Evangelización

«Amistad y confidencias», un juego con mucho fondo

Amistad y confidenciases juego de mesa fue ideado por el padre Juan María Gallardo. El objetivo de este pasatiempo es conocerse más a uno mismo, a los demás y a Jesucristo.

Javier García Herrería·18 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

“Amistad y confidencias” es un juego de mesa que ayuda a cultivar la amistad. La Biblia enseña que las relaciones humanas son un tesoro, pero crecer en ellas requiere generosidad, tiempo y conocimiento mutuo. Este juego permite abrir el corazón y darse a conocer a los demás de una manera sencilla, al tiempo que ayuda a reflexionar sobre cómo es nuestra amistad con Dios y con los que nos rodean. En este sentido, puede ser una ayuda útil para la catequesis.

El creador es el sacerdote argentino Juan María Gallardo. Esta primera edición del juego está disponible solo en versión digital. Se puede imprimir gratuitamente accediendo al PDF. El proyecto para el futuro es que se pueda comprar en formato físico.

Inspirado en el juego de la Oca

Esta propuesta de entretenimiento es similar al conocido Juego de la Oca. La partida se desarrolla en un tablero con 150 casillas que abordan distintos episodios de la vida de Jesús -el amigo que nunca traiciona- y de María, con miniaturas o iluminaciones de Speculum humanae salvaciónis, un manuscrito Belga de mediados del siglo XV. La forma de avanzar es a través de cartas que formulan preguntas en las que uno se va dando a conocer. 

Familiarizarse con más de un centenar de escenas evangélicas sin duda constituye un buen comienzo para conocer la vida de Jesucristo.

Por supuesto, al igual que ocurre en el famoso juego de la oca, para ganar es necesaria una buena dosis de fortuna. Por eso, las instrucciones del juego recuerdan: «Te deseamos suerte. Como el discípulo que reemplazó a Judas; cuenta la escritura que eran dos los candidatos y echaron “suertes” y esta cayó sobre Matías.

Vaticano

Papa Francisco: «La vejez debe dar testimonio a los niños de que son una bendición»

El Santo Padre ha continuado sus audiencias de los miércoles sobre la vejez. Como en otras ocasiones, ha destacado la especial relación entre los ancianos y los niños.

Javier García Herrería·17 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La anécdota de la audiencia de este miércoles, 17 de agosto, ha sido el guardia suizo que se ha desplomado a pocos metros del Papa Francisco. Ha cumplido su deber hasta la extenuación. Curiosidades aparte, el Santo Padre ha continuado su catequesis sobre la vejez partiendo de la reflexión del sueño profético de Daniel. Esta visión recogida al principio del Apocalipsis hace referencia a Jesús resucitado, que se presenta como Mesías, Sacerdote y Rey, eterno, omnisciente e inmutable (1:12-15).

La tradición artística cristiana ha representado a Dios Padre como un bondadoso anciano de barba blanca. Sin sentimentalismos pueriles, el Santo Padre ha destacado la validez de la imagen: “El término bíblico más utilizado para indicar a un anciano es `zaqen´, que viene de `zaqan´, y significa `barba´. El cabello blanco como la nieve es un símbolo antiguo de un tiempo muy largo, de un tiempo inmemorial, de una existencia eterna. No hace falta desmitificar todo para los niños: la imagen de un Dios que lo vigila todo con el pelo blanco como la nieve no es un símbolo tonto, es una imagen bíblica, es noble e incluso tierna. La figura del Apocalipsis que está en medio de los candelabros de oro coincide con la del «Anciano de los días» de la profecía de Daniel. Es tan antiguo como toda la humanidad, incluso más. Es tan antiguo y nuevo como la eternidad de Dios”.

Los niños son una bendición

El pontífice ha destacado también el ejemplo bíblico de Simeón y Ana en la presentación de Jesús en el templo de Jerusalén. “La vejez -señalaba el Papa Francisco- en su camino hacia un mundo en el que el amor que Dios ha infundido en la Creación irradie por fin sin obstáculos, debe cumplir este gesto realizado por Simeón y Ana, antes de despedirse. La vejez debe dar testimonio a los niños de que son una bendición”. La fuerza de este signo indica la dignidad y el valor inalienable de la vida humana, por lo que el Santo Padre subrayaba que nuestro destino en la vida que no puede ser aniquilado, ni siquiera por la muerte.

La credibilidad de los ancianos es muy grande para los niños, por eso nace entre ellos una gran complicidad. “Los jóvenes y los adultos -continuaba diciendo el Papa- no son capaces de dar un testimonio tan auténtico, tierno y conmovedor como el de los ancianos. Es irresistible cuando un anciano bendice la vida cuando se le presenta, dejando de lado cualquier resentimiento por la vida cuando se va. El testimonio de los ancianos une las generaciones de la vida, lo mismo que las dimensiones del tiempo: pasado, presente y futuro. Es doloroso -y perjudicial- ver que las edades de la vida se conciben como mundos separados, en competencia entre sí, cada uno buscando vivir a costa del otro”.

La sabiduría de la vejez

A lo largo de los últimos meses el Papa Francisco ha subrayado el valor de la aportación de los ancianos a la familia y la sociedad actual. “La alianza entre los ancianos y los niños salvará a la familia humana”, destacaba el pontífice. Y acababa sus palabras preguntándose: “¿Podemos devolver a los niños, que necesitan aprender a nacer, el tierno testimonio de los ancianos que poseen la sabiduría de la muerte? ¿Podrá esta humanidad, que con todo su progreso parece un adolescente nacido ayer, recuperar la gracia de una vejez que se aferra al horizonte de nuestro destino? La muerte es ciertamente un pasaje difícil de la vida, pero también es uno que concluye el tiempo de la incertidumbre y tira el reloj. Porque la parte hermosa de la vida, que ya no tiene plazos, comienza precisamente entonces“.

Mundo

La mediación de la Iglesia en la crisis social de Panamá

El gobierno y los diferentes actores de la sociedad civil panameña han solicitado de la ayuda la Iglesia para buscar soluciones a los conflictos sociales derivados de la situación económica del país.

Giancarlos Candanedo·17 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Desde siempre la Iglesia católica en Panamá ha gozado de gran reconocimiento social, pues en todo momento, incluso en los años más difíciles de la dictadura militar (1968-1989), ha mantenido una posición conciliadora. A lo largo de la historia -también durante la democracia- ha sido garante, a solicitud tanto de los gobernantes de turno como de la sociedad civil, de fructuosos diálogos en búsqueda de la paz y el bien común.

Es lo que ocurre en estos momentos cuando producto de más de tres semanas de protestas a nivel nacional iniciados en julio pasado, que incluyeron huelgas de distintos gremios -mayormente obreros, magisteriales, médicos y enfermeras, campesinos e indígenas-, y bloqueos de las principales vías del país que causaron desabastecimiento en los supermercados, el Gobierno nacional que encabeza el presidente Laurentino Cortizo, solicitó a la Iglesia católica servir de ”mediadora” para que tanto los sectores que protestaban como el Gobierno pudieran llegar a acuerdos que llevaran a la apertura del libre tránsito en todo el país y al restablecimiento de la paz social. 

Las causas del descontento

Las protestas se centraban en temas como el alto costo de la vida, principalmente el precio del combustible que estaba por llegar a US$4.00/galón, el aumento de la cesta básica familiar, la corrupción, la falta de transparencia en las finanzas públicas, entre otros. Se trató de un estallido social nacional sin precedentes en la era democrática panameña. Los manifestantes tenían diversos líderes en las distintas regiones del país y esto dificultaba que el Gobierno lograra acuerdos al no tener un único interlocutor. De hecho, la propuesta del Gobierno de congelar el precio del combustible en US$3.95, fue aceptada por algunos sectores, mientras que otros la rechazaron. 

A solicitud del Gobierno nacional, la Iglesia católica en el país, en la figura del arzobispo metropolitano, José Domingo Ulloa Mendieta, aceptó ser ”facilitadora”, no mediadora, porque como explicó el arzobispo, “la Iglesia no puede ser mediadora”. ”Ser mediador es estar en el medio, y la Iglesia siempre estará del lado de los más necesitados”. A través de un comunicado fechado 16 de julio “la Iglesia católica aceptó ser facilitadora de un proceso que no solo ayudará a resolver la difícil situación coyuntural que se está viviendo sino, sobre todo, a iniciar un proceso de cambio estructural que realmente haga de Panamá un país más justo y equitativo”.

Condiciones de la mediación

Para ello, la Iglesia propuso unos principios que condicionaban su aceptación, a saber: 1) Diálogo en una mesa única; 2) Consensuar una agenda única con todos los actores; 3) Un proceso dividido en etapas, primero lo urgente y, posteriormente, un diálogo más profundo; 4) Que los actores de la primera etapa fueran los grupos que estaban expresando su malestar y descontento a través de acciones en las calles y vías del país y que, en la segunda etapa, los actores sean los representantes de todos los sectores de la sociedad; 5) Que la Iglesia comenzaría su labor cuando todos los actores la aceptaran oficialmente junto a las condiciones establecidas para realizar su papel.

Los actores aceptaron el papel de la Iglesia y se inició el proceso. Al ser consultado sobre el por qué la Iglesia aceptó ser facilitadora, Mons. Ulloa señaló: “Es que la fe es atrevida. No lo pensamos mucho, y si se mira con ojos humanos, fue atrevido. Cuando ya estábamos en la mesa del diálogo, rodeados de gente insatisfecha y molesta, por un lado, y el Gobierno por el otro, sin los recursos debidos para atender a los dos lados, entendimos que solo quedaba ponerse en manos de Dios para que todo saliera bien”.

Avances concretos

Y así avanza el proceso de diálogo. En la primera etapa se han obtenido resultados rápidos que llevaron a la reapertura del libre tránsito por parte de los manifestantes, así como al congelamiento del precio del combustible en US$3.25/galón y al control de precio de más de setenta productos de la cesta de la compra por parte del Gobierno nacional. 

Fueron ocho los temas consensuados a discutir en la mesa única: cesta de la compra, precio del combustible, rebaja y abastecimiento de medicamentos en el sistema de salud nacional, financiación de la educación, rebaja de la energía, discusión del tema de la Caja de Seguro Social, corrupción y transparencia, mesa intersectorial y de seguimiento. Sin embargo, aunque se van dando pasos importantes, existen puntos en los que no se ha llegado a acuerdos en este primera etapa.

A lo anterior debemos añadir que existe gran presión por parte de asociaciones y gremios empresariales que no formaron parte de los grupos que estaban expresando su descontento a través de acciones en las calles y vías del país, con la intención de ser incluidos desde ya en un diálogo que catalogan de excluyente y del cual manifiestan temores ante una posible imposición de un sistema económico que limite la libre empresa. El Gobierno ha solicitado que sean incluidos otros sectores, pero de momento el diálogo aún se encuentra en la primera etapa, siguiendo la hoja de ruta pactada inicialmente.

Otros mediadores

A la labor que inició el arzobispo metropolitano junto con un equipo de facilitadores entre los cuales se encuentran el rector de la Universidad Santa María la Antigua, la presidenta de la Comisión de Justicia y Paz, entre otros, se han sumado los Obispos de la Conferencia Episcopal Panameña.

Asimismo, como muestra de que se trata de un tema de unidad nacional y no solo de índole católica, Mons. Ulloa ha invitado a representantes de otras iglesias, quienes también han aportado su parte en este momento tan delicado. Cabe destacar la labor de laicos y voluntarios que se han puesto manos a la obra para apoyar un diálogo del que dependerá, en gran parte, la estabilidad y paz social de una nación pequeña y pujante, pero al mismo tiempo con grandes retos, uno de ellos, la desigualdad social. 

El autorGiancarlos Candanedo

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Evangelización

Las labores ecuménicas en Oriente Medio entre cristianos y árabes son ya una realidad

Pedro, junto a su equipo, lograron formar una comunidad de cristianos de lengua árabe pertenecientes a distintos ritos: bizantino, maronita, ortodoxo y latino. Actualmente se encuentra en Oriente Medio de misión dentro del plan de su formación sacerdotal.

Rome Reports·16 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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Actualidad

Franz Reinisch: “Contra mi conciencia —con la gracia de Dios— no puedo ni quiero actuar”

Hace 80 años fue ejecutado el padre austríaco de Schönstatt Franz Reinisch: fue el único sacerdote que se negó a prestar el juramento de fidelidad a Hitler.

José M. García Pelegrín·16 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

En abril de 1534, el ex Lord Canciller Tomás Moro y el obispo de Rochester John Fisher se negaron a firmar el “Acta de Supremacía” aprobada por el Parlamento inglés, que convertía al rey Enrique VIII en cabeza de la Iglesia inglesa. Moro y Fisher fueron ejecutados por dicha negativa. Juan Pablo II nombró a Tomás Moro patrón de gobernantes y políticos el 31 de octubre de 2000: “De la vida y del martirio de santo Tomás Moro brota un mensaje que a través de los siglos habla a los hombres de todos los tiempos de la inalienable dignidad de la conciencia”, decía el Motu Proprio para su proclamación.

Mártires de la conciencia los ha habido “a través de los siglos”, también en el régimen nacionalsocialista. Siguieron los dictados de su conciencia tanto por ejemplo los estudiantes de la Rosa Blanca como otras personas que se negaron a obedecer el sistema nazi, anticristiano e inhumano, y que pagaron con su vida esa resistencia.

Mártir de la conciencia

Una forma especial de negativa consistió en el rechazo del juramento de fidelidad a Hitler. Tras el fallecimiento del Presidente del Reich, Paul von Hindenburg, el 2 de agosto de 1934, cambió la fórmula de la jura. En lugar de servir “siempre fiel y cabalmente a mi pueblo y a mi Patria”, los reclutas debían jurar “que prestaré obediencia incondicional al Führer del Reich y Pueblo Alemán, Adolf Hitler”.

De los 18 millones de soldados de la Wehrmacht, solo unos pocos se negaron a prestar este juramento, en contraste con los desertores, que se estiman en unos 30.000. Para la deserción puede haber diferentes motivos; el juramento, en cambio, fue rechazado por razones de conciencia. Al margen de los Testigos de Jehová o “Estudiantes de la Biblia” —que no rechazaban específicamente el juramento de Hitler, sino el servicio militar en general—, según los últimos estudios dieron este paso trascendental unos 20 católicos y nueve protestantes.

Junto a Franz Jägerstätter y Josef Mayr-Nusser, beatificados en 2007 y 2017, respectivamente, el más conocido de ellos es Franz Reinisch, cuyo proceso de beatificación ya ha pasado la fase diocesana. Padre palotino y de Schönstatt, fue condenado a muerte por “socavar la fuerza de defensa” (Wehrkraftzersetzung) en julio de 1942 y ejecutado el 21 de agosto del mismo año, hace ahora 80 años.

Ya en 1939 y en la casa de ejercicios espirituales de Schönstatt, Reinisch había dicho: “No se puede prestar el juramento, la jura a la bandera nacionalsocialista, al Führer. Eso es pecado, pues sería como prestar juramento a un criminal… Nuestra conciencia nos prohíbe seguir a una autoridad que solo trae al mundo crímenes y asesinatos por mor de la conquista. ¡A ese criminal no se le puede prestar juramento!”. Mantuvo su convicción hasta el final.

Vocación

Franz Reinisch había nacido el 1 de febrero de 1903 en Feldkirch-Levis (Vorarlberg). Su padre era jurista, por lo que él también comenzó a estudiar derecho en la Universidad de Innsbruck. Tras un retiro de 30 días en Wyhlen, cerca de Basilea, y en vista de la miseria moral que encontró mientras estudiaba Medicina legal en Kiel en 1923, se despertó en él el deseo de “ganar almas para Cristo”. Decide hacerse sacerdote. Tras tres años en el seminario de Brixen, Reinisch es ordenado sacerdote el 29 de junio de 1928.

Pronto entra en contacto con los padres palotinos de Salzburgo. En noviembre ingresa en el noviciado palotino de Untermerzbach, cerca de Bamberg. A través de los palotinos, Franz Reinisch conoció Schönstatt en agosto de 1934 (hasta 1964 el Movimiento de Schönstatt permaneció estrechamente ligado a los palotinos en cuanto a su organización). Finalmente había encontrado su vocación.

Fue precisamente en esta época cuando comienza su enfrentamiento con el nacionalsocialismo. Le indignaba que, en relación con el llamado “Röhm-Putsch” (“noche de los cuchillos largos”) a finales de junio de 1934, el régimen mandara asesinar a personas sin que mediara una sentencia judicial, pero también que Hitler incorporara Austria al Reich alemán violando el derecho internacional. Al igual que Dietrich Bonhoeffer, Reinisch reconoce la alternativa: “O nazi o cristiano”, no es posible ser ambas cosas.

Camino del martirio

Con el comienzo de la guerra se agudizó la persecución a la Iglesia. A Franz Reinisch se le prohibió predicar en septiembre de 1940, lo cual sellaría su destino: al no poder ocupar un puesto parroquial, podía ser llamado a filas. El 1 de marzo de 1941, el P. Reinisch recibió la orden de prepararse para el reclutamiento; la orden de acudir a filas en sí le fue enviada el martes de Pascua de 1942.

Franz Reinisch llega al cuartel de Bad Kissingen el 15 de abril de 1942, deliberadamente un día después de lo ordenado. Inmediatamente declara su negativa a prestar el juramento de fidelidad a Hitler, por lo que es llevado a la prisión de Berlín-Tegel. El juicio ante el Tribunal Militar del Reich tuvo lugar el 7 de julio; pero la sentencia de muerte ya estaba dictada con anterioridad. Fue trasladado a la prisión de Brandenburg-Görden para su ejecución.

En su alegato final, en el juicio, declara: “El condenado no es un revolucionario, un enemigo del Estado y del pueblo, que lucha con la violencia; es un sacerdote católico que utiliza las armas del espíritu y de la fe. Y sabe por lo que está luchando”. Franz Reinisch entiende su muerte como signo de expiación. Su vida terrenal termina el viernes 21 de agosto de 1942, a las 5.03 horas.

Unos padres fuertes

Franz Reinisch es el único sacerdote católico que se negó a prestar el juramento a Hitler, de lo cual era consciente: “Sé que muchos sacerdotes piensan de otra manera que yo; pero por mucho que examine mi conciencia, no puedo llegar a ninguna otra conclusión. Y contra mi conciencia —con la gracia de Dios— no puedo ni quiero actuar”. Sus padres le reafirman en su decisión; en una carta le dice su padre: “El sufrimiento es breve y se pasa pronto. Al final del sufrimiento impuesto se encuentra la alegría eterna. Finis tuus gloriosus erit! El fin del sufrimiento y el comienzo de la eternidad serán magníficos”. Y su madre: “No tengo nada más que añadir que decir que rezaré y me sacrificaré más aún; sé fuerte, Franzl; el cielo es nuestra recompensa”.

El proceso de beatificación de Franz Reinisch se clausuró, en la fase diocesana, en junio de 2019. Los expedientes y documentos se remitieron a Roma, a la Congregación para las Causas de los Santos. Como mártir (de conciencia), no es necesario ningún milagro para la beatificación. A esto alude Manfred Scheuer, obispo de Linz y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Austriaca, en el documental de una hora “Pater Franz Reinisch – Der Film” (Angela Marlier, 2016): el martirio de Franz Reinisch está “en la línea de los mártires de la Iglesia primitiva que dijeron no al emperador” y que deletrearon el credo diciendo: “Renuncio al mal”.

Documental de Angela Marlier
Evangelización

Orígenes de la celebración litúrgica de la Asunción

El teólogo Antonio Ducay resume en este artículo cómo nació la fiesta de la dormición de María. El autor es un experto que recientemente ha publicado un libro sobre esta cuestión, “La asunción de María: Historia, teología, éschaton“.

Antonio Ducay·15 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La veneración de la Virgen María existe desde los primeros tiempos del cristianismo. Ya en los Evangelios, la figura de María, aunque tratada con sobriedad, tiene una gran importancia. En el siglo II, Padres de la Iglesia, como Justino e Ireneo, la consideran la “nueva Eva” que colabora en la redención del mundo, y los escritos apócrifos de esa época ensalzan su pureza virginal y la presentan con una dignidad casi angelical. 

Las primeras celebraciones marianas

En el siglo III, la oración “Sub tuum praesidium” habla del poder de intercesión que los cristianos atribuían a la Virgen. También conocemos una serie de himnos marianos que se cantaban hacia finales del siglo IV, incluso antes de que el Concilio de Éfeso proclamara solemnemente en el año 431 que María es la Madre de Dios (“Theotókos”).

La Jerusalén de mediados del siglo V sólo conocía una conmemoración litúrgica de María. Esta conmemoración tenía lugar en una iglesia situada a mitad de camino entre Jerusalén y Belén. Lo sabemos porque se ha conservado en lengua armenia el calendario litúrgico con las fiestas y conmemoraciones que se celebraban en la Ciudad Santa en aquella época. Este calendario también incluye las lecturas de cada celebración. Una de sus entradas indicaba lo siguiente: «15 de agosto: María Theotokos: en la segunda milla desde Belén». No se trataba de la fiesta de la Asunción que celebramos hoy, ni de la fiesta de la Dormición de María, que precedió a la Asunción a partir del siglo VI. Ese día se conmemoraba el reposo de la Madre de Dios (“Theotókos”).

La dormición

¿De qué reposo se trataba? En aquella época, existía la leyenda de que María, ya embarazada, se había parado a descansar durante el viaje a Belén. Un escrito apócrifo muy antiguo, el “Protoevangelio de Santiago”, cuenta que, a mitad de camino entre Jerusalén y Belén, María, ya cercana a dar a luz, se sintió cansada y se bajó del asno para reposar un rato: se acercaba el momento del nacimiento virginal. En recuerdo de este episodio legendario, una piadosa mujer cristiana, Hikelia, construyó en ese lugar hacia mediados del siglo V una iglesia que, naturalmente, se llamó Iglesia del Reposo o “Kathisma” (“sede” o “asiento” en griego antiguo). Esta iglesia, cuya planta aún se conserva, tiene como centro la roca sobre la que se dice que María se sentó a descansar. A ella se refería el calendario armenio. 

Este calendario nos dice, por tanto, que en la iglesia de la “Kathisma” había una memoria mariana de María Madre de Dios. Las lecturas de ese día contenían la conocida profecía de Isaías sobre la Virgen que concibe y da a luz al Emmanuel (“Dios con nosotros”) y el texto en el que San Pablo dice a los gálatas que “cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer”. Se trataba, por tanto, de un recuerdo en el que todo estaba vinculado al nacimiento de Jesús y al parto virginal de María. 

La fiesta de la Asunción de la Virgen

Pero entonces, ¿cómo llegamos a celebrar el 15 de agosto una fiesta que no conmemora el nacimiento de Jesús de una madre virgen, sino su Asunción al cielo? Un calendario posterior (probablemente de finales del siglo V o del siglo VI), similar al armenio pero conservado en lengua georgiana, informa de una práctica diferente. En él, la conmemoración mariana que se celebra en la Iglesia del Reposo sigue presente, pero ya no es el 15 de agosto: se ha adelantado al 13 de ese mismo mes. El 15 de agosto, en cambio, este calendario indica una nueva conmemoración mariana, que esta vez se celebra en la iglesia de Getsemaní, cerca del huerto donde Jesús había rezado antes de su pasión. 

Algunos apócrifos ubicaban ahí el lugar donde el cuerpo de María había sido depositado tras su muerte, antes de que el Señor lo trasladara al cielo. Según estos escritos, esta iglesia contenía, vacío, el sepulcro de María. Las lecturas y los himnos de este calendario georgiano muestran que se trata ya de una conmemoración de la Dormición y del traslado de la Virgen al cielo. 

Una fiesta universal

Dios no había permitido que el cuerpo de su Madre permaneciera en la tumba. En la iglesia de Getsemaní, a finales del siglo V, los cristianos celebraban esta hermosa gracia. En el siglo siguiente, la amplia difusión de estos escritos apócrifos sobre la Dormición y la Glorificación de María favoreció la divulgación de esta conmemoración mariana de Getsemaní. Así empezó a celebrarse también en otros lugares, hasta el punto de que, a finales del siglo VI, el emperador Mauricio decretó que se celebrara como fiesta en todo el imperio. 

Roma la estableció medio siglo después (siglo VII), llamándola Fiesta de la Asunción de María al Cielo. La fiesta mariana del 15 de agosto pronto habría de convertirse en la más solemne y popular de las fiestas marianas de Roma.  

El autorAntonio Ducay

María del pueblo

María, la que es más que los apóstoles, se sienta a escuchar como una discípula, y nos ayuda a dejar a un lado nuestras divisiones y a sentirnos, como ella, miembros de la Iglesia.

15 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La solemnidad de la Asunción de la Virgen María, a mitad del mes de agosto, llena nuestros pueblos y ciudades de festejos. España entera se paraliza para celebrar, literalmente, la más popular de nuestras fiestas. Popular no solo por su gran propagación, sino porque su origen hay que buscarlo precisamente, en el pueblo, en el deseo de la gente sencilla de proclamar que María fue asunta al cielo en cuerpo y alma.

Este dogma, que data de 1950, es, de hecho, una consecuencia natural del dogma mariano inmediatamente anterior (1854), el también definido por aclamación popular de la Inmaculada Concepción de María.

Lo explica el papa Pío XII en la constitución apostólica “Munificentissimus Deus”, recordando que, «cuando fue solemnemente definido que la Virgen Madre de Dios, María, estaba inmune de la mancha hereditaria de su concepción (Inmaculada), los fieles se llenaron de una más viva esperanza de que cuanto antes fuera definido por el supremo magisterio de la Iglesia el dogma de la Asunción corporal al cielo de María Virgen».

El texto continúa diciendo que «en esta piadosa competición, los fieles estuvieron admirablemente unidos con sus pastores, los cuales, en número verdaderamente impresionante, dirigieron peticiones semejantes a esta cátedra de San Pedro».

Y es que la sinodalidad, neologismo puesto de moda con motivo del proceso convocado por Francisco para el periodo 2021-2023, y que designa el camino que recorremos juntos, fieles y pastores, como Pueblo de Dios bajo la guía del Espíritu Santo, no es algo nuevo en la Iglesia, sino que pertenece a su más íntima esencia desde sus inicios, «es dimensión constitutiva», señala el Papa.

La propia María, la mismísima madre de Dios, vivió también la sinodalidad. En el libro de los Hechos, crónica del nacimiento de las primeras comunidades cristianas, la vemos  atenta a la predicación de los apóstoles, junto con el resto de discípulos y discípulas de Jesús, perseverando “unánimes en la oración”. La muchacha de Nazaret elegida por Dios para ser su criatura más perfecta camina como una más con el resto del pueblo santo en el seguimiento de su Hijo.

También a lo largo de la historia han sido muchas las ocasiones en las que este caminar juntos de los fieles y sus pastores, ha salvaguardado el depósito de la fe y la vida de la Iglesia.

Hoy son muchas las voces, sobre todo fuera de la comunidad cristiana, aunque tristemente también dentro, que tratan de romper este espíritu, pretendiendo vender una imagen de división en el seno de la familia eclesial.

Promueven una visión de Iglesia en la que la jerarquía va por un lado mientras que el común de los creyentes va por otro. O ponen el foco en las decisiones o declaraciones más polémicas del Papa con el único objetivo de presentar una Iglesia en descomunión, y por tanto más débil. Pero es una imagen falsa.

Claro que hay disparidad de opiniones y criterios entre fieles y obispos, entre obispos entre sí, entre fieles y obispos y el papa, y por supuesto en el seno de cada comunidad cristiana.

Habrá decisiones de la jerarquía que se acepten mejor y peor, y habrá pastores que escuchen más y que escuchen menos a sus fieles, pero hay un misterio, un pegamento, el Espíritu Santo, que permite unir lo que en apariencia pueda parecer desunido, como los huesos secos y desperdigados que se juntaron y cobraron vida delante del profeta Ezequiel.

Frente a los expertos en intrigas vaticanas, frente a quienes se creen dueños de la verdad absoluta y pretenden imponerla a los demás, frente a los que malmeten para sacar rédito, el Pueblo Santo de Dios continúa caminando unido, consciente de sus limitaciones y fracasos, buscando la verdad de nuestra fe todos juntos, participando, aportando, “perseverando unánimes en la oración” y siempre bajo la guía de los pastores a quienes el Señor confió su rebaño, no para beneficiarse, sino para que dieran su vida por él.

María, mujer de pueblo, mujer del pueblo, siempre atenta al Espíritu, la que es más que los apóstoles, pero se sienta a escuchar como una discípula, nos puede ayudar en esta su fiesta a dejar a un lado nuestras divisiones y a sentirnos, como ella, miembros de la Iglesia.

Ella nos precede en el cielo, y nos invita a acompañarla. Lo lograremos en la medida en que sigamos sintiéndonos parte de su pueblo, del único y Santo Pueblo de Dios.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Vaticano

Papa Francisco: «El Evangelio nos desafía a salir del individualismo»

En su comentario al Evangelio del día, el Santo Padre ha invitado a los fieles a advertir las exigencias de las propuestas de Jesucristo.

Javier García Herrería·14 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Evangelio del domingo trae las palabras de Jesús en las que explica a sus discípulos que ha “venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!” (Lc 12,49). El Santo Padre se preguntaba: «¿De qué fuego está hablando? ¿Y qué significan estas palabras hoy para nosotros? Como sabemos -continuaba diciendo el Papa- Jesús vino a traer el Evangelio al mundo, es decir, la buena noticia del amor de Dios por cada uno de nosotros. Por eso, nos está diciendo que el Evangelio es como un fuego, porque es un mensaje que, cuando irrumpe en la historia, quema los viejos equilibrios de la vida, nos desafía a salir del individualismo, a superar el egoísmo, a pasar de la esclavitud del pecado y de la muerte a la vida nueva del Resucitado. En otras palabras, el Evangelio no deja las cosas como están, sino que incita al cambio e invita a la conversión«.

El fuego del Espíritu Santo

El Papa Francisco ha subrayado que el Evangelio no trae una falsa paz, sino que es «exactamente como el fuego: mientras nos calienta con el amor de Dios, quiere quemar nuestros egoísmos, iluminar los lados oscuros de la vida, consumir los falsos ídolos que nos hacen esclavos (…) Jesús está inflamado por el fuego del amor de Dios y, para hacerlo arder en el mundo, se entrega él mismo el primero de todos, amando hasta el extremo, incluso hasta la muerte y la muerte de cruz (cf. Flp 2,8). Él está lleno del Espíritu Santo, que se asemeja al fuego, y con su luz y su poder revela el rostro misericordioso de Dios y da esperanza a los que se consideran perdidos, derriba las barreras de la marginación, cura las heridas del cuerpo y del alma, renueva una religiosidad reducida a prácticas externas.

El Papa Francisco ha invitado a los fieles a acrecentar la fe «para que no se convierta en una realidad secundaria, o en un medio de bienestar individual, que nos lleve eludir los desafíos de la vida y del compromiso en la Iglesia y en la sociedad». Finalmente el pontífice ha sugerido unas preguntas para meditar: «¿Soy un apasionado por el Evangelio? ¿Lo leo a menudo? ¿Lo llevo conmigo? La fe que profeso y celebro, ¿me sitúa en una tranquilidad feliz o enciende en mí el fuego del testimonio? También podemos preguntarnos como Iglesia: en nuestras comunidades, ¿arde el fuego del Espíritu, la pasión por la oración y la caridad, la alegría de la fe, o nos dejamos arrastrar por el cansancio y las costumbres, con el rostro apagado y el lamento en los labios?»

Mundo

Dennis Petri: «Muchos cristianos se autocensuran inconscientemente»

La libertad religiosa parece estar cada vez más amenazada en muchas partes del mundo. Para analizarlo hablamos con Dennis P. Petri, uno de los investigadores que más ha estudiado el asunto y dirige un instituto centrado en esta temática.

Javier García Herrería·14 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 8 minutos

Omnes entrevista a Dennis P. Petri, director del Instituto Internacional para la Libertad Religiosa, un centro de investigación encargado de estudiar a fondo en todo el mundo este derecho humano fundamental. La institución cuenta con más de 15 años de experiencia y ha desarrollado una gran cantidad de estudios académicos.

¿Qué proyectos tienen entre manos desde el instituto? 

Entre otras cosas, editamos nuestra propia revista académica, el “International Journal for Religious Freedom”. También publicamos libros e informes de investigación, facilitamos capacitaciones, asesoramos a políticos que desean promover la libertad religiosa y académicos que buscan integrar el tema en sus currículos educativos y sus líneas de investigación.

Actualmente, uno de nuestros proyectos en expansión es la Base de Incidentes Violentos. Es un instrumento para recopilar, registrar y analizar incidentes violentos relacionados con violaciones a la libertad religiosa. Con estos datos buscamos influir en las políticas públicas de los diversos países que monitorizamos.

Por el momento, el staff del Observatorio de Libertad Religiosa en América Latina (OLIRE), un programa que fundé en el 2018, mantiene actualizada esta base de datos para América Latina. Más recientemente hemos dado el primer paso para convertirlo en un proyecto mundial, comenzando con la recolección de datos en Nigeria e India.

¿Cuál es su valoración general de la libertad religiosa en el mundo? ¿Estamos mejorando?

Hoy en día, hay una gran variedad de instrumentos de medición de la libertad religiosa. Todos, sin excepción, confirman que está en aumento la discriminación religiosa en el mundo. Es una tendencia global que afecta a todas las religiones y áreas geográficas, incluyendo el mundo occidental. Si bien hay mejoras en algunos países, en promedio, hay deterioros en muchos más lugares.

Queda por delante un largo camino para que la libertad religiosa sea plenamente garantizada en el mundo. Muchos países están comenzando a reconocer y comprender lo que realmente implica garantizar la libertad religiosa. Ya no se trata solo de promulgar este derecho en sus constituciones políticas, sino que hay que desarrollar políticas públicas que integren a la diversidad religiosa de sus países en igualdad de condiciones. 

En un mundo cada vez más globalizado y polarizado, la diversidad religiosa sigue siendo un desafío para la cultura y el gobierno de muchos países. Al mismo tiempo, representa una oportunidad para fortalecer la democracia o un riesgo para la misma si esta dimensión del hombre es reducida sólo al ámbito privado y relegada de su rol social.  

¿Qué países le preocupan especialmente en este momento?

Un país del mundo que me preocupa especialmente es Nigeria. Es un país extremadamente complejo. La situación de la libertad religiosa es muy difícil de interpretar porque hay muchos factores y actores involucrados. Hay cierto desacuerdo sobre si el conflicto consiste en una disputa entre agricultores y pastores por recursos naturales, o si hay algo más que eso. Creo que el debate no es si es una cosa o la otra, sino ambas.

En cualquier conflicto siempre hay múltiples factores implicados, por lo que podemos debatir durante años si se trata de un conflicto religioso o no, pero creo que ese no es el debate adecuado. A mi juicio, deberíamos reconocer que, además de un conflicto religioso, también es político, cultural, económico, étnico y de recursos. Tanto si es religioso como si no, los grupos religiosos están sufriendo y eso es lo que debemos destacar.

¿Qué puede decirnos de la libertad religiosa en América latina, especialmente en Nicaragua?

En América Latina, los países sobre los cuales OLIRE tiene especial atención son México, Cuba y Nicaragua. México por lo que hemos estado observando durante los últimos años, por la especial vulnerabilidad que viven los referentes de comunidades religiosas que desarrollan su trabajo pastoral o comunitario en zonas afectadas por el narcotráfico y la trata de personas. Son claros ejemplos de cómo el crimen organizado ha condicionado la libertad religiosa de muchas personas en el mundo. Y, desgraciadamente, ha saltado a la vista a nivel global tras el asesinato de los sacerdotes y pastores en zonas fronterizas con Estados Unidos.

Sobre Nicaragua, la situación ha escalado de forma preocupante durante los últimos seis meses. El rol que desempeñan diversos referentes de la Iglesia católica como defensores de los derechos humanos, los ha expuesto de forma particular a las arbitrariedades del régimen de Daniel Ortega. Las acciones del gobierno han incrementado no solo en su nivel de censura a la libre expresión religiosa o de opinión de sacerdotes y feligreses, sino que han llegado a manifestar un nivel de violencia seriamente preocupante. Desde las diversas detenciones, enjuiciamientos de sacerdotes, expulsión de religiosos y religiosas del país, hasta la violenta toma de diversas instalaciones, como una radio emisora católica clausurada por el gobierno, el asedio policial a sacerdotes críticos al gobierno, el acordonamiento que impide a los feligreses de participar de sus celebraciones, entre otras.

Estas acciones han amedrentado no solo a los obispos o sacerdotes, sino a la feligresía que comienza a percibir como un riesgo el participar de determinada comunidad parroquial, ante la constante vigilancia y acoso de la policía. 

¿Hay algún político en algún país que destaque por su defensa y lucha por la libertad religiosa? 

