Valores para una sociedad democrática

La reflexión de Joseph Weiler en el Foro Omnes acerca de la identidad y el futuro de Europa se enmarca en una línea de pensamiento defendida, entre otros, por el Papa Benedicto XVI.

11 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El profesor norteamericano Joseph Weiler ha intervenido en un Foro Omnes, exponiendo su visión sobre la crisis espiritual de Europa. Nuevamente nuestro medio ha tenido la oportunidad de convocar a un pensador distinguido con el Premio Ratzinger, que concede cada año la Fundación que lleva el nombre del Papa emérito: en este caso el de 2022, que el Santo Padre le entregará en el mes de diciembre.

Se recordará que san Juan Pablo II había señalado la conveniencia de no ver Europa como una unidad geográfica, sino como “un concepto predominantemente cultural e histórico, que caracteriza una realidad nacida como Continente gracias también a la fuerza aglutinante del cristianismo” (Ecclesia in Europa, 108). Y que Benedicto XVI, en 2004, constataba que Europa, “justo en esta hora de su máximo éxito” por haber exportado su modelo político, su sistema económico y su estilo de vida a muchos lugares, “parece haberse vaciado por dentro, paralizada en cierto sentido por una crisis de su sistema circulatorio, una crisis que pone en riesgo su vida, dependiendo por así decirlo, de trasplantes, que sin embargo no pueden eliminar su identidad”

El Foro Omnes no requería un tratamiento detallado del tema, y el profesor Weiler solamente apuntó los rasgos principales de esta crisis de forma sintética. Observó que siguen siendo indispensables los principios políticos basados en la democracia, el Estado de Derecho y los derechos humanos, pero necesitan recuperar un contenido del que se han vaciado, en un proceso simultáneo al olvido o la negación de su raíz cristiana.

Joseph Weiler ha denunciado tres expresiones concretas de ese vaciamiento: en primer término, la privatización de la fe, a la que se relega al ámbito de lo íntimo; en segundo lugar, una concepción de la neutralidad de las instituciones públicas falsa, porque deja sólo campo a la visión laicista; y, finalmente, una reducción individualista de los derechos.

Ya que el análisis se refiere a una crisis espiritual, y no sólo económica, política o geopolítica, la propuesta esbozada por el Premio Ratzinger 2022 no piensa primero en un proyecto de reforma de las leyes o las instituciones. Weiler defendió la vigencia de valores que están más allá de la ley, como son: la responsabilidad personal; la capacidad para buscar la paz también a partir del perdón y la reconciliación (como hicieron los países europeos tras la segunda guerra mundial, cuando dieron inicio al proceso de integración europea); la caridad (en la que el horizonte cristiano es aún más visible), la generosidad, la iniciativa personal, etc.

Es fácil trasladar estas consideraciones más allá del ámbito europeo, pensando en cualquier sociedad democrática desarrollada; o a aspectos no mencionados explícitamente por Weiler: por ejemplo, la diversidad cultural y religiosa, hoy objeto de atención especial, en la que se centraba Silvio Ferrari en una reciente entrevista en www.omnesmag.com, un elemento enriquecedor si no añade un simple principio vacío más o una disculpa para dejar al margen a una parte de los ciudadanos.

El autorOmnes

España

Lydia Jiménez: ”Las minorías creativas son levadura, no dinamita”

La directora general de las Cruzadas de Santa María, Lidia Jiménez, ha sido la encargada de presentar la vigésimo cuarta edición del congreso Católicos y Vida Pública en el CEU.

Maria José Atienza·10 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El salón de actos del CEU ha acogido la presentación del Congreso Católicos y Vida Pública de este año que tendrá un marcado carácter testimonial, clave en la transmisión de la Fe, como ha querido destacar el presidente del Congreso, Rafael Sánchez Saus.

“No se trata de mirar al pasado con nostalgia sino interpretar una herencia viva que se convierte en misión consciente de la grandeza que hemos recibido”. Esta afirmación de Lydia Jiménez podría resumir el núcleo del Congreso Católicos y Vida Pública que este año cumple su vigésimo cuarta edición.

En la presentación que ha realizado la directora general de las Cruzadas de Santa María ha aludido a la necesidad de que los cristianos sean minorías creativas, como los ha definido Joseph Ratzinger, que han de ser conscientes de que la “herencia recibida pide responsabilidad somos continuadores de una historia anterior que debe ser llevada. A plenitud: volcada en el futuro. No es repetir como letra muerta sino sacar toda la riqueza ante los nuevos desafíos».

El futuro pertenece a las minorías creativas

Jiménez ha centrado gran parte de esta presentación del XXIV Congreso Católicos y Vida Pública en el reto de los católicos de convertirse en una minoría creativa.

«Una minoría creativa puede ser pequeña pero no sectaria. Lo que la distingue es su capacidad de generar cultura» ha apuntado Lydia Jiménez, que no ha dudado en afirmar que «una minoría creativa santa podrá cambiar Europa».

Las minorías creativas, ha defendido Jiménez, «no hacen la destrucción del presente sino su renovación. Se trata de ser levadura, no dinamita». Una levadura que se traduce «en el testimonio creíble de la verdad transformadora del Evangelio».

La fe recupera lo mejor de Europa

En esta línea de ser testimonio, Lydia Jiménez ha apuntado a la necesidad de ser católicos coherentes en el espacio público, base de este congreso: «Una fe que se conserva encerrada en la intimidad es incapaz de dirigir realmente la vida».

Lydia Jiménez ha abogado por recuperar la verdad de Europa a través de este testimonio y vivencia de la fe: «Europa es, ante todo, un concepto espiritual y cultural, una civilización, y la cultura necesita una dimensión religiosa. La fe cristiana puede contribuir a que Europa recobre lo mejor de su herencia y siga siendo un lugar de acogida y crecimiento no solo en lo material, sino, sobre todo, en humanidad”.

Congreso Católicos y vida Pública

El XXIV Congreso Católicos y Vida Pública tendrá lugar del 18 al 20 de noviembre en Madrid con el tema: «Proponemos la fe. Transmitimos un legado». El Congreso contará entre sus ponentes con el presidente de Political Network for Values y excandidato a la presidencia de Chile, José Antonio Kast; el director del Centro B. Kenneth Simon de Estudios Estadounidenses de la Heritage Foundation, Richard Reinsch; el presidente de European Fraternity, y el archiduque Imre de Habsburgo-Lorena.

El Nuncio de Su Santidad en España, Mons. Bernardito Auza, será el encargado de inaugurar este congreso en el que el cardenal arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro, presidirá la misa el domingo por la mañana.

Además de las conferencias propias del congreso, tendrán lugar varios talleres centrados en temas como familia, ciencia, economía, derecho o arte.

Asimismo, de manera paralela, se desarrollará un Congreso juvenil bajo el título «Jóvenes, el ahora de Dios» en el que se sucederán testimonios, conferencias y un taller sobre las propuestas de la Exhortación Apostólica Christus Vivit.

Cultura

“Cuerpo, amor, placer. ¿Tiene sentido separar naturaleza y persona?”

Maria José Atienza·10 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Mundo

El Papa Francisco y las iniciativas de diálogo con el islam

El ultimo encuentro del Papa Francisco con el Gran Imán de al Azhar en Baréin confirma que el Papa mantiene un diálogo basado en el encuentro.

Andrea Gagliarducci·10 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

La visita del Papa Francisco a Baréin ha supuesto su séptimo encuentro con el Gran Imán de al Azhar, Ahmed al Tayyeb; un relanzamiento del documento sobre la Fraternidad Humana, que el propio Papa calificó de “actual” en la rueda de prensa en el avión, en el vuelo de regreso; y la confirmación de que Francisco mantiene un diálogo “multilateral” con el islam, basado más en el encuentro que en las estrategias.

El Papa estaba invitado a Baréin desde 2014, y el viaje de 2019 a los Emiratos Árabes Unidos había desplazado clamorosamente el equilibrio del diálogo hacia el islam suní: al fin y al cabo, el Papa Francisco había estado en El Cairo en 2017 en una conferencia de Al Azhar.

El viaje a Irak de 2021, donde fue el encuentro con el ayatolá Al Sistani, pretendía reconducir el diálogo con el islam a un equilibrio más marcado, mirando también hacia el islam chiíta. El viaje a Baréin, en cierto modo, cierra el círculo, ya que el Papa ha ido a un país de mayoría chiíta, pero gobernado por suníes.

Sunitas y chiítas

Para entenderlo, hay que definir las diferencias entre el islam chiíta y el sunita. Cuando Mahoma murió en el año 632 d.C., la sucesión se disputó entre Abu Bakr, amigo y padre de la esposa de Mahoma, Aisha, y Alí, primo y yerno de Mahoma. Los primeros tomaron su nombre de la “Sunna”, el código de conducta de las comunidades leales al islam, mientras que los segundos se llamaban a sí mismos “Shiaat Ali”, partidarios de Alí.

Los suníes se impusieron, pero por poco tiempo Alí fue el cuarto califa. En el año 680, los suníes mataron al imán Hussein, hijo de Alí, en Kerbala, en lo que se recuerda en el mundo chiíta como la “Ashura”. La división se hizo así irremediable.

Los suníes y los chiíes rezan de forma diferente y hacen distintas profesiones de fe. Los suníes no tienen un clero organizado, en sentido propio: son los imanes quienes dirigen la oración. Los chiíes, por el contrario, preparan a su clero en universidades islámicas destinadas a ese fin. Para los chiíes, los ayatolás, sus líderes religiosos, son representantes de la divinidad en la tierra y esperan la revelación del duodécimo y último imán, que un día se revelará para cumplir la voluntad de Alá en la tierra.

Hacia el islam sunita

Pero, ¿por qué se produjo un desequilibrio hacia el islam suní? Porque el islam sunita ha hecho un trabajo muy importante en el tema de la ciudadanía. El islam suní ha realizado una labor muy importante en materia de ciudadanía, con el objetivo de dejar de considerar a los no musulmanes como “ciudadanos de segunda clase”.

Este esfuerzo dio lugar a la Declaración de Marrakech de 2016, al encuentro de Beirut, a la Conferencia de paz de El Cairo en 2017, a la que asistió el Papa, al pronunciamiento de 500 imanes en Pakistán en enero de 2019 (que también defendió a Asia Bibi, la cristiana condenada a muerte en Pakistán por blasfemia, que luego fue absuelta y tuvo que abandonar el país) y, finalmente, a la Conferencia sobre la Fraternidad en Abu Dhabi en febrero de 2019.

La relación con Al Azhar

La Universidad de Al Azhar, una de las máximas autoridades suníes, había interrumpido el diálogo con el Vaticano en 2011, cuando Al Azhar acusó a la Santa Sede de “injerencia en los asuntos internos de Egipto”, después de que Benedicto XVI alzara la voz para condenar el atentado contra los cristianos coptos asesinados en una iglesia de Alejandría.

Era un cierre formal, porque luego hubo varios gestos de acercamiento. Aunque faltaba un diálogo oficial, Mahmoud Azab representó al gran imán de Al Azhar en marzo de 2014 en una conferencia en el Vaticano, al término de la cual se firmó una declaración interreligiosa contra la trata de personas. Y había llamado la atención, en febrero de 2015, la dura condena de Al Azhar contra el autodenominado Estado Islámico, que había quemado en la hoguera a un piloto jordano.

En febrero de 2016, una delegación del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso acudió a Al Azhar, reabriendo las relaciones con la Santa Sede y abriendo el que sería el primer encuentro entre el Papa Francisco y el Gran Imán de al Azhar, Ahmed bin Tayyeb.

El encuentro añadió un motivo ulterior al Papa Francisco para visitar Egipto. El viaje tuvo lugar en 2017, con motivo de una Conferencia de Paz organizada precisamente por Al Azhar.

Que la reunión tuviera lugar en Egipto era un dato importante. En 2014, el presidente egipcio Al Sisi había dicho en la propia Al Azhar que era necesaria una revolución dentro del islam. Los aplausos fueron formidables. Ese mismo año se creó el Consejo de Musulmán de los Ancianos, con el objetivo de “promover la paz entre las comunidades musulmanas”.

En 2015, la misma universidad puso en marcha un observatorio en línea para contrarrestar las acusaciones de terrorismo y renovar el discurso religioso en el islam. Este movimiento hacia una interpretación moderada del islam tuvo una señal visible en la conferencia internacional que se celebró de nuevo en Al Azhar, entre el 28 de febrero y el 1 de marzo de 2017. La conferencia se tituló “Libertad y ciudadanía. Diversidad e integración”, y elaboró un documento, la “Declaración de Al Azhar sobre la coexistencia entre católicos y musulmanes”.

La declaración condenaba toda forma de violencia cometida en nombre de la religión, y declaraba la firme oposición a toda forma de poder político basada en la discriminación entre musulmanes y no musulmanes.

El movimiento reformista en el islam

La declaración de Al Azhar se sumaba a las diversas declaraciones que se han sucedido en el mundo islámico y que condenan la violencia en nombre de Dios. Otra declaración de este tipo es la del Reino de Baréin, citada por el Papa Francisco en su discurso en la conferencia del “Baréin Forum for Dialogue”, que él cerró en 2014.

Si el islam suní se había convertido, de alguna manera, en el portavoz de una nueva forma de ver el islam, el Papa Francisco ha intentado establecer también un puente con el islam chiíta. Y lo hizo acudiendo a Nayaf, durante su viaje a Irak en marzo de 2021, para reunirse con el ayatolá Muhammad al Sistani, que con el paso de los años se ha convertido no sólo en una autoridad religiosa, sino también en una autoridad de referencia a la que se puede preguntar todo.

Era un encuentro muy deseado por el cardenal Raffael Sako, patriarca de Babilonia de los Caldeos, que esperaba que el Papa firmara una declaración de Fraternidad Humana también con la máxima autoridad chií, como había hecho con el Gran Imán de al Azhar en Abu Dhabi.

La idea era calmar de algún modo los ánimos divididos del islam, porque el Estado Islámico (Daesh), que puso a Irak durante años a fuego y espada, era en realidad, como ha explicado en varias ocasiones el padre jesuita Khalil Samir Khalil, producto de una guerra totalmente interna del islam.

Con el islam suní, el Papa Francisco ha apoyado una nueva visión del concepto de ciudadanía dentro del mundo islámico. Al visitar a Al Sistani, el Papa Francisco mostró su apoyo a la interpretación “quietista” del islam promovida por el Gran Ayatolá, en la que la religión y la política no están unidas, sino separadas, con la idea de que “sólo los buenos ciudadanos pueden crear una buena sociedad”.

Finalmente, el Forum de Baréin, pasando por Kazajstán

Tras visitar otro país de mayoría islámica, Kazajstán, para clausurar el Congreso de Líderes de las Religiones y Tradiciones del Mundo, el Papa se ha desplazado a Baréin, donde ha participado en el “Global Interfaith Forum” organizado por el “Centro Global Rey Hamad para la Coexistencia Pacífica”.

Dejando a un lado los problemas de derechos humanos puestas de manifiesto por diversas organizaciones, simbólicamente el Papa Francisco ha querido participar en una conferencia cuyo tema era “El Este y el Oeste por la coexistencia humana”. En la base de todo estaba otra declaración, la de Baréin, que reiteraba que no puede haber violencia en nombre de la religión.

Forma parte de un esfuerzo de diálogo continuo con el islam. En Irán, la Universidad de Qom ha ayudado a publicar el Catecismo de la Iglesia Católica en lengua farsi. Mientras que el Secretario de la Liga Musulmana Mundial, Muhammad al Issa, considerado el rostro nuevo del islam saudita, visitó al Papa Francisco en 2017, y desde hace tiempo pide en sus discursos que se desarrolle el diálogo interreligioso.

El viaje a Baréin ha sido, en definitiva, sólo uno de los diversos puentes de diálogo establecidos por el Papa Francisco con el mundo islámico. El esfuerzo consiste en ir allí donde parece haber una intención de paz. Para, al estilo del Papa Francisco, abrir procesos, más que delinear caminos.

El autorAndrea Gagliarducci

Vaticano

La Santa Sede en la COP27: la cuestión medioambiental es de «dramática urgencia».

El cardenal secretario de Estado vaticano, Mons. Pietro Parolin participa estos días en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP27. La Santa Sede es uno de los estados más comprometidos con la gestión medioambiental. 

Giovanni Tridente·10 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Del 6 al 18 de noviembre se celebra en Sharm el-Sheikh (Egipto) la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP27, a la que también asiste la Iglesia de Roma. No es casualidad que la cuestión ecológica sea uno de los temas principales del pontificado del Papa Francisco, al que, entre otras cosas, ha dedicado la conocida encíclica Laudato si’.

Urgencia dramática

Para este evento en particular, el Pontífice ha estado presente a través de un discurso del Cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, quien recordó cómo pocos días antes, durante su viaje a Bahrein, el propio Santo Padre recordó la «dramática urgencia» de la cuestión medioambiental.

También es la primera vez que la Santa Sede interviene como Estado miembro firmante de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático y del Acuerdo de París. La Santa Sede se ha comprometido, a través del Estado de la Ciudad del Vaticano y desde hace varios años, a reducir las emisiones netas a cero de aquí a 2050, mejorando su gestión medioambiental. Pero también para estimular la educación para una ecología integral, que pueda fomentar el desarrollo y la sostenibilidad «basados en el cuidado, la fraternidad y la cooperación», como recordó Parolin.

Momento de la conversión

A continuación, el discurso del Secretario de Estado hizo hincapié en que la crisis ecológica que estamos viviendo representa «un momento propicio para la conversión individual y colectiva», con el fin de llegar a «decisiones concretas que ya no se pueden posponer». Es un «deber moral», subrayó Parolin, prevenir y resolver los frecuentes y graves impactos humanos causados precisamente por el cambio climático, como el fenómeno de los desplazados y los migrantes.

Ante un mundo ahora interconectado, la respuesta a estas crisis debe ser de «solidaridad internacional e intergeneracional», reflexionó el cardenal secretario de Estado: «debemos ser responsables, valientes y previsores no sólo por nosotros, sino también por nuestros hijos».

Por último, Parolin subrayó que, al adherirse a la Convención y al Acuerdo de París, el compromiso de la Santa Sede es caminar junto a las naciones «por el bien común de la humanidad y, sobre todo, en favor de nuestros jóvenes, que esperan de nosotros que cuidemos de las generaciones presentes y futuras».

Responsabilidad, prudencia y solidaridad

En su Mensaje para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, celebrada el 1 de septiembre, el Papa Francisco, refiriéndose precisamente a la COP27, había llamado también a la urgencia de «convertir los patrones de consumo y producción, así como los estilos de vida, en una dirección más respetuosa con la creación y el desarrollo humano integral de todos los pueblos presentes y futuros», desde la perspectiva de la responsabilidad, la prudencia, la solidaridad y la preocupación por los pobres.

«En la base de todo debe estar la alianza entre el ser humano y el medio ambiente -escribió el Pontífice en aquella ocasión- que, para nosotros los creyentes, es un espejo del «amor creador de Dios, del que procedemos y hacia el que caminamos»».

La importancia y los objetivos de la COP27

La Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático reúne a jefes de Estado, ministros, activistas del clima, representantes de la sociedad civil y líderes empresariales. Es la reunión anual más importante sobre la acción climática mundial. El objetivo es aumentar la inversión pública y privada en apoyo de proyectos e iniciativas hacia una transición energética sostenible en todo el mundo, así como establecer políticas que reduzcan la brecha en los flujos económicos y financieros entre los países ricos y los emergentes.

De hecho, una de las medidas más esperadas es la de intervenir para compensar a los países en desarrollo, que son los que más sufren las catástrofes relacionadas con el cambio climático, ya que son los países ricos los más responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero.

FirmasAlessandro Gisotti

Del Concilio al Sínodo

El Sínodo, que tendrá su fase universal en las sesiones de octubre de 2023 y octubre de 2024, es visto como uno de los frutos maduros del Concilio Vaticano II. 

10 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Si hay un verbo que quizás describa mejor la novedad del Concilio Vaticano II es “participar”. Como destacó el Papa en su homilía por el 60 aniversario de la apertura de la asamblea ecuménica, por primera vez en la historia, la Iglesia “ha dedicado un Concilio a cuestionarse a sí misma, a reflexionar sobre su propia naturaleza y misión”. Para llevar a cabo una tarea tan extraordinaria, el Concilio no podía limitarse a implicar sólo a una parte de los fieles, sino que debía “abrir una temporada” que hiciera participar a todos los bautizados. “En la Iglesia”, leemos en el decreto conciliar Apostolicam Actuositatem, “hay diversidad de misterio, pero unidad de misión”. Y, por tanto, la misma dignidad.

Precisamente con el Concilio, con la Lumen Gentium en particular, se afirmó la definición de la Iglesia como Pueblo de Dios, en la que todos somos miembros y estamos llamados todos a compartir la “alegría y la esperanza” (Gaudium et Spes) que brota del Evangelio. Este fue el gran sueño de Juan XXIII, hace 60 años. Esta es también la visión que Francisco tiene para la Iglesia del Tercer Milenio. Por eso, el primer Papa “hijo del Concilio” (fue ordenado sacerdote en 1969) tiene el Sínodo tan cerca de su corazón. Un fruto maduro del propio Concilio que -en la intención de Pablo VI que lo instituyó- continúa y desarrolla precisamente su dimensión participativa del pueblo: esa comunión eclesial sin la cual no se podría vivir plenamente la fe cristiana. 

Sínodo significa “caminar juntos”. A esto nos exhorta el Papa: a sentir y ser todos en camino (“Iglesia en salida”) para encontrar al Señor resucitado y testimoniar con alegría a las mujeres y a los hombres de nuestro tiempo la belleza de este encuentro que da la vida eterna. Es la alegría que proviene de la relación con una Persona viva, no con un recuerdo del pasado, porque, como ya señaló el filósofo Kirkegaard, “la única relación que se puede tener con Cristo es la contemporaneidad”.

El autorAlessandro Gisotti

Subdirector. Dirección Editorial del Dicasterio para la Comunicación.

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Lecturas del domingo

Ni un cabello de vuestra cabeza se perderá.  XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario (C)

Andrea Mardegan comenta las lecturas del XXXIII domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Andrea Mardegan·10 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

En el último libro del Antiguo Testamento, Malaquías, de quien no se sabe nada, habla del día del Señor, en el que Dios pronunciará su juicio sobre la historia humana. Utiliza el símbolo apocalíptico del fuego que quemará a los soberbios e injustos como la paja y que, en cambio, será como un sol con rayos benéficos para los que siguen al Señor. 

Hay que esperar ese día sin caer en el error de algunos tesalonicenses, que abandonan su trabajo porque no vale la pena el esfuerzo de mejorar un mundo que pronto se acabará. Pablo les corrige, después de escribirles que “no perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por alguna revelación, rumor o supuesta carta nuestra, como si el día del Señor estuviera encima” (2 Tes 2, 2).

El mismo mensaje de vigilancia activa y prudente se desprende del discurso de Jesús sobre el final de los tiempos, que Lucas sitúa antes de su pasión, muerte y resurrección. Jesús aprovecha las frases de admiración hacia el templo de Jerusalén para profetizar su ruina.

Sorprendidos por ese anuncio, sus oyentes le preguntan con curiosidad y temor cuándo sucederán esas cosas, y cuáles serán las señales. Pero Jesús, que enlaza las referencias a la destrucción del templo con otras sobre el fin de los tiempos, no entra en detalles de curiosidad, sino que orienta a los suyos a preocuparse por cómo vivir el tiempo de espera, que es el tiempo de la Iglesia. 

Pone en guardia a sus discípulos contra los falsos profetas que dirán que son él, o que anunciarán el inminente fin y su regreso, que, según había dicho, tendrá lugar “a la hora que menos penséis” (Lc 12, 40). Las guerras y las revoluciones ocurrirán, pero no deben aterrorizar a los creyentes. Utiliza el lenguaje apocalíptico conocido en su época: terremotos, hambrunas, plagas, acontecimientos terroríficos y señales en el cielo. Pero aún no es el final.

Antes, los creyentes tendrán que experimentar lo que ya habrá vivido Cristo: ser traicionados por familiares más cercanos y amigos, ser capturados: “os echarán mano”, llevándolos a juicio ante las autoridades religiosas: “os entregarán a las sinagogas”; y ante las autoridades civiles y militares: “ante reyes y gobernadores”, encarcelados. Lucas volverá sobre la identificación del cristiano con la pasión y la muerte de Jesús a partir del martirio de Esteban, en los Hechos de los Apóstoles.

Es la ocasión del testimonio. Jesús ya prometió que el Espíritu Santo les inspiraría en su defensa (Lc 12, 12); ahora dice que será él mismo quien dé a los suyos “boca y sabiduría” para defenderse. Sin embargo, “matarán a algunos de vosotros”, y “todos os odiarán”. Pero el mensaje final es de esperanza: “ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestra alma”.

La homilía sobre las lecturas del domingo XXXIII

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Vaticano

Papa Francisco: «El diálogo es el oxígeno de la paz»

La audiencia del Papa Francisco este miércoles ha estado centrada en su reciente viaje a Baréin. Un encuentro que el Papa ha resumido en tres palabras: diálogo, encuentro y camino. 

Maria José Atienza·9 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco ha mantenido esta mañana su habitual audiencia de los miércoles. El Papa ha podido saludar a las miles de personas que le esperaban en la Plaza de San Pedro, con un tiempo ya frío, como él mismo ha señalado.

Durante su trayecto hasta los pies de la Basílica petrina ha podido bendecir a numerosos niños e incluso, mantener algunas conversaciones breves con varios de los peregrinos.

Tras la lectura, tomada del profeta Isaías (Is 2, 2-5) que anuncia ya el fin de los tiempos acorde con el tiempo litúrgico que mira ya al final del tiempo ordinario, el Papa Francisco comenzó su catequesis centrada en su reciente viaje a Baréin «un reino que yo no conocía». Tres palabras resumen, según el Santo Padre, este viaje; diálogo, encuentro y camino.

Diálogo, encuentro y camino

«El diálogo es el oxígeno de la paz, ha destacado el Papa que ha explicado cómo el motivo de su viaje ha sido responder a la invitación del rey de Baréin para participar en el «Foro para el Diálogo: Oriente y Occidente para la Convivencia Humana». En este sentido, ha afirmado el Papa, es necesario el diálogo, conocer y descubrir la riqueza de quien pertenece a otros países, a otros credos.

En Baréin «he sentido la necesidad de decir que, en todo el mundo es necesario que los responsables religiosos y civiles sepan mirar más allá de sí mismos para cuidar del conjunto. Así se pueden abordar otros temas como el olvido de Dios, el hambre o la custodia de la creación».

«Tenemos necesidad de encontrarnos» ha subrayado también el Papa refiriéndose a la segunda palabra definitoria de su viaje. Para llevar a cabo el diálogo es necesario el encuentro. Acercarnos al otro y, en este sentido, el Papa ha puesto de ejemplo como «Baréin que está formado por islas y ellos fueron a encontrarse, no se han separado sino que se han encontrado» explicó haciendo referencia a la multitudinaria Misa presidida por el Santo Padre en el Estadio Nacional de Bahrein.

El Papa ha querido destacar la necesidad de más encuentros entre musulmanes y cristianos. En esta línea ha subrayado su encuentro con «mi hermano el gran imán de Al Azhar», con los jóvenes, en la escuela del Sagrado Corazón y el encuentro con el consejo de ancianos musulmanes.

Además ha recordado un significativo gesto «en Barein las personas se llevan la mano al corazón cuando saludan, yo lo hice también, para dar espacio dentro de mí a quien saludaba».

El camino de la paz necesita de todos

Un camino de paz. El Papa Francisco ha querido apuntar que «este viaje a Baréin no es un episodio aislado, forma parte de un recorrido iniciado por Juan Pablo II en su viaje a Marruecos. No para aguar la fe, sino para construir». El Papa ha recordado que «para dialogar se tiene que partir de la identidad propia. Para que un diálogo sea bueno se tiene que ser consciente de la propia identidad».

