La mirra, el mejor regalo

En Navidad, lo que celebramos es el misterio de la Encarnación, que hace volar por los aires todas las ideas preconcebidas que tenemos de Dios. Y, gracias a la mirra, cada uno de nosotros estuvo en aquel portal.

15 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Lo del oro y el incienso está claro, pero ¿y la mirra? El cine y las redes sociales hacen chistes estos días sobre la «inutilidad» de este regalo de los reyes ¿Pero es verdad que es inútil? ¡Todo lo contrario! Quizá sea el más importante. Y explico el porqué.

Lo primero que hay que decir es que no hablamos de oro, incienso y mirra por casualidad o por tradición. Los tres regalos están recogidos en la Sagrada Escritura, concretamente en el capítulo segundo del Evangelio según San Mateo. Sí que son tradiciones, por ejemplo, la mula y el buey, que no aparecen en ninguno de los evangelios; y hasta los mismísimos reyes magos: Melchor, Gaspar y Baltasar, pues la Biblia no dice que fueran reyes, ni que fueran tres, ni mucho menos señala sus nombres. Ciertamente, desde los primeros siglos del cristianismo, se interpretó así su figura y así seguimos hablando de ellos, pero el dato debe llamar nuestra atención hacia lo verdaderamente importante: que no fueron tanto los tres, cinco o quince magos que llegaron al portal, sino los tres regalos que sí sabemos que trajeron consigo.

Los padres de la Iglesia vieron en los dones ofrecidos por estos misteriosos personajes una intención profética que nos hablaba del destino del niño: el oro, como corresponde a un rey, pues Jesús estaba destinado a serlo en el Reino de los Cielos; incienso, como corresponde a Dios, pues al igual que ese humo perfumado asciende hacia el cielo sirviendo así a los judíos como ofrenda a Dios en su templo, aquel bebé merecía tal honor por ser el mismísimo Hijo de Dios; y mirra (la gran desconocida), como hombre en su naturaleza mortal, porque esta resina vegetal es utilizada para curar heridas, embalsamar cadáveres y como analgésico para moribundos, vaticinando así su pasión y muerte en la cruz.

Por eso es el más impopular de los regalos, por eso es el gran desconocido porque, además de ser el producto menos común de los tres en nuestra vida diaria, ¿quién quiere oír hablar de la muerte en estas navidades de brillibrilli que nos hemos inventado?

Sin embargo, y esta es mi propuesta, pensándolo bien puede que sea el regalo más importante para nosotros, el que nos hable del verdadero sentido de la Navidad, el que nos sacuda las adherencias que los años han ido acumulando sobre esta fiesta y que nos impiden contemplarla y celebrarla en todo su esplendor.

Y es que, en Navidad, lo que celebramos es el misterio de la Encarnación, que hace volar por los aires todas las ideas preconcebidas que tenemos de Dios. En Navidad, él no es un Dios lejano, allá en el cielo, sino con los pies en la tierra; no es un Dios solitario sino trinitario y necesitado de una familia; no es un Dios indiferente, sino implicado con su pueblo; no es un Dios justiciero, sino misericordioso; no es un Dios prepotente, sino sencillo, pequeño y pobre; no es un Dios ajeno al dolor, sino un Dios con-pasivo, que padece con los suyos; no es un Dios que crea para admirar su propia obra, sino por puro amor a sus criaturas.

En el Concilio Vaticano II, la Iglesia nos recordó que «el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado» y, continúa afirmando que «el Hijo de Dios con su encarnación se ha unido, en cierto modo, con todo hombre».

Así que, a partir de ahora, no haga usted caso cuando bromeen sobre el incierto destino de la mirra. Aproveche para explicar que, gracias a ella, cada uno de nosotros estuvimos aquella noche en el portal porque aquel Niño se unió “en cierto modo” con todos y cada uno de nosotros. Eso es lo que celebramos en Navidad, que quede claro. ¡Feliz Encarnación! ¡Feliz Navidad!

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Libros

Mons. Camisasca: “Don Giussani fue un genio de la fe y de lo humano»

“Además de ser un genio de la fe y de lo humano, Giussani fue también un genio de la Iglesia”, ha manifestado en Madrid Monseñor Massimo Camisasca, obispo emérito de Reggio Emilia, al presentar su biografía sobre don Luigi Giussani, fundador de Comunión y Liberación. El obispo Camisasca subrayó a Omnes que don Giussani nos ayudó “a ver la huella, el signo de lo divino, dentro del genio del hombre”.

Francisco Otamendi·15 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Don Giussani, fundador de Comunión y Liberación (CL) en los años 60 en Italia, falleció el 22 de febrero de 2005 en Milán, tras vivir un cristianismo “esencial” ―como subrayarían décadas después los Papas Benedicto XVI y Francisco, señaló su biógrafo―,y extender el movimiento en unos noventa países en los cinco continentes.

El 15 de octubre se cumplieron 100 años de su nacimiento en 1922, y miles de miembros de CL llenaron la Plaza de San Pedro en un encuentro con el Papa Francisco. El Santo Padre manifestó, entre otras cosas, su “personal gratitud por el bien que me hizo, como sacerdote, meditar algunos libros de don Giussani, cuando era un joven sacerdote; y lo hago también como Pastor universal por todo lo que él supo sembrar e irradiar en todas partes por el bien de la Iglesia…”.

El pasado fin de semana, Monseñor Massimo Camisasca ahondó en el carisma del fundador en la presentación de la edición española de su libro, titulado «Don Giussani. Su experiencia del hombre y de Dios», en un acto moderado por Manuel Oriol, director de Ediciones Encuentro, en el que intervino también el historiador Ignacio Uría.

Portada del libro escrito por Massimo Camisasca

Como explica en esta entrevista con Omnes, el obispo Camisasca conoció al siervo de Dios Luigi Giussani en 1960, cuando tenía 14 años, y estuvo a su lado durante los siguientes 45 años de su vida. Es, por tanto, un biógrafo particularmente autorizado para hablar de la vida y el pensamiento del fundador de Comunión y Liberación, sobre el que hace unos meses habló en Omnes Davide Prosperi, presidente ad interim de Comunión y Liberación.

Antes de ofrecer sus respuestas, recogemos una idea que lanzó en la presentación Monseñor Camisasca: “Además de ser un genio de la fe y de lo humano, Giussani fue también un genio de la Iglesia. Llevó a los que lo siguieron a identificarse con el método de la manifestación de Dios en el mundo: Dios se dirige a algunos para hablar a todos, comienza con una pequeña semilla, un pequeño rebaño, pero quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Para Giussani, la experiencia de la elección, que era el corazón de su método educativo, nunca fue la afirmación de un encerrarse, sino el centro afectivo de una apertura ecuménica”.

¿En qué momento pensó en escribir esta biografía sobre don Guissani? ¿Pudo conocerle y tratarle? ¿Cuáles fueron sus primeras impresiones al conocerle? ¿Era usted ya sacerdote y obispo, o todavía laico?

― Conocí a don Giussani cuando tenía catorce años, en 1960. Comenzaba entonces mi escolaridad en un liceo de Milán, donde don Giussani, que había sido ordenado sacerdote quince años antes y había dejado la enseñanza de la teología en el seminario, comenzó a enseñar religión para estar en contacto con los jóvenes y favorecer el renacimiento de la fe cristiana en sus corazones.

Estuve al lado de don Giussani durante los siguientes cuarenta y cinco años de su vida. Naturalmente, de diferentes maneras: primero como estudiante, luego encargado por él de seguir el nacimiento del Movimiento que daba sus primeros pasos; más tarde, como sacerdote, encargado por él de seguir las relaciones con la Santa Sede y especialmente con Juan Pablo II en Roma; finalmente, a instancias suyas, como fundador de la Fraternidad Sacerdotal de los Misioneros de San Carlos.

Cuando murió don Giussani, pensé inmediatamente en recoger una síntesis de su pensamiento en un pequeño libro. Así nació este texto en el que, siguiendo un orden cronológico, trato de expresar de forma sencilla pero completa, las reflexiones más importantes que expresó a lo largo de su vida.

 “La Iglesia reconoce su genialidad pedagógica y teológica, desplegada a partir de un carisma que le dio el Espíritu Santo para la utilidad común”, afirmó el Papa Francisco de don Giussani en San Pedro. ¿Trata usted de estos aspectos y de su carisma?

― Deede luego. El carisma de don Giussani sólo puede captarse siguiendo su vida y sus escritos y conociendo a las personas que le siguieron. Por tanto, en este libro se puede captar la centralidad del misterio de la Encarnación, del acontecimiento del Verbo de Dios hecho hombre, que movió a don Giussani, cuando tenía catorce años, a ver en la persona de Cristo el centro del cosmos y de la historia, como diría más tarde Juan Pablo II. El corazón de toda expectativa humana, de todo deseo de felicidad, belleza, justicia y verdad.

Cuando todavía era seminarista, esta percepción de la Encarnación como acontecimiento central de la historia del mundo impresionó a don Giussani hasta tal punto que se convirtió en el corazón ardiente de toda su vida, de toda su reflexión y de toda su obra educativa.

En el fondo, no quería ser más que un gran testigo de la plenitud humana que acontece en los que siguen a Cristo, en los que lo abandonan todo para seguirle y para encontrar en Él el céntuplo de las cosas que creían haber dejado atrás para siempre, purificadas y hechas eternas por el amor.

En ese mismo encuentro en Roma, el Papa se refirió a la “pasión educadora y misionera” del fundador del movimiento. Su biografía se presenta como “intelectual”, y también como “espiritual”. ¿Correcto?

― El editor quería captar los dos aspectos principales de mi escritura. Es una biografía intelectual, porque no se detiene en los acontecimientos externos de la vida de don Giussani, sino en el itinerario y la maduración de su pensamiento. Es una biografía espiritual porque quiere mostrar el camino que Cristo hizo en don Giussani y el camino que don Giussani hizo en el mundo para hacer posible el encuentro con Cristo de las jóvenes generaciones y luego de los adultos.

Se ha subrayado el gran deseo de don Giussani de “evangelizar la cultura”. ¿Cómo aborda usted esta inquietud del fundador? El entonces cardenal Joseph Ratzinger señaló en febrero de 2005, que “don Giussani creció en una casa -como él mismo dijo-, pobre de pan, pero rica en música. Así, desde el comienzo fue tocado, es más, herido, por el deseo de la belleza. (…) Buscaba la belleza misma, la Belleza infinita”.

