Lecturas del domingo

Honestidad y sinceridad. II domingo de Adviento (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del II domingo de Adviento y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·2 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Normalmente esperamos que el Antiguo Testamento sea bastante duro, y que el Nuevo sea más suave y delicado. Pero las lecturas de hoy parecen ser precisamente lo contrario. La primera lectura es un texto delicioso que nos muestra el nuevo orden que traerá el Mesías: los animales vivirán en paz entre sí, incluso los que suelen comerse o hacer daño a otros. Los lobos estarán en paz con los corderos, los niños con las serpientes venenosas. Y concluye: “Nadie causará daño ni estrago por todo mi monte santo”.

En cambio, el Evangelio parece más bien un pasaje duro del Antiguo Testamento. San Juan Bautista advierte a los dirigentes judíos acerca de la retribución, del juicio con castigo que se avecina. El hacha está colocada en la base del árbol, y  lista para empezar a talar, porque “todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego”. Cristo es descrito como un agricultor dispuesto a separar el buen trigo de la paja, que es su cubierta exterior. El trigo será llevado al granero de Dios, donde “quemará la paja con un fuego que no se apaga”.

¿Por qué es tan duro el Evangelio? Debemos recordar que el Bautista está hablando a los dirigentes judíos, a menudo hipócritas. Y las pocas veces que vemos a Jesús hablar con tanta severidad es cuando se dirige a ellos. En realidad, parece que las únicas cosas que enojan a Cristo son la hipocresía, la dureza de corazón y la arrogancia. A Jesús no le importa la debilidad. Lo que le importa son los corazones duros y orgullosos.

Juan advierte a los escribas y fariseos que se arrepientan, y les dice: “Y no os justifiquéis interiormente pensando: ‘Tenemos por padre a Abraham’. Porque os aseguro que Dios puede hacer surgir de estas piedras hijos para Abraham”. Una advertencia contra la arrogancia presuntuosa, que es una enfermedad espiritual corriente, también entre los católicos. “Estoy bien relacionado. Procedo de una conocida familia católica. Mi tío es sacerdote”.

Juan enseña que Jesús bautiza con el Espíritu Santo y con fuego. Si procuramos ser honestos con Cristo y con nosotros mismos, éste es un fuego purificador, como el fuego que quema las imperfecciones del oro. Las pruebas y dificultades de la vida pueden ser un fuego purificador. Cuanto mejor las aprovechemos, menos necesitaremos pasar por el fuego del purgatorio. Así que no huyamos ni rechacemos las dificultades de la vida. Hagamos un mejor uso espiritual de ellas.

En definitiva, el Evangelio nos habla de la importancia de la humildad y la sinceridad. Ser sinceros con nosotros mismos, con Dios, con los demás y con los representantes de Dios. No dar una impresión falsa de nosotros mismos. Rechazar todo espectáculo. Esto lo hacemos, sobre todo, a través de la confesión y la dirección espiritual, en la que afrontamos y aceptamos nuestra miseria. Y así nos abrimos a la curación y a la gracia de Dios.

La homilía sobre las lecturas del domingo II de Adviento

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Vaticano

Joseph Weiler y Michel Fédou reciben el Premio Ratzinger

El profesor Weiler, invitado del último Foro Omnes celebrado en Madrid, es el primer judío que recibe esta distinción que cumple ya su duodécima edición.

Maria José Atienza·1 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La Sala Clementina del Palacio Apostólico fue el escenario de la entrega, por parte del Papa Francisco, del Premio Ratzinger 2022 a los profesores Michel Fédou y Joseph Halevi Horowitz Weiler.

Junto a ellos participaron además los miembros de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger, impulsora de este reconocimiento que han recibido, entre otras personalidades, la teóloga australiana Tracey Rowland o la alemana Hanna B. Gerl-Falkovitz.

El acto comenzó con la bienvenida del Card. Gianfranco Ravasi junto a Federico Lombardi, S.I., Presidente de la Fundación.

Tras los primeros saludos y la presentación del perfil de los premiados, el Papa Francisco entregó el premio y se dirigió a los premiados.

En sus palabras, Francisco destacó que “todos sentimos su presencia espiritual (de Benedicto XVI) y su acompañamiento en la oración por toda la Iglesia. Pero esta ocasión es importante para reafirmar que la contribución de su obra teológica y, en general, de su pensamiento, sigue siendo fecunda y operativa”.

El Papa emérito junto a los ganadores de los Premios Ratzinger 2020 y 2021 el pasado noviembre ©CNS photo/courtesy Joseph Ratzinger-Benedict XVI Foundation

En sus palabras, el Papa no quiso olvidar el papel del Papa emérito, en el Concilio Vaticano II del que este año se cumple el 60 Aniversario de su apertura. En este sentido, destacó el papa, Benedicto XVI “nos ha ayudado a leer en profundidad los documentos conciliares, proponiendo una «hermenéutica de la reforma y la continuidad”.   

Asimismo, se refirió a la publicación de la Opera Omnia de Joseph Ratzinger que ofrecerán al lector las aportaciones teológicas de quien fuera pastor de la Iglesia tras san Juan Pablo II.

Unas aportaciones que, en palabras del Papa “ofrecen una sólida base teológica para el camino de la Iglesia: una Iglesia «viva», que nos ha enseñado a ver y a vivir como comunión, y que está en marcha -en «sínodo»- guiada por el Espíritu del Señor, siempre abierta a la misión de anunciar el Evangelio y de servir al mundo en el que vive” apunto recordando las palabras del Papa Benedicto XVI en la Misa de apertura de su pontificado.

Además, el Papa se dirigió a la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger – Benedicto XVI, cuyo trabajo, señaló, “se sitúa en esta perspectiva, en la convicción de que su magisterio y su pensamiento no se dirigen al pasado, sino que son fecundos para el futuro, para la aplicación del Concilio y para el diálogo entre la Iglesia y el mundo de hoy”. A los miembros de esta Fundación Joseph Ratzinger les animó a colaborar con las fundaciones vaticanas Beato Juan Pablo I y de San Juan Pablo II”, para que se promueva la memoria y la vitalidad del mensaje de estos tres Pontífices en unión de intenciones en la comunidad eclesial”.

Weiler y Fédou, en sintonía con Benedicto XVI

El Papa destacó que la labor de los premiados se ha dado en campos muy queridos y tratados por Benedicto XVI. En esta línea, apuntó cómo el “padre Michel Fédou ha profundizado especialmente en las obras de los Padres de la Iglesia de Oriente y Occidente, y en el desarrollo de la cristología a lo largo de los siglos”.  Un estudio que no se ha centrado en el pasado sino que “alimentó en él un pensamiento vivo, capaz también de abordar cuestiones actuales en el ámbito del ecumenismo y las relaciones con otras religiones”.

joseph weiler
J. Weiler en el Foro Omnes ©Tafa Martín

Por otra parte, en relación al profesor Weiler, el papa Francisco no quiso olvidar que “es la primera personalidad de la religión judía que recibe el Premio Ratzinger, que hasta ahora se había concedido a estudiosos pertenecientes a distintas confesiones cristianas”. Además subrayó que “la sintonía entre el Papa emérito y el profesor Weiler se refiere en particular a cuestiones de importancia sustancial: la relación entre la fe y la razón jurídica en el mundo contemporáneo; la crisis del positivismo jurídico y los conflictos generados por una extensión ilimitada de los derechos subjetivos; la comprensión adecuada del ejercicio de la libertad religiosa en una cultura que tiende a relegar la religión a la esfera privada”. Un tema que el propio Weiler ha tratado con asiduidad, como en el caso del Foro Omnes.

El Papa Francisco incidió en la actitud valiente que ha tomado el profesor Weiler “pasando, cuando ha sido necesario, del plano académico al de la discusión -y podríamos decir del «discernimiento»- en la búsqueda del consenso sobre los valores fundamentales y la superación de los conflictos por el bien común”.

El Papa concluyó con una llamada a tomar estos ejemplos como “líneas de compromiso, estudio y vida de gran trascendencia, que despiertan nuestra admiración y exigen ser propuestos a la atención de todos”.

Vaticano

El vídeo del Papa: Ser artesanos de misericordia

El Papa Francisco presenta la intención de oración para este mes de diciembre: las organizaciones de voluntariado.

Paloma López Campos·1 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Este mes, el Papa pide que recemos por las organizaciones de voluntariado. A través de la Red Mundial de Oración, Francisco presenta desafíos actuales de la Iglesia a los fieles con el fin de realizar lo que se llama el apostolado de la oración.

Al pedir por las organizaciones de voluntariado, el sucesor de san Pedro destaca que “ser voluntario solidario es una opción que nos hace libres”. Los voluntarios, a través de su compromiso con el bien común, se convierten en “artesanos de misericordia”.

Aquí dejamos el vídeo del mes de diciembre con las declaraciones completas del Papa:

Vaticano

El viaje del Papa a África

El Vaticano ha publicado esta mañana el primer viaje apostólico a África del Papa Francisco en 2023. El Sumo Pontífice viajará a la República Democrática del Congo y a Sudán del Sur.

Paloma López Campos·1 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El 31 de enero el Papa llegará a Kinshasa, capital congoleña. Allí será recibido en el Palacio de la Nación, la residencia oficial del presidente de la República. Más tarde, se encontrará con las autoridades, la Sociedad Civil y el Cuerpo Diplomático.

Al día siguiente, 1 de febrero, Francisco celebrará una Misa en el aeropuerto Ndolo y por la tarde visitará a las víctimas del este del país y se reunirá con los encargados de algunas asociaciones de caridad en la Nunciatura Apostólica.

El 2 de febrero, el Papa se reunirá con catequistas y jóvenes, para luego entrevistarse por la tarde en la Catedral Nuestra Señora del Congo con consagrados, diáconos, seminaristas y sacerdotes. A las 18:30 Francisco tendrá un encuentro privado con los miembros de la Compañía de Jesús en la Nunciatura Apostólica. 

En su último día en el Congo, el Papa y los obispos se encontrarán en la Conferencia Episcopal y luego cogerá un avión hasta Sudán del Sur. En esta etapa del viaje estará acompañado por el Arzobispo de Canterbury y el representante de la Iglesia de Escocia. Lo primero que hará al llegar a Sudán será reunirse con el Presidente Salva Kiir Mayardit y los vicepresidentes de la República. Lo último esa jornada será un encuentro con las autoridades civiles y el cuerpo diplomático.

El 4 de febrero, Francisco estará en la Catedral de Santa Teresa con los obispos, diáconos, seminaristas, sacerdotes y consagrados. También se encontrará en privado con los jesuítas. Más tarde, estará con los desplazados internos del país, aquellas personas que han tenido que dejar su hogar pero se han mantenido dentro de las fronteras. Por último, habrá una oración ecuménica en el Mausoleo John Garang.

El último día del viaje apostólico, el Sumo Pontífice celebrará una Misa en el Mausoleo y, tras una ceremonia de despedida, regresará a Roma.

Vocaciones

Maciej: “La fraternidad sacerdotal es fundamental»

Este joven polaco estudia Teología en la Universidad de Navarra gracias a una beca de la Fundación centro Académico Romano.

Espacio patrocinado·1 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Maciej Biedron es un joven sacerdote polaco de la diócesis de Tarnów, una zona montañosa y rural del sur de Polonia. Tiene 30 años y hace más de cuatro que fue ordenado. Tras su ordenación sacerdotal fue vicario en una de las parroquias más grandes de su sede eclesiástica, diócesis es rica en vocaciones sacerdotales (actualmente unos 1.400) y en piedad popular, especialmente la devoción mariana.

Ahora estudia en la Universidad de Navarra el doctorado en Teología tras haber sido enviado por su obispo gracias a una beca de CARF.

En un mundo cada vez más secularizado, defiende la importancia de una buena formación, de la vida de oración, de la fraternidad sacerdotal y de la Eucaristía como centro de la vida cristiana. “Sin estos pilares, los sacerdotes pueden verse superados por una sociedad postcristiana y hostil en la fe”, afirma.

Así habla de la fraternidad sacerdotal: “El sacerdote que se separa de sus colegas, que pueden entender sus problemas y sus necesidades, puede caer muy rápido. Por eso, la formación humana es tan importante para que los sacerdotes vivan con amistad y caridad fraterna, y no con el sentido de la rivalidad o de búsqueda de su propia fama”.

En estos momentos, en su diócesis se está celebrando el sínodo diocesano para mejorar el trabajo pastoral frente a los problemas que surgen del mundo de hoy.

“El sínodo quiere llamar la atención especialmente sobre la cuestión de la familia, de los jóvenes y del servicio de los sacerdotes. Una de las preocupaciones de mi obispo es la formación de los presbíteros. Por eso estoy estudiando Teología espiritual, porque después del sínodo, el obispo quiere desarrollar una espiritualidad sacerdotal en mi diócesis”, explica.

Para Maciej, la evangelización no es solamente pronunciar la verdad sobre Dios, sino también del hombre.

Vocaciones

Lungelo: «En mi país hay muchas conversiones»

Este seminarista originario de la República Sudafricana estudia en Pamplona gracias a una beca de Fundación Centro Académico Romano (CARF).

Espacio patrocinado·1 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Lungelo Halalisani Gabriel es un seminarista de la diócesis de Eshowe, de la República Sudafricana. Tiene 28 años y estudia Teología en el Seminario Internacional Bidasoa, en Pamplona. De origen zulú, su familia no era religiosa, pero sus padres le procuraron la mejor educación en centros católicos. Es el tercero de cuatro hermanos. 

«Aunque mi familia contaba con pocos recursos, mis padres se esforzaron en darnos la mejor formación. He recibido mucha ayuda de misioneros y religiosos y su ejemplo de vida creció dentro de mí, hasta tal punto que consideré optar por la vida sacerdotal», afirma.

Lungelo es muy consciente de la falta de sacerdotes en Sudáfrica, que dificulta la vida sacramental de muchos fieles que viven en las periferias de las parroquias de su país. Pero, aun así, la Iglesia sigue creciendo y se producen muchas conversiones.  

«Me quiero formar muy bien para luego poder servir a mi país, donde existe una gran necesidad de dar una buena formación a los fieles en cuanto a la vida cristiana, la doctrina de la Iglesia y capacitarlos a tomar iniciativas dentro de los parámetros que se espera de ellos» señala. 

Para él, el sacerdote del siglo XXI debe ser «alguien entregado absolutamente y enamorado de Dios y que con ello llevé a los demás a Él. Se espera la santidad en su vida y que sea coherente y auténtica».

Llegó al Seminario Internacional Bidasoa hace dos años, gracias a la confianza de su obispo y gracias a una beca de la Fundación CARF. «Estudiar y formarme fuera de mi país es algo que nunca habría soñado». Para él, Bidasoa más que un Seminario, es realmente una familia. «Me impresiona el empeño por cuidar la Liturgia, la vida de piedad, el estudio y el crecimiento humano». 

El sida y la Iglesia

El dogma del sexo libre desenfocó la lucha contra el sida señalando como culpable de aquella terrible pandemia precisamente a quien más estaba haciendo por los enfermos.

1 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

¿Recuerdas cuando en los 80 y 90 la Iglesia católica era considerada prácticamente la responsable de la expansión del sida? El tiempo ha puesto las cosas en su sitio y ha demostrado quién ha estado de verdad junto a las víctimas y quién ha usado el VIH solo como arma ideológica.

Si tiene más de 30 años, seguro que usted también habrá sentido un escalofrío al escuchar hablar del sida. Durante las últimas décadas del siglo pasado, la enfermedad causó un terrible impacto en todo el mundo, pues las personas que se contagiaban tenían un único pronóstico: la muerte; acompañado de un cruel estigma social.

En aquellos años de miedo e incertidumbre en torno al sida, la Iglesia católica salió a jugarse el tipo atendiendo a quienes nadie quería ni de lejos, ofreciendo no solo atención médica a pesar del gran desconocimiento que existía sobre la enfermedad, sino el cariño y el acompañamiento necesarios para que estas personas pudieran tener una muerte digna.

En Málaga, por ejemplo, la casa de Acogida Colichet fue un proyecto conjunto de Cáritas Diocesana y las Hijas de la Caridad en el que aquellos “apestados” encontraron un hogar donde sentirse amados. «En un mismo turno se me murieron tres enfermos –explicaba en una reciente entrevista su directora, Paqui Cabello–. Se iban y no podías hacer nada. Era una sensación de vacío como si te quitaran parte de tu vida».

Sin embargo, en aquellos años, nadie hablaba de los desvelos de Paqui, ni de las preocupaciones de sor Juana, médico e hija de la Caridad, a la hora de atender pacientes de una enfermedad prácticamente desconocida: «a mí misma me daba repelús –decía– porque no sabíamos a lo que nos enfrentábamos». Se hablaba mucho, eso sí, de la “inadmisible” actitud de la Iglesia al oponerse a la casi única solución que los grandes grupos de poder ofrecían al problema: la promoción del uso del preservativo.

Con la perspectiva de los años y la experiencia de la pandemia del Covid, me he convencido de que aquella campaña contra la Iglesia no fue más que un plan de guerra ideológica, quizá apoyada interesadamente por la industria farmacéutica, para apuntalar el paradigma sexual surgido del mayo del 68 que se tambaleaba ante la aparición del VIH. Claro que los dispositivos de barrera (condón o mascarilla, según la vía de transmisión) son necesarios en determinados casos, pero ¿no ha demostrado el coronavirus que ellos solos no bastan y que son necesarias otras medidas relacionadas con el cambio de hábitos? Con el coronavirus se nos dijo que no podíamos ni siquiera visitar a nuestros familiares, se nos encerró en casa durante meses, pero, con el sida, ¡no se podía ni siquiera sugerir una menor promiscuidad sexual! El dogma del sexo libre desenfocó la lucha contra el sida señalando como culpable de aquella terrible pandemia precisamente a quien más estaba haciendo por los enfermos.

Hoy, gracias a Dios, el sida ha pasado de ser una enfermedad mortal a una enfermedad crónica en el primer mundo. Y la Iglesia continúa al pie del cañón en la lucha contra el VIH y sus consecuencias: investigando nuevos tratamientos desde sus hospitales y universidades, trabajando en la prevención, atendiendo a las personas seropositivas, acompañando con cuidados paliativos a las que la pobreza ha desahuciado, haciéndose cargo de los millones de niños que se quedan huérfanos a causa de la enfermedad y exigiendo que también los pobres puedan acceder a los modernos medicamentos. Se calcula que uno de cada cuatro enfermos de sida del mundo es atendido en una institución de la Iglesia Católica y la OMS afirma que el 70% de los servicios de salud que se prestan en África son realizados por organizaciones religiosas.

En este Día Mundial del Sida, escucharemos grandes discursos de quienes encuentran en el VIH solo un motivo más para hacer ingeniería social, promover colonizaciones ideológicas o simplemente hacer postureo. Yo, con el aval de mi experiencia, me quedo con las sencillas palabras de quienes no tienen potentes terminales mediáticos ni lobbies que juegan con cartas marcadas. Me quedo con el vacío de Paqui ante la pérdida de un nuevo acogido y el repelús de Sor Juana al atender a un nuevo paciente. Ellas sí que saben sobre el sida y la Iglesia.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Zoom

Cantando en espera de la Navidad

Villancicos como "O Come, O Come, Emmanuel" llenan la iglesia de San Malaquías de Nueva York en uno de los numerosos conciertos que se celebran en Adviento en la capital americana.

Maria José Atienza·1 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Libros

Por una “Iglesia en diálogo” con el mundo

Gema Bellido, editora de “A Church in Dialogue. The Art and Science of Church Communication”, habla a Omnes sobre este volumen y los desafíos de la comunicación institucional de la Iglesia.

Giovanni Tridente·1 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Hace unas semanas, salió a la luz un libro en inglés que ofrece una visión general de los ámbitos y desafíos de la comunicación institucional de la Iglesia, con una mirada a la historia de los últimos 25 años, pero con una proyección hacia el futuro próximo. El intento es contribuir a realizar realmente una “Iglesia en diálogo” con el mundo y la sociedad contemporánea. Se titula “A Church in Dialogue. The Art and Science of Church Communication” (Edusc, Roma 2022). Varios autores, 32 en total, han contribuido a esta publicación por invitación de la Facultad de Comunicación Institucional de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz para celebrar sus primeros 25 años. Omnes ha entrevistado a la editora del volumen, la profesora Gema Bellido.

Gema Bellido, editora del volumen y profesora.

-¿Cómo surgió la idea de este libro?
La idea del libro nació en el seno de la Facultad de Comunicación Institucional de la Iglesia de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma. Los profesores, de acuerdo con el comité directivo, queríamos hacer algo que pudiera quedar como legado de los 25 años de historia de la facultad. El resultado fue editar un libro que hablara de la comunicación de la Iglesia desde diferentes perspectivas y que pudiera ser útil para el trabajo de los comunicadores y estudiosos de la comunicación de la Iglesia.
¿Cuáles son los temas más importantes que se tratan? 
Se tratan diversos temas, desde los que dan el contexto histórico, cultural o social hasta los que hablan más específicamente de la profesión de quienes trabajan en la comunicación de la Iglesia, ya sea en una oficina de comunicación de una diócesis o como vaticanistas. En el libro se explica, por ejemplo, la progresiva profesionalización de la comunicación institucional, la relación entre el gobierno y la comunicación dentro de las organizaciones, cómo la Iglesia puede dialogar con el mundo actual y participar en la conversación pública y los diferentes canales que puede utilizar para este diálogo.
Como dice el título, la comunicación es vista como arte y como ciencia. Como arte, requiere de la creatividad, y por eso la relación con la belleza y la verdad es muy importante. Como ciencia, necesita ser profundizada, estudiada, y, por lo tanto, para quien quiera trabajar en esta profesión, la reflexión es un deber, una condición indispensable.  
¿Cuál es la relación entre fe y comunicación responsable? ¿Cuál es la tarea de los comunicadores?
El Papa Francisco anima a los periodistas y profesionales de la comunicación a vivir esta profesión como una misión. Dice que tenemos “la misión de explicar el mundo, hacerlo menos oscuro, hacer que los que viven en él le tengan menos miedo y miren a los demás con mayor conciencia, y también con más confianza”. Como recuerda el Pontífice, está en la misión intrínseca de la profesión la actitud responsable, de ayudar a interpretar el mundo y de buscar mejorar el entorno en el que el comunicador trabaja. Además, pienso que las personas de fe se sienten llamadas a llevar a cabo esta misión no sólo como algo que les viene de la profesión, sino también como una manifestación de su vocación cristiana. 
A la luz de lo que se aborda en el libro, ¿cuáles son los retos de la comunicación en la Iglesia?
Hay muchos pero me gustaría destacar uno en particular: la comunicación tiene un papel importante que desempeñar para ayudar a la Iglesia, a las personas y a las instituciones, a recuperar la legitimidad necesaria para poder ser una voz creíble y relevante en el mundo. Para ello, es necesario profundizar en la propia identidad y sacarle brillo, de modo que los valores cristianos sean un puente. Esto contribuirá a cumplir el deseo del Papa de que la Iglesia no sea autorreferencial, sino que sea una Iglesia en salida, que esté dispuesta a dialogar con todas las instituciones y con todas las personas.

-Usted se ocupa de temáticas ligadas a la reputación de las instituciones, ¿tiene la Iglesia mucho que aprender también en este aspecto?

Las percepciones de las personas sobre las instituciones reflejan, en mayor o menor medida, la realidad de la institución. Por eso, cuando uno se propone mejorar la reputación debe, prácticamente, mejorar la realidad. La comunicación, en este sentido, tiene un poder transformador en las organizaciones, que pasa por escuchar esas percepciones, mostrarlas a los que gobiernan y proponer cómo encarnar mejor los principios identitarios de la institución para que pueda cumplir mejor su misión en la sociedad. 

La Iglesia, como todas las organizaciones, puede seguir aprendiendo en este aspecto, pero considero que está en ello. Por ejemplo, el Sínodo sobre la Sinodalidad que estamos viviendo, está suponiendo un ejercicio de escucha muy interesante tanto a nivel de las diócesis como de la Iglesia universal, un modo práctico de dar voz a quien quiera expresarse sobre los temas planteados. 

Es verdad que para lograr que la comunicación pueda servir a la Iglesia de este modo se necesitan personas bien formadas profesionalmente. Personalmente, me da mucha alegría ver pasar por las aulas de la universidad, en mi trabajo como profesora en la Facultad de Comunicación, sacerdotes, religiosos y laicos que están estudiando y profundizando en la fe, en la naturaleza de la Iglesia y en los fundamentos de la comunicación institucional, con la ilusión de contribuir en el futuro, con su trabajo, a la tarea de evangelización de la Iglesia.

El autorGiovanni Tridente

Evangelización

San Charles de Foucauld

El pasado mes de mayo el Papa Francisco canonizó a san Charles de Foucauld, un militar y explorador que terminó encontrándose con Cristo, dejando atrás una vida errática para entregarse por completo a Dios.

Pedro Estaún·1 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

El 1 de septiembre de 1858 nacía en Estrasburgo en una familia de la nobleza, Charles-Eugéne de Foucauld. Sus padres murieron, uno detrás de otro en 1864  y Charles y María, su hermana, son confiados a su abuelo, el coronel Morlet, hombre bueno pero débil. Realizó sus estudios en París en un colegio de jesuitas y comenzó a prepararse para el ingreso en la escuela militar. Su interés por los estudios era muy deficiente. A los 16 años perdió la fe. Dos años después su abuelo murió y heredó una gran fortuna que comenzó a dilapidar de manera estrepitosa. Entró en la escuela de caballería de Samur en octubre, donde saldrá con la última calificación: el número 87 entre 87 alumnos. Llevó una vida de juerguista e indisciplina llena de excentricidades. No obstante dibujaba bien y se cultivaba leyendo mucho. En 1879 se unió a Mimi, una joven de mala reputación y convivió con ella. Dos años después su regimiento es enviado a Argelia y Charles llevó consigo a Mimi haciéndola pasar por su mujer. Descubierta la superchería es degradado y regresó a Europa. Con motivo de una revolución en Túnez, vuelve a África y durante ocho meses se muestra como un excelente oficial pero, seducido por el desierto, abandonó el ejército y se instaló en Argelia donde inició una exploración por aquellos terrenos no visitados entonces por ningún europeo. Tomó como compañero al rabino Mardoqueo, se vistió de hebreo y recorrió clandestinamente Marruecos durante un año. Intentó allí su matrimonio con una joven argelina, pero romperá la relación ante la oposición tajante de la familia de ella. 

Regresó a Francia tras dos años de ausencia. Se dedicó entonces a recopilar toda la información posible sobre Marruecos, siempre de una manera oculta con miedo a ser descubierto por los árabes. Entre 1887 y 1888 publica dos importantes obras: «El reconocimiento de Marruecos» y «El itinerario de Marruecos», que reciben una crítica entusiasta. Adquiere fama de un gran explorador por la calidad y la cantidad de informaciones recopiladas y por las preciosas observaciones sociales y de costumbres que incluye en sus relatos. Recibe la medalla de oro de la «Sociedad Francesa de Geografía»  y se sitúa así en un mundo de honores.

Llevado por profundas inquietudes espirituales, en octubre de 1886 Charles entró en la iglesia de San Agustín de París, para pedir consejo al padre Huevélin, del que le había hablado su prima María Bondy. El sacerdote le pide que se confiese y comulgue de inmediato, luego hablarían, y él lo acepta. Los años siguientes los pasa en casa de su familia y mantiene frecuentes conversaciones con su confesor. Su alma se va llenando cada vez más de Dios y comienza a pensar en hacerse religioso. En las navidades de 1888 se dirige a Tierra Santa y allí madura su decisión irrevocable: hacerse monje. Regresa a Francia y se dispone a ser trapense. Entrega todos sus bienes a su hermana y renuncia de una manera definitiva a toda gloria humana.

En enero de 1890 parte para la trapa de Nuestra Señora de las Nieves en Francia y entra al noviciado con el nombre de Frater Marie-Albéric. Seis meses después parte para otra trapa mucho más pobre, la de Akbès, en Siria, una región alejadísima que a finales del siglo XIX se alcanzaba sólo después de varios días de camino. Allí se ocupó de cultivar el huerto, realizando los trabajos más humildes hasta 1896. No obstante, una voz interior le llamaba a una soledad todavía más profunda. Siguiendo los consejos del padre Hevélin, con el que seguiría manteniendo correspondencia, hace el primer proyecto de una congregación religiosa «a su manera». Se le envía a Roma para ampliar estudios y allí pide ser dispensado de sus votos. En 1897, el Prior general de los trapenses le deja en libertad para seguir su vocación. 

