España

Se acerca la XXX Jornada Mariana de la Familia en Torreciudad

El sábado 17 de septiembre de 2022 la Jornada Mariana de la Familia cumple su 30ª edición y ofrece a familias de todas las latitudes una peregrinación festiva realizada bajo la protección de la Virgen María.

Javier García Herrería·13 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El próximo 17 de septiembre, sábado, se celebrará en el santuario de Torreciudad (Huesca) la 30ª Jornada Mariana de la Familia, un evento festivo centrado en la devoción a la Virgen María y dirigido a familias de toda España y de algunos otros países.

El rector, Ángel Lasheras, señalaba en una entrevista reciente en Omnes, la ilusión con la que están organizando el evento tras dos años de pandemia.

Vemos que mucha gente tiene ganas de venir y está preparando viajes con tiempo. “Por este encuentro multitudinario y por otras actividades que se hacen en torno a la familia, nos gustaría que Torreciudad fuera conocida como el ´santuario de la familia`“. 

La concelebración eucarística será presidida por el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, y tendrá lugar en el altar de la explanada. La eucaristía es el centro de la jornada, en la que las familias peregrinan para rezar por sus ilusiones y retos.  

Videomensaje del obispo de Vitoria animando a participar en el evento

Ángel Lasheras recuerda que desde la primera jornada en 1989 han llegado miles de familias, con la ilusión de poner a los pies de la Virgen todas sus necesidades. El rector señala que “los motivos y contenidos de las Jornadas han ido siempre de la mano de las convocatorias de la Iglesia, como los años internacionales de la familia, el jubileo del tercer milenio, los encuentros mundiales de la familia, el Año del Rosario o diversos sínodos”.

“A esta universalidad -añade- ha ayudado contar con un mensaje del Papa y la presencia a lo largo de estos años de cardenales y obispos que han venido a la concelebración participada por las familias, que son las grandes protagonistas”.

Cultura

Ignacio Saavedra: «Tolkien trató de evitar paralelismos entre sus relatos y la Historia de la Salvación»

Ignacio Saavedra, profesor de Comunicación Corporativa de la Universidad CEU San Pablo, es uno de los componentes del comité científico del congreso sobre Tolkien que se celebrará próximamente en Madrid bajo el título “Tolkien: poética, mito y lenguaje”. En los últimos años ha habido numerosos eventos académicos centrados en Tolkien, pero este llegará cuando acabe de terminar la primera temporada de una serie basada en la obra de Tolkien que ya es la más cara de la historia.

Javier García Herrería·13 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

Aunque es desgraciadamente habitual asociar a J. R. R. Tolkien con el fenómeno “freak”, lo cierto es que la aproximación de Ignacio Saavedra a la obra del escritor inglés ha sido siempre de la mano de la Academia.

Ignacio Saavedra

En 1994 asistió a una conferencia sobre Tolkien impartida en la Universidad Complutense por el catedrático de Griego Carlos García Gual, que terminó su exposición obsequiando al auditorio con una grabación de la voz del profesor de Oxford cantando en lengua élfica una de las más de cien canciones que aparecen en “El Señor de los Anillos”. Ahí estuvo la inspiración para que el profesor Saavedra creara años más tarde el grupo de teatro musical Endor Lindë (la música de la Tierra Media)

Siendo estudiante de Periodismo en la Universidad de Navarra, se encontró con la grata sorpresa de que la profesora de Literatura Contemporánea incluía “El Señor de los Anillos” en la lista de lecturas obligatorias, junto a autores como Thomas Mann, Marcel Proust o Franz Kafka. Poco después tuvo la oportunidad de conocer personalmente al profesor de Teología de la misma universidad José Miguel Odero, autor del primer estudio serio sobre Tolkien publicado en España. 

Acaba de estrenarse la serie más cara de la televisión, en la que Amazon ha invertido más de 200 millones de euros. 

ーNo hay un dato exacto sobre el coste de la serie. Un artículo reciente publicado en The Wall Street Journal lo sitúa en 750 millones de dólares sin incluir la campaña de marketing.

Narra hechos muy anteriores a las famosas sagas de “El hobbit” y “El señor de los anillos”. ¿Cómo está siendo la recepción de esta serie por parte de los seguidores del escritor inglés? 

ーEstá habiendo una gran variedad de opiniones sobre la serie entre los seguidores de Tolkien. Para muchos es toda una traición al escritor. El problema es que, al leer opiniones, es difícil saber cuánto hay de crítica ponderada y cuánto de aprovechar la serie para volcar todo el odio acumulado contra Jeff Bezos y su imperio en los últimos años. Y para acabar de complicar las cosas, está la obsesión por parte de mucha gente de ver manifestación de la ideología “woke” por todas partes. 

Existe un sector de profundos conocedores de la obra de Tolkien que han decidido no opinar mientras no se haya estrenado un cierto número de capítulos, pero ya han manifestado su agrado por ciertos diálogos que, en su opinión, son un verdadero homenaje a los elementos más profundos y más positivos de la obra de Tolkien. 

No olvidemos, por último, que Amazon ha invertido mucho en agasajar a líderes de opinión para intentar que publiquen opiniones favorables a la serie. En lo que todos coinciden es en que la alta inversión luce: decorados deslumbrantes, música arrebatadora y realización cuidada hasta el mínimo detalle para provocar una atracción irresistible en el espectador.

¿Por qué la obra de Tolkien es considerada católica si los personajes no tienen un rito religioso?

ーSería un tema para un congreso entero, pero la cuestión se aclararía bastante si no hubiera tantos católicos que se dedican al trabajo intelectual y que siguen sin haber leído la Carta de San Juan Pablo II a los Artistas. La catolicidad no es que los cuentos tengan una moraleja para que la historia sea un vehículo de catequesis. La catolicidad está en que la Belleza nos lleve a Dios como el único origen posible de una belleza tan inefable. Cuando un artista es tan auténtico como lo era Tolkien, cuando no es un simple juntaletras que se conoce los trucos para convertir un relato en “best-seller” de quiosco, la obra creada refleja todo el mundo interior del artista, incluida la cosmovisión católica si la hubiere. 

Se podría decir que Tolkien no pudo evitar que se notara que era católico, pero trató de evitar que el público estableciera cualquier paralelismo entre sus relatos y la Historia de la Salvación. El problema es que hay un sector bastante amplio de público católico que tiene una cierta idea de la Historia Bíblica pero no saben nada de mitología y, por ejemplo, ven en Galadriel un reflejo de Santa María pero no ven un montón de personajes de diversas mitologías que también podrían ser una inspiración para el personaje de Galadriel. 

Esa presunta catolicidad se nota en detalles que van mucho más allá de si hay ritos o no. Se nota, por ejemplo, en la concepción de la libertad humana que refleja el comportamiento de los personajes. Se nota en cómo el relato transmite, de un modo mitopoético, que todos estamos obligados a ser muy cuidadosos con la Naturaleza porque la Naturaleza es un don de Dios. Esta idea empieza a ser connatural entre los católicos después de la promulación de la “Laudato Si”, pero era algo revolucionario cuando se publicó “El Señor de los Anillos”.

Los seres espirituales creados por Tolkien en “El Silmarillion”, Valar y los Maiar, ¿hasta qué punto la naturaleza de estos seres está influida por su visión teológica católica?

ーEs difícil saber hasta qué punto, y yo no diría que se trata de seres espirituales, sin más. Son seres dotados de poderes especiales, pero no exactamente espirituales. Es normal que, observando el comportamiento de Gandalf, convertido en protector y guía de Frodo en el cumplimiento de su misión, los creyentes piensen en ángeles o arcángeles, pero ese tipo de seres especialmente poderosos, que usan ese poder al servicio o en contra de los mortales, están tan bien en otras fuentes religiosas, mitológicas y literarias de las que se nutrió Tolkien.

Los elfos ideados por Tolkien no mueren, y consideran la muerte un don. Gandalf le dice a Frodo que no mate a Gollum. Considerando estos dos hechos, ¿qué opinión le merece el sentido de la esperanza de Tolkien? 

ーDebo aclarar que los elfos sí mueren, y murieron en la época en que tuvieron que batallar contra las huestes de Morgoth. Se trata de grandes cuestiones, que darían no para una tesis doctoral, sino para varias tesis doctorales. De hecho, una de las últimas tesis doctorales sobre Tolkien defendidas en la Universidad Española está centrada precisamente en esa idea: la muerte como don. 

Aquella conversación en que Gandalf alaba la compasión de Bilbo, porque “ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos” ha sido lo que ha provocado que muchos lectores se conviertan en enemigos acérrimos de la pena de muerte. La esperanza es uno de los grandes temas de la obra de Tolkien. No en vano la revista de la Sociedad Tolkien Española se llama ESTEL, palabra de la lengua élfica que significa esperanza. 

Se podrían decir muchas cosas sobre cómo es la esperanza en la obra de Tolkien, pero una idea capital es que, en el fondo, no hay tan gran diferencia entre elfos y seres humanos. La esperanza vendría de que los seres humanos tienen el don de la muerte, sí, pero también gozan de una inmortalidad espiritual porque sus obras perviven. Esa pervivencia, en muchos casos, significa estar presentes en las canciones que hablan de los tiempos pasados, que para mí es un modo mítico de expresar que la muerte no es algo definitivo.

El converso Evelyn Waugh vio el Concilio Vaticano II como una traición a la tradición, cosa que quizá también ocurra a muchas personas en otros momentos históricos. ¿Cuál fue la percepción de Tolkien sobre el Concilio?

ーQue se sepa, sólo ha habido por su parte un aspecto que no le gustó del Vaticano II: el retroceso del latín. Hay varios motivos por los que Tolkien tenía un especial aprecio por esta lengua. Uno de ellos es que fue uno de los primeros idiomas que estudió, bajo la guía de su propia madre, que enseñó Griego y Latín a Tolkien y a su hermano, durante una temporada en que no consiguió inscribirlos en ninguna escuela. 

Un segundo motivo por el que le dolió lo que ocurrió con el Latín tras el concilio, es que Tolkien estaba convencido de que el Latín era un gran elemento de unidad. Podríamos decir que la irrupción de las lenguas vernáculas en detrimento del Latín fue percibido por Tolkien como una nueva versión de la Torre de Babel. Como buen filólogo, era muy consciente de que un cambio de lenguaje implica un cambio de pensamiento, lo que implica diversidad de interpretaciones de la doctrina y, por tanto, riesgo de desunión.

Lewis y Tolkien, dos grandes de la literatura y con visiones cristianas diferentes.

ーLa relación entre Tolkien y Lewis es un tema apasionante. Como sabe cualquier conocedor de la vida de ambos escritores, tuvo un momento culminante en aquel paseo por esa parte de Magdalen College llamada Addison’s Walk, en la Universidad de Oxford. Tolkien supo utilizar la pasión compartida por ambos, el amor a la mitología, como vehículo para mostrar a Lewis el camino hacia Dios. Es un momento muy bien plasmado en una película reciente, “The Most Reluctant Convert”, sobre la vida de C. S. Lewis.

Pero después sucedieron dos cosas. Por una parte, Lewis prefirió seguir en la Iglesia de Inglaterra en vez de optar por la Católica “Romana” de su amigo y colega universitario. Por otra parte, llevado de su celo apostólico, creó relatos que eran claras alegorías de la fe, algo que a Tolkien le disgustó. También influyó negativamente en su relación de amistad el matrimonio de Lewis con Joy Gresham, que Tolkien no veía con buenos ojos. 

¿Tuvo Tolkien alguna relación relevante con otros escritores católicos?

ーEn el círculo de profesores y escritores que solían reunirse en varios pubs de Oxford –los famosos Inklings- estaba también Owen Barfield, cuyo catolicismo es todavía objeto de debate. Se le puede considerar el fundador de los Inklings, lo que ya sería suficiente para considerarlo un hombre decisivo en la vida de Tolkien. 

En esas reuniones de los Inklings se empezó a leer “El Señor de los Anillos”. Incluso puede ser que fue ahí cuando Tolkien acabó de convencerse de que el hoy famoso libro era digno de ser publicado. Verlyn Flieger, una de los estudiosas de la obra de Tolkien más reconocidas de nuestros días, ha investigado a fondo la posible influencia de Barfield en la obra de Tolkien y está llegando a conclusiones bastante contundentes. Y no se puede negar que el catolicismo puede haber sido elemento necesario en esa influencia. 

Los católicos estamos muy marcados por el comienzo del Evangelio de San Juan, y esa primacía de La Palabra. El Logos es el motor de la obra de Tolkien. No creo que haya ningún caso en que un relato que es pura filología haya acabado siendo tan popular y, sobre todo, tan capaz de cambiar la visión de la vida por parte de sus lectores.

Ecología integral

La reforma de la ley del aborto inclina a las menores a abortar

El proyecto de ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) enviado por el Ejecutivo al Parlamento este verano plantea graves problemas jurídicos. La eliminación de los tres días de reflexión e información antes de realizar un aborto en las adolescentes menores, de 16 y 17 años, y anular la exigencia de consentimiento de los padres, ha sido criticado por juristas consultadas por Omnes.

Francisco Otamendi·13 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 8 minutos

Uno de los principales argumentos de las profesoras, pertenecientes a universidades como CEU San Pablo, Navarra y Francisco de Vitoria, se centra en la desviación del bien jurídico a proteger, teniendo en cuenta que el nuevo proyecto de ley orgánica que estudiarán las Cortes modifica la Ley Orgánica de 2010 del gobierno de Rodríguez Zapatero.

Ana Sánchez-Sierra

“Me acordaba cuando Hannah Arendt, filósofa de origen judío, hablaba de la banalidad del mal, a raíz del exterminio judío”, explica Ana Sánchez-Sierra, profesora del Instituto de Humanidades Ángel Ayala del CEU. “Ya el mal se convierte en tan banal, que ni se piensa lo que se hace. En esta ley, comparada con la de Zapatero de 2010, desaparecen jurídicamente dos cuestiones técnicas muy importantes: el nasciturus, el no nacido; y otro, un concepto que sí estaba en la ley de Zapatero, y se encuentra en la sentencia 53/1985 del Tribunal Constitucional, que es la autodeterminación consciente, que los profesores de bioética llamamos autonomía, el principio de autonomía”.

“En la ley de Zapatero aparecen términos como protección de la vida prenatal, viabilidad fetal”, prosigue Sánchez-Sierra, que cita textualmente el posicionamiento de aquella ley: “Que queden adecuadamente garantizadas tanto la autonomía de las mujeres como la eficaz protección de la vida prenatal como bien jurídico”, que es lo que dijo la sentencia del Tribunal Constitucional [Sentencia 53/1985]. En suma, que el no nacido era un bien jurídico y no tenía derecho a la vida según el artículo 15 de la Constitución, pero era un bien jurídico que había que proteger”.

¿Y cómo se protegía al nasciturus, no nacido? La profesora del CEU responde: “Con la idea de la autodeterminación consciente. Es decir, que la mujer fuera consciente, tuviera un período de información y reflexión [de tres días], que desaparece con la nueva ley. Podía parecer un poco hipócrita, pero esos tres días eran como un escollo. Y ahora todo esto desaparece”.

¿Qué se protege?

Pilar Zambrano, profesora de Filosofía del Derecho de la Universidad de Navarra, explica que “el recorrido histórico del aborto en España comenzó con la STC 53/1985 donde, interpretando el artículo 15 de la Constitución (“todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral”), se determinó que el niño por nacer no es persona ni, por lo mismo, titular del derecho a la vida, al tiempo que se afirmó que la vida por nacer es un bien jurídico objetivo que el Estado está obligado a proteger”.

Pilar Zambrano
Pilar Zambrano

“El siguiente hito fue la instauración de un marco regulador de las políticas públicas de sanidad y educación en materia de salud sexual y reproductiva (LO 2/2010), en cuyo marco se modificó nuevamente el Código Penal”, añade la jurista, y “se eliminó el requisito general de consentimiento expreso de los padres o tutores, en el caso del aborto en menores de 16 y 17 años. Esta última reforma fue revertida en 2015 (LO 2/2015) en atención a la desprotección que suponía para las propias menores de edad, cuyos padres son quienes, de forma indiscutible, se encuentran en mejores condiciones de evaluar el impacto psicológico que supone atravesar un aborto y, por tanto, de aconsejarlas”.

Ahora, el anteproyecto de reforma, enviado al Parlamento ya como proyecto, “toma el testigo en esta suerte de carrera de postas ―considera Pilar Zambrano―, y entre otras cosas, (a) elimina el plazo de reflexión de tres días que opera en la actualidad para la despenalización del “aborto a petición”; […], y (e) compromete a todas las administraciones públicas a “impulsar campañas de concienciación (…) dirigidas a toda la población … en el ámbito de … la promoción de los derechos reproductivos con especial énfasis en la interrupción voluntaria del embarazo”.

A su juicio, “esta última novedad no es baladí: de forma indirecta pero clara, se incluye al aborto entre el conjunto de derechos sexuales y reproductivos; con lo cual, de paso, se legitima su inclusión no sólo en las políticas sanitarias, sino también en las educativas (que son una sub-categoría de las políticas de “concienciación” a las que explícitamente hace referencia la norma). Se legitima, en otras palabras, la puesta en acción de todo el aparato estatal (sostenido con la aportación de todos los contribuyentes) para ¿educar? ¿reformar? ¿cambiar? la opinión social, inclinándola hacia la convicción de que el aborto en cualquiera de sus formas (a petición, terapéutico o eugenésico) es un bien jurídico”.

En conclusión, tenemos que el bien jurídico a proteger parece haber cambiado. Señala la profesora de Navarra: El aborto pasó así de ser una libertad que el Estado toleraba como un mal menor, en atención a las difíciles circunstancias que no pocas veces contextualizan la decisión de abortar; a un derecho prestacional que compromete a toda la sanidad pública (LO 2/2010) y; finalmente, el foco de políticas públicas transversales, de sanidad, educación y concienciación general en el actual anteproyecto de reforma”.

Y concluye: “el preámbulo de la LO 2/2010 al menos simuló coherencia con la doctrina sentada en la STC 53/1985. El actual anteproyecto abandona este esfuerzo completamente. No hace ninguna referencia al valor de la vida no nacida en todo su texto, e inclina el terreno de decisión de la mujer, de forma casi burda, en favor de la elección de abortar. ¿Qué otro propósito, distinto de la instigación al aborto, explica que se hayan eliminado el deber de informar a la mujer sobre los recursos disponibles para el caso de que pretenda continuar el embarazo; el brevísimo tiempo de espera de tres días entre el consentimiento informado y la realización del aborto; y la exigencia de consentimiento de los padres en el caso de las menores?” `

Mayoría constitucional, a los 18 años

Otro aspecto de capital importancia, ligado a éste, que subrayan las juristas consultadas es el de la patria potestad y la protección de las menores de 18 años que señala la Constitución española.

María Jose Castañón

María José Castañón, profesora doctora de Derecho Penal de la Facultad de Derecho, Empresa y Gobierno de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), afirma, como se ha señalado, que “la nueva ley elimina el consentimiento informado de los progenitores en el caso del aborto de mujeres menores de 18 años (16 y 17 años). El objetivo es “acabar con los obstáculos que las mujeres siguen encontrando para interrumpir el embarazo”; “un nuevo avance para las mujeres y para la democracia en nuestro país”, describe.

“Esta reforma es “especialmente polémica”, asegura María José Castañón. “La nueva modificación ofrece la posibilidad de que las mujeres de 16 y 17 años tomen de manera unilateral una decisión drástica.”, añade. “Para otro tipo de derechos es fundamental la autorización de los padres si no está directamente prohibido. De acuerdo con el artículo 12 de la Constitución Española, la mayoría de edad se establece en los 18 años ya que entonces “se obtiene plena capacidad para realizar actos jurídicos válidos y ser responsables de los mismos”.

En su opinión, “la nueva ley plantea una grave incoherencia en nuestro ordenamiento jurídico. Es imprescindible unificar esta disparidad regulatoria y distinguir entre consentimiento y conocimiento de todo aquello que pueda afectar no sólo a la salud física sino a la salud psicológica de sus hijos”.

Y remite al artículo 39.3 de la Constitución Española, que dice lo siguiente: “Los padres deben prestar asistencia de todo orden a los hijos habidos dentro o fuera del matrimonio, durante su minoría de edad y en los demás casos en que legalmente proceda”. “Son los responsables legales de los menores y hasta la mayoría de edad actual, tienen la obligación velar por ellos”, escribe la profesora de UFV.

¿La patria potestad, en cuestión?

En consonancia con esta norma constitucional, la profesora del CEU, Ana Sánchez-Sierra, recuerda lo que prescribe el Código Civil sobre el deber de velar por los menores: “La patria potestad está regulada en el Código Civil, artículo 154, y dice: “los padres o tutores legales deben velar por ellos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral”. Entiendo que los padres no podemos inhibirnos de la educación sexual y afectiva de nuestros hijos. Por tanto, ¿cómo no vamos a acompañar en esta situación?  No tiene visos de ser constitucional, es un tema grave, porque la herida en la sociedad puede ser muy profunda”.

Además, Sánchez-Sierra comenta: “En cuanto a la cuestión de si pueden colisionar esos artículos de la Constitución [artículos 12 y 39.3] con el proyecto de Salud Sexual y Reproductiva y de IVE, “por supuesto que sí. Con esto de empoderar a las chicas adolescentes, lo que se intenta desde el poder público, es, primero: quitas la patria potestad a los padres y haces que se banalice lo que va a hacer (la adolescente)”.

“Yo tengo una hija de 16 años y tengo que dar mi consentimiento para ponerle brackets

Si no estoy en la consulta presencialmente, porque estoy aparcando, y le digo: vete tú entrando, no entra en la consulta, y le dicen: hasta que no esté tu madre, no pasas. Y tengo un amigo oftalmólogo, con el que he comentado esta ley, que me decía: efectivamente, cuando viene una menor, y no está la madre en la sala de espera, se le dice: pasas cuando venga tu madre. Estoy muy impactada con este asunto, y hay que hacer batalla con este tema”, agrega Ana Sánchez-Sierra, que es profesora del Título de Experto en Doctrina Social de la Iglesia del Instituto de Humanidades Ángel Ayala, en el CEU.

En su opinión, “el mensaje que se está mandando a los adolescentes ―porque la ley habla de anticoncepción y de la píldora del día después―, es como si el aborto fuera un anticonceptivo de último recurso. Es decir, desaparece el no nacido. Y las leyes tienen una función pedagógica y son el alma de un pueblo”.

Dignidad humana

Por otra parte, Pilar Zambrano acentúa que “la LO 2/2010 y el actual anteproyecto de reforma representan un giro “copernicano” en el orden de valores que sostiene al orden jurídico español.

“Enuncia el artículo 10.1 de la CE, en completa sintonía con el preámbulo de la Declaración Universal de los derechos humanos de 1948” ―cita textualmente la profesora de Navarra―, que “la dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social”.

“¿Qué otra muestra más clara de abandono del principio de respeto a la inherente dignidad de todo ser humano ―comenta la profesora―, que un legislador que se confiere a sí mismo el poder de repartir el pasaporte de la dignidad a voluntad, entre distintas categorías de seres humanos en función de cuál sea su estado de desarrollo o, peor aún, según cuáles sean sus capacidades físicas o mentales? ¿Qué otra muestra más clara del abandono del principio de libre desarrollo de la personalidad de las mujeres, que escatimarles información, consejo y tiempo de deliberación, tres condiciones básicas de cualquier libre elección?”

Menores, inimputables

María José Castañón, por su parte, dedica alguna reflexión a la imputabilidad, y asegura que “un menor de 18 años a efectos penales es “inimputable”, no cumple una pena de prisión. En el peor de los casos se le impondrá una medida de internamiento en un centro de menores con el único objetivo de reeducar o reinsertar”, precisa la jurista de la Francisco de Vitoria.

La imputabilidad, aclara Castañón, “es un concepto jurídico de base psicológica del que dependen los conceptos de responsabilidad y culpabilidad. Quien carece de estas capacidades, bien por no tener la madurez suficiente (menores de edad), bien por sufrir graves alteraciones psíquicas (enajenados mentales), no puede ser declarado culpable ni puede ser responsable penalmente de sus actos”.

El autorFrancisco Otamendi

Vocaciones

Mensaje para la JMJ de Lisboa en 2023

Mensaje del Papa Francisco para la 37ª Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Lisboa del 1 al 6 de agosto de 2023.

Javier García Herrería·12 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 9 minutos

Mensaje del Papa Francisco para la JMJ 2023

Queridos jóvenes:

El tema de la JMJ de Panamá fue: “He aquí la sierva del Señor: hágase en mí según tu palabra“ (Lc 1,38). Después de ese acontecimiento, retomamos el camino hacia un nuevo destino —Lisboa 2023—, dejando que haga eco en nuestros corazones la apremiante invitación de Dios a levantarnos. En 2020 meditamos la palabra de Jesús: «¡Joven, a ti te digo, levántate!» (Lc 7,14). El año pasado nos inspiramos en la figura del apóstol san Pablo, a quien el Señor Resucitado le dijo: “¡Levántate! Te hago testigo de las cosas que has visto“ (cf. Hch 26,16). En el tramo que aún nos queda antes de llegar a Lisboa, caminaremos junto a la Virgen de Nazaret que, inmediatamente después de la anunciación, “se levantó y partió sin demora“ (Lc 1,39) para ir a ayudar a su prima Isabel. El verbo común a los tres temas es levantarse, una expresión que —es bueno recordar— adquiere también el significado de “resurgir”, “despertar a la vida”.

En estos últimos tiempos, que han sido tan difíciles, cuando la humanidad, probada ya por el trauma de la pandemia, se ve desgarrada por el drama de la guerra, María reabre para todos y especialmente para ustedes, que son jóvenes como ella, el camino de la proximidad y del encuentro. Espero, y creo firmemente, que la experiencia que muchos de ustedes vivirán en Lisboa en agosto del año próximo representará un nuevo comienzo para ustedes, jóvenes, y —con ustedes— para toda la humanidad.

María se levantó

María, después de la anunciación, hubiera podido concentrarse en sí misma, en las preocupaciones y temores debidos a su nueva condición. Pero no; ella confió plenamente en Dios. Pensaba más bien en Isabel. Se levantó y salió a la luz del sol, donde hay vida y movimiento. Aunque el impactante anuncio del ángel haya provocado un “terremoto” en sus planes, la joven no se dejó paralizar, porque en ella estaba Jesús, el poder de la resurrección. Dentro de ella ya estaba el Cordero inmolado, pero siempre vivo. Se levantó y se puso en marcha, porque estaba segura de que los planes de Dios eran el mejor proyecto posible para su vida. María se convirtió en el templo de Dios, imagen de la Iglesia en camino, la Iglesia que sale y se pone al servicio, la Iglesia portadora de la Buena Noticia.

Experimentar la presencia de Cristo resucitado en la propia vida, encontrarlo “vivo”, es la mayor alegría espiritual, una explosión de luz que no puede dejar a nadie “quieto”. Nos pone en movimiento inmediatamente y nos impulsa a llevar esta noticia a otros, a dar testimonio de la alegría de este encuentro. Es lo que animó la prisa de los primeros discípulos en los días siguientes a la resurrección: “Las mujeres, atemorizadas pero llenas de alegría, se alejaron rápidamente del sepulcro y fueron a dar la noticia a los discípulos“ (Mt 28,8).

Los relatos de la resurrección utilizan a menudo dos verbos: despertar y levantarse. Con ellos, el Señor nos insta a salir a la luz, a dejarnos llevar por Él para cruzar el umbral de todas nuestras puertas cerradas. “Es una imagen significativa para la Iglesia. También nosotros, como discípulos del Señor y como comunidad cristiana, estamos llamados a levantarnos rápidamente para entrar en el dinamismo de la resurrección y dejarnos guiar por el Señor en los caminos que Él quiere mostrarnos“ (Homilía en la solemnidad de san Pedro y san Pablo, 29 de junio de 2022).

La Madre del Señor es modelo de los jóvenes en movimiento, no inmóviles frente al espejo
contemplando su propia imagen o “atrapados” en las redes. Ella estaba totalmente orientada hacia el
exterior. Es la mujer pascual, en permanente estado de éxodo, de salida de sí misma hacia el gran
Otro que es Dios y hacia los demás, los hermanos y las hermanas, especialmente los más
necesitados, como lo fue su prima Isabel.

…y partió sin demora

San Ambrosio de Milán, en su comentario al Evangelio de Lucas, escribe que María partió hacia la montaña porque «llena de gozo y sin demora […] se sentía impulsada por el deseo de cumplir un deber de piedad, anhelante de prestar sus servicios y presurosa por la intensidad de su alegría. Llena ya totalmente de Dios, ¿a dónde podía dirigirse María con prisa sino hacia las alturas? En efecto, la gracia del Espíritu Santo ignora la lentitud». La prisa de María es, por tanto, la solicitud del servicio, del anuncio gozoso, de la respuesta pronta a la gracia del Espíritu Santo.

María se dejó interpelar por la necesidad de su prima anciana. No se echó atrás, no permaneció indiferente. Pensaba más en los demás que en sí misma. Y esto dio dinamismo y entusiasmo a su vida. Cada uno de ustedes puede preguntarse: ¿Cómo reacciono ante las necesidades que veo a mi alrededor? ¿Pienso inmediatamente en una justificación para desentenderme, o me intereso y me pongo a disposición? Por supuesto, ustedes no pueden resolver todos los problemas del mundo. Pero tal vez puedan empezar con los más cercanos, con los problemas de su propia zona. A la Madre Teresa le dijeron una vez: “Lo que usted hace es sólo una gota en el océano”. Y ella respondió: “Pero si no lo hiciera, el océano tendría una gota menos”.

Ante una necesidad concreta y urgente, hay que actuar con rapidez. ¡Cuántas personas en el mundo están esperando la visita de alguien que los atienda! ¡Cuántas personas mayores, cuántos enfermos, presos, refugiados necesitan nuestra mirada compasiva, nuestra visita, un hermano o una hermana que rompa las barreras de la indiferencia!

Queridos jóvenes, ¿qué “prisas” los mueven? ¿Qué les hace sentir el impulso de moverse, tanto que no pueden quedarse quietos? Muchos —afectados por realidades como la pandemia, la guerra, la migración forzosa, la pobreza, la violencia, las catástrofes climáticas— se preguntan: ¿Por qué me pasa esto a mí? ¿Por qué justo a mí? ¿Por qué ahora? Por ello, la pregunta central de nuestra existencia es: ¿Para quién soy yo? (cf. Exhort. ap. postsin. Christus vivit, 286).

La prisa de la joven de Nazaret es la de quienes han recibido dones extraordinarios del Señor y no pueden dejar de compartir, de hacer desbordar la inmensa gracia que han experimentado. Es la prisa de los que saben poner las necesidades de los demás por encima de las suyas. María es un ejemplo de persona joven que no pierde el tiempo buscando la atención o la aprobación de los demás —como ocurre cuando dependemos de los “me gusta” en las redes sociales—, sino que se mueve para buscar la conexión más genuina, la que surge del encuentro, del compartir, del amor y del servicio.

A partir de la anunciación, desde que fuera por primera vez a visitar a su prima, María no
deja de cruzar espacios y tiempos para visitar a sus hijos necesitados de su ayuda solícita. Nuestro
caminar, si está habitado por Dios, nos lleva directamente al corazón de cada uno de nuestros
hermanos y hermanas. ¡Cuántos testimonios nos llegan de personas “visitadas” por María, Madre de
Jesús y Madre nuestra! ¡En cuántos lugares remotos de la tierra, a lo largo de los siglos —con
apariciones o gracias especiales— María ha visitado a su pueblo! Prácticamente no hay lugar en
esta tierra que no haya sido visitado por ella. La Madre de Dios camina en medio de su pueblo,
movida por una ternura amorosa, y asume sus angustias y vicisitudes. Y allí donde hay un santuario,
una iglesia, una capilla dedicada a ella, sus hijos acuden en gran número. ¡Cuántas expresiones de
piedad popular! Las peregrinaciones, las fiestas, las súplicas, la acogida de imágenes en los hogares y tantas otras son ejemplos concretos de la relación viva entre la Madre del Señor y su pueblo, que se visitan mutuamente.

La prisa “buena” siempre nos empuja hacia arriba y hacia los demás

La prisa buena siempre nos empuja hacia arriba y hacia los demás. También existe una prisa que no es buena, como por ejemplo la que nos lleva a vivir superficialmente, a tomar todo a la ligera, sin compromiso ni atención, sin participar realmente en las cosas que hacemos; la prisa de cuando vivimos, estudiamos, trabajamos, salimos con los demás sin poner en ello la cabeza y, mucho menos, el corazón. Puede ocurrir en las relaciones interpersonales: en la familia, cuando no escuchamos realmente a los demás ni les dedicamos tiempo; en las amistades, cuando esperamos que un amigo nos entretenga y satisfaga nuestras necesidades, pero lo evitamos inmediatamente y acudimos a otro si vemos que está en crisis y nos necesita; e incluso en las relaciones afectivas, entre novios, pocos tienen la paciencia de conocerse y entenderse a fondo. Podemos tener esta misma actitud en la escuela, en el trabajo y en otros ámbitos de la vida cotidiana. Pues bien, todas estas cosas vividas con prisas es poco probable que den fruto. Existe el riesgo de que permanezcan estériles. Esto es lo que leemos en el libro de los Proverbios: “Los proyectos del hombre laborioso son pura ganancia, el que se precipita —la prisa mala— acaba en la indigencia“ (21,5).

Cuando María llegó finalmente a la casa de Zacarías e Isabel se produjo un encuentro maravilloso. Isabel había experimentado una prodigiosa intervención de Dios sobre ella, que le había dado un hijo en su vejez. Hubiera tenido razones suficientes para hablar primero de sí misma, pero no estaba llena de sí, sino inclinada a acoger a su joven prima y al fruto de su vientre. En cuanto escuchó su saludo, Isabel se llenó del Espíritu Santo. Estas sorpresas e irrupciones del Espíritu ocurren cuando experimentamos la verdadera hospitalidad, cuando ponemos en el centro al huésped, y no a nosotros mismos. Esto es también lo que vemos en la historia de Zaqueo. En Lucas 19,5-6 leemos: “Al llegar a ese lugar [donde estaba Zaqueo], Jesús miró hacia arriba y le dijo: ´Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa`. Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría“.

A muchos de nosotros nos ha sucedido que, inesperadamente, Jesús salió a nuestro encuentro: por primera vez, experimentamos en Él una cercanía, un respeto, una ausencia de prejuicios y condenas, una mirada de misericordia que nunca habíamos encontrado en los demás. No sólo eso, también sentimos que a Jesús no le bastaba con mirarnos desde lejos, sino que quería estar con nosotros, quería compartir su vida con nosotros. La alegría de esta experiencia despertó en nosotros una prisa por acogerlo, una urgencia por estar con Él y conocerlo mejor. Isabel y Zacarías acogieron a María y a Jesús. ¡Aprendamos de estos dos ancianos el significado de la hospitalidad! Pregunten a sus padres y abuelos, y también a los miembros mayores de sus comunidades, qué significa para ellos ser hospitalarios con Dios y con los demás. Les hará bien escuchar la experiencia de los que les han precedido.

Queridos jóvenes, es hora de volver a emprender sin demora el camino de los encuentros concretos, de una verdadera acogida de los que son diferentes a nosotros, como ocurrió entre la joven María y la anciana Isabel. Sólo así superaremos las distancias —entre generaciones, entre clases sociales, entre etnias y categorías de todo tipo— e incluso las guerras. Los jóvenes son siempre la esperanza de una nueva unidad para la humanidad fragmentada y dividida. Pero sólo si tienen memoria, sólo si escuchan los dramas y los sueños de sus mayores. «No es casual que la guerra haya vuelto en Europa en el momento en que la generación que la vivió en el siglo pasado está desapareciendo» (Mensaje para la II Jornada Mundial de los abuelos y de los mayores). Es necesaria una alianza entre los jóvenes y los ancianos, para no olvidar las lecciones de la historia, para superar las polarizaciones y los extremismos de este tiempo.

