El cardenal Konrad Krajewski estuvo en Leópolis con grupos de refugiados y se reunió con Sviatoslav Shevchuk, el líder de la iglesia greco católica ucraniana. Por otro lado, el cardenal Michael Czerny también cruzó la frontera tras visitar centros de refugiados en Hungría.
¿Por qué el coronavirus ha afectado menos en África?
En Kenia, con una población de 55,7 millones de habitantes, el país ha experimentado unos 323.000 casos de coronavirus y 5.638 muertes, muchas menos que en países de similar población en Europa.


Ahora que la actual pandemia parece estar disminuyendo, los observadores del COVID se han preguntado por qué ha afectado a África mucho menos que a los países más desarrollados, mientras que el número de personas vacunadas es mucho menor. En mi país, Kenia, que tiene una población de 55,7 millones de habitantes, y donde el objetivo de vacunación del gobierno es actualmente de 27,2 millones, sólo se han vacunado 7,3 millones, aproximadamente un tercio. Hasta la fecha, el país ha experimentado unos 323.000 casos y 5.638 muertes (a fecha de 21 de febrero de 2022).
Sin embargo, países de Europa con cifras de población comparables han tenido de 20 a 25 veces más muertes. ¿Se debe al clima, a la dieta, a una inmunidad natural, al estado físico de la población o a alguna otra razón? Cuando la pandemia sea endémica y se realicen estudios comparativos, será interesante saber por qué. Pero la pregunta sigue siendo la siguiente: ¿Por qué en África ha habido menos gente que ha optado por vacunarse, incluso cuando las vacunas estaban disponibles, y especialmente entre ciertos grupos? Para un observador externo, la reacción en los países más desarrollados ha sido que el gobierno quiere que la población se vacune en su propio beneficio y por el bien general; así que se confía en los dirigentes cuando dicen que las vacunas son seguras; así que se aceptan las vacunas y se confía que todo irá bien.
Esta confianza implícita en el gobierno y en lo que éste decide no se puede asegurar aquí. De hecho, un amplio sector de la población desconfía del gobierno, tanto implícita como explícitamente; una directiva del gobierno que tenga que ver con la vida personal, la familia y el futuro de uno, probablemente se mirará con recelo.
Como en el resto de África, la mayoría de los kenianos son jóvenes y esperan vivir muchos años más. Su fuente de noticias y opiniones son los medios sociales, más que los periódicos u otros medios impresos. Los periódicos, según ellos, dan la visión «oficial»; los medios sociales reflejan la «vida real», nuestras «verdaderas preocupaciones». En este caso concreto, los medios sociales recogieron la noticia de que las vacunas son experimentales, están en fase de prueba y, por tanto, no son fiables, y cuando Facebook bloqueó la página esto pareció demostrar su argumento.
Basándose en la experiencia del pasado, cuando los africanos sospechaban fuertemente que estaban siendo utilizados como conejillos de indias para probar vacunas o medicinas, especialmente las que podrían dejarles estériles -y los africanos siguen queriendo tener hijos-, es comprensible que sospechen y sean reacios a correr el riesgo.
Incluso entre los vacunados contra el coronavirus debe haber un buen número que se vacunó para conservar su puesto de trabajo, ya que, con razón o sin ella, ésta era la política de la empresa o institución para la que trabajaban; se les dijo «Vacúnate o serás sustituido».
Cuando justo antes de la Navidad del año pasado, una época en la que mucha gente hace compras y viaja a sus lugares de origen para pasar las fiestas de Navidad y el Año Nuevo con sus familiares, se emitió una directiva oficial que decía que, dado que el distanciamiento social sería difícil de aplicar, los supermercados, hoteles, restaurantes, etc., todos los transportes públicos sólo deberían permitir a los clientes o viajeros con un certificado de vacunación válido, y esto incluía incluso el acceso a los servicios gubernamentales, hubo una protesta, y se llevó un caso al tribunal superior para evitarlo. El tribunal falló a favor de los manifestantes.
África es un lugar muy social; cuando el apretón de manos y el abrazo se prohibieron oficialmente, inventamos el choque de codos y el choque de puños. Pero el apretón de manos y el abrazo no pudieron desaparecer, y ahora han vuelto, «extraoficialmente», por supuesto. ¿Y la mascarilla? En la calle, desde el principio, la mayoría de la gente la llevaba alrededor de la barbilla o debajo del mentón y se la ajustaba sólo cuando se lo pedían; ahora la mayoría de la gente no la lleva y la tiene en el bolsillo por si acaso…
Pero además del enfoque «sano» y «más humano» de la oficialidad, hay quizás una razón mayor para el miedo y la resistencia a los cierres y las restricciones: sin poder moverse y hacer negocios y visitas, la vida aquí no puede continuar. La gente tiene que tener la libertad y poder poner el pan en la mesa cada noche antes de que los niños se vayan a la cama. La vida tiene que continuar y se debe permitir que continúe, libremente. Si no es así, la gente se asegurará de que así sea.
San José, patrono de la Iglesia universal, en la basílica vaticana
En la basílica de San Pedro hay una capilla dedicada a san José. Se encuentra en el transepto sur, y su forma actual se debe a san Juan XXIII, el Papa que convocó el Concilio Vaticano II.
“Hay que reconstruir la dignidad de estas personas y pensar en el largo plazo”
En Polonia, la española Begoña Herrera impulsa actividades y proyectos para atender y dignificar a los refugiados, en especial mujeres y niños, que llegan huyendo de la guerra en Ucrania. Un ejemplo de la implicación social de los polacos ante el sufrimiento de sus vecinos.



Begoña Herrera, española, lleva en Polonia media vida. Allí desarrolla, desde hace años, proyectos relacionados con la mujer y la moda con ProStyle. Hace unas semanas, el mundo daba la vuelta y un país entero se movilizó ante la llegada de sus vecinos ucranianos, asediados por los ataques del ejército ruso.
Más de un millón de personas han cruzado ya la frontera a Polonia, y aún se esperan más. Una situación que llevó a Begoña, junto con un grupo de amigas y colaboradoras, a utilizar su know how y sus contactos para ayudar a quienes huían de la guerra.
Lo que empezó siendo una llamada para donar ropa nueva con la que alegrar y dignificar a las mujeres y chicas que pasaban con una escasa maleta la frontera, se fueron sumando otras iniciativas: transporte, productos básicos, acogida.
Sentirse «como en casa»
A través de una cuenta en Instagram @jakwdomu.help (jakwdomu significa en polaco literalmente “como en casa”) va dando cuenta de la labor que, en solo unas semanas, se ha realizado con ya cientos de personas y los proyectos que quieren poner en marcha.
Polonia es el país que más huidos está acogiendo, y lo hace sin campos de refugiados. Una vez llegan a territorio polaco, se les aloja en estaciones de transportes, naves industriales, pabellones en colegios y residencias. Algunos tienen familiares y conocidos allí o en otros lugares de Europa y son pocas las horas que pasan en estos improvisados albergues.
Países como España, Italia o Francia ya reciben grupos de refugiados a través de organizaciones civiles, ong´s y organizaciones religiosas. Sin embargo, muchos de ellos aún tienen por delante un largo tiempo en tierra polaca: “Por eso es necesario poner en marcha proyectos con los que puedan salir adelante, al menos al principio” señala Begoña. De hecho, las autoridades ya estiman que un elevado porcentaje de quienes han pasado la frontera no volverán a sus lugares de origen en varios años. Esto, como destaca Begoña “hace que tengamos que pensar en el largo plazo, qué va a pasar con estas personas en unos meses o en unos años”.

Mujeres y niños
Un porcentaje muy alto de quienes buscan refugio en Polonia son mujeres y niños, por esta razón, los proyectos que Begoña y su grupo de colaboradores quieren poner en marcha tienen a estos dos grupos como principales destinatarios. “En las próximas semanas vamos a empezar unos grupos de madres y de atención de niños. Para ellas, vamos a empezar con unas sesiones de artesanía, accesorios y costura, productos que luego puedan vender online y que les permita tener ingresos propios. Por dos cosas, lo primero por recuperar la dignidad perdida: han abandonado sus casas y sus trabajos y ahora no pueden hacer nada; por otro lado, porque su moneda no vale nada, el dinero que hubieran podido sacar de allí se ha devaluado muchísimo.”
Otro de los proyectos viene de la mano y la ayuda de Santi, el ilustrador conocido como SAMLO, con el que se van a crear grupos de niños, que aún no hayan podido ser escolarizados, con el fin de realizar con ellos talleres artísticos, que les ayuden a desarrollar su imaginación. “Cuando llegan, lo único que tienen es el móvil, o la tablet y se pasan las horas pegados a las pantallas”, señala Begoña, “gracias a Santi y su movilización, viene cargado de materiales para los trabajos con estos niños”.
Una chica que ahora está aquí tiene dos doctorados, uno de ellos en Filología Polaca; hace unas semanas estaba dando clases en la Universidad, hoy es una refugiada.
Begoña Herrera
La idea es, sobre todo integrar a quienes se encuentran en una situación de completa desvinculación. “Vemos que, gracias a Dios, en los centros la gente está acogida, puede dormir bajo un techo, pero no hay un clima positivo. Las personas están apaleadas interiormente por la guerra. Son muchas personas juntas en un sitio, pero no están unidas. La guerra provoca dos reacciones completamente opuestas: la de encerrarse en uno mismo o la de darse a los demás y tenemos que dar la oportunidad a lo segundo”.
Muchas de las personas que han cruzado la frontera, apunta Begoña “vienen incluso con sus portátiles, con la idea de trabajar desde donde puedan, pero sus empresas ya no existen. Por ejemplo, una chica que ahora está aquí. Tiene dos doctorados, uno de ellos en Filología Polaca; hace unas semanas estaba dando clases en la Universidad, hoy es una refugiada. Son personas que, de repente, han perdido su identidad. Hay que ayudarles a encontrar su dignidad”. Por esa defensa de la dignidad es por la que, por ejemplo, piden donaciones de ropa nueva, “que recogemos y pensamos a quién podemos dar personalmente, que la chica que reciba, por ejemplo, un abrigo, se sienta ella, le guste, que no se sienta una refugiada”, destaca Begoña. En este sentido, señala agradecida la donación que Two Thirds una marca de fabricación textil ecológica, les ha enviado con este motivo.
Por el momento, cuentan con la colaboración de muchas personas. Diversas escuelas impulsadas por la Asociación Sternik se han unido a este proyecto aportando instalaciones para almacenar cosas o la labor de muchos voluntarios.
“Hay que empezar a pensar en el futuro”, subraya Begoña, en qué va a ser de todas estas personas, cómo pueden iniciar una vida nueva, con un trabajo, con una responsabilidad… que vuelvan a ser ellas mismas. Recibir los primeros días es vital, pero, llegado un momento, todas las personas necesitamos saber que somos valiosas, útiles”.
Una tarea para la que se necesitará la implicación de toda la sociedad, no sólo la polaca, y no ha hecho más que empezar.
Moral de la vida
Frente a quienes siguen sospechando de su postura sobre la cuestión ecológica, como si se tratara de una concesión a los valores del “progresismo cultural”, el Papa vuelve a recordar que el cuidado de la naturaleza lleva consigo lo que él denomina "ecología integral", que incluye tanto el cuidado del ambiente como, y principalmente, el de los seres humanos.
Hace unos años reflexionaba el papa Benedicto XVI sobre la diferente actitud que la sociedad contemporánea tenía ante las posturas morales de la Iglesia. Por un lado, hay cuestiones donde se produce una convergencia completa con lo que podríamos llamar la “sensibilidad actual”, como sería el caso del cuidado de las personas vulnerables, la búsqueda de la justicia y la paz, o el respeto al medio ambiente; por otro, un rechazo bastante extendido a los temas concernientes a la moral sexual o al inicio y final de la vida.
Hace unos años también, tras el discurso que dirigió el papa Francisco en el parlamento europeo, el entonces líder de Podemos, allí presente, indicaba que había dado varios “likes” a las palabras del Papa en algunas cuestiones (su crítica al modelo económico vigente), mostrando su rechazo a otras (su defensa de la vida del no nacido). Ahora bien, si respondieran con sinceridad los que están en el espectro político opuesto, tendrían seguramente la misma divergencia (en sentido contrario, desde luego), aunque quizá no se atrevieran a criticar abiertamente al Papa en esos temas sociales donde, en el fondo, les parece “sospechosamente progresista”.
Esta doble actitud ante la moral está muy extendida. A mi modo de ver, radica en una confusión sobre la visión antropológica de la Iglesia, y por tanto del Evangelio, que considera la moral como una consecuencia de la forma en que los seres humanos –y por ende las demás criaturas- hemos sido creados por Dios. Y eso implica tener en cuenta en el juicio moral las dimensiones que configuran la persona humana, la biológica, la social y la racional-espiritual. Por otra parte, son dimensiones no exclusivas del creyente, ya que la han compartido otros muchos filósofos morales a través de la Historia, desde Aristóteles hasta Cicerón, que también han aceptado la ley natural como fundamento del juicio moral, aún sin considerarla de origen divino.
El concepto de ecología integral
Me venían a la cabeza estas ideas leyendo el último libro del papa Francisco (“Soñemos juntos. El camino a un mundo futuro mejor”, 2020). Frente a quienes siguen sospechando de su postura sobre la cuestión ecológica, como si se tratara de una concesión a los valores del “progresismo cultural”, el Papa vuelve a recordar que el cuidado de la naturaleza (de la Creación, en términos cristianos) lleva consigo lo que él denomina «ecología integral», que incluye tanto el cuidado del ambiente como, y principalmente, el de los seres humanos.
Para el Papa Francisco, esa visión supone “mucho más que cuidar de la naturaleza; es cuidarnos los unos a los otros como criaturas de un Dios que nos ama, y todo lo que eso implica. Es decir, si pensás que el aborto, la eutanasia y la pena de muerte son aceptables, a tu corazón le va a resultar difícil preocuparse por la contaminación de los ríos y la destrucción de la selva. Y lo inverso también es cierto. Así que, aunque la gente siga sosteniendo vehementemente que son problemas de un orden moral distinto, mientras se insista en que el aborto está justificado, pero no la desertificación, o que la eutanasia está mal, pero la contaminación de los ríos es el precio del progreso económico, seguiremos estancados en la misma falta de integridad que nos llevó a donde estamos. Creo que el Covid-19 está dejando esto en evidencia para el que tenga ojos para ver. Este es un tiempo para ser coherentes, para desenmascarar la moralidad selectiva de la ideología y de asumir plenamente lo que implica ser hijos de Dios. Por eso creo que la regeneración de la humanidad debe empezar con la ecología integral, una ecología que tome en serio el deterioro cultural y ético que va de la mano con nuestra crisis ecológica. El individualismo tiene consecuencias” (p. 37).
Creo que no se puede decir mejor lo que supone que ambas dimensiones de la moral natural vayan de la mano, que cuidar la naturaleza y cuidar a las personas no es una disyuntiva, sino más bien dos caras de la misma moneda, tanto porque como humanos también somos naturaleza, como porque la naturaleza es nuestra casa y necesitamos que esté limpia para seguir habitando en ella.
Algunos católicos que siguen viendo dicotomías en ese concepto integral de la moral, aseguran que no tiene sentido tener preocupación ecológica defendiendo, a la vez, la eliminación de seres humanos en gestación.
Estoy de acuerdo.
Pero tampoco lo tiene, como indica Francisco, defender la vida humana y despreciar la del resto de las criaturas. Todo es parte de lo mismo, y hasta que no sepamos integrarlo en una moral común, lo que podríamos llamar “moral de la vida”, será difícil que salvemos la disfunción a la que antes hacía referencia. Una moral de la vida que se ancla en la ley natural (en el sentido clásico y en el más reciente de naturaleza), y permite extenderlo a todo tipo de personas, ya sean creyentes o no.
Una idea no tan novedosa
Esta idea del Papa Francisco no es nueva. Ya estaba claramente indicada en sus escritos previos (empezando por la encíclica Laudato si), y enlazando con el Magisterio de los pontífices que le han precedido.
Basta indicar algunos párrafos significativos de San Juan Pablo II. Por ejemplo, al final de su mensaje para la jornada mundial de la paz de 1990, nos indicaba: “El respeto por la vida y por la dignidad de la persona humana incluye también el respeto y el cuidado de la creación, que está llamada a unirse al hombre para glorificar a Dios (cfr. Sal 148 y 96)».
De la misma forma, indicaba en la encíclica Centesssimus annus: «No sólo la tierra ha sido dada por Dios al hombre, el cual debe usarla respetando la intención originaria de que es un bien, según la cual le ha sido dada; incluso el hombre es para sí mismo un don de Dios y, por tanto, debe respetar la estructura natural y moral de la que ha sido dotado» (n. 38).
Asimismo, Benedicto XVI dedicó una sustancial parte de su magisterio a tratar la cuestión ambiental. En la Caritas in veritate, nos indicaba que «es una contradicción pedir a las nuevas generaciones el respeto al ambiente natural, cuando la educación y las leyes no las ayudan a respetarse a sí mismas. El libro de la naturaleza es uno e indivisible, tanto en lo que concierne a la vida, la sexualidad, el matrimonio, la familia, las relaciones sociales, en una palabra, el desarrollo humano integral» (n. 51).
Para subrayar la coherencia entre esas dos formas de entender la ecología afirmaba en el mensaje para la jornada mundial de la paz de 2007: «La humanidad, si tiene verdadero interés por la paz, debe tener siempre presente la interrelación entre la ecología natural, es decir el respeto por la naturaleza, y la ecología humana. La experiencia demuestra que toda actitud irrespetuosa con el medio ambiente conlleva daños a la convivencia humana, y viceversa» (n. 8).
En pocas palabras, si realmente somos coherentes con la moral que dimana de la ley natural (y en última instancia, para un cristiano, del designio creador de Dios), deberíamos cuidar la naturaleza, tanto la humana como la ambiental.
Es preciso que la Bioética y la ética ambiental se fundan en un conjunto de principios comunes, válidos para rechazar a la vez la manipulación indiscriminada de un embrión humano y de una especie vegetal o animal. Establecer enfrentamientos entre ellas resulta artificial y pernicioso para ambas.
Por eso, como indicaba Francisco en la Laudato si, la solución a los problemas sociales y ambientales: “requiere una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza» (n. 139).
No se trata de elegir entre salir de la miseria y respetar el ambiente, sino de promover un desarrollo integral, que tenga en cuenta el bien de las personas y el del ambiente en el que se encuentran, por su propio bienestar y el de los demás seres vivos, que nos acompañan en este regalo maravilloso que hemos recibido de Dios Creador.
Catedrático de Geografía de la Universidad de Alcalá.
La altura moral de Joseph Ratzinger
La carta publicada por el Papa emérito en febrero en respuesta al informe sobre abusos del bufete de abogados de Múnich demuestra una humildad y altura moral admirables.
El 6 de febrero Benedicto XVI publicó una carta histórica. En ella aclaraba que hubo un error de transcripción en el informe de 82 páginas que envió al bufete de abogados de Múnich, el cual estaba investigando los casos de pederastia en la Iglesia alemana. El informe era la respuesta a una serie de preguntas de los abogados, a las que se añadió la lectura y el análisis de casi ocho mil páginas de documentos, así como el estudio de un informe pericial de casi dos mil páginas.
Este error de transcripción, en el que se negaba la participación de Ratzinger en una reunión en la que sí estuvo y en la cual se decidió acoger en la diócesis a un sacerdote abusador, ha derivado en una fuerte controversia que apunta al antiguo obispo como encubridor de hasta cuatro sacerdotes, en los menos de cinco años en que estuvo al frente de la diócesis de Múnich y Frisinga.
Más tarde se supo que durante ese encuentro no se habló de las acusaciones que pesaban sobre el clérigo y que Ratzinger desconocía. De todos modos, la misiva es mucho más que un legítimo ejercicio de defensa propia.
El Papa emérito examina su conciencia y abre su corazón ante los hombres, pero sobre todo ante “el juez definitivo”. Y por escrito, como ha demostrado en numerosas ocasiones con los hechos, pide perdón por la “grandísima culpa” del pecado de pederastia perpetrado en la Iglesia por parte de sacerdotes y religiosos. Recuerda sus encuentros con víctimas de abusos y de nuevo expresa profunda vergüenza, gran dolor y sincera petición de perdón.
“Cada caso de abuso sexual es terrible e irreparable”, admite Benedicto. La franca disculpa del hombre que ha tomado alguna de las medidas más contundentes para frenar esta lacra en el seno de la Iglesia demuestra la gravedad del pecado, pero también la humildad y la altura moral de Joseph Ratzinger.
«La Transfiguración nos muestra el camino», II domingo de Cuaresma
Comentario a las lecturas del II domingo de Cuaresma y breve homilía en vídeo del sacerdote Luis Herrera.
Lucas sitúa la Transfiguración de Jesús, como Mateo y Marcos, tras el primer anuncio a los apóstoles de su pasión, muerte y resurrección y tras la invitación a tomar cada día la cruz y seguirlo, a perder la vida por él y así salvarla. En este marco, el misterio adquiere uno de sus significados más importantes. Jesús da a los tres apóstoles más cercanos una anticipación de su resurrección y una visibilidad de su divinidad, que ilumina su humanidad, su rostro y también sus vestiduras que, entonces más que hoy, ponían de manifiesto el papel y la dignidad de la persona.
El relato de Lucas añade al de Mateo y Marcos tres detalles. El primero es la oración. Jesús sube al monte a orar, y durante el diálogo con el Padre se produce el brillar del rostro y el resplandecer de la vestidura. Nos dan ganas de seguir a Jesús en la montaña para imitarlo en la oración y dejarnos iluminar, como él, por el amor del Padre: “El Señor es mi luz y mi salvación: ¿a quién temeré?”. “No me escondas tu rostro, Dios de mi salvación” (Sal 26).
El segundo es el tema de la conversación con Moisés y Elías: “Hablaban de su éxodo, que él iba a consumar en Jerusalén”. Jerusalén está muy presente como meta de todo el Evangelio de Lucas, y sobre todo como meta de la vida de Jesús: su éxodo es la pasión y muerte en la Cruz, con la Resurrección y Ascensión al cielo. La Ascensión es en Lucas la cumbre y la conclusión de su Evangelio, el éxodo de Jesús-hombre hacia la Jerusalén celestial para sentarse a la derecha del Padre. Y también está al principio de los Hechos de los Apóstoles y, por tanto, de la historia de la Iglesia: “Seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y hasta el confín de la tierra”.
El tercer detalle original de Lucas es el sueño que les sobreviene a los tres apóstoles. La primera lectura, sobre la alianza de Dios con Abrán, nos ofrece una interpretación de ese sueño. Abrán prepara el rito de la alianza según las costumbres de la época: animales cortados en dos partes, en medio de los cuales pasaban los contrayentes para indicar que les habría ocurrido la misma suerte si hubieran transgredido el pacto. Pero, a causa del sueño de Abrán, sólo Dios pasó entre los animales cortados. La alianza de Dios es unilateral, pensada y ofrecida a su pueblo por Él como acto de amor incondicional. Nosotros podemos recibir ese don, acoger la gracia. Y, para hacerlo, la Transfiguración nos muestra el camino: seguir a Jesús al monte de la oración para iluminarnos de Dios; acompañar a Jesús en su camino hacia la cruz y la resurrección, y la Ascensión al cielo; y luego, ser testimonios de él en todas partes, con la fuerza del Espíritu Santo, y la compañía de los amigos del cielo y de la tierra.
La Homilía en un minuto
El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.
El cardenal Parolin telefonea al ministro de Asuntos Exteriores de Rusia: «Cesen los ataques armados»
El Secretario de Estado de la Santa Sede ha mantenido una llamada con Serguéi Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores ruso, para transmitirle el llamamiento del Papa Francisco y la voluntad de la Santa Sede "de hacer todo, de ponerse al servicio de la paz".


Según ha confirmado la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el cardenal Secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin y el Ministro de Asuntos Exteriores ruso Serguéi Lavrov, estrecho colaborador del presidente Putin, han mantenido una conversación telefónica, hoy martes 8 de marzo. El cardenal transmitió la profunda preocupación del Papa Francisco por la guerra que se está librando en Ucrania y reafirmó lo que el Papa dijo el pasado domingo en el Ángelus. En particular, confirmó el director de la Sala de Prensa vaticana, Matteo Bruni, que Parolin reiteró el llamamiento del Santo Padre al fin de los ataques armados, a la creación de corredores humanitarios para los civiles y las personas que les auxilian, y a la sustitución de la violencia de las armas por la negociación. Por último, el Secretario de Estado reafirmó la voluntad de la Santa Sede «de hacer todo, de ponerse al servicio de la paz».

Es ya el decimotercer día de la invasión rusa en Ucrania, que ha desencadenado una gravísima contienda entre ambos países y una crisis internacional a distintos niveles. El Papa Francisco está siguiendo muy de cerca la situación en el este de Europa y está poniendo medios para intermediar por la paz en la región. Recientemente anunció que había enviado a dos cardenales como expresión de la solidaridad de la Iglesia con el sufriente pueblo ucraniano, como ha informado Omnes: en concreto, al cardenal Konrad Krajewski, Limosnero Apostólico, y al cardenal Michael Czerny, Prefecto ad interim del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. La Santa Sede se está poniendo, de un modo patente, al servicio de la instauración de la paz en Ucrania.
El cardenal Krajewski ha llegado a la ciudad ucraniana de Lviv (Leópolis), en el oeste del país, este martes, tras ayer haberse aproximado a la frontera entre Polonia y Ucrania, según ha afirmado la Oficina de Prensa de la Santa Sede. El cardenal Czerny, por su parte, ha llegado también hoy a Budapest, Hungría, para visitar algunos centros de acogida para los refugiados procedentes de Ucrania. Ambos cardenales pondrán en marcha operaciones humanitarias con Ucrania.
Entrevista con Fabio Colagrande. El humor, una virtud espiritual
Entrevista con Fabio Colagrande, de Radio Vaticana, que se ha convertido en un experto del “buen humor”, tema al que ha dedicado un reciente libro. Para él, el buen humor es una gran virtud espiritual.
Un profesor español, padre de los estudios universitarios sobre periodismo, el fallecido Alfonso Nieto, solía decir que “al buen humor se le ha robado tiempo y espacio” y que “una de las cosas más serias de la vida es sonreír”. Es notable cómo muchos años después ha sido profético también en este campo. No es casualidad que el Papa Francisco se refiera a menudo a esta “medicina” del corazón para abordar las numerosas “crisis” de nuestro tiempo y las dificultades que nos rodean con una visión de esperanza. Hemos querido explorar estos temas con Fabio Colagrande, que lleva años en Radio Vaticana, y que en su “tiempo libre” profundiza en estos aspectos.
En un pasaje de la Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate, el Papa Francisco dice que el santo es aquel que es capaz de vivir “con alegría y sentido del humor”. ¿Qué importancia tiene redescubrir este valor en la vida de cada bautizado?
—Creo que no sólo es importante, sino urgente en este momento de la historia de la Iglesia. El humor, como señala el Papa, es de hecho una gran virtud espiritual que es signo de desprendimiento de las cosas materiales y al mismo tiempo, como muestra la raíz etimológica humus, una manifestación de humildad. La falta de sentido del humor es un síntoma alarmante que denota cómo se ha secado nuestra vida de fe. Una Iglesia autorreferencial y clerical, afectada por lo que el Papa llama “mundanidad espiritual”, es una Iglesia que se toma demasiado en serio a sí misma y es incapaz de hacer autocrítica.
Solemos dedicar nuestro tiempo libre a pasatiempos frívolos y esencialmente “ligeros”, en cambio en la red nos encontramos con actitudes duras y airadas. ¿Cómo puede suceder esto?
—No soy psicólogo, ni experto en redes sociales, pero creo que las redes sociales se han convertido en un lugar para desahogar nuestras frustraciones y neurosis. Están al alcance de nuestra mano, en los smartphones que siempre llevamos en el bolsillo, y a menudo los poblamos con posts y comentarios que expresan nuestro malestar, nuestra insatisfacción, nuestra dificultad para relacionarnos con los demás. Necesitamos más autodisciplina. Deberíamos limitar su uso y mejorar la calidad del tiempo que pasamos en las redes sociales. Son importantes oportunidades de crecimiento y conocimiento, pero sólo si se utilizan con discernimiento.
Venimos de dos años de gran sufrimiento que también han afectado a nuestras almas, sembrando un sentimiento de frustración y desesperación casi generalizado: ¿puede el humor ser una medicina también en este caso?
—El humor, como he dicho antes, ayuda a desarrollar una sana autoironía y a saber sonreír amablemente ante nuestras debilidades. Por supuesto, no debe convertirse en un sarcasmo destructivo, porque entonces sólo expresa negatividad. Puede ser una medicina porque ayuda a vivir con más ligereza. Puede ser una oportunidad para mirar el mundo desde una nueva perspectiva. Y luego creo que es necesario para aquellos que creen en lo trascendente y saben que lo visible es sólo una parte de nuestras vidas. Ayuda a restarle importancia y a centrarse en lo esencial.
Recientemente ha publicado un libro en el que se “burla” de algunos “tics” de la pertenencia cristiana: ¿de dónde viene la idea y por qué es importante en la Iglesia no tomarse demasiado en serio?
—Después de tantos años de experiencia como periodista católico y vaticanista, sentí la necesidad de una especie de “catarsis”. Es decir, quería ir más allá de todos los problemas de comunicación pastoral y eclesial de los que he sido testigo, invitándome a mí mismo y a los demás a mirar casi con cariño ciertos límites de nuestra vida de fe. La ocasión de la pandemia y los desafíos que ha generado me parecieron una ocasión propicia. Así que intenté contar la historia de una diócesis imaginaria que se enfrenta a la necesidad de transformar este tiempo de crisis en un tiempo de renovación. Creé personajes que encarnaban nuestras contradicciones, nuestras debilidades, y traté, a través de la paradoja, la ironía y un estilo surrealista, de hacer graciosas y divertidas ciertas limitaciones eclesiales con las que nos vemos obligados a lidiar a diario.
Chesterton explicó que los ángeles pueden volar “porque se lo toman a la ligera”. ¿Hay esperanza para nosotros también?
—Parafraseando a Cicerón, diría que mientras tengamos fe siempre tendremos también esperanza. Esforzarse cada día en creer en la misericordia de Dios, sentirse amado por Él en nuestras fragilidades, es una excelente manera de no desanimarse y de aprender a volar. Aunque tal vez sea mejor llevar un casco…
El Papa Francisco muestra su cercanía a Ucrania enviando a la frontera a dos cardenales
La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha confirmado el envío del cardenal Krajewski y del cardenal Czerny a distintos puntos de la frontera con Ucrania, para llevar ayuda a los necesitados y mostrar la cercanía del Papa con el pueblo ucraniano.
Lo anunció el Papa en el Angelus del domingo 6 de marzo en la Plaza de San Pedro: ha enviado a dos cardenales como expresión de la solidaridad de la Iglesia con el sufriente pueblo ucraniano: el cardenal Konrad Krajewski, Limosnero Apostólico, y el cardenal Michael Czerny, Prefecto ad interim del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. La Santa Sede se ha puesto, de un modo patente, al servicio de la instauración de la paz en Ucrania.
El cardenal Krajewski llega a la frontera entre Polonia y Ucrania el lunes 7 de marzo, según ha afirmado la Oficina de Prensa de la Santa Sede, y el Cardenal Czerny llegará a Hungría el martes 8 de marzo para visitar algunos centros de acogida para los refugiados procedentes de Ucrania. Ambos se dirigen a Ucrania y dependiendo de la situación llegarán al país en los próximos días.
Presencia del pueblo cristiano
Los cardenales serán “la presencia no solo del Papa, sino de todo el pueblo cristiano que quiere acercarse y decir: «¡La guerra es una locura! ¡Deténganse, por favor! ¡Miren qué crueldad!’. En Ucrania corren ríos de sangre y de lágrimas. No se trata solo de una operación militar, sino de guerra, que siembra muerte, destrucción y miseria”. Además, llevarán ayuda a los necesitados.
En el mismo Angelus, el Papa Francisco afirmó que “el número de víctimas aumenta, al igual que las personas que huyen, especialmente las madres y los niños. En ese país atormentado crece dramáticamente a cada hora la necesidad de ayuda humanitaria. Hago un llamamiento apremiante para que se aseguren realmente los corredores humanitarios y se garantice y facilite el acceso de la ayuda a las zonas asediadas, con el fin de proporcionar un alivio vital a nuestros hermanos y hermanas oprimidos por las bombas y el miedo. Agradezco a todos los que acogen a los prófugos. Por encima de todo, imploro que cesen los ataques armados, para que prevalezcan las negociaciones —y prevalezca el sentido común— y para que se vuelva a respetar el derecho internacional”.
Situaciones similares
El Papa Francisco también quiso dirigir la atención sobre las numerosas situaciones similares en todo el mundo. Como ya había recordado el pontífice el domingo anterior: “Con el corazón desgarrado por todo lo que sucede en Ucrania —y no olvidemos la guerra en otros lugares del mundo, como Yemen, Siria, Etiopía…—, repito: ¡que callen las armas! Dios está con los operadores de paz, no con quien emplea la violencia”.
La Santa Sede afirma que el Cardenal Czerny seguirá señalando la triste similitud entre los sufrimientos de los ucranianos y los conflictos de larga duración que ya no atraen la atención del mundo. Además, planteará su preocupación para que se permita a los residentes africanos y asiáticos en Ucrania, que también sufren miedo y desplazamiento, buscar refugio sin discriminación. También hay informes preocupantes sobre el aumento de las actividades de tráfico de personas y la introducción ilegal de inmigrantes en las fronteras y en los países vecinos. Dado que la mayoría de las personas que huyen son creyentes, afirmará que debe ofrecerse asistencia religiosa a todos, con sensibilidad a las diferencias ecuménicas e interconfesionales. Por último, en los loables esfuerzos por ofrecer respuestas humanitarias y organizar corredores humanitarios, hay una gran necesidad de coordinación, de buena organización y de estrategia compartida, para abarcar el sufrimiento de la gente y proporcionar una ayuda eficaz.
La Santa Sede trabaja por la paz en Ucrania
El Papa Francisco ha vuelto a mostrar su dolor y preocupación por la guerra en Ucrania.
En el Angelus de este domingo, el Papa Francisco afirmó que «la Santa Sede está dispuesta hacer todo lo necesario, a ponerse al servicio de esta paz«.
El limosnero pontificio, el polaco Konrad Krajewski y el cardenal Michael Czerny, prefecto provisional del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, se encuentran en Ucrania para coordinar la ayuda de la Iglesia y mediar, dentro de sus posibilidades, para lograr la paz en la zona.
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Primera Misa en la catedral de Ginebra después de cinco siglos
En el corazón de una Europa agitada por la guerra en Ucrania, se encendió una llama por la paz entre los cristianos. La catedral de Ginebra, que con la reforma calvinista había excluido el culto católico hace casi cinco siglos, acogió por primera vez de nuevo la Santa Misa.
El pasado sábado 5 de marzo a las 6 de la tarde, en el corazón de una Europa agitada por la guerra en Ucrania, se encendió una llama por la paz entre los cristianos. No es un evento menor, ni un episodio efímero: la catedral de Ginebra, que con la reforma calvinista había excluido de sus muros el culto católico hace casi cinco siglos, acogió por primera vez de nuevo la Santa Misa. Queda lejos la retórica exaltada de la que se hacía eco una de las inscripciones aún hoy grabadas en los muros del templo: «En el año 1535 abatida la tiranía del anticristo romano y abolida la superstición, la Santa religión de Cristo ha sido restablecida en su pureza…». En efecto, la última Misa celebrada en la catedral, el verano de aquel año, había acabado con disturbios, expulsión de los clérigos, y destrucción y pillaje de las estatuas y objetos de culto, símbolos de la «idolatría». Un escenario en las antípodas de la cordialidad con la que calvinistas y católicos se encontrarían, bajo esas mismas bóvedas, a la vuelta de los siglos. No cualquier tiempo pasado fue mejor.