Parte nuevamente a Tierra Santa y comienza una vida de ermitaño en un convento de hermanas Clarisas en Nazaret, donde es  su criado y recadero, viviendo en una sencilla cabaña cerca del claustro. Permanece allí tres años y llega a ser un personaje amado en Nazaret por su espiritualidad y su continua caridad. Las clarisas y su confesor le instan para que solicite la ordenación sacerdotal. Vuelve a Francia para prepararse y es ordenado sacerdote el 9 de junio de 1901. Poco después parte nuevamente a Argelia, al oasis de Beni-Abbès para ayudar espiritualmente a un destacamento militar francés. Construye una sencilla ermita con una capilla. Desde allí alerta a sus amigos y a las autoridades francesas del drama de la esclavitud. Rescata varios esclavos, hace giras por la tierra de los Touaregs, la región más solitaria del interior, aprende su idioma, hace para ellos un catecismo y comienza a traducir el evangelio estableciéndose en un poblado a 1500 metros de altitud donde construye una pequeña cabaña en la que instala la capilla y una sencilla habitación. El padre Foucauld se divide ahora entre los pobres de Beni-Abbès y los de Tamanrasset, que distan 700 kms de desierto. Charles es el único cristiano. Al faltar los fieles le está prohibido celebrar la misa; lo suple haciendo de su vida una eucaristía. En 1908, agotado, cae enfermo de muerte. Los touaregs le salvan compartiendo con él la poca leche de cabra que tenían en ese tiempo de sequía. Entre 1909 a 1913 hace tres viajes a Francia para presentar su proyecto de los «Petis frères» del Sagrado Corazón, asociación de laicos para conversión de infieles. 

Durante la guerra mundial el desierto resulta un lugar peligroso y permanece en Tamanrasset. Para proteger a los indígenas de los alemanes construye un fortín. Continúa trabajando en sus poesías y proverbios touaregs. El 1 de diciembre de 1916 unos bandidos le apresan y le asesinan. En su muerte estaba solo … o casi solo. En Francia hay 49 inscritos en la Asociación del Sagrado Corazón de Jesús que él consiguió hacer aprobar a las autoridades religiosas. Su muerte fue como una semilla. En 2002 diecinueve fraternidades diferentes de laicos, sacerdotes, religiosos y religiosas, vivían el Evangelio que sigue la espiritualidad de Charles de Foucauld.  El 15 de mayo de 2022 el papa Francisco le canonizó.

El autorPedro Estaún

España

Escuelas Católicas lanza un mensaje de encuentro y diálogo en su congreso

La presidenta de Escuelas Católicas, Ana Mª Sánchez, y el secretario general, Pedro Huerta, han animado a buscar “el encuentro y el diálogo” con todos, a “ser abiertos para encontrarnos con el otro”, en la clausura del XVI Congreso de Escuelas Católicas, que con el lema “Inspiradores de Encuentros”, se ha celebrado en Granada.

Francisco Otamendi·30 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El congreso ha reunido a cerca de 2.000 educadores, directores, titulares y miembros de la escuela católica el pasado fin de semana, y a lo largo de las intervenciones, se ha puesto de manifiesto “la necesidad, en este tiempo de incertidumbre, de buscar el encuentro con nosotros mismos y con el otro, para aprender, evolucionar y ser mejor persona”.

En la clausura, tanto Ana María Sánchez como Pedro Huerta, y la directora del congreso, Victoria Moya, alentaron a poner en marcha el lema del congreso. La presidenta Ana María Sánchez, por ejemplo, recordó a los presentes que además de “ser maestros, nos une que somos alumnos y discípulos del Maestro, quien resumió todas sus enseñanzas en una sola palabra: amaos”. Por este motivo insistió en la necesidad de fomentar “el encuentro con nosotros mismos, con compañeros, familias, alumnos, y distintas instituciones”, porque “en el momento actual la educación, el mundo y la Iglesia demanda que nos encontremos, dialoguemos, creemos opinión”.

Por su parte, Pedro Huerta, secretario general de Escuelas Católicas, animó al auditorio a poner en práctica todo lo aprendido durante los tres días para convertirnos en punto de encuentro. “Es lo que nos toca ahora a cada uno de nosotros, llevar lo que hemos vivido a nuestras comunidades educativas, y no tener miedo a respirar, a ser abiertos para encontrarnos con el otro”, afirmó al final del congreso, que ha tenido lugar con la con la colaboración del Banco Santander, McYadra, SM, Edelvives, Edebé y Serunión,

Repercusión del congreso

Victoria Moya presentó algunas cifras sobre el evento: “más de 5.000 fotografías realizadas; más de 500 fotografías en nuestro canal de Flickr y 1.700 visitas; en Twitter, más de 29 millones de impresiones con nuestro hashtag principal (#InspiradoresDeEncuentros), lo que supone 250 mil impresiones por hora y 1.300 imágenes; en Instagram, casi 10.000 interacciones y “me gusta” (81 por hora) con el hashtag principal del congreso, 170 imágenes, 90 carruseles e innumerables vídeos e historias; más de 3.000 visitas a la página web en los días del Congreso desde 27 países distintos; respecto a la app del Congreso, 1.962 descargas, 1.224 espacios de reunión creados para las reuniones virtuales con los expositores, 6.000 contactos hechos, casi 300 preguntas con más de 1.700 “me gusta” y más de 500 mensajes en el chat”. Moya señaló que estas cifras son el símbolo de que el encuentro es posible.

Sentido de responsabilidad

En cuanto a los contenidos, la primera jornada analizó el encuentro desde el punto de vista filosófico, teológico y antropológico con Josep Mª Esquirol, Teresa Forcales y Álvaro Lobo. Diversidad, diálogo y solidaridad fueron tres palabras claves de la segunda jornada en la que se encontraron Cristina Inogés, teóloga y miembro de la Comisión Metodológica del Sínodo, y Álvaro Ferrer, politólogo y responsable de Política Educativa en Save the Children. Este encuentro estuvo conducido e inspirado por Tíscar Espigares, responsable en España de la Comunidad de Sant’Egidio.

“El encuentro con el otro nos construye y nos enriquece”. Ésta fue la idea principal de la ponencia. Los tres coincidieron en defender la necesidad de lograr una escuela que haga crecer en los niños el sentido de la responsabilidad sobre los otros, dándoles responsabilidades y, al mismo tiempo, una escuela que les abra los ojos a la realidad, el encuentro con el vulnerable desde el diálogo y la solidaridad.

Cultura del cuidado

Para reflexionar sobre la importancia de la cultura del cuidado, el congreso contó con Ana Berástegui, directora del Instituto Universitario de la Familia (UPC); Arturo Cavanna, ex director general de la Fundación ANAR, y Paco Arango, fundador de la Fundación Aladina y director de cine.

Ana Berástegui recordó que una de las claves del cuidado es la escucha, y que para que ésta sea posible es imprescindible tener “tiempo” y desarrollar la empatía emocional. También señaló la necesidad de fomentar que los alumnos se sientan seguros en todas las etapas, no solo en Infantil, porque los adolescentes también necesitan sentirse seguros para “explorar la diferencia”.

En la mesa se abordó también la incidencia de la pandemia en la salud mental de los niños y adolescentes, del duelo en la infancia y de los encuentros que los han transformado. Cavanna recordó cómo le marcó en su infancia el abuso de algunos compañeros sobre otros más débiles, lo que despertó en él el espíritu de defensa y protección. Arango trajo al auditorio una frase que le dedicó un religioso amigo: “Dios es tu amigo”, unas palabras que reafirma, pues según él “es un amigo que siempre escucha”.

Entre otros ponentes, intervinieron sobre diversos temas la investigadora Catherine L’Ecuyer; Damián María Montes, Isabel Rojas, Xavier Marcet, Manu Velasco, Xavier Rojas, Jorge Ruiz, Victoria Zapico o el jurado de MasterChef, Pepe Rodriguez; José Romero, director pedagógico del Colegio Vedruna de Villaverde Alto (Madrid), Encarnació Badenes, misionera de Nazaret y directora del Colegio Sagrada Familia de Los Llanos de Aridane (La Palma), y Ion Aranguren, escolapio y miembro del equipo de titularidad del Colegio Escolapios Cartuja de Granada.

También participaron Ignacio Gil, más conocido en TikTok como Nachter, que animó a emplear el humor en el día a día, y el músico David DeMaría, quien dedicó a los congresistas algunas de las canciones más representativas de sus 25 años de trayectoria.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

El Papa Francisco sobre el examen de conciencia

Hoy, miércoles 30 de noviembre, el Papa Francisco ha mantenido su habitual audiencia. Desde agosto, el Santo Padre se dirige a los fieles para hablar sobre el discernimiento.

Paloma López Campos·30 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

A pesar del frío, el Papa Francisco ha vuelto hoy a los pies de la basílica de san Pedro para reflexionar sobre la carta de san Pablo a los Filipenses. Ha comenzado la catequesis lanzando una pregunta: “¿Cómo reconocer el auténtico consuelo?” 

En los “Ejercicios Espirituales” de San Ignacio de Loyola, indica el Papa, podemos encontrar algunas claves para poder analizar este consuelo, esencial para el discernimiento. Una de esas claves se encuentra en el análisis de nuestros pensamientos. Siguiendo a san Ignacio, Francisco ha indicado que debemos advertir el discurso de los pensamientos, el principio, el medio y el fin, tratando de descubrir si se dirigen hacia el bien o si, por el contrario, quitan la paz y la calma.

No podemos usar las inclinaciones buenas, como el deseo de oración, para eludir nuestras responsabilidades, ese no es un pensamiento que nazca del bien, dice el Papa. “La oración no es una fuga de las propias tareas, al contrario, es una ayuda para realizar ese bien que estamos llamados a realizar, aquí y ahora”.

“Hay que seguir bien el recorrido de los buenos sentimientos, del consuelo”, de este modo, evitamos las tentaciones del demonio, “que existe”, afirma con rotundidad Francisco. “El estilo del demonio es presentarse de forma astuta, disfrazada, parte de lo que está más cerca de nuestro corazón y después nos atrae a sí, poco a poco. El mal entra a escondidas, sin que la persona se dé cuenta”.

El Santo Padre anima a hacer un “paciente e indispensable examen de la verdad y del origen de los propios pensamientos”. El Papa insiste en este análisis de los corazones y afirma que “cuanto más nos conocemos a nosotros mismos, más nos damos cuenta de dónde entra el mal espíritu”.

Francisco ha hablado sobre el examen de conciencia individual que todos los cristianos deberían hacer por la noche, para ver “qué ha pasado en el corazón”. Dice el Papa que, “darse cuenta de lo que sucede es importante, es un signo de que la gracia de Dios está trabajando en nosotros, ayudándonos a crecer en libertad y en conciencia”.

La reflexión del Papa ha finalizado invitando, una vez más, a avanzar en el entendimiento de uno mismo, realizando el examen de conciencia, y sabiendo que :“el discernimiento, de hecho, no se centra simplemente en el bien o en el máximo bien posible, sino en lo que está bien para mí aquí y ahora”.

Libertad y Verdad en Menéndez Pelayo

En un momento en el que el silenciamiento cultural y social amenaza con socavar, especialmente, los rudimentos de la libertad académica emerge, como ejemplo, la figura del erudito Marcelino Menéndez Pelayo.

30 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

“Recién iniciada la Restauración, en febrero de 1875 se publicó un decreto del ministerio de Fomento prohibiendo enseñar nada contrario al dogma católico, la sana moral, la monarquía constitucional y el régimen político. Varios catedráticos de Universidad, como Giner de los Ríos, Azcárate y Salmerón fueron primero suspendidos y posteriormente separados de sus cátedras”.

En el año 1876, Giner de los Ríos y varios compañeros suyos fundaron La Institución Libre de Enseñanza, asociación que, al margen de la enseñanza pública, pretendía renovar a las jóvenes generaciones con una moral laica y unas ideas inspiradas en el masón idealista alemán K.Ch.F. Krause (1781/1832), en cuya filosofía se había tratado de armonizar el panteísmo y el teísmo y, contra la exaltación hegeliana de la idea de Estado, se había defendido la superioridad ética de asociaciones de fines generales, como la familia o la nación. Promoviendo una federación voluntaria entre esas asociaciones podría irse produciendo el acercamiento y la unidad entre los seres humanos.

Un miembro de La Institución, Gumersindo de Azcárate, en artículo publicado en la “Revista de España”, afirmaba que, “según el Estado ampare o niegue la libertad de la ciencia, así la energía de un pueblo mostrará más o menos su peculiar genialidad… y podrá hasta darse el caso de que se ahogue casi por completo su actividad, como ha sucedido en España durante tres siglos”.

Menéndez Pelayo, tras leer el citado artículo y aleccionado por uno de sus maestros y amigo, Gumersindo Laverde (18335/1890), publicó, en aquel mismo año 1876, su primera obra, “La ciencia española”, con la que inició su aventura intelectual, convencido de que los españoles podrían renovarse inspirándose en los ideales éticos y culturales de los más elevados momentos de su historia; y ya entonces hacía suyas unas palabras del sabio benedictino B.J. Feijoo, que en uno de sus discursos se había proclamado “ciudadano libre en la República de las Letras, ni esclavo de Aristóteles ni aliado de sus enemigos”.

En 1892 dirigió al ministro de Fomento un informe en el que se quejaba porque “vemos separarse de nuestro Claustro a dignísimos Profesores…, representantes de muy opuestas doctrinas, pero igualmente dignos de respeto por su celosa y desinteresada consagración al culto de la verdad…”, “…ideal de vida… encaminado a la indagación científica que sólo puede lograrse con garantías de independencia semejantes a las que disfrutan todas las grandes instituciones científicas de otros países…; “…queremos aproximarnos a este ideal por todos los caminos posibles y reivindicar para el cuerpo universitario toda aquella libertad de acción que, dentro de su peculiar esfera, le corresponde”.

Por su parte, Cánovas del Castillo, historiador, considera que lacras como el retraso o la falta de unidad política de España son atribuibles a la herencia de la Inquisición y de la Casa de Austria. Y en la Constituyente de 1868, bramó Castelar: “No hay nada más espantoso, más abominable, que aquel gran imperio español que era un sudario que se extendía sobre el planeta… Encendimos las hogueras de la Inquisición; arrojamos a ellas nuestros pensadores, los quemamos y, después, ya no hubo de las ciencias en España más que un montón de cenizas”.

Es cierto que la ciencia española se había interrumpido por largo tiempo, pero eso fue a partir de 1790, no coincidiendo con la Inquisición, sino con la Corte volteriana de Carlos IV, las Cortes de Cádiz, la desamortización de Mendizábal, la quema de conventos…

En ese contexto, se celebra en 1881, cuando don Marcelino aún no había cumplido los 25 años, un homenaje en el parque del Retiro madrileño, por el segundo centenario de la muerte de Calderón de la Barca. Expertos extranjeros alaban el mérito del escritor, a pesar de la época retrograda en la que vive. Ya al final, Menéndez Pelayo explota… “Mira, Enrique -le confesaría después a su hermano-, me tenían ya muy cargado, habían dicho muchas barbaridades y no pude menos de estallar, y, además, nos dieron a los postres tan mal champagne…”.

En este célebre brindis, el polígrafo cántabro destaca en primer lugar la idea (o más bien hecho) de que ha sido la fe católica la que nos ha conformado. De su pérdida o, al menos, de su difuminarse, nace nuestra decadencia y eventual muerte…

En segundo lugar, la reivindicación de la monarquía tradicional, asumida y llevada a su apogeo por la Casa de Austria, que no fue ni absoluta ni parlamentaria, sino cristiana, y que, por ello, pudo ser garante del municipio español, donde pudo florecer la verdadera libertad…

En defensa de estos principios (fe católica, monarquía tradicional, libertad municipal) escribió Calderón. Contra ellos se alzan liberales, tanto absolutistas como revolucionarios, imponiendo su libertad ideológica que destruye la libertad real en nombre de unas ideas abstractas y estatalistas.

Termino con la transcripción del brindis porque creo que merece la pena hacerlo: “…Brindo por lo que nadie ha brindado hasta ahora: por las grandes ideas que fueron alma e inspiración de los poemas calderonianos. En primer lugar, por la fe católica, apostólica romana, que en siete siglos de lucha nos hizo reconquistar el patrio suelo, y que en los albores del Renacimiento abrió a los castellanos las vírgenes selvas de América, y a los portugueses los fabulosos santuarios de la India… Brindo, en segundo lugar, por la antigua y tradicional monarquía española, cristiana en esencia y democrática en la forma… Brindo por la nación española, amazona de la raza latina, de la cual fue escudo y valladar firmísimo contra la barbarie germánica y el espíritu de disgregación y de herejía… Brindo por el municipio español, hijo glorioso del municipio romano y expresión de la verdadera y legítima y sacrosanta libertad española… En suma, brindo por todas las ideas, por todos los sentimientos que Calderón ha traído al arte…; los que sentimos y pensamos como él, los únicos que con razón, y justicia, y derecho, podemos enaltecer su memoria… y a quien de ninguna suerte pueden contar por suyo los partidos más o menos liberales que, en nombre de la unidad centralista a la francesa, han ahogado y destruido la antigua libertad municipal y foral de la Península, asesinada primero por la Casa de Borbón y luego por los Gobiernos revolucionarios de este siglo. Y digo y declaro que no me adhiero al centenario en lo que tiene de fiesta semipagana, informada por principios… que poco habían de agradar a tan cristiano poeta como Calderón, si levantase la cabeza…”.

Evangelización

Jornadas Internacionales de San Francisco de Sales

Unos 250 periodistas y comunicadores católicos de todo el mundo se reunirán en Lourdes (Francia) del 25 al 27 de enero de 2023, en la vigesimosexta edición de las Jornadas de San Francisco de Sales, unas jornadas profesionales donde los participantes están llamados a profundizar en su misión de transmisores de la fe y a buscar nuevas formas de diálogo con el mundo actual, cada vez más secularizado.

Leticia Sánchez de León·30 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

“Periodismo y convicciones religiosas”; “accesibilidad a los medios de comunicación”; “medios de comunicación y verdad”, “redes sociales y proximidad”…éstos y otros son sólo ejemplos de los temas que se tratan cada año en estas jornadas internacionales. Lejos de ser un evento más sobre comunicación o periodismo, las Jornadas de San Francisco de Sales, organizadas siempre en fechas cercanas a la fiesta del santo patrón de los periodistas, son un momento de formación -en la profesión- y también espiritual. 

Un momento importante de las jornadas será la presencia ya confirmada del Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de la Santa Sede, quien pronunciará un discurso durante el congreso de su misión en la Santa Sede y hará entrega del premio Jacques Hamel.

François Vayne, vaticanista y uno de los organizadores del evento, habla de la motivación última de las Jornadas: “La prensa católica tiene una misión muy urgente, que es la de dar testimonio de una fe vivida, encarnada, a través de testimonios e historias, que vaya más allá de las incomprensiones provocadas por los reiterados escándalos en el clero. No hay que confundir la Iglesia con la sola institución; la Iglesia es un pueblo que forma el Cuerpo de Cristo, un pueblo en el que los laicos son sacerdotes, profetas y reyes por su bautismo. De esto hablaremos en Lourdes, pidiendo a la Virgen María su apoyo y protección.”

Como explica Vayne, el lugar de celebración de las jornadas ha ido cambiando con los años: “Hace años se celebraban en Annecy, Saboya, la ciudad donde San Francisco fue obispo y donde se encuentran sus restos mortales; pero a partir de 2018 se eligió Lourdes como nuevo lugar de las jornadas, para poder invitar a periodistas de otros países, por ser un lugar más internacional”. 

El evento ha sido organizado, una vez más, por la Federación de Medios de Comunicación Católicos de Francia junto con la asociación SIGNIS (la Asociación Católica Mundial para la comunicación) y la UCSI, (la Unión Católica de la Prensa Italiana). También forma parte de la organización el Dicasterio para la Comunicación, que se unió a la iniciativa por primera vez en 2018 y desde entonces colabora en su promoción. 

Católicos y no católicos

Aunque las Jornadas de San Francisco de Sales nacen con una perspectiva católica y el enclave escogido indica el marcado aspecto espiritual de las mismas, lo cierto es que están abiertas también a personas no católicas o que no trabajan para medios confesionales. En este sentido, el evento constituye el eje conductor de un diálogo abierto entre los asistentes donde se intercambian experiencias de vida y de trabajo, se comparten dificultades y desafíos de la profesión, y donde también hay espacio para la oración.

En este sentido, el primer día de las jornadas está programada una visita guiada al santuario, donde los asistentes podrán ver la explanada, la basílica y la gruta donde se apareció la Virgen a Santa Bernardette en 1858. 

El tema

El objetivo de las Jornadas es claro; con varios ponentes de mucho nivel, y profesionales del sector (profesores, sociólogos, expertos en ciencias de la comunicación, especialistas en tecnología digital, influencers, etc.) provenientes de diferentes países, el evento hace una llamada a reflexionar sobre la misión y la responsabilidad de los medios de comunicación en la transmisión de los valores cristianos:

“La única manera de transmitir la fe en este mundo secularizado es dar testimonio del Evangelio vivido, especialmente a través de artículos y reportajes. La secularización no significa que la fe esté muerta, pues mientras la sociedad rechaza los discursos institucionales que muchas veces se contradicen con los hechos, al mismo tiempo está sedienta de un testimonio de vida que manifieste la búsqueda de Dios”, señala François Vayne. “En Francia, los casos de abusos hacen que la Iglesia pierda credibilidad, pero la autenticidad del testimonio de un actor como Gad Elmaleh, que acaba de rodar una película en la que expresa su cariño a la Virgen María, remueve las conciencias y suscita en muchos jóvenes el deseo de una renovación interior, devolviendo a la fe católica toda su relevancia. Al transmitir este tipo de testimonios, los periodistas católicos juegan un papel esencial para que el Evangelio no sea rechazado cuando sí se rechaza el discurso del clero.”

Por otro lado, durante las Jornadas se hará entrega del premio Jacques Hamel de manos del secretario de estado vaticano, el Cardenal Parolin. Este premio lleva el nombre del sacerdote Jacques Hamel, asesinado por terroristas islámicos en Francia mientras celebraba la Eucaristía. Este premio recompensa las iniciativas en favor de la paz y, en particular, el diálogo interreligioso, siguiendo el espíritu de la encíclica Fratelli tutti.

Micrófonos de Dios

De todos es conocido el poder de los medios de comunicación en la transmisión de determinados valores y, en este sentido, las jornadas quieren hacer hincapié en la gran  responsabilidad de periodistas, editores, comunicadores, etc., de ser “micrófonos de Dios” -como decía San Óscar Romero- y de la importancia, por tanto, de ser profesionales en su trabajo, de ser veraces, de adaptarse a los nuevos medios de comunicación, aportar análisis de peso, adecuar el lenguaje utilizado a los diferentes públicos, etc., todo ello para ser mejores portadores de la Fe en el mundo. En esta línea, Helen Osman, presidenta de SIGNIS, uno de los entes promotores del evento, dijo en una entrevista en 2018: “como periodistas y comunicadores católicos debemos tener dos virtudes en equilibrio: proporcionar reportes y análisis cuidadosos, con una eficiencia y claridad que permitan un impacto en el mundo de hoy”. 

Y es precisamente ese impacto lo que buscan las Jornadas: el impacto de reportajes bien construidos, artículos bien documentados o historias que emocionen y conmuevan, que testimonien la belleza de una Fe viva, de personas muy reales, que reflejan la verdadera cara de la Iglesia, y que se abre paso, tantas veces, en medio de ecos de indiferencia y de radicalidad.

El autorLeticia Sánchez de León

Cultura

La Obra Pía. Presencia española en Roma

España ha estado presente institucionalmente en Roma desde el siglo XI, y esta presencia no ha faltado desde entonces; hoy está representada por la llamada Obra Pía.

Stefano Grossi Gondi·30 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La ciudad de Roma tiene una larga tradición de acoger instituciones que representan a los países europeos. A lo largo de los siglos, la ciudad del Papa ha sido una capital mundial entre lo político y lo religioso, un verdadero punto de referencia para una larga serie de generaciones; así, han acudido instituciones que constituían una presencia nacional, expresada por los gobiernos de la época, en su mayoría de carácter monárquico.

España ha estado presente institucionalmente en Roma desde el siglo XI, y esta presencia no ha faltado desde entonces; hoy está representada por la llamada Obra Pia Stabilimenti Spagnoli in Italia.  Así, tenemos una organización privada sin ánimo de lucro con sede en Roma, que desarrolla iniciativas sociales, culturales, artísticas y de protección y conservación del patrimonio. Está encomendada a la Embajada de España ante la Santa Sede y funciona bajo «protección diplomática».

Historia de la Obra Pía

Comenzó en el siglo XI en la época de la Opera Pía de Castilla; fundó una iglesia de Santiago junto al Coliseo, que a principios del siglo XIV (la gestión había pasado a la Opera Pía de Aragón) se incorporó a San Juan de Letrán. Esta iglesia sobrevivió hasta 1815, cuando fue demolida. Esta presencia en Roma se originó por una serie de disposiciones testamentarias y aportaciones fundacionales de ciudadanos y entidades españolas que, por motivos religiosos, caritativos y asistenciales, acudían a esas Opere Pie. 

En el siglo XV se construyó la iglesia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón en el centro de la ciudad, en la plaza Navona, por iniciativa de don Alfonso de Paradinas, canónigo de la catedral de Sevilla, que hizo reconstruir el edificio por completo a sus expensas. Durante siglos fue el escaparate de la presencia española en la ciudad papal, hasta que en 1818 esta iglesia fue abandonada por los españoles, que se instalaron en Santa María de Monserrat, actual Iglesia Nacional de España.

Estructura de la institución

La presidencia, la representación legal y la dirección de la Opera Pia Stabilimenti Spagnoli In Italia son responsabilidad del Embajador de España ante la Santa Sede, que actúa con el título de Gobernador de la Opera Pia. 

Como órgano colegiado de gobierno y administración, existe una Junta, compuesta por el Gobernador como Presidente, el Ministro Consejero como Vicepresidente y cinco miembros: el Rector de la Iglesia Nacional de Santiago y Montserrat, el Rector de San Pietro in Montorio, dos españoles residentes en Roma, nombrados por la Junta a propuesta del Gobernador y un diplomático de la Embajada de España ante la Santa Sede, que actúa como Secretario. Todos los miembros deben ser españoles y ejercer su cargo a título honorífico y gratuito.

Actividades de hoy

En la actualidad, la Obra Pía se encarga del sostenimiento de la Iglesia Nacional de Santiago y Montserrat, de las tareas eclesiásticas inherentes a la misma y de las actividades culturales de su Centro de Estudios Eclesiásticos adscrito. También se encarga del Panteón de los Españoles en el cementerio de Roma y vela por el cumplimiento de los distintos fines fundamentales, religiosos, benéficos o asistenciales de las obras pías que lo generaron.

Al mismo tiempo, se encarga de estudiar posibles ayudas para la actividad religiosa de San Pietro in Montorio. Esta iglesia se levanta en lo que en el siglo XV era un conjunto de tierras y huertas que compró el rey Fernando El Católico y en las que se levantó un pequeño convento, tradicionalmente encomendado a la orden franciscana, y la iglesia, que sigue abierta al culto. En uno de sus claustros se encuentra el famoso templete de Bramante, considerado el manifiesto arquitectónico del clasicismo renacentista.

Atención sanitaria

Durante varios siglos, las actividades religiosas han estado flanqueadas por iniciativas sanitarias, inicialmente dirigidas a personas de nacionalidad española, luego la Opera Pia desarrolló sus iniciativas en otros lugares de Roma, Palermo, Nápoles, Asís, Turín y Loreto. Hoy, gracias al apoyo de un patrimonio histórico, puede atender las necesidades de muchos ancianos y familias en situación de emergencia social a través de la labor de las Hermanas de la Cruz de Roma, institución fundada por Santa Ángela de la Cruz en 1875.

Asimismo, apoya a las órdenes religiosas que promueven el trabajo de las mujeres en la sociedad, como las Hermanas Teresianas de Palermo, institución fundada por San Antonio Poveda en 1911, además de promover diversas iniciativas culturales (conciertos, exposiciones, publicación de revistas, etc.). .) y la conservación del patrimonio histórico, mediante el desarrollo de proyectos de restauración. La Ópera Pía colabora con las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en la construcción de un edificio que albergará una residencia para 50 ancianas y el centro principal de la Orden en la Santa Sede.

Ayuda a las familias en situación de emergencia social

De nuevo a través del apoyo directo de las Hermanas de la Compañía de la Cruz, la Opera Pia apoya las necesidades de 150 familias de Roma, familias en situación de emergencia social, extrema pobreza o enfermedad, apoyando diversas causas sociales para los ancianos y los jóvenes.

El autorStefano Grossi Gondi

Vaticano

El Papa Francisco recuerda que las mujeres no pueden ser sacerdotes

Rome Reports·29 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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El Papa Francisco volvió a reafirmar la postura de la Iglesia acerca de la ordenación sacerdotal de las mujeres. Ante esta cuestión, el Papa subrayó que “es un problema teológico” pero que no se trata de una privación sino de un papel distinto donde hay todavía mucho que profundizar y reconoció que hay que dar más cabida a la mujer en la Iglesia en otros ámbitos.


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América Latina

¿Qué está pasando en la Iglesia en América Latina?

En esta entrevista, Mauricio López, vicepresidente laico de la recién creada CEAMA-Conferencia Eclesial Amazónica explica la naturaleza e importancia de la CEAMA. 

Marta Isabel González Álvarez·29 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 9 minutos

América Latina se mueve. Pero ¿cómo entender mejor la diversidad de sus instituciones eclesiásticas y la interacción entre ellas? ¿Qué relación hay entre el Concilio Vaticano II, Aparecida, Brasil (5ª Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe), Evangelii gaudium, Laudato si’, la REPAM, el Sínodo Amazónico, Fratelli tutti, la CEAMA, el próximo Sínodo de la Sinodalidad y la reforma y renovación que propone la Praedicate evangelium?  ¿Por qué es necesario nuevos ministerios y un Rito Amazónico?

