Vaticano

El Papa Francisco: “El anciano está colocado en la esquina de la existencia”

La catequesis del Papa Francisco sobre la ancianidad está poniendo sobre la mesa los principales asuntos que afectan a los más mayores.

Javier García Herrería·1 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa continúa un precioso equilibrio en sus audiencias de los miércoles sobre la ancianidad. La semana pasada les exhortaba a no sentirse víctimas por la edad y a tener buen humor. Sin embargo, hoy se ha salido del guión y ha improvisado algunas ideas muy sugerentes. Ha afirmado que “no faltan quienes se aprovechan de la edad del anciano para engañarlo, para intimidarlo de mil maneras… para apoderarse de sus ahorros”. Y todavía explicitaba más: “quedan desprotegidos y abandonados sin cuidados. Ofendidos por formas de desprecio, o intimidados para que renuncien a sus derechos, también en las familias. Esto es grave pero también sucede en las familias”.

El Papa Francisco partió en sus reflexiones del Salmo 71, que dice: “No me abandones cuando mis fuerzas flaqueen”. A continuación, ha denunciado con tono sosegado cómo “los ancianos son descartados, abandonados en las casas de reposo, sin que los hijos vayan a encontrarlos, o van pocas veces al año. El anciano está colocado en la esquina de la existencia. Y esto sucede hoy. Tenemos que reflexionar sobre esto”.

Una problema global

El Papa considera esta cuestión de máxima importancia, aunque no llene titulares ni esté en la agenda del día de las cuestiones políticas más urgentes. “Toda la sociedad debe apresurarse para cuidar de sus ancianos, cada vez más numerosos, y a menudo también más abandonados. Cuando oímos hablar de ancianos que son despojados de su autonomía, de su seguridad, incluso de su hogar, entendemos que la ambivalencia de la sociedad actual en relación con la edad anciana no es un problema de emergencias puntuales, sino un rasgo de esa cultura del descarte que envenena el mundo en el que vivimos”.

Parece imposible escuchar al Papa y no relacionar sus reflexiones con la mentalidad en favor de la eutanasia que cada vez se extiende más. “Las consecuencias son fatales. La vejez no solo pierde su dignidad, sino que duda incluso de que merezca continuar. Así, todos somos tentados para esconder la propia vulnerabilidad, esconder nuestra enfermedad, nuestra edad, nuestra vejez, porque tememos que sean la antesala de nuestra pérdida de dignidad. Preguntémonos: ¿es humano inducir este sentimiento? ¿Por qué la civilización moderna, tan avanzada y eficiente, se siente tan incómoda con la enfermedad y la vejez? ¿Y por qué la política, que se muestra tan comprometida con definir los límites de una supervivencia digna, al mismo tiempo es insensible a la dignidad de una convivencia afectuosa con los ancianos y los enfermos?”

Confiar en el poder de la oración

El Papa anima a los mayores a rezar con confianza, pues “la oración renueva en el corazón del anciano la promesa de la fidelidad y de la bendición de Dios. El anciano redescubre la oración y da testimonio de su fuerza. Jesús, en los Evangelios, nunca rechaza la oración de quien necesita ayuda. Los ancianos, por su debilidad, pueden enseñar a los que viven otras edades de la vida que todos necesitamos abandonarnos en el Señor, invocar su ayuda. En este sentido, todos debemos aprender de la vejez: sí, hay un don en ser anciano entendido como abandonarse al cuidado de los demás, empezando por Dios mismo”.

Antes de cerrar el encuentro, el Papa Francisco improvisaba de nuevo unas preguntas para examinar la propia conciencia. “Cada uno de nosotros puede pensar en los ancianos de su familia. ¿Cómo me vinculo con ellos? ¿Cómo los recuerdo? Si busco estar con ellos, si los respeto. A los ancianos de mi familia, ¿los he borrado de mi vida o voy hacia ellos a buscar sabiduría, la sabiduría de la vida? Recuérdate que también tú serás anciano o anciana. La vejez viene para todos, ¿y tú cómo desearías ser tratado en la vejez? Trata así a los ancianos de tu familia, son la memoria de la familia, de la humanidad, del país”.

Enseñanzas del Papa

Educación, misericordia, familia

En el mes de mayo, y entre muchos temas que el Papa Francisco ha tratado, son destacables estos tres de sus intervenciones en las últimas semanas: la educación, la misericordia y la familia.

Ramiro Pellitero·1 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 8 minutos

En las pasadas semanas el Papa se ha prodigado en enseñanzas, discursos y alocuciones a diversos grupos con motivo de aniversarios o peregrinaciones a Roma. Seleccionamos aquí tres temáticas: educación, misericordia (con ocasión del domingo de la misericordia) y familia (a propósito del año Familia Amoris Laetitia, que concluirá el 26 de junio de 2022, con el X Encuentro mundial de las familias en Roma).

Educación: calidad, visión cristiana, integralidad

Francisco ha dedicado recientemente dos discursos a la educación. El primero, dirigido al Global Researchers Advancing Catholic Project (20-IV-2022).  Ya en su exhortación programática Evangelii gaudium (2013), el Papa advertía que en una sociedad de la información que nos satura indiscriminadamente de datos, todos en el mismo nivel, y termina llevándonos a una tremenda superficialidad a la hora de plantear las cuestiones morales, […] se vuelve necesaria una eduåcación que enseñe a pensar críticamente y que ofrezca un camino de maduración en valores (n. 64). 

Retomando este argumento, a partir del contexto socio-cultural contemporáneo, señala ahora el objetivo de un proyecto católico de educación: 

“Como educadores, estáis llamados a alimentar el deseo de verdad, de bondad y de belleza que habita en el corazón de cada uno, para que todos aprendan a amar la vida y abrirse a la plenitud de la vida”

Esto, añade, implica buscar formas de investigación que combinen buenos métodos para servir a la persona como un todo, en un proceso de desarrollo humano integral. Con otras palabras, formar juntos cabeza, manos y corazón: preservar y potenciar el vínculo entre aprender, hacer y sentir en el sentido más noble. Y de esta forma los educadores católicos pueden ofrecer a la vez un excelente expediente académico y una visión coherente de la vida inspirada en las enseñanzas de Cristo.

Madurez, identidad cristiana, compromiso social

En segundo lugar, expresa Francisco la continuidad de este afán con lo que el Concilio Vaticano II señala: que la obra educativa de la Iglesia se dirige no sólo a “asegurar la madurez propia de la persona humana, […] sino que tiende sobre todo a que los bautizados, iniciados progresivamente en el conocimiento del misterio de la salvación, tomen cada vez más conciencia del don de la fe que han recibido” (Decl. Gravissimum educationis, 2). 

Sobre la base de una visión cristiana de la vida (el saberse, educadores y alumnos, hijos amados de Dios en la única familia humana), dice el Papa, “la educación católica nos compromete, entre otras cosas, a construir un mundo mejor enseñando la convivencia mutua, la solidaridad fraterna y la paz”. Hemos de desarrollar herramientas para promover estos valores en las instituciones educativas y el los estudiantes. 

En tercer lugar, además de salir al encuentro de la situación educativa actual y subrayar la base de la visión cristiana, observa el Papa que “la educación católica es también evangelización: dar testimonio de la alegría del Evangelio y de su capacidad para renovar nuestras comunidades y dar esperanza y fuerza para afrontar con sabiduría los desafíos actuales”

El segundo discurso es el dirigido por el Santo Padre a los rectores de las universidades del Lazio (16-V-2022). También parte de la situación actual: “Los años de la pandemia, la expansión en Europa de la ‘tercera guerra mundial’ que comenzó a pedazos y ahora parece que ya no será a pedazos, la cuestión ambiental global, el crecimiento de las desigualdades, nos interpelan de una manera sin precedentes y acelerada”

El reto educativo, explica Francisco, tiene por tanto una fuerte implicación cultural, intelectual y moral; pues debe afrontar esa situación, que conlleva el “riesgo de generar un clima de desánimo, desconcierto, pérdida de confianza, peor aún: adictivo”. Se trata de una crisis que, por otra parte, nos puede hacer crecer, siempre que la superemos.

Evoca Francisco el Pacto educativo global, en marcha en todo el mundo, junto con la firma, en febrero de 2019, del documento sobre la fraternidad humana, donde se dice: “nos preocupa una formación integral que se resuma en el conocimiento de uno mismo, del hermano, de la creación y de lo Trascendente”. Este horizonte, indica el Papa a los rectores de universidades, solo se puede abordar “con sentido crítico, libertad, sano enfrentamiento y diálogo”, más allá de barreras y confines. Es algo que pertenece, además, al ideal de la universidad, que es una comunidad, pero también una convergencia de saberes en torno a la verdad y al diálogo. 

Prueba de ello, observa, es el movimiento de muchos doctorandos en economía, interesados en “construir respuestas nuevas y eficaces, superando viejas incrustaciones ligadas a una estéril cultura de competencia por el poder”

Todo esto requiere la escucha (de los estudiantes y de los colegas, también de la realidad), así como la imaginación y la inversión, para formar a los estudiantes también en el respeto a sí mismos, a los demás, al mundo creado y al Creador. 

En suma: una educación que debe estar unida a la vida, a las personas y a la sociedad; sin prejuicios ideológicos, sin miedos, huidas o conformismos. 

Misericordia: alegría, perdón y consuelo

Segundo tema: la misericordia. En la “misa de la divina misericordia”, celebrada en la basílica de San Pedro el segundo domingo de pascua (24-IV-2022), Francisco tomó pie en el saludo de Cristo que trae la paz (cf. Jn 20, 19.21.26). En esa paz apuntaba el Papa tres dimensiones: “da alegría, luego suscita el perdón, y finalmente consuela en la fatiga”. Qué duda cabe que necesitamos mucho de todo eso en nuestro mundo. 

Jesús no recrimina a sus discípulos, por los fallos y pecados pasados, sino que les anima. Les trae “una alegría que levanta sin humillar”. Y como el Padre le ha enviado, les envía a ellos para que perdonen (cf. vv. 21 y 23) en el sacramento de la reconciliación. 

Esto nos interpela a todos: “Preguntémonos: yo, aquí donde vivo, yo en la familia, yo en el trabajo, en mi comunidad, ¿promuevo la comunión, soy artífice de reconciliación? ¿Me comprometo a calmar los conflictos, a llevar perdón donde hay odio, paz donde hay rencor? ¿O yo caigo en el mundo de las habladurías que siempre mata?

Vemos –invitaba el Papa–, también en el modo con que Jesús trata al apóstol Tomás, que el Señor no viene de modo triunfante y abrumador, con milagros rimbombantes, sino que nos consuela con su misericordia, presentándonos sus llagas. Por eso “en nuestro ministerio de confesores debemos hacer ver a la gente que ante sus pecados están las llagas del Señor, que son más poderosas que el pecado”

Jesús, repetirá el sucesor de Pedro en el Regina Caeli, “no busca cristianos perfectos”, sino que volvamos a Él, una y otra vez, sabiéndonos necesitados de su gracia, especialmente tras nuestras dudas, debilidades y crisis; porque siempre quiere darnos “otra oportunidad”; y desea que nosotros nos comportemos también así con los demás.  

El lunes siguiente (25-IV-2022) tuvo un encuentro con los sacerdotes “Misioneros de la Misericordia”. Era el tercero después de otros dos en 2016 y 2018. Esta vez glosó la figura bíblica de Ruth, cuya fidelidad y generosidad premió Dios con creces. Como Dios, que permanece silencioso en el libro de Ruth, también deben actuar los sacerdotes: “No olvidemos nunca que Dios no actúa en la vida diaria de las personas a través de actos llamativos, sino de manera silenciosa, discreta, sencilla, tanto que se manifiesta a través de las personas que se convierten en sacramento de su presencia. Y vosotros sois sacramento de la presencia de Dios. Os ruego que mantengáis lejos de vosotros todas las formas de juicio y poner siempre el deseo de comprender a la persona que está delante”.

Y terminaba Francisco evocando algunas figuras de sacerdotes misericordiosos, que confesaban a muchas personas, y que, como el Señor, nunca se cansaban de perdonar. 

Familia: remedio contra el individualismo 

En el marco de este año Familia Amoris laetitia, ya cercano a su fin, el Papa se dirigió a la sesión plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales (Discurso, 29-IV-2022), reunida para tratar sobre la realidad de la familia. En el contexto de la crisis actual, prolongada y múltiple, que pone a prueba a tantas familias, Francisco desea redescubrir “el valor de la familia como fuente y origen del orden social, como célula vital de una sociedad fraterna y capaz de cuidar de la casa común”.

En primer lugar, señala que, a pesar de los muchos cambios que han experimentado en la historia y en los distintos pueblos, “el matrimonio y la familia no son instituciones puramente humanas”. Son, además, un remedio al individualismo dominante. 

El genoma social de la familia

El bien que promueve la familia no es meramente asociativo, una suma de personas con fines de utilidad, sino un vínculo relacional de perfección. Así es, porque los miembros de la familia maduran al abrirse entre sí y a otros. Ese podría llamarse su “genoma social”. Al mismo tiempo, “la familia es lugar de la acogida”, especialmente donde hay miembros frágiles o discapacitados, como también es escuela de gratuidad. 

Para desplegar su naturaleza, la familia necesita “que se promuevan en todos los países políticas sociales, económicas y culturales “amigas de la familia”.

Concluía el Papa señalando algunas condiciones para redescubrir la belleza de la familia. Primera, sacar de los ojos “las cataratas de las ideologías”. Segunda, redescubrir “la correspondencia entre matrimonio natural y sacramental” (que no es, este último un añadido yuxtapuesto a la institución familiar). Tercera condición: la conciencia de “la gracia del sacramento del Matrimonio –que es el sacramento ‘social’ por excelencia– cura y eleva a toda la sociedad humana y es fermento de fraternidad” (cf. Amoris laetitia, n. 74).

El único gran objetivo: la familia evangelizadora  

Finalmente, también sobre la familia, cabe destacar el Discurso del Papa al Congreso internacional de Teología moral (13-V-2022). Comienza ponderando la riqueza espiritual de la familia, tal como puso de relieve la Amoris laetitia. Pasa luego a considerar que los desafíos de nuestra época piden que la teología moral, por una parte, hable “un lenguaje comprensible” para los interlocutores, y no solo para los expertos; y además, que, en atención a la conversión pastoral y la transformación misionera de la Iglesia, esté atenta a “las heridas de la humanidad”. Y añade que todo ello puede ser ayudado por la interdiciplinaridad, entre teología, ciencias humanas y filosofía. 

“El único gran objetivo”, señala el Papa, “es responder a esta pregunta: ¿Cómo las familias cristianas de hoy, en la alegría y el esfuerzo del amor conyugal, filial y fraterno, dan testimonio de la buena noticia del Evangelio de Jesucristo?”.

El congreso se inscribe, no solo de hecho sino como perspectiva de fondo, en el marco de la sinodalidad. 

La sinodalidad –explica el sucesor de Pedro– no es una cuestión meramente táctica, sino una necesidad para profundizar en la verdad de la Revelación, que no es algo abstracto, sino vinculado a la experiencia de las personas, culturas y religiones. “La verdad de la Revelación se dirige a la historia –¡es histórica!–, a sus destinatarios, que están llamados a realizarla en la ‘carne’ de su testimonio”. También las familias: “¡Cuánta riqueza de bien hay en la vida de tantas familias, en todo el mundo!”

¿Y qué tiene que ver esto –cabría preguntarse– con la teología moral? Pues que el matrimonio y la familia cristiana son “lugares” y “tiempos” (kairós) de la acción de Dios, donde la reflexión teológica puede beber para profundizar y presentar mejor la fe y la moral. 

Precisamente por eso –apunta el Papa– es más necesaria que nunca la práctica del discernimiento, abriendo espacio “a la conciencia de los fieles, que muchas veces responden lo mejor posible al Evangelio en medio de sus limitaciones y pueden llevar a cabo su discernimiento personal ante situaciones en las que se rompen todos los esquemas” (Amoris laetitia, 37.).

La teología moral, en efecto, tiene delante un desafío no pequeño, al servicio de ese gran objetivo de que las familias anuncien y testimonien el mensaje evangélico. 

Así les dice Francisco a los moralistas: “A todos vosotros se os pide hoy repensar las categorías de la teología moral, en su vínculo recíproco: la relación entre gracia y libertad, entre conciencia, bondad, virtudes, norma y phrónesis aristotélica, prudentia tomista y discernimiento espiritual, relación entre naturaleza y cultura, entre la pluralidad de lenguas y la unicidad del ágape”

El obispo de Roma invita a los moralistas a tener en cuenta las enriquecedoras diferencias de las culturas y, sobre todo, las experiencias concretas de los creyentes. Les anima a inspirarse en las raíces cristianas, como deben hacer siempre los teólogos, pero no para retroceder sino para seguir adelante en el camino de la obediencia a Jesucristo, sin encerrarse en una casuística empobrecedora o decadente. 

Concluye insistiendo en la verdadera finalidad, ese único gran objetivo: el papel evangelizador de la familia, con alegría: “¡Que la alegría del amor, que encuentra un testimonio ejemplar en la familia, se convierta en signo eficaz de la alegría de Dios que es misericordia y de la alegría de quien recibe esta misericordia como un don! Alegría”.

Se necesitan cofrades intelectuales

Importa que las hermandades, vertebradoras de la sociedad civil, participen activamente en la fundamentación de modelos de pensamiento acordes con la dignidad humana y con la misión de la Iglesia a la que sirven

1 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Desde el siglo XVI, incluso antes, las hermandades y cofradías vienen siendo testigos y protagonistas de la historia en su entorno. Esa participación ha sido muy estudiada en publicaciones relacionadas, más o menos directamente, con ellas, a las que añaden las actas de las juntas de gobierno, en algunos casos perfectamente conservadas, que proporcionan una minuciosa información de la hermandad y de los usos, costumbres y acontecimientos de la época. Ese abundante material se ha visto incrementada los últimos años, tanto en proyectos de investigación, como manuales, monografías, artículos académicos, trabajos de fin de grado, etc.

Sería interesante hacer, a lo mejor se ha hecho y no lo conozco, un metaanálisis para comprobar cuáles son los temas tratados en estos trabajos y el peso estadístico de cada uno. Si tuviera que aventurar resultados de ese hipotético trabajo de investigación me atrevería a decir que los temas más tratados serían: historia de las hermandades, arte, sociedad, antropología, relaciones con el poder político y eclesiástico, labor asistencial y poco más.

Pero hay un tema que no he visto en la bibliografía consultada: el papel de las hermandades en la historia de las ideas contemporáneas, su influencia en la historia del pensamiento. Ante esto la primera consideración es si realmente deben tener algún papel o por el contrario han de encapsularse, protegerse del entorno metiéndose en una campana de seguridad que impida su contaminación por las distintas corrientes de pensamiento.

La historia de las ideas a partir del siglo XVI es apasionante. El paso de la Edad Media a la Moderna, del Antiguo al Nuevo Régimen, viene marcado por el reconocimiento de la autonomía de lo temporal y de la dignidad universal de la persona en cuanto imagen de Dios. En esos años, además de su actividad de culto y de asistencia social, las hermandades asumen también un papel catequizador, catequesis plástica, como contrapunto a la Reforma.

No es momento ni lugar para hacer siquiera un breve síntesis de la historia de las ideas contemporáneas. A grandes rasgos podríamos esbozar una relación cronológica, partiendo de la Ilustración, que pone en el centro de su cosmovisión la razón científica, pasando por el liberalismo, que gira en torno a una concepción de la naturaleza humana de carácter individualista y el marxismo, que prioriza al colectivo sobre el individuo y plantea una visión dialéctica de la historia.

El siglo XX se inicia con un nihilismo o escepticismo radical frente a la imposibilidad, dicen, de conocer la verdad, lo que da paso a un existencialismo, en sus diversas variantes, centrado en la persona y su experiencia inmediata, sin más horizonte.

Muchos pensadores identifican los sucesos de Mayo de 1968 como el momento en que la crisis cultural y antropológica que se venía arrastrando tras la Segunda Guerra Mundial desemboca en una sociedad permisiva, que acaba con los sistemas anteriores.

Desde el relativismo absoluto, los sustituye por movimientos sociales: revolución sexual, feminismo radical, movimiento trans, la ecología como ideología, revisión de la historia, la cultura woke, los metaversos y un largo etcétera.

En todo este tiempo la Iglesia ha mantenido una incesante actividad, identificando y corrigiendo desviaciones y proponiendo modelos acordes con la naturaleza humana y la Revelación. El Concilio Vaticano II es la respuesta global de la Iglesia a estos desafíos y define el papel de los fieles en la sociedad.

¿Y las hermandades? ¿Se podría afirmar que se han mantenido al margen de la historia de las ideas contemporáneas, encerradas en una campana de laboratorio? ¿Se han visto afectadas por las corrientes de pensamiento de cada época o han quedado al margen? ¿Forma parte de su misión participar en ese debate?

La decisión no es optativa. El globalismo actual tiende a borrar las diferencias identitarias o culturales, por eso las hermandades han de reforzar su propia identidad para no quedar arrasadas. Importa que las hermandades, vertebradoras de la sociedad civil, participen activamente en la fundamentación de modelos de pensamiento acordes con la dignidad humana y con la misión de la Iglesia a la que sirven. No necesariamente de forma corporativa, pero sí fomentando la participación de sus hermanos más capacitados a entrar en este debate permanente. Es importante la aportación de esos hermanos, individualmente o en think tanks, en esta apasionante tarea.

El autorIgnacio Valduérteles

Doctor en Administración de Empresas. Director del Instituto de Investigación Aplicada a la Pyme Hermano Mayor (2017-2020) de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, en Sevilla. Ha publicado varios libros, monografías y artículos sobre las hermandades.

Mundo

Mons. Paolo Martinelli: «El Vicariato Apostólico de Arabia Meridional es una Iglesia de los pueblos»

Entrevista con Paolo Martinelli, recientemente elegido Vicario Apostólico de Arabia del Sur.

Federico Piana·1 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Cuando se le pregunta si esperaba que el Papa Francisco, hace unas semanas, lo nombrara Vicario Apostólico de Arabia del Sur, Monseñor Paolo Martinelli responde con absoluta certeza: «No, no había nada que me hiciera sospechar de esta elección».

Sin embargo, al religioso perteneciente a la Orden de los Frailes Menores Capuchinos, hasta poco antes de su nuevo cargo como obispo auxiliar de Milán, no le extrañó que la elección volviera a recaer precisamente en un capuchino: «Hace más de cien años que estamos presentes en la Península Arábiga y el vicario siempre ha sido elegido entre nuestros religiosos. Y además, dos tercios del clero presente en esas zonas pertenecen a nuestra orden. Es la historia de una relación consolidada”.

La jurisdicción del Vicariato Apostólico de Arabia del Sur recae sobre todos los católicos que viven en los Emiratos Árabes Unidos, en Omán y Yemen. “Hay más de un millón de personas -explica Martinelli- todas ellas migrantes, que han llegado a esos territorios por motivos de trabajo: aquí, entonces, la primera tarea del Vicariato es apoyar el camino de fe de estos fieles que, en en general, frecuentan mucho la Iglesia”.

¿Otra tarea importante del Vicariato es también mantener vivas las buenas relaciones con los musulmanes?

– Ciertamente, es el segundo gran pilar de la acción del Vicariato. Esta relación, en los últimos años, se ha caracterizado por la firma del Documento sobre la Fraternidad Humana que tuvo lugar en Abu Dabi en 2019 por el Papa y el gran Imán de al-Azhar. Es un acontecimiento que para nosotros sigue siendo un punto de referencia fundamental y que tiene una visión profética. En esencia, las religiones deben apoyar la fraternidad y la paz universales.

Nosotros, en los territorios del Vicariato, estamos llamados a mantener viva la memoria de este acontecimiento y al mismo tiempo debemos comprometernos a desarrollar sus implicaciones desde el punto de vista social, del diálogo y de las relaciones culturales e interreligiosas.

Los católicos de los territorios del Vicariato provienen ya de culturas muy diferentes y se puede decir sin ninguna duda que estamos ante una Iglesia de los pueblos.

Mons. Paolo Martinelli. Vicario Apostólico de Arabia del Sur

En términos de diálogo, ¿cuáles son las próximas acciones concretas que piensa poner en práctica?

– Una cosa que estoy haciendo ahora es escuchar la realidad que estoy viviendo para conocerla aún mejor, sobre todo para entender bien lo que hizo mi predecesor, Monseñor Paul Hinder, en los largos años en que me precedió como Vicario.

Pero puedo decir que me he dado cuenta de que hay aspectos muy concretos que necesitan ser apoyados, profundizados y fortalecidos: en primer lugar, el valor intercultural, ya presente dentro de la experiencia de la fe católica.

No debemos olvidar que los católicos de los territorios del Vicariato provienen ya de culturas muy diferentes y se puede decir sin ninguna duda que estamos ante una Iglesia de los pueblos.

El segundo aspecto es el de la educación. El Vicariato posee quince escuelas que gestiona también gracias a la ayuda de algunos institutos de vida consagrada: muy a menudo los alumnos son en su mayoría musulmanes y esto significa que el lugar de la educación se convierte también en un espacio de confrontación, de diálogo interreligioso.

¿Cómo piensa afrontar los variados desafíos sociales, políticos y culturales de los diferentes países que conforman el territorio del Vicariato?

Paolo Martinelli

– Es cierto, los territorios son muy diferentes entre sí y la presencia de la Iglesia y de los cristianos también es variada. Por ejemplo, en los Emiratos Árabes Unidos y Omán hay situaciones más tranquilas mientras que Yemen está atravesado por tensiones sociales y religiosas.

Todos los días, mis pensamientos se detienen en las cuatro hermanas de la Madre Teresa de Calcuta que, hace seis años, fueron asesinadas en Yemen para permanecer fieles a su misión de acoger y apoyar a los ancianos y discapacitados.

En estas situaciones debe inspirarnos la encíclica Fratelli Tutti del Papa Francisco, que promueve la fraternidad universal y la amistad social.

¿Cómo se está viviendo el camino sinodal en el Vicariato?

– Indagué sobre lo vivido hasta ahora: con satisfacción supe que se ha hecho un camino bien estructurado y debo reconocer que Monseñor Paul Hinder ha trabajado muy bien. Hace unos días se celebró la Misa de clausura de la fase de consulta en la Iglesia particular y se elaboró un documento que contiene los resultados del trabajo realizado en todas las comunidades y parroquias del Vicariato. Me impresionó mucho la pasión con la que los fieles llevaron a cabo el debate sinodal, cuyo balance fue luego transmitido a la secretaría del Sínodo. Estoy seguro de que el Vicariato Apostólico de Arabia Meridional es verdaderamente una Iglesia de los pueblos.

El autorFederico Piana

 Periodista. Trabaja en Radio Vaticana y colabora con L'Osservatore Romano.

Familia

Un encuentro para experimentar qué es una familia cristiana

La rueda de prensa de presentación del X Encuentro Mundial de las Familias, que tendrá lugar en Roma del 22 al 26 de junio de 2022, se ha celebrado hoy, martes 31 de mayo, a las 13:00 horas en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Antonino Piccione·31 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Invervinieron en el acto Gabriella Gambino, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida; el Dr. Leonardo Nepi, funcionario del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida; monseñor Walter Insero, Director de la Oficina de Comunicaciones Sociales de la Diócesis de Roma; Amadeus Sebastiani y Giovanna Civitillo, cónyuges, presentadores del Festival de las Familias (conectados a distancia); Gigi De Palo y Anna Chiara Gambini, cónyuges, representantes de la Pastoral Familiar de la Diócesis de Roma.

Durante la conferencia se proyectó un vídeo con un saludo de Il Volo, el grupo musical formado por Piero Barone, Ignazio Boschetto y Gianluca Ginoble. 

Gambino enumeró los temas del Congreso pastoral que surgieron de la comparación entre los obispos del mundo: la corresponsabilidad de los cónyuges y los sacerdotes; las dificultades de las familias; la preparación al matrimonio; las periferias existenciales; la formación de los formadores; el papel del encuentro y la escucha.

Un programa variado y enriquecedor

Hay programadas 30 intervenciones, con un total de 62 ponentes y 13 moderadores para las sesiones.
Gracias al fondo de solidaridad del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, las Conferencias Episcopales que han pedido ayuda económica para enviar una delegación a Roma podrán participar. Entre ellos, también Ucrania con dos delegaciones.

El X Encuentro Mundial de las Familias, según ha anunciado el Papa Francisco en un videomensaje, tendrá características diferentes a los eventos de años anteriores. El evento, aplazado un año a causa de la pandemia, no puede sin embargo ignorar el cambio de contexto mundial debido a la situación sanitaria. Por ello, el acto principal tendrá lugar en Roma. Participarán delegados de las Conferencias Episcopales de todo el mundo, así como representantes de movimientos internacionales comprometidos con la pastoral familiar. Al mismo tiempo, se invita a cada diócesis a organizar actos similares en sus propias comunidades locales.

«En los Encuentros anteriores -dijo el Papa en el videomensaje- la mayoría de las familias se quedaban en casa y el Encuentro se percibía como una realidad lejana, a lo sumo seguida por la televisión, o desconocida para la mayoría de las familias. Esta vez, tendrá una fórmula inédita: será una oportunidad de la Providencia para realizar un evento mundial capaz de involucrar a todas las familias que quieran sentirse parte de la comunidad eclesial».

Por lo tanto, el Encuentro Mundial se realizará de dos maneras paralelas. Roma seguirá siendo la sede principal, el Festival de las Familias y el Congreso Teológico-Pastoral tendrán lugar en el Aula Pablo VI. La misa será celebrada por el Papa en la Plaza de San Pedro.

Un matrimonio en los altares

«Con gran alegría os anuncio, de acuerdo con el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, que los beatos Luigi y María Beltrame Quattrocchi serán los patronos del X Encuentro Mundial de las Familias, que tendrá lugar en Roma del 22 al 26 de junio de 2022». Así lo escribió en una carta a la diócesis de Roma el cardenal vicario Angelo De Donatis. Los Beltrame Quattrocchi fueron el primer matrimonio beatificado por la Iglesia Católica, el 21 de octubre de 2001, bajo el pontificado de Juan Pablo II en la Basílica de San Pedro, en presencia de sus hijos Tarcisio, Paolo y Enrichetta. «La historia de toda la familia, que pasó la mayor parte de su vida en Roma, sigue siendo hoy -subrayó De Donatis- un testimonio auténtico, creíble y oportuno del amor conyugal. Su matrimonio, celebrado el 25 de noviembre de 1905 en la Basílica de Santa Maria Maggiore, fue vivido en un constante camino de crecimiento espiritual».

Fueron cuatro los hijos que agraciaron su matrimonio y a los que la pareja, animada por una fe viva, educó en el Evangelio desde una edad temprana. Los tres primeros abrazaron la vida consagrada: Filippo se hizo monje benedictino con el nombre de Don Tarcisio; Stefania ingresó en el monasterio benedictino del Santísimo Sacramento de Milán y tomó el nombre de Sor Cecilia; y Cesare, que se hizo padre trapense con el nombre de Paolino, es candidato a los altares. La hija menor, Enrichetta, laica consagrada declarada Venerable por el Papa Francisco el 30 de agosto de 2021, pasó su vida siempre al lado de sus padres, en perseverante oración, consagrándose al Señor en el servicio al prójimo.

«Al matrimonio Beltrame Quattrocchi -concluye la carta el vicario del Papa para la diócesis de Roma- le corresponde también el mérito de haber creado la primera experiencia de itinerarios vocacionales para ayudar a los jóvenes a comprender la belleza y la importancia del sacramento del matrimonio u orientarlos hacia la elección de la vida consagrada. De hecho, fueron los iniciadores de la Pastoral Familiar en la diócesis de Roma. Os animo a acoger el ejemplo y el testimonio de la familia Beltrame Quattrocchi, que encarna el tema del próximo Encuentro Mundial de las Familias, “El amor familiar, vocación y camino de santidad”. Edificados por su testimonio de fe, confiamos a los beatos Luis y María todas las familias del mundo, especialmente las heridas y en dificultad, probadas por la pobreza, la enfermedad y la guerra. A su intercesión confiamos la preparación y celebración del Encuentro y los copiosos frutos espirituales que el Señor, a través de este acontecimiento eclesial, concederá. Que Nuestra Señora del Divino Amor, en cuyo Santuario reposan los restos del Beato, vele por las familias del mundo con el cuidado y la ternura con que veló por la Familia de Nazaret».

https://www.romefamily2022.com/es/ es la página web del Encuentro, donde puede encontrarse toda la información actualizada.

El autorAntonino Piccione

Teología del siglo XX

La renovación de la Escatología

Durante todo el siglo XX, una multitud de inspiraciones de diversa índole transformaron el contenido y la importancia de este tratado sobre el más allá y “las cosas últimas”. Pasó de ser más o menos marginal a insertarse en el centro de la teología. 

Juan Luis Lorda·31 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

En el siglo XX, dos tratados teológicos (dejando aparte la exégesis) han pretendido hacerse con toda la teología. Uno es la Teología Fundamental, porque se atribuía la justificación de todas las materias de la teología. El otro, más minoritario, es la Escatología, cuando defiende que todo el mensaje cristiano es y tiene que ser escatológico. Son planteamientos bastante antitéticos. La pretensión de la Teología Fundamental procede de exigencias de la razón, a veces de la razón académica. La de la Escatología, en cambio, tiene una inspiración principalmente teológica. La primera puede pecar de racionalismo. La segunda, en sus extremos, puede apuntar hacia lo utópico. Lo que permite concluir que se necesitan para compensarse.

Jesucristo, el centro de la Escatología

Realmente la escatología lo abarca todo, porque el mismo Cristo presentó su Evangelio anunciando el Reino por llegar. Y también porque la esencia del cristianismo, al decir de Guardini, es una persona, Jesucristo. Pero Jesucristo en su plenitud, y por tanto resucitado. Vivimos en tensión hacia la Parusía. Y tanto en la Liturgia como en el obrar cristiano: esperamos que el Señor venga ahora y al final. 

Algunos teólogos protestantes destacaron que la teología tenía que centrarse en Jesucristo resucitado (Karl Barth), y algunos lo concretaron para la escatología (Althaus, Die lezten Dinge). Jesucristo es la causa, el modelo y el anticipo del ser humano en su plenitud, como muestra san Pablo. 

