Ecología integral

«Cuidar a los que nos rodean», antídoto ante la eutanasia, señala Benigno Blanco

“Ocuparnos de cuidar la vida de los que nos rodean, crear círculos concéntricos de ética del cuidado, implicarse en la vida de los que están cerca, redescubrir el valor de una sonrisa, mirar con ojos de cariño a todos”. Son las recetas que Benigno Blanco, ex presidente del Foro de la Familia, ha lanzado en el CARF ante la ley de eutanasia.

Rafael Miner·2 de abril de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Traducción del artículo al italiano

“Eso es empatizar, valorar la vida de los te rodean, con enfermos, con mayores, con mujeres embarazadas, con gente desempleada, con inmigrantes también, ucranianos… ¿Somos acogedores? ¿Mostramos con hechos, con actitudes, con dinero si hace falta, aunque no sólo con eso, que nos importa la vida de los demás? Eso es crear la cultura de la vida. Por lo tanto, si ustedes quieren meterse con el gobierno y el parlamento, hay motivos para hacerlo por la ley de eutanasia, pero hagamos algo que está en nuestros manos respecto a la gente que nos rodea. El amor es la mayor fuerza”.

Éste fue el núcleo del mensaje del abogado Benigno Blanco en un Encuentro de reflexión organizado por la Fundación Centro Académico Romano (CARF), y Omnes hace unos días. Benigno Blanco tiene amplia experiencia en temas sociales, ha sido presidente del Foro Español de la Familia, y fue también presidente de la Federación Española de Familias Numerosas y miembro del comité federal de la Federación Española de Asociaciones Provida.

El abogado asturiano, quizá recordando su paso por la política, se puso en la piel de los participantes en el encuentro, y argumentó: “yo no soy médico, no soy enfermera, no tengo un hospital, no soy ministro ni parlamentario, ¿qué voy a hacer? Puedes querer a la gente que te rodea, eso es lo que se espera de nosotros”, respondió.

“Nada de amarguras y desesperanzas, asumamos la responsabilidad, con nuestra conducta y con la gente que tenemos alrededor, de hacer todo el bien que está en nuestras manos, porque así sumando los pequeños bienes que podamos hacer, se revertirá algún día la cultura de la muerte que estas leyes facilitan. Las revoluciones del siglo XXI no serán de arriba abajo, serán de abajo a arriba”.

“Somos gente normal y corriente que amando la verdad y la libertad, y proponiendo honestamente a los demás lo que creemos que merece la pena, vamos a cambiar este mundo, si queremos. Y les animo porque es posible y fácil hacerlo, si somos responsables”, concluyó Benigno Blanco.

Pedagogía de la vida, hacer el bien

Pero antes, el abogado, al que se le pudo ver en el Marcha Sí a la Vida del domingo pasado en Madrid, argumentó en torno a la idea de participar. “Si podemos ir ampliando esos círculos concéntricos de influencia más allá de la gente que nos rodea, a través de asociaciones, de la web, contar ejemplos positivos, hacer pedagogía de la vida, influir en médicos, sanitarios, etc., estupendo”.

“Pero no nos quedemos en lo mal que está el mundo… Vamos a intentar hacer el bien a nuestro alrededor, porque eso es eficaz en términos históricos, aunque no sepamos concretar qué efectos positivos tiene o tendrá. Hay una frase célebre en la cultura cristiana, y es que al mal se le vence anegándolo en bien. Si te preocupa el mal, haz tú el bien. Y esto está al alcance de todo el mundo”.

“Recuperar el sustrato humanista”

En su ponencia en el CARF, titulada ‘Autodestrucción social’, Benigno Blanco subrayó que “hemos ido deshumanizando el ser humano, reduciéndolo a una cosa”, y “se ha ido perdiendo la conciencia del valor de la vida. El no nacido es un ser humano que merece respeto”. Y respecto a los ancianos, parece que se dice: “costamos mucho. Haga el favor de retirarse”.

A su juicio, lo que ha pasado son dos cosas: el delito ha pasado a convertirse en derecho, y la conducta se ha ido banalizando, y se ve como normal. En Bélgica se legalizó la eutanasia en el año 2002, y se pasó de 24 casos de muerte a alrededor de 2.000 en 2015. Y en Países Bajos ya estaban en 6.000 eutanasias en 2016. [casi 7.000 en 2020, un 4 % del total de muertes en el país]. “Se produce un efecto deslizante”, “una quiebra moral”, por lo que hace falta una “defensa activa de la dignidad humana”, “una recuperación de la cultura de la vida”.

Con esos “círculos concéntricos de personas que se tratan con esa ética del cuidado, con saber que las cosas que merecen la pena son responsabilidad de todos, y no sólo del que tiene un problema, iremos recreando ese sustrato humanista que permitirá algún día modificar leyes como la del aborto o la eutanasia”, señaló el ponente del Encuentro, que se refirió también a la objeción de conciencia. Precisamente, la Conferencia Episcopal Española acaba de publicar una Nota doctrinal sobre la objeción de conciencia, que pueden consultar aquí.

¿Matarías una mosca?

Proclamar que “la hermandad ha de ser familia” supone reconocer que Dios ha dispuesto desde la eternidad nuestra vocación cofrade como medio de santificación

2 de abril de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

“¡La hermandad ha de ser una familia!”, ésta es una afirmación que cualquier cofrade asume sin reservas y uno de los objetivos prioritarios de todos los hermanos mayores; para conseguirlo es preciso identificar las principales notas diferenciales de la familia y tratar de replicarlas en la hermandad:

Vocación: Para un cristiano la familia no es una simple institución social, es una auténtica vocación humana y sobrenatural, basada en el amor de los esposos.

Mutua ayuda y aceptación: En la familia el amor se ha de manifestar en los gestos más sencillos y cotidianos. Conoce la alegría y la esperanza, pero también el cansancio y el dolor, y los supera gracias al amor, que brota de una voluntad de estar juntos, de mutua ayuda, que se confirma diariamente en una aceptación incondicional del otro.

Desarrollo personal en libertad: La familia no es sólo un espacio de convivencia, sino el lugar en que se forma la personalidad, se enseña y se aprende a amar y a servir. Ese amor forma parte de la estructura ontológica de cada persona, y debe desarrollarse en la familia desde la libertad personal.

Definidos estos principios proclamar que “la hermandad ha de ser familia” supone reconocer que Dios ha dispuesto desde la eternidad nuestra vocación cofrade como medio de santificación y para ello en la hermandad han de reflejarse esas características propias de la familia.  

No todo resulta siempre tan ideal. En cualquier grupo humano, también en las familias y en las hermandades, surgen dificultades y divisiones, como reconoce el Papa: «Vivir en familia no siempre es fácil, muchas veces es doloroso y fatigoso, pero creo que se puede aplicar a la familia [y a las hermandades] lo que más de una vez he referido a la iglesia: prefiero una familia [una hermandad] herida, que intenta todos los días conjugar el amor, a una familia [hermandad] y sociedad enferma por el egoísmo y la comodidad del miedo a amar». (16.02.16)

Sin embargo, hay situaciones en las que las dificultades se enquistan y dan lugar a situaciones poco edificantes, ¿cómo se llega a ellas?

En nuestra sociedad, y las hermandades son parte de la sociedad, se tiende a infravalorar la fuerza creativa del pensamiento crítico, se confunde la discrepancia con la deslealtad, la oposición con la crispación, la autonomía con la autodeterminación. Se exigen adhesiones no ya inquebrantables, sino acríticas. Lo distinto da miedo y se procura suprimirlo, para reafirmarnos así en la bondad de nuestros planteamientos, aunque sea con pequeños gestos, como negar el saludo o el trato cordial al otro.

Esta actitud mantenida en el tiempo, genera una tendencia a distinguir entre “nosotros” y “ellos”. El paso siguiente es despojar a “ellos”, a los que piensan distinto,  de sus rasgos individuales: no existen como individuos, son una abstracción, un colectivo que, como tal, no es sujeto de derechos. A partir de aquí  nuestra moralidad y principios sólo nos alcanzan a nosotros, a los de nuestro grupo

Puede parecer exagerado este planteamiento, pero cuando alguien se instala en esa actitud termina por no encontrar ninguna conexión entre su mundo, el único que considera real, y el de los otros, a quienes ve como un colectivo indiferenciado al que cosifica, consecuentemente las reglas morales sólo son aplicables a los míos, no a los otros. Están legitimados así los comportamientos poco edificantes para con ellos, negar el saludo, criticarlos, aislarlos, suspendiendo la responsabilidad personal.

Normalmente quien actúa así es gente buena, que no mataría ni una mosca, pero que ha asumido la banalidad del mal en esas conductas, como explicó Hannah Arendt en sus crónicas sobre el proceso de “Eichman en Jerusalén”.

¿Qué papel corresponde “a los otros”, aquellos a quienes la corporación de los biempensantes han colocado en el otro bando?, desde luego no establecer una lucha dialéctica para imponer sus planteamientos, sino promoverlos con libertad, conscientes de que ésta tiene unos costes, y fortaleza, una fortaleza paciente, sin resignación ni renuncia, firme sin provocación, prudente, para impulsar activamente los progresos deseables y sin renunciar a sus convicciones, conscientes de que cuando uno cede o renuncia a ellas o las disimula, por debilidad, por no ir contra corriente, por no ser criticado o por conservar un estatus,  se envilece y conduce a su entorno al cansancio, tristeza y mediocridad (Cfr. San Juan Pablo II: 1.01.1979).

El autorIgnacio Valduérteles

Doctor en Administración de Empresas. Director del Instituto de Investigación Aplicada a la Pyme Hermano Mayor (2017-2020) de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, en Sevilla. Ha publicado varios libros, monografías y artículos sobre las hermandades.

Vaticano

Malta recibe al Papa Francisco

La isla de Malta recibe al Papa Francisco en el que es su 36º viaje apostólico internacional. Entre los encuentros previstos, destaca el que mantendrá con migrantes procedentes principalmente de Somalia, Eritrea y Sudán a través de Libia.

Giovanni Tridente·1 de abril de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Este fin de semana, días 2 y 3 de abril, el Papa Francisco está en la isla de Malta realizando su 36º Viaje Internacional. Peregrino tras las huellas de San Pablo, el Pontífice visitará una comunidad que siempre ha sido acogedora y que todavía hoy da refugio a quienes se ven obligados a abandonar su patria.

Es una oportunidad «para ir a la fuente del anuncio del Evangelio» y para conocer y encontrarse en persona con una comunidad histórica y viva, que sigue comprometida «con la acogida de tantos hermanos y hermanas que buscan refugio». Con estas palabras el Papa Francisco ha pedido a los fieles reunidos en la Audiencia General del miércoles que le acompañen en este viaje a la isla de Malta, que se está celebrando este fin de semana, 2 y 3 de abril.

El 36º viaje apostólico del Papa Francisco, ya aplazado por la pandemia, sigue los pasos del apóstol San Pablo, que naufragó en la pequeña isla mediterránea cuando se dirigía a Roma para ser juzgado. Incluso entonces, encontró un pueblo que le trató «con rara humanidad», como se relata en el capítulo 28 de los Hechos de los Apóstoles, que ha inspirado la Visita.

Los encuentros

Está previsto que pronuncie cinco discursos a lo largo de dos días, empezando por el que pronunciará ante las Autoridades y el Cuerpo Diplomático en el Palacio Presidencial de La Valeta, la mañana de su llegada. Por la tarde, habrá un encuentro de oración en el santuario mariano de Ta’ Pinu, el lugar de peregrinación más famoso de Malta, en la otra pequeña isla de Gozo; el Papa llegará a él en catamarán, en una travesía de más de una hora.

A primera hora de la mañana del domingo, el Pontífice mantendrá un breve encuentro con los jesuitas locales, antes de dirigirse a la Gruta de San Pablo en Rabat, donde, según la tradición, se alojó el Apóstol en el año 60 después del naufragio. Luego permaneció allí durante tres meses, predicando, bautizando y curando a los enfermos, llevando así el cristianismo a la isla.

Tras la oración privada, el Papa Francisco encenderá la lámpara votiva y leerá una oración a San Pablo; en la Basílica del mismo nombre se reunirá con 14 líderes religiosos y algunos enfermos y asistidos por Cáritas. Se pondrá ante el Santísimo para la «oración de misericordia» y la bendición.

La misa del domingo está prevista en la Piazzale dei Granai de Floriana, la localidad situada a las afueras de las murallas de la capital, La Valeta. La iglesia dedicada a San Publio, el primer obispo de Malta y el que acogió materialmente al náufrago Pablo, está frente a la plaza.

El Pontífice mantendrá su último encuentro con unos 200 migrantes en el Centro «Juan XXIII – Laboratorio de la Paz», una iniciativa fundada en 1971 por el franciscano Dionisio Mintoff que hoy acoge a personas procedentes principalmente de Somalia, Eritrea y Sudán a través de Libia.

El logotipo del Viaje

La recepción, como hemos dicho, será el tema predominante de esta visita. El propio logotipo del viaje muestra unas manos que apuntan hacia la Cruz, procedentes de un barco a merced de las olas. Las manos quieren representar un signo de la acogida del cristiano hacia su prójimo y de la ayuda a los que están en dificultad, abandonados a su suerte. La barca, por su parte, es una referencia a la dramática historia del naufragio de San Pablo y a la acogida de los malteses, según leemos en los Hechos de los Apóstoles.

El Papa Francisco es el tercer Pontífice que visita Malta, tras las dos visitas de San Juan Pablo II (1990 y 2001) y de Benedicto XVI en 2010. La isla cuenta con seis obispos, más de 700 sacerdotes y 48 seminaristas; hay 800 monjas profesas y unos 1.250 catequistas. La Iglesia también gestiona 48 guarderías y 24 institutos de formación.

Vaticano

Líderes religiosos de Ucrania eran objetivo de muerte

Rome Reports·1 de abril de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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El arzobispo mayor de la Iglesia grecocatólica ucraniana, Sviatoslav Shevchuk, ha contado que los primeros días de guerra los líderes religiosos de Ucrania formaban parte de una lista de personas a eliminar.

Shevchuk ha destacado que, incluso hubo infiltrados en la comunidad parroquial de la catedral de Kiev que formaban parte de un grupo de asalto con este objetivo.


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Vaticano

Malte accueille le pape François

L'île de Malte accueille le pape François pour son 36e voyage apostolique international. Parmi les réunions prévues, il rencontrera des migrants venant principalement de Somalie, d'Érythrée et du Soudan via la Libye.

Giovanni Tridente·1 de abril de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Traducción al francés de Roberto Gambi. Texto original en castellano aquí.

Ce week-end, les 2 et 3 avril, le pape François est sur l’île de Malte pour sa 36e visite internationale. Pèlerin sur les traces de Saint Paul, le Pontife visitera une communauté qui a toujours été accueillante et qui, aujourd’hui encore, donne refuge à ceux qui sont contraints de quitter leur patrie.

C’est l’occasion «d’aller à la source de l’annonce de l’Évangile» et de connaître et rencontrer personnellement une communauté historique et vivante, qui continue à s’engager «dans l’accueil de tant de frères et sœurs qui cherchent refuge». C’est par ces mots que le pape François a demandé aux fidèles réunis pour l’audience générale de mercredi de l’accompagner dans son voyage sur l’île de Malte, qui a lieu ce week-end, les 2 et 3 avril.

Le 36e voyage apostolique du pape François, déjà reporté en raison de la pandémie, suit les traces de l’apôtre saint Paul, qui a fait naufrage sur la petite île méditerranéenne alors qu’il se rendait à Rome pour y être jugé. Même là, il a trouvé un peuple qui l’a traité «avec une rare humanité», comme le raconte le chapitre 28 des Actes des Apôtres, qui a inspiré la visite.

Les rencontres

Il devrait prononcer cinq discours sur deux jours, en commençant par un discours aux autorités et au corps diplomatique au palais présidentiel de La Valette le matin de son arrivée. Dans l’après-midi, il y aura une réunion de prière au sanctuaire marial de Ta’ Pinu, le plus célèbre lieu de pèlerinage de Malte, situé sur l’autre petite île de Gozo ; le pape s’y rendra en catamaran, un voyage de plus d’une heure.

Tôt dimanche matin, le Souverain Pontife tiendra une brève réunion avec les Jésuites locaux, avant de se rendre à la Grotte de St Paul à Rabat, où, selon la tradition, l’Apôtre a séjourné dans les années 60 après le naufrage. Il y est ensuite resté pendant trois mois, prêchant, baptisant et guérissant les malades, apportant ainsi le christianisme sur l’île. 

Après la prière privée, le pape François allumera la lampe votive et lira une prière à saint Paul. Dans la basilique du même nom, il rencontrera 14 chefs religieux, quelques malades et d’autres personnes assistées par l’organisation Caritas. Il se tiendra devant le Saint Sacrement pour la «prière de miséricorde» et la bénédiction.

La messe de dimanche est prévue sur la Place des Granai à Floriana, la ville située à l’extérieur des murs de la capitale, La Valette. L’église dédiée à Saint-Publius, qui fut le premier évêque de Malte et qui accueillit matériellement le naufragé Paul, se trouve en face de la place.

Le Souverain Pontife tiendra sa dernière rencontre avec quelque 200 migrants au  « Laboratoire de la paix ‘Jean XXIII’ », centre d’hébergement fondé en 1971 par le franciscain Dionysius Mintoff qui accueille aujourd’hui des personnes venant principalement de Somalie, d’Érythrée et du Soudan via la Libye. 

Le logo du voyage 

L‘accueil, comme nous l’avons dit, sera le thème prédominant de cette visite. Le logo du voyage lui-même montre des mains pointant vers la croix, provenant d’un bateau à la merci des vagues. Les mains sont censées représenter un signe de l’accueil du chrétien envers son prochain et de l’aide apportée aux personnes en difficulté, abandonnées à leur sort. Le bateau, quant à lui, est une référence à l’histoire dramatique du naufrage de Saint Paul et de l’accueil des Maltais, comme nous le lisons dans les Actes des Apôtres.

Le pape François est le troisième pontife à se rendre à Malte, après deux visites de saint Jean-Paul II (1990 et 2001) et de Benoît XVI en 2010. L’île compte six évêques, plus de 700 prêtres et 48 séminaristes ; il y a 800 religieuses professes et quelque 1 250 catéchistes. L’Église gère également 48 jardins d’enfants et 24 instituts de formation.

Mundo

¿Cómo ayuda la Iglesia en Polonia a los ucranianos?

Más de dos millones de refugiados han encontrado ayuda en Polonia en tres semanas. Instituciones de la Iglesia, religiosos y particulares se vuelcan en la atención de sus vecinos que huyen de la guerra desatada tras la invasión rusa a Ucrania.

Paweł Rytel-Andrianik·1 de abril de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Más de dos millones de refugiados han encontrado ayuda en Polonia en tres semanas. En nombre de la Conferencia Episcopal Polaca, Cáritas Polonia ha recaudado fondos récord de los fieles, que ascienden a 20 millones de dólares, enviado más de 500 camiones de transporte de ayuda humanitaria y está repartiendo 47.000 comidas al día.

Medio millón de personas se han beneficiado de la ayuda de Cáritas. Además, muchas otras organizaciones participan en la ayuda: diócesis, congregaciones religiosas, parroquias, comunidades y movimientos católicos, así como muchos voluntarios. Los polacos están acogiendo a los refugiados de Ucrania en sus casas.

Cáritas

“Cáritas Polonia ha recaudado 83 millones de zlotys (20 millones de dólares) de ayuda para Ucrania”, anunció el lunes el director de la organización, el Dr. Marcin Izycki.

“En Polonia, Cáritas organiza transportes humanitarios a Ucrania. Desde el comienzo de la guerra, hemos enviado cerca de medio millar de camiones y autobuses. Calculamos el valor de esta ayuda en 35 millones de zlotys”, dijo. Incluye alimentos, productos de higiene, vendas, pero también generadores de electricidad, mantas y sacos de dormir”, añadió.

Al hablar de la ayuda a los refugiados de Ucrania en Polonia, indicó los dos principales retos: recibir a miles de personas en la frontera y apoyar a los que llegan al interior de Polonia.

“Hay 1.200 voluntarios en 26 puntos de asistencia fronteriza de Cáritas y activos en el Consejo de Religiosas. Se sirven casi 47.000 comidas al día a los refugiados en los más de 130 puntos de asistencia de Cáritas. Casi medio millón de personas se han beneficiado ya de esta forma de asistencia”, dijo el director de Cáritas.

Religiosas y religiosos

En 924 conventos de Polonia y 98 de Ucrania, las religiosas están prestando asistencia espiritual, psicológica, médica y material.

Se calcula que, desde el comienzo de la guerra, cada una de las casi 150 congregaciones religiosas que operan en Polonia y Ucrania ha ayudado a un número de personas que oscila entre unos pocos y hasta 18.000.

polonia ucrania

Se han organizado alojamientos en 469 conventos en Polonia y 74 en Ucrania. Hasta ahora han recibido alojamiento 2824 niños, 2299 familias y aproximadamente 2860 adultos. En 64 instituciones hay 602 plazas para huérfanos, y en 420 instituciones hay casi 3000 plazas para madres con hijos.

Actualmente, se presta asistencia directa en 156 conventos de hombres, donde han encontrado refugio 738 familias, es decir, 3630 personas, de las cuales 1483 son niños. 315 casas parroquiales de religiosos y ministerios pastorales han acogido a más de 300 familias, es decir, 1333 personas, de las cuales 518 son niños. 4 centros de religiosos han acogido a 61 personas discapacitadas, entre ellas 37 niños.

La Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de Polonia, en cooperación con ORANGE POLSKA SA, está coordinando y distribuyendo tarjetas telefónicas SIM PREPAGADAS para los refugiados ucranianos (ya se han distribuido más de 1500 tarjetas).

Parroquias polacas

Todas las casi 10.000 parroquias polacas participan en la ayuda a los refugiados. La Iglesia acoge a los refugiados de guerra en casas de reposo, conventos de órdenes religiosas masculinas y femeninas, centros de Cáritas, centros de movimientos y comunidades, en parroquias y, a través de las parroquias, en los hogares de los fieles.

Las familias ucranianas han encontrado refugio en las casas de muchos obispos. También se les han reservado cientos de plazas en seminarios y otros edificios pertenecientes a las diócesis. Más de 100 personas, entre ellas 50 niños, viven en instalaciones como la Casa del Peregrino y las llamadas “salas” de Jasna Gora.

Colectas

El domingo 27 de febrero y el miércoles de ceniza, 2 de marzo, se recaudaron más de 32 millones de zlotys durante las colectas especiales realizadas en las iglesias polacas para ayudar a Ucrania. Se trata de una recaudación récord en la historia de acciones similares organizadas por Cáritas Polonia, la mayor organización benéfica de Polonia. A esto hay que añadir el dinero enviado por transferencias bancarias, a través de la página web de Cáritas Polska y el mecanismo de donaciones puesto en marcha allí, así como a través de mensajes de texto benéficos.

Colectas de fondos y material están organizadas incluso por congregaciones religiosas de hombres y mujeres, y muchos movimientos, asociaciones, comunidades y parroquias.

Envíos de ayuda

Los envíos de ayuda a Ucrania, preparados por el Equipo de Ayuda a la Iglesia en el Este de la Conferencia Episcopal Polaca, comenzaron desde el 25 de febrero. Hasta ahora, sólo a través de Cáritas, se han enviado a Ucrania 147 camiones y 180 autobuses con ayuda -principalmente alimentos- por un valor total de unos 25 millones de zlotys. Los envíos también son organizados, entre otros, por congregaciones religiosas, comunidades, movimientos y asociaciones. Al menos 34 coches de conventos masculinos han partido hacia Ucrania con ayuda humanitaria, transportando casi 100 toneladas de dones.

Voluntariado, ayuda continua a los refugiados

Muchas personas también participan en varias actividades que ayudan directamente a los necesitados.

Las comunidades religiosas sirven miles de comidas al día (unas 5.000 comidas, sólo en las congregaciones de hombres). También se reparten paquetes. Las instituciones religiosas organizan actividades de cuidado y educativas-recreativas para niños de Ucrania, así como cursos de inglés. Los niños son admitidos en las guarderías y escuelas de las congregaciones religiosas. En algunos lugares también se ofrece ayuda jurídica y psicológica, así como la traducción de los documentos necesarios para el empleo. Los refugiados utilizan el transporte proporcionado por los religiosos.

Transferencia de ayuda del mundo

La acción de la Iglesia en Polonia a favor de Ucrania supone también la mediación y la transferencia de ayuda procedente de comunidades de otros países. Los jesuitas, los Caballeros de Colón, la Ayuda a la Iglesia Necesitada (AED) del Papa, las congregaciones religiosas, las comunidades, los movimientos y las asociaciones de Polonia actúan en este ámbito.

Cáritas Polonia coopera estrechamente con Cáritas Europa, Cáritas Internationalis y, ante la actual crisis humanitaria, también con organizaciones hermanadas de la Iglesia en Italia, Alemania y Estados Unidos. Cáritas Polonia también ha iniciado conversaciones con ACNUR -la Agencia de la ONU para los Refugiados- sobre la ayuda en efectivo que se proporcionará en las diócesis.

Trabajo en Ucrania

Los miembros del clero polaco que trabajan en Ucrania han permanecido con sus fieles. Hay unos 700 sacerdotes (incluidos 170 sacerdotes religiosos y 3 obispos que son religiosos). Además, 21 hermanos y 332 hermanas de congregaciones religiosas polacas trabajan en Ucrania.

El autorPaweł Rytel-Andrianik

Director de la Oficina de Comunicación Internacional, Secretariado de la Conferencia Episcopal de Polonia.

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Desesperanza

Soy de natural optimista, pero permítame que hoy llore un poco por todo esto, porque me parece estar viendo caer la carta en la base del castillo de naipes de la aparentemente feliz sociedad occidental.

1 de abril de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Estoy triste, lo reconozco. Tengo miedo y ansiedad, me despierto a deshora con pesadillas… Supongo que soy uno más de los muchos miles de millones de personas a quienes la situación mundial le está pasando factura.

Estos dos años de pandemia han causado mella en mucha gente, aunque para mí, tengo que reconocerlo, no han sido más terroríficos que un viaje en el tren de la bruja. Dos veces ha llegado el Covid a casa en este tiempo y las dos veces hemos escapado apenas despeinados por un escobazo en la cocorota. En mi entorno familiar y de amigos ha habido pocos casos graves y, aunque las cifras de los medios de comunicación eran escalofriantes, no he llegado nunca a pasar miedo real por mi salud o por la de los más cercanos.

Pero ha llegado la guerra y mi esperanza ha caído de golpe al suelo. En primer lugar, porque las guerras, aunque aparentemente lejanas, en un mundo globalizado y digitalizado como el nuestro, con nueve potencias nucleares, están ya siempre a un tiro de piedra; y en segundo lugar porque, aunque el movimiento en solidaridad con el pueblo ucraniano ha puesto de relieve una vez más lo mejor de la especie humana, lo cierto es que estas acciones son limitadas y han sido muchos más los ciudadanos que han corrido al supermercado a acaparar aceite o leche que los que se han volcado en ayudar al prójimo.

Puede parecerle una tontería, pero a mí me han puesto tristes las estanterías vacías. Cada vez que acudía a un supermercado y veía un producto esquilmado, solo podía oír dentro de mí un grito: ¨¡Sálvese quien pueda!”. Es verdad que se ha unido la huelga de transportistas, es verdad que algunos comercios pueden haber aprovechado la coyuntura para generar compras compulsivas y aumentar sus márgenes… Será que me ha pillado con el cuerpo cortado, pero ¡qué tristeza que no seamos capaces ni de evitar que le falten a la vecina los productos básicos de la cesta de la compra! Supongo que es el instinto de supervivencia el que nos hace acaparar sin importarnos que no quede para el hermano. ¿Qué pasaría si lo que nos viniera en el futuro fuera más grave? Mientras vivimos en la burbuja del consumo y del bienestar, parecemos una sociedad civilizada, pero en cuanto nos quitan la más mínima comodidad adquirida, nos volvemos fieras incapaces de reconocer en el otro a un hermano.

Puede parecerle una tontería, pero a mí me ha puesto también muy triste la escenita de Will Smith en la gala de los Óscar. Cuando todo el mundo civilizado se ha unido para condenar la conducta chulesca y sanguinaria de un señor que considera que tiene derecho a invadir un país porque no le hace gracia su gobierno (presidido por un humorista, por cierto), encontramos a otro señor que, a su escala, se toma la justicia por su mano zampándole un bofetón en directo al humorista que le ha tocado la moral. Confiaba en que la cultura podría salvarnos de la barbarie, y veo la barbarie enaltecida en el sancta sanctorum de la cultura de masas, la entrega de los míticos premios de cine, ante los ojos de nuestros hijos.

Soy de natural optimista, pero permítame que hoy llore un poco por todo esto, porque me parece estar viendo caer la carta en la base del castillo de naipes de la aparentemente feliz sociedad occidental, porque hoy me llega el olor a podrido de un fruto cuya cáscara le hacía parecer saludable, porque hombres y mujeres del siglo XXI seguimos siendo capaces de lo peor y nos están azuzando…

Ojalá en unos años pueda acordarme de este artículo y reírme recordando el bajón de aquel primero de abril de 2022. Mientras tanto, solo me queda una esperanza: la que viviremos en un par de semanas en un monte con tres cruces y en un sepulcro cercano. Ven, Señor, no tardes. Maranatha.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Religión y democracias iliberales

El autor reflexiona sobre el surgimiento de algunos programas políticos en diferentes países como Estados Unidos, Rusia, Brasil, Hungría o Polonia, que tienen aspectos en común.

31 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

«El término democracia “iliberal” es relativamente reciente y procede del mundo anglosajón. Se refiere a un tipo de democracia parcial, de baja intensidad, vacía, un régimen híbrido o una democracia guiada, con tendencias tecnocráticas o incluso oligárquicas, donde según algunos la voz de la ciudadanía es cada vez menos importante. También se utiliza para designar proyectos políticos que rechazan el modelo ideológico liberal, en el sentido estadounidense de “progresista”».

En las últimas décadas hemos contemplado el surgimiento de diversos programas políticos, en países tan distintos como Estados Unidos, Rusia, Brasil, Hungría o Polonia, que reúnen una serie de aspectos en común. Junto al liberalismo económico en la mayoría de ellos, una cierta visión nacionalista claramente contraria a la inmigración ilegal, así como una ideología marcadamente anticomunista (con algunas lógicas peculiaridades – estos días dramáticamente presentes- en el caso de Rusia), podemos descubrir un cristianismo “cultural” que les lleva a rechazar algunos “dogmas” de la sociedad secularizada occidental (el aborto, la eutanasia, la ideología de género o las “nuevas profecías” del cambio climático), mientras parecen restar importancia a otros valores cristianos (la paz, la no violencia, la justicia, los pobres y el cuidado de la creación).

Nos parece que puede ser de interés situar el foco por un momento sobre un aspecto concreto del complejo momento actual, en concreto sobre el factor religioso de estas democracias iliberales que parecen en auge en diversos países del mundo occidental. Aquellos que se acerquen a este fenómeno desde una visión maniquea y simplista corren el riesgo de no entender lo que realmente está sucediendo en países de la importancia de Estados Unidos, Rusia, Brasil o el este de Europa y, aquí entre nosotros, el proyecto político de Vox.

Guste o no, la realidad es que la inmensa mayoría de los habitantes de la tierra son personas con un sentido religioso de la vida. Las minorías laicistas o antirreligiosas de Europa y América han podido confundir el proceso de secularización occidental de las últimas décadas con la paulatina desaparición del sentimiento religioso en el mundo moderno. Al intentar implantar un modelo de sociedad y de democracia ajenos cuando no completamente contrarios a los sentimientos religiosos de muchos millones de personas, pensamos que han provocado sin quererlo una reacción de afirmación religiosa y política con la que no contaban y que no está exenta de riesgos.

Alexis de Tocqueville estaba convencido de que la democracia no podría sobrevivir a la pérdida de la fe cristiana. “Si una nación democrática pierde su religión -escribió el preclaro pensador francés-, cae presa del individualismo y el materialismo feroces y del despotismo democrático e inevitablemente prepara a sus ciudadanos para la esclavitud”. Pensamos que en la misma línea se sitúan y actúan los políticos iliberales a los que nos estamos refiriendo.

Ante las voces de alarma de algunos sobre el avance de lo que han autodenominado “ultraderecha”en Europa y América, cabe plantearse si no será más inteligente seguir avanzando en unas sociedades más respetuosas con todas las personas y con sus maneras de pensar. El problema aparece cuando las propuestas ideológicas se presentan incompatibles entre sí. Si una intenta imponerse a la otra, cabe el riesgo de provocar que la otra luego intente imponerse a ella. La solución pensamos que pasa por entender la libertad real en nuestras sociedades democráticas. 

Ha podido llegar el momento de dejar de intentar monopolizar un tipo de sociedad e imponerlo a los demás, en un sentido o en otro. Si bien las personas religiosas en occidente entienden desde hace muchos años que hay gente que no comparte sus creencias e ideales, las personas no religiosas deben respetar a las que sí lo son. Pensamos que bienes como la libertad religiosa, la libertad educativa y la de expresión, así como la posibilidad de no financiar mediante impuestos actividades sancionadas por las leyes que repugnan gravemente la conciencia de muchas personas (como el aborto, la eutanasia o todo lo relacionado con la ideología de género), así como el deber de respetar las leyes justas y a los que no piensan como nosotros, deben de estar especialmente protegidos en nuestras sociedades. 

Si no se entiende esto, cabe la posibilidad de que mucha gente se sienta atacada y experimente por tanto la necesidad de defenderse. Conviene que los intolerantes de todos los espectros lo tengan en cuenta si no queremos volver a repetir algunos de los errores más famosos del pasado. 

Por otra parte, cabe el riesgo de que los políticos usen la religión como excusa para hacer política y que lleven a ésta la polarización propia de la “arena política”. En ese caso, habría que distinguir entre la defensa de la libertad religiosa y las ideas que representan a una mayoría de ciudadanos y el uso partidista de las creencias religiosas por unos líderes políticos que pueden caer en la tentación de erigirse en sus intérpretes, papel que pensamos no les corresponde a ellos. En frase atribuida a Unamuno, “una posible crisis de la política y de la religión puede hallarse en la práctica de la religión como política y de la política como religión”.

Hay una película titulada “Vida oculta” (Hidden Life), del norteamericano Terrence Malick, que narra la historia real de Franz Jägerstätter, un agricultor austríaco beatificado hace unos años por la Iglesia Católica que se negó a prestar juramento a Hitler durante la Segunda Guerra Mundial, sacrificándolo todo, incluida su vida. La historia que narra puede ilustrar sobre la fortaleza de las convicciones de algunas personas creyentes que conviene no conculcar jamás. 

Como dijo una vez Benedicto XVI “quien se inclina ante Jesús no puede y no debe postrarse ante ningún poder terreno, por más fuerte que sea. Los cristianos sólo nos arrodillamos ante Dios, ante el Santísimo Sacramento”. Terminamos con esta frase pues nos parece que la compresión del fenómeno religioso, especialmente en occidente, se ha vuelto una necesidad si queremos lograr unas sociedades donde las diversas mentalidades y formas de vida puedan convivir en paz, sin tratar de imponerse unas a las otras, como ha sucedido desgraciadamente en el pasado.

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Parroquias renovadas: parroquia y vocaciones

El autor reflexiona sobre la inquietud de las parroquias por las vocaciones sacerdotales.

31 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El domingo 20 de marzo celebrábamos el día del Seminario. A día de hoy, en España hay unos 1.200 seminaristas mayores. El número de nuevos sacerdotes por año ronda los 120, que no son suficientes para reemplazar a los sacerdotes que mueren. Podemos hablar de una crisis de vocaciones en España. ¿Es que Dios no llama ya? ¿Es que ha dejado de tener sentido la vida sacerdotal? ¿Es que no logramos transmitir la belleza de la vocación?

Quizá tenemos que pensar en todo eso, y examinarnos. Quizá una Iglesia que parece dedicarse más al activismo social que a una verdadera misión sobrenatural no sea tan atrayente. Pero se puede profundizar más. No disminuyen las vocaciones, disminuye la Iglesia. ¿Qué quiere decir esto?

Sin hacer un estudio demasiado exhaustivo es evidente, en primer lugar, que la población está envejeciendo; se llega a hablar de un suicidio demográfico. Una primera conclusión que podemos sacar es que el número de “candidatos” a recibir la vocación sacerdotal se ha reducido. Hay menos donde elegir. Si en 1950 había en España unos 8.000 seminaristas mayores, también es verdad que aquel año aproximadamente un 20 % de la población (masculina) tenía entre 0 y 19 años; hoy no llega a 10 %. Pero además hay otros factores que se suman a esta escasez de jóvenes. ¿Cuántos matrimonios religiosos había en 1.950, y cuántos hay ahora? ¿Cuántos bautizos? ¿Cuántos divorcios? ¿Cuántas parejas sin casar? El descenso no sólo es demográfico, disminuye también la fe y disminuye la Iglesia, y por eso disminuyen las vocaciones. 

Ahora me atrevo a introducir una perspectiva distinta. Aunque hayamos visto disminuir dramáticamente el número de seminaristas en términos absolutos, a lo mejor la disminución no es tanta en términos relativos. Es decir, el porcentaje de seminaristas con respecto al número de familias cristianas y comunidades de fe vibrantes no solo no ha disminuido, sino que a lo mejor incluso hasta ha aumentado. Lo que ha disminuido, además de la población “candidata”, son las familias cristianas y las comunidades vibrantes. Como la estructura de la Iglesia —diócesis, parroquias— no ha adelgazado, entonces se produce el colapso: no hay suficientes vocaciones para mantener la estructura que tenemos. Pero ¿y si dejamos de preocuparnos por el mantenimiento de la estructura y nos preocupamos de evangelizar? Tenemos y tendremos vocaciones suficientes.

Se oye decir: “¡Hay que buscar vocaciones!”. Vale, pero primero hay que evangelizar.

El autorJuan Luis Rascón Ors

Párroco en San Antonio de la Florida y San Pío X. Madrid.

Evangelización

Davide Prosperi: «La gran enseñanza de Don Giussani fue devolver a Dios a la vida»

La Fraternidad de Comunión y Liberación vive el centenario del nacimiento de Luigi Giovanni Giussani como “una mirada hacia adelante" y con la tarea de "devolver a Dios a las pantallas de nuestras vidas".

Maria José Atienza·31 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Traducción del artículo al inglés

El próximo 15 de octubre se cumplen 100 años del nacimiento de Luigi Giovanni Giussani, fundador de Comunión y Liberación. El movimiento, que nació en los años 60 en Italia, está presente en unos noventa países en los cinco continentes.

Tras la muerte de Don Giussani en 2005, el sacerdote Julián Carrón estuvo al frente de Comunión y Liberación, una tarea que desempeñó hasta el 27 de noviembre de 2021. Desde la renuncia de Carrón, Davide Prosperi es el presidente ad interim de la Fraternidad de Comunión y Liberación. Este químico milanés de 50 años, casado y padre de 4 hijos es profesor titular de Bioquímica y director del Centro de Nanomedicina de la Universidad Bicocca de Milan, y era, desde 2011 vicepresidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación.

Comunión y Liberación, que se define como “una propuesta de vida y para la vida”, vive este centenario como “una mirada hacia adelante, porque la vida de don Giussani ha generado un río de historia que continúa y da siempre nuevos frutos” en palabras de Prosperi, que no esconde las dificultades o “podas” que puedan atravesar en su camino los miembros de esta Fraternidad.

¿Cómo está viviendo la familia de Comunión y Liberación este centenario?

– Como una ocasión dada por Dios para agradecerle el gran don de la persona de don Giussani y todas las gracias de inteligencia y de corazón que ha recibido.

No es una mirada hacia atrás, sino hacia adelante, porque la vida de don Giussani ha generado un río de historia que continúa y da siempre nuevos frutos.

Ciertamente, como todo árbol, también los que crecen en el suelo de la Iglesia son podados por el Espíritu para que puedan rejuvenecer continuamente y abrirse a nuevas estaciones de la historia.

Este año será una oportunidad para profundizar en la enseñanza de don Giussani y en el método de vida que enseñó y aportó al mundo con su propia existencia.