Por último el Papa ha querido destacar el ejemplo de unidad entre cristianos de muy diversos orígenes que ha podido ver en Baréin. Una comunidad «en camino», como la ha definido el Papa Francisco. «Los hermanos en Barein viven en camino, muchos son trabajadores inmigrantes, de países diferentes que encontraron su casa en la gran familia de la Iglesia. Es hermoso ver estos cristianos filipinos, de India… que se reúnen y se fortalecen en la fe», ha recordado.

Como colofón de sus palabras, el Papa ha realizado una llamada a «ampliar los horizontes, abran sus corazones. Somos todos hermanos» ha afirmado apuntando que es necesario que «esta fraternidad vaya más adelante». Además el Papa ha querido apuntar que «si te dedicas a conocer al otro no te sentirás amenazado, pero si tienes miedo del otro vivirás en la amenaza. El camino de la paz necesita de todos y cada uno».

Ir a Dios con la libertad de los niños

Los niños han vuelto a ser protagonistas de esta audiencia, han sido varios los que se han acercado a saludar al Papa mientras se hacían las lecturas en los diferentes idiomas. De hecho, el Papa ha querido poner de ejemplo esta libertad de los niños que «no han pedido permiso, no han dicho ‘tengo miedo’. Han venido directamente. Así tenemos que ser nosotros con Dios. Ir adelante, Él nos espera siempre».

Zoom

Esperando al Papa en Baréin

Una niña ondea la bandera vaticana antes de la llegada del Papa Francisco al Bahrain National Stadium en Awali para la misa.

Maria José Atienza·9 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

El diálogo interreligioso y ecuménico, un arma para desactivar cualquier conflicto

El reciente viaje del Papa Francisco a Baréin deja como balance una llamada al diálogo, especialmente con el mundo musulmán y a la unidad de los cristianos. 

Antonino Piccione·9 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

«Un viaje de encuentro porque el objetivo era precisamente estar en diálogo interreligioso con el Islam y ecuménico con Bartolomé. Las ideas expuestas por el gran Imam de al Azhar iban en la dirección de buscar la unidad dentro del Islam, respetando las diferencias, y la unidad con los cristianos y otras religiones».

En su vuelo de regreso de Bahrein, respondiendo a las preguntas de los periodistas, el Papa Francisco hizo un balance del viaje apostólico que concluyó el domingo 6 de noviembre.

Un viaje nacido del Documento de Abu Dhabi, cuya génesis reconstruye Bergoglio, contando que al final de una audiencia en el Vaticano del gran imán de Al Azhar le invitó a comer «y sentados a la mesa tomamos el pan, lo partimos y nos lo dimos». Fue un almuerzo fraternal y al final nació la idea del Documento de Hermandad Humana firmado en 2019. Fue una cosa de Dios, que salió de un almuerzo amistoso’.

El texto, revela el Pontífice, «fue para mí la base de la Hermandad Humana. Creo que no se puede pensar en un camino así sin una bendición especial del Señor en este camino».
Ya hemos dado cuenta de las conclusiones del Foro sobre el diálogo con los líderes de las distintas confesiones.

Recordemos ahora otros momentos destacados de la visita: el abrazo a la comunidad católica con la misa presidida por Francisco en el Estadio Nacional de Bahrein, el encuentro con los jóvenes en la Escuela del Sagrado Corazón y, por último, con los obispos, el clero local, los consagrados, los seminaristas y los agentes de pastoral.

«La fe no es un privilegio sino un don que compartir»

A la entrada de la catedral de Nuestra Señora de Arabia para el encuentro ecuménico y la oración por la paz, dio la bienvenida al Papa Mons. Paul Hinder, administrador apostólico del vicariato apostólico de Arabia del Norte. Aquí, en presencia de representantes de otras confesiones cristianas, el Pontífice expresó su conciencia de que «lo que nos une supera con creces lo que nos separa y que, cuanto más caminemos según el Espíritu, más nos llevará a desear y, con la ayuda de Dios, a restablecer la plena unidad entre nosotros».

De ahí la invitación a dar testimonio. «El nuestro, en efecto, no es tanto un discurso de palabras, sino un testimonio que hay que mostrar con hechos; la fe no es un privilegio que hay que reclamar, sino un don que hay que compartir». Por último, el «distintivo cristiano, la esencia del testimonio»: amar a todos.

En el tercer día del viaje apostólico, Francisco celebró una misa por la mañana en el Estadio Nacional de Bahrein. Por la tarde, se reunió con unos 800 jóvenes en el Colegio del Sagrado Corazón, dirigiéndoles tres invitaciones: «no tanto para enseñaros algo, como para animaros».

«Abracen la cultura del cuidado -comenzó el Papa- en primer lugar de ustedes mismos: no tanto del exterior, sino del interior, de la parte más oculta y preciosa de ustedes, de su alma, de su corazón». La cultura del cuidado, pues, como «antídoto contra un mundo cerrado e impregnado de individualismo, preso de la tristeza, que genera indiferencia y soledad».

Porque si no aprendemos a cuidar de lo que nos rodea -de los demás, de la ciudad, de la sociedad, de la creación- acabamos pasando la vida como los que corren, se afanan, hacen muchas cosas, pero, al final, se quedan tristes y solos porque nunca han probado del todo la alegría de la amistad y la gratuidad». La segunda invitación: sembrad fraternidad y «seréis segadores del futuro, porque el mundo sólo tendrá futuro en la fraternidad». Estar cerca de todos, sin hacer diferencias porque «las palabras no bastan: hacen falta gestos concretos realizados a diario».

Finalmente, la última invitación, a tomar decisiones en la vida. «Como ante una encrucijada», subrayó, «hay que elegir, implicarse, arriesgar, decidir. Pero esto requiere una buena estrategia: ¡no se puede improvisar, vivir sólo por instinto o sólo de forma improvisada! Pero, ¿cómo entrenar la «capacidad de elegir», la creatividad, el valor, la tenacidad? ¿Cómo agudizar la mirada interior, aprender a juzgar las situaciones, a captar lo esencial?». En la «oración silenciosa», confiando en la presencia constante de Dios que «no te deja solo, dispuesto a echarte una mano cuando se lo pidas». Nos acompaña y nos guía. No con maravillas y milagros, sino hablando suavemente a través de nuestros pensamientos y sentimientos».

«Lo esencial para el cristiano es saber amar como Cristo»

Por la mañana, el Papa se reunió con la comunidad católica en la Misa por la Paz y la Justicia en el Estadio Nacional de Bahrein. Estuvieron presentes unas 30.000 personas procedentes de los cuatro países del Vicariato Apostólico de Arabia del Norte -Bahréin, Kuwait, Qatar y Arabia Saudí-, pero también de otros países del Golfo y de otros territorios.

En su homilía, Francisco apuntó alto invitando a los fieles a reflexionar sobre la fuerza de Cristo: el amor, exhortando a todos a «amar en su nombre, a amar como Él ha amado». Y lo que Cristo propone «no es un amor sentimental y romántico» -explicó el Papa- sino concreto y realista porque «habla explícitamente de los malos y de los enemigos». Y la paz no puede restablecerse -afirmó el Pontífice- si a una palabra mala se responde con otra aún más mala, si a una bofetada le sigue otra: no, «es necesario «desactivar», romper la cadena del mal, romper la espiral de la violencia, dejar de rumiar el resentimiento, dejar de quejarse y compadecerse». Pero el amor no es suficiente «si lo limitamos a la estrecha esfera de aquellos de quienes recibimos tanto amor».

El verdadero desafío, para ser hijos del Padre y construir un mundo de hermanos, es aprender a amar a todos, incluso al enemigo, y esto «significa traer a la tierra el reflejo del Cielo», añadió, «es hacer descender sobre el mundo la mirada y el corazón del Padre, que no hace distinciones, no discrimina».
Y esta capacidad -concluyó- no puede ser sólo fruto de nuestro esfuerzo, es ante todo una gracia» que hay que pedir a Dios, porque muchas veces llevamos muchas peticiones al Señor, pero esto es lo esencial para el cristiano, saber amar como Cristo. Amar es el mayor regalo».

La última parada fue la visita, en la mañana del domingo 6 de noviembre, a la iglesia del Sagrado Corazón de Manama, la más antigua del país, fundada en 1939. El Papa se reunió con los agentes de pastoral, que le dieron una cálida bienvenida.

Les instó a «construir con firmeza el Reino de Dios en el que el amor, la justicia y la paz se oponen a toda forma de egoísmo, violencia y degradación». A continuación, se detuvo en el servicio entre las mujeres presas, en las cárceles, realizado por las monjas.

Ante el Ministro de Justicia bahreiní, presente en la reunión como representante del gobierno, el Papa recordó: «Cuidar a los presos es bueno para todos, como comunidad humana, porque es por cómo se trata a los últimos que se mide la dignidad y la esperanza de una sociedad».

Por último, agradeció al Rey la magnífica acogida que le había dispensado en los últimos días, así como a quienes habían organizado la visita. En un salón del complejo del Sagrado Corazón, recibió a algunos fieles de otras partes de la región del Golfo como último acto del viaje, agradeciéndoles su testimonio.

De regreso a Roma tras acompañar al Papa Francisco al país del Golfo, Miguel Ángel Ayuso Guixot, cardenal prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, expresó su satisfacción por la continuidad de las relaciones entre musulmanes y cristianos y la importancia del diálogo como «habilidad existencial». Una oportunidad de encuentro en un mundo en conflicto: «Diálogo, respeto mutuo, fraternidad y paz». Si realmente queremos caminar por los senderos de la paz, debemos seguir promoviendo estos aspectos».

El autorAntonino Piccione

Evangelización

Beatriz Ozores. Una gran divulgadora de la Biblia en la radio y YouTube

Beatriz Ozores. 54 años. Casada, con tres hijos. Comprometida con su fe: no para quieta. Estudió Publicidad y Márketing. Es traductor jurado de inglés. Cursó la licenciatura en Ciencias Religiosas en la Universidad de Navarra. 

Arsenio Fernández de Mesa·9 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Beatriz me cuenta que su marido, Gonzalo, va cada sábado a casa de las monjas de Teresa de Calcuta para cuidar a los más pobres. El mayor de sus hijos, Jaime, de 25 años, entró el 30 de septiembre en el seminario de Madrid. Estudió en el colegio Retamar, acabó una ingeniería en la Politécnica y trabajaba en Toyota. Su noviazgo pintaba bien, pero de repente decide dejar todo y dedicar su vida a Dios. Bea, de 24 años, estudió en el colegio Aldeafuente y cursó psicología en Navarra. Estaba opositando al PIR cuando decide abandonar todo y ha entrado en el Hogar de la Madre. Ahora es novicia. Se ve que Dios se ha fijado mucho en esta familia. La pequeña, Tere, cumple dentro de poco 19 años. Está en segundo de derecho con filosofía en Navarra. A ver qué pasa. 

Beatriz sintió en un momento de su vida que Dios le llamaba a que estudiase para evangelizar. En segundo de carrera le pide María Vallejo Nágera que imparta clases de Biblia en San Jorge, su parroquia: “Yo no tenía ni idea de Biblia, pero hablé con mi director espiritual y me animó a lanzarme”. Aún así, le contó al párroco que no tenía ni idea de Biblia y que no iba a dar ninguna clase. Le sorprendió su respuesta: “¡Eres perfecta!”. Llegó el primer día, temblando, con un Power Point. Empezaron yendo 14 y acabaron más de 100. Dio clases durante cuatro años en esa parroquia y también en La Moraleja: “Llegaron a asistir 200 personas y eso me hacía palpar la sed que la gente tenía de la palabra de Dios”

Un día la “secuestró” Pilar Sartorius y la llevó a Radio María. Le dieron un programa y lleva ya diez años ahí. Explica la Biblia. “Sobre todo es una vivencia”, me confiesa. Estudiar a secas la Palabra de Dios, cosa que ya ha hecho, le aburre y le seca el corazón, porque la Palabra está viva: “Yo me preparo los programas y me voy al Santísimo con mis 700 folios y 700 rotuladores. Ya me conocen en la parroquia como la loca que se sienta en el primer banco y hace eso”. En Mater Mundi está grabando vídeos sobre la historia de la salvación. También ha tenido en su casa un grupo de oración y catequesis de 60 personas. 

En HM, la televisión del Hogar de la Madre, hizo una serie de Jesús de Nazaret con Javier Paredes, catedrático de Historia, siguiendo el libro de Benedicto XVI. Después hizo otra de Apocalipsis. Me cuenta con gracia que cuando empezó a ir a grabar allí, su hija Bea estaba estudiando primero de Psicología y apareció en casa en mayo porque sacaba muy buenas notas: “Me quedé horrorizada porque no puedes veranear desde mayo”. Llamó a las monjas y mandó a Bea a Ecuador a misiones. Su hija, al volver, le dijo que le había encantado la experiencia, pero no que no quería volver a ver esas monjas: “Porque son tan radicales como tú, mamá”, le espetó. Ahora es novicia con ellas. 

Beatriz no sólo da conferencias en parroquias, también en movimientos como Emaús o Hakuna. Está metida de lleno junto a su marido en Proyecto Amor Conyugal –este mismo día en que hablamos se van a conducir un retiro-. También colaboran en Effetá. Le gusta mucho la doctrina, pero si tiene una inspiración comprueba antes que no es una herejía. Se lo enseñó el profesor Arocena: “Si descubres algo que nadie ha descubierto por ahora, vas por mal camino”

Tiene mil anécdotas. Le pido una. Al terminar de impartir una clase en la parroquia, se le acercó una señora. Le dijo: “Estos son los papeles del divorcio y he venido con esta amiga para que me acompañe al abogado, pero antes me ha pedido que le acompañe a la clase de Biblia. Escuchando esta sesión sobre Abraham, aun siendo una persona que practico poco la fe, me he dado cuenta de que Dios no quiere que me divorcie”. Rompió esos papeles delante de Beatriz. Empezó con Misa diaria, oración, Rosario. Se acercó más que nunca a Dios.

Vaticano

Las imágenes del Papa en Baréin

Rome Reports·8 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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Durante su 39º viaje apostólico, el Papa Francisco compartió momentos con la pequeña comunidad católica en la Iglesia del Sagrado Corazón. Otros momentos destacados del viaje fueron su reunión privada con el Gran Imán de Al-Azhar antes del encuentro con musulmanes o la visita a un colegio donde lo recibieron unos 800 estudiantes de diferentes nacionalidades y religiones. 


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María, la verdadera vía de la belleza

La hermosura de la criatura radica allí donde Dios se complace, en el centro mismo de su ser. Una hermosura que mana de Dios, que es verdad y bien por excelencia.

8 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Función Principal de Instituto, el día grande de la hermandad en el que ésta honra a sus titulares. En el altar mayor de la iglesia se había levantado una estructura de imponente belleza, coronada por la imagen de la Virgen titular de la hermandad vestida con sus mejores galas. Una cascada de cirios, perfectamente dispuestos, todos encendidos, iba derramándose desde la Virgen hacia abajo, tendiendo un puente con sus hijos.

La búsqueda de la Belleza

 Iba a comenzar la Misa solemne. De la sacristía salió la procesión. Precedían el cortejo dos “servidores” con librea. Tras ellos la cruz parroquial fue acercándose al altar encabezando un cortejo de acólitos, con soberbias dalmáticas, cada uno con su función específica: ciriales, incensario, navetas, que acompañaban al cardenal celebrante y sacerdotes que concelebraban. El órgano, del siglo XVIII, solemnizaba el avance de la procesión por la nave central. Al llegar al altar cada acólito se dirigió a su sitio en una silenciosa y precisa coreografía.

Semejante comienzo preludiaba algo aún más solemne: al iniciar el celebrante el Kyrie la orquesta, coro y solistas situados al fondo de la nave entonaron la Misa de la Coronación de Mozart.

Si, como explicaba una escritora del siglo XIX, las personas son cálices de aceptación de belleza, aquí se desbordaron, actualizando la emoción de Stendhal ante la belleza auténtica, que no es sólo placer estético.

Existe una belleza que se refiere a las cosas en sí mismas, independientemente de la relación con el sujeto que las conoce, que es fugaz y superficial, produce gozo estético, pero no llega a tocar lo más íntimo de nuestro corazón. No nos referimos a ésa. La auténtica belleza de algo, de alguien, capaz de suscitar emoción y alegría verdadera en el corazón de los hombres, se manifiesta cuando ese algo o alguien se funde con su ser verdadero, manifestando así la Verdad. Esa unión perfecta es el Bien, que se manifiesta como Belleza. Por eso Dios, en su perfecta armonía con la Caridad –Dios es amor- es la Verdad, y enÉlsereconoce el Bien. De ahí mana la auténtica Belleza, capaz de suscitar estremecimiento en el corazón de los hombres: ¡Tarde te amé, belleza tan antigua y tan nueva, tarde te amé!”, se lamentaba S. Agustín.

En el caso de la Virgen (tota pulchra es Maria), su belleza no radica en su figura humana, aunque seguro que también. La belleza de la Virgen es la hermosura de la gracia santificante, de su adecuación al querer de Dios (fiat!). La hermosura de la criatura radica allí donde Dios se complace, en el centro mismo de su ser. Una hermosura que mana de Dios, que es verdad y bien por excelencia.

El autorIgnacio Valduérteles

Doctor en Administración de Empresas. Director del Instituto de Investigación Aplicada a la Pyme Hermano Mayor (2017-2020) de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, en Sevilla. Ha publicado varios libros, monografías y artículos sobre las hermandades.

Ecología integral

Los cuidados paliativos, esenciales para la salud pública, señala Secpal

Francisco Otamendi·8 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

La necesidad de reconocer los cuidados paliativos como esenciales para la salud pública, “enfoque imprescindible” para mejorar la calidad asistencial, será línea estratégica de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) hasta 2025. Por otra parte, universidades como Navarra, Francisco de Vitoria y CEU incorporan aprendizaje sobre paliativos.

Este desafío precisa de la concienciación y el esfuerzo conjunto de profesionales, administraciones y ciudadanos “y su núcleo deben ser las personas enfermas y sus familias”, ha manifestado el Dr. Juan Pablo Leiva, presidente de la sociedad de paliativistas.

Uno de los objetivos prioritarios de esta línea de trabajo es lograr la implicación del Ministerio de Universidades para que se ponga en marcha un plan verdaderamente efectivo que permita garantizar la formación de grado y posgrado en cuidados paliativos en todas las disciplinas relacionadas con la salud.

Éstos fueron algunos de los postulados defendidos en un acto con el que la sociedad científica culminó las actividades desarrolladas en octubre para conmemorar el mes de los cuidados paliativos. Celebrado en el pequeño anfiteatro del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM), el encuentro reunió a profesionales de la medicina, la enfermería, la psicología y el trabajo social en torno a un programa en el que los protagonistas fueron pacientes y cuidadores familiares.

“Cuando no estás solo, es menos duro”. “Tranquiliza saber que alguien está ahí para cuidarte”. “Nos ayudaron a que estuviera entre algodones hasta el final”. “Fue muy vital y viajó casi hasta el último momento”. “He aprendido a llorar y a respirar”.

Son pinceladas de las experiencias que pudieron escucharse en las voces de Rosa Pérez, Mercedes Francisco, Elisa Nieto, Laura Castellanos, Consuelo Romero y Lilia Quiroz, durante un acto que sirvió para rendir un homenaje a los enfermos y a los seres queridos que se dedican a su cuidado, piezas clave para garantizar una adecuada atención paliativa.

“Los equipos de soporte de cuidados paliativos que van a casa son fundamentales”, aseguró Consuelo Romero, cuidadora familiar de María, una mujer “con muchas ganas de vivir” que presentaba un cáncer de ovario metastásico de gran complejidad y que pudo mantener su independencia y autonomía hasta pocos días antes de fallecer gracias a los cuidados de su familia y al apoyo y acompañamiento de un equipo de soporte en domicilio.

Inequidad en el acceso a los paliativos

Sin embargo, pese a que los cuidados paliativos domiciliarios son “sumamente beneficiosos para los pacientes y sus familias” y permiten al enfermo mantenerse en casa el máximo tiempo posible, en España no están plenamente desarrollados, como ha informado Omnes diversas ocasiones.

En este acto lo recordó la enfermera Alejandra González Bonet, y lo recalcó el presidente de SECPAL, quien puso de manifiesto la inequidad existente en el acceso a la atención paliativa domiciliaria las 24 horas del día, todos los días del año, un servicio que no existe en todas las comunidades autónomas.

“No podemos admitir que el acceso a cuidados paliativos dependa del código postal”, apuntó el Dr. Juan Pablo Leiva, quien valoró que cada vez exista una mayor conciencia sobre la importancia de considerar los cuidados paliativos como un derecho humano.

“Todos nos encontraremos en algún momento con un final de vida, ya sea con el de un ser querido o con el nuestro. Lo que nos une a todos es el sufrimiento. En cuidados paliativos trabajamos la presencia terapéutica, esa presencia que facilita el encuentro con el que sufre, sin huir ni luchar sin sentido, o paralizarnos ante el sufrimiento”, subrayó.

Asociaciones de pacientes

En los dos próximos años, La sociedad científica SECPAL buscará sinergias entre recursos específicos y generalistas de cuidados paliativos, así como con la comunidad global, para lograr que la atención paliativa sea reconocida como esencial para la salud pública. Se trata de un desafío para el cual es necesario “comprender que impulsar su desarrollo en nuestro país es responsabilidad de todos”.

En el avance hacia este objetivo, el Dr. Leiva destacó el papel protagonista que deben desempeñar las asociaciones de pacientes, que estuvieron representadas en el acto conmemorativo por Andoni Lorenzo, presidente del Foro Español de Pacientes (FEP), quien asumió este: “Nuestra gran reclamación ha sido siempre que los pacientes estén en los lugares donde se toman las decisiones y se definen las estrategias en salud”, recordó.

Atención “holística”

En la mesa inaugural participaron también las doctorasMagdalena Sánchez Sobrino, coordinadora regional de Cuidados Paliativos del Servicio Madrileño de Salud, y Luisa González Pérez, vicepresidenta del ICOMEM, que coincidieron al destacar el carácter integral que define a los cuidados paliativos. Ante una enfermedad avanzada o con pronóstico de vida limitado, “todo nuestro ser está afectado, por lo que las personas deben ser atendidas de manera holística” [en su totalidad], resaltó Sánchez Sobrino, quien instó a profesionales, instituciones y organizaciones de pacientes a “trabajar juntos” para conseguir un adecuado desarrollo de la atención paliativa.

Por su parte, la Dra. González Pérez recordó que el Colegio de Médicos de Madrid ha constituido recientemente el Comité Científico de Cuidados, dentro de la campaña del ICOMEM Cuidados de principio a fin.

“Los cuidados son una actitud, un mensaje que queremos lanzar los médicos para despertar en la sociedad la necesidad de reclamar que sean una realidad: cuidados que deben ser estructurados, financiados, en todas las fases de la enfermedad y en todas las franjas de edad, porque la medicina del futuro es una medicina de cuidados”, recalcó.

En algunas universidades

“A diferencia de la mayoría de países europeos, España no cuenta con una especialidad en Medicina Paliativa. Ese es quizás el punto más crítico para el desarrollo de la medicina paliativa”, señaló hace tiempo en Omnes Miguel Sánchez Cárdenas, investigador del Atlantes Research Group (ICS) de la Universidad de Navarra.

Pues bien, esta misma universidad es una de las pocas con una asignatura de carácter obligatorio que se enseña en sexto curso, y que quedó fijada en el plan de estudios gracias a los propios alumnos, según ha explicado el Dr. Carlos Centeno, encargado de la materia, a ‘Redacción médica’. Este mismo medio informa que el Dr. Centeno se ha preguntado: “¿Es lógico que se les pregunte a los alumnos en el MIR por cosas muy concretas de Medicina Paliativa y no se les haya dado ninguna asignatura?”.

Otro centro que ha apostado también por esta misma signatura es la Universidad Francisco de Vitoria, añade la publicación, al incorporar esta competencia de manera constante entre el segundo y el sexto curso, mediante talleres de simulación, visitas de expertos y prácticas, explica el profesor Javier Rocafort.

Por otra parte, estudiantes de tercero del Grado de Enfermería de la Universidad CEU Cardenal Herrera han elaborado 32 vídeos, donde explican los beneficios de los cuidados paliativos, además de poner en valor la labor de los profesionales sanitarios en esta especialidad.

El autorFrancisco Otamendi

A hombros de gigantes

Esto es lo que ocurre en la tarea evangelizadora de la Iglesia. Todo lo que somos capaces de vivir, de avanzar, es porque, antes que nosotros, ha habido personas que hicieron un gran trabajo, sobre el que nos apoyamos.

8 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Esta expresión, “a hombros de gigantes”, puede parecer graciosa o curiosa y no darnos cuenta de lo mucho que explica. Todo lo que el hombre es capaz de descubrir hoy es gracias a lo que otros, anteriores a nosotros, fueron capaces de hacer.

Esto es lo que ocurre en la tarea evangelizadora de la Iglesia. Todo lo que somos capaces de vivir, de avanzar, es porque, antes que nosotros, ha habido personas que hicieron un gran trabajo, sobre el que nos apoyamos. Si somos capaces de ver más allá que ellos, no es porque seamos mejores o tengamos más capacidades: ¡es que nos apoyamos en ellos! Estamos subidos a sus hombros, ¡hombros de gigantes!

En el ámbito de la misión y de la animación misionera, no podríamos hacer lo que estamos haciendo si antes no hubieran estado personas como san Francisco de Javier, Pauline Jaricot, Gregorio XV, el beato Paolo Manna o Pío XII. Ellos han sido gigantes en su celo por la evangelización y por sus iniciativas misioneras. Obras Misionales Pontificias, de España y del mundo entero, son lo que son, gracias a ellos.

Este año celebramos muchos acontecimientos que nos recuerdan a estos gigantes: hace 400 años que Gregorio XV creó la Congregación de Propagación de la Fe, luego llamada Evangelización de los Pueblos, recordando que la evangelización es tarea de la Iglesia entera, y no de particulares. Este Papa, el mismo año, canonizó al Patrono de las Misiones, Francisco Javier, junto a Ignacio de Loyola, Teresa de Jesús, Isidro Labrador y Felipe Neri. También hace 200 años que Pauline Jaricot “concibió” la Asociación de Propagación de la Fe, que daría origen al DOMUND. Asociación que en 1922, fue elevada por el Papa Pío XI a Obra Misional Pontificia, junto a la Obra de San Pedro Apóstol, fundada por Juana Bigard y la Obra de la Infancia Misionera fundada por el obispo Forbid Janson. ¡Gracias a todos estos gigantes!

El autorJosé María Calderón

Director de las Obras Misionales Pontificias en España.

Ecología integral

«Los Espacios libres de Eutanasia serán un faro en una sociedad amenazada por la incultura del descarte»

Esta iniciativa nacida en España pretende animar y defender, especialmente en ámbitos sociosanitarios, la defensa de la vida digna del paciente hasta su muerte natural. 

Maria José Atienza·7 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

Crear lugares en los que “impere la cultura del cuidado” sin que los profesionales se sientan presionados para acabar con la vida de los pacientes, ni los pacientes se vean como una “carga y tengan la seguridad de que serán cuidados y atendidos integralmente hasta el final natural”.

Este es el objetivo de Espacios libres de Eutanasia, una iniciativa que un grupo de profesionales de diversos ámbitos ha puesto en marcha en España para preservar, entre otras cosas, el derecho a la objeción de conciencia personal y comunitaria ante leyes como la de la eutanasia que, en España, se ha impuesto sin contar con el debido debate y, sobre todo, sin alimentar la alternativa a la muerte con una ampliación y mejora del acceso a cuidados paliativos.