Tuve el privilegio de trabajar con un diputado holandés, el Dr. Pieter Omtzigt, y el activista para los derechos de las minorías religiosas Markus Tozman. En el 2012 organizamos una consulta pública sobre la situación del milenario monasterio Sirio Ortodoxo Mor Gabriël, que estaba siendo expropiado por el gobierno de Turquía. Hicimos un llamamiento para el Ministro de Relaciones Exteriores de los Países Bajos agendara el tema internacionalmente. Desafortunadamente la iniciativa no tuvo mayor trascendencia debido a la realidad geopolítica del mundo, aunque la Canciller de Alemania, Angela Merkel, siguió planteando el tema.

Son destacables también los políticos colombianos que promovieron la creación de la Política Pública Integral de Libertad Religiosa en el 2017. Se trata de una iniciativa única en el mundo, que generó un marco para la consulta de actores religiosos en la toma de decisiones sobre asuntos pertinentes. Ha tenido aplicaciones muy positivas en varios gobiernos locales, incluyendo el Municipio de Manizales y el Departamento del Meta.

Por supuesto que también se puede mencionar la ley de Libertad Religiosa Internacional que votó el Congreso de los Estados Unidos en el 1998. Tras esfuerzos de una coalición amplia de organizaciones religiosas y de derechos humanos, la libertad religiosa pasó a ser un eje permanente de la política exterior norteamericana.

¿Cree que los creyentes de Occidente son suficientemente conscientes de la persecución religiosa que existe en otros países? 

Considero que en occidente hay una percepción de que la persecución religiosa es algo que se vive en regiones lejanas como Medio Oriente, África, India o China. Sin embargo, occidente está enfrentando otras formas de limitación a la libertad religiosa, muchas de las cuales los creyentes de occidente apenas comienzan a reconocer. El laicismo, la intolerancia religiosa o los regímenes dictatoriales son algunos de los retos que afronta la libertad religiosa en nuestros países. Por ejemplo, en América Latina se cree que, porque el continente es mayoritariamente creyente, estas limitaciones a la expresión religiosa no deberían ocurrir.

Sin embargo, cada día las sociedades occidentales parecen ir entendiendo que este derecho no es algo por lo que se luche solo en territorios conflictivos. Ocurre en la gran mayoría de nuestros países sin que seamos conscientes del nivel de autocensura al que estamos sometidos por diversos agentes externos, como lo son los grupos ideológicos o la errada comprensión del estado laico, entre otros. 

¿En qué consiste la autocensura de la que hablan sus informes?

Para comprender mejor a qué nos referimos con autocensura, debemos primero conocer de que se trata el “chilling Effect”. Este término fue desarrollado por primera vez por la Corte Suprema de los Estados Unidos. Este fenómeno se da cuando un individuo que goza de libertad de expresarse libremente, decide autocensurarse para evitar las consecuencias negativas que podría expresar su opinión en un determinado caso. 

El “chilling Effect”, “efecto paralizador” o “efecto intimidatorio” es un término que, en relación con la libertad de expresión y la libertad religiosa, puede ser utilizado para hacer referencia al efecto disuasorio que surge cuando las personas temen las consecuencias de manifestar sus convicciones religiosas o incluso comportarse según sus propias convicciones, lo que finalmente puede llevarlas a la autocensura. De manera que, “chilling effect“ y autocensura son dos aspectos de un mismo fenómeno. 

Hemos observado que este fenómeno puede ocurrir como consecuencia de la implementación de leyes y/o políticas que de manera indirecta reducen la libertad de expresión religiosa. O también cuando un individuo percibe un entorno hostil, o sospecha que manifestar sus creencias tendrá consecuencias negativas.

En junio publicamos un informe sobre la autocensura en cristianos titulado “Perceptions on Self-Censorship: Confirming and Understanding the “Chilling Effect”. Tras realizar entrevistas a cristianos de Alemania, Francia, Colombia y México, recabamos datos muy interesantes sobre los factores que influyen en dicho fenómeno. Entre los hallazgos podemos mencionar que muchos cristianos frecuentemente se ven en la necesidad de ser “prudentes”, de “autorecularse” o de usar un “lenguaje democrático” para expresar sus ideas. Mostrar con transparencia unos valores fundados en la fe implica un costo social muy alto: ser objeto de censura, descalificación o incluso de discriminación en el ámbito social o incluso laboral.

Y además, esta conducta muchas veces no es reconocida como autocensura por los propios individuos. En definitiva, hemos observado que muchos cristianos se autocensuran inconscientemente.

Tras el 11-S, se ha extendido la idea de que la religión genera violencia y, por tanto, debemos hacer todo lo posible por suprimirla. ¿Cómo respondería usted a este argumento?

Los desafortunados hechos ocurridos el 11-S marcaron un antes y un después en la materia. Durante buena parte del siglo XX, en las ciencias sociales predominaba la llamada “teoría de la secularización”, que planteaba que el mundo se estaba secularizando. La religión nunca desaparecería por completo, pero el proceso de secularización sería inevitable. Los lamentables hechos ocurridos en el 11-S fueron una llamada de atención para la comunidad científica internacional, porque dejaron muy claro que la religión seguía siendo un factor relevante a tomar en consideración.

Que la comunidad científica se interese más por el hecho religioso es significativo. El problema es que el 11-S también hizo que se asociara la religión con el terrorismo y la violencia, lo cual es muy preocupante, pues se oscurece el papel positivo que los actores religiosos han tenido, y siguen teniendo, en la promoción del desarrollo a muchos niveles. 

Es importante recordar que los radicalismos de cualquier tipo, ya sean religiosos, ideológicos o políticos son sumamente arriesgados y volátiles. Los atentados del 11-S fueron llevados a cabo por personas en concreto, con una interpretación de su fe radicalizada, que en definitiva no representaban la totalidad de los musulmanes del mundo o del medio oriente. Desgraciadamente el sufrimiento y desconcierto de millones de personas en el mundo ha hecho perder de vista los valores, principios y aportes pacíficos que han traído la mayor parte de las religiones presentes en nuestra civilización.

¿Podemos olvidarnos de la dimensión religiosa?

La dimensión religiosa, espiritual o trascendental del hombre es esencial a su condición humana, por lo cual siempre ha estado y probablemente estará presente en las nuevas generaciones. Las comunidades religiosas han demostrado a lo largo de la historia su relevante rol como agentes de cohesión social, como mediadores de conflictos, proveedores de ayuda humanitaria, así como colaboradores en la construcción de la paz y la justicia. 

Quitar mérito a las diversas comunidades religiosas en el ámbito del servicio humanitario, la defensa de los derechos humanos y la promoción de la dignidad humana, sería dejar de lado a un actor estratégico clave para la construcción de la paz. Esto sería una gran pérdida. En lugar de sumar colaboradores de paz, reducimos el análisis a que todas las religiones llevan a la violencia, cuando la historia y los hechos nos han demostrado que este posicionamiento ante la religión es errado.

Muchas religiones no aceptan la visión de género que promueve la ONU. ¿Cómo cree que evolucionará esta diversidad de opiniones y se verá amenazada la libertad religiosa por esta cuestión?

Es difícil predecir cómo avanzará el debate al respecto, pero considero que, para proteger la libertad religiosa en estos ámbitos internacionales, los defensores y referentes religiosos deben abogar por el respeto a la diversidad de religiones y expresiones religiosas. Es en esta diversidad, todos juntos, que podrían exigir a las agencias internacionales coherencia con su discurso de inclusión y diversidad.

La diversidad de opiniones sobre el género será una amenaza en la medida que renunciemos a exigir el respeto del valor de la diversidad cultural expresada en la religiosidad. Podría sonar ingenuo, pero es importante que los defensores y líderes religiosos no renuncien a usar el sistema de defensa de los derechos humanos para hacer valer su voz como una más que debe ser respetada. 

El argumento muchas veces usado en estas instancias es que las religiones mayoritarias imponen su visión hegemónica con respecto al género. Sin embargo, sería provechoso que las religiones mayoritarias fueran comprendidas como parte de una diversidad cultural que debe ser respetada al igual que otras más “modernas”, por así decirlo. Es en la breve renuncia de la individualidad, que las comunidades religiosas podrían consolidar una unidad de las diversas religiones con una idea sobre el género similar, para así contrarrestar la amenaza de imposiciones arbitrarias sobre la materia.  

¿Existen universidades u otras instituciones académicas donde se estudien a fondo los datos sobre la persecución religiosa? ¿Es alguna de estas universidades realmente relevante?

Efectivamente, en los últimos años han surgido muchos programas de investigación universitarios que se interesan por la libertad religiosa. El mejor ejemplo es el proyecto de Religión y Estado dirigido por el Dr. Jonathan Fox en la University de Bar-Ilan, en Israel. Ese proyecto es la base de datos más completa que permite analizar la discriminación religiosa en el mundo. Con cerca de 150 indicadores, es actualmente el “estándar de oro” para los datos sobre libertad religiosa en el mundo académico. Se ha utilizado en más de 200 publicaciones, incluidos libros, artículos académicos, tesis doctorales y de grado.

Evangelización

Peytrequin: «Debemos mostrar una misión con rostro y no una mera actividad»

Jafet Peytrequin es el responsable de buscar recursos para promover la labor misionera de la Iglesia desde el continente americano.

Federico Piana·13 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Entrevistamos al padre Jafet Peytrequin, actual director nacional de las Obras Misionales Pontificias de Costa Rica. Ha sido también nombrado recientemente coordinador de las Obras Misionales Pontificias para todo el continente americano. En su corazón tiene un gran deseo, que no quiere mantener oculto: “Desde el punto de vista de la misión de la Iglesia, me gustaría que América fuera un continente cada vez más saliente. Esto se ha hecho necesario”.

El sacerdote explica que uno de sus próximos compromisos será “promover, con renovado vigor, la misiónAd gentes”, involucrando específicamente a las Iglesias particulares y apoyando a los obispos en su tarea de responsabilidad misionera”.

En su opinión, ¿cuál es el futuro de la misión en los países del continente americano? 

Lo esencial es recordar que la Iglesia peregrina es misionera por naturaleza. En esencia, la misión no es algo que la Iglesia hace, sino que la misión es lo que la Iglesia hace. Por lo tanto, una Iglesia misionera es una Iglesia viva, que respira. Dar un nuevo impulso a la misión en nuestro continente significa provocar, en palabras de San Juan Pablo II, “una nueva primavera para la Iglesia”.  Es un momento privilegiado para plantearnos algunas preguntas importantes: ¿cuáles son los retos que el entorno socio-religioso plantea a la misión hoy? ¿Cómo estamos llamados a la misión en estos tiempos? ¿Cómo pueden las Iglesias particulares promover más arduamente la misión Ad gentes”?

¿Qué medidas podrían adoptarse para reforzar esta misión?

En primer lugar, hay que reforzar un lenguaje común para lograr conceptos compartidos. Además, debemos aprovechar e integrar el trabajo realizado por los centros misioneros del continente y compartir toda su riqueza. Es importante que la Obra Misional Pontificia se integre en la pastoral ordinaria de nuestros países y forme parte de sus planes pastorales. Creo que es fundamental insistir en la responsabilidad universal que todos tenemos en la misión y promover la cooperación misionera a partir de una animación alegre. También es importante hacer visible la misión en la persona de los misioneros: debemos mostrar una “misión con rostro” y no una mera actividad. El próximo Congreso Misionero Americano, que se celebrará en 2024 en Puerto Rico, podría ayudarnos en este sentido.

¿Cómo se está preparando este evento y cuáles serán los objetivos?

La dinámica y la preparación de este congreso han sido particulares. Hemos tratado de volver a la esencia sinodal de la Iglesia, nacida precisamente del impulso misionero. Para ello, la organización local que dirige el congreso ha contado con el apoyo continental y mundial. El objetivo de este gran evento será precisamente promover la misión Ad gentes”, caminando juntos a la escucha del Espíritu Santo, y siendo testigos de la fe en Jesucristo, en la realidad de nuestros pueblos y hasta los confines de la tierra.

¿Qué valor han tenido los Congresos Misioneros Americanos para todo el continente?

En las Américas han sido consecuencia de grandes esfuerzos comunes que han pasado por diferentes instancias incluyendo la coordinación continental. Estos congresos han sido un recurso indispensable para contribuir a la reflexión y al trabajo local, pero también para ofrecer aportaciones a nivel global, tanto en términos de animación como de cooperación misionera.

Foto: Jafet Peytrequin en un encuentro con el Cardenal Tagle

 ¿Cuál es el papel del coordinador continental de las Obras Misionales Pontificias que ha asumido recientemente?

Creo que es un servicio “puente” entre las diferentes direcciones nacionales de las Obras Misionales Pontificias y útil para reunir a todos los directores nacionales para compartir esfuerzos, expectativas, sueños; para apoyarse mutuamente y también para reflexionar sobre puntos de interés común y proponer iniciativas conjuntas.

Se trata de generar espacios de comunión que a su vez promuevan la misión. La comunión es en sí misma misionera y la misión es para la comunión, como dice el número 32 de la exhortación postsinodal “Christifideles laici“ de San Juan Pablo II. El coordinador continental es también un facilitador del encuentro entre las direcciones nacionales y las respectivas autoridades mundiales, así como entre las direcciones de otros continentes. 

¿Qué han conseguido los anteriores coordinadores hasta ahora?

En las Américas, los coordinadores anteriores, con su trabajo delicado y responsable, han logrado conectar a los diferentes liderazgos nacionales del continente de manera eficaz y eficiente. 

¿Cuál es la relación actual entre las Obras Misionales Pontificias de cada país del continente americano?

Hoy contamos con fluidas redes de comunicación y cooperación continental que nos ayudan a aprovechar mejor los recursos y nos enriquecen con las aportaciones de cada uno. La integración de todo el continente ha aportado mucha riqueza y, al mismo tiempo, nos ha hecho sentirnos comprometidos con los retos específicos de cada país del continente.

El autorFederico Piana

 Periodista. Trabaja en Radio Vaticana y colabora con L'Osservatore Romano.

Evangelización

Edinson Farfán: «El laico no es de segunda categoría, todos somos parte del Pueblo de Dios»

La Iglesia se encuentra en camino hacia un Sínodo de obispos que tendrá lugar en Roma en octubre de 2023. En cada país se están cerrando las conclusiones de los sínodos regionales. Entrevistamos a monseñor Farfán, responsable de esta tarea en Perú. 

Jesús Colquepisco·12 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 10 minutos

Monseñor Edinson Farfán Córdova, OSA, es Obispo de la Prelatura de Chuquibambilla (Apurímac, Perú) y Coordinador del Sínodo en la Conferencia Episcopal Peruana. Nació en Tambo Grande (Piura, 1974). Ingresó en la Orden de san Agustín en 1998. Hizo la profesión religiosa el 11 de enero de 2003 y fue ordenado sacerdote el 26 de julio de 2008. Es licenciado en teología espiritual y pedagogía por la Universidad Católica San Pablo  de Cochabamba (Bolivia). 

Ha ejercido de coordinador de la Comisión Internacional de comunicaciones y publicaciones de la organización de Agustinos de América Latina (OALA-2006-2014); maestro de prenovicios de la Orden Agustina (2011-2012); párroco de Nuestra Señora de Montserrat en la arquidiócesis de Trujillo (2012-2013); profesor de teología en la Universidad Católica Benedicto XVI en la arquidiócesis de Trujillo (2013-2015); prior y maestro de los profesos de la Orden Agustiniana (2013-2017) y secretario general de la Organización de Agustinos de América Latina (OALA-2015-2019).  Desde abril de 2018 fue Administrador Apostólico de la Prelatura Territorial de Chuquibambilla; y el 7 de diciembre de 2019 fue nombrado Obispo de dicha prelatura, en enero de 2022 fue elegido presidente de la Comisión episcopal de Comunicación de la Conferencia Episcopal Peruana.

Monseñor, usted preside la Comisión Episcopal para el Sínodo en el Perú, ¿cómo ha sido la acogida del presente Sínodo en todas las diócesis del Perú, se ha conseguido un trabajo organizado y participativo durante el proceso? 

– Hemos tenido buena respuesta, el proceso sinodal se ha realizado en las 46 jurisdicciones eclesiásticas del Perú. Primero el Consejo permanente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) conformó la Comisión nacional que animaría el Sínodo de la sinodalidad en el Perú, nosotros recogimos todos los lineamientos y documentos preparados por la Secretaría General del Sínodo y los adaptamos a la realidad del país. Luego invitamos a que cada jurisdicción eclesiástica haga un lanzamiento del Sínodo, cada uno lo hizo desde su propia realidad y contexto; y seguidamente invitamos al Obispo a que forme su Comisión diocesana, que animó el proceso sinodal en su territorio. Se pidió también que haya una comisión parroquial sinodal para el proceso de escucha.

¿Qué objetivo tenía todo este proceso?

– El objetivo fue llegar a todos los lugares, el 95% de las jurisdicciones conformó su Comisión Diocesana. Hemos trabajado organizadamente, con reuniones de coordinación mensuales. El Perú ha respondido a la Sinodalidad, es un pueblo católico y quiere mucho a sus misioneros, se ha sentido acompañado por sus obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y laicos comprometidos.

En este proceso de escucha el pueblo ha respondido con gratitud y generosidad, los fieles sienten que sus voces han sido escuchadas y valoradas. También ha sido un tiempo para sanar heridas, en algún momento los fieles manifestaron que no se les tomaba en cuenta y ahora en este tiempo han podido expresar sus necesidades, quejas o esperanzas. Podríamos decir que el Sínodo va en camino y la Iglesia Peruana ha asumido el compromiso de caminar juntos con los retos y desafíos que seguro se presentarán en el camino.

Después de la escucha realizada a nivel nacional, ¿qué temas son de interés o preocupación en los fieles católicos peruanos?

– Revisando las síntesis de las jurisdicciones hay temas constantes y prioritarios que han destacado en esta fase de escucha, y son los siguientes: la formación permanente de los bautizados para asumir un compromiso eclesial, la pastoral de las familias a través de la formación catequética, la formación de los laicos en el campo de la política, la dimensión profética iluminada por la doctrina social de la Iglesia, la evangelización a través de los medios de comunicación y la formación de los maestros de religión a través de la Oficina de Educación Católica.

También ha habido preocupación por la celebración de la liturgia, mayor claridad y concreción en los ministerios laicales, el valor de la piedad popular, la experiencia de fe de los pueblos de acuerdo a su realidad, la falta de los misioneros en los pueblos alejados, la promoción vocacional, la opción por los pobres sin excluir a nadie, un rol más protagonista de la mujer y los jóvenes en la Iglesia y la sociedad, las consecuencias de la covid 19 y el diálogo ecuménico.

No han faltado tampoco reflexiones sobre el clericalismo que afecta la vida de los fieles, los abusos sexuales en el ámbito eclesial, el acompañamiento a los ancianos, la trata de personas y migrantes, la necesidad de contar con un plan pastoral orgánico y estructurado en cada jurisdicción, la formación en la sinodalidad en los futuros sacerdotes, los conflictos mineros, el cuidado de la casa común y de la Amazonía, el cuidado de las culturas autóctonas, la acogida a las personas que son excluidas.

Estos son los temas constantes que se manifiestan en la mayoría de las jurisdicciones eclesiásticas, que el pueblo de Dios ha reflexionado.

¿Bajo esta lectura, qué retos y desafíos se presentan para la Iglesia en el Perú?

– En primer lugar, la formación permanente de los laicos. Esto ha salido en todas las jurisdicciones eclesiásticas. Nos preguntamos qué tipo de formación quieren y realmente necesitan nuestros fieles. ¿Cuáles son esos temas fundamentales en los que necesita formarse el pueblo de Dios? Es el discernimiento que la Iglesia debe hacer, obviamente, teniendo siempre presente la centralidad del misterio de Jesucristo; en este sentido, el proceso de escucha resulta muy útil.

Esta formación también debe llevar al compromiso eclesial. En Aparecida se evidenció una fe débil del pueblo con poco compromiso eclesial; y esto debido a la falta de formación. Este tema es muy importante y debe ser abordado en discernimiento profundo.

Entiendo, ¿y qué más temas se presentan?

– También, otro tema importante es la formación de los laicos en la política. Como Iglesia tenemos un gran tesoro de conocimientos en el Magisterio, el Papa Francisco publicó su tercera encíclica “Fratelli Tutti” que nos invita a entrar en el ámbito de la política, tenemos que formar a nuestros fieles y enseñarles que la política es buena, la política en sí misma es buscar el bien común. Cómo animar a nuestros fieles a entrar en este ámbito, sin duda es un gran desafío.

La iglesia tiene que estar atenta a las necesidades del mundo, discernir los signos de los tiempos, dar a conocer el Magisterio de la Doctrina social de la Iglesia. Los laicos deben participar en el ámbito de la política, es una gran oportunidad para el crecimiento integral de nuestros pueblos. En la política siempre se buscará el bien común y estoy convencido que un laico bien formado puede aportar mucho para el desarrollo de la sociedad y de la persona humana.

¿Y respecto a la piedad popular?

– La piedad popular se presenta como una fortaleza para nuestro país, pero a la vez como un desafío. A nosotros nos toca como obispos acompañar al Pueblo de Dios, teniendo presente la cultura del pueblo, también tenemos que respetarla y valorarla. Antes se hablaba de purificar y extirpar, ahora tenemos que acompañar y aprender de esta expresión de fe. Obviamente también hay que cuidar lo esencial: la fe de los pueblos, la formación doctrinal; es decir, la piedad popular  debe llevarnos también a la vida sacramental y al compromiso eclesial.

Como pastores nos toca acompañar al santo pueblo de Dios del que también formamos parte en cuanto bautizados; y formarles en las Sagradas Escrituras, la Tradición, El Magisterio y en el Sensus Fidei. Siempre valorando la riqueza que hay en cada pueblo. La piedad popular es el tesoro de la Iglesia. En América Latina, en el Perú, nuestra gente ha mantenido su fe a través de la piedad popular, a través de la fe sencilla. Es un reto cómo poder acompañar estas experiencias de fe para que nos conduzcan siempre al encuentro personal con el Señor, a la praxis de la vida sacramental y al compromiso eclesial.

Foto: Monseñor Farfán en una procesión mariana en Chuquibambilla

En los últimos años se ha hablado mucho del cuidado de las culturas originarias. ¿Cómo es la situación en Perú?

– La Amazonía y el cuidado de la casa común y las culturas originarias es un llamado urgente. El Papa Francisco en repetidas veces nos invita a una mayor conciencia sobre el cuidado de la casa común. Puede verse en “Laudato Si”, “Querida Amazonía”, “Fratelli Tuti”, también en el Magisterio Latinoamericano: Medellín, Puebla, Santo Domingo, Aparecida y últimamente en la voz profética de la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, no podemos cerrar los ojos: la naturaleza sigue siendo agredida.

En 2019 ha sido el Sínodo de la Amazonía, nuestros obispos de la Amazonía son una voz profética para nuestros pueblos amazónicos, sienten en carne propia el maltrato de la tierra, la preocupación de las aguas contaminadas, el dolor de algunas comunidades indígenas que se encuentran fuera de sus tierras porque estas han sido degradadas. Los obispos de la Amazonía caminan con su pueblo y conocen sus necesidades. Sin embargo, en lo que respecta a todos, no basta decir que “hay que cuidar” o “hay que valorar y cuidar las culturas originarias o autóctonas”, necesitamos formarnos en la sensibilidad para poder actuar. Es responsabilidad de todos poder asumir un mayor compromiso en los diversos espacios de acción.

¿Podría poner un ejemplo concreto?

Yo vivo en un lugar donde hay constantes conflictos mineros con relación al tema de la contaminación ambiental. Es la región Apurímac, donde se encuentra la minería de cobre más grande del Perú, “las Bambas”. Constantemente hay conflictos entre las comunidades campesinas y la compañía minera. Sin embargo un problema mayor en esta región, el aumento de minerías informales. La contaminación ambiental es alarmante, los cerros se están derrumbando, las aguas se contaminan y las personas se enferman diariamente.

¿Qué hacer ante esta dura realidad? Es responsabilidad moral nuestra dar pasos concretos para cuidar nuestra casa común, es un grito de la costa, selva y sierra peruana. El proceso de escucha del sínodo ha permitido que el pueblo de Dios pueda dialogar sobre esta realidad alarmante que debe llevarnos a asumir orientaciones pastorales concretas.

Cambiemos de tema. El clericalismo es otro de los asuntos que preocupan al Papa Francisco.

– Sí, y también ha sido un tema que ha salido en todo momento, es un desafío porque no podemos mantener a los laicos en una etapa infantil, relegándolos y no tomándolos en cuenta en las decisiones. Hoy realmente necesitamos caminar juntos. El laico no es de segunda categoría, todos somos parte del Pueblo de Dios porque hemos recibido el sacramento bautismo; obispos, clérigos, religiosos y religiosas, y fieles laicos. No tendría el sacerdote que mandar y mandar siempre, tenemos que aprender a distribuir y delegar responsabilidades como Pueblo de Dios. Entiéndase, no se trata de que el laico haga lo que hace el sacerdote; y el sacerdote, lo que hace el laico, no, sino que juntos desde nuestra vocación y ministerio aportemos en el crecimiento de la Iglesia y su misión. 

¿A qué se refiere el Papa Francisco cuando habla del Pueblo de Dios o del santo pueblo de Dios?

– La respuesta la podemos encontrar en la Eclesiología del Concilio Vaticano II, en el capítulo II: “El Pueblo de Dios” de la Constitución Dogmática sobre la Iglesia “Lumen Gentium” ¿Quiénes conforman el Pueblo de Dios? Todos los bautizados, es decir antes de ser obispos, sacerdotes, primero somos pueblo de Dios, nuestro carnet de identidad es el Bautismo. Muchas veces se ha dado a entender erróneamente que el pueblo de Dios son sólo los laicos. Es un tema que debe seguir profundizándose. En los desafíos y orientaciones pastorales de la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe salía como una prioridad para ser abordado con urgencia.

¿Cómo van a trabajar la cuestión de los abusos?

– Otro desafío actual para toda la Iglesia son los abusos en el ámbito eclesial. Cada conferencia episcopal en el mundo está dando pasos a través de las Oficinas de Escucha. El pueblo pide que se les escuche y, por su puesto, las personas que han sido afectadas necesitan un acompañamiento. Pienso que esto tiene que darse de manera más seria y responsable. Estamos dando pasos como Iglesia en el Perú. Como Conferencia Episcopal, hemos reconocido este problema por su importancia como una prioridad: acompañar en todo momento a aquellas personas que han sido afectadas y maltratadas.

También es necesaria la ayuda profesional para poder acompañar casos concretos. Hemos reflexionado mucho sobre este tema, no se puede cerrar los ojos ante esta dolorosa realidad. Se evidencian algunas situaciones de dolor, por ello es necesario ese espacio de acompañamiento para sanar heridas, incluso también al victimario. 

¿Cómo se ha llevado a cabo la experiencia de la sinodalidad durante el proceso? ¿Qué oportunidades a futuro se abren bajo esta modalidad de trabajo en la Iglesia?

– Hemos realizado lo que el Papa Francisco nos pedía en su homilía cuando se inauguró el Sínodo para toda la Iglesia: “crear espacios de encuentro, de diálogo, de escucha y discernimiento”. En esta experiencia sinodal lo que más ha llamado la atención es el encuentro de las personas, virtual o presencial, han sido espacios de comunión. Este encuentro ha permitido que las personas puedan expresarse, manifestar sus puntos de vista, se sientan escuchados.

La escucha nos hace maduros en la fe, en nuestros compromisos, sabio es el que escucha y pide un consejo. Estos espacios de encuentro nos han hecho ver diversos temas de acuerdo con la realidad local. Si bien es cierto que el Sínodo nos ponía unos temas, se han evidenciado otros muchos más. En nuestro país, con una rica diversidad, estos espacios han favorecido a la comunión. Este también es el reto y desafío, a todos nos cuesta caminar juntos, sentarnos y escucharnos, se requiere de mucha paciencia.

También es importante entender la dimensión espiritual del Sínodo. Es el Espíritu el que guía y acompaña a su Iglesia. Nos conduce por caminos nuevos, hacia nuevos temas desafiantes, donde hay lugar para la reflexión e incluso para la queja o reclamo. Siempre con plena confianza en que si nos ponemos en sus manos nos llevará sin duda a buen término.

La Sinodalidad es un gran reto para nuestra Iglesia en el Perú.

– En este tiempo sinodal tanto de la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe y el proceso de escucha del Sínodo, se ha evidenciado el deseo de caminar juntos. Veo a los obispos del Perú muy unidos, reflexionando temas muy actuales. La virtualidad en ese sentido nos ha ayudado mucho, hay buena comunicación, estamos convencidos de que la sinodalidad debe permanecer siempre.

Si bien es cierto que la realidad del Perú es muy diversa -costa, sierra y selva-, hay un gran compromiso con la comunión. Uno de los retos y desafíos que se viene dialogando ya en varias Asambleas de la CEP, y que estoy seguro pronto se darán pasos concretos, es la ayuda material entre las Jurisdicciones Eclesiásticas, tanto con la presencia de misioneros como económicamente. Hay jurisdicciones que pueden sostenerse económicamente por sí solas y otras que son muy pobres económicamente. Otras que tienen clero suficiente y otras que carecen de sacerdotes. En fin, este es un gran reto para trabajar juntos en este sentido, dándonos una mano desde las posibilidades de cada jurisdicción. 

¿Cómo se dará la conclusión del Sínodo en el Perú?

 Ahora estamos trabajando en la síntesis final, una riqueza para la Iglesia del Perú. Da gusto leer las palabras sencillas de los fieles. Así como se ha expresado en las reuniones, de la misma manera ha sido puesto por escrito. La Comisión Nacional tiene ahora la misión, en un clima de oración y discernimiento, de realizar una Síntesis nacional. Con la información que le ha llegado de las jurisdicciones y con las impresiones que ha podido recoger durante las reuniones presinodales o de preparación. Todo se está teniendo en cuenta para la Síntesis Nacional.

El 5 de agosto debemos entregar al Consejo Permanente de la CEP la síntesis nacional para la debida aprobación. Luego, antes del 15 de agosto tiene que ser entregada a la Secretaría General del Sínodo. Vamos por buen camino, tenemos ya los tiempos organizados. También enviaremos las síntesis diocesanas de las jurisdicciones para que sirvan de soporte técnico de información y referencia, lo que evidencia un trabajo serio y responsable. 

El siguiente paso será fase continental, el CELAM juntamente con la Secretaría General del Sínodo, están realizando las respectivas coordinaciones. La sinodalidad debe permanecer siempre. Desde América Latina tenemos que seguir trabajando los desafíos y orientaciones pastorales que nos ha dejado la Primera Asamblea Eclesial.

Concluyendo, ¿qué reflexión final le merece este proceso sinodal?

– Mi reflexión final es que nos dejemos guiar por el Espíritu Santo. A veces la tentación es querer controlarlo todo, pero sucede que el Espíritu nos desborda y nos desinstala del lugar del confort, llevando a su Iglesia por caminos nuevos y de asombro. Precisamente, teniendo esa plena confianza en el Señor, que camina con su Iglesia y la ama, tenemos que seguir adelante. No basta decir creo en la sinodalidad, tenemos que dar pasos concretos, pasos en los que se muestre ese espíritu sinodal en la Iglesia.

Surgen grandes desafíos, para seguir creciendo como Iglesia de comunión, participación y misión; esto se logra cuando se hace un camino juntos.

El autorJesús Colquepisco

Evangelización

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Mejor imposible es un libro sin complejos. Su autor, explica con frescura y desenfado por qué el catolicismo es la religión más razonable.

Alejandro María Lino·12 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Titular a un libro Mejor imposible es arriesgado y toda una declaración de intenciones. Pero para José Luis Retegui, un joven sacerdote diocesano de Madrid, la religión católica no es una más dentro entre otras religiones y visiones de la existencia. Es la mejor de todas porque, a su juicio, no se puede imaginar una mejor. 

Dios, el mejor futuro posible

Dios ha sido pretencioso y ha querido compartir con nosotros, como afirma Cristo en la última Cena, la gloria que Él disfrutaba antes de la creación del mundo. Si a los dos protagonistas de toda religión, Dios y el hombre, los elevamos a su máxima expresión, nos sale la verdad defendida por la Iglesia Católica.

Dios tiene todas las perfecciones imaginables (todopoderoso, infinito, omnisciente…), su creación rebosa sabiduría. El hombre está llamado a ser como Dios por el bautismo porque Dios se ha hecho como nosotros en la encarnación. La vida después de la muerte es toda la felicidad de Dios para siempre. ¿Se puede imaginar una alternativa mejor? El cristianismo es la unión total entre Dios y el hombre. No en un futuro, sino hoy y ahora, cada vez que participamos de la Eucaristía. Por la fe creemos en lo que el hombre ni se hubiera atrevido a imaginar o pedir a Dios. 

La religión más verdadera

Mejor imposible comienza afirmando que la religión católica es la más verdadera. En primer lugar, porque es la única en la que Dios se ha hecho hombre y nos ha comunicado la verdad que sólo Él conoce. Además, esa verdad la ha demostrado con milagros y hechos extraordinarios, desde hace dos mil años hasta la actualidad. Para pensar que todos los milagros que han sido corroborados por testigos son inventados quizá requiere todavía más fe. 

Retegui realiza un planteamiento optimista en un mundo donde hay tanto mal y sufrimiento. En su opinión, la visión católica del mal es la más positiva que se puede concebir: Gracias a la Cruz creemos que el “mal es bueno”, pues nos permite, como Cristo, amar con más intensidad a Dios y a los demás. Además, sólo padeceremos en esta vida aquellos males que Dios permita para sacar bienes mayores. El mal tiene fecha de caducidad: Cristo lo ha aniquilado en la Cruz, es como un pez fuera del agua dando sus últimos coletazos. 

El mal

Sobre todo los católicos identificamos y tenemos las herramientas para combatir el único mal que nos debe preocupar: el pecado. El resto de males pueden venir bien en este corto periodo de vida en la tierra. Cristo nos ha indicado cómo transformar el dolor en amor. El mal en cierta medida es como el estiércol maloliente; se puede desechar, sin embargo, si lo enterramos en nuestro campo hará florecer las plantas. 

La obra tiene un tono positivo y desacomplejado, lo que aporta frescura en la manera de transmitir la fe en nuestro tiempo. Muestra cómo el cristianismo ofrece la mejor visión del hombre, de modo que no solo somos un conjunto de células que desaparecerá después de la muerte. Además, los movimientos más modernos son en realidad muy antiguos. El culto a la naturaleza, el yoga, el karma, la reencarnación… son mucho más viejas que el cristianismo. 

María

Al final del libro se defiende que la Virgen María es la prueba de que nuestro mundo creado es el mejor imaginable. Es un debate filosófico que viene de lejos. Leibniz defendía que este mundo es el mejor de los mundos posibles, si no, Dios hubiera creado otro mejor. Santo Tomás de Aquino objetaba con razón que este mundo es mejorable y finito, Dios podría haber creado un universo mejor, por ejemplo, con un tamaño superior. 

María es la respuesta a esta aparente contradicción: Dios podría haber diseñado un universo más perfecto, pero no una criatura más perfecta que la Virgen María. El mejor de los mundos posibles, Dios lo ha concentrado en una mujer de Nazaret. El ser humano está llamado a ser como Dios, ella es la única sin ningún pecado o imperfección. Por tanto, la Virgen María es el reflejo en la tierra de la perfección de Dios. 

El autorAlejandro María Lino

Lecturas del domingo

Solemnidad de la Asunción de la Virgen María

Andrea Mardegan comenta las lecturas de la Solemnidad de la Asunción de la Virgen y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan·11 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

“Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo”. El saludo entre dos personas que se encuentran es la acción más espontánea y natural, y la mayoría de las veces no le prestamos atención. Pero si falta o es un poco fría, lo sentimos. Si el saludo es sincero, nos comunica muchas cosas. Ese saludo de María, su voz, además, provoca algo extraordinario. El niño de Isabel no sólo jadea, lo que podría ser fruto de la emoción de su madre, sino que incluso baila en su vientre. Lucas, al describir su reacción, utiliza el mismo verbo que, en el griego de los LXX, describe la danza del rey David ante el Arca de la Alianza. 

La voz de María y su saludo son un medio de la infusión del Espíritu Santo, que llena a Isabel y llega a su hijo, porque esa voz gozosa es de una persona llena de gracia, sobre la que han descendido el Espíritu Santo y la sombra del Altísimo, y en ella habita ya el hijo de Dios. La voz de su saludo adquiere la fuerza de la voz de Jesús adulto cuando expulsa a los demonios u ordena a Lázaro que vuelva a la vida; cuando cura a distancia al siervo del centurión y al hijo del funcionario de Herodes; cuando convierte el agua en vino, y el pan en su cuerpo y el vino en su sangre… la voz de Jesús, la Palabra de Dios, llena del Espíritu Santo que cura y salva. Por ahora, le toca a María dar voz al cuerpo de Jesús recién concebido en su seno. Su voz manifiesta la presencia de Dios hecho hombre. Es el vehículo del Espíritu Santo, una anticipación de la voz de la Iglesia que celebra los sacramentos.

