Las comunidades de vida contemplativa lanzan un SOS
La subida de los precios en suministros básicos como la electricidad o el agua unido a la caída de los ingresos de las ventas de productos durante la pandemia y la enfermedad de muchas religiosas y religiosos dan como resultado una situación especialmente dura en numerosos monasterios españoles.
Los monasterios y conventos de vida contemplativa encaran una difícil situación: su actividad productiva continúa muy afectada por la pandemia que ha agravado la situación vital de monasterios y conventos, unida a su pequeño número y en muchos casos, a la avanzada edad de las monjas y monjes de estas comunidades.
La fundación DeClausura, a través de la que se ayuda a muchas de estas comunidades, anima a todos los que puedan a que colaboren con limosnas al sostenimiento de estas comunidades que han abierto sus puertas a esa fundación en un vídeo en el que comparten su vida y explican su situación.
Los últimos años han supuesto una disminución de vocaciones y una mayor desprotección por la despoblación de las zonas rurales en las que se ubican estos monasterios.
La pandemia ha sido especialmente dura para unas comunidades que intentan a duras penas seguir viviendo de su trabajo y pagar las costosas obras que requieren la conservación de los monasterios y conventos en los que habitan.
Estos últimos años de pandemia las comunidades contemplativas han sufrido la muerte de hermanas y hermanos, unos por edad y otros a causa de la Covid-19; la parálisis de su actividad productiva durante el confinamiento; la falta de huéspedes y la escasez de ventas de sus productos a causa de la crisis socioeconómica y de su situación geográfica en un entorno rural afectado también por la crisis del turismo.
Una situación que ha llevado a no pocas comunidades a tener que acudir al banco de alimentos para cubrir sus necesidades alimentarias básicas y a ayudarse entre los conventos para intentar paliar esta situación.
La Fundación DeClausura
Fundación DeClausura es una entidad sin ánimo de lucro gestionada por laicos de la Iglesia que apoya desde 2006 a monasterios y conventos. Este acompañamiento permite a la Fundación conocer la situación real de las comunidades que oran y trabajan en clausura. En el último año, la Fundación ha apoyado a 73 comunidades al asumir los gastos corrientes de electricidad, gas, calefacción, mantenimiento y manutención; el pago de deudas a la Seguridad Social; o gastos de entierros.
Además, no son pocos los trabajos realizados en favor del bienestar de las hermanas y hermanos mayores: reparación de ascensores, instalación de rampas o grúa para facilitar su movilización.
La Fundación, además, apoya las iniciativas puestas en marcha por las comunidades para seguir viviendo de su trabajo artesano a través de la compra de maquinaria, equipamientos y utensilios y busca ayuda para la conservación de los edificios.
España alberga 751 cenobios con comunidad contemplativa activa, lo que representa un tercio de los monasterios y conventos del mundo. En cuanto a los monasterios y conventos catalogados como Bien de Interés Cultural (BIC), tan solo un 33% está siendo habitado por comunidades contemplativas. En total, son 183. De los 565 BIC construidos en su día para la vida en clausura, 355 se emplean ahora como hoteles, universidades o tienen otro uso privado. Esperanzador es saber que las joyas monásticas declaradas Patrimonio de la Humanidad son habitadas por comunidades monásticas estables: los monasterios de Yuso y Suso en San Millán de la Cogolla; y los de Guadalupe, El Escorial y Poblet.
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Firma de la Carta de Florencia: un compromiso concreto con la paz, la cooperación y el diálogo
Un centenar de obispos y alcaldes de los países ribereños del Mediterráneo se reunieron en Florencia para debatir juntos cómo fomentar la paz en esos territorios. Firmaron un documento que pretende inspirar un camino verdaderamente pacífico para el futuro.
El desastre de la guerra que ha golpeado las fronteras de Europa en los últimos días y que mantiene a todo el mundo en vilo ha pasado al silencio, pero el pasado fin de semana en Florencia ocurrió algo a lo que hay que dar más importancia, especialmente en este momento histórico concreto.
Un centenar de obispos y alcaldes de los países ribereños del Mediterráneo -entre ellos el arzobispo de Barcelona, el obispo auxiliar de Madrid y los alcaldes de Valencia y Granada- se reunieron por primera vez para debatir juntos cómo fomentar la paz en esos territorios a menudo asolados por las guerras, los enfrentamientos religiosos y las rivalidades internacionales que fomentan el aislamiento y propagan la muerte, si pensamos en los numerosos emigrantes que han intentado cruzar el Mediterráneo en embarcaciones improvisadas a lo largo de los años y que luego han acabado trágicamente.
El tema central de la paz
El evento de Florencia estaba previsto desde hacía tiempo, a petición de la Conferencia Episcopal Italiana, y sólo por una triste coincidencia tuvo lugar cerca de la guerra que estalló en el frente ruso-ucraniano. Pero tiene mucho que ver con la actualidad, porque el tema central era y es precisamente la paz. Dos años antes, se celebró en Bari una reunión de obispos a la que asistió el Papa Francisco, que en aquella ocasión reiteró a voces que la guerra, cualquier guerra, es una «locura, una locura a la que no podemos resignarnos».
Qué actuales son estas palabras y qué significativo es, por tanto, que los representantes de la Iglesia Católica y los administradores de las distintas ciudades ribereñas del Mediterráneo se hayan reunido para encontrar caminos duraderos hacia la paz, tratando de «institucionalizar» procesos de diálogo mutuo. Lo han hecho siguiendo los pasos del Venerable Giorgio La Pira, que en los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial encarnó los valores evangélicos en su actividad política como alcalde de Florencia, e imaginó el Mediterráneo como un «moderno lago de Tiberíades».
Vías alternativas a la guerra
En medio de una guerra de consecuencias imprevisibles, es aún más urgente encontrar vías alternativas a la guerra, aprovechando todas las oportunidades de encuentro posibles. Y este es el propósito y el significado del documento firmado en Florencia, una «Carta» que pretende inspirar un camino verdaderamente pacífico para el futuro, partiendo de un importante cruce y entrecruzamiento de historia, tradiciones y culturas diferentes como es el Mediterráneo.
Pero pasemos al contenido de la Carta de Florencia.
En primer lugar, los firmantes son conscientes de los beneficios que se derivan de «intensificar la cooperación en sus propias ciudades», a fin de promover la justicia, la fraternidad, el respeto a las confesiones religiosas, la salvaguarda del planeta y los derechos fundamentales de cada individuo.
Para afrontar mejor estos retos, es necesario reconocer «la diversidad del patrimonio y las tradiciones» como elemento compartido por toda la humanidad (naturaleza, medio ambiente, cultura, lenguas, religiones); la importancia de educar a los jóvenes en los valores del bien; la creación de programas universitarios comunes; el reconocimiento del derecho universal a la salud y a la protección social; la urgencia de soluciones para evitar un cambio climático catastrófico; la oportunidad de iniciar nuevas formas de cooperación entre políticos, científicos y líderes culturales y espirituales; la importancia de atender a los vulnerables y a los que se ven obligados a emigrar…
La Carta concluye con algunas peticiones específicas («invocaciones»), en primer lugar a los gobiernos de todos los países mediterráneos para que establezcan una «consulta regular» con los alcaldes, los representantes religiosos y las instituciones culturales para que participen en las decisiones que afectan al futuro de las comunidades.
A continuación, piden que se promuevan programas educativos a todos los niveles, «para lograr una nueva solidaridad universal y una sociedad más acogedora», y que se promuevan iniciativas para reforzar la fraternidad y la libertad religiosa. Por último, la puesta en marcha de una mayor cooperación internacional para trabajar por «un reparto más equitativo de los recursos económicos y naturales».
Carmelo Guillén recomienda la lectura de Voces del siglo de oro español, de José Ignacio Peláez Albendea.
Carmelo Guillén·3 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 3minutos
El Siglo de Oro español es una época histórica a la que siempre vuelvo, sobre todo porque, prácticamente a todos los niveles, me da el canon de la mejor actividad artística de la historia de España en cualquiera de sus disciplinas. Releer de vez en cuando a Cervantes, a santa Teresa, a san Juan de la Cruz, o al mismísimo creador del arte nuevo de hacer comedias (me refiero lógicamente a Lope de Vega) es siempre un recreo para el espíritu y, en mi caso, una pasión. Si a esas figuras de la Literatura añadimos las de otros grandes intelectuales universitarios como Francisco de Vitoria, o sus discípulos, Domingo de Soto o Melchor Cano, mi entusiasmo se hace aún mayor. Así podíamos seguir nombrando a otros autores de gran calado como Garcilaso de la Vega, fray Luis de León, san Ignacio de Loyola, Quevedo, Góngora o Calderón de la Barca…, todos, figuras que deslumbraron por su pundonor profesional y su lucidez.
Libro
Título: Voces del Siglo de Oro español
Autor: José Ignacio Peláez Albendea
Páginas: 409
Editorial: Rialp
Ciudad: Madrid
Año: 2021
Con suma intencionalidad, José Ignacio Peláez, compilador de este esplendente trabajo, ha escrito Voces del Siglo de Oro español. Su idea principal es que el ejemplo de las vidas y obras de los personajes seleccionados: «hombres de fe cristiana ―nos dice― que supieron hacer de su fe cultura más humana» (p. 396) pueda servir de falsilla a los lectores del siglo XXI; objetivo en el que reincide finalmente como síntesis de su libro: «En resumen: tenemos el reto de mostrar a nuestros contemporáneos la belleza de la fe cristiana con nuestra vida, con el ejemplo y la palabra, y con nuestra amistad sincera, pues la fe da respuesta a todas las preguntas que inquietan el corazón del hombre» (p. 396).
Con un muestreo riguroso de cada autor seleccionado, Peláez desarrolla su cometido presentando primero la respectiva biografía de cada uno y, a continuación, haciendo tanto un admirable resumen de su obra escrita como escogiendo aquellos fragmentos que le parecen más reveladores. Y, cuando lo considera oportuno, actualizando la grafía.
Sin lugar a dudas, nos asomamos a un concienzudo y didáctico estudio que, a posteriori, cabe emplear como libro de referencia, o sea, como uno de ésos a los que conviene volver de vez en cuando. El propio Peláez lo deja muy claro en su introducción: «En este libro se ofrece al lector una breve aproximación a algunos grandes escritores de los siglos XVI y XVII españoles (…), con el fin de despertar el deseo de volver a leerlos en un público que ya oyó hablar de ellos. Aquí les procuraré abrir una ventana para que se asomen a estos grandes escritores y se animen a volver a leerlos directamente». Sea como fuere, la prosa ágil, comprensible e ilustrada de Peláez consigue su propósito: que el lector ―al menos a mí me ha ocurrido― se inserte en la diacronía de cada personaje, del que se traza un recorrido minucioso por los episodios más relevantes de su vida, a fin de que se pueda sacar de la lectura el máximo provecho.
En alguna ocasión, incluso, el propio compilador vincula a algunos de sus personajes estudiados con otros del siglo XX. Así lo hace, por ejemplo, interrelacionando a Garcilaso de la Vega con su legado en poetas de la llamada generación del 36, tales como Luis Rosales o Dionisio Ridruejo (p. 37) o a otros posteriores a la guerra civil española, tal es el caso de José García Nieto (p. 37), explicando asimismo sus concretas influencias: «Entre nuestros profesores ―apunta Peláez―, muchos han estudiado la obra de Garcilaso con detalle. Destaco algunas referencias de uno de ellos [Dámaso Alonso]: su sentido del ritmo en los endecasílabos (…), con acentos en la sexta y en la décima sílaba o acentos en la cuarta, octava y décima sílaba, que señalan las palabras más representativas del verso (…); por ejemplo, de la Égloga III (pongo en negrilla las palabras más significativas y donde llevan el acento)» (p. 37).En suma, estamos ante un libro amable, pedagógico, formativo, que sorprendentemente está orientado a hacernos mejores personas y, a la postre, nos impulsa a gestas más heroicas en nuestra propia vida cotidiana. Un libro para disfrutar, para aprender, para tenerlo en cuenta, de ésos que hacen lectores.
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Una mujer y su hijo en un tren de evacuación en Kiev
Una mujer y su hijo miran desde un tren de evacuación en la estación de ferrocarril de Kiev el 25 de febrero de 2022, después de que Rusia lanzara una operación militar contra Ucrania.
Omnes·3 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: < 1minuto
Presentamos dos temas, entre las enseñanzas de Francisco en febrero. De un lado, san José y su relación con nosotros. De otro lado, la figura del sacerdocio católico, en el contexto actual y en relación con la evangelización, como introducción a un simposio sobre el sacerdocio.
Como explicación de la Carta Apostólica Patris corde (8-XII-2020), que celebraba los 150 años de la proclamación de san José como patrono de la Iglesia universal, por el beato Pío IX, Francisco le dedicó doce audiencias generales. Su objetivo era presentarlo como “apoyo, consuelo y guía”, para “dejarnos iluminar por su ejemplo y su testimonio”.
Esta catequesis sobre san José cubre tres grandes áreas: la figura y el papel del santo en el designio de la salvación, sus virtudes y su relación con la Iglesia.
San José y su papel en el designio de la salvación
El “ambiente en que vivió san José” (cfr. 7-XI-2021) nos invita a valorar lo esencial en lo sencillo, por medio del discernimiento, personalmente y en la Iglesia. El papel del santo patriarca en la “historia de la salvación” (24-XI-2021) es el de guardián de los planes de Dios y, por tanto, de quienes el Señor nos confía (argumento recurrente en este pontificado desde el inicio, cfr. 19-III-2013).
Al tratar sobre “José, hombre justo y esposo de María” (1-XII-2021) dio un mensaje a los novios y recién casados, acerca de la necesidad de pasar desde el enamoramiento (aspecto “romántico”) al amor maduro, un paso exigente pero necesario para liberar el amor verdadero y hacerlo resistente a las pruebas del tiempo, convirtiendo las dificultades en oportunidades para crecer.
San José como “hombre del silencio” (15-XII-2021), nos invita a “dejar espacio a la Presencia de la Palabra hecha carne”. Con referencias a la Sagrada Escritura, a san Agustín, san Juan de la Cruz y Pascal, observó el Papa que Jesús creció en esa “escuela” del silencio en Nazaret, que favorece la oración y la contemplación, como se nota en el Evangelio. Esto nos enseña a usar la lengua para bendecir y no para hacer daño (cfr. St 3, 2-10), y a no caer en el activismo del trabajo.
Las virtudes de san José
San José, “emigrante perseguido y valiente”(29-XII-2021), fue el tema de la siguiente catequesis. José parece como un hombre justo y valiente o fuerte como lo requiere la vida ordinaria, que siempre nos depara adversidades. Esto le dio pie al Papa para invitar a rezar por los migrantes, los perseguidos y las víctimas de circunstancias adversas, políticas, históricas o personales.
Ya en el nuevo año, Francisco reflexionó sobre san José, padre putativo de Jesús(5-I-2022). Consideró la realidad de la adopción en contraste con el sentido de orfandad que hoy experimentamos; y pidió que sea facilitada por las instituciones, vigilando la seriedad del procedimiento.
Se detuvo después en el trabajo, bajo el título san José el carpintero (12-I-2022). El trabajo es “un componente esencial en la vida humana, y también en el camino de santificación”. Invitó a pensar “qué podemos hacer para recuperar el valor del trabajo; y qué podemos aportar, como Iglesia, para que sea rescatado de la lógica del mero beneficio y pueda ser vivido como derecho y deber fundamental de la persona, que expresa e incrementa su dignidad”.
Más adelante pasó a la consideración de san José, padre en la ternura (19-I-2022), fijándose en su afecto y su misericordia. Evocó la misericordia del Señor, que perdona siempre (sacramento de la Confesión). Y la necesidad de una “revolución de la ternura”, que impulse la redención de las faltas –también para los encarcelados– como parte de la justicia.
Al detenerse en la figura de “san José, hombre que sueña” (26-I-2022), Francisco reflexionó sobre los cuatro sueños de san José según los evangelios (Mt 1, 18-25; Mt 2, 13; Mt 2, 19-20; Mt 2, 22-23). Propuso, especialmente ante situaciones que no comprendemos, acudir a la oración. Dios nunca nos deja sin ayuda o al menos inspiración. En este marco, propuso rezar por tantas personas que necesitan la fe y la esperanza ante distintos problemas y dificultades. Francisco se refirió a “padres que ven orientaciones sexuales diferentes en los hijos”, y rezó para que supieran “cómo gestionar esto y acompañar a los hijos y no esconderse en una actitud condenatoria”. No dejó de advertir que, como vemos en la vida de san José, la auténtica oración se traduce en trabajo y en amor.
San José, la “Comunión de los santos” y su protección en la muerte
Ya en la recta final de estas catequesis, en el mes de febrero, el Papa abordó la realidad de san José y la comunión de los santos (2-II-2022), que es precisamente la Iglesia (cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 946), tanto en la tierra como en el cielo.
En la tierra, señaló Francisco, “la Iglesia es la comunidad de los pecadores salvados”, hermanos por el bautismo, que es un vínculo indestructible en la tierra. De ahí nuestra solidaridad, tanto para al bien como para el mal. La “comunión de los santos” incluye a los difuntos (del purgatorio) y a los pecadores no reconciliados, mientras están en este mundo, incluso “aquellos que han renegado de la fe, que son apóstatas, que son perseguidores de la Iglesia, que han negado su bautismo, (…) los blasfemos, todos ellos”.
En efecto, cabe recordar que, según el Concilio Vaticano II (cfr. Lumen Gentium, nn. 14 y 15) los pecadores, si están bautizados, “pertenecen” a la comunión de los santos, que es la Iglesia, de modo imperfecto o incompleto. Y si no están bautizados, están “ordenados” al misterio de la Iglesia, de algún modo se relacionan con ella en la medida en que buscan la verdad y viven coherentemente la caridad.
La penúltima catequesis fue sobre san José, Patrono de la buena muerte (9-II-2022). Francisco evocó la ayuda que tradicionalmente los cristianos le pedimos al patriarca para el momento de la muerte. Y alabó al Papa emérito Benedicto XVI, quien, a punto de cumplir 95 años, ha testimoniado su conciencia de la realidad de la muerte. La fe cristiana –explicó Francisco– ayuda a afrontar la muerte. La ilumina desde la resurrección de Cristo, nos ayuda a desprendernos de lo material y a centrarnos en la caridad; nos impulsa a cuidar a los enfermos y no “descartar” a los ancianos.
Finalmente, el obispo de Roma reflexionó sobre san José, patrono de la Iglesia universal (16-II-2022). También a nosotros nos corresponde la protección y cuidado de la vida, del corazón y del trabajo y de los hombres, y de la Iglesia: “Toda persona que tiene hambre y sed, todo extranjero, todo migrante, toda persona sin ropa, todo enfermo, todo preso es el ‘Niño’ que José custodia”. Asimismo debemos aprender de José a “custodiar” los bienes que nos vienen con la Iglesia: “amar al Niño y a su madre; amar los Sacramentos y al pueblo de Dios; amar a los pobres y nuestra parroquia” (cfr. Patris corde, 5).
Hemos de amar la Iglesia como es, concluyó el Papa, como pueblo de pecadores que encuentran la misericordia de Dios. Al mismo tiempo, hemos de reconocer todo el bien y santidad que están presentes en la Iglesia. La Iglesia somos todos los cristianos. Por tanto, hemos de cuidarnos y protegernos, y no destruirnos. Y para ello pidió la intercesión de san José sobre todos.
El sacerdote y sus “cercanías”: desde el corazón sacerdotal de Cristo
El discurso del Papa al Simposio Para una teología fundamental del sacerdocio (17-19 de febrero de 2022), organizado por la Congregación para los obispos, consta de una introducción y cuatro apartados, correspondientes a las “cuatro cercanías” del sacerdote.
En la introducción, el Papa asegura hablar desde su propia experiencia y el testimonio recibido de tantos buenos sacerdotes; y también desde la experiencia de haber acompañado a otros cuyo sacerdocio estaba en crisis. Afirma que en la vida sacerdotal pueden coexistir las pruebas con la paz, a condición de dejarse ayudar por Dios y los demás.
Señala que en los momentos de cambios importantes –como el actual– hay que evitar un doble riesgo: el de refugiarse nostálgicamente en el pasado, y el de confiar demasiado en el futuro con un optimismo exagerado, despreciando así la sabiduría que proviene del discernimiento en el presente. La actitud deseable “surge del hacerse cargo confiadamente de la realidad, anclada en la sabia Tradición viva de la Iglesia, que puede permitirse remar mar adentro sin miedo (…) con la confianza de que Él es el Señor de la historia y que, guiados por Él, seremos capaces de discernir el horizonte que debemos recorrer”.
Respecto al sacerdote, debe buscar la propia santidad, siguiendo la llamada que recibió por vez primera en el bautismo; y dejarse ayudar y evangelizar (cf. Juan Pablo II, Exhort. ap. Pastores dabo vobis, 26), para no caer en un funcionalismo.
En cuanto al “discernimiento de la vocación”,cada uno, mirando su humanidad, su historia y su disposición, debe preguntarse si en conciencia esa vocación puede desplegar en él el potencial de Amor que recibió en el bautismo. Para ello son de gran ayuda que las comunidades cristianas sean fervorosas y apostólicamente vibrantes.
A partir de estos elementos, el Papa expuso las cuatro armonías del sacerdote (y del obispo) que en otras ocasiones ha explicado, como pilares para un estilo que imite el de Dios (reflejado en el corazón sacerdotal de Cristo): la cercanía, la compasión y la ternura.
Cercanía a Dios (vida espiritual)
Se trata de la vida espiritual o interior del sacerdote, de su “vida de oración” para permanecer en Cristo (cfr. Jn 15, 5-7). De ahí salen las fuerzas para el ministerio y su fecundidad; la capacidad para no escandalizarse por nada de lo que suceda, sea humanamente agradable o no; las fuerzas para vencer las tentaciones, contando con la lucha, con el combate espiritual del sacerdote. No se trata solo de “práctica religiosa” (prácticas o devociones), sino “de la escucha de la Palabra, de la celebración eucarística, del silencio de la adoración, de la entrega a María, del sabio acompañamiento de un guía, del sacramento de la Reconciliación”.
El sacerdote no debe refugiarse en el activismo o en otras distracciones, sino presentarse en la oración con “un corazón contrito y humillado” (cfr. Sal 34 y 50). Así se agrandará ese corazón a la medida del de Cristo, para dar cabida a las necesidades de su pueblo, lo que a su vez le hará más cercano al Señor. Rezar es la primera tarea del obispo y del sacerdote. Ahí aprende a “disminuir” ante Dios (cfr. Jn 3, 30), y no le resulta un problema hacerse pequeño a los ojos del mundo.
Cercanía al obispo (obediencia)
Durante mucho tiempo, dice Francisco, se ha interpretado mal la obediencia. “Obedecer, en este caso al obispo, significa” –señala el sucesor de Pedro– “aprender a escuchar y recordar que nadie puede pretender ser poseedor de la voluntad de Dios, y que ésta debe ser comprendida sólo a través del discernimiento. Obediencia, por tanto, es escucha de la voluntad de Dios que se discierne precisamente en un vínculo”. Esto evita encerrarse en uno mismo y llevar una vida de “solterón” con las correspondientes manías.
El sacerdote, por tanto, ha de “defender los vínculos” que tiene con el obispo y con la Iglesia particular. Ha de rezar por el obispo y expresar su opinión con respeto, valentía y sinceridad. Esto “requiere igualmente de los obispos humildad, capacidad de escucha, de autocrítica y de dejarse ayudar”.
Cercanía entre presbíteros (fraternidad sacerdotal)
La fraternidad sacerdotal, subrayó el Papa, tiene como fundamento a Cristo (cfr. Mt 18, 20). “La fraternidad es optar deliberadamente por tratar de ser santos con los demás y no en soledad, santos con los demás”. Las características de la fraternidad son las del amor (cfr. 1 Co, cap. 13), presididas por la paciencia y la capacidad de gozar y sufrir con los otros. Así se combate la indiferencia, el aislamiento, e incluso la envidia, el bullying sacerdotal, el rencor y el chismorreo.
El amor fraterno es como “un campo de entrenamiento del espíritu” y el termómetro de la vida espiritual (cfr. Jn 13, 35). Lleva a vivir la misión, abrirse y sentirse en casa, custodiar y protegerse mutuamente. Y es así cuando se vive el celibato con serenidad, como don para la santificación, un don que requiere relaciones sanas. “Sin amigos y sin oración, el celibato puede convertirse en una carga insoportable y en un anti-testimonio a la belleza misma del sacerdocio”.
Cercanía al pueblo de Dios (pasión del pastor)
Para esto remite el Papa a Lumen gentium 8 y 12. Se trata, apunta, no de un deber sino de una gracia (cfr. Evangelii gaudium, 268-273). La misión sacerdotal implica a la vez “pasión por Jesús y pasión por su pueblo”, en medio de las dificultades, de las heridas, de la “orfandad” que abunda en nuestra sociedad de “redes”. No como funcionarios, sino como pastores valientes, cercanos y contemplativos, para poder “anunciar sobre las llagas del mundo la fuerza operativa de la Resurrección”.
El olvido de que la vida sacerdotal se debe a los demás –observa Francisco– está en la base del clericalismo y de sus consecuencias. “El clericalismo es una perversión, y también uno de sus signos, la rigidez, es otra perversión”. El clericalismo se constituye, curiosamente, no sobre cercanías, sino sobre distancias. Y va asociado a la “clericalización de los laicos”, olvidando su propia misión.
Cuidando estas cuatro cercanías, concluye el Papa, el sacerdote puede identificarse mejor con el corazón sacerdotal de Cristo, dejarse visitar y transformar por Él.
«En el desierto, el amor del Hijo por el Padre», I domingo de Cuaresma
Comentario a las lecturas del I domingo de Cuaresma y breve homilía en vídeo del sacerdote Luis Herrera.
Andrea Mardegan / Luis Herrera·3 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 2minutos
Lucas habla, como Mateo y Marcos, del período de cuarenta días de Jesús en el desierto, donde es tentado por Satanás; y, como Mateo, relata las tres tentaciones. Pero cambia el orden para terminar con la del templo de Jerusalén: todo su evangelio mira hacia la ciudad santa. En el relato del Bautismo se manifiesta el amor del Padre: “Tú eres mi Hijo, el amado”, y en el desierto vemos el amor del Hijo por el Padre. El diablo, en la primera tentación, se refiere precisamente a su filiación divina: “Si eres Hijo de Dios”. Jesús está lleno del Espíritu Santo, y es el Espíritu quien lo conduce al desierto. Para Mateo, las tentaciones ocurren al final de los cuarenta días de ayuno; para Lucas, se desarrollan a lo largo de todo el período, como para decirnos que durante la oración más intensa, en la mayor cercanía a Dios, es posible que las pruebas sean más numerosas.
La primera tentación se refiere al uso del poder de ser hijo de Dios. Jesús se niega a usar el poder divino para sí mismo; es un poder que, por ser divino, siempre y sólo lo usará en el servicio de los demás: sanará, alimentará, perdonará, salvará. Así, del tesoro de la Iglesia todo cristiano está invitado a utilizar los bienes espirituales y materiales para el servicio de los demás y no para el beneficio propio, aunque sólo sea su vanagloria. Ante la propuesta de transformar las piedras en pan, Jesús responde con el Deuteronomio: “No sólo de pan vive el hombre”. La palabra de Dios rechaza al tentador.
En la segunda tentación, el diablo lleva a Jesús hacia arriba, proponiéndole conquistar el poder terrenal del dominio sobre todos los reinos temporales y la correspondiente gloria, evitando pasar por el camino de la pasión y muerte de cruz en obediencia al plan del Padre, pero inclinándose a la adoración del príncipe de este mundo. Jesús, con la absoluta sencillez de la Escritura (Dt 6, 13) le dice que la adoración y el culto sólo se deben a Dios. Así manifiesta su adhesión total al designio misterioso del Padre: el camino de la aniquilación en la muerte de cruz para ser después “exaltado a la diestra de Dios” (Hch 2, 33).
En la tercera tentación, el diablo imita a Jesús y se sirve de la Escritura para convencerlo para que se arroje desde lo más alto del templo, pidiendo al Padre una intervención milagrosa para salvarle. Es la tentación de pedir a Dios que use su fuerza para un capricho nuestro que no está en sus planes. “Está escrito: no tentarás al Señor tu Dios”. Dios está presente, nos ama y nos salva según su providencia y sus tiempos, que a veces contrastan con nuestras expectativas. El diablo está vencido, pero volverá en el tiempo en que llegue el fin. Jesús lo vencerá nuevamente con su obediencia total al Padre.
La Homilía en un minuto
El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.
«El exceso de velocidad pulveriza la vida, no la hace más intensa»
En la jornada de oración y ayuno por la paz, en el marco del ciclo de catequesis sobre la vejez, el Papa Francisco ha reflexionado sobre la velocidad a la que estamos acostumbrados en el trajín cotidiano, afirmando que "el exceso de velocidad hace cada experiencia más superficial y menos nutriente", especialmente en los jóvenes.
En la audiencia general de este Miércoles de Ceniza, jornada de oración y ayuno por la paz en Ucrania, el Papa Francisco ha dirigido la segunda catequesis del ciclo sobre la vejez.
«En el pasaje bíblico de las genealogías de los antepasados», comenzó Francisco, «sorprende enseguida su enorme longevidad: ¡se habla de siglos! ¿Cuándo empieza, aquí, la vejez? ¿Y qué significa el hecho de que estos antiguos padres vivan tanto después de haber generado los hijos? ¡Padres e hijos viven juntos, durante siglos! Esta cadencia secular de la época, narrada en estilo ritual, otorga a la relación entre longevidad y genealogía un profundo significado simbólico».
«Es como si la transmisión de la vida humana, tan nueva en el universo creado, pidiera un lenta y prolongada iniciación. Todo es nuevo, en los inicios de la historia de una criatura que es espíritu y vida, conciencia y libertad, sensibilidad y responsabilidad. La nueva vida – la vida humana -, inmersa en la tensión entre sus orígenes “a imagen y semejanza” de Dios y la fragilidad de su condición mortal, representa una novedad completamente por descubrir. Y pide un largo tiempo de iniciación, en el que es indispensable el apoyo recíproco entre las generaciones, para descifrar las experiencias y confrontarse con los enigmas de la vida. En este largo tiempo, lentamente, es cultivada también la calidad espiritual del hombre».
«En un cierto sentido, todo paso de época, en la historia humana, nos propone de nuevo esta sensación: es como si tuviéramos que retomar nuestras preguntas sobre el sentido de la vida desde el inicio y con calma, cuando aparece el escenario de la condición humana lleno de preguntas nuevas e interrogantes inéditos. Ciertamente, la acumulación de la memoria cultural aumenta la familiaridad necesaria para afrontar los pasajes inéditos. Los tiempos de la transmisión se reducen; pero los tiempos de la asimilación piden siempre paciencia. El exceso de velocidad, que ya obsesiona todos los pasajes de nuestra vida, hace cada experiencia más superficial y menos “nutriente”. Los jóvenes son víctimas inconscientes de esta escisión entre el tiempo del reloj, que quiere ser quemado, y los tiempos de la vida, que requieren una adecuada “fermentación”. Una larga vida permite experimentar estos largos tiempos y los daños de la prisa».
«La vejez, ciertamente, impone ritmos más lentos: pero no son solo tiempos de inercia. La medida de estos ritmos abre para todos espacios de sentido de la vida desconocidos para la obsesión de la velocidad. Perder el contacto con los ritmos lentos de la vejez cierra estos espacios para todos. Es en este horizonte que he querido instituir la fiesta de los abuelos, en el último domingo de julio. La alianza entre las dos generaciones en los extremos de la vida – los niños y los ancianos – ayuda también a las otras dos – los jóvenes y los adultos – a vincularse para hacer la existencia de todos más rica en humanidad».
«Imaginemos», propuso el Papa, «una ciudad donde la convivencia de las diferentes edades forme parte integral del proyecto global de su hábitat. Pensemos en la formación de relaciones afectivas entre vejez y juventud que se irradien en el estilo general de las relaciones. La superposición de las generaciones se convertiría en fuente de energía para un humanismo verdaderamente visible y vivible. La ciudad moderna tiende a ser hostil con los ancianos (y no por casualidad también lo es con los niños). El exceso de velocidad nos mete en una centrífuga que nos barre como confeti. La mirada de conjunto se pierde por completo. Cada uno se aferra a su propia pieza, que flota sobre los flujos de la ciudad-mercado, para la cual los ritmos lentos son pérdidas y la velocidad es dinero. El exceso de velocidad pulveriza la vida, no la hace más intensa».
«La pandemia», recordó el Santo Padre, «en la cual estamos todavía obligados a vivir, ha impuesto – muy dolorosamente, lamentablemente – un revés para el obtuso culto a la velocidad. Y en este período los abuelos actuaron como barrera ante la “deshidratación” emocional de los pequeños. La alianza visible de las generaciones, que armoniza los tiempos y los ritmos, nos devuelve la esperanza de no vivir la vida en vano. Y devuelve a cada uno el amor por nuestra vida vulnerable, cerrándole el paso a la obsesión de la velocidad, que simplemente la consume. Los ritmos de la vejez son un recurso indispensable para captar el sentido de la vida marcada por el tiempo. Gracias a esta mediación, se hace más creíble el destino de la vida en el encuentro con Dios: un diseño que está escondido en la creación del ser humano “a su imagen y semejanza” y está sellado en el hacerse hombre del Hijo de Dios».
El Papa concluyó afirmando que «hoy se verifica una mayor longevidad de la vida humana. Esto nos ofrece la oportunidad de aumentar la alianza entre todas las etapas de la vida; y también con el sentido de la vida en su totalidad. Que el Espíritu nos conceda la inteligencia y la fuerza para esta reforma: la prepotencia del tiempo del reloj debe convertirse en la belleza de los ritmos de la vida. La alianza de las generaciones es indispensable. Que Dios nos ayude a encontrar la música adecuada para esta armonización».
El Papa agradece a los polacos su solidaridad con Ucrania
Rome Reports·2 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: < 1minuto
Durante la audiencia general del Miércoles de Ceniza, el Papa agradeció a Polonia su solidaridad con el pueblo ucraniano. Desde el país vecino, cientos de personas acogen a refugiados, les llevan comida y mantas y les facilitan la entrada en Polonia. Además recordó que el traductor en polaco es precisamente de Ucrania y su familia sufre la guerra en estos momentos.
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Cuaresma empieza hoy, y hoy es tiempo de creer, de esperar contra toda esperanza, de que aparezca el prodigio de la fe y de ponerla a prueba… Cuaresma es solo tiempo, tiempo de milagros.
2 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 2minutos
40 días y 40 noches: ese es el tiempo que los evangelios sinópticos coinciden en señalar que estuvo Jesús en el desierto orando, ayunando y siendo tentado por Satanás. 40 días sin comer ni beber en el desierto no lo aguanta, perdónenme la expresión, ni Dios en su humanidad. Como la intención de los evangelistas no era la de narrar una epopeya de un héroe llamado Jesús, sino la de reflejar fielmente la historia de salvación de Dios-con-nosotros, deducimos que esos 40 días significan algo que solo podemos comprender con las claves de interpretación de los lectores de la época.
Benedicto XVI nos lo explicaba en la Cuaresma de 2012: «40 es el número simbólico con el que tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento representan los momentos más destacados de la experiencia de la fe del pueblo de Dios (…). Este número no constituye un tiempo cronológico exacto, resultado de la suma de los días. Indica más bien una paciente perseverancia, una larga prueba, un período suficiente para ver las obras de Dios, un tiempo dentro del cual es preciso decidirse y asumir las propias responsabilidades sin más dilaciones. Es el tiempo de las decisiones maduras».
