Libros

El gran libro de la Creación

David Fernández recomienda la lectura de El gran libro de la Creación, de Gianfranco Ravasi.

David Fernández Alonso·10 de junio de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Libro

Título: El gran libro de la creación
Autor: Gianfranco Ravasi
Páginas: 250
Editorial: San Pablo
Ciudad: Madrid
Año: 2022

El cardenal Gianfranco Ravasi es uno de los exegetas internacionales más destacados. Desde 2007 es presidente del Consejo Pontificio para la Cultura y de las Comisiones Pontificias para el Patrimonio Cultural de la Iglesia y de la Arqueología Sagrada. 

Este nuevo libro trata sobre el cuidado de nuestra casa común a la luz de la Biblia. El punto de partida del autor se puede concretar en la cita del Papa Francisco en la encíclica Laudato si’: “Dios ha escrito un libro precioso, ‘cuyas letras son la multitud de criaturas presentes en el universo’”.

Para los interesados en la ecología cristiana, estas páginas están destinadas a creyentes, pero también a no creyentes, concebida la Creación como interlocutor común. 

El libro se divide en ocho capítulos que van desde el momento de la creación, hasta un capítulo donde se comenta la alabanza al Creador, pasando por capítulos sobre la luz, el agua, etc. 

Para los creyentes, podrá servir como una suerte de guía para la vida personal. Para los no creyentes, como código para interpretar la vida cultural y acoger la casa común, la tierra.  

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Vaticano

Francisco: «¿Qué significa poner a los más vulnerables en el centro?»

Con esta pregunta, el Papa invita a responder con un vídeo o una foto, escribiendo a [email protected] o interactuando en las redes sociales de la Sección de Migrantes y Refugiados con motivo de la 108ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, prevista para el domingo 25 de septiembre de 2022.

Antonino Piccione·9 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Es el Papa, en primera persona y en primer plano, quien plantea la pregunta directa: ¿Qué significa poner a los más vulnerables en el centro? Con esta pregunta se abre el vídeo publicado dentro de la campaña de comunicación promovida por la Sección de Migrantes y Refugiados. Esta sección perteneciente al Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede, lo ha hecho público con motivo de la 108ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, prevista para el domingo 25 de septiembre de 2022.

En ella, el Papa exhorta a construir un futuro inclusivo, un futuro para todos en el que nadie debe quedar excluido, especialmente los más vulnerables, como los migrantes, los refugiados, los desplazados y las víctimas de la trata.

El Santo Padre anima a escuchar los testimonios de los directamente afectados, como el de la joven migrante venezolana, Ana, que gracias a la ayuda de la Iglesia ha reconstruido una nueva vida en Ecuador junto a su familia.

La invitación del Papa Francisco se dirige a todos. Por ello, es posible responder a la pregunta «¿Qué significa poner a los más vulnerables en el centro?» con un vídeo o una foto, escribiendo a [email protected] o interactuando en las redes sociales de la Sección de Migrantes y Refugiados.

La Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado

«Durante el período previo a la 108ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, la Sección de Migrantes y Refugiados», señala la nota de prensa, «estará encantada de recibir testimonios escritos o multimedia y fotografías de las Iglesias locales y otros actores católicos que presenten su compromiso común con la atención pastoral a los migrantes y refugiados».

La Iglesia celebra el Día Mundial del Migrante y del Refugiado desde 1914. Es una oportunidad para mostrar la preocupación por las diferentes categorías de personas vulnerables que se desplazan, para rezar por ellas, ya que se enfrentan a muchos desafíos, y para sensibilizar sobre las oportunidades que ofrece la migración. Cada año, el GMMR se celebra el último domingo de septiembre; en 2022, se celebrará el 25 de septiembre. El título elegido por el Santo Padre para su mensaje anual es «Construir el futuro con los migrantes y los refugiados«.

El pasado 20 de mayo, en un mensaje a la Comisión Católica Internacional de Migraciones, Francisco instó a la Iglesia a «servir a todos». Además anima a «trabajar incansablemente por la construcción de un futuro de paz», especialmente para los que huyen, que deben ser acogidos, protegidos y amados.

Destacó los esfuerzos realizados en los últimos 70 años y, en particular, «para ayudar a las Iglesias a responder a los desafíos del desplazamiento masivo causado por el conflicto en Ucrania».

«Este es», señaló el Papa, «el mayor movimiento de refugiados que se ha producido en Europa desde la Segunda Guerra Mundial». 

El texto del mensaje también menciona a «los millones de solicitantes de asilo, refugiados y desplazados en otras partes del mundo, que necesitan desesperadamente ser acogidos, protegidos y amados».

Esta emergencia coloca a la Iglesia en una posición de servicio y escucha, pero también para comprometerse a «trabajar incansablemente en la construcción de un futuro de paz».

El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral

De ahí la indicación de algunas directrices como la importancia del compromiso común de «acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes y refugiados». Francisco también recordó que la Comisión, en la constitución apostólica Praedicate Evangelium, se sitúa dentro de las competencias del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, «para que su naturaleza y misión sean salvaguardadas de acuerdo con sus principios originales».

Otra indicación relevante es la de fomentar el desarrollo y la puesta en marcha de proyectos pastorales sobre migraciones. A esta se une la formación especializada de los agentes pastorales en el ámbito de las migraciones, «siempre al servicio de las Iglesias particulares y según sus propias competencias».

Una tarea que el Papa definió como «ad intra». Hacia fuera, «ad extra», la Comisión debe ofrecer programas específicos capaces de responder a los desafíos globales, realizando también actividades de promoción.

Por último, se apuesta por «una amplia sensibilización internacional sobre las cuestiones migratorias, para favorecer el respeto de los derechos humanos y la promoción de la dignidad de las personas según las orientaciones de la doctrina social de la Iglesia».

El autorAntonino Piccione

Lecturas del domingo

«La Trinidad nos va preparando». Solemnidad de la Santísima Trinidad 

Andrea Mardegan comenta las lecturas de la Solemnidad de la Santísima Trinidad y breve homilía en vídeo del sacerdote Luis Herrera.

Andrea Mardegan / Luis Herrera·9 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

En el día de la Trinidad leemos en el libro de los Proverbios el himno en que la Sabiduría divina dice que fue engendrada desde la eternidad, desde el principio de la tierra, cuando no había abismos, manantiales, colinas ni campos. Luego la vemos junto al creador, cuando fija los cielos, condensa las nubes y pone límites al mar. Como arquitecto, como la alegría de Dios cuya delicia es habitar con los hombres. Hay resonancias de este pasaje en los Evangelios y en Pablo cuando presentan a Jesús como Sabiduría divina: por eso, desde Justino, la tradición cristiana ve en este himno una prefiguración de Cristo.

Pablo en la carta a los Romanos (5, 1-5) describe en una síntesis admirable el progreso de la vida cristiana bajo la acción de la Trinidad. Por la fe hemos sido hechos justos y, por tanto, estamos en paz con el Padre por medio del Hijo. Por medio del Hijo también tenemos acceso a la gracia de Dios, que nos da una firme esperanza en el cumplimiento de su plan. Pablo añade una expresión fuerte: “nos gloriamos” de esta gracia. Pero, aunque nos gloriemos, no caemos en la ilusión de que todo va sobre ruedas. Tenemos tribulaciones, pero incluso en ellas nos gloriamos, por la experiencia de que la paciencia nace de la tribulación, y gracias a la paciencia las virtudes se hacen más firmes, y así, probadas, nos hacen recobrar la esperanza que ya recibimos como don, al principio, con la fe. Una esperanza más fuerte que supera la tentación de estar “decepcionada”, porque está puesta en Dios y no en cosas terrenales, y porque hemos recibido el amor de Dios, por lo que la esperanza ya se ha cumplido: el amor de Dios habita en nosotros gracias al Espíritu Santo que se nos ha dado.

Las palabras de Pablo nos invitan a examinar la historia de nuestra vida y a reconocer la acción de las personas divinas y a seguirla con docilidad, para facilitar la dinámica que Pablo describe. 

Jesús, en el pasaje de Juan, nos revela la profunda unidad de las tres personas. Siempre nos ha dicho lo que ha oído del Padre, y lo mismo hace el Espíritu Santo: toma de Jesús, y lo que es del Hijo es también del Padre, y nos lo anuncia. La obra de la historia de la salvación sigue abierta y el Espíritu la llevará adelante. Él ayudará a la Iglesia a afrontar cada acontecimiento futuro a la luz de la Revelación y con la gracia de la Redención. Porque Jesús conoce nuestra condición, sabe que no podemos “cargar” con las cosas que le gustaría decirnos. Con el mismo verbo el evangelista describe a Jesús “cargando” la cruz (19, 17). La Trinidad nos va preparando progresivamente, como explica Pablo a los romanos, para poder “cargar” con nuestra cruz y seguir a Jesús. Personalmente y como Iglesia.

La homilía sobre las lecturas de la Santísima Trinidad

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

El autorAndrea Mardegan / Luis Herrera

Mundo

Las claves del viaje del Papa Francisco a África

La Fundación Centro Académico Romano abordará, en un encuentro online, el panorama que acompañará al Papa Francisco en su visita a Sudán del Sur y a la República Democrática del Congo.

Maria José Atienza·8 de junio de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El encuentro que se celebrará el 30 de junio a partir de las 20:30 h., explicará la situación social, cultural y religiosa que se encontrará el Santo Padre en estas dos naciones. Ambas golpeadas por episodios de violencia, grandes bolsas de pobreza y desigualdades sociales.

En el encuentro participarán el sacerdote Belvy Delphane Diandaga, estudiante de Filosofía en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz (Roma) y natural del Congo; Mark Henry Zoman Tipoi, seminarista de Sudán del Sur y el dottore Gerardo Ferrara, experto en relaciones internacionales.

Los encuentros de reflexión CARF

La Fundación Centro Académico Romano organiza, de manera periódica, diversos encuentros online que abordan materias de interés y actualidad. En los diversos encuentros que han tenido lugar en los últimos meses se han tratado temas como la cultura de la cancelación, la Naprotecnología o el drama del conflicto entre Israel y Palestina.

Cultura

La Colina de las Cruces. Testimonio de la fe y la resistencia del pueblo lituano

A unos 12 kilómetros al norte de Šiauliai, la cuarta ciudad más grande de Lituania, situada en el término de la aldea Jurgaičiai y cerca de la frontera con Letonia, hay una pequeña colina alargada densamente poblada de cruces. Es la famosa Colina de las Cruces, o Kryziu Kalnas, testimonio de la fe y la resistencia del pueblo lituano.

Marija Meilutyte·8 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

La Colina de las Cruces aparece mencionada por primera vez en escritos de mediados del siglo XIX. En 1850, Maurikis Hriškevicius, tesorero de Šiauliai, escribió: “La gente sigue atribuyendo santidad al montículo de Jurgaiciai. Según las investigaciones locales, sucedió -que uno de los habitantes de Jurgaiciai prometió a Dios cuando estaba gravemente enfermo que, si sobrevivía a su enfermedad, erigiría una cruz en la colina. Sucedió que se curó mientras construía la cruz allí. Tan pronto como la noticia se extendió entre la gente, en pocos años se trajeron tantas cruces de pueblos lejanos y se erigieron otras allí que ahora podemos ver su abundancia.”

Historias sobre la Colina de las Cruces

Los relatos posteriores cuentan que las cruces se construyeron sobre las tumbas de los participantes en los levantamientos de 1831 y 1863 dos levantamientos de la antigua República de las Dos Naciones contra el Imperio ruso conocidos como “el Levantamiento de Noviembre” y “el Levantamiento de Enero”, respectivamente.

Los fallecidos fueron enterrados en el montículo. Esta versión de la erección de las cruces se difundió especialmente durante las décadas de la ocupación soviética, en un esfuerzo por restar importancia religiosa a la Colina de las Cruces y convertirla en un monumento a la resistencia del pueblo contra los explotadores.

Sin embargo, con los primeros testimonios, parece que las primeras cruces de la colina aparecieron como signos de sincera piedad popular y gratitud a Dios al que se unieron unos motivos adicionales: el deseo de honrar a los rebeldes enterrados aquí y, al mismo tiempo, oponerse a las autoridades zaristas que prohibían y obstaculizaban la erección de cruces.

Bajo el imperio zarista

Al final del siglo XVIII Lituania había sido incorporada al Imperio ruso. En esta época la costumbre de erigir cruceros de madera al borde de los caminos, cerca de las viviendas, ya estaba muy extendida en toda Lituania.

De hecho, la fabricación de cruces y cruceros de madera en Lituania forma parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde el año 2008.

Con la incorporación al Imperio Ruso, estos cruceros se convirtieron además en el símbolo de la identidad nacional y religiosa de Lituania.

En 1845, el gobierno ruso prohibió levantar cruces, excepto en iglesias y cementerios.

El pueblo se resistió a este decreto, lo ignoró y siguió construyendo sus cruces, consiguiendo, incluso, persuadir a funcionarios locales para que se pusieran de su parte.

Sin embargo, tras el levantamiento de 1863, se renovó la prohibición, y sólo se permitían las cruces en las tumbas.

En 1878, el zar Alejandro II levantó la prohibición, pero el funcionario del centro que envió la carta ordenó que no se hiciera pública. Así, la Colina de las Cruces, que nació como un signo de fe sincera, se convirtió en un signo de la fuerza y la resistencia de la fe, a pesar del sufrimiento y las pruebas.

A finales del siglo XIX, la Colina de las Cruces ya era bastante famosa, principalmente en el entorno local.

Esto se muestra en su aparición algunos mapas o, por ejemplo, en el artículo que, en 1888, el periódico lituano-estadounidense Lietuviškas balsas escribió sobre la Colina, titulado Sobre las pequeñas colinas de Lituania.

La devoción espontánea de los fieles fue apoyada y alentada por los sacerdotes de la zona, y también por los de parroquias más alejadas. En 1888 ya se había construido un Vía Crucis de 14 estaciones en la colina y hacia 1914 había 200 cruces y una capillita.

En 1918 Lituania declara su independencia. Durante el periodo de la independencia, se siguieron erigiendo cruces en la colina. La gente pudo reunirse para rezar, celebrar oficios religiosos, peregrinaciones y romerías sin ser molestados por nadie.

En estos años se recogen noticias de peregrinaciones de hasta 10.000 personas. El número de cruces en la colina seguía aumentando y en 1923 ya había unas cuatrocientas.

La época soviética

Con la ocupación soviética tras la II Guerra Mundial comienza una dura etapa en la vida de Lituania. Durante la época soviética, la Colina de las Cruces se convirtió en un símbolo de la lucha por la libertad religiosa muy conocido, incluso en el extranjero.

Cuanto más intentaba la potencia ocupante destruir la colina, incluso aplastarla, más florecía. Cuantos más esfuerzos se hacían para suprimir la erección de cruces, más cruces se levantaban.

Durante las difíciles décadas de la ocupación, el significado de la cruz como fuente de fuerza y esperanza fue particularmente evidente. La Colina de las Cruces fue apodada el “Gólgota lituano”.

Poco se sabe de la Colina de las Cruces durante la época de Stalin, cuando la represión y la persecución fueron especialmente brutales. Se cuenta que muchas cruces eran colocadas al anochecer por los familiares de los partisanos (luchadores por la independencia de Lituania) caídos.

colina cruces lituania
Una mujer coloca una cruz en la colina de las Cruces. ©CNS/Kalnins, Reuters

Tras la muerte de Stalin, la persecución de los creyentes bajó en intensidad y las autoridades adoptaron un enfoque más relajado respecto a la erección de cruces. Sólo entre 1956 y 1959 se plantaron allí unas 1.000 cruces.

En 1959 comenzó de nuevo la persecución de los cristianos en Lituania manifestada en la supresión de todas las manifestaciones de la vida religiosa, el cierre de las iglesias y la destrucción de los lugares sagrados.

El Comité Central del Partido Comunista de Lituania promulgó la resolución “Sobre las medidas para detener las visitas masivas a los lugares sagrados”. A partir de esta resolución se pusieron en marcha una serie de medidas con la intención de destruir las cruces levantadas sobre la colina.

En 1961 la comisión investigadora estableció que la que la colina y el manantial adyacente suponían un grave riesgo de propagación de enfermedades infecciosas y que, en opinión de la Comisión, “la situación no podía tolerarse por más tiempo”.

El 5 de abril de 1961, con la ayuda de excavadoras y buldóceres de un koljós (granja colectiva) cercano, las cruces fueron arrasada de la colina por equipos de prisioneros y soldados por orden de las autoridades comunistas.

Las cruces de madera derribadas fueron cortadas y quemadas en hogueras; las de cemento y piedra, destrozadas o enterradas en agua; y las de hierro se llevaron como chatarra. Todas las cruces de la colina –2.179 cruces realizadas en diferentes materiales– fueron destruidas en un día. Aunque la colina quedó completamente devastada, la gente no tuvo miedo de colocar de nuevo cruces.

Las cruces volvían a la colina, sorteando la vigilancia de las fuerzas de la KGB. Se colocaron tantas cruces que, entre 1973 y 1985, las autoridades soviéticas tuvieron que volver a arrasar la colina en cuatro ocasiones. Hubo incluso planes de inundar la colina para acabar con el problema.

La Colina de las Cruces volvió a crecer en popularidad en Lituania en los años 80 y 90.

Muchos de los testimonios de fe ligados a este lugar fueron descritos en la Crónica de la Iglesia católica en Lituania, a través de la cual llegaron a Occidente, por lo que la lucha por la supervivencia de la Colina de las Cruces se hizo ampliamente conocida tanto en el extranjero como en toda Lituania.

San Juan Pablo II en la Colina de las Cruces

Poco después de la recuperación de la independencia en 1990, tuvo lugar el acontecimiento más importante en la historia de la Colina de las Cruces: la visita del Papa Juan Pablo II el 7 de septiembre de 1993.

El Santo Padre, junto con los obispos de Lituania, celebró la Misa en la capilla erigida en para esa ocasión y en presencia de una multitud de personas (aproximadamente 100.000).

En su homilía, el Papa san Juan Pablo II recordó a los lituanos que fueron enviados a prisión o a los campos de concentración, deportados a Siberia o condenados a muerte. Antes y después de la Misa subió a la colina para rezar en el impresionante bosque de cruces.

El Santo Padre se sintió especialmente conmovido por el hecho de que se erigiera una cruz tras el atentado de 1981 rezando por su salud. “Como esa cruz permanece aquí, así la oración del Papa permanece con ustedes. Vuestra oración por el Papa, que hoy ha experimentado una gran gracia al visitar este lugar santo, permanece con él”, dijo.

Hoy, un gran crucifijo enviado por el propio Juan Pablo II, se encuentra en el centro de la Colina de las Cruces y es el punto de comienzo y final de muchas peregrinaciones.

A su regreso de los países Bálticos, durante su visita al monasterio franciscano del Alverna, Juan Pablo II animó a los franciscanos a construir una ermita en la Colina de las Cruces. El monasterio, que se encuentra a sólo 300 metros de la colina, fue consagrado el 8 de julio de 2000.

En 1997 se creó la diócesis de Šiauliai y el 20 de julio del mismo año, por decisión del obispo, se recuperó la romería de la Colina de las Cruces, que se celebra el último domingo de julio. Desde entonces, cada año, muchas personas de toda Lituania, y de otros países, se reúnen para celebrar la romería, a la que suelen asistir el Nuncio Apostólico y todos los obispos lituanos.

Desde entonces, muchas personas cada año colocan sus cruces tanto a título personal como de grupos en conmemoración de distintos eventos.

Se colocan tanto pequeñas y simples cruces de madera, como grandes cruceros artísticos. En el año 2007 se contaron más de 200.000 cruces en la Colina. Un lugar que se ha convertido en un punto de interés de devoción y turismo para quienes visitan Lituania.

El autorMarija Meilutyte

Vaticano

El Papa Francisco critica el optimismo biotecnológico que postula la inmortalidad

El Papa Francisco continúa su catequesis sobre los ancianos. En esta ocasión, partiendo del diálogo de Jesús con Nicodemo, el pontífice reflexiona sobre la sabiduría de los ancianos. Se centra especialmente en cómo saben descubrir la belleza de la vida orientada a Dios, sin engañarse con la ensoñación transhumanista de una vida eterna gracias a los avances biotecnológicos.

Javier García Herrería·8 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Esta semana el Papa comenzó su reflexión desde el texto evangélico del diálogo de Jesús con Nicodemo. «En la conversación de Jesús con Nicodemo emerge el corazón de la revelación de Jesús y de sumisión redentora, cuando dice: «Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna» (v. 16). Jesús dice a Nicodemo que para “ver el reino de Dios” es necesario “renacer de lo alto” (cfr v. 3)».

Nicodemo no entiende las palabras de Jesús y «malinterpreta este nacimiento, y cuestiona la vejez como evidencia de su imposibilidad: el ser humano envejece inevitablemente». Sin embargo, tal y como viene señalando el Papa en los últimos meses, «ser viejos no sólo no es un obstáculo para el nacimiento de lo alto del que habla Jesús, sino que se convierte en el tiempo oportuno». Es en la vejez donde los ancianos deben redescubrir cuál es su misión en la vida.

El mito de la eterna juventud

Nuestro contexto sociocultural muestra «una preocupante tendencia a considerar el nacimiento de un hijo como una simple cuestión de producción y de reproducción biológica del ser humano, cultivan el mito de la eterna juventud como la obsesión –desesperada– de una carne incorruptible. ¿Por qué la vejez es –de muchas maneras– despreciada? Porque lleva a la evidencia irrefutable de la destitución de este mito, que quisiera hacernos volver al vientre de la madre, para volver siempre jóvenes en el cuerpo».

El desarrollo biotecnológico de las últimas décadas ha impulsado un optimismo que llega incluso a sostener la posibilidad de ser inmortales. «La técnica se deja atraer por este mito en todos los sentidos: esperando vencer a la muerte, podemos mantener vivo el cuerpo con la medicina y los cosméticos, que ralentizan, esconden, eliminan la vejez. Naturalmente, una cosa es el bienestar, otra cosa es la alimentación del mito. No se puede negar, sin embargo, que la confusión entre los dos aspectos nos está creando una cierta confusión mental».

Saliéndose del texto programado, el Papa Francisco ha hecho unas valiosas consideraciones sobre la belleza de las arrugas de los ancianos, que se contraponen a la cultura de las operaciones estéticas. «Se hace tanto para volver a tener esta juventud siempre. Tantos maquillajes, tantas intervenciones quirúrgicas para parecer jóvenes. Me vienen a la mente las palabras de una sabia actriz italiana. Cuando le dijeron que tenia que quitarse las arrugas y ella dijo: no, no las toquen, me llevó muchos años tenerlas. Eso esto, las arrugas son un símbolo de la experiencia, de la madurez, de haber hecho un camino. No tocarlas para convertirse en jóvenes, pero jóvenes de cara, lo que importa es toda la personalidad. Lo que interesa es el corazón que permanece con esa juventud del vino bueno, que cuanto más envejece más bueno es».

La vida en la carne mortal es una bellísima “incompleta”: como ciertas obras de arte que precisamente en su ser incompletas tienen un encanto único. Porque la vida aquí abajo es “iniciación”, no cumplimiento: venimos al mundo así, como personas reales, para siempre. Pero la vida en la carne mortal es un espacio y un tiempo demasiado pequeño para custodiar intacta y llevar a cumplimiento la parte más valiosa de nuestra existencia en el tiempo del mundo.

Siguiendo esta lógica, «la vejez tiene una belleza única: caminamos hacia el Eterno. Nadie puede volver a entrar en el vientre de la madre, ni siquiera en su sustituto tecnológico y consumista. Sería triste, incluso si fuera posible. El viejo camina hacia adelante, hacia el destino, hacia el cielo de Dios. La vejez por eso es un tiempo especial para disolver el futuro de la ilusión tecnocrática de una supervivencia biológica y robótica, pero sobre todo porque abre a la ternura del vientre creador y generador de Dios».

Vaticano

La embajada más antigua ante la Santa Sede cumple 400 años

Rome Reports·8 de junio de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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La embajada de España ante la Santa Sede cumple 400 años y lo celebra por todo lo alto. España fue el primer país con una representación permanente ante la Santa Sede.

Su sede, que fuera propiedad del conde de Ocaña, lleva en Piazza di Spagna desde 1622 y se ha engalanado para la ocasión a lo que se suma un amplio programa de actividades culturales por este cuarto centenario.


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Cristianos perseguidos y también ignorados

Tras el reciente atentado en Nigeria, en el que han fallecido 50 personas, cabe preguntarse qué podemos hacer por los cristianos perseguidos.

7 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

En una iglesia en Nigeria 50 cristianos han muerto masacrados mientras celebraban Pentecostés. Unos radicales la emprendieron a tiros y pusieron una bomba durante la ceremonia. El presidente del país y el Papa han condenado los ataques y mostrado sus condolencias. Los ciudadanos de occidente hemos visto la noticia, publicada en casi todos los diarios. 

Sin embargo, la persecución contra los cristianos no es un buen titular para los intereses partidistas de algunos grupos. Eso de que los cristianos se puedan presentar como una víctima injustamente atacada, no cuadra con los tópicos habituales. Los creyentes son más bien el chivo expiatorio al que acusar de los mayores males de occidente, desde el patriarcado hasta la falta de libertad de expresión. Por eso, en la opinión pública no parece que tenga suficiente repercusión la violencia que se ejerce contra los cristianos. ¿Hubiera sido mayor la reacción internacional si hubiera sido un delito de homofobia? Aunque evidentemente no se trata de comparar unas injusticias con otras, podemos preguntarnos si la percepción de la realidad no nos está llegando un poco distorsionada. 

Los datos muestran cómo, desde hace una década, el número de cristianos asesinados anualmente por su fe supera con mucho las 3500 víctimas. ¿Cómo es posible que esta masacre no esté en boca de todos? Podríamos buscar explicaciones en el proceso de secularización de nuestras sociedades, la indiferencia religiosa o maquiavélicas discriminaciones contra los creyentes. Y algo de eso habrá.

Sin embargo, a mí me gustaría dejar de lado los sentimientos victimistas y hacer autocrítica. Los creyentes, ¿estamos preocupados por este asunto? ¿Rezamos con frecuencia por esta intención? ¿Comentamos nuestra preocupación con naturalidad con nuestros amigos, compañeros o familiares? En una palabra, ¿lo tenemos en la cabeza? Mi impresión general es que no mucho.

Estamos en el mes de junio y las grandes empresas tunean sus logotipos en occidente mostrando la bandera del arcoiris. Quizá también uno puede hacer un pequeño gesto y empezar a hablar más de esta realidad, ver el último informe de libertad religiosa de Ayuda a la Iglesia Necesitada o empezar a usar el signo de los cristianos perseguidos: ن. En definitiva, ir más allá de los lamentos estériles. 

El autorJavier García Herrería

Redactor de Omnes. Anteriormente ha sido colaborador en diversos medios y profesor de Filosofía de Bachillerato durante 18 años.

Vaticano

El Papa Francisco visitará la tumba del primer papa que renunció

Rome Reports·7 de junio de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

El próximo 28 de agosto el Papa visitará L’Aquila. Esta región italiana, que aún no se ha recuperado del terrible terremoto que en 2009 se cobró más de 300 vidas, guarda además la tumba de Celestino V, el primer pontífice en renunciar.

Allí se reunirá con víctimas y abrirá el Jubileo de la “Perdonanza”, iniciado por el Papa Celestino V en el día de su elección en el año 1294


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Cultura

Líbano: un país al borde del abismo

En los últimos años, sacudido por la crisis económica, las explosiones de 2020, Líbano encara un difícil panorama. Las últimas elecciones muestran un país que lucha por cambiar pero que ha perdido la confianza y en el que el papel de las comunidades cristianas sigue siendo crucial para su destino.

Gerardo Ferrara·7 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

Traducción del artículo al inglés

La ocupación siria de Líbano no terminó hasta 2005, cuando la FAD (Fuerza de Disolución) tuvo que abandonar el país tras las protestas, conocidas como la Revolución del Cedro, derivadas del brutal atentado contra el ex primer ministro Rafiq Hariri, del que se culpó a Damasco, cuyo régimen era abiertamente hostil a Hariri. De estas protestas surgieron dos coaliciones políticas.

La primera, la Alianza del 14 de marzo, supuso el acuerdo de fuerzas políticas mixtas e interconfesionales, entre ellas las Falanges Libanesas, un histórico partido maronita presidido ahora por un exponente de la histórica familia Gemayel, Sami (nieto del famoso Bashir, hijo de Amine y hermano de Pierre Amine, los dos primeros presidentes de la república, último exponente de la Alianza del 14 de marzo, todos ellos asesinados en diversos atentados); Las Fuerzas Libanesas, otro partido maronita (presidido por su fundador y antiguo miliciano Samir Geagea); El Futuro, un partido suní, disuelto por su fundador Saad Hariri, hijo de Rafiq, cuando renunció en 2021 a la presidencia del gobierno y se retiró de la escena política. Esta alianza se caracteriza por sus posiciones antisirias y antiiraníes y por su proximidad a Arabia Saudí y Occidente.

La segunda, la Alianza del 8 de marzo, reunía al Movimiento Patriótico Libre, el partido del actual y disputado presidente maronita de la República, Michel Aoun; a Amal (el movimiento político chiíta vinculado a Hezbolá) y a otros, conocidos por su hostilidad a Israel y sus posiciones abiertamente pro-sirias, o mejor aún, pro-iraníes.

Desde entonces, a pesar de la inestabilidad endémica de la región y del propio país (un ejemplo de ello es la segunda guerra del Líbano, en 2006, con la invasión de Israel tras los lanzamientos de misiles de Hezbolá a su territorio desde el sur del país), parecía que el Líbano, con su reconstrucción de posguerra, se estaba recuperando lentamente.

La crisis económica y las explosiones de 2020

Sin embargo, una nueva y devastadora crisis económica (calificada por el Banco Mundial como «una de las tres peores crisis que ha conocido el mundo desde mediados del siglo XIX»), que provocó numerosas protestas en 2019 y la alternancia de gobiernos y presidentes a favor o en contra de Hezbolá, la emergencia sanitaria relacionada con el COVID19 y, por último, la notoria y tremenda explosión que, el 4 de agosto de 2020, destruyó el puerto de Beirut y devastó los barrios circundantes (predominantemente cristianos), matando a más de 200 personas y dejando a 300.000 sin hogar, han llevado al país al borde del abismo.

Se calcula que más de 160.000 personas han emigrado del Líbano (sumándose a la ya numerosa diáspora libanesa en el extranjero, entre 4 y 8 millones de personas, principalmente cristianas, aunque algunas estimaciones elevan la cifra a casi 14 millones, el doble de libaneses que viven en el país), por no hablar de que el país acoge a cientos de miles de refugiados sirios y palestinos que, junto con el ya enorme número de ciudadanos libaneses que viven por debajo del umbral de la pobreza, están convirtiendo el País de los Cedros en un polvorín.

Crisis políticas y elecciones

Las cuestiones anteriores provocaron la caída y la alternancia, entre 2018 y 2021, de varios gobiernos: Saad Hariri, Hassan Diab, Hariri de nuevo y, finalmente, Najib Mikati, y el surgimiento de un movimiento empeñado en cambiar el equilibrio parlamentario, luchar contra la corrupción endémica (también vinculada al confesionalismo y al tribalismo) y aportar soluciones concretas a la crisis económica.

Sin embargo, este mismo movimiento no ha logrado federarse bajo una sola ala política e imponerse a nivel nacional, aunque, por primera vez en la historia del país, las recientes elecciones legislativas del l5 de mayo de 2022 mostraron la sombra de un posible cambio.

La campaña electoral y el debate político, de hecho, pusieron en primer plano cuatro cuestiones fundamentales sobre las que giró el voto: Hezbolá y la injerencia de Irán; la «neutralidad positiva» del país, tal y como la propone y entiende el patriarca maronita Bechara Boutros Raï; la crisis bancaria y financiera; la reforma judicial y la lucha contra la corrupción, para esclarecer las causas de la deflagración del puerto de Beirut del 4 de agosto de 2020 (Hezbolá, además, siempre se ha opuesto a una investigación formal y objetiva de estos trágicos sucesos).