Uno de sus impulsores, Luis Zayas, explica que a pesar de las presiones sufridas, es esperanzador comprobar que “muchas instituciones tienen claros los principios bajo los que ejercen su actividad médica o asistencia y no están dispuestas a abandonarlos”

¿En qué consiste la iniciativa de espacios libres de eutanasia?

–La iniciativa Espacios Libres de Eutanasia nace para promover la cultura del cuidado ante la grave amenaza para la convivencia en España que supone la legalización de la posibilidad de matar a personas que lo soliciten.

¿Cuál fue el germen de esta iniciativa?

–Nace fruto de la preocupación de un grupo de personas conscientes de la terrible experiencia vivida en naciones que ya han legalizado la eutanasia. En esas naciones, se han roto la confianza en la relación médico-paciente; se ha demostrado que, en muchos casos, se han matado a personas sin su consentimiento; se ha evidenciado una renuncia al esfuerzo que exige cuidar y atender a personas enfermas; muchas persona mayores que se consideran una carga para sus familias y la sociedad y que creen que, pidiendo la muerte dejarán de serlo; hay casos de personas enfermas a las que se niegan tratamientos bajo la excusa de que la opción de que soliciten la muerte es más económica. 

Todo ello contribuye a configurar una sociedad desvinculada, individualista, donde el que no puede valerse por sí mismo acaba siendo visto como un problema y se descarta, la sociedad se olvida de él y busca un atajo, una “solución” rápida que es la muerte. Es lo que se llama la pendiente resbaladiza que se ha vendido repitiendo en todas las naciones que han aprobado la eutanasia y que acaba deshumanizando las sociedades.

¿Cuál es su principal misión? 

–Nuestra primera misión es luchar contra esta deshumanización de la sociedad promoviendo una cultura del cuidado que valore a la persona, que acompañe y cuide de la persona en cualquier situación, que sea capaz de proporcionarle los avances médicos disponibles en cada momento; que sea capaz, también, de dar un significado al sufrimiento. Espacios libres de Eutanasia nace para mantener vivo el debate de que toda vida merece la pena y merece ser cuidada y acompañada. Si este debate desaparece, la incultura de la muerte se habrá impuesto.

En segundo lugar, Espacios libres de Eutanasia tiene un objetivo claro: derogar la ley que permite matar a personas que lo soliciten. Es una ley injusta y en un ordenamiento jurídico digno de tal nombre no cabe la existencia de leyes contrarias a la dignidad, libertad y derechos de las personas.

Finalmente, queremos proponer lo que denominamos los Espacios libres de Eutanasia. Lugares (hospitales, residencias, centros sanitarios o asistenciales, …) donde impere la cultura del cuidado; donde los profesionales sanitarios puedan ejercer libremente su profesión de acuerdo con los principios del juramento hipocrático, sin temor a sentirse amenazados a tener que matar pacientes o dejar de atenderles; donde los pacientes y sus familias tengan la seguridad de que serán cuidados y atendidos integralmente hasta el final natural de su vida. Lugares que muestren a la sociedad que toda vida, en la circunstancia que esté, merece ser cuidada y acompañada. Los Espacios libres de Eutanasia serán un faro en una sociedad amenazada por la incultura de la muerte y el descarte.

La ley de eutanasia se ha tramitado «por la espalda y por vía de urgencia» sin dar lugar ni siquiera a un debate real. ¿La sociedad es consciente de lo que supone que un acto como la ayuda a morir pase a ser una prestación (un derecho) respaldada por la ley?  

–Es claro que se ha hurtado a la sociedad un debate sobre esta cuestión. Y en este sentido, siendo gravísima la aprobación de una norma como ésta, duele todavía más que se haya hecho con nocturnidad y alevosía, por vía de urgencia y en un momento en que España entera estaba ocupada en salvar vidas.

Esta falta de debate, junto a una campaña buenista en la que el gobierno presentaba la norma como respuesta a las demandas de casos extremos en que familias o personas pedían la eutanasia, han provocado que buena parte de la sociedad no sea consciente de la gravedad de esta norma ni de sus efectos en el medio y largo plazo. 

La sociedad tiende a pensar que habrá pocas situaciones en que haya personas que se soliciten la muerte y se les mate. Sin embargo, la experiencia de otros países no dice eso. Nos indica que poco a poco la eutanasia se va introduciendo en la sociedad y la va gangrenando. En las naciones que llevan más tiempo con la eutanasia legalizada las personas que solicitan ser matadas alcanzan entre el 4-5% de las muertes anuales. Eso supondría entre 16.000 y 20.000 personas matadas todos los años. Eso es mucha gente, muchas personas a las que no hemos sabido o querido, como sociedad, dar esperanza.

Pensamos que utilizar los términos “prestación sanitaria” o “ayuda para morir”, que aparecen en el texto de la ley, contribuye a falsear la realidad de lo que supone la ley para matar personas enfermas o mayores. No hay nada más opuesto a lo sanitario y la ayuda, que matar intencionadamente a un ser humano inocente.

Por eso, es necesario mantener el debate, la sociedad española tiene que ser consciente de la gravedad y peligro que supone haber legalizado la posibilidad de matar a aquellas personas que lo soliciten.

En el caso, por ejemplo, de entidades sanitarias con principios no compatibles con esta ley de eutanasia. ¿Se respeta el derecho a la objeción de conciencia colectiva? 

–Esta es una cuestión compleja desde el punto de vista jurídico. El Comité de Bioética de España emitió un informe en el que consideraba que la objeción de conciencia de las instituciones jurídicas está amparada por nuestro ordenamiento jurídico. Sin embargo, la ley ha tratado de evitarlo expresamente en su articulado. Por tanto, estamos ante una cuestión que deberá dirimirse posiblemente en los tribunales. 

Hay otros derechos reconocidos en nuestro ordenamiento jurídico, como son la libertad de empresa o el respeto al ideario de la institución (en el ámbito educativo hay muchas sentencias que reconocen el derecho que tiene un centro educativo a que se respete su ideario por parte de las administraciones pública, lo cual es perfectamente aplicable al mundo de la sanidad.) que pueden ser vías, que sin necesidad de entrar en un debate complejo sobre la objeción de conciencia de las personas jurídicas, permitan a las instituciones que apuesta por el cuidado de la personas y de la vida, no tener que aplicar una ley que atenta contra los principios básicos de la medicina.

¿Cree que, en ocasiones, hay temor en el ámbito sanitario a perder, por ejemplo, conciertos con las administraciones públicas si se oponen a leyes como la del aborto o la eutanasia? 

–Sin duda, en muchos casos instituciones del ámbito sanitario, en especial pertenecientes a la Iglesia Católica, en su deseo de aportar los más posible a la sociedad han puesto sus instalaciones y recursos al servicio de la sanidad pública de las diferentes autonomías con un doble objetivo, apoyar la función de la sanidad pública y hacer que pueda llegar al mayor número de personas posibles. Este apoyo se ha concretado en la firma de conciertos con la administración.

Ahora mismo esos conciertos no contemplan, en la mayoría de los casos, la práctica de la eutanasia. Pero el riesgo existe en la renovación de éstos. Y sí, hay temor en las instituciones sanitarias a que haya administraciones que utilicen la renovación de los conciertos para imponerles esta práctica contraria a los principios médicos. No cabe duda que para algunas instituciones, que por su generosidad se pusieron al servicio de la sanidad pública, la no renovación de los conciertos puede suponer un riesgo para la viabilidad económica en el corto plazo y esto genera mucha preocupación en el sector. 

También tengo que decir que muchas instituciones tienen claros los principios bajo los que ejercen su actividad médica o asistencia y no están dispuestas a abandonarlos sufran las presiones que sufran.

De ahí la importancia, desde nuestro punto de vista de iniciativas como Espacios Libres de Eutanasia y otras, para que la sociedad sea consciente de lo que está en juego y apoye a estas instituciones ante el posible ataque que puedan sufrir de las administraciones públicas. Es necesario movilizar a la sociedad civil en favor de estas instituciones. Que las administraciones públicas sepan que cuentan con el respaldo de la sociedad para continuar cuidando y atendiendo a todos los enfermos sea cual sea su situación.

¿Qué trabajo queda por delante a juristas, médicos y sociedad civil? ¿Es posible dar la vuelta a este tipo de legislaciones?

–Queda mucho trabajo por delante. Es necesario concienciar a la sociedad de la gravedad de esta norma. De los impactos nefastos que tendrá en el medio plazo para la convivencia y cohesión social. Y eso es un trabajo de todos: de los juristas para hacer comprender la injusticia de esta ley; de los profesionales de la sanidad para hacer comprender como esta ley daña la relación médico-paciente y perjudica seriamente el desarrollo de los cuidados paliativos y de la práctica médica; de la sociedad, para reivindicar que quiere unas administraciones públicas que apuesten por la vida y no por el descarte o la falsa compasión de ofrecer matar a los pacientes.

Si no abandonamos la batalla en la sociedad civil y en el ámbito político, claro que es posible dar la vuelta a este tipo de legislaciones. Ahí tenemos el ejemplo en Estados Unidos de la reciente sentencia Dobbs vs Jackson que ha permitido revertir la sentencia Roe vs Wade que consagraba el supuesto derecho al aborto. Esta sentencia ha supuesto derrumbar uno de los pilares de la incultura de la muerte que parecía intocable. Para eso ha hecho falta casi 50 años de trabajo de la sociedad civil en todos sus ámbitos. Por tanto, sí es posible, lo único que hace falta es no desesperar ni claudicar en la batalla. Si se quiere se puede. 

España

La incertidumbre del futuro

El reciente congreso Iglesia y sociedad democrática ha puesto el foco en algunas de las realidades que marcan la española actual, especialmente en la dificultad de lograr estabilidad economica, social y familiar de los jóvenes.

Maria José Atienza·7 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Un espacio de reflexión es siempre una necesidad en un mundo que cambia, quizás con excesiva rapidez. Sin embargo, las jornadas celebradas en Madrid constataron la dificultad de un diálogo honesto en cuestiones fundamentales como las que se trataron 

En la actualidad asistimos a una suerte de competición impositiva, en la que ideologías de uno y otro signo pugnan por el espacio de poder y en la que, al mismo tiempo, son evidentes las consecuencias de una pérdida del sentido del bien común en todas las esferas de la vida humana. 

No cabe duda de que las bases de todo sistema social: la familia y la educación, viven, en nuestra sociedad, horas complicadas. 

Por una parte, la falta de apoyo institucional a la familia era denunciado sin tapujos por la periodista Ana Iris Simón, que ponía el dedo en la llaga cuando afirmaba que hay una parte de la sociedad que habla de la familia pero que no trabaja para que puedan existir familias. No hay nada para que “los jóvenes podamos construir una biografía que nos permita tener familia”

La educación, por su parte, ha pasado de ser un elemento clave del desarrollo social a una mera “herramienta golosa” para los políticos, manifestada en cambios continuos de legislación que llevan, por un lado, a una indiferencia práctica del profesorado ante estas legislaciones y, por otra, a la creación de una ficticia guerra entre opciones educativas, pública, privada, y concertada que termina en la rebaja de derechos y libertades para las familias. 

De la falta de solidez de esta base social, podríamos ir entresacando esos problemas que se fueron poniendo de manifiesto a lo largo de las mesas redondas que compusieron en reciente encuentro de la Fundación Pablo VI.

La falta de empleo y de adecuación formativa al mercado laboral, la polarización política que se encierra en resolver la vida de los partidos y no de los ciudadanos; o la consideración de la democracia como una especie de religión suprema que vemos, con demasiada frecuencia, sometida a los vaivenes de las leyes de la propaganda y no de la búsqueda del bien común, fueron algunas de las realidades que, de una manera u otra, iban remitiendo, a lo largo de esas reflexiones, a la ausencia de un espacio común de principios innegociables como la dignidad del ser humano o los derechos fundamentales que cimentan cualquier sociedad. 

Como resultado el futuro se presenta, como poco, incierto. Quizás por ello, la mesa dedicada a las expectativas de la juventud en la actualidad fue una de las más críticas y certeras en el análisis de esa generación “ansiosa de principios y valores” que concede un gran valor a las seguridades que no han podido tener: un hogar, una estabilidad familiar, un trabajo… 

La generación que viene es la generación que “viene de vuelta” del mito de la vida sin ataduras y, como apuntaba Diego Garrocho, la postmodernidad ha pasado de ser relativista a ser fundamentalista. 

Una polarización de las posturas que poco puede aportar en el espacio público y que tiene el peligro de alejar a sus defensores del enriquecimiento y la necesidad del diálogo, asentado sobre los principios básicos de la dignidad humana. 

Por ello, y aunque pasara más desapercibida que otras cuestiones, la denuncia del presidente de la Conferencia Episcopal Española de la silenciación de la propuesta católica por las “ideologías pujantes del momento”, especialmente “en cuatro puntos: la visión católica del ser humano, la moral sexual, la identidad y la misión de la mujer en la sociedad y la defensa de la familia formada por el matrimonio entre un hombre y una mujer” conduce, en efecto, a un grave error y una grave pérdida en la pluralidad y apertura del diálogo social y de la construcción del futuro común. 

En ese futuro inescrutable, en el que los escenarios posibles e imposibles parecen darse la mano, la voz de los católicos tiene el reto, en palabras de Jesús Avezuela, Director General de la Fundación Pablo VI, de “brindar respuestas y ofrecer soluciones, generando un clima propicio que nos ayude a construir un programa actual, siendo respetuoso con las opciones de cada uno”.

Familia progresista y contracultural

La familia en la actualidad es un elemento de resistencia a las grandes fuerzas de la postmodernidad: la falta de compromiso, la pobreza relacional y la autorreferencialidad.

6 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

No todo cambio es progreso. El reciente conflicto en Ucrania es una muestra palpable y dolorosa de ello. Progreso no es sólo cambio y evolución, sino cambio y evolución que nos acerque a una vida más plena y feliz. Las metamorfosis experimentadas por las relaciones familiares en las últimas décadas, principalmente en occidente, podrían parecer señales de avance hacia formas de relación más flexibles y libres, que deberían producir como consecuencia una mayor satisfacción en las personas. Esos cambios, sin embargo, están revelando ser signos de retroceso, de empobrecimiento y, en definitiva, de infelicidad. No lo digo yo, lo afirman los más destacados expertos mundiales en Psiquiatría. Lo muestran los resultados de un potentísimo estudio que, desde 1938 investiga la relación entre felicidad y salud de las personas. Publicado en 2018 por el profesor Robert Waldinger, afirma que las relaciones cercanas y duraderas hacen más felices a las personas que la educación, el dinero o la fama. Que la soledad mata tanto como el tabaco o el alcohol. Que los conflictos y las rupturas minan nuestra energía y quiebran la salud. Y que, en las relaciones interpersonales, a pesar de las crisis, lo importante es estar comprometido en la relación, sabiendo que siempre se puede contar con el otro.

La sociología prueba lo que el sentido común nos presenta como intuición: que la familia fundada sobre un compromiso incondicional -llamado, por cierto, matrimonio- es la que “tiene más números” para conseguir que sus miembros sean felices. ¿No es ése el genuino progreso al que todos aspiramos? Además de progresista -promotora de un auténtico progreso-, la familia es hoy también un elemento contracultural. La contracultura, según Roszak, está formada por aquellas formas sociales y tendencias que se oponen a las establecidas en una sociedad. En este contexto, la familia es elemento de resistencia a las grandes fuerzas de la postmodernidad: la falta de compromiso, que conduce a la individualización, a la pobreza relacional y termina en la soledad; y la auto referencialidad, que lleva a pensar que el bienestar y la felicidad se encuentran en nosotros mismos. Las relaciones familiares, por ser un entorno de amor incondicional, permiten desarrollar la seguridad que necesitamos para enfrentar con éxito el resto de relaciones sociales. Lejos de ser una institución rígida, carca y reaccionaria, la familia se revela hoy como un baluarte de resistencia a la pobreza existencial reinante, donde se pueden construir relaciones auténticas en las que -en medio de nuestras limitaciones e imperfecciones, podemos -si queremos- encontrar la felicidad.

El autorMontserrat Gas Aixendri

Catedrática en la Facultad de Derecho de la Universidad Internacional de Cataluña y directora del Instituto de Estudios Superiores de la Familia. Dirige la Cátedra sobre Solidaridad Intergeneracional en la Familia (Cátedra IsFamily Santander) y la Cátedra Childcare and Family Policies de la Fundación Joaquim Molins Figueras. Es además vicedecana en la Facultad de Derecho de UIC Barcelona.

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Evangelización

María del Mar Cervera Barranco. El corazón en la clase de religión

Casada y madre de 6 hijos. Profesora de religión con vocación desde la infancia. Consciente como pocas de la importancia de su tarea: transmitir la fe desde su asignatura y con su ejemplo de vida.

Arsenio Fernández de Mesa·6 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Instruir a los alumnos en el colegio es una gran vocación. Pero formarlos para que conozcan a Dios y tengan deseos de tratarle eso ya es un arte. A eso se dedica María del Mar Cervera Barranco, profesora católica en el colegio de las Irlandesas en el Soto de La Moraleja. El centro lo lleva el Instituto de la Bienaventurada Virgen María, una congregación religiosa fundada por Mary Ward en 1609. Estas religiosas tienen actualmente seis colegios en España. María del Mar, aparte de instruirles en las materias que imparte, lucha con delicadeza y cariño para que los niños adquieran una sensibilidad espiritual que les ayude a encontrarse con Jesucristo. Con un cargamento de cosas pequeñas va imprimiendo en sus almas la ilusión por ser amigos de Jesús, desde enseñarles a hacer la genuflexión, a dar gracias después de comulgar o a cantar en Misa.

La vocación de María del Mar como maestra no fue algo repentino: ya jugaba a las profesoras con sus amigas, vecinas y hermanos. “Mi cacharro preferido era la pizarra. Estaba claro que había una semilla poderosa que me encaminaba casi por incercia a la enseñanza”, me confiesa. Estudió magisterio y pedagogía en una escuela de la Iglesia “para educar y poder evangelizar”, algo que le parece inseparable en un cristiano. También es congregante mariana y eso le lleva a transmitir con cariño a sus alumnos la devoción a la Virgen María. Desde hace 27 años disfruta de su vocación a la enseñanza en el colegio de las Irlandesas, del que es antigua alumna. 

También imparte clases de religión: “Disfruto mucho, porque me encanta transmitir mi fe a los niños. Se transmite lo que se tiene y lo que una es. Supone una gran responsabilidad. Toda esta labor me exige intentar ser coherente en mi vida”. Entiende que es un privilegio rezar con los niños por las mañanas, preparar los sacramentos, enseñarles las oraciones y las canciones, asistir a las Misas que se celebran en el colegio y ayudarles a entenderlas y disfrutarlas, vivir con profundidad los tiempos litúrgicos y explicar el Evangelio y los contenidos de la fe. María del Mar me confiesa que esto es una riqueza impresionante para su propia vida espiritual: “la que recibo la ayuda soy yo, que me pongo delante del Señor todos los días y me recuerdo que esto tengo que vivirlo, que no es una pura teoría que les suelto a los alumnos. Creo que Dios me exigirá mucho porque me ha bendecido mucho”, me cuenta María del Mar. 

Son muchas anécdotas que le edifican a diario. Recuerda cómo hace unas semanas celebraron las primeras comuniones del colegio y una de sus alumnas se le acercó nada más verle y le contó que estaba muy feliz y agradecida por todo: “Me lo dijo con una profundidad que no se me ha borrado”. Le llenó de gozo ver a un niño que no tenía experiencia de fe en su casa y que no estaba bautizado: “A lo largo del curso, contagiado por la cercanía de sus compañeros con Jesús, por la ilusión de los demás con las cosas de Dios, pidió ser bautizado y recibir la primera comunión”. Recuerda también cómo hace unos años estuvo preparando a una niña para la primera comunión. Su madre estaba enferma de cáncer y veía que se moría. Llamó a Mar para pedirle que cuidara mucho de su hija, que la preparara muy bien, que hiciera las labores de madre con ella: “Murió a las pocas semanas y el día de la primera comunión le acompañé con todo el cariño de quien cumple un encargo divino”. Lo que más llena a Mar es ese contacto directo, de tú a tú, con cada niño, queriendo a cada uno como les quieren sus madres. Los siente como sus hijos y es consciente de que les va a entregar lo más importante que podrán recibir en sus vidas: “No tanto unos conocimientos teóricos, que podrán olvidárseles, sino a Jesús, que permanece para siempre”.

Actualidad

Omnes noviembre de 2022: Todo lo que puedes encontrar

Maria José Atienza·5 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

La revista Omnes de este mes de noviembre de 2022 viene con un amplio abanico de temas que abarcan desde las capillas polares, presencia de Dios y la Iglesia en las periferias físicas del planeta, un análisis sobre el Baréin que recibe al papa Francisco, hasta un amplio resumen de la conversación mantenida con Joseph Weiler, premio Ratzinger de Teología 2022 e invitado de excepción del último Foro Omnes.

Además, desde Roma, conocemos las últimas decisiones sobre el Sínodo de la sinodalidad, que se alargará hasta 2024 y que ha vivido unos últimos meses marcados por el 60 aniversario del Concilio Vaticano II. Además podrás encontrar una entrevista sobre la Fundación Fratelli Tutti, un organismo de religión y culto que se inspira en el contenido de la última encíclica del Santo Padre dedicada a la fraternidad y a la amistad social y que quiere suscitar iniciativas de diálogo con el mundo en torno a la basílica de San Pedro.

En España, el reciente nombramiento de Rosa María Murillo como presidenta nacional del Movimiento de Cursillos de Cristiandad junto a la apertura del proceso de beatificación y canonización del sacerdote Sebastián Gayá, uno de los iniciadores de este movimiento vuelve a poner en primer plano la acción apostólica y el carisma de Cursillos de Cristiandad que, con más de 60 años a sus espaldas, sigue siendo un camino privilegiado en la Iglesia de encuentro con Cristo y primer anuncio de la fe. De todo ello hablamos con su nueva presidenta y junto a Pilar Turbidí, gerente de la fundación Sebastián Gayá conocemos más sobre la figura de este ejemplar sacerdote.

El teólogo Juan Luis Lorda aborda, en este número, la controvertida figura del teólogo bávaro Hans Küng. Lorda explica algunas de las claves del pensamiento y actitudes de este teólogo que, a un año de su muerte, sigue siendo objeto de interés para muchas personas. Una aproximación muy ilustrativa para entender la postura, inquietudes y también los errores de este pensador.

También merece la pena conocer los dos historiogramas, uno de la historia de la Iglesia y otro de los acontecimientos bíblicos, que, se recogen en la propuesta de Cultura y que ayudan a hacerse cargo del desarrollo temporal de los principales acontecimientos cristianos. Sus numerosas ediciones demuestran su utilidad catequética.

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Cultura

Don y Misterio: contrastes en la vocación de San Juan Pablo II

La vocación cristiana es un don de Dios pero también encierra muchos misterios que uno debe descubrir. En esta obra san Juan Pablo II hace un relectura de su vida en el cincuenta aniversario de su ordenación sacerdotal.

Juan Ignacio Izquierdo Hübner·5 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

En el año 1996, san Juan Pablo II cumplía 50 años de sacerdocio. Con motivo de ese aniversario, el Papa polaco compartió con nosotros la apasionante historia de su vocación. Lo hizo a través de un libro personal, íntimo y —algo que siempre se agradece— también corto. Se titula “Don y misterio”.

Además de ser ya un clásico del género testimonio espiritual, este libro es para mí muy querido —perdón por el inciso personal—, pues lo he leído en dos momentos clave de mi vida: por primera vez en 2018, mientras terminaba de decidir si aparcar o no el título de abogado que había recibido poco antes y entrar en el Seminario. La segunda vez fue hace pocos meses, mientras discernía la decisión final. Como ven, el testimonio de san Juan Pablo II me ha acompañado en momentos cruciales de mi vida. Este 19 de noviembre, cuando reciba la ordenación diaconal, y en mayo del próximo año, con la ordenación sacerdotal, entre tanta gente que me ha ayudado en mi vida, me acordaré también de dar las gracias a san Juan Pablo II. 

¿Qué es el sacerdocio?

El título del libro responde a la pregunta “¿qué es el sacerdocio?” Pues, eso, el sacerdocio es un don y un misterio. Ahora bien, ¿cómo podemos saber si hemos recibido un don, cuando ese don es también un misterio? Esta vez la respuesta exige combinar el pensamiento y la vida, pues las palabras se quedan cortas. Por eso el testimonio de san Juan Pablo II es tan valioso para que podamos acercarnos a la solución de la paradoja. 

Acerquémonos al año 1942. Las fuerzas del Tercer Reich ocupan Polonia, los nazi persiguen a judíos y católicos, y un Karol Wojtyła de 22 años ​está entrando en el Seminario clandestino de Cracovia (es decir, la residencia del Arzobispo) para ir preparando su camino hacia el sacerdocio. Será un tiempo de crecimiento y también de cansancio, pues, en paralelo a los estudios eclesiásticos, Karol se pone a trabajar en una cantera de piedra para evitar que lo trasladen a otro campo de trabajo peor. 

La persecución y el miedo conformaban el telón de fondo de la época: en esos años espeluznantes de la Segunda Guerra Mundial murió el 20% de la población polaca y 3.000 sacerdotes polacos fueron asesinados en Dachau. En este escenario tan adverso, ¿cómo fue capaz, este joven polaco de 22 años, de entregar su vida a Dios? 

La herida familiar

Poco a poco nos vamos enterando de que Karol padeció una dolorosa preparación. Cuando tenía 9 años perdió a su madre, tiempo después perdió a su hermano mayor y, un año antes de que entrara en el Seminario, perdió también a su padre, a quien tanto quería. Sin embargo, es notable ver cómo el Papa recuerda toda su vida con gratitud, pues es capaz de ver a Dios detrás de su biografía: se fija más en las presencias que en las ausencias y asegura que su familia fue decisiva en su camino de fe. Su padre, por ejemplo, con quien creció en un clima de estrecha confianza y calidez, era militar de profesión y un hombre profundamente religioso.

Juan Pablo II lo recuerda así: “Sucedía a veces que me despertaba de noche y encontraba a mi padre arrodillado, igual que lo veía siempre en la iglesia parroquial. Entre nosotros no se hablaba de vocación al sacerdocio, pero su ejemplo fue para mí, en cierto modo, el primer seminario, una especie de seminario doméstico”. 

En medio de la debacle entre los pueblos, Karol tuvo la fuerza interior necesaria para salirse de los moldes de la historia. Mientras fuera reinaba el odio, en el interior de este joven seminarista germinaba una vocación radical al Amor: en sus años de juventud creció en intimidad con Dios, hizo amistades duraderas, ejercitó el teatro e incluso escribió poesía. “Mi sacerdocio, ya desde su nacimiento ha estado inscrito en el gran sacrificio de tantos hombres y mujeres de mi generación”, sostiene. Cuando terminó la guerra, Karol se trasladó a la sede normal del Seminario y el 1 de noviembre de 1946 recibió la ordenación sacerdotal. 

Esperanza

En “Don y misterio” disfrutamos de un relato lleno de optimismo sobrenatural, en el que podemos vislumbrar la magnanimidad de un hombre de Dios, la finura de un sacerdote enamorado de Jesucristo; y podemos entender el atractivo que una vida como la suya ejerce en el discernimiento vocacional de una vida corriente como la mía, o en el entusiasmo que sigue despertando en mis compañeros polacos de la Facultad de Teología, o en la renovada esperanza que suscita en tantas personas de mi generación.

La vida y la vocación de san Juan Pablo II están marcadas por los contrastes. Para comprender la convivencia entre felicidad y dolor en una vida, la relación entre don y misterio en una vocación, es necesario leer tranquilamente este libro, cerrarlo de vez en cuando y meditar: efectivamente, nos decimos entonces, la vocación al sacerdocio es sobre todo un regalo maravilloso de Dios, y lo entendemos mejor cuando un santo como Juan Pablo II ha aceptado ese don, lo encarna, lo agradece y luego, generosamente, nos lo comunica, como sigue haciendo a través de estas emocionantes memorias. 