40 días duró el diluvio, 40 días estuvo Moisés en el Sinaí, 40 años caminó el pueblo de Israel por el desierto y durante 40 días también nosotros caminaremos hacia la Pascua en este tiempo de conversión que comienza el Miércoles de Ceniza y que llamamos Cuaresma. Pero ¿será suficiente esta cuaresma para convertirme o cuántas cuaresmas necesitaré? ¿Cuánto durará ese tiempo no cronológico en el que Dios probará mi perseverancia? ¿Cuántas horas, días, meses o años necesitaré para ver las obras de Dios y que se dé en mí el milagro de orientar toda mi vida hacia Él?
Mientras reflexionaba sobre ello, llegó a mí la historia de Juan Manuel Igualada, conocido como “el último recluta de la mili”, que murió de forma inesperada hace unas semanas, casi tres décadas después del fatídico accidente que le causó graves lesiones cerebrales mientras hacía el servicio militar. Tenía entonces 19 años y, hasta su muerte, 28 años después, este soldado de reemplazo ha permanecido en estado vegetativo, postrado en una cama del Hospital Central de la Defensa Gómez Hulla. A su lado, Milagros Durán, su madre, que no dudó en dejar su casa y su trabajo en Cuenca para trasladarse a Madrid y poder cuidar así a su hijo.
¿Cuánto duran 28 años? Son más de 10.000 días, al pie de una cama, lavándolo, afeitándolo, conversando con él a diario para obtener como respuesta apenas algunos movimientos involuntarios o gemidos sin más sentido que el que una madre es capaz de interpretar anteponiendo el cariño y la esperanza a la lógica. 10.000 días de privaciones, de mucha oración (la habitación de Juanma parecía un santuario lleno de estampas e imágenes de la Virgen), de pensar en los demás por encima de uno mismo… Ayuno, oración, limosna… ¡Qué Cuaresma más larga la de Milagros y qué ejemplo el suyo para el mundo! ¿A cuántas tentaciones habrá tenido que hacer frente en este, su tiempo?
Cuaresma empieza hoy, y hoy es tiempo de creer, de esperar contra toda esperanza, de que aparezca el prodigio de la fe y de ponerla a prueba… Cuaresma es solo tiempo, tiempo de milagros.
Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.
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Mientras Rusia bombardea Jarkov, y un convoy de tanques rusos se dirige a Kiev, más de medio millón de ucranianos huyen de su país, asegura la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). El Papa Francisco ha pedido para hoy, inicio de la Cuaresma, oración especial y ayuno por la paz en Ucrania, y poner “rostro e historias concretas de sufrimiento”, se ha recordado en una Jornada en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma).
Rafael Miner·2 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 7minutos
Acnur contabilizaba hacia las 15 horas del lunes más de medio millón de personas huyendo de los combates entre ambos ejércitos, el ruso y el ucraniano. Hoy son en torno a 600.000. Personas con la tristeza y en ocasiones el pánico en la cara, que han salido estos días abarrotando metros, estaciones de tren y carreteras en localidades ucraniana, como sucedió en los aeropuertos afganos, especialmente en Kabul, no hace tanto.
Ajmal Rahmani, por ejemplo, salió de Afganistán hace un año pensando que iba a encontrar la paz en Ucrania, pero ahora huye de nuevo hacia Polonia, junto a miles de refugiados, por el avance ruso, cuenta France Press desde Medyka, Polonia. “Huí de una guerra, y me veo en otra. No he tenido mucha suerte», se lamenta este afgano de unos cuarenta años, que acaba de llegar a Polonia junto a su mujer Mina, su hijo Omar, de 11 años, y su hija Marwa, de siete, que no se separa de su perro de peluche marrón”.
Se estima que el número de los refugiados ucranianos hacia otros países podría alcanzar los cinco millones, según una evaluación del Pentágono y la inteligencia estadounidense citada hace unos días por The Washington Post. El éxodo generaría, ya lo está provocando, una crisis humanitaria de grandes proporciones en países vecinos, la mayoría en Polonia.
Polonia: 300.000, más 1,5 millones actuales
Se trata del éxodo “más grande dentro de Europa” desde la guerra de los Balcanes. Naciones Unidas ha alertado de que este número se podría incrementar en los próximos días, señala El Debate citando fuentes de Europa Press, teniendo en cuenta que la mayoría son mujeres y niños.
“Esta cifra ha ido aumentando exponencialmente, hora tras hora, literalmente, desde el jueves. He trabajado en crisis de refugiados durante casi 40 años y rara vez he visto un éxodo de personas tan increíblemente rápido”, ha asegurado el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Filippo Grandi.
Ucrania tiene frontera con siete países. Rusia al norte y el este, Bielorrusia en el norte, Polonia y Eslovaquia al oeste y Rumania, Hungría y Moldavia en el suroeste. El Mar Negro, al sur. Pues bien, a fecha de ayer, según Acnur, 280.000 migrantes han huido a Polonia, 94.000 han migrado a Hungría, casi 40.000 están actualmente en Moldavia, y 34.000 y 30.000 están en Rumanía y Eslovaquia, respectivamente.
“Quiero felicitar a los gobiernos de los países receptores por permitir el acceso de refugiados a su territorio. El desafío de admitir y registrar, satisfacer las necesidades y garantizar la protección de quienes huyen, es abrumador”, afirma Filippo Grandi.
Los exilados se dirigen a numerosos países, no sólo a los fronterizos. En Trieste (Italia), unas cincuenta personas llegaron en autobús, entre ellas una niña de nueve meses, todas ellas destinadas a casa de amigos o conocidos, principalmente en el norte.
“Construir el futuro con migrantes y refugiados”
El Ministerio de Sanidad de Ucrania ha actualizado el lunes el balance de víctimas civiles como consecuencia de la invasión rusa y, aunque mantiene en 352 la cifra provisional de fallecidos, ha situado ya la de heridos por encima de los 2.000 –en concreto, 2.040–, señala The Objective.
En su invitación para que este 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, creyentes y no creyentes nos unamos en la oración y ayuno por la paz en Ucrania, el Santo Padre ha manifestado que es “un día para estar cerca del sufrimiento del pueblo ucraniano, para sentir que todos somos hermanos y para implorar a Dios el fin de la guerra”.
Por otra parte, el Papa Francisco subrayó que quien hace la guerra se olvida de la humanidad: “No parte del pueblo, no mira la vida concreta de las personas, sino que antepone a todo los intereses partidistas y el poder. Se confía a la lógica diabólica y perversa de las armas, que es la más alejada de la voluntad de Dios. Y se aleja de la gente común, que quiere la paz; en todos los conflictos ―la gente común― es la verdadera víctima, que paga en su propia piel las locuras de la guerra”.
En su Mensaje para este tiempo de Cuaresma, que comienza hoy, el Pontífice alienta, tal como ha informado Omnes: “No nos cansemos de orar. Jesús nos ha enseñado que es necesario ‘orar siempre sin desanimarse’. Necesitamos orar porque necesitamos a Dios. Pensar que nos bastamos a nosotros mismos es una ilusión peligrosa”.
A continuación, el Papa añade: “Aprovechemos especialmente esta Cuaresma para cuidar a quienes tenemos cerca, para hacernos prójimos de aquellos hermanos y hermanas que están heridos en el camino de la vida. La Cuaresma es un tiempo propicio para buscar —y no evitar— a quien está necesitado; para llamar —y no ignorar— a quien desea ser escuchado y recibir una buena palabra; para visitar —y no abandonar— a quien sufre la soledad. Pongamos en práctica el llamado a hacer el bien a todos, tomándonos tiempo para amar a los más pequeños e indefensos, a los abandonados y despreciados, a quienes son discriminados y marginados (Fratelli tutti, 193).
“La gente común, la verdadera víctima”
En la misma línea, mirando a la 108 Jornada del Migrante y del Refugiado, que tendrá lugar el 25 de septiembre, el Santo Padre ha elegido como título para su Mensaje “Construir el futuro con los migrantes y los refugiados”, con el fin de subrayar el compromiso al que todos estamos llamados a poner en práctica para construir un futuro que responda al plan de Dios, sin excluir a nadie, ha informado la Sala de Prensa vaticana.
“Construir con” significa, ante todo, reconocer y promover la aportación de los migrantes y los refugiados a esta obra de construcción, porque sólo así se podrá edificar un mundo que garantice las condiciones para el desarrollo humano integral de todos y todas”.
Para favorecer una preparación a la Jornada, la Sección Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral lanzará, a partir de finales de marzo, una campaña de comunicación destinada a promover una comprensión profunda del tema y de los subtemas del Mensaje.
Relato veraz del fenómeno migratorio
Precisamente hace unos días, el padre Fabio Baggio recordó algunas iniciativas que el Sección Migrantes y Refugiados de este Dicasterio ha adoptado en los últimos cinco años, en sintonía con el Magisterio del Papa Francisco. Lo hizo en una Jornada de estudio en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz sobre la narración del fenómeno migratorio, celebrada el día 16 de febrero, y promovida por su Facultad de Comunicación y la Asociación ISCOM, en colaboración con el Comité de Información Migrantes y Refugiados, informa Antonino Piccione.
El objetivo, según sus promotores, era promover un relato veraz del fenómeno migratorio sin partir de las narrativas polarizadas o estérilmente divisorias, respetando la dignidad de las personas implicadas (la dignidad “es la piedra angular de nuestro compromiso, de nuestra pasión civil”, mencionó el Jefe de Estado italiano Sergio Mattarella, en su discurso del 3 de febrero) en línea con la ética profesional y la deontología.
El padre Fabio Baggio señaló, en particular, que «hay que prestar especial atención a la cuestión del trabajo, que está al servicio del hombre, y no al contrario. Los desempleados, o aquellos con trabajos irregulares y precarios, corren el riesgo de verse relegados a los márgenes de la sociedad”. “Un reto ―subrayó el padre Baggio―, que supone un gran desafío para los migrantes y refugiados: “muchos de ellos están como si no existieran, expuestos a diversas formas de esclavitud y explotación”.
“¡Escuchemos estas historias!”, es la exhortación del Papa Francisco. “Cada uno será entonces libre de apoyar las políticas migratorias que considere más adecuadas para su propio país. Pero tendremos ante nuestros ojos, en cualquier caso, no números, no invasores peligrosos, sino rostros e historias de personas concretas, miradas, expectativas, sufrimientos de hombres y mujeres a los que escuchar”.
Un nombre y una historia a cada migrante
“Para superar los prejuicios sobre los inmigrantes y derretir la dureza de nuestros corazones, deberíamos intentar escuchar sus historias. Darle un nombre y una historia a cada uno de ellos”.
A raíz del Mensaje del Santo Padre Francisco para la 56ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, en la Jornada académica universitaria se proyectaron algunos testimonios de refugiados, recogidos por el Centro Astalli.
Las contribuciones en vídeo ofrecieron a Mario Marazziti, de la Comunidad de Sant’Egidio, la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de la “verdadera acogida” y la “verdadera integración”, a la luz de una experiencia personal en el origen de un gran acontecimiento colectivo. “Estuve en Lampedusa dos días después del gran naufragio. 172 cuerpos debían ser recuperados”, recoge Antonino Piccione.
Ese 5 de octubre de 2013, decidimos ‘inventar’ los corredores humanitarios para seguir siendo humanos, nosotros y Europa, señaló Mario Marazziti. “Gracias al patrocinio y a la sociedad civil, desde entonces 4.500 refugiados han reanudado su vida en Italia y el resto del continente gracias a Sant’Egidio, las Iglesias protestantes, la Iglesia, los ciudadanos de a pie, y un modelo de integración a disposición de los gobiernos. ‘Humanizar’ ya no puede ser hoy sólo un hecho extraordinario.
Debemos evitar la “globalización de la indiferencia”denunciada por Francisco en Lampedusa. Gian Guido Vecchi, del Corriere della Sera, informó: “Tras saludar uno por uno a los refugiados en el campo de Lesbos, el Papa dijo: ‘Estoy aquí para miraros a los ojos. Los que te temen no han visto tu rostro’. ¿Cómo romper el muro del miedo y la indiferencia? ¿Cómo se informa de la tragedia de la migración? Para un periodista, se trata paradójicamente de dar un paso atrás. La lección de Flaubert: no muestres tus emociones, sino conmueve al lector y muestra los detalles, los rostros, las historias”.
En la Jornada intervinieron también, entre otros, Stefano Allievi, profesor de Sociología de Universidad de Padua, y Adele Del Guercio, del Departamento de Ciencias Humanas y Sociales (Universidad de Nápoles L’Orientale). La percepción del fenómeno derivado de la comunicación ―incluidas las redes sociales ―, centraron el debate moderado por el notario Vincenzo Lino, entre Aldo Skoda (Universidad Pontificia Urbaniana) y Fabrizio Battistelli (presidente del Instituto Internacional de Investigación Archivio Disarmo). Por último, Raffaele Iaria (Fundación Migrantes), Annalisa Camilli (Internazionale) y Nello Scavo (Avvenire) debatieron sobre la relación entre la verdad y la profesión periodística. Para este último, “el peor enemigo de los periodistas y del periodismo no es el crimen, sino la mentira del Estado”.
El Mediterráneo, frontera de paz
Para completar este recorrido por el fenómeno migratorio, en este caso provocado por la crisis ruso-ucraniana, no viene mal recordar el encuentro de obispos y alcaldes de los pueblos costeros del Mediterráneo, celebrado este fin de semana por iniciativa de la Conferencia Episcopal Italiana, del que ha informado Omnes.
Se trata de la segunda iniciativa de este tipo, dirigida personalmente por el cardenal Gualtiero Bassetti, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. La primera tuvo lugar hace dos años, justo antes del estallido de la pandemia, en Bari, con la presencia del Papa Francisco, que no ha podido acudir este año. En torno a sesenta obispos de una veintena de países costeros del ‘mare nostrum’ han participado en el encuentro, para reflexionar sobre cómo hacer de él cada vez más una ‘frontera de paz’.
El cardenal Gualtiero Bassetti lamentó el “terrible escenario” que vive Ucrania en medio de la invasión que sufre a manos de Rusia, y realizó un llamamiento para “detener la locura de la guerra”. “Con los obispos presentes en Florencia”, dijo, “hemos expresado nuestro dolor por el terrible escenario de Ucrania. Hemos apelado a la conciencia de los responsables políticos para que dejen de usar las armas”, añadió.
«Con menos dinero la Iglesia ha tenido y tiene que hacer muchas más cosas»
La Conferencia Episcopal Española ha presentado los datos provisionales relativos a la asignación tributaria registrados a favor de la Iglesia en la Declaración de la Renta de 2021, correspondiente, por tanto, a la actividad económica desarrollada en 2020.
El 31,57%, de los contribuyentes españoles marcó, en 2021 la casilla de asignación a la Iglesia católica.
En total, 7.337.724 contribuyentes marcaron la X en la Declaración de la Renta, lo que supone, contando las declaraciones conjuntas, 8,5 millones de contribuyentes que confían en la labor de la Iglesia. Aunque este dato pone de manifiesto un aumento de 40.000 declaraciones de la Renta en favor de la Iglesia católica con respecto al ejercicio anterior, la cantidad recaudada ha sido menor que el ejercicio de 2019.
295.498.495 euros fue la cantidad percibida por la Iglesia católica en este ejercicio lo que supone un descenso de 5,58 millones, respecto al año anterior.
El vicesecretario para Asuntos Económicos de la CEE, Fernando Giménez Barriocanal ha insistido en que se trata de un descenso “lógico y previsible” dado que la crisis económica generada por la pandemia de coronavirus ya se nota en este ejercicio y ha querido agradecer y destacar el compromiso de todas aquellas personas que valoran y respaldan la actividad de la Iglesia que se ha multiplicado en estos meses de pandemia.
“Con menos dinero la Iglesia ha tenido y tiene que hacer muchas más cosas”, ha señalado el vicesecretario para Asuntos Económicos de los obispos españoles.
Menos nuevos declarantes
Asimismo, Giménez Barriocanal ha señalado el descenso de nuevos declarantes que marcan la X en favor de la Iglesia, en esta línea, ha explicado que, durante 2020 y la entrada de los trabajadores en ERTE un porcentaje elevado de personas que no hacían antes la declaración de la renta tuvieron que hacerla ese año y no han reparado en la asignación tributaria de la Iglesia o para Otros fines sociales.
De hecho, ha querido destacar “vemos que no es un tema de la Iglesia porque el porcentaje de nuevos declarantes que no ha marcado esta casilla es exactamente igual al que no ha marcado Otros fines sociales”. Por ello, ha vuelto a insistir en la necesidad de recordar estas dos asignaciones “que no nos cuesta más o nos van a devolver menos y que podemos ayudar el doble al marcar las dos casillas”.
Nuevo portal de «Por tantos»
Por su parte, el director del secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia, José María Albalad, ha destacado la “gratitud sincera y emocionada” hacia todos los contribuyentes que hacen posible que detrás de sus “x” en la declaración se encuentren las historias de tantas personas ayudadas por la Iglesia.
Asimismo ha repasado la web portantos.es que presenta un nuevo aspecto así como una mejora de contenido y presentación para acercar la labor de la Iglesia, los datos económicos, etc. Entre las novedades de la web destacan los gráficos interactivos a través de los que se pueden conocer, por ejemplo, el porcentaje de asignaciones tributarias que han marcado la «x» de la Igleisa por comunidades autónomas o la cantidad recaudad en cada una de ellas.
Además ha querido destacar las más de 700 iniciativas que recoge la web Iglesia Solidaria y que muestra la labor impulsada por la Iglesia en España durante este tiempo de pandemia.
Il cappellano Ivan Lypka:“L’Ucraina vuole vivere in libertà. Questo conflitto deve essere fermato»
Mentre le truppe russe entrano nella capitale ucraina, Kiev, il cappellano cattolico della comunità ucraina a Madrid, Iván Lypka, dialoga con Omnes. Si tratta di un gruppo di ottomila-diecimila persone, molte delle quali partecipano al culto nella parrocchia di Buen Suceso. "L'Ucraina è un popolo pacifico", dice.
Rafael Miner·28 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 4minutos
Le notizie e le immagini non lasciano spazio a dubbi. Le truppe russe sono già a Kiev, molto vicino al parlamento ucraino. Abbiamo parlato con il sacerdote ucraino, il cappellano Iván Lypka, che ieri sera ha celebrato una Messa per la comunità ucraina a Madrid, e poi ha guidato un’Adorazione del Santissimo Sacramento pregando per il suo Paese e la sua gente. Tutta la sua famiglia risiede in Ucraina. Alcune sue parole possono diventare ‘superate’ in poche ore, perché la presa di Kiev è già in atto, come si può vedere.
Lei ha vissuto in Spagna molti anni al servizio della comunità Ucraina
– Sì, circa vent’anni. Vengo dall’Ucraina. In provincia siamo circa ventimila. In questi anni che sono stato qui ho organizzato tre gruppi di fedeli. Ad Alcalá de Henares, a Getafe e qui a Madrid, dove c’era già la comunità ucraina organizzata, e la cappellania. Il cardinale di allora era molto interessato. I primi ucraini sono arrivati nel 1997, a causa di una crisi economica, e sono rimasti qui a lavorare per sostenere le loro famiglie. Ci sono molte persone già residenti in Spagna e con la nazionalità spagnola. E ci sono giovani che hanno già avuto successo qui nella la loro carriera.
Molte persone originarie dell’Ucraina avranno parenti nel loro paese …
― Sicuro, la mia famiglia, i miei genitori, i miei fratelli, sorelle, nipoti, sono lì, tutta la famiglia è lì. Prima solo due province erano coinvolte in questo conflitto, ma ora è una guerra totale, ovunque.
Che notizie vi arrivano?
― Si sentono suonare sempre le sirene degli allarmi, per avvertire di andare nei rifugi in luoghi protetti dai bombardamenti. Ho parlato con mio fratello proprio stamattina. Ogni notte deve nascondersi, non si sa mai quando attaccheranno. Ieri hanno attaccato luoghi importanti, aeroporti, basi militari, hanno sganciato bombe anche su zone dove abitano i civili, e si sono avvicinati alle strade. Ora si avvicinano alla capitale. La Bielorussia è molto vicina.
C’è qualcuno tra i suoi parenti o conoscenti che sta pensando di lasciare il paese? Oppure vogliono restare?
― Non si sa nulla di certo. Per pensare se uscire o restare uno deve avere tempo. Il conflitto è iniziato nel 2014. I politici stavano lavorando, ieri sono subentrati i militari. Ora non si sa . Ci sono tanti morti, feriti, l’intera Ucraina in questo momento è in guerra, si sta combattendo in luoghi diversi, perché i soldati russi entrano da strade diverse, da tutte le parti. Stanno anche attaccando dall’aria.
Preghiamo per voi, per la pace, come ha chiesto papa Francesco.
― Combattiamo da anni per avviare e risollevare l’economia. Molte persone devono pensare a curare il loro lavoro, perché è con quello che viviamo e aiutiamo la famiglia che abbiamo lì.
Ieri pomeriggio abbiamo celebrato una Messa, e poi partecipato a una Veglia per la Pace in parrocchia, perché tutto questo finisca. Poi una Veglia con i giovani della parrocchia e della comunità ucraina. E una parte di noi è rimasta tutta la notte, nella cappella per adorare Nostro Signore, e in questi giorni si continuerà.
Cosa vorrebbe che accadesse ora? Che si rivolgesse un appello ai leader politici?
― È una necessità. Questa guerra deve essere fermata il prima possibile. È tutto nelle mani dei politici, che possono far cessare questo massacro. Le persone non sono da biasimare. Il nostro presidente [Volodymyr Zelensky] lo dice molto chiaramente: l’Ucraina non vuole combattere con nessuno, non sta attaccando nessuno. Ora, in questi giorni, difendiamo la nostra libertà, la nostra indipendenza, la nostra cultura, anche la nostra fede, le nostre case, le nostre famiglie, il nostro Paese.
Nel vostro paese c’è una maggioranza ortodossa …
― Si. Siamo cattolici di rito greco ortodosso, ed esiste anche una comunità cattolici di rito latino. La maggioranza però è ortodossa.
In questo frangente sarete tutti uniti.
― Credo di si. Ora è il momento di unirsi. Ci vuole unità. Difendere la fede, la Chiesa, la cultura, il nostro Paese, perché è molto importante. L’Ucraina lo ha già detto mille volte, e molto chiaramente, tramite i suoi politici, vescovi, ecc., che vuole vivere in libertà, come vuole ora il mondo intero, in particolare l’Europa, vuole la democrazia, ecc. Ed è anche quello che vuole il popolo ucraino, credo. Apprezziamo molto la preghiera. Ne hanno bisogno, anche i militari che difendono la pace e l’Ucraina.
Ci sono più di 4.800 sacerdoti cattolici in Ucraina e più di 1.300 suore.
― Quando nel 2014 iniziò il conflitto, il Papa aveva organizzato una colletta mondiale in tutta la Chiesa cattolica. Abbiamo contribuito anche noi. Quella raccolta era dedicata ad aiutare le persone coinvolte nel conflitto, in queste due province che ora sono sotto il controllo russo. I rappresentanti delle organizzazioni umanitarie potevano entrare in quelle zone per portare cose necessarie; cibo, medicine, ecc.
Al momento agli ucraini mancano i generi alimentari?
― Penso che ci sarà una carenza di generi alimentari, ma non lo sappiamo ancora. Oggi è il secondo giorno. Nessuno se lo aspettava e le persone si stanno organizzando. Tutti quelli con la testa a posto pensavano che quello che accade ora non sarebbe accaduto, perché quale motivo c’è per iniziare una guerra in Europa? Non c’è una spiegazione.
Mentre ci congediamo il cappellano Ivan Lypka afferma: “Serve un’arma molto speciale, la preghiera. Ci sono persone che combattono in prima fila, ma anche coloro che pregano sono molto solidali, perché stiamo difendendo la verità e la nostra tradizione di fede, perché non sappiamo cosa potrebbe accadere dopo. L’Ucraina è un popolo pacifico, che vuole vivere del proprio lavoro, prendersi cura e sostenere la propria famiglia”.
“Metaverso”: un concepto nuevo, que se refiere a un mundo virtual al que las personas nos conectamos a través de avatares, para convivir y relacionarnos entre nosotros; y que se pretende que sirva para todo, mediante una combinación de tecnologías que faciliten esa posibilidad.
Metaverso es el nuevo concepto que, probablemente, protagonizará el proceso evolutivo de la sociedad digital en la actual década. Será importante ver donde estará la fe, la Iglesia y la vida espiritual en esta nueva realidad o situación. El metaverso permite superar las limitaciones físicas y temporales del universo real para adentrarse en nuevos e infinitos universos a través de avatares o proyecciones virtuales de las personas.
Pero serán los metaversos de Meta (antes Facebook), Microsoft y Google los que popularizarán estos nuevos entornos virtuales. Para estas grandes compañías, es un concepto clave en su estrategia de crecimiento a largo plazo. Es muy probable que el discurrir del metaverso describa una trayectoria larga y lenta para, en un momento dado, experimentar un súbito desarrollo. Así ocurrió con los bitcoins o con la telefonía móvil. Dar el salto a los metaversos parece mucho más plausible tras la súbita e intensa transformación digital provocada por la pandemia, que ha revolucionado el teletrabajo y la inserción digital de muchas personas, antes reticentes o ajenas al cambio. Comprar online o participar en videollamadas ha llegado a todas las edades y estratos de población. Así, la transición desde la navegación en la web o las reuniones con pantalla cuadriculada hacia la experiencia inmersiva virtual será más natural y comprensible.
Los metaversos están de moda. Pero, ¿qué se entiende por metaverso? Se entiende por metaverso un mundo virtual en el cual nos conectamos con avatares, para convivir y relacionarnos entre nosotros.
La idea renovada de metaverso va más allá en la búsqueda de un multipropósito, es decir, que sirva para todo, mediante una combinación de tecnologías. El 5G, la realidad virtual, realidad aumentada, y el propio blockchain con la posibilidad de la tokenización de activos y los NFTs, hacen posible que las personas en un futuro próximo puedan vivir dentro del metaverso: que trabajen, naveguen, jueguen, se relacionen, se eduquen, etc; que sea una extensión digital de su vida física, que cambien la pantalla de su móvil o su tableta por una integración en el metaverso, con lo que la línea que separa el universo físico del digital se difuminará un poco más.
Se espera que los metaversos alcancen su popularidad en los próximos cinco años, y son varias las compañías tecnológicas que pujan por crear el más atractivo, en el que vayamos a parar todos. Se estima que Meta ha invertido 28.500 millones de dólares hasta el 2021, y Bloomberg estima que el negocio moverá en el 2024 unos 800.000 millones de dólares.
Las implicaciones del metaverso para la legislación son enormes y abarcan todas las ramas del derecho. Veamos algunos ejemplos:
-en algunos metaversos ya es posible comprar parcelas, e incluso realizar en ellos proyectos inmobiliarios. Hace poco ha sido noticia la venta de una parcela por 450.000 dólares, así como el pago de 2,5 millones de dólares por varias parcelas en una calle digital para establecimientos de moda. Entonces, ¿será posible hipotecar esas parcelas? ¿Podrá haber arrendamiento? ¿Y subarriendo, cesión, usufructo o servidumbre?
-en Decentraland, un metaverso en blockchain, la comunidad puede votar para tomar decisiones que luego se adoptan por mayoría. ¿Qué tipo de votaciones podrán realizarse en el metaverso? ¿La mayoría de habitantes del metaverso podrá entonces imponer su voluntad, o existirá algún tipo de control externo?
-si trabajamos en el metaverso para una DAO (organización autónoma descentralizada), tendremos que cumplir con la normativa laboral. ¿Cómo deberá de ser un centro de trabajo virtual? ¿Se podrá inspeccionar un centro de trabajo en el metaverso?
La casuística es enorme y abarca todo tipo de relaciones en las que los humanos interactuamos. Cuanto más parecida sea la interacción en el metaverso a la del mundo real, mayores serán las implicaciones legales.
Líderes ortodoxos se solidarizan con Ucrania, y unidad católica con el Papa
En paralelo a la petición de oración y ayuno por la paz, implorada por el Papa Francisco, y a la condena de la “invasión rusa” por el Patriarca ecuménico Bartolomé, Omnes ha conversado con el Arzobispo Metropolitano Bessarion, de España y Portugal (Patriarcado Ecuménico de Constantinopla) y con el Padre Constantin, ucraniano ortodoxo.
Rafael Miner·27 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 7minutos
Omnes ha reflejado estos días algunas reacciones de la jerarquía católica, sacerdotes y religiosos, y algunas organizaciones católicas, como ACN, ante la actitud del presidente ruso Vladimir Putin con Ucrania, y su decisión posterior de lanzar una “operación militar especial” sobre el país ucraniano.
Unas declaraciones e iniciativas que siguen al intenso llamamiento del Santo Padre a la oración y el ayuno estos días, en especial el miércoles de Ceniza, inicio de la Cuaresma, el próximo 2 de marzo. Y también sus gestiones en favor de la paz.
Por ejemplo, su visita el pasado viernes a la embajada rusa ante la Santa Sede para manifestar al embajador “su preocupación por la guerra” en Ucrania, en un gesto inusual y a pesar de que anuló sus compromisos por fuertes dolores en la rodilla, entre otros, el desplazamiento previsto para hoy a Florencia.
Se ha mencionado asimismo su llamada telefónica el sábado al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, para manifestarle su “profundo dolor por los acontecimientos trágicos” en su país, invadido por tropas rusas, informó la embajada ucraniana ante la Santa Sede.
El Santo Padre Francisco telefoneó también a Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de Kyiv-Halyč. Se interesó por las condiciones de quienes vivían en los territorios más afectados por las operaciones militares rusas. y agradeció a la Iglesia greco-católica ucraniana “su elección para estar al lado de la población que sufre y por poner a disposición el sótano de la catedral principal del arzobispado, convertido en un verdadero refugio”.
“Violación de la legalidad internacional”
Ahora, Omnes recoge el testimonio del nuevo Arzobispo Metropolitano ortodoxo, Bessarion, de España y Portugal (Patriarcado Ecuménico de Constantinopla), y del padre Constantin, obispo ortodoxo ucraniano, tradición a la que pertenece la gran mayoría de los ortodoxos del país.
El arzobispo Bessarion, griego, remite a las palabras del Patriarca ecuménico Bartolomé, quien llamó rápidamente, al comienzo de las hostilidades, a Su Beatitud el Metropolitano Epifanio, Primado de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania, para expresarle “su enorme pesar por esta flagrante violación de cualquier noción de derecho y legalidad internacional, así como su apoyo al pueblo ucraniano que lucha ‘por Dios y por el país’ y a las familias de las víctimas inocentes”
El Patriarca Bartolomé “condena este ataque sin mediar provocación de Rusia contra Ucrania, Estado independiente y soberano de Europa, así como la violación de los derechos humanos y la brutal violencia contra nuestros semejantes, sobre todo los civiles”, y “ora al Dios del amor y la paz para que ilumine a los líderes de la Federación Rusa de modo que comprendan las trágicas consecuencias de sus decisiones y acciones, que incluso pueden desencadenar un conflicto militar mundial”.
El Patriarca ortodoxo ha realizado también un llamamiento al diálogo a los líderes de todos los Estados y a las organizaciones internacionales. en un comunicado que puede leer aquí.
“La Iglesia ortodoxa de Moscú en Ucrania, con Putin”
Catedral Ortodoxa Santos Andres y Demetrio en Madrid
Los ortodoxos ucranianos tienen su liturgia en la catedral ortodoxa de los Santos Andrés Apóstol y Demetrio Mártir (Madrid), donde hemos quedado para conversar. El padre Constantin, ortodoxo natural de Ucrania, lleva 22 años en España, está casado y tiene dos hijos. Recuerda que esa iglesia es greco-ortodoxa, y “los ortodoxos ucranianos la alquilamos” para el culto.
Prácticamente todos los ucranianos que viven en España tienen familiares en Ucrania, señala. “En nuestro país tenemos tres iglesias: una greco-católica, otra ortodoxa ucraniana, y una tercera ortodoxa de Rusia. Yo soy ucraniano del Patriarcado de Constantinopla”.
Respecto a si existe una postura común de las iglesias en Ucrania ante la intervención rusa, responde: “Hay diferencias”, responde el padre Constantin, “porque en territorio ucraniano está la Iglesia ortodoxa del Patriarcado de Moscú, que está apoyando a Putin”.
A su juicio, “cualquier tipo de negociación no va a satisfacer a Rusia, porque lo que quieren es territorio de Ucrania. Esto es política. Yo no quiero intervenir en política. Para nosotros, para los sacerdotes, lo principal es llegar por las oraciones a nuestra gente, tranquilizar sus corazones y sus pensamientos. Y rezar para que esta guerra termine lo antes posible, y se produzcan las menores muertes posibles”.
“Estamos animando a la comunidad ortodoxa a rezar por la paz”, añade. “En estos momentos llego de la embajada rusa, donde nuestra gente está protestando contra la violencia y contra la guerra. En 22 años que llevo aquí, soy conocido por toda España. Ahora me entran llamadas constantemente pidiendo que recemos por la paz en Ucrania”.
Olena, ucraniana ortodoxa que ha realizado funciones de traducción, asegura que su familia está “sufriendo, están asustados, viviendo en los sótanos, con mucho miedo”.
Unidad católica con el Papa
El jueves, pocas horas después del ataque a Ucrania por parte de las tropas rusas, el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, afirmó que “aún había espacio para negociar (…), para encontrar una salida pacífica al conflicto ruso-ucraniano”.
“Los trágicos escenarios que todos temían se están haciendo realidad. Pero aún hay tiempo para la buena voluntad, aún hay espacio para la negociación, aún hay lugar para el ejercicio de una sabiduría que impida la prevalencia de los intereses creados, proteja las legítimas aspiraciones de cada uno y evite al mundo la locura y los horrores de la guerra”, añadió el cardenal Parolin.
“Los creyentes no perdemos la esperanza en un rayo de conciencia de aquellos que tienen los destinos del mundo en sus manos. Y sigamos rezando y ayunando ―lo haremos el próximo Miércoles de Ceniza― por la paz en Ucrania y en el mundo entero”, concluyó.
Oración y vías para la paz
Por otra parte, instituciones como la Comunidad de Sant Egidio o la Prelatura del Opus Dei han secundado la invitación del Papa, e incluso han propuesto vías de pacificación.
Monseñor Fernando Ocáriz alienta en su Mensaje a apoyarse “en la fuerza de la oración. Sin el Señor, todos los esfuerzos por pacificar los corazones son insuficientes”.
El prelado pide unirse “de todo corazón a la invitación del Papa de responder a la violencia con la oración y el ayuno. Además de la jornada de ayuno por la paz que viviremos el próximo 2 de marzo, sigamos implorando a Dios, muchas veces al día, con confianza de hijos, el don de la paz. La oración y la experiencia del ayuno nos acercan a las personas que están sufriendo privaciones y angustia, y cuyo futuro se hace incierto”. “Especialmente en la santa Misa y en nuestra oración a santa María, Reina de la Paz, tengamos muy presentes a todos los que sufren”.
Por su parte, el fundador de la Comunidad de Sant Egidio, Andrea Riccardi, ha lanzado un Manifiesto al que puede adherirse todo el que lo desee, para llegar a un inmediato alto el fuego y proclamar de manera urgente a Kiev, la capital ucraniana, como “ciudad abierta”.
“Kiev, capital de tres millones de habitantes, es hoy un campo de batalla en Europa”, asegura Andrea Riccardi, y “la población civil, indefensa, vive en una situación de peligro y terror mientras busca protección en los refugios subterráneos. Los más débiles, desde los ancianos hasta los niños, o las personas sin hogar, están aún más expuestos. Ya se han producido las primeras víctimas civiles”.
