Vaticano

Los efectos de la pandemia en los jóvenes y cómo superarlos

El Papa Francisco ha concedido una entrevista a la televisión italiana en la que abordó temas importantes, como la inmigración, las emergencias sociales o el futuro de la Iglesia, entre otros.

Giovanni Tridente·9 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

El pasado domingo, en horario de máxima audiencia, en el canal 3 de la RAI, en Italia, se emitió una larga entrevista con el Papa Francisco durante el programa Che tempo che fa conducido por el periodista Fabio Fazio. La entrevista duró cerca de una hora, y en ella se abordaron muchos temas cercanos al corazón de la Iglesia y de la sociedad en general, desde el sufrimiento de tantas personas hasta la indiferencia que afecta al mundo de la inmigración, desde los vientos de guerra que han vuelto a Europa hasta las emergencias medioambientales, pasando por la relación entre padres e hijos, el sentido del mal, la oración y el futuro de la Iglesia.

A la pregunta del periodista sobre la agresividad social, el Papa Francisco volvió a referirse a un «problema» que ya había abordado en otras ocasiones, el de los «suicidios juveniles», que van en aumento y que se han intensificado en los dos últimos años también a causa de la pandemia del Covid-19. Y es cierto que es una lacra social de la que siempre se habla poco. De hecho, fue el propio Pontífice quien lo denunció ya en 2015, cuando en un Taller sobre la esclavitud moderna celebrado en el Vaticano señaló por primera vez cómo entre las consecuencias de la falta de trabajo está el suicidio de los jóvenes, cuyas estadísticas «no se publican en su totalidad».

Un momento de la entrevista al Papa Francisco en el programa italiano dirigido por Fabio Fazio, el 6 de febrero de 2022. (CNS photo/RAI)

¿Qué ha pasado en cambio con la pandemia en términos de salud mental y emocionalidad en los adolescentes y jóvenes? Un estudio realizado por Wenceslao Vial, sacerdote y médico chileno que enseña en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz de Roma, y editor del portal interdisciplinar Madurez psicológica & espiritual, se fijó en el intento de suicidio de un joven para controlar cómo el Covid ha cambiado realmente la vida y ha afectado al mundo emocional de muchas personas.

Aumento de la emocionalidad negativa

Del análisis de diversas publicaciones científicas que han abordado el tema de la emergencia sanitaria en los últimos dos años, se desprende que ciertamente ha aumentado la «emocionalidad negativa: tristeza, miedo, preocupación, irritabilidad», junto con la ansiedad y la depresión, los trastornos alimentarios, el consumo de pornografía y los «síntomas somáticos» en los niños más pequeños.

Una encuesta realizada entre directores de escuelas de distintas partes del mundo -también citada por Vial en su estudio- concluyó que «el primer periodo de encierro o bloqueo se sobrelleva mejor que el segundo, quizá por la novedad». La vuelta a la escuela se valoró como un alivio, pero seguían existiendo «más problemas relacionales, como la dificultad para integrarse en el grupo».

Recaídas

Evidentemente, mucho dependía también de cómo se gestionara la pandemia en los distintos países. El director de una escuela de Estonia, por ejemplo, escribió que no había notado un aumento de los casos de depresión o ansiedad, en parte porque la prensa era «generalmente menos emocional que en otras culturas». Sin embargo, hubo «una recaída de los síntomas depresivos o ansiosos en aquellos» que estaban siendo tratados antes de la pandemia y empezaban a sentirse mejor.

La respuesta de una escuela de Chile, país que atraviesa una gran crisis social, fue diferente: «el aumento de las reacciones emocionales anormales entre los alumnos de 13 a 18 años fue muy evidente. Tuvimos 5 niñas en 2021 hospitalizadas por depresión y trastornos alimentarios».

La familia se consideraba un factor importante. El aislamiento del primer período parece haber tenido el efecto positivo en los jóvenes de darles la oportunidad de compartir, comer y jugar con sus hermanos y padres, así como de disminuir el consumo de alcohol y drogas, que inevitablemente aumentó tras el fin de las medidas de confinamiento. Por otro lado, también se observó un aumento de los divorcios, lo que generó más tristeza, ansiedad, inseguridad y reacciones hostiles entre los jóvenes.

Tres crisis anteriores

Sin embargo, la conclusión a la que llega el médico y sacerdote chileno es que el impacto de la pandemia en la afectividad de los jóvenes fue significativamente mayor que los factores clásicos que causan sufrimiento emocional en los adolescentes (drogadicción, debilidad de la identidad, pornografía) porque se sumó a tres crisis anteriores que estaban latentes. La crisis de «emocionalidad», es decir, la confusión y el desconocimiento de la propia afectividad, «que equivale a vivir con un extraño en la propia casa»; la crisis de «coherencia», tanto individual como social, en relación con los grandes problemas pero también con la propia pandemia; la crisis de «sentido», que oscurece aún más el sufrimiento y la enfermedad.

La salida

¿Cómo salir de ella? Vial propone otras tantas estrategias para contrarrestar las tres crisis: enseñar a las personas a conocer sus emociones; fomentar la toma de decisiones y el cambio, por ejemplo explorando el valor del tiempo e invitando a desconectar de los estímulos externos para prestar más atención a lo importante; buscar el sentido de la vida para ser verdaderamente feliz, redescubrir el valor, buscar un propósito, dar cabida a las experiencias trascendentes y aprender a conocer la propia historia personal.

Son cuatro pilares», sugiere Wenceslao Vial, «que ayudan a construir una personalidad más segura»: «muchos jóvenes que no tienen una vida fácil y han sufrido grandes heridas pueden adquirir la fuerza para levantarse de nuevo, si se les da seguridad».

Evidentemente, esto requiere una acción conjunta de las familias, los educadores, los ministros religiosos, los políticos y todos los organismos que se ocupan de los jóvenes, mediante un enfoque verdaderamente global que incluya actividades deportivas, espacios de socialización en directo o en línea, gestión del tiempo y relaciones sociales y familiares. Sólo así será posible devolver a los jóvenes, a todos los jóvenes, la seguridad que se deriva de su valor como persona. Para ser mejores personas.

Vaticano

«Privilegiar el cuidado para todos, para que los más débiles no sean descartados»

En la catequesis de la audiencia general de este miércoles 9 de febrero, el Papa Francisco ha subrayado el valor de los cuidados paliativos, pero también la inmoralidad del "encarnizamiento terapéutico", una vez hecho todo lo posible por cuidar a la persona enferma, ya que "no podemos evitar la muerte".

David Fernández Alonso·9 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco ha querido dedicar, en la audiencia general de este miércoles 9 de febrero, la catequesis a «la devoción especial que el pueblo cristiano siempre ha tenido por San José como patrón de la buena muerte. Una devoción nacida del pensamiento de que José murió con la presencia de la Virgen María y de Jesús, antes de que ellos dejaran la casa de Nazaret».

«El Papa Benedicto XV», comenzó diciendo Francisco, «hace un siglo, escribía que «a través de José nosotros vamos directamente a María, y, a través de María, al origen de toda santidad, Jesús». Y animando las pías prácticas en honor de San José, aconsejaba una en particular: «Siendo merecidamente considerado como el más eficaz protector de los moribundos, habiendo muerto con la presencia de Jesús y María, será cuidado de los sagrados Pastores inculcar y fomentar […] aquellas piadosas asociaciones que se han establecido para suplicar a José a favor de los moribundos, como las “de la Buena Muerte”, del “Tránsito de San José” y “por los Agonizantes”» (Motu proprio Bonum sane, 25 de julio de 1920)».

El Santo Padre asegura que «nuestra relación con la muerte no se refiere nunca al pasado, sino siempre al presente. La llamada cultura del “bienestar” trata de eliminar la realidad de la muerte, pero de forma dramática la pandemia del coronavirus la ha vuelto a poner en evidencia. Muchos hermanos y hermanas han perdido a personas queridas sin poder estar cerca de ellas, y esto ha vuelto la muerte todavía más dura de aceptar y de elaborar».

El pontífice recuerda que la fe cristiana nos ayuda a afrontar la muerte. «La verdadera luz que ilumina el misterio de la muerte viene de la resurrección de Cristo. Escribe San Pablo: «Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo andan diciendo algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si no resucitó Cristo, vacía es nuestra predicación, vacía también vuestra fe» (1 Cor 15,12-14)».

«Solo por la fe en la resurrección nosotros podemos asomarnos al abismo de la muerte sin que el miedo nos abrume. No solo eso: podemos entregar a la muerte un rol positivo. De hecho, pensar en la muerte, iluminada por el misterio de Cristo, ayuda a mirar con ojos nuevos toda la vida. ¡Nunca he visto, detrás de un coche fúnebre, un camión de mudanzas! No tiene sentido acumular si un día moriremos. Lo que debemos acumular es la caridad, es la capacidad de compartir, de no permanecer indiferentes delante de las necesidades de los otros. O, ¿qué sentido tiene pelear con un hermano, con una hermana, con un amigo, con un familiar, o con un hermano o hermana en la fe si después un día moriremos? Delante de la muerte muchas cuestiones se redimensionan. Está bien morir reconciliados, ¡sin dejar rencores y sin arrepentimientos!»

Haciendo referencia al paralelismo que se hace en el Evangelio, «nos dice que la muerte llega como un ladrón, y por mucho que nosotros intentemos querer tener bajo control su llegada, quizá programando nuestra propia muerte, permanece un evento con el que tenemos que rendir cuentas y delante al cual también hacer elecciones».

Por último, el Papa ha querido subrayar dos consideraciones: «la primera: no podemos evitar la muerte, y precisamente por esto, después de haber hecho todo lo que humanamente es posible para cuidar a la persona enferma, resulta inmoral el encarnizamiento terapéutico (cfr Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2278)».

Y «la segunda consideración tiene que ver con la calidad de la muerte misma, del dolor, del sufrimiento. De hecho, debemos estar agradecidos por toda la ayuda que la medicina se está esforzando por dar, para que a través de los llamados “cuidados paliativos”, toda persona que se prepara para vivir el último tramo del camino de su vida, pueda hacerlo de la forma más humana posible. Pero debemos estar atentos a no confundir esta ayuda con derivas inaceptables que llevan a la eutanasia. Debemos acompañar a la muerte, pero no provocar la muerte o ayudar al suicidio asistido. Recuerdo que se debe privilegiar siempre el derecho al cuidado y al cuidado para todos, para que los más débiles, en particular los ancianos y los enfermos, nunca sean descartados. De hecho, la vida es un derecho, no la muerte, que debe ser acogida, no suministrada. Y este principio ético concierne a todos, no solo a los cristianos o a los creyentes».

Concluyó la catequesis invocando a San José para que «pueda ayudarnos a vivir el misterio de la muerte de la mejor forma posible. Para un cristiano la buena muerte es una experiencia de la misericordia de Dios, que se hace cercana a nosotros también en ese último momento de nuestra vida. También en la oración del Ave María, nosotros rezamos pidiendo a la Virgen que esté cerca de nosotros “ahora y en la hora de nuestra muerte”. Precisamente por esto quisiera concluir rezando todos juntos un Ave María por los agonizantes y por los que están viviendo un luto».

España

Clara Pardo: “Me siento muy orgullosa del trabajo de Manos Unidas en este difícil momento”

Entrevista con la presidenta de Manos Unidas, Clara Pardo. El domingo 13 de febrero las parroquias de toda España celebrarán la Jornada Nacional de Manos Unidas que este año se desarrolla bajo el lema "Nuestra indiferencia los condena al olvido".

Maria José Atienza·9 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 8 minutos

Hace 20 años, Clara Pardo entraba como voluntaria en Manos Unidas. Desde entonces, desempeñó su tarea en el área de Proyectos de Manos Unidas trabajando en diferentes países. En mayo de 2016 fue elegida presidenta por la Asamblea de delegadas y el próximo mayo, tras dos periodos al frente de esta ONG de desarrollo, dirá adiós a su cargo como presidenta.

Desde marzo de 2020, con el estallido de la pandemia, Clara Pardo ha vivido la época quizás más difícil de los últimos decenios. Sin embargo, en Manos Unidas, señala su presidenta “hemos vivido un aumento en el número de voluntarios y en el apoyo a nuestras campañas de emergencia”.

Este 2022, la campaña de Manos Unidas recuerda que los problemas de los países en vías de desarrollo no sólo continúan, sino que se han agudizado a causa de la pandemia, y que de esta crisis global hemos de salir todos juntos, dando oportunidades a todos.

¿Qué balance hace de estos años de presidencia en Manos Unidas?

– Entré en Manos Unidas hace 20 años y como presidenta llevo 6 años (fue reelegida en 2019). Han sido 20 años extraordinarios. Tengo la suerte de realizar un trabajo que es lo que me gusta. No cobro, soy voluntaria, pero la obligación y el compromiso son iguales a un trabajo remunerado. No se trata de ir sólo “unas horas”. En esta tarea sacas el tiempo de dónde puedes. Por el hecho de ser voluntario no significa que sea una tarea “light” a la que se le dedica “un ratito”.

Mis seis años como presidenta han sido absolutamente extraordinarios. Para mí ha sido una suerte. También una carga, es cierto, sobre todo la última temporada, con el problema del coronavirus. Pero me siento muy orgullosa del trabajo que todo Manos Unidas ha hecho en este difícil momento de la pandemia. Hemos sido capaces de enfrentarnos a ello.

¿Cómo vivió Manos Unidas la irrupción de la pandemia? 

–Ante la llegada de la Covid teníamos dos opciones: encerrarnos en casa y dejar que todo se hundiese o cambiar para seguir luchando. Manos Unidas es una ONG que se caracteriza por su austeridad y en la que contamos con mucha gente mayor por lo que hubo que cambiar para aprender a trabajar desde casa. Los resultados han sido muy buenos. Las delegadas de nuestras 72 delegaciones trabajan, sobre todo, en la sensibilización: concienciar sobre el hambre y las causas que lo provocan y recaudar fondos para proyectos de desarrollo. Actos como las cenas del hambre no podían realizarse y las delegadas se reinventaron. Conseguimos llegar a las personas a través de redes sociales, de los medios de comunicación, de la televisión…

A base de esa reinvención, de luchar todos juntos, hemos sido capaces de seguir llegando a nuestros socios, seguir apoyando los proyectos y estar en contacto con los socios locales en Mozambique, Perú o la India, aunque al principio hubiera que parar algunos proyectos, por ejemplo, de construcción.

Ha sido un momento muy duro pero muy bonito. Me voy contenta. Hemos sabido luchar juntos como hace 63 años.

¿Cree que nos hemos vuelto más o menos egoístas tras dos años de coronavirus como tema principal de nuestras vidas?

–Al principio de la pandemia la solidaridad estaba a la orden del día: veíamos que esto era un problema mundial del que teníamos que salir unidos. Poco a poco esto, desgraciadamente, ha ido dando la vuelta y se está convirtiendo en un proyecto “unitario”: tengo que salvarme yo, vacunarme yo… Nos estamos olvidando de la situación de fuera. Una situación de extrema pobreza que, además, se ha agudizado muchísimo.

En los países en los que trabajamos la gente vive de lo que recauda cada día, es un trabajo precario, de economía de subsistencia. Las cifras del hambre, de pobreza multidimensional se han agudizado con la pandemia y los confinamientos.

Llevábamos unos años en los que, muy lentamente, iban mejorando las cifras de desarrollo en el mundo y, en estos últimos dos años, hemos dado la vuelta y ha crecido la desigualdad, también en España.

¿Cómo han sido las campañas de Manos Unidas en estos dos años?

–Para mi ha sido impresionante. Cuando comenzó el confinamiento, en 2020 acabábamos de cerrar la campaña, que tiene lugar el segundo domingo de febrero, por lo que la colecta de las celebraciones de misa no se vio perjudicada. De repente, hubo que pararlo todo y tenemos muchos socios que aún llevan su sobre a las delegaciones, y actividades como las cenas del hambre, son presenciales.

A mediados del 2020 las cifras económicas eran muy preocupantes. Llegamos a pensar que no salíamos adelante. En medio de esa situación nuestros socios volvieron a responder. Yo siempre digo que los socios de Manos Unidas son las personas más valientes y comprometidas que conozco. Personas que entienden el valor de un euro, que puede suponer un café o la posibilidad de dar vacunas o alimentos.

Las cifras de socios de Manos Unidas en estos meses han subido. Evidentemente hemos bajado en el número de actividades pero se han buscado medios alternativos para apoyar las campañas: se hicieron cenas del hambre virtuales, etc. Lo importante es que la gente sigue comprometida. Siempre hablo de la enorme generosidad de la población española y nuestros socios son un ejemplo. Gracias a Dios, la financiación pública de los proyectos también se ha recuperado.

Al final, curiosamente, en 2020 hemos crecido sobre 2019 y en 2021 tenemos incremento de cifras de socios. Una partida importante son las herencias: esas personas que dejan un legado para el futuro más digno a tantas otras. Durante estos meses, además, hemos llevado a cabo varias campañas de emergencia, porque la Covid ha azotado de manera terrible en países como la India en el que, por ejemplo, no había leña para incinerar a las personas fallecidas.

Manos Unidas es una ONGD de la Iglesia. ¿Son vuestros voluntarios siempre parte de la Iglesia católica?

–Al igual que con nuestros beneficiarios, que la mayoría no son cristianos, a nuestros voluntarios y a las personas que trabajan en Manos Unidas no le pedimos que profesen una religión, tengan una edad concreta o una afiliación política… Dicho esto, somos una organización católica, por lo que, si se quiere llegar a un compromiso mayor, que implica poder votar a los órganos directivo o formar parte de esos órganos hay que ser lo que se llama miembro de Manos Unidas. Para ser miembro tienes que declarar que estás de acuerdo con los principios de la Iglesia católica y que tu vida es acorde a esos principios.

Las presidentas delegadas tienen que ser miembros de Manos Unidas, con ello declaran ser parte activa de la Iglesia, católicas practicantes. Además, las presidentas delegadas han de recibir la aprobación del obispo del lugar y las presidentas nacionales tienen que ser aprobadas por la Conferencia Episcopal. En resumen, seguimos los principios de la Iglesia aunque aceptemos a cualquier persona como voluntario y por supuesto, los beneficiarios no tienen que ser católicos, de hecho, en países como la India apenas hay beneficiarios cristianos.

Es cierto que una gran parte de los socios locales con los que trabajamos son congregaciones religiosas, diócesis o misioneros. No es exclusivo, pero siempre lo hemos hecho y, además, ellos están donde no llega nadie. Cuando estalla una epidemia de ébola o hay un tifón quienes se quedan son las monjas y los misioneros. Nos apoyamos mucho en toda esa red de la Iglesia que además nos da ciertas garantías.

Los proyectos de Manos Unidas

¿Cómo se decide financiar un proyecto desde Manos Unidas? ¿Qué papel tienen los socios locales a los que dais tanta importancia?

–Nosotros viajamos muchos. Los proyectos que se van a financiar se visitan antes y se constata la necesidad… Ciertamente, no en todos los países trabajamos en las mismas zonas.

Lo que nunca hacemos es llegar a un lugar y decir: “Aquí hace falta una escuela o aquí hace falta un pozo”. Ésa es la mejor manera de que el proyecto sea un fracaso. Si, desde los ojos del norte, se decide lo que necesitan en una zona en vías de desarrollo nos equivocaremos siempre.

Cuando llegué a Manos Unidas me pusieron un ejemplo que siempre recuerdo: Hace un tiempo, las petroleras para limpiar su imagen hicieron una serie de escuelas en Nigeria a las que no iba nadie, porque las construyeron en lugares en los que no se necesitaban escuelas. Hacía falta escuelas en Nigeria, sí, pero en otros sitios.

No puedes decidir lo que necesita una comunidad. Son ellos los que tienen que pedirlo. No por una caridad mal entendida sino para que se involucren.

Cuando llevamos a cabo un proyecto, los beneficiarios contribuyen con una parte económica o su propio trabajo, aunque sea muy pequeño. Por ejemplo, si hablamos de una escuela, los padres han de pedirla a través de una carta y aportar algo, que quizás se materialice en trasladar los sacos de arena o ayudar en la construcción. Así hacen suyo ese proyecto.

Posteriormente se hace un seguimiento durante un tiempo, porque es importante ver la evolución del proyecto y que responde a lo que se esperaba. Si se ha construido un pozo, por ejemplo, constatar que tiene su comité de agua, cuántos litros se sacan, si con esa agua se han empezado a regar los huertos, etc.

En la India hacemos muchos proyectos de animación femenina. Proyectos de capacitación en los que se les enseña un oficio que ellas piden, ya sea costura o hacer jabones. Las mujeres a las que se les ha enseñado a trabajar, a salir de casa, a que tienen una voz y que pueden acceder a créditos estatales les cambia la vida y lo vemos. Vemos el impacto que tienen y cómo van transformando la sociedad

¿Hay proyectos «tipo» según las zonas?

–Si. En Latinoamérica no hay tantos proyectos relativos a educación pero tenemos muchos proyectos de soberanía alimentaria o de apoyo a las poblaciones indígenas, de reconocimiento de derechos.

África es el continente con más necesidades. Desde temas sanitarios: dispensarios, clínicas móviles, así como en el acceso al agua o soberanía alimentaria y educación. En la India, sin embargo, encontramos una mezcla de todo. También trabajamos mucho en la concienciación de las ayudas estatales a las que tienen derecho, porque hay mucha corrupción que hace que estas ayudas no lleguen a quienes lo necesitan o proyectos de alfabetización.

También depende si los países están en zonas costeras, que tienen proyectos de pesca. En los países con riqueza minera trabajamos los derechos a los trabajadores porque hay muchos problemas de apropiación o abusos.

Aunque no hay unos proyectos tipificados por países en los estatutos, al final si hay algunos que se dan en unas zonas más que otras.

La mirada femenina en Manos Unidas

Manos Unidas nació de las mujeres de Acción Católica y siempre ha tenido un foco especial para el mundo femenino. ¿Qué papel tiene la mujer en estas zonas en vías de desarrollo?

–Si la mujer es capaz de saber que tiene unos derechos, que tiene una capacidad de acceso a economía o educación, ellas son las primeras que luego luchan para que sus hijas vayan a la escuela y que no sean las que se quedan en casa cuidando a los hermanos pequeños o vayan al campo mientras los varones acuden a la escuela. Estas madres son las que les enseñan que tienen la misma dignidad. Educar a una mujer es educar a una familia, es educar a un pueblo, no es sólo una frase.

Un porcentaje notable de los proyectos que realizamos se dirigen directamente a mujeres y otros muchos tienen un fuerte componente femenino. Por ejemplo, en proyectos de agricultura sostenible, huertos, etc. Cuando se construye un pozo es para toda la comunidad, pero se facilita que las mujeres no tengan que andar una hora para coger el agua, por ejemplo.

Manos unidas_2022

En la campaña de Manos Unidas para este 2022 se pone el acento en la importancia de no acostumbrarnos a estas situaciones de pobreza o desigualdad. ¿Por qué han elegido esta idea?

Este año queremos llamar la atención sobre cuantas veces te ponen unas imágenes duras en televisión y cambias de canal… porque no quieres saber más o piensas que «bastante tengo ya con lo mío».

La única forma de trasformar el mundo es que todos participemos como nos ha dicho el Papa. Podemos pensar que «no voy a matar a nadie» pero, realmente, si miro a otro lado, no evito que esa persona muera. Es muy elocuente el cartel de Manos Unidas de este año en el que la mujer va desapareciendo poco a poco: porque no reconocemos que esa realidad existe.

Tenemos que concienciar a las personas de que es imposible que habiendo alimentos suficientes en el mundo haya 811 millones de personas que se mueren de hambre o que no tienen acceso a la sanidad, o a la educación.

Lecturas del domingo

«Que María nos llame con nuestro nombre». Domingo VI del Tiempo Ordinario

Andrea Mardegan comenta las lecturas del VI domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan·9 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Comentario a las lecturas del domingo VI

Leemos la primera parte del “sermón de la llanura”, el de los cuatro “bienaventurados” y “ay de vosotros”. En Mateo, Jesús habla de las bienaventuranzas sobre un monte. En Lucas, acaba de bajar del monte donde había pasado la noche en oración y donde llamó a los Doce. Su descenso nos recuerda el descenso de Dios entre nosotros con la Encarnación. La llanura es una imagen del día a día de nuestra vida. Allí, Jesús encuentra una multitud de discípulos, y una muchedumbre también de paganos venidos de Tiro y Sidón.

Esta muchedumbre está bien descrita en dos versículos que no se leen en el Evangelio de la Misa: “Venían a oírlo y a que los curasen de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos”. Esta es la gente a la que Jesús dice “bienaventurados” vosotros, los pobres, que tenéis hambre y lloráis. Jesús los define así, no por el mal que sufren, sino porque su indigencia los llevó a buscar a Jesús, su gracia y su palabra. La privación espiritual o material, el dolor y la necesidad existencial, abren a la búsqueda de Dios y al deseo de su bien duradero y eterno.

La cuarta bienaventuranza se diferencia de las tres primeras porque se refiere a las privaciones que tendrán los discípulos por ser perseguidos en nombre de Cristo. Es un Evangelio que nos llama a una profunda conversión de la forma de pensar. Jesús nos dice que no debemos buscar el consentimiento del mundo: “Ay, si todo el mundo habla bien de vosotros. Esto es lo que vuestros padres hacían con los falsos profetas”. Al contrario, Jesús nos dice: “Bienaventurados vosotros cuando os odien los hombres, y os destierren y os insulten”, y nos invita a alegrarnos y a saltar de gozo “porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Esto es lo que hacían vuestros padres con los profetas”. Si nos hubiera dicho: “aceptad con serenidad esta situación, u ofreced este sacrificio”, ya habría sido una petición superior a las fuerzas humanas; con mayor razón, ya que nos pide estar llenos de alegría y exultación. Solamente con nuestras fuerzas nos es imposible. Como dice el Señor en Jeremías: necesitamos confiar en Él para ser árboles plantados junto al agua de su gracia para tener, incluso en esas pruebas, hojas perennes y frutos siempre frescos. Para el regocijo, Lucas usa el mismo verbo con el que Isabel dijo que el hijo saltó de alegría en su vientre a la voz de la madre del Señor. Se regocijó en el Espíritu Santo y con la voz de María. Pidamos al Espíritu Santo que nos dé su fuerza para vivir esta enseñanza de Jesús, tan elevada, tan sublime, tan por encima de nuestras fuerzas. Y que María nos llame por nuestro nombre.

La homilía sobre las lecturas del domingo XXI

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Mundo

Benedicto XVI expresa su dolor pero rechaza todas las acusaciones

Tras el estudio del informe de más de 1200 páginas sobre abusos sexuales por parte de clérigos y laicos de la archidiócesis de Múnich-Frisinga entre 1945 y 2019, elaborado por el bufete de abogados Westpfahl, Spilker, Wastl, el Papa emérito Benedicto XVI ha tomado postura pública rechazando todas las acusaciones.

David Fernández Alonso·8 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Este martes 8 de febrero ha publicado una carta en este sentido, acompañada por un análisis pormenorizado de la investigación recogida en el informe, que incluía diversas acusaciones contra él.

Con la carta y el documento que la acompaña, Benedicto XVI responde a los comentarios y acusaciones, algunos de ellos incluso agresivos, que han circulado por los medios de comunicación, y en particular desde algunos sectores de la Iglesia en Alemania. 

El pontífice emérito reitera, en primer lugar, su dolor y petición de perdón por los abusos que se hayan cometido estando al frente de la archidiócesis. En la misiva, Benedicto asegura que “sólo puedo expresar a todas las víctimas de abusos sexuales mi profunda vergüenza, mi gran dolor y mi sincera petición de perdón. He tenido una gran responsabilidad en la Iglesia Católica. Tanto más grande es mi dolor por los abusos y errores que se han producido durante el tiempo de mi mandato en los respectivos lugares. Cada caso de abuso sexual es terrible e irreparable. A las víctimas de abusos sexuales va mi más profunda compasión y lamento cada uno de los casos”.

Para el estudio del informe del bufete de Múnich y para la redacción del documento que acaba de publicar, ha ayudado al Papa emérito, que tiene ya 94 años y una salud frágil, aunque mente clara, un grupo de colaboradores. 

El caso del sacerdote X

El informe acusaba a Ratzinger de estar presente en una reunión del Ordinariato de la archidiócesis del 15 de enero de 1980 en la que se habría hablado del sacerdote X como abusador sexual y no obstante se le habría confiado una tarea pastoral. Sin embargo, el pontífice emérito reitera que en aquella reunión no se mencionó que este sacerdote hubiera cometido abusos sexuales, sino que solamente se trató de dar un alojamiento de este sacerdote en Múnich, adonde se había trasladado para someterse a una terapia.

Además, sobre la discrepancia entre lo afirmado por Benedicto XVI al responder a las argumentaciones del informe antes de que fuera publicado y lo señalado por él tras la publicación, aclara de nuevo que se explica por un error de transmisión en el trabajo de su grupo de colaboradores. Y es evidente que “un error de transcripción no puede ser imputado a Benedicto XVI como una declaración falsa consciente o como una ‘mentira’”.

En la rueda de prensa del 20 de enero de 2022, en la que los peritos jurídicos presentaron su informe, no se pudo presentar ninguna prueba de que Joseph Ratzinger hubiera tenido otra participación. Es más, en respuesta a la pregunta de una periodista sobre si los expertos podían probar lo contrario, el representante del bufete confirmó abiertamente que no existen pruebas de que Ratzinger tuviera más datos sobre ese sacerdote; sencillamente, en su opinión, sería «más probable» que sí los hubiera tenido. Por tanto, el documento de los colaboradores de Benedicto XVI concluye que “como arzobispo, el cardenal Ratzinger no estuvo involucrado en ningún encubrimiento de actos de abuso”.

Por último, respecto a la suposición, también infundada, de que Benedicto XVI haya restado importancia a los actos de exhibicionismo al afirmar que «el párroco X era conocido como un exhibicionista, pero no como un abusador en el sentido propio«, se precisa que “Benedicto XVI no minimizó el comportamiento exhibicionista, sino que lo condenó expresamente”, y achacan la acusación a una descontextualización de la frase, que se enmarcaba en una consideración jurídica sobre el castigo de esos comportamientos en el derecho canónico. Al contrario, “en la memoria presentada, Benedicto XVI afirma con la máxima claridad que los abusos, incluido el exhibicionismo, son ‘terribles’, ‘pecaminosos’, ‘moralmente reprobables’ e ‘irreparables’”. 

Otros tres casos

Por otro lado, el informe acusa a Benedicto XVI de haberse gestionado incorrectamente la situación también en otros tres casos. Sin poder aducir pruebas, el informe “supone” que asimismo en estos casos habría sabido que los sacerdotes eran abusadores.

Sin embargo, responde el documento de los colaboradores de Ratzinger, “en ninguno de esos casos analizados por el informe, Joseph Ratzinger tuvo conocimiento de abusos sexuales cometidos o sospechosos de haber sido cometidos por sacerdotes”. Y, en efecto, el informe no aporta ninguna prueba para afirmar lo contrario.

Veracidad de Benedicto XVI

Todo ello viene a confirmar la actitud de Benedicto XVI, que en el curso de sus años como cardenal y como Papa, ha sido un pionero en el compromiso en la lucha contra los abusos sexuales en el seno de la Iglesia.

Benedicto XVI señala en su carta, muy personal y dolida, que “me ha conmovido profundamente que el descuido se utilizara para dudar de mi veracidad, e incluso para presentarme como un mentiroso. Me han conmovido aún más las numerosas expresiones de confianza, los cálidos testimonios y las conmovedoras cartas de ánimo que he recibido de tantas personas. Estoy especialmente agradecido por la confianza, el apoyo y las oraciones que el Papa Francisco me ha expresado personalmente”.

Además, la carta incluye la perspectiva del próximo final del pontífice emérito, que afronta, según dice, «con el ánimo alegre porque confío firmemente en que el Señor no es solo el juez justo, sino al mismo tiempo el amigo y el hermano que ya ha sufrido ya él mismo mis insuficiencias y por eso, en cuanto juez, es al mismo tiempo mi abogado (Paráclito)».

Vaticano

El Papa Francisco habla contra la eutanasia

Rome Reports·8 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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La catequesis de la audiencia general el miércoles 9 de febrero tuvo como protagonista a San José como patrón de la buena muerte y la perspectiva cristiana de la vida eterna. En este contexto, el Papa afiró que «Debemos acompañar hasta la muerte, pero no provocarla ni contribuir a ninguna forma de suicidio asistido. La vida es un derecho, no la muerte, que debe ser acogida, no administrada. Y este principio ético concierne a todos, no sólo a los cristianos o creyentes».


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Mundo

Jacques Rouillard: “Es inverosímil que los niños de Kamloops hayan muerto y sido enterrados sin avisar”

Entrevista a Jacques Rouillard, historiador canadiense, sobre la investigación acerca del hallazgo de 215 tumbas de alumnos de un antiguo internado en la Columbia Británica canadiense.

Fernando Emilio Mignone·8 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 8 minutos

Un tweet de la tribu (nación) Tk’emlups del pasado 27 de mayo sobre el “descubrimiento” de 215 tumbas de pupilos de un antiguo internado en la Columbia Británica canadiense desencadenó un tsunami noticioso. La serie de noticias y acontecimientos incluye la quema de iglesias y la anunciada visita del Papa a Canadá. Francisco pediría perdón por el papel de los católicos en abusos históricos colonialistas con respecto a los indígenas canadienses. El 1 de febrero se supo que una delegación de obispos y líderes autóctonos canadienses se encontrarán en Roma con el Papa a fines de marzo para preparar esa visita.

El 8 de junio de 2021, en Omnes, comparé las desapariciones canadienses con las argentinas de los años 1970. Desafortunada comparación. El historiador canadiense Jacques Rouillard dice que todavía no se ha probado que ningún estudiante indígena haya sido asesinado en ese internado de Kamloops, B.C. Ni, tampoco, que autoridades educativas, políticas o religiosas hayan premeditadamente matado a pupilos en los 130 internados para autóctonos, que funcionaron desde mediados del siglo XIX hasta finales del siglo XX.

En 2008 el primer ministro Stephen Harper pidió perdón en nombre del gobierno y de los demás partidos en el parlamento por esos internados. Y ese año se estableció la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) para investigar el sistema de internados. La Comisión reunió siete mil testimonios de los que llamó “sobrevivientes” y en 2015 estableció el Centro Nacional de la Verdad y la Reconciliación (CNVR), publicando un informe en seis volúmenes que recoge testimonios, documentación histórica, ideología indigenista y recomendaciones concretas, como por ejemplo que el Papa venga a Canadá a pedir perdón. La CVR concluye que el sistema de internados equivalió a un “genocidio cultural”. El informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de 2015 es un j’accuse voluminoso – pero nunca menciona asesinatos de estudiantes. 

El historiador Jacques Rouillard duda que haya habido homicidios de estudiantes

Omnes ha entrevistado en Montréal al profesor emérito de historia de la Université de Montréal, Jacques Rouillard, de 77 años de edad. Rouillard es como el niño del cuento de Andersen, El traje nuevo del emperador, en el cual ese chico grita: “¡Pero si el emperador va desnudo!”. Ofrecemos la entrevista íntegra a continuación:

¿Fueron enterrados sin nombre 215 jóvenes en el cementerio de la reserva indígena de Kamloops entre 1890 y 1978?

–Me sorprendería enormemente. Habrá que excavar para saberlo. La antropóloga Sarah Beaulieu hizo un análisis del suelo con un “georadar” sobre la superficie y se dio cuenta de deformaciones. Pero ese aparato no le puede permitir saber si hay cuerpos de chicos en el suelo. Desde los años 1990 se transmiten entre los aborígenes esos rumores de niños enterrados en fosas comunes por los religiosos y de maltratos en esas escuelas. Yo creo cada día menos en eso: al menos hasta que no se hayan desenterrado los restos para ver si es verdad. El CNVR ha indicado los nombres de 50 alumnos fallecidos en el internado de Kamloops. Diecisiete murieron en el hospital y ocho a consecuencia de accidentes. En cuanto al lugar de enterramiento, 24 están enterrados en el cementerio de sus reservas indígenas y cuatro en el cementerio autóctono de la reserva de Kamloops. Para el resto, faltan informaciones o hace falta consultar certificados de deceso completos en los Archivos de la Columbia Británica.  Pero no se puede hacer nada con los desconocidos: ¿cómo quiere usted investigar dónde pueden estar enterrados alumnos que no tienen nombre? El informe de la CVR utiliza una metodología defectuosa para contar las muertes. 