― Don Giussani amaba lo humano. No sólo el hombre, sino también todo lo que era obra del hombre. Amaba la literatura, la poesía, la música. Amaba, en definitiva, las expresiones de la vida. Estos eran también los caminos a través de los cuales llegaba a la gente. Hablaba de Cristo tocando un Brahms, un Beethoven o un Chopin. Encontró huellas de Cristo, o de su espera al menos, en la poesía, por ejemplo, de Leopardi. Citó a innumerables grandes autores literarios de todos los tiempos, para ayudarnos a ver la huella, el signo de lo divino, dentro del genio del hombre.

De este modo, abrió la vida de quienes le siguieron a la curiosidad, a una sana curiosidad por todo lo que vive en el Universo y nos habla del Misterio. Cultura, para Giussani, no significaba en absoluto acumulación de conocimientos, sino, por el contrario, capacidad de relacionarse con todo lo que está vivo y es humano y que lleva en sí la cuestión del infinito.

El autorFrancisco Otamendi

Evangelio

Jesús, el signo definitivo. IV domingo de Adviento (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del IV domingo de Adviento y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·15 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Cuando, en la primera lectura de hoy, del libro de Isaías, se ordena al rey Acaz que pida una señal, parece mostrar humildad y se resiste a hacerlo. Pero estaba lejos de ser un hombre piadoso, y el profeta, sabiendo que esta humildad es sólo aparente, pierde la paciencia. De todos modos le da una señal de Dios. Una “doncella”, “almah” en hebreo, una mujer en edad de casarse y de tener hijos, dará a luz y llamará a su hijo “Emanuel”, nombre que significa “Dios está con nosotros”. Algunos estudiosos piensan que esto tenía probablemente una aplicación inmediata: una princesa, hija del rey, daría a luz a un niño cuyo nacimiento aseguraría la continuidad de la dinastía y mostraría así que Dios seguía “estando con” su pueblo. Aunque esto es ciertamente posible, es interesante observar que la propia tradición judía le dio un sentido más destacado. En la traducción griega de los libros sagrados de Israel, una obra llamada Septuaginta preparada unos siglos antes del cristianismo, el hebreo “almah” se traduce como “parthenos”, que significa explícitamente “virgen”. El signo resulta cada vez más extraordinario.

A Acaz se le había ofrecido un signo “en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo”; es decir, tan único que pueda llegar más allá de la muerte y entrar en el cielo. En el evangelio de hoy vemos cómo Dios cumple esta señal y le da su verdadero significado. Una virgen concebiría efectivamente, y daría a luz de forma milagrosa. El “signo” iba mucho más allá de la mera continuación de una dinastía. No sólo llegaba al cielo, sino que procedía de él. Con el tiempo llegaría más allá de la muerte. Y Dios “estaría” con su pueblo de una manera que nadie antes había imaginado. Así leemos: “La generación de Jesucristo fue de esta manera”.

Jesucristo es el signo definitivo. Como Dios hecho hombre, es realmente Dios con nosotros, de la manera más literal. María es la virgen que ha concebido. El signo de la vida de Cristo terminaría llegando más allá de la muerte mediante la resurrección. Y sí, en él continuaría también la dinastía davídica.

Tan inaudito era este signo, tan sin precedentes, que José no estaba preparado para él. Intuyó que María había concebido “del Espíritu Santo”, es decir, de Dios, pero sintió la necesidad de retirarse y se disponía a separarse de María discretamente, aplicando las leyes de la época con la máxima delicadeza. Entonces, un ángel de Dios le reveló lo que había sucedido, y que estaba llamado a proteger a María y al niño, que nacería de ella y que “salvaría al pueblo de sus pecados”. La extraordinaria señal de Dios no aplastó la libertad y el albedrío humanos. Al contrario, sacó lo mejor de este hombre. La gran preocupación de José es no difamar a una mujer. Esto forma también parte del signo de Dios: el respeto y la delicadeza hacia las mujeres. Es un signo que hace mucha falta en nuestra sociedad, y que estamos llamados a vivir hoy.

La homilía sobre las lecturas del domingo IV de Adviento

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

España

Valoración desigual de los obispos sobre el trato a la enseñanza religiosa

La Comisión Episcopal para la Educación y Cultura de la Conferencia Episcopal Española ha valorado positivamente que algunas comunidades autonómicas hayan aumentado el horario del área/materia de la clase de Religión católica, y aprecian una mejora en su percepción de la aportación de la enseñanza religiosa escolar, pero lamentan que “en muchos casos”  no se le dedique un horario más amplio.

Francisco Otamendi·14 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

La nota de los obispos sobre la ordenación académica de la clase de Religión Católica se ha hecho pública una vez que la mayoría de las Comunidades Autónomas han publicado sus decretos, definiendo la consideración del área/materia de Religión Católica y su horario en el desarrollo de la LOMLOE (Ley Orgánica de Modificación de la LOE).

Respecto a lo regulado en la ley por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, la Comisión episcopal manifestó ya que “nos hubiera gustado que la propuesta de la Conferencia Episcopal realizó al Ministerio de Educación en julio de 2020 hubiera encontrado acogida en los planteamientos legislativos y que se hubiese logrado un mejor acomodo de la clase de Religión en el sistema educativo”, porque “el texto finalmente aprobado (…) no es del todo satisfactorio para nosotros” (4 de noviembre 2021).

En lo referente al horario para el área/materia de Religión Católica, definido en los reales decretos por los que se establecen la ordenación y las enseñanzas mínimas de cada una de las etapas educativas, la nota citada lamentaba que se había “perdido la oportunidad de mantener al menos el horario mínimo de la LOE, ley a la que la LOMLOE da continuidad”.  

Además, los obispos manifestaban su “sorpresa” porque “se limite al mínimo la carga lectiva en un ámbito tan decisivo para la educación de la persona como es la ERE” (Enseñanza Religiosa Escolar).

En este sentido, la comisión episcopal manifestó en su momento “a las respectivas Administraciones educativas una ampliación razonable del horario del área/materia de Religión, sin reducirlo a lo establecido por el Ministerio en el ámbito de sus competencias”.

Diferentes actuaciones

Ahora, los obispos completan la valoración realizada con un análisis relativo al horario de Religión en educación obligatoria en las “realidades autonómicas”. “Algunas Comunidades Autónomas han mantenido el horario mínimo establecido por el Ministerio de una hora semanal”, señalan. “En algunos casos esto supone mantener el horario que ya existía, e incluso un incremento respecto a la anterior regulación, que ahora se completaría con algunos minutos más de clase (Aragón, Asturias, Baleares, País Vasco, Valencia); en Galicia se ha reducido el horario en el único curso donde éste superaba la hora semanal”.

“En otras Comunidades Autónomas”, añaden, “establecer el mínimo fijado por el Ministerio de una hora semanal ha supuesto un descenso significativo respecto al horario que tenía el área/materia de Religión (Canarias, Cantabria, Cataluña, La Rioja, Navarra)”.

Incrementos

“Otras Comunidades Autónomas han incrementado el horario mínimo establecido por el Ministerio, regulando una hora y media o incluso dos horas semanales de Religión en algunos cursos de la enseñanza básica”, informa la nota episcopal.

“Así, mantienen los horarios que ya tenía el área/materia de Religión (Andalucía, Castilla y León, Madrid, Murcia); valoramos positivamente la regulación de las enseñanzas de religión en el articulado de los decretos y no en disposiciones adicionales”, prosigue la nota. “En otros casos, pese a la reducción de horario en algún curso, se ha mantenido el incremento sobre la hora semanal que ya existía en otros cursos (Castilla–La Mancha, Extremadura)”.

“Panorama muy diverso”

La Comisión episcopal señala queel panorama de cómo ha quedado el horario de la asignatura de Religión en el conjunto de las Administraciones educativas es muy diverso y pide una consideración específica para cada territorio”.

Los obispos valoran “el reconocimiento por parte de algunas Administraciones educativas de la necesidad de dotar a la asignatura de Religión de un horario suficiente; nos parece un signo de que sigue siendo posible una mejor consideración académica de la clase de Religión”.

Sin embargo, añaden: “por otro lado, lamentamos que en muchos casos no se haya aprovechado esta regulación para dotar al área/materia de Religión católica de un horario más amplio que permita contribuir con sus saberes básicos al Perfil de salida, y en particular la falta de consideración de la asignatura que implica el descenso significativo de horario en algunas Comunidades Autónomas”.

A su juicio, “se ha perdido, en estos casos, una oportunidad para una mejor consideración académica de la clase de Religión, un ámbito educativo imprescindible para que la educación escolar alcance sus fines propios”.

Unas regulan la alternativa, otras no

La nota ofrece asimismo una valoración de “la regulación que se ha hecho de la atención educativa que tiene que ofrecerse a los alumnos que no escogen la clase de Religión. “Lamentamos”, escriben, “la desaparición de una alternativa que sostiene el principio de no discriminación e igualdad del alumnado. Mantenemos la convicción de que es posible comprender el lugar de la enseñanza religiosa escolar en la formación integral de la persona, de modo que pueda superarse en el sistema educativo la dicotomía entre Religión y asignatura “espejo””.

Sin embargo, a pesar de esta desaparición en la LOMLOE, los decretos de enseñanzas mínimas exigen, para el alumnado que no elige Religión, una atención educativa programada por los centros. Algunas comunidades autónomas han regulado, con mayor o menor precisión, esta atención educativa, señala la nota, y otras, en cambio, “no han dotado de un marco normativo para esta atención educativa que la ley pide, explícitamente, que se programe en los centros educativos”.

Los obispos valoran positivamente “que algunas Administraciones educativas hayan establecido esta atención educativa mediante proyectos que deben formar parte de la programación general anual de los centros, con la debida información a las familias de su contenido y desarrollo”.

En líneas generales, la nota episcopal “aprecia una mejora en la percepción de algunas Administraciones educativas sobre la aportación significativa de la ERE en la formación integral del alumnado. Y también se aprecian mejoras en el tratamiento escolar del alumnado que no elige enseñanzas de la Religión, aunque sigue existiendo el riesgo –en algunos casos, la realidad– de una posible discriminación ilegal de los alumnos y alumnas que eligen el área/materia de Religión”.

