad, y le muestran, cada vez más, como Pontifex.

Rafael Miner·9 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

La evolución de la pandemia está marcando las visitas del Papa a diversos lugares de Italia y del mundo. Por este motivo, la Santa Sede no puede programar estos viajes con la antelación que desearía. Sin embargo, Francisco ha ido deslizando algunos de sus deseos, y las audiencias ofrecen algunas pistas.

Al escribir estas líneas sobre posibles viajes del Papa en este año que comienza, con la ayuda de Giovanni Tridente, corresponsal de Omnes en Italia. pensaba en tres escenas de 2021. La primera, sus palabras en el avión de vuelta de su histórica visita a Irak, a primeros de marzo, que ahora veremos.

En segundo lugar, la consagración de la moderna iglesia de San Juan Bautista, novena en los Emiratos Árabes Unidos, en diciembre, a pocos días de la inauguración de la gran catedral de Nuestra Señora de Arabia en Bahréin, que el Papa ha agradecido al rey Hamad bin Isa Al Khalifa.

Y la tercera, el encuentro del Papa Francisco con el Metropolitano ortodoxo, presidente del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú, Hilarión Alfeyev, que tuvo lugar el 22 de diciembre, en el estudio del Aula Pablo VI. Durante una hora, se reafirmó “el espíritu de fraternidad” y el compromiso común de “buscar respuestas humanas y espirituales concretas”, señaló la Oficina de Prensa del Vaticano.

Con el Patriarca ortodoxo Kirill

En el encuentro, el Metropolitano Hilarión transmitió al Papa sus mejores deseos, tanto personales como en nombre del Patriarca Kirill, por su 85 cumpleaños. El Pontífice acogió estos saludos “con gratitud”, expresando “sentimientos de afecto y cercanía a la Iglesia rusa” y al propio Kirill, que ha cumplido recientemente 75 años. El Santo Padre recordó “el camino de fraternidad que hemos recorrido juntos y la conversación que tuvimos en La Habana en 2016”.

En este clima, que continúa el mantenido por el Santo Padre con los máximos representantes de la Iglesia ortodoxa en Chipre y Grecia, uno de los posibles lugares que baraja la Secretaría de Estado vaticana para un encuentro entre el Papa Francisco y el Patriarca Kirill podría ser la abadía de Pannhonalma (Hungría), lugar de fuerte tradición ecuménica, quizá en septiembre, o incluso en la primera mitad de este año. Su abad es Ciril Tamas Horotobagyi, y ha estado en diciembre en Roma. Otros lugares posibles para ese encuentro serían Finlandia e incluso Kazajstán, aunque el país está envuelto ahora en una crisis. “Siempre estoy dispuesto, también estoy dispuesto a ir a Moscú. No hay protocolos para dialogar con un hermano”, ha manifestado el Papa recientemente, según recoge Rome Reports.

Rememorando Irak

“Viajé a Irak conociendo los riesgos, pero tras rezarlo mucho, tomé la decisión libremente. Ha sido como salir de la prisión”, señaló el Papa Francisco en el avión de vuelta de su visita a la tierra de Abraham, en marzo de 2021, tras quince meses recluido en el Vaticano, sin recibir a fieles en audiencias.

La estancia del Padre común de los católicos en tierras iraquíes nos dejó enseñanzas de calado, que sintetizamos en Omnes, y ofrecen también algunas claves para sus próximos viajes. Quizá la primera es ésta: pensar los otros, en el pueblo iraquí, viajar a pesar de que todo parecía en contra, ir a confortarles y consolarles. Una obra de misericordia.

La segunda fue la compasión, como Jesús poco antes de la multiplicación de los panes y los peces, tal como se ha leído en el evangelio de este sábado. Hace unos años, en octubre de 2015, poco antes de la convocatoria del Año Santo de la Misericordia, el Papa decía en Santa Marta: Dios “tiene compasión, siente compasión por cada uno de nosotros; tiene compasión por la humanidad y ha mandado a su Hijo para curarla”.

La compasión latió en el fondo de las oraciones del Papa Francisco, Pontifex, en las llanuras de Nínive o en las de Ur, por tantas personas, en especial cristianos, que han padecido “las trágicas consecuencia de la guerra y de la hostilidad”. Y en Mosul, donde el Papa habló de crueldad: “Es cruel que este país, cuna de la civilización, haya sido golpeado por una tempestad tan inhumana, con antiguos lugares de culto destruidos y miles y miles de personas (musulmanes, cristianos, yazidíes y otros), desalojadas por la fuerza y asesinadas”. Horas más tarde, en el vuelo de vuelta a Roma, diría a los periodistas: “no imaginaba las ruinas de Mosul, me quedé sin palabras”. Alguna foto, que pueden ver en esta misma web, es realmente impactante.