Todo esto forma parte de la historia francocanadiense, porque misioneros del Canadá francés fueron al oeste. Y son acusados de un acto criminal que sería el peor crimen colectivo de la historia canadiense. Es imposible que comunidades religiosas hayan cometido un crimen así. No tiene ningún sentido. Los medios no están manifestando un sentido crítico. 

¿Es verosímil que esos niños de Kamloops hayan muerto y hayan sido enterrados sin avisar a sus padres y sin registro de defunción?

–No. Esa historia es literalmente inverosímil. Los jefes de la banda o los padres se habrían quejado. No son gente que se calla. Habrían ido al Ministerio de Asuntos Indios, a la policía, son familias tan interesadas en la suerte de sus niños como cualquier otra familia. Esta idea de fosas comunes de niños desconocidos muertos sin que sus padres hubieran reaccionado me parece del todo descabellada: tout à fait farfelu.  

Un escritor y archivista de la provincia de Alberta, Éloi DeGrâce, me envió el siguiente email: 

“Trabajé como archivista de los Oblatos de María Inmaculada, de las Hermanas de la Providencia, y del Arzobispo, en Edmonton, Alberta. La CVR nunca consultó esos archivos. Sin embargo, están llenos de documentos importantes. En las crónicas que copié en mi ordenador pude escribir todos los nombres de los alumnos fallecidos en la escuela, en la casa o en el hospital de cinco escuelas para indígenas de la provincia de Alberta. Hasta anoté los nombres de los antiguos alumnos fallecidos; las Hermanas estaban muy ligadas a sus antiguos alumnos y cercanas a las familias en el duelo. Es un tema importante porque se dice que los niños ‘desaparecieron’ sin dejar rastros. Las cinco escuelas de Alberta de las que yo tengo crónicas, estaban en las reservas y los padres llevaban sus niños ahí. Cuando un niño enfermaba gravemente, los padres eran a menudo informados. Las crónicas demuestran bien que los muertos eran llevados al cementerio de la misión. Nada de secretos. Las cinco escuelas que yo estudié no tenían un cementerio particular. Como esas escuelas estaban en las reservas, nunca fue cuestión de ‘arrancar’ a los niños de sus familias. No creo en los niños desaparecidos ni en las fosas comunes. Creo que era imposible que un niño desapareciera. Había un registro. El gobierno sabía quién iba a la escuela. El médico y el ‘agente de la reserva’ debían autorizar la admisión de un nuevo alumno. Y había mucha inspección de todo tipo durante el año: inspector de escuela, médicos, enfermeras, agente de la reserva, funcionarios de Ottawa. Si hubiera faltado un solo alumno, se hubiera sabido. Y en Alberta, los padres tenían libertad para enviar a sus hijos o no. Los padres sabían lo que sucedía en la escuela. Los padres de los alumnos que iban a las escuelas se habían graduado de ellas. Si ellos hubieran recibido malos tratos, ¿por qué habrían enviado a sus propios hijos a esas instituciones?” 

Usted es un historiador profesional: ¿qué medios piensa que se deberían utilizar para aclarar este tema?

–Primero, la comunidad indígena de Kamloops debería ir a la policía para que encuentren los culpables de ese crimen horrible; si un crimen semejante hubiera sucedido en cualquier otro lugar de Canadá, se habría ido a la policía para verificar quiénes son los culpables y llevarlos a juicio si hace falta. Por tanto en este drama de los internados habrá que identificar a los culpables con una investigación policial.

En el caso del pensionado de la Primera Nación Cowenesess en Marieval, provincia de Saskatchewan, fundado en 1899, ¿de quiénes son las tumbas de 751 personas enterradas ahí?

–Ese cementerio católico es conocido por la gente de la zona. No se debería insinuar que niños han desaparecido y están enterrados ahí, sin desenterrar los restos primero, e investigar. Se sabe que en esas tumbas hay muchos adultos enterrados. Yo consulté las actas de matrimonios, bautismos y defunciones durante un período de esa misión católica. Están disponibles. No se puede insinuar que hay niños “desaparecidos” enterrados en ese cementerio. Es inexacto. Es posible que algunos alumnos estén enterrados ahí, así como adultos de todo tipo, incluyendo a religiosas y sacerdotes, y bebés. Parece ser que las cruces de madera que antes existían en ese cementerio fueron quitadas en los años 1960 por estar muy deterioradas.

En Williams Lake, British Columbia, 93 sepulturas no identificadas habrían sido descubiertas cerca de un antiguo internado, Saint Joseph’s Mission (1891-1981). Whitney Spearing, que dirige la investigación, y el jefe de banda Willie Sellars hacen gravísimas acusaciones a los antiguos sacerdotes y religiosas…

–Se trata de misioneros salidos de Québec en su mayor parte. Es el cementerio de esa misión católica. Pero una vez más se trata de investigaciones preliminares. Que llamen a la policía, para descubrir a los autores de ese crimen, y que excaven. Los indígenas ahí han llegado a sus propias conclusiones. Mais en soi, que comunidades religiosas sean responsables de crímenes tan horribles como de tirar a niños muertos en fosas comunes, esa matanza es inimaginable. No tiene sentido. Que lo prueben. No hay ninguna prueba. Nadie ha sido inculpado. No hay nombres de chicos. No hay nombres de padres de niños presuntamente desaparecidos. Todo es muy vago. Me parece que con todas estas historias existe un anticatolicismo primario

En su informe de 2015, la CVR identificó tres mil doscientos fallecimientos de estudiantes en los internados en casi siglo y medio. Pero esa Comisión no pudo hallar los nombres de un tercio de esos alumnos; y no pudo averiguar la causa de defunción de la mitad de ellos (o sea de 1600). ¿Por qué hubo alumnos fallecidos sin nombre?

–Hubo un error metodológico. Contaron dos veces a los niños difuntos. Yo lo explico en mis artículos: Où sont les restes des enfants inhumés au pensionnat autochtone de Kamloops? ((DOC) Kamloops pensionnat | Jacques Rouillard – Academia.edu) y In Kamloops, Not One Body Has Been Found – The Dorchester Review)

El número de niños fallecidos está por lo tanto inflado. Es por eso que la Comisión sólo pudo encontrar los nombres de 32 % de esos niños difuntos: porque están contados dos veces. Ahora buscan a esos niños “desaparecidos” en los cementerios cercanos a los internados. Es una hipótesis falsa desde el principio.  El objetivo de la CVR no era propiamente histórico científico, sino que era demostrar que las quejas indígenas estaban sustanciadas, que los abusos habían tenido lugar. No es historia objetiva de los internados. La CVR presenta una imagen ultra crítica de la historia de los internados, y del rol de las comunidades religiosas, del rol del gobierno canadiense. 

Hay que tener en cuenta que en el Canadá inglés de fines del siglo XIX se había legislado la obligatoriedad escolar y que por tanto las autoridades quisieron extender esa obligatoriedad a los nativos de entre 6 y 15 años de edad. El gobierno canadiense a partir de 1890 creó los internados porque había indígenas muy dispersos que no podían asistir a clase en escuelas normales, y estableció la obligatoriedad de asistir a ellos. No era quizás la mejor manera de educarlos. Los chicos que deben ir tienen entre 6 y 15 años. Parece algo inhumano. Tendrían que haber dejado a los padres la libertad de enviar a sus hijos o no. Hubiera quizás sido la mejor solución. El objetivo del gobierno era asimilarlos a la sociedad canadiense. Hoy se le reprocha eso, y los líderes indígenas piden y obtienen del gobierno federal compensaciones financieras más que millonarias por esa razón, y por haber perdido sus culturas y modos de vida. Y piden cada vez más dinero en compensación, también a la Iglesia católica. Van a pedir compensación financiera también al Papa. Sugiero la consulta de un documento sobre las reivindicaciones legales indígenas. Miles de millones de dólares están en juego, y hay un gran beneficio para algunos abogados canadiense: Tom Flanagan, FISCAL EXPLOSION – Federal Spending on Indigenous Programs, 2015–2022.

¿Encuentra usted en sus investigaciones que las autoridades y los misioneros quisieron sofocar las culturas autóctonas?

–Sí. Pero de ahí a hablar de “genocidio cultural”, como hace la CVR, es discutible. Prefiero utilizar las expresiones “asimilación” e “integración”. Se intentó la asimilación del indígena a la cultura de origen europeo, al idioma inglés o francés, a enseñarles a fin de cuentas a hablar y a escribir en esos idiomas, a contar. Ese era el papel de las escuelas. Pero tuvieron como efecto el de sofocar las culturas y lenguas autóctonas. No los querían excluir, como quisieron los estadounidenses blancos con los negros. Tuvo como consecuencia el de sofocar sus modos de vida, sus culturas, sus lenguas. Hoy en día, cuando la educación está en manos de los indígenas, los alumnos también aprenden a escribir en inglés, a contar, etc., y se añaden, y está muy bien, materias de historia y lengua indígenas. Pero realísticamente no pueden volver a sus lenguas originales. Porque no pueden funcionar en el mundo moderno así. Es imposible. 

Perdieron, entonces, una parte de sus culturas. Pero, ¿podría haber sido de otro modo? ¿Podrían habérseles enseñado también sus lenguas y sus historias? Sí. Hubiera sido más respetuoso. Pero hay una gran diferencia con el tratamiento en Estados Unidos durante mucho tiempo de la colectividad negra: ahí intentaron excluirla. En Canadá desde el siglo XIX no se intenta excluir sino integrar a los indígenas lo más rápidamente, con los valores y las lenguas dominantes. Se concentraron en los jóvenes. Los misioneros tenían como objetivo instruirlos y convertirlos.

Hasta la década de los 1990 la mayoría de los indígenas tenían una opinión favorable de los internados. Pienso que un “complotista” que puede haber contribuido a la situación actual es Kevin Annett, un ex-pastor protestante canadiense, denunciado por la Iglesia Unida de Canadá (ver Kevin Annett and the United Church). 

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Recursos

El poder escondido del sentido del oído

Entre los tres sentidos que podemos llamar primarios destaca el sentido del oído y la capacidad de escucha del ser humano. El oído sería el sentido de los sentidos

Ignasi Fuster·8 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Se dice del hombre o la mujer sensibles que sienten hasta lo imperceptible. La persona sensible es aquella que desarrolla la capacidad de sentir. Sentir en un sentido activo (se hace capaz de apreciar las cosas) y sentir en un sentido pasivo (es capaz de sentir con facilidad lo que le rodea).

La insensibilidad, por el contrario, es la obturación de los sentidos, que trunca el fluir mismo del ser humano hacia el exterior. Persona insensible es la que no aprecia ni se deja estimular por la riqueza multiforme del universo que nos envuelve.

Los sentidos son la prueba fehaciente de la existencia de un mundo exterior que provoca y estimula constantemente el mundo interior: el aire que respiramos, los colores que observamos, los murmullos que captamos.

El mundo posibilita nuestra conservación y acrecentamiento. A través de los sentidos nos abrimos al mundo, y somos capaces de interiorizarlo mediante las imágenes. Los sentidos se hallan insertos en la corporeidad humana, de tal manera que los órganos externos que representan a cada uno de los sentidos, constituyen la apertura fundamental del ser humano al mundo físico y corpóreo, inerme y animado, visible y patente. En cambio, lo invisible se halla muy lejos de aquella primera experiencia que caracteriza a los hombres corpóreos.

Es tema clásico del estudio sobre el ser humano y su raíz cognoscitiva, el recurso a la realidad de los sentidos, que habitan en el confín corpóreo del ser humano: los ojos que ven, los oídos que oyen, el tacto que roza, el olfato que huele y el gusto que saborea. Tales sentidos retratan el misterio del ser humano. No es difícil identificar a los cinco sentidos que adornan al ser humano (3+2).

Entre los sentidos podemos distinguir tres principales para asegurar cualquier experiencia de lo otro: la vista, el oído y el tacto. La resultante de esta triple coordenada sensible es precisamente la configuración de la imagen, con su figura visual, su sonido propio (o no) y su textura física característica. El pintor que pinta un cuadro necesita de tales sentidos para hacerse cargo del paisaje exterior o de la intuición interior que le seduce.

Además existen dos sentidos curiosamente complementarios ligados a la nariz y la boca: el olor y el gusto que nos penetran a través del olfato –oliente- y la lengua –gustativa-. Ahora bien, ¿cabe descubrir algún orden en esta trama del pentágono de la sensibilidad? ¿A qué se refiere aquel segundo nivel de sentidos situados a posteriori?

Del triplete inicial destaca el carácter básico y conformador del tacto. Todos los sentidos, de hecho, se activan y son heridos por efecto del tacto, es decir, del contacto con el estímulo que penetra de algún modo a través de los órganos, para pre-configurar la percepción.

Los ojos son dramáticamente poderosos: capaces de visionar con mayor o menor detalle el panorama del mundo que nos rodea. La vista permite una maravillosa posesión de las cosas y los territorios. Yo lo vi; yo fui testigo; los ojos no me engañan. La primera verdad del mundo se nos da a través de los ojos. De ahí que la ceguera sea un verdadero drama para el ser humano que en sus adentros desea conocer y abrirse a la verdad.

Sin embargo, entre los tres sentidos que podemos llamar primarios destaca el sentido del oído y la capacidad de escucha del ser humano. El oído sería el sentido de los sentidos. La escucha está ligada a la capacidad del hombre para pronunciar palabras, es decir, al poderío lingüístico del hombre.

La palabra se pronuncia para ser escuchada  –no visionada-. Y precisamente el rostro que vemos con sus labios en movimiento y que escuchamos a través de la palabra, nos transporta a un mundo desconocido de significados y relatos. Somos transportados al mundo del sentido, o mejor dicho, a aquel mundo que quizás hemos visionado, pero que está pendiente de sentido. Por eso, unos ojos que no escuchan pueden ser terroríficos, mientras que unos oídos que ven constituyen la mejor medicina racional para aprender a mirar y hallar la perspectiva decisiva del sentido. El oído es, entonces, el órgano del sentido.

Y he ahí el significado de la aparición de los dos sentidos que nos faltan: el olfato y el gusto. La transición del primer nivel fundamental de los sentidos al segundo nivel derivado, se realiza a través de la mediación inaudita del oído, capaz de escuchar ya sea el silencio tácito o el discurso hablado.

El oído nos abre al relato -quizás silencioso-, aunque sea el más sencillo del mundo. Por ejemplo, “el Sol nace por el horizonte cada mañana para avivar los colores del mundo”. ¡Ya hemos hallado un primer sentido cosmológico que nos arrebata el corazón! Entonces, aquellos otros dos sentidos nos sitúan de lleno en la estimación (o valoración) de las cosas.

Sabemos que no todas las cosas desprenden un aroma agradable. Ni que todas las cosas son aptas para ser saboreadas. Pero en un sentido más profundo, todo en el mundo desprende olor y posee su sabor. El sol, por ejemplo, ni huele ni tiene sabor. Pero posee un sentido íntimo, es decir, su olor y su sabor. El hombre sensible es el que es capaz de descubrir el sentido interior escondido en las cosas. Por eso el artista percibe aromas y retrata gustos (y disgustos). ¿Cuál sería el olor y el sabor del sol? El sol pinta los colores del mundo para nuestros ojos e ilumina la atmósfera oscura y tenebrosa de la noche. Es el sentido primigenio de la luz. Aquella luz que el Creador separó de las tinieblas en el primer día del tiempo del mundo (Génesis 1,3-4).

                                                                                                          I.F.

El autorIgnasi Fuster

Cultura

Diana García Roy: “Busco una escultura que refleje el espíritu, que salga del corazón de forma sincera”

La escultora española Diana García Roy es autora de numerosas obras escultóricas de variada temática. Su obra religiosa, muy valorada en la actualidad, puede contemplarse en oratorios, capillas e iglesias de diversos países. 

Maria José Atienza·7 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Madrid, Roma, Nueva York, Uruguay o Camerún son algunos de los lugares en los que se pueden encontrar obras de Diana García Roy. 

Esta joven española es conocida especialmente en su faceta de escultora, aunque también cultiva otras disciplinas como el dibujo o la pintura. 

Autora de obras como la Virgen de la Esperanza, una imagen mariana que se encuentra en una capilla situada en una colina sobre el río Uatumá, en pleno corazón de la selva amazónica, o el retablo de la parroquia de San Manuel González en San Sebastián de los Reyes en España y de diferentes obras de arte abstracto, Diana García Roy, licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, se dedica, desde hace más de dos décadas a la escultura. 

“Tenía una necesidad interior de materializar vivencias personales –de lugares, espacios arquitectónicos–, una pasión por contar la belleza que aprecio a mi alrededor”, destaca Diana García Roy. 

Paso a paso se fue abriendo paso en el campo artístico y, a día de hoy, son numerosas las exposiciones, individuales y colectivas en las que ha participado. 

A lo largo de este tiempo, Diana García Roy ha recibido becas para la creación artística de instituciones de gran prestigio como la Casa de Velázquez, la Fundación Marcelino Botín, la empresa Barta & Partners y del Ministerio de Asuntos Exteriores para la Academia de España en Roma. “Gracias a ellas, y a los proyectos que han tenido la confianza de encargarme”, señala, “he ido creciendo en mi proyecto personal”.

La estancia en el estudio de Venancio Blanco supuso un punto de inflexión en su manera se concebir la escultura y su proceso creativo: “Cambió mi forma de ver la escultura. Me introdujo por los verdaderos caminos de la creación. Tengo una gran admiración por su persona y por su obra”, apunta. 

La escultora describe su estilo creativo como una creación que nace del corazón del artista: “Trato de traducir en expresión estética, la idea que tengo en mi interior. Empleo un lenguaje de juego de planos, más bien arquitectónico, pero dejando la huella humana del proceso. Busco una escultura que refleje el espíritu, que salga del corazón de forma sincera. Que transmita al espectador aquello que a mi me ha dejado huella. Que sea transcendente, con fuerza y sensibilidad”. 

De entre las numerosas obras y encargos de esta escultora, “han sido muy importantes para mi los conmemorativos a víctimas del terrorismo y a Miguel Ángel Blanco, asesinado por la banda terrorista ETA”. 

“Ver el espíritu”. Su obra de arte sacro

“Poco a poco, han crecido en entidad los encargos de arte sacro, que he realizado para muchos países”, apunta Diana García Roy. En efecto, oratorios particulares en Nueva York, Roma o iglesias en Argentina y Puerto Rico acogen piezas de la obra religiosa de la joven escultora española.

¿Qué es el arte sacro para una artista que dedica parte de su obra a este encuentro entre Dios y el hombre a partir del arte? Ante esta cuestión, para García Roy se trata de “ver el espítitu”. La escultora sostiene que el arte figurativo no es sinónimo de buen arte sacro. “Es necesario un mínimo de figuración para poder elevarse a partir de ahí. Es cierto, pero no hay que quedarse demasiado en la estética, en la apariencia”, afirma. “Se trata de dar un paso más allá: ver el espíritu que hay dentro, encontrar su fuerza interior, su expresión trascendente, descubrir el origen sagrado de aquella figura y encontrar la forma de transmitirlo. Es un gran reto nada fácil”. 

Un punto en el que la escultora coincide con la idea del pintor, y también escultor, Antonio López, que a pesar de su hiperrealismo, defiende que el arte religioso tiene que centrarse en lo religioso y olvidar, en cierto modo, el “arte” (Cfr. Omnes nº 711). Para García Roy, “igual que la oración nos hace conectar con Dios, el arte sacro tiene que ir de la mano para el mismo fin. Debe transmitir una transcendencia, una espiritualidad que eleve el alma”.

De entre sus obras religiosas, la realización del retablo de la parroquia española de San Manuel González ha sido para esta escultora un verdadero reto. El retablo, de unos 12 metros de altura, se compone de siete paneles, de cuatro metros de alto cada uno, distribuidos en tres alturas.  

Destaca Diana Gargía Roy que “el retablo de la parroquia de San Manuel González ha sido un gran reto en el que he aprendido muchísimo”. Para una artista católica practicante,  formar parte de la construcción de la casa de Dios siempre es una responsabilidad. Para Diana, “lo que más me ha edificado personalmente, es haber tenido el honor de hacer una creación al servicio de Dios, un gran acompañamiento espacial alrededor del sagrario. Y haber visto que, con mi trabajo, puedo ayudar a la gente a rezar”. 

Un rostro que lleve a Dios

¿Cómo se “elige” el rostro de una talla de la Virgen o un Crucificado? Ante esta cuestión, García Roy no se detiene en lo “artístico” sino que, como apunta, “busco transmitir el fondo espiritual de mis experiencias por medios escultóricos. No pretendo definir el rostro de la Virgen o de Jesucristo. Sería muy pretencioso por mi parte y creo que no ayudaría. Buscando la belleza intento descontextualizar los rostros, idealizarlos de forma que sea una belleza atemporal, espiritual, evitando el retrato de una persona concreta. Que aquel rostro conmueva en lo más íntimo y nos lleve a Dios”

Con su obra de arte sacro, Diana García Roy lo tiene muy claro: “Mi gran reto es llegar al corazón del hombre y que aquella obra le invite a la conversión. Encontrar, desde la fe, una forma de expresar la belleza de Dios de forma que conmueva profundamente y transforme nuestro corazón”.

Hoshi. La estrella 

Uno de los proyectos actuales en los que se encuentra trabajando esta escultora recibe el nombre de Hoshi. Bajo ese concepto, Diana García Roy “da nombre al trabajo de muchos años: importantes proyectos y esculturas de arte sacro”.

A través de Hoshi “la intención actual es darles visibilidad y facilitar la compra de las reproducciones que realizo en pequeño formato, por las que está interesada mucha gente desde hace tiempo. La idea es ir creando obra nueva, ampliando la variedad y proporcionar el contacto para nuevos encargos. Son piezas apropiadas tanto para un hogar, jardín, como una iglesia…”, que estarán disponibles a través de su web la próxima primavera aunque ya se pueden encargar a través de redes sociales como Facebook o Instagram.

La elección del nombre no es casual. “Hoshi” significa “estrella” en japonés y Diana García Roy “quería poner esta empresa bajo la protección de la Virgen. Ella es Estrella de la mañana, Estrella de oriente. Y como siempre me ha atraído el arte japonés, elegí para el nombre este idioma”.

Cada pieza es única para Diana García Roy. Ya sea de su colección de arte abstracto o de las piezas de arte sacro que han ido saliendo de sus manos a lo largo de estos años. Hoy por hoy, no prefiere ninguna: “Cada una tiene una historia, unas circunstancias…por todas siento un gran cariño. Es verdad que hay algunas que me gustan más que otras, pero las que más me interesan son las que tengo en la mente, en el corazón, y estoy deseando plasmarlas en materia”. 

Al igual que no elige una obra suya, tampoco se queda con ninguna obra de arte ajena, sino que aprecia muchas, ésas que “con su belleza me atrapan, me llegan muy adentro elevando el espíritu”.

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Educación

Suicidio juvenil y educación

El cultivo de la trascendencia, encontrar un sentido para la vida, la dimensión espiritual de la persona debe cultivarse si no queremos dejarles a nuestros jóvenes amputados en su alma.

Javier Segura·7 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Es alarmante el número de suicidios entre los jóvenes y adolescentes y, sobre todo, cómo va incrementándose la incidencia hasta llegar a ser la principal causa de muerte juvenil. La sociedad está cayendo en la cuenta de ello. Se habla en distintos medios de comunicación y entre los profesores sobre el tema, con una gran inquietud. ¿Cómo prevenir esta lacra?

La adolescencia es un momento especialmente inestable y muchos chicos y chicas pasan por experiencias que les cuesta superar porque psicológicamente están en un momento difícil. Hay un componente en esta edad que se añade a la problemática del suicidio. Y está claro que la pandemia y la gestión que hemos hecho de ella, encerrando en casa a todo el mundo, llenando su mente de miedos, quitándoles relaciones sociales no ha ayudado precisamente a tener un equilibrio emocional.

Pero más allá de estas dos claves, debemos preguntarnos si no habría que hacer algo realmente eficaz desde el ámbito educativo para luchar contra el suicidio entre los jóvenes. Son loables y necesarias iniciativas como el teléfono de la esperanza, pero hemos de preguntarnos sinceramente, sin culpabilizarnos, por esta cuestión a fondo. ¿Está fallando algo en la educación que les damos a nuestros niños y adolescentes?¿Qué más podemos hacer desde la familia y desde la escuela?

La primera idea que se me ocurre es que es necesario introducir en la educación reglada, y mucho más en la que reciben en casa, un ámbito donde se trabaje precisamente el llenar de sentido la vida, la dimensión más trascendente de la persona. Evidentemente esto se hace desde la asignatura de Religión con la última referencia de Dios como sentido de la vida. Pero sin duda debiera ser un aprendizaje que pudiese llegar a todos los alumnos, pues es una dimensión esencial a la persona. El cultivo de la trascendencia, encontrar un sentido para la vida, la dimensión espiritual de la persona debe cultivarse si no queremos dejarles a nuestros jóvenes amputados en su alma. Y para ello no es obligatorio hacerlo desde la perspectiva que aporta la religión católica. Hay otras cosmovisiones que intentan dar respuesta a las grandes preguntas del ser humano. Y los alumnos tienen derecho a conocerlas.

En esta línea iba la propuesta que la Conferencia Episcopal Española hizo al Ministerio de Educación al presentar un área que trabajase esta dimensión humanista desde distintas opciones y que, por desgraciada, el Ministerio desestimó. Las preguntas sobre el sentido del dolor, de la muerte, las esperanzas más profundas y los anhelos más íntimos del corazón, la misma pregunta sobre Dios, están en la mente y el corazón de los jóvenes. Y una educación que no aborde esos temas es simplemente una educación a la que le falta una dimensión esencial.

En segundo lugar es necesario hacer una autocrítica radical. No hemos preparado a nuestros jóvenes para el sufrimiento y la frustración. Nuestra educación –también la que damos en los ámbitos de familia y parroquias- falla en esto estrepitosamente. Leía en un artículo en el que un padre daba testimonio sobre el suicidio de su hijo, que un joven cuando se suicida lo que realmente quiere es dejar de sufrir, no tanto acabar con su vida. Y es verdad. Les hemos enseñado a nuestros adolescentes muchas habilidades y conocimientos, menos la capacidad de sufrir. Les hemos ocultado que el sufrimiento, el fracaso, el dolor forman parte de la vida como lo son el gozo, el crecimiento o la alegría. Y por ello no saben cómo gestionar las  experiencias más duras que tiene la vida.

Llenar de sentido la vida, infundir razones para la esperanza, es el camino en positivo para salir adelante. Desarrollar una capacidad de acoger el sufrimiento y las dificultades, sabiendo asumirlas y aprender de ellas es también otro de los modos en los que salimos de los baches de la vida. Son las dos alas que nos permiten elevar el vuelo cuando la sombra nos acecha y se cierne sobre nosotros.

Cultura

Diana García Roy: “Cerco una scultura che rifletta lo spirito, che esca dal cuore con sincerità»

La scultrice spagnola Diana Garcia Roy è autrice di numerose opere scultoree di diverse tematiche. La sua opera religiosa, che è molto apprezzata attualmente, si può ammirare in oratori, cappelle e chiese di diversi luoghi.

Maria José Atienza·7 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Madrid, Roma, Nueva York, Uruguay e il Camerún sono solo alcuni dei posti dove si possono trovare le opere di Diana Garcìa Roy.

Questa giovane spagnola è conosciuta soprattutto per la sua scultura, anche se coltiva altre discipline come il disegno e la pittura.

E’ autrice di opere come la Madonna della Speranza, una raffigurazione mariana che si trova in una cappella sita su una collina sopra il fiume Uatumà, nel cuore della selva amazzonica. O la pala d’altare della parrocchi di san Manuel Gonzalez a san Sebastian dei Re in Spegna. E molte altre opere di arte astratta. Diana Garcia Roy diplomata in Belle Arti all’Università Compplutense di Madrid, si dedica da più di due decenni alla scultura.

Ho sempre avuto un vero e proprio bisogno interiore di materializzare esperienze personali dei luoghi, degli spazi architettonici, una passione per raccontare la bellezza che ammiro attorno a me, sottolinea Diana Garcia Roy.

Poco a poco si è aperta strada nel campo artistico e oggi sono molte le mostre personali e collettive alla quali ha preso parte.

In questi anni Diana ha ricevuto fondi per la creazione artistica di istituzioni di prestigio come la Casa di Velazquez, la Fondazione Marcelino Botin, l’impresa Barta & Partners e da parte del Ministero degli affari esteri per l’Accademia di Spagna a Roma. “Grazie a questi fondi e ai progetti che con fiducia mi sono stati affidati, sono cresciuta nel mio progetto personale”.

La permanenza nello studio di Venanzio Blanco ha comportato un momento di svolta nel modo di concepire la scultura e il processo creativo: “Ha cambiato il modo di vedere la scultura. Mi ha introdotto sui veri sentieri della creatività. Ho grande ammirazione per la sua persona e la sua opera”.

L’artista descrive il suo stile creativo come una creazione che nasce dal suo cuore: “Cerco di tradurre in espressione estetica l’idea che ho nella mia interiorità. Uso un linguaggio che gioca con i piani, forse più architettonico, ma che evidenzi bene l’impronta umana nel processo esecutivo. Cerco una scultura che rifletta lo spirito, che esca dal cuore in modo sincero. Che trasmetta a chi la guarda ciò che a me ha lasciato come orma profonda. In definitiva che sia trascendente, con forza e sensibilità”

Tra le numerose opere e incarichi di questa artista “sono state per me molto importanti quelle commemorative delle vittime del terrorismo e la scultura dedicata a Miguel Angel Blanco, assassinato dalla banda terrorista dell’ETA.

“Vedere lo spirito”. L’opera di arte sacra

Dice Diana Garcìa Roy che “poco per volta sono aumentati gli incarichi di arte sacra, che ho realizzato per molti paesi”. E così che in oratori e chiese di New York, Roma, Argentina e Portorico ci sono opere di questa giovane scultrice spagnola.

Che cos’è l’arte sacra per un artista che dedica parte del suo lavoro a questo incontro tra Dio e l’uomo proprio a partire dall’arte? Diana Garcia Roy risponde che si tratta di “vedere lo spirito”. La scultrice sostiene che l’arte figurativa non sempre è sinonimo di una buona arte sacra: “E’ necessario un minimo di figurativo per potersi elevare a partire proprio da questo. E’ vero, ma non non si deve rimanere troppo sul livello estetico, all’apparenza. Si tratta di far un passo avanti: vedere lo spirito che c’è dentro, trovare la sua forza interiore, la sua espressione trascendente, scoprire l’origine del sacro di una certa figura e trovare la forma di esprimerlo. E’ una grande sfida, per nulla facile”.

C’è un aspetto sul quale l’idea della scultrice combacia con quella del pittore e scultore Antonio Lopez, che nonostante il suo iper realismo, difende il concetto che l’arte religiosa deve centrarsi sul religioso e dimenticare in un certo senso l’”arte” (cfr Omnes n° 711). Per Garcia Roy “così come la preghiera ci mette in connessione con Dio, l’arte sacra deve prenderci per mano e portarci allo stesso fine. Deve trasmettere una trascendenza, una spiritualità che eleva l’anima”.

Tra le sue opere religiose, l’esecuzione della pala d’altare della parrocchia spagnola di san Manuel Gonzales è stata per questa artista una vera sfida. La pala, di circa 12 metri di altezza, si compone di 7 pannelli di quattro metri di altezza ciascuno, distribuiti in tre ordini.

Diana sottolinea che “la pala della parrocchia di san Manuel Gonzalez è stata una grande sfida nella quale ho imparato moltissimo”. Per un’artista cattolica e praticante, prendere parte alla costruzione della casa di Dio è sempre un grande responsabilità. Per Diana “ciò che mi ha più edificato personalmente è aver avuto l’onore di fare qualcosa di creativo al servizio di Dio, un accompagnamento nello spazio del tabernacolo eucaristico. E ho constatato che, con il mio lavoro, posso aiutare le persone a pregare”.

Un volto che porta a Dio

Come si sceglie il volto di una statua della Madonna o di un Crocifisso? Garcia Roy risponde che non si ferma al meramente “artistico” ma “cerco di trasmettere il senso spirituale delle mie esperienze attraverso il mezzo scultoreo. Non pretendo di definire il volto della Madonna o di Gesù. Sarebbe pretenzioso da parte mia e credo che non aiuterebbe. Cercando la bellezza cerco di decontestualizzare i volti, idealizzarli in modo che diventi una bellezza senza tempo, spirituale, evitando di ritrarre una persona dal vivo. Ricerco quel volto che commuova nel più intimo e ci porti a Dio.

Sulla dimensione dell’arte sacra Diana ha le idee chiare: “la mia grande sfida è di arrivare al cuore dell’uomo e che l’opera inviti alla conversione. Cercare, a partire dalla fede, una forma per esprimere la bellezza di Dio in modo che commuova profondamente e trasformi il nostro cuore.

Hoshi. La stella

Uno dei progetti attualmente in corso è stato battezzato con il nome di Hoshi. Con questo concetto Diana Garcia Roy “denomina il lavoro di molti anni: importanti progetti e sculture di arte sacra”.

Attraverso Hoshi “ho intenzione di dare visibilità e facilitare l’acquisto delle riproduzioni che realizzo in formato ridotto, verso le quali molte persone sono interessate da tempo. L’idea è di creare un’opera nuova, allargando la varietà e offrire il contatto per nuovi incarichi. Sono opere appropriate tanto per la casa che per il giardino, e anche per una chiesa…” che si troveranno disponibili sulla pagina web a partire dalla primavera prossima, ma già adesso disponibili sui social Instagram e Facebook.

La scelta del nome non è casuale. “Hoshi” significa stella in giapponese e Diana “desidera mettere questa impresa sotto la protezione della Madonna. Lei è la Stella del mattino, la Stella d’Oriente. E poiché mi ha sempre attratto l’arte giapponese, ho scelto questa lingua per il nome del sito”.

Ogni pezzo è un pezzo unico per Diana Garcia Roy, sia che faccia parte della collezione di arte astratta che le opere di arte sacra che ha modellato con le sue mani in questi anni. Oggi come oggi non ha una preferenza per qualche opera: “ognuna ha la sua storia, le circostanze che l’hanno accompagnata, per tutte ho grande amore. E’ vero che ce ne sono alcune che mi piacciono più di altre, la quelle che mi interessano di più sono quelle che ho nella mente, nel cuore, e che sto desiderando di plasmarle nella materia.”

Così come non predilige una sua opera, neppure si sofferma su opere altrui, ma che ne apprezza molte, soprattutto queste che “con la loro bellezza mi conquistano, mi entrano dentro elevando lo spirito”.

Mundo

«I cattolici di Russia, Ucraina, Kazakistan, Bielorussia, restano uniti»

Tra i credenti non c'è divisione. "I cattolici di Russia, Bielorussia, Ucraina, Kazakistan, sono uniti nella preghiera e cercano la pace", ha affermato Sviatoslav Shevchuk, arcivescovo maggiore della Chiesa greco-cattolica ucraina, in una conferenza stampa online organizzata da Aid to the Church in Need (ACN ) sulla crisi ucraina.

Rafael Miner·6 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Testo originale in spagnolo qui

“Lo stesso Nunzio a Minsk [capitale della Bielorussia] sta pregando per la pace in Ucraina ed è molto grato ai cattolici di Russia,  Kazakistan e  Bielorussia, perché sono uniti nella ricerca della pace”, ha aggiunto l’arcivescovo ucraino, in una conferenza alla quale ha partecipato anche monsignor Visvaldos Kulbokas, nunzio apostolico in Ucraina.

L’arcivescovo ucraino Shevchuk ha sottolineato un altro aspetto: la crisi in Ucraina non è solo in Ucraina, ma ha effetti sull’Europa e il mondo, in quattro aspetti:  quello militare, quello della disinformazione e propaganda, della politica e della  economia. Questo tema verrà affrontato subito dopo, ma ora ascoltiamo le sue parole riguardo alla situazione attuale:

“In questo conflitto, l’Ucraina è solo una parte dell’intero quadro globale della crisi. Ovviamente abbiamo paura. Per la nostra posizione storica e geografica, siamo il Paese più esposto. Siamo in prima linea. Ma la crisi ucraina non è solo un problema per gli ucraini. Ha conseguenze per il mondo intero, per l’Unione Europea, per gli Stati Uniti e per i paesi della NATO”.

«La guerra è il modo peggiore di rispondere ai problemi», ha detto. “La nostra speranza oggi è che, con la preghiera e il sostegno della comunità internazionale, tutti possiamo dire no alla guerra. Stiamo assistendo con i nostri occhi a una vera idolatria della violenza che sta crescendo nel mondo. Noi cristiani dobbiamo dire ad alta voce no all’azione militare come soluzione ai problemi. Solo il dialogo, la cooperazione e la solidarietà possono aiutarci a superare ogni tipo di difficoltà e crisi».