Los manuales católicos habían dividido la escatología en dos partes: individual y final. En la primera trataban el problema de la muerte (con la problemática, quizá, del alma separada), el juicio y los tres estados posibles (cielo, infierno y purgatorio), añadiendo a veces una reflexión sobre la bienaventuranza. En la segunda parte, la escatología final, trataban la segunda venida de Cristo con sus signos, la resurrección de los cuerpos y los nuevos cielos y la nueva tierra. Al ser estos temas más misteriosos, resultaba una especie de apéndice. La escatología estaba centrada en el final de cada persona. Incluso se preguntaba si la resurrección de los cuerpos añadía algo, y se contestaba que una cierta gloria accidental. Esto contrastaba con la idea de que la resurrección de Cristo es el acontecimiento esencial del cristianismo y tiene que ser el centro de la escatología.

Inspiraciones de la Escritura

En esa misma línea contribuyeron muchos puntos destacados por la Exégesis. Por supuesto, en primer lugar, la centralidad de Cristo. Después, el hecho que la predicación de Cristo fue escatológica desde el principio: anunció un Reino, cuyo fermento en este mundo es la Iglesia. Eso da un tono escatológico a todo el anuncio cristiano y a toda su historia. 

Y no es un asunto principalmente individual, sino que se realiza en el Cuerpo de Cristo en la historia, que es la Iglesia. Primero en Jesucristo, que “resucitó de entre los muertos como primicia de los que durmieron” (1 Co 15, 20) y en ese movimiento arrastra a su Cuerpo místico y aun a toda la creación, “que espera con anhelo ardiente la manifestación de los hijos de Dios” (Rm 8, 19). La revelación de Dios es, al mismo tiempo, la historia de la Alianza, la historia de la salvación y también la historia del Reino. El Reino (con Cristo en el centro) es el gran tema de la escatología y recorre toda la historia de la salvación. 

Refrendos patrísticos y litúrgicos

Era preciso darle la vuelta al tratado: empezar por la resurrección de Cristo, primicia, promesa y causa de la nuestra; hablar de la historia de la salvación o del Reino, y de la realización de la Iglesia; y dar a todo el mensaje cristiano y a toda la teología esa tensión escatológica. Además, está expresado eminentemente en la Liturgia, en cada Eucaristía, donde se renueva la Pascua del Señor hasta que vuelva. Y en el año litúrgico, desde el adviento hasta la última semana del tiempo ordinario, segunda venida de Cristo (Cristo Rey y Juez de la historia).

El contacto de la escatología con la liturgia resultó muy enriquecedor para los dos tratados. En realidad, esas relaciones ahora redescubiertas ya estaban en los Padres de la Iglesia. Era otra manifestación más de un efecto común en la historia de la teología. La escolástica se había centrado en estudiar la realidad de las cosas con la ontología heredada de Aristóteles; el alma separada, la contemplación, la condición de los cuerpos resucitados, también la “res” de los sacramentos o de la Iglesia como realidad social. Esa fue su aportación. Pero no tenía método para tratar la dimensión simbólica. Ese fue su olvido. Al volver a conectar con la teología patrística (y también con la teología oriental, que es patrística por tradición) se renovaron los enfoques. 

Una novedad: la teología de la esperanza

Otra inspiración vino por otro lado completamente distinto. Ya el gran intelectual ruso cristiano Nicolai Berdiaev (1874-1948) había advertido que el marxismo es una especie de herejía cristiana y que había secularizado su esperanza, prometiendo un cielo en la tierra. Un pensador crítico marxista, Ernst Bloch (1885-1977), se fijó precisamente en esto en su voluminoso ensayo El principio esperanza (1949). E identificó la esperanza como el impulso fundamental del vivir humano, que necesita futuro. O incluso es futuro, porque ha de realizarse como persona y, sobre todo, como sociedad (que es lo permanente). En ese sentido no se trata de ser, sino de llegar a ser. Por eso la esperanza y, en esa misma medida, la utopía como meta son las claves del ser humano.

La idea impresionó a un entonces joven teólogo protestante, Jürgen Moltmann, que recensionó el libro y dialogó con Bloch. La crítica que se podía hacer a Bloch era evidente: la esperanza es efectivamente el gran motor de la psicología humana; pero el Reino en la tierra es imposible: porque no se puede superar ni la muerte ni las limitaciones ni las quiebras humanas. Aparte de que desaparece realmente toda esperanza personal para inmolarse en beneficio de un reino social. Pero por más que se haga es imposible pasar en este mundo de la facticidad a la trascendencia. Aquí se está siempre por hacer, y nunca salimos de ahí, por más que se mejore. Con todas las paradojas que pueden venir, además, sobre lo que significa realmente mejorar.

Pero estaba claro que Bloch tenía bastante razón. La esperanza es motor, el ser humano es esperanzas. La esperanza laica no tiene meta creíble, pero la cristiana, sí. Recogiendo las inspiraciones que hemos mencionado y el reto de Bloch, Moltmann construyó su Teología de la esperanza (1966). Y tuvo muchísimo impacto. Quedó claro que una escatología es, en definitiva, una teología de la esperanza, y al revés. La esperanza dejaba de ser la hermana pequeña de las otras dos virtudes, como había poetizado Péguy (El pórtico del misterio de la segunda virtud). 

Moltmann siempre ha sido un hombre de verbo fácil y grandes perspectivas, pero quizá tiene el problema contrario a la escolástica. En aquella, la atención a la realidad llevaba a desconocer lo simbólico. Aquí, a veces, la atención a lo simbólico puede llevar a desprenderse de la realidad. Eso es lo que tiende a la mitología… La resurrección de Cristo es real y no solo una espera en un futuro donde se tiene que revelar. 

El lugar de la utopía

Entre otras cosas, la “teología de la esperanza” planteó el papel de las utopías como impulso de la historia humana. Precisamente cuando el marxismo se había extendido como ideología planetaria, cuando había logrado diversas simbiosis con el pensamiento cristiano y cuando ya había quedado claro que no era el cielo. Sería una de las inspiraciones de la teología de política de Metz y de la teología de la liberación. 

Necesitamos utopías, repetirá después nostálgicamente una cierta izquierda cristiana, intentando de paso justificar un pasado bastante imperfecto (y en muchos casos, criminal). Pero la utopía de Tomas Moro, que fue la primera, no mató a nadie. Y la marxista, a muchos millones. De ahí, la reacción posmoderna: no queremos grandes relatos que son muy peligrosos. La gestión de la utopía necesita discernimiento, pero, sobre todo, aceptar a fondo el gran principio moral de que el fin utópico no justifica los medios; no se puede hacer cualquier cosa en nombre de la utopía. 

El manual de Joseph Ratzinger

Con toda esta ebullición de ideas, el entonces teólogo y después Papa enseñaba en Ratisbona, entre otras materias, escatología. Y compuso un pequeño manual (1977) con muchas cosas inteligentes  y bien juzgadas. Como señala en el prólogo, el manual tiene dos preocupaciones. Por un lado, acoge el empeño en recentrar la escatología en Cristo, el impulso de la teología de la esperanza, y discierne sobre sus consecuencias políticas e históricas. También matiza la idea de que la muerte sea un momento de plenitud, como había querido presentar Rahner; porque, más bien, la experiencia es la contraria. 

Pero contiene una novedad destacable. Aborda el tema del alma separada, difícil de presentar en nuestro contexto científico moderno. Le ayuda la inspiración de la filosofía dialógica de Ebner y de Martin Buber, que la formula con más fuerza persuasiva. Desde un punto de vista cristiano, el ser humano es un ser hecho por Dios para una relación de amor con Él para siempre. Ese es el fundamento teológico para entender la pervivencia de las personas (del alma) más allá de la muerte. No depende de la plausibilidad actual de las antiguas demostraciones del alma o del punto de vista de Platón. El mensaje cristiano tiene sus propias bases en ese “personalismo dialógico”, que también nos permite ahondar en lo que significa ser persona. Este tema, que ya está apuntado en la Introducción al cristianismo, fue una hermosa aportación del manual de Joseph Ratzinger, aunque no sea original suyo. Pero le dio fuerza y difusión. 

Los problemas del alma separada  

Realmente, el estado del alma separada entre la muerte y la resurrección es una cuestión compleja. Lo había visto santo Tomás de Aquino, que tiene sobre eso una quaestio disputata. Ha de haber una pervivencia porque, si no, cada resurrección, incluso la de Cristo, sería una recreación. Pero esa alma está privada de los recursos psicológicos de la sensibilidad, y por eso, su tiempo subjetivo no puede ser continuo como el que vivimos nosotros con el cuerpo. También lo vio santo Tomás. Por tanto, cabe pensar en cierta proximidad subjetiva entre el momento de la muerte y el de la resurrección. Algunos autores católicos han identificado los dos momentos (Greshake), pero no es posible, porque hay hechos intermedios, como son el juicio y las relaciones de la comunión de los santos. Pero no se puede pensar con nuestra experiencia, porque el alma está ya delante de Dios que obra sobre ella. No es una pervivencia natural sino una situación escatológica. 

Curiosamente, mientras la cuestión del alma separada resulta difícil de presentar ante un público bastante materialista, ha crecido la creencia en la reencarnación o metempsicosis, por ósmosis cultural de las convicciones budistas o hinduistas. Y reclama atención.   

Y la teología de la historia

En paralelo a estos desarrollos de la Escatología, el siglo XX conoció una abundante reflexión sobre la Teología de la historia, que apenas ha interaccionado con el tratado, pero merece ser tenida en cuenta. 

Es conocida la tesis del filósofo judío Karl Löwitz sobre la teología de la historia de san Agustín y sus ensayos sobre historia y salvación, y sobre el sentido de la historia. También Berdiaev, antes citado, tiene un notable ensayo sobre El sentido de la historia. Y el gran historiador francés Henri Irenée Marrou. Por otro lado, tenemos El misterio del tiempo, de Jean Mouroux. Y el Misterio de la historia, de Jean Daniélou. Y la Filosofía de la historia, de Jacques Maritain, que ve crecer a la vez el bien y el mal. Y la Teología de la historia, de Bruno Forte, cuya teología está construida precisamente desde la historia. Y, por otro lado, esa atención al utopismo, que prestan Henri De Lubac, en su ensayo sobre La posteridad espiritual de Joaquín de Fiore. Y Gilson, en Las metamorfosis de la ciudad de Dios.

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Vocaciones

Hna. Lucía Vitoria: «Es necesaria una formación catequista más sólida»

La hermana Lucía Vitoria es de Portugal y pertenece a la Fraternidad Arca de María. Está cursando el primer año de la Licenciatura en Teología Moral en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma, gracias a una beca de CARF Fundación.

Espacio patrocinado·31 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Nació en 1975. El comienzo de su conversión tuvo lugar cuando tenía 23 años, mientras estaba terminando Ingeniería Química. «En aquel momento mi proyecto se basaba en ser un buen ingeniero, ganar bien y tener éxito. Fue precisamente en la víspera de mi cumpleaños, cuando por casualidad participaba en un retiro y tuve mi primer encuentro con la persona de Jesús. Entonces, cambiaría radicalmente todo en mi vida», cuenta.

Sin embargo, antes de decidirse a ser religiosa, trabajó durante 8 años en el Laboratorio de Dopaje de Lisboa, en el Instituto Portugués de Deportes,  donde se sintió muy realizada a través de la investigación científica con aplicación práctica inmediata.

Tras este periodo, y habiendo emprendido un camino de discernimiento vocacional  y tras conocer la Fraternidad Arca de María en 2007, se incorporó a ella en 2008.

«Me quedé muy impactada por el carisma de esta Fraternidad, nacida en el Corazón de la Virgen María, como creemos nosotros, para ayudar a cumplir el deseo de Jesús manifestado en Fátima en el mes de julio de 1917: “Mi Hijo quiere establecer la devoción a mi Inmaculado Corazón en el mundo”.

Después de una primera etapa de formación en Brasil (donde se fundó la comunidad), fue enviada a la casa de misión en Italia, donde, junto con otros miembros de la comunidad y laicos locales, trabajan en actividades misioneras relacionadas con el carisma.

En los últimos años, la Fraternidad ha podido identificar la necesidad de una formación catequética más sólida y comprensiva, para poder cuidar con mayor esmero a las almas. Por eso, se encuentra en Roma estudiando Teología Moral. 

Iniciativas

Accionando en defensa de nuestros valores

¿Cómo debemos manejarnos en medio de esta sociedad considerada por muchos como “post cristiana? El Instituto de Formación y Liderazgo Acción Cristiana, en República Dominicana, quiere ser un centro de pensamiento fundamentado en una cosmovisión cristiana, donde desarrollar un pensamiento crítico que impacte positivamente a los tomadores de decisión y a toda la nación.

José Francisco Tejeda·31 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Quienes vivimos la niñez en el siglo pasado, crecimos con una conciencia clara de lo correcto y lo incorrecto, del bien y del mal. No es que fuera una generación intachable en su comportamiento, sino simplemente que reconocía lo que era correcto y lo que no, aunque cada cual decidiera cómo actuar. La generación actual, en cambio, se caracteriza por un relativismo abrumador, donde lo “correcto” es, paradójicamente, no juzgar nada como incorrecto. Según el postmodernismo de hoy, no existe una verdad absoluta, sino que cada cual tiene su verdad. Sin embargo, este argumento es contradictorio y de rápida autodestrucción, pues se presenta a sí mismo como una verdad absoluta.

Aunque estos tiempos son catalogados como de la “posverdad”, todavía hay muchos que sabemos que la verdad sí existe y mantenemos un filtro para pasar por él cualquier nuevo concepto o idea. Quienes aún fundamentamos nuestras opiniones y forma de ver la vida sobre una verdad trascendente y objetiva, nos preguntamos: ¿Cómo debemos manejarnos en medio de esta sociedad considerada por muchos como “post cristiana? Es una pregunta fundamental que nos toca responder a todos los que intentamos seguir a Jesús de Nazaret como Maestro y Señor.

Es fácil ser invadidos por una abrumadora sensación de derrota, ante la avalancha de antivalores que nos embiste en prácticamente todos los escenarios del mundo actual. Diferentes grupos defensores de nuevos “derechos” se unen con el objetivo común de quitar del medio todo aquello que se constituya en obstáculo para que esos supuestos derechos sean convertidos en ley. El problema es que tales leyes, al contrario de lo que alegan, perjudican a la niñez y a la familia y no garantizan igualdad ante la ley, sino que exacerban conflictos sociales, violan libertades fundamentales y vulneran los derechos de las personas a vivir de manera coherente con sus valores. 

Algunos se preguntan si valdrá la pena luchar en esta batalla inequitativa y desigual, ya que estos grupos cuentan con el apoyo de los más poderosos de la tierra. Ante la duda, nuestra respuesta es que sí: vale la pena luchar, sabiendo que esta lucha es similar a la de David contra Goliat. Por eso, hace algunos años un grupo de dominicanos nos unimos con el propósito de accionar en defensa y promoción de los valores cristianos en nuestra nación, honrando a nuestros padres fundadores, que, al establecer nuestra República, pusieron a Dios primero.

Fundamos el Grupo Acción Cristiana, precisamente para accionar como sal y luz dentro de nuestra sociedad. Nuestro deseo es que cada día seamos más los que nos unamos a esta misión de preservar nuestros valores fundacionales, reflejados en nuestro lema nacional: Dios, Patria y Libertad. Y que, de la misma manera, se multipliquen cada día los ciudadanos de los diferentes países de Hispanoamérica que asuman un compromiso similar en favor de sus respectivas naciones.

Varios pasos

Partiendo de nuestra experiencia, compartimos los pasos que sugerimos para quienes desean accionar en esta dirección:

Es necesario conocer la realidad en la que vivimos. Existe una agenda ideológica que, aunque contradice la ciencia y la razón, está siendo exitosamente impuesta en múltiples naciones. Precisamente debido a su éxito, ya hay suficiente evidencia que muestra que en la práctica sus propuestas son muy perjudiciales para la familia, la niñez y las libertades ciudadanas. Hay que conocer esta agenda y sus argumentos, e identificar las falacias que son parte de su estrategia.

Debemos unirnos y formar equipo con otros de igual visión. “La unión hace la fuerza”, y esto lo saben y lo practican muy bien aquellos que a toda costa buscan imponer su nuevo orden moral y social. Estamos llamados a unirnos para formar un cuerpo cohesionado de hombres y mujeres entendidos en los tiempos, conocedores de lo que es bueno para nuestra nación y listos para actuar a su favor.  

Debemos capacitarnos para accionar eficazmente. Sabemos que nuestra batalla no es una de armas carnales, sino que es principalmente espiritual, cultural y legal. Por eso, debemos formarnos intelectualmente, ejercitar nuestro discernimiento y equiparnos para presentar defensa de la verdad y ejercer influencia de manera efectiva en nuestra sociedad. Esto incluye el desarrollo de un pensamiento crítico y el aprender a debatir ideas, con el propósito de estar preparados en todo momento para defender la verdad, siempre con mansedumbre y respeto.

Debemos dejar atrás la pasividad y empezar a impactar nuestro entorno. Por mucho tiempo permanecimos pasivos y silentes en la sociedad, pues no teníamos los conceptos claros, y aunque podíamos discernir que ciertas cosas no estaban bien, no teníamos la capacidad de argumentar en contra de ellas.Pero una vez dedicamos el tiempo y atención a capacitarnos en estos temas, es hora de accionar, cada quien desde su respectivo escenario. No debemos subestimar nuestras capacidades al considerar a los más expertos, pues cada persona tiene su ámbito de influencia.

Padres y madres pueden empezar con sus propios hijos, trayéndoles guía y consejo; los maestros pueden orientar a sus estudiantes cuando noten en ellos confusión; adolescentes y jóvenes pueden intercambiar ideas con sus compañeros y amigos; los médicos pueden valerse de su formación para desmentir las falacias ideológicas divulgadas como pretendida ciencia. En fin, cada cual está llamado a empezar justo allí donde Dios lo ha colocado, siempre manteniendo el amor y la compasión, recordando que no se trata de ganar un debate, sino de ganar vidas para que se acerquen a la verdad.

Instituto de Formación y Liderazgo Acción Cristiana

Te invitamos a unirte a este movimiento a través del Instituto de Formación y Liderazgo Acción Cristiana, IFLAC, participando de un curso virtual que hemos preparado. Este curso presenta los principales conceptos ideológicos que están siendo ampliamente difundidos en el mundo de hoy, trayendo tanta confusión y haciendo tanto daño a niños, jóvenes, familias y sociedades enteras.

El propósito del instituto no es sólo proveer capacitación, sino también que juntos construyamos un centro de pensamiento fundamentado en una cosmovisión cristiana, donde podamos desarrollar un pensamiento crítico que impacte positivamente a los tomadores de decisión y a toda la nación.

El Diplomado en Pensamiento Crítico y Batalla Cultural es completamente en línea y asincrónico, y es impartido a través de www.iflac.org. Los maestros son profesionales del ámbito internacional, expertos en estos temas y protagonistas de la batalla cultural de hoy día: Agustín Laje, con un módulo con tácticas para la batalla cultural, cómo ser influenciador por las redes, etc.; y otro módulo sobre teoría política; Amparito Medina cubre el aborto como negocio, sus consecuencias reales y alternativas al aborto; Pablo Muñoz Iturrieta expone sobre la ideología de género, el feminismo, las identidades LGBTQ+; Miklos Lukacs cubre el globalismo, transhumanismo y tecnologías convergentes; y Christian Rosas cubre el módulo del cristianismo y la libertad.

El autorJosé Francisco Tejeda

Corresponsal de Omnes en República Dominicana

Cultura

El Palacio de Letrán: un tesoro de arte y fe

El Palacio de Letrán es un tesoro que abarca más de tres siglos de historia cristiana y, desde el pasado diciembre ha abierto sus puertas al público con una disposición única e innovadora que recorre la primera planta del Palacio Apostólico.

Giuseppe Tetto·31 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Traducción del artículo al italiano

Arte, cultura y fe. El Palacio de Letrán es un tesoro que abarca más de tres siglos de historia cristiana. En el corazón de la Ciudad Eterna, junto a la Basílica de San Juan de Letrán, ha sido siempre la «Madre y Cabeza» de todas las iglesias de Roma y del mundo.

Todavía hoy, el Papa, obispo de Roma, toma posesión «física» de su diócesis dirigiéndose precisamente a la catedral de San Juan de Letrán.

Desde el 13 de diciembre del año pasado, el Palacio de Letrán ha abierto sus puertas al público con una disposición única e innovadora que recorre la primera planta del Palacio Apostólico. Aquí el visitante se queda embelesado por la majestuosidad de las diez salas –incluida aquella en la que se firmaron los Pactos de Letrán–, que muestran frescos del siglo XVI, finos tapices, cuadros de grandes artistas y preciosos muebles antiguos. Estos fueron los lugares de representación de los Papas que vivieron en el complejo durante más de 1000 años. Tras atravesarlas, se entra en los pisos privados del Santo Padre, que, junto con la capilla, se pueden visitar ahora por primera vez en su historia.

Las Hermanas Misioneras de la Divina Revelación, comprometidas con la evangelización a través de la belleza, acompañan al visitante a lo largo del recorrido. Éste termina en el interior de la Basílica de San Juan de Letrán accediendo a la majestuosa escalera monumental.

Fue el Papa Francisco quien sugirió revitalizar lo que durante siglos fue la «Casa del Obispo de Roma», antes de que se trasladara al Vaticano. En una carta fechada el 20 de febrero de 2021, dirigida al cardenal vicario Angelo De Donatis, el Santo Padre invitó a compartir el «fruto del genio y de la maestría de los artistas, a menudo testimonio de experiencias de fe» y a «hacer utilizable la belleza y la prominencia del patrimonio y de los bienes artísticos» confiados a la protección del Obispo de Roma.

Historia del Palacio de Letrán

Para recorrer la historia del Palacio de Letrán, hay que remontarse al 28 de octubre del año 312, cuando las tropas de Constantino derrotaron a Majencio en la famosa batalla de Ponte Milvio. En el trono de Pedro se sentaba entonces el Papa Milcíades I, a quien Constantino donó la zona y los edificios que en su día pertenecieron a la antigua familia de Letrán.

Fue el propio Constantino quien, con el Edicto de Milán del año 313, concedió la libertad de culto a los cristianos que, hasta entonces, habían profesado su fe en medio de la intolerancia y la persecución, y promovió la construcción de lugares para la profesión de fe.

La basílica del Santísimo Salvador, que más tarde se dedicaría también a los santos Bautista y Evangelista, fue la única que no se construyó sobre el lugar de enterramiento de un mártir, sino como ex voto suscepto (por gracia recibida), sobre los restos del Castra Nova Equitum singularium, cuartel de los pretorianos del rival de Constantino, Majencio. La basílica fue consagrada el 9 de noviembre de 318 y fue dedicada al Santo Salvador por el Papa Silvestre I. Además del Baptisterio, se anexionó posteriormente el Patriarchium, conocido como «Casa del Obispo de Roma».

A lo largo de los siglos, entre daños, vicisitudes y saqueos, estos lugares conocieron su mayor esplendor en la época medieval, bajo el papado de Inocencio III y Bonifacio VIII.

El traslado al Vaticano

El Palacio sirvió de residencia a los Papas durante unos mil años, pero fue abandonado cuando volvió la autoridad papal tras el «Cautiverio Aviñonés» (1309-1377). De hecho, el Vaticano fue designado como el lugar elegido para albergar al Papa, no sólo por los aspectos geográficos que lo hacían más seguro, sino especialmente por la presencia de la tumba de Pedro. A pesar de ello, el Palacio seguiría manteniendo su prerrogativa de Patriarcado: todos los Papas, de hecho, una vez elegidos para el trono papal, fijarían su residencia en Letrán.

La remodelación urbanística de todo el conjunto se produjo a instancias del Papa Sixto V (1585-1590), que llevó a cabo, en sólo cinco años de su pontificado, una serie de operaciones de reestructuración y construcción en los alrededores y en toda la ciudad. Sin embargo, al final, Sixto V sólo pudo permanecer en Letrán durante un año y todos sus sucesores eligieron el Vaticano como su hogar.

Pero la importancia del lugar se mantuvo a lo largo de los siglos. El palacio de Letrán rara vez se utilizaría como vivienda. Su uso principal fue como «mendicidad» para proporcionar un lugar a los pobres de la ciudad para vivir y trabajar.

Fue entonces, con las figuras de Gregorio XVI, Pío IX y Pío XI, cuando se destinó a albergar los documentos y las memorias históricas relativas a la propagación universal del Evangelio.

Juan XXIII primero, y Pablo V después, llevaron a cabo una amplia remodelación y restauración del Palacio, que finalizó en 1967 con el traslado de las oficinas del Vicariato de Roma.

Hoy en día sólo es posible acceder al Palacio de Letrán con visitas guiadas, en grupos de un máximo de 30 personas. Para reservar, sólo tiene que elegir la fecha deseada en www.palazzolateranense.com

El autorGiuseppe Tetto

Cine

Sudemos testosterona juntos. Top gun ha vuelto

Patricio Sánchez-Jáuregui comenta la nueva película protagonizada por Tom Cruise, Top gun: Maverick.

Patricio Sánchez-Jáuregui·30 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Es complicado hacer una segunda parte digna. Nadie suele estar del todo contento. La fuerza del tiempo y la nostalgia han convertido Top Gun en algo más que un icono ochentero, y ahora vuelve su héroe para dar más cera y estirar el chicle. De otra persona habría dudas. Pero después de la triada de Planet Hollywood (Stallone, Willis, Schwarzenegger) hay pocas personas en la lista que hayan creado, potenciado, y llevado sobre sus hombros el peso del cine del Hollywood post ochentero como Tom Cruise. Así que toca sentarse con ganas de pasar un buen rato y dejar los juicios calvinistas en la puerta.

Ficha técnica

Título: Top gun: Maverick
Director: Joseph Kosinski
Historia: Peter Craig; Justin Marks
Música: Harold Faltermeyer; Lady Gaga; Hans Zimmer; Lorne Balfe

Tom Cruise sigue siendo Maverick. Un piloto temerario que no sabe hacer otra cosa que volar (o hacer taquillazos) y se encuentra aún mortificado por la pérdida de su compañero Goose (Anthony Edwards) cuyo hijo ha seguido los pasos de su difunto padre. Entre el recíclate y muere, Tom Cruise no parece decidirse hasta que encuentra en el chaval de su camarada caído (Miles Teler: Whiplash) una vía de redención a través de una misión conjunta que le dará la oportunidad para encontrar esa paz que le rehuye. Habrá entrenamientos trepidantes, icónicos y sudorosos momentos deportivos, frases llenas de picadura de tabaco y un clímax de acción al más puro estilo Águila de Acero (1986).

Más espectacularidad

Sin duda Top Gun: Maverick es un espectáculo que incluso a ratos nos hace contener la respiración y echarnos para adelante en el asiento. Es una película que gana en espectacularidad con respecto a la anterior pero pierde en iconicidad (aunque el tiempo dirá, y donde dije digo, digo diego). Sus finales -porque tiene varios- pueden rizar el rizo pero también aportan gags humorísticos así como cierres sentimentales que podrían resultar de más pero son agradables de ver. No obstante, la cinta es comedida en tiempo y cumple con las expectativas: de los F-14 a los F-18 y vuelta, la cinta no deja de cumplir con su parte homenaje, que se queda a medio camino entre la secuela y el remake, sin pretender en ningún momento ser un spin o, que es lo que muchos pensarían.

Es una obra cuyas puntadas están elaboradas a partir de un elenco técnico de artesanos cinematográficos del nuevo Hollywood (Joseph Kosinski a la dirección, con su colega de la épica Only the Brave, Eric Warren Singe) con la pericia y experiencia del epistemológico productor Jerry Bruckheimer y Tom Cruise, trayendo este último a su compañero de fatigas Christopher McQuarrie para darle vidilla al asunto (al igual que hizo -y bien hecho- con la saga Misión Imposible y otras tantas) para añadir una cuenta atrás a toda historia que hace (y funciona).

Una película hecha a medida para gustar, cuya fluidez se resiente en ocasiones con unos inexplicables fundidos en negro que dan la sensación de ser episósica a ratos, pero con todas las piezas del rompecabezas dispuestas para hacer un gran producto de entretenimiento. El peso dramático lo soportan Tom y Teler, y su punto más bajo y aséptico lo conforma la relación descafeinada de amor con Jennifer Connelly (sí, hay amor, pero no se sabe ni de dónde viene ni a dónde va y tampoco importa especialmente al espectador).

Un relevo generacional

Honorable mención a Val Kilmer (Iceman) en una escena con pericia que que destila encanto y melancolía, y la presencia muy de pasada de un Ed Harrys que siempre mete carisma y en dos minutos deja su impronta a la hora de establecer el tono del filme. Un mix maravilloso de acción, testosterona y comicidad con gente guapa y una canción de Lady Gaga para aderezar una banda sonora correcta (tributo a la anterior) pero con la firma de Hans Zimmer para darle más bombo al asunto.

Aunque Top Gun: Maverick tiene algo de relevo generacional, y un buen cartel de secundarios jovenes -Miles Teller a la cabeza, con su némesis, el siempre simpático Glen Powell (Everybody wants some)- al contrario que hizo Stallone con Creed, es una película que no acaba de pasar el testigo. Tom Cruise es eterno y no sé va a ningún lado. Todavía parece que le faltan siglos para adentrarse en el género crepuscular. Da igual la edad del elenco, nadie consigue seguirle el ritmo a este hombre que parece beber combustible y pone su sello a esta película que no decepciona. Un buen entretenimiento para todos los públicos.

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Cultura

El santuario de Ozernoye: un oasis de fe en la estepa de Kazajstán

El próximo septiembre, el Papa Francisco visitará Kazajstán. En ese país multiétnico, de mayoría musulmana, el templo de Ozernoye, santuario nacional de Santa María, Reina de la Paz, constituye una referencia del catolicismo.

Aurora Díaz Soloaga·30 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Hay pocos lugares tan aislados como este pequeño pueblo de Ozernoye, al norte de Kazajstán. Su ubicación, alejada de cualquier núcleo habitable, de carreteras y grandes ciudades, lo hizo perfecto destino de deportación. En 1936 llegaron hasta estas zonas, en oleadas sucesivas, cientos de deportados -se habla de 70.000- de origen polaco y ucraniano. Su único crimen contra el régimen soviético era, muchas veces, la fe. Esa misma fe que les hacía confiar en que en medio de esas tierras desiertas podrían recomenzar una vida mínimamente digna, con la ayuda de Dios.

Las vivencias y recuerdos de esos años están recogidas con historicidad o de manera novelada en grandes libros: La estepa infinita, Zuleijá abre los ojos…. Novelas cargadas de fuerza, que retratan las dificultades de hombres y mujeres muchas veces heroicos, que desafiaron a la naturaleza en sus formas más extremas, para reconstruir una vida que había sido destinada por las autoridades soviéticas a desaparecer.

Esos deportados (se calculan por cientos de miles tanto en Asia Central como en Siberia) edificaron pueblos, abrieron minas, dominaron el clima, o mejor, llegaron a un acuerdo tácito con las extremas condiciones climáticas, de manera que al menos la supervivencia de algunos se podía garantizar: un núcleo de fe, un oasis en una tierra inhóspita en medio de la estepa.

Ozernoye Kazajstán

Bajo la protección de la Virgen

Esa fe fue la que les hizo dirigirse con fuerza a nuestra Señora, pidiendo por la supervivencia de sus familias. El frío y las condiciones extremas de los primeros años se llevaron en los primeros años a decenas de deportados: los inviernos en esa zona casi siberiana pueden hacer bajar el termómetro hasta los -40º, con vientos helados que aseveran la sensación térmica. Por eso la llegada de la primavera siempre significaba un nuevo renacer, el comprobar asombrados que, una vez más, podrían seguir viviendo.

Pero el hambre seguía siendo una amenaza real que acababa con muchas vidas. La aparición de un lago estacional (formado por el deshielo) plagado de peces en marzo de 1941, en torno a la fiesta de la Anunciación, fue considerado por los católicos de la zona como una respuesta de la Virgen a sus insistentes oraciones.

Los manantiales de nieve deshecha se obstruyeron repentinamente, y de manera milagrosa en las cercanías del pueblo se formó un lago, de 5 km de ancho y 7 metros de profundidad. Los peces que también de manera milagrosa aparecieron en ese lago salvaron muchas vidas.

Desde entonces el enclave siempre ha recordado esta especial protección de la Virgen. En torno al lago, cuando este se deja ver (al ser estacional, hay décadas enteras en las que las condiciones climáticas no permiten que se forme), se erigió un pequeño poblado, y con los años, una iglesia, teniendo en cuenta la relajación de las restricciones que mejoraron algo las condiciones de vida de los deportados en aquella zona.

La construcción inicial era muy sencilla, pero ya constituía el núcleo de lo que con el tiempo llegaría a ser una referencia del catolicismo en este país multiétnico de mayoría musulmana.

Con la formación del moderno Kazajstán, después de su independencia en 1991, este pequeño asentamiento en el distrito de Burabay, de la región de Akmola en el norte de Kazajstán, fue creciendo.

Se construyó un templo de dimensiones mucho mayores a partir de 1990, con el permiso de las autoridades. Se erigió una estatua de la Virgen en 1997, en lo alto de una estaca de unos 5 metros, que en ocasiones resulta en el centro del lago, en función de su formación estacional. En un gesto materno, la Virgen de esa estatua entrega peces a los fieles que se acercaron a ella en su petición en momentos de hambre.

Ozernoye Kazajstán

La actual parroquia y el templo de Nuestra Señora, Reina de la Paz, constituye hoy en día un centro de peregrinación que contiene varios lugares llenos de significación para los fieles de este y los países vecinos.

El 11 de julio de 2011 el templo de Ozernoye fue declarada oficialmente santuario nacional de Santa María, Reina de la Paz, patrona de Kazajstán.

En años sucesivos los obispos del lugar han consagrado las inmensas y vastas regiones de esta zona del planeta a Nuestra Señora precisamente aquí: en 2020 Kazajstán se consagró en este lugar a la Virgen.