“Tenemos que perdonar”

Allí, en Hosh-al-Bieaaa, plaza de las cuatro iglesias (sirio-católica, armenia-ortodoxa, sirio-ortodoxa y caldea) de Mosul, destruidas entre los años 2014 y 2017 por atentados terroristas, Francisco afirmó con solemnidad que “la fraternidad es más fuerte que el fratricidio, la esperanza es más fuerte que la muerte, la paz es más fuerte que la guerra”“Esta convicción nunca podrá ser acallada en la sangre derramada por quienes profanan el nombre de Dios recorriendo caminos de destrucción”.

Last but non least (por último, pero no menos importante), decíamos, el perdón. “Dios omnipotente, abre nuestros corazones al perdón recíproco, haznos instrumentos de reconciliación”, rezó en la milenaria Ur de Abraham, junto a un centenar de representantes del islam, del judaísmo y del cristianismo, en un histórico Encuentro interreligioso.

Líbano, Kazajstán, India…

Tras los mensajes que el Papa nos ha dejado también en Chipre o junto a la Acrópolis ateniense, en Lesbos, y antes en Budapest y Eslovaquia, el Papa Francisco ha clamado en paralelo por la paz y la estabilidad en el país de los cedros, el Líbano. No es probable que se den todavía las condiciones para esa visita, al menos en el primer semestre. Pero Francisco quiere ir al país mediterráneo.

A primeros de agosto, un año después de la terrible explosión que devastó el puerto de Beirut, dejando casi 200 muertos y miles de heridos, el Papa renovó públicamente su compromiso de visitar el Líbano en un futuro próximo. “Queridos libaneses”, manifestó en el Aula Pablo VI, “mi deseo de ir a visitarlos es grande. No me canso de rezar por ustedes, pidiendo que Líbano vuelva a ser un mensaje de fraternidad, un mensaje de paz para todo Oriente Medio”.

En Kazajstán (Asia central) tendrá lugar el Séptimo Encuentro de los Líderes de las Religiones Tradicionales, los días 14 y 15 de septiembre, y hay que recordar que el presidente del Senado estuvo recientemente visitando al Papa en Roma. Sin embargo, las condiciones políticas actuales del país no parecen las idóneas para una visita papal, tal como se ha señalado. Sin embargo, nada es descartable.

Citemos también a India. A finales de octubre, el Papa recibió al primer ministro de la República hindú, Narendra Modi, quien saludó a continuación, al cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, y al arzobispo Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados: “En el transcurso de una breve conversación”, señaló el comunicado, “se refirieron a las cordiales relaciones existentes entre la Santa Sede y la India”. Sin embargo, no hay fecha concreta para una eventual visita.

Santiago de Compostela, Canadá

Dos viajes probables del Papa en el verano de este año son Santiago de Compostela y Canadá. En la amplia entrevista con Carlos Herrera, ‘Herrera en Cope’, a primeros de septiembre, el Papa señaló su deseo de viajar a Santiago en el verano de 2022 para dirigir un llamamiento a Europa. “Al presidente de la Xunta de Galicia le prometí pensar el asunto”, comentó el Pontífice. Para mí la unidad de Europa en este momento es un desafío. O Europa continúa perfeccionando y mejorando en la Unión Europea, o se desintegra”. El marco ideal podría ser el final de la Peregrinación Europea de Jóvenes, que concluye el 6 y 7 de agosto.

Francisco reiteró en la conversación que su objetivo es seguir dando prioridad a visitar los países pequeños de Europa. Por eso, “fui a Estrasburgo pero no fui a Francia. A Estrasburgo fui por la Unión Europea. Y si voy a Santiago, voy a Santiago, pero no a España, que quede claro”. Aunque no se descarta en algunos medios que el Papa, jesuita al fin y al cabo, acceda a visitar Manresa (o Loyola) en la conclusión del Año Ignaciano, que conmemora el 500 aniversario de la conversión de San Ignacio de Loyola, tal como ha contado Omnes.

Otra visita más que posible es el viaje del Papa a Canadá, en América del Norte, que tiene que ver con un asunto que ha conmocionado a la Iglesia estos años: los graves abusos a menores. La Conferencia Episcopal Canadiense ha invitado al Santo Padre a realizar una visita apostólica dentro del contexto del proceso pastoral de reconciliación que se está llevando a cabo con la población indígena, tras su maltrato por comunidades católicas en el siglo XIX, que incluyó el descubrimiento de más de mil tumbas sin nombre con restos de niños indígenas.