“Kiev es una ciudad santuario para muchos cristianos, en primer lugar para los cristianos ortodoxos de todo el mundo”, añade Riccardi. “En Kiev empezó la historia de fe de los pueblos ucraniano, bielorruso y ruso. En Kiev nació el monaquismo ucraniano y ruso. Imploramos a quienes pueden decidir abstenerse de utilizar las armas en Kiev que declaren un alto el fuego en la ciudad, que proclamen Kiev como «ciudad abierta», que no ataquen a sus habitantes con la violencia de las armas, que no violen una ciudad a la que hoy mira toda la humanidad. Que esta decisión facilite una negociación para llegar a la paz en Ucrania.
El CELAM: no a la desestabilización
El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) ha expresado su preocupación por la situación en Ucrania, y se ha unido al llamamiento del Papa Francisco a los responsables políticos para que, a partir de un examen de conciencia, dejen de lado todo aquello que provoca un sufrimiento y desestabiliza la convivencia.
Así lo han señalado un comunicado Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, arzobispo de Trujillo (Perú) y presidente de la entidad, y el cardenal Odilo Scherer, arzobispo de San Pablo (Brasil) y secretario general, informa Vatican News, agencia oficial vaticana.
“En unión con Francisco”, el CELAM ha invitado “a las 22 Conferencias Episcopales de América Latina y el Caribe, a las instituciones eclesiales del continente y a todos los hermanos y hermanas de buena voluntad a adherir a la jornada de oración y ayuno por la paz, convocada por el Obispo de Roma para el próximo 2 de marzo (Miércoles de Ceniza)·. Al mismo tiempo, el CELAM animó a interiorizar el mensaje del Papa para la Cuaresma de este año, en el que realiza un llamado a no cansarnos de hacer el bien”. Junto al Papa, piden que “la Reina de la Paz preserve al mundo de la locura de la guerra”, manifestaron.
“Invocamos la tierna misericordia de Dios”
El arzobispo de Los Ángeles, Monseñor José H. Gómez, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, ha emitido también una declaración, en la que subraya que, en tiempos de angustia, “invocamos la tierna misericordia de Dios, para que guíe nuestros pasos por el camino de la paz”.
La Conferencia Episcopal Mexicana, por su parte, ha recordado las palabras del cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, quien en su declaración del pasado jueves, señaló que “aún hay tiempo para la buena voluntad, aún hay espacio para la negociación, aún hay lugar para el ejercicio de una sabiduría que evite al mundo la locura y los horrores de la guerra”.
Obispos europeos
En nombre de las Conferencias Episcopales europeas, el Cardenal Hollerich ha reiterado “la fraternal cercanía y solidaridad con el pueblo y las instituciones de Ucrania”. “Y compartiendo los sentimientos de angustia y preocupación del Papa Francisco”, ha realizado “un llamamiento a las autoridades rusas para que se abstengan de llevar a cabo nuevas acciones hostiles que infligirían aún más sufrimiento y despreciarían los principios del derecho internacional. Por ello, ha señalado el cardenal, “pedimos urgentemente a la comunidad internacional, incluida la Unión Europea, que no deje de buscar una solución pacífica a esta crisis mediante el diálogo diplomático”.
Por otro lado, los obispos del Mediterráneo, que se han reunido en Florencia en elEncuentro “Mediterráneo, frontera de paz”, organizado por la Conferencia Episcopal Italiana, del que ha informado Omnes, han expresado su “preocupación y dolor por el dramático escenario en Ucrania”, y han renovado su cercanía a las comunidades cristianas del país. Además, los obispos “apelan a la conciencia de quienes tienen responsabilidades políticas para que depongan las armas”.
España, solidaridad y más oración
En España, el presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Juan José Omella, ha remitido sendas cartas al presidente de la Conferencia de Obispos Católicos Romanos de Ucrania y del Comité para la Doctrina de la Fe, Mons. Mieczysław Mokrzycki; al presidente del Sínodo de los Obispos de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana, Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk; y a Su Beatitud el Metropolita Epifanio I de Kiev y de toda Ucrania.
El presidente de la CEE se une a la plegaria del Papa Francisco, y transmite “la cercanía y solidaridad de todos los miembros de la Conferencia Episcopal Española con todo el pueblo de Ucrania, que se ve golpeado por la situación de conflicto con Rusia”. El cardenal Omella ofrece también “nuestra oración constante para que se llegue pronto a acuerdos de paz”.
Alicia Latorre: “La reforma de la ley del aborto pretende blanquear el mal”
Es una de las mayores luchadoras de la causa por la vida. Alicia Latorre coordina la Plataforma Sí a la Vida, que ha convocado la Marcha por la Vida 2022 el 27 de marzo, y preside la Federación Española de Asociaciones Provida. A su juicio, la reforma de la ley del aborto es “intimidatoria” y “una apisonadora de derechos y libertades”.
Rafael Miner·27 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 4minutos
Han coincidido casi en los mismos días esta semana. Por un lado, la ministra de Igualdad, Irene Montero, anunció en el Congreso algunas líneas de una reforma legislativa que obliga a los hospitales públicos a contar con profesionales que practiquen abortos; elimina el periodo obligatorio de reflexión de tres días antes de abortar, y acaba con la exigencia del consentimiento de los padres para las chicas de 16 y 17 años, cuestión que introdujo el PP. “El aborto será libre, gratuito y seguro”, manifestó la ministra.
Por otro, la Plataforma Sí a la Vida, integrada por 500 asociaciones, y cuya coordinadora es Alicia Latorre, presidenta de la Federación Española de Asociaciones Provida, ha convocado de nuevo a la sociedad civil en España.
La cita es el próximo 27 de marzo a las 12,00 horas en Madrid (c/Serrano/Goya), con la finalidad de salir a la calle en defensa de toda vida humana, pedir “respeto por la dignidad de todas las personas y mostrar el rechazo a las ultimas leyes aprobadas, que atentan directamente contra la vida humana”, tal como ha informado Omnes.
Este año volverá por tanto a celebrarse el Día Internacional de la Vida. El antecedente más cercano de defensa de la vida en la calle tuvo lugar en enero, con la concentración de Cada Vida Importa, que se manifestó con motivo de la falta de ayudas públicas a la maternidad, la ley de eutanasia, los no nacidos, el ataque a la objeción de conciencia de los médicos, y la reforma del Código Penal en contra de la libertad de expresión de los provida.
Con ocasión de la Marcha por la Vida de finales de marzo, Omnes ha conversado con Alicia Latorre, que no ha eludido ninguna cuestión, y a la que hemos visto tan entusiasta como siempre.
¿Cuáles son los principales objetivos de la Marcha por la Vida en marzo?
― Por un lado, mostrar un año más (y van 11 desde 2011) nuestro compromiso público y unitario con la defensa de la vida y su dignidad, desde todos los campos en los que están trabajando las distintas asociaciones que forman esta plataforma.
Por otro, alzar la voz para denunciar la injusticia y vergüenza tanto de las leyes más recientes que atentan contra la vida (eutanasia y persecución a los provida), como las anteriores que han arrebatado millones de vidas humanas.
Igualmente, como cada año, queremos mostrar la cara preciosa e intensa de la vida humana con tantos aspectos positivos, tantos testimonios de lucha, superación y generosidad, que casi nunca se muestran y están dándose cada día.
El color verde esperanza y la respuesta rotunda de decir Sí a la vida de todos y en cualquier momento y circunstancia recorrerá las calles de Madrid, precedida de una alegre carrera por la vida.
¿Cómo valora la reforma que penaliza como acto “coactivo, intimidatorio”, el asesoramiento a mujeres que acuden a centros abortistas?
― Es otra vuelta de tuerca más en la maldad del aborto por parte de sus empresarios y la ideología perversa de la cultura de la muerte. Revela, por un lado, que reconocen que es efectiva la acción de quienes ofrecen información y ayuda, o de quienes rezan y los ven como un peligro real para sus negocios.
Es una ley intimidatoria, una apisonadora de derechos y libertades y, algo peor, pretenden blanquear el mal, con una ley para que se confunda lo legal con lo bueno. Es presentar el bien como mal que debe ser perseguido. Saben perfectamente que no hay acoso ni intimidación.
La ley está redactada de la peor manera posible, porque hay en ella una presunción de culpabilidad, y la denuncia ni siquiera la tienen que hacer las mujeres sino que la pueden hacer los propios centros de aborto.
Evidentemente todo eso habrá luego que demostrarlo, pero mientras tanto existen unas penas previas similares a la también injusta, por discriminatoria, ley de la llamada violencia de género.
Describa esa tarea que realizan los que ofrecen información o ayuda.
― Estas personas valientes, junto con los cientos de asociaciones que también evitan abortos y cuidan a las mujeres embarazadas y su familia, están llevando a cabo una revolución silenciosa y efectiva que nos hace albergar una esperanza bien fundamentada. Su mera existencia ya ha sido el cauce para salvar decenas de miles de vidas humanas y haber arropado y ayudado a cientos de miles de mujeres, de hombres y de familias.
Espero y deseo de corazón que todo esto sean los últimos coletazos de esta corriente de odio y prepotencia, y que lo antes posible la cultura de la vida pueda extenderse por todos los rincones. Mientras, seguiremos sin dejar de sembrarla y difundirla.
En Colombia se ha despenalizado el aborto hasta la semana 24, y algunos medios han hablado de “avance histórico”.
― Es una tragedia terrible para un país que ya está castigado con la ley de la eutanasia, con violencia, secuestros, narcotráfico y otros frutos de la cultura de la muerte. Todo esto sólo crea muerte, sufrimiento extremo, desesperanza y corrupción, por lo que nuestro dolor es inmenso por la población colombiana, que en su mayoría tiene un corazón grande y está siendo atacada en sus valores y creencias. Las consecuencias no son sólo para esas criaturas inocentes a quienes se les va a arrebatar la vida de forma tan cruel, ni para sus madres, algo que tristemente ya conocemos en España después de 36 años de aborto, sino para la conciencia individual y colectiva del pueblo colombiano y de otros países en los que pueda influir.
Presentarlo como un avance histórico es parte de la estrategia de quienes manejan los hilos económicos e ideológicos de la cultura de la muerte, de quienes han trazado un plan de avance de sus planes de exterminio y control de pueblos y naciones.
Son estrategias bien conocidas de manipular el lenguaje, presentar el aborto como libertad de la mujer y a los provida como enemigos de las mismas. La realidad es que a los hijos los ignoran y cosifican, las mujeres no les interesan más que como mercancía y no sólo no les ayudan a resolver sus problemas, sino que las abandonan tras el aborto sin querer solucionar las consecuencias físicas, psicológicas y morales.
Terminamos la breve conversación con Alicia Latorre. Sobre la decisión constitucional colombiana, la coordinadora de la Plataforma Sí a la Vida afirma: “Mucho más se podría decir, pero desde luego no sólo no es un avance sino que es un retroceso tanto desde un punto de vista legislativo, como en los derechos humanos y el progreso”. Sólo una pequeña recomendación. Si tienen unos minutos, vean el reportaje ‘¿Qué necesitas para no abortar?’. Quizá ayude a pensar un poco.
Capellán Ivan Lypka: “Ucrania quiere vivir en libertad. Esto hay que pararlo”
Mientras tropas rusas entran en la capital ucraniana, Kiev, el capellán católico de la comunidad ucraniana en Madrid, Iván Lypka, conversa con Omnes. Se trata de un colectivo de ocho mil a diez mil personas, de los que muchos asisten al culto en la parroquia del Buen Suceso. “Ucrania es un pueblo pacífico”, asegura.
Rafael Miner·26 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 3minutos
Las noticias e imágenes no dejan lugar a dudas. Las tropas rusas están ya en Kiev, muy cerca del Parlamento ucraniano. Conversamos con el sacerdote ucraniano, capellán Iván Lypka, que ayer al anochecer celebró Misa para la comunidad ucraniana en Madrid, y dirigió a continuación una Adoración al Santísimo rezando por su país y sus gentes. Toda su familia reside en Ucrania. Algunas de sus palabras pueden quedarse ‘viejas’ en horas, porque la toma de Kiev se está produciendo ya, según puede constatarse.
Lleva usted en España bastantes años atendiendo a la comunidad ucraniana.
― Sí. Unos veinte años. Vine desde Ucrania. En la provincia somos en torno a veinte mil. En estos años que llevo aquí organicé tres sitios. En Alcalá de Henares, en Getafe y aquí en Madrid, donde se organizó la colonia ucraniana, y la capellanía. Tenía mucho interés el anterior cardenal. Los primeros ucranianos comenzaron a llegar en 1997, debido a una crisis económica, y se quedaron aquí a trabajar para apoyar a sus familias. Hay mucha gente que son ya residentes en España y tienen la nacionalidad española. Y hay jóvenes que han terminado ya aquí su carrera.
Muchos ucranianos tendrán familiares en su país…
― Mi familia, mis padres, mis hermanos, hermanas, sobrinos, están allí, toda la familia está allí. Antes había sólo dos provincias en este conflicto, Pero ahora es una guerra total, por todas partes.
¿Qué noticias les llegan?
― Están pitando siempre sirenas, para irse a sitios blindados por los bombardeos. Hablé con mi hermano esta misma mañana. Todas las noches tiene que esconderse, no se sabe cuándo van a atacar. Ayer estaban atacando lugares importantes aeropuertos, bases militares, también lanzaron bombas a lugares donde vive la gente, y se acercan a las calles. Ahora tienden a la capital. Bielorrusia está muy cerca.
¿Hay gente entre sus familiares o no familiares con la idea de irse del país? ¿O quieren quedarse?
― No se sabe bien. Para salir o para quedarse hay que tener tiempo para pensar. El conflicto comenzó el año 14. Estaban trabajando los políticos, Ayer comenzaron los militares. Ahora no se sabe. Hay muchos muertos, heridos, toda Ucrania ahora mismo está en guerra, están luchando en distintos lugares, porque entran por distintos caminos, por todos lados. Están atacando también por el aire.
Rezamos por ustedes, por la paz, como ha pedido el Papa Francisco.
― Nosotros estamos luchando desde hace años por arrancar y levantar la economía. Mucha gente debe cuidar su trabajo, porque de eso vivimos, y ayudamos a la familia que tenemos allí.
Además, ayer por la tarde tuvimos una Misa, y luego una Vigilia por la paz en la parroquia, para que termine todo eso. Luego una Vigilia con los jóvenes de la parroquia y la comunidad ucraniana. Y un grupo se quedó a adorar al Señor toda la noche, en la capilla. Estos días seguiremos.
¿Qué le gustaría que sucediera ahora? Efectúe un llamamiento a los líderes políticos.
― Es una necesidad. Esto hay que pararlo lo antes posible. Los políticos tienen todo en sus manos, y pueden parar esa matanza. La gente no tiene ninguna culpa. El presidente nuestro [Volodímir Zelenski], lo dice muy claro: Ucrania no quiere luchar con nadie, no está atacando a nadie. Ahora, en estos días, estamos defendiendo nuestra libertad, nuestra independencia, nuestra cultura, nuestra fe también, nuestras casas, nuestras familias, nuestro país.
En su país hay mayoría ortodoxa…
― Sí. Nosotros somos greco católicos, y también hay comunidad católica de rito latino. La mayoría son ortodoxos, sí.
En esta cuestión, estarán todos unidos.
― Creo que sí. Ahora es un momento para unirse. La unidad. Defender la fe, la Iglesia, la cultura, nuestro país, porque es muy importante. Ucrania ya ha dicho mil veces, y muy claro, los políticos, los obispos, etc., que Ucrania quiere vivir en libertad, como pide ahora todo el mundo, sobre todo Europa, la democracia, etcétera. Y eso quiere el pueblo ucraniano, yo creo.
Agradezco mucho la oración. La necesitan, también los militares que están defendiendo la paz y a Ucrania.
Los sacerdotes católicos en Ucrania son más de 4.800, y las religiosas más de 1.300.
― Cuando comenzó el conflicto en el año 14, el Papa organizó una colecta mundial en toda la Iglesia católica. Nosotros también nos unimos, Esas colectas se dedicaron a ayudar a la gente que estaba en el conflicto, en estas dos provincias que ahora están bajo control ruso. Ahí podían entrar representantes de organizaciones para llevar cosas necesarias; comida, medicamentos, etc.
¿Les falta comida, alimentos, a los ucranianos ahora?
― Creo que va a haber escasez, pero todavía no se sabe. Hoy es el segundo día. Nadie esperaba esto, y la gente se está organizando. Todo el mundo con una cabeza bien, normal, pensaba que no iban a pasar esto, porque ¿qué razón tiene empezar una guerra dentro de Europa? Esto no tiene explicación.
El capellán Ivan Lypka afirma en la despedida: “Necesitamos un arma muy especial, la oración. Hay gente que está en primera fila, pero los que rezan también está apoyando mucho, porque estamos defendiendo la verdad, y nuestra tradición en la fe, porque no se sabe qué puede ocurrir luego. Ucrania es un pueblo pacífico, que quiere vivir de su trabajo, atender y apoyar a su familia”.
ACN lanza una campaña de apoyo a la Iglesia de Ucrania
Ayuda a la Iglesia Necesitada quiere reforzar su apoyo para los casi 5.000 sacerdotes y religiosos, y 1.350 religiosas en Ucrania, para que puedan continuar con sus programas pastorales y sociales.
La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) ha puesto en marcha la campaña «Emergencia Ucrania: Empieza la guerra, la Iglesia se queda«. Con ella quieren enviar un millón de euros de ayuda de emergencia en apoyo a la Iglesia en Ucrania, ante el avance de la guerra y el aumento de las necesidades en el país.
La Iglesia católica de Ucrania está ofreciendo ayuda a los desplazados y quiere continuar su misión junto a los que más sufren. Hace unos días, en un encuentro organizado por ACN, Mons. Sviatoslav Shevchuk, Arzobispo Mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana había señalado que no abandonarían a la población a pesar de los ataques. También entonces destacó la necesidad de la oración de los creyentes para apoyar a quienes sufren el conflicto.
Ayuda de ACN
Con el estallido de la guerra, Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) refuerza su apoyo para los 4.879 sacerdotes y religiosos, y 1.350 religiosas en Ucrania, para que puedan continuar con sus programas pastorales y sociales.
La fundación pontificia brindará, además, ayuda de emergencia a los cuatro exarcados greco-católicos y las dos diócesis católicas latinas en el este de Ucrania, que abarcan Járkov, Zaporizhya, Donetsk, Lugansk, Odesa y Crimea.
Ucrania ha sido el segundo país más ayudado por Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) en 2020, con 4,8 millones de euros. La ayuda se destina principalmente a la formación del clero y la reconstrucción de iglesias, monasterios, seminarios y casas parroquiales, muchos de ellos fueron confiscados o destruidos durante el control soviético.
En estos momentos, la ayuda se centrará en asegurar “la presencia de sacerdotes, religiosos y religiosas con su pueblo, en las parroquias, con los refugiados, en los orfanatos y hogares para madres solteras y para ancianos” como ha destacado el director de Ayuda a la Iglesia Necesitada en España. Javier Menéndez Ros, ha recordado además que “este conflicto es también una guerra psicológica. La gente necesita consuelo, fuerza y apoyo. Queremos asegurar también nuestra oración por la paz en Ucrania”.
Juan Ignacio González, obispo de san Bernardo: «No está precisado qué es la libertad religiosa»
Entrevista con Juan Ignacio González, obispo de San Bernardo, que habla sobre la situación en Chile, con motivo de los últimos cambios que ha llevado a cabo la Convención constituyente respecto a la libertad religiosa en el país.
Pablo Aguilera·25 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 6minutos
En julio del 2021 comenzó a funcionar en Chile la Convención constituyente formada por 155 miembros. Ellos fueron elegidos en votación democrática en mayo pasado. Tienen un plazo máximo de 12 meses para redactar un proyecto de nueva Constitución, que debe ser aprobada por 2/3 de sus miembros. Sesenta días después (año 2022) debe ser sometida a Plebiscito con voto obligatorio. Si la mayoría de los chilenos la aprueba, el Congreso chileno la promulgará. En cambio, si la mayoría (50 % +1) la rechaza, seguiría vigente la Constitución actual.
En los últimos meses diversas iniciativas de los ciudadanos se han presentado a la Convención. En octubre los representantes de diversas confesiones religiosas (católicos, ortodoxos, evangélicos, musulmanes, judíos, mormones, pentecostales, adventistas y grupos de los pueblos originarios) entregaron una propuesta común con las ideas que consideraban fundamentales para asegurar la libertad religiosa en la futura Carta Magna. A ella se unieron varias propuestas en sentido parecido, que reunieron 80.000 firmas de apoyo a esta iniciativa.
En el mes de octubre de 2021 el grupo de confesiones propuso un documento concordado por ellas, que establecía los elementos esenciales de la libertad religiosa en un estado moderno y democrático. Solicitaban favorecer la colaboración y cooperación entre las confesiones religiosas y el Estado; que el Estado no goza de competencia para intervenir en la conciencia, ni en la vida y desarrollo de las confesiones religiosas, cuyo límite son el respeto de las leyes, las buenas costumbres, la moral y el orden público; que se reconociera que “las confesiones tienen el derecho y el deber de enseñar su propia doctrina sobre la sociedad, ejercer su misión entre los hombres sin traba alguna y dar su juicio moral, incluso sobre materias referentes al orden social, cuando lo exijan los derechos esenciales de la persona humana.”
Más en concreto, solicitaron que “sin perjuicio del derecho del Estado para regular los efectos civiles, las confesiones religiosas tienen el derecho de regular el matrimonio de sus miembros, aunque sólo lo sea uno de los contrayentes”. En el ámbito de la educación el Estado debe respetar el derecho de los padres sobre la orientación religiosa y moral de la educación de sus hijos. Ellos deberían poder promover y dirigir establecimientos de educación para sus hijos y el Estado debe reconocer tales establecimientos y subvencionarlos.
Por último, proponían que las confesiones religiosas tienen derecho a promover iniciativas sociales (hospitales, medios de comunicación, orfanatos, centros de acogida, comedores para alimentación de los más desposeídos) etc. y a que el Estado reconozca estas obras en las mismas condiciones que las demás iniciativas de este tipo promovidas por otros ciudadanos, (exenciones fiscales, subvenciones, posibilidad de recaudar donativos, etc.).
En diciembre las confesiones presentaron a la Convención un artículo específico para ser estudiado por las comisiones y luego el pleno de la Convención. En enero, el Obispo de la diócesis de San Bernardo, Juan Ignacio González –abogado y canonista, miembro del Comité permanente y coordinador del equipo jurídico de la Conferencia Episcopal -, intervino en nombre de las comunidades religiosas ante la Comisión de Derechos fundamentales de la Convención. A principio de febrero esta Comisión rechazó dicha propuesta y aprobó otra diversa, elaborada por un grupo de convencionales; ella no recoge la mayoría de las propuestas de las confesiones. Esta propuesta deberá ser votada por todos los convencionales en fecha no precisada.
Conversamos con el Obispo González, que conoce de primera mano lo ocurrido.
Mons. González, ¿cómo fue posible que iglesias y comunidades religiosas tan diferentes hicieran una propuesta común?
–Se ha tratado de un ejercicio práctico de verdadero ecumenismo, porque en este ámbito todas las confesiones compartimos los mismos principios. El documento presentado en octubre es una novedad en el campo ecuménico. Hemos tenido un dialogo muy fluido y abierto con todas las confesiones durante muchos meses, hasta llegar a un texto común.
¿Considera que la propuesta aprobada por los constituyentes supone un retroceso para la libertad religiosa respecto a la Constitución chilena actual? ¿Por qué?
–La Convención, debe decirse, está dominaba por muchos prejuicios ideológicos, también en el ámbito de la consideración de las confesiones religiosas. Las concepciones que priman están muy lejos de una antropología cristiana. Quizá por ignorancia y por no comprender que el tratamiento de la religión por parte del Estado debe ser en cuanto factor social esencial en la vida del país. En este sentido el artículo aprobado – que salió de dentro de la Convención, implica un retroceso frente a la realidad que hoy existe en Chile en lo relativo a la libertad religiosa. Esperamos que con indicaciones se puedan corregir algunos puntos.
¿Pero ud. cree que hay una intención de perseguir o controlar la vida de las confesiones?
–Pienso que en la teoría no, pero en la práctica sí. Las normas que fueron aprobadas se introducen en temas fuera de la competencia del Estado. En el fondo las confesiones quedan sujetas el Estado y a la autoridad administrativa en su propia existencia jurídica. Se les trata con un fenómeno asociativo más y cualquiera que conozca un poco, sabe que ello no corresponde a la fisonomía propia del fenómeno religioso. Por ejemplo, se intenta exigir -¡en la Constitución del país!- que los directivos no estén condenados criminalmente. Que deben llevar una contabilidad transparente, etc. Cosas evidentes, que son propias de la ley y se aplican a todos los grupos sociales, pero que en este caso denotan la desconfianza de muchos convencionales frente a las confesiones religiosas.
Al leer la propuesta aprobada se tiene la impresión que, si bien tiene aspectos positivos, no protege el derecho de los padres a la educación religiosa de los hijos; tampoco se menciona que las confesiones religiosas puedan promover y gestionar diversas iniciativas sociales, sanitarias, etc. y recibir alguna ayuda estatal. ¿Cuál es su opinión?
–Las propuestas que van siendo aprobadas por la Convención, indican un camino hacia un Estado interventor, que maneja no solo la economía, sino a las instituciones, a las personas y también a realidades como la fe religiosa. Es evidente que en ese esquema los derechos que usted menciona quedan menoscabados o desaparecen. Veremos, si esto se aprueba, cómo se transita de un régimen de libertad como el que hoy existe, a uno de control y sujeción.
¿Se pide algún privilegio para las confesiones?
–Ninguno. Se trataba de avanzar desde la actual situación, aceptable y que permite a las confesiones un régimen de libertad, propio de un país democrático, hacia algo mejor y conforme a las normas reconocidas por los tratados internacionales firmados por Chile. Pero lo que está ocurriendo es lo contrario: un reconocimiento de las confesiones minimalista.
¿Cuál es su opinión sobre el artículo que ha sido aprobado?
–Se trata de una redacción muy primaria, que puede aún cambiar en la comisión armonizadora. Pero ya hay una línea marcada, con una dirección equivocada.
¿Qué aspectos de la propuesta aprobada le parecen más peligrosos para la libertad religiosa?
–Muchos. No está precisado qué es la libertad religiosa en su plenitud. Es impreciso en temas esenciales como la enseñanza, siendo un elemento esencial el derecho de los padres a escoger la educación religiosa de los hijos; no reconoce la autonomía propia de las confesiones para tener sus propias normas; la libertad de conciencia – que se menciona – debería tener su correlato en que nadie puede ser obligado a actuar en contra de ella; no se reconoce el derecho de las confesiones a establecer convenios con el Estado y sus instituciones, especialmente en el campo del servicio a los más necesitados y carenciados. Se dice que el Estado incentivará la convivencia pacífica y la colaboración de las entidades religiosas. Nada se dice de los bienes, esenciales para el desarrollo del trabajo de las confesiones.
¿Qué significa que se establezca que Chile es un estado laico y no confesional?
–La impronta del artículo no es laica, es laicista. Se reafirma al decir que el Estado en esta materia se rige por el principio de neutralidad. Es una redacción equívoca. Está afirmando que al Estado no le incumbe ni interesa la fe religiosa de sus miembros. Esto es un grave error. ¡Claro que le interesa!, pero no en cuanto fe religiosa específicamente, sino en cuanto es un factor social esencial en la vida de Chile. Esa redacción supone una ignorancia muy grave de la organización de un Estado moderno.
¿Cómo interpreta lo establecido en el artículo aprobado de que las “personas jurídicas con fines religiosos no podrán tener fines de lucro y sus ingresos y gastos deberán gestionarse en forma trasparente”
–Como una expresión de la desconfianza, la distancia y la ignorancia de los redactores respecto del fenómeno religioso. No creo que haya una Carta magna que establezca algo así. Se parte de un supuesto de sospecha. Es de la esencial de una confesión no tener fines de lucro. Y si tienen bienes que produzcan rentas deben tributar como todas las personas e instituciones, según la ley de la chilena.
Qué decir de las exigencia de que los ministros del culto, autoridades o directores no tengan condenas por abuso de menores o violencia intrafamiliar… Ahora es la Constitución la que regula el régimen interno de las confesiones. Una expresión más de la tremenda desconfianza hacia las entidades religiosas.
¿Qué le parece el tratamiento de la personalidad jurídica de las confesiones?
–Un retroceso en todo sentido. Es otro ejemplo de lo confundido que se está en este tema. Las confesiones son anteriores al Estado, la fe religiosa no está en su esfera, nadie pide al Estado que haga un acto de fe: lo hacen las personas. Pero la redacción indica que la “entidades religiosas y grupos de orden espiritual podrán optar a organizarse como personas jurídicas de derecho público, con arreglo a la ley…” O sea, existen en el plano jurídico porque la ley le concede existir… Esa misma ley que puede hacerlas desaparecer… Esto es un atentado contra la autonomía connatural de las confesiones.
¿Qué piensan las confesiones que presentaron la propuesta de artículo y que fue rechazado?
–Hay mucha disconformidad. Trabajamos muchos meses, hicimos esfuerzos serios y en una sesión la Comisión lo rechaza. Esto lógicamente traerá consecuencia en el futuro. Las leyes que deberán rehacerse son muchas y en ellas quedaran plasmadas y desarrolladas estas ideas. La oportunidad de una sociedad más libre y respetuosa de los derechos esenciales de la persona, parece perdida. Y eso siempre es grave.
Lucas Calonje. Contenido divino en lo ordinario de cada día
Lucas será ordenado sacerdote en mayo en Roma: madrileño, amante de la música y miembro del Opus Dei, anhela llenar de contenido divino todo lo ordinario y ser muy universal, viviendo con juventud de alma.
“Me encanta la música, toco la guitarra, la armónica y espero aprender a tocar el Xaphoon que me trajeron los Reyes”. Lucas Calonje Espinosa, de 31 años, fue ordenado diácono en Roma junto a otros 23 fieles del Opus Dei el pasado 20 de noviembre. Me cuenta que en ese gran día, con un poco de miedo, le vino a la cabeza la pregunta: “Lucas, ¿pero en qué lío te estás metiendo?”. Le consolaba pensar que su vocación ha sido una decisión de Dios que él ha acogido, porque sabe que está en buenas manos: “Él siempre cumple lo que promete”.
Entrega a Dios
En plena adolescencia decidió entregarse completamente a los planes divinos como numerario del Opus Dei. Estudió la Licenciatura en Económicas y antes de que se abriera la oportunidad de marchar a Roma pasó por dos ciudades: Barcelona (dos años) y La Coruña (tres). Disfrutó tanto en ellas que hasta les compuso una canción.
Me recuerda cómo San Josemaría definía el Opus Dei, que fundó el dos de octubre de 1928, como una gran catequesis: “sus miembros, especialmente los numerarios y agregados, estudiamos filosofía y teología compatibilizándolo con nuestros estudios y trabajo profesional allá donde estamos”.
Ir a Roma a estudiar implicaba madurar poco a poco la posibilidad de la llamada al sacerdocio dentro de la vocación al Opus Dei. Llegó en 2013 y se zambulló en el estudio de la teología. Desde 2015 hasta ahora lo combinó con otros encargos gracias a la fundación CARF que le ayudó a financiar gran parte de sus estudios. De 2015 a 2018 se encargó de la manutención y cuidado de Cavabianca, la sede del Colegio Romano de la Santa Cruz: gestionaba trabajadores, pequeñas reformas o parte de la contabilidad. Era trabajo de oficina pero con alguna aventura: “recuerdo cuando tuve literalmente que ir buceando, vestido con chaqueta y corbata, para destapar un desagüe que estuvo a punto de inundar la casa”. Lo que más aprendió de esta etapa vino del trato fluido con los trabajadores: jardineros, albañiles, pintores, pequeños empresarios. Me comenta Lucas que eran gente sencilla “que sabe dar importancia a las cosas importantes, tanto dentro como fuera del trabajo, algo que a veces nos resulta complicado”.
Los siguientes tres años los pasó metido casi de lleno en la formación de gente joven. Lucas es optimista: “es un trabajo apasionante porque es muy fácil sembrar buena semilla, aunque el terreno tarde en dar sus frutos”. Confiesa como un don inmerecido el que los chicos le hayan querido confiar tantas cosas de su alma: “les he visto llorar, reír, cantar o enamorarse”. Unos se acercaron a Dios, otros se alejaron. De estos últimos dice que volverán al buen camino, aunque no lo sepan todavía.
Tantas experiencias
Le obligo a que me resuma lo aprendido en este tiempo. Se resiste un poco al principio: ¡son tantas experiencias! Lo que más le ha llenado es convivir con personas que saben llenar de contenido divino lo ordinario de cada día: “lo he visto encarnado en personas normales, con defectos como todos, pero heroicas”. Por si fuera poco, la estancia en Roma le ha enseñado a ser romano, católico, universal: “he coincidido en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz con seminaristas, sacerdotes o personas consagradas, cada uno llamado a vivir la fe dentro de la Iglesia de modos muy distintos”. Manifiesta que le ha sorprendido constatar que “a pesar de las diferencias de carisma o de estilo todos nos hemos sentido mirados por Cristo, con lo que se generaba rápidamente una gran sintonía”. Por eso ha pensado muchas veces que “las faltas de unidad que lamentablemente se dan en la Iglesia desaparecerían su recordásemos que es Uno el que nos ha buscado y llamado a todos”.
Se acerca el 21 de mayo, día en que Lucas recibirá el don del ministerio sacerdotal. Le pide a Dios que le haga fiel: “me gustaría morir un día de viejo, si es que llego, pero enamorado de Él y contento”. En Roma ha podido cuidar a sacerdotes ancianos que “cuando perdían la cabeza por algún tipo de demencia, decían jaculatorias, besaban tiernamente un crucifijo o acariciaban una imagen de la Virgen pensando que no les veía nadie”. Lucas desea vivir siempre con esa juventud de alma, mirando con mirada limpia todo lo noble y bueno que Dios le regala.
Intenso llamamiento del Papa a la paz en Ucrania, a la oración y al ayuno
El Papa Francisco ha realizado un llamamiento “a creyentes y no creyentes” a unirse en oración por la paz en Ucrania el próximo 2 de marzo, miércoles de Ceniza, y ha exhortado a todas las partes implicadas en la crisis a “un serio examen de conciencia ante Dios”, “que es Dios de la paz y no de la guerra”, para frenar “la insensatez diabólica de la violencia”.
Rafael Miner·24 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 3minutos
“Tengo un gran dolor en el corazón por el empeoramiento de la situación en Ucrania. A pesar de los esfuerzos diplomáticos de las últimas semanas, se están abriendo escenarios cada vez más alarmantes”. Así comenzó el Papa un Llamamiento al final de la audiencia general de ayer, en el Aula Pablo VI.
“Al igual que yo, mucha gente de todo el mundo siente angustia y preocupación”, añadió el Pontífice, constatando que “una vez más la paz de todos se ve amenazada por los intereses de las partes”.
A continuación, el Santo Padre realizó una apremiante exhortación a los líderes políticos: “Quisiera hacer un llamamiento a los responsables políticos para que hagan un serio examen de conciencia ante Dios, que es Dios de la paz y no de la guerra; que es el Padre de todos, no sólo de algunos, que nos quiere hermanos y no enemigos. Pido a todas las partes implicadas que se abstengan de toda acción que provoque aún más sufrimiento a las poblaciones, desestabilizando la convivencia entre las naciones y desacreditando el derecho internacional”.
“Las armas de Dios, oración y ayuno”
El Santo Padre extendió el llamamiento a todos, “creyentes y no creyentes”, invitando a unirse en una jornada de oración conjunta por la paz: “Jesús nos ha enseñado que a la insensatez diabólica de la violencia se responde con las armas de Dios, con la oración y el ayuno. Invito a todos a hacer del próximo 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, una Jornada de ayuno por la paz. Animo de forma especial a los creyentes para que en ese día se dediquen intensamente a la oración y al ayuno. Que la Reina de la Paz preserve al mundo de la locura de la guerra”.