A su juicio, “es necesario continuar en el trabajo de explicación y divulgación a las familias, la comunidad educativa y toda la sociedad, de la importancia de este ámbito educativo, que debe reflejar la pluralidad del alumnado, en el conjunto del currículo escolar”.

El autorFrancisco Otamendi

Zoom

La Virgen de Guadalupe se celebra en el Vaticano

El Papa Francisco pasa ante una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe tras la misa de Nuestra Señora de Guadalupe en la Basílica de San Pedro el 12 de diciembre de 2022.

Maria José Atienza·14 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

Papa Francisco: “El buen discípulo está vigilante”

El Santo Padre ha mantenido hoy su habitual audiencia general en el aula Pablo VI para hablar sobre la vigilancia espiritual.

Paloma López Campos·14 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

“Entramos en la fase final de este corrido de catequesis sobre el discernimiento”, ha anunciado Francisco. “Considero necesario incluir en este punto la referencia a una actitud esencial para que no se pierda todo el trabajo realizado para discernir lo mejor y tomar la decisión correcta. Esta es la actitud de la vigilancia”.

Si no tenemos esta disposición “el riesgo está en que el Maligno puede arruinarlo todo, haciéndonos volver al punto de partida”, avisa el Papa. “Jesús en su predicación insiste mucho en el hecho de que el buen discípulo está vigilante”.

La vigilancia consiste en “la disposición del alma de los cristianos que esperan la venida final del Señor. Pero se puede entender también como la actitud rutinaria para tener la conducta debida, de forma que nuestras buenas elecciones, realizadas a veces después de un arduo discernimiento, puedan proseguir de forma perseverante, coherente y dar frutos”.

El Maligno aprovecha “el momento en el que estamos más seguros de nosotros mismos” para fomentar la insidia. “Cuando confiamos demasiado en nosotros mismos y no en la gracia de Dios, el Maligno encuentra la puerta abierta”.

“El demonio entra con la nuestra, pero se sale con la suya. La mundanidad espiritual va por este camino”. Y es que, afirma el Papa, “muchas veces somos vencidos en nuestras batallas por esta falta de vigilancia”.

“El demonio sabe vestirse como un ángel. Es necesario vigilar el corazón”, debemos preguntarnos qué está ocurriendo en nuestro corazón.

“La vigilancia es signo de sabiduría y de humildad”, ha concluido Francisco, “y la humildad es el camino maestro de la vida cristiana”.

Aprender a perdonar; enseñar a perdonar

En ocasiones, en grupos pequeños e incluso hermandades o cofradías pueden darse resquemores y rencores entre hermanos o con personas ajenas que han de ser también tratados y guiados para vivir siempre, la verdadera caridad.

14 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Hace muchos años, jugando, le propuse a mi amigo que se incorporara al grupo un niño que estaba allí mirándonos; Me contestó que él no podía jugar con ese niño porque sus familias estaban enfadadas. Cuando le pregunté por qué estaban enfadadas su respuesta fue inolvidable: “No lo sé; pero siempre ha sido así”.

Con el tiempo he ido comprobando que esa situación se sigue reproduciendo, especialmente en pequeños grupos muy cerrados y, en ocasiones, aislados de su entorno. Ahí los roces se magnifican y las apariencias, la envidia, el rencor y el afán de poder, mueven pasiones.

Podríamos pensar si esta situación, con mayor o menor intensidad, se reconoce hoy entre los miembros de algunas Hermandades, o más bien del pequeño grupo que la vive más de cerca, en torno al 4-5%.

En ese ambiente asfixiante las jerarquías internas se convierten en un fin en sí mismas, se lucha por ellas, sin valorar las capacidades personales ni la aportación que cada uno podría hacer a la hermandad, y el liderazgo se identifica con el poder, olvidando que la máxima expresión de liderazgo es el servicio.

En estas microsociedades cerradas en que en ocasiones se convierte una hermandad, puede perderse la visión de conjunto, la capacidad de análisis, la perspectiva y la visión de futuro. Todo se reduce a la realización, en el mejor de los casos, de actividades a corto plazo, bien planteadas en ocasiones, pero que pueden resultar contraproducentes si no se enmarcan en una estrategia global. Hasta ahí se llega

Cuando una sociedad corta las raíces internas de su socialitas, de su razón de ser, su estructuración como grupo social se desnaturaliza y se desmorona. A partir de ahí se convierte en un ambiente tóxico, adictivo, en la que el egoísmo personal prima sobre el bien común.

En esa situación es fácil que las diferencias de criterio, aún en temas poco importantes, provoquen problemas que se convierten en ofensas mutuas y que originan la aparición de bandos que se consideran mutuamente irreconciliables.

La libertad del perdón

Es aquí donde debe aparece en escena el perdón, la capacidad de perdonar esas “ofensas”. El perdón es un derecho humano, desde el momento en que Cristo lo ha otorgado de manera total e irreversible a toda persona dispuesta a aceptarlo con un corazón humilde y arrepentido (cfr. Sal. 51:17), un perdón que no borra el pasado, desde luego, pero nos dispone a preparar el futuro.

No podemos quedarnos pegados al pasado, si permanecemos anclados en el dolor de la ofensa bloqueamos nuestro desarrollo como personas libres. En el perdón recupero mi libertad y reconozco también a los otros como sujetos libres, con quienes puedo compartir la Verdad y el Bien nuevamente.

Esto no es fácil, porque el perdón no es un sentimiento que surge espontáneamente, es un acto de la voluntad, un ejercicio de la libertad personal de quien se niega a estar encadenado por el resentimiento de una ofensa que, seguramente, estaba más en nuestro orgullo que en la realidad. También es un acto de humildad y fortaleza: es necesario perdonar como pecadores que somos, no como justos. Cada día repetimos: “…perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden”, por eso el perdón no se concede, se comparte.

Aquí el papel de la Junta de Gobierno siempre ha de ser aprender y enseñar a perdonar, animar a los hermanos a comprometer su libertad para buscar, conocer y elegir el Bien; esa secuencia concluye necesariamente en el perdón. Se trata de ver la vida de hermandad como encuentro de vida y libertad, no de murmuraciones y banderías. Seguro que nadie está libre de haber ocasionado, por acción u omisión, situaciones que han provocado el enojo de otros, también los miembros de la Junta de Gobierno, quizá estos más que otros; pero todos tenemos remedio siempre, a pesar de las equivocaciones, porque no somos lo que sentimos o lo que hacemos, eso no nos constituye, uno no es sus errores, porque es libre, lo que le permite mantenerlos o superarlos.

Sólo así se consigue que la hermandad sea un lugar con el dinamismo propio de la vida teologal en el que la fe engendra esperanza y la esperanza posibilita y favorece el despliegue del amor, en el que se asiente el perdón. Un lugar al que siempre vuelve porque, en palabras de Chavela Vargas, «uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida». 

El autorIgnacio Valduérteles

Doctor en Administración de Empresas. Director del Instituto de Investigación Aplicada a la Pyme Hermano Mayor (2017-2020) de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, en Sevilla. Ha publicado varios libros, monografías y artículos sobre las hermandades.

Mundo

Mons. Pezzi: «El perdón y la purificación de la memoria son condiciones de una paz justa para Rusia y Ucrania»

En esta entrevista concedida a Omnes, el Arzobispo Metropolitano de la Archidiócesis de la Madre de Dios en Moscú destaca, entre otras cosas, la necesidad de mantener la puerta del diálogo abierta con la Iglesia ortodoxa y de un "perdón ofrecido sin condiciones previas, como el perdón de Jesús en la cruz" para llegar a la paz ante el conflicto de Ucrania.

Maria José Atienza·14 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Mons. Paolo Pezzi es, desde 2007, el Arzobispo Metropolitano de la Archidiócesis de la Madre de Dios en Moscú. Sin embargo, la tierra rusa ya era conocida por este italiano, natural de Russi, una localidad situada en la provincia de Rávena, en Emilia-Romaña.

Ordenado sacerdote en 1990 en la Fraternidad de Sacerdotes Misioneros de san Carlos Borromeo, Mons. Pezzi, se trasladó en 1993 a la recién estrenada federación rusa como Decano de la Región Central de la Administración Apostólica para los católicos de rito latino de la parte asiática de Rusia (la actual diócesis católica romana de la Transfiguración en Novosibirsk) y director del Periódico Católico Siberiano.

En 2006 fue nombrado Rector del Seminario Superior Teológico Católico «María – Reina de los Apóstoles». Un año más tarde se convertiría en el pastor de la Archidiócesis de la Madre de Dios que comprende un territorio de 2.629.000 km cuadrados y alberga a unos 70.000 fieles (de 58.000.000 habitantes).

En un contexto doloroso, con la guerra de Ucrania abierta y unos fieles doloridos, Mons. Paolo Pezzi ha concedido una entrevista a Omnes en la que asegura que “es importante aportar un anuncio original y éste se encarna en el perdón”.

¿Cuál es la situación actual de la Iglesia católica en Rusia?

– La Iglesia católica en Rusia vive hoy un momento especial de gracia, porque en la situación en la que nos encontramos se ve casi obligada a recuperar el sentido de su propia presencia. De este modo, el camino sinodal, la liturgia, las obras de caridad se convierten en una oportunidad de crecimiento en y para la fe. Además, la situación exige un testimonio misionero efectivo, real, hecho con la propia vida, con la propia vocación, y no sólo de palabra.

¿Cuáles son los retos y oportunidades de los católicos en Rusia?

– La mayor oportunidad que tenemos es ser nosotros mismos, vivir nuestra identidad con paz y libertad. Ciertamente, se trata de un desafío importante y dramático: nos pide que seamos sinceros en nuestra relación con Cristo.

La secularización es un problema mundial. A pesar de su tradición cristiana, ¿encontramos una Rusia secularizada en la actualidad?

– La secularización es, en mi opinión, una circunstancia por la que Dios nos hace pasar. Por tanto, no es algo negativo a priori. Puede volverse negativo, como en el laicismo, cuando va contra: contra la tradición, contra el cristianismo para destruirlos. Pero en principio es una condición típica de una época determinada.