Ucrania, Montenegro, Malta, Sudán del Sur, Congo…

También se habla de un viaje a Ucrania, antes del verano. Francisco ha señalado en Navidad que no se permita “que se propaguen en Ucrania las metástasis de un conflicto gangrenoso”, por las tensiones entre Kiev y Moscú, que hacen temer una escalada militar. Y recordó también las tragedias “olvidadas” del conflicto en Yemen y Siria, que “ha provocado muchas víctimas y un número incalculable de refugiados”. Católicos ucranianos dan casi por hecho un viaje del Papa, con el fin de evitar un conflicto con Rusia.

Por otra parte, desde antes de la pandemia, estaban previstos viajes de Su Santidad a Montenegro, Malta, Indonesia, Timor Oriental, Papúa Nueva Guinea (Oceanía), y quizá aún con más insistencia, a la República del Congo y a Sudán del Sur, en el continente africano.

Florencia (región del Mediterráneo), y Roma

Un primer encuentro de este año será el que mantendrá el Papa en Florencia con obispos y alcaldes de la región del Mediterráneo, a finales de febrero, en el que participarán también refugiados y sus familias, de modo que esa zona vuelva a ser “un símbolo de unidad y no una frontera”.

El evento continúa la misión lanzada por el Episcopado Italiano en Bari en febrero de 2020, al borde de la pandemia, con el meeting “Mediterráneo, frontera de la paz” que, por primera vez en la historia, reunió a los obispos del Mare Nostrum, unidos por el deseo de derribar los muros que separan a las naciones, informa la agencia oficial vaticana.

Por otra parte, sin moverse de Roma, en junio de este año tendrá lugar el X Encuentro de las Familias, con el tema ‘El amor familiar: vocación y camino de santidad’. Un encuentro que se tuvo que aplazar en el año 2020 por la pandemia y que tendrá una modalidad multicéntrica y extendida, “favoreciendo la implicación de las comunidades diocesanas de todo el mundo”.

“Cuatro o cinco viajes fuera de Italia”

El Papa Francisco inicia este año, durante el que se cumplirán nueve años de su elección, con la preparación de “cuatro o cinco” viajes fuera de Italia, durante los que podría visitar Oceanía y Canadá por primera vez, entre otros destinos, ha informado la agencia de noticias Télam, aunque tiene en mente viajes “al Congo y Hungría”.

“Además, todavía tengo que pagar la cuenta atrasada del viaje a Papúa Nueva Guinea y Timor del Este”, agregó el Santo Padre, en referencia a la visita programada originalmente para 2020, pero suspendida por la pandemia.

“Hay que ir a la periferia si se quiere ver el mundo tal cual es”, señaló el Papa sobre su forma de viajar en el libro ‘Soñemos juntos’, en el que agregó: “Siempre pensé que uno ve el mundo más claro desde la periferia, pero en estos últimos siete años como Papa, terminé de comprobarlo. Para encontrar un futuro nuevo hay que ir a la periferia”.

Reverendo SOS

Desiertos que refrescan

Lo ordinario en el desarrollo de la vida espiritual es pasar por el desierto. Lo hizo el pueblo judío, Juan Bautista, Cristo y otros tantos que han venido después. El desierto espiritual puede confundirse con una crisis existencial, con una depresión o con una noche oscura. También puede solaparse con todas ellas.

Carlos Chiclana·9 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Puedes atravesar desiertos personales, matrimoniales, vocacionales, espirituales, institucionales, etc. Allí las condiciones son espartanas, hace mucho frío y mucho calor, hay poca compañía, la alimentación es precaria, el tiempo pasa lento, prima el silencio, hay polvo y bichos, son lugares inhóspitos, austeros y desagradables. Es lógico quejarse y buscar consuelo, ya sea un becerro de oro, convertir piedras en pan o llorar por los puerros y cebollas que antes comías.

Y a la vez, recuerda que vas de paso, que dejarás atrás algo que sobraba, que sabes que es un desierto porque has conocido otros parajes y puedes comparar. Que ahora estés ahí no anula lo vivido antes ni lo niega, si acaso lo refuerza, lo afirma y lo contrasta. Que antes fuera distinto también reafirma que ahora estás en ese paraje desolador. La sequedad emocional de esta temporada contrasta con la sabia conciencia que señala de forma connatural la verdad. El desierto es un lugar solitario donde únicamente Dios te encuentra al amanecer después de haberte contemplado mientras dormías. 

No le tengas miedo, asusta sí, y lánzate a recorrerlo porque nos conviene aunque no lo entendamos. 