Hablamos con Mauricio López. Este mexicano de 45 años afincado en Quito (Ecuador) es el vicepresidente laico de la recién creada CEAMA-Conferencia Eclesial Amazónica, cuyos estatutos acaban de ser aprobados por el Papa Francisco.

Mauricio comenzó su andadura en Cáritas Ecuador, acompañó la creación de la REPAM-Red Eclesial Panamazónica (2014) que preparó y acompañó los desafíos de la región y la posterior celebración del Sínodo para la Amazonía (2019), impulsó la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe (2021) dentro de la CELAM-Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño y además es miembro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y participa en el Sínodo de la Sinodalidad donde formó parte de la Comisión Metodológica y hoy coordina el grupo de trabajo de América Latina.

Él ve todo su devenir como un proceso y que el Espíritu le lleva a ayudar allá donde se han ido descubriendo más vacíos en el proceso eclesial y es ahí donde él busca y aporta más herramientas para hacer experiencia. Cuando le llamamos “experto de la escucha”, él lo niega, pero resalta que “la escucha” es un elemento fundamental para el discernimiento y que el discernimiento comunitario es un instrumento que podría parecer connatural a la esencia de la Iglesia, pero que por desgracia. no lo es.

En definitiva, Mauricio López es una de las personas que más nos puede ayudar a iluminar todas estas preguntas aclarar lo que está pasando en América Latina y cómo los dinamismos de esta región están influyendo en el día a día del caminar de la Iglesia en los tiempos del Papa Francisco.

Nos perdemos un poco con tantas siglas e instituciones: CELAM, REPAM, Asamblea Eclesial, CEAMA… Un consejo, una red, una asamblea y una conferencia ¿Nos aclaras qué son y para qué sirve cada una?

–Si se quiere entender el entramado institucional de América Latina uno se pierde y en cierto modo la confusión es premeditada pues hay una necesidad de cambio en el modelo pastoral.  Pero si se ve como un dinamismo eclesiológico que nace en el Concilio Vaticano II, se entiende mejor. Lo esencial es que partimos de la dimensión territorial, una iglesia encarnada, que escucha, que discierne comunitariamente. La tentación es crear mega cuerpos, pesados con funciones muy eficaces, pero sin tanto discernimiento y escucha.

La gente no sabe que a las Conferencias del Episcopado Latinoamericano se llegaba ya con un documento pre elaborado. Pero en Aparecida (2007) lo que ocurrió fue que el documento que estaba preparado no respondía a los signos de los tiempos. El jefe del equipo redactor, el cardenal Bergoglio, hizo algo muy valiente junto a otro grupo de personas, entre ellos el Cardenal Cláudio Hummes y abandonaron la seguridad del documento ya existente para abrir un espacio de escucha, diálogo y construcción conjunta. Después llegó Evangelii gaudium (2013) con una reforma pastoral en el que se ve un sello latinoamericano. Y ese es el punto de partida.  Después llega Laudato si’ (2015) que también abre toda una puerta nueva para la Iglesia: el compromiso con el desafío socio ambiental. Una sola crisis, no dos.

Y se convoca el Sínodo Amazónico donde se unían tres puntos: la fragilidad del territorio, la necesidad de una pastoral distinta y la urgencia socio-ambiental de los pueblos. O sea, Amazonía, Evangelii gaudium y Laudato si’, integradas. La Amazonía se convierte “en un banco de pruebas para la Iglesia”: una expresión de periferia, de lugar teológico y de una experiencia pastoral tan frágil que llamaba a un cambio urgente.

La Red Eclesial Panamazónica (REPAM) nace para tratar de articular todas las presencias disociadas y fragmentadas en el territorio. Nunca se pretendió institucionalizar. Su riqueza principal fue poner en diálogo estructuras ya existentes de la Iglesia, una comunión difícil, compleja, tejida a punta de diálogo. La co-fundación de la REPAM fue muy importante: CELAM, CLAR, Caritas y las pastorales indígenas. Era el paso posible y necesario que permitía purificar para escuchar bien y discernir y se escucharon a 22.000 personas de modo directo y 65.000 en fases preliminares. Además, la REPAM responde de una manera ágil y flexible a desafíos del territorio como: Derechos Humanos, acompañamiento a pueblos indígenas, incidencia, comunicación, formación. Si la REPAM perdiese su vocación original, debería desaparecer.

El Sínodo planteó desafíos estructurales y su documento final tenía unas 170 acciones para hacer, que, si resumimos en 60, la REPAM podría acometer unos 10 o 15, el CELAM, otros ocho o diez, la CLAR diez de ellos. Cáritas, lo mismo. Pero había un segmento grande que no era posible acometer desde ninguna de estas estructuras y ahí se ve la necesidad de crear la CEAMA (Conferencia Eclesial de la Amazonía).

¿Qué es la CEAMA y cuáles serán sus primeros pasos? Según tú has explicado, su creación es una expresión del “espíritu de renovación y reforma en clave sinodal”. ¿Por qué el CELAM no podía afrontar esos retos?

–La novedad de la CEAMA está en su nombre. Es «Conferencia» que es el grado máximo de estructura que puede existir en una región en el ámbito eclesial e implica un grado de autoridad esencial para poder interactuar con el Vaticano y con los episcopados. Segundo, es «Eclesial», no es episcopal, no es la competencia del CELAM o una región del CELAM, porque el CELAM es el consejo de los obispos y en este sentido una «conferencia» tiene mayor capacidad de influir en las estructuras eclesiales que están debajo. Un «consejo» es consultivo, orientativo y ofrece, ofrece apoyo. Una «conferencia”, sin embargo, tiene un grado de intervención, de autoridad y de responsabilidad en los ámbitos en los que actúa.  Por ejemplo, el CELAM no puede decirle a un episcopado lo que tiene que hacer, pero puede aconsejar, escuchar y ofrecer herramientas e instrumentos, crea espacios, etc. La «conferencia» si puede.

Además, la CEAMA afronta procesos de largo plazo más complejos y que requiere institucionalidad, como, por ejemplo, la creación de un nuevo Rito Amazónico que podría llevar un proceso de 20 años. Y para hacerlo bien y tejerlo desde la identidad cultural del territorio, se requiere tiempo. Y la otra novedad es que ha sido creada para un territorio específico que es la “Amazonía”, que es un lugar teológico, como lo dijo el Papa en «Querida Amazonía» y es el modo de llevar adelante algunos de los sueños.

¿Cómo se estructura la CEAMA? La Presidencia tiene una novedad eclesiológica. El presidente es un cardenal, el cardenal Barreto, un vicepresidente que es el cardenal Leonardo Steiner y un vicepresidente laico que en este caso soy yo. Y habrá dos vicepresidencias más laicas, una religiosa que no es ministerio ordenado y otra laica mujer indígena. Y luego una Asamblea Ordinaria en la que cada país o Conferencia Episcopal y cada comunidad, tendrá representarse igualmente con: obispo, laicas y laicos, religiosos, religiosas y gente del territorio.

Podemos pensar sobre todo en estos primeros pasos: el Rito Amazónico, tiene que ver con incorporar valores, elementos, simbolismos, aspectos propios de las culturas tan variadas de la Amazonía y así ir enriqueciendo el aspecto simbólico de la Iglesia y que responda con más cercanía a la necesidad de misterio, de sentido eclesial y de visión religiosa de este territorio. Si no me equivoco el nuevo Rito Amazónico será el número 24.

El segundo paso los nuevos ministerios en la Amazonía: ordenados y no ordenados, con toda su complejidad pues hay que sustentarlos, acompañarlos y ponerlos en diálogo formalmente con los episcopados locales, que los implementarán.

Y el tercero, la creación de un Programa Universitario Amazónico, una encomienda muy grande que tenía el cardenal Hummes, pues intuía que podía generar cambios estructurales.  Y por añadir algo más, también afrontará la cuestión del pecado ecológico y cómo solventarlo. Todo esto necesita de la CEAMA y ninguna otra institución latinoamericana o Panamazónica lo podía hacer.

Explícanos mejor lo del nuevo rito amazónico ¿En qué consiste y por qué es necesario promoverlo? ¿Crees que su creación puede recibir la oposición de alguien?

–A veces es que somos poco católicos, porque catolicidad significa “universalidad”, es el anuncio del Evangelio a todos los pueblos, una riqueza. No le tengamos miedo, nadie quiere imponer nada a nadie, pero desde aquí se quiere expresar que la riqueza de su identidad tiene algo que aportar y se quiere vivir. En el discernimiento hecho en el Sínodo de la Amazonía se vio claro y vimos cuánta gente se está alejando porque no se siente acompañada y no hay quien administre los sacramentos. Por eso este rito es necesario pues es el modo de hacer mucho más cercano, afectiva, efectiva, simbólica y ritualmente, la vivencia del encuentro con el Señor Jesús en la Eucaristía y en toda la experiencia de fe y de Iglesia, de manera que se aproxime a la realidad particular de los pueblos.  Y no se trata sólo de pequeños cambios en la liturgia con unos cuantos cantos en lengua indígena y con musicalidad indígena. Se trata de una reestructuración de todo el aspecto celebrativo para que la Eucaristía, siendo el centro, tenga un dinamismo vivo que la sostenga desde la cultura propia. Y en la liturgia, obviamente, hay aspectos que no se van a tocar: la fórmula de consagración y quién consagra, por ejemplo. Pero se trata de incorporar y valorar toda una cosmovisión.

¿Por qué el Papa Francisco apoya tanto todo este dinamismo de Latinoamérica, crees que tiene que ver con que el Papa es argentino y que en el espíritu jesuita está tan marcada la cuestión del discernimiento y la escucha y del próximo Sínodo de la Sinodalidad?  

–No sólo Latinoamérica, vemos también otros dinamismos que vienen de África y que se harán seguramente muy evidentes en los próximos años, o Asia y su ejemplo de diálogo intercultural en un mundo fragmentado y desde la minoría. Pero sí, es cierto que América Latina está en un momento propicio donde su historia, su vida, sus procesos y sus aportaciones están contribuyendo fuertemente a este momento particular. Dicho eso sería un reduccionismo decir que eso se debe a que el Papa es latinoamericano. Evidentemente todos estamos marcados por nuestra cultura e historia. Pero lo que ocurre también es que Latinoamérica es la región que con más fuerza, claridad, excesos y extremos (no estamos idealizando), se apropió del Concilio Vaticano II. En definitiva, todo esto no tiene que ver con los diez años del papado de Papa Francisco sino con los 60 años del Concilio Vaticano II.  

En cuanto al Sínodo de la Sinodalidad percibo en las diferencias regionales, una gran dificultad por hacer un verdadero ejercicio de discernimiento, con todo pre-elaborado y con gran tensión. Y cuando ya las posiciones están preestablecidas, la tensión no puede ser creativa. Sin embargo, cuando las diferencias entran en discernimiento, se crece. Por ejemplo, América Latina, África y Asia están llenas de tensiones pero que se gestan de modo creativo y permiten avanzar. Pero la tensión, cuando no es creativa, no te permite avanzar Lo que le quita vida a la Iglesia son esos polos en tensión, desde ideologías particulares que secuestran el espacio de discernimiento genuino.  Y lo siento si algunos no están de acuerdo, pero los documentos no importan si no tienen vida y se encarnan. Si la sinodalidad no se convierte en experiencia discernida, diferencias que nos permitan reconocernos y sentirnos parte de una iglesia, amarnos, respetarnos, o por lo menos no destruirnos…si no es así, no tiene sentido. No se trata de ganar una posición y de poner mi pensamiento en el documento. Esto lo viví en el Sínodo Amazónico, en la Asamblea Eclesial de Latinoamérica y el Caribe, y lo estoy viendo en el Sínodo de la Sinodalidad.

En el caso de España vemos una contribución sana, significativa, positiva. Vemos que el camino que están haciendo Portugal, España, en cierto modo, Italia es más de fondo, discernido, de escucha. Y esperemos que ayude a otras regiones que están polarizadas.

Para finalizar ¿cuáles serían las principales amenazas y desafíos de Latinoamérica hoy? Yo veo dolores, heridas como Nicaragua, Venezuela. Veo el sufrimiento y la falta de desarrollo de Honduras, Guatemala, Salvador y Bolivia. Y por supuesto, veo Haití. Veo grandes sufrimientos y falta de soluciones. Veo populismos de derechas e izquierdas, totalitarismos. Algunos hablan de nuevos modos de comunismo. Y veo las sectas, los modos agresivos y sectarios de algunas religiones que ganan adeptos a base de corrupción ¿Cómo lo ves tú?

–Coincido contigo en esos dolores. En cuanto a las amenazas yo creo que el gran pecado estructural de nuestros tiempos, no sólo para América Latina, es la inequidad y el acaparamiento que producen la mayor pobreza y la crisis socioambiental. Y las expresiones más terribles y vergonzosas de modelos de gobierno antidemocráticos e ideológicos tienen que ver con esta inequidad, control y cultura del descarte.

La segunda amenaza es el empobrecimiento de las democracias de nuestra América Latina con la polarización de tendencias. De nuevo esto no es sólo de América Latina, se da en otras latitudes, pero se está dejando poco espacio a la reconciliación y al consenso y eso es gravísimo, porque se une al modo en que se arrastra a la gente a posturas irreconciliables y no es cuestión de tener una “neutralidad aséptica” sino de construir a largo plazo una realidad de la gente y con la gente. Y la tercera amenaza, de ámbito eclesial, es la irrelevancia de la experiencia de fe y de misterio, seguramente debido a nuestros propios pecados de clericalismo y exclusión de laicos, de mujeres, …

Los desafíos irían en la misma línea. En el ámbito eclesial vivir la sinodalidad como una experiencia y vivencia cotidiana, creérmela de modo que cualquier estructura o documento sea fruto y se sostenga en esa escucha y discernimiento compartido. En lo político, el desafío sería que la Iglesia tenga voz, pero una voz discernida para no politizar nuestra presencia, sino ayudar con criterios éticos, con denuncia y anuncio y mirando a largo plazo. Para finalizar, está la cuestión de la lucha contra la pobreza y sus causas estructurales. Una pobreza que se asocia también a la naturaleza, porque dice el Papa cuando le preguntan «¿Quién es el más pobre entre los pobres? Es nuestra hermana madre tierra», es decir, el desafío es luchar contra la pobreza y atenderla, pero teniendo presente la crisis socio-ambiental. Como ves todo tiene que ver con lo que comenzábamos esta conversación, con esos procesos que vivimos. En este caso con:  Evangelii gaudium, Laudato si’, Fratelli tutti, es decir:  la justicia socio ambiental, otra política acogiendo lo diverso, lo migrante y con una opción preferencial por los empobrecidos.

El autorMarta Isabel González Álvarez

Doctora en periodismo, experta en comunicación institucional y Comunicación para la Solidaridad. En Bruselas ha coordinado la comunicación de la red internacional CIDSE y en Roma la comunicación del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral con quien sigue colaborando. Hoy aporta su experiencia al departamento de campañas de incidencia sociopolítica y trabajo en red de Manos Unidas y coordina la comunicación de la red Enlázate por la Justicia. Twitter: @migasocial

Evangelización

Una tradición de luz en los hogares de Polonia

En Polonia es tradición involucrar a todas las familias y en especial a los niños durante las celebraciones típicas del Adviento, como la misa Rorate o la visita Kolenda.

Ignacy Soler·29 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Es sabido que la fe se fortalece cuando se comunica, como un profesor entiende mejor lo que explica en la medida en que procure explicarlo cada vez mejor, ser un comunicador más eficaz. Ciertamente la fe es un don de Dios y nadie puede darla como quien explica la teoría de la relatividad, sin embargo fides ex audito, es decir la fe -don de Dios- viene por lo oído, es decir, por su naturaleza exige la palabra.

Los niños aprenden el lenguaje de la fe como aprenden a hablar: por el continuo diálogo con sus padres. Pienso que algunos modos de transmitir la fe en Polonia y en otros pueblos eslavos puede enriquecer a otros países, para que ellos introduzcan esas u otras maneras parecidas con sabia prudencia y según la manera de hacer en otros pueblos cristianos.

En el tiempo de Adviento quiero destacar en Polonia las misas Rorate y, en el tiempo de Navidad, la costumbre de la visita pastoral a las casas llamada Kolenda. Empecemos hablando de la costumbre de las misas Rorate.

Como bien se sabe la misa Rorate toma su nombre propio de la primera palabra del Introito, es decir, de la antífona de entrada: Rorate caeli desuper et nubes pluant iustum – Derramad el rocío, cielos, desde arriba, y que las nubes lluevan sobre el justo (Isaías 45, 8). Se celebra antes del amanecer y siempre es la misa votiva de Santa María en Adviento. Con ornamentos blancos y con el canto del Gloria.

Me acuerdo que hace ya unos años un sacerdote amigo, párroco de un pequeño pueblo de seiscientas almas, me invitó a predicar y celebrar las misas Rorate durante tres días. Salí de Dworek, en donde residía, antes de las cinco de la mañana, para recorrer un trayecto de veinte kilómetros con nieve, hielo y un viento helador, estábamos a menos diez. Cuando llegué a Guzef me quedé impresionado: una multitud de niños con lámparas encendidas en sus manos, y el templo a oscuras. La pequeña, fría y bella iglesia, llena de fieles: esa era la única calefacción que tenía el templo. La misa empezó puntual: a las seis de la mañana. Cuando cantamos el Gloria, siempre con organista, todas las luces se encendieron: un espectáculo de luz y alegría. Me acuerdo que no podía mantener las manos abiertas durante el rezo de la plegaria eucarística, se me helaban, y de vez en cuando me recogía piadosamente en oración frotándome las palmas para calentarlas.

En Polonia, las misas Rorate en honor a Santa María tienen el sabor de la esperanza de la Navidad, de la venida del Señor, y son especialmente preparadas y dirigidas para los niños. Son misas en las cuales siempre hay sorpresas y pequeños recordatorios de la presencia infantil: como una especie de juego en el que se apuesta por el reto fiel de venir todos los días a la misa Rorate del Adviento, de lunes a sábado. Al terminar también se suele preparar algo caliente, leche o chocolate, para los niños en las salas parroquiales junto al templo.

Más de unos padres me ha comentado cómo son sus hijos, y a veces también los más pequeños de cinco o seis años, los que les despiertan a las cinco de la mañana tirándoles de las sábanas para decirles: “¡papá, mamá, despertaos: vamos a la misa Rorate!” No son solamente los padres los que llevan a sus hijos a la santa misa sino que también los niños arrastran a sus padres.

Las misas Rorate, votiva de Santa María en Adviento, se celebran todos los días de Adviento con excepción de los domingos y de la Solemnidad de la Inmaculada. Aunque como el ocho de diciembre es día lectivo en Polonia, la misa se celebra también al amanecer aunque, lógicamente, los textos son los de la solemnidad de la Inmaculada. En todas las misas Rorate siempre hay homilía para los niños: dialogada y con preguntas, de diez a quince minutos. Es una buena ocasión para la catequesis de niños y  para instruir a los padres. Otro elemento característico de las misas Rorate es encender una vela especialmente adornada y grande, llamada Roratka. Esta vela se coloca cerca del altar solo durante el Adviento y simboliza a la Santísima Virgen María. Los niños vienen a misa con farolillos encendidos. La misa Rorate comienza solo con la luz de velas y faroles con las luces apagadas en el templo, y con el himno «Gloria a Dios en las alturas» se encienden todas las luces de la iglesia.

En segundo lugar quiero explicar en qué consiste la iniciativa pastoral de visitar las casas llamada ´Kolenda´. La Iglesia en Polonia siempre tiene algo que ofrecer a sus fieles, tiene un modo de ser que le lleva a salir de las parroquias, a buscar a los fieles -los de cerca y los de lejos- allí donde se encuentren.

Un ejemplo concreto de esta iniciativa parroquial son las visitas pastorales a las casas, con ocasión de la Navidad, llamada ‘Kolenda’. El periodo navideño dura -según una costumbre eslava- hasta el día de la presentación del Señor es decir hasta el 2 de febrero. En estos cuarenta días -en concordancia con la duración de los otros tiempos litúrgicos fuertes, como la Cuaresma y la Pascua-, se hace la visita pastoral a las familias. Todas las parroquias del país se preparan para estas visitas pastorales. El párroco y los vicarios visitan a sus feligreses yendo a sus casas. Las visitas se preparan detalladamente, se hace un plan de calles y casas con días y horas de visita, para que a nadie le pille desprevenido. El sacerdote va acompañado de algunos ayudantes, suelen ser monaguillos, que cantando villancicos -eso significa kolenda- se adelantan llamando a las casas y preguntando si están dispuestos a recibir al sacerdote que viene para la visita pastoral.

A nivel nacional un sesenta por ciento de los polacos abre sus puertas al sacerdote. Este dirige una pequeña oración, asperge la casa con agua bendita y se sienta en charla familiar. Pregunta si en algo les puede ayudar, se interesa por la catequesis de primera comunión, confirmación o matrimonio. Habla de la misa dominical y de la enseñanza de la religión en las escuelas, o de otros temas que salgan a colación. La familia le suele obsequiar con productos típicos de esas fiestas. Al final bendice la familia y la casa marcando en el dintel de la puerta las señas M+G+B 2012. No hay tiempo establecido de duración pero la media es de unos diez a quince minutos por familia. Las visitas suelen ser por las tardes de tres a nueve, en horario intensivo sin pausas, excepto los domingos, y así durante cuarenta días: algo exhaustivamente agotador y espectacularmente eficaz. No hay mejor manera de acercar las personas a Dios que yendo a sus casas, metiéndose en su sala de estar y hasta en su cocina.

El autorIgnacy Soler

Cracovia

Vaticano

Audiencia del Papa con el Prelado del Opus Dei

Hoy 28 de noviembre Monseñor Fernando Ocáriz y el Papa Francisco se han reunido en una audiencia, a petición del Prelado del Opus Dei. La última audiencia tuvo lugar el 29 de noviembre de 2021.

Paloma López Campos·28 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Fernando Ocáriz, acompañado por el vicario auxiliar, Monseñor Mariano Fazio, ha estado con el Santo Padre en una audiencia que ha durado unos treinta minutos. La audiencia ha coincidido con el día en que se celebra el 40 aniversario del Opus Dei como prelatura personal. La Obra adquirió esta figura jurídica con la publicación de la Constitución Apostólica “Ut sit”, dada en Roma el 28 de noviembre de 1982, durante el pontificado de san Juan Pablo II. 

En este encuentro, el Prelado ha informado a Francisco acerca de la preparación que se está llevando a cabo con motivo del congreso general extraordinario que se va a celebrar a lo largo del primer semestre de 2023. Este congreso general extraordinario responde a la publicación del motu proprio “Ad carisma tuendum” y tiene como objetivo adecuar los estatutos de la Prelatura a las indicaciones del Papa. 

Asimismo, Mons.Fernando ha hablado al Sumo Pontífice sobre las distintas iniciativas solidarias que los fieles de la prelatura tienen en desarrollo. Todos estos proyectos, a los que se dedicó la reunión “Be to care” el pasado mes de septiembre, tienen como objetivo hacer realidad el mensaje de acción social cristiano del que hablaba san Josemaría Escrivá. El Santo Padre ha pedido que, a través de estas iniciativas solidarias, se ponga especial empeño en llevar el amor de Cristo a muchas personas y, en especial, a los más vulnerables, como una manera de hacer frente a las crisis que se desarrollan a lo largo de todo el mundo en la actualidad.

El Papa Francisco ha dado su bendición a todos los hombres y mujeres de la Obra, y a todas las personas que participan en sus actividades de apostolado.

Recursos

El Opus Dei cumple 40 años como prelatura personal

El Papa Francisco ha recibido en audiencia al prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz, el día que se cumplen 40 años de la Constitución apostólica “Ut sit” por la que san Juan Pablo II erigió el Opus Dei en prelatura personal (1982-2022). Ofrecemos una reflexión que recorre los pasos que fue dando san Josemaría para que la Obra alcanzara la expresión jurídica adecuada.

Fernando Puig·28 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Josemaría Escrivá vio nacer el Opus Dei en el seno de la Iglesia. Todo su recorrido vital de escucha al carisma fundacional se alinea en la fidelidad a la Iglesia. Sabe que tiene que escuchar las voces en su espíritu; reflexiona sobre lo que ve suceder en quienes le siguen. Se guía por el modo como los pastores de la Iglesia observan y encauzan, para que sean plenamente eclesiales, los impulsos espirituales y apostólicos que se van verificando. El don recibido se mide así, de dentro a fuera y de fuera a dentro, bajo la mirada de Dios.

Hacia adentro, y como familia

En los primeros compases casi todo ocurre para adentro, en su alma y en la de sus primeros seguidores, manteniendo al tanto a la autoridad constituida en la diócesis de Madrid.

Al poco tiempo, a instancias del obispo, su incipiente fundación toma unos perfiles institucionales que le conceden algo de entidad y de consistencia (Pía Unión, 1941).

Se va configurando una socialidad familiar alrededor de un padre que comparte con los suyos el deseo de servir a la Iglesia y su profunda vivencia de la paternidad divina.

Meses después reconoce perfilada de forma nueva la dimensión sacerdotal del don recibido, que le lleva a ver la necesidad del sacerdocio ministerial: no como externo y asociado sino como intrínseco al obrar apostólico de los laicos que trabajan en medio del mundo con sus iguales, cumpliendo la misión en la Iglesia.

El obispo de Madrid, con el nihil obstat de la Santa Sede, aprueba (Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y fieles laicos, 1943): la articulación entre el sacerdocio común y el sacerdocio ministerial se va dibujando. Lo reflejará el fundador en un sello: una cruz inscrita en el mundo.

Universal y secular

Se produce una expansión, en extensión y densidad, que alcanza a muchos países. Se confirma la intuición inicial sobre la universalidad del don recibido, que reclamará un régimen presente en la catolicidad y asentado en Roma. San Josemaría percibe asimismo que hay que confirmar la secularidad del carisma como trazo original que no debe ser diluido. Busca una institucionalidad universal y secular. La obtiene entrando a formar parte de las formas nuevas (Instituto secular, 1947-50) que esperaban cambios normativos, llegados de la mano de Pío XII.

La línea invariable de la fundación sigue su curso: el fundador se sabe tal y valora las luces que recibe personalmente; al mismo tiempo, aquilata las necesidades de quienes le siguen en el Opus Dei, para continuar la acción incisiva en el trabajo profesional y en la familia.

Un espíritu laical, secular, y una atención sacerdotal, en concierto institucional. Muchos pastores de la Iglesia observan en sus diócesis este obrar original a beneficio de sus fieles.

Los nuevos tiempos reclaman estos impulsos y de hecho nacen otras realidades seculares en la Iglesia.

Perfiles espirituales y apostólicos claros

Con todo, faltaba algo que perfilara el fenómeno y redujese algunas lecturas empobrecedoras del carisma. Tras algún intento, sigue el consejo de la Santa Sede de esperar la conclusión del Concilio Vaticano II. Están en juego las necesidades del mundo que se seculariza y la Iglesia que desea mantener el paso. Escrivá ve que desde la fuerza que emerge del Concilio el Opus Dei podrá servir mejor.

Resuenan en el aula conciliar decisivas verdades e impulsos pastorales: luz de las gentes, vocación bautismal, pueblo de Dios, llamada universal a la santidad, realidades terrenas santificables, horizonte ilimitado de la misión, comunión y unidad de la Iglesia, el don divino de la libertad, paz y trabajo para la sociedad, la liberación del hombre desde el Hijo de Dios hecho hombre, etc.

Le sobreviene la muerte a Josemaría Escrivá cuando está trabajando en un mejor asentamiento institucional de la Obra. Al fallecer ha dejado claros los perfiles espirituales y apostólicos del carisma; espoleando a sus hijos y adoptando las medidas necesarias, renueva su compromiso de no defraudar la llamada laical, secular, libremente correspondida, que incluye desde dentro la atención sacerdotal. Concluye su vida terrena esperando que, desde las luces del Concilio recientemente concluido, los pastores comprenderán el modo de facilitar el servicio de la Obra al conjunto de la Iglesia.

La prelatura personal

Los trazos firmes del espíritu y de los modos apostólicos, captados en su espíritu de fundador, ilustrados en la vida de sus seguidores y confrontados con el devenir de la Iglesia, confluyen en lo institucional en la figura de la prelatura personal. Juan Pablo II hace estudiar la posible decisión con seriedad; Álvaro del Portillo, sucesor de san Josemaría, ofrece toda la colaboración y su lealtad a la Santa Sede.

Llega el 28 de noviembre de 1982 y es publicada la Constitución apostólica “Ut sit”. El prelado y los fieles de la prelatura oyen decir a los pastores de la Iglesia que sean fieles al fundador; se crea así una articulación original de los elementos objetivos y personales del fenómeno pastoral, en la clave de la relación entre sacerdocio común y ministerial, con un prelado que es pastor. Se vive en acción de gracias en el Opus Dei, que camina por este cauce favorable.