Escribiendo a los efesios, san Pablo anunció: ´Ahora, en Cristo Jesús, ustedes, los que antes estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo. Porque Cristo es nuestra paz; él ha unido a los dos pueblos en uno solo, derribando el muro de enemistad que los separaba, a través de su propia carne` (2,13-14). Jesús es la respuesta de Dios a los desafíos de la humanidad en cada época. Y esta respuesta, María la llevaba dentro cuando fue al encuentro de Isabel. El mayor regalo de María a su parienta anciana fue llevarle a Jesús. Ciertamente, la ayuda concreta también es inestimable. Pero nada más podría haber llenado la casa de Zacarías de una alegría y un significado tan grandes como la presencia de Jesús en el seno de la Virgen, que se había convertido en el sagrario del Dios vivo. En esa región montañosa, Jesús, solamente con su presencia, sin decir una palabra, pronunció su primer “sermón de la montaña”: proclamó en silencio la bendición de los pequeños y los humildes que se confían a la misericordia de Dios.

¡Mi mensaje para ustedes, jóvenes, el gran mensaje del que es portadora la Iglesia, es Jesús!

Sí, Él mismo, su amor infinito por cada uno de nosotros, su salvación y la nueva vida que nos ha dado. Y María es el modelo de cómo acoger este inmenso don en nuestras vidas y comunicarlo a los demás, haciéndonos a su vez portadores de Cristo, portadores de su amor compasivo, de su generoso servicio a la humanidad que sufre.

¡Todos juntos en Lisboa!

María era una joven como muchos de ustedes. Era una de nosotros. El obispo Tonino Bello escribió sobre ella: “Santa María, […] bien sabemos que fuiste destinada a singladuras en alta mar, pero si te obligamos a navegar a vela próxima a la costa, no es porque queramos reducirte a los niveles de nuestro pequeño cabotaje. Es porque, viéndote tan cerca de las playas de nuestro desánimo, nos pueda salvar la conciencia de que también nosotros hemos sido llamados a aventurarnos, como tú, por los océanos de la libertad“ (María, mujer de nuestros días, Paulinas, Madrid 1996, 11).

Desde Portugal, como recordé en el primer Mensaje de esta trilogía, en los siglos XV y XVI, numerosos jóvenes —muchos de ellos misioneros— partieron hacia tierras desconocidas, para compartir también su experiencia de Jesús con otros pueblos y naciones (cf. Mensaje de la JMJ 2020). Y a esta tierra, a principios del siglo XX, María quiso hacer una visita especial, cuando desde Fátima lanzó a todas las generaciones el poderoso y admirable mensaje del amor de Dios que llama a la conversión, a la verdadera libertad. A cada uno y cada una de ustedes les renuevo mi calurosa invitación a participar en la gran peregrinación intercontinental de jóvenes que culminará en la JMJ de Lisboa en agosto del próximo año; y les recuerdo que el próximo 20 de noviembre, solemnidad de Cristo Rey, celebraremos la Jornada Mundial de la Juventud en las Iglesias particulares de todo el mundo. A este respecto, el reciente documento del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida —Orientaciones pastorales para la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud en las Iglesias particulares— puede ser de gran ayuda para todas las personas que trabajan en la pastoral juvenil.

Queridos jóvenes, sueño que en la JMJ vuelvan a experimentar la alegría del encuentro con Dios y con los hermanos y las hermanas. Tras largos periodos de distancia y aislamiento, en Lisboa —con la ayuda de Dios— redescubriremos juntos la alegría del abrazo fraternal entre los pueblos y entre las generaciones, el abrazo de la reconciliación y la paz, ¡el abrazo de una nueva fraternidad misionera! Que el Espíritu Santo encienda en sus corazones el deseo de levantarse y la alegría de caminar todos juntos, en estilo sinodal, abandonando las falsas fronteras. ¡El momento de levantarse es ahora! ¡Levantémonos sin demora! Y, como María, llevemos a Jesús dentro de nosotros para comunicarlo a todos. En este hermoso momento de sus vidas, sigan adelante, no pospongan lo que el Espíritu puede hacer en ustedes. De todo corazón bendigo sus sueños y sus pasos.

Roma, San Juan de Letrán, 15 de agosto de 2022, solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María.

FRANCISCO

Mensaje del Papa Francisco para la JMJ 2023

Vaticano

El limosnero pontificio volverá a Ucrania

Rome Reports·12 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

El limosnero pontificio, el cardenal Konrad Krajewski, viajará a Ucrania por cuarta vez en nombre del Papa Francisco.

Entre los objetivos de esta cuarta visita está el de ofrecer ayuda concreta a las diversas Cáritas diocesanas en el frente.


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Mundo

El camino sinodal alemán creará una Comisión sinodal para preparar un Consejo sinodal permanente

Crisis al comienzo de la Asamblea por la negativa de algunos obispos a aprobar un documento. Se ejerció una presión insoportable sobre los que habían votado en contra.

José M. García Pelegrín·12 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

El camino sinodal alemán concluyó su cuarta Asamblea el sábado día 10 por la tarde, después de que nada más comenzar –el jueves, 8 de septiembre– se produjera una auténtica sensación, una situación que, por las reacciones que suscitó, no entraba en los planes ni de los dirigentes del camino sinodal ni de la inmensa mayoría: el primero de los textos que se presentaba a votación, con el título de “Líneas básicas para una ética sexual renovada” –en realidad, un cambio radical de la doctrina tradicional siguiendo los dictados de la “diversidad sexual”–, no obtuvo la mayoría precisa entre los votos de los obispos.

Según los propios estatutos del camino sinodal, para aprobar definitivamente un texto se requieren dos mayorías cualificadas: dos tercios de todos los votos emitidos en la asamblea, y además dos tercios de los votos emitidos por los obispos. De los 57 votos emitidos por obispos, 31 lo hicieron con “sí” y 22 con “no”; 3 se abstuvieron.

Tras el primer momento de desconcierto, comenzó una presión prácticamente insoportable sobre los obispos que habían votado en contra. Entre lágrimas, la co-presidenta del camino sinodal, Irme Stetter-Karp, les afeó no haber tomado la palabra en el debate para dejar clara su posición; un argumento un tanto falaz, pues quien ha asistido a las anteriores Asambleas sabe que quien se atrevía a exponer una opinión minoritaria –defendiendo la Tradición y la doctrina de la Iglesia– era objeto de murmullos de desaprobación e incluso de abucheos. Además, como dijo en una intervención el cardenal Rainer Woelki, de Colonia, un grupo de esa minoría –dirigido por el obispo Rudolf Voderholzer de Ratisbona– había presentado una y otra vez documentos alternativos, disponibles en internet, que sin embargo nunca se tuvieron en cuenta.

Presión en el camino sinodal

En la rueda de prensa a primera hora de la mañana del viernes día 9, Irme Stetter-Karp, que también es presidenta del Comité Central de los católicos alemanes, incrementó aún más la presión sobre los obispos “disidentes” y les echó en cara seguir una “estrategia de bloqueo”. Incluso dejó entrever un ultimátum: si se continuaba con dicho bloqueo, el Comité Central abandonaría la Asamblea.

Para salir de la “crisis”, se tomaron diversas medidas: por un lado se elevó el tiempo de cada intervención de uno a dos minutos, para facilitar que expusieran sus reparos quienes estuvieran en contra de un determinado texto; además, el presidente de la Conferencia Episcopal y co-presidente del camino sinodal, Georg Bätzing, se reunió con los obispos a puerta cerrada. Como consecuencia de esto, en el debate sobre el texto básico “Mujeres en servicios y ministerios en la Iglesia” participó un número muy elevado de obispos, sin que se produjeran las expresiones de desaprobación usuales en anteriores asambleas.

Intimidación

A la aprobación del texto, también por parte de los obispos, contribuyeron otras dos circunstancias. Por un lado, una medida de intimidación: la exigencia de que las votaciones fueran nominales –con la correspondiente publicación en internet– y, por otro, que en cierto modo que se rebajara el tono del documento; así, dicho texto sobre la mujer en la Iglesia se presenta ahora no como una exigencia de la ordenación sacerdotal para la mujeres, sino como una “consulta a la autoridad suprema de la Iglesia (Papa y concilio)” de si se puede revisar la doctrina de “Ordinatio sacerdotalis” de Juan Pablo II (1994), en que el Papa establecía como doctrina definitiva la imposibilidad de la ordenación de mujeres en la Iglesia católica.

De este modo se consiguió aprobar el texto con solo 10 votos en contra (y 5 abstenciones) de los 60 obispos presentes. Aun así, el resto del documento –cuyo tono queda reflejado en la observación con que se introdujo: “lo que hay que argumentar no es por qué puedan ordenarse mujeres, sino por qué no pueden”– continuó manteniendo el mismo tenor literal.

Nuevo consejo sinodal

Algo similar sucedió también en la mañana del sábado día 10 al debatir un texto “de acción” sobre la erección de un Consejo Sinodal para toda Alemania, con el fin de dar continuidad al camino sinodal. Según el texto presentado, su función sería coordinar los trabajos de la Conferencia Episcopal y del Comité central de los católicos alemanes. Dicho Consejo se enfrentaría abiertamente a la nota de la Santa Sede del pasado mes de julio, que recordaba que el camino sinodal “no está facultado para obligar a los obispos y a los fieles a adoptar nuevas formas de gobierno”.

Se llegó entonces a una fórmula de compromiso: en lugar de aprobar la creación de un Consejo Sinodal, se trataba de votar sobre una “comisión sinodal”, encargada de prepararlo: “hoy no tomamos ninguna decisión definitiva”; tanto el obispo de Eichstätt, Gregor Maria Hanke, como el de Görlitz, Wolfgang Ipolt, recomendaron vivamente estudiar el documento de la Comisión Teológica Internacional sobre sinodalidad y se refirieron a que “lo importante, sobre todo, es que descubramos la parte espiritual de la sinodalidad y profundicemos en ella”. En la votación llamó la atención, entre los obispos, el elevado número de abstenciones: 10; solo 6 votaron en contra, por 43 a favor.

Promoviendo una nueva ética sexual

Por otro lado, el hecho de que el texto fundamental sobre la ética sexual renovada fuera rechazado tampoco parece tener consecuencias prácticas. Mons. Georg Bätzing anunció que –a pesar de la votación en contra– llevaría el texto, “por ser resultado del trabajo del camino sinodal”, al “nivel de la Iglesia universal”, concretamente a la visita ad limina en noviembre en Roma y a la reunión continental de los obispos en vista al Sínodo de los obispos sobre la sinodalidad, en enero.

Además anunció que la Conferencia Episcopal trataría ese texto en su Asamblea ordinaria a finales de septiembre, y también que lo emplearía en su propia diócesis, Limburgo, cosa que también ha anunciado el obispo de Dresden, Mons. Heinrich Timmerevers. Sin embargo, el obispo de Passau, Mons. Stefan Oster, mostró su sorpresa y desacuerdo: “Me pregunto si no estás adelantando algo que estaba siempre previsto en caso de que no hubiera mayorías”; si esto fuera así, “cada diócesis seguiría su propio camino y se llegaría a la división que queríamos evitar”.

Además, el sábado se aprobaron –en primera lectura, con lo que la decisión final queda aplazada a su presentación, tras diversas modificaciones, en la siguiente asamblea sinodal para su segunda lectura– tres textos relativos a la “nueva moral sexual”; uno de ellos sobre “Diversidad sexual” que –según una de las participantes en la asamblea, Dorothea Schmidt– “pone en cuestión la doctrina sobre la creación”. Sin embargo, ninguno de los obispos presentes hizo una intervención crítica al respecto. Al aprobar este texto, la asamblea sinodal exhorta a todas las diócesis a nombrar encargados para personas “LGBTI*” a fin de “sensibilizar” a los fieles en cuestiones de diversidad sexual. Solicitan además al Papa que “abra a personas transexuales todos ministerios ligados a la ordenación”.

Hay que hacer notar que sobre esos textos “de acción” no se debería haber votado, puesto que el texto base del que emanaban –“Líneas básicas para una ética sexual renovada”– había sido rechazado el jueves por la tarde. Aunque el cardenal Reinhard Marx avisó de ello, la presidencia de la Asamblea hizo oídos sordos a la advertencia y permitió la votación.

Sacerdotes homosexuales

El texto “Des-tabuización y normalización: sobre la situación de los sacerdotes no heterosexuales”, igualmente aprobado en primera lectura, exige el reconocimiento de sacerdotes no heterosexuales y solicita a los obispos que, a nivel universal, aboguen por abolir la prohibición de que se ordenen sacerdotes homosexuales. Mons. Oster volvió a mostrar su escepticismo: ese texto supone un dilema para los obispos; cuando hablan sobre homosexualidad y “posiblemente la problematicen” se ven expuestos a que eso se considere como un ataque a personas con orientación homosexual.

Por último, la Asamblea asintió, en primera lectura, al texto sobre “Proclamación del evangelio por mujeres, con la palabra y los sacramentos”, que aboga por “abrir” la predicación para las mujeres, así como por que las diócesis estudien la posibilidad de que los laicos –hombres y mujeres– administren el bautismo; lo mismo puede decirse del matrimonio.

Antes de esta votación, cinco participantes de la Asamblea solicitaron formalmente que la votación fuera secreta, conforme al estatuto del camino sinodal; según este, en ese caso, la votación ha de ser secreta. Sin embargo, la presidencia de la Asamblea lo pasó por alto –aludiendo a una “interpretación” ad hoc del estatuto—, obligando a que la votación fuera nominal. Marianne Schlosser, catedrática de Teología de Viena y premio Ratzinger de Teología, se mostró “indignada” por el modo autoritario en que se tomó esa decisión; inmediatamente después de la votación, abandonó la Asamblea.

Al término de la Asamblea, Irme Stetter-Karp volvió sobre a hablar de los obispos; con cierto aire de suficiencia, dijo: “Es positivo que los obispos hayan comprendido que la situación era seria; pero podrían haber expresado su opinión antes”. Y, de cara al Consejo Sinodal: “Estamos dispuestos a tomar decisiones difíciles junto con los obispos alemanes”.

La quinta –y previsiblemente última– Asamblea sinodal se celebrará en marzo de 2023.

* Texto actualizado a las 17.22h.

América Latina

Rodrigo Guerra: «Sólo lo asumido es redimido»

"Las ciencias sociales se vuelven víctimas de sí mismas cuando absolutizan un fragmento y lo vuelven criterio hermenéutico supremo" señala en esta entrevista Rodrigo Guerra, secretario de la Pontificia Comisión para América Latina.

Maria José Atienza·12 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 8 minutos

Rodrigo Guerra es doctor en filosofía por la Academia Internacional de Filosofía en el Principado de Liechtenstein, fundador del Centro de Investigación Social Avanzada (CISAV, México) y Secretario de la Pontificia Comisión para América Latina.

Hace unas semanas, Guerra fue uno de los ponentes del I Congreso Internacional Hispanoamericano organizado por UNIR y la UFV. En ese encuentro, Guerra recordó que «la cultura latinoamericana tiene un sustrato no racionalista, basado en la fe católica, que defiende la dignidad de la persona”. De este sustrato base de la cultura hispanoamericana habla en esta entrevista con Omnes.

Hace ya tiempo asistimos a una reivindicación de las culturas precolombinas que acusan a los misioneros de eliminar / arrasar con una cultura o sistemas sociales previos para imponer “la visión cristina y europeísta”. ¿Esta afirmación es cierta?

– La historiografía contemporánea está logrando superar las simplificaciones ideológicas de antaño. Por ejemplo, las que se difundieron en torno a 1992, con motivo del V Centenario del descubrimiento de América. Tanto la “leyenda negra” como la “leyenda rosa” son fruto de una racionalidad univocista, que niega justo el “ethos” analógico de la cultura barroca latinoamericana.

Sin analogía, no hay matices finos, no hay comprensión analítica y diferenciada de un proceso complejo, como fue el arribo de pueblos europeos a América.

Por otra parte, algo que más allá de las controversias académicas, siempre ayuda a mirar las cosas con mayor perspectiva, es el acontecimiento guadalupano. La racionalidad introducida por Santa María de Guadalupe es la que permite el mestizaje, la inculturación del evangelio y la opción decidida por los más pobres. Esta lógica, sin dudas, compensa la perspectiva militar de los conquistadores y abre una vía de evangelización original para los misioneros, a partir de 1531. Las culturas prehispánicas fueron lastimadas sin lugar a duda. La corona española, por ejemplo, no tenía elementos para anunciar la cruz, más que a través de la espada. Las enfermedades europeas, además, diezmaron a la población. Pero la experiencia del encuentro con una maternidad venida del cielo, que anuncia al “verdaderísimo Dios por Quién se vive”, generó una originalidad sociológicamente identificable. Generó un pueblo nuevo: Latinoamérica, la “Patria grande”, la fraternidad singularísima que hace que un argentino y un mexicano, puedan reconocerse como “hermanos”, a pesar de la distancia.

La Iglesia ha pedido perdón por los errores históricos cometidos, no sólo en América Latina sino en otros lugares también. Esta petición de perdón ¿sería necesaria si se contextualizaran los hechos en cada periodo?

– La fe en Jesucristo nos hermana a todos. No sólo sincrónicamente sino diacrónicamente. Por eso, somos misteriosamente solidarios con los pecados cometidos en el pasado por algunos católicos, y por eso, hoy todos debemos reaprender a pedir perdón. No sólo es el Papa quien debe hacerlo. Soy yo, en primera persona, el que me debo reconciliar con mi historia.

La unidad de los pueblos no es la unidad de las ideologías, del poder político o del mercado. La unidad de los pueblos es pluralidad reconciliada, es experiencia empírica de re-encuentro y abrazo, gracias a la cual es posible seguir caminando. Cuando una nación no llora sus errores tampoco encontrará camino para alegrarse de fondo por sus victorias. Por eso, es tan importante el mensaje del evangelio.

Sólo desde Cristo, las personas y las culturas, pueden superar el fácil antagonismo, el radicalismo fanático y la fractura social.

¿Se traiciona la historia cuando se mira a través de los paradigmas del presente?

– La ciencia y el arte de la interpretación de la historia es un ejercicio complejo. Todo acto hermenéutico requiere no sólo herramientas teoréticas afinadas –como la analogía– sino el ejercicio de virtudes, en especial de la prudencia. La prudencia nos permite reconocer en el plano de lo práctico lo finito como finito y lo trascendente como trascendente, de manera simultánea.

Dicho de otro modo: la historia se traiciona cuando se mira como un mero fenómeno empírico que no posee un horizonte metafísico. Es el horizonte metafísico el que permite un doble movimiento: por un lado, reconocer el hecho en su contexto, para no juzgarlo desde categorías que le pueden ser impropias, como las procedentes de otra época.

Pero, por otro lado, la comprensión metafísica de la historia también permite juzgar el hecho en su perspectiva meta-histórica. Esta perspectiva no es algo “exógeno”, sino el significado último de lo real-concreto que aparece como exigencia si se acogen la totalidad de los factores de lo real.

En la escuela de pensamiento de la que tu servidor proviene, la comprensión metahistórica de un hecho prácticamente coincide con las exigencias perennes de una antropología integral, que al mirar a la persona como “lo más perfecto de la naturaleza”, también la entiende como lo más singular, y por ello, como lo más “histórico”.

Entiendo que está de moda hablar de “paradigmas”. Sin embargo, los paradigmas de la época no son el último horizonte de la inteligencia. Si así fuera, estaríamos en una prisión insuperable que, entre otras cosas, impediría el progreso histórico. El horizonte real de la inteligencia humana se alcanza cuando la persona es educada en la no-censura, en el máximo realismo, en la apertura a la posibilidad de un don que rebase nuestros propios pre-juicios y nos sorprenda. Nada más actual que Gregorio de Nisa, cuando dice: “Sólo el asombro conoce”.

¿Sufrimos una especie de miedo, por una parte, o hiperestesia ante cualquier comentario que pueda ser tachado de “colonialista”? ¿Hemos caído también en la Iglesia en una actitud reduccionista con respecto a nuestra historia de propagación de la fe?

– La denuncia contemporánea, en ciertas escuelas, de un pensamiento “colonial” que se impone desde la lógica del amo y del esclavo, muestra cuán deudores somos de Hegel en la actualidad. La perspectiva “decolonial”, por otra parte, reivindica el conocimiento situado y el deseo de desmontar el denso eurocentrismo que existe en algunos ambientes. Cuando estos temas se abordan sin identificar con claridad su herencia hegeliana, y por ello, su limitación inmanentista, fácilmente se tornan en trampas discursivas. Se aceptan de entrada muchas premisas que requieren ser analizadas críticamente.

No es aquí el lugar para hacer este ejercicio. Simplemente me atrevo a decir que las ciencias sociales, en muchas ocasiones, se vuelven víctimas de sí mismas, cuando absolutizan un fragmento y lo vuelven criterio hermenéutico supremo. Hoy necesitamos una perspectiva más holística para no traicionar la realidad. Comparto la necesidad de pensar-en-contexto. Comparto la necesidad de denunciar la perversa racionalidad instrumental. Comparto que existen aún mecanismos sutiles y no tan sutiles de colonización, por ejemplo, en América Latina. Pero también, junto con todo ello, estoy convencido que estamos llamados a algo más.

Sólo es posible hablar de la fuerza del contexto y de la importancia de “lo situado” desde un parámetro superior que los rebase. Si no lo hacemos así, hasta nuestra propia afirmación sobre la importancia de lo contextual habrá de ser contextualizada, y así, en un proceso sin fin.

En la Iglesia también fácilmente caemos en “modas” socio-analíticas, de manera explícita o encubierta. Pero es justamente en la experiencia que llamamos “Iglesia”, no en su concepto, no en su teoría, sino en la “experiencia” de amistad empírica que es la “Ekklesía” dónde yo aprendí a amar a mi pueblo, a mi historia, con todo y sus heridas de origen “colonial”, y a descubrir que la dialéctica amo-esclavo no tiene la última palabra. La realidad tiene tensiones, algunas muy dolorosas, pero la verdadera superación de ellas, la verdadera “Aufhebung”, se logra buscando una síntesis superior bajo la lógica del don extremo, es decir, bajo el re-encuentro con lo esencial-cristiano. Por esto, es importante leer a Romano Guardini y a Gaston Fessard. Por esto, entre otras cosas, hay que dejarnos educar por el Papa Francisco.

En la experiencia se puede constatar que la buena noticia del Evangelio, vivida en comunión, es fuente de humanidad renovada, es decir, de verdadero desarrollo

Rodrigo Guerra. Secretario de la Pontificia Comisión para América Latina

Realmente ¿contribuyó la fe al desarrollo de los pueblos de América?

– Norteamérica está compuesta por Canadá, Estados Unidos y México. Centro América va de Guatemala hasta Panamá. El sur de América va de Colombia hasta la Patagonia. Tanto en América del Sur, como en general, en toda la región latinoamericana, desde 1531 la fe ha sido el factor más importante de liberación y de lucha a favor de la dignidad de todos, en especial de los últimos y excluidos.

Quienes buscan sostener que la fe no ha colaborado al desarrollo y a la emancipación de América Latina son herederos del viejo iluminismo y de las viejas teorías de la secularización. Estas últimas, por cierto, no se cumplieron en América Latina, tal y como atestigua hasta el observador más despistado cualquier 12 de diciembre en el Tepeyac.

Quienes piensan en la actualidad que la fe no ha contribuido al desarrollo de América Latina sería muy bueno que meditaran con atención el “Nican Mopohua”; la obra de Vasco de Quiroga; los argumentos de Bartolomé de las Casas y de Francisco de Vitoria a favor de la igual dignidad humana de los indígenas; la riquísima cultura virreinal; y, muy en especial, el barroco latinoamericano, por ejemplo, en Puebla, en Perú o en Ecuador. Nada mejor para quebrar al iluminismo que peregrinar a pie durante semanas a algún santuario mariano con nuestro pueblo pobre, visitar las reducciones jesuíticas en el Uruguay, vivir la experiencia de una fiesta popular en Nicaragua, leer en voz alta a sor Juana Inés de la Cruz, arrodillarse frente a la tumba de san Oscar Arnulfo Romero en El Salvador, o cargar los ataúdes de dos jesuitas, ancianitos, recientemente asesinados por el crimen organizado, en la Sierra Tarahumara.

Más allá de teorías y discursos, es en la experiencia dónde se puede constatar que la buena noticia del evangelio, vivida en comunión, es fuente de humanidad renovada, es decir, de verdadero desarrollo.

Si nos fijamos en muchas de las tradiciones culturales iberoamericanas, nos damos cuenta que la fe cristiana se unió a tradiciones previas contribuyendo a su vigencia ¿es el sur de América un ejemplo de inculturación de la fe?

– Sudamérica, Centro América y México son buenos ejemplos de evangelización inculturada e inculturación del evangelio. En cada país hay una modulación diversa. Pero en todos, es reconocible algún grado de inculturación. Sin embargo, la palabra más adecuada para describir este fenómeno no es “unión” entre fe cristiana y “tradiciones previas” sino “encarnación”.

En el misterio de la Encarnación todo lo humano es asumido, porque sólo lo asumido es redimido. La “analogía de la Encarnación” –como decía san Juan Pablo II– es la que guía una adecuada relación entre la fe cristiana y las culturas. Sólo de esta manera no hay destrucción, sino abrazo paciente y tierno. Abrazo que asume todos los signos y lenguajes prehispánicos, para purificarlos y elevarlos a través de la gracia.

La lógica de la destrucción no es parte del anuncio cristiano. Alguien me decía alguna vez: “pero al pecado hay que destruirlo”. En efecto, al pecado indígena y al pecado europeo hay que “destruirlos” con la misericordia y la ternura que vienen del corazón de Jesús. Es la misericordia la que “extirpa” el pecado. Jamás la aniquilación del otro. La misericordia de Dios es la que salva. Todo lo otro es violento pelagianismo. Evangelizar de manera radicalmente inculturada, es en el fondo, el corazón del mensaje de la Virgen de Guadalupe a san Juan Diego.

¿Cómo se vive, desde la perspectiva americana y católica, el proceso de descristianización que se sufre en muchos lugares?

– En los pequeños círculos neoconservadores, la descristianización es vista en términos de derrumbe civilizatorio. En varios momentos de la historia de la Iglesia latinoamericana, la reducción conservadora del cristianismo a normas morales ha provocado diagnósticos equivocadísimos sobre la crisis cultural. Simétricamente, como en un espejo, la descristianización vista desde los grupos progresistas es celebrada con alegría. La reducción del cristianismo a la “ideología de los valores comunes” conlleva también diagnósticos extraviados sobre el desafío del momento actual. La identificación del progreso del reino de Dios con el aparente “progreso” de la sociedad relativista contemporánea termina afirmando que el verdadero cristianismo es el propio de las comunidades secularizadas, puramente “humanistas”.

La descristianización existe más por la debilidad de quienes preferimos un cristianismo burgués, acostumbrado a existir dentro de una zona de confort, que por la “perversidad” y “estrategia” de las tendencias anticristianas.

Rodrigo Guerra. Secretario de la Pontificia Comisión para América Latina

Ambas posturas son un grave error. Neoconservadores y progresistas, aparentemente opuestos, son hijos en el fondo de la misma matriz iluminista. La lectura teológica de la historia realizada por los obispos latinoamericanos desde la II Conferencia general del episcopado (Medellín, 1968) hasta la V Conferencia general realizada en Aparecida (2007), es diversa. Los procesos de descristianización conviven con nuevas búsquedas que significan que el corazón humano sigue anhelando una plenitud de verdad, de bien, de belleza y de justicia que sólo Cristo puede cumplir y rebasar. Lo digo de otro modo: la Iglesia latinoamericana es hija del Concilio Vaticano II. En el Concilio hay una plena conciencia sobre el drama de nuestro tiempo. Pero este drama no se enfrenta con miedo al mundo, ni con aprobación ingenua de sus inercias “mundanas”.

La “descristianización” de las personas, de las familias y de las sociedades más que un “enemigo” es una “ocasión” para reproponer con vitalidad un cristianismo empírico, experiencial, sacramental, no reaccionario, sino comunitario y misionero. Para ello, es preciso, curiosamente, amar al mundo apasionadamente. No para solapar sus extravíos. Sino para abrazarlo y reconocer que en él siempre habitan y habitarán mociones del Espíritu Santo que nos preceden en el dinamismo misional.

En otras palabras: la descristianización existe más por la debilidad de quienes preferimos un cristianismo burgués, acostumbrado a existir dentro de una zona de confort, que por la “perversidad” y “estrategia” de las tendencias anticristianas. Por eso es tan oportuno escuchar al Papa Francisco cuando nos habla de la “Iglesia en salida”, volcada a la misión, no a la reacción. Volcada a las periferias, es decir, a las zonas límite, llenas de riesgos, pero urgidas de Cristo.

Polarizar el papado

La labor del Papa siempre ha suscitado reacciones diversas, e incluso contrapuestas. Sin embargo, reducir la figura del Papa a un nivel meramente político o considerarlo desde la lógica de la confrontación es, no sólo erróneo, sino también injusto.

12 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

La lógica del discurso polarizado tiende a emplear un lenguaje contrapuesto a través del cual se configura un mundo dividido en dos principios irreconciliables: conservador versus progresista, derecha versus izquierda, tradicionalista versus liberal, ellos versus nosotros. Sí o no. Blanco o negro. Sin matices. Se abre así una brecha infranqueable que hace estéril cualquier intento de diálogo o entendimiento entre ambas partes. 

Este panorama antagónico es aplicado por muchos analistas que se ocupan de la información religiosa y la actualidad vaticana al papado de Francisco, presentando a la Iglesia como dos facciones divididas y situando al romano pontífice en el propio bando o el contrario, según la posición editorial del medio de comunicación en particular. 

Desde los comienzos de la Iglesia, el ministerio petrino ha sido instrumento de unión y garantía de catolicidad. El “pastorea mis ovejas” (Jn 21, 16) de Jesús a Pedro ha tenido un eco constante a lo largo de la historia del pontificado, incluso en sus horas más oscuras. El Papa es signo de unidad para todos los bautizados, y esto independiente de su procedencia, su ideología e incluso su orientación política. 

Aplicar a Francisco esta lógica de los dos polos enfrentados no sólo es injusto o inapropiado, sino que también resulta dañino. El Papa, como todo hombre formado, tiene sus propias ideas sobre la solución temporal a los problemas del mundo, pero esa visión personal no se impone a su ejercicio de guía de la Iglesia universal. Y no es correcto imponérsela desde fuera. 

El Papa es un pastor, no un político, por mucho que gobierne el Estado Vaticano. Su liderazgo es espiritual. Ahora que nos encontramos inmersos en plena reforma de la curia vaticana, con la promulgación el pasado 19 de marzo de la constitución apostólica Praedicate Evangelium, y que el pontífice se reunirá en Roma el 29 y 30 de agosto con el colegio cardenalicio para reflexionar sobre este texto legislativo, tal vez sea oportuno recordarlo.

Cine

Dibujos animados para ver en familia

Ida es una niña radiante, brillante y precoz, que llega nueva a la vistosa escuela en el castillo Winterstein. Allí encuentra un ambiente poco acogedor, salvo por Benni, un estudiante peculiar y tímido que no es muy popular.

Patricio Sánchez-Jáuregui·12 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El colegio de los animales mágicos

Director: Gregor Schnitzler
Historia: John Chambers, Arne Nolting, Viola Schmidt, Oliver Schütte

Ida es una niña radiante, brillante y precoz, que llega nueva a la vistosa escuela en el castillo Winterstein. Allí encuentra un ambiente poco acogedor, salvo por Benni, un estudiante peculiar y tímido que no es muy popular y se refugia en sus fantasías de aventuras piratas. De primeras, Ida se sentirá atraída por Jo, el rebelde del colegio. Esta relación dejará de lado a Benni.

La clase de la que forma parte se llevará una sorpresa con la llegada de la maestra Cornfield, una profesora estrafalaria que conquistará a los niños con su encanto, introduciendo a su hermano, el también enigmático Mortimer Morrison, propietario de una “tienda de mascotas mágicas”. Los estudiantes se convertirán en una “comunidad mágica” cuando acogen con entusiasmo y excitación a dos animales parlantes, una tortuga y un zorro, que elegirán ser las mascotas de Ida y Benni. Al mismo tiempo, otros sucesos preocupantes empezarán a suceder: desaparición de cosas, pintadas y vandalismos varios, etc. Ida, Benni y sus mascotas tendrán que unir fuerzas para descubrir al travieso vándalo y ladrón.

Esta imaginativa propuesta semi-musical al más puro estilo de las novelas infantiles de Los Cinco, crea una aventura detectivesca juvenil con toda suerte de encantos y sin muchas pretensiones. Un vistoso y colorido mundo con moraleja, donde se ponen de relieve los valores de la amistad, la aceptación y el honor. Una fábula de imagen real y animales animados donde las voces de estos y su amistad incondicional sirven para inculcar mensajes importantes a los niños, fortalecer su autoconfianza y ayudarlos a encontrar su rol. Todo sin perder de vista la idea de hacerles reír y soñar.

Eminentemente familiar, fantástica y de aventuras. La cinta está basada en la saga best seller internacional (7 millones de copias vendidas y traducida a 25 idiomas) de libros alemanes infantiles de Margit Auer (escritora) y Nina Dulleck (ilustradora), que empezaron su andadura en 2013. Una película correcta, de hora y media de duración, que llega a las pantallas el 9 de septiembre, con su secuela a punto de ser estrenada en el país de origen, donde la primera fue un éxito con más de un millón de espectadores.

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Vaticano

El proceso sinodal entra en la fase continental

A la Secretaría General del Sínodo han llegado las síntesis de las Conferencias Episcopales relativas a la primera fase sinodal de “escucha del pueblo de Dios”, que concluyó en junio. A partir de este mes de septiembre se iniciará la segunda fase, la continental, para llegar en octubre de 2023 a la discusión universal de los obispos.

Giovanni Tridente·12 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Ha concluido la “fase de consulta local” (diócesis, conferencias episcopales, sínodos de la Iglesia Oriental) del proceso sinodal de la Iglesia universal, que culminará en octubre de 2023 con la “fase universal”. A partir de este mes de septiembre el camino continúa con la “fase continental”, que prevé un nuevo discernimiento sobre el texto del primer Instrumentum Laboris -preparado por la Secretaría General del Sínodo-, esta vez, sin embargo, circunscrito a las especificidades culturales de cada continente. 

La fase que acaba de terminar, incluye las “síntesis” preparadas por cada una de las conferencias episcopales, que a su vez habían recogido las aportaciones de las Iglesias particulares. Han sido enviadas a la Secretaría General del Sínodo, integrando una consulta verdaderamente capilar y sumergida en el territorio, como era la intención del Papa Francisco. No es casualidad que, abriendo este extenso camino de discernimiento espiritual y eclesial, en octubre de 2021 el Pontífice invitara a ser “peregrinos enamorados del Evangelio, abiertos a las sorpresas del Espíritu Santo”, sin perder por ello “las ocasiones de gracia de encuentro, de escucha mutua, de discernimiento”.

Propuestas de todos los países

A partir de los documentos enviados a Roma, es posible hacerse una idea de lo que se guarda en el corazón y en la mente del “pueblo de Dios”, al que la Iglesia ha ofrecido la oportunidad de ser protagonista y de expresarse libremente, siguiendo un camino detallado y programado. Ciertamente, no hay que absolutizar las “respuestas” y menos aún las “propuestas” que, como ha recordado el propio Santo Padre, refiriéndose en particular a la vía sinodal alemana, deberán ser examinadas después en el seno de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos que se celebrará en Roma 2023. 