1.- Amenaza con desestructurar tu vida. Parece que se ha terminado todo, que ya nada tiene sentido, que todo lo anterior era falso. Aparecerán grandes desasosiegos y/o sutiles planteamientos engañosos: desilusión, cansancio, cuestionamiento existencial o enmienda a la totalidad.

2.- Cuestiona. Atravesarlo supone discernir de nuevo. Sí, otra vez. Qué es trigo y qué cizaña, qué está recto y qué torcido, qué es luz y qué sombra, te preguntan los demonios y las fieras, si es este camino o el otro. Es una deliberación lúcida en la que, al mismo tiempo, sabes y no sabes, ves y no ves. 

3.- Despierta al espíritu para que vuelvas a empezar, y a comenzar de verdad. Es el preámbulo de un nuevo camino espiritual, para retornar a lo esencial y hacer las cosas nuevas. No niega el pasado, sabes de dónde vienes, incluso a veces huyendo del egipcio de turno. El sol te quema la piel que tenías y aparece una nueva. Tienes sed y ansías la luz; a diferencia de los cuadros depresivos, donde todo te da igual, aquí quieres encontrar la verdad.

4.- Muestra el norte. Para ver bien las estrellas, cuanta más oscuridad mejor. Parece -eso dicen los místicos que nos iluminan con sus noches oscuras- que Él no exime de la fecunda negrura del ciego que recobra la vista. La falta de luz en la tierra te permite ver las estrellas del cielo, donde la Polar permanece a tu servicio. Si confías a la noche tu tiempo y esperas, al final, siempre te sorprende regalándote un amanecer. Hay esperanza, frente a la desesperanza de la depresión.

5.- Despeja y aturde a la vez. Genera confusión al principio: ¿qué está pasando? Poco a poco te centra y permite no distraerse porque hay poco ruido allí, con tanto vacío alrededor. Te libera de pesos que no son necesarios para avanzar. En el silencio la palabra se escucha mejor. Sin tanto complemento el Verbo es más auténtico y sabes que está ahí, aunque no sientas casi nada espiritualmente, y en otras áreas de tu vida sigues tan vivo como siempre.

6.- Despereza. Cuando te encuentras tan vendido tienes dos opciones: o espabilas y sigues caminando para vivir, o te abandonas y mueres por la nada desértica. Este escenario te propone una vida plena según el espíritu, porque los apoyos materiales, estructurales, institucionales o de tareas son pocos, poco apetecibles y sacian poco. El desierto no te adormece como las alteraciones del estado del ánimo.

7.- Desprende. Para poder avanzar por las arenas es necesario desprenderse de lo que no es imprescindible: ocupaciones, encargos, actividades, distracciones. Asusta porque parece que no quedará nada, pero quedaréis tú y Dios que, además, en medio del despoblado, te dirá con una media sonrisa “dadles vosotros de comer”, cuando lo único que te queda son harapos, mucha hambre y mucha sed.

8.- Adentra. Como el exterior del desierto no tiene mucho interés y es siempre igual, es necesario dejar de buscar fuera lo que tienes dentro. Así, te sitúa en un escenario propicio para el encuentro contigo mismo, con la propia verdad, y ver que allí dentro ya te estaban esperando para la boda. Sin embargo, en la depresión no eres capaz de reflexionar.

9.- Renombra. Con tantas piedras alrededor, al final ves tu nombre escrito en todas las piedrecitas blancas. Un nombre nuevo, tras el viaje del héroe, que resulta que es el mismo nombre de antes. 

Así, haces historia, construyes tu historia, y sales del desierto despierto, vitalizado y con esa mirada -comprensiva, asombrada y apreciativa- sobre ti, los demás y la vida, que te permite disfrutar mucho más de cada gota de agua.

Leer más

Los niños, como Jesús, son luz

9 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

“Los niños ayudan a los niños”, este ha sido y es el alma mater de la Obra Pontificia de la Infancia Misionera (conocida antes como Santa Infancia). A veces se cambiaba el verbo y se dejaba “los niños evangelizan a los niños”.

Este año, la Jornada de esta Obra Pontificia, que tendrá lugar el 16 de enero, ha elegido el lema: “Con Jesús a Jerusalén: ¡Luz para el mundo!”

Recordaremos el último detalle conocido de la infancia del Señor: cuando Jesús niño se queda en Jerusalén, contestando e iluminando a los doctores y maestros de la ley. Él es la verdadera Luz del mundo que ilumina a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte.