El saludo desea la bendición y la paz y los hace presentes. Por eso Jesús dirá a sus discípulos: “Al entrar en una casa, saludadla” (Mt 10, 12); “cuando entréis en una casa, decid primero: Paz a esta casa” (Lc 10, 5), y les animará a saludar también a sus enemigos: “Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles?” (Mt 5, 47). El saludo es muy importante en las cartas de Pablo. El último capítulo de la Carta a los Romanos es una conmovedora lista de saludos. “Os saludan todas las Iglesias de Cristo”. Al final de la Primera a los Corintios: “Muchos saludos, en el Señor, de Áquila y Priscila, y de la iglesia que se reúne en su casa”. Al final de la Segunda a los Corintios: “Os saludan todos los santos”. Los saludos iniciales y finales en las reuniones litúrgicas reflejan la convicción del saludo como portador del bien y la gracia. María, la amiga de Isabel, no puede ser consciente de que está prestando su voz al primer saludo de Jesús, su hijo. Vive el saludo espontáneo y franco de la amistad, que es una manifestación del amor.

La homilía sobre la Asunción de la Virgen María

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Mundo

El obispo emérito de Hong Kong será juzgado en septiembre

A sus 90 años, el cardenal fue detenido hace meses acusado de ser el tesorero de un fondo para pagar las fianzas de los manifestantes arrestados en las manifestaciones pro-democráticas de 2019.

Rome Reports·11 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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España

Cáritas Ceuta: dignificar a quienes tienen necesidad

En pleno 75 aniversario de Cáritas Española, se cumplen pronto casi cinco años de la puesta en marcha del Centro de Distribución de Ayuda Básica Virgen de África, que gestiona Cáritas diocesana de Ceuta para centenares de familias. Manuel Gestal lo cuenta a Omnes.

Francisco Otamendi·11 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

“Los puntos clave de la acción de Cáritas son las personas, manifestó a Omnes Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española, en una entrevista concedida con ocasión de los 75 años. ¿Qué ha cambiado y qué permanece desde su nacimiento?, le preguntaba María José Atienza. Y Natalia Peiro respondió: “Permanece la raíz. Nuestros pies están fundados en el Evangelio, en la comunidad cristiana. Cáritas es una expresión de esa comunidad cristiana y eso sigue siendo así en todos los países del mundo. Permanece esa razón de ser que nos dice que nuestra tarea es una expresión de nuestra fe. Y permanece, siempre, el servicio a todos, sin excepción, sin preguntar de dónde vienes o cómo son”.

Estas palabras se pueden aplicar al pie de la letra a Cáritas diocesana de Ceuta, ciudad autónoma española de 83.000 habitantes, cuyo enclave geográfico han podido constatar estos años que no es lo más reposado del mundo. Para comentar los retos de esta Cáritas diocesana ceutí, Omnes ha contactado con Manuel Gestal, su director. 

Además, a finales de noviembre hará cinco años desde que Mons. Rafael Zornoza Boy, objipo de Cádiz y Ceuta, bendijo las instalaciones del Centro de Distribución de Ayuda Básica “Virgen de África”, gestionado por Cáritas diocesana de Ceuta, y convertido en elemento de referencia en la atención a las familias necesitadas y en la gestión de los recursos.

“Se les atiende, se les escucha”

“El Centro de distribución es un modo de dignificar a quienes tienen necesidad. No se le da una bolsa, sino que se les atiende, se les escucha… Aunque ellos vengan por el tema material, se llevan algo más y se les trata con la mayor dignidad”, señaló antes de la pandemia Manuel Gestal en la web del obispado de Cádiz y Ceuta. 

Ahora, hace pocas semanas, el director de Cáritas Ceuta ha subrayado a Omnes alguna de sus peculiaridades: “Se trata de un centro que Cáritas diocesana ha puesto al servicio de las parroquias. Lo más importante es señalar que antes los equipos de Cáritas de las parroquias eran autónomos, y cada uno, según sus posibilidades, repartía a sus usuarios el dinero que tenían. Con el Centro de distribución, hemos conseguido acabar con los términos usuario de parroquias ricas y usuario de parroquias pobres”. 

“Ahora, cualquier usuario, sea de la parroquia que sea, recibe exactamente lo mismo. Lo que miramos fundamentalmente para las ayudas es el número de miembros de la unidad familiar. Y en función de eso se destina una cantidad de puntos, y van haciendo una compra, con pequeños límites, de tal manera que sea una compra responsable. Que es lo que pretendemos también”.

“El sueldo durará toda la eternidad” 

Antes de comentar los desafíos que tiene el Centro de Distribución, y la propia Cáritas en la zona, Manuel Gestal explica su trayectoria de estos años. El año que viene, en julio de 2023, Gestal cumplirá seis años en su segunda etapa como director de Caritas diocesana de Ceuta. Pero desde 2009 estuvo ya al frente. En total, lleva 14 años impulsando y dirigiendo la atención de los más necesitados en la Ciudad autónoma. 

Transcribimos brevemente esta parte del diálogo, porque invita a la reflexión: ¿Le da tiempo para atender a sus otras cosas, a su familia? “Me jubilé el año pasado. Antes he estado simultaneando todo. El sueldo es bueno”, dice con buen humor, porque en realidad es un voluntario. “Espero me lo den cuando llegue allá arriba. El sueldo durará toda la eternidad. Todo esto es muy gratificante. Sentirse útil es importante”. Se nota que el obispado confía mucho en usted porque no le sueltan, le decimos, y contesta: “Mi objetivo está en los 70 años. Tengo 66, o sea, me quedan 4”. 

En cuanto a la tarea actual, Gestal explica que “hay siete Caritas parroquiales en Ceuta, y atendemos a unas 600 familias al mes, con una media de entre 4 y 5 personas por familia, por lo que se presta una atención a alrededor de 2.500 personas en la actualidad. Estamos en total entre 40 y 50 voluntarios. En el Centro de Distribución hay 5 trabajadores”.

Sin embargo, enseguida pasamos a los retos inmediatos, que tienen que ver con el país vecino. “En cuanto a necesidades, ahora mismo estamos en un ”stand by”. Se ha abierto la frontera con Marruecos, y seguramente subiremos. Oscila mucho con los planes de empleo de la ciudad”.

“En el 2020, cuando comenzó la pandemia, pegamos una bajada importante”, añade, “porque muchas de las personas asistidas nuestras vivían a caballo entre Marruecos y Ceuta. Les cogió el cierre de la frontera en Marruecos, y allí se quedaron. El lunes han abierto la frontera y seguramente lo notaremos. Pero entonces, cuando cerraron la frontera en el 20, notamos un bajón de más de cien familias, entre cien y doscientas. Porque andábamos en torno a 800 ó 900 familias al mes. Durante la pandemia ha habido altas y bajas, pero a día de hoy, estamos atendiendo a unas 600 familias, con tendencia al alza”, comenta.

Acogida en parroquias, base de datos

El primer paso sigue siendo la acogida en las parroquias. “Son nuestra base, no podemos prescindir de ellas. Los equipos de Cáritas de las parroquias siguen funcionando y ellos son los responsables de los archivos, de hacer la acogida.  Al Centro le comunican cuándo gente va a acudir al mes siguiente. Y nos dicen: tengo siete altas, o tres bajas. Y vamos haciendo las previsiones para la compra, y para que las estanterías estén llenas, explica Manuel Gestal.

“Los directores de las parroquias van al Centro de Distribución con la lista de los asistidos, los usuarios, según el número que tengan, y no deben acumularse, porque el número de personas permitido son ocho”, añade. “Y lo que se llevan ya lo controlamos nosotros. En unos sitios tenemos códigos de puntos y en otros de colores, para ver la cantidad que pueden recibir. Al final, pasan por una caja, como en un supermercado normal; la cajera, que es una persona contratada, controla que los puntos coinciden con lo que se está llevando. De este modo, cualquier usuario de cualquier parroquia recibe y se controla en función del número de miembros de la unidad familiar”.

En paralelo, se ha creado una base de datos nacional, que da transparencia a todo el proceso. “Nosotros, todas las ayudas que hacemos, las cargamos en una base de datos, a la cual tienen acceso la ciudad, la consejería de Asuntos Sociales de la Ciudad de Ceuta, y la consejería de Hacienda. De tal manera que cualquier usuario nuestro, o persona registrada que autorice la Administración, o con certificado propio para acceder a ella, porque son asuntos delicados y no puede acceder cualquiera. Hay que señalar que un usuario cualquiera, autorizado naturalmente, que tenga acceso a la base nacional de datos de sus regiones, mete el DNI de una de nuestras personas, y puede tener todo lo que ha recibido durante los últimos tres años, me parece. Esa base de datos es de Hacienda, y es transparente”. 

“Cuando un usuario sale por la puerta, entra en esa base nacional de datos, y las personas autorizadas pueden ver, con ese DNI, las familias que se han llevado, por ejemplo, cien euros en alimentos de Cáritas diocesana de Ceuta. Esto en el instante que sale por la puerta, porque ya está registrado, antes de salir”.

Principales benefactores

Para concluir, parecía natural preguntar al director de Cáritas diocesana de Ceuta por sus principales benefactores, los que más aportan. Esta ha sido su respuesta: “La mayoría es del fondo FEGA (Fondo Europeo de Garantía Agraria), lo que viene de Europa; luego está la subvención de la Ciudad autónoma, de Ceuta, casi 200.000 euros; el Banco de Alimentos de Ceuta como tal, porque su misión es atender a las entidades que nos dedicamos a ayudar a los usuarios finales. y luego están las donaciones”.

El autorFrancisco Otamendi

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Familia

Ángel Lasheras: «Uno de nuestros objetivos es dar a conocer Torreciudad a un público más amplio»

El santuario de Torreciudad volverá a acoger la Jornada Mariana de la Familia, un encuentro que reúne a comienzos de septiembre a miles de familias. Este año cumplirá su edición número treinta y será presidido por mons. Juan Carlos Elizalde, obispo de Vitoria. En su programa incluye la celebración de la Eucaristía en el altar de la explanada, ofrendas a la Virgen y el rezo del rosario. Charlamos con el rector sobre este evento, la evangelización de las familias y las novedades que ofrece el santuario.

Javier García Herrería·11 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

El 1 de julio de 2022 don Ángel Lasheras cumplirá su primer año como rector de Torreciudad. A los 67 años, este gallego sonriente y cercano recibió un encargo que poco tiene que ver con la soñada jubilación a la que se suman muchas personas a esa edad. Si a día de hoy todavía hay quienes usan la expresión de que “vives como un cura”, no parece que el tópico pueda aplicarse en este caso.

Muchos santuarios marianos están enclavados en lugares geográficos poco accesibles, y Torreciudad no es una excepción, por lo que no es tan fácil que vengan multitudes a visitarlo. Sin embargo, también en esto hay excepciones, y una de esas ocasiones tiene lugar cada año —excepto los pasados dos años del Covid— los primeros días de septiembre, cuando muchas familias se acercan para participar en un encuentro que lleva ya treinta ediciones. 

Charlamos con el rector también acerca de la familia y otros asuntos relacionados con la labor pastoral que se desarrolla en Torreciudad. 

En Torreciudad la Virgen María se vuelca con sus hijos…

Nuestra Madre se vuelca con todos, especialmente con los que más lo necesitan o los que están más alejados de su Hijo Jesús. En Torreciudad el cariño de la Virgen María se manifiesta con milagros sencillos, pero continuos. Ya decía san Josemaría que los grandes milagros de Torreciudad tendrán que ver con la conversión interior de las almas, especialmente a través de la confesión.

En septiembre celebran la trigésima edición de la Jornada Mariana de la Familia, ¿qué valoración hacen de estas tres décadas? 

La Jornada Mariana de la Familia siempre ha sido uno de los grandes eventos anuales de Torreciudad. Y gracias a Dios y a la Virgen seguirá siendo así. Este año lo vamos a vivir con especial ilusión tras dos años de pandemia. Vemos que mucha gente tiene ganas de venir y está preparando viajes con tiempo. 

Por este encuentro multitudinario y por otras actividades que se hacen en torno a la familia, nos gustaría que Torreciudad fuera conocida como el “santuario de la familia”. Por ejemplo, en los próximos meses tendrán lugar actividades dirigidas a matrimonios —“proyecto de amor matrimonial”—, a jóvenes profesionales y a gente todavía más joven, con el fin de ahondar en la importancia del núcleo familiar, de la relaciones padres-hijos, del noviazgo, etc. Y esperamos ampliar la oferta de este tipo de planes para personas de toda España y durante todo el año. 

Durante la jornada hay unas ofrendas a la Virgen. ¿En qué consisten y cómo se puede participar?

Es muy sencillo: las familias que lo deseen o las parroquias, colegios y asociaciones, ofrecen a la Virgen flores, algunos productos de la tierra, imágenes de la Virgen que han traído para dejarlas en la galería de imágenes del santuario, etc. De modo ordinario, nos escriben a través de nuestra web para informarnos o incluso nos lo dicen directamente el día de la jornada. Lo importante es facilitar que las familias puedan participar con entusiasmo y alegría, y toda la familia unida…

En treinta años la familia ha cambiado mucho.

¡Desde luego, ya lo creo! La Iglesia es consciente de las dificultades que afrontan los matrimonios, pues el espíritu de familia cristiana se ha diluido. 

Supongo qué ocurrirá en todos los santuarios de la Virgen, pero en Torreciudad corroboramos que vienen muchas familias —y no solo en la Jornada Mariana, sino también a largo del año— que se recomponen por dentro por haber tenido un encuentro con María, o con el sacramento de la Penitencia, o por el ambiente de paz que se respira en el santuario… La gracia de Dios les toca de cerca. 

Es verdad que no somos un santuario con la afluencia de peregrinos que tiene El Pilar, Fátima, Lourdes o Montserrat, por ejemplo, donde acuden millones de personas, pero queremos que siga creciendo el número de personas que vengan aquí a rezar a la Virgen, también de otros países. Podemos decir que Torreciudad ya es un santuario internacional —universal, diría yo—, aunque en pequeña escala.

El nuevo santuario está a las puertas de cumplir 50 años, y queremos seguir relanzando este atractivo proyecto para los peregrinos del siglo XXI iniciado en 2018 con el que ya estamos viendo abundantes frutos en este año después de la pandemia. 

¿Considera que Torreciudad es suficientemente conocido?

Sí y no. Al ser el nuevo santuario una iniciativa del fundador del Opus Dei, muchas personas que son de la Obra o que participan de sus apostolados lo conocen y hablan de él, y traen a sus amigos y familiares. Pero este es uno de nuestros principales objetivos  que tenemos ahora mismo por delante: dar a conocer Torreciudad a un público mucho más amplio, tenemos que llegar a muchísima más gente, porque esta es una casa de la Virgen para todo el mundo. 

Y lo vamos comprobando día tras día: es una maravilla ver llegar a dos autobuses con chinos católicos que venían de Barcelona y que celebraron misa en la capilla de la Virgen de Guadalupe; o atender a un numeroso grupo de fieles de la ciudad de Marsella que traían una reproducción de la Patrona de su ciudad, Notre Dame de la Garde; o acoger a un grupo de parroquianos llegados de México con su sacerdote, Legionario de Cristo…

También nos alegra mucho que los sacerdotes del entorno vengan con sus feligreses, con los chicos que se preparan para la confirmación o la comunión. 

Y también vienen inmigrantes que residen en España…

Uno de los acontecimientos anuales del santuario es la peregrinación de la Virgen del Quinche de Quito, en la que se concentran miles de ecuatorianos en el mes de noviembre. Y muchos otros ciudadanos de muchos pueblos de América vienen en pequeñas peregrinaciones con sus advocaciones más queridas. O los ucranianos, que celebran aquí su eucaristía cada año en el rito greco-católico. Incluso de países africanos, como Guinea Ecuatorial, también nos visitan. En este último caso, vinieron en julio y les celebró la Eucaristía el Obispo de Barbastro, mons. Ángel Pérez Pueyo.

Lo cierto es que hay cada vez más comunidades, de tipos muy variados, que están encontrando en Torreciudad una segunda casa. 

¿Cómo está siendo la acogida de las nuevas experiencias evangelizadoras que ofrece el santuario?

Muy positiva. Se nota que vienen muchos peregrinos por este motivo. El espacio “Vive la experiencia de la fe” ofrece una evangelización muy catequética, centrada en lo principal de la Revelación. Es una forma de resaltar el kerigma, el anuncio originario de la fe a través de medios totalmente actuales: vídeos interactivos, gafas de visión en tres dimensiones… Y luego está la experiencia del vídeo-mapping, que permite contemplar el espléndido retablo de Torreciudad de un modo diferente, quizás más intenso, y que está ayudando a valorarlo todavía más. Creo que su éxito se basa en que ayuda a hacer oración con él. La gente sale muy removida. 

Vamos, que están haciendo un esfuerzo para dejar huella en los peregrinos. 

Sí, eso es. Pero somos conscientes de una realidad de la vida sobrenatural: nunca sabes qué fruto tendrá lo que siembras, pues el fruto es de Dios y de nuestra Madre la Virgen.

Un ejemplo reciente: este año vino un matrimonio mexicano de la ciudad de Monterrey con sus tres hijos. Venían a agradecer la vida de su abuelo, ya fallecido. Resulta que el abuelo, en los años ochenta del siglo pasado, hizo un curso de retiro espiritual en una casa de formación del Opus Dei a las afueras de aquella ciudad, cuya ermita está dedicada a la Virgen de Torreciudad. Nosotros no lo sabíamos. Delante de aquella imagen, el abuelo tuvo una conversión espiritual que le llevó a tratar más a Dios.

Él quedó muy impactado, hasta tal punto que vino a conocer el santuario. Y regresó a su país tan emocionado que se propuso impulsar la construcción de una iglesia para fomentar la devoción a la Virgen de Torreciudad en su ciudad, Monterrey. Y hoy existe una iglesia en aquella gran urbe mexicana dedicada a Nuestra Señora de Torreciudad. Solo hace falta entrar en Google y comprobarlo: “Nuestra Señora de Torreciudad en Monterrey”. No lo sabíamos hasta ahora, pero podemos afirmar que es… ¡la primera iglesia del mundo dedicada a la Virgen de Torreciudad fuera del santuario! 

Si te digo la verdad, me gustaría ir a conocerla, y espero lograrlo a principios del año que viene.

Vaticano

Papa Francisco: «La pretensión de detener el tiempo no solo es imposible, es delirante»

En las catequesis sobre la vejez a lo largo de estos meses el Papa Francisco ha puesto en valor la sabiduría de los ancianos. Hoy también ha destacado este conocimiento frente a la mentalidad actual que pretenden controlarlo todo.

Javier García Herrería·10 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

En la audiencia papal de este 10 de agosto los peregrinos llegados a Roma han podido escuchar una de las últimas catequesis de los miércoles dedicada a la ancianidad. El Pontífice ha destacado cómo la búsqueda de “la juventud eterna, la riqueza ilimitada, el poder absoluto” son una pretensión irrealizable. Incluso la ha calificado de delirante.

Los cristianos no viven solo para esta vida, sino que su meta está más allá. “En este camino se nos invita, con la gracia de Dios, a salir de nosotros mismos y a ir siempre más allá, hasta llegar a la meta definitiva, que es el encuentro con Cristo”.

La promesa de vida eterna

La reflexión del Santo Padre ha partido de la escena recogida en el Evangelio de Juan donde Jesús pronuncia la consoladora promesa de la vida eterna: “No se turbe vuestro corazón. Cuando me haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde yo esté vosotros también estéis”. Y continuaba el Papa: “Una vejez que se consume en el desconsuelo de las oportunidades perdidas trae consigo el desconsuelo para uno mismo y para todos. En cambio, la vejez vivida con dulzura y respeto por la vida real disuelve definitivamente el malentendido de un poder que debe bastarse a sí mismo y a su propio éxito”.

El Papa Francisco ha señalado cómo la perspectiva de la ancianidad puede ser positiva. “Nuestra existencia en la tierra es el momento de la iniciación a la vida, que solo en Dios encuentra su realización. Somos imperfectos desde el principio y seguimos siendo imperfectos hasta el final. En el cumplimiento de la promesa de Dios, la relación se invierte: el espacio de Dios, que Jesús nos prepara con todo cuidado, es superior al tiempo de nuestra vida mortal. He aquí que la vejez acerca la esperanza de esta realización.

La vejez conoce definitivamente el sentido del tiempo y las limitaciones del lugar en el que vivimos nuestra iniciación. Por eso ella es creíble cuando nos invita a alegrarnos del paso del tiempo: no es una amenaza, es una promesa. La vejez, que redescubre la profundidad de la mirada de fe, no es conservadora por naturaleza, como se dice”.

El papel de los ancianos

A lo largo de estos meses, el Papa Francisco ha tratado de mostrar cómo los ancianos tienen una misión muy especial tanto en las familias como en la sociedad. Hoy ha concretado uno de los aspectos en los que este cometido puede concretarse: “La vejez es la fase de la vida más adecuada para difundir la alegre noticia de que la vida es una iniciación para una realización definitiva. Y lo mejor está por llegar. ¡Que Dios nos conceda una vejez capaz de esto!”.

En la recta final de la audiencia, el Santo Padre ha saludado a los peregrinos en distintas lenguas. En sus palabras en castellano ha expresado su “cercanía de modo especial a los afectados en la tragedia causada por las explosiones y el incendio de la Base petrolera de Matanzas, en Cuba”.

Lecturas del domingo

«El deseo y la angustia de Jesús». XX domingo del tiempo ordinario

Andrea Mardegan comenta las lecturas del XX domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan·10 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Jeremías es enviado por Dios para intentar salvar a su pueblo y a Jerusalén, pero su mensaje no es escuchado, y su pueblo será derrotado y deportado a Babilonia, y Jerusalén destruida. Jeremías siempre obedece al Señor y dice lo que le manda a los que le indica; el resultado es que es odiado y arrojado a la cárcel. La historia de Jeremías es una profecía de la vida de Jesús. El rey Sedecías, que se parece a Pilato, entrega al profeta en manos de los notables.

Jeremías, arrojado al barro de la cisterna, vive su pasión. Dios se acerca a él y le salva a través de una persona despreciada por su condición de extranjero y eunuco, el etíope Ebed-Mèlech que, habiendo comprendido la injusticia a la que está sometido el profeta, es el único que se acerca al rey para hablarle en nombre de Jeremías, que en la ciudad asediada corría el riesgo de ser olvidado y morir de hambre. Arriesga su vida y así salva la de Jeremías.

El autor de la carta a los Hebreos, después de mencionar los innumerables testigos de la fe desde Abel hasta Enoc, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, José, Moisés, se refiere a los numerosos testigos anónimos que por la fe estuvieron dispuestos a sufrir las más terribles pruebas, torturas y ejecuciones.

Al principio del capítulo 12 aplica la enseñanza a todos nosotros, y nos exhorta a perseverar en nuestro compromiso con la vida cristiana, utilizando la imagen de la carrera y la de mirar fijamente a Jesús. El ejemplo decisivo es precisamente el de Jesús, que se propone a los oyentes de esta obra maestra de la homilía cristiana, para exhortarles: “No os canséis ni perdáis el ánimo” y resistid hasta la sangre, o sea, hasta el posible martirio. 

Jesús revela a los discípulos su estado de ánimo: el deseo de encender un fuego en la tierra y la angustia hasta que se cumpla el bautismo que va a recibir. La imagen del fuego en algunos pasajes del Antiguo Testamento significa la eficacia de la palabra de los profetas: “Entonces el profeta Elías se levantó como un fuego; su palabra ardía como una antorcha” (Sir 48, 1); “Haré que mis palabras sean como un fuego en tu boca” (Jer 5, 14). También tiene el sentido de la purificación.

El Bautista había profetizado que Jesús bautizaría en el Espíritu Santo y en el fuego. El bautismo que va a recibir Jesús es una imagen de su pasión, muerte y resurrección. El peso de ese paso ya le causa angustia pero, sabiendo que va a incendiar la tierra, se acerca a esa hora también con un gran deseo. Deseo y angustia de Jesús, sentimientos contrapuestos y coexistentes, que pueden confortar a todos los que están llamados a dar su vida por fidelidad a la voluntad de Dios, y que experimentan los mismos sentimientos contrapuestos. 

La homilía sobre las lecturas del domingo XX

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Familia

Claves para entender mejor «Amoris Laetitia» y su polémica

La publicación de Amoris Laetitia, trajo consigo cierta polémica por el enfoque que daba el Papa a la hora de acompañar a las personas con una situación matrimonial irregular, especialmente si se habían vuelto a casar. En esta entrevista el autor trata de explicar el mensaje que trataba de comunicar el Papa Francisco, centrado en tres verbos: Acompañar, discernir, integrar.

Stefano Grossi Gondi·10 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

En la exhortación apostólica postsinodal “Amoris Laetitia” el Papa proponía a los cristianos acompañar más de cerca a las personas con situaciones matrimoniales complejas. Su perspectiva fue acogida con reservas en algunos sectores de la Iglesia. Omnes entrevista a Stéphane Seminckx -sacerdote belga, doctor en medicina y teología- para charlar sobre los asuntos más controvertidos del documento y arrojar luz sobre su interpretación.

En el capítulo VIII de “Amoris Laetitia” el Papa Francisco propone acompañar, discernir e integrar la fragilidad. Su lectura ha provocado muchos comentarios. ¿Cómo entender estos tres verbos?

– De estos tres verbos -acompañar, discernir, integrar- el segundo es la piedra angular del enfoque pastoral de la Iglesia: el acompañamiento favorece el discernimiento, que a su vez abre el camino a la conversión y a la plena integración en la vida de la Iglesia.

El “discernimiento” es un concepto clásico. San Juan Pablo II ya utiliza este término en la “Familiaris Consortio” (nº 84): “Los pastores deben ser conscientes de que, en aras de la verdad, tienen la obligación de discernir bien las distintas situaciones”. Benedicto XVI recuerda casi literalmente la misma idea en “Sacramentum Caritatis” (nº 29).

¿Cómo se puede definir concretamente el discernimiento?

– Discernimiento significa llegar a la verdad sobre la situación de una persona ante Dios, una verdad que, en realidad, sólo Dios conoce plenamente: “Aunque no sea culpable de nada, no estoy justificado: mi juez es el Señor” (1 Cor 4, 4).

Sin embargo, “el Espíritu de la verdad (…) os guiará en toda la verdad” (Jn 16, 13). El Espíritu Santo nos conoce mejor que nosotros mismos y nos invita a conocernos en Él. El discernimiento es nuestro esfuerzo por responder a la luz y al poder que nos da el Espíritu de la verdad. El lugar por excelencia para el discernimiento es la oración.

El discernimiento comienza con las circunstancias que han llevado al alejamiento de Dios. Hablando de los divorciados y vueltos a casar, San Juan Pablo II pone los siguientes ejemplos: «En efecto, existe una diferencia entre quienes han buscado sinceramente salvar un primer matrimonio y han sido injustamente abandonados, y quienes por culpa grave han destruido un matrimonio canónicamente válido. Por último, está el caso de quienes han contraído una segunda unión para la crianza de los hijos, y que a veces tienen la certeza subjetiva en su conciencia de que el matrimonio anterior, irremediablemente destruido, nunca fue válido”. (Familiaris Consortio 84). Conocer estas circunstancias permite al pecador evaluar su responsabilidad y sacar experiencia del mal cometido, y al sacerdote adaptar su enfoque pastoral.

El discernimiento también significa evaluar -típicamente en manos del confesor- si hay un deseo de conversión en el alma del pecador. Este punto es decisivo: si existe este deseo sincero -incluso en la forma más básica- todo se vuelve posible. Se puede poner en marcha un camino de acompañamiento y retorno a la plena comunión en la Iglesia.

En tercer lugar, el discernimiento significa descubrir las causas del alejamiento de Dios, lo que también determinará el camino de la conversión. “Amoris Laetitia” recuerda explícitamente el número 1735 del Catecismo de la Iglesia Católica: “La imputabilidad y la responsabilidad de una acción pueden quedar disminuidas e incluso suprimidas a causa de la ignorancia, la inadvertencia, la violencia, el temor, los hábitos, los afectos desordenados y otros factores psíquicos o sociales.”

¿Podría darnos algunos ejemplos concretos de este punto en el Catecismo?

– Los confesores son muy conscientes de estos factores, que a menudo juegan un papel decisivo en la situación de un alma. En la actualidad, la primera y más importante es la ignorancia de la mayoría de los fieles. “Hoy en día hay un número creciente de paganos bautizados: con esto me refiero a personas que se han convertido en cristianos porque han sido bautizados, pero que no creen y nunca han conocido la fe» (Joseph Ratzinger – Benedicto XVI).

El sacerdote debe evaluar el nivel de formación del penitente y, si es necesario, animarle a formar su conciencia y a alimentar su vida espiritual, para que poco a poco pueda ser llevado a vivir plenamente las exigencias de la fe y de la moral.

Factores como la depresión, la violencia y el miedo pueden afectar al ejercicio de la voluntad: pueden impedir que algunas personas actúen libremente. Si, por ejemplo, una persona sufre una depresión, necesitará ayuda médica. O si una mujer es tratada con violencia por su marido u obligada a prostituirse, no tiene sentido enfrentarla a los preceptos de la moral sexual. En primer lugar, hay que ayudarla a salir de esta situación de abuso.

Los comportamientos obsesivos o compulsivos, las adicciones al alcohol, a las drogas, al juego, a la pornografía, etc. perjudican gravemente la voluntad. Estas patologías suelen tener su origen en la repetición de actos inicialmente conscientes y voluntarios, y por tanto culpables. Sin embargo, cuando se establece la adicción, el pastor debe saber que la voluntad está enferma y debe ser tratada como tal, con los recursos de la gracia pero también de la medicina especializada.

El punto del Catecismo recordado por el Papa Francisco menciona también los «factores sociales»: hay muchos comportamientos inmorales que están ampliamente aceptados en la sociedad, hasta el punto de que muchas personas ya no se dan cuenta de la malicia que suponen o, si lo hacen, les resulta muy difícil evitarlos sin poner en peligro su imagen, o incluso su situación profesional, familiar o social. En ciertas cuestiones morales, uno no puede expresarse al margen de un determinado pensamiento único sin ser denunciado y puesto en la picota, o incluso perseguido.

¿Quizás deberíamos recordar también lo que no es el discernimiento?

– El discernimiento no consiste en juzgar al prójimo: «No juzguéis, para que no seáis juzgados» (Mt 7, 1). El examen de conciencia es siempre un ejercicio personal y no una invitación a escudriñar la conciencia del prójimo. También el confesor se cuidará de no verse como el Juez Supremo que pone las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda (cf. Mt 25,33), sino que se verá como el humilde instrumento del Espíritu Santo para guiar al alma hacia la verdad. Por eso, un sacerdote nunca rechaza la absolución a menos que la persona excluya consciente y deliberadamente cualquier voluntad de ajustarse a la ley de Dios.

El discernimiento no consiste en cambiar la medicación, sino en ajustar la dosis. Los medios de salvación y la ley moral son los mismos para todos en la Iglesia, ayer, hoy y mañana. No se puede, con el pretexto de la misericordia, cambiar la norma moral para una persona concreta. La misericordia consiste en ayudarle a conocer esta norma, a comprenderla y a asumirla progresivamente en su vida. Se trata de la llamada “ley de la gradualidad”, que no debe confundirse con la “gradualidad de la ley”: “Puesto que no hay gradualidad en la ley misma (cf. “Familiaris Consortio” 34), este discernimiento no puede estar nunca exento de las exigencias evangélicas de verdad y caridad propuestas por la Iglesia”. (“Amoris Laetitia” 300). Como dice San Juan Pablo II, la misericordia no consiste en rebajar la montaña, sino en ayudar a subirla.

El discernimiento tampoco es un intento de sustituir la conciencia de las personas. Como señala el Papa en “Amoris Laetitia”, nº 37: “Estamos llamados a formar las conciencias, pero no a pretender sustituirlas”. Esta observación es fundamental porque somos los actores de nuestra propia vida, no “vivimos por delegación”, como si estuviéramos suspendidos de las decisiones de un tercero o de las prescripciones de un código moral. Cada uno de nosotros es el agente consciente y libre de su propia vida, del bien que hace y del mal que comete. Asumir la responsabilidad del mal que hacemos es una prueba de nuestra dignidad y, ante Dios, el comienzo de la conversión: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti”. (Lc 15, 21)

Todo el reto de la educación -y de nuestra formación como adultos- es forjar la verdadera libertad, que es la capacidad de la persona para discernir el verdadero bien y ponerlo en práctica, porque quiere: «El grado más alto de dignidad de los hombres consiste en que no son conducidos por otros al bien, sino por sí mismos”. (Santo Tomás de Aquino). Este reto, por tanto, significa también formar bien la conciencia, que es la norma de acción próxima, inmediata.

¿Cómo se puede conseguir esta formación?

– A través de la educación, centrada en las virtudes, la formación continua, la experiencia, la reflexión, el estudio y la oración, el examen de conciencia y, en caso de duda o de situaciones complejas, la consulta a un experto o guía espiritual. Esta formación nos hace adquirir la virtud cardinal de la prudencia, que perfecciona el juicio de la conciencia, como una especie de GPS para nuestras acciones.

Los Diez Mandamientos han sido y serán siempre la base de la vida moral: “Antes de que pasen el cielo y la tierra, no desaparecerá de la Ley ni un ápice, ni un tracto” (Mt 5,18). Son la revelación de la ley de Dios inscrita en nuestros corazones, que nos invita a amar a Dios y al prójimo y nos señala una serie de prohibiciones, es decir, “actos que, en sí mismos y por sí mismos, independientemente de las circunstancias, son siempre gravemente ilícitos, por su objeto” (“Veritatis Splendor” 80). El Catecismo de la Iglesia Católica indica qué son los pecados graves, en particular en los números 1852, 1867 y 2396.

El hecho de que la moral incluya prohibiciones puede ofender a la mentalidad contemporánea, para la que la libertad se asemeja a una voluntad omnipotente que nada puede obstaculizar. Pero toda persona bien pensante entiende que, en la carretera de la vida, los semáforos en rojo y las señales de STOP nos protegen del peligro; sin ellos, nunca llegaríamos a nuestro destino.

¿De dónde cree que provienen las diferencias de interpretación sobre este capítulo de “Amoris Laetitia”?

– En mi opinión, hay un gran malentendido en “Amoris Laetitia”: la moral no se hace objetiva cuando se limita a los “hechos externos” de la vida de las personas, sino cuando se esfuerza por alcanzar la “verdad de la subjetividad”, la verdad del corazón, ante Dios, porque “el hombre bueno saca el bien del tesoro de su corazón, que es bueno; y el hombre malo saca el mal de su corazón, que es malo: porque lo que dice la boca es lo que rebosa del corazón”. (Lc 6, 45) y “Dios no mira como los hombres: los hombres miran la apariencia, pero el Señor mira el corazón” (1 Sam 16, 7).

Por ejemplo, no se puede condenar a una persona por el mero “hecho externo» de que esté divorciada y se haya vuelto a casar: se trata, por así decirlo, de un estado civil, que no dice todo sobre la situación moral de la persona en cuestión. Puede ser, de hecho, que esta persona esté en el camino de la conversión, poniendo los medios para salir de esta situación. Por otro lado, un hombre que aparece a los ojos de todos como un “marido modelo”, porque lleva treinta años al lado de su mujer, pero que la engaña en secreto, se encuentra en una situación matrimonial aparentemente “regular”, mientras que en realidad está en un estado de pecado grave. La verdad de estas dos situaciones no es lo que perciben nuestros ojos, sino lo que Dios ve y hace discernir a la persona en el fondo de su corazón, con la posible ayuda del sacerdote.

El autorStefano Grossi Gondi

Dos narrativas sobre la evangelización de América

El reciente viaje del Papa Francisco a Canadá muestra cómo muchas veces sus mensajes llegan con pocos matices a la opinión pública. En este caso, la narrativa negativa sobre la evangelización de América influye notablemente en cómo se recibe su mensaje.

9 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

En los últimos años está creciendo un nuevo relato sobre la colonización de América y la evangelización llevada a cabo por España y otros países. Como es lógico no todo se hizo bien y la historia debe sacar a la luz todos los hechos. Sin embargo, parece que en el debate público no se están teniendo en cuenta muchos matices importantes. La cultura woke está imponiendo una narrativa basada en el resentimiento y poco favorable al diálogo sereno sobre muchas cuestiones. 

Los titulares de la prensa muchas veces tampoco ayudan, como ha podido verse en el reciente viaje del Papa a Canadá. Sin duda, el mensaje principal ha sido pedir perdón a los indígenas por la colaboración de la Iglesia en las escuelas estatales de reeducación de niños. La empatía y humildad mostradas por Francisco han conquistado el corazón de muchas personas de los pueblos originarios de esas regiones, que han aceptado las disculpas con gestos que han dado la vuelta al mundo en multitud de fotografías. 

Sin embargo, Francisco ha estado lejos de reconocer que fueran ciertas todas las historias que han salido a la luz en los últimos años sobre las escuelas residenciales, especialmente la idea de que hubo un auténtico genocidio. El matiz es muy importante, pero quizá en la opinión pública haya quedado la idea de que el Papa ha reconocido más cosas de las que en realidad ha dicho. 