Fechas como esta son, para las instituciones de la iglesia, un momento para “volver a sus orígenes” y traer al presente los carismas fundacionales. En este sentido, ¿cuáles son los puntos clave del carisma de D. Luigi Giussani que se quieren impulsar en estas celebraciones?

– En primer lugar, la concepción original de la fe que nos transmitió. La fe como respuesta del hombre al acontecimiento de la gracia de Cristo que nos alcanza y transforma nuestra existencia desde dentro. Nos llega a través de otros hombres y mujeres que nos impactan y fascinan con sus vidas luminosas y prometedoras.

En segundo lugar, este año será también una ocasión para releer las numerosas obras nacidas del corazón de don Giussani, todas ellas en ayuda del hombre, todas ellas significativas para nuestra vida actual, porque contienen una promesa de vida que no termina y que nos une a otros hombres nuestros hermanos en un camino hacia Dios.

La participación en la cultura, la educación, el diálogo con la sociedad, etc., forman parte de la esencia de Comunión y Liberación. En un mundo que parece oponerse a la cosmovisión cristiana. ¿Cómo desarrolla esta tarea Comunión y Liberación?

– Cristo está siempre vivo porque ha resucitado, y siempre, en cada momento, se dirige al corazón del hombre, a través de otros hombres, para que el corazón y la mente de nuestros hermanos descubran la promesa de vida y felicidad que la encarnación del Hijo de Dios trajo a la tierra.

Ya sea a través de las relaciones personales o de la implicación en la vida comunitaria, o a través del acercamiento a las obras de cultura, de caridad o de misión, todo ello forma parte de la vida cristiana y del don que nos trajo don Giussani.

En este sentido, lo que se nos ha comunicado es una pasión por Cristo que se convierte inmediatamente en una pasión por el hombre, no sólo por la «humanidad», sino por cada ser humano. De aquí nace la pasión educativa, el corazón de la propuesta cristiana que a través del encuentro con don Giussani y con el movimiento nacido de él nos ha conquistado y se ha convertido en una verdadera y propia vocación para cada uno de nosotros.

Comunión y Liberación, hoy

¿Cómo definiría la labor de los miembros de Comunión y Liberación hoy: sus desafíos y oportunidades?

– Debemos ayudarnos unos a otros a devolver a Dios a las pantallas de nuestras vidas. Una vida sin Dios es una vida sin futuro, sin perspectivas, pero también sin profundidad en el aquí y ahora.

Una vida sin Dios significa una vida sin la posibilidad de trascender las circunstancias aceptándolas, pero también encontrando en ellas una llamada a seguir adelante. Devolver a Dios a la vida, ésta fue la gran enseñanza de don Giussani.

Descubrir que Dios no es nuestro enemigo, nuestro adversario, sino que es el origen de nuestra existencia, de las promesas de bien que están enterradas, más o menos ocultas, en nuestro corazón y que pueden llevar nuestra personalidad humana a su verdadera plenitud.

En segundo lugar, mostrar que la vida cristiana no es la vida de un individuo en relación con Dios, sino que es la vida de una comunidad presente en la historia que se ofrece como lámpara en la montaña o como sal en la tierra para iluminar y animar toda la existencia.

El renacimiento del ego y el renacimiento de la experiencia comunitaria son los dos polos de la vida cristiana, que se alimentan mutuamente. Sin un «yo» consciente y verdadero, la vida comunitaria no sería más que una experiencia social sin raíces. Sin la expresión social, la vida del ego no encontraría ninguna posibilidad de expresión ni de alimentación.

Tras unos años en los que la pandemia ha cancelado encuentros tan asentados como el de Milán o, en España, el Encuentro Madrid. ¿Cómo se ha mantenido este espíritu de diálogo y encuentro personal “con todo en contra”?

– La pandemia y la guerra actual pueden encerrarnos en nosotros mismos, hacernos sucumbir bajo el miedo, bajo la impresión de que la existencia no tiene futuro, que las relaciones fracasan, que las promesas son ilusorias. O, por el contrario, si somos ayudados por nuestros hermanos y por la vida de la Iglesia, por la enseñanza del Movimiento y por el testimonio de don Giussani, podemos abrirnos y ser los primeros testigos de una esperanza que sabe atravesar las circunstancias del presente, que sabe vencer el mal, que sabe participar en la victoria de Cristo, que sabe mostrar a nuestros hermanos los caminos del bien y de la verdad.

Renuncia de Carrón y nueva etapa

Este centenario viene en un momento nuevo para Comunión y Liberación. La actualización de las normas relativas al gobierno de las asociaciones de fieles en junio dio lugar a la renuncia de D. Julian Carrón y su entrada como presidente interino. ¿Cómo están llevando este proceso?

– Debemos caminar hacia adelante, reconociendo todo lo bueno que se ha escrito en estos setenta años de historia del Movimiento, agradecidos a Carrón por haber podido recoger el testigo de una obra tan grande e impresionante para la historia de la Iglesia y de los hombres, y al mismo tiempo saber diseñar nuevas formas de responsabilidad y presencia en la sociedad.

Tengo la absoluta confianza de que este camino es posible en obediencia al Papa y a los Pastores de la Iglesia, que nos piden que hagamos este paso, dando razón a la esperanza de don Giussani de haber generado por el Espíritu un acontecimiento que se prolonga en el tiempo.

Tengo la absoluta confianza de que este camino es posible en obediencia al Papa y a los Pastores de la Iglesia, que nos piden que hagamos este pas

Davide Prosperi. Presidente ad interim de comunión y Liberación

¿Cómo se dibuja el futuro de Comunión y Liberación?

– El futuro está en manos de Dios; a nosotros nos corresponde ser oyentes alegres y apasionados de la voz de don Giussani y ser creadores de formas de vida capaces de acoger el grito de la humanidad.

Lecturas del domingo

«Ganó a Cristo y entró en su vida». V domingo de Cuaresma

Andrea Mardegan comenta las lecturas del V domingo de Cuaresma y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan / Luis Herrera·31 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Comentario a las lecturas del V domingo de Cuaresma

El episodio de la adúltera es el pasaje evangélico más comentado por los Padres de la Iglesia. Es como una síntesis narrativa del núcleo del evangelio. Isaías relata las palabras de Dios: “No recordéis lo de antaño, | no penséis en lo antiguo; | mirad que realizo algo nuevo”. Jesús invita a la adúltera a no mirar más al pasado sino a acoger la vida nueva que él le da. Pablo escribe a los filipenses que su único propósito es “ganar a Cristo y ser hallado en él”. Ese día, en el templo, esa mujer ganó a Cristo, entró en su vida y fue hallada en él. 

Enseñaba en el templo «y todo el pueblo acudía a él». Los escribas y fariseos envidiosos de su éxito quieren provocarlo para denunciarlo: a las autoridades del templo si negaba la lapidación, a las autoridades romanas si la aprobaba, porque la pena capital era exclusiva de los ocupantes. Además, si hubiera ordenado la lapidación, negando el mensaje de misericordia que iba predicando y practicando, habría perdido el favor de la gente. Para defenderse de estos escollos, Jesús elige el silencio. Se agacha para escribir en el suelo. Agustín nota una referencia a Jeremías 17, 13: “Señor, quienes te abandonan fracasan; quienes se apartan de ti quedan inscritos en el polvo por haber abandonado al Señor, la fuente de agua viva”. El suelo del templo, sin embargo, no es de tierra sino pavimentado: el gesto recuerda al dedo de Dios que graba en la piedra la ley en las tablas que entrega a Moisés. Hay aquí, pues, uno que es mayor que la ley, es su autor, el que conoce su interpretación auténtica.

El que esté sin pecado, que tire la primera piedra”. El fin de la ley antigua, para ese pueblo de dura cerviz, era llevarlos a comprender el pecado que había en todos y convertirse. Ahora Jesús puede cumplir ese propósito. Él que es el único verdaderamente sin pecado no condena a la mujer y no tira la primera piedra. Cambia para siempre la ley antigua por la ley nueva del amor que escribe en los corazones. Se levanta para mirar y hablar a la “mujer”: ya no es la “adúltera”. No es el pecado lo que nos define sino la naturaleza con que Dios nos ha creado y la gracia que nos renueva. En el lenguaje bíblico, “mujer” es también la esposa: la mujer ha encontrado por fin al esposo, en ella la Iglesia encuentra a Cristo. Los escribas y fariseos se van a mirar por dentro y enfrontar con su pecado. Ya no están a la vista de la mujer: ninguno la condenó. No pecar más es una promesa, una garantía. De la mirada de Cristo, de su inmenso amor percibido, de su misericordia y de su confianza, nace en la mujer la conciencia y el arrepentimiento por el pecado y la resolución de no caer ya más, porque, allí en medio, ha sido “encontrada en Cristo”.

La homilía sobre las lecturas del V domingo de Cuaresma

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

El autorAndrea Mardegan / Luis Herrera

España

La Iglesia invita a marcar la X en la Renta como “escudo social” de ayuda

Seis historias concretas de siete personas a las que la Iglesia ha podido ayudar en distintas diócesis gracias a la X del IRPF, protagonizan la Campaña Xtantos 2022 de la declaración de la Renta de este año, presentada este miércoles en la Conferencia Episcopal Española (CEE), Son testimonios reales que agradecen a la Iglesia su ayuda.

Rafael Miner·30 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Se trata de Tino (Faustino), 50 años, de un pueblo de Tarazona, al que un párroco de 80 años ayudó a salir el mundo de las drogas y “redescubrir a Dios”, y que refleja el trabajo de la Iglesia en el mundo rural; o de Rosa y María, de un centro de mayores de la Iglesia en la diócesis de Segovia.

La historia de Blanca, 37 años, hondureña, de la diócesis de Cádiz y Ceuta, que ha podido poner ya “su tiendecita” y ser autónoma, tras llegar sola a España hace 6 años, y que muestra la labor de la Iglesia con los migrantes y refugiados, en un momento en que la Iglesia se vuelca con los millones de ucranianos que huyen de su país. Blanca es precisamente la persona que figura en el cartel de la Campaña de este año.

O la historia del rapero Guillermo (Grilex), que ha pasado a cantar canciones de luz y esperanza, y la del P. Álvaro, guatemalteco, que es ahora sacerdote y capellán de un centro penitenciario, y que podría haber sido un interno, asegura. O la de Erika, 44 años, con dos hijos, a la que Cáritas ha ayudado a formarse y encontrar empleo.

A más de 4 millones de personas

Son algunas historias, recogidas en el portal portantos.es, a las que ha aludido José María Albalad, director del secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia en la CEE, quien presentó los datos de la campaña de este año 2022, acompañado de José Gabriel Vera, director de la Oficina de Comunicación de la CEE y del secretariado de la Comisión Episcopal para las Comunicaciones Sociales.

José María Albalad subrayó que marcar la X en la declaración de la Renta “ayuda a sostener la inmensa labor que realiza la Iglesia en España”, que en su vertiente más social “llega a más de 4 millones de personas”. Tras la X de la Renta “hay una historia”, señaló. Esa labor es “un escudo social de alto impacto, un hospital de campaña en este mundo herido”, como ha recordado el Papa Francisco.

La campaña se realizará desde el próximo lunes a través de carteles, spot en tv y radio, redes sociales (por primera vez en TikToK, mirando a los jóvenes), y el periódico en soporte papel sostenible Xtantos efectuará una tirada de un millón de ejemplares, que llegarán a las 23.000 parroquias existentes en las diócesis españolas. Ahí se explicarán todos los detalles, y se saldrá al paso de algunos bulos y fake que circulan en torno a la financiación de la Iglesia.

Marcar la X en la Renta es “una decisión libre y democrática” que no tiene coste alguno, añadió José María Albalad, y se puede marcar simultáneamente la casilla de la X para la Iglesia y la de otros fines de interés social.

“Con menos dinero, más cosas”

La inversión en esta campaña de Xtantos se sitúa en 2,68 millones de euros, IVA incluido, lo que supone en torno “a un 1,2 por ciento de lo que se espera ingresar”. En la campaña de 2021, correspondiente al ejercicio de 2020, en plena pandemia, se produjo un aumento de 40.000 declaraciones de la Renta en favor de la Iglesia católica respecto al ejercicio anterior, y los contribuyentes marcaron la X por un importe total de 295,4 millones de euros, con un descenso de 5,58 millones respecto a 2019.

“Con menos dinero, la Iglesia ha tenido y tiene que hacer muchas más cosas”, explicó recientemente el vicesecretario para Asuntos Económicos de la CEE, Fernando Giménez Barriocanal, para quien el descenso era “lógico y previsible” dada la crisis económica generada por la pandemia, y en un momento, además, en que la labor de la Iglesia se ha multiplicado debido a las duras circunstancias.

Giménez Barriocanal insistió entonces, como recogió Omnes, en recordar las dos asignaciones, la de la Iglesia y de otros fines de interés social: “no nos cuesta más o nos van a devolver menos, y podemos ayudar el doble al marcar las dos casillas”.

José María Albalad y José Gabriel Vera recordaron algunos datos de la Memoria de Actividades de la Iglesia. Lo ingresado el año pasado por la X de la Renta (295,4 m.), supone alrededor del 21 por ciento del presupuesto de la Iglesia en España (algo superior a los mil millones de euros), y se destina en un 80 por ciento a las diócesis y en un 20 por ciento a diversas actividades.  

Una buena parte de la X de la Renta corresponde al mantenimiento del clero, como este párroco de un pueblo de Tarazona que sale en la campaña, y que ayudó a Tino a salir del “infierno de las drogas”, como señala el propio Tino en el video.

Vaticano

«Hablar con los ancianos nos ayuda a aprender la fidelidad, la piedad o la ternura»

En la catequesis del miércoles 30 de marzo, el Papa Francisco ha subrayado el valor de los ancianos para enseñarnos la "sensibilidad de los sentidos espirituales", en cuestiones como la fidelidad, la entrega, la compasión, la piedad, la vergüenza o la ternura.

David Fernández Alonso·30 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

El Papa Francisco continúa profundizando en el itinerario de catequesis sobre el tema de la vejez. En la audiencia general que el Santo Padre ha mantenido en la mañana del miércoles 30 de marzo, ha querido invitarnos a mirar «al tierno cuadro pintado por el evangelista san Lucas, que llama a escena a dos figuras ancianas, Simeón y Ana. Su razón de vida, antes de despedirse de este mundo, es la espera de la visita de Dios. Simeón sabe, por una premonición del Espíritu Santo, que no morirá antes de haber visto al Mesías. Anna iba cada día al templo dedicándose a su servicio. Ambos reconocen la presencia del Señor en el niño Jesús, que colma de consuelo su larga espera y serena su despedida de la vida».

Ilumina los sentidos

«¿Qué podemos aprender de estas dos figuras de ancianos llenos de vitalidad espiritual?», se pregunta retóricamente Francisco. «Primero», responde, «aprendemos que la fidelidad de la espera afina los sentidos. Por otro lado, lo sabemos, el Espíritu Santo hace precisamente esto: ilumina los sentidos. En el antiguo himno Veni Creator Spiritus, con el que invocamos todavía hoy al Espíritu Santo, decimos: «Accende lumen sensibus», enciende una luz para los sentidos. El Espíritu es capaz de hacer esto: agudiza los sentidos del alma, no obstante los límites y las heridas de los sentidos del cuerpo. La vejez debilita, de una manera u otra, la sensibilidad del cuerpo. Sin embargo, una vejez que se ha ejercitado en la espera de la visita de Dios no perderá su paso: es más, estará también más preparada a acogerla».

El pontífice afirma que «hoy más que nunca necesitamos esto: una vejez dotada de sentidos espirituales vivos y capaz de reconocer los signos de Dios, es más, el Signo de Dios, que es Jesús. Un signo que nos pone en crisis – es «señal de contradicción» (Lc 2,34) – pero que nos llena de alegría. La anestesia de los sentidos espirituales, en la excitación y en el entumecimiento de los corporales, es un síndrome generalizado en una sociedad que cultiva la ilusión de la eterna juventud, y su rasgo más peligroso está en el hecho de que esta es mayoritariamente inconsciente. No se da cuenta de estar anestesiada».

Sentidos espirituales

Usando el paralelismo con la pérdida de la sensibilidad del tacto o del gusto, en la que uno se da cuenta enseguida, recuerda que con la del alma uno lo puede ignorar durante mucho tiempo. «Esta no se refiere simplemente al pensamiento de Dios o de la religión. La insensibilidad de los sentidos espirituales se refiere a la compasión y la piedad, la vergüenza y el remordimiento, la fidelidad y la entrega, la ternura y el honor, la responsabilidad propia y el dolor por el otro. Y la vejez se convierte, por así decir, en la primera víctima de esta pérdida de sensibilidad. En una sociedad que ejerce principalmente la sensibilidad por el disfrute, disminuye la atención a los frágiles y prevalece la competencia de los vencedores. Ciertamente, la retórica de la inclusión es la fórmula de rito de todo discurso políticamente correcto. Pero todavía no trae una real corrección en las prácticas de la convivencia normal: cuesta que crezca una cultura de la ternura social. El espíritu de la fraternidad humana – que me ha parecido necesario reiterar con fuerza – es como un vestido en desuso, para admirar, sí, pero… en un museo».

Haciendo referencia a los jóvenes, afirma que «en la vida real podemos observar, con gratitud conmovida, muchos jóvenes capaces de honrar hasta al fondo esta fraternidad. Pero precisamente aquí está el problema: existe un descarte, un descarte culpable, entre el testimonio de esta savia vital de la ternura social y el conformismo que impone a la juventud contarse a sí misma de una forma completamente diferente. ¿Qué podemos hacer para colmar este descarte?»

Simeón y Ana

El Papa trajo a colación la historia de Simeón y Ana, mencionando también otras historias bíblicas de la edad anciana sensible al Espíritu. De esta historia «viene una indicación escondida que merece ser llevada a primer plano. ¿En qué consiste, concretamente, la revelación que enciende la sensibilidad de Simeón y Ana? Consiste en el reconocer en un niño, que ellos no han generado y que ven por primera vez, el signo seguro de la visita de Dios. Ellos aceptan no ser protagonistas, sino solo testigos. La visita de Dios no se encarna en su vida, no los lleva a la escena como salvadores: Dios no se hace carne en su generación, sino en la generación que debe venir. Ningún resentimiento y ninguna recriminación por esto. Sin embargo, gran conmoción y gran consolación. La conmoción y la consolación de poder ver y anunciar que la historia de su generación no se ha perdido o malgastado, precisamente gracias a un evento que se hace carne y se manifiesta en la generación que sigue».

En conclusión, el Papa ha subrayado que «solo la vejez espiritual puede dar este testimonio, humilde y deslumbrante, haciéndola autorizada y ejemplar para todos. La vejez que ha cultivado la sensibilidad del alma apaga toda envidia entre las generaciones, todo resentimiento, toda recriminación por una venida de Dios en la generación venidera, que llega junto con la despedida de la propia. La sensibilidad espiritual de la edad anciana es capaz de abatir la competición y el conflicto entre las generaciones de forma creíble y definitiva. Algo imposible para los hombres, pero posible para Dios. ¡Y hoy lo necesitamos mucho!»

Reverendo SOS

Darse, cuidarse, dejarse cuidar y respetar al otro

El doctor Carlos Chiclana reflexiona sobre cuatro acciones relacionales: tú contigo mismo, tú con el otro, el otro contigo y el otro consigo mismo. Afirma que la propia libertad aumenta cuando se entra en relación con el otro. 

Carlos Chiclana·29 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Tu libertad termina donde empieza la mía”. ¿Estás de acuerdo con esta afirmación? Yo no, aunque pudiera ser útil para un litigio. La podemos transformar si consideramos el crecimiento y desarrollo personal que se produce cuando trasciendes tu yo, sales a encontrarte con otra persona, la adentras en ti y dejas que te afecte y transforme. Tu libertad se hace más libertad si entras en relación con el otro y dejas que te afecte con todo lo bueno y lo malo.

Cuando, con empatía, permites que la otra persona se meta dentro de ti, toque tu corazón, conecte con esa parte tuya que siente lo mismo, y active esa sensibilidad particular -sea en modo gustoso y de atracción, sea con disgusto, repulsión y rechazo- dejas que interpele a tu libertad: tienes que mover ficha. Eres tú quien ha de responder y te están preguntando si reconoces que el otro vale en sí mismo, si valoras que la vivencia del otro merece ser comprendida, acogida, validada. 

Para que tu libertad crezca, se haga más libre, más auténtica y más tuya, además de dejarte afectar y “padecer al otro”, es necesario elaborar una respuesta, y no sólo una reacción, ante esa propuesta vital. Una respuesta que elija con equilibrio entre lo bueno en sí mismo, lo bueno para mí, lo bueno para el otro y lo bueno para la relación. Mi libertad aumenta gracias a tu libertad. 

Sí, al afectarte, te genera emociones, pensamientos, sentimientos y te interpela. Surge una reacción espontánea e involuntaria, de atracción y afecto o de rechazo y desafección, que pide ser regulada por ti para elaborar una respuesta adaptada. Puedes escoger lo bueno para ti y para el otro, hacerte más tú mismo, relacionarte con otras partes de ti y, a la vez, trascender. Hacerte a ti mismo y en la relación. 

Es necesario que, si tienes afán de trascender y estar pendiente de otros y servirles –típicas manías y costumbres de los sacerdotes- busques también el equilibrio entre darte y cuidarte, para no desgastarte o quedarte en números rojos. Para darse es necesario poseerse, para salir es necesario estar dentro. En cada acción que lleves a cabo puedes considerar esas cuatro relaciones: tú contigo mismo, tú con el otro, el otro contigo y el otro consigo mismo. De esta forma distribuyes “las fuerzas relacionales”, según cada situación y relación específica, y concretas el modo de darte y de cuidarte. De aquí surgirá una reciprocidad que se puede concretar en:

1.- Actúas sobre los demás: te entregas, estás solícito y disponible; te relacionas con gratuidad; interactúas con el diferente; acoges incondicionalmente al otro; apartas la mirada de ti mismo y das las gracias.

2.- Te atiendes a ti mismo: pones límites, dices que no o que sí de forma proporcionada; valoras lo que das y te satisfaces por ello; no necesitas a otro en exclusiva ni dependes en forma absoluta del otro.

3.- Facilitas que te atiendan a ti: pides ayuda, te dejas ayudar y servir de forma proporcionada, recibes de los demás; te abres a la acción del otro; aceptas algunas cuestiones que te sugieren; dejas que sean agradecidos contigo; valoras lo que recibes y facilitas que la alteridad te forme, conforme y transforme.

4.- Dejas que la otra persona tenga su espacio, tome sus decisiones y se haga responsable de su vida y de su felicidad: no invades o proteges de forma innecesaria, respetas y dejas que actúe según su criterio; no te haces responsable de asuntos que no te corresponden y no homologas la realidad a tu criterio.

De esta manera no tienes que contraponer darte con cuidarte, sino que puedes elegir me doy y me cuido. Mi libertad se enriquece cuando se encuentra con la tuya. 

Te permites ser puesto en crisis por el otro, en disposición al cambio, en movimiento, porque te ves “obligado por ti mismo” a dar razón de tu comportamiento con el otro e interpelado a definir tu propia identidad. Por tanto, vislumbrarás el misterio, que es mucho más de lo que aparenta atractivo o repulsivo, como bien o mal físico, como agradable psicológica o moralmente.

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Teología del siglo XX

Las etapas de Joseph Ratzinger (III). Papa Benedicto XVI (2005-2013)

En los dos artículos anteriores, hemos visto ya tres de las cuatro etapas teológicas de la vida de Benedicto XVI como profesor y obispo (I), y como prefecto para la Doctrina de la Fe (II). Nos queda la cuarta, como Papa (III), que veremos en este artículo. 

Juan Luis Lorda·29 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

Traducción del artículo al inglés

Con su elección pontificia, Ratzinger se convirtió en el primer Papa propiamente teólogo. Y, como “cooperador de la verdad” consolidó las líneas en que trabajaba, las que necesita la Iglesia en el inicio del tercer milenio. Antes de abordar la cuarta etapa teológica de la vida de Benedicto XVI, como Papa, conviene hacer dos matices. 

Perfil teológico y Obras Completas

El perfil de un teólogo importante está configurado, antes que nada, por los tópicos que todo el mundo repite y cuajan en las historias de la teología y diccionarios. Suelen tener fundamento. En Joseph Ratzinger, se habla de la razón ampliada, la dictadura del relativismo, la antropología relacional, el personalismo y la primacía agustiniana del amor, la atención a la liturgia, el ecumenismo… Después, su perfil queda marcado por sus libros más conocidos Introducción al cristianismo, Informe sobre la fe, Jesús de Nazaret, y sus conferencias como prefecto… Son las fuentes para estudiarlo.

Pero la edición de sus obras completas (O.C), como ya advertimos, ha transformado esto.

 Porque han emergido, por ejemplo, las dos tesis, sobre San Agustín y sobre San Buenaventura, que son los estudios más extensos y sistemáticos de su etapa académica. Y se han compuesto dos volúmenes con todos sus comentarios al Concilio, que son un trabajo muy relevante de su época de profesor. Y hay otro volumen entero dedicado al sacerdocio. Además, el pequeño manual de Escatología, al añadirle otros materiales, se ha convertido también en un poderoso volumen. Por eso las fuentes para estudiar a Ratzinger no son las mismas ahora que antes. 

El perfil teológico como Papa

Otro matiz. Al convertirse en Papa, ya no es un teólogo privado, sino que ejerce constantemente un Magisterio público. Esto afecta a su perfil teológico en dos sentidos. No todo lo que escribe pasa a ser Magisterio. Y también no todo lo que enseña como Papa es exactamente su opinión teológica. 

Como ya hizo Juan Pablo II en Cruzando el umbral de la esperanza o en sus memorias, hay escritos de Joseph Ratzinger que solo expresan su opinión personal, y no son Magisterio. En Jesús de Nazaret lo declara expresamente. Pero lo mismo pasa en las conversaciones con Seewald (La luz del mundo, 2010) y otros momentos de expansión. 

También sucede que no todo su Magisterio expresa exactamente su manera de pensar, porque gran parte de lo que predica no lo escribió él. Lo hicieron los que le ayudan con su aprobación y según los casos, con su orientación o sus correcciones. Y es Magisterio ordinario porque representa lo que la Iglesia cree. No hay problema. Pero no refleja necesariamente su enfoque teológico o su estilo personal. Es preciso tenerlo en cuenta al hacer síntesis de su pensamiento o tesis doctorales. No es útil recortar y mezclar todo tipo de materiales. 

Por ejemplo, los hermosos ciclos que desarrolló en las audiencias sobre los orígenes del cristianismo, san Pablo, los grandes teólogos antiguos y medievales, los doctores de la Iglesia, y la oración, son gratos y útiles para la enseñanza. Y están ahí porque él ha querido. Pero no tendría sentido extraer de allí su pensamiento teológico. No los ha escrito. 

Los “lugares teológicos” del Papa

Evidentemente, una perfecta discriminación entre lo que ha escrito y lo que no, es imposible. Pero sí se puede pensar qué inspiraciones teológicas tuvo su Magisterio y qué hizo efectivamente con ellas. 

Para saber lo que quería hacer como papa, hay tres primeros textos muy personales y relevantes, que recordaremos enseguida. 

Después, hay que repasar lo que hizo e impulsó. Primero las encíclicas y las exhortaciones apostólicas, que, aunque no las haya escrito enteras, representan sus grandes líneas. 

Destacan los empeños ecuménicos, objetivo importante que acompaña todo el pontificado, y merece un estudio aparte. 

Hay intervenciones donde se implica muy personalmente, como los viajes a Alemania (el Parlamento alemán). Quizá la conferencia fallida de La Sapienza (2008) o la intervención en la ONU (2008), o su discurso en Westminster al parlamento británico (2010)… También hay momentos donde su voz es muy personal: encuentros con sacerdotes o seminaristas o compatriotas, entrevistas con Seewald.

Y, por supuesto, lo más teológicamente personal y un anhelo de su vida es el libro Jesús de Nazaret, escrito con un tesón y una perseverancia heroicos. 

Tres primeras intervenciones

El 18-IV-2005, el cardenal Ratzinger, como decano del sacro colegio, presidió la Misa antes del cónclave donde saldría elegido papa. Y pronunció una famosa homilía. Habló de la amenaza de una “dictadura del relativismo” y de la respuesta cristiana: “Una fe que no sigue las olas de la moda y la última novedad: adulta y madura es una fe profundamente enraizada en la amistad con Cristo. […] debemos guiar el rebaño de Cristo hacia esta fe. Solo esta fe crea unidad y se realiza en la caridad”. Confiaba, como siempre, en una verdad cristiana dicha con caridad. 

El 20-IV-2005, tras ser elegido y celebrar la Misa, se dirigió a los cardenales. Después de recordar a Juan Pablo II, pidió la comunión eclesial, tema del Concilio. Y dijo “quiero reafirmar con fuerza mi decidida voluntad de proseguir en el compromiso de aplicación del Concilio Vaticano II, a ejemplo de mis predecesores y en continuidad fiel con la tradición de dos mil años de la Iglesia”. Y como era el año del Sínodo de la Eucaristía, añadió: “¿Cómo no percibir en esta coincidencia providencial un elemento que debe caracterizar el ministerio al que he sido llamado?”. Se comprometió a “hacer todo lo posible para promover la causa prioritaria del ecumenismo”, a “proseguir el prometedor diálogo entablado por mis venerados predecesores con las diferentes culturas” y a “proponer al mundo la voz de Aquel que dijo: ‘Yo soy la luz del mundo’”, especialmente a los jóvenes. 

Pero el texto más sorprendente es el saludo que dirigió ese año por Navidad a la curia romana (22-XII-2005). Aprovechó para ver dónde estaba la Iglesia. Juzgar la aplicación del Concilio, que fue una reforma y no una ruptura, y en muchos puntos queda pendiente de aplicación. Repasar las grandes cuestiones de la evangelización en relación con el mundo moderno, con tres preguntas: el diálogo con las ciencias (también la exégesis), el diálogo con el pensamiento político y el diálogo interreligioso. Y, de paso, dio una respuesta teológica sobre la libertad religiosa, que era uno de los motivos del cisma de Lefebvre. Texto para releer, subrayar y resumir. Realmente, una clave de las intenciones y enfoque del pontificado. 

Las encíclicas y exhortaciones

De las tres encíclicas de Benedicto XVI, la primera, Deus caritas est (2006), quizá es la más personal. Según la biografía de Seewald, ya estaba más o menos preparada la segunda parte: la caridad en la Iglesia, en relación con la labor asistencial y caritativa, con ánimo de insistir que la Iglesia no es simplemente una ONG, y que vive de la caridad de Cristo. Se le añadió una magnífica primera parte sobre lo que es el amor y el amor cristiano. Al leerla, se encuentra, sobre todo al principio, el estilo de Ratzinger. Spe Salvi (2007) también recoge una preocupación personal de Benedicto XVI: la esperanza, como mirada cristiana al futuro, a la salvación de Dios. Con su oscurecimiento y los modernos intentos de sustitución políticos y económicos. Y los lugares donde se puede recuperar: la oración, el actuar y el sufrir cristiano, y el anhelo de un juicio definitivo. Algunos destellos recuerdan su manual de escatología. 

Caritas in veritate (2009) está escrita en la perspectiva de Populorum progressio (1967), de Pablo VI, y salió en medio de una crisis económica mundial (2008). Quería retomar la tradición de las grandes encíclicas sociales y avanzar sugerencias para abordar los problemas de la pobreza de tantas naciones. El desinflamiento del mundo comunista había hecho desaparecer respuestas y horizontes falsos, pero era necesaria una acción positiva. Repensar las condiciones de un desarrollo verdadero. Eso es una caridad eficaz, y, para los cristianos, inspirada en Cristo y con su ayuda. 

Quedaría el boceto de la encíclica sobre la fe, después de la caridad y la esperanza (Lumen fidei), con su tema central Hemos creído en el amor, tan de Ratzinger, a la que le pilló el cambio de pontificado (2013) y quedó en sordina.

Las dos exhortaciones apostólicas se corresponden con dos sínodos. El primero convocado por Juan Pablo II, pero presidido por Benedicto XVI (2005), da lugar a Sacramentum charitatis (2007). Como hemos visto le parecía providencial centrarse en la Eucaristía para reavivar la vida de Iglesia. El tema del segundo sínodo (2008) supone un cierto cambio con la tradición preferentemente pastoral: la lectura cristiana de la Biblia, que da lugar a Verbum Domini (2010). Recoge su inquietud por difundir un acercamiento creyente a la Biblia. Por eso está sacando tiempo para escribir Jesús de Nazaret.

Conferencias y homilías

De este inmenso material, destacan, por más personales, los dos viajes a Alemania (2006 y 2011). Y no tienen desperdicio. Es evidente que la Homilía en la catedral de Ratisbona y el discurso en la Universidad, su universidad (2006), eran suyos, también por el revuelo que causó una cita anecdótica sobre la violencia musulmana. Revuelo, al final, felizmente reconducido. Pero el tema principal era muy suyo la relación entre ciencia y fe y el papel público de la fe. 

En el segundo viaje a Alemania (2011), además del informal encuentro con periodistas y el conmovedor encuentro con seminaristas en Friburgo, está su memorable intervención en el Parlamento alemán recordando los fundamentos morales del estado democrático y la amarga experiencia de cómo un grupo sin escrúpulos (los nazis) podía hacerse con el poder. 

Por supuesto que hay muchas más cosas en tantos viajes memorables: el entusiasmo de Polonia (2006), la entrada en la Mezquita azul de Estambul y los encuentros con el patriarca de Constantinopla (2006), el discurso a la intelectualidad francesa (2008), el recorrido por México y Cuba (2012). Y los buenos momentos de las Jornadas mundiales de la juventud en Colonia (2005), Sidney (2008) y Madrid (2011). Y, siempre en los viajes, el trabajo ecuménico. 

El problema de la exégesis

Joseph Ratzinger siempre fue un estudioso atento de los progresos exegéticos e hizo mucho por estar bien informado, especialmente de la bibliografía alemana, como se aprecia claramente en los prólogos de estos tres libros. Pronto se dio cuenta de que, junto a notables aportaciones, el puro método histórico-crítico llevaba a encerrar los textos de la Biblia en el pasado, a hacerlos cada vez más lejanos y a concluir tal cantidad de hipótesis dispersas, que, en realidad, no se podía concluir nada. 

Pero esto aplicado a la vida de Cristo suponía dejarlo encerrado en el pasado y distinguir casi radicalmente el Cristo de la fe confesado, del Cristo de la historia, en realidad perdido. De manera que todas las afirmaciones de la Iglesia, en perfecta conexión con las afirmaciones de los textos, quedaban en el aire. Pendientes de las hipótesis más disparatadas sobre cómo podían haberse compuesto en tan poco tiempo unas afirmaciones sobre la figura de Jesucristo, su divinidad, sus milagros, tan inverosímiles desde el punto de vista histórico puramente humano. Inverosímiles salvo que fueran realmente acción de Dios. Si no se parte de la fe, se ve uno obligado a hacer reconstrucciones realmente difíciles y perfectamente en el aire. 

Con todo su saber, las tres partes de esta obra, es el intento de hacer una exégesis creyente, al mismo tiempo que informada, centrada en la fe en Jesucristo. Estaba convencido de la urgencia de este enfoque. Creía firmemente que era un servicio que él debía prestar. Lo había intentado y comenzado siendo prefecto, y tuvo el mérito increíble de llevarlo a cabo siendo Papa. 

Conclusión

Evidentemente, su renuncia (2013) también encerraba una cuestión teológica: ¿tenía derecho a renunciar? Solo existía un precedente y en circunstancias especiales: la renuncia-huida de Celestino V (1294), porque otras fueron obligadas (Cisma de Occidente). Juan Pablo II se lo planteó y pensó que no era posible. Benedicto XVI se lo planteó y decidió que debía hacerlo y creó un precedente razonable. 

Al final de su último libro-entrevista con Seewald (Benedicto XVI. Últimas conversaciones, Mensajero, Bilbao 2016), cuando ya estaba retirado, comentó su lema episcopal Cooperador de la verdad: “En la década de 1970, cobré clara conciencia de lo siguiente: Si nos olvidamos de la verdad, ¿para qué hacemos todo esto? […] Con la verdad, se puede colaborar porque es Persona. Es posible comprometerse con ella, intentar hacerla valer. Eso me pareció, al final, la verdadera definición de teólogo” (292). Desde entonces hasta el fin.

Vaticano

Momento de la consagración de Rusia y Ucrania

Rome Reports·28 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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El 25 de marzo, el Papa Francisco consagraba las naciones de Ucrania y Rusia al Corazón Inmaculado de la Virgen pidiendo por la paz en estas naciones.

Así oraba el Santo Padre ante la imagen de la Virgen.


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España

Miles de personas defienden la vida y cuidado del ser humano en Madrid

La Marcha Sí a la Vida reivindicó en Madrid la vida, la cultura del cuidado de todo ser humano desde su concepción hasta la muerte natural, y la abolición de leyes como las de eutanasia y aborto. Testimonios de mujeres ucranianas, y la defensa de la objeción de conciencia, marcaron el acto.

Rafael Miner·28 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Numerosos jóvenes y familias con niños y abuelos, acompañados por conocidos ‘influencers’ como Grace Villarreal y Joan Folch, o productores de tv y periodistas como Diego de Julián e Ivana Carrero, protagonizaron la Marcha, y salieron a la calle en conmemoración del Día Internacional de la Vida, tras dos años de celebración online. Hubo en torno a 20.000 personas, según los organizadores, aunque la Delegación del Gobierno rebajó la cifra a la mitad.

La Plataforma Sí a la Vida, integrada por más de 500 asociaciones a las que les une la defensa de la vida desde su inicio a su fin natural, impulsó un encuentro en tono alegre, pero firme en sus convicciones por la vida, que concluyó cerca de la madrileña Plaza de Cibeles en un acto con música y testimonios.

La celebración incluyó un Manifiesto de 7 puntos, que pueden ver al final, y “el tradicional minuto de silencio y suelta de globos en recuerdo de los no nacidos y todas las víctimas de la cultura de la muerte”.

A la convocatoria acudieron personas y familias de una veintena de ciudades españolas como Barcelona, Sevilla, Pamplona, Cadiz. Córdoba, Alicante, Santiago de Compostela, etc. Otros miles de personas realizaron la marcha online y siguieron el acto en directo por el perfil de Youtube de la plataforma.

En la pancarta de la cabecera de la Marcha se situaron representantes de asociaciones implicadas en la defensa de la vida en distintos ámbitos, como Alicia Latorre, portavoz de la Plataforma Sí a la Vida y presidenta de la Federación Española de Asociaciones Provida; Alfonso Bullón de Mendoza, presidente de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), y de la Fundación Universitaria San Pablo CEU; Javier Rodríguez, director general del Foro de la Familia, y Benigno Blanco, ex presidente del Foro de la Familia; Álvaro Ortega, presidente de Fundación + Vida, o la coordinadora europea de One of Us, Ana del Pino, la Fundación RedMadre entre otros.

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Ucranianas defensoras de la vida

El acto estuvo conducido por Diego de Julián y la ‘influencer’ Grace Villarreal, entrevistada por Omnes el día 25. Uno de los momentos más emotivos tuvo lugar cuando subieron al escenario dos hermanas ucranianas, Halina y Marina, ésta embarazada de 25 semanas, con quienes se rindió homenaje al pueblo ucraniano deseando la paz. Halina contó cómo tras asistir a una Marcha Sí a la Vida, ofrece ahora su apoyo a mujeres embarazadas que acuden a centros abortistas. Pueden ver su testimonio en video aquí.

Por su parte, Marina dejó escuchar en directo el latido del corazón de su hijo; con este sonido se llevó a cabo el tradicional minuto de silencio y suelta de globos. En el latido de este bebé estuvo “el recuerdo de los no nacidos a causa del aborto y todas las víctimas de la cultura de la muerte”. 

Objeción de conciencia, y acogida

La celebración por la vida culminó con un concierto de los Hermanos Martínez, pero antes hubo más intervenciones. Por ejemplo, la del decano del Colegio de Médicos de Madrid, Dr. Manuel Martínez Sellés, y las de Pablo Boccanera y Elisabeth Delamer junto a su hija biológica Teresa, una familia que acoge niños con enfermedades, y cuya hija, Teresa, ha seguido su ejemplo y ahora es madre de acogida de una pequeña de 2 años.  