Por lo tanto, estas síntesis no tienen ningún valor “ejecutivo”, pero no se puede descartar que representen el verdadero sentimiento en el alma de los fieles. Serán ciertamente una dinámica y un contenido a tener en cuenta para el camino de la Iglesia en este tercer milenio. 

Sin ánimo de ser exhaustivos, veamos algunas de las pistas que se desprenden de las contribuciones enviadas a la Secretaría del Sínodo por las principales conferencias episcopales europeas: España, Italia, Francia y Alemania. Cada documento incluye una introducción sobre la experiencia realizada, informando también de algunas cifras sobre la implicación de los grupos de trabajo de las distintas realidades eclesiales; una lista de temas preeminentes, formalmente una decena; una parte conclusiva con propuestas concretas para continuar el camino de implicación emprendido.

España

En el caso de la Iglesia española, 14.000 grupos sinodales involucraron a más de 215 mil personas, en su mayoría laicos, pero también consagrados, religiosos, sacerdotes y obispos. Participaron más de doscientos monasterios de clausura y 21 institutos seculares. Como en el caso de otros países, la participación fue de personas ya comprometidas con la vida de la Iglesia, en su mayoría mujeres; hubo poca participación de jóvenes y familias, y de personas alejadas o no creyentes. No faltaron las dudas o la incertidumbre inicial sobre esta “fase de escucha”, sobre si realmente servía para algo.

En cuanto a los diez puntos destacados, en primer lugar, se encuentra el papel de la mujer, cuestión vista “como inquietud, necesidad y oportunidad”, viendo como indispensable su presencia en los órganos de responsabilidad y decisión de la Iglesia. Preocupa “la escasa presencia y participación de los jóvenes en la vida de la Iglesia”, mientras que la familia se considera un ámbito prioritario de evangelización. También está presente la conciencia de la cuestión de los “abusos sexuales, de poder y de conciencia”, así como la necesidad de institucionalizar y fortalecer “los ministerios laicales”, junto con una “presencia cualificada de la Iglesia en el mundo rural”, hacia la religiosidad popular, con atención específica a los ancianos, los enfermos, los emigrantes, los presos y otras confesiones religiosas.

“Nos hemos sabido escuchar, hemos sido libres al hablar, hemos experimentado esperanza, alegría, ilusión, coraje para cumplir nuestra misión, con un fuerte sentimiento comunitario de seguir en camino y de hacerlo juntos. Sentimos un profundo agradecimiento por haber podido ser protagonistas del proceso”, comentan los protagonistas.

Italia

En el frente italiano, se formaron 50.000 grupos sinodales para una participación total de medio millón de personas.

“La sinodalidad no se habló simplemente, sino que se vivió, teniendo en cuenta también las inevitables fatigas: en el trabajo del equipo, en el acompañamiento discreto y solícito de las parroquias y de las realidades implicadas, en la creatividad pastoral puesta en marcha, en la capacidad de planificar, verificar, recoger y devolver a la comunidad”, señala la síntesis italiana, indicando que “la experiencia fue emocionante y generadora” para los implicados.

En cuanto a los “diez núcleos” en torno a los cuales se organizaron las reflexiones surgidas de las síntesis diocesanas -recogidas en unas 1.500 páginas-, surgió una pluralidad de temas, prioridades que para la Iglesia en Italia representan otras tantas “obras” en las que trabajar para los próximos años. 

Parte de la necesidad de “escuchar” a todos los actores de la vida social, desde los jóvenes hasta los marginados, “acogiendo” así con proximidad la pluralidad de situaciones y condiciones de vida que habitan un territorio. Se destaca la importancia de las “relaciones”, de una “celebración” digna, la centralidad de la “comunicación”, el fuerte deseo de “compartir” y la ineludibilidad del “diálogo”. Toda comunidad eclesial debe ser vivida como un “hogar” y no como un club, evitando la autorreferencialidad y la cerrazón. Por último, es necesario estar al lado de las personas “en cualquier estado de la vida”. Todo esto debe llevarse a cabo mediante un “método” basado en los principios de la conversación espiritual, para continuar este proceso de escucha.

Francia

150.000 personas participaron en el proceso del sínodo en la fase nacional en Francia de octubre de 2021 a abril de 2022. Una vez más, se agradeció su participación. En la introducción del documento de síntesis se afirma que las propuestas no tienen el valor de un juicio teológico, sino que pretenden orientar el discernimiento posterior en el seno de la Iglesia, respecto a los verdaderos “desafíos que han surgido de esta consulta”

No faltaron dificultades para escuchar “las voces de los más frágiles, llegar y movilizar a los jóvenes” o implicar a los sacerdotes de forma más capilar. Dado que los trabajos se llevaron a cabo mientras el informe sobre los abusos sexuales elaborado por una comisión independiente hacía estragos en Francia, que también tuvo un eco mundial, uno de los puntos significativos del proceso fue reavivar “la necesidad de cuidarse unos a otros”, junto con la inspiración de “una Iglesia más fraternal”.

Otros aspectos consideraron la urgencia de poner la Palabra de Dios en primer lugar, así como el reconocimiento de la misma dignidad de todos los bautizados mediante la implementación de ministerios que estén “al servicio del encuentro con Dios y del encuentro con las personas”. Debe reservarse la misma dignidad a hombres y mujeres, al igual que deben reconocerse y apoyarse los diferentes carismas. Se dedica un punto importante a la liturgia, que debe ser expresión de “profundidad y comunión”.

Alemania

Por último, Alemania, ya inmersa en un “camino sinodal” propio a partir de 2019 y a menudo en el centro de no pocas polémicas. En este caso, la respuesta fue mucho más baja y menos entusiasta, probablemente precisamente porque se trataba de una experiencia “paralela”. El documento, de hecho, reconoce que el número de creyentes implicados no llegó ni al 10 % y que, de hecho, fue imposible implicar a personas alejadas de la Iglesia o no creyentes. 

Una serie de puntos ponen de manifiesto aspectos críticos del propio proceso sinodal, como la participación pasiva de los laicos, la duda generalizada de que la Iglesia sea sincera en su deseo de escuchar de verdad, la falta de profundidad espiritual y de fe, el lenguaje autorreferencial del mismo vademécum propuesto por la Secretaría del Sínodo…

Lo que se desprende del informe, sin embargo, es el deseo de devolver el sentido a la Eucaristía, posiblemente a través de “una interpretación de los ritos, un lenguaje concreto y comprensible que hable de la realidad del pueblo”. Se hace referencia a la posibilidad de resaltar el carisma de las mujeres mediante una participación más activa. En cuanto al diálogo de la Iglesia con la sociedad, los católicos se dividen “entre los que quieren alejarse del mundo y los que, en cambio, sienten una contemporaneidad crítica-constructiva” con el mundo actual. En este contexto, “es necesaria una cooperación cada vez mayor y un testimonio cristiano común también en el ecumenismo”.

Vaticano

Papa Francisco: «Dios no excluye a nadie, desea que todos estén en su banquete»

Las parábolas de la misericordia de este domingo han sido el telón de fondo para que el Papa Francisco glosara uno de sus temas preferidos, la ternura de Dios con los hombres.

Javier García Herrería·11 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Una de las notas más destacadas del pontificado del Papa Francisco es cómo ha puesto de relieve la misericordia de Dios. El evangelio del hijo pródigo de este domingo 11 de septiembre ha sido una ocasión natural para volver de nuevo sobre esta idea. «Dios es justamente así: no excluye a nadie, desea que todos estén en su banquete, porque ama a todos como a hijos». 

El corazón de Dios es el de un buen padre, que «viene a buscarnos cada vez que nos hemos extraviado». Aunque una persona posea abundancia de bienes materiales, no puede ser feliz del todo si sufre por algún ser querido que anda por caminos errados. «El que ama se preocupa por lo que echa de menos, siente nostalgia por el que está ausente, busca al que está perdido, espera al que se ha alejado. Porque quiere que nadie se pierda. Hermanos y hermanas, así es Dios: no se queda ´tranquilo` si nos alejamos de Él, se aflige, se estremece en lo más íntimo y se pone a buscarnos, hasta que nos vuelve a tener en sus brazos». 

Dios es padre y madre

Un verdadero padre, una verdadera madre, quiere a sus hijos incondicionalmente, sin cálculo ni medida alguna. Por eso, señala el Papa Francisco que el «Señor no calcula la pérdida y los riesgos, tiene un corazón de padre y madre, y sufre al echar de menos a sus hijos amados. Sí, Dios sufre por nuestra lejanía, y cuando nos perdemos, espera nuestro regreso. Recordemos: Dios nos espera siempre con los brazos abiertos, sea cual sea la situación de la vida en la que nos hayamos perdido». 

Como es habitual en la predicación del Santo Padre, acaba sus palabras con algunas preguntas que sirvan de examen de conciencia a los fieles. En esta ocasión, decía: «¿Sentimos nostalgia por quien está ausente, por quien se ha alejado de la vida cristiana? ¿Llevamos esta inquietud interior, o nos mantenemos serenos e imperturbables entre nosotros? En otras palabras, ¿realmente echamos de menos a quien falta en nuestra comunidad? ¿O estamos cómodos entre nosotros, tranquilos y dichosos en nuestros grupos, sin tener compasión por quien está lejos?» 

La verdadera fraternidad cristiana incluye a todos los hombres, con independencia de cómo piensen o cómo le caigan a uno. Por eso, el Papa lanzaba algunas preguntas finales subrayando la mentalidad católica, universal, del corazón cristiano.:»¿Rezo por quien no cree, por el que está lejos? ¿Atraemos a los alejados por medio del estilo de Dios, que es la cercanía, la compasión y la ternura? El Padre nos pide que estemos atentos a los hijos que más echa de menos. Pensemos en alguna persona que conozcamos, que esté cerca de nosotros y que quizá nunca haya escuchado a nadie decirle: ´¿Sabes? Tú eres importante para Dios`».  

Vaticano

El obispo de Karaganda (Kazajistán) explica el próximo viaje del Papa

Mons. Adelio Dell'Oro, Obispo de Karaganda en Kazajistán, ha ofrecido un desayuno informativo para periodistas sobre el próximo viaje apostólico del Papa.

Antonino Piccione·11 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

“Los católicos, según nuestras capacidades y sensibilidades, buscamos cooperar en el camino de la paz, la armonía y el desarrollo, principalmente en tres direcciones: la belleza, la ayuda desinteresada y la oración”.

Con su intervención en el encuentro promovido online esta mañana por la Asociación ISCOM (estaban presentes una treintena de corresponsales), monseñor Adelio Dell’Oro, obispo de Karaganda (Kazajistán), contribuyó a arrojar luz sobre una serie de cuestiones relacionadas con el próximo viaje del Papa Francisco: el origen y las intenciones del VII Congreso de líderes de las religiones mundiales y tradicionales (el evento que reúne a diversos líderes religiosos de todo el mundo) y la presencia de la Iglesia católica en el antiguo país soviético. 

Nacido en Milán en 1948, Dell’Oro fue coadjutor durante 25 años en dos parroquias de la diócesis de la capital lombarda. En 1997, partió como misionero fidei donum a Kazajistán, donde permaneció hasta 2009, cuando regresó a Italia. Pro-rector del Colegio Guastalla de Monza y residente en la parroquia de Cambiago, a finales de 2012 fue nombrado obispo con el cargo de administrador apostólico de Atyrau. Es obispo de Karaganda desde el 31 de enero de 2015. 

Sentido del congreso

“Aceptando la invitación de las autoridades civiles y eclesiales, el Papa Francisco realizará el anunciado viaje apostólico a Kazajistán del 13 al 15 de septiembre“. Así es como, a principios de agosto, un comunicado del director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, formalizaba la visita del Santo Padre a la ciudad de Nur-Sultan con motivo del VII Congreso de líderes de las religiones mundiales y tradicionales, convocado para debatir sobre el desarrollo socio-espiritual de la humanidad en la era post-pandémica y en el contexto de la convulsa situación geopolítica.

Un Congreso -explica Dell’Oro- organizado por primera vez en 2003, coincidiendo con el segundo aniversario del viaje apostólico de Juan Pablo II (22-27 de septiembre de 2001), por el entonces presidente de la República Nursultan Abievich Nazarbaev, inspirado por el Papa Karol Wojtyła, que dos años antes, dirigiéndose a los jóvenes kazajos, había invitado a musulmanes y cristianos a construir una “civilización basada en el amor” y a hacer de Kazajistán “un país noble, sin fronteras, abierto al encuentro y al diálogo”. 

Los encuentros de Asís

¿El modelo? La “Jornada de Oración por la Paz Mundial” convocada en Asís por Juan Pablo II en enero de 2002, con el objetivo de reafirmar la contribución positiva de las diferentes tradiciones religiosas a la confrontación y la armonía entre los pueblos y las naciones tras las tensiones que siguieron a los atentados del 11 de septiembre de 2001.  

Desde entonces, desde 2003, el Congreso se celebra regularmente cada tres años, a excepción de la séptima edición, que se aplazó un año debido a la pandemia, y se celebrará en el Palacio de la Paz y la Reconciliación. Con el tiempo, la iniciativa se ha convertido en un catalizador del diálogo entre confesiones y culturas de todo el mundo, para fomentar la resolución de conflictos religiosos y políticos. Hace cuatro años (octubre de 2018), el último Congreso contó con la participación de delegaciones de 45 países.

“En primer lugar”, reflexiona Dell’Oro, «es necesario que los líderes religiosos establezcan relaciones de proximidad más fuertes y estrechas en una época en la que las propias religiones se ven desafiadas: el gran tema de la exclusión de Dios de las sociedades modernas está afectando significativamente a las religiones, que deben redescubrir la capacidad de ser creíbles en este tiempo. Luego está la cuestión del interés de las nuevas generaciones, que cada vez se sienten menos atraídas por el elemento religioso y las tradiciones que representan las religiones. Por tanto, se plantea la cuestión de la credibilidad de las religiones a partir del supuesto fundamental: ¿cómo se experimenta a Dios? ¿Cómo se experimenta la fe? ¿Cómo se puede apreciar el valor de las religiones? Las religiones son para la paz”.

Encuentros personales

Una paz que también se construye a través de encuentros directos y personales entre los líderes. En este sentido, el obispo de Karaganda no oculta su pesar – “me apena“- por la no participación del Patriarca Kirill de Moscú en el Congreso de Kazajistán: “habría sido una contribución notable, encontrarse con el Papa Francisco», para poner fin a lo que el propio Pontífice ha calificado como «una guerra de especial gravedad, tanto por la violación del derecho internacional, como por los riesgos de escalada nuclear, y por las fuertes consecuencias económicas y sociales. Es una tercera guerra mundial en pedazos”. 

Por otra parte, con el fin de consolidar las relaciones entre China y la Santa Sede, “es de agradecer la noticia de que el presidente Xi Jinping visitará Kazajistán el mismo día que el papa Francisco estará en el país centroasiático la próxima semana”, según Dell’Oro. 

Expectación

La visita del Papa Francisco a Kazajstán despierta una gran expectación desde el punto de vista de la comunidad católica, en un país que es musulmán en un 80%, dado que la fe cristiana, en su forma católica, durante unos 60 años se comunicó con la ausencia casi total de sacerdotes y, por tanto, de los sacramentos, con la excepción del bautismo, que se administraba mayoritariamente de forma clandestina. “Durante la época soviética“, subraya Dell’Oro, “no había estructuras eclesiásticas.

Entonces aparecieron sacerdotes semiclandestinos, supervivientes de los campos de concentración, entre ellos el beato Władysław Bukowiński, beatificado el 11 de septiembre de 2016 en Karaganda, o llegados de Lituania. Después de 1991, con la disolución de la Unión Soviética y la aparición de Kazajstán como estado independiente, al igual que las demás religiones, la Iglesia católica también pudo salir de la clandestinidad; se invitó a sacerdotes y monjas de Polonia, Alemania, Eslovaquia, etc., y se pudieron construir edificios eclesiásticos”.

Una paloma con una rama de olivo, sus alas representadas como alas unidas. El logotipo del viaje del Papa Francisco a Kazajistán tiene este aspecto, mientras que el lema es “Mensajeros de la paz y la unidad”. 

“Creo que el Papa“ -es la reflexión final de Dell’Oro- “pondrá de relieve el origen de la paz subrayando la importancia de reconocer que todos dependemos de Dios y, por tanto, que todos somos sus hijos e hijas y, en consecuencia, hermanos y hermanas entre todos los hombres, más allá de las diferentes visiones políticas y afiliaciones étnicas (en Kazajstán conviven personas pertenecientes a más de 130 grupos étnicos)”.

El autorAntonino Piccione

Vaticano

¿Cuál es el futuro de la diplomacia ecuménica? 

La negativa del patriarca Kirill de no acudir al Congreso Mundial de Líderes Religiosos es una muestra importante de la delicada situación en la que se encuentra la diplomacia ecuménica. En este artículo analizamos las variables más importantes a tener en cuenta en este momento.

Andrea Gagliarducci·10 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Por el momento no habrá un segundo encuentro entre el Papa Francisco y el Patriarca Kirill de Moscú. El Patriarca ha retirado bruscamente su presencia del Encuentro Mundial de Líderes Religiosos, que se celebrará en Nur Sultan (Kazajistán) los días 14 y 15 de septiembre, y al que también asistirá el Papa Francisco. La diplomacia ecuménica se encuentra en una fase especialmente delicada.

El Patriarca Kirill había confirmado su participación hace tiempo, y se podría decir que una de las razones por las que el Papa Francisco quería ir a Kazajistán era precisamente por la posibilidad de un segundo encuentro con el Patriarca.

Esta segunda reunión había cobrado una importancia increíble en un momento en el que había estallado el conflicto en Ucrania. El Patriarcado de Moscú no sólo había apoyado las decisiones rusas, sino que se había encontrado irremediablemente aislado en medio de la ortodoxia. Incluso el Metropolitano Onufry, que dirigía el rebaño ortodoxo de Kiev vinculado al Patriarcado de Moscú, había cortado efectivamente los lazos con su casa madre. Mientras que desde el Patriarcado de Serbia, tradicionalmente aliado de Rusia, la ayuda llegó directamente a Onufry, sin pasar por la mediación de Moscú.

Eran choques menores en un mundo ortodoxo que, con la agresión rusa en Ucrania, empezaba a cambiar de actitud e incluso de línea de fuerza. Porque por un lado siempre está Moscú, la mayor Iglesia Ortodoxa, la vinculada al Estado más poderoso. Pero por otro lado están las otras “autocefalias“ (las iglesias ortodoxas son nacionales), que ante la agresión rusa han cambiado ligeramente su actitud. Alentados, eso sí, por el ejemplo de Ucrania, que ya en 2018 había pedido y obtenido convertirse en una Iglesia autocéfala, desligándose de la administración secular de Moscú que le había concedido Constantinopla en el siglo XVII. 

La autocefalia ucraniana ha estado a punto de desembocar en un cisma ortodoxo, con Moscú por un lado y el resto del mundo ortodoxo por otro, o simplemente observando. Y es quizás a esa autocefalia a la que hay que mirar para entender realmente los temores de Moscú, los de una Ucrania cada vez más alejada de sus hermanos rusos, cada vez más cerca de Europa. 

¿Qué pasará en Kazajistán?

No habrá reunión con el Patriarca Kirill, pero eso no significa que el viaje del Papa Francisco no tenga significado o impacto. El Papa se reunirá con otros líderes religiosos, mantendrá conversaciones personales con cada uno de ellos, intentando tender puentes de diálogo.

En general, el protocolo provocó cierta perplejidad. El Papa no participa en las reuniones organizadas por otros gobiernos, sino que organiza la reunión o es el invitado principal. La mera participación corre el riesgo de menospreciarlo, y esto es algo con lo que la Santa Sede siempre ha sido cautelosa. 

Asimismo, el Encuentro Mundial de Líderes Religiosos celebrado en Nur Sultan es, como mínimo, una oportunidad extraordinaria para establecer recuentos.

Desde 2019, el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso ha establecido un memorando de entendimiento con la organización del Encuentro Mundial de Líderes Religiosos, en la culminación de muy buenas relaciones establecidas desde que la Santa Sede asistió con su pabellón a la Expo en el país en 2017. 

Ahora, será el Papa Francisco quien explote esta mina de encuentros, acompañado por el cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, presidente del dicasterio y ahora prácticamente en casa, en Kazajistán,

Y quién sabe si el Papa no aprovechará su presencia en Nur Sultan para reunirse con el presidente chino Xi Jinping, que estará en Kazajistán esos mismos días. Sería un golpe extraordinario para el presidente kazajo, pero aún más para Rusia, que no dudaría en mostrar el encuentro como una señal de apertura del Papa también hacia los países marginados por Occidente. 

Las posibilidades de conocer a Kirill

Como se ha dicho, no estará el Patriarca Kirill, sino el Metropolitano Antonij, nuevo jefe del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú. 

La ausencia de Kirill se explica de forma muy concreta: el Patriarca de Moscú no quiere que el Papa le reciba “al margen“ de otro evento, sino que quiere que ese encuentro tenga dignidad, que produzca un documento, que represente un hito. 

Y es que, ante un posible aislamiento incluso en el mundo ortodoxo, el Patriarcado de Moscú necesita demostrar que hay al menos un líder, y entre los más respetados, que da crédito a su labor. Y ello a pesar de que el Papa no dudó en llamar a Kirill “monaguillo de Putin“ en la videoconferencia del pasado 16 de marzo -el propio Papa Francisco lo admitió en una entrevista- y a pesar de que el cardenal Kurt Koch, presidente del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, definió como “herejía“ ciertas posiciones teológicas ortodoxas sobre Russkyi Mir, la Gran Rusia. 

¿Qué novedades hay ahora?

La presencia del Papa, que no se reunió con Kirill, representa para Kazajstán no sólo una oportunidad de celebrar los 30 años de relaciones diplomáticas con la Santa Sede, sino también de reforzar un papel en el diálogo interreligioso que intenta desarrollar desde 2003, año en que se celebró por primera vez el Encuentro Mundial de Líderes Religiosos.

Al final de la reunión se hará una declaración conjunta, que -explicaron los funcionarios kazajos- será “distribuida como un documento oficial de las Naciones Unidas“, y en ella se “reflexionará sobre los problemas más actuales del mundo, los conflictos globales, las tensiones geopolíticas, los problemas sociales, incluida la difusión de los valores morales y éticos“.

Cabe señalar que el tema de la conferencia también fue señalado por Kazajstán a las autoridades de los EAU, hasta el punto de que el embajador kazajo en Abu Dhabi celebró una conferencia de prensa sobre el tema en los últimos días. Y la declaración final tendrá probablemente dos modelos: la Declaración de Abu Dhabi sobre la Fraternidad Humana firmada por el Papa Francisco durante su viaje de 2019 a los EAU junto al Gran Imán de al Azhar Ahmed al Tayyb; y la declaración final del encuentro entre el Papa Francisco y Kirill en La Habana en 2016.

Esto tomaría lo mejor de los últimos modelos de diálogo desarrollados por el Papa Francisco, continuando en esa estela por un camino aceptable para la Santa Sede.

¿Un viaje a Moscú o a Kiev?

Se ha hablado mucho del viaje a Kazajistán como consecuencia, o anticipación, de un viaje del Papa Francisco a Moscú o a Kiev, o a ambos. Tal como están las cosas, ni el viaje a Moscú ni a Kiev parecen probables. El Papa Francisco ha mantenido durante mucho tiempo que es por razones médicas, y que le gustaría ir al menos a Kiev, donde hay una invitación urgente, pero que no puede porque su estado no se lo permite.

Esto es cierto, pero es sólo una explicación parcial. Un viaje a Kiev realizado después del viaje a Kazajstán y una posible reunión con el Patriarca Kirill probablemente habrían exacerbado los ánimos ucranianos, ya muy alterados por la guerra. Ahora, un viaje a Kiev después de la reunión en Kazajstán tendría más oportunidades, pero al mismo tiempo se vería como algo secundario.

La situación de Moscú es diferente, porque para eso se necesita una invitación, y todavía no la ha habido. Se trata de situaciones diplomáticas muy difíciles y delicadas, que se basan en equilibrios aún por descifrar.

Ciertamente, el viaje a Kazajistán no tiene relación con los otros dos viajes que el Papa podría emprender. Pero tiene un vínculo ideal con el paso a Jerusalén que el Papa habría querido hacer el 14 de junio, tras dos días en el Líbano, donde se encontraría con el Patriarca Kirill.

Todo estaba listo para la reunión, que luego fue aplazada por “razones de conveniencia“, dejando al Patriarcado de Moscú no poco desconcertado. Quizás esta sea también la razón práctica por la que Kirill decidió no ir a Nur Sultan.

La reconciliación europea sólo puede pasar por el diálogo ecuménico. Lo saben bien en Ucrania, donde existe el Consejo Panucraniano de Iglesias y Organizaciones Religiosas, que reúne a las confesiones religiosas de Ucrania desde hace 25 años, y que hace llamamientos precisos.

La Iglesia católica puede desempeñar un papel importante en esta reconciliación ecuménica. Pero, por decirlo con las palabras de su beatitud Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana, “podemos reconciliarnos con nuestros hermanos. No podemos conciliar con la geopolítica“.

El autorAndrea Gagliarducci

FirmasJaqui Lin

Festival de la juventud de Medjugorje, una llamada a la conversión

Durante el verano, ha habido dos numerosos encuentros de jóvenes, la Peregrinación Europea de Jóvenes y el Medjugorje Fest, que ha contado con más de 50.000 asistentes. Ofrecemos el testimonio de una participante en este último evento.

10 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Tres semanas han pasado desde el mejor viaje de mi vida. Ni playa ni piscina. Tampoco grandes cenas y comidas. Y mucho menos eso de quedarse durmiendo hasta las 12 del mediodía. Sin embargo, han sido las mejores vacaciones. 

El 31 de julio de 2022 viajé hasta Medjugorje, un pueblo de Bosnia y Herzegovina, donde se aparece la Virgen María, bajo la advocación de la Reina de la Paz, desde 1981. Cogí un avión desde Barcelona (El Prat) hasta Croacia (Split), y de allí un autobús hasta Medjugorje. Fui con un grupo de jóvenes de Effetá Valencia y nuestra peregrinación fue A Jesús por María, organizada por Blanca Llantada y Emilio Ferrando.

Me habían hablado bastante de Medjugorje, incluso había visto varios vídeos de la vidente Mirjana. Siempre decía que algún día iría, ya es un lugar sagrado dónde se reciben muchas gracias, pero tendría que surgir con el tiempo, ya que no soy de planificar viajes con mucha antelación. Y no ha sido hasta este año que la Virgen me ha llamado a ir. Y te preguntarás, “¿y cómo te ha llamado?”. En mi caso particular fue un regalo de cumpleaños. Cada peregrino se siente llamado de un modo distinto. Es algo inexplicable. Parece que el viaje no lo estés organizando tú si no que te están llamando a ir. Y es que la Virgen, nuestra Madre, tiene algo que decirte al llegar allí. 

Algo que te advierten nada más subir al autobús, de camino a la posada, y que yo también quiero transmitir a los futuros peregrinos, es que para disfrutar de este viaje y sacar frutos hay que ir con el corazón abierto. Este es el lema principal. Abre tu corazón a todo lo que puedas ver y a todo lo que te puedan decir. Trata de buscar qué quiere Dios de ti, qué plan te está pidiendo. Y para ello, es importante estar preparado. Porque si tenías algún plan a priori, como podría ser seguir en “x” trabajo, dar la vuelta al mundo o viajar a las islas griegas, este podría verse totalmente modificado. “Fiat voluntas tua”. 

Estos sucesos medirán el termómetro de nuestra fe. ¿Hasta cuánto confiamos en nuestro Padre Celestial? 

Todos los días teníamos un programa del Festival de la Juventud: Santo Rosario, Ángelus, Santa Misa, testimonios, catequesis, adoración eucarística, y otras actividades nocturnas como la procesión con la imagen de la Virgen o la meditación con velas y la oración ante la cruz. Por otro lado, cada peregrinación organizaba unas salidas a los lugares más emblemáticos: el Monte de las Apariciones, el Krizevac, al cementerio de Mostar, etc. 

Fue una semana de mucha actividad y para llegar a todo se vieron alteradas algunas horas de descanso, pero valió mucho la pena. Más de 500 sacerdotes, confesores, religiosas, conversos, y decenas de miles de jóvenes de todos los continentes nos reunimos allí para orar por la paz en el mundo y encomendar nuestras intenciones. 

Viví homilías increíbles, firmes, sin tibieza, de esas que parece que te estén clavando las palabras en el corazón. Y quiero mencionar especialmente la del Fray Marinko Sakota. 

El sacramento de la confesión fue mi gran regalo. Viví una experiencia personal y única. Me confesó un padre franciscano y lo que vivimos, tanto él como yo, fue un regalo del cielo. El Espíritu Santo intercedió entre nosotros y ambos pudimos ver el reflejo de Jesús en nuestra mirada. Me habló con mucha claridad y me orientó espiritualmente en lo que debía hacer a partir de ahora. Ese momento cambió parte de mi vida y el resto de los días que me quedarían de viaje. Y es que, si no acogía sus palabras con el corazón abierto, nada tenía sentido. Así que le hice caso. 

Ese momento marcó el inicio de una conversión más profunda de mi fe. Ahora paso una hora diaria, o más, delante del Santísimo, rezo cada día el Santo Rosario, también la Coronilla de la Divina Misericordia, y medito una página de la Santa Biblia al azar. Intento cumplir con las 5 piedras que nos pide María: la oración, el ayuno, la lectura de la Sagrada Biblia, la confesión y la eucaristía.

Me he enamorado de la oración y de adorar a Nuestro Señor Jesucristo. Es mi momento favorito del día. Yo le hablo y Él, por intercesión del Espíritu Santo, me susurra. 

Medjugorje llama a la conversión, incluso de los mismos cristianos. El camino de la fe no termina nunca, es una carrera de fondo que hay que trabajar a diario para llegar a conocer el corazón de Jesús y el de su Madre, María. Allí sentí que Dios nos necesita, a todos y a cada uno de nosotros. Y debemos responder a su llamado. 

De este viaje me llevo muchas cosas. Voy a mencionar las que más calaron en mi interior: el gran amor misericordioso que siente Dios y nuestra Madre, la Virgen María, por cada uno de nosotros; la manifestación de la paz por cada uno de los rincones de todo el pueblo de Medjugorje; las gracias que se conceden durante el viaje y a posteriori, y no solo a nivel personal, también en tu círculo familiar; el haber visto que la presencia del mal también existe; el poder de la oración; y la cantidad de personas que te acompañan en este camino. No estamos solos. 

Ahora gritaría un ¡Viva Cristo Rey!

El autorJaqui Lin

Cantante y asistente al Medjugorje Fest.

Artículos

Santi nella vita familiare, un insegnamento centrale nel messaggio di san Josemaría Escrivá

L'Opus Dei, fondato da san Josemaría Escrivá, affonda le sue radici nella necessità di vivere la contemplazione in mezzo al mondo. Ne sono di conseguenza santificate la vocazione e la missione del matrimonio.

Rafael de Mosteyrín Gordillo·9 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Testo originale del articolo in spagnolo qui

A conclusione dell’Anno della Famiglia intitolato Amoris laetitia, che coincide con la festa del santo, si riassumono i punti chiave di questo nucleo centrale nell’insegnamento di san Josemaría.

A proposito di questa curiosa coincidenza, che possiamo intendere come accidentale o provvidenziale, vorremmo ricordare alcuni consigli di san Josemaría sul matrimonio e sulla vita familiare.

L’esempio della Sacra Famiglia

Il cammino di santità, proprio del matrimonio, ha diverse parti in cui si sviluppa la risposta del cristiano. San Josemaría Escrivá spiega con quali mezzi si realizza l’identificazione con Cristo. La risposta assoluta, come percorrere il sentiero della vita e raggiungere la meta, è Cristo.

Il riferimento più importante e continuo è quello dell’imitazione di Cristo nella vita ordinaria. L’esempio da seguire è quello della Sacra Famiglia, perché Dio sia sempre presente nella nostra.
San Josemaría spiega così la necessità di vivere la contemplazione in mezzo al mondo. Di conseguenza, ne vengono santificate la vocazione e la missione del matrimonio.

Nei suoi scritti si distinguono la santificazione delle attività temporali, la santificazione del lavoro ordinario e la santificazione mediante la vita familiare, la procreazione e l’educazione dei figli. In questo modo si realizza la vocazione del laico, secondo lo spirito cristiano, nello svolgimento dei compiti professionali, sociali o matrimoniali che ne conformano la vita

 Santificarsi e santificare

Partendo dalla grazia del sacramento del matrimonio, san Josemaría Escrivá insegna l’educazione dei figli, la santificazione del focolare, la cura della famiglia, la dedizione alla professione, ecc.

Sono àmbiti in cui allo stesso tempo è necessario l’aiuto soprannaturale, che ci viene dalla preghiera e dai sacramenti. Sia in casa propria che nei diversi luoghi in cui opera, la famiglia cristiana può ritrovare gradualmente la specifica vocazione prevista da Dio per ognuno dei suoi membri.

L’attenzione al bene del coniuge e dei figli è nel matrimonio un elemento necessario per la santificazione di entrambi gli sposi.

La sfida principale che san Josemaría presenta ai genitori è quella di formare cristiani autentici, delle persone che si sforzano di raggiungere e trasmettere la santità.

Il cammino di ogni cristiano ordinario è quindi la santificazione del lavoro professionale e delle relazioni familiari e sociali, raggiungibili con i mezzi di santificazione e di apostolato forniti dalla Chiesa. Come mezzi facciamo sempre riferimento alla partecipazione ai sacramenti, alla preghiera e alla formazione cristiana.

La vita matrimoniale e familiare sono cammini di felicità e santità attraverso la dedizione sacrificata e generosa alla volontà di Dio e agli altri.

Gli insegnamenti della Rivelazione sulla vocazione al matrimonio sono visti da san Josemaría sotto una luce nuova. Questa luce, derivata dal carisma che Dio gli ha donato, è, secondo noi, la sua maggiore caratteristica di originalità.

Ora spetta a ciascun battezzato riconoscere la dignità della vocazione matrimoniale e collaborare nel mondo, ciascuno dal proprio posto.

L’insegnamento di san Josemaría, e la sua corrispondenza alla grazia di Dio, è stato messo in luce dalla Chiesa, anche con la canonizzazione, avvenuta a Roma il 6 ottobre 2002.

Analizzando la sua predicazione, possiamo concludere che la chiamata divina a lottare per essere santi attraverso il matrimonio e la vita familiare, è un insegnamento centrale nel messaggio di san Josemaría Escrivá.

El autorRafael de Mosteyrín Gordillo

Sacerdote.

Mundo

Eduardo Calvo: “Personas de otros credos se alegran de que venga el Papa”

Eduardo Calvo Sedano, originario de Palencia, es párroco de la parroquia de San José, en Almaty (Kazajstán), y Director de Cáritas diocesana. Conversamos con él sobre la próxima visita del Papa Francisco al país.

Aurora Díaz Soloaga·9 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

El Papa Francisco ha aceptado la invitación del presidente del país, Kasym-Jomart Tokaev a asistir al VII Congreso de Religiones Mundiales y Tradicionales, en la ciudad de Nur-Sultan. Entrevistamos a Eduardo Calvo, sacerdote español que desarrolla su trabajo en el país asiático.

Kazajstán espera la segunda visita de un Papa: después de la experiencia de la visita de Juan Pablo II en 2001, ¿cómo se está ahora preparando la joven Iglesia?

—Con alegría y con ilusión. Es para todos un estímulo en nuestra fe. Vivimos rodeados de un ambiente de mucha indiferencia religiosa, donde además, la religión cristiana es minoritaria. La mayoría de los cristianos son de tradición ortodoxa y mucha gente apenas tiene conocimiento de qué significa ser católico. La visita del Papa nos ayuda a que todos vean que nuestra fe está viva, que es “católica” (internacional). Además, nos recuerda que la fe católica forma parte de las raíces religiosas de esta tierra, en la que hay católicos desde los primeros siglos de la historia de la Iglesia, antes de la aparición del Islam. 