In precedenza, l’arcivescovo aveva sottolineato che “sentiamo di essere giunti al culmine di una pericolosa escalation e aggressione militare contro l’Ucraina. “È vero che il nostro Paese è attaccato dalla Russia da otto anni, ma l’escalation a cui assistiamo oggi non è una semplice continuazione della guerra nel Donbass o una conseguenza dell’annessione della Crimea. Stiamo assistendo a un’escalation del conflitto tra la Russia e il mondo occidentale, in particolare gli Stati Uniti».

“La prima cosa è pregare”

In questo contesto, l’arcivescovo greco-cattolico ha riconosciuto che stanno studiando “cosa fare in caso di una invasione”. E ora “stiamo promuovendo un rete fra di noi, ‘facciamo rete’, sviluppiamo la cooperazione tra le chiese, aiutandoci a vicenda. La sua proposta, e quella degli altri vescovi, punta su “tre risposte alla situazione attuale”.

“La prima cosa da fare è pregare. L’abbiamo visto ieri in una riunione dei vescovi. Oggi tutta l’Ucraina reciterà insieme il Rosario. La preghiera è molto importante. La seconda: solidarietà con chi ne ha bisogno. L’anno scorso hanno realizzato una colletta per gli affamati. E quest’anno un’ altra per aiutare chi ne ha bisogno a riscaldare la propria casa: aiutare a superare l’inverno è fondamentale. La terza: per alimentare la nostra speranza, dobbiamo essere portatori di speranza”. “Crediamo che Dio sia con noi. Dobbiamo avere questa luce ed essere annunciatori della buona notizia per le persone che hanno paura, che sono disorientate, che hanno fame, che hanno freddo”.

Poi c’è il “rafforzamento della società ucraina per sentirci tutti uniti”, tema a cui ha fatto riferimento anche il Nunzio. Ci sono molti amici di fedi diverse che vogliono impegnarsi, aiutare gli altri. “Ci auguriamo di poter dire insieme no alla guerra, no alla violenza. L’azione militare non è la soluzione a nessuno dei nostri problemi. Il dialogo e la cooperazione lo sono».

“Un vero cristiano non promuove mai la guerra”

Il nunzio Kulbokas ha affermato, in una conferenza, che la Chiesa è al di sopra della politica. Dobbiamo esser capaci di parlare di fraternità, di rispetto, di dialogo. Non dobbiamo lasciare le controversie solo nelle mani dei politici. Vogliamo “promuovere la pace. Pregare, non aggredire, ha aggiunto. «Un vero cristiano non promuove mai la guerra»- ha sottolineato. Si promuove piuttosto la coesione. In modo speciale desideriamo la conversione dei cuori di chi governa”.

In un altro momento, il Nunzio ha anche indicato l’obiettivo del  “rafforzamento della società ucraina” e ha aggiunto che i fedeli, i credenti, sono molto più uniti fra di loro che la stessa gerarchia o i politici.  Ha inoltre dato una testimonianza personale, sottolineando che è molto bello lavorare lì, “perché in Ucraina le Chiese d’Oriente e d’Occidente si uniscono” e lo può constatare nel suo stesso lavoro, nel suo impegno quotidiano.

Attendono la visita di papa Francesco

Mons. Visvaldos Kulbokas ha espresso la «preoccupazione» con cui il Papa segue la situazione e la sua richiesta di preghiera fatta nella basilica di San Pietro, come riporta Omnes. L’arcivescovo greco-cattolico Sviatoslav Shevchuk ha aggiunto: “Sebbene la maggioranza degli ucraini sia ortodossa, papa Francesco è la più alta autorità morale del mondo. E ogni parola che dica riguardo alla situazione in Ucraina, sia all’Angelus che in altre occasioni, è molto importante per noi. Il nostro popolo è molto attento ad ogni parola che il Santo Padre rivolge alla “cara Ucraina”, riguardo le nostre sofferenze. Ma ciò che gli ucraini si aspettano soprattutto dal Papa è una sua visita in Ucraina. La possibilità della sua visita è la nostra più grande aspettativa e preghiamo che un giorno questo viaggio si realizzi”.

Cosa fare contro la disinformazione

L’arcivescovo Sviatoslav Shevchuk ha riconosciuto che ciò che la gente teme di più è che risulti efficace la malevola informazione. La Russia vuole cambiare il governo dell’Ucraina, si è detto. Economicamente, la Russia sta usando il prezzo del gas come arma economica: è questo  l’aspetto critico; le persone non possono pagare tutti i  soldi che sono necessari per riscaldare le loro case, e questo comporta molti problemi. «Nel nostro caso, ciò che dobbiamo fare è essere informati, pregare ed essere solidali gli uni con gli altri», ha incoraggiato.

Quando gli è stato chiesto come evitare la propaganda e la disinformazione, ha sottolineato che bisogna entrare in contatto con le persone del posto. Ha anche incoraggiato l’unità dei credenti di tutte le religioni. Questa escalation sta mettendo a dura prova l’economia ucraina, che è in calo, ha continuato. Ci sono problemi di manodopera per l’aumento del prezzo del carburante, che sta devastando la classe media, i piccoli imprenditori, i panifici… La Chiesa sta contribuendo a promuovere «alternative per il riscaldamento delle case, comprese le case intelligenti» che non dipendano dal gas.

“Sacerdoti, solo mediatori”

Nel sud-est dell’Ucraina, le comunità sono piccole ed economicamente fragili e ogni parrocchia è diventata negli ultimi anni un punto di assistenza sociale, ha spiegato l’arcivescovo. Si occupano della distribuzione di cibo, coperte, compresa l’assistenza psicologica alle persone affette da stress post-traumatico.

C’è «un’immensa povertà in queste comunità, e ci sono sacerdoti che vivono al di sotto della soglia di povertà», ha rivelato. Aiutare le persone in quei territori è difficile, perché devono attraversare zone russe, e «i sacerdoti sono gli unici mediatori», che non se ne vanno e dicono: stiamo con la nostra gente, non scappiamo, e se dobbiamo morire in Crimea,  moriremo in Crimea.

L’arcivescovo ha ricordato che, in un recente studio , si è riscontrato che “la gente apprezza molto la Chiesa, di qualsiasi confessione. «Come dobbiamo comportarci? Si tratta di una responsabilità che deriva dalla stessa fiducia di cui ci onora la popolazione”.

Educación

Alejandro Rodríguez de la Peña: “El movimiento ‘woke’ degenera en inquisitorial y niega la compasión”

“El movimiento woke y la cultura de la cancelación no pueden más que degenerar en un movimiento censor, inquisitorial, que impide la libertad de expresión, y que niega la compasión”, afirma el catedrático de Historia Medieval Manuel Alejandro Rodríguez de la Peña, premio CEU Ángel Herrera 2022, en una entrevista con Omnes.

Rafael Miner·6 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 8 minutos

Si la dignidad ha sido quizá el concepto más transformador y revolucionario del siglo XX, y que se ha divulgado con mayor precisión desde que el filósofo Javier Gomá publicó su obra con ese mismo título, ‘Dignidad’, el concepto de compasión podría tomarle el relevo en este siglo XXI.

Esto puede suceder por contraposición precisamente a ideologías como la cultura woke, cultura de la cancelación, a la que se refirió el pensador francés Rémi Brague en el Congreso de Católicos y Vida Pública del propio CEU en noviembre pasado, o a la idolatría de la violencia, de la que habló ayer Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica de Ucrania, en relación al conflicto que afecta a ese país y a Europa, y que recogió Omnes.

Uno de los autores que mejor puede contribuir al análisis y a la divulgación de la compasión es el catedrático de Historia Medieval de la Universidad CEU San Pablo, Manuel Alejandro Rodríguez de la Peña, que acaba de ser galardonado por la Fundación Universitaria San Pablo CEU con el Premio CEU Ángel Herrera, en su XXV edición, a la mejor labor de investigación en el Área de Humanidades y Ciencias Sociales.

Su historia está ligada de algún modo a la del Papa emérito Benedicto XVI, desde que en 2011, en la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Madrid, fue portavoz de los profesores en aquel encuentro celebrado en El Escorial. Quizá muchos le recuerden, y también el discurso de contestación del entonces Papa Ratzinger. En la entrevista aludimos a ese momento.

La distinción le ha llegado al profesor Rodríguez de la Peña por su obra ‘Compasión. Una historia’, que analiza la compasión a través de los siglos, y que permite una aproximación nueva a las raíces éticas de Occidente y un análisis comparativo de Israel, la Grecia clásica y el cristianismo.

La nota oficial destaca la “relevancia social de esta obra en estos momentos de nihilismo y confusión, dado su carácter optimista, al alimentar la esperanza en la bondad del hombre inspirado por el mensaje de Jesús que, en situaciones difíciles, fue fiel a una ética de la compasión desconocida por destacados personajes de la Antigüedad”.

Conversamos con el medievalista profesor Manuel Alejandro Rodríguez de la Peña, que ha sido vicerrector de Investigación y de Profesorado, vicedecano de la Facultad de Humanidades en la misma universidad CEU San Pablo, y profesor visitante en universidades de otros países.

¿Cuántos años lleva dando clase?

Leí la tesis en el año 99, estuve en Cambridge dos años y después llegué ya al CEU, donde llevo 20 años de profesor. Soy doctor en Historia Medieval y, desde hace unos meses, catedrático de Historia Medieval.

Le han concedido el Premio CEU Ángel Herrera a la mejor labor de investigación en el Área de Humanidades y Ciencias Sociales.

― Es un premio que dan todos los años y compiten proyectos que presentan candidatura de las tres universidades del CEU por área de conocimiento. Pueden ser libros, como es mi caso, pero también hay proyectos de investigación.

 ‘Compasión. Una historia”’ es el título de su obra, un relato de la compasión a través de los siglos…

― Esencialmente, lo que yo defiendo es la tesis de que la compasión no es una actitud biológica, no es algo genético, sino que es algo aprendido. Lo que hago es estudiar el origen de esa ética de la compasión en distintas civilizaciones y principalmente, y lo que más tiempo dedico en el libro es al mundo bíblico, Jesús de Nazaret, y al mundo griego, la filosofía grecorromana.

Pero también hay una parte sobre Oriente Próximo, India y China. Así pues, la idea es un análisis comparativo, y ver en qué medida la compasión está ligada a la religión, porque una de mis tesis es que al menos en una de las religiones está el origen de la compasión, el espíritu ascético de renuncia y el origen de la compasión que está vinculado.

Y luego, a través de esa comparación, ver qué tiene de especial o singular en la misericordia cristiana lo que es la compasiva de los Evangelios. Porque en el análisis comparativo entre estas culturas y al compararlo también con la filosofía grecorromana, se aprecia que en el Evangelio hay una idea de compasión distinta, más elevada, más avanzada que en el resto de culturas. Éste sería el resumen del libro.

¿De qué modo es la aproximación a Jesús?

―  Hay un capítulo dedicado a Jesús de Nazaret, a Jesucristo, no como Redentor porque no es un libro de teología, sino al Maestro de ética. A lo que es la dimensión ética de los Evangelios, al Sermón de la montaña, en qué medida Jesucristo ha introducido la idea de amor al enemigo y al prójimo universal que llega a un máximum ético que va más allá de los profetas en el antiguo Israel, que va más allá de Sócrates, del budismo o del confuncionismo.

R:  El rechazo al “ojo por ojo, diente por diente”…

― Sí, lo revisa. Y luego también reformula el mandamiento levítico. En la Torá ya está escrito ese mandamiento, que es “amar al prójimo como a ti mismo y a Dios sobre todas las cosas”. Luego hay un rabino muy importante, judío, contemporáneo de Jesús, más antiguo, pero coincidió durante unos años de vida con Jesús, que llegó a decir que ese mandamiento resume toda la Torá, toda la Ley.

Yo lo que lo que he intentado es ver qué tenía Jesús de especial, qué novedad ética hay en Jesús. Analizo como Él le da la vuelta a eso, porque el prójimo en la realidad hebrea era sólo el “judío”, no incluía a los gentiles de ese prójimo, y lo que hace es universalizar ese prójimo.

En segundo lugar, recoge el concepto de “amor” y le da una dimensión que ya está en Isaías, pero que Él desarrolla con los diferentes tipos de amor, por ejemplo. Él usa el amor ‘ágape’, que es un amor incondicional, de entrega. Y ya, por último, incluye en el prójimo al enemigo, el amor al enemigo. Que jamás nadie en ninguna cultura o civilización, había dicho esto. El enemigo por definición no estaba incluido en el amor.

La verdad es que el amor al enemigo es un desafío, ¿no?

― Totalmente. Por eso, va más allá de las reglas de oro. Una de las cosas que yo defiendo es que esto no es la regla de oro de Kant o de Séneca. La regla de oro no dice que ames al enemigo.

Aplicado un poco a nuestros días, a estas décadas; por ejemplo, en la cultura económica o política, es difícil observar esta norma ética de la compasión. En general, se tiende a hacer daño donde duele.

― En el libro hablo de eso, en el epílogo y la introducción. Estoy muy de acuerdo con lo que has dicho; por un lado, hay una hipercompetitividad, hay una secularización de la sociedad que ha hecho que esto en parte se haya perdido, pero lo que yo apunto es que más allá, hay una pérdida de compasión en lo que es la forma de vida individualista, occidental…, y esto coincide con lo que es una banalización de la compasión.

Es un término que yo uso a partir de lo que es la reflexión de varios pensadores sobre cómo en el mundo, o en la II Guerra Mundial, se puede decir que el nazismo o los totalitarismos en general, generan una deshumanización del hombre. Marcan el mínimo histórico de compasión, es decir, se va a una crueldad o inhumanidad, y entonces seguidamente hay una reacción tras la II Guerra Mundial, que es la Declaración de Derechos Humanos, civiles… Se puede decir que durante unas décadas en las que tuvieron mucho que ver muchos políticos y pensadores católicos, se intenta volver al humanismo cristiano.

Después de mayo del 68 y la posmodernidad, esto se ha banalizado. Lo que yo denuncio es que ésta es una sociedad que está constantemente, a diferencia por ejemplo de los nazis, hablando de solidaridad, compasión, humanización, de ayudar a los débiles…; pero la realidad es que es un mundo hipercompetitivo que de forma hipócrita está constantemente hablando de solidaridad, de empatía; pero la verdadera compasión, y eso es lo que yo explico en el origen de las éticas compasivas, tiene que ver con la renuncia, con una vida religiosa y con la espiritualidad. Entonces realmente lo que es, es una especie de discurso hueco e hipócrita y es banal.

Igual que Arendt habla de la banalización de los campos de concentración, del mal, como dice ella; la banalización de la compasión es que hemos rutinizado la compasión y le hemos quitado todo su valor, porque el valor de la compasión implicaba una forma de amar al prójimo que sólo cabe en la vida religiosa y que se ha perdido porque tiene que ver con la renuncia, con no tener intereses…

Si tú estás en una sociedad hipercompetitiva y super individualista, todo lo que es esa vida de solidaridad no es más que una especie de discurso para quedar bien, es hueco, es banal.

En un próximo Congreso tiene usted una ponencia sobre ‘Raíces espirituales de Europa’.

― Voy a hablar del humanismo cristiano, pero en una doble dimensión. El humanismo cristiano es humanismo en el sentido de cultura, por todo el legado cristiano, pero, y esto es una de las cosas que yo defiendo más, el humanista es humano en el sentido que tiene humanidad. Es decir, que el humanismo cristiano es cultura, sabiduría y compasión. Es la mezcla de ambas cosas. Usando esta idea de que el humanismo cristiano tiene esa doble componente, voy a enlazar todo el legado cultural clásico cristianizado, el humanismo que cambió Europa y luego también la otra dimensión, la dimensión compasiva, de humanidad.

¿Le parece que esta “cultura woke” o “cultura de la cancelación”, también en la historia, es esencialmente no compasiva? ¿Cuál es su reflexión sobre esta “cultura de la cancelación”?

― Estoy completamente de acuerdo, va contra todo esto. Porque al negar la tradición de los antepasados, al negar el pasado, quiere cancelarlo y empezar de cero. Hay, en primer lugar, una especie de nihilismo histórico, hay un hiperracionalismo que en el fondo lo que hace es que se da la mano con la racionalidad propia de la posmodernidad; y todo esto lleva a un desprecio por todo lo que es tus orígenes, por todo lo que te han transmitido tus mayores.

El movimiento woke no puede más que degenerar en un movimiento censor, inquisitorial, que prohíbe libros, que persigue gente, que cancela a los demás, que impide la libertad de expresión… Todo ello no puede ser más contrario a la tradición occidental, que es ese humanismo que es humano y a la vez busca la cultura y la sabiduría. En definitiva, niega la compasión.

La compasión está muy ligada al perdón. ¿Es correcto?

― Exacto. No hay perdón sin compasión, igual que no hay amor sin misericordia. La misericordia divina es la expresión máxima del amor divino, luego el que dice que es compasivo y no perdona, no es compasivo.

Usted saludó a Benedicto XVI en la JMJ de 2011, en representación de los profesores españoles.  ¿Qué recuerdo tiene de ese momento?

― Pues entrañable, porque para mí es el Papa sabio. Yo le tengo de siempre una grandísima admiración intelectual pero luego el hecho de conocerle allí, más allá de la ocasión especial, tuve ocasión de hablar con él sólo unos minutos y me transmitió bondad. Es curioso, puede sonar a un estereotipo, pero este hombre tan intelectual, en el contacto cercano me derritió. Noté que en lo cercano era una persona profundamente humana, más allá de la timidez que hacía que, a diferencia de san Juan Pablo II, no tuviera esa facilidad de transmitir simpatía desde lejos, a distancia.

Ahora hay gente que le ataca.

― Es profundamente injusto, porque el Papa que inició la lucha contra los abusos fue Benedicto XVI.

Concluyamos. Lleva tantos años en una universidad católica y prestigiosa. Una breve reflexión sobre el papel de las universidades católicas, en España y en el mundo.

― He escrito varios artículos sobre lo que es una universidad católica. Mi reflexión, muy breve, en tres ideas: la primera es que tradicionalmente la universidad católica ha tenido dos características. Una es la defensa de la verdad, en el sentido de buscar e indagar la verdad sobre la creación, la ética….

En segundo lugar, en su origen medieval las universidades católicas tenían la idea de ‘comunidad’, y en ello insiste mucho tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI. La universidad era una comunidad donde la fraternidad entre profesores, alumnos, investigadores era una expresión de la comunidad. Y en tercer lugar, las universidades católicas, y esto en España está empezando a ocurrir, se han convertido en refugio de libertad de pensamiento, porque ahora mismo en muchas universidades públicas esa libertad de pensamiento está empezando a verse amenazada.

Está pasando en Estados Unidos también, en algunos otros países… La universidad católica ha quedado como un sitio donde realmente cada uno puede ejercer libremente su libertad de cátedra sin cortapisas. No digo que las universidades públicas persigan a nadie, es la presión de los compañeros y los alumnos la que en algunos sitios hace que algunos profesores tengan cortapisas, se vean de alguna manera coaccionados de forma silenciosa. Entonces, la universidad católica se ha convertido en un sitio donde todavía hay libertad de cátedra en sentido estricto.

Terminamos una conversación que podría tener más continuidad con variados temas. La obra sobre la compasión del profesor Rodríguez de la Peña pueden encontrarla en CEU Ediciones, enmarcada en la colección del Instituto de Humanidades Ángel Ayala.

Mundo

Camino sinodal alemán: Un camino por tierras movedizas

El camino sinodal alemán toma resoluciones que, en parte, se encuentran en clara contraposición a la doctrina de la Iglesia. Los responsables son conscientes de que algunos “cambios” no se pueden realizar unilateralmente en Alemania, pero confían en que otros sí puedan llevarse a cabo en la Iglesia local.

José M. García Pelegrín·5 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

En Alemania, el camino sinodal ha celebrado su tercera asamblea plenaria los días 3 a 5 de febrero. Previamente a las cuestiones que más eco despiertan en la opinión pública —celibato sacerdotal, diaconado y sacerdocio de la mujer, bendición de parejas sin posibilidad de acceder al matrimonio, “división de poderes” en la Iglesia—, la asamblea trató el “texto orientativo”, una declaración de las “bases teológicas del camino sinodal”, especialmente controvertido tanto por la forma, ya que lo presentó el comité ejecutivo sin consultar con los “foros” ni con la asamblea, como por el contenido: entre los “loci theologici” se nombran allí, junto a la Escritura, la Tradición y el Magisterio, también los “signos de los tiempos” y un “magisterio de los afectados (por los abusos)”.

Aunque la interpretación de los “signos de los tiempos” mostró las diferencias en el seno de la asamblea, se mantuvo la expresión en el texto final. No así la de “magisterio de los afectados”, que fue sustituida por la de su “voz como fuente de la Teología”.

Celibato

En los días anteriores a la asamblea habían causado perplejidad las declaraciones del cardenal Marx de Múnich —anterior Presidente de la Conferencia Episcopal— y de Mons. Heiner Koch, arzobispo de Berlín, en sendas entrevistas. El cardenal Marx dijo al “Süddeutsche Zeitung”: “Sería mejor para todos la posibilidad de que haya tanto sacerdotes que vivan el celibato como casados. Para algunos sacerdotes sería mejor que estuvieran casados; no por razones sexuales sino porque no sufrirían soledad; tenemos que mantener este debate”.

En su entrevista con el “Tagesspiegel” berlinés, Mons. Koch dijo que el celibato es un “fuerte testimonio de fe”, pero no tiene por qué ser “el camino exclusivo al ministerio sacerdotal”, pues él conoce “la fuerte fe y el testimonio de muchos casados, que supondrían un enriquecimiento también en el ministerio sacerdotal”.

Sacerdocio femenino

En cuanto a “la apertura del sacerdocio para las mujeres”, Marx no se definió: “No sería útil responder ahora porque estamos debatiendo sobre ello; yo no solo tengo mi propia opinión, sino que he de velar por la unidad”. Aquí, Mons. Koch fue más explícito: “personalmente, apoyo el diaconado para las mujeres; para asegurar la unidad de la Iglesia universal, el diaconado para las mujeres sería un paso practicable, porque no veo que el sacerdocio de la mujer pueda imponerse a nivel mundial”.

En la rueda de prensa previa a la asamblea, el Presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Georg Bätzing, se refirió a esas declaraciones: “el celibato de los sacerdotes es una forma de seguir a Jesucristo, testimoniada en la Biblia. Es un gran tesoro; yo vivo gozosamente —y espero que convincentemente— esa forma de vida. Pero no es la única, tampoco en la Iglesia católica: las iglesias católicas orientales tienen sacerdotes casados. No concibo que el matrimonio y el sacerdocio no puedan ser un enriquecimiento tanto para ese ministerio como para la vida común de los cónyuges”. En referencia al Sínodo especial para la Amazonía, añadió: “nos adherimos a un movimiento que se ha extendido mucho más allá de las fronteras de Alemania”.

No sorprende, pues, que la asamblea se pronunciara a favor de “derogar la obligación de celibato” para el sacerdocio e introducir los “viri probati”; es decir, la ordenación de hombres casados. Ahora bien, se trata de una resolución —aprobada por una amplia mayoría— en primera lectura, al igual que la decisión a favor de la “admisión de mujeres a las órdenes sacerdotales”; por tanto, el texto de la resolución se devuelve al foro correspondiente para su tramitación. En el debate anterior a la decisión, un amplio número de los asambleístas se mostraron a favor de una “plena equiparación de hombres y mujeres en la Iglesia”.

Sin embargo, tanto el obispo de Ratisbona, Mons. Rudolf Voderholzer, como la filósofa Hanna-Barbara Gerl-Falkovitz y la teóloga Marianne Schlosser se manifestaron en contra. Schlosser subrayó que para cambiar la doctrina constante y la práctica reiterada de la Iglesia, se necesitan argumentos muy sólidos. En su opinión, no basta con referirse a un cambio en la comprensión de los roles. La asamblea del camino sinodal, sin embargo, encargó a la Conferencia Episcopal que solicite del Papa Francisco un “indulto”; es decir, el permiso para admitir mujeres al diaconado.

Bendición de parejas homosexuales

Relacionado con estas resoluciones está asimismo el voto a favor la introducción de “ceremonias de bendición para parejas que se aman”; la asamblea solicita de los obispos que posibiliten dichas ceremonias para parejas que no pueden (o no quieren) celebrar el matrimonio; además de parejas homosexuales se refiere esto también a divorciados que han celebrado un nuevo matrimonio civil o incluso a parejas de no bautizados. El argumento: “negar la bendición de Dios a las personas que expresan el deseo de recibirla es despiadado o incluso discriminatorio”.

Aunque esas ceremonias no estén previstas actualmente, en muchos lugares de Alemania se llevan ya a cabo, por lo que hay que superar la “situación de falta de claridad y de unidad”.

Los laicos en el camino sinodal

El camino sinodal aboga asimismo por una mayor cogestión de los laicos en la elección de obispos católicos; no solo se consiguió la mayoría de dos tercios entre los participantes en la asamblea, sino también entre los obispos: 42 (79 %) votaron a favor y 11 en contra. Aunque cada obispo puede llevarlo a la práctica en su diócesis, se recomienda la creación de un órgano consultivo que elabore —junto con el cabildo catedralicio— la lista de candidatos para enviar a Roma.

Esta resolución está en consonancia con la aprobación de un texto sobre “Poder y separación de poderes en la Iglesia”. Partiendo de la base de que “existe una brecha entre lo que enseña el evangelio y el ejercicio de poder en la Iglesia”, los asambleístas votaron a favor de un texto en el que se consideran positivas las “normas de una sociedad plural y abierta en un estado constitucional democrático”, aunque la Iglesia sea fundamentalmente diferente de los procesos de formación de opinión en la sociedad. Por lo tanto, el concepto central para la Iglesia católica debería ser la “sinodalidad”.

Las resoluciones del camino sinodal

Que dichas resoluciones pueden tener diferente recorrido, lo saben también los responsables del camino sinodal. En una rueda de prensa, el secretario general del comité central de los católicos alemanes (ZdK por sus siglas en alemán), Marc Frings, reconocía que algunas de esas resoluciones han de enviarse a Roma, si bien otras se pueden llevar ya a la práctica en Alemania.

En cualquier caso, ha quedado de manifiesto lo que la Presidenta del ZdK y co-Presidenta del camino sinodal, Irme Stetter-Karp, expresó en la rueda de prensa inaugural: “el ZdK está dispuesto a cambiar la Iglesia; deseo ser presidenta del ZdK en una Iglesia justa, en una Iglesia que no se preocupa en primer lugar de si sale de su crisis de credibilidad y cómo lo hace, sino de cómo hace justicia: para las víctimas de abusos sexuales para los muchos afectados, para las comunidades eclesiales, para familias, para las personas cuya vida no ha mejorado sino empeorado con la Iglesia”.

Entre las diversas voces discordantes con las decisiones que ha ido tomando la mayoría en esta asamblea, resultan especialmente significativas las advertencias del nuncio, Mons. Nikola Eterovic, en las palabras que dirigió a los asambleístas. Tras hacer referencia a que “el Papa es el punto de referencia y el centro de la unidad para más de 1.300 millones de católicos, de los cuales 22,6 millones viven en Alemania” recordó que “el Obispo de Roma expuso su autorizada opinión a los católicos alemanes el 29 de junio de 2019 en la conocida Carta al pueblo de Dios que peregrina en Alemania.

En dicha carta, el Papa subrayaba que las decisiones del camino sinodal han de estar en consonancia con la Iglesia universal, y en particular con las decisiones del Concilio Vaticano II y hacía hincapié en la visión sobrenatural, con oración y penitencia, rechazando el pelagianismo: “una de las primeras y grandes tentaciones a nivel eclesial es creer que las soluciones a los problemas presentes y futuros vendrían exclusivamente de reformas puramente estructurales, orgánicas o burocráticas pero que, al final del día, no tocarían en nada los núcleos vitales que reclaman atención”. Mons. Eterovic se refirió a que el Papa habla frecuentemente de sinodalidad, pero también “anima a evitar una falsa comprensión y errores”. Si bien la Iglesia sinodal exige la participación de todos, “el Papa Francisco advierte frente al parlamentarismo, el formalismo, el intelectualismo y el clericalismo”.

La cuarta asamblea plenaria del camino sinodal se desarrollará en septiembre de 2022; la quinta —y, en principio, última— en marzo de 2023.

Mundo

“Los católicos de Rusia, Ucrania, Kazajistán, Bielorrusia, están unidos”

Entre los creyentes no hay división. “Los católicos de Rusia, Bielorrusia, Ucrania, Kazajistán, están unidos en la oración, y buscan la paz”, manifestó Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica de Ucrania, en una rueda de prensa online organizada por Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) sobre la crisis ucraniana.

Rafael Miner·5 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Texto en italiano aquí

“El propio Nuncio en Minsk [capital de Bielorrusia] está rezando por la paz en Ucrania, y está muy agradecido a los católicos de Rusia, de Kazajistán, de Bielorrusia, porque están unidos buscando la paz”, añadió el arzobispo ucraniano, en una convocatoria en la que participó también Monseñor Visvaldos Kulbokas, nuncio apostólico en Ucrania.

Otra idea que lanzó el arzobispo ucraniano Shevchuk: la crisis de Ucrania no es sólo de Ucrania, sino que afecta a toda Europa, y al mundo, y se refirió a sus cuatro dimensiones: militar, desinformación y propaganda, política y económica. Enseguida vemos algunos de sus rasgos, pero antes, he aquí sus palabras sobre el alcance de las tensiones actuales:

“En este conflicto, Ucrania es sólo una parte de todo el panorama global de la crisis. Por supuesto, tenemos miedo. Debido a nuestra posición histórica y geográfica, somos el país más expuesto. Estamos en primera línea. Pero la crisis ucraniana no es sólo un problema para los ucranianos. Tiene consecuencias para todo el mundo, para la Unión europea, Estados Unidos y los países de la OTAN”.

“La guerra es la peor respuesta a los problemas”, señaló. “Nuestra esperanza hoy es que, con la oración y el apoyo de la comunidad internacional, todos podamos decir no a la guerra.  Estamos asistiendo con nuestros propios ojos a una verdadera idolatría de la violencia que se levanta en el mundo. Nosotros, como cristianos, debemos decir en voz alta, no a la acción militar como solución a los problemas. Sólo el diálogo, la cooperación y la solidaridad pueden ayudarnos a superar todo tipo de dificultades y crisis»”.

Anteriormente, el arzobispo había subrayado que “sentimos que hemos llegado a la culminación de una peligrosa escalada y agresión militar contra Ucrania”. “Es cierto que nuestro país ha sido atacado por Rusia durante ocho años, pero la escalada a la que asistimos hoy no es una simple continuación de la guerra en Donbass o una consecuencia de la anexión de Crimea. Estamos asistiendo a una escalada del conflicto entre Rusia y el mundo occidental, en particular Estados Unidos”.

“Lo primero es rezar”

En este contexto, el arzobispo grecocatólico reconoció que están estudiando “qué hacer si hubiera una invasión”. Y ahora, “estamos fomentando la red, el ‘networking’, la cooperación entre las iglesias, ayudarnos unos a otros. Su propuesta, y la de los demás obispos, se centra en “tres respuestas a la situación”.

“Lo primero que hay que hacer es rezar. Lo vimos ayer en una reunión de los obispos. Hoy toda Ucrania rezará el Rosario unida. La oración es muy importante. Lo segundo, solidaridad con quienes lo necesitan. El año pasado hicieron una colecta para los hambrientos. Y este año, otra para calentar las casas. Ayudar a pasar el invierno es clave. Y lo tercero, alimentar nuestra esperanza, tenemos que ser portadores de esperanza”. “Creemos que Dios está con nosotros. Debemos tener esta luz y ser heraldos de la buena noticia para la gente que tiene miedo, está desorientada, tiene hambre, tiene frío”.

Luego está “consolidar la sociedad ucraniana”, un asunto al que se refirió también el Nuncio. Hay muchos amigos de diferentes creencias que quieren construir, ayudar a los demás. “Esperamos poder decir todos juntos no a la guerra, no a la violencia. La acción militar no es la solución a ninguno de los problemas. El diálogo y la cooperación sí lo son”.

“Un cristiano real nunca promociona la guerra”

El Nuncio Kulbokas afirmó ante los medios que la Iglesia está por encima de la política. Somos capaces de hablar, de fraternidad, de respeto, de diálogo. No debemos dejar el asunto sólo en manos de los políticos. Deseamos “promover la paz. Rezar, no usar la agresión”, añadió. “Un cristiano real nunca promociona la guerra”, subrayó. “Se promueve la cohesión. Especialmente, queremos la conversión de los corazones de los que gobiernan”.

En otro momento, el Nuncio apuntó asimismo a “la consolidación de la sociedad ucraniana”, y añadió que el pueblo fiel, los creyentes, está bastante más unido que la jerarquía o los políticos. Además, aportó un testimonio personal, al señalar que es muy bonito trabajar allí, “porque en Ucrania se unen la Iglesia Oriental y la Occidental”, y lo ve en su propia labor, en su trabajo.

Esperan la visita del Papa Francisco

Mons. Visvaldos Kulbokas expresó la “preocupación” con la que el Papa sigue la situación, y su petición de oraciones en San Pedro, como ha informado Omnes. El arzobispo grecocatólico Sviatoslav Shevchuk añadió: “Aunque la mayoría de los ucranianos son ortodoxos, el Papa Francisco es la autoridad moral más importante del mundo. Y cada palabra que dice sobre la situación ucraniana, ya sea en el Ángelus o en otras ocasiones, es muy importante para nosotros. Nuestro pueblo está muy atento a cada palabra que el Santo Padre dirige a la “querida Ucrania”, y al sufrimiento del pueblo ucraniano. Pero lo que más esperan los ucranianos del Papa es su visita a Ucrania. La posibilidad de su visita es nuestra mayor expectativa, y rezamos para que un día este viaje se haga realidad”.

Qué hacer ante la desinformación

El arzobispo Sviatoslav Shevchuk reconoció que “la gente tiene más miedo, y funciona la desinformación. Rusia quiere cambiar el gobierno de Ucrania, comentó. Económicamente, Rusia está usando los precios del gas como un arma económica, esto es lo más clave; las personas no pueden pagar ese dinero para calentar sus casas, y esto traer muchos problemas. “En nuestro caso, lo que tenemos que hacer es estar informados, orar y ser solidarios unos con otros”, alentó.

Ante una pregunta sobre cómo evitar la propaganda y la desinformación, señaló que hay que conectar con gente de allí. Y animó también a la unidad de las personas de todas las religiones. Esta escalada está haciendo mella en la economía ucraniana, que está cayendo, prosiguió. Hay problemas laborales por la subida del precio del carburante, que está devastando a la clase media, pequeños empresarios, las panaderías… La Iglesia está ayudando a impulsar “alternativas para calentar las casas, incluso viviendas inteligentes» que no dependan del gas.

“Sacerdotes, únicos mediadores”

En el sureste de Ucrania, las comunidades son pequeñas y frágiles económicamente, y cada parroquia se ha convertido es puntos de atención social en los últimos años, explicó el arzobispo. Atención en reparto de comida, de mantas, incluso de asistencia psicológica a personas afectadas por estrés postraumático.

Existe una” inmensa pobreza de esas comunidades, y hay sacerdotes que viven por debajo del umbral de la pobreza”, reveló. Ayudar a las personas en esos territorios es difícil, porque tiene que atravesar zonas rusas, y “los sacerdotes son los únicos mediadores”, que no se van, y dicen: nosotros somos nuestro pueblo, no escapamos, y si hay que morir en Crimea, morimos en Crimea.

El arzobispo recordó que, en un reciente estudio, se ha comprobado que “la gente valora mucho la Iglesia, todas las confesiones religiosas. “¿Què tenemos que hacer? Es una responsabilidad que nos da la confianza de la gente”.

Al comienzo del acto, Thomas Heine-Geldern, presidente internacional de la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), informó que su organización lleva ayudando bastante tiempo a Ucrania, sobre todo en el tema de la libertad religiosa, que han sufrido mucho durante la pandemia, y que la ayuda se ha dirigido de modo especial a sacerdotes y religiosas.

Hasta los umbrales de los apóstoles

Los Obispos de las Provincias Eclesiásticas de Sevilla, Granada y Mérida-Badajoz hemos realizado la Visita “Ad Limina Apostolorum” (hasta los umbrales de los Apóstoles) y al Sucesor de Pedro, que el Derecho Canónico prevé que se realice cada cinco años.