¿Cómo se ha llegado hasta aquí? Aunque han tenido que pasar muchas generaciones para apaciguar ánimos y acercar posiciones, el origen del relato que lleva hasta esta celebración se remonta a unos pocos años atrás: una conversación de terraza entre Pascal Desthieux, párroco entonces de una iglesia de Ginebra y Emmanuel Rolland, pastor reformado. Desthieux evocaba a su amigo la Misa que desde 2004 se celebra anualmente en Lausanne, segunda ciudad de la Suiza francófona, cuya catedral también se encuentra en manos de una iglesia reformada. Como quien tiene una ocurrencia (une boutade), Desthieux apostilló: «Desde luego, si en Ginebra llega a darse algo así, no es para pasado mañana…». Es cierto: la carga simbólica de acoger una Misa en la catedral sería mucho más fuerte en esta ciudad, centro mundial del calvinismo, la denominación protestante con mayor irradiación internacional. La conversación siguió entonces por otros derroteros, pero el challenge ya estaba servido. Ciertamente, la cosa no era para dos días más tarde, pero sí lo fue para pasados unos años, cuando Rolland contactó a Desthieux con la noticia de que, a su modo de ver, los tiempos ya estaban maduros.
Tras una serie de consultas y deliberaciones, el consistorio de la Iglesia protestante aprobaría la celebración de esta primera Eucaristía para el 29 de febrero de 2020. Ya Omnes había informado de este evento entonces inminente, que se vio cancelado poco más de 24 horas antes, a causa de la irrupción de la pandemia del Covid y de las restricciones impuestas en ese momento para las reuniones multitudinarias. La celebración se pospuso dos veces más, y solo ha podido tener lugar a la vuelta de dos años casi exactos, al levantarse las restricciones debidas a la pandemia.
En la elección de esta nueva fecha se ha mantenido la elección del momento preciso del año litúrgico: la víspera del primer domingo de cuaresma. Todavía bajo la estela del miércoles de ceniza, la celebración del sábado retomó el rito de inicio de la cuaresma, signo del que se invitó a participar también a los fieles reformados presentes. Se quiso significar así que no solo se trataba de un acontecimiento festivo, sino también de un proceso penitencial. Católicos y protestantes querían pedir perdón por sus respectivos excesos y faltas contra la unidad en el pasado. En esta misma línea, los concelebrantes recitaron la primera plegaria eucarística de la Reconciliación, con extractos en portugués, italiano y español, quizá las lenguas más representadas entre los fieles, además del francés.
Ya en las primeras palabras que Daniel Pilly, presidente del consejo parroquial de la Catedral, dirigió a la asamblea, saltaba a los ojos el contraste entre el tumulto de aquella última Misa de cinco siglos atrás y la cordialidad de esta primera. Al lanzar esta invitación a los católicos, inició Pilly, el consejo era consciente de «estar creando un acontecimiento de una carga simbólica muy fuerte», que pone en evidencia la realidad de una «fructífera cooperación ecuménica durante largos años» y el desarrollo de una «confianza recíproca» entre católicos y protestantes. «La celebración de una Misa a la vuelta de 486 años —continuó Pilly— es un gesto significativo. Hoy estamos felices de poder dar este paso».

Como no debía ser de otro modo, presidió la Eucaristía, acompañado de cerca de una veintena de sacerdotes concelebrantes y varios diáconos, el mismo abbé Pascal Desthieux. Aunque tuvo la modestia y el sentido histórico de no ponerse en el centro con sus palabras, es obvio que verla hecha realidad significa también finir en beauté su ministerio como vicario episcopal de la diócesis para el cantón de Ginebra. «Vuestra invitación, que aceptamos humildemente y con mucho agradecimiento», replicó Desthieux al consejo parroquial de la Catedral, «tiene un gran significado para nosotros, y ha suscitado un gran entusiasmo, como lo muestra el número impresionante de fieles aquí reunidos».
Desthieux pidió también oraciones por el conflicto en Ucrania. Señaló con emoción que entre los fieles que abarrotaban la iglesia se encontraba una mujer ucraniana recién llegada a Ginebra, en huida del conflicto; y, entre los concelebrantes, un sacerdote también ucraniano, Sviatoslav Horetskyi, desde hace unos meses responsable de los fieles de rito greco-católico en Ginebra y en Lausanne.
Cabe esperar que esta Eucaristía en la catedral no se limite a un evento aislado. Al menos así parecen querer darlo a entender las palabras con las que Pilly finalizó su discurso de bienvenida: «Queremos manifestar también que esta catedral es un lugar de reunión de todos los cristianos de Ginebra. Lo que nos une es el evangelio, y el evangelio es más fuerte que todas las tradiciones que nos separan. Y eso no nos impide de ningún modo que cada cual guarde su identidad». Una celebración así, apostilló, se da necesariamente «en comunión con todos los cristianos que han rezado aquí durante los 1500 años de la historia cristiana de Ginebra. Sin su fe hoy no estaríamos aquí».
Ginebra, Suiza
Romain de Chateauvieux: «La misericordia cambia el mundo»
Romain de Chateauvieux es arquitecto, padre de familia y director de Misericordia internacional, una institución que desarrolla proyectos sociales y pastorales en la periferias de grandes ciudades Francia, Argentina, Chile o Estados Unidos.
Santiago de Chile es una ciudad que puede ser engañosa. Nada más llegar, el aeropuerto ofrece la acogida y la calidad de los aeropuertos más modernos del mundo. Los protocolos sanitarios durante la pandemia del covid han sido reconocidos y elogiados como los más avanzados. La política de vacunación ha sido una de las más exitosas a nivel global. Las rápidas autopistas urbanas permiten trasladarse en algunos minutos por los distintos barrios, entre ellos el centro financiero con sus impresionantes rascacielos. Esas mismas autopistas hacen posible pasar, en pocos minutos, de uno de los barrios más elegantes de la capital chilena a uno de los sectores más abandonados. De una realidad a otra muy diferente en breves instantes. Son mundos distantes que cohabitan en una misma ciudad. Así llegamos a la Población La Pincoya, en el norte de Santiago, una de las zonas más pobres de la capital de Chile.

La Pincoya nació en los años 1930 a partir de ocupaciones por parte de obreros y pareciera que el tiempo se detuvo pocos años después: casas de madera construidas en las faldas de los cerros, espacios verdes precarios y casi inexistentes, delincuencia y narcotráfico son el pan de cada día de los pobladores. Un caluroso día de enero, es verano en el hemisferio sur, en el centro Misericordia de La Pincoya, el arquitecto-misionero francés Romain de Chateauvieux nos recibe y nos cuenta su historia para Omnes. Más que una entrevista, es una conversación, entre un chileno radicado en Francia y un francés radicado en Chile… las vueltas de la vida. Pasamos del castellano al francés y del francés al castellano sin darnos mucho cuenta, tal vez sí cuando descubrimos el acento que cada uno tiene en el idioma materno del otro. Romain es de esas personas con las que uno habla como si uno se conociera de toda la vida.
Romain de Chateauvieux llega tarde a la cita. Es algo que les suele pasar a la gente que dedica su vida a resolver los problemas de otros. No son dueños de su tiempo, sus horarios son flexibles porque no dependen de ellos. Romain tiene cerca de 40 años, viene de una familia aristocrática francesa, está casado con Rena, brasileña, con la que tiene 5 hijos. En Francia su nombre está asociado al de toda una generación de jóvenes emprendedores sociales como Yann Bucaille, fundador de los Cafés Joyeux (en donde los empleados son personas con discapacidad), y al de Etienne Villemain que impulsó la Association pour l’Amitié y Lazare (pisos donde cohabitan estudiantes o jóvenes profesionales con personas en situación de calle). El tiempo de espera me da la ocasión para visitar el centro Misericordia – sus capillas, salas de clases, comedores, conservatorio – y conversar con algunas de las personas que ahí trabajan, con el fin de comprender sus motivaciones. No es necesario ser un genio o venir desde muy lejos para percatarse que más que algunos edificios, lo que ha construido el arquitecto-misionero francés es un oasis. Un oasis en La Pincoya.
¿Cómo llega un francés a instalarse en la Pincoya?
–Dios ha actuado de manera sorprendente en mi vida. Siendo estudiante de arquitectura en París, estuve viajando por América del Sur. En esa época, aunque era de familia católica, había abandonado la vida de fe. En Brasil, acompañando a un amigo sacerdote en una zona muy pobre, tuve una experiencia de conversión profunda y personal, sentí a Jesús muy de cerca y comprendí que Él me quería sirviendo a los pobres: sería en el servicio a los pobres que encontraría la felicidad que buscaba. Pensé en ser sacerdote, pero en esa época conocí a Rena. Ella es brasileña, de un extracto social muy humilde. Nos hicimos muy amigos y descubrimos nuestra vocación al matrimonio y a la misión. Así fue como juntos recorrimos en bus todo el continente, y nos instalamos en Chile en servicio a la Iglesia y a los más pobres hace ya 10 años. Nuestra historia está contada con detalle en nuestro libro “Misión Tepeyac”.
¿Cómo es ser padre de cinco hijos, misionero, arquitecto, y emprendedor?
–Trato de unir todo en mi vida de oración y de relación con Dios. Nuestros hijos comparten nuestra misión y son grandes protagonistas en el centro Misericordia. En paralelo, llevan una vida normal de chicos de su edad, van a la escuela, tienen sus amigos, etc. Mi principal ocupación es dirigir Misericordia a nivel internacional desde Chile, tenemos actividades en numerosos países y tenemos proyectos para seguir creciendo. Esta actividad me permite de vez en cuando ejercer mi pasión por la arquitectura, por ejemplo en el diseño de estos edificios, salas de clases, o las capillas que construimos con madera traída desde mi tierra natal francesa. Y por último, soy misionero todo el día porque en eso consiste ser cristiano. Concretamente, en la Pincoya estamos constantemente visitando a las familias, hablándoles de Dios y de los Sacramentos. Todos los años tenemos muchos bautizos, matrimonios, etc.
¿Qué es Misericordia?
Misericordia Internacional es una institución que desarrolla proyectos sociales y pastorales en el área de la salud y de la educación en las periferias de grandes ciudades en Francia, Estados Unidos, Chile y Argentina. Queremos abrir pronto un centro en España y en Inglaterra. De manera más profunda, el proyecto Misericordia nace de nuestro convencimiento de que la misericordia cambia el mundo. Haciendo nuestras las dos grandes prioridades apostólicas de la Iglesia, que son el servicio a los pobres y el anuncio del Evangelio, queremos ser una respuesta generosa y audaz a las exhortaciones del Papa Francisco a poner en marcha una verdadera revolución: ¡la de la ternura!
Algo muy bonito en Misericordia es que trabajamos con muchas instituciones católicas y personas de muchas sensibilidades dentro de la Iglesia. Esto se manifiesta también en todos los santos que tratamos de poner como ejemplo en las salas de clases, imágenes, libros: Madre Teresa, el Padre de Foucauld, Sor Faustina, el santo chileno Alberto Hurtado, etc. Con el tiempo me he dado cuenta de que todos los santos, aunque hayan sido muy distintos entre ellos, tenían esta preocupación constante por los más pobres. Estos días, a modo de ejemplo, he estado leyendo una biografía de San Josemaría que comenzó sus apostolados en los barrios pobres de Madrid.
En uno de los muros está escrita la famosa frase del Papa Francisco: “La Misericordia cambia el mundo”. ¿Misericordia ha cambiado La Pincoya?
–Con la gracia de Dios, pienso que sí. En este barrio, somos un lugar de acogida y de formación para niños y sus familias, para ancianos, madres embarazadas y personas de la calle. A los niños les damos formación, clases de música, baile, literatura, etc. Me parece que algo importante que logramos es alejarlos de las malas influencias cuando ya no están en clases, porque pueden venir aquí a jugar, a aprender, a crecer, en vez de estar en la calle. A los enfermos y ancianos los cuidamos y los limpiamos. Como decía Madre Teresa, esto es una gota en el océano. ¡Nos falta tanto por hacer si realmente creemos que Jesús vive en el pobre!
¿Qué diferencias ves entre tu acción en Francia y en Chile?
–Hay, primero que todo, una clara diferencia en lo que se refiere a la mención de la religión. En Francia, se vive un laicismo muy estricto, institucional y legal, lo que a veces provoca que los católicos tengamos que escondernos un poco. En Chile, esto es muy distinto. Aunque la Iglesia y el Estado estén separados hace casi un siglo, la relación con la religión no es conflictiva. Aquí, por ejemplo, nuestra identidad católica es clarísima: las capillas, nuestro mensaje, la formación que damos, y eso a nadie le provoca ningún problema como podría ser el caso en Francia.
Es preciso decir algo también sobre la pobreza. Diría que ésta existe en los dos países, pero que en Chile es más visible. No hay que pensar que en Francia, por ser una nación más desarrollada, la pobreza no existe. Al contrario, está muy presente pero está más escondida, es menos evidente y eso es parte del desafío pues hay que descubrirla.
Por último, en cuanto a nuestra misión de evangelización, los contextos son muy distintos. Chile sigue siendo un país muy marcado por la cultura y religión cristiana. Por otro lado, nuestro trabajo en Francia se desarrolla en un ambiente donde el islam, el anticlericalismo y el comunismo están muy presentes. Se podría decir que en Francia realizamos una “primera evangelización” por lo que nuestro celo misionero nos lleva, por ejemplo, a presentar a Jesús, Camino, Verdad y Vida, a musulmanes u otras personas que nunca han escuchado sobre El.
Desde hace años, Chile vive una transformación política y social muy fuerte. ¿Como ves la situación actual del país?
–Como en el resto del mundo occidental, la sociedad chilena se ha ido secularizando poco a poco y eso es un gran desafío para los católicos de este país. La crisis en la Iglesia chilena ha sido también muy fuerte y esto ha provocado que una institución muy respetada haya ido perdiendo su prestigio e importancia como actor social. De manera paralela, desde hace ya varios años, han ido llegando a Chile muchos inmigrantes, principalmente venezolanos. Como se sabe, estos fenómenos migratorios no son fáciles de canalizar pero pienso que desde el punto de vista espiritual muchas de estas personas que llegan, que son muy pobres, tienen la gran riqueza de la fe y del sentido de familia: ellos pueden aportar mucho a Chile. En fin, el mundo también ha sido testigo de la crisis política, el proceso constitucional y de las últimas elecciones presidenciales. Sinceramente pienso que todos tenemos que ser más solidarios, pensar en cómo hacer que este modelo de sociedad sea más fraterno y humano. En particular, los católicos tenemos que aportar nuestro granito de arena en este proceso de reconciliación.
¿Ves tu futuro en Chile? ¿Qué otros proyectos tienes?
–Estamos muy bien en Chile pero nuestra vocación de misioneros nos empuja constantemente a buscar nuevos desafíos, estar siempre en salida, a no quedarnos en la comodidad. A mí lo que me gusta son los inicios de un proyecto porque creo que tengo espíritu de pionero, de emprendedor. En La Pincoya, es probable que haya llegado al punto de cierta comodidad: ya tengo mi rutina, conozco a todo el mundo, hablo el idioma, etc. Estoy dispuesto a lo que Dios quiera y puede ser que en algún momento El me pida dejar esta hermosa tierra que es Chile.
Omnes publica los relatos breves del concurso por la vida de 2021
En plenos preparativos de la Marcha por la Vida 2022, que tendrá lugar el domingo 27 de marzo, con el prólogo ese mismo día de la Carrera en formato Milla Urbana madrileña, Omnes publica el libro ‘Relatos de vida’, que recoge los textos ganadores y participantes en el concurso de relatos de 2021, y que pueden encontrar en esta web.
Es un libro electrónico de 50 páginas, que incluye 21 relatos participantes y ganadores en torno al concurso de la I Carrera Deportistas por la Vida, celebrada en junio de 2021 en el parque Valdebebas de Madrid. Se titula ‘Relatos de vida’, y ha sido editado por Omnes.
La carrera fue organizada por la Asociación Deportistas por la Vida y la Familia, que preside José Javier Fernández Jáuregui, y Omnes fue medio colaborador, como este año, en el que la Asociación está preparando la II Carrera Deportistas por la Vida, en formato Milla Urbana (1.609 metros), que tendrá lugar a las 10,00 horas, esta vez en el centro de Madrid, en la madrileña calle Serrano esquina Goya.
Será el prólogo a la Marcha por la Vida que organiza la Plataforma Sí a la Vida a las 12,00 horas, sobre la que ha informado Omnes, también con una entrevista a su coordinadora, Alicia Latorre.
La Plataforma está integrada por más de 500 asociaciones que trabajan por la defensa de la vida desde su inicio a su fin natural, y convoca de nuevo a la sociedad civil el 27 de marzo en Madrid, con salida en Serrano y llegada a la plaza de Cibeles, donde se realizará un acto con testimonios, música y manifiesto final. El Día Internacional de la Vida se volverá a celebrar tras dos años sin salir a la calle por la situación sanitaria.
Relatos participantes y ganadores
Los ganadores del Concurso de relatos breves del año pasado sobre El don de la vida y el deporte fueron tres chicas jóvenes, informó Omnes. En la categoría de menores de 19 años, el primer premio ex aequo fue para María José Gámez Collantes de Terán, estudiante de Primero de Bachillerato del colegio Adharaz Altasierra (Espartinas, Sevilla), del grupo Attendis, con un relato titulado ¡Corre!; y María Moreno Guillén, de Badajoz, estudiante también de Primero de Bachillerato del colegio Puerta Palma-El Tomillar de Badajoz, del mismo grupo educativo, con el relato titulado La felicidad de mi vida.
En ambos casos, las ganadoras se enteraron del Concurso de Relatos breves a través de sus profesoras. Loreto Macho Fernández, graduada en Ciencias de las Actividad Física y el Deporte, y profesora de Educación Física de Adharaz, y Margarita Arizón, profesora en este caso de Literatura Universal.
En la categoría de Deportistas, la ganadora fue Lorena Villalba Heredia, natural de Gijón, con el relato titulado Nyala, tras la superación, el triunfo. Lorena es graduada en Magisterio Primaria Educación Física por la Universidad de Oviedo, y posteriormente cursó un master en Investigación e Innovación en Infantil y Primaria, por la misma universidad. Actualmente desempeña labores docente e investigadora en la Universidad de Zaragoza.
El concurso de relatos, este mes
Las personas interesadas en participar en el II Concurso de Relatos breves sobre el don de la Vida y el Deporte, el de este mes de marzo, pueden ver las Bases aquí. Como el año pasado, existen tres categorías: menores de 19 años, deportistas federados y profesionales de la educación física y el deporte, y categoría abierta, y los textos han de dirigirse a la dirección de correo: [email protected], indicando el nombre y la dirección postal del remitente.
La admisión de los relatos tendrá lugar desde el día 10 de marzo hasta el 20 de marzo de 2022. El fallo del jurado se dará a conocer el día 25 de marzo y la relación de los ganadores se publicará en la citada página web de la Asociación.
Deportistas por la vida y la familia “quiere rendir homenaje a los cuidadores de la vida más frágil recogiendo los relatos breves inspirados en el mundo del deporte y la vulnerabilidad de la vida humana”.
La Milla Urbana del 27 de marzo
La Carrera por la Vida de este año “podremos hacerla juntamente con todos los participantes de la Marcha por la Vida, que saldrá cuando terminemos nosotros las carreras, desde el mismo lugar”, en Serrano esquina Goya, informa José Javier Fernández Jáuregui, presidente de la Asociación Deportistas por la Vida y la Familia.
“Nuestra carrera tendrá la distancia de una Milla Urbana (1.609 m), y las series comenzarán a las 10 de la mañana, para que a las 12 pueda dar comienzo la Marcha”, explica. “Hemos puesto el límite de 500 corredores. Pienso que la distancia es asequible a muchas personas. Para llegar a los 500 corredores cada uno de los que participaron el año pasado debería estar acompañado de otros cuatro nuevos. Os animo a invitarlos con vuestro ejemplo y experiencia de los testimonios del año pasado”.
El enlace para inscripciones de la carrera presencial es éste, y tienen aquí el link para inscribirse en la carrera virtual. Fernández Jáuregui ha recordado recientemente el testimonio de Michelle el año pasado. Para más información, pueden escribir a [email protected], o en el tfno. 629406454.
Una prueba para Polonia
Cerca de un millón de ucranianos han buscado refugio en la vecina Polonia. Allí, un país entero se ha movilizado en la acogida. Las autoridades estatales han hecho un llamamiento a utilizar acciones coordinadas. Los voluntarios, como Marta, señalan que esta situación "ha cambiado sus prioridades".
Tekst oryginału w języku polskim tutaj/ texto original en polaco
Voluntarios que esperan las 24 horas del día en la estación de tren la llegada de los refugiados, personas que acogen a los recién llegados en sus propios hogares, generosas ayudas económicas y oraciones constantes: nos solidarizamos de todo corazón con nuestros vecinos brutalmente agredidos.
El número de refugiados de Ucrania que han llegado a Polonia, hasta el momento, se acerca al millón. Hay varios puntos de recepción en la capital polaca, Varsovia. Los trenes llenos de ucranianos que huyen de la guerra llegan a las estaciones de tren, con enormes retrasos.
Con una sola maleta
Los ucranianos abandonan el país con dolor, dejando atrás a sus parientes, padres o hermanos. Valentina llegó con su hijo Mark, de 3 años, mientras que su marido se quedó para luchar en la defensa de Kiev. Estuvo esperando durante un día completo en la estación de tren, sin luz, para salir de la capital ucraniana.
Svetlana con sus hijas Sofía, Nastia y su abuela Yefrosienia sobrevivieron a un viaje lleno de miedo. Así lo explicaban a Irena Świerdzewska, del semanario ‘Idziemy‘,: “Vivimos en las afueras de Kiev. Prácticamente no salimos del refugio. Cuando tomamos el tren, un avión pasó por encima de nosotros, nos asustamos mucho. Fue terrible. Ahora nos sentimos mejor, más tranquilos. Estamos contentos de haber conseguido salir. ¡Gracias a Dios!».
Los voluntarios esperan día y noche a los recién llegados a Polonia. Les dan café, té, sopa y juguetes para los niños. “Nos lo agradecen mucho” afirma la voluntaria Marta Dybińska, bloguera que habla ucraniano. “Huyen con una sola maleta en la que tienen todas sus pertenencias”, describe, “son muy modestos y dicen que no necesitan nada. Un refugiado admitió, finalmente, que le dolían mucho los pies porque sus zapatos estaban rotos. Una chica lo escuchó e, inmediatamente, fue a comprar zapatos nuevos al centro comercial», recuerda.
Marta admite que no hay palabras para consolarlos. Están preocupados por los que han quedado atrás, en Ucrania: “Una mujer que vino con sus dos hijas me mostró en su teléfono móvil un vídeo enviado desde allí y me decía “Aquí estaba nuestro piso. Ahora está bombardeado”.
Muchos ucranianos que han vivido antes en Polonia participan en la ayuda a los refugiados, lo que facilita la comunicación. “Estar en este lugar cambia nuestras prioridades” admite Marta, “te das cuenta que no hay que tener tantos vestidos y bolsos, sino que hay que ser humano”.