“Ucrania sufre y merece la paz”
No es la primera vez que el Papa efectúa un llamamiento por la paz en el conflicto que afecta a ese país. A finales de enero, Francisco apeló a la filiación a Dios Padre y a la fraternidad entre los hombres, en relación a Ucrania: “Recemos por la paz con el Padre Nuestro: es la oración de los hijos que se dirigen al mismo Padre, es la oración que nos hace hermanos, es la oración de los hermanos que imploran la reconciliación y la concordia”.
El Papa pidió “al Señor con insistencia que esa tierra pueda ver florecer la fraternidad y supere las heridas, los miedos y divisiones”. La Jornada de ayuno y oración por la paz tuvo tres puntos clave: el Vaticano, la Basílica de Santa María in Trastevere en Roma, y la capital ucraniana, Kiev. Ucrania “es un pueblo que sufre, han sufrido mucha crueldad y merecen la paz”, clamó el Santo Padre.
“Reunidos en oración imploramos la paz para Ucrania», pidió el arzobispo Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, en la Basilica de Santa María in Trastevere de Roma, en una celebración promovida por la Comunidad de Sant’Egidio. “Que los vientos de la guerra callen, que las heridas sanen, que los hombres, las mujeres y los niños sean preservados del horror del conflicto”.
“Estamos en comunión con el Papa para que toda iniciativa esté al servicio de la fraternidad humana», añadió Monseñor Gallagher. Sus palabras pusieron de manifiesto, en primer lugar, el dramatismo de los conflictos y la disparidad entre los que los deciden y los que los sufren, entre los que los llevan a cabo sistemáticamente y los que sufren el dolor, informó la agencia oficial vaticana.
“Sabemos lo dramática que es la guerra y lo graves que son sus consecuencias: Son situaciones dolorosas que privan a muchas personas de los derechos más fundamentales”, añadió. Pero aún más escandaloso “es ver que los que más sufren los conflictos no son los que deciden si se inician o no, sino que son sobre todo los que sólo son víctimas indefensas de ellos”, subrayó el arzobispo Gallagher.
Posteriormente, Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica de Ucrania, manifestó que “los católicos de Rusia, Bielorrusia, Ucrania, Kazajistán, están unidos en la oración, y buscan la paz”. Lo aseguró en una rueda de prensa online organizada por Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) sobre la crisis ucraniana.
Tensión máxima
Según diversas fuentes, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha asegurado ayer noche que, “de conformidad con el artículo 51 de la Carta de la ONU, con la aprobación del Consejo de la Federación” (Cámara Alta rusa), ha decidido “llevar a cabo una intervención militar especial”, lo que ha hecho aflorar todas las alarmas.Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha asegurado, según la BBC, que Ucrania sufre “un ataque no provocado e injustificado por parte de las fuerzas militares rusas», tras el anuncio de Vladimir Putin de una «operación militar especial» contra el país vecino.
Mensaje del Papa para la Cuaresma: «Un tiempo para la renovación»
El Papa Francisco desglosa en su Mensaje para la Cuaresma un pasaje de la carta de san Pablo a los Gálatas donde anima a perseverar en este "tiempo favorable para la renovación personal y comunitaria".
El Papa Francisco ha publicado hoy, jueves 24 de febrero, el mensaje para la Cuaresma 2022. El próximo miércoles 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, dará comienzo un tiempo «favorable para la renovación personal y comunitaria que nos conduce hacia la Pascua de Jesucristo muerto y resucitado». Por eso, Francisco quiere que meditemos sobre este pasaje de la carta de san Pablo a los Gálatas: «No nos cansemos de hacer el bien, porque, si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo. Por tanto, mientras tenemos la oportunidad, hagamos el bien a todos» (Ga 6,9-10a). Para ello, el pontífice lo ha desglosado: asegura que este es un «tiempo favorable» para la siembra y la cosecha, así como anima a tener esperanza y no cansarnos de hacer el bien. Por último, afirma que la cosecha del bien es un fruto de la perseverancia.
Reproducimos íntegramente a continuación el Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2022:
«La Cuaresma es un tiempo favorable para la renovación personal y comunitaria que nos conduce hacia la Pascua de Jesucristo muerto y resucitado. Para nuestro camino cuaresmal de 2022 nos hará bien reflexionar sobre la exhortación de san Pablo a los gálatas: «No nos cansemos de hacer el bien, porque, si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo. Por tanto, mientras tenemos la oportunidad (kairós), hagamos el bien a todos» (Ga 6,9-10a).
1. Siembra y cosecha
En este pasaje el Apóstol evoca la imagen de la siembra y la cosecha, que a Jesús tanto le gustaba (cf. Mt 13). San Pablo nos habla de un kairós, un tiempo propicio para sembrar el bien con vistas a la cosecha. ¿Qué es para nosotros este tiempo favorable? Ciertamente, la Cuaresma es un tiempo favorable, pero también lo es toda nuestra existencia terrena, de la cual la Cuaresma es de alguna manera una imagen.[1] Con demasiada frecuencia prevalecen en nuestra vida la avidez y la soberbia, el deseo de tener, de acumular y de consumir, como muestra la parábola evangélica del hombre necio, que consideraba que su vida era segura y feliz porque había acumulado una gran cosecha en sus graneros (cf. Lc 12,16-21). La Cuaresma nos invita a la conversión, a cambiar de mentalidad, para que la verdad y la belleza de nuestra vida no radiquen tanto en el poseer cuanto en el dar, no estén tanto en el acumular cuanto en sembrar el bien y compartir.
El primer agricultor es Dios mismo, que generosamente «sigue derramando en la humanidad semillas de bien» (Carta enc. Fratelli tutti, 54). Durante la Cuaresma estamos llamados a responder al don de Dios acogiendo su Palabra «viva y eficaz» (Hb 4,12). La escucha asidua de la Palabra de Dios nos hace madurar una docilidad que nos dispone a acoger su obra en nosotros (cf. St 1,21), que hace fecunda nuestra vida. Si esto ya es un motivo de alegría, aún más grande es la llamada a ser «colaboradores de Dios» (1 Co 3,9), utilizando bien el tiempo presente (cf. Ef 5,16) para sembrar también nosotros obrando el bien. Esta llamada a sembrar el bien no tenemos que verla como un peso, sino como una gracia con la que el Creador quiere que estemos activamente unidos a su magnanimidad fecunda.
¿Y la cosecha? ¿Acaso la siembra no se hace toda con vistas a la cosecha? Claro que sí. El vínculo estrecho entre la siembra y la cosecha lo corrobora el propio san Pablo cuando afirma: «A sembrador mezquino, cosecha mezquina; a sembrador generoso, cosecha generosa» (2 Co 9,6). Pero, ¿de qué cosecha se trata? Un primer fruto del bien que sembramos lo tenemos en nosotros mismos y en nuestras relaciones cotidianas, incluso en los más pequeños gestos de bondad. En Dios no se pierde ningún acto de amor, por más pequeño que sea, no se pierde ningún «cansancio generoso» (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 279). Al igual que el árbol se conoce por sus frutos (cf. Mt 7,16.20), una vida llena de obras buenas es luminosa (cf. Mt 5,14-16) y lleva el perfume de Cristo al mundo (cf. 2 Co 2,15). Servir a Dios, liberados del pecado, hace madurar frutos de santificación para la salvación de todos (cf. Rm 6,22).
En realidad, sólo vemos una pequeña parte del fruto de lo que sembramos, ya que según el proverbio evangélico «uno siembra y otro cosecha» (Jn 4,37). Precisamente sembrando para el bien de los demás participamos en la magnanimidad de Dios: «Una gran nobleza es ser capaz de desatar procesos cuyos frutos serán recogidos por otros, con la esperanza puesta en las fuerzas secretas del bien que se siembra» (Carta enc. Fratelli tutti, 196). Sembrar el bien para los demás nos libera de las estrechas lógicas del beneficio personal y da a nuestras acciones el amplio alcance de la gratuidad, introduciéndonos en el maravilloso horizonte de los benévolos designios de Dios.
La Palabra de Dios ensancha y eleva aún más nuestra mirada, nos anuncia que la siega más verdadera es la escatológica, la del último día, el día sin ocaso. El fruto completo de nuestra vida y nuestras acciones es el «fruto para la vida eterna» (Jn 4,36), que será nuestro «tesoro en el cielo» (Lc 18,22; cf. 12,33). El propio Jesús usa la imagen de la semilla que muere al caer en la tierra y que da fruto para expresar el misterio de su muerte y resurrección (cf. Jn 12,24); y san Pablo la retoma para hablar de la resurrección de nuestro cuerpo: «Se siembra lo corruptible y resucita incorruptible; se siembra lo deshonroso y resucita glorioso; se siembra lo débil y resucita lleno de fortaleza; en fin, se siembra un cuerpo material y resucita un cuerpo espiritual» (1 Co 15,42-44). Esta esperanza es la gran luz que Cristo resucitado trae al mundo: «Si lo que esperamos de Cristo se reduce sólo a esta vida, somos los más desdichados de todos los seres humanos. Lo cierto es que Cristo ha resucitado de entre los muertos como fruto primero de los que murieron» (1 Co 15,19-20), para que aquellos que están íntimamente unidos a Él en el amor, en una muerte como la suya (cf. Rm 6,5), estemos también unidos a su resurrección para la vida eterna (cf. Jn 5,29). «Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre» (Mt 13,43).
2. «No nos cansemos de hacer el bien»
La resurrección de Cristo anima las esperanzas terrenas con la «gran esperanza» de la vida eterna e introduce ya en el tiempo presente la semilla de la salvación (cf. Benedicto XVI, Carta enc. Spe salvi, 3; 7). Frente a la amarga desilusión por tantos sueños rotos, frente a la preocupación por los retos que nos conciernen, frente al desaliento por la pobreza de nuestros medios, tenemos la tentación de encerrarnos en el propio egoísmo individualista y refugiarnos en la indiferencia ante el sufrimiento de los demás. Efectivamente, incluso los mejores recursos son limitados, «los jóvenes se cansan y se fatigan, los muchachos tropiezan y caen» (Is 40,30). Sin embargo, Dios «da fuerzas a quien está cansado, acrecienta el vigor del que está exhausto. […] Los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, vuelan como las águilas; corren y no se fatigan, caminan y no se cansan» (Is 40,29.31). La Cuaresma nos llama a poner nuestra fe y nuestra esperanza en el Señor (cf. 1 P 1,21), porque sólo con los ojos fijos en Cristo resucitado (cf. Hb 12,2) podemos acoger la exhortación del Apóstol: «No nos cansemos de hacer el bien» (Ga 6,9).
No nos cansemos de orar. Jesús nos ha enseñado que es necesario «orar siempre sin desanimarse» (Lc 18,1). Necesitamos orar porque necesitamos a Dios. Pensar que nos bastamos a nosotros mismos es una ilusión peligrosa. Con la pandemia hemos palpado nuestra fragilidad personal y social. Que la Cuaresma nos permita ahora experimentar el consuelo de la fe en Dios, sin el cual no podemos tener estabilidad (cf. Is 7,9). Nadie se salva solo, porque estamos todos en la misma barca en medio de las tempestades de la historia;[2] pero, sobre todo, nadie se salva sin Dios, porque sólo el misterio pascual de Jesucristo nos concede vencer las oscuras aguas de la muerte. La fe no nos exime de las tribulaciones de la vida, pero nos permite atravesarlas unidos a Dios en Cristo, con la gran esperanza que no defrauda y cuya prenda es el amor que Dios ha derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo (cf. Rm 5,1-5).
No nos cansemos de extirpar el mal de nuestra vida. Que el ayuno corporal que la Iglesia nos pide en Cuaresma fortalezca nuestro espíritu para la lucha contra el pecado. No nos cansemos de pedir perdón en el sacramento de la Penitencia y la Reconciliación, sabiendo que Dios nunca se cansa de perdonar.[3] No nos cansemos de luchar contra la concupiscencia, esa fragilidad que nos impulsa hacia el egoísmo y a toda clase de mal, y que a lo largo de los siglos ha encontrado modos distintos para hundir al hombre en el pecado (cf. Carta enc. Fratelli tutti, 166). Uno de estos modos es el riesgo de dependencia de los medios de comunicación digitales, que empobrece las relaciones humanas. La Cuaresma es un tiempo propicio para contrarrestar estas insidias y cultivar, en cambio, una comunicación humana más integral (cf. ibíd., 43) hecha de «encuentros reales» (ibíd., 50), cara a cara. No nos cansemos de hacer el bien en la caridad activa hacia el prójimo. Durante esta Cuaresma practiquemos la limosna, dando con alegría (cf. 2 Co 9,7). Dios, «quien provee semilla al sembrador y pan para comer» (2 Co 9,10), nos proporciona a cada uno no sólo lo que necesitamos para subsistir, sino también para que podamos ser generosos en el hacer el bien a los demás.
Si es verdad que toda nuestra vida es un tiempo para sembrar el bien, aprovechemos especialmente esta Cuaresma para cuidar a quienes tenemos cerca, para hacernos prójimos de aquellos hermanos y hermanas que están heridos en el camino de la vida (cf. Lc 10,25-37). La Cuaresma es un tiempo propicio para buscar —y no evitar— a quien está necesitado; para llamar —y no ignorar— a quien desea ser escuchado y recibir una buena palabra; para visitar —y no abandonar— a quien sufre la soledad. Pongamos en práctica el llamado a hacer el bien a todos, tomándonos tiempo para amar a los más pequeños e indefensos, a los abandonados y despreciados, a quienes son discriminados y marginados (cf. Carta enc. Fratelli tutti, 193).
3. «Si no desfallecemos, a su tiempo cosecharemos»
La Cuaresma nos recuerda cada año que «el bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día» (ibíd., 11). Por tanto, pidamos a Dios la paciente constancia del agricultor (cf. St 5,7) para no desistir en hacer el bien, un paso tras otro. Quien caiga tienda la mano al Padre, que siempre nos vuelve a levantar. Quien se encuentre perdido, engañado por las seducciones del maligno, que no tarde en volver a Él, que «es rico en perdón» (Is 55,7). En este tiempo de conversión, apoyándonos en la gracia de Dios y en la comunión de la Iglesia, no nos cansemos de sembrar el bien. El ayuno prepara el terreno, la oración riega, la caridad fecunda.
Tenemos la certeza en la fe de que «si no desfallecemos, a su tiempo cosecharemos» y de que, con el don de la perseverancia, alcanzaremos los bienes prometidos (cf. Hb 10,36) para nuestra salvación y la de los demás (cf. 1 Tm 4,16). Practicando el amor fraterno con todos nos unimos a Cristo, que dio su vida por nosotros (cf. 2 Co 5,14-15), y empezamos a saborear la alegría del Reino de los cielos, cuando Dios será «todo en todos» (1 Co 15,28).Que la Virgen María, en cuyo seno brotó el Salvador y que «conservaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2,19) nos obtenga el don de la paciencia y permanezca a nuestro lado con su presencia maternal, para que este tiempo de conversión dé frutos de salvación eterna.»
La Marcia per la Vita 2022, guardando a Washington e alla Colombia
La lotta per la vita continua, nelle strade e nei parlamenti, con vittorie e sconfitte. A Washington, migliaia di persone sono scese in piazza a gennaio per difendere la vita con Marchforlife, mentre la Colombia ha depenalizzato l'aborto fino alla ventiquattresima settimana. In Spagna la piattaforma Sí a la Vida ha indetto la Marcia per la Vita per domenica 27 marzo 2022 a Madrid.
Rafael Miner·24 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 4minutos
La Piattaforma Si a la Vida ha chiamato ancora una volta la società civile spagnola a scendere in piazza a difesa di tutti gli esseri umani, il 27 marzo alle 12 a Madrid, per chiedere “il rispetto della dignità di tutte le persone e manifestare il rifiuto delle ultime leggi approvate di recente, che minacciano direttamente la vita umana”. La Giornata Internazionale della Vita sarà celebrata nuovamente dopo due anni trascorsi senza uscire in strada a causa della situazione sanitaria.
Il corteo dei manifestanti inizierà in via Serrano a Madrid all’incrocio con Goya, e raggiungerà Plaza de Cibeles, dove si terrà una manifestazione con testimonianze, musica e un manifesto finale preparato dalle organizzazioni partecipanti.
La Piattaforma Si a la Vida è composta da più di 500 associazioni che operano per la difesa della Vita dal suo inizio alla sua fine naturale. Si sono riuniti tutti nel 2011 in questa Piattaforma per realizzare intorno al 25 marzo, la Giornata Internazionale della Vita, un atto pubblico e unitario per celebrare questa data sotto lo stesso colore: verde speranza e sotto lo stesso motto: Sì alla vita.
Depenalizzazione in Colombia
La chiamata della Piattaforma è ha abitualmente frequenza annuale, e questa volta avviene pochi giorni dopo che la Corte Costituzionale della Colombia ha approvato la depenalizzazione dell’aborto fino a 24 settimane questo lunedì stesso, con una votazione storica ma con un risultato stretto: cinque voti a favore e quattro contro – criticato dal presidente del Paese latinoamericano.
Iván Duque ha sottolineato la sua preoccupazione per il fatto che la decisione «rende più facile che l’aborto diventi quasi una pratica contraccettiva, ricorrente e regolare». In un’intervista radiofonica, il presidente colombiano si è dichiarato «una persona pro-vita», e ha insistito sul fatto che «la vita inizia fino dal concepimento», secondo quanto riferisce El Mundo. .
Marce per la Vita: Washington
Alla fine di gennaio, si è tenuta a Washington l’annuale Marcia per la Vita, promossa da Marchforlife con la partecipazione di migliaia di persone, che si è svolta nella speranza che fosse l’ultima marcia nazionale, e che ha coinvolto un nuovo grido affinché «il dono di ogni vita umana sia protetto dalla legge e accolto con amore».
Le gelide temperature di -6º centigradi nella capitale nordamericana e gli alti tassi di contagio della variante omicron del Covid.19, non hanno fiaccato lo spirito di migliaia di giovani provenienti da tutto il Paese che si sono ritrovati alla quarantanovesima edizione della MarchforLife, come riporta il nostro inviato Gonzalo Meza.
I college e le università cattoliche erano rappresentati da centinaia di studenti che si sono recati nella capitale da diverse parti del Paese per partecipare alla marcia.
Anche in Finlandia
Nel settembre dello scorso anno si è svolto ad Helsinki un evento storico: la prima Marcia per la Vita in Finlandia. L’obiettivo, come riferisce Raimo Goyarrola, era identico a quello delle altre marce che si sono svolte in molti luoghi, cioè stimolare il dibattito pubblico sulla realtà della vita umana nel grembo materno, sul fenomeno dell’aborto e sulla difesa del diritto alla vita dei bambini non ancora nati.
L’aborto in Finlandia è consentito quasi liberamente. E quel marzo di sabato 11 settembre a Helsinki ha segnato un prima e un dopo. “Circa 9.000 finlandesi non nati vengono uccisi ogni anno. È proprio questa la cifra che servirebbe per il ricambio generazionale nella società. Siamo a numeri insostenibili per un futuro stabile. Mancano i bambini. Ma ora è arrivato il momento di parlare, di comunicare, di dialogare”, ha scritto Raimo Goyarrola.
500 associazioni in Spagna
In Spagna, la Piattaforma Sí a la Vida è composta da più di 500 associazioni che lavorano per la difesa della Vita dall’inizio alla sua fine naturale. Nel 2011, le associazioni si sono riunite nell’ambito di questa Piattaforma per realizzare, intorno al 25 marzo -Giornata Internazionale della Vita-, un atto pubblico e unitario con lo stesso motto: Sì alla Vita.
Da allora, la piattaforma non ha mancato al suo impegno. Gli ultimi due anni le manifestazioni si sono svolte online, con una messa in onda sul canale YouTube della Piattaforma; e secondo la nota resa pubblica oggi, «questo 2022 si tornerà nuovamente in piazza con forza per celebrare la vita in una manifestazione già consolidata, che cresce ogni anno nel numero di partecipanti, soprattutto giovani. Oltre ad esprimere questo impegno e la grandezza della vita, si pretenderà il rispetto della dignità di ogni persona e verrà espresso il rifiuto delle ultime leggi approvate, che minacciano direttamente la vita umana.
L’ Associazione di Sportivi per la Vita e la Famiglia realizzerà la seconda Corsa di Solidarietà per la Vita, come segno dell’unione del mondo dello sport a difesa della vita umana. Questo atto, precedente e complementare, si svolgerà alle ore 10:00 del mattino in Via Serrano, nella modalità del Miglio Urbano e con un massimo di 500 partecipanti.
Durante questi giorni il sito sarà aggiornato con materiali di interesse: merchandising, locandine per pubblicizzare la Marcia, ecc. Chi lo desidera può collaborare come volontario registrandosi nel modulo che compare nella pagina. E chiunque possa collaborare con una donazione è incoraggiato a farlo tramite Bizum ONG: 00589: anche tramite bonifico sul conto ES28 0081 7306 6900 0140 0041, intestato alla Federazione spagnola delle associazioni per la vita. La causale da indicare è: Sì a la Vida, con nome della persona o dell’associazione che eseguono il versamento.
Associazioni convocanti
Tra le associazioni convocanti troviamo ABIMAD, ACdP, ADEVIDA, AEDOS, AESVIDA, Associazione di Bioetica di Madrid, Associazione Spagnola di Farmacia Sociale, Associazione Europea degli Avvocati di Famiglia, ANDEVI, Associazione Universitaria APEX, AYUVI, Centro Legale Tomás Moro, CIDEVIDA, CIVICA, COFAPA , CONCAPA, e-cristians, El Encinar de Mambré, Evangelium Vitae, Famiglia e dignità umana, Famiglie affidatarie, FAPACE, Federazione spagnola delle associazioni per la vita, Forum delle famiglie, Fondazione Educatio Servanda, Fondazione Jérome Lejeune, REDMADRE, Fundación Vida, Fundación Más Futuro, Fundación Villacisneros, Fundación +Vida, HO- Right to Live, Hogares de Santa María, Hogares de Santa María, Lands Care, One of Us, Más Futuro, NEOS, Professionals for Ethics, Red Mission, RENAFER, Giovanni Paolo II Soccorritori, SOS Famiglia, Spei Mater, Fondazione Valori e Società, Voce Postaborto, ecc.
Natalia Peiro: “Los puntos clave de la acción de Cáritas son las personas”
Cáritas Española cumple 75 años de vida. Desde aquel 1947 mucho ha cambiado la sociedad española en sus necesidades y estructura social. Sin embargo, como destaca en esta entrevista a Omnes su secretaria general, Natalia Peiro, el corazón de Cáritas permanece inalterable.
Entrevista a la Secretaria general de Cáritas Española.
Cáritas Española es, según su denominación oficial, la confederación oficial de las entidades de acción caritativa y social de la Iglesia católica en España, instituida por la Conferencia Episcopal. Pero, más allá de su definición estructural, Cáritas podría llamarse, como la denomina su Secretaria General, “la caricia de Dios”.
En la actualidad, y desde hace tres cuartos de siglo, Cáritas es el brazo caritativo para cientos de miles de personas que encuentran un acompañamiento, una ayuda, una salida o una formación para el empleo a través de las diferentes Cáritas diocesanas, parroquiales, y de los diversos proyectos.
Hace un año, la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, renovó en sus cargos por un nuevo período de tres años a Manuel Bretón como presidente de Cáritas Española y a Natalia Peiro como secretaria general, tarea que ella ejercía desde 2017. Este equipo de Servicios Generales ha vivido la crisis socioeconómica derivada de la pandemia, así como la aparición de nuevas brechas de exclusión social. Un cambio de sociedad que hace imprescindible, más aún si cabe, ese ministerio de la caridad que personifican los voluntarios y trabajadores de Cáritas.
Cáritas se prepara para cumplir 75 años de vida en España. ¿Qué ha cambiado y qué permanece desde su nacimiento?
—Permanece la raíz. Nuestros pies están fundados en el Evangelio, en la comunidad cristiana. Cáritas es una expresión de esa comunidad cristiana y eso sigue siendo así en todos los países del mundo.
¿Qué permanece? El espíritu que nos anima y la experiencia de Dios que se tienen en el trabajo en Cáritas. En Cáritas hay un especial cuidado por la formación del corazón de las personas que formamos parte de ella. Nuestra labor rompe esas disyuntivas entre acción y contemplación, entre justicia y vida espiritual.
Permanece esa razón de ser que nos dice que nuestra tarea es una expresión de nuestra fe. Y permanece, siempre, el servicio a todos, sin excepción, sin preguntar de dónde vienes o cómo son.
Ha cambiado muchísimo la organización y las actividades porque ha cambiado la realidad social. De la leche americana que se repartía cuando nació Cáritas a los proyectos de empleo, de reciclaje… han cambiado muchas cosas. Ha cambiado la vida.
¿Qué es lo que hace a Cáritas diferente de cualquier otra ONG incluso formada por personas católicas?
—La diferencia clave es nuestra organización, indivisible de la Iglesia. En cada diócesis nuestros presidentes son los obispos, y nuestra organización local son las parroquias. Somos la Iglesia. Somos el ministerio de caridad de la Iglesia, uno de los tres ministerios junto al de la Liturgia y a la Palabra.
Esta identificación nos da, aparte del sentido, esa permeabilidad, la posibilidad de llegar a todos los sitios, a todos los rincones. El ser Iglesia nos otorga una universalidad que no tienen otras ONGs, ni siquiera las internacionales. Por el hecho de pertenecer a la Iglesia universal tenemos una capilaridad diferente, una visión del mundo como una sola familia humana.
En estos 75 años, Cáritas ha visto la evolución de la sociedad española y ha evolucionado con ella. ¿Cuáles son los puntos clave de la labor de Cáritas en la actualidad?
—Creo que Cáritas hace un esfuerzo ingente para tratar de apoyar y acompañar a las personas en su camino hacia una vida plena, integrada. Me preguntas cuáles son los puntos clave de la labor de Cáritas: los puntos clave son las personas.
Nosotros no somos una organización que tenga una serie de prioridades marcadas, por ejemplo, en el campo de la salud o de la educación, sino que acompañamos a las personas en todo este camino.
Si tuviera que destacar algunos retos diferentes hoy creo que, en la actualidad, trabajamos con algunas situaciones de marginalidad más extrema: personas víctimas de trata o personas sin hogar. Este trabajo tiene retos muy diferentes si pensamos en la vida que podemos dar a esas personas. Otro gran reto es la soledad y el aislamiento. Especialmente evidente en las personas mayores o, por ejemplo, en personas migrantes. Estamos en una sociedad más individualista y el acompañamiento cambia.
En este sentido, vemos con gran preocupación la transmisión intergeneracional de la pobreza y el peligro de ruptura del Estado de bienestar. Cuando presentamos el informe realizado por FOESSA sobre las consecuencias de la pandemia en España, se hablaba de la ruptura del contrato social con la juventud. Es decir, si no transferimos lo mejor que podamos para las generaciones presentes y futuras, si no ayudamos a los más débiles, nos encaminamos a una sociedad que nada tiene que ver con un Estado de derecho o de cohesión social.
Tenemos que preguntarnos en qué sociedad queremos vivir. ¿En un Estado dónde quien no tenga papeles se vea abocado a vivir e incluso morir en la calle? ¿O en un sitio donde haya una cohesion social y una solidaridad que nos haga vivir en paz y en justicia? Nuestro acompañamiento ha derivado en un trabajo de denuncia profética que nosotros enmarcamos en el Evangelio.
Estos dos años de pandemia han supuesto, sin duda un reto, para toda la organización de Cáritas Española. ¿Cómo han vivido estos momentos desde dentro y en vuestra labor?
—Ha sido un shock muy fuerte para la Iglesia y, especialmente, para una institución como Cáritas, en la que su diferencia radica en el ser y el estar. Estamos acostumbrados a estar muy cerca de las personas y, por lo tanto, esta situación ha violentado nuestra forma de trabajar, la manera de estar de nuestros voluntarios, etc. Un impacto muy grande para toda la sociedad española y especialmente fuerte en esos grupos, comunidades parroquiales o de vecinos… que tienen su raíz en las relaciones humanas del día a día.
La primera transformación que tuvimos que hacer se centró en cómo seguir estando cerca sin poder estar cerca físicamente. Poder seguir abiertos teniendo que cerrar.
Nuestra campaña de estos años señala que “la caridad no cierra”, y así ha sido. Todas las Cáritas, diocesanas y parroquiales, recibieron muchísimas personas derivadas de la administración pública, que no podía hacerse cargo de ellas…
Medio millón de personas nuevas llegaron a Cáritas a través de los teléfonos de atención continua, de la páginas web o las redes sociales.
Al igual que llegaron muchas personas pidiendo ayuda, también tuvimos que transformarnos para tener la capacidad de recibir iniciativas, propuestas, y a mucha gente que quería ayudar.
Atender todo ese tsunami de peticiones y solidaridad tenía que contar con una organización muy férrea. Tuvimos que poner mucho trabajo en juego, desde las Cáritas parroquiales a los Servicios Generales. Todos tuvimos que estar al 150% para poder atender a todo lo que se nos pedía.
Enseguida vimos que el tema digital estaba dejando mucha gente fuera. La administración, colapsada y digitalizada completamente, estaba dejando a mucha gente fuera. La maraña normativa que surgió requería de mucho análisis: qué podían y no podían hacer los voluntarios, cómo se solicitaba el Ingreso Mínimo Vital, qué pasaba con las personas empleadas del hogar, qué podían hacer los comedores sociales y las empresas de inserción, etc.
Hubo que hacer un análisis muy rápido, dentro de una organización que no se dedica a una sola cosa. Ese análisis supuso una oportunidad de interlocución con la administración pidiendo, por ejemplo, ser declarados servicios esenciales, o cómo trasformar de nuestras empresas de inserción para no perder los trabajos.
A medio plazo, hubo que afrontar el acompañamiento a las familias, y los programas de formación que ya tenían que ser muy digitales. Analizamos cuáles eran los puestos de trabajo que podían ser más requeridos para nuestros programas de empleo y, ya en verano de 2020, se programaron muchos cursos para personas especializadas en limpieza y desinfección, fabricación de mascarillas, etc.
Más allá de todo esto, se impulsaron además muchas iniciativas de ayuda a los vecinos, a los cercanos… que solventaran, en cierto modo, la dificultad de la presencia. En este sentido, los jóvenes apoyaron mucho: se volcaron en redes sociales, hicieron vídeos, presencia virtual…
¿Sigue habiendo voluntarios? ¿Hay futuro en el voluntariado de Cáritas?
—Sigue habiendo voluntarios, gracias a Dios. Tenemos un gran reto en este campo, que es el reto de toda la Iglesia. Los voluntarios de Cáritas nacen de la comunidad cristiana y de las parroquias. El voluntariado en Cáritas tiene que ver con nuestro aprendizaje sobre la lógica del don, de la gratuidad, de darnos a los demás. No es igual al resto de voluntariados que conocemos.
El reto, como el de toda la Iglesia, es la transmisión de la fe, esa transmisión de valores. Cáritas tiene que aportar a la Iglesia esa parte.
Vemos, por ejemplo, cómo en entornos rurales, en las parroquias, faltan jóvenes para hacer esa transición. En este punto hay un tema importante. Cáritas es la caricia de la Iglesia. Tiene una salida y una llegada a las personas, y tenemos que aprender a integrar voluntarios que no sean estrictamente “de parroquia”, sino que descubran el rostro de Cristo a través de las personas con las que trabajamos y a las que acompañamos.
El ser Iglesia nos ha dado todo, y nosotros queremos ser un aporte para el futuro de esa trasmisión de la fe.
En Europa, por ejemplo, hay una revolución de la Cáritas joven. Ha costado entender que los jóvenes están en las universidades, en las empresas o en movimientos y tenemos que dejarnos sorprender por ellos e integrarlos. Acoger a estas personas que tienen mucho que dar.
Evidentemente, tenemos que ser muy cuidadosos porque no es lo mismo ser voluntario en Cáritas que en cualquier ONG. Con este reto presente, estamos intentando cambiar formas y modos, para que más personas puedan llegar a formar parte de Cáritas.
Hay unos años en los que es muy difícil ser voluntario; la profesión y el cuidado de la familia no dejan tiempo, etc. Pero, si has sido voluntario de joven en la universidad, es más fácil que, a los 50 años, cuando tus hijos sean ya mayores, te reenganches en esta tarea. Esa semilla la tuvo que poner alguien y ahí tenemos una tarea.
Nuestro plan estratégico tiene un eje clave en la renovación del voluntariado y, dentro de él, un punto muy bonito que es la relación intergeneracional de los voluntarios.
¿Cuáles considera que son las nuevas pobrezas?
—Creo que, en general, hay pocas novedades en cuanto a las dificultades que tiene las personas y que les hacen estar excluidos. Los perfiles son, esencialmente, jóvenes, mujeres con menores a cargo y personas inmigrantes.
Las nuevas pobrezas son las que vienen provocadas por dos cuestiones fundamentales. La primera es el deterioro de las condiciones del mercado de trabajo. Las condiciones laborales que tienen las personas que comenzaron a trabajar antes de 2008 y conservan ese trabajo no tienen nada que ver con las condiciones laborales de los que han empezado a trabajar después de la crisis de 2008. Eso es una realidad que vemos a nuestro alrededor. A esta realidad, se suma la segunda cuestión, que es la tendencia opuesta que se da entre los salarios y el precio de la vivienda. Al final, el empleo y la vivienda siguen siendo las llaves fundamentales para la inclusión social. Si una persona cobra poco y, cuando paga los gastos de vivienda, se queda pobre, es muy difícil todo lo demás: educación, salud, relaciones sociales o que se pueda arreglar un deterioro de la casa. Esos nuevos pobres son personas que trabajan, a lo mejor sólo a tiempo parcial o con contratos temporales, pero la mayoría prefiere trabajar a la “paguita”.
¿Hemos salido “mejores” o peores de esta crisis?
—La verdad es que yo tengo dudas. El Papa nos decía, al principio de esta crisis, que no vamos a salir igual. Es verdad que, en la presión de la necesidad, todas las personas sacan lo mejor de ellos mismos, pero en la salida de una emergencia hay mucha tendencia a no mirar para atrás para salir. Este “no ver” se está reflejando, por ejemplo, en lo datos del informe de FOESSA. Los que tenemos una cierta estabilidad en la vida —una nómina, un trabajo—, tenemos unos problemas diarios, pero hay otros asuntos que están ahí y no los “vemos”. Por ejemplo, ¿qué ha pasado con esos niños que se han quedado solos porque sus padres tenían que salir a trabajar y no cabía el teletrabajo, o con esos hogares en los que sólo trabaja una persona y ha sido despedida?, ¿qué pasa con las personas que no tienen habilidades digitales y que no podían ir al banco o pedir una cita médica?. Nos tenemos que dar cuenta de que la brecha existe, de que estas realidades existen, aunque no las veamos todos los días o no queramos “mirar atrás”.
Y esas realidades no ocurren porque esas personas no se esfuercen. Cuando preguntamos a las personas ¿qué estas haciendo para salir de esta situación? ocho de cada diez están activos: trabajando unas horas, buscando trabajo activamente o participando en un programa de formación. Como sociedad, a veces, vamos cerrando puertas por no conocer la realida. Es necesario conocerla para comprenderla.
El Papa Francisco ha convocado a creyentes y no creyentes para que el próximo miércoles 2 de marzo, que coincide con el Miércoles de ceniza, vivan un día de oración y ayuno por la paz en Ucrania.
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El encuentro de obispos y alcaldes del Mediterráneo ha dado comienzo este miércoles en Florencia. El tema principal, reflexionar sobre cómo hacer del Mediterráneo una "frontera de paz".
Por iniciativa de la Conferencia Episcopal Italiana, se está celebrando en Florencia un encuentro de obispos y alcaldes de los pueblos costeros del Mediterráneo. También se espera la visita del Papa Francisco el próximo domingo. Se trata de la segunda iniciativa de este tipo, dirigida personalmente por el cardenal Gualtiero Bassetti, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. La primera tuvo lugar hace exactamente dos años, justo antes del estallido de la pandemia, en Bari, también con la presencia del Papa.