4 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Los Obispos de Andalucía y Extremadura hemos vivido en Roma una semana intensa de encuentros en las diversas Congregaciones y organismos de la Curia Romana, que ayudan al Santo Padre en su misión de Pastor universal de la Iglesia.

Para mí ha sido especialmente emotiva la visita a la Congregación para el Clero donde he pasado veinte siete años de mi vida sacerdotal.

Pero lo verdaderamente emotivo para todos y cada uno de los obispos ha sido la visita al Santo Padre que tuvo lugar el viernes día 21 de enero. El Santo Padre se mostró muy cercano y con un deseo sincero de saber cómo trascurre nuestro día a día en la labor pastoral de las diócesis que tenemos encomendadas. Nos fuimos presentando uno a uno y después cada cual preguntó o expuso al Papa sus problemas, interrogantes, expectativas… La reunión duró tres horas y salieron casi todos los temas que hoy están en el tapete de la Iglesia, desde el modo de la trasmisión de la fe en una sociedad muy plural y en muchos ambientes lejos de la fe, de la práctica religiosa o el desafío enorme que hoy representa la emigración y su integración plena en los países de acogida. Este problema de la inmigración es evidente que está muy en el corazón del Papa.

El Santo Padre nos ha insistido en cuatro “cercanías” en nuestro ministerio episcopal: cercanía, en primer lugar, con Dios; cercanía con nuestro hermanos en el episcopado; cercanía con los sacerdotes; cercanía con el Pueblo Santo de Dios, al cual hemos de servir con total dedicación. Como digo, fue un encuentro cordial, sin prisas, cada uno pudo hablar y salimos reconfortados por el sucesor de Pedro y Cabeza del Colegio episcopal.

La convivencia entre nosotros y con los vicarios y sacerdotes que nos acompañaron fue estupenda; se respiraba un clima de fraternidad y amistad pasando por alto los pequeños o no tan pequeños inconvenientes de una agenda repleta de encuentros, traslados y precauciones a causa de la pandemia que estamos sufriendo en todas partes.

Por mi parte también he tenido encuentros con personas queridas después de tanto tiempo como he pasado en Roma.

Doy gracias a Dios por estos días de vista “ad Limina”. Me he acordado todo el tiempo y, sobre todo, ante la tumba de los Apóstoles de rezar por todos los fieles de la Archidiócesis, en especial por los sacerdotes, por los niños y jóvenes, los enfermos y ancianos y por todas las familias que pasan por alguna grave dificultad.

El autorCelso Morga

Arzobispo emérito de la diócesis de Mérida Badajoz

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Enseñanzas del Papa

Paz, Palabra, Misericordia. Palabras a escribir con mayúscula

Tres enseñanzas del Papa cabe destacar en enero, con tres palabras, que, en efecto, merecen ser escritas en mayúsculas: Paz, Palabra y Misericordia. Corresponden al mensaje para la Jornada de la paz, el primer día del año, a la celebración del Domingo de la Palabra, y a la Jornada mundial del enfermo.

Ramiro Pellitero·4 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 8 minutos

Resumamos las enseñanzas del Santo Padre con esas tres ocasiones.

El camino de la paz: diálogo, educación y trabajo

El mensaje para la 55ª Jornada Mundial de la Paz (1-I-2022) se titulaba: Diálogo entre generaciones, educación y trabajo: instrumentos para construir una paz duradera.

Ya Pablo VI afirmó que el camino de la paz tenía un nuevo nombre: el desarrollo integral del hombre y de todos los pueblos (cfr. encíclica Populorum Progressio, de 1967, n. 76). 

Sin embargo, todavía hoy, advierte Francisco, las guerras, las enfermedades pandémicas, la degradación del medio ambiente, etc., no han conseguido cambiar “un modelo económico que se basa más en el individualismo que en el compartir solidario” (n. 1 del mensaje de Francisco), sin escuchar “el clamor de los pobres y de la tierra”. 

Al mismo tiempo el obispo de Roma recuerda que la construcción de la paz es algo que nos afecta a todos, también personalmente: “Todos pueden colaborar en la construcción de un mundo más pacífico: partiendo del propio corazón y de las relaciones en la familia, en la sociedad y con el medioambiente, hasta las relaciones entre los pueblos y entre los Estados”.

Y propone para ello tres caminospara construir una paz duradera: “El diálogo entre las generaciones, como base para la realización de proyectos compartidos. En segundo lugar, la educación, como factor de libertad, responsabilidad y desarrollo. Y, por último, el trabajo para una plena realización de la dignidad humana”. Tres caminos, por cierto, muy “andados” por el actual sucesor de Pedro.

Diálogo entre generaciones

Ni el individualismo, ni la indiferencia egoísta ni la protesta violenta son soluciones. La actual crisis sanitaria ha traído, junto la soledad de los mayores el sentimiento de impotencia y la falta de un ideal común de futuro, también la falta de confianza. Pero también hemos visto ejemplos maravillosos de solidaridad. Es necesario el diálogo. Y “dialogar significa escucharse, confrontarse, ponerse de acuerdo y caminar juntos” (n. 2). Esto es posible al unir la experiencia de los mayores con el dinamismo de los jóvenes. Pero se requiere nuestra voluntad, la de todos, para atender más allá de los intereses inmediatos, de los parches o soluciones rápidas, en favor de proyectos compartidos y sostenibles. Los árboles sólo pueden dar frutos a partir de las raíces. Y esas raíces se fortalecen con la educación y el trabajo. 

“Es la educación” –observa el sucesor de Pedro– “la que proporciona la gramática para el diálogo entre las generaciones, y es en la experiencia del trabajo donde hombres y mujeres de diferentes generaciones se encuentran ayudándose mutuamente, intercambiando conocimientos, experiencias y habilidades para el bien común” (ibid.).

Invertir en educación y fomentar la “cultura del cuidado”

Por eso es lamentable que, mientras aumentan los gastos militares, los presupuestos para la instrucción y la educación hayan disminuido considerablemente en los últimos años; siendo así que se trata de la mejor inversión, porque son “las bases de una sociedad cohesionada, civil, capaz de generar esperanza, riqueza y progreso” (ibíd., 3).

Se impone, por tanto, un cambio de estrategias financieras en relación con la educación, junto con la promoción de una “cultura del cuidado” (cfr. encíclica Laudato si’, 231). Es importante lo que dice aquí el Papa: esa cultura puede ser el lenguaje común para un diálogo que rompa barreras y construya puentes. Pues, como ha dicho en otras ocasiones, “un país crece cuando sus diversas riquezas culturales dialogan de manera constructiva: la cultura popular, la universitaria, la juvenil, la artística, la tecnológica, la cultura económica, la cultura de la familia y de los medios de comunicación” (encíclica Fratelli tutti, n. 199).

Es necesario, propone Francisco, forjar un nuevo paradigma cultural a través de “un pacto educativo global” que implique a todos y promueva una ecología integral según un modelo de paz, desarrollo y sostenibilidad, centrado en la fraternidad y en la alianza entre el ser humano y su entorno (cfr. Videomensaje al Global Compact on Education. Together to Look Beyond, 15-X-2020). Así, al mismo tiempo los jóvenes podrán ocupar un lugar adecuado en el mundo del trabajo

Promover y asegurar el trabajo 

El trabajo construye y mantiene la paz porque es expresión de uno mismo y a la vez compromiso de colaboración con otros. La situación laboral ha sufrido un durísimo golpe con la pandemia de Covid-19. Especialmente aquellas personas que viven de trabajos precarios, como muchos migrantes se han quedado desprotegidos en medio de un clima de inseguridad. Y a todo esto solo puede responderse promoviendo un trabajo digno. “Tenemos que unir las ideas y los esfuerzos para crear las condiciones e inventar soluciones, para que todo ser humano en edad de trabajar tenga la oportunidad de contribuir con su propio trabajo a la vida de la familia y de la sociedad” (Mensaje del Papa, n. 4). 

Esto supone un reto para todos: para los trabajadores y para los empresarios, para el Estado y las instituciones, para la sociedad civil y los consumidores. Sobre todo para la política, llamada a busca el justo equilibrio entre la libertad económica y la justicia social. Y –señala el Papa Bergoglio– “todos aquellos que actúan en este campo, comenzando por los trabajadores y los empresarios católicos, pueden encontrar orientaciones seguras en la doctrina social de la Iglesia” (ibid.).

La Palabra revela a Dios y nos lleva a los demás 

El 23 de enero se celebró el Domingo de la Palabra de Dios, instituido por el Papa Francisco para el tercer domingo del tiempo ordinario. En su homilía el Papa destacó dos aspectos. 

-La Palabra reveladora de Dios. 

Primero, la Palabra revela a Dios: “Nos revela el rostro de Dios” –señala Francisco– “como el de Aquel que se hace cargo de nuestra pobreza y le preocupa nuestro destino”. No como un tirano que se encierra en el cielo, ni como un frío observador imperturbable, un dios neutral e indiferente. Es el “Dios con nosotros”, Palabra hecha carne, que toma partido a nuestro favor y se involucra y compromete con nuestro dolor, el “Espíritu Amante” del hombre.

Como portavoz cualificado de esa Palabra en la Iglesia, el Papa se dirige a sus oyentes, a cada uno de nosotros, personalmente: “Él es un Dios cercano, compasivo y tierno, quiere aliviarte de las cargas que te aplastan, quiere caldear el frío de tus inviernos, quiere iluminar tus días oscuros, quiere sostener tus pasos inciertos. Y lo hace con su Palabra, con la que te habla para volver a encender la esperanza en medio de las cenizas de tus miedos, para hacer que vuelvas a encontrar la alegría en los laberintos de tus tristezas, para llenar de esperanza la amargura de tus soledades. Él te hace caminar, no dentro de un laberinto, más bien por el camino, para encontrarlo cada día”.

Y por eso nos pregunta Francisco si llevamos en el corazón y trasmitimos en la Iglesia esta “imagen” verdadera de Dios, envuelta en la confianza, misericordia y alegría de la fe. O si, por el contrario, le vemos y mostramos de un modo riguroso, envuelto en miedo, como un falso ídolo que ni nos ayuda ni ayuda a nadie.

La Palabra nos pone en una sana crisis. 

En segundo lugar, la Palabra nos lleva al hombre. Cuando comprendemos que Dios es compasivo y misericordioso, vencemos la tentación de una religiosidad fría y exterior, que no toca ni transforma la vida. “La Palabra nos impulsa a salir fuera de nosotros mismos para ponernos en camino al encuentro de los hermanos con la única fuerza humilde del amor liberador de Dios”. 

Esto es lo que hizo y dijo Jesús en la sinagoga de Nazaret, cuando reveló que “Él es enviado para ir al encuentro de los pobres –que somos todos nosotros– y liberarlos”. No vino a entregar una serie de normas sino a liberarnos de las cadenas que nos aprisionan el alma. “De este modo nos revela cuál es el culto que más agrada a Dios: hacernos cargo del prójimo. 

La Palabra pone en crisis esas justificaciones nuestras que siempre hacen depender aquello que no funciona del otro o de los otros”. Y no habla el Papa de teorías: “Cuánto dolor sentimos al ver morir en el mar a nuestros hermanos y hermanas porque no los dejan desembarcar”

Continúa metiendo la espada en el alma: “La Palabra de Dios nos invita a salir al descubierto, a no escondernos detrás de la complejidad de los problemas, detrás del ‘no hay nada que hacer’ o del ‘¿qué puedo hacer yo?’ o del ‘es un problema de ellos o de él’. Nos exhorta a actuar, a unir el culto a Dios y el cuidado del hombre”. 

Además de la rigidez, que para Francisco es típica del pelagianismo moderno, también a la Palabra de Dios se opone toda “espiritualidad angélica” o desencarnada, propia de los movimientos neo-gnósticos. Con una expresión bien gráfica la describe el Papa: “Una espiritualidad que nos pone ‘en órbita’ sin cuidar de nuestros hermanos y hermanas”.

Bien distintos son los frutos de la Palabra de Dios: “La Palabra que se ha hecho carne (cf. Jn 1, 14) quiere encarnarse en nosotros. No nos aleja de la vida, sino que nos introduce en la vida, en las situaciones de todos los días, en la escucha de los sufrimientos de los hermanos, del grito de los pobres, de la violencia y las injusticias que hieren la sociedad y el planeta, para no ser cristianos indiferentes sino laboriosos, cristianos creativos, cristianos proféticos”.

La Palabra de Dios no es letra muerta, sino espíritu y vida. Con palabras de Madeleine Delbrêl (mística francesa que trabajó en los ambientes obreros de Paris, falleció en 1964 y actualmente está en proceso de beatificación), dice Francisco que “las condiciones de la escucha que reclama de nosotros la Palabra del Señor son las de nuestro ‘hoy’: las circunstancias de nuestra vida cotidiana y las necesidades de nuestro prójimo” 

Todo ello nos compromete, señala el Papa, primero a poner la Palabra de Dios en el centro de la pastoral, a escucharla y desde ahí a escuchar y atender las necesidades de los demás. 

Acompañar a los enfermos con misericordia

Finalmente, en su mensaje para la XXX Jornada Mundial del Enfermo (11 de febrero de 2022), el sucesor de Pedro se hace eco de las palabras del Evangelio: “Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso” (Lc 6, 36). Y nos invita concretamente a “estar al lado de los que sufren en un camino de caridad”.

Jesús, misericordia del Padre

Nos pide Francisco que seamos “misericordiosos como el Padre”, cuya misericordia “tiene en sí misma tanto la dimensión de la paternidad como la de la maternidad (cfr. Is 49,15), porque Él nos cuida con la fuerza de un padre y con la ternura de una madre, siempre dispuesto a darnos nueva vida en el Espíritu Santo”.

A continuación se pregunta el Papa porqué Jesús, “misericordia del Padre”, atendía especialmente a los enfermos hasta el punto de formar parte este cuidado, junto con el anuncio de la fe, de la misión de los apóstoles (cf. Lc 9, 2). 

Esta vez responde citando a E. Lévinas: “El dolor aísla completamente y de este aislamiento absoluto surge la llamada al otro, la invocación al otro” (Una ética del sufrimiento, París 1994, pp. 133-135). Y evoca el Papa a tantos enfermos que han sufrido en la soledad de la pandemia. 

Los agentes y los centros sanitarios

Todo esto cobra una especial relevancia para los agentes sanitarios(médicos, enfermeros, técnicos de laboratorio, auxiliares de los pacientes, y tantos voluntarios), “cuyo servicio al lado de los enfermos, realizado con amor y competencia, trasciende los límites de la profesión para convertirse en una misión”. 

Añade como hablándoles a todos y a cada uno: “Vuestras manos, que tocan la carne que sufre de Cristo, pueden ser signo de las manos misericordiosas del Padre”, y les invita a ser conscientes de la gran dignidad de esta profesión y de la responsabilidad que conlleva. Ellos tocan la carne de Cristo que sufre. 

Apreciando los grandes progresos de la ciencia médica, tanto en los tratamientos como en la investigación y la rehabilitación, el Papa recuerda un principio fundamental. No podemos olvidar que “el enfermo es siempre más importante que su enfermedad y por eso cada enfoque terapéutico no puede dejar de escuchar al paciente, su historia, sus angustias y sus miedos. Incluso cuando no es posible curar, siempre es posible cuidar, siempre es posible consolar, siempre es posible hacer sentir una cercanía que muestra interés por la persona antes que por su patología”. Y por ello es de esperar que la formación profesional capacite a los agentes sanitarios para saber escuchar y relacionarse con el enfermo.

Francisco subraya la importancia de los centros y las instituciones sanitarias católicas: “En una época en la que la cultura del descarte está muy difundida y a la vida no siempre se le reconoce la dignidad de ser acogida y vivida, esas estructuras, como casas de la misericordia, pueden ser un ejemplo en la protección y el cuidado de toda existencia, aun de la más frágil, desde su concepción hasta su término natural”.

Por tantas razones el Papa concluye con una referencia a la pastoral de la salud, si bien visitar a los enfermos es una invitación que Cristo hace a todos sus discípulos: “Estuve enfermo y me visitasteis” (Mt 25, 36).

España

Ecclesia: se unen los medios digitales de la Conferencia Episcopal Española

La revista Ecclesia, la Agencia SIC y Aleluya pasan a ser un único medio de información religiosa dentro de la estructura de Ábside Media.

Maria José Atienza·3 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La web de la Revista Ecclesia, la Agencia SIC y Aleluya, el portal de información religiosa de la emisora radiofónica COPE se unen, a partir de hoy bajo una sola marca: Ecclesia. De este modo, estas tres iniciativas de información religiosa aúnan contenidos, equipo y dirección.

Silvia Rozas FI, será la directora de este proyecto que continuará con dos soportes: papel y digital.

La unión de las webs era un paso lógico tras la creación de Ábside Media la  plataforma de comunicación de la Iglesia, en la que se encuentran los medios dependientes de la Conferencia Episcopal Española.

El pasado noviembre, con el anuncio de la creación de Ábside, se puso de manifiesto el objetivo de este ente de integrar diversos proyectos de la Iglesia en el ámbito de la comunicación, por lo que era previsible, ya desde entonces, la incorporación «de manera progresiva otros medios, comenzando con otras realidades de la propia Conferencia Episcopal y de su entorno».

El presidente de la Conferencia Episcopal Española, el Cardenal Juan José Omella ha dado la bienvenida a este proyecto recordando que «evangelizar es el acto comunicativo mas grande que podemos hacer los cristianos».

Vaticano

Evitar la lógica de la oposición

Los cristianos debemos ser los primeros en evitar la lógica de la oposición y la simplificación, buscando la comprensión y el acompañamiento. Así lo ha asegurado el Papa Francisco ante representantes de medios de comunicación católicos reunidos en el Consorcio Internacional "Catholic Fact-Checking".

Giovanni Tridente·3 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

«Como cristianos debemos ser los primeros en evitar la lógica de la oposición y la simplificación, buscando siempre el acercamiento, el acompañamiento, la respuesta serena y razonada a las preguntas y objeciones». Esta frase del Papa Francisco, pronunciada el pasado viernes en presencia de algunos representantes de medios de comunicación católicos reunidos en el Consorcio Internacional «Catholic Fact-Checking» recibido en audiencia, nos interpela como periodistas y comunicadores y pone en el centro de la reflexión una actitud básica que debe caracterizar nuestras profesiones.

Se trata de una reflexión que venimos realizando desde hace algunos años con algunos estudiosos y profesores universitarios -entre ellos el filósofo italiano Bruno Mastroianni- y que pone de manifiesto la necesidad de dar un lugar destacado a la educación de los jóvenes, a los que hay que mostrar que no todo puede reducirse a «uno contra uno», sino que la confrontación pacífica y respetuosa puede dar el fruto maduro del crecimiento mutuo.

Aquí el Papa habla del «estilo del comunicador cristiano». No es casualidad que, refiriéndose también a las dinámicas sociales que caracterizan desde hace un par de años las discusiones en torno a la pandemia del Covid-19, Francisco haya invitado a contrarrestar las fake news, pero teniendo como prioridad el respeto a las personas.

Un estilo universal

Y sin embargo, esta es una actitud que, en mi opinión, debería caracterizar la comunicación como tal, sin categorías de ningún tipo. La propia palabra identifica una conexión, una unión de dos polos que están muy alejados. Por lo tanto, si ese «paso» se corta y el vínculo se rompe a través de desacuerdos y conflictos exacerbados, se pierde la esencia misma de la comunicación, de entrar en relación a través de argumentos.

Esto lo vemos muy claramente en las redes sociales, de las que se desprende claramente que en los enfrentamientos en línea, en los conflictos acalorados, la perdedora es la propia comunicación, y básicamente las propias personas que discuten. Esto no significa, por supuesto, que no haya «crisis» o situaciones problemáticas que puedan generar conflictos. La crisis, en este caso, no es algo que haya que rehuir, sino una oportunidad para comunicar mejor, para asumir las razones del debate, el valor de los argumentos y mostrar así el respeto mutuo de los interlocutores.

Información correcta

En otro pasaje de su discurso, el Papa recordó que estar correctamente informado es un derecho humano, que debe ser garantizado «especialmente a los que están peor provistos, a los más débiles, a los más vulnerables». La perspectiva de esta afirmación radica en que «correctamente», que consiste en proporcionar realmente la información. Esto ocurre cuando la persona se pone en situación de adquirir más conocimientos sobre un hecho o incidente de los que tenía antes. Si, por el contrario, hay engaño o incluso manipulación, no se está informado en absoluto.

La información correcta es, sin duda, la que respeta a las personas que la reciben, tiene en cuenta el contexto, la «complejidad» de las situaciones, y añade algo más, permitiendo al «receptor» adquirir un conocimiento lo más completo posible. Por lo tanto, no basta con ser el destinatario, «por derecho», de un determinado contenido, sino que es imprescindible serlo de forma plena y correcta.

La ética de los algoritmos

El Papa no podía dejar de mencionar los algoritmos digitales, que hoy en día están diseñados para maximizar el beneficio y acaban alimentando la radicalización y el extremismo, claramente en detrimento de una sociedad que pueda llamarse realmente «informada, justa, sana y sostenible». Este aspecto sugiere que debemos considerar el valor ético de estas innovaciones, que no surgen por sí mismas, sino que son el resultado del ingenio humano, y como tal deben servir para su bien.

Esto nos remite al respeto por cada persona, que las técnicas deben preservar siempre. De hecho, una verdadera «revolución», ya sea tecnológica como en este caso, es tal si aporta algo bueno a la humanidad; si, por el contrario, es perjudicial, hay que evitarla a toda costa, y así seguro que no nos equivocamos.

Vaticano

Inaugurada la nunciatura en Abu Dhabi, para los Emiratos Árabes Unidos

Con la Misa de inauguración de la actividad de representación papal, se manifiesta más aun la proximidad del Santo Padre a la comunidad católica de la Península Arábiga.

David Fernández Alonso·3 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El adjunto de la Secretaría de Estado, monseñor Edgar Peña Parra presidió la Misa de inauguración de la actividad de la representación papal en los Emiratos Árabes Unidos, por la apertura de la nunciatura en Abu Dhabi. La presencia física de una estructura representativa de la Santa Sede es un signo de proximidad del Papa, constituye una mayor cercanía a la población del país, especialmente a la comunidad católica.

La celebración eucarística tuvo lugar en la fiesta de la Presentación del Señor y en la homilía, monseñor Peña subrayó algunos aspectos importantes para esa porción de la Iglesia: «La presencia física de una Nunciatura Apostólica es un signo más de la solicitud pastoral del Santo Padre por el pueblo de este país, especialmente por la comunidad católica, ya que se le llama justamente la Casa del Papa».

Haciendo alusión a la fiesta de la Presentación y a la Jornada Mundial de Oración por la Vida Consagrada, el adjunto a la Secretaría de Estado aseguró que «esta celebración anual nos ofrece una hermosa oportunidad para rezar por quienes ya han respondido a la invitación del Señor a servirle en esta vocación, así como para pedir al Señor de la mies que envíe aún más obreros al campo. Al ofrecer nuestras oraciones, reflexionamos también sobre el importante papel que desempeña la vida consagrada en la misión de la Iglesia. Esta tierra ha sido bendecida por el servicio de muchos religiosos y religiosas a lo largo de los años, incluido el obispo Hinder, que es miembro de la Orden Franciscana.
La vida consagrada es un recuerdo de la bondad y el amor de Dios, nuestro Padre. Como ha hecho a lo largo de la historia y sigue haciendo hoy, el Señor ve lo que sus hijos necesitan y, en consecuencia, llama a hombres y mujeres para que sirvan a la Iglesia y a la sociedad, inspirándoles a abrazar diferentes carismas. Ningún carisma es igual, pero cada uno es un don de Dios».

El prelado afirmó lleno de esperanza que «responder a la llamada del Señor para seguirle y servir a su Iglesia no está exento de desafíos. Uno de ellos, que se aplica a todas las vocaciones en la Iglesia, es caer en el desánimo. (…) Sin embargo, sabemos por la historia que siempre ha sido así. Basta pensar en el propio Señor, que vino a ofrecernos la salvación, pero que a menudo se encontró con el rechazo y la incomprensión, por no hablar de la traición y la muerte. A pesar de todo, el Señor soportó pacientemente y ganó para nosotros la corona de la victoria. Debemos fijarnos en su ejemplo, pues nos ofrece esperanza y aliento».

Monseñor Peña Parra quiso animar al pueblo arábigo asegurando que «la comunidad católica de Abu Dhabi y de toda la Península Arábiga es también un ejemplo de paciencia llena de esperanza y de vida cristiana. A este respecto, recuerdo las palabras de gratitud que os expresó el Santo Padre durante su visita en 2019 por el modo en que ponéis en práctica el Evangelio escrito (Cf. Homilía, 5 de febrero de 2019). También vosotros podéis ser un «pequeño rebaño», pero cada parte del Cuerpo de Cristo, la Iglesia, tiene un papel que desempeñar. Ninguna parte es mejor o más importante que la otra».

Mundo

Los católicos de Pakistán podrían contar con su primer santo

Akash Bashir, un joven que evitó que un terrorista suicida entrara en una iglesia podría ser el primer santo paquistaní.

Maria José Atienza·3 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Artículo en inglés

La Iglesia católica de Pakistán podría contar con el primer santo pakistaní de su historia. La presencia del cristianismo en Pakistán, un estado confesional musulmán, se estima en menos de un 2%.

Las confesiones cristianas presentes son objetivos frecuentes de atentados en este país, azotado por la lacra del terrorismo a manos de grupos islámicos de diversas facciones. Ser cristiano supone, de hecho, ser considerado un “ciudadano de segunda” en Pakistán.

Akash Bashir evitó, en 2015, que un terrorista suicida entrara en una la iglesia de San Juan, de Youhanabad, perteneciente a la diócesis de Lahore.

Akash Bashir, nacido el 22 de junio de 1994 en Risalpur, en la provincia pakistaní de Nowshera Khyber Pakhtun Khwa. Bashir era estudiante del Instituto Técnico Don Bosco de Lahore y formaba parte de los jóvenes de la comunidad parroquial de la iglesia de San Juan.

El 15 de marzo de 2015, cuando vigilaba en la uerta de la iglesia, cuando observó a un hombre que intentaba entrar en el templo con un cinturón de explosivos en el cuerpo. Akash abrazó al hombre reteniéndolo en la puerta de entrada, haciendo fracasar el plan del terrorista de hacer una masacre dentro de la iglesia.

El atacante -miembro de Tehreek-e-Taliban Jamaatul Ahraar, un grupo escindido de los talibanes- se inmoló y el joven Akash Bashir murió con él. Sus últimas palabras de Akash fueron: “Moriré, pero no te dejaré entrar”.

Junto a él murieron otras 15 personas y más de 70 resultaron heridas. Al mismo tiempo, los terroristas atacaron una iglesia protestante cercana.

«Bashir ofreció su vida como sacrificio para salvar la vida de la comunidad «, destacó el vicario general de la archidiócesis de Lahore, Francis Gulzar, en un comunicado con este motivo.

La diócesis de Lahore inició la causa de beatificación de Akash Bashir en 2016 en el primer aniversario del ataque terrorista.

El pasado 31 de enero, como informa la Agencia Fides, el arzobispo de Lahore, Sebastian Shaw, anunció que el Vaticano había dado el visto bueno a la declaración de Siervo de Dios a este joven. Así confirma el primer paso en la causa de quien podría ser el primer santo de la república islámica.

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Vaticano

El misionero Mariano Gazpio, declarado venerable

Rome Reports·3 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

El Papa ha declarado venerable por sus virtudes heroicas al navarro Mariano Gazpio Ezcurra. Este agustino recoleto fue misionero en China desde 1924 hasta que en 1952 fue expulsado por el gobierno comunista. Hablaba el chino a la perfección y hasta los paganos le llamaban “santo”.


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Zoom

Niños juegan con la nieve en Jerusalén

Los residentes de Jerusalén fueron sorprendidos por una nevada que cubrió los lugares más emblemáticos el 27 de enero. Sus habitantes aprovecharon y disfrutaron de la nieve, causada por la tormenta Elpida.

Omnes·3 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Evangelización

¿Homilías aburridas? Me importa Dios

Antes de hablar de lo que comprendemos de aquella manera nos toca bajar la cabeza con humildad para reconocer que no tenemos ni idea y en vez de dar consejitos al personal pedirle al Señor en la oración que nos enseñe lo que quiere Él decir, como los Apóstoles.

Javier Sánchez Cervera·3 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

(Puede leer la versión en alemán aquí).

El libro del Apocalipsis describe en el capítulo décimo a un ángel poderoso “envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza” (Ap 10, 1) descender hasta el lugar donde se encuentra San Juan. Este ángel tenía un pequeño libro abierto y, para su asombro, la voz del cielo le pide que se lo coma: “—Toma y devóralo, te amargará las entrañas, pero en tu boca será dulce como la miel.” (Ap 10, 9).

No es el único caso. En el Antiguo Testamento, el libro de Ezequiel, narra un episodio similar cuando en el capítulo tercero el Espíritu, dentro de él, le pide que se coma el rollo que sostiene una mano delante de él: Lo desenrolló ante mi vista: estaba escrito por el anverso y por el reverso; había escrito: «Lamentaciones, gemidos y ayes.» Y me dijo: «Hijo de hombre, come lo que se te ofrece; come este rollo y ve luego a hablar a la casa de Israel.» Yo abrí mi boca y él me hizo comer el rollo, y me dijo: «Hijo de hombre, aliméntate y sáciate de este rollo que yo te doy.» Lo comí y fue en mi boca dulce como la miel. Entonces me dijo: «Hijo de hombre, ve a la casa de Israel y háblales con mis palabras». (Ez 2, 10 – 3, 3)

Lo que parecen decir estas indicaciones es la necesidad de interiorizar la Palabra de Dios que vamos a transmitir. Damos de lo propio porque hemos hecho propio lo que damos, contemplata aliis tradere, y nos convertimos así en el escriba instruido en el Reino de los Cielos es «como un hombre, amo de su casa, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas» (Mt 13, 52), las cosas antiguas son las verdades eternas, las cosas nuevas son las realidades humanas y cambiantes pero lo importante es que el lugar de donde saca lo antiguo y lo nuevo es su tesoro, su propia alma.

La lectura de la Palabra de Dios, la meditación y la contemplación son el inicio de la predicación. A través de este trato íntimo el Señor planta la semilla de la verdad eterna en nuestra alma, una semilla que, como el grano de mostaza, debe crecer hasta hacerse un árbol frondoso. Cristo prometió que Él, el Espíritu de la Verdad, «os guiará hasta la verdad plena» (Jn 16, 13) y Él, el Defensor, lo hace introduciéndonos en una escuela que produce frutos de santidad en nuestra vida y da eficacia sobrenatural a nuestra predicación. Como explica Francisca Javiera de Valle en su Decenario: «Este Divino Maestro pone su escuela en el interior de las almas que se lo piden y ardientemente desean tenerle por Maestro. Ejerce allí este oficio de Maestro sin ruido de palabras y enseña al alma a morir a sí mismo en todo, para no tener vida sino en Dios. Es muy consolador el modo de enseñar que tiene este hábil Maestro; y no quiere poner escuela en otra parte para enseñar los caminos que conducen a la verdadera santidad, que en el interior de nuestra alma; y se da tal arte… y maña… para enseñar…, es tan hábil y tan sabio, tan poderoso y sutil, que, sin saber uno cómo, siéntese al poco tiempo de estar con Él en esta escuela todo trocado. Antes de entrar en esta escuela, rudo, sin capacidad, muy torpe para entender lo que oía predicar; y entrando en ella, con qué facilidad se aprende todo; parece como que transmiten a uno hasta en las entrañas la ciencia y la habilidad que el Maestro tiene». (Decenario, día 4º, Consideración).

Se entiende ahora que es la santidad de vida la que hace nuestras predicaciones vivas y no aburridas porque es una Vida la que transmitimos con nuestra vida. Se entiende que santos que a penas sabían leer como Santa Catalina de Siena, hayan sido instruidos de tal modo en esta escuela que fueron declarados doctores de la Iglesia ellos podrían perfectamente decir, como San Juan: «lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos para que también vosotros estéis en comunión con nosotros.» (Jn 1, 3)

Por eso antes de hablar de lo que comprendemos de aquella manera nos toca bajar la cabeza con humildad para reconocer que no tenemos ni idea y en vez de dar consejitos al personal pedirle al Señor en la oración, como hicieron los apóstoles: edissere nobis parabolam! (Mt 13,36), «Maestro, enséñanos la parábola», para que comprendiendo yo, contemplando yo, dejándome instruir por ti, pueda a su vez dando de lo mío, que es Tuyo, enseñar a mi pueblo.

Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. «Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado» (Mc 4, 24). Aquí esta el quid de la cuestión. En esto consiste tomarse a Dios en serio.

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Vaticano

«Con los santos podemos tejer una relación de amistad»

El Papa Francisco ha reflexionado en la catequesis de este miércoles sobre la comunión de los santos, haciendo particular hincapié en la que podemos vivir con San José.

David Fernández Alonso·2 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

El Papa Francisco ha querido reflexionar sobre la comunión de los santos en la catequesis mantenida durante la audiencia general este miércoles 2 de febrero: «En estas semanas hemos podido profundizar en la figura de San José dejándonos guiar por las pocas pero importantes noticias que dan los Evangelios, y también de los aspectos de su personalidad que la Iglesia a lo largo de los siglos ha podido evidenciar a través de la oración y la devoción. A partir precisamente de este “sentir común” que en la historia de la Iglesia ha acompañado la figura de San José, hoy quisiera detenerme sobre un importante artículo de fe que puede enriquecer nuestra vida cristiana y puede también enmarcar de la mejor forma nuestra relación con los santos y con nuestros seres queridos difuntos: hablo de la comunión de los santos».

El Pontífice aseguró que a veces «también el cristianismo puede caer en formas de devoción que parecen reflejar una mentalidad más pagana que cristiana. La diferencia fundamental está en el hecho de que nuestra oración y la devoción del pueblo fiel no se basa en la confianza en un ser humano, o en una imagen o en un objeto, incluso cuando sabemos que son sagrados. Nos recuerda el profeta Jeremías: «Maldito sea aquel que fía en hombre […]. Bendito sea aquel que fía en Yahveh» (17,5-7). Incluso cuando nos encomendamos plenamente a la intercesión de una santo, o más aún en la Virgen María, nuestra confianza tiene valor solamente en relación con Cristo. Y el vínculo que nos une a Él y entre nosotros tiene un nombre específico: “comunión de los santos”. No son los santos los que realizan los milagros, sino solamente la gracia de Dios que actúa a través de ellos».

«¿Qué es la comunión de los santos?», se pregunta el Papa. Y responde acudiendo al Catecismo de la Iglesia Católica, cuando afirma: «La comunión de los santos es precisamente la Iglesia» (n. 946). «¿Qué significa esto?», prosigue, «¿Que la Iglesia está reservada a los perfectos? No. Significa que es la comunidad de los pecadores salvados. Nuestra santidad es el fruto del amor de Dios que se ha manifestado en Cristo, el cual nos santifica amándonos en nuestra miseria y salvándonos de ella. Siempre gracias a Él nosotros formamos un solo cuerpo, dice San Pablo, en el que Jesús es la cabeza y nosotros los miembros (cfr 1 Cor 12,12). Esta imagen del cuerpo nos hace entender enseguida qué significa estar unidos los unos a los otros en comunión: «Si sufre un miembro – escribe San Pablo – todos los demás sufren con él. Si un miembro es honrado, todos los demás toman parte de su gozo. Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno por su parte» (1 Cor 12,26- 27)».

Francisco afirmó que «la alegría y el dolor que tocan mi vida concierne a todos, así como la alegría y el dolor que tocan la vida del hermano y de la hermana junto a nosotros me concierne a mí. En este sentido, también el pecado de una única persona concierne siempre a todos, y el amor de cada persona concierne a todos. En virtud de la comunión de los santos, cada miembro de la Iglesia está unido a mí de forma profunda, y esta unión es tan fuerte que no puede romperse ni siquiera por la muerte. De hecho, la comunión de los santos no concierne solo a los hermanos y las hermanas que están junto a mí en este momento histórico, sino que concierne también a los que han concluido la peregrinación terrena y han cruzado el umbral de la muerte. Pensemos, queridos hermanos y hermanas: en Cristo nadie puede nunca separarnos verdaderamente de aquellos que amamos; cambia solo la forma de estar junto a ellos, pero nada ni nadie puede romper esta unión. La comunión de los santos mantiene unida la comunidad de los creyentes en la tierra y en el Cielo».