Sin campos de refugiados
Las autoridades estatales y locales, las instituciones eclesiásticas encabezadas por Cáritas, muchas parroquias, asociaciones y particulares se han implicado mucho en la prestación de ayuda. En Polonia no existen los campos de refugiados, como en las imágenes que conocemos por los medios de comunicación durante los conflictos armados. Los ucranianos se alojan en varios centros y también en casas particulares. Algunos son acogidos por familiares que viven en Polonia, mientras que otros son conducidos más al oeste.
Marina y Wołodia, con sus cuatro hijos de entre 2 y 16 años, acabaron en el centro de Cáritas de Urle, cerca de Varsovia. Salieron apresuradamente de su casa y consiguieron viajar en las escaleras de un autobús abarrotado.
Antes de la agresión rusa, varios cientos de miles de emigrantes de Ucrania ya habían llegado a Polonia para trabajar. Ahora, a algunos de ellos se les han unido familiares. Una de ellas es Alona, costurera de profesión, que trabaja en Varsovia como conductora de taxis. Tras el estallido de la guerra, se le unieron su madre y sus dos hijas pequeñas. Su padre se quedó en el país para luchar.
Un plan a largo plazo
Muchos particulares se están sumando a la ayuda. Frecuentemente, en grupos de WhatsApp y chats aparece este tipo de mensajes: se necesitan mantas y colchones, dos refugiados que buscan alojamiento, se necesita ropa, etc. Hay muchas ganas de apoyar. En este sentido, las autoridades estatales han hecho un llamamiento a no llevar regalos a la frontera polaco-ucraniana de manera personal, sino a utilizar acciones coordinadas.
El pasado domingo, la colecta de las parroquias polacas se destinó a los refugiados. En ellas se recogen donaciones en especie y se reza fervientemente por la paz para Ucrania.
Por ahora, en Polonia estamos respondiendo a las necesidades inmediatas, pero pronto, estas personas necesitarán ayuda a largo plazo. Los refugiados pueden beneficiarse del servicio de salud del Estado, ya se han anunciado prestaciones familiares, por ejemplo, y los niños están siendo colocados en escuelas y guarderías. Polonia se ha enfrentado a un gran desafío, exponiéndose también al agresor. Por ahora estamos pasando la prueba.
Gregorio Luri: “Hay una pulsión catastrofista, un ambiente de pre-apocalipsis”
“Hay una cierta pulsión catastrofista, un ambiente de pre-apocalipsis, de qué va a ser del mundo, de miedo al futuro. Y el cristiano tiene algo importante que decir”, asegura el filósofo Gregorio Luri en una entrevista con Omnes realizada días antes de la invasión rusa en Ucrania. El maestro habla de mostrar la fe, de ideologías, de la familia y la cerveza, de educación. De la LOMLOE “reconduciría todo”.
Gregorio Luri (Navarra, 1955), es uno de los filósofos y pedagogos más cotizados de la actualidad. No necesita presentación. Y previo aviso, le pescamos en el AVE, viniendo de Barcelona a Madrid, al menos una semana antes de la guerra en Ucrania. Contesta desde la plataforma de un vagón, lo cual es muy de agradecer. Su cuenta de twitter @gregorioluri es muy visitada, y pueden completar ahí, y naturalmente en sus numerosas publicaciones, su pensamiento, que siempre tiene fuerza e ideas renovadas, algunas ciertamente sorprendentes.
Hace unas semanas, Gregorio Luri ha intervenido en un coloquio de presentación del Máster en Cristianismo y Cultura Contemporánea, que está lanzando la Universidad de Navarra, y que se pondrá en marcha el próximo curso 2022-2023. Tuvo lugar en el Campus de Madrid, junto a Lupe de la Vallina, fotógrafa; y Ricardo Piñero, catedrático de Estética y profesor del Máster. Asistieron más de 400 personas, de forma presencial y on line, y por ahí comenzamos este rato de conversación.
Hablemos del Máster que usted y sus colegas presentaron en Madrid. ¿Qué resaltaría?
― Pocas cosas hay hoy más urgentes que poner en valor lo humano. Y poner en valor lo humano desde un punto de vista humanista, lo cual, para mí quiere decir la afirmación de la naturaleza humana. El hombre no solamente es historia, sino que también es naturaleza. O si quieres, dicho de otra manera, que hay componentes ahistóricos en la historicidad humana.
La sensación que al menos tengo yo, es que hoy parece que el hombre se ha cansado de sí mismo, como si al comprobar que las promesas que nos hicimos durante la Ilustración no se han cumplido, lo que optásemos es por una modificación tecnológica. Poner en valor la naturaleza humana me parece que es básicamente una cuestión de higiene en nuestros tiempos. Por eso, participé de manera entusiasta en la presentación de este Máster. Creo que pocas cosas son más imprescindibles que volver a reivindicar la nobleza de lo humano.
Usted citó al comienzo de su intervención unas palabras de san Juan Pablo II a los jóvenes en Chile. Y habló del miedo, y del amor de Dios, algo que me sorprendió, así, de entrada.
― Vamos a ver. Cada uno ve el presente desde sus inquietudes. Yo, desde un punto de vista pedagógico, lo que veo es que hoy, incluso a los niños de las escuelas se les está educando en el miedo al futuro. Toda la ideología progresista elaborada a lo largo del siglo XIX, parece que ha derivado hacia un pesimismo. ¿Qué va a ser del mundo? ¿Qué va a ser de nosotros? Hay, por decirlo así, una cierta pulsión catastrofista en el presente. Dicho de otra manera, existe un ambiente de pre-apocalipsis. Qué va a pasar con el mundo, qué va a pasar con todo…
Pues bien, ante esta situación, ante el miedo al futuro, pienso que el cristiano tiene algo importante que decir, no tanto a los demás, sino a sí mismo. Que es aquello de la Epístola de San Juan: Hemos conocido el amor de Dios. El amor de Dios nos precede. Antes. No es una promesa de futuro. Es algo que hemos constatado ya. Dios nos ama. Y por lo tanto, si eso es una constatación, si el amor de Dios lo hemos conocido, ¿a qué hemos de tener miedo?
También habló usted hacia el final, y otros lo recogieron en la mesa, sobre la belleza. ¿Cómo podemos mostrar mejor la fe? Y coincidieron ustedes, a través de la belleza y el amor.
― Si uno lee de una manera ingenua, que pienso es que como hay que leerlos, los Evangelios, y te encuentras con el Nacimiento de Jesús, ¿hay un relato más bello que ése? El hecho de que vayas a hincar tus rodillas no ante una ideología sino ante un recién nacido, me parece de una belleza profunda. Por otra parte, la tradición cristiana es compleja, y hay momentos de los que es difícil enorgullecerse. Pero si tenemos en cuenta aquello que ha sido permanente en la tradición cristiana, esa aproximación a la belleza me parece esencial.
Si me permites que te cuente una anécdota, ahí va. Resumen un poco lo que deseo decir. Tengo una especial debilidad por los profesores de religión. Cuando me llaman, siempre intento ir. Primero porque lo están pasando muy mal. Y segundo, porque necesitan saber que hay personas dispuestas a ayudarles. Y una vez, en un lugar, voy a omitir el nombre, donde iba a estar con profesores de religión de una comunidad, planteé: Mirad, el poder que tenemos es extraordinario. Yo ahora mismo voy a convocar a Dios y se va a aparecer aquí mismo. Puedes imaginarte la sorpresa que eso provocó. Porque yo voy a decir: Señor manifiéstate, y se va a manifestar. Se creó una gran expectación.
Yo ya tenía preparada con otra persona lo siguiente. Cuando dije, Señor, manifiéstate, comenzó a sonar el Locus Iste, de Bruckner. Esa belleza de Bruckner cuando está diciendo, ¿qué lugar es éste? Es el lugar en el que Dios se manifiesta. Esa belleza, cuando la escucharon, es imposible no conmoverse por eso. Y en aquellos momentos, Benedicto XVI acababa de decir algo en lo que creo totalmente. Es que si en la belleza hay algo divino, es porque es manifestación de Dios. Pienso que es imposible no conmoverse ante la belleza. Y en esa conmoción hay un regusto de algo que va más allá del objeto. Y ese regusto de lo que va más allí del objeto está la transcendencia.
Voy a dar un bajonazo, don Gregorio, con dos temas.
― A ver.
Primero. Estamos asistiendo desde hace años a ideologías como la de género, o a esta cultura de la cancelación, ‘woke’, de la que habló Rémi Brague en Madrid. ¿Cómo afrontar estos fenómenos de antagonismos sociales, de enfrentamiento…?
― Esta cuestión es para mí esencial.Las ideologías modernas lo que pretenden es una reducción radical de la complejidad del mundo de la vida, del mundo en que vivimos, donde manifestamos las diversas dimensiones de lo humano.
Las ideologías reducen el mundo de la vida a lo que desde sus principios deberían ser las cosas. Y lo que no encaja en esos esquemas, en sus esquemas, se considera perverso. De tal manera que cuando una persona normal y corriente te dice: yo creo que…, le dicen: no, no, tú no crees eso, tú crees otra cosa, lo que pasa es que eres una persona alienada, y entonces debes pensar como yo te digo.
Creo que hoy las cosas elementales del mundo de la vida están en peligro. Y eso significa que está en peligro la sensatez del hombre corriente. Por eso me parece cada vez más revolucionaria aquella reivindicación de Chesterton sobre la risa, el matrimonio y la cerveza.
Defender hoy la risa, el matrimonio y la cerveza creo que es el principal argumento contra esos reduccionismos ideológicos. Hay que defender la risa, el matrimonio y la cerveza, y hay que defender el sentido común de la persona normal y corriente.
Yo también digo, y lo repito e insisto, que una familia normalita es un chollo psicológico. Tal cual. Estoy absolutamente convencido. Mientras te encuentras a tantas personas dispuestas a criticar a la familia porque no es perfecta, creo que hay que reivindicar que esa familia normalita, con sus imperfecciones, por supuesto, es un chollo psicológico.
Sin embargo, a veces los cristianos no lo ponemos fácil. Los abusos a menores, el daño a la reputación de los sacerdotes, y de la misma Iglesia.
― Creo que todo lo que se puede decir sobre los abusos, lo dijo Jesús en una frase: ¡Ay de quien los escandalizare! Creo que no hace falta añadir nada más.
Dice usted en su cuenta de Twitter que el que pierde en un diálogo es el que gana. Explíquemelo, porque ahora todos queremos tener razón. ¿O no?
― El que pierde es el único que ha aprendido algo en el diálogo. Si tú vas a defender la tesis A, y al final del diálogo mantienes la tesis A, ¡qué has aprendido? No has aprendido nada. Te ha podido triunfar, y entonces está la vanagloria del ego. Ahora bien, si tú vas a defender la tesis A, y a lo largo del diálogo descubres que esa tesis hay que rehacerla, eres tú el que ha aprendido. En un diálogo, me parece elemental. El que gana es el que pierde, o si quieres, quien lo ha perdido es el que ha ganado. Eso me parece esencial. Los cristianos son unos perdedores que no paran de ganar.
Usted reivindica la memoria. No parece estar muy de moda. Como pedagogo, ¿qué puede decir?
― Lo de las modas, como su nombre indica, son cuestiones de temporada. Había un grupo filosófico en Soria ―ahora ya no existe, desgraciadamente―, maravilloso, que la primera vez que me invitaron, me dijeron: a nosotros solo nos interesa lo eterno. Me emocionaron esas palabras. La cuestión, para mí, es: las modas son importantes, pero tú no las puedes calibrar si no las ves desde fuera de la moda. Para juzgar una moda tiene que verla desde fuera, con una cierta distancia, ¿no?
¿Qué tiene que ver todo esto con la memoria? Primero, sin la memoria no hay interioridad. Porque la memoria es el gran refugio que te permite aislarte un poco del entorno, para poder pensar, rumiar, todo aquello que llevas contigo, incluso la conciencia de las partes oscuras que siempre llevamos con nosotros.
Segundo, estoy convencido de que lo que no está en la memoria no se ha aprendido. Si tú has leído El Quijote y no se te ha quedado absolutamente nada, no lo has leído. Al final, tú te quedas de El Quijote aquello que ha quedado en tu memoria.
Tercero, no se puede reflexionar sobre conocimientos ausentes. Por lo tanto, cuando animamos a los chavales a que lo importante es relacionar, pensar, ser críticos, yo digo: sí, pero si no conoces algo que te permita pensar, ¿en qué demonios estás pensando?
Y por último, yo no he conocido en mi vida a nadie que quiera tener menos memoria que la que tiene. Más aun, lo que veo es que las personas de una cierta edad que comienzan a perder memoria, viven eso como un drama. Por lo tanto, si la pérdida de memoria es un drama, la ganancia en memoria es una fiesta.
Esto no se oye por ahí.
― No me preocupa en absoluto. A mí me interesa, como decía antes, la gente que perdiendo, gana.
Unas palabras sobre educación. Tenemos una nueva ley educativa, (LOMLOE). Dígame un aspecto que usted reconduciría, si fuera posible.
― Reconduciría todo. Creo que es absolutamente urgente un retorno a la sensatez. La sensatez es, para mí, la capacidad de aprender de tu propia experiencia. Vamos a ver qué es lo que hacemos bien, y vamos a aprender de eso. Y vamos a ver qué es lo que hacemos mal, y vamos a mejorarlo. Lo que no tiene sentido es aplicar a nuestro sistema educativo los criterios, por ejemplo, de la Agenda 2030, y convertirlos en competencias e intentar encajar nuestra realidad en esos criterios.
Porque, ¿sabe cuál es el problema de los que quieren comenzar siempre de cero? Que no pueden aprender de su experiencia. Porque como tienen siempre que aprender de cero, si de algo estoy convencido, es que es mucho más útil aprender un poco de tu experiencia, que intentar hacer borrón y cuenta nueva.
Por otra parte, con la LOMLOE estamos asistiendo a un espectáculo muy hipócrita. Porque en el Ministerio de Educación actúan como si gobernasen, cuando los que gobiernan son las consejerías de Educación de las Comunidades Autónomas. Pero en la práctica tampoco éstas están gobernando, porque asistimos a una anarquía metodológica extraordinaria. Precisamente porque esa anarquía metodológica es real, y cada centro hace lo que le parece adecuado o conveniente, es imprescindible la libertad de elección.
Una libertad de elección a la que se ponen trabas, ¿no?
― Pero vamos a ver, si damos autonomía a los centros, para que uno cada sea lo que crea que tiene que ser, y yo no tengo posibilidad de elección, y tengo que llevar a mi hijo a la escuela de mi barrio, ¿para qué me sirve esa autonomía? Si todas las tiendas de Madrid, vendiesen exactamente lo mismo, la autonomía no sería necesaria. Si cada tienda vende productos distintos, yo quiero tener la posibilidad de elegir dónde quiero comprar…
Terminamos la conversación con Gregorio Luri. Le pedimos que (nos) recomiende un par de libros que considere interesantes, y responde: “esto nunca lo hago. No me gusta aconsejar libros. La biografía lectora de cada uno es sagrada. Cada uno tiene que construirse su camino lector, su proceso lector. Prefiero no decir nada. Y esto a pesar de que acabo de montar una editorial, de ensayo, en Barcelona”.
Nosotros no le vamos a hacer caso, y les damos a ustedes el enlace: Rosameron, aunque Gregorio Luri afirma: “Ni tan siquiera recomiendo los míos. El lector tiene que construirse su propio relato lector, su propia memoria lectora. La cultura no vive en los libros, vive en la subjetivización de lo que hay en los libros, televisión, internet, etc. Cada uno que se construya su camino lector. Porque cada libro interesante le va a remitir a otros libros”.
Continuaríamos charlando un buen rato con el maestro, pero no es posible. Buen viaje.
Polonia: Refugiado en casa, Dios en casa
El mundo entero ve con admiración y asombro cómo los polacos se están volcando en su ayuda con sus vecinos de Ucrania. Cientos de familias polacas están acogiendo a refugiados de Ucrania en sus casas y desde los medios, las instituciones y, especialmente la Iglesia, se organizan grupos de evacuación, acogida y ayuda.



Iniciativas organizadas o particulares, en coche, a pie… van hacia las fronteras y les llevan mantas, comida caliente y ropa. Recogen a mujeres, ancianos, niños y los llevan a lugares seguros. Los esperan con regalos en las estaciones de tren o bus…
“En todas las diócesis de Polonia, se ha organizado una ayuda concreta para los refugiados y las personas que han permanecido en Ucrania. Casas religiosas, centros de Cáritas, casas parroquiales han abierto sus puertas a los necesitados y a quienes buscan refugio durante este difícil momento”, relata para Omnes P. Jakub J. Szyrszeń, sacerdote de la diócesis de Cracovia que, aunque se encuentra en España en estos momentos, se mantiene en contacto directo con su país.
Algunas iniciativas diocesanas
En la archidiócesis de Cracovia, el Arzobispo Marek Jędraszewski ha creado un equipo para ayudar a Ucrania y a los refugiados que llegan a la archidiócesis. Cáritas Polonia y coordina las acciones para los refugiados que superan ya los miles a través de las distintas Cáritas diocesanas.
Centros, casas parroquiales y de retiro, colegios o seminarios como el de Szczecin o el de Silesia se han convertido en refugios y, desde la Iglesia preparan más lugares con el fin de atender a todos los ucranianos, en especial, mujeres, niños y ancianos que cruzan la frontera huyendo de la acción militar rusa.
Un país sin campo de refugiados acoge ya a cientos de miles de personas, de hecho, desde Cáritas Polonia se planea adecuar 20 centros de ayuda para inmigrantes en toda Polonia
El P. Jakub J. Szyrszeń recuerda que “el domingo y el miércoles de ceniza, se llevaron a cabo colectas en las iglesias, cuya recaudación asignarán en su totalidad para ayudar a Ucrania. En cada parroquia de la Archidiócesis de Cracovia se pueden llevar productos de primera necesidad para hacerlos llegar tanto a Ucrania como a los refugiados, a quienes acogeremos aquí. Cinco de nuestros sacerdotes trabajan actualmente en Ucrania y estamos tratando de garantizar que la ayuda humanitaria llegue a sus parroquias a través de la Cáritas”.
Las diócesis de Zamość-Lubaczów y la archidiócesis de Lublin, tres diócesis fronterizas con Ucrania cooperan con la Guardia Fronteriza y el Servicio de Aduanas e Impuestos, que coordinan la afluencia de refugiados para acoger y ayudar a quienes pasan a Polonia huyendo de la guerra.
Przemyśl, en la frontera con Ucrania, es uno de los “puntos calientes” de esta situación. Allí, Cáritas prepara, diariamente, unas 5.000 raciones de comida para refugiados y unas 200 para fuerzas del orden, médicos y voluntarios que se reparten en la estación de tren de Przemyśl donde llegan miles de personas cada jornada. Además de estas comidas, reparten bocadillos, dulces, mantas, catres, y hacen actividades para niños no sólo en la estación sino en diversos en distintos puntos de la ciudad.
La parroquia de Łomianki, perteneciente a la archidiócesis de Varsovia acoge ya a 700 refugiados. Muchos de ellos, tras pasar las primeras horas en las dependencias parroquiales han sido acogidos por familias de la feligresía. Voluntarios de todas las edades empaquetan comida, regalos, juguetes y ropa para los refugiados. Otros se han organizado con vehículos para traer a los refugiados desde la frontera lo antes posible.
El arzobispo de Katowice, Wiktor Paweł Skworc, ha pedido que, donde sea posible y cuando sea necesario, se pongan a disposición estructuras parroquiales (habitaciones, casas de catequesis, locales y pisos gratuitos) y casas religiosas para acoger a las personas que, desde hace días, no cesan de llegar a Polonia.
Una de las primeras ayudas que llegó a suelo ucraniano partió de Cáritas de la archidiócesis de Gdansk. Desde esta ciudad enviaron dos furgonetas cargadas de productos básicos: alimentos de larga duración, medicamentos, productos de higiene personal y juguetes para niños. Gracias a la extraordinaria movilización de los trabajadores de Cáritas y a la buena organización del trabajo, fue posible llenar el espacio de las furgonetas muy rápidamente y al máximo. Una ayuda que, en pocas horas se quedó pequeña por el agravamiento del conflicto.
Las comunidades religiosas polacas están siendo uno de los pilares clave en esta ayuda a los refugiados y al pueblo de Ucrania. Muchas de estas comunidades están en contacto con sus hermanos en Ucrania haciéndoles llegar toda la ayuda posible, como los jesuitas que han creado un equipo coordinado por las dos provincias jesuitas de Polonia, que organiza la ayuda a los refugiados y el apoyo a los jesuitas que operan en las zonas cubiertas por la guerra. Desde Polonia preparan alojamiento para refugiados, transportes de regalos y personas, y ofrece apoyo psicológico.
En Jasna Góra, el centro del corazón mariano de Polonia, la Casa del Peregrino, acoge ya a los primeros refugiados. Desde el mismo comienzo de la guerra, los paulinos que custodian el santuario declararon que recibirían con agrado a quienes buscaran refugio y ayuda.
Un paquete para Ucrania
Caritas Polonia ha impulsado además una nueva campaña a partir del 4 de marzo «Un paquete para Ucrania». ¿De qué se trata? Familias polacas, comunidades parroquiales, clubes escolares de Cáritas y los equipos parroquiales de Caritas podrán preparar paquetes, de no más de 20Kg. con los productos más necesarios destinados a una familia determinada. El paquete irá acompañado de una carta con las palabras de apoyo y será enviado a Ucrania.
Acogida y oración
En su mensaje de Cuaresma, el arzobispo Stanisław Gądecki presidente de la Conferencia Episcopal Polaca agradeció “cada palabra amable y los más pequeños gestos de bondad dirigidos a nuestros hermanos y hermanas que sufren. Rodeémoslos de oración, mostremos cordialidad, ayudémoslos a encontrar trabajo” y animó a los fieles a orar por Rusia. “No habrá paz en nuestra parte del mundo hasta que Rusia regrese a Cristo”, señaló.
No sólo ayuda, sino también oración por la paz. El santuario de Jasna Góra, acoge una oración constante por la paz en Ucrania, especialmente ante el Santísimo Sacramento, expuesto permanentemente.
Refugiado en casa, Dios en casa
Una muestra de fraternidad, de caridad cristiana del pueblo polaco, que el propio Papa Francisco ha querido resaltar en la audiencia del miércoles 2 de marzo al dirigirse a los obispos y al pueblo polaco con estas palabras: “Ustedes fueron los primeros en apoyar a Ucrania, abriendo sus fronteras, sus corazones y las puertas de sus hogares a los ucranianos que huían de la guerra. Les ofrecen generosamente todo lo que necesitan para vivir con dignidad, a pesar del drama del momento. Les estoy profundamente agradecida y les bendigo con todo mi corazón”.
“Para la Iglesia en Polonia esta Cuaresma es una gran catequesis sobre el amor al prójimo” apunta el sacerdote Jakub J. Szyrszeń que recuerda un dicho polaco “Huésped en casa, Dios en casa”. En estas semanas, en muchas casas de Polonia, Dios tendrá su sitio en los ojos de quienes han huido de una guerra impuesta y terrible.
Dar la vida por los demás. Vuelve el musical de Skate Hero
El próximo 11 de marzo tendrá lugar en la Nueva Cubierta de Leganés la representación del musical 'Skate Hero', inspirado en la vida y las últimas horas del joven español Ignacio Echevarría que murió hace cinco años en un atentado yihadista en Londres, cuando defendía a una joven desconocida con su monopatín.
El próximo 11 de marzo, viernes, la Nueva Cubierta de Leganés acogerá dos sesiones de Skate Hero, una a las 11:00 h, especialmente dirigida a grupos escolares y otra, general, a las 20:00 h.
Ese día en el que en España se recuerda a las víctimas del terrorismo, Ignacio Echevarria, que dio su vida por salvar a una persona completamente desconocida, será recordado nuevamente como un ejemplo de entrega y valentía.
Historia de Skate Hero. El Musical
El Musical nació en un grupo de jóvenes de la Milicia de Santa María, integrados en el proyecto educativo “Ven y verás Educación” que han recogido su legado y han puesto en escena las últimas veinticuatro horas de vida de Ignacio.
Skate Hero ha sido creado a partir del libro-testimonio de Joaquín Echeverría “Así era mi hijo Ignacio: el héroe del monopatín”, y ha contado con los arreglos musicales del pianista y compositor Miguel Ángel Gómez González-Vallés, y del guionista y director del programa “La aventura de educar”, Javier Segura.
Quien era Ignacio Echevarría
El propio Javier Segura, colaborador de Omnes, describe así el hecho y la figura que han dado lugar a este musical Skate Hero: “El 3 de junio del 2017 España entera se conmovió ante el atentado yihadista en el Puente de Londres. Entre el caos de noticias que nos llegaban, supimos que un joven español, Ignacio Echeverría, había perdido la vida en aquel acto terrorista.
La angustia que la sociedad española compartió con su familia se tornó en poco tiempo, según llegaban los detalles, en una profunda admiración. Supimos que el joven abogado regresaba con sus amigos de patinar y se encontraron con la dantesca escena. Gente huyendo, gritos de terror, y al fondo un terrorista apuñalando a una joven. Ignacio no lo pensó, no había tiempo para ello, y tomó su monopatín como arma y escudo para luchar contra esos terroristas. Aquella joven, Marie Bondeville, salvó su vida. Los tres terroristas fueron abatidos por la policía. Ignacio murió por una puñalada por la espalda.
Pero su gesto traspasó las fronteras y las conciencias. Y se empezó a conocerle por su gesta como ‘el héroe del monopatín’. Y se sucedieron los homenajes y los reconocimientos. Las pistas de skate por toda España con su nombre. Las más altas condecoraciones en España y Gran Bretaña. Ignacio representaba lo mejor de nuestra tierra. Valentía, generosidad, altruismo en extremo. Y lo mejor de la Humanidad. Ser capaz de dar la vida por un desconocido”.
El musical Skate Hero que se estrenó el pasado 5 de junio, con una excelente acogida en el auditorio Joaquín Rodrigo de Las Rozas (Madrid).
Una carta de amor pascual
Parasceve: retrato de una Semana Santa

Pocas cartas de amor ha dado el cine español tan sentidas como la pieza que nos ocupa. Una oda de infinito cariño a las fiestas pascuales, a la Semana Santa, al Dios vivo, al Dios muerto, al Dios resucitado… al rito, al folclore, a la gente. Del Miércoles de Ceniza al Domingo de Ramos, y luego al de Pascua, todo en la ciudad de Sevilla. Así se nos presenta esta ariñosa postal.
Director joven con muchos tiros dados (cinco largometrajes, múltiples videoclips y series, y buen catálogo de premios locales), Hilario Abad se ha pasado los últimos diez años de su vida (2012-2021) viviendo la Semana Santa con su cámara para, como si fuera a modo de plegaria, crear una estampa viva de aquello que todos los años sucede en la ciudad hispalense: parasceve. Preparación.
Preparación en las tiendas. Preparación en los talleres, las fábricas, las casas y la calle. Parasceve es un retrato costumbrista cuasi impresionista, que transmite la emoción de lo retratado y los retratados, creando un algo intangible pero poderoso. No entra en argumentos, debates o discusiones. Solo nos tiende una mano y nos invita a acompañarle en esta experiencia.
Como mimo, tino, detalle y preciosismo, nos llega este documental a pie de calle, hecho con gusto y buen ritmo, dinámico pero contemplativo, que juega sus cartas con destreza a la hora de usar los silencios, los ruidos y la música, potenciando la esencia de las celebraciones pascuales tanto para la vista como el oído. Huye de la narración y la voz en off, para a veces salpicar el visionado, condimentarlo, con algún que otro comentario del público o retransmisión de los medios. Esto hace de la pieza una obra arriesgada, pero que no obstante sabe calar en el público y crear un ritmo propio, despertando y madurando verdaderas emociones en el espectador, a medida que vemos pasar, delante de nuestros ojos, los rótulos de los días en orden cronológico.
Para todo ello, Hilario ha contado con la ayuda de Francisco Javier Torres Simón, compositor paisano con el cual ha levantado un proyecto desde una maqueta de cartón en su casa -literal- hasta el largometraje que nos llega a las salas de toda España. Una gran aportación de cara a empezar la Cuaresma.
Las comunidades de vida contemplativa lanzan un SOS
La subida de los precios en suministros básicos como la electricidad o el agua unido a la caída de los ingresos de las ventas de productos durante la pandemia y la enfermedad de muchas religiosas y religiosos dan como resultado una situación especialmente dura en numerosos monasterios españoles.
Los monasterios y conventos de vida contemplativa encaran una difícil situación: su actividad productiva continúa muy afectada por la pandemia que ha agravado la situación vital de monasterios y conventos, unida a su pequeño número y en muchos casos, a la avanzada edad de las monjas y monjes de estas comunidades.
La fundación DeClausura, a través de la que se ayuda a muchas de estas comunidades, anima a todos los que puedan a que colaboren con limosnas al sostenimiento de estas comunidades que han abierto sus puertas a esa fundación en un vídeo en el que comparten su vida y explican su situación.
Los últimos años han supuesto una disminución de vocaciones y una mayor desprotección por la despoblación de las zonas rurales en las que se ubican estos monasterios.
La pandemia ha sido especialmente dura para unas comunidades que intentan a duras penas seguir viviendo de su trabajo y pagar las costosas obras que requieren la conservación de los monasterios y conventos en los que habitan.
Estos últimos años de pandemia las comunidades contemplativas han sufrido la muerte de hermanas y hermanos, unos por edad y otros a causa de la Covid-19; la parálisis de su actividad productiva durante el confinamiento; la falta de huéspedes y la escasez de ventas de sus productos a causa de la crisis socioeconómica y de su situación geográfica en un entorno rural afectado también por la crisis del turismo.
Una situación que ha llevado a no pocas comunidades a tener que acudir al banco de alimentos para cubrir sus necesidades alimentarias básicas y a ayudarse entre los conventos para intentar paliar esta situación.
La Fundación DeClausura
Fundación DeClausura es una entidad sin ánimo de lucro gestionada por laicos de la Iglesia que apoya desde 2006 a monasterios y conventos. Este acompañamiento permite a la Fundación conocer la situación real de las comunidades que oran y trabajan en clausura. En el último año, la Fundación ha apoyado a 73 comunidades al asumir los gastos corrientes de electricidad, gas, calefacción, mantenimiento y manutención; el pago de deudas a la Seguridad Social; o gastos de entierros.
Además, no son pocos los trabajos realizados en favor del bienestar de las hermanas y hermanos mayores: reparación de ascensores, instalación de rampas o grúa para facilitar su movilización.
La Fundación, además, apoya las iniciativas puestas en marcha por las comunidades para seguir viviendo de su trabajo artesano a través de la compra de maquinaria, equipamientos y utensilios y busca ayuda para la conservación de los edificios.
España alberga 751 cenobios con comunidad contemplativa activa, lo que representa un tercio de los monasterios y conventos del mundo. En cuanto a los monasterios y conventos catalogados como Bien de Interés Cultural (BIC), tan solo un 33% está siendo habitado por comunidades contemplativas. En total, son 183. De los 565 BIC construidos en su día para la vida en clausura, 355 se emplean ahora como hoteles, universidades o tienen otro uso privado. Esperanzador es saber que las joyas monásticas declaradas Patrimonio de la Humanidad son habitadas por comunidades monásticas estables: los monasterios de Yuso y Suso en San Millán de la Cogolla; y los de Guadalupe, El Escorial y Poblet.
Firma de la Carta de Florencia: un compromiso concreto con la paz, la cooperación y el diálogo
Un centenar de obispos y alcaldes de los países ribereños del Mediterráneo se reunieron en Florencia para debatir juntos cómo fomentar la paz en esos territorios. Firmaron un documento que pretende inspirar un camino verdaderamente pacífico para el futuro.
El desastre de la guerra que ha golpeado las fronteras de Europa en los últimos días y que mantiene a todo el mundo en vilo ha pasado al silencio, pero el pasado fin de semana en Florencia ocurrió algo a lo que hay que dar más importancia, especialmente en este momento histórico concreto.
Un centenar de obispos y alcaldes de los países ribereños del Mediterráneo -entre ellos el arzobispo de Barcelona, el obispo auxiliar de Madrid y los alcaldes de Valencia y Granada- se reunieron por primera vez para debatir juntos cómo fomentar la paz en esos territorios a menudo asolados por las guerras, los enfrentamientos religiosos y las rivalidades internacionales que fomentan el aislamiento y propagan la muerte, si pensamos en los numerosos emigrantes que han intentado cruzar el Mediterráneo en embarcaciones improvisadas a lo largo de los años y que luego han acabado trágicamente.
El tema central de la paz
El evento de Florencia estaba previsto desde hacía tiempo, a petición de la Conferencia Episcopal Italiana, y sólo por una triste coincidencia tuvo lugar cerca de la guerra que estalló en el frente ruso-ucraniano. Pero tiene mucho que ver con la actualidad, porque el tema central era y es precisamente la paz. Dos años antes, se celebró en Bari una reunión de obispos a la que asistió el Papa Francisco, que en aquella ocasión reiteró a voces que la guerra, cualquier guerra, es una «locura, una locura a la que no podemos resignarnos».
Qué actuales son estas palabras y qué significativo es, por tanto, que los representantes de la Iglesia Católica y los administradores de las distintas ciudades ribereñas del Mediterráneo se hayan reunido para encontrar caminos duraderos hacia la paz, tratando de «institucionalizar» procesos de diálogo mutuo. Lo han hecho siguiendo los pasos del Venerable Giorgio La Pira, que en los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial encarnó los valores evangélicos en su actividad política como alcalde de Florencia, e imaginó el Mediterráneo como un «moderno lago de Tiberíades».
Vías alternativas a la guerra
En medio de una guerra de consecuencias imprevisibles, es aún más urgente encontrar vías alternativas a la guerra, aprovechando todas las oportunidades de encuentro posibles. Y este es el propósito y el significado del documento firmado en Florencia, una «Carta» que pretende inspirar un camino verdaderamente pacífico para el futuro, partiendo de un importante cruce y entrecruzamiento de historia, tradiciones y culturas diferentes como es el Mediterráneo.
Pero pasemos al contenido de la Carta de Florencia.
En primer lugar, los firmantes son conscientes de los beneficios que se derivan de «intensificar la cooperación en sus propias ciudades», a fin de promover la justicia, la fraternidad, el respeto a las confesiones religiosas, la salvaguarda del planeta y los derechos fundamentales de cada individuo.
Para afrontar mejor estos retos, es necesario reconocer «la diversidad del patrimonio y las tradiciones» como elemento compartido por toda la humanidad (naturaleza, medio ambiente, cultura, lenguas, religiones); la importancia de educar a los jóvenes en los valores del bien; la creación de programas universitarios comunes; el reconocimiento del derecho universal a la salud y a la protección social; la urgencia de soluciones para evitar un cambio climático catastrófico; la oportunidad de iniciar nuevas formas de cooperación entre políticos, científicos y líderes culturales y espirituales; la importancia de atender a los vulnerables y a los que se ven obligados a emigrar…
La Carta concluye con algunas peticiones específicas («invocaciones»), en primer lugar a los gobiernos de todos los países mediterráneos para que establezcan una «consulta regular» con los alcaldes, los representantes religiosos y las instituciones culturales para que participen en las decisiones que afectan al futuro de las comunidades.
A continuación, piden que se promuevan programas educativos a todos los niveles, «para lograr una nueva solidaridad universal y una sociedad más acogedora», y que se promuevan iniciativas para reforzar la fraternidad y la libertad religiosa. Por último, la puesta en marcha de una mayor cooperación internacional para trabajar por «un reparto más equitativo de los recursos económicos y naturales».
Voces del siglo de oro español
Carmelo Guillén recomienda la lectura de Voces del siglo de oro español, de José Ignacio Peláez Albendea.
El Siglo de Oro español es una época histórica a la que siempre vuelvo, sobre todo porque, prácticamente a todos los niveles, me da el canon de la mejor actividad artística de la historia de España en cualquiera de sus disciplinas. Releer de vez en cuando a Cervantes, a santa Teresa, a san Juan de la Cruz, o al mismísimo creador del arte nuevo de hacer comedias (me refiero lógicamente a Lope de Vega) es siempre un recreo para el espíritu y, en mi caso, una pasión. Si a esas figuras de la Literatura añadimos las de otros grandes intelectuales universitarios como Francisco de Vitoria, o sus discípulos, Domingo de Soto o Melchor Cano, mi entusiasmo se hace aún mayor. Así podíamos seguir nombrando a otros autores de gran calado como Garcilaso de la Vega, fray Luis de León, san Ignacio de Loyola, Quevedo, Góngora o Calderón de la Barca…, todos, figuras que deslumbraron por su pundonor profesional y su lucidez.
Libro