Recientemente, el 1 de mayo de 2022, los obispos de la nueva Conferencia Episcopal de Asia Central (que incluye ocho países: Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Mongolia, Afganistán y Azerbaiyán), consagraron a nuestra señora la totalidad no solo de esos países, sino de sus gentes, esperanzas y retos.

El Altar de la paz

Hay otros lugares de enorme significación en este lugar. En una zona del templo se instaló hace años el segundo “Altar de la paz”.

Una enorme custodia, repleta de simbolismo, en la que permanentemente adoran la Sagrada Eucaristía tanto los fieles del lugar, como las carmelitas descalzas de un cercano convento y los monjes benedictinos de Suiza que también habitan aquí.

Este altar, el segundo de los doce (en recuerdo de las doce estrellas de la corona de la mujer del Apocalipsis, imagen de la madre de Dios) que se planean instalar a lo largo y ancho del planeta, tiene como especial intención ofrecer a Dios una oración ininterrumpida por la paz.

Ozernoye Kazajstán

El primer altar tiene su sede en Belén, tras trasladarse después de un breve periodo en Jerusalén. Los artistas que construyeron este otro altar de Ozernoye, el “altar de Kazajstán” incluyeron motivos étnicos kazajos.

El altar ofrece una catequesis estética, y tiene en su interior reliquias de San Juan Pablo II y Santa Faustina Kowalska, además de fragmentos del Antiguo Testamento, que para este país, amalgama de etnias y religiones, pretende crear puentes, rescatando y haciendo más cercano el origen de otras religiones monoteístas. 

La capilla que contiene el altar tiene en su plano enfrentado una gran cristalera que abre la vista a la infinita y desierta estepa. Con este simbolismo también se pretende encauzar las oraciones que se alzan en este lugar por la paz en todo el mundo (de alguna manera, la advocación de nuestra Señora en este lugar se confunde providencialmente, pues la misma palabra utilizada en ruso, “mir”, se utiliza para designar paz y también mundo). 

Un último lugar rescata quizá la memoria más triste de estas estepas. A 12 km de Ozernoye, en la zona de Ahimbetau se alza una enorme cruz, alzada en 1998, como símbolo y memoria de las decenas de miles de víctimas de la represión llevada a cabo en Kazajstán durante los años de dominación soviética.

El título que familiarmente le dan los habitantes de la zona es el “Gólgota de Kazajstán”, y su simbolismo está cargado de fuerza: considerado el centro geográfico de Eurasia, a medio camino exacto entre Fátima e Hiroshima, la traducción literal del nombre de la zona en kazajo lo indica como “la montaña del consuelo”. Y realmente consuelan las letras escritas al pie de esa cruz en cuatro idiomas:

“A Dios-toda la Gloria

A los pueblos -la paz

A los mártires- el reino de los cielos

Al pueblo de Kazajstán: agradecimiento

A Kazajstán: prosperidad “

Con todos estos motivos, resulta evidente que cada año aumente el número de peregrinos que visita Ozernoye: se llevan a cabo encuentros internacionales de jóvenes católicos, se acercan peregrinos de los países cercanos, e incluso el gobierno de Kazajstán ha incluido la ruta entre los destinos recomendados en el mapa de la “Geografía sagrada de Kazajstán” proyecto que recoge los lugares de simbolismo religioso y espiritual del país.

El autorAurora Díaz Soloaga

Cultura

El mosaico libanés. Un país con rostro árabe y corazón cristiano

Las comunidades que conforman Líbano son resultado de diversas invasiones, asentamientos y conversiones, tanto árabes como cristianas.

Gerardo Ferrara·30 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

Un famoso anuncio italiano de hace unos años presentaba a Suiza como un país con un corazón de chocolate. En el corazón de este corazón, había otro: una famosa empresa que produce este delicioso alimento. El Líbano, antiguamente conocido como la «Suiza de Oriente Medio», es algo así: una pequeña franja de tierra de unos 250 km de largo y no más de 60 km de ancho, llena de altas montañas, en el corazón del mundo árabe-islámico y del Mediterráneo oriental. Sin embargo, dentro de él hay otro corazón (la cordillera del Monte Líbano), famoso por ser el punto de apoyo y el centro de irradiación de la cultura y la espiritualidad cristiano maronita, el pivote de la propia identidad libanesa.

El Líbano siempre ha sido conocido por la belleza de sus paisajes, la hospitalidad de sus habitantes y la convivencia, aunque no siempre pacífica, entre los distintos componentes étnicos y religiosos que conforman su población.

Líbano: una nación diversa

El término que quizás mejor sirva para describirlo es el de «pluralidad», constituyendo la expresión latina e pluribus unum un lema representativo. Su propia geografía, a menudo dura, se compone de contrastes entre las altas montañas, los valles y la costa. Las dos cordilleras principales que corren paralelas de norte a sur, el Monte Líbano (la blancura de sus picos da nombre al país, de la palabra semítica «laban» que significa «blanco») y el Antilíbano (cuya cima principal es el Monte Hermón, en la frontera con Siria e Israel), están separadas por el Valle de la Beqaa, la rama más septentrional del Gran Valle del Rift. La costa, pues, está bordeada de altas montañas que se sumergen literalmente en el mar, desde la frontera siria en el norte hasta la frontera sur de Naqoura, con sus blancos acantilados, donde el país se encuentra con Israel.

Y es precisamente, quizás, la variedad de este paisaje lo que ha favorecido, y en parte preservado, el asentamiento de distintas poblaciones, fenicios en primer lugar, luego griegos, árabes, cruzados, circasianos, turcos, franceses, etc. Y el mosaico de comunidades que conforma el pueblo libanés es también el resultado de diversas invasiones, conquistas, asentamientos, conversiones.

Geografía

En ciudades costeras como Trípoli y Sidón (aunque con importantes minorías cristianas, tanto católicas de varias denominaciones como ortodoxas) y en algunos distritos de Beirut, la mayoría de la población es musulmana suní. En la gobernación (muhazafah) del Monte Líbano, en otras zonas montañosas, sobre todo en el norte, en ciudades como Jounieh y Zahleh (en las estribaciones occidentales de la Beqaa) y en varios distritos de Beirut, gran parte de la población es cristiana maronita y melquita católica, predominantemente, pero también griega ortodoxa o armenia, tanto ortodoxa como católica (la comunidad armenia ha crecido exponencialmente al acoger a los supervivientes del infame genocidio llevado a cabo por los turcos).

Sin embargo, los cristianos están repartidos por todo el país y, allí donde no son mayoritarios, siguen siendo un componente importante de la población; el elemento maronita, y su espiritualidad siro-antioquena, han impregnado fuertemente su mentalidad y cultura. El componente chiíta, ahora mayoritario en todo el país, se concentra principalmente en el sur del país (entre Tiro y la región circundante, pero también en los distritos del sur de Beirut, especialmente alrededor del aeropuerto) y en la Beqaa. Por último, los drusos (grupo étnico-religioso cuya doctrina es una derivación del Islam chiíta) tienen su bastión en las montañas de Shuf, en el sur de la gobernación del Monte Líbano (en el centro del país).

Líbano

Identidad musulmana y cristiana

Hasta finales de la década de 1930, el Líbano era un país predominantemente cristiano. El último censo oficial, que data de 1932, arrojó la cifra de 56% de cristianos (en su mayoría católicos, sobre todo de rito maronita) y 44% de musulmanes (predominan los chiitas). Desde entonces, para no alterar los equilibrios interconfesionales y políticos, la población no se ha contabilizado oficialmente.

Este equilibrio, por cierto, había sido sancionado en vísperas de la independencia del país de Francia en 1944 por el Pacto Nacional de 1943. En él, las diferentes confesiones acordaron cómo debían repartirse los principales cargos del Estado: la Presidencia de la República a los maronitas; la del Consejo de Ministros (por tanto, la jefatura del gobierno) a los musulmanes chiíes; la Presidencia del Parlamento a los chiíes.

Otros cargos siguen repartiéndose entre los distintos grupos y, además, mediante un complejo sistema electoral que sigue vigente en la actualidad, se procuró que cada comunidad confesional libanesa (el Estado reconoce hasta 18: 5 musulmanas, 12 cristianas y una judía) tuviera una representación parlamentaria adecuada.

Legislación

La pertenencia a una comunidad y no a otra se establece todavía hoy no por la práctica religiosa en sí, sino por el nacimiento. El sistema libanés distingue, de hecho, entre fe y filiación confesional: se forma parte de la comunidad maronita, por ejemplo, si se es hijo de un padre maronita (hay muchos matrimonios mixtos, especialmente entre las comunidades cristianas).

Así, las diferentes comunidades gozan de una relativa autonomía y de una jurisdicción propia en materia de estatuto personal (derecho de familia), siguiendo el modelo del millet, una herencia otomana (Líbano formó parte del Imperio Otomano hasta 1918).

El propio Pacto Nacional había establecido que Líbano era un país «con rostro árabe»: el factor árabe, por tanto, es uno de los elementos de la identidad nacional libanesa, pero no el único. Muchos cristianos, de hecho, no se identifican como árabes, sino como «arabófonos» de ascendencia fenicia o cruzada.

Aunque la Constitución afirma que «Líbano es árabe en su identidad y en su pertenencia», el debate sobre la identidad árabe del país sigue siendo dominante en la sociedad, al igual que cada vez son más los intelectuales y miembros destacados de la sociedad que reclaman el fin del confesionalismo y la necesidad de una identidad nacional compartida que no sea, por tanto, únicamente árabe.

Entre el confesionalismo y las guerras civiles

Los problemas del sistema confesional se hicieron evidentes ya a finales de los años cuarenta. De hecho, la elevada tasa de emigración que caracteriza a la población cristiana, unida a la mayor tasa de fecundidad de la población musulmana y a la afluencia de refugiados palestinos (mayoritariamente musulmanes suníes) a partir de 1948 y, sobre todo, después de 1967, alteró considerablemente las proporciones numéricas dentro de la población, estimadas en unos 7 millones de habitantes en la actualidad (las encuestas no oficiales hablan de un 66% de musulmanes, chiíes y suníes, y un 34% de cristianos).

Los desequilibrios provocados por las diferencias sociales, económicas y políticas entre las distintas comunidades, y la creciente influencia de la OLP de Yasser Arafat, que convirtió el Líbano en su bastión, provocaron varias guerras civiles (1958; 1975-76, pero, de hecho, hasta 1989). En ellas se agudizaron los contrastes entre partidos y organizaciones que aspiraban a representar a los distintos componentes étnico-religiosos de la población (por ejemplo, la derecha cristiana, con la Falange Libanesa de Pierre Gemayyel, más proclive a las alianzas con el bloque occidental y también con Israel, y la izquierda, con el bloque progresista druso y otras fuerzas islámicas suníes y chiíes, pero también cristianas, con ideas compatibles con el nacionalismo árabe y el antisionismo).

Esto dio lugar a la intervención de Siria, (a través de la Fuerza de Disuasión, un pretexto para convertir el país en un protectorado), por un lado (1975-76), y de Israel, por otro (1978, pero sobre todo desde 1982, con la primera Guerra del Líbano).

Masacres

Desde entonces, se han producido masacres de miles de civiles inocentes, perpetuadas tanto por musulmanes contra cristianos (la más famosa es la masacre de Damour, 1976, por parte de los palestinos, cuyos adversarios no eran sólo cristianos de la derecha nacional, sino también chiitas) como por cristianos contra musulmanes (cómo olvidar Qarantine, 1976, y Sabra y Shatila, 1982).

Las masacres de Sabra y Shatila se achacaron entonces, con razón, a la Falange Libanesa Cristiana, que actuó con la complicidad israelí, pero no cabe duda de que la táctica de Yasser Arafat, líder de la OLP, era agudizar los contrastes entre las distintas comunidades libanesas, incluso en detrimento de un número creciente de «mártires» entre los refugiados palestinos, lo que habría dado mayor visibilidad a su causa.

La retirada israelí a mediados de la década de 1980 (salvo el mantenimiento del control en una estrecha «franja de seguridad» en el sur del país) provocó, entonces, el aumento de la influencia política y militar de Siria, aunque en 1989 los Acuerdos de Taif habían puesto fin oficialmente a la guerra civil, y el nacimiento y rápido crecimiento de la milicia chiíta antiisraelí del sur del Líbano, llamada Hezbolá (Partido de Dios).

Hezbolá a la vez que se ha convertido en un partido político activamente presente en el contexto libanés a lo largo de los años, ha mantenido su fuerza militar, también gracias al apoyo de Irán y Siria, llegando a ser de hecho más poderoso que el propio ejército regular sirio y dando un duro golpe a lo largo de los años no sólo a Israel, sino también a los opositores al régimen de Bashar al-Assad durante la guerra civil siria.

El autorGerardo Ferrara

Escritor, historiador y experto en historia, política y cultura de Oriente Medio.

Vaticano

El Papa anuncia la creación de nuevos cardenales

Tras el Regina Caeli el Papa ha anunciado que el 29 y 30 de agosto habrá una reunión de todos los cardenales para reflexionar sobre la nueva Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, y el sábado 27 de agosto tendrá lugar el Consistorio para la creación de los nuevos cardenales.

Javier García Herrería·29 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

En una soleada mañana romana, el Papa Francisco ha meditado sobre la Ascensión del Señor. “¿Qué significa este acontecimiento? ¿Cómo debemos entenderlo?” Y añadía como “Jesús no abandona a los discípulos. Sube al cielo, pero no nos deja solos. Por el contrario, precisamente al ascender al Padre asegura la efusión de su Espíritu. En otra ocasión había dicho: «Les conviene que me vaya, porque si no me voy, el Paráclito no vendrá a ustedes» (Jn 16,7)”.

Nuestra mentalidad actual subraya la autonomía individual, pero la lógica divina sigue otros pasos, “la suya es una presencia que no quiere restringir nuestra libertad. Al contrario, nos hace un espacio, porque el verdadero amor siempre genera una cercanía que no aplasta, no es posesivo, es cercano, pero no posesivo. El verdadero amor nos hace protagonistas. Por eso, Cristo asegura: «Voy al Padre, y serán revestidos de un poder de lo alto: les enviaré mi propio Espíritu, y con su poder continuarán mi obra en el mundo» (cf. Lc 24,49).

A una semana de la fiesta de Pentecostés, el Papa recuerda que “el Espíritu Santo hace presente a Jesús en nosotros, más allá de las barreras del tiempo y del espacio, para que seamos sus testigos en el mundo”. Y añadía: “hermanos y hermanas, pensemos hoy en el don del Espíritu que hemos recibido de Jesús para ser testigos del Evangelio. Preguntémonos si realmente lo somos; y también si somos capaces de amar a los demás, dejándolos libres y dejándoles espacio. Y luego: ¿sabemos hacernos intercesores por los demás, es decir, sabemos rezar por ellos y bendecir sus vidas? ¿O servimos a los demás por nuestros propios intereses? Aprendamos esto: la oración de intercesión, intercediendo por las esperanzas y los sufrimientos del mundo, por la paz. Y bendigamos con la mirada y palabras a quienes encontramos cada día”.

Después del Regina Caeli el Papa ha anunciado que el 29 y 30 de agosto habrá una reunión de todos los cardenales para reflexionar sobre la nueva Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, y el sábado 27 de agosto tendrá lugar el Consistorio para la creación de los nuevos cardenales. Estos son sus nombres:

  1. S.E.R. Mons. Arthur Roche – Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
  2. S.E.R. Mons. Lazzaro You Heung-sik – Prefecto de la Congregación para el Clero.
  3. S.E.R. Mons. Fernando Vérgez Alzaga L.C. – Presidente de la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano y Presidente del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano.
  4. S.E.R. Mons. Jean-Marc Aveline – Arzobispo Metropolitano de Marsella (Francia).
  5. S.E.R. Mons. Peter Ebere Okpaleke – Obispo de Ekwulobia (Nigeria).
  6. S.E.R. Mons. Leonardo Ulrich Steiner, O.F.M. – Arzobispo Metropolitano de Manaus (Brasil).
  7. S.E.R. Mons. Filipe Neri António Sebastião do Rosário Ferrão – Arzobispo de Goa y Damão (India).
  8. S.E.R. Mons. Robert Walter McElroy – Obispo de San Diego (U.S.A)
  9. S.E.R. Mons. Virgilio Do Carmo Da Silva, S.D.B. – Arzobispo de Dili (Timor Orientale).
  10. S.E.R. Mons. Oscar Cantoni – Obispo de Como (Italia).
  11. S.E.R. Mons. Anthony Poola – Arzobispo de Hyderabad (India).
  12. S.E.R. Mons. Paulo Cezar Costa – Arzobispo Metropolitano de la Arquidiócesis de Brasilia (Brasil).
  13. S.E.R. Mons. Richard Kuuia Baawobr M. Afr – Obispo de Wa (Ghana).
  14. S.E.R. Mons. William Goh Seng Chye – Arzobispo de Singapore (Singapore).
  15. S.E.R. Mons. Adalberto Martínez Flores – Arzobispo Metropolitano de Asunción (Paraguay).
  16. S.E.R. Mons. Giorgio Marengo, I.M.C. – Prefecto Apostólico de Ulán Bator (Mongolia).

Junto con ellos serán creados otros cardenales mayores de 80 años, por lo que no estarán en el próximo cónclave:

  1. S.E.R. Mons. Jorge Enrique Jiménez Carvajal – Arzobispo emérito de Cartagena (Colombia).
  2. S.E.R. Mons. Lucas Van Looy S.D.B. – Arzobispo emérito de Gante (Bélgica).
  3. S.E.R. Mons. Arrigo Miglio – Arzobispo emérito de Cagliari (Italia).
  4. Rev.do Padre Gianfranco Ghirlanda SJ – Profesor de Teología.
  5. Rev.do Mons. Fortunato Frezza – Canónigo de San Pedro.
Vaticano

¿Cómo son los nuevos cardenales elegidos por Francisco?

Rome Reports·29 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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El Papa Francisco ha anunciado la creación de 21 nuevos cardenales de los que 16 serán electores, por lo que podrán votar en caso de cónclave.

De entre ellos, encontramos a dos procedentes de la India, un misionero italiano que está en Mongolia, uno de Nigeria y otro de Ghana.

Con estos nombramientos quedan 133 cardenales electores. De ellos 11 fueron nombrados por Juan Pablo II, 38 por Benedicto XVI y 84 por Francisco.


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Me muero por estar contigo

Hubo quien, con todo su sentido, murió por ti. Más aún, murió para estar contigo. Es la entrega de Cristo que se actualiza, enmedio de nosotros, en cada eucaristía. 

29 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Hace unos meses tuve la gran suerte de volver a Tierra Santa, con un grupo de periodistas de información religiosa gracias a Turismo Israel. En aquel viaje, mientras comíamos en Nazaret, nos vimos inmersos en una peculiar conversación sobre la clave de la Salvación: si radicaba en la Encarnación o en la Resurrección. La vedad es que no llegamos a ninguna conclusión, seguramente porque no éramos los mejores teólogos del mundo y, mucho más seguro, porque lo apretado de nuestra agenda la dejó a la mitad.

Desde entonces he pensado mucho en aquella conversación, quizás porque en realidad, Dios no se conforma con un solo punto de inflexión en su historia de amor con el hombre; quizás porque, cada vez más, me alucina el hecho de que Dios se hiciera de carne y hueso.

Dios hombre, pero de verdad, con venas, pelo, uñas y picaduras de mosquito… ¿Por qué? Quizás porque de otro modo, ¿nos hubiéramos creído que «esto de la salvación» es para ti y para mi?

Como decía Teruliano: «Caro salutis est cardo», «la carne es el quicio de la salvación» (De carnis resurrectione, 8, 3: pl 2, 806) y, comentando este pasaje, Benedicto XVI apunta que “Jesús comienza a ofrecerse a sí mismo por amor desde el primer instante de su existencia humana en el seno de la Virgen María”. Un punto de inflexión: Dios que se hace un tú cualquiera.

Sí, estamos condicionados (bendita condición) por la carne, por nuestros límites, por nuestra altura y nuestra anchura… física y espiritual.

Y, sin embargo, desde esta finitud, nuestras ansias de eternidad nos hacen capaces de decir al otro amado: “me muero por estar contigo”. Me muero… “entrego esta finitud hasta el paso de su eternidad”, “dejo de ser yo porque tú vales más que mi yo en soledad”.

Amar es decir al otro no sólo que vale la pena, sino que vale la vida.

Cuando Cristo se entrega, cuando entrega su vida –otro punto de inflexión–, su cuerpo, ¡su carne!, culmina esta entrega en la cruz. Allí se cierra la nueva alianza, la cuarta copa… la misma entrega de cada eucaristía.

Sí, hubo ­–hay–­ quien, con todo su sentido, murió por ti. Más aún, murió para estar contigo.  

El autorMaria José Atienza

Directora de Omnes. Licenciada en Comunicación, con más de 15 años de experiencia en comunicación de la Iglesia. Ha colaborado en medios como COPE o RNE.

Mundo

Michael Mazza: “En los juicios por abusos deben asegurarse las garantías procesales”

Michael Mazza es un abogado especializado en asesorar juridicamente a sacerdotes en situaciones difíciles, como acusaciones de abuso.

 

Vytautas Saladis·29 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

Traducción del artículo al inglés

“Men of Melchizedek” (MOM) es una organización norteamericana que presta apoyo espiritual y material a sacerdotes en dificultades. En el verano de 2021 una orden religiosa le preguntó si podía desarrollar un modelo para afrontar las acusaciones de abuso sexual. Fue entonces cuando los responsables de MOM decidieron crear una oficina jurídica especializada en estos asuntos. Como se trata de un tema de máxima importancia, estaban interesados en desarrollar un protocolo que garantizara la investigación rigurosa y respetase la presunción de inocencia de los acusados. Se trata de colaborar para que efectivamente se llegue a la verdad sobre una determinada acusación.

Michael Mazza es el asesor jurídico de esta institución. Recientemente ha defendido su tesis doctoral en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz (Roma) sobre el derecho a la reputación de los sacerdotes, con particular atención a aquellos acusados por abusos. Con este motivo, charlamos con él sobre los desafíos de estos procesos penales en la Iglesia.

¿Cómo nació la idea de crear un consultorio para atender a sacerdotes acusados?

—Ante el aumento de juicios en la Iglesia contra sacerdotes y las variadas situaciones que se van planteando, pensé que habría que garantizar el derecho a la presunción de inocencia y a la legítima defensa. A estos derechos, fundamentales para que los procesos judiciales sean realmente justos, es a los que pretendo servir con mi trabajo.

¿Hasta qué punto está en riesgo la presunción de inocencia de los sacerdotes?

—La atención mediática que reciben muchos de estos procesos en ocasiones puede hacer que se resientan las garantías procesales de los acusados. Nadie está a favor de la impunidad; pero tampoco deberíamos estarlo de condenar a alguien sin las debidas garantías. Me parece que hemos pasado en los últimos años de un extremo al otro. Vale la pena no olvidar, como afirmaba uno de mis profesores de Derecho canónico, que el símbolo de la justicia no es un péndulo, sino una balanza.

¿A qué se dedicaba antes de abrir el consultorio jurídico?

—Tras acabar mis estudios, trabajé como profesor y catequista durante diez años. Luego, cuando nuestra familia empezó a crecer, decidí estudiar Derecho civil y trabajar como abogado, trabajo al que me he dedicado durante dos décadas. Desde el 16 de julio de 2021, fiesta de Nuestra Señora del Carmen, inicié el asesoramiento en el nuevo consultorio. Creo que María, como Madre de los Sacerdotes, es una intercesora especialmente importante para este tipo de trabajo.

La búsqueda y determinación de esa verdad indudablemente ayuda a las víctimas a obtener una reparación.

Michael Mazza. Asesor jurídico Men of Melchizedek

En su opinión, ¿cómo ha sido la gestión de los casos de abusos por parte de la Iglesia en Estados Unidos?

—Es una pregunta pertinente, y muy compleja. Lo primero que hay que señalar es que ha habido muchas víctimas de abusos sexuales, cuyo sufrimiento es indescriptible. El daño que han sufrido es incalculable. La pasividad de las autoridades eclesiásticas a la hora de castigar y corregir dichas conductas ha generado un escándalo muy grande.

Todo ello nos lleva a concluir que la jerarquía no actuó bien. Pienso que pocos estarán en desacuerdo con esto. Sin restar importancia a la afirmación anterior, me gustaría destacar que muchos abogados y psicólogos que asesoraron a los obispos consideraban que los responsables de estos abusos, más que criminales, eran simplemente enfermos, que necesitaban tratamiento y curación. Sin excusar la responsabilidad de los obispos, estas aproximaciones pueden ayudar a comprender la falta de contundencia con la que frecuentemente se reaccionó ante las denuncias.

¿Ha mejorado la situación en la actualidad?

—La situación, sin duda alguna, ha mejorado. En primer lugar, las acusaciones se toman más en serio. En segundo lugar, las autoridades civiles se involucran más a menudo. Por último, y más importante, las necesidades de los perjudicados por los abusos tienden a ponerse en primer plano. En cualquier caso, este cuadro general también presenta ciertas sombras o desafíos. De una parte, la facilidad de acoger las acusaciones puede producir desequilibrios, como es el hecho de que las denuncias anónimas sean utilizadas como instrumento al servicio de venganzas privadas. La implicación de las autoridades civiles puede causar a veces otros problemas, especialmente si la autoridad es activamente hostil a la Iglesia. Finalmente, no ha sido infrecuente que las necesidades de las víctimas se presenten en términos exclusivamente monetarios.

De todos estos desafíos, ¿cuál considera el más acuciante?

—Pienso que el principal reto es garantizar un proceso justo para los clérigos acusados. Esta percepción es la que me ha llevado a investigar esta cuestión y centrar ahí mi trabajo profesional.

Michael Mazza
Michael Mazza ©PUSC

¿Podría enumerar algunos aspectos que podrían mejorarse en los procesos?

—Como ya he comentado, es particularmente importante proteger el derecho a la defensa y a la presunción de inocencia. Junto con ellos, también es necesario velar por la buena fama del procesado, cuyo honor no debería quedar perjudicado hasta que se demuestre su culpabilidad.

Publicar los nombres de los acusados antes de que sean declarados culpables en algún tipo de proceso judicial o incluso extrajudicial es un horrible abuso, y genera un daño irreparable. Si hay un solo fruto de mi investigación y publicación, espero que sea la eliminación de esas listas de los llamados “acusados creíbles”.

¿De qué manera su estudio ayuda a combatir los abusos sexuales en la Iglesia?

—Una idea que late en toda mi investigación es la importancia de llegar a la verdad sobre una determinada acusación. La búsqueda y determinación de esa verdad indudablemente ayuda a las víctimas a obtener una reparación. La afirmación que a veces se escucha de “hay que creer a todas las denuncias” es populista, y puede llegar a ser insultante para las verdaderas víctimas, también para quienes son falsamente acusados, quienes han sufrido un daño real.

¿Tiene alguna sugerencia sobre cómo podría mejorar el proceso contra los clérigos acusados de abusos?

—Podría mencionar muchas. Se trata de medidas sencillas, nada revolucionarias. Entre otras, puedo mencionar la necesidad de formar mejor a las personas llamadas a conformar los tribunales canónicos; una mejor comunicación al clérigo de sus derechos en el proceso; y una mejor asistencia jurídica de los acusados, que –como cualquier otra persona- tienen el derecho a una defensa cualificada.

Una exposición más detenida de estas y otras medidas puede encontrarse en un documento que he contribuido a elaborar, y que puede consultarse en la página web de la asociación “Men of Melchizedek”.

Usted ha defendido recientemente una tesis doctoral con el título «El derecho del clérigo al buen nombre» (“The Right of a Cleric to Bona Fama”). ¿Por qué se interesó especialmente por este aspecto?

—Partiendo de la idea de que la justicia consiste en dar a otro un bien que le corresponde, he querido centrarme en el bien consistente en la reputación, en el buen nombre. Este bien jurídico es particularmente importante con respecto al clero ordenado, por la posición de servicio que ocupa en una comunidad de fieles.

A lo largo de mi investigación, procuro explicar en qué consiste la reputación, por qué es importante, cómo se ha protegido a lo largo de la historia en muchas culturas diferentes y, por último, qué significa esto en el contexto contemporáneo, especialmente en los Estados Unidos.

¿Por qué es importante tener un asesor canónico? 

—Las acusaciones de abuso sexual son de naturaleza penal e implican frecuentemente la apertura de un proceso que puede acarrear consecuencias muy graves. La acusación por un delito es, por lo tanto, una cuestión muy grave. Para hacer frente a la misma, se precisa de conocimientos jurídicos técnicos, que la mayoría de las veces un sacerdote no tiene. Junto con ello, un asesor canónico puede proporcionar perspectiva, ánimo y un oído atento a las personas que atraviesan por esos procesos.

¿Su asesoramiento canónico abarca sólo los casos de abuso en el ámbito de la Iglesia?

—La gran mayoría de mis clientes, diría que dos tercios, están implicados en procesos de abusos. Junto con ello, también asesoro en otro tipo de procesos, como en causas de nulidad matrimonial.

¿Selecciona a sus clientes?

—Por supuesto. Considero que tengo el deber ético de asegurarme de que puedo representarlos bien, de forma que si carezco del tiempo o la preparación específica necesarios para un asunto, prefiero derivar esos clientes a otros colegas. Además, antes de formalizar la relación es oportuno asegurar el entendimiento mutuo, así como que el cliente comparta mi enfoque del proceso, que es un enfoque directo y siempre respetuoso con la oficina del obispo.

Algunos consideran que el carácter sobrenatural de la Iglesia exime a la jerarquía de respetar los derechos naturales de los acusados

Michael Mazza.Asesor jurídico Men of Melchizedek

¿Podría explicarnos brevemente cómo se desarrolla el proceso contra un clérigo acusado de abuso?

—Con mucho gusto. Una vez que el superior recibe una acusación por abuso, al menos en los Estados Unidos, en la inmensa mayoría de los casos el acusado es inmediatamente relevado de sus funciones. A menudo se le pide que abandone también el lugar, se le prohíbe celebrar los sacramentos públicamente, se le insta a que no vista de clérigo y se le ordena que no se presente públicamente como sacerdote. También es frecuente que se le ordene acudir a un hospital psicológico, donde se le puede aislar por completo, se le hace firmar un documento de renuncia a la confidencialidad y se le somete a las pruebas del detector de mentiras. Es habitual que sea interrogado por un investigador o instructor de la diócesis, sin ser siquiera informado de sus derechos civiles ni canónicos. En resumen, una denuncia por abusos es el comienzo de una larga pesadilla para el acusado.

Sin detenernos en tecnicismos, merece la pena resaltar que el procedimiento para castigar delitos en la Iglesia, al menos por la vía administrativa, con frecuencia es poco garantista con los derechos de los acusados.

Como denunciaba hace años el profesor Joaquín Llobell, da la impresión de que algunos consideran que el carácter sobrenatural de la Iglesia exime a la jerarquía de respetar los derechos naturales de los acusados. De este modo se abre la puerta a todo abuso, y la Iglesia, en lugar de ser un “espejo de justicia” se convierte para los acusados en un espejo roto y peligroso. Con esta crítica no pretendo justificar la situación de impunidad que se ha vivido durante años, sino subrayar que también resulta injusto pasarse por el lado opuesto, privando a los procesados de los medios necesarios para que puedan probar su inocencia.

¿Sus actividades han sido bien recibidas por los obispos de Estados Unidos y la Congregación para la Doctrina de la Fe?

—Para esta pregunta no cabe una respuesta generalizada. Algunos obispos se muestran comprensivos con la situación del sacerdote acusado, y procuran atenderle. En este caso, normalmente mis servicios son valorados y, sin comprometer su neutralidad, se establece una sana colaboración entre las autoridades y nuestro gabinete, como la que puede haber entre un juzgado civil y un despacho de abogados.

En otros casos, lamentablemente, los obispos se desentienden totalmente de los acusados. Quizá esta conducta se debe a la enorme presión mediática que en Estados Unidos rodea estos procedimientos, así como al consejo de algunos abogados que piensan que esta conducta es la más “segura”, a fin de evitar dar la impresión de un apoyo implícito a posibles abusadores.

¿Existen más bufetes de abogados similares al suyo?

—Muy pocos. La mayoría de abogados civiles que se dedican a estos temas suelen trabajar directamente para las diócesis. Personalmente, confío en que progresivamente más profesionales con buena formación civil y canónica se dediquen a estos asuntos con una actitud constructiva y de comunión, que podría resumirse en la expresión “sentire cum Ecclesia”.

¿Qué panorama le gustaría ver en un futuro próximo?

—Rezo para que Dios dé consuelo y fuerza a las personas implicadas en estos procesos. Me refiero tanto a las personas que han padecido abusos como a los sacerdotes falsamente acusados que se sienten abandonados. Espero que el Señor dé fortaleza a los obispos, que cargan con una gran responsabilidad y se ven asediados por todas partes. Rezo para que aliente y sostenga el deseo de hacer justicia de todos los que trabajan en los tribunales diocesanos.

El autorVytautas Saladis

Vaticano

Las universidades, lugares de apertura y construcción de la paz

En las últimas semanas, el Papa Francisco ha recibido en audiencia a varias comunidades de estudiantes y personal universitario, tanto de instituciones pontificias como civiles, a quienes reiteró la importancia del diálogo y la concreción de proyectos de paz.

Giovanni Tridente·28 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El primer encuentro tuvo lugar con el Pontificio Instituto Litúrgico confiado a los monjes benedictinos del Ateneo de Sant’Anselmo de Roma, con motivo del 60º aniversario de su fundación por San Juan XXIII (1961).

En su discurso, el Papa se refirió a la constitución conciliar “Sacrosanctum Concilium”, de la que extrajo un nuevo fruto, también para la vida litúrgica actual, que debe garantizar una fecunda participación de los fieles, una mayor comunión eclesial y el impulso de una misión evangelizadora que implique a todos los bautizados.

Savia nueva para la vida litúrgica

La formación, en este caso, debe ayudar a educar a las personas “para que entren en el espíritu de la liturgia”, quedando “impregnados” por ella, superando un cierto “formalismo” que hace perder de vista la esencia de la celebración.