La historia sigue. La confluencia en la prelatura ha remansado hace 40 años el camino, para continuar por donde llaman las necesidades de la Iglesia y del mundo. Un gran teólogo decía que la flecha va más lejos cuando el arquero tensa más la cuerda poniéndola junto al corazón. Para llegar más lejos, hay que acercarse al corazón: oír lo que inspira ahora quien en el suyo escuchó la primera voz de Dios; lo que Dios dice a los que, en cada momento son depositarios de la luz y responsables de la misión recibida dentro de la Iglesia, el prelado como Padre y pastor propio, y los fieles con él. Y siempre a la escucha del corazón de los pastores –con Pedro a la cabeza–, quienes, mirando al todo, sabrán mirar a la parte de la Iglesia (“partecica” decía Josemaría Escrivá) para que sea (“ut sit”) lo que Dios quiere que sea.

El autorFernando Puig

Profesor asociado de Derecho Canónico, Universidad Pontifica de la Santa Cruz (Roma)

Recursos

José María Villalón. Un buen samaritano en el Atlético de Madrid

Casado y padre de 12 hijos. Médico del Atlético de Madrid desde hace casi tres décadas. Siempre lleno de proyectos y disponible para atender a cualquiera fuera del horario de consulta.

Arsenio Fernández de Mesa·28 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Me cuesta enganchar a José María Villalón, jefe de los servicios médicos del Atlético de Madrid. Le pillo recién aterrizado de Qatar y me atiende justo antes de marcharse a Santiago de Chile. El fútbol es muy movido, de acá para allá, pero no sólo para los que pegan patadas al balón en el terreno de juego. 

El doctor me recuerda, orgulloso, “las dos vocaciones de su vida”: su familia y la medicina deportiva. Está casado con Mariola, “una mujer maravillosa”. José María es hombre con mirada de paz, sonriente, sereno, cariñoso. Y no debe de ser fácil con el jaleo que tiene en casa. Padre de 12 hijos, nada menos. Empezó trabajando en la Federación Española de Atletismo, que le posibilitó estar en los Juegos Olímpicos de Seúl 88’ y Barcelona 92’. En la temporada 95/96 recala en el club de sus amores, comandado entonces por su buen amigo Radomir Antic. Recuerda el período de purgatorio en segunda división: “Aprendimos mucho de la humildad”. Les tocó ir a campos con ambientes muy hostiles. Fue un tiempo de reflexión que les vino bien. Luego volvieron a primera y poco a poco, con esfuerzo, llegaron los títulos. Su trabajo está en la retaguardia, pero resulta imprescindible para que la maquinaria suene bien engrasada y funcione: “han sido más de 25 años en el mundo del deporte al máximo nivel, tanto en lo deportivo como en lo mediático”. La esencia de su vocación, me cuenta, está en “el servicio al paciente, el acompañamiento en el sufrimiento ajeno buscando la sonrisa y el consuelo, dándole un sentido”

El doctor Villalón está seguro de que el mundo en que se mueve no es fácil y que las circunstancias quizá echan para atrás en un principio: “Puede llegar a ser muy frívolo, con mucho culto al cuerpo, grandes fortunas y muy polémico”. Pero no se cansa de recordar que se trata de personas, iguales a él, con los mismos deseos de cosas grandes y las mismas preocupaciones de fondo: “Hacerlo lo mejor que puedo es parte importante de mi vocación, pues por ahí pasa mi camino hacia la santidad”. Me desvela que algunos médicos tienen una industria humana sencilla pero fecunda: encomendar al ángel de la guarda del paciente que entra por la puerta de la consulta. Sin la fe, sin la Eucaristía, sin la vida de oración me asegura que no podría darse a los demás, sonreír a cada paciente, servir sin distinciones. Su devoción a la Virgen es grande: “Quiero mucho a la Virgen de la Fuencisla, de Segovia. Mi madre, doña Matilde, era muy segoviana y nos enseñó a tenerle gran devoción”. El cuidado de María le sostiene. 

José María rememora con gracia la primera vez que salió en la prensa como médico del Atleti. Fue en una columna breve que rezaba en letras mayúsculas: “Villalón, el buen samaritano”. Resulta que, en la primera temporada en el club, se jugó un partido bronco contra el Deportivo de La Coruña. Hubo un choque entre jugadores de los dos equipos, quedando en el suelo uno del Dépor y otro de los rojiblancos: “El doctor del equipo gallego fue a atender al más grave y yo me vi en la tesitura de tener que curar al propio y al ajeno, así que ni corto ni perezoso me puse a suturar y a vendar las cabezas de ambos, sin darle más importancia”. Al día siguiente le llamó su padre, gran aficionado rojiblanco desde pequeño, orgulloso porque le habían dedicado una breve crónica al buen samaritano. El doctor Villalón recuerda con cariño el día que pudo conocer a san Juan Pablo II: “Habíamos ganado la Liga y la Copa del Rey y fuimos a Roma a ofrecerle los dos trofeos al Papa, encabezados por Jesús Gil”. Fue con Mariola, su mujer: “Pudimos estar muy cerca de un santo, darle un abrazo y decirle, con una foto de los cinco hijos que teníamos entonces, que rezase por nuestra familia”. El Papa les miró “con esos ojos suyos azules, tan penetrantes” y les sonrió asintiendo. 

El doctor Villalón también es presidente de la Federación Madrileña de Familias Numerosas. Muy unido a su mujer y a sus 12 hijos, ha logrado generar un ambiente de hogar que le apasiona trasladar a su ámbito profesional, para que todos puedan sentir ese calor y cercanía: “Generar a mi alrededor un auténtico espíritu de familia, que es el que vivimos en casa a diario, es una dimensión muy apostólica con jugadores, cuerpo técnico, personal del hospital, pacientes y otros compañeros médicos”.

Vaticano

Papa Francisco: “Existe el peligro de no darse cuenta de la venida de Jesús”

El Papa ha rezado el Ángelus desde su ventana en este I domingo de Adviento. El inicio de este tiempo litúrgico ha servido al pontífice para recordar que “en nuestro trabajo diario, en un encuentro fortuito, en el rostro de una persona necesitada, incluso cuando afrontamos días que parecen grises y monótonos, justo ahí está el Señor, llamándonos”.

Maria José Atienza·27 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

A cuatro semanas de la Solemnidad de la Natividad del Señor, el inicio del tiempo litúrgico de Adviento ha de ser para los cristianos, el momento de preguntarse dónde, cómo y cuándo buscamos y encontramos al Señor. Esta ha sido la línea de las palabras que el Papa, tras el rezo del Ángelus, ha dirigido a los fieles congregados en la plaza de San Pedro.

El Papa ha subrayado que «el Señor viene, Dios siempre viene» y ha animado a estar atentos para que evitar que “distraídos como estamos por tantas cosas, esta verdad nos queda sólo en teoría; o nos imaginamos que el Señor viene de una manera llamativa, tal vez a través de algún signo prodigioso”. De hecho, ha subrayado que “Dios se esconde en las situaciones más comunes y corrientes de nuestra vida. No viene en eventos extraordinarios, sino en cosas cotidianas. Y ahí, en nuestro trabajo diario, en un encuentro fortuito, en el rostro de una persona necesitada, incluso cuando afrontamos días que parecen grises y monótonos, justo ahí está el Señor.

Francisco ha alertado ante el “peligro de no darse cuenta de su venida y no estar preparados para su visita” y se ha referido al Evangelio propio de este primer domingo de Adviento en el que “Jesús dice que cuando Él venga, ‘habrá dos hombres en el campamento: uno será llevado y el otro dejado’ (v. 40). ¿En qué sentido? ¿Cuál es la diferencia? Simplemente que uno estaba vigilante, capaz de discernir la presencia de Dios en la vida cotidiana; el otro, en cambio, estaba distraído, «apartado», y no se daba cuenta de nada”.

El Papa ha concluido sus palabras animando a los presentes a sacudirse “el letargo” y a preguntarse, sinceramente, si están “tratando de reconocer la presencia de Dios en las situaciones cotidianas, o estoy distraído y un poco abrumado por las cosas”. El pontífice ha animado, además, a dirigir la vista a la “Virgen Santa, Mujer de la espera, que supo captar el paso de Dios en la vida humilde y oculta de Nazaret y lo acogió en su seno”.

Jaque mate a la religión

El feminismo, el animalismo, el igualitarismo de género no son solo opciones políticas. Se han convertido para las personas que lo defienden el sentido de su vida. Ocupan el lugar de la religión

27 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Leyendo la obra de Charles Taylor La era secular vuelvo a la reflexión sobre el humanismo exclusivo que prescinde de Dios en el que estamos inmersos, y sobre nuestra posición como cristianos en esta sociedad.

El tema me parece relevante. Hace unos años escuché a un político que el lugar de la religión en esta sociedad desencantada en la que la ciencia había aportado una explicación racional al mundo era el de ofrecer un sentido último a nuestro hacer y ser en la sociedad. Decía este político que la religión tenía sentido porque todavía no se había encontrado otra manera de llenar ese sentido de la vida.

He de reconocer que ese ‘todavía’ me pareció en parte preocupante y en parte un tanto soberbio. No porque crea que realmente la dimensión espiritual pueda llenarse con sucedáneos y que lo religioso vaya a ser apartado de ese su último reducto de utilidad que le quedaría. Sino porque en torno a esa pretensión intuyo que se está construyendo una propuesta que quiere ocupar ese reducto del alma.

Plantea el filósofo canadiense que ese humanismo exclusivo sin Dios ‘deberá producir algún sustituto del ágape, deberá llevar una beneficencia humana.

Tengo la sensación de que esto es lo que se está jugando en este momento en la secularización de nuestro mundo. La agenda 2030, los objetivos por el desarrollo sostenible, el movimiento ecologista se presentan como un objetivo común que nos trasciende. Tiene algo de esa beneficencia humana que decía Taylor. Las aspiraciones de la Humanidad están marcadas por una agenda internacional perfectamente programada por personas que tienen diseñado el paraíso sostenible en el que viviremos felices. El afán de lucha revolucionario ha sido encauzado desde las más altas instancias. La historia tiene un sentido que vamos descubriendo paso a paso, en etapas consecutivas, que van del veintetreinta al veintecincuenta.

Piénsenlo bien. El feminismo, el animalismo, el igualitarismo de género no son solo opciones políticas. Se han convertido para las personas que lo defienden el sentido de su vida. Ocupan el lugar de la religión. Aquello por lo que vivir, que le trasciende a uno. Aquello por lo que luchar. Sin esas luchas su vida dejaría de tener sentido. No, no son simples opciones políticas. Tienen un aire de mesianismo que acaban prometiendo un mundo feliz, o incluso como en el caso del transhumanismo, la vida eterna.

En esta visión de la vida lo religioso queda reducido a un elemento auxiliar, que puede ser incluso útil, para conseguir ese fin más alto al que todos tenemos que cooperar. Lo religioso queda minimizado, subordinado y puesto al servicio del sistema.

El proceso de secularización afronta así una nueva etapa en la que el hecho religioso ya no es necesario porque el humanitarismo ha conseguido encontrar un sentido para la vida de las personas y de la sociedad dentro de su propia lógica. Estamos en el punto que Robert Hugh Benson describió magistralmente en 1907 en su novela Señor del mundo.

Realmente estamos ante una jugada con pretensión de jaque mate a la religión.

Atentos a qué ficha movemos nosotros.

El autorJavier Segura

Delegado de enseñanzas en la Diócesis de Getafe desde el curso 2010-2011, ha ejercido con anterioridad este servicio en el Arzobispado de Pamplona y Tudela, durante siete años (2003-2009). En la actualidad compagina esta labor con su dedicación a la pastoral juvenil dirigiendo la Asociación Pública de Fieles 'Milicia de Santa María' y la asociación educativa 'VEN Y VERÁS. EDUCACIÓN', de la que es Presidente.

Cine

Dos propuestas para ver desde el salón de casa 

Patricio Sánchez-Jáuregui nos trae dos propuestas para ver en casa: La serie "Lost in Space" y la película "Padre no hay más que uno 3".

Patricio Sánchez-Jáuregui·27 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Serie

Título: Lost in Space
Creadores: Irwin Allen, Matt Sazama, Burk Sharpless
Actores: Molly Parker, Toby Stephens, Maxwell Jenkins
Plataforma: Netflix

En el año 2048, la familia Robinson parte con centenares de colonos en una misión para poblar un planeta lejano. A mitad de camino, la nave es atacada por unos alienígenas, y centenares de colonos deben evacuar y buscar refugio en un planeta cercano. Allí serán puestos a prueba por nuevos, exóticos y a veces peligrosos elementos, a la vez que hacen frente a otras razas y resuelven sus rencillas familiares. 

Perdidos en el espacio fue una serie de ciencia ficción de los 60 basada en el libro de la Familia Robinson Suiza. Tirando del saco de fórmulas adictivas, entretenidas y para todos los públicos, este emocionante remake de tres temporadas es una estimulante sugerencia para aquellos que quieran pasar un buen rato viendo una cuidada serie de aventuras de ciencia ficción, que ha sido premiada cinco veces y nominada en incontables ocasiones. Una superproducción con todas las letras a medio camino entre los libros clásicos de aventuras y los seriales literarios juveniles, con un elenco coral, historias de amor, redención, superación, edulcorados con nuevos mundos y viajes interestelares.

Película

Título: Padre no hay más que uno 3
Director: Santiago Segura
Historia: Marta González de Vega, Santiago Segura
Música: Roque Baños
Plataforma: Amazon Prime Video

Con la proximidad de las navidades, llega la ilusión y también los enredos. Los niños de la familia García rompen sin querer la figura del Jesús del belén que su padre (Santiago Segura) atesora como reliquia familiar e icono de la felicidad tradicional en esas fechas. Empieza una carrera contrarreloj para adquirir una nueva, en la cual todos arrimarán el hombro, a la vez que se sucederán los problemas y las situaciones disparatadas. 

Tercera parte de la exitosa franquicia de Santiago Segura, un vitalista homenaje al cine buenista de Fran Capra que sirve como excusa a su director para crear un producto ameno para toda la familia. Comedia blanca y benigna sin pretensiones, con más de lo mismo. No deja poso pero entretiene y divierte a partes iguales.

Y su genialidad reside en agradar a todos los públicos que quieran volver a los clásicos familiares de toda la vida.

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Cultura

Una historia de la salvación que entra por los ojos

Dos historiogramas, uno de la historia de la Iglesia y otro de los acontecimientos bíblicos, ayudan a hacerse cargo del desarrollo temporal de los principales acontecimientos cristianos. Sus numerosas ediciones demuestran su utilidad catequética.

Javier García Herrería·26 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Hoy en día vivimos en una cultura audiovisual. De ahí la necesidad de ofrecer productos atractivos que presenten la revelación cristiana de una forma cercana y atractiva. Buen ejemplo de ello son los dos historiogramas que presentamos en este artículo, pues constituyen una buena forma de introducirse en la comprensión del cristianismo. Quizá una de las claves del éxito de estas obras es que su autor no es biblista experto sino sobre todo un divulgador, que plantea estas propuestas desde su experiencia dando cursos de formación a público no especializado. 

En el año 2000 el sacerdote argentino Hernán J. Pereda, miembro de la Congregación de los Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey (CPCR), elaboró un historiograma de la Historia de la Iglesia. Presentaba de una forma gráfica una línea del tiempo con los principales acontecimientos de la historia del cristianismo. El resultado fue tan exitoso que se imprimieron paneles de gran formato para exposiciones temporales de catedrales y museos. La Fundación para la Evangelización y la Comunicación se encargó posteriormente de editar un libro folleto a todo color con 8 láminas desplegables. A lo largo de los años se han publicado 15 ediciones de esta obra, alcanzando los 50.000 ejemplares. 

De Adán al Apocalipsis

Viendo el éxito del producto, en el año 2010 el padre Pereda publicó otro historiograma, esta vez centrada en la historia de la salvación. El formato y diseño también es atractivo e ilustra con claridad los principales hechos de la Biblia. En esta publicación se incluyen también mapas para dar más contexto a los acontecimientos. La acogida también ha sido muy positiva, con más de 15.000 ejemplares vendidos. Fue presentado al Papa Francisco en una audiencia privada en 2016. 

El bibliograma permite recorrer con la mirada el camino de la revelación de Dios al pueblo de Israel y llega hasta los primeros años del cristianismo. Al igual que durante siglos las imágenes han ilustrado con acierto multitud de obras cristianas, los mapas y esquemas de esta obra constituyen una síntesis muy útil para hacerse cargo del espacio y el tiempo en el que se desarrolla la historia de la salvación. 

La secularización de nuestra cultura ha hecho que muchas personas, también cristianas, no estén familiarizadas con muchas de las historias bíblicas. Y por supuesto pocos creyentes son capaces de tener un hilo cronológico de los principales acontecimientos y libros del Antiguo Testamento. En este sentido, la aportación del padre Pereda es especialmente oportuna. A nivel cultural, el conocimiento de las historias bíblicas permite entender mínimamente multitud de obras de arte, sobre todo pictóricas y literarias, además de constituir un enriquecimiento muy notable para comprender la naturaleza humana. 

Un mapa para guiarse

Toda persona mínimamente educada en la fe cristiana sabe que la Biblia empieza por la creación y la historia de Adán y Eva, y que Jesucristo y los apóstoles están al final, en el Nuevo Testamento. Ahora bien, muy pocos sabrían ordenar cronológicamente a Moisés, Tobías, Jacob, Abrahám, Melquisedec y Amós. Es más, tratar de hacerlo puede parecer una empresa imposible salvo que uno dedique muchísimo tiempo a relacionarse con las sagradas escrituras. La iniciativa que ahora presentamos posibilita en gran medida esta tarea.

El bibliograma incluye varios niveles para ayudar al lector. En primer lugar hay un eje cronológico, centrado en el orden de los libros de la Biblia y los principales hechos del Antiguo y el Nuevo Testamento. También cuenta con mapas geográficos para seguir el itinerario del pueblo de Israel, los profetas o la evangelización de las primeras décadas cristianas. No falta tampoco una línea del tiempo para situar los hechos bíblicos en el contexto de los principales acontecimientos históricos del momento. Por último, incluye cuadros temáticos con las ideas principales de cada uno de los 73 libros de la Biblia. De este modo, la obra del padre Pereda abre las puertas para comprender que “el plan de la revelación se realiza por hechos y palabras íntimamente trabados entre sí” (cfr. Concilio Vaticano II, Dei verbum, 2). 

Suele decirse que es importante conseguir que los árboles no le impidan a uno ver el bosque. Lo mismo hay que procurar cuando uno quiere asimilar todos los libros de la Biblia. La propuesta del padre Pereda divide la historia de la salvación en diversas etapas (creación, patriarcas, éxodo, jueces, monarquía, exilio, Jesucristo y la Iglesia), de forma que partiendo de lo más general uno pueda llegar a lo más concreto. 

Visualizar la historia

El segundo producto que traemos a colación en este artículo consiste en una gran línea del tiempo de toda la historia del cristianismo, incluyendo también acontecimientos del siglo XXI. Su principal valor es visualizar los principales acontecimientos de la fe (concilios, santos, papas, pensadores y herejías) enmarcados con los más relevantes acontecimientos históricos de cada época (guerras, gobernantes, artistas, literatos, pensadores, etc). De esta forma, el lector adquiere una perspectiva que le permite relacionar hechos e ideas que de otra forma son muy difíciles de asimilar. 

La obra pretende no solo facilitar la catequesis sino que en sí misma ya es toda una catequesis. En palabras del Padre Pereda, esta obra constituye “una buena ocasión para mirar las estrellas y a través de ellas contemplar el mapa de navegación a fin de no errar en el curso de la historia. He aquí una aproximación hacia esa cartografía para que pueda servirnos a tripulantes, navegantes, pasajeros y visitantes de la nave en puerto a fin de situar mejor el sentido del itinerario. También es una invitación de subir a bordo para los interesados en seguir el viaje, sobre todo si descubren el valor del punto de llegada”.

Comprender a la familia

La Iglesia es una gran familia, el Pueblo de Dios que camina en la historia. Y, como ocurre en las familias, conocer el pasado permite hacerse cargo y comprender muchas cosas. Y es que al recorrer las páginas desplegables con la línea del tiempo, uno asimila muchos acontecimientos y descubre otros que desconocía. Ver los aciertos y errores de 2000 años de historia cristiana ayuda a tener perspectiva y entender que la nave de Pedro y sus marineros han escrito grandes páginas de la historia, pero también algunas no tan positivas. Sin embargo, los contrapuntos negativos ayudan a conseguir que la historia se muestre como una verdadera maestra de la que aprender.

El 12 de enero del año 2000 el Papa Juan Pablo II celebró una Jornada del Perdón, uno de los actos para conmemorar un jubileo tan significativo. 

El marco de aquella celebración estaba acompañado por la publicación del documento Memoria y reconciliación: la Iglesia ante las culpas del pasado. Las reflexiones allí publicadas por la Comisión Teológica Internacional han abierto una nueva etapa sobre cómo la Iglesia interpreta su historia y se comprende a sí misma. 

Otro de los aspectos más llamativos es el pormenorizado número de hechos que se destacan del siglo XX, pero está hecho con intención pues, como señala el autor de la obra, lo hace “pensando en los jóvenes, que sienten poca atracción inicial por la historia, que presentamos el siglo que termina como una introducción a la fascinante aventura de la humanidad”.

Para el público infantil

El bibliograma cuenta además con dos versiones en formato simplificado para el público infantil, especialmente interesantes para las catequesis o las clases escolares de religión. Pueden ser adquiridos a través de la página web por 5€ el ejemplar, mientras que los historiogramas completos rondan los 18€ (aunque hay descuentos del 15% a partir de pedidos de más de cinco ejemplares). Pueden adquirirse fácilmente en la página web de la Fundación para la Evangelización y la Comunicación (www.fecom.org). 

En definitiva, nos encontramos ante una obra evangelizadora de máximo interés e interesante para todos los públicos.

Cultura

Carlos Murciano: “Un ansia sucesiva”

Poeta de amplios registros, su obra poética es fácilmente reconocible por el dominio de las formas métricas, la variedad de temas -entre los que sobresalen aquéllos relacionados con su propia aventura de vivir- y el estilo depurado, ingenioso, en apariencia sencillo, siempre en constante búsqueda expresiva.

Carmelo Guillén·26 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

De los poetas españoles longevos -el 21 de este mes cumple los 91 años-, el nombre de Carlos Murciano es uno de los más conocidos de su generación, a la que pertenecen autores como José Ángel Valente y José Agustín Goytisolo, con los que comparte en 1954 el prestigioso Premio Adonáis, otorgándosele el primero de los accésits por su libro Viento en la carne.

Distintos son los motivos que lo llevan al incomprensible silencio que, en la actualidad, pesa sobre su obra lírica -como sobre la de tantos otros poetas-, a pesar de ser dueño de una copiosa producción y de haber obtenido muchísimos premios. Sean cuales sean las razones, la obra poética de Carlos Murciano está ahí, en sus poemarios de tirada breve, muchos de ellos agotados, con poemas de enorme poderío existencial, algunos -para mi gusto los más intensos- con auténticos hallazgos expresivos, atentos a un mundo interior muy rico en matices, cargados de intensidad y de vida.  

Sus poemarios religiosos

De la nómina de títulos que posee, me detengo en aquéllos que mejor reflejan su relación con Dios, en cuya órbita le cuesta al poeta situarse sosegadamente, dando lugar a una situación tensional que proyecta a lo largo de su vasta trayectoria lírica. Esos, esos títulos -publicados con una diferencia de 47 años uno del otro- son Desde la carne al alma (1963) y Algo tiembla (2010), dos poemarios furibundos y sobrecogedores, de esos que, en principio, desconciertan porque responden a desasosiegos religiosas y a manifestaciones titubeantes de la fe donde impera la zozobra, la duda y el enfrentamiento, aunque ambas entregas contengan también poemas felices, luminosos, serenos, si bien son los menos.

Opinión que, sin abarcar esas casi cinco décadas, ya recoge en 1965 Luis López Anglada en su Panorama poético español, cuando afirma de la poesía de nuestro autor: “Una honda tristeza cubre estos versos escritos con pensativo afán. Si no fuera por la recia personalidad religiosa del autor, podríamos pensar en un escepticismo que le lleva a una actitud de existencial duda”, cita en la que yo sustituiría la expresión “honda tristeza” por la palabra “melancolía”, que envuelve con más precisión una actitud vital permanente. 

Búsqueda incesante

Desde la carne al alma contiene veintidós poemas. Ninguno sobra y todos se complementan para mostrar una experiencia sustentada en la presentación de expresiones o gestos de Jesucristo contenidos en los Evangelios, pero trocados a modo de juego literario -por ejemplo “Mi reino es de este mundo”, que el poeta se aplica a sí mismo y en desafíos rotundos al Dios creador del hombre: “Las cosas claras, Dios, las cosas claras”, ejes en los que, sobre todo, se asienta el poemario.

A la vez, se descubre alguna que otra composición donde la distorsión de acontecimientos, también evangélicos, como la resurrección de Lázaro -en el poema, éste prefiere mantenerse muerto, hediendo después de cuatro días, antes que resucitar-, o la del propio poeta metiéndose en la piel del apóstol Tomás -“Déjame a mí ser Dios por un instante […], déjate ser Tomás y hunde tu dedo, / Señor mío y Dios mío, en mi costado”– responden a la pugna interior del poeta con su Creador. Se advierte finalmente que la dicotomía carne-alma es la clave argumental que tensiona y da unidad al conjunto de los poemas, alcanzando en el último de ellos, el que titula Dios encontrado, el momento resolutivo más gozoso e iluminador del libro, a modo de embriagadora presencia de la divinidad. La composición -espléndida joya literaria escrita en serventesios- supone una fiesta de la presencia de Dios en la vida ordinaria. Entresaco algunas estrofas: “Dios está aquí, sobre esta mesa mía / tan revuelta de sueños y papeles […]. / Dios está aquí. O allí, sobre la alfombra, / en el hueco sencillo de la almohada; y lo grande es que apenas si me asombra / mirarlo compartir mi madrugada. / Doy a la luz y Dios se enciende; toco / la silla y toco a Dios; mi diccionario / se abre de golpe en Dios; si callo un poco / oigo jugar a Dios en el armario. […] Hoy he encontrado a Dios en esta estancia / alta y antigua en donde vivo. Hacía / por salvar, escribiendo, la distancia / y se me desbordó en lo que escribía. / Y aquí sigue: tan cerca, que me quemo / que me mojo las manos con su espuma; tan cerca que termino, porque temo / estarle haciendo daño con la pluma”. Es éste uno de sus poemas más hermosos y celebrados en las antologías. Lo recoge Ernestina de Champourcin en su compilación más emblemática: Dios en la poesía actual, de 1970, editada por la BAC.

Tradúcete, Dios

Cuarenta y siete años más tarde del libro precedente edita Carlos Murciano Algo tiembla, su otro gran volumen de carácter religioso en el que incluye un soneto-síntesis de su modo de asumir el trato con Dios, que no entraña ninguna novedad respecto a su pensamiento anterior. Lo titula Amigo Dios. En él escribe: “[…] Yo reclamo / una palabra, una respuesta. Llamo a tu puerta, y me das nones y pares. / Pones piedras que turban mis andares / y me hacen tropezar a cada tramo. / Pero yo sé muy bien que eres el amo / y te sigo, a pesar de los pesares. / Sólo te pido un ademán, un gesto, / algo de ti. ¿Amarte, Dios, es esto? / ¿Luchar conmigo mismo y derrotarme? / Anda, lléname ahora este vacío / con tu palabra, y hazte amigo mío […]”. El que reclama, llama a la puerta, se turba, tropieza, se tiene por vasallo de Dios (su amo) y le propone que sea su amigo es el mismo poeta que, en algunas ocasiones, canta al Dios desconocido que lo habita, como expresa también en otro texto demandante del mismo libro: “Tú / que todo lo puedes, / ¿por qué no enciendes dentro / de mí / la luz de conocer /te? / ¿A qué la duda, / si afirmas, firme, “Soy”? / Porque lo haces —dicen—, / pero / en tu lengua, / que nunca oí. / Y tu intérprete sabe / que no sabe. Tradúce / te”

¡Que se traduzca a sí mismo! es lo que, en definitiva, exige a Dios, que se haga visible, clarividente, presencia a través de los sentidos tal cual se deja ver, tocar y oír en el poema Dios encontrado -al que ya me referí-, como si la Persona del Hijo, procedente del Padre, no hubiera asumido la naturaleza humana por el poder del Espíritu Santo conformándose en su imagen. Idea constatable igualmente en otra composición, Ausente Dios, donde afirma: “Cuesta creer que [el Hijo] era divino”, lo que explica que, para el poeta, la Persona de Dios Hijo -al que de modo difuso se acerca en estos poemarios, sin negarlo- no sea la de Dios Padre. Lo afirma con claridad: “Cuesta creer que era divino”, planteamiento sorprendentemente neoarriano a estas alturas de los siglos. Es más, añade el poeta: “No nos mandes a Otro, ven Tú mismo”, le propone a Dios.

Del mismo tono es Abuelo Dios, otro texto de Algo tiembla, donde presenta la figura de un anciano Dios Padre de barba blanca al que siempre se dirige, como si Él solo -un Dios Padre humanizado- fuera su único afán, “su Dios” libre de las otras Personas divinas, pensamiento que Murciano constata en sus versos, siendo ésta su más íntima verdad existencial, generada en “un ansia sucesiva” -como expresa en algún poema- por hacerlo perceptible, a su medida.