Con suma intencionalidad, José Ignacio Peláez, compilador de este esplendente trabajo, ha escrito Voces del Siglo de Oro español. Su idea principal es que el ejemplo de las vidas y obras de los personajes seleccionados: «hombres de fe cristiana ―nos dice― que supieron hacer de su fe cultura más humana» (p. 396) pueda servir de falsilla a los lectores del siglo XXI; objetivo en el que reincide finalmente como síntesis de su libro: «En resumen: tenemos el reto de mostrar a nuestros contemporáneos la belleza de la fe cristiana con nuestra vida, con el ejemplo y la palabra, y con nuestra amistad sincera, pues la fe da respuesta a todas las preguntas que inquietan el corazón del hombre» (p. 396).
Con un muestreo riguroso de cada autor seleccionado, Peláez desarrolla su cometido presentando primero la respectiva biografía de cada uno y, a continuación, haciendo tanto un admirable resumen de su obra escrita como escogiendo aquellos fragmentos que le parecen más reveladores. Y, cuando lo considera oportuno, actualizando la grafía.
Sin lugar a dudas, nos asomamos a un concienzudo y didáctico estudio que, a posteriori, cabe emplear como libro de referencia, o sea, como uno de ésos a los que conviene volver de vez en cuando. El propio Peláez lo deja muy claro en su introducción: «En este libro se ofrece al lector una breve aproximación a algunos grandes escritores de los siglos XVI y XVII españoles (…), con el fin de despertar el deseo de volver a leerlos en un público que ya oyó hablar de ellos. Aquí les procuraré abrir una ventana para que se asomen a estos grandes escritores y se animen a volver a leerlos directamente». Sea como fuere, la prosa ágil, comprensible e ilustrada de Peláez consigue su propósito: que el lector ―al menos a mí me ha ocurrido― se inserte en la diacronía de cada personaje, del que se traza un recorrido minucioso por los episodios más relevantes de su vida, a fin de que se pueda sacar de la lectura el máximo provecho.
En alguna ocasión, incluso, el propio compilador vincula a algunos de sus personajes estudiados con otros del siglo XX. Así lo hace, por ejemplo, interrelacionando a Garcilaso de la Vega con su legado en poetas de la llamada generación del 36, tales como Luis Rosales o Dionisio Ridruejo (p. 37) o a otros posteriores a la guerra civil española, tal es el caso de José García Nieto (p. 37), explicando asimismo sus concretas influencias: «Entre nuestros profesores ―apunta Peláez―, muchos han estudiado la obra de Garcilaso con detalle. Destaco algunas referencias de uno de ellos [Dámaso Alonso]: su sentido del ritmo en los endecasílabos (…), con acentos en la sexta y en la décima sílaba o acentos en la cuarta, octava y décima sílaba, que señalan las palabras más representativas del verso (…); por ejemplo, de la Égloga III (pongo en negrilla las palabras más significativas y donde llevan el acento)» (p. 37).En suma, estamos ante un libro amable, pedagógico, formativo, que sorprendentemente está orientado a hacernos mejores personas y, a la postre, nos impulsa a gestas más heroicas en nuestra propia vida cotidiana. Un libro para disfrutar, para aprender, para tenerlo en cuenta, de ésos que hacen lectores.
Una mujer y su hijo en un tren de evacuación en Kiev
Una mujer y su hijo miran desde un tren de evacuación en la estación de ferrocarril de Kiev el 25 de febrero de 2022, después de que Rusia lanzara una operación militar contra Ucrania.
San José y el sacerdocio
Presentamos dos temas, entre las enseñanzas de Francisco en febrero. De un lado, san José y su relación con nosotros. De otro lado, la figura del sacerdocio católico, en el contexto actual y en relación con la evangelización, como introducción a un simposio sobre el sacerdocio.
(Puede leer la versión en italiano aquí)
Como explicación de la Carta Apostólica Patris corde (8-XII-2020), que celebraba los 150 años de la proclamación de san José como patrono de la Iglesia universal, por el beato Pío IX, Francisco le dedicó doce audiencias generales. Su objetivo era presentarlo como “apoyo, consuelo y guía”, para “dejarnos iluminar por su ejemplo y su testimonio”.
Esta catequesis sobre san José cubre tres grandes áreas: la figura y el papel del santo en el designio de la salvación, sus virtudes y su relación con la Iglesia.
San José y su papel en el designio de la salvación
El “ambiente en que vivió san José” (cfr. 7-XI-2021) nos invita a valorar lo esencial en lo sencillo, por medio del discernimiento, personalmente y en la Iglesia. El papel del santo patriarca en la “historia de la salvación” (24-XI-2021) es el de guardián de los planes de Dios y, por tanto, de quienes el Señor nos confía (argumento recurrente en este pontificado desde el inicio, cfr. 19-III-2013).
Al tratar sobre “José, hombre justo y esposo de María” (1-XII-2021) dio un mensaje a los novios y recién casados, acerca de la necesidad de pasar desde el enamoramiento (aspecto “romántico”) al amor maduro, un paso exigente pero necesario para liberar el amor verdadero y hacerlo resistente a las pruebas del tiempo, convirtiendo las dificultades en oportunidades para crecer.
San José como “hombre del silencio” (15-XII-2021), nos invita a “dejar espacio a la Presencia de la Palabra hecha carne”. Con referencias a la Sagrada Escritura, a san Agustín, san Juan de la Cruz y Pascal, observó el Papa que Jesús creció en esa “escuela” del silencio en Nazaret, que favorece la oración y la contemplación, como se nota en el Evangelio. Esto nos enseña a usar la lengua para bendecir y no para hacer daño (cfr. St 3, 2-10), y a no caer en el activismo del trabajo.
Las virtudes de san José
San José, “emigrante perseguido y valiente”(29-XII-2021), fue el tema de la siguiente catequesis. José parece como un hombre justo y valiente o fuerte como lo requiere la vida ordinaria, que siempre nos depara adversidades. Esto le dio pie al Papa para invitar a rezar por los migrantes, los perseguidos y las víctimas de circunstancias adversas, políticas, históricas o personales.
Ya en el nuevo año, Francisco reflexionó sobre san José, padre putativo de Jesús(5-I-2022). Consideró la realidad de la adopción en contraste con el sentido de orfandad que hoy experimentamos; y pidió que sea facilitada por las instituciones, vigilando la seriedad del procedimiento.
Se detuvo después en el trabajo, bajo el título san José el carpintero (12-I-2022). El trabajo es “un componente esencial en la vida humana, y también en el camino de santificación”. Invitó a pensar “qué podemos hacer para recuperar el valor del trabajo; y qué podemos aportar, como Iglesia, para que sea rescatado de la lógica del mero beneficio y pueda ser vivido como derecho y deber fundamental de la persona, que expresa e incrementa su dignidad”.
Más adelante pasó a la consideración de san José, padre en la ternura (19-I-2022), fijándose en su afecto y su misericordia. Evocó la misericordia del Señor, que perdona siempre (sacramento de la Confesión). Y la necesidad de una “revolución de la ternura”, que impulse la redención de las faltas –también para los encarcelados– como parte de la justicia.
Al detenerse en la figura de “san José, hombre que sueña” (26-I-2022), Francisco reflexionó sobre los cuatro sueños de san José según los evangelios (Mt 1, 18-25; Mt 2, 13; Mt 2, 19-20; Mt 2, 22-23). Propuso, especialmente ante situaciones que no comprendemos, acudir a la oración. Dios nunca nos deja sin ayuda o al menos inspiración. En este marco, propuso rezar por tantas personas que necesitan la fe y la esperanza ante distintos problemas y dificultades. Francisco se refirió a “padres que ven orientaciones sexuales diferentes en los hijos”, y rezó para que supieran “cómo gestionar esto y acompañar a los hijos y no esconderse en una actitud condenatoria”. No dejó de advertir que, como vemos en la vida de san José, la auténtica oración se traduce en trabajo y en amor.
San José, la “Comunión de los santos” y su protección en la muerte
Ya en la recta final de estas catequesis, en el mes de febrero, el Papa abordó la realidad de san José y la comunión de los santos (2-II-2022), que es precisamente la Iglesia (cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 946), tanto en la tierra como en el cielo.
En la tierra, señaló Francisco, “la Iglesia es la comunidad de los pecadores salvados”, hermanos por el bautismo, que es un vínculo indestructible en la tierra. De ahí nuestra solidaridad, tanto para al bien como para el mal. La “comunión de los santos” incluye a los difuntos (del purgatorio) y a los pecadores no reconciliados, mientras están en este mundo, incluso “aquellos que han renegado de la fe, que son apóstatas, que son perseguidores de la Iglesia, que han negado su bautismo, (…) los blasfemos, todos ellos”.
En efecto, cabe recordar que, según el Concilio Vaticano II (cfr. Lumen Gentium, nn. 14 y 15) los pecadores, si están bautizados, “pertenecen” a la comunión de los santos, que es la Iglesia, de modo imperfecto o incompleto. Y si no están bautizados, están “ordenados” al misterio de la Iglesia, de algún modo se relacionan con ella en la medida en que buscan la verdad y viven coherentemente la caridad.
La penúltima catequesis fue sobre san José, Patrono de la buena muerte (9-II-2022). Francisco evocó la ayuda que tradicionalmente los cristianos le pedimos al patriarca para el momento de la muerte. Y alabó al Papa emérito Benedicto XVI, quien, a punto de cumplir 95 años, ha testimoniado su conciencia de la realidad de la muerte. La fe cristiana –explicó Francisco– ayuda a afrontar la muerte. La ilumina desde la resurrección de Cristo, nos ayuda a desprendernos de lo material y a centrarnos en la caridad; nos impulsa a cuidar a los enfermos y no “descartar” a los ancianos.
Finalmente, el obispo de Roma reflexionó sobre san José, patrono de la Iglesia universal (16-II-2022). También a nosotros nos corresponde la protección y cuidado de la vida, del corazón y del trabajo y de los hombres, y de la Iglesia: “Toda persona que tiene hambre y sed, todo extranjero, todo migrante, toda persona sin ropa, todo enfermo, todo preso es el ‘Niño’ que José custodia”. Asimismo debemos aprender de José a “custodiar” los bienes que nos vienen con la Iglesia: “amar al Niño y a su madre; amar los Sacramentos y al pueblo de Dios; amar a los pobres y nuestra parroquia” (cfr. Patris corde, 5).
Hemos de amar la Iglesia como es, concluyó el Papa, como pueblo de pecadores que encuentran la misericordia de Dios. Al mismo tiempo, hemos de reconocer todo el bien y santidad que están presentes en la Iglesia. La Iglesia somos todos los cristianos. Por tanto, hemos de cuidarnos y protegernos, y no destruirnos. Y para ello pidió la intercesión de san José sobre todos.
El sacerdote y sus “cercanías”: desde el corazón sacerdotal de Cristo
El discurso del Papa al Simposio Para una teología fundamental del sacerdocio (17-19 de febrero de 2022), organizado por la Congregación para los obispos, consta de una introducción y cuatro apartados, correspondientes a las “cuatro cercanías” del sacerdote.
En la introducción, el Papa asegura hablar desde su propia experiencia y el testimonio recibido de tantos buenos sacerdotes; y también desde la experiencia de haber acompañado a otros cuyo sacerdocio estaba en crisis. Afirma que en la vida sacerdotal pueden coexistir las pruebas con la paz, a condición de dejarse ayudar por Dios y los demás.
Señala que en los momentos de cambios importantes –como el actual– hay que evitar un doble riesgo: el de refugiarse nostálgicamente en el pasado, y el de confiar demasiado en el futuro con un optimismo exagerado, despreciando así la sabiduría que proviene del discernimiento en el presente. La actitud deseable “surge del hacerse cargo confiadamente de la realidad, anclada en la sabia Tradición viva de la Iglesia, que puede permitirse remar mar adentro sin miedo (…) con la confianza de que Él es el Señor de la historia y que, guiados por Él, seremos capaces de discernir el horizonte que debemos recorrer”.
Respecto al sacerdote, debe buscar la propia santidad, siguiendo la llamada que recibió por vez primera en el bautismo; y dejarse ayudar y evangelizar (cf. Juan Pablo II, Exhort. ap. Pastores dabo vobis, 26), para no caer en un funcionalismo.
En cuanto al “discernimiento de la vocación”,cada uno, mirando su humanidad, su historia y su disposición, debe preguntarse si en conciencia esa vocación puede desplegar en él el potencial de Amor que recibió en el bautismo. Para ello son de gran ayuda que las comunidades cristianas sean fervorosas y apostólicamente vibrantes.
A partir de estos elementos, el Papa expuso las cuatro armonías del sacerdote (y del obispo) que en otras ocasiones ha explicado, como pilares para un estilo que imite el de Dios (reflejado en el corazón sacerdotal de Cristo): la cercanía, la compasión y la ternura.
Cercanía a Dios (vida espiritual)
Se trata de la vida espiritual o interior del sacerdote, de su “vida de oración” para permanecer en Cristo (cfr. Jn 15, 5-7). De ahí salen las fuerzas para el ministerio y su fecundidad; la capacidad para no escandalizarse por nada de lo que suceda, sea humanamente agradable o no; las fuerzas para vencer las tentaciones, contando con la lucha, con el combate espiritual del sacerdote. No se trata solo de “práctica religiosa” (prácticas o devociones), sino “de la escucha de la Palabra, de la celebración eucarística, del silencio de la adoración, de la entrega a María, del sabio acompañamiento de un guía, del sacramento de la Reconciliación”.
El sacerdote no debe refugiarse en el activismo o en otras distracciones, sino presentarse en la oración con “un corazón contrito y humillado” (cfr. Sal 34 y 50). Así se agrandará ese corazón a la medida del de Cristo, para dar cabida a las necesidades de su pueblo, lo que a su vez le hará más cercano al Señor. Rezar es la primera tarea del obispo y del sacerdote. Ahí aprende a “disminuir” ante Dios (cfr. Jn 3, 30), y no le resulta un problema hacerse pequeño a los ojos del mundo.
Cercanía al obispo (obediencia)
Durante mucho tiempo, dice Francisco, se ha interpretado mal la obediencia. “Obedecer, en este caso al obispo, significa” –señala el sucesor de Pedro– “aprender a escuchar y recordar que nadie puede pretender ser poseedor de la voluntad de Dios, y que ésta debe ser comprendida sólo a través del discernimiento. Obediencia, por tanto, es escucha de la voluntad de Dios que se discierne precisamente en un vínculo”. Esto evita encerrarse en uno mismo y llevar una vida de “solterón” con las correspondientes manías.
El sacerdote, por tanto, ha de “defender los vínculos” que tiene con el obispo y con la Iglesia particular. Ha de rezar por el obispo y expresar su opinión con respeto, valentía y sinceridad. Esto “requiere igualmente de los obispos humildad, capacidad de escucha, de autocrítica y de dejarse ayudar”.
Cercanía entre presbíteros (fraternidad sacerdotal)
La fraternidad sacerdotal, subrayó el Papa, tiene como fundamento a Cristo (cfr. Mt 18, 20). “La fraternidad es optar deliberadamente por tratar de ser santos con los demás y no en soledad, santos con los demás”. Las características de la fraternidad son las del amor (cfr. 1 Co, cap. 13), presididas por la paciencia y la capacidad de gozar y sufrir con los otros. Así se combate la indiferencia, el aislamiento, e incluso la envidia, el bullying sacerdotal, el rencor y el chismorreo.
El amor fraterno es como “un campo de entrenamiento del espíritu” y el termómetro de la vida espiritual (cfr. Jn 13, 35). Lleva a vivir la misión, abrirse y sentirse en casa, custodiar y protegerse mutuamente. Y es así cuando se vive el celibato con serenidad, como don para la santificación, un don que requiere relaciones sanas. “Sin amigos y sin oración, el celibato puede convertirse en una carga insoportable y en un anti-testimonio a la belleza misma del sacerdocio”.
Cercanía al pueblo de Dios (pasión del pastor)
Para esto remite el Papa a Lumen gentium 8 y 12. Se trata, apunta, no de un deber sino de una gracia (cfr. Evangelii gaudium, 268-273). La misión sacerdotal implica a la vez “pasión por Jesús y pasión por su pueblo”, en medio de las dificultades, de las heridas, de la “orfandad” que abunda en nuestra sociedad de “redes”. No como funcionarios, sino como pastores valientes, cercanos y contemplativos, para poder “anunciar sobre las llagas del mundo la fuerza operativa de la Resurrección”.
El olvido de que la vida sacerdotal se debe a los demás –observa Francisco– está en la base del clericalismo y de sus consecuencias. “El clericalismo es una perversión, y también uno de sus signos, la rigidez, es otra perversión”. El clericalismo se constituye, curiosamente, no sobre cercanías, sino sobre distancias. Y va asociado a la “clericalización de los laicos”, olvidando su propia misión.
Cuidando estas cuatro cercanías, concluye el Papa, el sacerdote puede identificarse mejor con el corazón sacerdotal de Cristo, dejarse visitar y transformar por Él.
«En el desierto, el amor del Hijo por el Padre», I domingo de Cuaresma
Comentario a las lecturas del I domingo de Cuaresma y breve homilía en vídeo del sacerdote Luis Herrera.
Lucas habla, como Mateo y Marcos, del período de cuarenta días de Jesús en el desierto, donde es tentado por Satanás; y, como Mateo, relata las tres tentaciones. Pero cambia el orden para terminar con la del templo de Jerusalén: todo su evangelio mira hacia la ciudad santa. En el relato del Bautismo se manifiesta el amor del Padre: “Tú eres mi Hijo, el amado”, y en el desierto vemos el amor del Hijo por el Padre. El diablo, en la primera tentación, se refiere precisamente a su filiación divina: “Si eres Hijo de Dios”. Jesús está lleno del Espíritu Santo, y es el Espíritu quien lo conduce al desierto. Para Mateo, las tentaciones ocurren al final de los cuarenta días de ayuno; para Lucas, se desarrollan a lo largo de todo el período, como para decirnos que durante la oración más intensa, en la mayor cercanía a Dios, es posible que las pruebas sean más numerosas.
La primera tentación se refiere al uso del poder de ser hijo de Dios. Jesús se niega a usar el poder divino para sí mismo; es un poder que, por ser divino, siempre y sólo lo usará en el servicio de los demás: sanará, alimentará, perdonará, salvará. Así, del tesoro de la Iglesia todo cristiano está invitado a utilizar los bienes espirituales y materiales para el servicio de los demás y no para el beneficio propio, aunque sólo sea su vanagloria. Ante la propuesta de transformar las piedras en pan, Jesús responde con el Deuteronomio: “No sólo de pan vive el hombre”. La palabra de Dios rechaza al tentador.
En la segunda tentación, el diablo lleva a Jesús hacia arriba, proponiéndole conquistar el poder terrenal del dominio sobre todos los reinos temporales y la correspondiente gloria, evitando pasar por el camino de la pasión y muerte de cruz en obediencia al plan del Padre, pero inclinándose a la adoración del príncipe de este mundo. Jesús, con la absoluta sencillez de la Escritura (Dt 6, 13) le dice que la adoración y el culto sólo se deben a Dios. Así manifiesta su adhesión total al designio misterioso del Padre: el camino de la aniquilación en la muerte de cruz para ser después “exaltado a la diestra de Dios” (Hch 2, 33).
En la tercera tentación, el diablo imita a Jesús y se sirve de la Escritura para convencerlo para que se arroje desde lo más alto del templo, pidiendo al Padre una intervención milagrosa para salvarle. Es la tentación de pedir a Dios que use su fuerza para un capricho nuestro que no está en sus planes. “Está escrito: no tentarás al Señor tu Dios”. Dios está presente, nos ama y nos salva según su providencia y sus tiempos, que a veces contrastan con nuestras expectativas. El diablo está vencido, pero volverá en el tiempo en que llegue el fin. Jesús lo vencerá nuevamente con su obediencia total al Padre.
La Homilía en un minuto
El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.
«El exceso de velocidad pulveriza la vida, no la hace más intensa»
En la jornada de oración y ayuno por la paz, en el marco del ciclo de catequesis sobre la vejez, el Papa Francisco ha reflexionado sobre la velocidad a la que estamos acostumbrados en el trajín cotidiano, afirmando que "el exceso de velocidad hace cada experiencia más superficial y menos nutriente", especialmente en los jóvenes.


En la audiencia general de este Miércoles de Ceniza, jornada de oración y ayuno por la paz en Ucrania, el Papa Francisco ha dirigido la segunda catequesis del ciclo sobre la vejez.
«En el pasaje bíblico de las genealogías de los antepasados», comenzó Francisco, «sorprende enseguida su enorme longevidad: ¡se habla de siglos! ¿Cuándo empieza, aquí, la vejez? ¿Y qué significa el hecho de que estos antiguos padres vivan tanto después de haber generado los hijos? ¡Padres e hijos viven juntos, durante siglos! Esta cadencia secular de la época, narrada en estilo ritual, otorga a la relación entre longevidad y genealogía un profundo significado simbólico».
«Es como si la transmisión de la vida humana, tan nueva en el universo creado, pidiera un lenta y prolongada iniciación. Todo es nuevo, en los inicios de la historia de una criatura que es espíritu y vida, conciencia y libertad, sensibilidad y responsabilidad. La nueva vida – la vida humana -, inmersa en la tensión entre sus orígenes “a imagen y semejanza” de Dios y la fragilidad de su condición mortal, representa una novedad completamente por descubrir. Y pide un largo tiempo de iniciación, en el que es indispensable el apoyo recíproco entre las generaciones, para descifrar las experiencias y confrontarse con los enigmas de la vida. En este largo tiempo, lentamente, es cultivada también la calidad espiritual del hombre».
«En un cierto sentido, todo paso de época, en la historia humana, nos propone de nuevo esta sensación: es como si tuviéramos que retomar nuestras preguntas sobre el sentido de la vida desde el inicio y con calma, cuando aparece el escenario de la condición humana lleno de preguntas nuevas e interrogantes inéditos. Ciertamente, la acumulación de la memoria cultural aumenta la familiaridad necesaria para afrontar los pasajes inéditos. Los tiempos de la transmisión se reducen; pero los tiempos de la asimilación piden siempre paciencia. El exceso de velocidad, que ya obsesiona todos los pasajes de nuestra vida, hace cada experiencia más superficial y menos “nutriente”. Los jóvenes son víctimas inconscientes de esta escisión entre el tiempo del reloj, que quiere ser quemado, y los tiempos de la vida, que requieren una adecuada “fermentación”. Una larga vida permite experimentar estos largos tiempos y los daños de la prisa».
«La vejez, ciertamente, impone ritmos más lentos: pero no son solo tiempos de inercia. La medida de estos ritmos abre para todos espacios de sentido de la vida desconocidos para la obsesión de la velocidad. Perder el contacto con los ritmos lentos de la vejez cierra estos espacios para todos. Es en este horizonte que he querido instituir la fiesta de los abuelos, en el último domingo de julio. La alianza entre las dos generaciones en los extremos de la vida – los niños y los ancianos – ayuda también a las otras dos – los jóvenes y los adultos – a vincularse para hacer la existencia de todos más rica en humanidad».
«Imaginemos», propuso el Papa, «una ciudad donde la convivencia de las diferentes edades forme parte integral del proyecto global de su hábitat. Pensemos en la formación de relaciones afectivas entre vejez y juventud que se irradien en el estilo general de las relaciones. La superposición de las generaciones se convertiría en fuente de energía para un humanismo verdaderamente visible y vivible. La ciudad moderna tiende a ser hostil con los ancianos (y no por casualidad también lo es con los niños). El exceso de velocidad nos mete en una centrífuga que nos barre como confeti. La mirada de conjunto se pierde por completo. Cada uno se aferra a su propia pieza, que flota sobre los flujos de la ciudad-mercado, para la cual los ritmos lentos son pérdidas y la velocidad es dinero. El exceso de velocidad pulveriza la vida, no la hace más intensa».
«La pandemia», recordó el Santo Padre, «en la cual estamos todavía obligados a vivir, ha impuesto – muy dolorosamente, lamentablemente – un revés para el obtuso culto a la velocidad. Y en este período los abuelos actuaron como barrera ante la “deshidratación” emocional de los pequeños. La alianza visible de las generaciones, que armoniza los tiempos y los ritmos, nos devuelve la esperanza de no vivir la vida en vano. Y devuelve a cada uno el amor por nuestra vida vulnerable, cerrándole el paso a la obsesión de la velocidad, que simplemente la consume. Los ritmos de la vejez son un recurso indispensable para captar el sentido de la vida marcada por el tiempo. Gracias a esta mediación, se hace más creíble el destino de la vida en el encuentro con Dios: un diseño que está escondido en la creación del ser humano “a su imagen y semejanza” y está sellado en el hacerse hombre del Hijo de Dios».
El Papa concluyó afirmando que «hoy se verifica una mayor longevidad de la vida humana. Esto nos ofrece la oportunidad de aumentar la alianza entre todas las etapas de la vida; y también con el sentido de la vida en su totalidad. Que el Espíritu nos conceda la inteligencia y la fuerza para esta reforma: la prepotencia del tiempo del reloj debe convertirse en la belleza de los ritmos de la vida. La alianza de las generaciones es indispensable. Que Dios nos ayude a encontrar la música adecuada para esta armonización».
El Papa agradece a los polacos su solidaridad con Ucrania
Durante la audiencia general del Miércoles de Ceniza, el Papa agradeció a Polonia su solidaridad con el pueblo ucraniano. Desde el país vecino, cientos de personas acogen a refugiados, les llevan comida y mantas y les facilitan la entrada en Polonia. Además recordó que el traductor en polaco es precisamente de Ucrania y su familia sufre la guerra en estos momentos.
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Cuaresma, tiempo de milagros
Cuaresma empieza hoy, y hoy es tiempo de creer, de esperar contra toda esperanza, de que aparezca el prodigio de la fe y de ponerla a prueba… Cuaresma es solo tiempo, tiempo de milagros.
40 días y 40 noches: ese es el tiempo que los evangelios sinópticos coinciden en señalar que estuvo Jesús en el desierto orando, ayunando y siendo tentado por Satanás. 40 días sin comer ni beber en el desierto no lo aguanta, perdónenme la expresión, ni Dios en su humanidad. Como la intención de los evangelistas no era la de narrar una epopeya de un héroe llamado Jesús, sino la de reflejar fielmente la historia de salvación de Dios-con-nosotros, deducimos que esos 40 días significan algo que solo podemos comprender con las claves de interpretación de los lectores de la época.
Benedicto XVI nos lo explicaba en la Cuaresma de 2012: «40 es el número simbólico con el que tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento representan los momentos más destacados de la experiencia de la fe del pueblo de Dios (…). Este número no constituye un tiempo cronológico exacto, resultado de la suma de los días. Indica más bien una paciente perseverancia, una larga prueba, un período suficiente para ver las obras de Dios, un tiempo dentro del cual es preciso decidirse y asumir las propias responsabilidades sin más dilaciones. Es el tiempo de las decisiones maduras».
40 días duró el diluvio, 40 días estuvo Moisés en el Sinaí, 40 años caminó el pueblo de Israel por el desierto y durante 40 días también nosotros caminaremos hacia la Pascua en este tiempo de conversión que comienza el Miércoles de Ceniza y que llamamos Cuaresma. Pero ¿será suficiente esta cuaresma para convertirme o cuántas cuaresmas necesitaré? ¿Cuánto durará ese tiempo no cronológico en el que Dios probará mi perseverancia? ¿Cuántas horas, días, meses o años necesitaré para ver las obras de Dios y que se dé en mí el milagro de orientar toda mi vida hacia Él?
Mientras reflexionaba sobre ello, llegó a mí la historia de Juan Manuel Igualada, conocido como “el último recluta de la mili”, que murió de forma inesperada hace unas semanas, casi tres décadas después del fatídico accidente que le causó graves lesiones cerebrales mientras hacía el servicio militar. Tenía entonces 19 años y, hasta su muerte, 28 años después, este soldado de reemplazo ha permanecido en estado vegetativo, postrado en una cama del Hospital Central de la Defensa Gómez Hulla. A su lado, Milagros Durán, su madre, que no dudó en dejar su casa y su trabajo en Cuenca para trasladarse a Madrid y poder cuidar así a su hijo.
¿Cuánto duran 28 años? Son más de 10.000 días, al pie de una cama, lavándolo, afeitándolo, conversando con él a diario para obtener como respuesta apenas algunos movimientos involuntarios o gemidos sin más sentido que el que una madre es capaz de interpretar anteponiendo el cariño y la esperanza a la lógica. 10.000 días de privaciones, de mucha oración (la habitación de Juanma parecía un santuario lleno de estampas e imágenes de la Virgen), de pensar en los demás por encima de uno mismo… Ayuno, oración, limosna… ¡Qué Cuaresma más larga la de Milagros y qué ejemplo el suyo para el mundo! ¿A cuántas tentaciones habrá tenido que hacer frente en este, su tiempo?
Cuaresma empieza hoy, y hoy es tiempo de creer, de esperar contra toda esperanza, de que aparezca el prodigio de la fe y de ponerla a prueba… Cuaresma es solo tiempo, tiempo de milagros.
Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.
Éxodo ucraniano de sufrimiento
Mientras Rusia bombardea Jarkov, y un convoy de tanques rusos se dirige a Kiev, más de medio millón de ucranianos huyen de su país, asegura la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). El Papa Francisco ha pedido para hoy, inicio de la Cuaresma, oración especial y ayuno por la paz en Ucrania, y poner “rostro e historias concretas de sufrimiento”, se ha recordado en una Jornada en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma).
Acnur contabilizaba hacia las 15 horas del lunes más de medio millón de personas huyendo de los combates entre ambos ejércitos, el ruso y el ucraniano. Hoy son en torno a 600.000. Personas con la tristeza y en ocasiones el pánico en la cara, que han salido estos días abarrotando metros, estaciones de tren y carreteras en localidades ucraniana, como sucedió en los aeropuertos afganos, especialmente en Kabul, no hace tanto.
Ajmal Rahmani, por ejemplo, salió de Afganistán hace un año pensando que iba a encontrar la paz en Ucrania, pero ahora huye de nuevo hacia Polonia, junto a miles de refugiados, por el avance ruso, cuenta France Press desde Medyka, Polonia. “Huí de una guerra, y me veo en otra. No he tenido mucha suerte», se lamenta este afgano de unos cuarenta años, que acaba de llegar a Polonia junto a su mujer Mina, su hijo Omar, de 11 años, y su hija Marwa, de siete, que no se separa de su perro de peluche marrón”.
Se estima que el número de los refugiados ucranianos hacia otros países podría alcanzar los cinco millones, según una evaluación del Pentágono y la inteligencia estadounidense citada hace unos días por The Washington Post. El éxodo generaría, ya lo está provocando, una crisis humanitaria de grandes proporciones en países vecinos, la mayoría en Polonia.
Polonia: 300.000, más 1,5 millones actuales
Se trata del éxodo “más grande dentro de Europa” desde la guerra de los Balcanes. Naciones Unidas ha alertado de que este número se podría incrementar en los próximos días, señala El Debate citando fuentes de Europa Press, teniendo en cuenta que la mayoría son mujeres y niños.
“Esta cifra ha ido aumentando exponencialmente, hora tras hora, literalmente, desde el jueves. He trabajado en crisis de refugiados durante casi 40 años y rara vez he visto un éxodo de personas tan increíblemente rápido”, ha asegurado el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Filippo Grandi.
Ucrania tiene frontera con siete países. Rusia al norte y el este, Bielorrusia en el norte, Polonia y Eslovaquia al oeste y Rumania, Hungría y Moldavia en el suroeste. El Mar Negro, al sur. Pues bien, a fecha de ayer, según Acnur, 280.000 migrantes han huido a Polonia, 94.000 han migrado a Hungría, casi 40.000 están actualmente en Moldavia, y 34.000 y 30.000 están en Rumanía y Eslovaquia, respectivamente.
“Quiero felicitar a los gobiernos de los países receptores por permitir el acceso de refugiados a su territorio. El desafío de admitir y registrar, satisfacer las necesidades y garantizar la protección de quienes huyen, es abrumador”, afirma Filippo Grandi.
Los exilados se dirigen a numerosos países, no sólo a los fronterizos. En Trieste (Italia), unas cincuenta personas llegaron en autobús, entre ellas una niña de nueve meses, todas ellas destinadas a casa de amigos o conocidos, principalmente en el norte.
“Construir el futuro con migrantes y refugiados”
El Ministerio de Sanidad de Ucrania ha actualizado el lunes el balance de víctimas civiles como consecuencia de la invasión rusa y, aunque mantiene en 352 la cifra provisional de fallecidos, ha situado ya la de heridos por encima de los 2.000 –en concreto, 2.040–, señala The Objective.
En su invitación para que este 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, creyentes y no creyentes nos unamos en la oración y ayuno por la paz en Ucrania, el Santo Padre ha manifestado que es “un día para estar cerca del sufrimiento del pueblo ucraniano, para sentir que todos somos hermanos y para implorar a Dios el fin de la guerra”.
Por otra parte, el Papa Francisco subrayó que quien hace la guerra se olvida de la humanidad: “No parte del pueblo, no mira la vida concreta de las personas, sino que antepone a todo los intereses partidistas y el poder. Se confía a la lógica diabólica y perversa de las armas, que es la más alejada de la voluntad de Dios. Y se aleja de la gente común, que quiere la paz; en todos los conflictos ―la gente común― es la verdadera víctima, que paga en su propia piel las locuras de la guerra”.
En su Mensaje para este tiempo de Cuaresma, que comienza hoy, el Pontífice alienta, tal como ha informado Omnes: “No nos cansemos de orar. Jesús nos ha enseñado que es necesario ‘orar siempre sin desanimarse’. Necesitamos orar porque necesitamos a Dios. Pensar que nos bastamos a nosotros mismos es una ilusión peligrosa”.
A continuación, el Papa añade: “Aprovechemos especialmente esta Cuaresma para cuidar a quienes tenemos cerca, para hacernos prójimos de aquellos hermanos y hermanas que están heridos en el camino de la vida. La Cuaresma es un tiempo propicio para buscar —y no evitar— a quien está necesitado; para llamar —y no ignorar— a quien desea ser escuchado y recibir una buena palabra; para visitar —y no abandonar— a quien sufre la soledad. Pongamos en práctica el llamado a hacer el bien a todos, tomándonos tiempo para amar a los más pequeños e indefensos, a los abandonados y despreciados, a quienes son discriminados y marginados (Fratelli tutti, 193).
“La gente común, la verdadera víctima”
En la misma línea, mirando a la 108 Jornada del Migrante y del Refugiado, que tendrá lugar el 25 de septiembre, el Santo Padre ha elegido como título para su Mensaje “Construir el futuro con los migrantes y los refugiados”, con el fin de subrayar el compromiso al que todos estamos llamados a poner en práctica para construir un futuro que responda al plan de Dios, sin excluir a nadie, ha informado la Sala de Prensa vaticana.
“Construir con” significa, ante todo, reconocer y promover la aportación de los migrantes y los refugiados a esta obra de construcción, porque sólo así se podrá edificar un mundo que garantice las condiciones para el desarrollo humano integral de todos y todas”.
Para favorecer una preparación a la Jornada, la Sección Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral lanzará, a partir de finales de marzo, una campaña de comunicación destinada a promover una comprensión profunda del tema y de los subtemas del Mensaje.
Relato veraz del fenómeno migratorio
Precisamente hace unos días, el padre Fabio Baggio recordó algunas iniciativas que el Sección Migrantes y Refugiados de este Dicasterio ha adoptado en los últimos cinco años, en sintonía con el Magisterio del Papa Francisco. Lo hizo en una Jornada de estudio en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz sobre la narración del fenómeno migratorio, celebrada el día 16 de febrero, y promovida por su Facultad de Comunicación y la Asociación ISCOM, en colaboración con el Comité de Información Migrantes y Refugiados, informa Antonino Piccione.
El objetivo, según sus promotores, era promover un relato veraz del fenómeno migratorio sin partir de las narrativas polarizadas o estérilmente divisorias, respetando la dignidad de las personas implicadas (la dignidad “es la piedra angular de nuestro compromiso, de nuestra pasión civil”, mencionó el Jefe de Estado italiano Sergio Mattarella, en su discurso del 3 de febrero) en línea con la ética profesional y la deontología.
El padre Fabio Baggio señaló, en particular, que «hay que prestar especial atención a la cuestión del trabajo, que está al servicio del hombre, y no al contrario. Los desempleados, o aquellos con trabajos irregulares y precarios, corren el riesgo de verse relegados a los márgenes de la sociedad”. “Un reto ―subrayó el padre Baggio―, que supone un gran desafío para los migrantes y refugiados: “muchos de ellos están como si no existieran, expuestos a diversas formas de esclavitud y explotación”.
“¡Escuchemos estas historias!”, es la exhortación del Papa Francisco. “Cada uno será entonces libre de apoyar las políticas migratorias que considere más adecuadas para su propio país. Pero tendremos ante nuestros ojos, en cualquier caso, no números, no invasores peligrosos, sino rostros e historias de personas concretas, miradas, expectativas, sufrimientos de hombres y mujeres a los que escuchar”.
Un nombre y una historia a cada migrante
“Para superar los prejuicios sobre los inmigrantes y derretir la dureza de nuestros corazones, deberíamos intentar escuchar sus historias. Darle un nombre y una historia a cada uno de ellos”.
A raíz del Mensaje del Santo Padre Francisco para la 56ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, en la Jornada académica universitaria se proyectaron algunos testimonios de refugiados, recogidos por el Centro Astalli.
Las contribuciones en vídeo ofrecieron a Mario Marazziti, de la Comunidad de Sant’Egidio, la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de la “verdadera acogida” y la “verdadera integración”, a la luz de una experiencia personal en el origen de un gran acontecimiento colectivo. “Estuve en Lampedusa dos días después del gran naufragio. 172 cuerpos debían ser recuperados”, recoge Antonino Piccione.
Ese 5 de octubre de 2013, decidimos ‘inventar’ los corredores humanitarios para seguir siendo humanos, nosotros y Europa, señaló Mario Marazziti. “Gracias al patrocinio y a la sociedad civil, desde entonces 4.500 refugiados han reanudado su vida en Italia y el resto del continente gracias a Sant’Egidio, las Iglesias protestantes, la Iglesia, los ciudadanos de a pie, y un modelo de integración a disposición de los gobiernos. ‘Humanizar’ ya no puede ser hoy sólo un hecho extraordinario.
Debemos evitar la “globalización de la indiferencia”denunciada por Francisco en Lampedusa. Gian Guido Vecchi, del Corriere della Sera, informó: “Tras saludar uno por uno a los refugiados en el campo de Lesbos, el Papa dijo: ‘Estoy aquí para miraros a los ojos. Los que te temen no han visto tu rostro’. ¿Cómo romper el muro del miedo y la indiferencia? ¿Cómo se informa de la tragedia de la migración? Para un periodista, se trata paradójicamente de dar un paso atrás. La lección de Flaubert: no muestres tus emociones, sino conmueve al lector y muestra los detalles, los rostros, las historias”.
En la Jornada intervinieron también, entre otros, Stefano Allievi, profesor de Sociología de Universidad de Padua, y Adele Del Guercio, del Departamento de Ciencias Humanas y Sociales (Universidad de Nápoles L’Orientale). La percepción del fenómeno derivado de la comunicación ―incluidas las redes sociales ―, centraron el debate moderado por el notario Vincenzo Lino, entre Aldo Skoda (Universidad Pontificia Urbaniana) y Fabrizio Battistelli (presidente del Instituto Internacional de Investigación Archivio Disarmo). Por último, Raffaele Iaria (Fundación Migrantes), Annalisa Camilli (Internazionale) y Nello Scavo (Avvenire) debatieron sobre la relación entre la verdad y la profesión periodística. Para este último, “el peor enemigo de los periodistas y del periodismo no es el crimen, sino la mentira del Estado”.
El Mediterráneo, frontera de paz
Para completar este recorrido por el fenómeno migratorio, en este caso provocado por la crisis ruso-ucraniana, no viene mal recordar el encuentro de obispos y alcaldes de los pueblos costeros del Mediterráneo, celebrado este fin de semana por iniciativa de la Conferencia Episcopal Italiana, del que ha informado Omnes.
Se trata de la segunda iniciativa de este tipo, dirigida personalmente por el cardenal Gualtiero Bassetti, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. La primera tuvo lugar hace dos años, justo antes del estallido de la pandemia, en Bari, con la presencia del Papa Francisco, que no ha podido acudir este año. En torno a sesenta obispos de una veintena de países costeros del ‘mare nostrum’ han participado en el encuentro, para reflexionar sobre cómo hacer de él cada vez más una ‘frontera de paz’.
El cardenal Gualtiero Bassetti lamentó el “terrible escenario” que vive Ucrania en medio de la invasión que sufre a manos de Rusia, y realizó un llamamiento para “detener la locura de la guerra”. “Con los obispos presentes en Florencia”, dijo, “hemos expresado nuestro dolor por el terrible escenario de Ucrania. Hemos apelado a la conciencia de los responsables políticos para que dejen de usar las armas”, añadió.
«Con menos dinero la Iglesia ha tenido y tiene que hacer muchas más cosas»
La Conferencia Episcopal Española ha presentado los datos provisionales relativos a la asignación tributaria registrados a favor de la Iglesia en la Declaración de la Renta de 2021, correspondiente, por tanto, a la actividad económica desarrollada en 2020.
El 31,57%, de los contribuyentes españoles marcó, en 2021 la casilla de asignación a la Iglesia católica.
En total, 7.337.724 contribuyentes marcaron la X en la Declaración de la Renta, lo que supone, contando las declaraciones conjuntas, 8,5 millones de contribuyentes que confían en la labor de la Iglesia. Aunque este dato pone de manifiesto un aumento de 40.000 declaraciones de la Renta en favor de la Iglesia católica con respecto al ejercicio anterior, la cantidad recaudada ha sido menor que el ejercicio de 2019.
295.498.495 euros fue la cantidad percibida por la Iglesia católica en este ejercicio lo que supone un descenso de 5,58 millones, respecto al año anterior.
El vicesecretario para Asuntos Económicos de la CEE, Fernando Giménez Barriocanal ha insistido en que se trata de un descenso “lógico y previsible” dado que la crisis económica generada por la pandemia de coronavirus ya se nota en este ejercicio y ha querido agradecer y destacar el compromiso de todas aquellas personas que valoran y respaldan la actividad de la Iglesia que se ha multiplicado en estos meses de pandemia.
“Con menos dinero la Iglesia ha tenido y tiene que hacer muchas más cosas”, ha señalado el vicesecretario para Asuntos Económicos de los obispos españoles.