“No se trata de rituales, es el misterio de Cristo, que de una vez por todas ha revelado y realizado lo sagrado, el sacrificio y el sacerdocio”, dijo el Papa a los alumnos de la Universidad Anselmiana, invitándoles entonces a realizar “la misión” a su alrededor, saliendo “al encuentro de los demás, al encuentro del mundo que nos rodea, al encuentro de las alegrías y de las necesidades de tantos que quizás viven sin conocer el don de Dios”.

De este modo, también se superan las divisiones y se genera una mayor unidad eclesial, porque no es necesario hacer de la liturgia “un campo de batalla para cuestiones que no son esenciales”. No es casualidad que el Concilio “haya querido preparar con abundancia la mesa de la Palabra de Dios y la Eucaristía, para hacer posible la presencia de Dios en medio de su pueblo”.

Alimentar las raíces

Este año también se celebra el 85º aniversario de la fundación del Pontificio Colegio Pío Rumano, que acoge a los estudiantes seminaristas que se forman en las Universidades Pontificias de Roma. Al encontrarse con la comunidad, que se aloja a lo largo del paseo del Gianicolo, justo encima del Vaticano, la invitó a alimentar sus raíces, mediante el estudio y la meditación, pensando en el ejemplo de los mártires que dejaron profundas huellas precisamente en Roma.

“Queridos amigos, sin alimentar las raíces, toda tradición religiosa pierde fecundidad. De hecho, se produce un proceso peligroso: con el paso del tiempo, uno se centra cada vez más en sí mismo, en la propia pertenencia, perdiendo el dinamismo de los orígenes”, subrayó el Papa Francisco.

En cambio, es importante partir de esa “primera inspiración” y crecer fructíferamente, sin olvidar la “buena tierra de la fe” que se encuentra en los que nos han precedido. Además de no olvidar al pueblo del que se procede, el Pontífice invitó a los futuros sacerdotes a tener “olor a oveja”, tocando la carne de Cristo presente en los pobres, en los que sufren, en los descartados y en todos aquellos en los que Jesús mismo está presente.

Un lugar de apertura y diálogo

En el ámbito cívico, el Papa Francisco se reunió con estudiantes y profesores de la Universidad de Macerata, en Italia, recordando cómo la universidad es el “lugar de apertura de la mente a los horizontes del conocimiento”, de la vida, del mundo y de la historia de cada persona. Horizontes, los del mundo en general y los de cada individuo, que deben hacerse dialogar -también a nivel multicultural- para llevar “un crecimiento de humanidad” a toda la sociedad.

En definitiva, el Papa Francisco concibe una “idea humana de la universidad”, que nada tiene que ver con la impronta ilustrada de simplemente “llenar la cabeza de cosas”. Más bien, la persona debe involucrarse con sus afectos, con su forma de sentir, pensar y actuar, en un desarrollo completamente armonioso.

Realizar horizontes de paz

La última audiencia de este bloque fue la concedida a los rectores de todas las universidades de la región del Lacio, tanto estatales como privadas. A ellos, el Papa les reiteró que, en este particular momento histórico caracterizado por las pandemias y las guerras, a las Universidades se les confía una tarea de gran responsabilidad: «cómo vivir y superar la crisis, para que no se convierta en conflicto».

En su visión, hay que hacer realidad un horizonte de paz, que sólo puede construirse si se difunde el sentido crítico, la sana confrontación y el diálogo. Junto a ello, hay que repensar los modelos económicos, culturales y sociales «para recuperar el valor central de la persona humana». Por tanto, debemos ser conscientes de que la universidad «no tiene fronteras» ni barreras, pero para que así sea, debemos tener «el valor de la imaginación y la inversión». Así lo exigen ante todo los jóvenes, «que no se conforman con la mediocridad», y que deben ser educados en el respeto a sí mismos, al prójimo y a toda la creación. Educación, investigación, diálogo y confrontación con la sociedad. Sólo así es posible tener comunidades vivas, transparentes, acogedoras y responsables «en un clima fructífero de cooperación e intercambio», que valore a todos, lejos de las ideologías.

España

Los destinos religiosos cobran fuerza ante el fin de la pandemia

Importantes operadores turísticos, empresariales y bancarios se mueven cada vez con mayor creatividad ante el final de la pandemia del Covid-19, con la reactivación del sector. Viajes El Corte Inglés y Banco Sabadell han formalizado estos días en Roma un acuerdo de colaboración para viajes a destinos religiosos y peregrinaciones.

Francisco Otamendi·27 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La firma del acuerdo ha tenido lugar en la Embajada Española ante la Sede Sede en la capital italiana. José Luis Montesino-Espartero, director de Negocios Institucionales en Banco Sabadell, destacó en su intervención “el compromiso del banco Sabadell con este segmento a través de los hechos, poniendo de manifiesto varios proyectos pioneros en España como la digitalización de la Iglesia a través de los limosneros digitales, el lanzamiento junto a la Universidad Francisco de Vitoria del primer curso financiero especializado para entidades religiosas y del Tercer Sector y ahora este último acuerdo con viajes el Corte Inglés. Todo ello promovido desde la dirección de Instituciones Religiosas y del Tercer Sector”.

Precisamente Roma y Ciudad del Vaticano, con el Papa, canonizaciones y lugares de tanto atractivo como la Capilla Sixtina, sin olvidar las Jornadas Mundiales de la Juventud o Encuentros Mundiales de la Familia; Tierra Santa (Jerusalén); centros de peregrinación mariana como Lourdes (Francia), Ciudad de México (Virgen de Guadalupe), ó Fátima (Portugal); Santiago de Compostela y su Camino de Santiago, y tantos destinos españoles; o por citar algunos no católicos, Varanasi (India), o La Meca (Arabia Saudita), constituyen puntos de gran tirón en el mundo, que cobran nuevo protagonismo en estos tiempos.

Impulso económico al turismo

Por su parte, Santiago Portas, director del Segmento de IIRR y Tercer Sector en Banco de Sabadell y promotor del proyecto, manifestó en el acto: “este acuerdo que hemos formalizado con Viajes el Corte Ingles para facilitar la reactivación de los viajes con destinos religiosos va dirigido a nuestros clientes, en particular a diócesis, órdenes y congregaciones, sus obras y comunidades. Todos podrán beneficiarse de excelentes condiciones de la mano de uno de los mayores operadores y con mejor servicio al viajero en España. Deseamos también que dicha reactivación sea un impulso económico para el turismo externo e interno ayudando con ello a recuperar la normalidad y el tránsito anterior a la pandemia en un sector estratégico para nuestro país”.

Experiencia de El Corte Inglés en viajes

“Para nosotros supone un gran honor colaborar con la realización de este acto, aportar nuestra experiencia en el mundo de los viajes, difundiendo y dando a conocer a nuestros viajeros y peregrinos el importante Patrimonio Cultural y Religioso a través de nuestras rutas”, señaló Juan José Legarreta, director general viajes corporativos y MICE de Viajes El Corte Inglés.

“Como expertos en la organización y creación de viajes adaptados a cada segmento, ofrecemos un acompañamiento personalizado para responder a las necesidades de cualquier realidad eclesial de los colegios, congregaciones y parroquias, así como en sus acontecimientos más relevantes, desde una Jornada Mundial de la Juventud a una canonización”, añadió Juan José Legarreta.

“Viajes El Corte Inglés cuenta con una división en esta área con un equipo de expertos que trabajan cada día por diseñar rutas especializadas donde combinan la cultura, la historia y la extensa riqueza monumental de los lugares de culto”, añadió el directivo. “Fue agencia oficial en las Jornadas Mundial de la Juventud en el año 2011 en Madrid y ha estado presente en la organización de numerosas peregrinaciones diocesanas, encuentros mundiales de las Familias y canonizaciones, para acercar la cultura y el patrimonio religioso a nuestros peregrinos”.

Además, el grupo ha organizado grandes encuentros en colaboración con la Conferencia Episcopal Española y las diócesis, participando activamente en la difusión de Años Jubilares que potencian la riqueza histórica y el Patrimonio Cultural y Religioso. Destaca además su labor acompañando a los distintos voluntarios de las diferentes Hospitalidades de Lourdes de España.

Condiciones preferentes para clientes del Sabadell

El acuerdo pone a disposición de “los clientes de Banco de Sabadell condiciones y servicios preferentes en los viajes a destinos religiosos y peregrinaciones a través de Viajes el Corte Inglés, uno de los operadores más importantes de nuestro país. Banco de Sabadell es el cuarto grupo financiero español y una de las entidades financieras con más presencia en estos colectivos”, subrayaron sus directivos. “Además cuenta con una extensa oferta de productos y servicios que queda complementada con otros no financieros y de valor añadido para sus clientes, oferta construida a partir del trato cercano y de escuchar sus necesidades, de atenderles de manera “artesanal” con la intención de seguir fortaleciendo las relaciones a largo plazo con un colectivo que valora de sobremanera estas iniciativas”.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

El Papa convoca un Rosario por la paz en Ucrania

Este martes 31 acaba el mes de mayo. Ese día el Papa Francisco invita a los católicos a rezar juntos un Rosario por la paz. Será posible seguirlo desde los canales de comunicación vaticanos.

Javier García Herrería·27 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco quiere ofrecer un signo de esperanza al mundo, que sufre por el conflicto en Ucrania, y que está profundamente herido por la violencia de los numerosos escenarios de guerra aún activos.

El martes 31 de mayo, a las 18:00h (hora de Roma), el Papa rezará el Rosario ante la imagen de María Regina Pacis en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma.

La Virgen, reina de la Paz

La estatua de María Regina Pacis se encuentra en la nave izquierda de la Basílica de Santa María la Mayor. Fue encargada por Benedicto XV y realizada por el escultor Guido Galli, entonces subdirector de los Museos Vaticanos, para pedir a la Virgen María el fin de la Primera Guerra Mundial en 1918.

La Virgen está representada con el brazo izquierdo levantado como señal para ordenar el fin de la guerra, mientras que con el derecho sostiene al Niño Jesús, dispuesto a dejar caer la rama de olivo que simboliza la paz. Las flores esculpidas en la base, simbolizan el florecimiento de la vida con el retorno de la paz. Es tradicional que los fieles depositen a los pies de la Virgen pequeñas notas manuscritas con intenciones de oración.

De hecho, el Papa depositará una corona de flores a los pies de la imagen antes de dirigir su oración a la Virgen y dejar su intención particular.

ave regina pacis

El rosario por la paz

Además del Papa, diversas personas participarán de manera activa en esta celebración. Entre ello, un grupo de chicos y chicas que han recibido la Primera Comunión y la Confirmación en las últimas semanas, scouts, familias de la Comunidad Ucraniana de Roma, representantes de la Juventud Ardiente Mariana (GAM), miembros del Cuerpo de la Gendarmería Vaticana y de la Guardia Suiza Pontificia, y de las tres parroquias de Roma que llevan el nombre de la Virgen María Reina de la Paz, junto a miembros de la Curia Romana.

Una familia ucraniana, personas relacionadas con las víctimas de la guerra y un grupo de capellanes militares con sus respectivos cuerpos serán los encargados de dirigir las decenas del rosario, como signo de cercanía con los más implicados en estos trágicos acontecimientos.

Santuarios de todo el mundo

Otro signo importante es la participación de santuarios internacionales de todo el mundo, también de países todavía afectados por la guerra o con una fuerte inestabilidad política en su seno. Estos santuarios rezarán el rosario al mismo tiempo que el Santo Padre y estarán conectados vía streaming con la transmisión en directo desde Roma.

De este modo, estarán conectados los siguientes santuarios: el Santuario de la Madre de Dios (Zarvanytsia) en Ucrania; la Catedral de Sayidat al-Najat (Nuestra Señora de la Salvación) en Irak; la Catedral de Nuestra Señora de la Paz en Siria; la Catedral de María Reina de Arabia en Bahrein.

Junto a ellos se encontrarán los siguientes Santuarios Internacionales: Santuario de Nuestra Señora de la Paz y del Buen Viaje; Santuario Internacional de Jesús Salvador y Madre María; Santuario de Jasna Góra; Santuario Internacional de los Mártires de Corea; Santa Casa de Loreto; Santísima Virgen del Santo Rosario; Santuario Internacional Nuestra Señora de Knock; Santísima Virgen del Rosario; Nuestra Señora Reina de la Paz; Nuestra Señora de Guadalupe; Nuestra Señora de Lourdes.

Todos los fieles del mundo están invitados a apoyar al Papa Francisco en su oración a la Reina de la Paz.

La oración se retransmitirá en directo por los canales oficiales de la Santa Sede, se conectarán todas las redes católicas del mundo, y será accesible para las personas sordas y con problemas de audición mediante la traducción a la lengua de signos italiana LIS.

Vaticano

El Papa Francisco y China: estrategia diplomática

Las palabras del Papa Francisco dirigidas a China en el Regina Coeli del 22 de mayo tienen como trasfondo la renovación del acuerdo de nombramiento de obispos y la detención del cardenal Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong, que fue llevado a prisión el 11 de mayo y sólo posteriormente liberado bajo fianza.

Andrea Gagliarducci·27 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Traducción del artículo al inglés

Tras el rezo del Regina Coeli del 22 de mayo, el Papa Francisco rezó por los católicos de China, encomendándolos a María Auxiliadora, que se venera el 24 de mayo y, en particular, en el santuario de Sheshan. No es la primera vez que el Papa menciona este aniversario. Y no podía ser de otra manera: Benedicto XVI había establecido el 24 de mayo como día de oración por China en su carta de 2007 a los católicos de China, y así ha sido un aniversario fijo durante 15 años.

Sin embargo, las palabras del Papa Francisco se incluyeron en un cuadro más dramático. Es cierto que desde 2008, primer año en que se celebró la oración, los misioneros no han dejado de denunciar los obstáculos que plantea Pekín para la peregrinación al santuario de Sheshan. Y es cierto que, con la pandemia, el santuario estuvo cerrado durante dos años, por lo que en 2021 no pudo formar parte de los santuarios que constituyeron el maratón de oración por la pandemia proclamado por el Papa Francisco en mayo -y mientras el santuario estaba cerrado, el parque de atracciones cercano acababa de reabrir.

Las palabras del Papa Francisco, sin embargo, se enmarcan en un contexto más amplio: las negociaciones para la renovación del acuerdo entre la Santa Sede y China sobre el nombramiento de obispos, que expira en octubre de 2022; y la detención, totalmente sorpresiva, del cardenal Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong, que fue llevado a prisión el 11 de mayo y sólo posteriormente liberado bajo fianza.

El Regina Coeli del 22 de mayo

El saludo del Papa Francisco al final del Regina Coeli del 22 de mayo estuvo lleno de signos. En primer lugar, el Papa renovó a los católicos de China “la seguridad de mi cercanía espiritual: sigo con atención y participación la vida y las vicisitudes de los fieles y pastores, a menudo complejas, y rezo por ellos cada día”.

Precisamente, en estas palabras había una referencia al asunto del cardenal Zen, que será juzgado el próximo 19 de septiembre. El Papa había invitado entonces a unirse en oración “para que la Iglesia en China, en libertad y tranquilidad, pueda vivir en comunión efectiva con la Iglesia universal y ejercer su misión de anunciar el Evangelio a todos, ofreciendo así también una contribución positiva al progreso espiritual y material de la sociedad”.

La segunda parte, de hecho, pedía mayor libertad para la Iglesia, y mayor libertad religiosa. El poder de la diplomacia, el de decir las cosas sin decirlas y sobre todo sin distorsionar al interlocutor chino.

Equilibrio diplomático

La cuestión es que, en el Vaticano, no se da por sentado que se vaya a renovar el acuerdo. El cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, dijo en una entrevista que esperaba poder cambiar alguna parte del acuerdo. Y el arzobispo Paul Richard Gallagher, “ministro de Asuntos Exteriores” del Vaticano, reunido con los embajadores de la UE en un almuerzo a puerta cerrada, habría dicho que si China quisiera un acuerdo más permanente, tal vez permanente, la Santa Sede diría que no.

Por otro lado, que la Santa Sede haya querido dar un peso relativo al acuerdo lo denota un detalle: el acuerdo se firmó el 22 de septiembre de 2018, el primer día del viaje del Papa Francisco a los países bálticos.

Como es sabido, tanto el Secretario de Estado como el de Relaciones con los Estados siguen al Papa en sus viajes. Al elegir esa fecha, fue necesario que Santa Sede firmara el acuerdo con su homólogo, Wang Chao, Viceministro de Asuntos Exteriores de la República Popular China, entonces Monseñor Antoine Camilleri.

Si las fechas importan, parece claro que se eligió ese día porque hubiera sido inevitable tener una delegación de menor peso, con un acuerdo firmado por los números 3 y no por los números 1.

El acuerdo se renovó entonces en octubre de 2020, y hasta ahora ha dado dos resultados: que todos los obispos de China se consideren en comunión con Roma, y que sólo seis obispos en cuatro años hayan sido nombrados según el acuerdo.

Se desconocen los términos del acuerdo, aunque se ha especulado con que la Santa Sede participará con el gobierno en un proceso de revisión de candidatos al episcopado hasta que el Papa designe a un obispo que también sea aceptable para Pekín. Sin embargo, en el acuerdo se preservaría la plena autonomía del Papa en la elección de los obispos.

Ciertamente, la relación entre la Santa Sede y China es un equilibrio inestable, y la repentina detención del cardenal Zen es una prueba de ello. Tras la detención, la Santa Sede hizo saber que sigue de cerca el desarrollo de los acontecimientos.

Por lo tanto, no hubo ninguna protesta formal, también porque, al ser China uno de los pocos países del mundo que no tiene relaciones diplomáticas con la Santa Sede, no había canales adecuados para una queja formal.

El Cardenal, sin embargo, parecía un poco sacrificado. Defensor de la democracia en Hong Kong, que siempre se opuso firmemente al acuerdo, el cardenal Zen llegó a intentar evitar la renovación acudiendo a Roma y tratando de ser recibido por el Papa. Pero tuvo un éxito relativo. Sólo se reunió brevemente con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano. Fue la señal definitiva de que el Papa no se detendría a escuchar razones sobre el acuerdo. El último de una serie de señales.

Las señales a China

Antes, en octubre de 2019, el papa Francisco había enviado un telegrama a Hong Kong mientras sobrevolaba su territorio de camino a Japón. En el vuelo de regreso había restado importancia al telegrama, diciendo que era un telegrama de cortesía enviado a todos los estados. Se trata de declaraciones parcialmente engañosas, ya que Hong Kong no es un Estado, pero sí es apreciado por Pekín, hasta el punto de que el ministro de Asuntos Exteriores, Geng Shuang, había subrayado que del Papa «China aprecia la amistad y la amabilidad».

Y no sólo eso. En su itinerario a Japón, el Papa Francisco había sobrevolado China y Taiwán. En el telegrama enviado a Pekín, saludaba a China como “nación”; mientras que los saludos en Taipei se dirigían al “pueblo de Taiwán”, a pesar de que la nunciatura en Taipei se llamaba significativamente nunciatura de China.

En julio de 2020, el Papa Francisco también había decidido omitir de sus palabras al final del Ángelus un llamamiento a favor de Hong Kong, en un momento delicado de renovación del acuerdo.

Todas estas eran señales claras para China, que él apreciaba.

Hoy, el Papa Francisco trata de ser cuidadoso para no enfadar al “Dragón Rojo”, pero las negociaciones para un nuevo acuerdo parecen más difíciles que nunca. China desearía una mayor implicación del Vaticano, e incluso podría poner sobre la mesa la posibilidad de un representante no residente de la Santa Sede. El mundo católico pide más prudencia, en una situación que, de todos modos, el Gobierno no facilita.

La detención del cardenal Zen resultó ser un pretexto, una forma de flexionar los músculos. La acusación, al final, no es de injerencia extranjera, sino de no haber registrado correctamente un fondo humanitario del que el cardenal y otros cinco miembros del mundo democrático eran administradores.

Pocas cosas, al fin y al cabo, pero suficientes para enviar un mensaje a la Iglesia: todo está controlado.

Para la Santa Sede, sin embargo, vale la pena seguir dialogando. “Somos conscientes de que nos estamos dando la mano y de que la hoja del cuchillo puede hacernos sangrar, pero es necesario hablar con todos”, explica un monseñor que ha participado en las negociaciones en el pasado.

En definitiva, el acuerdo siempre parece una posibilidad a tener en cuenta. Al fin y al cabo, un viejo dicho diplomático del Vaticano sostiene que “los acuerdos se hacen con personas que no son de confianza”.

El autorAndrea Gagliarducci

Buenas intenciones y malas ideas

Con ocasión de la última ley educativa española, podemos aprovechar para reflexionar sobre cómo las buenas intenciones y las malas ideas de las sucesivas reformas educativas han contribuido a crear un ambiente social que no favorece precisamente el éxito de los más jóvenes y por tanto de nuestra sociedad

27 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Hace tiempo leí un libro titulado “La transformación de la mente moderna. Cómo las buenas intenciones y las malas ideas están condenando a una generación al fracaso”, escrito por Jonathan Haidt y Greg Lukianoff.

Como no tengo nada que ver con la publicación, me siento libre de recomendar su lectura a nuestras autoridades educativas, así como a los padres y educadores de hoy, pues me parece que podrían extraer interesantes ideas para acertar en la importante tarea de educar a las nuevas generaciones, en la que nos jugamos nuestro futuro.

Se trata de un libro publicado en Estados Unidos en 2018 por el psicólogo Jonathan Haidt y el experto en libertad de expresión Greg Lukianoff, que ahora aparece en español. Los fenómenos que describen son ya perfectamente detectables en Europa y, más concretamente, en España.

A lo largo de sus más de cuatrocientas páginas, que se leen con gusto, intentan responder a la pregunta: ¿estamos preparando adecuadamente a los jóvenes para encarar la vida adulta o los estamos protegiendo demasiado? Y la responden dando algunas luces interesantes para todos aquellos interesados en la educación de los más jóvenes.

Los autores narran cómo algunas cosas extrañas empezaron a suceder en los campus de Estados Unidos en torno al año 2015. Alumnos que decían defender ideas progresistas abuchearon a políticos y conferenciantes en su universidad y les impidieron hablar. ¿Les suena de algo está situación? Supongo que a Pablo Iglesias y a Rosa Díez, sí, pues el primero protagonizó hace años un boicot a una conferencia de la segunda en una universidad pública española.

Cada vez en mayor número, también en España, muchos estudiantes se muestran reacios a exhibir sus opiniones y a discutirlas con franqueza. De un tiempo a esta parte, lo que debería ser el “gimnasio de la mente” está lleno de personas que rehúyen el debate y el pensamiento crítico, curioso fenómeno para una universidad.

Tal y como describen en este libro los autores, el motivo de esta penosa situación se debe a tres ideas equivocadas que se han introducido en el subconsciente de muchos jóvenes, y no tan jóvenes, que creen defender una visión generosa e inclusiva de la educación.

La primera: lo que no te mata te hace más débil (debes huir a toda costa de toda dificultad). La segunda: debes confiar siempre en tus sentimientos (siendo en consecuencia sumamente susceptible). Y por último: la vida es una lucha entre las personas buenas y las malas (y tú perteneces a los buenos).

Como demuestra este libro valiente y riguroso, estas nociones, que a primera vista pueden parecer beneficiosas porque protegen al individuo y halagan sus propios instintos, en realidad contradicen los principios psicológicos más básicos sobre el bienestar.

Aceptar estas falsedades, y con ello promover una cultura de la seguridad en la que nadie quiere escuchar argumentos que no le gustan, interfiere con el desarrollo social, emocional e intelectual de los jóvenes. Y les hace más difícil recorrer el camino, con frecuencia complejo y dificultoso, de la vida adulta.

O, en palabras del propio Haidt: “Muchos jóvenes nacidos después de 1995, los que han ido llegando a las universidades a partir de 2013, son frágiles, hipersusceptibles y maniqueos. No están preparados para encarar la vida, que es conflicto, ni la democracia, que es debate. Van de cabeza al fracaso”.

A esto se une el conocido aumento general de la ansiedad y la depresión en adolescentes que empezó en torno a 2011, más frecuente en las niñas y mujeres jóvenes que en niños y los hombres jóvenes. Este incremento se manifiesta en las crecientes tasas tanto de admisión en los hospitales por autolesiones, como de suicidios.

Pero afortunadamente el libro no se limita a hacer un diagnóstico acertado y sombrío de las dificultades presentes en nuestros jóvenes. También proporciona unos valiosos consejos para que los mayores les ayudemos a superarlas con acierto.

Como los músculos o los huesos, los niños son “antifrágiles”, lo cual quiere decir que necesitan estrés y desafíos para aprender, adaptarse y crecer. Si los protegemos de toda clase de experiencias potencialmente perturbadoras –como suspender una asignatura-, los haremos incapaces de lidiar con dichos sucesos cuando sean mayores.

Por otra parte, conviene prevenirles contra las distorsiones cognitivas más frecuentes, para que no se dejen engañar tan fácilmente por las falsedades del razonamiento emocional (no soy bueno, mi mundo es desolador y no hay esperanza en mi futuro).

Por último, convendría combatir la cultura de la acusación pública y la mentalidad de “nosotros contra ellos”, que hacen olvidar que, como decía Solzhenitsyn, “la línea que divide el bien y el mal atraviesa el corazón de todo ser humano”. O como dice el rabino Lord Jonathan Sacks, “la vida humana no está radicalmente dividida entre personas intachablemente buenas y las irredimiblemente malas”.

Finalmente los autores reafirman con datos la negativa influencia de la temprana disponibilidad de los smartphones y las redes sociales, del declive del “juego libre no supervisado” y de las “carreras armamentísticas del curriculum” en la salud mental de nuestros jóvenes. Es significativo que dediquen el libro a sus madres, que hicieron todo lo posible para prepararles para el camino.

España

Premios Bravo 2021 : «La comunicación auténtica sigue siendo posible»

Esta edición de 2021, los Bravo han reconocido a profesionales como Laura Daniele o Eva Fernández y a instituciones como CEU o Las edades del Hombre.

Maria José Atienza·26 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

«Gracias a los premiados por mantener viva en todos nosotros la esperanza de que una comunicación auténtica sigue siendo posible”, así se dirigía Mons. José Manuel Lorca Planes a los ganadores de los premios Bravo que concede, cada año, la Comisión episcopal para las Comunicaciones Sociales de la Conferencia Episcopal Española.

Esta edición de 2021, los Bravo han reconocido a profesionales como Laura Daniele o Eva Fernández y a instituciones como CEU o Las edades del Hombre.

El acto de entrega, que ha tenido lugar el jueves previo a la celebración de la Jornada de las Comunicaciones Sociales en la Iglesia, ha estado marcado por la emoción de los galardonados en esta edición, la primera que se celebraba de manera presencial tras la pandemia.

Laura Daniele, reconocida por su labor en el periódico ABC, en el que ha trabajado hasta este año, dedicaba este premio a su familia: marido e hijos así como Eva Fernández que, además de su familia, recordaba a «aquellos compañeros que no lo van a recibir pero que lo merecerían».

El presidente de la Comisión episcopal para las Comunicaciones Sociales ha querido señalar en su discurso el valor de estos premios en el momento actual en el que «se torna más urgente cuanto mayor es la dificultad de las personas para conocer la verdad”.

El trabajo de los premiados, ha querido destacar Mons. Lorca Planes “son para nosotros una fuente de esperanza en el mundo de la comunicación” y mantienen viva «la esperanza de que una comunicación auténtica sigue siendo posible».

Premios Bravo 2021

Premio ¡Bravo! Especial a la Fundación “Las Edades del Hombre

Premio ¡Bravo! de Prensa a Laura Daniele

Premio ¡Bravo! de Radio a Eva Fernández, corresponsal del Grupo Ábside en Roma y en el Vaticano

Premio ¡Bravo! de Televisión a Vicente Vallés, director y presentador de Noticias 2 en Antena 3

Premio ¡Bravo! en Comunicación digital a la campaña “Haciéndote preguntas” de la Fundación Universitaria San Pablo CEU. 

Premio ¡Bravo! de Cine  a José Luis López Linares por la película “España, la primera globalización”

Premio ¡Bravo! de Música a Hakuna Group Music. 

Premio ¡Bravo! de Publicidad a la Fundación Juegaterapia por su campaña “Princesas Disney” para niños con cáncer

Premio ¡Bravo! en Comunicación diocesana a Santiago Ruiz Gómez,

Vaticano

El Papa regala su solideo a una familia

Rome Reports·26 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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La familia Gross Jiménez, de nacionalidad española, pudieron saludar al Papa Francisco después de la audiencia, el 25 de mayo de 2022. Una de sus hijas, de 9 años, que padecía parálisis cerebral había fallecido hacía unos meses. La familia regaló un solideo al Papa quien se quitó el que llevaba puesto y lo regaló a una de las pequeñas de la familia.


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Eucaristía: el encuentro personal con Cristo

Cristo está ahora presente físicamente en la Eucaristía, no sólo en la celebración de la Misa, sino más allá. Si el encuentro con Cristo persona es lo central de la fe cristiana, cabría preguntarse por qué, la mayor parte del día, las iglesias están totalmente vacías.

Emilio Liaño·26 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Traducción del artículo al italiano

En este artículo nos proponemos reflexionar sobre el cristocentrismo eucarístico, en continuidad con el cristocentrismo que han defendido autores como Ratzinger, según el cual: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Benedicto XVI, Deus Caritas est, n. 1).

Brevemente se puede decir que el cristocentrismo es una visión en la que se afirma el cristianismo como una religión del encuentro con una persona más que una religión del hacer o del obrar. Lo primordial del cristianismo viene a ser el encuentro personal en la fe con el Dios que se hace hombre.

No se puede decir que esta cuestión sea una novedad absoluta, ya que el acento eucarístico del planteamiento cristocéntrico va en la misma dirección de lo enseñado por la Iglesia desde siempre. En este sentido, no es muy original porque la Iglesia ha subrayado insistentemente el valor central de la Eucaristía.

Sin embargo, en la actualidad parece conveniente impulsar un nuevo esfuerzo que facilite un mayor acercamiento a Jesucristo y, especialmente, en la Eucaristía.

El punto de partida: un hecho frecuente

Primero conviene señalar que el cristocentrismo eucarístico no es el fruto de un análisis teórico. La visión puramente reflexiva de la cuestión no permite entenderlo en su verdadera dimensión. En la actualidad es una experiencia común que las iglesias estén vacías en tantos lugares, por lo menos en algunos países con más desarrollo económico y en los que ha habido una fuerte tradición católica.

No se trata de fijarse en la disminución de los fieles en la Misa, hecho que va acompañado de una asistencia regular de tantos otros que ven en la Misa el acto central de su relación con Dios, y lo cual es en sí muy positivo.

El problema no está en la Misa sino fuera de ella.

Desgraciadamente es una experiencia frecuente que en las iglesias, fuera de las celebraciones litúrgicas, no haya prácticamente nadie. Esta escasez de gente ha hecho que las iglesias no sean lugares muy seguros y que, en ocasiones, es mejor que estén cerradas para evitar males mayores.

Este hecho nos tiene que hacer pensar porque puede tener importantes consecuencias.

Si las iglesias fueran solo unos templos que conservan una serie de objetos para el culto, o artísticos, el vacío de las iglesias no tendría demasiada relevancia.

Sin embargo, en las iglesias, además de todos los objetos que en ella se puedan encontrar, también custodian la presencia de Cristo en la Eucaristía.

La Eucaristía no es una cosa más dentro de un templo como pudiera ser una estatua o una pintura. La Eucaristía es el centro del templo y su causa. Hay templos para celebrar la Eucaristía y para que la Eucaristía se reserve para el culto de los hombres.

El encuentro personal con la Eucaristía

Cuando Cristo pisó la tierra hace unos dos mil años, pidió a la gente que lo escuchara y que pusiera su confianza en Él. Si Cristo viniera hoy a la tierra como hombre, como el hombre que habitó en una parte de este mundo, tendríamos la obligación de ir a su encuentro.

Es decir, para quien tiene fe en que Cristo es Dios, su presencia terrenal debería ser una llamada imperiosa para verle en carne y hueso, con su mirada, con sus palabras, gestos, etc.

Bien, pues Cristo está ahora presente físicamente en la Eucaristía, esperándonos con tanto anhelo como cuando vivía sobre la tierra.

El cristocentrismo, por tanto, afirma la necesidad de encontrarse con el Cristo-Dios porque es esa Persona lo que define lo esencial de la religión.

Ahora, además, añadimos que el encuentro con el Cristo-Dios ha de hacerse en la Eucaristía, y no solamente en la celebración de la Misa.

En la Eucaristía tenemos la certeza de que Él se encuentra verdaderamente con su humanidad y su divinidad.

Si Cristo se ha quedado en la Eucaristía es porque quiere estar con nosotros. Por eso no debiera dejarnos indiferentes que nuestras iglesias estén vacías fuera de los actos litúrgicos; es una señal de que Cristo-Eucaristía no tiene mucho valor para nosotros. Tal vez nuestra fe se ha enfriado y solo creemos, con fe efectiva, en la presencia de Cristo en el sacrificio de la Misa, pero no lo que implica su constante presencia real en el Tabernáculo.

El acompañamiento a Jesús-Eucaristía

Hay que aclarar que cuando se habla de acompañar a Jesús en la Eucaristía no se refiere a la necesidad de tener más actos de adoración, exposiciones con el santísimo, etc., cosas que son muy buenas, pero no es a lo que se refiere en este artículo.

La soledad de los Sagrarios tampoco se resuelve por medio de unos pocos que estén siempre en las iglesias de manera que estas nunca estén vacías. La cuestión no va por esos derroteros.

Se trata, al contrario, de la necesidad de que muchos acudan a los sagrarios de sus templos porque es Jesús quien les está esperando con una paciencia sin límites. Se puede decir que la obligación es de toda la comunidad creyente. Quien se piensa excluido de este deber ya manifiesta que tiene poca fe en la Eucaristía.

Cristo se ha quedado en la Eucaristía para que vayamos a Él. Y ¿qué hemos de hacer delante de la Eucaristía? Primero, simplemente estar; segundo hablarle y tercero escucharle.