Los obispos de no menos de 20 países costeros del «mare nostrum» participaron en el encuentro para reflexionar sobre cómo hacer de él cada vez más una «frontera de paz», y hoy esta preocupación de las Iglesias locales se hace aún más urgente y necesaria ante los vientos de guerra que soplan sobre Europa en estas mismas semanas.
El encuentro de Florencia, al igual que el de Bari, nació del ejemplo de una feliz intuición del Venerable Giorgio La Pira, alcalde de la ciudad renacentista y padre constituyente, que en los años 50 y 60 del siglo pasado dio vida a las llamadas «conversaciones mediterráneas» como oportunidad estratégica para alcanzar la paz mundial. Y sugirió una analogía entre la época de Jesús y la contemporánea, entre el entorno en el que se movía el Mesías y el que vivían entonces -pero también hoy- los pueblos del Mediterráneo: un contexto heterogéneo de cultura y creencias, multiforme, no exento de conflictos económicos, religiosos y políticos y, por tanto, necesitado de unidad y paz.
A los obispos reunidos en la Basílica de San Nicolás de Bari, el Papa Francisco les reiteró que, precisamente por su conformación, el Mediterráneo «obliga a las culturas y a los pueblos ribereños a una constante proximidad», en la conciencia de que «sólo viviendo en armonía pueden disfrutar de las oportunidades que ofrece esta región desde el punto de vista de los recursos, de la belleza del territorio y de las diferentes tradiciones humanas».
Si el objetivo último de toda sociedad humana sigue siendo la paz -explicó el Pontífice en aquella ocasión-, la guerra es más bien «el fracaso de todo proyecto humano y divino». Pero no puede haber paz sin justicia, que se ve pisoteada cada vez que «se ignoran las necesidades del pueblo» o «los intereses económicos partidistas por encima de los derechos de las personas y la comunidad», o se trata a las personas «como si fueran cosas».
El programa del Papa para el domingo incluye, después de saludar a las autoridades civiles y religiosas, entre ellas los alcaldes de Atenas, Jerusalén y Estambul, un encuentro con familias de refugiados y desplazados y la Santa Misa en la Basílica de la Santa Cruz.
«Como comunidades cristianas, tenemos el deber moral y la tarea misionera de fomentar y promover, con fe y valentía, nuevos equilibrios internacionales basados, en primer lugar, en la defensa y valorización de la persona humana, así como en una solidaridad efectiva y concreta» – dijo el cardenal Bassetti en su discurso de apertura del Encuentro de Obispos del Mediterráneo. Luego recordó: «Nuestros hermanos aplastados por las guerras, el hambre, el cambio climático, algunos de los cuales mueren de frío en las fronteras de Europa o se ahogan en el Mediterráneo, son los primeros y privilegiados destinatarios del anuncio del Evangelio».
En la reunión participan 58 obispos -entre ellos el arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, y el obispo auxiliar de Madrid, José Cobo Cano- y 65 alcaldes, entre ellos los de Granada, Sevilla y Valencia.
La Marcha por la Vida 2022, con la vista en Washington y en Colombia
La lucha por la vida sigue adelante, en calles y parlamentos, con victorias y derrotas. En Washington, miles de personas salieron en enero a la calle para defender la vida con Marchforlife, mientras Colombia ha despenalizado el aborto hasta la semana 24. En España, la Plataforma Sí a la Vida ha convocado la Marcha por la Vida 2022 el domingo 27 de marzo en Madrid.
Rafael Miner·23 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 4minutos
La Plataforma Sí a la Vida ha convocado de nuevo a la sociedad civil en España, el próximo 27 de marzo a las 12,00 horas en Madrid, para salir a la calle en defensa de toda humana, pedir “respeto por la dignidad de todas las personas y mostrar el rechazo a las ultimas leyes aprobadas, que atentan directamente contra la vida humana”. El Día Internacional de la Vida se volverá a celebrar tras dos años sin salir a la calle por la situación sanitaria.
El recorrido se iniciará en la madrileña calle Serrano con Goya, y llegará hasta la plaza de Cibeles, donde se realizará un acto con testimonios, música y manifiesto final preparado por las organizaciones integrantes.
La Plataforma Si a la Vida está integrada por más de 500 asociaciones que trabajan por la defensa de la Vida desde su inicio a su fin natural. Todas se unieron en el año 2011 bajo esta Plataforma para realizar en torno al 25 de marzo, Día Internacional de la Vida, un acto público y unitario para celebrar esta fecha bajo un mismo color: el verde esperanza, y bajo un mismo lema: Sí a la Vida.
Despenalización en Colombia
La convocatoria de la Plataforma es habitual cada año, y se produce pocos días después de que el Tribunal Constitucional de Colombia haya aprobado a despenalización del aborto hasta las 24 semanas este mismo lunes, en una votación histórica con un resultado ajustado -cinco votos a favor y cuatro en contra-, que ha sido criticado por el presidente del país latinoamericano.
Iván Duque ha subrayado su preocupación porque la decisión “facilite que el aborto se convierte en una práctica casi que anticonceptiva, recurrente y regular”. En una entrevista de radio, el presidente colombiano se ha declarado “una persona provida”, y ha insistido en que “la vida comienza desde la concepción”, según recoge El Mundo.
Marchas por la Vida: Washington
Pocas semanas antes, a finales de enero, tuvo lugar en Washington, la Marcha anual por la Vida, impulsada por Marchforlife y respaldada por miles de personas, que tuvo lugar con la esperanza de que fuera la última marcha a nivel nacional, y que supuso un nuevo clamor para que el “don de cada vida humana sea protegido por la ley y acogido con amor”.
Las gélidas temperaturas de -6º centígrados en la capital norteamericana y los altos índices de contagio de la variante ómicron del Covid.19, no diezmaron el ánimo de miles de jóvenes de todo el país que se dieron cita en la 49ª edición de la MarchaporlaVida, según informó nuestro corresponsal, Gonzalo Meza. Colegios y universidades católicas estuvieron representados con cientos de estudiantes que viajaron desde diferentes puntos del país hacia la capital para participar en la caminata
También en Finlandia
En septiembre del año pasado, se vivió en Helsinki un acontecimiento histórico: la primera Marcha por la Vida en Finlandia. El objetivo, como el de otras marchas que se han celebrado en numerosos lugares, era estimular el debate público sobre la realidad de la vida humana en el seno materno, el fenómeno del aborto y la defensa del derecho a la vida de los niños aún no nacidos, informó Raimo Goyarrola.
El aborto en Finlandia está permitido casi de manera libre. Y esa Marcha del sábado 11 de septiembre en Helsinki supuso un antes y un después. “Al año se matan unos 9.000 finlandeses no nacidos. Es justo la cifra que se necesita para un reemplazo generacional en la sociedad. Estamos en números no sostenibles para un futuro estable. Hacen falta niños. Pero ha llegado la hora de hablar, de comunicar, de dialogar”, escribió Raimo Goyarrola.
500 asociaciones en España
En España, la Plataforma Sí a la Vida está integrada por más de 500 asociaciones que trabajan por la defensa de la Vida desde su inicio a su fin natural. En el año 2011, las asociaciones se unieron bajo esta Plataforma para realizar, en torno al 25 de marzo -Día Internacional de la Vida-, un acto público y unitario con un mismo lema: Sí a la Vida.
Desde entonces, la plataforma no ha faltado a su compromiso. Los dos últimos años se han realizado online, con una retransmisión por el canal de YouTube de la Plataforma; y según la nota hecha pública hoy, “este 2022 saldrá de nuevo a la calle con fuerza para celebrar la vida en un acto ya consolidado, que va creciendo cada año en número de asistentes especialmente jóvenes. Además de manifestar este compromiso y la grandeza de la vida, se pedirá respeto por la dignidad de todas las personas y se mostrará el rechazo a las últimas leyes aprobadas, que atentan directamente contra la vida humana”.
La Asociación de Deportistas por la Vida y la Familia realizará la II Carrera Solidaria por la Vida, como muestra de la unión del mundo del deporte a la defensa de la vida humana. Este acto, previo y complementario, tendrá lugar a las 10,00 de la mañana en la calle Serrano, en la modalidad de Milla Urbana y con un máximo de 500 participantes.
A lo largo de estos días, se irá actualizando la web con materiales de interés: merchandising, carteles para difundir la Marcha, etc. Quien lo desee puede colaborar como voluntario inscribiéndose en el formulario que aparece en la página. Y se anima, a quien pueda colaborar con un donativo, a que lo haga por Bizum ONG: 00589: También por transferencia a la cuenta ES28 0081 7306 6900 0140 0041, cuyo titular es la Federación Española de Asociaciones Provida, concepto: Sí a la Vida, indicando qué persona o asociación realiza el ingreso.
Asociaciones convocantes
Entre las asociaciones convocantes se encuentran ABIMAD, ACdP, ADEVIDA, AEDOS, AESVIDA, Asociación de Bioética de Madrid, Asociación Española de Farmacia social, Asociación Europea de Abogados de Familia, ANDEVI, Asociación Universitaria APEX, AYUVI, Centro Jurídico Tomás Moro, CIDEVIDA, CIVICA, COFAPA, CONCAPA, e-cristians, El Encinar de Mambré, Evangelium Vitae, Familia y Dignidad Humana, Familias para la acogida, FAPACE, Federación Española de Asociaciones Provida, Foro de la Familia, Fundación Educatio Servanda, Fundación Jérome Lejeune, Fundación REDMADRE, Fundación Vida, Fundación Más Futuro, Fundación Villacisneros, Fundación +Vida, HO- Derecho a vivir, Hogares de Santa María, Hogares de Santa María, Lands Care, One of Us, Más Futuro, NEOS, Profesionales por la Ética, Red Misión, RENAFER, , Rescatadores Juan Pablo II, SOS Familia, Spei Mater, Fundación Valores y Sociedad, Voz Postaborto, etcétera.
«La admiración al poeta alemán Novalis ha ido en España por delante de su conocimiento. La aureola ha precedido a la imagen. Su atractivo se intuía. Los autores españoles se habían forjado una imagen de él con unas pocas frases. Tardó en llegar a España más de un siglo y antes de llegar ya suscitaba entusiasmo. Y tanto su vida como su obra pueden arrojar hoy algo de luz en estos tiempos que nos toca vivir».
En el año 2020 celebramos -coincidiendo con el inicio de la pandemia- el 250 aniversario del nacimiento de tres alemanes geniales: Beethoven, Hölderlin y Hegel. Ese año pude leer la excelente biografía del poeta romántico alemán Novalis, contemporáneo de los anteriores, escrita por Antonio Pau. No se cumplía ni se cumple ningún aniversario redondo de él pero me parece que su vida y su obra pueden ser tremendamente luminosas en estos días. Pues como escribió él en una ocasión: el poeta entiende la naturaleza mejor que el científico.
En esta extraña situación que aún arrastramos en la que recibimos tantas noticias sobre fallecimientos, ingresos hospitalarios, héroes cotidianos, luces y mezquindades, soledades y solidaridades, parece inevitable –como ya se ha dicho con acierto por algunos- caer en la cuenta de lo realmente valioso de nuestras vidas y pienso que precisamente para eso nos puede ayudar el gran artista germano.
Todo lo que se refiere a Friedrich von Hardenberg, que así se llamaba Novalis antes de escoger su célebre pseudónimo, es breve en su fecunda vida. Apenas veintiocho años sobre la tierra, una geografía minúscula –sólo se movió por unos pocos pueblos de Sajonia-, unos cuantos amigos, unas cuantas páginas. Y sin embargo su vida fue una búsqueda constante de lo absoluto.
Ejercítate en la lentitud, escribió en uno de los cuadernos que tenía siempre a mano. Sintió casi desde la infancia la inminencia de la muerte y precisamente por eso tenía que escribir despacio. No habría tiempo para la revisión. Todo es semilla, escribió también, en otro lugar, en otro cuaderno. Una semilla que él sabía bien que no vería germinar.
Buscó lo absoluto que todo hombre intuye entre lo efímero que le rodea. Buscamos por todas partes lo absoluto –escribió- y encontramos siempre y sólo cosas. Pero que sólo encontrara cosas no le desanimó. Lo que hizo fue ahondar en ellas, y lo hizo por dos caminos aparentemente contradictorios: el estudio de las cosas a través de la ciencia y la búsqueda de su misterio a través de la poesía.
Los acontecimientos que hemos vivido y estamos viviendo con intensidad, que nos traen la experiencia del dolor junto a la clara insuficiencia de un frágil bienestar material para alcanzar la felicidad, pueden ser propicios para la reflexión. Ante la soledad de los enfermos que se han visto obligados a luchar por su vida con la ayuda de tantos médicos y enfermeros heroicos, no cabe otra que tratar de ahondar en la dimensión espiritual de nuestras vidas.
Novalis fue un hombre bueno, de una bondad infantil y madura a la vez. Su vida y su obra están impregnadas de esa mirada de bondad –recia y enteriza, no blanda ni lacrimosa- con que él lo contemplaba todo. Se suele asimilar lo romántico a una candidez pueril, a una ensoñación vaporosa y vaga. Y nuestro poeta era riguroso y preciso. Por eso escribió: La exactitud científica es lo absolutamente poético.
La vida y la obra, truncadas ambas, del gran poeta, han quedado como esos torsos griegos a los que el tiempo ha mutilado con tanta belleza. Goethe vivió ochenta y dos años de perfecta salud y dejó una obra impecable. Novalis vivió veintiocho, una gran parte enfermo, y sólo ha dejado fragmentos inconexos, novelas sin terminar y un puñado de poemas. Parece como si su vida y su obra tuvieran que haber sido así, dolientes y mutiladas, para alcanzar la perfección que les correspondía.
En esa corta vida dejó dos obras imperecederas: La Cristiandad o Europa y los Himnos a la noche. En el primer ensayo, escrito en 1799 mientras resonaban los gritos de la Revolución francesa y los cañonazos de Napoleón así como la colisión entre el fervor religioso y el entusiasmo antirreligioso, Novalis adopta una postura radical para aquellos tiempos.
El joven poeta, como buen romántico, tiene nostalgia, si se puede llamar así, de un tiempo futuro más espiritual y armonioso. El romántico está incomodo en los días que le ha tocado vivir. Se siente apátrida y apuesta para que las dificultades presentes sirvan de alumbramiento de una mejor época futura: la época de la reconciliación de los europeos, la época de una nueva unidad de Europa fundada en lazos eminentemente espirituales.
Por su parte, los Himnos a la Noche, son a la vez, el relato de una experiencia íntima y una cosmogonía. La prematura muerte a los 15 años de su prometida, Sophie von Kühn, le lleva paradójicamente a exaltar el mundo –de los mundos, mejor, el visible y el invisible-, las grandes realidades –la luz, la noche, los espacios infinitos, el tiempo, la tierra, la naturaleza, el hombre, la muerte, la alegría- y a Dios.
Llama poderosamente la atención que un hombre que sufrió tanto a lo largo de su corta vida escriba con un entusiasmo que a distancia de más de dos siglos sigue conmoviendo. El mismo que escribió que todo hombre tiene sus años de martirio, también decía que a través de la oración se alcanza todo. La oración es una medicina universal y que hay que buscar a Dios entre los hombres. En los sucesos humanos, y en los pensamientos y sentimientos humanos es donde se revela con mayor claridad el espíritu del cielo.
Recomiendo leer esa estupenda biografía de Novalis mientras tantas personas sufren en silencio, unas en la soledad de su enfermedad y otras tratando de combatir al virus en vertiente física y psicológica de vivir con miedo permanente. Son tiempos recios, como decía Santa Teresa de Ávila, pero entre tantas dificultades resplandece luminosa la bondad de tanta gente que puede salir transfigurada de esta singladura que compartimos. Y por eso he querido compartirlo con vosotros.
En la parte central del “sermón de la llanura”, Jesús había abierto a sus discípulos y a los paganos que lo escuchaban el camino para llegar a ser Hijos del Altísimo y ser misericordiosos como el Padre. Palabras centrales del mensaje de Jesús y del Evangelio de Lucas. Jesús había expresado en positivo el programa de vida de sus discípulos, con diecisiete imperativos exhortativos: “Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian; ofrece tu mejilla, no le niegues la túnica, da al que te pida, no reclames al que te toma; haced a los hombres lo que os gustaría que os hicieran, amad, haced, prestáis, sed misericordiosos, no juzguéis, perdonad, dad, medid con abundancia”. En la siguiente parte de su discurso, Jesús les advierte sobre posibles peligros espirituales en la relación con Dios y con los hermanos en la fe.
Si no aceptan el camino de la Misericordia, y siguen otros caminos, o se consideran mejores que los demás, o piensan ser más que el Maestro, entonces serán como ciegos y si actúan como guía serán ciegos guiando a otros ciegos. Jesús usa esta imagen en Mateo hablando de los fariseos. En Lucas, Jesús lo usa para sus discípulos. Así entendemos que las desviaciones de los fariseos no son dominio exclusivo suyo, también pueden ocurrir a los cristianos. En las relaciones fraternas, quien no sigue el camino del no juzgar y del no condenar cae fácilmente en la tentación de querer para los hermanos una perfección sin motas en los ojos, pero también sin referencia a Dios y su misericordia. Tentación comparable a tener una viga en el ojo, que ciega.
Pablo escribe a los Filipenses que se ve como “un judío hijo de judíos; en cuanto a la Ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la Iglesia; en cuanto a la justicia que se deriva de la observancia de la Ley, irreprochable”. Pero después de conocer a Cristo considera todas estas cosas como “una pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él perdí todas las cosas y las considero como basura con tal de ganar a Cristo y ser hallado en él”. Si abandonamos la búsqueda de la perfección con nuestras propias fuerzas y abrazamos el camino de la sublimidad del conocimiento de Cristo, entonces podemos ayudar a un hermano a quitarse la mota del ojo. Ya no estamos ciegos. Así damos buenos frutos del amor de Dios, recibido y entregado, que sin duda nos revelan que el árbol es bueno, aunque tenga defectos. Jesús nos asegura que del buen tesoro del corazón del hombre bueno nacen obras y palabras buenas y frutos del Espíritu: “amor, alegría, paz, magnanimidad, benevolencia, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio”.
La homilía sobre las lecturas del VIII domingo del Tiempo Ordinario
El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.
La investigación de los abusos en la Iglesia española tendrá “toda la amplitud necesaria”
El despacho de abogados Cremades-Calvo Sotelo ha sido el elegido por la Conferencia Episcopal Española para llevar a cabo una auditoría jurídica independiente sobre los casos de abuso sexual a menores cometidos por miembros de la Iglesia en España.
La investigación tendrá “toda la amplitud necesaria para clarificar los casos acontecidos en el pasado como para incorporar los más altos niveles de responsabilidad que impidan la repetición de estos casos en el futuro”, esta ha sido la afirmación de Mons. Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española en una nutrida rueda de prensa en la que se ha presentado la auditoria que el despacho de abogados Cremades-Calvo Sotelo ha iniciado con el fin de conocer, esclarecer y reparar a las victimas de abusos sexuales en la Iglesia.
La CEE, ha destacado su presidente “quiere asumir su responsabilidad ante las víctimas, ante las autoridades y la sociedad estableciendo un nuevo vehículo que ayude a esclarecer los sucesos del pasado y ayude a evitar que vuelvan a ocurrir”.
“Es un servicio a la sociedad, especialmente a las víctimas y para clarificar unos episodios que deben ser superados”, ha querido añadir Javier Cremades que asume esta tarea consciente de la “delicadeza y excepcionalidad del asunto”. De hecho, el propio Cremades ha querido apuntar que esta concepción de servicio a la sociedad ha llevado a la decisión de no cobrar esta auditoría a la Conferencia Episcopal salvo gastos a terceros.
Complementar a la investigación del Gobierno no suplantarla
Tanto el presidente de la Conferencia Episcopal Española como Javier Cremades han insistido en que, con esta investigación se abre una nueva etapa en la gestión de los abusos a menores por parte de la Iglesia española.
“La CEE quiere dar un paso en su obligación de transparencia social de ayudar y reparación de la víctimas y colaboración con las autoridades” ha señalado Mons. Omella que ha querido destacar que “el objetivo de esta auditoría es la reparación de las víctimas estableciéndose nuevos cauces de colaboración y ayuda adicionales a los que ya existen y, en segundo lugar, crear un puente que facilite el trabajo de las autoridades estableciendo un cauce de colaboración estrecho y eficiente; indistintamente de los medios de los que se doten las autoridades para sus investigaciones”.
En la misma línea se ha expresado Cremades al destacar que esta investigación encargada por los obispos españoles no viene a “suplir a las autoridades sino a complementarlas y ayudarles a que cumplan su función”. De hecho, el propio Javier Cremades ha apuntado que, al recibir este encargo de la CEE él mismo informó al parlamentario Ángel Gabilondo, Defensor del Pueblo y uno de los miembros que se incluirá en la comisión que quiere formar el gobierno español para investigar estos casos de abusos pero sólo en la Iglesia católica.
Una metodología «española» con influencia alemana
Para el despacho, con más de 25 años de trayectoria profesional, esta investigación sobre los abusos a menores en la Iglesia española se trata del “asunto más complejo que hemos afrontado hasta la fecha”, según las palabras de Javier Cremades, socio del bufete.
Para la ejecución de esta auditoría se “han estudiado los modos de trabajo llevados a cabo en países como Francia, Alemania o Irlanda, Australia”. El trabajo llevado a cabo en la diócesis de Munich por el bufete de abogados muniqués Westpfahl, Spilker, Wastl ofrece, a juicio de Cremades “referencias muy interesantes” por lo que dos miembros este bufete, Ulrich Wastl y Martin Pusch, formarán parte de esta investigación aportando, en reuniones mensuales, su metodología y puntos de vista.
Sin embargo, Cremades – Calvo Sotelo creará un «modelo español», propio, que incorpore los puntos útiles de los ya estudiados y al mismo tiempo subsane las deficiencias metodológicas que hayan podido tener algunos de estos estudios.
Asimismo, la auditoría contará con el trabajo de las oficinas de las diócesis españolas que, desde hace más de un año, trabajan y acompañan a las víctimas de abusos en todo el país. Un trabajo que será también analizado y mejorado en la medida que lo requiera. También la CONFER colaborará en esta auditoría.
18 personas asumirán, en principio, esta auditoría en un equipo que se prevé que pueda ir creciendo y para el que ya trabajan, entre otros, juristas de la talla de Encarnación Roca, antigua vicepresidenta del Tribunal Constitucional y miembro del Tribunal Supremo, Rafael Fernández Montalvo, magistrado emérito del Tribunal Supremo, Juan Saavedra expresidente de la sala II del Tribunal Supremo, Vicente Conde Martín de Hijas, también antiguo magistrado del Tribunal Supremo o Santiago Calvo Sotelo, socio del bufete.
Con el tiempo, y teniendo en cuenta el proceso y necesidades de las víctimas y asociaciones de víctimas, como ha señalado Javier Cremades, el equipo podrá ampliarse con personas del ámbito de la “cultura, la sociedad, la psiquiatría o la psicología”.
«Necesitamos la información de todos»
La duración prevista de la auditoría, que comenzó hace unos días su trabajo, está establecida en un año de duración. Un tiempo razonable, según el jurista “para tener una imagen fiel de lo sucedido”.
La “amplitud necesaria” pedida por la Conferencia Episcopal apunta a que no habrá límite de fechas para los casos que se investiguen, a pesar de su prescripción civil.
En esta línea, Cremades ha hecho un llamamiento a la sociedad “necesitamos la información de todos”, ha destacado, “en primer lugar de los afectados, las víctimas, sus asociaciones, de los medios de comunicación que han hecho un trabajo en este sentido y que tienen listas. Por supuesto, de las oficinas y la Fiscalía, el Defensor del Pueblo y las autoridades”.
El bufete ha creado una dirección de correo específica para este asunto [email protected] con el fin de recibir las denuncias de particulares y asociaciones y comenzar el contacto con ellas.
La nueva etapa de la gestión de los abusos en la Iglesia española ha comenzado con esta investigación que, como ha querido apuntar también el presidente de la Conferencia Episcopal, se realizará en paralelo al que ya hace la Iglesia en este campo y con el que, en palabras de Mons. Omella “queremos esclarecer los hechos, trasladar a la sociedad lo que se hace y lo que debemos mejorar”.
Servicio de coordinación y asesoramiento para las oficinas diocesanas
Asimismo se ha hecho público, coincidiendo con la presentación de esta investigación el nuevo Servicio de coordinación y asesoramiento para las oficinas diocesanas creado por la Conferencia Episcopal Española. Este nuevo servicio nace con el objetivo de servir de apoyo y referencia a estas oficinas en su trabajo y estará formado por la psiquiatra Montserrat Lafuente, que trabaja ya en la Oficina de la diócesis de Vic; Mª José Diez, responsable de la Oficina de Astorga; el sacerdote Jesús Rodríguez, miembro del Tribunal de la Rota; y Jesús Miguel Zamora, secretario general de CONFER.
Todo organismo vivo y sujeto a evolución pasa por crisis, que se entienden como momentos de transición necesaria en el proceso de desarrollo del propio ciclo vital. Las crisis son momentos de inestabilidad, que pueden generar en las personas un grado de inseguridad, e incluso de miedo. Toda crisis plantea retos en los que emergen aspectos que hay que cambiar. Si las crisis fuesen necesariamente fracasos irreparables, no quedaría rastro de vida organizada sobre la tierra.
La familia, como entramado de relaciones que es, tiene también un ciclo vital, en el que se dan inevitablemente momentos de crisis. Hoy, muchos, con una visión negativa y pesimista, viven estas crisis familiares -normales y necesarias- como auténticos fracasos, como rupturas irreparables. Actúan en sus relaciones familiares, como no lo harían con los bienes de su propiedad. Como si, al detectar una grieta en una pared de la casa, o al descubrir un fallo en las conexiones eléctricas, o en las tuberías de la calefacción, se plantearan como única solución derrumbar la casa e intentar construir otra distinta, en otro lugar.
Afirma Mariolina Ceriotti que ser uno mismo y, a la vez “ser en relación”, requiere flexibilidad y adaptabilidad. Requiere también, en ciertas ocasiones ser capaces de restablecer la relación sobre nuevas bases. Una especie de renovado pacto entre las mismas personas. Es preciso perder el miedo a enfrentarse a las crisis, que marcan el final de una forma de relacionarse, y requieren encontrar el camino hacia una nueva plenitud. Se trata del fin de una etapa vital y el inicio de otra, que debe basarse en un amor y una confianza otorgados con mayor madurez, asumiendo las limitaciones y los defectos de cada uno. El resultado es una relación no sólo más sólida, sino también renovada.
Vivimos en un mundo complejo, lleno de tensiones. Por eso no es de extrañar que las dificultades y crisis sean más frecuentes, y a veces más profundas. No es fácil salir solos de estas situaciones. Cada vez es más necesario -casi imprescindible- contar con el apoyo y el acompañamiento de otras personas. Ordinariamente se experimentan dificultades, para las que no serán necesarias acciones extraordinarias: el ejemplo de otras familias amigas, un buen consejo de nuestros seres queridos, o de otras personas en quienes confiamos, pueden bastar. En otros momentos, sin embargo, será preciso acudir a algún experto, que pueda ayudar a restablecer las relaciones dañadas, proporcionando un apoyo estructural más profundo. Sea como sea, siempre vale la pena invertir en reparar lo reparable. En no dar tontamente por perdido algo tan valioso y tan irreemplazable como es la propia familia.
Catedrática en la Facultad de Derecho de la Universidad Internacional de Cataluña y directora del Instituto de Estudios Superiores de la Familia. Dirige la Cátedra sobre Solidaridad Intergeneracional en la Familia (Cátedra IsFamily Santander) y la Cátedra Childcare and Family Policies de la Fundación Joaquim Molins Figueras. Es además vicedecana en la Facultad de Derecho de UIC Barcelona.
Imagen de marca. La comunicación en las Hermandades
La finalidad de un plan de comunicación institucional en una hermandad no es ganar prestigio y reconocimiento, ese sería el medio para conseguir ser más eficaz, eficiente y efectiva en su misión: la evangelización.
21 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 3minutos
Puesto que la persona es sociable por naturaleza necesita de los demás para desarrollar sus potencialidades, eso le lleva a integrarse en diferentes grupos: sociedades culturales, empresas mercantiles, clubes deportivos, partidos políticos, asociaciones de vecinos y también en hermandades.
Organizaciones muy diferentes, según la finalidad de cada una, pero todas tienen algo en común: necesitan unas herramientas básicas de gestión, más o menos sofisticadas según su tamaño y la complejidad de sus fines: contabilidad, gestión de procesos, definición de objetivos, atención a sus asociados, y algo que con frecuencia se olvida, manejar bien su comunicación institucional, eso supone cuidar y potenciar su imagen, que es algo más que publicar notas en la prensa y manejar conceptos como posicionamiento, imagen de marca, identificación del público al que se dirigen, política de comunicación y algunos más.
Convendría superar la resistencia que se observa en algunos ambientes a la hora de aplicar a las hermandades estos conceptos. Vivir de espaldas a esta realidad tiene un coste muy alto. Hay empresas que se ensimisman en la producción y un buen día, sin saber por qué, se encuentran fuera del mercado. Eso también puede pasar en las hermandades a las que en ocasiones se trata de proteger de conceptos y modelos que no sean estrictamente eclesiásticos, o mejor clericales, aislándolas en una burbuja que les lleva a perder el contacto con la realidad, transformándolas en organizaciones con mucho pasado y poco futuro.
Puede que el responsable de una hermandad se extrañe, o incluso se incomode, si alguien le preguntara cuál es la imagen de marca de su hermandad; pero si se le pregunta cuál es la opinión que se tiene en la calle sobre la hermandad seguro que nos diría algo, aunque a lo mejor su opinión no se compadeciera con la realidad.
La imagen de marca viene a ser algo así como las percepciones y sentimientos que se tienen ante una determinada organización. Hay marcas que se asocian con exclusividad, calidad y precio alto; otros se identifican con fiabilidad y así cada producto, servicio u organización. Para aplicar estas ideas a las hermandades hay que hacer algunas precisiones, al menos dos fundamentales: la primera es que el propósito de la mayoría de las organizaciones es atender las necesidades del mercado, el de una hermandad es la evangelización; allí se trata con clientes, aquí con almas.
Dos cuestiones previas: todo comunica, no es sólo tarea de personas concretas en momentos determinados. La organización de la procesión, el cuidado de la liturgia o las actuaciones, incluso privadas, de los responsables de la hermandad, entre otras, van transmitiendo un modelo de hermandad. La segunda cuestión es que no se trata de planificar una serie de actuaciones, deslavazadas, más o menos originales, sino de diseñar un plan de comunicación institucional completo y coherente.
Para eso es obligado reflexionar sobre el carácter propio de mi hermandad respondiendo sinceramente una triple pregunta.
¿Cómo creo que debe ser percibida mi hermandad?
¿Es así como se percibe?
¿Qué debo hacer para que las dos percepciones coincidan y se refuercen?
La imagen de una hermandad no se construye partiendo de cero, se ha ido elaborando a lo largo de los años, siglos en ocasiones. Las hay clásicas, populares, rigurosas, flexibles, universales, de barrio, innovadoras, sobrias en su patrimonio, ricas y exuberantes. Así podríamos ir combinando distintas características hasta definir el perfil que los años y el entorno le ha ido dando, asumido y reforzado por sus responsables.
No hay hermandades buenas y malas, cada una es comparable sólo consigo misma en función de su misión evangelizadora; pero conviene identificar, fijar e implementar su imagen, eliminando las adherencias y deformaciones que se han ido fijando en el tiempo (una cosa es que una hermandad sea reconocida por su importancia musical y otra que al final no sea una hermandad, sino una banda de música a la que se le coloca delante una procesión).
A partir de aquí desarrollar una política de comunicación institucional, de la institución, y planificar las medidas oportunas. La finalidad de un Plan de Comunicación institucional en una hermandad no es ganar prestigio y reconocimiento, ese sería el medio para conseguir ser más eficaz, eficiente y efectiva en su misión: la evangelización.
Eso marca un reto a los responsables de la misma: atreverse a ser progresista en el sentido literal del término, o lo que es lo mismo, a superar el bucle de gestionar la rutina y atreverse a plantear nuevos retos, nuevos horizontes.
Doctor en Administración de Empresas. Director del Instituto de Investigación Aplicada a la Pyme
Hermano Mayor (2017-2020) de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, en Sevilla.
Ha publicado varios libros, monografías y artículos sobre las hermandades.
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“Creer” o “no creer”: ¿qué significan estas expresiones (estas decisiones) personales? El profesor Antonio Aranda analiza los motivos y los factores rodean o explican esas dos actitudes diversas, en concreto en el contexto de un ambiente social y cultural de raíces católicas.
Antonio Aranda·21 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 10minutos
Preguntarse por el porqué de unas actitudes personales que, como en el caso que estudiamos, hacen principalmente referencia a la libertad y a la disponibilidad del hombre frente al misterio de Dios y de sí mismo, significa adentrarse en una cuestión de cierta dificultad.
No sólo, en efecto, es inabarcable la magnitud de las nociones que entran en juego (Dios, hombre, fe, libertad, verdad, etc.), sino que, además, por tratarse de actos pertenecientes al ámbito particular de cada sujeto, resulta inadecuado el objetivo de dar una respuesta general. El verbo creer o su contrario no se conjugan propiamente en forma impersonal (se cree-no se cree), sino en primera persona del singular (creo-no creo), o del plural (creemos-no creemos).
Esa doble cuestión (por qué se cree-por qué no se cree), dada la realidad y la trascendencia del fenómeno humano que encierra, ha sido estudiada en su significado antropológico fundamental, ya que en todo tiempo y en todo lugar ha habido, y hay, hombres que han creído o no han creído. Analizar la tendencia a creer que late en la criatura humana como tal, así como la de su contraria, tiene sin duda un notable interés.
Ahora bien, sin abandonar en el fondo ese terreno, es otro el punto de vista con el que abordaremos la cuestión. Nos situaremos en el aquí y ahora de la sociedad contemporánea, pero lo que tomaremos en consideración, mirando sobre todo al mundo occidental, no será tanto su condición de “postmoderna” cuanto su índole de sociedad por decirlo así “postcristiana”, como a veces se la denomina, es decir, religiosa y culturalmente influida por la fe en Jesucristo y la confianza en la Iglesia, pero alejada ahora en la práctica –si bien sólo parcialmente– de sus raíces. En ese contexto, cuando un ciudadano crecido y educado en un ambiente social y cultural de raíces católicas dice “creo”, o “no creo”, ¿qué está diciendo y por qué lo dice?
Fe, confianza y verdad
Creer es un acto y una actitud personales, esencialmente ligados a la naturaleza racional y relacional del hombre. Significa aceptar la verdad de lo que me da a conocer otro, en quien confío. No es sólo conocer lo que se me transmite, sino aceptarlo como verdad, y esto porque me lo comunica alguien en quien tengo puesta mi confianza. La actitud de fe, en cuanto aceptación de algo como verdadero aunque sea aquí y ahora inevidente, está inseparablemente unida a la confianza que el creyente ha depositado en quien le manifiesta aquella verdad. El conocimiento de fe es, sobre todo, como se suele decir, un conocimiento per testimonium.
Fe en la verdad de algo y confianza en quien lo dice son inseparables: si falla la confianza en el testigo, se desvanece la aceptación como verdad de su mensaje y se quebranta, en consecuencia, la certeza del conocimiento de fe. Como cristianos, en concreto, aceptamos con obediencia de fe la verdad de una doctrina que se nos comunica, o la coherencia de un comportamiento moral que se nos enseña, porque “antes”, o simultáneamente, hemos depositado nuestra confianza en el testimonio de la Iglesia, en la que reconocemos la autoridad de Jesucristo, en quien creemos y confiamos como Dios y Salvador.