¿Es bien aceptada la visita de un líder religioso como el Papa, en una sociedad multicultural?

—Totalmente. Es más, me atrevo a decir que, en líneas generales, no sólo es aceptada, sino también querida y deseada. Son muchas las personas de otros credos que se alegran de que una persona de la trascendencia mundial que tiene el Papa venga al país. 

Kazajstán es un país muy tolerante y con mucha diversidad. La gente está acostumbrada, ya desde la niñez, a convivir y relacionarse con gran naturalidad con personas de otras nacionalidades y de otros credos. Aquí lo normal es que personas procedentes de culturas diferentes sean amigas y no sean ni quiera conscientes de que esa diversidad podría haber sido un obstáculo en sus vidas para estar unidos y relacionarse con cordialidad. Al fin y al cabo somos seres humanos… en lo sustancial somos iguales: buscamos amar y ser ser amados, nos gusta pasear y reírnos, tenemos problemas semejantes, vivimos en un mismo entorno… 

¿Cómo se está recuperando el país, después de los desórdenes que sufrió en su principal ciudad, Almaty, en enero de este año? ¿Puede afectar el clima de inseguridad que se vivió en ese momento a la visita del Papa?

—La sensación de los que estamos aquí es de que “se ha pasado página”. Aquellos incidentes hicieron peligrar nuestra convivencia y me atrevería a decir que también nuestra democracia. Son parte del pasado y se ha vuelto a la vida ordinaria, con sus luces y sus sombras. Todo país tiene sus más y sus menos. Me duele escuchar a veces en España comentarios hechos como con aire de superioridad, mirando a países de Asia central (como Kazajstán), como si fueran países “de segunda”, inferiores no sólo en lo económico o político; sino también en lo moral o social… Creo que es profundamente injusto y alejado de la verdad. 

La situación actual es pacífica. La visita del Papa es también un regalo para los no católicos, un aliciente. Su visita nos recuerda que nos quiere y nos tiene en consideración. 

El Papa ha cancelado otros viajes recientes por motivos de salud y, sin embargo, ha querido mantener este viaje, al que ha calificado de “tranquilo” en su viaje de vuelta desde Canadá. ¿Ve otros motivos por los que al Papa haya podido mantener este viaje en su agenda? 

—El motivo –creo- es su deseo que dialogar con otras confesiones cristianas y con personas de otros credos, para ahondar en lo mucho que tenemos en común y en la necesidad de vivir todos juntos como hermanos, pertenecientes a una misma familia. En este sentido, se comprende su intención de participar en este encuentro mundial de líderes religiosos. A día de hoy, me parece que es de vital importancia sumar fuerzas para combatir los radicalismos religiosos y promover la paz. 

¿Qué visión de la Iglesia en Asia puede aportar al Papa la comunidad de Kazajstán?

—Creo que el Papa es bastante consciente de la situación que vivimos. Sabe de nuestras dificultades y de nuestros sueños. Podemos aportarle nuestro cariño, con una mayor cercanía física. Podemos compartir con él la oración y las ganas de que esta Iglesia en minoría crezca, anuncie el Evangelio, se desviva por los demás, prospere no sólo en lo económico sino también en lo espiritual… La Iglesia católica aquí está viva y creciendo. Gracias a Dios, muchos cristianos de aquí no son extranjeros, sino gente local y muchos de ellos se han acercado a la fe por el testimonio de otros católicos y no por la tradición familiar. 

Se ha hablado de la importancia estratégica de esta visita del Papa a Kazajstán en este momento, considerando los vínculos del país con el mundo eslavo y la importante presencia de población rusa y ucraniana que allí convive. ¿Le parece que este viaje podría aportar algo al proceso de pacificación del cercano conflicto en Ucrania?

—El Santo Padre quiere estar muy cerca de los que sufren. El conflicto de Ucrania es de orden mundial. No me cabe duda de que está haciendo lo que está en su mano para apaciguar la situación. Kazajstán, por estar situado en territorio neutral, por su caracter abierto y por su presencia en el país de personas de todas las naciones, creo que es un buen lugar para que la Iglesia católica, con el Papa a la cabeza, pidan al mundo entero que reinen la paz y el amor.

El autorAurora Díaz Soloaga

De la mano de María, con la mirada en Lisboa

El camino de la Virgen María a Aim-Karim para ayudar a su prima Isabel es el trasfondo de la próxima Jornada de la Juventud de Lisboa 2023. De esta propuesta podemos sacar algunos ítems que puedan servirnos a la hora de diseñar un proyecto pastoral y educativo para este curso.

9 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Este curso académico estará, sin duda, marcado eclesialmente por la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud convocada por el papa Francisco en Lisboa. El lema elegido por el sucesor de Pedro en esta ocasión es “María se levantó y partió sin demora” (Lc 1, 39). Con ello Francisco nos propone a los jóvenes la actitud de la Virgen María como un modelo a seguir cuando, al enterarse de que su prima Isabel estaba embarazada, sale aprisa a la montaña para ayudarla.

Este acontecimiento eclesial que viviremos del 1 al 6 de agoto del año 2023 hemos de prepararlo lo mejor posible si queremos que dé el máximo fruto. Tenemos un curso entero para hacerlo. Y el Papa nos marca un camino a recorrer para todos los educadores que acompañemos a los jóvenes en esta peregrinación a la capital lusa: proponer el modelo de María joven en su viaje a Ain-Karim, el pueblo en el que vivía su pariente.

Varios son los hitos que podemos tener en cuenta a la hora de plantear un recorrido educativo que prepare el corazón de los jóvenes para la gran experiencia del verano. El modelo de esa muchacha que acaba de recibir la noticia de que sería la madre de Dios y sus actitudes vitales serán, sin duda, el mejor referente que podemos proponer y cultivar entre nuestros jóvenes. Me gustaría señalar algunos ítems que puedan servirnos a la hora de diseñar un proyecto pastoral y educativo para este curso.

Olvido de uno mismo

María recibe el anuncio del ángel de que era la mujer elegida para ser la madre del mesías, pero no se queda ensimismada, sino que se olvida de ella misma y está atenta a lo que necesita su prima. Este olvido de uno mismo es una gran propuesta, claramente contracorriente, audazmente revolucionaria. Será como la música de fondo de todo el año. Olvidarnos de nosotros mismos, dejarnos de mirar el ombligo, levantar la mirada y descubrir las necesidades de los demás. 

Salió aprisa

Sin demora, María se dirige a ayudar a su prima. No se queda en planteamientos abstractos, en compromisos etéreos o sentimentales, sino que se pone manos a la obra. Hemos de alentar a los jóvenes a saltar del sillón, a despegarse de la pantalla, a comprometernos en serio con la realidad. Y hacerlo venciendo la pereza que nos arrastra siempre a lo más cómodo. El camino hacia Lisboa debe estar concretado en acciones de ayuda a los demás que nos saquen de nuestra comodidad y pereza. Visita a enfermos, residencias de ancianos, echar una mano a compañeros que se les dé mal alguna asignatura… Debemos ayudar a nuestros jóvenes a concretar y poner en marcha sus deseos de entrega a los demás. 

La revolución de la alegría

En cuanto María entró en casa de Isabel el niño que llevaba en sus entrañas saltó de alegría. Isabel entona una alabanza a María, cuya visita inesperada llena de gozo y alegría toda la casa. Y la propia María rompe a cantar entonando el Magníficat. María lleva allí donde va la revolución de la alegría. Nuestro itinerario hasta Lisboa debe estar marcado por esa alegría que nace de la entrega a los demás. Y materializarse en una cultura que lleve la sonrisa a nuestros labios, que destierre la queja de nuestro corazón, que se haga acogida y ternura. La alegría debe ser un distintivo del cristiano, como nos pide el papa Francisco desde el principio de su pontificado.

Con Jesús en las entrañas

Y un último hito de este camino es el de actualizar la presencia de Jesús en nuestra vida. María lo llevó en sus entrañas en todo este tiempo. Ese es el motor de su vida, esa es la causa de la alegría que se desborda. Con ella, por los caminos de Palestina, se realiza la primera procesión del Corpus. Vivir desde Cristo, especialmente en el sacramento de la eucaristía, y llevarlo a los demás, son también dos hitos que podemos marcarnos en nuestro camino hacia la JMJ. Cuidar nuestras celebraciones eucarísticas y realizar en grupo alguna acción evangelizadora que ayude a los demás a encontrarse con Jesús nos harán entrar en la escuela de María.

Ojalá preparemos bien este acontecimiento trascendental y aprovechemos esta ocasión tan propicia para la evangelización para que nos ofrece el papa Francisco. Y que, dicho sea de paso, a nosotros nos pilla tan cerquita esta vez. ¡Todo un regalazo!

El autorJavier Segura

Delegado de enseñanzas en la Diócesis de Getafe desde el curso 2010-2011, ha ejercido con anterioridad este servicio en el Arzobispado de Pamplona y Tudela, durante siete años (2003-2009). En la actualidad compagina esta labor con su dedicación a la pastoral juvenil dirigiendo la Asociación Pública de Fieles 'Milicia de Santa María' y la asociación educativa 'VEN Y VERÁS. EDUCACIÓN', de la que es Presidente.

Enseñanzas del Papa

Sobre el sentido y valor de la vejez

En agosto el Papa concluyó sus dieciocho catequesis sobre la vejez, comenzadas el 23 de febrero pasado, tras la catequesis sobre san José. Francisco nos ofrece lecciones de humanidad y de antropología cristiana. 

Ramiro Pellitero·9 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 8 minutos

En estas catequesis, el Papa presenta la ancianidad como don que importa proteger y educar, para que sepamos acogerlo y cuidarlo, de modo que brille la misión humana y cristiana de los ancianos.

La ancianidad como don y bendición

Comenzó situando la vejez en el marco unitario de las edades de la vida protagonistas. Hoy los ancianos son más numerosos que en otras épocas de la historia, y a la vez tienen un mayor riesgo de ser descartados, ya desde el siglo pasado: “La exaltación de la juventud como única edad digna de encarnar el ideal humano, combinada con el desprecio de la vejez vista como fragilidad, degradación o invalidez, fue la marca dominante de los totalitarismos del siglo XX” (Audiencia general, 23-II-2022). Hoy, en la cultura dominante, los ancianos son poco valorados, en su calidad espiritual, su sentido comunitario, su madurez y sabiduría. Y esto, a los ojos del Papa, implica un “vacío de pensamiento, imaginación, creatividad”

“Con estas catequesis sobre la vejez” –declaraba– “quisiera animar a todos a invertir pensamientos y afectos en los dones que ella trae consigo y para las otras edades de la vida” (ibid.) Los ancianos son como las raíces del árbol: el jugo, si no llega ese “goteo” –por así decirlo– desde las raíces, no se darán las flores ni los frutos (cfr. ibid).

Oportunidad para hacer un mundo más humano

La Biblia muestra que la maduración humana y su calidad espiritual requiere un largo tiempo de iniciación, de apoyo entre las generaciones, de transmisión de experiencias, como una larga “fermentación”, de un diálogo entre los abuelos y los niños, que marcan los extremos de las edades. Pero “la ciudad moderna tiende a ser hostil con los ancianos (y no por casualidad también lo es con los niños)” (Audiencia general, 2-III-2022). Por eso, sin el diálogo entre generaciones tenemos “una sociedad estéril, sin futuro, una sociedad que no mira al horizonte, sino que se mira a sí misma” (ibid).

La vejez, pondera Francisco, puede salvar al mundo, porque se adelanta al día de la destrucción. Recuérdese la historia de Noé y el diluvio, y las consideraciones de Jesús (cfr. Lc 17, 26-27). Eso nos puede suceder a nosotros sin que nos salven los robots. Jesús advierte que, si no nos preocupamos más que de comer y beber, y no de las cuestiones fundamentales de nuestra vida –la calidad espiritual, el cuidado de la casa común, la justicia y el amor–, podemos acostumbrarnos a la corrupción. 

Por eso Francisco les dice a los ancianos: “Tenéis la responsabilidad de denunciar la corrupción humana en la que vivimos y en la que continúa esa forma de vida del relativismo, totalmente relativa, como si todo fuera lícito. Adelante. El mundo precisa, necesita jóvenes fuertes, que salgan adelante, y viejos sabios” (ibid). 

“Memoria” y “testimonio” de fidelidad vivida 

El Papa se fija también en el llamado “Cántico de Moisés”, que es como el testamento espiritual del que fue guía del Pueblo elegido (cfr. Dt 32 ss). Una bella confesión de fe, que transmite, como valiosa herencia, la memoria de la fidelidad de Dios hacia su Pueblo. También nuestros ancianos pueden llegar a esa lucidez, a esa sabiduría que proviene de los años bien aprovechados; y por tanto esa capacidad para entregar (“tradición”) el sentido de la historia transcurrida. 

“En nuestra cultura” –observa Francisco–, “tan ‘políticamente correcta’, este camino resulta obstaculizado de varias formas: en la familia, en la sociedad, en la misma comunidad cristiana. Hay quien propone incluso abolir la enseñanza de la historia, como una información superflua sobre mundos que ya no son actuales, que quita recursos al conocimiento del presente. ¡Cómo si hubiéramos nacido ayer!” (Audiencia general, 23-III-2022)

Por eso señala el Papa: “Sería bonito que en los planes de catequesis existiera desde el principio también la costumbre de escuchar, de la experiencia vivida de los ancianos”; así entran ellos en la “tierra prometida” (la vida de la fe) que Dios prepara para cada generación.

Proteger a los ancianos, educar en el cuidado de la ancianidad

Dice Francisco que corresponde a la sociedad educar a todos en el honor debido a los ancianos (cfr. Audiencia general 20-IV-2022). La Biblia condensa ese deber cuando manda “honrar padre y madre”, sugiriendo una interpretación más amplia. Pero con frecuencia faltamos a ese deber. “El honor falta cuando el exceso de confianza, en vez de manifestarse como delicadeza y cariño, ternura y respeto, se convierte en rudeza y prevaricación. Cuando la debilidad es reprochada, e incluso castigada, como si fuera una falta. Cuando el desconcierto y la confusión se convierten en ocasión para la burla y la agresión” (ibid).

Esto –advierte el sucesor de Pedro– abre el camino, en la sociedad, a excesos inimaginables. 

El puente entre los jóvenes y los ancianos

El Papa ha insistido en que se fomente la “alianza entre las generaciones”, para abrir el futuro (cfr. Audiencia general, 27-IV-2022). Se apoya en el libro de Rut, que considera complementario al Cantar de los Cantares a la hora de explicar el valor del amor nupcial, en cuanto que celebra el poder, la poesía y la fuerza del amor, que se pueden encontrar en los lazos de familia y parentesco.

Tomando pie de otro relato bíblico, el del anciano Eleazar (cfr. 2 M, 18 ss.), Francisco explica cómo la fidelidad de la vejez muestra el “honor” que debemos a la fe, y que le damos cuando la vivimos hasta el final, también cuando hay que ir a contracorriente (cfr. Audiencia general, 4-V-2022). 

Oponiéndose a la postura gnóstica (una fe puramente teórica y espiritualista, que no se “mancha” con la vida ni influye en la sociedad), declara Francisco que “la práctica de la fe no es el símbolo de nuestra debilidad, sino el signo de su fortaleza” (ibid.).

Y por eso: “Demostraremos, con toda humildad y firmeza, precisamente en nuestra vejez, que creer no es algo ‘para viejos’, sino algo vital. Creer en el Espíritu Santo, que hace nuevas todas las cosas, y con mucho gusto nos ayudará”. La fe vivida es herencia de la ancianidad. 

La generosidad de los ancianos es fruto y garantía de una juventud admirable

De la figura bíblica de Judit –heroína que salva a su pueblo por la fuerza y la valentía de su amor–, Francisco extrae otras lecciones importantes (cfr. Audiencia general, 11-V-2022).

“Los pequeños aprenden la fuerza de la ternura y el respeto por la fragilidad: lecciones insustituibles, que con los abuelos son más fáciles de impartir y de recibir. Los abuelos, por su parte, aprenden que la ternura y la fragilidad no son solo signos de la decadencia: para los jóvenes, son pasajes que hacen humano el futuro”. 

El libro de Job enseña que la ancianidad puede superar las pruebas –la pandemia, las enfermedades, las guerras– con la fe, y así abrir la esperanza para todos (cfr. Audiencia general, 18-V-2022). Ante las serias pruebas que Dios permite, y el aparente “silencio” de Dios, Job no se arredra y manifiesta la fe: “Sé que mi redentor vive y que al fin se alzará sobre el polvo: después que me arranquen la piel, ya sin carne, veré a Dios. Yo mismo lo veré, y no otro; mis propios ojos lo verán” (19, 25-27).

Amor a la justicia, oración y “magisterio de la fragilidad”

También el Papa acude al libro del Eclesiastés o Cohélet. Ahí se enseña a superar el desencanto que viene con la vejez (“todo es vanidad”), con la pasión por la justicia; y eso es signo de fe, de esperanza y de amor (cfr. Audiencia general, 25-V-2022). En lugar del cinismo y de la tibieza (acedia), que aúnan el conocimiento y la irresponsabilidad, una ancianidad lograda se vuelve antídoto contra la decepción, el escepticismo y el desánimo paralizante. 

Esto requiere la oración. Tomando pie del salmo 71, Francisco apunta algunas características que ha de tener la oración en la ancianidad. “Todos estamos tentados de ocultar nuestra vulnerabilidad, de ocultar nuestra enfermedad, nuestra edad y nuestra vejez, porque tememos que sean el preludio de nuestra pérdida de dignidad” (Audiencia general, 1-VI-2022).

El anciano redescubre la oración y da testimonio de su fuerza. “Los ancianos, por su debilidad, pueden enseñar a los que viven otras edades de la vida que todos necesitamos abandonarnos en el Señor, para invocar su ayuda. En ese sentido, todos tenemos que aprender de la vejez: sí, hay un don en ser viejo entendido como abandonarse al cuidado de los demás, comenzando por el mismo Dios” (Ibid).

De ahí surge un “magisterio de la fragilidad”: no esconder las debilidades de la vejez es una lección de los ancianos para todos. 

La misión humana y cristiana de los ancianos 

En el evangelio de san Juan, Nicodemo le pregunta a Jesús: “¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo?” (Jn 3,4). Y Jesús le explica que la vejez es oportunidad para renacer espiritualmente y aportar un mensaje de futuro, misericordia y sabiduría (cfr. Audiencia general, 8-VI-2022).

Hoy, dice el Papa, “la vejez es un tiempo especial para disolver el futuro de la ilusión tecnocrática de la supervivencia biológica y robótica, pero sobre todo porque se abre a la ternura del vientre creador y generador de Dios” (ibid.). 

Y así enseña: “Los viejos son los mensajeros del futuro, los viejos son los mensajeros de la ternura, los viejos son los mensajeros de la sabiduría de una vida vivida” (ibid.).

Escuela de aceptación y de servicio

A partir del relato de la sanación de la suegra de Simón (cfr. Mc 1, 29-31), considera Francisco: “Cuando eres anciano, ya no mandas sobre tu cuerpo. Es necesario aprender a aceptar los propios límites, lo que ya no podemos hacer” (cfr. Audiencia general 15-VI-2022: “También yo tengo que ir ahora con bastón”). 

La suegra de Pedro “se levantó y se puso a servirles”. Dice el Papa: “Los ancianos que conservan la disposición para la sanación, el consuelo, la intercesión por sus hermanos y hermanas —sean discípulos, sean centuriones, personas perturbadas por espíritus malignos, personas descartadas…—, son quizá el testimonio más elevado de pureza de esa gratitud que acompaña la fe”. Todo ello, observa, no es exclusivo de las mujeres. Pero las mujeres pueden enseñar a los hombres sobre la gratitud y la ternura de la fe, que a veces a ellos les cuesta más comprender.

En el diálogo entre Jesús resucitado y Pedro al final del evangelio de Juan (21, 15-23, cfr. Audiencia general 22-VI-2022), Francisco encuentra también fundamento para aconsejar a los ancianos: 

“Debes ser testigo de Jesús incluso en la debilidad, en la enfermedad y en la muerte”. Más aún, el Señor nos habla siempre según la edad que tengamos. Y nuestro seguimiento deberá aprender a dejarse instruir y moldear por nuestra propia fragilidad, nuestra impotencia, la dependencia de los demás, incluso en el vestir, en el andar”.

La vida espiritual es la que nos da esa fortaleza y sabiduría para saber despedirse con una sonrisa: “Una despedida alegre: he vivido mi vida, he conservado mi fe”

A los demás, especialmente a los jóvenes, corresponde ayudar a los mayores a vivir y expresar esa sabiduría, y saber recibir recibirla. 

Tiempo de testimoniar la vida que ya no muere

En esa misma línea, ya cerca del final de las catequesis, el Papa invita a releer la despedida de Jesús (cfr. Jn 14): “Cuando me haya marchado y os haya preparado un lugar, de nuevo vendré y os llevaré junto a mí, para que, donde yo estoy, estéis también vosotros” (14, 3). 

Afirma el sucesor de Pedro: “El tiempo de la vida en la tierra es la gracia de ese paso. La presunción de detener el tiempo –querer la eterna juventud, el bienestar ilimitado, el poder absoluto– no sólo es imposible, es delirante” (cfr. Audiencia general, 10-VIII-2022). 

Aquí abajo la vida es iniciación, imperfección camino de la vida más plena. Y aprovecha Francisco para decir que, a nuestra predicación, donde abunda la bienaventuranza, la luz y el amor, “quizá le falta un poco de vida”

En conexión con esto se sitúa la original catequesis del Papa sobre el “anciano de cabellos blancos” que aparece en el libro de Daniel (7, 9; cfr. Audiencia general, 17-VIII-2022). Así se suele representar a Dios Padre. Pero esto –observa Francisco– “no es un símbolo tonto” que habría que desmitificar. Es símbolo de una existencia eterna, de la eternidad de Dios, siempre antigua y siempre nueva, con su fuerza y su cercanía; “porque Dios siempre nos sorprende con su novedad, siempre sale a nuestro encuentro, cada día de manera especial, para ese momento, para nosotros”

Francisco puso el broche de oro a sus catequesis sobre la vejez contemplando el misterio de la asunción de la Virgen (cfr. Audiencia general, 24-VIII-2022). En Occidente –recordaba– la contemplamos elevada a lo alto, envuelta en luz gloriosa; en Oriente se la representa acostada, dormida, rodeada de los Apóstoles en oración, mientras el Resucitado la lleva en sus manos como a una niña. El Papa indica que debería subrayarse la conexión de la asunción de la Virgen con la resurrección del Señor, a la que está vinculada la nuestra. 

María nos antecede en su asunción al cielo, también como figura de la Iglesia, que eso será al final: la extensión del cuerpo resucitado de Cristo, hecha familia. Jesús habla de eso –de la vida plena que nos espera en el Reino de los cielos– con diversas imágenes: el banquete de bodas, la fiesta con los amigos, la rica cosecha, el fruto que viene, no sin dolor. 

De todo ello y para el bien de los demás –propone el Francisco incluyéndose en el grupo– hemos de ser los ancianos semilla, luz, y también inquietud; de esa plenitud de vida que nos espera.

Zoom

La Natividad de la Virgen María en el arte

La Iglesia católica celebra, cada 8 de septiembre, la festividad de la Natividad de la Virgen María. Un motivo recogido por artistas como esta obra de Andrea di Bartolo del s. XV.

Maria José Atienza·8 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

El Cardenal Parolin explica cómo cohesionar sociedades ante la polarización

El discurso del Secretario de Estado de la Santa Sede, cardenal Parolin, en la Conferencia Internacional sobre Sociedades Cohesionadas (CIEC) ofrece varias pistas para evitar la polarización.

Antonino Piccione·8 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Traducción del artículo al italiano

“La solidaridad significa superar las consecuencias nefastas del egoísmo para dar paso al valor de los gestos de escucha. En este sentido, la solidaridad es un medio para crear historia“. Este es uno de los pasajes clave del discurso que el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de la Santa Sede, pronunció a distancia en la Conferencia Internacional sobre Sociedades Cohesionadas (ICCS), inaugurada hoy en Singapur.

Una sociedad cohesionada lo es, dijo, si persigue el objetivo de formar individuos capaces de relacionarse entre sí y trascender el individualismo del yo para abrazar la diversidad del nosotros. Según Parolin, para lograr el objetivo de una sociedad cohesionada y solidaria hay que ser promotores y corresponsables de la solidaridad; construir la solidaridad centrándose en el talento, el compromiso y el liderazgo de los jóvenes; solidaridad para crear ciudades acogedoras, es decir, “ricas en humanidad y hospitalarias, en la medida en que seamos capaces de cuidar y escuchar a los necesitados; y si somos capaces de comprometernos constructiva y cooperativamente por el bien de todos“.

El cardenal también insistió en la necesidad de asumir los problemas de los demás y la importancia de la cercanía y generosidad al implicarse en el cuidado del prójimo. De esta forma la solidaridad dejará huella en la historia.

De la polarización a la cohesión

Estas son las claves para abordar los factores de riesgo de una sociedad cohesionada, donde la cohesión va más allá de la armonía racial y religiosa, y abarca también la migración y el multiculturalismo, la desigualdad social y económica, la brecha digital y las relaciones intergeneracionales. Estos asuntos afectan a la resiliencia y la solidaridad entre individuos y comunidades, según la profesora Lily Kong, Presidenta de la Universidad de Gestión de Singapur.

La Conferencia está organizada en el Centro de Convenciones de Raffles City por la S. Rajaratnam School of International Studies y con el apoyo del Ministerio de Cultura, Comunidad y Juventud del país asiático. Bajo el lema «Identidades seguras, comunidades conectadas», este evento de tres días, inaugurado por la Presidenta de Singapur, Halimah Yacob, reúne a más de 800 delegados de más de 40 países en torno a tres pilares fundamentales: fe, identidad y cohesión.

Sesiones previstas

Se han programado tres sesiones plenarias: la primera está dedicada a “Cómo la fe puede salvar las divisiones“, con el objetivo de investigar las razones del aumento y la persistencia de la polarización social debido a las creencias ideológicas o religiosas. Promover la paz y el diálogo interreligioso. La segunda sesión plenaria se centra en “Cómo aprovechar la diversidad para el bien común“. La idea es centrarse en herramientas y conceptos para comprender un mundo marcado por la “superdiversidad“, es decir, la existencia de sociedades muy complejas y heterogéneas, con la esperanza de fomentar auténticos vínculos, aunque sea desde posiciones y lecturas diferentes, para el bien común.

Por último, la sesión “Cómo se puede aprovechar la tecnología para promover la confianza mutua“: las plataformas digitales pueden crear cámaras de eco con fines divisorios, en detrimento de la cohesión social. El objetivo es mostrar cómo las plataformas en línea pueden ser faros de cohesión y esperanza, en lugar de vectores de división y odio.

El autorAntonino Piccione

Mundo

Kazajstán. El Papa visita una Iglesia que crece

El Santo Padre viajará a Kazajstán para participar en el VII Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales. Aurora Díaz lleva quince años viviendo en el país y de su mano nos acercamos a la idiosincrasia de una tierra a caballo entre oriente y occidente.

Aurora Díaz Soloaga·8 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Kazajstán, en el corazón de Asia Central, es un mosaico de pueblos: de etnias, lenguajes y religiones. Un maremágnum cultural que ha sabido conservar y promover la concordia a través de una historia forjada a orillas de la ruta de la seda, de tribus nómadas y de acogida de deportados durante el régimen soviético. 

Kazajstán, tras su independencia en 1991, al colapsar la Unión Soviética, es en la actualidad un país soberano de inmensas estepas, de múltiples recursos minerales, de una pequeña población (apenas 19 millones de habitantes) para la enorme extensión que lo convierte en el noveno país más grande del mundo (2.750.000 kilómetros cuadrados: cinco veces más grande que España). Es además el país elegido por el Papa Francisco para su próximo viaje, con motivo del VII Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales, que se celebrará en Nur-Sultán, la joven capital del país, los próximos 14 y 15 de septiembre de 2022. 

El viaje del Papa, el segundo que un romano pontífice hace al país (ya Juan Pablo II lo visitó en 2001) será además ocasión de encuentro con la joven iglesia que crece en el país. Una Iglesia con una historia entrecortada y desigual, pero que se remonta a muchos siglos atrás, hasta el punto de ser considerada una de las religiones tradicionales en el país. 

La primera presencia probable se remonta a finales de la edad antigua (siglo III), como resultado de los movimientos comerciales y culturales propiciados por la Ruta de la seda. Varios siglos después, misioneros franciscanos y dominicos, aprovechando el apogeo de la Ruta de la seda llegaron en el siglo XIII a estas tierras: atendieron a los cristianos que habían conservado la fe, propagaron el Evangelio, y construyeron monasterios. La furia de Gengis Khan, dueño y señor de las estepas en esos años concedía sin embargo cierta tolerancia religiosa a los pueblos que conquistaba. Son años de conversiones y de las primeras relaciones diplomáticas entre la Santa Sede, Gengis Khan y otros gobernantes de los Estados del Asia central, llegando incluso a establecerse cierta estructura canónica: el primer obispo conocido en la zona es de 1278. Sin embargo, en aquellos años de intenso crecimiento islámico, las hordas del Khan Alí derrocaron a los gobernantes previos, destruyeron el monasterio de Almalik en 1342, y martirizaron al obispo franciscano Ricardo de Borgoña, junto a otros cinco franciscanos y a un mercader latino (hoy todos ellos en proceso de beatificación). 

Mártires modernos

Una vez más, el viejo adagio de Tertuliano que dice “la sangre de los mártires es semilla de cristianos” se vuelve a cumplir, aunque haya sido necesario para ello esperar varios siglos: hasta mediados del siglo XX. Irónicamente, el instrumento providencial para que esa semilla fructificara fue Josef Stalin, y sus órdenes de deportación, que poblaron las desiertas estepas de grupos de europeos, muchas veces católicos: polacos, alemanes, ucranianos o lituanos… Algunos de esos primeros deportados murieron al intentar dominar las duras condiciones climáticas de la zona. Pero otros sobrevivieron y pasaron a nombrar a estas tierras su patria, gracias también a la hospitalidad y compasión de los primitivos habitantes de esta zona: los kazajos. Durante la época estalinista, y aun poniendo en juego su seguridad, muchos de esos kazajos alimentaron o acogieron a los deportados, compartiendo su mismo destino. 

Al disolverse la URSS, el moderno Kazajstán logró la independencia en 1991, y estableció relaciones diplomáticas con la Santa Sede en 1992. Empezaba entonces un tiempo de libertad para los fieles de diversas confesiones. Poco a poco, esa Iglesia que surgía de mil dificultades y que aunaba tantas nacionalidades, podía estructurar su trabajo y la atención de los católicos diseminados por la inmensa extensión del país. Hoy en día se cuenta con tres diócesis: la de Santa María, en Astaná, la de la Santísima Trinidad en Almaty, y la diócesis de Karaganda. También hay una Administración apostólica al Oeste del país, en Atyrau. Hay 108 iglesias en todo el país, atendiendo a un total aproximado de 182.000 católicos: en torno al 1 % de la población. Se trata por tanto de la segunda minoría cristiana, después de la Iglesia ortodoxa, en un país de mayoría musulmana. Aunque es frecuente que los católicos pertenezcan a familias de raíces europeas (polacos, alemanes, ucranianos o lituanos) poco a poco la Iglesia se enraíza en estas tierras al compás de la conversión de personas de diversas etnias (también kazajos). En cada Pascua es frecuente asistir a bautizos en las principales catedrales del país. 

Razones para el optimismo

Aunque los números sean pequeños, los motivos de esperanza de esta joven Iglesia son múltiples: las relaciones con el gobierno del país son cordiales y buscan la colaboración en el ámbito de la construcción de la paz. La Iglesia Católica ha estado presente en cada una de las ediciones del Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales, promovidas por el primer presidente del país, Nursultan Nazarvayev, en 2003. Como ha sido subrayado desde los comienzos del Kazajstán moderno, en 1991, una de las garantías de la paz en el país ha sido precisamente la armonía religiosa y el respeto mutuo entre credos. La convivencia y el trabajo común con otras confesiones, en campos como la asistencia a la institución familiar, el diálogo ecuménico y la educación en valores es una de las garantías para evitar la deriva hacia islamismos radicales.

En las tres diócesis y la Administración apostólica, de extensiones gigantescas, se vive un crecimiento calmado pero acompasado: se abren nuevas iglesias y hay bautizos todos los años, gracias al trabajo muchas veces abnegado de sacerdotes diocesanos procedentes de diversos países de Europa, América Latina y Asia. Las órdenes religiosas presentes en el país garantizan un núcleo de diversidad vocacional, lo que facilita el crecimiento de vocaciones locales a lo largo y ancho del país. El hermanamiento con la comunidad greco católica es además especialmente estrecho, como un claro signo de comunión en una zona de misión y periferia como esta. 

En Karaganda, ciudad en el centro del país, se ubica el Seminario de Asia Central, con aspirantes al sacerdocio procedentes de toda la zona, como Armenia, Georgia y otros países. En esa misma ciudad la catedral de Nuestra Señora de Fátima, consagrada en 2012, recuerda a las víctimas del que fue uno de los mayores centros de persecución del régimen comunista, el complejo correccional “Karlag” (por sus siglas “KARagandinskiy LAGer-campo de Karaganda”) en el que sufrieron y murieron sacerdotes y laicos católicos, además de fieles de otras confesiones religiosas. La catedral es considerada así un centro de reconciliación y difusión de espiritualidad y cultura, facilitado también por conciertos del magnífico órgano instalado allí (una forma especialmente lúcida de difundir la belleza de la fe, teniendo en cuenta el entorno de multiplicidad religiosa del país). Karaganda acoge, junto con la diócesis de Astaná, a la mayoría de los católicos del país, debido a la mayor concentración de deportados que se vivió en esa zona del norte. De hecho, en esa segunda ciudad vivieron y murieron personajes clave para el actual florecimiento de la Iglesia, como el beato Bukovinskiy, Aleksey Zaritsky y otros.

Los fieles de la Iglesia en Kazajstán esperan con entusiasmo la visita del Papa. Como el mismo Francisco comentó en la última visita ad limina de 2019, es hora de alegrarse con las pequeñas hierbas que crecen en esta tierra de estepas, armonía y convivencia pacífica. La visita del Papa a esta periferia misionera será sin duda muy fructífera. Todo el país se suma a la acogida que el presidente actual del país Kasym-Jomart Tokaev, iniciador de la invitación oficial al Papa, prepara con esmero y respeto.

El autorAurora Díaz Soloaga

La fe

A diferencia de las demás religiones, en que la imagen del fundador palidece y se desdibuja con el tiempo, en la religión cristiana la fe siempre se dirige directamente a Jesús vivo.

8 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Quisiera iniciar este nuevo curso invitándoos a meditar sobre la fe. La Carta a los Hebreos define la fe como «garantía de lo que se espera; la prueba de lo que no se ve» (Hb 11,1). A continuación, nos presenta como ejemplos de fe a «nuestros mayores»: Abel, Henoc, Noé; sobre todo, nos presenta  a Abraham y a Sara, a Isaac y Jacob, a Moisés, a Josué, a Gedeón (….), a David, a Samuel y los profetas. En la fe murieron todos ellos sin haber conseguido el objeto de la promesa.

¿Y cuál es la promesa? La promesa es nuestro Señor Jesucristo. En Él conocemos cuál es la esperanza a la que hemos sido llamados; cuál la riqueza de la gloria otorgada por Él en herencia a los santos (cf. Ef 1, 16-19).