Menos nuevos declarantes
Asimismo, Giménez Barriocanal ha señalado el descenso de nuevos declarantes que marcan la X en favor de la Iglesia, en esta línea, ha explicado que, durante 2020 y la entrada de los trabajadores en ERTE un porcentaje elevado de personas que no hacían antes la declaración de la renta tuvieron que hacerla ese año y no han reparado en la asignación tributaria de la Iglesia o para Otros fines sociales.
De hecho, ha querido destacar “vemos que no es un tema de la Iglesia porque el porcentaje de nuevos declarantes que no ha marcado esta casilla es exactamente igual al que no ha marcado Otros fines sociales”. Por ello, ha vuelto a insistir en la necesidad de recordar estas dos asignaciones “que no nos cuesta más o nos van a devolver menos y que podemos ayudar el doble al marcar las dos casillas”.
Nuevo portal de «Por tantos»
Por su parte, el director del secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia, José María Albalad, ha destacado la “gratitud sincera y emocionada” hacia todos los contribuyentes que hacen posible que detrás de sus “x” en la declaración se encuentren las historias de tantas personas ayudadas por la Iglesia.
Asimismo ha repasado la web portantos.es que presenta un nuevo aspecto así como una mejora de contenido y presentación para acercar la labor de la Iglesia, los datos económicos, etc. Entre las novedades de la web destacan los gráficos interactivos a través de los que se pueden conocer, por ejemplo, el porcentaje de asignaciones tributarias que han marcado la «x» de la Igleisa por comunidades autónomas o la cantidad recaudad en cada una de ellas.
Además ha querido destacar las más de 700 iniciativas que recoge la web Iglesia Solidaria y que muestra la labor impulsada por la Iglesia en España durante este tiempo de pandemia.
Il cappellano Ivan Lypka:“L’Ucraina vuole vivere in libertà. Questo conflitto deve essere fermato»
Mentre le truppe russe entrano nella capitale ucraina, Kiev, il cappellano cattolico della comunità ucraina a Madrid, Iván Lypka, dialoga con Omnes. Si tratta di un gruppo di ottomila-diecimila persone, molte delle quali partecipano al culto nella parrocchia di Buen Suceso. "L'Ucraina è un popolo pacifico", dice.
Testo originale in spagnolo qui
Le notizie e le immagini non lasciano spazio a dubbi. Le truppe russe sono già a Kiev, molto vicino al parlamento ucraino. Abbiamo parlato con il sacerdote ucraino, il cappellano Iván Lypka, che ieri sera ha celebrato una Messa per la comunità ucraina a Madrid, e poi ha guidato un’Adorazione del Santissimo Sacramento pregando per il suo Paese e la sua gente. Tutta la sua famiglia risiede in Ucraina. Alcune sue parole possono diventare ‘superate’ in poche ore, perché la presa di Kiev è già in atto, come si può vedere.
Lei ha vissuto in Spagna molti anni al servizio della comunità Ucraina
– Sì, circa vent’anni. Vengo dall’Ucraina. In provincia siamo circa ventimila. In questi anni che sono stato qui ho organizzato tre gruppi di fedeli. Ad Alcalá de Henares, a Getafe e qui a Madrid, dove c’era già la comunità ucraina organizzata, e la cappellania. Il cardinale di allora era molto interessato. I primi ucraini sono arrivati nel 1997, a causa di una crisi economica, e sono rimasti qui a lavorare per sostenere le loro famiglie. Ci sono molte persone già residenti in Spagna e con la nazionalità spagnola. E ci sono giovani che hanno già avuto successo qui nella la loro carriera.
Molte persone originarie dell’Ucraina avranno parenti nel loro paese …
― Sicuro, la mia famiglia, i miei genitori, i miei fratelli, sorelle, nipoti, sono lì, tutta la famiglia è lì. Prima solo due province erano coinvolte in questo conflitto, ma ora è una guerra totale, ovunque.
Che notizie vi arrivano?
― Si sentono suonare sempre le sirene degli allarmi, per avvertire di andare nei rifugi in luoghi protetti dai bombardamenti. Ho parlato con mio fratello proprio stamattina. Ogni notte deve nascondersi, non si sa mai quando attaccheranno. Ieri hanno attaccato luoghi importanti, aeroporti, basi militari, hanno sganciato bombe anche su zone dove abitano i civili, e si sono avvicinati alle strade. Ora si avvicinano alla capitale. La Bielorussia è molto vicina.
C’è qualcuno tra i suoi parenti o conoscenti che sta pensando di lasciare il paese? Oppure vogliono restare?
― Non si sa nulla di certo. Per pensare se uscire o restare uno deve avere tempo. Il conflitto è iniziato nel 2014. I politici stavano lavorando, ieri sono subentrati i militari. Ora non si sa . Ci sono tanti morti, feriti, l’intera Ucraina in questo momento è in guerra, si sta combattendo in luoghi diversi, perché i soldati russi entrano da strade diverse, da tutte le parti. Stanno anche attaccando dall’aria.
Preghiamo per voi, per la pace, come ha chiesto papa Francesco.
― Combattiamo da anni per avviare e risollevare l’economia. Molte persone devono pensare a curare il loro lavoro, perché è con quello che viviamo e aiutiamo la famiglia che abbiamo lì.
Ieri pomeriggio abbiamo celebrato una Messa, e poi partecipato a una Veglia per la Pace in parrocchia, perché tutto questo finisca. Poi una Veglia con i giovani della parrocchia e della comunità ucraina. E una parte di noi è rimasta tutta la notte, nella cappella per adorare Nostro Signore, e in questi giorni si continuerà.
Cosa vorrebbe che accadesse ora? Che si rivolgesse un appello ai leader politici?
― È una necessità. Questa guerra deve essere fermata il prima possibile. È tutto nelle mani dei politici, che possono far cessare questo massacro. Le persone non sono da biasimare. Il nostro presidente [Volodymyr Zelensky] lo dice molto chiaramente: l’Ucraina non vuole combattere con nessuno, non sta attaccando nessuno. Ora, in questi giorni, difendiamo la nostra libertà, la nostra indipendenza, la nostra cultura, anche la nostra fede, le nostre case, le nostre famiglie, il nostro Paese.
Nel vostro paese c’è una maggioranza ortodossa …
― Si. Siamo cattolici di rito greco ortodosso, ed esiste anche una comunità cattolici di rito latino. La maggioranza però è ortodossa.
In questo frangente sarete tutti uniti.
― Credo di si. Ora è il momento di unirsi. Ci vuole unità. Difendere la fede, la Chiesa, la cultura, il nostro Paese, perché è molto importante. L’Ucraina lo ha già detto mille volte, e molto chiaramente, tramite i suoi politici, vescovi, ecc., che vuole vivere in libertà, come vuole ora il mondo intero, in particolare l’Europa, vuole la democrazia, ecc. Ed è anche quello che vuole il popolo ucraino, credo. Apprezziamo molto la preghiera. Ne hanno bisogno, anche i militari che difendono la pace e l’Ucraina.
Ci sono più di 4.800 sacerdoti cattolici in Ucraina e più di 1.300 suore.
― Quando nel 2014 iniziò il conflitto, il Papa aveva organizzato una colletta mondiale in tutta la Chiesa cattolica. Abbiamo contribuito anche noi. Quella raccolta era dedicata ad aiutare le persone coinvolte nel conflitto, in queste due province che ora sono sotto il controllo russo. I rappresentanti delle organizzazioni umanitarie potevano entrare in quelle zone per portare cose necessarie; cibo, medicine, ecc.
Al momento agli ucraini mancano i generi alimentari?
― Penso che ci sarà una carenza di generi alimentari, ma non lo sappiamo ancora. Oggi è il secondo giorno. Nessuno se lo aspettava e le persone si stanno organizzando. Tutti quelli con la testa a posto pensavano che quello che accade ora non sarebbe accaduto, perché quale motivo c’è per iniziare una guerra in Europa? Non c’è una spiegazione.
Mentre ci congediamo il cappellano Ivan Lypka afferma: “Serve un’arma molto speciale, la preghiera. Ci sono persone che combattono in prima fila, ma anche coloro che pregano sono molto solidali, perché stiamo difendendo la verità e la nostra tradizione di fede, perché non sappiamo cosa potrebbe accadere dopo. L’Ucraina è un popolo pacifico, che vuole vivere del proprio lavoro, prendersi cura e sostenere la propria famiglia”.
Metaverso
“Metaverso”: un concepto nuevo, que se refiere a un mundo virtual al que las personas nos conectamos a través de avatares, para convivir y relacionarnos entre nosotros; y que se pretende que sirva para todo, mediante una combinación de tecnologías que faciliten esa posibilidad.
Metaverso es el nuevo concepto que, probablemente, protagonizará el proceso evolutivo de la sociedad digital en la actual década. Será importante ver donde estará la fe, la Iglesia y la vida espiritual en esta nueva realidad o situación. El metaverso permite superar las limitaciones físicas y temporales del universo real para adentrarse en nuevos e infinitos universos a través de avatares o proyecciones virtuales de las personas.
Pero serán los metaversos de Meta (antes Facebook), Microsoft y Google los que popularizarán estos nuevos entornos virtuales. Para estas grandes compañías, es un concepto clave en su estrategia de crecimiento a largo plazo. Es muy probable que el discurrir del metaverso describa una trayectoria larga y lenta para, en un momento dado, experimentar un súbito desarrollo. Así ocurrió con los bitcoins o con la telefonía móvil. Dar el salto a los metaversos parece mucho más plausible tras la súbita e intensa transformación digital provocada por la pandemia, que ha revolucionado el teletrabajo y la inserción digital de muchas personas, antes reticentes o ajenas al cambio. Comprar online o participar en videollamadas ha llegado a todas las edades y estratos de población. Así, la transición desde la navegación en la web o las reuniones con pantalla cuadriculada hacia la experiencia inmersiva virtual será más natural y comprensible.
Los metaversos están de moda. Pero, ¿qué se entiende por metaverso? Se entiende por metaverso un mundo virtual en el cual nos conectamos con avatares, para convivir y relacionarnos entre nosotros.
La idea renovada de metaverso va más allá en la búsqueda de un multipropósito, es decir, que sirva para todo, mediante una combinación de tecnologías. El 5G, la realidad virtual, realidad aumentada, y el propio blockchain con la posibilidad de la tokenización de activos y los NFTs, hacen posible que las personas en un futuro próximo puedan vivir dentro del metaverso: que trabajen, naveguen, jueguen, se relacionen, se eduquen, etc; que sea una extensión digital de su vida física, que cambien la pantalla de su móvil o su tableta por una integración en el metaverso, con lo que la línea que separa el universo físico del digital se difuminará un poco más.
Se espera que los metaversos alcancen su popularidad en los próximos cinco años, y son varias las compañías tecnológicas que pujan por crear el más atractivo, en el que vayamos a parar todos. Se estima que Meta ha invertido 28.500 millones de dólares hasta el 2021, y Bloomberg estima que el negocio moverá en el 2024 unos 800.000 millones de dólares.
Las implicaciones del metaverso para la legislación son enormes y abarcan todas las ramas del derecho. Veamos algunos ejemplos:
-en algunos metaversos ya es posible comprar parcelas, e incluso realizar en ellos proyectos inmobiliarios. Hace poco ha sido noticia la venta de una parcela por 450.000 dólares, así como el pago de 2,5 millones de dólares por varias parcelas en una calle digital para establecimientos de moda. Entonces, ¿será posible hipotecar esas parcelas? ¿Podrá haber arrendamiento? ¿Y subarriendo, cesión, usufructo o servidumbre?
-en Decentraland, un metaverso en blockchain, la comunidad puede votar para tomar decisiones que luego se adoptan por mayoría. ¿Qué tipo de votaciones podrán realizarse en el metaverso? ¿La mayoría de habitantes del metaverso podrá entonces imponer su voluntad, o existirá algún tipo de control externo?
-si trabajamos en el metaverso para una DAO (organización autónoma descentralizada), tendremos que cumplir con la normativa laboral. ¿Cómo deberá de ser un centro de trabajo virtual? ¿Se podrá inspeccionar un centro de trabajo en el metaverso?
La casuística es enorme y abarca todo tipo de relaciones en las que los humanos interactuamos. Cuanto más parecida sea la interacción en el metaverso a la del mundo real, mayores serán las implicaciones legales.
Líderes ortodoxos se solidarizan con Ucrania, y unidad católica con el Papa
En paralelo a la petición de oración y ayuno por la paz, implorada por el Papa Francisco, y a la condena de la “invasión rusa” por el Patriarca ecuménico Bartolomé, Omnes ha conversado con el Arzobispo Metropolitano Bessarion, de España y Portugal (Patriarcado Ecuménico de Constantinopla) y con el Padre Constantin, ucraniano ortodoxo.


Omnes ha reflejado estos días algunas reacciones de la jerarquía católica, sacerdotes y religiosos, y algunas organizaciones católicas, como ACN, ante la actitud del presidente ruso Vladimir Putin con Ucrania, y su decisión posterior de lanzar una “operación militar especial” sobre el país ucraniano.
Unas declaraciones e iniciativas que siguen al intenso llamamiento del Santo Padre a la oración y el ayuno estos días, en especial el miércoles de Ceniza, inicio de la Cuaresma, el próximo 2 de marzo. Y también sus gestiones en favor de la paz.
Por ejemplo, su visita el pasado viernes a la embajada rusa ante la Santa Sede para manifestar al embajador “su preocupación por la guerra” en Ucrania, en un gesto inusual y a pesar de que anuló sus compromisos por fuertes dolores en la rodilla, entre otros, el desplazamiento previsto para hoy a Florencia.
Se ha mencionado asimismo su llamada telefónica el sábado al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, para manifestarle su “profundo dolor por los acontecimientos trágicos” en su país, invadido por tropas rusas, informó la embajada ucraniana ante la Santa Sede.
El Santo Padre Francisco telefoneó también a Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de Kyiv-Halyč. Se interesó por las condiciones de quienes vivían en los territorios más afectados por las operaciones militares rusas. y agradeció a la Iglesia greco-católica ucraniana “su elección para estar al lado de la población que sufre y por poner a disposición el sótano de la catedral principal del arzobispado, convertido en un verdadero refugio”.
“Violación de la legalidad internacional”
Ahora, Omnes recoge el testimonio del nuevo Arzobispo Metropolitano ortodoxo, Bessarion, de España y Portugal (Patriarcado Ecuménico de Constantinopla), y del padre Constantin, obispo ortodoxo ucraniano, tradición a la que pertenece la gran mayoría de los ortodoxos del país.
El arzobispo Bessarion, griego, remite a las palabras del Patriarca ecuménico Bartolomé, quien llamó rápidamente, al comienzo de las hostilidades, a Su Beatitud el Metropolitano Epifanio, Primado de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania, para expresarle “su enorme pesar por esta flagrante violación de cualquier noción de derecho y legalidad internacional, así como su apoyo al pueblo ucraniano que lucha ‘por Dios y por el país’ y a las familias de las víctimas inocentes”
El Patriarca Bartolomé “condena este ataque sin mediar provocación de Rusia contra Ucrania, Estado independiente y soberano de Europa, así como la violación de los derechos humanos y la brutal violencia contra nuestros semejantes, sobre todo los civiles”, y “ora al Dios del amor y la paz para que ilumine a los líderes de la Federación Rusa de modo que comprendan las trágicas consecuencias de sus decisiones y acciones, que incluso pueden desencadenar un conflicto militar mundial”.
El Patriarca ortodoxo ha realizado también un llamamiento al diálogo a los líderes de todos los Estados y a las organizaciones internacionales. en un comunicado que puede leer aquí.
“La Iglesia ortodoxa de Moscú en Ucrania, con Putin”

Los ortodoxos ucranianos tienen su liturgia en la catedral ortodoxa de los Santos Andrés Apóstol y Demetrio Mártir (Madrid), donde hemos quedado para conversar. El padre Constantin, ortodoxo natural de Ucrania, lleva 22 años en España, está casado y tiene dos hijos. Recuerda que esa iglesia es greco-ortodoxa, y “los ortodoxos ucranianos la alquilamos” para el culto.
Prácticamente todos los ucranianos que viven en España tienen familiares en Ucrania, señala. “En nuestro país tenemos tres iglesias: una greco-católica, otra ortodoxa ucraniana, y una tercera ortodoxa de Rusia. Yo soy ucraniano del Patriarcado de Constantinopla”.
Respecto a si existe una postura común de las iglesias en Ucrania ante la intervención rusa, responde: “Hay diferencias”, responde el padre Constantin, “porque en territorio ucraniano está la Iglesia ortodoxa del Patriarcado de Moscú, que está apoyando a Putin”.
A su juicio, “cualquier tipo de negociación no va a satisfacer a Rusia, porque lo que quieren es territorio de Ucrania. Esto es política. Yo no quiero intervenir en política. Para nosotros, para los sacerdotes, lo principal es llegar por las oraciones a nuestra gente, tranquilizar sus corazones y sus pensamientos. Y rezar para que esta guerra termine lo antes posible, y se produzcan las menores muertes posibles”.
“Estamos animando a la comunidad ortodoxa a rezar por la paz”, añade. “En estos momentos llego de la embajada rusa, donde nuestra gente está protestando contra la violencia y contra la guerra. En 22 años que llevo aquí, soy conocido por toda España. Ahora me entran llamadas constantemente pidiendo que recemos por la paz en Ucrania”.
Olena, ucraniana ortodoxa que ha realizado funciones de traducción, asegura que su familia está “sufriendo, están asustados, viviendo en los sótanos, con mucho miedo”.
Unidad católica con el Papa
El jueves, pocas horas después del ataque a Ucrania por parte de las tropas rusas, el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, afirmó que “aún había espacio para negociar (…), para encontrar una salida pacífica al conflicto ruso-ucraniano”.
“Los trágicos escenarios que todos temían se están haciendo realidad. Pero aún hay tiempo para la buena voluntad, aún hay espacio para la negociación, aún hay lugar para el ejercicio de una sabiduría que impida la prevalencia de los intereses creados, proteja las legítimas aspiraciones de cada uno y evite al mundo la locura y los horrores de la guerra”, añadió el cardenal Parolin.
“Los creyentes no perdemos la esperanza en un rayo de conciencia de aquellos que tienen los destinos del mundo en sus manos. Y sigamos rezando y ayunando ―lo haremos el próximo Miércoles de Ceniza― por la paz en Ucrania y en el mundo entero”, concluyó.
Oración y vías para la paz
Por otra parte, instituciones como la Comunidad de Sant Egidio o la Prelatura del Opus Dei han secundado la invitación del Papa, e incluso han propuesto vías de pacificación.
Monseñor Fernando Ocáriz alienta en su Mensaje a apoyarse “en la fuerza de la oración. Sin el Señor, todos los esfuerzos por pacificar los corazones son insuficientes”.
El prelado pide unirse “de todo corazón a la invitación del Papa de responder a la violencia con la oración y el ayuno. Además de la jornada de ayuno por la paz que viviremos el próximo 2 de marzo, sigamos implorando a Dios, muchas veces al día, con confianza de hijos, el don de la paz. La oración y la experiencia del ayuno nos acercan a las personas que están sufriendo privaciones y angustia, y cuyo futuro se hace incierto”. “Especialmente en la santa Misa y en nuestra oración a santa María, Reina de la Paz, tengamos muy presentes a todos los que sufren”.
Por su parte, el fundador de la Comunidad de Sant Egidio, Andrea Riccardi, ha lanzado un Manifiesto al que puede adherirse todo el que lo desee, para llegar a un inmediato alto el fuego y proclamar de manera urgente a Kiev, la capital ucraniana, como “ciudad abierta”.
“Kiev, capital de tres millones de habitantes, es hoy un campo de batalla en Europa”, asegura Andrea Riccardi, y “la población civil, indefensa, vive en una situación de peligro y terror mientras busca protección en los refugios subterráneos. Los más débiles, desde los ancianos hasta los niños, o las personas sin hogar, están aún más expuestos. Ya se han producido las primeras víctimas civiles”.
“Kiev es una ciudad santuario para muchos cristianos, en primer lugar para los cristianos ortodoxos de todo el mundo”, añade Riccardi. “En Kiev empezó la historia de fe de los pueblos ucraniano, bielorruso y ruso. En Kiev nació el monaquismo ucraniano y ruso. Imploramos a quienes pueden decidir abstenerse de utilizar las armas en Kiev que declaren un alto el fuego en la ciudad, que proclamen Kiev como «ciudad abierta», que no ataquen a sus habitantes con la violencia de las armas, que no violen una ciudad a la que hoy mira toda la humanidad. Que esta decisión facilite una negociación para llegar a la paz en Ucrania.
El CELAM: no a la desestabilización
El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) ha expresado su preocupación por la situación en Ucrania, y se ha unido al llamamiento del Papa Francisco a los responsables políticos para que, a partir de un examen de conciencia, dejen de lado todo aquello que provoca un sufrimiento y desestabiliza la convivencia.
Así lo han señalado un comunicado Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, arzobispo de Trujillo (Perú) y presidente de la entidad, y el cardenal Odilo Scherer, arzobispo de San Pablo (Brasil) y secretario general, informa Vatican News, agencia oficial vaticana.
“En unión con Francisco”, el CELAM ha invitado “a las 22 Conferencias Episcopales de América Latina y el Caribe, a las instituciones eclesiales del continente y a todos los hermanos y hermanas de buena voluntad a adherir a la jornada de oración y ayuno por la paz, convocada por el Obispo de Roma para el próximo 2 de marzo (Miércoles de Ceniza)·. Al mismo tiempo, el CELAM animó a interiorizar el mensaje del Papa para la Cuaresma de este año, en el que realiza un llamado a no cansarnos de hacer el bien”. Junto al Papa, piden que “la Reina de la Paz preserve al mundo de la locura de la guerra”, manifestaron.
“Invocamos la tierna misericordia de Dios”
El arzobispo de Los Ángeles, Monseñor José H. Gómez, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, ha emitido también una declaración, en la que subraya que, en tiempos de angustia, “invocamos la tierna misericordia de Dios, para que guíe nuestros pasos por el camino de la paz”.
La Conferencia Episcopal Mexicana, por su parte, ha recordado las palabras del cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, quien en su declaración del pasado jueves, señaló que “aún hay tiempo para la buena voluntad, aún hay espacio para la negociación, aún hay lugar para el ejercicio de una sabiduría que evite al mundo la locura y los horrores de la guerra”.
Obispos europeos
En nombre de las Conferencias Episcopales europeas, el Cardenal Hollerich ha reiterado “la fraternal cercanía y solidaridad con el pueblo y las instituciones de Ucrania”. “Y compartiendo los sentimientos de angustia y preocupación del Papa Francisco”, ha realizado “un llamamiento a las autoridades rusas para que se abstengan de llevar a cabo nuevas acciones hostiles que infligirían aún más sufrimiento y despreciarían los principios del derecho internacional. Por ello, ha señalado el cardenal, “pedimos urgentemente a la comunidad internacional, incluida la Unión Europea, que no deje de buscar una solución pacífica a esta crisis mediante el diálogo diplomático”.
Por otro lado, los obispos del Mediterráneo, que se han reunido en Florencia en elEncuentro “Mediterráneo, frontera de paz”, organizado por la Conferencia Episcopal Italiana, del que ha informado Omnes, han expresado su “preocupación y dolor por el dramático escenario en Ucrania”, y han renovado su cercanía a las comunidades cristianas del país. Además, los obispos “apelan a la conciencia de quienes tienen responsabilidades políticas para que depongan las armas”.
España, solidaridad y más oración
En España, el presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Juan José Omella, ha remitido sendas cartas al presidente de la Conferencia de Obispos Católicos Romanos de Ucrania y del Comité para la Doctrina de la Fe, Mons. Mieczysław Mokrzycki; al presidente del Sínodo de los Obispos de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana, Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk; y a Su Beatitud el Metropolita Epifanio I de Kiev y de toda Ucrania.
El presidente de la CEE se une a la plegaria del Papa Francisco, y transmite “la cercanía y solidaridad de todos los miembros de la Conferencia Episcopal Española con todo el pueblo de Ucrania, que se ve golpeado por la situación de conflicto con Rusia”. El cardenal Omella ofrece también “nuestra oración constante para que se llegue pronto a acuerdos de paz”.
Alicia Latorre: “La reforma de la ley del aborto pretende blanquear el mal”
Es una de las mayores luchadoras de la causa por la vida. Alicia Latorre coordina la Plataforma Sí a la Vida, que ha convocado la Marcha por la Vida 2022 el 27 de marzo, y preside la Federación Española de Asociaciones Provida. A su juicio, la reforma de la ley del aborto es “intimidatoria” y “una apisonadora de derechos y libertades”.
Han coincidido casi en los mismos días esta semana. Por un lado, la ministra de Igualdad, Irene Montero, anunció en el Congreso algunas líneas de una reforma legislativa que obliga a los hospitales públicos a contar con profesionales que practiquen abortos; elimina el periodo obligatorio de reflexión de tres días antes de abortar, y acaba con la exigencia del consentimiento de los padres para las chicas de 16 y 17 años, cuestión que introdujo el PP. “El aborto será libre, gratuito y seguro”, manifestó la ministra.
Por otro, la Plataforma Sí a la Vida, integrada por 500 asociaciones, y cuya coordinadora es Alicia Latorre, presidenta de la Federación Española de Asociaciones Provida, ha convocado de nuevo a la sociedad civil en España.
La cita es el próximo 27 de marzo a las 12,00 horas en Madrid (c/Serrano/Goya), con la finalidad de salir a la calle en defensa de toda vida humana, pedir “respeto por la dignidad de todas las personas y mostrar el rechazo a las ultimas leyes aprobadas, que atentan directamente contra la vida humana”, tal como ha informado Omnes.
Este año volverá por tanto a celebrarse el Día Internacional de la Vida. El antecedente más cercano de defensa de la vida en la calle tuvo lugar en enero, con la concentración de Cada Vida Importa, que se manifestó con motivo de la falta de ayudas públicas a la maternidad, la ley de eutanasia, los no nacidos, el ataque a la objeción de conciencia de los médicos, y la reforma del Código Penal en contra de la libertad de expresión de los provida.
Con ocasión de la Marcha por la Vida de finales de marzo, Omnes ha conversado con Alicia Latorre, que no ha eludido ninguna cuestión, y a la que hemos visto tan entusiasta como siempre.
¿Cuáles son los principales objetivos de la Marcha por la Vida en marzo?
― Por un lado, mostrar un año más (y van 11 desde 2011) nuestro compromiso público y unitario con la defensa de la vida y su dignidad, desde todos los campos en los que están trabajando las distintas asociaciones que forman esta plataforma.
Por otro, alzar la voz para denunciar la injusticia y vergüenza tanto de las leyes más recientes que atentan contra la vida (eutanasia y persecución a los provida), como las anteriores que han arrebatado millones de vidas humanas.
Igualmente, como cada año, queremos mostrar la cara preciosa e intensa de la vida humana con tantos aspectos positivos, tantos testimonios de lucha, superación y generosidad, que casi nunca se muestran y están dándose cada día.
El color verde esperanza y la respuesta rotunda de decir Sí a la vida de todos y en cualquier momento y circunstancia recorrerá las calles de Madrid, precedida de una alegre carrera por la vida.
¿Cómo valora la reforma que penaliza como acto “coactivo, intimidatorio”, el asesoramiento a mujeres que acuden a centros abortistas?
― Es otra vuelta de tuerca más en la maldad del aborto por parte de sus empresarios y la ideología perversa de la cultura de la muerte. Revela, por un lado, que reconocen que es efectiva la acción de quienes ofrecen información y ayuda, o de quienes rezan y los ven como un peligro real para sus negocios.
Es una ley intimidatoria, una apisonadora de derechos y libertades y, algo peor, pretenden blanquear el mal, con una ley para que se confunda lo legal con lo bueno. Es presentar el bien como mal que debe ser perseguido. Saben perfectamente que no hay acoso ni intimidación.
La ley está redactada de la peor manera posible, porque hay en ella una presunción de culpabilidad, y la denuncia ni siquiera la tienen que hacer las mujeres sino que la pueden hacer los propios centros de aborto.
Evidentemente todo eso habrá luego que demostrarlo, pero mientras tanto existen unas penas previas similares a la también injusta, por discriminatoria, ley de la llamada violencia de género.
Describa esa tarea que realizan los que ofrecen información o ayuda.
― Estas personas valientes, junto con los cientos de asociaciones que también evitan abortos y cuidan a las mujeres embarazadas y su familia, están llevando a cabo una revolución silenciosa y efectiva que nos hace albergar una esperanza bien fundamentada. Su mera existencia ya ha sido el cauce para salvar decenas de miles de vidas humanas y haber arropado y ayudado a cientos de miles de mujeres, de hombres y de familias.
Espero y deseo de corazón que todo esto sean los últimos coletazos de esta corriente de odio y prepotencia, y que lo antes posible la cultura de la vida pueda extenderse por todos los rincones. Mientras, seguiremos sin dejar de sembrarla y difundirla.
En Colombia se ha despenalizado el aborto hasta la semana 24, y algunos medios han hablado de “avance histórico”.
― Es una tragedia terrible para un país que ya está castigado con la ley de la eutanasia, con violencia, secuestros, narcotráfico y otros frutos de la cultura de la muerte. Todo esto sólo crea muerte, sufrimiento extremo, desesperanza y corrupción, por lo que nuestro dolor es inmenso por la población colombiana, que en su mayoría tiene un corazón grande y está siendo atacada en sus valores y creencias. Las consecuencias no son sólo para esas criaturas inocentes a quienes se les va a arrebatar la vida de forma tan cruel, ni para sus madres, algo que tristemente ya conocemos en España después de 36 años de aborto, sino para la conciencia individual y colectiva del pueblo colombiano y de otros países en los que pueda influir.
Presentarlo como un avance histórico es parte de la estrategia de quienes manejan los hilos económicos e ideológicos de la cultura de la muerte, de quienes han trazado un plan de avance de sus planes de exterminio y control de pueblos y naciones.
Son estrategias bien conocidas de manipular el lenguaje, presentar el aborto como libertad de la mujer y a los provida como enemigos de las mismas. La realidad es que a los hijos los ignoran y cosifican, las mujeres no les interesan más que como mercancía y no sólo no les ayudan a resolver sus problemas, sino que las abandonan tras el aborto sin querer solucionar las consecuencias físicas, psicológicas y morales.
Terminamos la breve conversación con Alicia Latorre. Sobre la decisión constitucional colombiana, la coordinadora de la Plataforma Sí a la Vida afirma: “Mucho más se podría decir, pero desde luego no sólo no es un avance sino que es un retroceso tanto desde un punto de vista legislativo, como en los derechos humanos y el progreso”. Sólo una pequeña recomendación. Si tienen unos minutos, vean el reportaje ‘¿Qué necesitas para no abortar?’. Quizá ayude a pensar un poco.
Capellán Ivan Lypka: “Ucrania quiere vivir en libertad. Esto hay que pararlo”
Mientras tropas rusas entran en la capital ucraniana, Kiev, el capellán católico de la comunidad ucraniana en Madrid, Iván Lypka, conversa con Omnes. Se trata de un colectivo de ocho mil a diez mil personas, de los que muchos asisten al culto en la parroquia del Buen Suceso. “Ucrania es un pueblo pacífico”, asegura.