La secularización también desenmascara que los países cristianos ya no lo son, como escribió Péguy; que, más en general, la religiosidad o las creencias religiosas se han desvinculado de la vida. Se trata de una cuestión ya planteada por el Concilio Vaticano II para los años venideros, aunque, en palabras del santo Papa Pablo VI, la mundanidad ha entrado en la Iglesia, en lugar de ser la Iglesia la que fermenta el mundo. Este proceso hace tiempo que llegó a Rusia. Se puede aceptar o negar, pero sigue siendo un hecho. La cuestión es cómo utilizar esta situación para el bien, el crecimiento de la sociedad, con qué propuesta invertirla.

Rusia es una tierra eminentemente ortodoxa, ¿Cuáles son las relaciones con nuestros hermanos ortodoxos a nivel «de tierra»?

– Las relaciones se han enfriado un poco, pero siempre intentamos mantener la puerta abierta. Hay que decir, sin embargo, que a un nivel más «terrenal», los intercambios de opiniones y la ayuda mutua van en aumento.

¿Qué puntos de unión entre ortodoxos y católicos podemos fomentar?

– El diálogo teológico está actualmente más «en los pantanos», es importante mantenerlo abierto, pero ahora es objetivamente más difícil. En cambio, el debate a nivel académico es más accesible. No olvidemos que en la Edad Media el encuentro se produjo precisamente a nivel académico y relanzó un movimiento que hoy diríamos ecuménico.

¿Se dan los pasos hacia la unidad o sigue habiendo obstáculos aparentemente insalvables?

– Creo que no es el momento de pensar en pasos hacia la unidad de nuestras Iglesias. En este momento tenemos que sentarnos a la mesa, tomar un vaso de buen vino, y así será más difícil odiarnos y más fácil amarnos.

¿Cómo se mira a la Iglesia católica, a sus sacerdotes, religioso y fieles en Rusia?

– En cierto modo uno se encuentra un poco de todo. Acogida y deseo de juzgar juntos los acontecimientos de este tiempo; cierta cordialidad, pero sin demasiadas implicaciones; indiferencia e incluso cierto distanciamiento.

¿Cómo ejerce el llamado misionero la Iglesia en Rusia?

– En primer lugar, debemos redescubrir que nuestra naturaleza es misionera. La Iglesia existe para la misión, para llevar a Cristo a quienes encuentra. Ahora bien, ni siquiera se trata de una actividad, ni de un deber. Ser misionero es el tejido, la piel de nuestra persona. Uno es misionero, no “hace” misión.

Dicho esto, la Iglesia católica dispone de bellos instrumentos para su testimonio misionero: la liturgia, que por su esencialidad, su discreción, es sumamente fascinante. Luego la Doctrina Social, que es una de las doctrinas más adecuadas y modernas del mundo. Y, por último, el Magisterio, que permite a la Iglesia vivir el presente con sus necesidades y desafíos, ¡como ningún otro documento constitutivo o dogmático en el mundo!

Desde el inicio del conflicto con Ucrania, los llamados a la paz del Papa han sido incesantes y secundados por ustedes, ¿cómo están viviendo, los católicos de Rusia, este conflicto?

– Para nosotros la situación es bastante compleja, dictada por el hecho de que las posturas son muy diversas, y preferimos un enfoque libre antes que «dogmático». Dicho esto, mi experiencia es ver miedo, incertidumbre, incluso desesperación.

Los fieles piden consuelo, acompañamiento, piden que no se les deje solos, que se les ayude a juzgar lo que ocurre. Y esto es lo que intentamos hacer desde los confesionarios, desde el púlpito, en las conversaciones personales.

Mons. Pezzi con el Papa Francisco

¿Cuál está siendo el papel de la Iglesia católica en este momento y en esta situación?

– La Conferencia Episcopal de la Federación Rusa intervino con dos declaraciones al comienzo de la operación militar y con ocasión de la movilización a las armas. Para nosotros, era y es importante aportar un anuncio original, y éste se encarna, en nuestra opinión, en el perdón, un perdón ofrecido sin condiciones previas, como el perdón de Jesús en la cruz. Estamos convencidos de que el perdón, la purificación de la memoria histórica y el diálogo son las condiciones de una paz justa.

¿Cómo valora los esfuerzos de la Santa Sede en este conflicto?

– Guste o no, la voluntad de la Santa Sede es la única propuesta real y concreta de paz, porque el Papa es el único que hoy no tiene intereses propios, sino el bien de las personas, de los pueblos, de los países. Esperamos que todos los implicados vean en ello un método de acción para sí mismos.

Iniciativas

El reto de Manos Unidas para esta Navidad

Desde Manos Unidas proponen un reto para ayudar a las madres embarazadas que no pueden acceder a los cuidados prenatales.

Paloma López Campos·13 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

“En Belén, muchas mujeres todavía no tienen dónde dar a luz”, este es el nombre del reto que lanza Manos Unidas esta Navidad, pero también es una realidad. Muchas mujeres no tienen acceso a cuidados prenatales, lo cual provoca abortos, nacimientos prematuros, complicaciones y partos de alto riesgo.

Cartel de la campaña de Manos Unidas.

Los tres Reyes Magos

Al igual que el Niño Jesús, estas madres y sus bebés tienen sus propios Reyes Magos. Una ginecóloga, una enfermera y un pediatra recorren kilómetros en una clínica móvil durante 192 días al año, 4 días de la semana, para atender a las mujeres embarazadas.

Manos Unidas y este equipo proponen un reto con el objetivo de recaudar fondos con los que financiar su labor y mejorar la atención a madres y niños.

El reto

A través de las donaciones hechas, comprarán una incubadora móvil y un escáner pediátrico para el hospital Holy Family, fundado por las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl.

Por otro lado, invertirán los fondos para atender a cinco pueblos beduinos y a campamentos de refugiados que se encuentran en el desierto de Judea. En la clínica móvil, a las mujeres se les realizarán ecografías y los niños menores de cinco años serán atendidos por el pediatra.

En cifras, con una donación de 20 euros un niño prematuro tendrá acceso a la Unidad de Cuidados Intensivos Prenatales. Si la donación es de 50 euros, una mujer embarazada podrá acceder a la atención médica que precisa. Con 100 euros de donación, más de ocho niños tendrán atención médica directa por parte del pediatra.

Las donaciones se pueden realizar a través de la página web de Manos Unidas, haciendo una transferencia bancaria, a través de una llamada telefónica o haciendo Bizum. El objetivo es recaudar 108.628 euros.

Se calcula que con el dinero obtenido más de 830 mujeres y sus bebés podrán ser atendidos en la clínica móvil. En cuanto a pediatría, el médico atenderá a más de 410 niños.

En el caso de que se obtuviera más dinero que la cifra objetivo, Manos Unidas destinará el sobrante a otros fines generales de la organización para atender a las necesidades de América Latina, Asia o África.

Sólo trans es trans

El anteproyecto de Ley "para la igualdad" de las personas trans cuenta ya con muchas voces abiertamente en contra también dentro de la propia izquierda, de los grupos feministas y de los colectivos detransactivistas.

12 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Mucho se ha dicho y se podría decir sobre el anteproyecto de la denominada “Ley trans”. La -todavía inexplicablemente- ministra de igualdad se ha lucido ya previamente con la denominada “ley del solo sí es sí”.

El fiasco de esta chapucera norma no parece ayudar a impulsar este nuevo anteproyecto, tramitado con demasiadas prisas, sin debate social, y sin contar con la opinión de la comunidad científica, que ha sido sistemáticamente silenciada. Aquí sólo cuenta la ideología. Pero no solo, también hay negocio, y no poco.

Son muchas ya las voces abiertamente en contra, y que no provienen precisamente de la oposición, sino de la propia izquierda, de los grupos feministas y de los colectivos detransactivistas, que están tomando fuerza en nuestro país, como ya ha ocurrido en Reino Unido.

Por poner solo un ejemplo, Laura Freixas, conocida por su militancia feminista, fue demoledora con los delirios de este anteproyecto en una edición reciente del programa de 8TV El pentàgon. Como es en catalán, les haré un resumen: según Freixas, se pretenden transformar los deseos y sentimientos en realidades, lo que equivale a algo semejante a creer en la magia: voy al Registro civil, digo que soy hombre y automáticamente salgo siéndolo…. Y no sólo eso, sino que, además, el camelo nos lo tenemos que creer todos los demás por imperio de esta ley.

Freixas se pregunta qué interés puede tener alguien en cambiar de sexo sin cambiar nada. No caben más que dos respuestas: el fraude de ley, o hacer negocio; o ambas cosas a la vez. Esto ocurre, por ejemplo, cuando se pretende competir en torneos de mujeres, para ganarlos; o colarse en penitenciarios de mujeres para agredirlas, como ya ha ocurrido en Reino Unido.

Se trata de una especie de neomachismo disfrazado de progresismo, pues la única víctima sigue siendo la mujer, que es nuevamente invisibilizada y victimizada.

¿Cui prodest? (¿a quién beneficia?)

La otra cara de la moneda es el negocio trans. La detransactivista Sandra Mercado lo denuncia con numerosas evidencias en su libro La estafa del transgenderismo.

Poco o nada se habla del interés económico de las clínicas que ofrecen este tipo de cirugías de transición; y menos todavía del sector de la industria farmacéutica que se enriquece comercializando las hormonas que van a necesitar de por vida quienes se sometan a estos procesos. De ahí el interés en la transición de menores de edad: cuanto antes empiecen, más años les necesitarán.

Pero la denuncia más fuerte de Mercado se refiere a la desinformación que padecen las personas trans. Se les promete que después de la transición se acabará su disforia, lo cual no es cierto.

Únicamente se les ofrecen terapias psicológicas de afirmación, la mutilación de un cuerpo que está sano y tratamientos experimentales con hormonas, sobre cuyos efectos secundarios desfavorables no se sabe casi nada a fecha de hoy.

Lo que Mercado y muchos detransicionistas demandan son tratamientos que incidan en la raíz de la disforia que, según ella misma afirma, no están en el cuerpo, sino en la mente.

Si no se para a tiempo, este anteproyecto promete ser un nuevo estallido en la cara de Montero y sus aliados. Pues sólo pretende fomentar una patética moda trans (porque es patético jugar con la salud de las personas) y beneficiar al negocio trans, acelerando el borrado de las mujeres.