Nuestra fe en Jesucristo no es un acto de conocimiento puramente natural; no es una conclusión meramente racional que se pueda deducir de premisas científicas, históricas, filosóficas…

Nuestra fe no es ciertamente irracional, pero no es tampoco puramente racional; si fuera puramente racional estaría exclusivamente reservada a los inteligentes, a los “listos”, a los que estudian…

En la fe intervine el entendimiento, pero también la voluntad, que es siempre atraída por el bien y, más aún, por el supremo bien, que es Dios. Nuestra razón ve a Cristo como hombre al cual se puede creer (Jn 8, 46); ninguno le ha podido acusar de pecado (Jn 8,46); hace milagros que atestiguan la verdad de lo que dice (cf Jn 3,2) y nuestra voluntad, sentimientos, afectos son atraídos por su veracidad, por su bondad, por su afabilidad… Toda su persona es tremendamente atrayente hasta el punto que «el mundo se va tras Él» (Jn 12,19).

Sin embargo, todo ello no es suficiente para el acto de fe. Poder hacer la confesión de san Pedro: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo» (Mt 16,16) es gracia, es don de Dios, no es fruto de nuestra razón ni de nuestra voluntad. Y ese grandísimo don de Dios nos viene en la Iglesia y por la Iglesia; y en la Iglesia, a través de la sucesión apostólica. «Por la sucesión apostólica queda el tiempo muerto; en la predicación apostólica no hay ayer, un mañana; sólo hoy» (K. Adam).

En la religión cristiana la persona misma del Fundador es el objeto de la fe, es el fondo integro de la fe. A diferencia de las demás religiones, en que la imagen del fundador palidece y se desdibuja con el tiempo, en la religión cristiana la fe siempre se dirige directamente a Jesús vivo.

La Iglesia siempre confiesa: “Yo misma he visto a Jesús; yo misma lo he oído y lo oigo predicar; yo lo veo resucitado; trato con Él como una persona viva y actual”.

Por eso los Evangelios son letra viva; si no fuera por la Iglesia, Cuerpo vivo de Cristo, los Evangelios serían letra muerta. «Sin la Escritura, se nos privaría de la forma genuina de los discursos de Jesús; no sabríamos cómo habló el Hijo de Dios, pero, sin la tradición (apostólica) no sabríamos quién era el que hablaba y nuestro gozo por lo que decía desaparecería igualmente» (Mohler).

Cuando un moribundo en la Iglesia reza con fe: “Jesús confío en Ti” palpita en su corazón y en sus labios la misma confesión de Pedro: «Tu eres el Cristo; el Hijo de Dios vivo» (Mt 16,16) y la de Esteban: «Veo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios» (Hch 7,56).

Ese moribundo o moribunda mirará al sacerdote, que probablemente tiene delante y el sacerdote al obispo y el obispo al Colegio episcopal y a su Cabeza, el sucesor de Pedro en Roma. Por la sucesión apostólica, Cristo está tan cerca de nosotros como lo estuvo de Pedro. ¡Es pura actualidad!                   

El autorCelso Morga

Arzobispo emérito de la diócesis de Mérida Badajoz

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Lecturas del domingo

La alegría de encontrar a quien se había perdido. XXIV domingo del Tiempo Ordinario (C)

Andrea Mardegan comenta las lecturas del XXIV domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan·7 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Al escuchar de nuevo el relato del Éxodo sobre la perversión del pueblo de Israel, que se había fabricado un becerro de metal fundido para adorarlo, el mismo pueblo tenía la oportunidad de recordar cómo su posición privilegiada en cuanto pueblo de Dios dependía de la libre elección de Dios, y de que éste perdonara sus pecados antes incluso de esperar su arrepentimiento, y ciertamente no por su comportamiento ejemplar en comparación con el de otros pueblos.

Es ciertamente sugestivo cómo en ese pasaje la Biblia se expresa antropomórficamente como si hubiera habido un recorrido de arrepentimiento en Dios, favorecido por la intercesión de Moisés. De este modo, Dios se pone incluso a sí mismo, ante su pueblo, como ejemplo de arrepentimiento, de cambio de manera de pensar y de actuar, sugiriendo así a su pueblo que actúe del mismo modo, que perdone para
ser como Dios que perdona. Ser fiel en el amor a pesar de las posibles traiciones de la persona amada. El propio Moisés, que recuerda a Dios sus promesas y sus juramentos, es protagonista de una historia de perdón por parte de Dios: a pesar de la matanza del egipcio, y de las décadas de huida en el desierto, Dios le llamó a liberar a su pueblo.

Pablo tuvo la misma experiencia: Dios lo eligió para ser su apóstol y llevar el Evangelio a las naciones, a pesar de que era “blasfemo, perseguidor y violento”, como recuerda a su discípulo Timoteo.

Dios es así, y Jesús busca todas las ocasiones de reafirmarlo en un ambiente como el suyo, en el que fariseos y escribas, para quienes los “pecadores” eran una categoría de personas definidas por ellos según su comportamiento, pensaban que debían ser juzgadas y condenadas, alejándolas y no manteniendo con ellas ninguna relación. En cambio, Jesús los acoge y come con ellos. Ellos “murmuran”, como el pueblo en el desierto que protestaba ante Dios, y así se convierten en los pecadores que Dios trata de salvar, contándoles parábolas sobre la misericordia de Dios.

El comportamiento que les propone es seguramente desconcertante: dejar las noventa y nueve ovejas, no en un lugar seguro, sino en el desierto, para ir a buscar la única perdida. Y luego no volver a por ellas, sino ir a celebrar fiesta con los amigos. La dimensión de la búsqueda de lo que estaba perdido recorre las tres palabras de Jesús: ir a por la oveja perdida, buscar con cuidado la moneda perdida, otear el horizonte
esperando al hijo que se ha alejado, salir de la casa para recuperar al que estaba dentro de la casa pero por su dureza de corazón se había quedado fuera de la fiesta del perdón, con la alegría del hijo y del hermano reencontrado. La alegría del cielo, la alegría de los ángeles, la alegría de Dios, la alegría que se contagia entre amigos y amigas dan a todo el camino del arrepentimiento y del perdón una dimensión de exultación que anima a todos a recorrer este camino, el de pedir perdón y dar misericordia.

La homilía sobre las lecturas del domingo XXIV

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Vaticano

«Dios trabaja a través de los eventos no programables, ´ese` por casualidad me ha sucedido esto», afirma el Papa Francisco

El Papa Francisco ha continuado la catequesis sobre el discernimiento. En esta segunda ocasión ha tomado el ejemplo de un episodio de la vida de san Ignacio de Loyola.

Javier García Herrería·7 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

La catequesis del Papa Francisco ha reflexionado sobre la actuación de la providencia en la vida ordinaria. Tras las aparente casualidad que encierran multitud de acciones diarias se esconde la mano de Dios.

Tras ser herido en la pierna en la defensa de la ciudad de Pamplona, estuvo convaleciente varios meses. A falta de pantallas que pudieran entretenerle durante las horas de postración, solo podía acudir a la lectura como medio de entretenimiento y evasión. Por eso, pidió a sus familiares libros de caballerías, a los que buena afición tenía , pero como en la casa solo había libros de religión tuvo que conformarse con este género. Gracias a esta coyuntura comenzó a conocer más a fondo la vida de Cristo y de los santos.

El Papa Francisco, hijo de espiritual de san Ignacio, comentaba cómo el fundador de los jesuitas “queda fascinado por las figuras de san Francisco y de santo Domingo y siente el deseo de imitarles. Pero también el mundo caballeresco sigue ejerciendo su fascinación sobre él. Y así siente dentro de sí esta alternancia de pensamientos, los caballerescos y los de los santos, que parecen ser equivalentes».

«Pero Ignacio empieza también a notar las diferencias“, continuaba diciendo el Papa. “En su autobiografía —en tercera persona— escribe así: ´Cuando pensaba en aquello del mundo —y en las cosas caballerescas, se entiende— se deleitaba mucho; mas cuando después de cansado lo dejaba, hallábase seco y descontento; y cuando en ir a Jerusalén descalzo, y en no comer sino yerbas, y en hacer todos los demás rigores que vía haber hecho los santos; no solamente se consolaba cuando estaba en los tales pensamientos, mas aun después de dejando, quedaba contento y alegre` (n. 8), le dejaban un rastro de alegría“.

Francisco explica la acción de la gracia

Glosando esta historia el Santo Padre subrayaba el contraste entre el vacío que dejan en el corazón humano algunos deseos que se presentan de modo sumamente atractivo y las cosas de Dios, que pueden no ser muy apetecibles y luego sí llenan al ser humano. Algo así le ocurre a san Ignacio cuando se entristece ante la literatura religiosa que se le ofrece.

El Papa ha citado un famoso texto de los “Ejercicios espirituales“ de san Ignacio en el que explica el diferente modo del demonio ante las personas mejores y peores: “En las personas que van de pecado mortal en pecado mortal, acostumbra comúnmente el enemigo proponerles placeres aparentes, tranquilizarles que todo va bien, haciéndoles imaginar deleites y placeres de los sentidos, para conservarlos y hacerlos crecer más en sus vicios y pecados; en dichas personas el buen espíritu actúa de modo contrario, punzándoles y remordiéndoles la conciencia por el juicio recto de la razón“ (“Ejercicios Espirituales“, 314).

Escuchar al corazón

“Ignacio, cuando estaba herido en la casa paterna, no pensaba precisamente en Dios o en cómo reformar su vida, no. Él hace su primera experiencia de Dios escuchando su propio corazón, que le muestra una inversión curiosa: las cosas a primera vista atractivas lo dejan decepcionado y en otras, menos brillantes, siente una paz que dura en el tiempo. También nosotros tenemos esta experiencia, muchas veces empezamos a pensar una cosa y nos quedamos ahí y luego quedamos decepcionados (…). Esto es lo que nosotros tenemos que aprender: escuchar a nuestro propio corazón“.

Pero escuchar la voz del corazón no es sencillo, entre otras cosas porque estamos bombardeados por muchos estímulos. “Nosotros escuchamos la televisión, la radio, el móvil», continuaba diciendo el Papa, “somos maestros de la escucha, pero te pregunto: ¿tú sabes escuchar tu corazón? Tú te detienes para decir: ´¿Pero mi corazón cómo está? ¿Está satisfecho, está triste, busca algo?`. Para tomar decisiones buenas es necesario escuchar al propio corazón“.

Apariencia de la causalidad

Para prepararse para la escucha de la propia voz interior es necesario leer las biografías de los santos. En ellas se ve con facilidad el modo de actuar de Dios en la vida de personas, de modo que su ejemplo nos orienta en nuestras decisiones diarias. Interiorizando el evangelio y la vida de los santos, uno aprende a ver cómo “Dios trabaja a través de los eventos no programables, ese por casualidad, por casualidad me ha sucedido esto, por casualidad he visto a esta persona, por casualidad he visto esta película, no estaba programado, pero Dios trabaja a través de los eventos no programables, y también en los contratiempos: ´Tenía que dar un paseo y he tenido un problema en los pies, no puedo…`. Contratiempo: ¿qué te dice Dios? ¿Qué te dice la vida ahí?“ . Siguiendo esta lógica sobrenatural el Papa aconsejaba a los fieles estar “atentos a las cosas inesperadas“.

En los sucesos inesperados es donde muchas veces habla Dios. «Ahí te está hablando la vida, ¿te está hablado el Señor o te está hablado el diablo? Alguien. Pero hay algo para discernir, cómo reacciono yo frente a las cosas inesperadas. Yo estaba tan tranquilo en casa y ´pum, pum`, llega la suegra y ¿tú cómo reaccionas con la suegra? ¿Es amor o es otra cosa dentro? Y haces el discernimiento. Yo estaba trabajando en la oficina bien y viene un compañero a decirme que necesita dinero y ¿tú cómo has reaccionado? Ver qué sucede cuando vivimos cosas que no esperamos y ahí aprendemos a conocer nuestro corazón, cómo se mueve. El discernimiento es la ayuda para reconocer las señales con las cuales el Señor se hace encontrar en las situaciones imprevistas, incluso desagradables, como fue para Ignacio la herida en la pierna».

Vaticano

Asís acogerá a los participantes de «Economía de Francisco»

Rome Reports·7 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

Miles de jóvenes se reunirán en Asís con el Papa Francisco dentro del proyecto Economía de Francisco.

Allí, el Papa escuchará sus propuestas para el futuro y compartirá sus reflexiones sobre cómo la economía puede construir una sociedad más equitativa. 

El proyecto Economía de Francisco, se inspira en el deseo del Papa de implicar a los jóvenes en la renovación de la economía mundial.


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Mundo

El camino sinodal alemán celebra su cuarta Asamblea plenaria

Del 8 al 10 de septiembre se reunirá nuevamente en Fráncfort el Pleno del camino sinodal. Las principales propuestas se encuentran en abierta contraposición a la nota de la Santa Sede remitida en julio, sobre todo en relación con “nuevas formas de gobierno” de las diócesis, que se pretende introducir.

José M. García Pelegrín·7 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Los días 8 a 10 de septiembre se celebrará nuevamente en Fráncfort una Asamblea plenaria del camino sinodal alemán. Se trata de la cuarta, tras las de enero/febrero de 2020, septiembre/octubre de 2021 y febrero de 2002. En principio se había previsto que fuera la última; pero ya en febrero se decidió que a comienzos de 2023 tuviera lugar una quinta y —previsiblemente— última Asamblea plenaria.

Independientemente de los temas concretos que se propone tratar, a los que nos referimos con ocasión de la anterior asamblea —una nueva “valoración” de la homosexualidad y en general de la moral sexual católica; el celibato “opcional” para el sacerdocio o la “apertura” para las mujeres de todos los ministerios en la Iglesia—, en Fráncfort el denominado “Foro sobre el Poder y separación de poderes en la Iglesia” presenta para su segunda lectura, es decir, para su “votación definitiva”, dos propuestas encaminadas a perpetuar el camino sinodal, a proporcionarle un carácter permanente o, en palabras de una responsable de dicho Foro, “un efecto de palanca mucho más allá del camino sinodal”.

La propuesta “Consultar y decidir conjuntamente” prevé un “consejo sinodal de la diócesis” con el fin de “debatir y decidir conjuntamente sobre todas las cuestiones de importancia diocesana”. En definitiva se trata de que las decisiones relevantes para la diócesis las tomen conjuntamente el obispo y dicho consejo, elegido “democráticamente”. En caso de que el obispo no “esté de acuerdo” con una decisión tomada por el consejo, este podrá “oponerse al voto del obispo por mayoría de dos tercios”.

La advertencia al camino sinodal

Es este precisamente el aspecto más explícito que criticaba una nota de la Santa Sede el pasado mes de julio. Aquí se recordaba que el camino sinodal “no está facultado para obligar a los obispos y a los fieles a adoptar nuevas formas de gobierno”. La nota explicita que “no sería admisible introducir nuevas estructuras o doctrinas oficiales en las diócesis antes de que se haya alcanzado un acuerdo a nivel de la Iglesia universal”. Habrá que ver cómo la 4ª Asamblea del camino sinodal intenta solventar esta contradicción. 

Lo mismo puede decirse de otro de los textos que se proponen para su aprobación en la Asamblea, titulado “Fortalecer la sinodalidad de forma sostenible: un Consejo Sinodal para la Iglesia Católica en Alemania”. Dicho “Consejo Sinodal” no solo tendría como misión asesorar “sobre los acontecimientos esenciales de la Iglesia y la sociedad”, sino que se propone que tenga capacidad para tomar “decisiones fundamentales de importancia supra-diocesana sobre la planificación pastoral, las cuestiones de futuro y los asuntos presupuestarios de la Iglesia que no se deciden a nivel diocesano”. Su composición correspondería a la de la Asamblea del camino sinodal y dispondría de una “secretaría permanente, que deberá contar con el personal y la financiación adecuados”. 

Categorías políticas

Según afirmaba una de las responsables de dicho Foro, su función sería coordinar los trabajos de la Conferencia Episcopal y del Comité central de los católicos alemanes. Implícitamente se está afirmando, por tanto, que al Comité central se le confiere el mismo nivel de decisión dentro de la Iglesia que a la Conferencia Episcopal. Así se entiende el malestar, expresado en varias ocasiones por representantes del “Comité central de los católicos alemanes”, de que el Vaticano solo invite a obispos y no a laicos a mantener conversaciones. Al parecer, las categorías por las que se rigen son las de carácter político: lo que querrían son “negociaciones bilaterales” entre la curia romana y el camino o consejo sinodal alemán.

Otro aspecto en el que se está insistiendo en los días anteriores a la celebración de la 4ª Asamblea es que el camino sinodal “no es un camino especial alemán”. Así afirmaban recientemente los Presidentes del camino sinodal, Mons. Georg Bätzing (Presidente de la Conferencia Episcopal) e Irme Stetter-Karp (Presidenta del Comité central de los católicos alemanes). En una publicación sobre “procesos sinodales de la Iglesia universal” se buscan “consideraciones, dinámicas y cuestiones comparables en otros países y regiones del mundo”. 

Según informa KNA (“Agencia católica de noticias”), Bätzing y Stetter-Karp llegan a la conclusión de que “no solo en Alemania hay una demanda de una mayor transparencia y participación del poder, de una relación y una ética sexual más desarrolladas y mejor comunicadas, de un diseño más abierto al futuro de la existencia sacerdotal y de un papel más responsable y visible de las mujeres en la Iglesia”.

Compañeros de viaje para el camino sinodal alemán

Aquí parece encontrarse la “respuesta” a la nota de la Santa Sede de julio: el camino sinodal alemán busca “compañeros de viaje” o incluso aliados para hacer hincapié en que los temas que allí se tratan también importan en “la Iglesia universal”, pues “la Iglesia universal no es sencillamente la curia vaticana”, en palabras de una representante de dicho camino sinodal.

Por otro lado, continúan las críticas al camino sinodal: a las cartas remitidas por obispos o por conferencias episcopales, como la de Europa septentrional o Polonia, así como por asociaciones de fieles como “Nuevo Comienzo” o “Maria 1.0”, se suman las críticas de algunos teólogos. Así, el teólogo suizo Martin Grichting —antiguo Vicario general de la diócesis de Chur— ha publicado recientemente un artículo en el diario “Die Welt” con el título “Sobre la sustancia del cristianismo no se puede votar”.

Según este teólogo, el camino sinodal “impone a la Iglesia estructuras democráticas que atacan la sustancia del cristianismo. No se cree que la Iglesia sea algo propio de la Revelación, por lo que queda en manos de personas que se han empoderado a sí mismas”. Con funcionarios vinculados a la política y la “ingeniería social” y con la mayoría de los obispos “la Iglesia ha destronado a su Rey, el propio Cristo”. Según Grichting, el camino sinodal “asume tácitamente que para la Iglesia no son decisivos el Dios que se revela a sí mismo y, por tanto, el Evangelio, así como la tradición de la Iglesia, sino la cosmovisión contemporánea y poscristiana”.

Humanos sin derechos

Las estrellas amarillas se han sustituido por el diagnóstico de la trisomía 21 pero, en definitiva, el resultado es el mismo: no son consideradas personas. No merecen ser mostradas y menos aún, mostradas felices.

7 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Traducción del artículo al inglés

Que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos considere que mostrar que las personas con síndrome de Down no deben ser mostradas felices y normales podría ser una broma de mal gusto en un mundo distópico si no fuera porque es real. Ha sucedido el 1 de septiembre de este mismo año.

En efecto, este Tribunal que, según su nombre y oficio, es la última salvarguarda de los derechos fundamentales de las personas parece no considerar humanos, o al menos sujetos de derecho, a las personas down. El vídeo en cuestión es una maravilla dirigida a una futura madre de un niño o niña down. El argumento que utiliza el Tribunal de derechos de algunos humanos es que dicho planteamiento puede hacer sentir culpables aquellas mujeres que decidieron no seguir con el embarazo al saber que podía nacer con esta alteración genética.

La historia de esta sentencia la tienes en varios sitios bien explicada por lo que no me detengo en ella. Me atemoriza comprobar cómo una instancia que nació –como otras varias, de la experiencia de las terribles guerras mundiales, en concreto, de las terribles violaciones de los derechos humanos, los exterminios y las masacres sistemáticas perpetradas por la ideología nazi–, sea capaz, pocas décadas después, de diferenciar entre personas que merecen ser tratadas y mostradas como tal y personas que no.

Las estrellas amarillas se han sustituido por el diagnóstico de la trisomía 21 pero, en definitiva, el resultado es el mismo: no son consideradas personas. No merecen ser mostradas como los que sí cumplen “sus estándares”. No merecen ser felices. No pueden, siguiendo la argumentación del Consejo Audiovisual francés respaldada por el TEDH, recordarnos que todos tenemos taras, aunque no tengamos los ojos achinados.

Hay que impedir que recuerden que a sociedad monocromática y “libre de síndrome de down” que conforma la generación que más antidepresivos consume, con mayor tasa de suicidios y en la que mayor número de jóvenes menores de 20 años se considera infeliz.

Hemos tardado menos de 100 años en volver a los derechos restringidos; a que haya quienes decidan quiénes deben y quiénes no deben vivir, quiénes o no pueden ser felices.

Hoy son los down los que no pueden estar contentos, mañana pueden ser los sordos, los calvos, los que tienen algo de sobrepeso, o las familias con hijos o los enfermos terminales o quienes toman ansiolíticos los que no pueden ser felices porque se considere que puede hacer sentirse culpables a quienes no tienen hijos o a quien tiene depresión.

 Así como en épocas pretéritas la discriminación nacía del color de la piel, el acento o la región de procedencia, en nuestros días nace de una –a veces incluso errónea– prueba prenatal.

Hoy, en un primer mundo en el que estas personas –que antes muchas veces no salían de su casa– terminan una carrera, trabajan, viven solas, compiten a nivel mundial en deportes, son modelos de pasarela o incluso ayudan a cuidar a sus familiares, quieren volver a encerrarlos entre cuatro paredes por el hecho de ser diferentes. Por el hecho de mostrar que sí, que el mundo variado es una riqueza, que ellos también, como tu y yo, hacen este mundo mejor. 

El autorMaria José Atienza

Directora de Omnes. Licenciada en Comunicación, con más de 15 años de experiencia en comunicación de la Iglesia. Ha colaborado en medios como COPE o RNE.

Happy end

6 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Hace tres meses finalizaba mi pequeña reflexión “Temor al tumor” desdramatizando la situación en que me encontraba, mitad por miedo a haber sobreactuado y mitad porque todo enfermo atraviesa sucesivas etapas buenas y malas, y en aquel momento debía encontrarme en una de las primeras. El caso es que resulté un certero augur, porque la operación se desarrolló sin complicaciones, atravesé un postoperatorio con más incomodidades que dolores o molestias y, al término del proceso, los médicos me declararon curado, sin más obligación que un mínimo seguimiento cada tantos meses.

Alguna goterilla (en el sentido más literal del término) me ha quedado como recuerdo pero, en fin, sería un ingrato si no estuviese agradecido a todo el colectivo sanitario que me sacó del apuro, al círculo familiar y amistoso que me apoyó sin desmayo y, no en último lugar, a la divina Providencia que en este caso al menos apretó un poquito, pero no ahogó, dándome una prórroga para seguir un rato por aquí abajo dando lata.

Lo cual me recuerda la anécdota que se cuenta de Walter Matthau, uno de mis actores preferidos. Por lo visto padecía del corazón y en mitad de un rodaje sufrió un ataque. Cuando le dieron el alta el equipo de filmación le recibió expectante. Entró con cara desencajada y dijo: “El médico me ha dado tres meses de vida…” Tras comprobar que había logrado el efecto deseado, añadió: “…pero al enterarse de que no tenía dinero para pagarle, me ha otorgado seis meses más”.

En fin, tampoco es un tema como para ponerse a hacer cuchufletas, aunque siempre me ha parecido preferible el humor negro a la tragedia… siempre que no suponga una actitud negacionista ante la catástrofe que, querámoslo o no, es desenlace obligado de toda existencia humana. Para escapar definitivamente a la muerte no existe otra alternativa que la religión, como en el fondo saben bastante bien todos cuantos se empecinan en atacarla (a la religión, se entiende, porque contra la muerte no hay quien pueda).

Y con razón, porque a los ateos, agnósticos e indiferentes en general no se les escapa que aquí estamos los creyentes para pelear también por la inmortalidad de ellos, e incluso por su buena muerte, que es lo único de lo que se confiesan preocupados. Sé bien que hay por ahí torquemadas empeñados en aumentar la nómina de condenados al infierno, pero, según mi experiencia de creyente de a pie, si por nosotros fuera, ¡todos derechos al cielo sin angustias ni estertores!

Volvamos sin embargo un momento a mi pasada experiencia y a su desenlace presuntamente feliz. Feliz también por la franca alegría que muchos amigos e incluso simples conocidos han manifestado al comunicarles la buena noticia. Había sido un poco bocazas y puesto en conocimiento de mi “asunto” tal vez a demasiada gente, causando más preocupación de la necesaria. Así que tuve que ser igualmente explícito cuando todo se resolvió favorablemente, penitencia que por otro lado he cumplido con sumo agrado.

Sin embargo, más de una vez he detectado una leve nota de desconfianza en mis interlocutores, un poco como si dijeran para sí: “¿De verdad todo está en orden? ¿No será un falso negativo?” Digo lo de “falso negativo” porque en asuntos relacionados con la salud, lo deseable es que todo resulte negativo, dicho sea con permiso de van Gaal, aquel entrenador holandés del Barcelona que siempre repetía: “Hay que ser positivvvo, nunca negativvvo”.

Como digo, detecté en los más preocupones de mis allegados cierta aprensión: con esto del cáncer, ya se sabe. “Dices que estás muy bien, y ojalá. Pero veremos cómo sigues dentro de seis meses, o un año, o dos…” Hombre, la verdad: todo depende de hasta cuándo se alargue el plazo de carencia, porque ya supongo que, si sobrevivo treinta años, habré cumplido más de cien y, salvo que haya habido unas cuantas revoluciones médicas de por medio, estaré francamente hecho polvo.

Las únicas espadas de Damocles que cuentan son las que amenazan con caerte encima de un momento para otro. Y en eso estamos. Ya confesé en mi anterior escrito que soy tan hipocondríaco como cualquier hijo de vecino. Me he sorprendido a mí mismo alguna noche en que el sueño tarda un poco más de habitual diciéndome: “Bueno, si fuera verdad que me han quitado de raíz el cáncer de próstata, ¿quién me asegura que no estoy incubando otro de colon, pulmón o garganta? Al fin y al cabo, hecho un cesto, hecho ciento.

Tal vez tendría que pedir que me hicieran un chequeo a fondo…” Pero, no, No, NO. Si hay que hacerse resonancias, tacs, colonoscopias o lo que sea, que sea el médico de cabecera quien las pida. No yo. Como dicen los italianos (omitiré la fea palabra): ”Mangiare bene, … forte e non avere paura della morte”. Los españoles somos menos expresionistas y lo enunciamos así: ¡A vivir, que son dos días!

De todos modos y bien meditado, algo se puede sacar en positivo de los falsos negativos. Uno de mis discos favoritos (de cuando teníamos discos) es un recital de arias de Bach y Händel por la gran artista Katheleen Ferrier, muerta de cáncer a los 41 años. Fue su última grabación y me impresionó el testimonio de su productor fonográfico en el reverso de la carátula:

Durante la sesión de la tarde del día 8, se recibió un mensaje telefónico del hospital en el que Katheleen había sido sometida recientemente a un reconocimiento médico. Nunca la vi con más radiante aspecto que cuando, pocos minutos después, volvió al escenario. “Dicen que estoy perfectamente, querido”, dijo con el acento de Lancashire al que tornaba en momentos de gran alegría o humor. A continuación cantó “Fue despreciado” con tal belleza y sencillez que creo que nunca ha sido ni será superada.

El 8 de octubre de 1953, exactamente un año después de su última sesión, murió en el Hospital de University College.

Y ahora viene la pregunta: ¿Se equivocó el médico al hacer el diagnóstico, o engañó piadosamente a la enferma, o sencillamente ésta no se quiso enterar de lo que se le decía? Ahora bien —y pensándolo un poco—, ¿importa mucho saber cuál sea la respuesta correcta? También podría haberla atropellado un autobús al salir del estudio de grabación, o tantas otras posibilidades. Lo que realmente cuenta es que —sabiéndolo o no— se despidió de la vida con una magistral y memorable interpretación de aquella bellísima aria de El Mesías, tal vez el más grandioso oratorio que jamás haya sido compuesto.

Creo que ni yo ni casi nadie conseguiremos escalar una cima de parecida altura por muchos años que vivamos y por mucho que nos esforcemos. Porque lo único indudable es que, corroída como estaba por la enfermedad, Katheleen jamás se sintió tan viva ni tan cerca de la plenitud como durante aquellos pocos minutos, sabiendo cómo sabía que estaba perfectamente y que podía llevar a cabo con toda sencillez y perfección lo que había venido a hacer en este mundo. Así que lo hizo. No pido para mí ni para cualquiera que lea estas líneas mayor gracia. El tiempo es lo de menos.

El autorJuan Arana

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Vaticano

La Orden de Malta se renueva: se promulga la nueva Carta Constitucional

Tras la crisis originada en 2016 en el seno de la Orden de Malta, el Papa Francisco acaba de promulgar la nueva constitución, a la espera de que el capítulo general del próximo mes de enero de 2023 confirme la normalidad de este largo proceso.

Giovanni Tridente·6 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Traducción del artículo al inglés

La primera fase de un intrincado asunto en el que se ha visto envuelta la histórica y extendida Soberana Orden Militar Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta (S.M.O.M.), conocida simplemente como “Orden de Malta“, durante varios años, al menos desde 2016, ha llegado a su fin en estos días.

El Papa Francisco, de hecho, con su propio Decreto que entró en vigor el 3 de septiembre, promulgó la nueva carta constitucional de la orden y el correspondiente Código Melitense, revocando al mismo tiempo los altos cargos y disolviendo el Consejo Soberano. El documento ya está disponible en la página web del organismo.

Ahora comienza la segunda fase que llevará al S.M.O.M. a una renovación interna que ha llevado al menos siete años, y numerosas vicisitudes, para identificar las modalidades con la nueva Constitución. El propio Pontífice ha fijado el 25 de enero de 2023, fiesta de la Conversión de San Pablo, como fecha para el Capítulo General Extraordinario, que deberá nombrar a la nueva cúpula de la Orden, incluido el Gran Maestre -vacante desde 2020 tras el fallecimiento de Frey Giacomo Dalla Torre del Tempio di Sanguinetto-, según un Reglamento aprobado por el Papa.

Mientras tanto, se ha constituido un Consejo Soberano provisional de 13 miembros para asistir al delegado especial del Papa (Cardenal Silvano Maria Tomasi) y al lugarteniente del gran maestre (Frey John T. Dunlap), que sigue en funciones, en la preparación del Capítulo General, que será copresidido por este último.

La historia de la Orden

La Orden de Malta tiene una historia secular que se remonta al primer siglo del segundo milenio. Desde 1113 está reconocida como sujeto de derecho internacional y mantiene relaciones diplomáticas con más de 100 Estados, con la Unión Europea y es observadora permanente en las Naciones Unidas.

Es una orden religiosa laica católica que opera en 120 países, donde se dedica principalmente a actividades caritativas, médicas, sociales y humanitarias. Está organizada en 11 Prioratos, 48 Asociaciones Nacionales, 133 misiones diplomáticas, 33 cuerpos de socorro y 1 agencia de ayuda internacional, además de gestionar numerosos hospitales, centros médicos y fundaciones especializadas.

Fue el pontífice Pascual II quien reconoció oficialmente a la comunidad monástica de los “Opitalieri de San Juan de Jerusalén“ con el documento Pie Postulatio Voluntatis, dando un peso de soberanía e independencia a esa primera comunidad monástica que desde medio siglo antes (1048) atendía a los peregrinos pobres en un hospital de Jerusalén, y transformándola en una orden religiosa laica. El primer dirigente y Gran Maestre fue el beato Frey Gerardo, natural de Scala, a pocos kilómetros de Amalfi, en el sur de Italia.

La nueva Carta Constitucional incorpora los objetivos de la Orden, que se refieren principalmente a la promoción de “la gloria de Dios y la santificación de sus miembros“ a través de la defensa de la fe y la atención a los pobres y a los que sufren “al servicio del Santo Padre“. Sus miembros son conducidos “a ser discípulos creíbles de Cristo“ y toda la Orden “da testimonio de las virtudes cristianas de la caridad y la fraternidad“.

Los acontecimientos de los últimos años

En varias ocasiones, la Santa Sede ha intervenido ante los Caballeros de Malta para afirmar su identidad y ayudarles a superar las crisis, como informa el Papa Francisco en su último decreto. Y esto también ha ocurrido durante este pontificado, según una serie de vicisitudes que han representado una división interna de sus miembros, que comenzó con una defenestración inicial de uno de los anteriores grandes cancilleres (Albrecht Freiherr von Boeselager) en diciembre de 2016.

En ese momento, el patronato de la orden fue confiado al Cardenal Raymond Leo Burke (nombrado por el Papa Francisco el 8 de noviembre de 2014), que ya era miembro desde 2011. La finalidad de este cargo es representar al Pontífice y promover los intereses espirituales de la orden, así como mantener las relaciones con la Santa Sede. El Gran Maestre de la Orden fue Frey Matthew Festing.

En esta coyuntura, entre finales de 2016 y principios de 2017, se produjeron los primeros desencuentros, que luego llevarían en los años siguientes a diversas medidas del Pontífice para una completa reorganización de la orden y de sus relaciones con la Sede Apostólica.

El origen de las vicisitudes, como se ha dicho, se remonta a la destitución forzosa del gran canciller Boaselager a principios de diciembre de 2016, acusado de haber distribuido preservativos durante una iniciativa humanitaria en Myanmar en años anteriores. Se ha defendido afirmando que desconocía el asunto, que se decidió a nivel local, y que intervino en cuanto tuvo conocimiento de él.

El entonces cardenal Patronus había informado al Papa, probablemente para obtener su respaldo a la decisión de destituir al gran canciller Boaselager, pero parece que en una carta dirigida a Burke y a la orden, el Pontífice, al tiempo que subrayaba la relevancia moral de la cuestión, había pedido una resolución “dialogada“ para entender las razones del incidente, sin ningún sobresalto particular. Pero esta práctica no se llevó a cabo. A continuación, un par de misivas de la Secretaría de Estado, firmadas por el cardenal Pietro Parolin, se dirigieron al Gran Maestre para subrayar lo que el Papa había pedido: “el diálogo sobre cómo abordar y resolver cualquier problema“.

La solicitud del Papa

En este punto, unas semanas después, el 22 de diciembre de 2016, el Pontífice creó una primera comisión de investigación para esclarecer el asunto, de la que formaban parte, entre otros, el entonces monseñor Silvano Maria Tomasi y el canonista jesuita Gianfranco Ghirlanda, ambos ahora cardenales.

En enero de 2017 se produjo una nueva etapa en el asunto, con la dimisión del gran maestre Festing, un cargo habitualmente vitalicio, solicitada por el Papa después de que el propio líder de la orden se opusiera a la comisión papal, reivindicando la plena autonomía de los Caballeros de Malta y negando cualquier colaboración.

Al mes siguiente, el Papa Francisco, «en vista del capítulo extraordinario que deberá elegir al nuevo gran maestre» de la S.M.O.M., nombra como delegado especial al entonces sustituto para asuntos generales de la Secretaría de Estado, el Cardenal Angelo Becciu, llamado a colaborar con el lugarteniente interino «para el mayor bien de la orden y la reconciliación entre todos sus componentes, religiosos y laicos».

El 2 de mayo de 2018, Frey Giacomo Dalla Torre, persona equilibrada y excelente mediador entre sensibilidades y conflictos internos, fue elegido gran maestre, pero falleció prematuramente el 29 de abril de 2020. Mientras tanto, el Papa había renovado el nombramiento de Becciu para continuar “el camino de la renovación espiritual y jurídica“ de la Orden, pero este proceso se interrumpió por su renuncia tras el notorio asunto del “Palacio de Londres“. Le sucedió el 1 de noviembre de 2020 el scalabriniano Silvano Maria Tomasi, con la tarea de continuar el cargo “hasta la conclusión del proceso de actualización de la Carta Constitucional“.