El panorama que surge a la luz de los resultados finales es, sin embargo, el de un país que lucha por cambiar y que ha perdido la confianza. El abstencionismo dominó en todas partes, incluso en los feudos de Hezbolá: un claro mensaje de desconfianza hacia la clase dirigente.

En cualquier caso, el presidente saliente, Michel Aoun, ha visto cómo sus propios diputados elegidos en el parlamento se han reducido a la mitad (el suyo es un partido, recordemos, predominantemente maronita pero aliado con Amal y Hezbolá), superado por las Fuerzas Libanesas de Geagea, su archirrival, que se ha convertido en el primer partido cristiano del Líbano. Derrota parcial, por cierto, también para Amal y el propio Hezbolá, ya que en el sur del Líbano, histórico bastión chiíta, fueron elegidos un druso y un cristiano de una facción diferente.

El papel de los cristianos

El corazón espiritual y cultural del Líbano, decíamos, es ciertamente cristiano, sobre todo si pensamos en los principales centros espirituales del país, que son el valle de Qadisha (el santo), en el norte del país, verdadero fulcro del cristianismo sirio y de la Iglesia maronita (de rito siro-antioqueno).

La Iglesia maronita, en comunión con Roma, toma su nombre de su fundador, San Marón, y tiene su sede histórica en el verde valle de Qadisha, repleto de antiguos monasterios, engarzados como perlas en la roca y convertidos, con el paso del tiempo, en centros de irradiación (un poco como los monasterios benedictinos en Europa) del conocimiento (la primera imprenta del Líbano se realizó en uno de ellos), del arte, de la cultura, de diversos oficios (entre ellos la agricultura, especialmente el cultivo en terrazas), de la sabiduría espiritual, así como de la cercanía al pueblo.

Prueba de ello es la gran devoción que todos los libaneses, tanto cristianos como musulmanes, sienten por los santos locales (por ejemplo, el famoso San Charbel Makhlouf, San Naamtallah Hardini, San Rafqah), cuyos santuarios son el destino de incesantes peregrinaciones interconfesionales e interreligiosas.

Las recientes elecciones también confirmaron que el papel de las comunidades cristianas sigue siendo crucial para el destino del país. De hecho, también gracias a la contribución de los cristianos y del presidente Michel Aoun, la mayoría surgida de las anteriores elecciones de 2018 había empujado al país a la órbita chií, bajo la égida de Irán, en este caso, con la afirmación de los partidos cristianos que se refieren a la Alianza del 14 de marzo, Líbano podría acercarse a Arabia Saudí, a Israel y, por extensión, al bloque occidental. Todo esto, sin embargo, si se puede formar un gobierno, dado que no se ha creado una mayoría parlamentaria adecuada, con la perspectiva de una mayor parálisis política y el estancamiento, si no empeoramiento, de la crisis actual.

Entre otras cosas, la peculiaridad libanesa en el mundo árabe-islámico no es sólo la de haber institucionalizado la presencia cristiana a nivel político, sino también la de ver, entre los propios cristianos, el predominio de los católicos, en particular de los maronitas (las otras Iglesias católicas sui iuris presentes en el país son la Iglesia melquita o greco-católica, que representa al menos el 12% de la población, la Iglesia armenio-católica y la Iglesia sirio-católica. Los latinos también están presentes, por supuesto, aunque en menor número).

El escritor ha podido experimentar lo fascinante que es este ecumenismo popular: no es raro asistir a almuerzos de familias numerosas, donde madres, padres, hermanos, hermanas, cuñados, primos, son expresión de todas las Iglesias presentes en el Líbano, ya sean católicas, ortodoxas o protestantes.

Así pues, a lo largo de los años, el Patriarca maronita se ha convertido en una figura destacada, no sólo como representante ideal de todas las comunidades cristianas, sino también de toda la sociedad civil. Su Iglesia, de hecho, además de ser la expresión de una parte importante de la población libanesa, es también la más activa en la prestación de ayuda no sólo a los cristianos, sino a todo el pueblo.

Recientemente, con motivo de la fiesta de San Marón en 2022, el Patriarca recordó a las autoridades civiles del país que «los maronitas libaneses han hecho de la libertad su espiritualidad», así como un «proyecto social y político», y que este avance se traduce no sólo en la fe y el progreso, sino también en la promoción de valores como el amor, la dignidad y la fuerza, en contraste con «el rencor, la envidia, el odio, la venganza y el espíritu de rendición».

El cardenal Raï ha defendido enérgicamente la pluralidad cultural y religiosa del Líbano, la democracia y la separación de la religión del Estado, promoviendo ese concepto especialmente querido para él de la «neutralidad positiva» del país, que preserva su alma y su identidad como tierra de encuentro entre civilizaciones, de hecho, distorsionada por quienes la han convertido en «un escenario de conflictos en la región y una plataforma de misiles» (la referencia a Hezbolá es evidente). Según Raï, que se ha convertido en el verdadero pulso del país, es imperativo, «para salvar la unidad del Líbano y demostrar su neutralidad», respetar el triángulo histórico que une «el propósito del Pacto de Convivencia, el propósito del papel de los cristianos y el propósito de la lealtad al propio Líbano».

El autorGerardo Ferrara

Escritor, historiador y experto en historia, política y cultura de Oriente Medio.

No basta con querer acompañar para saber acompañar a las familias

Formar hoy a las personas en lo familiar, requiere no solo transmitir unos conocimientos, sino ser capaces de estar cerca de las familias.

7 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El pasado mes de mayo tuvo lugar en Barcelona el I Workshop Internacional sobre Acompañamiento Familiar, al que asistieron de modo presencial más de 500 personas procedentes de más de 50 países de todo el mundo, y al que será posible participar también en diferido durante los próximos meses. Un evento con un enfoque marcadamente práctico y realista, por la combinación de conferencias con mesas de expertos y espacios de networking.

Formar hoy a las personas en lo familiar, requiere no solo transmitir unos conocimientos, sino ser capaces de estar cerca de las familias. Estar donde las familias están. Apoyarlas para que descubran sus propios recursos y sean capaces de resolver las dificultades que todas las relaciones personales comportan, esto es precisamente el acompañamiento.

Este cambio de paradigma, supone un abordaje que va más allá de la terapia, la mediación o la resolución de conflictos. Aún comprendiendo todos estos aspectos, el acompañamiento pretende salir al paso de la realidad cotidiana de la mayor parte de las familias, que pasan -en mayor o menor medida- por crisis y dilemas.

La nueva cultura de la familia se debería reconstruir más con buenas prácticas -con estilos de vida- que con ideas que, evidentemente son también necesarias. Mariolina Ceriotti, neuropsiquiatra y terapeuta familiar de Milán, aborda una cuestión clave: la fuerza intrínseca de los vínculos como pilares fundantes de lo familiar frente a un mundo en creciente individualización. Una mirada optimista completada por Raphael Bonelli, psiquiatra vienés, quien trata sobre la gestión de las crisis familiares.

Otros expertos, como el francés Thierry Veyron La Croix, fundador de La Maison des Families de Lyon, aportaron sus buenas prácticas acompañando familias desde distintos países y ámbitos (redes sociales, radio, centros educativos, gabinetes profesionales, pastoral familiar, etc.), con un claro telón de fondo: “acompañar a las familias en lo ordinario”.

En palabras de Juan José Pérez-Soba, profesor del Instituto Juan Pablo II sobre matrimonio y familia de Roma, e “invirtiendo tiempo”, según Rafael Lafuente, experto en educación afectivo-sexual, “debemos ser capaces  de hablar a los jóvenes de la belleza del amor, de la sexualidad y de la familia con lenguaje de Mercadona, para que la gente común nos  entienda.

Por su parte, María Pilar Lacorte, subdirectora del Instituto de Estudios Superiores de la Familia, destacó que no basta con querer acompañar para saber acompañar. Es importante aprender, formarse. Es contradictorio que nos formemos mucho para casi todo: carrera, masters, carnet de conducir, idiomas… y mucho menos, o nada, en aquella función o tarea que nos ocupará toda la vida: el desarrollo de nuestra vida familiar.

A eso se dedica el Instituto organizador de este evento: a estudiar cómo son hoy las familias y cuáles son sus necesidades reales, ofreciendo capacitación para acompañar y ayudando a desarrollar competencias. Con una actitud optimista y esperanzada, basada en el convencimiento de que la fuerza que cohesiona el tejido social reside en la calidad de los vínculos familiares.

El autorMontserrat Gas Aixendri

Catedrática en la Facultad de Derecho de la Universidad Internacional de Cataluña y directora del Instituto de Estudios Superiores de la Familia. Dirige la Cátedra sobre Solidaridad Intergeneracional en la Familia (Cátedra IsFamily Santander) y la Cátedra Childcare and Family Policies de la Fundación Joaquim Molins Figueras. Es además vicedecana en la Facultad de Derecho de UIC Barcelona.

Actualidad

Jordi Pujol: “Los líderes de la Iglesia tienen que asumir una actitud proactiva, de vigilancia y de responsabilidad”

Mantener unidas la apertura y la confidencialidad, luchar contra el encubrimiento y proteger la presunción de inocencia. Son temas que salen de un reciente estudio sobre el contexto de los abusos sexuales en la Iglesia enfocado a la transparencia y al secreto, escrito por un profesor de derecho de la comunicación y un sacerdote de Cuba. 

Giovanni Tridente·6 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

Mirando al tema de los abusos en la Iglesia en los últimos años, es evidente que todos los Papas han tenido un momento clave en el que han tomado una particular conciencia del problema. Con el Papa Francisco fue al regreso del viaje a Chile, en enero del 2018. Comenzó a recibir víctimas y después escribió dos cartas: la Carta al Pueblo de Dios que peregrina en Chile (31 mayo 2018), en la que abre la reflexión sobre el “ejercicio de la autoridad” y “la higiene de las relaciones interpersonales” en la Iglesia. Y la Carta al Pueblo de Dios (20 agosto 2018), donde pone al mismo nivel el abuso de poder, de conciencia y el abuso sexual, usando la expresión de una “cultura del abuso”.

“El hecho de que la Iglesia sea jerárquica no es un problema” explica a OMNES el sacerdote Jordi Pujol –profesor de Derecho y Ética de la Comunicación en la  Pontificia Universidad de la Santa Cruz–, en Roma. “El derecho común de la Iglesia, así como el derecho particular de sus instituciones, con sus Estatutos, Reglas y consejos a los que los superiores deben someterse, son un freno natural al autoritarismo o al personalismo. El problema es el descuido de la dimensión de servicio que tiene el ejercicio de la autoridad”, destaca. En este sentido, “el abuso de autoridad es difícil que sea constitutivo de delito, pero el hecho de que no sea formalmente relevante desde el punto de vista penal, no significa que sea jurídica o moralmente indiferente”, añade Pujol.

Recientemente, Pujol ha publicado un libro junto a un sacerdote de la diócesis de Camagüey en Cuba, Rolando Montes de Oca, titulado: Trasparenza e segreto nella Chiesa Cattolica (Transparencia y secreto en la Iglesia Católica) editado en italiano por Marcianum Pres. En un contexto marcado por la realidad de los abusos, los autores subrayan un conjunto de desafíos para la Iglesia, como ganar en apertura y a su vez tutelar la confidencialidad, luchar contra el encubrimiento y proteger la presunción de inocencia.

Imagen de la obra de Jordi Pujol

“Es interesante la lección que hemos aprendido desde el caso McCarrick. Parecía que si uno obtenía favores de tipo sexual con mayores de edad (en ese caso seminaristas) no pasaba nada. Ahora ya no: se ha incluido la categoría adulto vulnerable y eso afecta también a los laicos que ejercen funciones de autoridad en la Iglesia 一reflexiona el profesor一. Uno de los retos que plantea el Papa en esas cartas de 2018 es la cultura del cuidado, que nos llama a fomentar, como dice Jordi Bertomeu, relaciones eclesiales asimétricas sanas, que generan libertad y paz interior”.

El tema de los abusos, ¿se discute a menudo desde un punto de vista emocional, señalando a los acusados y olvidándose, con frecuencia, de las soluciones?

Por un lado, la institución se siente a menudo “señalada públicamente”, asediada ante estos casos que se denuncian en el espacio público. La reacción de los dirigentes suele ser defensiva, ante lo que se considera una amenaza o un ataque. Por otro lado, hablar en público de tus errores te hace vulnerable y atacable como institución. Es una humillación dolorosa por la que hay que pasar. Es una herida abierta, un proceso que no se debe cerrar en falso. La vía de la comunicación fluida y la responsabilidad que proponemos en el libro nos parecen el camino adecuado para una institución como la Iglesia, en la que confían millones de personas.

La reacción de los dirigentes suele ser defensiva, ante lo que se considera una amenaza o un ataque. Por otro lado, hablar en público de tus errores te hace vulnerable y atacable como institución.

Jordi Pujol. Profesor de Ética de las Comunicaciones

¿Cómo se debería intervenir?

Tal y como ha establecido el Papa Francisco, las diócesis e instituciones de la Iglesia deben abrir canales de denuncia y escucha adecuados, deben crear equipos de acogida que faciliten el descubrimiento de las conductas abusivas y establecer protocolos de actuación. La escucha activa y abierta a las víctimas llevará a asumir las responsabilidades jurídicas y morales que corresponda.

Los obispos y superiores están llamados a asumir una actitud proactiva, de vigilancia y de responsabilidad. Tras las últimas reformas, el liderazgo de la Iglesia no sólo tiene que rendir cuentas a Dios, sino también está vinculado al Derecho Canónico. Ninguna autoridad está por encima de la ley. La negligencia, el encubrimiento y la falta de responsabilidad de quienes gobiernan son punibles. Pienso que no hay marcha atrás a esta forma de gobierno más transparente y responsable. 

¿Qué se desprende del estudio que habéis realizado?

Nuestro libro destaca que es necesario seguir avanzando en este cambio cultural que determina un estilo de gobernar la Iglesia. En los principios estamos todos de acuerdo: queremos una Iglesia abierta, que escuche, que no vea a las víctimas como una amenaza o un problema, que valore a los laicos y a la mujer, que no sea elitista sino corresponsable…

De hecho, estos principios, que contribuyen a una Iglesia más proclive a dar información, a rendir cuentas también a los fieles, etc., están todos incluidos en el Magisterio, pero en ocasiones se quedan ahí. Algunos de ellos se han convertido en obligaciones legales, pero sólo con las leyes no se cambian realmente las relaciones en la Iglesia.

En el libro se habla mucho de establecer procesos de comunicación con nuestros públicos (externos e internos), de responsabilidad compartida y no solo “hacia arriba”, pues los líderes deben rendir cuentas también “hacia abajo», hacia su pueblo y la sociedad en general. 

¿Usted cree que las autoridades de la Iglesia están bien dispuestas a acoger estos cambios?

No podemos ser ingenuos, en la Iglesia hay una cierta tendencia al inmovilismo, y sin duda hay resistencias. Pero a su vez, se están poniendo en marcha nuevos procesos: la Iglesia está aprendiendo a no ver en las víctimas una amenaza, un problema. En este sentido, los líderes de la Iglesia están llamados a perder el miedo a escuchar los testimonios y experiencias de las víctimas. Es el único modo para poder abrir los ojos y tomar las medidas de sanación y prevención necesarias.

Una estructura de gobierno piramidal probablemente no ayuda, pero usted decía que “ser jerárquica” no es la principal traba. ¿El problema es el modo de ejercer la autoridad?

Así es. En la Iglesia decimos que quien entiende la “autoridad como poder” tiene una actitud equivocada, porque “la autoridad en la Iglesia es servicio”. Pero yo diría que no solamente eso. Los líderes de la Iglesia tienen que demostrar –además de afán de servicio–, verdadero amor por la Iglesia. Un modo de superar el abuso es recordar a quienes asumen estas posiciones de liderazgo que su autoridad está enraizada en Cristo, y debe alimentarse por la unión con Cristo. 

Los obispos y superiores no son meros gestores ni políticos. No es fácil, porque les exigimos todo: que tengan conocimientos jurídicos para hacer de jueces en su circunscripción, que tengan competencia en aspectos económicos para administrar los bienes, que tengan dotes de liderazgo y gobierno, que sean pastores empáticos y disponibles, que estén preparados doctrinalmente, que prediquen bien y sean santos… ¡casi nada!

En la Iglesia decimos que quien entiende la “autoridad como poder” tiene una actitud equivocada, porque “la autoridad en la Iglesia es servicio”.

Jordi Pujol. Profesor de Ética de las Comunicaciones

Recientemente, Mons. Scicluna, que desde el principio sigue de cerca el tema de los abusos por parte del Vaticano, habló del acompañamiento no sólo de las víctimas sino también del acusado, e incluso al condenado. ¿Cómo se pueden integrar estos aspectos?

No es fácil porque cuando sacas el tema de la presunción de inocencia puede parecer que estás tomando parte. Benedicto XVI señaló muy claramente la estrategia ya en 2010, primero en la carta a los católicos en Irlanda y, poco después, en el viaje al Reino Unido, insistiendo en tres puntos: que se ponga a las víctimas en primer lugar; segundo, atención al culpable, al que hay que garantizar una pena justa y alejarle del contacto con los jóvenes y, en tercer lugar, la prevención y selección de los candidatos al sacerdocio porque también hay que velar por la fe.

¿Es posible poner a las víctimas primero y defender la presunción de inocencia?

Debería serlo. La presunción de inocencia es un principio del derecho canónico que, en ámbito penal, se ha formalizado en el Can. 1321 del Nuevo Libro VI del Código de Derecho Canónico. Otra cosa es su aplicación de hecho, por ejemplo, el modo en el que se comunican y aplican las medidas cautelares a un sacerdote que es denunciado como potencial abusador (abandono de la parroquia, dejar de oficiar en público o vestir como cura, etc.).

Michael Mazza explicó para Omnes algunos de estos detalles. A algunos sacerdotes les han comunicado estas medidas por WhatsApp, y eso es gravísimo. Nos interesa la justicia y la verdad, pero también el cuidado de todas las personas implicadas durante estos procesos, a menudo penosos y largos.

Finalmente, ¿qué opina del baile de informes sobre abusos en la Iglesia que se han publicado en los distintos países? ¿Y sobre las presiones que está recibiendo la Iglesia en España e Italia en este sentido?

La auditoría externa y las comisiones de investigación independientes son instrumentos útiles para que unos ojos externos te digan verdades que a veces cuesta reconocer, siempre que sean expertos. 

En la Iglesia, nos ha costado permitir que otros nos digan lo que ven. La política de que “los secretos de familia no se airean porque no se entenderían”, o de que “los trapos sucios se lavan en casa” ha sido frecuente, no tanto por maldad como por falta de apertura. 

El periodismo honesto, como en el caso Spotlight de Boston, ayudó a la Iglesia a reconocer una realidad escandalosa que se resistía a afrontar. Ahora bien, no todas las comisiones de investigación, ni reports ni equipos spotlight son igualmente competentes y bienintencionados. Los informes de la Royal Commission en Australia o el John Jay Report en EE.UU. son dos buenos ejemplos de investigaciones exhaustivas y honestas. La Iglesia hizo caso a más del 90% de las recomendaciones de la Royal Commission australiana. 

¿Lo mismo se puede decir de los últimos informes publicados?

La verdad es que no, considero que el informe francés y el alemán no están al mismo nivel. Sería demasiado largo de explicar. El poder que damos a estas comisiones independientes para hablar de nosotros es enorme y, en ese sentido, el valor de la “independencia” es un factor importante, pero no es el único ni se debe dar a cualquier precio. Esta independencia tiene que ir acompañada de una competencia indiscutida, porque de lo contrario las auditorías externas no tienen sentido. Uno de los problemas que pueden presentarse en España o Italia es que estar siempre bajo la presión del foco mediático puede influir en la composición de los equipos, o en la investigación, y no es lo propio. La investigación de la verdad y la justicia requieren serenidad y tiempo, no espectáculo mediático.

El autorGiovanni Tridente

Educación

La educación tras las leyes educativas

Habría que apostar por una perspectiva personalizadora de la educación. Una visión en la que la educación tiene como fin, no el cambio de las estructuras sociales, sino la formación de la persona.

Javier Segura·6 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

De nuevo asistimos al debate sobre la nueva ley educativa española, la LOMLOE en estos días en que aparecen los primeros libros de texto que han de utilizarse el curso que viene. En realidad, es el mismo debate que hemos venido viviendo desde el principio de su implantación, ahora visibilizado en los textos que han de trabajar los alumnos.

La denuncia es que esta ley educativa está proponiendo llevar a las aulas el modelo ideológico del partido en el Gobierno. Y que lo hace de forma transversal con sus líneas ideológicas más fuertes, como la llamada perspectiva de género, y de forma directa al proponer sus postulados concretos en asignaturas como economía o historia, por ejemplo.

El problema más de fondo es cómo concebimos la educación, para qué sirve la educación. Porque lo que hace la LOMLOE es apostar por un modelo de educación.

De manera sencilla, recogiendo las enseñanzas de ese gran maestro que fue Abilio de Gregorio, podríamos decir que tenemos tres grandes planteamientos de la educación.

En primer lugar, está la perspectiva instruccional. En este modelo la educación se plantea principalmente como transmisión de conocimientos, con la esperanza de que los conocimientos por sí mismos producen personalidades sólidas y virtuosas. Es el planteamiento que nace en gran medida de la Ilustración y que, de una manera u otra, está presente también hoy en día en diversas propuestas eductivas.

En segundo lugar, existe lo que podríamos denominar una perspectiva socializadora-reproductiva. La educación es el instrumento con el que cuenta la sociedad para reproducirse a sí misma. Hay que preparar al niño para acomodarse a la sociedad, para situarse o colocarse en una buena posición social. Es el planteamiento que busca en la educación un mecanismo para encontrar un trabajo y estar bien situado el día de mañana. En este planteamiento se imparten los contenidos que demanda la sociedad, los que son útiles. Y se desestiman los que se consideran obsoletos o menos útiles para el mercado laboral. Es el caldo de cultivo del auge del inglés o las tecnologías y el declive de las humanidades o saberes artísticos. En gran medida, la educación se convierte en una variable del sistema económico. 

La tercera visión es la perspectiva socializadora-anticipadora. En este caso la educación se concibe como un arma para transformar la sociedad. Se ve en la educación el mecanismo para impulsar una sociedad mejor en el futuro. Quien tiene la educación tiene el poder de generar determinado tipo de ciudadano y de sociedad. En este caso la educación está al servicio de la ideología, y por lo tanto es zona de conflicto de la política.

La actual ley educativa está de lleno inmersa en esta última mentalidad, que es la propuesta educativa habitual de los partidos de izquierda y nacionalistas. Así como la perspectiva socializadora-reproductiva es la típica de los partidos políticos de derecha. Con dos visiones de fondo tan distintas de la educación estamos abocados al conflicto constante.

La perspectiva personalizadora de la educación

En realidad, Abilio nos abre una nueva posibilidad que nos saca de este círculo de confrontación, y que es la más propia desde un verdadero humanismo cristiano. Porque podemos hablar también de una perspectiva personalizadora de la educación. En esta visión la educación tiene como fin no el cambio de las estructuras sociales, sino la formación de la persona. El educando en el centro. Su finalidad es formar personas íntegras, completas. Es una educación que lleva al educando a ser singular, original y autónomo, dueño de sí mismo.

Esta perspectiva, que coloca a la persona y su formación integral en el centro, ciertamente ayuda a mejorar las sociedades, porque con personas plenamente desarrolladas tendremos en el futuro sociedades más justas. Pero elimina la tentación de la manipulación política. Sin duda capacita para el trabajo porque saca las potencialidades que cada uno tiende dentro. Pero no deja de lado otros saberes necesarios para la formación integral de la persona. Aporta conocimientos, porque sin saberes no se desarrolla la inteligencia. Pero además cultiva toda la persona y en todas sus facultades y las pone al servicio de la sociedad.

Poner a la persona en el centro, como nos pide el papa Francisco en su propuesta de pacto global por la educación, es la perspectiva que nos ayudará a comprender el verdadero valor de la educación. 

Vaticano

El Papa Francisco: «¿Qué puede decir el Evangelio en la era de Internet?»

Tras la celebración de la Misa de Pentecostés, el Papa Francisco rezó el Regina Caeli e invitó a los fieles a tratar al Espíritu Santo. 

Javier García Herrería·5 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Papa Francisco ha presidido en la Basílica de San Pedro la Santa Misa en la fiesta del Espíritu Santo. Las grandes celebraciones con fieles vuelven a la normalidad en el Vaticano tras la pandemia. Al acabar la ceremonia, el Papa se asomó al balcón de su oficina para saludar a los peregrinos allí congregados y rezar con ellos el Regina Caeli por última vez este año.

Con su habitual pedagogía clara y cercana, el pontífice destacó dos de las principales tareas del Espíritu Santo, enseñar y recordar. En la época de internet y la globalización a muchas personas les parece que el Evangelio es un libro poco actual. El Papa Francisco lo glosaba diciendo: «puede surgir la inquietud de que hay mucha distancia entre el Evangelio y la vida cotidiana. Jesús vivió hace dos mil años, eran otros tiempos,  otras situaciones, y por eso el Evangelio parece ya anticuado, inadecuado para hablar a nuestro hoy con sus exigencias y sus problemas».

Tratar al Espíritu Santo

La labor del Espíritu Santo es fundamental para la santidad personal y la labor evangelizadora, por eso el cristiano ha de tener una actitud de escucha atenta. «De hecho, cuando el Espíritu enseña, actualiza, mantiene la fe  siempre joven. Nosotros corremos el riesgo de hacer de la fe una cosa de museo, Él en cambio la pone en sintonía con los tiempos. Porque el Espíritu Santo no se ata a épocas o modas pasajeras, sino que trae al  presente la actualidad de Jesús, resucitado y vivo. ¿De qué manera el Espíritu realiza esto? Haciendo que recordemos. Aquí está el segundo verbo,  re-cordar, es decir, traer de vuelta al corazón«.

En sus palabras finales el Santo Padre animaba los fieles a hacer examen de conciencia y leer el Evangelio para descubrir la voluntad de Dios. «Y  nosotros – tratemos de preguntarnos – ¿somos cristianos olvidadizos? ¿Quizás basta una adversidad, un  cansancio, una crisis para olvidar el amor de Jesús y caer en la duda y el miedo? El remedio es invocar al  Espíritu Santo. Hagámoslo a menudo, especialmente en los momentos importantes, antes de las  decisiones difíciles. Tomemos el Evangelio en la mano e invoquemos al Espíritu. Podemos decir: Ven,  Espíritu Santo, recuérdame a Jesús, ilumina mi corazón. Luego, abrimos el Evangelio y leemos un  pequeño pasaje, lentamente. Y el Espíritu lo hará hablar a nuestras vidas». 

Vaticano

«Praedicate Evangelium»: una reforma muy esperada

Este 5 de junio de 2022 entra en vigor la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, sobre la Curia Romana y su servicio a la Iglesia.

Ricardo Bazán·5 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Seguramente el Papa Francisco será recordado como uno de los grandes reformadores que la Iglesia ha tenido. Basta entrar en la página web de la Santa Sede, hacer click en la sección Francisco para encontrar los documentos pontificios a través de los cuales el Santo Padre ha legislado a lo largo de estos años.

Este 5 de junio de 2022 entra en vigor la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, sobre la Curia Romana y su servicio a la Iglesia.

De este modo, Francisco se suma a la lista de papas que han reformado este conjunto de organismos que ayudan en el gobierno de la Iglesia. Desde Sixto V con la Inmensae Aeterni Dei (1588), pasando por San Pío X con la Sapienti consilio (1908), San Pablo VI con la Regimini Ecclesiae universi (1967) y San Juan Pablo II con la Pastor Bonus (1988).

Se trata de una reforma muy esperada desde que, en el 2013, Francisco anunciara la creación de un Consejo de Cardenales con la finalidad de asistirle en el gobierno de la Iglesia y ayudarle a redactar una nueva constitución para la Curia Romana. Pero, ¿qué tan importante es la Curia Romana? Aunque no es esencial a la constitución de la Iglesia, no es poco el trabajo que realiza. Los hoy llamados dicasterios asisten al Papa en la dirección de toda la Iglesia, compuesta por más de 1300 millones de fieles, según el Anuario Pontificio. Entendemos por qué era tan esperada esta norma que finalmente vio la luz el pasado 19 de marzo de 2022.

Reforma progresiva

Sin embargo, el Papa Francisco parece haber optado por una reforma progresiva. La actual constitución apostólica recoge una serie de reformas que el Papa ya había empezado desde el inicio de su pontificado.

Un ejemplo de ello es el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que fue reformado el pasado 14 de febrero mediante el motu proprio Fidem servare, instituyendo dos secciones en vez de las cuatro oficinas que antes tenía: una para cuestiones doctrinales y otra para cuestiones disciplinares, cada una con su propio secretario y bajo la dirección del prefecto del dicasterio.

Otro cambio o reforma progresiva fue la creación del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el cual absorbió cuatro pontificios consejos: Pontificio Consejo Cor Unum, Pontificio Consejo Justicia y Paz, el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes y el Pontificio Consejo de la Pastoral para los Operadores Sanitarios.

Valoración de Praedicate Evangelium

¿Qué valoración podemos hacer de Praedicate Evangelium?

Un elemento positivo es la simplificación del organigrama de la curia, de este modo se eliminan barreras propias de una organización compleja.

Otro elemento es el haber reforzado la finalidad de la curia, asistir al papa en la misión de la Iglesia. De ahí el nombre de la constitución apostólica que alude al mandato de Cristo a sus apóstoles, predicar el Evangelio.

Al mismo tiempo, el Papa señala que la Curia Romana tiene el trabajo de reforzar el vínculo entre el sucesor de Pedro, el Colegio de Obispos y las Estructuras Jerárquicas Orientales. También con cada obispo, y con los diversos organismos nacionales, regionales o continentales.

Se trata de un punto esencial para el éxito de la reforma. Recordar el motivo por el cual existe la Iglesia, servir a todas las almas para que alcancen la salvación.

De esta manera, estaremos libres de visiones humanas, políticas o ideológicas que no deben tener lugar en la Iglesia, de lo contrario se desvirtúa la misión que Cristo le ha confiado.

Educación

Fermín Labarga: “El anacronismo es letal para juzgar la historia”

Una llamada a la prudencia al enjuiciar la historia, y a contextualizar cada momento histórico. Es la propuesta del Dr. Fermín Labarga, director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de la Universidad de Navarra, en una entrevista con Omnes, en la que subraya la tarea del ISCR: “Ofrecer una formación cristiana de calidad”.

Francisco Otamendi·4 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 9 minutos

“Hoy estamos muy tentados a juzgar todo lo que ha sucedido a lo largo de la historia con nuestros criterios, los criterios del siglo XXI. Esto es anacrónico. Yo no puedo juzgar a la sociedad del siglo XVI, del siglo XIII, o del siglo IV antes de Cristo, con los criterios que tengo hoy. Si actuamos de ese modo, por desgracia tan extendido, nunca podremos entender correctamente el desarrollo de la historia. El anacronismo, juzgar los hechos acaecidos en una época con los criterios de otra, es un peligro letal para el que quiere juzgar la historia con los criterios actuales”.

Quien así se expresa es el profesor riojano Dr. Fermín Labarga, director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas (ISCR) de la Universidad de Navarra, con el que conversamos sobre Historia de la Iglesia y la historia en general, pero antes, como es lógico, del ISCR, en cuya web lanza unas palabras de bienvenida.

¿Bienvenida a quiénes? En particular a los alumnos, laicos profesionales de todos los ámbitos; a los del sector educativo, en formación y titulación, a las mujeres y los varones que se suben o deseen subirse desde todo el mundo al barco de la formación de calidad en un Instituto que abrió el período de admisión el 1 de mayo.

Omnes ha hablado ya de este Instituto de Ciencias Religiosas. Lo hizo con su subdirector, el profesor Tomás Trigo, preguntamos a alumnos por el estudio de la Teología, y ahora, pasado un tiempo, conversamos con el Dr. Fermín Labarga, su director. Un teólogo e historiador en el que sobresalen su especialidad histórica y el estudio de manifestaciones de devoción popular, como las cofradías, “un gran tesoro que se ha ido acumulando a lo largo de los siglos, porque además forma parte de algo tan importante como es la inculturación de la fe”, afirma.