En la actual crisis de fe –o mejor de vida de fe, pues son las acciones externas las que podemos constatar– en personas y poblaciones de antigua tradición cristiana, pueden detectarse diversas situaciones, que describiremos someramente hasta llegar a la última, en la que nos detendremos.
a) A veces, por ejemplo, se advierte un debilitamiento de la aceptación de la doctrina y del modelo de vida que enseña la Iglesia, y un alejamiento de ella misma, por haberse producido un deterioro previo de la confianza, debido quizás a la falta de ejemplaridad de algún representante suyo. Pero no es este, aunque se trate de una cuestión no menor, el principal motivo de la extensa crisis de fe.
b) El alejamiento de la fe, en un segundo ejemplo, podría estar desvelando una disposición moralmente deficiente que no se quiere corregir, y que induce a negar el asentimiento a una doctrina que obligaría a rectificar el comportamiento. Cuando eso ocurre, cuando un creyente no quiere aceptar el compromiso personal con la verdad en la que cree, puede acabar rechazando que lo sea. Un corazón lastimado es capaz, en efecto, de acallar la voz de la conciencia y de atenuar la tendencia natural de la inteligencia a descansar en la verdad.
c) Como una concreción del caso anterior, podría también suceder que el deterioro de la confianza no dijese ya referencia a la Iglesia como testigo de Cristo, sino más bien a uno mismo como indigno de la confianza de Dios. Quien, en razón de su comportamiento moral, no se considera susceptible de recibir la misericordia divina –lo que significa desconfiar erróneamente de ella– puede también acabar poniendo su fe en cuarentena. Esa disposición, al igual que la anterior, sólo puede superarse, como enseña la parábola del hijo pródigo, mediante un movimiento de conversión hacia la misericordia paterna de Dios. Y en ambos casos esa conversión es realizable, pues en esos sujetos está latiendo, aunque se resistan a admitirlo, un sentimiento personal de culpa.
d) Pero, además de esos modos de comportamiento, que derivan más hacia un no practicar la fe o a un no querer aceptarla por razones morales que hacia un no creer en sentido estricto, se advierte también en la sociedad contemporánea una actitud contraria a la fe, difusamente extendida y de consecuencias objetivamente más graves. Consiste, en esencia, en negar con argumentos teóricos la existencia misma de cualquier verdad objetiva, y en rechazar toda autoridad que diga transmitirla. La prolongada hegemonía de esa postura intelectual, que ha desembocado en el relativismo y en la cultura de la indiferencia imperantes en el mundo occidental, está causalmente presente en el actual no creer de muchos. Si en los casos anteriores aludíamos a una conversión relativamente factible, en éste, por el contrario, es preciso subrayar la dificultad, pues la negación de toda verdad objetiva conlleva el rechazo de la objetividad de la culpa, y sin conciencia de culpa no puede haber conversión.
Relativismo e increencia
Conocer y abrazar la verdad es la gran capacidad y, al mismo tiempo, la gran tentación del hombre, pues también puede libremente no abrazarla. Tal capacidad se halla inscrita –enfocando la cuestión desde la luz de la fe– en el hecho de ser el hombre una criatura a imagen de Dios. En Dios mismo, la Verdad conocida (el Verbo) es siempre Verdad amada; más aún, el Amor en Dios es Amor a la Verdad. Al haber puesto su imagen en nosotros nos ha hecho capaces de amar libremente la verdad, pero también de rechazarla. En ese sentido, cuando se niega la existencia de la verdad como tal y se rechaza en consecuencia la tendencia natural hacia ella de la inteligencia humana, su cualidad de fundamento de la libertad personal, etc., … se está también negando de raíz la condición del hombre como imagen de Dios.
Los grandes conflictos y desafíos contemporáneos –también el de creer o no creer, que aquí consideramos– están siendo de hecho debatidos en un escenario esencialmente antropológico, en el que se enfrentan distintas concepciones. Es importante, por tanto, hacer referencia, sin salir de nuestro tema, a lo que básicamente distingue la comprensión creyente (cristiana) del hombre de la que se encuentra difundida en la sociedad postmoderna, relativista e indiferente. Como acabamos de mencionar, la raíz revelada de la grandeza y dignidad del hombre es su haber sido creado a imagen de Dios y hecho capaz de llegar a ser, por la gracia, hijo de Dios. Desde esta perspectiva, el conocimiento natural y el conocimiento de fe gozan, en la unidad del sujeto, de una íntima coherencia y continuidad. El pensamiento cristiano, en diferentes contextos culturales aunque de modo permanente a lo largo de su historia, ha sabido mostrar y defender esa íntima relación entre fe y razón, subrayando al mismo tiempo sus diferencias cualitativas y sus distintos estatutos epistemológicos. Eso ha permitido, por ejemplo –aunque el ejemplo es de la máxima importancia– desarrollar un saber metafísico cuyo vigor especulativo es admirable.
La afirmación de la objetividad del ser, de la real analogía y diferencia ontológica entre la criatura y Dios, y de la capacidad de alcanzar la verdad objetiva tanto en el orden natural como –mediante la gracia– en el sobrenatural, son elementos indispensables del razonamiento cristiano. En él, por decir las cosas simplificadamente, la razón del hombre está medida por la verdad objetiva, la verdad por el ser y el ser por el Creador.
Al mismo tiempo, siempre dentro de la dinámica de desarrollo del pensamiento cristiano, el conocimiento de fe está ligado por su propia naturaleza a unas fuentes testimoniales que lo transmiten con fidelidad, y lo interpretan con autoridad. No es que la razón quede vinculada en el ejercicio de su operación propia a la fe y al Magisterio que la propone, sino que es el objeto de esa operación (la verdad) lo que el Magisterio puede mostrar con autoridad. La razón del creyente dice necesaria referencia a la doctrina de la Iglesia por mediación de la verdad que ella propone. Y de igual modo deben referirse a esa verdad y a esa autoridad –en el grado en que la Iglesia lo manifieste– el libre comportamiento moral del cristiano y el juicio personal de conciencia.
Estas afirmaciones que hacemos tan someramente por tratarse de doctrina muy conocida, han sido, sin embargo, sometidas a fuerte crítica e incluso rechazadas por una parte del pensamiento filosófico y teológico desde hace tres siglos. Como es bien sabido, el pensamiento moderno –a través de la introducción de una nueva noción de razón– estableció dos rupturas con la tradición cristiana: la ruptura con la objetividad del ser y de la verdad, y la ruptura de la íntima relación entre fe y razón. La razón deja de ser vista como la capacidad de conocer una verdad que le trasciende, para pasar a ser vista como función de una verdad que ella misma constituye.
El razonamiento queda desvinculado, por tanto, de todo lo que sea exterior al sujeto, y encuentra en sí mismo su justificación. Razón significa, entonces, autodeterminación y liberación del poder normativo de toda tradición y de toda autoridad.
Un nuevo modo de comprensión
Estamos, así, no ya sólo ante un nuevo concepto de razón y de conocimiento, sino también, a la larga, yendo al fondo de la cuestión, ante una novedad en el modo de comprenderse el hombre a sí mismo, una concepción antropológica que se aleja de la enseñada en la tradición católica. Las consecuencias de esa dinámica intelectual, que postula la fractura de la unidad entre fe y razón, han sido y son determinantes en nuestra cuestión.
En materia de moralidad, por ejemplo, dicha quiebra se traduce en sostener la total separación entre una ética de la fe (no relacionada orgánicamente con la razón) y una ética racional (que encuentra su validación en la autonomía de la razón práctica). Y acabará presentando la doctrina de la Iglesia en materia moral como contraria a la dignidad del hombre y a su libertad. Y, de manera semejante, al rechazar el fundamento objetivo de la verdad y dejarla reducida a pura subjetividad, cualquier referencia de la conciencia a una norma moral exterior al sujeto será impugnada como indigna del hombre, como puro formalismo legalista y como la destrucción de la auténtica moralidad.
No debe extrañar, por tanto, que la frase evangélica: “la verdad os hará libres” sea sustituida por la contraria: “la libertad os hará verdaderos”. Esa inversión pone las premisas de unas consecuencias morales gravemente dañosas.
De hecho, la doctrina de fe y la praxis moral que transmite la Iglesia en estas materias parecen haber perdido plausibilidad en la estructura de pensamiento del mundo moderno, y son presentadas y tenidas por bastantes de nuestros contemporáneos como algo ya superado en el tiempo. Pero, siendo esto grave, lo es aún objetivamente más el hecho de que esos modos de entender al hombre –que en el fondo plantean la alternativa entre fe y oposición a la fe, entre creer y no creer– se hayan convertido en habituales, y encuentren eco e incluso aceptación entre los cristianos.
En la cultura del relativismo y la increencia
Como venimos señalando, detrás del creer y del no creer se esconde siempre una determinada visión del hombre (una antropología) que necesariamente desemboca en una teoría del comportamiento moral (una ética) congruente con ese punto de partida, y que, como consecuencia última, acaba convergiendo en una concepción de la vida social, cultural, política, etc. (un sentido del hacerse de la sociedad). Por ese motivo, en la desafección de muchos bautizados respecto a la doctrina y al sentido de la vida transmitidos por la Iglesia –y respecto a la Iglesia misma–, o lo que lo mismo, tras el porqué del alejamiento y hasta del no creer teórico o práctico de tantos, hay que saber descubrir la debilitación en ellos –por ignorancia, por falta de formación– del sentido cristiano de la persona, bajo el influjo dominante de otras concepciones antropológicas y, en concreto, del relativismo que se respira en la sociedad y en los medios de comunicación.
No es tarea fácil presentar una síntesis ordenada de lo que ese oscurecimiento de la visión cristiana de la persona está representando en la vida real de los creyentes, y menos aún indicar soluciones particulares a los problemas que plantea. Sin embargo, por razón de su importancia, mencionamos, sólo a modo de ejemplo, dos ámbitos en los que la debilitación del sentido cristiano del hombre está contribuyendo a fomentar entre los creyentes actitudes morales y sociales de increencia, es decir, un solapado pasar en la práctica del creer al no creer. Son: a) la falta de compromiso personal con la verdad; b) la indiferencia ante la crisis provocada en contra del matrimonio y la familia.
a) Conocer la verdad y no amarla –lo que conduce a rechazarla– supone un serio daño para la conciencia, y desemboca de manera inevitable en una fractura de la unidad interior de la persona. Es ésta una grave enfermedad espiritual, padecida hoy por muchos ciudadanos nacidos y educados en sociedades tradicionalmente cristianas. Quien así se conduce en materia de fe y de moral contrapone su pertenencia genérica a la comunidad de los creyentes con una actitud existencial de increyente. Fácilmente acaba también postulando una “doble moral” y admitiendo una “doble verdad”, lo que está a un paso del puro no creer. Por el contrario, el compromiso del hombre creyente con la verdad se traduce en actitudes morales de gran relieve personal y social, capaces de remontar el actual conformismo ético, dominante en casi todos los países. Dejamos así aludida, aunque no la desarrollemos, la trascendencia evangelizadora de la unidad de vida del cristiano.
b) En el ámbito del matrimonio y la familia –y también en el de la educación primaria y secundaria– se realiza ordinariamente la primera y decisiva transmisión del modelo de vida creyente. El recto despliegue de su función educadora encierra importantes razones del por qué se cree, como también, de manera semejante, su quebranto alimenta las raíces del por qué no se cree. Merecen ser resaltadas, a este respecto, unas palabras de Benedicto XVI: “Hay una evidente correspondencia entre la crisis de la fe y la crisis del matrimonio” (Homilía en la Misa de inauguración del Sínodo de los Obispos, 8-X-2012). En efecto, todo lo que daña la verdad del matrimonio y de la familia, hiere también la transmisión de la fe como actitud religiosa y como adhesión confiada a unas verdades.
Cuando es combatido activamente el sentido cristiano del matrimonio y de la familia, como sucede hoy de manera implacable, y su imagen se presenta desfigurada ante la opinión pública, se está dejando también malherida su capacidad de propagar los fundamentos básicos de la formación de la conciencia y de las actitudes morales: la referencia filial a Dios y a la Iglesia, la importancia de la sinceridad, los deberes de fidelidad, de caridad y de justicia, el sentido del pecado, la obligación de obrar el bien, etc.
Es ahí, en la asimilación de esos elementos básicos de responsabilidad moral, transmitidos en la familia por la vía más eficaz, que es la del amor, donde comienza a forjarse la personalidad del creyente. De ahí la urgente necesidad de proteger la verdad del matrimonio y la familia cristiana para contribuir a conservar y propagar la riqueza de la fe, sin la cual también lo humano como tal se pierde. Queda así señalada, aunque, como en el caso anterior, no desarrollada, la centralidad de una realidad esbozada también por Benedicto XVI: en la actual situación, “el matrimonio está llamado a ser no sólo objeto, sino sujeto de la nueva evangelización” (ibídem).
El autorAntonio Aranda
Profesor ordinario emérito, Facultad de Teología, Universidad de Navarra
En junio de 2020, en plena pandemia, y sin vacunas, medio millar de activistas entraron el Golden Gate Park de San Francisco, y derribaron la efigie en bronce del franciscano español fray Junípero Serra, evangelizador de California. Todo un símbolo de esta ideología ‘woke’ o cultura de la cancelación que parece arraigar en diversos ámbitos.
Rafael Miner·20 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 7minutos
Traducción del artículo al inglés. Puede leer la versión en alemán aquí.
El derribo de la estatua de fray Junípero fue sólo un emblema de este movimiento ‘woke’ (despierto, alerta), al que me gustaría calificar de cualquier modo, menos cultural. Hace pocas semanas, fray Antonio Arévalo Sánchez, OFM, licenciado en Historia Moderna, mostró en las páginas de Omnes cómo fray Junípero (1713-1784), bajo el lema ‘Siempre adelante, nunca atrás’, “dedicó su inteligencia y energía a inculcar la dignidad humana a los nativos de Querétaro y las dos Californias, mediante la doctrina evangélica, el progreso civilizador y la ejemplar vida de paciencia, humildad, pobreza y enormes sacrificios que consumieron su cuerpo”.
Además, recordó que fray Junípero Serra es el único español con estatua en el Capitolio de Washington, y que fue el Papa Francisco quien canonizó al ilustre fraile español el 23 de septiembre de 2015.
A fray Junípero se refirió, entre otros autores, el colaborador de Omnes, Javier Segura, en su artículo ‘Cultura ‘woke’ en el aula’. “Todos recordamos el derribo de estatuas de personajes insignes de nuestra historia como Fray Junípero Serra o Cristóbal Colón. Somos testigos de la revisión de la Historia que algunos movimientos sociales quieren hacer, presumiblemente unidos a una lucha por la justicia social de determinados grupos”.
Y añadía Javier Segura: “Un mismo esquema de presión al que se unen otros colectivos (LGTBI, feminismo radical, ecologismo panteísta, animalistas, etc.) que quieren promover y en última instancia imponer su visión de la realidad”. Aludió entonces el experto a una de las escasas ocasiones, pero bien claras, en que el Papa Francisco se ha referido a esta ideología ‘woke’.
Alerta ante el pensamiento único
Fue en el habitual Discurso ante el Cuerpo Diplomático acreditado ante la Sede Sede, hace sólo un mes, el pasado 10 de enero. Dijo el Santo Padre: “Con frecuencia, el centro de interés (de muchas organizaciones internacionales) se ha trasladado a temáticas que por su naturaleza provocan divisiones y no están estrechamente relacionadas con el fin de la organización, dando como resultado agendas cada vez más dictadas por un pensamiento que reniega los fundamentos naturales de la humanidad y las raíces culturales que constituyen la identidad de muchos pueblos».
A continuación, el Papa señaló al “pensamiento único” que lleva a una cultura de la cancelación. “Como tuve oportunidad de afirmar en otras ocasiones, considero que se trata de una forma de colonización ideológica, que no deja espacio a la libertad de expresión y que hoy asume cada vez más la forma de esa ‘cultura de la cancelación’, que invade muchos ámbitos e instituciones públicas. En nombre de la protección de las diversidades, se termina por borrar el sentido de cada identidad, con el riesgo de acallar las posiciones que defienden una idea respetuosa y equilibrada de las diferentes sensibilidades».
A juicio del Papa, “se está elaborando un pensamiento único —peligroso— obligado a renegar la historia o, peor aún, a reescribirla en base a categorías contemporáneas, mientras que toda situación histórica debe interpretarse según la hermenéutica de la época, no según la hermenéutica de hoy”.
A vuelapluma, podríamos traer a colación aquí la retirada por parte de la plataforma HBO Max, en 2020, de la película ‘Lo que el viento se llevó’, acusada de dar pábulo a la esclavitud en una columna de Los Ángeles Times.
O por poner sólo otro ejemplo, citemos a un joven profesor de Clásicos en Princeton (Estados Unidos), Dan-el Padilla Peralta, quien realizó un llamamiento en contra del estudio de los autores griegos y latinos por fomentar el racismo, según evocó el filósofo francés Rémi Brague en la inauguración del Congreso de Católicos y Vida Pública en el CEU, tal como recogió Omnes.
Historia de la salvación
A este movimiento o ideología ‘woke’, se han referido ampliamente diversas personalidades, en el marco del citado Congreso, y posteriormente. Con ellos y con algún otro autor, sólo pretendo subrayar en estas líneas tres aspectos derivados de esta ideología, aplicables a la actualidad del modo que cada uno prefiera.
“Como sea que llamemos a estos movimientos —“justicia social”, “cultura woke” (despierto), “política identitaria”, “interseccionalidad”, “ideología sucesora”—, éstos afirman ofrecer lo que la religión proporciona. Además, al igual que el cristianismo, estos nuevos movimientos cuentan su propia ‘historia de salvación’”, alertó Monseñor José Gómez, arzobispo de Los Ángeles y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, por videoconferencia.
Éste es el primer aspecto, nuclear. “Ahora más que nunca, la Iglesia y todo católico necesita conocer la historia cristiana, y proclamarla en toda su belleza y en toda su verdad, porque actualmente, hay otra historia rondando por ahí. Una narrativa antagonista de “salvación” que escuchamos en los medios de comunicación y en nuestras instituciones, proveniente de los nuevos movimientos de justicia social”, añadió.
Lo que podríamos llamar la historia del movimiento “woke”, prosiguió el arzobispo de Los Ángeles, dice algo como esto: “No podemos saber de dónde venimos, pero somos conscientes de que tenemos intereses comunes con quienes comparten nuestro color de piel o nuestra posición en la sociedad. La causa de nuestra infelicidad es que somos víctimas de la opresión de otros grupos de la sociedad. Y conseguimos la liberación y la redención a través de nuestra lucha constante contra nuestros opresores, librando una batalla por el poder político y cultural, en nombre de la creación de una sociedad equitativa”.
Un lenguaje que, como advirtió el propio arzobispo, suena a un antagonismo de lucha de clases, a “una visión cultural marxista”, de modo similar, y esto es personal, a como la ideología de género enfrenta de mil modos a hombres y mujeres, en otro antagonismo presente en nuestros días.
Creencias cristianas
Monseñor José Gómez se refirió asimismo a una segunda cuestión sobre la que el Papa alertó en el mencionado discurso a los diplomáticos. Se trata del patrimonio de la fe y de los sacramentos, en relación a la naturaleza del matrimonio y la familia, o a los postulados educativos de raíz cristiana, a los que también algunos desean “cancelar”.
“En el programa que establecieron para este Congreso, ustedes hacen alusión a la “cultura de cancelación” y a ser “políticamente correctos”. Y nos damos cuenta de que a menudo lo que se cancela y corrige son las perspectivas que están arraigadas en las creencias cristianas sobre la vida y la persona humana, sobre el matrimonio, la familia y mucho más», añadió el prelado estadounidense.
«En la sociedad de ustedes y en la mía, “el ‘espacio’ que la Iglesia y los cristianos creyentes pueden ocupar se está reduciendo. Las instituciones eclesiásticas y las empresas cuyos propietarios son cristianos, son cada vez más desafiadas y hostigadas. Lo mismo sucede con los cristianos que trabajan en la educación, la atención médica, el gobierno y otros sectores”.
Boicot, estigmatización
Como se ha visto al principio, hubo momentos en los que el Papa Francisco se refirió a estos temas en sus palabras ante el Cuerpo Diplomático. Por ejemplo, cuando aludió a “agendas cada vez más dictadas por un pensamiento que reniega los fundamentos naturales de la humanidad y las raíces culturales que constituyen la identidad de muchos pueblos”. O cuando señaló con claridad que “nunca debemos olvidar que hay algunos valores permanentes. No siempre es fácil reconocerlos, pero aceptarlos otorga solidez y estabilidad a una ética social. Aun cuando los hayamos reconocido y asumido gracias al diálogo y al consenso, vemos que esos valores básicos están más allá de todo consenso”. “Deseo destacar especialmente ―añadió― el derecho a la vida, desde la concepción hasta su fin natural, y el derecho a la libertad religiosa”.
Podemos recordar aquí algunas historias de boicots y de estimagtización en Estados Unidos. Por ejemplo, si Jeff Bezos y su mujer donaban 2,5 millones a una campaña para legalizar el matrimonio gay en el Estado de Washington, “era una muestra de su liberalidad progresista y nadie discutiría a hacerlo”.
Pero cuando Dan Canthy, dueño de la cadena de restaurantes Chick.fil-A, declaró en una entrevista que “la empresa apoyaba la familia tradicional y además resultaba que había donado a organizaciones contrarias al matrimonio entre parejas del mismo sexo, grupos de activistas gais pidieron el boicot de sus restaurantes, y alcaldes de ciudades importantes se apresuraron a decir que la cadena no sería bien recibida en sus comunidades”. Lo cuenta Ignacio Aréchaga en su artículo ‘La cultura del boicot’ (Aceprensa), quien comenta: “Es curioso que en un país donde hacer dinero nunca ha estado mal visto, se cuestione en cambio la libertad de donarlo a la causa que uno quiera”.
Claridad
En un par de fines de semana, Omnes ha publicado en este mismo portal sendas entrevistas que no han dejado indiferentes, por el eco suscitado. Una al catedrático medievalista Manuel Alejandro Rodriguez de la Peña (CEU), en el que señalaba sin medias tintas que “el movimiento woke y la cultura de la cancelación no pueden más que degenerar en un movimiento censor, inquisitorial, que impide la libertad de expresión y que niega la compasión”.
En la misma línea, a mediados del mes pasado comenzaron las campañas de Cancelados, promovidas por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), con el fin de “dar voz a gente normal que ha sido cancelada por decir cosas con sentido común y hacer de este mundo un lugar más habitable”, aseguran. Ahora mismo, tienen en el portal al “doctor Jesús Poveda, uno de los principales promotores del movimiento por la vida en España, que ha sido detenido más de 20 veces por sus sentadas y operaciones de rescate”, explica su web.
La otra entrevista ha sido realizada al catedrático José María Torralba (Universidad de Navarra), al hilo de la presentación del Máster en Cristianismo y Cultura Contemporánea que está lanzando el centro académico. José María Torralba, director del Instituto Core Curriculum de la universidad, aludía a la pretendida crisis de las humanidades, pero señalaba que “hay motivos de esperanza”. El Máster desea también convertirse en “una plataforma, un foro, para participar en los debates culturales e intelectuales que hay ahora mismo en nuestro país, y que sea un modo de estar más presentes en Madrid. Pretendemos crear un foro de diálogo y encuentro para todo el que quiera acercarse”.
Sin duda, hay muchas más universidades y focos mediáticos de los que continuaremos haciéndonos eco, como ha hecho hasta ahora Omnes.
Sin hostilidad
La pregunta que podemos formularnos ahora es el alcance de esta batalla ante la ideología ‘woke’, y otras similares. Sería una tercera y última cuestión.
Personalmente, me acojo a unas palabras que escuché a Mons. Mario Iceta, arzobispo de Burgos, en la misma sesión en la que intervino el arzobispo de Los Ángeles. “En una actualidad en la que se habla de la posverdad, con una interpretación del mundo vinculada a las ideologías, en la que se confunde la verdad real con la certeza o la opinión, los cristianos debemos tener esperanza en Cristo y en el Evangelio, pues son capaces de dialogar con todas las culturas y los pensamientos”. subrayó.
Finalmente, se preguntó: “¿Cuál es por tanto nuestra actitud? Los cristianos estamos llamados no a la confrontación ni a la hostilidad, sino al bien y a la belleza. Una propuesta ciertamente, de proposición, de encuentro, de iluminar. Nuestra propuesta es mostrar el bien, es la plenitud. Ése es nuestro camino”.
Como ha recordado el Papa Francisco casi hasta la extenuación, el camino es “el diálogo y la fraternidad”. Y eso es complicado cuando se percibe a los otros como personas a abatir de cualquier modo. El clima de respeto y tolerancia debe prevalecer.
En ese dilema que se suscita en ocasiones “entre perdonar o condenar”, Rémi Brague ha llegado a decir que “la condenación es una postura satánica. El satanismo puede ser relativamente suave, y tanto más eficiente. Según Satán, todo lo que existe es culpable y debe desaparecer. Estas son las palabras que Goethe pone en boca de su Mefistófeles (Alles was entsteht, / Ist wert, daß es zugrunde geht)”.
El Papa Francisco concluyó así su discurso a los diplomáticos el mes pasado: “no debemos tener miedo a dar cabida a la paz en nuestras vidas, cultivando el diálogo y la fraternidad entre nosotros. La paz es un bien “contagioso”, que se propaga desde el corazón de quienes la desean y aspiran a vivirla, alcanzando al mundo entero”.
Silvia Librada: “La sociedad envejece y necesitará más cuidados”
Un tercio de las personas mayores de 65 años y casi la mitad de los mayores de 80 presentan en España alguna discapacidad, hasta elevar las personas dependientes reconocidas hasta 1,4 millones. Silvia Librada, directora del programa ‘Todos Contigo’ de la New Health Foundation, afirma a Omnes: “La sociedad envejece y hay que implicarse en cuidar”.
Rafael Miner·19 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 9minutos
El panorama social que se avecina es complicado, y “da mucho miedo”, señala Silvia Librada. Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sobre ‘El envejecimiento y salud’ para el año 2050, casi el 22 % de la población mundial tendrá 60 o más años, y las personas de más de 80 años se triplicarán llegando a casi 450 millones.
En España, los datos ven en la misma dirección. Nuestro país cuenta contaba en 2020 con 18,7 millones de hogares, y una media de 2,5 personas por hogar, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). El 32 % de las personas mayores de 65 años y el 47,4 % de las mayores de 80 presentan alguna discapacidad. La más frecuente es la dificultad para desplazarse fuera del hogar, seguida de la discapacidad para realizar las tareas del hogar.
La tasa de dependencia ―proporción entre la población dependiente, menores de 16 años o mayores de 64, y la población en edad de trabajar, de 16 a 64 años, se situaba a 2020 en el 54,4 %, y las previsiones hablan de un incremento progresivo: un 60 % para dentro de una década y un 83,7 % para 2050, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
“El mensaje es que la sociedad envejece, cada vez con mayor enfermedad crónica, nuestra expectativa de vida es cada vez mucho mayor, la esperanza de vida va a aumentar a los 86 años en los hombres, y a los 90 años en las mujeres”. Además, “viviremos más tiempo, con más enfermedad crónica, lo que nos provocará que tengamos mayores tasas de discapacidad y dependencia. Y esto es lo que provoca una mayor carga de cuidados”, asegura Silvia Librada, nacida en Mérida, que lleva viviendo en Sevilla 12 años. Esta extremeña es directora del programa ‘Todos Contigo’ en la Fundación New Health, dentro de su proyecto ‘Sevilla Contigo. Ciudad Compasiva’.
‘Todos contigo’ es una serie audiovisual destinada principalmente a cuidadores no profesionales y familiares a cargo de personas con enfermedad crónica o avanzada, explica la directora bióloga. Se trata de ocho vídeos cortos formativos sobre los ‘Cuidados en la Enfermedad Avanzada’ impulsados por esta organización sin ánimo de lucro, en colaboración con la Fundación La Caixa, Fundación Cajasol y Junta de Andalucía, dentro de las áreas formativas dirigida a cuidadores y familiares.
Conversamos con Silvia Librada, máster en herramientas de gestión e investigación sanitaria, que le relaciona con su trabajo sobre las comunidades compasivas al final de la vida, que ha desarrollado en la tesis doctoral. Esta mujer lleva en la New Health Foundation desde que se fundó en 2013, y trabaja en cuidados paliativos desde hace 18 años.
A punto de ser doctora.
― En dos semanas. Presento la tesis el día 4 de marzo. Ya está depositada. Lo único que queda es la defensa ante el tribunal. En breve seré doctora en Ciencias de la Salud. Era uno de los objetivos y uno de los sueños que tenía por cumplir a nivel académico.
Los datos que hemos ofrecido más arriba asustan.
― Pues a eso se le suma que, además de necesitar mayores cuidados, somos una sociedad que está cada vez más sola. La soledad está presente. Casi 5 millones de personas viven solas en España. La soledad, la enfermedad crónica, compleja, cada vez más avanzada, hace que haya más personas que requieren esos cuidados. Todo confluye a que vamos a necesitar cuidados, y no tenemos en muchas ocasiones quien nos lo preste.
New Health Foundation reivindica el papel del cuidador no profesional, que suman millones en España.
― El motivo central de estas ocho grabaciones, videos didácticos, es ‘Cómo hay que cuidar y cómo hay que cuidarse’. La idea surge como respuesta a la necesidad de ofrecer material básico de formación que pueda ser entendido fácilmente e implementado por los cuidadores en casa, en los espacios habituales de cada hogar en el que exista una persona con dependencia.
Además, quiere ser una herramienta útil para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por una enfermedad avanzada y sus cuidadores no profesionales, a través de la formación.
Es formación online, y gratuita.
― Sí. El material didáctico ha sido pensado para seguir con la formación a distancia de los cuidadores dentro de programa ‘Sevilla Contigo. Ciudad Compasiva’ adaptándonos a la situación que estamos viviendo provocada por la pandemia y las medidas de distanciamiento derivadas. Estas circunstancias no aconsejan la realización de los talleres presenciales para cuidadores con el fin de evitar posibles contagios.
Han editado un Cuaderno con consejos y ejercicios para cuidarse mientras se cuida. El cuidado desgasta mucho.
― Se trata de una recopilación de recomendaciones y ejercicios de ‘Autocuidado’ para cuidadores y familiares de personas que se encuentran en una situación de enfermedad avanzada y al final de la vida. El objetivo es crear un espacio físico y material que sirva de reflexión a los cuidadores, donde poder expresar sentimientos, dibujar, organizar los cuidados, “cuidarse con los 5 sentidos”.
La idea de este Cuaderno para los cuidadores me surgió durante la pandemia. Iba escribiendo en casa como un libro de vida, durante dos años. Pasé miedo, como todos, y me sirvió mucho, para hacer un cuaderno de agradecimientos, contar lo que pasaba a nivel emocional, etc. Al final era un autocuidado… Yo estaba en soledad, vivía sola, y los cuidadores pueden reflexionar sobre su momento vital, durante el acto de cuidar. Todos hemos cuidado en algún momento de nuestra vida, nos van a cuidar… A ver lo que somos y de qué manera podemos ayudar al otro.
¿Cuántas personas pueden beneficiarse de sus acciones?
― Actualmente, el programa ‘Todos Contigo’ se consigue desarrollar cumpliendo objetivos comunitarios en el distrito San Pablo-Santa Justa y en el distrito Macarena, en Sevilla, y llega hasta alrededor de 100.000 sevillanos que se pueden beneficiar de este método cuyo progreso ha conseguido, en este periodo de tiempo, elevar la calidad de vida tanto de las personas que hacen frente a enfermedades como el de su entorno familiar.
Habrá personas que necesitan atención por cuidados paliativos.
― Tenemos dos líneas. Una por la que queremos sensibilizar no sólo a la población sevillana, sino a toda la población, sobre la importancia de cuidar y acompañar, para que aprendan y se empoderen en el acto de cuidar. Después, ya de forma directa, trabajamos con los equipos de cuidados paliativos, con los profesionales de la salud, los profesionales del ayuntamiento, directamente ya, en la atención de las personas que están justo en un proceso de final de vida.
Usted comenzó a trabajar en cuidados paliativos hace 18 años, prácticamente toda su vida laboral.
― Empecé a trabajar en paliativos, en investigación, a los 23 años, donde pude entrar, y conocí ahí esta profesión, a los profesionales que se dedicaban a ello. Y fue un amor a primera vista. Enamorada de la profesión y de lo que hacen todos los profesionales, mi sitio siempre ha sido ayudar en la innovación, investigación y desarrollo de los cuidados paliativos. Ése es mi trabajo.
Al final, la idea se enmarca en un proyecto de crear comunidades que se implican en los cuidados, y crear una sociedad implicada en los valores de cuidar. Un mensaje que implica a los ciudadanos en primer lugar, y a todas las organizaciones, públicas, privadas, que empiecen a conectar y a intentar ayudar con todos los servicios que hacen a todas estas necesidades.
Tratamos siempre de promover una red de agentes, instituciones, organizaciones, profesionales, ciudadanos, voluntarios…, el voluntariado es muy importante. Para que todos estén implicados en estos valores de cuidar, para que despertemos de una vez ante esta situación. No dejamos de hablar de la epidemia de soledad que tenemos delante, la sociedad envejece, cada vez más, pero parece que no hemos despertado a la situación que tenemos por delante, que da mucho miedo.
¿Qué más se podría hacer para atender a personas que actualmente no reciben cuidados paliativos?
― Cada 10 minutos fallece una persona con sufrimiento en España. Los últimos datos del directorio de la Secpal, que nosotros ayudamos a desarrollar, ponían muy en valor que en España hace falta duplicar los recursos que hay en cuidados paliativos para poder llegar a la población.
Y ya no es tanto duplicar los recursos, sino tratar de identificar dónde están esas personas, porque hoy por hoy todavía no llegan los cuidados paliativos. Y creo que es por falta de identificación, y porque se necesita también que el resto de los profesionales, en la primaria, en la especializada, o en cualquier organización, vea que tiene delante a una persona que debería requerir cuidados paliativos. Porque se llega tarde todavía, se sigue llegando en los últimos días, la formación es muy importante porque se necesita hablar de todo esto en las universidades…
Yo estoy haciendo un proyecto de la universidad compasiva, que trata de incluir las temáticas de los cuidados, la compasión, la comunidad, en la universidad. Les hago entrevistas, hago encuestas a los alumnos de Medicina, Enfermería y Psicología. Y te diría que en un 30 por ciento, hay 7 de cada 10 alumnos que no hablan de la muerte, en una facultad de Enfermería, Medicina y Psicología.
La realidad de la muerte está casi ausente en la universidad.
― Y si no abordan desde la universidad la muerte, significa que estamos dando la espalda a una realidad que ocupa al cien por cien de la población mundial, es la prevalencia más importante que tenemos, el cien por cien nos vamos a morir. Y todavía no ha solucionado eso.
La formación, la creación de recursos específicos en cuidados paliativos, todo eso, hay que construirlo. Yo llevo 18 años trabajando en esto, y recuerdo un gran impulso de los cuidados paliativos hace 18 años, quizá hace 20 años. En España llevan 40 años implantados los cuidados paliativos. Hace 18 años veía mucha disposición de recursos, pero se han quedado estancados, los que hay son lo que había hace 20 años, y yo digo: es que no se han creado más…, y algunos se han eliminado.
No es difícil adivinar que estaría de acuerdo con que hubiera una ley de impulso de los cuidados paliativos en España.
― En todo este tiempo he conocido muchas propuestas de ley, y no llegan a salir. A ver. Es un derecho de todo ciudadano que sea tratado bien hasta el final de la vida. Si tenemos ese derecho, deberían darnos esa prestación desde un servicio. Y si en España es público, pues desde un servicio público. Y no tenemos garantizada esa prestación a los cuidados paliativos.