No hay más -ni menos-: el mundo religioso de Carlos Murciano, el que se percibe en sus versos, es así, vacilante, a medio camino entre la duda y la aceptación de Dios como posibilidad de creencia, repleto de incertidumbres, personal e implacable.

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España

Protocolo marco de los obispos para prevención y guía en abusos

Los obispos españoles han aprobado un protocolo marco de prevención y actuación en casos de abuso sexuales contra menores, aunque hay ya diócesis con su propia guía; y han dado luz verde al documento ‘Persona, familia y sociedad’, ha informado el nuevo secretario general, Mons. César García Magán.

Francisco Otamendi·25 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El nuevo secretario general de la Conferencia Episcopal (CEE), Francisco César García Magán, obispo auxiliar de Toledo, dijo esta semana que venía “a escuchar, a aprender y a aportar”, como informó Omnes. Y hoy mismo, en la rueda de prensa final de la 120 Asamblea Plenaria de los obispos españoles, ha tenido que dar cuenta ya de sus trabajos, y someterse a las preguntas de los periodistas.

Mons. Luis Argüello, anterior secretario general, seguirá en la Comisión Permanente como arzobispo de Valladolid. Además, va a ser miembro del nuevo Consejo de Estudios y Proyectos de la CEE y del Servicio de Pastoral Vocacional, que también se ha puesto en marcha recientemente.

La CEE ha informado que la plenaria de los obispos eligió a Mons.  García Magán como secretario general con 40 votos en primera votación. Fernando Giménez Barriocanal, vicesecretario para asuntos económicos, contó con 14 votos, y Mons. Arturo P. Ros, obispo auxiliar de Valencia, con 12. Hubo, además, 5 votos en blanco.

El protocolo marco para casos de abusos es un conjunto de Líneas Guía para la prevención y actuación en casos de abusos sexuales contra menores, que se aplicaría de manera conjunta en todas la diócesis. Monseñor García Magán precisó que existen ya diócesis con protocolos, por lo que ahora los obispos verán “la integración” del protocolo en su normativa. Además, los obispos ponen el protocolo a disposición de la vida consagrada, aunque ésta ya dispone de textos elaborados.

Principios penales

La Conferencia Episcopal ha informado que “el responsable del Servicio de Coordinación de las Oficinas de Protección de menores, Jesús Rodríguez Torrente, ha presentado a la plenaria el borrador de un protocolo”, en el que “se ha trabajado en colaboración y comunicación con las distintas Oficinas de Protección de menores de las diócesis, así como las oficinas de Confer”.

En su respuesta a una pregunta sobre los laicos y el caso Gaztelueta, García Magán señaló que “en principio, la ley no es retroactiva. Dice el canon 9 del Código de Derecho Canónico que las leyes son para los hechos futuros”. Pero “parece que en este caso, el Papa, como Legislador supremo, ha hecho una derogación a ese principio de irretroactividad”.

La profesora Mónica Montero explicó en Omnes la reforma del Código de Derecho Canónico en relación a los abusos. Por otra parte, un informe del profesor Simón Yarza ha acentuado el debate sobre cuestiones penales en este sentido.

Otros documentos

La asamblea plenaria ha aprobado también el documento ‘Persona, familia y sociedad’, que analiza la situación actual de la sociedad española. Los obispos han incorporado algunas aportaciones al texto que se introducirán antes de su presentación.

Asimismo., se presentará tras su edición el nuevo catecismo para adultos “Buscad al Señor” que tiene ya el visto bueno. La Comisión Episcopal para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado ha elaborado este nuevo catecismo enfocado al catecumenado y la reiniciacion cristiana de adultos. Con su publicación, la CEE completa la edición de sus documentos de la fe.

Por otra parte, los obispos han aprobado el sistema de ‘compliance’ para la Conferencia Episcopal Española. Se trata de un manual de cumplimiento normativo y buenas prácticas adaptado a la naturaleza e identidad de la CEE. Este sistema de cumplimiento normativo penal ha sido elaborado por el bufete Rich y Abogados, bajo la supervisión del Consejo Episcopal para los Asuntos Jurídicos.

Seminarios, presupuestos

Ante la próxima visita pastoral del Vaticano a los seminarios mayores de España, Monseñor García Magán señaló, a preguntas de los periodistas, que en España “existen ya seminarios interdiocesanos, como en Cataluña, Ávila o Valencia”, y que “estaremos abiertos y disponibles a lo que diga la Santa Sede”.

Por otra parte, el vicesecretario Fernando Giménez Barriocanal ha presentado el presupuesto del Fondo Común Interdiocesano y los presupuestos de la CEE para 2023. Respecto a la campaña de asignación correspondiente al IRPF, el objetivo es de un incremento en torno a un 4 por ciento más en relación con el resultado definitivo del IRPF 2020, campaña 2021.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

El Papa a los ucranianos: «Sigo estando cerca de vosotros»

9 meses después del inicio de la invasión rusa a Ucrania, el Papa ha dirigido una carta al pueblo ucraniano en la que destaca que “no hay día en que no esté cerca de ti y no te lleve en mi corazón y en mi oración”.

Maria José Atienza·25 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

La Santa Sede ha hecho pública una carta del Papa Francisco dirigida al pueblo ucraniano de manera especialmente afectiva. Lejos de ser una carta formal, la misiva del Papa se expresa más bien como una muestra del sufrimiento paternal ante las muertes y destrozos materiales y psíquicos de este conflicto que se acerca al año de duración.

El Papa afirma que “en la cruz de Jesús hoy te veo a ti, que sufres el terror desatado por esta agresión. Sí, la cruz que torturó al Señor vuelve a vivir en las torturas encontradas en los cadáveres, en las fosas comunes descubiertas en varias ciudades, en esas y en tantas otras imágenes sangrientas que han entrado en nuestras almas, que nos hacen gritar: ¿por qué?”.

Una pregunta que ha sido frecuentemente repetida por el Santo Padre, como un grito al cielo, desde el inicio de la contienda. El Papa recuerda, con nombres e historias concretas, en esta carta a los jóvenes que se encuentran en el frente, las esposas que han abandonado a sus maridos y la terrible realidad de los centenares de niños muertos en estos meses a consecuencia de la guerra.

Además, continúa el Papa, “Sigo estando cerca de vosotros, con mi corazón y mi oración, con la preocupación humanitaria, para que os sintáis acompañados, para que no os acostumbréis a la guerra, para que no os quedéis solos hoy y sobre todo mañana, cuando puede llegar la tentación de olvidar vuestro sufrimiento”.

Ante la llegada del invierno y las fiestas de Navidad, el Papa subraya además que “quisiera que el afecto de la Iglesia, la fuerza de la oración, el amor que tantos hermanos y hermanas de todas las latitudes sienten por vosotros, fueran caricias en vuestros rostros”.

Texto íntegro de la carta (traducción no oficial)

Queridos hermanos y hermanas ucranianos

En su tierra, desde hace nueve meses, se ha desatado la absurda locura de la guerra. En sus cielos, el siniestro rugido de las explosiones y el ominoso sonido de las sirenas resuenan sin cesar. Sus ciudades son martilladas por las bombas mientras las lluvias de misiles causan muerte, destrucción y dolor, hambre, sed y frío. En sus calles muchos han tenido que huir, dejando atrás hogares y seres queridos. Junto a tus grandes ríos fluyen cada día ríos de sangre y lágrimas.

Quisiera unir mis lágrimas a las tuyas y decirte que no hay día en que no esté cerca de ti y no te lleve en mi corazón y en mi oración. Tu dolor es mi dolor. En la cruz de Jesús hoy te veo a ti, que sufres el terror desatado por esta agresión. Sí, la cruz que torturó al Señor vuelve a vivir en las torturas encontradas en los cadáveres, en las fosas comunes descubiertas en varias ciudades, en esas y en tantas otras imágenes sangrientas que han entrado en nuestras almas, que nos hacen gritar: ¿por qué? ¿Cómo pueden los hombres tratar así a otros hombres?

Me vienen a la mente muchas historias trágicas. En primer lugar, las de los pequeños: ¡cuántos niños muertos, heridos o huérfanos, arrancados de sus madres! Lloro con vosotros por cada pequeño que, a causa de esta guerra, ha perdido la vida, como Kira en Odessa, como Lisa en Vinnytsia, y como cientos de otros niños: en cada uno de ellos la humanidad entera está derrotada. Ahora están en el regazo de Dios, ven tu angustia y rezan para que termine. Pero, ¿cómo no sentir angustia por ellos y por aquellos, pequeños y grandes, que han sido deportados? El dolor de las madres ucranianas es incalculable.

Entonces pienso en vosotros, jóvenes, que para defender valientemente vuestra patria tuvisteis que poner las manos en las armas en lugar de los sueños que habíais cultivado para el futuro; pienso en vosotras, esposas, que perdisteis a vuestros maridos y mordiéndoos los labios seguís en silencio, con dignidad y determinación, haciendo todos los sacrificios por vuestros hijos; a vosotros, adultos, que intentáis por todos los medios proteger a vuestros seres queridos; a vosotros, ancianos, que en lugar de un sereno atardecer habéis sido arrojados a la oscura noche de la guerra; a vosotros, mujeres, que habéis sufrido la violencia y lleváis grandes cargas en el corazón; a todos vosotros, heridos en el alma y en el cuerpo. Pienso en vosotros y os apoyo con cariño y admiración por cómo afrontáis tan duras pruebas.

Y pienso en vosotros, voluntarios, que os gastáis cada día por la gente; en vosotros, pastores del pueblo santo de Dios, que -a menudo con gran riesgo para vuestra propia seguridad- habéis permanecido cerca de la gente, llevando el consuelo de Dios y la solidaridad de vuestros hermanos y hermanas, transformando creativamente los lugares de la comunidad y los conventos en refugios donde ofrecéis hospitalidad, alivio y comida a quienes se encuentran en circunstancias difíciles. También pienso en los refugiados y en los desplazados internos, que se encuentran lejos de sus casas, muchas de ellas destruidas; y en las Autoridades, por las que rezo: sobre ellas recae el deber de gobernar el país en tiempos trágicos y de tomar decisiones con visión de futuro para la paz y para desarrollar la economía durante la destrucción de tantas infraestructuras vitales, tanto en la ciudad como en el campo.

Queridos hermanos y hermanas, en todo este mar de maldad y dolor -noventa años después del terrible genocidio del Holodomor- me asombra vuestro buen ardor. A pesar de la inmensa tragedia que está sufriendo, el pueblo ucraniano nunca se ha desanimado ni se ha entregado a la compasión. El mundo ha reconocido a un pueblo audaz y fuerte, un pueblo que sufre y reza, llora y lucha, resiste y espera: un pueblo noble y martirizado. Sigo estando cerca de vosotros, con mi corazón y mi oración, con la preocupación humanitaria, para que os sintáis acompañados, para que no os acostumbréis a la guerra, para que no os quedéis solos hoy y sobre todo mañana, cuando puede llegar la tentación de olvidar vuestro sufrimiento.

En estos meses, en los que la rigidez del clima hace aún más trágico lo que estáis viviendo, quisiera que el afecto de la Iglesia, la fuerza de la oración, el amor que tantos hermanos y hermanas de todas las latitudes sienten por vosotros, fueran caricias en vuestros rostros. Dentro de unas semanas será Navidad y el aguijón del sufrimiento se sentirá aún más. Pero me gustaría volver con vosotros a Belén, a la prueba que la Sagrada Familia tuvo que afrontar en aquella noche, que sólo parecía fría y oscura. En cambio, la luz vino: no de los hombres, sino de Dios; no de la tierra, sino del cielo.

Que su Madre y la nuestra, la Virgen, vele por vosotros. A su Corazón Inmaculado, en unión con los Obispos del mundo, consagro a la Iglesia y a la humanidad, especialmente a vuestro país y a Rusia. A su Corazón de Madre le presento tus sufrimientos y tus lágrimas. A la que, como escribió un gran hijo de tu tierra, «trajo a Dios a nuestro mundo», no nos cansemos de pedirle el anhelado don de la paz, con la certeza de que «nada es imposible para Dios» (Lc 1,37). Que cumpla las justas expectativas de vuestros corazones, que cure vuestras heridas y os dé su consuelo. Estoy con vosotros, rezo por vosotros y os pido que recéis por mí.

El odio como excusa

Resulta preocupante observar cómo los poderes públicos se están erigiendo en una especie de “bozales selectivos” que miden con un extraño rasero las expresiones públicas de la opinión ciudadana.

25 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Todo ser humano dotado de entendimiento tiene la sana costumbre de pensar y opinar sobre sus pensamientos.

Lo propio de un Estado de derecho es que sus ciudadanos sean libres de expresar sus opiniones en público y en privado. Es además síntoma de civilización y de perspicacia intelectual saber escuchar las voces críticas o contrarias a lo que uno piensa y opina.

En un régimen de libertades como el que merecemos tener, nadie está obligado a seguir el dictado de la opinión ajena, como nadie está tampoco legitimado a acallar o a tapar la boca al que opina diversamente y lo expresa con medios legítimos.

Resulta por consiguiente (muy) preocupante observar cómo los poderes públicos se están erigiendo en una especie de “bozales selectivos” que miden con un extraño rasero -muy ancho por un lado, y muy estrecho por otro- las expresiones públicas de la opinión ciudadana.

Me refiero a hechos muy concretos, como diversas campañas publicitarias y de opinión, críticas con los caprichos legislativos a los que nos tienen acostumbrados últimamente.

Por poner un ejemplo reciente: el Departamento llamado “de igualdad y feminismos” de la Generalitat prohibió la circulación de un autobús con eslóganes críticos de la “ley trans” (“no a la mutilación infantil”, “les niñes no existen”, etc.), con el pretexto de “incitar al odio contra un colectivo vulnerable”.

Es evidente que tales eslóganes de ningún modo instigan al odio, y es lamentable que no haya podido circular por Cataluña, como en cambio sí que han circulado impunemente numerosos eslóganes claramente incitadores al odio hacia católicos y otros grupos ciudadanos que no siguen el diktat político.

Los derechos en un estado democrático no pueden concederse arbitrariamente a quienes pasan por el aro de lo políticamente correcto y negarse a quienes discrepan.

Me atrevería a afirmar que estamos bastante cerca de una nueva (o no tan nueva) inquisición, que actúa cada vez con mayor descaro y se ampara para ello en un paraguas que -al menos mediáticamente- les está funcionando: el de los delitos de incitación al odio.

Esta fórmula se está convirtiendo en un comodín fácil y -nunca mejor dicho- “odioso” mediante el que se intentan acallan las voces discrepantes.

Lo que en un país desarrollado democráticamente no es otra cosa que una legítima expresión de la participación ciudadana y de la voluntad de influir en el debate político, en el nuestro es censurado abiertamente, bajo un eslogan que es una burda manipulación de lo que es realmente incitar al odio. No puede utilizarse este tipo penal como coartada para callar la boca a una parte de la sociedad.

La ciudadanía es capaz de seleccionar lo que le interesa o no. Confundir (o querer camuflar) la discrepancia con el odio es propio de regímenes autoritarios que ejercen la censura como autodefensa.

Tener miedo a que se escuchen públicamente determinadas voces suele ser síntoma de indigencia intelectual o de totalitarismo sectario; o de ambas cosas a la vez.

El autorMontserrat Gas Aixendri

Catedrática en la Facultad de Derecho de la Universidad Internacional de Cataluña y directora del Instituto de Estudios Superiores de la Familia. Dirige la Cátedra sobre Solidaridad Intergeneracional en la Familia (Cátedra IsFamily Santander) y la Cátedra Childcare and Family Policies de la Fundación Joaquim Molins Figueras. Es además vicedecana en la Facultad de Derecho de UIC Barcelona.

Iniciativas

Concurso Nacional de Belenes escolares

El V Concurso de Belenes escolares que organizan cada año los impulsores de las olimpiadas de Religión, ReliCatGames, con el apoyo de Libres para Elegir, está en marcha. Los centros tienen hasta el 16 de diciembre para enviar las propuestas. En cambio, el Concurso de Pintura Religiosa cierra el plazo el 30 de noviembre.

Francisco Otamendi·25 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Asociación Eventos y Actividades para la Asignatura de Religión (EAR) está impulsando, como es habitual, apoyada por LibresparaElegir, el Concurso Nacional de Belenes Escolares, este año en su quinta edición.

Pueden participar todos los centros escolares del territorio nacional, sean del nivel educativo que sean. Se trata de hacer unas fotos del Belén del centro escolar y enviarlas al email [email protected] antes del 16 de diciembre, con lo que el centro queda inscrito. Pueden consultar las bases aquí

El ganador se anunciará a través de las redes y webs de la Asociación el 22 de diciembre de 2022. Los ganadores del concurso del año pasado, Navidad 2021, fueron el Belén del CEIP Parque de Cataluña, de Madrid; el segundo premio fue para el Belén del Colegio Cristo Rey, de Sevilla; y el tercero, para el Belén del Colegio San Enrique, de Quart de Poblet, de Valencia.

Los organizadores manifestaron su agradecimiento a todos los centros participantes, responsables y niños, y no tan niños, y señalaron que la decisión había sido muy difícil, por la variedad de los belenes: piñas, plastilinas, cartón, piedras, lanas, corchos, materiales reciclados y un gran etcétera.

Pintura Religiosa

Por otra parte, EAR organiza el VIII Concurso de Pintura Religiosa Nacional. En la anterior convocatoria participaron centros de siete comunidades autónomas. Para poder concursar, tan sólo deben realizar un dibujo relacionado con la Historia Sagrada y ser alumno de un centro educativo de España. Junto con el trabajo, se deben enviar los anexos según la convocatoria. El plazo para entregar los trabajos de los alumnos es hasta el 30 de noviembre. 

El 15 de diciembre se anunciarán los ganadores de Ed. Infantil y Especial y los clasificados de Ed. Primaria y Secundaria, que pintarán en directo la mañana del sábado 15 de abril. La entrega de premios será también el 15 de abril en la Universidad Francisco de Vitoria (UFV).

Olimpiadas de Religión

Los IX Juegos ReliCatGames vuelven. El concurso tendrá dos competiciones: individual (preguntas tipo test) y por equipos (pruebas colectivas). La competición individual se celebrará el sábado 15 de abril y la competición de equipos y la entrega de premios el sábado 6 de mayo en la UFV. Pueden inscribirse alumnos de 5º de Primaria hasta 2º de Bachillerato de centros de la Comunidad de Madrid y alrededores.

Para participar en otra sede, hay que comunicarse con Alicante-Orihuela, Málaga, Mallorca, Navarra, Salamanca, Valladolid o Zamora. Para mayor información, se puede contactar con [email protected] o llamar al 653077738.

La Asociación Eventos y Actividades para la Asignatura de Religión es un grupo de profesores de Religión que desea ayudar a fomentar la asignatura de Religión y “hacerla más atractiva e interesante para nuestros alumnos”. Nació en diciembre de 2013, y en estos momentos organiza los siguientes eventos y actividades:

–  Relicat Games (Olimpiadas de Religión)

–  Relicat Paint (Concurso nacional de pintura sobre la Sagrada Escritura)

–  Relicat runner (Carrera solidaria)

–  Concurso nacional de belenes escolares

–  Premio Hiedra Sánchez (De periodismo sobre la Asignatura de Religión).

Actualmente cuenta con sedes en Madrid, Málaga, Navarra, Valladolid, Salamanca, Mallorca, Alicante-Orihuela y Zamora.

El autorFrancisco Otamendi

Iniciativas

Kukoa Jóvenes. Cambiando el mundo poco a poco 

¿Qué puede hacer un adolescente por la sociedad? Quizás poco más que evitar no quejarse demasiado, podríamos pensar. Sin embargo, esto no fue suficiente para Pelayo Blanco, un joven madrileño que, en enero de 2022 decidió empezar a organizar actividades de voluntariado para gente joven. 

Maria José Atienza·25 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Kukoa Jóvenes es hoy una plataforma de voluntariado pequeña, con poco más de dos centenares de voluntarios entre sus miembros, pero imparable. 

Para Pelayo Blanco, su impulsor, su propia historia personal tiene mucho que ver en esta iniciativa: “Nací en Madrid el 2 de septiembre de 2005, en una familia cristiana por la que doy gracias a Dios todos los días. Desde que era pequeño siempre he tenido ganas de compartir aventuras con los demás. Mis dos grandes ídolos no son ni famosos ni deportistas: son mi abuelo y mi padre. Mi abuelo ha criado a doce hijos y ha sacado una empresa adelante; le ha tocado sufrir mucho: desde sus cuarenta años, cuando le dio su primer infarto, los problemas de salud han sido constantes. De mi padre he aprendido a valorar la atención por los detalles en el trabajo diario, la entrega y dedicación por las personas a las que quieres. Con catorce años, durante la pandemia del Covid-19, me asombró la cantidad de gente que sufría sin que apenas nadie se preocupara realmente. En pleno confinamiento, con mi mejor amigo, empezamos a enviar vídeos motivadores a personas mayores que vivían en residencias. Poco después, empecé a frecuentar una parroquia en la que solían organizar voluntariados, sobre todo en verano, donde descubrí quién es el voluntario por excelencia: ‘No vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en redención de muchos’ (Mt 20, 28): Jesucristo”. 

Los comienzos de Kukoa

Poco a poco, en la cabeza de Pelayo comenzó a tomar forma la idea de un voluntario más organizado junto a su grupo de amigos y amigas: “A raíz de estas actividades, y tras pasar mucho tiempo delante del Sagrario, percibí que hay muchos jóvenes interesados en ayudar, pero muchas veces no hay fácil acceso a voluntariados. En diciembre de 2021, con dieciséis años, me puse en contacto con un comedor social y organicé un “campamento” para mi grupo de amigos, en el que ayudamos durante una semana a dar de comer a personas necesitadas. Cuando terminó me puse a hacer cuentas y me percaté de que casi sesenta jóvenes de Bachillerato habíamos empleado nuestro tiempo libre en lograr que noventa familias comieran caliente durante una semana. En esa semana vi cómo Dios me mostraba el camino que tenía que seguir para poder llegar al cielo: no me lo ponía nada fácil, pero no podía rechazarlo”

De este modo, “una semana después creamos un equipo de nueve fantásticas personas con las que me embarqué en esta locura: definimos cuatro áreas de actuación y dimos a conocer la iniciativa por las redes sociales. A mediados de enero organizamos el primer voluntariado, repartiendo desayunos a personas que viven en la calle en Madrid, la capital de España. En esta primera acción, Carlos, un sin techo de sesenta y dos años, nos pidió una manta; desgraciadamente, no teníamos previsto este tipo de petición, así que no pudimos ayudarle en aquel momento. Fue tal la impotencia que sentí que, el 6 de febrero, hicimos un reparto de 300 mantas y 500 abrigos a personas que viven en la calle en esta ciudad”.

Unos meses después, Rusia invadió Ucrania. Siguiendo en la línea de la “locura” que siempre ha caracterizado a Kukoa, “nos reunimos de urgencia para organizar un viaje a Ucrania. Decidimos ir con un convoy de nueve autobuses cargados de ayuda humanitaria hasta Ucrania, descargarlo y volver con los autobuses llenos de refugiados ucranianos. Tras estar varias noches organizándolo, llegando a hablar con importantes empresas de autobuses y posibles donantes, asumimos que era un proyecto totalmente inviable, por lo que decidimos continuar con nuestros voluntarios multitudinarios, pero en Madrid. Ojalá pronto tengamos medios para poder traspasar las fronteras que en aquella ocasión no pudimos alcanzar”

Los proyectos de Kukoa

“Actualmente más de 230 estudiantes de bachillerato y universitarios han acudido a nuestros voluntariados”, destaca Pelayo Blanco. “Contamos con cuatro áreas de actuación, organizando voluntariados todas las semanas de, por lo menos, tres de ellas. 

-Principalmente atendemos a personas desfavorecidas económicamente, en esta área, el voluntariado estrella es el desayuno solidario, aunque también ayudamos a recogidas del Banco de Alimentos o Cáritas y colaboramos con comedores sociales. 

-Por otro lado, niños con discapacidad y niños enfermos constituyen otras dos de nuestras áreas, en las que organizamos actividades de ocio y visitas a domicilio, son voluntariados bastante similares. 

-Finalmente, nuestro proyecto pionero en España, Cumplesueños consiste en ir a hospitales terminales y residencias de ancianos a cumplir los últimos sueños de las personas mayores”

Soñando el futuro: proyecto 0

Los jóvenes que conforman Kukoa no ven límites a su iniciativa. Así lo afirma Pelayo cuando señala que “no iba en broma cuando decía que mi objetivo es cambiar el mundo. El verdadero proyecto final de Kukoa, que planeamos inaugurar en 2030 es el ‘Proyecto 0’. Consiste en crear el mayor centro de voluntariado para jóvenes del mundo. Un gran complejo en Madrid, que albergue un área para cada uno de nuestros ‘grupos objetivo’. Esto implica un albergue para personas sin hogar, en el que, además de tener un hogar, puedan recibir formación profesional y una oferta laboral para reinsertarles en la sociedad; un colegio para niños con discapacidad; un colegio para niños enfermos, en el que puedan combinar el tratamiento de la enfermedad con su educación y diversión. Finalmente, un hospital de cuidados paliativos, como alternativa a la eutanasia y que tengan, de verdad, una muerte digna”. 

Para este joven, “lo más valioso que he aprendido en Kukoa es que la ayuda puede surgir de una voluntad individual o puede asumirse como un compromiso colectivo. Su efecto es multiplicador y duradero, y los beneficios son sostenibles en el tiempo. Si los jóvenes, como futuro de la sociedad, nos concienciamos de que es necesario ayudar a los demás, muchas cosas cambiarán. Los jóvenes debemos caer en la cuenta de que es nuestra responsabilidad hacer lo que esté en nuestra mano por ayudar a los demás, ser parte de lo que los demás necesitan.

Desde mi punto de vista, cualquier voluntariado es espontáneo, empatizas con los problemas de otras personas, aceptas las desigualdades y buscas resolverlas de forma creativa. Reconociendo en todo caso que forma parte de tu responsabilidad moral darte a los demás. En síntesis, asumimos que una persona no se siente completamente satisfecha cumpliendo sus necesidades básicas, sino que para poder cerrar el círculo de la autorrealización, siente la necesidad de ayudar a aquellas personas que no son capaces de cubrir la base de la pirámide, es decir, las necesidades básicas. Y ahí entra en acción la Asociación Kukoa Jóvenes”.

Con la experiencia de Kukoa Jóvenes a sus espaldas, Blanco destaca que “hace tiempo me di cuenta que no soy un humano cualquiera, ni tú tampoco, aunque a lo mejor no te has dado cuenta todavía. De hecho, la verdadera belleza de la vida es encontrar qué es esa cosa única que diferencia a las personas para resaltarla. En esto se basa Kukoa, en el amor a las personas y a la vida, porque ambas son creaciones de Dios. Porque nosotros repartimos mucho más que desayuno, o comidas; repartimos alegría, y eso es lo que nos diferencia”. 

España

Mons. José Mazuelos: “Canarias no es una cárcel de jóvenes”

Esta mañana monseñor José Mazuelos, obispo de Canarias, y monseñor Bernardo Álvarez, obispo de Tenerife, han hablado en la sede de la Conferencia Episcopal Española sobre la grave situación de los migrantes en Canarias.

Paloma López Campos·24 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Esta mañana monseñor José Mazuelos, obispo de Canarias, y monseñor Bernardo Álvarez, obispo de Tenerife, han hablado en la sede de la Conferencia Episcopal Española sobre la grave situación de los migrantes que han llegado a Canarias.

“Canarias no es una cárcel de jóvenes” ha dicho Marzuelo, pero está habiendo una “encerrona” por parte de las Administraciones. Los políticos se desentienden de la problemática situación que se vive actualmente en las Islas Canarias. Muchos migrantes han llegado desde sus países de origen en busca de una vida mejor o huyendo de los conflictos, y han ido a parar a estas islas. Los menores son tutelados en centros de las Administraciones, a los que muchas veces no pueden entrar los sacerdotes de las diócesis, pero cuando se hacen mayores de edad salen a las calles donde ya no están acompañados.

Desde la Iglesia intentan brindar a estas personas “acogida, protección y acompañamiento”, tratando de asegurarse de que llevan vidas dignas, pero la situación es desesperada y la falta de medios está provocando que empiecen a formarse “bombas de relojería sociales”, cuentan los obispos. 

Las diócesis procuran iniciar proyectos que palien esta situación. En Tenerife está la Fundación El Buen Samaritano, que tiene como objetivo asistir, acoger y formar a las personas en riesgo de exclusión social. También se ha abierto el proyecto Corredores de Hospitalidad, con el apoyo del Departamento de Migraciones de la CEE, para la acogida integral de jóvenes ex tutelados.

A pesar de todo, no se puede sencillamente acercarse a estas personas cuando ya están en situación desesperada, sino que es necesario acudir a sus países de origen y ayudar a abrir centros de formación. Los obispos hacen una llamada pública para dar a conocer la situación y pedir colaboración desde las Administraciones, con el fin de abrir canales que permitan a todos los migrantes llevar una vida digna, pidiendo también que se promueva una cultura de hospitalidad transversal en la Iglesia.