El ISCR de la Universidad de Navarra

Comencemos por sus datos. Es una servidumbre. ¿De qué quinta es usted? Dónde estudió y cuándo se ordenó sacerdote. Tiempo que lleva en la dirección del ISCR.

― Nací en 1969 en Logroño, estudié en la Universidad de Navarra, soy doctor en Teología y en Historia, y sacerdote desde el 1 de octubre de 1994; soy cura de la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, y fui nombrado director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas (ISCR) de la Universidad de Navarra el 3 de julio de 2020.

Usted conocía ya el ISCR. ¿Se planteó algún objetivo especial?

― Soy profesor de la Facultad de Teología desde hace muchísimos años. En realidad no me planteé ningún objetivo más que el de continuar con la labor que ya se estaba realizando, porque me parece que es fundamental, cuando uno llega a dirigir algo como el ISCR, sumarse a lo que se está haciendo, porque había tenido un desarrollo grande de su actividad en años anteriores. Por lo tanto, mi objetivo no fue otro que mantener lo que ya se estaba haciendo, y en la medida de lo posible, contribuir a que se mejore aún más.

¿Qué es lo que teníamos que hacer? Impartir una docencia cada vez mejor, y que esto llegue a cuanta más gente, mejor, porque es una oportunidad para muchas personas que quizá no pueden asistir a unas clases presenciales, por fata de tiempo o porque no se dan en el lugar donde viven. Bueno, pues aquí tienen la posibilidad de tener una formación cristiana de calidad.

Numerosos alumnos del ISCR con los que hemos hablado muestran su agradecimiento. A su juicio, ¿por qué esa satisfacción?

― Así lo hemos constatado también cuando se hacen encuestas a los alumnos. Los alumnos acuden a la formación que imparte el Instituto de Ciencias Religiosas de la Universidad de Navarra, fundamentalmente por dos motivos. Uno, la institución, la marca Universidad de Navarra tiene prestigio, en España y a nivel internacional. Y segundo, los alumnos que acuden buscan una formación rigurosa y seria; y en este caso, les da mucha seguridad saber que la docencia se atiene, como no podría ser de otra manera en una institución como ésta, a la doctrina de la Iglesia católica.

Por otra parte, los alumnos se van contentos porque experimentan que han aprovechado el tiempo, que han aprendido, y que han conocido a gente interesante, no sólo entre los profesores sino entre los otros alumnos, y que se les ha tratado bien. Esas son claves importantes para que un alumno concluya los estudios y se muestre orgulloso de haber invertido un tiempo y un dinero.

¿La mayoría de esos estudios son online?

― Depende. El Instituto de Ciencias Religiosas imparte todos los estudios que conducen a la obtención del Bachiller en Ciencias Religiosas. Eso requiere una mayor presencialidad. Pero aparte tenemos los Diplomas, de los que hemos hablado, que son íntegramente online. Son títulos propios de la Universidad de Navarra, y constituyen en este caso un modo asequible a muchísima gente de todo el mundo, y en general podríamos decir, de una cualificación profesional bastante elevada; unos estudios, como digo, que contribuyen a desarrollar conocimientos en algunas materias de la Teología, como Teología moral, Teología bíblica, que siempre es un diploma que tiene gran éxito.

También hay uno que aborda varios aspectos de la teología, podríamos decir que es como un diploma en Teología básica, y luego tenemos uno en Pedagogía en la fe, que está orientado hacia aquellos que tienen un interés mayor por la docencia, sea porque se van a dedicar a dar clases de religión, sea porque son catequistas o desempeñan cualquier otro servicio de este tipo. También tenemos uno muy interesante de Filosofía, Ciencia y Religión, donde tenemos un buen número de personas interesadas en esa relación tan fructífera, podríamos decir, entre lo que es el mundo filosófico, el mundo científico, y la Religión cristiana, que tiene que estar presente en este debate de altura académica también. Estos son diplomas íntegramente online que interesan a muchísima gente. La verdad es que tenemos alumnos en todos los continentes prácticamente.

Historia de la Iglesia

Quisiera detenerme en su especialidad, la Historia de la Iglesia.

― Acabamos de sacar el Manual de Historia de la Iglesia Antigua y Medieval. El ISCR tiene una colección de Manuales, y precisamente el 33 es el de Historia de la Iglesia Antigua y Medieval, y después vendrá la Historia de la Iglesia Moderna y Contemporánea.  Los manuales los realiza cada profesor de su materia. Yo he escrito el de Historia de la Iglesia Antigua y Medieval, el número 33. Las características de estos manuales, realizados por los profesores de las distintas asignaturas, es procurar aunar en un manual asequible toda la materia que corresponde, con una finalidad muy pedagógica: hay esquemas, sumarios, etc.

manual historia iglesia

En éste de Historia de la Iglesia Antigua y Medieval, aparte de los textos para comentar, se ha hecho una guía para el propio comentario, y se han diseñado mapas para entender mejor la historia de la Iglesia. Y he procurado ofrecer tres tipos de bibliografía en cada tena: una para prolongar el estudio con libros asequibles; otra para profundizar en la materia de este tema, con libros clásicos, ya de pensamiento; y un tercer campo con lecturas amenas, que son novelas que tienen que ver con la época que se estudia, y que ayudan a entender, quizá de una manera más lúdica, esa época que se está estudiando.

¿Se traducirán los Manuales a otros idiomas?

― La colección de manuales está teniendo gran éxito, lleva ya bastantes años, hay ya más de treinta, y se están traduciendo al inglés, al polaco y al chino.

Cultura woke y educación

Parece que ahora se quiere oscurecer la historia, en general, en la enseñanza de los jóvenes. Además, está la cultura ‘woke’, la cancelación de épocas, de autores, de gentes…

― En el Manual, en la introducción, hay una serie de advertencias que hago para el que quiera estudiar historia de la Iglesia, porque hay una serie de peligros. El primero, y lo pongo en mayúsculas y negritas, es el anacronismo, que consiste en juzgar los hechos acaecidos en una época con los criterios de otra. Hoy estamos muy tentados a jugar todo lo que ha sucedido a lo largo de la historia con nuestros criterios, los criterios del siglo XXI. Esto es anacrónico.

Yo no puedo juzgar a la sociedad del siglo XVI, del siglo XIII, o del siglo IV antes de Cristo, con los criterios que yo tengo hoy. Si actuamos de ese modo, por desgracia tan extendido, nunca podremos entender correctamente el desarrollo de la historia, señalo en el Manual. Por ejemplo, no podemos comprender el sentido auténtico de las Cruzadas si lo planteamos con los criterios contemporáneos de los derechos y libertades, como la libertad religiosa, reconocidos por los grandes tratados… ¡ochocientos años después! Hay que tener muchísimo cuidado con el anacronismo, es un peligro letal para el que quiere juzgar la historia con los criterios actuales.

Pero usted reconoce que, ciertamente, hay cosas que están mal.

― Claro. Por ejemplo, un asesinato siempre ha sido un asesinato. Da igual la época histórica. Esto no quiere decir que tengamos que transigir, por así decir, con lo que ha estado mal. Ni mucho menos. Pero sí es cierto que es necesario contextualizar para entender bien cada momento histórico. Hoy la esclavitud nos parece terrible, pero hace quinientos años no se lo parecía a casi nadie. Hay que entender cada momento histórico con sus coordenadas históricas y contextualizar los acontecimientos.

Esto nos llevará a no regirnos por movimientos que forman parte de un revisionismo histórico que a veces nos perjudica más que nos favorece, porque en realidad las cosas son como son. Y no podemos intentar manipular la historia. Esto es algo muy propio de todos los tiempos, no sólo de ahora. La manipulación de la historia. Manipular la historia no nos beneficia.

Tenemos que ser capaces de reconocer las luces y las sombras de cada época histórica. Y luego, a la hora de juzgar los personajes, tenemos que tener en cuenta también que no podemos hacer una disección maniquea. O por decirlo de otra manera, como las películas de buenos y malos. Aquí no todo es blanco y negro. Hay una gran escala de grises. Probablemente nos encontraremos con personas que han hecho cosas muy buenas, y también han hecho cosas malas. Cosas dignas de alabar, y cosas dignas de reprobar. Esto nos debe ayudar a ser más comedidos, cautos, equilibrados, a la hora de juzgar los acontecimientos. Y siempre los públicos, porque la historia en realidad no juzga de lo que no es público.

Señala usted asimismo en esa introducción que la Historia de la Iglesia no es apta para los que se escandalizan fácilmente.

― Querría recordar que la Iglesia es la única institución mundial que ha pedido perdón o excusas por algunos de los errores que han cometido algunos de sus miembros a lo largo de la historia. Si hiciéramos un balance general, el bien que ha hecho la Iglesia a lo largo de toda la historia es infinitamente mayor que el mal que han podido cometer algunos de sus miembros en algunos momentos.

Aun así, Juan Pablo II, con motivo del año 2000, tuvo ese rasgo de valentía de pedir perdón. Y por otra parte, la Santa Sede tiene desde hace mucho tiempo ese compromiso con la verdad de ir abriendo los archivos, un ejercicio de transparencia que hace que los archivos vaticanos y todos los demás estén accesibles al público, con acceso a documentos que pongan en claro qué es lo que ha sucedido. Esto es muy importante.

La Iglesia, o una nación en concreto, o una comunidad, tiene que ser capaz de asumir su historia. Con sus luces y sus sombras. Porque si no, nos puede pasar como a las personas, que a veces no son capaces de asumir una parte de su historia, por ejemplo traumática, y eso acaba creando unos problemas psicológicos tremendos. Eso mismo puede suceder también a las instituciones, o a las naciones, si no somos capaces de asumir nuestra historia, con las luces y las sombras. No creo que haya ningún colectivo humano que no haya tenido luces y sombras.

Nos hemos ido por las veredas de la historia, y apenas queda tiempo. Un comentario sobre la religiosidad popular y las cofradías

― Todo el estudio de la religiosidad popular, en el fondo se puede englobar dentro de las tendencias más contemporáneas de la historia. Ahora la historia no va tanto a estudiar los grandes personajes, los grandes acontecimientos, sino a partir de lo que hicieron los Anales, la historia de los Anales, por ejemplo en Francia, en los años 60, 70, va a estudiar lo que hacía la gente corriente.

Dentro de la Iglesia hemos dado mucha importancia a la figura de los Papas, que la tiene, y los obispos… Y parece que hemos confundido el episcopologio de una diócesis con la verdadera historia de la diócesis. La historia de una diócesis está conformada por lo que hicieron los obispos, pero también por lo que hicieron los clérigos, los religiosos y, por supuesto, el pueblo fiel. En ese sentido, estudiar el pueblo fiel no es fácil, porque no ha dejado muchos rastros históricos. Pero sí sus manifestaciones de devoción, todo lo que tiene que tiene que ver con la devoción popular, que es un gran tesoro que se ha ido acumulando a lo largo de los siglos, porque además forma parte de algo tan importante como es la inculturación de la fe. La fe católica, la fe cristiana, donde ha llegado se ha inculturado. Es interesante ver cómo no es exactamente igual la inculturación que se realiza en América, o la que se realiza en Asia o en África.

En nuestro caso, que es lo que yo más he estudiado en España, es una inculturación de la fe muy antigua, muy aceptada, con unas manifestaciones riquísimas. No tenemos más que ver lo que supone la Semana Santa, o ahora mismo, las romerías y fiestas que se celebran en honor de la Virgen. Pues ahí tenemos las huellas de lo que ha hecho el Pueblo de Dios a lo largo de los siglos. A partir, por ejemplo, de los documentos históricos de las cofradías, podemos analizar esto, que como digo es un tesoro de la Iglesia, que hay que poner en valor. Creo que en estos últimos años se está haciendo y está quedando claro, a raíz de muchísimas investigaciones que se están realizando en este campo.

La conversación podría alargarse, porque el Instituto Superior de Ciencias Religiosas de la Universidad de Navarra genera gran actividad. Y porque una lectura somera de la introducción al Manual de Historia de la Iglesia Antigua y Medieval, del Dr. Fermín Labarga, permite repasar otros peligros que formula el autor, por ejemplo, la ‘ingenuidad’. El director del ISCR subraya también que “los santos son los verdaderos protagonistas de la historia de la Iglesia”. Lo pueden leer en su Manual.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

Vídeo del Papa para junio: la familia, camino de santidad en la vida cotidiana

Javier García Herrería·3 de junio de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La Red Mundial de Oración del Papa ha publicado el vídeo de junio con la intención mensual por la que rezar, en este caso, la familia. A final de mes tendrá lugar en Roma el Encuentro Mundial de las Familia.

Con gran realismo, el Papa subraya cómo “no existe la familia perfecta, siempre hay peros. Pero no pasa nada. No hay que tenerle miedo a los errores; hay que aprender de ellos para seguir adelante”.

“Nosotros pocos; nosotros, felices pocos”

Nos encontramos con profesores, periodistas, panaderos o peluqueras cuya clarividencia en el diagnóstico sociocultural de nuestro mundo pone los pelos de punta. Pocos, sí. Pero con capacidad de dar luz a cuestiones como la defensa de la vida, la libertad de expresión o la naturaleza de la familia.

3 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Recoge Luis Hererra en el extenso, y no menos interesante, artículo que traemos en este número de Omnes sobre la cultura woke, aquella frase de G. K. Chesterton en la que, de manera premonitoria afirmaba: “Pronto estaremos en un mundo en que un hombre podrá ser abucheado por decir que dos y dos son cuatro”.

Considerando esta frase dentro del contexto en el que un gobierno ha cambiado, por ley, las matemáticas porque “son machistas”, la visión del eminente escritor inglés llega a causar, incluso, cierto miedo.

Hay personas que son, no sólo gafas, sino catalejos para la sociedad. Profesores, periodistas, panaderos o peluqueras cuya clarividencia en el diagnóstico sociocultural pone los pelos de punta. Se eriza la piel del cuello, sí, a unos porque les interpela directamente en su tarea; a otros, porque les pone ante la inconsistencia de la cultura dominante y, por tanto, ante la premura de la destrucción que se fagocita a sí misma.

Apuntaba Mariano Fazio en la entrevista del pasado número de Omnes que, en la actualidad, “proclamamos la libertad como el valor humano más alto, pero vivimos esclavos de nuestras dependencias”. La llamada cultura woke ha elevado a categoría de principio moral cada una de esas dependencias.

Hoy día no todo vale, sólo vale lo que unos pocos deciden que es correcto. 

Hemos pasado de los diez mandamientos, a los cien mil. Contradictorios entre sí muchas veces y sólo unidos por la animadversión a los nuevos enemigos: los valores arraigados en la fe, la familia, la libertad de educación o el patriotismo. Del “vive y deja vivir” al “o vives según mis normas o no vives”.

Por fortuna, en esta selva de mandatos y nuevos derechos, se alzan nuevas voces: pocas o muchas, conocidas o ignotas, que ponen negro sobre blanco la importancia de la familia, de la educación plural, la innegable diferencia entre hombre y mujer o la defensa de la vida.

Sí. Hoy también existen. Son unos pocos, unos “felices pocos, una banda de hermanos”, que ponen patas arriba los cajetines en los que, paradójicamente, esta dictadura libertaria intenta etiquetar y esconder a cualquiera que no piense de manera acorde a la corriente dominante.

En efecto, quizás sean pocos, raros, los que se atrevan a alzar la voz, sin chillidos histriónicos, en defensa de la verdad, la verdad verdadera que pedíamos en los juegos de niños. Esos pocos que cambiarán el mundo y que nos hacen señas para unirnos a ellos. Porque en realidad, como sabemos, “la verdad os hará libres” y porque, como señalaba Flanery O´Connor, “la verdad os hará raros”.

La libertad comprometida, aquella libertad que deviene directamente de la unión con la verdad, la que defiende la realidad sin traicionarla con la ideología, es hoy una rara posesión que tenemos la obligación moral de compartir y mostrar en toda su grandeza.

El autorOmnes

España

El Sínodo en España: el proceso es ya resultado

Luis Manuel Romero, director de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y vida y José Gabriel Vera, director de la Oficina de Información de la CEE han presentado las claves del trabajo desarrollado en la primera fase del sínodo de los Obispos “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.

Maria José Atienza·2 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

«El fin de este Sínodo es la evangelización». Así ha comenzado su intervención Luis Manuel Romero que ha querido recordar que el estilo sinodal ha estado especialmente presente en la Iglesia tras el Concilio Vaticano II, desde el que se han celebrado en la Iglesia 29 sínodos.

Sin embargo, como ha querido subrayar el director de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y vida, este Sínodo «presenta dos novedades. La primera en la temática, ya que no tiene una temática concreta, sino que trata sobre la propia sinodalidad.

La otra novedad es la metodología ya que el Papa decidió que este sínodo se organice en tres etapas: diocesana, continental y universal.

Asimismo, ha recordado que este Sínodo contará con dos Instrumentum laboris, el primero de estos documentos recogerá las aportaciones recibidas en la fase diocesana y el otro será el que surja de la fase continental.

En estos momentos, el equipo sinodal de la CEE está realizando la síntesis con todas las aportaciones recibidas en la Conferencia Episcopal en estos meses. Esta síntesis será la que se envía a la Secretaría General del Sínodo a todas las aportaciones de los grupos “para que todas las palabras, las voces sean escuchadas”.

Sinodalidad, un modo de ser Iglesia

Una de las características de estos meses de trabajo ha sido la implicación de los laicos en este proceso sinodal, algo que ha destacado el propio Luis Manuel afirmando que quienes “más se han entusiasmado son los laicos; a los sacerdotes les ha costado un poco más implicarse en esta dinámica”.

En este sentido, ha subrayado el propio Romero, la Iglesia en España partía con ventaja ya que “en febrero de 2020 se había celebrado el Congreso de laicos y esto ha influido en nuestro proceso sinodal porque ese congreso estaba concebido de manera similar.

La dinámica conocida de trabajo en las claves de sinodalidad y discernimiento se ha notado en el trabajo de las diócesis y movimiento de la Iglesia en nuestro país. De hecho, ha afirmado Luis Manuel Romero “el proceso sinodal se ha concebido como una continuación de este congreso de laicos”.

Luis Manuel Romero ha resaltado que el proceso sinodal, cuya primera fase se cierra el 11 de junio con la Asamblea de toda España, “no termina, es un proceso que se ha de ir haciendo. Exige una conversión personal y pastoral. En este sínodo el proceso es ya resultado. La sinodalidad da un modo de ser Iglesia”. Este estilo, caracterizado por la escucha de unos y otros es lo que, tanto desde la Santa Sede como desde las iglesias particulares, quiere ser la tónica que impregne la vida pastoral de la Iglesia.

Discernimiento: palabra clave

Discernir: saber y llevar a cabo lo que el Espíritu Santo pide en estos momentos a la Iglesia entera: fieles, religiosos, sacerdotes…,etc., es una de las palabras y actitudes claves en este Sínodo.

Así lo ha repetido Luis Manuel Romero, que ha puesto el foco en que este trabajo se ha realizado para “descubrir que el protagonista es el Espíritu Santo. Se trata de preguntarnos, siempre juntos, hacia dónde nos quiere llevar el Espíritu Santo en estos momentos actuales de la historia y no lo que nosotros opinamos”

Escucha, ilusión y esperanza

Para Luis Manuel Romero, la valoración de este proceso sinodal en nuestro país es muy positiva. De hecho, ha querido resaltar que “ilusión y esperanza” son las palabras que podrían definir estas aportaciones.

Especialmente, ha destacado la gran implicación y entusiasmo del laicado manifiesta que “en España se percibe un resurgir del laicado”. Algo clave dado el clericalismo que aún tiene mucho peso tanto entre fieles como algunos sacerdotes.

Participación: Mujeres, laicas y en torno a los 55 años

En cuanto al trabajo realizado en España, Luis Manuel Romero ha señalado que han participado en este proceso sinodal más de 13.000 grupos de parroquias, así como grupos de comunidades religiosas, más de 200 monasterios y varios Institutos Seculares).

Han participado además 28 movimientos y asociaciones laicales a través del Foro de Laicos de España.

Un dato llamativo ha sido la participación de 19 cárceles en este proceso que han sumado cerca de un millar de personas entre reclusos, voluntarios y trabajadores. Además, se han recibido propuestas de grupos de Cáritas y personas del mundo del arte, la cultura o la política.

En total, ha señalado el director de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y vida “más de 200.000 personas han participado en este sínodo. De este numero destacan la participación “de los laicos y sobre todo mujeres, con una edad media de 55 años”.

Como ha señalado el propio Romero “nos ha costado llegar a los alejados, los ausentes, a los jóvenes y niños y también a las personas de otras confesiones”. Grupos, todos ellos, de especial interés en la concepción de este proceso sinodal.

La Asamblea sinodal del 11 de junio

Luis Manuel Romero y José Gabriel Vera, director de la Oficina de Información de la CEE han informado además de cómo será la Asamblea sinodal que tendrá lugar el 11 de junio, en la sede de la fundación Pablo VI de Madrid.

A ella asistirán unas 600 personas, de todas las diócesis españolas. La mayoría de los asistentes serán laicos, pero también se cuenta con la participación de 52 obispos y el Nuncio Apostólico en España, Mons. Bernardito Auza.

A ellos se sumarán unos 70 sacerdotes, religiosas y religiosos de diferentes congregaciones y miembros de otras confesiones.

La Asamblea, que quiere ser “un día de encuentro y lleno de esperanza” comenzará con la presentación de la síntesis realizada por el Equipo sinodal de la CEE. Después, tendrá lugar un discernimiento personal y grupal con el objetivo de reflexionar sobre puntos clave o añadir aspectos que no se vean reflejados en esta síntesis. 

Por la tarde se recogerán estos subrayados para trabajar sobre ellos de tal modo que la síntesis que se envíe a la Santa Sede refleje, de la mejor manera la realidad y aspiraciones de toda la Iglesia en España.

La jornada finalizará con una Santa Misa presidida por el Presidente de la CEE, Monseñor Juan José Omella y con un acto final de envío presidido por Mons. Luis Argüello, secretario general de la CEE. Además, han querido destacar que “durante toda la jornada estará expuesto el Santísimo en una capilla de la Fundación” para expresar “que esta Asamblea deseamos que sea un tiempo habitado por el Señor”.

 La Religión, lapidada

Unos y otros han conseguido la barrabasada de arrinconar la asignatura de Religión que goza de todo prestigio en los países de nuestro entorno en los que es valorada socialmente y está integrada perfectamente en el currículum escolar.

2 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Muchos son los llamados y pocos, cada vez menos, los escogidos que se apuntan a la asignatura de Religión en España.

La formación religiosa en nuestro país viene sufriendo en las últimas décadas un auténtico calvario, siendo el chivo expiatorio de muchos de los complejos que arrastran nuestros políticos.

Cuando gobiernan los de izquierdas, por su trasnochado anticatolicismo y, cuando les toca a los de derechas, porque se lavan las manos “no vaya a parecer que…”.

El caso es que unos y otros han conseguido la barrabasada de arrinconar una asignatura que goza de todo prestigio en los países de nuestro entorno en los que es valorada socialmente y está integrada perfectamente en el currículum escolar.

Con la paciencia de Job, los profesores de Religión vienen soportando año tras año leyes que parecen diseñadas para disuadir a los alumnos a matricularse.

Una asignatura opcional que se ha reducido a la mínima expresión en cuanto a carga lectiva, que no cuenta con alternativa seria para quienes no la estudien y que, para más inri, no cuenta para la nota media, es una materia abocada al abandono por parte de los alumnos.

Aunque a muchos les gustaría ver ya en bandeja de plata la cabeza de la asignatura de Religión, lo cierto es que esta se defiende como David contra Goliat. Según los últimos datos hechos públicos por la Conferencia Episcopal Española, nada menos que un 60 por ciento de los alumnos (más de tres millones) rechaza venderse por ese plato de lentejas y sigue apostando por una formación integral que no prescinda de la dimensión religiosa propia de todo ser humano.

Y es que, en pleno siglo XXI, no se sostiene el viejo discurso de que la Religión es un rollo macabeo, pues es de sentido común que nuestra cultura, nuestro arte, nuestro sistema de pensamiento y los valores que compartimos en occidente y que cristalizan en los derechos humanos hunden sus raíces en el cristianismo.  

En época de vacas gordas, muchos quisieron vender la idea de que Dios no es necesario para el desarrollo de la persona; pero vinieron las vacas flacas de la crisis económica, de la pandemia, de la guerra, y muchos jóvenes y no tan jóvenes empiezan a notar que la sociedad del bienestar, el becerro de oro, no tiene todas las respuestas.

El eslogan de “si no lo veo no lo creo” se ha vuelto en contra de quienes negaban toda dimensión trascendente, porque lo que de verdad ven y tocan muchos jóvenes es la llaga de un mundo cada vez más desigual, donde los ricos son más ricos y los pobres más pobres, donde las promesas de felicidad, prosperidad e igualdad de las ideologías se revelan más falsas que el beso de Judas.

La Torre de Babel en que se ha convertido el parlamento es incapaz de buscar una solución de consenso, ese pacto educativo que en tantas ocasiones han solicitado los padres y los profesionales de la enseñanza.

Mientras tanto, la clase de Religión continuará su larga travesía del desierto, yendo de Herodes a Pilatos y sorteando las trampas saduceas que las distintas administraciones seguirán poniendo en el camino.

Otro gallo cantaría a la educación si en lugar de meter cizaña, algún gobierno se decidiera a tomar la decisión salomónica de respetar una asignatura que, año tras año, recibe el aval explícito y contracorriente de la mayoría de los padres y alumnos del país.

La Religión Católica, una asignatura con rostro de ecce homo tras años de vapuleo, pero necesaria para entender nuestro mundo y, si ha prestado usted atención, cada una de las frases que componen este artículo. Quizá ya se haya dado cuenta y decida compartirlo con quienes sabe que lo entenderán; o quizá prefiera no hacerlo por aquello de que no vale la pena echarle perlas a los cerdos.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

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Matilde de Canossa en la basílica de san Pedro

Matilde de Canossa y Tuscia (1046-1115) fue una poderosa soberana que heredó vastas tierras en Italia. En 1079, la condesa legó por testamento sus bienes a la Sede Apostólica y los territorios de los Estados Pontificios se incrementaron notablemente.

Omnes·2 de junio de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Lecturas del domingo

«Una presencia dinámica que actúa en el tiempo». Lecturas del domingo de Pentecostés

Andrea Mardegan comenta las lecturas del domingo de Pentecostés y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan / Luis Herrera·2 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Lucas comienza el relato de Pentecostés en los Hechos con la expresión: “Al cumplirse el día de Pentecostés”. Utiliza el mismo verbo griego en su Evangelio con el mismo sentido: “Al cumplirse los días en que sería exaltado en lo alto, tomó la firme decisión de ponerse en camino hacia Jerusalén” (9, 51) y para el llenarse de la barca en la tormenta del lago (8, 23).

Por tanto, nos transmite la idea de una plenitud que está por llegar. En efecto, Pentecostés es el cumplimiento de la Pascua y su plenitud. Pero no es la plenitud como punto de llegada, sino como el comienzo de una presencia, la del Espíritu en la Iglesia y en cada uno de sus miembros: una presencia dinámica que actúa en el tiempo. 

Como el viento impetuoso con el que apareció en el Cenáculo, que da forma a las dunas del desierto y alisa las rocas. Como el fuego que eligió para ser visible, que ilumina, calienta, cocina progresivamente los alimentos haciéndolos más comestibles y hace que los metales sean maleables para que el trabajo de los hombres produzca utensilios y joyas.

Así, el permanecer “para siempre” con nosotros del “otro Paráclito” es un permanecer activo, que nos transforma, nos moldea y nos hace crecer en el camino de nuestra historia.

A lo largo de la historia de la Iglesia y de nuestra vida, el Espíritu Santo nos enseña todo y nos recuerda, haciéndolas comprender, las palabras de Jesús. Él, que es el amor mismo de Dios, nos lleva a amar a Jesús y, por tanto, a cumplir sus mandamientos y a preparar nuestras almas como morada fija del Padre y del Hijo. 

La liturgia de hoy nos dice que Espíritu Santo es capacidad de hacerse entender en todas las lenguas humanas: la superación de la torre de Babel.

Es el creador de la unidad respetando la diversidad. Él es el enviado que renueva la faz de la tierra: es el Espíritu creador.

Él es quien, como escribe Pablo a los romanos, al habitar en nosotros nos ayuda a superar la tendencia a ser dominados por la carne. Los exégetas explican que por “carne” Pablo se refiere a ese principio negativo que hace que la persona se encierre en sí misma, persiga sus propias necesidades y ambiciones, confíe en sus propios recursos, esté llena de sí misma, sea orgullosa, esclavizada y sujeta al miedo. 

El Espíritu, en cambio, vence esta resistencia debida al pecado original dando a la persona la libertad de los hijos de Dios, la capacidad de salir de sí misma para abrirse a Dios, a los demás en fraternidad y a la creación.

Con gratuidad y en caridad. Ven, Padre de los pobres; ven, dador de dones; ven, luz de los corazones.

Consuelo perfecto; dulce huésped del alma; dulcísimo alivio.

En el trabajo, descanso; en el calor, refugio; en el llanto, consuelo.

La homilía sobre las lecturas de Pentecostés

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

El autorAndrea Mardegan / Luis Herrera

Ecología integral

Michael Taylor: “Dios invisible se hace visible a través de su creación”

El profesor Michael Taylor ha sido uno de los galardonados en la V Edición de los premios Razón Abierta en un Congreso de la Universidad Francisco de Vitoria, junto a la Fundación vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI. “Defender la naturaleza es defender la dignidad del ser humano”, afirma Taylor, quien cita a san Pablo: “Lo invisible de Dios se hace visible a través de la creación del mundo”.

Francisco Otamendi·2 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 9 minutos

Traducción del artículo al inglés

La Universidad Francisco de Vitoria y la Fundación vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI han entregado hace unos días los Premios Razón Abierta, en su IV y V Edición, como broche final del V Congreso Razón Abierta, en el que docentes e investigadores universitarios de Estados Unidos, Reino Unido y España han reflexionado sobre ‘El hombre en la ciencia contemporánea’.

El objeto del congreso ha sido profundizar en una mirada sobre la realidad que sitúe a la ciencia en el camino del respeto y el servicio al hombre y al mundo, de modo que investigadores y docentes universitarios han dialogado desde su ciencia con la filosofía y la teología, como destacó Daniel Sada, rector de la Universidad Francisco de Vitoria, en la ceremonia de entrega de los premios.

Por esas casualidades de la vida, el ‘meeting’ ha tenido lugar en plena Semana Laudato Si’ 2022, que ha tenido lugar del 22 al 29 de mayo en el séptimo aniversario de la encíclica del Papa Francisco sobre el cuidado de la creación.

A lo largo de las cinco ediciones de los premios, el Instituto Razón Abierta, que dirige la vicerrectora María Lacalle, han recibido trabajos de todos los lugares del mundo, y han participado profesores de universidades, católicas y no católicas. Entre los premiados de las primeras ediciones hay profesores de la Universidad de Oxford, Universidad Austral, las de Notre Dame, Navarra, Sevilla, La Sabana, Loyola Chicago, Università Campus Bio-Médico de Roma, etcétera.

Michael Taylor, de Edith Stein Philosophy Institute y del International Laudato Si’ Institute, es uno de los galardonados en esta edición. Taylor es profesor visitante en el Thomas More College of Liberal Arts de Merrimack, NH, y es licenciado en Filosofía, Bioética, Biología y Estudios Medioambientales. Una de sus obras más conocidas es ‘The Foundations of Nature: Metaphysics of Gift for an Integral Ecological Ethic’, de la que hablamos en la conversación.

Profesor, ¿puede comentar alguna idea que ha planteado en el congreso? En concreto, en la mesa redonda sobre el asombro por el mundo.

― Comenzamos a hablar sobre el asombro y la realidad, la importancia del asombro para ayudarnos a entender la realidad y la razón misma y su relación, y es que la realidad nos sobrepasa. Abrirse a experimentar el asombro y profundizar en ello nos ayuda a ser humildes intelectualmente. La humildad intelectual no es que no podamos entender el misterio, y por tanto mantener una actitud intelectual de saber que no entendemos, y de estar en una situación de ignorancia; sino más bien, siguiendo a santo Tomás, la humildad intelectual significa confiar que podemos entender la realidad, confiar en los sentidos, confiar que podemos conocer la verdad, pero a la vez saber que no lo podemos conocer exhaustivamente.