El doctor Martínez Sellés, que salió al escenario con bata blanca, subrayó entre otras cosas, que “a los médicos no nos puede obligar a practicar ni el aborto ni la eutanasia, porque nuestra objeción de conciencia está garantizada tanto en nuestra Constitución como en la Carta Europea de Derechos Fundamentales”. “Lo que pedimos los médicos”, añadió, a preguntas de Grace Villarreal, “es que nos permitan cuidar, tratar, paliar. Los médicos nos dedicamos a eso, no nos dedicamos a matar”.

Milla urbana y concurso de relatos

Antes de la Marcha, a las 10,00 a.m., tuvo lugar en la calle Serrano una Carrera, en formato Milla urbana, impulsada por la asociación Deportistas por la Vida, tal como ha informado Omnes, y que convocó a más de un centenar de corredores en diversas categorías. La asociación que preside José Javier Fernández Jáuregui ha dado a conocer los resultados y ganadores en las diversas categorías.

Por otra parte, los ganadores del Concurso de relatos asociado a esta II Carrera de Deportistas por la Vida, en el que colabora Omnes, se darán a conocer en esta misma web en los próximos días.

carrera vida

Ideas fuerza, y Manifiesto

Además de las declaraciones del Dr. Manuel Martínez Selles, Alicia Latorre aseguró que “el Sí a la Vida es una convocatoria de vida, de compromiso, cuya fuerza está en la causa que defendemos. La mera celebración ya es un fruto importante y por supuesto las muchísimas consecuencias positivas que de ello se derivan. Es una oportunidad y un privilegio poder defender la vida de todos y confiar sin atisbo de duda que la verdad y el bien van ganando las mentes y los corazones”. 

Al mismo tiempo, la portavoz de la plataforma señaló que “no se pueden recuperar las vidas perdidas ni el mal hecho, pero tenemos en nuestras manos el presente y, por tanto, el futuro y confiamos en que cada vez más personas se unan a la causa de la vida también quizá las que han estado defendiendo lo contrario”.

María José, Lola…

Entre los numerosos testimonios recogidos, María José, que participó en la Carrera, señaló a Omnes que estaba ahí “para defender la vida desde el primer momento de su concepción hasta su muerte natural, para concienciar a la gente de que tenemos que defender la vida, que no podemos quedarnos en casa, dormidos en el sofá, sino que tenemos que luchar por la vida. He venido con mi esposo, Andrés, que también ha corrido. Vivimos por la zona de Villaverde y tenemos tres hijos mayores”.

Alberto, Covadonga, José, Lola, Matilde…, son jóvenes de diversas ciudades andaluzas como Jaén, Córdoba o Bailén, se enteraron de la Carrera por familiares, y viven en Madrid. No tuvieron inconveniente en ser fotografiados. Lola, a un mes de casarse, manifestó a Omnes que “es una tremenda tristeza vivir en una sociedad en la que hay que convencer a las mujeres de que cada uno tenga sus propios hijos, todos los bebés quieren nacer, y es tremendamente triste que haya incluso que debatir estas cosas”.

A juicio de Lola, “el derecho a la vida es el principal de los derechos, porque sin él no existe ningún otro, y que se ponga eso en cuestión es lamentable. Si pensáramos sólo por un segundo desde la perspectiva del bebé, no habría cuestión, nadie se lo plantearía. No tiene sentido que por la edad de un ser humano valga más o menos su vida que la de otro. Precisamente cuando los niños están en el útero es cuando son más indefensos”.


Manifiesto Sí a la Vida 2022

Los siete puntos del Manifiesto de la Marcha son los siguientes:

1. Proclamamos que TODO ser humano tiene derecho a la vida y a ser tratado como merece su especial dignidad, desde su concepción hasta la muerte natural.
 
2. Queremos mostrar la grandeza de la cultura de la vida, que es generosa, acogedora constructiva, alegre, que cura heridas, que no se rinde.
 
3. Rechazamos todas las leyes y prácticas que atentan contra la vida humana en cualquier momento de su existencia, así como su financiación e imposición ideológica.
 
4. Exigimos que se sepa la verdad sobre todos los horrores, intereses y estrategias que encierra la cultura de la muerte y sus terribles consecuencias personales y sociales.
 
5. Reclamamos que, de manera prioritaria, los avances médicos y los cuidados lleguen a todos sin excepción y se destinen a ello todos los recursos materiales y personales necesarios.
 
6. Respaldamos y agradecemos a todas las personas y asociaciones que desde distintos ámbitos trabajan a favor de toda vida humana, a pesar de las muchas dificultades e incluso de la persecución.
 
7. Por todo ello, mostramos, un año más, nuestro compromiso público y unitario de continuar diciendo siempre y en toda circunstancia ¡Sí a la vida!

Como es habitual, la organización realizó un llamamiento a la solidaridad para ayudar sufragar los gastos que supone este evento, mediante Bizum ONG: 00589
O por Transferencia: ES28 0081 7306 6900 0140 0041 a la Federación Española de Asociaciones Provida. Concepto: Sí a la Vida.


  

Vaticano

De dónde viene la reforma de la Curia y a dónde va

La reforma de la Curia Romana busca fortalecer el proceso de anuncio del Evangelio en la época contemporánea, y expresa también el principio de sinodalidad y de escucha tan querido por el Papa Francisco.

Giovanni Tridente·28 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

En 2013 indicábamos que el verdadero inicio de los procedimientos que llevarían a completar la reforma de la Curia Romana -solicitada en las Congregaciones Generales antes del Cónclave que eligió al Papa Francisco- se encontraba en el nombramiento del nuevo Secretario de Estado, que tomó posesión el 15 de octubre de ese mismo año.

Y es notable que ya en aquella ocasión, al comentar su nombramiento, el entonces arzobispo Pietro Parolin, Nuncio Apostólico en Venezuela, hablara de su plena disposición a colaborar por el bien de la Iglesia y «por el progreso y la paz de la humanidad, para que ésta encuentre razones para vivir y esperar». Hace ya nueve años, de hecho, había varios conflictos que sacudían el mundo, empezando por las regiones de Oriente Medio, y el Papa Francisco había convocado una primera «vigilia de oración por la paz». Eso fue el 7 de septiembre de 2013.

Son circunstancias que vienen a cuento y plantean interrogantes, precisamente porque, mientras se ha mantenido el compromiso asumido al inicio del pontificado de reformar y racionalizar la estructura operativa central de la Iglesia de Roma, en el mundo, sin embargo, seguimos en el «año cero» de la paz, con un enorme conflicto aún más exacerbado a las puertas de Europa. Una Europa, casualmente, que el año anterior (2012) había sido galardonada precisamente con el Premio Nobel de la Paz.

También en aquellas semanas de septiembre de 2013, el Papa Francisco había concedido su primera entrevista a la revista jesuita La Civiltà Cattolica, y hablando del verdadero papel de los dicasterios de la Curia Romana, había reiterado que estaban «al servicio del Papa y de los obispos: tienen que ayudar a las Iglesias particulares y a las conferencias episcopales. Son instancias de ayuda».

Y, en efecto, sobre esta premisa se ha elaborado la Praedicate Evangelium , entregado a toda la Iglesia en la solemnidad de San José, el pasado 19 de marzo. Omnes ya publicó un detallado análisis el mismo día de su publicación, a cargo del canonista Jesús Miñambres.

Aquí conviene recordar que se trata de una reforma que llega 38 años después de la anterior Constitución Pastor Bonus deseada por san Juan Pablo II. Al formalizar en un único texto jurídico las numerosas «pequeñas reformas» llevadas a cabo por el Papa Francisco en el curso de su pontificado, el documento expresa también ese principio de sinodalidad y de escucha tan querido por el Pontífice, habiendo adquirido, tras el borrador inicial, observaciones, opiniones, sugerencias y peticiones de los jefes de Dicasterio de la Curia Romana, de los Cardenales reunidos en Consistorio e indicaciones de los Episcopados locales.

Observando las apariciones de las palabras más citadas en el texto, además de las inevitables de dicasterio, Iglesia y obispos, surgen claramente servicio, competencia, fe, pastoral, colaboración, misión, formación, comunión, doctrina, laicos, relaciones, Evangelio y justicia. Sólo con estos términos se esboza rápidamente la base de esta Reforma, que busca fortalecer el proceso de anuncio del Evangelio en la época contemporánea. No se trata, en definitiva, de un simple maquillaje -procedimientos que son, entre otras cosas, muy desagradables para el Papa- sino de una verdadera regeneración de procesos, competencias y visión.

Ahora estamos esperando la Editio Typica en latín, con su publicación en L’Osservatore Romano, para tener el texto definitivo del documento (y también el legalmente válido), del que saldrán las traducciones a las demás lenguas principales. Se entiende que la reforma entrará en vigor el 5 de junio, día de Pentecostés.

España

“El cristiano se interesa por su sociedad porque forma parte de ella”

El lanzamiento del Máster en Cristianismo y Cultura contemporánea por la Universidad de Navarra pone el foco en la necesidad de una formación humanística que impulse la presencia de la propuesta cristiana en los principales debates culturales y sociales de la actualidad. 

Maria José Atienza·28 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

En noviembre de 2020, un artículo del periodista Diego Garrocho ponía sobre la mesa la pregunta acerca de dónde se encontraban, en el panorama socio cultural español, los que él llamaba “intelectuales católicos”. 

Este artículo dio lugar a una interesante cascada de respuestas y nuevas cuestiones, publicadas desde distintos ámbitos por parte de filósofos, periodistas, profesores…, que, desde diferentes posiciones ideológicas y existenciales planteaban la incomparecencia o no, de la propuesta cultural cristiana en los debates de pensamiento en la actualidad y del que la web de Omnes se hizo amplio eco. 

Más allá de que hay quienes piensan que este debate, cuyos momentos más encendidos se alargaron hasta enero de 2021, no ha ido más allá de una somera exposición de motivos, culpabilidades o quejas, la realidad es que la manifestación y reflexión pública acerca de esta cuestión demuestra que la propuesta intelectual y vital cristiana no sólo ha de ser ofertada sino que es más que nunca necesaria en el debate cultural, social y antropológico actual. 

De manera paralela a este debate mediático y más o menos conocido, la Universidad de Navarra perfilaba ya lo que sería el nuevo Máster en Cristianismo y Cultura contemporánea que comenzará, de manera online y presencial el próximo septiembre en el campus de Madrid. 

El Máster nace de la experiencia del Instituto Core Curriculum, una enseñanza humanística dirigida a alumnos de cualquier grado que, desde hace años, se desarrolla en esta universidad con una excelente acogida entre los alumnos y que supone una balsa de conocimiento y formación intelectual alejada del utilitarismo. En este sentido, el director académico de este Máster en Cristianismo y Cultura contemporánea, Mariano Crespo, señala, en una conversación con Omnes, cómo “en un mundo que lo que busca es la utilidad inmediata, también en lo académico plantear unos estudios de este tipo recupera algo importante que quizás estamos perdiendo: la formación en preguntarse a uno mismo sobre esas cuestiones eternas que son, al mismo tiempo, acuciantes en la sociedad actual”.

Una sociedad fragmentada 

Cada día constatamos que nos encontramos inmersos en una sociedad que parece haber olvidado el razonamiento para sustituirlo por el sentimiento. Sin embargo, en este maremágnum de opiniones inestables el anhelo de razones fundadas se hace cada vez más patente y necesario. Una necesidad de la que hemos hablado también con Julia Pavón, decana de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Navarra y Ricardo Piñero, catedrático de Estética. en este sentido, Pavón señala que “la sociedad sí que piensa. Lo que ocurre es que los instrumentos que tiene para desarrollar ese pensamiento son demasiado emotivos o demasiado inmediatos. No hay un planteamiento racional o coherente de determinadas cuestiones. Tenemos pequeños fragmentos, posts, noticias, flashes…que no se acaban hilvanando entre sí porque no hay tiempo de reposo para articularlos en un mismo mensaje. De ahí el triunfo de los ‘contenidos de un día’. Hay que buscar los caminos para que estos contenidos se articulen intelectualmente y dar respuestas a las cuestiones claves”. Estos flashes, como destaca Pavón, forman parte de una cultura fragmentada como la nuestra, en la que destaca el “tertuliano, ese que sabe de todo: política, religión, deporte, economía… y esto es imposible. Podemos tener opiniones de todo, pero no podemos saber de todo. Esto demuestra que, en realidad, queremos estar en muchos frentes pero, en el fondo, no somos capaces de articular un relato, una alternativa coherente a las opiniones diferentes. Para ello es necesario tener argumentos racionales”. 

Aquí radica, en esa formación del pensamiento, la propuesta que se lanza en estos momentos. No se trata de dar las respuestas unívocas sino de suscitar las cuestiones, encontrar las repuestas y sobre todo, entrar en el debate cultural actual con una propuesta que muestre la verdad de las cosas. “El cristianismo en su forma mas pura no adoctrina, sino que muestra”, defiende Julia Pavón. 

Argumentación racional y fe

“Precisamente, en debates que se han suscitado en los últimos años en la opinión pública, como por ejemplo, el del aborto”, observa Crespo, “me llamó la atención cómo se planteaba que una persona está en contra del aborto porque es cristiana y, por tanto, tenía unas razones de orden religioso –que se consideran preferencias emocionales subjetivas– para estar a favor de la vida. Es decir, se quería presentar su postura anti aborto como una cuestión emotiva. Y no es así. Desde el punto de vista emocional hay cosas que me gustan y cosas que no me gustan; si se me preguntan las razones de por qué me gusta o no, puedo terminar en un momento de ‘porque es así y punto’. Algo parecido pasaba con esos debates, se consideraba que llegado un punto no se podía argumentar y ése es un planteamiento que ciega la exposición. La realidad no es esta. Los cristianos no están en contra del aborto o la eutanasia por razones subjetivas. Tenemos auténticas razones. Es una postura racional, con argumentos racionales, biológicos, naturales… que pueden y deben aportar en este debate”

Por su parte, Julia Pavón señala que “para dialogar verdaderamente hay que conocer los temas que se abordan, sus bases y sus argumentos, las razones de su éxito o no pero no hemos de tener miedo y encerrarnos en un gueto de los ‘anti’ pensando que el resto de la sociedad está mal. La seguridad no se gana en el grupo cerrado. La seguridad se gana a través de la autonomía del pensamiento, teniendo argumentos razonables”.

Propuesta cristiana, ¿desaparecida?

 ¿Existe, pues, una incomparecencia real de la propuesta cristiana en el debate cultural actual? ¿Quiénes son los culpables de este silenciamiento? ¿Faltan católicos o más bien faltan intelectuales? 

“Personalmente huyo de la etiqueta de intelectual cristiano”, destaca Ricardo Piñero. “No escucho eso de ‘debate de intelectuales ateos’…. de ‘intelectuales musulmanes’. Creo que los que somos cristianos, no somos tan buenos cristianos si tenemos que decirlo. En el momento que uno tiene que explicar quién es, es porque no se le nota y, en esta vida hay un ejercicio muy interesante que se llama coherencia”. 

Por esa coherencia, que habría de ser propia de la vida, continúa Piñero, “el cristiano se interesa por su sociedad porque forma parte de ella. Nunca el cristianismo ha estado fuera de su mundo”. 

Para este catedrático de Estética y Teoría de las Artes, la realidad con la que nos encontramos no es que el mundo silencie la propuesta cristiana. Esta voz cristiana existe, señala Ricardo Piñero, puesto que “damos conferencias, asistimos a congresos… pero existe, eso sí, un ‘cortocircuito’ entre lo que el mercado mueve y el impacto que eso tiene. Quizás, el problema es que los intelectuales nos limitamos a ejercer, en muchas ocasiones, el oficio del profesor y las preocupaciones se centrar en acreditarse, pasar al siguiente escalón de la carrera profesional”. 

Una concepción de la docencia que, aunque en temporadas vitales sea necesario, como reconoce el propio Piñero, hay que superar en ese ejercicio de coherencia que “tiene un precio, pero también tiene un premio, y es sentirse libre de hacer lo que realmente uno quiere y esta convencido”.  

Coherencia y soberbia doctrinal

“La gran cuestión es si quienes nos consideramos cristianos hemos hecho, o no, ese ejercicio de coherencia”, apunta Piñero. “Me parece muy triste que el debate de los intelectuales ‘cristianos’ se termine en sobre si es posible el debate o no. Los intelectuales debemos pensar sobre los grandes problemas, no sobre nosotros mismos. Si nosotros mismos somos parte del problema entonces sí, hay que pensarlo. Pero eso tiene un alcance limitado”.

Una realidad que, para Piñero, en parte, es resultado de encerrarse en un círculo concreto, sin permeabilidad alguna con el resto del mundo. Quizás provocado por el miedo, la pereza o la reacción defensiva llevada al extremo, la presencia cristiana se ha visto afectada por lo que Piñero califica de “soberbia doctrinal: “Hemos ido siempre a imponer una serie de criterios porque pensábamos que estábamos mas allá de cualquier otra posición. Y eso es un error de bulto porque es imposible dialogar con alguien si no se le escucha. Parte del fracaso de nuestra falta de presencia es que nos hemos dedicado a hablar, y sólo hemos hablado de cuestiones que nos interesaban a nosotros mismos. No hemos escuchado las preguntas de la sociedad. Los ‘intelectuales cristianos’ tenemos que dedicar tiempo a dos cosas: a aprender de los otros y estudiar los signos de los tiempos y a proponer nuestro mensaje, para salir de esa soberbia doctrinal. Salir del texto previo y escuchar al otro. Es antiestadístico considerar que todo lo que dice el de enfrente está en contra de mi pensamiento”. 

En esta línea se sitúa también Mariano Crespo cuando señala que “tal y como está planteado el currículo de la enseñanza media en España hay una cierta contradicción. Por un lado, se insiste en la adquisición de habilidades, destrezas, cómo hacer las cosas y por otro lado en la necesidad de fomentar el pensamiento crítico. Es una lástima el papel minoritario en que va a quedar la Filosofía y es una pena porque, si se quiere fomentar el pensamiento critico es necesario conocer la Filosofía. No niego que, a veces, los profesores de filosofía hemos hecho un planteamiento algo historicista de la materia abrumando abrumando a los alumnos con respuestas que no se han hecho previamente. La idea es sin embargo plantear las preguntas y ofrecer, que no imponer, las respuestas desde una óptica cristiana. Cualquier enseñanza está condenada al fracaso cuando da respuestas a preguntas que los alumnos no se han planteado”

Apertura al diálogo 

Una de las claves del máster lanzado por la Universidad de Navarra es su apuesta por el diálogo: conocer a fondo las propuestas y ejes culturales de la actualidad con una mentalidad abierta para formar parte del debate cultural actual. 

“El diálogo supone ser consciente de que parte de lo que tienes consolidado puede ser mejorado. Considerar que la posición propia no está perfectamente acabada, aunque sí que tiene mucho que aportar”, destaca Ricardo Piñero. “El cristianismo tiene una potencia extraordinaria para diseñar la vida buena del ser humano en cosas concretísimas: qué es la vida, qué es la muerte, qué es un matrimonio y qué no. Esa es nuestra propuesta. Los cristianos no somos tontos, no razonamos menos por tener fe. Una de las formas mas cualificadas de entender el mundo es hacerlo con fe, junto a las ciencias naturales. La intelectualidad no está reñida con el sentido común ni con otras realidades que le aportan información cualificada como la fe. Cualquiera que aborde un diálogo con clichés no ha probado el sabor que tiene la libertad: esa capacidad de cuestionar las cosas y tomar una decisión en virtud de un conocimiento riguroso y libre”

“Los cristianos tenemos mucho que decir en esos debates que existen en nuestra sociedad porque nuestras respuestas son profundamente racionales”, apunta en esta línea Mariano Crespo,“mucha gente hace una distinción entre lo que piensa como ser racional y lo que piensa como cristiano. Eso es un planteamiento equivocado. La fe cristiana perfecciona y eleva la propia naturaleza”.De hecho, Crespo considera que “estamos en un momento privilegiado para mostrar que las respuestas cristianas son iluminadoras, profundamente racionales y son respuestas que hay que tener en cuenta en los debates de los temas centrales, no solo de naturaleza ética, como pueden ser el aborto, la eutanasia o la dignidad de la vida… sino también en la estética, en la literatura, en el arte”.

Cultura

La cooperación es el secreto. Elisabetta Dami y Geronimo Stilton

Muchos niños de todo el mundo leen las aventuras de Geronimo Stilton, el ratón periodista que vive en la Isla de los Ratones, cuyas historias tienen un final feliz. Su autora Elisabetta Dami se oculta bajo el nombre de su simpático protagonista. Ha vendido millones de ejemplares que llenan de gozo a sus lectores y que les animan a cooperar como la clave del éxito.

Marta Pereda y Jaime Nubiola·27 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

En nuestro mundo de publicidad ensordecedora resulta muy chocante la actitud de la escritora Elisabetta Dami, nacida en Milán en 1958. Dami es tímida y sensible, como su personaje, Geronimo Stilton. Aparece poco en público; al contrario que sus libros, que se conocen en casi todo el mundo. El primero se publicó en el año 2000 y desde entonces los libros de Geronimo y Tea Stilton han vendido más de 180 millones de ejemplares y se han traducido a 49 idiomas. Se trata de un verdadero imperio editorial con libros maravillosamente ilustrados, que cautivan a muchos niños entre los 6 y los 12 años. 

Se han hecho, además, adaptaciones musicales y una serie de televisión protagonizadas por este ratón periodista, director de “El Eco del Roedor”, el periódico con más difusión en Ratonia.

El nacimiento del personaje

Elisabetta trabajó durante veinte años en la editorial fundada en 1972 por su padre Piero Dami. Allí se familiarizó con la literatura infantil y juvenil. Sin embargo, detrás del ratón simpático y de sus historias sencillas con final feliz se esconde un profundo dolor que, en sus propias palabras, transformó en amor. La autora descubrió con pena que no podía tener hijos, y decidió acudir como voluntaria a un hospital con niños enfermos. Allí nacieron las historias de Geronimo y de su hermana Tea: “Empecé a escribirles historias y me di cuenta de que, si estaban contentos, se recuperaban antes”. Sus relatos inspiran y ayudan a crecer en valores a muchísimos niños de todo el mundo; para la autora, esos niños son los hijos que no ha podido tener.

Sin embargo, Dami aparece en los créditos de los libros únicamente como inspiradora de la idea, y son los propios Geronimo y Tea quienes figuran como autores. Y esto tiene también una tierna e inteligente teoría detrás, pues muchos niños escriben a Geronimo preguntándole cómo ir a la Isla de los Ratones e interesándose por la vida de su héroe. 

Para ellos, Geronimo o Tea son quienes escriben los libros: no les saca de su sueño, porque considera que los sueños de los niños son un tesoro y que la esperanza es una medicina poderosa. En este sentido, decía Elisabetta Dami en el 2017 que ella amaba mucho al Papa Francisco y que coincidía con él en que no tenemos que dejar de soñar.

¿Quién es la inspiración?

Ahora viene la pregunta: si Dami inspira las historias de los ratones, ¿quién le inspira a ella? En parte se trata de una experiencia autobiográfica: escribe lo que le hubiera gustado leer a los siete años. Además, a la autora, como a sus personajes, le encanta viajar y conocer gente distinta. De hecho, considera que la diversidad es un grandísimo valor, junto con el de la cooperación. “La cooperación es el secreto del éxito de Geronimo Stilton”, explicaba la autora en su intervención en el Fòrum Impulsa en Girona en el 2012.

Dami es una aventurera: ha corrido una maratón de 100 kilómetros por el Sahara, hizo el Camino de Santiago, tiene licencia de piloto, se ha tirado en paracaídas y ha subido al Kilimanjaro; practica kayak, le encanta la naturaleza y la arqueología y, desde hace unos años, toca el piano. Para escribir, le gusta estar en contacto con la naturaleza y se refugia en su casa de campo. Comenta que tiene caballos, pero no los monta porque eso sería hacerlos trabajar y lo que ella quiere es que estén felices en el prado.

Secretos del éxito

Cuando le preguntan por la razón del éxito de su obra, la autora desvela algunos secretos: el primero es que escribe desde el corazón y por eso consigue llegar a los corazones de tantísimos lectores. Además, disfruta mucho del propio hecho de escribir. Explicaba en una entrevista: “Cuando escribo estoy feliz; cuando escribo mi corazón canta”. Por otro lado, señala la importancia del apoyo recibido de distribuidores, libreros y diseñadores: todos ellos forman parte importante del éxito del proyecto. 

Desde el punto de vista del contenido, los niños pueden comprender con facilidad a los personajes: Geronimo no solo es un roedor muy simpático, también experimenta emociones con las que los niños pueden identificarse, aprendiendo del personaje cómo gestionarlas; es un ratón torpe y despistado, más cercano al antihéroe que al héroe y eso hace que resulte entrañable. 

Valores universales

Además de escribir con el corazón, para Elisabetta Dami otra clave es que sus libros ofrecen valores positivos y universales para los niños, estos valores son: la paz, la familia, la amistad, el respeto por la naturaleza, la honestidad, la lealtad, el coraje, … Y, por encima de todos, la colaboración frente al individualismo dominante. Geronimo Stilton es un ejemplo de cooperación para los niños, y esta forma de participación es la llave del futuro, dice Dami. Para ella, lo más importante no es la fama o el éxito comercial, sino hacer felices a los niños y que se diviertan cooperando juntos. 

Esta referencia a los valores no es gratuita, ella misma colabora con numerosas ONG de protección de la naturaleza y de desarrollo e inserción laboral de colectivos vulnerables. Entre ellas, destaca la asociación Il Granello, de inspiración católica, que trabaja por la formación e inserción laboral de personas con discapacidad física o mental.

En conclusión, podemos decir que el simpático ratón Geronimo refleja fielmente los valores que vive su autora. Stilton es en parte ella misma y es la manera en la que muestra su esencia al mundo, con el mismo cuidado con el que, por otro lado, oculta su vida personal. Nos da lo mejor, que son sus valores, y protege su intimidad como lo que es, algo privado.

El autorMarta Pereda y Jaime Nubiola

Iniciativas

Elijah21. Jesucristo para musulmanes

Surgida en Alemania, y ya en varios países de Europa, la iniciativa Elijah21 tiene como objetivo —con el lema Jesus for Muslims— dar a conocer a Jesucristo a musulmanes que emigraron a Occidente. Entrevistamos a su fundador, Andreas Sauter.

José M. García Pelegrín·27 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

La iniciativa denominada Elijah21 opera en toda Europa con cristianos de muchas denominaciones, que trabajan juntos para llevar a los musulmanes el Amor de Jesucristo. Organizan actividades para conocer mejor a los musulmanes y para mostrarles la alegría y la esperanza de la fe en Jesucristo. 

En su página web, usted explica qué significa el nombre de Elijah21. Pero, ¿por qué tomó el nombre del profeta Elías? ¿Cómo surgió la iniciativa? 

—El nombre surgió en realidad a partir de la oración. Mediante el enfrentamiento con los sacerdotes de Baal, el profeta Elías aparece como modelo en la cuestión del verdadero Dios. Además, el libro de Malaquías termina con la promesa de un tiempo en el espíritu del profeta Elías antes del regreso de Jesús: “He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición”. Experimentamos esta reconciliación cada día en nuestras acciones. De ahí el sufijo 21, que representa el siglo XXI, es decir, hoy…

La iniciativa, actualmente extendida como organización misionera en toda Europa, es una historia de escuchar individualmente la voz de Dios y de obedecerla con coherencia. Las situaciones en que hemos notado de la mano de Dios manifiestan cómo Él es el que guía y crea realidades más grandes de las que el individuo es capaz de crear por sí mismo.

Su objetivo principal consiste en dar a conocer a Jesús a los musulmanes, por ejemplo presentando una película sobre Jesucristo en diferentes idiomas en parroquias. ¿Cómo elige estas? ¿Tiene su labor una orientación ecuménica?

—Frecuentemente, se ponen en contacto con nosotros cuando tienen el deseo de unirse a nosotros para llevar el amor de Jesús a los refugiados que viven cerca. Conocemos a las parroquias en congresos, a través de nuestro newsletter, en eventos cristianos o simplemente contactando con ellas por teléfono. Muchas veces provienen del contacto personal y de enlaces en redes. Siempre hemos servido junto a iglesias y comunidades de todas las denominaciones. Queremos mirar juntos a Jesús y no mirarnos unos a otros. Nuestra misión común proviene del Evangelio, de la llamada de Jesús a comunicar su amor. 

¿Cómo se enteran los musulmanes interesados de su oferta? ¿Cuánto tiempo lleva haciéndolo y a cuántos musulmanes ha dado a conocer a Jesús desde entonces?

—Les invitamos siempre personalmente; al día siguiente, los recogemos en su propio alojamiento. Llevamos haciéndolo desde 2016 y hemos celebrado aproximadamente 80 eventos en Alemania y también en Austria. Hemos llevado el Evangelio así a unos 8.000 musulmanes.

¿Hay características comunes a las personas que participan en sus actividades? ¿Cuáles son las reacciones “típicas” de musulmanes que hasta ahora no conocían a Jesús?

—Las personas que aceptan nuestra invitación no tienen características generales significativas. Básicamente, podemos decir que los corazones de los refugiados están muy abiertos y la mayoría de ellos buscan a un Dios que ama. Esto se debe a que en el Islam no lo han encontrado. Las experiencias que han tenido y el sufrimiento que han vivido en sus propios países les lleva a preguntarse en sus corazones: ¿dónde está Dios y quién es?

La mayoría de los musulmanes conocen a Jesús como el profeta Isa que aparece en el Corán. El objetivo de nuestras actividades es amar a los musulmanes y permitirles ver y experimentar a Jesús en nosotros. “Estábamos esperando que alguien nos hablara de Dios”, suelen decir.

Cuando uno de los refugiados se considera llamado a convertirse, ¿cómo actúan?

—Aseguramos que, en nuestra labor de seguimiento, aprenda con mayor profundidad la Palabra de Dios y el Evangelio, y que posteriormente aprenda los fundamentos de nuestra fe como parte de la preparación para el bautismo.

¿Se ha producido algún incidente? ¿Teme que los militantes musulmanes perturben sus actos o, peor aún, que los participantes sean perseguidos?

—Nunca hemos experimentado ningún tipo de agresión ni se han producido disturbios. Los musulmanes nos tratan con gran respeto y están muy agradecidos por nuestra invitación. No tenemos miedo, por principio, cuando hacemos lo que Jesús nos llamó a hacer. 

Por desgracia, la persecución de los conversos es una realidad en Alemania y en Europa. Los musulmanes que acuden a nuestro trabajo de seguimiento también son conscientes de ello. 

¿Cómo es la reacción de las “iglesias oficiales”? Por ejemplo, ¿colaboran con obispos?

—La cooperación con las parroquias y los sacerdotes es excelente. Las reacciones de la jerarquía eclesiástica varían mucho: desde benevolente y solidaria hasta el rechazo. Siempre nos alegramos de que haya más cooperación, compromiso y ayuda práctica. 

Entre muchos cristianos, quizás en nombre de la tolerancia, “misión” se ha convertido casi en un insulto. ¿Qué opina al respecto desde su experiencia? En su página web también habla de los cristianos que sienten “la llamada de Jesús” a “predicar el Evangelio” ¿Qué experiencias han hecho en este campo? 

“Pobre de mí si no proclamo el Evangelio”, leemos en la primera epístola de san Pablo a los Corintios (9, 16). Vivimos en una época en la que se dice a los cristianos que defender una verdad y pretender proclamarla es impropio o intolerante. En este debate, a menudo echamos de menos una aclaración del concepto de tolerancia.

¿Por qué?

—En el sentido clásico y original, tolerancia significa: “Soporto que otras personas piensen y se expresen de forma diferente a la mía en cuestiones que son de suma importancia para mí, especialmente las religiosas”. Sin embargo, actualmente se tiene otro concepto de tolerancia. La definición de la nueva tolerancia es que las creencias, los valores, los estilos de vida y las nociones de una verdad son todos iguales. No existe una jerarquía de la verdad: “Tus creencias y las mías son las mismas y toda verdad es relativa” (Thomas A. Helmbock). Una mirada a Jesús y a su mensaje aporta claridad en este punto.

También se dirigen a conventos para pedirles que recen por “Elijah21”. ¿Qué importancia tiene la oración en su labor?

—La oración es el fundamento de todo, de todo nuestro ser.  La orientación a Dios, escuchar su voz, el “dejarse guiar” proviene de la conciencia de que toda acción y todo éxito provienen de Dios… Dios es el que llena las redes de los pescadores. Nosotros solo obedecemos y vamos a pescar. Como obra misionera, tenemos nuestro propio equipo de oración y adoración. Siempre que presentamos la película sobre Jesús contamos con el apoyo, durante todo el tiempo, de las oraciones de la comunidad anfitriona y además de la oración de muchos conventos y de otras comunidades de oración.

América Latina

El hallazgo de la imagen de la Virgen de Suyapa

En febrero de 1747, dos agricultores oriundos de Suyapa hallaron una diminuta imagen de la Virgen, que se convertiría en la patrona de Honduras. Este año se celebra el 275 aniversario de ese acontecimiento.

Carlos Luis Páez·26 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La diminuta imagen de Nuestra Señora de la Concepción de Suyapa fue hallada un sábado del mes de febrero de 1747 por el agricultor Alejandro Colindres y el joven Lorenzo Martínez Calona, quienes regresaban a la aldea de Suyapa, cansados de trabajar todo el día en la cosecha del maíz. Ya llevaban la mitad de la jornada cuando les anocheció. Habían llegado a la quebrada del Piligüín un buen lugar para pernoctar. Allí se acostaron en el duro suelo. 

Una revelación milagrosa

En la oscuridad de la noche, Alejandro Colindres no se percató de la imagen tallada que en repetidas veces le ocasionaba molestias al disponerse a colocar su cabeza sobre el yagual que los labriegos antes terciaban alrededor de su cintura para múltiples usos y que en casos de esta naturaleza utilizaban como almohada. Lo que él consideró esa noche como un estorbo para poder dormir, lo guardó en su alforja y a la mañana siguiente se la entregó a su madre Ana Caraballo y a su hermana Isabel Colindres. 

El relato que hizo Alejandro del hallazgo se consideró como una revelación milagrosa como la que había experimentado en el Tepeyac el indígena mexicano Juan Diego con la Virgen de Guadalupe y en la aldea circuló la noticia como la portentosa bendición de Dios a los habitantes del poblado.

La imagen

Pequeña, de apenas seis y medio centímetros de alto, la imagen de la Inmaculada Concepción de María, tallada en madera de cedro, cabía en la mano del niño Lorenzo. En su mirada angelical se refleja la nobleza de la raza indígena.  Es morena, de rostro ovalado, mejillas redondeadas, y su lacia cabellera le llega hasta los hombros. La imagencita tiene sus diminutas manos unidas en actitud de oración. El color original de su vestidura es el rosa pálido, que apenas se deja ver por estar totalmente cubierto por un manto oscuro tachonado de estrellas doradas y adornado con valiosas alhajas. 

Los Colindres eran una familia de un profundo sentimiento religioso. Colocaron la imagen en una mesita, adornada con flores naturales renovadas diariamente. Sentían una gran veneración a la Inmaculada. Luego la pasaron a una pequeña habitación acondicionada como capilla. Por más de veinte años le rindieron un culto familiar, sencillo y sincero en la casa de los Colindres. La visitaban con frecuencia, le ofrecían sus trabajos, le confiaban sus preocupaciones y necesidades.

Costumbre de la aldea

Los habitantes de la aldea también le tenían mucho cariño. Cuando alguno enfermaba solían llevar la imagen a la casa del enfermo para que la Virgen lo visitara.

Un día enfermó don José de Zelaya. Un militar importante, dueño de la hacienda “el Trapiche”, situada como a un cuarto de legua de la aldea. En realidad, ya estaba enfermo desde hacía tiempo y sufría mucho a causa de unos cálculos renales. Isabel Colindres sabía de su enfermedad y le mandó un recado diciéndole que, si quería, podía enviarle la imagen de su Virgen.

Don José aceptó y trajeron a la Virgen en una especie de procesión. Al llegar, el enfermo, fervoroso y contrito, le pidió su curación y le prometió construirle a cambio una ermita. Tres días después el Señor Zelaya arrojó por vía urinaria las tres piedras que eran el tormento de su vida. Esto ocurrió en el año de 1768. 

La imagen de la Virgen de Suyapa permaneció 21 años en el altar de la familia Colindres, hasta que en 1768 se acreditó ese primer milagro Luego de su primer milagro, la familia Colindres comenzó a recaudar fondos para construir una capilla, que fue completada en 1777. En 1925, el Papa Pío XI la declaró Patrona de Honduras bajo el título de Nuestra Señora de Suyapa y declaró el 3 de febrero como su día festivo. En la década de 1950 se construyó una gran basílica próxima a la capilla, nombrada Basílica de Suyapa. 

La Virgen también ha sufrido robos en dos ocasiones, las dos veces recuperada. La primera ocurrió en 1936, cuando una enferma mental la llevó a su casa. Y la segunda el 1 de septiembre de 1986, siendo encontrada al día siguiente envuelta en hojas de periódico en el baño de hombres de La Terraza de Don Pepe —un restaurante en el centro de la capital—, y despojada de su traje con oro y plata y de su corona.

El autorCarlos Luis Páez

Honduras

Vaticano

El Papa pide “cambiar nuestro corazón, si queremos que el mundo cambie”

El Santo Padre ha ligado “los bienes preciosos de la fraternidad y la paz”, y “el cambio del mundo” a “cambiar nuestro corazón”, en su homilía de la Celebración penitencial previa a la consagración “de la Iglesia, de la humanidad entera, y de modo particular, el pueblo ucraniano y el pueblo ruso”, al Corazón Inmaculado de María.

Rafael Miner·25 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

“En unión con los obispos y los fieles del mundo, deseo solemnemente llevar al Corazón Inmaculado de María todo lo que estamos viviendo; renovar a ella la consagración de la Iglesia y de la humanidad entera y consagrarle, de modo particular, el pueblo ucraniano y el pueblo ruso, que con afecto filial la veneran como Madre”, ha manifestado el Papa en la basílica de San Pedro ante unos tres mil fieles, y más de dos mil en la plaza de San Pedro.

“Es el gesto de la plena confianza de los hijos que, en la tribulación de esta guerra cruel e insensata que amenaza al mundo, recurren a la Madre, depositando en su Corazón el miedo y el dolor, y entregándose totalmente a ella.”, añadió.

Se trata de “colocar en ese Corazón limpio, inmaculado, donde Dios se refleja, los bienes preciosos de la fraternidad y de la paz, todo lo que tenemos y todo lo que somos, para que sea ella, la Madre que nos ha dado el Señor, la que nos proteja y nos cuide”, manifestó el Santo Padre en la solemnidad de la Anunciación del Señor, tras la lectura del evangelio del anuncio del ángel Gabriel a la Virgen Santísima.

“Obtener el perdón de Dios”

“En estos días siguen entrando en nuestras casas noticias e imágenes de muerte, mientras las bombas destruyen las casas de tantos de nuestros hermanos y hermanas ucranianos indefensos”, recordó el Papa en su homilía. “La guerra atroz que se ha abatido sobre muchos y hace sufrir a todos, provoca en cada uno miedo y aflicción. Experimentamos en nuestro interior un sentido de impotencia y de incapacidad. Necesitamos escuchar que nos digan ‘no temas’, como dijo el ángel a la Virgen María, añadió el Pontífice.

“Las seguridades humanas no son suficientes, es necesaria la presencia de Dios, la certeza del perdón divino, el único que elimina el mal, desarma el rencor y devuelve la paz al corazón”. Por eso “es necesario obtener del perdón de Dios la fuerza del amor, ese mismo Espíritu que descendió sobre María”.

“Porque, si queremos que el mundo cambie, primero debe cambiar nuestro corazón. Para que esto suceda, dejemos hoy que la Virgen nos tome de la mano. Contemplemos su Corazón inmaculado, donde Dios se reclinó, el único Corazón de criatura humana sin sombras”, alentó el Papa, apelando a la conversión del corazón.