En este sentido, continuó el Papa, «la relación de amistad que puedo construir con un hermano o una hermana junto a mí, puedo establecerla también con un hermano o una hermana que están en el Cielo. Los santos son amigos con los que muy a menudo tejemos relaciones de amistad. Lo que nosotros llamamos devoción es en realidad una forma de expresar el amor a partir precisamente de este vínculo que nos une. Y todos nosotros sabemos que a un amigo podemos dirigirnos siempre, sobre todo cuando estamos en dificultad y necesitamos ayuda. Todos necesitamos amigos; todos necesitamos relaciones significativas que nos ayuden a afrontar la vida. También Jesús tenía a sus amigos, y a ellos se ha dirigido en los momentos más decisivos de su experiencia humana. En la historia de la Iglesia hay constantes que acompañan a la comunidad creyente: sobre todo el gran afecto y el vínculo fortísimo que la Iglesia siempre ha sentido en relación con María, Madre de Dios y Madre nuestra. Pero también el especial honor y afecto que ha rendido a San José. En el fondo, Dios le confía a él lo más valioso que tiene: su Hijo Jesús y la Virgen María. Es siempre gracias a la comunión de los santos que sentimos cerca de nosotros a los santos y a las santas que son nuestros patronos, por el nombre que tenemos, por la Iglesia a la que pertenecemos, por el lugar donde vivimos, etc. Y esta es la confianza que debe animarnos siempre al dirigirnos a ellos en los momentos decisivos de nuestra vida».

El Papa quiso concluir la catequesis con una oración a San José «al cual estoy particularmente unido y que recito cada día desde hace muchos años»:

Glorioso patriarca san José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad. Toma bajo tu protección las situaciones tan graves y difíciles que te confío, para que tengan una buena solución. Mi amado Padre, toda mi confianza está puesta en ti. Que no se diga que te haya invocado en vano y, como puedes hacer todo con Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder. Amén

#GraciasConsagrados

Quisiera promover hoy una gran acción de gracias a Dios, pero también a cada uno de los hombres y mujeres de cuya consagración Dios se ha valido para que usted y yo tengamos hoy una vida mejor.

2 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

A 40 días de la Navidad celebramos la Fiesta de la Presentación del Señor. Una festividad que reúne en torno a sí multitud de tradiciones. Por un lado, se celebra como fiesta mariana: la Purificación de María, Ntra. Sra. de la Candelaria; por otro, como fiesta cristológica: Jesús es presentado en el templo, Dios presenta a su Hijo a la humanidad, figurada en los ancianos Simeón y Ana que reconocen en Él al Mesías. Esta celebración de la consagración del niño Dios llevó a Juan Pablo II a establecer en este día, además, la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, dedicada a profundizar en el conocimiento y la estima de los consagrados y consagradas por parte de todo el Pueblo de Dios y también, como no, a dar gracias a Dios por este don inmenso para la Iglesia.

Dicen que la vida consagrada está en horas bajas, que la crisis vocacional acabará en unos años con centenares de institutos… Yo a este respecto tengo que decir que si la vida consagrada está muriendo de algo no es de asfixia, sino de éxito, pues la necesidad humana que muchos fundadores detectaron y que los impulsó a luchar con todas sus fuerzas por que ese carisma permaneciese vivo, se ha superado en gran medida. ¡Cuánto ha hecho la vida consagrada por la educación, por la sanidad, por los servicios sociales, por la cultura o por la lucha por la dignidad de las personas! Tras siglos siendo “luz que alumbra a las naciones” los institutos y congregaciones han conseguido que hoy la educación o la sanidad sean un derecho básico, que las sociedades se preocupen de los más vulnerables, que los hombres y las mujeres del siglo XXI se impliquen en la lucha por un mundo más justo a través de movimientos sociales…

Por supuesto que en todos esos campos hay que seguir llevando el Evangelio y su genuina aplicación práctica y que los carismas primitivos han continuado encontrando cómo adaptarse al hoy, pero ¡pardiez! ¡Enhorabuena por lo que habéis hecho! Enhorabuena y gracias porque este mundo es mejor por vuestra culpa. Quien más, quien menos os debe su formación, su carrera académica o profesional, la posibilidad de conciliar su vida familiar y laboral, su salud física o mental, estar libre de adicciones, o su tranquilidad al haberles proporcionado un sitio digno para el retiro de sus padres.

¿Y a las comunidades contemplativas cuánto le debemos? Aparte de vertebrar pueblos y barrios enteros, su oración sostiene todas y cada una de las acciones del resto de la comunidad cristina y permanece como una lámpara en el candelero que nos indica todo el año que solo Dios basta.

Yo quisiera promover hoy una gran acción de gracias a Dios, pero también a cada uno de los hombres y mujeres de cuya consagración Dios se ha valido para que usted y yo tengamos hoy una vida mejor. Basta con que hagamos una llamada o subamos un tuit o una foto a Redes Sociales diciendo gracias, gracias a aquella monja a quien debemos la vida porque nos ayudó a nacer, a aquel religioso que nos acompañó en nuestra adolescencia, a esa hermana que cuida de nuestro padre. Hoy toca coger el teléfono y decir #GraciasConsagrados

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Lecturas del domingo

«Tres vocaciones de pecadores». Domingo V del Tiempo Ordinario

Andrea Mardegan comenta las lecturas del V domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan / Luis Herrera·2 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Comentario a las lecturas del domingo V

Isaías después de ver al Señor se siente perdido: “Soy un hombre de labios impuros”. Un serafín le toca la boca con una brasa: “ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado”. Enseguida escucha la voz del Señor: “¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?”. Isaías se lanza con la libertad del amor: “Aquí estoy, envíame a mí”. 

Pablo recuerda el kerygma recibido al principio de la Iglesia: “que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras y que fue sepultado y que resucitó al tercer día según las Escrituras y que se apareció a Cefas y luego a los Doce”. Después se apareció a quinientos hermanos, a Santiago, a todos los apóstoles. “Por último, como a un aborto, se me apareció también a mí. Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno de ser llamado apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios”. Sentirse pecador es una realidad profunda en él, pero se une a la conciencia del don de la gracia recibido: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia conmigo no fue inútil. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo”. No son palabras de vanidad, sino de verdad y gratitud. Fue pecador perdonado y, por tanto, apóstol.

Pedro ya conocía a Jesús. El cansancio y el fracaso de la noche de pesca sin resultado lo lleva con sus compañeros a ignorar a Jesús que habla a la multitud. Malhumorados, rehacen las redes. Jesús no le reprocha ni le dice nada. Se le acerca, sube en su barco y le quita de su aislamiento pidiéndole por favor que le ayude en su trabajo de predicar, apartándose un poco de la orilla. Para que la multitud le oiga mejor. Y así logra que el mismo Pedro se ponga a escucharle. Después que Pedro se ha llenado el corazón de la palabra de Dios, le puede pedir que reme mar adentro. Y que echen de nuevo las redes. Pedro confía. Su pobreza se abre a la palabra de Dios que le invita, no se cierra como los nazarenos. Pero no cree del todo, sino a medias. Jesús le dijo: “Echad las redes”, en plural, y él responde “echaré” en singular, y deja los compañeros y la otra barca aparcados en la orilla. Piensa que no van a servir. Por esto, ante la cantidad de peces en las redes, su corazón se derrite en arrepentimiento: “Señor, apártate de mí, que soy un pecador”. Jesús no le reprocha, no le dice “te perdono”, no lo confirma ni lo niega, solo le dice: “No temas, de ahora en adelante, serás pescador de hombres”. Así trató Jesús el pecado de Pedro: “Por favor, ayúdame con tu barca; rema mar adentro; echad las redes; no temas; serás pescador de hombres”. No le prometió que dejaría de ser pecador. Sabe que incluso de los pecados futuros aprenderá a volver a Jesús y al origen de su vocación.

La homilía sobre las lecturas del domingo V

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

El autorAndrea Mardegan / Luis Herrera

Vocaciones

La vida consagrada hoy: Caminar juntos siendo luz para otros

Maria José Tuñón, directora de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada reflexiona sobre esta XXVI Jornada de la Vida Consagrada, que la Iglesia vive inmersa en el proceso del sínodo.

Mª José Tuñón, ACI·2 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

El pasado Domingo de la Palabra, el Papa Francisco invitaba a todos los cristianos a celebrar y compartir en torno a la Palabra de Dios, que siempre es luz para nuestros pasos, como dice el salmista.

¡Qué bueno es que también nosotros, la vida consagrada, en la celebración de la XXVI Jornada de la Vida Consagrada, tengamos esta convicción! Para que, impulsados por el Espíritu, y a la guía de su Palabra, sigamos “caminando juntos”, como reza nuestro lema en este momento eclesial tan importante y a la vez desafiante.

Caminar juntos, impulsados por su Palabra, siempre nos reta a más: a más compromiso, más humilde profecía en medio del mundo, más dialogo sin prejuicios. A ser más sal y luz, para que el mundo guste de la ternura y la misericordia, que se nos revela en Jesucristo. El Hijo de Dios encarnado, hecho uno de tantos, al que los consagrados y consagradas buscamos en nuestras vidas cotidianas, desde los diversos carismas, para que en definitiva otros y otras tengan ¡vida!

Él mismo nos ha llamado y convocado a los consagrados y consagradas, como discípulos suyos, a la comunión, a la escucha, a proclamar que “hoy … el año de gracia” (Lc.4,14-21). De este modo, confiados en su Espíritu y en su Palabra revelada desde antiguo, sigamos proclamando que “hoy” se cumplen en Él las promesas de alianza y salvación para la vida del mundo. ¡Todo un camino de servicio gratuito, que se hace al andar, generando procesos, como pueblo querido y amado! ¡Esto es sinodalidad! Tema fundante en este kairos al que el Papa Francisco ha invitado a toda la Iglesia.

Estamos invitados pues a mirarle, “todos en la sinagoga tenían fijos los ojos en Él”, para transformar nuestra mirada y hacernos cargo para caminar y soñar juntos una nueva fraternidad. Gestar un mundo nuevo: “Ya hemos tenido mucho tiempo de degradación moral, burlándonos de la ética, de la bondad, de la fe, de la honestidad, y llegó la hora de advertir que esa alegre superficialidad nos ha servido de poco”  Cf,FT.cáp.III ).

Dirá también el papa Francisco, especialmente a los consagrados “El Señor no nos llama a ser solistas, no, no nos llama a ser solistas, sino a formar parte de un coro, que a veces desafina… necesitamos la paciencia valiente para caminar, para explorar nuevos caminos, para buscar lo que el Espíritu Santo nos sugiere. Y esto se hace con humildad, con sencillez, sin gran propaganda, sin gran publicidad (homilía 2.02.21)

El mundo de hoy y sus gritos no pueden ser enfrentados sin una esperanzada sinergia de todos y cada uno, si no “caminamos juntos”, si no hacemos nuestro el dolor del mundo, cada vez más fragmentado. La vida consagrada, como buscadores de Dios sabe, con la sabiduría del corazón, que a Dios solo se le encuentra caminando, porque Él es el Camino. Siempre sale a los caminos, como compañero y Señor, que hace palpitar el corazón como a los de Emaús, y los devuelve –nos devuelve- a la comunidad, a remar juntos y a sentirnos en la misma barca para recalar juntos, a devolver esperanza, limpiar heridas, reparar brechas.

Como recogen nuestros Pastores de la Comisión Episcopal para Vida Consagrada en la presentación de esta Jornada, caminar juntos “es un ejercicio de necesidad y una experiencia de belleza”. La necesidad nace de la exigencia de la Iglesia de fortalecer las sinergias en todos los ámbitos de misión. La belleza brota al contemplar el testimonio de quienes son llamados por la misma vocación a vivir en fraternidad y dar la vida por el reino al servicio de los hermanos.

Caminar juntos es una propuesta siempre nueva, abierta, que nos invita a ir más lejos de nuestras miradas planas e individualistas, a ensanchar los espacios de nuestras tiendas y apostar por el nosotros que hace surgir lo mejor de cada uno.

Todo ello, si perdemos los miedos y nos liberamos de las inercias del siempre lo hemos hecho así, de las ataduras de la rigidez y nos hacemos un. Un cuerpo el que, con nuestra participación y escucha vulnerable, brotan las alas que nos llevan a la misión. No a las tareas regladas, sino al sueño de la nueva fraternidad, ¡a la viña de Jesús!, donde los jornaleros son llamados amigos del Señor y no siervos. Amigos que, junto a Él, extienden el mantel universal de su mesa, comparten su pan y vino, con la desmesura de quien se sabe que nos ha amado primero hasta el extremo, y nos ha convidado a hacer lo mismo.

La propuesta de caminar juntos, desde este horizonte, se transforma en un plus de amor. Es dejar que se realice la salvación que se nos regala en un Niño frágil. No en vano esta Jornada de la Vida Consagrada se celebra en la fiesta litúrgica de la Presentación de Jesús en el Templo. Quienes le reconocen son un hombre anciano, Simeón, y Ana, una mujer viuda, estéril…

¡Qué contraste para nuestras agendas, planificaciones, sentimientos de que la vida consagrada ha perdido relevancia social!

¡Cuánto nos cuesta aceptar que Dios se revela a los pequeños, a los que como “buscadores de Dios”, otean y esperan en la Palabra dada por el Dios fiel, que se ha comprometido con su Pueblo! Lo  nuestro es caminar a su lado, practicando la ternura y misericordia. Reconocerle con mirada limpia.

Simeón y Ana han sabido descubrir el consuelo de Israel y ya no pueden dejar de hablar del Niño y alabar a Dios. ¡Ojalá nosotros –toda la Vida Consagrada- hoy, al celebrar esta fiesta, y renovar nuestros votos, no perdamos la oportunidad de manifestar y proclamar en sinfonía profética, que nuestro Dios, es el Dios de la vida!

Apostar por las cunetas y las periferias de tantos ámbitos de nuestra sociedad. Que nuestro sí sea un sí de amor confiado y comprometido con los gritos de la casa común y los pobres. Que sólo desde respuestas fermentadas en el dialogo, en la oración, en el discernimiento en común, “caminando juntos”, daremos los pasos necesarios, para otro mundo alternativo, donde se hacen posible, otros gestos, acciones que ponen en el centro a la persona, el bien común.

Somos llamados y convocados con otros y otras para, humildemente, cooperar como “artesanos de comunión” con nuestras vidas personales e institucionales para que el mundo crea.

La celebración de la Jornada de la Vida Consagrada implica a recibir de nuevo, en este momento eclesial tan importante, como todo el Pueblo de Dios, la llamada a la sinodalidad –a caminar juntos–. No como una moda sino para recuperar el talante esencial de la Iglesia y de nuestras propias estructuras congregacionales y como Iglesia, con creatividad, acoger el plan de Dios, para nuestro hoy concreto que pide un nuevo impulso apostólico.

Una vida consagrada humus de la “tierra nueva y los cielos nuevos”. Una vida consagrada apasionada por Jesucristo y su proyecto de salvación, que no deja de preguntarse y de buscar, a pesar de su envejecimiento o falta de vocaciones. Una vida consagrada cuyo centro es el espíritu del Resucitado que sigue hablando e inspirando, como a nuestros fundadores y fundadoras, a remar mar adentro. Hacernos uno de tantos que “caminando juntos” como hijos y hermanos, se dejan guiar “por la certeza humilde y feliz de quien ha sido encontrado, alcanzado y transformado por el Camino, Verdad y Vida, que es Cristo, y no puede dejar de proclamar”.

¡Feliz día de la Vida Consagrada para todos! 

El autorMª José Tuñón, ACI

Directora de la Comisión E. para la Vida Consagrada. Conferencia Episcopal Española.

Mundo

Con Benedicto XVI se pone en la picota a quien fue pionero en la lucha contra los abusos

Manfred Lütz, reconocido psiquiatra y teólogo, y asesor del Vaticano desde hace muchos años, ha publicado en el prestigioso medio suizo “Neue Zürcher Zeitung” (NZZ) un artículo en el que refiere su propia experiencia con el cardenal Ratzinger / Benedicto XVI en relación con la gestión de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia. Lütz también habla de las recientes acusaciones al Papa emérito tras la publicación de un informe sobre la diócesis de Múnich.

José M. García Pelegrín·1 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

El 24 de octubre de 1999, los máximos responsables del Vaticano se reunieron en la Congregación para el Clero, en la plaza Pío XII de Roma. Participaron los cardenales prefectos de las congregaciones correspondientes y sus arzobispos adjuntos, unas quince personas. Acudí para dar una conferencia sobre la pedofilia. Antes de mi intervención, un joven teólogo moral exhortó a que se evitara que los obispos estadounidenses hicieran un “juicio sumarísimo” con los sacerdotes sospechosos de abusos.

El cardenal Castrillón Hoyos, prefecto de la Congregación para el Clero, había leído anteriormente la carta de un obispo estadounidense a un sacerdote: “Es usted sospechoso de abusos, por lo que debe dejar su casa inmediatamente; el próximo mes dejará de percibir su sueldo; con otras palabras: está despedido”.

Pero entonces, el cardenal Ratzinger tomó la palabra; elogió al joven profesor por su trabajo, pero dijo que su opinión era completamente diferente. Por supuesto que había que respetar los principios jurídicos, pero también había que entender a los obispos. Que los abusos por parte de los sacerdotes son un delito tan atroz y causan un sufrimiento tan terrible a las víctimas que deben ser tratados con decisión, y los obispos tienen a menudo la impresión de que Roma lo retrasa todo y les ata las manos. Los participantes quedaron perplejos; por la tarde se desarrolló una acalorada controversia en su ausencia.

Dos años más tarde, el cardenal Ratzinger consiguió que el Papa Juan Pablo II retirara la responsabilidad sobre los abusos a la Congregación para el Clero y la asignara a la Congregación para la Doctrina de la Fe. El cardenal Castrillón Hoyos reaccionó agraviado.

A comienzos de 2002 me reuní con el cardenal Ratzinger. Le dije que la prensa estaba satisfecha con que el Papa se ocupara personalmente de este asunto, pero que en mi opinión era absolutamente necesario que hablara con expertos internacionales, que los invitara al Vaticano. Escuchó con atención y reaccionó de inmediato: “¿Por qué no se ocupa usted de hacerlo?”. Yo no había pensado en esa posibilidad y le pregunté: “Está seguro de que quiere hacerlo?”. Me respondió: “Sí, lo estoy”.

Me puse en contacto con los principales expertos alemanes; asistí a congresos internacionales, hablé con los científicos más renombrados del mundo y coordiné todo con Monseñor Scicluna, de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El cardenal Ratzinger insistió en que también quería que se mencionara el punto de vista de las víctimas y me entregó una carta del psiquiatra infantil Jörg Fegert, que se había puesto en contacto con él y al que también invité.

De este modo se celebró, del 2 al 5 de abril de 2003, el primer Congreso vaticano sobre los abusos, en el Palacio Apostólico; todas las instituciones de la curia afectadas estaban presentes; a quien habían vacilado, el cardenal Ratzinger los “motivó” personalmente.

Los expertos internacionales —no todos ellos católicos— abogaron por que se controlara a los autores, pero no por que se les echara sin más; de lo contrario, al no tener una perspectiva social, serían un peligro más para la sociedad. En una cena, algunos expertos trataron de convencer a Ratzinger de esta idea; pero él se mostró en desacuerdo: como los abusos eran algo tan terrible, no se podía dejar simplemente que los autores siguieran trabajando como sacerdotes.

En 2005, cuando Juan Pablo II estaba a punto de morir, el cardenal Ratzinger fue el encargado de formular los textos para el Vía Crucis; en la novena estación pronunció aquellas palabras: “¡Cuánta suciedad en la Iglesia y entre los que, por su sacerdocio, deberían estar completamente entregados a él!”. Cuatro semanas más tarde, era Papa.

Inmediatamente expulsó al criminal fundador de los “Legionarios de Cristo”; se dirigió a las víctimas por primera vez como Papa en varias ocasiones, lo que conmovió profundamente a algunos; escribió a los católicos de Irlanda que era un crimen escandaloso no haber hecho lo que se debería haber hecho debido a la preocupación por la reputación de la Iglesia.

En 2010, un alto cargo de la Iglesia que había acusado falsamente a un sacerdote me dijo que no podía retractarse porque tenía que velar por la buena reputación de su institución. Quedé horrorizado y, cuando los medios de comunicación me preguntaron por este caso, me dirigí al Papa Benedicto. La respuesta llegó rápidamente: “El Papa Benedicto le envía un mensaje: ¡Hable, debe decir la verdad!”.

Desde 1999 había experimentado —por tanto— la firmeza de Joseph Ratzinger contra los abusos; pero ¿y antes? Yo también tenía curiosidad por saber qué decía el informe de Múnich. Quizás hubo decisiones equivocadas, diletantismo, fracasos. Tras la rueda de prensa, algunos periodistas criticaron la molesta teatralidad al presentar el informe, que no distinguía entre hechos, suposiciones y juicios morales. Solo un punto quedó claro: que se había demostrado convincentemente que Ratzinger había dicho una mentira sobre su presencia en una determinada reunión; además, se citó una de sus respuestas, que trivializaba el exhibicionismo. Los juicios posteriores eran previsibles, aun antes de conocer el texto.

Sin embargo, la lectura de las partes del informe que se referían a Ratzinger reveló dos sorpresas: tras una meticulosa investigación por parte de los expertos en los cuatro casos de los que se le acusaba, no había ni una sola prueba sólida de que tuviera conocimiento de la historia de los abusos. La única “prueba” era la declaración de dos dudosos testigos sobre un caso, que de oídas afirmaban ahora lo contrario de lo que habían dicho años atrás.

El acta de la reunión antes mencionada se limitó a hacer constar que se había decidido que pudiera vivir en una parroquia un sacerdote que se trasladaba a Múnich para seguir psicoterapia. Nada sobre abusos, nada sobre el encargo pastoral. Pero, sobre todo, me sorprendió que en algunas de las respuestas quedaba claro que ese no era el lenguaje de Benedicto. “Sus” comentarios sobre el exhibicionismo parecían sacados de un seminario sobre Derecho Canónico; aquí, resultaban vergonzosamente triviales.

Ahora está claro cuál fue el motivo. A sus 94 años, no ha podido revisar él mismo los miles de páginas de los documentos. Sus colaboradores sí lo hicieron y cometieron errores. En contra de su respuesta de que no había asistido a una reunión hace 42 años, sí había estado presente. Además, el bufete autor del informe mostraba un extraño estilo de interrogatorio, con preguntas retóricas, sugerentes o una mezcla de acusación y juicio.

En esta situación, cualquier persona habría buscado asesoramiento jurídico, como hizo al parecer el Papa Benedicto. Además, las torpes preguntas del bufete no le dejaron la posibilidad de responder sobre su responsabilidad personal. Ha anunciado que desea comentar esto, y cómo se produjeron las extrañas respuestas. Es de esperar que se trate realmente de un texto suyo: hay que tener la equidad de esperar a que se produzca esta declaración.

Queda la sensación de que se está poniendo en la picota, de forma sensacionalista, a un anciano que, entre otras cosas, fue un pionero en el tema de los abusos; y eso, en lugar de investigar finalmente las cuestiones decisivas: ¿por qué ningún responsable de la Iglesia en Alemania ha admitido abiertamente su culpabilidad personal y ha dimitido voluntariamente?

Ya en 2010, el Papa Benedicto dijo: “Se ha de prestar el primer interés a las víctimas. ¿Cómo podemos reparar […] con ayuda material, psicológica, espiritual?”. Entonces, ¿por qué todavía no se ayuda a las víctimas a organizarse de forma realmente independiente, y por qué no se les indemniza adecuadamente de forma individual? ¿Por qué se publica un informe detrás de otro sin que se extraigan las consecuencias?

Evangelización

Vanna Ceretta: «El camino de la transparencia es largo, pero ya estamos cosechando los frutos»

Vanna Ceretta es la ecónoma y directora de la Oficina Administrativa de la Diócesis de Padua, Italia. Con más de un millón de fieles y casi 500 parroquias. En esta entrevista con Omnes para la serie Sostenibilidad 5G, asegura que "la escucha, el compartir, la fraternidad y la transparencia son los ingredientes fundamentales para ser coherentes con la misión de la Iglesia y al mismo tiempo sostenerla".

Diego Zalbidea·1 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Vanna Ceretta es la ecónoma y directora de la Oficina Administrativa de la Diócesis de Padua (Italia). Está casada y es madre de tres hijos. Ha trabajado 18 años en la Oficina Misionera diocesana como coordinadora. Desde 2014 realizaba labores de coordinación en las oficinas del ecónomo y administrativa y en 2019 ha pasado a ser ecónoma. La diócesis de Padua tiene más de un millón de fieles, con casi 500 parroquias. Depende directamente del Vicario episcopal para los bienes temporales de la Iglesia. Tiene un presupuesto solo para la diócesis de alrededor de 10 millones de euros. Solo en 2020 se ha gastado más de 38 millones de euros en actividades caritativas locales y 48 millones en caridad con otras iglesias. Todo ello puede verse en los informes que año tras año presentan en un ejercicio ejemplar de transparencia.

¿Qué es lo que hace que las personas sean cada vez más generosas y qué las caracteriza?

–Me gustaría responder con una imagen que nos llega del Evangelio. Jesús está en Betania y una mujer derrama sobre el maestro un perfume precioso y abundante de nardo, un gesto de valor incalculable, para la mayoría considerado un exceso, un desperdicio. En cambio, el aroma invade la escena y se da a sí mismo extendiéndose. He aquí este gesto absolutamente inaudito que nos habla de una generosidad que es gratuidad inesperada y preciosa. Entonces, ¿qué caracteriza la generosidad de las personas? Su gratuidad al dar, al ofrecer, sin cálculo y sin buscar el propio beneficio. Tengo en mente a una pareja amiga mía, muy comprometidos ambos profesionalmente y ya padres de tres hijos, que han acogido a una adolescente en su hogar. Se convirtió en parte de su familia, alteró la dinámica de la relación, pidió atención y energía para recibir ese amor que tanto necesitaba para crecer. No era necesario que esta pareja «rompiera el vaso de alabastro», pero este compromiso de recursos y energía ha hecho mucho bien no solo a esta chica sino también a mí, a mi familia y a muchos otros. 

¿Cómo podemos ayudar a los fieles a comprometerse en la misión y en el sostenimiento de la Iglesia?

–La escucha, el compartir, la fraternidad y la transparencia son los ingredientes fundamentales para ser coherentes con la misión de la Iglesia y al mismo tiempo sostenerla. En estos años de servicio en la diócesis he visto comunidades que han puesto en el centro a los más pobres y frágiles y han crecido en la caridad. Me he encontrado con otras que han compartido sus ahorros con parroquias en dificultades. He conocido a personas que ofrecen su profesionalidad de forma gratuita para hacer frente a los problemas que surgen en la parroquia o para hacerse cargo con pasión de la gestión contable. Son ejemplos de cómo donde hay un camino de escucha, donde se comparte y realmente se vive la fraternidad, que también trae consigo los preciosos valores de transparencia y fidelidad en la administración de los bienes, la Iglesia crece y crece la voluntad de participar también en el frente de la sostenibilidad.

¿Han verificado la eficacia pastoral de la transparencia en la diócesis de Padua?

–El camino de la transparencia administrativa es largo y desafiante, pero estamos cosechando los frutos, tanto en términos de credibilidad como de conciencia. Al principio era difícil pedir que se rindiera cuentas de todo. Además, muy a menudo se nos decía que la caridad no puede reducirse a la doble partida (contabilidad), pero después de un largo trabajo de escucha y diálogo surgió la conciencia de que la transparencia es un valor fundamental -y no solo añadido- en la acción pastoral, especialmente en un tiempo atormentado como el que estamos viviendo. 

¿Es fácil para una mujer con el cargo de «ecónoma» dialogar y abordar temas económicos con los párrocos?

–Es la responsabilidad, no el género, lo que sostiene este oficio. Asumir la tarea de ecónomo, de administrador, significa ante todo asumir una responsabilidad que debe llevarse a cabo con gran determinación, pero que siempre debe ir acompañada de una profunda espiritualidad. No he tenido dificultades explícitas como mujer. Por supuesto que siempre se requiere una profesionalidad y una apertura continua para acoger, acompañar, dar indicaciones a veces incluso decir que no. Un libro que leí cuando mis hijos eran pequeños se titula «I no che aiutano a crescere» (Los “no” que ayudan a crecer). Enseña a reconocer cómo se crean situaciones de malestar por la simple incapacidad de decir que no, y cómo no saber negar o prohibir algo en el momento adecuado puede tener consecuencias negativas en la relación entre padres e hijos,  así como en cualquier otra relación en la que te encuentres ejerciendo un rol de liderazgo. Decidirse a decir que «no» siempre genera grandes conflictos: algunas comunidades viven de la nostalgia y se aferran a una falsa necesidad de muchos edificios, muchos espacios, muchas actividades, mostrando un rostro de Iglesia que proviene de un pasado que todavía está muy arraigado.
¿Qué importancia tienen los asuntos financieros en una diócesis?

–El Papa Francisco nos recuerda que no solo vivimos en una era de cambio, sino en un verdadero cambio de era marcado por una crisis antropológica y socio-ambiental general. 

Este tiempo complejo nos obliga a tomar decisiones exigentes también a nivel económico e inmobiliario que cambiarán la historia de nuestra Iglesia. Los problemas que surgen cada día requieren mucha energía para buscar soluciones, pero también estamos llamados a desencadenar procesos de cambio. En Padua la cuestión ha estado sobre la mesa durante varios años y ahora el camino emprendido con el Sínodo diocesano nos ayudará a discernir aún más, también en esta área.  

El servicio del ecónomo requiere una tensión continua para poder leer la realidad y traducirla a este camino de renovación.
¿Por qué la Iglesia necesita bienes y recursos para llevar a cabo su actividad si su misión es espiritual?

–Los bienes y recursos son y deben ser funcionales a la misión de la Iglesia. Por supuesto, es necesario tener siempre mucho equilibrio y leer las intervenciones que se llevan a cabo en el campo económico y en la gestión de los bienes según la misión principal de la Iglesia: dar testimonio de Jesús, difundir el Evangelio, estar cerca de los «pobres» y acompañarlos, cualquiera que sea la forma de su pobreza, material o espiritual. 

Debemos ponernos delante de la Palabra y examinarnos continuamente para evitar decisiones y prioridades equivocadas.

¿Ha afectado la pandemia a la generosidad de los fieles?

–Seguramente ha habido una disminución no tanto en la generosidad como tal, sino en las ofrendas, también debido a la paralización forzada de las misas y la asistencia a la Iglesia. Pero la generosidad no ha cambiado, y así lo hemos vivido con una propuesta pastoral para el año de la pandemia (2020-21) dedicada a la «caridad en el tiempo de fraternidad» y el instrumento que hemos denominado «Sostenimiento Social Parroquial«  una propuesta que ha solicitado, de diversas maneras, la generosidad de los cristianos para crear un fondo parroquial para ayudar a las personas y/o familias a «recomenzar» a partir del momento de dificultad económica que sigue golpeando tan fuerte a nuestro país. Gracias a los fondos extraordinarios recibidos de la Conferencia Episcopal Italiana, la Diócesis se ha colocado al lado de cada parroquia que lo ha solicitado, donando al fondo parroquial un euro por cada habitante y esperando que cada comunidad, con la ayuda de todos los feligreses, se comprometiera al menos a duplicar la cantidad. El resultado ha superado todas las expectativas. Hemos vivido un hermoso camino de experiencias de solidaridad y cercanía que han llenado de esperanza a nuestras comunidades tan duramente golpeadas.

Dar o darse

Dentro de las Hermandades, la caridad se asienta sobre la formación doctrinal que la hermandad debe procurar a cada hermano, que lleva inevitablemente al dar y darse a los demás

1 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Me comentaba un amigo, hermano mayor de una conocida hermandad, la diferencia que él apreciaba entre las obras de misericordia corporales – dar de comer, dar posada, vestir al desnudo, visitar a los presos,…- y las espirituales -instruir, aconsejar, consolar, confortar,…-. La diferencia consistía en que las corporales se referían al dar, mientras que las espirituales suponían darse.

Se podrían hacer algunas matizaciones a esta afirmación, pero en líneas generales está bien razonado. Esto no supone que unas estén sobre las otras, las dos tienen el mismo valor; pero es cierto que las obras de misericordia corporales se podrían ejercitar, aunque fuera de forma espuria, sin rectitud de intención, incluso intereses ajenos a la misma obra realizada, como obtener una desgravación fiscal, mejorar la imagen o tranquilizar la conciencia. Las espirituales implican un compromiso mayor, en ellas la persona se implica más. En cualquier caso, todas suponen volver la mirada al otro, estar centrado en los demás, conocer y atender sus necesidades, bien directamente o a través de una entidad como las hermandades.

Se trata de dar y de darse; pero nadie da lo que no tiene. Para darse hay que poseerse, lo que supone aceptarse como ser creado por Dios a su imagen a semejanza, que es la verdadera naturaleza del hombre. No obstante, se va extendiendo y afianzando una cultura basada en el rechazo a ese aceptarse como ser creado, con una naturaleza dada, e intenta dotarse de una nueva naturaleza elaborada desde su propia iniciativa. Todas esas tentativas adoptan como soporte intelectual la dictadura del relativismo, “que no reconoce nada como definitivo y que deja sólo como medida última al propio yo y sus apetencias» (Ratzinger); que niega la posibilidad de alcanzar una verdad común sobre la que construir la convivencia humana, y la sustituye por la que cada uno establezca en cada momento Puesto que no hay una verdad sobre la persona, ésta será lo que cada uno estime oportuno. Sus planteamientos nunca atentarán contra la dignidad de la persona, porque esa dignidad también es relativa, imputable sólo a un concepto de persona.

 Son muchas las manifestaciones de ese empeño de algunos en establecer su propia verdad sobre el hombre: la teoría de género (soy yo quien decide mi género, con independencia de haber nacido hombre mujer); la capacidad para decidir sobre la propia vida (eutanasia, suicidio), o la de los demás (aborto); la deconstrucción de la familia (nuevas formas de agrupamientos familiares, educación de los hijos por el Estado); el derecho de cada minoría identitaria, natural o inducida, a que sus opiniones, transformadas en derechos exigibles, sean admitidos y protegidos de forma excluyente para los demás (cultura woke y política de cancelación), y así podríamos seguir.

Superando estos planteamientos se presenta la Caridad que reside precisamente en ese vaciarse de uno mismo para dejar que sea Dios quien tome posesión de cada uno –… ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí… (Gálatas 2.20)-, dando plenitud a la persona, invitada por Dios a que su biografía sea un continuo acto de amor, una caridad continua, un permanente mirar a los demás desde Cristo.

Abordado así el concepto de la Caridad se abre a las hermandades un campo de actuación, y sobre todo de reflexión, mucho más amplio que el de la asistencia social, que pasa de ser un fin en sí misma a la actuación inevitable de la persona en el ejercicio de su ser. La Caridad se asienta, pues, sobre la formación doctrinal que la hermandad debe procurar a cada hermano, que lleva inevitablemente al dar y darse a los demás.

El autorIgnacio Valduérteles

Doctor en Administración de Empresas. Director del Instituto de Investigación Aplicada a la Pyme Hermano Mayor (2017-2020) de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, en Sevilla. Ha publicado varios libros, monografías y artículos sobre las hermandades.

España

“Los derechos humanos no dependen de cuotas”

La catedrática de Derecho Eclesiástico del Estado Francisca Pérez-Madrid sostiene que la comparación de las Directrices para las persecuciones religiosas y las relativas a las persecuciones por identidad de género o identidad sexual, muestra una cierta desigualdad de principios.

Maria José Atienza·31 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Francisca Pérez-Madrid, catedrática de Derecho Eclesiástico del Estado de la Universitat de Barcelona desarrolló esta idea durante su conferencia “El asilo en los supuestos de persecución religiosa y en los de orientación sexual. Una comparación”.

La conferencia centró los actos de la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra con motivo de la celebración de la festividad de San Raimundo de Peñafort.

En la actualidad, como destacó hay 70 millones de desplazados de forma forzosa en el mundo, de los cuales sólo 3,5 millones solicitan el asilo. Un dato a tener en cuenta: el número de cristianos perseguidos supera los 300 millones en todo el mundo.

En esta línea, la catedrática de Derecho Eclesiástico del Estado defendió la necesidad de revisar y actualizar las orientaciones del Alto Comisionado, sobre persecuciones religiosas y las relativas a las persecuciones por identidad de género o identidad sexual, ya que “las segundas, con una perspectiva más amplia y flexible, tienen en cuenta la situación precaria del solicitante, y exigen que las autoridades tengan un punto de vista proactivo a la hora de valorar los supuestos de hecho. En cambio, las Directrices relativas a las persecuciones religiosas parten de una cierta presunción de inverosimilitud frente a las potenciales solicitudes”.