Ése es el gran error de la mentalidad cientifista que acompaña a la modernidad. Y terminamos pensando que si no lo podemos entender, no es real, o si la razón no lo puede abarcar, no es real; y eso es el orgullo intelectual que no quiere aceptar los límites de la razón.

Cuando hablamos de los límites de la razón, si hay un límite, significa que hay algo más allá; entonces tenemos que moldear nuestra actitud, nuestra búsqueda de conocimiento, considerando esa realidad. Hay cosas que podemos conocer con cierta certeza, empíricamente, y hay cosas que podemos conocer con la razón, pero no científicamente, y en esas cosas nos ayudan la filosofía y la razón humana.

Y luego hay cosas que sólo podemos conocer por Revelación. Aplicamos la razón a través de la teología. Ése era un gran punto, cómo el asombro nos abre a todo ese panorama de sanar la razón humana, que está muy maltratada hoy día. Y el asombro es, como dice Platón, el inicio de la filosofía. Tenía mucha razón. También es una de las experiencias iniciales de los niños, y Cristo nos dice que tenemos que hacernos como niños. Hay que apreciar esto.

¿En qué consiste la metafísica del don de la que ha escrito usted, y ha hablado en el congreso?

― La metafísica del don no es una invención mía, sino que sigue toda la tradición católica, aristotélica, tomista, y se desarrolla con san Juan Pablo II y Benedicto XVI, porque tampoco Tomás lo ha hecho todo. Pero sí se desarrolla a partir de sus ideas, que son muy claras. En cuanto a la metafísica del don, hay que entender para empezar que toda persona que vive en el mundo y toma decisiones sobre su vida, está mostrando que tiene una metafísica, que es simplemente una concepción de la realidad. Y una cosa que le gusta hacer al mundo moderno es negar la metafísica, porque la metafísica habla de lo  inmaterial, y como el mundo moderno es materialista, no quiere hablar de esto, dice que no existe la metafísica. Y por eso no se estudia.

Pero esto en sí es una metafísica, muy negativa, pero es una idea de cómo son las cosas, es una realidad. Hay mucha ceguera en nuestros días. A la metafísica del don se la denomina así, y no soy el primero en hacerlo. Un don nos abre a la gratitud, a la humildad, a la experiencia, a saber que no somos autosuficientes, a lo que nos viene de fuera. Y eso es muy importante, porque nos impulsar a buscar el dador, el donador, que en último caso es Dios. Pero siguiendo sólo la razón, la filosofía, los no creyentes pueden acceder a estas ideas, y ellos decidirán si creer o no.

Un don nos abre a la gratitud, a la humildad, y nos impulsa a buscar al donador, afirma usted. Y se ha referido al don de la existencia.

―También el don hace referencia, en la metafísica de santo Tomás, al don de la existencia, y ése fue su gran aporte a la filosofía y a la metafísica antigua, porque ni Aristóteles ni Platón tenían muy claro un concepto del acto del ser. Para ellos dos, las cosas eran eternas, las formas eran eternas, la existencia se llevaba dentro de la forma. Pero lo que explica santo Tomás es que la forma, que es activa sobre la materia, es también pasiva respecto al don de la existencia, el acto de ser. Este acto de ser es lo que mantiene todo en la existencia, es el don de Dios que es la creación.

La creación no es algo que pasó en un pasado muy lejano, sino que está pasando. Describe una relación para todas las cosas y para todos nosotros, que no somos fuente de nuestra propia existencia. Y solo en Dios corresponde la existencia con la esencia. Dios es su existencia, que es eterna. Y en ese sentido los filósofos no decimos. Dios existe, sino que Dios es la existencia misma, mientras todo lo creado existe gracias a Él.

La metafísica del don parte de esta idea, pero también se ve en todas las cosas, porque todo efecto muestra señales y características de su causa. Toda la bondad, belleza y racionalidad de la fuente, de Dios, y también su relacionalidad ―y aquí hago referencia a la ontología trinitaria, tres Personas en Una―, se ve en toda la creación. Se ve la ecología, en las redes tróficas [cadenas alimentarias] en la forma en que todas las cosas están relacionadas.En las formas en que los animales y las plantas se desgastan para crear la siguiente generación. Y como todas las cosas, nos aparecen como verdades, como buenas y como bellas.

Otro punto importante: ante la mirada científica, no entendemos las cosas como verdades, buenas y bellas, en el sentido profundo, en el sentido católico; sino que la ciencia hace que todo sea neutral, cosa que es falsa, porque todo lo creado es bueno por existir, hasta un mosquito, y eso es un principio metafísico. Esto es algo que hemos de recuperar.

El mundo natural no es una máquina. No puede simplemente intercambiar las piezas, hay que tratar la naturaleza de modo distinto.

Michael Taylor

También propone una ética ecológica, frente a una visión dominante del mundo natural marcado por una visión mecanicista… ¿Es correcto?

― Así es. El mundo moderno, a partir de un cientifismo, que hay que distinguir de la ciencia, de la búsqueda de la verdad con un método empírico. Si absolutizas ese método, terminas en el cientificismo, y terminas interpretando toda la naturaleza como si fuera una máquina. Y esto es muy sencillo de hacer, y muy natural, y las analogías nos pueden ayudar. Pero la metafísica del mundo moderno está hecha así, trata lo natural como si fuera una máquina.

La ciencia moderna es un método para aprender a manipular las cosas, y así tratamos a la naturaleza a veces, ignorando su telos, su fin propio que tiene dado por Dios en su esencia, e ignoramos su dignidad, en el sentido de que cada cosa existe porque está recibiendo el don de la existencia de Dios, y eso nos debe al menos hacer pensar. No digo que esté mal comer la carne de un animal, pero debemos al menos tener gratitud y entender que es un regalo para nosotros. Dios quería que viviera, y también quería que nos ayudara a llevar adelante nuestra existencia.

La ética ecológica trata las cosas a veces en este sentido. Bueno, si vas a contaminar una zona, significa que tienes que arreglar o preservar otra, y da lo mismo. Me sorprendió ver que hoy en día, dicen que las aerolíneas no producen nada de carbono, porque pagan una tasa para equilibrar la ecuación. No funciona así. El mundo natural no es una máquina. No puede simplemente intercambiar las piezas, hay que tratar la naturaleza de modo distinto.

Usted habla asimismo de defender la dignidad de la naturaleza que, si no hemos entendido mal, es defender la dignidad del ser humano.

Así es. Desde la metafísica entendemos que todo lo que ha sido creado tiene una dignidad propia, según su esencia. Una piedra no es igual que un pájaro, pero los dos son buenos, en la medida en que son, y que todos son queridos por Dios. Muchas veces entiendo que, en la situación actual, los animalistas, por ejemplo, quieren que valoremos los animales igual que los seres humanos, y que no debemos maltratar a los animales. Pero a la vez son abortistas. Vamos a ver, ¿todos tienen la misma dignidad, o no la tienen? ¿O cómo es? Yo pienso que la defensa de la vida, la defensa de la dignidad de la persona, es absolutamente esencial, y no tiene que oponerse la defensa de la dignidad de la naturaleza y de los animales.

Es muy interesante entender, cuando estaban luchando contra el marxismo en Polonia, decían que no necesitaban enemigo para afirmar el valor de la persona y los valores del Evangelio. Mientras el marxismo, sí. El marxismo necesitaba atacar un enemigo para justificar su existencia y su lucha.

Lo mismo pasa con la defensa de la dignidad del ser humano. Y eso se ve en los mismos escritos de Juan Pablo II. Cronológicamente, hablaba mucho de la dignidad del ser humano. De hecho, era uno de los principales fundadores del personalismo, que luchaba contra el marxismo. Pero dos meses después de caer el Muro de Berlín, el 1 de enero de 1990, comienza a hablar de la dignidad de la creación. Lo que pasa es que la dignidad del ser humano está fundada sobre la dignidad de la creación, somos creaturas. En ese sentido hablo de defender la dignidad de la naturaleza, como poner las bases de defender la dignidad del ser humano.

Vistos sus argumentos, charlemos un momento de la encíclica Laudato Si’, del Papa Francisco. ¿Cómo sintetizaría un par de aportaciones de esta encíclica, ahora que se cumplen siete años de su promulgación?

 ― Esa visión de la que estoy hablando sí está presente en la Laudato Si’. Hay gente que quiere manipular el documento, y decir que sólo se trata del cambio climático, o ser activistas, políticos. No. La visión de Laudato Si’ es muy profunda, se trata de la visión de lo que significa ser creado o la creación misma. La primera actitud no es salir a la calle y protestar. La primera actitud es parar, hacer silencio, y contemplar la naturaleza, contemplar la belleza de la creación, y sobre todo la creación de nosotros mismos. Somos el culmen de la creación. Y eso no significa que podamos hacer lo que nos da la gana, más bien nos da una gran responsabilidad. Ésa es la visión que está de fundamento en la encíclica Laudato Si’.

¿El paso siguiente?

― Luego, cuando uno esté en una actitud de oración, abierto a entender el don de la creación a través de la contemplación, ahí podemos trabajar la virtud de la prudencia, que nos ayude a tomar las decisiones prácticas para vivir en nuestro día a día.

Obviamente, vivir una vida más sencilla, que requiere menos recursos, son conclusiones obvias. Vivimos en un mundo tecnocrático, y estamos constantemente invitados a pensar que la felicidad se encuentra en tener muchas cosas, en hacer muchas cosas, en viajar a muchos lugares. Pero la riqueza de la creación que describe la Laudato Si’ es que todo lo que necesitamos, todo lo que el corazón humano desea, la bondad, la verdad, la belleza, se puede encontrar, y encontrar mejor, en una vida sencilla que presta atención a lo esencial en la creación.  Que no se preocupa tanto por lo que tenemos o podamos tener, que vive cerca de la tierra. Es muy deshumanizador no saber de dónde viene nuestra comida, tener que comer cosas siempre en plástico [envasada], no ver un árbol o un pájaro en si sitio natural.

Pero esto es muy difícil para mucha gente. Está también en ello una revalorización del trabajo y la agricultura, no una agricultura mecanicista, moderna, que utilice productos químicos para todo, sino una agricultura más sencilla, un poco más de pueblo. Yo creo que el mundo se da cuenta de que esa vida del pueblo, cerca de la naturaleza, tiene un valor intrínseco que nos ayuda a vivir mejor, a entender mejor nuestra fe. Lo que dice Pablo en Romanos 1, 20 es que Dios invisible se hace visible a través de su creación

Ahí podemos entender a Dios. Si vivimos en un mundo completamente construido por el hombre, se hace difícil ver a Dios. Creo que hay que tomar conciencia de eso.

Somos el culmen de la creación. Y eso no significa que podamos hacer lo que nos da la gana, más bien nos da una gran responsabilidad. Y ésa es la visión que está de fundamento en la encíclica Laudato Si’.

Michael Taylor

Concluimos la sugerente conversación con el profesor Michael Taylor, que tendrá continuidad. En la entrega de premios intervino también Pierluca Azzaro, secretario general de la Fundación vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, quien recordó que esta colaboración “comenzó hace ya seis años, tras la finalización del Congreso ‘La oración, fuerza que cambia el mundo’ que la Fundación Ratzinger – Benedicto XVI celebró en la UFV en el contexto de la celebración del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa”.

Omnes ha tenido como ponentes en 2021 a dos profesoras galardonadas con los Premios anuales que otorga en Roma la Fundación vaticana Joseph Ratzinger – Benedicto XVI: la australiana Tracey Rowland, premio Ratzinger 2020, y la alemana Hanna-Barbara Gerl-Falkovitz, premio Ratzinger 2021.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

El perdón, centro de la reflexión del Encuentro Mundial de las Familias

Rome Reports·1 de junio de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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El X Encuentro Mundial de las Familias, que se celebrará en Roma y en las diócesis, reflexionará sobre el perdón como eje las relaciones entre familiares y camino hacia la santidad.

Además se tratará del papel misionero de las familias, el rol de los ancianos, el diálogo intergeneracional y el acompañamiento a los cónyuges no creyentes.


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Vaticano

El Papa Francisco: “El anciano está colocado en la esquina de la existencia”

La catequesis del Papa Francisco sobre la ancianidad está poniendo sobre la mesa los principales asuntos que afectan a los más mayores.

Javier García Herrería·1 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa continúa un precioso equilibrio en sus audiencias de los miércoles sobre la ancianidad. La semana pasada les exhortaba a no sentirse víctimas por la edad y a tener buen humor. Sin embargo, hoy se ha salido del guión y ha improvisado algunas ideas muy sugerentes. Ha afirmado que “no faltan quienes se aprovechan de la edad del anciano para engañarlo, para intimidarlo de mil maneras… para apoderarse de sus ahorros”. Y todavía explicitaba más: “quedan desprotegidos y abandonados sin cuidados. Ofendidos por formas de desprecio, o intimidados para que renuncien a sus derechos, también en las familias. Esto es grave pero también sucede en las familias”.

El Papa Francisco partió en sus reflexiones del Salmo 71, que dice: “No me abandones cuando mis fuerzas flaqueen”. A continuación, ha denunciado con tono sosegado cómo “los ancianos son descartados, abandonados en las casas de reposo, sin que los hijos vayan a encontrarlos, o van pocas veces al año. El anciano está colocado en la esquina de la existencia. Y esto sucede hoy. Tenemos que reflexionar sobre esto”.

Una problema global

El Papa considera esta cuestión de máxima importancia, aunque no llene titulares ni esté en la agenda del día de las cuestiones políticas más urgentes. “Toda la sociedad debe apresurarse para cuidar de sus ancianos, cada vez más numerosos, y a menudo también más abandonados. Cuando oímos hablar de ancianos que son despojados de su autonomía, de su seguridad, incluso de su hogar, entendemos que la ambivalencia de la sociedad actual en relación con la edad anciana no es un problema de emergencias puntuales, sino un rasgo de esa cultura del descarte que envenena el mundo en el que vivimos”.

Parece imposible escuchar al Papa y no relacionar sus reflexiones con la mentalidad en favor de la eutanasia que cada vez se extiende más. “Las consecuencias son fatales. La vejez no solo pierde su dignidad, sino que duda incluso de que merezca continuar. Así, todos somos tentados para esconder la propia vulnerabilidad, esconder nuestra enfermedad, nuestra edad, nuestra vejez, porque tememos que sean la antesala de nuestra pérdida de dignidad. Preguntémonos: ¿es humano inducir este sentimiento? ¿Por qué la civilización moderna, tan avanzada y eficiente, se siente tan incómoda con la enfermedad y la vejez? ¿Y por qué la política, que se muestra tan comprometida con definir los límites de una supervivencia digna, al mismo tiempo es insensible a la dignidad de una convivencia afectuosa con los ancianos y los enfermos?”

Confiar en el poder de la oración

El Papa anima a los mayores a rezar con confianza, pues “la oración renueva en el corazón del anciano la promesa de la fidelidad y de la bendición de Dios. El anciano redescubre la oración y da testimonio de su fuerza. Jesús, en los Evangelios, nunca rechaza la oración de quien necesita ayuda. Los ancianos, por su debilidad, pueden enseñar a los que viven otras edades de la vida que todos necesitamos abandonarnos en el Señor, invocar su ayuda. En este sentido, todos debemos aprender de la vejez: sí, hay un don en ser anciano entendido como abandonarse al cuidado de los demás, empezando por Dios mismo”.

Antes de cerrar el encuentro, el Papa Francisco improvisaba de nuevo unas preguntas para examinar la propia conciencia. “Cada uno de nosotros puede pensar en los ancianos de su familia. ¿Cómo me vinculo con ellos? ¿Cómo los recuerdo? Si busco estar con ellos, si los respeto. A los ancianos de mi familia, ¿los he borrado de mi vida o voy hacia ellos a buscar sabiduría, la sabiduría de la vida? Recuérdate que también tú serás anciano o anciana. La vejez viene para todos, ¿y tú cómo desearías ser tratado en la vejez? Trata así a los ancianos de tu familia, son la memoria de la familia, de la humanidad, del país”.

Enseñanzas del Papa

Educación, misericordia, familia

En el mes de mayo, y entre muchos temas que el Papa Francisco ha tratado, son destacables estos tres de sus intervenciones en las últimas semanas: la educación, la misericordia y la familia.

Ramiro Pellitero·1 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 8 minutos

En las pasadas semanas el Papa se ha prodigado en enseñanzas, discursos y alocuciones a diversos grupos con motivo de aniversarios o peregrinaciones a Roma. Seleccionamos aquí tres temáticas: educación, misericordia (con ocasión del domingo de la misericordia) y familia (a propósito del año Familia Amoris Laetitia, que concluirá el 26 de junio de 2022, con el X Encuentro mundial de las familias en Roma).

Educación: calidad, visión cristiana, integralidad

Francisco ha dedicado recientemente dos discursos a la educación. El primero, dirigido al Global Researchers Advancing Catholic Project (20-IV-2022).  Ya en su exhortación programática Evangelii gaudium (2013), el Papa advertía que en una sociedad de la información que nos satura indiscriminadamente de datos, todos en el mismo nivel, y termina llevándonos a una tremenda superficialidad a la hora de plantear las cuestiones morales, […] se vuelve necesaria una eduåcación que enseñe a pensar críticamente y que ofrezca un camino de maduración en valores (n. 64). 

Retomando este argumento, a partir del contexto socio-cultural contemporáneo, señala ahora el objetivo de un proyecto católico de educación: 

“Como educadores, estáis llamados a alimentar el deseo de verdad, de bondad y de belleza que habita en el corazón de cada uno, para que todos aprendan a amar la vida y abrirse a la plenitud de la vida”

Esto, añade, implica buscar formas de investigación que combinen buenos métodos para servir a la persona como un todo, en un proceso de desarrollo humano integral. Con otras palabras, formar juntos cabeza, manos y corazón: preservar y potenciar el vínculo entre aprender, hacer y sentir en el sentido más noble. Y de esta forma los educadores católicos pueden ofrecer a la vez un excelente expediente académico y una visión coherente de la vida inspirada en las enseñanzas de Cristo.

Madurez, identidad cristiana, compromiso social

En segundo lugar, expresa Francisco la continuidad de este afán con lo que el Concilio Vaticano II señala: que la obra educativa de la Iglesia se dirige no sólo a “asegurar la madurez propia de la persona humana, […] sino que tiende sobre todo a que los bautizados, iniciados progresivamente en el conocimiento del misterio de la salvación, tomen cada vez más conciencia del don de la fe que han recibido” (Decl. Gravissimum educationis, 2). 

Sobre la base de una visión cristiana de la vida (el saberse, educadores y alumnos, hijos amados de Dios en la única familia humana), dice el Papa, “la educación católica nos compromete, entre otras cosas, a construir un mundo mejor enseñando la convivencia mutua, la solidaridad fraterna y la paz”. Hemos de desarrollar herramientas para promover estos valores en las instituciones educativas y el los estudiantes. 

En tercer lugar, además de salir al encuentro de la situación educativa actual y subrayar la base de la visión cristiana, observa el Papa que “la educación católica es también evangelización: dar testimonio de la alegría del Evangelio y de su capacidad para renovar nuestras comunidades y dar esperanza y fuerza para afrontar con sabiduría los desafíos actuales”

El segundo discurso es el dirigido por el Santo Padre a los rectores de las universidades del Lazio (16-V-2022). También parte de la situación actual: “Los años de la pandemia, la expansión en Europa de la ‘tercera guerra mundial’ que comenzó a pedazos y ahora parece que ya no será a pedazos, la cuestión ambiental global, el crecimiento de las desigualdades, nos interpelan de una manera sin precedentes y acelerada”

El reto educativo, explica Francisco, tiene por tanto una fuerte implicación cultural, intelectual y moral; pues debe afrontar esa situación, que conlleva el “riesgo de generar un clima de desánimo, desconcierto, pérdida de confianza, peor aún: adictivo”. Se trata de una crisis que, por otra parte, nos puede hacer crecer, siempre que la superemos.

Evoca Francisco el Pacto educativo global, en marcha en todo el mundo, junto con la firma, en febrero de 2019, del documento sobre la fraternidad humana, donde se dice: “nos preocupa una formación integral que se resuma en el conocimiento de uno mismo, del hermano, de la creación y de lo Trascendente”. Este horizonte, indica el Papa a los rectores de universidades, solo se puede abordar “con sentido crítico, libertad, sano enfrentamiento y diálogo”, más allá de barreras y confines. Es algo que pertenece, además, al ideal de la universidad, que es una comunidad, pero también una convergencia de saberes en torno a la verdad y al diálogo. 

Prueba de ello, observa, es el movimiento de muchos doctorandos en economía, interesados en “construir respuestas nuevas y eficaces, superando viejas incrustaciones ligadas a una estéril cultura de competencia por el poder”

Todo esto requiere la escucha (de los estudiantes y de los colegas, también de la realidad), así como la imaginación y la inversión, para formar a los estudiantes también en el respeto a sí mismos, a los demás, al mundo creado y al Creador. 

En suma: una educación que debe estar unida a la vida, a las personas y a la sociedad; sin prejuicios ideológicos, sin miedos, huidas o conformismos. 

Misericordia: alegría, perdón y consuelo

Segundo tema: la misericordia. En la “misa de la divina misericordia”, celebrada en la basílica de San Pedro el segundo domingo de pascua (24-IV-2022), Francisco tomó pie en el saludo de Cristo que trae la paz (cf. Jn 20, 19.21.26). En esa paz apuntaba el Papa tres dimensiones: “da alegría, luego suscita el perdón, y finalmente consuela en la fatiga”. Qué duda cabe que necesitamos mucho de todo eso en nuestro mundo. 

Jesús no recrimina a sus discípulos, por los fallos y pecados pasados, sino que les anima. Les trae “una alegría que levanta sin humillar”. Y como el Padre le ha enviado, les envía a ellos para que perdonen (cf. vv. 21 y 23) en el sacramento de la reconciliación. 

Esto nos interpela a todos: “Preguntémonos: yo, aquí donde vivo, yo en la familia, yo en el trabajo, en mi comunidad, ¿promuevo la comunión, soy artífice de reconciliación? ¿Me comprometo a calmar los conflictos, a llevar perdón donde hay odio, paz donde hay rencor? ¿O yo caigo en el mundo de las habladurías que siempre mata?

Vemos –invitaba el Papa–, también en el modo con que Jesús trata al apóstol Tomás, que el Señor no viene de modo triunfante y abrumador, con milagros rimbombantes, sino que nos consuela con su misericordia, presentándonos sus llagas. Por eso “en nuestro ministerio de confesores debemos hacer ver a la gente que ante sus pecados están las llagas del Señor, que son más poderosas que el pecado”

Jesús, repetirá el sucesor de Pedro en el Regina Caeli, “no busca cristianos perfectos”, sino que volvamos a Él, una y otra vez, sabiéndonos necesitados de su gracia, especialmente tras nuestras dudas, debilidades y crisis; porque siempre quiere darnos “otra oportunidad”; y desea que nosotros nos comportemos también así con los demás.  

El lunes siguiente (25-IV-2022) tuvo un encuentro con los sacerdotes “Misioneros de la Misericordia”. Era el tercero después de otros dos en 2016 y 2018. Esta vez glosó la figura bíblica de Ruth, cuya fidelidad y generosidad premió Dios con creces. Como Dios, que permanece silencioso en el libro de Ruth, también deben actuar los sacerdotes: “No olvidemos nunca que Dios no actúa en la vida diaria de las personas a través de actos llamativos, sino de manera silenciosa, discreta, sencilla, tanto que se manifiesta a través de las personas que se convierten en sacramento de su presencia. Y vosotros sois sacramento de la presencia de Dios. Os ruego que mantengáis lejos de vosotros todas las formas de juicio y poner siempre el deseo de comprender a la persona que está delante”.

Y terminaba Francisco evocando algunas figuras de sacerdotes misericordiosos, que confesaban a muchas personas, y que, como el Señor, nunca se cansaban de perdonar. 

Familia: remedio contra el individualismo 

En el marco de este año Familia Amoris laetitia, ya cercano a su fin, el Papa se dirigió a la sesión plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales (Discurso, 29-IV-2022), reunida para tratar sobre la realidad de la familia. En el contexto de la crisis actual, prolongada y múltiple, que pone a prueba a tantas familias, Francisco desea redescubrir “el valor de la familia como fuente y origen del orden social, como célula vital de una sociedad fraterna y capaz de cuidar de la casa común”.

En primer lugar, señala que, a pesar de los muchos cambios que han experimentado en la historia y en los distintos pueblos, “el matrimonio y la familia no son instituciones puramente humanas”. Son, además, un remedio al individualismo dominante. 

El genoma social de la familia

El bien que promueve la familia no es meramente asociativo, una suma de personas con fines de utilidad, sino un vínculo relacional de perfección. Así es, porque los miembros de la familia maduran al abrirse entre sí y a otros. Ese podría llamarse su “genoma social”. Al mismo tiempo, “la familia es lugar de la acogida”, especialmente donde hay miembros frágiles o discapacitados, como también es escuela de gratuidad. 

Para desplegar su naturaleza, la familia necesita “que se promuevan en todos los países políticas sociales, económicas y culturales “amigas de la familia”.

Concluía el Papa señalando algunas condiciones para redescubrir la belleza de la familia. Primera, sacar de los ojos “las cataratas de las ideologías”. Segunda, redescubrir “la correspondencia entre matrimonio natural y sacramental” (que no es, este último un añadido yuxtapuesto a la institución familiar). Tercera condición: la conciencia de “la gracia del sacramento del Matrimonio –que es el sacramento ‘social’ por excelencia– cura y eleva a toda la sociedad humana y es fermento de fraternidad” (cf. Amoris laetitia, n. 74).

El único gran objetivo: la familia evangelizadora  

Finalmente, también sobre la familia, cabe destacar el Discurso del Papa al Congreso internacional de Teología moral (13-V-2022). Comienza ponderando la riqueza espiritual de la familia, tal como puso de relieve la Amoris laetitia. Pasa luego a considerar que los desafíos de nuestra época piden que la teología moral, por una parte, hable “un lenguaje comprensible” para los interlocutores, y no solo para los expertos; y además, que, en atención a la conversión pastoral y la transformación misionera de la Iglesia, esté atenta a “las heridas de la humanidad”. Y añade que todo ello puede ser ayudado por la interdiciplinaridad, entre teología, ciencias humanas y filosofía. 

“El único gran objetivo”, señala el Papa, “es responder a esta pregunta: ¿Cómo las familias cristianas de hoy, en la alegría y el esfuerzo del amor conyugal, filial y fraterno, dan testimonio de la buena noticia del Evangelio de Jesucristo?”.

El congreso se inscribe, no solo de hecho sino como perspectiva de fondo, en el marco de la sinodalidad. 

La sinodalidad –explica el sucesor de Pedro– no es una cuestión meramente táctica, sino una necesidad para profundizar en la verdad de la Revelación, que no es algo abstracto, sino vinculado a la experiencia de las personas, culturas y religiones. “La verdad de la Revelación se dirige a la historia –¡es histórica!–, a sus destinatarios, que están llamados a realizarla en la ‘carne’ de su testimonio”. También las familias: “¡Cuánta riqueza de bien hay en la vida de tantas familias, en todo el mundo!”

¿Y qué tiene que ver esto –cabría preguntarse– con la teología moral? Pues que el matrimonio y la familia cristiana son “lugares” y “tiempos” (kairós) de la acción de Dios, donde la reflexión teológica puede beber para profundizar y presentar mejor la fe y la moral. 

Precisamente por eso –apunta el Papa– es más necesaria que nunca la práctica del discernimiento, abriendo espacio “a la conciencia de los fieles, que muchas veces responden lo mejor posible al Evangelio en medio de sus limitaciones y pueden llevar a cabo su discernimiento personal ante situaciones en las que se rompen todos los esquemas” (Amoris laetitia, 37.).

La teología moral, en efecto, tiene delante un desafío no pequeño, al servicio de ese gran objetivo de que las familias anuncien y testimonien el mensaje evangélico. 

Así les dice Francisco a los moralistas: “A todos vosotros se os pide hoy repensar las categorías de la teología moral, en su vínculo recíproco: la relación entre gracia y libertad, entre conciencia, bondad, virtudes, norma y phrónesis aristotélica, prudentia tomista y discernimiento espiritual, relación entre naturaleza y cultura, entre la pluralidad de lenguas y la unicidad del ágape”

El obispo de Roma invita a los moralistas a tener en cuenta las enriquecedoras diferencias de las culturas y, sobre todo, las experiencias concretas de los creyentes. Les anima a inspirarse en las raíces cristianas, como deben hacer siempre los teólogos, pero no para retroceder sino para seguir adelante en el camino de la obediencia a Jesucristo, sin encerrarse en una casuística empobrecedora o decadente. 

Concluye insistiendo en la verdadera finalidad, ese único gran objetivo: el papel evangelizador de la familia, con alegría: “¡Que la alegría del amor, que encuentra un testimonio ejemplar en la familia, se convierta en signo eficaz de la alegría de Dios que es misericordia y de la alegría de quien recibe esta misericordia como un don! Alegría”.

Se necesitan cofrades intelectuales

Importa que las hermandades, vertebradoras de la sociedad civil, participen activamente en la fundamentación de modelos de pensamiento acordes con la dignidad humana y con la misión de la Iglesia a la que sirven

1 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Desde el siglo XVI, incluso antes, las hermandades y cofradías vienen siendo testigos y protagonistas de la historia en su entorno. Esa participación ha sido muy estudiada en publicaciones relacionadas, más o menos directamente, con ellas, a las que añaden las actas de las juntas de gobierno, en algunos casos perfectamente conservadas, que proporcionan una minuciosa información de la hermandad y de los usos, costumbres y acontecimientos de la época. Ese abundante material se ha visto incrementada los últimos años, tanto en proyectos de investigación, como manuales, monografías, artículos académicos, trabajos de fin de grado, etc.

Sería interesante hacer, a lo mejor se ha hecho y no lo conozco, un metaanálisis para comprobar cuáles son los temas tratados en estos trabajos y el peso estadístico de cada uno. Si tuviera que aventurar resultados de ese hipotético trabajo de investigación me atrevería a decir que los temas más tratados serían: historia de las hermandades, arte, sociedad, antropología, relaciones con el poder político y eclesiástico, labor asistencial y poco más.

Pero hay un tema que no he visto en la bibliografía consultada: el papel de las hermandades en la historia de las ideas contemporáneas, su influencia en la historia del pensamiento. Ante esto la primera consideración es si realmente deben tener algún papel o por el contrario han de encapsularse, protegerse del entorno metiéndose en una campana de seguridad que impida su contaminación por las distintas corrientes de pensamiento.

La historia de las ideas a partir del siglo XVI es apasionante. El paso de la Edad Media a la Moderna, del Antiguo al Nuevo Régimen, viene marcado por el reconocimiento de la autonomía de lo temporal y de la dignidad universal de la persona en cuanto imagen de Dios. En esos años, además de su actividad de culto y de asistencia social, las hermandades asumen también un papel catequizador, catequesis plástica, como contrapunto a la Reforma.

No es momento ni lugar para hacer siquiera un breve síntesis de la historia de las ideas contemporáneas. A grandes rasgos podríamos esbozar una relación cronológica, partiendo de la Ilustración, que pone en el centro de su cosmovisión la razón científica, pasando por el liberalismo, que gira en torno a una concepción de la naturaleza humana de carácter individualista y el marxismo, que prioriza al colectivo sobre el individuo y plantea una visión dialéctica de la historia.

El siglo XX se inicia con un nihilismo o escepticismo radical frente a la imposibilidad, dicen, de conocer la verdad, lo que da paso a un existencialismo, en sus diversas variantes, centrado en la persona y su experiencia inmediata, sin más horizonte.

Muchos pensadores identifican los sucesos de Mayo de 1968 como el momento en que la crisis cultural y antropológica que se venía arrastrando tras la Segunda Guerra Mundial desemboca en una sociedad permisiva, que acaba con los sistemas anteriores.