El 11 de noviembre de 2020, la orden eligió por amplia mayoría al nuevo lugarteniente de gran maestre, Frey Marco Luzzago, que también falleció por enfermedad el 8 de junio de este año. A la semana siguiente el Papa Francisco nombra al canadiense Fra’ John Dunlap como nuevo lugarteniente, reconociendo que la orden está “viviendo un nuevo momento de consternación e incertidumbre“.

Meses después la orden ha dado por concluido el proceso de reforma constitucional y se prepara para celebrar el capítulo general extraordinario el 25 de enero, con la esperanza del Papa Francisco de que finalmente se pueda salvaguardar la unidad “y el bien mayor“ de la S.M.O.M.

Santidad de la Iglesia y realidad del pecado

Editorial del número 719 de la revista impresa. Septiembre de 2022. 

La realidad del pecado es innegable, pero no por eso la Iglesia deja de ser santa. Conjugar estas dos realidad permite entender correctamente la afirmación del Credo sobre la santidad de la Iglesia.

6 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Desde hace algún tiempo la sociedad, y dentro de ella la Iglesia, asiste a oleadas de información que la llenan de perplejidad y de tristeza ante escándalos graves de diverso tipo, o ante comportamientos menos escandalosos pero poco ejemplares, o sencillamente ante los pecados y los defectos humanos de los cristianos. 

Por supuesto, los bautizados disponen de más motivos y de más ayudas para obrar bien, y deberían conocer con más claridad el objetivo al que los convoca su condición de seguidores de Cristo, que es la santidad. En particular, el deber de ejemplaridad es mayor en los que de alguna manera representan a la Iglesia públicamente. 

Como primera medida, esas situaciones nos hacen conscientes de que, en cuanto a las posibilidades de hacer el mal, todas las personas somos iguales. Pero además, y en primer término, han de servir a los bautizados para tomar conciencia de la necesidad de rectificar la conducta en muchos aspectos, de convertirse y hacer penitencia, de acudir a la misericordia divina, de recurrir a la gracia ofrecida en el sacramento de la Confesión; si se conoce la evidente falibilidad personal, todo ello es inseparable del deseo verdadero de progreso por el camino de Jesucristo. La Sagrada Escritura se refiere a la vida humana como a una “milicia” en la que cada uno lucha consigo mismo. La santidad a la que todos estamos llamados no es una realidad que se produzca de modo automático por el mismo hecho de ser “católico”. Su coronación se producirá al final, y será después de un juicio en el que cada uno será probado por sus obras. 

¿Y la Iglesia en cuanto tal, aquella que en el Credo proclamamos como “santa”? 

¿En qué sentido utilizamos esa expresión desde los primeros tiempos del cristianismo? Sobre todo, esa atribución de “santidad” ¿sigue valiendo hoy? Tras los abusos, los errores, etc., ¿en qué medida se ve afectada, o ha de ser corregida esa afirmación? Algunos sienten una reacción intelectual parecida a la de quienes encontraron difícil seguir hablando de Dios después de Auschwitz; otros quizá piensen que se puede “exigir” a los católicos la santidad, como si la única Iglesia posible fuera la de los puros; también habrá quien confíe en que las medidas disciplinares y jurídicas más acertadas resolverán los problemas. 

Ahora bien, como explica Francisco con frecuencia, la reforma de la Iglesia, en lo que sea conveniente y precisamente para que sea eficaz, ha de comenzar en una reforma de los corazones, de cada uno.

El autorOmnes

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Vaticano

Después de 728 años un Papa abre la puerta santa de la Perdonanza Celestiniana

El 28 de agosto el Papa Francisco visitó el L’Aquila para celebrar la fiesta de la "Perdonanza" creada por Celestino V. Ofrecemos el relato en primera persona de uno de los asistentes.

Giancarlos Candanedo·5 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Hemos oído hablar de indulgencias plenarias y puertas santas. Sin embargo, pocos saben que fue en una pequeña ciudad del centro de Italia donde se inició en el año 1294 la tradición de otorgar indulgencia plenaria por la participación devota en una celebración litúrgica. En ese año en la ciudad de L’Aquila, con ocasión de la memoria litúrgica del martirio de san Juan Bautista y del inicio de su pontificado, el Papa san Celestino V concedió mediante la bula “Inter sanctorum solemnia“ la indulgencia plenaria a cuantos “sinceramente arrepentidos y confesados entren en la iglesia de Santa María de Collemaggio desde las vísperas de la vigilia de la festividad de San Juan hasta las vísperas inmediatamente siguientes a la festividad”.  Desde entonces, todos los años, del 29 al 30 de agosto, los habitantes de L’Aquila ejercen con gran devoción el derecho y gracia que les otorgó el Papa Celestino V, fiesta conocida como “Perdonanza Celestiniana“.

Varios pontífices han pasado por estas tierras de los Abruzos, entre ellos san Juan Pablo II y el Papa emérito Benedicto XVI, pero han debido transcurrir 728 años para que un romano pontífice presidiera expresamente esta fiesta del perdón. Francisco es el primer pontífice en abrir la puerta santa del Collemaggio para que miles de fieles se beneficien de la “Perdonanza“.

La fiesta de la Perdonanza

El domingo 28 de agosto, en la explanada de la basílica de Santa María de Collemaggio repleta de personas, Francisco presidió la Santa Misa y celebró el rito de apertura de la puerta santa. Junto a su Arzobispo, Card. Giuseppe Petrocchi, L’Aquila se vistió de gala para recibir al Papa. Desde muy temprano, a pesar del mal pronóstico del tiempo y de una densa niebla, miles de personas se acercaron a la explanada que tiene como fondo la fachada de la imponente basílica. En el atrio se había montado una estructura metálica que fue elegantemente preparada como presbiterio. A la derecha estaba ubicado un coro compuesto por cientos de hombres y mujeres que interpretaron un bellísimo repertorio. Miles de libretos fueron distribuidos para seguir la celebración litúrgica y tanto estos como toda la decoración y ornamentos estaban diseñados con motivos y simbología de la Archidiócesis de L’Aquila.

La visita del Papa fue breve pero intensa. A las 8.30 escuchamos sobrevolar el helicóptero que le traía desde Roma, pero debido a la niebla era imposible verlo. Hubo algunos problemas pero finalmente, en medio de la niebla se abrió un espacio de luz que permitió que el helicóptero aterrizara y así dio inicio la visita que debía finalizar al mediodía.

Con las víctimas del terremoto

El primer evento fue el saludo del Papa a familias víctimas del terremoto que destruyó gran parte de L’Aquila el 6 de abril de 2009 y en el que fallecieron 309 personas. El encuentro tuvo lugar en la plaza de la Catedral. También se pudo seguir a través de pantallas gigantes dispuestas en la explanada de Collemaggio.

Un Francisco sonriente, a pesar de las dolencias que le obligan a movilizarse en silla de ruedas, ofreció palabras de aliento a quienes lo han perdido todo, incluso seres queridos. Les invitó no solo a la reconstrucción material sino también a la espiritual pero siempre juntos, “insieme”, como se dice en italiano. Fue correspondido con afecto por el aplauso de los presentes y también por el de los que nos encontrábamos en Collemaggio. Seguidamente, escoltado por el Card. Petrocchi, inspeccionó las obras de reconstrucción de la Catedral, aún cerrada por las afectaciones del terremoto. Inmediatamente después se trasladó hacia el Collemaggio e ingresó a la explanada en el papa móvil saludando con entusiasmo a todos los presentes.

Santa Misa

A las 10.00 inició la Santa Misa. Para entonces la niebla había dado paso a un sol radiante que nos acompañó durante toda la celebración. La Misa fue precedida por el Papa, aunque gran parte de la liturgia la celebró el Card. Petrocchi, debido a las limitaciones de movilidad de Francisco. En la homilía, centrada en la humildad -refiriéndose al Papa Celestino V- y en el perdón, Francisco recordó que “todo el mundo en la vida, sin experimentar necesariamente un terremoto, puede, por así decirlo, experimentar un ‘terremoto del alma’, que le pone en contacto con su propia fragilidad, sus propias limitaciones, su propia miseria”.

Asimismo dijo que en medio de esas miserias se abre un espacio de luz, como les ocurrió en el helicóptero, y que cuando veamos ese espacio tenemos que correr hacia él porque son las llagas de Cristo que nos esperan para purificarnos, para sanarnos, para perdonarnos. Finalmente animó a los fieles de L’Aquila para que esta ciudad “sea realmente una capital del perdón, ¡la paz y la reconciliación!”. 

Apertura de la puerta santa

Luego de las sentidas palabras de agradecimiento del Card. Petrocchi al Papa, este se trasladó hacia el lado izquierdo de la basílica para cumplir con el rito de apertura de la puerta santa. Sentado en su silla de ruedas ante la antiquísima puerta de madera cerrada, Francisco escuchó al coro entonar la letanía de los santos, luego de lo cual se puso en pie, dio unos pasos para acercarse a la puerta y recibió un palo de madera con el que golpeó con fuerza, en tres ocasiones, la puerta que se abrió y en la que rezó un momento para luego atravesarla dirigiéndose a rezar ante los restos de san Celestino V, ubicados en la capilla lateral derecha de la basílica.

Así quedó abierta hasta las vísperas del día 30 de agosto la «Perdonanza Celestiniana». El Papa Francisco salió de la basílica, se despidió de las autoridades civiles y eclesiásticas y abordó un pequeño auto color blanco que lo trasladó hacia el sitio donde le esperaba el helicóptero que lo llevaría a Roma. 

Foto: La puerta santa de la basílica de Collemaggio. 

Extensión de la indulgencia

Participar de este evento y vivir en primera persona la fe, la esperanza y el orgullo de los ciudadanos de L’Aquila por su tierra y tradiciones ha sido un regalo. Y cuando pensábamos que la «Perdonanza» había finalizado, el Papa Francisco nos sorprendió. A través de la Penitenciaría Apostólica el Santo Padre ha extendido por un año la «Perdonanza Celestiniana». Es decir que hasta el próximo 28 de agosto de 2023, todos los que lo deseen se pueden beneficiar del perdón celestiniano cumpliendo con las condiciones establecidas para tal fin: rezar el Credo, el Padre Nuestro y una oración según las intenciones del Papa, confesarse y comulgar dentro de los ocho días anteriores o posteriores a la participación en un rito en honor de Celestino V, o después de rezar ante sus restos en la basílica de Collemaggio.

Conocer esta parte de Italia de gran belleza natural ha sido la ocasión para ganar la indulgencia plenaria. Miles serán los que a lo largo de este año también lo podrán hacer.      

El autorGiancarlos Candanedo

América Latina

Chile decidió sobre una nueva Constitución

El 60% de los chilenos han votado en contra del proyecto de Constitución. Un resultado que muestra que Chile no quiere una Constitución que rompa drásticamente con la tradición política, cultural y de valores del país.

Pablo Aguilera·5 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Chile, Octubre 2020: en plebiscito, el 78 % de los chilenos votaron por tener una nueva Constitución y eligieron que la elaborara una Convención constituyente (votó el 50 % del padrón electoral). En julio del 2021 comenzó a funcionar dicha Convención formada por 155 miembros, elegidos en votación democrática. Concluyeron su trabajo en julio 2022. El 4 de septiembre se realizó el Plebiscito en que los chilenos mayores de 18 años debían votar obligatoriamente.  Si la mayoría de los chilenos la aprobaba, el Congreso chileno la promulgaría. En cambio, si la mayoría la rechazaba, seguiría vigente la Constitución actual del año 1980.

En la misma noche del domingo 4 el Servicio Electoral (ente autónomo del Estado) informó que el proyecto de Constitución fue rechazado por el 61,9 % de los ciudadanos, obteniendo una aprobación de solo 38,1 %. Este contundente resultado fue una gran sorpresa.

El aborto en la propuesta de constitución de Chile

En marzo del presente año la Conferencia Episcopal (CECH) advirtió que: “Una Constitución Política con una norma sobre aborto libre no podrá ser sentida y asumida como propia por muchos chilenos, entre ellos muchas personas que profesamos una fe religiosa, pues el respeto a la vida humana desde la concepción no es algo secundario o cuya consideración sea optativa, sino un valor fundamental que afirmamos apoyados en la razón y la fe. De no cambiar esta decisión, la Convención Constitucional pone un obstáculo insalvable para que muchos ciudadanos den su aprobación al texto constitucional que se está elaborando“.

En julio se entregó al país la propuesta de nueva Constitución. Nuevamente la CECH, con la firma de todos los obispos, expresó que “Gran parte de las propuestas acerca de cómo organizar la ´casa común` entran en lo que es opinable, ante las cuales es legítima una pluralidad de opciones. (…) Pero, hacemos una valoración negativa de las normas que permiten la interrupción del embarazo, las que dejan abierta la posibilidad de la eutanasia, las que desfiguran la comprensión de la familia, las que restringen la libertad de los padres sobre la enseñanza de sus hijos, y las que plantean algunas limitaciones en el derecho a la educación y a la libertad religiosa. Consideramos de especial gravedad la introducción del aborto, que el texto de propuesta constitucional denomina “derecho a la interrupción voluntaria del embarazo“.

Eutanasia

Los obispos chilenos criticaron fuertemente que «el artículo establece que el Estado garantiza el ejercicio de este derecho, libre de interferencias por parte de terceros, ya sean individuos o instituciones, con lo cual no solo excluye la participación del padre en esta decisión, sino también el ejercicio de la objeción de conciencia personal e institucional. (…) Llama la atención que la propuesta constitucional reconozca derechos a la naturaleza y exprese preocupación por los animales como seres sintientes, pero no reconozca ninguna dignidad ni ningún derecho a un ser humano en el vientre materno».

A continuación dijeron que «es motivo de preocupación la norma constitucional que asegura a toda persona el derecho a una muerte digna. Bajo este concepto, se introduce en nuestra cultura la eutanasia, que es una acción u omisión con el fin de causar directamente la muerte, y así eliminar el dolor.

Sobre la familia señalaron que el texto «amplía el concepto de familia al hablar de “familias en sus diversas formas, expresiones y modos de vida, sin restringirlas a vínculos exclusivamente filiativos y consanguíneos”.

Educación

A propósito de la educación, señalaron que la propuesta «no es del todo clara en expresar un derecho preferente y directo de los padres de educar a sus hijos. (…) Preocupa también, en este campo, la fuerte presencia de la ideología de género en el texto, pues da la impresión de que busca imponerse como un pensamiento único en la cultura y el sistema educativo, lo que daña el principio de libertad de enseñanza de los padres respecto de sus hijos. (…) Además, hay un silencio manifiesto en el proyecto de texto constitucional respecto de la educación particular subvencionada, que también tiene una función pública evidente.

Si en el sistema particular subvencionado estudia más del 55% de los estudiantes chilenos, con un altísimo porcentaje de estudiantes vulnerables, ¿por qué no se consagra el derecho constitucional a esas otras propuestas de iniciativa particular, subvencionadas con fondos públicos de Educación, bajo la supervisión del Estado, para garantizar la libertad de enseñanza? (…), no establece expresamente el derecho de los padres a crear y sostener establecimientos educacionales de diverso tipo, ni la obligación de proveer los recursos económicos pertinentes».

Libertad religiosa

Sobre la libertad religiosa dijeron que ésta propuesta «no reconoce algunos elementos esenciales, como la autonomía interna de las confesiones, el reconocimiento de sus propias normas y la capacidad de éstas de celebrar acuerdos que aseguren su plena libertad en la atención de los miembros de las mismas, especialmente en situaciones de vulnerabilidad (hospitales, lugares de cumplimiento de penas, hogares de menores, etc.). Por último, nos parece que el sistema establecido para dar reconocimiento jurídico a las confesiones, deja en manos de órganos administrativos su existencia o supresión, lo cual puede poner en peligro el pleno ejercicio de la libertad religiosa.»

Los chilenos han dicho, con abrumadora mayoría, que no quieren una Constitución que rompa drásticamente con la tradición política, cultural y valórica del país. Seguramente los partidos políticos representados en el Congreso acordarán de qué manera se hacen cambios a la actual Carta magna, o qué mecanismo se establecería para proponer un nuevo texto.

Vaticano

Papa Francisco: «Con su sonrisa, el Papa Luciani logró transmitir la bondad del Señor»

En la lluviosa mañana del 4 de septiembre el Papa Francisco ha beatificado en la Plaza de San Pedro a Juan Pablo I. En su homilía ha destacado la alegría de Luciani y el seguimiento de Cristo a través de la cruz.

Javier García Herrería·4 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Esta mañana ha tenido lugar en Roma la beatificación de Juan Pablo I, el Papa Luciani. La aparición de la lluvia ha hecho que muchos fieles no hayan acudido a la Plaza de San Pedro, que lucía una entrada muy pobre en una ocasión tan esperada. En la homilía, el Papa Francisco ha comentado el Evangelio del día señalando cómo seguir a Jesús tomando su cruz puede verse como “un discurso poco atractivo y muy exigente“.

Tratando de entender el contexto de la escena evangélica el Pontífice añadía que “podemos imaginar que muchos habían quedado fascinados por sus palabras y asombrados por los gestos que realizó; y, por tanto, habían visto en Él una esperanza para su futuro. ¿Qué habría hecho cualquier maestro de aquella época, o —podemos preguntarnos— qué habría hecho un líder astuto al ver que sus palabras y su carisma atraían a las multitudes y aumentaban su popularidad? Sucede también hoy, especialmente en los momentos de crisis personal y social, cuando estamos más expuestos a sentimientos de rabia o tenemos miedo por algo que amenaza nuestro futuro, nos volvemos más vulnerables; y, así, dejándonos llevar por las emociones, nos ponemos en las manos de quien con destreza y astucia sabe manejar esa situación, aprovechando los miedos de la sociedad y prometiéndonos ser el salvador que resolverá los problemas, mientras en realidad lo que quiere es que su aceptación y su poder aumenten“.

El modo divino de actuar

El modo de actuar de Jesucristo no es calculador o tramposo, “Él no instrumentaliza nuestras necesidades, no usa nunca nuestras debilidades para engrandecerse a sí mismo. Él no quiere seducirnos con el engaño, no quiere distribuir alegrías baratas ni le interesan las mareas humanas. No profesa el culto a los números, no busca la aceptación, no es un idólatra del éxito personal. Al contrario, parece que le preocupa que la gente lo siga con euforia y entusiasmos fáciles. De esta manera, en vez de dejarse atraer por el encanto de la popularidad, pide que cada uno discierna con atención las motivaciones que le llevan a seguirlo y las consecuencias que eso implica“.

Como muchas veces ha señalado el Papa Francisco, puede haber muchas razones que equivocadas o poco rectas para seguir a Jesús. Concretamente, señalaba que “detrás de una perfecta apariencia religiosa se puede esconder la mera satisfacción de las propias necesidades, la búsqueda del prestigio personal, el deseo de tener una posición, de tener las cosas bajo control, el ansia de ocupar espacios y obtener privilegios, y la aspiración de recibir reconocimientos, entre otras cosas. Se puede llegar a instrumentalizar a Dios para obtener todo esto. Pero no es el estilo de Jesús. Y no puede ser el estilo del discípulo y de la Iglesia. El Señor pide otra actitud“.

Palabras del Papa Luciani

A continuación, el Santo Padre ha glosado el dignificado de cargar con la cruz de Cristo, viviendo una vida de donación imitando el amor de Cristo por el prójimo, sin anteponer «nada a este amor, ni siquiera los afectos más entrañables y los bienes más grandes». Para estar a la altura del amor de Dios es necesario “purificarnos de nuestras ideas distorsionadas sobre Dios y de nuestras cerrazones, a amarlo a Él y a los demás, en la Iglesia y en la sociedad, también a aquellos que no piensan como nosotros, e incluso a los enemigos“.

Recordando a Juan Pablo I el Papa Francisco ha recordado unas palabras suyas en las que decía: “si quieres besar a Jesús crucificado ´no puedes por menos de inclinarte hacia la cruz y dejar que te puncen algunas espinas de la corona, que tiene la cabeza del Señor` (Audiencia General, 27 septiembre 1978). El Santo Padre finalizó sus palabras recordando cómo el Papa Luciani “fue un pastor apacible y humilde. Se consideraba a sí mismo como el polvo sobre el cual Dios se había dignado escribir. Por eso, decía: `¡El Señor nos ha recomendado tanto que seamos humildes! Aun si habéis hecho cosas grandes, decid: siervos inútiles somos`“.

Iniciativas

Vía Crucis Extremo

En Polonia han puesto en marcha una iniciativa que ya se extiende por más partes del mundo. Se trata de un Vía Crucis Extremo, donde se unen la práctica de esta oración propia de la Cuaresma con la ascética, el deporte y la aventura.

Ignacy Soler·3 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

La manifestación de la fe cristiana se une a prácticas de devoción popular que salen del ámbito propiamente eclesial para llenar las calles de ciudades o los caminos de los campos, con toda clase de procesiones, romerías o peregrinos. En el mundo hispánico baste recordar la importancia de las procesiones de Semana Santa. En la edad media cristiana, las peregrinaciones a Roma, Jerusalén o Santiago. Para aquellos que hemos hecho el Camino, nos ha quedado siempre, a pesar de todo, el carácter espiritual de esa larga peregrinación. La que llamamos Via Crucis Extremo es una iniciativa popular polaca que quiere unir la práctica de la Via Crucis en Cuaresma con la ascética, el deporte y la aventura de los anacoretas del desierto. Voy a explicar brevemente en qué consiste este nuevo “evento religioso“.

Un Via Crucis diferente

La idea es considerar las estaciones del Via Crucis fuera de un templo o de un entorno eclesial para realizarlo en el campo, caminando por la noche por una senda previamente preparada. El camino debe ser de unos 40 kilómetros, se va en silencio y de manera solitaria, aunque en un grupo o equipo de unas diez personas. Para que esta forma de piedad cuaresmal tenga el nombre de Via Crucis Extremo los propagadores de esta devoción exigen cinco condiciones: 1) Que se ande por los menos 20 kilómetros, se recomienda que sean 44 km. 2) Que cada participante camine por lo menos ocho horas. 3) Que no sea por lugares urbanizados. 4) Que se realice por la noche. 5) Que sea recorrido en silencio.Además de estas condiciones es bueno explicar el modo concreto de proceder.

Quien organiza el Via Crucis Extremo debe realizar los siguientes pasos: 1) Invita a un grupo de amigos o conocidos, se aconseja que no sea muy número, por ejemplo, no más de diez. 2) Prepara el trazado a recorrer y las 14 estaciones del Via Crucis en donde se van a ir reuniendo todos los participantes para meditar el texto de la Via Crucis. 3) Da a cada uno de los participantes un link con todos los lugares señalados para que con el teléfono móvil puedan llegar a cada estación. 4) Prepara los textos de la Via Crucis que van a ser leído todos juntos en cada estación, para después cada participante los vaya meditando en silencio.

Una aventura de fe

En Polonia se empezó a realizar este Via Crucis Extremo el año 2010. Cada año los textos de la Via Crucis Extremo se preparan según una idea configuradora o un lema. Hasta el 2021 estos han sido los temas: “Vence el mal con el bien, El lado fuerte de la realidad, Los ideales y la entrega, La misión, La medida del hombre y su más grande desafío, Líderes cristianos, Camino del cambio, Por el camino de una vida bella, La Iglesia del siglo XXI, El camino del perdón: de la caída a la salvación, La revolución de las personas íntegras“.

Ya son más de cien mil personas los que han cubierto la Via Crucis Extremo. Doy fe de que esta devoción se va extendiendo cada vez más pues últimamente, cuando estuve ayudando en una parroquia durante la semana santa, me invitaron a participar. Pregunté si no era un poco peligroso y me dijeron que sí, que todo tiene sus riesgos pues en la oscuridad y por el campo no se sabe muy bien con que alimañas de vas a encontrar. También me aclararon que hay medidas de seguridad. Por ejemplo: cada participante va equipado con una linterna y un potente aerosol que ahuyenta toda clase de animales, tiene señales fluorescentes en la ropa y se aconseja que siempre tenga a la vista al participante que va delante suyo a unos cuantos cientos de metros de distancia. Además, todos están
comunicados entre sí y se reúnen todos en cada estación de la Via Crucis Extremo, por eso el riesgo de accidentes, perdidas o ataques de animales está muy reducido.

Renuncia, fortaleza y oración

Las rutas del Via Crucis Extremo son muy variadas. Se han establecido 18 grupos de rutas, 16 de ellos dentro de Polonia y dos de ellos fuera de Polonia. Uno de los grupos distribuye rutas por el resto de Europa, y otro por América. Hay rutas europeas previstas desde varias ciudades importantes, co-
mo Amsterdam, Birmingham, Cardiff, Eindhoven, Munich, Oslo, Praga, o Tallin.

Una muestra de la dureza del desafío son las recomendaciones que ofrecen desde la página web: “Recuerda que todo el camino es en silencio. Durante el camino se medita 14 estaciones del vía crucis que se pueden descargar de la página web. Se camina en grupos pequeños, menos de 10 personas. Se puede ir con conocidos o buscar a alguien después de la misa del envío. Informa a alguien de tu familia o amigos que vas al Vía Crucis Extremo. Porque es durante la noche, es importante saber que es muy difícil volver a casa si alguien está cansado y no puede seguir el camino. Por eso es importante tener a alguien que pueda venir con un coche por si acaso“.

Consejos prácticos

Es necesario llevar una linterna, la mejor solución es una linterna frontal. La mayoría del camino es fuera de las carreteras, pero por si acaso es importante tener algo reflectante. Lo importante es llevar unos zapatos apropiados (los mejores son de “trekking“ con una suela gruesa) porque la ruta puede estar fangosa y resbaladiza. Trae contigo ropa de abrigo (puede hacer frío durante la noche).

Se sugiere llevar sobre algo de comer (bocadillo, fruta, chocolate) y beber (1 litro como mínimo). Es necesario tener un móvil recargado (lo mejor con un “powerbank“). Mínimo una de las personas del grupo debe llevar el mapa, la huella gps descargada (mira la página con tu ruta) y la aplicación que indica el camino. Piensa de que manera vas a volver del destino del camino. Recuerda que cada uno de los participantes va por cuenta y riesgos propios. Ponte en contacto con el responsable del camino si tienes dudas o necesitas más información”.

La idea fundamental de los organizadores es rezar en silencio, a solas, caminando en la oscuridad y meditando los textos que se han escuchado durante la estación previa. Un camino de la Cruz en lucha contra la tentación del desánimo y del no puedo, contra la tentación de huir de la cruz para vivir una vida cómoda y sin problemas. Sin lugar a dudas es este un ejercicio piadoso que exige renuncia, fortaleza, oración y una buena condición física. Se puede obtener más información detallada en la página web del Via Crucis Extremo.

Libros

“El idiota”, de Dostoyevski: “La belleza salvará el mundo”

Continuamos nuestra selección de grandes obras de la literatura universal con una especial impronta cristiana. En esta ocasión, abordamos la obra de “El idiota”, del genio ruso Fiódor Dostoyevski.

Juan Ignacio Izquierdo Hübner·3 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

La conversación es un arte que cuesta ejercitar. Su calidad depende de la riqueza de nuestro mundo interior y de la confianza con el interlocutor. Quizá por eso me gustan tanto las conversaciones sobre libros, pues entonces el peso del interés no recae tanto en mis propios hombros, como en los del autor. Y si te apoyas en la espalda de Dostoyevski (1821-1881), ese interés puede muy fácilmente escalar hasta transformarse en pasión. Digo esto porque hace unos meses tuve una idea brillante (algo que no me ocurre muy a menudo): acordé con un amigo emprender juntos la lectura de “El idiota” y, tras leerla, dimos un paseo para comentarla. La pregunta que nos hicimos entonces me motivó a escribir este artículo, y estoy seguro de que te intrigará a ti también. 

Hace años había leído otras novelas del mismo autor: “Crimen y castigo”, “Recuerdos de la casa de los muertos” y, más recientemente, “Los hermanos Karamazov”. Cada una de ellas me produjo sentimientos distintos. Ahora elegí “El Idiota”, que no es mi autobiografía (como ironizó otro amigo cuando se lo conté), sino algo así como un episodio en la vida de un “Don Quijote” ruso del siglo XIX. Este itinerario de lectura me ha influido poderosamente. Como dice Nikolai Berdiaev en “El espíritu de Dostoyevski”: “Una lectura atenta de Dostoyevski es un acontecimiento de la vida en que el alma recibe como un bautismo de fuego”. Tal cual, fuego es una buena metáfora para describirlo.

Vale, vamos al grano (diría el dermatólogo): “La belleza salvará el mundo”. Ésta es la frase clave de la obra, y el origen principal de la intriga que sentimos con mi amigo. ¡Qué frase tan expresiva! ¿No? Me dan ganas de dejar de escribir, mirar por la ventana y vagar entre las nubes. Pero escribiré, porque quiero compartir con vosotros las respuestas que he encontrado, en las nubes, en la novela y en otros libros, porque te lo mereces. Será necesario que pongamos la frase en contexto, así que vamos por partes (añadiría Jack el destripador):

De qué va la novela (sin spoilers, tranquilidad)

El príncipe Myshkin es un hombre de 26 años, cordial, franco, compasivo e ingenuo, que ha vivido cuatro años en Suiza para tratarse una epilepsia. Cuando el médico fallece, el príncipe siente que tiene fuerzas suficientes para viajar a San Petersburgo, visitar a una pariente lejana e intentar iniciar una vida normal. Sus cualidades, sin embargo, lo llevan a tener encuentros extravagantes con todo tipo de personas: la más relevante, que lo atraerá por toda la novela como un faro al barco extraviado, será su relación de amor/compasión por una mujer bellísima, pero que arrastra dentro de sí el dolor de una historia de abusos. Su nombre es Nastasya Filippovna. La trama se complica cuando el príncipe se enamora, con un amor noble y puro, de una joven de buena familia, que a su vez le corresponde. Se llama Agláya Ivánovna y cuando preguntan por ella, él responde: “Es tan hermosa que da miedo mirarla”. El príncipe, por cierto, no está solo en el campo: hay varios pretendientes para una chica y para la otra. En este escenario, se van suscitando controversias de todo tipo, que los personajes discuten, haciéndonos pensar y sufrir y crecer.

La belleza salvará el mundo

En torno a la mitad del libro (no temas, ya dije que no haré spoilers), aparece en escena la confesión de Ippolit. Se trata de un joven de 17 años que está tísico y el médico le ha pronosticado menos de un mes de vida. El príncipe invita al enfermo a quedarse en la casa donde está viviendo, aunque los demás no comprendan que acoja a un joven que además de enfermo, es nihilista, vehemente e inoportuno. 

Una noche, un grupito de conocidos y amigos llegan a la dacha (casa de campo) que el príncipe está alquilando para celebrar su cumpleaños. Sacan “champagne”, están conversando felices, cuando el joven Ippolit expresa un deseo ardiente y delirante de abrir el corazón. Los demás no lo quieren oír, pero él pide hablar por el derecho que tienen los condenados a muerte. Al fin, a pesar de la reticencia del público, inicia una larga lectura de unas confesiones que ha escrito el día anterior. Pero justo antes de ponerse a leer, Ippolit se dirige al príncipe y le pregunta a viva voz, provocando el estupor de todos: “¿Es cierto, príncipe, que usted dijo en cierta ocasión que el mundo será salvado por la ´belleza`? ¡Señores —vociferó dirigiéndose a todos—, el príncipe asegura que la belleza salvará al mundo! Y yo por mi parte aseguro que si se le ocurren esas ideas peregrinas es porque está enamorado”.

¿A qué belleza se refiere Dostoyevski?, ¿qué belleza salvará el mundo? ¿Por qué dice Ippolit que esa idea se le ocurrió por estar enamorado? ¿Dónde está esa fuerza para poder descubrirla, atesorarla y difundirla con todas nuestras energías? Como es lógico, este fue el principal tema de discusión que tuve con mi amigo mientras paseábamos bajo los árboles del campus de la Universidad de Navarra. 

La relación de Ippolit con el autor

Tanto Ippolit como el propio Dostoyevski estuvieron condenados a muerte. El primero por la tuberculosis y el autor, en su juventud, por haber sido sorprendido en un café en que se conversaban ideas “revolucionarias” (no muy graves). Este episodio biográfico lo narra maravillosamente bien Stefan Zweig en “Momentos estelares de la humanidad”. 

Fiódor tenía los ojos ya vendados y esperaba junto al paredón a que lo fusilaran. Iba a morir, no había salida posible, salvo que ocurriese un milagro. En el último segundo —y aquí está el momento estelar de la humanidad—, llegó la noticia de que el zar le había conmutado la pena. “La muerte, vacilante, se arrastra fuera de los miembros entumecidos”, escribe Zweig. Dostoyevski podría vivir; a cambio, debería hacer cuatro años de trabajos forzados en Siberia y luego dedicar cinco años al servicio militar. Ese día se salvó un hombre fundamental para la literatura universal, y brotó la idea de un personaje que pudiera ver el mundo desde la perspectiva de la muerte. Esa mirada podría ser rebelde, como la de Ippolit, trágica y profunda, como la de Dostoyevski, o compasiva, como la del príncipe Myshkin. 

Un hombre que ha sentido el aliento de la muerte por detrás de la oreja, está en mejor pie para entender el dolor del más insigne condenado a muerte de la historia: Jesucristo. Parece que me estoy enrollando, pero no, te pido que confíes en mí y que leas todavía un último antecedente, pues éste guarda la pista más importante antes de llegar a la conclusión.

El Cristo de Holbein

Hay cuadros que gustan, otros que sorprenden y otros que cambian la vida. La experiencia que tuvo Dostoyevski en el museo de Basilea casi lo lleva a un ataque de epilepsia. Ocurrió durante un viaje por Europa que hacía con su segunda mujer, Anna Grigorievna, el 12 de agosto de 1867. Fiódor iba con ella camino de Ginebra y aprovecharon de visitar el museo de Basilea. Allí se encontraron con un lienzo de dos metros de largo y treinta centímetros de alto que llamó poderosamente la atención de un Dostoyevski de 46 años. Se trataba del ‘Cristo muerto’, pintado en 1521 por Hans Holbein el Joven. Ahora fíjate también tú en la imagen, contémplala despacio, verás que es un Cristo particularmente demacrado, exangüe y atropellado. 

Cristo muerto, Hans Holbein, 1521. ©Wikipedia Commons

Pues esa imagen provocará la redacción de “El idiota”, la entrañable e inmortal novela que ahora comentamos. ¿Cómo es posible —imagino que se preguntó Dostoyevski al admirar ese cuerpo destruido— que Cristo haya pagado “ese” precio para salvarnos? 

¿Es Cristo la belleza que salvará el mundo? Aquel que fue definido como “el más hermoso entre los hijos de los hombres” (salmo 44) podría dar testimonio de una belleza física sin igual. Pero la pintura de Holbein muestra un Cristo desfigurado, que nos recuerda más bien la profecía de Isaías: “No hay en Él parecer ni hermosura que atraiga las miradas ni belleza que agrade” (Is 53,2). Vamos a ver, ¿entonces de qué belleza estamos hablando? 

En último término, no hay belleza mayor que el amor que ha vencido la muerte. El amor de Aquél que da la vida por sus amigos es lo más bello que conoce el mundo. La belleza que salva, que salva de verdad, es la del amor que llega al extremo del sacrificio redentor. Por eso, la belleza que salvará el mundo es Cristo. Dios se hizo hombre para salvarnos, murió para darnos vida y ofrecernos la resurrección. La historia del cadáver que tan crudamente retrata Holbein tiene un epílogo, o mejor, una segunda parte, que confirma el triunfo de la belleza sobre la muerte: la sobrecogedora belleza de la Resurrección. Digámoslo con palabras del Apocalipsis: “Y la ciudad no necesitaba sol ni luna, pues la iluminaba la claridad de Dios, y su lumbrera era el Cordero” (Ap 21, 23). 