El autorJuan Ignacio Izquierdo Hübner

Vaticano

Jornada Mundial de los Pobres: “Frente a los pobres no hay retórica”

El próximo domingo, 13 de noviembre, tendrá lugar la VI Jornada Mundial de los Pobres, una fiesta instituida por el Papa Francisco y que es una muestra de la identidad de su pontificado.

Giovanni Tridente·5 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

“Ante los pobres no se hace retórica, sino que se remanga y se pone en práctica la fe a través de la implicación directa, que no se puede delegar en nadie”. Lo escribió el Papa Francisco el 13 de junio en su Mensaje para la Jornada Mundial de los Pobres, que instituyó al final del Jubileo de la Misericordia, que este año se celebrará el próximo domingo 13 de noviembre.

Lo repitió en la Conmemoración de los Fieles Difuntos en la Basílica de San Pedro: “Dios espera ser acariciado no con palabras, sino con hechos”. Palabras que suenan como piedras, como ponerse en el espejo y medir el grado de fe y disposición para convertirse en dispensadores de la misericordia de Dios.

Es una invitación sin ambages a estar del lado correcto -como explicó el Papa en la liturgia del 2 de noviembre, centrada en el capítulo 25 del Evangelio de Mateo, tan querido por él- también porque “en el tribunal divino, la única cabeza de mérito y acusación es la misericordia hacia los pobres y los descartados”.

Amor gratuito

Ciertamente, es un camino que se aprende con el tiempo y que tiene su punto de apoyo en la gratuidad: “amar gratuitamente, sin esperar la reciprocidad”. Pero uno que debe ser emprendido inmediatamente “ahora, hoy”, sin perderse en señalamientos, análisis, justificaciones varias.

La inminente Jornada Mundial de los Pobres quiere difundir el mismo llamamiento, que este año reitera en su lema cómo Cristo mismo “se hizo pobre por nosotros”, inspirándose en el pasaje de San Pablo a los Corintios. Un pobre que se identifica con las innumerables víctimas de la guerra, por ejemplo, un sinsentido que cosecha muerte y destrucción y que no hace sino aumentar el número de indigentes en el mundo.

Por eso es necesario abrir las puertas de los corazones y de la solidaridad, aprendiendo a “compartir lo poco que tenemos con los que no tienen nada, para que nadie sufra”. Una atención generosa y sincera que está lejos de un activismo inconcluso o distante, pero que también se acerca a los pobres por un sentido de justicia social, como escribió el Pontífice en la Evangelii gaudium.

En efecto, hay una pobreza que mata, que es la miseria, la injusticia, la explotación, la violencia, la injusta distribución de los recursos; y hay una pobreza que libera, que lleva a apuntar a lo esencial, vuelve a reflexionar el Santo Padre en su Mensaje para la jornada del 13 de noviembre: “el encuentro con los pobres nos permite poner fin a tantas angustias y temores inconsistentes, para llegar a lo que verdaderamente cuenta en la vida y que nadie puede robarnos: el amor verdadero y gratuito”.

En definitiva, en la correcta comprensión del fenómeno, según el Papa Francisco, los pobres, antes de ser objeto de nuestra generosa atención, “son sujetos que ayudan a liberarnos de las ataduras de la inquietud y la superficialidad”.

Día Mundial

Por ello, por sexto año consecutivo, la Jornada Mundial de los Pobres se celebrará en todo el mundo, centrada en la Santa Misa presidida por el Papa Francisco en la basílica de san Pedro. En los días previos a este evento, se llevan a cabo numerosas iniciativas de solidaridad en la Diócesis de Roma, la Iglesia que preside todas las demás en materia de caridad.

El año pasado, por ejemplo, más de 5.000 familias recibieron un botiquín para hacer frente a la pandemia y a diversas enfermedades estacionales; se destruyeron toneladas de alimentos básicos; y unas 500 familias afectadas por el desempleo se vieron liberadas de los gastos de servicios y alquiler. 

La Jornada Mundial de los Pobres, “cada año se arraiga más en el corazón de los cristianos de todo el mundo con iniciativas de lo más variadas, fruto de la caridad creativa que anima y suscita el compromiso de la fe”, comentó el arzobispo Rino Fisichella, jefe de la Sección del Dicasterio para la Educación que se encarga de llevar a cabo la iniciativa desde hace seis años.

Actualidad

Omnes en diversos idiomas

Omnes trabaja para ofrecer la información y los artículos de nuestra web en diversos idiomas.

Maria José Atienza·4 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

En Omnes estamos trabajando para ofrecer la información y los artículos de nuestra web en diversos idiomas, con el fin de facilitar la lectura de Omnes a más personas en todo el mundo. 

Por este motivo, durante algunos días, el servicio de traducción puede sufrir alteraciones. 

Esperamos contar muy pronto con el sistema mejorado de traducción.

Artículos

Francisco en Baréin: un sembrador de paz

Rome Reports·4 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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Una de las primeras paradas de su peregrinación de diálogo en Baréin: el Santo Padre fue recibido en la ceremonia de bienvenida y se encontró con las autoridades, la sociedad civil y el Cuerpo Diplomático.

Francisco resaltó la cordialidad del pueblo multiétnico, multicultural y multirreligioso, donde muchos migrantes se han trasladado en búsqueda de oportunidades, y llamó a construir la fraternidad.


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El Papa en Baréin exhorta a la paz

El papa Francisco saluda al jeque Ahmad el-Tayeb, gran imán de la mezquita y universidad egipcia Al-Azhar, en el Palacio de Sakhir en Awali. Bahréin, 4 de noviembre de 2022.

Javier García Herrería·4 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

El Papa en Baréin: «No basta con decir que la religión es pacífica»

En su viaje a Baréin el Papa Francisco está hablando con claridad sobre la guerra y los derechos humanos. Este artículo recoge los principales mensajes de la jornada de hoy, viernes 4 de noviembre.

Antonino Piccione·4 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

Un itinerario bajo la bandera del diálogo interreligioso, la paz y el encuentro entre personas de diferentes creencias. Este es el trasfondo y el horizonte del Viaje Apostólico del Papa Francisco al Reino de Baréin, en su viaje del 3 al 6 de noviembre. Es el número 39ª del pontificado, el noveno en países de mayoría musulmana: un corolario de la encíclica «Fratelli tutti», en la estela de la visita en 2019 a Abu Dhabi para la firma con el gran imán de Al-Azhar, Ahmed al-Tayeb (con quien el Papa se reunirá también en privado en los próximos días) del «Documento sobre la fraternidad humana», un hito para las nuevas relaciones entre el Islam y la Iglesia católica.

En el espíritu del viaje se centró el propio Francisco, el pasado domingo en el Ángelus. «Participaré en un Foro que se centrará en la indispensable necesidad de que Oriente y Occidente se unan más por el bien de la convivencia humana; tendré la oportunidad de reunirme con representantes religiosos, en particular con representantes islámicos». Una oportunidad para la fraternidad y la paz, de las que el mundo tiene «extrema y urgente necesidad».

La misma clave de interpretación se encuentra en las palabras de los últimos días con las que el cardenal Pietro Parolin confirmó el carácter primordialmente interreligioso de la visita, la segunda del Pontífice a la Península Arábiga (de la que Baréin es un apéndice insular).

Templos en Baréin

Baréin, cuna del Islam chiita, a pesar de algunas tensiones con la parte minoritaria suní de la población, es un estado también tolerante con la pequeña comunidad católica (unas 80 mil personas, en su mayoría inmigrantes por motivos laborales de una población total de 1,4 millones). El rey Hamad bin Isa Al Khalifa, que recibió al Papa antes del encuentro con las autoridades y el cuerpo diplomático, donó hace unos años el terreno en el que hoy se levanta la segunda iglesia del país, la Catedral de Nuestra Señora de Arabia en Awali, que el Papa visitará. El primero data de 1939 y se encuentra en la capital, Manama.

Entre los actos más destacados de la visita, que se prolongará hasta el domingo, figuran un encuentro con el Consejo de Ancianos Musulmanes en la Mezquita del Palacio Real de Sakhir esta tarde, y un abrazo con la comunidad católica en la misa que el propio Papa presidirá el sábado en el estadio nacional de Baréin (se espera la asistencia de más de 20.000 personas), seguido de un encuentro con los jóvenes en la escuela del Sagrado Corazón.  Finalmente, el domingo por la mañana, en la Iglesia del Sagrado Corazón de Manama, Francisco concluirá la visita con los obispos, el clero local, los consagrados, los seminaristas y los agentes de pastoral. 

Condena de la guerra

En el Palacio Real de Sakhir, en Awali, Francisco ha concluido hoy el Foro de Diálogo con los líderes de las distintas confesiones. Con una invitación a la acción conjunta para reparar las divisiones: «Que el camino de las grandes religiones sea una conciencia de paz para el mundo. Oponerse al «mercado de la muerte», aislar a los violentos que abusan del nombre de Dios y dejar de apoyar a los movimientos terroristas». De nuevo un llamamiento «para que se ponga fin a la guerra en Ucrania y se celebren negociaciones de paz serias». No basta con decir que una religión es pacífica: hay que actuar en consecuencia. No basta con afirmar la libertad religiosa: es necesario superar realmente todas las limitaciones en materia de fe y trabajar para que incluso la educación no se convierta en un adoctrinamiento autorreferencial, sino en una forma de abrir realmente el espacio a los demás.

Es un mensaje sobre las consecuencias concretas de la fraternidad que el Papa Francisco ha pronunciado esta mañana en Baréin al dirigirse a los demás líderes religiosos y personalidades presentes en el «Foro para el Diálogo: Oriente y Occidente para la Convivencia Humana», el evento sobre el diálogo que es la ocasión del actual viaje apostólico. En la plaza Al-Fida’ del palacio real de Awali, junto al soberano Hamad bin Isa Al Khalifa, estuvieron presentes exponentes de diferentes confesiones religiosas convocados en el país del Golfo para esta ocasión: entre ellos el imán de al Azhar, Ahmed al Tayyeb, y el patriarca de Constantinopla Bartolomé, a quien Francisco saludó con afecto. «Oriente y Occidente se asemejan cada vez más a dos mares opuestos», dijo el Pontífice, comentando el tema del encuentro, «nosotros, en cambio, estamos aquí juntos porque pretendemos navegar en el mismo mar, eligiendo la ruta del encuentro y no la del enfrentamiento».

Esta tarea es más urgente que nunca en un mundo tan conflictivo como el actual: incluso desde Awali, Francisco no dejó de alzar su voz para pedir el fin de la guerra en Ucrania. «Mientras la mayoría de la población mundial se encuentra unida por las mismas dificultades, aquejada por graves crisis alimentarias, ecológicas y pandémicas, así como por una injusticia planetaria cada vez más escandalosa», dijo, «unos pocos poderosos se concentran en una lucha decidida por intereses partidistas, exhumando un lenguaje obsoleto, redibujando zonas de influencia y oponiendo bloques». Lo calificó como «un escenario dramáticamente infantil: en el jardín de la humanidad, en lugar de cuidar el conjunto, se juega con fuego, con misiles y bombas, con armas que causan llanto y muerte, cubriendo la casa común de cenizas y odio».

Fraternidad

Por lo tanto, es necesario que los creyentes de todas las religiones respondan siguiendo el camino de la fraternidad, ya indicado en 2019 en la Declaración firmada en Abu Dhabi con al Tayyeb y recordado por la misma Declaración del Reino de Baréin discutida durante la reunión de estos días. Pero para que no se queden en meras palabras, Francisco ha indicado hoy tres retos concretos: la oración, la educación y la acción. En primer lugar, la dimensión de la oración: «la apertura del corazón al Altísimo -explicó- es fundamental para purificarnos del egoísmo, la cerrazón, la autorreferencialidad, la falsedad y la injusticia».

Quien reza «recibe la paz en su corazón y no puede sino convertirse en su testigo y mensajero». Pero para ello se necesita una premisa indispensable: la libertad religiosa. «No basta -subraya el Papa- con conceder permisos y reconocer la libertad de culto, sino que hay que conseguir una verdadera libertad religiosa. Y no sólo cada sociedad, sino cada credo está llamado a comprobarlo. Está llamada a preguntarse si constriñe desde el exterior o libera en el interior de las criaturas de Dios; si ayuda al hombre a rechazar la rigidez, la cerrazón y la violencia; si aumenta en los creyentes la verdadera libertad, que no es hacer lo que a uno le plazca, sino disponerse al propósito de bien para el que hemos sido creados».

Educación

Un segundo reto indicado por el Pontífice es la educación, una alternativa a la ignorancia que es enemiga de la paz. Pero debe ser una educación verdaderamente «digna del hombre, para ser dinámica y relacional: por tanto, no rígida y monolítica, sino abierta a los desafíos y sensible a los cambios culturales; no autorreferencial y aislante, sino atenta a la historia y a la cultura de los demás; no estática, sino indagadora, para abarcar aspectos diferentes y esenciales de la única humanidad a la que pertenecemos». Debe enseñar a «entrar en el corazón de los problemas sin presumir de tener la solución y a resolver problemas complejos de forma sencilla, pero con la disposición de habitar la crisis sin ceder a la lógica del conflicto».

Una educación que haga crecer la capacidad «de cuestionarse, de entrar en crisis y de saber dialogar con paciencia, respeto y espíritu de escucha; de aprender la historia y la cultura de los demás». Porque no basta con decir que somos tolerantes, sino que hay que dar cabida al otro, darle derechos y oportunidades».

Mujer y derechos

La educación para Francisco conlleva también tres urgencias: en primer lugar, «el reconocimiento de las mujeres en la esfera pública. En segundo lugar, la protección de los derechos fundamentales de los niños: «eduquémonos -exhortó el Papa- a mirar las crisis, los problemas, las guerras, con los ojos de los niños: no se trata de una bondad ingenua, sino de una sabiduría previsora, porque sólo pensando en ellos el progreso se reflejará en la inocencia y no en el beneficio, y contribuirá a construir un futuro a escala humana». Y luego la educación para la ciudadanía, renunciando «al uso discriminatorio del término minoría, que lleva consigo el germen del sentimiento de aislamiento e inferioridad».

Por último, la fraternidad llama a la acción, para traducir en gestos coherentes el «no a la blasfemia de la guerra y al uso de la violencia». «No basta con decir que una religión es pacífica», especificó Francisco, «es necesario condenar y aislar a los violentos que abusan de su nombre». El hombre religioso, el hombre de la paz, también se opone a la carrera armamentística, al negocio de la guerra, al mercado de la muerte. No favorece alianzas contra nadie, sino caminos de encuentro con todos: sin ceder al relativismo ni al sincretismo de ningún tipo, persigue un solo camino, el de la fraternidad, el del diálogo, el de la paz».

«El Creador -concluyó Francisco- nos invita a actuar, especialmente en favor de demasiadas de sus criaturas que todavía no encuentran suficiente espacio en las agendas de los poderosos: los pobres, los no nacidos, los ancianos, los enfermos, los emigrantes… Si nosotros, que creemos en el Dios de la misericordia, no escuchamos a los miserables y damos voz a los sin voz, ¿quién lo hará? Estemos de su lado, trabajemos para socorrer a los heridos y probados. Al hacerlo, atraeremos sobre el mundo la bendición del Altísimo».

El autorAntonino Piccione

Mundo

Los retos de la nueva cúpula directiva de los obispos de Estados Unidos

A mediados de noviembre los obispos de EE.UU. se reunirán para elegir a los nuevos representantes de los obispos. También analizarán a fondo los retos de la Iglesia norteamericana tras el proceso de escucha sinodal.

Gonzalo Meza·4 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Del 14 al 17 de noviembre se llevará a cabo en Baltimore, Maryland, la Asamblea Plenaria de la Conferencia de Obispos de los Estados Unidos (USCCB por sus siglas en inglés). En las sesiones se discutirán los retos más importantes que afronta la Iglesia en los EE.UU., entre ellos la Iniciativa de Renacimiento Eucarístico, la revisión del documento doctrinal sobre responsabilidad política de los católicos (“Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles”, así como temas relacionados con la decisión Dobbs vs. Jackson de la Corte Suprema de Justicia y la discusión de algunas causas de beatificación y canonización. 

Los temas internacionales de esta Asamblea incluirán la Jornada Mundial de la Juventud 2023, el Sínodo de los Obispos, la guerra en Ucrania y la situación migratoria en la frontera México-EU, entre otros. La Asamblea iniciará con el discurso del Nuncio Apostólico en los Estados Unidos, Mons. Christophe Pierre, seguido por Mons. José H. Gómez, Arzobispo de Los Ángeles, quien pronunciará su última alocución como presidente de la USCCB, concluyendo su mandato. Durante esta reunión los obispos norteamericanos votarán para elegir nuevos presidente, vicepresidente y las cabezas de seis comités. 

Los retos de la nueva administración

Los obispos que conformen la nueva administración para el próximo trienio tendrán delante de sí los desafíos y esperanzas de la Iglesia norteamericana los cuales se expresaron durante el proceso sinodal que se desarrolló recientemente en EE.UU. y cuyas conclusiones fueron publicadas en la “Síntesis Nacional del Pueblo de Dios en los EE.UU. del Sínodo de Obispos 2021-2023”. El documento sintetiza los informes de las 178 diócesis y arquidiócesis de la Iglesia Latina, el Ordinariato Personal de la Cátedra de San Pedro y las 18 eparquías católicas orientales presentes en el país. 

En este proceso sinodal participaron 700,000 personas, las cuales conforman cerca del 1% de los católicos en EE.UU. (de un total de 66.8 millones de católicos). El documento refleja las alegrías, esperanzas y heridas persistentes en la Iglesia norteamericana. La Síntesis señala que esta experiencia sinodal en los EE.UU. permitió el redescubrimiento de “la sencilla práctica de reunirse, rezar juntos y escucharse unos a otros” para discernir las respuestas a los retos que enfrenta la Iglesia, siendo el Espíritu Santo el principal agente en este ejercicio.

Las heridas

Los abusos sexuales, la división en la iglesia, la polarización en EE.UU., la ausencia de los jóvenes y la marginación de grupos étnicos y raciales son las heridas reportadas por los participantes en el proceso sinodal. De acuerdo con la Síntesis, la herida que más aflige es la de los efectos de la crisis del abuso sexual: “El pecado y el delito de abuso sexual ha erosionado no solo la confianza en la jerarquía y la integridad moral de la Iglesia, sino que también ha creado una cultura de temor que impide que las personas se relacionen entre sí”, indica el texto. 

Otra herida persistente fue “la experiencia de la profunda división de la Iglesia, la cual provoca una profunda sensación de dolor y ansiedad. En ese sentido, muchas regiones del país percibieron la falta de unidad entre los obispos de los Estados Unidos y entre algunos obispos (a título individual) con el Santo Padre, situación que fue definida como “fuente de grave escándalo”. 

Esta división al interior de la Iglesia, que se retroalimenta por la polarización política, afecta también la celebración eucarística. Las diferencias en la forma de celebrar la liturgia, precisa el texto, “a veces alcanzan un nivel de hostilidad”. En ese rubro, la cuestión que generó más polémica fue la celebración de la Misa preconciliar. Otros desafíos identificados en las consultas sinodales fueron la marginación de grupos minoritarios, el sentimiento de exclusión de los más jóvenes y su ausencia de la Iglesia: “Prácticamente todas las consultas sinodales compartieron un profundo dolor por la partida de los jóvenes”.

Las esperanzas puestas en la Eucaristía

A pesar de las numerosas heridas que ponen de manifiesto un gran deseo de sanación y comunión, los participantes en el proceso sinodal coincidieron en que la Eucaristía es la fuente de esperanza, de donde parten la unidad, la comunidad y la vida de fe. Providencialmente este año se lleva a cabo la iniciativa denominada “Renacimiento Eucarístico Nacional”, un programa de tres años patrocinado por la USCCB y cuyo objetivo es fomentar el conocimiento el amor y el encuentro del pueblo de Dios con la fuente y cumbre de la fe católica. 

Esta iniciativa tendrá su culmen con el Congreso Eucarístico Nacional en Indianápolis, Indiana del 17 al 21 de julio del 2024. Como dice en la página web de la iniciativa: “Escándalo, división, enfermedad, duda. La Iglesia ha resistido cada uno de ellos a lo largo de nuestra historia. Pero hoy nos enfrentamos a todos a la vez. En medio de estas olas rugientes, Jesús está presente, recordándonos que Él es más poderoso que la tormenta. Él desea sanar, renovar y unificar a la Iglesia y al mundo. ¿Cómo lo hará? Uniéndonos de nuevo en torno a la fuente y la cumbre de nuestra fe: la Sagrada Eucaristía”.

Cultura

Timothy Schmalz. Cuando la fe se esculpe en bronce

Obras como Angels Unawares (Ángeles sin saberlo) o los Homeless Jesus (Jesús sin techo) forman parte del catálogo del artista canadiense Timothy Schmalz que, a través de su prolífica obra escultórica de carácter religioso, acerca al espectador a realidades “visibles e invisibles”. Especializado en la escultura en bronce, Schmalz concibe su trabajo como una evangelización materializada: la realización obras de arte que glorifiquen a Cristo. 

Maria José Atienza·4 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Desde el 29 de mayo de 2022, la iglesia romana de San Marcello al Corso muestra en su interior una curiosa imagen: una moderna Virgen con un Niño no nacido en su interior, visible, obra del artista canadiense Timothy Schmalz, que pretende celebrar la vida a través de la belleza. 

Esta imagen, bautizada como el Monumento a la Vida, fue bendecida por Mons. Vicenzo Paglia, presidente de la Pontificia Academia para la Vida del Vaticano. No será la única imagen de estas características que se podrá ver en todo el mundo. Junto a la escultura de Roma, Washington albergará una réplica de este Monumento a la vida

El propio Schmalz ha señalado que la fuente de inspiración para el Monumento a la Vida la encontró en el Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz de 2015. 

Al artista, que ha sido recibido varias veces por el Santo Padre, le llamó la atención lo que el Papa llamaba en este mensaje la “globalización de la indiferencia”. Basándose en esta idea, Schmalz pensó que una escultura podría ayudar a concienciar sobre esas otras vidas vulnerables en el vientre de sus madres. En otras palabras, hacer visible lo invisible. 

En este sentido, como destaca para Omnes Tim Schmalz, no es que la sociedad tenga dificultades para acceder a la trascendencia sino que “la naturaleza humana es creer en lo que se ve. Si el feto se pudiera ver siempre, creo que habría una sociedad que lo consideraría más sagrado”. 

El desarrollo de esta escultura fue, como señala el autor “muy rápido y hermoso. Hice un boceto inicial y, en el momento en que vi el dibujo, supe que era excelente”.

Toda la imagen dirige la mirada del espectador hasta el centro: el Niño no nacido. Al mismo tiempo, “recoge” también al espectador, que se refleja en el círculo de acero plateado el vientre de la Virgen, que actúa como un espejo. “Los espectadores de la escultura se ven literalmente en el centro de la obra, simbolizando su conexión con esta fuente creativa” afirma Schmalz.

El Monumento a la Vida es una donación del Movimento Per la Vita Italiano . En este sentido, como señaló Mons. Vicenzo Paglia en la bendición de la imagen, “se trata del compromiso para que la mujer (y la pareja) reciba todo el apoyo posible para prevenir el aborto, superando las dificultades, incluidas las económicas, que llevan a la interrupción del embarazo”. 

Su lugar romano, en la iglesia de San Marcello, que alberga el “Crocifisso miracoloso”, que el Papa Francisco llevó al Vaticano durante la pandemia, es una manera de hacer que muchas personas, de todos los lugares, se encuentren con este canto a la vida no nacida. 

La colocación y bendición de esta imagen se ha producido en un momento en el que el debate sobre la vida ha vuelto a primera plana en países como Estados Unidos. Con el Monumento a la Vida el escultor quiere, de hecho, “celebrar la vida”. Es cierto que, tanto el desarrollo como la inauguración de este monumento no ha sido propiciado por el debate, sino que ha resultado ser una coincidencia. 

Casualidad o no, para Tim Schmalz “debemos defender toda la vida, como dijo el Papa Francisco, aunque no sea conveniente”. Por este motivo, el artista quiere que esta escultura esté ubicada donde pueda servir como testimonio. De ahí que el Monumento a la Vida de Estados Unidos, tras cortas estancias en diferentes ciudades, vaya a ser instalado de forma permanente en la capital del país.

La barca de migrantes en San Pedro

No es la primera obra de Tim Schmalz ubicada en el corazón de la cristiandad; el canadiense es el autor de Angels Unawares, un impactante grupo escultórico que, desde septiembre de 2019, ocupa un lateral de la Plaza de San Pedro. La ingente obra representa una balsa en la que se acurruca, expectante, un grupo de migrantes y refugiados de diferentes orígenes culturales y raciales, y de diversos períodos históricos. De entre ellos, sobresalen unas alas de ángeles remitiendo al texto de la carta a los Hebreos: “No olvidéis la hospitalidad: por ella algunos, sin saberlo, hospedaron a ángeles”. Una escultura que supuso todo un reto para el escultor. 

Angels Unawares fue iniciativa de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral para conmemorar la 105ª Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado. El propio Papa Francisco presidió la Santa Misa tras la que se bendijo la escultura. 

Cuando recibió el encargo desde la Santa Sede, Schmalz reconoce que sintió, más que felicidad, “una responsabilidad muy grande de dar la mejor cara de nuestra fe a través del arte. No había tiempo para descansar”. Además de la que se puede ver en San Pedro, Angels Unawares puede verse en el campus de la Catholic University of America.

Un especial “sin techo” 

Entre las obras de inspiración religiosa más conocidas de Timothy Schmalz destacan sus Homeless Jesus. Estas esculturas muestran un indigente sin techo, acostado en un banco de la calle y cubierto por una manta raída. Al observar detenidamente, en las marcas de sus pies, descubrimos a un Cristo cuyo rostro se oculta en la figura de la pobreza más extrema. 

Son numerosos los lugares, generalmente exteriores y de tránsito continuado, en los que se pueden ver estas impactantes obras: los alrededores de la catedral metropolitana de Buenos Aires, el Seosomun Historical Park de Seúl, las orillas del mar de Galilea o el exterior de la sede romana del movimiento de Sant’Egidio, son algunos de estos lugares. 

Una de las características de muchas de estas obras de Schmalz que representan realidades especialmente dolorosas como pueden ser la emigración, el desamparo o la exclusión es la serenidad con la que transmite estas duras escenas. Tim Schmalz señala para Omnes que, al enfrentarse a este tipo de realidades, “me centro en el tema y trato de hacerlo lo más auténtico posible. Creo que una obra de arte es bella si muestra la verdad de algo”. 

“La fe es la razón de mi escultura”

El escultor canadiense afirma sin ambages que “mi fe es la única razón por la que esculpo, sería imposible poner tanto tiempo en mi arte si no tuviera una misión de Dios”. Para Schmalz el artista es un evangelizador y ha de ser consciente de ello. Hacer de su obra una vía de comprensión, de acercamiento al otro y a Dios. “Si la escultura fuera lo suficientemente buena cambiaría los corazones y las mentes de la gente” apunta Tim Schmalz, “si no lo consigue no es la religión la que falla, somos nosotros, el artista, el sacerdote, todos los que evangelizamos los que no presentamos la verdad de una manera que la gente pueda ver”.

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Recursos

Elemento material, gestos humanos y palabras en la Penitencia y la Eucaristía

Los sacramentos son signos sensibles de la gracia, por lo que están compuestos de aspectos materiales y formales: palabras, gestos y elementos materiales.