La todavía ministra de Igualdad parece decidida a cargarse su propio ministerio. Desde aquí le pediría que deje ya de jugar a las ingenierías sociales y sea un poco seria con aquellas personas que verdaderamente padecen disforia de género. Ayúdenles a recuperar su equilibrio con algo que no sea venderles mentiras.

El autorMontserrat Gas Aixendri

Catedrática en la Facultad de Derecho de la Universidad Internacional de Cataluña y directora del Instituto de Estudios Superiores de la Familia. Dirige la Cátedra sobre Solidaridad Intergeneracional en la Familia (Cátedra IsFamily Santander) y la Cátedra Childcare and Family Policies de la Fundación Joaquim Molins Figueras. Es además vicedecana en la Facultad de Derecho de UIC Barcelona.

América Latina

Catequesis con y sin pandemia

El capellán de un colegio en Chile, cuenta en Omnes la labor pastoral que se realiza con las alumnas y sus familias, y los frutos que dan estas catequesis a lo largo de los años.

Pablo Aguilera L.·12 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

No me cabe duda de que uno de los tesoros de mi país –Chile– son los colegios católicos, que además de educar a los niños y a los jóvenes en las distintas asignaturas, son una escuela para la fe. 

Una de las celebraciones de los sacramentos en el colegio.

En los casi diez años que soy capellán de un colegio femenino en Chile, se han impartido clases a centenares de alumnas que se preparan para recibir los sacramentos de la Penitencia, Primera Comunión y Confirmación. También sus papás reciben clases, con el objetivo de interiorizar en la fe de sus hijos y apoyarlos en su vida cristiana. Rodrigo y María me decían que hacer las tareas de Religión con sus hijos ha sido una gran catequesis, porque han aprendido cosas que les han hecho sentirse vivos, algo que de otra manera no hubieran descubierto.

Durante el periodo más intenso de la pandemia por Covid, en que las escuelas chilenas estuvieron cerradas durante un año, se implementaron las clases a través de internet. En ese periodo, para no perder contacto con los padres y alumnas, les envié quincenalmente un breve mensaje en video a través de la web del colegio, animándolos a mantener algunas prácticas de piedad en la familia. Aunque los templos estuvieron con un acceso muy restringido largo tiempo, animamos a las familias a no decaer en su práctica cristiana.

En el tiempo posterior a las restricciones de la pandemia, constatamos que no eran pocos los padres que no habían bautizado a sus hijos. Al conversar con ellos y suscitar esta inquietud, varios reconocieron que este sacramento había quedado postergado y manifestaron su interés por recibir las clases necesarias y bautizarlos.

En otros casos, los hijos habían recibido un bautismo en una confesión cristiana no católica, y al conocer mejor nuestra fe, decidieron incorporarlos plenamente a la Iglesia Católica, al descubrir la riqueza de pertenecer a ella. Luis y Daniela, Jacob y Sofía, están contentos con el paso que dieron sus hijos.

Paulette, alumna de último año, recibió el bautismo el año pasado, y sus hermanos menores hicieron lo mismo poco después. Alejandra, en su penúltimo año, también se prepara para este sacramento. Me llamó la atención oír de alguien cercana a ella que, desde que empezó a conocer la fe, se ha convertido en una joven mucho más abierta y contenta.

También hay papás que no han recibido el sacramento del matrimonio y manifiestan su interés en formarse para recibirlo. Antonio y Alejandra, por ejemplo, están agradecidos de haber recibido el sacramento, con el apoyo de un matrimonio católico, Julián y Carmen, que los ayudaron en la preparación.

A lo largo del año hacemos entrega de objetos religiosos (agua bendita, crucifijo, Nuevo Testamento, imagen de la Virgen y del ángel custodio). Ha sido una magnífica oportunidad para explicar el sentido de esos objetos y cómo hacer uso de ellos, además de catequizar y despertar la piedad en la familia.

Me da alegría oír a papás de ex alumnas que la educación católica les ha dejado un sello que difícilmente se puede borrar, en un mundo en el que la fe se ve amenazada, y se precisa una buena dosis de valentía y de convicciones.

El autorPablo Aguilera L.

América Latina

Matachines. Los danzantes de la Virgen de Guadalupe

La solemnidad de la Virgen de Guadalupe cuenta en México con una tradicional y curiosa manifestación de amor y devoción a la Virgen. Se trata de los matachines: grupos de danzantes que, con unas vestimentas e instrumentos singulares, se acercan bailando al lugar de peregrinación. 

Citlalli Sánchez y Pablo A. Zubieta·12 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

“¡Él es Dios!”, grita con voz clara y fuerte Don Felipe, mientras levanta su bastón decorado con papeles de colores brillantes. El grupo de niños, mujeres y hombres repite la consigna con la misma fuerza, a pesar del frío, el cansancio, la lluvia ligera que se comienza a sentir. Están listos para iniciar su camino rumbo a la basílica de Guadalupe, y quedan varios kilómetros por delante. 

Hay quienes expresan su amor a la Virgen con sus cantos, o con sus oraciones, habemos quienes preferimos honrarla con nuestra danza, entregamos nuestro cuerpo y espíritu”, dice Irma, que comenzó a participar en el grupo de Felipe hace 9 años después de haber sobrevivido a un infarto. Esta es su forma de agradecer un año más de vida. Se trata del grupo de matachines “Danzantes de María de Guadalupe”, formado hace más de 30 años por el padre de Don Felipe, quien a su vez formó parte de un grupo semejante junto con su padre. 

No hay duda de que la tradición danzante viene de familia. 

Esta historia se repite a lo largo y ancho de México, donde la tradición de la danza heredada de las culturas prehispánicas se ha mantenido a lo largo de los siglos, debido al sincretismo religioso.

Los matachines son un grupo de danzantes, con una estructura y funciones muy definidas, que tienen como objetivo el peregrinar -mientras danzan- hacia el lugar en donde se venera a la Virgen de Guadalupe

Si bien la danza, los ritmos —percusiones, arco similar a un violín, guaje parecido a una sonaja, y en algunas regiones, flautas de carrizo—, la indumentaria, y los cantos -también dependiendo de la región- tienen su origen en las danzas guerreras propias realizadas antes o después de la batalla, la evolución a lo largo de los siglos involucra tanto el proceso de evangelización, como los procesos de aculturación propia de todo desarrollo histórico.

¿Bufones o guerreros?

La diversidad cultural de México se refleja desde el periodo precolombino, donde cada grupo étnico tenía su forma establecer una relación espiritual.

Estas particularidades de cada pueblo prehispánico fueron elementos clave para la evangelización de México, pues en el caso de las culturas que tenían a la danza como ritual, lograron integrar sus rituales tradicionales a nuevos significados y objetivos: dejaron de ser danzas guerreras para convertirse en expresiones de amor y veneración hacia Dios que les ama y su madre, María de Guadalupe, que protege sus pasos.

El origen de la palabra “matachín” podría parecer derivada de una lengua nativa de México. Sin embargo, autores como Ángel Acuña, investigador que se ha especializado en el tema, señala dos posibles orígenes: por un lado, como derivado del español “mata moros” o un segundo origen procedente del italiano “mattaccino”, o como se conoce actualmente, “matazin”: un hombre ataviado de colores ridículos, que, usando una máscara, parodia danzas guerreras antiguas.

Hacer oración danzando

Después de gritar tres veces “¡Él es Dios!”, Felipe pregunta ahora “¿Quién es ella?”, y el grupo de matachines responde “¡La Virgen María!”. 

A lo largo de la calle donde se reúnen más de 20 grupos de danzantes en la víspera del 12 de diciembre, se escuchan estas consignas con sus diversas variantes: algunos acompañados del nombre que tiene el grupo, otros más bien como canto melódico que como grito de lucha, algunos más como el inicio de una breve oración previa a iniciar la peregrinación, pero todas ellas como manifestación de la fe guadalupana.

Si bien los matachines son una tradición en todo el país, el norte de México se ha distinguido por mantener tanto sus funciones como sus “cuadros” -como le llaman a las coreografías- así como la música, de una forma más apegada a los orígenes en el siglo XVII. 

Del mismo modo, a diferencia de otras variantes como los matlachines, en el centro del país, o los concheros, ya hacia el centro-sur, que danzan en cualquier festividad religiosa o en fechas muy específicas como la celebración de Día de Todos los Santos; los matachines se preparan durante el año, pero se enfocan en la devoción hacia la Virgen de Guadalupe, y es solo el 12 de diciembre y fechas previas, en que realizan su acto de orar mientras danzan.

Danzantes de Dios

Fernando Valle, vicario parroquial de la catedral en Ciudad Juárez, Chihuahua, y capellán de los Matachines, explica que desde muy joven, en su natal Guadalajara, vivió muy de cerca las romerías donde se presentaban danzas y bailes tradicionales. Al paso del tiempo se comenzó a formar en el camino de Dios y, ya como sacerdote en Ciudad Juárez, encontró en los matachines la forma en que sus feligreses mostraban una devoción más profunda. “Ellos se identifican con la Iglesia danzando… pero ese danzar los debe llevar más allá, su propio nombre les dice que son Danzantes de Dios, ustedes deben danzar a Dios o hacer su oración danzando… desde ahí con esa dinámica los fui llevando, y hasta la fecha los he llevado en ese sentido”.

Cuando Irma se recuperó de aquel infarto en 2013, lo primero que hizo fue acudir a la basílica de Guadalupe en la Ciudad de México. Viajó, con los cuidados necesarios, desde su ciudad hasta el Santuario, y narra cómo sintió en todo su cuerpo ese sentimiento de regocijo por tener una nueva oportunidad, y de protección de María de Guadalupe, a quien dice tuvo presente durante todo el proceso de recuperación y a quien se encomendó durante la operación a corazón abierto.

En el exterior de la basílica se encontraban varios grupos de danzantes de los llamados “concheros”, que se caracterizan por amarrar en sus tobillos y pantorrillas una serie de “conchas” u objetos que hacen ruido mientras danzan, y fue ahí que pensó en que además de cumplir con sus acciones como cristiana, deseaba comprometerse y manifestar su fe de otra manera.