Desde el relativismo absoluto, los sustituye por movimientos sociales: revolución sexual, feminismo radical, movimiento trans, la ecología como ideología, revisión de la historia, la cultura woke, los metaversos y un largo etcétera.

En todo este tiempo la Iglesia ha mantenido una incesante actividad, identificando y corrigiendo desviaciones y proponiendo modelos acordes con la naturaleza humana y la Revelación. El Concilio Vaticano II es la respuesta global de la Iglesia a estos desafíos y define el papel de los fieles en la sociedad.

¿Y las hermandades? ¿Se podría afirmar que se han mantenido al margen de la historia de las ideas contemporáneas, encerradas en una campana de laboratorio? ¿Se han visto afectadas por las corrientes de pensamiento de cada época o han quedado al margen? ¿Forma parte de su misión participar en ese debate?

La decisión no es optativa. El globalismo actual tiende a borrar las diferencias identitarias o culturales, por eso las hermandades han de reforzar su propia identidad para no quedar arrasadas. Importa que las hermandades, vertebradoras de la sociedad civil, participen activamente en la fundamentación de modelos de pensamiento acordes con la dignidad humana y con la misión de la Iglesia a la que sirven. No necesariamente de forma corporativa, pero sí fomentando la participación de sus hermanos más capacitados a entrar en este debate permanente. Es importante la aportación de esos hermanos, individualmente o en think tanks, en esta apasionante tarea.

El autorIgnacio Valduérteles

Doctor en Administración de Empresas. Director del Instituto de Investigación Aplicada a la Pyme Hermano Mayor (2017-2020) de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, en Sevilla. Ha publicado varios libros, monografías y artículos sobre las hermandades.

Mundo

Mons. Paolo Martinelli: «El Vicariato Apostólico de Arabia Meridional es una Iglesia de los pueblos»

Entrevista con Paolo Martinelli, recientemente elegido Vicario Apostólico de Arabia del Sur.

Federico Piana·1 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Cuando se le pregunta si esperaba que el Papa Francisco, hace unas semanas, lo nombrara Vicario Apostólico de Arabia del Sur, Monseñor Paolo Martinelli responde con absoluta certeza: «No, no había nada que me hiciera sospechar de esta elección».

Sin embargo, al religioso perteneciente a la Orden de los Frailes Menores Capuchinos, hasta poco antes de su nuevo cargo como obispo auxiliar de Milán, no le extrañó que la elección volviera a recaer precisamente en un capuchino: «Hace más de cien años que estamos presentes en la Península Arábiga y el vicario siempre ha sido elegido entre nuestros religiosos. Y además, dos tercios del clero presente en esas zonas pertenecen a nuestra orden. Es la historia de una relación consolidada”.

La jurisdicción del Vicariato Apostólico de Arabia del Sur recae sobre todos los católicos que viven en los Emiratos Árabes Unidos, en Omán y Yemen. “Hay más de un millón de personas -explica Martinelli- todas ellas migrantes, que han llegado a esos territorios por motivos de trabajo: aquí, entonces, la primera tarea del Vicariato es apoyar el camino de fe de estos fieles que, en en general, frecuentan mucho la Iglesia”.

¿Otra tarea importante del Vicariato es también mantener vivas las buenas relaciones con los musulmanes?

– Ciertamente, es el segundo gran pilar de la acción del Vicariato. Esta relación, en los últimos años, se ha caracterizado por la firma del Documento sobre la Fraternidad Humana que tuvo lugar en Abu Dabi en 2019 por el Papa y el gran Imán de al-Azhar. Es un acontecimiento que para nosotros sigue siendo un punto de referencia fundamental y que tiene una visión profética. En esencia, las religiones deben apoyar la fraternidad y la paz universales.

Nosotros, en los territorios del Vicariato, estamos llamados a mantener viva la memoria de este acontecimiento y al mismo tiempo debemos comprometernos a desarrollar sus implicaciones desde el punto de vista social, del diálogo y de las relaciones culturales e interreligiosas.

Los católicos de los territorios del Vicariato provienen ya de culturas muy diferentes y se puede decir sin ninguna duda que estamos ante una Iglesia de los pueblos.

Mons. Paolo Martinelli. Vicario Apostólico de Arabia del Sur

En términos de diálogo, ¿cuáles son las próximas acciones concretas que piensa poner en práctica?

– Una cosa que estoy haciendo ahora es escuchar la realidad que estoy viviendo para conocerla aún mejor, sobre todo para entender bien lo que hizo mi predecesor, Monseñor Paul Hinder, en los largos años en que me precedió como Vicario.

Pero puedo decir que me he dado cuenta de que hay aspectos muy concretos que necesitan ser apoyados, profundizados y fortalecidos: en primer lugar, el valor intercultural, ya presente dentro de la experiencia de la fe católica.

No debemos olvidar que los católicos de los territorios del Vicariato provienen ya de culturas muy diferentes y se puede decir sin ninguna duda que estamos ante una Iglesia de los pueblos.

El segundo aspecto es el de la educación. El Vicariato posee quince escuelas que gestiona también gracias a la ayuda de algunos institutos de vida consagrada: muy a menudo los alumnos son en su mayoría musulmanes y esto significa que el lugar de la educación se convierte también en un espacio de confrontación, de diálogo interreligioso.

¿Cómo piensa afrontar los variados desafíos sociales, políticos y culturales de los diferentes países que conforman el territorio del Vicariato?

Paolo Martinelli

– Es cierto, los territorios son muy diferentes entre sí y la presencia de la Iglesia y de los cristianos también es variada. Por ejemplo, en los Emiratos Árabes Unidos y Omán hay situaciones más tranquilas mientras que Yemen está atravesado por tensiones sociales y religiosas.

Todos los días, mis pensamientos se detienen en las cuatro hermanas de la Madre Teresa de Calcuta que, hace seis años, fueron asesinadas en Yemen para permanecer fieles a su misión de acoger y apoyar a los ancianos y discapacitados.

En estas situaciones debe inspirarnos la encíclica Fratelli Tutti del Papa Francisco, que promueve la fraternidad universal y la amistad social.

¿Cómo se está viviendo el camino sinodal en el Vicariato?

– Indagué sobre lo vivido hasta ahora: con satisfacción supe que se ha hecho un camino bien estructurado y debo reconocer que Monseñor Paul Hinder ha trabajado muy bien. Hace unos días se celebró la Misa de clausura de la fase de consulta en la Iglesia particular y se elaboró un documento que contiene los resultados del trabajo realizado en todas las comunidades y parroquias del Vicariato. Me impresionó mucho la pasión con la que los fieles llevaron a cabo el debate sinodal, cuyo balance fue luego transmitido a la secretaría del Sínodo. Estoy seguro de que el Vicariato Apostólico de Arabia Meridional es verdaderamente una Iglesia de los pueblos.

El autorFederico Piana

 Periodista. Trabaja en Radio Vaticana y colabora con L'Osservatore Romano.

Familia

Un encuentro para experimentar qué es una familia cristiana

La rueda de prensa de presentación del X Encuentro Mundial de las Familias, que tendrá lugar en Roma del 22 al 26 de junio de 2022, se ha celebrado hoy, martes 31 de mayo, a las 13:00 horas en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Antonino Piccione·31 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Invervinieron en el acto Gabriella Gambino, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida; el Dr. Leonardo Nepi, funcionario del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida; monseñor Walter Insero, Director de la Oficina de Comunicaciones Sociales de la Diócesis de Roma; Amadeus Sebastiani y Giovanna Civitillo, cónyuges, presentadores del Festival de las Familias (conectados a distancia); Gigi De Palo y Anna Chiara Gambini, cónyuges, representantes de la Pastoral Familiar de la Diócesis de Roma.

Durante la conferencia se proyectó un vídeo con un saludo de Il Volo, el grupo musical formado por Piero Barone, Ignazio Boschetto y Gianluca Ginoble. 

Gambino enumeró los temas del Congreso pastoral que surgieron de la comparación entre los obispos del mundo: la corresponsabilidad de los cónyuges y los sacerdotes; las dificultades de las familias; la preparación al matrimonio; las periferias existenciales; la formación de los formadores; el papel del encuentro y la escucha.

Un programa variado y enriquecedor

Hay programadas 30 intervenciones, con un total de 62 ponentes y 13 moderadores para las sesiones.
Gracias al fondo de solidaridad del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, las Conferencias Episcopales que han pedido ayuda económica para enviar una delegación a Roma podrán participar. Entre ellos, también Ucrania con dos delegaciones.

El X Encuentro Mundial de las Familias, según ha anunciado el Papa Francisco en un videomensaje, tendrá características diferentes a los eventos de años anteriores. El evento, aplazado un año a causa de la pandemia, no puede sin embargo ignorar el cambio de contexto mundial debido a la situación sanitaria. Por ello, el acto principal tendrá lugar en Roma. Participarán delegados de las Conferencias Episcopales de todo el mundo, así como representantes de movimientos internacionales comprometidos con la pastoral familiar. Al mismo tiempo, se invita a cada diócesis a organizar actos similares en sus propias comunidades locales.

«En los Encuentros anteriores -dijo el Papa en el videomensaje- la mayoría de las familias se quedaban en casa y el Encuentro se percibía como una realidad lejana, a lo sumo seguida por la televisión, o desconocida para la mayoría de las familias. Esta vez, tendrá una fórmula inédita: será una oportunidad de la Providencia para realizar un evento mundial capaz de involucrar a todas las familias que quieran sentirse parte de la comunidad eclesial».

Por lo tanto, el Encuentro Mundial se realizará de dos maneras paralelas. Roma seguirá siendo la sede principal, el Festival de las Familias y el Congreso Teológico-Pastoral tendrán lugar en el Aula Pablo VI. La misa será celebrada por el Papa en la Plaza de San Pedro.

Un matrimonio en los altares

«Con gran alegría os anuncio, de acuerdo con el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, que los beatos Luigi y María Beltrame Quattrocchi serán los patronos del X Encuentro Mundial de las Familias, que tendrá lugar en Roma del 22 al 26 de junio de 2022». Así lo escribió en una carta a la diócesis de Roma el cardenal vicario Angelo De Donatis. Los Beltrame Quattrocchi fueron el primer matrimonio beatificado por la Iglesia Católica, el 21 de octubre de 2001, bajo el pontificado de Juan Pablo II en la Basílica de San Pedro, en presencia de sus hijos Tarcisio, Paolo y Enrichetta. «La historia de toda la familia, que pasó la mayor parte de su vida en Roma, sigue siendo hoy -subrayó De Donatis- un testimonio auténtico, creíble y oportuno del amor conyugal. Su matrimonio, celebrado el 25 de noviembre de 1905 en la Basílica de Santa Maria Maggiore, fue vivido en un constante camino de crecimiento espiritual».

Fueron cuatro los hijos que agraciaron su matrimonio y a los que la pareja, animada por una fe viva, educó en el Evangelio desde una edad temprana. Los tres primeros abrazaron la vida consagrada: Filippo se hizo monje benedictino con el nombre de Don Tarcisio; Stefania ingresó en el monasterio benedictino del Santísimo Sacramento de Milán y tomó el nombre de Sor Cecilia; y Cesare, que se hizo padre trapense con el nombre de Paolino, es candidato a los altares. La hija menor, Enrichetta, laica consagrada declarada Venerable por el Papa Francisco el 30 de agosto de 2021, pasó su vida siempre al lado de sus padres, en perseverante oración, consagrándose al Señor en el servicio al prójimo.

«Al matrimonio Beltrame Quattrocchi -concluye la carta el vicario del Papa para la diócesis de Roma- le corresponde también el mérito de haber creado la primera experiencia de itinerarios vocacionales para ayudar a los jóvenes a comprender la belleza y la importancia del sacramento del matrimonio u orientarlos hacia la elección de la vida consagrada. De hecho, fueron los iniciadores de la Pastoral Familiar en la diócesis de Roma. Os animo a acoger el ejemplo y el testimonio de la familia Beltrame Quattrocchi, que encarna el tema del próximo Encuentro Mundial de las Familias, “El amor familiar, vocación y camino de santidad”. Edificados por su testimonio de fe, confiamos a los beatos Luis y María todas las familias del mundo, especialmente las heridas y en dificultad, probadas por la pobreza, la enfermedad y la guerra. A su intercesión confiamos la preparación y celebración del Encuentro y los copiosos frutos espirituales que el Señor, a través de este acontecimiento eclesial, concederá. Que Nuestra Señora del Divino Amor, en cuyo Santuario reposan los restos del Beato, vele por las familias del mundo con el cuidado y la ternura con que veló por la Familia de Nazaret».

https://www.romefamily2022.com/es/ es la página web del Encuentro, donde puede encontrarse toda la información actualizada.

El autorAntonino Piccione

Teología del siglo XX

La renovación de la Escatología

Durante todo el siglo XX, una multitud de inspiraciones de diversa índole transformaron el contenido y la importancia de este tratado sobre el más allá y “las cosas últimas”. Pasó de ser más o menos marginal a insertarse en el centro de la teología. 

Juan Luis Lorda·31 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

En el siglo XX, dos tratados teológicos (dejando aparte la exégesis) han pretendido hacerse con toda la teología. Uno es la Teología Fundamental, porque se atribuía la justificación de todas las materias de la teología. El otro, más minoritario, es la Escatología, cuando defiende que todo el mensaje cristiano es y tiene que ser escatológico. Son planteamientos bastante antitéticos. La pretensión de la Teología Fundamental procede de exigencias de la razón, a veces de la razón académica. La de la Escatología, en cambio, tiene una inspiración principalmente teológica. La primera puede pecar de racionalismo. La segunda, en sus extremos, puede apuntar hacia lo utópico. Lo que permite concluir que se necesitan para compensarse.

Jesucristo, el centro de la Escatología

Realmente la escatología lo abarca todo, porque el mismo Cristo presentó su Evangelio anunciando el Reino por llegar. Y también porque la esencia del cristianismo, al decir de Guardini, es una persona, Jesucristo. Pero Jesucristo en su plenitud, y por tanto resucitado. Vivimos en tensión hacia la Parusía. Y tanto en la Liturgia como en el obrar cristiano: esperamos que el Señor venga ahora y al final. 

Algunos teólogos protestantes destacaron que la teología tenía que centrarse en Jesucristo resucitado (Karl Barth), y algunos lo concretaron para la escatología (Althaus, Die lezten Dinge). Jesucristo es la causa, el modelo y el anticipo del ser humano en su plenitud, como muestra san Pablo. 

Los manuales católicos habían dividido la escatología en dos partes: individual y final. En la primera trataban el problema de la muerte (con la problemática, quizá, del alma separada), el juicio y los tres estados posibles (cielo, infierno y purgatorio), añadiendo a veces una reflexión sobre la bienaventuranza. En la segunda parte, la escatología final, trataban la segunda venida de Cristo con sus signos, la resurrección de los cuerpos y los nuevos cielos y la nueva tierra. Al ser estos temas más misteriosos, resultaba una especie de apéndice. La escatología estaba centrada en el final de cada persona. Incluso se preguntaba si la resurrección de los cuerpos añadía algo, y se contestaba que una cierta gloria accidental. Esto contrastaba con la idea de que la resurrección de Cristo es el acontecimiento esencial del cristianismo y tiene que ser el centro de la escatología.

Inspiraciones de la Escritura

En esa misma línea contribuyeron muchos puntos destacados por la Exégesis. Por supuesto, en primer lugar, la centralidad de Cristo. Después, el hecho que la predicación de Cristo fue escatológica desde el principio: anunció un Reino, cuyo fermento en este mundo es la Iglesia. Eso da un tono escatológico a todo el anuncio cristiano y a toda su historia. 

Y no es un asunto principalmente individual, sino que se realiza en el Cuerpo de Cristo en la historia, que es la Iglesia. Primero en Jesucristo, que “resucitó de entre los muertos como primicia de los que durmieron” (1 Co 15, 20) y en ese movimiento arrastra a su Cuerpo místico y aun a toda la creación, “que espera con anhelo ardiente la manifestación de los hijos de Dios” (Rm 8, 19). La revelación de Dios es, al mismo tiempo, la historia de la Alianza, la historia de la salvación y también la historia del Reino. El Reino (con Cristo en el centro) es el gran tema de la escatología y recorre toda la historia de la salvación. 

Refrendos patrísticos y litúrgicos

Era preciso darle la vuelta al tratado: empezar por la resurrección de Cristo, primicia, promesa y causa de la nuestra; hablar de la historia de la salvación o del Reino, y de la realización de la Iglesia; y dar a todo el mensaje cristiano y a toda la teología esa tensión escatológica. Además, está expresado eminentemente en la Liturgia, en cada Eucaristía, donde se renueva la Pascua del Señor hasta que vuelva. Y en el año litúrgico, desde el adviento hasta la última semana del tiempo ordinario, segunda venida de Cristo (Cristo Rey y Juez de la historia).

El contacto de la escatología con la liturgia resultó muy enriquecedor para los dos tratados. En realidad, esas relaciones ahora redescubiertas ya estaban en los Padres de la Iglesia. Era otra manifestación más de un efecto común en la historia de la teología. La escolástica se había centrado en estudiar la realidad de las cosas con la ontología heredada de Aristóteles; el alma separada, la contemplación, la condición de los cuerpos resucitados, también la “res” de los sacramentos o de la Iglesia como realidad social. Esa fue su aportación. Pero no tenía método para tratar la dimensión simbólica. Ese fue su olvido. Al volver a conectar con la teología patrística (y también con la teología oriental, que es patrística por tradición) se renovaron los enfoques. 

Una novedad: la teología de la esperanza

Otra inspiración vino por otro lado completamente distinto. Ya el gran intelectual ruso cristiano Nicolai Berdiaev (1874-1948) había advertido que el marxismo es una especie de herejía cristiana y que había secularizado su esperanza, prometiendo un cielo en la tierra. Un pensador crítico marxista, Ernst Bloch (1885-1977), se fijó precisamente en esto en su voluminoso ensayo El principio esperanza (1949). E identificó la esperanza como el impulso fundamental del vivir humano, que necesita futuro. O incluso es futuro, porque ha de realizarse como persona y, sobre todo, como sociedad (que es lo permanente). En ese sentido no se trata de ser, sino de llegar a ser. Por eso la esperanza y, en esa misma medida, la utopía como meta son las claves del ser humano.

La idea impresionó a un entonces joven teólogo protestante, Jürgen Moltmann, que recensionó el libro y dialogó con Bloch. La crítica que se podía hacer a Bloch era evidente: la esperanza es efectivamente el gran motor de la psicología humana; pero el Reino en la tierra es imposible: porque no se puede superar ni la muerte ni las limitaciones ni las quiebras humanas. Aparte de que desaparece realmente toda esperanza personal para inmolarse en beneficio de un reino social. Pero por más que se haga es imposible pasar en este mundo de la facticidad a la trascendencia. Aquí se está siempre por hacer, y nunca salimos de ahí, por más que se mejore. Con todas las paradojas que pueden venir, además, sobre lo que significa realmente mejorar.

Pero estaba claro que Bloch tenía bastante razón. La esperanza es motor, el ser humano es esperanzas. La esperanza laica no tiene meta creíble, pero la cristiana, sí. Recogiendo las inspiraciones que hemos mencionado y el reto de Bloch, Moltmann construyó su Teología de la esperanza (1966). Y tuvo muchísimo impacto. Quedó claro que una escatología es, en definitiva, una teología de la esperanza, y al revés. La esperanza dejaba de ser la hermana pequeña de las otras dos virtudes, como había poetizado Péguy (El pórtico del misterio de la segunda virtud). 

Moltmann siempre ha sido un hombre de verbo fácil y grandes perspectivas, pero quizá tiene el problema contrario a la escolástica. En aquella, la atención a la realidad llevaba a desconocer lo simbólico. Aquí, a veces, la atención a lo simbólico puede llevar a desprenderse de la realidad. Eso es lo que tiende a la mitología… La resurrección de Cristo es real y no solo una espera en un futuro donde se tiene que revelar. 

El lugar de la utopía

Entre otras cosas, la “teología de la esperanza” planteó el papel de las utopías como impulso de la historia humana. Precisamente cuando el marxismo se había extendido como ideología planetaria, cuando había logrado diversas simbiosis con el pensamiento cristiano y cuando ya había quedado claro que no era el cielo. Sería una de las inspiraciones de la teología de política de Metz y de la teología de la liberación. 

Necesitamos utopías, repetirá después nostálgicamente una cierta izquierda cristiana, intentando de paso justificar un pasado bastante imperfecto (y en muchos casos, criminal). Pero la utopía de Tomas Moro, que fue la primera, no mató a nadie. Y la marxista, a muchos millones. De ahí, la reacción posmoderna: no queremos grandes relatos que son muy peligrosos. La gestión de la utopía necesita discernimiento, pero, sobre todo, aceptar a fondo el gran principio moral de que el fin utópico no justifica los medios; no se puede hacer cualquier cosa en nombre de la utopía. 

El manual de Joseph Ratzinger

Con toda esta ebullición de ideas, el entonces teólogo y después Papa enseñaba en Ratisbona, entre otras materias, escatología. Y compuso un pequeño manual (1977) con muchas cosas inteligentes  y bien juzgadas. Como señala en el prólogo, el manual tiene dos preocupaciones. Por un lado, acoge el empeño en recentrar la escatología en Cristo, el impulso de la teología de la esperanza, y discierne sobre sus consecuencias políticas e históricas. También matiza la idea de que la muerte sea un momento de plenitud, como había querido presentar Rahner; porque, más bien, la experiencia es la contraria. 

Pero contiene una novedad destacable. Aborda el tema del alma separada, difícil de presentar en nuestro contexto científico moderno. Le ayuda la inspiración de la filosofía dialógica de Ebner y de Martin Buber, que la formula con más fuerza persuasiva. Desde un punto de vista cristiano, el ser humano es un ser hecho por Dios para una relación de amor con Él para siempre. Ese es el fundamento teológico para entender la pervivencia de las personas (del alma) más allá de la muerte. No depende de la plausibilidad actual de las antiguas demostraciones del alma o del punto de vista de Platón. El mensaje cristiano tiene sus propias bases en ese “personalismo dialógico”, que también nos permite ahondar en lo que significa ser persona. Este tema, que ya está apuntado en la Introducción al cristianismo, fue una hermosa aportación del manual de Joseph Ratzinger, aunque no sea original suyo. Pero le dio fuerza y difusión. 

Los problemas del alma separada  

Realmente, el estado del alma separada entre la muerte y la resurrección es una cuestión compleja. Lo había visto santo Tomás de Aquino, que tiene sobre eso una quaestio disputata. Ha de haber una pervivencia porque, si no, cada resurrección, incluso la de Cristo, sería una recreación. Pero esa alma está privada de los recursos psicológicos de la sensibilidad, y por eso, su tiempo subjetivo no puede ser continuo como el que vivimos nosotros con el cuerpo. También lo vio santo Tomás. Por tanto, cabe pensar en cierta proximidad subjetiva entre el momento de la muerte y el de la resurrección. Algunos autores católicos han identificado los dos momentos (Greshake), pero no es posible, porque hay hechos intermedios, como son el juicio y las relaciones de la comunión de los santos. Pero no se puede pensar con nuestra experiencia, porque el alma está ya delante de Dios que obra sobre ella. No es una pervivencia natural sino una situación escatológica. 

Curiosamente, mientras la cuestión del alma separada resulta difícil de presentar ante un público bastante materialista, ha crecido la creencia en la reencarnación o metempsicosis, por ósmosis cultural de las convicciones budistas o hinduistas. Y reclama atención.   

Y la teología de la historia

En paralelo a estos desarrollos de la Escatología, el siglo XX conoció una abundante reflexión sobre la Teología de la historia, que apenas ha interaccionado con el tratado, pero merece ser tenida en cuenta. 

Es conocida la tesis del filósofo judío Karl Löwitz sobre la teología de la historia de san Agustín y sus ensayos sobre historia y salvación, y sobre el sentido de la historia. También Berdiaev, antes citado, tiene un notable ensayo sobre El sentido de la historia. Y el gran historiador francés Henri Irenée Marrou. Por otro lado, tenemos El misterio del tiempo, de Jean Mouroux. Y el Misterio de la historia, de Jean Daniélou. Y la Filosofía de la historia, de Jacques Maritain, que ve crecer a la vez el bien y el mal. Y la Teología de la historia, de Bruno Forte, cuya teología está construida precisamente desde la historia. Y, por otro lado, esa atención al utopismo, que prestan Henri De Lubac, en su ensayo sobre La posteridad espiritual de Joaquín de Fiore. Y Gilson, en Las metamorfosis de la ciudad de Dios.

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Vocaciones

Hna. Lucía Vitoria: «Es necesaria una formación catequista más sólida»

La hermana Lucía Vitoria es de Portugal y pertenece a la Fraternidad Arca de María. Está cursando el primer año de la Licenciatura en Teología Moral en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma, gracias a una beca de CARF Fundación.

Espacio patrocinado·31 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Nació en 1975. El comienzo de su conversión tuvo lugar cuando tenía 23 años, mientras estaba terminando Ingeniería Química. «En aquel momento mi proyecto se basaba en ser un buen ingeniero, ganar bien y tener éxito. Fue precisamente en la víspera de mi cumpleaños, cuando por casualidad participaba en un retiro y tuve mi primer encuentro con la persona de Jesús. Entonces, cambiaría radicalmente todo en mi vida», cuenta.

Sin embargo, antes de decidirse a ser religiosa, trabajó durante 8 años en el Laboratorio de Dopaje de Lisboa, en el Instituto Portugués de Deportes,  donde se sintió muy realizada a través de la investigación científica con aplicación práctica inmediata.

Tras este periodo, y habiendo emprendido un camino de discernimiento vocacional  y tras conocer la Fraternidad Arca de María en 2007, se incorporó a ella en 2008.

«Me quedé muy impactada por el carisma de esta Fraternidad, nacida en el Corazón de la Virgen María, como creemos nosotros, para ayudar a cumplir el deseo de Jesús manifestado en Fátima en el mes de julio de 1917: “Mi Hijo quiere establecer la devoción a mi Inmaculado Corazón en el mundo”.

Después de una primera etapa de formación en Brasil (donde se fundó la comunidad), fue enviada a la casa de misión en Italia, donde, junto con otros miembros de la comunidad y laicos locales, trabajan en actividades misioneras relacionadas con el carisma.

En los últimos años, la Fraternidad ha podido identificar la necesidad de una formación catequética más sólida y comprensiva, para poder cuidar con mayor esmero a las almas. Por eso, se encuentra en Roma estudiando Teología Moral. 

Iniciativas

Accionando en defensa de nuestros valores

¿Cómo debemos manejarnos en medio de esta sociedad considerada por muchos como “post cristiana? El Instituto de Formación y Liderazgo Acción Cristiana, en República Dominicana, quiere ser un centro de pensamiento fundamentado en una cosmovisión cristiana, donde desarrollar un pensamiento crítico que impacte positivamente a los tomadores de decisión y a toda la nación.

José Francisco Tejeda·31 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Quienes vivimos la niñez en el siglo pasado, crecimos con una conciencia clara de lo correcto y lo incorrecto, del bien y del mal. No es que fuera una generación intachable en su comportamiento, sino simplemente que reconocía lo que era correcto y lo que no, aunque cada cual decidiera cómo actuar. La generación actual, en cambio, se caracteriza por un relativismo abrumador, donde lo “correcto” es, paradójicamente, no juzgar nada como incorrecto. Según el postmodernismo de hoy, no existe una verdad absoluta, sino que cada cual tiene su verdad. Sin embargo, este argumento es contradictorio y de rápida autodestrucción, pues se presenta a sí mismo como una verdad absoluta.

Aunque estos tiempos son catalogados como de la “posverdad”, todavía hay muchos que sabemos que la verdad sí existe y mantenemos un filtro para pasar por él cualquier nuevo concepto o idea. Quienes aún fundamentamos nuestras opiniones y forma de ver la vida sobre una verdad trascendente y objetiva, nos preguntamos: ¿Cómo debemos manejarnos en medio de esta sociedad considerada por muchos como “post cristiana? Es una pregunta fundamental que nos toca responder a todos los que intentamos seguir a Jesús de Nazaret como Maestro y Señor.

Es fácil ser invadidos por una abrumadora sensación de derrota, ante la avalancha de antivalores que nos embiste en prácticamente todos los escenarios del mundo actual. Diferentes grupos defensores de nuevos “derechos” se unen con el objetivo común de quitar del medio todo aquello que se constituya en obstáculo para que esos supuestos derechos sean convertidos en ley. El problema es que tales leyes, al contrario de lo que alegan, perjudican a la niñez y a la familia y no garantizan igualdad ante la ley, sino que exacerban conflictos sociales, violan libertades fundamentales y vulneran los derechos de las personas a vivir de manera coherente con sus valores. 

Algunos se preguntan si valdrá la pena luchar en esta batalla inequitativa y desigual, ya que estos grupos cuentan con el apoyo de los más poderosos de la tierra. Ante la duda, nuestra respuesta es que sí: vale la pena luchar, sabiendo que esta lucha es similar a la de David contra Goliat. Por eso, hace algunos años un grupo de dominicanos nos unimos con el propósito de accionar en defensa y promoción de los valores cristianos en nuestra nación, honrando a nuestros padres fundadores, que, al establecer nuestra República, pusieron a Dios primero.

Fundamos el Grupo Acción Cristiana, precisamente para accionar como sal y luz dentro de nuestra sociedad. Nuestro deseo es que cada día seamos más los que nos unamos a esta misión de preservar nuestros valores fundacionales, reflejados en nuestro lema nacional: Dios, Patria y Libertad. Y que, de la misma manera, se multipliquen cada día los ciudadanos de los diferentes países de Hispanoamérica que asuman un compromiso similar en favor de sus respectivas naciones.

Varios pasos

Partiendo de nuestra experiencia, compartimos los pasos que sugerimos para quienes desean accionar en esta dirección:

Es necesario conocer la realidad en la que vivimos. Existe una agenda ideológica que, aunque contradice la ciencia y la razón, está siendo exitosamente impuesta en múltiples naciones. Precisamente debido a su éxito, ya hay suficiente evidencia que muestra que en la práctica sus propuestas son muy perjudiciales para la familia, la niñez y las libertades ciudadanas. Hay que conocer esta agenda y sus argumentos, e identificar las falacias que son parte de su estrategia.

Debemos unirnos y formar equipo con otros de igual visión. “La unión hace la fuerza”, y esto lo saben y lo practican muy bien aquellos que a toda costa buscan imponer su nuevo orden moral y social. Estamos llamados a unirnos para formar un cuerpo cohesionado de hombres y mujeres entendidos en los tiempos, conocedores de lo que es bueno para nuestra nación y listos para actuar a su favor.  

Debemos capacitarnos para accionar eficazmente. Sabemos que nuestra batalla no es una de armas carnales, sino que es principalmente espiritual, cultural y legal. Por eso, debemos formarnos intelectualmente, ejercitar nuestro discernimiento y equiparnos para presentar defensa de la verdad y ejercer influencia de manera efectiva en nuestra sociedad. Esto incluye el desarrollo de un pensamiento crítico y el aprender a debatir ideas, con el propósito de estar preparados en todo momento para defender la verdad, siempre con mansedumbre y respeto.

Debemos dejar atrás la pasividad y empezar a impactar nuestro entorno. Por mucho tiempo permanecimos pasivos y silentes en la sociedad, pues no teníamos los conceptos claros, y aunque podíamos discernir que ciertas cosas no estaban bien, no teníamos la capacidad de argumentar en contra de ellas.Pero una vez dedicamos el tiempo y atención a capacitarnos en estos temas, es hora de accionar, cada quien desde su respectivo escenario. No debemos subestimar nuestras capacidades al considerar a los más expertos, pues cada persona tiene su ámbito de influencia.

Padres y madres pueden empezar con sus propios hijos, trayéndoles guía y consejo; los maestros pueden orientar a sus estudiantes cuando noten en ellos confusión; adolescentes y jóvenes pueden intercambiar ideas con sus compañeros y amigos; los médicos pueden valerse de su formación para desmentir las falacias ideológicas divulgadas como pretendida ciencia. En fin, cada cual está llamado a empezar justo allí donde Dios lo ha colocado, siempre manteniendo el amor y la compasión, recordando que no se trata de ganar un debate, sino de ganar vidas para que se acerquen a la verdad.