Por esto, para Francisca Pérez-Madrid es necesario incorporar las reflexiones de la literatura académica, las aportaciones jurisprudenciales y una perspectiva centrada en la persona para evitar la “diferenciación en cuanto al nivel de protección internacional según cuál haya sido el motivo de la persecución”.

“Los derechos humanos no dependen de números ni de cuotas” defendió Francisca Pérez-Madrid, “todos somos titulares de ese derecho a la libertad, a la seguridad y por supuesto a la libertad religiosa”.

Además, Francisca Pérez – Madrid considera que esta garantizaría la protección efectiva de cada ser humano amenazado en su vida, libertad y seguridad. “La actitud del Estado receptor con respecto al solicitante no debe ser de sospecha, sino proactiva, y debe haber unos estándares iguales para evitar la arbitrariedad en la revisión de la gravedad de la persecución. Lo importante es valorar la vulnerabilidad de esas personas individualmente y ver en qué situación están” defendió.

España

El reto de la sostenibilidad de las instituciones religiosas

Gestionar profesionalmente, transparencia y cumplir las normas legales, sentido ético de las inversiones, y subrayar la rentabilidad, pero no a cualquier precio, son algunos parámetros que citaron los ponentes de un Encuentro de reflexión de CARF Fundación sobre sostenibilidad e inversiones de instituciones religiosas.

Rafael Miner·31 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

El mejor modo de garantizar la sostenibilidad de las instituciones religiosas, con el fin de asegurar las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de futuras generaciones, y cómo afrontar inversiones con prudencia, fue el tema de un Encuentro organizado por la Fundación Centro Académico Romano (CARF) y la agencia de noticias Rome Reports, patrocinado por Caixabank, y celebrado a finales de la semana pasada,.

En el encuentro se comentaron los principios de inversión responsable como una estrategia y práctica que incorpora los factores ambientales, sociales y de gobernanza en las decisiones de inversión y la administración de activos, según recomendaciones prácticas de las Naciones Unidas y del Oeconomicae et Pecuniariae Questiones, publicado por la Congregación vaticana para la Doctrina de la Fe y el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. Este documento aborda consideraciones para un discernimiento ético en relación a algunos aspectos del actual sistema económico y financiero.

Gestionar con profesionalidad

Los participantes fueron Cristian Mendoza Obando, sacerdote y profesor de Church Management en la Pontifica Universidad de la Santa Cruz en Roma; Yadira Oliva, ecónoma de la Congregación Marta y María; Sergio Camarena, ecónomo de los Agustinos Recoletos y David Alonso de Linaje, responsable de Instituciones Religiosas Banca Privada CaixaBank. Moderó el Encuentro Antonio Olivié, periodista y CEO de Rome Reports.

El profesor Cristian Mendoza, experto en la formación de ecónomos de instituciones religiosa, subrayó la importancia de que los responsables económicos de cada congregación o diócesis de la Iglesia Católica sean profesionales del sector. El objetivo es garantizar el sostenimiento de estas instituciones de la Iglesia para que sirvan a su misión y carisma concreto.

Asimismo, se refirió a dos conceptos que las instituciones de la Iglesia conviene que tengan en cuenta en la actualidad: la transparencia y el cumplimento de las normas legales. “La sociedad demanda cada vez más información. Por eso, la transparencia en la Iglesia es muy operativa”, señaló Cristian Mendoza. Además, recordó que las instituciones públicas, como son las congregaciones en la Iglesia, deben cumplir con la normativa, que cada vez más va en aumento. “La Iglesia también tiene que cumplir unas normativas cada vez más exigentes”, señaló.

Mirar más allá

La religiosa Yadira Oliva, ecónoma de la Congregación Marta y María  ̶ institución nacida en Guatemala hace 43 años, que lleva en España desde 1991 y que cuenta con 700 hermanas repartidas por todo el mundo ̶ , explicó algunos asuntos económicos de la institución.

“Nuestra fundadora siempre nos dice: hay que mirar más allá. En España tenemos 24 residencias de ancianos y también atendemos a residencia de sacerdotes. Muchas de nuestras residencias no cuentan con subvenciones, sino que están sostenidas por la aportación de los residentes. Nosotras estamos pendientes de que puedan recibir una atención de servicio y generosidad”, explicó la religiosa.

Uno de los problemas con los que se encuentra es la atención a las religiosas mayores, que, por edad o problemas de salud, no pueden desempeñar un trabajo apostólico. En lugar de levantar residencias sólo para ellas, esta Congregación las distribuye en distintas residencias para poder compartir el carisma. “Nuestro objetivo es ir creando un fondo para sostenernos en un futuro con nuestro trabajo”, expone.

La Congregación Apostólica fue fundada por Monseñor Miguel Ángel García Aráuz y la Madre Ángela Eugenia Silva Sánchez. Lleva el nombre de “Marta y María”, las hermanas santas de San Lázaro, para señalar los dos principios que rigen sus vidas: la contemplación de los Misterios Divinos (María) y la acción apostólica en el servicio generoso y desinteresado a los hermanos (Marta).

Economía al servicio de la misión

El sacerdote Sergio Camarena, ecónomo de los Agustinos Recoletos (con más de 400 años de apostolado), recordó en su intervención el documento de la Santa Sede sobre “Economía al servicio de la misión”, con puntos que se refieren, por ejemplo, a profesionalizar la misión de cada congregación o hacer rentable el patrimonio de cada Orden.

Respecto a las inversiones, aclaró que las instituciones religiosas deben confiar en profesionales capacitados, servirse de unos criterios importante para conocer con quién vas a invertir, y velar porque esas inversiones están de acuerdo con la Doctrina Social de la Iglesia, es decir, tener un sentido ético de las inversiones. “En nuestra Congregación contamos con un Consejo Económico que vela por estas inversiones y por lo que hay que destinar a las distintas obras sociales de todo el mundo”, afirmó Camarena.

Religiosos mayores

Al igual que en la Congregación de Marta y María, un tema que cuidan mucho actualmente en los agustinos recoletos es la atención de los religiosos mayores de la Orden. “Nuestra media de edad de los hermanos está en 63 años. Algunos residen en instituciones externas, otros en nuestras propias casas, y otros en instituciones públicas. Depende de cada país”, explica.

Rentabilidad, pero no a cualquier coste

David Alonso de Linaje, responsable de Instituciones Religiosas de Banca Privada CaixaBank, subrayó la importancia de la planificación financiera de cada Congregación, es decir, saber qué dinero necesito hoy para hacer sostenible la institución en un futuro.

“Es importante la rentabilidad, pero no a cualquier precio. Las inversiones financieras se tienen que regir por la prudencia, la legalidad y la ética. Es necesario que cada Congregación cuente con expertos que conozcan las peculiaridades de las instituciones religiosas”, señaló.

A preguntas de las personas que siguieron este encuentro online, Alonso de Linaje añadió que es necesario crear algunos criterios para que las inversiones respeten la Doctrina Social de la Iglesia (DSI).

Por otra parte, Cristian Mendoza hizo hincapié en la necesidad de la formación profesional de los ecónomos, y en la línea de la inversión de acuerdo con la DSI, recordó que las instituciones religiosas no deben invertir en carteras que fomenten la pornografía, el alcohol o el aborto.

La sostenibilidad, tema frecuente en Omnes

Los asuntos económicos, tanto en el ámbito de la empresa como en el eclesial, exigen en la época actual seguir puliendo los mecanismos de control y gestión en las instituciones eclesiásticas. En este sentido, la sostenibilidad y el compliance están siendo un tema frecuente en Omnes.

Tras un Foro  en el que participaron Diego Zalbidea, sacerdote y profesor de Derecho Patrimonial Canónico en la Universidad de Navarra, y el experto en compliance de KPMG, Alain Casanovas, el profesor Zalbidea ha publicado en omnesmag.com una serie de artículos y entrevistas con expertos sobre asuntos económicos, bajo el título general Sostenibilidad 5G.

Entre los entrevistados, se encuentran José María Ziarrusta, gerente-ecónomo de la diócesis de Bilbao; Leisa Anslinger, directora asociada de la Oficina de Pastoral Vitality en la Archidiócesis de Cincinnati (USA); Bettina Alonso, directora de Desarrollo de la Archidiócesis de Nueva York; Antonio Quintana, director de Desarrollo del Santuario de Torreciudad (Huesca), o Abigail Marsh, profesora Titularen el Departamento de Psicología y en el Programa interdisciplinar de Neurociencia de la Universidad de Georgetown (Washington).

Vaticano

Santos en formato cómic para toda la familia

Rome Reports·31 de enero de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

Ignacio de Loyola, Clara de Asís o el Padre Pío son algunos de los personajes que aparecen en estos libros, que, en formato cómic, resumen la vida de santos y santas de todos los tiempos para pequeños y grandes. 


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Mundo

La cristiandad reza por la paz en Ucrania, mientras prosigue el diálogo

Respondiendo a la invitación del Papa, se ha producido estos días un clamor en el que la Iglesia católica, y en algunos lugares como Kiev, también la ortodoxa y la protestante, han rezado a Dios intensamente por la paz en Ucrania y en Europa.

Rafael Miner·30 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Ucrania “es un pueblo que sufre, han sufrido mucha crueldad y merecen la paz”, exclamó el Santo Padre el miércoles en la Jornada de ayuno y oración por la paz, convocada por el Papa Francisco. Pues bien, la cristiandad se ha hecho eco, y en mayor o menor medida, muchos se han puesto a rezar a fondo por la paz en Europa, y especialmente en Ucrania.

“Reunidos en oración imploramos la paz para Ucrania», pidió el arzobispo Paul Richard Gallaguer, Secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, en la Basílica de Santa María in Trastevere de Roma, en una celebración promovida por la Comunidad de Sant’Egidio. “Que los vientos de la guerra callen, que las heridas sanen, que los hombres, las mujeres y los niños sean preservados del horror del conflicto»:

“Estamos en comunión con el Papa para que toda iniciativa esté al servicio de la fraternidad humana», añadió Monseñor Gallagher. Sus palabras pusieron de manifiesto, en primer lugar, el dramatismo de los conflictos y la disparidad entre los que los deciden y los que los sufren, entre los que los llevan a cabo sistemáticamente y los que sufren el dolor, ha informado la agencia oficial vaticana.

Sabemos lo dramática que es la guerra y lo graves que son sus consecuencias: Son situaciones dolorosas que privan a muchas personas de los derechos más fundamentales”, añadió. Pero aún más escandaloso, dijo, “es ver que los que más sufren los conflictos no son los que deciden si se inician o no, sino que son sobre todo los que sólo son víctimas indefensas de ellos”.

“Todos derrotados en humanidad”

“Cuánta tristeza”, destacó el arzobispo Gallagher, “en la ‘laceración’ de poblaciones enteras causada por ‘la mano del hombre’”, por “acciones cuidadosamente calculadas y realizadas de forma sistemática”, y no por “un arrebato de ira”, o “por catástrofes naturales o acontecimientos ajenos al control humano”.

“Son escenarios tan extendidos hoy en día”, señaló el Secretario de Relaciones con los Estados, “que no podemos dejar de reconocer que todos estamos ‘derrotados’ en nuestra humanidad y que todos somos ‘corresponsables de promover la paz’. Pero Dios nos ha hecho hermanos y por eso, conscientes de este escenario y llevando en el corazón el drama de los ‘conflictos que desgarran’ al mundo, nos reconocemos hermanos tanto de los que los provocan como de los que sufren sus consecuencias, y en Jesucristo presentamos al Padre tanto la grave responsabilidad de los primeros como el dolor de los últimos. Para todos, invoquemos del Señor el don de la paz”.

Invocamos la paz, pero “sin limitarnos a esperar que se alcancen y respeten acuerdos y treguas, sino implorando y comprometiéndonos para que en nosotros y en todos los corazones renazca el hombre nuevo”, unificado en Cristo “que vive en la paz y cree en el poder de la paz”, añadió.

Oración ecuménica en Kiev

En la capital ucraniana tuvo lugar esta semana la oración por la paz en la catedral católica latina de San Alejandro, en unidad con todas las comunidades del mundo, informa la Comunidad de Sant’Egidio.

“Desde que estalló la guerra en Dombás”, los dirigentes de Sant’Egidio ha convocado cada mes un momento de oración por la paz, que en esta ocasión ha tenido una solemnidad especial. En la catedral, muchos kievitas, incluidos numerosos jóvenes, participaron en la oración presidida por el nuncio en Ucrania, mons. Vysvaldas Kulbokas, que contó con la presencia de representantes de las diversas iglesias cristianas.

El nuncio destacó la importancia de la oración común: “La tentación es anteponer lo que divide y no lo que fortalece a la familia humana. Pero si damos prioridad al Reino de Dios, todo se vuelve secundario, y entonces las divisiones en las familias, los hogares, en el pueblo y entre los diferentes pueblos se vuelven secundarias, porque pierden su importancia ante el sol, que es nuestro Dios, uno para todos”.

Participaron en la oración un obispo que representaba a la Iglesia católica latina y otro en representación de la Iglesia greco-católica, junto con el obispo de la Iglesia ortodoxa armenia y otros representantes ortodoxos y protestantes, junto con las autoridades civiles.

Obispos americanos y europeos

Además del llamamiento de los obispos polacos y ucranianos, del que informó Omnes, la Comisión de los obispos de las conferencias episcopales de Europa (COMECE) y la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) se han unido a toda la Iglesia y al pueblo de Ucrania, en sendos comunicados. En ellos, invitan a los fieles a unirse a la oración convocada por el Papa Francisco por el fin de las hostilidades en Ucrania y por la paz en el Viejo Continente.

“Instamos a la comunidad internacional, incluida la Unión Europea, a renovar su compromiso con la paz y a contribuir activamente los esfuerzos de diálogo, no demostrando la fuerza y reforzando la dinámica del armamento, sino buscando formas creativas de negociación y de compromiso basado en valores”, ha señalado el cardenal Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo y presidente de la COMECE, en una declaración que expresa la gran preocupación por las actuales tensiones entre los “vecinos” del Este y manifiesta su solidaridad con los hermanos y hermanas de Ucrania.

En el comunicado, el cardenal Hollerich menciona la declaración de los obispos polacos y ucranianos, en la que llaman a los gobernantes a frenar “las hostilidades», ya que “la guerra es siempre una derrota para la humanidad”.  La COMECE hace un llamamiento a todas las partes para que dejen de lado los intereses particulares y promuevan pasos que conduzcan al desarme, que busquen una solución pacífica y sostenible a la crisis, basada en un diálogo veraz y arraigado en el derecho internacional, informa la agencia vaticana.

Respetar la integridad y la independencia

“Ante la alarmante situación en Ucrania, hacemos un llamamiento a todos los líderes para que respeten la integridad territorial y la independencia política de Ucraniay participen en un diálogo constructivo para resolver pacíficamente este conflicto que afecta las vidas y los medios de subsistencia de 43 millones de ucranianos”. Así lo señala en una declaración Monseñor David J. Malloy, obispo de Rockford, y presidente del Comité de Justicia y Paz Internacional de la USCCB norteamericana.

“Unámonos al Santo Padre que, en su discurso de 2022 al cuerpo diplomático, dijo: ‘La confianza recíproca y la disposición a entablar un debate sereno deben inspirar a todas las partes en juego, para que se puedan encontrar soluciones aceptables y duraderas en Ucrania…”.

“Los obispos católicos de Ucrania y Polonia realizaron un llamamiento el 24 de enero para que los líderes se abstengan de la guerra y ‘retiren los ultimátum inmediatamente’. Hicieron un llamamiento a ‘la comunidad internacional para unir esfuerzos en solidaridad y apoyar activamente a los amenazados de todas las maneras posibles”.

“En este tiempo de miedo e incertidumbre”, concluye Monseñor Malloy, “nos solidarizamos con la Iglesia en Ucrania y le ofrecemos nuestro apoyo. Pedimos a todos los fieles y a las personas de buena voluntad que recen por el pueblo de Ucrania, especialmente el 26 de enero, para que conozcan las bendiciones de la paz”.

Macron, Putin, Zelenski

Al mismo tiempo, fuentes del Elíseo han confirmado que los presidentes francés y ruso, Emmanuel Macron y Vladimir Putin, mantuvieron el viernes una conversación telefónica de en torno a una hora, en la que, a pesar de “importantes” desacuerdos, acordaron la necesidad de una “desescalada” y de continuar con el diálogo.

Tras el encuentro telefónico entre Emmanuel Macron y Vladimir Putin, “la pelota queda en el tejado de Rusia”, señalo el Elíseo, respecto a la tensión latente en las fronteras de Ucrania, ha informado France 24. Por otra parte, un comunicado del Kremlin subrayó que las respuestas entregadas por Estados Unidos y la OTAN el pasado miércoles 26 de enero no tranquilizan a Putin, porque no abordan sus exigencias de seguridad en Europa del Este, según las mismas fuentes. Sin embargo, los dos líderes dejaron la puerta abierta para continuar con el diálogo sobre la seguridad en Europa.

Al mismo tiempo, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha manifestado que cree que hay peligro, pero no tan inminente como apuntan sus aliados. En la misma línea, el titular de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha señalado que “Rusia no quiere una guerra”.

Mundo

José Luis Mumbiela: “El rostro de la Iglesia  en Kazajistán está cambiando”

El aragonés José Luis Mumbiela (Monzón, España, 1969), vive en Kazajistán desde el año 98, a donde llegó procedente de Lleida (España), cuando era el sacerdote más joven de la diócesis (27 años). En 2011 fue nombrado obispo de Almaty, y preside la Conferencia Episcopal en un país de mayoría musulmana y cristiano ortodoxa. Almaty ha sido epicentro de las recientes protestas. Sobre una posible visita del Papa Francisco, afirma: “¡Para que venga un padre a casa no hacen falta motivos!”

Rafael Miner·29 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 8 minutos

Lo primero que hay que decir de esta entrevista con Monseñor José Luis Mumbiela, obispo de Almaty, la ciudad más poblada de Kazajistán, es que se realizó hace un par de semanas. La servidumbre del papel. Por tanto, tomen el análisis del obispo con la cautela debida. Lo segundo es que hemos visto a un obispo alegre, con buen humor, a pesar de los duros episodios que ha vivido su país, y especialmente la ciudad de Almaty.

Y lo tercero es que hemos conversado sobre los graves disturbios, sí, como ha hecho el obispo español/kazajo con numerosos medios informativos, pero luego nos hemos metido en la harina de la evangelización, la Iglesia en Kazajistán, los mártires, los beatos, san Juan Pablo II, “el culpable de mi venida a Kazajstán”, y el Papa Francisco, del que afirma: “Nuestro gran sueño es que venga a esta tierra”.

¿Cómo está ahora Kazajstán tras los graves sucesos de estas semanas?

A día de hoy, estamos casi en la tranquilidad. La tranquilidad se está restaurando. La gente ya vive como antes, en el sentido de poder trabajar. Mañana habrá apertura del Metro. Lo único que queda hasta el día 19, es el toque de queda, que sólo queda ya en la región de Almaty, y alguna otra. Por ley es hasta el 19, De momento lo han mantenido, la vida se va rehaciendo. Lo que pasa que aparte de esto, tenemos la pandemia. Estamos en lo que aquí llamamos zona roja, que es la cantidad de contagios. Hay también verde y amarilla. Estamos en rojísimo, lo cual conlleva limitaciones en cafeterías, reuniones, etc. Y también en los servicios religiosos. La gente puede haber visitas personales, se hace lo que se puede. Pero continuamos con optimismo. A día de hoy, nuestra vida se va normalizando ya.

Otra cosa son las consecuencias de lo que se ha vivido. Para muchos han sido muy trágicas, con muchos muertos, que hasta la fecha no se sabe con seguridad el número, no sólo a nivel de policías y fuerzas de seguridad, sino también de los atacantes, que eran beligerantes. Y tampoco sabemos el número de muertos civiles… Continúan aún las redadas de la Policía, que va en busca y captura con los datos de que disponen. Van cayendo presos los implicados en acciones violentas, y en robos y saqueos. También se van abriendo los casos de acusaciones públicas en el plano jurídico. Entre las fuerzas de seguridad, de policías, va muriendo gente, no se sabe si es gente que se suicida, o muere del corazón…

Si le parece, analizamos este tema después [ver análisis], y cambiamos de tema. Se cumplen ahora treinta años del establecimiento de la jerarquía en Kazajstán.

—En efecto, el año pasado se cumplieron 30 años de la creación de la diócesis de Kazajstán y Asia central, el primer obispo para toda esta tierra, en la época actual. Obispos católicos en Asia central ya los había en la Edad Media. Hay que recordar la historia. La creación de las nuevas estructuras de la Iglesia en Kazajistán es del 91. El Papa Juan Pablo II fue el gran impulsor del renacimiento de la Iglesia en Asia central. El que amaba y se preocupaba personalmente por estas tierras. Conocía, ya desde su época de Cracovia, la historia de los fieles de Kazaijstán y Asia central. La conocía muy bien, la seguía de cerca. Cuando él vino a Kazajistán, en 2001 (han pasado 20 años), las palabras que dijo fueron que hace tiempo soñaba con venir aquí, conozco toda vuestra historia, todos vuestros sufrimientos. No eran palabras diplomáticas, eran las palabras que soñaba decir en estas tierras desde hace años. Era así. Juan Pablo II amaba Kazajistán, sin duda, por la historia sobre todo de los polacos, y los deportados. Por sus compatriotas.

Lo sabemos, por ejemplo, por la historia del beato Wladislaw Bukowinsky, en los años 60-70,cuando Karol Wojtyla era arzobispo de Cracovia, sé que iba a visitar al arzobispo, éste lo esperaba con gran deseo de que le contara cómo iba la cosa aquí, y si estaba enfermo Bukowinsky, el arzobispo iba al hospital para hablar con él. Tenía interés. También porque sabía que era un hombre santo. Y quería saber de la gente, desde Cracovia. Era un sacerdote nacido en una parte de Polonia que ahora es Ucrania, y fue también deportado, llevado a un campo de concentración, y por tanto estuvo como prisionero en Kazajistán. Estuvo en tres prisiones ingresado en Kazajistán, donde vivió bastantes años. Y en los años 50 y tantos, después de la muerte de Stalin, cuando se vio la posibilidad de regresar a su país, decidió quedarse aquí en Kazaijstán, trabajando como sacerdote, jugándose la vida, jugándose la libertad. Trabajaba a su vez como civil, tenía pasaporte, era legal, pero tenía actividades ‘extralaborales’ [sonríe abiertamente].

¿Hay algún otro santo canonizado, de Kazajistán? Tienen ahora el proceso de Gertruda Getzel…

Hay un sacerdote que está beatificado pero que no es de Kazajstán, sino que murió en Kazajstán. Era greco-católico, y servía a los greco-católicos y a los de rito latino. Se llamaba Alexei Zarinsky. Es beato. El cuerpo se lo llevaron. Está enterrado en Ucrania.

Ahora está en proceso Gertruda Getzel, laica. Podría estar en proceso también un obispo católico que está enterrado en Karaganda, que también es un hombre heroico, pero cada proceso lleva su tiempo. Gracias a Dios, hay lista de espera. Como hay tantos obispos beatos y santos, ponemos ahora a una mujer laica. Algunas la llaman la hermana Gertruda, pero no, es laica. Es lo que sería una buena catequista, según las disposiciones del Papa últimamente. Estuvo también en campos de concentración. Nació en Rusia, fue deportada, etc. Ayudaba a los sacerdotes, estuvo en Georgia y en otros lugares. Llegó aquí a Kazajstán, y estuvo en Karaganda, ayudando también. Donde estaba, procuraba siempre hacer catequesis, rezar. Sé que estuvo en campos de trabajo, forzados. Y cuando se fue a vivir a Karadanga, al principio acompañaba a este sacerdote, que era Bukowinsky, hasta que el cura dijo; mejor que la mujer se quede en casa, porque era arriesgado. Ella organizaba las catequesis de jóvenes, de mujeres, de todo, encuentros de oración. Era como un director espiritual para chicas, un motor de la vida parroquial.

Había un obispo que nadie sabía que era obispo, Alexander Hira. Que hacía de sacerdote en Karagandadesde los años 50, y murió en el 81. Nadie sabía que era obispo. Imagino quelo sabía porque era su confesor. La Santa Sede sabía que estaba allí. Alguna vez iba a Ucrania ‘de vacaciones’, y era para ver sacerdotes, y algún obispo también. Radio Macuto funcionaba. Él decía que esta mujer, Gertruda, era “¡su arzobispo”!

¿Cómo fue su venida a Kazajistán? Me refiero a la suya. Usted era joven sacerdote…

—Yo llegué a Kazajistán el año 98, vine como cura jovencito, y el culpable de mi venida es Juan Pablo II. Juan Pablo II tenía mucho cariño a Kazajistán, y fomentaba la presencia de sacerdotes para la evangelización en este país. Fue buscando sacerdotes, y encargaba a instituciones que buscaran gente para que vinieran. Sé que buscaba también sacerdotes de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, quería al Opus Dei, pero con todo el equipo. Pero la Prelatura no puede enviar sacerdotes diocesanos, jurídicamente es imposible. Entonces se decidió buscar sacerdotes voluntarios, que estuvieran dispuestos a acudir a esta llamada del Papa para venir a Kazajistán. La propuesta llegó en España a muchos sacerdotes, y también me llegó a mí. El primer paso, que el cura estuviera dispuesto. Segundo paso, que el obispo lo envíe. En mi caso se dieron las dos circunstancias. En otros a lo mejor no.

¿Había pensado en irse de misiones?

—Yonunca pensé en irme de misiones por ahí, por el mundo. Pero me llegó una propuesta: el Santo Padre está buscando sacerdotes diocesanos que vayan a Kazajstán, ¿tú estarías dispuesto? Hombre, si el Papa lo quiere, y el obispo me envía, para esto he sido ordenado, ¿no? Para servir a la Iglesia universal. No yo, sino cualquier sacerdote creo que ha de estar dispuesto a esto. Me guste o no me guste irme de misiones, ir a una parroquia o a otra, voy donde el obispo me diga. Y así fue.

 ¿En qué diócesis estaba usted? ¿Qué le dijo su obispo?

—Yo siempre digo que fue un gesto muy generoso y muy hermoso de este obispo de Lleida, mi obispo, el Dr. Ramón Malla, Modélico. Un obispo que fue muy criticado por diversas cosas, el tema de los bienes eclesiásticos. Pero este gesto es modélico. Al principio me dijo que no. Tenía yo 27 años. Era el cura más joven de la diócesis, la diócesis iba de mal en peor. Había un argumento: donde hay curas, pues que busquen allí, en Toledo, Madrid…, pero aquí que no hay. Pero él mismo me dijo luego: aquí estamos mal, pero allí estarán peor. Es un servicio a la Iglesia universal, que vaya. Dios dirá. Chapeau.

   Cuando me nombraron obispo, en 2011, la noticia se hizo pública el 5 de marzo de 2011. Me llamó el que era entonces obispo, que ya había cambiado, era el obispo Joan Piris, que está jubilado, Me llamó para felicitar. ―Muchas felicidades, José Luis! ―Le dije: Sr. Obispo, ¿se acuerda de una cosa?  ―¿Qué cosa? ―Pues que hoy, nuestra diócesis de Lleida pierde un sacerdote, sí; pero yo sé que mañana, el Señor a la diócesis de Lleida le da dos sacerdotes. Usted tiene una ordenación de dos sacerdotes. ―Sí. ―¿Se da cuenta? Que el obispo Malla dio uno, y Dios nos da dos.

Efectivamente, el domingo día 6 de marzo había ordenación de dos sacerdotes nuevos. Lleida perdía un sacerdote, pero ganaba dos. El obispo Malla dio un sacerdote, y Dios le dio dos.

Las lenguas mayoritarias en Kazajistán son el kazajo y el ruso. ¿En qué idioma o idiomas es el culto?

—La mayoría habla y entiende ruso. Pero la lengua del Estado más extendida es el kazajo. La Iglesia funciona en ruso desde siempre. pero hay un proceso que está en camino. Suelo decir el rostro de la Iglesia en Kazajistán está cambiando en estos años. Es un desafío. Estamos en un tiempo de transición. En los años 90, estaban los polacos, los alemanes, ucranianos, bálticos… Las Misas eran en alemán, en polaco, según qué sitios. Luego se pasó al ruso, aunque no todos. En varios pueblos, algunas abuelas se niegan a rezar en ruso, porque es la lengua del enemigo… Algunas aceptan que el cura diga la Misa en ruso, pero los cantos hay que hacerlos en polaco. Es un cambio generacional, muy importante.

Ahora estamos incorporando poco a poco el kazajo, que es un cambio de ejes, y que exige tener un auténtico espíritu católico. A lo mejor a muchos les cuesta psicológicamente. Recuerdo un sacerdote, que ahora es obispo, local, local, que cuando hablábamos de aprender kazajo, decía que los curas locales estaban como escépticos, hasta que uno dijo: hay que reconocer que nosotros hemos sido educados en el ruso, y para nosotros el kazajo era el idioma de los de segunda categoría, de los incultos, etc. Para ellos, psicológicamente, pasar al kazajo es rebajarse. Es un cambio de mentalidad. Y ahora ése es obispo. Creo que ha cambiado ya. Ya empieza a haber Misas en kazajo, poco a poco, cantos en kazajo, hay un devocionario en kazajo. Y los kazajos, felices de la vida. Cada vez hay más kazajos y kazajas, que se van bautizando, gracias a Dios.

La Iglesia local va creciendo…

—Sí. Los sacerdotes locales van tomando más puestos. Este año, el nuevo Rector del Seminario será en principio un sacerdote local, medio kazajo, medio ucraniano. De nombre y apellidos ya son kazajos. Como dice algún compañero Obispo, Ordinario, ¡tenemos que confiar ya de una vez en los locales, ya vale! Y si se equivocan, que se equivoquen, como nos equivocamos los extranjeros. En el fondo, están deseando eso, y es lo que hay que hacer: ¡que crezca el niño! ¡que crezca el niño! Venga, venga, que esta Iglesia es vuestra. Poco a poco. Es un sueño que tenemos. Creciendo en este sentido. Es como los abuelos que ven crecer a los nietos [bromea de nuevo con los ejemplos]. De modo que un gran desafío [en Kazaijstán] es esa nueva cara para la Iglesia católica, que está en transición. Una Iglesia, como el propio Kazajistán, multinétnica. Eso es.

¿Cómo ve el encuentro interreligioso previsto para septiembre?

—Fue desde el principio un gran escaparate de cara a mostrar al mundo que Kazajistán es el país que quiere ser modélico en esa convivencia pacífica entre diferentes etnias y religiones, y cuya realidad religiosa no es un problema, sino que es una condición normal de vida. Ese encuentro se hizo con gran apoyo del Vaticano. Algunos años después han decaído un poco, No sé si tras los acontecimientos de Almaty va a ser posible este año el encuentro o no. Quizá por esos acontecimientos el que se celebre esto, sería muy bonito,

Nuestro gran sueño es que el Papa Francisco venga a esta tierra. Ya que hay unos deseos de renovación en el país, tal vez su presencia serviría a todos, por un lado para dar un gran apoyo internacional; por otro, para que él nos acompañe, con unas palabras suyas, plasmadas en un libro en verano, que son ‘Soñemos juntos’. Que él nos acompañe y nos ayude a soñar juntos ese nuevo Kazajistán que queremos crear, que no es tan nuevo, porque algunas cosas ya están de antes, para soñar y seguir soñando con ese Kazajistán que queremos que sea modélico no sólo para nosotros sino para todos. Y una visita del Papa puede ser un gran refuerzo para esto. Con motivo o sin motivo de este encuentro. ¡Para que venga un padre a casa no hacen falta motivos!

España

«Illuminare», la revista de las misiones cumple 100 años

La decana de las publicaciones de Obras Misionales Pontificias de España cumple, el 31 de enero su primer centenario de vida.

Maria José Atienza·28 de enero de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Illuminare nació el 31 de enero de 1923 cuando empezó a publicarse en Burgos el Boletín de la Unión Misional del Clero de España, que cambió su nombre cuatro años después, en 1927. Cien años de «acompañar a la misión, a los misioneros y la animación misionera en España» como destacan desde Obras Misionales Pontificias.

Actualmente, Illuminare lanza tres números al año: en enero, abril y octubre coincidiendo con las jornadas de la Propagación de la Fe (Domund), de la Santa Infancia (Infancia Misionera) y de San Pedro Apóstol (Vocaciones Nativas). Son más de 20.000 ejemplares que se apoyan, además en una amplia proyección a través de la web de OMP.

“Illuminare ha pasado por distintas etapas a lo largo de todos estos años de vida”, explica su director, Rafael Santos, “pero siempre ha procurado ayudar a los responsables de la animación misionera para que vivan apasionadamente la misión y nos motiven a todos a vivirla también así”. De hecho, lluminare tiene como su razón de ser principal la de apoyar las campañas de dichas Obras y facilitar a sacerdotes, religiosos y otros agentes pastorales la preparación y ambientación de las jornadas ligadas a las misiones.

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Mundo

Informe sobre abusos: el cardenal Marx propone reformar la Iglesia pasando por el camino sinodal

El cardenal Marx muestra su conmoción por los resultados sobre abusos sexuales, que según él tienen motivos sistémicos. Recomienda una reforma profunda, tal y como -dijo- se está llevando a cabo en el camino sinodal. Un informe encargado por su diócesis había reprochado a los sucesivos arzobispos (entre ellos el cardenal Ratzinger) un tratamiento inadecuado de algunos casos de abusos. 

José M. García Pelegrín·27 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

El pasado 20 de enero se presentó en Múnich un informe sobre abusos sexuales cometidos en dicha diócesis en el extenso periodo de tiempo de 1945 a 2019. Durante esos 75 años rigieron la diócesis seis cardenales, de los cuales viven actualmente los tres últimos: Joseph Ratzinger/Benedicto XVI (1977-1982), Friedrich Wetter (1982-2008) y Reinhard Marx (desde 2008). El informe WSW —así denominado por los tres socios del bufete de abogados Westpfahl Spilker Wastl, a los que la misma diócesis encargó la investigación— concluía, en sus más de 1.200 páginas, que al menos 497 personas habrían sido víctimas de abusos sexuales cometidos por 235 personas (182 clérigos y 53 laicos).

En la opinión pública, la atención se ha centrado no tanto en las víctimas o en los propios autores de abusos como en la reacción que mostraron principalmente los tres prelados mencionados como respuesta a los casos que se produjeron durante su respectivo gobierno y en los que se les achacaba “no haber reaccionado adecuadamente o de acuerdo con las normas a los casos de (presuntos) abusos que habían llegado a su conocimiento”.

El informe WSW cifraba dicha actuación inadecuada en cuatro casos debidos al entonces Cardenal Ratzinger, en 21 casos en relación con el cardenal Wetter; al cardenal Marx se le reprochaba no haber actuado correctamente en dos casos y, además “no haber concedido la necesaria importancia a la cuestión”, por haber comenzado a ocuparse directamente de ella solo en 2018, diez años después de llegar a la sede muniquesa.

Especial interés sobre Benedicto XVI

Como cabía esperar, despertó un especial interés la posible implicación del Papa emérito, y en particular en un caso concreto, toda vez que el informe WSW le dedicaba un tomo adicional de más de 350 páginas: se trataba de un sacerdote “H.” (en el informe también llamado “X” o “caso X”), que en 1980 se trasladó de la diócesis de Essen a Múnich para seguir un tratamiento psiquiátrico. La primera cuestión que se planteaba es si el entonces cardenal Ratzinger estuvo presente en una sesión de trabajo de la curia muniquesa, celebrada el 15 de enero de 1980, en que se trataba dicha cuestión.

En un escrito de 82 páginas, en que el Papa emérito respondía a las preguntas planteadas por el bufete de abogados WSW, decía que no recordaba haber estado presente en dicha reunión. Ahora bien, en una declaración presentada por su secretario, el Arzobispo Georg Gänswein el 24 de enero, al tiempo que anunciaba que Benedicto hará próximamente una declaración más amplia, matizaba dicha afirmación: “Sin embargo, desea aclarar ahora que, contrariamente a lo que se declaró en la audiencia, sí asistió a la reunión del la curia el 15 de enero de 1980.