Cristo, que es un Dios de vivos no de muertos, está vivo con capacidad para escuchar y para hablarnos. ¿Podemos hablar con Jesús en todos los sitios? Por supuesto, pero hemos de hacerlo preferentemente donde Jesús lo prefiere, es decir donde se ha quedado.

Es claro que podemos hablar con una persona amada por teléfono, pero no denotaría amor quien prefiere hablar por teléfono antes que en su presencia física. Pues Cristo prefiere hablar con nosotros cara a cara, físicamente.

Y si nos preguntamos ¿cuántas veces debemos estar con Jesús-Eucaristía?, o ¿cuánto tiempo? Aquí, lógicamente, no cabe una regla fija: depende de las obligaciones familiares, sociales, etc., que el mismo Jesús quiere que cumplamos.

En cualquier caso, es conveniente acudir al Sagrario con una frecuencia diaria. ¿El tiempo? Lo que Dios inspire a cada uno y lo que su generosidad dé de sí. No hay que estar muchas horas delante de Jesús en el Sagrario. No, se trata de estar muchas veces (en muchos días), según nuestras circunstancias y fuerzas, con la finalidad de tener un diálogo con el Señor (en muchos casos, unos minutos bastan).

En el trato eucarístico hay dos dimensiones a tener en cuenta. La primera es permanente y tiene que ver con nuestra relación personal con Jesús. En esta relación es primordial entender que Jesús desea estar con cada uno de nosotros y no le da igual que nosotros nos olvidemos de Él un día y otro.

La segunda dimensión es temporal y está relacionado con el abandono masivo de Jesús en la Eucaristía. Debiera ser un acicate para nosotros tratar de consolar a Jesús en su soledad. Y aquí, aunque la aportación personal pueda parecer insignificante frente a la indiferencia de tantos, hemos de pensar que nuestro trato le alivia porque Jesús no desea el amor de muchos, sino el amor de cada uno, empezando por el nuestro.

Pensemos que los cristianos estamos enraizados en la Iglesia, habitualmente, a través de las parroquias. Pues una tarea que podríamos asumir como creyentes es mirar cómo cuidamos a Jesús-Eucaristía que está presente en el Sagrario de nuestra parroquia. Estar con Dios Eucaristía es la mejor inversión que podemos hacer de nuestro tiempo.

Aunque se ha hablado de obligación o de necesidad, en esta tarea de acompañamiento a la Eucaristía no hay más obligación que la de nuestro amor. Es el amor lo que está en juego, no el cumplimiento de un deber.

El autorEmilio Liaño

Mundo

Matteo Zuppi, el «sacerdote de los pobres» a la cabeza de los obispos italianos

El Papa Francisco ha elegido al cardenal Matteo Zuppi, de 66 años, arzobispo de Bolonia, como nuevo presidente de los obispos italianos.

Antonino Piccione·25 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

La elección se hizo inmediatamente después de que la asamblea general de la Conferencia Episcopal Italiana transmitiera a Santa Marta los resultados de la votación de la mañana: Zuppi fue el candidato más votado del trío que se presentará al pontífice, seguido del cardenal Paolo Lojudice de Siena y de monseñor Antonino Raspanti, obispo de Acireale.

El anuncio lo hizo el cardenal Gualtiero Bassetti, presidente saliente, entre los aplausos del público reunido en el Hilton Rome Airport de Fiumicino.

Fue el propio Papa, unos días antes, quien perfiló el perfil del nuevo presidente en una entrevista con el director del Corriere della Sera, Luciano Fontana: «Trato de encontrar uno que quiera hacer un buen cambio. Prefiero que sea un cardenal, que tenga autoridad».

Los dos candidatos más autorizados parecían ser desde el principio Zuppi y Lojudice, ambos muy estimados y «sacerdotes de la calle», como le gusta a Bergoglio, con una larga experiencia entre los más pobres y los últimos. Francisco no está atado a las preferencias, pero al final, como ocurrió con Bassetti en 2017, nombró al candidato más votado por la asamblea.

Zuppi bromeó hace unos días sobre el hecho de que se le diera como favorito: «El cardenal Biffi solía decir que sólo los locos quieren ser obispos, se podría decir que los más locos quieren ser jefes de obispos. Los obispos deben señalar a alguien que consideren que aportará unidad y podrá representarlos a todos, ayudando a la Iglesia italiana a continuar el camino de las últimas décadas y el camino sinodal iniciado el año pasado. Veamos qué deciden los obispos en el trío que indicarán al Papa y qué decidirá el Papa».

Primeras palabras de Zuppi como presidente del CEI

«Comunión y misión son las palabras que siento en mi corazón. Intentaré hacerlo lo mejor posible, permanezcamos unidos en la sinodalidad». Son las primeras palabras públicas del nuevo presidente que, en la rueda de prensa de ayer por la tarde, subrayó: «Esta confianza del Papa que preside en la caridad con su primado, y de la colegialidad de los obispos, junto con la sinodalidad, es la Iglesia. Y estas tres dinámicas son las que me acompañarán y por las que siento tanta responsabilidad».

Una Iglesia que para el cardenal debe estar en movimiento. «La misión es la misma de siempre: la Iglesia que habla a todos y se dirige a todos», explica. «La Iglesia que está en la calle y camina, la Iglesia que habla un solo idioma, el del amor, en la babel de este mundo».

Zuppi menciona el momento que vivimos, marcado por las «pandemias». El de la Covid, primero, «con la conciencia y la disidencia que ha revelado y provocado», y ahora la «pandemia de la guerra» en Ucrania, sin olvidar «todas las demás piezas de las otras guerras».

El pensamiento se dirige entonces a sus predecesores al frente de la Conferencia Episcopal Italiana: Antonio Poma, Ugo Poletti, Camillo Ruini y Angelo Bagnasco, y finalmente a Gualtiero Bassetti «que en estos años con tanta paternidad y amistad ha conducido a la Iglesia italiana, creando tanta fraternidad que he disfrutado como obispo».

El último pensamiento es para la Virgen de San Lucas, que se celebra en Bolonia el 24 de mayo, día de su elección: «Pongo todo en sus manos y le pido que me acompañe y nos acompañe en este camino de la Iglesia italiana».

El cardenal Zuppi, de origen romano, procede de la comunidad de Sant’Egidio: en 1973, siendo alumno del liceo clásico Virgilio, conoció al fundador Andrea Riccardi. A partir de ese momento, se implicó en las diversas actividades de la comunidad, desde las escuelas populares para niños marginados de los barrios bajos de Roma, hasta las iniciativas para los ancianos solos y no autosuficientes, para los inmigrantes y los sin techo, los enfermos terminales y los nómadas, los discapacitados y los drogadictos, los presos y las víctimas de los conflictos.

Licenciado en Literatura y Filosofía por la Universidad de la Sapienza, se licenció en Teología por la Universidad Pontificia Lateranense. Durante diez años fue párroco de la basílica romana de Santa Maria in Trastevere y asistente eclesiástico general de la comunidad de Sant’Egidio: fue mediador en Mozambique en el proceso que condujo a la paz tras más de diecisiete años de sangrienta guerra civil.

En 2012, tras dos años como párroco en Torre Ángela, Benedicto XVI le nombró obispo auxiliar de Roma. Francisco lo eligió como arzobispo de Bolonia en octubre de 2015 y cuatro años después, el 5 de octubre de 2019, lo creó cardenal.

Toda injusticia produce un dolor colectivo

Una breve nota personal, por último. Tuve la suerte de escuchar a Zuppi en un encuentro promovido por la Asociación Iscom sobre el estado de la Iglesia en Italia en los primeros meses de la pandemia. 

Anoté algunos pasajes que, releídos hoy, parecen indicar el corazón de una biografía y el esbozo de un compromiso: «Es como si el virus nos hubiera unido en una «comunidad de destino», de mónadas aisladas pasamos a ser células interdependientes de un único organismo. No se trata sólo de un problema de higiene, sino también de una dimensión espiritual. El hombre, como decía Thomas Merton, no es una isla».

¿Cuál es la virtud más importante hoy en día? Humildad», fue la respuesta de Zuppi, «para buscar el futuro, porque esta pandemia que puso al mundo de rodillas fue una gran humillación para todos». La generación de nuestros padres tenía el Apocalipsis en la cabeza y en el corazón. Creo que esta humildad nos servirá para entender que sólo estamos bien si los demás están bien. Que toda injusticia produce un dolor colectivo».

El riesgo, pues, es que la injusticia aumente aún más. Hoy en día, las diferencias y desigualdades son cada vez mayores, y esto pesa sobre la vida y la seguridad de todos. «En el espíritu de la Evangelii Gaudium, necesitamos una Iglesia misionera, con las puertas abiertas y anunciando la alegría del Evangelio a todos».

El autorAntonino Piccione

Vaticano

Papa Francisco: ¡Los ancianos llenos de humor hacen mucho bien!

Desde el pasado mes de febrero el Papa Francisco dedica la catequesis de los miércoles a reflexionar sobre la vejez. En el día de hoy ha meditado un texto del libro del Eclesiastés convocando a los más mayores a asumir un papel protagonista en nuestra sociedad. 

Javier García Herrería·25 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

A nadie sorprende el crecimiento de la cultura del descarte con las generaciones más longevas. Por eso, es llamativo que el Papa confíe a los ancianos la tarea de ser luz y sabiduría para los demás. Uno podría pensar que los mensajes del Papa a los mayores serían de complacencia y victimismo. A pesar de que la sociedad no cuenta con ellos, Francisco les invita a salir del derrotismo y la zona de confort.

Comenzaba sus palabras señalando cómo “este breve libro impresiona y deja desconcertado por su famoso estribillo: «Todo es vanidad», todo es “niebla”, “humo”, “vacío”. Sorprende encontrar estas expresiones, que cuestionan el sentido de la existencia, dentro de la Sagrada Escritura. En realidad, la oscilación continua de Qohélet entre el sentido y el sinsentido es la representación irónica de un conocimiento de la vida que se desprende de la pasión por la justicia, de la que el juicio de Dios es garante”.

En un mundo en el que el paradigma del crecimiento económico parece gobernarlo todo, el Papa se pregunta: “¿Nuestros esfuerzos han cambiado el mundo? ¿Alguien quizá es capaz de hacer valer la diferencia entre lo justo y lo injusto? Es una especie de intuición negativa que puede presentarse en cada etapa de la vida, pero no hay duda de que la vejez hace casi inevitable el encuentro con el desencanto.

Y por tanto la resistencia de la vejez a los efectos desmoralizantes de este desencanto es decisiva: si los ancianos, que ya han visto de todo, conservan intacta su pasión por la justicia, entonces hay esperanza para el amor, y también para la fe. Y para el mundo contemporáneo se ha vuelto crucial el paso a través de esta crisis, crisis saludable, porque una cultura que presume de medir todo y manipular todo termina por producir también una desmoralización colectiva del sentido, del amor, del bien. Esta desmoralización quita el deseo de hacer”. 

El valor de la ancianidad

Como se ve, Francisco hace una lectura esperanzadora de la situación presente, a la que no le faltan problemas y sin sabores. Reconoce cómo pese a “todo nuestro progreso y bienestar, nos hemos convertido verdaderamente en una “sociedad del cansancio”. Teníamos que producir bienestar generalizado y toleramos un mercado sanitario científicamente selectivo. Teníamos que poner un límite infranqueable a la paz, y vemos sucesión de guerras cada vez más despiadadas contra personas indefensas. La ciencia progresa, naturalmente, y es un bien. Pero la sabiduría de la vida es otra cosa, y parece estancada. 

La verdadera sabiduría no parece que haya sido algo generalizado en ninguna época, pero ahora estamos en la de la desinformación. “No es casualidad que la nuestra sea la época de las fake news, de las supersticiones colectivas y las verdades pseudo-científicas. La vejez puede aprender de la sabiduría irónica de Qohélet el arte de sacar a la luz el engaño oculto en el delirio de una verdad de la mente desprovista de afectos por la justicia. ¡Los ancianos llenos de sabiduría y humor hacen mucho bien a los jóvenes! Los salvan de la tentación de un conocimiento del mundo triste y sin sabiduría. Y los devuelven a la promesa de Jesús: «Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados» (Mt 5, 6). 

Estados Unidos

Masacre en Texas. Nada volverá a ser igual

El tiroteo llevado a cabo por un alumno en la “Robb Elementary” de Uvalde, Texas, deja como saldo una veintena de muertos, múltiples heridos y una brecha indeleble en la comunidad de Uvalde que se pregunta ¿Cuándo terminarán estos insensatos actos de violencia?

Gonzalo Meza·25 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Traducción del artículo al italiano

El martes 24 de mayo la escuela primaria “Robb Elementary” de Uvalde, Texas, afinaba los detalles para celebrar como cada año el fin del ciclo escolar, la graduación y despedida de sus alumnos.

Estos festejos, propios de este mes, se convirtieron en luto nacional después de que, ese día por la mañana, un estudiante de preparatoria tomara un arma de grueso calibre y abriera fuego despiadadamente contra profesores, personal y varias decenas de niños de segundo y tercero de primaria.

El tiroteo dejó como saldo 21 muertos*, entre ellos tres profesores y 18 niños. Antes de perpetrar el artero ataque contra los inocentes, el agresor habría matado a su abuela.

Al ser Uvalde un poblado tan pequeño “todos se conocen” y un evento de esta magnitud marca y marcará profundamente a esta ciudad: “La gente no da crédito de lo que sucedió” cuenta una de las feligresas que acudió a la ceremonia.

Uvalde es un poblado de cerca de 16.000 habitantes, la mayoría de ellos de origen hispano. Geográficamente constituye el punto intermedio al Oeste, entre San Antonio y la frontera con México. Cuenta con varias escuelas, entre ellas la escuela católica del Sagrado Corazón de Jesús y su Parroquia homónima. La iglesia es uno de los centros católicos más importantes de la zona oeste de la Arquidiócesis de San Antonio.

Nada volverá a ser igual para las familias de las víctimas. Tampoco para la comunidad de Uvalde.

Tras darse a conocer la noticia, decenas de feligreses se congregaron en la única Iglesia Católica de Uvalde: Sagrado Corazón de Jesús (“Sacred Heart”) para unirse en oración y asistir por la noche del martes a la misa presidida por Mons. Gustavo García Siller, Arzobispo de San Antonio.

“No hay palabras para describir la tristeza, el dolor y la conmoción abrumadora por la incomprensible pérdida de la vida de niños y adultos en la Escuela Robb Elementary. ¿Cuándo terminarán estos insensatos actos de violencia? Estas masacres no pueden considerarse como la nueva normalidad. La Iglesia Católica llama constantemente a la protección de la vida y estos tiroteos masivos son un problema muy apremiante en el que todos deben actuar tanto líderes electos como ciudadanos”, señaló Mons. García Siller.

El problema de las armas de fuego

Además de los criminales hay otros culpables: las armas de fuego. Este tiroteo en Uvalde vuelve a abrir por enésima vez el debate sobre un tema intocable para un sector de la población de los Estados Unidos: la posesión de armas de fuego, un derecho protegido por la Segunda Enmienda de la Constitución. En la mayor parte de los Estados Unidos cualquier persona adulta puede adquirir armas de grueso calibre: rifles, pistolas calibre 9 mm., fusiles, ametralladoras o armas más especializadas bajo pedido. Hay catálogos e incluso se organizan ferias en las que los grandes fabricantes venden sus productos ofreciéndolos como si fueran inofensivos petardos. En muchos estados obtener un arma puede resultar tan sencillo como adquirir un medicamento en la farmacia. Solo basta con presentar una identificación.

Apenas 10 días antes había ocurrido otro atentado en un supermercado en Bufalo, Nueva York, el cual dejó como saldo 10 muertos y 3 heridos. Según el Pew Research Center, 45.222 personas murieron en el 2020 en los EEUU a causa de lesiones relacionadas con armas de fuego, de estos, 513 personas fallecieron durante tiroteos masivos. Estos incidentes se han incrementado notablemente desde el año 2,000 pasando de 2, en ese año a 40 en el 2020. Muchos de estas tragedias tuvieron lugar en escuelas públicas e incluso en iglesias.

El debate sobre la regulación y prohibición de armas de fuego en los Estados Unidos lleva décadas sin avanzar. Incluso gobiernos extranjeros, como México, han denunciado que la venta de armas sin control en Estados Unidos no solo afecta a ese país sino a México. Un gran porcentaje de las armas que usan los narcotraficantes en ese país se produce en los Estados Unidos y cruzan la frontera ilegalmente hasta llegar a manos de los traficantes de drogas.

Mientras que los miembros del partido demócrata, incluyendo el presidente Biden pugnan por una regulación y restricción de la venta de armas, el partido republicano no cede un ápice. No obstante, el obstáculo, o actor fundamental primordial en este asunto es la National Rifle Association, una de las organizaciones más influyentes y poderosas en el país.

La NRA ha frenado cualquier intento por regular la posesión y adquisición de armas. En estos días, es probable que el tema no pase de los tabloides, incluso tras las masacres tan despiadadas como la ocurrida en Uvalde y la protesta del presidente Biden: “Estoy cansado y harto de todo esto” (Mensaje a la Nación tras la Masacre de Uvalde, 24 de mayo). La razón, tal como ha señalado el Papa Francisco en innumerables ocasiones, es que detrás de las armas hay intereses económicos muy poderosos que será muy difícil vencer.

*Víctimas a día 25 mayo 10:00 am hora española

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Iniciativas

Las Fiestas de Cruz

Las Fiestas de Cruz en Puerto Rico son una tradición secular. Se celebran en el mes de mayo, que la tradición católica dedica a la Virgen María. Por eso, las Fiestas de Cruz sintetizan estos tres elementos: la santa Cruz, la Virgen María y el mes de mayo.

Miguel A. Trinidad Fonseca·25 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

El origen de las Fiestas de la Santa Cruz data del 2 de mayo del 1787, cuando un gran temblor de tierra azotó a Puerto Rico, víspera de la fiesta de la invención (=hallazgo) de la Santa Cruz. Desde ese tiempo comenzó esta costumbre en nuestro pueblo puertorriqueño, la cual fue muy popular en el siglo XIX. Aunque hay vestigios de fiestas en honor a la Cruz en España, la forma de celebrarse en Puerto Rico es autóctona.    

Estas fiestas constan -esencialmente- de 19 cánticos entonados ante un altar presidido por una cruz sin el Cristo, bellamente adornada con flores y cintas (como ampliaremos más adelante). Se desconoce la autoría de estos cánticos, aunque probablemente los mismos descienden de los motetes medievales. Los cantos no se conocen más que en Puerto Rico, a excepción de un estribillo (el del quinto cántico: Dulcísima Virgen…), que se ha hallado en México. Con todo podemos afirmar que los cantos de estas Fiestas de Cruz son propios de la Isla del Encanto. 

Aunque no se sabe quién o quiénes compusieron estos cánticos, sí se reconoce quien recopiló, inscribió y difundió una de las muchas versiones existentes de los mismos, quizás la más popular de todas. Fue el ponceño Augusto Coen, quien a mediados del siglo XX llevó a cabo esta singular tarea de perpetuar en papel por primera vez en la historia las melodías de estos cánticos.

Aunque se les suele llamar Rosarios a la Santa Cruz o Rosarios de Cruz no estamos hablando del rosario católico meditando los misterios de la vida de Jesucristo y la Virgen María, con sus Padrenuestros, Avemarías y “Gloria al Padre”, pues no consta en la tradición puertorriqueña la inserción del rosario tradicional en las Fiestas de Cruz, o que estas fiestas consistiesen exclusivamente en uno o varios rosarios tradicionales. Las “rosas” de este “rosario” no son las Avemarías, sino estos cánticos en honor a la Virgen María, a la Cruz, a Jesucristo y al mes de mayo. Los Rosarios a la Santa Cruz son uno de los tres tipos de “rosarios cantaos” de la piedad puertorriqueño-católica, según Francisco López Cruz, a saber: el de difuntos (con ocasión de aniversarios de la partida de seres queridos o al final de los novenarios de estos rosarios); el de promesas hechas a alguna advocación mariana o de algún santo (p.e. a la Virgen del Carmen, a los Tres Santos Reyes, etc.); y los de la Cruz de Mayo. 

A pesar de que cada comunidad tiene su modalidad de celebrar las Fiestas de Cruz, hay elementos que son comunes en todos los lugares en donde se celebran. Las Fiestas de Cruz se celebran en la noche (aún hoy, según una estrofa: Santísima Cruz / no te canto más / mañana en la noche / se te cantará). Era tradición celebrarla en el interior o en el patio de una casa. Rara vez se celebraba en una plaza pública o en una iglesia, como se hace en algunos lugares en la actualidad. Originalmente las Fiestas de Cruz son un “novenario”, pues se cantaban por nueve noches consecutivas, por lo que la decoración incluía nueve escalones que representaban estas nueve noches (Los nueve cajones / de la Santa Cruz / son los escalones / del Niño Jesús). Los escalones estaban adornados con cintas y flores, encabezados por una cruz sola, también bellamente decorada. Hoy son pocos los lugares que celebran el novenario per se; en muchos lugares celebran un “triduo” (o tres noches consecutivas de Fiestas de Cruz) o una sola noche. Aún hoy es costumbre tener uno o dos recesos para agasajar a los presentes con refrigerios típicos: gofio, arroz con dulce, galletas, dulces de lechosa (o de naranja, coco o ajonjolí), café, agualoja, chocolate, etc., según las costumbres de la comunidad. Lo tradicional era que una persona fuese anfitriona con los agasajos de alguna de las noches de Fiestas de Cruz, por lo que desde la primera hasta la octava noche se llevaba a cabo la ceremonia de “echar la capia”, es decir, escoger quién apadrinaría la noche siguiente. En algunos lugares esta “ceremonia” consistía en improvisar una copla a la persona capiada, como la que recoge Francisco López Cruz:  

Antonia Vega
fue la capiada;
arroz con dulce,
dulce y naranja.

En otros lugares se le colocaba una flor a la persona seleccionada. En muchos lugares las Fiestas concluían con un baile que se prolongaba hasta el amanecer. 

Los cantos de estas fiestas son tradicionalmente antifonales: 1 ó 2 cantores cantan las estrofas y el pueblo canta el estribillo. Si hay 2 cantores los mismos suelen cantar a voces. Normalmente se utilizan instrumentos típicos. En Ponce, pueblo que más ha cultivado las Fiestas de Cruz, se acostumbraba a usar instrumentos de orquesta, como la flauta y el violín. Era tradición el incluir otros instrumentos en la novena noche, como clarinetes, saxofones y/o trompetas. Los instrumentos más comunes en cualquier lugar en donde se canten estos rosarios son la guitarra y el cuatro puertorriqueño. 

¿Qué ritmos predominan en estos rosarios? La marcha festiva, la guaracha y, sobre todo, el vals. De los 19 cánticos componentes de las Fiestas de Cruz, 11 son valses, 2 son marchas festivas, 4 son guarachas. Las primeras 2 canciones recurre a las fermatas y al rubato produciendo un ritmo libre con alargamiento de notas y compases un tanto peculiar.

Las Fiestas de Cruz se celebran en el mes de mayo, mes en que se celebraba la antigua fiesta de la Invención de la Santa Cruz (el 3 de mayo), mes que la tradición católica dedica a la Virgen María. Las Fiestas de Cruz sintetizan estos tres elementos, la santa Cruz, la Virgen María y el mes de mayo, temas principales de los cánticos. De los 19 cánticos, 7 están dedicados a la santa Cruz, 7 a la Virgen y 3 al mes de mayo, 1 a la pasión del Señor y 1 que es una invocación a Dios contra el mal. 

Las Fiestas de Cruz están expuestas al mundo moderno y tecnológico, y corren el peligro de languidecer ante la generación incipiente de puertorriqueños.  Ciertamente no es común el que estas Fiestas sean promovidas por nuestros municipios (salvo Bayamón o algún otro), quienes ya no hablan de “fiestas patronales”, sino de “fiestas de pueblo”; son las comunidades católicas de generaciones menos jóvenes quienes se han encargado de mantener viva esta tradición centenaria. Ojalá estos Rosarios a la Santa Cruz sigan siendo fuete espiritual para esta generación y aquellas que vendrán después, preservando de esta manera nuestras tradiciones católicas que como pueblo creyente hemos forjado.

El autorMiguel A. Trinidad Fonseca

España

«La Iglesia tiene en los ancianos un ejército de testimonios de Fe»

"La ancianidad, riqueza de frutos y bendiciones" es el nombre del documento elaborado por un grupo interdisciplinar, coordinado por la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida, y que quiere ser un impulso a los trabajos y la atención pastoral de la Iglesia con las personas mayores.

Maria José Atienza·24 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida, Mons. José Mazuelos, y el presidente del Movimiento Vida Ascendente, Álvaro Medina, han sido los encargados de presentar el documento «Orientaciones para la pastoral de las personas mayores: La ancianidad: riqueza de frutos y bendiciones».

Mons. Mazuelos ha querido destacar la especial sensibilidad que el Papa Francisco está mostrando a los ancianos manifestada en iniciativas como «la creación de la Jornada mundial de los ancianos, o las catequesis sobre los ancianos que lleva impartiendo unos meses».

Pandemia y ancianidad

Una de las cosas que se ha puesto de manifiesto en la rueda de prensa es cómo la pandemia de Covid ha puesto de relieve las deficiencias de nuestra sociedad para con nuestros mayores. Nos encontramos con el problema de ancianos que no podían ir a comprar las medicinas, que no podían sacar dinero del banco o que viven completamente sólos.

Como ha destacado Mons. Mazuelos: «vivimos en una cultura del descarte, en la que se pone en duda la dignidad de los seres humanos al inicio y al final de la vida. Por eso, la Iglesia tiene que sensibilizar frente a ese descarte. Una sociedad que no tiene en cuenta a sus mayores esta enferma. Es soberbia y piensa que con ellos han nacido todo. Se olvida de sus raíces, y el árbol sin raíces se seca.»

Mazuelos ha subrayado además la naturaleza interdisciplinar del equipo que ha elaborado este documento: «la CEE decidió, hace unos años, hacer una pastoral trasversal familiar. Este documento muestra una riqueza de personas que están en esta realidad de los mayores: personas de CONFER, pastoral de la Salud, Fundacion Lares, Vida Ascendente, Cáritas y medios de comunicación».

Por su parte, el presidente del movimiento de Vida Ascendente, Álvaro Medina, de la diócesis de Getafe, ha querido señalar que «hay una especia de rechazo a identificarse como ‘mayores’. ¿Quién es mayor? Mayor es quien, por diversas razones, su vida cambia: los hijos se emancipan, el trabajo termina y se encuentra en un nuevo camino en la vida que tiene afrontar de manera diferente… Esa situación que, muchas veces, produce una soledad y la soledad la hemos de cuidar con mucho esmero».

Un ejército de testimonios

Lejos de la queja, para Medina, es importante resaltar el papel de agente de pastoral de esas personas mayores que aún cuentan con múltiples posibilidades de colaboración en las parroquias y también de quienes están más limitados.

El propio presidente de vida Ascendente ha apuntado que una de las obligaciones de las personas mayores es «transmitir la Fe. Las personas mayores, aunque sea porque hemos vivido más años, hemos tenido muchas ocasiones de tener experiencia de Fe, esas evidencias que fortalecen la Fe y tenemos obligación de transmitirlas. El mayor como agente de pastoral es una necesidad imperiosa. Pero además, el mayor necesita reconocerse y ser reconocido, no para recibir aplausos sino para que te conozcan. La Iglesia tiene un ejército de testimonios de Fe en los ancianos y, com dice el Papa, necesitamos más buenos testigos y menos discursos».

El documento

«La ancianidad, riqueza de frutos y bendiciones», es un documento sencillo, como han querido resaltar en la presentación. «Se presenta casi como una narración» y ofrece un punto de partida para consolidar los trabajos que, desde múltiples realidades eclesiales, se desarrollan en el mundo de los mayores y poner en marcha, allí donde sea necesario, ese servicio pastoral a los ancianos. No sólo a través de reflexiones sobre los retos de las personas mayores, el valor de la vejez o la pastoral para las personas mayores y hecha por las personas mayores sino que, además, recoge ejemplos y experiencias que se llevan a cabo en España desde la Iglesia para con las personas mayores.

Cultura

Cardenal Wyszyński y Juan Pablo II: Una conversación en el umbral de la muerte

“Rezad ahora por el Papa, no por mí", animaba el moribundo cardenal Stefan Wyszyński en los últimos momentos de su vida. A Juan Pablo II lo unió el sufrimiento y al amor por la Madre de Dios.

Barbara Stefańska·24 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Este año, el 28 de mayo, la iglesia celebra por primera vez la memoria litúrgica del Primado de Polonia, beatificado el pasado mes de septiembre.  

Antes de que el cardenal Wojtyla fuera elegido Papa, el primado polaco Stefan Wyszyński era su superior. Cooperaron en el gobierno de la Iglesia en Polonia en el difícil período del comunismo. Juntos participaron en el cónclave que eligió a Juan Pablo I y se reunieron para el cónclave de octubre de 1978.

Sin embargo, no sólo les unía una relación profesional, sino también lazos de amistad y confianza.

El cardenal de Cracovia visitaba al primado Wyszyński durante sus vacaciones, daban largos paseos y por las noches -junto a otros participantes de sus vacaciones- cantaban junto al fuego.

Cuando el cardenal Wojtyła se convirtió en Papa, siguieron escribiéndose cartas, que también contenían muchos detalles personales.

La última conversación

El 13 de mayo de 1981, en la Plaza de San Pedro, las balas del asesino atravesaron el cuerpo del Papa polaco. Luchó por su vida en la Policlínica Gemelli. Juan Pablo II atribuyó siempre a Nuestra Señora de Fátima su recuperación milagrosa, ya que el atentado contra su vida tuvo lugar el día de su conmemoración litúrgica.

Al mismo tiempo, en Polonia, en su residencia de la calle Miodowa de Varsovia, el enfermo y anciano Primado Wyszynski vivía los últimos días de su vida.

La información sobre el atentado contra el Santo Padre se la dió Maria Okońska, que trabajaba en la Secretaría del Primado y fue la fundadora del Instituto del Primado (un instituto de vida consagrada). Según su relato, tras un largo momento de silencio, el cardenal Wyszynski dijo que no rezaran por él ahora, sino sólo por el Santo Padre. “Debe vivir. Yo puedo marchar” fueron sus palabras.

El Primado, ahora beato, ya no tenía fuerzas para hablar a los fieles en persona. Su secretario, el padre Bronisław Piasecki, grabó sus palabras en una cinta para poder reproducirlas en la catedral de Varsovia. Esta grabación se ha conservado en los archivos hasta el día de hoy: “Os pido que todas esas oraciones heroicas que habéis estado rezando por mis intenciones en Jasna Góra, en Varsovia y en las iglesias diocesanas, donde sea, las dirijáis en este momento conmigo a la Madre de Cristo, pidiendo salud y fuerza para el Santo Padre”, pedía el cardenal Wyszynski. 

El 25 de mayo, el estado del Primado de Polonia era ya muy grave. Juan Pablo II seguía en la clínica (no salió de ella hasta agosto de 1981). Fue entonces cuando tuvo lugar la última conversación entre los dos estrechos colaboradores, que puso de manifiesto el vínculo espiritual que les unía.

En Polonia, extendieron un cable telefónico hasta la cama del cardenal Wyszynski quien, como contaba Maria Okońska, habló despacio: «Nos une el sufrimiento, pero María está entre nosotros». La última palabra para el Papa fue «Padre…».

El sufrimiento del cardenal Wyszynski se convirtió también en una especie de sacrificio por la vida del Papa. El Primado falleció apenas 3 días después de esa conversación, el 28 de mayo.

El entonces Papa no pudo asistir a sus funerales; estuvo representado por una delegación de la Santa Sede encabezada por el Secretario de Estado, el cardenal Agostino Casaroli.

Para la ocasión, escribió una carta a la Iglesia de Polonia, en la que llamaba al fallecido «piedra angular de la Iglesia de Varsovia» y «piedra angular de toda la Iglesia de Polonia». También pidió que el luto tras su muerte durara 30 días durante los que se reflexionara sobre la persona del Primado: «su persona, sus enseñanzas, su papel en un periodo tan difícil de nuestra historia».

Dos años después, en 1983, Juan Pablo II realizó su segunda peregrinación a Polonia. Sus primeros pasos fueron a la Catedral de San Juan Bautista de Varsovia, para rezar ante la tumba del Primado del Milenio. Esa tumba, ya bendecida, sigue ahí hoy.

El Beato Wyszyński

La esperada beatificación del Primado Wyszynski tuvo lugar el 12 de septiembre de 2021 en el Templo de la Divina Providencia de Varsovia. Aunque estaba prevista un año antes, se pospuso a causa de la pandemia del COVID-19. Junto a él, fue proclamada beata la madre Rosa Czacka, conocida como la madre de los ciegos, fundadora de la Congregación de Hermanas Franciscanas Siervas de la Cruz.

Es difícil enumerar todos los méritos del Beato Cardenal Wyszynski para la Iglesia en Polonia y fuera de ella. Fue Primado de Polonia con poderes especiales concedidos por el Papa en una época en la que el sistema político luchaba contra la religión. Fue en gran parte gracias a su prudencia y a su fuerte fe que la Iglesia en Polonia logró sobrevivir a esa difícil época.

En ese tiempo, las autoridades detuvieron y encarcelaron al Primado durante tres años. Elaboró y puso en práctica un programa pastoral de nueve años para toda Polonia, con el fin de preparar el milenario del bautismo de nuestro país, basado en la piedad popular y la veneración a la Madre de Dios. Él mismo era un ardiente devoto de la Virgen María. – Lo pongo todo en manos de María», dijo.

Su culto se extiende cada vez más en Polonia y en el extranjero. Los documentos de archivo publicados también proporcionan cada vez más información sobre su vida y su espiritualidad.

El autorBarbara Stefańska

Periodista y secretaria de la redacción del semanario "Idziemy"

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Señora de rojo sobre fondo gris

El autor reflexiona sobre esta obra de Miguel Delibes, sobre el cual asegura que "nos deja en esta obra reflexiones fascinantes sobre la vida, sobre el verdadero conocimiento, sobre la belleza, al describir a su mujer como una persona con el don de descubrirla en los lugares más precarios e incluso de crearla".