“Que María guíe nuestro camino”

“Ella es la ‘llena de gracia’, y, por tanto, vacía de pecado; en ella no hay rastro del mal y por eso Dios pudo iniciar con ella una nueva historia de salvación y de paz. Fue allí donde la historia dio un giro. Dios cambió la historia llamando a la puerta del Corazón de María. Y hoy también nosotros, renovados por el perdón de Dios, llamemos a la puerta de ese Corazón”, dijo el Santo Padre.

Los labios de María pronunciaron la frase más bella que el ángel pudiera llevar a Dios: ‘Que se haga en mí lo que tú dices’”, había dicho el Papa. “La aceptación de María no es pasiva ni resignada, sino el vivo deseo de adherir a Dios, que tiene ‘planes de paz y no de desgracia’. Es la participación más íntima en su proyecto de paz para el mundo”.

“Nos consagramos a María para entrar en este plan, para ponernos a la plena disposición de los proyectos de Dios”, subrayó el Papa. “La Madre de Dios, después de haber pronunciado el sí, afrontó un largo y tortuoso viaje hacia una región montañosa para visitar a su prima encinta. Que Ella tome hoy nuestro camino en sus manos; que lo guíe, a través de los senderos escarpados y fatigosos de la fraternidad y el diálogo, por el camino de la paz”.

Redescubrir el Sacramento de la alegría

Al comienzo de sus palabras, el Papa Francisco había recordado que “en el Evangelio de la solemnidad que hoy celebramos, el ángel Gabriel toma la palabra tres veces y se dirige a la Virgen María. La primera vez, al saludarla, le dice: ‘Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo’ (Lc 1,28). El motivo de esta alegría, la causa de este júbilo, se revela en pocas palabras: el Señor está contigo. Hermano, hermana, hoy puedes oír estas mismas palabras dirigidas a ti; puedes hacerlas tuyas cada vez que te acercas al perdón de Dios, porque allí el Señor te dice: “Yo estoy contigo”.

“Con demasiada frecuencia pensamos que la Confesión consiste en presentarnos a Dios cabizbajos. Pero, para empezar, no somos nosotros los que volvemos al Señor; es Él quien viene a visitarnos, a colmarnos con su gracia, a llenarnos de su alegría. Confesarse es dar al Padre la alegría de volver a levantarnos, de levantarse. En el centro de lo que experimentaremos no están nuestros pecados sino su perdón”, señaló el Papa.

“Imaginemos que en el centro del Sacramento estuvieran nuestros pecados: casi todo dependería de nosotros, de nuestro arrepentimiento, de nuestros esfuerzos, de nuestros afanes”, explicó el Papa Francisco. “Pero no, en el centro está Él, que nos libera y vuelve a ponernos en pie. Restituyamos el primado a la gracia y pidamos el don de comprender que la reconciliación no es principalmente un paso que nosotros damos hacia Dios, sino su abrazo que nos envuelve, nos asombra y nos conmueve. Es el Señor que, como con María en Nazaret, entra en nuestra casa y nos trae un asombro y una alegría que antes eran desconocidos. Pongamos en primer plano la perspectiva de Dios: volveremos a descubrir la importancia de la Confesión”.

El Santo Padre animó en la homilía a descubrir el perdón de Dios. “No descuidemos la Reconciliación, sino redescubrámosla como el Sacramento de la alegría. Sí, de la alegría, donde el mal que nos hace avergonzarnos se convierte en ocasión para experimentar el cálido abrazo del Padre, la dulce fuerza de Jesús que nos cura y la “ternura materna” del Espíritu Santo. Esta es la esencia de la Confesión”.

De igual modo, exhortó a los sacerdotes “Ninguna rigidez, ningún obstáculo, ninguna incomodidad; ¡puertas abiertas a la misericordia! En la Confesión estamos especialmente llamados a encarnar al Buen Pastor que toma en brazos a sus ovejas y las acaricia; a ser canales de la gracia, que vierten el agua viva de la misericordia del Padre en la aridez del corazón”.

Consagración de la Iglesia y de la humanidad

Al final de la Celebración penitencial, en la que más de cien sacerdotes administraron el sacramento de la Penitencia en San Pedro, el Papa realizó la consagración al Corazón Inmaculado de María, y le encomendó “nuestras personas, la Iglesia y la humanidad entera”. “Haz que cese la guerra la guerra y provee al mundo de paz”, pidió el Pontífice ante una imagen de la Virgen de Fátima, mirándola fijamente en varias ocasiones, y con ojos llorosos, o al menos eso pareció por momentos. Pueden ver el texto íntegro aqui.

“Madre de Dios y nuestra, nosotros solemnemente encomendamos y consagramos a tu Corazón inmaculado nuestras personas, la Iglesia y la humanidad entera, de manera especial Rusia y Ucrania”.Con estas palabras se dirigió el Papa a la Madre de Dios. Y prosiguió:“El “sí” que brotó de tu Corazón abrió las puertas de la historia al Príncipe de la paz; confiamos que, por medio de tu Corazón, la paz llegará. A ti, pues, te consagramos el futuro de toda la familia humana, las necesidades y las aspiraciones de los pueblos, las angustias y las esperanzas del mundo”.

El Papa se refirió a las tragedias del siglo pasado y a los millones de muertos: “Nosotros hemos perdido la senda de la paz. Hemos olvidado la lección de las tragedias del siglo pasado, el sacrificio de millones de caídos en las guerras mundiales. Hemos desatendido los compromisos asumidos como Comunidad de Naciones y estamos traicionando los sueños de paz de los pueblos y las esperanzas de los jóvenes”.

Desatar los enredos y los nudos

Y recurrió a nuestra Madre, a la Madre de Dios, mirando el milagro de las bodas de Caná y el ‘no tienen vino’ de María: “Recurrimos a ti, llamamos a la puerta de tu Corazón, nosotros, tus hijos queridos que no te cansas jamás de visitar e invitar a la conversión. En esta hora oscura, ven a socorrernos y consolarnos. Repite a cada uno de nosotros: ‘¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?’. Tú sabes cómo desatar los enredos de nuestro corazón y los nudos de nuestro tiempo. Ponemos nuestra confianza en ti. Estamos seguros de que tú, sobre todo en estos momentos de prueba, no desprecias nuestras súplicas y acudes en nuestro auxilio”.

“Así lo hiciste en Caná de Galilea, cuando apresuraste la hora de la intervención de Jesús e introdujiste su primer signo en el mundo. Cuando la fiesta se había convertido en tristeza le dijiste: ‘No tienen vino’ (Jn 2,3). Repíteselo otra vez a Dios, oh Madre, porque hoy hemos terminado el vino de la esperanza, se ha desvanecido la alegría, se ha aguado la fraternidad. Hemos perdido la humanidad, hemos estropeado la paz. Nos hemos vuelto capaces de todo tipo de violencia y destrucción. Necesitamos urgentemente tu ayuda materna”, suplicó Francisco.

Finalmente, el Papa invocó a la Virgen María como “Reina del Rosario”, “Reina de la familia humana”, “Reina de la Paz”, y “Mujer del sí”, para pedirle: “obtén para el mundo la paz”, “guíanos por sendas de paz”.

A la misma hora, en Fátima

Como informó Omnes, “el mismo acto, el mismo día, será realizado en Fátima por el cardenal Konrad Krajewski, limosnero pontificio, como enviado del Santo Padre”, señaló el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.

Esta consagración parte de la petición de la Virgen durante su aparición del 13 de julio de 1917 en Fátima, en la que pidió la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón, afirmando que, si no se concedía esta petición, Rusia extendería ‘sus errores por todo el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia’. 

Después de las apariciones de Fátima hubo varios actos de consagración al Corazón Inmaculado de María, por parte de Pío XII, san Pablo VI y san Juan Pablo II, de modo especialmente solemne los dos últimos.

España

Los obispos impulsan el derecho a la objeción de conciencia ante leyes como la del aborto o la de eutanasia

La Conferencia Episcopal Española ha publicado una nota doctrinal sobre la objeción de conciencia en la que pretenden ofrecer criterios y principios ante los problemas que leyes como la de la eutanasia, o la nueva ley sobre el aborto plantean para los católicos.

Maria José Atienza·25 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 22 minutos

Esta nota responde, como los propios obispos explican «al proceso de aprobación de leyes en las que la vida humana queda gravemente desprotegida» unida a la creciente dificultad para el ejercicio de la «objeción de conciencia de quienes se oponen a colaborar en estas prácticas».

La propia Conferencia apunta que se trata de una nota doctrinal «porque parte de principios de moral fundamental, como la dignidad de la conciencia, y de Doctrina Social de la Iglesia, como la libertad religiosa y de conciencia, la misión del Estado, la naturaleza de los derechos humanos, etc. El texto ofrece a los católicos el derecho y el deber que tienen de oponerse activamente a realizar aquellas acciones que atentan contra las exigencias de la fe cristiana o sus valores fundamentales».

«Cuando los poderes públicos se erigen en difusores de una ideología traspasan el límite de su misión»

Los obispos además señalan que «cuando los poderes públicos se erigen en difusores de una determinada ideología o en promotores de ciertos valores morales que son opinables, están traspasando el límite de su misión». En el preludio de la nota se recuerda además que la obligación del Estado es «reconocer este derecho y no discriminar a quienes lo ejercen es paralelo a la
obligación de los cristianos de evitar cualquier tipo de cooperación material o formal directa
con aquellos actos que atentan contra el derecho a la vida, y cualquier acción que pueda ser
interpretada como cooperación, aunque sea indirecta, o aprobación de estos actos». De hecho, apuntan que la objeción de conciencia está destinada a leyes que «atentan contra elementos esenciales de la propia religión o las que minan los fundamentos de la dignidad humana y de la convivencia basada en la justicia».

Esta nota fue aprobada por los obispos miembros de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe en su reunión CCLVI de 1 de febrero de 2022 y la Comisión Permanente de la CEE autorizó su publicación en su CCLVIII reunión de los días 8-9 de marzo de 2022.

Nota doctrinal sobre la objeción de conciencia «Para la libertad nos ha liberado Cristo» (Gal 5, 1)

I. JUSTIFICACIÓN DE LA PRESENTE NOTA

El ser humano se caracteriza por tener conciencia de su propia dignidad y de que la salvaguarda de la misma está unida al respeto de su libertad. La convicción de que ambas son inseparables y de que todos los seres humanos, sea cual sea su situación económica o social, tienen la misma dignidad y, por ello, derecho a vivir en libertad, constituye uno de los avances más importantes en la historia de la humanidad: «Jamás tuvieron los hombres un sentido tan agudo de la libertad como hoy» . La aspiración a vivir en libertad está inscrita en el corazón del hombre.

La libertad no se puede separar de los otros derechos humanos, que son universales e inviolables. Por tanto, requieren ser tutelados en su conjunto, hasta el punto de que «una protección parcial de ellos equivaldría a su no reconocimiento». La raíz de los mismos «se debe buscar en la dignidad que pertenece a todo ser humano», y su fuente última «no se encuentra en la mera voluntad de los seres humanos, en la realidad del Estado o en los poderes públicos, sino en el hombre mismo y en Dios su creador». En los documentos del Magisterio de la Iglesia encontramos enumeraciones de estos derechos . El primero de todos es el derecho a la vida desde su concepción hasta su conclusión natural, que «condiciona el ejercicio de cualquier otro derecho y comporta, en particular, la ilicitud de toda forma de aborto provocado y de eutanasia». El derecho a la libertad religiosa es también fundamental, pues es «un signo emblemático del auténtico progreso del hombre en todo régimen, en toda sociedad, sistema o ambiente».

En el proceso que condujo a la formulación y a la proclamación de los derechos del hombre, estos se concebían como expresión de unos límites éticos que el Estado no puede traspasar en su relación con las personas. Eran una defensa frente a las tentaciones totalitarias y a la tendencia que los poderes públicos tienen a invadir la vida de las personas en todos los ámbitos, o de disponer de ella en función de sus propios intereses. Por ello, la Iglesia los valora como una «extraordinaria ocasión que nuestro tiempo ofrece para que, mediante su consolidación, la dignidad humana sea reconocida más eficazmente y promovida universalmente». En la doctrina católica, además, son vistos como expresión de las normas morales básicas que en toda ocasión y circunstancia deben respetarse , y del camino para la consecución de una vida más digna y una sociedad más justa .

En las últimas décadas se está imponiendo una nueva visión de los derechos humanos. Vivimos en un ambiente cultural caracterizado por un individualismo que no quiere aceptar ningún límite ético. Esto ha conducido a que se reconozcan por parte de los poderes públicos unos nuevos “derechos” que, en realidad, son la manifestación de deseos subjetivos. De este modo, estos deseos se convierten en fuente de derecho, aunque su realización implique la negación de auténticos derechos básicos de otros seres humanos. Esto ha tenido consecuencias en la legislación: comportamientos que eran tolerados mediante una “despenalización” adquieren la consideración de “derechos” que deben ser protegidos y promovidos.

Recientemente hemos asistido en nuestro país a la aprobación de la ley que permite la práctica de la eutanasia y la considera como un derecho de la persona. Es un paso más en el conjunto de leyes que conducen a que la vida humana quede gravemente desprotegida. También se han aprobado leyes que se inspiran en principios antropológicos que absolutizan la voluntad humana, o en ideologías que no reconocen la naturaleza del ser humano que le ha sido dada en la creación, y que debe ser la fuente de toda moralidad. En estas leyes se promueve, además, la imposición de estos principios en los planes educativos, y se restringe el derecho a la objeción de conciencia tanto de las personas como de las instituciones educativas, sanitarias o de asistencia social, con lo que se limita el ejercicio de la libertad.

Esto nos lleva a pensar que, si bien es cierto que nunca el ser humano ha tenido un sentido tan acusado de la propia libertad, esta estará siempre amenazada por estados y grupos de poder que no dudan en utilizar cualquier medio para influir en la conciencia de las personas, para difundir determinadas ideologías o para defender los propios intereses. Actualmente tenemos la sensación de que se “toleran” algunos derechos humanos como si se tratara de una concesión “graciosa”, de que se recortan progresivamente, y de que se promueven valores contrarios a las convicciones religiosas de amplios grupos de la sociedad. La utilización del poder para modelar la conciencia moral de las personas constituye una amenaza para la libertad.

En continuidad con las enseñanzas de esta CEE expresadas en la instrucción pastoral «La verdad os hará libres» (Jn 8,32); y de acuerdo con la carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe Samaritanus bonus, en la que se pide «una toma de posición clara y unitaria por parte de las conferencias episcopales, las iglesias locales, así como de las instituciones católicas para tutelar el propio derecho a la objeción de conciencia en los contextos legislativos que prevén la eutanasia y el suicidio»; en la presente nota queremos recordar los principios morales que los católicos debemos tener presentes para decidir sobre nuestra actuación ante estas leyes y otras semejantes, y que cualquier estado o persona comprometidos en la defensa de los derechos humanos pensamos que deberían respetar.

II. LA LIBERTAD RELIGIOSA Y DE CONCIENCIA

La libertad, que consiste en «el poder, radicado en la razón y en la voluntad, de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por sí mismo acciones deliberadas», es una característica esencial del ser humano dada por Dios en el momento de su creación. Es el «signo eminente de su imagen divina» y, por ello, la expresión máxima de la dignidad que le es propia. Al crear al ser humano dotado de libertad, Dios quiere que este lo busque y se adhiera a él sin coacciones para que, de este modo, «llegue a la plena y feliz perfección». Estamos, por tanto, ante algo de lo que ningún poder humano puede lícitamente privarnos: «Toda persona humana, creada a imagen de Dios, tiene el derecho natural de ser reconocida como libre y responsable».

Esta característica esencial del ser humano no se entiende como una ausencia de toda ley moral que indique límites a su actuación, o como «una licencia para hacer todo lo que agrada, aunque sea malo». El ser humano no se ha dado a sí mismo la existencia, por lo que ejerce correctamente su libertad cuando reconoce su radical dependencia de Dios, vive en permanente apertura a él y busca cumplir su voluntad. Además, ha sido creado como miembro de la gran familia humana, por lo que el ejercicio de su libertad está condicionado por las relaciones que configuran su existencia: con los otros seres humanos, con la naturaleza y consigo mismo. La libertad no puede ser entendida como un derecho a actuar al margen de toda exigencia moral.

El respeto a la libertad de todas las personas, que constituye una obligación de los poderes públicos, se manifiesta, sobre todo, en la defensa de la libertad religiosa y de conciencia: «El derecho al ejercicio de la libertad es una exigencia inseparable de la dignidad de la persona humana, especialmente en materia moral y religiosa». Vivimos inmersos en una cultura que no valora lo religioso como un factor positivo para el desarrollo de las personas y las sociedades. El principio que está en la base de muchas leyes que se aprueban es que todos debemos vivir como si Dios no existiese. Se tiende a minusvalorar lo religioso, a reducirlo a algo meramente privado y a negar la relevancia pública de la fe. Esto lleva a considerar la libertad religiosa como un derecho secundario.

Sin embargo, estamos ante un derecho fundamental porque el hombre es un ser abierto a la trascendencia y porque afecta a lo más íntimo y profundo de su ser, que es la conciencia. Por tanto, cuando no es respetado, se atenta contra lo más sagrado del ser humano, y cuando lo es, se está protegiendo la dignidad de la persona humana en su raíz. Se trata de un derecho que tiene un estatuto especial y que debe ser reconocido y protegido dentro de los límites del bien común y del orden público. Podemos afirmar, por tanto, que la salvaguarda del derecho a la libertad religiosa y de conciencia constituye un indicador para verificar el respeto a los otros derechos humanos. Si no se garantiza eficazmente, es que no se cree de verdad en ellos.

En virtud del derecho a la libertad religiosa, «no se obligue a nadie a actuar contra su conciencia, ni se le impida que actúe conforme a ella, pública o privadamente, solo o asociado con otros, dentro de los debidos límites». Este derecho no debe entenderse en un sentido minimalista reduciéndolo a una tolerancia o libertad de culto. Además de la libertad de culto, exige el reconocimiento positivo del derecho de toda persona a ordenar las propias acciones y las propias decisiones morales según la verdad; del derecho de los padres a educar a los hijos según las propias convicciones religiosas y todo lo que conlleva la vivencia de las mismas, especialmente en la vida social y en el comportamiento moral; de las comunidades religiosas a organizarse para una vivencia de la propia religión en todos los ámbitos; de todos a profesar públicamente la propia fe y a anunciar a otros el propio mensaje religioso.

La obligación, por parte de los poderes públicos, de tutelar la libertad religiosa de todos los ciudadanos, no excluye que esta deba ser regulada en el ordenamiento jurídico. Esta regulación ha de inspirarse en una valoración positiva de lo que las religiones aportan a la sociedad, en la salvaguarda del orden público y en la búsqueda del bien común, que consiste en «la suma de aquellas condiciones de vida social mediante las cuales los hombres pueden conseguir más plena y rápidamente su perfección» y, sobre todo, «en el respeto a los derechos de la persona humana» . Una legislación apropiada sobre la libertad religiosa debe partir del principio fundamental de que esta «no debe restringirse, a no ser que sea necesario y en la medida en que lo sea» .

En la regulación de este derecho, el Estado debería observar algunos principios: 1. Procurar la igualdad jurídica de los ciudadanos y evitar las discriminaciones que tengan como fundamento la religión. 2. Reconocer los derechos de las instituciones y de grupos constituidos por miembros de una determinada religión para la práctica de la misma. 3. Prohibir todo aquello que, aun siendo ordenado directamente por preceptos o inspirándose en principios religiosos, suponga un atentado a los derechos y a la dignidad de las personas, o ponga en peligro sus vidas. Desde estos principios, las leyes han de garantizar el derecho de todo hombre «de actuar en conciencia y libertad a fin de tomar personalmente las decisiones morales» .

III. LA DIGNIDAD DE LA CONCIENCIA

En el ejercicio de su libertad, cada persona debe tomar aquellas decisiones que conducen a la consecución del bien común de la sociedad y de su propio bien personal. Por ello, el ser humano que, al haber sido creado a imagen y semejanza de Dios, es una criatura libre, tiene la obligación moral de buscar la verdad, pues solo la verdad es el camino que conduce a la justicia y al bien. Esta obligación nace del hecho de que el hombre, al no haberse creado a sí mismo, tampoco es creador de los valores, por lo que el bien y el mal no dependen de su voluntad. Su tarea consiste en discernir cómo debe actuar en las múltiples situaciones en las que se puede encontrar y que le llevan a tomar decisiones concretas .

Para que pueda conocer en cada momento lo que es bueno o malo, junto al don de la libertad, Dios ha dotado al ser humano de la conciencia, que es «el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que está solo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo de ella» . Decidir y actuar según la propia conciencia constituye la prueba más grande de una libertad madura y es una condición para la moralidad de las propias acciones. Estamos ante el elemento más personal de cada ser humano, que hace de él una criatura única y responsable ante Dios de sus actos. La conciencia, aunque no sea infalible y pueda incurrir en el error, es la «norma próxima de la moralidad personal» , por lo que todos debemos actuar en conformidad con los juicios que emanan de ella .

El hombre en su conciencia descubre una ley fundamental «que no se da a sí mismo, sino a la que debe obedecer y cuya voz resuena en los oídos de su corazón, llamándolo a amar y hacer el bien y a evitar el mal» . Esta ley es la fuente de todas las normas morales, por lo que en la obediencia a ella encontramos el principio de la moralidad. El ser humano «está obligado a seguir fielmente lo que sabe que es justo y recto» . Si obra así, está actuando de acuerdo con su dignidad . En cambio, cuando sus actos no están inspirados en la búsqueda de la verdad y el deseo de adecuarse a las normas morales objetivas, con facilidad se deja llevar por los propios deseos e intereses egoístas, y «poco a poco, por el hábito del pecado, la conciencia se queda casi ciega» .

Actuar según la propia conciencia no siempre es fácil: exige la percepción de los principios fundamentales de moralidad, su aplicación a las circunstancias concretas mediante el discernimiento, y la formación de un juicio sobre los actos que se van a realizar. A menudo se viven situaciones que hacen el juicio moral menos seguro; frecuentemente el hombre está sometido a influencias del ambiente cultural en que vive, a presiones que le vienen desde el exterior y a sus propios deseos. Todo esto puede llegar a oscurecer sus juicios morales e inducir al error a causa de la ignorancia. Sin embargo, cuando esta no es culpable, «la conciencia no pierde su dignidad» , pues buscar los caminos para formarse un juicio moral y actuar de acuerdo con sus dictados es más digno del ser humano que prescindir de la pregunta por la moralidad de sus actos.

IV. LA FUNCIÓN DEL ESTADO

El ser humano es, por naturaleza, un ser social. Por ello, en sus decisiones morales no debe buscar únicamente el propio bien, sino el de todos. En sus actos ha de tener en cuenta unos principios básicos de moralidad: hacer a los demás lo que le gustaría que le hicieran a él; no hacer un mal para obtener un bien; actuar con caridad respetando al prójimo y su conciencia, etc. Para regular las relaciones entre los miembros de la sociedad son necesarias las estructuras políticas. La comunidad política «deriva de la naturaleza de las personas» y es, por tanto, «una realidad connatural a los hombres» . Su finalidad es favorecer el crecimiento más pleno de todos los miembros de la sociedad y promover, de este modo, el bien común, algo que es inalcanzable para cada individuo sin una organización de la convivencia.

En su servicio al bien común, los poderes públicos han de respetar la autonomía de las personas, por lo que en ningún momento se puede prohibir que cada cual se forme su propia opinión sobre aquellos temas que afectan a la vida social. Tampoco se pueden impedir las iniciativas que nacen de la sociedad y que buscan el bien común de todos. Cuando en la comunidad política se defienden los derechos humanos y se crea un ambiente favorable para que los ciudadanos los ejerzan, ya se está contribuyendo al bien común .

La autoridad es un instrumento de coordinación al servicio de la sociedad. Su ejercicio no puede ser absoluto y se ha de realizar dentro de los límites del respeto a la persona y a sus derechos. Tampoco puede convertirse en una instancia que pretenda invadir o regular todos los aspectos de la vida de las personas y de las familias. Los poderes públicos, que tienen como misión favorecer la vida ordenada en la sociedad, no pueden anular o suplantar las iniciativas particulares, aunque deben regularlas para que sirvan al bien común. Tanto en la vida económica como en la vida social «la acción del Estado y de los demás poderes públicos debe conformarse al principio de subsidiariedad» .

Estos principios han de ser tenidos en cuenta en aquellas cuestiones que afectan a la libertad religiosa y de conciencia de las personas. El Estado puede ordenar el ejercicio de la libertad religiosa, para que esta pueda desplegarse en respeto a las demás libertades y favorecer la convivencia social. Esta regulación puede justificar la prohibición de ciertas prácticas religiosas, pero no porque sean religiosas, sino porque sean contrarias al respeto, a la dignidad o integridad de las personas, o porque pongan en peligro alguno de los derechos fundamentales. Del mismo modo que el Estado no puede ser parcial en materia religiosa , tampoco puede constituirse en promotor de valores o de ideologías contrarias a las creencias de una parte de la sociedad. La neutralidad exigida en materia religiosa se extiende a las opciones morales que se debaten en la sociedad. Cuando el poder se sirve de los medios de los que dispone para difundir una determinada concepción del ser humano o de la vida, se está extralimitando en sus funciones.

V. LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA

«El ciudadano tiene obligación en conciencia de no seguir las prescripciones de las autoridades civiles cuando estos preceptos son contrarios a las exigencias del orden moral, a los derechos fundamentales de las personas o a las enseñanzas del Evangelio» . La objeción de conciencia supone que una persona antepone el dictado de su propia conciencia a lo ordenado o permitido por las leyes. Esto no justifica cualquier desobediencia a las normas promulgadas por las autoridades legítimas. Se debe ejercer respecto a aquellas que atentan directamente contra elementos esenciales de la propia religión o que sean «contrarias al derecho natural en cuanto que minan los fundamentos mismos de la dignidad humana y de una convivencia basada en la justicia» .

Además de ser un deber moral, es también un «derecho fundamental e inviolable de toda persona, esencial para el bien común de toda la sociedad» , que el Estado tiene obligación de reconocer, respetar y valorar positivamente en la legislación . No es una concesión del poder, sino un derecho pre-político, consecuencia directa del reconocimiento de la libertad religiosa, de pensamiento y de conciencia. Por ello, el Estado no debe restringirlo o minimizarlo con el pretexto de garantizar el acceso de las personas a ciertas prácticas reconocidas legalmente, y presentarlo como un atentado contra “los derechos” de los demás. Una justa regulación de la objeción de conciencia exige que se garantice que aquellos que recurren a ella no serán objeto de discriminación social o laboral . La elaboración de un registro de objetores a determinados actos permitidos por la ley atenta contra el derecho de todo ciudadano a no ser obligado a declarar sobre sus propias convicciones religiosas o ideológicas. De todos modos, donde legalmente se exija este requisito «los agentes sanitarios no deben vacilar en pedirla (la objeción de conciencia) como derecho propio y como contribución específica al bien común» .

En cumplimiento de este deber moral, el cristiano no «debe prestar la colaboración, ni siquiera formal, a aquellas prácticas que, aun siendo admitidas por la legislación civil, están en contraste con la ley de Dios» . Puesto que el derecho a la vida tiene un carácter absoluto y nadie puede decidir por sí mismo sobre la vida de otro ser humano ni tampoco sobre la propia, «ante las leyes que legitiman la eutanasia o el suicidio asistido, se debe negar siempre cualquier cooperación formal o material inmediata» . Esta «se produce cuando la acción realizada, o por su misma naturaleza o por la configuración que asume en un contexto concreto, se califica como colaboración directa en un acto contra la vida humana inocente o como participación en la intención inmoral del agente principal» . Esta cooperación convierte a la persona que la realiza en corresponsable y no se puede justificar invocando el respeto a la libertad y a los “derechos” de los otros , ni apoyándose en que están previstos y autorizados por la ley civil.

Por ello, los católicos estamos absolutamente obligados a objetar en aquellas acciones que, estando aprobadas por las leyes, tengan como consecuencia la eliminación de una vida humana en su comienzo o en su término: «El aborto y la eutanasia son crímenes que ninguna ley humana puede pretender legitimar. Leyes de este tipo no solo no crean ninguna obligación de conciencia, sino que, por el contrario, establecen una grave y precisa obligación de oponerse a ellas mediante la objeción de conciencia» . Aunque no todas las formas de colaboración contribuyen del mismo modo a la realización de estos actos moralmente ilícitos, deben evitarse, en la medida de lo posible, aquellas acciones que puedan inducir a pensar que se están aprobando.

Actualmente, los católicos que tienen responsabilidades en instituciones del Estado, con frecuencia se ven sometidos a conflictos de conciencia ante iniciativas legislativas que contradicen principios morales básicos. Puesto que el deber más importante de una sociedad es el de cuidar a la persona humana , no pueden promover positivamente leyes que cuestionen el valor de la vida humana, ni apoyar con su voto propuestas que hayan sido presentadas por otros. Su deber como cristianos es «tutelar el derecho primario a la vida desde su concepción hasta su término natural» , por lo que tienen la «precisa obligación de oponerse a estas leyes» . Esto no impide que, cuando no fuera posible abrogar las que están en vigor o evitar la aprobación de otras, quedando clara su absoluta oposición personal, puedan «lícitamente ofrecer su apoyo a propuestas encaminadas a limitar los daños de estas leyes y disminuir así los efectos negativos en el ámbito de la cultura y de la moralidad pública» .

Aunque las decisiones morales corresponden a cada persona, el derecho a la libertad de conciencia, por analogía, se puede atribuir también a aquellas comunidades o instituciones creadas por los miembros de una misma religión para vivir mejor su fe, anunciarla o servir a la sociedad de acuerdo con sus convicciones. Estas tienen una serie de valores y principios que les confieren una identidad propia e inspiran su actuación. Por este hecho no dejan de prestar un servicio a la sociedad. Es legítima, por tanto, la objeción de conciencia institucional a aquellas leyes que contradicen su ideario. El Estado tiene el deber de reconocer este derecho. Si no lo hace, pone en peligro la libertad religiosa y de conciencia. Nos alegra constatar que algunas instituciones de la sociedad civil que han abordado esta cuestión desde otras perspectivas y se han pronunciado sobre ella, coincidan con nosotros en este punto .

Las instituciones sanitarias católicas, que «constituyen un signo concreto del modo con el que la comunidad eclesial, tras el ejemplo del buen samaritano, se hace cargo de los enfermos» , están llamadas a ejercer su misión desde «el respeto a los valores fundamentales y a aquellos cristianos constitutivos de su identidad, mediante la abstención de comportamientos de evidente ilicitud moral» . Por ello, no se deben plegar a las fuertes presiones políticas y económicas que les inducen a aceptar la práctica del aborto o de la eutanasia. Tampoco es éticamente aceptable «una colaboración institucional con otras estructuras hospitalarias hacia las que orientar y dirigir a las personas que piden la eutanasia. Semejantes elecciones no pueden ser moralmente admitidas ni apoyadas en su realización concreta, aunque sean legalmente posibles» . Esto supondría una colaboración con el mal.

Actualmente estamos asistiendo a la difusión de antropologías contrarias a la visión cristiana del hombre, de la sexualidad, del matrimonio y de la familia, que tiene como consecuencia la normalización de ciertos comportamientos morales opuestos a las exigencias de la ley de Dios. Frecuentemente estas ideologías son promovidas por los poderes públicos y se impone su difusión en centros educativos mediante leyes que tienen un carácter coercitivo. Se piensa que su imposición constituye el medio para evitar los delitos de odio hacia ciertos grupos o personas debido a sus características. El deber de los cristianos de respetar la dignidad de cualquier ser humano, de amarlo como a un hermano y de apoyarlo en cualquier circunstancia de su vida, no implica la asunción de principios antropológicos contrarios a la visión cristiana del hombre. Dado que la libertad religiosa y de conciencia es un derecho fundamental, los católicos tienen el deber de oponerse a la imposición de estas ideologías. Este deber lo han de ejercer, en primer lugar, los padres que, por ser los primeros educadores de sus hijos, tienen el derecho de formarlos de acuerdo con sus convicciones religiosas y morales, y de elegir las instituciones educativas que estén de acuerdo con ellas, cuya identidad ha de ser garantizada.

VI. LA LIBERTAD CRISTIANA

La libertad humana no es únicamente una “libertad amenazada”, sino que es también una “libertad herida” por el pecado. Si el hombre ha sido creado libre para que pudiera buscar a Dios y adherirse a él sin coacciones, el pecado lo ha llevado a la desobediencia a Dios y ha provocado en él una división interior. El ser humano experimenta constantemente que no hace el bien que quiere, sino el mal que aborrece (cf. Rom 7, 15), y que vive sujeto a sus pasiones y a sus deseos. El pecado es fuente de esclavitud interior para él, porque lo arrastra a hacer todo aquello que lo lleva a la muerte. La idea de una libertad autosuficiente o de un hombre que por sus propias fuerzas es capaz de hacer siempre el bien y buscar la justicia, no responde ni a la propia experiencia ni a la historia de la humanidad. Además de esta impotencia, el ser humano experimenta también lo que significa vivir sin esperanza porque el miedo a la muerte, que es el horizonte último de su existencia, lo domina y lo incapacita también para ejercer su libertad con todas sus consecuencias. El pecado, que conduce a la muerte e impide amar a Dios con todo el corazón y obedecer su voluntad, ha herido la libertad humana.

«Si el Hijo de Dios os hace libres, seréis realmente libres» (Jn 8, 36). El conocimiento de Cristo nos abre a la libertad plena y verdadera: «Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos, conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (Jn 8, 32). El encuentro con el Señor es un acontecimiento de gracia que nos permite participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios (cf. Rom 8, 21) y vivir una nueva existencia caracterizada por la fe, la esperanza y la caridad.

El pecado es la negativa por parte del hombre a reconocer a Dios como Señor, a glorificarlo y a darle gracias. En cambio, la fe es obediencia a Dios. Si el hombre por el pecado lo ha rechazado, por la fe llega a reconocerlo como a su Señor. Y es obedeciéndolo como el hombre se libera de la esclavitud de las apetencias que el pecado despierta en él. La fe fructifica en la esperanza. La muerte es el horizonte amenazador de la vida del hombre. El miedo a la muerte lo domina, hasta el punto de que todo lo que hace es para liberarse de ella. El drama del hombre consiste en que, a pesar de su esfuerzo, nunca lo podrá conseguir por sí mismo. En su resurrección, Cristo nos ha abierto un horizonte de vida. Gracias al Misterio pascual el temor a la muerte que nos esclaviza se ha desvanecido. Esta esperanza confiere al creyente la fuerza necesaria para afrontar las pruebas y los sufrimientos del tiempo presente, sin perder la confianza en Dios y la alegría de quien se siente unido a Cristo. El amor es la expresión más evidente de la libertad cristiana. El creyente, que se sabe amado y salvado por Dios, por amor a él y con un sentimiento de gratitud, cumple su voluntad, no por miedo al castigo, sino impulsado por la caridad que el Espíritu Santo ha derramado en su corazón (cf. Rom 5, 5).

Esta libertad que tiene su origen en Cristo da fuerza para superar las dificultades con las que el creyente puede encontrarse para actuar en coherencia con su fe . Los valores que se están generalizando en nuestra cultura y las leyes que se están aprobando en nuestras sociedades occidentales sitúan a los creyentes ante problemas difíciles de conciencia. Frecuentemente nos encontramos ante opciones dolorosas, que exigen sacrificios en la vida profesional e incluso en la vida familiar. «Es precisamente en la obediencia a Dios —a quien solo se debe aquel temor que es el reconocimiento de su absoluta soberanía— de donde nacen la fuerza y el valor para resistir a las leyes injustas de los hombres» . Quien no se deja vencer por el miedo está recorriendo el camino que lo conduce a la verdadera libertad que únicamente se encuentra en Cristo .

Madrid, 25 de marzo de 2022, solemnidad de la Anunciación del Señor


1. CONCILIO VATICANO II, Gaudium et spes, n. 4.
2. Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, n. 154: «Universalidad e indivisibilidad son las líneas distintivas de los derechos humanos».
3. Ibíd., n. 153.
4. Ibíd.
5. Cf. SAN JUAN PABLO II, Centesimus annus, n. 47. Cf. también Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, n. 155.
6. Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, n. 155.
7. Ibíd.
8. Ibíd.
9. Cf. CONCILIO VATICANO II, Gaudium et spes, n. 27: «Todo lo que se opone a la vida, como los homicidios de cualquier género, los genocidios, el aborto, la eutanasia y el mismo suicidio voluntario… son oprobios que, al corromper la civilización humana, deshonran más a quienes los practican que a quienes padecen la injusticia y son totalmente contrarios al honor debido al Creador».
10. Cf. Ibíd., n. 26: «Conviene, pues, que se haga accesible al hombre todo lo que necesita para llevar una vida verdaderamente humana, como es el alimento, el vestido, la vivienda, el derecho a elegir libremente un estado de vida… a actuar de acuerdo con la recta norma de su conciencia… y a la justa libertad también en materia religiosa».
11. Cf. FRANCISCO, Discurso a la Federación Nacional de los Colegios de Médicos y Cirujanos dentales (20.IX.2019): L’Osservatore Romano (21.IX.2019), 8: «Se puede y se debe rechazar la tentación ―inducida también por cambios legislativos― de utilizar la medicina para apoyar una posible voluntad de morir del paciente, proporcionando ayuda al suicidio o causando directamente su muerte por eutanasia. Son formas apresuradas de tratar opciones que no son, como podría parecer, una expresión de la libertad de la persona, cuando incluyen el descarte del enfermo como una posibilidad, o la falsa compasión frente a la petición de que se le ayude a anticipar la muerte».
12. CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA, «La verdad os hará libres» (Jn 8, 32), (20.II.1990).
13. CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Samaritanus bonus, n. 9.
14. Catecismo de la Iglesia católica, n. 1731.
15. SAN IRENEO DE LYON, Adversus haereses, 4, 4, 3: PG 7, 983: «El hombre fue creado libre y dueño de sus actos».
16. CONCILIO VATICANO II, Gaudium et spes, n. 17.
17. Ibíd.
18. Catecismo de la Iglesia católica, n. 1738.
19. CONCILIO VATICANO II, Gaudium et spes, n. 17.
20. Catecismo de la Iglesia católica, n. 1738; cf. CONCILIO VATICANO II, Dignitatis humanae, n. 2.
21. Cf. Catecismo de la Iglesia católica, n. 1738.
22. CONCILIO VATICANO II, Dignitatis humanae, nn. 2-3.
23. Cf. FRANCISCO, Discurso en el encuentro con el pueblo marroquí, las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático (30.III.2019): «La libertad de conciencia y la libertad religiosa —que no se limita solo a la libertad de culto, sino a permitir que cada uno viva según la propia convicción religiosa— están inseparablemente unidas a la dignidad humana».
24. Cf. BENEDICTO XVI, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, La libertad religiosa, camino para la paz (1.I.2011), n. 3.
25. Cf. CONCILIO VATICANO II, Dignitatis humanae, n. 7.
26. CONCILIO VATICANO II, Dignitatis humanae, n. 6.
27. Ibíd., n. 7.
28. Catecismo de la Iglesia católica, n. 1782.
29. Cf. SAN JUAN PABLO II, Veritatis splendor, nn. 57-61.
30. CONCILIO VATICANO II, Gaudium et Spes, n. 16; cf. Catecismo de la Iglesia católica, n. 1776.
31. SAN JUAN PABLO II, Veritatis splendor, n. 60.
32. Cf. Catecismo de la Iglesia católica, n. 1790: «La persona humana debe obedecer siempre el juicio cierto de su conciencia. Si obrase deliberadamente contra este último, se condenaría a sí mismo». Cf. también SAN JUAN PABLO II, Veritatis splendor, n. 60: «El juicio de la conciencia tiene un carácter imperativo: el hombre debe actuar en conformidad con dicho juicio».
33. CONCILIO VATICANO II, Gaudium et spes, n. 16; cf. Catecismo de la Iglesia católica, n. 1776.
34. Catecismo de la Iglesia católica, n. 1778.
35. Ibíd., n. 1780: «La dignidad de la persona humana implica y exige la rectitud de la conciencia moral».
36. CONCILIO VATICANO II, Gaudium et spes, n. 16.
37. Cf. SAN JUAN PABLO II, Veritatis splendor, n. 62.
38. Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, n. 384.
39. Cf. FRANCISCO, Mensaje a los participantes en la conferencia internacional «Los derechos humanos en el mundo contemporáneo: conquistas, omisiones, negaciones» (10.XII.2018).
40. Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, n. 351.
41. Cf. CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA, Orientaciones morales ante la situación actual de España (23.XI.2006), n. 62: «La vida religiosa de los ciudadanos no es competencia de los gobiernos. Las autoridades civiles no pueden ser intervencionistas ni beligerantes en materia religiosa (…). Su cometido es favorecer el ejercicio de la libertad religiosa».
42. Catecismo de la Iglesia católica, n. 2242.
43. CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Samaritanus bonus, n. 9.
44. Ibíd.
45. Cf. Entrevista del papa Francisco en La Croix (30.VI.2016): «El Estado debe respetar las conciencias. En cada estructura jurídica, la objeción de conciencia debe estar presente, porque es un derecho humano».
46. Cf. SAN JUAN PABLO II, Evangelium vitae, n. 74: «Quien recurre a la objeción de conciencia debe estar a salvo no solo de sanciones penales, sino de cualquier daño en el plano legal, disciplinar, económico y profesional».
47. CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Samaritanus bonus, n. 9. Cf. FRANCISCO, Discurso a los participantes en un congreso organizado por la Sociedad Italiana de Farmacia Hospitalaria (14.X.2021): L’Osservatore Romano 2739 (22.X.2021), 7: «Vosotros estáis siempre al servicio de la vida humana. Y esto puede conllevar, en algunos casos, la objeción de conciencia, que no es deslealtad, sino, por el contrario, fidelidad a vuestra profesión, si está válidamente motivada».
48. Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, n. 399.
49. CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Samaritanus bonus, n. 9.
50. SAN JUAN PABLO II, Evangelium vitae, n. 74.
51. El pecado es un acto personal del que cada cual es responsable, pero podemos tener una responsabilidad en los pecados cometidos por otros cuando cooperamos con ellos «participando directa y voluntariamente, ordenándolos, aconsejándolos, alabándolos o aprobándolos, no revelándolos o no impidiéndolos cuando se tiene obligación de hacerlo». Catecismo de la Iglesia católica, n. 1868.
52. Cf. CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Samaritanus bonus, n. 9: «No existe el derecho al suicidio ni a la eutanasia: el derecho existe para tutelar la vida y la coexistencia entre los hombres, no para causar la muerte».
53. SAN JUAN PABLO II, Evangelium vitae, n. 73. Cf. FRANCISCO, Discurso a los participantes en el congreso conmemorativo de la Asociación de Médicos Católicos Italianos con motivo del 70 aniversario de su fundación (15.XI.2014): «La fidelidad al Evangelio de la vida y al respeto de la misma como don de Dios, a veces requiere opciones valientes y a contracorriente que, en circunstancias especiales, pueden llegar a la objeción de conciencia».