La belleza del amor de Cristo, que nos salva, es aquello que debemos descubrir, atesorar y difundir con todas nuestras fuerzas. ¿No estamos aquí frente al misterio más importante de nuestras vidas? Amar a los demás como Cristo nos amó a nosotros, es decir, amar hasta el extremo de padecer y de morir por el bien del otro, es el secreto del sentido de nuestra existencia. Si lo aprendemos, participaremos en la salvación del mundo. No es poco, ¿eh?

El autorJuan Ignacio Izquierdo Hübner

Vaticano

Vídeo del Papa en contra de la pena de muerte

La "Red Mundial de Oración por el Papa" ha publicado el vídeo con la intención mensual del Papa. El Santo Padre invita a todas las personas de buena voluntad que se movilicen para lograr la abolición de la pena de muerte en todo el mundo.

Javier García Herrería·2 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El vídeo mensual de septiembre del Papa francisco apuesta por la abolición de la pena de muerte. En esta ocasión, Francisco invita a rezar “para que la pena de muerte, que atenta contra la inviolabilidad y dignidad de la persona, sea abolida en las leyes de todos los países del mundo”.

Las palabras del Papa Francisco a lo largo del vídeo dicen:

“Cada día crece más en todo el mundo el NO a la pena de muerte. Para la Iglesia  esto es un signo de esperanza. 

Desde un punto de vista jurídico, no es necesaria. 

La sociedad puede reprimir eficazmente el crimen sin quitar definitivamente a  quien lo cometió la posibilidad de redimirse. 

Siempre, en toda condena, debe haber una ventana de esperanza.  La pena capital no ofrece justicia a las víctimas, sino que fomenta la venganza.  Y evita toda posibilidad de deshacer un posible error judicial. 

Por otro lado, moralmente la pena de muerte es inadecuada, destruye el don más  importante que hemos recibido: la vida. No olvidemos que, hasta el último  momento, una persona puede convertirse y puede cambiar.  

Y a la luz del Evangelio, la pena de muerte es inadmisible. El mandamiento «no  matarás» se refiere tanto al inocente como al culpable. 

Por eso, pido a todas las personas de buena voluntad que se movilicen para  lograr la abolición de la pena de muerte en todo el mundo. 

Recemos para que la pena de muerte, que atenta contra la inviolabilidad y  dignidad de la persona, sea abolida en las leyes de todos los países del mundo“.

Red Mundial de Oración por el Papa

El Video del Papa es una iniciativa oficial que tiene como objetivo difundir las intenciones de oración mensuales del Santo Padre. Es desarrollada por la Red Mundial de Oración del Papa, con el apoyo de Vatican Media. La Red Mundial de Oración del Papa es una Obra Pontificia, que tiene como misión movilizar a los católicos por la oración y la acción, ante los desafíos de la humanidad y de la misión de la Iglesia.

Fue fundada en 1844 como Apostolado de la Oración y la integran más de 22 millones de católicos. Incluye su rama de jóvenes, el MEJ – Movimiento Eucarístico Juvenil. En diciembre 2020 el Papa constituyó esta obra pontificia como fundación vaticana y aprobó sus nuevos estatutos.

Familia

¿Por qué la Iglesia se mete en temas sociales? Una vocación laical

Pobreza, desigualdades, corrupción, leyes que pisotean la dignidad humana, persecución religiosa, sufrimientos, violencias, racismo, discriminaciones… La Iglesia, en particular los fieles laicos, llamados a ser “como el alma del mundo”, interviene en temas sociales porque “está en juego un valor moral fundamental: la justicia”, señala Gregorio Guitián, decano de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, en su último libro.

Francisco Otamendi·2 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

“Detrás de los problemas sociales hay injusticias. La injusticia hace daño a las personas y es una ofensa a Dios -un pecado-, que Jesucristo ha querido sanar y redimir. Por eso la Iglesia siempre ha procurado contribuir a una sociedad más justa”, escribe el teólogo Gregorio Guitián en un didáctico estudio de 155 páginas, titulado ‘Como el alma del mundo’, que describe como una “breve aproximación a la moral social y a la Doctrina Social de la Iglesia”, y “que no pretende ser propiamente un manual”. La edición es de Palabra en su colección Buscando entender.

“Hay un consenso general en que Jesucristo no formó parte de ningún grupo religioso-político de su época (como los zelotes, los fariseos, los esenios, etc.). Sin embargo, sí tuvo preocupación por los problemas sociales (…), cumplió sus obligaciones cívicas, como el pago de impuestos; reconoció la autoridad civil (‘Dad al César…)”. Su enseñanza es de carácter religioso y moral, pero tiene una aplicación en la vida social clara, aunque no se dedicara a reformar la política ni fuera un líder político”, precisa el profesor.

Por ejemplo, cuando Jesús enseña “que os améis los unos a los otros como yo os he amado”, o cuando dice: “amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persigan“, “está poniendo las bases para la superación de discriminaciones sociales”, subraya.

Compromiso social de los cristianos

Y “a partir del ejemplo de Jesús, el cristianismo primitivo, aun en medio de una sociedad pagana -en muchas ocasiones, hostil al Evangelio-, y sin capacidad alguna para reformar las estructuras porque los cristianos no eran nadie, se esforzó por aliviar las situaciones sociales extremas o por respetar y obedecer a la autoridad”. “Con el paso de los siglos, y en una sociedad ya oficialmente cristiana, el compromiso social de los cristianos será una constante”, explica el profesor Guitián, doctor en Teología por la Universidad de la Santa Cruz y licenciado en Administración de Empresas por la Universidad Autónoma de Madrid.

Benedicto XVI recordaba cómo el emperador Juliano (+363), que rechazó la fe cristiana, quiso restaurar un paganismo reformado. Sin embargo, escribió en una de sus cartas que ‘el único aspecto que le impresionaba era la actividad caritativa de la Iglesia’”, añade el autor, al especificar que “siempre ha habido en la Iglesia una caridad organizada para servir a todos atendiendo a las necesidades espirituales y materiales; y también una preocupación y reflexión por las cuestiones sociales”.

¿A quiénes corresponde esta tarea?

laicos guitian
Gregorio Guitián

“Creo que valdría la pena destacar la importancia de los laicos en todas las cuestiones sociales”, ha comentado el profesor Gregorio Guitián a Omnes , así como «la necesidad de que se formen bien en estas materias y su importancia insustituible para mejorar el mundo, particularmente en todos los terrenos donde los desafíos son palpables (política, leyes, economía, ciencia, familia y educación, comunicación, arte y cultura, salud y cuidado de las personas, moda, tecnología, cine, el mundo de la técnica, cuidado del medioambiente, etc.)”.

“El mismo título del libro”, afirma, “está puesto pensando especialmente en ellos, que están llamados a ser como el alma del mundo, y las páginas iniciales sobre los fieles laicos pueden servir de referencia”.

“Ante la mole del mal cristalizado en la sociedad uno podría preguntarse: ¿qué hacer? El mundo necesita redención. Jesucristo ha tomado sobre sí estos males [ver pp. 24-25], y busca en cada momento de la historia llevar el bálsamo de la caridad y la justicia a esas heridas. Para eso Jesús mira a sus discípulos con esta esperanza: “’Vosotros sois la sal de la tierra (…). Vosotros sois la luz del mundo” (Mateo, 5, 13-14).

En el mundo existen alrededor de 1.327 millones de católicos laicos, del total de 7.800 millones de habitantes, además del Papa, cardenales, obispos, sacerdotes, religiosas y religiosos, diáconos permanentes, seminaristas mayores… “Entra por los ojos la importancia que tienen los fieles laicos para la misión de la Iglesia en el mundo”, escribe el autor, al estar “llamados a ser como la levadura en medio de la masa” (cfr. Mateo, 13,33)”.

Los laicos en la misión de la Iglesia

“Descubrir la enorme relevancia del papel de los laicos en la sociedad, y despertar el deseo de aportar luz al mundo desde el propio lugar, deberían ser objetivos de la moral social cristiana. De los laicos, como de todos los cristianos, también se puede decir que están llamados a ser ‘como el alma del mundo’. Así lo decía la ‘Carta a Diogneto’, en el siglo II: “Lo que es el alma en el cuerpo, eso son los cristianos en el mundo (Epistula ad Diognetum, 6, 1)”, expone el profesor Guitián.

El Concilio Vaticano II, en la Constitución Apostólica Lumen gentium, sobre la Iglesia, señaló que los laicos están llamados a contribuir desde dentro, como el fermento en la masa, a la santificación del mundo a través del ejercicio de sus tareas propias. (n. 31).

Gregorio Guitián recuerda asimismo que el Papa Francisco ha pedido “a los fieles laicos un compromiso real por ‘la aplicación del Evangelio a la transformación de la sociedad’, doliéndose de que, a veces, se piense únicamente en cómo involucrarles más en las tareas intraeclesiales, mientras queda pendiente informar de valores cristianos el mundo social, político o económico (Exhortación apostólica Evangelii gaudium, n. 102)”.

En esta línea, no viene mal recordar aquí frecuentes apelaciones del Papa a no permanecer indiferentes. Por ejemplo, en un discurso a los miembros de la Fundación Centesimus Annus el 23 de octubre del año pasado, decía el Pontífice: “No podemos permanecer indiferentes. Pero la respuesta ante la injusticia y la explotación no es sólo la denuncia: es sobre todo la promoción activa del bien: denunciar el mal, pero promover el bien”.

Llevar el mundo hacia Dios

¿Cómo abordar estas tareas?, se pregunta el autor. Y cita a san Juan Pablo II, quien sugirió “tres líneas de acción en el documento magisterial sobre los laicos más importante hasta la fecha (la exhortación ‘Christifideles laici’, sobre los fieles laicos: 1. Superar la fractura entre el Evangelio y la propia vida para lograr una unidad inspirada en el Evangelio. 2. Comprometerse con valentía y creatividad en el esfuerzo por resolver los problemas sociales. 3. Hacer su trabajo con competencia profesional y honestidad, pues es el camino de la propia santificación”.

Guitián refuerza su tesis sobre los laicos de manera importante en el libro. “Aunque pueda parecer sorprendente, la vocación que Dios ha pensado para solucionar un buen número de los males de este mundo es, sobre todo -aunque no exclusivamente- la vocación laical. Sí, los fieles laicos, hombres y mujeres cuya vocación es llevar el mundo hacia Dios, como desde dentro. Ellas y ellos son como “las fuerzas especiales” de la Iglesia. (..)”

“Allí, en esa ‘cocina del mundo’, se gesta la humanidad o inhumanidad de la sociedad, y allí han de estar los fieles laicos para reconducir el mundo hacia Dios”. “El papel de la Iglesia en el mundo es ser ‘signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano (Gaudium et spes, n. 42)”, recuerda.

Resumen

En síntesis, puesto que nos hemos centrado solamente en algún aspecto del libro del profesor Guitián, puede decirse que la obra tiene una introducción, 8 capítulos, un breve resumen al final de cada capítulo, la conclusión y bibliografía.

En ellos se abordan el compromiso social de los cristianos, los principios fundamentales de la Doctrina Social de la Iglesia, el bien común, la visión cristiana sobre la comunidad política, la comunidad internacional, dos apartados dedicados específicamente a la economía, y un último capítulo dedicado al cuidado de la creación, “responsabilidad de todos”, en el que se ofrecen como programa algunas ideas de la encíclica Laudato si’  (nn. 209 y 227).

El autorFrancisco Otamendi

Actualidad

Gorbachov y Juan Pablo II: la forja de una amistad

El pasado 30 de agosto falleció Mijaíl Gorbachov, una de las figuras políticas más relevantes de finales del siglo XX. Su amistad con Juan Pablo II resultó esencial para la apertura de la Unión Soviética y la caída del comunismo en Rusia. El autor del texto, José R Garitagoitia, es un experto de la relación de estas dos figuras.

José Ramón Garitagoitia·1 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Traducción del artículo al italiano

Entre la caída del Imperio de los Zares, en 1917, y la disolución de la Unión Soviética, en 1991, transcurren setenta y cuatro años de historia. Durante ese largo periodo los destinos de la URSS, extendida desde los Urales hasta las estepas del Asia Central, y los confines de Siberia, fueron decididos por un líder.

Quienes el 11 de marzo de 1985 situaron a Mijail Gorbachov (Privolnoie 1931) en la cúspide del poder no tuvieron conciencia de elegir al último Secretario General del Partido Comunista Soviético. Con 54 años, era el miembro más joven del Politburó y, llegado el momento, candidato natural para suceder al anciano Konstantin Chernienko. Por primera vez en la historia soviética, el matrimonio del Kremlin, Mijail y su esposa Raisa, cuatro años más joven, no superaba en edad al de la Casa Blanca.

La política de Gorbachov

Aunque no doctrinario, Gorbachov fue un comunista convencido de los principios fundamentales de la ideología socialista, y trató de mantener su compromiso. Junto con la política de trasparencia (Glasnost), la Perestroika fue su gran objetivo: la reforma del sistema desde dentro, y desde arriba, sin renunciar al socialismo.

Ya sea por convicción o por necesidad, dada la complicada situación económica y social de la URSS, desde comienzos de su mandato promovió el acercamiento con los Estados Unidos. La cumbre con Reagan en Ginebra, en noviembre de 1985, abrió el camino de la distensión. El nuevo clima internacional hizo posible los acuerdos de reducción de armas nucleares, y un deshielo a nivel internacional. La historia reconoce su papel en la caída del Muro de Berlín, y en las transformaciones no violentas de 1989 en Europa Central y Oriental: podía haber reaccionado al estilo soviético, como en las crisis de Hungría (1956) y Checoslovaquia (1968), y optó por dejar que los pueblos siguiesen su camino en libertad. 

El papel decisivo de Gorbachov en aquellos acontecimientos no pasó inadvertido a otro gran protagonista de la transformación de Europa: Juan Pablo II. Dediqué la tesis en ciencias políticas al análisis de la influencia del primer papa eslavo en aquellos acontecimientos, y Gorbachov accedió a mi invitación para redactar la presentación del libro. Recientemente he publicado un largo artículo sobre su relación. En aquellos años me entrevisté personalmente con los dos, y comprobé su aprecio mutuo. Gorbachov deja constancia de su admiración por Juan Pablo II en las cartas que me escribió con motivo de la tesis. Documentos para la historia que hace un tiempo doné al archivo general de la Universidad de Navarra.

El nacimiento de una amistad

Desde su primer encuentro en el Vaticano, el 1 de diciembre de 1989, surgió entre ellos una corriente de admiración y aprecio. Dos décadas después el portavoz Navarro-Valls recordaría que, entre todos los encuentros que mantuvo durante los 27 años de pontificado, “uno de los que más gustó al Karol Wojtyla fue el que mantuvo con Mijaíl Gorbachov”. Aquel día el portavoz preguntó a Juan Pablo II su impresión de Gorbachov: es “un hombre de principios”, respondió el Papa, “una persona que cree tanto en sus valores que está dispuesto a aceptar todas las consecuencias que se deriven”.

Tras la muerte de Juan Pablo II, Gorbachov fue entrevistado en Radio Free Europe. La periodista preguntó: “Mijaíl Sergeevich, usted fue el primer líder soviético en reunirse con el Papa Juan Pablo II. ¿Por qué decidió en ese momento solicitar audiencia?”. La respuesta hizo memoria de las circunstancias tan especiales de aquel año extraordinario: “Habían sucedido muchas cosas que no habían ocurrido en las décadas anteriores. Creo que esto está relacionado con el hecho de que, en 1989, ya habíamos avanzado mucho”.

Confianza mutua

¿Qué es lo que facilitó la conexión entre ambas personalidades? Para el último líder soviético la clave estaba en la historia y la geografía: los dos eran eslavos. “Inicialmente –recordó Gorbachov tras la muerte de Juan Pablo II- para mostrar hasta qué punto el Santo Padre era eslavo, y cómo respetaba a la nueva Unión Soviética, propuso que pasáramos los primeros 10 minutos solos juntos y habló en ruso”. Wojtyla se había preparado para la conversación, repasando la lengua rusa: “He ampliado mis conocimientos para la ocasión” dijo al empezar. 

La relación entre ambas personalidades es un claro dejemplo de la ‘amistad social’ que el Papa Francisco describe en “Fratelli tutti“: “acercarse, expresarse, escucharse, mirarse, conocerse, tratar de comprenderse, buscar puntos de contacto, todo eso se resume en el verbo ‘dialogar’” (n. 198). Juan Pablo II y Mijaíl Gorbachov hicieron posible con su actitud la eficacia del encuentro. Mostraron su “capacidad de respetar el punto de vista del otro aceptando la posibilidad de que encierre algunas convicciones o intereses legítimos. Desde su identidad, el otro tiene algo para aportar, y es deseable que profundice y exponga su propia posición para que el debate público sea más completo todavía” (n. 203). 

El recuerdo de Gorbachov

Los dos eslavos quedaron impactados por aquella conversación en la Biblioteca del palacio Apostólico. Les sorprendió la sintonía que surgió de un modo tan natural. “Cuando se celebró la reunión, recordó años después Gorbachov, le dije al Papa que a menudo se encuentran palabras iguales o similares en mis declaraciones y en las suyas”. No era casualidad. Tanta coincidencia era una muestra de que existía “algo en común en la base, en nuestros pensamientos”. El encuentro fue el comienzo de una relación especial entre dos personalidades, en principio muy distantes. “Creo que puedo decir con razón que durante esos años nos hicimos amigos”, escribió Gorbachov en el centenario de Juan Pablo II. 

Con el paso del tiempo la amplitud de su revolución será mejor comprendida, y situará a Mijaíl Gorbachov en el lugar que le corresponde en la historia del siglo XX.

El autorJosé Ramón Garitagoitia

Doctor en Ciencias Políticas y en Derecho Internacional Público

El árbol del bien y del mal

Cuando la vida de los animales y de las plantas se pone por encima de la de las personas y de los pueblos, el amor a la creación se convierte en una monstruosidad, una idolatría. Es lo que Chesterton nos recordó hace ya un siglo acuñando la frase, hoy actual, de que: "donde hay adoración animal, hay sacrificio humano".

1 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

En esta Jornada Mundial por el Cuidado de la Creación, había que hablar de la tala del ficus de la parroquia de San Jacinto de Sevilla. El algoritmo de Google News seguro que le ha bombardeado a usted también estos días con las múltiples informaciones y artículos de opinión que han suscitado los dimes y diretes de la noticia. 

Si aun así es la primera vez que escucha hablar del tema, le pongo en antecedentes: una comunidad parroquial, de acuerdo con su obispado, con la provincia de la congregación religiosa que la sirve, con las asociaciones de vecinos y fuerzas vivas del barrio donde se encuentra y con el ayuntamiento socialista de la localidad; decide, tras años de estudios y búsqueda de alternativas, talar un árbol cuyo crecimiento desmesurado ha provocado accidentes con heridos de gravedad por caídas de enormes ramas y amenaza con destruir el multisecular templo (declarado Bien de Interés Cultural) pues ha provocado daños en sus cimientos y estructura.

A pesar de ello, un movimiento ciudadano en pro del ficus, con recogida de firmas y activistas encaramados a las ramas del árbol, logró hace unos días que un juez paralizara de forma cautelar su tala antes de que esta acabase definitivamente con el majestuoso ejemplar. El hecho habría pasado desapercibido si no hubiera dos circunstancias que la han convertido en carne de titular: en primer lugar, el haber acaecido durante el mes de agosto, convirtiéndola en una serpiente de verano, que es como llamamos en el ámbito periodístico a las noticias de relativa poca trascendencia que se alargan en periodo estival debido a la sequía informativa propia de la temporada; y en segundo lugar, por estar implicada la Iglesia Católica, ingrediente picante que la hace irresistible para el adictivo salseo. No les quepa duda de que el tema no habría salido de la prensa local si el propietario hubiera sido una comunidad de vecinos, un particular, una empresa o una institución pública o privada.

Cuando escribo este artículo, desconozco el último capítulo del culebrón, pero el caso me da pie a reflexionar sobre la doctrina de la Iglesia en torno al cuidado de todas las criaturas que reflejan, «cada una a su manera –como dice el Catecismo– un rayo de la sabiduría y de la bondad infinitas de Dios».

En Caritas in veritate, Benedicto XVI afirmaba que «La Iglesia tiene una responsabilidad respecto a la creación y la debe hacer valer en público. Y, al hacerlo, no sólo debe defender la tierra, el agua y el aire como dones de la creación que pertenecen a todos. Debe proteger sobre todo al hombre contra la destrucción de sí mismo». Este concepto es desarrollado posteriormente por Francisco en su encíclica ecológica, Laudato Si’ bajo el término “ecología integral”, que no es otra cosa que incorporar al cuidado de la creación las dimensiones humanas y sociales.

Cuando la vida de los animales y de las plantas se pone por encima de la de las personas y de los pueblos, el amor a la creación se convierte en una monstruosidad, una idolatría. La historia está plagada de pueblos que cayeron en esta adoración a las criaturas que terminó volviéndose contra sí mismos despreciando su propia vida. Es lo que Chesterton nos recordó hace ya un siglo acuñando la frase, hoy actual, de que: «donde hay adoración animal, hay sacrificio humano».

Cada una de las criaturas del planeta tenemos una misión y nos corresponde ejercerla. Al ser humano, Dios le ha dado el don de la inteligencia, por eso le ha encomendado “someter” la tierra. La correcta interpretación del libro del Génesis nos explica que este dominio no es el de un explotador salvaje de la naturaleza, sino el de un lugarteniente de Dios, el de un administrador que debe rendir cuentas ante el dueño de la viña. Este dominio responsable nos lleva a tener que tomar decisiones a veces dolorosas pero necesarias para el bien común.

Caminemos, como nos pide la Iglesia, hacia la necesaria conversión ecológica que busca, en definitiva, el bien de la humanidad entera. Y alabemos al Señor, con San Francisco de Asís, por todas las criaturas, en especial por esa cuya existencia en nuestros tiempos sí que parece estar en peligro de extinción: la inteligencia humana.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Lecturas del domingo

La fuerza de la liberación de Cristo. XXIII domingo del Tiempo Ordinario (C)

Andrea Mardegan comenta las lecturas del XXIII domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan·31 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Salomón pide a Dios el don de la sabiduría para ser un rey justo y juzgar según la voluntad de Dios. Se pregunta: “¿Qué hombre puede conocer la voluntad de Dios? ¿Quién puede adivinar lo que el Señor quiere?”.

La revelación contiene muchos elementos para saber lo que el Señor quiere, y la Iglesia ofrece muchas reflexiones y ejemplos a seguir, pero hay veces en que esto no es suficiente. Pidamos por eso a Dios la sabiduría, el don del Espíritu para discernir qué hacer o qué camino tomar, qué decisión adoptar.

La carta a Filemón es sorprendente: una nota de recomendación para un amigo es reconocida como palabra de Dios inspirada y enviada a toda la Iglesia para siempre.

Onésimo, el esclavo de Filemón, que se quedó con Pablo para ayudarle en su prisión, fue generado por él a la fe: lo llama “hijo mío”. La decisión de enviarlo de nuevo a Filemón, pidiéndole que no lo trate más como un esclavo sino como un hermano en el Señor, es tomada por Pablo con la sabiduría y el espíritu de Dios.

Podía mantenerlo consigo evitando incertidumbres, pero lo devuelve a su amo, arriesgándose a que Filemón no entienda su exhortación y siga considerándolo un esclavo.

“Me hubiera gustado tenerlo conmigo para que me asistiera en tu lugar, ahora que estoy encadenado por el evangelio. Pero no quería hacer nada sin tu parecer, para que el bien que haces no sea forzado, sino voluntario”. El mensaje sobre la superación de la esclavitud con el poder de la liberación de Cristo es muy fuerte, y ayuda a comprender la importancia de esta carta.

Sugiere a Filemón que la novedad de su relación con Onésimo significa para él tener mucho más que esta relación “tanto como hombre, que como hermano en el Señor”. Es un crecimiento de la conciencia de la dignidad humana, que la revelación de Cristo nos hace descubrir.

Jesús, viendo que le siguen muchas personas fascinadas por su enseñanza, buscando quizá en su compañía una solución a los problemas de la vida, un camino hacia el éxito, señala dos aspectos decisivos que permiten comprobar si sus disposiciones son idóneas para ser sus discípulos, como lo son los doce que ha elegido.

La primera es la relación con quienes nos han dado la vida y con quienes la hemos compartido: padre, madre, hermanos y hermanas, y con nuestra propia vida. Luego, la esfera de las posesiones: deben estar dispuestos a dejarlo todo. A aquellos primeros se les había pedido un desprendimiento real, que los hacía disponibles para ir a cualquier parte sin alforja y sin tener donde reposar la cabeza.

Para todos los cristianos que viven su fe en la vida ordinaria, este orden de valores es interior, y ayuda, cuando el amor a Jesús contraste con el amor a la familia y a las posesiones, a poder elegir siempre el primero.

La homilía sobre las lecturas del domingo XXIII

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Vaticano

De qué se ha hablado en el consistorio de cardenales

El concepto de sinodalidad y el papel de los laicos en la Iglesia han sido los dos temas que han centrado el consistorio de cardenales del 29 y 30 de agosto en Roma.

Stefano Grossi Gondi·31 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Traducción del artículo al italiano

La Iglesia se reunió en Roma junto al Papa para reflexionar sobre el futuro durante cuatro intensos días. Antes del consistorio, el sábado 27 de agosto, tuvo lugar el nombramiento oficial de 20 nuevos cardenales de todo el mundo, y después, los días 29 y 30, unos 200 cardenales se reunieron a puerta cerrada para debatir aspectos de “Praedicate Evangelium”, la Constitución Apostólica en vigor desde el pasado mes de junio. El Colegio Cardenalicio al completo está formado por 227 personas, por lo que en esta ocasión ha participado una gran mayoría, muy representativa de la comunidad eclesial.

Homilía de apertura

En su homilía de apertura, el Papa Francisco exhortó a los presentes sobre el fuego que Jesús vino a “arrojar sobre la tierra”, un fuego que el Espíritu Santo también enciende en los corazones, las manos y los pies de quienes lo siguen. Un fuego que puede ser poderoso o ser un rescoldo, en el que se manifiesta un estilo particular de Dios, cuando se comunica con mansedumbre, con fidelidad, con cercanía y ternura. 

“El doble modo de expresar el fuego nos recuerda” -dijo Francisco- “que el hombre de celo apostólico está animado por el fuego del Espíritu para ocuparse con valentía de las cosas grandes y pequeñas”.

Con estas palabras introductorias, el Papa estimuló en cierto modo a los participantes en el Consistorio para que abordaran con espíritu valiente los temas objeto de debate. 

Qué es la sinodalidad

Dos temas surgieron con más fuerza en la reunión central: entender qué es la sinodalidad y aclarar las circunstancias en las que los laicos pueden dirigir un dicasterio. Sobre la primera cuestión, algunas eminencias observaron que la sinodalidad es un asunto serio, sugiriendo, sobre todo, que “los obispos hacen el sínodo”.

Otros prelados expresaron diversas perplejidades sobre el mal uso del término “sinodalidad”, que ahora se utilizaría para indicar todo, incluso cosas que tendrían más que ver con la comunión que con la sinodalidad como siempre se ha entendido.

El papel del laicado

El otro asunto tratado versaba sobre el laicado. Se sabe que la nueva constitución reclama una mayor participación de los laicos en las estructuras del vértice, aunque sin profundizar en la cuestión. En más de un grupo de trabajo se propuso enumerar los dicasterios que pueden tener un laico al frente, sin dejar todo en una vaguedad genérica. 

En la base del primer día del consistorio, algunos cardenales plantearon la idea de definir la fuente de la jurisdicción a nivel doctrinal: ¿es el sacramento del orden o es la potestad suprema del Papa? No son precisamente disquisiciones accidentales, por lo que serán útiles las aclaraciones en un futuro próximo.  

En los debates se percibe un enfoque emergente para hacer el papel en la comunidad cristiana «más misionero» y abrir la puerta a una mayor presencia de los laicos y las mujeres, incluso a través de reuniones y debates más frecuentes.  

Segundo día del consistorio

El segundo día de reuniones confirmó la centralidad del tema de los laicos, que evidentemente se entiende como relevante en la evolución de la Iglesia. Tomando de nuevo como referencia la “Praedicate Evangelium”, los cardenales presentes debatieron en grupos lingüísticos, donde se hicieron propuestas, y luego se reunieron en sesión plenaria. 

El tema más escuchado fue el de los laicos, tomando como referencia lo afirmado en “Praedicate Evangelium”: “Todo cristiano, en virtud del Bautismo, es un discípulo-misionero en la medida en que ha encontrado el amor de Dios en Cristo Jesús”. No se puede dejar de tener esto en cuenta en la actualización de la Curia, cuya reforma, por tanto, debe prever la participación de los laicos, también en funciones de gobierno y responsabilidad. 

A continuación, se reafirmó la idea de que “hay dicasterios en los que es conveniente que haya laicos al frente”. La afirmación del laicado y de su papel es vinculada por algunos al desarrollo del espíritu misionero, pensando que “tarde o temprano llegaremos a una conciencia diferente, donde todo es misionero y misionero incluso, puede parecer paradójico, las propias oficinas de la Curia” (Cardenal Paolo Lojudice).

Balance

El cardenal arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, concluyó su participación hablando de una reunión “extraordinariamente edificante”. “Hablamos como amigos, como hermanos, con una inmensa caridad y un profundo amor a la Iglesia, sobre asuntos muy prácticos», dijo el cardenal. “Me alegro de que haya sucedido. Se esperaba con impaciencia”.

El Papa Francisco concluyó el consistorio con una Santa Misa. En su homilía pareció referirse a algunas de las cuestiones aquí mencionadas para el futuro de la Iglesia. “Si, junto con los discípulos, respondemos a la llamada del Señor y vamos a Galilea, al monte indicado por Él, experimentamos un nuevo asombro. Esta vez, lo que nos encanta no es el plan de salvación en sí mismo, sino el hecho -aún más sorprendente- de que Dios nos implique en su plan: es la realidad de la misión de los apóstoles con Cristo resucitado… Las palabras del Resucitado siguen teniendo el poder de conmover nuestros corazones dos mil años después. La insondable decisión divina de evangelizar el mundo a partir de aquel miserable grupo de discípulos, que -como señala el evangelista- aún dudaban, no deja de sorprendernos. Pero, mirándolo bien, no es diferente el asombro que nos embarga si nos miramos a nosotros, reunidos hoy aquí, a quienes el Señor nos ha repetido esas mismas palabras, ese mismo envío”.

El autorStefano Grossi Gondi

Vaticano

El Papa Francisco comienza catequesis sobre el discernimiento

El Papa Francisco comienza un nuevo ciclo de catequesis para sus audiencias públicas de los miércoles. En esta ocasión sobre la realidad humana del “discernimiento“ personal que es necesario hacer tantas veces en nuestro día a día.

Javier García Herrería·31 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Papa Francisco ha dedicado los últimos seis meses a una catequesis sobre la ancianidad y su papel en la familia, la Iglesia y el mundo. A partir de este miércoles, 31 de agosto, comenzará a reflexionar en las audiencias sobre el “discernimiento“. “El  discernimiento“ -son palabras del Papa- “es un acto importante que concierne a todos, porque las elecciones son una parte esencial  de la vida. Uno elige la comida, la ropa, un curso de estudio, un trabajo, una relación. En todos ellos se  realiza un proyecto de vida, y también nuestra relación con Dios“.

Decidir conlleva usar la inteligencia, evaluar nuestros intereses y afectos, implicar a la voluntad para seguir el bien que queremos. Así pues, se presentan unos meses en los que el Pontífice reflexionará sobre cuestiones muy antropológicas.

El esfuerzo para decidir

Como bien explicaba Ortega, la vida humana no es un proyecto cerrado, sino que el hombre debe decidir por sí mismo innumerables veces cada día. Por eso, el Papa Francisco señalaba que el “discernimiento implica un esfuerzo. Según la Biblia, no encontramos ante nosotros, ya empaquetada, la vida que hemos de vivir. Dios nos invita a evaluar y elegir: nos ha creado  libres y quiere que ejerzamos nuestra libertad. Por lo tanto, discernir es un reto.  

A menudo hemos tenido esta experiencia: elegir algo que nos parecía bueno y en cambio no lo era.  O saber cuál era nuestro verdadero bien y no elegirlo. El hombre, a diferencia de los animales, puede  equivocarse, puede no querer elegir correctamente. La Biblia lo demuestra desde sus primeras páginas.  Dios da al hombre una instrucción precisa: si quieres vivir, si quieres disfrutar de la vida, recuerda que  eres una criatura, que no eres el criterio del bien y del mal, y que las elecciones que hagas tendrán una  consecuencia, para ti, para los demás y para el mundo (cf. Gn 2,16-17); puedes hacer de la tierra un  magnífico jardín o puedes convertirla en un desierto de muerte. Una enseñanza fundamental: no es  casualidad que sea el primer diálogo entre Dios y el hombre“. 

El discernimiento es agotador

Con humor, el Papa Francisco señalaba que el “discernimiento es agotador pero indispensable para vivir“. Si además uno tiene a su cargo especiales responsabilidades familiares o laborales, se hace más costoso sobrellevarlo. Para conseguirlo el Santo Padre recomienda tener presente la filiación divina: “Dios es Padre y no nos deja solos, siempre está dispuesto a aconsejarnos, a animarnos, a acogernos. Pero  nunca impone su voluntad. ¿Por qué? Porque quiere ser amado y no temido. Y el amor sólo puede vivirse  en libertad. Para aprender a vivir hay que aprender a amar, y para ello es necesario discernir“.

Vaticano

Termina el consistorio de cardenales sobre «Praedicate Evangelium»

Rome Reports·31 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

Los cardenales han reflexionado sobre un documento que se espera que sea el punto de partida para una curia renovada, más misionera, más sinodal, más transparente desde el punto de vista económico y menos burocratizada.


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Vocaciones

Luis Alberto Rosales: “La labor de CARF sale adelante porque hay tres santos muy empeñados en ello”

Luis Alberto Rosales es el director general de la Fundación Centro Académico Romano (CARF) que, desde 1989, ayuda a la formación de sacerdotes y seminaristas de todo el mundo en las facultades eclesiásticas de la Universidad de Navarra y en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma.

Maria José Atienza·31 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

Gracias a la labor de la Fundación Centro Académico Romano (CARF) en sus poco más de 30 años de vida, más de 40.000 personas entre sacerdotes, seminaristas, religiosos y religiosas han podido ampliar su formación en estas facultades para servir a la Iglesia en más de 130 países. La realidad de este proyecto “que haría estallar la cabeza de cualquier economista”, destaca Luis A. Rosales, “es posible gracias a muchos pequeños donantes. Muchas veces no sabemos cómo van a salir las cosas y salen y yo siempre digo que es porque tenemos tres santos empeñados en esto”

La Fundación CARF nació hace ya más de 30 años. ¿Cuál fue la razón de este proyecto?

–En relación al nacimiento de CARF podemos hablar de dos orígenes: uno más cercano, el establecimiento, como tal, de la Fundación el 14 de febrero de 1989 y uno lejano. El lejano comenzó en 1978, cuando Juan Pablo II es elegido Papa. Una vez en la sede de Pedro, Juan Pablo II habló con Álvaro del Portillo, a quien conocía de las sesiones del Concilio Vaticano II y que había sucedido a Josemaría Escrivá al frente del Opus Dei, para indicarle que el Opus Dei debía establecer una universidad en Roma.