23 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Hace unas semanas pude asistir a una conferencia sobre esta obra de Miguel Delibes (1920-2010) impartida por la profesora Nieves Gómez en la Universidad Villanueva de Madrid. Me entraron ganas de leerme este magnífico libro que refleja la intensa relación que tuvo el escritor español con su mujer, Ángeles de Castro, con la que había tenido 7 hijos y el fulminante final de ella en 1974, a causa de una enfermedad cerebral. Libro personal y muy delicado, escrito en un estilo intimista. Se habían conocido de muy jóvenes y se casaron en 1946, en Valladolid (Delibes tenía 26 años y Ángeles, 20). Fueron, pues, casi 30 años de matrimonio muy fecundo, además de por los hijos, por la vocación literaria de Delibes, que nació tras casarse, probablemente por la fe de ella en el talento de él: “Me conmovía su confianza en mis posibilidades. Imaginaba que si había destacado pintando en cualquier parte, haciéndolo adecuadamente podría llegar a ser un genio”.

El libro es reflejo de su vida personal, bajo la identidad de un pintor que ha perdido la inspiración tras la muerte de su esposa y musa. Se refugia entonces en la bebida con enorme nostalgia (más que nada porque le hace tener momentos en que cree poder volver a ver a su mujer). Transmite la rica personalidad de Ángeles de Castro y una muestra concreta de cómo es la razón vital femenina. Era una mujer resuelta, de armoniosa figura -que los 7 embarazos no estropearon-, con los ojos bien abiertos a la realidad y la capacidad de mejorar el mundo que le rodeaba.

Alguien a quien le gustaba dar sorpresas y recibirlas, con una elegancia natural y una “intuición selectiva” innata. Una mujer “de mirada cómplice”, que tenía “una admirable capacidad para crear ambientes” y que era “enemiga de difundir malas noticias”. Pero esto necesariamente debía tener su contrapartida: “Cuando ella se apagaba, todo languidecía en torno”, “faltaba su alegría”.Una persona que tenía “una admirable capacidad para crear ambientes” y que en sus viajes era capaz de ir más allá de los acartonados ambientes académicos (que a Delibes no le gustaban). Recuerda cómo ella había tocado las castañuelas en un encuentro de profesores en la Universidad de Yale y había animado la reunión.

Tenía un gran encanto personal y don de gentes. En determinado momento del libro, se dice: “La estética también cuenta”. El protagonista del relato le dice a su hija que “el poder de seducción de tu madre era arrebatador” y en otro fragmento, “su fe me fecundaba porque la energía creadora era de alguna manera transmisible”. Era una mujer de enorme amabilidad y capacidad de habitar la vida de los otros: “Tenía la facultad de inmiscuirse en casa ajena, incluso de interrumpir el sueño del prójimo, sin irritarlo, tal vez porque en el fondo todos le debían algo”. Alguien a quien desagradaba la vulgaridad y la burocracia, pues era impermeable a sus encantos. Una mujer con un talento innato para el trato interpersonal y para recibir confidencias. En este sentido, el escritor realza su “tacto para la convivencia, sus originales criterios sobre las cosas, su delicado gusto, su sensibilidad”. Uno de sus consejos en época de escasa creatividad fue “No te aturdas; déjate vivir”.

Una mujer con un fino oído musical, que podía hacerse entender a los pocos días de estancia en un país extranjero y que le permitía tener ritmo: “Era el suyo un oído intuitivo que, a veces, le permitía captar lo inexpresado”. Una mujer que odiaba la rutina y sabía hacer de cada día un evento único. Se trataba de una mujer que supo ser feliz. Al saber el diagnóstico de tumor cerebral, su expresión fue: “Hoy estas cosas tienen arreglo, dijo. En el peor de los casos, yo he sido feliz 48 años; hay quien no logra serlo cuarenta y ocho horas en toda una vida”. Alguien a quien no le importaba acumular años (y experiencia), pues no solo es que los años pasan, sino que quedan: “cada mañana, al abrir los ojos, se preguntaba: ¿Por qué estoy contenta? E inmediatamente, se sonreía a sí misma y se decía: Tengo una nieta”.

Delibes nos deja en esta obra reflexiones fascinantes sobre la vida, sobre el verdadero conocimiento, sobre la belleza, al describir a su mujer como una persona con el don de descubrirla en los lugares más precarios e incluso de crearla: “¿De quién aprendió entonces que una rosa en un florero puede ser más hermosa que un ramo de rosas o que la belleza podía esconderse en un viejo reloj de pared destripado y lleno de libros?”. Como no podía ser de otro modo, el libro es una profunda reflexión sobre la muerte, pero no tanto en sentido biológico, sino biográfico, como la pérdida de una vida compartida. Y esto, con momentos delicadamente conseguidos, como cuando, la víspera de la operación, la enferma lee un poema del escritor italiano Giuseppe Ungaretti, titulado “Agonía”:  Morir como las alondras sedientas/ en el espejismo. / O, como la codorniz/ una vez atravesado el mar/ en los primeros arbustos…/ Pero no vivir del lamento/ como un jilguero cegado.

Indudablemente, es una reflexión sobre la complementariedad que existe entre hombres y mujeres, y cómo nos equilibramos mutuamente. En este sentido, realza de su mujer la “viva imaginación y una sensibilidad delicada. Ella era equilibrada, distinta; exactamente el renuevo que mi sangre precisaba”. En otro pasaje, señala concisa pero exactamente: “La nuestra era una empresa de dos, uno producía y el otro administraba”.

Esta obra en concreto es una reflexión a fondo sobre la felicidad cotidiana, sobre cómo la clave de ella está en la convivencia continuada: “Estábamos juntos y era suficiente. Cuando ella se fue todavía lo vi más claro: aquellas sobremesas sin palabras, aquellas miradas sin proyecto, sin esperar grandes cosas de la vida, eran sencillamente la felicidad”.

El libro es también un reflejo de una religiosidad cotidiana, vivida por parte de Ángeles de Castro: “Tu madre conservó siempre viva la creencia. Antes de operarla confesó y comulgó. Su fe era sencilla pero estable. Nunca la basó en accesos místicos ni se planteó problemas teológicos. No era una mujer devota, pero sí leal a los principios: amaba y sabía colocarse en el lugar del otro. Era cristiana y acataba el misterio. Su imagen de Dios era Jesucristo. Necesitaba una imagen humana del Todopoderoso con la que poder entenderse”.

La obra habla también –indirectamente- de los avatares de la sociedad española por entonces (años 70 del s. XX): las huelgas estudiantiles, las detenciones, las revueltas, las torturas en las cárceles. En este sentido, el escritor se refiere a la detención de los dos hijos del matrimonio, Léo y Ana, que es la interlocutora del pintor. Aparece una mención a Franco en un momento en el que el pintor y su mujer visitan a sus hijos en la cárcel. En este sentido, dice la mujer del artista: ‘“Ese hombre no va a ser eterno”como bajándole del pedestal’. Se trata, además, ciertamente, una obra que lleva implícita una crítica a la educación uniformante y estandarizada, que no permite el desarrollo de la personalidad: “Le irritaban la estructuración de la carrera, los profesores adocenados, las ideas impuestas. Su cabeza caminaba muy deprisa, iba por delante de la de sus mentores”.

Otros temas que siempre estaban en la mente de Delibes: La combinación de lo rural y lo moderno: “Había que insertar lo moderno en lo rural sin recurrir a la violencia”. La soledad de los ancianos, como cuando relata la capacidad de dar compañía a las personas mayores que tenía su mujer: “Estos viejos locos, solitarios, nunca faltaron en la vida de tu madre: […] Todos eran ancianos irreparables, a quienes la insolidaridad de la vida moderna había cogido desprevenidos. Se sentían perdidos en la vorágine de luces y ruidos, y daba la impresión de que ella, como un hada buena, iba tomándolos de la mano, uno a uno, para trasladarlos a la otra orilla”. La comunicación entre generaciones: “Atendía a todos, lo mismo a los viejos, con sus cominerías, que a los adolescentes con sus equívocas intimidades. No regateaba su entrega”.

En definitiva, un libro que vale la pena leer.

Vaticano

Los jóvenes patronos de la JMJ de Lisboa 2023

Rome Reports·23 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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Carlo Acutis y Chiara Badano serán dos de los 13 patronos de la Jornada Mundial de la Juventud Lisboa 2023. Entre los otros patronos se encuentran tres beatos de origen portugués: Joana de Portugal, João Fernandes, y María Clara del Niño Jesús, aunque la Virgen María es la patrona de la JMJ por excelencia. 


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Familia

Reforma de ley del aborto, y premios por la Vida del CEU, en la misma semana

El gobierno español aprobó el martes el polémico anteproyecto de reforma de la ley del aborto ―más aborto―, que todavía requiere tramitación e informes probablemente hasta primeros de 2023, y el jueves la Universidad CEU San Pablo entregó sus Premios por la Vida 2022 y el Premio Bárbara Castro. Quizá sea una coincidencia, o no…

Eulalia Eufrosina·23 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Algunos puntos clave de la reforma del anteproyecto de ley impulsado por la ministra de Igualdad, Irene Montero, firmado también por la titular de Sanidad, Carolina Darias, son, en síntesis, los siguientes, acompañados de algún comentario basado en las leyes vigentes.

1.- Vía libre para abortar desde los 16 años sin consentimiento de los padres. Las menores de 18 podrán abortar en un quirófano. pero no pueden comprar alcohol o tabaco, ni votar (El artículo 12 de la Constitución Española señala que “Los españoles son mayores de edad a los 18 años”).

2.- Promesa de eliminar los tres días de reflexión hasta ahora obligatorios, y la entrega de información sobre alternativas y ayudas, salvo que la mujer lo solicite.

3.- Gratuidad de la píldora del día después, que se podrá solicitar en centros de salud cercanos y en farmacias.

4.- La ley garantizará la objeción de conciencia, regulada como la ley de Eutanasia. Los profesionales sanitarios que se nieguen a practicar un aborto se incluirán en registros de objetores.

5.- Será delito la actuación de grupos como los rescatadores que, de manera pacífica, rezan y asesoran a mujeres hasta el último momento (Pueden consultar aquí un artículo de Javier Segura sobre la cuestión).

6.- El proyecto actual no aborda ayudas o estímulos para mujeres que deseen seguir adelante con su embarazo.

7.- “Salud menstrual”. En numerosos centros y organismo públicos se repartirán gratuitamente tampones, compresas, etc., con el objetivo de acabar con “la pobreza menstrual”.

8.- El texto se tramita por vía de urgencia con el fin de “sortear” posibles retrasos, por ejemplo en el Consejo General del Poder Judicial, según El Mundo.

9.- Se abre un debate jurídico sobre la mayoría de edad en España. Según El Debate, “Podemos gana terreno, ley a ley, en su objetivo de adelantar la edad legal para la toma de decisiones de calado a los 16 años, el corte en el que proponen situar el mínimo necesario para votar”.

Reacción inmediata de los obispos

“La salud moral de una sociedad se demuestra en su defensa de la vida”, ha manifestado Monseñor Luis Argüello, secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, tras conocerse la aprobación del anteproyecto.

Tal como ha recogido Omnes, Mons. Argüello ha calificado como “mala noticia” el proyecto de ley “de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo” aprobada por el Gobierno de España, y subraya que “la defensa y la protección de la vida es una de las fuentes de la civilización. Una de las líneas rojas que expresan la salud moral de un pueblo”.

El secretario general de la CEE ha señalado también que considerar el aborto como un “derecho” es afirmar el “derecho del fuerte sobre el débil a la hora de eliminar una vida nueva y distinta que existe en el seno de la madre”, y destaca que “los avances de la ciencia nos hacen afirmar, con toda fuerza, que en el seno de una mujer embarazada existe una nueva vida que es preciso acoger y cuidar, para lo que hay que defender a la madre”. El portavoz de los obispos defendió la necesidad de ofrecer a las mujeres “las condiciones económicas, laborales, de vivienda… para acoger esta nueva vida”.

Distinciones por la Vida

Como se ha comentado al comienzo, un año más, el Instituto de Estudios de la Familia de la Universidad CEU San Pablo, que dirige Carmen Fernández de la Cigoña, ha distinguido diferentes acciones con sus ‘Premios por la Vida’ y el Premio ‘Bárbara Castro. A un corazón de madre’.

El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Madrid, Manuel Martínez-Sellés, ha  sido galardonado con el Premio CEU “gracias a su infatigable labor a favor de la vida”. Recibió la distinción de manos del presidente de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Alfonso Bullón de Mendoza. Asimismo, se han otorgado dos accésits a Rescatadores san Juan Pablo II y a 40 días por la Vida.

En el marco de los ‘Premios por la Vida’, se ha hecho entrega asimismo del Premio CEU a la creatividad de los alumnos en la defensa de la Vida a Irene Barajas, alumna de cuarto curso del Doble Grado en Farmacia y Biotecnología, por la elaboración de un emotivo vídeo en contra del aborto, con el que pretende concienciar a la sociedad y, en especial, a los más jóvenes de que no hay argumento superior al valor de la vida humana.

Premio ‘Bárbara Castro. A un corazón de madre’

Fruto de su deseo por formar una familia, sin importar las barreras que tuvo que solventar en el proceso de adopción de sus dos hijos, Anabel Mialdea ha recibido el Premio ‘Bárbara Castro. A un corazón de madre’.

Se trata de un distintivo que lleva el nombre de una antigua alumna de Periodismo, que luchó y priorizó la vida de su hija frente a la suya propia, y que premia el apoyo a la maternidad o su vivencia en situaciones de dificultad.

Desde la Universidad CEU San Pablo se ha reconocido el testimonio y la vivencia de esta mujer cordobesa durante el proceso de adopción de sus dos hijos: Rafael y Ana, para poder traerlos a España desde Rusia. Rafael, que hoy tiene 19 años, fue el primero en llegar a casa con 1 año y medio. Nació con 1,75 kg, a -20ºC, sin incubadora y en condiciones precarias.

Por su parte, Ana, de 14 años, llegó a casa con 4 años y medio. Estuvo 5 meses ingresada en una UCI de Rusia, para ser traslada posteriormente a una casa cuna. Tiene fisura palatina y retraso del crecimiento a consecuencia de la desnutrición sufrida en sus primeros años de vida. La cordobesa ha comentado cómo los servicios sanitarios rusos omitieron a su marido y a ella todos los problemas de salud que padecía la niña, que ha sido operada 8 veces desde que llegó a España.

La rectora de la CEU USP, Rosa Visiedo, ha recordado que la universidad mantiene un fuerte compromiso con la defensa de la vida y su carácter sagrado, señalando que no hay futuro sin vida humana. También ha destacado el carácter interuniversitario de estos premios.

El autorEulalia Eufrosina

Recursos

La memoria de Dios

Dios en cambio es infinito. En cualquier perdido rincón de su Memoria están contemplados no sólo hasta el último de mis cabellos, sino hasta el último de los detalles que hubo, hay y habrá. Y esa Memoria permanecerá perfectamente conservada e indeleble por los siglos de los siglos.

Juan Arana·23 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

Traducción del artículo al inglés

Próxima a Sevilla hay una antigua mansión señorial en cuyo jardín se conserva un insólito cementerio para perros.

Lo visité hace unos días y comprobé que los responsables de aquellos extravagantes sepulcros no los hicieron por pura neurastenia.

Sin duda era gente rica y ociosa, pero también dotada de cierto sentido del humor.

En el centro de la necrópolis perruna hay un pequeño monumento cuya inscripción proclama los siguientes ripiudos aunque graciosos versos:

“Felices los que aquí estamos 
en torno a este pedestal que
viviendo bien o mal 
al morir aquí quedamos. 
Mas los hombres nuestros amos, 
con incierto porvenir 
en su segundo existir 
viven con la muerte atenta… 
pues les ‘ajustan la cuenta’ 
al momento de morir”.   

Mitad en broma, mitad en serio, la filosofía de esta arenga es que hay varias clases de inmortalidad. Los animales tendrían que conformarse con una de segunda división: el recuerdo que dejaron en sus dueños, potenciado como máximo por estas sepulturas destinadas a rescatar de la falible memoria humana la anécdota de sus vidas e incluso la de sus defunciones.

Hay, en efecto, un azulejo recordatorio de una tal Nancy que “fue muerta por un Packard”. La inmortalidad humana es de otra pasta: no consiste meramente en que te recuerden, sino que permite que seas tú mismo quien te recuerdes, aunque —eso sí— después de “ajustar la cuenta”.

El que algo quiere, algo le cuesta. Mi amigo Francisco Soler acaba de publicar hace unos meses un libro con el oportuno título: Al fin y al cabo, donde explica que la esperanza de esa inmortalidad premium, lejos de ser una especie de bálsamo o consuelo que las almas piadosas buscan para escapar al horror de morir, supone un aviso a navegantes, porque cuando vayamos a cerrar los ojos por última vez, en lugar de pensar algo así como: “se acabó todo lo que se daba”, tendremos que tener muy presente el balance del “debe” y “haber”, para saldar cualquier deuda que haya quedado pendiente.

El poeta argentino Borges, que de joven coqueteó con la idea de tirar la toalla, se la quitó de la cabeza con esta elemental consideración: “La puerta del suicida está abierta, pero los teólogos afirman que en la sombra ulterior del otro reino estaré yo, esperándome”.

Ahora bien, esperanzas las hay de muchas clases. Algunos se consuelan con bien poco: la perspectiva de verse convertidos en nadas impunes es sin duda la más minimalista de todas.

Le sigue en el ranking la expectativa de que quienes nos sobrevivan sólo recuerden los buenos momentos que con ellos vivimos, olvidando o perdonando las fechorías o incluso el hecho de que fuimos, sin paliativos, malas personas. Incluso hay quien no se conforma con haber estafado al prójimo y pretende engañar a la posteridad enterrando bajo su propio féretro cualquier prueba de pasadas iniquidades, o bien alquilando una pluma mercenaria para pergeñar una falsa biografía embellecida con toques hagiográficos.

Augusto Comte, en su Catecismo positivista, trató de impedir fraudes póstumos, estatuyendo un tribunal formado por sacerdotes de la “Religión de la Humanidad” que decidiría, a falta de instancias ultraterrenas, cuál debería ser el destino definitivo de los finados. Su salvación o condena constaría en un libro cuidadosamente custodiado. Pienso que tampoco así podría asegurarse del todo la aplicación irremisible de las sentencias, sobre todo si un cometa despistado tiene la ocurrencia de tropezar con nuestro planeta.

A mí, como soy cristiano, esas inmortalidades “pasivas” no dan frío ni calor. Que en mi funeral pueda oírse un coro de alabanzas me trae sin mayor cuidado, sin contar con que a lo peor ni siquiera eso obtengo.

Y que dentro de cien o doscientos años todavía haya quien tenga la ocurrencia de leer algo de lo que he escrito, ¿qué más da? La promesa que nos hizo Jesucristo de poderle ver “cara a cara” a Él, y al Padre, y al Espíritu Santo, hace palidecer el atractivo de cualquier otra recompensa post mortem.

Tampoco soy de los que gustan especular sobre qué haremos o cómo nos sentiremos cuando “estemos en el Cielo”. Algunas personas que comparten mi fe son más dadas a este tipo de cábalas y se inquietan con la idea de abandonar del todo seres queridos o vivencias a las que son muy afectos.

Aunque no sea especialmente novelero, me parece que preocuparse por tales extremos es vana faena. C. S. Lewis cuenta en Una pena en observación los últimos momentos que compartió con su esposa. Por lo que se refiere a él mismo fueron de particular intensidad, y logró tener con ella una comunicación espiritual extraordinaria. Sin embargo, agrega con un sentimiento distribuido al cincuenta por ciento entre la desolación y el consuelo: “pero ella ya estaba con la mirada puesta en la eternidad”.

Los que se quedan solos no son los que se nos mueren: somos nosotros. Algo enseña al cristiano el pescozón que dio el Maestro a los saduceos cuando le preguntaron de quién sería cónyuge en el más allá la que en vida fue viuda de siete hermanos.

No obstante, es comprensible el sentimiento que muchos tienen —tenemos— de que hay cosas en la existencia terrestre que sería una pena dejar por completo atrás cuando suene la trompeta anunciadora del paso de este mundo al otro. Sin perjuicio de mi nula afición a la especulación escatológica y de la firme voluntad de atenerme a las enseñanzas de la Iglesia, creo que algo se puede decir para apaciguar lo que de justificado haya en tales malestares.

Lo introduciré citando de nuevo unos versos de Borges, aquel gran descreído (¿o quizá no tanto?):

Sólo una cosa no hay.  
Es el olvido. 
Dios, que salva el metal, salva la escoria  
Y cifra en Su profética memoria  
las lunas que serán  
y las que han sido. 

La memoria finita

Para una persona ya anciana, en quien los olvidos han dejado de ser anécdota para convertirse en hábito, nada puede haber más esperanzador que la existencia de una Memoria capaz de alojar bajo sus inmensas bóvedas nada menos que el infalible depósito de todos los recuerdos perdidos.

Lo entendemos particularmente bien quienes tenemos la escritura como oficio y con frecuencia sufrimos la paranoia de perder nuestros textos. Se me hacen presentes ahora las venidas a Sevilla de mi maestro Leonardo Polo. Al bajar del tren yo me ofrecía para llevarle la cartera, ocasión que aprovechaba para observar ceremoniosamente: “Ten cuidado, porque llevo inéditos…” ¡Los inéditos de Polo!

Él por lo menos tuvo una corte de discípulos dispuestos a preservarlos. Pero, ¿qué pasa con mi inéditos y los de Paco, Pedro, Carmen, etc., etc.? Hubo una época en que de vez en cuando grabábamos nuestras obras completas en CDs para que aquellos íntimos tesoros no se perdieran para siempre. ¡Qué chasco nos llevamos cuando supimos que la conservación de tales repositorios apenas está asegurada por unos pocos años! Hasta el papel resulta ser más duradero.

Ahora depositamos nuestra confianza en algo más espiritual, puesto que almacenamos la suma de nuestras ocurrencias en “la nube”. ¿De verdad creemos que la susodicha nube no se disipará en el aire como una neblina evanescente?

El físico Frank Tipler escribió un ilusionado libro titulado Física de la inmortalidad. La vida eterna que allí se oferta no la da Dios, sino la ciencia. Aún falta bastante para que esté disponible: pasado mañana como pronto, lo cual significa que no la veremos en vida, pero ¡tranquilidad!: puesto a prometer, promete también para ella efectos retroactivos.

O sea: que tendremos una resurrección tecnológica y de ese modo entraremos todos juntos de la mano en una nueva vida dentro de este mismo cosmos. Será volver a una vida virtual, porque tantos cuerpos no habría dónde meterlos, sobre todo si insisten en viajar a la playa los fines de semana. Aparte de esa y otras renuncias, para que la cosa dure indefinidamente habrá que ir superando —también con ayuda de los saberes del porvenir— todas las grietas que hacen perecedero este pícaro mundo. Poco a poco la cosa engorda y al final hay que comulgar con unas ruedas de molino del tamaño de la galaxia. Prefiero atenerme a la fe que me trasmitieron mis padres.

Pero, puestos a salvar, también hay algo recuperable en la alocada especulación de Tipler. Siempre me llamó la atención que hasta las más delicadas expresiones de un artista, las más sofisticadas armonías de un concierto, las más geniales inflexiones de un orador, puedan ser codificadas, guardadas y reproducidas en los altibajos de un disco de metacrilato o en ristras de ceros y unos grabados en un pendrive. El espíritu supera lo material, pero su huella corpórea es algo bien tangible. Tirando hacia lo alto, Tipler concluye que todos los avatares de una vida humana, por larga y rica que sea, podrían ser descritos con 1045 bits de información. Allí estarían recogidos hasta el último de nuestros suspiros, sentimientos, deseos y raciocinios, segundo a segundo, e incluso la película de la fabricación, evolución y destrucción de todas y cada una de las moléculas de nuestro cuerpo.

En definitiva: todo, absolutamente todo, lo material y lo espiritual, en la medida que esto último se traduce en palabras, gestos y vivencias descriptibles.

Como no soy materialista, tengo que añadir que en ese cúmulo de información no estaría incluida mi conciencia, ni mi yo, ni mi alma, etc. Pero sí en cambio la historia de la totalidad íntegra de las acciones y pasiones de mi espíritu, hasta la última coma o tilde. Se trata, por supuesto, de una magnitud fantásticamente grande, un 10 seguido de cuarenta y cinco ceros. Para hacerse uno a la idea de hasta qué punto es grande, diré que basta añadir treinta y cinco ceros más para contar hasta el último átomo que hay en el universo.

¿Y qué? No deja de ser un número finito que admite ser cumplidamente designado con una expresión cómicamente sucinta.

Dios en cambio es infinito. En cualquier perdido rincón de su Memoria (valga la impropiedad de la expresión) están contemplados no sólo hasta el último de mis cabellos (como soy bastante calvo, eso no tiene mucho mérito), sino hasta el último de los detalles, conversaciones, gestos, estornudos, golpes de hipo, arrebatos de rabia, malestares y bienestares indefinidos, momentos de gloria y de exaltación, o de ternura amorosa, etc., etc., etc., que hubo, hay y habrá en mi vida, la de mi mujer, la de mi hija, y la del último marciano que habite el último exoplaneta. Y esa Memoria permanecerá  perfectamente conservada e indeleble por los siglos de los siglos.

Lo cual, dicho así, en principio y a priori, resulta más intranquilizador que otra cosa. Porque, desde que sacar fotos con el móvil sale gratis, uno de los mayores placeres que tenemos es borrar el 90% de las que obtenemos. Yo por lo menos no estoy tan pagado de mi existencia como para desear que se guarde incólume registro de todo lo que hay en ella. Es como para reírse de los dossiers que las agencias de detectives preparan para arruinar las carreras de los políticos.

No obstante, precisamente aquí viene lo mejor: he sido padre y domino la técnica de “hacer la vista gorda”; puedo olvidar sin necesidad de olvidarlos de verdad algunos episodios poco gloriosos de mi descendencia. No me cuesta por tanto aplicar la correspondiente regla de tres. Lo mejor no es que sea infinita e fidelísima, sino que por encima de eso la Memoria de Dios es amorosa.

Cuando volvamos a Él, podremos bucear en ella alegremente, sin necesidad de que se nos caiga la cara de vergüenza. ¡A paseo las recopilaciones, los diarios, los currículos exhaustivos! ¡Burlémonos de nuestros fallos de memoria, incluso de la amenaza de que nos diagnostiquen un alzhéimer!

Allá donde vamos reencontraremos (con un dorado tornasolado que ya quisiera el más romántico de los nostálgicos) todo lo que en nuestras risibles vidas merezca ser recordado… y bastante más: ni ojo vio ni oído oyó…          

El autorJuan Arana

Catedrático de Filosofía de la Universidad de Sevilla, académico numerario de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, profesor visitante en Maguncia, Münster y París VI –La Sorbona–, director de la revista de filosofía Naturaleza y Libertad y autor de numerosos libros, artículos y colaboraciones en obras colectivas.

FirmasJaime Fuentes

Sotanosaurios

Mons. Fuentes apunta que la sotana del sacerdote, a pesar de su uso cada vez menos habitual, ha adquirido un inesperado prestigio en una sociedad secularizada.

22 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Fue hace una cantidad de años, 1977, si no me equivoco. El Obispo de San José de Mayo era monseñor Herbé Seijas, amigo de mi familia. Yo era un sacerdote casi de estreno: había recibido la ordenación tres años antes y en 1974 había empezado a trabajar en Montevideo.

El caso es que me encontré aquí con monseñor Seijas y enseguida me pidió si podía ir a San José tal fin de semana, para ayudar con las Misas: – Es que tenemos varios casamientos, me explicó, y Misas y no hay curas… Le dije que sí, naturalmente.

El párroco de la Catedral era el P. Palermo, tan recordado y tan querido. Me dio un abrazo muy afectuoso cuando llegué y, sonriente, exclamó: – ¡Sos el último sotanosaurio!…

Sí, yo usaba entonces la sotana con la que había sido ordenado. Era la prenda todouso en la que me embutía al levantarme y me despedía de ella al irme a la cama: Misas, confesiones, reuniones, comidas; caminatas, viajes en ómnibus… siempre con sotana; me parecía lo más lógico del mundo.

En nuestro laico país educado, que conste, nunca nadie comentó o se rió o sonrió de mi sotana. Pero, con el correr de poco tiempo más, viendo que se iba normalizando su desuso entre los clérigos, tomé la decisión de reservarla para la celebración de los sacramentos y, en las demás actividades, usar el traje negro (clergyman) con camisa y cuellito.

Han pasado muchos años (figúrense, el próximo cumpliré 50 de sacerdocio, si Dios quiere) y estamos en tiempos de full freedom. Pero advierto que, en este contexto, es la sotana del sacerdote la que ha adquirido un inesperado prestigio.

Algo intuía yo, porque vistiéndola alguna vez, ahora, por nuestras calles montevideanas, había escuchado algún comentario tipo “¡mirá, un Padre!”… Ayer tuve la confirmación de este interesante cambio cultural.

Había recibido una llamada, pidiéndome ir a la Médica Uruguaya a atender a una señora.

Sábado, de 4 a 6 de la tarde horario de visitas, allá vamos, con sotana, a la Torre D, piso 5º.

Portero de la entrada: – Sí, mire: vaya hasta donde están las cajas; agarra a la derecha y ahí está el ascensor para el quinto piso.

Ascensorista mujer: – Ahora lo dejo en otra planta; sigue hasta el fondo y toma el ascensor para la torre D. ¡Adiós, encantada!

Ascensorista hombre: – ¿Cómo anda?… Sí, hasta las seis, pero cada tanto hay un hueco y se puede ventilar un poco. ¡Gracias!

Encuentro la habitación. La señora está con una acompañante de servicio, que enseguida se levanta y dice qué alegría que haya venido; sale de la habitación. En la cama de al lado está otra señora, dormida, acompañada también ella.

El autorJaime Fuentes

Obispo emérito de Minas (Uruguay).

Evangelización

José María Calderón: “Uno de los grandes peligros de la Iglesia del siglo XXI es perder el afán apostólico”

2022 es un año de celebraciones en la familia misionera, especialmente la española. En este año coinciden diversos y “casuales” centenarios. El navarro José María Calderón es director de Obras Misionales Pontificias en España y, con este motivo, habla con Omnes de este año y del presente y el futuro de la misión en la Iglesia. 

Maria José Atienza·22 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 10 minutos

Un año grande. Así califican en Obras Misionales Pontificias este 2022. Y no es para menos. Diversas celebraciones y aniversarios coinciden en este año: el 3 de mayo se cumplen el 200 aniversario de la fundación de la Obra de la Propagación de la Fe, germen del Domund, el primer centenario de la creación de Obras Misionales Pontificias -—tras asumir el Papa Pío XI las iniciativas misioneras de Propagación de la Fe, Infancia Misionera y San Pedro Apóstol— así como de la primera publicación de Illuminare, la revista de pastoral misionera. 

A estas celebraciones se suman los 400 años de la canonización de san Francisco Javier, patrono de las misiones, y otros tantos de la institución de Propaganda Fide, la actual Congregación para la Evangelización de los Pueblos, que nació el 12 de junio de 1622. Todo ello unido a la beatificación de Paulina Jaricot, fundadora de la Obra de la Propagación de la Fe.

Dentro de las Obras Misionales Pontificias, esta coincidencia de fechas resuena como una especial llamada a volver a las raíces y conocer “cómo nació esta historia apasionante, que dio muchos frutos y que tiene que seguir dándolos”, en palabras del director de Obras Misionales Pontificias en España, José María Calderón.

Este es un año singularmente marcado y especial para las Obras Misionales Pontificias. ¿Cómo se está viviendo, en OMP, interior y exteriormente este 2022? 

—Para nosotros es unan gran oportunidad que Dios nos ha dado. Ahora se habla mucho de reformas y, a veces, parece que reformar es tirar todo lo anterior y construir algo nuevo completamente. Eso no es la reforma en la Iglesia. Teresa de Jesús decía que la reforma es volver a las fuentes. Interiormente, el presidente internacional de Obras Misionales Pontificias, Mons. Dal Toso, está insistiendo mucho en ése volver a la raíz, a las fuentes de nuestra misión en la Iglesia. 

Estos centenarios nos invitan a mirar a los fundadores, y a quienes empezaron esta tarea, para ver qué hemos perdido de eso que ellos querían y para lo que fueron inspirados por el Espíritu Santo. Una oportunidad para considerar qué puntos hemos de volver a hacer nuestros para recuperar el carisma originario, lo que el Señor quiso dar a la Iglesia en aquel tiempo, porque sigue siendo actual. 

Eso no significa volver a los métodos de entonces. Gracias a Dios, hoy tenemos otros. Cuando la Iglesia “se adapta” al mundo, no quiere decir que se olvide del Evangelio -—que es donde está la clave— sino que mira al Evangelio y, con mucha honradez, lo aplica a la situación que nos toca hoy. 

Exteriormente no vamos a hacer nada especialmente extraordinario. Sí que es verdad que todo lo que hacemos normalmente tendrá presente este tema. Queremos que nuestro trabajo ordinario tengan como fondo estos centenarios y se ayude así a quienes trabajan para la misión a que conozcan las raíces, cómo nació esta historia apasionante, que dió muchos frutos y que tiene seguir dándolos. 

Considerar todo lo que se hizo hace tantos años, ¿puede llevar a una idea de que “cualquier tiempo pasado fue mejor”? ¿Siguen igual de vivas hoy las misiones? 

—Si la misión no continuara viva hoy, no tendría sentido la Iglesia, porque la Iglesia nació para la misión. Si la Iglesia no evangeliza, ¿para qué está? 

En Eclesiología se estudia que los fines de la Iglesia son la santidad de sus miembros y la evangelización de los pueblos. Si quitamos esto último, la Iglesia ha perdido su sentido. De hecho, creo firmemente que uno de los grandes peligros de la Iglesia del siglo XXI es perder el afán apostólico, la falta de entusiasmo por llevar a Jesucristo a los demás. 