Instituto de Formación y Liderazgo Acción Cristiana

Te invitamos a unirte a este movimiento a través del Instituto de Formación y Liderazgo Acción Cristiana, IFLAC, participando de un curso virtual que hemos preparado. Este curso presenta los principales conceptos ideológicos que están siendo ampliamente difundidos en el mundo de hoy, trayendo tanta confusión y haciendo tanto daño a niños, jóvenes, familias y sociedades enteras.

El propósito del instituto no es sólo proveer capacitación, sino también que juntos construyamos un centro de pensamiento fundamentado en una cosmovisión cristiana, donde podamos desarrollar un pensamiento crítico que impacte positivamente a los tomadores de decisión y a toda la nación.

El Diplomado en Pensamiento Crítico y Batalla Cultural es completamente en línea y asincrónico, y es impartido a través de www.iflac.org. Los maestros son profesionales del ámbito internacional, expertos en estos temas y protagonistas de la batalla cultural de hoy día: Agustín Laje, con un módulo con tácticas para la batalla cultural, cómo ser influenciador por las redes, etc.; y otro módulo sobre teoría política; Amparito Medina cubre el aborto como negocio, sus consecuencias reales y alternativas al aborto; Pablo Muñoz Iturrieta expone sobre la ideología de género, el feminismo, las identidades LGBTQ+; Miklos Lukacs cubre el globalismo, transhumanismo y tecnologías convergentes; y Christian Rosas cubre el módulo del cristianismo y la libertad.

El autorJosé Francisco Tejeda

Corresponsal de Omnes en República Dominicana

Cultura

El Palacio de Letrán: un tesoro de arte y fe

El Palacio de Letrán es un tesoro que abarca más de tres siglos de historia cristiana y, desde el pasado diciembre ha abierto sus puertas al público con una disposición única e innovadora que recorre la primera planta del Palacio Apostólico.

Giuseppe Tetto·31 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Traducción del artículo al italiano

Arte, cultura y fe. El Palacio de Letrán es un tesoro que abarca más de tres siglos de historia cristiana. En el corazón de la Ciudad Eterna, junto a la Basílica de San Juan de Letrán, ha sido siempre la «Madre y Cabeza» de todas las iglesias de Roma y del mundo.

Todavía hoy, el Papa, obispo de Roma, toma posesión «física» de su diócesis dirigiéndose precisamente a la catedral de San Juan de Letrán.

Desde el 13 de diciembre del año pasado, el Palacio de Letrán ha abierto sus puertas al público con una disposición única e innovadora que recorre la primera planta del Palacio Apostólico. Aquí el visitante se queda embelesado por la majestuosidad de las diez salas –incluida aquella en la que se firmaron los Pactos de Letrán–, que muestran frescos del siglo XVI, finos tapices, cuadros de grandes artistas y preciosos muebles antiguos. Estos fueron los lugares de representación de los Papas que vivieron en el complejo durante más de 1000 años. Tras atravesarlas, se entra en los pisos privados del Santo Padre, que, junto con la capilla, se pueden visitar ahora por primera vez en su historia.

Las Hermanas Misioneras de la Divina Revelación, comprometidas con la evangelización a través de la belleza, acompañan al visitante a lo largo del recorrido. Éste termina en el interior de la Basílica de San Juan de Letrán accediendo a la majestuosa escalera monumental.

Fue el Papa Francisco quien sugirió revitalizar lo que durante siglos fue la «Casa del Obispo de Roma», antes de que se trasladara al Vaticano. En una carta fechada el 20 de febrero de 2021, dirigida al cardenal vicario Angelo De Donatis, el Santo Padre invitó a compartir el «fruto del genio y de la maestría de los artistas, a menudo testimonio de experiencias de fe» y a «hacer utilizable la belleza y la prominencia del patrimonio y de los bienes artísticos» confiados a la protección del Obispo de Roma.

Historia del Palacio de Letrán

Para recorrer la historia del Palacio de Letrán, hay que remontarse al 28 de octubre del año 312, cuando las tropas de Constantino derrotaron a Majencio en la famosa batalla de Ponte Milvio. En el trono de Pedro se sentaba entonces el Papa Milcíades I, a quien Constantino donó la zona y los edificios que en su día pertenecieron a la antigua familia de Letrán.

Fue el propio Constantino quien, con el Edicto de Milán del año 313, concedió la libertad de culto a los cristianos que, hasta entonces, habían profesado su fe en medio de la intolerancia y la persecución, y promovió la construcción de lugares para la profesión de fe.

La basílica del Santísimo Salvador, que más tarde se dedicaría también a los santos Bautista y Evangelista, fue la única que no se construyó sobre el lugar de enterramiento de un mártir, sino como ex voto suscepto (por gracia recibida), sobre los restos del Castra Nova Equitum singularium, cuartel de los pretorianos del rival de Constantino, Majencio. La basílica fue consagrada el 9 de noviembre de 318 y fue dedicada al Santo Salvador por el Papa Silvestre I. Además del Baptisterio, se anexionó posteriormente el Patriarchium, conocido como «Casa del Obispo de Roma».

A lo largo de los siglos, entre daños, vicisitudes y saqueos, estos lugares conocieron su mayor esplendor en la época medieval, bajo el papado de Inocencio III y Bonifacio VIII.

El traslado al Vaticano

El Palacio sirvió de residencia a los Papas durante unos mil años, pero fue abandonado cuando volvió la autoridad papal tras el «Cautiverio Aviñonés» (1309-1377). De hecho, el Vaticano fue designado como el lugar elegido para albergar al Papa, no sólo por los aspectos geográficos que lo hacían más seguro, sino especialmente por la presencia de la tumba de Pedro. A pesar de ello, el Palacio seguiría manteniendo su prerrogativa de Patriarcado: todos los Papas, de hecho, una vez elegidos para el trono papal, fijarían su residencia en Letrán.

La remodelación urbanística de todo el conjunto se produjo a instancias del Papa Sixto V (1585-1590), que llevó a cabo, en sólo cinco años de su pontificado, una serie de operaciones de reestructuración y construcción en los alrededores y en toda la ciudad. Sin embargo, al final, Sixto V sólo pudo permanecer en Letrán durante un año y todos sus sucesores eligieron el Vaticano como su hogar.

Pero la importancia del lugar se mantuvo a lo largo de los siglos. El palacio de Letrán rara vez se utilizaría como vivienda. Su uso principal fue como «mendicidad» para proporcionar un lugar a los pobres de la ciudad para vivir y trabajar.

Fue entonces, con las figuras de Gregorio XVI, Pío IX y Pío XI, cuando se destinó a albergar los documentos y las memorias históricas relativas a la propagación universal del Evangelio.

Juan XXIII primero, y Pablo V después, llevaron a cabo una amplia remodelación y restauración del Palacio, que finalizó en 1967 con el traslado de las oficinas del Vicariato de Roma.

Hoy en día sólo es posible acceder al Palacio de Letrán con visitas guiadas, en grupos de un máximo de 30 personas. Para reservar, sólo tiene que elegir la fecha deseada en www.palazzolateranense.com

El autorGiuseppe Tetto

Cine

Sudemos testosterona juntos. Top gun ha vuelto

Patricio Sánchez-Jáuregui comenta la nueva película protagonizada por Tom Cruise, Top gun: Maverick.

Patricio Sánchez-Jáuregui·30 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Es complicado hacer una segunda parte digna. Nadie suele estar del todo contento. La fuerza del tiempo y la nostalgia han convertido Top Gun en algo más que un icono ochentero, y ahora vuelve su héroe para dar más cera y estirar el chicle. De otra persona habría dudas. Pero después de la triada de Planet Hollywood (Stallone, Willis, Schwarzenegger) hay pocas personas en la lista que hayan creado, potenciado, y llevado sobre sus hombros el peso del cine del Hollywood post ochentero como Tom Cruise. Así que toca sentarse con ganas de pasar un buen rato y dejar los juicios calvinistas en la puerta.

Ficha técnica

Título: Top gun: Maverick
Director: Joseph Kosinski
Historia: Peter Craig; Justin Marks
Música: Harold Faltermeyer; Lady Gaga; Hans Zimmer; Lorne Balfe

Tom Cruise sigue siendo Maverick. Un piloto temerario que no sabe hacer otra cosa que volar (o hacer taquillazos) y se encuentra aún mortificado por la pérdida de su compañero Goose (Anthony Edwards) cuyo hijo ha seguido los pasos de su difunto padre. Entre el recíclate y muere, Tom Cruise no parece decidirse hasta que encuentra en el chaval de su camarada caído (Miles Teler: Whiplash) una vía de redención a través de una misión conjunta que le dará la oportunidad para encontrar esa paz que le rehuye. Habrá entrenamientos trepidantes, icónicos y sudorosos momentos deportivos, frases llenas de picadura de tabaco y un clímax de acción al más puro estilo Águila de Acero (1986).

Más espectacularidad

Sin duda Top Gun: Maverick es un espectáculo que incluso a ratos nos hace contener la respiración y echarnos para adelante en el asiento. Es una película que gana en espectacularidad con respecto a la anterior pero pierde en iconicidad (aunque el tiempo dirá, y donde dije digo, digo diego). Sus finales -porque tiene varios- pueden rizar el rizo pero también aportan gags humorísticos así como cierres sentimentales que podrían resultar de más pero son agradables de ver. No obstante, la cinta es comedida en tiempo y cumple con las expectativas: de los F-14 a los F-18 y vuelta, la cinta no deja de cumplir con su parte homenaje, que se queda a medio camino entre la secuela y el remake, sin pretender en ningún momento ser un spin o, que es lo que muchos pensarían.

Es una obra cuyas puntadas están elaboradas a partir de un elenco técnico de artesanos cinematográficos del nuevo Hollywood (Joseph Kosinski a la dirección, con su colega de la épica Only the Brave, Eric Warren Singe) con la pericia y experiencia del epistemológico productor Jerry Bruckheimer y Tom Cruise, trayendo este último a su compañero de fatigas Christopher McQuarrie para darle vidilla al asunto (al igual que hizo -y bien hecho- con la saga Misión Imposible y otras tantas) para añadir una cuenta atrás a toda historia que hace (y funciona).

Una película hecha a medida para gustar, cuya fluidez se resiente en ocasiones con unos inexplicables fundidos en negro que dan la sensación de ser episósica a ratos, pero con todas las piezas del rompecabezas dispuestas para hacer un gran producto de entretenimiento. El peso dramático lo soportan Tom y Teler, y su punto más bajo y aséptico lo conforma la relación descafeinada de amor con Jennifer Connelly (sí, hay amor, pero no se sabe ni de dónde viene ni a dónde va y tampoco importa especialmente al espectador).

Un relevo generacional

Honorable mención a Val Kilmer (Iceman) en una escena con pericia que que destila encanto y melancolía, y la presencia muy de pasada de un Ed Harrys que siempre mete carisma y en dos minutos deja su impronta a la hora de establecer el tono del filme. Un mix maravilloso de acción, testosterona y comicidad con gente guapa y una canción de Lady Gaga para aderezar una banda sonora correcta (tributo a la anterior) pero con la firma de Hans Zimmer para darle más bombo al asunto.

Aunque Top Gun: Maverick tiene algo de relevo generacional, y un buen cartel de secundarios jovenes -Miles Teller a la cabeza, con su némesis, el siempre simpático Glen Powell (Everybody wants some)- al contrario que hizo Stallone con Creed, es una película que no acaba de pasar el testigo. Tom Cruise es eterno y no sé va a ningún lado. Todavía parece que le faltan siglos para adentrarse en el género crepuscular. Da igual la edad del elenco, nadie consigue seguirle el ritmo a este hombre que parece beber combustible y pone su sello a esta película que no decepciona. Un buen entretenimiento para todos los públicos.

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Cultura

El santuario de Ozernoye: un oasis de fe en la estepa de Kazajstán

El próximo septiembre, el Papa Francisco visitará Kazajstán. En ese país multiétnico, de mayoría musulmana, el templo de Ozernoye, santuario nacional de Santa María, Reina de la Paz, constituye una referencia del catolicismo.

Aurora Díaz Soloaga·30 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Hay pocos lugares tan aislados como este pequeño pueblo de Ozernoye, al norte de Kazajstán. Su ubicación, alejada de cualquier núcleo habitable, de carreteras y grandes ciudades, lo hizo perfecto destino de deportación. En 1936 llegaron hasta estas zonas, en oleadas sucesivas, cientos de deportados -se habla de 70.000- de origen polaco y ucraniano. Su único crimen contra el régimen soviético era, muchas veces, la fe. Esa misma fe que les hacía confiar en que en medio de esas tierras desiertas podrían recomenzar una vida mínimamente digna, con la ayuda de Dios.

Las vivencias y recuerdos de esos años están recogidas con historicidad o de manera novelada en grandes libros: La estepa infinita, Zuleijá abre los ojos…. Novelas cargadas de fuerza, que retratan las dificultades de hombres y mujeres muchas veces heroicos, que desafiaron a la naturaleza en sus formas más extremas, para reconstruir una vida que había sido destinada por las autoridades soviéticas a desaparecer.

Esos deportados (se calculan por cientos de miles tanto en Asia Central como en Siberia) edificaron pueblos, abrieron minas, dominaron el clima, o mejor, llegaron a un acuerdo tácito con las extremas condiciones climáticas, de manera que al menos la supervivencia de algunos se podía garantizar: un núcleo de fe, un oasis en una tierra inhóspita en medio de la estepa.

Ozernoye Kazajstán

Bajo la protección de la Virgen

Esa fe fue la que les hizo dirigirse con fuerza a nuestra Señora, pidiendo por la supervivencia de sus familias. El frío y las condiciones extremas de los primeros años se llevaron en los primeros años a decenas de deportados: los inviernos en esa zona casi siberiana pueden hacer bajar el termómetro hasta los -40º, con vientos helados que aseveran la sensación térmica. Por eso la llegada de la primavera siempre significaba un nuevo renacer, el comprobar asombrados que, una vez más, podrían seguir viviendo.

Pero el hambre seguía siendo una amenaza real que acababa con muchas vidas. La aparición de un lago estacional (formado por el deshielo) plagado de peces en marzo de 1941, en torno a la fiesta de la Anunciación, fue considerado por los católicos de la zona como una respuesta de la Virgen a sus insistentes oraciones.

Los manantiales de nieve deshecha se obstruyeron repentinamente, y de manera milagrosa en las cercanías del pueblo se formó un lago, de 5 km de ancho y 7 metros de profundidad. Los peces que también de manera milagrosa aparecieron en ese lago salvaron muchas vidas.

Desde entonces el enclave siempre ha recordado esta especial protección de la Virgen. En torno al lago, cuando este se deja ver (al ser estacional, hay décadas enteras en las que las condiciones climáticas no permiten que se forme), se erigió un pequeño poblado, y con los años, una iglesia, teniendo en cuenta la relajación de las restricciones que mejoraron algo las condiciones de vida de los deportados en aquella zona.

La construcción inicial era muy sencilla, pero ya constituía el núcleo de lo que con el tiempo llegaría a ser una referencia del catolicismo en este país multiétnico de mayoría musulmana.

Con la formación del moderno Kazajstán, después de su independencia en 1991, este pequeño asentamiento en el distrito de Burabay, de la región de Akmola en el norte de Kazajstán, fue creciendo.

Se construyó un templo de dimensiones mucho mayores a partir de 1990, con el permiso de las autoridades. Se erigió una estatua de la Virgen en 1997, en lo alto de una estaca de unos 5 metros, que en ocasiones resulta en el centro del lago, en función de su formación estacional. En un gesto materno, la Virgen de esa estatua entrega peces a los fieles que se acercaron a ella en su petición en momentos de hambre.

Ozernoye Kazajstán

La actual parroquia y el templo de Nuestra Señora, Reina de la Paz, constituye hoy en día un centro de peregrinación que contiene varios lugares llenos de significación para los fieles de este y los países vecinos.

El 11 de julio de 2011 el templo de Ozernoye fue declarada oficialmente santuario nacional de Santa María, Reina de la Paz, patrona de Kazajstán.

En años sucesivos los obispos del lugar han consagrado las inmensas y vastas regiones de esta zona del planeta a Nuestra Señora precisamente aquí: en 2020 Kazajstán se consagró en este lugar a la Virgen.

Recientemente, el 1 de mayo de 2022, los obispos de la nueva Conferencia Episcopal de Asia Central (que incluye ocho países: Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Mongolia, Afganistán y Azerbaiyán), consagraron a nuestra señora la totalidad no solo de esos países, sino de sus gentes, esperanzas y retos.

El Altar de la paz

Hay otros lugares de enorme significación en este lugar. En una zona del templo se instaló hace años el segundo “Altar de la paz”.

Una enorme custodia, repleta de simbolismo, en la que permanentemente adoran la Sagrada Eucaristía tanto los fieles del lugar, como las carmelitas descalzas de un cercano convento y los monjes benedictinos de Suiza que también habitan aquí.

Este altar, el segundo de los doce (en recuerdo de las doce estrellas de la corona de la mujer del Apocalipsis, imagen de la madre de Dios) que se planean instalar a lo largo y ancho del planeta, tiene como especial intención ofrecer a Dios una oración ininterrumpida por la paz.

Ozernoye Kazajstán

El primer altar tiene su sede en Belén, tras trasladarse después de un breve periodo en Jerusalén. Los artistas que construyeron este otro altar de Ozernoye, el “altar de Kazajstán” incluyeron motivos étnicos kazajos.

El altar ofrece una catequesis estética, y tiene en su interior reliquias de San Juan Pablo II y Santa Faustina Kowalska, además de fragmentos del Antiguo Testamento, que para este país, amalgama de etnias y religiones, pretende crear puentes, rescatando y haciendo más cercano el origen de otras religiones monoteístas. 

La capilla que contiene el altar tiene en su plano enfrentado una gran cristalera que abre la vista a la infinita y desierta estepa. Con este simbolismo también se pretende encauzar las oraciones que se alzan en este lugar por la paz en todo el mundo (de alguna manera, la advocación de nuestra Señora en este lugar se confunde providencialmente, pues la misma palabra utilizada en ruso, “mir”, se utiliza para designar paz y también mundo). 

Un último lugar rescata quizá la memoria más triste de estas estepas. A 12 km de Ozernoye, en la zona de Ahimbetau se alza una enorme cruz, alzada en 1998, como símbolo y memoria de las decenas de miles de víctimas de la represión llevada a cabo en Kazajstán durante los años de dominación soviética.

El título que familiarmente le dan los habitantes de la zona es el “Gólgota de Kazajstán”, y su simbolismo está cargado de fuerza: considerado el centro geográfico de Eurasia, a medio camino exacto entre Fátima e Hiroshima, la traducción literal del nombre de la zona en kazajo lo indica como “la montaña del consuelo”. Y realmente consuelan las letras escritas al pie de esa cruz en cuatro idiomas:

“A Dios-toda la Gloria

A los pueblos -la paz

A los mártires- el reino de los cielos

Al pueblo de Kazajstán: agradecimiento

A Kazajstán: prosperidad “

Con todos estos motivos, resulta evidente que cada año aumente el número de peregrinos que visita Ozernoye: se llevan a cabo encuentros internacionales de jóvenes católicos, se acercan peregrinos de los países cercanos, e incluso el gobierno de Kazajstán ha incluido la ruta entre los destinos recomendados en el mapa de la “Geografía sagrada de Kazajstán” proyecto que recoge los lugares de simbolismo religioso y espiritual del país.

El autorAurora Díaz Soloaga

Cultura

El mosaico libanés. Un país con rostro árabe y corazón cristiano

Las comunidades que conforman Líbano son resultado de diversas invasiones, asentamientos y conversiones, tanto árabes como cristianas.

Gerardo Ferrara·30 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

Un famoso anuncio italiano de hace unos años presentaba a Suiza como un país con un corazón de chocolate. En el corazón de este corazón, había otro: una famosa empresa que produce este delicioso alimento. El Líbano, antiguamente conocido como la «Suiza de Oriente Medio», es algo así: una pequeña franja de tierra de unos 250 km de largo y no más de 60 km de ancho, llena de altas montañas, en el corazón del mundo árabe-islámico y del Mediterráneo oriental. Sin embargo, dentro de él hay otro corazón (la cordillera del Monte Líbano), famoso por ser el punto de apoyo y el centro de irradiación de la cultura y la espiritualidad cristiano maronita, el pivote de la propia identidad libanesa.

El Líbano siempre ha sido conocido por la belleza de sus paisajes, la hospitalidad de sus habitantes y la convivencia, aunque no siempre pacífica, entre los distintos componentes étnicos y religiosos que conforman su población.

Líbano: una nación diversa

El término que quizás mejor sirva para describirlo es el de «pluralidad», constituyendo la expresión latina e pluribus unum un lema representativo. Su propia geografía, a menudo dura, se compone de contrastes entre las altas montañas, los valles y la costa. Las dos cordilleras principales que corren paralelas de norte a sur, el Monte Líbano (la blancura de sus picos da nombre al país, de la palabra semítica «laban» que significa «blanco») y el Antilíbano (cuya cima principal es el Monte Hermón, en la frontera con Siria e Israel), están separadas por el Valle de la Beqaa, la rama más septentrional del Gran Valle del Rift. La costa, pues, está bordeada de altas montañas que se sumergen literalmente en el mar, desde la frontera siria en el norte hasta la frontera sur de Naqoura, con sus blancos acantilados, donde el país se encuentra con Israel.

Y es precisamente, quizás, la variedad de este paisaje lo que ha favorecido, y en parte preservado, el asentamiento de distintas poblaciones, fenicios en primer lugar, luego griegos, árabes, cruzados, circasianos, turcos, franceses, etc. Y el mosaico de comunidades que conforma el pueblo libanés es también el resultado de diversas invasiones, conquistas, asentamientos, conversiones.

Geografía

En ciudades costeras como Trípoli y Sidón (aunque con importantes minorías cristianas, tanto católicas de varias denominaciones como ortodoxas) y en algunos distritos de Beirut, la mayoría de la población es musulmana suní. En la gobernación (muhazafah) del Monte Líbano, en otras zonas montañosas, sobre todo en el norte, en ciudades como Jounieh y Zahleh (en las estribaciones occidentales de la Beqaa) y en varios distritos de Beirut, gran parte de la población es cristiana maronita y melquita católica, predominantemente, pero también griega ortodoxa o armenia, tanto ortodoxa como católica (la comunidad armenia ha crecido exponencialmente al acoger a los supervivientes del infame genocidio llevado a cabo por los turcos).

Sin embargo, los cristianos están repartidos por todo el país y, allí donde no son mayoritarios, siguen siendo un componente importante de la población; el elemento maronita, y su espiritualidad siro-antioquena, han impregnado fuertemente su mentalidad y cultura. El componente chiíta, ahora mayoritario en todo el país, se concentra principalmente en el sur del país (entre Tiro y la región circundante, pero también en los distritos del sur de Beirut, especialmente alrededor del aeropuerto) y en la Beqaa. Por último, los drusos (grupo étnico-religioso cuya doctrina es una derivación del Islam chiíta) tienen su bastión en las montañas de Shuf, en el sur de la gobernación del Monte Líbano (en el centro del país).

Líbano

Identidad musulmana y cristiana

Hasta finales de la década de 1930, el Líbano era un país predominantemente cristiano. El último censo oficial, que data de 1932, arrojó la cifra de 56% de cristianos (en su mayoría católicos, sobre todo de rito maronita) y 44% de musulmanes (predominan los chiitas). Desde entonces, para no alterar los equilibrios interconfesionales y políticos, la población no se ha contabilizado oficialmente.

Este equilibrio, por cierto, había sido sancionado en vísperas de la independencia del país de Francia en 1944 por el Pacto Nacional de 1943. En él, las diferentes confesiones acordaron cómo debían repartirse los principales cargos del Estado: la Presidencia de la República a los maronitas; la del Consejo de Ministros (por tanto, la jefatura del gobierno) a los musulmanes chiíes; la Presidencia del Parlamento a los chiíes.

Otros cargos siguen repartiéndose entre los distintos grupos y, además, mediante un complejo sistema electoral que sigue vigente en la actualidad, se procuró que cada comunidad confesional libanesa (el Estado reconoce hasta 18: 5 musulmanas, 12 cristianas y una judía) tuviera una representación parlamentaria adecuada.

Legislación

La pertenencia a una comunidad y no a otra se establece todavía hoy no por la práctica religiosa en sí, sino por el nacimiento. El sistema libanés distingue, de hecho, entre fe y filiación confesional: se forma parte de la comunidad maronita, por ejemplo, si se es hijo de un padre maronita (hay muchos matrimonios mixtos, especialmente entre las comunidades cristianas).

Así, las diferentes comunidades gozan de una relativa autonomía y de una jurisdicción propia en materia de estatuto personal (derecho de familia), siguiendo el modelo del millet, una herencia otomana (Líbano formó parte del Imperio Otomano hasta 1918).

El propio Pacto Nacional había establecido que Líbano era un país «con rostro árabe»: el factor árabe, por tanto, es uno de los elementos de la identidad nacional libanesa, pero no el único. Muchos cristianos, de hecho, no se identifican como árabes, sino como «arabófonos» de ascendencia fenicia o cruzada.

Aunque la Constitución afirma que «Líbano es árabe en su identidad y en su pertenencia», el debate sobre la identidad árabe del país sigue siendo dominante en la sociedad, al igual que cada vez son más los intelectuales y miembros destacados de la sociedad que reclaman el fin del confesionalismo y la necesidad de una identidad nacional compartida que no sea, por tanto, únicamente árabe.

Entre el confesionalismo y las guerras civiles

Los problemas del sistema confesional se hicieron evidentes ya a finales de los años cuarenta. De hecho, la elevada tasa de emigración que caracteriza a la población cristiana, unida a la mayor tasa de fecundidad de la población musulmana y a la afluencia de refugiados palestinos (mayoritariamente musulmanes suníes) a partir de 1948 y, sobre todo, después de 1967, alteró considerablemente las proporciones numéricas dentro de la población, estimadas en unos 7 millones de habitantes en la actualidad (las encuestas no oficiales hablan de un 66% de musulmanes, chiíes y suníes, y un 34% de cristianos).

Los desequilibrios provocados por las diferencias sociales, económicas y políticas entre las distintas comunidades, y la creciente influencia de la OLP de Yasser Arafat, que convirtió el Líbano en su bastión, provocaron varias guerras civiles (1958; 1975-76, pero, de hecho, hasta 1989). En ellas se agudizaron los contrastes entre partidos y organizaciones que aspiraban a representar a los distintos componentes étnico-religiosos de la población (por ejemplo, la derecha cristiana, con la Falange Libanesa de Pierre Gemayyel, más proclive a las alianzas con el bloque occidental y también con Israel, y la izquierda, con el bloque progresista druso y otras fuerzas islámicas suníes y chiíes, pero también cristianas, con ideas compatibles con el nacionalismo árabe y el antisionismo).

Esto dio lugar a la intervención de Siria, (a través de la Fuerza de Disuasión, un pretexto para convertir el país en un protectorado), por un lado (1975-76), y de Israel, por otro (1978, pero sobre todo desde 1982, con la primera Guerra del Líbano).

Masacres

Desde entonces, se han producido masacres de miles de civiles inocentes, perpetuadas tanto por musulmanes contra cristianos (la más famosa es la masacre de Damour, 1976, por parte de los palestinos, cuyos adversarios no eran sólo cristianos de la derecha nacional, sino también chiitas) como por cristianos contra musulmanes (cómo olvidar Qarantine, 1976, y Sabra y Shatila, 1982).

Las masacres de Sabra y Shatila se achacaron entonces, con razón, a la Falange Libanesa Cristiana, que actuó con la complicidad israelí, pero no cabe duda de que la táctica de Yasser Arafat, líder de la OLP, era agudizar los contrastes entre las distintas comunidades libanesas, incluso en detrimento de un número creciente de «mártires» entre los refugiados palestinos, lo que habría dado mayor visibilidad a su causa.

La retirada israelí a mediados de la década de 1980 (salvo el mantenimiento del control en una estrecha «franja de seguridad» en el sur del país) provocó, entonces, el aumento de la influencia política y militar de Siria, aunque en 1989 los Acuerdos de Taif habían puesto fin oficialmente a la guerra civil, y el nacimiento y rápido crecimiento de la milicia chiíta antiisraelí del sur del Líbano, llamada Hezbolá (Partido de Dios).

Hezbolá a la vez que se ha convertido en un partido político activamente presente en el contexto libanés a lo largo de los años, ha mantenido su fuerza militar, también gracias al apoyo de Irán y Siria, llegando a ser de hecho más poderoso que el propio ejército regular sirio y dando un duro golpe a lo largo de los años no sólo a Israel, sino también a los opositores al régimen de Bashar al-Assad durante la guerra civil siria.

El autorGerardo Ferrara

Escritor, historiador y experto en historia, política y cultura de Oriente Medio.

Vaticano

El Papa anuncia la creación de nuevos cardenales

Tras el Regina Caeli el Papa ha anunciado que el 29 y 30 de agosto habrá una reunión de todos los cardenales para reflexionar sobre la nueva Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, y el sábado 27 de agosto tendrá lugar el Consistorio para la creación de los nuevos cardenales.

Javier García Herrería·29 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

En una soleada mañana romana, el Papa Francisco ha meditado sobre la Ascensión del Señor. “¿Qué significa este acontecimiento? ¿Cómo debemos entenderlo?” Y añadía como “Jesús no abandona a los discípulos. Sube al cielo, pero no nos deja solos. Por el contrario, precisamente al ascender al Padre asegura la efusión de su Espíritu. En otra ocasión había dicho: «Les conviene que me vaya, porque si no me voy, el Paráclito no vendrá a ustedes» (Jn 16,7)”.

Nuestra mentalidad actual subraya la autonomía individual, pero la lógica divina sigue otros pasos, “la suya es una presencia que no quiere restringir nuestra libertad. Al contrario, nos hace un espacio, porque el verdadero amor siempre genera una cercanía que no aplasta, no es posesivo, es cercano, pero no posesivo. El verdadero amor nos hace protagonistas. Por eso, Cristo asegura: «Voy al Padre, y serán revestidos de un poder de lo alto: les enviaré mi propio Espíritu, y con su poder continuarán mi obra en el mundo» (cf. Lc 24,49).

A una semana de la fiesta de Pentecostés, el Papa recuerda que “el Espíritu Santo hace presente a Jesús en nosotros, más allá de las barreras del tiempo y del espacio, para que seamos sus testigos en el mundo”. Y añadía: “hermanos y hermanas, pensemos hoy en el don del Espíritu que hemos recibido de Jesús para ser testigos del Evangelio. Preguntémonos si realmente lo somos; y también si somos capaces de amar a los demás, dejándolos libres y dejándoles espacio. Y luego: ¿sabemos hacernos intercesores por los demás, es decir, sabemos rezar por ellos y bendecir sus vidas? ¿O servimos a los demás por nuestros propios intereses? Aprendamos esto: la oración de intercesión, intercediendo por las esperanzas y los sufrimientos del mundo, por la paz. Y bendigamos con la mirada y palabras a quienes encontramos cada día”.