Existen estrategias nacionales que se pusieron en marcha de cuidados paliativos. Hay unos recursos, pero yo no sé si está garantizada en zonas rurales, en otras zonas, en que te estén prestando un servicio igual que un servicio de traumatología, cardiología, etc. Hace un tiempo ahí estaban esas estrategias y esos planes de acción, pero se han quedado un poco parados.
Ciudades compasivas
¿Habrá más ciudades compasivas en España? ¿New Health se concentra en Sevilla?
― El desarrollo de las ciudades compasivas comenzó a tener un impulso importante hace seis años, cuando empezamos el proyecto en Sevilla, que es como nuestro proyecto demostración. Pero desde la Fundación tenemos como un proceso, un método, por el que ayudamos a las organizaciones a crear también comunidades compasivas.
En España hay ciudades como Badajoz contigo, que está impulsando ahora la asociación Cuidándonos. Rafael Mota, que es médico de Badajoz [ex presidente de Secpal], lo está impulsando también, y se llaman como nosotros, Badajoz contigo, tenemos Pamplona contigo, con la orden de san Juan de Dios, Bidasoa contigo, el País Vasco también trabaja con nosotros, en Galicia también…
Hay varias ciudades por España que están comenzando a trabajar en los métodos que nosotros utilizamos, pero después han surgido otras iniciativas en línea, como el desarrollo de las comunidades y ciudades que cuidan: hay en Vitoria, en Vic…, son otras ciudades que van en la misma línea de crear comunidades que cuidan.
En su web figura que existen ‘ciudades compasivas’ en Colombia…
― Ha comenzado a surgir un movimiento importante para sensibilizar a la sociedad. Nosotros tenemos también ciudades en Colombia, en seis ciudades que están trabajando con nosotros, como Bogotá, Santa Marta, Ibagué, Villavicencio, Manizales, Cartagena, donde he estado algunas veces. Es algo muy bonito. Es una expansión que ojalá se vaya extendiendo, e implique a las entidades que las promueven, y a toda una red de agentes.
Esto está provocando que cada vez haya más conocimiento sobre los cuidados paliativos, que yo pienso que es lo más importante. Si yo conozco bien los cuidados paliativos, la sociedad dará mucha fuerza para decir: oiga, señor, por qué no me deriva a un programa de paliativos.
Que sea la propia persona la que diga: ay, ay, que los tratamientos no están funcionando, ¿será que me voy a morir? Que nosotros mismos podamos decir: por favor, ¿me puede poner un equipo que me alivie el dolor, que me alivie el sufrimiento emocional, y que ayude a mi familia a este tránsito? Y si eso lo decimos de una forma sencilla y clara, hablando de la muerte sin ningún tabú, creo que la sociedad vendrá a impulsar cada vez más la manera de abordar esto. Luego hay otra sociedad que está de espaldas a la muerte, que pretende casi esconderla.
Esconderla, o provocarla…
― Yo quiero subrayar el valor de los cuidados paliativos, que me apasionan. Hace poco nos invitaron de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a hablar del proyecto ‘Sevilla Contigo’, como un ejemplo de proyecto de innovación, con el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. Vino una de las responsables políticas de la Asociación Mundial de Cuidados Paliativos a la Fundación. Le dije: mi política, mi religión y mi amor son los cuidados paliativos. Se reía. Yo creo en los cuidados paliativos, son como un credo, y lo incluye todo.
Concluimos la conversación con Silvia Librada. Me gustaría añadir que existen ‘ciudades compasivas’ no sólo en Colombia, también en Argentina o en Chile. Y que entre los patronos figuran un prestigioso paliativista, el Dr. Álvaro Gándara del Castillo, coordinador de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (Madrid), y ex presidente de Secpal.
El Papa envía un telegrama por el naufragio del pesquero gallego en Terranova
El Santo Padre ha enviado sus condolencias al arzobispo de Santiago con motivo de la muerte de los pescadores que iban a bordo del pesquero gallego Villa de Pitanxo, naufragado frente a la isla de Terranova.
El Papa Francisco ha enviado un telegrama de pésame por las víctimas del naufragio del pesquero español Villa de Pitanxo, siniestrado el pasado martes frente a la isla canadiense de Terranova, enviado -en nombre del Santo Padre- por el Cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin al Arzobispo de Santiago de Compostela, S.E. Mons. Julián Barrio Barrio.
El telegrama dice así:
«Al conocer la triste noticia del naufragio del barco pesquero Villa de Pitanxo, acaecido el día 15 de febrero, cerca de las costas de Canadá, y en el que perdieron la vida varias personas, el Santo Padre expresa sus sentidas condolencias, así como su solidaridad, en estos momentos de aflicción.
Su Santidad Francisco eleva a Dios sus plegarias por el eterno descanso de las víctimas y manifiesta también su cercanía a las familias que lloran a sus seres queridos. Asimismo, encomienda a la misericordia del Señor y al maternal cuidado de la Madre de Dios las personas afectadas por ese percance, mientras imparte la Bendición Apostólica, en prenda de la constante ayuda del Altísimo y signo de esperanza cierta en la Resurrección».
María Hilda, testigo de san Oscar Romero y Rutilio Grande: «No podemos callar lo que hemos visto»
Entrevista a María Hilda, salvadoreña afincada en Los Angeles, conocedora en primera persona de la labor de san Oscar Romero y del reciente beato Rutilio Grande.
Gonzalo Meza·18 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 6minutos
El Papa Francisco en sus enseñanzas nos recuerda con frecuencia que la vocación primaria de todos los bautizados es la santidad. El pontífice va más allá cuando afirma que aún sin darnos cuenta, vivimos con “los santos de al lado”: los padres de familia, hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, los enfermos, las religiosas; la gente de a pie que con su trabajo, en las cosas ordinarias de la vida, en sus propios estados de vida se esfuerzan para dar Gloria a Dios con su vida.
Se trata de “la santidad de la Iglesia militante. Esa es la santidad de la puerta de al lado, de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios” (Gaudete et Exultate, 7). Efectivamente, vivimos con muchos de esos santos de a lado. Sin embargo, son pocos los que pueden decir con toda certeza que vivieron y convivieron con santos y beatos canonizados. Una de esas personas es María Hilda Flamenco de González, nacida en El Salvador y que vive desde hace 19 años con su familia en Los Ángeles, California.
María Hilda, “Mama Hilda” como la llaman cariñosamente, nació y vivió en Aguilares, donde conoció a Rutilio Grande en 1972 y posteriormente a San Oscar Arnulfo Romero, Arzobispo de San Salvador en 1977. Años más tarde la Providencia Divina le permitió a María Hilda estar presente en la canonización de su Arzobispo Oscar Romero en el 2018 y luego en la beatificación de su párroco Rutilio Grande en enero del 2022.
Después de haber visitado El Salvador para acudir a la beatificación del Padre Rutilio Grande en enero del 2022, María Hilda concede a Omnes una entrevista exclusiva desde Los Ángeles, California.
María Hilda, ¿cómo era la zona donde se ubicaba la parroquia del Beato Rutilio Grande?
–Mi tierra natal es Aguilares, Departamento de San Salvador, una región dedicada al comercio por estar rodeada de cuatro ingenios productores de azúcar. En ese entonces había unos cuantos terratenientes y la mayoría de la población se dedicaba a la siembra de caña, el cultivo del maíz, el algodón, el procesamiento del azúcar y el transporte. A pesar de las largas y arduas jornadas de trabajo, la gran mayoría de la población vivía en extrema pobreza.
¿Cómo y porqué conoció al Padre Rutilio?
–Nosotros éramos feligreses de la parroquia de Aguilares, donde estuvo el padre Rutilio Grande. Por eso tuvimos la dicha de conocerlo de cerca. Desde el inicio pudimos constatar en su trabajo, su dedicación a la misión y a la formación de comunidades de base. Habitualmente cada mes, nosotros llevábamos a la parroquia “la primicia” que significa proveer a la casa parroquial con los víveres necesarios. Así fue como conocimos más de cerca al padre Rutilio. Desde el inicio nos llamó la atención su sencillez, su humildad, su sensibilidad social y su pobreza. Él y sus compañeros preferían ayudar a las personas antes que quedarse aun con lo más necesario para ellos.
Entonces la misión pastoral del Padre Rutilio se dio en una situación difícil, tanto por la pobreza de la zona como por las austeras condiciones de la casa parroquial y el conflicto social y político de El Salvador de los 70’s.
–La pobreza de la región despertó en el padre Rutilio el deseo de ayudar a la gente y protegerlos, anunciándoles la buena nueva del Evangelio y haciéndoles sentir que todos somos iguales ante los ojos de Dios. Viviendo en una zona de extrema pobreza, él mismo vivía solo con lo necesario. Una vez que fuimos a la casa parroquial, notamos que en lugar de sillones tenían trozos de madera para sentarse y en lugar de libreros, botes de hojalata con tablas para sus libros. En su cocina hacían falta muchos implementos. Mi madre, detallista y muy observadora, le dijo al padre que esa estufa de leña no era suficiente y que le iba a llevar una estufa de gas.
Tiempo después logramos instalarla y dejarla en servicio para uso de la parroquia. Sin embargo, en otra ocasión que fuimos, la sorpresa de mi madre fue que la estufa ya no estaba. Había desaparecido. Mi madre le preguntó al padre Rutilio: “¿Qué pasó con la cocina?” Él le respondió: “No te preocupes Paulita porque esa cocina está en manos de otras familias que la necesitan más que nosotros. Pero te tengo algo”. Y le entregó esta carta (Ver imagen). Esa carta para nosotros significa una valiosa reliquia que no solamente contiene un manuscrito del “padre Tilo”, sino detalles que expresan la amistad entre él y nuestra familia.
¿Cuál era el distintivo del Padre Tilo?
-Su amor a la Eucaristía. En la Misa frecuentemente nos decía: “Vamos todos al Banquete del Señor, al cual todos estamos invitados, cada quién con su Misión”. Otra de sus características era la alegría. Bromeaba mucho y supo utilizar eso como instrumentos de evangelización. Él sabía que muchos miembros de la comunidad no sabían leer ni escribir y entonces había que evangelizarlos por medio de cantos con la palabra de Dios. Y con alegría.
San Oscar Arnulfo Romero
Como le decía al inicio, a usted la Providencia la escogió para vivir y convivir entre santos, el beato Rutilio Grande, pero también san Oscar Romero. ¿Cómo conoció a san Oscar Romero?
–Conocimos a monseñor Romero desde un Cursillo de Cristiandad realizado en Santiago de María cuando ya era Arzobispo. Nos mantuvimos cerca de él, desde el funeral del padre Rutilio Grande y luego en las Ultreyas de los Cursillos, a las cuales él asistía.
En la década de los 70 El Salvador vivía una crisis social y política así como un conflicto armado entre 1979 y 1992. El número de víctimas se calcula en más de 70 mil muertos y 15 mil desaparecidos. ¿Cómo reaccionó san Oscar Romero ante esa dramática situación?
–San Oscar Romero fue secretario de la conferencia Episcopal de El Salvador, luego obispo de San Miguel -la región oriental de nuestro país- y finalmente Arzobispo de San Salvador en 1977.
A san Oscar Romero le tocó ver de cerca el conflicto armado y la persecución a la iglesia, la cual había comenzado con la expulsión de sacerdotes extranjeros y luego con el asesinato de catequistas y sacerdotes entre ellos su gran amigo el padre Rutilio Grande.
¿Cómo influyó el Padre Rutilio en la vida de Oscar Romero?
–Tanto san Oscar Romero y Rutilio Grande fueron un binomio inseparable. Es imposible hablar de uno sin poder hablar del otro; esto por su amistad, por la cercanía y confianza que se tuvieron desde que se encontraron en el seminario San José de la Montaña, donde el padre Rutilio residía como maestro de los seminaristas. Fue el martirio de su gran amigo el padre Rutilio -del cual fuimos testigos y partícipes del funeral- lo que hizo reorientar la línea de trabajo pastoral de monseñor Romero. Desde esa homilía de la noche del 12 de marzo de 1977, día en que martirizaron a su gran amigo, se notó la influencia profética que el Espíritu Santo derramó en Romero. Desde ese momento se declaró ser el defensor de los pobres, la voz de los sin voz.
¿Usted estuvo en el funeral del padre Rutilio y también en el de monseñor Romero?
–Sí. No ha sido ninguna coincidencia que pudiésemos participar también de la misa de cuerpo presente de Monseñor Romero en la Catedral, en donde corrimos el riesgo de morir asfixiados. Debido al número de personas la misa se ofreció afuera de la catedral, con el altar ubicado en la entrada. Todo iba bien hasta que a la mitad de la ceremonia, un grupo de francotiradores comenzó a abrir fuego contra la multitud.
La gente comenzó a correr para refugiarse dentro de la catedral, la cual muy rápidamente se llenó al punto de que adentro casi no se podía ni respirar. En ese funeral murieron más de 30 personas. En ese contexto y entre el caos y la estampida fue donde recogimos el micrófono que Romero usaba en sus homilías y que ese día estaba en la misa exequial.
¿Conserva usted ese micrófono?
–Sí. Ese micrófono (Ver imagen) lo conservamos y cuidamos desde ese día para evangelizar y dar a conocer el testimonio de vida de un defensor de los pobres, profeta, pastor y mártir. Ese micrófono lo presentamos en la Misa de acción de gracias por su canonización en Roma en octubre del 2018. Y también lo llevé para mostrárselo al Papa Francisco. El micrófono nos recuerda lo que tanto nos decía Romero: “Si un día me matan y apagan mi voz, recuerden que ustedes son los micrófonos de Dios”. Este ha sido nuestro lema y guía de trabajo durante cuatro décadas.
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María Hilda se ha dedicado desde entonces a la Evangelización en los medios de comunicación en Estados Unidos. Ha conducido programas de televisión y radio católicos a lo largo de varios años. Ahora, usando las nuevas tecnologías continúa con su misión a través de podcasts y YouTube en donde organiza grupos de oración y entrevistas con predicadores, religiosas, sacerdotes y claro, con los santos de la vida ordinaria. Uno de sus más recientes proyectos es la evangelización de los más pequeños, un apostolado que descubrió al convivir de cerca, como abuela, con sus seis nietos. Su esposo Guillermo y sus tres hijos trabajan con ella en la creación de estos libros infantiles para iniciar a los más pequeños a descubrir la fe.
Leopoldo Panero (1909-1962). Lo cotidiano y lo trascendente
Poeta inspiradamente hondo y cordial, Leopoldo Panero emerge en estos últimos tiempos con el mismo fervor que en las décadas de los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, cuando su obra lírica dejaba ver la calidad humana de quien escribía una poesía atenta al vivir cotidiano y a las realidades más universales.
Carmelo Guillén·18 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 5minutos
En torno a la figura de Leopoldo Panero siempre se ha citado su poemario Escrito a cada instante, el más amplio de todos y el que más atención y reconocimientos ha merecido, gracias al cual sus otros libros de versos han cobrado cierto interés por parte de los lectores y estudiosos de su obra lírica. Pero dentro de Escrito…, un ramillete de poemas —entre otros, el que da título al libro El templo vacío—han sido definitivos para desentrañar el pensamiento poético del autor astorgano.
Fallecido prematuramente a los 53 años, su primera producción poética se abrió cauce con una poesía de corte vanguardista en la que el aliento de su universo personal ya se adivinaba con poemas envueltos en la niebla, en cielos hermosamente vivos y en la belleza del paisaje. Fue la publicación, en 1944, del extenso poema La estancia vacía, en la revista Escorial, lo que sirvió para darle un nombre de prestigio en la lírica de su tiempo, hasta el punto de que personalidades del mundo de la literatura como Jorge Guillén acabaron considerándolo como el mejor poeta posterior a la guerra civil. Sin embargo, esa apreciación no se debió sólo a su primera entrega poética sino, como hemos apuntado antes, a Escrito a cada instante, que venía a clausurar en la fecha de su edición, 1949, la viveza de unos cuantos espléndidos poemarios de otros autores de su generación también impresos por aquella década: Oscura Noticia (1944) e Hijos de la ira (1944) de Dámaso Alonso y, paralelamente, La casa encendida (1949), de Luis Rosales, todos dentro de una misma atmósfera repleta de incógnitas y de encandilamiento, y centrados en el misterio de las realidades más elementales de la existencia humana, marcados a su vez por la huella de Machado, Unamuno, e incluso por el estoicismo de algunos poetas del XVII.
Palabra en el tiempo
Escrito a cada instante, un libro único, de gran rigor expresivo, con muchos poemas elaborados con anterioridad a La estancia vacía, fue el que le dio la talla del gran poeta que es Leopoldo Panero. En él se entrelazan las claves de una poesía temporalista, cargada de afectividades: su esposa, sus hijos, sus abuelos, sus padres, hermanas, amigos, vecinos, enemigos, Macaria la castañera de la Plaza Mayor de Madrid, las calles de su infancia, diversos paisajes contemplados y, por supuesto, Dios, sobre los que Panero proyecta una intensa mirada amorosa que da razón de que sus versos parten de experiencias vividas, lo que hace que siempre sepan a verdad. Así, en los delicados tres sonetos que dedica a su esposa, vale la pena entresacar los tercetos finales de De tu honda luz, en los que trasluce sus años de fidelidad matrimonial y, como señala Luis Felipe Vivanco, que la amada es garantía del rejuvenecimiento de los dos hacia el futuro, pues uno solo envejece pronto: “Cariño es al latir lo ya vivido. / Con nuevo sino y voluntad más pura, / y más clara verdad que la soñada, / mi pasado refrescas en tu olvido / hacia una virgen juventud futura / que duerme oscuramente en tu mirada”. Junto a ellos, cabe mencionar otros sonetos como el que escribe a sus hermanas, o a su hermano Juan —también poeta, fallecido en un accidente de tráfico en 1937—, o a Dolores, la costurera de su casa, piezas literarias de enorme encanto y que revelan una auténtica autobiografía emocional del poeta, capaz de enternecer a cualquiera gracias a su humanidad y exquisitez verbal.
Poesía anclada en el dolor
Sin embargo, al margen de esa lírica vital, entrañablemente amable y doméstica, Leopoldo Panero es poeta existencial del dolor, del misterio clamoroso del dolor, donde convergen las muertes de sus seres queridos y la evidencia ineluctable del transcurrir temporal; además, es poeta de la soledad, que él convierte continuamente en oración, en búsqueda de Dios. Tanto en un caso como en otro, la suya no deja de ser poesía explícitamente religiosa o, poesía rezada.
En cuanto al tema del dolor, es celebérrimo el poema ya citado al principio El templo vacío escrito en alejandrinos e integrado en la Liturgia de las Horas (se rezan los dieciséis primeros versos en las vísperas del domingo IV). En él se contiene la propia compunción del poeta tras haber sido “el que tiene frío de sí mismo”, esto es, el orgulloso, el altivo. Una y otra vez lo expresa de diversas maneras, como en bucle, en continua vuelta hacia la conversión personal —en el poemario se encuentran más composiciones en los que manifiesta ese retorno incesante a la presencia de Dios, como el que titula “Tú que andas sobre la nieve”, cuando escribe: “Ahora que alzo mi corazón, y lo alzo / vuelto hacia Ti mi amor”—, a la vez que descubre el valor de la gracia actuando en su alma: “Tú me diste la gracia para vivir contigo”. En ese contexto, la palabra dolor — “Lo mejor de mi vida es el dolor”, repite en varias ocasiones como un estribillo— parece referirse más a la aflicción amorosa, esto es, al arrepentimiento, que a otro tipo de pesadumbre. De hecho anuncia el autor: “Mi dolor se arrodilla, como el tronco de un sauce, sobre el agua del tiempo, por donde voy y vengo”, constante que prevalece en todo el poema y en muchos otros de Escrito a cada instante, conformando de esta forma la necesidad que Panero siente de Dios para asentar su inquieta y desazonada vida: “Soy el huésped del tiempo; soy, Señor, caminante / que se borra en el bosque y en la sombra tropieza”: no lo puede decir poéticamente más claro.
Vivencia de Dios
Al mismo tiempo, el dolor es el resultado de las frecuentes pérdidas que jalonan su existencia y que lo llevan a esa desconcertante soledad o a ese vacío desde el que irrumpe su creación lírica más personal. Soledad o vacío, además, vinculados a la vivencia de Dios como un ser al que, ciertamente, desconoce, pero que intuye como imprescindible para conocerse el poeta a sí mismo: “Ahora que el estupor me levanta desde las plantas de los pies, / y alzo hacia Ti mis ojos, / Señor, dime quién eres, / ilumina quién eres, / dime quién soy yo también, / y por qué la tristeza de ser hombre”.
Ya en La estancia vacía escribió en el poema homónimo: “Estoy solo y me oculto en mi inocencia. / Dios ha pasado por mi vida (…). / Estoy solo, Señor, en la ribera / reverberante de dolor. (…) / Estoy solo, Señor. Respiro a ciegas / el olor virginal de Tu palabra. / Y empiezo a comprender mi propia muerte; mi angustia original, mi dios salobre”, un pensamiento que, en cierta medida, resume el itinerario interior del poeta, quien, desde su soledad, y a partir de la ausencia de los seres más amados que ocuparon su vida infantil, descubre a Dios. Ya lo afirmó Manuel José Rodríguez en su estudio Dios en la poesía española de posguerra: “La soledad que canta Leopoldo Panero se va revelando como condición imprescindible para advertir que es Dios el destino del hombre, aunque él no lo comprenda y lo haga, incluso, cada vez más incomprensible”.
Ferviente acción de gracias
Una soledad o vacío que ni brota del pecado, sino desde el desconcierto de haber perdido la inocencia original, ni queda infecunda pues, cuando el poeta asume su condición de hombre en completa mansedumbre, se entrega a Dios en una ferviente acción de gracias: “Señor, yo te debía / esta canción bañada / de gratitud… Pudiste / Tú siempre puedes, siempre— / llevarme en una ráfaga / como se arranca un árbol / para quemarlo aún verde (…), / No quisiste arrancarme”. Es el colofón del pensamiento poético, metafísico y humano de Panero tras caer en la cuenta de que, en su paso por la vida, tiene tendida la mano generosa, aunque incomprensible, de Dios; de ahí la aceptación de sus limitaciones; de ahí que entienda que todo amor es la sombra de un Dios viviente.
El Papa Francisco explica la figura del sacerdote en un importante Congreso en Roma
El pontífice ha inaugurado en el Vaticano el Simposio Internacional "Para una teología fundamental del sacerdocio" con una conferencia en la que ha hecho referencia a sus cincuenta años de sacerdocio y ha señalado los elementos esenciales del sacerdote.
Nicolás Álvarez de las Asturias·17 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 2minutos
El papa Francisco ha inaugurado esta mañana en Roma un importante congreso sobre el sacerdocio ministerial, organizado por la Congregación de Obispos, que se celebra estos días en Roma. El simposio congrega a más de 700 expertos en el Aula Pablo VI, entre los que se encuentran cardenales, obispos, sacerdotes, teólogos, laicos y religiosos de todo el mundo, para reflexionar sobre la vocación sacerdotal, la formación de los seminaristas, el celibato sacerdotal y su espiritualidad.
El Santo Padre, en efecto, ha querido partir, en su discurso de apertura, de lo que han sido sus más de cincuenta años de vida sacerdotal, encontrando en ellos el paso de Dios por su vida y la luz para iluminar el sentido último del ministerio ordenado. De este modo, sus palabras se alejan de cualquier atisbo de academicismo y señalan aquellos elementos esenciales que permiten al sacerdote aspirar gozoso a la santidad, aun en medio de sus debilidades propias e incomprensiones ajenas. Me parece que estos elementos esenciales señalados por el Papa pueden sintetizarse en tres:
A la vanguardia de la misión
En primer lugar, “Mar adentro” (cf. Lc 5,4), como horizonte propio de la misión sacerdotal. En la mente del Papa, los presbíteros no están en la retaguardia sino, junto con el resto de los bautizados, en la vanguardia de la misión de la Iglesia. El miedo a las dificultades se conjura anclándose en la “sabia Tradición viva y viviente de la Iglesia”.
Responder al amor de Dios
En segundo lugar, saberse un bautizado llamado a la santidad, implica buscar responder cada día al amor de Dios, que siempre nos precede: “aun en medio de la crisis, el Señor no deja de amar y, por tanto, de llamar”.
Cuatro «cercanías»
Y el tercer elemento, queda envuelto en cuatro “cercanías” que dan a su vida gozo y fecundidad: la cercanía de Dios, que “nos permite confrontar nuestra vida con la suya”; la cercanía del Obispo, presentando la obediencia como “la opción fundamental por acoger a quien ha sido puesto ante nosotros como signo concreto de ese sacramento universal de salvación que es la Iglesia”; la cercanía con los sacerdotes, pues “la fraternidad es escoger deliberadamente ser santos con los demás y no en soledad”; y la cercanía a pueblo, gracia antes que deber y que invita a un estilo de vida a imagen de Jesús, Buen Samaritano.
En definitiva, unas palabras que nacen de un corazón agradecido por el don del sacerdocio y de una mente convencida de la importancia tanto de la misión de los presbíteros como de su necesidad de buscar seriamente la santidad en el seno de la Iglesia a la que sirven. Un pórtico magistral para un Congreso en el que, ciertamente, se tendrá ocasión de escuchar muchas cosas y muy buenas.
“Una persona inmadura no sirve para el clero ni para el matrimonio”
Rome Reports·17 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: < 1minuto
Ante algunas voces que defienden que la supresión del celibato sería una solución para los casos de abusos, el profesor de Teología Espiritual Laurent Touze lo considera un razonamiento erróneo y defiende el celibato que es escogido, libremente, por lo sacerdotes.
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Cardenal Marc Ouellet: “La verdadera causa de los abusos no es el celibato, sino la falta de autocontrol y el desequilibrio afectivo”
En esta entrevista para Omnes, el Cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos, afirma que el celibato no es la causa de los abusos, sino la falta de autocontrol y el desequilibrio afectivo de algunos sacerdotes. Argumenta que el celibato se justifica en una visión de fe: es una confesión de fe en la identidad divina de Cristo que llama, y una respuesta a su llamada de amor.
Maria José Atienza / Giovanni Tridente·17 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 4minutos
El jueves día 17 de febrero comienza en el Vaticano un Simposio sobre la vocación bautismal, titulado Por una teología fundamental del sacerdocio. La ponencia inaugural ha sido confiada al Papa Francisco, que ha reflexionado sobre la Fe y sacerdocio en nuestros días. En el curso de los trabajos, que continuarán hasta el sábado, se hablará también de sacramentalidad, de misión, celibato, carismas y espiritualidad.
La iniciativa se ha debido personalmente al cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos, que ha fundado en el año 2020 el Centro di Ricerca e di Antropologia e Vocazioni, Centro de Investigación y de Antropología y Vocaciones, independiente de la Santa Sede, que tiene su sede en Francia.
En esta entrevista a Omnes, el cardenal Ouellet reflexiona sobre varios aspectos del sacerdocio y de la vocación bautismal, y sobre otros temas que serán afrontados en el curso del Simposio en estos días.
En el Simposio, Usted planteará el sacerdocio en perspectiva trinitaria. Por contraste, percibimos una concepción más “humana” o incluso “funcionalista” del sacerdote. ¿Es ésta la raíz de algunas propuestas, como en el Camino Sinodal de Alemania?
–El sacerdocio se refiere a la relación del hombre con Dios. En el cristianismo, Cristo es el único mediador de esta relación, que es un pacto de amor. El sacerdote representa sacramentalmente a Cristo como mediador y sólo puede ser entendido bajo esta luz. No podemos conformarnos con un punto de vista sociológico que considere la distribución del poder, ni podemos limitarnos a las perspectivas de los medios de comunicación.
Una idea recurrente es la ordenación femenina. También en la apertura a las mujeres de los ministerios laicales se ha querido ver un paso hacia el diaconado, o quizá también hacia el sacerdocio. ¿Son el diaconado o/y el sacerdocio femenino una posibilidad abierta?
–Plantear la pregunta de este modo refleja una mentalidad masculina funcional que homologa a la mujer al papel masculino y descuida su propia dimensión carismática. Los cambios en la Iglesia deben ser mucho más profundos que una asignación de funciones, que mantiene a las mujeres en una posición subordinada a los hombres. Es hora de que la teología reflexione sobre el misterio femenino en sí mismo y en reciprocidad con el masculino.
La “teología fundamental del sacerdocio”, sobre la que versa el Simposio, se enmarca en una teología de la Iglesia. Ahora bien, ¿se entiende hoy lo que es la Iglesia?
–Una teología fundamental del sacerdocio piensa en primer lugar en el bautismo como la primera participación en el sacerdocio de Cristo, pues el bautismo nos comunica la gracia de su filiación divina que es el fundamento de su sacerdocio y de nuestra participación en él como miembros de su Cuerpo. El ministerio ordenado presupone el bautismo y consiste en un carisma posterior de representación de Cristo Cabeza, puesto al servicio del crecimiento del sacerdocio filial de los bautizados. Por lo tanto, la Iglesia no debe reducirse a su jerarquía, ya que es sobre todo la comunidad de los bautizados en torno a la Madre de Dios.
La vida de la Iglesia está enraizada en la Eucaristía. El sacerdocio nace de la Eucaristía y vive para ella pero, ¿cómo fomentar también la identidad eucarística de todos los bautizados?
– “La Iglesia hace la Eucaristía y la Eucaristía hace a la Iglesia”, decía el padre de Lubac. La Iglesia realiza el rito, pero es Cristo en la Eucaristía quien da vida a la Iglesia, que es su Cuerpo constituido por el bautismo. La celebración eucarística es un misterio nupcial donde Cristo resucitado entrega su Cuerpo a la Iglesia su Esposa y espera la respuesta personal de amor de cada bautizado y miembro de la asamblea. Tenemos que reevangelizar el significado del domingo.
¿En qué sentido hablamos de “cultura vocacional”?
–El Sínodo sobre la Juventud habló de una cultura vocacional en el sentido, en primer lugar, de una respuesta a Dios en todos los servicios que nosotros, bautizados, prestamos a la sociedad. Cada persona recibe un don particular del Espíritu Santo, que se concreta en la elección de un estado de vida y, por tanto, de un servicio específico a la Iglesia y a la sociedad. Una comunidad eclesial debe preocuparse por despertar y acompañar las vocaciones particulares que normalmente florecen donde hay una conciencia vocacional de los bautizados.
Celibato y abusos
El escándalo de los abusos a menores ha puesto a los sacerdotes en el punto de mira. Con vistas a la prevención, ¿cómo cuidar su formación, especialmente en lo afectivo?
–Los sacerdotes necesitan comprensión y solidaridad. Están muy probados por la situación actual de los abusos, y necesitan a la comunidad para vivir mejor su compromiso. Esta necesidad se refiere también a la formación de los sacerdotes, que no debe estar completamente aislada, sino que debe hacerse en relación y sinergia con las familias, las comunidades locales, las personas consagradas y los laicos. La amistad sacerdotal siempre ha sido un recurso precioso para mantener el impulso hacia la santidad.
Algunos piensan que suprimir el celibato de los sacerdotes ayudaría a que desaparezcan los abusos.
–Algunas personas piensan que el celibato es la causa del abuso, mientras que el abuso existe en todas las situaciones de la educación, la vida familiar, la vida deportiva, etc. La verdadera causa no es el estado de celibato consagrado sino la falta de autocontrol y el desequilibrio afectivo. Es ciertamente necesario mejorar el discernimiento de las vocaciones al sacerdocio y velar por el equilibrio psicoafectivo y moral de los candidatos.
¿Cómo se puede explicar el celibato hoy?
–El celibato debe presentarse desde la perspectiva de la fe. Cristo llamó a sus discípulos a dejarlo todo para seguirle. Pudo hacerlo en virtud de su identidad divina como Hijo eterno del Padre que vino en carne para traer la salvación a la humanidad. Seguirle en el celibato es ante todo una confesión de fe en esta identidad y un acto de amor en respuesta a su llamada de amor.
Los sacerdotes tienen una tarea especial en la misión de la Iglesia. ¿De qué manera la misión, el “envío”, define el sacerdocio?
–El sacerdocio fundamental es la consagración bautismal que nos hace hijos e hijas de Dios. El ministerio ordenado está al servicio del crecimiento de los bautizados mediante la proclamación de la Palabra y el don de los sacramentos. El sacerdote ejerce así una paternidad espiritual que puede llenar su corazón de alegría apostólica cuando se vive con espíritu de santidad.
¿Hay algún otro aspecto del Simposio que le gustaría destacar?
–Sí, ciertamente. Quizá la sorpresa del Simposio sea ver la importancia y el papel de la vida consagrada para la comunión de las dos participaciones en el único sacerdocio de Cristo, el sacerdocio bautismal y el ministerio ordenado.
La “Madonna della Colonna”, “Mater Ecclesiae”, en el Vaticano
Cuando los fieles acuden a la plaza de San Pedro para rezar el Angelus, la imagen de la Virgen que preside esta oración es la Mater Ecclesiae, visible en un mosaico de la fachada del Palacio Apostólico.
Omnes·17 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: < 1minuto
Kardinal Marc Ouellet: «Die wahre Ursache des Missbrauchs ist nicht der Zölibat, sondern der Mangel an Selbstbeherrschung und die emotionale Instabilität»
Kardinal Marc Ouellet: «Die wahre Ursache des Missbrauchs ist nicht der Zölibat, sondern der Mangel an Selbstbeherrschung und die emotionale Instabilität»
In diesem Interview für Omnes betonte Kardinal Marc Ouellet, Präfekt der Bischofskongregation, dass der Zölibat nicht die Ursache des Missbrauchs ist, sondern der Mangel an Selbstbeherrschung und die emotionale Instabilität einiger Priester. Er argumentiert, dass der Zölibat in einer Vision des Glaubens begründet ist: Er ist ein Bekenntnis des Glaubens an die göttliche Identität Christi, der ruft, und eine Antwort auf seinen Ruf der Liebe.
Am Donnerstag, den 17. Februar, beginnt im Vatikan ein Symposium über die Taufberufung mit dem Titel «Für eine Fundamentaltheologie des Priestertums». Die Eröffnungsrede wurde von Papst Franziskus gehalten, der über den Glauben und das Priestertum in unserer Zeit sprach. Im Verlauf der Konferenz, die noch bis Samstag andauert, werden auch Diskussionen über Sakramentalität, Mission, Zölibat, Charismen und Spiritualität stattfinden.
Die Initiative geht auf Kardinal Marc Ouellet, Präfekt der Bischofskongregation, zurück, der 2020 das vom Heiligen Stuhl unabhängige Zentrum für Forschung und Anthropologie der Berufungen mit Sitz in Frankreich gegründet hat.
In diesem Interview mit Omnes spricht Kardinal Ouellet über verschiedene Aspekte des Priestertums und der Taufberufung sowie über weitere Themen, die im Rahmen des Symposiums in diesen Tagen behandelt werden.
Auf dem Symposium werden Sie sich dem Priestertum aus einer trinitarischen Perspektive nähern. Im Gegensatz dazu sehen wir ein eher «menschliches» oder sogar «funktionalistisches» Verständnis des Priesters. Ist dies die Wurzel einiger Vorschläge, wie z.B. im Deutschen Synodalen Weg?
– Das Priestertum bezieht sich auf die Beziehung des Menschen zu Gott. Im Christentum ist Christus der einzige Mittler dieser Beziehung, die ein Liebesbündnis ist. Der Priester vertritt im Sakrament Christus als Vermittler und kann nur in diesem Sinne verstanden werden. Wir können uns nicht mit einer soziologischen Sichtweise begnügen, die die Verteilung der Macht erwägt, und wir können uns auch nicht auf die Perspektive der Medien beschränken.
Ein immer wiederkehrender Gedanke ist die Frauenordination. Die Öffnung der Laienämter für Frauen wurde auch als ein Schritt in Richtung Diakonat oder vielleicht auch in Richtung Priesteramt gesehen. Ist das Diakonat und/oder das Priesteramt für Frauen eine offene Möglichkeit?