Alejandro Vázquez-Dodero·4 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Veíamos en el anterior artículo el significado de los sacramentos, y por qué se celebran como se celebran. Decíamos que los siete sacramentos corresponden a todos los momentos importantes de la vida del cristiano: dan nacimiento y crecimiento, curación y misión a la vida de fe de los cristianos. La Eucaristía ocupa el centro, pues contiene al Autor de la vida de la gracia divina, a Cristo mismo; de otro lado, por la misericordia y el perdón de Dios, el sacramento de la Penitencia logra la curación del alma enferma –caída– y, por tanto, posibilita el crecimiento del amor a Dios.

¿Cuáles son el elemento material, los gestos humanos y las palabras en el sacramento de la Penitencia?

El Concilio de Trento sentó como doctrina que el signo sensible de este sacramento es la absolución de los pecados por parte del sacerdote, así como los actos del penitente.

La materia sería la contrición o el dolor de corazón de haber ofendido a Dios, los pecados dichos al confesor de manera sincera e íntegra y el cumplimiento de la penitencia o satisfacción. Al respecto, cabe subrayar que para la validez del sacramento debe observarse la obligación de confesar todos los pecados mortales o graves de los que se sea consciente.

De otro lado, la forma serían las palabras que pronuncia el sacerdote –que en ese instante es el mismo Cristo, pues actúa “in persona Christi”– después de escuchar los pecados: “Yo te absuelvo de tus pecados, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.

En cuanto a la celebración de este sacramento encontramos dos elementos fundamentales. El primero lo constituyen los actos que realiza el penitente que quiere convertir su corazón en presencia del amor misericordioso de Dios, gracias a la acción del Espíritu Santo: el arrepentimiento o contrición, la confesión de los pecados y el cumplimiento de la penitencia. El otro elemento es la acción de Dios: según dispone el Catecismo en su punto 1148, por medio de los sacerdotes la Iglesia perdona los pecados en nombre de Cristo, decide cuál debe ser la penitencia, ora con el penitente y hace penitencia con él.

Con carácter ordinario el sacramento se recibe de manera individual, acudiendo al confesionario, diciendo sus pecados y recibiendo la absolución también individualmente. Existen casos excepcionales –prácticamente el estado de guerra, peligro de muerte por catástrofe, y notoria escasez de sacerdotes– en los cuales el sacerdote puede impartir la absolución general o colectiva: se trata de situaciones en las que, de no impartirse, las personas se quedarían sin poder recibir la gracia sacramental por largo tiempo, sin ser por culpa suya. Pero esto no excluye a los penitentes de tener que acudir a la confesión individual en la primera ocasión que se les presente y confesar los pecados que fueron perdonados a través de la absolución general.

Por último, cabría referirse a la confesión general: cuando una persona hace una confesión de todos los pecados cometidos durante toda la vida, o durante un período de la vida, incluyendo los ya confesados con la intención de obtener una mayor contrición.

¿Por qué se habla también de sacramento de la “confesión”, de la “reconciliación”, del “perdón de Dios” y de la “alegría”? 

Al sacramento de la Penitencia se le denomina sacramento de la “confesión” porque la declaración o manifestación de los pecados ante el sacerdote es un elemento esencial del mismo. Se trata de un reconocimiento y alabanza de la santidad de Dios y de su misericordia para con el hombre pecador.

Es asimismo conocido como sacramento de la “reconciliación” porque otorga al pecador el amor de Dios, que reconcilia. Así lo aconseja el apóstol Pablo a los de Corinto: “Dejaos reconciliar con Dios” (2 Co 5,20).

Se le denomina sacramento del “perdón” ya que por la absolución sacramental del sacerdote Dios concede al penitente el perdón de sus pecados.

Por último, es también sacramento de la “alegría” por la paz y gozo que se obtiene tras hacerse con el perdón de un Padre que comprende a sus hijos y dispensa su amor misericordioso las veces que haga falta.

¿Cuáles son el elemento material, los gestos humanos y las palabras en el sacramento de la Eucaristía?

Con carácter introductorio y aclaratorio cabe señalar que la palabra “Eucaristía” se refiere tanto a la celebración de la santa Misa como a la presencia sacramental de Cristo, que de hecho puede quedar reservado en los tabernáculos o sagrarios.

La materia del sacramento de la Eucaristía es pan de harina sin levadura y vino natural, extraído de la uva, tal y como los utilizó Jesucristo en la Última Cena.

La forma se refiere a las palabras pronunciadas por el Señor al instituir el sacramento, momento de la Misa denominado “transubstanciación”, ya que el pan y vino dejan de ser tales y pasan a constituir el cuerpo y la sangre de Jesucristo: “Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo que será entregado por vosotros” (…) “Tomad y bebed todos de él, porque ésta es mi Sangre. Sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada por vosotros y por muchos, para el perdón de los pecados”.

El pan y el vino se depositan en el altar, elemento éste que litúrgicamente representa a Cristo y que por tanto convierte ese “depositar” en un “ofrecer”. Se trata de una ofrenda espiritual de toda la Iglesia que recoge la vida, los sufrimientos, las oraciones y los trabajos de todos los fieles, que se unen a los de Cristo en una única ofrenda.

En su mensaje a los peregrinos romanos en la Cuaresma de 2018 el Papa Francisco recordó que cada Eucaristía consiste en los mismos signos y gestos que realizó Jesús la víspera de su Pasión, en la primera Eucaristía.

Esos signos vienen representados en la liturgia –o celebración– eucarística con multitud de detalles gestuales que el sacerdote celebrante de la santa Misa pone por obra: apertura de los brazos en forma de cruz para significar el sacrificio escondido en la Eucaristía, arrodillarse como muestra de adoración y reconocimiento de la grandeza de Dios, elevar el cáliz y la patena a modo de ofrenda a lo Alto, etc.

Vaticano

El Papa en Baréin. Mensaje de diálogo y convivencia en un mundo de guerras

En línea con su visita a los Emiratos Árabes Unidos en 2019, y con el Documento sobre la Fraternidad Humana, firmado con el gran Imán de al-Azhar en Abu Dabi, el Papa Francisco clausura estos días en el Reino de Baréin un Foro por el Diálogo sobre Oriente y Occidente para la convivencia humana, y envía una señal a Arabia Saudí e Irán.

Francisco Otamendi·4 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

La visita del Papa Francisco al Reino de Baréin entre los días 3 y 6 de noviembre, refuerza la elección de la familia real de los Al Khalifa, en su deseo de mostrar el perfil del Reino como lugar de diálogo, de acogida tolerante y de convivencia pacífica entre diferentes culturas y comunidades, en un mundo ensangrentado por guerras y conflictos.

El más cercano para Baréin y los otros países del Golfo Pérsico es el de Yemen en la Península Arábiga. Pero no demasiado lejos se sitúa el enfrentamiento entre Rusia y Ucrania, que afecta a Europa y al mundo, y por cuyo final impulsa el Santo Padre a la oración y al diálogo.

El Papa Francisco desea “abrir nuestras mentes y hacernos entender que es absolutamente necesario que entremos en una relación de mutuo respeto y colaboración sobre el terreno, allí donde sea posible”. Con estas palabras se refería el administrador apostólico del Vicariato de Arabia del Norte, Monseñor Paul Hinder, a la visita papal.

En sendos encuentros que Hinder ha mantenido con periodistas acreditados en el Vaticano y a través de ACN, subrayó que “todos los viajes del Papa persiguen el mismo propósito: construir una plataforma en la que, a pesar de nuestras diferencias en las creencias, podamos crear comunidades positivas y constructivas para construir el futuro…. Si las dos principales religiones monoteístas no encuentran una mínima base de entendimiento existe un riesgo para todo el mundo”.

Para el administrador apostólico del Vicariato de Arabia del Norte , “el Papa está construyendo una plataforma común” y apuntó que esta visita del Pontífice a Baréin, sigue la estela de Abu Dabi, y es “continuación de sus viajes a Marruecos, Irak y Kazajstán”.

Según Fayad Charbel, sacerdote de la iglesia del Sagrado Corazón de Manama, capital del archipiélago de Baréin, la visita papal contribuye a mostrar que este país es una tierra “de diálogo y convivencia”. Por su parte, el sacerdote Saba Haidousian, párroco de la comunidad greco ortodoxa local, destaca la importancia del viaje para el Reino y para todo Oriente Medio, según la agencia Fides, al subrayar que el rey Hamad bin Isa Al Khalifa lleva tiempo pidiendo que Baréin se convierta en un espacio de convivencia pacífica y libre entre las diferentes comunidades religiosas. A su juicio, el Foro Baréin por el Diálogo Oriente-Occidente para la Convivencia Humana centrará la atención internacional sobre Baréin, mostrando todas las normas de “convivencia entre diferentes” que caracterizan la vida en el Reino.

En la misma línea, el encuentro entre el Papa Francisco y el rey Hamed, asegura Hani Aziz, pastor de la Iglesia Evangélica de Manama, será también una oportunidad para enviar “un gran mensaje” en favor de un Oriente Medio “libre de las guerras” que atormentan a pueblos enteros.

Fraternidad universal

Otros medios, como Asia News, han subrayado que el Papa Francisco visita Baréin “para retomar el diálogo con el islam y Oriente”, y se apoyan en que el mensaje del Papa es “un mensaje de paz”, en momentos en que muchas personas están viviendo “diversas formas de conflicto, hostilidad y guerras”, tal como ha señalado Monseñor Paul Hinder, OFM, actual administrador apostólico de Arabia del Norte, que ha sido durante años, hasta hace pocos meses, Vicario Apostólico de Arabia del Sur, y que es el anfitrión eclesiástico principal de la visita del Papa a Baréin.

En cualquier caso, existe unanimidad en que la visita de Francisco a Baréin sigue la estela “del proceso iniciado” en su visita de febrero de 2019 a Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos, EAU), “continuación de sus viajes a Marruecos, Irak y Kazajstán”. El Papa desea “abrir nuestras mentes y hacernos entender que es absolutamente necesario que entremos en una relación de mutuo respeto y colaboración sobre el terreno, allí donde sea posible”, explicó Monseñor Paul Hinder en un encuentro online organizado por Iscom el 24 de octubre. “El Papa está construyendo
una plataforma común”, añadió.

En el mismo encuentro, Mons. Hinder señaló que la visita el Papa lanza una “señal fuerte” a Arabia Saudí y a Irán, enfrentados en un largo conflicto. “No es imaginable que su estancia [del Santo Padre] pase inadvertida en Riad y en Teherán”, añadió el vicario apostólico de Arabia del Norte.

La firma del Documento sobre la Fraternidad Humana por el gran Imán de al-Azhar y el Papa Francisco en Abu Dabi, “es un acontecimiento que para nosotros sigue siendo un punto de referencia fundamental”, y “en los territorios del Vicariato, estamos llamados a mantener viva la memoria de este acontecimiento
y al mismo tiempo debemos comprometernos a desarrollar sus implicaciones desde el punto de vista social, del diálogo y de las relaciones culturales e interreligiosas”, manifestó poco antes del verano en Omnes.

Monseñor Paolo Martinelli, Vicario Apostólico de Arabia del Sur. “En esencia” —añade Monseñor Martinelli—, “las religiones deben apoyar la fraternidad y la paz universales”. Ferrán Canet, corresponsal de Omnes en Líbano, que se desplaza a menudo a tierras arábigas, corrobora que, en su opinión, “el motivo principal del viaje es el mismo de Abu Dabi, es decir, seguir en esa línea de la fraternidad universal, de diálogo de religiones, pero no en cuanto al contenido de la fe, sino en la línea de lo que puede ser común, la fraternidad universal, aparte de que el Papa aproveche para tener encuentros con los cristianos de allí, como una Misa con sacerdotes, religiosas, etc.”.

“Sobre Baréin, el antiguo vicario apostólico ya fallecido, Monseñor Camillo Ballin, me comentaba que había tenido una acogida muy buena por parte de las autoridades, con muchas facilidades, a diferencia de otros países. Facilidades para la nueva catedral, la sede del obispo, una casa en la que se pudieran
realizar ejercicios espirituales y actividades varias”, comenta Ferrán Canet.

Un itinerario con lógica

Asia News ha subrayado que “el viaje apostólico del Papa Francisco a Bahrein forma parte de un itinerario que tiene su propia lógica y que ha tocado anteriormente Abu Dhabi, Marruecos, Irak y más recientemente Kazajstán”. Esta decisión muestra que “en la mente del Pontífice hay una estrategia positiva de acercamiento a las diversas corrientes internas del Islam”, para tratar de revitalizar o establecer
“un diálogo con el vasto mundo musulmán”, ha explicado también Mons. Paul Hinder, quien, como vicario del Sur de Arabia, recibió al Papa en Abu Dabi.

En su reciente visita a Kazajstán, el Papa elogió el esfuerzo del país kazajo para situarse como lugar de encuentro multicultural y multirreligioso, y por la promoción de la paz y de la fraternidad humana. Fue en la séptima edición del Congreso de los Líderes de las religiones mundiales y tradicionales, una
iniciativa que comenzó hace veinte años auspiciada por las autoridades políticas del país, tal como informó Omnes.

El congreso kazajo aprobó una Declaración final en continuidad con la firmada en Abu Dabi en 2019, y podría añadirse que en línea también con su encuentro de oración con líderes religiosos en la Llanura de Ur, en Iraq, y con sucesivos eventos en Asís, que continúan los encuentros convocados por san Juan Pablo II desde 1986. Es un punto clave de su pontificado.

El autorFrancisco Otamendi

España

El 32 % de los hogares, con graves dificultades para una vida digna

Los ingresos de seis millones de familias españolas son inferiores al 85 por ciento de su presupuesto de referencia para llevar una vida digna. Esto supone que un tercio de los hogares no puede satisfacer sus necesidades básicas, según un informe de la Fundación Foessa presentado en Caritas Española, que supone una verdadera alerta social.

Francisco Otamendi·3 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Las consecuencia sociales y económicas de la pandemia del Covid han sido devastadoras para muchas familias. Y mientras que la pandemia todavía no ha terminado, “seguimos sin tener perspectivas claras de hasta cuándo continuará lastrando la economía mundial, pues se ha sumado una nueva crisis, esta vez de tipo inflacionario, derivada principalmente de la guerra en Ucrania que, de nuevo, trae consigo graves repercusiones en los niveles de precariedad de las familias”, señala el informe, titulado “El coste de la vida y las estrategias familiares para abordarlo”.

Ahora, la sociedad se ve afectada por el encarecimiento del coste de la vida, “que representa un nuevo contratiempo para muchas empresas y hogares en nuestro país”. Lo ha subrayado la secretaria general de Cáritas, Natalia Peiro, en la presentación del informe: “la situación afecta a toda la sociedad, pero tiene consecuencias más graves para las familias más vulnerables, para los sectores más débiles de la sociedad”.

Entre los datos del informe, sintetizados por Thomas Ubrich, miembro del equipo técnico de la Fundación Foessa, se encuentran los siguientes: “tres de cada 10 diez familias en España se están viendo obligadas a recortar gastos esenciales de alimentación, ropa y calzado, y también de suministros, y “siete de cada 10 hogares con ingresos inferiores al 85 por ciento de su presupuesto han reducido su gasto en vestido y ropa”.

De los seis millones de hogares con graves dificultades, la mitad, es decir, “tres millones de familias, han recortado su presupuesto familiar en alimentación; una cuarta parte de ellos no puede llevar una dieta especial que se necesita por razones médicas; y el 18 por ciento de hogares con niños a cargo han dejado de usar el comedor escolar por no poder costearlo, lo que supone alrededor de medio millón de hogares con niños en España”. Además, “seis de cada 10 hogares han reducido el consumo de electricidad, gas, agua o calefacción, y un 22 por ciento han pedido ayudas para pagar estos suministros”.

Los recibos aumentan

El cúmulo de datos refleja el impacto de la espiral inflacionista a la que se ha referido Natalia Peiro, con base en el informe: “Desde hace varios meses, todos en España observan la tendencia: los recibos están aumentando y cada vez cuesta más llenar la nevera. En junio, la inflación siguió acelerándose alcanzando máximos no vistos en 37 años y asciende al 10,2 %. Por su parte, la Comisión Europea estima que cerraremos el año 2022 con una inflación global del 8,1%. Además de la luz o el gas, la factura de la cesta de la compra sigue a su vez la misma tendencia. Y parece ser que llega para quedarse, pues según la OCDE la inflación en España seguirá en máximos al menos hasta 2024. Pero ¿quién tendrá que soportar tal inflación?”

Foessa considera que “los efectos se multiplicarán para las más de 576.000 familias sin ningún tipo de ingresos o para las 600.000 familias sin ingresos estables que dependen, exclusivamente, de una persona que trabaja a tiempo parcial o de forma intermitente a lo largo de todo el año. Para todas ellas ya no se trata solo de un contratiempo, sino de una seria situación de desborde”.

Hogares con más problemas

Los hogares con graves dificultades para satisfacer sus necesidades básicas (ingresos inferiores al 85 % del Presupuesto de Referencia para unas Condiciones de Vida Dignas, PRCVD), se encuentran, sobre todo, “entre los hogares que viven en alquiler, hogares con presencia de niños y niñas en el hogar y en edad de escolarización y/o estudiar, personas con discapacidad o situación de dependencia, la existencia de deudas, la ausencia de ingresos estables, y el desempleo de alguno o todos los miembros activos del hogar. Es crucial, además, considerar la brecha de género y el conjunto de dificultades añadidas que soportan los hogares encabezados por una sola persona adulta y con la responsabilidad exclusiva de los niños y niñas”.

Por otro lado, el hecho de tener ingresos estables y provenientes de un empleo fijo y de calidad, tener la vivienda en propiedad pagada, así como vivir solo o en pareja sin descendencia a cargo son claros factores de protección ante dificultades para cubrir sus necesidades básicas, indica el informe.

A quién recurrir

Según Foessa, el 73,6 % de los hogares con ingresos inferiores al 85 % de su PRCVD buscan la obtención de ingresos extras a través de una de las siguientes estrategias:

– Pedir ayuda económica a un amigo o familiar.

– Acudir a una ONG, parroquia o servicios sociales para solicitar ayudas económicas.

– Recurrir a los ahorros para cubrir los gastos.

– Verse obligado a vender su vehículo privado (coche o moto).

– Verse obligado a vender diversas pertenencias (joyas, electrodoméstico, etc.).

Políticas públicas

En cuanto a las políticas de las Administraciones públicas, el informe señala “la necesidad” de trabajar en estas direcciones [Nota: la numeración es de la redacción]:

1) Un sistema de garantía de ingresos mínimos desde los criterios de suficiencia para garantizar un nivel adecuado de modo que la alimentación, el vestido y otros elementos básicos tengan una cobertura asegurada, en condiciones de dignidad y de libertad de elección.

Este sistema debe reunir las condiciones mínimas de cobertura alcanzando a toda la población en situación de pobreza extrema sin excepciones, de accesibilidad y de no condicionalidad.

2) Garantizar un parque suficiente de vivienda social en alquiler y de viviendas de emergencia. Garantizar el acceso a la vivienda como parte de las necesidades básicas y, por tanto, condición para un nivel de vida adecuado.

3) Garantizar la gratuidad real de la educación obligatoria en todos sus elementos (material, comedor, actividades extraescolares, …), y la existencia de becas suficientes para la educación no obligatoria de modo que nadie quede discriminado por insuficiencia de rentas, incluyendo además a los jóvenes migrantes en situación irregular.

4) Considerar la relevancia del derecho al agua y la energía y el acceso a Internet como un elemento imprescindible para la igualdad de oportunidades.

5) Asegurar los tratamientos médicos necesarios, los accesorios sociosanitarios y los cuidados imprescindibles que garanticen el derecho a la salud física y mental.

6) Reforzar las inspecciones que eviten la explotación laboral de personas aprovechando su situación de precariedad y vulnerabilidad.

7) Proteger a las personas y familias que, por su origen migrante, su situación de dependencia o discapacidad, su composición familiar, su género, o cualquier otra cuestión, están en una situación de desventaja.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

Vídeo del Papa por los niños que sufren

La "Red Mundial de Oración por el Papa" ha publicado el vídeo con la intención mensual del Papa, dirigida a los niños y niñas olvidados, rechazados, abandonados, pobres o víctimas de conflictos, que sufren a causa de un sistema que los adultos hemos construido.

Javier García Herrería·3 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

En el vídeo del mes de noviembre el Papa pide oraciones para que los niños que sufren, viven en las calles, son víctimas de las guerras o huérfanos, puedan acceder a la educación y redescubrir el afecto de una familia.

Las palabras del Papa Francisco a lo largo del vídeo dicen:

Todavía hay millones de niños y niñas que sufren y viven en condiciones muy parecidas a la esclavitud. No son números: son seres humanos con un nombre, con un rostro propio, con una identidad que Dios les ha dado.

Demasiadas veces olvidamos nuestra responsabilidad y cerramos los ojos ante la explotación de estos niños que no tienen derecho ni a jugar, ni a estudiar, ni a soñar. Ni siquiera tienen el calor de una familia.

¡Cada niño marginado, abandonado por su familia, sin escolarización, sin atención médica, es un grito! Un grito que se eleva a Dios y acusa al sistema que los adultos hemos construido. Un niño abandonado es culpa nuestra. No podemos permitir más que se sientan solos y abandonados; necesitan poder recibir una educación y sentir el amor de una familia para saber que Dios no los olvida.

Recemos para que los niños y niñas que sufren, los que viven en las calles, las víctimas de las guerras y los huérfanos, puedan acceder a la educación y redescubrir el afecto de una familia.

Red Mundial de Oración por el Papa

El Video del Papa es una iniciativa oficial que tiene como objetivo difundir las intenciones de oración mensuales del Santo Padre. Es desarrollada por la Red Mundial de Oración del Papa, con el apoyo de Vatican Media. La Red Mundial de Oración del Papa es una Obra Pontificia, que tiene como misión movilizar a los católicos por la oración y la acción, ante los desafíos de la humanidad y de la misión de la Iglesia.

Fue fundada en 1844 como Apostolado de la Oración y la integran más de 22 millones de católicos. Incluye su rama de jóvenes, el MEJ – Movimiento Eucarístico Juvenil. En diciembre 2020 el Papa constituyó esta obra pontificia como fundación vaticana y aprobó sus nuevos estatutos.

Familia

Educar en la templanza

Educar en la templanza puede ser complicado en ocasiones, especialmente cuando el ambiente, como el actual, no invita a refrenar ninguna apetencia. Sin embargo, es clave para la maduración de cualquier persona.

José María Contreras·3 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Escucha el podcast que acompaña este comentario para saber más sobre la educación en la templanza.

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La templanza, como cualquier virtud, es tremendamente positiva: Hace que la persona sea capaz de ser dueña de sí misma y pone orden en la sensibilidad, afectividad, gustos y deseos.

Por eso, cuando un hijo nos pide algún deseo y los padres se lo negamos, es fácil que le demos respuestas como que no nos podemos permitir ese gasto o cosas por el estilo. Eso sólo es parte de la verdad y, además, tiende a que los hijos vean la sobriedad como algo negativo; piensan que cuando tengamos más dinero lo haremos. No es así.

La templanza nos procura un equilibrio en el uso de los bienes materiales que nos hace libres para aspirar a bienes más altos.

Para educar en la austeridad hay que tener valor: muchas veces exige enfrentarse a los hijos y a la corriente por donde va la sociedad. Pero ése es el camino. O se tiene ese valor o no se hace nada.

El placer es bueno, no podemos caer en la cortedad de pensar que es algo negativo para la persona. Pero tampoco podemos caer en la tentación de negar el hombre es un ser que, por naturaleza, tiene desordenadas las pasiones. Pablo de Tarso decía que “hacia el mal que no quería y que dejaba de hacer el bien que quería”. Es de suponer que no siempre ocurría así, pero aun siendo algo puntual, él se quejaba de esto.

Es como si el mal, se hubiera insertado en el corazón humano y el hombre tuviera que defenderse de él. Cuando decimos que sí, todo son facilidades. Facilidades con desasosiego muchas veces, pero facilidades.

Tenemos que acostumbrarnos a decirnos que no y en esa lucha interior por hacer el bien, algunas veces con victorias y otras con derrotas, es cuando viene esa paz que deseamos. Decir que no en muchas ocasiones es alejarse del mal.

Cuántas adicciones, que tanto están haciendo sufrir a tantas personas, se hubieran evitado si se hubiera educado a los hijos en negarse aquello que les perjudica, aquello que objetivamente es malo.

Hay personas que son incapaces de decir “no” a los impulsos del ambiente o a los deseos de quienes les rodean. Son personas despersonalizadas, no son libres porque son llevadas por lo deseos de otro sin poder renunciar a ellos.

Decir que “no” a algunas cosas, en el fondo, es comprometerse con otras. Es la manera de demostrarse a sí mismo que uno tiene valores.

Decir que “no” supone comprometerse con lo que realmente se estima y darlo a conocer con nuestra vida, con lo que hacemos.

Una persona que no se esfuerza por vivir la sobriedad, la templanza, termina siendo incapaz de decir que no a las sensaciones que el ambiente despierta en él. Termina buscando la felicidad en sensaciones falsas, fugaces, que por ser pasajeras, nunca satisfacen.

Me comentaba un amigo que su hijo pequeño le había preguntado que por qué, si teniendo dinero, no se aprovechaba de ello y pedía siempre lo mejor en los restaurantes. Aproveché para explicarle que la sobriedad, la templanza, no depende de que se tenga mucho o poco dinero. Son virtudes, valores que tiene uno que vivir independientemente del coste o del pagador. Así una persona con mucho dinero puede ser sobria y templada y un pobre de solemnidad puede ser muy poco templado.

La templanza es indispensable para poner un poco de orden en caos que el mal impone a la naturaleza humana.

Lecturas del domingo

Con la fe en el Dios de los vivos. XXXII domingo del tiempo ordinario (C)

Andrea Mardegan comenta las lecturas del XXXII domingo del tiempo ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Andrea Mardegan·3 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Cerca del final del año litúrgico, meditamos sobre las verdades últimas de la vida humana: hoy, la esperanza en la resurrección.

El episodio de la tortura y la muerte de los siete hermanos macabeos ante la mirada de su madre atestigua cómo la revelación sobre la resurrección de los muertos progresó a lo largo del Antiguo Testamento.

El segundo hijo dice: “Cuando hayamos muerto por su ley, el rey del universo nos resucitará para una vida eterna”; y el tercero: “Del cielo recibí [las manos]; espero recobrarlas del mismo Dios”. Una fe en la resurrección vinculada al mérito por las buenas obras realizadas en vida.

En el Evangelio de Lucas aparecen por primera vez los saduceos, pero muchos de ellos eran sumos sacerdotes, por lo que probablemente también se encontraban entre los que poco antes, tras la expulsión de los vendedores del templo, “buscaban acabar con él” (Lc 19, 47), y que tras interrogar a Jesús “intentaban echarle mano” (Lc 20, 19).

Estaban relacionados con la aristocracia sacerdotal que controlaba las finanzas del templo. Consideraban que sólo el Pentateuco era inspirado, y como en esos libros no se mencionaba la resurrección, pensaban que no pertenecía a la fe del pueblo judío. Su pregunta da a Jesús la oportunidad de hablar de la resurrección, sin referirse a la suya.

La ley del levirato de la que hablan, tan alejada de nuestra mentalidad, expresa el deseo de supervivencia más allá de la muerte, a través de la vida de los hijos. En cambio, la fe en la resurrección da a los siete hijos macabeos la fuerza para perder la vida por amor a Dios, renunciando a traer hijos al mundo.

Jesús subraya la gran diferencia que hay entre el mundo terreno y la vida en Dios después de la muerte. Cuando dice que no toman esposa ni marido, no está afirmando que en la vida celestial sean indiferentes las relaciones amorosas que se tenían en la vida terrenal, sino que tienen características diversas: no dan lugar a vínculos como los terrenos, ni a nuevos nacimientos.