Después del Regina Caeli el Papa ha anunciado que el 29 y 30 de agosto habrá una reunión de todos los cardenales para reflexionar sobre la nueva Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, y el sábado 27 de agosto tendrá lugar el Consistorio para la creación de los nuevos cardenales. Estos son sus nombres:

  1. S.E.R. Mons. Arthur Roche – Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
  2. S.E.R. Mons. Lazzaro You Heung-sik – Prefecto de la Congregación para el Clero.
  3. S.E.R. Mons. Fernando Vérgez Alzaga L.C. – Presidente de la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano y Presidente del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano.
  4. S.E.R. Mons. Jean-Marc Aveline – Arzobispo Metropolitano de Marsella (Francia).
  5. S.E.R. Mons. Peter Ebere Okpaleke – Obispo de Ekwulobia (Nigeria).
  6. S.E.R. Mons. Leonardo Ulrich Steiner, O.F.M. – Arzobispo Metropolitano de Manaus (Brasil).
  7. S.E.R. Mons. Filipe Neri António Sebastião do Rosário Ferrão – Arzobispo de Goa y Damão (India).
  8. S.E.R. Mons. Robert Walter McElroy – Obispo de San Diego (U.S.A)
  9. S.E.R. Mons. Virgilio Do Carmo Da Silva, S.D.B. – Arzobispo de Dili (Timor Orientale).
  10. S.E.R. Mons. Oscar Cantoni – Obispo de Como (Italia).
  11. S.E.R. Mons. Anthony Poola – Arzobispo de Hyderabad (India).
  12. S.E.R. Mons. Paulo Cezar Costa – Arzobispo Metropolitano de la Arquidiócesis de Brasilia (Brasil).
  13. S.E.R. Mons. Richard Kuuia Baawobr M. Afr – Obispo de Wa (Ghana).
  14. S.E.R. Mons. William Goh Seng Chye – Arzobispo de Singapore (Singapore).
  15. S.E.R. Mons. Adalberto Martínez Flores – Arzobispo Metropolitano de Asunción (Paraguay).
  16. S.E.R. Mons. Giorgio Marengo, I.M.C. – Prefecto Apostólico de Ulán Bator (Mongolia).

Junto con ellos serán creados otros cardenales mayores de 80 años, por lo que no estarán en el próximo cónclave:

  1. S.E.R. Mons. Jorge Enrique Jiménez Carvajal – Arzobispo emérito de Cartagena (Colombia).
  2. S.E.R. Mons. Lucas Van Looy S.D.B. – Arzobispo emérito de Gante (Bélgica).
  3. S.E.R. Mons. Arrigo Miglio – Arzobispo emérito de Cagliari (Italia).
  4. Rev.do Padre Gianfranco Ghirlanda SJ – Profesor de Teología.
  5. Rev.do Mons. Fortunato Frezza – Canónigo de San Pedro.
Vaticano

¿Cómo son los nuevos cardenales elegidos por Francisco?

Rome Reports·29 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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El Papa Francisco ha anunciado la creación de 21 nuevos cardenales de los que 16 serán electores, por lo que podrán votar en caso de cónclave.

De entre ellos, encontramos a dos procedentes de la India, un misionero italiano que está en Mongolia, uno de Nigeria y otro de Ghana.

Con estos nombramientos quedan 133 cardenales electores. De ellos 11 fueron nombrados por Juan Pablo II, 38 por Benedicto XVI y 84 por Francisco.


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Me muero por estar contigo

Hubo quien, con todo su sentido, murió por ti. Más aún, murió para estar contigo. Es la entrega de Cristo que se actualiza, enmedio de nosotros, en cada eucaristía. 

29 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Hace unos meses tuve la gran suerte de volver a Tierra Santa, con un grupo de periodistas de información religiosa gracias a Turismo Israel. En aquel viaje, mientras comíamos en Nazaret, nos vimos inmersos en una peculiar conversación sobre la clave de la Salvación: si radicaba en la Encarnación o en la Resurrección. La vedad es que no llegamos a ninguna conclusión, seguramente porque no éramos los mejores teólogos del mundo y, mucho más seguro, porque lo apretado de nuestra agenda la dejó a la mitad.

Desde entonces he pensado mucho en aquella conversación, quizás porque en realidad, Dios no se conforma con un solo punto de inflexión en su historia de amor con el hombre; quizás porque, cada vez más, me alucina el hecho de que Dios se hiciera de carne y hueso.

Dios hombre, pero de verdad, con venas, pelo, uñas y picaduras de mosquito… ¿Por qué? Quizás porque de otro modo, ¿nos hubiéramos creído que «esto de la salvación» es para ti y para mi?

Como decía Teruliano: «Caro salutis est cardo», «la carne es el quicio de la salvación» (De carnis resurrectione, 8, 3: pl 2, 806) y, comentando este pasaje, Benedicto XVI apunta que “Jesús comienza a ofrecerse a sí mismo por amor desde el primer instante de su existencia humana en el seno de la Virgen María”. Un punto de inflexión: Dios que se hace un tú cualquiera.

Sí, estamos condicionados (bendita condición) por la carne, por nuestros límites, por nuestra altura y nuestra anchura… física y espiritual.

Y, sin embargo, desde esta finitud, nuestras ansias de eternidad nos hacen capaces de decir al otro amado: “me muero por estar contigo”. Me muero… “entrego esta finitud hasta el paso de su eternidad”, “dejo de ser yo porque tú vales más que mi yo en soledad”.

Amar es decir al otro no sólo que vale la pena, sino que vale la vida.

Cuando Cristo se entrega, cuando entrega su vida –otro punto de inflexión–, su cuerpo, ¡su carne!, culmina esta entrega en la cruz. Allí se cierra la nueva alianza, la cuarta copa… la misma entrega de cada eucaristía.

Sí, hubo ­–hay–­ quien, con todo su sentido, murió por ti. Más aún, murió para estar contigo.  

El autorMaria José Atienza

Directora de Omnes. Licenciada en Comunicación, con más de 15 años de experiencia en comunicación de la Iglesia. Ha colaborado en medios como COPE o RNE.

Mundo

Michael Mazza: “En los juicios por abusos deben asegurarse las garantías procesales”

Michael Mazza es un abogado especializado en asesorar juridicamente a sacerdotes en situaciones difíciles, como acusaciones de abuso.

 

Vytautas Saladis·29 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

Traducción del artículo al inglés

“Men of Melchizedek” (MOM) es una organización norteamericana que presta apoyo espiritual y material a sacerdotes en dificultades. En el verano de 2021 una orden religiosa le preguntó si podía desarrollar un modelo para afrontar las acusaciones de abuso sexual. Fue entonces cuando los responsables de MOM decidieron crear una oficina jurídica especializada en estos asuntos. Como se trata de un tema de máxima importancia, estaban interesados en desarrollar un protocolo que garantizara la investigación rigurosa y respetase la presunción de inocencia de los acusados. Se trata de colaborar para que efectivamente se llegue a la verdad sobre una determinada acusación.

Michael Mazza es el asesor jurídico de esta institución. Recientemente ha defendido su tesis doctoral en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz (Roma) sobre el derecho a la reputación de los sacerdotes, con particular atención a aquellos acusados por abusos. Con este motivo, charlamos con él sobre los desafíos de estos procesos penales en la Iglesia.

¿Cómo nació la idea de crear un consultorio para atender a sacerdotes acusados?

—Ante el aumento de juicios en la Iglesia contra sacerdotes y las variadas situaciones que se van planteando, pensé que habría que garantizar el derecho a la presunción de inocencia y a la legítima defensa. A estos derechos, fundamentales para que los procesos judiciales sean realmente justos, es a los que pretendo servir con mi trabajo.

¿Hasta qué punto está en riesgo la presunción de inocencia de los sacerdotes?

—La atención mediática que reciben muchos de estos procesos en ocasiones puede hacer que se resientan las garantías procesales de los acusados. Nadie está a favor de la impunidad; pero tampoco deberíamos estarlo de condenar a alguien sin las debidas garantías. Me parece que hemos pasado en los últimos años de un extremo al otro. Vale la pena no olvidar, como afirmaba uno de mis profesores de Derecho canónico, que el símbolo de la justicia no es un péndulo, sino una balanza.

¿A qué se dedicaba antes de abrir el consultorio jurídico?

—Tras acabar mis estudios, trabajé como profesor y catequista durante diez años. Luego, cuando nuestra familia empezó a crecer, decidí estudiar Derecho civil y trabajar como abogado, trabajo al que me he dedicado durante dos décadas. Desde el 16 de julio de 2021, fiesta de Nuestra Señora del Carmen, inicié el asesoramiento en el nuevo consultorio. Creo que María, como Madre de los Sacerdotes, es una intercesora especialmente importante para este tipo de trabajo.

La búsqueda y determinación de esa verdad indudablemente ayuda a las víctimas a obtener una reparación.

Michael Mazza. Asesor jurídico Men of Melchizedek

En su opinión, ¿cómo ha sido la gestión de los casos de abusos por parte de la Iglesia en Estados Unidos?

—Es una pregunta pertinente, y muy compleja. Lo primero que hay que señalar es que ha habido muchas víctimas de abusos sexuales, cuyo sufrimiento es indescriptible. El daño que han sufrido es incalculable. La pasividad de las autoridades eclesiásticas a la hora de castigar y corregir dichas conductas ha generado un escándalo muy grande.

Todo ello nos lleva a concluir que la jerarquía no actuó bien. Pienso que pocos estarán en desacuerdo con esto. Sin restar importancia a la afirmación anterior, me gustaría destacar que muchos abogados y psicólogos que asesoraron a los obispos consideraban que los responsables de estos abusos, más que criminales, eran simplemente enfermos, que necesitaban tratamiento y curación. Sin excusar la responsabilidad de los obispos, estas aproximaciones pueden ayudar a comprender la falta de contundencia con la que frecuentemente se reaccionó ante las denuncias.

¿Ha mejorado la situación en la actualidad?

—La situación, sin duda alguna, ha mejorado. En primer lugar, las acusaciones se toman más en serio. En segundo lugar, las autoridades civiles se involucran más a menudo. Por último, y más importante, las necesidades de los perjudicados por los abusos tienden a ponerse en primer plano. En cualquier caso, este cuadro general también presenta ciertas sombras o desafíos. De una parte, la facilidad de acoger las acusaciones puede producir desequilibrios, como es el hecho de que las denuncias anónimas sean utilizadas como instrumento al servicio de venganzas privadas. La implicación de las autoridades civiles puede causar a veces otros problemas, especialmente si la autoridad es activamente hostil a la Iglesia. Finalmente, no ha sido infrecuente que las necesidades de las víctimas se presenten en términos exclusivamente monetarios.

De todos estos desafíos, ¿cuál considera el más acuciante?

—Pienso que el principal reto es garantizar un proceso justo para los clérigos acusados. Esta percepción es la que me ha llevado a investigar esta cuestión y centrar ahí mi trabajo profesional.

Michael Mazza
Michael Mazza ©PUSC

¿Podría enumerar algunos aspectos que podrían mejorarse en los procesos?

—Como ya he comentado, es particularmente importante proteger el derecho a la defensa y a la presunción de inocencia. Junto con ellos, también es necesario velar por la buena fama del procesado, cuyo honor no debería quedar perjudicado hasta que se demuestre su culpabilidad.

Publicar los nombres de los acusados antes de que sean declarados culpables en algún tipo de proceso judicial o incluso extrajudicial es un horrible abuso, y genera un daño irreparable. Si hay un solo fruto de mi investigación y publicación, espero que sea la eliminación de esas listas de los llamados “acusados creíbles”.

¿De qué manera su estudio ayuda a combatir los abusos sexuales en la Iglesia?

—Una idea que late en toda mi investigación es la importancia de llegar a la verdad sobre una determinada acusación. La búsqueda y determinación de esa verdad indudablemente ayuda a las víctimas a obtener una reparación. La afirmación que a veces se escucha de “hay que creer a todas las denuncias” es populista, y puede llegar a ser insultante para las verdaderas víctimas, también para quienes son falsamente acusados, quienes han sufrido un daño real.

¿Tiene alguna sugerencia sobre cómo podría mejorar el proceso contra los clérigos acusados de abusos?

—Podría mencionar muchas. Se trata de medidas sencillas, nada revolucionarias. Entre otras, puedo mencionar la necesidad de formar mejor a las personas llamadas a conformar los tribunales canónicos; una mejor comunicación al clérigo de sus derechos en el proceso; y una mejor asistencia jurídica de los acusados, que –como cualquier otra persona- tienen el derecho a una defensa cualificada.

Una exposición más detenida de estas y otras medidas puede encontrarse en un documento que he contribuido a elaborar, y que puede consultarse en la página web de la asociación “Men of Melchizedek”.

Usted ha defendido recientemente una tesis doctoral con el título «El derecho del clérigo al buen nombre» (“The Right of a Cleric to Bona Fama”). ¿Por qué se interesó especialmente por este aspecto?

—Partiendo de la idea de que la justicia consiste en dar a otro un bien que le corresponde, he querido centrarme en el bien consistente en la reputación, en el buen nombre. Este bien jurídico es particularmente importante con respecto al clero ordenado, por la posición de servicio que ocupa en una comunidad de fieles.

A lo largo de mi investigación, procuro explicar en qué consiste la reputación, por qué es importante, cómo se ha protegido a lo largo de la historia en muchas culturas diferentes y, por último, qué significa esto en el contexto contemporáneo, especialmente en los Estados Unidos.

¿Por qué es importante tener un asesor canónico? 

—Las acusaciones de abuso sexual son de naturaleza penal e implican frecuentemente la apertura de un proceso que puede acarrear consecuencias muy graves. La acusación por un delito es, por lo tanto, una cuestión muy grave. Para hacer frente a la misma, se precisa de conocimientos jurídicos técnicos, que la mayoría de las veces un sacerdote no tiene. Junto con ello, un asesor canónico puede proporcionar perspectiva, ánimo y un oído atento a las personas que atraviesan por esos procesos.

¿Su asesoramiento canónico abarca sólo los casos de abuso en el ámbito de la Iglesia?

—La gran mayoría de mis clientes, diría que dos tercios, están implicados en procesos de abusos. Junto con ello, también asesoro en otro tipo de procesos, como en causas de nulidad matrimonial.

¿Selecciona a sus clientes?

—Por supuesto. Considero que tengo el deber ético de asegurarme de que puedo representarlos bien, de forma que si carezco del tiempo o la preparación específica necesarios para un asunto, prefiero derivar esos clientes a otros colegas. Además, antes de formalizar la relación es oportuno asegurar el entendimiento mutuo, así como que el cliente comparta mi enfoque del proceso, que es un enfoque directo y siempre respetuoso con la oficina del obispo.

Algunos consideran que el carácter sobrenatural de la Iglesia exime a la jerarquía de respetar los derechos naturales de los acusados

Michael Mazza.Asesor jurídico Men of Melchizedek

¿Podría explicarnos brevemente cómo se desarrolla el proceso contra un clérigo acusado de abuso?

—Con mucho gusto. Una vez que el superior recibe una acusación por abuso, al menos en los Estados Unidos, en la inmensa mayoría de los casos el acusado es inmediatamente relevado de sus funciones. A menudo se le pide que abandone también el lugar, se le prohíbe celebrar los sacramentos públicamente, se le insta a que no vista de clérigo y se le ordena que no se presente públicamente como sacerdote. También es frecuente que se le ordene acudir a un hospital psicológico, donde se le puede aislar por completo, se le hace firmar un documento de renuncia a la confidencialidad y se le somete a las pruebas del detector de mentiras. Es habitual que sea interrogado por un investigador o instructor de la diócesis, sin ser siquiera informado de sus derechos civiles ni canónicos. En resumen, una denuncia por abusos es el comienzo de una larga pesadilla para el acusado.

Sin detenernos en tecnicismos, merece la pena resaltar que el procedimiento para castigar delitos en la Iglesia, al menos por la vía administrativa, con frecuencia es poco garantista con los derechos de los acusados.

Como denunciaba hace años el profesor Joaquín Llobell, da la impresión de que algunos consideran que el carácter sobrenatural de la Iglesia exime a la jerarquía de respetar los derechos naturales de los acusados. De este modo se abre la puerta a todo abuso, y la Iglesia, en lugar de ser un “espejo de justicia” se convierte para los acusados en un espejo roto y peligroso. Con esta crítica no pretendo justificar la situación de impunidad que se ha vivido durante años, sino subrayar que también resulta injusto pasarse por el lado opuesto, privando a los procesados de los medios necesarios para que puedan probar su inocencia.

¿Sus actividades han sido bien recibidas por los obispos de Estados Unidos y la Congregación para la Doctrina de la Fe?

—Para esta pregunta no cabe una respuesta generalizada. Algunos obispos se muestran comprensivos con la situación del sacerdote acusado, y procuran atenderle. En este caso, normalmente mis servicios son valorados y, sin comprometer su neutralidad, se establece una sana colaboración entre las autoridades y nuestro gabinete, como la que puede haber entre un juzgado civil y un despacho de abogados.

En otros casos, lamentablemente, los obispos se desentienden totalmente de los acusados. Quizá esta conducta se debe a la enorme presión mediática que en Estados Unidos rodea estos procedimientos, así como al consejo de algunos abogados que piensan que esta conducta es la más “segura”, a fin de evitar dar la impresión de un apoyo implícito a posibles abusadores.

¿Existen más bufetes de abogados similares al suyo?

—Muy pocos. La mayoría de abogados civiles que se dedican a estos temas suelen trabajar directamente para las diócesis. Personalmente, confío en que progresivamente más profesionales con buena formación civil y canónica se dediquen a estos asuntos con una actitud constructiva y de comunión, que podría resumirse en la expresión “sentire cum Ecclesia”.

¿Qué panorama le gustaría ver en un futuro próximo?

—Rezo para que Dios dé consuelo y fuerza a las personas implicadas en estos procesos. Me refiero tanto a las personas que han padecido abusos como a los sacerdotes falsamente acusados que se sienten abandonados. Espero que el Señor dé fortaleza a los obispos, que cargan con una gran responsabilidad y se ven asediados por todas partes. Rezo para que aliente y sostenga el deseo de hacer justicia de todos los que trabajan en los tribunales diocesanos.

El autorVytautas Saladis

Vaticano

Las universidades, lugares de apertura y construcción de la paz

En las últimas semanas, el Papa Francisco ha recibido en audiencia a varias comunidades de estudiantes y personal universitario, tanto de instituciones pontificias como civiles, a quienes reiteró la importancia del diálogo y la concreción de proyectos de paz.

Giovanni Tridente·28 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El primer encuentro tuvo lugar con el Pontificio Instituto Litúrgico confiado a los monjes benedictinos del Ateneo de Sant’Anselmo de Roma, con motivo del 60º aniversario de su fundación por San Juan XXIII (1961).

En su discurso, el Papa se refirió a la constitución conciliar “Sacrosanctum Concilium”, de la que extrajo un nuevo fruto, también para la vida litúrgica actual, que debe garantizar una fecunda participación de los fieles, una mayor comunión eclesial y el impulso de una misión evangelizadora que implique a todos los bautizados.

Savia nueva para la vida litúrgica

La formación, en este caso, debe ayudar a educar a las personas “para que entren en el espíritu de la liturgia”, quedando “impregnados” por ella, superando un cierto “formalismo” que hace perder de vista la esencia de la celebración.

“No se trata de rituales, es el misterio de Cristo, que de una vez por todas ha revelado y realizado lo sagrado, el sacrificio y el sacerdocio”, dijo el Papa a los alumnos de la Universidad Anselmiana, invitándoles entonces a realizar “la misión” a su alrededor, saliendo “al encuentro de los demás, al encuentro del mundo que nos rodea, al encuentro de las alegrías y de las necesidades de tantos que quizás viven sin conocer el don de Dios”.

De este modo, también se superan las divisiones y se genera una mayor unidad eclesial, porque no es necesario hacer de la liturgia “un campo de batalla para cuestiones que no son esenciales”. No es casualidad que el Concilio “haya querido preparar con abundancia la mesa de la Palabra de Dios y la Eucaristía, para hacer posible la presencia de Dios en medio de su pueblo”.

Alimentar las raíces

Este año también se celebra el 85º aniversario de la fundación del Pontificio Colegio Pío Rumano, que acoge a los estudiantes seminaristas que se forman en las Universidades Pontificias de Roma. Al encontrarse con la comunidad, que se aloja a lo largo del paseo del Gianicolo, justo encima del Vaticano, la invitó a alimentar sus raíces, mediante el estudio y la meditación, pensando en el ejemplo de los mártires que dejaron profundas huellas precisamente en Roma.

“Queridos amigos, sin alimentar las raíces, toda tradición religiosa pierde fecundidad. De hecho, se produce un proceso peligroso: con el paso del tiempo, uno se centra cada vez más en sí mismo, en la propia pertenencia, perdiendo el dinamismo de los orígenes”, subrayó el Papa Francisco.

En cambio, es importante partir de esa “primera inspiración” y crecer fructíferamente, sin olvidar la “buena tierra de la fe” que se encuentra en los que nos han precedido. Además de no olvidar al pueblo del que se procede, el Pontífice invitó a los futuros sacerdotes a tener “olor a oveja”, tocando la carne de Cristo presente en los pobres, en los que sufren, en los descartados y en todos aquellos en los que Jesús mismo está presente.

Un lugar de apertura y diálogo

En el ámbito cívico, el Papa Francisco se reunió con estudiantes y profesores de la Universidad de Macerata, en Italia, recordando cómo la universidad es el “lugar de apertura de la mente a los horizontes del conocimiento”, de la vida, del mundo y de la historia de cada persona. Horizontes, los del mundo en general y los de cada individuo, que deben hacerse dialogar -también a nivel multicultural- para llevar “un crecimiento de humanidad” a toda la sociedad.

En definitiva, el Papa Francisco concibe una “idea humana de la universidad”, que nada tiene que ver con la impronta ilustrada de simplemente “llenar la cabeza de cosas”. Más bien, la persona debe involucrarse con sus afectos, con su forma de sentir, pensar y actuar, en un desarrollo completamente armonioso.

Realizar horizontes de paz

La última audiencia de este bloque fue la concedida a los rectores de todas las universidades de la región del Lacio, tanto estatales como privadas. A ellos, el Papa les reiteró que, en este particular momento histórico caracterizado por las pandemias y las guerras, a las Universidades se les confía una tarea de gran responsabilidad: «cómo vivir y superar la crisis, para que no se convierta en conflicto».

En su visión, hay que hacer realidad un horizonte de paz, que sólo puede construirse si se difunde el sentido crítico, la sana confrontación y el diálogo. Junto a ello, hay que repensar los modelos económicos, culturales y sociales «para recuperar el valor central de la persona humana». Por tanto, debemos ser conscientes de que la universidad «no tiene fronteras» ni barreras, pero para que así sea, debemos tener «el valor de la imaginación y la inversión». Así lo exigen ante todo los jóvenes, «que no se conforman con la mediocridad», y que deben ser educados en el respeto a sí mismos, al prójimo y a toda la creación. Educación, investigación, diálogo y confrontación con la sociedad. Sólo así es posible tener comunidades vivas, transparentes, acogedoras y responsables «en un clima fructífero de cooperación e intercambio», que valore a todos, lejos de las ideologías.

España

Los destinos religiosos cobran fuerza ante el fin de la pandemia

Importantes operadores turísticos, empresariales y bancarios se mueven cada vez con mayor creatividad ante el final de la pandemia del Covid-19, con la reactivación del sector. Viajes El Corte Inglés y Banco Sabadell han formalizado estos días en Roma un acuerdo de colaboración para viajes a destinos religiosos y peregrinaciones.

Francisco Otamendi·27 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La firma del acuerdo ha tenido lugar en la Embajada Española ante la Sede Sede en la capital italiana. José Luis Montesino-Espartero, director de Negocios Institucionales en Banco Sabadell, destacó en su intervención “el compromiso del banco Sabadell con este segmento a través de los hechos, poniendo de manifiesto varios proyectos pioneros en España como la digitalización de la Iglesia a través de los limosneros digitales, el lanzamiento junto a la Universidad Francisco de Vitoria del primer curso financiero especializado para entidades religiosas y del Tercer Sector y ahora este último acuerdo con viajes el Corte Inglés. Todo ello promovido desde la dirección de Instituciones Religiosas y del Tercer Sector”.

Precisamente Roma y Ciudad del Vaticano, con el Papa, canonizaciones y lugares de tanto atractivo como la Capilla Sixtina, sin olvidar las Jornadas Mundiales de la Juventud o Encuentros Mundiales de la Familia; Tierra Santa (Jerusalén); centros de peregrinación mariana como Lourdes (Francia), Ciudad de México (Virgen de Guadalupe), ó Fátima (Portugal); Santiago de Compostela y su Camino de Santiago, y tantos destinos españoles; o por citar algunos no católicos, Varanasi (India), o La Meca (Arabia Saudita), constituyen puntos de gran tirón en el mundo, que cobran nuevo protagonismo en estos tiempos.

Impulso económico al turismo

Por su parte, Santiago Portas, director del Segmento de IIRR y Tercer Sector en Banco de Sabadell y promotor del proyecto, manifestó en el acto: “este acuerdo que hemos formalizado con Viajes el Corte Ingles para facilitar la reactivación de los viajes con destinos religiosos va dirigido a nuestros clientes, en particular a diócesis, órdenes y congregaciones, sus obras y comunidades. Todos podrán beneficiarse de excelentes condiciones de la mano de uno de los mayores operadores y con mejor servicio al viajero en España. Deseamos también que dicha reactivación sea un impulso económico para el turismo externo e interno ayudando con ello a recuperar la normalidad y el tránsito anterior a la pandemia en un sector estratégico para nuestro país”.

Experiencia de El Corte Inglés en viajes

“Para nosotros supone un gran honor colaborar con la realización de este acto, aportar nuestra experiencia en el mundo de los viajes, difundiendo y dando a conocer a nuestros viajeros y peregrinos el importante Patrimonio Cultural y Religioso a través de nuestras rutas”, señaló Juan José Legarreta, director general viajes corporativos y MICE de Viajes El Corte Inglés.

“Como expertos en la organización y creación de viajes adaptados a cada segmento, ofrecemos un acompañamiento personalizado para responder a las necesidades de cualquier realidad eclesial de los colegios, congregaciones y parroquias, así como en sus acontecimientos más relevantes, desde una Jornada Mundial de la Juventud a una canonización”, añadió Juan José Legarreta.

“Viajes El Corte Inglés cuenta con una división en esta área con un equipo de expertos que trabajan cada día por diseñar rutas especializadas donde combinan la cultura, la historia y la extensa riqueza monumental de los lugares de culto”, añadió el directivo. “Fue agencia oficial en las Jornadas Mundial de la Juventud en el año 2011 en Madrid y ha estado presente en la organización de numerosas peregrinaciones diocesanas, encuentros mundiales de las Familias y canonizaciones, para acercar la cultura y el patrimonio religioso a nuestros peregrinos”.

Además, el grupo ha organizado grandes encuentros en colaboración con la Conferencia Episcopal Española y las diócesis, participando activamente en la difusión de Años Jubilares que potencian la riqueza histórica y el Patrimonio Cultural y Religioso. Destaca además su labor acompañando a los distintos voluntarios de las diferentes Hospitalidades de Lourdes de España.

Condiciones preferentes para clientes del Sabadell

El acuerdo pone a disposición de “los clientes de Banco de Sabadell condiciones y servicios preferentes en los viajes a destinos religiosos y peregrinaciones a través de Viajes el Corte Inglés, uno de los operadores más importantes de nuestro país. Banco de Sabadell es el cuarto grupo financiero español y una de las entidades financieras con más presencia en estos colectivos”, subrayaron sus directivos. “Además cuenta con una extensa oferta de productos y servicios que queda complementada con otros no financieros y de valor añadido para sus clientes, oferta construida a partir del trato cercano y de escuchar sus necesidades, de atenderles de manera “artesanal” con la intención de seguir fortaleciendo las relaciones a largo plazo con un colectivo que valora de sobremanera estas iniciativas”.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

El Papa convoca un Rosario por la paz en Ucrania

Este martes 31 acaba el mes de mayo. Ese día el Papa Francisco invita a los católicos a rezar juntos un Rosario por la paz. Será posible seguirlo desde los canales de comunicación vaticanos.

Javier García Herrería·27 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco quiere ofrecer un signo de esperanza al mundo, que sufre por el conflicto en Ucrania, y que está profundamente herido por la violencia de los numerosos escenarios de guerra aún activos.

El martes 31 de mayo, a las 18:00h (hora de Roma), el Papa rezará el Rosario ante la imagen de María Regina Pacis en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma.

La Virgen, reina de la Paz

La estatua de María Regina Pacis se encuentra en la nave izquierda de la Basílica de Santa María la Mayor. Fue encargada por Benedicto XV y realizada por el escultor Guido Galli, entonces subdirector de los Museos Vaticanos, para pedir a la Virgen María el fin de la Primera Guerra Mundial en 1918.

La Virgen está representada con el brazo izquierdo levantado como señal para ordenar el fin de la guerra, mientras que con el derecho sostiene al Niño Jesús, dispuesto a dejar caer la rama de olivo que simboliza la paz. Las flores esculpidas en la base, simbolizan el florecimiento de la vida con el retorno de la paz. Es tradicional que los fieles depositen a los pies de la Virgen pequeñas notas manuscritas con intenciones de oración.

De hecho, el Papa depositará una corona de flores a los pies de la imagen antes de dirigir su oración a la Virgen y dejar su intención particular.

ave regina pacis

El rosario por la paz

Además del Papa, diversas personas participarán de manera activa en esta celebración. Entre ello, un grupo de chicos y chicas que han recibido la Primera Comunión y la Confirmación en las últimas semanas, scouts, familias de la Comunidad Ucraniana de Roma, representantes de la Juventud Ardiente Mariana (GAM), miembros del Cuerpo de la Gendarmería Vaticana y de la Guardia Suiza Pontificia, y de las tres parroquias de Roma que llevan el nombre de la Virgen María Reina de la Paz, junto a miembros de la Curia Romana.

Una familia ucraniana, personas relacionadas con las víctimas de la guerra y un grupo de capellanes militares con sus respectivos cuerpos serán los encargados de dirigir las decenas del rosario, como signo de cercanía con los más implicados en estos trágicos acontecimientos.

Santuarios de todo el mundo

Otro signo importante es la participación de santuarios internacionales de todo el mundo, también de países todavía afectados por la guerra o con una fuerte inestabilidad política en su seno. Estos santuarios rezarán el rosario al mismo tiempo que el Santo Padre y estarán conectados vía streaming con la transmisión en directo desde Roma.

De este modo, estarán conectados los siguientes santuarios: el Santuario de la Madre de Dios (Zarvanytsia) en Ucrania; la Catedral de Sayidat al-Najat (Nuestra Señora de la Salvación) en Irak; la Catedral de Nuestra Señora de la Paz en Siria; la Catedral de María Reina de Arabia en Bahrein.

Junto a ellos se encontrarán los siguientes Santuarios Internacionales: Santuario de Nuestra Señora de la Paz y del Buen Viaje; Santuario Internacional de Jesús Salvador y Madre María; Santuario de Jasna Góra; Santuario Internacional de los Mártires de Corea; Santa Casa de Loreto; Santísima Virgen del Santo Rosario; Santuario Internacional Nuestra Señora de Knock; Santísima Virgen del Rosario; Nuestra Señora Reina de la Paz; Nuestra Señora de Guadalupe; Nuestra Señora de Lourdes.

Todos los fieles del mundo están invitados a apoyar al Papa Francisco en su oración a la Reina de la Paz.

La oración se retransmitirá en directo por los canales oficiales de la Santa Sede, se conectarán todas las redes católicas del mundo, y será accesible para las personas sordas y con problemas de audición mediante la traducción a la lengua de signos italiana LIS.

Vaticano

El Papa Francisco y China: estrategia diplomática

Las palabras del Papa Francisco dirigidas a China en el Regina Coeli del 22 de mayo tienen como trasfondo la renovación del acuerdo de nombramiento de obispos y la detención del cardenal Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong, que fue llevado a prisión el 11 de mayo y sólo posteriormente liberado bajo fianza.

Andrea Gagliarducci·27 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Traducción del artículo al inglés

Tras el rezo del Regina Coeli del 22 de mayo, el Papa Francisco rezó por los católicos de China, encomendándolos a María Auxiliadora, que se venera el 24 de mayo y, en particular, en el santuario de Sheshan. No es la primera vez que el Papa menciona este aniversario. Y no podía ser de otra manera: Benedicto XVI había establecido el 24 de mayo como día de oración por China en su carta de 2007 a los católicos de China, y así ha sido un aniversario fijo durante 15 años.

Sin embargo, las palabras del Papa Francisco se incluyeron en un cuadro más dramático. Es cierto que desde 2008, primer año en que se celebró la oración, los misioneros no han dejado de denunciar los obstáculos que plantea Pekín para la peregrinación al santuario de Sheshan. Y es cierto que, con la pandemia, el santuario estuvo cerrado durante dos años, por lo que en 2021 no pudo formar parte de los santuarios que constituyeron el maratón de oración por la pandemia proclamado por el Papa Francisco en mayo -y mientras el santuario estaba cerrado, el parque de atracciones cercano acababa de reabrir.