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Vocaciones

Sacerdotes santos: beato Otto Neururer

El beato Otto Neururer fue el primer sacerdote asesinado en un campo de concentración nazi, en el de Buchenwald. Su fama de santidad destacó por el hecho de compartir sus escasas raciones de comida con los prisioneros más débiles, entre tantas otros hechos heroicos.

Pedro José María Chiesa·25 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El matrimonio austríaco formado por Alois Neururer e Hildegar Streng, modestos granjeros que administraban un molino en Austria, tuvo doce hijos. El último de ellos fue el beato Otto Neururer. El padre del beato a quien hoy evocamos, falleció cuando éste tenía tan sólo ocho años.

Otto se preparó para el sacerdocio con los “vicentinos”, y recibió la ordenación presbiteral en la solemnidad de san Pedro de 1907. Luego quiso unirse a los jesuitas para trabajar en las lejanas misiones que estos tenían en diversas partes del mundo, pero su frágil salud hizo que no lo aceptasen. 

Durante quince años fue vicario parroquial de Saint James (1917-1932), donde trabajó como maestro de religión en las escuelas de la parroquia. 

Nombrado párroco en Goetzens (1932), además de la cura de almas específica en su parroquia (Santos apóstoles Pedro y Pablo), prestó servicios espirituales al Movimiento Social Cristiano (alienado con la reciente e impactante encíclica Rerum Novarum), lo que le supuso disgustos con los superiores que no veían con buenos ojos la base de la naciente Doctrina Social de la Iglesia, y fuertes riesgos de muerte cuando tuvo lugar la anexión de Austria por parte de los nazis (1938), que implicó el arresto y asesinato de muchos sacerdotes.

Ya en su parroquia, con valiente celo apostólico aconsejó con decisión a una muchacha para que no se uniera a un hombre divorciado, ateo y de vida disoluta. La joven no sólo no siguió los consejos del párroco, sino que se los dio a conocer a su amante. Este hombre, amigo personal de Franz Hofer, jefe nazi del distrito, hizo arrestar a Neururer el 15 de diciembre de 1938, bajo la acusación de “difamación del matrimonio germánico”. Al dar sus consejos Neururer era consciente de los riesgos. 

Luego, a poco de comenzar la guerra, septiembre de 1939, fue trasladado al campo de concentración de Buchenwald (prácticamente un campo de exterminio, en razón de las crueldades y fusilamientos masivos que padecieron muchos prisioneros). 

Por ser sacerdote (in odium fidei) fue con frecuencia torturado; su fama de santidad destacó por el hecho de compartir sus escasas raciones de comida con los prisioneros más débiles; y. sobre todo, porque cuando un prisionero le pidió ser bautizado, a pesar de muchos indicios que señalaban que podía ser una trampa (la acción estaba penada con la muerte), en razón de la consciencia de su misión sacerdotal, accedió. Efectivamente, era una trampa. 

El hecho tuvo lugar a fines de abril de 1940. Como castigo, después de varias torturas, un mes después fue colgado boca abajo, desnudo. Allí estuvo sufriendo cruelmente, sin quejarse en lo más mínimo, orando por sus ejecutores, hasta su fallecimiento después de treinta y cuatro horas de larga agonía (30 de mayo de 1940). Fue el primer sacerdote asesinado en un campo de concentración nazi. El sacerdote que lo asistió en sus tormentos, Alfred Berchtold (falleció en 1985), alcanzo a declarar que, estando colgado, nunca se quejó, y siempre rezó por sus verdugos murmurando oraciones. Su cruel sentencia de muerte fue ordenada directamente por el famoso y sádico sargento mayor Martin Sommer, el “Verdugo de Buchenwald”.

Fue beatificado como mártir in odium fidei, por san Juan Pablo II, en la Basílica de San Pedro, el 24 de noviembre de 1996. Sus restos fueron vilmente incinerados en un crematorio civil para borrar las pruebas de la brutal tortura. Los nazis declararon que murió por afección cardíaca. Afortunadamente sus fieles recuperaron las cenizas que hoy se encuentran depositadas bajo el altar de la parroquia que presidía.

Hoy la Iglesia católica lo propone como intercesor para los predicadores, para la santidad del matrimonio cristiano y para el espíritu de servicio sacerdotal. El beato Neururer, al igual que los Santos Inocentes, predicó el Evangelio non loquendo sed moriendo. Por otra parte, teniendo en cuenta que san Francisco de Asís afirmaba “Predicad el Evangelio, si es necesario con palabras”, Neururer siguió ejemplarmente este consejo, por lo cual es digno intercesor de los predicadores. También es digno defensor de la santidad del matrimonio, y de la indisolubilidad, al igual que santo Tomás Moro. Y en relación al espíritu de servicio sacerdotal, su muerte por administrar un riesgoso bautismo, nos interpela a todos los sacerdotes a no valorar la vida física como bien supremo, o al menos no por sobre la vida espiritual de los propios fieles.

Destacables fueron las palabras del santo Papa Juan Pablo II, en la homilía de su beatificación: «Hoy, como Romano Pontífice, tengo el honor de beatificar a uno de los hijos más fieles de la Iglesia; y al hacerlo honraré su noble decisión de preferir la muerte antes que arrodillarse ante la Bestia y su imagen (Apocalipsis 13, 1). Con su muerte, Neururer hizo resplandecer ante las tinieblas del relativismo contemporáneo que tanto afectan al matrimonio, un rayo soberano de la realeza de Cristo sobre la historia”. En 2019 se promocionó un film que narra la historia de la vida y el asesinato de este venerable sacerdote, el cual, si hoy viviera, de seguro preferiría morir asesinado antes que doblar su rodilla ante la Bestia y su imagen contemporánea más visible, la ideología de género, y que tampoco vacilaría en preferir morir ejecutado para no doblar su rodilla ante todas las propuestas de anular o debilitar la indisolubilidad y heterosexualidad del matrimonio cristiano.

El autorPedro José María Chiesa

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Ecología integral

Rafaela Santos: “La muerte es el momento donde nada acaba y todo empieza”

El lunes día 28, la neuropsiquiatra Rafaela Santos intervendrá en una Jornada sobre 'Alma, muerte y más allá', en la Universidad de Navarra. Con este motivo, en una entrevista con Omnes reflexiona sobre el miedo a la muerte, la escasa tolerancia a la frustración en los jóvenes, sobre el cerebro, o el sentido de la vida.

Rafael Miner·25 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

“Cuando estaba pensando en el título tuve la consulta con un paciente joven diagnosticado de cáncer”, comenta la doctora Santos, “y me dijo: ‘mi juego ha terminado… ‘Game over’. Me golpeó en un primer momento, pero inmediatamente reaccioné pensando que es un término que Dios utiliza… ‘ludens in orbe terrarum’…, mis delicias son jugar con los hijos de los hombres. Le dije que Dios juega con nosotros si se lo permitimos. Que no tuviera miedo porque para Dios, juzgar y jugar… es quitar una Z”.

Rafaela Santos es especialista es psiquiatría, presidenta ejecutiva de la Fundación Humanae, y autora de libros en torno a la resiliencia, por ejemplo ‘Mis raíces’. El lunes 28 interviene en la XIII Jornada Teológico-Didáctica del Instituto Superior de Ciencias Religiosas (ISCR) de la citada universidad, y le pedimos un adelanto de alguna de sus ideas.

La sugerencia fue atendida, y aquí van algunas reflexiones, que no dejan indiferente. Asegura que “el miedo a la muerte es algo natural porque hemos sido creados por y para el amor y la felicidad, hechos para la posesión no para la renuncia y la muerte”; que “la muerte es el momento donde nada acaba y todo empieza, es la cita definitiva”, y respecto a los jóvenes, “nos preocupa que su escasa tolerancia a la frustración provoque que sólo en el año pasado, 300 jóvenes entre 15 y 30 años se suicidaron”. Vamos con ello.

En la Jornada hablará usted sobre ‘La muerte: ¿game over?’ La muerte, ¿final del juego, de la partida? ¿Puede avanzar alguno de sus argumentos?

 – Sinceramente es la conferencia más difícil que me han propuesto. Desde que me pidieron este tema me ha venido al pensamiento con alguna frecuencia y confieso que me ha ayudado muy positivamente tenerlo presente.

Respecto al título, desde el primer momento tenía claro que no iba a darle un enfoque desde el punto de vista médico, ni mucho menos un sentido dramático. La muerte es una realidad a la que nos enfrentamos, antes o después, y tratar de esconderla sería insensato.

Cuando estaba pensando en el título tuve la consulta con un paciente joven diagnosticado de cáncer y me dijo: “mi juego ha terminado… “Game over”. Me golpeó en un primer momento, pero inmediatamente reaccioné pensando que es un término que

Dios utiliza… “ludens in orbe terrarum“… mis delicias son jugar con los hijos de los hombres. Le dije que Dios juega con nosotros si se lo permitimos. Que no tuviera miedo porque para Dios, juzgar y jugar… es quitar una Z.

La realidad es que nacemos para vivir y vivimos para morir, aunque si se trata de personas jóvenes cuesta mucho más entenderlo. Podríamos decir que la muerte es el momento donde nada acaba y todo empieza. Para mí es la cita definitiva

Con la pandemia, guerras como la de Ucrania, etc., el sufrimiento físico o moral y la muerte de tanta gente se ven más cercanos.

–  La muerte es algo que siempre le pasa a los demás.  Al no tener experiencia personal, podemos verla sólo como espectadores, y en ese sentido algunos reaccionan con pánico y otros con temeridad. Ninguno de esos dos extremos se puede llamar valentía. Hay que reflexionar sobre su sentido para ponernos en nuestro sitio. Hay personas que mueren cuando llega su momento y otras que lo hacen la víspera porque siempre viven con el miedo a morir.

En su justa medida, el miedo a la muerte es algo natural porque hemos sido creados por y para el amor y la felicidad, hechos para la posesión no para la renuncia y la muerte. Nuestro cerebro está programado para la supervivencia y la felicidad, pero, aunque tengamos programas automáticos, somos libres de elegir en cada momento el altruismo sobre el egoísmo. Podemos ser felices arriesgando la vida por salvar a otro, y por ese motivo, el sufrimiento tiene un sentido y nos hace mejores.

Le preguntaría, en este sentido, cómo afrontar los acontecimientos con serenidad, y también con una fortaleza que en ocasiones nos falta. Usted es especialista en resiliencia, quizá una de las mayores de España. Las adversidades pueden con nosotros a veces.

– Las adversidades pueden con nosotros si dejamos que nos venzan. Como he comentado en alguna otra ocasión, nosotros vamos modelando nuestro cerebro con los mensajes que le damos: si pensamos que no vamos a poder superar una adversidad, seguro que no podremos, pero si ese acontecimiento lo percibimos como un reto, y nos convencemos de que vamos a poder, aunque no sepamos cómo hacerlo, nuestro cerebro se pone a trabajar en nuestro favor buscando la manera de salir de esa situación, convirtiendo la dificultad en oportunidad de mejora.

Esa actitud para superar cualquier dificultad se llama resiliencia y se puede entrenar y desarrollar sabiendo que lo que somos hoy es consecuencia de nuestro ayer y por tantos las victorias actuales tienen sus raíces en el esfuerzo anterior.

Hace unos días, la joven escritora Ana Iris Simón se refirió a las altas tasas de suicidio de los jóvenes. Han aumentado nada menos que un 250 % durante la pandemia (en los jóvenes), y los psicólogos (y psiquiatras) no dan abasto. El suicidio parece ser el principal problema de salud pública en Europa. ¿Es así? ¿Qué reflexión le merecen estos datos?

– Durante la pandemia se han disparado los problemas de ansiedad, depresión, insomnio, miedo al contagio, etc. Según datos de la OMS, la llamada “Fatiga pandémica” ha afectado al 60 % de la población y el consumo de psicofármacos se ha triplicado. Este dato es alarmante en la salud mental, ya que la depresión es la principal causa de incapacidad en el mundo.

Respecto al suicidio en España, lo intentan cada día 200 personas y 11 de ellos lo consiguen. Hay que saber tratar este tema con mucho tacto y observar las diferencias de conducta entre el que amenaza con el suicidio y aquel que lo planea definitivamente. Desean “marcharse en paz” dejando las cosas cerradas. Por eso, muchos de ellos se muestran más cariñosos de lo habitual y de forma solapada se despiden. 

Respecto a los jóvenes nos preocupa que su escasa tolerancia a la frustración provoque el incremento que señala ya que, sólo en el año pasado, 300 jóvenes entre 15 y 30 años se suicidaron. La pérdida de motivación y significado crea un mundo plano, uniforme, sin relieves, que provoca tristeza.

Una última cuestión. Por su experiencia profesional, ¿ayuda el sentido de la vida a mantener una estabilidad emocional, psicológica o psíquica, como prefiera llamarlo, y en el fondo, a ser felices? Me refiero a las convicciones, a la solidaridad con los demás, a la familia, a la religión…

– Tener un sentido de por qué vivir, descubrir lo importante y amarlo es el secreto para dar significado a la vida y es el mejor efecto terapéutico. Como Viktor Frankl decía, quien tiene un por qué para vivir siempre encuentra el cómo mantener a salvo su esperanza, su fortaleza psicológica, y justo esa es la clave para la estabilidad y la felicidad, encontrar ese por qué, tener un sentido de la vida es lo que nos centra y nos permite avanzar a pesar de los pesares, es la brújula que nos ayuda en las tormentas y que nos impide perder el norte.

El año pasado, doctores y colegios de psicólogos preveían que tras la pandemia del Covid-19 llegarían consecuencias, secuelas, en especial mentales, en forma de miedos, traumas… Da la impresión de que sus predicciones se cumplen. Además, están los habituales de nuestra civilización, con o sin pandemia. Por ejemplo, adicciones, trivialización del sexo, maltratos, la soledad que se ensancha, y tantos otros. Nos quedamos con ganas de más en la entrevista con la doctora Rafaela Santos, pero la Jornada del lunes 28 en el ISCR está a la vuelta de la esquina.

Vaticano

El Via Crucis vuelve al Coliseo romano

Maria José Atienza·24 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La Semana Santa romana volverá a ser lo más parecido a las de antes de la pandemia. El Papa Francisco presidirá todas las ceremonias, entre ellas el Via Crucis del Viernes Santo a las 9:15 de la noche.

En los dos últimos años la pandemia obligó a realizar un Vía Crucis casi minimalista para evitar contagios.


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Familia

El ‘Sí a la Vida’ sale a la calle este domingo, arropado por ‘influencers’

La Plataforma Sí a la Vida sale a las calles de Madrid el domingo día 27, tras dos años de pandemia, con una Marcha que contará con ‘influencers’ de redes sociales, como Grace Villarreal, joven madre de tres hijos y empresaria, y con más de un millón de seguidores. Los convocantes denuncian la injusticia de las leyes contra la vida.

Rafael Miner·24 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Grace Villarreal, conocida ‘influencer’ nacida en Colombia y afincada en Madrid desde pequeña; su esposo americano, Jacob Henson, cantautor; y sus tres hijos de 9, 7 y 2 años, de religión protestante, serán una de las miles de familias que participarán el domingo día 27 en la Marcha Sí a la Vida, convocada por la Plataforma ‘Sí a la Vida’, formada por más de 500 asociaciones y entidades civiles nacionales e internacionales. “Vamos a intentar ir todos”, ha señalado Grace Villarreal a Omnes, refiriéndose a su familia.

La Marcha comenzará a las 12 horas en la confluencia de las calles Serrano y Goya, y concluirá en la Plaza de Cibeles, donde tendrá lugar un acto con testimonios, música en directo con el grupo Los Hermanos Martínez, y lectura de un Manifiesto, probablemente al estilo de las marchforlife norteamericanas.

Antes, a las 10,00 horas, tendrá lugar una Carrera, Milla urbana, a partir de las 10,00 am., impulsada por la Asociación Deportistas por la Vida y la Familia, y apoyada en redes sociales por corredores de la talla de Marc Roig, tal como ha informado Omnes, que colabora en el Concurso de Relatos por la Vida. En esta II Carrera Solidaria por la Vida se han inscrito ya cerca de un centenar de corredores.

La ‘influencer’ Grace Villarreal [@gracyvillarreal en su perfil de Instagram], que conducirá el acto junto a Diego de Julián, es cofundadora de su propia marca de moda y accesorios @thevillaconcept y de los restaurantes de comida americana @picandnicfood, situados en Madrid. Como creadora de contenido e ‘influencer’, su carrera comenzó en 2012 publicando videos en Youtube sobre tutoriales de maquillaje que más adelante ampliaría a moda, lifestyle, cocina, viajes, familia, etc; y donde, a día de hoy, tiene 839.359 seguidores. Además, Grace utiliza Instagram, plataforma en la que ha publicado más de 3.000 videos y cuenta con 628.536 a día de hoy.

“La vida siempre vale la pena”

En declaraciones a Omnes, Grace Villarreal ha destacado el valor de la vida y la familia: “Apuesto por la vida en todas las etapas. El otro día estuve escuchando una charla de Juan Carlos Unzué, ex jugador de fútbol del Barcelona y también entrenador, que hace poquito le han diagnosticado con ELA; y me quedé con una frase suya: ‘La vida siempre vale la pena’, y es verdad. En todos los sentidos, en todas sus etapas. Incluso en los momentos que creemos que todo está perdido, siempre vale la pena vivirla”.

La influencer’ ha asegurado a Omnes: “Estamos muy contentos con los hijos que Dios nos ha dado, fueron muy pedidos, y nos sentidos bendecidos de tener tres hijos, sanos. Somos una familia muy feliz. Mi marido es americano, y gracias a Dios pude encontrar un hombre que tiene los mismos valores que yo, y que ha crecido en una familia protestante, que ha estado super involucrada también en la iglesia. Somos protestantes. Ha sido perfecto para mí”.

“Estuvimos de misioneros en el Amazonas”

“Mi padre es pastor protestante. Estuvimos de misioneros en el Amazonas, en Perú, hasta mis cuatro años, y luego nos vinimos a España. A mi padre le asignaron una iglesia en España, en Madrid. Somos tres hermanos”. “Mi dedicación a las redes sociales surge cuando yo me caso, vivo en Estados Unidos, y me quedé embarazada. Fue justo a raíz de primera hija, cuando Dios nos bendijo con una niña, y el embarazo me sentó fatal. Estuve en casa mucho tiempo, hacía fotografía, pero no podía dedicarme a muchas cosas, y comencé a consumir mucho Youtube, que estaba en pleno boom. Estaba en casa, tenía tiempo y vi que ése era el momento”, ha explicado a Omnes.

“Soy audidacta, me gusta seguir aprendiendo, y me gusta crear”, prosigue. “Vi un nicho, un espacio para mí, tomé mi cámara, pequeñita, y empecé a grabar videos, a hablar de moda, de belleza, de valores, así surge. Hablamos de 2012. En diciembre de ese año di a luz a mi niña, y esto sucedió justo antes de dar a luz. Tengo tres hijos, una niña de 9 años, otra de 6 que hace 7 ahora en abril, y un niño de 2 años, que hace 3 en junio”.

Dignidad de la vida humana

Grace Villarreal ha estado en la presentación de la Marcha Sí a la Vida. La plataforma del mismo nombre convoca un año más a la sociedad civil española este domingo día 27, para celebrar el Día Internacional de la Vida, que se conmemora anualmente cada 25 de marzo. En el acto han intervenido Alicia Latorre, portavoz de la Plataforma Sí a la Vida y presidenta de la Federación Española de Asociaciones Provida. Amaya Azcona, directora general de Fundación RedMadre, Javier Rodríguez, director general del Foro de la Familia, y Álvaro Ortega, presidente de Fundación + Vida, que hablaron de “una celebración positiva y festiva”. Participaron también Grace Villarreal y la coordinadora europea de One of Us, Ana del Pino.

Alicia Latorre manifestó hace unas semanas en Omnes los objetivos de la Marcha este año: “Por un lado, mostrar un año más (y van 11 desde 2011) nuestro compromiso público y unitario con la defensa de la vida y su dignidad, desde todos los campos en los que están trabajando las distintas asociaciones que forman esta plataforma. Por otro, alzar la voz para denunciar la injusticia y vergüenza tanto de las leyes más recientes que atentan contra la vida (eutanasia y persecución a los provida), como las anteriores que han arrebatado millones de vidas humanas”.

“Igualmente, como cada año, queremos mostrar la cara preciosa e intensa de la vida humana con tantos aspectos positivos, tantos testimonios de lucha, superación y generosidad, que casi nunca se muestran y están dándose cada día”.

Los organizadores esperan que se sumen “miles de personas”, y han señalado que habrá un recuerdo especial por Ucrania. Amaya Azcona, directora general de Red Madre, se ha referido también a “los que no están”, porque han fallecido durante la pandemia del Covid-19. En la presentación se ha informado de la llegada el domingo de decenas de autobuses desde numerosas ciudades españolas, de la participación de muchos jóvenes, y de más de 400 voluntarios apuntados.

Convocantes

Las asociaciones convocantes de la Marcha son, entre otras, ABIMAD, ACdP, ADEVIDA, AEDOS, AESVIDA, ANDOC, Asamblea por la Vida, la Libertad y la Dignidad, AYUVI, Asociación de Bioética de Madrid, Asociación Española de Farmacia social, Asociación Europea de Abogados de Familia, ANDEVI, ADEVIDA, Asociación Universitaria APEX, AYUVI, Centro Jurídico Tomás Moro, CIDEVIDA, CIVICA, COFAPA, CONCAPA, CRIAME, Cristianos en Democracia, 40 días por la vida, Derecho a ser Madre, Deportistas por la vida y la familia , e-cristians, EUVITA, El Encinar de Mambré, Enraizados, Evangelium Vitae, Familia y Dignidad Humana, Familias para la acogida, FAPACE, Federación Española de Asociaciones Provida, Fertilitas, Foro de la Familia,  Foro cultura 21 Fundación Educatio Servanda, Fundación IUVE, Fundación Jérôme Lejeune,  Fundación REDMADRE, Fundación Vida, Fundación + Futuro, Fundación Villacisneros, Fundación +Vida, Grupo Provida, HO- Derecho a vivir, Hogares de Santa María, JCUM, Lands Care, ONE of US, Medicina y vidas, NEOS, Profesionales por la Ética, Proyecto Mater, Red Misión, RENAFER, REMAR, Rescatadores Juan Pablo II, RIOARRIBA, SOS Familia, Spei Mater, Valores y Sociedad, Voz Postaborto, etcétera.

La organización de la Marcha Sí a la Vida ha realizado un llamamiento a la solidaridad para ayudar a sufragar los gastos del evento. Mediante Bizum ONG: 00589, o transferencia: ES28 0081 7306 6900 0140 0041.

Aprender a acompañar a las familias

Además de la formación, siempre necesaria, es preciso acompañar a las familias en la sociedad actual. Lo que significa estar junto a ellas y establecer una relación real con ellas.

24 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Estamos cerca de la conclusión del Año de la familia Amoris laetitia, promovido por el Papa Francisco, quien ha subrayado en múltiples ocasiones la necesidad de estar cerca de las familias, de un modo práctico y realista, en definitiva, de acompañarlas.

Se trata de una tarea urgente, porque los cambios culturales de las últimas décadas no han ido de la mano de un cambio en la manera de ayudar a las familias, acorde con su mentalidad y sus nuevas circunstancias.

Hasta hace unos años creíamos que bastaba con ofrecer a las familias una “formación” para ayudarlas: es decir, darles unas ideas sobre cómo debe ser la familia y cómo deben hacer las cosas, con un estilo que podríamos llamar “directivo”, olvidando que la formación no es solo dar y recibir información, sino que requiere asumir vitalmente lo que se transmite.

La formación en el sentido tradicional, sigue siendo necesaria, pero hoy no es suficiente. Hay que aprender a formar de otro modo, con otra metodología y otro estilo, acorde con la cultura en la que vivimos, que ha cambiado radicalmente.

Se necesita desarrollar una nueva mirada hacia “lo familiar”. En primer lugar, hay que partir de la comprensión de cómo son y qué necesitan las “familias reales”, porque las “familias ideales” no existen.

La propuesta de acompañar a las familias introduce dos elementos diferenciales respecto a la actitud prevalente hasta ahora en el trabajo con las familias.

Acompañar significa “estar junto a alguien”, andar a su lado, para que descubra su propio protagonismo y aprenda el mejor modo para resolver las dificultades y conflictos que todas las relaciones personales llevan consigo.

Acompañar es sobre todo establecer una relación personal y, como tal, se basa en la confianza: no podemos imponerla, pero sí ofrecer las condiciones para que sea posible.

I Workshop Internacional sobre acompañamiento familiar

En mayo de 2022 tendrá lugar en Barcelona el I Workshop Internacional sobre acompañamiento familiar (más info: https://workshopfamilia.uic.es), con el objetivo de ofrecer una formación sobre qué es y cómo realizar este acompañamiento a las familias desde distintos ámbitos (educativo, pastoral, desde gabinetes profesionales, redes sociales, etc.), de forma práctica y realista.

El programa pretende ayudar a conocer cómo son las familias hoy y conocer cómo desde los diversos ámbitos se puede acompañar a las familias, con un marcado carácter práctico. Al mismo tiempo, el workshop será un punto de encuentro para dar a conocer iniciativas de acompañamiento que ya se están realizando con éxito en diversos países, posibilitando el encuentro entre quienes realizan esta tarea, y fomentando la creación de nuevas iniciativas.

El acompañamiento familiar no se reduce a una única acción: es más bien un cambio de perspectiva de amplio espectro, que puede aplicarse de maneras distintas y en ámbitos muy diversos. Como no existen “familias perfectas”, en realidad todos necesitamos ser acompañados. Y todos podemos de algún modo ser familias que acompañan a otras familias. Así que, de algún modo todas las personas preocupadas por ayudar a las familias tienen cabida en este workshop

El autorMontserrat Gas Aixendri

Catedrática en la Facultad de Derecho de la Universidad Internacional de Cataluña y directora del Instituto de Estudios Superiores de la Familia. Dirige la Cátedra sobre Solidaridad Intergeneracional en la Familia (Cátedra IsFamily Santander) y la Cátedra Childcare and Family Policies de la Fundación Joaquim Molins Figueras. Es además vicedecana en la Facultad de Derecho de UIC Barcelona.

Lecturas del domingo

«Todo lo mío es tuyo», cuarto domingo de Cuaresma

Comentario a las lecturas del IV domingo de Cuaresma y breve homilía en vídeo del sacerdote Luis Herrera.

Andrea Mardegan / Luis Herrera·24 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

“Solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: ‘Ese acoge a los pecadores y come con ellos’”.

Esta introducción de Lucas nos ofrece una clave de lectura para su obra maestra, la parábola del padre misericordioso y sus dos hijos: los más alejados de Dios se acercan y escuchan a Jesús, mientras que los escribas y fariseos, que deberían estar más cerca de Dios, “murmuran”, lo critican precisamente por su cercanía a los pecadores.

La parábola es una manera maravillosa de hablar, con un relato realista y abierto, para que todos puedan dejarse conmover en el corazón y se involucren. Para que los primeros se den cuenta de que Dios puede hacerlos renacer como niños, y los segundos, de que su forma de pensar y actuar está a años luz de la de Dios.

El joven pide su parte de la herencia a un padre que, en realidad, querría darle todo lo que tiene, ya que le dirá a su hijo mayor “todo lo mío es tuyo”. Al alejarse de ese “todo”, pierde su identidad de hijo, dilapidando la herencia que le recordaba su origen y naturaleza. Con el cuidado de los cerdos pierde aún más dignidad, en contacto con animales considerados impuros, en tierra de paganos.

La penitencia por su pecado es el sufrimiento por estar lejos, la convicción de haber perdido la relación con su padre, la aceptación de hacerse siervo, el esfuerzo de levantarse, de resucitar, de tomar el camino de regreso a la casa de su padre, la ansiedad acerca de cómo acabará aquello.

El padre corre a su encuentro, le abraza, le besa y no le deja decir “trátame como a uno de tus jornaleros”. En cambio, lo colma con todos los signos posibles de su ser hijo, y no siervo: el vestido más hermoso, el anillo de la familia en el dedo, los zapatos en los pies, y el becerro cebado para festejar con alegría su regreso.

El hijo mayor, físicamente cercano, sin embargo, tiene el corazón alejado de su padre y no se alegra, piensa a su hermano como “este hijo tuyo”, detalla con desprecio sus pecados al padre, que, en cambio, nunca los había mencionado.

Y su padre, no obstante, ha salido a su encuentro como hizo con su hermano menor, y lo invita a convertir su corazón conforme a su corazón paternal, a dejar de trabajar en su casa como jornalero, a considerar todos los bienes de su padre como su herencia, incluso a ese hijo que es, en realidad, “este hermano tuyo”.

La parábola termina abierta, para que cada uno de los que oyeron a Jesús, y cada uno de nosotros que escuchamos este Evangelio, nos dejemos interpelar por las palabras del Padre y dejemos que el amor del Padre cambie nuestra vida, tanto si estamos en el papel del hijo menor como en el lugar del mayor. O en el de ambos.

La Homilía en un minuto

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

El autorAndrea Mardegan / Luis Herrera

Educación

Ser buena persona sí vende

Son jóvenes, tienen millones de seguidores en redes sociales como TikTok o Instagram y, en gran medida, su engagement se debe a su compromiso personal y cómo muestran, con total naturalidad unos valores humanos que siguen atrayendo a todas las personas.

Maria José Atienza·23 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Nacho Gil (@Nachter) y Tomás Páramo (@tomasparamo) son conocidos influencers. Para ellos, las redes sociales no son un entretenimiento sino un trabajo en que su compromiso y sus valores vitales no quedan a un lado.

Así lo han compartido en la mesa redonda “Marketing de influencia: Conexión de valores”, celebrada en la Universidad Villanueva en la que, además de ellos, intervinieron, “desde el lado de las marcas”, los responsables de agencia Daniela Rodríguez, de la agencia SoyOlivia, y Álvaro Blanco, de Native Talents.

Sus cuentas se podrían calificar de “blancas”: sin insultos, o escenas con tintes adultos. Una limpieza y una naturalidad que supone, en medio del mundo de las redes sociales un valor añadido, cada vez más apreciado por marcas de muy diferentes ámbitos. En este sentido, Páramo destacó que el trabaja con una marca que “me contrate a mí por mi valor añadido”. Una afirmación compartida por Natcher: «Una de las cosas más importantes es que la marca comparta mis valores y, además, me tiene que gustar el producto. Si no me dejan meter mis bromas, no hago la campaña».

Trabajo y naturalidad

Este marketing de valores es el que centró esta mesa redonda en la que Nacho Gil ha destacado la constancia necesaria y el trabajo duro para llegar al éxito en este sector. Un éxito que, sin embargo, intenta relativizar en la medida de lo posible: “huyo un poco de los eventos, porque prefiero un día normal”.  

«Llevo 7 años haciendo vídeos -explicaba Nachter- y la constancia es lo más importante. Nunca hemos parado. Es un esfuerzo, pero me ha ayudado a crecer. Tengas un día bueno o malo, tienes que subir algo porque te das cuenta de que ayudas a gente y sabes que tienes que estar positivo por ellos. Esto al final es un trabajo.»

Tomás Páramo, por su parte, recomendó «ser naturales, hay que ser nosotros mismos, ser transparentes, que la gente vea que todos tenemos días buenos y malos y que no somos actores y no tenemos que meternos en el papel de alguien que no somos».

Ambos hicieron especial hincapié en la necesidad de tener libertad creativa. Una libertad que, además, tienen comprobado que resulta positivo tanto para ellos a la hora de realizar los contenidos, como para las marcas con las que trabajan por la naturalidad con la que, de este modo, pueden hacer llegar sus objetivos.

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Ecología integral

El auge de la limosna 2.0

La caída del uso de dinero metálico ha llevado a nuevas formas de donativos que facilitan, por un lado, la colaboración de los fieles y, por otro lado, la transparencia en la gestión de este dinero por parte de las parroquias y comunidades.

Maria José Atienza·23 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Los atriles o cepillos electrónicos se han convertido, en pocos años, en un elemento habitual del mobiliario de las parroquias y templos en España. Tres años después de que comenzaran a colocar estos atriles, hoy se ven ya como algo natural, en parte, gracias a su rápida expansión a través de la geografía española.

Este sistema de recogida de donativos ha experimentado un notable auge, junto al de la donación online y confirma una tendencia que se observa en gran parte de la sociedad española: la generalización del uso de la tarjeta en los pagos habituales.

Además de esto, los atriles de donativos mediante tarjeta no sólo han ayudado a digitalizar las colectas, sino que también “ofrece un análisis de los donativos que resulta muy útil para poder optimizar la parte económica de la corresponsabilidad”, como señala Santiago José Portas Alés, Director de Instituciones Religiosas y Tercer Sector del Banco Sabadell, la primera entidad financiera en poner en marcha este sistema de donativos.

Donativos más generosos

Los datos muestran que, en estos pocos años, muchos fieles se han acostumbrado a usar estos atriles o cepillos electrónicos y se muestran especialmente generosos en las cantidades aportadas a sus parroquias y comunidades a través de ellos. “El importe medio del donativo en 2021 fue de 9,83 €” apunta Portas, “una cantidad muy relevante si comparamos con las colectas tradicionales. Esto nos dice que somos más generosos cuando donamos con tarjetas”. Por zonas, “las comunidades autónomas con mayor media por donativo son Andalucía y Cataluña mientras que Madrid copa el mayor número de donaciones totales”.

done hucha

Una de las características de este sistema es la facilidad de su utilización por parte de todo tipo de personas. Muchos de estos atriles además, incorporan cantidades estándares de donación, lo que agiliza su realización. En este sentido, Santiago Portas apunta que “los donativos con más recurrencia son los de 5,10 y 19 euros. Sin embargo, casi el 20% de la colecta es resultado de los donativos de más de 25 euros.

Son muchas las parroquias que, durante la semana no pasan el cestillo y se centran en las colectas de los domingos. En esta línea, la instalación de los atriles permite, a muchas personas que acuden entre semana a la parroquia a actividades o celebraciones, el ejercicio de estas limosnas. Evidentemente, el fin de semana: sábado tarde y domingo- son los días en los que más gente utiliza el cepillo electrónico. Entre semana, “el día con mayor actividad es el miércoles y si hablamos de horarios las colectas son mayores en las misas de por la mañana que en las de las tardes, exceptuando las de sábado que es a la inversa” explica Portas.

Más corresponsabilidad

La situación de crisis, las necesidades crecientes de muchísimas familias de nuestro entorno y de las parroquias y comunidades, está siendo una llamada a la corresposabilidad para muchos fieles. En este sentido además, los datos que ofrecen estos sistemas de donativos están ayudando a los consejos económicos de las parroquias “a analizar el comportamiento de las colectas y con ello a ayudar de forma profesional a aumentar la corresponsabilidad económica en el sostenimiento”.

Vaticano

Así es el texto de la Consagración de Ucrania y Rusia al Corazón Inmaculado de María

La Santa Sede ha remitido a las conferencias episcopales el texto de la Consagración de Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de María que tendrá lugar el viernes 25 de marzo, en el marco de las 24 horas para el Señor. Una consagración a la que el propio Papa ha invitado a unirse a todos los fieles del mundo.

Maria José Atienza·23 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Texto en italiano aquí

En una carta dirigida a todos los pastores de las Iglesias locales, el Papa destaca que la Consagración «quiere ser un gesto de la Iglesia universal, que en este momento dramático lleva a Dios, por mediación de la Madre suya y nuestra, el grito de dolor de cuantos sufren e imploran el fin de la violencia, y confía el futuro de la humanidad a la Reina de la paz. Por esta razón, lo invito a unirse a dicho Acto, convocando, el día viernes 25 de marzo, a los sacerdotes, religiosos y demás fieles a la oración comunitaria en los lugares sagrados, para que el Pueblo santo de Dios eleve la súplica a su Madre de manera unánime y apremiante«.

Por ello, desde la Santa sede se ha remitido el texto que acompañará este acto de Consagración al Corazón Inmaculado de María de las naciones de Ucrania y Rusia, para pedir el don de la paz y el cese de las acciones invasivas por parte de Rusia.

La consagración mariana

En Roma, el acto de consagración de Ucrania y Rusia al Inmaculado Corazón de María, tendrá lugar en el contexto de la Celebración de la Penitencia, que se celebrará en la Basílica de San Pedro a las 17:00, hora de Roma. La consagración, en concreto, está prevista en torno a las 18:30h. El mismo acto, el mismo día, será realizado en Fátima por el cardenal Konrad Krajewski, limosnero pontificio, como enviado del Santo Padre.

El texto que se utilizará en la ceremonia es el siguiente:

Oh María, Madre de Dios y Madre nuestra, nosotros, en esta hora de tribulación, recurrimos a ti. Tú eres nuestra Madre, nos amas y nos conoces, nada de lo que nos preocupa se te oculta. Madre de misericordia, muchas veces hemos experimentado tu ternura providente, tu presencia que nos devuelve la paz, porque tú siempre nos llevas a Jesús, Príncipe de la paz.