El amor, en cambio, permanece; es más, se vive en grado máximo, sin límites, distracciones, egoísmos, envidias, celos, incomprensiones, enfados o infidelidades, sino con la libertad de los ángeles del cielo, siempre dispuestos a amar como Dios ama.

Jesús, que conoce la relación de los saduceos con la Torá, refuta su error citando precisamente a Moisés, considerado el autor de la Torá, que en la zarza ardiente oye a Dios llamarse el Dios de Abraham, Isaac y Jacob: por tanto, éstos están vivos, y los muertos resucitan. Con fe en el Dios de los vivos, Jesús se dirige hacia su pasión y muerte, y le confía: “Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc 23, 46), sé que dentro de tres días mi espíritu volverá a dar vida a mi cuerpo, que así resucitará.

La homilía sobre las lecturas del domingo XXXII

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Cine

A las monjas que nos dieron clases

Patricio Sánchez-Jáuregui·3 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Película

Título: Llenos de gracia
Director: Roberto Bueso
Historia: Roberto Bueso y Óscar Díaz
Música: Vicente Ortiz Gimeno
Año: 2022

El 20 de diciembre de 2004, en un partido Osasuna – Mallorca, Valdo Lopes marcó un gol y corrió a cámara para dedicarlo. Escrito en la recién descubierta camiseta interior, se leía: “Gracias, hermana Marina”. Esta película cuenta la historia de ese agradecimiento, de Valdo y sus compañeros, cuando apenas levantaban un palmo del suelo. Entonces vivían en la casa de la caridad de Cáritas en Aravaca, que llevaba la orden de las Esclavas, y al cual llegó la hermana Marina para cambiar sus vidas.

Fue en el verano de 1994, cuando al colegio de El Parral llegó la una monja ecléctica, vivida, con un corazón de oro. Se tuvo que hacer con el respeto de los pillos que, sin otro lugar al que ir, pasarían los meses de vacaciones, haciendo de las suyas. A esto se unirá la amenaza de cierre de la institución, y de ahí saldrá una idea: promocionar el colegio con un equipo de fútbol y así salvar el colegio y las vidas de sus estudiantes.

Hilando comedia y emotividad, Llenos de gracia es el segundo largometraje de Roberto Bueso (La banda), que cuenta con un cártel bien nutrido: Carmen Machi (Aída, Hable con ella) a los mandos, secundada por una encantadora, idealista e inocente novicia, Paula Usero (La boda de Rosa), Nuria González (Mataharis) de madre superiora, Anis Doroftei (Charlie Contryman) como sor cocinera y Pablo Chiapella (La que se avecina) como bedel. Completan el elenco el grupo de niños variopintos, que añaden, con su frescura y ternura, aún más autenticidad a una cinta que es tremendamente disfrutable.

Con sus más y sus menos nos encontramos ante una obra en la cual es tan fácil llorar como reír, que rezuma ternura y pone en la palestra el valor de la entrega, la amistad y la educación. A pesar de ignorar la motivación de las protagonistas y cualquier cosa relacionada con la vida contemplativa, convierte el colegio El Parral, y quizá todos los colegios de monjas, en hogar: un símbolo de caridad. Toda la historia de madurez de los protagonistas se convierte en una dedicatoria, como la que llevaba Valdo Lopes en su camiseta: Una carta de amor a todas esas religiosas que nos han criado, condensada en la frase de una de las hermanas: “No somos sus madres, ni somos sus cuidadoras… Somos sus monjas, que ya es mucho”.

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Argumentos

¿Apoyó la Iglesia el Tercer Reich?

Es ya un tópico especialmente manido e insidioso que la Iglesia católica auspició el ascenso de Hitler al poder, le sostuvo en él y no hizo nada para impedir el holocausto. Pese a la falsedad de tales acusaciones, aún hay muchas personas de buena voluntad que siguen creyéndolas, incluyendo buenos cristianos. Por ello en este artículo me propongo esgrimir algunas razones —y algunos datos concretos— que puedan ayudarnos a enfocar bien esas horas terribles que tuvo que padecer la Iglesia y toda la humanidad.

Antonino González·3 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 11 minutos

Con ardiente preocupación y con creciente asombro venimos observando, hace tiempo, el camino de dolor de la Iglesia [alemana].

Primeras palabras de la encíclica Mit brennender Sorge de SS. Pío XI, 14 de marzo de 1937. Todas las traducciones en adelante son mías.

Tras la Primera Guerra Mundial y hasta el ascenso de Hitler al poder y la consecuente instauración del Tercer Reich, la República de Weimar (1918-1933) fue un periodo convulso en la historia de Alemania, en el que sobresalió un partido político confesionalmente católico, el Deutsche Zentrumspartei, o simplemente, el Zentrum, llamado a protagonizar algunos sucesos importantes en las últimas boqueadas de la república alemana de entreguerras. Fundado a finales de 1870, acogía en su seno diversas corrientes políticas y una importante dosis de liberalismo político —excepto en cuestión moral— que lo alejaba del conservadorismo protestante prusiano.

En la fase final de la República de Weimar, a partir de 1930, la situación política se hace altamente inestable por causa, principalmente, del crack del 29, que causa entre finales de 1929 y 1933 más de cinco millones de parados —añadidos al millón largo que ya existía—. Cuando en marzo de 1930 cae el gobierno socialdemócrata de Hermann Müller por su incapacidad ante esta situación, el presidente Paul von Hindenburg nombra canciller a Heinrich Brüning, que era, junto al sacerdote Ludwig Kaas, cabeza del Zentrum. Brüning, con escasos apoyos en el Reichstag —el Parlamento alemán—, tiene que convocar elecciones en breve —septiembre de 1930—, en las que su partido, el Zentrum, obtendrá 68 escaños[ii], mientras que el de Hitler, el NSDAP, asciende de 12 a 107.

Entre marzo de 1930 y mayo de 1932, Brüning se mantiene en el cargo sin mayoría en el Parlamento, hasta que el presidente Hindenburg, instigado por las maquinaciones del general Schleicher, lo depone de la Cancillería. En esta ocasión, el designado para el puesto es el también centrista Franz von Papen, pero éste es expulsado del Zentrum por ser considerado un traidor a Brüning y al propio partido. Sustituido por Schleicher tras dimitir en noviembre del 32,​ von Papen vuelve al primer plano en enero de 1933[iii] como vicecanciller del recién designado Hitler. En las siguientes elecciones (marzo de 1933) el Zentrum sube a 74 escaños mientras Hitler, con 288, se alza con la mayoría y consolida su posición al frente del país.

¿Apoyó la Iglesia al régimen de Hitler?

Veamos a continuación las motivaciones de la Iglesia, por un lado, y de Hitler, por otro, para actuar como lo hicieron. Se verá, una vez más, que los hijos de la sombra son más astutos…

Desde su ascenso a la vicecancillería, el católico von Papen va a promover la firma del Reichskonkordat —o Concordato entre la Santa Sede y Alemania— por el que llevaban años luchando Kaas y el nuncio, Monseñor Pacelli, y que la Santa Sede había deseado desde el primer año de la República de Weimar. Por su parte, el Zentrum firma la ley habilitante de 24 de marzo de 1933 o Ermächtigungsgesetz por la que se le confieren plenos poderes a Hitler y, así, se autodisuelve a sí mismo el 5 de julio de 1933 —algo similar ocurre con el resto de partidos, que son definitivamente prohibidos el 14 de julio—.

De este modo la Iglesia pierde su presencia en el debate político pero pone sus esperanzas en la consecución del Reichskonkordat, que finalmente se firmará en el Vaticano el 20 de julio de 1933, con la presencia de von Papen por parte del Reich y el cardenal Pacelli, que había dejado la nunciatura ante la República de Weimar y había sido nombrado en 1930 Secretario de Estado vaticano.

Varios factores promueven esta situación. Por una parte, el concordato o acuerdo Iglesia-Estado era la vía que estaba trabajando la Santa Sede, desde tiempo atrás, con innumerables países, no sólo con Alemania, con la que ya había firmado concordatos parciales[iv]. Por otro lado, el clima de inestabilidad política no hacía sino aumentar, y se percibía la participación de los católicos en el Reichstag como menos operante que un acuerdo de cara a salvaguardar los intereses de la Iglesia. Finalmente, Hitler supo envolver sus palabras del tono que la Iglesia esperaba: las importantes “ventajas que se le concedían a la Iglesia en el ámbito religioso-cultural, (…) la imagen del Führer de matriz ideológica monárquica, (…) la quimera del Estado unitario. (…) Ningún gobierno se había mostrado nunca tan generoso y dispuesto a hacer concesiones a la Iglesia católica como Hitler durante las negociaciones previas al concordato”[v].

Un discurso esperanzado

Más allá de todo ello, el discurso de Hitler durante su primera declaración de gobierno el 1 de febrero de 1933 proponía que “pondría al cristianismo como base de toda la moral”, y aun en la presentación parlamentaria de la Ermächtigungsgesetz del 23 de marzo —la ley por la que el Zentrum se había suicidado—, se afirmaba: “El gobierno nacional ve en las dos confesiones cristianas los factores más importantes para la conservación de nuestro carácter nacional. Respetará los pactos acordados entre aquellas y los Estados federados. (…) El gobierno del Reich (…) atribuye el máximo valor a las relaciones amistosas con la Santa Sede”[vi].

Las autoridades católicas debieron suspirar de alivio oyendo que quedaban atrás las maneras violentas del tiempo de la lucha, cuando el nacionalsocialismo se autoinscribía en un cristianismo positivo —valga decir, pagano— frente al cristianismo negativo —inerte, caduco— de católicos y luteranos. Sin embargo, tan solo dos semanas después de afirmar Hitler ante el Parlamento alemán que el cristianismo estaba en la base de la nueva Alemania y que para él era prioritaria la amistad con la Iglesia, reunido con sus colaboradores más estrechos confesaba: “Hacer las paces con la Iglesia (…) me impediría arrancar de raíz toda forma de cristianismo de Alemania. Se es cristiano o se es alemán. No se puede ser las dos cosas[vii].

Y es que esta era la verdadera cara de Hitler: durante los largos años de lucha por el poder, había manifestado reiteradamente que su movimiento no era una doctrina política sino una religión de sustitución y, como tal, irreconciliable con el cristianismo. Así lo hacía notar el jesuita Muckerman al definir la profecía del Tercer Reich como la herejía del siglo XX[viii].

La reacción católica

Del mismo modo, ante la inminente victoria del NSDAP en las elecciones de marzo del 33, numerosas asociaciones católicas de trabajadores, de Acción Católica y de la juventud hacen público un comunicado en que puede leerse: “Escuchamos las palabras orgullosas de ´espíritu alemán, fe alemana, libertad y honor alemanes, verdadero cristianismo y pura religión`. Pero alemana es la fe a lo prometido al jurar la Constitución, alemán es el amor a la libertad, el respeto de la del adversario, el cuidado de no dejar impunes las violencias; el verdadero cristianismo (…) exige la paz (…), y nosotros afirmamos que es cometer un pecado contra la juventud el imbuirle pensamientos de odio y de venganza, poniendo fuera de la ley a los que son de otra opinión”[ix].

Si al comienzo de su mandato el Führer quiso mostrarse pacífico y conciliador con la Iglesia fue sólo para, a través del engaño y la manipulación, eliminar los elementos que podrían haberle supuesto desprestigio o inestabilidad para su régimen. Cuando hubo engañado a los católicos —autoridades y fieles— con sus maniobras y la firma del concordato, volvió a mostrar gradualmente su verdadera faz. Como afirma el historiador británico Alan Bullock, “a ojos de Hitler, el cristianismo era una religión únicamente apropiada para esclavos; en particular detestaba su ética. Su enseñanza, declaró, era una rebeldía contra la ley natural de la selección por la lucha y la supervivencia del más apto. (…) Llevado al extremo, el cristianismo significaría el cultivo sistemático del fracaso humano”[x].

Esta visión del cristianismo no puede dejar de recordar la caracterización que de él hiciera Nietzsche en La genealogía de la moral[xi]. Con estos mimbres, era inevitable el desencadenamiento del Kirchenkampf o lucha de las Iglesias.

La reacción de la Iglesia

En concreto, la lucha contra la Iglesia católica constó de tres fases. En la primera Hitler delegó la tarea en el ideólogo del Reich, Alfred Rosenberg, fingiendo no saber nada de esta persecución más o menos soterrada que llevó, a propósito del golpe de Röhm en junio del 34 (la noche de los cuchillos largos) a asesinar a dirigentes católicos como “el Doctor Erich Klausener, Secretario General de Acción Católica [quien] fue disparado hasta la muerte en su oficina de Berlín por el líder de las SS Gildisch”[xii], justo seis días después de haber criticado la opresión política del momento ante 60.000 personas en la Convención Católica de 1934 en Berlín[xiii].

“El director nacional de la Asociación Católica Juvenil de Deportes, Adalbert Probst, fue secuestrado y después encontrado muerto por disparos (…). El Doctor Edgar Jung [escritor y asesor de Papen, y también colaborador de Acción católica], fue tiroteado en las celdas del cuartel de la Gestapo” al tiempo que “el destacado político católico y excanciller del Reich sin duda escapó de un destino similar solo porque estaba en Londres en ese momento”[xiv].

Durante la segunda fase, entre 1934 y 1939, so capa de la desconfesionalización del Reich, se llevó a cabo un virulento ataque contra la Iglesia, en el que destaca el proceso a miles de clérigos bajo la propaganda “así son todos los sacerdotes”[xv]. En esa misma línea, y en aumento con los años, a partir de la creación del campo de concentración de Dachau, en marzo de 1933, se empezaron a destinar allí, a los barracones establecidos a tal efecto, casi tres millares de clérigos[xvi], en su mayor parte polacos pero seguidos por los de nacionalidad alemana. A mediados de diciembre de 1940, se unieron a los sacerdotes que ya estaban en Dachau otros 800 o 900 sacerdotes procedentes de Buchenwald, Mauthausen, Sachsenhausen, Auschwitz y otros campos. Alrededor de 200 sacerdotes católicos alemanes fueron asesinados.**Buscar dato en Dictatorship** [xvii].

La tercera fase viene marcada por la asunción por parte del anticatólico secretario de Hitler, Martin Bormann, del “mando en la lucha de exterminio que debía conducir, tras la guerra, a la eliminación de la Iglesia y el cristianismo”[xviii]. Asimismo, “en agosto de ese año [1942], Joseph Goebels desató, como ministro de propaganda del Tercer Reich, una campaña de millones de panfletos contra «el papa projudío»”[xix].

Publicación de la encíclica

Ante esta situación, la Iglesia, de la mano con los cristianos evangélicos, va a suponer el último bastión contra el régimen nazi. Es por ello que Hitler considera al cristianismo el enemigo más peligroso del Reich, como revelan los informes secretos de la Gestapo[xx]. Así, “se procedió a cerrar todas las organizaciones católicas cuyas funciones no fueran estrictamente religiosas y rápidamente se hizo evidente que se pretendía encarcelar a los católicos, por así decir, en sus propias iglesias. Podían celebrar Misa y mantener su ritual tanto como quisieran, pero no tenían nada más que ver con la sociedad alemana”[xxi].

Por fin, el 14 de marzo de 1937 aparece la encíclica Mit brennender SorgeCon ardiente preocupación— del papa Pío XI, redactada en primera instancia por el cardenal alemán M. Faulhaber pero reelaborada por el cardenal Pacelli para que resultase más severa, como se aprecia en el propio título. La encíclica comienza dando razón del porqué del Reichskonkordat. Continúa explicando la genuina fe en Dios, en Jesucristo, en la Iglesia y en el Primado, “contra un provocador neopaganismo”[xxii], para reprobar a continuación toda forma de adulteración de nociones y términos sagrados, insistir en la verdadera doctrina y orden moral, apelar al derecho natural y finalizar con un llamamiento a los jóvenes, los sacerdotes y religiosos y los fieles laicos.

Para que pudiese propagarse ampliamente, se introdujeron y repartieron 300.000 copias clandestinamente, además de leerse en todos los templos católicos el domingo 21 de marzo. La reacción del Ministerio de Propaganda fue ignorarla completamente, pero la Gestapo, paralelamente, llevó a cabo numerosas detenciones, fruto de las cuales fueron enviados a la cárcel o a campos de concentración cientos de personas[xxiii].

Control y represión

Por otra parte, la presencia católica en la resistencia al Reich es incontestable. Para contrarrestar su influencia, los servicios de seguridad nazi colocaron espías en cada diócesis, hasta el punto de dejar por escrito, según refiere Berben, esta instrucción: “la importancia de este enemigo es tal que los inspectores de la policía de seguridad y el servicio de seguridad harán que este grupo de personas y las cuestiones que discutan su especial preocupación”[xxiv]. Asimismo, afirma Berben que “el clero era vigilado de cerca y frecuentemente denunciado, arrestado y enviado a campos de concentración. (…) [Hubo sacerdotes que] fueron arrestados simplemente por ser «sospechosos de actividades hostiles al Estado» o porque había motivos para «suponer que sus tratos podrían dañar a la sociedad»”[xxv].

El historiador de la resistencia interna al Reich, el alemán Peter Hoffmann, en The history of the German resistance, 1933-1945, relata que “durante el transcurso de 1933, la Iglesia católica también se vio literalmente obligada a resistir. No pudo aceptar en silencio la persecución general, la regimentación o la opresión, ni en particular la ley de esterilización del verano de 1933. A lo largo de los años hasta el estallido de la guerra, la resistencia católica se endureció hasta que finalmente su portavoz más eminente fue el mismo Papa con su Encíclica Mit brennender Sorge[xxvi].

Uno de los grupos de resistencia fue el de los hermanos Scholl, la Rosa Blanca, que entre 1942 y 1943 distribuyó folletos en Munich llamando a la resistencia y a la paz. “Aunque eran conscientes de que sus actividades difícilmente podrían causar un daño significativo al régimen, estaban preparados para sacrificarse”[xxvii]. Asimismo, el Director del departamento de investigación del Consejo Ecuménico en Ginebra, el protestante Hans Schönfeld, elaboró un memorándum por encargo del Obispo anglicano de Chichester, George Bell. En él se consideraba a la Iglesia católica como uno de los principales grupos de conspiradores, junto a miembros refractarios de la Wehrmacht, de la administración y de los sindicatos, y la Iglesia Evangélica dirigida por el obispo Theophil Wurm.

***

A la Iglesia se la ha acusado recurrentemente de haber resistido de un modo escaso a la situación y las aberraciones cometidas por el régimen nazi, pero después de lo expuesto, cabe preguntarse: si así fuese, ¿habría llevado a cabo Hitler la persecución que puso en marcha contra ella? El odio de Hitler a la Iglesia es innegable; ¿tuvo que ver en ello la actitud de la Iglesia y de los católicos particulares ante el nuevo orden de cosas? Paralelamente, parece muy dudoso pensar que una protesta exacerbada contra el Reich por parte del Papa Pío XII durante los años de la guerra hubiera permitido salvar tantas vidas como se salvaron con la neutralidad oficial y la diplomacia, de un lado, y la acción más o menos clandestina, de otra. En todo caso, la sangre de los mártires cristianos del Tercer Reich proclama la grandeza de su madre, la Iglesia.


[ii]  Esto es, el 11% de los votos, cuarta fuerza política del país. El NSDAP de Hitler, por su parte, se consolida como segunda fuerza, con un 18% de los votos.

[iii] Al no tener apoyos del Zentrum ni de los nazis, von Papen convoca elecciones en julio del 32 y los nazis obtienen 230 escaños. Nuevamente no se forma gobierno y en las elecciones de noviembre del 32 pierden 2 millones de votos. Nuevamente von Papen no puede formar gobierno; es sustituido por Schleicher, que tampoco forma gobierno y, finalmente, el presidente nombra canciller a Hitler en enero de 1933. Pero ya en 1934, con el concordato firmado, von Papen es retirado de la vicecancillería y nombrado embajador ante Turquía. Allí, por influencia del nuncio Roncalli, futuro Juan XXIII, acabará salvando judíos destinados a los lager.

[iv] Por ejemplo, el Concordato con Baviera en 1924 o el de Prusia de 1929. Desde los años 20 la Santa Sede había firmado 18 concordatos.

[v] A. Franzen, Historia de la Iglesia, Sal Terrae, Santander, 2009, 375-376.

[vi] Discurso ante el Reichstag de presentación de la Ley de plenos poderes, 23 de marzo de 1933.

[vii] A. Franzen, Historia de la Iglesia, 377. El subrayado es mío.

[viii] Cf. A. Franzen, Historia de la Iglesia, 374.

[ix]https://resurgimientocatolico.wordpress.com/2014/05/08/una-mitologia-politica-los-principios-anticristianos-del-racismo/

[x] A. Bullock,  Hitler: a study in tyranny, Penguin, Londres, 1962, 389. Alude aquí el autor a las palabras de Hitler recogidas en Hitler’s table talk, 1941-1944, Londres, 1943, 57.

[xi] Afirma Nietzsche: “La debilidad debe ser mentirosamente transformada en mérito (…) y la impotencia, que no toma desquite, en «bondad»; la temerosa bajeza en «humildad»; (…) su estar-aguardando-a-la-puerta, su inevitable tener-que-aguardar, recibe aquí un buen nombre, el de «paciencia», y se llama también «virtud»”. F. Nietzsche, La genealogía de la moral, Tratado 1, 14.

[xii] J. Conway, The Nazi Persecution of the Churches, 1933-1945, Basic Books, Nueva York, 1968, 92.

[xiii] Cf. A. Gill, An Honourable Defeat. A History of the German Resistance to Hitler, Henry Holt, Nueva York, 1994, 60.

[xiv] J. Conway, The Nazi Persecution of the Churches, 92-93.

[xv] Cf. A. Franzen, Historia de la Iglesia, 378.

[xvi]Cf. W. L. Shirer, The Rise and Fall of the Third Reich, Simon and Schuster, 1990, 235-238. Sobre este particular, resulta imprescindible P. Berben, Dachau, 1933–1945: the official history, Norfolk Press, 1975.

[xvii] “De un total de 2.720 clérigos registrados como encarcelados en Dachau, la abrumadora mayoría, unos 2.579 (o el 94,88%) eran católicos. (…)  Berben señaló que la investigación de 1966 de R. Schnabel, Die Frommen in der Hölle, encontró un total alternativo de 2.771. (…) Kershaw señaló que unos 400 sacerdotes alemanes fueron enviados a Dachau”. Cuartel de sacerdotes del campo de concentración de Dachau, disponible en https://hmong.es/wiki/Priest_Barracks_of_Dachau_Concentration_Camp. Se hace referencia aquí a P. Berben, Dachau, 1933–1945, 276–277; R. Schnabel, Die Frommen in der Hölle,  Union-Verlag, Berlín, 1966; e I. Kershaw, The Nazi Dictatorship: Problems and Perspectives of Interpretation, Oxford University Press, Nueva York, 2000, 210-211.

[xviii] A. Franzen, Historia de la Iglesia, 378.

[xix] J. Rodríguez Iturbe, El nazismo y el Tercer Reich, Universidad de la Sabana, Chía, 2019, 493.

[xx] Ejemplo de dichos informes contra la Iglesia, véase el capítulo 2 de El prisionero nº 29392, que contiene un epígrafe dedicado al informe secreto de la Gestapo de Fulda. E. Monnerjahn, El prisionero nº 29392. El fundador del movimiento Schoentatt prisionero de la Gestapo (1939-1945), Nueva Patris, Santiago, 2011, cap. 2, § 3, disponible en http://reader.digitalbooks.pro/book/preview/19669/

[xxi] A. Gill, An Honourable Defeat, 57.

[xxii] Mit brennender Sorge, 17. Disponible en http://www.vatican.va/content/pius-xi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_14031937_mit-brennender-sorge.html

[xxiii] Cf. W. L. Shirer, The Rise and Fall of the Third Reich, 235, P. Hoffmann, The History of the German Resistance 1933-1945, 1933-1945, MIT Press, Cambridge (Mass.), 1977, 25, y B. R. Lewis, Hitler Youth: the Hitlerjugend in War and Peace 1933–1945, MBI Publishing, 2000, 45.

[xxiv] P. Berben, Dachau, 1933–1945, 141-142.

[xxv] Cuartel de sacerdotes del campo de concentración de Dachau, disponible en https://hmong.es/wiki/Priest_Barracks_of_Dachau_Concentration_Camp citando P. Berben, Dachau, 1933–1945, 142.

[xxvi] P. Hoffmann, The history of the German resistance, 14.

[xxvii] H. Rothfels, The german oppsition to Hitler, Henry Regnery, Hinsdale (Illinois), 1948, 13. Tomado de P. Hoffmann, The history of the German resistance, 23.

El autorAntonino González

Responsable de proyectos del Instituto Core Curriculum, Universidad de Navarra.

Vaticano

En el día de los difuntos el Papa anima a los fieles a soñar con el cielo

En esta mañana del 2 de noviembre, día de los difuntos, el Santo Padre Francisco ha presidido una misa en sufragio de los cardenales y obispos fallecidos durante el año. Posteriormente ha visitado el santo Campo Teutónico, uno de los cementerios del Vaticano, para rezar por los difuntos.

Javier García Herrería·2 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco ha presidido la santa misa en sufragio de cardenales y obispos fallecidos durante el año. En la homilía ha explicado cómo los cristianos viven “con la esperanza de escuchar un día aquellas palabras de Jesús: ´Venid, benditos de mi Padre` (Mt 25,34). Estamos en la sala de espera del mundo para entrar en el cielo”. El paso del hombre por la tierra puede ser feliz si uno considera que se hará realidad la esperanza puesta en la vida eterna, donde “el Señor ´abolirá la muerte para siempre` y ´enjugará las lágrimas de todos los rostros`”. 

Pensar en el cielo

El Papa ha animado a alimentar los deseos de llegar al cielo: “Nos hace bien preguntarnos hoy si nuestros deseos tienen algo que ver con el Cielo. Porque corremos el peligro de aspirar constantemente a cosas que pasan, de confundir los deseos con las necesidades, de anteponer las expectativas del mundo a las de Dios. Pero perder de vista lo que importa para perseguir el viento sería el mayor error de la vida”.

El Pontífice animaba a considerar la poquedad de nuestros deseos en comparación con el premio eterno. Muchas cosas que son importantes en esta vida para nosotros, apenas lo serán en la otra: “Las mejores carreras, los mayores éxitos, los títulos y premios más prestigiosos, las riquezas acumuladas y las ganancias terrenales, todo se desvanecerá en un momento. Y todas las expectativas depositadas en ellos se verán defraudadas para siempre. Y, sin embargo, ¡cuánto tiempo, esfuerzo y energía gastamos preocupándonos y afligiéndonos por estas cosas, dejando que la tensión hacia el hogar se desvanezca, perdiendo de vista el sentido del viaje, la meta del viaje, el infinito al que tendemos, la alegría por la que respiramos!”.

El Santo Padre animaba a preguntarse si uno verdaderamente espera en la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. “¿Cómo es mi espera? ¿Voy a lo esencial o me distraigo con muchas cosas superfluas? ¿Cultivo la esperanza o sigo lamentándome porque valoro demasiado tantas cosas que no importan?”.

El juicio de Dios

La caridad es la virtud más importante para el cristiano, por eso en “el tribunal divino, la única cabeza de mérito y acusación es la misericordia hacia los pobres y descartados: ´Todo lo que hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis`, juzga Jesús. Y continuaba diciendo el Papa: “Tengamos mucho cuidado de no endulzar el sabor del Evangelio. Porque a menudo, por conveniencia o comodidad, tendemos a suavizar el mensaje de Jesús, a diluir sus palabras. Reconozcámoslo, nos hemos vuelto bastante buenos para hacer concesiones con el Evangelio”.