San Juan Pablo II era consciente de un punto clave del espíritu del Opus Dei que defendía san Josemaría, fallecido poco antes, era el amor a la Iglesia, al Papa y a los sacerdotes. Álvaro del Portillo le respondió que estaban las facultades eclesiásticas de Pamplona; pero Juan Pablo II insistió en la necesidad de la presencia de una universidad en Roma. Y le señaló además dos características que tenía que tener: por una parte, solidez de doctrina y además, estudios de comunicación, porque los sacerdotes tenía que saber de comunicación. A esto se sumaba la necesidad de solucionar la residencia de los sacerdotes y seminaristas que fueran a estudiar a Roma y Pamplona. Es decir, habría que hacer un seminario en Roma y otro en Pamplona y residencias…

Comenzaron entonces la búsqueda de un edificio para la universidad en Roma y para un seminario en Roma y otro en Pamplona; y comenzaron también las gestiones de créditos, alquileres, contratación de personal, servicios… Hasta que, en 1984 arranca lo que hoy es la Universidad Pontificia de la Santa Cruz.

Comenzaron a llegar los estudiantes: sacerdotes, seminaristas, religiosas y religiosos… y, en pocos años, se produjo un colapso económico. La razón es sencilla: en España, por ejemplo, tenemos muy claro “cuanto cuesta” un sacerdote; seguridad social, los sueldos… etc., pero en países como Brasil, Benin, Kenia o Nigeria, un sacerdote “cuesta” muchísimo menos, son cantidades ridículas para la Italia o la España también de entonces. Las cantidades que aportaban los superiores y obispos para sus alumnos eran ésas y, evidentemente, con lo que se puede destinar a un sacerdote en esos países no se paga una universidad privada, ni una residencia en Roma o Pamplona… Se produjo, pues, un colapso: no se podían pagar las nóminas, los servicios…

Ante este panorama, se vio la necesidad de una fundación y nace lo que hoy conocemos como CARF.

Pero no es sólo económica la razón de ser de CARF…

–No. De hecho, Álvaro del Portillo quiso que esta fundación tuviera dos misiones clave: la primera es que CARF debía difundir el buen nombre de los sacerdotes y fomentar las vocaciones sacerdotales… y la segunda, que fuera viable: que los obispos de todo el mundo pudieran tener la oportunidad de enviar a sacerdotes y seminaristas, o los superiores de órdenes religiosas a sus hermanos y hermanas, a realizar estudios en estas dos facultades eclesiásticas.

Don Álvaro, que era consultor de varias congregaciones vaticanas, era consciente de que había sacerdotes que tenían mal comportamiento, pero también de que, por cada uno de estos que actuaba mal, otros miles se dejaban la vida por los demás, y no sólo en países lejanos sino en Nueva York, en Roma o en Berlín y no había derecho a la mala imagen que, ya entonces, tenían los sacerdotes y la Iglesia.

Por esta razón, aunque siempre se necesita ayuda económica, el primer fin de CARF es fomentar las vocaciones y difundir el buen nombre de los sacerdotes por lo que si alguien no puede dar dinero, puede ayudar difundiendo la labor de CARF.

En este sentido, ¿cómo ayuda CARF a quienes quieren estudiar en estas facultades de Roma o Pamplona?

–El funcionamiento es el siguiente: los superiores religiosos (masculinos o femeninos) y obispos interesados se dirigen a las facultades eclesiásticas de la Universidad de Navarra o a la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, pidiendo plaza y, posteriormente, si no se puede asumir el coste de estos estudios, piden una beca.

Desde CARF pedimos que, al menos, aporten lo que costaría su mantenimiento en los países de origen porque el “todo gratis” no es formativo. Hay ocasiones en las que nos encontramos con el problema de las plazas, porque no siempre hay sitio en las residencias y los seminarios. En Roma se cubren, en cierta medida, con los Colegios nacionales, pero no es lo mismo. En las residencias y seminarios internacionales se les cuida muchísimo, es una familia y ellos lo aprecian de manera especial.

¿De qué países proceden los estudiantes? ¿Todos son becados?

–En las facultades eclesiásticas de la Universidad de Navarra y en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz encontramos estudiantes de más de un centenar de nacionalidades. De hecho, el tercer país con mayor número de alumnos es Estados Unidos. Lógicamente, a un estadounidense, un alemán o un español que pueda costearse los estudios no se le da una beca.

¿Qué tipo de persona colabora con CARF?

–CARF es una fundación española. Aunque apoye a estudiantes de 133 nacionalidades, la mayor parte de nuestros socios son españoles. Es verdad que cada vez hay más variedad, ya que a través de internet se llega a todas partes.

Nuestros cauces son el boletín, nuestro sitio web y las redes sociales, por las que han entrado donaciones de otros países. La mayoría son donativos “humildes”: muchísimas personas que dan 5 euros al mes o 20 euros año. La inmensa mayoría, el 80%, son de este tipo de pequeñas aportaciones. Esto es muy bonito. Evidentemente se necesitan donativos importantes porque si no, esto no es viable, pero la mayoría son de pequeñas cantidades.

En CARF no admitimos donaciones anónimas. Todas tienen nombre y apellidos; aunque no conocemos al 90% de quienes realizan estos donativos. Son muchas personas buenas, que ven el Boletín en su parroquia o alguna publicación en las redes sociales. Una vez que nos ayudan se intenta mantener más o menos un pequeño seguimiento desde la fundación por si surgiera algún tema. Podemos decir que no hay una relación causa-efecto de nuestro trabajo a lo que sucede, y las cosas salen. Yo lo achaco a que hay tres santos (san Juan Pablo II, san Josemaría y el beato Álvaro del Portillo) muy empeñados en que esto salga adelante, porque es asombroso. En cualquier actividad comercial se conoce el negocio y aquí no sabemos de dónde viene la mayor parte.

Las Facultades Eclesiásticas de Navarra y la Universidad de la Santa Cruz están ligadas al Opus Dei ¿Cómo conocen CARF y su labor fuera del ámbito de la Obra?

–La realidad es que el 85 % de los becados no tienen relación con el Opus Dei. En nuestra historia hemos trabajado con más de 1.200 diócesis y centenares de congregaciones religiosas. Esto supone que CARF es muy conocido entre los obispos y superiores religiosos de todo el mundo. El prestigio de las universidades de Navarra y la Santa Cruz es muy grande también. Los obispos y superiores eligen estas facultades por muchos motivos y, con la ayuda de CARF, solucionan también temas como el alojamiento o la atención de los estudiantes.

Con más de 30 años de camino recorrido, ¿qué balance hace de la labor desarrollada por CARF?

–Estamos muy contentos. Cuando el hoy beato Álvaro del Portillo confió a esta fundación la misión que tiene, todo era un sueño. Es una alegría y un motivo para dar gracias a Dios. Realmente es una maravilla ver donde se ha llegado. Y mirando al futuro, dónde se llegará será donde Dios quiera.

Ningún plan de marca hubiera soñado esto: ser conocidos y ayudar a gente del mundo entero… y menos aún sin tener certeza de cómo puede salir este dinero, que es mucho, y, a pesar de todo al final, la cosas salen. Salen porque allí arriba tenemos tres pares de manos que nos ayudan.

Algunas cifras

En su Memoria 2021, la Fundación Centro Académico Romano recoge algunos de los principales números de su tarea.

El pasado año la fundación obtuvo 9.715.000 euros a través de donaciones periódicas, testamentos, donaciones puntuales e ingresos derivados de patrimonio. De esta cifra un 75,04% se destinó a la formación de sacerdotes y seminaristas y un 0,8% al patronato de acción social.

En Roma

Los sacerdotes y seminaristas que realizan sus estudios en Roma acuden a la Universidad Pontificia de la Santa Cruz que dispone de cuatro facultades eclesiásticas: Teología, Filosofía, Derecho Canónico y Comunicación Social Institucional, y de un Instituto Superior de Ciencias Religiosas.

En en plano residencial, en Roma se encuentran el Seminario Internacional Sedes Sapientiae y los Colegios Sacerdotales Altomonte y Tiberino

España

Las Facultades Eclesiásticas de la Universidad de Navarra se componen de las facultades de Teología, Filosofía, Derecho Canónico, y del Instituto Superior de Ciencias Religiosas.

En Pamplona, los estudiantes pueden residir en el Seminario Internacional Bidasoa y también en los Colegios mayores Echalar, Aralar y Albáizar, junto con la residencia Los Tilos.

Un estudiante conlleva unos 18.000 euros de gasto por curso: 11.000 euros aproximadamente de alojamiento y manutención, 3.500 de complemento por formación académica, unos 2.700 de matrícula universitaria y 800 de formación humana y espiritual.

Vaticano

El Papa Francisco y los ministerios laicales

El Papa Francisco ha invitado a las Conferencias Episcopales a compartir sus experiencias sobre cómo se han dado los ministerios laicales en los últimos 50 años.

Ricardo Bazán·30 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El pasado 24 de agosto, el Papa Francisco publicó una carta dirigida a toda la Iglesia con motivo de los 50 años del motu proprio de San Pablo VI, Ministeria quaedam, en la que el papa instituyó los ministerios laicales. En este caso, Francisco invita a reflexionar sobre los ministerios, es decir, ciertas funciones que algunos fieles realizan en la Iglesia.

En aquella oportunidad, el papa Montini dio por terminada una etapa en la Iglesia en la que la entrada al estado clerical se hacía a través de la tonsura, acto que consistía en cortar un poco de cabello del candidato a las órdenes sagradas, las cuales estaban divididas en órdenes menores y órdenes mayores. Desde la entrada en vigor de Ministeria quaedam, 1 de enero de 1973, los ministerios del lectorado y del acolitado no sólo se podían conferir a los candidatos al sacerdocio, sino también a fieles laicos.

Los ministerios accesibles a laicos

Francisco ha introducido algunos cambios en la línea de los ministerios instituidos por Pablo VI. Por una parte, el 10 de enero de 2021 fue publicado el motu proprio Spiritus Domini, el cual permitía que se pudiera conferir el lectorado y el acolitado a mujeres. Por otro lado, el 10 de mayo del mismo año fue publicado el motu proprio Antiquum ministerium, que creaba el ministerio del catequista. Por tanto, señala el pontífice, se trata de profundizar en la doctrina de los ministerios más que una ruptura, pues ya desde el inicio de la Iglesia nos encontramos con diversos ministerios, dones del Espíritu Santo para la edificación de la Iglesia. Así pues, estos ministerios se dirigen al bien común de la Iglesia y la edificación de la comunidad.

En la presenta carta, Francisco advierte que los ministerios no pueden estar sujetos a ideologías o adaptaciones arbitrarias, sino que son fruto del discernimiento en la Iglesia, a ejemplo de los apóstoles que se vieron en la necesidad de sustituir a Judas, de modo que el Colegio Apostólico quedara completo.

Así, los pastores de la Iglesia deben discernir qué es lo que la comunidad necesita en cada momento, guiados por el Espíritu Santo, debiendo hacer adaptaciones que apunten a cumplir con la misión que Cristo encargó a los apóstoles, una misión sobrenatural, que mira a la santificación.

Por tanto, no se trata de crear ministerios para que todos en la Iglesia tengan algo que hacer durante la misa, sino, para servir, que es lo que significa la palabra ministerio, y contribuir a la edificación de la Iglesia, cada uno según su estado.

Aquí nos encontramos con un peligro latente en la Iglesia, la clericalización del laico, es decir, atribuir ciertas funciones a los laicos, algunas de ellas propias del estado clerical, como si los laicos no tuvieran una función propia. De allí que la definición del Código de Derecho Canónico sea muy pobre para definir a los laicos, al señalar que los laicos son aquellos que no son ni clérigos ni consagrados (cfr. 207 § 1).

En cambio, la Constitución dogmática Lumen Gentium presenta lo que son realmente los laicos: “A los laicos corresponde, por propia vocación, tratar de obtener el reino de Dios gestionando los asuntos temporales y ordenándolos según Dios. Viven en el siglo, es decir, en todos y cada uno de los deberes y ocupaciones del mundo, y en las condiciones ordinarias de la vida familiar y social, con las que su existencia está como entretejida. Allí están llamados por Dios, para que, desempeñando su propia profesión guiados por el espíritu evangélico, contribuyan a la santificación del mundo como desde dentro, a modo de fermento.” (Lumen Gentium, n. 31).

Teniendo en cuenta estas ideas, el Papa Francisco hace una invitación a las Conferencias Episcopales para compartir sus experiencias acerca del modo cómo se han dado estos ministerios instituidos por Pablo VI durante los últimos 50 años, así como el reciente ministerio del catequista, además de los ministerios extraordinarios, por ejemplo, el ministro extraordinario de la Comunión, y aquellos realizados de facto, cuando en una parroquia se organizan para que algunos fieles hagan las lecturas de la misa o ayuden en la celebración eucarística, sin que hayan sido oficialmente instituidos como lectores o acólitos.

Queda saber cuándo y cómo se dará este diálogo o intercambio de experiencias que esperemos se muevan dentro de esas dos líneas que el Papa señala en su carta, el bien común y la edificación de la comunidad, es decir, de la Iglesia de Cristo.

El drama de Arthur Schopenhauer

La vida de Arthur Schopenhauer (Danzing, 1788-Frankfurt, 1860), uno de los mayores filósofos alemanes de todos los tiempos, coincidió con un momento cultural de extraordinaria vitalidad: el nacimiento del idealismo y del romanticismo germanos.

29 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Fue la suya una existencia dramática, marcada por las figuras de un padre dominante y una madre con ambiciones literarias, y por una indomable voluntad de triunfar en el denso ambiente intelectual que le tocó vivir, donde habían brillado pensadores como Kant, Fichte, Schelling o Hegel.

En una época en que imperaba el culto a la razón, Schopenhauer ya intuyó algunos de los rasgos que configuran nuestro presente: el irracionalismo, el pesimismo trágico, la primacía de la voluntad, de los instintos y del deseo, así como la importancia del arte para entender la naturaleza del ser humano. Lástima que a un hombre tan inteligente le faltara la humildad propia de quien conoce a Dios».

En la estupenda biografía que le dedica Rüdiger Safranski, se afirma que se suele olvidar que estamos ante un filósofo de principios del siglo XIX aunque de tardía influencia especialmente a través de su discípulo Nietszche.

Para él, la voluntad es al mismo tiempo la fuente de la vida y el sustrato en el que anida toda desventura: la muerte, la corrupción de los existente y el fondo de la lucha universal. Schopenhauer nada contra la corriente de su tiempo: no le anima el placer de la acción, sino el arte del abandono.

Además de su célebre pesimismo, su obra tiene elementos aprovechables como su filosofía de la fuerza interior y la invitación al silencio.

Hacia el final de su vida dijo una vez a un interlocutor: “Una filosofía entre cuyas páginas no se escuche las lágrimas, el aullido y el rechinar de dientes, así como el espantoso estruendo del crimen universal de todos contra todos, no es una filosofía”.

Su padre, un rico mercader, quiso hacer de él un comerciante también (un hombre de mundo y de finas costumbres). Pero Arthur, favorecido en este punto por el temprano suicidio de su padre (de quien aprendería el valor, el orgullo, la sobriedad y una arrogancia firme e hiriente) y ayudado por su madre, con la que posteriormente se enemistaría, se convirtió en filósofo. Su pasión por la filosofía surge del asombro ante el mundo y, puesto que tenía fortuna heredada, pudo vivir para la filosofía y no necesitó vivir de ella.

Su obra principal, El mundo como voluntad y representación, fue para él la auténtica tarea de su existencia y no tuvo ningún éxito cuando se publicó. Se retira entonces de la escena sin haber llegado a actuar y se dedica entonces a contemplar desde la barrera el carnaval, a veces cruel, de la vida.

Siendo un hombre de una autoestima prodigiosa, supo pensar y esbozar las tres grandes humillaciones de la megalomanía humana: la humillación cosmológica (nuestro mundo no es más que una de las innumerables esferas que pueblan el espacio infinito y sobre la que se mueve una capa de moho con seres vivientes y cognoscentes); la humillación biológica (el hombre es un animal en el que la inteligencia le sirve exclusivamente para compensar la falta de instintos y la inadecuada adaptación al medio); y la humillación psicológica (nuestro yo consciente no manda en su propia casa).

En la obra del filósofo de Danzing así como en su biografía, podemos descubrir que Schopenhauer fue un niño sin suficiente amor (su madre no amaba a su padre y hay quien dice que se ocupó de Arthur sólo por obligación), lo cual dejó heridas recubiertas luego por el orgullo. En su Metafísica de las costumbres dirá que el ser humano “llevará a cabo toda clase de intentos frustrados y hará violencia a su carácter en los detalles; pero en conjunto tendrá que plegarse al mismo” y que “si queremos apresar y poseer algo en la vida tenemos que dejar innumerables cosas a derecha e izquierda, renunciando a ellas. Pero si somos incapaces de decidirnos de esta manera y nos volcamos sobre todo lo que nos atrae de modo provisional, como hacen los niños en la feria anual, corremos de este modo en zigzag y no llegamos a ningún sitio. El que quiere serlo todo no puede llegar a ser nada”.

Influido por la lectura del Candide de Voltaire y sobrecogido por la desolación de la vida al contemplar la enfermedad, la vejez, el dolor y la muerte, a los 17 años pierde la poca fe que tenía y afirma que “la verdad clara y evidente que el mundo expresaba se superpuso pronto a los dogmas judaicos que me habían inculcado y llegué a la conclusión de que este mundo no podía ser obra de un ser benévolo sino, en todo caso, la creación de un diablo que lo hubiese llamado a la existencia para recrearse en la contemplación de su dolor”. A la vez y paradójicamente atacará al materialismo diciendo que “el materialista será comparable al barón de Münchausen, el cual, nadando a caballo en el agua, trataba de tirar del caballo con las piernas y para arrastrarse a sí mismo tiraba de su propia coleta hacia delante”.

Y es precisamente su renuncia a las verdades cristianas la que le convertirá en un individuo de insoportable trato y de desgraciada existencia: acabará sus días sólo, enfadado durante años con su madre y su única hermana, sin haber conseguido comprometerse con ninguna de las mujeres de las que se aprovechó, denunciado por una vecina que afirmó que la que tiró por las escaleras en una discusión por el ruido que hacía al hablar, y encontrado muerto por su ama de llaves en el sofá de su casa.

Cuando su madre cogió la tesis de Schopenhauer La cuádruple raíz, le dijo: “debe ser algo para boticarios”, a lo que Arthur respondió: “será leído cuando no quede en el trastero ni uno sólo de tus escritos” y su madre replicó: “de los tuyos estará por estrenar toda la edición”.

Sin embargo, a lo largo de su vida tendría momentos de lucidez como cuando concede importancia a la compasión en la vida de los hombres (él mismo deja su herencia a una organización de beneficencia) o cuando le gustaba subir a las montañas y contemplar la belleza del paisaje desde lo alto. En un diario suyo dejará escrito: “Si quitamos de la vida los breves instantes de la religión, del arte y del amor puro, ¿qué es lo que queda sino una sucesión de pensamientos triviales?”. Y en una carta a su madre llegará a decir: “las pulsaciones de la música divina no han cesado de sonar a través de los siglos de barbarie, y un eco inmediato de lo eterno ha permanecido en nosotros, inteligible para todos los sentidos e incluso por encima del vicio y la virtud”.

En el terreno político, el patriotismo le resulta extraño, los acontecimientos bélicos son “trueno y humo”, un juego extraordinariamente necio. Tenía el “pleno convencimiento de no haber nacido para servir a la humanidad con el puño sino con la cabeza y de que mi patria es mayor que Alemania”. Para él, el Estado es un mal necesario, una máquina social que, en el mejor de los casos, acopla el egoísmo colectivo con el interés colectivo de supervivencia y que no tiene ninguna competencia moral. No desea un Estado con alma que, en cuanto puede, trata de poseer el alma de sus súbditos. Schopenhauer defiende sin compromisos la libertad de pensamiento.

En 1850 terminó su última obra, los Parerga y Paralipomena, escritos secundarios, pensamientos dispersos, aunque sistemáticamente ordenados, sobre diversos temas. Entre ellos se encuentran los Aforismos sobre la sabiduría del vivir, que tan famosos se hicieron después (junto a El arte de tener razón: expuesto en 38 estratagemas). En ellos no falta el sentido del humor de su autor, quien afirmó que tomarnos demasiado en serio el presente nos convierte en personas irrisorias y que solo unos cuantos espíritus grandes lograron dejar esa situación para convertirse en personas reidoras. Poco antes de morir afirmó: “La humanidad ha aprendido de mí cosas que nunca olvidará”. Aprendamos pues de sus virtudes y de sus errores.

Actualidad

El Papa Francisco abre el jubileo de la “Perdonanza”

Rome Reports·29 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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El Papa Francisco abrió la puerta del jubileo en la basílica de Santa María de Collemaggio de la localidad de L’Aquila. Con esta apertura se daba comienzo al Jubileo del perdón, que se celebra aquí cada año desde 1294.

Es el primer Papa que abre esta Puerta Santa desde Celestino, hace 728 años.

Vaticano

¿Qué se debatirá en el Consistorio de cardenales del 29 y 30 de agosto?

El 29 y 30 de agosto tendrá lugar una importante reunión de cardenales, un consistorio extraordinario. Repasamos los temas que se abordarán y cómo queda la composición del colegio cardenalicio.

Andrea Gagliarducci·28 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

El consistorio extraordinario que se celebrará los días 29 y 30 de agosto será el primero de este tipo convocado por el Papa Francisco desde 2015. Anteriormente, era costumbre que, una vez convocados los cardenales a Roma para la creación de los nuevos birretes rojos, se aprovechara también para celebrar un consistorio extraordinario, es decir, una reunión de todos los cardenales sobre temas de interés común.

El Papa Francisco había mantenido esta práctica para el Consistorio de 2014 y el de 2015. En 2014, el tema fue la familia, vio el informe del cardenal Walter Kasper e introdujo el gran debate sobre el tema del Sínodo Especial sobre la Familia. En 2015, el tema fue en cambio la reforma de la Curia, y contó con varios informes de los cardenales que participaron en la reforma, así como con un amplio debate.

Tras el Consistorio de 2015, el Papa Francisco convocó a cardenales de todo el mundo para la creación de nuevos birretes rojos en 2016, 2017, 2018, 2019 y 2020. Cinco consistorios más que, sin embargo, no tuvieron a continuación una reunión general. Mientras tanto, los trabajos de reforma de la Curia continuaron y se finalizaron. Y al mismo tiempo, el Colegio de Cardenales estaba siendo profundamente modificado.

Ahora el Papa Francisco retoma esta costumbre del consistorio extraordinario, pero todo ha cambiado. Empezando por la propia cara del Colegio de Cardenales. Veamos cómo.

Cambios en el Colegio de Cardenales

En el Consistorio de 2015, el Papa Francisco había creado 15 cardenales electores y 5 no electores. En los siguientes consistorios, creó 73 cardenales más, de los cuales 48 son electores. El rostro del Colegio de Cardenales ha cambiado profundamente en los últimos años, pero los cardenales no se han conocido entre sí.

Tras el consistorio de agosto, habrá 132 cardenales electores, 12 más del límite de 120 establecido por Pablo VI. A finales de 2022, otros seis cardenales cumplirán 80 años, con lo que perderán su derecho a votar en el cónclave. En total, el Papa Francisco habrá creado 82 de los 126 cardenales. Esto significa que, en un posible cónclave, los cardenales creados por el Papa Francisco serán algo más del 65%. El quórum para la elección de un Papa es de dos tercios, es decir, 84 cardenales. Los cardenales creados por el Papa Francisco serán, por tanto, sólo dos menos que el cupo necesario para elegir al sucesor a finales de 2022.

Como puede verse, se trata de un colegio cardenalicio profundamente cambiado. El debate sobre la reforma de la Curia servirá, más que nada, para que los cardenales se conozcan entre sí y sepan cuál es su posición en determinados temas. Para ello se espera también el Consistorio extraordinario del 29-30 de agosto.

Las modalidades del Consistorio

Sin embargo, el Consistorio Extraordinario será profundamente diferente a los que hemos estado acostumbrados hasta ahora. No hay ponencias, ni informes, y sólo está previsto un debate abierto para la mañana del 30 de agosto. Todos los cardenales han recibido un informe sobre la reforma de la Curia, redactado por Mons. Marco Mellino, secretario del Consejo de Cardenales, y ya publicado en L’Osservatore Romano, así como presentado en la última reunión interdicasterial.

En su informe de 11 páginas, el obispo Mellino se detiene en algunos aspectos particulares de la reforma. Entre los detalles interesantes está el hecho de que el texto del «Praedicate Evangelium» -así se llama la constitución apostólica que regula las competencias y tareas de los cargos de la Curia a partir de junio de 2022- está firmemente en manos del Papa desde 2020, y que por tanto cualquier cambio posterior debe atribuirse sólo al Santo Padre, en su papel de legislador supremo.

Luego está la cuestión del papel de los laicos, que ahora -como sabemos- pueden convertirse en jefes de los dicasterios de la Curia Romana. Mellino interpreta así el canon que prevé la cooperación de los laicos en la potestad de los ministros ordenados como un «tener parte» de la misma potestad, entendiendo que hay tareas y prerrogativas que sólo pueden concernir a los ministros ordenados.

Mellino explica también el énfasis puesto en el tema de la evangelización, así como en el de la Caridad. Por eso se decidió transformar la Limosnería Apostólica en un verdadero dicasterio de la Curia Romana.

El texto, sin embargo, es sólo una introducción, y muchos cardenales ya están preparando sus comentarios. En general, por lo que se desprende de varias conversaciones, los cardenales se centran en la sustancia más que en la funcionalidad. La cuestión ya no es cómo se organiza la Curia, sino si esta organización puede realmente apoyar la evangelización. ¿Habrá espacio para un debate sobre esta cuestión?

Las diferencias con el último consistorio extraordinario

Todo está por ver. En 2015, 164 cardenales de todo el mundo participaron en el Consistorio. Hubo un primer informe extenso sobre cuestiones económicas, con informes del Cardenal George Pell, entonces Prefecto de la Secretaría para la Economía; el Cardenal Reinhard Marx, Presidente del Consejo para la Economía; Joseph F.X: Zahra, Vicepresidente del Consejo para la Economía; y Jean-Baptise de Franssu, Presidente de la Junta de Superintendencia del IOR.

Luego, al día siguiente, hubo un informe del Consejo de Cardenales (entonces C9) sobre la reforma de la Curia. A continuación, el cardenal Sean O’Malley habló de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, que acaba de ser creada.

Esta vez, aparte del informe del obispo Mellino, no está previsto ningún otro informe. En su lugar, se llamará a los cardenales para que se dividan en grupos lingüísticos, cada grupo con un moderador, y sólo en estos pequeños grupos tendrá lugar el debate. Un poco como lo que sucede en el Sínodo, después de todo.

En el debate de la mañana del 30 de agosto, los moderadores expondrán las conclusiones de los grupos y habrá espacio para el debate. Pero seguirá siendo un debate de duración limitada. Por la tarde, tendrá lugar la misa del Papa con los nuevos cardenales, que pondrá fin a estos tres días de nombramientos.

Para conocerse, los cardenales tendrán dos almuerzos y dos cenas juntos, y algún debate al margen. Comentarán la reforma de la Curia, pero conscientes de que la reforma ya es una realidad y ya está estructurada: no se puede cambiar, o al menos no sustancialmente.

¿Un nuevo tipo de consistorio?

Ciertamente, es una fuerte ruptura con la tradición de los consistorios. Los Consistorios fueron especialmente importantes en la Edad Media como órgano de gobierno, y también sirvieron como tribunal de justicia. El Papa Inocencio III llegó a convocar tres reuniones de los cardenales por semana.

Tras la reforma de la Curia por parte de Sixto V en el siglo XVI, los consistorios perdieron su peso de gobierno. Los cardenales asistían al Papa en el gobierno de la Iglesia a través de su trabajo en las congregaciones vaticanas, mientras que los consistorios se convocaban para dar solemnidad a ciertos momentos importantes de la Iglesia.

Hay que decir que el consistorio adquirió una importancia renovada tras el Concilio Vaticano II. El padre Gianfranco Grieco, historiador del Vaticano para el L’Osservatore Romano, en su libro “Pablo VI. Ho visto, ho creduto» («He visto, he creído»), contaba cómo el Papa Montini siempre quería que los cardenales reunidos en el consistorio le esperaran a su regreso de un viaje internacional, para intercambiar con ellos las primeras opiniones del viaje.

Juan Pablo II convocó seis consistorios extraordinarios durante su pontificado, en los que se trataron diversos temas como la renovación de la Curia, la Iglesia y la cultura, la situación financiera, el Jubileo, las amenazas contra la vida, el desafío de las sectas.

Benedicto XVI también solía preceder los consistorios para la creación de nuevos cardenales con momentos de intercambio. Queda por ver si este nuevo formato deseado por el Papa Francisco es sólo una forma extraordinaria de organizar los consistorios o si se formaliza como una nueva modalidad. Ciertamente, el próximo consistorio extraordinario tiene su propia particularidad que hay que tenerla en cuenta.

El autorAndrea Gagliarducci

Evangelización

Enzo Petronilo: «Hay más de 48.000 diáconos y su número va en aumento»

En el mundo hay 414.000 sacerdotes, un número escaso para desarrollar adecuadamente la tarea evangelizadora. Por eso, que el número de diáconos vaya en aumento es visto con una esperanza cada vez mayor.

Federico Piana·27 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

En la Iglesia hay una realidad, quizá todavía poco conocida, que crece sin cesar en el mundo: la del diaconado. “En los últimos años hay más de 48.000 diáconos presentes en todos los continentes y su número va en aumento. Por ejemplo, de 2018 a 2019 crecieron en 1.000. Un verdadero don del Espíritu Santo“, dice Enzo Petrolino, de 73 años, diácono permanente y presidente de la Comunidad del Diaconado en Italia.

Pero, ¿quiénes son los diáconos? A esta pregunta, Enzo Petrolino, que también es marido y feliz padre de tres hijos, responde volviendo a tejer el hilo de la historia: “Para entenderlos bien, hay que partir de los Hechos de los Apóstoles, en los que el evangelista Lucas nos habla de la institución de los siete primeros diáconos, que fueron elegidos para responder a una necesidad de las primeras comunidades cristianas: atender a las viudas de los helenos, previamente abandonadas. Los diáconos, en esencia, han nacido para servir“.

¿La diaconía, que en griego significa servicio, está reservada a alguien en particular?

– Es una vocación que concierne a todos los bautizados y puede considerarse el corazón de la misión de la Iglesia, porque Jesús mismo dijo: “No he venido a ser servido sino a servir“, a ser diácono del Padre. La historia nos enseña que los diáconos desaparecieron entonces durante 1500 años y sólo el Concilio Vaticano II, con la Constitución Dogmática Lumen Gentium, reintrodujo en la Iglesia esta figura, llamada no al ministerio sino al servicio. 

¿Cuál es la importancia del diaconado en la Iglesia de hoy?

– La actualidad se encuentra en el Magisterio del Papa Francisco. El Santo Padre, desde el inicio de su pontificado, ha dicho que quiere una Iglesia pobre para los pobres y por eso debe ser diaconal, saliente: atenta a los últimos y a las periferias, no sólo físicas sino también existenciales.

¿Cuáles son las áreas de competencia de los diáconos?

– Los ámbitos de competencia abarcan varios frentes: hay diáconos que trabajan en Cáritas local o en la pastoral de la salud; los hay que trabajan en las cárceles o los que se dedican al servicio de la liturgia y la evangelización. Otro frente importante es el de la familia: aquí los diáconos tienen más oportunidades de ayudar porque el 98% de ellos están casados.  

¿Cuál es la tendencia de las vocaciones diaconales en comparación con las sacerdotales?

– Desgraciadamente, en los países occidentales disminuyen las vocaciones sacerdotales, mientras que sigue habiendo un fuerte descenso de seminaristas, que en mayor número se encuentran en Asia, África y América: Europa está a la cola. Es diferente en el caso de las vocaciones diaconales, que crecen constantemente en todos los países del mundo. El mayor número de diáconos se encuentra en Estados Unidos, Brasil e Italia, tercero en el mundo, pero primero en Europa.

El papel de las esposas en el camino vocacional diaconal es fundamental: si la esposa de un aspirante a diácono casado no está de acuerdo, el marido no puede ser ordenado. ¿Cómo participan las esposas en este camino?

– La implicación de las esposas es un aspecto en el que nuestra comunidad está insistiendo mucho, tratando de concienciar a las esposas de lo que van a afrontar una vez que su marido se convierta en diácono. Nos centramos en su formación, paralela a la de los aspirantes a diáconos.

¿Qué futuro cercano imagina para el diaconado en el mundo?

– Imagino que será un futuro muy interesante y estará ligado a una Iglesia cada vez más extrovertida. Los diáconos tendrán que aprender a ser más sinodales, caminando juntos, afrontando cuáles son las nuevas necesidades del mundo y de la Iglesia. Nuestro reto será evitar un diaconado en funciones que no sirva para nada.

El autorFederico Piana

 Periodista. Trabaja en Radio Vaticana y colabora con L'Osservatore Romano.

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Lecturas del domingo

Otra bienaventuranza presente en el Evangelio. XXII domingo del Tiempo Ordinario (C)

Andrea Mardegan comenta las lecturas del XXII domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo. 

Andrea Mardegan·26 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

La lectura del sabio Sirácide introduce el tema de la mansedumbre y la humildad tan querido para Jesús. “Hijo, haz tus obras con mansedumbre, y serás más querido que un hombre generoso. Cuanto más grande seas, más humilde serás, y encontrarás gracia ante el Señor. Muchos son los soberbios y altaneros, pero a los mansos Dios les revela sus secretos”. El Salmo Responsorial, por otra parte, introduce el tema del cuidado de Dios por los pobres y desamparados: “Padre de los huérfanos y defensor de las viudas es Dios en su santa morada. A los solitarios, Dios les hace un hogar, saca a los cautivos con alegría”.

Jesús va a comer a casa de uno de los dirigentes de los fariseos, y queremos pensar en cómo no evita los ambientes que le son hostiles y no pierde la oportunidad de intentar cambiar su comportamiento y mentalidad, confiando en que puedan entender y con la intención de que también nosotros, que estamos alejados del tiempo y la cultura de ese ambiente, recibamos una enseñanza. Jesús prefiere recoger aspectos de la vida cotidiana para proponer su enseñanza, para cambiar nuestra vida diaria y para que comprendamos la lógica del Reino de Dios, que se revela y realiza en la vida cotidiana.

El pasaje comienza con su entrada en la casa y las miradas de todos puestas sobre él. A continuación, Lucas narra la curación de un hombre enfermo de hidropesía, sobre la que los invitados no pueden decir nada aunque ocurra en sábado, porque Jesús les hace callar con la consideración de que si uno de sus hijos o un buey cayera en el pozo en sábado lo sacarían. Vence el amor sobre la letra de la ley. Mientras tanto, Jesús les devuelve la mirada y se da cuenta del ansia de los invitados por ponerse en primer lugar. Entonces les cuenta la parábola de los invitados a la boda, para enseñar y corregir sin herir, pero no se refiere sólo a los buenos modales sociales, ni recomienda un truco para llegar a la cima: más bien revela un rasgo profundo de la lógica de Dios, que encontramos en toda la historia de la salvación: el que se
humilla será exaltado. La imagen del banquete nupcial es una imagen escatológica del Reino.

En esa comida, tras la curación del hidrópico y la parábola sobre la humildad de elegir el último lugar en el banquete nupcial, la tercera enseñanza es un consejo dirigido directamente al anfitrión, a quien sugiere que viva en su concreción la lógica que Dios tiene en su historia de salvación: que haga que su vida cotidiana refleje el estilo de Dios, que privilegia a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos. Y le promete que es destinatario de otra de las bienaventuranzas que encontramos en los Evangelios: “Serás bienaventurado porque no pueden pagarte; te pagarán en la resurrección de los justos”.

La homilía sobre las lecturas del domingo XXII

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.