Hoy hay muchos niños en el mundo que viven en oscuridad, que no tienen la fe, la esperanza, el amor que da el conocimiento de Dios. A ellos también tiene que llegar la alegría de saberse amados por un Dios que es Padre. Son muchos, son la mayoría, son demasiados. Y nosotros podemos ayudarles, y así debemos enseñárselos a nuestros hijos. ¿Os acordáis de Teresita? ¡Sí, la niña misionera! Ella quería ser misionera: “Quiero llevar a Jesús a los niños que no le conocen, para que vayan al cielo felices para siempre, siempre”. Los niños pueden ser misioneros, ser luz para llevar a Jesús a quienes no le conocen. Y lo hacen rezando por los niños que no conocen a Dios; y lo hacen ofreciendo pequeños, o grandes, sacrificios por los misioneros, como hizo Teresita; y lo hacen cuando dan una pequeña limosna para ayudar a las misiones… 

Los niños son misioneros cuando hablan con sencillez y con una sonrisa de Dios y de lo que le piden o de lo que le dan gracias en su oración.A veces son ellos los que mejor dan un testimonio grande de fe y de confianza en Dios, y a veces son ellos los que mejor entienden que hay que preocuparse por los demás, que hay que ensanchar el corazón para estar atentos a las necesidades de los demás niños, aunque estén muy lejos.

El autorJosé María Calderón

Director de las Obras Misionales Pontificias en España.

Leer más
Cine

Esiste la famiglia perfetta?

Emozionante senza cadere nel sentimentalismo, "Vicino a te" si sviluppa secondo una sceneggiatura discreta, semplice ed efficace, che non ha pretese oltre quelle di raccontare una storia nel modo più reale possibile.

Patricio Sánchez-Jáuregui·8 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Testo originale in spagnolo qui

John, padre single di trentacinque anni e lavavetri di mestiere, è un irlandese con solo pochi mesi di vita. Preparandosi per ciò che accadrà, trascorre la maggior parte del suo tempo cercando di trovare una nuova famiglia per suo figlio di tre anni, Michael. Preso tra la necessità di dire addio, l’istinto protettivo e una decisione impossibile, cercherà l’assistenza degli impiegati dei Servizi Sociali, in particolare Shona.

Emozionante senza cadere nel sentimentalismo, «Vicino a te» si sviluppa secondo una sceneggiatura discreta, semplice ed efficace, che non ha pretese oltre quelle di raccontare una storia nel modo più reale possibile. È un’opera che evita con successo di cadere nel dramma e affronta la paternità, la morte e il rapporto padre-figlio, fornendo orientamenti chiari ma con dolcezza.

Edificante a suo modo, è una storia semplice ma raccontata in modo speciale, che attinge al fatalismo del neorealismo italiano (Vittorio De Sica), così come alla tecnica ravvicinata e documentaristica degli inglesi (Mike Leigh) ed europei (fratelli Dardenne ) per il cinema sociale.

Il presupposto del film, forse un po’ prevedibile e che potrebbe far scivolare il film nel melodramma, viene gestito con una narrazione sobria, attenta e chiaroveggente, che consente di mettere in luce l’umanità dei suoi personaggi. Sono gli attori e i piccoli dettagli della vita quotidiana che danno un tono realistico alla storia e che coinvolgono.

Nel film sono presenti un eccellente James Norton (Piccole donne, guerra e pace), il piccolo Daniel Lamont nella parte di suo figlio, a cui si aggiunge Eileen O’Higgins  nella parte di Shona. che aiuta a canalizzare l’empatia del pubblico verso ciò che sta per accadere e quando accade ciò che deve accadere e la commozione diventa ormai troppo alta  (ultimi desideri, ultimi momenti), sono momenti vengono gestiti, evitando, saggiamente,  di enfatizzarli. Ex banchiere d’affari e nipote di Luchino Visconti, Uberto Pasolini è un pluripremiato regista, sceneggiatore e produttore che dirige e scrive questo lavoro sociale acclamato dalla critica (il suo terzo film da regista). Un film vicino a un documentario, che gestisce con successo le emozioni senza cadere nel sentimentalismo dove i personaggi  e la storia risultano ben armonizzati creando un film di rara qualità.

Cine

¿Existe la familia perfecta?

Patricio Sánchez-Jáuregui·8 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Cerca de ti

Dirección y guión: Uberto Pasolini
País: Italia
Año: 2021

Texto en italiano aquí

Padre soltero y limpiador de ventanas de treinta y cinco años, John es un irlandés al cual solo le quedan unos pocos meses de vida. Preparándose para lo que viene, pasa la mayor parte de su tiempo intentando encontrar una nueva familia para su hijo de tres años, Michael. Atrapado entre la necesidad de despedirse, el instinto protector, y una decisión imposible, buscará la asistencia de las empleadas de Servicios Sociales, en especial Shona.