Para glosar cómo muchas veces tiene lugar esta simplificación equivocada y parcial del Evangelio, el Papa Francisco ha señalado varios ejemplos, como cuando uno piensa: “alimentar a los hambrientos sí, pero el tema del hambre es complejo y ciertamente no puedo resolverlo. Ayudar a los pobres sí, pero entonces las injusticias tienen que ser tratadas de una manera determinada y entonces es mejor esperar, también porque si te comprometes entonces te arriesgas a que te molesten todo el tiempo y quizás te das cuenta de que podrías haberlo hecho mejor. Estar cerca de los enfermos y de los encarcelados, sí, pero en las portadas de los periódicos y en las redes sociales hay otros problemas más acuciantes, ¿por qué debería interesarme por ellos? Acoger a los inmigrantes sí, pero es una cuestión general complicada, se trata de política… Y así, a fuerza de peros, hacemos de la vida un compromiso con el Evangelio”. 

Esta degradación del mensaje cristiano hace que uno se convierta en un teórico de los problemas y no se comprometa con soluciones concretas, que discuta mucho y haga poco, que busque las respuestas más frente al ordenador que frente al Crucifijo, en internet que a los ojos de los hermanos: “cristianos que comentan, debaten y exponen teorías, pero que ni siquiera conocen a un pobre por su nombre, que no han visitado a un enfermo en meses, que nunca han alimentado o vestido a alguien, que nunca se han hecho amigos de un necesitado, olvidando que ´el programa del cristiano es un corazón que ve` (Benedicto XVI, “Deus caritas est”, 31). 

Vaticano

Papa Francisco: «Os pido la compañía de la oración»

Rome Reports·2 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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El Papa Francisco ha pedido a los fieles que le acompañen con la oración en el viaje al Golfo Pérsico, donde visitará Baréin del 3 al 6 de noviembre.

Será su segundo viaje a esta zona y en él, el Papa participará en un encuentro «donde se hablará de la imprescindible necesidad de que Oriente y Occidente dialoguen por el bien de la convivencia humana«.

Además de pedir oraciones, el Papa Francisco también aseguró que rezará por los difuntos y recomendó visitar los cementerios, rezar y acudir a los sacramentos durante este mes de noviembre.


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Sobre la ley trans

Dudo de que un cambio de nombre, una intervención quirúrgica más o menos mutilante o un cóctel de hormonas de impredecibles consecuencias acabe con el problema de sentirse en un cuerpo equivocado. Son soluciones superficiales propias de una sociedad superficial.

2 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La que hay liada en España con la ley trans. La coalición de izquierdas del Gobierno se ha visto sometida a una tensión interna sin precedentes a la hora de sacarla adelante.

Y es que son muchos los flecos que cuelgan de una norma que pretende regular una gran mentira como es que la condición de hombre o mujer sea solo cuestión de género, no de sexo. Para entendernos, que el ser hombre o mujer no sea una realidad biológica sino una simple construcción sociocultural.

La mentira tiene las patas muy cortas y esta de la ideología de género ha hecho aguas entre sus propios seguidores porque deja muchos cabos sueltos.

Si ser hombre o mujer es solo cuestión externa, de apariencia (que es lo máximo que consiguen el cambio registral y los tratamientos quirúrgicos y hormonales, el ADN no se puede cambiar) estamos identificando el ser hombre o mujer con los mismos estereotipos que tanto se ha luchado por derribar.

Si quedamos en que una mujer no se define por sus curvas, por el tamaño de su melena, o por el timbre de su voz; al igual que un hombre no se define por la cantidad de vello facial, la forma de andar o el tamaño de sus bíceps, ¿cómo les decimos ahora a estas personas que les pagamos el tratamiento para encasillarse en dichos estereotipos?

Si llevamos décadas luchando contra la opresión del hombre a la mujer, ¿cómo decimos ahora que cualquier hombre que lo desee puede considerarse una de ellas con solo desearlo?

Las incongruencias de esta delirante ideología de género son interminables y algunas parecen de chiste.

A mí, sin embargo, no me hace ninguna gracia pues lo que hay detrás es el sufrimiento de muchas personas, muchos de ellos niños, a quienes solo se les ofrece como solución a su problema la llamada “reasignación de sexo”.

Dudo de que un cambio de nombre, una intervención quirúrgica más o menos mutilante o un cóctel de hormonas de impredecibles consecuencias para la salud acabe con el problema de sentirse en un cuerpo equivocado. Son soluciones superficiales propias de una sociedad superficial.

Porque, al igual que cuando construimos viviendas en una zona inundable, o cerca de un volcán, más tarde o más temprano, la naturaleza se manifiesta indomable denunciando la soberbia de quienes pretendían someterla; del mismo modo, la masculinidad o femineidad que impregna cada una de nuestras células terminará recordándonos que no somos dioses, que ella tiene sus reglas y que no podemos cambiarlas a nuestro antojo.

Entonces, ¿cómo iluminar, desde la fe, esta realidad? ¿Cómo ayudar a estas personas, muchas de ellas católicas, que tengan este sentimiento encontrado?

La idea de que Dios se ha equivocado, traspapelando la identidad de algunos de nosotros, no resiste el más mínimo análisis serio. Él, que es el amor, nos ha pensado amándonos, nos ha creado por puro amor y nos ha hecho para que encontremos la felicidad en amar y servir, como hizo Jesús.

En la parábola de los talentos, Él nos habló de servir con los dones que Dios nos ha dado a cada uno, y el cuerpo con el que nacimos es uno de esos dones. ¿Por qué soy hombre o mujer, alto o bajo, de piel oscura o clara, celiaco o propenso a engordar? Bueno, ahí están nuestros talentos para ponerlos en juego. ¿Los ponemos al servicio del amor para que den fruto o los escondemos, avergonzados, porque nos parecen peores que los de los demás?

Quien le diga a una persona que no se acepta tal como es que es un error de la naturaleza y que debe cambiarse, no la está amando, a lo más la está contentando para ganar votos.

Quien ama de verdad, no quiere cambiar a la persona ni le sigue la corriente, porque busca su bien y es capaz de ver su belleza y su perfección no solo en su aspecto externo sino en lo más íntimo de su ser.

Así nos amó Dios desde el momento en el que éramos una única célula, así nos sigue amando y así nos invita a amar para toda la eternidad.

En la sociedad consumista en la que estamos, hemos convertido el cuerpo en un objeto más que queremos devolver si no nos gusta, perdiendo su dimensión trascendente. Por eso, también tantos jóvenes recurren a cirugías estéticas a edades tan tempranas y por eso tantos sufren trastornos alimenticios en busca de un cuerpo perfecto inalcanzable.

Ojalá sepamos todos mirarnos y aceptarnos a nosotros mismos tal y como somos, admirando el bien, la belleza y el amor que impregnan este inmenso regalo que es el cuerpo. Un cuerpo, no lo olvidemos, al que después del breve beso de la muerte, volveremos para que nos acompañe toda la eternidad. ¡Fíjense si está bien hecho! ¿O hay algo de lo que haya hecho el ser humano que dure para siempre?

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Mundo

Mons. Paul Hinder: «Esta visita continúa el diálogo del Pontífice con el mundo musulmán»

A pocas horas del comienzo de la visita del Papa Francisco a Baréin, el administrador del Vicariato Apostólico de Arabia del Norte, Mons. Paul Hinder destaca la inyección de confianza que esta visita supondrá para la comunidad católica local, que componen unas 80.000 personas.

Federico Piana·2 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

Bahréin es un estado con más de treinta islas, enclavado en el azul del Golfo Pérsico. Del pequeño reino gobernado por una monarquía constitucional que limita con Arabia Saudí al oeste y Qatar al sur y cuya población es mayoritariamente musulmana, Monseñor Paul Hinder dice que es una «nación que se siente orgullosa de ser campeona de la tolerancia religiosa y permite a los no musulmanes practicar su fe en sus respectivos lugares de culto».

El obispo, administrador del Vicariato Apostólico de Arabia del Norte, bajo cuya jurisdicción se encuentra Bahrein, afirma que el viaje que el Papa Francisco realizará al país del 3 al 6 de noviembre es «un gran honor para todos».

El Reino despliega la alfombra roja para el Santo Padre. Mientras los responsables del vicariato colaboran con las autoridades para preparar un gran programa para el Pontífice, la comunidad trabaja entre bastidores para que todo salga bien».

Así que habrá una cálida bienvenida….

–Sí. Las autoridades se preparan para dar una cálida bienvenida al Santo Padre. Su Majestad, el Rey Hamad bin Isa Al Khalifa, mantendrá un encuentro privado con el Papa inmediatamente después de su llegada al palacio real de Sakhir el 3 de noviembre.

Las autoridades civiles y eclesiásticas organizan una misa pública en el estadio nacional para el sábado 5 de noviembre a las 8.30 horas, a la que asistirán los católicos del Vicariato Apostólico de Arabia del Norte y los habitantes de los alrededores.

Los organizadores del «Foro de Bahrein para el diálogo: Oriente y Occidente para la coexistencia humana» también se preparan para dar una digna bienvenida al Papa Francisco el viernes 4 de noviembre a las 10:00 horas. Ese día también participarán numerosos líderes de diferentes religiones en la plaza Al-Fida del Palacio Real de Sakhir.

¿Qué representa esta visita para el país?

–El Golfo Pérsico es predominantemente musulmán, con diversos grados de libertad y tolerancia religiosa. Bahréin se enorgullece de apoyar y fomentar la tolerancia y la convivencia. El Reino ha apoyado a los no musulmanes en la práctica de su culto durante más de 200 años. La visita del Papa reforzará aún más al pequeño reino como propagador de la tolerancia religiosa.

El foro de diálogo, al que asistirán el Papa y otros destacados líderes religiosos, es una expresión del compromiso del reino con la armonía interconfesional y la coexistencia pacífica.

Foto: ©Vicariato Apostólico del Norte de Arabia

Bahréin ganará puntos en la comunidad internacional como defensor de los derechos de las diferentes confesiones, mientras el Pontífice reitera su llamamiento a la paz y la justicia, sin discriminación de religión o nacionalidad.

Bahréin se distinguirá como un país que respeta todas las religiones y promueve el diálogo como medio para lograr la paz y la reconciliación entre naciones o facciones enfrentadas.

Este es un mensaje que concierne a todas las partes del mundo, especialmente al Golfo Pérsico.

¿Cuál es la situación de la Iglesia católica en el país?

–Se calcula que hay 80.000 católicos en Bahrein, muchos de ellos inmigrantes de Asia, especialmente de Filipinas e India. En total, los cristianos, unas 210.000 personas, representan el 14% de la población, seguidos de los hindúes, con un 10%.

Aquí hay dos parroquias: la Iglesia del Sagrado Corazón -la primera iglesia del Golfo Pérsico, construida e inaugurada en 1939- y la Catedral de Nuestra Señora de Arabia, construida en un terreno de 9.000 metros cuadrados donado por Su Majestad el Rey Hamad.

Las actividades de la Iglesia que podrían tener un impacto importante en la sociedad son limitadas. Existe la escuela del Sagrado Corazón, que goza de gran estima entre los ciudadanos.

El apoyo a los trabajadores se lleva a cabo, discretamente, por grupos parroquiales que realizan visitas a los campos de trabajo (zonas residenciales reservadas a los trabajadores inmigrantes).

Como migrantes, los cristianos no tienen ninguna influencia política en la legislación del país, pero pueden contribuir de forma discreta y prudente a una mayor concienciación sobre problemas sociales concretos.

¿Cómo se prepara la Iglesia para la visita del Papa y qué espera de ella?

–Para muchos católicos de Bahrein, que han estado esperando esta visita desde que el rey invitó personalmente al Papa, es un sueño hecho realidad.

La noticia de la visita papal ha despertado un gran entusiasmo, no sólo entre los católicos sino también entre personas de otras confesiones. Además de la misa, se han organizado programas separados en los que el Santo Padre se reunirá con grupos y organizaciones católicas.

Las autoridades eclesiásticas preparan un encuentro ecuménico y una oración por la paz en la catedral de Nuestra Señora de Arabia en Awali.

También se está preparando otro encuentro de oración y Ángelus con sacerdotes, personas consagradas, seminaristas y agentes de pastoral en la iglesia del Sagrado Corazón, en Manama. Un coro de cien personas, formado por cantantes y músicos de diferentes nacionalidades, comenzó a ensayar para cantar durante la Santa Misa.

Como Bahrein forma parte del Vicariato Apostólico de Arabia del Norte, los fieles de toda la región están organizando un viaje a Bahrein para fortalecer su fe y realizar su sueño de ver al Papa en persona y participar en la Santa Misa.

La visita del Papa tendrá lugar con motivo del foro de diálogo dedicado a la convivencia humana entre Oriente y Occidente. ¿Qué importancia tiene el diálogo en Bahréin? ¿Y qué significa para la Iglesia estar en minoría?

–Esta visita es una continuación del diálogo del Pontífice con el mundo musulmán. Uno de los temas más urgentes es la cuestión de la violencia y la importancia de los valores de justicia y paz.

Existe el famoso dicho «no hay paz sin justicia»: el diálogo es el único camino a seguir en un mundo en el que no existe la posibilidad de utilizar la violencia para asegurar el propio camino, porque esto abre la aterradora posibilidad del uso de armas de destrucción masiva que acabarán apuntando a los inocentes de ambos bandos.

Al acoger este evento, Bahréin está liderando el camino y tratando de difundir el mensaje de que la resolución de las diferencias sólo es posible a través del diálogo: esto, para el país, es crucial desde el punto de vista de la división entre musulmanes chiíes y suníes.

Además, al patrocinar la visita papal, Bahréin está enviando una señal a diversos sectores regionales: las diferencias deben abordarse mediante el diálogo y no mediante la confrontación.

En cuanto a la Iglesia local, la visita papal servirá para recordar que, independientemente del lugar en el que nos encontremos, podemos practicar nuestra fe y ser faros de paz y justicia, incluso en un entorno predominantemente no cristiano. La visita del Papa contribuirá a reforzar nuestra decisión de vivir una vida verdaderamente cristiana.

Durante su visita, el Papa visitará la ciudad de Awali, donde el 10 de diciembre de 2021 se consagró la catedral dedicada a Nuestra Señora de Arabia, patrona del Golfo Pérsico. ¿Por qué, en su opinión, es importante este gesto? ¿Qué importancia ha tenido la construcción de esta catedral para el país?

–La Catedral de Nuestra Señora de Arabia es la segunda iglesia católica más grande del Golfo Pérsico. La moderna iglesia, con su cúpula octogonal, se ha convertido en un punto de referencia para los 80.000 católicos del país y el resto de los fieles del Vicariato. Es un verdadero logro para Bahréin: animará a otros a venir a vivir aquí.

También representa la culminación de años de trabajo en los que han participado los gobernantes de la nación, las autoridades eclesiásticas, la comunidad católica en general y docenas de otras personas: desde arquitectos hasta constructores. Esta obra es también un reflejo de una rica historia de tolerancia hacia otras religiones que se remonta a dos siglos atrás.

La Iglesia de Nuestra Señora de Arabia es la catedral del Vicariato de Arabia del Norte, que incluye Bahrein, Kuwait, Qatar y Arabia Saudí. Por lo tanto, los católicos que viven en Arabia Saudí también la consideran su catedral, especialmente los que viven en la Provincia Oriental.

En su opinión, ¿qué frutos traerá la visita del Papa?

–El Papa Francisco continuará por el camino de la paz y el respeto mutuo que ha elegido desde el inicio de su pontificado, también y sobre todo en relación con el mundo musulmán.

Para la Iglesia local, compuesta mayoritariamente por inmigrantes, la visita del Papa será una inyección de confianza: sus miembros, al ser una iglesia pequeña en un país pequeño en medio de un contexto musulmán, se sienten a veces olvidados.

Al acoger al Papa, los fieles no sólo serán vistos por todo el mundo, sino que se sentirán parte de la Iglesia universal. Bahréin también será un buen lugar desde el que enviar señales a los países de la región que están en conflicto, como Yemen, desgarrado por una guerra civil asesina.

El lema de la visita del Papa es «Paz a los hombres de buena voluntad»: se espera que este mensaje se escuche en todos los rincones de la tierra.

El autorFederico Piana

 Periodista. Trabaja en Radio Vaticana y colabora con L'Osservatore Romano.

Recursos

Un cuento para celebrar a todos los santos

Nueva narración de Juan Ignacio Izquierdo para conmemorar a diversos santos el día de su fiesta.

Juan Ignacio Izquierdo Hübner·1 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La sonrisa de Dios

Para tener 6 años, Javier era bastante audaz. Una mañana de verano, después de los cereales, se puso pantalones cortos, una camiseta de Osasuna y salió de casa. “¡Voy y vuelvo!”, gritó para que su madre se enterara (ella levantó la cabeza de la revista y volvió a sentir ese toque de orgullo por la reciente iniciativa de su hijo de salir a jugar al fútbol). Pero el plan era distinto: después de un trote de 30 minutos, el niño llegó por fin a la tienda de la avenida Carlos III. 

—Hola, Javi. ¿Otra vez por aquí?

Magdalena, la vendedora, que tenía unos 20 años más que él, lo había recibido con la mirada en el móvil. El niño prefirió esperarla: se fijó en el pelo azabache que caía por ambos lados de su rostro; le gustó el color de su delantal, pues contrastaba con el moreno de su cara y de sus brazos. Consideró que sus ojos estaban grandes y hermosos, pero que perdían vida: para entonces los tenía cansados, severos, casi apagados; sobre todo porque la pintura no conseguía disimular del todo una mancha violácea que se extendía por debajo del ojo izquierdo; el niño la miraba justamente ahí, arrugando la nariz, cuando ella se dispuso a atenderlo.

—¿Vienes a comprar la chocolatina, cierto? —lo increpó mientras giraba hacia las estanterías para escoger una y aprovechaba el movimiento para cubrirse la mejilla con una cortina de pelo. Luego se apoyó en el mostrador y añadió con tono de reproche— Javito, en lugar de venir cada día hasta aquí… ¿no te compensaría pedir a tu madre un poco más de dinero para comprar una bolsica más grande? Porque tú vives algo lejos, ¿no?

—No…

—¿Vienes andando o tomas el autobús?

—Son solo un par de manzanas, una cosa de nada.

La chica cerró los ojos y suspiró.

—¡Bueno!, venga, son 20 céntimos —le informó sin muchas ganas, a la vez que recuperaba su semblante altivo—. ¿Mañana vienes otra vez?

—Creo que sí, y te diré por qué —alegó el niño con tono defensivo. Pero antes de terminar, estiró el brazo para darle la moneda y se demoró revisando el tesoro que recibió a cambio.

—¿Hmm? —Ella sintió el picor de la curiosidad y simuló que ordenaba la caja.

—Es que… —Tragó con dificultad, se guardó la chocolatina en el bolsillo, la miró a los ojos— Vengo porque me gusta verte. 

Los ojos de Magdalena brillaron.

—¡Javi! Ven aquí. ¡Déjame darte un beso! 

El niño rodeó el mesón para encontrarla, ella lo besó en la frente y lo dejó colorado. Javi no salía de su asombro y en cuanto volvió en sí, se sintió expuesto y emprendió la huida. Cruzó la puerta automática a pasos rápidos, pero con la creciente sonrisa de un torero que sale por la Puerta Grande. 

El niño se había alejado unos 10 metros, cuando, de pronto, necesitó volver. 

—Perdón —se excusó desde la entrada, con la chocolatina en la mano y el rostro acomplejado—. Se me olvidó una cosa: ¿Quieres la mitad?

Los ojos de Magdalena refulgieron.

—No, gracias. Es toda tuya.

—Ah, muy bien —replicó el niño visiblemente aliviado—. ¡Agur! —agregó ya de salida, con una sonrisa tan pura que Magdalena vio en ella una imagen de la sonrisa de Dios. 

La chica corrió a apoyarse en el costado de la puerta para mirar a Javi. “Ay, Javito”, suspiró mientras el niño se alejaba por la avenida Carlos III, caminando como un borrachín, como un borrachín simpático, a diferencia de él… “Vaya, ¿cómo no me di cuenta antes? ¡Es evidente! Pero solo caigo en la cuenta ahora, gracias a este pequeñín… De los que son como ellos —recordó— es el Reino de los Cielos” . Corrió al cuarto de baño, se sujetó el pelo para lavarse la cara y quitarse la pintura, acercó el rostro al espejo para revisar el estado del moratón y, entonces, decidida, llamó a su novio.

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El autorJuan Ignacio Izquierdo Hübner

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Reverendo SOS

Tu vida digital a salvo. Contraseñas seguras: “KeePass”

El uso de contraseñas para acceder a sistemas informáticos protege nuestra información personal. Pero para ser seguras requieren la observancia de ciertos requisitos y medidas de prudencia. Por otro lado, es fácil terminar olvidándolas o confundiéndolas. Ofrecemos algunos consejos.

José Luis Pascual·1 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Todos los sistemas tienen la particularidad de estar protegidos por una contraseña de acceso. Por eso, para tener una organización digital segura y protegida tenemos que contar con una clave sólida y eficiente. Así, evitaremos sufrir incidentes con nuestras cuentas online.

La experiencia muestra la utilidad de las siguientes medidas de prudencia.

-No usar la misma clave para todo. Para cada usuario que tenemos (de correo electrónico, red social, banco, etc.) deberíamos contar con una contraseña distinta. Los ciberdelincuentes suelen robar contraseñas de sitios web que cuentan con poca seguridad, y luego intentan replicar las mismas en entornos más seguros, como webs de los bancos. Por eso: conviene usar distintas claves en diversos sitios de internet.

-Claves largas, complejas y si no tienen sentido, mejor.Las mejores contraseñas, es decir las más difíciles de adivinar y por ende de ser sustraídas, son las largas, que contienen letras, números, signos de puntuación y símbolos. Hay palabras o frases inventadas por el usuario que pueden ser fáciles de recordar para él mismo e imposibles de descifrar para quien lo intente. Por eejmplo: “Tengo1clave+segura”.

-¡No compartirlas con nadie! Las claves son personales y no para compartirlas. El usuario es el dueño de la cuenta, pero también es el dueño de la clave. La misma no debe ser conocida más que por su dueño.

-Contraseñas fáciles, pero difíciles de olvidar y de adivinar. Para muchos, las contraseñas complejas son un riesgo por la posibilidad de olvidarlas. Un truco es usar una palabra o frase fácil, pero cambiando las vocales por números. Por ejemplo: “Tengoalgoparadecirte” sería “T3ng0alg0parad3c1rt3”.

-Integrar símbolos en tus claves y mayúsculas. También se puede tener una clave fácil de recordar y difícil de adivinar, mediante la utilización de símbolos. Por ejemplo: “vaca123” (clave fácil de adivinar) quedaría convertida en “vaca!”#”. La opción de las mayúsculas agrega una dificultad más a quien quiera adivinar nuestra clave. La misma puede ir al inicio o en cualquier parte de la clave. Ejemplo: “Elecciones2012” o “eleCciones2012”.

-Evitar información personal. La contraseña no debe incluir nombre, apellido, fecha de nacimiento, número de documento ni otra información por el estilo, ya que las que los usan son más fáciles de adivinar.

-Procurar cambiar la clave luego de un período de tiempo prudencial. Si usamos equipos compartidos o redes públicas en sitios públicos, será prudente cambiar las claves de acceso que utilizamos en dichos equipos y redes luego de determinado tiempo.

-Preguntas secretas. En el momento de la registración en un sitio web, uno de los requisitos que surgen al completar los datos suele ser establecer una “pregunta secreta” por si alguna vez no recordamos la clave o contraseña de acceso. Por eso debemos elegir la pregunta que consideremos más complicada de adivinar, es decir, evitar las de respuestas obvias. Ejemplo: color favorito.

-Guarda tus claves: KeePass. Una buena contraseña es importante en todos los casos, pero nadie es capaz de acordarse de secuencias complejas. En cambio, KeePass lo hace por ti. Es, sin duda alguna, el gestor de contraseñas más apreciado en la actualidad, gracias a una infinidad de opciones que contribuyen a ofrecer una fiabilidad en seguridad fuera de lo común.

Con licencia GPL v2, KeePass es gratuito, y seguirá siéndolo. Su código fuente está disponible para todos los codificadores y desarrolladores del mundo, lo que asegura que contará con importantes actualizaciones y evoluciones a lo largo de sus futuras versiones. Su funcionamiento es muy simple: KeePass guarda todas tus contraseñas en una base de datos propia que es, en realidad, un archivo cifrado (o “encriptado”). A esta base de datos solamente se puede acceder mediante tu contraseña principal, la única que tendrás que memorizar, y que habrás elegido previamente de manera sensata.

La seguridad en el acceso a esta base de datos puede ser reforzada todavía más, de manera muy fácil, añadiendo una clave (con la ayuda de un archivo .key). El enlace de descarga para todas las plataformas es este:

https://keepass.info/download.html

Cultura

Joseph Weiler: «Vemos las consecuencias de una sociedad llena de derechos pero sin responsabilidad personal»

Joseph Weiler, Premio Ratzinger de Teología 2022, ha sido el ponente del Foro Omnes sobre "La crisis espiritual de Europa", en un Aula rebosante en la que ha compartido claves y reflexiones sobre el pensamiento europeo actual. 

Maria José Atienza·31 de octubre de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

El Aula Magna de la sede de la Universidad de Navarra en Madrid ha acogido el Foro Omnes sobre «La crisis espiritual de Europa». Un tema que ha suscitado una gran expectación traducida en el amplio público que se ha dado cita en este Foro Omnes.

Alfonso Riobó, director de Omnes, ha abierto este Foro Omnes agradeciendo a ponentes y asistentes su presencia y destacando el nivel intelectual y humano del profesor Weiler que se convierte en el tercer galardonado con el Premio Ratzinger que acude a un Foro Omnes. Asimismo, el director de Omnes agradeció a los patrocinadores, el Banco Sabadell y la sección de Turismo Religioso y Peregrinaciones de Viajes el Corte Inglés su apoyo en este Foro como también al Máster de Cristianismo y Cultura de la Universidad de Navarra.

La catedrática María José Roca ha sido la encargada de moderar la sesión y presentar a Joseph Weiler. Roca ha señalado la defensa de «que sea posible en Europa una pluralidad de visiones dentro de un contexto de respeto a los derechos» que encarna el profesor Weiler quien representó a Italia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en el Caso Lautsi vs Italia, que falló a favor de la libertad de la presencia de crucifijos en las escuelas públicas italianas.

La «trinidad europea»

Weiler ha comenzado su disertación destacando cómo «la crisis que vive Europa no es sólo
política, defensiva o económica. Es una crisis, sobre todo de valores». En este ámbito, Weiler ha explicado los valores que, a su juicio, sustentan el pensamiento europeo y que ha denominado «la trinidad europea»: «el valor de la democracia, la defensa de los derechos humanos y el estado de derecho».

Estos tres principios son la base de los estados europeos, y son indispensables. No queremos vivir en una sociedad que no respeta esos valores, mantuvo Weiler, «pero tienen un problema, están vacíos, pueden ir en una dirección buena o en una dirección mala».

Weiler ha explicado esta vaciedad de los principios: la democracia es una tecnología de
gobierno; está vacía, porque si hay una sociedad donde la mayor parte fueran personas malas, habría una democracia mala. «Al igual, los derechos fundamentales indispensables nos dan libertades, pero ¿qué hacemos con esa libertad? Según lo que hagamos se puede hacer bien o mal; por ejemplo, podemos hacer mucho mal protegidos por la libertad de expresión».

Por último, ha apuntado Weiler, lo mismo ocurre con el estado de derecho si las leyes que emana son injustas.

El vacío europeo

Ante esta realidad, Weiler ha defendido su postulado: el ser humano busca «dar un significado de nuestra vida que va más allá de nuestro interés personal».