Ecología integral

Fidele Podga: «Poner fin al hambre no es una “utopía”

El coordinador del Departamento de Estudios y Documentación de Manos Unidas destaca en esta entrevista a Omnes que "la producción agrícola actual sería suficiente para alimentar casi el doble de la población mundial".

Maria José Atienza·24 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

Hace unas semanas celebramos la Jornada Mundial de los Pobres y el pasado 20 de octubre Manos Unidas celebró una mesa redonda para hablar sobre el hambre en el mundo. Fidele Podga, coordinador del Departamento de Estudios y Documentación de Manos Unidas, concedió una entrevista a Omnes hablando sobre esta situación problemática que se extiende por todo el planeta. 

-Hace unos días, Manos Unidas explicaba en una mesa redonda el actual problema de acceso a la alimentación de más de 800 millones de personas. ¿Cuáles son las características de esta realidad que no parece ir en retroceso? 

Según el último informe de Naciones Unidas, alrededor de 828 millones de seres humanos siguen pasando hambre en el mundo hoy. Estamos ante una realidad ciertamente compleja, difícil de acotar por completo, que adopta formas diversas según personas, momentos y lugares. Con todo, diríamos que:  

Fidele Podga (Foto: Manos Unidas)

El hambre es un problema sistémico, donde sobresale indudablemente su característica estructural. No es tanto un error o disfunción coyuntural del sistema, como algo inherente al propio sistema – sobre todo al actual sistema alimentario – organizado en torno: a la fragilidad de unos Estados marcados por la corrupción y flujos de fondos ilícitos; a la escasa inversión para los más necesitados a través de la agricultura familiar sostenible; a la defensa de una economía de mercado de alimentos que pone de los recursos agrícolas en manos de consorcios transnacionales, práctica del dumping para debilitar los mercados locales; se beneficia de subsidios a las exportaciones de los productos agrícolas de los países ricos, o impone la eliminación de aranceles en los países en desarrollo.

Hoy por hoy, el hambre se ha vuelto también contagiosa; es una lacra hereditaria. En efecto, sabemos que de familias desnutridas nacen y crecen niños y niñas con taras mentales y físicas, que se convertirán más tarde en adultos desnutridos, dando lugar a su vez a una nueva infancia desnutrida. Igual que la riqueza puede heredarse, el hambre también se hereda, dando así lugar a otro círculo vicioso con graves secuelas en las personas.

El hambre tiene también una dimensión cíclica. Son sobre todo las poblaciones rurales las que encuentran mayores dificultades para alimentarse. Sabemos que dependen todavía de una agricultura muy vulnerable al cambio climático cuyos fenómenos, por desgracia, suelen ser recurrentes. Así, cuando las lluvias no son suficientes o cuando hay inundaciones, no hay cosechas, y si no hay cosechas, hay hambre. Sabemos dónde esos fenómenos meteorológicos adversos se dan con cierta regularidad: Corredor Seco Centroamericano: Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua o Sahel y el Cuerno de África. Por desgracia poco se hace para garantizar el derecho a la alimentación en esos lugares.

El hambre se presenta también como un fenómeno transversal. Aunque sea de manera ciertamente desigual, el hambre afecta a todos los países, especialmente a sus colectivos más vulnerables. Por eso, la propia Agenda 2030 se propone, sin excepción, “De aquí a 2030, poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas, en particular los pobres y las personas en situaciones de vulnerabilidad, incluidos los niños menores de 1 año, a una alimentación sana, nutritiva y suficiente durante todo el año”. 

El hambre es también femenina, no sólo como palabra, sino también porque tiene rostro de mujer. Ellas comen siempre las últimas, después de haber cumplido con sus duras responsabilidades de cuidado de campos, hogar y la familia. Casi un tercio de las mujeres en edad reproductiva en el mundo sufre de anemia en parte debida a deficiencias nutricionales. 

-Podemos pensar que guerras, problemas climáticos, etc. ha habido en toda la historia de la humanidad ¿Por qué aumenta y se agrava este problema de la alimentación en el mundo?  

No vamos a caer ahora en la temeridad de decir que las guerras o el cambio climático no tienen un impacto real y grave en las cifras del hambre.

Sabemos que en muchos países donde sigue un conflicto abierto o latente (República Democrática del Congo, Afganistán, Etiopía, Sudán, Siria, Nigeria, Yemen, Sudán del Sur, Pakistán o Haití, por nombrar algunos) la producción, disponibilidad y acceso a los alimentos se ve fuertemente comprometida.

Por otro lado, el cambio climático tiene, sin duda, una lógica incidencia en la seguridad alimentaria, sobre todo en el rendimiento agrícola según regiones y tipos de cultivos. Fenómenos extremos, como sequías, inundaciones y huracanes; o la contaminación del agua y tierras aptas para la agricultura tienen consecuencias en la desnutrición. Pero a todas luces, estamos ante causas que no pueden justificar por sí solas la existencia de 828 millones de personas hambrientas hoy en el mundo.

Para entender el avance y la gravedad de esta lacra, creo indispensable volver sobre todo la mirada hacia el sistema alimentario mundial hoy dominante. 

Es un sistema caracterizado fundamentalmente por la mercantilización de los alimentos. En esa línea, decía el Papa Francisco, en junio de 2016 en Roma en la sede del Programa Alimentario Mundial: “Dejémoslo claro, la falta de alimentos no es algo natural, no es un dato ni obvio, ni evidente. Que hoy en pleno siglo XXI muchas personas sufran este flagelo, se debe a una egoísta y mala distribución de recursos, a una ‘mercantilización’ de los alimentos”. 

El gran aumento del hambre tiene que ver sobre todo con la existencia de un selecto grupo de grandes corporaciones que controla toda la cadena alimentaria mundial, haciendo grandes negocios con la venta de insumos agrícolas como  las semillas, fertilizantes químicos y productos fitosanitarios; enriqueciéndose al máximo con una producción agrícola dirigida en parte al ganado y combustibles, en base a la sobreexplotación de los recursos naturales, el acaparamiento de tierras y la utilización de una mano de obra barata; controlando los mercados globales, con sistemas de control de precios, mecanismos especulativos o técnicas de dumping; beneficiándose de una gran capacidad financiera tanto con las subvenciones como de los diversos fondos de inversión. 

En este contexto, los pequeños agricultores del mundo rural, atrapados además dentro del círculo vicioso de la agricultura de exportación, se ven prácticamente condenados al hambre. Excluidos del sistema, poco pueden hacer para vivir con dignidad en los mercados globales así diseñados. 

El problema que se apunta desde Manos Unidas no es la falta de alimentos sino de acceso y distribución de los alimentos. Entonces, ¿hay un verdadero compromiso social y político para erradicar el hambre?

Hay todavía importantes sectores que vinculan el hambre con las necesidades de aumentar la producción agrícola mundial. Pero los datos lo desmienten. La producción agrícola actual sería suficiente para alimentar casi el doble de la población mundial. Sin embargo, además de alimentar coches y ganado; tenemos las existencias llenas y tiramos a la basura el tercio de la producción. Por tanto, el problema no es de producción sino de acceso y distribución; y en esas cuestiones falta claramente compromiso social y voluntad política. 

Está claro que si la sociedad civil – sobre todo del Norte – redujera por ejemplo su sobreconsumo de carne de vacuno, este simple hecho tendría una importante incidencia en el actual sistema alimentario dominante, tanto en concepto de menor contaminación como de más tierras agrícolas disponibles para las comunidades más hambrientas del Sur. Asimismo, una mayor incidencia política de la sociedad civil del Norte podría evitar la desidia de la clase política nacional e internacional en temas como corrupción y flujos financieros ilícitos, la equidad en los tratados de libre comercio, la cuestión de la debida diligencia para la multinacionales, el control de los monopolios y mecanismos de especulación, los precios mínimos para la exportación agrícola, la subvención de la agricultura familiar, etc.      

-Hay quien puede alegar que “acabar con el hambre en el mundo es una utopía”. ¿Lo es? ¿Cómo empezar a erradicar esta terrible desigualdad? 

El hambre es ciertamente una lacra muy compleja que está acabando con las posibilidades de una vida digna para millones de seres humanos en nuestro planeta. Pero, poner fin al hambre no es una “utopía”. Es posible. Ya en 2015, al hablar de la Agenda 2030, y concretamente del ODS2, el entonces Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon decía que «Podemos ser la primera generación en acabar con la pobreza». 

Técnicamente, acabar con el hambre es factible. Políticamente, existe una hoja de ruta, la Agenda 2030, que podría ayudar a ello. Pero falta sentido de justicia e igualdad, así como la suficiente valentía sociopolítica, para enfrentarse a los que siguen considerando el alimento como un activo financiero más y han diseñado un sistema alimentario mundial para ello. 

No existe una vara mágica para acabar con el hambre. Pero podríamos abordar este gran reto desde Educación para el Desarrollo como espacio para transmitir a la sociedad nuestra convicción de que el hambre es un atentado contra la dignidad de todo ser humano, proponiendo además estilos de vida y consumo solidarios y responsables, capaces de plantar cara a esa lacra.

Asimismo, la lucha contra el hambre hoy exige una apuesta decidida por la agroecología dentro del marco de la agricultura familiar que, además de ser un modelo que pone en manos de los propios pequeños agricultores la producción de sus propios alimentos, es una forma de conservar la naturaleza, de promover una economía local y solidaria, de mantener las culturas y dietas autóctonas, de reforzar los lazos comunitarios dentro de los distintos territorios.

Lecturas del domingo

Prepararnos para una Navidad cristiana. I domingo de Adviento (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del I domingo de Adviento y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·24 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Pensamos en el Adviento como un tiempo de alegría, a la espera de la Navidad y la llegada de nuestro Salvador. Pero si no ponemos atención, podríamos limitar nuestra visión. El 25 de diciembre de este año 2022, con 2023 a la vuelta de la esquina.

Pero la Iglesia quiere sacudirnos tanto de nuestra complacencia como de nuestra visión circunscrita al tiempo. Las lecturas de hoy, primer domingo de Adviento, miran hacia el final de los tiempos. La primera lectura, del profeta Isaías, nos anima a vislumbrar el “monte escatológico”, la Jerusalén celestial que se inaugurará al final de la historia, un lugar de paz y de fiesta, donde se establecerá definitivamente el reino de Dios. Pero el Evangelio nos advierte de que no nos excedamos en la celebración por adelantado. Es un texto aterrador que nos recuerda el diluvio universal de los días de Noé, que arrastró a todos menos al patriarca y a su familia más cercana. 

Entonces, ¿por qué quiere la Iglesia despertarnos al comienzo del Adviento? La cuestión es que no podemos reducir la Navidad a una celebración “de sacarina”, en la que el foco principal se centra en comer y beber (a menudo también durante el Adviento). La Navidad tiene que ver con la salvación, pero esta es para aquellos que desean recibirla. Noé estaba preparado para la salvación de Dios. La mayor parte de la gente de su tiempo no lo estaba. Era la vida ordinaria: comer, beber, casarse, el trabajo de los hombres en el campo, la molienda del maíz por las mujeres; pero algunos estaban abiertos a Dios a través de sus actividades diarias, y otros no. Algunos se salvaron, otros fueron arrastrados. 

El Adviento, por tanto, apunta a la apertura a la salvación de Dios. Esto requiere un esfuerzo adicional, para hacer nuestras tareas ordinarias con un mayor sentido de su presencia y de las muchas maneras en que viene a nosotros cada día: en una persona necesitada, en una oportunidad de compartir su Cruz, en una invitación a crecer en la gracia. “Por tanto, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis vendrá el Hijo del hombre”. No se trata sólo de la comida y los regalos de Navidad. Pensemos más bien en el final de los tiempos y en la alegría celeste que nos espera si somos fieles. Pero para ello debemos resistir el pecado y la corrupción que llevaron a la destrucción del pueblo en la época de Noé, y que llevarán a la destrucción de todos los que en nuestro tiempo viven con el corazón cerrado a Dios. 

Jesús utiliza luego el ejemplo de un ladrón que intenta entrar en nuestra casa: para abrir a Dios debemos rechazar al diablo, que de muchas maneras intenta atravesar las paredes de nuestro corazón. San Pablo, en la segunda lectura, es más explícito: “Ya es hora de que despertéis del sueño… Abandonemos las obras de las tinieblas”. E insiste: “No en comilonas y borracheras, no en desenfrenos, no en contiendas y envidias”.

Así que Feliz Navidad, pero no una Navidad corrupta. Feliz Navidad, pero una Navidad cristiana, preparada -cada día- para la llegada inesperada de Cristo.

La homilía sobre las lecturas del domingo XXXIII

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Teología del siglo XX

El caso Hans Küng

En la posteridad quedarán ligadas las figuras de dos teólogos casi coetáneos de lengua alemana: el bávaro Joseph Ratzinger (1927-) y el suizo Hans Küng (1928-2021).

Juan Luis Lorda·24 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 8 minutos

Joseph Ratzinger y Hans Küng coincidieron como peritos en el Concilio Vaticano II (1962-1965) y como colegas en la Universidad de Tubinga (1966-1968); y recorrieron después caminos muy divergentes: Ratzinger hacia el papado y Küng hacia una sonada disidencia. “Una comparación de nuestras respectivas trayectorias vitales […] podría ofrecer análisis sumamente reveladores de la evolución de la teología y la Iglesia católica e incluso de la sociedad en general”, escribe Küng en el prólogo de su segundo volumen de memorias, Verdad comprometida, al tiempo que expresa su decepción de que Ratzinger haya llegado a ser Papa.

Un coche y una misión

Se suele recordar que, en Tubinga, Ratzinger circulaba en bicicleta y con boina negra, y Küng lo hacía con un Alfa Romeo rojo y atuendo deportivo. Una anécdota no retrata una persona. Pero cambiar su viejo Volkswagen escarabajo, habitual entre los curas, por un Alfa Romeo “rojo” (color llamativo entonces) algo dice. En oficios tan expuestos al público como sacerdote y profesor, estos detalles son muy significativos. Este, por lo menos, señala dos cosas. La primera que, al contrario de Ratzinger, Küng había decidido no pasar inadvertido. La segunda es su intención de romper con los clichés eclesiásticos y acomodarse al mundo moderno y democrático. 

Küng nunca simpatizó con la estética e ideas marxistas que entonces presionaban en la universidad y en la Iglesia. Pero amó el mundo y el mundo le amó. Ningún otro teólogo o eclesiástico ha recibido tanto apoyo en medios laicistas, y tal cantidad de doctorados honoris causa. Se premiaba su brillantez, pero también, o sobre todo, su crítica a la Iglesia. El mundo moderno occidental no ama a la Iglesia católica. A medida que pierde sus raíces cristianas, se siente incómodo con ella y quiere que cambie con él o desaparezca. Küng se impuso la tarea de superar lo inaceptable para poner el cristianismo a la altura de los tiempos. 

Formación y cátedra

Hans Küng nació en Sursee, una pequeña población del cantón suizo de Lucerna, donde su padre era zapatero. 

Tras los estudios secundarios, entró en el Colegio Germánico de Roma (1947-1954), y estudió filosofía y teología en la Universidad Gregoriana, con trabajos sobre Sartre y Barth: siete años que recordaría con aprecio. Los completaría en el Instituto Católico de París (1955-1957), con una tesis sobre la justificación en Barth, que le dirigió Louis Bouyer y se publicó con carta laudatoria de Barth.

En 1958, Juan XIII convocó el Concilio Vaticano II, que empezaría en 1962. Küng tenía muchas ideas sobre lo que había que mejorar. Entretanto, después de pasar por Münster, consiguió la cátedra de Teología Fundamental en Tubinga, donde permanecería casi toda su vida (1960-1996). 

El concilio y el posconcilio de Küng

Se adelantó escribiendo El Concilio y la unión de los cristianos (1960), que le produjo fama y críticas. Para cuando comenzó el Concilio (1962), ya había dado conferencias sobre el Concilio por media Europa, y publicó otro libro, Estructuras de la Iglesia (1962), con más fama y más críticas. Fue llamado como perito por Juan XXIII y se movió entre los obispos y ante los medios de comunicación, llegando a ser una de las caras más visibles. 

Pero, quizá por aquellas reticencias, no entró en la comisión teológica central ni jugó un papel relevante en la redacción. Enorme decepción, que le llevó a impulsar su reforma desde fuera. Así se inició un itinerario cada vez más crítico (y despectivo) con la “estructura”, que duraría toda su vida. Se convertiría en el mayor exponente del “espíritu del Concilio” para impulsar en paralelo la reforma que, en su opinión, el Concilio real no había logrado articular. Tuvo una inmensa influencia por su talento para la narrativa de las ideas, y porque la crítica interesaba.

Tras el Concilio, el trabajo de Küng se desarrolla en dos fases, una interna, de reforma crítica de la Iglesia y su mensaje; y la segunda, externa, de diálogo interreligioso con la propuesta subsiguiente de una ética mundial. Entre las dos fases, está la retirada de la venia como teólogo católico (1979). 

La reforma de Küng

Como después muchos otros, Küng asumió el rol (algo barthiano) del profeta puro que se enfrenta valientemente a la corrupción interesada de los impuros. Pero mientras Barth atacaba la desviación de los teólogos liberales, Küng encarnó de nuevo los “gravamina nationis germanicae”: las quejas históricas de la nación alemana (y de toda la historia) contra la autoridad de Roma. Küng duda de que Cristo quisiera fundar una Iglesia, y desde luego no la que existe. Le encantan las manifestaciones carismáticas de la primera época, pero ve el desarrollo de la jerarquía como ajeno y contrario a la voluntad de Cristo. Esto aparece en su libro La Iglesia (1967) y se desarrollará después. Cabe objetar que el despliegue de la estructura fue tan obra del Espíritu como lo demás. Así lo entendieron los primeros. Los errores históricos, consecuencia de una real “encarnación” del “Cuerpo de Cristo”, no desdicen esto. 

A continuación, va a revisar a fondo la figura de Cristo y desvestirla de los añadidos “helénicos” y “bizantinos”, expresados en el Credo. No le gusta la “Trinidad” ni sus “personas” y quiere volver al Cristo de los Evangelios, de la comunidad “judeocristiana”, un hombre justo elevado “a la derecha de Dios” (Hch 7, 56, Hb 10, 12), animado por el Espíritu, entendido como fuerza de Dios. También contesta la idea de una resurrección en sentido literal. Hay que decir que esa comunidad “judeocristiana”, además de creer en la resurrección física de Cristo, también creía en él como “imagen de la substancia divina” (Hb 1, 3), Verbo encarnado (Jn 1, 14), “de condición divina” (Flp 2, 6), “Imagen del Dios invisible… en quien fueron creadas todas las cosas… y que existe con anterioridad a todo” (Col 1, 15-17). Pero esto va a la papelera. Quiere un Cristo creíble para el mundo. En su libro más famoso y difundido, Ser cristiano (1974), reconstruye el cristianismo desde la reinterpretación de Cristo. Y, mucho más duro, en El cristianismo, esencia e historia (1994).

Por supuesto, de paso, en esta renovación cristiana se asumen todas las reivindicaciones típicas del mundo moderno frente a la Iglesia: ordenación de mujeres, dudas sobre el ministerio ordenado y el papel de los laicos, supresión del celibato y de la moral matrimonial, y, al final, la posibilidad de la eutanasia.

El “fundamento” exegético

Küng dice apoyarse en la opinión de “la mayoría de los exegetas”. Pero el problema de la exégesis “científica” es que apenas es “científica”, porque su base es muy estrecha. Casi no hay más datos para reconstruir los hechos que los textos del Nuevo Testamento. Por eso, depende de conjeturas; y éstas dependen de los propios prejuicios. Si no crees posible que Cristo sea realmente Hijo de Dios o que haya resucitado, tienes que explicarte cómo han podido llegar a creérselo los primeros. Pero esa reconstrucción inventada es solo una explicación de la fe sin fe. Mientras que la fe de la Iglesia, base de la teología, comparte la fe de los primeros, testimoniada en los textos.

En este contexto, se entiende el esfuerzo de Joseph Ratzinger en su Jesús de Nazaret, obra deseada toda su vida, para hacer una exégesis creyente (no reinventada) de la figura de Cristo.

Infalible

Todo esto hacía mucho ruido en la Iglesia. En distintos momentos, la jerarquía alemana y romana le pidió explicaciones que no quiso dar. En contraste con el descaro insultante de Küng, las objeciones de la autoridad eran notoriamente tímidas. El viejo Santo Oficio, convertido en Congregación para la Doctrina de la Fe, se veía atenazado tanto por los excesos de su celo en intervenciones antes del Concilio, que no quería repetir, como por la previsible tempestad mediática que desataría la más mínima intervención. 

La gota que colmó el vaso o, para ser más gráficos, el pastel que estalló ante las caras de todos, fue el libro de Küng, ¿Infalible? Una pregunta (1970). Era una revisión histórica provocativa del Concilio Vaticano I con un ataque directo a la autoridad del Papa en la Iglesia. Muchos teólogos de primera fila le hicieron serias objeciones (Rahner, Congar, Von Balthasar, Ratzinger, Scheffczyk…). Pero Küng se reafirmó: Falible, un balance (1973). Circuló entonces el chiste de que unos cardenales habían ido a ofrecer a Hans Küng que fuera Papa, pero él se disculpó argumentando que, si aceptaba, dejaría de ser infalible. 

La retirada de la venia docendi (1979)

Tras muchas dudas, ya con Juan Pablo II, se decidió retirarle la venia docendi que le habilitaba para enseñar como teólogo católico (15-XII-1979). Era lo mínimo. Contra lo que se suele repetir, todavía no estaba Ratzinger a la cabeza de la Congregación. Mientras la jerarquía alemana le transmitía, entre algodones, que quizá algunos aspectos no se acomodaban del todo a la doctrina, él denunciaba un corrompido, necio, constante e inquisitorial abuso de poder de una jerarquía ilegítima y sin fundamento en el Evangelio. Siempre fue pródigo en descalificaciones “proféticas” con los contrarios: en todas sus obras, en sus memorias y especialmente en sus entrevistas. Gustaba a sus fans y a los medios, aunque incomodaba a sus colegas académicos.

El efecto de aquella retirada fue simplemente que su Universidad trasladó su cátedra de la Facultad de teología a la de filosofía, con lo que no hacía falta venia; la prensa laicista montó un escándalo, lleno de elogios para él y denostaciones para la autoridad eclesiástica; el mundo le colmó de doctorados honoris causa; y así alcanzó una nueva fama mundial. 

Nuevos intereses 

“La retirada de la licencia eclesiástica […] fue para mí una experiencia profundamente deprimente. Pero al mismo tiempo significó el comienzo de una nueva etapa de mi vida. Pude ocuparme de toda una serie de temas […]: la mujer y el cristianismo, teología y literatura, religión y música, religión y ciencia de la naturaleza, el diálogo de las religiones y las culturas, la contribución de las religiones a la paz mundial y la necesidad de una ética común a toda la humanidad, de una ética mundial” (Humanidad vivida, prólogo; es el tercer y último volumen de memorias).

Dirigió, efectivamente, su atención hacia las religiones y escribió gruesos volúmenes bastante interesantes, como El judaísmo, pasado presente y futuro (1991), El Islam. Historia, presencia y futuro (2004), con su buena narrativa (aunque con alguna puya cuando se terciaba). También mantuvo una inteligente defensa de Dios ante el mundo moderno y las ciencias: El principio de todas las cosas. Ciencia y religión (2005).

Desde el diálogo interreligioso, se embarcó después en un proyecto de ética mundial, buscando unos mínimos éticos comunes. Creó la Fundación por una Ética Mundial (Stiftung Weltethos) que dirigió muy activamente (1995-2013), involucrando muchas celebridades y organismos internacionales. El proyecto no carece de interés, como destacó Benedicto XVI en la larga entrevista que mantuvieron en Castelgandolfo (24-IX-2005), donde, de común acuerdo, se centraron en esto y no en las dificultades doctrinales. 

Hemos empezado por Barth, y es difícil evitar darse cuenta de que hemos pasado de la fe cristiana a la ética. Es precisamente lo que Barth criticaba a la teología liberal protestante y Kierkegaard a la sociedad burguesa. Pero es inevitable si convertimos a Cristo solo en un hombre bueno elegido y encumbrado por Dios. Sin duda, Küng aprecia a ese Cristo “evangélico” y quiere asumirlo y proponerlo como modelo, pero si no es realmente Hijo de Dios, no se nos ha abierto Dios y se acaba la “teo”-logía. Apenas podemos hablar de Dios, como sucede en el judaísmo y en el islam. A Küng le gusta el último título de Dios en el islam: el desconocido o innombrable. Por contra: “A Dios nadie le ha visto nunca, el Hijo Unigénito que está en el seno del Padre nos lo ha revelado” (Jn 1, 18). Así podemos vivir en Él. Pero tampoco le gustaba a Küng el tema de la inhabitación y divinización: le parecía que ningún hombre moderno podía desear tal cosa…

¿Küng hereje?

Aparte de que el asunto necesita ser repensado, hoy es prácticamente imposible declarar a nadie hereje. Küng no lo es: no ha habido condena ni expulsión formal, ni siquiera suspensión a divinis. Küng ha comparado muchas veces el Magisterio y la curia romana con la Gestapo, pero el hecho es que hoy la Iglesia no tiene poder. Es mucho más víctima que verdugo; y quizá es mejor, porque así se parece más a Cristo. 

Desde luego, Küng representa una opción heterodoxa muy extendida en la Iglesia católica del siglo XX. Él mismo estaba seguro de no decir lo que la Iglesia dice sobre sí misma y sobre Jesucristo (y sobre la moral) por parecerle impresentable. Así logró el aprecio del mundo y el reconocimiento entusiasta del sector más progresista de la Iglesia, dominante entonces, aunque en los últimos decenios ha declinado mucho más rápido que la Iglesia misma (no puede uno aserrar sus fundamentos). Al final va quedando claro que la teología católica no puede seguir a Küng y que (el pobre) Ratzinger es mejor camino.

España

César García Magán: «Vengo a escuchar, a aprender y a aportar»

El nuevo Secretario General de la Conferencia Episcopal Española ha protagonizado su primer saludo público después de resultar elegido. César García Magán se ha presentado "con la sorpresa y la novedad de este nuevo servicio que me han encomendado mis hermanos obispos".

Maria José Atienza·23 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

En sus primeras palabras, el obispo auxiliar de Toledo ha señalado la novedad que supone para él esta encomienda. A pesar de tener una larga trayectoria en el servicio a la Iglesia en la Santa Sede, «no he trabajado directamente en la Conferencia Episcopal Española».

Mons. César García Magán asume este reto » con sentimiento de gratitud y responsabilidad, que quiero traducir en dedicación, en un servicio de trabajo para todas las iglesias particulares de España y todas las realidades eclesiales» Asimismo ha querido destacar el «sentimiento de colaboración sincera con ellos y con todas las necesidades de las iglesias particulares, vida consagrada, realidades apostólicas, movimientos, con todo el laicado que conforman la mayor parte de la Iglesia en España».

«Inicio una etapa de aprendizaje» ha querido subrayar el nuevo Secretario General, «vengo a escuchar, a aprender y a aportar mi granito de colaboración en esta tarea».

El obispo auxiliar de Toledo ha respondido además a varias preguntas de los periodistas alli congregados. En esas respuestas ha puesto de manifiesto, entre otras cosas «que la relación con el Gobierno no viene de nuevas, «es un proceso que está en marcha, hay diálogos abiertos» ha querido puntualizar.

El nuevo Secretario General ha añadido que siempre «puede ser intensificable y mejorable» pero ha querido aclarar que, en este ámbito, el interlocutor con el Gobierno es el Presidente de la Conferencia Episcopal.

Asimismo, ha salido a relucir su carrera diplomática en servicio a la Santa Sede que, para el nuevo Secretario «es una buena escuela, una escuela exigente y además «me ha servido para ir con ‘luces largas’ en la carretera y mirar a la Iglesia con horizonte de universalidad y eso da mucha esperanza».

García Magán se ha mostrado reacio a ser «etiquetado» ni de conservador ni de progresista afirmando que «en el Evangelio o en la Laborem exercens de san Juan PabloII encontramos propuestas que podemos tachar de revolucionarias»

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Vaticano

Papa Francisco: «El consuelo nos hace audaces»

El Papa Francisco ha mantenido hoy su habitual audiencia general de los miércoles a los pies de la basílica de san Pedro. Hoy ha puesto la atención en el salmo 62 y en el consuelo.

Paloma López Campos·23 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Una gran multitud se ha congregado hoy en la plaza vaticana para atender a la audiencia del Sumo Pontífice. Durante el trayecto en el papamóvil el Santo Padre ha saludado a los fieles que estaban esperando sus palabras.

El Papa ha hablado sobre el discernimiento de lo que ocurre dentro del alma, centrándose en el consuelo, “una experiencia profunda en el interior que permite ver la presencia de Dios en todas las cosas”, reforzando la fe, la esperanza y la capacidad de hacer el bien. 

Francisco ha indicado que “el consuelo es un movimiento íntimo que toca lo profundo de nosotros mismos”, pero es delicada y suave pues Dios siempre es respetuoso con nuestra libertad.