A su regreso a su ciudad natal, buscó un grupo de danzantes y se encontró con don Felipe, a quien pidió autorización para formar parte y con quien tuvo que comprometerse a participar con la misma devoción que implica hacer una oración. Los Danzantes de María de Guadalupe se han convertido en su familia, y a lo largo de estos 9 años ha incrementado sus funciones, pues, además de danzar, colabora con la elaboración de los vestuarios, participa organizando a los integrantes para los ensayos, y busca prepararse para poder ser capitana en algún momento que se requiera. “Lo hago porque ella (la Virgen de Guadalupe) me llevó de su mano y nunca me soltó, por eso estoy aquí, lo menos que puedo hacer es demostrarle al mundo el testimonio de su amor y de que nunca nos abandona… Yo no sé cantar, no aprendí a rezar el Rosario, siempre he sido muy alegre, de bailar, de hacer ejercicio… y encontré en la danza de los matachines una manera de agradecer… San Agustín decía que el que canta ora dos veces, y sí es cierto, y creo que los que danzamos oramos tres o cuatro veces, porque entregamos nuestro cuerpo”.

Meses de preparación

La preparación de las peregrinaciones inicia desde meses antes. En algunas ciudades es común ver a los grupos en las plazas de la colonia, o en parques públicos, ensayando desde julio o agosto. 

Cada grupo de matachines tiene diferentes rituales en su proceso, pero, en general, antes de iniciar la práctica, los danzantes hacen una oración para encomendarse a la Virgen de Guadalupe, pidiendo para que la danza sea bien ejecutada, para que se logre recolectar el dinero necesario para la indumentaria, y para que todos los participantes mantengan la buena salud y condición y puedan llegar al 12 de diciembre sin inconvenientes. 

Durante los meses previos, además de la práctica de los cuadros que se van a presentar, se organizan también las funciones de cada persona: el capitán u organizador, que es quien dirige a todo el grupo y asigna los puestos y actividades que llevará cada quien, normalmente es la persona con más edad, y que casi siempre es quien fundó el grupo.

También se asignan los “monarcos” o directores, que son quienes guían a los danzantes y marcan los pasos, la dirección que se va a tomar, la coreografía que se va a realizar, y las consignas, oraciones y cantos que se llevan a cabo en la peregrinación. 

Para ser director o monarco, se requiere práctica, por supuesto, pero también compromiso, según menciona Don Felipe. No se trata de bailar bien, sino de hacerlo con devoción. 

Existe también la figura de “el viejo” que en algunas regiones también es “el diablo”. A diferencia del resto de los danzantes, utiliza una indumentaria distinta, caracterizada por usar una máscara del personaje señalado, y no sigue los pasos del cuadro, sino que utiliza un látigo o cuerda para ahuyentar a quienes son espectadores, e interactúa con ellos a manera de juego. En el simbolismo, los danzantes llevan a este “diablo” hacia Dios, lo quieren guíar por el buen camino, aunque algunos otros grupos mencionan que es la representación de cómo el mal puede estar presente siempre, pero los matachines tienen la devoción suficiente para no dejarse tentar y finalizar su camino hasta llegar ante Dios.

En este camino hacia la celebración de la Virgen de Guadalupe, los grupos de danzantes organizan actividades para recaudación de fondos que les permitan confeccionar los vestuarios, tocados, calzado, instrumentos, ornamentos, y la alimentación no solo de los danzantes, sino de los familiares y amigos que acompañan a los matachines en las peregrinaciones, y que proporcionan apoyo médico, reparan la indumentaria y hacen compañía, evitando que los espectadores e incluso los automóviles afecten el recorrido.

Un vestuario lleno de significado

El vestuario es variable, pues cada parte del país tiene sus elementos característicos, es decir, hay danzantes que utilizan penachos, o bien tocados altos confeccionados con cuentas brillantes y listones, o bien solo sombreros y pañuelos. Sin embargo, las “nahuillas” son el elemento tradicional que puede encontrarse casi en todo México. Se trata de dos rectángulos largos de tela que se amarran desde la cintura y cubren las piernas por delante y detrás, abajo de la nahuilla se utilizan pantalones de mezclilla, o del que se disponga. Estas nahuillas están decoradas con carrizo, cuentas, listones, y el objetivo es que suenen al momento de danzar; funcionan como un instrumento más que acompañan las sonajas, los violines y los tambores, que acompañan la danza.

Martha García, responsable del vestuario de los Matachines en Ciudad Juárez, Chihuahua, explica que cada elemento tiene también un significado, pues la vestimenta cuenta con 5 partes: “la cabecera, el centro, los pies, y los dos brazos de la Santa Cruz, que es lo mismo que se hace en el tendido de la palma, con cinco veladoras”. En la parte del pecho o espalda, los grupos se identifican con su escudo, que puede ser la imagen de la Virgen de Guadalupe, acompañado del nombre del grupo.

El calzado es variable, aunque tradicionalmente se utilizan “huaraches”, unas sandalias de cuero utilizadas en México. Debido a las condiciones geográficas y climatológicas, los danzantes han comenzado a usar zapatos, deportivos, o incluso zapatos confeccionados específicamente para este propósito.

En la víspera del 12 de diciembre, es común que los grupos se reúnan desde la tarde para comer juntos y hacer oración previa a la peregrinación. Normalmente se rezan uno o dos Rosarios para encomendar la salud y seguridad de los danzantes y acompañantes durante su camino. Una vez en el punto de partida, en donde confluyen todos los matachines que formarán parte del recorrido que los llevará a la basílica de Guadalupe de su propia ciudad, o al templo de la Virgen que consideren propio. Los matachines se organizan: un capitán al frente con el estandarte de la Virgen, y el resto de los participantes en dos hileras, quienes van al frente son los monarcos. Todos llevan tambores, arcos y sonajas, y son los monarcos quienes marcan el ritmo de la danza.

No hay edad ni género para ser matachín. Los grupos se conforman de niños de 8 años hasta adultos mayores -normalmente el capitán o capitana- de incluso 90 años o más. Como sentencia Don Felipe: “Así como no hay edad para orar, no hay edad para conocer a Dios, no hay edad para servirle, un niño tiene la oración más preciosa y un viejo tiene la oración más sincera… así mismo no hay edad para ser matachín, mientras el cuerpo aguante… Mi padre danzó y fue capitán por 40 años, murió danzando casi casi, y yo igual, hasta que el cuerpo aguante yo sigo danzando”.

El autorCitlalli Sánchez y Pablo A. Zubieta

Vaticano

Papa Francisco: “Nunca se sabe todo sobre Dios»

El Papa Francisco ha vuelto a asomarse a la ventana para rezar el Ángelus y comentar el Evangelio del día en este tercer domingo de Adviento.

Paloma López Campos·11 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

En la lectura de hoy, dice el Papa, vemos a Juan el Bautista en la cárcel que manda a sus discípulos a preguntar a Cristo si Él es el Mesías esperado. Jesús rompe con la imagen que tenía Juan de “aquel que tiene que venir”. No es un hombre severo que castiga a los pecadores. “Jesús tiene palabras y gestos de compasión hacia todos. En el centro de su acción está la misericordia que perdona, por la que los ciegos ven y los cojos andan. Los leprosos quedan limpios y los sordos oyen. Los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva”.

Podemos aprender de la crisis que vive Juan, nos dice Francisco. “El texto subraya que Juan se encuentra en la cárcel y esto, además del lugar físico, hace pensar en la situación interior que está viviendo. En la cárcel está la oscuridad. Falta la posibilidad de ver claro y de ver más allá. De hecho, el Bautista ya no logra reconocer en Jesús al Mesías esperado”.

La crisis interior de Juan nos enseña que también “el creyente más grande atraviesa el túnel de la duda”. Estas dudas no siempre son un mal, indica el Santo Padre. “Es más, a veces es esencial para el crecimiento espiritual. Nos ayuda a entender que Dios es siempre más grande de lo que imaginamos. Las obras que realiza son sorprendentes con respecto a nuestros cálculos. Su acción es diferente siempre. Supera nuestras necesidades y nuestras expectativas. Por eso, no tenemos que dejar de buscarlo y de convertirnos a su verdadero rostro”.

Es necesario redescubrir a Dios en etapas, afirma el Papa parafraseando a un teólogo. “Así hace el Bautista. Ante la duda, lo busca una vez más. Le interroga, discute con Él y, finalmente, lo descubre”. Juan “nos enseña a no encerrar a Dios en nuestros esquemas, pues siempre están el peligro y la tentación de hacernos un Dios a nuestra medida, un Dios para usarlo”.

“También nosotros, a veces, podemos encontrarnos en la situación de Juan, en una cárcel interior, incapaces de reconocer la novedad del Señor, a quien quizá tenemos prisionero de la presunción de saber ya mucho sobre Él”. El Santo Padre nos dice que “nunca se sabe todo sobre Dios, nunca. Tal vez tenemos en la cabeza un Dios poderoso que hace lo que quiere, en vez del Dios humilde y manso, el Dios de la misericordia y del amor, que interviene siempre respetando nuestra libertad y nuestras elecciones. Quizás nos urge también a nosotros decirle: ¿Eres realmente tú, tan humilde, el Dios que viene a salvarnos?”

Estos prejuicios que tenemos hacia Dios también los aplicamos a los hermanos. El Papa avisa del peligro de poner a los que son diferentes a nosotros “etiquetas rígidas”. Para ayudarnos a crecer y superar estos obstáculos, la Iglesia nos regala este tiempo litúrgico, como dice Francisco. “El Adviento es un tiempo de inversión de perspectivas, donde dejarnos sorprender por la grandeza de la misericordia de Dios”.

El Papa ha finalizado haciendo una breve alusión a Santa María: “Que la Virgen nos tome de la mano, como Mamá, y nos ayude a reconocer en la pequeñez del Niño la grandeza del Dios que viene”.

Mundo

Persecuciones en la India: “Asustar a los cristianos y otras comunidades para reforzar el apoyo a los partidos nacionalistas hindúes”

La opresión a los cristianos en la India aumenta, “no sólo de año en año, sino de mes en mes”. Así lo contaba el pasado 29 de noviembre Vatican News, el portal de noticias del Vaticano.

Leticia Sánchez de León·11 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Tal y como recogía Vatican News el pasado mes de noviembre, el UCF (Foro Cristiano Unido por sus siglas en inglés), publicó su informe anual sobre la persecución religiosa en la India. En él hacía referencia a un aumento de los incidentes relacionados con la libertad religiosa y de culto en la India, pasando de 505 en 2021 a 511 en lo que va de 2022.