Emotiva sin caer en la sensiblería, “Cerca de ti” se crece en un guión discreto, sencillo y efectivo, que no tiene pretensiones más allá de contar una historia de la manera más real posible. Es una pieza que elude con éxito caer en el dramatismo, y aborda la paternidad, la muerte y la relación padre hijo dando puntadas certeras pero suaves.

Edificante a su manera, es una historia modesta contada de manera especial, que bebe del fatalismo del neorrealismo italiano (Vittorio De Sica), así como de la técnica cercana y documental del cine social británico (Mike Leigh) y europeo (hermanos Dardenne)

La premisa de la cinta, quizá algo manida y presta al melodrama de bolsillo, se mantiene gracias a una técnica sobria, cuidada y clarividente, que revela la humanidad de sus personajes. Son los actores y los pequeños detalles de la vida cotidiana los que dan un cariz realista y enganchan.

Así, nos encontramos con un enorme James Norton (Mujercitas, Guerra y Paz), una meritoria actuación y dirección de actores con su hijo, Daniel Lamont, y un anecdótico acompañamiento de Eileen O’Higgins (Shona) que ayuda a canalizar la empatía del público hacía lo inminente y producir compasión ante lo inevitable, que pesa en los momentos sencillos y desborda en los pocos momentos característicamente emotivos (últimos deseos, últimos momentos) bien elegidos y sabiamente no sobreexplotados.

Antiguo empleado de banca de inversión, y sobrino de Luchino Visconti, Uberto Pasolini es un multipremiado director, guionista y productor que dirige y escribe esta obra social (su tercera película como director) que ha sido aclamada por la crítica. Una película cercana al documental, directa, que maneja con acierto las emociones sin caer en sentimentalismos, y cuyos actores y momentos casan a la perfección creando una cinta memorable.

Leer más
España

José M. Albalad: «Las parroquias han sido el ‘hospital de campaña’ que pide el Papa»

El director del Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia, José María Albalad, destaca cómo a pesar de la caída de las colectas en España a raíz de la pandemia, han aumentado las donaciones a través del portal de donativos, pero no lo suficiente -al menos por ahora- como para hacer frente a la caída de ingresos.

Maria José Atienza·8 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Zaragozano, periodista y doctor en Comunicación, José María Albalad dirige, desde el pasado septiembre, el Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia de la Conferencia Episcopal Española.

Sus primeros meses han estado marcados por las consecuencias de la pandemia en las economías familiares, y por tanto, de la Iglesia así como la renovación del portal de donativos donoamiiglesia.

– Hace ya unos años que la Iglesia española puso en marcha este sistema de donativos. ¿Cómo ha sido su evolución en estos años? ¿Ha tenido buena acogida? 

El portal de donativos constituye uno de los ejes estratégicos del Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia, que se ha marcado como objetivo impulsar las nuevas tecnologías y fórmulas alternativas de colaboración.

En concreto, el portal de donativos ‘donoamiiglesia.es’ se creó hace cinco años, en 2016, con un enfoque pionero, pues ya en ese momento permitía, a golpe de clic, realizar una donación a cualquiera de las 23.000 parroquias de España.

La pandemia, por tanto, cogió a la Iglesia con los ‘deberes’ hechos en este sentido y, ante el cierre de los templos por el confinamiento de 2020, las donaciones por esta vía se multiplicaron por cinco.   

No obstante, el apoyo económico recibido a través del portal -en términos globales- no representa todavía un porcentaje especialmente significativo, si lo comparamos con el volumen de las colectas en España.

Pero sí aumenta de forma notable en la medida en que se consolidan nuevos hábitos de consumo y ocio, cada vez más cercanos al ecosistema digital.

En este sentido, el trabajo que se está haciendo actualmente con las nuevas tecnologías en general y con el portal de donativos en particular supone una clara apuesta de futuro. Tras este periodo de siembra, los frutos -que cada vez son mayores- se multiplicarán.

La pandemia, por tanto, cogió a la Iglesia con los ‘deberes’ hechos y, ante el cierre de los templos por el confinamiento de 2020, las donaciones por la web donoamiiglesia se multiplicaron por cinco.

José María Albalad. Director del Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia

– ¿Qué cambios presenta esta nueva web con respecto a la anterior donoamiiglesia? 

El nuevo diseño recoge necesidades que han sido detectadas tanto por las Diócesis y la Conferencia Episcopal Española como por los propios donantes. En concreto, los cambios buscan incrementar la facilidad de uso para el usuario, a través de una web intuitiva adaptada al perfil del donante: una persona de entre 50 y 59 años, que realiza una donación media de 49 euros. Ello está reduciendo ya el número de incidencias, pues se ha dado respuesta a los puntos del proceso que podían generar algún tipo de confusión.