Nosotros hemos perdido la senda de la paz. Hemos olvidado la lección de las tragedias del siglo pasado, el sacrificio de millones de caídos en las guerras mundiales. Hemos desatendido los compromisos asumidos como Comunidad de Naciones y estamos traicionando los sueños de paz de los pueblos y las esperanzas de los jóvenes. Nos hemos enfermado de avidez, nos hemos encerrado en intereses nacionalistas, nos hemos dejado endurecer por la indiferencia y paralizar por el egoísmo. Hemos preferido ignorar a Dios, convivir con nuestras falsedades, alimentar la agresividad, suprimir vidas y acumular armas, olvidándonos de que somos custodios de nuestro prójimo y de nuestra casa común. Hemos destrozado con la guerra el jardín de la tierra, hemos herido con el pecado el corazón de nuestro Padre, que nos quiere hermanos y hermanas. Nos hemos vuelto indiferentes a todos y a todo, menos a nosotros mismos. Y con vergüenza decimos: perdónanos, Señor.

En la miseria del pecado, en nuestros cansancios y fragilidades, en el misterio de la iniquidad del mal y de la guerra, tú, Madre Santa, nos recuerdas que Dios no nos abandona, sino que continúa mirándonos con amor, deseoso de perdonarnos y levantarnos de nuevo. Es Él quien te ha entregado a nosotros y ha puesto en tu Corazón inmaculado un refugio para la Iglesia y para la humanidad. Por su bondad divina estás con nosotros, e incluso en las vicisitudes más adversas de la historia nos conduces con ternura.

Por eso recurrimos a ti, llamamos a la puerta de tu Corazón, nosotros, tus hijos queridos que no te cansas jamás de visitar e invitar a la conversión. En esta hora oscura, ven a socorrernos y consolarnos. Repite a cada uno de nosotros: “¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?”. Tú sabes cómo desatar los enredos de nuestro corazón y los nudos de nuestro tiempo. Ponemos nuestra confianza en ti. Estamos seguros de que tú, sobre todo en estos momentos de prueba, no desprecias nuestras súplicas y acudes en nuestro auxilio.

Así lo hiciste en Caná de Galilea, cuando apresuraste la hora de la intervención de Jesús e introdujiste su primer signo en el mundo. Cuando la fiesta se había convertido en tristeza le dijiste: «No tienen vino» (Jn 2,3). Repíteselo otra vez a Dios, oh Madre, porque hoy hemos terminado el vino de la esperanza, se ha desvanecido la alegría, se ha aguado la fraternidad. Hemos perdido la humanidad, hemos estropeado la paz. Nos hemos vuelto capaces de todo tipo de violencia y destrucción. Necesitamos urgentemente tu ayuda materna.

Acoge, oh Madre, nuestra súplica.

Tú, estrella del mar, no nos dejes naufragar en la tormenta de la guerra.

Tú, arca de la nueva alianza, inspira proyectos y caminos de reconciliación.

Tú, “tierra del Cielo”, vuelve a traer la armonía de Dios al mundo.

Extingue el odio, aplaca la venganza, enséñanos a perdonar.

Líbranos de la guerra, preserva al mundo de la amenaza nuclear.

Reina del Rosario, despierta en nosotros la necesidad de orar y de amar.

Reina de la familia humana, muestra a los pueblos la senda de la fraternidad.

Reina de la paz, obtén para el mundo la paz.

Que tu llanto, oh Madre, conmueva nuestros corazones endurecidos. Que las lágrimas que has derramado por nosotros hagan florecer este valle que nuestro odio ha secado. Y mientras el ruido de las armas no enmudece, que tu oración nos disponga a la paz. Que tus manos maternas acaricien a los que sufren y huyen bajo el peso de las bombas. Que tu abrazo materno consuele a los que se ven obligados a dejar sus hogares y su país. Que tu Corazón afligido nos mueva a la compasión, nos impulse a abrir puertas y a hacernos cargo de la humanidad herida y descartada.

Santa Madre de Dios, mientras estabas al pie de la cruz, Jesús, viendo al discípulo junto a ti, te dijo: «Ahí tienes a tu hijo» (Jn 19,26), y así nos encomendó a ti. Después dijo al discípulo, a cada uno de nosotros: «Ahí tienes a tu madre» (v. 27). Madre, queremos acogerte ahora en nuestra vida y en nuestra historia. En esta hora la humanidad, agotada y abrumada, está contigo al pie de la cruz. Y necesita encomendarse a ti, consagrarse a Cristo a través de ti. El pueblo ucraniano y el pueblo ruso, que te veneran con amor, recurren a ti, mientras tu Corazón palpita por ellos y por todos los pueblos diezmados a causa de la guerra, el hambre, las injusticias y la miseria.

Por eso, Madre de Dios y nuestra, nosotros solemnemente encomendamos y consagramos a tu Corazón inmaculado nuestras personas, la Iglesia y la humanidad entera, de manera especial Rusia y Ucrania. Acoge este acto nuestro que realizamos con confianza y amor, haz que cese la guerra, provee al mundo de paz. El “sí” que brotó de tu Corazón abrió las puertas de la historia al Príncipe de la paz; confiamos que, por medio de tu Corazón, la paz llegará. A ti, pues, te consagramos el futuro de toda la familia humana, las necesidades y las aspiraciones de los pueblos, las angustias y las esperanzas del mundo.

Que a través de ti la divina Misericordia se derrame sobre la tierra, y el dulce latido de la paz vuelva a marcar nuestras jornadas. Mujer del sí, sobre la que descendió el Espíritu Santo, vuelve a traernos la armonía de Dios. Tú que eres “fuente viva de esperanza”, disipa la sequedad de nuestros corazones. Tú que has tejido la humanidad de Jesús, haz de nosotros constructores de comunión. Tú que has recorrido nuestros caminos, guíanos por sendas de paz. Amén.

Para una sinfonía de la verdad

Este mundo complejo nos pone ante el desafío de que la verdad de la identidad no sólo exista en las intenciones, sino que aparezca ante los demás en nuestras acciones y comunicaciones.

23 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Frecuentemente se sospecha de la apariencia. Lo profundo es auténtico y la apariencia es “mera” apariencia. Esta dialéctica entre fondo y forma afecta a los debates públicos sobre valores. Por un lado, las posiciones sobre temas sustantivos -la vida, la esclavitud, la inmigración- conforman el fondo; y, por el otro, esas posiciones entran al debate en procesos de aparición, que inciden en las percepciones y los juicios de los demás.

Entonces, cuando un católico participa de un debate público, ¿cómo “aparece” su posición sobre el tema? Si partimos de un modelo de comunicación realista, pueden reconocerse tres mensajes relacionados: un mensaje sobre el tema; un mensaje sobre la relación -sobre el tipo de vínculo que su manera comunicar crea con el otro, por ejemplo, promoviendo una cultura del encuentro-; y un mensaje sobre su identidad -su posición, su modo de comunicarla y su modo de relacionarse con los demás, dicen algo sobre quién es esa persona. 

En sentido positivo, una comunicación efectiva consiste en aportar al debate movilizando el punto de vista de la Iglesia sobre el tema correspondiente, a la vez que se manifiesta la identidad católica con la mayor claridad para la mayor cantidad de personas, y se genera en el interlocutor una mayor apertura al mensaje por una mejora en la relación de interacción. 

En sentido negativo, podrían darse situaciones incompletas o paradójicas: presentar la posición sobre un tema y traicionar la identidad en el proceso de movilizar el tema; exponer una visión, pero desgastar o destruir relaciones que, luego, obstaculicen la tarea pastoral o la convivencia; evitar el testimonio sobre un tema sensible para evadir la tensión de tratar con un interlocutor hostil.

Este mundo complejo nos pone ante el desafío de que la verdad de la identidad no sólo exista en las intenciones, sino que aparezca ante los demás en nuestras acciones y comunicaciones.

El autorJuan Pablo Cannata

Profesor de Sociología de la Comunicación. Universidad Austral (Buenos Aires)

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Mundo

Cilou: «La alegría de los síndrome de Down nos lleva a ser auténticos frente a ellos»

El 21 de marzo se celebra el día mundial de las personas con síndrome de Down. Con esta ocasión, Omnes entrevista a la artista francesa Cilou, que le pone música y coreografía a Luis, un niño con trisomía 21.

Bernard Larraín·22 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

Traducción del artículo al inglés

Desde el 2011, por decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 21 de marzo se celebra el día mundial de trisomía 21. No se pudo escoger mejor fecha para celebrar a todas las personas que tienen tres cromosomas 21. En Francia, esta fecha tiene un carácter especial pues fue el destacado genetista francés Jérôme Lejeune quien, cuando tenía alrededor de 30 años de edad, descubrió el origen de este síndrome y dedicó su vida a investigar, y sobre todo a cuidar a las personas con Síndrome de Down. Por la naturaleza misma de su descubrimiento, el famoso científico fue consciente de que haciendo avanzar la ciencia ponía al mismo tiempo en riesgo la vida de estas personas que quedaban a la merced del drama del aborto: hoy en Francia más del 90% de los embarazos en los que se diagnostica este síndrome terminan en un aborto. Lejeune murió en 1994, pero su legado continua existiendo a través de la Fundación y del Instituto que llevan su nombre y de esta jornada mundial en que estamos invitados a llevar calcetines (por su similitud con las cromosomas) desparejados (a fin de promover la diferencia). 

Recientemente, diversas iniciativas han mostrado a la opinión pública francesa  la importancia de la inclusión y de la diversidad de las personas con distintos tipos de discapacidad y específicamente la trisomía 21. Algunas películas como “Hors normes” (“fuera de la ley”),  “Apprendre à t’aimer” (“aprender a amarte”) y “De Gaulle” han puesto estos temas en la pantalla grande. La primera muestra el heroísmo de las personas a cargo de diferentes asociaciones de inclusión social. La segunda cuenta la historia transformadora de una joven familia francesa que tiene una hija con síndrome de Down. Por último, la película “De Gaulle” (de Gabriel Le Bomin) da un rol preponderante a la hija del famoso general y político francés: Anne, nacida con trisomía y fallecida con sólo 20 años de edad, ocupó un lugar muy especial en el corazón de Charles de Gaulle, siendo su fuerza, alegría e inspiración en los innumerables combates que el fundador de la Quinta República francesa tuvo que afrontar.

En el área del emprendimiento social, algunas ciudades europeas han visto abrir en sus barrios céntricos los “Cafés Joyeux” (Cafés Alegres). Este proyecto del empresario Yann Bucaille-Lanrezac, quien recibió hace unos días el premio al emprendedor social entregado por Boston Consulting Group (BCG), emplea personas con discapacidad en unos cafés típicamente franceses. El más famoso de ellos se sitúa nada menos que a pocos metros del Arco de Triunfo en la mismísima avenida de los Campos Elíseos y fue inaugurada por el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, junto a su Ministra encargada de las personas con discapacidad, Sophie Cluzel. Cluzel no fue elegida por nada para este sensible puesto: es madre de la joven Julie (nacida en 1995) con Síndrome de Down y ha dedicado la mayor parte de su vida profesional a la integración de estas personas. 

En el Café Joyeux situado en la “avenida más hermosa del mundo” nos encontramos con otra voz de la inclusión de los niños con trisomía 21: la artista francesa Cilou. Hace un año, el 21 de marzo del 2021, una fecha muy simbólica para los portadores de tres cromosomas 21, la joven artista de 27 años puso música y coreografía a la biografía de un niño, Luis, desde que está en el seno de su madre hasta que comienza a trabajar en un café Joyeux. Nuestra conversación es animada constantemente por la música, el ambiente y los bailes de los empleados que aquí trabajan. La presencia de la joven artista no es ajena al entusiasmo que rápidamente se instala esta tarde en el local de los Campos Elíseos. Nuestro diálogo será “interrumpido” alegremente muchas veces por dos jóvenes atentos profesionales del café. 

¿Cómo te vino la idea de componer una canción y un vídeo sobre este tema? 

–Durante la época del confinamiento, tenía ganas de componer una canción sobre la alegría. Como todos los sabemos por experiencia, esos meses fueron muy duros y difíciles. Intento que mis canciones transmitan valores sobre la vida de la gente real. La idea de la trisomía 21 surgió cuando comenzó el año 2021 que me hizo pensar en las personas que tienen tres cromosomas 21. En nuestra sociedad actual, y es algo que me parece muy positivo, se celebra constantemente la diferencia, la diversidad, porque todos somos distintos.

Sin embargo, muchas veces tendemos a igualarnos, a borrar las diferencias, a no ser nosotros mismos para parecernos a los demás o a adaptarnos a los que pensamos que la sociedad nos impone. La autenticidad, la diferencia y la alegría de las personas con Síndrome de Down nos empuja a ser nosotros mismos frente a ellos que son completamente ellos mismos, sin jugar ningún rol, sin esconderse detrás de ninguna máscara. Ellos tienen una alegría natural y contagiosa, es algo que todos reconocen en ellos. Mi canción habla en cierto modo de esta alegría de existir, de vivir, de ser diferentes: ¡viva la diferencia!

¿Quién es Luis el niño de tu canción? 

–Cuando me vino la idea de componer esta canción sobre la discapacidad, me puse a buscar en Instagram historias de familias con niños con trisomía 21. Yo no quería que mi canción fuese algo teórico, quería realmente que fuese algo verdadero, encarnado en un historia real. En mi entorno cercano no conocía niños con esta discapacidad. Fue así como encontré la cuenta Luis le super héros, “Luis el súper héroe”:  en ella, esta familia de Bretaña (oeste de Francia) cuenta la vida de este pequeño Luis. Me gustó mucho, los contacté y aceptaron mi idea con gran entusiasmo. Luis tiene hoy 5 años y medio. En la canción, me pongo en su lugar y hablo en primera persona : que cuando estaba en el seno de mi madre, soñaba con mi vida, y que traía un secreto muy bien guardado. En el momento de nacer, describo el asombro de mis padres que es lo que viven muchas familias en estos casos. Y la estrofa principal habla de la alegría, de que soy alegre, de que no quiero molestar a nadie, sólo que soy diferente y que quiero ser amado.

Cuenta que su secreto es su cromosoma adicional, que es su “súper poder”, para hacer el mundo más bello. También habla de su familia, de su hermano grande, de sus padres, y de las dificultades, pero también de las alegrías, que se pueden presentar, pero que a fin de cuentas todos se rinden ante su corazón y su cariño inmensos. Habla también de la belleza de la fragilidad y de alejarse del conformismo. Y, también, dice que cuando crezca, sus padres se preocuparan de su autonomía y de su integración. En ese momento mostramos a un joven que va a trabajar a un café Joyeux (en la ciudad de Rennes, en Bretaña), donde no hay miedo ni prejuicios, sólo el orgullo de ser diferentes y competentes. La canción termina con las ideas que me parecen principales: no quiero molestar, sólo quiero amar, la vida es una suerte, ¡viva la diferencia! En el video se ven a las personas de su familia, y de su entorno, incluso al alcalde de la ciudad. 

¿De dónde viene tu vocación artística y tu compromiso con esta causa? 

Desde muy pequeña he ido al conservatorio: la música y el arte han estado siempre presentes en mi vida. Estudié administración de empresas. Al terminar mis estudios, hice un viaje humanitario en Indonesia donde enseñaba guitarra a jóvenes en riesgo social. Creamos una canción y un video con su historia y varias más que gustaron mucho. De vuelta a Francia, entré a trabajar en el área del marketing en un gran grupo francés. Me gustaba mucho pero sentía que podía unir todas mis capacidades y mis ganas de tener un impacto en algo más artístico: ¡así nació Cilou! Mis canciones y mis videos son en general sobre temas existenciales, profundos, a partir de experiencias de gente que pasa por momentos difíciles como son la pérdida de una madre, las dudas respecto a su lugar en el mundo, a encuentros, etc. 

Los viajes humanitarios son transformadores porque te ayudan a ver el mundo con otros ojos. En mi caso, las personas con discapacidad mental siempre han estado presentes en mi vida porque mis padres nos llevaban una vez al mes a jugar y a encargarnos de estas personas en el marco de una asociación. En mis años de estudiante, en el norte de Francia, participaba en una iniciativa que organizaba obras de teatro y musicales para jóvenes con discapacidad. 

En fin, pienso que la integración y el respeto de estas personas es una batalla muy importante y positiva. Pero es algo general, para el bien común, porque todos somos diferentes, tenemos nuestras fragilidades, y queremos respeto y un lugar en el mundo. 

El autorBernard Larraín

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Sagrada Escritura

“Revestiros del hombre nuevo” (Ef 4, 20-24)

Juan Luis Caballero·22 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Después de haber hablado del misterio de la Iglesia en el que hay que creer, la Carta a los Efesios se extiende en exponer que ese misterio se ha de vivir (Ef 4, 1 – 6, 17). Esta vida cristiana tiene carácter eclesial y es presentada como la vida del hombre nuevo y de los hijos de la luz. Los principios que la rigen se ofrecen en Ef 4, 20-24 (cfr. Col 3, 5-10); los versículos siguientes ilustrarán estos principios con lo que se ha de evitar y lo que se debe hacer (Ef 4, 25 – 5, 20).

No como viven los paganos

Por lo tanto, digo y testifico esto en el Señor: que ya no viváis como viven los gentiles, en sus vanos pensamientos, con el entendimiento oscurecido, ajenos a la vida de Dios, a causa de la ignorancia en que están por la ceguera de sus corazones. Indolentes, se dieron a la perversión, para obrar con avidez toda impureza” (Ef 4, 17-19).

La nueva vida de los gentiles creyentes, a los que la carta se dirige fundamentalmente, se presenta en oposición al comportamiento de los “gentiles que no creen en Cristo”. Esta vida está caracterizada por “tener la mente oscurecida” y por “vivir ajenos a Dios”. La nueva vida no supone un cambio de identidad (siguen siendo gentiles), sino de mentalidad y de obrar (ya no han de vivir como paganos). 

La razón por la que los gentiles no creyentes llevan esa vida se encuentra en la “ignorancia” y en el “endurecimiento” de sus corazones. Y de ahí su obrar: “indolencia, perversión e impureza”. Estas palabras retoman los modos de ver bíblicos y judíos (Sb 14, 22; 15, 11; Filón, Decálogo 8; Flavio Josefo, Antigüedades judías 10, 142), también presentes en el Nuevo Testamento (Hch 17, 30; 1 P 1, 14; 2, 15; cfr. Rm 1, 21-24).

Para renovaros y revestiros

Vosotros, en cambio, no es así como habéis aprendido a Cristo—si es que en efecto le habéis escuchado y habéis sido enseñados conforme a la verdad que está en Jesús— para abandonar la antigua conducta del hombre viejo, que se corrompe conforme a su concupiscencia seductora, para renovaros en el espíritu de vuestra mente y revestiros del hombre nuevo, que ha sido creado conforme a Dios en justicia y santidad verdaderas” (Ef 4, 20-24).

La nueva vida de los creyentes queda subrayada por el contraste con la de los paganos. Estos vv. 20-24 se encuentran, así, en oposición al v. 18: frente a la ignorancia (culpable = dureza de corazón) de los paganos se habla del conocimiento de Cristo. A continuación, el obrar cristiano (Ef 4, 25 – 5, 20) se contrastará con el obrar pagano descrito en Ef 4, 19. 

La carta establece una relación esencial entre la nueva vida y el conocimiento de Cristo. Estos vv. 20-24 hacen referencia, con insistencia, a la catequesis bautismal: “habéis aprendido, habéis escuchado, habéis sido enseñados”. La carta usa la expresión aprender a Cristo para subrayar que el objeto de la catequesis es presentar a una persona viva a la que hay que conocer y con la que hay que tener una relación personal, Cristo, en quien leemos el designio divino para la humanidad (cfr. 1 Co 2, 2; Ga 2, 20; Flp 1, 21). Cristo es el Evangelio que han escuchado y que se les ha enseñado, un Resucitado que no puede separarse del Jesús, hijo de María, que ha vivido entre los hombres, ha sido rechazado y ha muerto en la cruz. Ese hombre, que es la verdad de Cristo glorioso, es el que deben aprender a conocer. El conocimiento de Jesucristo es necesario, así, no solo para el crecimiento eclesial, sino que es también fundamento de la conducta moral de los creyentes, ya que en él formamos un hombre nuevo.

El contenido de la enseñanza recibida hace referencia a abandonar, renovar y revestirse. En primer lugar, se habla de lo negativo: es necesario desprenderse del hombre viejo, esto es, de todo lo que, según Col 3, 8, es ira, pasión, malicia, blasfemia y conversación deshonesta. Luego se habla de lo positivo, en oposición frontal con el v. 17: los paganos se rigen por pensamientos vanos, mientras que el ser cristiano se caracteriza por una renovación espiritual de la inteligencia, esto es, de la parte superior de la inteligencia. Gracias a eso el creyente podrá conocer a Cristo y revestirse del hombre nuevo (cfr. 1 Ts 5, 8; Ga 3, 27; Rm 13, 14; 1 Co 15, 43. 53-54; 2 Co 5, 3-4; Col 3, 10; Ef 6, 11). La expresión “que ha sido creado conforme a Dios”, que remite a la creación de Adán (cfr. Sb 9, 1-3; 2, 23; Si 17, 1; 33, 10), confirma que el creador de la humanidad nueva es Cristo mismo, cumpliendo así el proyecto de Dios para la humanidad.

La imagen del revestirse, por último, no hace referencia a algo meramente externo, como sucede con las ropas. La carta habla de un despojarse y un revestirse, en referencia al cambio moral, porque el obrar expresa, como la vestimenta, la personalidad, la forma de ser de una persona. Y para dejar claro que no se trata de algo exterior, Pablo añade del “hombre nuevo”: el creyente se reviste de un ser nuevo, del renovado por Cristo, como persona individual y como miembro de la Iglesia. Es así como el cristiano se convertirá en luz del mundo (Ef 5, 8), ante el que se retirarán las tinieblas, en cuanto resucitado con Cristo e iluminado por él (Ef 5, 14).

El autorJuan Luis Caballero

Profesor de Nuevo Testamento, Universidad de Navarra.

Lecturas del domingo

«Estaré presente donde tú me quieras», Solemnidad de la Anunciación del Señor 

Comentario a las lecturas de la Solemnidad de la Anunciación del Señor y breve homilía en vídeo del sacerdote Luis Herrera.

Andrea Mardegan / Luis Herrera·22 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El ángel, después de hablar, esperó. Tuve la percepción de un momento infinito de silencio en el mundo. Como si las estrellas se hubieran detenido a esperar, a mirar. Las cigarras callaron. Los pájaros del cielo se aquietaron en las ramas de los árboles. Me parecía que todas las generaciones del pasado y las del futuro estaban esperando. Escuché la oración de Adán y Eva, de Noé y de su esposa, de Melquisedec, de Abraham nuestro padre y de Sara… El sol se había detenido en el cielo. Pero la decisión de que se hiciera lo que Dios quería para mí ya estaba tomada. Mil veces se lo había repetido, desde niña, en mi oración de alabanza por haberme creado: siempre le decía mi deseo de servirle como él deseaba. Así que le dije al ángel que decía sí a Dios con la libertad que me había donado: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”.

Me pareció que Gabriel hacía una reverencia, que sonreía de felicidad con una sonrisa que no podía contener, con una alegría inefable. Y empezaron de nuevo a cantar las cigarras, y los pájaros a volar en el cielo. Mi corazón fue alcanzado por esa luz que envolvía la habitación. La luz y la sonrisa regalaron un amor y una paz a mi cuerpo y a mi alma que nunca había sentido. Gabriel me dejó. Alrededor de mí todo era como antes y todo era distinto. La tela, el balde, el agua, el piso. Mi madre me llamó: “¡María! ¿Conseguiste el agua? ¿Está todo bien? ¡No te oía cantar!”. ¿Cuánto duró la visita del ángel? Un instante, una eternidad. Le diré a mamá que quiero ir a ver a Isabel. Seré capaz de comprenderla y de ayudarla. Ella será capaz de entenderme y tal vez de ayudarme. ¿Qué debería hacer ahora? Un paso después de otro. 

Cuando contaba a los discípulos de mi Hijo mi respuesta al ángel Gabriel: “He aquí la esclava del Señor”, mi corazón me advertía que esas palabras inspiradas por Dios y enteramente mías me guiaron a lo largo de toda mi vida. Las repetía dentro de mí cuando me daba cuenta de que había una nueva llamada del Señor y ante cada situación nueva. Me ayudaron a salir de la duda: ¿ir, o no ir? ¿estar, o no? Salía de mi corazón con certeza: ¡estar allí! Ir allá. Siempre estaré allí. A tu lado y al lado del que me necesita. De todas mis hijas y mis hijos. Voy donde me llames. Estaré presente donde tú me quieras. Cuando uno de mis hijos sufre, estoy junto a él, sufro con él. Lo llevaré al cielo cuando muera. Mi vida ha sido así y sigue siendo así. Yendo hacia las montañas de Isabel, repetía: “Aquí estoy”, y me parecía notar que ya no estaba sola. Y me imaginaba diciéndole a Isabel: ¡aquí estoy, aquí estoy! Me quedé con ella. Que bueno es estar ahí cuando alguien lo necesita y donde el Espíritu Santo quiere.

El autorAndrea Mardegan / Luis Herrera

Ecología integral

Eutanasia: el camino a la autodestrucción

Un encuentro virtual organizado por la Fundación Centro Académico Romano aborda las cuestiones derivadas de la aprobación en España de la ley de eutanasia.

Maria José Atienza·21 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La Fundación Centro Académico Romano, CARF, organiza un encuentro de reflexión virtual el 24 de marzo a las 20:30h. en el que Benigno Blanco, expresidente del Foro Español de la Familia, hablará de la deriva social que conlleva la aceptación de la eutanasia como opción, e incluso, «deber» médico, para poner fin a la vida humana.

El encuentro, abierto para el que quiera asistir, se retransmitirá de manera online y la inscripción pede realizarse a través de la web de CARF.

España aprobó, el pasado año, una de las leyes más permisivas y contrarias a la dignidad humana en favor de la eutanasia. Un hecho que suscita nuevas cuestiones en el ámbito no sólo sanitario, sino también social.

¿Qué supone para una sociedad una ley de este tipo? ¿Qué se puede esperar del futuro tras la aprobación y ejecución de este tipo de leyes? ¿Hay razones para el pesimismo y la desesperanza? ¿Estamos en el camino de la autodestrucción social? Son algunas de estas preguntas que se abordarán en el encuentro virtual de reflexión de CARF que cuenta con la colaboración de Omnes.

Educación

Necesitamos héroes

El pasado 11 de marzo volvía a los escenarios Skate Hero, el musical que rememora la vida y la figura de Ignacio Echevarría conocido como el ‘héroe del monopatín’. Un ejemplo de generosidad y valentía para los jóvenes de hoy. 

Javier Segura·21 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El pasado 11 de marzo casi diez mil personas se unieron en La Nueva Cubierta de Leganés para rendir homenaje a Ignacio Echeverría, el conocido como el ‘héroe del monopatín’. Y junto a él a todas las víctimas del terrorismo, pues el propio Ignacio fue una más de esas víctimas del terror yihadista.

Lo que se vivió en esta jornada merece la pena una reflexión que va más allá de los números. Los casi siete mil alumnos, en su gran mayoría de Religión, que abarrotaron la plaza de toros por la mañana y los más de tres mil que acudieron por la tarde, fueron no sólo testigos de un espectáculo musical, sino participantes de un acontecimiento especial.

En primer lugar por algo tan importante como es rendir honor a las víctimas del terrorismo. La Asociación de Ayuda a las Víctimas del 1M organizaba este acto junto con la Delegación de Enseñanza de la Diócesis de Getafe. Y juntos quisieron hacer de esta fecha tan dolorosa un auténtico canto de esperanza. Desde el recuerdo y la memoria, gracias a los jóvenes actores, se mantuvo fresca y actual la historia de las víctimas del terrorismo. Algo especialmente importante de cara a las nuevas generaciones. No en vano ninguno de los jóvenes que abarrotaban la plaza había nacido cuando hace dieciocho años se produjo el atentado del 11 de marzo que conmocionó a toda España.  

Rendir homenaje y dar calor a las víctimas del terrorismo es mucho más que hacer memoria de un acontecimiento histórico. Es descubrir en esas personas que han sabido superar el dolor y el deseo de venganza lo mejor de nuestra sociedad. En cada una de sus historias de superación reconocemos que en verdad la última palabra no la tiene el odio, que la última palabra la tiene el amor.

Y por ello es tan significativo que el protagonista del musical sea un auténtico héroe, reconocido así por toda la sociedad española. Todos hemos sabido ver en su acción de poner en riesgo la vida por salvar a una joven que estaba siendo acuchillada, algo verdaderamente noble que merece la pena ser alabado. No importa la edad, la ideología, el lugar de donde seamos, Ignacio representa para todos los españoles lo mejor de nosotros mismos.

Por eso este acto no ha consistido sólo en rendir homenaje a un héroe, sino que ha sido una propuesta a todos los jóvenes. También ellos  pueden ser ‘otro Ignacio’, también en su corazón duerme agazapado un héroe.

Ignacio es un héroe. Y la propuesta educativa revolucionaria que se podía leer en una pancarta es descubrir que todos podemos ser auténticos héroes. Un heroísmo que empieza  en  el día a día, en nuestra vida corriente, en los valores que sostienen nuestro quehacer cotidiano. Porque Ignacio, como se cantaba en el musical ‘Skate Hero’, es ‘uno de los nuestros’. Proponer a los jóvenes el heroísmo es un atrevimiento que responde a las aspiraciones más profundas de su ser.

Así lo ha descrito la pedagoga Catherine L’Ecuyer en un reciente artículo:

‘El héroe heredero de la educación clásica es consciente que un ideal es algo que se conquista poco a poco, cada día, a través de la búsqueda de la mejora de uno mismo. Uno no es héroe en las cosas grandes, si antes no lo ha sido en las cosas pequeñas. El verdadero héroe huye de la cobardía, no confunde difícil con utópico. Es consciente de que hay bienes más altos, que nunca están sujetos a concesiones y que la función de un ideal es la de apuntar más allá de las posibilidades actuales.’

Cuesta no pensar en Ignacio Echeverría cuando se lee esta descripción del héroe.

Vivimos en una educación que no propone el heroísmo a los jóvenes. Si al fin de al cabo la finalidad de la educación es encontrar un puesto de trabajo n hay mucho margen para el heroísmo. O si su finalidad es un cambio cultural y social colectivo, como ocurre en la LOMLOE, el componente de compromiso personal queda diluido.  Por eso fue tan importante y revolucionario lo que vivimos el pasado once de marzo en la Cubierta de Leganés. Porque hubo un grupo de profesores que se arriesgaron a decirles a sus alumnos que se puede amar sin límites, amar hasta el final, amar hasta dar la vida. Y que ese cambio empieza por uno mismo en la vida ordinaria.

Y algo de eso se respiraba alrededor de este acto. Personas y grupos distintos se sintieron atraídos por este ejemplo de nobleza y pusieron todas sus capacidades para que saliese adelante este evento. Influencers, parroquias, profesores, fundaciones, familias, jóvenes… vivieron una verdadera experiencia de sinodalidad y caminaron juntos hacia la Cubierta de Leganés tras las huellas de este joven abogado católico valiente.

Decía el genial escritor británico J.R.R.  Tolkien que  la historia es como un gran fracaso con ocasionales vistas del triunfo final. Ignacio nos muestra el gran triunfo final. Y este once de marzo pudimos tener una vista ocasional que nos permite atisbar para lo que está hecho el corazón humano.

Recursos

Laura Davara. Dando de la sobreabundancia

“Que se hagan católicos por envidia”. Por nuestra alegría. Laura vive convencida de que debemos dar continuamente de lo que recibimos, sin reservarnos nada.

Arsenio Fernández de Mesa·21 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Salgo a pasear con Laura Davara Fernández de Marcos. 37 años. Estudió Derecho y Ciencias Políticas en ICADE y trabaja como abogada en un despacho familiar que se dedica al derecho informático (protección de datos, comercio electrónico y demás). Está especializada en redes sociales y acaba de publicar un libro: El libro definitivo sobre redes sociales. Al poco de conocerla no olvidaré una anécdota: en un plan parroquial de verano hacíamos parada en Zaragoza. Me llamó cuando yo estaba a las puertas de la Basílica del Pilar. Su coche lleno de gente: “Te conozco de hace quince minutos pero créeme que voy en serio, nos hemos equivocado y vamos camino de Gerona”. Anécdotas aparte, el libro del que hablo está enfocado a padres y profesores. El objetivo es contar tanto lo bueno y lo malo de una forma coloquial, sin frases rebuscadas que no se entiendan. La gente que se lo ha leído bromea: “No parece escrito por una abogada, porque se entiende”. Da muchos trucos prácticos sobre la privacidad y seguridad, cómo detectar una suplantación de identidad y cómo actuar o de qué forma denunciar un caso de ciberacoso. También recomienda pelis y series para ver con los niños y que puedan hablar de estos temas. Recomienda cuentas que merecen la pena: alimentación, aprendizaje de matemáticas, trucos de ciberseguridad, por ejemplo. También ha facilitado unas direcciones para rezar y meditar. 

En las redes

La Iglesia está cada vez más metida en redes. Hay cuentas muy chulas que sirven para crecer en la vida de fe. Hay que formar en valores en la vida digital”, asegura. Laura, que hizo su tesis sobre redes sociales, da abundante formación en colegios. Sus destinatarios, casi todos: adultos, profesores, padres o menores. No te creas que sólo le apasiona eso. Le encantan los juegos de mesa, viajar o salir con sus amigos. Le hace feliz “una buena cena, un buen aperitivo, ir a un teatro, a un musical o a un espectáculo de magia”. Apasionada por estar con su familia y disfrutar de ella, me deja claro la debilidad que tiene por el planazo de acudir al Bernabéu con su padre, que para eso son muy madridistas. 

Laura es de esas que no vive una fe individualista, privada, autorreferencial, sino que quiere dar aquello que ha recibido: “He tenido una experiencia de Iglesia muy fuerte, sobre todo en la parroquia de San Germán, en Madrid. He sido catequista, coordinadora de Confirmación, participé en el grupo de teatro y formé parte del coro”. Fue de misiones a República Dominicana y allí tuvo una experiencia fuerte de Dios durante una Misa, en el momento de la paz, al que siempre había dado poca importancia: “Sentí que Dios me daba la paz con mayúsculas, la paz real, a través de esa gente”. Recuerda cómo en un niño muy enfermo, Enmanuel, vio el rostro de Dios. Hace tres años vivió una experiencia enormemente dolorosa: falleció su hermano, de golpe, de la noche a la mañana. Poco después fue a Lourdes y allí recibió un consuelo que necesitaba: conoció al que ahora es su director espiritual y a Antonio, un chaval de casi 20 años con un síndrome que padecen poquísimas personas en el mundo: “Pasé unos días inolvidables a su lado, acompañándole y escuchando a todas horas canciones de Melendi porque le encantaban”.  

Irradiando fe

Laura no se conforma y desea seguir irradiando su fe. Participa en muchos voluntariados organizados por la Delegación de Jóvenes de Madrid. También en Enfoque, un proyecto para mayores de 30 años que nació con vocación de ofrecer “algo diferente”. Nadie está excluido: católicos más comprometidos o menos, más alejados, conversos, solteros, casados, divorciados. En Navidad salieron a dar regalos a niños y ancianos “para aportar un poco de alegría y esperanza”. Laura también ha ido a hospitales, a cantar a residencias de ancianos, a repartir bocadillos a los más pobres. Pero antes de dar, se nutre: participa en un grupo en el que hacen revisión de vida, formación y oración. De él forman parte grandes amistades que le han sostenido en los momentos difíciles. Laura entiende que podemos conseguir que otros se hagan “católicos por envidia”. Contagiando. No guardando las riquezas que tenemos sino dando de la sobreabundancia que hemos recibido. Parece que lo va consiguiendo.

Mundo

Cilou: “The joy shown by the Down’s Syndrome people helps us to be more natural with them”

The World Day of people with Down’s Syndrome is celebrated on 21st March. Omnes interviewed the French artiste, Cilou, who provides music and choreography for Louis, a boy with trisomy 21.

Bernard Larraín·20 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Original Text of the article in Spanish here

The General Assembly of the United Nations decided that from the year 2011, the 21st March should be celebrated as the World Day of trisomy 21. A better day could not be chosen to celebrate people with three chromosomes 21. In France this day has special significance since this was the date when the leading French geneticist, Jerome Lejeune, who was about 30 years old at the time, discovered the origin of this syndrome and dedicated the rest of his life to investigation and above all to caring for people with Down’s Syndrome. Owing to the very nature of his discovery, Lejeune was aware that while he was advancing science, he was also putting at risk the lives of children in the womb who could end up being aborted. Presently in France 90% of pregnancies that are diagnosed with the syndrome are aborted. Lejeune died in 1994 but his legacy remains through the Foundation and Institute that bear his name, as well as this World Day when we are invited to wear non-matching socks, because of their resemblance with the chromosomes and in order to promote “difference”.

 Recently different kinds of initiatives have shown French public opinion the importance of the inclusion and diversity of people with different kinds of disability, and specifically trisomy 21. Films such as “Hors norms” (The Specials), “Apprendre a t’aimer” and “De Gaulle” have brought these topics to the big screen. The first shows the heroism of people who run different associations dealing with social inclusion. The second tells a story of the transformation of a young French family whose daughter has Down’s Syndrome. The film “De Gaulle” (by Gabriel Le Bomin) gives a prominent role to the daughter of the famous general and French political leader: Anne was born with trisomy and died at the age of 20, She occupied a very special place in the heart of Charles de Gaulle. She was his strength, joy and inspiration in the many battles the founder of the Fifth Republic had to fight.

 In the field of social entrepreneurship, “Cafes Joyeux” (Happy Cafes) have opened in the business districts of several European cities. This project of the entrepreneur Yann Bucaille-Lanrezac, who recently received the social entrepreneur award from the Boston Consulting Group (BCG), employs people with disabilities in typically French “cafes”. The most famous is located no less than a few yards from the Arc de Triomphe in the Champs-Elysees and was inaugurated by the French President, Emmanuel Macron, together with the minister in charge of disabled people, Sophie Cluzel. It is not by chance that Cluzel was chosen for this sensitive position. She herself is the mother of Julie (born in 1995) with Down’s Syndrome and has dedicated most of her professional life to integrating these people into society.

In the Café Joyeux located in the “most beautiful avenue in the world” we come across a champion of the inclusion of children with trisomy 21, the French artiste Cilou. One year ago, on the 21st March 2021, a very symbolic date for those with three chromosomes 21, the 27-year-old artiste set the story of a boy, Louis, to music and dance, from when he was in his mother’s womb until he started working in a Café Joyeux.

 Our conversation is continually enlivened by the music, dance and general atmosphere of the employees working here. The presence of Cilou does not dampen the enthusiasm that vibrates in this locale on the Champs-Elysees. Our dialogue will be happily “interrupted” many times by two young professional guards at the Café.

How did you come up with the idea of composing a song and a video on this topic?

  • During the lockdown I wanted to compose a song about joy. As we all know from experience those months were very hard. I like my songs to transmit values on the lives of real people. The idea of trisomy came up the year 2021 started and made me think of people who have three chromosomes 21. In present-day society, and I find it very positive, difference and diversity are often celebrated because we are all distinct from one another.
  • Nonetheless, we often tend to be exactly like the others and erase the differences, to not be ourselves so as to be like the others or adapt ourselves to what we think society wants us to be.
  • The natural goodness, the difference and the happiness of people with Down’s Syndrome helps us to be ourselves in the same way they are completely themselves, without any pretense or hiding behind a mask. They have a spontaneous, infectious joy; it’s something everyone can see in them. My song speaks of this joy in being alive, in being different. Vive la difference!
  • Who is Louis, the boy of the song?

When this idea of composing a song on disability occurred to me, I started looking on Instagram for stories of families with children with trisomy 21. I didn’t want my song to be theoretical, but something real and authentic based on a true story. In my immediate circle I didn’t know any children with this disability. That is how I found out all about Louis, le super heros. “Louis the super hero”. In it this family from Brittany (western France) tells the story of little Louis. I liked it very much; I contacted them and they agreed to my idea enthusiastically.  Today he is five and a half years old. In the song I put myself in his place and speak in the first person: when I was in my mother’s womb, I dreamt about my life, and carried with me a well-guarded secret. When I was born, I describe the astonishment of my parents, which is what many families experience in such cases. And the main verse tells us of joy, that I am happy, that I don’t want to trouble anyone, just that I am different, and I want to be loved.