Creo que el modo verdaderamente humilde y cercano que ha mostrado Francisco es la imagen que ha quedado más grabada de este viaje, pero es importante no perder todos los matices de sus palabras. Y es que, a diferencia de lo que hacen los grandes gobiernos y corporaciones hoy día cuando cometen errores, la Iglesia no se está dedicando solo a indemnizar a las víctimas. También pide perdón públicamente en numerosas ocasiones y sus máximos representantes -piénsese en Francisco o Benedicto XVI- se han reunido personalmente y con frecuencia con los afectados. 

A mi modo de ver esta forma de proceder es adecuada, pero no debe llevarnos a pensar que la corrupción y el pecado son lo que más abunda en la Iglesia. Si así fuera, hace tiempo que hubiera dejado de existir, pues ninguna institución puede sobrevivir mucho tiempo si en ella anidan sobre todo cosas malas. El éxito de la gran obra de divulgación histórica de Elvira Roca, “Imperiofobia”, y otros libros del estilo están poniendo en valor lo positivo de la aportación social de la Iglesia, que sin duda es mucho. Además, esta percepción corrupta de la Iglesia está lejos de ser lo habitual en el día a día de la mayoría de católicos cuando van a sus parroquias y tratan con sus sacerdotes. 

En conclusión, creo que hay que sentirse humildemente orgullosos de cómo la Iglesia reconoce y arregla sus errores, al tiempo que percibimos que la mayoría de cosas que hace son muy positivas. Es más, la sociedad actual vive y exige los ideales cristianos sin darse cuenta.

El autorJavier García Herrería

Redactor de Omnes. Anteriormente ha sido colaborador en diversos medios y profesor de Filosofía de Bachillerato durante 18 años.

Experiencias

Experiencia en la gestión del patrimonio de una congregación religiosa

La gestión del patrimonio de una congregación religiosa requiere conjugar dos lenguajes: el económico o secular y el religioso. Michele Mifsud, Ecónomo general adjunto de la Congregación de la Misión de los Padres Paúles, expone su experiencia.

Michele Mifsud·9 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Desde hace más de una década trabajo en la tesorería general de una congregación católica, donde me encargo de administrar unos bienes que, en última instancia, están destinados al servicio de los pobres. Para poder entenderlo, es necesario fundamentar el propio trabajo en un sistema económico basado en el valor, entendido desde un punto de vista religioso.

Por tanto, la economía y las finanzas se consideran como una economía fraterna, es decir, con una perspectiva orientada a la ayuda a los pobres. Sólo de esta manera es posible evitar caer en la tentación de administrar mal los bienes. Porque, como decía el Santo Padre Juan XXIII, todavía no somos ángeles, es decir, siempre podemos cometer errores que nos desvíen del uso correcto de los bienes y las propiedades que están a nuestra disposición.

El bien común en la gestión del patrimonio de una congregación

El cardenal Peter Turkson, cuando era presidente de la Comisión Pontificia Justicia y Paz, dijo en 2012 que los obstáculos al servicio del bien común se presentan de muchas formas, como la corrupción, la ausencia del estado de derecho, las tendencias a la codicia, la mala gestión de los recursos; pero lo más significativo para un líder empresarial a nivel personal es llevar una vida dividida.

Estas advertencias son importantes para no llegar a una situación de crisis financiera con el pánico consiguiente, causado por tener inversiones comprometidas, una deuda externa, la mala gestión de la tesorería y la ruptura de los sistemas y las estructuras de responsabilidad.

Conjugar lo secular y lo religioso

El aspecto importante que hay que entender es que hay dos lenguajes relacionados con los aspectos financieros, un lenguaje del mundo económico y secular, y otro del mundo misionero y religioso.

La economía habla a través del lenguaje del mundo secular, por lo que hace referencia a los movimientos de dinero en diferentes divisas, considera si hay una ganancia o una pérdida, si hay ingresos o gastos, prepara y respeta un presupuesto, realiza inversiones, controla la posición financiera y el patrimonio.

La misión habla puramente con el lenguaje religioso, utilizando los términos agradecimiento, sencillez, justicia, sacrificio, compartir, ministerio, voto de pobreza.

En el centro de los dos lenguajes están los valores; evidentemente, para funcionar la misión religiosa debe utilizar el lenguaje económico, pero sólo como un medio; el valor para el mundo religioso es el del lenguaje misionero. Para el mundo secular, en cambio, el lenguaje económico es a la vez un medio y una medida de valor.

Los valores que permiten el funcionamiento de una congregación religiosa se basan en el Evangelio de Jesucristo: Mateo 25, 14-30, la parábola de los talentos sobre la laboriosidad y el trabajo, sobre la administración y la gestión.

Magisterio pontificio

Las enseñanzas de la Iglesia se encuentran en las encíclicas Rerum Novarum, de León XIII (1891); Centesimus Annus, de Juan Pablo II, en 1991. El ejemplo del Papa Francisco, además del ejemplo personal, se expresa en Evangelii Gaudium, de 2013; en Laudato Si’, de 2015, y en Fratelli Tutti, de 2020.

En la exhortación apostólica Evangelii Gaudium el Papa Francisco habla de la inclusión social de los pobres, de que el corazón del mensaje moral cristiano es el amor recíproco, que debe motivar a los cristianos a compartir el Evangelio, ayudar a los pobres y trabajar por la justicia social; evitar el mal del poder que crea y alimenta la desigualdad y la indiferencia, llevando a la mundanidad espiritual. En efecto, el papel del dinero es servir, y no gobernar a la humanidad.

La vida de cada persona adquiere sentido en el encuentro con Jesucristo y en la alegría de compartir esta experiencia de amor con los otros, con vidas enraizadas en el amor misericordioso de Dios.

En la encíclica Laudato Si, de mayo de 2015, el Papa Francisco habla de algo más que de la simple ecología; se pronuncia sobre la relación con Dios, con el prójimo, con la tierra en una comunión universal, con el destino común de los bienes. Contrapone el valor del trabajo humano a un énfasis excesivo en la tecnología, la ecología humana que se deriva del bien común.

Fratelli Tutti, de octubre de 2020, es una encíclica social del Papa Francisco que pretende promover una aspiración universal a la fraternidad y a la amistad social, como en la parábola del buen samaritano, donde los buenos prójimos no dan la espalda al sufrimiento, sino que actúan con el corazón abierto, en un mundo abierto centrado en la persona, donde el encuentro es diálogo y amistad.

Prioridades en la gestión del patrimonio de una congregación

Los valores, pues, como puente entre los dos mundos, el secular y el religioso, se complementan en la misión de Jesucristo para alcanzar el reino de Dios. Los valores son la responsabilidad financiera, la justicia, la entrega, el sacrificio, la transparencia, el compromiso en el trabajo, la relación entre el bien común y la solidaridad, la comunión y la fraternidad, la sencillez a través de la pobreza y la austeridad. Esta es la economía fraternal, que lleva a la necesidad de una buena guía.

Los retos para la aplicación de estos valores y los obstáculos pueden superarse a través del diálogo, poniendo en marcha estructuras que sigan las mejores prácticas de trabajo, pero siempre con el Evangelio como referencia.

El autorMichele Mifsud

Ecónomo general adjunto de la Congregación de la Misión de los Padres Paúles, asesor financiero y de inversiones registrado.

Vocaciones

12.000 jóvenes europeos peregrinaron a Santiago

En las últimas semanas han tenido lugar en Europa dos multitudinarios encuentros de jóvenes, una peregrinación a Santiago y el festival de la juventud de Medjugorje, que ha contado con decenas de miles de participantes.

Javier García Herrería·8 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Del 3 al 7 de agosto ha tenido lugar la Peregrinación Europea de Jóvenes. Aunque estaba previsto para el verano de 2021, la pandemia obligó a retrasarla un año. La peregrinación es organizada por la Subcomisión de Juventud e Infancia de la Conferencia Episcopal Española conjuntamente con la archidiócesis de Santiago.

A lo largo de la semana miles de jóvenes realizaban las últimas etapas del camino de Santiago, al tiempo que intensificaban su catequesis y vida sacramental. Cientos de parroquias, movimientos e instituciones religiosas han acudido al encuentro del apóstol. Además de España, los grupos más numerosos procedían de Portugal e Italia. Gracias a la colaboración de 400 jóvenes voluntarios gallegos ha sido posible atender una logística muy superior a la habitual en la ruta jacobea.

Reflexionar sobre la vocación

La PEJ22 contó con un espacio denominado “El Pórtico de la Vocación“, ubicado en el Seminario Mayor de Compostela, junto a la catedral. El lugar ofrecía un itinerario para el anuncio (kerigma), acompañamiento, escucha, diálogo y orientación vocacional básica. En este recorrido los jóvenes participaban de una experiencia dividida en tres partes: escucha, clarificación y personalización. Esta última propuesta constaba de cinco espacios vocacionales: familia, educación, caridad, apostolado y misión, consagración.

El itinerario tomaba como referencia el Pórtico de la Gloria pues, a todos los peregrinos de la PEJ22, les anuncia una buena nueva: la belleza de la vida como vocación. En esta obra cumbre del arte medieval están representadas diversas fuerzas que están en la iniciación a la fe y el caminar cristiano. Y como toda propuesta vocacional cada uno ha de dar una respuesta, se debe una misión.

Misa de clausura

El cardenal Marto, delegado especial enviado por el Papa, ha presidido en la mañana del domingo 7 la eucaristía de clausura en el Monte del Gozo. En ella han concelebrado 55 obispos de España, Portugal e Italia además de cerca de cuatrocientos sacerdotes.

En la homilía, Marto ha subrayado a los jóvenes que “Jesús propone una nueva forma de relacionarse entre nosotros, basada en la lógica del amor y el servicio. Es una auténtica revolución frente a los criterios humanos de egoísmo y ambición de poder y dominación: la revolución de la fraternidad que parte del amor fraterno para englobar la cultura del cuidado mutuo, la cultura del encuentro que tiende puentes, derriba muros de división y acorta distancias entre personas, culturas y pueblos. Nuestro encuentro en Santiago es un bello ejemplo de ello”.

Tras la celebración de la eucaristía, el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, ha valorado ante los medios de comunicación los acontecimientos de estos días. En sus palabras ha dicho que se ha “encontrado con unos jóvenes que rezan (…), con unos jóvenes que piensan, que tratan de discernir la realidad en la que se encuentran; a la que tenemos que dar respuesta en todo momento (…). No sé qué podrán hacer pero con su actitud y su forma de ver las cosas, nuestra sociedad puede ser mejor”.

Ecología integral

Emmanuel Luyirika: “África rechaza la eutanasia. El foco son los paliativos”

“Tanto en África globalmente como en cada país, la eutanasia se ha rechazado rotundamente. El foco está en hacer el cuidado paliativo accesible para la población, y el principal desafío es el acceso a las medicinas esenciales”, ha señalado a Omnes el doctor ugandés Emmanuel B.K. Luyirika, director de la Asociación Africana de Cuidados Paliativos (APCA), que ha estado en la Fundación Ramón Areces.

Francisco Otamendi·8 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Opiáceos como la morfina “no son suficientemente accesibles”, manifiesta a Omnes el doctor Emmanuel Luyirika. “Incluso en los países que más han avanzado en cuidados paliativos. El acceso a las medicinas sigue siendo uno de los grandes retos en África. Estamos trabajando para que los gobiernos se involucren en esta cuestión”.

“Creemos que si el cuidado paliativo es accesible y el paciente se ve atendido en sus necesidades, la cuestión de la eutanasia no surgirá. No hay un gran debate social sobre esta cuestión [la eutanasia] en África; tal vez sí un pequeño debate en Sudáfrica, pero no más allá”, añade.

El Dr. Emmanuel Luyirika ha participado en el simposio internacional ‘Cuidados paliativos globales: Retos y expectativas’, patrocinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y organizado por la Fundación Ramón Areces y el Observatorio Global de Cuidados Paliativos Atlantes, del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra, que ha sido designado nuevo centro colaborador de la OMS para la evaluación del desarrollo mundial de Cuidados Paliativos.

En el simposio han participado panelistas de la OMS, la Asociación Africana de Cuidados Paliativos y la Asociación Internacional de Cuidados Paliativos, además del M.D. Anderson Cancer Center (EE. UU.) y el Hospice Buen Samaritano (Argentina). 

El encuentro fue presentado por Raimundo Pérez-Hernández y Torra, director de la Fundación Ramón Areces; Marie-Charlotte Bouësseau, Jefe de equipo en el Departamento de Servicios Sanitarios Integrados de la Organización Mundial de la Salud en la sede central (Ginebra); Joaquim Julià Torras, vicepresidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL); y Paloma Grau, vicerrectora de Investigación y Sostenibilidad de la Universidad de Navarra.

Más necesidad de paliativos

El tema preocupa cada vez más a los especialistas porque, tal como se señaló en el simposio, el número de personas con necesidad de recibir cuidados paliativos casi se duplicará en 2060: de 26 millones a 48 en todo el mundo, tal como ha ido informando Omnes. Por el tipo de enfermedades que se presentan, hasta la mitad de las personas en el mundo necesitará el alivio de cuidados paliativos en procesos graves y al final de la vida. 

Hoy día, se calcula que de los más de 50 millones de personas que necesitan cuidados paliativos cada año, el 78 % viven en países de ingresos medios y bajos, mientras solo el 39 % de los países informan de una disponibilidad generalizada de cuidados paliativos.

El evento ha supuesto una oportunidad más para promover los cuidados paliativos, analizar los retos a los que se enfrentan en todo el mundo y reiterar el compromiso de la OMS en este campo, aprovechando la publicación del informe Assessing the development of palliative care worldwide: a set of actionable indicators’, elaborado conjuntamente con Atlantes.

El Dr. Emmanuel Luyirika responde a Omnes sobre los cuidados paliativos en África.

¿Cómo se están desarrollando los cuidados paliativos en África? ¿Cuáles son los países más punteros en este desarrollo?

― Los países más avanzados en el desarrollo de los cuidados paliativos en África se localizan mayoritariamente en el este y el sur de África, incluyendo Sudáfrica, Uganda, Malawi, Kenya y Zimbabwe. Los países que quedan en la cola de este desarrollo son los países centroafricanos, especialmente los francófonos. Allí hay que hacer un mayor esfuerzo para que se sumen a este desarrollo de los cuidados paliativos. De todos modos, incluso en aquellos que están más avanzados, hay que hacer mucho trabajo. 

¿Qué retos tienen los países que están en la cola de este desarrollo?

― El principal desafío es el acceso a las medicinas esenciales para el cuidado paliativo. Este desafío tiene dos aspectos. Por un lado, hay que enfrentarse a las regulaciones y restricciones para acceder a estas medicinas, y, por otro, también hay que enfrentarse a la falta de recursos para poder adquirirlas. El otro gran desafío es la falta de personal formado para administrar los cuidados paliativos. Del mismo modo, también faltan las herramientas para recopilar datos sobre los pacientes de paliativos. Por supuesto, la falta de financiación para los cuidados paliativos es una de las grandes dificultades, así como la falta de directivas o políticas que tengan en cuenta este aspecto. 

¿En estos países es el gobierno el que financia los cuidados paliativos o son los individuos y las familias?

― En la mayoría de los países hay una parte financiada por el gobierno. En Uganda, por ejemplo, el gobierno financia toda la morfina que los pacientes paliativos necesitan, para que los individuos no tengan que pagar de su propio dinero esta medicina. Se puede acceder a la morfina en caso de necesidad tanto si estás en una institución médica pública o privada sin coste, pero esto no es posible en otros países. 

En Botswana el gobierno financia los cuidados paliativos tanto en los centros públicos como privados. El gobierno sudafricano aporta recursos para que centros benéficos implementen los cuidados paliativos. En este sentido, estos países son los más punteros, junto con Ruanda, que tiene seguridad sanitaria nacional que da acceso a los cuidados paliativos. También habría que destacar la labor de Malawi, que está haciendo grandes esfuerzos y ha quedado bien posicionada en los últimos ranking globales. 

¿Son accesibles los opiáceos como la morfina en África? 

― No son suficientemente accesibles. Incluso en los países que más han avanzado en cuidados paliativos. El acceso a las medicinas sigue siendo uno de los grandes retos en África. Estamos trabajando para que el gobierno se involucre en esta cuestión. Es un problema que no responde a un solo factor. Son muchos factores. Hay que trabajar la concienciación en los políticos y en las personas que diseñan las regulaciones, la concienciación en los centros de salud, en los pacientes… pero también hay que conseguir el dinero para crear sistemas de administración de estas medicinas. 

¿Qué tipo de problemas tiene el paciente que requiere cuidados paliativos en África?

― El paciente que requiere cuidados paliativos en África es un paciente que tiene cáncer, pero también puede ser un paciente de VIH, o con enfermedades tropicales… o puede tener insuficiencia en los riñones o el corazón debido a una infección o a algún otro tipo de enfermedad. También puede haber pacientes con enfermedades genéticas. El perfil es muy variado. 

¿Después del Covid-19 cómo ve el futuro de los cuidados paliativos en África?

― El futuro de los cuidados paliativos después del Covid-19 debe apoyarse en la tecnología, en la posibilidad de acceder a los servicios mediante la tecnología. El teléfono móvil ha tenido un uso muy extenso en África y ahora se está convirtiendo en una plataforma donde los pacientes pueden entrar en contacto con los trabajadores de la salud. También es importante formar al personal en cuidados paliativos; también dar instrucción al personal de unidades de cuidados intensivos para que sepan cuándo derivar a un paciente a cuidados paliativos. El futuro de los cuidados paliativos también pasa por integrar a los cuidados paliativos en el sistema sanitario, en lugar de dejarlo en centros aislados. 

¿Hay algún país africano que haya aprobado la eutanasia?

― No, en África la eutanasia se ha rechazado rotundamente. Tanto en África globalmente como en cada país en concreto. El foco está en hacer el cuidado paliativo accesible para la población: creemos que si el cuidado paliativo es accesible y el paciente se ve atendido en sus necesidades la cuestión de la eutanasia no surgirá. No hay un gran debate social sobre esta cuestión en África; tal vez sí un pequeño debate en Sudáfrica, pero no más allá. 

Aquí concluye la entrevista con el Dr. Luyirika. Otro de los panelistas en el simposio internacional, Matías Najún, jefe del Servicio de Cuidados Integrales (Paliativos) del Hospital Universitario Austral y cofundador y actual presidente de Hospice Buen Samaritano (Argentina), resaltó que “las investigaciones demuestran que la pobreza reduce el acceso a cuidados paliativos, que a su vez constituye un bien muy escaso a nivel mundial”.

A su juicio, “en nuestros sistemas de salud, concebidos para lo agudo o centrados en las especialidades, los pacientes paliativos son evitados, pero si además son pobres pasan a ser casi invisibles”, lamentó. En estos casos, en los que “la complejidad de la vida es mucho mayor que la enfermedad”, apostó por “ser creativos para hacerlos visibles, brindando unos cuidados accesibles y a la medida de estos pacientes”, pues “más allá de la realidad social, cuando alguien sufre, la gran pobreza no es solo un asunto económico; también preocupa la falta del cuidado que dignifica en ese momento”, subrayó.

El autorFrancisco Otamendi

Cultura

Siria: El mundo perdido (II)

En este segundo artículo sobre Siria se explican los orígenes del nacionalismo árabe y la situación del país tras once años de guerra civil.

Gerardo Ferrara·7 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Nacionalismo árabe e islámico: la raíz del conflicto en Oriente Medio

Es imposible hablar de Siria, especialmente a la luz de los trágicos sucesos de los últimos años, sin mencionar la ideología que está detrás del régimen y del Partido Baath, que ha estado en el poder en el país durante décadas: el nacionalismo árabe. Esta corriente de pensamiento vio la luz a finales del siglo XIX, al mismo tiempo que el nacimiento de los nacionalismos europeos (por los que está influenciado).

De hecho, hasta el siglo XIX, es decir, antes de la Tanzimat (una serie de reformas destinadas a «modernizar» el Imperio Otomano, también a través de una mayor integración de los ciudadanos no musulmanes y no turcos, protegiendo sus derechos mediante la aplicación del principio de igualdad ante la ley), el Estado otomano estaba fundado sobre una base religiosa y no étnica: el sultán era también el «príncipe de los creyentes», por tanto califa de los musulmanes de cualquier etnia (árabes, turcos, kurdos, etc.), que eran considerados ciudadanos del país. ), que eran considerados ciudadanos de primera clase, mientras que los cristianos de las distintas confesiones (ortodoxos griegos, armenios, católicos y otros) y los judíos estaban sometidos a un régimen especial, el del millet, que preveía que toda comunidad religiosa no musulmana fuera reconocida como «nación» dentro del imperio, pero con un estatus de inferioridad jurídica (según el principio islámico del dhimma).

Judíos y cristianos discriminados

Los cristianos y los judíos, por tanto, no participaban en el gobierno de la ciudad, pagaban la exención del servicio militar mediante un impuesto de capitación (jizya) y un impuesto sobre la tierra (kharaj), y el jefe de cada comunidad era su líder religioso. Los obispos y los patriarcas, por ejemplo, eran por tanto funcionarios civiles sometidos inmediatamente al sultán.

Por tanto, es en la época de la Tanzimat donde se sitúa el nacimiento, precisamente entre Siria y Líbano, del nacionalismo panárabe, o panarabismo, entre cuyos fundadores se encontraban cristianos: Negib Azoury, George Habib Antonius, George Habash y Michel Aflaq. Esta ideología se basaba en la necesidad de la independencia de todos los pueblos árabes unidos (se identificó como factor de unión la lengua) y en que todas las religiones tuvieran la misma dignidad ante el Estado. Era, por tanto, una forma de nacionalismo secular y de base étnica, y en esto, muy similar a los nacionalismos europeos.

Panarabismo vs. panislamismo

El nacionalismo árabe (o panarabismo) se opuso inmediatamente a su homólogo islámico, el panislamismo: nacido también en el mismo periodo, de la mano de pensadores como Jamal al-Din Al-Afghani y Muhammad Abduh, proponía en cambio unificar a todos los pueblos islámicos (no sólo a los árabes) bajo la bandera de una fe común. El Islam, por tanto, debía tener un papel preponderante, una mayor dignidad y un pleno derecho de ciudadanía, en detrimento de las demás religiones. Movimientos salafistas como los Hermanos Musulmanes, Al Qaeda o el propio ISIS se basan precisamente en esta última doctrina y pretenden la formación de un estado islámico, en el que la única ley sea la musulmana, la Sharia.

El panarabismo, entonces centrado en la independencia de cada país, triunfó en casi todo el mundo árabe (excepto en las monarquías absolutas del Golfo Pérsico) pero desde entonces, debido a la corrupción de sus dirigentes y otros factores, siempre se le opusieron, incluso con violencia, los movimientos nacidos de la ideología panislamista que, sobre todo en los últimos 30 años, se ha ido implantando cada vez más en el mundo árabe-islámico, culminando con el nacimiento del ISIS en 2014.

Cristianos en Siria antes y después de la guerra

Antes de la guerra civil, Siria era un país de 24 millones de habitantes, en el que los cristianos representaban aproximadamente entre el 10 y el 13% de la población (más de la mitad eran griegos ortodoxos y el resto católicos melquitas, maronitas, sirios, armenios católicos, caldeos, etc. o armenios ortodoxos y sirios ortodoxos). Los armenios, en particular, tanto en Siria como en el Líbano, fueron la comunidad que experimentó un mayor aumento, especialmente tras el Genocidio Armenio (las marchas forzadas que los turcos obligaron a sufrir a la población armenia de Anatolia terminaron en Deir ez-Zor, en el este de Siria, donde los pocos supervivientes llegaron tras cientos de kilómetros de penurias y donde, en memoria del millón y medio de víctimas del mismo genocidio, cuyos huesos están esparcidos por toda la zona, se construyó un monumento conmemorativo, posteriormente destruido por el ISIS en 2014).

En un país de mayoría islámica (71% de sunitas, el resto pertenecientes a otras sectas como los drusos y los alauitas, una rama de los chiítas), los cristianos constituían la cola de la población, un factor fundamental para la unidad nacional (y esto se sabía incluso a nivel del régimen baasista, hasta el punto de que Asad los protegía de forma especial). De hecho, estaban repartidos por todo el país y, al igual que en el Líbano, vivían codo con codo y en armonía con todas las demás comunidades.

Las obras cristianas

Las misiones y las escuelas cristianas (especialmente las franciscanas) estuvieron y siguen estando presentes en todas partes y proporcionando asistencia, formación y ayuda a todos los sectores de la población, a todas las etnias y a todos los credos. También es importante señalar que algunos santuarios cristianos del país fueron y siguen siendo objeto de peregrinación y devoción tanto por parte de la población cristiana como de la musulmana.

Hablamos, en particular, de monasterios como el de Mar Mousa (restaurado y refundado por el padre jesuita Paolo Dall’Oglio, cuyos vestigios se perdieron durante la guerra), el de Saidnaya (un santuario mariano cuya fundación se remonta al emperador bizantino Justiano) y el de Maaloula, uno de los pocos pueblos del mundo, junto con Saidnaya y algunos otros de la misma zona al sur de Damasco, donde aún se habla una forma de arameo. Todos estos lugares se han hecho tristemente célebres en los últimos años por haber sido asediados y conquistados por las guerrillas islamistas, que secuestraron y luego liberaron a las monjas ortodoxas de Saidnaya, devastaron la aldea de Maaloula y sus preciosas iglesias, matando a muchos cristianos, e intentaron destruir esos mismos centros que eran el corazón palpitante de Siria, porque eran queridos por todos los sirios, independientemente de su credo.

Sin embargo, las aldeas cristianas de Saidnaya y Sadad (en la provincia de Homs), asediadas por grupos cercanos a Al Qaeda y al ISIS, respectivamente, con su enérgica resistencia a los islamistas ayudaron a evitar que grandes centros como Damasco y Homs cayeran en manos del ISIS, gracias también a la formación de milicias cristianas que lucharon junto al ejército regular, los rusos, los iraníes y el Hezbolá libanés.

El presente

La situación actual, sin embargo, es dramática. Tras 11 años de guerra, de hecho, la estructura social y económica del país está destruida, entre otras cosas por las sanciones de Estados Unidos que siguen impidiendo que Siria se recupere del conflicto, sanciones, además, a las que se opone el Vaticano.
Los sufrimientos infligidos por la actual situación económica son, como informa la ONU, quizá más atroces que los causados por la larga guerra civil que ha provocado unos seiscientos mil muertos, casi siete millones de desplazados internos y otros siete millones de refugiados aproximadamente en los países vecinos.

Además, el hecho de que ya no se hable de Siria, debido a la aparición de otras emergencias internacionales, como la crisis libanesa, la pandemia del Covid-19 y la guerra de Ucrania, hace que los millones de personas que necesitan asistencia, incluida la sanitaria, sean ayudados casi exclusivamente por las misiones cristianas y las organizaciones no gubernamentales vinculadas a ellas.

Pérdida de la unidad

Lo que hace que el escenario sea aún más dramático es la desintegración de la unidad entre las distintas comunidades, que se sostenía, como escribimos, por la amplia presencia de la población cristiana, que a menudo actuaba como intermediaria entre los demás componentes de la población, y que ahora se encuentra en una situación crítica, desde el punto de vista geográfico (regiones enteras ahora totalmente desprovistas de cristianos, como Raqqah y Deir ez-Zor), demográfico y económico (los sectores en los que predominaban los cristianos están obviamente en crisis debido a la emigración masiva de esta parte de la población).

Por lo tanto, es crucial que todos tengamos presente que la Iglesia tiene «dos pulmones», uno en Occidente y otro en Oriente (según una metáfora propuesta hace un siglo por Vjaceslav Ivanov y que luego fue ampliamente retomada por Juan Pablo II) para recordarnos una vez más nuestra misión como cristianos, recordada por la Carta a Diogneto: ser «católico», no pensar en pequeño y sólo en nuestro pequeño jardín, sino fundar esa «civilización del amor» tan anhelada por Pablo VI, en la estela del monacato oriental y occidental, y ser el alma del mundo.

El autorGerardo Ferrara

Escritor, historiador y experto en historia, política y cultura de Oriente Medio.

Cultura

La Divina Comedia de Dante

A lo largo de los próximos meses publicaremos una serie de artículos de grandes obras de la literatura cristiana. Hoy comenzamos con el clásico de Dante, La divina comedia.

Gustavo Milano·6 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 12 minutos

Hablar elogiosamente sobre la Divina comedia, de Dante Alighieri, puede ser ya un cliché. Es difícil encontrar una lista, sea extensa o mínima, de mayores clásicos occidentales que no sugiera vivamente su lectura. Aquí no podré ser diferente en este aspecto, porque efectivamente es una obra prima desde muchos puntos de vista. Procedamos entonces a la presentación.

De modo general, es sabido que se trata de un largo poema “a la medieval”, quizás un poco indigerible, pero seguramente buenísimo (aunque tú mismo nunca lo hayas leído, ¿verdad?). La intención de este artículo es explicarte el contexto en que fue escrito y contarte brevemente algo de su contenido. Conforme vayas descubriendo cuán increíblemente valioso es el poema, a ver si consigues aguantarte y no empezar a leer la Divina de Dante cuanto antes.

Contexto histórico

Nos situamos en Florencia, una de las ciudades más prósperas de Europa, localizada entre Roma y Milán, en los siglos XIII-XIV. Políticamente, hay tres bandos: los güelfos blancos (donde militaba nuestro autor), que defendían la autonomía de Florencia; los güelfos negros, que apoyaban las aspiraciones políticas del Papa, que entonces gobernaba los llamados Estados Pontificios, unas tierras cercanas a Florencia; y los gibelinos, adeptos del feudalismo protegido por el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, con sede en la actual Alemania.

Varias veces en el poema Dante agrupa las dos facciones güelfas en un solo bando, y menciona simplemente los güelfos y los gibelinos, es decir, los pro-Italia y los pro-Alemania, aunque estos términos sean anacrónicos, pues en aquel siglo no existían esos países así como los conocemos hoy en día.

Dante

Luego, la persona del autor. Nacido en 1265 en una familia de comerciantes, a los nueve años vio por primera vez a una chica, Beatriz (en su lengua, Beatrice), y ese encuentro le marcó profundamente. Según Luka Brajnovic, “se puede identificar este personaje [Beatriz], casi con toda seguridad, con Bice, hija de Folco Portinari, casada con Simone de Bardi, muerta en 1290”, por tanto, a los 25 años, ya que ella tenía la misma edad que Dante.

Esa muerte precoz de la amada parece haber sido el detonante para el inicio de la vida literaria de Dante Alighieri, una vez que pocos años después (1295) publicará Vida nueva, su primer libro. Pero, diferentemente de las fantasiosas musas que inspiraban a los poetas griegos, lo que Dante nutre por ella va mucho más allá de una mera iluminación poética. Llegó a prometer decir de Beatriz “lo que nunca fue dicho de ninguna mujer”, tamaño fue el encanto y la veneración que le tributó. Y ya no la podrá olvidar por toda su vida, pues cumplirá su promesa precisamente en la Divina comedia, concluida en 1321, el mismo año de su muerte.

Foto: escultura de Dante. ©Marcus Ganahl

Beatriz

Nuestro autor amó a Beatriz de modo idealizado y platónico, de manera que esa pasión no le impidió casarse, en 1283, es decir con dieciocho años de edad y por tanto cuando Beatriz aún vivía, con Gemma di Manetto, una mujer de la aristocracia burguesa de la casa Donati (de los güelfos negros). Tuvieron cuatro hijos: Jacobo, Pietro, Antonia (luego monja, con el significativo nombre de Beatriz) y Giovanni. Pero una pregunta se hace aquí forzosa. ¿Por qué Dante no se casó con Beatriz, si la amaba desde los nueve años? De un lado, cuando lees la Divina comedia, notas una Beatriz que corrige a Dante, que le exige, le reprende, apenas le sonríe, lo que quizás indique que no haya correspondido a su amor entonces.

De otro lado, es posible que, aunque hubieran querido casarse, no hayan podido hacerlo, dado que, en aquella época y localidad, no era raro que el cónyuge fuera elegido por los padres, y no por uno mismo (tanto en el caso de la mujer como en el del hombre). A lo mejor a los dieciocho años Dante ya no nutría esperanzas de poder casarse con Beatriz, así que accedió a casarse con Gemma.

Matrimonio

Un pequeño inciso – poco frecuente en textos de este tipo – vale la pena hacer aquí. ¿Fue el matrimonio de Dante con Gemma una cosa falsa y fingida, puesto que no la amaba, sino a Beatriz? Volvamos al inicio del párrafo anterior. Beatriz era real, pero sin duda fue idealizada, como los buenos poetas saben hacer con sus musas. Tengamos en cuenta que Dante empieza a componer la Divina comedia a los 39 años de edad (1304), más de dos décadas después de haber encontrado a Beatriz por última vez (1283). Ahora dime tú, ¿qué recuerdos tienes de algo fuerte que hayas vivido hace 21 años? ¿Y hace 30 años (Dante se encontró por primera vez con Beatriz en 1274)? Pues, seguramente tienes muchos recuerdos de ello (si tienes edad para ello), pero debes reconocer que todo este tiempo va poco a poco cambiando las impresiones reales y convirtiéndolas cada vez más en subjetivas y afectivas, más que en imparciales y desapasionadas.

Además, Dante y Beatriz nunca habían sido novios ni nada por el estilo. Por ello, es posible suponer que a lo mejor mucho del amor que él tenía por su esposa Gemma haya sido poéticamente encauzado hacia la figura de Beatriz, a fin de centralizar todo en una única figura femenina. Me parece imposible afirmar que un matrimonio fiel por toda la vida y además con cuatro hijos no se haya mantenido así a causa de un verdadero amor. Sucede que a menudo un amor real y, por así decirlo, “realizado” aparentemente goza de menos atractivo emocional para un poema épico. En este sentido, Gemma puede haber sido una segunda “beatriz” de Dante, una fuente de inspiración real para lo que él narró en la Divina comedia.

Exilio

Si el choque por la prematura muerte de aquella bella señora puede haberle causado todo ese enamoramiento retroactivamente en su memoria, ese no fue el único factor para haberla escogido como figura clave de esa epopeya de ultratumba. Sabemos que en 1302 Dante tuvo que exiliarse de Florencia. Había ido a Roma como embajador de su ciudad, y, mientras se encontraba fuera, los güelfos negros tomaron el poder, y ya no le dejaron volver.

Primero se fue a Verona, más al norte de la península itálica, luego a distintas ciudades cercanas, hasta acabar en Rávena, donde murió. El inicio de la escritura de la Divina comedia, en 1304, se sitúa por tanto ya en el exilio, fuera de Florencia. El no poder volver a su amada tierra natal le desgarró el corazón, como con la temprana muerte de Beatriz.

Así pues, se nota en Dante un corazón noble y nostálgico: ama, pero lo que ama siempre le es quitado definitivamente; ama, y sigue fiel a ese amor pase lo que pase. En este sentido, la ciudad de Florencia le es como una nueva musa inspiradora, una tercera “beatriz”, distante de la cual se inspira a poner por obra quizás la más excelsa obra literaria occidental. Por eso el libro mezclará con tanta cercanía su amor patrio (a Florencia), su amor humano (a Beatriz) y su amor divino (a Dios).

Foto: Catedral de Florencia. ©David Tapia

El título

Por fin hemos llegado al libro en cuestión. Lo siento por la larga introducción; es que la veía necesaria. Entonces, ¿por qué “divina” y por qué “comedia”? Dante la había titulado simplemente “Comedia”, no porque suscitara risas al ser leída, sino porque, en oposición a las tragedias, el trayecto narrativo iba del infierno al paraíso, es decir, terminaba bien, tenía un final feliz.

Da la impresión de que todo el largo poema había agotado la creatividad de Dante y ya no le quedaba ninguna para el título de la obra, así que puso solo eso. Pero Giovanni Boccaccio (1313-1375), al comentar la obra en la iglesia de Santo Stefano di Badia, de Florencia, por algún motivo la calificó de “divina”, y así quedó para la posteridad. Así de sencillo: “Divina comedia”.

Las partes de la obra

Tras la portada, vayamos al meollo. El libro se divide en tres cánticos denominados infierno, purgatorio y paraíso, es decir, los novísimos, según la doctrina de la Iglesia. La primera tiene 34 cantos (1 introductorio y 33 de cuerpo) y las otras dos 33 cada una, totalizando 100 cantos. La simbología de los números indica la relación con la Santísima Trinidad: un solo Dios y tres personas divinas. Literariamente, se incluye en la tradición del llamado Dolce stil nuovo (Dulce estilo nuevo), con acentos en la sinceridad, la intimidad, la nobleza y el amor cortés. Como explicó en De vulgari eloquentia (1305), Dante veía también en el idioma vulgar (que es algo parecido a lo que hoy llamamos “italiano”) “un instrumento para hacer cultura y producir belleza, y no solo para ser utilizada para los intercambios comerciales”. Por eso prefirió escribir su poema en la lengua que él hablaba: una mezcla de italiano con latín, resumiendo. 

Si un cierto pragmatismo se asoma en esa elección, todo lo contrario se nota en la temática de los cantos. Ahí encontramos temas literarios, políticos, científicos, eclesiásticos, filosóficos, teológicos, espirituales y amorosos. Como estamos en el siglo siguiente al del inicio de las primeras universidades europeas, cuyo objetivo era alcanzar la profunda unidad y universalidad del saber (de ahí la palabra “universitas”, del latín), él intenta abarcarlo todo en su obra. Mirando hacia los dos siglos siguientes, servirá de preparación para el humanismo y el Renacimiento, cuyo centro no se dio sino en la misma península itálica.