Ha destacado el Pontífice que se puede encontrar una característica común en todos los santos, ellos hicieron grandes cosas porque “fueron conquistados por la dulzura pacificante del amor de Dios”. 

Afirma el Papa que “ser consolado es estar en paz con Dios” pero que el consuelo no es para permanecer sentados disfrutando, sino que nos “pone en camino para hacer cosas buenas”. En los tiempos de consuelo sentimos la fuerza de Dios y eso “nos hace audaces”.

Sin embargo, el Papa avisa de que este estado espiritual «no es controlable, no es programable a nuestra voluntad, es un don del Espíritu Santo”.

El Santo Padre avisa también de que existen consuelos falsos, los cuales son entusiastas, sin consideración y llamativas, “llaman a plegarse sobre uno mismo”.

Francisco se ha despedido animando a todos a sentirnos amados por Dios, a ser audaces y no rendirnos, pero también a no reducir a Dios a un objeto “para nuestro uso y consumo, perdiendo el don más hermoso que es Él mismo”.

Al final de la audiencia, los ancianos, los niños y los que sufren han recibido la bendición del Santo Padre.

España

César García Magán, nuevo Secretario General de los obispos españoles

El obispo auxiliar de Toledo sustituye a Mons. Luis Argüello al frente de la Secretaría General de los obispos españoles por encima de Fernando Giménez Barriocanal y Mons. Arturo Ros.

Maria José Atienza·23 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

César García Magán es, desde hoy,  el nuevo Secretario General de la Conferencia Episcopal Española. El nombramiento del obispo auxiliar de Toledo, que se ha impuesto a los otros candidatos, Fernando Giménez Barriocanal y Arturo P. Ros Murgadas, ha sido sancionado por la Asamblea Plenaria de los obispos españoles en el tercer día de su 120 reunión.

Siguiendo el procedimiento habitual, Los tres candidatos se dieron a conocer durante la tarde del martes 22 de noviembre. A pesar de que estaba previsto que la lista de candidatos fuera pública a primeras horas de la tarde, esta información se hizo esperar hasta casi las 20:00 h., lo que indica que las conversaciones sobre los candidatos a suceder a Mons. Luis Argüello se alargaron más de lo esperado.

García Magán se convierte en Secretario General número 11 de la Conferencia Episcopal española y en el octavo obispo que ejerce esta tarea. Según lo previsto en los estatutos de la CEE, ocupará el cargo durante los próximos cinco años.

El obispo auxiliar de Toledo cuenta con una extensa trayectoria al servicio de la Iglesia. Natural de Madrid, donde nació en 1962. Fue ordenado sacerdote en 1986. Es licenciado en Teología Dogmática por la Pontificia Universidad Gregoriana y licenciado y doctor en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad Lateranense.

Además, completó sus estudios en la Pontificia Academia Eclesiástica. Además de su labor pastoral desarrollada en Toledo, como vicario parroquial de Santa Bárbara, en Toledo, y secretario del obispo auxiliar; García Magán ha ejercido en la Santa Sede, primero como oficial de la Secretaría de Estado (sección para los Asuntos Generales), a la vez que fue capellán de las Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor. Posteriormente, como secretario y consejero de las Nunciaturas Apostólicas en Colombia, Nicaragua, Francia y Serbia En 2007 regresó a la diócesis de Toledo, en la que es vicario general desde el año 2018.

Ha sido vocal de la Comisión Asesora de Libertad Religiosa del Ministerio de Justicia (2009-2014); Es Académico Correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España, desde 2019. Es miembro de la junta directiva de la Asociación Española de Canonistas desde 2021. El 15 de noviembre de 2021 César García Magán fue nombrado obispo auxiliar de Toledo por el papa Francisco. Recibió la consagración episcopal el 15 de enero de 2022.

Vaticano

El relanzamiento de Cáritas Internationalis

El Papa Francisco nombra un comisario extraordinario para mejorar las normas y procedimientos de gestión.

Antonino Piccione·22 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Tras una evaluación de sus resultados por parte de una comisión independiente, la dirección de Cáritas Internationalis (CI) ha sido puesta bajo administración judicial temporal con el objetivo de mejorar sus normas y procedimientos de gestión – aunque la gestión financiera es sólida y los objetivos de recaudación de fondos se han cumplido – y así servir mejor a las organizaciones miembros de la confederación en todo el mundo.

El Papa Francisco ha nombrado hoy a D. Pier Francesco Pinelli comisario extraordinario de la IC con efecto a partir del 22 de noviembre de 2022. El Sr. Pinelli -según un comunicado del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral- es un conocido profesional y consultor organizativo. Estará acompañado por la Sra. María Amparo Alonso Escobar, actual responsable de la defensa de CI, y el P. Manuel Moruj ão S.J . para el acompañamiento personal y espiritual del personal. Durante el periodo de la comisión, cesan todos los nombramientos de directivos actuales dentro de CI. El nombramiento de un Comisario Extraordinario para la IC no tendrá ninguna repercusión en el funcionamiento de las organizaciones miembros y el servicio de solidaridad global que promueven; al contrario, servirá para reforzarlo.

El Sr. Pinelli y la Sra. Alonso acompañarán a CI para garantizar la estabilidad y un liderazgo empático. Trabajarán para finalizar el proceso de designación de candidatos y la elección según lo previsto en los Estatutos de la organización. La próxima Asamblea General de las Organizaciones Miembros de CI elegirá al Presidente, al Secretario General y al Tesorero. Tendrá lugar regularmente en mayo de 2023. Para la preparación de la Asamblea General, el Comisario Extraordinario estará asistido por el Card. Luis Antonio G. Tagle, que será especialmente responsable de las relaciones con las Iglesias locales y las Organizaciones Miembros de Cáritas Internationalis.

Según la nueva constitución apostólica de la Curia Romana, “Praedicate Evangelium”, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral (DSSUI) «ejerce las competencias reservadas a la Santa Sede por derecho para erigir y supervisar las asociaciones internacionales de caridad y los fondos constituidos con los mismos fines, según lo establecido en los respectivos estatutos y en cumplimiento de la normativa vigente» (Art 174 § 3). DSSUI es «competente respecto a Cáritas Internationalis (…), según [sus] estatutos» (Art 174 § 2).

El trabajo de DSSUI durante el año pasado no ha revelado ninguna prueba de mala gestión financiera o de comportamiento inapropiado de naturaleza sexual, pero al mismo tiempo se han puesto de relieve cuestiones y áreas que requieren atención urgente. Se detectaron deficiencias en relación con los procedimientos de gestión y en ellos, con efectos negativos en el espíritu de equipo y la moral del personal. «En los últimos años hemos visto un aumento significativo de las necesidades de las numerosas personas a las que asiste Caritas, y es imperativo que Caritas Internationalis esté bien preparada para hacer frente a estos desafíos», dijo el Cardenal Michael Czerny S . J ., Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

El Papa Francisco nos invita a considerar “la misión que Cáritas está llamada a realizar en la Iglesia…. La caridad no es un beneficio estéril o un mero óbolo que hay que donar para tranquilizar nuestras conciencias. Lo que nunca debemos olvidar es que la caridad tiene su origen y esencia en Dios mismo (cf. Jn 4,8); la caridad es el abrazo de Dios, nuestro Padre, a toda persona, especialmente a los más pequeños y a los que sufren, que ocupan un lugar preferente en su corazón» (27 de mayo de 2019). Sus palabras inspiran a todos los implicados para garantizar que CI esté a la altura de su misión.

 Cabe recordar que Cáritas Internationalis es una confederación de 162 organizaciones católicas de ayuda, desarrollo y servicio social que operan en más de 200 países y territorios de todo el mundo y tiene su sede social en el Estado de la Ciudad del Vaticano.

El autorAntonino Piccione

Sagrada Escritura

Zacarías, del turno de Abías (Lc 1, 5) 

La historia de Zacarías, esposo de Isabel, prima de la Virgen, encierra una significativa lección de confianza en Dios, humildad y agradecimiento ante las maravillas realizadas por Dios en nuestras vidas.

Josep Boira·22 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

El evangelista Lucas, después del breve y elegante prólogo (1, 1-4), presenta en sus dos primeros capítulos el Evangelio de la infancia de Jesús (caps. 1-2), que es una cuidada narración del nacimiento e infancia de Juan Bautista y del Hijo de Dios.

Dentro de los paralelismos de las distintas escenas, se pueden observar los rasgos distintivos de cada personaje, en una secuencia de episodios, donde lo divino y lo humano se entremezclan de modo sencillo y admirable.

Entre los distintos protagonistas de esta historia, está Zacarías. No es el principal de ellos, pero el evangelista ha querido retratarlo con rasgos bien definidos. 

Sacerdote

Como es habitual en Lucas, lo primero es encuadrar el acontecimiento en la historia profana: “mientras Herodes era rey de Judea” (v. 6). A continuación la presentación de Zacarías junto a su mujer Isabel según su oficio, linaje y conducta: él, sacerdote, del turnode Abías (v. 5).

Podríamos considerarlo un simple sacerdote (en gr. hiereús tis, “un cierto sacerdote”), de los varios de su grupo que entran en el sorteo para ejercer una determinada función sacerdotal: “entrar en el santuario del Señor para ofrecer el incienso” (v. 9). Ella, perteneciente al linaje de Aarón.

La conducta de ambos era irreprochable, a pesar de no haber tenido descendencia, pues ella era estéril y ya eran ambos de edad avanzada (v. 7). Se comportaban como el Señor pidió a Abrán: “Camina en mi presencia y sé perfecto” (Gn 17, 1), a pesar de que “Abrahán y Sara eran ancianos, de edad avanzada, y a Sara le había cesado la regla de las mujeres” (Gn 18, 11).

Zacarías ofrecía el incienso aromático y el pueblo oraba intensamente fuera (v. 10), pues se trataba de una “ofrenda consumida, de suave aroma en honor del Señor” (Lv 2, 2). Pero el Señor irrumpe de modo inesperado, toma la iniciativa enviando un ángel: estaba “de pie a la derecha del altar del incienso” (v. 11). Le anunciaba que sus oraciones habían sido escuchadas: su mujer le iba a dar un hijo, y le pondría el nombre de Juan (v. 13). “Con el espíritu y el poder de Elías”, Juan prepararía “al Señor un pueblo perfecto” (v. 17). 

Mudo (y sordo)

Era mucho para Zacarías aceptar el anuncio, como lo fue antaño para Abrán, que pidió una señal (cf. Gn 15, 8), como para Gedeón, que exigió repetidas pruebas (Jc 6, 17.36.39), y para el rey Ezequías (2R 20, 8). Estos obtuvieron la señal de parte de Dios, pero a Zacarías se le pidió solo confianza: ya era suficiente prueba estar en la presencia del mismo Dios en el santuario y recibir la visita de Gabriel, que asiste ante el trono de Dios y fue enviado para hablarle y darle una gran noticia (v. 19). Por no haber creído, la prueba iba a consistir en un castigo: quedarse mudo hasta que se cumpliera lo anunciado (v. 20).

En su momento, Isabel concibió pero se ocultaba, quizá dolida por no haber confiado en aquellas oraciones de joven esposa sin descendencia, pero agradecida porque fue Dios quien le había otorgado el don de la maternidad. A partir de ese momento, el evangelista también cumple con la disposición del ángel: dejar mudo a Zacarías, pues desaparece de la escena, en favor de su esposa Isabel. Es más, es como si Zacarías también estuviera sordo, pues parece no enterarse de la otra gran noticia: la mujer que llega a su casa, María, es la Madre del Señor, tal como anuncia Isabel (v. 43).

Llama la atención que al nacer Juan, los vecinos y parientes preguntan “por señas” a Zacarías acerca del nombre del niño (v. 62). De hecho, cuando Zacarías salió del templo después de la visión e intentaba explicarse por señas al pueblo, “permaneció mudo” (en gr. kófos, que también puede significar “sordo”, cf. Ex 4, 11). 

“Juan es su nombre”

Nacido el niño, a los ocho días, la circuncisión y la imposición del nombre. El asombro se apodera de los parientes cuando Isabel declara con contundencia que “se llamará Juan” (v. 60). Entonces reaparece Zacarías, al que le preguntan por señas sobre el importante asunto: “Y él, pidiendo una tablilla, escribió: ´Juan es su nombre`” (v. 63). Y se cumple lo dicho por el ángel (v. 13): una vez el padre le puso el nombre, terminó su mudez (y sordera). Zacarías estalló en bendiciones a Dios, con lo que provocó un gran estremecimiento y admiración en el pueblo: no solo entre los testigos presenciales, sino entre los que les llega la noticia. Todos guardan en el corazón lo que han visto y oído (vv. 65-66).

Tal es la alegría de Zacarías que el Espíritu Santo lo llena para que profetice: es el Benedictus, un cántico totalmente arraigado en el Antiguo Testamento, por sus continuas citas y alusiones a él (Sal 41, 14; 72,18; Ml 3, 1; Is 40, 3; 9, 1, etc.) de inmenso agradecimiento a Dios por su infinita misericordia con el pueblo de Israel y de un santo orgullo por haber engendrado a un niño que será “profeta del Altísimo” y que “guiará nuestros pasos” (los pasos del pueblo de Dios, al que Zacarías pertenece) “por el camino de la paz” (v. 79).

La tristeza pasada por no tener descendencia se convirtió para él en “gozo y alegría”, tal como el ángel le había dicho (v. 14), pero no por tener descendencia, sino porque ese hijo iba a dedicarse por completo a una misión divina: “enseñar a su pueblo la salvación, para el perdón de los pecados” (v. 77).

Y así, Zacarías, y su mujer Isabel, se convierten en ejemplo admirable de padres santamente orgullosos de la vocación divina de sus hijos.

El autorJosep Boira

Profesor de Sagrada Escritura

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España

Sebastián Gayá. El niño en manos de Dios

La figura de Sebastián Gayá, uno de los iniciadores de los Cursillos de Cristiandad, vuelve a estar en el foco con motivo de la apertura de su proceso de canonización.

Pilar Turbidí·22 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Sebastián Gayá, uno de los tres iniciadores de Cursillos de Cristiandad, según reconoce la Santa Sede, fue el sacerdote que condujo al grupo de jóvenes del que brotó —por obra del Espíritu Santo— un movimiento de Iglesia para el mundo. Así lo describió san Pablo VI en la primera Ultreya Mundial en 1966: “Cursillos de Cristiandad: ésa es la palabra, acrisolada en la experiencia, acreditada en sus frutos, que hoy recorre con carta de ciudadanía los caminos del mundo”.

La figura de Sebastián Gayá recobra actualidad con motivo de la apertura de la fase diocesana del proceso de canonización del Siervo de Dios. Se inicia un camino en el que la Iglesia pone luz en sus escritos y en los testimonios de aquellos que lo conocieron personalmente. Todo ello, para probar que nunca se apartó de la fe, que vivió las virtudes en grado heroico y que la fama de santidad es auténtica.

“El hombre consciente de una misión”, de este modo, en pocas palabras, describiríamos a nuestro personaje. Sebastián sabía que una causa no vive hasta que no haya alguien dispuesto a morir por ella. Y su causa era… la Evangelización. A esta empresa dedicó su vida. Y el instrumento fue… el Cursillo de Cristiandad; un método armónico orientado al encuentro del hombre consigo mismo, con Dios y con los hermanos.

El misterio de la cruz presidió su vida. Tuvo una mala salud de hierro. Soportó contrariedades, desafectos e incluso destituciones en el seno mismo de la Iglesia. Sin embargo, ante el dolor, él respondía con humildad y mansedumbre; fruto de la fe y la caridad desde las que vivió tantos disgustos como le asaltaron, y fueron muchos. Quizás, cada renuncia, cada incomprensión, Sebastián la ofreció como una oblación por los frutos del Movimiento de Cursillos, y por otras muchas intenciones que la investigación de la Causa esclarecerá en su día.

Dios le probaba, desde su infancia —en 1913 tuvo que dejar a sus padres en Argentina y volver solo para estudiar en el seminario de Mallorca— hasta su fallecimiento. Y de cada prueba salía fortalecido. Dios le bendijo con una voz firme, una mirada encendida y una entrega desbordante, incluso hasta la extenuación. Ante la flojera, siempre repetía: “No te canses de cansarte”. Era tal su entrega sacerdotal que, rebasados los setenta años, en la clausura de uno de los Cursillos dijo, rotundo: “Hoy, quisiera volver a tener treinta años para entregárselos de nuevo al Señor”. 

Sebastián Gayá repelía los “capillismos” y se mostraba firme en su amor a la Iglesia, incondicionalmente fiel a la Iglesia. Cuando se le preguntaba sobre la espiritualidad de Cursillos de Cristiandad, siempre repetía lo mismo: “La propia de la Iglesia”

Él se sabía en las manos providentes del Padre y esa convicción hacía de Sebastián un hombre audaz. Era la confianza del hijo que está en las manos del Padre. Para ilustrarlo, recurría a una vivencia que recreaba con vigor. Por unos instantes, Sebastián se convertía en un padre de familia que, mientras hablaba de la grandeza de ser hijo de Dios, era interrumpido por su hijo pequeño. Este sólo quería jugar con el padre. Dándose cuenta de ello, el padre lo agarró de los brazos, lo levantó del suelo y abrazándolo, delante de todos, se lo comió a besos. Inmediatamente, lo separó de su pecho, fijó su mirada llena de ternura en los ojos del niño y… lo soltó lanzándolo hacia arriba, por encima de su cabeza. El niño, lejos de asustarse, gritaba: “¡Más alto papá, más alto…!”. Y el padre, feliz, volvía a lanzarlo al vacío, otra vez, más alto todavía. Y el niño, riendo, gritaba de nuevo: “¡Más alto, más alto, papá!”.

Así, una y otra vez. Sebastián se servía de esta imagen para describir la relación que el Padre tiene con sus hijos; ¡hijos de Dios! “Soy” —decía Sebastián— “el niño de Dios. Y el niño no tiene miedo porque los brazos del Padre siempre le esperan; se fía de él. El vacío no le inquieta, todo lo contrario, cuanto más alto mejor. Porque el hijo tiene… las seguridades del Padre. Puede perder el contacto, pero el hijo sabe que el Padre está ahí, con él. Puede lanzarlo al abismo del misterio, pero el hijo sabe que el Padre le sostiene” —insistía Sebastián, firme, con ojos humedecidos—. Sebastián acompañó a muchos como un padre. Un padre de una larga lista de hijos. Un padre que transmitía certezas y liquidaba falsos respetos humanos al grito de “¡Ultreya! ¡Más allá! ¡Más alto! ¡Más alto!”.

Cuando Sebastián celebró su sexagésimo aniversario sacerdotal dijo a los que allí estaban: “Hace sesenta años que sé que no me pertenezco”. Y así era, porque su vida estuvo consagrada a Jesucristo. Por eso, en la Hora Apostólica, un texto escrito por él para animar a los cursillistas a dejarse conquistar por el Sagrado Corazón de Cristo Rey, Sebastián dejó escrito: “Míranos a tus plantas, adorando tu grandeza divina. […] Queremos ser tuyos de veras, Señor; y por mediación de la Virgen Santísima, nuestra Madre, nos consagramos a Ti”

Para terminar: “Haz, Señor, que abramos para todos los hombres un ancho camino a tu Gracia. Haz que el mundo vuelva a Ti, aunque nos cueste la vida. Amén”. Esta vida entregada se nos muestra hoy como una propuesta radiante para Cursillos de Cristiandad, para la Iglesia y para el mundo.

El autorPilar Turbidí

Gerente de la Fundación Sebastián Gayá.

España

Rosa María Murillo: “No he dejado de sorprenderme de lo que Dios hace en las personas”

Hace pocas semanas, Rosa María Murillo, laica de la diócesis de Plasencia, era confirmada por la Conferencia Episcopal Española como Presidenta Nacional del Movimiento “Cursillos de Cristiandad”. Vinculada a Cursillos desde los años 80, esta licenciada en Derecho, casada y residente en Don Benito, ha formado parte de la Comisión Ejecutiva como secretaria del Movimiento de Cursillos desde 2017 hasta la fecha.

Maria José Atienza·22 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Enero de 1949. El monasterio de san Honorato de Mallorca acogió lo que sería el primer Cursillo de Cristiandad de la historia. 

La semilla de lo que luego serían los Cursillos de Cristiandad la encontramos en los trabajos de preparación de un grupo de seglares y sacerdotes, que formaban parte del Consejo Diocesano de los Jóvenes de Acción Católica (JAC) de Mallorca, para la gran peregrinación nacional que los Jóvenes de Acción Católica realizaron a Santiago de Compostela en 1948. 

En esa preparación se realizan los “Cursillos de Adelantados de Peregrinos” y “Cursillos de Jefes de Peregrinos”, dirigidos por miembros de Acción Católica. 

En estos encuentros se percibe la posibilidad de “desarrollar algo nuevo, algo que permitiera que el contenido esencial del cristianismo fuera captado en toda su intensidad incluso por quienes vivían al margen de la religión”. Un soplo del Espíritu Santo que daría forma, poco más tarde, al primer Cursillo de Cristiandad. 

Entre los iniciadores de este Movimiento encontramos a laicos y sacerdotes. De entre los primeros destacaría Eduardo Bonnín Aguiló. Entre los sacerdotes, Mons. Sebastián Gayá Aguilera, del que se acaba de iniciar el proceso de beatificación y canonización, y don  Juan Capó Bosch. Junto a ellos, el entonces obispo de Mallorca, Mons. Juan Hervás Benet, sería clave en la configuración y nacimiento de Cursillos de Cristiandad. 

Desde aquellos días de invierno en una pequeña isla del Mediterráneo a la actualidad han pasado más de 70 años, y el Movimiento de Cursillos es hoy una realidad extendida por Europa, América y diversas zonas de África y Asia. 

Actualmente el Movimiento se estructura a nivel diocesano a través de los Secretariados diocesanos; y a nivel nacional con el Secretariado Nacional.

Los Grupos Internacionales del Movimiento de Cursillos de Cristiandad coordinan y facilitan la coordinación entre los distintos secretariados nacionales que se encuentran repartidos por todo el mundo. 

El Organismo Mundial del Movimiento de Cursillos de Cristiandad (OMCC), “un organismo de servicio, de comunicación e información”, está constituido en la actualidad por los Grupos Internacionales del Movimiento de Cursillos: Latinoamericano, Europeo, Asia-Pacífico y América del Norte-Caribe.

Incluido en los movimientos y asociaciones del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, Cursillos de Cristiandad ha sido el camino de encuentro con Cristo para cientos de miles de personas. 

En España, desde hace pocas semanas, Rosa María Murillo ha tomado el testigo de la presidencia del Secretariado Nacional de Cursillos de Cristiandad de manos del cordobés Álvaro Martínez.

Laica, casada, licenciada en Derecho y funcionaria de carrera en activo, Rosa ha sido catequista, agente de pastoral juvenil y responsable de catecumenado de adultos. También ha sido presidenta del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de la diócesis de Plasencia de 2012 a 2020. De su mano nos adentramos en esta realidad de primer anuncio en la Iglesia que, como señalaba san Juan Pablo II, “en el encuentro con Cristo, habéis aprendido a mirar con ojos nuevos a las personas y a la naturaleza, a los acontecimientos cotidianos y a la vida en general. Habéis experimentado que la verdadera felicidad se logra en el seguimiento del Señor. Esta experiencia personal y comunitaria debe ser transmitida a los otros”.

¿Cómo conociste el movimiento de cursillos? ¿Qué ha supuesto en tu vida?

—Hice mi cursillo hace muchos años cuando era una joven estudiante de Derecho. Para mí fue una experiencia determinante de encuentro conmigo misma, con los demás y con Dios. Un triple encuentro en el que pude anclar mis opciones vitales y hacer del seguimiento a Jesús de Nazaret el auténtico sentido de mi vida. 

Encontré las respuestas que creo que todo ser humano busca para tener una vida más plena. Desde entonces siempre he estado vinculada al Movimiento.

Asume la presidencia de Cursillos después de haber sido durante tiempo su secretaria nacional. ¿Cómo acoge esta muestra de confianza? 

—Ni como cargo, ni como carga, lo asumo como una oportunidad más para servir desde la humildad, la entrega y la confianza plena en el Señor. Este es el testimonio que he recibido de los anteriores presidentes. 

¿Qué pide a Dios para esta etapa? 

—Le pido, sobre todo, el don del discernimiento personal y comunitario para abrirnos como movimiento a Su voluntad. 

Le pido valentía para asumir el riesgo, el acierto y el error sin desfallecer en la búsqueda de la fidelidad creativa a nuestro carisma de Primer Anuncio a las personas de hoy. 

¿Cómo se vive la experiencia de un cursillo de cristiandad?

—Cuando hablamos del cursillo nos referimos a una de las partes de nuestro proceso de Primer Anuncio, que se desarrolla en un encuentro que dura tres días. 

Es una experiencia fuerte de vivencia y convivencia de lo fundamental cristiano, en la que se puede percibir con claridad la novedad que supone la Buena Noticia para toda criatura. 

Se trata de una propuesta gozosa de vida nueva formulada por testigos desde la amistad y el respeto absoluto a la libertad. 

En estos años he sido testigo privilegiada de cómo muchas personas en un cursillo se encontraban con el Señor. En mi mente tengo muchos rostros jóvenes y no tan jóvenes, gente más religiosa que creyente, gente indiferente, con más y con menos formación, con vidas rotas, gente sin horizonte, gente sin un por qué o un para qué. No he dejado de sorprenderme de lo que Dios hace en las personas al contemplar el paso de Dios por sus vidas. 

Cursillos es mucho más que una experiencia de tres días, es un proceso en amistad ya iniciado en el precursillo y que se proyecta en un acompañamiento personal y comunitario después en el poscursillo. Las claves de este proceso son el testimonio, la amistad y la oración.

¿Qué significan las Ultreyas (“¡más allá!”) que viven dentro del cursillo? 

—Con esta expresión nos referimos a los encuentros que se ofrecen después de haber vivido el cursillo. Es lugar de celebración, de oración y de formación. Es nuestra forma de acompañar para que cada persona vaya madurando, profundizando y creciendo en lo encontrado en el cursillo. 

El objetivo es integrar la experiencia del cursillo en la vida cotidiana, cada uno en el lugar y en el ambiente en que vive, propiciando además la presencia evangelizadora en su entorno a modo de fermento.

Ultreya es un grito peregrino que nos impulsa a ir más allá. Es el grito de quien no puede dejar de anunciar lo que ha visto y oído y que le ha cambiado la vida. 

¿Quién puede asistir a un cursillo de cristiandad? 

—Cualquier persona mayor de edad puede asistir a un cursillo. El destinatario del cursillo es tan amplio como el del mismo Evangelio. No obstante, de forma preferente se dirige a los que están en búsqueda, a los que no conocen a Dios o a los que necesitan recuperar o revitalizar su fe

Uno de sus lemas De Colores ¿Qué significado tiene para los miembros de cursillos?

De Colores es un canto popular que simboliza el gozo de la fe. Un don, un regalo que te cambia la vida y la mirada. 

Mirar con los ojos de Dios es ver la vida con esperanza, una vida de colores. 

Además para nosotros es un canto comunitario signo de la alegría de compartir la misión evangelizadora.

En una sociedad en la que los laicos tenemos el peso de la evangelización más claro que nunca, ¿cómo se asume este reto evangelizador desde cursillos?

—El Movimiento de Cursillos surge a partir de unas intuiciones claras que siguen siendo válidas: la percepción de un mundo de espaldas a Dios reclama una respuesta evangelizadora de hombres y mujeres transformados, que tengan la certeza de que el mundo es el lugar de la salvación, de que el evangelio es la solución y de que toda persona es capaz de Dios y capaz de evangelizar en sus ambientes.

El Movimiento de Cursillos es una herramienta con experiencia probada en el campo siempre necesario, y ahora urgente, del Primer Anuncio. 

El reto es ser fieles a nuestro carisma siendo creativos en el contexto de un cambio de época. Decimos que el método de Cursillos es un método inductivo, que bebe de la observación de la realidad siempre cambiante. Esto requiere apertura para dar respuesta a los interrogantes del hombre y la mujer de hoy, abandonar rutinas y acomodos.

Es irrenunciable para cursillos la fermentación de los ambientes, porque esa es su finalidad. 

El reto es escuchar, conocer y dialogar con el mundo, asumir el contexto en el que nos toca vivir con misericordia y esperanza, no dar nada por perdido. 

El reto es mantener un estilo de vida y unas relaciones más evangélicas desde una espiritualidad encarnada.

España

Comienza la 120 Asamblea Plenaria de la CEE

Hoy ha comenzado la 120º Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, que ha sido inaugurada con un saludo por parte del nuncio apostólico Monseñor Bernardito C. Auza, y que ha continuado con un discurso pronunciado por el Cardenal Omella.

Paloma López Campos·21 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

En su saludo, el nuncio apostólico ha mencionado los distintos temas que van a tratarse en la Asamblea. Ha animado a continuar con el trabajo sobre el documento que se está preparando sobre “persona, familia y sociedad”. También ha hecho referencia a las preocupantes cifras que hay en España sobre el suicidio y el invierno demográfico.