Las noticias e imágenes no dejan lugar a dudas. Las tropas rusas están ya en Kiev, muy cerca del Parlamento ucraniano. Conversamos con el sacerdote ucraniano, capellán Iván Lypka, que ayer al anochecer celebró Misa para la comunidad ucraniana en Madrid, y dirigió a continuación una Adoración al Santísimo rezando por su país y sus gentes. Toda su familia reside en Ucrania. Algunas de sus palabras pueden quedarse ‘viejas’ en horas, porque la toma de Kiev se está produciendo ya, según puede constatarse.
Lleva usted en España bastantes años atendiendo a la comunidad ucraniana.
― Sí. Unos veinte años. Vine desde Ucrania. En la provincia somos en torno a veinte mil. En estos años que llevo aquí organicé tres sitios. En Alcalá de Henares, en Getafe y aquí en Madrid, donde se organizó la colonia ucraniana, y la capellanía. Tenía mucho interés el anterior cardenal. Los primeros ucranianos comenzaron a llegar en 1997, debido a una crisis económica, y se quedaron aquí a trabajar para apoyar a sus familias. Hay mucha gente que son ya residentes en España y tienen la nacionalidad española. Y hay jóvenes que han terminado ya aquí su carrera.
Muchos ucranianos tendrán familiares en su país…
― Mi familia, mis padres, mis hermanos, hermanas, sobrinos, están allí, toda la familia está allí. Antes había sólo dos provincias en este conflicto, Pero ahora es una guerra total, por todas partes.
¿Qué noticias les llegan?
― Están pitando siempre sirenas, para irse a sitios blindados por los bombardeos. Hablé con mi hermano esta misma mañana. Todas las noches tiene que esconderse, no se sabe cuándo van a atacar. Ayer estaban atacando lugares importantes aeropuertos, bases militares, también lanzaron bombas a lugares donde vive la gente, y se acercan a las calles. Ahora tienden a la capital. Bielorrusia está muy cerca.
¿Hay gente entre sus familiares o no familiares con la idea de irse del país? ¿O quieren quedarse?
― No se sabe bien. Para salir o para quedarse hay que tener tiempo para pensar. El conflicto comenzó el año 14. Estaban trabajando los políticos, Ayer comenzaron los militares. Ahora no se sabe. Hay muchos muertos, heridos, toda Ucrania ahora mismo está en guerra, están luchando en distintos lugares, porque entran por distintos caminos, por todos lados. Están atacando también por el aire.
Rezamos por ustedes, por la paz, como ha pedido el Papa Francisco.
― Nosotros estamos luchando desde hace años por arrancar y levantar la economía. Mucha gente debe cuidar su trabajo, porque de eso vivimos, y ayudamos a la familia que tenemos allí.
Además, ayer por la tarde tuvimos una Misa, y luego una Vigilia por la paz en la parroquia, para que termine todo eso. Luego una Vigilia con los jóvenes de la parroquia y la comunidad ucraniana. Y un grupo se quedó a adorar al Señor toda la noche, en la capilla. Estos días seguiremos.
¿Qué le gustaría que sucediera ahora? Efectúe un llamamiento a los líderes políticos.
― Es una necesidad. Esto hay que pararlo lo antes posible. Los políticos tienen todo en sus manos, y pueden parar esa matanza. La gente no tiene ninguna culpa. El presidente nuestro [Volodímir Zelenski], lo dice muy claro: Ucrania no quiere luchar con nadie, no está atacando a nadie. Ahora, en estos días, estamos defendiendo nuestra libertad, nuestra independencia, nuestra cultura, nuestra fe también, nuestras casas, nuestras familias, nuestro país.
En su país hay mayoría ortodoxa…
― Sí. Nosotros somos greco católicos, y también hay comunidad católica de rito latino. La mayoría son ortodoxos, sí.
En esta cuestión, estarán todos unidos.
― Creo que sí. Ahora es un momento para unirse. La unidad. Defender la fe, la Iglesia, la cultura, nuestro país, porque es muy importante. Ucrania ya ha dicho mil veces, y muy claro, los políticos, los obispos, etc., que Ucrania quiere vivir en libertad, como pide ahora todo el mundo, sobre todo Europa, la democracia, etcétera. Y eso quiere el pueblo ucraniano, yo creo.
Agradezco mucho la oración. La necesitan, también los militares que están defendiendo la paz y a Ucrania.
Los sacerdotes católicos en Ucrania son más de 4.800, y las religiosas más de 1.300.
― Cuando comenzó el conflicto en el año 14, el Papa organizó una colecta mundial en toda la Iglesia católica. Nosotros también nos unimos, Esas colectas se dedicaron a ayudar a la gente que estaba en el conflicto, en estas dos provincias que ahora están bajo control ruso. Ahí podían entrar representantes de organizaciones para llevar cosas necesarias; comida, medicamentos, etc.
¿Les falta comida, alimentos, a los ucranianos ahora?
― Creo que va a haber escasez, pero todavía no se sabe. Hoy es el segundo día. Nadie esperaba esto, y la gente se está organizando. Todo el mundo con una cabeza bien, normal, pensaba que no iban a pasar esto, porque ¿qué razón tiene empezar una guerra dentro de Europa? Esto no tiene explicación.
El capellán Ivan Lypka afirma en la despedida: “Necesitamos un arma muy especial, la oración. Hay gente que está en primera fila, pero los que rezan también está apoyando mucho, porque estamos defendiendo la verdad, y nuestra tradición en la fe, porque no se sabe qué puede ocurrir luego. Ucrania es un pueblo pacífico, que quiere vivir de su trabajo, atender y apoyar a su familia”.
ACN lanza una campaña de apoyo a la Iglesia de Ucrania
Ayuda a la Iglesia Necesitada quiere reforzar su apoyo para los casi 5.000 sacerdotes y religiosos, y 1.350 religiosas en Ucrania, para que puedan continuar con sus programas pastorales y sociales.



La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) ha puesto en marcha la campaña «Emergencia Ucrania: Empieza la guerra, la Iglesia se queda«. Con ella quieren enviar un millón de euros de ayuda de emergencia en apoyo a la Iglesia en Ucrania, ante el avance de la guerra y el aumento de las necesidades en el país.
La Iglesia católica de Ucrania está ofreciendo ayuda a los desplazados y quiere continuar su misión junto a los que más sufren. Hace unos días, en un encuentro organizado por ACN, Mons. Sviatoslav Shevchuk, Arzobispo Mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana había señalado que no abandonarían a la población a pesar de los ataques. También entonces destacó la necesidad de la oración de los creyentes para apoyar a quienes sufren el conflicto.
Ayuda de ACN
Con el estallido de la guerra, Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) refuerza su apoyo para los 4.879 sacerdotes y religiosos, y 1.350 religiosas en Ucrania, para que puedan continuar con sus programas pastorales y sociales.
La fundación pontificia brindará, además, ayuda de emergencia a los cuatro exarcados greco-católicos y las dos diócesis católicas latinas en el este de Ucrania, que abarcan Járkov, Zaporizhya, Donetsk, Lugansk, Odesa y Crimea.
Ucrania ha sido el segundo país más ayudado por Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) en 2020, con 4,8 millones de euros. La ayuda se destina principalmente a la formación del clero y la reconstrucción de iglesias, monasterios, seminarios y casas parroquiales, muchos de ellos fueron confiscados o destruidos durante el control soviético.
En estos momentos, la ayuda se centrará en asegurar “la presencia de sacerdotes, religiosos y religiosas con su pueblo, en las parroquias, con los refugiados, en los orfanatos y hogares para madres solteras y para ancianos” como ha destacado el director de Ayuda a la Iglesia Necesitada en España. Javier Menéndez Ros, ha recordado además que “este conflicto es también una guerra psicológica. La gente necesita consuelo, fuerza y apoyo. Queremos asegurar también nuestra oración por la paz en Ucrania”.
Juan Ignacio González, obispo de san Bernardo: «No está precisado qué es la libertad religiosa»
Entrevista con Juan Ignacio González, obispo de San Bernardo, que habla sobre la situación en Chile, con motivo de los últimos cambios que ha llevado a cabo la Convención constituyente respecto a la libertad religiosa en el país.

En julio del 2021 comenzó a funcionar en Chile la Convención constituyente formada por 155 miembros. Ellos fueron elegidos en votación democrática en mayo pasado. Tienen un plazo máximo de 12 meses para redactar un proyecto de nueva Constitución, que debe ser aprobada por 2/3 de sus miembros. Sesenta días después (año 2022) debe ser sometida a Plebiscito con voto obligatorio. Si la mayoría de los chilenos la aprueba, el Congreso chileno la promulgará. En cambio, si la mayoría (50 % +1) la rechaza, seguiría vigente la Constitución actual.
En los últimos meses diversas iniciativas de los ciudadanos se han presentado a la Convención. En octubre los representantes de diversas confesiones religiosas (católicos, ortodoxos, evangélicos, musulmanes, judíos, mormones, pentecostales, adventistas y grupos de los pueblos originarios) entregaron una propuesta común con las ideas que consideraban fundamentales para asegurar la libertad religiosa en la futura Carta Magna. A ella se unieron varias propuestas en sentido parecido, que reunieron 80.000 firmas de apoyo a esta iniciativa.
En el mes de octubre de 2021 el grupo de confesiones propuso un documento concordado por ellas, que establecía los elementos esenciales de la libertad religiosa en un estado moderno y democrático. Solicitaban favorecer la colaboración y cooperación entre las confesiones religiosas y el Estado; que el Estado no goza de competencia para intervenir en la conciencia, ni en la vida y desarrollo de las confesiones religiosas, cuyo límite son el respeto de las leyes, las buenas costumbres, la moral y el orden público; que se reconociera que “las confesiones tienen el derecho y el deber de enseñar su propia doctrina sobre la sociedad, ejercer su misión entre los hombres sin traba alguna y dar su juicio moral, incluso sobre materias referentes al orden social, cuando lo exijan los derechos esenciales de la persona humana.”
Más en concreto, solicitaron que “sin perjuicio del derecho del Estado para regular los efectos civiles, las confesiones religiosas tienen el derecho de regular el matrimonio de sus miembros, aunque sólo lo sea uno de los contrayentes”. En el ámbito de la educación el Estado debe respetar el derecho de los padres sobre la orientación religiosa y moral de la educación de sus hijos. Ellos deberían poder promover y dirigir establecimientos de educación para sus hijos y el Estado debe reconocer tales establecimientos y subvencionarlos.
Por último, proponían que las confesiones religiosas tienen derecho a promover iniciativas sociales (hospitales, medios de comunicación, orfanatos, centros de acogida, comedores para alimentación de los más desposeídos) etc. y a que el Estado reconozca estas obras en las mismas condiciones que las demás iniciativas de este tipo promovidas por otros ciudadanos, (exenciones fiscales, subvenciones, posibilidad de recaudar donativos, etc.).
En diciembre las confesiones presentaron a la Convención un artículo específico para ser estudiado por las comisiones y luego el pleno de la Convención. En enero, el Obispo de la diócesis de San Bernardo, Juan Ignacio González –abogado y canonista, miembro del Comité permanente y coordinador del equipo jurídico de la Conferencia Episcopal -, intervino en nombre de las comunidades religiosas ante la Comisión de Derechos fundamentales de la Convención. A principio de febrero esta Comisión rechazó dicha propuesta y aprobó otra diversa, elaborada por un grupo de convencionales; ella no recoge la mayoría de las propuestas de las confesiones. Esta propuesta deberá ser votada por todos los convencionales en fecha no precisada.
Conversamos con el Obispo González, que conoce de primera mano lo ocurrido.
Mons. González, ¿cómo fue posible que iglesias y comunidades religiosas tan diferentes hicieran una propuesta común?
–Se ha tratado de un ejercicio práctico de verdadero ecumenismo, porque en este ámbito todas las confesiones compartimos los mismos principios. El documento presentado en octubre es una novedad en el campo ecuménico. Hemos tenido un dialogo muy fluido y abierto con todas las confesiones durante muchos meses, hasta llegar a un texto común.
¿Considera que la propuesta aprobada por los constituyentes supone un retroceso para la libertad religiosa respecto a la Constitución chilena actual? ¿Por qué?
–La Convención, debe decirse, está dominaba por muchos prejuicios ideológicos, también en el ámbito de la consideración de las confesiones religiosas. Las concepciones que priman están muy lejos de una antropología cristiana. Quizá por ignorancia y por no comprender que el tratamiento de la religión por parte del Estado debe ser en cuanto factor social esencial en la vida del país. En este sentido el artículo aprobado – que salió de dentro de la Convención, implica un retroceso frente a la realidad que hoy existe en Chile en lo relativo a la libertad religiosa. Esperamos que con indicaciones se puedan corregir algunos puntos.
¿Pero ud. cree que hay una intención de perseguir o controlar la vida de las confesiones?
–Pienso que en la teoría no, pero en la práctica sí. Las normas que fueron aprobadas se introducen en temas fuera de la competencia del Estado. En el fondo las confesiones quedan sujetas el Estado y a la autoridad administrativa en su propia existencia jurídica. Se les trata con un fenómeno asociativo más y cualquiera que conozca un poco, sabe que ello no corresponde a la fisonomía propia del fenómeno religioso. Por ejemplo, se intenta exigir -¡en la Constitución del país!- que los directivos no estén condenados criminalmente. Que deben llevar una contabilidad transparente, etc. Cosas evidentes, que son propias de la ley y se aplican a todos los grupos sociales, pero que en este caso denotan la desconfianza de muchos convencionales frente a las confesiones religiosas.
Al leer la propuesta aprobada se tiene la impresión que, si bien tiene aspectos positivos, no protege el derecho de los padres a la educación religiosa de los hijos; tampoco se menciona que las confesiones religiosas puedan promover y gestionar diversas iniciativas sociales, sanitarias, etc. y recibir alguna ayuda estatal. ¿Cuál es su opinión?
–Las propuestas que van siendo aprobadas por la Convención, indican un camino hacia un Estado interventor, que maneja no solo la economía, sino a las instituciones, a las personas y también a realidades como la fe religiosa. Es evidente que en ese esquema los derechos que usted menciona quedan menoscabados o desaparecen. Veremos, si esto se aprueba, cómo se transita de un régimen de libertad como el que hoy existe, a uno de control y sujeción.
¿Se pide algún privilegio para las confesiones?
–Ninguno. Se trataba de avanzar desde la actual situación, aceptable y que permite a las confesiones un régimen de libertad, propio de un país democrático, hacia algo mejor y conforme a las normas reconocidas por los tratados internacionales firmados por Chile. Pero lo que está ocurriendo es lo contrario: un reconocimiento de las confesiones minimalista.
¿Cuál es su opinión sobre el artículo que ha sido aprobado?
–Se trata de una redacción muy primaria, que puede aún cambiar en la comisión armonizadora. Pero ya hay una línea marcada, con una dirección equivocada.
¿Qué aspectos de la propuesta aprobada le parecen más peligrosos para la libertad religiosa?

–Muchos. No está precisado qué es la libertad religiosa en su plenitud. Es impreciso en temas esenciales como la enseñanza, siendo un elemento esencial el derecho de los padres a escoger la educación religiosa de los hijos; no reconoce la autonomía propia de las confesiones para tener sus propias normas; la libertad de conciencia – que se menciona – debería tener su correlato en que nadie puede ser obligado a actuar en contra de ella; no se reconoce el derecho de las confesiones a establecer convenios con el Estado y sus instituciones, especialmente en el campo del servicio a los más necesitados y carenciados. Se dice que el Estado incentivará la convivencia pacífica y la colaboración de las entidades religiosas. Nada se dice de los bienes, esenciales para el desarrollo del trabajo de las confesiones.
¿Qué significa que se establezca que Chile es un estado laico y no confesional?
–La impronta del artículo no es laica, es laicista. Se reafirma al decir que el Estado en esta materia se rige por el principio de neutralidad. Es una redacción equívoca. Está afirmando que al Estado no le incumbe ni interesa la fe religiosa de sus miembros. Esto es un grave error. ¡Claro que le interesa!, pero no en cuanto fe religiosa específicamente, sino en cuanto es un factor social esencial en la vida de Chile. Esa redacción supone una ignorancia muy grave de la organización de un Estado moderno.
¿Cómo interpreta lo establecido en el artículo aprobado de que las “personas jurídicas con fines religiosos no podrán tener fines de lucro y sus ingresos y gastos deberán gestionarse en forma trasparente”
–Como una expresión de la desconfianza, la distancia y la ignorancia de los redactores respecto del fenómeno religioso. No creo que haya una Carta magna que establezca algo así. Se parte de un supuesto de sospecha. Es de la esencial de una confesión no tener fines de lucro. Y si tienen bienes que produzcan rentas deben tributar como todas las personas e instituciones, según la ley de la chilena.
Qué decir de las exigencia de que los ministros del culto, autoridades o directores no tengan condenas por abuso de menores o violencia intrafamiliar… Ahora es la Constitución la que regula el régimen interno de las confesiones. Una expresión más de la tremenda desconfianza hacia las entidades religiosas.
¿Qué le parece el tratamiento de la personalidad jurídica de las confesiones?
–Un retroceso en todo sentido. Es otro ejemplo de lo confundido que se está en este tema. Las confesiones son anteriores al Estado, la fe religiosa no está en su esfera, nadie pide al Estado que haga un acto de fe: lo hacen las personas. Pero la redacción indica que la “entidades religiosas y grupos de orden espiritual podrán optar a organizarse como personas jurídicas de derecho público, con arreglo a la ley…” O sea, existen en el plano jurídico porque la ley le concede existir… Esa misma ley que puede hacerlas desaparecer… Esto es un atentado contra la autonomía connatural de las confesiones.
¿Qué piensan las confesiones que presentaron la propuesta de artículo y que fue rechazado?
–Hay mucha disconformidad. Trabajamos muchos meses, hicimos esfuerzos serios y en una sesión la Comisión lo rechaza. Esto lógicamente traerá consecuencia en el futuro. Las leyes que deberán rehacerse son muchas y en ellas quedaran plasmadas y desarrolladas estas ideas. La oportunidad de una sociedad más libre y respetuosa de los derechos esenciales de la persona, parece perdida. Y eso siempre es grave.

Lucas Calonje. Contenido divino en lo ordinario de cada día
Lucas será ordenado sacerdote en mayo en Roma: madrileño, amante de la música y miembro del Opus Dei, anhela llenar de contenido divino todo lo ordinario y ser muy universal, viviendo con juventud de alma.
“Me encanta la música, toco la guitarra, la armónica y espero aprender a tocar el Xaphoon que me trajeron los Reyes”. Lucas Calonje Espinosa, de 31 años, fue ordenado diácono en Roma junto a otros 23 fieles del Opus Dei el pasado 20 de noviembre. Me cuenta que en ese gran día, con un poco de miedo, le vino a la cabeza la pregunta: “Lucas, ¿pero en qué lío te estás metiendo?”. Le consolaba pensar que su vocación ha sido una decisión de Dios que él ha acogido, porque sabe que está en buenas manos: “Él siempre cumple lo que promete”.
Entrega a Dios
En plena adolescencia decidió entregarse completamente a los planes divinos como numerario del Opus Dei. Estudió la Licenciatura en Económicas y antes de que se abriera la oportunidad de marchar a Roma pasó por dos ciudades: Barcelona (dos años) y La Coruña (tres). Disfrutó tanto en ellas que hasta les compuso una canción.
Me recuerda cómo San Josemaría definía el Opus Dei, que fundó el dos de octubre de 1928, como una gran catequesis: “sus miembros, especialmente los numerarios y agregados, estudiamos filosofía y teología compatibilizándolo con nuestros estudios y trabajo profesional allá donde estamos”.
Ir a Roma a estudiar implicaba madurar poco a poco la posibilidad de la llamada al sacerdocio dentro de la vocación al Opus Dei. Llegó en 2013 y se zambulló en el estudio de la teología. Desde 2015 hasta ahora lo combinó con otros encargos gracias a la fundación CARF que le ayudó a financiar gran parte de sus estudios. De 2015 a 2018 se encargó de la manutención y cuidado de Cavabianca, la sede del Colegio Romano de la Santa Cruz: gestionaba trabajadores, pequeñas reformas o parte de la contabilidad. Era trabajo de oficina pero con alguna aventura: “recuerdo cuando tuve literalmente que ir buceando, vestido con chaqueta y corbata, para destapar un desagüe que estuvo a punto de inundar la casa”. Lo que más aprendió de esta etapa vino del trato fluido con los trabajadores: jardineros, albañiles, pintores, pequeños empresarios. Me comenta Lucas que eran gente sencilla “que sabe dar importancia a las cosas importantes, tanto dentro como fuera del trabajo, algo que a veces nos resulta complicado”.
Los siguientes tres años los pasó metido casi de lleno en la formación de gente joven. Lucas es optimista: “es un trabajo apasionante porque es muy fácil sembrar buena semilla, aunque el terreno tarde en dar sus frutos”. Confiesa como un don inmerecido el que los chicos le hayan querido confiar tantas cosas de su alma: “les he visto llorar, reír, cantar o enamorarse”. Unos se acercaron a Dios, otros se alejaron. De estos últimos dice que volverán al buen camino, aunque no lo sepan todavía.
Tantas experiencias
Le obligo a que me resuma lo aprendido en este tiempo. Se resiste un poco al principio: ¡son tantas experiencias! Lo que más le ha llenado es convivir con personas que saben llenar de contenido divino lo ordinario de cada día: “lo he visto encarnado en personas normales, con defectos como todos, pero heroicas”. Por si fuera poco, la estancia en Roma le ha enseñado a ser romano, católico, universal: “he coincidido en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz con seminaristas, sacerdotes o personas consagradas, cada uno llamado a vivir la fe dentro de la Iglesia de modos muy distintos”. Manifiesta que le ha sorprendido constatar que “a pesar de las diferencias de carisma o de estilo todos nos hemos sentido mirados por Cristo, con lo que se generaba rápidamente una gran sintonía”. Por eso ha pensado muchas veces que “las faltas de unidad que lamentablemente se dan en la Iglesia desaparecerían su recordásemos que es Uno el que nos ha buscado y llamado a todos”.
Se acerca el 21 de mayo, día en que Lucas recibirá el don del ministerio sacerdotal. Le pide a Dios que le haga fiel: “me gustaría morir un día de viejo, si es que llego, pero enamorado de Él y contento”. En Roma ha podido cuidar a sacerdotes ancianos que “cuando perdían la cabeza por algún tipo de demencia, decían jaculatorias, besaban tiernamente un crucifijo o acariciaban una imagen de la Virgen pensando que no les veía nadie”. Lucas desea vivir siempre con esa juventud de alma, mirando con mirada limpia todo lo noble y bueno que Dios le regala.
Intenso llamamiento del Papa a la paz en Ucrania, a la oración y al ayuno
El Papa Francisco ha realizado un llamamiento “a creyentes y no creyentes” a unirse en oración por la paz en Ucrania el próximo 2 de marzo, miércoles de Ceniza, y ha exhortado a todas las partes implicadas en la crisis a “un serio examen de conciencia ante Dios”, “que es Dios de la paz y no de la guerra”, para frenar “la insensatez diabólica de la violencia”.


“Tengo un gran dolor en el corazón por el empeoramiento de la situación en Ucrania. A pesar de los esfuerzos diplomáticos de las últimas semanas, se están abriendo escenarios cada vez más alarmantes”. Así comenzó el Papa un Llamamiento al final de la audiencia general de ayer, en el Aula Pablo VI.
“Al igual que yo, mucha gente de todo el mundo siente angustia y preocupación”, añadió el Pontífice, constatando que “una vez más la paz de todos se ve amenazada por los intereses de las partes”.
A continuación, el Santo Padre realizó una apremiante exhortación a los líderes políticos: “Quisiera hacer un llamamiento a los responsables políticos para que hagan un serio examen de conciencia ante Dios, que es Dios de la paz y no de la guerra; que es el Padre de todos, no sólo de algunos, que nos quiere hermanos y no enemigos. Pido a todas las partes implicadas que se abstengan de toda acción que provoque aún más sufrimiento a las poblaciones, desestabilizando la convivencia entre las naciones y desacreditando el derecho internacional”.
“Las armas de Dios, oración y ayuno”
El Santo Padre extendió el llamamiento a todos, “creyentes y no creyentes”, invitando a unirse en una jornada de oración conjunta por la paz: “Jesús nos ha enseñado que a la insensatez diabólica de la violencia se responde con las armas de Dios, con la oración y el ayuno. Invito a todos a hacer del próximo 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, una Jornada de ayuno por la paz. Animo de forma especial a los creyentes para que en ese día se dediquen intensamente a la oración y al ayuno. Que la Reina de la Paz preserve al mundo de la locura de la guerra”.
“Ucrania sufre y merece la paz”
No es la primera vez que el Papa efectúa un llamamiento por la paz en el conflicto que afecta a ese país. A finales de enero, Francisco apeló a la filiación a Dios Padre y a la fraternidad entre los hombres, en relación a Ucrania: “Recemos por la paz con el Padre Nuestro: es la oración de los hijos que se dirigen al mismo Padre, es la oración que nos hace hermanos, es la oración de los hermanos que imploran la reconciliación y la concordia”.
El Papa pidió “al Señor con insistencia que esa tierra pueda ver florecer la fraternidad y supere las heridas, los miedos y divisiones”. La Jornada de ayuno y oración por la paz tuvo tres puntos clave: el Vaticano, la Basílica de Santa María in Trastevere en Roma, y la capital ucraniana, Kiev. Ucrania “es un pueblo que sufre, han sufrido mucha crueldad y merecen la paz”, clamó el Santo Padre.
“Reunidos en oración imploramos la paz para Ucrania», pidió el arzobispo Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, en la Basilica de Santa María in Trastevere de Roma, en una celebración promovida por la Comunidad de Sant’Egidio. “Que los vientos de la guerra callen, que las heridas sanen, que los hombres, las mujeres y los niños sean preservados del horror del conflicto”.
“Estamos en comunión con el Papa para que toda iniciativa esté al servicio de la fraternidad humana», añadió Monseñor Gallagher. Sus palabras pusieron de manifiesto, en primer lugar, el dramatismo de los conflictos y la disparidad entre los que los deciden y los que los sufren, entre los que los llevan a cabo sistemáticamente y los que sufren el dolor, informó la agencia oficial vaticana.
“Sabemos lo dramática que es la guerra y lo graves que son sus consecuencias: Son situaciones dolorosas que privan a muchas personas de los derechos más fundamentales”, añadió. Pero aún más escandaloso “es ver que los que más sufren los conflictos no son los que deciden si se inician o no, sino que son sobre todo los que sólo son víctimas indefensas de ellos”, subrayó el arzobispo Gallagher.
Posteriormente, Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica de Ucrania, manifestó que “los católicos de Rusia, Bielorrusia, Ucrania, Kazajistán, están unidos en la oración, y buscan la paz”. Lo aseguró en una rueda de prensa online organizada por Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) sobre la crisis ucraniana.
Tensión máxima
Según diversas fuentes, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha asegurado ayer noche que, “de conformidad con el artículo 51 de la Carta de la ONU, con la aprobación del Consejo de la Federación” (Cámara Alta rusa), ha decidido “llevar a cabo una intervención militar especial”, lo que ha hecho aflorar todas las alarmas.Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha asegurado, según la BBC, que Ucrania sufre “un ataque no provocado e injustificado por parte de las fuerzas militares rusas», tras el anuncio de Vladimir Putin de una «operación militar especial» contra el país vecino.
Mensaje del Papa para la Cuaresma: «Un tiempo para la renovación»
El Papa Francisco desglosa en su Mensaje para la Cuaresma un pasaje de la carta de san Pablo a los Gálatas donde anima a perseverar en este "tiempo favorable para la renovación personal y comunitaria".