El verso

Cuando empiezas a leerlo, te das cuenta de que todos los versos tienen más o menos el mismo tamaño. Son endecabílabos, lo que significa que tienen once sílabas poéticas, cuando la última sílaba no es acentuada (cuando sí lo es, el verso tiene solo diez sílabas, para conservar la musicalidad del verso; si lo lees en voz alta medio cantando lo percibirás). A su vez, las estrofas están encadenadas del modo que se vino a llamar terzina dantesca, o sea, el final del primer verso rima con el final del tercero, y el segundo rima con el cuarto y el sexto, y el quinto con el séptimo y el noveno… en fin, es un poco difícil de explicar sin dibujar, pero el esquema es este: ABA BCB CDC y así sucesivamente.

Si quieres entenderlo en detalle es mucho más fácil que lo busques en internet. Te vas a sorprender aún más con el ingenio que hace falta para seguir rigurosamente este esquema durante los más de 14 mil versos que componen la Divina comedia.

Sobre la forma ya basta, vayamos ahora al contenido. El viaje dantesco por el “otro mundo” dura una semana (de 7 a 13 de abril de 1300) y es en primera persona. Se nota este rasgo biográfico ya en el primer verso: “Nel mezzo del camin di nostra vita” (En el medio del camino de nuestra vida), o sea, se pone en marcha cuando tenía 35 años. Al inicio se encuentra en un callejón sin salida, rodeado por tres bestias y es rescatado por Virgilio, su poeta favorito, que le propone guiarlo a través de los reinos de ultratumba.

Infierno

Empiezan por el infierno, en cuyo dintel se recomienda: “Lasciate ogni speranza o voi ch’entrate” (Dejad toda esperanza, vosotros que entráis). Este no es el sitio para tener esperanza de nada bueno, sino un hondo precipicio que llega hasta el centro de la Tierra, donde está preso el mismo Lucifer. Este precipicio surgió con la caída de Lucifer desde el cielo, tan tremenda que generó un enorme agujero, un vacío, una nada, como aludiendo al mismo mal, que no es criatura de Dios, no tiene esencia, es solamente la privación del bien, como el frío no es nada sino la privación del calor, o como la oscuridad no es nada sino la privación de la luz. De hecho, Lucifer se encuentra ahí en un sitio oscuro y congelado (sí, en medio del hielo, aunque el fuego estuviera en otras partes del infierno). Él ha elegido ser nada, en vez de ser fiel al Bien, y por eso padece indeciblemente, él y los que le siguieron, ángeles y humanos.

Todo el infierno, como luego el purgatorio y el paraíso, están ordenados por zonas, como la mentalidad escolástica en boga prescribía (échale un vistazo al índice de la Suma teológica, de santo Tomás de Aquino, para tener un barrunto de hasta qué extremos puede llegar la virtud del orden). El infierno tiene forma de embudo y se divide en nueve círculos, cada vez más abajo hasta llegar al luciferino, divididos por grupos de pecadores según niveles de gravedad del pecado.

Pecados

El nivel más bajo es el de la traición, el pecado más grave según el autor, por eso en la boca de Lucifer están Judas Iscariote (el que traicionó a Jesús), Bruto y Casio (los que traicionaron a Julio César). En el canto XIV, verso 51, dice un condenado: “Qual io fui vivo, tal son morto” (Cual yo fui vivo, tal soy muerto), o sea, el réprobo permanece siendo el mismo después de su muerte, de modo que las penas del infierno tienen directa relación con sus pecados en la Tierra. Las consecuencias indican sus causas.

Por ejemplo, los que en la Tierra fueron esclavos de su estómago (golosos) ahora se encuentran continuamente con la boca en el fango inmundo. Ahí encontrarás a políticos, a eclesiásticos (incluso a Papas), a nobles, a comerciantes; a todo tipo de gente. En medio a eso, Dante se aflige enormemente y va preguntando a Virgilio lo que no entiende. Se siente pesado en el infierno, sufre con el sufrimiento ajeno. Quiere salir de ahí.

Purgatorio

Tras llegar a Lucifer, ambos se meten por un pasaje y salen al otro lado del globo terrestre (sí, ellos sabían que la tierra era esférica, aunque todavía pensaran que era el centro del universo), y ahí divisan la montaña del purgatorio. La espantosa caída de Lucifer al otro lado del planeta había desplazado la masa de tierra, generando, en el lado opuesto, una montaña. En la Biblia, la montaña es el sitio del diálogo con Dios, de la oración, asequible a la capacidad humana, a pesar de requerir esfuerzo y causar fatiga. Ahí están los que agridulcemente sufren purificándose de sus imperfecciones mientras esperan el cielo tarde o temprano, ya con esperanza. Siete terrazas dividen el purgatorio, de acuerdo con los siete pecados capitales, pero ahora el orden es el inverso: al inicio de la montaña encuentran los pecados más graves, que están más lejos del cielo.

A diferencia del infierno y del paraíso, en el purgatorio no se encuentran ángeles, sino solo hombres. Las marcas que los pecados dejaron en esas personas están inscritas en sus frentes, ya no se pueden ocultar a nadie, y poco a poco son borradas a medida que avanzan en su purgación.

Cielo

En la cumbre de la montaña dan con el paraíso terrenal, donde estuvieron Adán y Eva y desde el cual Dante accede al paraíso celestial. Y ahí Virgilio se ve impedido de seguir guiándole a Dante. Como poeta pagano, no es apto para ascender a los cielos, simplemente no puede. Sin embargo, a esta altura del trayecto, su discípulo ya se encuentra suficientemente compungido y enmendado como para cruzar el umbral del paraíso.

En el canto XXX del purgatorio Dante ve una mujer coronada de ramos de olivo y vestida con los colores de las tres virtudes teologales: la fe (el velo blanco que cubre su rostro), la esperanza (el manto verde) y la caridad (el vestido rojo). Dante no la distingue a primera vista, y cuando va a preguntar a Virgilio quién es esta dama, se da cuenta de que Virgilio ha desaparecido, ya no está con él. Dante llora, mientras tanto Beatriz viene hacia él, le llama por el nombre y le reprocha por su mala vida hasta entonces. Es su última conversión hasta pisar el reino de los justos.

De la mano de Beatriz, cuyo nombre significa “la que hace beato, feliz”, nuestro protagonista se adentra en el paraíso. El recorrido ahora ya no se hará a fuerza de pasos, con cansancio. Lo natural del hombre se queda corto, y tiene que acudir a lo sobrenatural, a la fuerza divina, para poder volar por las nueve esferas celestes que le quedan para llegar a contemplar a Dios. Ahí ya no padece con lo que ve, oye o siente. Todo es gozo, caridad, fraternidad. Los bienaventurados reciben bien a Dante y a su guía, son cordiales, ligeros de peso, rápidos de movimiento.

Los santos

En cierto momento, encuentran a santo Tomás de Aquino, quien, siendo dominico, elogia a san Francisco de Asís delante del franciscano san Buenaventura de Bagnoregio, quien, a su vez, enseguida retribuye elogiando a santo Domingo de Guzmán delante del dominico aquinate. Entre otros santos, Dante encuentra en el paraíso a su tatarabuelo Cacciaguida, que había muerto en Tierra Santa en 1147 durante una batalla cruzada. En el canto XXIV, Beatriz invita a san Pedro a que examine la fe de Dante. Echando mano de rigurosos razonamientos e distinciones escolásticas, nuestro “turista de ultratumba” dice que la fe es el principio sobre el cual se apoya la esperanza en la vida futura, y la premisa de la cual debemos partir para explicar lo que no vemos. El príncipe de los apóstoles le aprueba efusivamente y siguen adelante. Luego será examinado en la esperanza por Santiago el Mayor, y en el amor por san Juan. 

Despedida

Superadas las nueve esferas celestes, Dante tiene que enfrentarse con otra despedida. Beatriz ya no puede seguir guiándole en el empíreo, donde está propiamente la rosa de los bienaventurados, el anfiteatro más elevado donde están la santísima Virgen María y los santos más elevados.

En el canto XXXI del paraíso san Bernardo de Claraval asume la ultimísima guía de Dante, ya a las puertas de la contemplación del Eterno. Es en el último canto de la obra, el XXXIII, donde leemos: “Vergine Maria, figlia del tuo figlio” (Virgen María, hija de tu hijo), y así empieza una de las más bellas alabanzas a la Madre de Dios. Al mirar directamente a la luz divina, en ella encuentra todo por lo cual esperaba, todo aquello que le satisface. En esa luz distingue los contornos de una figura humana, y no encuentra palabras para describir a Dios. Lo único que consigue decir es que ahora su voluntad está movida por “l’amore che move il sole e l’altre stelle” (el amor que mueve el sol y las demás estrellas).

Contemplación

Así concluye la Divina comedia: con una contemplación inefable de la esencia divina en forma de luz. Por el arte y la razón, representados en Virgilio, Dante se dio cuenta de sus errores; por el amor humano, representado en Beatriz, se preparó para estar en la presencia directa de Dios; y por la amistad con los santos, representados en san Bernardo de Claraval, pudo alcanzar la bienaventuranza sin fin. En el infierno la fe de Dante es confirmada, al comprobar la veracidad de tantas cosas en las cuales creía; en el purgatorio comparte la esperanza de los lugareños por el cielo; por fin en el paraíso puede unirse amorosamente al Creador y a sus santas criaturas. Durante el pasaje por el infierno y el purgatorio las demás criaturas le afectaban interiormente solo a través de los sentidos, pues él no llegaba verdaderamente a comulgar con su entorno. Pero, una vez en el paraíso, los ángeles y hombres que va encontrando están dispuestos a ayudarle, y por eso Dante se abre y acoge esos dones. Todos ganan, porque hay una fuente inagotable de bienes, que es el mismo Bien.

Dante supo maravillosamente captar y transmitir lo verdadero, lo bello y lo bueno de la realidad, a pesar de todas las dificultades que enfrentó en su vida. La temprana muerte de Beatriz y el exilio definitivo de Florencia podrían haberle dejado un rasgo trágico impreso en el carácter. Sin embargo, con la fuerza de su fe, él aprendió que lo trágico de la vida – cuando lo hay – es solo el primer capítulo. Todavía quedan los siguientes. No hay que desesperarse. Espera, sigue el camino de la belleza con paciencia, abrázate a tus verdaderos amores. Serás ayudado, tendrás que arrepentirte muchas veces, pero, con la gracia de Dios, pronto llegarás adonde te han conducido tus propias acciones.

El autorGustavo Milano

Evangelización

De la Llama: «Corremos riesgo de leer el Evangelio como si se tratara de una historia que ya conocemos»

Entrevistamos a Alfonso de la Llama, autor de un libro divulgativo para conocer la figura de Jesucristo a través de los evangelios.

Javier García Herrería·6 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Alfonso de la Llama es un biólogo con dos profesiones. Por un lado, ha impartido clase de biología y de religión a adolescentes durante años. También es un ambientalista dedicado con empeño a la erradicación de plagas y especies invasoras. Nunca se ha dedicado a escribir, pero, al llegar a los 60 años, ha sentido la necesidad de acercar la figura de Jesucristo a los que no lo conocen. La sorpresa ha sido que Planeta ha publicado su libro sobre el Evangelio de san Mateo con uno de sus sellos, Universo de letras. 

¿Qué crees que tiene el libro para que una editorial tan relevante haya decidido publicarlo? ¿Con qué perspectiva lo has escrito?

El Evangelio ha iluminado el pensamiento, el arte, las costumbres de occidente, aportando durante estos siglos igualdad y libertad a la sociedad. La editorial lo sabe. Pensar que no está de moda es como afirmar que la sabiduría ya no tiene interés para nadie.

Dices en el libro que durante mucho tiempo leíste la Sagrada Escritura con superficialidad. ¿Qué fue lo que te hizo darte cuenta de que era así? ¿Tiene algo que ver ese despertar tuyo con lo que tratas de transmitir a tus lectores?

Corremos riesgo de leer el Evangelio como si se tratara de una historia que ya conocemos. Paulatinamente, te das cuenta de que no es así. San Josemaría enseña la importancia de formar parte de las diversas escenas. Cada uno puede vivirlas y meditarlas una y otra vez, a su manera, la que Dios le muestre. 

¿Cómo crees que es la formación bíblica de los creyentes españoles? Me refiero a los practicantes. 

Gente muy preparada ha profundizado serenamente en la biblia, la conoce a fondo. A otros, a la gran mayoría, se nos puede definir como personas que estudiamos un idioma para salir del paso, sin intención de aprenderlo; leemos los prospectos cuando empiezan los problemas, una vez que nos sentimos mal. 

¿Qué recomiendas para formarse más en temas bíblicos?

La inclinación por formarse bien es muestra de sabiduría. El Antiguo Testamento está sembrado de maravillosas historias, las parábolas de Jesús, narradas desde un profundo conocimiento de la naturaleza humana. Nadie, como Él, sabe lo que los hombres necesitamos en cada momento, quiere intimar con nosotros, que se lo preguntemos. Sabios y santos a lo largo de los siglos han contemplado las lecturas de la Misa de modo admirable. Meditarlas cada día puede ser un buen comienzo. Raras veces se percibe como algo apasionante, enriquecedor, es una verdadera lástima.  

¿Podrías poner un ejemplo concreto para entiender porqué le interesa formarse más? 

Va un ejemplo. Pensemos en la escena de la hemorroísa. La sociedad judía era muy exigente en algunos puntos: excluía a los leprosos, discriminaba a los pecadores, aislaba a los que consideraba impuros. Muchos fariseos simulaban ser perfectos, ocultaban sus pecados. Como el famoso que, cuando es entrevistado, afirma que su mayor defecto es ser demasiado generoso.

La situación de la hemorroísa no se puede ocultar. Padece una enfermedad que la avergüenza y aísla de los demás, probablemente tenga su origen en complicaciones durante el parto. No hay compresas ni pañales. Cada vez que se levanta del asiento, su flujo de sangre se hace evidente a todos, sin que pueda disimularlo. Cuando acaricia a su hijo pequeño este queda contaminado. Los niños son crueles y se burlan, no quieren jugar con él. Los fariseos recuerdan una y otra vez a su marido que no pueden mantener relaciones. ¡Pobre mujer!, lleva doce años sin poder entrar a la sinagoga. Es casi una apestada.

Confundida entre el tumulto, empuja a todos hasta lograr su objetivo, ha recibido mucha caña en ese trance y piensa ¡que se fastidien! Siente gran respeto por Cristo, por eso convencida de que vuelve impuro cuanto toca, sólo se atreve a rozar el borde de su manto. Ese mínimo contacto le sana de su mal. Al contrario de lo que creen los fariseos, nadie puede manchar a Dios. El resto de la historia, ya la sabemos.

Ahora imaginemos lo que supone, para un cristiano, recibir la comunión con semejante fe.

Tu libro acerca el Evangelio al día a día de las personas. ¿Tienen algo que decir esos relatos al hombre del siglo XXI?

El mensaje evangélico nunca pasará de moda, el lenguaje de la sociedad cambia continuamente con los años. Ha sido publicado hace pocos meses, es pronto para hacer una valoración extensa. He intentado huir de todo tecnicismo, pedantería. Está escrito para gente sencilla de diversas edades, padres y madres de familia de toda condición. El comentario común ha sido: ¡los ejemplos son tremendamente actuales, es de lectura fluida y agradable! 

¿Hay aspectos del Evangelio que se puedan comprender mejor con una sencilla reflexión?

En una escena se anima a vender cuanto uno tiene para comprar el campo que esconde un tesoro. Uno puede pensar, ¿en qué entidad bancaria se hace el cambio de divisa terrenal por la celestial? ¿Alcanzará lo que tengo para comprarlo? ¿En qué consiste el esfuerzo? ¿Merecerá la pena? 

En realidad, se trata de encauzar todo lo que hacemos hacia la maravillosa meta que Dios nos ofrece, cada uno según sus circunstancias. No se puede interpretar literalmente.

América Latina

La expulsión de las Misioneras de Nicaragua “no tiene asidero jurídico”

Periodista exiliado considera que es un paso más de la represión de Ortega contra la Iglesia.

Rome Reports·5 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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Periodista exiliado considera que es un paso más de la represión de Ortega contra la Iglesia.


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Vaticano

El Papa visitó a drogadictos en secreto

No ha salido mucho en la prensa internacional, pero este detalle del Papa visitando por sorpresa un centro de drogadictos ha tenido eco en los medios canadienses.

Fernando Emilio Mignone·5 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Como informó Omnes Francisco tuvo un mensaje canadiense claro. “Ante las ideologías que amenazan a los pueblos intentando borrar su historia y sus tradiciones, la Iglesia se siente interpelada y no quiere repetir errores. Su misión en el mundo es anunciar el Evangelio y construir la unidad respetando y valorando la diversidad de cada pueblo y de cada persona. Para esta misión, un binomio clave es la relación entre ancianos y jóvenes, un diálogo entre memoria y profecía que puede edificar un mundo más fraterno y solidario.” Estas palabras fueron pronunciadas por el Papa Francisco en la audiencia del Aula Pablo VI el 3 de agosto.

En continuidad con ese mensaje, Francisco siempre pide no tenerle miedo a la ternura (homilía del 19 de marzo de 2013 en el inicio de su ministerio petrino).

A mí, se me saltaron las lágrimas cuando leí, en Omnes, sobre la santiagueña señora Margarita. Pues bien, qué mejor coda que la que sigue, del viaje papal del 24 al 29 de julio. 

Al encuentro de los drogadictos

“En la casa de los toxicómanos de Québec” intituló Le Devoir, periódico de Montréal, el 30 de julio, la visita en secreto de Francisco a un hogar de drogadictos en el barrio de Beauport (ciudad de Québec), después de la misa del 28 de julio en la Basílica de Sainte Anne. 

El redentorista André Morency, de 73 años, miembro de la misma congregación que se encarga de la Basílica, fundó hace 30 años la Fraternité Saint-Alphonse para ocuparse de toxicómanos. 

Unas sesenta personas pudieron saludar al Santo Padre, lejos de las cámaras. El Padre Morency estaba en las nubes. Además de un icono de la Virgen con el Niño, el Papa le entregó al despedirse un sobre con veinte mil dólares canadienses. 

Morency llama a los que vienen a su fraternidad los “sin nombre”, personas atormentadas por sus demonios, heridas por su pasado y a menudo abandonados, a la deriva. “Casi siempre han conocido el rechazo y la indiferencia. Siempre han sido burlados con esa actitud.”

Veinte minutos pasó el Papa con ellos. El P. Morency cuenta que el Papa, al salir de su automóvil, tenía una sonrisa enorme y un rostro radiante. “Durante las ceremonias oficiales, yo hallaba a veces que él tenía un aspecto decaído. Cuando llegó aquí, fue todo lo contrario: él bromeaba con nosotros, tenía la luz en los ojos.”

“Todavía tengo escalofríos.” “¡Increíble!” comentan dos de los que saludaron a Francisco. “La visita papal”, informa Le Devoir, “les ha permitido sentirse, pour une rare fois, tenidos en cuenta.”

Vaticano

Vídeo mensual del Papa: por los pequeños y medianos empresarios

El Papa Francisco invita a rezar en su vídeo mensual por los pequeños y medianos empresarios, duramente afectados por la crisis económica y social.

Omnes·5 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Video del Papa es una iniciativa oficial que tiene como objetivo difundir las intenciones de oración mensuales del Santo Padre. Es desarrollada por la Red Mundial de Oración del Papa. Desde el año 2016 El Video del Papa lleva más de 179 millones de visualizaciones en todas las redes sociales vaticanas, es traducido a más de 23 lenguas y tiene una cobertura de prensa en 114 países. El proyecto cuenta con el apoyo de Vatican Media.

La Red Mundial de Oración del Papa es una Obra Pontificia, que tiene como misión movilizar a los católicos por la oración y la acción, ante los desafíos de la humanidad y de la misión de la Iglesia. Estos desafíos se presentan en forma de intenciones de oración confiadas por el Papa a toda la Iglesia. Fue fundada en 1844 como Apostolado de la Oración. Está presente en 89 países y la integran más de 22 millones de católicos. Incluye su rama de jóvenes, el MEJ – Movimiento Eucarístico Juvenil. En diciembre 2020 el Papa constituyó esta obra pontificia como fundación vaticana y aprobó sus nuevos estatutos.

El contenido del vídeo del Papa dice:

Como consecuencia de la pandemia y de las guerras, el mundo se enfrenta a una grave crisis socioeconómica. ¡Todavía no nos dimos cuenta!
Y entre los grandes perjudicados están los pequeños y medianos empresarios.
Los de los comercios, los talleres, la limpieza, el transporte y tantos otros.
Los que no salen en las listas de los más ricos y poderosos y, a pesar de las dificultades, crean puestos de trabajo manteniendo su responsabilidad social.
Los que invierten en el bien común en lugar de esconder su dinero en paraísos fiscales.
Todos ellos dedican una enorme capacidad creativa a cambiar las cosas desde abajo, desde donde siempre sale la mejor creatividad.
Y con valor, con esfuerzo, con sacrificio, invierten en la vida generando bienestar, oportunidades y trabajo.
Recemos para que los pequeños y medianos empresarios, duramente afectados por la crisis económica y social, encuentren los medios necesarios para continuar su actividad al servicio de las comunidades en las que viven.

Cultura

Pablo Delclaux: «El patrimonio de la Iglesia genera un 2,17% del PIB y 225.000 empleos»

Entrevistamos a Pablo Delclaux, que trabaja en la oficina de patrimonio de la Conferencia Episcopal Española.

Javier García Herrería·5 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La subcomisión episcopal para el patrimonio cultural de la Conferencia Episcopal Española organiza todos los años en el mes de junio unas jornadas sobre patrimonio. Están destinadas a los delegados diocesanos, ecónomos, responsables de museos, es decir, gestores del patrimonio eclesiástico. Charlamos con uno de los organizadores del encuentro, D. Pablo Delclaux, que también es el secretario técnico de la subcomisión episcopal de patrimonio de la CEE.

Del 27 al 30 de junio han tenido lugar en Barbastro las Jornadas de Patrimonio cultural sobre patrimonio eclesiástico y desarrollo local. ¿Qué ideas destacaría sobre las reflexiones de estos días?

– El tema de este año es consecuencia de la despoblación de algunas zonas de España. Hemos buscado fórmulas para que el patrimonio eclesiástico contribuya al crecimiento de esas localidades y al uso que se puede hacer de ese patrimonio para que no se deteriore.

Destacaría que en España tenemos mucho patrimonio y dada la coyuntura no es fácil de gestionar. No es fácil generalizar las soluciones dadas las diferencias entre unas poblaciones y otras. Por ejemplo, algunos lugares tienen visitantes y turistas y para otras es casi imposible. 

Hay que unir esfuerzos entre las parroquias, diócesis y órdenes religiosas, las instituciones privadas (hostelería, restauración, artesanías) y los organismos públicos para encontrar la solución más óptima para cada lugar. 

¿En España valoramos el patrimonio cultural que tenemos?

– Tenemos mucho patrimonio, pero quizá no lo valoremos como corresponde. En otros países lo valoran más, tal vez porque tengan menos y lo estimen más. Nosotros en cada rincón de España tenemos maravillas de primera calidad. 

La mentalidad francesa e italiana es más decorativa y detallista, mientras que en España somos más austeros. A grandes rasgos el arte italiano es muy teatral, el francés muy elegante, el alemán muy dramático. El español se caracteriza por lo profundo de su significado. Esto hace que tengamos un arte con mucho contenido, aunque no sea tan decorativo. Me parece que podríamos ser más conscientes de la carga significativa de nuestro patrimonio, nos centramos más en la forma y menos en el contenido. Creo que la parte del contenido deberíamos explotarla mucho más, de forma que vibremos más con ella. 

En los últimos meses ha habido cierto revuelo mediático por el tema de las inmatriculaciones. En relación a este asunto, ¿qué idea le hubiera gustado que entendiera mejor la opinión pública?

– Hay que aclarar varios aspectos. En primer lugar los registros de la propiedad nacen en el siglo XIX, y tenían como fin aclarar los dueños de las distintas posesiones. La cuestión era que las propiedades de la Iglesia estaban bastante claras y no generaban especiales problemas legales. Por eso no se registraron en ningún sitio. Con el paso de los años, sí que surgían dudas y pleitos respecto a las propiedades de la Iglesia. Por eso, para poner orden, el estado español pidió a la Iglesia que registrara sus bienes. 

El problema es que muchos edificios eran anteriores a la creación del registro, por lo que no había documentación alguna que pudiera presentarse. El gobierno de Aznar permitió que fueran los obispos los que dieran un certificado a esas propiedades, de modo que ese papel fuera válido para registrar esos bienes ante la autoridad civil.

En muchos lugares de España hay muchos templos sin apenas actividad. ¿Qué tiene previsto hacer la Iglesia con esos templos? 

– En primer lugar, hay que decir que esto depende de cada diócesis y aun así tiene bastantes matices. Por ejemplo, los monasterios son de las órdenes religiosas y, por tanto, quedan fuera de la jurisdicción episcopal. Por otro lado, las parroquias que se cierran en entornos urbanos pueden transformarse en museos o archivos diocesanos. 

En España hay muchos lugares de culto que se han reaprovechado con un fin cultural. Tenemos el caso del Espacio Pirineos, que es la conversión de una residencia jesuita en un centro de exposiciones y formación en Graus. También tenemos el Centro de Estudios Lebaniegos, en Potes, que reutiliza la iglesia de san Vicente, mártir. O el Centro Cultural San Marcos, que adapta en Toledo la iglesia del mismo nombre.

La Sagrada Familia o la Catedral-Mezquita de Córdoba son muy visitadas por los turistas. ¿Existen datos auditados o fiables sobre el ingreso económico que produce el patrimonio de la Iglesia al estado español? 

– Hace unos años desde la conferencia la conferencia episcopal presentamos un estudio que cuantificaba este tipo de aspectos. El trabajo fue realizado por la auditora KPMG y concluía que el patrimonio de la Iglesia generaba un 2,17% del PIB. Además, los bienes inmuebles de interés cultural católicos sostienen 225.300 empleos, de los que el 71% son directos. Este tipo de datos pueden consultarse en el portal de transparencia de la CEE. Como se puede ver, la aportación es muy notable. 

Vaticano

El Papa Francisco y el mensaje de perdón en la tumba de Celestino V

El próximo 28 de agosto, justo antes del consistorio de cardenales, el Papa Francisco visitará la tumba de Celestino V.

Giovanni Tridente·4 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Traducción del artículo al italiano

Traducción del artículo al inglés

Dentro de unas semanas, el Papa Francisco realizará un nuevo viaje, esta vez a L’Aquila, Italia. Dará así comienzo oficialmente las celebraciones de la llamada «Perdonanza Celestiniana», un rito que se remonta a 1294.

El 29 de agosto de ese año, en la basílica de Santa Maria di Collemaggio, Pietro Angeleri fue elegido Papa con el nombre de Celestino V en presencia de más de doscientas mil personas. En esa misma ocasión, concedió el don de la indulgencia plenaria a «todos los que, confesados y sinceramente arrepentidos», habían visitado devotamente la misma basílica «desde las Vísperas del 28 de agosto hasta las Vísperas del 29».

La bula del perdón

La bula formal de la cancillería papal llegó un mes después, el 29 de septiembre, y al año siguiente se celebró la primera fiesta solemne, que continúa hasta hoy. Una especie de «jubileo ante litteram» dedicado al perdón, ya que el primer Año Santo real fue instituido en 1300 por Bonifacio VIII.

La autenticidad de la Bula del Perdón ha sido cuestionada varias veces a lo largo del tiempo, pero fue San Pablo VI quien, en 1967, en el momento de la revisión general de todas las indulgencias plenarias, contó con la de Celestino V a la cabeza de la lista oficial.

Los conceptos centrales del precioso documento son la paz, la solidaridad y la reconciliación. Hoy resuenan con más actualidad que nunca, precisamente por los acontecimientos bélicos que también sacuden a Europa. Y es significativo que el último viaje que ha hecho el Papa Francisco ha sido a Canadá, precisamente para reconciliar a la Iglesia con los pueblos originarios de esas tierras.

El Papa Francisco en el L’Aquila

El viaje al L’Aquila adquiere un significado adicional de renacimiento, después de que el desastroso terremoto de 2009 arrasara su centro histórico, incluida la basílica de Collemaggio. La visita del Papa Francisco es también un estímulo para las poblaciones que aún luchan por recuperar la normalidad de la vida ordinaria. No es casualidad que, tras la visita privada a la catedral de la ciudad, todavía inhabitable, el Pontífice salude también a los familiares de las víctimas del terremoto en el parvis.

Francisco será también el primer pontífice de la historia en abrir, después de 728 años, la Puerta Santa que inaugura los actos de la Perdonanza, y es representativo que lo haga quien ha hecho de la misericordia una piedra angular de su pontificado.

«L’Aquila, con la imagen de Collemaggio, llegará a todo el mundo como una ciudad que proclama el mensaje del Perdón, un mensaje que debe vernos comprometidos como protagonistas, con obras y nuestro testimonio», comentó en días pasados el cardenal Giuseppe Petrocchi, quien dirige la comunidad diocesana de L’Aquila desde 2013.

El programa de la visita del Papa tiene en el centro «la dimensión espiritual y cultural de un evento que debe apuntar a lo esencial», teniendo como «núcleo fundamental» el perdón, reiteró el arzobispo.

Y un último apunte. A partir de 2019, la Perdonanza Celestiniana es patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO.

Recursos

Un cuento para celebrar al Cura de Ars

Como todos los meses, ofrecemos un relato de ficción con ocasión de la festividad de algún santo, en este caso el Cura de Ars, 4 de agosto.

Juan Ignacio Izquierdo Hübner·4 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 8 minutos

Hay cosas que no pueden esperar 

Gabriel llevaba un buen rato recostado sobre la arena fina y dorada de la playa de la Concha, en San Sebastián, cuando por fin vio llegar a su amigo. Venía con bañador, una camisa holgada, bear size, si se puede decir así, y traía una mochila al hombro. El sol se había puesto, los faroles del paseo se estaban encendiendo y las tranquilas olas del mar circulaban en la bahía como si las estuviera dibujando un compás. Después de pasar 12 años sobreviviendo juntos en el colegio, la separación que les impuso el primer año de Universidad le parecía una década.

—¡Hombre, Iñaki!, ¡qué alegría verte! Estás más fuerte, ¡eh! Veo que has estado dándole al gimnasio —gritó Gabriel, a la vez que guardaba las gafas en la funda, las dejaba cuidadosamente en la arena y se incorporaba para preparar el ataque contra su amigo, para cuando terminara de bajar la rampa de los relojes. 

Gabriel saltó sobre su cuello y lo atenazó como un cangrejo para arrastrarlo al suelo. Una idea graciosa, casi tierna, teniendo en cuenta que Gabriel estaba delgado como un espárrago, mientras que Iñaki parecía un gladiador esculpido en bronce. Así que en lugar de doblarle la espalda, él quedó colgando ahí como un gato abrazado a un farol del paseo.

—Jaja, Gabriel, no me haces ni cosquillas. Suéltate mejor, si no quieres que te catapulte al mar —argumentó Iñaki entre risas, lo convenció con eso y en cuando se liberó de él, contraatacó con un abrazo que lo hizo crujir— ¿Cómo estás, cabezón? ¿Has leído mucho en tu doble carrera de Filosofía y Derecho? ¿Quién te manda a estudiar tanto? Deberías haberte venido a estudiar conmigo Mecánica en Madrid, ahí sí que nos la sabemos montar; ¡jo!, si te contara… 

Se sentaron y continuaron la conversación que habían suspendido al acabar el verano anterior. Pasaron las horas, se pusieron al día con anécdotas y recuerdos, se bañaron en el mar (Gabriel había olvidado la toalla, pero Iñaki, que conocía bien las distracciones de su amigo, había traído dos en la mochila), y cuando volvieron a tenderse en la arena, en torno a la medianoche, la conversación había escalado hacia las zonas más altas de la amistad. De pronto, el pasado se había incorporado al presente: risas y puños, sueños compartidos y baldes de realidad, aventuras y castigos; toda esa confianza acumulada les regalaba un clima grato y seguro que los animaba a abrir el corazón. Sin darse cuenta, Gabriel e Iñaki estaban absortos en esa conversación confidencial que suena como el susurro de un arroyo, aunque de uno con rápidos y cascadas.

—¡Espera, espera un poco! Déjame ver si te entiendo, vamos a recapitular —apuntó Gabriel, levantando las manos y empujando el aire con ellas, como si quisiera contener el alud de palabras que salían de la boca de su amigo—. Conociste a Sofía en el Museo del Prado. Cuando entraste ahí por equivocación, por supuesto. 

—También me interesaba el arte…

—Ya. Quedaron para salir unas cuantas veces, te enamoraste como un tonto y por algún motivo milagroso, ella accedió a ser tu novia. ¿Ella es de Pamplona, has dicho? 

—Sí, ahora está ahí con su familia, pero ojo…

—¡Espérame, te digo! En 6 meses habías conseguido a la mejor novia de España, afortunado de mierda, y dos semanas después vas a una discoteca, te pasas de copas y terminas liado con otra chica que no conocías de nada. Sofía, por supuesto, se enteró: le llegaron fotos, y te dejó de responder los mensajes. ¿Qué otra cosa podía hacer? Tú le escribiste todos los días durante un mes y acabaste tirando la toalla. ¿No?, ¿más o menos?

—Sí… más o menos fue así. Me entenderás mejor cuando encuentres novia tú también: leyendo y leyendo no se conocen a las chicas. En cuanto a lo mío, qué quieres que te diga… soy el tipo más imbécil que he conocido. Daría mi mano izquierda, ya no te digo para recuperar a Sofía, que eso no me lo merezco, pero al menos me gustaría poder pedirle perdón en persona, ¿sabes? Y será imposible, porque mañana ella se va a unos trabajos sociales en Tanzania, después sigue a no sé dónde; tendría que buscarla en septiembre, si eso. Y no sé si tendré fuerzas como para seguir viviendo hasta entonces… 

Era evidente que eso último se le había escapado, su rostro se había ensombrecido y la angustia había tomado el mando de sus ojos desorbitados. El ambiente parecía indiferente a esas señales: el aire estaba sereno, la isla Santa Clara los saludaba con sus farolas cálidas, no hacía calor y un hombre gordo pasó caminando delante de ellos, muy cómodo con su bañador, pero mostrando una barriga tan ostentosa que distrajo a los dos amigos, trayéndoles el recuerdo del flan de vainilla que les solían servir los lunes en el colegio. Gracias a esa pausa algo insólita, Gabriel dejó entrar el aire que su corazón necesitaba para pensar. Así, en lugar de cometer el crimen de pasar a los consejos y dar la chapa, tuvo la prudencia de cavar un poco más, disimulando que no había oído el último comentario, o que le había parecido solo una figura literaria que bebía del Romanticismo.

—¿Por qué te pasaste de copas en la discoteca?

Iñaki se sorprendió y miró a su amigo con cierto pasmo admirativo. Las causas no se las había contado a nadie, ni siquiera a sí mismo. 

—Estaba huyendo.

—¿De quién?

—¿De quién va a ser? De mí. 

—¿Por qué?

—Pues, hombre, ¿qué te voy a decir?… por miedo. 

Gabriel volvió la mirada al cielo. Sabía que no podía preguntar más, no tenía derecho. La conciencia de su amigo era un terreno sagrado, y frente a ella debía quitarse las sandalias. En esos casos era mejor hacer como que miraba las estrellas y esperar.

—¡Vale!, te cuento. Eres bueno para sonsacarle cosas a la gente, ¿te das cuenta? No es nada del otro mundo, no te creas que soy muy original… Cuando salimos del colegio empezó el declive. En la Escuela me iba bien, sabes que la mecánica es lo mío. Los problemas me caían por la noche, cuando me quedaba a solas con el móvil en la habitación del piso.

Iñaki se interrumpió para respirar hondo y con cierta avidez. Quería hablar, pero le estaba costando ordenar las ideas. Levantó un puñado de arena y lo empezó a soltar sobre la palma de su otra mano en un hilillo. Mientras repetía el movimiento, volvió a su relato.

—Perdí bastante pasta con apuestas online. Sí, es una vergüenza. No me juzgues, ¿eh? Lamentable. Intentaba recuperar y perdía más… no quiero entrar en detalles, pero han sido meses horribles. Si no fuera por mi padre, que me zarandeó de lo lindo cuando descubrió que estaba malviviendo en Madrid, ahora mismo estaría dominado por esa adicción. Es una mierda. Te reirás de mí, pero todavía me llegan coletazos de esa guerra y me entran las vergüenzas, ¡unos bajones del ánimo que tumbarían a un camello!

—Vaya, se ve que te afectó.