Las palabras del Papa Francisco, sin embargo, se enmarcan en un contexto más amplio: las negociaciones para la renovación del acuerdo entre la Santa Sede y China sobre el nombramiento de obispos, que expira en octubre de 2022; y la detención, totalmente sorpresiva, del cardenal Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong, que fue llevado a prisión el 11 de mayo y sólo posteriormente liberado bajo fianza.

El Regina Coeli del 22 de mayo

El saludo del Papa Francisco al final del Regina Coeli del 22 de mayo estuvo lleno de signos. En primer lugar, el Papa renovó a los católicos de China “la seguridad de mi cercanía espiritual: sigo con atención y participación la vida y las vicisitudes de los fieles y pastores, a menudo complejas, y rezo por ellos cada día”.

Precisamente, en estas palabras había una referencia al asunto del cardenal Zen, que será juzgado el próximo 19 de septiembre. El Papa había invitado entonces a unirse en oración “para que la Iglesia en China, en libertad y tranquilidad, pueda vivir en comunión efectiva con la Iglesia universal y ejercer su misión de anunciar el Evangelio a todos, ofreciendo así también una contribución positiva al progreso espiritual y material de la sociedad”.

La segunda parte, de hecho, pedía mayor libertad para la Iglesia, y mayor libertad religiosa. El poder de la diplomacia, el de decir las cosas sin decirlas y sobre todo sin distorsionar al interlocutor chino.

Equilibrio diplomático

La cuestión es que, en el Vaticano, no se da por sentado que se vaya a renovar el acuerdo. El cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, dijo en una entrevista que esperaba poder cambiar alguna parte del acuerdo. Y el arzobispo Paul Richard Gallagher, “ministro de Asuntos Exteriores” del Vaticano, reunido con los embajadores de la UE en un almuerzo a puerta cerrada, habría dicho que si China quisiera un acuerdo más permanente, tal vez permanente, la Santa Sede diría que no.

Por otro lado, que la Santa Sede haya querido dar un peso relativo al acuerdo lo denota un detalle: el acuerdo se firmó el 22 de septiembre de 2018, el primer día del viaje del Papa Francisco a los países bálticos.

Como es sabido, tanto el Secretario de Estado como el de Relaciones con los Estados siguen al Papa en sus viajes. Al elegir esa fecha, fue necesario que Santa Sede firmara el acuerdo con su homólogo, Wang Chao, Viceministro de Asuntos Exteriores de la República Popular China, entonces Monseñor Antoine Camilleri.

Si las fechas importan, parece claro que se eligió ese día porque hubiera sido inevitable tener una delegación de menor peso, con un acuerdo firmado por los números 3 y no por los números 1.

El acuerdo se renovó entonces en octubre de 2020, y hasta ahora ha dado dos resultados: que todos los obispos de China se consideren en comunión con Roma, y que sólo seis obispos en cuatro años hayan sido nombrados según el acuerdo.

Se desconocen los términos del acuerdo, aunque se ha especulado con que la Santa Sede participará con el gobierno en un proceso de revisión de candidatos al episcopado hasta que el Papa designe a un obispo que también sea aceptable para Pekín. Sin embargo, en el acuerdo se preservaría la plena autonomía del Papa en la elección de los obispos.

Ciertamente, la relación entre la Santa Sede y China es un equilibrio inestable, y la repentina detención del cardenal Zen es una prueba de ello. Tras la detención, la Santa Sede hizo saber que sigue de cerca el desarrollo de los acontecimientos.

Por lo tanto, no hubo ninguna protesta formal, también porque, al ser China uno de los pocos países del mundo que no tiene relaciones diplomáticas con la Santa Sede, no había canales adecuados para una queja formal.

El Cardenal, sin embargo, parecía un poco sacrificado. Defensor de la democracia en Hong Kong, que siempre se opuso firmemente al acuerdo, el cardenal Zen llegó a intentar evitar la renovación acudiendo a Roma y tratando de ser recibido por el Papa. Pero tuvo un éxito relativo. Sólo se reunió brevemente con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano. Fue la señal definitiva de que el Papa no se detendría a escuchar razones sobre el acuerdo. El último de una serie de señales.

Las señales a China

Antes, en octubre de 2019, el papa Francisco había enviado un telegrama a Hong Kong mientras sobrevolaba su territorio de camino a Japón. En el vuelo de regreso había restado importancia al telegrama, diciendo que era un telegrama de cortesía enviado a todos los estados. Se trata de declaraciones parcialmente engañosas, ya que Hong Kong no es un Estado, pero sí es apreciado por Pekín, hasta el punto de que el ministro de Asuntos Exteriores, Geng Shuang, había subrayado que del Papa «China aprecia la amistad y la amabilidad».

Y no sólo eso. En su itinerario a Japón, el Papa Francisco había sobrevolado China y Taiwán. En el telegrama enviado a Pekín, saludaba a China como “nación”; mientras que los saludos en Taipei se dirigían al “pueblo de Taiwán”, a pesar de que la nunciatura en Taipei se llamaba significativamente nunciatura de China.

En julio de 2020, el Papa Francisco también había decidido omitir de sus palabras al final del Ángelus un llamamiento a favor de Hong Kong, en un momento delicado de renovación del acuerdo.

Todas estas eran señales claras para China, que él apreciaba.

Hoy, el Papa Francisco trata de ser cuidadoso para no enfadar al “Dragón Rojo”, pero las negociaciones para un nuevo acuerdo parecen más difíciles que nunca. China desearía una mayor implicación del Vaticano, e incluso podría poner sobre la mesa la posibilidad de un representante no residente de la Santa Sede. El mundo católico pide más prudencia, en una situación que, de todos modos, el Gobierno no facilita.

La detención del cardenal Zen resultó ser un pretexto, una forma de flexionar los músculos. La acusación, al final, no es de injerencia extranjera, sino de no haber registrado correctamente un fondo humanitario del que el cardenal y otros cinco miembros del mundo democrático eran administradores.

Pocas cosas, al fin y al cabo, pero suficientes para enviar un mensaje a la Iglesia: todo está controlado.

Para la Santa Sede, sin embargo, vale la pena seguir dialogando. “Somos conscientes de que nos estamos dando la mano y de que la hoja del cuchillo puede hacernos sangrar, pero es necesario hablar con todos”, explica un monseñor que ha participado en las negociaciones en el pasado.

En definitiva, el acuerdo siempre parece una posibilidad a tener en cuenta. Al fin y al cabo, un viejo dicho diplomático del Vaticano sostiene que “los acuerdos se hacen con personas que no son de confianza”.

El autorAndrea Gagliarducci

Buenas intenciones y malas ideas

Con ocasión de la última ley educativa española, podemos aprovechar para reflexionar sobre cómo las buenas intenciones y las malas ideas de las sucesivas reformas educativas han contribuido a crear un ambiente social que no favorece precisamente el éxito de los más jóvenes y por tanto de nuestra sociedad

27 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Hace tiempo leí un libro titulado “La transformación de la mente moderna. Cómo las buenas intenciones y las malas ideas están condenando a una generación al fracaso”, escrito por Jonathan Haidt y Greg Lukianoff.

Como no tengo nada que ver con la publicación, me siento libre de recomendar su lectura a nuestras autoridades educativas, así como a los padres y educadores de hoy, pues me parece que podrían extraer interesantes ideas para acertar en la importante tarea de educar a las nuevas generaciones, en la que nos jugamos nuestro futuro.

Se trata de un libro publicado en Estados Unidos en 2018 por el psicólogo Jonathan Haidt y el experto en libertad de expresión Greg Lukianoff, que ahora aparece en español. Los fenómenos que describen son ya perfectamente detectables en Europa y, más concretamente, en España.

A lo largo de sus más de cuatrocientas páginas, que se leen con gusto, intentan responder a la pregunta: ¿estamos preparando adecuadamente a los jóvenes para encarar la vida adulta o los estamos protegiendo demasiado? Y la responden dando algunas luces interesantes para todos aquellos interesados en la educación de los más jóvenes.

Los autores narran cómo algunas cosas extrañas empezaron a suceder en los campus de Estados Unidos en torno al año 2015. Alumnos que decían defender ideas progresistas abuchearon a políticos y conferenciantes en su universidad y les impidieron hablar. ¿Les suena de algo está situación? Supongo que a Pablo Iglesias y a Rosa Díez, sí, pues el primero protagonizó hace años un boicot a una conferencia de la segunda en una universidad pública española.

Cada vez en mayor número, también en España, muchos estudiantes se muestran reacios a exhibir sus opiniones y a discutirlas con franqueza. De un tiempo a esta parte, lo que debería ser el “gimnasio de la mente” está lleno de personas que rehúyen el debate y el pensamiento crítico, curioso fenómeno para una universidad.

Tal y como describen en este libro los autores, el motivo de esta penosa situación se debe a tres ideas equivocadas que se han introducido en el subconsciente de muchos jóvenes, y no tan jóvenes, que creen defender una visión generosa e inclusiva de la educación.

La primera: lo que no te mata te hace más débil (debes huir a toda costa de toda dificultad). La segunda: debes confiar siempre en tus sentimientos (siendo en consecuencia sumamente susceptible). Y por último: la vida es una lucha entre las personas buenas y las malas (y tú perteneces a los buenos).

Como demuestra este libro valiente y riguroso, estas nociones, que a primera vista pueden parecer beneficiosas porque protegen al individuo y halagan sus propios instintos, en realidad contradicen los principios psicológicos más básicos sobre el bienestar.

Aceptar estas falsedades, y con ello promover una cultura de la seguridad en la que nadie quiere escuchar argumentos que no le gustan, interfiere con el desarrollo social, emocional e intelectual de los jóvenes. Y les hace más difícil recorrer el camino, con frecuencia complejo y dificultoso, de la vida adulta.

O, en palabras del propio Haidt: “Muchos jóvenes nacidos después de 1995, los que han ido llegando a las universidades a partir de 2013, son frágiles, hipersusceptibles y maniqueos. No están preparados para encarar la vida, que es conflicto, ni la democracia, que es debate. Van de cabeza al fracaso”.

A esto se une el conocido aumento general de la ansiedad y la depresión en adolescentes que empezó en torno a 2011, más frecuente en las niñas y mujeres jóvenes que en niños y los hombres jóvenes. Este incremento se manifiesta en las crecientes tasas tanto de admisión en los hospitales por autolesiones, como de suicidios.

Pero afortunadamente el libro no se limita a hacer un diagnóstico acertado y sombrío de las dificultades presentes en nuestros jóvenes. También proporciona unos valiosos consejos para que los mayores les ayudemos a superarlas con acierto.

Como los músculos o los huesos, los niños son “antifrágiles”, lo cual quiere decir que necesitan estrés y desafíos para aprender, adaptarse y crecer. Si los protegemos de toda clase de experiencias potencialmente perturbadoras –como suspender una asignatura-, los haremos incapaces de lidiar con dichos sucesos cuando sean mayores.

Por otra parte, conviene prevenirles contra las distorsiones cognitivas más frecuentes, para que no se dejen engañar tan fácilmente por las falsedades del razonamiento emocional (no soy bueno, mi mundo es desolador y no hay esperanza en mi futuro).

Por último, convendría combatir la cultura de la acusación pública y la mentalidad de “nosotros contra ellos”, que hacen olvidar que, como decía Solzhenitsyn, “la línea que divide el bien y el mal atraviesa el corazón de todo ser humano”. O como dice el rabino Lord Jonathan Sacks, “la vida humana no está radicalmente dividida entre personas intachablemente buenas y las irredimiblemente malas”.

Finalmente los autores reafirman con datos la negativa influencia de la temprana disponibilidad de los smartphones y las redes sociales, del declive del “juego libre no supervisado” y de las “carreras armamentísticas del curriculum” en la salud mental de nuestros jóvenes. Es significativo que dediquen el libro a sus madres, que hicieron todo lo posible para prepararles para el camino.

España

Premios Bravo 2021 : «La comunicación auténtica sigue siendo posible»

Esta edición de 2021, los Bravo han reconocido a profesionales como Laura Daniele o Eva Fernández y a instituciones como CEU o Las edades del Hombre.

Maria José Atienza·26 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

«Gracias a los premiados por mantener viva en todos nosotros la esperanza de que una comunicación auténtica sigue siendo posible”, así se dirigía Mons. José Manuel Lorca Planes a los ganadores de los premios Bravo que concede, cada año, la Comisión episcopal para las Comunicaciones Sociales de la Conferencia Episcopal Española.

Esta edición de 2021, los Bravo han reconocido a profesionales como Laura Daniele o Eva Fernández y a instituciones como CEU o Las edades del Hombre.

El acto de entrega, que ha tenido lugar el jueves previo a la celebración de la Jornada de las Comunicaciones Sociales en la Iglesia, ha estado marcado por la emoción de los galardonados en esta edición, la primera que se celebraba de manera presencial tras la pandemia.

Laura Daniele, reconocida por su labor en el periódico ABC, en el que ha trabajado hasta este año, dedicaba este premio a su familia: marido e hijos así como Eva Fernández que, además de su familia, recordaba a «aquellos compañeros que no lo van a recibir pero que lo merecerían».

El presidente de la Comisión episcopal para las Comunicaciones Sociales ha querido señalar en su discurso el valor de estos premios en el momento actual en el que «se torna más urgente cuanto mayor es la dificultad de las personas para conocer la verdad”.

El trabajo de los premiados, ha querido destacar Mons. Lorca Planes “son para nosotros una fuente de esperanza en el mundo de la comunicación” y mantienen viva «la esperanza de que una comunicación auténtica sigue siendo posible».

Premios Bravo 2021

Premio ¡Bravo! Especial a la Fundación “Las Edades del Hombre

Premio ¡Bravo! de Prensa a Laura Daniele

Premio ¡Bravo! de Radio a Eva Fernández, corresponsal del Grupo Ábside en Roma y en el Vaticano

Premio ¡Bravo! de Televisión a Vicente Vallés, director y presentador de Noticias 2 en Antena 3

Premio ¡Bravo! en Comunicación digital a la campaña “Haciéndote preguntas” de la Fundación Universitaria San Pablo CEU. 

Premio ¡Bravo! de Cine  a José Luis López Linares por la película “España, la primera globalización”

Premio ¡Bravo! de Música a Hakuna Group Music. 

Premio ¡Bravo! de Publicidad a la Fundación Juegaterapia por su campaña “Princesas Disney” para niños con cáncer

Premio ¡Bravo! en Comunicación diocesana a Santiago Ruiz Gómez,

Vaticano

El Papa regala su solideo a una familia

Rome Reports·26 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

La familia Gross Jiménez, de nacionalidad española, pudieron saludar al Papa Francisco después de la audiencia, el 25 de mayo de 2022. Una de sus hijas, de 9 años, que padecía parálisis cerebral había fallecido hacía unos meses. La familia regaló un solideo al Papa quien se quitó el que llevaba puesto y lo regaló a una de las pequeñas de la familia.


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Eucaristía: el encuentro personal con Cristo

Cristo está ahora presente físicamente en la Eucaristía, no sólo en la celebración de la Misa, sino más allá. Si el encuentro con Cristo persona es lo central de la fe cristiana, cabría preguntarse por qué, la mayor parte del día, las iglesias están totalmente vacías.

Emilio Liaño·26 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Traducción del artículo al italiano

En este artículo nos proponemos reflexionar sobre el cristocentrismo eucarístico, en continuidad con el cristocentrismo que han defendido autores como Ratzinger, según el cual: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Benedicto XVI, Deus Caritas est, n. 1).

Brevemente se puede decir que el cristocentrismo es una visión en la que se afirma el cristianismo como una religión del encuentro con una persona más que una religión del hacer o del obrar. Lo primordial del cristianismo viene a ser el encuentro personal en la fe con el Dios que se hace hombre.

No se puede decir que esta cuestión sea una novedad absoluta, ya que el acento eucarístico del planteamiento cristocéntrico va en la misma dirección de lo enseñado por la Iglesia desde siempre. En este sentido, no es muy original porque la Iglesia ha subrayado insistentemente el valor central de la Eucaristía.

Sin embargo, en la actualidad parece conveniente impulsar un nuevo esfuerzo que facilite un mayor acercamiento a Jesucristo y, especialmente, en la Eucaristía.

El punto de partida: un hecho frecuente

Primero conviene señalar que el cristocentrismo eucarístico no es el fruto de un análisis teórico. La visión puramente reflexiva de la cuestión no permite entenderlo en su verdadera dimensión. En la actualidad es una experiencia común que las iglesias estén vacías en tantos lugares, por lo menos en algunos países con más desarrollo económico y en los que ha habido una fuerte tradición católica.

No se trata de fijarse en la disminución de los fieles en la Misa, hecho que va acompañado de una asistencia regular de tantos otros que ven en la Misa el acto central de su relación con Dios, y lo cual es en sí muy positivo.

El problema no está en la Misa sino fuera de ella.

Desgraciadamente es una experiencia frecuente que en las iglesias, fuera de las celebraciones litúrgicas, no haya prácticamente nadie. Esta escasez de gente ha hecho que las iglesias no sean lugares muy seguros y que, en ocasiones, es mejor que estén cerradas para evitar males mayores.

Este hecho nos tiene que hacer pensar porque puede tener importantes consecuencias.

Si las iglesias fueran solo unos templos que conservan una serie de objetos para el culto, o artísticos, el vacío de las iglesias no tendría demasiada relevancia.

Sin embargo, en las iglesias, además de todos los objetos que en ella se puedan encontrar, también custodian la presencia de Cristo en la Eucaristía.

La Eucaristía no es una cosa más dentro de un templo como pudiera ser una estatua o una pintura. La Eucaristía es el centro del templo y su causa. Hay templos para celebrar la Eucaristía y para que la Eucaristía se reserve para el culto de los hombres.

El encuentro personal con la Eucaristía

Cuando Cristo pisó la tierra hace unos dos mil años, pidió a la gente que lo escuchara y que pusiera su confianza en Él. Si Cristo viniera hoy a la tierra como hombre, como el hombre que habitó en una parte de este mundo, tendríamos la obligación de ir a su encuentro.

Es decir, para quien tiene fe en que Cristo es Dios, su presencia terrenal debería ser una llamada imperiosa para verle en carne y hueso, con su mirada, con sus palabras, gestos, etc.

Bien, pues Cristo está ahora presente físicamente en la Eucaristía, esperándonos con tanto anhelo como cuando vivía sobre la tierra.

El cristocentrismo, por tanto, afirma la necesidad de encontrarse con el Cristo-Dios porque es esa Persona lo que define lo esencial de la religión.

Ahora, además, añadimos que el encuentro con el Cristo-Dios ha de hacerse en la Eucaristía, y no solamente en la celebración de la Misa.

En la Eucaristía tenemos la certeza de que Él se encuentra verdaderamente con su humanidad y su divinidad.

Si Cristo se ha quedado en la Eucaristía es porque quiere estar con nosotros. Por eso no debiera dejarnos indiferentes que nuestras iglesias estén vacías fuera de los actos litúrgicos; es una señal de que Cristo-Eucaristía no tiene mucho valor para nosotros. Tal vez nuestra fe se ha enfriado y solo creemos, con fe efectiva, en la presencia de Cristo en el sacrificio de la Misa, pero no lo que implica su constante presencia real en el Tabernáculo.

El acompañamiento a Jesús-Eucaristía

Hay que aclarar que cuando se habla de acompañar a Jesús en la Eucaristía no se refiere a la necesidad de tener más actos de adoración, exposiciones con el santísimo, etc., cosas que son muy buenas, pero no es a lo que se refiere en este artículo.

La soledad de los Sagrarios tampoco se resuelve por medio de unos pocos que estén siempre en las iglesias de manera que estas nunca estén vacías. La cuestión no va por esos derroteros.

Se trata, al contrario, de la necesidad de que muchos acudan a los sagrarios de sus templos porque es Jesús quien les está esperando con una paciencia sin límites. Se puede decir que la obligación es de toda la comunidad creyente. Quien se piensa excluido de este deber ya manifiesta que tiene poca fe en la Eucaristía.

Cristo se ha quedado en la Eucaristía para que vayamos a Él. Y ¿qué hemos de hacer delante de la Eucaristía? Primero, simplemente estar; segundo hablarle y tercero escucharle.

Cristo, que es un Dios de vivos no de muertos, está vivo con capacidad para escuchar y para hablarnos. ¿Podemos hablar con Jesús en todos los sitios? Por supuesto, pero hemos de hacerlo preferentemente donde Jesús lo prefiere, es decir donde se ha quedado.

Es claro que podemos hablar con una persona amada por teléfono, pero no denotaría amor quien prefiere hablar por teléfono antes que en su presencia física. Pues Cristo prefiere hablar con nosotros cara a cara, físicamente.

Y si nos preguntamos ¿cuántas veces debemos estar con Jesús-Eucaristía?, o ¿cuánto tiempo? Aquí, lógicamente, no cabe una regla fija: depende de las obligaciones familiares, sociales, etc., que el mismo Jesús quiere que cumplamos.

En cualquier caso, es conveniente acudir al Sagrario con una frecuencia diaria. ¿El tiempo? Lo que Dios inspire a cada uno y lo que su generosidad dé de sí. No hay que estar muchas horas delante de Jesús en el Sagrario. No, se trata de estar muchas veces (en muchos días), según nuestras circunstancias y fuerzas, con la finalidad de tener un diálogo con el Señor (en muchos casos, unos minutos bastan).

En el trato eucarístico hay dos dimensiones a tener en cuenta. La primera es permanente y tiene que ver con nuestra relación personal con Jesús. En esta relación es primordial entender que Jesús desea estar con cada uno de nosotros y no le da igual que nosotros nos olvidemos de Él un día y otro.

La segunda dimensión es temporal y está relacionado con el abandono masivo de Jesús en la Eucaristía. Debiera ser un acicate para nosotros tratar de consolar a Jesús en su soledad. Y aquí, aunque la aportación personal pueda parecer insignificante frente a la indiferencia de tantos, hemos de pensar que nuestro trato le alivia porque Jesús no desea el amor de muchos, sino el amor de cada uno, empezando por el nuestro.

Pensemos que los cristianos estamos enraizados en la Iglesia, habitualmente, a través de las parroquias. Pues una tarea que podríamos asumir como creyentes es mirar cómo cuidamos a Jesús-Eucaristía que está presente en el Sagrario de nuestra parroquia. Estar con Dios Eucaristía es la mejor inversión que podemos hacer de nuestro tiempo.

Aunque se ha hablado de obligación o de necesidad, en esta tarea de acompañamiento a la Eucaristía no hay más obligación que la de nuestro amor. Es el amor lo que está en juego, no el cumplimiento de un deber.

El autorEmilio Liaño

Mundo

Matteo Zuppi, el «sacerdote de los pobres» a la cabeza de los obispos italianos

El Papa Francisco ha elegido al cardenal Matteo Zuppi, de 66 años, arzobispo de Bolonia, como nuevo presidente de los obispos italianos.

Antonino Piccione·25 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

La elección se hizo inmediatamente después de que la asamblea general de la Conferencia Episcopal Italiana transmitiera a Santa Marta los resultados de la votación de la mañana: Zuppi fue el candidato más votado del trío que se presentará al pontífice, seguido del cardenal Paolo Lojudice de Siena y de monseñor Antonino Raspanti, obispo de Acireale.

El anuncio lo hizo el cardenal Gualtiero Bassetti, presidente saliente, entre los aplausos del público reunido en el Hilton Rome Airport de Fiumicino.

Fue el propio Papa, unos días antes, quien perfiló el perfil del nuevo presidente en una entrevista con el director del Corriere della Sera, Luciano Fontana: «Trato de encontrar uno que quiera hacer un buen cambio. Prefiero que sea un cardenal, que tenga autoridad».

Los dos candidatos más autorizados parecían ser desde el principio Zuppi y Lojudice, ambos muy estimados y «sacerdotes de la calle», como le gusta a Bergoglio, con una larga experiencia entre los más pobres y los últimos. Francisco no está atado a las preferencias, pero al final, como ocurrió con Bassetti en 2017, nombró al candidato más votado por la asamblea.

Zuppi bromeó hace unos días sobre el hecho de que se le diera como favorito: «El cardenal Biffi solía decir que sólo los locos quieren ser obispos, se podría decir que los más locos quieren ser jefes de obispos. Los obispos deben señalar a alguien que consideren que aportará unidad y podrá representarlos a todos, ayudando a la Iglesia italiana a continuar el camino de las últimas décadas y el camino sinodal iniciado el año pasado. Veamos qué deciden los obispos en el trío que indicarán al Papa y qué decidirá el Papa».

Primeras palabras de Zuppi como presidente del CEI

«Comunión y misión son las palabras que siento en mi corazón. Intentaré hacerlo lo mejor posible, permanezcamos unidos en la sinodalidad». Son las primeras palabras públicas del nuevo presidente que, en la rueda de prensa de ayer por la tarde, subrayó: «Esta confianza del Papa que preside en la caridad con su primado, y de la colegialidad de los obispos, junto con la sinodalidad, es la Iglesia. Y estas tres dinámicas son las que me acompañarán y por las que siento tanta responsabilidad».

Una Iglesia que para el cardenal debe estar en movimiento. «La misión es la misma de siempre: la Iglesia que habla a todos y se dirige a todos», explica. «La Iglesia que está en la calle y camina, la Iglesia que habla un solo idioma, el del amor, en la babel de este mundo».

Zuppi menciona el momento que vivimos, marcado por las «pandemias». El de la Covid, primero, «con la conciencia y la disidencia que ha revelado y provocado», y ahora la «pandemia de la guerra» en Ucrania, sin olvidar «todas las demás piezas de las otras guerras».

El pensamiento se dirige entonces a sus predecesores al frente de la Conferencia Episcopal Italiana: Antonio Poma, Ugo Poletti, Camillo Ruini y Angelo Bagnasco, y finalmente a Gualtiero Bassetti «que en estos años con tanta paternidad y amistad ha conducido a la Iglesia italiana, creando tanta fraternidad que he disfrutado como obispo».

El último pensamiento es para la Virgen de San Lucas, que se celebra en Bolonia el 24 de mayo, día de su elección: «Pongo todo en sus manos y le pido que me acompañe y nos acompañe en este camino de la Iglesia italiana».

El cardenal Zuppi, de origen romano, procede de la comunidad de Sant’Egidio: en 1973, siendo alumno del liceo clásico Virgilio, conoció al fundador Andrea Riccardi. A partir de ese momento, se implicó en las diversas actividades de la comunidad, desde las escuelas populares para niños marginados de los barrios bajos de Roma, hasta las iniciativas para los ancianos solos y no autosuficientes, para los inmigrantes y los sin techo, los enfermos terminales y los nómadas, los discapacitados y los drogadictos, los presos y las víctimas de los conflictos.

Licenciado en Literatura y Filosofía por la Universidad de la Sapienza, se licenció en Teología por la Universidad Pontificia Lateranense. Durante diez años fue párroco de la basílica romana de Santa Maria in Trastevere y asistente eclesiástico general de la comunidad de Sant’Egidio: fue mediador en Mozambique en el proceso que condujo a la paz tras más de diecisiete años de sangrienta guerra civil.

En 2012, tras dos años como párroco en Torre Ángela, Benedicto XVI le nombró obispo auxiliar de Roma. Francisco lo eligió como arzobispo de Bolonia en octubre de 2015 y cuatro años después, el 5 de octubre de 2019, lo creó cardenal.

Toda injusticia produce un dolor colectivo

Una breve nota personal, por último. Tuve la suerte de escuchar a Zuppi en un encuentro promovido por la Asociación Iscom sobre el estado de la Iglesia en Italia en los primeros meses de la pandemia. 

Anoté algunos pasajes que, releídos hoy, parecen indicar el corazón de una biografía y el esbozo de un compromiso: «Es como si el virus nos hubiera unido en una «comunidad de destino», de mónadas aisladas pasamos a ser células interdependientes de un único organismo. No se trata sólo de un problema de higiene, sino también de una dimensión espiritual. El hombre, como decía Thomas Merton, no es una isla».

¿Cuál es la virtud más importante hoy en día? Humildad», fue la respuesta de Zuppi, «para buscar el futuro, porque esta pandemia que puso al mundo de rodillas fue una gran humillación para todos». La generación de nuestros padres tenía el Apocalipsis en la cabeza y en el corazón. Creo que esta humildad nos servirá para entender que sólo estamos bien si los demás están bien. Que toda injusticia produce un dolor colectivo».

El riesgo, pues, es que la injusticia aumente aún más. Hoy en día, las diferencias y desigualdades son cada vez mayores, y esto pesa sobre la vida y la seguridad de todos. «En el espíritu de la Evangelii Gaudium, necesitamos una Iglesia misionera, con las puertas abiertas y anunciando la alegría del Evangelio a todos».

El autorAntonino Piccione

Vaticano

Papa Francisco: ¡Los ancianos llenos de humor hacen mucho bien!

Desde el pasado mes de febrero el Papa Francisco dedica la catequesis de los miércoles a reflexionar sobre la vejez. En el día de hoy ha meditado un texto del libro del Eclesiastés convocando a los más mayores a asumir un papel protagonista en nuestra sociedad. 

Javier García Herrería·25 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

A nadie sorprende el crecimiento de la cultura del descarte con las generaciones más longevas. Por eso, es llamativo que el Papa confíe a los ancianos la tarea de ser luz y sabiduría para los demás. Uno podría pensar que los mensajes del Papa a los mayores serían de complacencia y victimismo. A pesar de que la sociedad no cuenta con ellos, Francisco les invita a salir del derrotismo y la zona de confort.

Comenzaba sus palabras señalando cómo “este breve libro impresiona y deja desconcertado por su famoso estribillo: «Todo es vanidad», todo es “niebla”, “humo”, “vacío”. Sorprende encontrar estas expresiones, que cuestionan el sentido de la existencia, dentro de la Sagrada Escritura. En realidad, la oscilación continua de Qohélet entre el sentido y el sinsentido es la representación irónica de un conocimiento de la vida que se desprende de la pasión por la justicia, de la que el juicio de Dios es garante”.

En un mundo en el que el paradigma del crecimiento económico parece gobernarlo todo, el Papa se pregunta: “¿Nuestros esfuerzos han cambiado el mundo? ¿Alguien quizá es capaz de hacer valer la diferencia entre lo justo y lo injusto? Es una especie de intuición negativa que puede presentarse en cada etapa de la vida, pero no hay duda de que la vejez hace casi inevitable el encuentro con el desencanto.

Y por tanto la resistencia de la vejez a los efectos desmoralizantes de este desencanto es decisiva: si los ancianos, que ya han visto de todo, conservan intacta su pasión por la justicia, entonces hay esperanza para el amor, y también para la fe. Y para el mundo contemporáneo se ha vuelto crucial el paso a través de esta crisis, crisis saludable, porque una cultura que presume de medir todo y manipular todo termina por producir también una desmoralización colectiva del sentido, del amor, del bien. Esta desmoralización quita el deseo de hacer”. 

El valor de la ancianidad

Como se ve, Francisco hace una lectura esperanzadora de la situación presente, a la que no le faltan problemas y sin sabores. Reconoce cómo pese a “todo nuestro progreso y bienestar, nos hemos convertido verdaderamente en una “sociedad del cansancio”. Teníamos que producir bienestar generalizado y toleramos un mercado sanitario científicamente selectivo. Teníamos que poner un límite infranqueable a la paz, y vemos sucesión de guerras cada vez más despiadadas contra personas indefensas. La ciencia progresa, naturalmente, y es un bien. Pero la sabiduría de la vida es otra cosa, y parece estancada. 

La verdadera sabiduría no parece que haya sido algo generalizado en ninguna época, pero ahora estamos en la de la desinformación. “No es casualidad que la nuestra sea la época de las fake news, de las supersticiones colectivas y las verdades pseudo-científicas. La vejez puede aprender de la sabiduría irónica de Qohélet el arte de sacar a la luz el engaño oculto en el delirio de una verdad de la mente desprovista de afectos por la justicia. ¡Los ancianos llenos de sabiduría y humor hacen mucho bien a los jóvenes! Los salvan de la tentación de un conocimiento del mundo triste y sin sabiduría. Y los devuelven a la promesa de Jesús: «Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados» (Mt 5, 6).