El Papa Francisco ha publicado hoy, jueves 24 de febrero, el mensaje para la Cuaresma 2022. El próximo miércoles 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, dará comienzo un tiempo «favorable para la renovación personal y comunitaria que nos conduce hacia la Pascua de Jesucristo muerto y resucitado». Por eso, Francisco quiere que meditemos sobre este pasaje de la carta de san Pablo a los Gálatas: «No nos cansemos de hacer el bien, porque, si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo. Por tanto, mientras tenemos la oportunidad, hagamos el bien a todos» (Ga 6,9-10a). Para ello, el pontífice lo ha desglosado: asegura que este es un «tiempo favorable» para la siembra y la cosecha, así como anima a tener esperanza y no cansarnos de hacer el bien. Por último, afirma que la cosecha del bien es un fruto de la perseverancia.
Reproducimos íntegramente a continuación el Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2022:
«La Cuaresma es un tiempo favorable para la renovación personal y comunitaria que nos conduce hacia la Pascua de Jesucristo muerto y resucitado. Para nuestro camino cuaresmal de 2022 nos hará bien reflexionar sobre la exhortación de san Pablo a los gálatas: «No nos cansemos de hacer el bien, porque, si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo. Por tanto, mientras tenemos la oportunidad (kairós), hagamos el bien a todos» (Ga 6,9-10a).
1. Siembra y cosecha
En este pasaje el Apóstol evoca la imagen de la siembra y la cosecha, que a Jesús tanto le gustaba (cf. Mt 13). San Pablo nos habla de un kairós, un tiempo propicio para sembrar el bien con vistas a la cosecha. ¿Qué es para nosotros este tiempo favorable? Ciertamente, la Cuaresma es un tiempo favorable, pero también lo es toda nuestra existencia terrena, de la cual la Cuaresma es de alguna manera una imagen.[1] Con demasiada frecuencia prevalecen en nuestra vida la avidez y la soberbia, el deseo de tener, de acumular y de consumir, como muestra la parábola evangélica del hombre necio, que consideraba que su vida era segura y feliz porque había acumulado una gran cosecha en sus graneros (cf. Lc 12,16-21). La Cuaresma nos invita a la conversión, a cambiar de mentalidad, para que la verdad y la belleza de nuestra vida no radiquen tanto en el poseer cuanto en el dar, no estén tanto en el acumular cuanto en sembrar el bien y compartir.
El primer agricultor es Dios mismo, que generosamente «sigue derramando en la humanidad semillas de bien» (Carta enc. Fratelli tutti, 54). Durante la Cuaresma estamos llamados a responder al don de Dios acogiendo su Palabra «viva y eficaz» (Hb 4,12). La escucha asidua de la Palabra de Dios nos hace madurar una docilidad que nos dispone a acoger su obra en nosotros (cf. St 1,21), que hace fecunda nuestra vida. Si esto ya es un motivo de alegría, aún más grande es la llamada a ser «colaboradores de Dios» (1 Co 3,9), utilizando bien el tiempo presente (cf. Ef 5,16) para sembrar también nosotros obrando el bien. Esta llamada a sembrar el bien no tenemos que verla como un peso, sino como una gracia con la que el Creador quiere que estemos activamente unidos a su magnanimidad fecunda.
¿Y la cosecha? ¿Acaso la siembra no se hace toda con vistas a la cosecha? Claro que sí. El vínculo estrecho entre la siembra y la cosecha lo corrobora el propio san Pablo cuando afirma: «A sembrador mezquino, cosecha mezquina; a sembrador generoso, cosecha generosa» (2 Co 9,6). Pero, ¿de qué cosecha se trata? Un primer fruto del bien que sembramos lo tenemos en nosotros mismos y en nuestras relaciones cotidianas, incluso en los más pequeños gestos de bondad. En Dios no se pierde ningún acto de amor, por más pequeño que sea, no se pierde ningún «cansancio generoso» (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 279). Al igual que el árbol se conoce por sus frutos (cf. Mt 7,16.20), una vida llena de obras buenas es luminosa (cf. Mt 5,14-16) y lleva el perfume de Cristo al mundo (cf. 2 Co 2,15). Servir a Dios, liberados del pecado, hace madurar frutos de santificación para la salvación de todos (cf. Rm 6,22).
En realidad, sólo vemos una pequeña parte del fruto de lo que sembramos, ya que según el proverbio evangélico «uno siembra y otro cosecha» (Jn 4,37). Precisamente sembrando para el bien de los demás participamos en la magnanimidad de Dios: «Una gran nobleza es ser capaz de desatar procesos cuyos frutos serán recogidos por otros, con la esperanza puesta en las fuerzas secretas del bien que se siembra» (Carta enc. Fratelli tutti, 196). Sembrar el bien para los demás nos libera de las estrechas lógicas del beneficio personal y da a nuestras acciones el amplio alcance de la gratuidad, introduciéndonos en el maravilloso horizonte de los benévolos designios de Dios.
La Palabra de Dios ensancha y eleva aún más nuestra mirada, nos anuncia que la siega más verdadera es la escatológica, la del último día, el día sin ocaso. El fruto completo de nuestra vida y nuestras acciones es el «fruto para la vida eterna» (Jn 4,36), que será nuestro «tesoro en el cielo» (Lc 18,22; cf. 12,33). El propio Jesús usa la imagen de la semilla que muere al caer en la tierra y que da fruto para expresar el misterio de su muerte y resurrección (cf. Jn 12,24); y san Pablo la retoma para hablar de la resurrección de nuestro cuerpo: «Se siembra lo corruptible y resucita incorruptible; se siembra lo deshonroso y resucita glorioso; se siembra lo débil y resucita lleno de fortaleza; en fin, se siembra un cuerpo material y resucita un cuerpo espiritual» (1 Co 15,42-44). Esta esperanza es la gran luz que Cristo resucitado trae al mundo: «Si lo que esperamos de Cristo se reduce sólo a esta vida, somos los más desdichados de todos los seres humanos. Lo cierto es que Cristo ha resucitado de entre los muertos como fruto primero de los que murieron» (1 Co 15,19-20), para que aquellos que están íntimamente unidos a Él en el amor, en una muerte como la suya (cf. Rm 6,5), estemos también unidos a su resurrección para la vida eterna (cf. Jn 5,29). «Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre» (Mt 13,43).
2. «No nos cansemos de hacer el bien»
La resurrección de Cristo anima las esperanzas terrenas con la «gran esperanza» de la vida eterna e introduce ya en el tiempo presente la semilla de la salvación (cf. Benedicto XVI, Carta enc. Spe salvi, 3; 7). Frente a la amarga desilusión por tantos sueños rotos, frente a la preocupación por los retos que nos conciernen, frente al desaliento por la pobreza de nuestros medios, tenemos la tentación de encerrarnos en el propio egoísmo individualista y refugiarnos en la indiferencia ante el sufrimiento de los demás. Efectivamente, incluso los mejores recursos son limitados, «los jóvenes se cansan y se fatigan, los muchachos tropiezan y caen» (Is 40,30). Sin embargo, Dios «da fuerzas a quien está cansado, acrecienta el vigor del que está exhausto. […] Los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, vuelan como las águilas; corren y no se fatigan, caminan y no se cansan» (Is 40,29.31). La Cuaresma nos llama a poner nuestra fe y nuestra esperanza en el Señor (cf. 1 P 1,21), porque sólo con los ojos fijos en Cristo resucitado (cf. Hb 12,2) podemos acoger la exhortación del Apóstol: «No nos cansemos de hacer el bien» (Ga 6,9).
No nos cansemos de orar. Jesús nos ha enseñado que es necesario «orar siempre sin desanimarse» (Lc 18,1). Necesitamos orar porque necesitamos a Dios. Pensar que nos bastamos a nosotros mismos es una ilusión peligrosa. Con la pandemia hemos palpado nuestra fragilidad personal y social. Que la Cuaresma nos permita ahora experimentar el consuelo de la fe en Dios, sin el cual no podemos tener estabilidad (cf. Is 7,9). Nadie se salva solo, porque estamos todos en la misma barca en medio de las tempestades de la historia;[2] pero, sobre todo, nadie se salva sin Dios, porque sólo el misterio pascual de Jesucristo nos concede vencer las oscuras aguas de la muerte. La fe no nos exime de las tribulaciones de la vida, pero nos permite atravesarlas unidos a Dios en Cristo, con la gran esperanza que no defrauda y cuya prenda es el amor que Dios ha derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo (cf. Rm 5,1-5).
No nos cansemos de extirpar el mal de nuestra vida. Que el ayuno corporal que la Iglesia nos pide en Cuaresma fortalezca nuestro espíritu para la lucha contra el pecado. No nos cansemos de pedir perdón en el sacramento de la Penitencia y la Reconciliación, sabiendo que Dios nunca se cansa de perdonar.[3] No nos cansemos de luchar contra la concupiscencia, esa fragilidad que nos impulsa hacia el egoísmo y a toda clase de mal, y que a lo largo de los siglos ha encontrado modos distintos para hundir al hombre en el pecado (cf. Carta enc. Fratelli tutti, 166). Uno de estos modos es el riesgo de dependencia de los medios de comunicación digitales, que empobrece las relaciones humanas. La Cuaresma es un tiempo propicio para contrarrestar estas insidias y cultivar, en cambio, una comunicación humana más integral (cf. ibíd., 43) hecha de «encuentros reales» (ibíd., 50), cara a cara. No nos cansemos de hacer el bien en la caridad activa hacia el prójimo. Durante esta Cuaresma practiquemos la limosna, dando con alegría (cf. 2 Co 9,7). Dios, «quien provee semilla al sembrador y pan para comer» (2 Co 9,10), nos proporciona a cada uno no sólo lo que necesitamos para subsistir, sino también para que podamos ser generosos en el hacer el bien a los demás.
Si es verdad que toda nuestra vida es un tiempo para sembrar el bien, aprovechemos especialmente esta Cuaresma para cuidar a quienes tenemos cerca, para hacernos prójimos de aquellos hermanos y hermanas que están heridos en el camino de la vida (cf. Lc 10,25-37). La Cuaresma es un tiempo propicio para buscar —y no evitar— a quien está necesitado; para llamar —y no ignorar— a quien desea ser escuchado y recibir una buena palabra; para visitar —y no abandonar— a quien sufre la soledad. Pongamos en práctica el llamado a hacer el bien a todos, tomándonos tiempo para amar a los más pequeños e indefensos, a los abandonados y despreciados, a quienes son discriminados y marginados (cf. Carta enc. Fratelli tutti, 193).
3. «Si no desfallecemos, a su tiempo cosecharemos»
La Cuaresma nos recuerda cada año que «el bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día» (ibíd., 11). Por tanto, pidamos a Dios la paciente constancia del agricultor (cf. St 5,7) para no desistir en hacer el bien, un paso tras otro. Quien caiga tienda la mano al Padre, que siempre nos vuelve a levantar. Quien se encuentre perdido, engañado por las seducciones del maligno, que no tarde en volver a Él, que «es rico en perdón» (Is 55,7). En este tiempo de conversión, apoyándonos en la gracia de Dios y en la comunión de la Iglesia, no nos cansemos de sembrar el bien. El ayuno prepara el terreno, la oración riega, la caridad fecunda.
Tenemos la certeza en la fe de que «si no desfallecemos, a su tiempo cosecharemos» y de que, con el don de la perseverancia, alcanzaremos los bienes prometidos (cf. Hb 10,36) para nuestra salvación y la de los demás (cf. 1 Tm 4,16). Practicando el amor fraterno con todos nos unimos a Cristo, que dio su vida por nosotros (cf. 2 Co 5,14-15), y empezamos a saborear la alegría del Reino de los cielos, cuando Dios será «todo en todos» (1 Co 15,28).Que la Virgen María, en cuyo seno brotó el Salvador y que «conservaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2,19) nos obtenga el don de la paciencia y permanezca a nuestro lado con su presencia maternal, para que este tiempo de conversión dé frutos de salvación eterna.»

La Marcia per la Vita 2022, guardando a Washington e alla Colombia
La lotta per la vita continua, nelle strade e nei parlamenti, con vittorie e sconfitte. A Washington, migliaia di persone sono scese in piazza a gennaio per difendere la vita con Marchforlife, mentre la Colombia ha depenalizzato l'aborto fino alla ventiquattresima settimana. In Spagna la piattaforma Sí a la Vida ha indetto la Marcia per la Vita per domenica 27 marzo 2022 a Madrid.
Testo originale in spagnolo qui
La Piattaforma Si a la Vida ha chiamato ancora una volta la società civile spagnola a scendere in piazza a difesa di tutti gli esseri umani, il 27 marzo alle 12 a Madrid, per chiedere “il rispetto della dignità di tutte le persone e manifestare il rifiuto delle ultime leggi approvate di recente, che minacciano direttamente la vita umana”. La Giornata Internazionale della Vita sarà celebrata nuovamente dopo due anni trascorsi senza uscire in strada a causa della situazione sanitaria.
Il corteo dei manifestanti inizierà in via Serrano a Madrid all’incrocio con Goya, e raggiungerà Plaza de Cibeles, dove si terrà una manifestazione con testimonianze, musica e un manifesto finale preparato dalle organizzazioni partecipanti.
La Piattaforma Si a la Vida è composta da più di 500 associazioni che operano per la difesa della Vita dal suo inizio alla sua fine naturale. Si sono riuniti tutti nel 2011 in questa Piattaforma per realizzare intorno al 25 marzo, la Giornata Internazionale della Vita, un atto pubblico e unitario per celebrare questa data sotto lo stesso colore: verde speranza e sotto lo stesso motto: Sì alla vita.
Depenalizzazione in Colombia
La chiamata della Piattaforma è ha abitualmente frequenza annuale, e questa volta avviene pochi giorni dopo che la Corte Costituzionale della Colombia ha approvato la depenalizzazione dell’aborto fino a 24 settimane questo lunedì stesso, con una votazione storica ma con un risultato stretto: cinque voti a favore e quattro contro – criticato dal presidente del Paese latinoamericano.
Iván Duque ha sottolineato la sua preoccupazione per il fatto che la decisione «rende più facile che l’aborto diventi quasi una pratica contraccettiva, ricorrente e regolare». In un’intervista radiofonica, il presidente colombiano si è dichiarato «una persona pro-vita», e ha insistito sul fatto che «la vita inizia fino dal concepimento», secondo quanto riferisce El Mundo. .
Marce per la Vita: Washington
Alla fine di gennaio, si è tenuta a Washington l’annuale Marcia per la Vita, promossa da Marchforlife con la partecipazione di migliaia di persone, che si è svolta nella speranza che fosse l’ultima marcia nazionale, e che ha coinvolto un nuovo grido affinché «il dono di ogni vita umana sia protetto dalla legge e accolto con amore».
Le gelide temperature di -6º centigradi nella capitale nordamericana e gli alti tassi di contagio della variante omicron del Covid.19, non hanno fiaccato lo spirito di migliaia di giovani provenienti da tutto il Paese che si sono ritrovati alla quarantanovesima edizione della MarchforLife, come riporta il nostro inviato Gonzalo Meza.
I college e le università cattoliche erano rappresentati da centinaia di studenti che si sono recati nella capitale da diverse parti del Paese per partecipare alla marcia.
Anche in Finlandia
Nel settembre dello scorso anno si è svolto ad Helsinki un evento storico: la prima Marcia per la Vita in Finlandia. L’obiettivo, come riferisce Raimo Goyarrola, era identico a quello delle altre marce che si sono svolte in molti luoghi, cioè stimolare il dibattito pubblico sulla realtà della vita umana nel grembo materno, sul fenomeno dell’aborto e sulla difesa del diritto alla vita dei bambini non ancora nati.
L’aborto in Finlandia è consentito quasi liberamente. E quel marzo di sabato 11 settembre a Helsinki ha segnato un prima e un dopo. “Circa 9.000 finlandesi non nati vengono uccisi ogni anno. È proprio questa la cifra che servirebbe per il ricambio generazionale nella società. Siamo a numeri insostenibili per un futuro stabile. Mancano i bambini. Ma ora è arrivato il momento di parlare, di comunicare, di dialogare”, ha scritto Raimo Goyarrola.
500 associazioni in Spagna
In Spagna, la Piattaforma Sí a la Vida è composta da più di 500 associazioni che lavorano per la difesa della Vita dall’inizio alla sua fine naturale. Nel 2011, le associazioni si sono riunite nell’ambito di questa Piattaforma per realizzare, intorno al 25 marzo -Giornata Internazionale della Vita-, un atto pubblico e unitario con lo stesso motto: Sì alla Vita.
Da allora, la piattaforma non ha mancato al suo impegno. Gli ultimi due anni le manifestazioni si sono svolte online, con una messa in onda sul canale YouTube della Piattaforma; e secondo la nota resa pubblica oggi, «questo 2022 si tornerà nuovamente in piazza con forza per celebrare la vita in una manifestazione già consolidata, che cresce ogni anno nel numero di partecipanti, soprattutto giovani. Oltre ad esprimere questo impegno e la grandezza della vita, si pretenderà il rispetto della dignità di ogni persona e verrà espresso il rifiuto delle ultime leggi approvate, che minacciano direttamente la vita umana.
L’ Associazione di Sportivi per la Vita e la Famiglia realizzerà la seconda Corsa di Solidarietà per la Vita, come segno dell’unione del mondo dello sport a difesa della vita umana. Questo atto, precedente e complementare, si svolgerà alle ore 10:00 del mattino in Via Serrano, nella modalità del Miglio Urbano e con un massimo di 500 partecipanti.
Durante questi giorni il sito sarà aggiornato con materiali di interesse: merchandising, locandine per pubblicizzare la Marcia, ecc. Chi lo desidera può collaborare come volontario registrandosi nel modulo che compare nella pagina. E chiunque possa collaborare con una donazione è incoraggiato a farlo tramite Bizum ONG: 00589: anche tramite bonifico sul conto ES28 0081 7306 6900 0140 0041, intestato alla Federazione spagnola delle associazioni per la vita. La causale da indicare è: Sì a la Vida, con nome della persona o dell’associazione che eseguono il versamento.
Associazioni convocanti
Tra le associazioni convocanti troviamo ABIMAD, ACdP, ADEVIDA, AEDOS, AESVIDA, Associazione di Bioetica di Madrid, Associazione Spagnola di Farmacia Sociale, Associazione Europea degli Avvocati di Famiglia, ANDEVI, Associazione Universitaria APEX, AYUVI, Centro Legale Tomás Moro, CIDEVIDA, CIVICA, COFAPA , CONCAPA, e-cristians, El Encinar de Mambré, Evangelium Vitae, Famiglia e dignità umana, Famiglie affidatarie, FAPACE, Federazione spagnola delle associazioni per la vita, Forum delle famiglie, Fondazione Educatio Servanda, Fondazione Jérome Lejeune, REDMADRE, Fundación Vida, Fundación Más Futuro, Fundación Villacisneros, Fundación +Vida, HO- Right to Live, Hogares de Santa María, Hogares de Santa María, Lands Care, One of Us, Más Futuro, NEOS, Professionals for Ethics, Red Mission, RENAFER, Giovanni Paolo II Soccorritori, SOS Famiglia, Spei Mater, Fondazione Valori e Società, Voce Postaborto, ecc.
Natalia Peiro: “Los puntos clave de la acción de Cáritas son las personas”
Cáritas Española cumple 75 años de vida. Desde aquel 1947 mucho ha cambiado la sociedad española en sus necesidades y estructura social. Sin embargo, como destaca en esta entrevista a Omnes su secretaria general, Natalia Peiro, el corazón de Cáritas permanece inalterable.
Entrevista a la Secretaria general de Cáritas Española.
Cáritas Española es, según su denominación oficial, la confederación oficial de las entidades de acción caritativa y social de la Iglesia católica en España, instituida por la Conferencia Episcopal. Pero, más allá de su definición estructural, Cáritas podría llamarse, como la denomina su Secretaria General, “la caricia de Dios”.
En la actualidad, y desde hace tres cuartos de siglo, Cáritas es el brazo caritativo para cientos de miles de personas que encuentran un acompañamiento, una ayuda, una salida o una formación para el empleo a través de las diferentes Cáritas diocesanas, parroquiales, y de los diversos proyectos.
Hace un año, la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, renovó en sus cargos por un nuevo período de tres años a Manuel Bretón como presidente de Cáritas Española y a Natalia Peiro como secretaria general, tarea que ella ejercía desde 2017. Este equipo de Servicios Generales ha vivido la crisis socioeconómica derivada de la pandemia, así como la aparición de nuevas brechas de exclusión social. Un cambio de sociedad que hace imprescindible, más aún si cabe, ese ministerio de la caridad que personifican los voluntarios y trabajadores de Cáritas.
Cáritas se prepara para cumplir 75 años de vida en España. ¿Qué ha cambiado y qué permanece desde su nacimiento?
—Permanece la raíz. Nuestros pies están fundados en el Evangelio, en la comunidad cristiana. Cáritas es una expresión de esa comunidad cristiana y eso sigue siendo así en todos los países del mundo.
¿Qué permanece? El espíritu que nos anima y la experiencia de Dios que se tienen en el trabajo en Cáritas. En Cáritas hay un especial cuidado por la formación del corazón de las personas que formamos parte de ella. Nuestra labor rompe esas disyuntivas entre acción y contemplación, entre justicia y vida espiritual.
Permanece esa razón de ser que nos dice que nuestra tarea es una expresión de nuestra fe. Y permanece, siempre, el servicio a todos, sin excepción, sin preguntar de dónde vienes o cómo son.
Ha cambiado muchísimo la organización y las actividades porque ha cambiado la realidad social. De la leche americana que se repartía cuando nació Cáritas a los proyectos de empleo, de reciclaje… han cambiado muchas cosas. Ha cambiado la vida.
¿Qué es lo que hace a Cáritas diferente de cualquier otra ONG incluso formada por personas católicas?
—La diferencia clave es nuestra organización, indivisible de la Iglesia. En cada diócesis nuestros presidentes son los obispos, y nuestra organización local son las parroquias. Somos la Iglesia. Somos el ministerio de caridad de la Iglesia, uno de los tres ministerios junto al de la Liturgia y a la Palabra.
Esta identificación nos da, aparte del sentido, esa permeabilidad, la posibilidad de llegar a todos los sitios, a todos los rincones. El ser Iglesia nos otorga una universalidad que no tienen otras ONGs, ni siquiera las internacionales. Por el hecho de pertenecer a la Iglesia universal tenemos una capilaridad diferente, una visión del mundo como una sola familia humana.
En estos 75 años, Cáritas ha visto la evolución de la sociedad española y ha evolucionado con ella. ¿Cuáles son los puntos clave de la labor de Cáritas en la actualidad?
—Creo que Cáritas hace un esfuerzo ingente para tratar de apoyar y acompañar a las personas en su camino hacia una vida plena, integrada. Me preguntas cuáles son los puntos clave de la labor de Cáritas: los puntos clave son las personas.
Nosotros no somos una organización que tenga una serie de prioridades marcadas, por ejemplo, en el campo de la salud o de la educación, sino que acompañamos a las personas en todo este camino.
Si tuviera que destacar algunos retos diferentes hoy creo que, en la actualidad, trabajamos con algunas situaciones de marginalidad más extrema: personas víctimas de trata o personas sin hogar. Este trabajo tiene retos muy diferentes si pensamos en la vida que podemos dar a esas personas. Otro gran reto es la soledad y el aislamiento. Especialmente evidente en las personas mayores o, por ejemplo, en personas migrantes. Estamos en una sociedad más individualista y el acompañamiento cambia.
En este sentido, vemos con gran preocupación la transmisión intergeneracional de la pobreza y el peligro de ruptura del Estado de bienestar. Cuando presentamos el informe realizado por FOESSA sobre las consecuencias de la pandemia en España, se hablaba de la ruptura del contrato social con la juventud. Es decir, si no transferimos lo mejor que podamos para las generaciones presentes y futuras, si no ayudamos a los más débiles, nos encaminamos a una sociedad que nada tiene que ver con un Estado de derecho o de cohesión social.
Tenemos que preguntarnos en qué sociedad queremos vivir. ¿En un Estado dónde quien no tenga papeles se vea abocado a vivir e incluso morir en la calle? ¿O en un sitio donde haya una cohesion social y una solidaridad que nos haga vivir en paz y en justicia? Nuestro acompañamiento ha derivado en un trabajo de denuncia profética que nosotros enmarcamos en el Evangelio.
Estos dos años de pandemia han supuesto, sin duda un reto, para toda la organización de Cáritas Española. ¿Cómo han vivido estos momentos desde dentro y en vuestra labor?
—Ha sido un shock muy fuerte para la Iglesia y, especialmente, para una institución como Cáritas, en la que su diferencia radica en el ser y el estar. Estamos acostumbrados a estar muy cerca de las personas y, por lo tanto, esta situación ha violentado nuestra forma de trabajar, la manera de estar de nuestros voluntarios, etc. Un impacto muy grande para toda la sociedad española y especialmente fuerte en esos grupos, comunidades parroquiales o de vecinos… que tienen su raíz en las relaciones humanas del día a día.
La primera transformación que tuvimos que hacer se centró en cómo seguir estando cerca sin poder estar cerca físicamente. Poder seguir abiertos teniendo que cerrar.
Nuestra campaña de estos años señala que “la caridad no cierra”, y así ha sido. Todas las Cáritas, diocesanas y parroquiales, recibieron muchísimas personas derivadas de la administración pública, que no podía hacerse cargo de ellas…
Medio millón de personas nuevas llegaron a Cáritas a través de los teléfonos de atención continua, de la páginas web o las redes sociales.
Al igual que llegaron muchas personas pidiendo ayuda, también tuvimos que transformarnos para tener la capacidad de recibir iniciativas, propuestas, y a mucha gente que quería ayudar.
Atender todo ese tsunami de peticiones y solidaridad tenía que contar con una organización muy férrea. Tuvimos que poner mucho trabajo en juego, desde las Cáritas parroquiales a los Servicios Generales. Todos tuvimos que estar al 150% para poder atender a todo lo que se nos pedía.
Enseguida vimos que el tema digital estaba dejando mucha gente fuera. La administración, colapsada y digitalizada completamente, estaba dejando a mucha gente fuera. La maraña normativa que surgió requería de mucho análisis: qué podían y no podían hacer los voluntarios, cómo se solicitaba el Ingreso Mínimo Vital, qué pasaba con las personas empleadas del hogar, qué podían hacer los comedores sociales y las empresas de inserción, etc.
Hubo que hacer un análisis muy rápido, dentro de una organización que no se dedica a una sola cosa. Ese análisis supuso una oportunidad de interlocución con la administración pidiendo, por ejemplo, ser declarados servicios esenciales, o cómo trasformar de nuestras empresas de inserción para no perder los trabajos.
A medio plazo, hubo que afrontar el acompañamiento a las familias, y los programas de formación que ya tenían que ser muy digitales. Analizamos cuáles eran los puestos de trabajo que podían ser más requeridos para nuestros programas de empleo y, ya en verano de 2020, se programaron muchos cursos para personas especializadas en limpieza y desinfección, fabricación de mascarillas, etc.
Más allá de todo esto, se impulsaron además muchas iniciativas de ayuda a los vecinos, a los cercanos… que solventaran, en cierto modo, la dificultad de la presencia. En este sentido, los jóvenes apoyaron mucho: se volcaron en redes sociales, hicieron vídeos, presencia virtual…
¿Sigue habiendo voluntarios? ¿Hay futuro en el voluntariado de Cáritas?
—Sigue habiendo voluntarios, gracias a Dios. Tenemos un gran reto en este campo, que es el reto de toda la Iglesia. Los voluntarios de Cáritas nacen de la comunidad cristiana y de las parroquias. El voluntariado en Cáritas tiene que ver con nuestro aprendizaje sobre la lógica del don, de la gratuidad, de darnos a los demás. No es igual al resto de voluntariados que conocemos.
El reto, como el de toda la Iglesia, es la transmisión de la fe, esa transmisión de valores. Cáritas tiene que aportar a la Iglesia esa parte.
Vemos, por ejemplo, cómo en entornos rurales, en las parroquias, faltan jóvenes para hacer esa transición. En este punto hay un tema importante. Cáritas es la caricia de la Iglesia. Tiene una salida y una llegada a las personas, y tenemos que aprender a integrar voluntarios que no sean estrictamente “de parroquia”, sino que descubran el rostro de Cristo a través de las personas con las que trabajamos y a las que acompañamos.
El ser Iglesia nos ha dado todo, y nosotros queremos ser un aporte para el futuro de esa trasmisión de la fe.
En Europa, por ejemplo, hay una revolución de la Cáritas joven. Ha costado entender que los jóvenes están en las universidades, en las empresas o en movimientos y tenemos que dejarnos sorprender por ellos e integrarlos. Acoger a estas personas que tienen mucho que dar.
Evidentemente, tenemos que ser muy cuidadosos porque no es lo mismo ser voluntario en Cáritas que en cualquier ONG. Con este reto presente, estamos intentando cambiar formas y modos, para que más personas puedan llegar a formar parte de Cáritas.
Hay unos años en los que es muy difícil ser voluntario; la profesión y el cuidado de la familia no dejan tiempo, etc. Pero, si has sido voluntario de joven en la universidad, es más fácil que, a los 50 años, cuando tus hijos sean ya mayores, te reenganches en esta tarea. Esa semilla la tuvo que poner alguien y ahí tenemos una tarea.
Nuestro plan estratégico tiene un eje clave en la renovación del voluntariado y, dentro de él, un punto muy bonito que es la relación intergeneracional de los voluntarios.
¿Cuáles considera que son las nuevas pobrezas?
—Creo que, en general, hay pocas novedades en cuanto a las dificultades que tiene las personas y que les hacen estar excluidos. Los perfiles son, esencialmente, jóvenes, mujeres con menores a cargo y personas inmigrantes.
Las nuevas pobrezas son las que vienen provocadas por dos cuestiones fundamentales. La primera es el deterioro de las condiciones del mercado de trabajo. Las condiciones laborales que tienen las personas que comenzaron a trabajar antes de 2008 y conservan ese trabajo no tienen nada que ver con las condiciones laborales de los que han empezado a trabajar después de la crisis de 2008. Eso es una realidad que vemos a nuestro alrededor. A esta realidad, se suma la segunda cuestión, que es la tendencia opuesta que se da entre los salarios y el precio de la vivienda. Al final, el empleo y la vivienda siguen siendo las llaves fundamentales para la inclusión social. Si una persona cobra poco y, cuando paga los gastos de vivienda, se queda pobre, es muy difícil todo lo demás: educación, salud, relaciones sociales o que se pueda arreglar un deterioro de la casa. Esos nuevos pobres son personas que trabajan, a lo mejor sólo a tiempo parcial o con contratos temporales, pero la mayoría prefiere trabajar a la “paguita”.
¿Hemos salido “mejores” o peores de esta crisis?
—La verdad es que yo tengo dudas. El Papa nos decía, al principio de esta crisis, que no vamos a salir igual. Es verdad que, en la presión de la necesidad, todas las personas sacan lo mejor de ellos mismos, pero en la salida de una emergencia hay mucha tendencia a no mirar para atrás para salir. Este “no ver” se está reflejando, por ejemplo, en lo datos del informe de FOESSA. Los que tenemos una cierta estabilidad en la vida —una nómina, un trabajo—, tenemos unos problemas diarios, pero hay otros asuntos que están ahí y no los “vemos”. Por ejemplo, ¿qué ha pasado con esos niños que se han quedado solos porque sus padres tenían que salir a trabajar y no cabía el teletrabajo, o con esos hogares en los que sólo trabaja una persona y ha sido despedida?, ¿qué pasa con las personas que no tienen habilidades digitales y que no podían ir al banco o pedir una cita médica?. Nos tenemos que dar cuenta de que la brecha existe, de que estas realidades existen, aunque no las veamos todos los días o no queramos “mirar atrás”.
Y esas realidades no ocurren porque esas personas no se esfuercen. Cuando preguntamos a las personas ¿qué estas haciendo para salir de esta situación? ocho de cada diez están activos: trabajando unas horas, buscando trabajo activamente o participando en un programa de formación. Como sociedad, a veces, vamos cerrando puertas por no conocer la realida. Es necesario conocerla para comprenderla.
El Papa pide ayuno y oración por Ucrania


El Papa Francisco ha convocado a creyentes y no creyentes para que el próximo miércoles 2 de marzo, que coincide con el Miércoles de ceniza, vivan un día de oración y ayuno por la paz en Ucrania.
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El Mediterráneo, una frontera de paz
El encuentro de obispos y alcaldes del Mediterráneo ha dado comienzo este miércoles en Florencia. El tema principal, reflexionar sobre cómo hacer del Mediterráneo una "frontera de paz".