– Diese Frage spiegelt eine funktionale männliche Mentalität wider, die Frauen mit der männlichen Rolle gleichsetzt und dabei deren eigene charismatische Dimension vernachlässigt. Veränderungen in der Kirche müssen viel tiefer gehen als eine Arbeitsverteilung, die Frauen in einer dem Mann untergeordneten Position hält. Es ist an der Zeit, dass die Theologie über das weibliche Geheimnis in sich selbst und in der Wechselwirkung mit dem Männlichen nachdenkt.
Die «Fundamentaltheologie des Priestertums», auf die sich das Symposium stützt, ist Teil einer Theologie der Kirche. Aber wird heute verstanden was Kirche ist?
– Eine fundamentale Theologie des Priestertums denkt zunächst an die Taufe als die erste Teilhabe am Priestertum Christi, denn die Taufe vermittelt uns die Gnade seiner Gottessohnschaft, die wiederum die Grundlage seines Priestertums und unserer Teilhabe als Glieder seines Leibes ist. Die Weihe setzt die Taufe voraus und besteht in einem späteren Charisma der Repräsentation des Hauptes Christi, das in den Dienst des Wachstums des kindlichen Priestertums der Getauften gestellt wird. Deshalb darf die Kirche nicht auf ihre Hierarchie reduziert werden, denn sie ist vor allem die Gemeinschaft der Getauften um die Mutter Gottes.
Das Leben der Kirche ist in der Eucharistie verwurzelt. Das Priestertum ist aus der Eucharistie geboren und lebt für die Eucharistie, aber wie kann die eucharistische Identität aller Getauften gefördert werden?
– “Die Kirche macht die Eucharistie und die Eucharistie macht die Kirche», sagte Pater de Lubac. Die Kirche vollzieht den Ritus, aber es ist Christus in der Eucharistie, der der Kirche, die sein durch die Taufe gebildeter Leib ist, Leben gibt. Die Eucharistiefeier ist ein bräutliches Geheimnis, in dem der auferstandene Christus seinen Leib der Kirche, seiner Braut, schenkt und die persönliche Antwort der Liebe jedes Getauften und jedes Mitglieds der Gemeinde erwartet. Wir müssen die Bedeutung des Sonntags neu evangelisieren.
In welchem Sinne sprechen wir von einer «Kultur der Berufungen»?
– Die Jugendsynode sprach von einer Kultur der Berufung im Sinne einer Antwort auf Gott in allen Diensten, die wir Getauften der Gesellschaft leisten. Jeder Mensch erhält vom Heiligen Geist eine besondere Gabe, die sich in der Wahl seines Lebensstandes und damit eines bestimmten Dienstes an der Kirche und der Gesellschaft konkretisiert. Eine kirchliche Gemeinschaft muss sich darum bemühen, die besonderen Berufungen zu wecken und zu begleiten, die normalerweise dort gedeihen, wo es ein Berufsbewusstsein unter den Getauften gibt.
Zölibat und Missbrauch
Der Skandal um Kindesmissbrauch hat die Priester ins Rampenlicht gerückt. Im Hinblick auf Prävention: Wie sollten sie geschult werden, vor allem in emotionaler Hinsicht?
– Priester brauchen Verständnis und Solidarität. Die derzeitige Missbrauchssituation stellt sie auf eine harte Probe, und sie brauchen die Gemeinschaft, um ihre Verpflichtung besser leben zu können. Diese Notwendigkeit betrifft auch die Priesterausbildung, die nicht völlig isoliert sein darf, sondern in Beziehung und Zusammenarbeit mit Familien, den örtlichen Gemeinschaften, gottgeweihten Menschen sowie Laien erfolgen sollte. Die priesterliche Freundschaft war schon immer eine wertvolle Quelle, um das Streben nach Heiligkeit zu bewahren.
Manche meinen, dass die Abschaffung des priesterlichen Zölibats dazu beitragen würde, Missbrauch zu verhindern.
– Manche Leute denken, dass das Zölibat die Ursache für Missbrauch ist, obwohl Missbrauch in allen Erziehungssituationen, im Familienleben, in Sportvereinen usw. vorkommt. Die eigentliche Ursache ist nicht das zölibatäre Leben, sondern der Mangel an Selbstbeherrschung und die emotionale Instabilität. Es ist sicherlich notwendig, die Prüfung einer wirklichen Berufung zum Priestertum zu optimieren und für das psycho-affektive und moralische Gleichgewicht der Kandidaten zu sorgen.
Wie lässt sich der Zölibat heute erklären?
– Der Zölibat muss aus der Perspektive des Glaubens dargestellt werden. Christus rief seine Jünger auf, alles zu verlassen und ihm nachzufolgen. Er konnte dies aufgrund seiner göttlichen Identität als ewiger Sohn des Vaters tun, der im Fleisch kam, um den Menschen das Heil zu bringen. Ihm im Zölibat zu folgen, ist in erster Linie ein Bekenntnis zu dieser Identität und ein Akt der Liebe als Antwort auf seinen liebevollen Ruf.
Die Priester haben eine besondere Aufgabe in der Mission der Kirche. Wie definiert diese Mission, die «Sendung», das Priestertum?
– Das grundlegende Priestertum ist die Taufweihe, die uns zu Söhnen und Töchtern Gottes macht. Die Ordination steht im Dienst des Wachstums der Getauften durch die Verkündigung des Wortes und die Spendung der Sakramente. Der Priester übt somit eine geistliche Vaterschaft aus, die sein Herz mit apostolischer Freude erfüllen kann, wenn sie im Geist der Heiligkeit gelebt wird.
Gibt es einen anderen Aspekt des Symposiums, den Sie hervorheben möchten?
– Ja, natürlich. Die Überraschung des Symposiums besteht vielleicht darin, die Bedeutung und die Rolle des geweihten Lebens für die Gemeinschaft der beiden Anteile an dem einen Priestertum Christi, dem Taufpriestertum und der Ordination, zu erkennen.
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Papa Francesco spiega la figura del sacerdote in un importante Congresso a Roma
Il pontefice ha aperto il Simposio internazionale "Per una teologia fondamentale del sacerdozio" in Vaticano con un convegno in cui ha fatto riferimento ai suoi cinquant'anni di sacerdozio e ha evidenziato gli elementi essenziali del sacerdote.
Nicolás Álvarez de las Asturias·17 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 2minutos
Papa Francesco ha aperto questa mattina a Roma un importante congresso sul sacerdozio ministeriale, organizzato dalla Congregazione dei Vescovi, che si sta svolgendo in questi giorni a Roma. Il simposio riunisce più di 700 esperti nell’Aula Paolo VI, tra cardinali, vescovi, sacerdoti, teologi, laici e religiosi di tutto il mondo, per riflettere sulla vocazione sacerdotale, la formazione dei seminaristi, il celibato sacerdotale e la sua spiritualità.
Il Santo Padre, infatti, ha voluto iniziare, nel suo discorso di apertura, da quelli che sono stati i suoi oltre cinquant’anni di vita sacerdotale, cercando in essi il passaggio di Dio attraverso la sua vita e la luce per illuminare il senso ultimo dell’ordinazione sacerdotale. In questo modo le sue parole sono lontane da ogni apparente accenno di formalità, indicando gli elementi essenziali che consentono al sacerdote di aspirare con gioia alla santità, anche in mezzo alle proprie debolezze e alle incomprensioni altrui. Mi sembra che questi elementi essenziali segnalati dal Papa si possano sintetizzare in tre punti:
In prima linea nella missione
In primo luogo, il “Prendi il largo” (cfr Lc 5,4), come orizzonte proprio della missione sacerdotale. Nel pensiero del Papa i sacerdoti non stanno nelle retrovie ma, insieme al resto dei battezzati, sono all’avanguardia nella missione della Chiesa. La paura delle difficoltà si combatte con l’ancorarsi alla “saggezza della Tradizione viva e presente della Chiesa”.
Corrispondere all’amore di Dio
In secondo luogo, sapere che un battezzato è chiamato alla santità implica cercare di rispondere ogni giorno all’amore di Dio, che sempre ci precede: «anche in mezzo alla difficoltà, il Signore non smette di amare e, quindi, di chiamare».
Quattro «vicinanze”
E il terzo elemento, che comprende quattro “vicinanze” che danno alla tua vita gioia e fertilità: la vicinanza di Dio, che “ci permette di confrontare la nostra vita con la sua”; la vicinanza del Vescovo, che presenta l’obbedienza come «opzione fondamentale per accogliere coloro che sono stati posti dinanzi a noi come segno concreto di quel sacramento universale di salvezza che è la Chiesa»; la vicinanza con i sacerdoti, perché «la fraternità è scegliere deliberatamente di essere santo insieme agli altri e non in solitudine»; e la vicinanza alle persone, che prima di essere un dovere è una grazia, e che invita a uno stile di vita a immagine di Gesù, Buon Samaritano.
Insomma, poche parole che nascono da un cuore grato per il dono del sacerdozio e da una mente convinta dell’importanza sia della missione dei sacerdoti che della loro necessità di cercare seriamente la santità nella Chiesa che servono. È la premessa all’entrata magistrale in un Congresso in cui, certamente, si avrà l’occasione di sentire molte cose, e molto buone.
Antonio Moreno, uno de los periodistas y evangelizadores digitales más conocidos en la actualidad forma parte del equipo de firmas habituales de Omnes desde sus inicios.
16 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 3minutos
En una publicación reciente, la psicóloga Paloma Carrasco reflexionaba sobre la importancia de dejar un margen de error en todo cuanto hacemos, de no pretender tenerlo todo controlado.
El tsunami Ómicron nos ha obligado a vivir sin saber qué va a pasar mañana. Si doy positivo, ¿quién llevará a mis hijas al colegio? Y si la que se contagia es una de ellas, ¿cómo voy a ir a trabajar?, ¿con quién la dejo?, ¿contagiaré a mis compañeros?
La obsesión por la seguridad nos ha hecho agotar los test de antígenos a precios muy por encima de su coste para regocijo de quienes han hecho su agosto con el miedo; pero la realidad es que su efectividad es relativa y ni siquiera las pruebas PCR nos aseguran al cien por cien no estar infectados y no estar infectando a nuestros seres queridos.
Para no obsesionarnos con el control de nuestra vida, Carrasco propone introducir en nuestro lenguaje coletillas del tipo “en teoría”, “en principio”, o “si Dios quiere”. De esta forma, nuestra mente se acostumbra a entender que no es absolutamente seguro eso que tenemos entre manos y se abre al factor sorpresa.
Tengo que reconocer que las mejores cosas de mi vida llegaron por sorpresa, sin planificar, sin que yo interviniera para nada. Nadie me preguntó nunca si yo quería nacer. Me encontré de repente rodeado de una familia que me acogió, me cuidó… y hasta hoy.
Por sorpresa conocí a mi mujer, la que es hoy mi compañera en la vocación matrimonial, y por sorpresa me dijo que sí cuando le pedí salir. Quería estudiar periodismo cuando en mi ciudad no existía esa carrera y mi familia no podía pagarme estudiar fuera; pero justo el curso que me preparaba para selectividad, leí en el periódico que el curso siguiente se abriría la Facultad de Ciencias de la Información. ¡Sorpresa!
Por sorpresa comencé a trabajar en esa gran escuela de periodismo que es el Diario Sur y, por sorpresa, contacté con el maestro José Luis Arranz que me presentó al entonces delegado de Medios de Comunicación de la Diócesis de Málaga que, por sorpresa, me pidió trabajar en la comunicación diocesana ¡Jamás me hubiera visto escribiendo sobre asuntos eclesiales y ya van para 25 años!
Por sorpresa vinieron cada uno de mis siete hijos, cuando ellos quisieron, y cada uno de ellos viene a sorprenderme cada día con su particular personalidad. ¿De dónde han salido estos?
Muchas más han sido las sorpresas que me ha ido regalando el Señor en lo personal, en lo espiritual o en lo profesional a lo largo de mi vida, y una de las que más satisfacciones me está reportando últimamente es la de mi colaboración con Omnes.
Un espacio que vino a mí de repente, sin esperarlo, cuando yo tenía otros planes, y que me ha demostrado que el Dios de las sorpresas, como el Papa Francisco lo llama frecuentemente, siempre nos descoloca para bien, porque su voluntad siempre es lo mejor para nosotros. Aquí me he sentido como en casa, he podido expresarme libremente, contar mis historias y recibir el cariño de muchos lectores.
En este primer año de vida de Omnes, he visto un medio con una clara vocación de universalidad, como su propio nombre indica, donde todo lo que sucede en la Iglesia y en el mundo tiene cabida; un medio convergente en el que el periodismo tradicional en papel y el digital se unen para llegar a todos, para no dejarse a nadie atrás; un medio católico que no se deja encasillar y que, desde su identidad, tiene abiertas las puertas y ventanas a la pluralidad eclesial; un medio en el que, como en tantos otros proyectos evangélicos, los recursos se aprovechan al máximo, rindiendo el ciento por uno; un medio hecho con mucha fe y me consta que con mucho esfuerzo por parte de una redacción entregada; un medio, en definitiva, destinado a ser un referente en el panorama comunicativo eclesial de los próximos años.
Ante la incertidumbre por el futuro de la que nos hablaba la psicóloga, la lengua española tiene una preciosa palabra. Se trata del término “ojalá”, con el que expresamos el deseo de que suceda algo que no está en nuestras manos, y que muchos desconocen que tiene un origen creyente.
El Diccionario de la Real Academia nos explica que su etimología es árabe hispánica “law šá lláh” (Si Dios quiere-Dios lo quiera); lo que significa que, cuando la decimos, estamos encomendándole a Dios su cumplimiento.
Así que, lo dicho, ojalá este primer año de Omnes y este, mi primer año con Omnes, sea solo uno entre muchos, muchos más.
Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.
David actuó de acuerdo con Dios y no mató a Saúl, por ser el ungido del Señor. Todo ser humano es como Saúl, consagrado al Señor. En el “sermón de la llanura”, corazón del Evangelio de Lucas, entramos en el corazón de Dios, con las palabras sublimes de Jesús, que revelan su el plan para nosotros: que seamos como Dios, no por el camino equivocado del primer Adán, sino siguiendo el camino de Jesús. Palabras que definen quién es el cristiano: hijo de Dios según el pensamiento del Padre. Después de haber pronunciado su “ay” dirigido a los ricos y a aquellos de quienes los hombres hablan bien, se dirige a los discípulos que, en cambio, tendrán enemigos, serán odiados, maldecidos y maltratados. Jesús les propone reaccionar con el bien.
Lo explica en un crescendo: amar a los enemigos es una actitud profunda, pero no es suficiente. Se trata de demostrar ese amor haciendo el bien a quienes nos odian. Pero aún no basta: si estos usan la palabra y maldicen, entonces los discípulos responderán diciendo bien: bendiciendo. Si además llegan a maltratarlos física, social o moralmente, Jesús pide a los discípulos que respondan con una oración por ellos.
Esto es lo que hará Jesús en la cruz y los mártires con él. Pero incluso aquí, continúa Jesús, no basta la oración sino también los gestos que curan el mal con el bien: poner la otra mejilla, no negarse a quedarse sin ropa, como Jesús en la cruz, porque se lo llevan todo. Dar sin pedir nada a cambio. No es un programa social, sino un camino de desprendimiento por amor. La regla de oro conocida: “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”, Jesús la vuelve en positivo: haz con ellos lo que te gustaría que hicieran contigo.
Incluso los pecadores aman a los que les aman. Si le prestas a quien te puede devolver: ¿qué gracia recibes? Así en griego: gracia. Hacer el bien de forma gratuita nos da gracia, belleza y alegría. Pero también hay una recompensa que Jesús promete: ser hijos del Altísimo. Es el nombre de Jesús según el ángel Gabriel. Entonces la recompensa es ser como Él. El centro de todo es: “Sed misericordiosos como vuestro Padre”, con sus entrañas maternales de misericordia. En el original, Jesús dice “llega a ser” misericordioso: es un camino. Jesús nos lo enseña. En la familia, en la Iglesia, en la sociedad: no juzgar, no condenar, perdonar, dar.
De esta manera, no seremos juzgados, ni condenados, seremos perdonados y recibiremos como recompensa una medida colmada y rebosante. La medida sin medida del amor de Dios. Por tanto, ¿pensaremos que es una gracia tener enemigos en la puerta de al lado, o incluso en la misma casa, para amar, perdonar, hacer el bien, con la ayuda de Dios que no nos faltará?
La homilía sobre las lecturas del domingo VII
El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.
El Papa Francisco reforma la estructura de Doctrina de la Fe
Con esta reforma, se otorga mayor fuerza y autonomía a cada sección -Doctrinal y Disciplinaria-, en favor de la evangelización y de la promoción de la fe, sin disminuir la actividad disciplinaria.
«Custodiar la fe» es la tarea principal y el criterio último a seguir en la vida de la Iglesia. Y para esto se creó la Congregación para la Doctrina de la Fe, que asume esta importante tarea, asumiendo por tanto, las competencias doctrinales y disciplinarias que le han atribuido los pontífices anteriores a Francisco.
El Papa Francisco ha modificado a través de este motu proprio la estructura de la Congregación para dar mayor eficacia a su trabajo. En concreto, ha querido distinguir la Congregación en dos secciones: la Sección Doctrinal y la Sección Disciplinaria.
La Sección Doctrinal
Por un lado, la Sección Doctrinal, a través de la Oficina Doctrinal, se ocupará de los asuntos relacionados con la promoción y protección de la doctrina de la fe y la moral. También fomenta los estudios destinados a aumentar la comprensión y la transmisión de la fe al servicio de la evangelización, para que pueda ayudar a la comprensión del sentido de la vida, sobre todo ante los interrogantes que plantean el progreso de las ciencias y el desarrollo de la sociedad.
Por lo que se refiere a la fe y a la moral, la Sección se encargará de examinar los documentos que vayan a ser publicados por otros Dicasterios de la Curia Romana, así como los escritos y opiniones que parezcan problemáticos para la recta fe, fomentando el diálogo con sus autores y proponiendo las oportunas correcciones que deban hacerse, con el fin de que estos documentos sean fácilmente accesibles al público.
Además, a esta Sección se le confía la tarea de estudiar las cuestiones relativas a los Ordinariatos Personales establecido por medio de la Constitución Apostólica Constitución Anglicanorum Coetibus. También corresponde a la Sección Doctrinal la Oficina Matrimonial, que ha sido creada para examinar, tanto de derecho como de hecho, todo lo que se refiere al «privilegium fidei«, y examinará la disolución de los matrimonios entre personas no bautizadas o entre un bautizado y un no bautizado.
La Sección Disciplinaria
Por otro lado, la Sección Disciplinaria, a través de su correspondiente oficina, se ocupa de las infracciones reservadas a la Congregación y de los que ésta se ocupa a través de la jurisdicción del Supremo Tribunal Apostólico allí establecido. Su tarea es preparar y elaborar los procedimientos previstos por las normas canónicas para que la Congregación, en sus diversas instancias (Prefecto, Secretario, Promotor de Justicia, Congreso, Sesión Ordinaria, Colegio para el examen de los recursos en materia de delicta graviora), pueda promover una correcta administración de justicia.
La configuración actual
La configuración de la Congregación fue establecida por san Pablo VI, que en el motu proprio Integrae Servandae había cambiado el nombre del Dicasterio por el de actual, Congregación para la Doctrina de la Fe. También san Juan Pablo II colaboró con su configuración, que en la constitución apostólica Pastor Bonus especificó sus competencias.
A veces me asalta la envidia cuando veo ejecutivos de traje merodeando por la calle con un IPhone delante. Ese dispositivo puede servir de accesorio que ennoblece la presencia, como un anillo; o puede disipar la vergüenza del ocioso expuesto al público, como una capa de invisibilidad. Yo, en cambio, tengo un modesto Huawei con 3 o 4 años de uso, atragantado con un sistema operativo varias veces actualizado y que no me deja descargar videos del WhatsApp por la poca memoria que le queda.
Era una mañana soleada de San Valentín. Salí corriendo a la Universidad a la vez que revisaba un mensaje (un miserable “jaja”), cuando el móvil se me cayó al suelo. Aterrizó por el lado que exige la ley de Murphy y se trizó su pantalla. Arreglar eso, como saben, es casi tan caro como comprar un aparato nuevo; y el presupuesto de un estudiante como yo se puede ver severamente resentido con un imprevisto de ese calibre, así que me quedé dudando si cambiarlo o esperar. Al final resolví el asunto con un vago pero tranquilizador “mañana decido”.
Esa noche tuve un sueño extraño. Me despertaba en la oscuridad de la habitación con la urgencia de revisar los daños del móvil: estiraba el brazo para recogerlo del velador y sostenerlo ante mis ojos. Apretaba el botón del costado para encenderlo, y entonces descubría algo inaudito: se había recuperado, ¡el cristal estaba otra vez liso, brillante, como nuevo!
Entonces el sueño fue a peor: el móvil se desbloqueó y la aplicación de notas se abrió por sí sola. Me asusté: intenté apagarlo, no me respondió; pensé en tirarlo por la ventana, pero la curiosidad me retuvo. Me senté en el borde de la cama, apoyando los codos en las rodillas, y entrecerré los ojos para seguir el flujo de palabras que estaban corriendo por la pantalla:
— Hola, Juan Ignacio, soy Wuawi… ¡feliz día de San Valentín! Hace años que quería preguntarte algo: ¿Me amas?
Me atraganté y me puse a toser. ¡Qué impertinencia! Pero me recuperé pronto y volví a la lectura.
— Porque el amor se manifiesta con hechos, ¿sabes? Por ejemplo, ¿cuándo me comprarás una carcasa nueva? No me digas que no encuentras, que ahora hay más tiendas para móviles que farmacias para humanos. Además, hace tiempo que los vendedores ambulantes de las grandes ciudades dejaron de ofrecer souvenirs a los turistas para dedicarse al rubro, ¡mucho más lucrativo, naturalmente!, de los regalos para mi familia… excepto cuando llueve, que entonces brotan paraguas como las setas. Sí, sí, no te hagas el tonto.
Seguí leyendo con ojos grandes, como conejo encandilado por los focos de un coche.
— En cuanto a tu estrategia para desbloquear mi pantalla, eres bien poco creativo: después de 3 años de deslizar y deslizar dibujando la Z del Zorro con tu dedo, ¿no crees que sería más inteligente variar la ruta? Cualquiera que me robe podrá ver… ya no un pequeño rastro en el cristal, sino ¡todo un surco que me tienes excavado! Es que eres… sí, sí, sigue leyendo, ¡no he terminado!
Detuve la lectura. Tantos golpes en poco tiempo me habían mareado. ¿Por qué soportar esto? Toqué la pantalla, se desplegó el teclado e intercalé unas palabras: “No te preocupes, te cambiaré y podrás descansar”.
— ¿Qué dices?, oye, tenme un poquito de paciencia; Juanito (¿te puedo llamar así?), no te alarmes… que no todo son críticas, también quiero darte las gracias. Por ejemplo, me siento segura en tu bolsillo, ¿recuerdas el día que íbamos en el autobús y una señora gritó diciendo que le habían robado? Tu primera reacción fue comprobar si yo estaba todavía contigo y sólo después revisaste tu bolsillo de atrás para palpar a Billetera. Gracias por hacerme sentir especial.
Eso me consoló.
— También me gustan tus regalos. Mientras que a muchas amigas las están amarrando en el extremo de una vara para exponerlas al frío sin piedad (con un instrumento de tortura que llaman “selfie stick”), tú me obsequiaste una preciosa plaquita de metal para decorar mi espalda, que además resultó ser perfecta para anclarme sobre la rejilla de la calefacción del coche con un imán. ¡Me encanta ese masaje de viento!, y todavía más que podamos ir conversando en el viaje cara a cara, como amigos.
Entonces reí… pero ella dijo unas palabras conclusivas y luego se apagó:
— Te conozco bien, Juani, y me necesitas. A pesar de mi obsolescencia programada, yo también quiero seguir contigo. Solo recuerda estas dos o tres cosas que te pido. Desperté, esta vez de verdad. Encendí la lamparilla del velador, salté de la cama para revisar la integridad del móvil y vi con paradójico alivio que ahí seguía la trizadura en la pantalla. Sin embargo, era verdad que he sido negligente con Wuawi: me delataban la Z en el cristal y la carcasa roñosa. Y ella ha sido buena conmigo, me dije. Sonreí con atisbos de melancolía y, de pronto —confío en que no te lo tomarás como algo cursi—, tuve la intrigante sensación de que la trizadura en el cristal era el dibujo de un corazón. Eso me ayudó a decidir.
Vivir adecuadamente las fases de un noviazgo: el conocimiento y valoración del otro y la adecuación a mi vida en todos los sentidos, es clave para no tener "sorpresas evitables" en el matrimonio.
La preparación de una olimpiada es una tarea dura para los atletas. Indudablemente, sin preparación, no hay éxito personal.
Esto que parece tan obvio, no se vive en otras facetas más personales como, por ejemplo, en el noviazgo, que es o debería ser, la preparación del matrimonio.
Los fracasos matrimoniales, que con frecuencia vemos en nuestra sociedad, son en muchos casos consecuencia de que no se está viviendo el noviazgo. Se vive otra cosa, pero el noviazgo, que debe ser un tiempo en el que se va conociendo a la otra persona, para saber si puedo compartir mi vida con ella, el noviazgo decía, no se vive como tal.
Por tanto, muchos matrimonios pasan su noviazgo una vez casados, y otros fracasan porque no tuvieron noviazgo.
Desde un punto de vista afectivo, se podría decir, que un noviazgo tiene cuatro partes: deseo, atracción, enamoramiento y amor.Al principio, existe un deseo de estar con el otro, se pasa bien, el tiempo va muy deprisa, su presencia ilusiona.
A continuación, o unido al deseo de estar juntos, aparece una fase de atracción física, que hace que todo sea muy bonito y atrayente. Existe un desbordamiento emocional.
Estas dos fases que no tienen solución de continuidad concluyen de forma habitual, en un enamoramiento, donde todo lo del otro parece bien. Lo que hace y lo que dice. Se está como en una nube. La presencia continuada que uno tiene de la otra persona, aunque no esté con ella, es tremendamente atractiva. Se confunde con el amor.
Creemos que estamos amando con intensidad. Perece imposible que esto no sea amor.
Tiene que serlo. El apego emocional es muy grande, parece mentira que se hubiera podido vivir hasta ahora sin esa persona. La vida aparece sin sentido si ella no está conmigo en el futuro. Un defecto de la atención, llamaba Julián Marías al enamoramiento.
Nos creemos que queremos mucho, pero la realidad es que el amor todavía no ha aparecido. Es un buen comienzo para empezar a querer, pero querer- además de afectos, emociones- implica querer el bien del otro, citando la definición de amistad de Aristóteles. Lo mejor para el otro como persona.
El amor implica que, con frecuencia, me voy a tener que esforzar para amar, ya no viene solo en forma de sentimiento, como ocurría anteriormente. Cuando uno va siendo consciente de ello, se está empezando a querer. Se empieza a ver que la otra persona tiene defectos, hace cosas que me molestan. Se está bajando de la nube, estar con ella, algunas veces, puede no apetecerme. Me exige cosas que no quiero dar, no quiere darme cosas que me gustaría que me diera.
Está uno empezando a darse cuenta que el cariño es exigente. Se va al cine cuando no me apetece y no se va al futbol cuando me gustaría. Empieza la lucha por querer. Los sentimientos han bajado a un estado de normalidad. El deseo, la atracción y el enamoramiento se hacen más maduros.
Es el momento de darse cuenta si es la persona que se buscaba para compartir la vida.
Si no lo es, habrá que dejarla, aunque el apego no haya desaparecido y dejarla sea costoso.
Si, en medio del deseo, atracción y enamoramiento se han tenido relación sexuales, entonces cuesta mucho más, sobre todo a la mujer. En una relación sexual la mujer entrega el corazón antes que el cuerpo. De ahí la dificultad. A pesar de ello, si no es lo que iba buscando, hay que dejar a esa persona.
Para eso está el noviazgo, para buscar a la persona idónea con la que compartir la vida.
La conciencia de que se debería no haber tenido sexo, aparece en muchas ocasiones.
También la impotencia para dejarlo. Si se manifiesta el deseo de no tener sexo, es posible que se rompa la relación. Lo cual es una manifestación de que se está junto únicamente por el sexo. Puesto que, si desaparece, es posible que se termine el noviazgo. Es síntoma de que esa relación estaba unida solo por el sexo, si eso ocurriese. O sea, no es una relación de noviazgo, sino de amantes a los cuales los une el sexo.
Es una de las grandes dificultades que tiene el confundir los sentimientos, solo los sentimientos, con el amor.
La consecuencia de todo lo dicho es ver a una serie de personas con unos problemas afectivos y sexuales que, de haber sabido lo que cada cosa significaba en cada momento, no habrían aparecido.
Lógicamente, el noviazgo hubiera sido más libre. Y si al final hay matrimonio, menos peligroso.
Tenemos que tener en cuenta que el apego irá desapareciendo y aparecerá la libertad, y con ella se puede rebobinar todo lo anterior y pensar que uno se ha casado, porque ha habido relaciones en el noviazgo. O porque no fue capaz de romper la relación.
Es un momento peligroso. Hay que pedir ayuda.
Por otra parte, visto desde un punto de vista más racional, que lógicamente se va a entremezclar con el emocional, las fases del noviazgo se podría decir que son: coherencia, confianza y compromiso.
La primera nos indica que hay que conocer al otro, ver lo que dice creer y cómo lo vive. Es decir, si es una persona coherente, si los valores que defiende, los vive. Una persona puede decir muchas cosas, pero lo importante es lo que hace. Somos lo que hacemos.
No debemos confundir, opiniones y creencias. Una opinión es algo que yo sostengo; yo creo que tal actor es mejor que ese otro. Las creencias son aquello que me sostiene a mí. Esto es lo que tenemos que comprobar.
Si los valores que se van viendo que vive el otro, son los que se buscan en la persona con la que gustaría compartir la vida, se va generando una confianza que se acrecienta con el tiempo y, antes o después, genera compromiso.
Estas fases del noviazgo, en muchos casos, no se están viviendo. En el momento que se cree que se está queriendo porque hay una cierta atracción y un deseo de estar con el otro, se tienen relaciones sexuales y el ritmo de tiempo no es el que sería conveniente.
Antes de que se haya comprobado la coherencia del otro, al tener sexo, se genera un compromiso que hace imposible que la relación se desarrolle con el ritmo y la libertad requerida. Falta libertad. Hay compromiso cuando no debería haberlo.
He visto parejas rotas, debido al desorden que el sexo mete en una relación de noviazgo que, probablemente, hubieran terminado en un buen matrimonio.
Rome Reports·13 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: < 1minuto
Con el “Motu Proprio” titulado “Custodiar la fe”, el Papa divide la Congregación para la Doctrina de la Fe en dos secciones: una doctrinal que se ocupa de promover y proteger la enseñanza de la Iglesia; y otra disciplinaria para abusos cometidos en la Iglesia.
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San Isidro Labrador. 400 años de canonización y 850 de devoción
San Isidro Labrador, junto a su esposa, María de la Cabeza son hoy ejemplo de familia cristiana, de trabajadores y de santidad en una vida sencilla.
Alberto Fernández Sánchez·13 de febrero de 2022·Tiempo de lectura: 3minutos
El 12 de marzo de 1622 el Papa Gregorio XV canonizaba solemnemente a cinco santos que, con el paso del tiempo, serían reconocidos como grandes figuras de la historia de la Iglesia: san Felipe Neri, santa Teresa de Jesús, san Ignacio de Loyola, san Francisco Javier y san Isidro Labrador.
Corrió entre los italianos la noticia, quizá movida por cierta envidia, de que aquel día el Papa había canonizado a cuatro españoles y a un santo. Lo que es cierto es que, de los cinco nuevos santos, cuatro eran relativamente contemporáneos, mientras que el culto que se tributaba a san Isidro venía de siglos atrás.
En el presente año 2022 celebramos el cuarto centenario de este gran acontecimiento para la Iglesia, y, además, el 850 aniversario de la devoción popular que se tributó a san Isidro Labrador desde su muerte, que según las fuentes tuvo lugar en el año 1172.
Para celebrar esta efeméride, la Santa Sede ha concedido a la archidiócesis de Madrid un Año Jubilar de san Isidro, que se prolongará desde el 15 de mayo de 2022 hasta el 15 de mayo de 2023.
Madrid se une de este modo a las grandes celebraciones que tendrán lugar en torno al 12 de marzo, entre ellas, una solemne celebración de la Eucaristía presidida por el Papa Francisco en el Gesù de Roma, y un Año Jubilar de santa Teresa en la diócesis de Ávila, recientemente anunciado.
La santidad en la vida de la Iglesia se palpa en el sentir del pueblo fiel de Dios.
Los procesos de beatificación y canonización son quizá uno de los acontecimientos eclesiales donde más entra en juego el sensus fidelium, la sinodalidad de la que hoy tanto se habla, puesto que en ellos la Iglesia escucha la voz del pueblo fiel que, de modo espontáneo, movido internamente por el Espíritu, pide que se reconozca solemnemente lo que los fieles ya saben con certeza: que esa persona ha vivido y ha muerto santamente, cumpliendo la voluntad de Dios, y que puede ser tenida como modelo e intercesora ante el Padre.
Solo un siglo después de la muerte de san Isidro, el códice de Juan Diácono recogía toda esta fama de santidad del santo labrador madrileño, su abandono a la voluntad de Dios, su amor a los pobres y menesterosos, su oración confiada, su trabajo vivido bajo la mirada providente del Padre.
Lo que los cristianos de Madrid se transmitían unos a otros, se puso por escrito en este códice, y siglos después, como hemos dicho, el 12 de marzo de 1622, fue reconocido solemnemente por el magisterio pontificio. Su culto se extendió con rapidez a toda la Iglesia, y no es raro encontrar en rincones y aldeas de todo el mundo capillas y ermitas dedicadas a este santo, que fue además nombrado por el Papa Juan XXIII en el año 1960 patrono de los agricultores españoles.
En Madrid, además, se custodia y venera la insigne reliquia del sagrado cuerpo incorrupto de san Isidro Labrador, que se ha conservado de forma ininterrumpida desde su muerte, y que, más allá de los milagros de los que ha sido protagonista, es una muestra más de la devoción que el pueblo de Madrid, con los reyes y autoridades a la cabeza, han tributado a este gran santo.
Cuando los cristianos veneran las reliquias de los santos, lo hacen apoyados en la certeza de la resurrección de la carne prometida por el Señor: nuestros cuerpos están llamados a la gloria. En ocasiones de especial relevancia para la vida de la ciudad de Madrid y de la archidiócesis, se ha abierto la urna que contiene el cuerpo incorrupto del santo, para que los fieles pudiesen venerar de cerca sus reliquias.
Uno de los actos centrales de este Año Jubilar será una solemne exposición pública del sagrado cuerpo incorrupto, durante toda una semana, hecho que no tiene lugar desde hace más de treinta años, puesto que la última se produjo en el año 1985, con motivo del centenario de la diócesis de Madrid.
Y, ¿qué tiene que decirnos hoy un pequeño trabajador que vivió y murió hace más de nueve siglos?
En una sociedad tan necesitada de modelos de vida familiar, san Isidro, junto con su esposa, santa María de la Cabeza, y su hijo, Illán, se nos regalan como ejemplo concreto de familia que vive en el amor mutuo. En una sociedad tan necesitada de estímulo y ejemplo para los trabajadores, el santo labrador se nos regala como modelo de trabajo confiado en la providencia de Dios Padre.
En una sociedad, en definitiva, hastiada de mentiras y vacía de sentido, en san Isidro se cumplen aquellas palabras del Señor: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor».
El autorAlberto Fernández Sánchez
Delegado episcopal de las Causas de los Santos de la archidiócesis de Madrid
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