 He says his secret is his extra chromosome, it is a “super power”, to make the world more beautiful.  He also speaks about his family, his big brother and his parents and the difficulties, and also the joys, but that, in short, everyone surrenders to his big heart and immense affection. He also speaks of the beauty of being weak and helpless, and of rejecting conformism. He says that when he grows up, his parents will be concerned about his independence and integrating into society. At that moment we show a young man going to work in a Café Joyeux, in Rennes, in Brittany, where there is neither fear nor prejudice, but the pride of being different and competent too. The song ends with ideas which seem to me to be the most important: I don’t want to cause trouble; I only want to love; life is a matter of chance. Vive la difference!  In the video we see members of his family and the places where he lives, even the local mayor is featured.

From where do you get your artistic vocation and your commitment to this great cause?

 When I was young, I went to the conservatoire: music and art have always played a great part in my life. I studied business administration. After finishing my studies, I went to Indonesia to do social work and taught guitar to kids neglected by society. We composed a song and made a video about them and several more that people liked. On my return to France, I entered the field of marketing in a big French company. I liked it but felt I could put together all my skills and my wanting to have social impact into something more artistic; this is how Cilou came into existence! My songs and videos are usually about deeper human problems, such as people going through difficult times, like  losing a mother, doubts about one’s place in the world, different kinds of encounters, etc.

 Humanitarian trips like mine can be a transforming experience because they help you to see the world differently. In my case, people with mental disability have always been present in my life because my parents used to take us once a month to play with such people and look after them. As a student, in the north of France I used to take part in an initiative that organized plays and musicals for disabled young people.

Finally, I think that integrating these people and respecting them is a very important and positive challenge. But it is something that involves everyone and is for the common good because we are all different, we are all weak and dependent in some way, and long for respect and a place in the world.

El autorBernard Larraín

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Cultura

La corona de espinas

La corona de espinas, reliquia de Nuestro Señor Jesucristo, consiste en una circunferencia de ramas o juncos entrelazados y se conserva en la catedral de Notre Dame, París, en un tubo de cristal, sin las espinas que la acompañaban.

Alejandro Vázquez-Dodero·20 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Nos llega por la Sagrada Escritura que unos soldados romanos colocaron a Jesús en su cabeza una corona de espinas durante su pasión. En concreto, en los Evangelios canónicos de Mateo (27, 29), Marcos (15, 17) y Juan (19, 2). 

¿Qué es la corona de espinas? Relato evangélico y piedad popular 

El Mesías, sentenciado a muerte, entregado a los soldados, fue flagelado y luego coronado de espinas. En esos pasajes es burlado por sus ejecutores con frases insultantes referidas a su reinado: “Salve, rey de los judíos”, le gritarán. Y claro, un rey merece una corona, pero en el caso de ese que decía ser rey de los judíos, condenado a morir, los soldados le humillaron e hirieron confeccionando una corona con espinas e hincándosela en la cabeza.

Como práctica de piedad, en el rezo del santo Rosario hay un misterio, el tercero de los de dolor, dedicado a este pasaje. Además, en la piadosa costumbre del rezo del Via Crucis se encuentra también esta escena como sexta estación.

¿En qué consiste exactamente la corona de espinas de Notre Dame? ¿Dónde se conserva? ¿Y sus espinas?

La reliquia consiste en una circunferencia de ramas o juncos entrelazados, de 21 cm de diámetro. Se conserva en la catedral de Notre Dame, París, en un tubo de cristal, sin las espinas que la acompañaban, pues éstas fueron repartiéndose a lo largo de los siglos como reliquias parciales de la corona. 

Ya desde el siglo V existen referencias a la corona en Jerusalén, ubicándola un siglo más tarde en la basílica de Sión, y siendo trasladada en el siglo VII a Constantinopla en plena invasión persa.

Con motivo de la crisis económica del siglo X parece que la corona pasó a manos de prestamistas venecianos, hasta que volvió a la monarquía francesa. De la Sainte Chapelle, donde fue depositada en el siglo XIII, pasó a la Biblioteca Nacional de Francia durante la Revolución Francesa, y ya en el siglo XIX pasó a ser propiedad de la Iglesia y fue finalmente depositada en la catedral de Notre Dame, donde por cierto en 2019 se salvó de un incendio que devastó gran parte de la catedral parisina.

Según diversos estudios las espinas podrían proceder de distintas plantas, entre la que destacaríamos el azofaifo, la pimpinela espinosa o el espino negro.

Al hallarse fragmentadas las espinas insertadas a la corona, cada una de ellas se considera como una reliquia de categoría inferior, ya que las de primera categoría –por decirlo de algún modo– serían las de Jesús que se conservan enteras –analizadas en anteriores fascículos– o los trozos del cuerpo de los santos.

Las espinas se hallan dispersas por todo el mundo, como decíamos, y la suma de todas ellas llegaría a las 700, de las cuales 140 se hallan en Italia. En Roma unas 20 reciben veneración pública, incluyendo la de la basílica de san Pedro y la de san Juan de Letrán.

Resulta difícil datar la procedencia de la mayoría de las espinas, por ejemplo, las que se encuentran en el monasterio de El Escorial o en la catedral de Barcelona, en España. No así la que se venera en el monasterio de santa María de la Santa Espina, en Valladolid, al constar documentado que fue un regalo que recibió la infanta-reina Sancha Raimúndez del rey de Francia a inicios del siglo XII, según consta archivado en el monasterio cisterciense que dicho rey fundó a fin de asegurar su veneración.

Hasta aquí la serie de breves artículos periódicos que hemos ido publicando sobre algunos aspectos relevantes de ciertas reliquias de Nuestro Señor. ¿Su propósito? Conocer algo mejor a Jesucristo, su vida y persona. Y, sobre todo –por ser ello lo que podemos hacer aquí en esta vida– tratarle con mayor devoción, a través de esas santas reliquias que la tradición y piedad popular nos han procurado y por lo que no podemos estar más que agradecidos y procurar su veneración y mejor conservación.

Evangelización

Tomás Trigo: “Sin la esperanza del Cielo, no daríamos un paso en la vida”

Con los desafíos de la pandemia, la invasión rusa en Ucrania y el drama humanitario de tanta gente, afrontar el sentido de la vida y del sufrimiento parece acuciante. El lunes 28 de marzo, el Instituto Superior de Ciencias Religiosas de la Universidad de Navarra abordará esta cuestión en una Jornada sobre ‘Alma, muerte y más allá’. Con este motivo, Omnes entrevista al profesor don Tomás Trigo, organizador de la Jornada.

Rafael Miner·20 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 8 minutos

El programa de la XIII Jornada Teológico-Didáctica del Instituto Superior de Ciencias Religiosas (ISCR), prevista para el 28 de marzo, es sintético, pero los temas son de fondo. En un momento de crisis de trascendencia, hablar del sentido de la vida: ¿quiénes somos? ¿qué hacemos aquí? ¿cuál es nuestro origen y qué nos espera más allá de la muerte?, y como consecuencia, encontrar desde ahí respuestas a preguntas morales: ¿cómo debemos vivir? ¿qué debemos hacer o evitar?, “constituyen la clave para la felicidad de cualquier persona”, explica don Tomás Trigo, subdirector del ISCR.

En la Jornada, tras las palabras iniciales de don Fermín Labarga, director del ISCR, se abordarán temas como la espiritualidad del alma humana (prof. Juan Fernando Sellés), la muerte: ‘game over’ (Rafaela Santos, neuropsiquiatra); y el Cielo (Mons. Juan Antonio Martínez Camino), además de la mesa redonda subsiguiente.

Para explicar con más hondura esta Jornada, Omnes ha conversado con don Tomás Trigo.

Comencemos por usted. ¿Cuándo se ordenó sacerdote? ¿Qué tiempo lleva en la Universidad de Navarra? ¿Qué es lo que más le ha aportado trabajar aquí?

–Me ordenó sacerdote en 1987, en Roma, un santo: Juan Pablo II. Después de siete años de trabajo pastoral en Valencia, me vine a trabajar a la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra como profesor de Teología Moral. Es un trabajo del que estoy muy agradecido a Dios, por muchos motivos. Uno de ellos es haber conocido a cientos de seminaristas y sacerdotes de muy diversos países. De verdad: con el tiempo te convences de que quien más aprende, quien más se enriquece como persona y como sacerdote, en una Facultad como esta, eres tú.

Ahora es subdirector del ISCR de la Universidad. ¿Qué es el ISCR? Según los datos, estudian aquí personas de 20 países. Suponemos que no sólo estudian aquí sacerdotes, también lo hacen laicos. Y tienen ustedes bachillerato y graduado en Ciencias Religiosas y 5 Diplomas…

–Estamos en un momento histórico que pide a gritos que todos los cristianos tengan una formación doctrinal sólida y profunda para ser capaces de responder a los desafíos actuales dando razón de nuestra fe y, sobre todo, saber discernir, al hilo de los cambios culturales. Es necesario leer, comprender, profundizar; y los que tienen responsabilidades de formar a otros en cualquier ámbito necesitan poder acceder a estos estudios de una manera adaptada y la Iglesia tiene el deber de ofrecérsela.

Los Institutos Superiores de Ciencias Religiosas fueron creados para facilitar a los laicos y religiosos esta formación mediante un itinerario académico específico que son el Bachillerato y la Licenciatura Ciencias Religiosas, títulos oficiales de la Santa Sede. El ISCR de la Universidad de Navarra es uno de los Institutos que ofertan estos estudios con una modalidad semipresencial.

Además, con el fin de facilitar el acceso a los estudios a cualquier persona que desee formarse seriamente, nuestro ISCR ha realizado un gran esfuerzo adaptando la docencia presencial al soporte digital y al soporte papel mediante la Colección de Manuales del ISCR de la Universidad de Navarra (EUNSA).

Esto nos permite diversificar nuestra oferta formativa en forma de títulos propios con modalidad a distancia 100%. Estos títulos, que llamamos Diplomas online están enfocados por áreas temáticas de la Teología, con algunas otras asignaturas que complementan la formación para responder a los desafíos actuales. Es el caso por ejemplo del Diploma de Teología Moral, que no solo estudia de manera científica los principios morales cristianos, sino que los pone en relación con cuestiones actuales en debate, como la bioética o la moral sexual.

Estos diplomas tienen un rodaje de varios años y actualmente estudian con nosotros más de 450 alumnos de diversos países de América y Europa, además de España.

Dijo Benjamin Franklin (siglo XVIII), uno de los padres fundadores de Estados Unidos, que, en este mundo, lo único seguro son la muerte y los impuestos. El próximo día 28 de marzo han organizado una Jornada con un título realmente provocador: Alma, muerte y más allá, y la dirige usted mismo. ¿Por qué ese título y ese tema? Desde luego, hay muerte, y hay mucho sufrimiento, ahora en Ucrania, por ejemplo.

–El tema clave sobre el que pretendemos reflexionar es el sentido de la vida: ¿Quiénes somos? ¿Qué hacemos aquí? ¿Cuál es nuestro origen y qué nos espera más allá de la muerte? Solo a partir de ahí se puede encontrar respuesta a la pregunta moral: ¿Cómo debemos vivir? ¿Qué debemos hacer o evitar?

Existe un cierto temor a afrontar estas cuestiones tanto en el ámbito familiar como en el académico, quizá porque no sabemos dar razón de nuestras propias convicciones. Si queremos formar a padres y educadores, que es el objetivo principal del Instituto Superior de Ciencias Religiosas, tenemos que enfrentarnos en serio a estos asuntos, que constituyen la clave para la felicidad de cualquier persona. Es que, sin responder de verdad y con la verdad a estas grandes cuestiones, no se acaba de entender por qué tal modo de actuar está bien o mal. Elegir un camino u otro depende siempre de a dónde quieres llegar.

Cuéntenos algo más de los temas concretos, y de los ponentes que han invitado. Vamos con el alma humana, por ejemplo.

–El primer tema que vamos a afrontar es el de la espiritualidad del alma. Lo haremos de la mano de D. Juan Fernando Sellés, profesor de Antropología filosófica de la Universidad de Navarra. Queremos que sea precisamente un filósofo quien nos exponga los argumentos racionales que fundamentan la verdad de la espiritualidad del alma humana y, por tanto, de su inmortalidad. Ya algunos filósofos griegos, como Platón y Aristóteles, reflexionaron y aportaron mucha luz sobre esa verdad. En la actualidad hay cristianos que, por la fe, están convencidos de que el alma humana no muere, pero quizá no saben explicar en qué bases se sustenta esa realidad tan importante para nuestra vida: tenemos un comienzo en el tiempo, pero somos eternos.

El inicio y el fin de la vida se estudian también en Teología Moral. En la Jornada del día 28 hay una neuropsiquiatra que hablará sobre la muerte: ¿game over? ¿La muerte es el final del juego, de la partida? Por si desea comentar algo.

–Sí, será la Doctora en Medicina y especialista en Psiquiatría Rafaela Santos. Hablará precisamente de ese acontecimiento que es incluso más seguro que los impuestos: la muerte. Hay mucho miedo a pensar en ese momento que llegará, antes o después, para todos y cada uno. Pero el miedo no puede hacer que renunciemos a pensar. Nos interesa saber si, en efecto, la muerte es o no el final de la partida.

Algunos piensan que lo es, que con la muerte acaba la existencia personal. Pero si nos tomamos en serio esa idea, y no solo como una fachada, la vida se convierte en algo absurdo, la libertad se queda sin finalidad, el sufrimiento no tiene sentido y resulta… insufrible. ¿Qué hacer? Una respuesta sería: “Comamos y bebamos que mañana moriremos”; centrarnos en nosotros mismos y aprovechar al máximo el momento presente para disfrutar al máximo, aunque sea a costa de la felicidad de otras personas.

No puede extrañar que, cuando es imposible disfrutar porque aparece el dolor, el sufrimiento físico o moral, porque uno pierde lo único que consideraba un tesoro (por ejemplo, la estima ajena, la salud, el bienestar, el dinero o el poder), aparezca el recurso al suicidio.

Es necesario enfrentarse a la existencia. Esto es fundamental. Huir es una cobardía, un escape por la puerta falsa. El que quiera ser feliz tiene que afrontar la realidad, tratar de entenderla, preguntar y preguntarse, sin miedo, buscar si es preciso debajo de las piedras, hasta dar con el verdadero sentido de su vida.

Muchos estamos convencidos que la muerte no tiene la última palabra, porque somos eternos. Pero ¿cómo vivir teniendo en cuenta que esta vida en la tierra tiene un final? ¿Se puede vivir con alegría y serenidad aun sabiendo que la muerte puede venir en cualquier momento? ¿Podemos prepararnos para la muerte? Creo que la doctora Santos nos ayudará a responder a estos interrogantes.

El cielo. En esta Jornada también se hablará del cielo. No sé si se oye hablar mucho del cielo, y es esperanzador…

–Sí, como dices, no se habla mucho del cielo, ni se piensa en él, y es una pena, porque no hay verdad más esperanzadora. Porque el cielo es aquello a lo que todos aspiramos en lo más profundo de nuestro ser. Pensar, amar y sentirse amados por el Amor que nos crea, nos acompaña y nos espera al otro lado de la “puerta” es el único modo de recorrer con alegría el camino de la vida: un camino a veces largo y pesado, cuesta arriba, con momentos agradables, pero también con penas y sufrimientos.

Para hablar de todo esto, para que nos anime a ser cristianos ilusionados, hemos invitado a Mons. Juan Antonio Martínez Camino, Obispo Auxiliar de Madrid, al que agradezco mucho que haya accedido a participar, a pesar de sus muchas ocupaciones pastorales.

En el Diploma de Teología Moral, entre otras cuestiones, usted explica las virtudes teologales, fe, esperanza, caridad, amor, su ejercicio práctico. ¿Nos falta esperanza? ¿Creemos poco? ¿Amamos poco? Quizá esté en juego nuestra felicidad. Denos pistas.

–Las tres virtudes teologales son necesarias para unirnos a Dios y vivir en íntima amistad con Él ya aquí, en esta vida. Pero me gustaría fijarme en la esperanza, de la que acabamos de hablar.

Decía Charles Péguy que la caridad es una madre ardiente, todo corazón, y la esperanza es una niñita de nada. Pero esa niñita de nada atravesará los mundos, llevando a la fe y a la caridad; “atravesará –dice– los mundos concluidos. Una llama traspasará las tinieblas eternas”.

Sin la esperanza del Cielo, de estar para siempre con Dios, ni siquiera daríamos un paso por el camino de la Vida, que es Cristo mismo. Por otros caminos, por el de las tinieblas eternas, quizá sí, pero por el que lleva a la Vida, no.

Nos hace mucha falta esta virtud. Cuando se vive la esperanza sobrenatural, tenemos una confianza absoluta en Dios, abandonamos en Él todas las preocupaciones que nos agobian, vivimos con una alegría y una paz que nadie más que Él nos puede dar, y podemos decir que, incluso en medio de las contrariedades, somos felices.

Pero la Teología Moral no se ocupa solo de esas virtudes. También afronta cuestiones éticas ante las que se tienen más dificultades, ¿no? Por ejemplo, en Alemania se están debatiendo, entre otros, varios temas de moral sexual.

–Sí, en Teología Moral se estudian también virtudes como la prudencia, la justicia, la valentía o la templanza, y dentro de esta, la virtud de la castidad. Todas son necesarias para ser buenas personas y hacer felices a los demás.

Las cuestiones de moral sexual no tienen más dificultad que las relacionadas con la justicia. Me explico. El problema de la moral sexual no es que sea un tema más difícil de entender que la justicia y el respeto a la vida humana. El verdadero problema de la moral está en un nivel más profundo: es el que señala con gran claridad, en 1993, la famosa encíclica Veritatis splendor, de san Juan Pablo II. Ese problema consiste en oponer la verdad y la libertad.

Pienso sinceramente que todas las virtudes y valores resultan igualmente problemáticos para una persona que se considera a sí misma como fuente autónoma de la verdad, de los valores; dueña del bien y del mal. Y todas las virtudes resultas preciosas, ¡gozosas!, para la persona que busca sinceramente la verdad sobre el bien y trata de vivirla con la ayuda de Dios y de los demás. Creo que la clave está ahí, y no en la dificultad de entender una virtud concreta como la castidad.

Hemos notado el agradecimiento de alumnos y alumni por los diplomas y estos programas. Y nos cuentan que hay docentes y profesores, directivos, consultores, médicos y científicos, ingenieros, comunicadores, catequistas, padres de familia, y religiosos y laicos de todos los movimientos de la Iglesia, varones y mujeres. ¿Algún comentario?

–Solo uno. El Papa está llamando constantemente a todo el Pueblo de Dios a la conversión del Espíritu, y esta conversión pasa por conocer en profundidad el mensaje de Cristo y crear un espacio íntimo para rejuvenecer la vida cristiana y la Iglesia. Nos alegra muchísimo saber que estamos poniendo nuestro esfuerzo al servicio de esta llamada urgente del Santo Padre. Cuando vemos algún fruto, que se manifiesta en forma de testimonio agradecido, damos gracias a Dios, porque solo Él tiene el mérito. Ojalá que no le estorbemos…


Concluimos la conversación con D. Tomás Trigo. Quizá solo basta añadir algún dato de los ponentes de la Jornada del día 28. Juan Fernando Sellés es profesor de Antropología Filosófica de la Universidad de Navarra; Rafaela Santos es presidenta ejecutiva de la Fundación Humanae, y autora de libros en torno a la resiliencia, por ejemplo ‘Mis raíces’, que me permito recomendar; y la ponencia de Mons. Martínez Camino se titula ‘El Cielo. De la utopía a la esperanza’.

Vaticano

La nueva ley de la Curia romana. Una primera lectura

El Papa Francisco ha promulgado la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium sobre la Curia romana y su servicio a la Iglesia y al mundo. El documento organiza, sobre todo, los departamentos que ayudan al Papa en su misión de gobierno de la Iglesia universal y sustituye a la precedente Constitución Apostólica Pastor bonus de San Juan Pablo II.

Jesús Miñambres·19 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Traducción del artículo al italiano
Traducción del artículo al inglés

Con fecha 19 de marzo 2022 y entrada en vigor prevista para el 5 de junio próximo, fiesta de Pentecostés, Papa Francisco ha promulgado la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium sobre la Curia romana y su servicio a la Iglesia y al mundo. El documento organiza sobre todo los departamentos que ayudan al Papa en su misión de gobierno de la Iglesia universal y sustituye a la precedente Constitución Apostólica Pastor bonus de San Juan Pablo II (1988).

En general, la reforma de la Curia no es un fin, sino un medio para ser mejores testigos del Evangelio, para favorecer una evangelización más eficaz, para promover un profundo espíritu ecuménico, para animar un diálogo productivo con todos (cfr. n. 12). Por eso, el Papa confía los resultados de la reforma al Espíritu Santo, verdadera guía de la Iglesia, y cuenta para ello con el tiempo, y con el empeño y la colaboración de todos.

La lectura de la nueva ley sobre la Curia Romana debe evitar el error de confundir la reforma de la Curia con una reforma de la Iglesia, probablemente alimentado por la frecuente atribución al “Vaticano” de lo que sucede en el catolicismo. El Papa está imprimiendo a la Iglesia, ya desde el inicio de su pontificado, un impulso sinodal que se manifiesta también en esta norma, presentada en el Proemio como fruto de la vida de comunión que da a la Iglesia el rostro de la sinodalidad; es decir, que la caracteriza como Iglesia en escucha. En este sentido, la Iglesia sigue siempre escuchando a sus fieles, a sus estructuras, y también a las voces que le hablan desde fuera, a los problemas del mundo, a las expectativas de la humanidad. Por eso, la reforma de la Curia no es la reforma de la Iglesia pero ayuda a dar pasos hacia una mayor comprensión de la comunión y de la misión que la Iglesia ha recibido y trata de cumplir en esta época.

En esta propuesta sinodal, de escucha, juega un papel importante la relación que se da en la Iglesia entre el primado del Romano Pontífice y el colegio episcopal (que se funda sobre el que se instaurò entre San Pedro y el colegio apostólico). Esta relación se estructura en algunos organismos como las iglesias patriarcales o las conferencias episcopales. Praedicate Evangelium subraya el hecho de que el servicio de la Curia al Romano Pontífice la pone también en contacto y al servicio del Colegio episcopal, de modo que no está “entre” el Papa y los Obispos, sino al servicio del Papa y de los Obispos.

En varias ocasiones, ante preguntas expresas de periodistas, el Papa ha declarado que la nueva ley “no va a tener nada de nuevo de lo que se está viendo ahora”. El proceso reformador que busca facilitar un mejor servicio de las estructuras curiales a las finalidades para las que han sido pensadas requiere tiempo y perseverancia, se trata de uno de esos procesos lentos y persistentes que reencauzan y encaminan las instituciones. El Papa es persistente y trata de impulsar cambios mentales para que la curia romana se deje exprimir por la misión de servicio; la misma que está exprimiendo al Papa. Misión de servicio que se constituye en Norte de la acción curial y provoca una parte nueva en el documento, una serie di “criterios” para el servicio, doce, que preceden el articulado de la ley.

Cuando en 2013, el Papa le encargó al hoy cardenal Krajevski el organismo que gestiona la caridad más inmediata del Papa, la Elemosineria Apostolica, le dijo: “Ahora mis brazos son cortos, si los alargamos con los tuyos conseguiré tocar los pobres de Roma y de Italia; yo no puedo salir, tú sí”. La curia romana actúa como los ojos y los brazos del Papa, en su misión de unidad y cuidado de la Iglesia católica. Desde el siglo XVI viene organizándose de modo análogo a como se organiza el gobierno de un estado, con su ministerios o dicasterios y una multiplicidad de organismos que cumplen funciones pastorales. Hoy, los departamentos de la Curia, pasan a llamarse, Dicasterios, Organismos y Oficios, y desaparecen los Pontificios Consejos. Los dicasterios y los organismos, junto con la Secretaría de Estado, son llamados “instituciones” (art. 12).

Ya desde el título de la Constitución Apostólica, la nueva curia romana se perfila en sintonía con el corazón pulsante de Papa Francisco que había expresado en la Evangelii Gaudium de 2013: «sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización» (n. 27).

La primera institución tratada por la ley es el Dicasterio para la Evangelización, presidido directamente por el Romano Pontífice (art. 34), que acoge en sí la función de tratar las cuestiones relacionadas con las misiones —Propaganda Fide—, y asume también la competencia sobre las cuestiones fundamentales de la evangelización del mundo, transformándose en la punta de lanza de la iglesia “en salida” tan querida pro Papa Francisco.

La Elemosineria Apostolica se transforma en Dicasterio para el servicio de la caridad y se coloca en tercer lugar después de la evangelización y de la doctrina de la fe, que asume en su seno, aunque con autonomía, la Pontificia Comisión para la Tutela de los Menores.

Al describir la competencia del Dicasterio para los Obispos en materia de nombramientos se hace referencia expresa a la necesidad de contar con el parecer de miembros del Pueblo de Dios de las diócesis interesadas (art. 105).

Se unifican en un solo Dicasterio para la cultura y la educación, aunque articuladas en dos secciones diferentes, las competencias que antes estaban divididas entre dos organismos: uno para la cultura y otro para la educación católica.

Varios Consejos Pontificios son transformados en dicasterios con competencias sustancialmente idénticas a las que ya tenían, aunque se aportan modificaciones importantes en algunos casos: por ejemplo, el Dicasterio para los textos legislativos adquiere una competencia mayor de promoción del Derecho canónico y de su estudio.

Son confirmados los organismos creados en estos últimos años: el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, nacido en el 2017, el Dicasterio de Laicos, Familia y Vida, creado en 2018. Se añade un Dicasterio para la comunicación, que hereda las competencias de la actual Secretaría para la comunicación.

El grupo de instituciones que juzgan en nombre del Papa se reúne bajo el título de “Organismos de Justicia”, aunque no cambian el nombre ni las competencias: Penitenciaría, Signatura y Rota Romana.

Se confirman sustancialmente los perfiles de los dicasterios y organismos ocupados de la economía interna a la Santa Sede, que han sido objeto de la atención del Papa desde el inicio del pontificado: Consejo para la Economía, Secretaría para la Economía, Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica y Oficio del Revisor general, a los que se añade una Comisión para asuntos reservados y un Comité para las inversiones, que habían sido instituidos a propósito de la última reorganización de asuntos económicos de la Curia, con la desaparición del Oficio administrativo que antes existía en la Secretaría de Estado.

Del grupo de los organismos con funciones económicas desaparece la tradicional Cámara Apostólica, que tenía competencias en los momentos de sede vacante: estas competencias son atribuidas ahora a un nuevo Oficio del Camarlengo de la Santa Iglesia Romana (art. 235-237).

Estos son los cambios principales que aporta la nueva ley de la Curia con respecto a lo que vige todavía hasta el 5 de junio. Hay muchos más. Desde esta primera lectura, parece que la ley ofrece nuevas perspectivas, más dinamismo. Se piensa sobre todo en lo que hay que hacer, sin parase demasiado en lo que se es. Y cuando de lo que se trata es de organizar un instrumento de servicio, resulta apropiado que se piense más en la acción que en el ser, ya que el ser es hacer, servir.

El autorJesús Miñambres

Decano de la Facultad de Derecho Canónico de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz. Roma.

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Misión imprevista

No escuchaban ya el bramido de bocinas y autobuses circundantes, y mucho menos el murmullo del agua que corría por el canal. De pronto, en el cuello del joven se abrió la huella de un rasguño y bajo las uñas de la chica se asomaron unas gotas de sangre.

Juan Ignacio Izquierdo Hübner·19 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Eran jóvenes y no sabían cómo remontar en su relación. Pensaron que dar un paseo entre álamos y sauces los refrescaría un poco, pero cuando llegaron al parque, escaló la crispación y el lenguaje se endureció hasta los insultos: no escuchaban ya el bramido de bocinas y autobuses circundantes, y mucho menos el murmullo del agua que corría por el canal. De pronto, en el cuello del joven se abrió la huella de un rasguño y bajo las uñas de la chica se asomaron unas gotas de sangre. 

Ocurrió un miércoles de marzo en torno a la hora de almuerzo, en un parque angosto, discreto y cercano al barrio financiero de Santiago de Chile; en la franja verde que acompaña el canal San Carlos en su último tramo hasta el río Mapocho. 

Después de la agresión, el joven agarró la mochila que su novia había dejado en el césped y la abrazó. Para reforzar su defensa, sacó su móvil y se dispuso a filmar a su pareja con actitud amenazante. Ella lo miraba desde una distancia de tres o cuatro metros con su delgado cuerpo tembloroso y el rostro pálido como la luna.

 Devuélvemela —gimió ella—, por favor. 

— Antes pídeme perdón —respondió él, dando pasos lentos hacia la valla que separa el parque del canal.

— Eres como todos, ¡un niño! 

La chica pronunció la última palabra con un gruñido, el miedo colmó su paciencia y saltó otra vez al ataque. Él guardó el móvil en el bolsillo, corrió más rápido hacia el canal y tomó la mochila con las dos manos para arrojarla al agua. “¡No!”, suplicó ella. La catástrofe era inminente. Pero, en ese momento, un runner que pasaba por ahí los interrumpió:

— ¡Ey! —exclamó con serena autoridad y manos abiertas— ¿Pasa algo? 

Era un hombre de mediana edad, tez morena, brazos robustos, labios finos dentro de una barba recortada y mirada penetrante. Vestía una camiseta verde oscuro y pantalones cortos, respiraba tranquilo, irradiaba valentía y se acercaba a la escena con pasos graves, reposados, seguros. 

— ¿Pasa algo? —repitió, viendo que la pareja se había vuelto y le hacían caso. 

— ¡Él quiere tirar mi bolso al canal! —La voz de la chica adquirió un tono angustiado y, de pronto, se sorprendió a sí misma abriendo su corazón a un extraño— ¡Es un envidioso, un niño!, ¡conocer a este patán ha sido el peor error de mi vida! 

— Calma. Vamos, respiren conmigo: inspirar, 1, 2, 3, expirar, 1, 2, 3. Bien, eso es —Ambos, como hipnotizados, le siguieron el juego—. Inspiramos, 1, 2… ¿qué haces?

El joven había perdido el compás de la respiración y recordó su ira. Miró a los lados y aprovechó la tregua para terminar de asomarse al estrecho y profundo canal, cuyo nivel de agua venía con unos dos metros de profundidad respecto del suelo. Y con un sencillo movimiento, dejó caer la mochila. Luego giró, se enfrentó a la mirada pasmada de la chica y adoptó una expresión contradictoria, con mezcla de satisfacción y arrepentimiento; quería quedarse, consolidar su triunfo, pero no aguantó la presión y, antes de que el desconocido pudiera reaccionar, huyó. Ella se quedó, desolada y abatida, se sentó en el césped y lloró. 

— Lo siento mucho —dijo el runner, acercándose un poco y conservando cierta atención a la fuga del joven. 

— Dentro de la mochila… ¡él lo sabía!, ¿por qué me humilla así? —La congoja la abrumaba y no conseguía hilar bien las ideas— Ahí… ahí está el pasaporte con el que pensaba viajar la próxima semana a Nueva York. ¿Qué voy a hacer ahora?

— Qué pena lo que pasó… —Guardó silencio unos segundos y añadió— Espérame aquí, tengo una idea.

— ¿Vas a perseguir a mi pololo?, o, bueno, ahora mi ex, supongo.

— Creo que no hace falta… Intentaré recuperar tu pasaporte —Y, concentrándose, emprendió la carrera.

            La mochila flotante le llevaba una buena distancia. El runner la persiguió saltando raíces de árboles y esquivando personas, llegó a su altura al cabo de unos 300 metros, saltó la valla, se acostó en el borde del canal, pero no alcanzó el bulto con su brazo. No dudó: se levantó de un salto, volvió al camino y siguió corriendo. De pronto, debajo de un árbol, vio a un grupo de jardineros mayores que disfrutaban sus comidas como si estuvieran en una tarde de picnic y, junto a ellos, yacía un largo palo con una cesta en el extremo. “Permiso, necesito rescatar algo”. Los buenos hombres asintieron y el atleta siguió su ruta, sosteniendo algo parecido a una pértiga. La mochila se había alejado, dentro de poco se acabaría el parque y el bulto llegaría al río, donde sería imposible recuperarlo. El hombre aceleró el paso, adelantó el objetivo, saltó la valla otra vez y, maniobrando el palo, posicionó la cesta en la superficie del agua, esperó, era su última oportunidad… y, ¡bien!, atajó la mochila. 

            Cuando la joven vio al hombre regresar con la mochila en las manos, no lo podía creer, su emoción era casi incontenible. Se levantó para recibirla y mecánicamente se sentó para revisar su contenido. El pasaporte estaba intacto. Entonces levantó la cabeza.

— Dame, por favor, tu wasap —dijo, sacando su móvil del bolsillo—, me gustaría traerte algún regalo de Nueva York. 

Él sonrió con sincero y paternal afecto, pero no respondió. 

— Entiendo, prefieres el anonimato, ¿eh? Está bien. Pero al menos dime tu nombre, no quisiera olvidarte.

Él asintió y, a modo de despedida, respondió:

— Mi nombre es José. 

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Actualidad

San José, padre y guía

El 8 de diciembre termina el año dedicado a san José, que ha conmemorado su proclamación como patrono de la Iglesia universal en 1870. Para concluirlo, el autor de este artículo expone los principales rasgos de quien es padre y guía de Jesús, y de todos los cristianos.

Dominique Le Tourneau·19 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 12 minutos

A lo largo de los últimos meses, hemos incrementado nuestro conocimiento y nos hemos adentrado en el trato íntimo con el patriarca san José. Y eso, gracias a la decisión del Papa Francisco de decretar un año de san José, que terminará el día 8 de diciembre, en la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

Como expresaba en su Carta apostólica Patris corde, Francisco tomó esa decisión con motivo del sesquicentenario de la proclamación de san José como patrono de la Iglesia universal por el Sumo Pontífice Pío IX, el 8 de diciembre de 1870, a petición de los padres del Concilio Vaticano I.

Con ello nos ofrecía el Romano Pontífice unos puntos de reflexión y meditación, al subrayar distintos papeles de quien jugó el papel de padre del Redentor. Fue -escribe- padre amado, padre en la ternura, padre en la obediencia, padre en la acogida, padre en la valentía creativa, padre trabajador y, por último, padre en la sombra.

Agradecimiento a un hombre justo

El nombre de José es todo un programa. Significa en hebreo “él aumentará”, “él añadirá” o “él hará crecer”. Y san Josemaría Escrivá comenta: “Dios añade, a la vida santa de los que cumplen su voluntad, dimensiones insospechadas: lo importante, lo que da su valor a todo, lo divino. Dios, a la vida humilde y santa de José, añadió —si se me permite hablar así— la vida de la Virgen María y la de Jesús, Señor Nuestro. Dios no se deja nunca ganar en generosidad. José podía hacer suyas las palabras que pronunció Santa María, su esposa: Quia fecit mihi magna qui potens est, ha hecho en mí cosas grandes Aquel que es todopoderoso”(Es Cristo que pasa, n. 40). Por consiguiente, que nuestro agradecimiento hacia san José debería de ser muy grande.

Recibió una anunciación paralela a la de María. Como leemos en san Mateo, cuando se dio cuenta de que su prometida esperaba un hijo, “como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado” (Mt 1, 18-19). Pero en cuanto hubo tomado esta decisión, “se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo”.

Lo que algunos han considerado como dudas de José ha dado lugar, tanto en el arte como en la literatura, al tema de los celos de san José, de origen bizantino. Ya en su Representación del Nacimiento de Nuestro Señor (hacia 1467-1481) Gómez Manrique los mencionaba. Siguen presentes en la Vida, excelencias y muerte del glorioso Patriarca y Esposo de N. Señora S. José (1604) de José de Valdivielso. Y pasa a ser el tema de la obra de Cristóbal de Monroy y Silva, Celos de San José (1646). Podemos pensar, en realidad, que la duda se refiere tan solo a la decisión que tenía que tomar, pero no podía poner en tela de juicio la santidad de su esposa.

Según las tradiciones judías, se los consideraba ya casados. Y el matrimonio de María con José siempre ha sido presentado como un verdadero matrimonio, aun cuando respetó la decisión inicial de María de quedar virgen: daría a luz sin concurso de varón, sino por “obumbración”, ya que el Espíritu Santo la tomó bajo su sombra. Partiendo de los bienes matrimoniales identificados por san Agustín, santo Tomás de Aquino afirma que ese matrimonio es realmente un matrimonio, porque ambos esposos han consentido la unión conyugal, pero “no la unión carnal, excepto con una condición: que Dios lo quisiera”.

San Jerónimo presentaba las razones de conveniencia de que estuvieran casados: “En primer lugar, para que por la genealogía estuviera establecida a procedencia de María; en segundo lugar, para que no fuera lapidada por los judíos en cuanto adúltera; tercero, para que ella tuviera un consuelo en la huida a Egipto”. El relato del martirio de san Ignacio añade un cuarto motivo: para que el parto quedara escondido a los ojos del diablo, que pensaría que el niño había sido engendrado de una esposa, no de una virgen.

El evangelista san Mateo nos trasmite la afirmación angélica según la cual san José era un “hombre justo”, es decir, un santo. Esta santidad eximia ha sido descrita acertadamente por Richard, en sus Elogios históricos de los Santos, publicado en Valencia en 1780: “Ponderad cuanto quisiereis sus prerrogativas; decid que habiendo sido destinado por especial vocación al más noble ministerio que jamás hubo, reunió en su persona lo que estuvo repartido entre los demás Santos; que tuvo las luces de los Profetas, para conocer el secreto de la Encarnación de un Dios; los amorosos cuidados de los Patriarcas, para cifrar y alimentar a un hombre Dios; la castidad de las Vírgenes para vivir con una Virgen Madre de un Dios; la fe de los Apóstoles, para descubrir entre la humildad exterior de un hombre, las ocultas grandezas de un Dios; el celo de los Confesores, y la fortaleza de los Mártires, para defender y salvar con riesgo de su vida la de un Dios. Decid todo esto, Señores; pero yo os responderé con una sola palabra: Joseph vir ejus erat justus.

Devoción a san José

Una santidad así, excepcional, motiva una total confianza en el poder de intercesión de nuestro santo y, por ello, una devoción especial. 

Bien lo explica santa Teresa, con unos tintes biográficos: “Tomé por abogado y señor al glorioso San José y encomendéme mucho a él. Vi claro que así de esta necesidad como de otras mayores de honra y pérdida de alma este padre y señor mío me sacó con más bien que yo le sabía pedir. No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado Santo, de los peligros que me ha librado, así de cuerpo como de alma; que a otros santos parece les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad, a este glorioso Santo tengo experiencia que socorre en todas y que quiere el Señor darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra -que como tenía el nombre de padre, siendo ayo, le podía mandar-, así en el cielo hace cuanto le pide. Esto han visto otras algunas personas, a quien yo decía se encomendasen a él, también por experiencia; y aun hay muchas que le son devotas de nuevo, experimentando esta verdad”.

Testimonio de esta devoción son las cofradías de san José presentes tanto en España como en América latina, presentadas por F. Javier Campos y Fernández de Sevilla, OSA, en su obra Cofradías de San José en el Mundo Hispánico, de 2014. Explica el autor que “tradicionalmente habían sido los artesanos de la madera y oficios afines los que había elegido a San José como titular de la nueva cofradía que ponían bajo su patronazgo, pero también se observa que, en otras ocasiones, se le elige por el puesto que ocupa en la corte celestial y porque las advocaciones marianas y del santoral con tradición en la cultura cristiana hispanoamericana ya tenían erigidas cofradías a la misma advocación -posiblemente más de una en ciudades grandes-, o no existían imágenes o lienzos en la iglesia donde querían erigir la hermandad”.

Por su parte, el actual sucesor de Pedro, en el encuentro con las familias en Manila, confiaba de qué modo se vale de su devoción a san José dormido: “Yo quiero mucho a san José, porque es un hombre fuerte y de silencio y en mi escritorio tengo una imagen de san José durmiendo y durmiendo cuida a la Iglesia. Si, puede hacerlo, lo sabemos. Y cuando tengo un problema, una dificultad, yo escribo un papelito y lo pongo debajo de san José, para que lo sueñe. Esto significa para que rece por ese problema. […] José escuchó al ángel del Señor, y respondió a la llamada de Dios a cuidar de Jesús y María. De esta manera, cumplió su papel en el plan de Dios, y llegó a ser una bendición no solo para la sagrada Familia, sino para toda la humanidad. Con María, José sirvió de modelo para el niño Jesús, mientras crecía en sabiduría, edad y gracia”.