—Además, dejé de ir a Misa, primero por pereza, supongo, pero después se me fueron acumulando otros pecados y la idea de confesarme se me hacía cada vez más pesada. Cuando conocí a Sofía y empezamos a salir, ella me invitaba a la Misa del domingo y me entraban unas ganas locas de ir solo para estar con ella, mirar de reojo su pelo rubio, su frente noble, sus bracitos brillantes, pero el orgullo me podía, ¡no tenía valor para enfrentarme a mi conciencia! Le decía que necesitaba estudiar. Ahora que lo pienso, era una excusa malísima, ¿estudiar?, ¿yo?, ¿un domingo?

—Bien malo el pretexto, en eso tienes razón —intentó bromear Gabriel, pero Iñaki no le hizo caso.

—¿Te ha pasado que sabes lo que tienes que hacer, pero no logras reunir fuerzas para hacerlo? ¿Sí? Pues eso, me ha costado levantar cabeza —dijo suspirando y dejó la arena para llevarse una mano al mentón—. Es curioso, esto no se lo había dicho a nadie… Y mientras te lo voy contando, mi actitud me va pareciendo ridícula, casi infantil.

—Te sigo. 

—Conocí mis límites, ¿me entiendes? Si te soy sincero, ya no estoy tan seguro de que la vida valga la pena.

—¡No nos pongamos dramáticos! —lo interrumpió Gabriel con un arrebato—. Yo conozco a un sacerdote. Vamos a verlo ahora y te confiesas. Recomienzas y punto, ¡así de sencillo!

—Jaja, hombre, ¿qué dices? Son casi las 1:00 de la mañana. No vamos a despertar a un pobre cura a estas horas. 

—Hay cosas que no pueden esperar. Me lo dijo él mismo hace un tiempo. Además, mañana tendrás que viajar a Pamplona para pedir perdón a Sofía en persona antes de que se vaya a Tanzania. ¡Vamos!, ¡sígueme! —dijo Gabriel con vehemencia mientras saltaba para ponerse en pie. Se puso la camisa y se calzó las alpargatas; se movió con tanto aplomo, que Iñaki lo imitó mecánicamente, pensando quizá que había llegado la hora de volver a casa. 

Caminaron una media hora colina arriba, discutiendo fuerte, con la esperanza de que las ventanas de las casas fueran lo suficientemente gruesas como para que los vecinos no se despertaran.

—¡Que no me confieso! —gritaba Iñaki, cada vez con menos convicción. —Te dejo ahí en el Colegio Mayor y me voy.

—¡Haz lo que quieras, joder! —respondía Gabriel, sin darle tregua y acelerando el paso. —Al menos deja que me confiese yo —añadió en un momento de inspiración.

Llegaron al Colegio Mayor donde vivía el sacerdote. Portón cerrado, luces apagadas, ni un alma por la calle. Tocaron el timbre. Iñaki estaba nervioso y quería irse; refunfuñaba, ya había decidido dejar la confesión para otro día. Gabriel tocó otra vez. De pronto, salió un señor en bata y con cara de zombi anestesiado, que escuchó la explicación con la misma extrañeza que manifestaría si estuviera recibiendo a unos embajadores de Marte. 

—¿Un sacerdote?, ¿ahora? —bufó—. Vale, entren —concluyó sin esperar respuesta. Les abrió el portón, los dejó en la sala de visitas y se fue escaleras arriba para despertar al cura.

El sacerdote era un hombre joven, simpático y atlético, que se levantó al instante, se abrochó esos botones infinitos de la sotana, se lavó la cara y bajó al recibidor. Al reconocer a Gabriel y ver junto a él a su amigo, intuyó de qué iba la cosa y sonrió. 

—Perdón por la hora, ejem… ¿me puede confesar? —preguntó Gabriel, quien de pronto se había puesto muy tímido.

—Con mucho gusto, Gabriel —El joven sacerdote sacó una estola morada del bolsillo como un mago saca los conejos del sombrero, y se dirigieron al confesionario que está en la entrada de la capilla. 

Cinco minutos después, Gabriel salió riéndose. Iñaki, sin levantar la mirada para evitar el riesgo de cruzarse con la de su amigo, entró al confesionario también. Diez minutos más tarde, el sacerdote volvió a su habitación para seguir durmiendo con los angelitos, e Iñaki entró al oratorio para rezar las avemarías que le habían impuesto de penitencia. 

Al volver al vestíbulo, Iñaki se secó con el puño de la camisa un resto de lágrima que le había quedado debajo del ojo y miró a Gabriel, que lo esperaba de pie intentando disimular su expectación. 

—¿Vamos a celebrar, no? —preguntó Iñaki, como si fuera la idea más normal del mundo.

Gabriel sonrió de alivio. Encontraron una banca con buenas vistas a la bahía y se tomaron unas latas de Coca-Cola que Iñaki tenía guardadas en la mochila. 

A la mañana siguiente, Iñaki se despidió muy cariñosamente de sus padres (hacía años que no los abrazaba con tantas ganas) y partió montado en su motocicleta, con el corazón chisporroteando de amor oxigenado y limpio, rumbo a Pamplona. ¡Vamos, Sofía!, ¡si Dios me perdonó, tú tendrás también que ser misericordiosa conmigo!, gritó en la carretera. Iba rápido, se sentía volando entre las nubes, nunca había tenido tantas ganas de vivir como entonces. ¡Tanto que descubrir!, ¡tanto tiempo perdido!, ¡vamos adelante, a conquistar el mundo! Pero en el carril de la derecha avanzaba un camión enorme y su ruta era zigzagueante… Iñaki aceleró para alejarse, el camión hizo lo mismo, llegaron a una curva cerrada, el asfalto estaba mojado por una lluvia reciente, el camión dio un golpecito a la rueda trasera de la moto y ¡pum!, el accidente fue terrible. 

El funeral fue en la iglesia de Nuestra Señora del Coro. Gabriel estuvo en la cuarta fila, acompañado por sus padres; ahí aguantó hasta el final, conteniendo el llanto, preguntándose por qué, luchando contra un tipo de dolor nuevo y volcánico que lo quemaba por dentro. 

A la salida, una chica rubia y de frente noble, que llevaba un vestido negro que dejaba ver dos bracitos brillantes, se presentó como Sofía. Como había viajado sola, los padres de Gabriel la invitaron a que los acompañara al entierro en su coche. Hicieron el trayecto en silencio. Cuando terminó la segunda ceremonia, Gabriel esperó a que la gente se fuera y pidió quedarse unos minutos con la tumba de Iñaki. Sus padres y Sofía lo acompañaron guardando unos metros de distancia.

—Esto no debió haberte pasado, Iñaki. No a ti —La voz se le cortó. Decidió que dejaría la conversación para el día siguiente, de momento tendría que limitarse a lo esencial—. Supongo que quieres que le diga a Sofía —ella se sintió aludida y se acercó cautelosamente, con dignidad, para ponerse a su lado—, de tu parte, que viajabas a Pamplona, como un hombre, para pedirle perdón. 

Sofía palideció y abrió mucho los ojos. Gabriel la abrazó y le repitió esas palabras. Ella asintió con la cabeza, sus mejillas se habían ruborizado, y se dejó refugiar por su hombro. Luego volvió al sitio donde estaban los padres y les pidió un pañuelo. 

Gabriel se quedó unos minutos más allí, mirando la lápida, como si estuviera conversando mentalmente con su amigo. Al final esbozó media sonrisa. 

—¿Vamos? —dijo, volviéndose a sus padres y a Sofía—, los invito a que nos tomemos una Coca-Cola. 

El autorJuan Ignacio Izquierdo Hübner

Vaticano

El Papa Francisco hace balance del viaje a Canadá

La audiencia que el Papa Francisco ha concedido a los peregrinos llegados a Roma le ha servido para hacer resumen para destacar los principales logros de su reciente viaje a Canadá.

Javier García Herrería·3 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El miércoles 3 de agosto el Papa ha retomado su catequesis semanal. La temperatura en Roma era alta, por lo que la audiencia no ha sido en la Plaza de San Pedro sino en el aula Pablo VI. A lo largo de los últimos meses el Papa Francisco ha reflexionado sobre el papel de los ancianos en la familia y en el mundo actual. Sin embargo, hoy ha preferido hacer un balance de su reciente viaje a Canadá.

El Santo Padre ha comenzado subrayando el mensaje principal de su viaje, reconocer que algunos hombres y mujeres de Iglesia «han participado en programas que hoy entendemos que son inaceptables y contrarios al Evangelio». Con estas palabras hacía referencia al sistema estatal de escuelas para indígenas. Ahora bien el Papa Francisco también ha señalado como también ha habido cristianos que «han estado entre los más decididos y valientes defensores de la dignidad de las poblaciones autóctonas, poniéndose de su lado y contribuyendo al conocimiento de sus lenguas y culturas».

Un balance por partes

El Papa Francisco ha señalado que su viaje ha tenido tres patas: hacer memoria del pasado, reconciliarse y sanar las heridas. «Juntos hemos hecho memoria -comentaba el Papa-, la buena memoria de la historia milenaria de estos pueblos, en armonía con su tierra, y la memoria dolorosa de los abusos sufridos».

Respecto al segundo paso de su camino penitencial, la reconciliación, señalaba que no se trataba de un mero «acuerdo entre nosotros – sería una ilusión, una puesta en escena – sino un dejarse reconciliar por Cristo, que es nuestra paz (cfr Ef 2,14). Lo hemos hecho teniendo como referencia la figura del árbol, central en la vida y en la simbología de los pueblos indígenas; el árbol, cuyo sentido nuevo y pleno se desvela en la Cruz de Cristo, mediante el cual Dios ha reconciliado todas las cosas (cfr Col 1,20). En el árbol de la cruz el dolor se transforma en amor, la muerte en vida, la desilusión en esperanza, el abandono en comunión, la distancia en unidad».

Sanación

Junto a la orilla del lago Santa Ana, tuvo lugar la sanación de las heridas. El Papa Francisco recordaba que «para Jesús el lago era un ambiente familiar: en el lago de Galilea vivió buena parte de su vida pública, junto a los primeros discípulos, todos pescadores; ahí predicó y sanó a muchos enfermos (cfr Mc 3,7-12). Todos podemos tomar de Cristo, fuente de agua viva, la Gracia que sana nuestras heridas: a Él, que encarna la cercanía, la compasión y la ternura del Padre, hemos llevado los traumas y las violencias sufridas por los pueblos indígenas de Canadá y del mundo entero.

Toda petición de perdón exige una reparación, por ello la Iglesia en Canadá se ha comprometido a indemnizar a los indígenas, para lo que ha recaudado más de 4 millones de euros.

Mentalidad colonizadora actual

En su encuentro en Canadá con los gobernantes y del cuerpo diplomático el Papa Francisco destacó «la voluntad activa de la Santa Sede y de las Comunidades católicas locales de promover las culturas originarias, con recorridos espirituales apropiados y con la atención a las costumbres y a las lenguas de los pueblos. Al mismo tiempo» -continuaba diciendo el Papa- «señalé cómo la mentalidad colonizadora se presenta hoy bajo varias formas de colonizaciones ideológicas, que amenazan a las tradiciones, la historia y los vínculos religiosos de los pueblos, aplanando las diferencias, concentrándose solo en el presente y descuidando a menudo los deberes hacia los más débiles y frágiles. Se trata por tanto de recuperar un sano equilibrio, una armonía entre la modernidad y las culturas ancestrales, entre la secularización y los valores espirituales».

El equilibrio y la armonía

En cualquier organización de personas, como una hermandad, es más importante llegar a la armonía, trabajando todos juntos en la consecución de un proyecto común.

3 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Ese es el título de un breve libro del filósofo francés Gustave Thibon publicado hace casi cuarenta años y que ha tenido numerosas ediciones. Recoge una selección de textos breves en los que trata problemas de la vida cotidiana con sencillez y, al mismo tiempo, con gran profundidad.

En el texto que da título al libro explica la diferencia entre el equilibrio, que es la situación que se produce cuando fuerzas contrapuestas se anulan entre sí, y la armonía, en la que varias fuerzas de diferente intensidad y sentido convergen en un proyecto común. En el equilibrio hay tensión contenida, hablamos de “equilibrio nuclear”; en la armonía la combinación de fuerzas diversas produce una situación mejor que la de partida, como en el caso de una sinfonía.

En cualquier organización de personas, como una hermandad, es más importante llegar a la armonía, trabajando todos juntos en la consecución de un proyecto común sin renunciar a lo singular de cada aportación, que conseguir un equilibrio derivado de un contrapeso de poderes dentro de la hermandad y entre ésta y la Iglesia institucional.

Para que una organización funcione correctamente es primordial que tenga bien definida su misión, su razón de ser. La misión de una hermandad es formar a sus hermanos, promover el culto público, fomentar la Caridad e influir en la sociedad con espíritu cristiano. Son organizaciones de personas que colaboran con la Iglesia, bajo su supervisión, en el desempeño de su misión evangelizadora. Dirigir una hermandad es conseguir que funcione una organización que atiende a cientos o miles de asociados, de hermanos. Eso exige algo más que entusiasmo y buenas intenciones.

Poner el énfasis en estos temas no es rebajar la actividad de las hermandades, reduciéndolas a empresas desprovistas de alma, todo lo contrario, es garantizar que el sentimiento y la doctrina van a poder discurrir por vías expeditas.

En la dirección de la hermandad se distinguen dos ámbitos de actuación: por una parte los procesos de gestión comunes a cualquier organización de personas: la llevanza de una contabilidad y gestión financiera homologable con las de cualquier otra organización, que avale su sostenibilidad; también una definición de procesos administrativos que garanticen la atención a los hermanos y una política de comunicación que ayude a reforzar la imagen real y percibida de la hermandad, contribuyendo a su reforzamiento.

El otro campo de trabajo es el de las actividades que ha de llevar a cabo para cumplir su misión. Abarca la formación de los hermanos, el fomento de la caridad y la promoción del culto público. Eso supone la organización de sesiones de formación, montaje de altares, organización de cultos, la atención a los desfavorecidos desde la Comisión de Caridad.

Se configuran así dos líneas de trabajo complementarias en las hermandades: la gestión administrativa y la realización de actividades. Ninguna ha de prevalecer sobre la otra. Explicaba Aristóteles aquello de que la virtud está en el punto medio; pero un punto medio que no se obtiene del equilibrio entre tendencias opuestas, sino de la armonía entre elementos distintos que se complementan y nos sitúa en un punto medio que está en un plano superior al de los dos extremos.

Urge superar el bucle de gestionar la rutina, es preciso plantear nuevos horizontes, evitando a las hermandades participar, por acción u omisión, de las crisis sociales; para ello la gestión y actividades han de ser la manifestación externa de una sólida formación que se adquiere con exigencia y esfuerzo. Si no hay formación, no hay fundamentos y se proyectan acríticamente los prejuicios propios en el análisis de la realidad, lo que resulta demoledor. En un escenario social tan líquido como el que vivimos es necesario dotarse de un modelo conceptual sólido que dé respuesta frente a los desafíos permanentes, es necesario armar y reforzar una cosmovisión propia, una cosmovisión cristiana basada en la revelación divina, que perfecciona a la razón.

De esa cosmovisión se deducen una serie de afirmaciones decisivas: el concepto de persona, su libertad, su capacidad de realización personal, de amor, de felicidad y de posesión de Dios. Todo un universo nacido de la cultura cristiana y que se sostiene sólo dentro de ella. Si las hermandades, quienes las dirigen, no participan de esa visión global de la realidad difícilmente podrán llevar a cabo su tarea. Serán, a lo sumo, buenos gestores de unas organizaciones sin raíces y, por tanto, sin futuro.

El autorIgnacio Valduérteles

Doctor en Administración de Empresas. Director del Instituto de Investigación Aplicada a la Pyme Hermano Mayor (2017-2020) de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, en Sevilla. Ha publicado varios libros, monografías y artículos sobre las hermandades.

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Lecturas del domingo

«Pequeño rebaño, el nombre dulce de la Iglesia». XIX domingo del tiempo ordinario

Andrea Mardegan comenta las lecturas del XIX domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan·3 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Después de la parábola del hombre rico que acumuló tesoros para sí mismo, Jesús continúa enseñando sobre el mismo tema. Habla de confiar en la providencia de Dios, invitándonos a observar los lirios del campo y los pájaros del cielo, y a confiar en el Padre que sabe lo que necesitamos. Y concluye con la frase consoladora con la que comienza el Evangelio de hoy: “No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino”. El “no temas” de Jesús en Lucas lo habíamos oído dicho a individuos: a Pedro, al llamarle tras la pesca milagrosa; a Jairo, cuando le dijeron que su hija había muerto, como lo dijo el ángel a Zacarías y María.

Este es un “no temas” dirigido a una comunidad, aunque sea en singular, al pequeño rebaño, un nombre muy dulce que Jesús da al grupo de los suyos y que es aplicable a toda la Iglesia. Es un “no temas” dirigido a todos nosotros personalmente (en singular), pero como participantes del rebaño, de la Iglesia. La razón para no temer es aún más dulce: porque Jesús nos dice que el “Padre” es nuestro. En Lucas, Jesús prefiere no utilizar la palabra Dios cuando se dirige a los suyos, sino “vuestro Padre”. Nos revela su condición de Padre y nos incita a tener una relación filial con él. No es un Dios distante, solitario y abstracto. Tiene sentimientos paternales de alegría al dar el gran regalo a sus hijos: le ha dado placer darnos el Reino. 

El tema de la espera es introducido por el libro de la Sabiduría que habla de Israel: “Tu pueblo esperaba la salvación de los justos”, y por la carta a los Hebreos, que habla de Abraham: “Mientras esperaba la ciudad de sólidos cimientos cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios”. Jesús lo trata con tres breves parábolas centradas en la dinámica de la espera de los siervos a su amo. Dos veces reitera la gran beatitud de esos siervos si el amo los encuentra despiertos y vigilantes cuando regrese. Y la razón es que él mismo se pondrá al servicio de ellos. 

Pedro pregunta si la parábola es sólo para ellos como apóstoles o para todos. Tal vez pensó que la metáfora del siervo era adecuada sólo para los doce, o que sólo para ellos estaba reservada la bienaventuranza. Jesús le hace comprender que todos somos siervos y que todos seremos bienaventurados. Pero para el mayordomo fiel, que es el jefe de todos los siervos, como Pedro lo es para la Iglesia, la recompensa está ligada a que dé el alimento adecuado a los demás siervos. Entonces será bienaventurado, porque lo pondrá a cargo de todas sus posesiones. Jesús, que vino a servir y está entre nosotros como el que sirve, nos promete que mantendrá esta actitud por toda la eternidad. Y esto es y será para nosotros fuente de gran alegría.

La homilía sobre las lecturas del domingo XIX

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Cultura

Pío XII, un gran amigo del pueblo de Israel

La silenciosa labor de la diplomacia vaticana para salvar cientos de miles de judíos del holocausto concuerda con el rechazo del nazismo, desde un principio, por Pío XII

José M. García Pelegrín·3 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 9 minutos

Ante la inminente desclasificación de los documentos que obran en el archivo vaticano en relación con la persecución judía por la Alemania nazi (el “holocausto”), es un buen momento para revisar las respuestas de Pío XII a esta ideología pagana: ¿es cierto el reproche que suele hacérsele, de que “calló” frente a los crímenes nazis, de que “podría haber hecho más”?

Cuando falleció Eugenio Pacelli —elegido Papa el 2 de marzo de 1939, el mismo día en que cumplía los 63 años, como sucesor de Pío XI— el 9 de octubre de 1958, se sucedieron las muestras de duelo y reconocimiento. Destacan entre estas las declaraciones de la entonces Primera Ministra israelí Golda Meier, quien lamentó la pérdida de “un gran amigo del pueblo de Israel”. Bien conocido es, además, el hecho de que cuando Israel Zolli —quien había sido el rabino superior de Roma entre 1939 y 1945— recibió el bautismo en la Iglesia Católica el 13 de febrero de 1945, eligió como nombre de pila el de Eugenio, en agradecimiento a los esfuerzos que Pío XII había hecho para salvar a los judíos de Roma.

Los datos

Durante la dominación alemana en Roma, entre el 10 de septiembre de 1943 y el 4 de junio de 1944, el Papa dio orden de abrir los conventos de clausura e incluso el propio Vaticano y la residencia estival del Papa en Castengandolfo para acoger a los judíos perseguidos por las SS y la Gestapo: en 155 conventos de Roma fueron escondidos 4.238 judíos romanos, a los que hay que sumar los otros 477 que fueron recibidos en el Vaticano y los aproximadamente 3.000 que encontraron refugio en Castengandolfo, donde la habitación del Papa cobijó a embarazadas judías: en la cama papal vinieron al mundo unos 40 niños. 

Esta labor de ayuda debida a la intervención directa del Papa no se ciñó exclusivamente a Roma; mediante la “silenciosa” diplomacia vaticana se pudieron salvar cientos de miles de vidas; en 2002 Ruth Lapide, esposa del famoso escritor judío Pinchas Lapide, confirmaba que este cifraba el número de los judíos salvados directamente por la diplomacia vaticana entre 1939 y 1945, en unas 800.000 personas.

Pío XII, Justo entre las naciones

La ayuda del Vaticano a los judíos perseguidos proporcionó al Papa Pío XII una reputación que se plasmó en el reconocimiento, por parte del comité de Yad Vashem, del título “justo entre las naciones” a sacerdotes romanos como el cardenal Pietro Palazzini (1912–2000), quien durante los meses de la ocupación alemana de Roma era vicerrector del seminario romano. Cuando Pietro Palazzini, en 1985, recibió ese honor en Yad Vashem, hizo referencia a la persona que había estado detrás de toda la ayuda vaticana: el Papa Pío XII.

También Alemania mostró gratitud a Pío XII, tras la caída del nazismo; esta se plasmó, por ejemplo, en el reconocimiento oficial de denominar calles con su nombre. Otro ejemplo del prestigio del que gozaba Pío XII en vida es la portada que le dedicó la revista Time en agosto de 1943, en el que se le reconocen sus esfuerzos en pro de la paz.

Una obra de teatro

Sin embargo, tan solo cinco años tras su muerte, la opinión pública internacional dio un giro de 180 grados en cuanto a la percepción de Pío XII. La leyenda negra sobre el Papa comienza con una obra de teatro: El Vicario de Rolf Hochhuth, estrenada en 1963. Por mucho que sorprenda, la visión sesgada de esa obra logró imponerse de un modo generalizado. Esa interpretación ha continuado durante decenios; en una de las expresiones más polémicas, John Cornwell llegó a denominarle “El Papa de Hitler”: así tituló su libro aparecido en 1999, Hitler’s Pope

En un artículo para el diario Die Welt, el periodista Sven Felix Kellerhoff decía al respecto: “Probablemente no exista ninguna otra figura histórica de rango mundial que, como Eugenio Pacelli —en tan poco tiempo después de su muerte—, haya pasado de ser un modelo ampliamente respetado a una persona condenada por la mayoría. Esto se debió principalmente a la obra de teatro El Vicario de Rolf Hochhuth”.

Hechos olvidados

En contraposición a la especie difundida por El Vicario, los hechos hablan otro lenguaje. Eugenio Pacelli, Nuncio Apostólico en Alemania entre 1917 y 1929, primero en Múnich y desde 1925 en Berlín, mostró un claro rechazo del nacionalsocialismo desde el mismo momento en que lo conoció, con ocasión del golpe de Estado perpetrado por Ludendorff y Hitler con su marcha a la Feldherrnhalle de Múnich, el viernes 9 de noviembre de 1923. En el informe que envió al Vaticano sobre estos disturbios, el Nuncio calificó el movimiento de Hitler de “fanáticamente anticatólico”; durante el proceso seguido contra Ludendorff, Eugenio Pacelli se refirió al nacionalismo como la “herejía más grave de nuestro tiempo”.

Años más tarde, cuando ya era Cardenal Secretario de Estado, Eugenio Pacelli representó oficialmente al Papa Pío XI en Lourdes, el 29 de abril de 1935, en un acto multitudinario para rezar por la paz; en su discurso, Pacelli condenó la “superstición de la sangre y la raza”, una clara alusión a la ideología nazi.

Una encíclica de «Pío XII» 

La muestra más clara de su rechazo al nazismo vino dada con la encíclica Mit brennender Sorge. Aunque fue promulgada —el 21 de marzo de 1937— por el Papa Pío XI, lleva la marca del entonces Secretario de Estado, Eugenio Pacelli. La encíclica venía a responder no solo a los múltiples ataques contra representantes de la Iglesia, sino muy concretamente a la no respuesta por parte del Gobierno alemán a las protestas contra la violación del Concordato, firmado el 20 de julio de 1933 entre la Santa Sede y el Gobierno de Alemania: a lo largo de los años, Pacelli entregó al Embajador alemán ante la Santa Sede más de 50 notas diplomáticas de protesta, sin que causaran efecto.

Eugenio Pacelli dejó su impronta incluso en el título de la encíclica, por otro lado la primera en la Historia que se promulgó en una lengua distinta del latín, prueba también esta de la importancia que desde la Santa Sede se le concedía: el borrador, elaborado por el Obispo de Múnich, Michael Faulhaber, comenzaba con las palabras “Mit grosser Sorge” (“Con gran preocupación”); Eugenio Pacelli tachó de su propia mano la palabra “grosser” para sustituirla por “brennender”; así quedó fijado el título de la Encíclica, con el que pasaría a la historia: “Mit brennender Sorge” (“Con preocupación ardiente” o, en la traducción oficial del Vaticano: “Con viva preocupación”).

La encíclica, que calificaba la ideología nazi como “panteísmo” y criticaba las tendencias de los dirigentes nacionalsocialistas a reanimar las antiguas religiones germánicas, expresaba con palabras inequívocas el rechazo de la ideología nacionalsocialista de “la raza y el pueblo” y la contraponía a la fe cristiana. La encíclica Mit brennender Sorge fue de hecho la única protesta de consideración que hubo en los doce años del nazismo. Llegó a las aproximadamente 11.500 parroquias que existían en el Reich, sin que anteriormente tuviera conocimiento de ello la Gestapo.

La reacción nazi

Los dirigentes nazis la calificaron de claro ataque a su ideología, y por ello respondieron a ella con duras represiones. Un ejemplo es una conversación que mantuvo Franz Xaver Eberle, obispo auxiliar de Augsburgo, con Hitler el 6 de diciembre de 1937 —sobre la cual informó por escrito a Roma el Cardenal Faulhaber, por indicación expresa del Cardenal Secretario de Estado Pacelli—. En dicha conversación, Hitler le dijo a Eberle que los alemanes solo tenían un Cardenal en el Vaticano que les entendía y “lamentablemente, este no es Pacelli, sino Pizzardo”.

Resulta asimismo interesante la opinión que de Pacelli tenía Joseph Goebbels, quien lo menciona en su diario en más de cien ocasiones. Por ejemplo, en 1937 escribe: “Pacelli, completamente contra nosotros. Liberalista y demócrata“. Con ocasión de la elección de Eugenio Pacelli como Papa, el 2 de marzo de 1939, el Ministro alemán de Propaganda anota: “Pacelli, elegido Papa. (…) Un Papa político y, posiblemente un Papa combativo que actuará astuta y diestramente. ¡Cuidado!”. Y el 27 de diciembre de 1939, Joseph Goebbels se refería al discurso navideño del Papa: “Lleno de ataques muy mordaces y escondidos contra nosotros, contra el Reich y el nacionalsocialismo”. Especialmente significativo es lo que apunta el 9 de enero de 1945: “Prawda vuelve a atacar fuertemente al Papa. Es curioso, prácticamente gracioso, que se califique al Papa de fascista y de estar confabulado con nosotros para salvar a Alemania de su difícil situación”.

Causas del descrédito

Sin embargo, con el paso del tiempo lamentablemente así fue: lo que a Goebbels, y él bien debía de saberlo, le parecía “curioso, prácticamente gracioso” —que Pío XII fuera considerado favorable al nazismo— se produjo poco después de su muerte. ¿Cómo es posible que, a la vista de esas actuaciones y condenas, de lo que los mismos nazis pensaban sobre Pío XII, siga estando tan extendida la imagen del “Papa que calla” o incluso del “Papa de Hitler”?

El jurista y teólogo Rodolfo Vargas, experto en Pío XII y presidente de la Asociación Solidatium Internationale Pastor Angelicus, responde a esta cuestión haciendo referencia a la “fuerza de la ficción”: “La ficción es muy poderosa, y posee un poder de fascinación que la literatura especializada y la investigación no tienen”.

El ya mencionado periodista Sven Felix Kellerhoff propone otra explicación, en un artículo publicado con ocasión del cincuentenario del estreno de El Vicario: la visión del Papa que se da en esa obra de teatro “no tiene nada que ver con la realidad; pero es más cómodo hacer responsable del genocidio al supuesto silencio de un Papa que a la colaboración de millones de alemanes ‘arios’, que —al menos— miraron para otro lado, a menudo se beneficiaron de él y no raramente participaron en él”.

Un cambio de opinión

No obstante, de un tiempo a esta parte está comenzando a cambiar esa percepción, al menos en publicaciones especializadas: coincidiendo con el 50º aniversario de la muerte de Pío XII, en 2008, aparecieron diversos trabajos que resaltan su actividad callada pero eficaz. Una labor que cobra un mayor realce aún si se tiene en cuenta el temor reinante en la Ciudad Eterna durante la dominación alemana. Que este temor era algo real, lo demuestra el hecho de que Mons. Ludwig Kaas, quien había sido Presidente del partido católico Zentrum y se había trasladado a comienzos de abril de 1933 a Roma, pensó en destruir todo el material que poseía de la época de la República de Weimar porque “había que contar con que las SS ocuparan el Vaticano”.

El historiador Michael Hesemann, refiriéndose a la pregunta de si Pío XII protestó “suficientemente” contra el genocidio judío, expone que los que acusan a Pío XII de no haber protestado más explícitamente contra el holocausto, no tienen en cuenta que sus actividades de ayuda fueron posibles precisamente porque el Papa no protestó abiertamente: “Si las SS hubieran ocupado el Vaticano, no se habría podido llevar a cabo ese amplio plan de salvación y se habría producido la muerte segura de al menos 7.000 judíos”.

Un precedente decisivo

Existía un precedente, que bien conocía el Papa: cuando, en agosto de 1942, las tropas alemanas de ocupación deportaron a los judíos de los Países Bajos, protestó el obispo católico de Utrecht. La consecuencia fue que los nazis enviaron a Auschwitz también a los católicos de origen judío; la víctima más famosa fue Edith Stein, que se había convertido del judaísmo al cristianismo e ingresó posteriormente en el Carmelo. Ya en 1942, cuando supo por primera vez de la Shoah, Pío XII comentó a su confidente Don Pirro Scavizzi: “Una protesta por mi parte no solo no habría servido de ayuda a nadie, sino que habría desatado las cóleras contra los judíos y hubiera multiplicado las atrocidades. Quizá hubiera despertado las alabanzas del mundo civilizado, pero a los pobres judíos solo les habría producido una persecución más atroz que la que sufrieron”.

También se está llevando a cabo últimamente una labor de divulgación para dar una visión más objetiva de Pío XII. Por ejemplo, en 2009 se celebró en Berlín y en Múnich una exposición sobre él; acababa en una sala que llevaba por título “Aquí puede usted oír el silencio del Papa”; efectivamente, se podía escuchar el radiomensaje de Pío XII en las Navidades de 1942 y en el que el Papa Pacelli hablaba de “los cientos de millares de personas que, sin culpa propia alguna, a veces sólo por razones de nacionalidad o de raza, se ven destinados a la muerte o a un progresivo aniquilamiento”. Que Pío XII se mantuviera en silencio respecto del holocausto, como venía afirmando el escritor Rolf Hochhuth desde 1963, intentando influir sobre el debate público en Alemania, es algo que acaba de ser refutado definitivamente con hechos. 

Nuevas perspectivas sobre Pío XII

Por otro lado, también en el mundo de la ficción se ha producido en los últimos años un cambio de tendencia; además de alguna otra película, destaca el hecho de que en Alemania, la Primera Cadena (ARD) de la televisión pública realizara entre 2009 y 2010 una miniserie que reivindica el papel de Eugenio Pacelli, como Nuncio, como Cardenal Secretario de Estado y también como Papa Pío XII: Gottes mächtige Dienerin (La poderosa sierva de Dios), es una adaptación de una novela publicada en 2007 y narra desde el punto de vista de sor Pascalina Lehnert, si bien se centra en el debate de Pío XII con su propia conciencia. En la entrevista exclusiva que me concedió entonces su director, Marcus O. Rosenmüller, durante el rodaje, este incide en que «el Papa se encontraba en una situación histórica tremendamente difícil y tuvo que sopesar los diferentes argumentos para obrar correctamente. Nuestro film intenta traducir sus reflexiones en imágenes; por ejemplo, tras la razia de Utrecht, en julio de 1942, por las protestas del obispo contra las deportaciones de judíos, Pío XII echa, página a página, al fogón en la cocina un documento que ya tenía escrito”. 

En relación con las versiones sesgadas que desde hace ya tiempo se vienen dando de Pío XII, Marcus O. Rosenmüller comentaba: “La acusación de antisemitismo hecha a Pacelli me parece absolutamente absurda; esto es mera provocación. Nosotros presentamos a un Papa que se opuso intelectualmente al nacionalsocialismo, y al que debido a ciertos hechos —como las deportaciones en los Países Bajos— no le fue fácil saber cuál era la decisión correcta. Como además era diplomático hasta los tuétanos, es posible que esa diplomacia le dificultara algo la acción. Pero también nos esforzamos por tener en cuenta el tiempo en el que vivió. Exigir del Vaticano y en particular de Eugenio Pacelli que tendrían que haber visto todo desde el principio con claridad diáfana, es un anacronismo. El fenómeno “Hitler” es también el fenómeno de su subestimación: durante mucho tiempo, los políticos ingleses y franceses subestimaron la dimensión del nazismo. Cuando Hochhuth afirma que todo el mundo estaba en contra de Hitler y solo Pío XII hizo oídos sordos a los que buscaban ayuda, está diciendo algo sencillamente falso”.

Quizá estas obras ficcionales puedan revertir con el tiempo la distorsionada imagen que, hace ya casi 60 años, proporcionó otra obra de ficción de un Papa que no solo no calló ante el genocidio, sino que hizo esfuerzos por salvar a cuantos más, mejor; y que lo consiguió precisamente por hacerlo de un modo silencioso.

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Catedral de Santiago de Compostela

El famoso botafumeiro emprende de nuevo el vuelo en este año santo. Tras la pandemia, el Camino de Santiago recupera los numerosos peregrinos.

Omnes·2 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Evangelización

Justicia para el padre Dall’Oglio, tras su secuestro en Siria

Presentado en la Federación Nacional de la Prensa Italiana el libro de Francesca Peliti sobre el jesuita italiano el padre Paolo Dall'Oglio, secuestrado hace nueve años en Siria.

Antonino Piccione·2 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

«Paolo Dall’Oglio y la comunidad de Deir Mar Musa», el libro de Francesca Peliti (publicado por Effatà) fue presentado ayer en Roma en la Federazione Nazionale della Stampa Italiana (FNSI). Junto con el autor estuvieron presentes: Cenap Aydin, director del Instituto Tiberiano – Centro para el Diálogo; Immacolata Dall’Oglio, hermana del padre Paolo; Giuseppe Giulietti, presidente de la Fnsi; el padre Federico Lombardi, presidente de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI; y Riccardo Cristiano, vaticanista.

Nueve años sin Paolo Dall’Oglio

Nueve años después de su muerte, «hemos seguido pensando en Paolo Dall’Oglio y esperando». Mientras tanto -se lee en el prefacio del padre Federico Lombardi- no podíamos dejar de preguntarnos innumerables veces por la suerte de la Comunidad de Deir Mar Musa fundada por él, que ha continuado su camino, mucho más allá de lo que muchos hubieran esperado. ¿Por qué y cómo? ¿Por qué y con qué perspectivas? Este libro nos cuenta y explica muchas cosas, dando acertadamente el espacio principal a los testimonios personales de todos los miembros de la Comunidad que han formado parte de ella hasta ahora, o de otros que han participado más profundamente en su trayectoria a lo largo de los años. Pablo está muy presente, como origen, guía e inspirador de esta extraordinaria aventura, y también con sus cartas. Pero hay algo más que él. Y precisamente por eso la Comunidad sigue ahí.

A lo largo de largos años, la visión teológica y espiritual del padre Paolo ha involucrado a un gran número de personas, marcándolas al cambiar el curso de sus vidas. Desde 1982, el monasterio de Mar Musa al-Habashi, o San Moisés el Abisinio, se ha convertido en un punto de referencia para el diálogo islámico-cristiano. Ha pasado por muchas transformaciones, sobreviviendo a la guerra, a la amenaza del Isis y al secuestro de su fundador en Raqqa el 29 de julio de 2013.
El libro cuenta su historia a través de las voces de los protagonistas. «Es un viaje que comenzó de la mano del padre Paolo, pero que no terminó con su desaparición. «Al contrario», señalan los organizadores de la presentación del libro, «en estos escritos la Comunidad renueva un voto de fe que trasciende los acontecimientos históricos para volver a poner en el centro el pensamiento de su fundador».