Por otro lado, Mons. Bernardito ha hablado sobre la protección de menores y los más vulnerables y la prevención de abusos. Además, ha querido hablar sobre los seminarios en España y la vida consagrada en el contexto eclesial, poniendo atención en la labor que hay que hacer con las nuevas vocaciones y la colaboración con las comunidades religiosas.

Por último, el nuncio ha dedicado unas palabras a Monseñor Luis Argüello, secretario general que ha renunciado a su puesto ante su elección como Arzobispo de Valladolid.

La Iglesia y el mundo actual

Por su parte, el cardenal Omella ha comenzado su discurso haciendo una llamada a la Iglesia española a “amar el tiempo, el lugar y la realidad que nos toca vivir”. Ha recordado que la Iglesia es una madre que “acoge, escucha, acompaña con ternura y fortalece para poder volver al mundo a servir y amar con alegría y esperanza”.

El cardenal ha hablado de la política actual, agradeciendo su labor a todas las figuras públicas que trabajan por el bien común, sin embargo, también ha mencionado las bienaventuranzas del buen político que dejó el cardenal vietnamita Van Thuan, como recordatorio de que el primer paso para el trabajo que exige la política hoy es la cooperación.

A continuación, Omella ha expuesto algunos retos urgentes a los que deben atender los obispos. Entre ellos, ha citado la pobreza en la que se encuentran muchas personas, la situación de la familia que necesita de políticas que apuesten por ella, la falta de cuidados paliativos en España o la soledad no deseada.

Hablando sobre la aportación que puede realizar la Iglesia, el cardenal Omella ha dicho que esta debe “anunciar la esperanza que el mundo necesita”. Ha querido subrayar dos iniciativas que se están llevando a cabo: “recuperar población en la España vaciada” y “avanzar hacia una economía con alma”.

En palabras de Omella, los obispos deben “ayudar también a los sacerdotes a redescubrir su identidad, su misión en medio de esta sociedad cambiada y cambiante”. Además, la Iglesia en su conjunto debe avanzar en el camino sinodal, fortaleciendo los espacios de diálogo y de escucha mutua.

El Cardenal ha finalizado su intervención invitando a todos a la evangelización, advirtiendo que “el Señor nos pide salir de una concepción demasiado humana de la evangelización, apegada a estadísticas y estrategias, para despertar la creatividad y el empuje de la fe”. Por último, ha animado a la participación en la Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en Lisboa el próximo agosto de 2023.

Zoom

Comienza el Adviento

El inicio del tiempo litúrgico de Adviento trae consigo la recuperación de costumbres como la corona de Adviento en la que las velas se van encendiendo cada domingo hasta el día de Navidad.

Maria José Atienza·21 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

El árbol de Navidad ya está en la plaza de san Pedro

Rome Reports·21 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

El tradicional árbol de Navidad que decora la plaza de san Pedro ya está colocado en su centro. El árbol, que acompañará al Belén gigante procede de Palena, un pueblo de 1242 habitantes en Abruzzo, una región en el centro de Italia.

El abeto de 30 metros que ocupa el centro de la Plaza de San Pedro no es exactamente el que se designó para ello hace dos años.

El árbol que había sido elegido era una especie protegida y el alcalde que se lo ofreció al Vaticano pensaba que estaba en el territorio de su pueblo, Rosello, pero no era así.


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Evangelización

Testimonios familiares, aliento esperanzado del congreso del CEU

La importancia de la familia en la transmisión de la fe quedó patente este fin de semana en el Congreso de Católicos y Vida Pública del CEU, con el testimonio de personas como el archiduque Imre de Habsburgo-Lorena o el chileno que preside la plataforma mundial ‘Political Network for Values’, José Antonio Kast. El norteamericano Richard Reinsch aseguró que existe “un intento de redefinir la familia”.

Francisco Otamendi·21 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Lo había anunciado el director del congreso, Rafael Sánchez Saus. Este año, el evento del CEU tendría “un marcado carácter testimonial”, clave en la transmisión de la fe. “No se trata de mirar al pasado con nostalgia sino interpretar una herencia viva que se convierte en misión consciente de la grandeza que hemos recibido”, añadió Lydia Jiménez, directora general de las Cruzadas de Santa María, en la presentación. Y así ha sido.

‘Proponemos la fe. Transmitimos un legado’, ha sido el tema del encuentro este fin de semana, organizado como siempre por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y la Fundación Universitaria San Pablo CEU. Y los testimonios, personales y familiares, algunos con proyección sociopolítica, desde un contexto familiar y cristiano, se han sucedido, a cargo del presidente de Political Network for Values y ex candidato a la presidencia de Chile, José Antonio Kast; el director del Centro B. Kenneth Simon de estudios estadounidenses de la Heritage Foundation, Richard Reinsch; el presidente de European Fraternity, el archiduque Imre de Habsburgo-Lorena, el pintor Augusto Ferrer-Dalmau, y el prior de la Abadía del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, entre los ponentes. 

“Amistad con Jesucristo”

La aportación de la fe de los laicos es “decisiva” para el presente y el futuro de la Iglesia y de la sociedad, “y no hay lugar para el desaliento y el pesimismo en esta sociedad secularizada, y vamos adelante con la alegría del Evangelio”, manifestó en la inauguración el Nuncio de Su Santidad en España, Mons. Bernardito Auza, quien trasmitió un mensaje del Papa Francisco al congreso, animando a todos a sentirse “agentes de la nueva evangelización, siendo audaces ante la cultura del descarte e invitándoles a intensificar su amistad con Nuestro Señor Jesucristo”.

El título del congreso responde a la llamada del Papa “para dar primacía a Dios y volver a lo esencial”, y “la fe se propone, no se impone”, subrayó el consiliario nacional de la ACdP y arzobispo emérito de Burgos, Fidel Herráez. “Frente al desafío de la Iglesia hace falta una renovación de la fe”, señaló Marcelino Oreja, vicepresidente de la ACdP y de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, y ex ministro.

Para concluir, el presidente Alfonso Bullón de Mendoza, resaltó que existen dos dimensiones íntimamente relacionadas, la que nace de una presencia siempre actual y la que resulta de un legado y una historia, que forman “la Iglesia, que es la morada de Dios”.

Los hijos, “un regalo increíble”

Las referencias de José Antonio Kast a su familia fueron abundantes e importantes en su intervención, como sucedería, en un contexto diferente, el europeo, en la ponencia de clausura del archiduque Imre de Habsburgo-Lorena. José Antonio Kast es hijo de emigrantes alemanes a Chile, el menor de diez hermanos, está casado con Pía desde hace 31 años, y pertenece al movimiento de Schoenstatt.

El político informó que en el año 1995 el 80 por ciento de la población de Hispanoamérica se declaraba católica, mientras en 2018, este porcentaje se había reducido al 59 por ciento, con un descenso en la participación de los católicos en la Misa dominical, y en las vocaciones.

A su juicio, esto se debe en buena parte a que en Hispanoamérica, “no se ha defendido con fuerza suficiente la familia, el matrimonio entre un hombre y una mujer, el derecho a la vida o la educación”, y “nos han arrebatado la educación de nuestros hijos desde el Estado”. “La familia es el núcleo fundamental de la sociedad”, subrayó.

En esta línea, animó a los católicos a “no excluirnos de ninguna política pública, tenemos mucho que aportar desde nuestra fe. Defendamos sin miedo y sin complejos nuestras ideas, pues son las que permitirán construir una América Latina en paz y libertad”. Kast apuntó que “en las últimas décadas no hemos encontrado fórmulas consistentes para crecer en ética social y política acorde al Evangelio, con una respuesta integral”. “no hemos sabido entusiasmar a las personas, con la riqueza del matrimonio y de la familia”.

“Con Pía, que me acompaña aquí, nos dicen: ¡pero qué terrible, nueve hijos! Y les decimos, pero si son un regalo increíble, los invitamos a todos a ver lo que es una familia grande”. […]

Al final de su intervención, Kast alentó a “confiar en el Señor”, a participar en los medios de comunicación, a descubrir cada uno sus fortalezas y sus debilidades, a transformar las redes sociales en vínculos personales y a “perder el miedo el ridículo”. “Dios nos quiere, Dios no falla”, concluyó.

Europa, “sin esencia cristiana”

El joven archiduque Imre de Habsburgo-Lorena, presidente de European Fraternity y gestor de patrimonios, es bisnieto del beato Carlos de Habsburgo-Lorena, que fue emperador de Austria-Hungría, beatificado por san Juan Pablo II en 2004. Está casado y espera su quinto hijo con la archiduquesa, presente también en el salón de actos de la institución educativa.

Imre de Habsburgo-Lorena analizó el papel de los cristianos en Europa, y señaló que “lo mejor que puede hacer un cristiano hoy en día es ser testigo de la fe y transmitir a la siguiente generación la rica herencia espiritual y cultural que se nos ha dado”. “Para mi familia, los Habsburgo, esta cuestión de la transmisión del patrimonio siempre fue clave”, añadió. “Hoy no hay patrimonio material que transmitir, ya que todas nuestras pertenencias fueron confiscadas tras la Primera Guerra Mundial, pero sí hay tradición y principios familiares”.

El archiduque manifestó que “no se puede entender Europa sin tener en cuenta sus raíces, de lo contrario no podemos entender su vocación”, y destacó la importancia de las catedrales e iglesias de los pueblos de toda Europa, pues “dicen algo importante sobre el impacto que el cristianismo tuvo durante siglos, y sigue teniendo, en la historia europea”.

Se requieren “valentía” y “heroísmo”

“Hoy somos testigos de una Europa despojada de su esencia cristiana. Es esencial, más que nunca, redescubrir qué es Europa realmente, redescubrir su alma”. El archiduque destacó en este sentido cinco pilares clave que conforman el papel de los cristianos hoy: “estar arraigados en Cristo; saber de dónde venimos; desarrollar un pensamiento crítico; participar y sostenerse en una comunidad sólida; y no tener miedo de ser un signo de contradicción, defendiendo la verdad, cueste lo que cueste”.

Para concluir, Imre de Habsburgo-Lorena recordó que “se nos pide que actuemos como minorías creativas, capaces de cambiar el curso de la historia [citando al Papa emérito Benedicto XVI]. “Nuestra fe y la verdad que mantenemos sobre la persona humana son nuestro tesoro”. “Tenemos el deber de compartir este tesoro con todos, y a todos los niveles de la sociedad. Este es un tiempo que requiere mucha valentía y, a veces, heroísmo. Afortunadamente, el cristiano siempre está lleno de esperanza y sabe que, al final, el Bien prevalecerá”.

Individuo y comunidad

El día anterior, Richard Reinsch advirtió sobre la cultura woke en su conferencia, y resaltó que “bajo el wokeismo, los rasgos que definen a una comunidad decente, como el perdón, la humildad y el compromiso, no serán posibles, y quienes los sugieran serán acusados de racismo. La constitución de justicia social del despotismo alimentaría un estado construido con un propósito: destripar las libertades que los occidentales disfrutan actualmente. Si el liberalismo de izquierdas siempre ha estado en guerra con el estado de derecho y el estado restringido, la cultura woke destruirá todas las nociones establecidas o limitadas de la ley”.

El director del Centro B. Kenneth Simon de Heritage Foundation señaló asimismo que las raíces de la política de identidad se encuentran en la epistemología, la antropología y la oposición a Dios por parte del marxismo: “La libertad según el marxismo requiere ante todo una igualdad integral. El individuo está radicalmente subordinado a la comunidad y su libertad depende de que la estructura de toda la comunidad sea transformada por la eliminación de la familia, la religión, la nación, el ejército, entre otras instituciones vitales”.

En la última jornada del Congreso, que ha coincidido con la Solemnidad de Jesucristo Rey del universo, tuvo lugar una Misa oficiada por el cardenal arzobispo de Madrid, Monseñor Carlos Osoro, antes de proceder a la clausura por el director, Rafael Sánchez Saus, y el presidente de la ACdP y de la Fundación CEU, Alfonso Bullón de Mendoza.

El Manifiesto final recoge una llamada a proponer la fe, transmitir un legado, y termina con una cita del padre Ángel Ayala: “Si somos hombres de acción seremos optimistas y generosos, porque Dios no bendice los lamentos, sino los sacrificios y los trabajos”.

El autorFrancisco Otamendi

Familia

Pepe Serret. El recuerdo inspirador de un gran amigo

Tres décadas después de su fallecimiento, la figura de Pepe Serret sigue inspirando a muchas personas como ejemplo de esposo, padre de familia y buen cristiano.

Joan Xandri·21 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El afecto que nace del trato con quienes nos rodean, hace brotar este sentimiento de amistad que se ve incrementado aún más, si cabe, al vernos separados de ellos. Cuando, hace ahora 30 años, nuestro querido amigo Pepe Serret se nos fue inesperadamente al Cielo fue un golpe duro, no había marcha atrás, no se podía “deshacer”, ni cambiar; fue un hecho que había que encajar, asumir y sacarle “partido”. 

Pasados unos meses surgió la idea de recoger los recuerdos, las vivencias, lo que nos había dejado, en cierto modo en herencia. Fue así como nació, el libro: Pepe Serret. Recuerdos de sus amigos. En un tiempo récord un centenar de personas –quienes todas se consideraban uno de sus mejores amigos– fueron poniendo por escrito lo que había supuesto conocerle, lo que le agradecían, y en definitiva lo que habían recibido.  

Pepe era un hombre que sabía querer y se hacía querer. Un hombre bueno, en el lenguaje que todos entendemos.  

El contacto con las personas ponía al descubierto en Pepe todo su carácter vitalista. Quien le conocía sabe lo mucho que amaba la vida y todas las expresiones de ésta. Su alegría y su optimismo, su garbo alegre y la felicidad que irradiaba siempre su generosa y pícara sonrisa, su sencillez y generosidad. Todo ello fruto de su fe en la Providencia, y de sentirse siempre en las manos de Dios.  

Si se puede hablar de gran amigo es por la simple razón de que, en su grandeza de espíritu, siempre estaba él dispuesto a tender una mano, sin reservas de ningún género, sin pararse a pensar en razones de conveniencia o de interés: sin esperar nada a cambio, que es -pienso- una de las facetas que retratan el auténtico amigo. Vivía intensamente los problemas de sus amigos. Estando a su lado los problemas que uno pudiera tener se desvanecían, o al menos se simplificaban.  

Otra gran característica era su gran amor a su familia. Muchas veces me llamó la atención, de modo especial, la inmensa ternura con que pepe amaba a sus hijos. Conocía bien a cada una, a cado uno: sabía de sus dichas y problemas; vivía sus inquietudes, sus alegrías y penas; sufría si les veía preocupados; rezaba por ellos; rezaba con ellos, … Y por encima de todo -eso se palpaba con rapidez- los amaba con un corazón siempre joven y decidido.

El lema familiar que les inculcó a sus hijos fue; hem de fer pinya! Hemos de ser como una pina, hacer piña… enseñándoles a vivir la unidad, aponyándose mutuamente. 

Su magnanimidad era llamativa: buen profesional, luchador incansable. Prudente, delicado y a la vez audaz, ocurrente, divertido, con esa simpática desvergüenza, que todos agradecíamos, al hablarnos de Dios, del sentido trascendente de nuestra vida y situar las cosas en su justa medida.   

En un tiempo en el que se valora más a las personas por el «tener» que por el «ser», emerge la personalidad de un hombre que luchó por amar cada día más a Dios. Era un hombre de fe. De una fe viva y ardiente que cada día le llevaba a luchar por vivir la fidelidad a sus principios en las condiciones ordinarias de la vida. la entrega generosa a su numerosa familia, la mejora día a día en su tarea profesional, intentando descubrir el valor transcendente que se encierra en las cosas pequeñas de cada día, en definitiva, el querer sentirse y comportarse en cada momento hijo de Dios.   

Su vida inspiradora no queda sólo para aquellos que tuvimos la suerte de conocerlo, sino también para las personas que buscan testimonios de vida cristiana en el mundo de hoy. Pepe es uno de ellos.  

El autorJoan Xandri

Amigo de Pepe Serret

Vaticano

Papa Francisco: «Cristo quiere abrazarte»

El Papa Francisco, que se encuentra en Asti, se ha dirigido hoy a los fieles en la solemnidad de Cristo Rey durante el comentario del Evangelio y del Ángelus que realiza todos los domingos.

Paloma López Campos·20 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Tomando pie del Evangelio de hoy, 20 de noviembre, el Romano Pontífice ha recordado que Cristo da un vuelco al título de “rey” y se muestra como “nuestro rey, con los brazos abiertos”. Si Cristo se ha hecho hombre y rey para abrazar todas las realidades de nuestra vida, señala el Santo Padre, es necesario preguntarnos si “este rey del universo es el rey de mi existencia”.

Francisco ha puesto la atención en que Cristo no mira nuestra vida un solo momento, sino que “permanece ahí”, poniendo énfasis en que cuando mira a cada hombre Cristo “quiere abrazarte, volverte a levantar y salvarte”.

El Santo Padre ha mencionado que la salvación nos viene si nos dejamos amar por el Crucificado, que está siempre dispuesto a perdonarnos. Francisco ha querido resaltar que “no tenemos un dios desconocido que está allá arriba en el cielo, poderoso y distante, sino un Dios cercano, tierno y compasivo, cuyos brazos abiertos consuelan y acarician”.

Para dejar de ser espectadores ante esta muestra de amor por parte de Dios, el Papa ha dicho que “hay que comenzar por la confianza, por llamar a Dios por su nombre, tal como lo hizo el buen ladrón”.

Tras la celebración de la Santa Misa, el Papa se ha dirigido a la ciudad de Asti, agradeciendo a todos los involucrados la bienvenida que le han dado. Ha hablado de los jóvenes, invitando a todos a participar en la próxima JMJ de Lisboa y ha dicho que “hacen falta jóvenes transgresores, no conformistas”. 

Francisco también se ha hecho eco de los conflictos que están teniendo lugar por todo el mundo. Ha invitado a los fieles a acordarse de las personas que sufren estas situaciones, diciendo que “nuestro tiempo está viviendo una carestía de paz, esforcémonos y sigamos rezando por la paz”.

Por último, el Papa ha mencionado a la Virgen María, dirigiéndose a ella como Reina de la paz y ha encomendado a todos los presentes a la Madre de Dios. Tras estas palabras, ha comenzado el rezo del Ángelus.

Belleza, liturgia y hermandades

La hermandad debe contribuir a volver el mundo a Dios, esa es la tarea que se impone a los cofrades que buscan asentar la hermandad en los pilares de la teología y la antropología cristiana.

20 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La vía de la belleza, via pulchritudini, es un recorrido privilegiado y fascinante que se abre a las hermandades para acercarse al Misterio de Dios, una belleza que se hace arte, como en el altar de culto y el acompañamiento musical. La obra resultante está cargada de un significado que trasciende lo inmediato y cotidiano.

Las hermandades tienen por tanto una importante tarea en la búsqueda y proclamación de la belleza. El nihilismo, racionalismo y el relativismo parecen haber embotado nuestra capacidad de reconocer la Verdad y con ella la Belleza, que se busca desligada de la Verdad; sin embargo, existe gran nostalgia de belleza en nuestro mundo. Las hermandades, que necesitan la belleza para reconocerse como tales, tienen la misión de recuperarla. San Juan Pablo II en su “Carta a los Artistas” explicaba que la bellezaes, “clave del misterio y llamada a lo trascendente. Es una invitación a gustar la vida y a soñar el futuro. Por eso la belleza de las cosas creadas no puede saciar del todo, y suscita nostalgia de Dios”, y añadía en su llamada a los artistas, perfectamente trasladable a los responsables de las hermandades: “que vuestro arte contribuya a la consolidación de una auténtica belleza que, casi como un destello del Espíritu de Dios, transfigure la materia, abriendo las almas al sentido de lo eterno”. (n.16).

Ese es el sentido de la belleza que pone manifiesto en sus cultos, procesiones y en todos los actos litúrgicos. Los hermanos necesitan que la Belleza de la Verdad y de la Caridad toque lo más íntimo de sus corazones y los haga más humanos. La hermandad debe contribuir a volver el mundo a Dios, esa es la tarea que se impone a los cofrades que buscan asentar la hermandad en los pilares de la teología y la antropología cristiana.

Volvemos a nuestra Función Principal, en la que dejamos a la orquesta, coro y solistas entonando el Kyrie de la Misa de la Coronación. Ahora se entiende que la Belleza del culto, de la liturgia, es el resplandor de la Verdad, sin Verdad no hay Belleza. La manifestación de la Belleza, del pulchrum, rehabilita en nosotros la Verdad experimentando una catarsis personal, más o menos profunda en función del trato con Dios, de nuestra cercanía al Bien y la Verdad.

Es importante el montaje de altares grandiosos y la preparación minuciosa, al detalle, de la celebración litúrgica, siempre teniendo claro que la celebración litúrgica no se agota en su dimensión externa, sino que es un hecho teológico que exige la presencia y la acción de la Trinidad, en el que la participación de los fieles no se limita a la asistencia y participación, sino que se prolonga en la existencia cotidiana.

Si no se tiene muy presente la doctrina de la Iglesia sobre la liturgia, fácilmente se puede caer, aún con la mejor intención, en el simple montaje de una coreografía espectacular, y por supuesto respetuosa, a la que los hermanos asisten como espectadores y que se agota con la finalización de la misma; pero es bastante más, todos los ritos que rodean la celebración de la Santa Misa, el día de la Función Principal -y siempre- tienen, como dice el Magisterio, una doble dimensión: por una parte la presencia real de la Trinidad en la celebración del sacramento de la Eucaristía; por otra la participación de los fieles, a través de la Iglesia, de ese culto especial y enteramente perfecto que Cristo dio al Padre en su vida terrena. Eso es lo que da sentido al altar de cultos, lo que justifica las dalmáticas y los ciriales, la oportunidad de las lecturas, los movimientos medidos, el incienso, la candelería encendida, la música, incluso el esmero de los hermanos en ir correctamente vestidos. Todo contribuye al esplendor y belleza del acto. También el rigor en el cumplimiento de las normas litúrgicas. La belleza formal de la Liturgia apunta a la belleza, verdad y bondad que sólo en Dios tienen su perfección y su fuente últimas. En ella los fieles son incorporados a Cristo, como miembros de su Cuerpo, participando a través del Hijo en la intimidad del Padre, por la acción del Espíritu Santo, trasladando el misterio trinitario a la realidad humana.

El autorIgnacio Valduérteles

Doctor en Administración de Empresas. Director del Instituto de Investigación Aplicada a la Pyme Hermano Mayor (2017-2020) de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, en Sevilla. Ha publicado varios libros, monografías y artículos sobre las hermandades.

Mundo

Obispos alemanes en Roma: cardenales de la Curia expresan “inquietudes y reservas” sobre el “camino sinodal”

En las reuniones mantenidas en Roma durante la visita “ad limina” del episcopado de Alemania se llegó incluso a proponer una “moratoria” del proceso alemán, lo cual solo se evitó al asegurar los obispos alemanes que tendrían en cuenta las objeciones de la Curia. El cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, subraya que lo tratado en la reunión “no puede ser ignorado en el proceso en curso”.

José M. García Pelegrín·19 de noviembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Esta semana, los obispos alemanes han acudido al Vaticano en su visita ad limina, que había despertado mucha expectación por ser la primera que se celebraba tras la instauración en Alemania de un “camino sinodal” que comenzó en 2019 y que, el pasado septiembre, tomó una serie de decisiones abiertamente opuestas a la doctrina y disciplina tradicional de la Iglesia, especialmente la creación de una “comisión sinodal”, encargada de preparar un Consejo Sinodal y que “coordinaría” los trabajos de la Conferencia Episcopal y del Comité central de los católicos alemanes. Dicho Consejo se enfrentaría abiertamente a la nota de la Santa Sede del pasado mes de julio, que recordaba que el camino sinodal “no está facultado para obligar a los obispos y a los fieles a adoptar nuevas formas de gobierno”.

La visita de 62 obispos alemanes a Roma, además de las conversaciones en diversos dicasterios de la curia, estuvo marcada por una reunión con el Papa el jueves, y una excepcional sesión “interdicasterial” el viernes -moderada por el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, y con la participación de los cardenales Luis Francisco Ladaria, Prefecto del dicasterio para la Doctrina de la Fe, y Marc Ouellet, Prefecto del dicasterio para los Obispos-, ambas de varias horas de duración.

Al término de la “sesión interdicasterial” se emitió un comunicado conjunto de la Santa Sede y la Conferencia Episcopal alemana, en el que se recordaba que “la reunión estaba prevista desde hace tiempo como una oportunidad para reflexionar juntos sobre el camino sinodal en curso en Alemania”.

También recoge el comunicado que los cardenales Ladaria y Ouellet “expresaron con franqueza y claridad las inquietudes y reservas sobre la metodología, el contenido y las propuestas del camino sinodal”. El cardenal Ouellet llegó incluso a proponer una “moratoria”, un aplazamiento del camino sinodal, lo cual sin embargo fue rechazado.

Según dicho texto, en el diálogo ente obispos alemanes y representantes de la Curia se evidenció “la importancia y también la urgencia de definir y profundizar en algunas de las cuestiones tratadas, por ejemplo, las relativas a las estructuras de la Iglesia, el ministerio sagrado y las condiciones de acceso a él, la antropología cristiana, etc.”. En este contexto resulta significativo lo que allí también se afirma: “Numerosas intervenciones señalaron la centralidad de la evangelización y la misión como objetivo último de los procesos en curso”, pues hasta ahora los participantes en el camino sinodal se había negado a hablar de “la evangelización y la misión” en sus asambleas.

En el comunicado llaman también la atención dos afirmaciones: por un lado, aun reconociendo que hay “diferentes posiciones” se afirma que existe “la conciencia de que ciertos temas no pueden ser objeto de debate”; por otro, el hecho de que lo tratado en ese intercambio de ideas “no puede ser ignorado en el proceso en curso”.

A esto se refería el obispo de Passau, Stefan Oster, en un comentario publicado en su cuenta de Facebook, en el que aludía a la sesión interdicasterial como “un encuentro muy decisivo de estos días”. Como resumen, afirmaba que los cardenales les “dejaron claro” que algunos temas son “innegociables” y que el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, había “recalcado a los obispos alemanes que debían tener en cuenta la objeciones de Roma”; solo así se habría evitado la “moratoria” del camino sinodal: este “sólo puede seguir adelante teniendo en cuenta dichas objeciones”. Mons. Oster pudo percibir “una clara discrepancia” tanto del cardenal Ladaria como del cardenal Ouellet “en relación con las cuestiones, en mi opinión, más debatidas” en el camino sinodal: la antropología y, como consecuencia de ésta, la doctrina moral cristiana, pero también la eclesiología y en particular “cuestiones sobre la Iglesia y sobre el acceso a los ministerios sagrados”; también hubo, según Stefan Oster, una “clara oposición” de Roma a las “recientes propuestas de Alemania” respecto del ecumenismo.

Por su parte, el presidente de la Conferencia Episcopal alemana, Mons. Georg Bätzing, mantuvo una rueda de prensa el sábado, en la que afirmó que se habían tratado “todos los temas, especialmente la cuestión de cómo puede lograrse una evangelización en el desafío de una época secularizada”.

Tras agradecer “que se hayan presentado abiertamente las preocupaciones que existen en Roma” y asimismo “que hayan sido escuchadas las preocupaciones y opiniones de nuestra Conferencia Episcopal en todos los temas”, Mons. Bätzing aseguró que “la Iglesia en Alemania no va por un camino especial y no tomará ninguna decisión que solo sería posible en el contexto de la Iglesia universal”. Ahora bien, también dijo que “la Iglesia en Alemania quiere y debe dar respuestas a esas preguntas que se hacen los fieles”.

El presidente de la Conferencia Episcopal alemana también se refirió a que “un primer momento de reflexión” sobre lo tratado en Roma “tendrá lugar en el Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Alemana el próximo lunes en Würzburg y, unos días después, en la Presidencia del camino sinodal; Por supuesto, los temas tendrán que ser discutidos con todos en el camino sinodal”. También añadió: “Queremos ser católicos, pero queremos serlo de una manera diferente”.

En un comentario en Die Tagespost, su redactor-jefe Guido Horst afirmaba que efectivamente se habían puesto sobre la mesa todas las cuestiones críticas del proceso alemán; “pero la visita a Roma del episcopado alemán no ha proporcionado la clave de con qué método deban resolverse”. Esto es así porque “cuando Francisco habla de sinodalidad, piensa en escuchar y discernir a la luz de la fe; en última instancia, para el Papa, esto tiene que ver con el Espíritu Santo”. Sin embargo, cuando “los protagonistas del camino sinodal” hablan de sinodalidad, “piensan en reformas estructurales, en informes de expertos y en decisiones rápidas; es decir, en votaciones en las que la mayoría toma la decisión. No hay nada que sugiera que la visita de los obispos alemanes a Roma haya cambiado esta diferencia fundamental de métodos”.

Ahora bien, Horst subrayaba que “Mons. Bätzing insinuó el sábado que los críticos al camino sinodal entre los obispos alemanes podrían sentirse reforzados por los representantes de la Curia romana, sobre todo por el cardenal Marc Ouellet, que incluso se había pronunciado a favor de una moratoria, una suspensión temporal del camino sinodal. La parte minoritaria de la Conferencia Episcopal podrá ahora, reforzada por Roma, hablar con más claridad y sin ambigüedades”.