Por iniciativa de la Conferencia Episcopal Italiana, se está celebrando en Florencia un encuentro de obispos y alcaldes de los pueblos costeros del Mediterráneo. También se espera la visita del Papa Francisco el próximo domingo. Se trata de la segunda iniciativa de este tipo, dirigida personalmente por el cardenal Gualtiero Bassetti, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. La primera tuvo lugar hace exactamente dos años, justo antes del estallido de la pandemia, en Bari, también con la presencia del Papa.
Los obispos de no menos de 20 países costeros del «mare nostrum» participaron en el encuentro para reflexionar sobre cómo hacer de él cada vez más una «frontera de paz», y hoy esta preocupación de las Iglesias locales se hace aún más urgente y necesaria ante los vientos de guerra que soplan sobre Europa en estas mismas semanas.
El encuentro de Florencia, al igual que el de Bari, nació del ejemplo de una feliz intuición del Venerable Giorgio La Pira, alcalde de la ciudad renacentista y padre constituyente, que en los años 50 y 60 del siglo pasado dio vida a las llamadas «conversaciones mediterráneas» como oportunidad estratégica para alcanzar la paz mundial. Y sugirió una analogía entre la época de Jesús y la contemporánea, entre el entorno en el que se movía el Mesías y el que vivían entonces -pero también hoy- los pueblos del Mediterráneo: un contexto heterogéneo de cultura y creencias, multiforme, no exento de conflictos económicos, religiosos y políticos y, por tanto, necesitado de unidad y paz.
A los obispos reunidos en la Basílica de San Nicolás de Bari, el Papa Francisco les reiteró que, precisamente por su conformación, el Mediterráneo «obliga a las culturas y a los pueblos ribereños a una constante proximidad», en la conciencia de que «sólo viviendo en armonía pueden disfrutar de las oportunidades que ofrece esta región desde el punto de vista de los recursos, de la belleza del territorio y de las diferentes tradiciones humanas».
Si el objetivo último de toda sociedad humana sigue siendo la paz -explicó el Pontífice en aquella ocasión-, la guerra es más bien «el fracaso de todo proyecto humano y divino». Pero no puede haber paz sin justicia, que se ve pisoteada cada vez que «se ignoran las necesidades del pueblo» o «los intereses económicos partidistas por encima de los derechos de las personas y la comunidad», o se trata a las personas «como si fueran cosas».
El programa del Papa para el domingo incluye, después de saludar a las autoridades civiles y religiosas, entre ellas los alcaldes de Atenas, Jerusalén y Estambul, un encuentro con familias de refugiados y desplazados y la Santa Misa en la Basílica de la Santa Cruz.
«Como comunidades cristianas, tenemos el deber moral y la tarea misionera de fomentar y promover, con fe y valentía, nuevos equilibrios internacionales basados, en primer lugar, en la defensa y valorización de la persona humana, así como en una solidaridad efectiva y concreta» – dijo el cardenal Bassetti en su discurso de apertura del Encuentro de Obispos del Mediterráneo. Luego recordó: «Nuestros hermanos aplastados por las guerras, el hambre, el cambio climático, algunos de los cuales mueren de frío en las fronteras de Europa o se ahogan en el Mediterráneo, son los primeros y privilegiados destinatarios del anuncio del Evangelio».
En la reunión participan 58 obispos -entre ellos el arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, y el obispo auxiliar de Madrid, José Cobo Cano- y 65 alcaldes, entre ellos los de Granada, Sevilla y Valencia.
La Marcha por la Vida 2022, con la vista en Washington y en Colombia
La lucha por la vida sigue adelante, en calles y parlamentos, con victorias y derrotas. En Washington, miles de personas salieron en enero a la calle para defender la vida con Marchforlife, mientras Colombia ha despenalizado el aborto hasta la semana 24. En España, la Plataforma Sí a la Vida ha convocado la Marcha por la Vida 2022 el domingo 27 de marzo en Madrid.


La Plataforma Sí a la Vida ha convocado de nuevo a la sociedad civil en España, el próximo 27 de marzo a las 12,00 horas en Madrid, para salir a la calle en defensa de toda humana, pedir “respeto por la dignidad de todas las personas y mostrar el rechazo a las ultimas leyes aprobadas, que atentan directamente contra la vida humana”. El Día Internacional de la Vida se volverá a celebrar tras dos años sin salir a la calle por la situación sanitaria.
El recorrido se iniciará en la madrileña calle Serrano con Goya, y llegará hasta la plaza de Cibeles, donde se realizará un acto con testimonios, música y manifiesto final preparado por las organizaciones integrantes.
La Plataforma Si a la Vida está integrada por más de 500 asociaciones que trabajan por la defensa de la Vida desde su inicio a su fin natural. Todas se unieron en el año 2011 bajo esta Plataforma para realizar en torno al 25 de marzo, Día Internacional de la Vida, un acto público y unitario para celebrar esta fecha bajo un mismo color: el verde esperanza, y bajo un mismo lema: Sí a la Vida.
Despenalización en Colombia
La convocatoria de la Plataforma es habitual cada año, y se produce pocos días después de que el Tribunal Constitucional de Colombia haya aprobado a despenalización del aborto hasta las 24 semanas este mismo lunes, en una votación histórica con un resultado ajustado -cinco votos a favor y cuatro en contra-, que ha sido criticado por el presidente del país latinoamericano.
Iván Duque ha subrayado su preocupación porque la decisión “facilite que el aborto se convierte en una práctica casi que anticonceptiva, recurrente y regular”. En una entrevista de radio, el presidente colombiano se ha declarado “una persona provida”, y ha insistido en que “la vida comienza desde la concepción”, según recoge El Mundo.
Marchas por la Vida: Washington
Pocas semanas antes, a finales de enero, tuvo lugar en Washington, la Marcha anual por la Vida, impulsada por Marchforlife y respaldada por miles de personas, que tuvo lugar con la esperanza de que fuera la última marcha a nivel nacional, y que supuso un nuevo clamor para que el “don de cada vida humana sea protegido por la ley y acogido con amor”.
Las gélidas temperaturas de -6º centígrados en la capital norteamericana y los altos índices de contagio de la variante ómicron del Covid.19, no diezmaron el ánimo de miles de jóvenes de todo el país que se dieron cita en la 49ª edición de la MarchaporlaVida, según informó nuestro corresponsal, Gonzalo Meza. Colegios y universidades católicas estuvieron representados con cientos de estudiantes que viajaron desde diferentes puntos del país hacia la capital para participar en la caminata
También en Finlandia
En septiembre del año pasado, se vivió en Helsinki un acontecimiento histórico: la primera Marcha por la Vida en Finlandia. El objetivo, como el de otras marchas que se han celebrado en numerosos lugares, era estimular el debate público sobre la realidad de la vida humana en el seno materno, el fenómeno del aborto y la defensa del derecho a la vida de los niños aún no nacidos, informó Raimo Goyarrola.
El aborto en Finlandia está permitido casi de manera libre. Y esa Marcha del sábado 11 de septiembre en Helsinki supuso un antes y un después. “Al año se matan unos 9.000 finlandeses no nacidos. Es justo la cifra que se necesita para un reemplazo generacional en la sociedad. Estamos en números no sostenibles para un futuro estable. Hacen falta niños. Pero ha llegado la hora de hablar, de comunicar, de dialogar”, escribió Raimo Goyarrola.
500 asociaciones en España
En España, la Plataforma Sí a la Vida está integrada por más de 500 asociaciones que trabajan por la defensa de la Vida desde su inicio a su fin natural. En el año 2011, las asociaciones se unieron bajo esta Plataforma para realizar, en torno al 25 de marzo -Día Internacional de la Vida-, un acto público y unitario con un mismo lema: Sí a la Vida.

Desde entonces, la plataforma no ha faltado a su compromiso. Los dos últimos años se han realizado online, con una retransmisión por el canal de YouTube de la Plataforma; y según la nota hecha pública hoy, “este 2022 saldrá de nuevo a la calle con fuerza para celebrar la vida en un acto ya consolidado, que va creciendo cada año en número de asistentes especialmente jóvenes. Además de manifestar este compromiso y la grandeza de la vida, se pedirá respeto por la dignidad de todas las personas y se mostrará el rechazo a las últimas leyes aprobadas, que atentan directamente contra la vida humana”.
La Asociación de Deportistas por la Vida y la Familia realizará la II Carrera Solidaria por la Vida, como muestra de la unión del mundo del deporte a la defensa de la vida humana. Este acto, previo y complementario, tendrá lugar a las 10,00 de la mañana en la calle Serrano, en la modalidad de Milla Urbana y con un máximo de 500 participantes.
A lo largo de estos días, se irá actualizando la web con materiales de interés: merchandising, carteles para difundir la Marcha, etc. Quien lo desee puede colaborar como voluntario inscribiéndose en el formulario que aparece en la página. Y se anima, a quien pueda colaborar con un donativo, a que lo haga por Bizum ONG: 00589: También por transferencia a la cuenta ES28 0081 7306 6900 0140 0041, cuyo titular es la Federación Española de Asociaciones Provida, concepto: Sí a la Vida, indicando qué persona o asociación realiza el ingreso.
Asociaciones convocantes
Entre las asociaciones convocantes se encuentran ABIMAD, ACdP, ADEVIDA, AEDOS, AESVIDA, Asociación de Bioética de Madrid, Asociación Española de Farmacia social, Asociación Europea de Abogados de Familia, ANDEVI, Asociación Universitaria APEX, AYUVI, Centro Jurídico Tomás Moro, CIDEVIDA, CIVICA, COFAPA, CONCAPA, e-cristians, El Encinar de Mambré, Evangelium Vitae, Familia y Dignidad Humana, Familias para la acogida, FAPACE, Federación Española de Asociaciones Provida, Foro de la Familia, Fundación Educatio Servanda, Fundación Jérome Lejeune, Fundación REDMADRE, Fundación Vida, Fundación Más Futuro, Fundación Villacisneros, Fundación +Vida, HO- Derecho a vivir, Hogares de Santa María, Hogares de Santa María, Lands Care, One of Us, Más Futuro, NEOS, Profesionales por la Ética, Red Misión, RENAFER, , Rescatadores Juan Pablo II, SOS Familia, Spei Mater, Fundación Valores y Sociedad, Voz Postaborto, etcétera.
Novalis, nostalgia de lo absoluto
«La admiración al poeta alemán Novalis ha ido en España por delante de su conocimiento. La aureola ha precedido a la imagen. Su atractivo se intuía. Los autores españoles se habían forjado una imagen de él con unas pocas frases. Tardó en llegar a España más de un siglo y antes de llegar ya suscitaba entusiasmo. Y tanto su vida como su obra pueden arrojar hoy algo de luz en estos tiempos que nos toca vivir».
En el año 2020 celebramos -coincidiendo con el inicio de la pandemia- el 250 aniversario del nacimiento de tres alemanes geniales: Beethoven, Hölderlin y Hegel. Ese año pude leer la excelente biografía del poeta romántico alemán Novalis, contemporáneo de los anteriores, escrita por Antonio Pau. No se cumplía ni se cumple ningún aniversario redondo de él pero me parece que su vida y su obra pueden ser tremendamente luminosas en estos días. Pues como escribió él en una ocasión: el poeta entiende la naturaleza mejor que el científico.
En esta extraña situación que aún arrastramos en la que recibimos tantas noticias sobre fallecimientos, ingresos hospitalarios, héroes cotidianos, luces y mezquindades, soledades y solidaridades, parece inevitable –como ya se ha dicho con acierto por algunos- caer en la cuenta de lo realmente valioso de nuestras vidas y pienso que precisamente para eso nos puede ayudar el gran artista germano.
Todo lo que se refiere a Friedrich von Hardenberg, que así se llamaba Novalis antes de escoger su célebre pseudónimo, es breve en su fecunda vida. Apenas veintiocho años sobre la tierra, una geografía minúscula –sólo se movió por unos pocos pueblos de Sajonia-, unos cuantos amigos, unas cuantas páginas. Y sin embargo su vida fue una búsqueda constante de lo absoluto.
Ejercítate en la lentitud, escribió en uno de los cuadernos que tenía siempre a mano. Sintió casi desde la infancia la inminencia de la muerte y precisamente por eso tenía que escribir despacio. No habría tiempo para la revisión. Todo es semilla, escribió también, en otro lugar, en otro cuaderno. Una semilla que él sabía bien que no vería germinar.
Buscó lo absoluto que todo hombre intuye entre lo efímero que le rodea. Buscamos por todas partes lo absoluto –escribió- y encontramos siempre y sólo cosas. Pero que sólo encontrara cosas no le desanimó. Lo que hizo fue ahondar en ellas, y lo hizo por dos caminos aparentemente contradictorios: el estudio de las cosas a través de la ciencia y la búsqueda de su misterio a través de la poesía.
Los acontecimientos que hemos vivido y estamos viviendo con intensidad, que nos traen la experiencia del dolor junto a la clara insuficiencia de un frágil bienestar material para alcanzar la felicidad, pueden ser propicios para la reflexión. Ante la soledad de los enfermos que se han visto obligados a luchar por su vida con la ayuda de tantos médicos y enfermeros heroicos, no cabe otra que tratar de ahondar en la dimensión espiritual de nuestras vidas.
Novalis fue un hombre bueno, de una bondad infantil y madura a la vez. Su vida y su obra están impregnadas de esa mirada de bondad –recia y enteriza, no blanda ni lacrimosa- con que él lo contemplaba todo. Se suele asimilar lo romántico a una candidez pueril, a una ensoñación vaporosa y vaga. Y nuestro poeta era riguroso y preciso. Por eso escribió: La exactitud científica es lo absolutamente poético.
La vida y la obra, truncadas ambas, del gran poeta, han quedado como esos torsos griegos a los que el tiempo ha mutilado con tanta belleza. Goethe vivió ochenta y dos años de perfecta salud y dejó una obra impecable. Novalis vivió veintiocho, una gran parte enfermo, y sólo ha dejado fragmentos inconexos, novelas sin terminar y un puñado de poemas. Parece como si su vida y su obra tuvieran que haber sido así, dolientes y mutiladas, para alcanzar la perfección que les correspondía.
En esa corta vida dejó dos obras imperecederas: La Cristiandad o Europa y los Himnos a la noche. En el primer ensayo, escrito en 1799 mientras resonaban los gritos de la Revolución francesa y los cañonazos de Napoleón así como la colisión entre el fervor religioso y el entusiasmo antirreligioso, Novalis adopta una postura radical para aquellos tiempos.
El joven poeta, como buen romántico, tiene nostalgia, si se puede llamar así, de un tiempo futuro más espiritual y armonioso. El romántico está incomodo en los días que le ha tocado vivir. Se siente apátrida y apuesta para que las dificultades presentes sirvan de alumbramiento de una mejor época futura: la época de la reconciliación de los europeos, la época de una nueva unidad de Europa fundada en lazos eminentemente espirituales.
Por su parte, los Himnos a la Noche, son a la vez, el relato de una experiencia íntima y una cosmogonía. La prematura muerte a los 15 años de su prometida, Sophie von Kühn, le lleva paradójicamente a exaltar el mundo –de los mundos, mejor, el visible y el invisible-, las grandes realidades –la luz, la noche, los espacios infinitos, el tiempo, la tierra, la naturaleza, el hombre, la muerte, la alegría- y a Dios.
Llama poderosamente la atención que un hombre que sufrió tanto a lo largo de su corta vida escriba con un entusiasmo que a distancia de más de dos siglos sigue conmoviendo. El mismo que escribió que todo hombre tiene sus años de martirio, también decía que a través de la oración se alcanza todo. La oración es una medicina universal y que hay que buscar a Dios entre los hombres. En los sucesos humanos, y en los pensamientos y sentimientos humanos es donde se revela con mayor claridad el espíritu del cielo.
Recomiendo leer esa estupenda biografía de Novalis mientras tantas personas sufren en silencio, unas en la soledad de su enfermedad y otras tratando de combatir al virus en vertiente física y psicológica de vivir con miedo permanente. Son tiempos recios, como decía Santa Teresa de Ávila, pero entre tantas dificultades resplandece luminosa la bondad de tanta gente que puede salir transfigurada de esta singladura que compartimos. Y por eso he querido compartirlo con vosotros.
«Del buen tesoro del corazón del hombre». Domingo VIII del Tiempo Ordinario
Andrea Mardegan comenta las lecturas del VIII domingo del Tiempo Ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.


Comentario a las lecturas del VIII domingo del Tiempo Ordinario
En la parte central del “sermón de la llanura”, Jesús había abierto a sus discípulos y a los paganos que lo escuchaban el camino para llegar a ser Hijos del Altísimo y ser misericordiosos como el Padre. Palabras centrales del mensaje de Jesús y del Evangelio de Lucas. Jesús había expresado en positivo el programa de vida de sus discípulos, con diecisiete imperativos exhortativos: “Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian; ofrece tu mejilla, no le niegues la túnica, da al que te pida, no reclames al que te toma; haced a los hombres lo que os gustaría que os hicieran, amad, haced, prestáis, sed misericordiosos, no juzguéis, perdonad, dad, medid con abundancia”. En la siguiente parte de su discurso, Jesús les advierte sobre posibles peligros espirituales en la relación con Dios y con los hermanos en la fe.
Si no aceptan el camino de la Misericordia, y siguen otros caminos, o se consideran mejores que los demás, o piensan ser más que el Maestro, entonces serán como ciegos y si actúan como guía serán ciegos guiando a otros ciegos. Jesús usa esta imagen en Mateo hablando de los fariseos. En Lucas, Jesús lo usa para sus discípulos. Así entendemos que las desviaciones de los fariseos no son dominio exclusivo suyo, también pueden ocurrir a los cristianos. En las relaciones fraternas, quien no sigue el camino del no juzgar y del no condenar cae fácilmente en la tentación de querer para los hermanos una perfección sin motas en los ojos, pero también sin referencia a Dios y su misericordia. Tentación comparable a tener una viga en el ojo, que ciega.
Pablo escribe a los Filipenses que se ve como “un judío hijo de judíos; en cuanto a la Ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la Iglesia; en cuanto a la justicia que se deriva de la observancia de la Ley, irreprochable”. Pero después de conocer a Cristo considera todas estas cosas como “una pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él perdí todas las cosas y las considero como basura con tal de ganar a Cristo y ser hallado en él”. Si abandonamos la búsqueda de la perfección con nuestras propias fuerzas y abrazamos el camino de la sublimidad del conocimiento de Cristo, entonces podemos ayudar a un hermano a quitarse la mota del ojo. Ya no estamos ciegos. Así damos buenos frutos del amor de Dios, recibido y entregado, que sin duda nos revelan que el árbol es bueno, aunque tenga defectos. Jesús nos asegura que del buen tesoro del corazón del hombre bueno nacen obras y palabras buenas y frutos del Espíritu: “amor, alegría, paz, magnanimidad, benevolencia, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio”.
La homilía sobre las lecturas del VIII domingo del Tiempo Ordinario
El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.
La investigación de los abusos en la Iglesia española tendrá “toda la amplitud necesaria”
El despacho de abogados Cremades-Calvo Sotelo ha sido el elegido por la Conferencia Episcopal Española para llevar a cabo una auditoría jurídica independiente sobre los casos de abuso sexual a menores cometidos por miembros de la Iglesia en España.



La investigación tendrá “toda la amplitud necesaria para clarificar los casos acontecidos en el pasado como para incorporar los más altos niveles de responsabilidad que impidan la repetición de estos casos en el futuro”, esta ha sido la afirmación de Mons. Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española en una nutrida rueda de prensa en la que se ha presentado la auditoria que el despacho de abogados Cremades-Calvo Sotelo ha iniciado con el fin de conocer, esclarecer y reparar a las victimas de abusos sexuales en la Iglesia.
La CEE, ha destacado su presidente “quiere asumir su responsabilidad ante las víctimas, ante las autoridades y la sociedad estableciendo un nuevo vehículo que ayude a esclarecer los sucesos del pasado y ayude a evitar que vuelvan a ocurrir”.
“Es un servicio a la sociedad, especialmente a las víctimas y para clarificar unos episodios que deben ser superados”, ha querido añadir Javier Cremades que asume esta tarea consciente de la “delicadeza y excepcionalidad del asunto”. De hecho, el propio Cremades ha querido apuntar que esta concepción de servicio a la sociedad ha llevado a la decisión de no cobrar esta auditoría a la Conferencia Episcopal salvo gastos a terceros.
Complementar a la investigación del Gobierno no suplantarla
Tanto el presidente de la Conferencia Episcopal Española como Javier Cremades han insistido en que, con esta investigación se abre una nueva etapa en la gestión de los abusos a menores por parte de la Iglesia española.
“La CEE quiere dar un paso en su obligación de transparencia social de ayudar y reparación de la víctimas y colaboración con las autoridades” ha señalado Mons. Omella que ha querido destacar que “el objetivo de esta auditoría es la reparación de las víctimas estableciéndose nuevos cauces de colaboración y ayuda adicionales a los que ya existen y, en segundo lugar, crear un puente que facilite el trabajo de las autoridades estableciendo un cauce de colaboración estrecho y eficiente; indistintamente de los medios de los que se doten las autoridades para sus investigaciones”.
En la misma línea se ha expresado Cremades al destacar que esta investigación encargada por los obispos españoles no viene a “suplir a las autoridades sino a complementarlas y ayudarles a que cumplan su función”. De hecho, el propio Javier Cremades ha apuntado que, al recibir este encargo de la CEE él mismo informó al parlamentario Ángel Gabilondo, Defensor del Pueblo y uno de los miembros que se incluirá en la comisión que quiere formar el gobierno español para investigar estos casos de abusos pero sólo en la Iglesia católica.
Una metodología «española» con influencia alemana
Para el despacho, con más de 25 años de trayectoria profesional, esta investigación sobre los abusos a menores en la Iglesia española se trata del “asunto más complejo que hemos afrontado hasta la fecha”, según las palabras de Javier Cremades, socio del bufete.
Para la ejecución de esta auditoría se “han estudiado los modos de trabajo llevados a cabo en países como Francia, Alemania o Irlanda, Australia”. El trabajo llevado a cabo en la diócesis de Munich por el bufete de abogados muniqués Westpfahl, Spilker, Wastl ofrece, a juicio de Cremades “referencias muy interesantes” por lo que dos miembros este bufete, Ulrich Wastl y Martin Pusch, formarán parte de esta investigación aportando, en reuniones mensuales, su metodología y puntos de vista.
Sin embargo, Cremades – Calvo Sotelo creará un «modelo español», propio, que incorpore los puntos útiles de los ya estudiados y al mismo tiempo subsane las deficiencias metodológicas que hayan podido tener algunos de estos estudios.
Asimismo, la auditoría contará con el trabajo de las oficinas de las diócesis españolas que, desde hace más de un año, trabajan y acompañan a las víctimas de abusos en todo el país. Un trabajo que será también analizado y mejorado en la medida que lo requiera. También la CONFER colaborará en esta auditoría.
18 personas asumirán, en principio, esta auditoría en un equipo que se prevé que pueda ir creciendo y para el que ya trabajan, entre otros, juristas de la talla de Encarnación Roca, antigua vicepresidenta del Tribunal Constitucional y miembro del Tribunal Supremo, Rafael Fernández Montalvo, magistrado emérito del Tribunal Supremo, Juan Saavedra expresidente de la sala II del Tribunal Supremo, Vicente Conde Martín de Hijas, también antiguo magistrado del Tribunal Supremo o Santiago Calvo Sotelo, socio del bufete.
Con el tiempo, y teniendo en cuenta el proceso y necesidades de las víctimas y asociaciones de víctimas, como ha señalado Javier Cremades, el equipo podrá ampliarse con personas del ámbito de la “cultura, la sociedad, la psiquiatría o la psicología”.
«Necesitamos la información de todos»
La duración prevista de la auditoría, que comenzó hace unos días su trabajo, está establecida en un año de duración. Un tiempo razonable, según el jurista “para tener una imagen fiel de lo sucedido”.
La “amplitud necesaria” pedida por la Conferencia Episcopal apunta a que no habrá límite de fechas para los casos que se investiguen, a pesar de su prescripción civil.
En esta línea, Cremades ha hecho un llamamiento a la sociedad “necesitamos la información de todos”, ha destacado, “en primer lugar de los afectados, las víctimas, sus asociaciones, de los medios de comunicación que han hecho un trabajo en este sentido y que tienen listas. Por supuesto, de las oficinas y la Fiscalía, el Defensor del Pueblo y las autoridades”.
El bufete ha creado una dirección de correo específica para este asunto [email protected] con el fin de recibir las denuncias de particulares y asociaciones y comenzar el contacto con ellas.
La nueva etapa de la gestión de los abusos en la Iglesia española ha comenzado con esta investigación que, como ha querido apuntar también el presidente de la Conferencia Episcopal, se realizará en paralelo al que ya hace la Iglesia en este campo y con el que, en palabras de Mons. Omella “queremos esclarecer los hechos, trasladar a la sociedad lo que se hace y lo que debemos mejorar”.
Servicio de coordinación y asesoramiento para las oficinas diocesanas
Asimismo se ha hecho público, coincidiendo con la presentación de esta investigación el nuevo Servicio de coordinación y asesoramiento para las oficinas diocesanas creado por la Conferencia Episcopal Española. Este nuevo servicio nace con el objetivo de servir de apoyo y referencia a estas oficinas en su trabajo y estará formado por la psiquiatra Montserrat Lafuente, que trabaja ya en la Oficina de la diócesis de Vic; Mª José Diez, responsable de la Oficina de Astorga; el sacerdote Jesús Rodríguez, miembro del Tribunal de la Rota; y Jesús Miguel Zamora, secretario general de CONFER.
¿Fracasos o crisis?
La familia, como entramado de relaciones que es, tiene también un ciclo vital, en el que se dan inevitablemente momentos de crisis.
Todo organismo vivo y sujeto a evolución pasa por crisis, que se entienden como momentos de transición necesaria en el proceso de desarrollo del propio ciclo vital. Las crisis son momentos de inestabilidad, que pueden generar en las personas un grado de inseguridad, e incluso de miedo. Toda crisis plantea retos en los que emergen aspectos que hay que cambiar. Si las crisis fuesen necesariamente fracasos irreparables, no quedaría rastro de vida organizada sobre la tierra.
La familia, como entramado de relaciones que es, tiene también un ciclo vital, en el que se dan inevitablemente momentos de crisis. Hoy, muchos, con una visión negativa y pesimista, viven estas crisis familiares -normales y necesarias- como auténticos fracasos, como rupturas irreparables. Actúan en sus relaciones familiares, como no lo harían con los bienes de su propiedad. Como si, al detectar una grieta en una pared de la casa, o al descubrir un fallo en las conexiones eléctricas, o en las tuberías de la calefacción, se plantearan como única solución derrumbar la casa e intentar construir otra distinta, en otro lugar.
Afirma Mariolina Ceriotti que ser uno mismo y, a la vez “ser en relación”, requiere flexibilidad y adaptabilidad. Requiere también, en ciertas ocasiones ser capaces de restablecer la relación sobre nuevas bases. Una especie de renovado pacto entre las mismas personas. Es preciso perder el miedo a enfrentarse a las crisis, que marcan el final de una forma de relacionarse, y requieren encontrar el camino hacia una nueva plenitud. Se trata del fin de una etapa vital y el inicio de otra, que debe basarse en un amor y una confianza otorgados con mayor madurez, asumiendo las limitaciones y los defectos de cada uno. El resultado es una relación no sólo más sólida, sino también renovada.
Vivimos en un mundo complejo, lleno de tensiones. Por eso no es de extrañar que las dificultades y crisis sean más frecuentes, y a veces más profundas. No es fácil salir solos de estas situaciones. Cada vez es más necesario -casi imprescindible- contar con el apoyo y el acompañamiento de otras personas. Ordinariamente se experimentan dificultades, para las que no serán necesarias acciones extraordinarias: el ejemplo de otras familias amigas, un buen consejo de nuestros seres queridos, o de otras personas en quienes confiamos, pueden bastar. En otros momentos, sin embargo, será preciso acudir a algún experto, que pueda ayudar a restablecer las relaciones dañadas, proporcionando un apoyo estructural más profundo. Sea como sea, siempre vale la pena invertir en reparar lo reparable. En no dar tontamente por perdido algo tan valioso y tan irreemplazable como es la propia familia.
Catedrática en la Facultad de Derecho de la Universidad Internacional de Cataluña y directora del Instituto de Estudios Superiores de la Familia. Dirige la Cátedra sobre Solidaridad Intergeneracional en la Familia (Cátedra IsFamily Santander) y la Cátedra Childcare and Family Policies de la Fundación Joaquim Molins Figueras. Es además vicedecana en la Facultad de Derecho de UIC Barcelona.
Imagen de marca. La comunicación en las Hermandades
La finalidad de un plan de comunicación institucional en una hermandad no es ganar prestigio y reconocimiento, ese sería el medio para conseguir ser más eficaz, eficiente y efectiva en su misión: la evangelización.
Puesto que la persona es sociable por naturaleza necesita de los demás para desarrollar sus potencialidades, eso le lleva a integrarse en diferentes grupos: sociedades culturales, empresas mercantiles, clubes deportivos, partidos políticos, asociaciones de vecinos y también en hermandades.
Organizaciones muy diferentes, según la finalidad de cada una, pero todas tienen algo en común: necesitan unas herramientas básicas de gestión, más o menos sofisticadas según su tamaño y la complejidad de sus fines: contabilidad, gestión de procesos, definición de objetivos, atención a sus asociados, y algo que con frecuencia se olvida, manejar bien su comunicación institucional, eso supone cuidar y potenciar su imagen, que es algo más que publicar notas en la prensa y manejar conceptos como posicionamiento, imagen de marca, identificación del público al que se dirigen, política de comunicación y algunos más.
Convendría superar la resistencia que se observa en algunos ambientes a la hora de aplicar a las hermandades estos conceptos. Vivir de espaldas a esta realidad tiene un coste muy alto. Hay empresas que se ensimisman en la producción y un buen día, sin saber por qué, se encuentran fuera del mercado. Eso también puede pasar en las hermandades a las que en ocasiones se trata de proteger de conceptos y modelos que no sean estrictamente eclesiásticos, o mejor clericales, aislándolas en una burbuja que les lleva a perder el contacto con la realidad, transformándolas en organizaciones con mucho pasado y poco futuro.
Puede que el responsable de una hermandad se extrañe, o incluso se incomode, si alguien le preguntara cuál es la imagen de marca de su hermandad; pero si se le pregunta cuál es la opinión que se tiene en la calle sobre la hermandad seguro que nos diría algo, aunque a lo mejor su opinión no se compadeciera con la realidad.
La imagen de marca viene a ser algo así como las percepciones y sentimientos que se tienen ante una determinada organización. Hay marcas que se asocian con exclusividad, calidad y precio alto; otros se identifican con fiabilidad y así cada producto, servicio u organización. Para aplicar estas ideas a las hermandades hay que hacer algunas precisiones, al menos dos fundamentales: la primera es que el propósito de la mayoría de las organizaciones es atender las necesidades del mercado, el de una hermandad es la evangelización; allí se trata con clientes, aquí con almas.
Dos cuestiones previas: todo comunica, no es sólo tarea de personas concretas en momentos determinados. La organización de la procesión, el cuidado de la liturgia o las actuaciones, incluso privadas, de los responsables de la hermandad, entre otras, van transmitiendo un modelo de hermandad. La segunda cuestión es que no se trata de planificar una serie de actuaciones, deslavazadas, más o menos originales, sino de diseñar un plan de comunicación institucional completo y coherente.
Para eso es obligado reflexionar sobre el carácter propio de mi hermandad respondiendo sinceramente una triple pregunta.
- ¿Cómo creo que debe ser percibida mi hermandad?
- ¿Es así como se percibe?
- ¿Qué debo hacer para que las dos percepciones coincidan y se refuercen?
La imagen de una hermandad no se construye partiendo de cero, se ha ido elaborando a lo largo de los años, siglos en ocasiones. Las hay clásicas, populares, rigurosas, flexibles, universales, de barrio, innovadoras, sobrias en su patrimonio, ricas y exuberantes. Así podríamos ir combinando distintas características hasta definir el perfil que los años y el entorno le ha ido dando, asumido y reforzado por sus responsables.
No hay hermandades buenas y malas, cada una es comparable sólo consigo misma en función de su misión evangelizadora; pero conviene identificar, fijar e implementar su imagen, eliminando las adherencias y deformaciones que se han ido fijando en el tiempo (una cosa es que una hermandad sea reconocida por su importancia musical y otra que al final no sea una hermandad, sino una banda de música a la que se le coloca delante una procesión).
A partir de aquí desarrollar una política de comunicación institucional, de la institución, y planificar las medidas oportunas. La finalidad de un Plan de Comunicación institucional en una hermandad no es ganar prestigio y reconocimiento, ese sería el medio para conseguir ser más eficaz, eficiente y efectiva en su misión: la evangelización.
Eso marca un reto a los responsables de la misma: atreverse a ser progresista en el sentido literal del término, o lo que es lo mismo, a superar el bucle de gestionar la rutina y atreverse a plantear nuevos retos, nuevos horizontes.
Doctor en Administración de Empresas. Director del Instituto de Investigación Aplicada a la Pyme Hermano Mayor (2017-2020) de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, en Sevilla. Ha publicado varios libros, monografías y artículos sobre las hermandades.