Por lo tanto, la declaración contraria era objetivamente equivocada. Le gustaría subrayar que esto no se hizo de mala fe, sino que fue el resultado de un descuido en la redacción de su declaración. Lamenta mucho este error y pide que se le disculpe. Sin embargo, es objetivamente correcta, y está documentada en los expedientes, la afirmación de que en esta reunión no se tomó ninguna decisión sobre la asignación pastoral del sacerdote en cuestión. Por el contrario, sólo se concedió la petición de proporcionarle alojamiento durante su tratamiento terapéutico en Múnich.”

Efectivamente, en el acta de la sesión —recogida en el informe WSW— se lee: “La diócesis de Essen pide que el Sr. H. permanezca durante un tiempo con un sacerdote en una parroquia de Múnich. Se someterá a tratamiento psicoterapéutico”. A ello dio su consentimiento la curia en dicha sesión. En los documentos sobre dicho asunto hay también una nota más detallada del responsable de personal de la diócesis: “La diócesis de Essen solicita la admisión temporal de un capellán joven que acude a Múnich para un tratamiento psicoterapéutico. El capellán tiene mucho talento y puede recibir distintos destinos. Se desea que se aloje en una buena parroquia en casa de un colega comprensivo. Se ha recibido la solicitud escrita de Essen”. El responsable de personal sugiere la parroquia de San Juan Evangelista de Múnich como posible “destino”. Sin embargo, en la reunión no se tomó ninguna decisión sobre la posible labor pastoral que pudiera desempeñar dicho sacerdote. Sobre todo, en dicha reunión no se trató el historial de H. Por tanto, el Papa emérito puede declarar hoy, con razón, que no tenía “ningún conocimiento” de ello. Cuando, más tarde, salió a la luz la mala conducta sexual de H. en Múnich, Ratzinger ya se había trasladado a Roma.

Así lo ha ratificado también el cardenal Wetter —quien ha publicado una respuesta a las acusaciones vertidas sobre él, en las que pedía sinceras disculpas por todo lo ocurrido y por “mi decisión errónea en el caso del sacerdote H. con respecto a su encargo pastoral”—. El cardenal Wetter expone su relación con dicho caso con todo lujo de detalles: “Según recuerdo, la primera vez que entré en contacto con el caso H. fue cuando se planteó la cuestión de si podía volver a trabajar en la pastoral después de su mala conducta. La decisión —que tomé tras una intensa consulta en la curia diocesana— de enviarlo a Garching/Alz bajo estricta supervisión fue sin duda objetivamente errónea. No creí necesario que me trasladaran el dossier completo desde el principio, ya que H. llevaba ya bastante tiempo trabajando en Múnich. Eso fue ya un error. Si hubiera sabido todo el pasado, hoy estoy convencido de que lo habría hecho regresar a Essen en lugar de enviarlo a Garching”.

“Sin una Iglesia renovada no habrá futuro para el cristianismo en nuestro país”

Cuando se presentó el informe el día 20, el Cardenal Marx emplazó a los medios a una rueda de prensa para el jueves 27 de enero, a fin de presentar, tras el estudio del informe en el obispado, “unas primeras perspectivas y bosquejar el camino a seguir”. En la rueda de prensa se mostró conmocionado con los resultados del informe WSW, que “supone un antes y un después para la Iglesia en la archidiócesis y más allá de esta”, pues se manifiesta “el lado oscuro que a partir de ahora formará parte de la historia de nuestra archidiócesis”; para muchas personas la Iglesia se ha convertido en un “espacio de desgracia en lugar de un espacio de salvación, en un espacio de miedo y no de consuelo”. A pesar del gran compromiso mostrado por los sacerdotes y por otras personas que trabajan en la Iglesia “ha habido este lado oscuro que ha ido saliendo cada vez más a la luz”.

El Cardenal calificó de “completamente absurdo” hablar de un “abuso de los abusos” para oponerse a una “reforma de la Iglesia”. Así —según añadió— se lo refirió al Papa en la carta en que renunciaba a la sede episcopal —renuncia que no aceptó Francisco—: “para mí, enfrentarse a los abusos sexuales forma parte de una renovación y una reforma integrales, como ha asumido el camino sinodal. Sin una Iglesia renovada no habrá futuro para el cristianismo en nuestro país”

La “mayor culpa” consistió es haber “obviado a las personas afectadas”, lo cual es imperdonable. “No teníamos ningún interés real por lo que les había sucedido, por su sufrimiento”. Según Marx, “esto también tiene razones sistémicas”, concretamente el clericalismo del que también habla el Papa Francisco; por ello es de especial relevancia haber creado el pasado año una junta asesora de afectados y una comisión independiente para enfrentarse con el pasado, “que ya nos han proporcionado impulsos esenciales desde su perspectiva”.

¿Renuncia del cargo?

También se refirió a la renuncia presentada al Papa en mayo de 2021: “personalmente, lo vuelvo a decir claramente; en condición de arzobispo —según mi convicción moral y tal y como entiendo el cargo— soy responsable de la actuación del arzobispado. No estoy apegado a mi cargo. La oferta de renuncia del pasado año iba en serio; el Papa tomó otra decisión y me pidió continuar mi ministerio responsablemente. Estoy dispuesto a continuar ejerciéndolo, si es una ayuda para los siguientes pasos; pero si llego a tener la opinión de que soy más bien un obstáculo que una ayuda, hablaría con los órganos consultores y haría que me cuestionaran críticamente. En una Iglesia sinodal ya no tomaré esa decisión yo solo”.

La única consecuencia personal que se ha tomado hasta ahora afecta a Lorenz Wolf, Vicario judicial de la diócesis desde 1997, a quien se le había criticado duramente en el informe WSW: 104 casos en los que está implicado dan “ocasión de crítica”, además de achacársele que “puso los intereses de los inculpados por encima de los de las presuntas víctimas”. Wolf escribió al Cardenal Marx renunciando a sus cargos; en la rueda de prensa, el Cardenal dijo: “estoy de acuerdo con él; a su debido tiempo tomará él postura” sobre las acusaciones.

Respondiendo a la pregunta de un periodista (“¿Quién dice la verdad, el Papa emérito o el informe?”), Marx respondió que hasta ahora no tiene ninguna información “que me haga concluir que el Papa emérito ha encubierto”; por otro lado, no puede decir que el bufete de abogados WSW “no haya trabajado limpiamente”; pero su informe no es “ni una sentencia judicial ni un juicio de la historia”, sino un elemento para enfrentarse con el pasado. El veredicto final lo determinarán las conversaciones y los debates que han de celebrarse ahora, así como lo que aporten los expertos. Además, Marx dijo que primero había que esperar a la declaración que ha anunciado Benedicto XVI. Sin embargo, su impresión es que el Papa emérito ha colaborado de forma constructiva con los autores del informe.

Sobre sacerdotes homosexuales

Reinhard Marx también respondió a una pregunta sobre sacerdotes homosexuales: nadie está obligado a exponer su inclinación sexual; “pero si lo hace, debemos respetarla; el ser homosexual no debe ser una restricción a la posibilidad de ser sacerdote”. Se desmarcó expresamente así de “algunos hermanos en el episcopado” por no considerar que la homosexualidad sea un obstáculo para la ordenación sacerdotal.

Ahora bien, añadió que de todos los sacerdotes —con independencia de su orientación sexual— se espera que vivan el celibato. “Por el momento, este es el requisito para el sacerdocio”. En relación con la reciente campaña #OutInChurch que pretende cambiar el derecho laboral de la Iglesia, Marx dijo: “Si decimos que una relación homosexual quizás no sea un matrimonio según las enseñanzas de la Iglesia, pero también la aceptamos positivamente como una relación vinculante”, entonces esto debe aplicarse a todos. El derecho laboral de la Iglesia también debería modificarse en este sentido. Y el Vicario General Christoph Klingan añadió que actualmente hay un grupo de trabajo episcopal que está “trabajando intensamente en una propuesta sobre cómo cambiar esta norma eclesiástica”. 

Vaticano

“Ucrania sufre y merece la paz”, afirma el Papa en la Jornada de oración

La Jornada de ayuno y oración por la paz en Ucrania, convocada por el Papa Francisco ante la tensión militar suscitada en la zona, tuvo tres puntos clave: el Vaticano, la Basílica de Santa María in Trastevere en Roma, y la capital ucraniana, Kiev. Ucrania “es un pueblo que sufre, han sufrido mucha crueldad y merecen la paz”, ha clamado el Santo Padre.

Rafael Miner·26 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

En la mañana del miércoles, al final de la audiencia general, el Papa ha elevado su plegaria por la paz en Ucrania, pidiendo “al Señor con insistencia que esa tierra pueda ver florecer la fraternidad y supere las heridas, los miedos y divisiones”.

En el día de la Jornada de ayuno y oración por la paz en Ucrania, anunciada por el Papa Francisco en el Ángelus del pasado domingo, Francisco ha realizado este llamamiento, apelando a la filiación a Dios Padre y a la fraternidad entre los hombres: “Recemos por la paz con el Padre Nuestro: es la oración de los hijos que se dirigen al mismo Padre, es la oración que nos hace hermanos, es la oración de los hermanos que imploran la reconciliación y la concordia”.

El Romano Pontífice, que reveló una inflamación de un ligamento en la rodilla, invitó a orar de este modo por la paz en Ucrania: “pidamos al Señor con insistencia”, para “que esa tierra pueda ver florecer la fraternidad y supere las heridas, los miedos y divisiones”.

El Santo Padre añadió que Ucrania, “es un pueblo que sufre; han pasado hambre, han sufrido mucha crueldad y merecen la paz”. Por ello, el Papa ha invitado a orar con insistencia teniendo presente: “que las oraciones e invocaciones que hoy se elevan al cielo toquen las mentes y los corazones de los responsables en la tierra, para que prevalezca el diálogo y se anteponga el bien de todos a los intereses partidistas”. Francisco concluyó su exhortación recordando y subrayando “por favor, nunca la guerra”.

Encuentros de oración

En respuesta al llamamiento del Papa Francisco, tuvieron lugar encuentros de oración por la paz en Ucrania en iglesias y parroquias de varios países. En Roma, en la Basílica de Santa María in Trastevere, a las 19.15 horas, la Comunidad de Sant’Egidio ha promovido una oración especial que fue presidida por el arzobispo Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, y que pueden ver aquí.

También en Roma, a las 18:00 horas, se celebró una oración de vísperas en la iglesia de Santa Sofía, convocada por la comunidad ucraniana, con la participación del obispo Benoni Ambarus, el director de la Oficina diocesana de Migrantes, Monseñor Pierpaolo Felicolo, y el rector de la Basílica, don Marco Jaroslav Semehen. Promovida por la Oficina Diocesana de Migrantes, la vigilia contó con la presencia de capellanes y representantes de las distintas comunidades étnicas.

En Bolonia, el cardenal arzobispo Matteo Zuppi presidió la oración a las 19.30 horas en la Basílica de los Santos Bartolomé y Gaetano. A estos momentos de oración se han sumado otras iniciativas promovidas por diócesis, movimientos y realidades eclesiales.

Invitación del Romano Pontífice

El domingo pasado, el Papa Francisco manifestó que seguía «con preocupación el aumento de las tensiones que amenazan con infligir un nuevo golpe a la paz en Ucrania y poner en cuestión la seguridad en el continente europeo». Según se ha informado, decenas de miles de tropas rusas están desplegadas en la frontera ucraniana. En el fondo, puede latir el hecho de que el régimen de Kiev aspire a entrar en la OTAN, tras la crisis de Crimea de 2014.

El Kremlin reconoció hace unos días que la tensión es “demasiado alta”, mientras se ha filtrado estos días que el presidente francés, Emmanuel Macron, que acaba de reunirse en Berlín con el canciller alemán, Olaf Scholz, conversará este viernes con el presidente ruso, Vladimir Putin, con el fin de sugerir un plan de desescalada.

Por otra parte, el nuncio apostólico en Ucrania, Monseñor Visvaldas Kulbokas, ha señalado que “la cercanía del Papa conforta los ánimos”. En una entrevista concedida a los medios de comunicación del Vaticano, monseñor Visvaldas Kulbokas, añade que la gente está agradecida a Francisco: “saber que no están solos y olvidados es una gran ayuda”.

“El riesgo de una posible escalada del conflicto se vive con más coraje”, agrega el nuncio. “Aquí en Ucrania, el Papa Francisco es una de las personalidades religiosas más respetadas por la población local, por lo que este llamamiento del Papa tras el rezo del Ángelus del pasado domingo fue recibido inmediatamente como una noticia muy importante, que alivia el corazón, expresa cercanía y solidaridad, y en momentos de dificultad como los que se viven en Ucrania, saber que no estás solo y olvidado ya es una gran ayuda”.

Alerta de los obispos polacos y ucranianos

“La situación actual representa para los países de Europa Central y Oriental y para todo el continente europeo un gran peligro, que puede destruir los progresos realizados hasta ahora por muchas generaciones en la construcción de un orden pacífico y de la unidad en Europa”, han subrayado este lunes los obispos de Polonia y Ucrania en un llamamiento para buscar el diálogo y el entendimiento.

En sus discursos, los líderes de muchos países señalan el aumento de la presión de Rusia sobre Ucrania, ya que se reúnen masivamente el armamento y las tropas en su frontera”, explican los obispos. “La ocupación de Donbás y Crimea ha demostrado que la Federación Rusa -violando la soberanía nacional y la integridad territorial de Ucrania- desprecia las normas vinculantes del derecho internacional», se lee en el Llamamiento, según la misma agencia vaticana.

Los obispos señalan que “hoy en día, la búsqueda de alternativas a la guerra para resolver los conflictos internacionales ha llegado a ser una necesidad urgente, ya que el poder aterrador de los medios de destrucción está ahora en manos incluso de las potencias medianas y pequeñas, y los lazos cada vez más fuertes que existen entre los pueblos de toda la tierra hacen difícil, si no prácticamente imposible, limitar los efectos de cualquier conflicto”.

Evitar la hostilidad

En esta línea, “basándonos en la experiencia de las generaciones anteriores, hacemos un llamamiento a los gobernantes para que se abstengan de la hostilidad. Animamos a los dirigentes a abandonar inmediatamente la vía del ultimátum y la utilización de otros países como moneda de cambio. Las diferencias de intereses no deben resolverse mediante el uso de las armas, sino mediante acuerdos. La comunidad internacional debe unirse en solidaridad y apoyar activamente, de todas las formas posibles, a la sociedad en peligro”, han escrito los obispos de Polonia y Ucrania.

“En nombre de falsas ideologías, naciones enteras fueron condenadas a la aniquilación, se violó el respeto a la dignidad humana y la esencia del ejercicio del poder político se redujo a la sola violencia. También hoy queremos dejar claro que toda guerra es una tragedia y nunca podrá ser un medio adecuado para resolver los problemas internacionales. Nunca ha sido ni será una solución adecuada porque genera nuevos y más graves conflictos”, añadieron.

Los autores del Llamamiento han recordado las palabras de san Pablo VI, que en su discurso en la sesión de 1978 de la Conferencia de Desarme de la ONU calificó la guerra como “medio sumamente irracional y moralmente inaceptable para ajustar las relaciones entre los Estados”. También recordaron la oración de san Juan Pablo II: “Padre, concede a nuestro tiempo días de paz. ¡Nunca más la guerra! Amén”.

El Llamamiento ha sido firmado por el arzobispo mayor Sviatoslav Shevchuk, Jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana; arzobispo Stanisław Gądecki, presidente de la Conferencia Episcopal Polaca; arzobispo Mieczysław Mokrzycki, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Ucraniana; Monseñor Eugeniusz Popowicz, Metropolitano de Przemysl – Varsovia de la Iglesia greco-católica de Polonia; Monseñor Nil Luszczak, Administrador Apostólico Sede Vacante Eparquía de Mukachevo, Iglesia católica de rito bizantino-ruteno de Ucrania.

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Icono de la Salus Populi Romani

El 28 de enero, fiesta de la Traslación de la Salus Populi Romani, se cumplen cuatro años desde que el icono volvió a la Basílica donde se venera en un relicario climatizado. Este mes, se ha llevado a cabo el correspondiente control de conservación. El Papa Francisco es un gran devoto de esta imagen.

David Fernández Alonso·26 de enero de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Educación

Educar en el sufrimiento

El problema de la sociedad actual no es que no valore al enfermo o que no respete la muerte porque sea “el fin”, el problema de la sociedad actual es antes que nada, que no valora la propia existencia. Debemos cambiar el valor que le damos a la vida, para aprender así el valor del sufrimiento y de la muerte.

Lucía Simón·26 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 9 minutos

Graciano apretó el paso mientras se arreglaba la bufanda. Qué frío hacía aquella madrugada. Se metió la mano en el bolsillo para comprobar si había cogido la llave de su casa al salir. “Con las prisas todo se olvida” pensó acordándose de aquella vez en la que, requerido también en plena noche, se había dejado la llave por dentro. Una noche tan fría como aquélla no era para pasarla a la intemperie. Pensó en Petra. Quizás era su última noche. Aquella viejecita llena de energía. Cuántas veces le había llevado la comida a la sacristía: “Graciano, que si me descuido no come usted en días”, solía decirle.

Cuando llegó a la pequeña casita con luz se acercó a la puerta y llamó. Abrió Clara, la hija pequeña de Petra.

– Gracias, Padre. A estas horas no sabía si llamarle, pero ella insistió tanto… Hace días que casi no habla y lleva toda la tarde pidiéndome que le llamara.

– Has hecho bien, hija. Yo no tengo ni días ni noches propias. Son todas del Señor.

Clara le miró agradecida, y tras cogerle el grueso abrigo lo llevó a la habitación en la que yacía su madre.

Petra era una anciana minúscula. Parecía perdida entre tantas mantas y almohadas. En la mano agarraba con fuerza un rosario y miraba con fijeza a la puerta. Al escuchar los pasos y ver que entraba su hija, se llenó de vida. Como si concentrara toda la que le quedaba en la mirada.

– ¿Has traído a Graciano?

– Sí, madre. Aquí está el Padre Graciano.- Una sonrisa de alivio iluminó su arrugado rostro y pareció llenarse de paz. Graciano entró en la habitación y se acercó con cuidado a la enferma. Clara se marchó cerrando la puerta.

– Hola, Petra. Buenas noches. Me ha dicho su hija que está peor y aquí vengo a administrarle la extremaunción y darle la Comunión.- Don Graciano le administró con piedad el sacramento y, después de darle la Comunión, se sentó a su lado. Petra parecía feliz y le agarró la mano.

– Cuántas cosas desde que usted llegó al pueblo, ¿se acuerda? Recién ordenado y de la ciudad. Aquí dijeron que no se adaptaría usted a una vida tan dura y retirada.- Graciano sonrió.

– Aquí encontré la familia que Dios quiso para mí. Cada uno de mis feligreses y de los que se resisten a serlo.- Petra asintió.

– He sido muy feliz, Graciano. Ahora que llega el fin, comprendo que Dios lo hace todo bien. Me casé joven y perdí cuatro hijos antes de tener a Manuel y a Clara. Pensé que nunca superaría tanto dolor. Luego el trabajo duro, sacar a mis hijos adelante para que estudiaran fuera y la enfermedad de Antonio.

– Me acuerdo de él, en su silla de ruedas y con la garrota en la mano. Cuando alguno le impedía el paso o le molestaba le daba con ella.- Petra rió bajito.

– Sí, cuántos problemas nos dio la dichosa garrota. Hasta dormía con ella.

– ¿Tiene muchos dolores, Petra?

– Muchos, pero no me importa. Tengo ya muchos años y una fe grande. Dios me ha enseñado lo que no viene en los libros: a vivir y, por lo tanto, a morir cuando Él disponga.- Graciano la miró con cariño y sin disimular las lágrimas que empezaban a humedecerle el rostro. Aquella mujer, como toda su generación, era una mujer fuerte. Cuántas lecciones le seguían dando. Era una generación sabia, nacida para sostener.

– Es posible ser feliz en el sufrimiento, Graciano. Mis hijos no lo entienden y es posible que sea porque todo lo han tenido fácil. Y la vida enseña también con el dolor. Quizás les falta la experiencia de saberse nada. Creen que todo lo pueden. Creen que todo lo arregla la ciencia y su inteligencia.

– Y, ¿no es así?- Graciano sonrió. Le gustaba que hablara. Aprendía con ella. Nunca se cansaba de escuchar.

– No, claro que no. En esta vida sólo darle sentido y valor a las cosas es lo que da la felicidad.

– ¿Qué sentido tiene el dolor, Petra?

– Ah… Graciano, bien lo sabe usted pero me hace hablar. No, no se sonría. Nos conocemos desde hace muchos años. Ha comido usted en mi casa más veces de las que pueda recordar. Me acompañó en el entierro de varios de mis hijos y en el de mi marido. Nunca se me olvidó una cosa que dijo en el funeral del pequeño: “En la vida y en la muerte somos de Dios”.

– Eso es de la Escritura.

– ¿Sí? No sé, no aprendí a leer. Pero cuánta verdad hay ahí. No hay miedo para quien se sabe hijo de Quien más le ama.

– ¿Te sientes amada por Dios, Petra?

– Sí. En cada dolor le grité y me enfadé. Pero siempre supe que estaba a mi lado. Sufriendo conmigo. Él da sentido al sinsentido. Él nos moldea en cierta forma. Como hacía mi marido con las esculturas. Con golpes, con dureza. Para dejarnos luego libres.

– ¿Libres?

– Sí, libres. Nos agarramos a tantas cosas que pasan. Ponemos nuestro corazón en tantas cosas que no valen la pena. Y, sin embargo, en la desgracia, nos damos cuenta de que lo único que cuenta es el amor a Dios y a los demás. Eso es ser libre. No estar atado a nada en el corazón. Yo hoy me iré en paz. Con mis defectos, sé que mi vida ha sido lo que Él ha querido. Sólo me preocupan mis hijos y mi nieto. Mis hijos están tan ocupados por cosas que no valen. El mayor, con el tema del virus, se ha vuelto loco. “Mamá, lo único que importa es la salud”, me decía el otro día.

– ¿Y qué le dijiste?

– Le dije que era un mendrugo. Imagínese, poner tu felicidad y confianza en algo que sabes que vas a perder. Y la otra, Clara, es buena chica pero todo lo quiere dirigir ella. No entiende que el camino de la felicidad es obedecer a Dios y hacer su voluntad. Sólo le importan los dineros y la comodidad. Tendría que haberles enseñado mejor de niños.

– Aprender el sentido de la vida es un aprendizaje de ciertos años, Petra.

– ¿Cree que llegarán a comprenderlo?- suspiró- Me equivoqué como madre en eso. Nunca les enseñé a sufrir. Siempre que tenían cualquier contrariedad hacía lo imposible por quitársela. Y, cuando llegaba el dolor, les dejaba mirar para otro lado. Nunca les enseñé cómo afrontarlo. Debería haberles enseñado. Porque luego se han encontrado con baches y no han sabido a qué agarrarse. Para ellos la oración es recitar palabritas a toda velocidad. No saben Quién es Jesús. No saben qué significa la Cruz. No les enseñé a ofrecer, como me enseñó a mí mi madre. Pensé que era una enseñanza demasiado dura. Pensé que no comprenderían hasta que tuvieran una fe más fuerte. Y, sin embargo, qué lejos se han ido.

– Todavía están a tiempo de conocer a Dios, Petra. Vamos a rezar por ellos y por su nieto. Cuando usted falte, yo seguiré acompañándoles. Pero ya puede ayudar desde el cielo, que la tarea es grande.- Petra sonrió.

– Gracias, Graciano. Me voy feliz.- Graciano comenzó a rezar y Petra le acompañó. Primero bajito y luego ya desde el cielo.

Tras consolar a la hija y prometer volver a primera hora, Graciano salió de nuevo al frío. Pero ahora se olvidó de arreglarse la bufanda y hasta de abrocharse el abrigo.

Educar en el sufrimiento… educar y dar razones, pensaba. Pero, ¿Cómo? ¿Cómo explicar el gran misterio del Amor de Dios y del sufrimiento? La sociedad no comprende el dolor ni la muerte porque no comprende la vida. Graciano pensó en el aborto. Pensó en la eutanasia. En el materialismo que tan frecuentemente veía y en la frialdad hacia todo lo trascendente. Pensó en tantas personas para las que una vida como la de Petra, sin calidad, carecía de sentido. Pensó en aquéllos que piensan que Dios es como un genio de la lámpara que debe conceder todo lo que deseemos y si no, fuera. En lugar de comprender que Él es Dios y nosotros débiles criaturas. Criaturas nacidas para hacer su Voluntad en la cual está nuestra felicidad. ¿Cómo mostrarles todo esto a los demás cuando ni se preguntan ni interesan por ello? Graciano se sintió muy pequeño y entonces sonó la campana de la iglesia. Sonrió como lo hacen los enamorados y modificó su camino. No volvería a su casa ya aquella noche. Iría a la casa de su Padre. A la iglesia donde, en un pequeño sagrario, mora el Señor de todas las cosas. A Él le pediría la gracia, la ayuda y el consuelo para enfrentarse al día siguiente, con alegría, a la inmensa tarea que Dios le había encomendado.


¿Sociedad sin sufrimiento?

En una sociedad en la que no se da valor a la vida humana que no goza de “calidad” según los estándares modernos, es cada vez más necesaria la existencia de focos, de faros que iluminen y llenen de sentido el sinsentido. Encontrar un sentido al sufrimiento nos ayuda a vivirlo de la forma más humana posible. Por ello es importante profundizar en esta realidad. Cuántas veces hemos escuchado de nuestros mayores, aquello de “ofrécelo” cuando teníamos alguna contrariedad. ¿Entendemos bien qué significa?

En nuestra sociedad se hace cada vez más necesario educar en el sufrimiento. Enseñar a los niños, de acuerdo con su capacidad, que el sufrimiento forma parte de la vida. Sería ingenuo pensar que podemos privar a nuestros hijos de la experiencia del dolor y es importante mostrarles cómo comportarse en esos momentos, a qué agarrarse y cómo salir adelante. Genera una frustración muy grande no saber cómo afrontar el dolor propio o de quienes nos rodean. Hablar con los niños, según las circunstancias y capacidad de comprensión, sin ocultarles lo que más tarde o más temprano van a encontrarse, supone darles competencias para enfrentarse a esos momentos.  Es sorprendente además, cómo los niños comprenden el misterio del dolor y cómo se hacen fuertes y empáticos cuando les ayudamos a afrontarlo, y no a negarlo como si no existiera. Es muy positivo educar en este ámbito. Apena, por el contrario, ver como tantos creyentes no quieren enseñar a sus hijos pequeños la cruz, por miedo a dañar su sensibilidad. Resulta incluso hipócrita en una sociedad en la que videojuegos y películas están invadidos de violencia sin sentido. Enseñar a ofrecer el dolor, a apoyarnos en la oración, en el rezo del rosario y en los sacramentos, en el amor y en el apoyo de los nuestros. Todas estas herramientas nos ha dejado Dios para poder encontrarle en el dolor.

El sufrimiento cristiano

Es posible encontrar alegría en el dolor. Es posible encontrar esperanza donde parece que no queda nada por hacer. Y es posible porque Cristo existe. Porque Cristo resucitó y nos liberó de la muerte y del sufrimiento, asumiéndolos en su plan de redención. Y lo hizo a través de la obediencia. Pues fue obediente hasta la muerte, y muerte de Cruz. Efectivamente, existe una relación entre la obediencia y el sufrimiento. Y no una obediencia como mero acatamiento o como aceptación pasiva. Sino la obediencia como afirmación. Como acción positiva que afirma algo más grande, aunque no se vea claro a veces: el Amor de Dios en todas las circunstancias y su cuidado amoroso a cada uno. Cristo fue obediente hasta la muerte porque amó a los suyos hasta el extremo. Su obediencia fue perfecta, nacida del Amor. No se limitó a aceptar “lo que se le vino encima” sino que fue más allá viendo en el sufrimiento ocasión de afirmar algo más grande: el amor a su Padre en el amor a los hombres.

Cristo aprendió sufriendo a obedecer. Esta afirmación es muy reveladora. La obediencia que nace del amor, que afirma, nos exige un sufrimiento. Nos exige una muerte a nosotros mismos. Implica dejar de mirarnos a nosotros y mirarle a Él. Esto, paradójicamente nos es más “fácil” en el dolor. Nos es más fácil cuando no nos queda nada. Cuando somos sólo nosotros y Él. Nos es preciso ser “destruidos” para dejar que Él nos reconstruya.

Sólo nos asemejamos a Cristo cuando dejamos que sea Él quien actúe en nosotros. Y sólo le dejamos actuar por la experiencia de morir a nosotros mismos. Si hemos tenido esta experiencia, lo comprenderemos. Para quienes nunca han experimentado su propio derrumbamiento es incomprensible. Cuando carecemos de todo lo que nos parecía importante es cuando podemos ver de verdad nuestro corazón. Qué o mejor, a Quién necesitamos ante todo.

El sufrimiento, en sí mismo, es un mal y el mal es ausencia de bien. El sufrimiento es ausencia de bien físico y/o espiritual. El verdadero sufrimiento y el más grande es la ausencia de Dios, dado que sin Él no puede existir bien alguno. Por eso Jesucristo venció al sufrimiento en la Cruz. Porque lo asumió de tal forma que en cada dolor podemos identificarnos con Él. En cada dolor estamos con Él. Ya no hay ausencia completa. El sinsentido puede tener sentido, valor.

Cristo no eliminó el sufrimiento del hombre porque respeta la libertad humana y también la naturaleza dañada por el pecado. Hasta que llegue la hora de la Justicia y del fin de los tiempos conviviremos con el dolor y la muerte. Jesucristo no eliminó el sufrimiento pero sí lo transformó en su raíz más profunda. Participó en el sufrimiento hasta el extremo, hasta invadirlo de su Presencia.

Quien nunca se ha preguntado por el valor de su propia vida es muy difícil que pueda comprender el sentido del sufrimiento y de la muerte. Uno muere según ha vivido. El problema de la sociedad actual no es que no valore al enfermo o que no respete la muerte porque sea “el fin”, el problema de la sociedad actual es antes que nada, que no valora la propia existencia. Encontramos personas endurecidas que viven como si fueran mera materia y así es muy difícil abrirles un horizonte de esperanza. Para ellos todo se ha acabado. A estas personas primero habría que plantearles cuál es el sentido de su existencia para poder abrirles a que encuentren sentido a su fin.

A veces pensamos que Dios es un genio de la lámpara que nos tiene que conceder lo que nosotros deseamos si lo pedimos con fuerza. Apenas se predica hoy sobre cumplir la voluntad de Dios sea cual sea. Toda la Biblia está impregnada de pasajes en los que se invita al Pueblo de Dios a cumplir la voluntad de Dios. Nuestra vida es para Dios, para cumplir su voluntad. Es verdad que podemos orar para pedir que nos quite este o aquel sufrimiento o para que se solucionen nuestros problemas. Pero la oración y la confianza en Dios siempre deben estar orientadas a aceptar su Voluntad. El enfado con Dios, cuando llega el sufrimiento, está en no querer soltar las riendas de nuestra vida porque la queremos a nuestro modo, o bien en entender de forma errónea que el sufrimiento lo manda Dios.

Como sociedad podemos ayudar mucho. En primer lugar, como hemos señalado, educando desde pequeños a nuestros hijos en el sentido del sufrimiento. Pero también,  promoviendo la solidaridad, el cuidado a los enfermos, invirtiendo en la formación del personal sanitario, en cuidados paliativos…Se debe cambiar la imagen que muchas veces se muestra de las personas mayores, dándoles su espacio y la importancia y valor que tienen frente a una cultura de la juventud y de lo material. Debemos cambiar el valor que le damos a la vida, para aprender así el valor del sufrimiento y de la muerte.

El autorLucía Simón

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Lecturas del domingo

«Médicos y profetas en el nombre de Jesús». Domingo IV del Tiempo Ordinario

Andrea Mardegan comenta las lecturas del IV domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan / Luis Herrera·26 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Comentario a las lecturas del domingo IV

Jeremías es llamado por Dios para hablar en su nombre a pesar de que es joven y no sabe hablar. Dios le dice que lo conoció antes de formarlo en el vientre materno y que lo eligió antes de que naciera, para ser profeta de las naciones. Le pide que diga lo que le ordenará, y que no tenga miedo: “Te pongo hoy como ciudad fortificada, columna de hierro y muralla de bronce frente a todo el país… Te harán la guerra, pero no te vencerán, porque yo estoy contigo para librarte”. Pero su vida, a pesar de la protección de Dios, estará llena de dificultades: perseguido por sus compatriotas, denunciado por familiares y amigos, odiado, golpeado, torturado. Su vida es una anticipación de la de Jesús.

En la sinagoga de Nazaret, Jesús ha dicho que la profecía de Isaías se estaba cumpliendo en él. En un principio hay una reacción positiva. Se dan cuenta de sus palabras de gracia. Están asombrados, pero en sus corazones surge la duda: ¿cómo es posible que uno de ellos, con manos curtidas por el trabajo, pueda tener el espíritu de Dios y hablar como un profeta, ser aquel de quien hablan las escrituras antiguas? Dudan que pueda cumplirse la profecía en su pequeño país fronterizo, ignorado por las escrituras: “¿No es éste el hijo de José?”.

Jesús lee sus corazones y revela sus expectativas. Querían ver allí los milagros que había hecho en Cafarnaún y en otros lugares. Se sentían defraudados por su conciudadano. Jesús les cita dos proverbios. Con el primero, “Médico, cúrate a ti mismo”, expresa el deseo de los nazarenos de ser curados por Él. Lo consideran un taumaturgo. Con el segundo, “Ningún profeta es aceptado en su pueblo”, les explica que no lo están aceptando como profeta, solo querrían aprovechar sus poderes curativos para vivir mejor. Pero Jesús es un profeta: cuando sana, lo hace mirando a la fe del enfermo y para abrir los corazones a la palabra de Dios. Les habla de la viuda de Sarepta de Sidón y de Naamán el sirio. Esos dos extranjeros recibieron los milagros de Dios, no los israelitas duros de corazón. Los nazarenos podrían haberse arrepentido empezando a creer en Jesús. En cambio, lo llevan hasta el precipicio del monte para arrojarlo. No soportan su verdad. Jesús, se les escapa, con un milagro que no ha hecho en ningún otro sitio: no ha llegado su hora. Abre camino para donarnos desde la cruz, con el bautismo, la potestad de ser todos médicos que curan en su lugar de vida, y de ser profetas acogidos en su casa, en su ambiente. Así serán los primeros cristianos que difundirán la fe en sus pueblos y en sus familias. Pero también con ese Evangelio estaban preparados a no considerarse “del maestro” cuando llegara la incomprensión y la persecución. 

La homilía sobre las lecturas del domingo XXI

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

El autorAndrea Mardegan / Luis Herrera

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Institución de los primeros catequistas

Un guardia suizo custodia la celebración de la Misa del domingo de la Palabra de Dios en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, el 23 de enero de 2022. En la Misa, el Papa instituyó formalmente a mujeres y hombres en los ministerios de lector y catequista.

David Fernández Alonso·24 de enero de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

Restablecer los vínculos con la verdad

En la fiesta de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas, el Papa Francisco ha pronunciado el Mensaje para la 56ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que este año se celebrará el 29 de mayo de 2022. Ha destacado dos ideas principales: la escucha y la paciencia.

Giovanni Tridente·24 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Hay dos reflexiones interesantes que se desprenden sobre todo del Mensaje del Papa Francisco para la 56ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que este año se celebrará el 29 de mayo de 2022, pronunciado hoy a toda la Iglesia en la fiesta de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas.

Conectar el oído con el corazón

La primera idea proviene del título del Mensaje, Escuchar con el oído del corazón, y tiene que ver con la capacidad de conectar nuestro órgano vital por excelencia con el sentido del oído, para que se transforme en un «aparato» verdaderamente funcional a los fines y al sentido de nuestra existencia: hombres y mujeres que viven en comunidades extendidas donde se comparte el amor, la belleza y la bondad, sin otra finalidad que el encuentro con el Amor más grande.

Es un viaje que se desarrolla enteramente en el interior del hombre, a través de «mecanismos» que no se pueden descifrar visualmente, pero que necesariamente tienen repercusiones en la realidad vivida, y pueden beneficiar (o no) a quienes encontramos en nuestro camino.

Conectar el oído con el corazón no es sólo tarea del periodista y del comunicador -aunque el mensaje se dirija esencialmente a ellos-, sino que es una actitud que debe preocupar a cada bautizado, porque cada uno de nosotros no sólo es cristiano, sino también ciudadano, y además estamos insertos en una sociedad que hoy está muy necesitada de deshacerse de esos cortocircuitos que han estropeado la conexión corazón-oído, que la Sagrada Escritura ha propuesto siempre en todo tiempo y para toda persona de buena voluntad.