Además, se ha creado una interfaz que busca transmitir la cara amable, humana y transparente de la Iglesia. La idea es ir incorporando, progresivamente, la publicación de noticias, historias y testimonios.

Un hito del nuevo portal es que facilita la difusión a las parroquias con una URL específica de cada entidad, lo que permite disponer, a su vez, de un código QR personalizado. Esto, desde el punto de vista de la promoción, supone una gran oportunidad para cada comunidad, que gana en cercanía.

‘Donoamiiglesia.es’ constituye un proyecto dinámico, en continua evolución, por lo que con este relanzamiento no se termina el trabajo. De hecho, está previsto incorporar Bizum como forma de pago en el primer trimestre del próximo año. 

– ¿En qué medida ha afectado la crisis pandémica a estas donaciones? 

Estamos viviendo un doble fenómeno. Por un lado, las colectas han caído en España un tercio a raíz de la pandemia, como dato aproximado de media. Por otro, han aumentado las donaciones a través del portal de donativos, pero no lo suficiente -al menos por ahora- como para hacer frente a la caída de ingresos.

A ello se suma que las necesidades se han disparado y que la Iglesia ha respondido desde el primer momento al desafío actual, atendiendo a la situación particular de cada persona, de cada familia. Las parroquias han sido (y son), sin duda, el ‘hospital de campaña’ que pide el Papa Francisco.

El número de transacciones este año a través del portal de donativos supera las 85.000 y están aumentando las colaboraciones recurrentes. Es decir, cada vez más personas se comprometen a colaborar periódicamente con una cantidad fija, lo que facilita la planificación económica. Es importante recordar que las personas físicas (las que tributan IRPF) se pueden desgravar un 80% en donativos de hasta 150 euros.

Las necesidades se han disparado y que la Iglesia ha respondido desde el primer momento al desafío actual, atendiendo a la situación particular de cada persona.

José María Albalad. Director del Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia

– Ahora es muy fácil donar exactamente a aquello que queramos: diócesis, seminario o la propia CEE. En términos generales ¿Cómo se reparten estas donaciones? ¿Tendemos «a lo conocido»: parroquia, seminario… ?

En más de un 90% de los casos, la gente colabora directamente con su parroquia, lo que responde a una lógica natural. La comunidad cristiana vive y celebra su fe en la parroquia, que con sus múltiples actividades (celebrativa, pastoral, caritativa…) es testigo de la alegría y la ternura del Evangelio. Esa colaboración no es solo económica, sino también de cualidades, tiempo y oración.

La Iglesia es mucho más que un edificio o una persona. Somos refugio, alimento y esperanza para quien más lo necesita. Quiero aprovechar para agradecer de corazón a todas las personas que este año marcaron la casilla de la X en su declaración de la renta, a quienes han donado -e incluso domiciliado su donativo- a través de sus parroquias o diócesis, a aquellos que han dejado legados o herencias y, en general, a todos los que han colaborado en la medida de sus posibilidades.

Sin la generosidad de tantas personas, la Iglesia no habría podido responder al tsunami de necesidades que ha desatado la pandemia y seguir anunciando la Buena Noticia.

Ecología integral

Piedad para todos

La piedad ha de ejercerse con todos. No debe excluirse de ella ni a quien haya obrado injustamente, ni a quien se haya dejado guiar por la ingenuidad o una generosidad mal entendida.

Juan Arana·7 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Para cualquier cristiano, las palabras conclusivas del Evangelio de Marcos suenan desde hace veinte siglos como un buen aldabonazo: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura”. ¡Nada menos! A todo el mundo y a toda criatura… Es una misión ciclópea; tan abrumadora como ilusionante. Son explicables las urgencias de Francisco Javier y de tantos otros, apresurados por recorrer y convertir el globo terráqueo antes de que se les agotara el propio aliento… Mateo añade a su versión un par de matices que conviene no desatender: “Enseñad a todas las gentes… enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado”. O sea: todo a todos. No hay cláusulas de exclusión en el mensaje que debemos trasmitir; el sembrador deberá seguir echando su semilla sin escatimarla incluso entre las piedras y los abrojos, ya que nadie sabe de antemano si el terreno sembrado carece de una fecundidad escondida que está esperando quien le diga “¡Levántate y anda!”.