El número de ataques a la minoría cristiana en el país no sólo no ha descendido, sino que sigue aumentando.

El origen de los conflictos

Para comprender estos conflictos es necesario tener en cuenta el proceso de hinduización, sobre todo a nivel social y político, que ha vivido el país en el siglo pasado. Un informe del Real Insituto Elcano explica cómo desde 1923 cuando se publica la obra Hindutva (hinduidad), de Savarkar, se comienza a defender la teoría de la equivalencia de los conceptos pitribhumi (tierra ancestral) y punyabhumi (tierra sagrada), concluyendo que solamente las religiones surgidas en territorio indio pueden considerarse como religiones nacionales (budismo, jainismo, sijismo, hinduismo, etc.). Como consecuencia, los creyentes que tuvieran sus lugares santos originarios fuera de la India (musulmanes, cristianos y otros) resultan extraños a la construcción de una sola nación indiana con sus características y religión propias. Ésta idea es el pilar ideológico del nacionalismo hindú y la que orienta sus discursos y acciones.

Esta escalada se acrecentó con la llegada al poder del BJD, el partido nacionalista hindú,  en 1996 caracterizado por un intento de reivindicar lo “hindú” como propio, buscando consolidar la identidad nacional e identificando todo aquello que no sea hindú como un enemigo externo generalmente encarnado en la figura del musulmán y también, cada vez más, en el cristiano.

Las llamadas “Leyes de Libertad Religiosa”

Desde entonces y sobre todo a partir de los años 70 se comenzaron a aprobar en varios estados de la India, las llamadas “Leyes de Libertad Religiosa” que regulan y, sobre todo, restringen, la conversión de una a otra religión. Varios estados del norte, oeste y este de la India, como Uttar Pradesh, Himachal Pradesh, Gujarat, Chhattisgarh, Odisha, Madhya Pradesh, Arunachal Pradesh, Uttarakhand y Jharkhand, tienen vigentes leyes de este tipo.

Karnataka, en el suroeste de la India, ha sido el último estado en promulgar su propia ley, en mayo de este mismo año. La ley establece que “nadie convertirá o intentará convertir, directa o indirectamente, a otra persona de una religión a otra mediante declaraciones falsas, fuerza, influencia indebida, coacción, seducción o cualquier medio fraudulento, ni mediante el matrimonio; nadie fomentará ni organizará conversiones religiosas de otras personas”. Así se podía leer en el proyecto de ley del estado de Karnataka- “En caso de infracción, se prevé una pena de prisión de tres a cinco años y una multa de 25.000 rupias indias (307 dólares), mientras que la pena de prisión se eleva a 10 años y la multa a 50.000 rupias (614 dólares) para quienes conviertan a menores, mujeres y personas de las comunidades (…) consideradas grupos marginados y vulnerables.” Son sanciones muy altas si tenemos en cuenta que el sueldo mensual neto es de 44900 rupias, unos 551,53 dólares y la gran desigualdad entre castas.

“Allí donde se ha aprobado la ley anti-conversión, se ha dado una justificación para la persecución de las minorías religiosas y otros grupos marginados -dice Ram Puniyani, director del NSF, (National Solidarity Forum) y promotor de los derechos humanos en la India, en un artículo publicado en la página web de la Agencia Fides sobre la situación de los cristianos en la India. “Los ataques a las minorías han aumentado significativamente en los últimos años desde que esta ley se utiliza como arma contra los cristianos y los musulmanes, especialmente los adivasis, los dalits y las mujeres” -concluye Punyani.

Según varias asociaciones que trabajan en la India para promover y proteger los derechos humanos, la conversión de un dalit (“paria”, considerado fuera de las 4 castas indianas) al cristianismo o al islam, hace que éste pierda la protección del Estado, pero no sucede así si se convierte al sijismo, al jainismo o al budismo. Estas discriminaciones actúan de incentivo para que los individuos permanezcan en el hinduismo -o se conviertan a esa religión- y violan la libertad de conciencia.

Y por si fuera poco, la fundamentación de esta ley es prácticamente inexistente. Asma Jahangir, la Relatora Especial de la ONU sobre Libertad de Religión o de Creencias, señaló en su informe sobre India en 2011 que: “Aun en los estados indios que han adoptado leyes sobre la conversión religiosa, parece haber solo pocas condenas, si hay alguna, por conversiones mediante el uso de la fuerza, incentivos o medios fraudulentos. En Orissa, por ejemplo, los oficiales de distrito y oficiales de primer nivel en la Secretaría de Estado no han podido citar o aducir una sola infracción de la Ley de Libertad de Religión de Orissa de 1967”.

Las persecuciones se acentúan contra los cristianos

El origen de las persecuciones se remonta al año 2008 en el estado de Odisha, (antes Orissa, en la India oriental), cuando Swami Lakhmananda Saraswati, líder local del Vishwa Hindu Parishad (VHP), y otros cuatro miembros del VHP fueron asesinados. Aunque un dirigente maoísta había reivindicado la autoría y los líderes cristianos habían condenado los asesinatos, turbas organizadas atacaron posteriormente a cristianos de comunidades dalit y tribales. A finales de septiembre de 2008, más de 40 personas habían sido asesinadas en Odisha, más de 4.000 hogares cristianos destruidos y unas 50 iglesias demolidas. Unas 20.000 personas vivían en campos de socorro y más de 40.000 estaban escondidas en bosques y otros lugares. La Relatora Especial de la ONU dijo en 2009 estar profundamente alarmada por la situación humanitaria en los campamentos de socorro, donde, según los informes, no había acceso a alimentos, agua potable, atención médica, instalaciones sanitarias adecuadas ni ropa apropiada.

Lo sucedido en Odisha supuso un antes y un después para los cristianos en la India: nunca antes se habían recrudecido tanto los ataques a los cristianos por parte de los fundamentalistas hindúes. Desde entonces, Odisha es un símbolo de la intolerancia de los movimientos nacionalistas hindúes, aunque ya desde 2008 los ataques a los cristianos se han extendido a otros estados, como el estado de Jharkhand, (al norte de Orissa) hoy epicentro de las tensiones.

Según el coordinador del UCF, A.C. Michael, la violencia contra las minorías cristianas crece de día en día, convirtiéndose en una tendencia difícil de parar. Gracias a la labor del UCF se sabe cuál es el modus operandi de los persecutores: los incidentes suelen ser perpetrados por pequeños grupos de justicieros que cuentan entre sus miembros con hindúes extremistas. Estos grupos, formulan acusaciones de actividades de conversión forzosas, y de esta manera irrumpen en los lugares donde los cristianos se reúnen, con el objetivo de asustarles e incluso atacando a alguno de ellos en más de una ocasión.

Lo grave es que muchos de estos ataques tienen lugar sin consecuencias para los persecutores desde el punto de vista jurídico y/o político. El UCF explica que cuando se registran casos contra los autores del crimen, no se toma ninguna medida. Y como la policía, la administración, los políticos y el gobierno mantienen un estudiado silencio cuando se cometen actos de violencia contra las minorías religiosas, los fanáticos religiosos adquieren más valor y se convierten en autoridades extraconstitucionales para violar sus derechos.

La voz del papa Francisco

El papa Francisco ha repetido en numerosas ocasiones la necesidad de luchar contra el fanatismo religioso y en particular en sus encuentros interreligiosos de El Cairo en 2017 y en su reciente visita al Reino de Bahrein en noviembre de 2022.

En su visita a El Cairo, el Papa dijo que “como líderes religiosos estamos llamados a desenmascarar la violencia que se disfraza de supuesta sacralidad, (…). Estamos obligados a denunciar las violaciones que atentan contra la dignidad humana y contra los derechos humanos, a poner al descubierto los intentos de justificar todas las formas de odio en nombre de las religiones y a condenarlos como una falsificación idolátrica de Dios.

El autorLeticia Sánchez de León

Cine

¿Qué ver este mes en cine o en casa?

Te recomendamos novedades, clásicos, o contenido que aún no has visto en el cine o en tus plataformas favoritas.

Patricio Sánchez-Jáuregui·11 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

SAS: ROGUE HEROES 

Creador: Stephen Knight 

Actores: Connor Swindells, Jack O’Connell, Alfie Allen, Sofia Boutella

HBO-MAX Serie 

Cartel publicitario de la película (FilmAffinity)

En el marco de la segunda guerra mundial, frente africano, un par de oficiales del ejército británico intentan cambiar las tornas de la guerra y acaban creando un caótico y anárquico regimiento de comandos para caer en paracaídas sobre el desierto y destruir las líneas de suministro alemanas. 

SAS: Rogue Heroes es una serie dramática histórica de primer orden, creada por la BBC con un maestro de ceremonias de lujo, Steven Knight (Peaky Blinders), que describe los orígenes del Servicio Aéreo Especial del Ejército Británico (SAS) durante la Campaña del Desierto Occidental de la Segunda Guerra Mundial. 

Basada en hechos reales, la serie auna aventura, romance, guerra e historia en un mix palomitero con buen guión, gran sentido del humor, y algún detalle violento o sexual de más. Todo ello edulcorado con una banda sonora de cine. 

Los renglones torcidos de Dios 

Director: Oriol Paulo 

Guión: Oriol Paulo, Guillem Clua, Lara Sendim 

Historia original: Torcuato Luca de Tena 

Música: Fernando Velázquez 

EN CINE 

Cartel publicitario de la película (FilmAffinity)

Adaptación de la novela homónima de Torcuato Luca de Tena, nominada a 6 goyas, y llenando las salas de cine dos meses después de su estreno, Los Renglones Torcidos de Dios ha sido una sorpresa de superproducción castiza que ha sobrevivido a un rodaje en época covid y muestra una excelencia soberbia en todos sus aspectos técnicos, sobre todo en su dirección e interpretaciones. 

La historia empieza cuando Alice, una investigadora privada, ingresa motu propio en un hospital psiquiátrico simulando una paranoia. Como buen thriller, su objetivo (resolver la muerte de un interno en circunstancias sospechosas) se verá dificultado por la realidad a la que se enfrentará en su encierro, que superará sus expectativas y pondrá en duda su propia cordura.