La paciencia del silencio de la oración

La otra idea es la de la «paciencia». En los ritmos frenéticos en los que estamos inmersos, hemos perdido la capacidad de parar, de hacer una pausa, pero también de saber esperar, de saber frenar la carrera, de sentarse al lado y escuchar. Escuchar principalmente lo que Dios tiene que decirnos -y esto sólo se consigue con la paciencia del silencio de la oración-, pero también lo que otras personas como nosotros tienen que decirnos. Lo que tienen que decirnos, o lo que quieren que escuchemos, para animarnos a enfrentarnos juntos a los problemas y a salir juntos de las situaciones más difíciles, como la pandemia nos ha demostrado tan bien en los últimos años.

Un baño de humildad

Así que el Mensaje del Papa llega como un baño de humildad, y una invitación a ser concretos en nuestros días: es inútil perseguir frenéticamente un objetivo terrenal que retrocede constantemente porque es más fuerte que nosotros. Dediquémonos más bien a restaurar ese «pequeño tramo» interior que conecta el corazón con la escucha, y animados por la «santa paciencia» convirtámonos todos en «oyentes atentos» de las necesidades del mundo, para que cada uno pueda hacer su parte en beneficio de todos.

Buena escucha, mucha paciencia y los mejores deseos para los periodistas y comunicadores, aquellos que por vocación sienten que deben ser los primeros en restablecer los vínculos con la verdad.

Estados Unidos

Miles de personas marchan en Estados Unidos en defensa de la vida humana

La marcha por la vida en Washington, respaldada por miles de personas, se ha realizado con la esperanza de que sea la última marcha a nivel nacional; y supone un nuevo clamor para que el "don de cada vida humana sea protegido por la ley y acogido con amor".

Gonzalo Meza·24 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

El viernes 21 de enero miles de personas se congregaron en Washington DC para manifestarse a favor de la vida. Las gélidas temperaturas de -6º centígrados en la capital norteamericana y los altos índices de contagio de la variante ómicron del COVID-19, no diezmaron el ánimo de miles de jóvenes de todo el país que se dieron cita en la 49ª edición de la Marcha por la vida (“March for life”). Colegios y universidades católicas estuvieron representados con cientos de estudiantes que viajaron desde diferentes puntos del país hacia la capital para participar en esta caminata. 

Desde la sentencia de «Roe vs Wade»

La idea de esta Marcha surgió hace 49 años, después de que el 22 de enero de 1973 la Suprema Corte de los Estados Unidos fallara a favor de la despenalización del aborto en todo el país en el caso conocido como “Roe vs. Wade”. Bajo esta ley se calcula que desde esa fecha cerca que 60 millones de inocentes han perdido la vida. Es por ello que el día 22 de enero ha sido designado en la iglesia de los Estados Unidos como el “Día de oración por la protección legal de los niños no nacidos”. Alrededor de esa fecha se organizan en todo el país ceremonias, vigilias, misas, jornadas de oración y de concientización, así como la muy popular novena “9 días por la vida”.

Como cada año, la marcha del 21 de enero en la capital norteamericana estuvo precedida por una vigilia de oración y una Misa el 20 de enero en la Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción. La liturgia estuvo presidida por el Presidente del Comité Pro Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, mons. William E. Lori, Arzobispo de Baltimore. Junto con él, concelebraron decenas de obispos y sacerdotes que acompañaron a los jóvenes en este viaje. Aun con las restricciones sanitarias, cerca de 5.000 personas participaron en la ceremonia. En su homilía, mons. Lori se refirió al drama por el que pasan las mujeres que han considerado abortar: “Para muchas de ellas, parecía que su única opción era abortar, pero en el fondo sabían que era una elección trágica con graves consecuencias permanentes. ¡Lo que más se necesita en esas estas situaciones es un testimonio de amor y de vida!” Ese testimonio y la ayuda concreta la encontraron en parroquias, congregaciones y ministerios pro-vida. 

Además del clima de alegría, entusiasmo, oración, cansancio y frío, esta 49 Marcha por la vida estuvo marcada por la esperanza de que sea la última marcha a nivel nacional. Y es que en los próximos meses uno de los casos que serán discutidos por los nueve jueces de la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos es el llamado “Dobbs vs. Jackson Women’s Health Organization”. El dictamen de los magistrados sobre ese caso podría revertir la ley del aborto a nivel nacional, dejando que cada estado de la Unión Americana decida despenalizar el aborto o no dentro de sus jurisdicciones. De esa forma el aborto ya no sería considerado un “derecho nacional, constitucional”. Al respecto, el Arzobispo Lori indicó: “Si a finales de este año la Corte Suprema anula Roe vs. Wade, ¿cómo nos deberíamos preparar como católicos? Primero, debemos ser una voz clara y unánime para afirmar que nuestra sociedad y las leyes pueden y deben proteger tanto a las mujeres como a sus hijos. Como cuestión de justicia fundamental, debemos trabajar para proteger por ley la vida de los no nacidos, de los miembros más vulnerables e indefensos de la sociedad”.

Una «batalla campal»

Aunque la Iglesia católica mantiene la esperanza de que se revierta el dictamen Roe vs. Wade emitido en 1973, terminando con ello el “derecho al aborto a nivel nacional”, la batalla contra la vida está siendo y será campal. Justo el 22 de enero, el Presidente Joe Biden -quien se declara católico y acude a Misa dominical- así como la vicepresidenta Kamala Harris señalaron en un comunicado: “El derecho constitucional establecido en Roe v. Wade hace casi 50 años está bajo ataque como nunca antes. Es un derecho que creemos debe estar codificado en la ley. Nos comprometemos a defenderlo con todas las herramientas que tengamos.”

Diferentes asociaciones pro aborto siguen la misma línea. Desde antes de la admisión y argumentación en la Suprema Cortre del caso “Dobbs vs. Jackson Women’s Health Organization”, la Suprema Corte ha recibido un inusitado número de instrumentos jurídicos llamados “Amici curiae” (figura similar a un “asesor desinteresado”). En dichos escritos los defensores y organizaciones abortistas piden a los jueces considerar la serie de leyes que anteceden y establecen “el derecho constitucional de las mujeres a decidir”. Esta batalla de varios frentes contra la vida también incluye la desacralización.

El jueves 20 de enero, mientras cientos de jóvenes participaban en la vigilia nocturna en la Basílica de la Inmaculada en Washington DC, un grupo auto-proclamado “Catholics for choice” proyectó desde fuera de la Basílica haces de luz en la fachada con textos alusivos al “derecho al aborto”. Dicho acto provocó el enojo del Arzobispo de Washington DC, el Cardenal Wilton Gregory, quien por medio de un comunicado señaló: “Ese día (20 de enero) la verdadera voz de la Iglesia estaba únicamente dentro del Santuario. Allí, la gente oró y ofreció la Eucaristía pidiendo a Dios que restaure la verdadera reverencia por cada vida humana. Aquellos que con bufonerías proyectaron palabras en el exterior del edificio de la iglesia demostraron con esas ocurrencias que efectivamente estaban al exterior de la Iglesia y de noche”. El cardenal Gregory concluye tajantemente citando a Jn 13:30 «En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche».

En la otra costa, Los Ángeles

La marcha pro vida de Washington DC no fue la única, a lo largo del fin de semana, ya que se realizaron en diferentes puntos del país diversas manifestaciones, entre ellas la de Los Ángeles, en California, titulada “One Life LA”. Este evento también tuvo una caminata por la vida en las calles angelinas que concluyó en la Catedral con la “Misa de réquiem por los no nacidos”, la cual fue presidida por el Presidente de la Conferencia Episcopal Norteamericana, mons. José H. Gómez, Arzobispo de Los Ángeles.

En su alocución, mons. Gómez exhortó a trabajar para construir una sociedad basada en el amor: “Mostramos ese amor por la forma en que nos cuidamos unos a otros, especialmente cómo cuidamos a los más débiles y vulnerables. OneLife LA nos recuerda la hermosa verdad de que todos somos hijos de Dios y que cada vida es sagrada. Avanzamos con esperanza, en el espíritu de OneLife LA  para crear una civilización de amor que celebre y proteja la belleza y la dignidad de cada vida humana”.

Ayuda a mujeres y familias

La jornada de oración por la vida y los diferentes eventos que se organizan fueron una oportunidad para dar a conocer las diferentes congregaciones y ministerios que existen en los Estados Unidos para ayudar a las mujeres y parejas que enfrentan embarazos bajo situaciones difíciles. En las últimas décadas y dada la gravedad del aborto, en los Estados Unidos han surgido numerosas iniciativas para ofrecer todo tipo de ayuda a las mujeres y familias que pasan por estas difíciles situaciones. Entre ellas se encuentran: la congregación de las «Hermanas por la vida» (“Sisters for life”) cuya misión es ayudar a mujeres embarazas vulnerables; el ministerio «Caminando con mamás en necesidad» (“Walking with moms in need”); el Proyecto Raquel en donde se brinda atención a quienes han pasado por un aborto por medio de una red de expertos que ofrecen consejería, retiros, grupos de apoyo y atención especializada. 

A la espera del fallo del Máximo Tribunal norteamericano, los obispos de este país invitan a todos los católicos a ayunar y orar entre enero y junio del 2022: “Oremos para que este importante fallo sea el fin de Roe vs Wade. No podemos construir una sociedad verdaderamente justa y permanecer inermes ante el impacto que Roe vs Wade ha tenido y que se ha cobrado la vida de más de 60 millones de inocentes. Oremos, ayunemos y trabajemos para que el don de cada vida humana sea protegido por la ley y acogido con amor”. 

Iniciativas

José Miguel Carretié. Adoración perpetua, una joya para la diócesis

Adoradores fijos, ocasionales, cirineos o de emergencia. Así se van denominando, dependiendo de sus respectivas circunstancias, las personas que se comprometen con la adoración perpetua que se lleva a cabo en la parroquia madrileña de San Manuel González. 

Arsenio Fernández de Mesa·24 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

¿Quién no ha sentido el deseo de parar un poco el ritmo y ponerse cara a cara delante de la Eucaristía para descansar en Él? Algunos que ansían frenar el ajetreo y colocarse en silencio mirando a Jesús en el sagrario se quejan muchas veces de que cuando pueden ir a rezar a la iglesia ya está cerrada o incluso que se siente mucho ajetreo y no hay quien rece. No ocurre esto en San Manuel González, una parroquia situada en San Sebastián de los Reyes en la que a principio de este curso se instituyó una capilla de adoración perpetua. Ya desde que era un barracón el párroco, José María Marín, sentía la inquietud de que el Señor estuviera acompañado en todo momento en su presencia real. Por aquel entonces, los jueves desde las ocho de la mañana hasta las once de la noche quedaba expuesto el Santísimo ininterrumpidamente. Mucha gente se apuntaba a adorar a las diferentes horas y ahí se plantó la semilla que ahora germina. Construido el templo actual se planteó instituir la capilla. 

Primero había que “fichar” adoradores: lo publicitaron por la web y pasaron por todas las parroquias de la zona anunciando la buena nueva, conscientes de que estaban vendiendo un producto que interesaba a todos: “es una joya no solo para la gente que va a San Manuel sino para la zona entera”. Se fueron llenando todos los turnos de adoradores fijos. Pero también está la figura de los adoradores ocasionales, que son aquellos que no pueden comprometerse siempre a la misma hora. A esos les incorporan a unos grupos de chat con el fin de que cuando se necesite una sustitución puedan ofrecerse. El nombre es bien gráfico: son los cirineos o adoradores de emergencia

No poder asistir a tu hora por un imprevisto abre también una bella tarea apostólica, según me cuenta José Miguel Carretié, coordinador general de esta obra de Dios: “es en esos casos cuando uno busca entre los amigos, personas de su familia, conocidos, alguien que le pueda sustituir. Es un acto de caridad grande y muchas veces les abres un camino que quizá nunca se habían planteado”. También saca lo mejor de cada uno, como comenta orgullosa Margarita, una de las coordinadoras de turno: algunos jóvenes “piden que se les ponga un turno difícil, a primera hora, para empezar bien el día”. Se ha constituido un auténtico ejército de almas enamoradas que ya están comprometidas. Me cuenta José Miguel que “hay unos 340 cirineos y unos 280 adoradores”. Pero sueñan con mucho más: “la idea es que haya dos o tres por turno. Como hay 168 horas a la semana calculo que unos 300 o 350 adoradores de turno fijo es uno de los objetivos”. Eso sólo para asegurar que el Santísimo esté siempre acompañado, porque el apostolado de almas que quieran adorar a Jesús en la Eucaristía es un mar sin orillas. Siempre hará falta gente. 

José Miguel estuvo desde los comienzos del barracón adorando los jueves. Es esencial, según él, que, aunque las almas no quieran comprometerse a ser adoradores sí sepan que ahí está siempre el Señor esperándoles. Va siempre por la noche, dos horas del martes al miércoles. Cuando llega está solo: “es un privilegio, cara a cara, a solas, sin intermediarios, no tiene nada que ver con rezar de día”. La experiencia le ha hecho entender por qué Jesús escogía hacer oración de noche. Mucha gente le comenta que a medida que está empezando a adorar comprueba cómo la hora se les pasa “volando”. Confiesa con alegría que “la gente está muy contenta de que haya surgido esta posibilidad de adoración permanente porque cambia la vida parroquial pero también toda la vida de la diócesis”. Es un torrente de gracia insospechado, un premio por priorizar los medios sobrenaturales. 

En España hay aproximadamente sesenta capillas de adoración perpetua y en los últimos meses se han abierto cuatro. 

El coordinador general de la capilla de San Manuel González entiende que “la oración es una escuela para empezar donde se comprenden muchas cosas que entiendes con el corazón. Se experimenta una intimidad particular con el Señor, una familiaridad que llena el corazón. Recibes luces sobre determinados aspectos que no conocías”. Y la labor apostólica es continua: “muchas personas a tu alrededor intentan buscar esa paz y quietud que ven en otras personas que adoran y eso les mueve a acercarse a la capilla”.

El sueño. La felicidad de los discípulos

¿Qué ve la gente cuando mira nuestras parroquias? Creo que lo que ven es a una gente que solo cumple con sus obligaciones por costumbre. 

23 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Me contaron una historia. Una mamá va a despertar a su hijo del profundo sueño que tienen los niños de cinco años.

– ¿Sabes qué día es hoy?

– No quiero ir a misa, mamá.

– ¿No? ¿Por qué?

– Mamá, no quiero ir a la iglesia porque la gente allí no es feliz.

Se non è vero, è ben trovato…

Echemos una mirada a la gente que asiste a una misa de cualquier parroquia de cualquier domingo. ¿Parecen felices? ¿Qué conclusión sacaría cualquier persona que se metiese por curiosidad en una de nuestras misas? Y no se trata de que, como me dicen a mí algunas personas…: – “Tenéis que hacer misas más alegres” (es decir, más bulliciosas).

No son las misas las que tienen que ser alegres: son los cristianos los que tienen que estar alegres.

¿Qué ve la gente cuando mira nuestras parroquias? ¿Qué ve la gente cuando nos mira a los católicos? ¿Ven un pueblo vivo, con la alegría del Evangelio ardiendo en sus corazones?… Creo que lo que ven es a una gente que solo cumple con sus obligaciones por costumbre. 

¿Cómo ocurre una conversión? Una conversión tiene lugar desde dentro hacia afuera. No es lo primero que cambia el comportamiento, ni mucho menos es el cambio de comportamiento lo que cambia a la persona. Para parecer feliz, hay que ser feliz; y para ser feliz, te tiene que ocurrir algo que te haga feliz. No llegas a ser feliz fingiendo que eres feliz o haciendo las cosas que hacen los que son felices.

Fijémonos en el evangelio. ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? Primero va el Evangelio y después los Hechos de los Apóstoles. Aquí no hay ningún dilema. La conversión de las parroquias pasa por que nos demos cuenta -en primer lugar, los pastores- de nuestra necesidad de convertirnos en discípulos que arden por Jesucristo, y de transformar las parroquias a través de las comunidades parroquiales, haciendo lo que hace el Señor: elegir un núcleo de discípulos, enseñarles a ser discípulos y a hacer discípulos que hacen otros discípulos. Jesús, en el evangelio, reúne y forma discípulos (los tíos más felices del mundo); nuestras parroquias esperan asistentes a misas y actividades, y algún que otro voluntarioso y voluntarista voluntario.

Muchas parroquias están sumidas en una vorágine de activismo que es absolutamente estéril. Este ritmo frenético de actividad, a la vez que disminuyen los recursos, nos ha hecho perder la alegría y nos aboca a un declive que, de no cambiar las cosas, irremediablemente nos llevará a la desaparición. ¿O no?

El autorJuan Luis Rascón Ors

Párroco en San Antonio de la Florida y San Pío X. Madrid.

Mundo

Bernardito Auza: “La fe es la mayor herencia que los filipinos hemos recibido de España”

El nuncio vaticano en España, Mons. Bernardito Auza, ha reafirmado en la Universidad de Navarra el mensaje de tres Papas en Filipinas: “la Iglesia católica ha sido levadura y alma de la sociedad filipina” (santos Pablo VI y Juan Pablo II, y Francisco). 

Rafael Miner·23 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

Las palabras del nuncio de Su Santidad, Mons. Bernardito Auza, filipino, se enmarcan en la visita que realizó a la Facultad de Teología, en la que participó en una jornada conmemorativa del V centenario de la evangelización de Filipinas, en la que participaron también Mons. Francisco Pérez, arzobispo de Pamplona, y Mons. Ignacio Barrera, vicecanciller de la Universidad de Navarra.

En su intervención, el nuncio Mons. Auza subrayó algunas fechas y el significado de la llegada de la primera expedición que dio la vuelta al mundo. El viaje de Fernando de Magallanes y de Juan Sebastián Elcano en 1521, por el que “el Evangelio llegó a las islas Filipinas”.

“La expedición de Fernando de Magallanes llegó a Filipinas, en la isla de Samar, el día 16 de marzo de 1521, El 30 del mismo mes de marzo, Domingo de Resurrección, fue celebrada la primera Misa en la isla de Limasawa. El día 14 de abril, tuvieron lugar los primeros bautismos en Cebú. El 27 de abril, Magallanes murió en la batalla de Mactán. Y, desde aquel día hasta el regreso a Sanlúcar de Barrameda, Sebastián Elcano tomó el comando de lo que será la primera vuelta en torno “a toda la redondez” del mundo. Estos detalles llegan hasta nosotros, gracias al cronista de la expedición, el veneciano Antonio Pigafetta, que fue uno de los 18 hombres sobrevivientes”.

Más tarde llegaría “la verdadera inauguración de la evangelización”, con “la llegada, el año 1565 desde Nueva España, de la segunda Expedición de la Corona española por voluntad de Felipe II, obra de dos vascos: Miguel López de Legazpi (nació en Zumárraga, Guipúzcoa, el año 1502; falleció en Manila el año 1572), y el fraile agustino Andrés de Urdaneta (nació en Villafranca de Oria, Guipúzcoa, el año 1508 y falleció en México el año 1568) y sus compañeros agustinos”.

Hoy, cinco siglos después, añadió el nuncio papal, “Filipinas tiene 86 circunscripciones eclesiásticas con casi 100 millones de bautizados. Entre el 85 y el 87% de la población total es católica. El pueblo filipino practica su fe sin complejos. La fe se confiesa públicamente y se manifiesta a través de una vivaz religiosidad popular”.

Por eso, el Santo Padre Francisco, en su homilía durante la Misa del 14 de marzo de 2021 en la Basílica de San Pedro, pudo decir: “Queridos hermanos y hermanas, han pasado quinientos años desde que el anuncio cristiano llegó por primera vez a Filipinas. Habéis recibido la alegría del Evangelio: Dios nos amó tanto que dio a su Hijo por nosotros. Y esta alegría se ve en vuestro pueblo, se puede ver en vuestros ojos, en vuestros rostros, en vuestros cantos y en vuestras oraciones. La alegría con las que ustedes llevan su fe a otras tierras”.

Siglos XV y XVI, era de los descubrimientos

Mons. Auza aludió a la llamada “era de los descubrimientos”, de los siglos XV y XVI.Entonces los navegantes europeos protagonizaron gestas verdaderamente trascendentales”, señaló. Y mencionó “los tres más espectaculares y con mayor impacto en la historia. El primero, el “descubrimiento” de América en 1492 por Cristóbal Colón. El segundo, el “descubrimiento” de la ruta de las especias por el pasaje oriental, obra del portugués Vasco da Gama, que llegó a Calicut (Kozhikode), a la India sur occidental, en el año 1498, conectando el Occidente con el Oriente por la ruta marítima.

Mons. Bernardito Auza en Navarra

El tercero, el “descubrimiento” de la ruta de las especias por el pasaje occidental, obra de dos grandes marineros: el portugués-sevillano Fernando de Magallanes, que llegó a las Islas Filipinas en el año 1521, donde murió en la batalla de Mactán (27 de abril de 1521) a menos de dos meses después de la llegada de la expedición en las islas (16 de marzo de 1521), y del vasco Juan Sebastián Elcano, que completó la primera circunnavegación, la primera vuelta al mundo, pasando por las islas de las especias en el regreso a Sanlúcar de Barrameda por la ruta oriental, no obstante las amenazas portuguesas por saltarse claramente el Tratado de Tordesillas de 1494”.

“Éste tercer gran acontecimiento histórico”, afirmó el nuncio Auza, “es el que interesa a nuestra disertación ahora, porque fue gracias a este viaje de Magallanes y de Elcano que el Evangelio llegó a las islas Filipinas. A este punto, tengo que precisar todavía que mientras los primeros bautismos tuvieron lugar en Cebú el 14 de abril de 1521, la muerte de Magallanes en la batalla de Mactán (dos semanas después, el 27 de abril) provocó la salida inmediata de los sobrevivientes de la Expedición, desde entonces bajo el comando de Sebastián Elcano, en dirección de las islas de las especias, hasta la vuelta en Sanlúcar de Barrameda por la ruta oriental”.

Los misioneros, “grandes héroes de los derechos humanos”

En este momento, Monseñor Auza entró directamente a valorar la acción evangelizadora desde el punto de vista de los derechos humanos, y la perspectiva. “A pesar de las controversias, los errores y abusos durante las épocas de “descubrimientos” y de colonización” ―afirmó―, “no se pueden negar o desconocer los logros de dichas épocas. España tiene que estar orgullosa de las proezas de la globalización de la era moderna, y de su contribución, a través de siglos, a la formación histórica de la civilización que conocemos hoy en día”.

En efecto, subrayó, “la acción de Magallanes, y antes la de Colón, con sus viajes y exploraciones, resultaron generadoras de nuevos conocimientos, identidades, valores, mezclas de pueblos y culturas. Podríamos decir que han creado una “identidad hispana” en el Nuevo Mundo, en particular con una lengua y una religión. En España, las experiencias evangelizadoras de muchos misioneros que lucharon para defender los derechos humanos de los indígenas, suscitaron la conciencia sobre este insoslayable aspecto en la sociedad y la convivencia entre los pueblos. En este terreno cabe destacar, por ejemplo, a los dominicos Antonio de Montesino en Santo Domingo y Venezuela. Bartolomé de las Casas en Chiapas y en Centroamérica. Y en Manila, Domingo de Salazar”.

“En el contexto de nuestros días”, manifestó el nuncio filipino, “no tengo ninguna duda que estos misioneros tienen que ser reconocidos como grandes héroes de los derechos humanos de los pueblos indígenas. Mientras que la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas fue adoptada en 2007, hace tan solo veinticinco años, ya en 1511, en Santo Domingo, Antonio de Montesino predicó denunciando las injusticias y las violencias de los encomenderos hacia los indígenas”.

Tres Papas en Filipinas

“Los tres Papas que visitaron las Filipinas – san Pablo VI en 1970, san Juan Pablo II en 1981 y 1995, y Francisco en 2015- subrayaron que la Iglesia católica ha sido, a través de siglos, levadura y alma de la sociedad filipina”, añadió en otro momento de su conferencia el nuncio de Su Santidad. “Ha “modelado” la cultura filipina “por la creatividad de la fe” y la ha animado a través del Evangelio de la caridad, del perdón y la solidaridad al servicio del bien común. Son los valores culturales y espirituales que hemos recibido. Son los mismos valores que tenemos que compartir con los demás. Gifted to give; we must give in return. Este es el sentido y el valor de los actos conmemorativos de los 500 años de la Evangelización de las Islas Filipinas”.

Mons. Bernardito Auza concluyó manifestando que “la fe cristiana es la herencia más importante que nosotros filipinos hemos recibido desde España”, y lanzó un mensaje: “La evangelización es la tarea y la responsabilidad que la Madre Iglesia nos pide. Como en casi todo el mundo, la sociedad filipina también experimenta ahora la secularización. Por eso, el lema del V Centenario de Evangelización, Gifted to Give, inspirado en el Evangelio de San Mateo: “de gracia recibisteis, dad de gracia” (Mt 10,8), tiene el doble objetivo de nueva evangelización y de empuje a la evangelización ad gentes. Hacemos votos por la continuidad de aquella obra evangelizadora que miles y miles de misioneros y misioneras españoles trajeron a Filipinas, para que en nuestros días el Evangelio continúe brillando en nuestros rostros y en nuestras vidas, e inspirando la obra de la paz y de la caridad, se logre una convivencia universal cada vez más humana, más fraterna, y más pacífica, más Laudato sí y más Fratelli tutti”.

Agradecimiento a los misioneros españoles

Poco antes, el nuncio filipino expresó “un profundo agradecimiento por todos los misioneros que salieron desde España hacia Filipinas y desde Filipinas hacia el vasto mundo asiático, hacia China, Japón, Vietnam y toda la Indochina. Muchísimos murieron como mártires en aquellas tierras, con excepción de Filipinas (¡porque los filipinos no mataron a ningún misionero!)”.

Además, añadió que le “gustaría mencionar en particular tres conventos en España, que conozco, de donde salieron miles y miles de misioneros que dieron sus vidas en las misiones en Oriente: el convento agustino en Valladolid (Castilla), de donde salieron más de tres mil misioneros para Oriente; el convento recoleto en Monteagudo (Navarra), de donde salieron más de dos mil misioneros, muchos de ellos fueron misioneros en las islas de Visayas (Bohol, Cebú, Negros, Palawan etc.), como san Ezequiel Moreno; y el convento Real de Santo Tomas, en Ávila, de los dominicos de la Provincia misionera de Santo Rosario, de donde salieron muchísimos profesores de la Universidad de Santo Tomás en Manila y los demás misioneros en Oriente”.

Más de 300 estudiantes filipinos en Navarra

El decano de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, Gregorio Guitián, recordó que esta jornada constituía “una oportunidad para mirar con perspectiva la evangelización de Filipinas llevada a cabo por tantas personas, movidas por el amor a Dios y a sus hermanos: ‘Hoy es una gozosa realidad que la Iglesia Filipina devuelve a muchos países lo que antes recibía y es una potente fuerza misionera en muchos países de Occidente’”.

Asimismo, el decano remarcó “los abundantes motivos para celebrar el 500 aniversario de la evangelización de Filipinas. Son más de 300 los estudiantes que se han formado en las facultades eclesiásticas de la Universidad, a los que hay que añadir tantos otros que han estudiado carreras civiles. Tenemos la esperanza de que su paso por la Universidad deje en ellos un vivo deseo de servir a la sociedad y a la Iglesia”.

“Gregorio Guitián reiteró su agradecimiento a Mons. Auza, por su presencia en la Universidad; a los ponentes, la profesora Inmaculada Alva y el profesor José Alviar; y a los participantes, entre los que se encontraban Mons. Francisco Pérez, arzobispo de Pamplona, y Mons. Ignacio Barrera, vicecanciller de la Universidad”, ha informado el centro académico.

El nuncio, Mons. Bernardito Auza, al comienzo de su conferencia había dado las gracias a la Universidad de Navarra y al decano de la Facultad de Teología “por la organización de esta Jornada académica, dedicada a los 500 años de la Evangelización de Filipinas. Considero que es una justa iniciativa por lo que representa el hecho histórico y también por la concurrencia de la significativa presencia de alumnos filipinos que, antes y ahora, realizan o han realizado su formación en esta prestigiosa Universidad”.

Educación

Cultura «woke» en el aula

Planteamientos ideológicos como los animalistas, el feminismo radical o el revisionismo histórico están llegando a las aulas por medio de las leyes educativas, del ambiente cultural y de la lucha política de activistas.

Javier Segura·22 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

La cultura woke ha sido uno de los temas que ha abordado el papa Francisco, en su discurso ante los responsables diplomáticos acreditados en la Santa Sede, el pasado 10 de enero.

En palabras del sucesor de Pedro «se está elaborando un pensamiento único —peligroso— obligado a renegar la historia o, peor aún, a reescribirla en base a categorías contemporáneas, mientras que toda situación histórica debe interpretarse según la hermenéutica de la época, no según la hermenéutica de hoy».

Todos recordamos el derribo de estatuas de personajes insignes de nuestra historia como Fray Junípero Serra o Cristóbal Colón. Somos testigos de la revisión de la Historia que algunos movimientos sociales quieren hacer, presumiblemente unidos a una lucha por la justicia social de determinados grupos.

Un mismo esquema de presión al que se unen otros colectivos (LGTBI, feminismo radical, ecologismo panteísta, animalistas, etc.) que quieren promover y en última instancia imponer su visión de la realidad.

Pero, como señala el Papa, detrás de todo este movimiento hay una auténtica colonización cultural que aboga por un pensamiento único, políticamente correcto, que acaba denigrando al ostracismo a todo el que no piense como ellos. Es la cultura de la cancelación. Y con ello la cancelación de la cultura.

Este movimiento cultural está calando también en nuestra sociedad. Tiene mucho de división y ruptura social, y repite el viejo esquema revolucionario adámico de que todo empieza hoy con nosotros.

La cultura de la cancelación –tirar estatuas, perseguir a los historiadores, reescribir la historia- es una forma de intransigencia y totalitarismos cultural, de corte netamente marxista. Una nueva versión de la lucha de clases.

Estos planteamientos ideológicos están llegando también a nuestras aulas, por medio de las leyes educativas, del ambiente cultural y de la lucha política de activistas.

En primer lugar, por las propias claves ideológicas que impregnan la ley, especialmente todo lo que se refiere a la ideología de género, aunque no sólo. También en la forma en la que se plantean otras asignaturas, por ejemplo, la misma materia de Historia. Efectivamente, por una parte queda muy reducido el estudio de toda la parte del pasado que ha sustentado nuestra civilización y parece que lo que más importa -¿lo único?- es la Historia más inmediata. Pero, además, ésta se plantea con tintes más subjetivos, marcados por la visión y problemática actual, desde una hermenéutica de hoy, como señala el Papa.

En realidad lo que ocurre es que se quiere utilizar la educación para configurar la sociedad del mañana. Y se están poniendo ya las bases que se marcan desde la agenda 2030,  sobre cómo debe ser la sociedad del futuro. La educación como herramienta para construir ese nuevo orden mundial es parte del proyecto y uno de los objetivos de la propia agenda 2030.

Frente a esta cultura de la cancelación lo mejor que podemos ofrecer a nuestros jóvenes es un verdadero estudio de la Historia, con pretensión de objetividad, con una sana perspectiva, que les permita tener un verdadero pensamiento crítico. Un estudio que les ayude a nuestros jóvenes  a descubrir nuestras raíces como personas y como pueblo.

Quizás tengamos que releer el lema que dio origen al movimiento woke, que proviene de la expresión inglesa Stay woke! ¡Permanece despierto! Quizás es hora de que despertemos y nos demos cuenta de lo que está en ocurriendo en nuestra sociedad y en nuestras aulas.

El papa Francisco parece que lo tiene claro.

España

Rosa Abad: «Lo que el Señor te transmite no se puede callar»

La celebración vaticana del III Domingo de la Palabra de Dios, instituido por el Papa Francisco el 30 de septiembre de 2019, contará este año con varias novedades, entre ellas, la institución de los primeros ministros de la Catequesis.

Maria José Atienza·22 de enero de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

“Sólo puedo dar gracias a Dios, en mayúscula”, así responde a Omnes Rosa Abad. Esta diplomada, bibliotecaria de profesión y catequista de vocación, recibirá, en el Domingo de la Palabra, el ministerio de catequista establecido mediante la publicación de la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio Antiquum Ministerium, el 10 de mayo de 2021.

Junto a ella serán instituidos con este ministerio dos laicos del Vicariato Apostólico de Yurimaguas (Perú), dos fieles de Brasil que ya están involucrados en la formación de catequistas, y una mujer de Kumasi (Ghana). También, el Presidente del Centro Oratori Romani, fundado por el catequista Arnaldo Canepa y un laico de Łódź. Aunque no estarán presentes debido a actuales restricciones sanitarias, otros dos fieles de la República Democrática del Congo y de Uganda también recibirán este ministerio.

La catequesis no acaba nunca

“Recibir el Ministerio me supone una alegría inmensa y una gran responsabilidad” destaca Rosa Abad, “Él sabe hacia dónde me llevará este nuevo camino. Mi respuesta es: Señor aquí estoy, que se haga Tu voluntad”.

La catequesis cobra en la actualidad, un lugar central en la vida de la Iglesia. No en vano, son miles los catequistas que, en todo el mundo, realizan una misión insustituible en la transmisión y profundización de la fe. Como señala Rosa, la catequesis no es una tarea con tiempos establecidos.

“La catequesis es vida”, señala Rosa Abad, porque “la relación con Dios no se termina nunca, cuanto más sabes más quieres saber y más te queda por aprender”. “Cuando dejas que Dios entre en tu vida es increíble como todo cambia sin mover nada” continúa, “Dios nunca decepciona, solo por ello merece la pena abrir la puerta y dejarnos llevar por El”.

Rosa Abad lleva 10 años de catequista en la Parroquia del Cristo de la Victoria en Madrid. Muy implicada en la catequesis, como destaca su párroco, Alfredo Jiménez, forma parte del Equipo de Expertos de la Delegación de Catequesis del Arzobispado de Madrid, y miembro de la Asociación Española de Catequetas (AECA), como se destaca en el semanario de la archidiócesis madrileña, Alfa & Omega.

«Apóstoles en misión»  

Durante el rito, los nuevos ministros de la catequesis recibirán una cruz, reproducción de la cruz pastoral utilizada primero por San Pablo VI y luego por San Juan Pablo II, para recordar el carácter misionero del servicio que van a administrar.

Ese carácter misionero de la catequesis es clave para Abad. “Todo lo que el Señor te transmite no se puede callar por eso hay que darle voz”, subraya esta laica madrileña, “tenemos que ser apóstoles en misión”.

En manos de todos

Con la institución de este ministerio del catequista y la apertura de los ministerios de Lector y Acólito a las mujeres, la Iglesia pone el foco en estos millones de fieles laicos que son la savia de la Iglesia en el mundo.

En este sentido, de hecho, el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización pone de relieve “la multitud de laicos que han participado directamente en la difusión del Evangelio a través de la instrucción catequética es innumerable. Hombres y mujeres animados por una gran fe y auténticos testigos de santidad que, en algunos casos, han sido también fundadores de Iglesias, llegando a dar su vida».

Los laicos y laicas, como Rosa Abad, que reciben estos ministerios son una muestra de que “el futuro de la Iglesia esta en manos de todos” como apunta Abad, “todos somos Uno y nadie se tiene que sentir excluido, es nuestra labor hacer que la Iglesia sea la Casa de todos”.

Este futuro planeta, para Rosa Abad unos retos clave: “Tenemos que llevar la Palabra de Dios sin complejos. Hacer que lo tradicional conviva con las nuevas tecnologías sin miedos. Como dice el Papa Francisco ‘Dios nos esta esperando en el hombre’. Solo hay que hacérselo saber para que El le llene de su amor”.

La celebración vaticana

Los actos del Domingo de la Palabra de Dios de este año estarán presididos por el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro.

A las 9:30 h. comenzará la Santa Eucaristía con aforo limitado por la normativa sanitaria vigente.

Durante la celebración, el Santo Padre presentará a los participantes un volumen que contiene un comentario de los Padres de la Iglesia a los capítulos 4 y 5 del Evangelio de Lucas, “con el fin de reavivar la responsabilidad que tienen los creyentes en el conocimiento de la Sagrada Escritura y de mantenerla viva mediante una obra de transmisión y comprensión permanente”.

Dos momentos serán especialmente significativos en esta jornada. Por primera vez, el ministerio de Lector y Acólito se conferirá también a los laicos y finalmente, el Santo Padre realizará el rito por el que se conferirá el ministerio de catequista a los fieles laicos, mujeres y hombres, ya establecido mediante la publicación de la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio Antiquum Ministerium.