Antes de la II Guerra Mundial, ha continuado el profesor, «este deseo humano se cubría con tres elementos: familia, Iglesia y patria. Tras la contienda, estos elementos desaparecen; y se entiende, si se tiene en cuenta la connotación con, y abuso por parte de, los regímenes fascistas. Europa se vuelve secular, las iglesias se vacían, desaparece la noción de patriotismo y la familia se desintegra. Todo ello da lugar a un vacío». De aquí deviene esa crisis espiritual de Europa: «sus valores, ‘la santa trinidad europea’ son indispensables, pero no colman la busca de significado de vida. Los valores del pasado: familia, iglesia y patria ya no existen. Se produce, pues un vacío espiritual».

Ciertamente no queremos regresar a una Europa fascista. Pero, tomando como ejemplo el patriotismo, en la versión fascista el individuo pertenece al Estado; en la versión democrático-republicana, el Estado pertenece al individuo. 

Europa ¿cristiana?

El experto constitucionalista se ha preguntado en la conferencia si es posible una Europa no cristiana. Ante esta pregunta, ha continuado Weiler, podemos responder según como se defina la Europa cristiana. Si miramos «el arte, la arquitectura, la música, y también la
cultura política, es imposible negar el profundo impacto que la tradición cristiana, han tenido en la cultura actual de Europa».

Pero la raíz cristiana no es la única que ha influido en la concepción de Europa: «en las raíces culturales de Europa hay también una influencia importante de Atenas. Europa culturalmente hablando es una síntesis entere Jerusalén y Atenas».

Weiler ha apuntado que junto a esto, es muy significativo que hace veinte años,»en la gran
discusión sobre el preámbulo de la Constitución Europea, ésta empezaba con una cita de Pericles (Atenas) y hablaba sobre la razón iluminista y se rechazó la idea de incluir una mención a las raíces cristianas». Aunque este rechazo no cambia la realidad, demuestra la actitud con la que la clase política europea aborda este tema de las raíces cristianas de Europa.

Otra posible definición de Europa cristiana sería si hubiera «al menos una masa crítica que sean cristianos practicantes. Si no tenemos esta mayoría es difícil hablar de Europa cristiana. «Es una Europa con un pasado cristiano», ha destacado el jurista. «En la actualidad nos encontramos en una sociedad post Constantino. Ahora”, ha afirmado Weiler, “la Iglesia (y los creyentes: la minoría creativa) deben buscar otra manera de influir en la sociedad”. .

joseph weiler
Alfonso Riobó, Joseph Weiler y María José Roca ©Rafael Martín

Los tres peligros de la crisis espiritual de Europa

Joseph Weiler ha apuntado tres puntos clave en esta crisis espiritual de Europa: la idea de que la fe es algo relativo al ámbito privado, una falsa concepción de la neutralidad que es, en realidad, una opción por la laicidad, y la concepción del individuo como sujeto únicamente de derechos y no de deberes:

1. Considerar la fe como algo privado.

Weiler ha expuesto, con clarividencia cómo los europeos somos «hijos de la Revolución francesa y veo muchos colegas cristianos que han asumido esta idea de que la religión es algo privado. Personas que bendicen la mesa pero que no lo hacen con sus colegas de trabajo por esta idea de que es algo privado».

En este punto, Weiler ha recordado las palabras del profeta Miqueas: «Hombre, se te ha hecho saber lo que es bueno, lo que el Señor quiere de ti: tan solo practicar el derecho, amar la bondad, y caminar humildemente con tu Dios» (Miqueas 6, 8) y ha apuntado que «no dice camina en secreto, sino humildemente. No es lo mismo caminar humildemente que caminar a escondidas. En la sociedad postconstantiniana, me pregunto si es una buena política esconder la fe porque hay un deber de testimonio».

2. La falsa concepción de la neutralidad

En este punto, Weiler ha señalado esta otra «herencia de la Revolución francesa». Weiler ha ilustrado este peligro poniendo como ejemplo el ámbito de la educación. Un punto en el que, «americanos y franceses están en la misma cama. Piensan que el estado tiene la obligación de ser neutral, es decir no puede mostrar una preferencia a una u otra religión. Y eso lleva a pensar que la escuela pública debe ser laica, secular, porque si es religiosa sería una violación de la neutralidad.

¿Que significa esto? Que familia laica, que quiere una educación laica para sus hijos puede enviar a sus hijos a la escuela pública, financiada por el estado pero una familia católica que quiere una educación católica debe pagar porque es privada. Es una falsa concepción de la neutralidad, porque opta por una opción: la laica.

Se puede demostrar con el ejemplo de Países Bajos y Gran Bretaña. Estas naciones han entendido que la ruptura social de ahora no se da entre protestantes y católicos, por ejemplo, sino entre religiosos y no religiosos. Los Estados financian escuelas laicas, escuelas católicas, escuelas protestantes, escuelas judías, escuelas musulmanas… porque financiar sólo escuelas seculares es mostrar una preferencia por la opción secular».

«Dios nos pide caminar humildemente, no caminar a escondidas»

Joseph Weiler. Premio ratzinger 2022

3. Derechos sin deberes

La última parte de la conferencia del profesor Weiler se ha detenido en lo que él ha denominado como «una consecuencia evidente de la secularización de Europa: la nueva fe son la conquista de derechos·.

Aunque, como ha defendido, si el derecho pone al hombre en el centro es bueno. El problema es que nadie habla de deberes y poco a poco, se «convierte a este individuo en un individuo autocentrado. Todo empieza y termina en mí mismo, lleno de derechos y sin responsabilidades».

Ha explicado: “No juzgo a una persona según su religión. Conozco a personas religiosas que creen en Dios y que son, al mismo tiempo, horribles seres humanos. Conozco a ateos que son nobles. Pero como sociedad algo ha desaparecido cuando se ha perdido una poderosa voz religiosa”.

Pero «en la Europa no secularizada», ha explicado Weiler, «cada domingo había una voz, en todos lados, que hablaba de deberes y era una voz legítima e importante. Esta era la voz de la Iglesia. Ahora ningún político de Europa podría repetir el famoso discurso de Kennedy. Podremos ver las consecuencias espirituales de una sociedad que está llena de derechos pero no hay deberes, ni responsabilidad personal».

Recuperar el sentido de responsabilidad

Ante la preguntas sobre qué valores debería recuperar la sociedad europea para evitar este colapso, Weiler ha apelado, en primer lugar a «la responsabilidad personal, sin ella las implicaciones son muy importantes». Weiler ha defendido los valores cristianos en la creación de la Unión Europea: «posiblemente más importante que el mercado, en la creación de la Unión Europea fue la paz».

Weiler ha defendido que «De una parte fue una decisión política y estratégica muy sabia, pero no sólo eso. Los padres fundadores: Jean Monet, Schumman, Adenauer, De Gasperi.. católicos convencidos, hicieron un acto que mostraba la fe en el perdón y en la redención. Sin estos sentimientos, ¿pensáis que cinco años después de la Segunda Guerra Mundial se hubieran dado la mano franceses y alemanes?, ¿de dónde han venido estos sentimientos y este convencimiento en la redención y el perdón si no es de la tradición cristiana católica? Es el éxito más importante de la Unión Europea».

Joseph Weiler

Joseph Weiler, norteamericano de origen judío, nació en Johannesburgo en 1951 y ha vivido en diversos lugares de Israel así como en Gran Bretaña, donde estudió en las universidades de Sussex y Cambridge. Posteriormente se trasladó a los Estados Unidos donde ha ejercido como profesor en la Universidad de Michigan, luego en la Harvard Law School, y en la Universidad de Nueva York.

Weiler es un renombrado experto en Derecho de la Unión Europea. De religión judía, Joseph Weiler, casado y padre de cinco hijos, es miembro de la American Academy of Arts and Sciences y, en nuestro país, ha recibido el doctorado honoris causa por la Universidad de Navarra y por CEU San Pablo.​

Representó a Italia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en el Caso Lautsi vs Italia, en el que su defensa de la presencia de los crucifijos en lugares públicos, reviste un particular interés por la clarividencia de sus argumentos, la facilidad de sus analogías, y sobre todo, por el nivel de razonamientos presentados ante en Tribunal afirmando por ejemplo que «el mensaje de tolerancia hacia los otros no debe traducirse en un mensaje de intolerancia hacia la propia identidad».

En su argumentación Weiler puso además de manifiesto la importancia de un equilibrio real entre las libertades individuales propias de las naciones europeas, tradicionalmente cristianas que «demuestra a los países que creen que la democracia les obligaría a despojarse de su identidad religiosa, que eso no es cierto».

El próximo 1 de diciembre, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el Santo Padre Francisco entregará el Premio Ratzinger 2022 al Padre Michel Fédou y al Profesor Joseph Halevi Horowitz Weiler.

España

Mons. García Beltrán: “En primera línea del diálogo con la sociedad se asumen muchos riesgos”

Mons. Ginés García Beltrán preside desde 2015 la Fundación Pablo VI. Bajo su presidencia se ha iniciado una nueva andadura en la que la formación y el diálogo social se manifiestan en diferentes iniciativas. Una de ellas, el congreso Iglesia y Sociedad Democrática celebraba en Madrid, los días 9 y 10 de marzo de 2022, su segunda edición centrada en El mundo que viene. 

Maria José Atienza·31 de octubre de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

Ministras, literatos, filósofos, científicas y religiosas… La segunda edición del congreso Iglesia y Sociedad Democrática, auspiciado por la Fundación Pablo VI, reunió en Madrid, los días 9 y 10 de marzo de 2022, a personas de muy distintos ámbitos profesionales y culturales. Una representación tan amplia como el tema que se trató durante las dos jornadas: el futuro de nuestra sociedad. 

El mundo que viene, como se titulaba este congreso, ha marcado un punto clave en la nueva etapa de esta fundación, heredera de Instituto Social León XIII fundado por el cardenal Ángel Herrera Oria, y que hace cuatro años iniciaba un nuevo ciclo en su historia con una profunda renovación de sus programas formativos a través de la promoción de un think tank y la organización de congresos, foros y seminarios en ámbitos como: bioética, ciencia y salud; tecnología, ecología, desarrollo y promoción humana; diálogo cultural, social y político; liderazgo humanista y economía social y digital. 

De esa transformación nacieron el Observatorio de Bioética y Ciencia, los Foros de Encuentros Interdisciplinares y el Centro de Pensamiento Pablo VI, para reflexionar y recuperar el legado de Papa Montini y, un año más tarde, la Escuela de Economía y Sociedad. 

Con este motivo, ha concedido una entrevista a Omnes en el que recuerda que “estar en primera línea del diálogo con la sociedad está inscrito en lo más profundo de la naturaleza de la Iglesia”

El II congreso Iglesia y Sociedad Democrática ha contado con la participación de personas de diversas sensibilidades políticas, culturales o sociales. ¿Es una muestra del objetivo de diálogo abierto que persigue esta fundación? 

—No podemos olvidar que la Fundación Pablo VI nace en 1968 cuando el cardenal Ángel Herrera Oria toma las riendas de la escuela social León XIII y lanza este proyecto para la difusión de la Doctrina Social de la Iglesia; y el diálogo es base en la Doctrina Social de la Iglesia y, mucho más, en la mente del papa Pablo VI, bajo cuyo auspicio se funda esta iniciativa. 

El diálogo es un don. El propio Pablo VI dice que el diálogo forma parte de la revelación de Dios. La revelación es un diálogo: Dios que habla y el hombre que responde. 

Por lo tanto, el diálogo está inscrito en lo más profundo de la naturaleza de la Iglesia. Tenemos que estar presentes, y estar en primera línea es un riesgo porque la pretensión es dialogar con todos, hacer presente el mensaje de la salvación en medio del mundo. 

La Fundación Pablo VI quiere estar, por parte de la Iglesia, en la frontera de ese diálogo. Somos conscientes de que quien está en primera línea también asume muchos riesgos, te viene todo “de frente”.

Por eso el diálogo con todos ha sido tan importante en este congreso. El congreso nació en 2018 y lo hizo con vocación de permanencia. El primer congreso fue ese año, hubiera tocado el año 2020 pero no se pudo hacer debido a la pandemia. La convocatoria de este año ha sido pues, la segunda, pero nuestra intención es volver a organizar un congreso como éste en dos años. 

Durante estos días hemos querido mirar al futuro: al mundo que viene. Se habla constantemente de que estamos en un cambio de época, y es verdad. Lo hemos visto, por ejemplo, manifestado muy evidentemente en la mesa Jóvenes y futuro: tres miradas a una sociedad posmoderna. Estamos en un verdadero momento de cambio y tenemos que saber cómo miramos al futuro. 

Muchas veces recuerdo una de las experiencias más dolorosas que he vivido en mi ministerio: cuando una chica me preguntó qué se podía esperar, si era posible esperar algo hoy. Me apenó. Cuando un joven mira el futuro con miedo y no con esperanza es que algo pasa. 

Por tanto, tenemos que ayudar a mirar el mundo con esperanza. Nuestra obligación, también desde la Iglesia, es ver cómo es el mundo que viene. 

Uno de los peligros que seguimos teniendo es el de crear grupos o ambientes cerrados en los que el diálogo se considera un peligro para la firmeza de los principios… 

—Pienso que el diálogo no es un peligro, es una posibilidad. El diálogo no nos abaja de nuestra identidad. 

Entrar al diálogo conlleva tener la certeza de que la otra persona, la posición deferente, me puede enriquecer, pero no me tiene que convencer. 

Creo que un diálogo bien planteado enriquece, e incluso afianza los principios que queremos defender porque podemos encontrarnos con alguien que piense completamente distinto, contrario incluso, y que esa misma diferencia ayude a reforzar mi posición. 

En el cierre del Congreso hizo referencia a esa idea equivocada de que todo pasado fue mejor. Ahora hay quien afirma que “todo está en contra de los católicos”. ¿Es así? ¿Hemos polarizado las posturas en la Iglesia “o conmigo o contra mi”? 

—Podemos caer en una polarización si no asumimos que la Iglesia, a lo largo de la historia, ha navegado contra corriente. El mensaje de Cristo es una propuesta siempre original, siempre joven y que contrasta con el mundo. 

El hombre es imagen de Dios y tiene la dignidad de los hijos de Dios pero, al mismo tiempo, está herido por el pecado. A todo ello se une la libertad. 

Por tanto, a lo largo de la historia, la sociedad y la cultura no han estado a favor del Evangelio. Unas veces de manera muy explícita, como puede ser el momento actual o el final del siglo XVIII; otras veces, como diría san Ignacio, “vestido de ángel de luz”. 

Ha habido periodos que la sociedad arropaba a la Iglesia, pero muchas veces para servirse de ella. Tampoco en esos esos periodos a la Iglesia le ha sido tan fácil. 

Tenemos que asumir que nuestra visión y nuestra misión en el mundo es paradójica, porque el Evangelio es paradójico. Hay que contar con que vamos a experimentar el rechazo, la incomprensión, incluso hasta la persecución, pero esto no nos tiene que frenar o atemorizar sino todo lo contrario. 

Si esta realidad nos llevara a una reacción de extremos, de negación, contraria… es que no hemos entendido la revelación cristiana. 

Se podría objetar que a usted no le supone dificultad decir esto, porque “le va el sueldo”. Pero, ¿y cuándo la posición cristiana conlleva problemas en la sociedad o en el trabajo? 

—Esto es, efectivamente, una realidad. No pocas personas acuden a nosotros con este tipo de situaciones. A lo mejor no tanto en que puedan perder el empleo, pero sí muchas que consideran en conciencia que no pueden hacer tal o cual cosa. Siempre que me han hablado de estos problemas yo les aconsejo permanecer, seguir ahí, ser presencia. Unas veces podremos hacerlo todo, otras veces podremos hacer un poquito, otras veces nada, solo estar ahí. 

Aquí entramos además en un tema importantísimo ahora: la objeción de conciencia. En la objeción de conciencia entra la conciencia personal, formada por una realidad objetiva en el caso de los creyentes por la revelación, por la fe de la Iglesia y el don de la libertad que Dios me respeta. Y el Estado, los poderes establecidos han de respetar esa conciencia también. Nosotros tenemos que anunciar -y denunciar si es preciso- este derecho a objetar en conciencia a realidades o situaciones que podamos estar viviendo.

Por llevar a un plano teológico este tema de la presencia, podemos preguntarnos qué podía hacer la Virgen María al pie de la cruz. Ante la impotencia de no poder hacer nada, estaba, simplemente estaba, como nos dice el evangelio de san Juan. 

En este sentido, ¿hemos estado los católicos o realmente vivimos las consecuencias de una incomparecencia en el ámbito público?

—Yo creo que, si se mira un horizonte amplio de lo que consideramos el ámbito público, sí estamos presentes. Algunas veces hay quien echa de menos una palabra de la Iglesia, de los pastores, en determinados momentos. Y no es fácil porque a veces tenemos que hablar pero en otras hay que ser prudentes. 

En este sentido, una de las razones de ser de la Fundación Pablo VI es impulsar la presencia de los laicos en la vida pública: en la política, la economía, los sindicatos o los medios de comunicación. 

La presencia católica no se reduce a la palabra de los pastores para iluminar una realidad concreta sino, especialmente, se manifiesta en la presencia de los laicos informando la sociedad con los principios evangélicos. 

Durante el congreso se puso de manifiesto la realidad de los jóvenes “anhelantes”. Educados quizás fuera de la fe pero que anhelan o desean esperar e incluso creer algo más. 

—En algunos planos de la realidad social, como la política, hay mucha crispación y eso no contribuye al diálogo. Sin embargo, creo que en el contacto con el pueblo sencillo hay muchas posibilidades de este encuentro. 

Hay mucha gente necesitada, con hambre de trascendencia, mucha gente que está de vuelta y que necesita escuchar una palabra distinta, de fe. Estamos en un buen momento para el anuncio y para el diálogo. 

De este último congreso que hemos celebrado me quedo con una llamada a la esperanza, que he visto en muchos momentos. Y la esperanza reside en los jóvenes, a pesar de quienes no tienen confianza en ellos. A mi me encantó la mesa redonda de los jóvenes, donde se pusieron de manifiesto tantas inquietudes o ver una monja joven en África que hace presente a Cristo en los territorios más remotos y que afirma que en la Eucaristía está la raíz de la vida. Esos son signos de esperanza.

Hablando de diálogo y esperanza, estamos en un proceso sinodal en el que el encuentro con el otro son claves, pero ¿está calando en la Iglesia?

—Yo creo que el sínodo ha tocado al pueblo de Dios y está arraigando, no sin dificultad, en la Iglesia. No se puede renunciar a la sinodalidad, porque la sinodalidad no es un invento del Papa Francisco sino que forma parte de la esencia de la Iglesia. El reto de este momento es pasar del sínodo como “algo que tengo que hacer” al sínodo como “algo que tengo que vivir

La finalidad de este proceso sinodal lo que nos quiere llevar es a tomar conciencia de que, en la Iglesia, somos sínodo y tenemos que vivir como sínodo. Si esto queda en la Iglesia habremos conseguido realmente lo que se busca con este proceso.

Vaticano

 «Zaqueo nos enseña que nunca está todo perdido»

El Papa Francisco ha destacado, comentando el evangelio del domingo XXXI del Tiempo Ordinario, que refiere el encuentro de Cristo con Zaqueo, cómo "el cruce de miradas entre Zaqueo y Jesús parece resumir toda la historia de la salvación".

Maria José Atienza·30 de octubre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Papa Francisco ha comentado la historia de las «búsquedas» que recoge el evangelio de este domingo subrayando que «Zaqueo «buscaba ver quién era Jesús» (v. 3), y Jesús, tras haberlo encontrado, afirma: «El Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido» (v.10). Detengámonos un momento en las dos miradas que se buscan: la mirada de Zaqueo que busca a Jesús, y la mirada de Jesús que busca a Zaqueo».

Recordando la «baja estatura» de Zaqueo que señala el evangelista unida a su posición preminente, aunque odiada, en su pueblo, el Papa ha destacado que «Zaqueo se arriesgó a que se burlasen de él para ver a Jesús, hizo el ridículo. Zaqueo, en su bajeza, siente la necesidad de buscar otra mirada, la de Cristo. Aún no lo conoce, pero espera a alguien que lo libere de su condición —moralmente baja—, que le haga salir de la ciénaga en la que se encuentra».

Un ejemplo, ha continuado el Santo Padre, que que siempre se puede buscar y encontrar a Dios: «Zaqueo nos enseña que, en la vida, nunca está todo perdido. Por favor: ¡nunca está todo perdido, nunca! Siempre podemos dar espacio al deseo de recomenzar, de reiniciar, de convertirnos».

Además el Papa ha calificado la historia de Zaqueo como la historia de «las miradas de Dios»: «Dios no nos ha mirado desde lo alto para humillarnos y juzgarnos, no; por el contrario, se ha rebajado hasta lavarnos los pies, mirándonos desde abajo y restituyéndonos la dignidad. Así, el cruce de miradas entre Zaqueo y Jesús parece resumir toda la historia de la salvación: la humanidad con sus miserias busca la redención; pero, ante todo, Dios con su misericordia busca a la criatura para salvarla».

«La mirada de Dios», ha afirmado el Papa «no se detiene nunca en nuestro pasado lleno de errores, sino que ve con infinita confianza lo que podemos llegar a ser» y ha animado a los presentes a «tener la mirada de Cristo, desde abajo, que abraza, que busca al que está perdido, con compasión». 

Recuerdo para las víctimas de Mogadiscio y Seúl

En sus saludos tras el rezo del Ángelus, el Papa ha querido elevar su recuerdo y su oración por «las víctimas del atentado terrorista que, en Mogadiscio, ha causado la muerte de más de cien personas, entre ellas numerosos niños. ¡Que Dios convierta el corazón de los violentos!» así como «por quienes han muerto esta noche en Seúl —sobre todo jóvenes— debido a las trágicas consecuencias de una repentina estampida de la multitud».

Como en las últimas apariciones del Santo Padre, tampoco ha olvidado «el dolor de nuestro corazón, de la martirizada Ucrania» pidiendo continuar orando por la paz.

Zoom

La luz de Todos los Santos

En el cementerio de Lublin, como en otros muchos cementerios de Polonia, las tumbas se iluminan con velas, cada 31 de octubre, un día antes de Todos los Santos para recordar y orar por los fallecidos.

Maria José Atienza·30 de octubre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Cultura

Iván Illich. El camino de la convivencialidad

Veinte años después de la muerte de Iván Illich (1926-2002) —humanista polémico y controvertido en su tiempo—, su pensamiento todavía anima a cuestionar la industrialización y a reemplazarla con alternativas más humanas.

Philip Muller y Jaime Nubiola·30 de octubre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

“Si la expresión ‘búsqueda de la verdad’ provoca en algunos una sonrisa y les hace pensar que pertenezco a un mundo pasado, no es de extrañar, porque es así” (Últimas conversaciones con Iván Illich, p. 205). Tal vez la afirmación de que la inquietud por la verdad pasa por la pérdida de familiaridad con el presente explique el desconcierto y la admiración que suscita el pensamiento del atípico Iván Illich.

Pensadores como Giorgio Agamben, Michel Foucault y Eric Fromm han encontrado en sus análisis inspiración y nuevas perspectivas. Más recientemente, el prestigioso filósofo canadiense Charles Taylor, no dudaba en referirse a Illich como una “gran voz en los márgenes” comparable a Nietzsche: “Illich ofrece una nueva hoja de ruta […], y lo hace simplemente sin caer en los clichés del antimodernismo” (Últimas conversaciones con Iván Illich, pp. 14 y 18).

Hijo de padre dálmata y católico y de madre austriaca y judía, Illich nace en Viena el 4 de septiembre de 1926. Huyendo del Tercer Reich, su familia se asienta en Italia en 1942. En los siguientes nueve años, Illich estudia Cristalografía en la Universidad de Florencia y, ya en Roma, Filosofía y Teología en la Pontifica Universidad Gregoriana; también se doctora en historia medieval en la Universidad de Salzburgo.

Tras ordenarse sacerdote en 1951, parte hacia Nueva York, donde residirá hasta 1960. Su labor pastoral con la comunidad portorriqueña de esta ciudad -en concreto, la necesidad de formar a hombres y mujeres de Iglesia que dominasen el castellano y entendieran las costumbres y tradiciones de los nuevos inmigrantes- le inspirará la fundación del Centro Intercultural de Formación (CIF), que posteriormente se transformará en el Centro Intercultural de Documentación (CIDOC), en Cuernavaca, México.

Las puertas del CIDOC permanecerán abiertas hasta 1976. A raíz de sus investigaciones y discusiones en Cuernavaca, Illich publicará durante los setenta lo que denominará con gran acierto sus “panfletos”, los libros que más fama le han dado y que le han retratado para la posteridad como crítico de la industrialización y de la ideología del desarrollo. Sus títulos más conocidos son La sociedad desescolarizada (1970), La convivencialidad (1973), Energía y equidad (1973) y Némesis médica (1975). 

La fuerza de la crítica de Illich a la industrialización reside en su sencillez: “Cuando una iniciativa sobrepasa cierto umbral […], primero destruirá el fin para el cual fue concebida y luego se convertirá en una amenaza para la sociedad en sí misma” (La convivencialidad, p. 50).

Pasado un cierto límite, por ejemplo, el automóvil solo multiplica los kilómetros que en principio había prometido reducir y, para entonces, la propulsión a motor ya ha mutado y se ha impuesto como único modo de transporte válido. “Semejante proceso de crecimiento pone al hombre ante una exigencia fuera de lugar: encontrar satisfacción en la sumisión a la lógica de la herramienta” (p. 113).

Illich identifica dinámicas similares en los sistemas educativos y sanitarios contemporáneos. El automóvil priva a las personas de la capacidad política de caminar, tanto como el hospital moderno de su capacidad de sanar y sufrir, y la escuela —transformada en agente de una educación universal que homogeneiza— de su derecho a aprender. Tales privaciones generan a su vez efectos perversos imprevisibles.

Uno de ellos es la figura del “usuario”, el producto más acabado de la industrialización. Esta suerte de turista de su propia vida “vive en un mundo ajeno al de las personas dotadas de la autonomía de sus miembros” (Obras reunidas I, p. 338). Al utilizar unas herramientas que no entiende, el usuario es sencillamente incapaz de dominarlas. Junto a él aparecen el experto -que conoce, controla y decide sobre la tecnología- y el marginado -quien, al carecer de los recursos con que costeársela, no puede realizarse en una sociedad industrializada. Abandonada a su propia lógica, la industrialización genera una dependencia y desigualdad radicales.

Frente al exceso industrial, Illich recomienda la convivencialidad: “Llamo sociedad convivencial a aquella en que la herramienta moderna está al servicio de la persona integrada en la colectividad y no al servicio de un cuerpo de especialistas” (p. 374).

Así como el consumo de energía no debe sobrepasar los límites metabólicos, el uso correcto de cualquier tecnología siempre debe ser austero: “La austeridad forma parte de una virtud que es más frágil, que la supera y la engloba: la alegría, la eutrapelia, la amistad (Obras reunidas I, p. 374). 

En todos sus libros, Illich detalla cómo podría plantearse una alternativa real al modelo industrial occidental. También señala los riesgos, tanto psicológicos como estructurales, que esa alternativa entraña, por necesaria y utópica que resulte.

Por lo pronto, cabe señalar que la propuesta política de Illich, de un realismo atento a las capacidades de cada persona, podría resumirse en dos palabras: energía y amistad.

El mismo Illich reconoce que su peculiar realismo está enraizado en el misterio y realidad de la Encarnación. También cabría añadir que hunde sus raíces en una cierta tradición tomista: al final de sus días, todavía se refería a Jacques Maritain como a su maestro.

Aunque abandonó el sacerdocio en 1969 para evitar ser motivo de división dentro y fuera de la Iglesia, Illich nunca renunció a su fe, libre y profundamente vivida, y a su amor por los grandes autores medievales. De hecho, su último libro, En el viñedo del texto (1993), está dedicado a Hugo de San Víctor. Como bien resume Taylor, “este mensaje surge de una determinada teología, pero debiera ser escuchado por todos” (Últimas conversaciones con Iván Illich, p. 18).

El autorPhilip Muller y Jaime Nubiola

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