Nos hemos amodorrado, nos hemos quedado encerrados en nosotros mismos, en eso que el Papa Francisco denomina autorreferencialidad

Pero no, la Iglesia no lo ha perdido; muchos cristianos, sí. Muchos cristianos han perdido el entusiasmo evangelizador y cuando digo cristianos incluyo a todos los cristianos. Ahora bien, la Iglesia no puede perderlo como esencia, porque es lo suyo, es su naturaleza, está en su ADN. Si la Iglesia no quiere que los hombres conozcan a Cristo, cerramos el garito y nos dedicamos a otras cosas. 

No sé si cualquier tiempo pasado fue mejor, porque no lo viví. Vivo el presente y me importa muy poco si el pasado fue mejor o peor, porque éste es el tiempo en el que Dios me ha puesto y éste es el tiempo en el que nosotros vivimos. 

Podemos compararnos con épocas anteriores y habrá cosas mejores, sin duda, y cosas peores, sin duda. Esconder mis limitaciones en lo que fue el pasado no me ayuda en nada, más que en vivir de la nostalgia. 

Además de todo esto, creo firmemente en Dios y en el Espíritu Santo, por lo cual, si Dios me ha puesto en esta época, también me da la gracia para vivirla. 

Si la Iglesia está en el mundo de hoy, tal como es, nos está dando la gracia para que vivamos fieles y cumplamos su voluntad. 

Si Dios está conmigo, ¿a quien temeré? Yo siempre digo que estoy en el equipo vencedor, porque estoy en el equipo de Cristo y Cristo ha vencido. No es que vaya a vencer; es que ya venció en la cruz y en la resurrección. Quizás su victoria no se ve del todo, pero yo estoy en ese equipo, aunque haya momentos en los que me hace pasar por la cruz, de dolor e incertidumbre. 

En esa pérdida –o ganancia– del afán misionero, ¿podemos caer en dos tentaciones contrapuestas: la de un fervor llevado al extremo, sin apertura al diálogo o, por el contrario, la del “todo vale” y mejor no “meternos en líos”? 

—Esos extremos están ahí y siempre han estado. El Papa Francisco, de hecho, denuncia estas dos cosas. 

Para mí, la indiferencia es más grave. Creo que el grave problema del ambiente generalizado en los cristianos es el decir “yo no soy quién para dar criterio” y, por lo tanto, somos más conformistas y estamos aceptando cualquier cosa porque “no nos influye”. Pero también es verdad que existe el rigorismo, y esto no es ser Iglesia tampoco. 

Lo que sí me niego a decir es que proselitismo mal entendido es lo que han hecho los misioneros en África o en América, como Comboni. Eso es llevar a Jesucristo en el alma y contagiar ese amor y esa fe en Jesucristo. 

Si un cristiano no contagia es que no vive su fe, porque la fe se contagia. La fe es el mayor tesoro que tenemos. Cuando uno lo vive enamorado, se nota. Cuando se vive como un fastidio, no se es capaz de mover a nadie.

El peligro está en pactar con la mediocridad, con ese “todo el mundo se salva…”. ¿Es eso compatible con las palabras que dice Cristo: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará”? Yo voy a intentar que mucha gente conozca a Cristo y se enamore de él porque ¡qué tristeza una vida sin Jesús! 

Las misiones son valoradas positivamente por cristianos y no cristianos, pero quizás más como a una ONG. ¿Caemos en esta concepción incluso dentro de la Iglesia? 

—Esto es un error. La misión no es hacer labor social, es llevar a Jesucristo, es transmitir la fe, no es transmitir valores. 

Los valores los transmite el gobierno -—que es el que tiene que promover valores cívicos, de fraternidad, solidaridad, etc—, esos valores comunes, humanos. La Iglesia tiene otros valores que van mucho más allá que esos valosres humanos y se resumen en las tres virtudes cardinales: fe, esperanza y amor. Amor que es la capacidad del perdón de la misericordia. 

El Estado no tiene misericordia, nosotros sí, porque somos cristianos. 

Es verdad que cuando uno va a un sitio a evangelizar y ve que pasan hambre, no puede sentir indiferencia ante el hambriento, porque Cristo también dice: “Tuve hambre y me disteis de comer”. Por lo tanto, no podemos sentarnos en el comedor a comer viendo que tengo un pobre en la puerta. 

El misionero, viendo las necesidades de los hombres, espirituales y materiales y físicas, sale al encuentro de ellos en la medida que ayuda. Pero sabiendo que, a través de ello, lo que está ejerciendo es la caridad de Cristo. Lo que le mueve el corazón es ver en la otra persona a Cristo. Como decía Madre Teresa de Calcuta: “Tuve hambre y me disteis de comer, pero no sólo hambre de pan sino también de la palabra de Dios”. Es una faena confundir la labor de los misioneros con una labor meramente social. 

Gracias a Dios, en el mundo, hay ONG´s fantásticas, que hacen una gran labor, de salvar y ayudar, y mucho mejor que los misioneros, porque tienen más dinero, más medios y más profesionales. Pero no pueden suplir la labor de los misioneros, porque la labor de los misioneros es otra. 

En Deus Caritas Est, el Papa Benedicto XVI apuntaba que “la Iglesia nunca puede sentirse dispensada del ejercicio de la caridad como actividad organizada de los creyentes y, por otro lado, nunca habrá situaciones en las que no haga falta la caridad de cada cristiano individualmente, porque el hombre, más allá de la justicia, tiene y tendrá siempre necesidad de amor”. 

Yo no puedo pedirle a una ONG que me ame. Se lo puedo pedir a la Iglesia: que me muestre el amor de Cristo y, a través de este amor, me ame. Que me ame con mis limitaciones, mis pecados, mis pobrezas…, que me ame, incluso, cuando humanamente parezca que no me lo merezco.

Evidentemente, la labor que hacen los misioneros por ayudar al desarrollo de las comunidades y los pueblos es espectacular. Muchos misioneros están donde no había nada, en sitios donde los políticos no intervienen. 

En esos lugares remotos, ¿quiénes están? Unos misioneros que abren una escuela para niñas que jamás podrían haber accedido a la educación de otro modo. 

¿Nos hemos fijado más en las cosas y menos en las almas? 

—Si hoy le preguntas a cualquier persona no católica sobre la Iglesia te dirá algo así como que todo es malo menos las misiones y Cáritas. En ambos casos nos contemplan con buenos ojos por la labor que hacen los misioneros a nivel social. Ojalá que, a través de eso, los que al menos juzgan bien a la Iglesia en este aspecto sean capaces de descubrir el trasfondo que hay en eso y les ayude a cambiar el corazón. 

Es verdad que los misioneros, cuando exponen sus testimonios, hablan de los niños que han sacado, por ejemplo, del tráfico de órganos, pero también hablan de su vocación, de su existencia, de cómo encuentran a Cristo en ese niño y cómo ayudan a ese niño a encontrarse con Cristo. Por tanto, eso puede ser una palanca para encontrarse con Cristo.

Parece, también entre los cristianos, que valoramos más la labor social que la labor evangélica. Es verdad también que en OMP cuando hacemos las cosas intentamos destacar solo la labor evangelizadora, porque de lo otro ya se encargan otras ONG’s. El Domund no es para hacer pozos o poner hospitales. El Domund es para evangelizar, para llevar a Jesucristo y mantener la Iglesia allí donde está, la Iglesia, una diócesis, un vicariato… Por ejemplo, para que tengan gasolina y poder llegar a decir Misa a los pueblos más recónditos. 

Cuando nacieron las obras que hoy conforman las OMP se puso la mirada en países lejanos. En la actualidad, ¿cómo se conjuga esa “doble” misión, la cercana y la de aquellos países con menor presencia de la Iglesia? 

—Con datos en la mano: en Europa, hay un sacerdote por cada 4.142 personas; en África, hay un sacerdote por cada por 26.200; en Asia, uno por cada 44.600 personas… Esto es lo que tenemos. 

¿En Madrid hace falta evangelizar? Claro que sí. ¿Y cuándo no ha hecho falta? Mientras haya un pecador y una persona que no conoce a Cristo habrá que estar evangelizando. 

Si cada uno de los bautizados que acuden cada domingo a una parroquia a Misa se tomara en serio su vocación misionera y se sintiera apóstol, ¿cuántos misioneros habría? 

En África hay sitios donde tienen Misa una vez cada seis meses, ¿eso es digno? ¿Se puede mantener de este modo la fe? Y, aquí nos hemos quejado por estar dos meses encerrados por la pandemia…. Y teníamos la Misa en televisión y por otros muchos medios… Los curas nos hemos puesto las botas de hacer podcasts y homilías por redes sociales en la pandemia… En África no tenían esa oportunidad. 

Claro que hacen falta evangelizadores en Europa, y en España, en Madrid, en Valencia y en Sevilla. ¿No será el momento de que los obispos animen a que los sacerdotes salgan de sí mismos y sean verdaderamente apostólicos, y éstos, a su vez, hagan que los fieles sean verdaderos apóstoles? Cuando hagamos eso, en España sobrarán misioneros, pero en África, en América y en Asia siguen faltando. Cuando viene un obispo de Perú cuya diócesis es como toda Andalucía y tiene 8 sacerdotes y 10 monjitas…, ¿podemos escudarnos diciendo que Madrid es tierra de misión? 

La conversión comienza por hacernos apóstoles y dejar de pensar en nosotros mismos, en muestras comodidades. Hemos reducido las periferias al barrio de las afueras. Sí, ahí hay que estar. Y, de hecho, se está. Pero ésas no son las únicas periferias del mundo. Santiago o Pablo podrían haber pensado así… Pues, ¡anda que no había que predicar en Jerusalén o en Roma donde ellos estaban, que eran todos paganos!… Y, sin embargo, llegaron hasta España. 

¿Cómo se dibuja el futuro de la misión? ¿Tendrán más peso los laicos? 

—Sobre los laicos, el Papa san Juan Pablo II escribió la Christifideles laici. La Conferencia Episcopal Española publicó un documento hace ya tiempo, sobre el mismo tema: Cristianos laicos. Iglesia en el mundo. La última frase de ese documento dice “La nueva evangelización se hará, sobre todo, por los laicos, o no se hará”. Dicho esto, no me gusta hablar de la hora de:  la hora de los laicos, la hora de los religiosos… Es la hora de la Iglesia. O todos nos mojamos o no salvamos esto. 

Eso quiere decir que un laico, evidentemente, tiene que hacer su papel, pero no porque “sea su hora” sino porque, si no lo hace, no está siendo fiel a su vocación cristiana. Pero la vocación del laico no puede estar sola. Tiene que ir acompañada de la vocación sacerdotal, que vela, que acompaña, que administra los sacramentos; y el sacerdote no puede vivir sin los laicos, porque su ministerio tiene sentido en cuanto se entrega para crear comunidad cristiana. La vida consagrada es absolutamente necesaria, porque sin el testimonio de hombres y mujeres que son capaces de renunciar a todo solamente para mostrar que Cristo vale la pena, estamos perdiendo el tiempo. Existe el peligro de pensar que es la hora de los laicos porque no hay curas y tienen que salir “los del banquillo”… ¡No, hombre, no! La Iglesia manda hoy más laicos a la misión, evidentemente, porque va cambiando conforme a los tiempos, pero manda laicos, sacerdotes, religiosos y religiosas… de todo. El testimonio que da un seglar en la misión no lo puede dar un sacerdote ni una religiosa, pero quedaría famélico si no va acompañado por la vida sacramental de los sacerdotes o de la animación de la vida religiosa. Si la Iglesia hoy manda familias de laicos a la misión no es porque faltan curas. El laico no necesita un especial permiso para hacer apostolado, porque se lo dio Cristo. Es vocación dada en el bautismo. A la misión nos envía la Iglesia, a todos. Cuando envía laicos, confirma esa vocación misionera de los laicos, que van a ser testigos de la Iglesia, presencia de la Iglesia. A la misión tienen que ir todos los laicos que tengan que ir, todos los religiosos y religiosas que tengan que ir y los sacerdotes que tengan que ir. La vocación misionera de los laicos no es una vocación de segunda fila, ni se puede ver como una simple solución a un problema de vocaciones.

Cultura

Nuria Barrera: “Rezo a la imagen que estoy pintando”

En la prolífica colección de Nuria Barrera destaca la luz y el colorido de sus obras de temática religiosa destinadas a carteles de romerías, Semana Santa o fiestas patronales.

Maria José Atienza·21 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Los pinceles de Nuria Barrera, como la naturaleza, parecen renacer tras el invierno. Parecen, porque, realmente, en el estudio de esta pintora natural de la localidad sevillana de Carmona, no hay tiempo baldío.

Nuria Barrera se ha convertido en una referencia pictórica en la actualidad, especialmente en el sur de España. En su amplia colección destacan sus obras de temática religiosa destinada especialmente a cartelería de romerías, Semana Santa o fiestas patronales.

Carteles como el del Rocío en su Año Jubilar, la Redención de León o para la salida procesional de la Inmaculada de los Padres Blancos de Sevilla jalonan su producción en este ámbito.

Hace pocos meses, en plena pandemia, se inauguraba en el Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla el “Mural de la Esperanza”, emplazado de camino a la UCI y que reúne imágenes de la Virgen Macarena realizada por 7 pintores para dar esperanza a quienes se encuentran en momentos difíciles.

Pero, ante todo, Nuria Barrera es una mujer creyente, y eso se nota en cada pincelada de su temática religiosa. Obras desde la fe y para la fe, porque está convencida de que, la fe del autor es imprescindible, para lograr una buena obra de temática religiosa.

Una parte de tu obra es de temática religiosa. Como artista, como creyente, ¿consideras una responsabilidad «poner rostro» a Cristo, a la Virgen? 

– Siempre con mucho respeto. Pero, además, cuando  se trata de una devoción popular, más, ya que debe ser reconocible en pinceladas, porque no debe parecerse, sino ser.

¿Cómo se llega a dar con el rostro, con la mirada o el gesto perfecto? 

– Con mucha documentación y estudio previo de la imagen a representar. 

Para realizar una obra de temática religiosa, ¿es preciso ser creyente?

– Creo que es imprescindible, a través de la obra transmitimos lo que sentimos, y esa Fe interviene de manera directa en el trabajo que se está realizando.

¿Qué supone ese «plus» de la fe cuando se aborda un encargo de estas características? 

– Es aliento. Fuerza y ánimo para realizar de la mejor manera el nuevo proyecto. Yo personalmente me encomiendo a la imagen que esté dibujando o pintando, con la que me confieso y rezo mientras dura el proceso. Cuando además en tu vida personal sufres algún bache, es un modo de oración y de acercarme más a Dios. Es un privilegio para mí. 

Una obra religiosa ¿se plantea igual o de manera diferente a las de otro tipo de temática? ¿cómo es su proceso creativo? 

– El planteamiento es igual siempre, información, formación y ejecución. Con una base, en mi caso fotográfica, dibujo, compongo y después llega el color. Cómo pequeño secreto, confieso que suelo trazar una cruz antes de comenzar, rogando al Señor me inspire y guíe en cada pincelada.

Toda obra de arte es un diálogo, entre el autor y la obra, la obra y quien la contempla y por ende, el autor y el contemplador. En el caso de la pintura religiosa, ¿cómo se vive ese diálogo cuando se pinta «parte de lo que es uno mismo», de su fe?

– Como decía antes, se vive en ese diálogo con la obra, esa oración que impregna cada pincelada, para luego una vez acabada llegar al que la contemple, provocar emoción y sentimiento. Cuando se consigue es una satisfacción enorme.

En un mundo marcado por la rapidez, ¿tiene cabida un arte que llama a la contemplación, aunque sea «efímera» como un cartel de Romería o de Semana Santa? 

– Por supuesto, ése es el poder del Arte, que es capaz de abstraernos de la realidad para transportarnos a ese momento anunciado que nos haga sentir y vivir a través de la imagen. Ésa es la magia de la pintura. 

Dos cofrades ejemplares: Karol Wojtyła y Edith Stein

Ni Karol Wojtyła, ni Edith Stein fueron conscientes de la importancia de sus planteamientos personalistas para las Hermandades, pero han abierto un camino muy interesante, lleno de oportunidades, para el desarrollo de las mismas.

21 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

A estas alturas nadie discute que las hermandades no son cuerpos extraños a la sociedad, sino que forman parte de la misma y les afectan los mismos problemas.

En el análisis de la sociedad actual destacan una fuerte corriente de relativismo y un discurso populista que lleva al hombre a entregar su libertad al estado a cambio de garantizarse un cierto bienestar; aunque al final termina sin libertad y sin bienestar.

En un entorno social tan líquido como el que vivimos las hermandades no se han de posicionar corporativamente en la lucha política, pero han de dar criterios a los hermanos (CIC c. 298) para que éstos incidan positivamente en la sociedad.

No han de presentar soluciones técnicas para la resolución de los problemas sociales, tampoco proponer sistemas, ni manifestar preferencias partidistas.

Entre las misiones que el Código de Derecho Canónico asigna a las hermandades está el perfeccionamiento cristiano de sus miembros; para cumplir esta misión es preciso identificar las notas diferenciales de la persona y potenciarlas.

Han de proclamar los principios morales y dar criterio sobre cualquier asunto humano, también los referentes al orden social, en la medida que lo exijan los derechos fundamentales de la persona, de sus hermanos.

Ese análisis de la sociedad no se hace en el vacío, sino desde una cierta antropología, más o menos explícita, por eso la gestión y desenvolvimiento de las hermandades han de ser la manifestación externa de una fundamentación doctrinal firme y una sólida vida interior de sus responsables.

Sin embargo, hay hermandades que están comprando el discurso dominante de la sociología kofrade, centrado en los temas más gratificantes -salida procesional, cultos anuales, actividades sociales- y aislándose del debate de las ideas, al que consideran ajeno a la vida de la hermandad. Asumen así una visión de la realidad sin fundamentación y centrada en los sentimientos. Un modelo amable y cómodo, pero que debilita a las hermandades, a las que hace vulnerables.

El Concilio Vaticano II propone a los fieles “la cristianización de la sociedad desde dentro” (LG nº 31) y el Código de Derecho Canónico traslada ese imperativo a las hermandades (CIC c. 298).

Para trabajar en esa línea la Iglesia proporciona continuamente a todos, también a las hermandades, los fundamentos doctrinales para el necesario diálogo social.

Últimamente lo ha hecho a través de dos figuras excepcionales y muy actuales: San Juan Pablo II y Santa Edith Stein, Doctora de la Iglesia.

Los dos se mueven en el ámbito del personalismo: el sentido de la existencia humana se reconoce en la medida que la persona [la hermandad] atienda la tarea que se le ha señalado [su propósito], en la que ha de alcanzar su perfección.

En consecuencia la “calidad” de la persona [de la hermandad], no depende de su acomodo a unas determinadas normas, ni a la observancia de usos y costumbres cofrades decantados en el tiempo, sino de que su comportamiento sea acorde con su naturaleza.

Es el estudio de la acción el que revela a la persona y su desarrollo como tal: «cada persona [cada hermano] se perfecciona en la acción, en la medida que esa acción se ajusta a la ley natural, impresa en el hombre como participación en la naturaleza divina» (Karol Wojtyla, “Persona y Acción”).

En la hermandad, como en la sociedad, cada uno ha de poner sus capacidades al servicio de los demás, consciente de que el criterio último del valor de una persona no es qué aporta a la comunidad, a la familia, a su hermandad, «sino si esa aportación responde o no a la llamada de Dios, si es acorde con su naturaleza» (Edith Stein, “La estructura de la persona humana”).

Este planteamiento resulta un poco laborioso de asumir, pero proporciona al Hermano Mayor y demás responsables de la hermandad una especial libertad y serenidad en su actuación, aún cuando ésta pudiera resultar chocante a algunos.

Es muy probable que ninguno de estos dos santos, de sólida formación intelectual, fuera consciente de la importancia de sus planteamientos personalistas para las hermandades, pero han abierto un camino muy interesante, lleno de oportunidades, para el desarrollo de las mismas. Ahora se trata de recorrerlos.

El autorIgnacio Valduérteles

Doctor en Administración de Empresas. Director del Instituto de Investigación Aplicada a la Pyme Hermano Mayor (2017-2020) de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, en Sevilla. Ha publicado varios libros, monografías y artículos sobre las hermandades.

Mundo

Gallagher, una misión por la paz

"Demostrar la cercanía del Papa y de la Santa Sede a Ucrania y reiterar la importancia del diálogo para restablecer la paz": este es el objetivo de la visita del secretario para las Relaciones con los Estados, monseñor Paul Richard Gallagher, a Lviv, Kiev y los lugares afectados por la guerra.

Antonino Piccione·20 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

La visita comenzó el miércoles 18 de mayo y está previsto que finalice hoy tras las conversaciones con Dmytro Kuleba, Ministro de Asuntos Exteriores del país.

El viaje, programado inicialmente antes de Semana Santa con motivo del 30º aniversario de las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Ucrania y aplazado después por motivos de salud, incluía numerosos encuentros con líderes religiosos y representantes institucionales de las ciudades visitadas.

El primer día, el miércoles, hubo una gran participación y recogimiento. En la catedral de Lviv, uno de los edificios eclesiásticos más antiguos de Ucrania, que sobrevivió indemne al régimen comunista, monseñor Gallagher se reunió por la tarde para un intenso momento de oración acompañado por el arzobispo de Lviv de los latinos y presidente de la Conferencia Episcopal Ucraniana, monseñor Mieczysław Mokrzycki. También ser testigo de la cercanía y empatía del Papa Francisco hacia un pueblo en guerra desde hace tres meses.

Por la mañana, recibiendo al secretario para las Relaciones con los Estados en el paso fronterizo de Korczowa, entre Polonia y Ucrania, estaba el propio arzobispo Mokrzycki acompañado del embajador ucraniano ante la Santa Sede, Andrii Yurash; Desde aquí, escoltado por un eficaz dispositivo de seguridad, el prelado llegó al edificio de la Curia Arzobispal, en el centro de la ciudad, y a continuación partió hacia el complejo arzobispal greco-católico para mantener un encuentro fraternal con Mons. Igor Vozniak, arzobispo de Lviv, Mons. Volodymyr Hrutsa, obispo auxiliar, y otros obispos greco-católicos de la región.

Entre lo más destacado de este primer día de viaje se encuentra el encuentro con dos grupos diferentes de ucranianos desplazados acogidos en la parroquia de San Juan Pablo II y en el monasterio benedictino de San José; en total, unas doscientas personas, en su mayoría madres jóvenes con hijos y personas mayores. Sin embargo, estos dos centros de la comunidad católica latina han llegado a acoger a un total de más de cuatrocientas personas que huyen de los bombardeos y de los combates, todavía muy violentos, en amplias zonas del país.

En dos momentos distintos, Monseñor Gallagher se dirigió a los desplazados, asegurándoles las oraciones y la simpatía del Papa por el angustioso sufrimiento que les inflige el conflicto en curso. Y reiteró su esperanza de que la paz vuelva pronto a toda Ucrania. «En estas pocas horas -dijo el arzobispo- ya he podido escuchar muchos testimonios de vuestro sufrimiento, vuestro valor y vuestro gran espíritu de solidaridad. Y es precisamente la solidaridad», coincidió el arzobispo Mokrzycki, «la clave en la que hay que centrarse para la futura reconstrucción de Ucrania, cuando la locura de la guerra llegue a su fin».

De hecho, será a través del espíritu de solidaridad que ha surgido en estos días que podremos intentar reconstruir la sociedad nacional y las personas que la componen. Celebrando la Santa Misa en privado en la capilla de la residencia del Arzobispo de Lviv, Monseñor Gallagher, en una breve homilía, dijo estar convencido del momento histórico que vive la Iglesia Católica en Ucrania, en particular de los desafíos a los que los pastores están llamados a responder con gran amor y cercanía a su rebaño. Una situación que transforma un tiempo terrible de guerra en un tiempo de esperanza, en el que todos tienen la oportunidad de demostrar que están firmemente arraigados en Cristo.

El programa para el jueves 19 y el viernes 20 de mayo, marcado por importantes encuentros institucionales y ecuménicos, compromete al Secretario para las Relaciones con los Estados principalmente en la capital, Kiev, con una visita a algunos de los lugares que se han convertido en símbolos de esta guerra, que dura ya tres meses.

En primer lugar, las conversaciones con el presidente de la región de Lviv, Maksym Kozytskyy, y después la reunión con el arzobispo mayor de Kiev, Sviatoslav Shevchuk, jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana, y con el presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, Stanisław Gądecki. De hecho, una delegación de obispos polacos se encuentra en Ucrania del 17 al 20 de mayo y hará escala en Lviv y Kiev.

El objetivo de su misión es mostrar la solidaridad con el pueblo ucraniano y esbozar unfuturo común de la cooperación entre las estructuras eclesiales de los dos países en diferentes ámbitos: religioso, espiritual y humanitario.

En la entrevista con Mariusz Krawiec de Vatican News (jueves 19 de mayo), es el propio Gallagher quien se centra en el alcance de su misión en Ucrania y explica sus impresiones tras los dos primeros días: «Ver la guerra en la televisión es una cosa, tocar esta realidad es otra. También quiero expresar mi apoyo y solidaridad en nombre del Santo Padre.

La Santa Sede y el propio Santo Padre están dispuestos a hacer todo lo posible, la Santa Sede continúa su actividad diplomática con contactos con las autoridades ucranianas y también a través de la embajada rusa ante la Santa Sede tenemos algún contacto con Moscú.

La Santa Sede desea seguir fomentando el envío de ayuda humanitaria y, al mismo tiempo, sensibilizar a la comunidad internacional, lo que siempre es necesario». Sobre la respuesta de la Iglesia católica a la tremenda crisis humanitaria, Gallagher destaca la ayuda ofrecida a todos, no sólo a los católicos sino también a los miembros de otras religiones.

Sobre la misión del Secretario para las Relaciones con los Estados, se refirió el Secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, respondiendo a los periodistas al margen de un encuentro en la Universidad Católica de Milán: «Veamos cómo transcurre la visita de Gallagher a Ucrania y cuando vuelva haremos una valoración».

Sin embargo, el cardenal reiteró que, por el momento, «no hay ninguna intención por parte del Papa de ir a Ucrania». Además, el propio Pontífice, al tiempo que se declaraba dispuesto a hacer todo por la paz, había precisado que la hipótesis de una visita suya debía ser evaluada muy bien.

Sobre la cuestión del envío de armas a Ucrania, un tema que divide a la opinión pública y a los alineamientos políticos: «Me remito al Catecismo de la Iglesia Católica -respondió el cardenal-, que dice que hay un derecho a la defensa armada bajo ciertas condiciones que deben respetarse para poder hablar de una guerra justa. La cuestión de las armas se sitúa en este contexto. Es necesario relanzar el sistema de relaciones internacionales y el papel de los organismos internacionales -como la ONU-, que están en crisis, pero que la Santa Sede siempre ha apoyado y confiado».

El autorAntonino Piccione

Mundo

Canadá: Ir a las periferias. Al Polo Norte y al desierto laicista

Edmonton (provincia de Alberta), Iqaluit (territorio de Nunavut) y la ciudad de Québec son los tres lugares de Canadá a los que irá el Papa.

Fernando Emilio Mignone·20 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Papa Francisco vendrá a las periferias geográficas y existenciales del 24 al 29 de julio, cuando viaje al Canadá secularizado. Entrevistado por televisión en la ciudad de Québec, el cardenal Gérald Lacroix, arzobispo de esa ciudad y primado de Canadá, dijo que “aunque venga en silla de ruedas lo recibiremos con los brazos abiertos”. 

Se ha confirmado que las tres ciudades a donde Francisco irá son Edmonton (provincia de Alberta), Iqaluit (territorio de Nunavut) y la ciudad de Québec. La última visita papal a la provincia francófona tan laicista fue en 1984. 

Las fechas rondan el 26 de julio, fiesta de Santa Ana, muy querida por los indígenas canadienses. La abuela de Cristo es venerada por ellos desde hace siglos en Sainte Anne de Beaupré, cerca de la ciudad de Québec, y desde hace 133 años en Lac Sainte Anne, 100 km al oeste de la capital de Edmonton.

El arzobispo de Edmonton Richard Smith será el coordinador de la visita. Dijo el 13 de mayo que “la visita será una oportunidad para que el Papa, aquí en Canadá, pueda escuchar y dialogar con los pueblos indígenas, manifestarles su sincera cercanía y abordar el impacto de las escuelas residenciales.” Dijo que las tradiciones y ceremonias autóctonas serán esenciales durante la visita papal. Está admirado de que el Papa venga dada su salud, ya que, por ejemplo, ha cancelado su viaje al Líbano en junio. 

Iqaluit no existía como localidad habitada hasta la segunda guerra mundial, cuando Estados Unidos estableció una base aérea ahí. En 1999 Canadá creó el Territorio nacional de Nunavut, con dos millones de km2 que llegan al Polo Norte, mas con solo cuarenta mil habitantes. La mayor parte son inuit (antes se los llamaba esquimales) y cristianos. Su capital, Iqaluit, con ocho mil habitantes (la mitad, inuit), está situada en la bahía Frobisher, al sureste de la enorme isla Baffin. 

Siguiendo el consejo de Jesús, el Papa echará las redes en Iqaluit, que quiere decir “lugar de muchos peces”. Va en el mes más caluroso del año, cuando la temperatura oscila entre 4 y 12 grados centígrados. Francisco seguramente saludará a la gobernadora general de Canadá, Mary Simon, la primera gobernadora indígena de este país (o sea la representante de la Reina Isabel de Inglaterra). La madre de Simon era inuk (en singular: inuit está en plural) y Simon creció en esa cultura, como anglicana. El 1 de abril ella agradeció al Papa Francisco el que hubiera pedido perdón ese día en el Vaticano a los indígenas canadienses.

Para más background se puede leer Ir a la periferia del Gran Norte canadiense; Los “desaparecidos” de Canadá; El Papa viajará a Canadá para reunirse con indígenas; mi entrevista al historiador montrealense Jacques Rouillard; “Caminemos juntos, arrivederci Canada”: Histórica disculpa del Papa a indígenas canadienses.

Lecturas del domingo

«Las manos de Jesús que bendicen». Solemnidad de la Ascensión del Señor

Andrea Mardegan comenta las lecturas de la Ascensión del Señor y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan / Luis Herrera·20 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Con la Ascensión, Lucas concluye su Evangelio, y con el mismo Misterio comienza el libro de los Hechos. Por tanto, podemos entender la Ascensión como un nuevo comienzo, más que como una conclusión. También podemos entenderlo como una nueva forma de estar con nosotros, y no como una separación.

Es también la condición para el envío de aquel “al que mi Padre ha prometido”, de “la fuerza de lo alto”. Por eso los apóstoles tienen una gran alegría, y no la tristeza que sería tan comprensible ante la separación de un ser querido, y más aún si es el Hijo de Dios, quien ha cambiado sus vidas y la historia del mundo. 

Al final del Evangelio de Lucas Jesús se refiere a lo que “está escrito”: los libros del Antiguo Testamento que revelan el plan eterno de salvación del Padre, en el que siempre estaban previstos el sufrimiento y la resurrección de Cristo, y también la predicación de la conversión y del perdón de los pecados a todos los pueblos. Esta es la síntesis del anuncio confiado a los apóstoles como testigos.

Esta es su tarea, que también es la nuestra. Así pues, la Ascensión nos ayuda a recordar el kerigma, el anuncio esencial de la Iglesia primitiva, que debemos dar siempre al mundo: Cristo fue crucificado y resucitó, nos invita a la conversión y a recibir el perdón de Dios como sobreabundancia de amor.

Para su despedida, Jesús “los condujo a Betania”. Lucas utiliza el verbo que se usa muchas veces la Biblia de los LXX para decir que Dios condujo a su pueblo fuera de la tierra de Egipto, y en el Evangelio de Juan se usa para el buen pastor que guía a sus ovejas: Jesús lleva como buen pastor a sus apóstoles hacia Betania, el lugar tranquilo de su descanso. Y entonces levanta las manos. Esas mismas manos que cuarenta días antes les había mostrado en el Cenáculo: “¡Mirad mis manos y mis pies!”. Ahora también las miran y ven las huellas imperecederas de su pasión, y con esas manos los bendice.

Al final de sus días en la tierra Jesús no hace recomendaciones, reproches, lamentaciones, juicios o condenas. Al contrario, bendice a los suyos y a todos los que han de venir, a toda la Iglesia de todos los tiempos, a toda la creación. 

Pensemos en la bendición de Jesús cuando la recibimos en la liturgia o en las grandes fiestas: es siempre esa bendición, que se repite.

Una benevolencia divina, una fuerza que desciende de lo alto, que produce una vida más fuerte que la muerte, que el pecado, que toda fragilidad y toda maldad de los hombres. Que dona una paz que es más fuerte que cualquier guerra.

Los dos hombres con túnica blanca sacuden a los hombres de Galilea que estaban mirando al cielo y les dicen que Jesús volverá “de igual manera”: por lo tanto, volverá bendiciendo. 

La homilía sobre las lecturas de la Ascensión del Señor

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

El autorAndrea Mardegan / Luis Herrera

Mundo

Personas de todo el mundo felicitan a Benedicto XVI en su 95 cumpleaños

El Papa emérito: “las muestras de solidaridad de todo el mundo me han hecho muy feliz”

José M. García Pelegrín·19 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Con ocasión del 95o cumpleaños de Benedicto XVI, el pasado 16 de abril, el Papa emérito ha recibido un aluvión de felicitaciones a través de Internet, procedentes de todo el mundo; se recibieron casi 3.000 mensajes –en su mayoría en alemán, pero también en polaco, inglés, italiano y alguno en español–.

La iniciativa procedió de la Fundación “Tagespost de promoción del periodismo católico”, editora entre otras cosas del semanario homónimo, que creó un portal en Internet donde quien quisiera podía felicitar personalmente al Papa emérito (www.benedictusXVI.org). La página web, realizada en estrecha colaboración con Benedicto XVI, informa regularmente sobre la obra teológica del Papa emérito.

Uno de los primeros en enviar la felicitación a través de este medio fue el cardenal Kurt Koch, quien escribió: “Mi primera palabra solo puede ser gratitud. Doy gracias a Dios porque el Sábado Santo de 1927 nos dio a Joseph Ratzinger como un excelente ser humano, cristiano profundamente creyente, destacado teólogo y buen obispo y papa. Y doy las gracias al Papa emérito Benedicto XVI por su testimonio del amor de Dios durante toda una vida y por su convincente y magna obra teológica”.