Tetimonios y cartas

Además de los testimonios de los monjes, monjas y laicos que de diversas maneras han formado parte de esta historia, algunas cartas que el padre Paolo envió a amigos durante los primeros años acompañan parte de ese recorrido. Son doce cartas en total, la primera de 1985, la última de 1995: es su relato de ese período. Francesca Peliti ha querido incluirlos entre los testimonios sin importar el tiempo, así que a través de las palabras del padre Paolo el pasado vuelve al presente.

«Desde el día en que Paolo Dall’Oglio, entonces un joven jesuita, descubrió, en una antigua guía de Siria, la existencia de Deir Mar Musa al-Habashi», explica Peliti, «ha habido muchas personas cuya existencia ha cambiado por su encuentro con ese lugar, ese proyecto, esa vocación. Mar Musa siempre ha tenido el poder de atraer incluso a quienes no tenían una visión clara de su fe. Siempre ha tenido el poder de evocar la llamada, la vocación fuerte y especial por los valores que encarna y de los que Paolo Dall’Oglio se ha convertido en portavoz».

Primeros seguidores de Paolo Dall’Oglio

En el relato de Jaques Mourad, el primer monje que junto con Dall’Oglio fundó la comunidad de Deir Mar Musa, surge la importancia de la dimensión vertical, de la relación con el Absoluto que motiva y da sentido a todo. «El hecho de vivir en la nada me atrajo», son sus palabras, «fue la realización de un sueño muy antiguo, porque para mí el desierto es el lugar donde puedo experimentar un encuentro libre con Dios».

Otros testimonios se centran más en la dimensión física del ser y hacer juntos, en el monasterio como lugar de paso y formación, etapa de un itinerario susceptible de los más diversos aterrizajes y direcciones. «Los relatos de algunos eventos vocacionales son impresionantes», señala el padre Lombardi, «no es Pablo, no es el encanto de un lugar. Es Dios. Pero el camino es muy exigente. Para la mayoría de los cristianos de Oriente, se puede convivir con los musulmanes, pero es difícil dialogar realmente con ellos, es difícil amarlos como Dios los ama en Jesucristo. Sin embargo, ésta es la verdadera gran novedad que Paolo vino a sembrar en la tierra de Siria».

La comunidad hoy

En la actualidad, la Comunidad de Deir Mar Musa cuenta con 8 miembros, 1 novicia y 2 postulantes, además de los laicos que colaboran en los monasterios de Deir Maryam al-Adhra en Sulaymanya, en el Kurdistán iraquí, y del Santissimo Salvatore en Cori, Italia.

En cuanto al secuestro del padre Dall’Oglio, los hermanos Francesca y Giovanni pidieron recientemente la creación de una comisión de investigación parlamentaria para investigar lo ocurrido hace nueve años. Desde entonces, no se han tenido noticias: una «petición de aclaraciones e investigaciones oficiales que ya es ineludible», a través de un instrumento parlamentario que, también por su relevancia política, «podría permitirnos llegar a la verdad».

Un asunto sobre el que ha caído el silencio demasiado pronto, también debido a la creencia generalizada de que Dall’Oglio fue asesinado por sus secuestradores. Sin embargo, todavía hay muchos puntos poco claros, empezando por el hecho de que nadie ha reivindicado aún la autoría de la acción. Y de nuevo: el motivo del secuestro, la identidad de los autores -¿los hombres del autodenominado Estado Islámico? -, y, en la hipótesis del asesinato, el no encontrar el cuerpo.

Una comisión parlamentaria

Pocos días después de la solicitud de creación de la comisión parlamentaria, el Presidente de la República, Sergio Mattarella, firmó el decreto de disolución del Senado de la República y de la Cámara de Diputados. La esperanza es que ya durante la campaña electoral, que promete ser más polarizada y divisiva que nunca, todas las fuerzas políticas y sus respectivos líderes encuentren al menos un punto de acuerdo y se comprometan para que el nuevo Parlamento adopte como una de sus primeras medidas precisamente la de crear la comisión sobre la dramática historia de una persona verdaderamente «grande», porque grande fue su vida, su palabra, su estilo, en el signo de la paz y el diálogo en las diferencias.

Oriente Medio, antaño tierra cristiana, está ahora habitada por una multitud musulmana en la que las comunidades cristianas están a punto de desaparecer. Pero el sueño de una comunidad monástica en la que católicos, ortodoxos y musulmanes puedan convivir en armonía no desaparece. En la claridad de la fe y fortalecidos por el valor visionario de todos los seguidores del Padre Dall’Oglio.          

El autorAntonino Piccione

Cultura

Summer School de astrofísica… en el Vaticano

Veinticinco jóvenes astrónomos de todo el mundo podrán participar en la escuela de verano del Vaticano el próximo junio de 2023. Se trata de una de las iniciativas de La Specola Vaticana, el Observatorio Astronómico y centro de investigación científica de la Iglesia Católica, que abre de nuevo sus puertas tras la pandemia.

Leticia Sánchez de León·2 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Los Summer Schools -así los llaman- de La Specola Vaticana vuelven a ponerse en funcionamiento tras la pandemia después de cinco años en stand by. El próximo curso de astrofísica (la decimoctava edición, por cierto) está previsto para junio de 2023 y acogerá a veinticinco jóvenes astrónomos de todo el mundo durante cuatro semanas en una de las sedes de la Specola, en la localidad de Castel Gandolfo, muy cerca de Roma.

Qué es la Specola Vaticana

La Specola (“specula” en latín, del verbo italiano specere “mirar, observar”) Vaticana es el Observatorio Astronómico y centro de investigación científica de la Iglesia Católica y uno de los observatorios astronómicos más antiguos del mundo: su historia comienza a mediados del siglo XVI, cuando en 1578 el Papa Gregorio XIII mandó erigir la Torre de los Vientos e invitó a numerosos astrónomos y matemáticos jesuitas a preparar la reforma del calendario promulgada en 1582.

El próximo junio de 2023, veinticinco jóvenes astrónomos se unirán a los más de 400 que ya han pasado por los programas vaticanos de investigación científica. Este año, el tema del VOSS (Vatican Observatory Summer School) es «Learning the Universe: Data Science Tools for Astronomical Surveys«.

A medida que los telescopios son más potentes y las herramientas de medida también más sensibles, la cantidad de datos astronómicos que los científicos necesitan comprender ha crecido de forma espectacular. Los grandes estudios astronómicos ya han realizado miles de mediciones. Gracias al avance tecnológico e informático, los nuevos observatorios, como el Observatorio Rubin, producirán catálogos de decenas de miles de millones de estrellas y galaxias y billones de mediciones diferentes.

Summer School 2023

El Summer School del Vaticano de 2023 pretende prestar una ayuda al campo de la ciencia en este sentido: introduciendo los conceptos de Big Data y Machine Learning, se explorará una experiencia práctica de análisis de datos de las observaciones realizadas que permitirá a los estudiantes utilizar esos datos para sus propios proyectos astronómicos. Además, los docentes de las escuelas de verano son siempre destacados astrónomos de los observatorios y universidades más prestigiosos del mundo, como por ejemplo Vera Rubin o  Didier Queloz, ganador del Premio Nobel de Física 2019.

La Escuela de Verano está abierta a estudiantes avanzados de licenciatura en astronomía y estudiantes de doctorado de todo el mundo. La mayoría de los estudiantes seleccionados proceden de países en desarrollo. Las clases son gratuitas y los benefactores proporcionan apoyo financiero adicional a través de la Vatican Observatory Foundation, que garantiza que todos los estudiantes aceptados puedan participar.

Las Escuelas de Verano del Observatorio Vaticano se vienen realizando desde 1986 y constituyen una de las iniciativas más importantes de la Specola. Desde su fundación, hace casi 40 años, han recibido siempre el máximo apoyo por parte de los papas y los participantes han podido saludar siempre al Pontífice durante su estancia italiana. Además de los Summer Schools, la Specola también acoge periódicamente conferencias académicas, así como actos de divulgación abiertos al público.

La historia de la Specola

La fundación del Observatorio Vaticano tuvo lugar oficialmente con el motu proprio Ut mysticam de León XIII del 14 de marzo de 1891. Tras la fundación, el observatorio se equipó con una cúpula giratoria inicial de tres metros y medio, a la que se añadieron tres más en pocos años, junto con instrumentación más moderna adquirida mediante donaciones. Dos años más tarde, la Specola fue equipada con un heliógrafo para fotografiar el Sol, colocado en la terraza de los Museos Vaticanos (posteriormente trasladado a la terraza del actual Monasterio Mater Ecclesiae donde reside Benedicto XVI). En 1909, se colocó un gran refractor en lo alto de la torre adyacente a la Palazzina Leone XIII, protegido por una cúpula de más de ocho metros.

Uno de los primeros logros científicos importantes de la Specola fue su colaboración en el proyecto internacional Carte du Ciel, el primer atlas fotográfico de las estrellas. La Specola colaboró con otros 21 observatorios de todo el mundo para completar la cartografía del cielo. Para la realización de este gran esfuerzo científico, fue necesario equipar La Specola con un gran telescopio. Se aprovechó la Torre de San Juan, también situada dentro de las murallas de la Ciudad del Vaticano, donde se construyó una cúpula giratoria de 8 metros.

Cambios de sede

A finales de la década de 1920, la creciente iluminación de la ciudad de Roma hacía cada vez más difícil la observación del cielo. Se trasladó entonces el observatorio al Palacio Papal de Castel Gandolfo. La nueva instalación, terminada en 1935, se dotó de los medios más potentes, como por ejemplo un astrógrafo, laboratorios para el estudio de los meteoritos y una gran biblioteca. Años más tarde se instaló un Centro de Cálculo para la investigación astrofísica cada vez más avanzada.

En los años 70, el mismo problema que había obligado a la Specola a trasladarse de Roma a Castel Gandolfo volvió a surgir con el aumento de la iluminación artificial en el pueblo y sus alrededores. La Specola inició de nuevo la búsqueda de un emplazamiento para albergar un nuevo observatorio, optando finalmente por Tucson, Arizona. El Telescopio Vaticano de Tecnología Avanzada (VATT) de Arizona fue inaugurado en 1993 y está equipado con un avanzado telescopio y una serie de laboratorios astrofísicos.

El objetivo de la Specola: servir a la ciencia

Hay quien podría preguntarse por qué se interesa el Vaticano por la astrofísica y si era de verdad necesario “montar” todo un observatorio donde estudiar las estrellas y los meteoritos. En esta línea, con motivo del año de la Astronomía (2009), el periódico del Vaticano, L’Osservatore Romano, realizó una entrevista con el jesuita Guy J. Consolmagno, actual director de la Specola, quien responde a algunas de estas cuestiones: “Cuando el Papa León XIII creó la Specola Vaticana, una de sus motivaciones fue mostrar al mundo que la Iglesia apoya y promueve la verdadera ciencia. Y para cumplir este mandato no sólo estamos obligados a realizar nuestro trabajo científico, sino también a hacerlo público y compartirlo”.

“La ciencia -añade- es exactamente la misma. Obedecemos a las mismas leyes científicas y publicamos en las mismas revistas. La diferencia está en la motivación. No trabajamos para ganar dinero ni para obtener prestigio personal. Simplemente trabajamos por amor a la ciencia. Y, por supuesto, eso es lo que muchos otros estudiosos querrían hacer también, pero es maravilloso que aquí, en el Vaticano, podamos cumplir este deseo sin tener que afrontar tantos otros problemas.

Una ciencia más libre

Puede sonar idílico y poco realista pero lo cierto es que, al ser una institución vaticana,los investigadores que trabajan en la Specola obtienen la financiación de sus proyectos a través de la Vatican Observatory Foundation por lo que no necesitan competir con otros observatorios por los fondos del gobierno: “Los que trabajan en la NASA tienen que informar continuamente de los resultados y progresos de sus investigaciones para no perder su financiación. Nosotros, en cambio, podemos dedicarnos a la investigación científica a largo plazo, que también necesita varios años de trabajo antes de llegar a un resultado”. Además, “podemos trabajar en lo que nos parece más interesante y no en proyectos que nos imponen los posibles financiadores y dedicarnos a una investigación que puede durar cinco, diez o incluso quince años.

El autorLeticia Sánchez de León

Vaticano

El Papa Francisco viajará a Kazajistán

A pesar del cansancio que ha mostrado el Papa Francisco en las últimas semanas, finalmente ha decidido viajar a Kazajistán el próximo mes de septiembre.

Javier García Herrería·1 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El director de la sala de prensa del Vaticano, Matteo Bruni, ha anunciado que el Papa Francisco realizará el viaje a Kazajistán del 13 al 15 de septiembre. Invitado por las autoridades civiles y eclesiásticas, el Papa realizará una visita pastoral y además participará en el VII Congreso de Religiones Mundiales y Tradicionales, en la ciudad de Nur-Sultan.

En la rueda de prensa del viaje de vuelta de Canadá, el Papa Francisco comentó su disposición para realizar este viaje: “Kazajistán, por el momento, me gustaría ir: es un viaje tranquilo, sin tanto movimiento, es un Congreso de Religiones”, dijo.

Objetivos del congreso

El congreso tiene como fin colaborar en el establecimiento de la paz, la tolerancia entre religiones, confesiones, naciones y grupos étnicos. Para ello coopera con organizaciones y estructuras internacionales destinadas a promover el diálogo entre religiones, culturas y civilizaciones. Entre sus objetivos está “impedir la prevalencia de las tesis sobre el choque de civilizaciones, expresadas en la oposición de las religiones y la mayor politización de las disputas teológicas, así como los intentos de desacreditar una religión por otra“.

Hace tres meses Omnes tuvo ocasión de entrevistar a Monseñor José Luis Mumbiela, obispo de Almaty, la ciudad más poblada de Kazajistán, y presidente de la conferencia de obispos del país. En esa ocasión subrayaba el entusiasmo que despertaba el viaje para los católicos: “Para la Iglesia católica siempre es una alegría. Un Padre común no necesita motivos especiales para ver a sus hijos. Siempre es bienvenido. Pero evidentemente, las circunstancias históricas de Kazajistán y de países cercanos a Kazajistán (Ucrania, Rusia), hacen que este viaje sea muy significativo. Aprovechando el Congreso internacional, que busca precisamente favorecer la paz y la concordia entre religiones, y culturas diferentes. Es precisamente lo que el Papa quiere difundir, en un mundo que está sufriendo totalmente lo contrario. Las circunstancias históricas lo propician. Es muy hermosa esa coincidencia“.

Evangelización

Pérez Tendero: «Veo que hay mucha sed de Palabra de Dios»

Manuel Pérez es un biblista que da clases en el seminario de Ciudad Real. Ahora sus clases se han subido a youtube y han alcanzado un éxito más que notable. Charlamos con él sobre este acontecimiento.

Javier García Herrería·1 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Manuel Pérez Tendero nació en Urda (Toledo), en 1966. A los 16 años ingresó en el seminario de Ciudad Real, estudió teología y otros tres años en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma. Tras su ordenación sacerdotal ha dado clases de sagrada escritura en el seminario de Ciudad Real, del que también ha sido rector. Desde hace unos meses sus clases están accesibles en internet y han tenido una sorprendente acogida.

¿Cuándo y por qué decidió compartir sus clases de Sagrada Escritura por Youtube?

– Fue con motivo de la pandemia, y gracias a la iniciativa de un seminarista. Hasta que comencé el canal enseñaba en el seminario y en el Instituto Diocesano de Teología. Al principio los vídeos trataban sobre el evangelio del domingo siguiente, pero pronto opté por grabar series más sistemáticas y estructuradas: el Evangelio de Marcos o el de Lucas, libros del Antiguo Testamento (Génesis, las Novelas), el Apocalipsis…

¿A qué se debió el cambio?

– Cuando parecía que la pandemia iba terminando y nos dejaron salir del confinamiento, tuvimos que decidir si seguir con el canal o dejarlo. Al decidir continuar, pensamos que era interesante hacer algo más sistemático, tomando como referencia los libros de la Biblia.

¿Dedica mucho a preparar los vídeos? ¿Considera bien empleado el tiempo que dedica a enseñar por la red?

– Existe una preparación a largo plazo: la que me ha regalado estos treinta años de sacerdote y de profesor. Por otro lado, existe una preparación a corto plazo: hay que dedicar un tiempo a preparar cada grabación y a la grabación misma. Para mí, es un trabajo que merece la pena; eso sí, no lo haría yo solo si no fuera por el empuje y ayuda de los demás.

¿Por qué estudió usted Sagrada Escritura? ¿Qué es lo que más le gusta de estudiar y enseñar la Biblia?

– Al finalizar los estudios en el Seminario, me enviaron a Roma a estudiar. El hecho de estudiar Sagrada Escritura fue debido a la falta de profesores de esa materia en nuestro Seminario.

¿Lo que más me gusta? Conocer la Escritura es conocer a Cristo, dice san Jerónimo. Cristo, la Palabra de Dios, es lo que más me gusta. También, el preciso aspecto humano de la Biblia: las historias, los temas tan profundos, las formas de expresarse. El misterio de la Palabra, que tanto tiene que ver con nuestra vida y nuestra fe: ahí está la belleza principal.

¿Cómo considera que es el conocimiento bíblico del católico medio? ¿Qué cree usted que le aporta su canal? ¿Cómo explica que vídeos tan largos estén teniendo tan buena acogida?

– Creo que vamos mejorando entre los católicos. Veo, sobre todo, que hay mucha sed de Palabra de Dios. Eso sí, puede haber un desajuste entre lo que publican los especialistas y otros libros de espiritualidad más populares. Creo que es necesaria una aproximación a la Biblia que sea profunda y, a la vez, sapiencial, creyente. Esa lectura sapiencial, creyente, que suscita interrogantes, es lo que intentamos aportar desde nuestro canal.

Trailer del curso Cautivados por la palabra

A algunos les sorprenderá encontrar vídeos sobre Biblia tan bien grabados y editados. ¿Dónde está el secreto?

– El secreto está en Martín, que es el que los edita; está en su capacidad bíblica e informática; está, sobre todo, en la pasión que ponemos todos los que trabajamos en ello.

Seguro que en estos años de canal, con varios miles de suscriptores y unos cien vídeos. ¿Puede compartir con nosotros algún fruto de su canal de Youtube especialmente llamativo o significativo?

– Uno de los frutos es que he podido conocer a algunas personas y comunidades que me han llamado para dar Ejercicios o alguna Conferencia. Quizá, el mejor fruto está en las palabras fraternas de tantos creyentes –algunos de ellos no católicos– que nos animan a seguir; muchos de ellos, con una oración sincera. Hace meses, en un pueblo de Ciudad Real, se acercó una señora a quien no conocía y me saludó muy sonriente diciendo muy fuerte: «¡Cautivados por la Palabra!».

Si nuestros lectores quieren empezar a formarse escriturísticamente con su canal, ¿por dónde les recomendaría comenzar?

– Se podría empezar con un libro sencillo, como Rut. Después, podríamos pasar a un libro como Génesis, que tiene 4 vídeos. También está Apocalipsis, muy actual y no tan difícil, que tiene 3 vídeos. Después, empezaría con el evangelio según san Marcos, para trabajar despacio el itinerario de Jesús y el misterio de los evangelios.

Misas de verano

Las vacaciones de verano permiten una de las experiencias de fe más impresionantes y necesarias para que esta arraigue firmemente: acudir a una parroquia distinta y notar, de este modo, la catolicidad de la Iglesia.

1 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Las vacaciones de verano permiten una de las experiencias de fe más impresionantes y necesarias para que esta arraigue firmemente: la de la catolicidad de la Iglesia. Acudir a una parroquia distinta a la habitual o participar de encuentros internacionales como la próxima Peregrinación Europea de Jóvenes, que reunirá a miles de chicos y chicas del 3 al 7 de agosto en Santiago de Compostela.

Son oportunidades únicas para descubrir cómo el mismo Cristo se hace presente de forma única en tantas y tan distintas comunidades a lo largo y ancho del mundo.

Confieso que me encanta “catar” las misas de los pueblos y ciudades que visito, porque en ellas descubro siempre a Dios y a la Iglesia de una forma nueva y sorprendente.

Me encanta fijarme en cómo se dispone la comunidad en los bancos, en cómo se visten los fieles, cómo adornan el altar, cómo suenan las lecturas en otro acento o en otro idioma, descubrir las costumbres locales, escuchar las canciones conocidas con un matiz diferente e incluso hacer un Mr. Bean en toda regla tratando de seguir en voz alta un canto absolutamente desconocido para mí.

Es una forma de sentirme uno más, miembro de la única Iglesia Católica.

Gracias a mis vacaciones infantiles, aprendí el credo niceno-constantinopolitano –el largo, para entendernos– pues era costumbre del párroco del pueblo donde veraneaba proclamar esta versión de la profesión de fe en lugar del apostólico (el corto) que se recitaba en mi parroquia habitual. ¡Y cuánto me maravilla esa joya teológica desde entonces!

Me fascina también escuchar las homilías más diversas ­–perdónenme la “frikada”–. Por largas o por cortas, por profundas o por superficiales, por documentadas o por improvisadas, en todas descubro a Cristo maestro en la figura del sacerdote, que sobresale por encima de los dones y las carencias humanas.

Si, encima, el templo es un monumento histórico-artístico o su arquitectura o sus imágenes despiertan la devoción de los fieles, la celebración puede ser altamente enriquecedora.

Dar la paz a alguien que ves por primera vez, pero en el que descubres a un hermano, comulgar en una fila de gente extraña sintiéndote en familia. Un mismo Espíritu, miembros de un solo cuerpo, preciosa experiencia de comunión de los santos.

Muy parecida es la vivencia cuando he tenido la suerte de participar en peregrinaciones a santuarios internacionales (Fátima, Lourdes, Guadalupe…) o en eventos convocados por la Iglesia Universal (JMJ, audiencias del Papa…).

Recomiendo a los padres enviar a sus hijos a este tipo de encuentros porque nuestros adolescentes y jóvenes, para quienes tan importante es el grupo, se sienten bichos raros por pertenecer al pueblo cristiano. La experiencia de ver a miles, a centenares de miles o incluso a millones de jóvenes que profesan sin vergüenza su fe, que viven la alegría de saberse hijos de Dios, que comparten una mirada espiritual al mundo de hoy, en medio de sus dudas y tropiezos, les hace cambiar esa actitud de rechazo propia de la sociedad secularizada en la que viven.

Y es que la Iglesia no es una mera suma de iglesias particulares, como nos enseñaba Pablo VI en Evangelii nuntiandi, sino una sola que, “echando sus raíces en la variedad de terrenos culturales, sociales, humanos, toma en cada parte del mundo aspectos, expresiones externas diversas».

Ya sabe, este verano, esté donde esté, no deje de acudir a la iglesia, a su Iglesia.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Cultura

La Guardia Suiza pontificia. Historia, oficio y curiosidades

Cada 6 de mayo los nuevos miembros de la Guardia Suiza juran fidelidad al Papa, incluso a costa de su propia vida. Ese día del año 1527 murieron 147 guardias protegiendo al Papa Clemente VI durante el saqueo de Roma a manos de las tropas de Carlos V.

Alejandro Vázquez-Dodero·1 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Son quizás, los guardias más fotografiados del mundo. Sus vistosos uniformes y su rostro impertérrito atraen la curiosidad de quienes se cruzan con ellos en el Vaticano. El privilegio de custodiar al Papa no es fácil. Entre los requisitos que deben cumplir quienes quieran formar parte de este cuerpo están el ser católico, medir al menos 1,74 metros de altura, y tener certificación de buena conducta. 

¿Qué es la Guardia Suiza? ¿Cuáles son sus competencias?

La Guardia Suiza pontificia es un cuerpo militar que se encarga de la seguridad del Papa y de la Santa Sede. Orgánicamente es un ejército –el más pequeño del mundo– con poco más de 100 miembros. 

Su responsable máximo es el Romano Pontífice, soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano. Cuenta además con un comandante con rango de coronel, máxima autoridad militar del cuerpo; un vicecomandante con rango de teniente-coronel; un capellán con rango de teniente-coronel; un oficial con rango de comandante; tres oficiales con rango de capitán; y el resto son suboficiales y soldados o “alabarderos”.

Como cualquier cuerpo militar, dispone de sistemas de entrenamientos y procedimientos para el adiestramiento en táctica y manejo de armas. Además, la Guardia Suiza es instruida para el uso de la espada y alabarda –más adelante explicamos su significado– y se habilita en el oficio de guardaespaldas para la protección de jefes de Estado.

Controla las cuatro puertas del Vaticano: la del Santo Oficio, el Arco de las Campanas, el Portón de Bronce y la Puerta de Santa Ana, donde se halla su cuartel.

Dentro del Estado de la Ciudad del Vaticano, la mayoría del territorio está a cargo del denominado “cuerpo de vigilancia”, compuesto por algo más de un centenar de agentes procedentes de la policía o los Carabinieri, distribuidos por los jardines vaticanos, el helipuerto, los museos y demás lugares que requieren especial vigilancia. Tal cuerpo, en coordinación con la Guardia Suiza, vela por la seguridad de la Santa Sede. La Guardia Suiza protege específicamente el Palacio Apostólico y la persona del Santo Padre.

Naturalmente, como sucede en cualquier país civilizado, la Guardia Suiza convive con cuantos entes velen por la seguridad tanto del Romano Pontífice como de la Ciudad del Vaticano, de ahí que coordine algunas de sus funciones con la propia policía vaticana y las fuerzas de seguridad italianas, dada la ubicación geográfica de la Santa Sede, y con las autoridades de los Estados y lugares a los que se desplace el Papa para lograr una protección más eficiente y segura.

¿Cuál es la génesis de la Guardia Suiza?

La Guardia Suiza fue creada a principios del siglo XVI, cuando el Papa Julio II solicitó a los nobles suizos soldados para su propia protección. En ese momento los soldados suizos tenían una gran reputación, demostrada en los enfrentamientos habidos en las guerras de Borgoña.

¿Cómo es el uniforme de un guardia suizo?

El uniforme militar de la Guardia Suiza es uno de los más antiguos del mundo. El actual fue diseñado a principios del siglo XX, y se inspiró en los frescos de Rafael. Los colores coinciden con la librea de la casa Della Rovere, a la que pertenecía quien llegaría a ser el Papa Julio II.

Se compone de un morrión –casco que cubría la cabeza de los antiguos caballeros, algo cónico y con una cresta casi cortante– ornado con una pluma roja o blanca en función del rango militar de que se trate. Además, cuenta con guantes blancos y coraza.

El guardia suizo viste unas calzas sujetas a la altura de la rodilla por una liga dorada y cubiertas por polainas dependiendo del clima y la ocasión. Ello tiene la triple significación de mostrar la alegría de ser soldado, de combatir y de estar al servicio del Papa.

En cuanto al armamento que porta un guardia suizo destaca la alabarda o espada romera, que es un arma medieval parecida a una lanza, cuya punta está atravesada por una cuchilla, aguda por un lado y con forma de medialuna por el otro. Aunque, naturalmente, el cuerpo también dispone de armamento moderno de infantería, pistolas, ametralladoras, subfusiles y fusiles de asalto.

¿Qué condiciones se precisan para ser guardia suizo y cuál es su vida cotidiana?

No cualquiera puede ingresar en el cuerpo de la Guardia Suiza pontificia. Solo los solteros, católicos, con un mínimo de 1.74 metros de altura, edad entre 19 y 30 años, con un título profesional o grado de secundaria, con ciudadanía suiza y estando en posesión del título de instrucción básica en las fuerzas armadas suizas con certificación de buena conducta. 

En la página web propia –www.guardiasvizzera.ch– puede uno conocer a fondo qué significa ser guardia suizo y cuáles son dichos requisitos para pertenecer al cuerpo.

Cada 6 de mayo los nuevos reclutas juran fidelidad al Papa, incluso a costa de su propia vida. Ese día del año 1527 murieron 147 guardias protegiendo al Papa Clemente VI durante el saqueo de Roma a manos de las tropas de Carlos V, y desde entonces ésa es la fecha escogida para el ingreso de los nuevos candidatos.

Es un oficio en el que hay cierta rotación, de modo que los admitidos están algunos años en la Santa Sede y al cabo de un tiempo regresan a sus países de procedencia, normalmente Suiza.

La vida de un guardia suizo es una vida muy normal. Jornadas de unas nueve horas, y con festivos y vacaciones de acuerdo con los turnos de rotación. Los sueldos mensuales base son algo más modestos de lo que ganaría un soldado italiano.

En definitiva, una vida corriente, en la que, por supuesto, cada cual establece sus relaciones sociales e incluso –van ya varios casos– surgen matrimonios de guardias suizos con prometidas italianas a quienes conocieron precisamente durante su periplo militar en la Ciudad del Vaticano.

Vaticano

El feminismo de Francisco, clave de lectura de su viaje a Canadá

Como es habitual en los viajes papales, Francisco ofreció una rueda de prensa en su regreso a Roma. Algunas preguntas arrojan luz sobre las claves de este viaje a Canadá.

Fernando Emilio Mignone·31 de julio de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

Traducción del artículo al italiano

Traducción del artículo al inglés

El Papa dio una clave interpretativa de sus enseñanzas canadienses contestando a las periodistas cuando voló de Iqaluit a Roma el 29 de julio por la noche. Este viaje a Canadá, explicó, estuvo muy ligado a la figura de Santa Ana, a la transmisión “dialectal» de la fe, que es femenina porque la Iglesia es madre y esposa. 

He hablado, dijo, “sobre las ancianas, sobre las mamás y sobre las mujeres. Y he subrayado que la fe es transmitida ‘en dialecto’ materno, el dialecto de las abuelas… Esto es muy importante: el papel de la mujer en la transmisión de la fe y en el desarrollo de la fe. Es la madre o la abuela la que enseña a rezar, a explicar las primeras cosas que el niño no entiende de la fe… la Iglesia es mujer. Esto lo he querido decir claramente pensando en Santa Ana.” Añadió una referencia bíblica, 2 Macabeos 7, donde “dice que la mamá animaba en dialecto materno” a sus hijos a que aceptaran el martirio.

Abuelos

Efectivamente, el 26 de julio Francisco habló de la transmisión de la cultura y de la fe en su homilía ante miles de familias en un estadio en Edmonton: “Estamos aquí gracias a nuestros padres, pero también gracias a nuestros abuelos… A menudo fueron ellos los que nos amaron sin reservas y sin esperar nada de nosotros; nos tomaron de la mano cuando teníamos miedo, nos tranquilizaron, nos alentaron cuando tuvimos que decidir sobre nuestra vida. Gracias a nuestros abuelos recibimos una caricia de parte de la historia.

Muchos de nosotros hemos respirado en la casa de los abuelos la fragancia del Evangelio, la fuerza de una fe que tiene sabor de hogar. Gracias a ellos descubrimos una fe familiar, doméstica; sí, es así, porque la fe se comunica esencialmente así, se comunica ‘en lengua materna’, se comunica en dialecto, se comunica a través del afecto y el estímulo, el cuidado y la cercanía”.

“Esta es nuestra historia que hay que custodiar, la historia de la que somos herederos; somos hijos porque somos nietos. Los abuelos imprimieron en nosotros el sello original de su forma de ser, dándonos dignidad, confianza en nosotros mismos y en los demás. Ellos nos transmitieron algo que dentro de nosotros nunca podrá ser borrado”.

Cuidar la familia

“¿Somos hijos y nietos que sabemos custodiar la riqueza que hemos recibido? ¿Recordamos las buenas enseñanzas que hemos heredado? ¿Hablamos con nuestros mayores, nos tomamos el tiempo para escucharlos? En nuestras casas, cada vez más equipadas, cada vez más modernas y funcionales, ¿sabemos cómo habilitar un espacio digno para conservar sus recuerdos, un lugar especial, un pequeño santuario familiar que, a través de imágenes y objetos amados, nos permita también elevar nuestros pensamientos y oraciones a quienes nos han precedido? ¿Hemos conservado la Biblia o el rosario de nuestros antepasados?

Rezar por ellos y en unión con ellos, dedicar tiempo a recordarlos, conservar su legado. En la niebla del olvido que asalta nuestros tiempos vertiginosos, hermanos y hermanas, es necesario cuidar las raíces.”

Lac Sainte Anne

Ese 26 de julio al atardecer, el Papa fue un peregrino más en el santuario de Lac Sainte Anne, lugar de encuentro de los autóctonos. Ahí volvió al tema que nos ocupa.

“Pienso en las abuelas que están aquí con nosotros. Tantas. Queridas abuelas, sus corazones son fuentes de las que surge el agua viva de la fe, con la que han apagado la sed de hijos y nietos. Me admira el papel vital de la mujer en las comunidades indígenas. Ocupan un puesto de mucho relieve en cuanto fuentes benditas de vida, no sólo física sino también espiritual. Y, pensando en sus kokum (abuela en lengua cree), pienso en mi abuela. De ella recibí el primer anuncio de la fe y aprendí que el Evangelio se transmite así, a través de la ternura del cuidado y la sabiduría de la vida.

La fe raramente nace leyendo un libro nosotros solos en un salón, sino que se difunde en un clima familiar, se transmite en la lengua de las madres, con el dulce canto dialectal de las abuelas. Me alegra ver aquí a tantos abuelos y bisabuelos. Gracias. Se los agradezco, y quisiera decir a cuantos tienen ancianos en casa, en la familia, ¡tienen un tesoro! Custodian entre sus muros una fuente de vida; por favor, háganse cargo de ellos como de la herencia más valiosa para amar y custodiar”.

Sanar heridas

“En este lugar bendito, donde reinan la armonía y la paz, te presentamos las disonancias de nuestra historia, los terribles efectos de la colonización, el dolor imborrable de tantas familias, abuelos y niños. Señor, ayúdanos a sanar nuestras heridas. Sabemos que esto requiere esfuerzo, cuidado y hechos concretos de nuestra parte. Pero sabemos también, Señor, que solos no lo podemos hacer. Nos confiamos a Ti y a la intercesión de tu madre y de tu abuela. …las madres y las abuelas ayudan a sanar las heridas del corazón.

También la Iglesia es mujer, también la Iglesia es madre. De hecho, nunca hubo un momento en su historia en que la fe no haya sido transmitida, en lengua materna, por las madres y por las abuelas. En cambio, parte de la herencia dolorosa que estamos afrontando nace por haber impedido a las abuelas indígenas transmitir la fe en su lengua y en su cultura. Esta pérdida ciertamente es una tragedia, pero vuestra presencia aquí es un testimonio de resiliencia y de reinicio, de peregrinaje hacia la sanación, de apertura del corazón a Dios que sana nuestro ser comunidad.”

Sainte Anne de Beaupré

El 28 de julio, en una misa por la reconciliación en el santuario de Santa Ana en Beaupré, Québec, Francisco comentó el Evangelio de dos discípulos desencantados camino a Emaús.

 “Partamos con fe el Pan eucarístico, porque alrededor de la mesa podemos redescubrirnos hijos amados del Padre, llamados a ser todos hermanos. Jesús, partiendo el Pan, confirma el testimonio de las mujeres, a las que los discípulos no habían dado crédito, que ¡ha resucitado! En esta Basílica, donde recordamos a la madre de la Virgen María, y en la que se encuentra también la cripta dedicada a la Inmaculada Concepción, tenemos que resaltar el papel que Dios ha querido dar a la mujer en su plan de salvación. Santa Ana, la Santísima Virgen María, las mujeres de la mañana de Pascua nos indican un nuevo camino de reconciliación, la ternura materna de tantas mujeres nos puede acompañar —como Iglesia— hacia tiempos nuevamente fecundos, en los que dejemos atrás tanta esterilidad y tanta muerte, y colocar en el centro a Jesús, el Crucificado Resucitado.”

Dos mujeres canadienses 

De las ocho mujeres que preguntaron en la rueda de prensa aérea, las dos primeras fueron canadienses. Las respuestas las traduzco del italiano.

Jessica Deer, de CBC Radio, descendiente de sobrevivientes de los internados, quiso saber por qué el Papa había desaprovechado la oportunidad que se le había presentado para rechazar públicamente doctrinas y bulas papales de la época de las conquistadores, que dieron lugar a que los católicos tomaran posesión de tierras indígenas y consideraran a sus habitantes como inferiores. 

El Papa se refirió a las palabras de san Juan Pablo II condenando la esclavitud africana en su visita a la Isla de Gorée, Senegal (22 febrero 1992: [Isola di Gorée, la porta del non ritorno]); a Bartolomé de las Casas y San Pedro Claver; a la mentalidad colonialista de entonces y de ahora, y a valores indígenas. Terminó con lo que sigue.

Papa Francisco: … “Esta ‘doctrina de la colonización’… es mala, es injusta. También hoy es usada, lo mismo, con guantes de seda, quizás… Por ejemplo, algunos obispos de algún país me han dicho: ‘En nuestro país, cuando se pide un préstamo a una organización internacional, nos ponen condiciones, también legislativas, colonialistas.

Para darte préstamos te hacen cambiar un poco el estilo de vida.’ Volviendo a la colonización… de América, la de los ingleses, franceses, españoles, portugueses: son cuatro (potencias coloniales) para las cuales siempre ha habido ese peligro, es más, esa mentalidad, ‘nosotros somos superiores y estos indígenas no cuentan’, y esto es grave.