Hoy en día las civilizaciones, más que aliarse o guerrear entre sí, se rozan y entremezclan. Por eso es muy fácil llegar a conclusiones pesimistas sobre la posibilidad de alcanzar una verdad que a todos convenza. En lo que atañe a las religiones, la pregunta de si hay una que sobresalga entre las demás también parece más irresoluble que nunca. Los cristianos en muchos aspectos no somos mejores que el resto de los hombres. Si los judíos del Antiguo Testamento aprovechaban cualquier oportunidad para defraudar las expectativas que Dios había puesto en ellos, los hijos de la Iglesia salida de la Nueva Alianza también decepcionamos muchas veces a propios y extraños. 

Pero hay algo que permite a un observador imparcial advertir un rasgo distintivo: nuestra doctrina no desmiente el calificativo de universal, católica. A diferencia de tantas asociaciones de uno u otro signo, en la nuestra sólo Dios se reserva el derecho de admisión, y únicamente lo ejercerá al final de los tiempos: por lo que a nosotros respecta, si objetivamente fuera posible, nadie debería verse excluido del mensaje. A diferencia de otros campos mejor trazados, más concienzudamente escardados o sistemáticamente sulfatados, en los jardines de la Iglesia la cizaña crece alegremente junto con el trigo: no es el momento para separar una de otra ni somos nosotros los llamados a hacerlo.

En definitiva, hemos de procurar que no se pierda ni agoste la buena simiente, aunque actúe entre nosotros un adversario que no respeta las reglas del juegoDe ahí buena parte de los reproches que nos hacen los hijos del siglo, quienes tratan de compensar la ausencia de Dios que profesan, con la pureza supuestamente inmaculada de sus andanzas. Pero no importa: que sean ellos los que se ufanen de practicar tolerancia cero con estos o los de más allá. Para el cristiano fiel a su identidad, la lucha sólo va contra el mal, contra el pecado, pero no contra quien lo perpetra, puesto que Dios no nos ha autoriza a desesperar de la conversión de ningún pecador. La piedad que intentamos practicar es para todos.

Bien mirado, tiene su gracia la situación a la que hemos llegado. Diríase que, quienes echan tantas cosas en cara a los miembros (y sobre todo a la jerarquía) de la Iglesia, reivindican tolerancia casi infinita con el mal y en cambio intolerancia muy poco restringida contra los que amparan o perdonan a los malhechores arrepentidos. No trato con ello de excusar a quienes, teniendo el deber de custodia, han descuidado, no importa con qué motivo, tan elemental deber. Por otro lado, como proclama Nicolás Gómez Dávila en uno de sus aforismos: “A cierto nivel profundo toda acusación que nos hagan acierta”. Y sin duda yerra el que rechaza por sistema cualquier imputación que se le haga, y mucho más todavía quien blasona de una ejecutoria inmaculada. Pero una cosa es que los creyentes tengamos muchísimo que mejorar y otra que los que nos odian por el mero hecho de serlo se erijan en jueces supremos de moralidad, al mismo tiempo que ofician de fiscales y verdugos.

La denuncia de la injusticia es una virtud profética… en el supuesto claro está de no instrumentalizarla al servicio de otras causas, en especial la de perseguir a los enemigos o favorecer a los amigos. Sería deseable que quienes se dan tanta maña en acusar de villanos a pobres pastores víctimas de una culpable ingenuidad o de una generosidad mal entendida (y bueno será desde luego que éstos superen tanto una como otra), llegado el caso hubiesen sabido aplicarse a sí mismos y a sus aliados tan severas reprensiones. El mal sigue siendo el mal se mire como se mire. A la hora de cometerlo, el disimulo hipócrita es sin duda un agravante, pero desde luego tampoco sirve de atenuante el cinismo de quien a la cara presume de sus fechorías. 

Según reza el proverbio “siete veces cae el justo”, muy pocos fieles de a pie ni pastores de la Iglesia pretenderán que no va con ellos el deber de darse golpes en el pecho y arrostrar todas consecuencias de las propias acciones y omisiones. Pero, o tenemos piedad con todos (malos incluidos) como enseñó nuestro Maestro, o mucho me temo que se iniciará una dinámica que al final no dará cuartel a ninguno (ni siquiera a los más inocentes). A tenor de lo que muchos dicen, pareciera que no hubiera pecados, sino tan solo pecadores imperdonables, que curiosamente coinciden con los que por alguna razón son objeto de su odio.

El autorJuan Arana

Catedrático de Filosofía de la Universidad de Sevilla, académico numerario de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, profesor visitante en Maguncia, Münster y París VI –La Sorbona–, director de la revista de filosofía Naturaleza y Libertad y autor de numerosos libros, artículos y colaboraciones en obras colectivas.

Leer más