Como para muestra basta un botón, entresacamos al azar dos mensajes entre esos miles: en alemán, Björn Hirsch, de Fulda, escribe: “Estimado Papa Benedicto XVI: me acerqué a la fe en la Jornada Mundial de la Juventud de Colonia en 2005. Posteriormente estudié Teología; y en estos estudios sus enseñanzas dejaron una profunda huella en mí. Y eso quisiera agradecérselo personalmente en su 95 cumpleaños, en el que le deseo la paz y la bendición de nuestro Señor Resucitado. Que Él le siga acompañando”.

En inglés, una persona que firma sencillamente “Lucy” escribe: “Sus enseñanzas seguirán inspirándonos y guiándonos durante las próximas décadas. Gracias por todo lo que ha aportado a la Iglesia y al mundo. Todos estamos en deuda con usted. ¡Que Dios le bendiga siempre!”.

El Papa emérito pudo leer las felicitaciones en un laptop con la ayuda de su secretario, Mons. Georg Gänswein, en su domicilio “Mater Ecclesiae”, dentro del Vaticano.

En el sitio web se puede leer también la respuesta de Benedicto XVI: “Con motivo de mi 95º cumpleaños, he recibido numerosas felicitaciones de todo el mundo. Estas numerosas muestras de fidelidad y solidaridad me han hecho muy feliz. Estoy muy agradecido y me uno a todos en la oración”.

Y Mons. Gänswein añade: “Benedicto XVI me ha pedido que transmita su más sincero agradecimiento a todos los que han felicitado al Papa emérito a través de la página web www.BenedictusXVI.org. Con gran alegría y conmovido interiormente, ha leído las numerosas y sentidas palabras que allí la han dirigido”.

Zoom

Ave Regina Pacis, la Reina de la Paz en Santa María Mayor

La escultura es obra de Guido Galli, que fue subdirector de los Museos y Galerías Pontificias. Se inauguró en 1918. La Virgen está sentada en el trono y levanta una mano en un gesto entre bendición y imposición del fin del conflicto armado.

Omnes·19 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Lecturas del domingo

«La habitación del Espíritu Santo». VI domingo de pascua

Andrea Mardegan comenta las lecturas del VI domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan·19 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Jesús, en el evangelio de Juan, ya nos habló de cómo el Padre lo ama. En la última cena habla también de nuestro amor por él, pero no lo manda, como el mandamiento nuevo, lo menciona como una posibilidad: “Si alguno me ama”.

Como condición para el inicio de un camino que lleva a observar su palabra y a recibir la promesa grande: llegar a ser nosotros el lugar donde el Padre y el Hijo se aman y, por tanto, la habitación del Espíritu Santo.

El autor del Apocalipsis dice que en la nueva Jerusalén no vio ningún templo: Dios es todo en todos. Porque es en el corazón humano donde desea habitar. Está a la puerta y llama; si le abrimos, amándole, entrará y cenará con nosotros y nosotros con él.

Es la única vez que Jesús dice explícitamente que el Paráclito es el Espíritu Santo, que nos “enseñará todo”. Jesús no quiso decir todo, es más, dijo poco, lo que éramos capaces de entender, y, además, el Espíritu Santo tiene que recordárnoslo.

Los Hechos de los Apóstoles nos hablan del primer concilio de Jerusalén y de su “larga discusión”, porque los cristianos judaizantes querían imponer la circuncisión a los paganos convertidos.

Un nuevo problema que Jesús no mencionó porque aún no existía, y tampoco quiso anticiparlo, como, a parte de las persecuciones, con los innumerables problemas que surgen a lo largo de la historia de la Iglesia y del mundo, y que la Iglesia está llamada a afrontar. 

Jesús tuvo una humildad infinita: quiso desaparecer para dejar su Iglesia y sus ovejas, con una confianza abrumadora, en manos de sus apóstoles, débiles, frágiles, pecadores.

Es así como estos se enfrentan a la primera gran crisis, y después de escuchar a Pedro, a Pablo y Bernabé, Santiago, obispo de Jerusalén, propone su mediación y sugiere a los paganos convertidos que sigan algunas prescripciones rituales para evitar que, al estar con ellos, a los cristianos procedentes del judaísmo les entrara el temor de la impureza legal.

La carta que envían a todas las comunidades, el primer documento oficial del Magisterio de la Iglesia, dice: “Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables”: y mencionan cuatro aspectos, de los muchos que causan impureza legal según el Levítico, que aconsejaba evitar. Han hecho la experiencia del Espíritu Santo que les enseña todo y les guía incluso en decisiones que son prudenciales.

En verdad Jesús puede darnos su paz frente a los problemas que nos aquejan, y a su aparente ausencia o distancia. Porque realmente el Espíritu Santo está con nosotros y nos enseña todo y nos recuerda las palabras de Jesús, y nos ayuda para entenderlas, poco a poco. Y porque Jesús sale al cielo en obediencia al Padre y porque volverá. 

La homilía sobre las lecturas del VI domingo de Pascua

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

América Latina

Pedro Brassesco: «El continente latinoamericano tiene una historia propia marcada por la sinodalidad»

Pedro Brassesco, secretario general adjunto del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), destaca que la sinodalidad "fortalece la misión porque hace más atractiva a la Iglesia".

Federico Piana·19 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

“¿El primer gran fruto? La misma práctica sinodal que se inició en las comunidades y parroquias con la escucha del Espíritu Santo que habla a través del Pueblo de Dios” apunta el padre Pedro Brassesco.

Brassesco es secretario general adjunto del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), el organismo eclesial que agrupa a los obispos de América Latina y el Caribe, y elabora un balance del camino sinodal en marcha que conducirá a la fase universal prevista para 2023.

“La fase continental latinoamericana comenzará el próximo mes de noviembre, cuando la Secretaría del Sínodo publicará el Instrumentum Laboris que recoge la síntesis del trabajo realizado por cada país. Mientras tanto, el CELAM está animando a las Conferencias Episcopales locales a continuar en esta fase diocesana y nacional”, dice el padre Brassesco.

¿Con qué herramientas está ayudando el CELAM a las Conferencias Episcopales?

– Hemos creado una comisión llamada ‘CELAM camino al Sínodo’ con la que organizaremos también la etapa continental, obviamente en coordinación con la Secretaría del Sínodo. Creemos que esta etapa debe caracterizarse por un encuentro continental y estamos analizando las diversas posibilidades de desarrollo: presencial o híbrido; regional o por país. Es un camino que debemos recorrer para que los aportes del continente reflejen sus particularidades y diversidades.

¿Cuáles son los frutos generados hasta ahora por este camino sinodal?

– Uno de los frutos más importantes es la escucha de los miembros del Pueblo de Dios, porque cada miembro tiene voz y es reconocido como sujeto dentro de la Iglesia. No se trata de abordar un tema concreto para sacar conclusiones sino de hacer un ejercicio sinodal.

¿Cuáles son las dificultades?

– Cierta resistencia a la idea misma de sinodalidad, especialmente por parte de algunos sectores clericalizados. También a varios sacerdotes les ha costado entusiasmarse, quizás por el cansancio, abrumados por las pesadas tareas pastorales o debilitados por la decepción por los resultados que no alcanzaron sus expectativas.

Otra dificultad está ligada a las distancias, tanto geográficas como existenciales. Todos deberían poder escuchar, pero la consulta, a menudo, se limita únicamente a las actividades comunitarias y litúrgicas. A pesar de ello, sin embargo, muchas diócesis han puesto en marcha iniciativas muy interesantes para entrar en contacto con sectores cuyas voces no siempre son escuchadas.

¿Qué representa la sinodalidad para el continente latinoamericano?

– El continente latinoamericano tiene una historia propia marcada por la sinodalidad como estilo eclesial.

En este territorio, desde finales del siglo XVI, los sínodos y concilios fueron muy frecuentes.

Las creaciones del CELAM y de las cinco Conferencias Episcopales Generales del Episcopado fueron el signo concreto de este ‘caminar juntos’ de la Iglesia latinoamericana. También muchas diócesis, en los últimos años, han retomado la práctica de organizar asambleas o sínodos en los que se perfilan los horizontes y la acción pastoral de la Iglesia particular.

El proceso de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe representó una instancia inédita de participación y comunión para discernir juntos sobre los desafíos pastorales de los próximos años.

¿Afectará la sinodalidad a la comunión y la misión?

– Sí. Una cosa es cierta: la sinodalidad pone en acto la comunión, la hace real y palpable en situaciones y procesos concretos. Posteriormente, transforma la comunión en un estilo, en un modo de ser Iglesia marcado por relaciones de escucha y respeto. Y luego la sinodalidad fortalece la misión porque hace más atractiva a la Iglesia, la transforma en testimonio vivo de la unidad en la diversidad. Una Iglesia sinodal no derrocha energías obsesionada por cuidar los espacios de poder o la conservación de las estructuras, sino que se deja animar por la novedad del Espíritu Santo que abre nuevos espacios de encuentro y de evangelización.

El CELAM realizó recientemente una semana de reuniones virtuales sobre el Sínodo. ¿Cuáles eran los objetivos de estas reuniones?

– Los encuentros se realizaron para facilitar la escucha y el diálogo y contaron con la participación de los diversos equipos de animación del Sínodo de las Conferencias Episcopales. El trabajo fue muy fructífero y notamos que el proceso sinodal fue bien recibido en casi todas las diócesis.

En su opinión, ¿cómo cambiará el Sínodo a la Iglesia en América Latina y el Caribe?

– Creo que el Sínodo es una etapa de un proceso más largo. No se pueden esperar cambios inmediatos porque la sinodalidad está íntimamente ligada a una conversión pastoral que no se puede imponer.

El Sínodo, como práctica, nos hace perder el miedo a escuchar a todo el Pueblo de Dios, cuya participación debe ser valorada.

Estoy seguro de que el Sínodo confirmará nuestro compromiso de transformar las estructuras eclesiales, pero esto no es suficiente: ciertamente será necesario seguir dando pasos nuevos y fructíferos.

En la Amazonía, en cambio, ¿cómo se está desarrollando el camino sinodal?

– Las conferencias episcopales, en los encuentros con los equipos de animación, nos han hecho saber que en la Amazonía estamos participando con entusiasmo en el camino sinodal.

También se destacó que la experiencia de escucha realizada en el Sínodo por la Amazonía fue un punto de partida fundamental.

A pesar de todo, existen obstáculos que impiden una mayor inclusión en el proceso sinodal: las grandes distancias, la dificultad para llegar a las comunidades y la falta de conectividad. Aún así, se han realizado experiencias muy significativas y creativas para lograr una mayor participación.

La Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) fue invitada a realizar un camino propio de acompañamiento al Sínodo y decidió incentivar y promover la participación en las respectivas diócesis para no generar un proceso de doble escucha. Posteriormente, en la fase continental, se ofrecerán aportaciones concretas, necesarias para que podamos reflexionar sobre realidades concretas.

El autorFederico Piana

 Periodista. Trabaja en Radio Vaticana y colabora con L'Osservatore Romano.

América Latina

Max Silva: “Ahora, el derecho a la vida ya no es fundamental”

Entrevista con el profesor Max Silva, experto en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, sobre un fallo relativo al derecho a la libertad religiosa.

Pablo Aguilera·18 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

En marzo de 2021 informamos de un relevante litigio que presentó una mujer chilena, Sandra Pavez, profesora de religión católica. Era lesbiana y convivía con otra mujer. El obispo de la diócesis de San Bernardo, donde estaba el colegio, le advirtió que su decisión era contraria a los deberes de castidad y que si no había un cambio se vería en la obligación de revocar su certificado de idoneidad, al no dar “testimonio de vida cristiana”, que la Iglesia católica espera y exige de los profesores de esa asignatura. Ella no accedió, y se le retiró la autorización para enseñar la religión católica, aunque pudo seguir trabajando en otras funciones en esa escuela. La profesora recurrió a los tribunales civiles y perdió en todas las instancias. 

En 2008 presentó su caso a la Comisión Interamericana de Derechos humanos que le dio la razón. A continuación presentó un reclamo a la Corte Interamericana de Derechos humanos (CIDH) contra el Estado de Chile. A fines de abril 2022 emitió el fallo favorable a Pavez. La Corte estuvo de acuerdo en que los niños y los padres tienen derecho a recibir educación religiosa, y que ésta puede incluirse en la enseñanza pública para garantizar los derechos de los padres. Hay, además, una intromisión en la libertad de las confesiones religiosas pues ordena crear e implementar un plan de capacitación permanente a los encargados de evaluar la idoneidad del personal docente; pide al Estado chileno determinar un procedimiento para impugnar las decisiones de los establecimientos educativos públicos en torno al nombramiento o remoción de profesores de religión como consecuencia de la emisión o revocación de un certificado de idoneidad.

Esta decisión podría afectar a una mayoría de los niños de Chile -y de los otros 21 países del continente sometidos a la CIDH- que reciben su educación a través de escuelas financiadas con fondos públicos. El fallo del tribunal implica que cualquier grupo religioso no podrá garantizar que los designados para enseñar esa religión vivan de acuerdo con lo que enseñan.

¿Este fallo es sorpresivo o va en la línea ideológica de dicho tribunal?

—La verdad es que no sorprende, no solo por la trayectoria de la jurisprudencia de este tribunal en los últimos años, sino también porque entre sus miembros hay destacados promotores de la causa LGTBI. Debe tenerse en cuenta que los derechos humanos que más se enarbolan hoy, poco tienen que ver con los así llamados “tradicionales”; y que dentro de esta nueva reconfiguración, el derecho a la vida, principal y previo derecho que posibilita el goce de todos los demás, ha dejado de ser la prerrogativa fundamental, pasando a ser sustituido por los llamados “derechos sexuales y reproductivos”. Estos son hoy el centro de tablero de los “nuevos derechos humanos”, ante los cuales ceden todos los restantes derechos, incluida la vida, como en el caso del no nacido. Y todo hace presagiar que este proceso continuará.

¿Qué es lo más relevante de este fallo?

—Si bien no he podido estudiar el fallo detenidamente, destaca que aunque la sentencia señale que se garantiza el derecho de los padres para dar la educación religiosa que estimen pertinente a sus hijos, en la práctica se hace casi inviable este derecho, al impedir que las instituciones religiosas puedan vigilar que sus docentes sean fieles al credo que dicen profesar. Y además, que el Estado adquiere una injerencia indebida y peligrosa en este ámbito, usurpándola arbitrariamente de las entidades religiosas a las que se deja casi sin herramientas eficaces para realizar su labor. Y la causa es que el derecho a la libertad religiosa y de los padres a educar a sus hijos de acuerdo con sus convicciones, choca contra lo que los organismos internacionales en general consideran lo más importante: los derechos sexuales y reproductivos.

¿Qué fuerza legal tendrá para el Estado de Chile?

—Existe la obligación de acatar y hacer cumplir los fallos en que el país sea condenado. Sin embargo, hay que hacer presente que este tribunal no tiene manera de forzar al país condenado para que efectivamente lo lleve a cabo. Es por eso que el índice de cumplimiento total de los fallos de la Corte a nivel continental es bastante bajo. Por tanto, depende sobre todo de la voluntad política de los gobiernos de turno llevarlo a la práctica. En todo caso, de hacerlo, se produciría una grave colisión con otros derechos consagrados en nuestra actual Constitución (como los que la Corte en los hechos ignora, pese a reconocerlos nominalmente), si bien esta incompatibilidad podría no darse en caso de ser aprobado un nuevo texto constitucional que vaya en la misma línea de lo señalado por la Corte Interamericana.

¿Las confesiones religiosas quedarán imposibilitadas de determinar la idoneidad de los profesores que enseñan religión?

—De cumplirse a cabalidad con el fallo, sí. En la práctica, lo que la Corte ha hecho, aunque no lo diga, es hacer inoperante esta facultad de las confesiones religiosas. El asunto es grave, pues en el fondo, implica que el poder civil pretende dominar por completo el ámbito religioso, terminando así con la justa autonomía de estas confesiones. Además, lo anterior afecta el derecho de los padres para educar a sus hijos de acuerdo con sus propias convicciones, la libertad de enseñanza, y de manera más lejana, la libertad de expresión y la objeción de conciencia, entre otros. En suma y aunque no se diga, se ha dado un paso en favor de la constitución de un Estado totalitario, paradójicamente, se insiste, en nombre de estos mismos “derechos humanos”.

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Mundo

¿Qué sacerdote para qué África?

¿Afecta la crisis del sacerdocio al continente africano? Los números parecen no responder afirmativamente a esta cuestión. Sin embargo, la formación de los sacerdotes africanos es un desafío importante: la calidad de la formación y el discernimiento es un reto permanente.

Jean Paulin Mbida·18 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

El último congreso sobre la teología fundamental del sacerdocio (17-19 de febrero de 2022 en Roma), convocado por el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación de Obispos, interpeló a todas las iglesias particulares. Sobre todo, puso de relieve ciertos puntos fundamentales sobre la crisis del sacerdocio que hasta entonces se habían descuidado e incluso ignorado. De hecho, para un buen número de observadores, e incluso de cristianos, que no siempre distinguen entre las causas y las consecuencias, la crisis del sacerdocio, la crisis de la fe, se manifiesta principalmente por el fenómeno de la crisis de las vocaciones. El agotamiento de las vocaciones, el vaciado o incluso el cierre de seminarios, noviciados y otras casas de formación, la desaparición de comunidades religiosas enteras, preocupan a las iglesias occidentales desde hace varias décadas, y siguen buscando las soluciones adecuadas.

Contraste en la Iglesia en África

Esto contrasta con la Iglesia en África, que crece en número hasta el punto de suscitar el interés de los grandes periódicos europeos occidentales laicos o secularistas (Le Monde, Le Figaro, etc.). El número de sacerdotes aumenta con cifras impresionantes y muy envidiables. En algunas partes del continente, el número de sacerdotes ha aumentado un 85% en veinte años, el de monjas un 60% y el de obispos un 45%. Las recientes publicaciones de los anuarios estadísticos de la Santa Sede ponen de manifiesto este verdadero auge vocacional en la Iglesia africana. Una crisis del sacerdocio en África aparece entonces como una tesis absurda, incoherente, un sinsentido y por lo tanto difícilmente defendible.

El congreso sobre el sacerdocio celebrado el pasado mes de febrero permitió ver más allá de la mera manifestación numérica y estadística de la crisis que atraviesa el sacerdocio y que sólo afecta a algunas iglesias. La crisis sistémica y empírica es mucho más profunda y dañina. En este sentido, las comunidades africanas se enfrentan a una crisis de fondo, de forma y de sustancia. La crisis de fondo se produce cuando la base doctrinal del sacerdocio no es correcta y, en consecuencia, afecta a la propia identidad del sacerdote, a su vida humana y espiritual y a su acción sacerdotal.

La crisis de forma es cierta cuando los múltiples rostros asumidos por el sacerdocio están desfasados de las expectativas del pueblo y de los objetivos de la misión, y cuando se desvían de lo esencial para construir sobre cuestiones marginales o ajenas a su finalidad. La crisis es sustancial porque el sacerdocio se está volviendo convencional, es decir, según la conveniencia de un mundo cuyos deseos se siguen ciegamente.

El congreso nos permite, una vez más, examinar a África, un continente que no experimenta una disminución de las vocaciones porque la crisis de las vocaciones no es una preocupación importante en comparación con las vocaciones en crisis. Si varios pastores africanos reconocen que todas las vocaciones son un don de Dios, han cuestionado varias veces la autenticidad de las mismas. De hecho, en una sociedad africana que está cambiando, que ha evolucionado mucho, y que pide mucho a los jóvenes, especialmente a los que desean un ideal de vida, el riesgo para algunos de que el sacerdocio sea una forma de avanzar en el estatus social es más evidente.

Continente codiciado

África es hoy el mercado codiciado por los epígonos de los barones espirituales y evangélicos que dicen luchar contra la pobreza en favor de la prosperidad. Se habla de una terra nullius, dividida en zonas de influencia, negocios y corporaciones. La pobreza y la dureza de la vida, padre de todos los demás desafíos, la depravación de la moral, el paro endémico de los jóvenes, aunque sean licenciados, que ahora están dispuestos a hacer cualquier cosa para ganarse la vida, aunque sea tirarse al Mediterráneo, son noticia desde hace décadas. Esta situación repercute, obviamente, en la acción de la Iglesia. Influye en el modelo de sacerdote e incluso dicta el perfil del sacerdote a formar. La condición social precaria, deletérea y aproximada ha repercutido efectivamente en el sacerdocio ministerial.

La situación del clero africano depende del diverso contexto en el que se ejerce el ministerio, de las disposiciones sociales y culturales y de las variadas inversiones de los sacerdotes. Ignace Ndongala Maduku describe las condiciones de algunos sacerdotes africanos de hoy como vagabundos en los que la vejez rima con la angustia, la enfermedad con la miseria. Nos encontramos con muchos funcionarios de Dios, un clero estatal y no pastores del pueblo. Una preocupación constante del clero africano es la subsistencia material de los sacerdotes, lo que lleva al establecimiento tácito de privilegios.

El lenguaje es a menudo insólito y escalofriante al describir este aspecto de la calidad de vida de los sacerdotes africanos: el darwinismo eclesiástico. Por otra parte, se castiga su actitud ante la élite y la autoridad: inclinarse ante los superiores y pisar a los inferiores, ser humilde ante las autoridades y autoritario ante los humildes. En este contexto, los nombramientos se perciben como avances, ascensos que a veces parecen plebiscitos, fuentes de ventajas materiales y diversos privilegios reales o imaginarios. La falta de equiparación entre los sacerdotes y el déficit de seguridad social, material y financiera crea una escandalosa desigualdad e injusticia entre los sacerdotes.

Prioridad formativa

Existe, por tanto, un verdadero reto educativo en relación con la formación de los futuros sacerdotes. El tema emerge con mayor agudeza ante los escándalos actuales, pero en realidad debe ser llevado a la atención de toda la comunidad cristiana, evitando la lógica del chivo expiatorio o la de la emergencia. Existe un riesgo muy real de que el sacerdocio sea una vía de escape para alcanzar un estatus social que los jóvenes no tendrían en la vida ordinaria. Algunas preguntas son esenciales hoy en día: ¿El modelo de formación de los futuros sacerdotes, heredado de la época misionera, sigue siendo eficaz con respecto al perfil de los sacerdotes a formar? ¿Qué sacerdotes? ¿Para qué sociedad? ¿El marco de los pequeños y grandes seminarios de reclusión que aún existen hoy en día, representan una garantía estable para la maduración de las vocaciones sacerdotales?

La formación de verdaderos pastores es una prioridad para la Iglesia africana, es la prioridad de las prioridades. Es un trabajo que requiere hombres y medios importantes. La calidad de la formación y el discernimiento es un reto permanente con la exigencia necesaria. Además, el seminario no es la única «rama» que tiene la responsabilidad de la formación de los candidatos al sacerdocio. La labor del seminario no puede ser la de ofrecer «productos acabados». Se necesita una visión sistémica que implique a los pastores, a los formadores, pero también a los sacerdotes y a toda la comunidad cristiana. La formación en el seminario implica, en sentido ascendente, la pastoral juvenil y debe favorecer una seria verificación de las condiciones de posibilidad para el desarrollo de personas determinadas en todos los ámbitos de la formación.

El discernimiento vocacional de los jóvenes debe seguir de cerca la evolución de las necesidades pastorales, ordenando las acciones concretas en una dirección precisa. Hay que prestar mucha atención al buen y santo discernimiento. Es cierto que no todos los seminaristas llegan a ser sacerdotes, pero la rapidez de la elección y la falta de discernimiento pueden llevar a los jóvenes de hoy a no vivir en profundidad su discernimiento vocacional, ya que la sociedad ofrece facilidades y atajos.

«Los ejemplos guían»

Un punto importante y crítico, muy a menudo descuidado en la mejora de la calidad de la formación de los futuros sacerdotes, sigue siendo la calidad y el testimonio concreto de los sacerdotes, de los obispos en su conjunto. Los seminaristas suelen ser más sensibles de lo que se cree al clima general de la vida del clero. Como dice un refrán italiano: las palabras enseñan, pero los ejemplos guían. Dado que el horizonte de la formación es prospectivo y «los futuros sacerdotes reciben una formación acorde con la importancia y el sentido que debe darse a su consagración», hay importantes reconstituciones del papel del sacerdote en la sociedad africana según el tria munera (enseñar, santificar y gobernar) que exigen una redefinición y actualización del oficio pastoral.

La animación y el despertar misionero, la instancia bíblica del profeta, la memoria de la llamada universal a la santidad: el bautismo y no la «sacramentalización» a ultranza parecen ser la base de una profundización y de un examen fecundos para un auténtico sacerdocio también para la Iglesia africana.

El autorJean Paulin Mbida

Director de Estudios del Seminario Mayor de Teología de Yaoundé-Nkolbisson (Camerún). Profesor de Ética social y política.

La objeción de conciencia

La objeción de conciencia supone que una persona antepone el dictado de su propia conciencia a lo ordenado o permitido por las leyes. Es un derecho fundamental de toda persona, esencial para el bien común de toda la ciudadanía, que el Estado debe reconocer y valorar.

18 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española acaba de publicar una Nota doctrinal sobre la objeción de conciencia, titulada “Para la libertad nos ha liberado Cristo” (Gal 5,1).

La Nota fundamenta el derecho a la objeción de conciencia en la libertad que, a su vez, se fundamenta en la dignidad propia del ser humano.

Dicha dignidad humana y libertad no es fruto o consecuencia de la voluntad de los seres humanos, ni de la voluntad del Estado o de los poderes públicos, sino que encuentra su fundamento en el hombre mismo y, en última instancia, en Dios su creador.

La objeción de conciencia en el Magisterio

Ya el Concilio Vaticano II hacía notar que “jamás tuvieron los hombres un sentido tan agudo de la libertad (que les es propia) como hoy” (cf Gaudium et Spes, n. 4). P

ero esta libertad, que consiste en “el poder, radicado en la razón y en la voluntad de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, y de ejecutar así, por sí mismo, acciones deliberadas” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1731), no se debe entender como una ausencia de toda ley moral que indique límites a su actuación, o como “una licencia para hacer todo lo que me agrada, aunque sea malo” (Conc. Vat. II, Gaudium et Spes, n.17).

El ser humano no se ha dado a sí mismo la existencia, por lo que ejerce correctamente su libertad cuando reconoce su radical dependencia de Dios, vive en permanente apertura a Él, busca cumplir su voluntad y, además, cuando reconoce que es miembro de la gran familia humana, por lo que el ejercicio de su libertad está condicionado por las relaciones sociales que condicionan su ejercicio.

Los poderes públicos deben no solo respetar, sino también defender y promover el ejercicio de la libertad de todas las personas y limitarlo solo en los casos que sea verdaderamente necesario para el bien común, el orden público y la convivencia pacífica.

Una característica muy profunda de la libertad humana se encuentra en el ámbito de la propia conciencia y de la religión o libertad religiosa.

Estamos ante un derecho fundamental, porque el hombre es un ser abierto a la trascendencia y porque afecta a lo más íntimo y profundo de su ser, cual es la propia conciencia. 

Hoy corremos el riesgo, también a nivel del ejercicio de los poderes públicos, de no favorecer suficientemente este derecho fundamental por una acusada tendencia a considerar que Dios pertenece solo al ámbito privado de la persona.

Para el Catecismo de la Iglesia Católica es claro que “el ciudadano tiene obligación en conciencia de no seguir las prescripciones de las autoridades civiles cuando estos preceptos son contrarios a las exigencias del orden moral, a los derechos fundamentales de las personas o a las enseñanzas del Evangelio” (n. 2.242).

La objeción de conciencia supone que una persona antepone el dictado de su propia conciencia a lo ordenado o permitido por las leyes. Es un derecho fundamental de toda persona, esencial para el bien común de toda la ciudadanía, que el Estado debe reconocer y valorar.

Es un derecho pre-político que el Estado no debe restringir o minimizar con la excusa de garantizar el acceso de las personas a ciertas prácticas reconocidas por la legislación positiva del Estado y menos presentarlo como un atentado contra “los derechos” de los demás.

Hay que regular este derecho fundamental a la objeción de conciencia garantizando que quienes quieran ejercitarlo no serán discriminados en el ámbito laboral o social.

La elaboración de un registro de objetores de conciencia atenta contra el derecho de todo ciudadano a no ser obligado a declarar sobre sus propias convicciones religiosas o simplemente filosóficas o ideológicas.

Termino invitandoos a leer con atención esta Nota de la Comisión Episcopal de la Doctrina de la Fe. Merece la pena.

El autorCelso Morga

Arzobispo emérito de la diócesis de Mérida Badajoz

España

Mons. Luis Argüello: «La salud moral de una sociedad se demuestra en su defensa de la vida»

La nueva ley permite abortar a las menores sin consentimiento paterno, “blinda” el acceso al aborto en los centros públicos y elimina el periodo de reflexión de 3 días y la información que se entregaba a la mujer para poder llevar adelante el embarazo.

Maria José Atienza·17 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El portavoz de la Conferencia Episcopal española, Mons. Luis Argüello ha calificado de «mala noticia el proyecto de ley “de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo” aprobada por el Gobierno de España.

La nueva ley permite abortar a las menores sin consentimiento paterno, “blinda” el acceso al aborto en los centros públicos y elimina el periodo de reflexión de 3 días y la información que se entregaba a la mujer para poder llevar adelante el embarazo.

En un mensaje difundido por la Conferencia Episcopal Española, Mons. Argüello destaca que “la defensa y la protección de la vida es una de las fuentes de la civilización. Una de las líneas rojas que expresan la salud moral de un pueblo”.

Argüello ha recordado que considerar el aborto como un “derecho” es afirmar el “derecho del fuerte sobre el débil a la hora de eliminar una vida nueva y distinta que existe en el seno de la madre” y ha querido destacar que “los avances de la ciencia nos hacen afirmar, con toda fuerza, que en el seno de una mujer embarazada existe nueva vida que es preciso acoger y cuidar, para lo que hay que defender a la madre”.

Una ley sin alternativas al aborto

La nueva ley apenas presta atención a las mujeres que quieren ser madres, a pesar de que puedan presentarse dificultades. De hecho, se centra en la promoción de la eliminación del bebé, por ejemplo en el refuerzo de la “formación de los y las profesionales en materia de interrupción voluntaria del embarazo”.

Entre los que esta ley considera “derechos reproductivos” se contempla además que “las mujeres de 16 a 18 años y las mujeres con discapacidad puedan acceder a la interrupción voluntaria del embarazo sin el permiso de sus tutores legales,

Además se incluye como delito la actuación de grupos como los rescatadores que, de manera pacífica, ofrecen a muchas mujeres alternativas al aborto hasta el último momento.

El portavoz de la CEE no ha dudado en defender la necesidad de ofrecer a las mujeres “las condiciones económicas, laborales, de vivienda… para acoger esta nueva vida. Argüello ha subrayado que la salud moral de una sociedad se demuestra en su defensa de la vida desde el “seno materno, pasando por todas las peripecias vitales hasta el momento final de la muerte como parte de la existencia”.

Vaticano

¿Cómo está, realmente, el Papa Francisco?

Los dolores de la rodilla del Pontífice, que han impedido varios encuentros y celebraciones, han hecho saltar los rumores sobre la salud del Papa que, tras varios días de rehabilitación, avanza en su movilidad y autonomía.

Giovanni Tridente·17 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Traducción del artículo al italiano

Desde hace días, incluso en la prensa internacional, circulan rumores sobre posibles complicaciones para la salud del Pontífice, hasta el punto de que también han comenzado los rumores sobre los principales candidatos a un posible próximo Cónclave como sucesores del Papa Francisco.

Ciertamente, no es agradable ver cómo empieza el torbellino de los llamados toto-nomi, en el que se plantean hipótesis, se «estudian» estrategias, se observan «jugadas» y se analiza con cierta vena exegética cualquier declaración dentro y fuera de los muros del Vaticano.

Es cierto que, desde finales del mes pasado, el Papa ha tenido que reducir el ritmo de su trabajo debido al empeoramiento de los dolores en su rodilla derecha, en la que padece artrosis (gonartrosis). Hemos empezado a verle en una silla de ruedas y cojeando notablemente incluso en pequeños movimientos. No ha presidido algunas celebraciones y ha pospuesto algunos nombramientos.

Sin embargo, hace unos días ha comenzado su periodo de rehabilitación, unas dos horas al día y, en comparación con el reposo absoluto prescrito por los médicos hace unas semanas, le vemos algo más «autónomo». En las audiencias privadas de la Casa Santa Marta se mueve más fácilmente con la ayuda de un bastón.

La salud del Papa Francisco

Nada de qué preocuparse, en definitiva; se trata simplemente de los clásicos achaques de la edad. Francisco tiene 85 años y ya sufría de ciática antes de su elección al papado, por lo que usa zapatos ortopédicos para ayudar a corregir la postura de su cadera.

Hace un año se sometió a una operación programada en el Hospital Gemelli de Roma para resolver una «estenosis diverticular sintomática del colon». La recuperación fue muy buena, y el Papa nunca ha rehuido reunirse con grupos de fieles, incluso los sábados por la mañana en la Sala Clementina. Desde entonces también ha realizado varios viajes al extranjero y hay más previstos para este verano, como Canadá y Sudán del Sur.

Desde hace un par de semanas recibe constantemente a diferentes grupos de fieles, incluso durante la misma mañana, como si quisiera compensar algunas de las reuniones aplazadas.

Permanece sentado en su silla de ruedas, desde la que pronuncia su discurso de despedida, pero no elude besar la mano al final de las audiencias.

El domingo celebró la misa de canonización de 10 nuevos santos y, tras el Regina Caeli, fue él mismo a saludar a los cardenales presentes en la Basílica de San Pedro. A continuación, hizo un recorrido por la Piazza y la Via della Conciliazione sentado en el Papamóvil.

Aunque un poco dolorido y cojeando de la rodilla, se le ve con su habitual determinación. Él mismo está convencido de que pasará, tardará algún tiempo, pero pasará.