Por eso debemos trabajar en aquello que tú dices: retornar atrás y hacer sano…aquello que ha sido mal hecho, sabiendo que también hoy existe el mismo colonialismo. Piensa, por ejemplo, en un caso, que es mundial… los rohingya, en Myanmar: no tienen derecho de ciudadanía, son de un nivel inferior. También hoy. Thank you very much”.

Prensa canadiense

Brittany Hobson, de la agencia de noticias Canadian Press: “Buenas tardes, Papa Francisco. A menudo usted ha dicho que es necesario hablar con términos claros, honestos, directos y con parresía. Usted sabe que la Comisión canadiense para la Verdad y la Reconciliación ha descrito el sistema de los internados como ‘genocidio cultural’, y esta expresión ha sido corregida en ‘genocidio’ simplemente. Las personas que durante esta semana han escuchado sus palabras de pedido de perdón se han lamentado del hecho que no se hubiera usado el término genocidio. ¿Usted utilizaría este término o reconocería que miembros de la Iglesia han participado en este genocidio?”

Papa Francisco: “Es verdad, no usé la palabra porque no me vino a la cabeza, pero describí el genocidio y pedí disculpa, perdón por esta labor que es genocidio. Por ejemplo, condené también esto: quitar a los niños, cambiar la cultura, cambiar la mente, cambiar las tradiciones, cambiar la raza, digamos, toda una cultura. Sí, es una palabra técnica – genocidio – pero yo no la usé porque no se me ocurrió. Pero he descrito que era verdadero, sí, que era un genocidio, sí, sí, tranquilos. Tú di que yo lo he dicho que sí, que fue un genocidio. Thank you.”

Esta última respuesta va a dar qué hablar en Canadá. Habrá que ver si todo lo anterior también da qué hablar. Omnes informará.

Mundo

Resumen del Año Ignaciano en la fiesta de San Ignacio

El 31 de julio, junto con la fiesta de San Ignacio, finaliza el Año Ignaciano, que comenzó el 20 de mayo de 2021. Una fecha importante, porque corresponde a los 500 años del inicio de la aventura de Ignacio de Loyola, a la sazón un soldado vasco que luchaba en defensa de Pamplona, atacada por los franceses.

Stefano Grossi Gondi·31 de julio de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

La conversión de San Ignacio se originó por un episodio dramático. Una bala de cañón le destrozó las piernas y durante toda su vida Ignacio caminó cojeando. Pero los efectos más notables se produjeron en su corazón, con un largo proceso evolutivo que cambió su forma de ver el mundo y de abrirse a un futuro que antes ni siquiera imaginaba. La paradoja es que un episodio que a primera vista parece un drama personal, que pone fin a su carrera militar como mesnadero, es en realidad el inicio de un viaje que empuja a un hombre más cerca de Dios y le abre un nuevo camino dentro de la Iglesia.

El Año Ignaciano

En mayo de 2021 se celebró el inicio de las ceremonias en Pamplona, donde todo comenzó. Y fue el Superior General de la Compañía de Jesús, el Padre Arturo Sosa, quien encabezó el acto solemne que dio inicio al curso de los acontecimientos.

Entre ellos, un itinerario para jóvenes llamado «De Pamplona a Roma, tras las huellas de San Ignacio», una oportunidad para explorar el viaje de conversión de Ignacio de una manera experiencial. Luego, en junio de 2021, se celebró una oración para confiar a Dios el camino de la Provincia Euromediterránea de la Compañía de Jesús, en el aniversario del día en que Ignacio comenzó a recuperarse del peligro de muerte que había seguido a la herida en la pierna que había sufrido en la batalla. Además, en julio de 2021 se celebró un campamento de verano itinerante para jóvenes en las montañas del norte de Albania.

En marzo de 2022, aniversario de la canonización de San Ignacio y San Francisco Javier, hubo una peregrinación a «La Storta» en las afueras de Roma. En abril, hubo una peregrinación en tres etapas desde Formia a Roma, siguiendo los pasos de Ignacio, que había desembarcado en Gaeta, cerca de Formia, para su primer viaje a Italia. El acto de clausura es la misa en la iglesia del Gesù de Roma el 31 de julio de 2022, en la solemnidad de San Ignacio. A estos sucesos que se conmemoran ahora, se puede añadir otro acontecimiento importante que recuerda la vida de San Ignacio de Loyola: su primera estancia en Roma en marzo-abril de 1523. Después partió hacia Jerusalén, donde permaneció unos veinte días en septiembre de 1523.

El Año Ignaciano no sólo tuvo lugar en Italia, sino que hubo iniciativas en varias partes del mundo: desde Estados Unidos hasta Francia; desde Hungría hasta América Latina y luego también África.

Tras las huellas del camino de Ignacio

En este año dedicado a San Ignacio, desandaremos de alguna manera su camino, que desde el principio se distinguió por su carácter mariano: su parada en el famoso santuario de Montserrat tomó la forma de una verdadera vigilia militar dedicada a la Virgen, y como un antiguo caballero colgó sus vestiduras militares delante de una imagen de la Virgen María. Más tarde, desde allí, el 25 de marzo de 1522, entró en el monasterio de Manresa, en Cataluña. Y en la cueva de Manresa decidió escribir los Ejercicios Espirituales, un instrumento de devoción moderno que se ha convertido en una característica de la espiritualidad jesuita. 

En esa época también cambió su nombre de Íñigo a Ignacio, probablemente por su devoción a San Ignacio de Antioquía. El Padre John Dardis, director de la Oficina de Comunicación de la Curia General de los Jesuitas, recuerda una de las lecciones que enseñó Ignacio: «Cuando amas, eres vulnerable: si no aceptas tus heridas, tu vocación sigue siendo una mentira: Aprender a dejar los mecanismos de defensa no es fácil, y el descubrimiento de Ignacio fue precisamente que podía ser vulnerable y amado al mismo tiempo. Su lucha consistía en buscar a Dios, en ejercitarse con todas sus fuerzas para afrontar cualquier obstáculo: en Manresa tuvo que superar incluso pensamientos de suicidio.  Sin embargo, lo que ganó al final fue el sentido de confianza en la voluntad del Padre. De ahí el pensamiento final: «Si perdemos esto, dejaremos de ser la Compañía de Jesús»,

Prioridades apostólicas universales

Los jesuitas al organizar el Año Ignaciano han puesto en primer lugar lo que el Papa Francisco les ha dado para el decenio 2019-2020. He aquí un resumen de los objetivos: indicar el camino a Dios, particularmente a través de los Ejercicios Espirituales y el discernimiento; caminar junto a los pobres, los excluidos del mundo en una misión de reconciliación y justicia, algo muy cercano al corazón del Papa Francisco; acompañar a los jóvenes en un futuro de esperanza; colaborar en el cuidado de la Casa Común. Esto dará a conocer lo que anima el impulso apostólico de la Compañía, es decir, su espiritualidad, que no es sólo para ella, sino para todos los que la experimentan como verdadera para ellos.

Algunas de las notas prioritarias son un gran amor personal por Jesús de Nazaret, que lleva a cada uno a crecer hacia la plenitud en humanidad; ver a Dios actuando en todas las cosas y acontecimientos de la historia y responder con magnanimidad a las llamadas que vienen de la realidad, es decir, del Señor. 

Concierto de fin de curso

El 30 de julio, la víspera del final del Año Ignaciano se celebró con un concierto de Michele Campanella, en el doble papel de concertino y primer piano, para tocar La Petite Messe Solennelle de Gioacchino Rossini, compuesta por el artista nacido en Pesaro tras décadas de silencio. El término «petite» tenía una doble motivación: el conjunto reducido de dos pianos y armonio y un coro de sólo 16 cantantes, pero también la actitud del cristiano que se hace pequeño cuando dedica su música a Dios. El Barbero de Sevilla está lejos y Rossini utiliza por última vez su viejo estilo para un nuevo y conmovedor mensaje.

Mensaje del Papa

Con motivo del Año Ignaciano, el Papa Francisco ha enviado un mensaje en el que destaca la conversión de San Ignacio, deseando que todos vivan este año como una experiencia personal de conversión. «En Pamplona, hace 500 años, todos los sueños mundanos de Ignacio se rompieron en un momento. La bala de cañón que le hirió cambió el curso de su vida y el curso del mundo. Las cosas aparentemente pequeñas pueden ser importantes. Esta bala de cañón también significó que Ignacio fracasó en los sueños que tenía para su propia vida. Pero Dios tenía un sueño aún mayor para él. El sueño de Dios para Ignacio no era sobre Ignacio. Se trataba de ayudar a las almas, era un sueño de redención, un sueño de salir al mundo entero, acompañado de Jesús, humilde y pobre.

La conversión es un acontecimiento diario. Rara vez ocurre de una vez por todas. La conversión de Ignacio comenzó en Pamplona, pero no terminó allí. Durante toda su vida se convirtió, día tras día. ¿Y qué significa esto? Que a lo largo de su vida puso a Cristo en el centro. Y lo hizo a través del discernimiento. El discernimiento no consiste en tener certezas desde el principio, sino en navegar, en tener una brújula para poder tomar un camino que tiene muchos vericuetos, pero siempre dejándose guiar por el Espíritu Santo que nos lleva al encuentro con el Señor. En este deambular por la tierra, nos encontramos con otros como lo hizo Ignacio en su vida. Estas otras son señales que nos ayudan a mantener el rumbo y nos invitan a convertirnos una y otra vez. Son hermanos, son situaciones, y Dios también nos habla a través de ellos. Escuchamos a los demás. Leemos situaciones. También somos punteros para los demás, mostrando el camino de Dios.

La conversión se hace siempre en diálogo, con Dios, en diálogo con los demás, en diálogo con el mundo. Rezo para que todos los inspirados por la espiritualidad ignaciana puedan hacer este viaje juntos como una familia ignaciana, y rezo para que muchos otros puedan descubrir la riqueza de esta espiritualidad que Dios dio a Ignacio.

Los bendigo de todo corazón, para que este año sea realmente una inspiración para salir al mundo a ayudar a las almas, viendo todas las cosas nuevas en Cristo. Y también una inspiración para dejarnos ayudar. Nadie se salva solo. O nos salvamos en comunidad o no nos salvamos. Nadie puede enseñar a otro el camino. Sólo Jesús nos enseñó el camino. Nos ayudamos mutuamente a conocer y seguir este camino. Y que Dios Todopoderoso os bendiga, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén».

El autorStefano Grossi Gondi

Mundo

Clausura del Año Ignaciano

Abel Toraño es el coordinador del Año Ignaciano. En estas líneas reflexiona sobre los frutos de estos meses y cómo la vida de san Ignacio sigue iluminando a los hombres del siglo XXI. 

Abel Toraño SJ·31 de julio de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Han pasado quince meses desde el inicio del Año Ignaciano, que conmemora aquel 20 de mayo de 1521 en que Ignacio cayó malherido en la defensa de Pamplona. Quince meses que han culminado este 31 de julio, festividad del santo; tiempo que nos ha servido para hacer memoria agradecida de su vida y, sobre todo, de la acción misericordiosa de Dios en su persona.

Por la hondura de este cambio, por todo lo que significó en su vida y por lo que significaría en la vida de tantas personas, hablamos de conversión. Conversión que no hemos entendido como algo ajeno a nosotros, sino como un camino de fe que nos reta y nos muestra un horizonte hacia el que nos sentimos invitados a caminar.

Una conversión decisiva

El itinerario de la conversión del joven cortesano, Íñigo, nos ha servido de estímulo para proponer iniciativas apostólicas muy diversas: jornadas de teología y de formación, propuestas para jóvenes de colegios, parroquias y universidades; congresos y exposiciones; publicaciones de calado, como el Autógrafo de los Ejercicios; ayudas para la oración y para las celebraciones; peregrinaciones y, sobre todo, la práctica de los Ejercicios Espirituales, alma espiritual de todo lo que somos y hacemos.

A veces he llegado a preguntarme si no serían muchas cosas, quizá demasiadas; pero la verdadera pregunta que debemos responder es otra: ¿en qué medida nos han ayudado estas propuestas a recorrer un camino que nos lleve a Dios? ¿Han supuesto estas iniciativas un estímulo para caminar hacia la cumbre?

La conversión de Ignacio de Loyola le llevó a una cumbre que él no esperaba: el encuentro con Dios cara a cara, corazón con corazón, que le llevó a “ver nuevas todas las cosas”. La cumbre, la conversión así entendida, no es el final del camino; sino el principio de toda novedad guiada por el Espíritu. ¿Dónde está esa novedad y cómo se muestra en la vida de Ignacio peregrino?

Una nueva mirada

La conversión, esa altura de la experiencia de Dios que madura de modo inesperado en Manresa, permitirá a Ignacio ver todas las cosas desde la mirada de Dios. En esa mirada están todas las cosas llamadas a la más íntima comunión, la comunión en el amor.

Amor que empieza por uno mismo, reconociendo las propias limitaciones y pecados y, aun con todo, sintiéndose siempre amado y rescatado en Jesucristo, rostro de la misericordia de Dios.

Mirada que busca la cercanía con el mundo y no su rechazo; de modo que el movimiento del Amor es siempre descender, entregarse de modo especial en tantas situaciones de desamor, miseria e injusticia que podríamos tildar de a-teas (sin-Dios).

La mirada encarnada busca la cercanía a aquellas personas a las que Jesús, en el sermón del monte, proclamó dichosas, porque Dios mismo no se quería entender sin ellas. Mirada, en definitiva, que no busca otra cosa que ayudar, y no sacar provecho personal. ¡Cuántas veces nuestras obras, incluso nuestras buenas obras, están pendientes de reconocimiento y del aplauso!

Aprender a amar

Si nos descuidamos, estamos más pendientes de sentirnos bien por lo que hacemos, que de realmente hacer el bien a quien lo necesita; más allá de cómo nos sintamos. Ignacio fue aprendiendo la difícil lección del “amor discreto”, es decir, el amor discernido. Aquél que no busca el propio interés, ni engorda el propio yo escondiéndose en supuestos actos de bondad.

Lo importante, aquello a lo que Dios nos mueve es a “ayudar a las almas”; ayudar a tantos hombres y mujeres a vivir desde lo escondido y genuino de su corazón, allá donde habita su verdad, allí donde se dan los verdaderos encuentros con los prójimos y con Dios. Y esto, la mayoría de las veces sucede en lo escondido, en el silencio, en la oración.

Así escribía el santo de Loyola en 1536:  «… siendo [los Ejercicios Espirituales] todo lo mejor que yo en esta vida puedo pensar, sentir y entender, así para el hombre poderse aprovechar a sí mismo, como para poder fructificar, ayudar y aprovechar a otros muchos…».

Amistad

Con motivo del IV centenario de la canonización de san Ignacio (12 de marzo), me sentí movido a traducir su santidad en términos de amistad: “santidad es amistad”. Así lo vivió Ignacio y así nos lo muestra la tradición bíblica y eclesial.

Amistad con Dios en primer lugar. Al comienzo de su conversión, Jesús es para Ignacio el nuevo Señor a quien desea servir. Esta imagen de Dios, que en cierto modo se mantendrá toda su vida, habría de pasar por un duro proceso de purificación.

Ante los señores de este mundo es necesario hacer méritos, rendir cuentas para que te tengan en consideración. Ignacio, hundido en la más severa desolación en la villa de Manresa, sentirá que el amor de Dios es incondicional; que la misericordia es su primera y última palabra.

Que a este Dios, a este Señor, no hay que ganárselo, porque es Él quien nos ama primero y quien nos busca para llamarnos amigos. En el libro de los Ejercicios Espirituales, Ignacio propondrá al ejercitante que se dirija a Dios “como un amigo habla con otro amigo”.

Amistad con aquellas personas con las que compartimos fe y misión. Conocemos la vida y la obra de Ignacio porque las compartió con muchas personas, de modo singular con los primeros compañeros que formarían la Compañía de Jesús.

El viaje ignaciano

Después de varios años viviendo juntos y estudiando en París, Ignacio se hubo de ausentar casi un año por motivos de salud, citándose en Venecia. En una de sus cartas, Ignacio deja constancia de ese reencuentro con estas palabras: “de París llegaron aquí, mediado enero, nueve amigos míos en el Señor”.

Es el vínculo de la verdadera amistad lo que nos construye como comunidad, como Iglesia. Un vínculo que va más allá de gustos, apetencias personales e ideas compartidas por los más afines.

La verdadera amistad nos hace apreciar el valor y la belleza de lo distinto, lo complementario, lo que ni yo ni mi grupo podemos ni debemos alcanzar. En la verdadera amistad dejamos que el otro y los otros sean quienes deben ser, y dejamos que sea el Señor quien obre el milagro de la comunión.

Amistad, por último, con los más pobres y necesitados. En 1547 Ignacio recibe una carta de los jesuitas de Padua. Escriben a su P. General expresando las extremas dificultades que les toca vivir. El estado de penuria se va agravando, porque el fundador del nuevo colegio ha retirado la mayor parte de la asignación económica necesaria para mantener la obra.

Escriben a Ignacio porque necesitan su consuelo. La carta que les envía Ignacio es una joya que deja entrever el lazo íntimo (místico) entre pobreza y amistad. Escribe así el santo: “son tan grandes los pobres en la presencia divina que principalmente para ellos fue enviado Jesucristo a la tierra”. Y añade más adelante: “la amistad con los pobres nos hace amigos del Rey eterno”.

El autorAbel Toraño SJ

Coordinador en España del Año Ignaciano

Vaticano

El rostro inuk de Jesucristo. Tercera etapa, Nunavut

Crónica de los últimos acontecimientos del Papa Francisco en Canadá. El primer balance que puede hacerse de este viaje es muy positivo, tanto para los católicos del país como para la opinión pública.

Fernando Emilio Mignone·30 de julio de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Francisco vino a Canadá a escuchar, en la medida de lo posible, a los 1,7 millones de  indígenas divididos en Primeras Naciones, Mestizos e Inuit (estos últimos son menos de 50.000). Muchos de ellos han sufrido muchísimos abusos debido sobre todo a políticas educativas equivocadas, y siguen muy heridos. Vino a pedirles perdón. 

En Iqaluit

Misión cumplida. Parece estar dejando a muchos canadienses contentos. En su última parada, Iqaluit, se encontró con unos mil inuit, una multitud para este territorio de Nunavut,  y pasó más tiempo de lo previsto escuchando privadamente a un centenar de ellos que habían sufrido debido al colonialismo. Esta capital de Nunavut tiene sólo ocho mil habitantes.

En su alocución se dirigió de manera especial a los jóvenes inuit, que tienen una de las más altas tasas de suicidio en el mundo. Con conceptos claros y con bellas comparaciones, animó al jóven, a la jóven inuk a tirar para arriba, a no desanimarse, a pedir consejo a los ancianos, a perseverar y a querer cambiar el mundo. Les dio tres consejos: caminar hacia lo alto, ir hacia la luz, y hacer equipo.

Les explicó qué es la libertad, opuesta al libertinaje y a la adicción: “Si queremos ser mejores, tenemos que aprender a distinguir la luz de las tinieblas… Puedes empezar preguntándote: ¿qué es lo que me parece luminoso y seductor, pero después me deja dentro un gran vacío? ¡Estas son las tinieblas! En cambio, ¿qué es lo que me hace bien y me deja paz en el corazón, aunque antes me haya pedido que saliera de ciertas comodidades y que dominara ciertos instintos? ¡Esta es la luz! Y me sigo preguntando, ¿cuál es la fuerza que nos permite separar dentro de nosotros la luz de las tinieblas, que nos hace decir ‘no’ a las tentaciones del mal y ‘sí’ a las ocasiones de bien? Es la libertad. Libertad que no es hacer todo lo que me parece y me gusta; no es aquello que puedo hacer a pesar de los otros, sino por los otros; es responsabilidad. La libertad es el don más grande que nuestro Padre celestial nos ha dado junto con la vida.”

Recordando a Juan Pablo II

Veinte años después de la Jornada Mundial de la Juventud de Toronto, les repitió una frase que dijo entonces San Juan Pablo II a 800.000 personas: “Quizá no haya tiniebla más densa que la que se introduce en el alma de los jóvenes cuando falsos profetas apagan en ellos la luz de la fe, de la esperanza y del amor.”

Hoy el discurso fue a muchas menos personas que aquella homilía de 2002. ¿Qué importa? Es la periferia. Eso va a re-equilibrar a una Iglesia en salida, a una Iglesia que quiere encontrar a cada alma allí donde esté. 

El discurso fue en castellano, traducido en tramos, por el sacerdote que ha estado haciendo de intérprete en todo el viaje (el políglota francocanadiense Marcel Caron), y después una segunda vez al inuktituk por una intérprete local. 

Así acabó: Amigos, caminen hacia lo alto, vayan cada día hacia la luz, hagan equipo. Y hagan todo esto en vuestra cultura, en el hermosísimo lenguaje inuktitut. Les deseo que, escuchando a los ancianos y recurriendo a la riqueza de vuestras tradiciones y de vuestra libertad, abracen el Evangelio custodiado y transmitido por sus antepasados, y que encuentren el rostro Inuk de Jesucristo. Los bendigo de corazón y les digo: ‘qujannamiik!’ [¡gracias!].”

Construyó esperanza

El santo canadianse François de Laval (1623-1708) es comparable al santo peruano Toribio de Mogrovejo (1538-1606). Ambos fueron obispos misioneros incansables en un mundo nuevo. El 28 de julio en la catedral de Québec donde está enterrado, el Papa Francisco llamó a su homónimo,  que fue el primer obispo en la Nueva Francia, un “constructor de esperanza”. El obispo de Roma intentó hacer eso al visitar al segundo país más grande del mundo. Construyó esperanza.

Ya había venido aquí antes y eso que, Jorge Bergoglio, nunca quiso ser “obispo de aeropuerto”. Nunca viajó a Estados Unidos hasta que fue, ya siendo papa, en 2015. Pero sí había estado en la ciudad de Québec como arzobispo. Fue invitado por su amigo, el entonces arzobispo de la ciudad, el cardenal Marc Ouellet. Bergoglio dio una conferencia en 2008 en el Congreso Eucarístico de Québec, que tuvo lugar con ocasión del cuarto centenario de la ciudad.

Ahora se va cansado pero contento. Estuvo sentado casi todo el tiempo, debido a su rodilla. Pero su sacrificio y sufrimiento personal inspiraron tanto como el de su predecesor enfermo y anciano, Juan Pablo II, hace dos décadas.

Misión cumplida

Tanto él como los obispos canadienses como muchos observadores estarán de acuerdo en que este camino de reconciliación entre indígenas indignados y la Iglesia en Canadá está todavía en los comienzos, y que va a llevar mucho tiempo. Pero la reacción de los autóctonos que lo recibieron fue muy generosa.

Lo que se puede asegurar es que una vez más, providencialmente, no hay mal que por bien no venga. En las artes marciales se suele utilizar el movimiento del adversario para conseguir derribarlo. Algo así acaba de suceder acá. Cuando se pensaba que se derribaría a la Iglesia, vino Bergoglio y aprovechó la jugada para evangelizar. 

En este país, en los últimos años, los medios y los políticos han querido enseñar la ética a los cristianos, y hete aquí que el cristiano más conocido del planeta viene a Canadá y habla de religión y de moral, con tanta humildad, savoir faire, sutileza y simpatía que la Iglesia sale ganando. Los periodistas no podían creerlo pero los medios no pudieron hacerle el vacío al Papa. No tuvieron más remedio que transmitir los eventos importantes de la visita, y los gestos y mensajes de un gran comunicador. Porque vino a visitar a los autóctonos (que están “de moda”), a petición de ellos. Y porque Francisco es Francisco. Hasta su mismo nombre es atractivo al hombre y a la mujer de hoy. Y su persona, y su mensaje perfectamente calibrado, también. Hace todo lo que puede para estar en la misma longitud de onda de los que visita.

El Papa sabe coser. La aguja de los internados indígenas, verdadera tragedia (que todavía queda por investigar académicamente, y esto llevará décadas), le permitió meter el hilo de Cristo en el tejido social canadiense. 

Familia

Enrique Rojas: «Muchas relaciones actuales están hechas con materiales de derribo»

El psiquiatra Enrique Rojas habla en esta entrevista con Omnes de la hiperconexión de la sociedad "cada vez más perdida", las relaciones de usar y tirar y la familia como "el primer espacio psicológico donde uno es valorado por estar allí". 

Maria José Atienza·30 de julio de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Enrique Rojas es uno de los psiquiatras «de cabecera» en nuestro país. Catedrático de Psiquiatría y director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas, Rojas acaba de recibir el premio Pasteur de investigación de medicina por la Asociación Europea de Desarrollo.

Autor de numerosos libros dedicados a temas como la depresión, la felicidad, la ansiedad o el amor, ha vendido más de 3 millones de libros, traducidos del inglés al ruso, pasando por el alemán, el polaco o el italiano.

Casado con Isabel Estapé, notario de Madrid, y primera mujer en la Real Academia de Ciencias de Económicas y Empresariales, Enrique Rojas es padre de 5 hijos, algunos de los cuales han seguido sus pasos en el mundo de la medicina o la psicología.

Usted lleva más de cuatro décadas dedicado a la investigación y el tratamiento psiquiátrico. En este tiempo, ¿han cambiado el ser humano sus aspiraciones y puntos de referencia o seguimos siendo los mismos “con diferente ropaje”? 

– El psiquiatra y el psicólogo se han convertido en los nuevos médicos de cabecera. Siguen las grandes enfermedades psíquicas, las depresiones, la ansiedad, las obsesiones. Pero hay tres nuevos ropajes patológicos: las parejas rotas, las adicciones (desde el móvil a la pornografía, pasando por las series), y la conversión del sexo en un acto de usar y tirar. 

Se habla mucho de que los consultorios están llenos y los confesionarios vacíos… ¿Existe una simplificación de la labor de ambos? 

– Cuando el mundo se vacía de Dios, se llena de ídolos: muchos de ellos vacíos de contenido. El mundo está cansado de seductores mentirosos. 

¿Es nuestra sociedad más frágil psicológicamente que antes?

– Vivimos en una sociedad bombardeada por noticias que se devoran una detrás de otra. Una sociedad híper informada e interconectada. Pero cada vez más perdida.

En este sentido; cuando el ser humano vive una apertura a la trascendencia, a Dios, ¿es realmente más feliz? 

– El sentido de la vida significa tener respuestas a los grandes interrogantes de la vida: de dónde venimos, a dónde vamos, el sentido de la muerte. El sentido espiritual de la vida es clave y conduce a descubrir que cada persona es valiosa.

¿Se ama mejor cuando se ama a Dios, cuando se ama por Dios? 

– Dios es Amor. En los amores actuales falta el sentido espiritual y muchas relaciones están hechas con materiales de derribo.

Si hay dos términos que son usados por encima de sus posibilidades son el de amor y libertad. En este plano, ¿existe una definición de amor? 

– Amar es decirle a alguien voy a darte lo mejor que tengo. La libertad es descubrir nuestras posibilidades y nuestros límites. Mi definición del amor es esta: es un movimiento de la voluntad hacia algo o alguien que descubro como un bien, como algo valioso. 

Y, por ende, ¿qué entendemos por libertad? ¿No sucede que, la naturaleza de ambos, nos “supera” con frecuencia? 

– La libertad absoluta se da sólo en Dios; en que la esencia y la existencia coinciden. Nosotros debemos aspirar a no ser prisioneros de nada… Hoy hemos sustituido el sentido de la vida por las sensaciones. Mucha gente busca experiencias de placer rápidas, inmediatas, una detrás de otra y eso a la larga produce un gran vacío.

Nuestra sociedad del primer mundo ha pasado de la Ilustración y la exaltación de la razón, a la del sentimiento incluso por encima de la biología: cada uno “es lo que se siente”. Esta situación, ¿es sostenible psicológicamente? 

– La Ilustración fue un movimiento importantísimo en la historia del pensamiento que termina en la Revolución Francesa con aquellos tres grandes lemas: libertad, igualdad y fraternidad.

El romanticismo del siglo XIX fue una reacción contra la entronización de la razón, poniendo en primer término el mundo afectivo.

Hoy la respuesta es la Inteligencia Emocional: mezclar con arte y oficio los instrumentos de la razón y las herramientas de la afectividad. No olvidemos que la primera epidemia psicológica en el mundo Occidental son los divorcios. 

¿Cómo lograr el equilibrio entre la naturaleza y el sentimiento cuando no entendemos ni uno ni el otro?

– Los sentimientos hacen de intermediarios entre los instintos y la razón. La vida afectiva debe ser pilotada por la vida intelectual, pero buscando una ecuación entre ambos ingredientes. 

Se habla de los amigos como la familia a que se elige. Pero nuestra propia familia, ¿es una carga entonces?

– La familia es el primer espacio psicológico donde uno es valorado por estar allí, sin más. Los padres somos los primeros educadores y la clave es doble: la coherencia de vida y entusiasmar con los valores que no pasan de moda.

¿Cuál es el papel de la familia en la sociedad?,¿es reemplazable?

– Un buen padre vale más que mil maestros. Y una buena madre es como una universidad doméstica. Educar es dar raíces y alas, amor y rigor.

Aún no hemos terminado de atravesar una pandemia que ha sacudido al mundo entero. De esta situación, como de una guerra o un conflicto, ¿se sale mejor o peor? 

– Uno sale mejor de la pandemia si realmente ha sabido aprender lecciones de ella. Toda filosofía nace a orillas de la muerte. Toda la felicidad consiste en hacer algo que merezca la pena con la propia vida.

Ante estos “traumas colectivos”, las personas y las sociedades, ¿cambian o se amoldan e incluso proliferan las vías de escape? 

– Hay que a aprender a hacer una lectura positiva de todo lo bueno que tiene esta sociedad: desde los extraordinarios avances tecnológicos pasando por una medicina cada vez más polivalente e innovadora o la rapidez de las comunicaciones, y un largo etc. Pero hay que saber que existe una verdad sobre el ser humano y ésta, en la actualidad, está bastante difuminada.

Cultura

Ucrania: Un rompecabezas de religiones

El Papa Francisco consagró Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de María el 25 de marzo, y le encomendó “nuestras personas, la Iglesia y la humanidad entera”. “Haz que cese la guerra la guerra y provee al mundo de paz”, pidió el Papa. Jesús es Príncipe de la paz, y alentó a la unidad. A su vuelta de Ucrania, el cardenal Czerny manifestó: “La religión puede demostrar la unidad que la guerra tiende a destruir”.

Rafael Miner·30 de julio de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Traducción del artículo al inglés

La Iglesia greco-católica cuenta en Ucrania con unas 3.400 parroquias, con cerca de 3.000 sacerdotes, del total de 4.800, y en torno a 1.100 religiosos y religiosas (1.300 en total). Constituyen el 8,8 % de los ucranianos católicos, que junto al 0,8 % de los latinos, llegan casi al 10 % de la población ucraniana. 

La percepción de la unidad en la nación ucraniana tiene enorme sentido en un país de numerosas tradiciones religiosas, un rompecabezas en el que un 60 % de sus 41 millones de habitantes son ortodoxos; greco-católicos el 8,8 %; romano-católicos un 0,8 %; protestantes, un 1,5 %; y “simplemente cristianos”, un 8,5 %.

Ante algunas cifras sobre la comunidad ortodoxa que han circulado en algunos medios, el sacerdote y periodista ucraniano Jurij Blazejewski FDP, ha recordado a Omnes que del 60 % de ortodoxos, son “fieles de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana (la del metropolita Epifanio), el 24,1 %; fieles de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana del Patriarcado de Moscú (bajo el Patriarca Kirill) , el 13,3%; fieles de otras Iglesias Ortodoxas (por ejemplo, el Patriarcado de Constantinopla, el Patriarcado Rumano, etc.), el 0,6 %; y como ortodoxos sin asociarse a una institución concreta, un 21,9 %”.

Los datos son de noviembre de 2021, y corresponden al informe Specifics of religious and Church self-determination of citizens of Ukraine: trends 2000-2021, sobre Religión e Iglesia en la sociedad ucraniana en 2000-2001, de Razumkov Centre. “Se trata de una encuesta de alto nivel que viene realizándose desde hace 21 años”, explica el P. Jurij Blazajewski, sacerdote desde hace 10 años, que pertenece a la Congregación Hogar Don Orione, y estudia actualmente Comunicación Institucional en la Universidad de la Santa Cruz, en Roma.

Diferencias entre ortodoxos

El padre Constantin, ortodoxo ucraniano, lleva 22 años en España. “En nuestro país tenemos tres Iglesias: una greco-católica, otra ortodoxa ucraniana, y una tercera ortodoxa de Rusia. Yo soy ucraniano del Patriarcado de Constantinopla”, señaló.

Respecto a si existe una postura común de las Iglesias en Ucrania ante la intervención rusa, respondió: “Hay diferencias, porque en territorio ucraniano está la Iglesia ortodoxa del Patriarcado de Moscú, que está apoyando a Putin”. A su juicio, “cualquier tipo de negociación no va a satisfacer a Rusia, porque lo que quieren es territorio de Ucrania. Esto es política. Yo no quiero intervenir en política. Para nosotros, para los sacerdotes, lo principal es llegar por las oraciones a nuestra gente, tranquilizar sus corazones y sus pensamientos. Y rezar para que esta guerra termine lo antes posible, y se produzcan las menores muertes posibles”, manifestó a Omnes.

Al final de la conversación, se incorporó el nuevo arzobispo metropolitano ortodoxo Bessarion, de España y Portugal (Patriarcado Ecuménico de Constantinopla), quien remitió a las palabras del Patriarca ecuménico Bartolomé. Éste llamó rápidamente al comienzo de “este ataque sin mediar provocación de Rusia contra Ucrania, Estado independiente y soberano de Europa”, “a Su Beatitud el Metropolitano Epifanio, Primado de la Iglesia ortodoxa de Ucrania, para expresarle su enorme pesar por esta flagrante violación de cualquier noción de derecho y legalidad internacional, así como su apoyo al pueblo ucraniano que lucha ‘por Dios y por el país’ y a las familias de las víctimas inocentes”.

El Patriarca ortodoxo Bartolomé ha realizado también un llamamiento al diálogo a los líderes de todos los Estados y a las organizaciones internacionales, y hay que recordar que fue de los primeros, junto los episcopados de Italia y Polonia, en unirse al clamor de oración solicitado por el Papa Francisco.

Los católicos en Ucrania, siglos II y III

Los católicos son minoría en Ucrania, aunque representan casi el 10 % de la población si se suman greco-católicos y latinos. Sin embargo, “es la mayor Iglesia católica oriental del mundo en número absoluto de fieles. También es una Iglesia verdaderamente global, con su estructura oficialmente reconocida de diócesis que cubre cuatro continentes (sin África), con una rica presencia entre la numerosa diáspora ucraniana en todo el mundo, especialmente en Europa, Estados Unidos, Canadá, Brasil y Argentina”, añade el P. Jurij Blazajewski.

La Iglesia greco-católica, de rito bizantino, es una de las Iglesias orientales vinculadas a la Iglesia católica y a Roma mediante la Congregación para las Iglesias Orientales. “El cristianismo llegó a los actuales territorios ucranianos en los siglos II y III”, evoca el P. Blazajewski. “Por ejemplo, el santo mártir Papa Clemente murió en Crimea. Existen fuentes sobre la estructura eclesiástica y la presencia de obispos en las ciudades-colonia griegas de Crimea y la costa norte del Mar Negro desde el siglo III. El bautismo oficial del rey (Gran Duque) de Kiev, Volodymyr, junto con su pueblo tuvo lugar en 988, a manos de misioneros enviados desde Constantinopla”.

“Pila bautismal para tres naciones”

“Desde entonces”, añade, “la Iglesia ucraniana siempre ha funcionado como una metrópolis autónoma de Kiev bajo el Patriarca de Constantinopla. Sin embargo, la presencia de las misiones latinas también es notable. Un hecho interesante es que la Metrópolis de Kiev nunca rompió oficialmente la comunión con Roma mediante un acto o documento solemne. Así, todas las Iglesias ortodoxas ucranianas y la Iglesia greco-católica se reconocen mutuamente como Iglesias ‘de la única fuente bautismal de Kiev’, lo que en sí mismo constituye una sólida plataforma para el diálogo ecuménico”, como subrayó san Juan Pablo II en su viaje apostólico al país en 2001.

Ucrania no es sólo cuna del cristianismo ruso, sino “una pila bautismal para tres naciones: Ucrania, Bielorrusia y Rusia”, agrega el P. Jurij Blazajewski. “Sin embargo, razonar en términos de nacionalidad no es compatible con la situación medieval, ya que en Europa el propio término nación en el sentido moderno que se utiliza hoy en día se remonta únicamente a la llamada ‘Primavera de los Pueblos’ en la década de 1840”. Sobre la precedencia nacional, el sacerdote y periodista aporta el siguiente dato: “Kiev, capital de Ucrania, fundada en el siglo V; Moscú, capital de Rusia, fundada en 1147 por uno de los hijos menores del Gran Duque de Kiev”.

Vaticano

Las mejores imágenes del viaje del Papa a Canadá

Rome Reports·29 de julio de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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Francisco consiguió realizar su 37º viaje internacional a pesar de los problemas de rodilla.


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