Este comentario pontificio, lleno de candor y de fe, nos remite a los sueños de José. Recordemos que, conforme a los relatos evangélicos, san José se beneficia en tres ocasiones de un mensaje angélico durante el sueño. Primero, cuando descubre el embarazo de su mujer, como apuntábamos arriba; luego, después de la salida de los Magos, cuando la furia mortífera de Herodes quiere dar muerte a Jesús; y, finalmente, para decidir del momento de regresar a Palestina. ¿Por qué se le aparece el ángel durante el sueño, y no en la realidad, como hizo con Zacarías, los pastores o la misma Virgen María?, se preguntaba san Juan Crisóstomo. Y contesta: “Porque la fe de este esposo era fuerte y no necesitaba de semejante aparición” (In Matth. homil. 4).

Consideramos, con razón, a san José como un santo excepcional. Sin embargo, hemos oído a nuestro Señor afirmar que “no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él” (Mt 11, 11). ¿Cómo hay que entender esta afirmación?

El reino que Jesucristo ha venido a instaurar es el Nuevo Testamento. San Juan es el más grande del Antiguo, y se queda, por así decir, a la puerta del Nuevo. Por su parte, san José es, junto con la Virgen María, el primero en pertenecer al Reino establecido por su Hijo. De hecho, el Precursor no tuvo el privilegio de compartir su vida con la de Jesús y María. Vio de lejos al Cordero de Dios, a quien presentó a sus discípulos (cfr. Jn 1, 36), mientras que  fue dado a José no sólo verlo y oírle, sino también abrazarlo, besarlo, vestirlo y custodiarlo.

También cabe subrayar la superioridad de san José con respecto a los apóstoles del Señor. Como argumentaba Bossuet, “entre todas las vocaciones, señalo dos en las Escrituras que parecen directamente opuestas. La primera, la de los apóstoles; la segunda, la de José. Jesús se revela a los apóstoles, Jesús se revela a José, pero en condiciones bien opuestas. Se revela a los apóstoles para proclamarlo por todo el universo; se revela a José, para callarlo y para esconderlo. Los apóstoles son luces para hacer ver a Jesucristo al mundo; José es un velo para cubrirlo y bajo este velo misterioso nos oculta la virginidad de María y la grandeza del Salvador de las almas”.

El silencio de José y la Eucaristía

Esto nos lleva a referirnos brevemente al llamado “silencio de san José”. Como lo escribía acertadamente Paul Claudel, “es silencioso como la tierra a la hora del rocío”. El Papa Pío XI declaró al respecto que los dos grandes personajes que son Juan el Bautista y el apóstol Pablo “representan la persona y la misión de san José, que, sin embargo, pasa en silencio, como desaparecido y desconocido, en la humildad y el silencio, un silencio que no debía iluminarse más que siglos más tarde. Pero allí donde el misterio es más profundo y más espesa la noche que lo cumbre, allí donde el silencio es más profundo, es precisamente donde la misión es más elevada, más rico el cortejo de las virtudes que se requieren y el mérito que, por una afortunada necesidad, ha de responder a tal misión. Esa misión grandiosa, única, de cuidar al Hijo de Dios, el Rey del universo, la misión de proteger la virginidad, la santidad de María, la misión de cooperar, como única vocación, a participar en el gran misterio escondido a los siglos, en la Encarnación divina y en la Salvación del género humano”.

Esta presencia silenciosa es quizá aún más llamativa en el desarrollo del sacrificio eucarístico. De hecho, podemos entrever una presencia del santo patriarca en la Misa. Nos asiste en aquel momento sublime de distintas maneras: 

1) María está presente espiritualmente en el altar como corredentora. Ahora bien, José es su esposo, y no podemos separarles. Jesús, el Redentor de la humanidad, es fruto de su matrimonio. 

2) Jesús ha llamado con toda razón “padre” a san José, y José ha mandado a Jesús como verdadero padre, ha cuidado de Él, le ha alimentado, y, junto con la Virgen María, ha “preparado” al Sacerdote soberano y víctima divina del Sacrificio de la Pasión que estaba por venir. 

3) María y José son inseparables en la devoción de los fieles, como, por cierto, en el plan de la Encarnación redentora. 

4) En la Misa, el sacrificio lo ofrece toda la Iglesia y para toda la Iglesia. Ahora bien, santa María ha sido designada como Madre de la Iglesia, y san José es su padre. 

5) La Plegaria eucarística I proclama: “Reunidos en comunión con toda la Iglesia, veneramos la memoria, ante todo, de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor; la de su esposo, san José…”

6) María intercede ante su Hijo para que sea el único Mediador ante el Padre eterno, y José, cabeza de la Sagrada Familia, nos presenta ante la Intercesora.

Además, podemos decir que san José participó con antelación en el Sacrificio de su Hijo en la medida en que, en términos de san Alfonso María de Ligorio, “con cuántas lágrimas, María y José, que conocían perfectamente las divinas Escrituras, habrían hablado, en presencia de Jesús, de su penosa pasión y muerte. Con cuánta ternura habrían conversado de su Predilecto, al cual Isaías se había referido como el hombre de dolores. Él, hermoso como era, sería flagelado y maltratado hasta parecer un leproso lleno de llagas y heridas. Pero su amado hijo lo sufriría todo con paciencia, sin ni siquiera abrir la boca ni lamentarse por tantas penas y, como un cordero, se dejaría llevar a la muerte: y finalmente habría acabado la vida a fuerza de tormentos, colgado de un leño infame entre dos ladrones”.

La Sagrada Familia

Con esto, digamos algo de la Sagrada Familia, a la que los autores llaman la “trinidad de la tierra”. Figura en el tríptico de Mérode, en el que, según Cynthia Hahn, la presencia de José en el panel derecho ha de explicarse como una figura de Dios Padre. San Josemaría insistió en un itinerario espiritual consistente en pasar de la trinidad de la tierra a la Santísima Trinidad: “Pasando por Jesús, María y José, la trinidad de la tierra, cada uno encontrara su modo propio de acudir al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, la Trinidad del cielo”

También presentaba san Josemaría a san José como “maestro de vida interior”. Se dirigía a él con estas palabras: “San José, Padre y Señor nuestro, castísimo, limpísimo, que has merecido llevar a Jesús Niño en tus brazos, y lavarle y abrazarle: enséñanos a tratar a nuestro Dios, a ser limpios, dignos de ser otros Cristos. Y ayúdanos a hacer y a enseñar, como Cristo, los caminos divinos –ocultos y luminosos-, diciendo a los hombres que pueden, en la tierra, tener de continuo una eficacia espiritual extraordinaria” (Forja 553).

Patrón de la buena muerte, y de la vida escondida

Patrono de la Iglesia universal, como decíamos al principio, san José se nos presenta también como patrón de la buena muerte. El P. Patrignani, un gran amante del patriarca, aducía como razones de este patrocinio: “1) José es el padre de nuestro Juez, del que los otros santos non son más que amigos. 2) Su poder es formidable ante los demonios. 3) Su muerte fue la más privilegiada y la más dulce que jamás haya habido”.

San Alfonso María de Ligorio explica que “la muerte de José fue recompensada con la más dulce presencia de la esposa y del Redentor, que se dignaba llamarse hijo suyo. ¿Cómo podía la muerte ser amarga para él, que murió entre los brazos de la vida? ¿Quién podrá explicar jamás o comprender las sublimes dulzuras, las consolaciones, las esperanzas, los actos de resignación, las llamas de caridad, que las palabras de vida eterna de Jesús y María suscitaban entonces en el corazón de José?”.

Añade el mismo autor que “la muerte de nuestro santo fue plácida y serena, sin angustias ni temores, porque su vida fue siempre santa. No puede ser así la muerte de quien durante un tiempo ha ofendido a Dios y merecido el infierno. Sin embargo, grande será entonces el descanso para quien se pone bajo la protección de san José. Él, que en la vida había mandado a Dios, ciertamente sabrá mandar a los demonios, alejándolos e impidiéndolos tentar a sus devotos en el momento de la muerte. Bienaventurada el alma que es asistida por ese válido abogado”.

La muerte de nuestro santo ha sido precedida por los años de lo que se suele llamar la “vida escondida”, años de contemplación de Dios a través de la santificación del trabajo ordinario y de los acontecimientos diarios, años dedicados a dar gloria a Dios ofreciéndole los humildes quehaceres cotidianos. San José, al lado de María y de Jesús, nos ofrece un modelo acabado de la santificación de la vida ordinaria.

Para Bossuet, “José tuvo este honor de estar diariamente con Jesucristo, y con María tuvo la parte más grande de sus gracias; y, sin embargo, José estaba oculto, su vida, sus obras, sus virtudes estaban desconocidas. Quizás aprenderemos de tan hermoso ejemplo que se puede ser grande sin estrépito, que se puede ser bienaventurado sin ruido y que se puede tener la verdadera gloria sin ayuda de la fama, por el solo testimonio de su conciencia”

Leemos en el Catecismo de la Iglesia Católica que “con la sumisión a su madre, y a su padre legal, Jesús cumple con perfección el cuarto mandamiento. Es la imagen temporal de su obediencia filial a su Padre celestial. La sumisión cotidiana de Jesús a José y a María anunciaba y anticipaba la sumisión del Jueves Santo: ‘No se haga mi voluntad…’ (Lc 22, 42). La obediencia de Cristo en lo cotidiano de la vida oculta inauguraba ya la obra de restauración de lo que la desobediencia de Adán había destruido (cf. Rm 5, 19)”.

Se preguntaba san Bernardo ante tal misterio: “Entonces, ¿quién estaba sometido a quién? En efecto, el Dios a quien están sujetos los Ángeles, a quien obedecen los Principados y Potestades, estaba sometido a María; y no solo a María, sino también a José por causa de María. Admirad, por tanto, a ambos, y ved cual es más admirable, si la liberalísima condescendencia del Hijo o la gloriosísima dignidad de la Madre. De los dos lados hay motivos de asombro; por ambas partes, prodigio. Un Dios obedeciendo a una criatura humana, he ahí une humildad nunca vista; una criatura humana mandado a un Dios, he ahí una grandeza sin igual” (Homilía II super Missus est, 7).

Pero alimentada sin interrupción por la oración. “San José esta delante de nosotros como un hombre de fe y de oración. La liturgia le aplica la palabra de Dios en el Salmo 88: ‘El me clamará: Mi padre eres tú, Mi Dios, y la roca de mi salvación’ (Ps 89, 26). Ciertamente, cuántas veces en el curso de las largas jornadas de trabajo habrá elevado José su pensamiento a Dios para invocarle, para ofrercele sus fatigas, para implorarle luces, ayudo, consuelo. Ahora bien, este hombre que parece gritar a Dios con toda su vida: ‘Eres mi padre’, consigue esta gracia del todo particular: el Hijo de Dios en la tierra le trato de Padre. José invoca a Dios con todo el ardor de su alma de creyente: ‘Padre mío’, y Jesús que trabajaba su lado con los instrumentos de carpintero, se dirige a él llamándole: ‘padre’”.

Cerramos este articulo con la oración que el Papa Francisco nos ha propuesto al final de su carta Patris corde:

Salve, custodio del Redentor
y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía
defiéndenos de todo mal. Amén.

El autorDominique Le Tourneau

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Maestros de esperanza

Vivimos en un ambiente que nos lleva a la desesperanza el que llevamos años respirando. Frente a una visión positiva de la vida, llena de luz, nos hemos visto abocados a una perspectiva de lucha, conflicto y oscuridad. Nos están robando la esperanza.

18 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Vivimos en tiempos de incertidumbre y desesperanza. Al tiempo de la pandemia ha seguido la inseguridad de la guerra. Las vivencias que afrontan las nuevas generaciones son de miedo, con la única certeza de que los tiempos que afrontarán  van a ser difíciles. Y nosotros sabemos que, por primera vez, la generación siguiente a la nuestra  vivirá peor que lo que lo ha hecho la de sus padres.

Así la desesperanza va arraigando profundamente en el corazón de los hombres y mujeres de nuestro tiempo.

Pero más allá de las coyunturas históricas que nos han marcado la COVID o el conflicto en Ucrania, esa desesperanza está siendo arrebatada a nuestra sociedad de una manera tremendamente sutil. Es todo un ambiente que nos lleva a la desesperanza el que llevamos años respirando. Frente a una visión positiva de la vida, llena de luz, nos hemos visto abocados a una perspectiva de lucha, conflicto y oscuridad. Nos están robando la esperanza.

El terreno que pisamos ya no es firme. La verdad se ha hecho relativa, la moral subjetiva, los pilares en los que se asienta la sociedad, especialmente la persona y la familia, se han visto tambaleados y puestos en duda. Frente a modelos de héroes que encarnaban valores de justicia y honestidad, en series y películas se nos presentan ahora modelos ambiguos y vengativos. La verdad va quedando desdibujada, los ideales por los que luchar y aún por  los que dar la vida quedan relegados ante el pragmatismo del sálvese quien pueda, el sentido de la vida queda reducido al ‘carpe diem’.

En nuestra educación no está fallando que nuestros jóvenes necesiten mejores  técnicas de estudio ni modernos ordenadores para trabajar mejor. No está fallando la motivación que les demos. Lo que les hemos arrancado es el sentido de su vida. Simplemente les estamos robando la esperanza. Y sin ello, al final, no hay una razón última para el esfuerzo y el trabajo.

Y esto no es una cuestión abstracta o lejana. Es tan cercana como la vida de cada uno de nuestros jóvenes. Es necesario que cada joven  encuentre su razón concreta para vivir, al estilo que proponía Víctor Frank en su famosa logoterapia que nos presentó en su libro ‘El hombre en busca de sentido’. En esto debemos esforzarnos los educadores, empezando por sus propios padres.

Pero también socialmente hemos de darle la vuelta a esta situación. Hemos de atrevernos a proponer modelos positivos a los jóvenes. Alentarles a creer en lo más noble que anida en el corazón humano. Hemos de animarles a luchar por la bondad, a descubrir y defender la verdad, a contemplar y gozar de la belleza. Hemos de ser todos los educadores auténticos maestros de esperanza.

Porque la esperanza, por pequeña que parezca,  como decía el poeta francés Charles Peguy en su famosa poesía ‘La pequeña esperanza’, es el motor de la vida.

Esta esperanza no tiene nada de optimismo voluntarista, mucho menos de ingenua candidez del ‘todo va a ir bien’. La esperanza cuenta con el sufrimiento y el dolor, con el fracaso y el esfuerzo, con la realidad más profunda y a veces cruda de la vida. La esperanza se asienta en la realidad presente y en la futura.

Esta, a mi juicio, es la más profunda renovación que necesita nuestra educación. Ser capaces de aportar a nuestros alumnos certezas y esperanzas que les ayuden a caminar y adentrarse en el futuro sin miedo.

Para ello es necesario que el propio maestro la tenga esa esperanza arraigada en su corazón y en su vida, porque al final, lo sabemos bien, sólo damos lo que tenemos. Por eso nadie que viva amargado o que no tenga esperanza debiera ser maestro, porque transmitirá su amargura y su desesperanza.

La pequeña esperanza, Charles Peguy,

«Yo soy, dice Dios, Maestro de las Tres Virtudes.

La Fe es una esposa fiel.

La Caridad es una madre ardiente.

Pero la esperanza es una niña muy pequeña.

Yo soy, dice Dios, el Maestro de las Virtudes.

La Fe es la que se mantiene firme por los siglos de los siglos.

La Caridad es la que se da por los siglos de los siglos.

Pero mi pequeña esperanza es la que se levanta todas las mañanas.

Yo soy, dice Dios, el Señor de las Virtudes.

La Fe es la que se estira por los siglos de los siglos.

La Caridad es la que se extiende por los siglos de los siglos.

Pero mi pequeña esperanza es la que todas las mañanas nos da los buenos días.

Yo soy, dice Dios, el Señor de las Virtudes.

La Fe es un soldado, es un capitán que defiende una fortaleza.

Una ciudad del rey, en las fronteras de Gascuña, en las fronteras de Lorena.

La Caridad es un médico, una hermanita de los pobres,

Que cuida a los enfermos, que cuida a los heridos,

A los pobres del rey,

En las fronteras de Gascuña, en las fronteras de Lorena.

Pero mi pequeña esperanza es

la que saluda al pobre y al huérfano.

Yo soy, dice Dios, el Señor de las Virtudes.

La Fe es una iglesia, una catedral enraizada en el suelo de Francia.

La Caridad es un hospital, un sanatorio que recoge todas las desgracias del mundo.

Pero sin esperanza, todo eso no sería más que un cementerio.

Yo soy, dice Dios, el Señor de las Virtudes.

La Fe es la que vela por los siglos de los siglos.

La Caridad es la que vela por los siglos de los siglos.

Pero mi pequeña esperanza es la que se acuesta todas las noches

y se levanta todas las mañanas

y duerme realmente tranquila.

Yo soy, dice Dios, el Señor de esa Virtud.

Mi pequeña esperanza

es la que se duerme todas las noches,

en su cama de niña, después de rezar sus oraciones,

y la que todas las mañanas se despierta

y se levanta y reza sus oraciones con una mirada nueva.

Yo soy, dice Dios, Señor de las Tres Virtudes.

La Fe es un gran árbol, un roble arraigado en el corazón de Francia.

Y bajo las alas de ese árbol, la Caridad,

mi hija la Caridad ampara todos los infortunios del mundo.

Y mi pequeña esperanza no es nada más

que esa pequeña promesa de brote

que se anuncia justo al principio de abril.»

El autorJavier Segura

Delegado de enseñanzas en la Diócesis de Getafe desde el curso 2010-2011, ha ejercido con anterioridad este servicio en el Arzobispado de Pamplona y Tudela, durante siete años (2003-2009). En la actualidad compagina esta labor con su dedicación a la pastoral juvenil dirigiendo la Asociación Pública de Fieles 'Milicia de Santa María' y la asociación educativa 'VEN Y VERÁS. EDUCACIÓN', de la que es Presidente.

Mundo

Los detractores de Benedicto XVI quieren destruir su legado teológico

Un ensayo del filósofo suizo Martin Rhonheimer refuta las acusaciones vertidas últimamente sobre el Papa emérito. Señala que se debe precisamente a Ratzinger el que la Iglesia, tras un doloroso proceso de aprendizaje, haya asumido un papel pionero en la lucha contra los abusos.

José M. García Pelegrín·18 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Tras la presentación, el 20 de enero, del informe sobre abusos sexuales en la diócesis de Múnich, desde diversos medios se lanzó lo que Mons. Georg Gänswein denominó una campaña de desprestigio contra Benedicto XVI. En el núcleo de las acusaciones vertidas contra el Papa emérito estaba una simple cuestión: al preguntarle el bufete de abogados WSW, autor del citado informe, si había estado presente en una determinada reunión en enero de 1980, Benedicto respondió que no, cuando había pruebas de que sí había asistido. Aunque el 8 de febrero el Papa emérito escribió una carta excusándose por lo que había sido un error de transcripción –un informe de cuatro colaboradores de Benedicto explicó con pelos y señales cómo se había producido tal lapsus–, en Alemania se alzaron acusaciones de que había mentido, e incluso de que, en su época de arzobispo de Múnich, entre 1977 y 1982, había encubierto a sacerdotes acusados de cometer abusos sexuales.

Ahora, el teólogo suizo Martin Rhonheimer –antiguo catedrático de Ética y Filosofía Política en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz (Roma) y cofundador y actual presidente del Austrian Institute of Economics and Social Philosophy de Viena, donde reside– acaba de publicar un certero análisis en el diario alemán “Die Welt”. Afirma que, si el Papa emérito “sigue siendo hoy en día el blanco de críticas”, es “porque sus adversarios quieren destruir precisamente lo que representa el nombre de Joseph Ratzinger: su legado teológico” pues la teología de Joseph Ratzinger, “que inspiró a gran número de creyentes y acercó a innumerables personas a la Iglesia, es desde hace tiempo una espina clavada en la teología universitaria alemana, rebosante de arrogancia y engreimiento nacional, y cuyos efectos pastorales han vaciado las iglesias”. Su “intento de destruir la reputación del teólogo Joseph Ratzinger al final de su vida” se une a medios de comunicación “no necesariamente afines a la Iglesia”.

Para Rhonheimer, lo que él denomina “narración de los adversarios” del Papa emérito procede fundamentalmente de Hans Küng quien, en 2010 y en una carta abierta, le acusaba de crear un “sistema mundial de encubrimiento de los delitos sexuales del clero, controlado por la Congregación para la Doctrina de la Fe del cardenal Ratzinger”. Küng se refería principalmente a la carta que el entonces Prefecto de esa Congregación envió en 2001 a los obispos para someter los casos de abusos bajo el “secreto pontificio”. Como recuerda ahora, el propio Martin Rhonheimer contestó poco después: “Gracias precisamente a esa disposición, los obispos están obligados a comunicar al Vaticano los casos de abusos, evitando así un posible encubrimiento”. Además: “El secreto pontificio se refiere a otra cosa –y Küng lo sabe perfectamente–: al proceso eclesiástico, en el que se trata de penas eclesiásticas o una eventual relegación al estado laical. La razón del secreto durante el proceso es únicamente la protección de víctimas y acusados”. Que se introdujera para encubrir –dice Rhonheimer– es una “afirmación maliciosa”.

El autor afirma que efectivamente existió y sigue existiendo un “sistema de encubrimiento”, pero “que se quiera ahora desviar la atención hablando de un ‘sistema Ratzinger’ es asimismo sistemático”, pues lo utilizan los opositores de Ratzinger, esos mismos que, a raíz del escándalo de los abusos, tratan de cambiar la Iglesia en Alemania. “No pocos de los responsables de los escándalos en Múnich y otros lugares, como obispos, se cobijan ahora defendiendo a ultranza el ‘camino sinodal’ y sus utópicas promesas de ‘reforma’”.

Rhonheimer recuerda que cuando, en la década de 1980, comenzaron a darse a conocer abusos sexuales en Estados Unidos, en el Vaticano era responsable la Congregación para el Clero, preocupada principalmente de proteger a los sacerdotes. Fue precisamente el entonces cardenal Ratzinger quien retiró esa competencia para trasladarla a la Congregación para la Doctrina de la Fe, de la que era Prefecto desde 1982: lo que antes era una “concesión” a los sacerdotes que solicitaban ser relegados al estado laical se convirtió así en una medida penal. El autor cita también la “Carta circular para el tratamiento de los casos de abuso sexual hacia menores por parte de clérigos” de la Congregación para la Doctrina de la Fe, del 3 de mayo de 2011, cuando Joseph Ratzinger era ya Papa: “El abuso sexual de menores no es solo un delito canónico, sino también un crimen perseguido por la autoridad civil. Si bien las relaciones con la autoridad civil difieren en los diversos países, es importante cooperar en el ámbito de las respectivas competencias. En particular, sin perjuicio del foro interno o sacramental, siempre se siguen las prescripciones de las leyes civiles en lo referente a remitir los delitos a las legítimas autoridades”.

Por esto –concluye Martin Rhonheimer– no es cierto lo que dicen sus detractores: “Joseph Ratzinger/Benedicto XVI no creó un sistema de encubrimiento eclesial; fueron obispos individuales los que fracasaron, a pesar de todos los esfuerzos de Ratzinger”. Precisamente, de lo que le acusaba Hans Küng en 2010 “fue, en realidad, el pistoletazo de salida hacia una nueva cultura eclesiástica para tratar los casos de abusos”. Rhonheimer denomina “largo y doloroso” el proceso de aprendizaje que tuvo que pasar la Iglesia –con la presión, “necesaria y saludable” de la opinión pública, pero sobre todo de las asociaciones de víctimas– para llegar a asumir hoy en día en este campo, si bien tras largas omisiones, un papel pionero. “Esto se debe agradecer a Joseph Ratzinger, quien empezó a limpiar los establos de Augías”.

Sobre esta cuestión, resulta de interés la lectura de este artículo del Secretario del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos, Mons. Juan Ignacio Arrieta, sobre la influencia del cardenal Ratzinger en la reforma del sistema penal canónico; versión española.

El artículo de Martin Rhonheimer se publicó, en alemán, en “Die Welt”.

Recursos

Lo que tenía en los bolsillos

Quienes piensan que iba ligero de equipaje no saben mucho de lo que Chesterton ha llamado “Enormes Minucias”, esas pequeñas cosas de tremendo valor.

Vitus Ntube·18 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Lo que tenía en los bolsillos eran mis manos.

Iba de camino a la universidad en una de esas mañanas frías de marzo y tenía las manos en los bolsillos. Las manos necesitaban calor y mis bolsillos me lo proporcionaban. Pero esta imagen de las manos en el bolsillo era muy llamativa para mis amigos. Dijeron;

– Vas ligero a la escuela.

Me adentré en los 15 minutos de viaje en tren hasta la universidad con las manos en el bolsillo y me di cuenta de que, efectivamente, no iba ligero como observaban mis amigos. Es cierto que yo iba sin la mochila y la observación de mis amigos era acertada, pero se habían perdido un truco.

Antes había estado leyendo “Enormes Minucias” de Chesterton y recordé el ensayo de “Lo que encontré en mis bolsillos” y decidí revisar lo que tenía en mi bolsillo. La profundidad de mis bolsillos mostraba que era un abismo inmenso y un tesoro desconocido.

Lo primero que tenía en el bolsillo era mi billete de tren. Tenía muchas cosas escritas, pero las palabras Roma y Piazza del Popolo eran suficientes para retener mi atención. Roma, la ciudad eterna y universal que une la gente. Entonces miré alrededor del tren y vi gente de todas las razas y oí diferentes lenguas, tanto las que podía entender como las que no. También vi a los jóvenes y a los ancianos, a diferentes generaciones. Esto es Roma, pensé.

Chesterton comparó sus bolsillos a un Museo Británico por los tesoros, yo comparé los míos con el Museo Vaticano porque lo siguiente que encontré en mi bolsillo fue una entrada del Museo Vaticano con imagen de Laocoonte.

Laocoonte, el sacerdote troyano de la mitología griega que fue atacado por dos grandes serpientes marinas junto a sus dos hijos. La historia de la fundación de Roma está ligada a la de Laocoonte. Entonces recordé cómo la civilización romana ha sido capaz de construir sobre las civilizaciones anteriores y no sólo de erosionarla. Este es el “código genético” del Museo Vaticano que demuestra que “la gran civilización clásica y judeocristiana no se contraponen, sino que convergen en el único plan de Dios». Entonces me acordé de nuestra cultura actual, con su obsesión por cancelar todo lo que le precede, y me entristecí. Pero eso no fue por mucho tiempo, me alegré en el momento en que volví a fijar mi mirada en la imagen del billete, porque es un claro ejemplo y esperanza para nuestros tiempos.

La siguiente cosa que tenía en el bolsillo era mi bolígrafo negro. Parecía un bolígrafo de color púrpura espeso. Pensé en la oscuridad, en la muerte, en lo que se oculta y en lo que se hace en secreto como rezar, ayunar y dar limosna. Pensé en esas raíces profundas que se adentran cada vez más en la tierra y que parecen alimentarse de la oscuridad. La paradoja de perder la vida para salvarla. La púrpura espesa y el negro. Me salí por la tangente. Concluí con el pensamiento que ayer fue Miércoles de Ceniza y que Meménto pulvis, Memento mori y Memento vivere están relacionados (recuerda que eres polvo, recuerda que morirás y recuerda vivir).

La siguiente cosa que tuve fue un libro de ensayos de C. S. Lewis. Leí una frase que decía: “aunque la Razón es Divina, los razonadores humanos no lo son” y que “si queremos ser racionales, no de vez en cuando, sino constantemente, debemos pedir el don de la Fe”. La paradoja de la razón y la fe claramente explicada.

Justo cuando empecé a pensar en el concepto de paradoja, la siguiente cosa que saqué del bolsillo fue mi teléfono. Recibí un mensaje de un amigo que decía: «Ya sé lo que voy a renunciar esta cuaresma: La carne y el pollo”. Pensé para mis adentros que el pollo no es carne. Sólo entonces llegó el mensaje correcto con el asterisco: “Ternera y Pollo”. Seguí pensando en otra paradoja. Cómo la inanición puede llenarnos. Cómo la abstinencia puede hacernos más completos. La paradoja del ayuno cristiano.

Pensé en otra. ¿Qué pasaría si al mismo tiempo que renunciamos a cosas, nos propusiéramos ganar ciertas cosas?

Mientras pensaba, me vi obligado a sacar la otra cosa de mi bolsillo. El pañuelo desechable. Ese papel blanco y suave que ha sido un regalo constante estos días. Lo necesité después de 15 minutos con la mascarilla blanca sobre la parte inferior de la cara. Pensé en los muchos ojos que he visto gracias a que la parte superior de la cara ha sido la única parte expuesta. Recordé el lenguaje del este de Nigeria que expresaba el concepto de amor como mirar a uno a los ojos. No sé cuántas mascarillas he tenido en el bolsillo estos últimos años, pero sin duda tuve una en el bolsillo poco antes.

No puedo contarles todas las cosas que tengo en el bolsillo porque mi viaje en tren había terminado. Tampoco el espacio me permite hablar de las imágenes de las monedas que tenía o de la imagen del Crocifisso que hablaba a Santo Tomás que conseguí el día anterior en Nápoles. Lo que sí puedo decir es que mis amigos se equivocaron al decir que iba ligero. No saben mucho de lo que Chesterton ha llamado “Enormes Minucias”, esas pequeñas cosas de tremendo valor. Como escribió en el prefacio del libro: «No dejemos que el ojo descanse. ¿Por qué ha de ser el ojo tan perezoso? Ejercitemos el ojo hasta que aprenda a ver los hechos sorprendentes que recorren el paisaje tan llano como una valla pintada. Seamos atletas oculares. Aprendamos a escribir ensayos sobre un gato callejero o una nube de color».

El autorVitus Ntube

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Vaticano

Las 9 «apuestas» del Papa Francisco

El Papa Francisco cumple nueve años de pontificado al frente de la Iglesia. Nueve años que nos hacen repasar los nueve retos por los que apuesta el Papa desde su salida a la plaza de San Pedro. El sábado 19 de marzo celebramos el aniversario del inicio de su pontificado. 

Giovanni Tridente·17 de marzo de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

El sábado 19 de marzo, solemnidad de San José, entramos en el décimo año de pontificado del Papa Francisco. Por eso, los analistas de los asuntos de la Iglesia repiten valoraciones más o menos exhaustivas de lo que ha supuesto en estos años la elección de un Papa «venido casi del fin del mundo».

Nueve años no es mucho tiempo en la historia de la Iglesia y para la trayectoria de un pontificado: basta pensar en el largo reinado de san Juan Pablo II, que duró casi 27 años, por citar un ejemplo cercano a nosotros. Pero tampoco son pocos si se comparan con el flujo acelerado de la época contemporánea, en la que los acontecimientos y los descubrimientos se suceden y en la que el dominio de la comunicación amplía aún más la narración de lo que ocurre.

Más que hacer un recuento detallado de cuántas cosas ha hecho este Papa hasta la fecha, queremos resumir lo que creemos son las «apuestas» por las que el Papa Francisco ha apostado desde el principio, fiel a su lema: «Hay que iniciar procesos más que ocupar espacios». Evidentemente, se trata de temas generales, pero si se analizan detenidamente, todos ellos estaban ya «en germen» en sus primeras intervenciones, empezando por su saludo a la multitud reunida en la Plaza de San Pedro el día de su elección. También hay que tener en cuenta la homilía de la primera Misa con el Colegio Cardenalicio, al día siguiente de la elección, y la de la Misa de inicio de pontificado.

De este conjunto de «brotes iniciales», en torno a las cuales se ha construido toda la trayectoria y la misión del actual Obispo de Roma, podemos extraer, por tanto, 9 «apuestas», para mantener la referencia a los años cumplidos del pontificado.

Fraternidad

La primera cuestión por la que ha apostado el Papa Francisco, y por la que ha hecho apostar a toda la cristiandad, es el tema de la fraternidad. Un tema que está exactamente en el primer discurso a los fieles en la Plaza de San Pedro y que luego fue coronado por la importante firma del Documento de Abu Dhabi junto con el gran imán de Al Azhar Ahmad Al-Tayyeb en 2019. Al año siguiente, el Papa dirigió su tercera encíclica, Fratelli tutti, a toda la Iglesia. En estos mismos días estamos percibiendo lo profética que fue aquella apuesta por la fraternidad: poner a la Iglesia en el camino que debe conducir a la paz mundial. Todavía tenemos que insistir con la oración, ya que el proceso, por desgracia, todavía no está completo.

Misericordia

El segundo reto es el de la misericordia. No es casualidad que provenga de su lema episcopal –Miserando atque eligendo– y que se refiera, como él mismo ha dicho en repetidas ocasiones, a su conversión y vocación sacerdotal. Una Iglesia misericordiosa es aquella que está cerca de todos sus hijos que están «perdidos» por cualquier motivo. Fue en la primera Misa en la parroquia de Santa Ana, en territorio vaticano, el domingo siguiente a su elección, cuando Francisco habló de esta particular actitud de Jesús, su mensaje más fuerte, invitando a los fieles a confiarse a Él. También fue la primera vez que el Papa dijo: «El Señor no se cansa de perdonar: ¡nunca! Somos nosotros los que nos cansamos de pedirle perdón». En 2016, proclamó el «Jubileo de la Misericordia» de forma generalizada en todas las diócesis del mundo, y dio ejemplo a través de los «Viernes de la Misericordia», visitando lugares y personas que viven dramas personales. La Jornada Mundial de los Pobres fue el resultado concreto del Jubileo, consciente de que la misericordia no es un paréntesis en la vida de la Iglesia.

Custodia

El tercer desafío también remite a la Misa del inicio del pontificado y se refiere al ejercicio de custodiar, a ejemplo de San José, patrón de la Iglesia universal. Es una vocación a la que toda la Iglesia debe mirar, escuchando a Dios, dejándose guiar por su voluntad, siendo sensible a las personas que se le confían, atenta a su entorno y capaz de tomar las decisiones más sabias. Por supuesto, no hay custodia sin considerar que Cristo debe estar en el centro de esta actitud. Él es el ejemplo en el que podemos inspirarnos para cuidar de nosotros mismos, de los demás y de toda la creación. Es precisamente este último punto el que recuerda todo el dinamismo que dio lugar en 2015 a la Encíclica Laudato si’ y a las numerosas iniciativas en todo el mundo que le siguieron. El Sínodo sobre la Amazonia y los frutos de la Querida Amazonia también deberían incluirse en este desafío.

Ternura con alegría

«¡No debemos tener miedo de la bondad, de la ternura!«, que son exactamente el índice de un correcto «cuidado«, de «fortaleza de espíritu y capacidad de atención, de compasión, de verdadera apertura al otro, capacidad de amor«, volvió a decir el Papa Francisco en la Misa de inicio de su pontificado: es la cuarta apuesta. Este es un tema que el Pontífice ha repetido constantemente a lo largo de los años, precisamente para poner en marcha el proceso de una Iglesia cercana a los demás, que no juzga, acoge, acompaña, cura las heridas, enciende los corazones y, mientras lo hace, se alegra plenamente de la riqueza que ha descubierto y da a los demás.

Periferia

El reto de la «periferia» es también un concepto que ha estado presente desde el inicio del Pontificado. Y con ella el Papa identifica dos sentidos complementarios: el geográfico -los lugares más recónditos del mundo, ocultos a la corriente principal, donde hay guerras, hambre, pobreza y atentados generales contra la dignidad humana- y el existencial, donde están en juego los sufrimientos del corazón humano, junto con las muchas fragilidades y soledades. El Papa ha optado por hacerse presente en las periferias geográficas a través de sus viajes apostólicos; en las periferias existenciales se ha hecho presente llamando a toda la Iglesia a una actitud de apertura y «salida», para interceptar los interrogantes no expresados del alma humana, lejos de moralismos y dogmatismos exacerbados que terminan por aniquilar cualquier atisbo de conversión.

Juventud

La otra apuesta del Papa Francisco es por los jóvenes, no el futuro sino el «presente de la Iglesia», «el ahora de Dios» como ha reiterado en varias ocasiones. También aquí les dedicó un Sínodo específico, en 2018, del que resultó la Exhortación Apostólica Christus vivit. Ante los deseos, las crisis y las heridas de los jóvenes, el Papa propone «una salida» y es la de aprender a no dejarse robar la esperanza y la alegría y considerar la propia etapa de la vida como un tiempo de «donación generosa, de ofrenda sincera, de sacrificios que cuestan dinero pero que nos hacen fecundos». Todo esto no es posible sin raíces, y para cada joven están en los que le han precedido. De ahí el siguiente reto.

Mayores

Francisco cita a menudo al poeta y escritor argentino Francisco Luis Bernárdez: «Todo lo que tiene el árbol que florece le viene de lo que está enterrado». Se trataba de reiterar la importancia del diálogo entre los jóvenes y sus abuelos, los mayores, sin el cual «la historia no sigue, la vida no sigue». La transmisión de experiencias entre generaciones es la forma más fructífera de preservar el mundo no sólo del odio sino también del despilfarro. El pontífice no ha dejado de denunciar las numerosas situaciones de despilfarro, que sólo pueden superarse mediante la cercanía y el conocimiento mutuo entre jóvenes y mayores. En este sentido, es significativa la idea de establecer un Día Mundial de los Abuelos, fijado a partir de 2021 en el cuarto domingo de julio.

Mujeres

Otro reto es el compromiso de las mujeres en la Iglesia. No tanto como una iniciativa para justificar años de aparente marginación o para satisfacer reivindicaciones más o menos insistentes. El Papa es consciente de que la contribución de las mujeres es fundamental y es un enriquecimiento que también debe hacerse estable. Hay muchos ejemplos de apertura, ciertamente para animarnos a considerar esta cuestión como irreversible. Entre ellas se encuentra la de permitir el acceso de las mujeres a los ministerios de Lector y Acólito, en la medida en que sean mujeres laicas y estén bautizadas. O el nombramiento de mujeres o religiosas para altos cargos de la Curia Romana. Es significativo el nombramiento de la primera «madre sinodal», la hermana Nathalie Becquart, a la que se verá trabajar en la Asamblea de 2023. También es significativo el hecho de que se haya permitido a las empleadas del Vaticano acompañar las audiencias generales de los miércoles, que hasta ahora eran prerrogativa absoluta de los monseñores de la Curia.

Acogida

Este «repaso» de las apuestas no estaría completo sin una referencia al tema de la acogida, un planteamiento que es simbólicamente muy evidente en el caso de los migrantes y refugiados, pero que expresa sustancialmente una actitud y un dinamismo que según el Papa Francisco debe dirigirse también a todas las situaciones de marginación y sufrimiento, los llamados «últimos» que la sociedad descarta y aleja. También en este tema hay una evidente referencia al inicio de su pontificado, en particular a una de las primeras meditaciones matinales en la capilla de la Casa Santa Marta dedicada precisamente a la hospitalidad cristiana.

Cristo

Estas son las nueve apuestas, que recuerdan simbólicamente los 9 años de pontificado, pero hay una que las engloba a todas, y tiene que ver con Cristo. Basta con recorrerlas para identificar en cada una la única raíz por la que merece la pena ponerlas en marcha: somos hermanos en Cristo, hijos de un mismo Padre; la misericordia que debemos aprender y transmitir nos la mostró Jesús hasta el sacrificio extremo de la Cruz; sin nuestra mirada fija en el Hijo de Dios es imposible ocuparse de los demás y de la creación; menos aún experimentar y difundir la ternura y la alegría. Sin una relación viva con Cristo nos olvidaríamos de los descartes de las periferias geográficas y existenciales y no sabríamos ofrecer a los jóvenes la única razón por la que vale la pena luchar en este mundo. En virtud del bautismo comprendemos lo fundamental que es el papel de la mujer para la misión evangelizadora y cómo la acogida es la característica primordial de todo aquel que se profesa verdaderamente cristiano.

Los mejores deseos, pues, para el Papa Francisco, para toda la Iglesia, y que estos procesos se consoliden como el rostro vivo de Cristo en el mundo.