El autorPatricio Sánchez-Jáuregui

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Ecología integral

Trabajar por un mundo mejor

El pasado lunes 5 de diciembre se celebró el Día Internacional del Voluntariado. Manos Unidas aprovechó esta ocasión para fijarse en aquellas personas que se entregan, de forma desinteresada, a los demás.

Paloma López Campos·11 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

¿Qué es Manos Unidas?

Manos Unidas tiene como objetivo luchar contra el hambre, la nutrición deficiente, la miseria, la enfermedad, el subdesarrollo y la falta de educación. Ellos mismos definen su visión como que “cada persona, hombre y mujer, en virtud de su dignidad, sea capaz de ser, por sí mismo, agente responsable de su mejora material, de su progreso moral y de su desarrollo espiritual, y goce de una vida digna”.

Con esto en mente, los valores de esta organización, entre otros, son la dignidad de la persona, el bien común, la solidaridad, la cultura de la paz, el voluntariado y la calidad”.

Líneas de trabajo

Manos unidas se inspira en el Evangelio y en la Doctrina Social de la Iglesia para ejercer su labor. En concreto, desarrolla dos líneas de trabajo que se pueden resumir en sensibilización y cooperación al desarrollo.

En cuanto a la sensibilización, la organización quiere dar a conocer y denunciar que el hambre y la pobreza existen, precisando las causas y las posibles soluciones que tienen estas grandes crisis.

A través de la cooperación al desarrollo, Manos Unidas trata de reunir los recursos económicos necesarios para financiar los planes, proyectos y programas que tratan de atender a las necesidades de más de 800 millones de personas en el mundo.

Las cifras

Más del 97% de las personas que forman parte de Manos Unidas son voluntarios. En total, la organización cuenta con 6.156 voluntarios. De estos, un 3% son jóvenes (personas de entre 20 y 29 años). Otro 3% está entre los 30 y los 39 años, pero la gran mayoría son personas que rondan entre los 50 y los 69 años (el 47% de los voluntarios).

Todas estas personas que ayudan a la organización han logrado que el pasado 2021 se beneficiaran 1.524.954 personas a través de sus esfuerzos. Además de los voluntarios, Manos Unidas también agradece la participación de los socios y colaboradores, que son 76.928. 

En total,en 2021 se recaudaron 50.823.998 euros. De los gastos realizados por la organización, el 83,5% los dedicaron a financiar proyectos de desarrollo. Además, invirtieron más de 33 millones de euros para luchar contra el hambre. Ahora mismo, Manos Unidas tiene 721 proyectos en ejecución en 51 países de Asia, América y África, trabajando con más de 400 organizaciones locales.

Un nuevo modo de ver el voluntariado

José Valero, vicepresidente de Manos Unidas y responsable de la nueva Área de Personas, dice que “el momento social en el que nos encontramos, donde impera el individualismo y donde el futuro laboral de los jóvenes es incierto, hemos de dar un paso al frente, ser valientes y hacer una apuesta por los jóvenes, sin desatender al resto de voluntariado”.

Hacen falta jóvenes, aumentar un poco esa cifra del 3%. Para ello, el objetivo es trabajar en aquello que más valoran los jóvenes en cuanto a las organizaciones de voluntariado que es “sentirse a gusto en la entidad, valorados y queridos”. Para ello, Valero cuenta que desde Manos Unidas pretenden “que esto vaya a más y darles más peso en la toma de decisiones”.

“Todo ello”, señala el vicepresidente, “sin olvidarnos de los voluntarios de más edad”. A ellos “queremos darles todo el reconocimiento, gratitud y el acompañamiento que necesitan pues son pieza fundamental de la entidad”.

Y, con todo esto, ¿cuál es ese concepto de voluntariado que en Manos Unidas quieren transmitir? En su página web, explican que ser voluntario significa:

-Formar parte de una organización.

-Unirse a un grupo de personas que quiere cambiar el mundo.

-Aunar fuerzas para acabar con el hambre y la pobreza.

-Promover la sensibilización en España.

-Ser parte del proceso a través del cual los proyectos tienen éxito.

-Participar en campañas de incidencia.

-Organizar eventos solidarios.

-Hacer eco de la información en las redes sociales.

-Mejorar el planeta.

-Transformar la sociedad.

Recursos

¿Optimistas o esperanzados?

La esperanza cristiana no es lo mismo que el optimismo. Don Celso Morga Iruzubieta, Arzobispo de Mérida- Badajoz escribe para Omnes hablando sobre la diferencia de estos conceptos en el Adviento, tiempo propio de la esperanza cristiana.

Celso Morga·10 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Estamos en el tiempo litúrgico del Adviento, el tiempo de esperanza cristiana. La esperanza cristiana no es lo mismo que el optimismo. El optimismo es un estado del ánimo que nos da una perspectiva positiva del futuro, de sí mismo, del mundo que nos rodea, pero ese estado de ánimo puede cambiar o desaparecer si las circunstancias que componen nuestra vida cambian o varían. Una enfermedad, un revés económico, un fracaso, un desengaño amoroso, tantas cosas pueden dar al traste con un ánimo optimista y hacerlo desaparecer, al menos temporalmente. 

La esperanza cristiana, en cambio, no se muda, no desaparece, no defrauda, porque se apoya en la fe en Dios y en el amor de Jesús por nosotros, que permanece siempre. La esperanza cristiana es un suave y dulce don de Dios, virtud sobrenatural. La esperanza se basa en la filiación divina. Y, ¿en qué esperamos? Porque el mundo nos ofrece muchos bienes apetecibles para nuestros deseos que nos proporcionan una relativa felicidad y también la esperanza cristiana se orienta a esos bienes de la tierra, pero los anhelos del cristiano van infinitamente más allá y, aunque nos fallen esos bienes apetecibles de la tierra, no por ello desaparece la esperanza cristiana que se apoya y orienta en el amor mismo de Dios y en los bienes eternos que Dios nos tiene prometidos: en gozarlo plenamente, con un gozo sin fin. 

Este bien supremo nos permite mirar el fracaso, la enfermedad e incluso la muerte con las alas de la esperanza, que anima nuestros corazones a levantarse hasta Dios, nuestro Padre. La cultura que hoy respiramos tiende a reírse de la muerte como hace Halloween o a ocultarla porque tiene pavor ante ella, ya que no le ve solución. 

La esperanza cristiana, por el contrario, nos hace verla con tristeza pero con el consuelo de la futura vida eterna y de la resurrección. Esa esperanza nos hace clamar al Señor: “Tú eres mi fortaleza” (Salmo 42,2), cuando todo nos sale al revés. 

En este caminar en la esperanza nos acompaña como guía, maestra y madre la Virgen María, que celebramos el 8 de diciembre, colmada de gracia, pues su Hijo quiso hacerla Inmaculada. Entre los Santos Padres fue común referirse a Ella como “toda santa”, “toda pura”, “libre de toda mancha de pecado”. Como afirma el Concilio Vaticano II: “Enriquecida desde el primer instante de su concepción con una resplandeciente santidad del todo singular, la Virgen de Nazaret es saludada por el ángel de la Anunciación, por encargo de Dios, como llena de gracia (cf. Lc 1,28)” (LG, 56). 

Os animo a vivir este espléndido tiempo litúrgico del Adviento alimentando en vosotros esa virtud maravillosa de la esperanza mirando a María, por quien nos vino la vida. “La muerte vino por Eva, la vida por María” (San Jerónimo, Epist. 22,21). Con mi bendición.

El autorCelso Morga

Arzobispo de Mérida-Badajoz.

Cultura

Cara a cara con el cuerpo de Cristo crucificado

Mirar a Cristo “cara a cara” es posible ahora en la catedral de Salamanca (España), gracias a la exposición The Mystery Man. Más de quince años de investigación han dado lugar a una singular muestra en la que la representación hiperrealista del hombre de la Sábana Santa centra el interés de los visitantes. 

Paloma López Campos·10 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Cara a cara con el cuerpo de Cristo crucificado y puesto en el sepulcro. Así podría definirse la experiencia que ofrece The Mystery man, una muestra única sobre “el hombre de la Sábana Santa”. Una exposición que ha tenido su primera parada durante más de cinco meses en la catedral española de Salamanca y que nace con el objetivo de recorrer los cinco continentes a lo largo de los próximos años, como señala para Omnes Francisco Moya, director general de Artisplendore, la empresa de gestión cultural especializada en arte sacro que ha sido la artífice de esta singular e impactante muestra. 

La muestra desglosa, a lo largo de seis zonas expositivas, los aspectos más importantes de uno de los grandes enigmas de la historia: la figura de Jesús de Nazaret, la condena y muerte de Cristo, la Sábana Santa, estudios forenses sobre la Síndone, una espectacular sala inmersiva y, por último, el culmen de esta exposición, la sala donde se expone el cuerpo recreado a partir de la Sábana Santa. “De hecho, esta reproducción del hombre de la sábana santa es el punto diferenciador clave de esta exposición con respecto a otras que hayamos podido ver”, destaca Francisco Moya.

Una reproducción única y que muestra, como explica el director general de Artisplendore “todos los signos de la pasión y la cruz que aparecen en la Sábana Santa”. La similitud es tal que “estamos viendo realmente a un hombre, no una escultura”, afirma.

La historia de la Sábana Santa

The Mystery man no se entiende sin conocer todo lo que rodea a la Sábana Santa, la tela de lino que cubrió a Jesús de Nazaret tras su muerte en la Cruz. El cuerpo del hombre a quien envolvió esta tela quedó impreso en ella, haciendo pensar que es la imagen de Cristo. Esta reliquia es uno de los objetos más estudiados en toda la historia y suscita gran interés entre los estudiosos debido a sus peculiaridades. Es precisamente esta tela el origen de la exposición, pues se ha obtenido a través de ella la imagen hiperrealista de Jesús.

La exposición recorre la historia, no exenta de avatares, de esta singular reliquia. De este modo, retrocedemos hasta el siglo XIV, cuando un caballero francés afirma tener la sábana que envolvió el cuerpo de Cristo tras su muerte. Sin embargo, no puede desvelar cómo la ha obtenido. Antes de su muerte en la batalla de Poitiers, dona la tela a unos monjes que empiezan a recibir visitas de los peregrinos que quieren ver la supuesta reliquia.

Durante la guerra de los Cien Años, los religiosos devuelven a la familia del caballero el sudario, para protegerlo. Cuando acaba la contienda, la heredera de la familia se niega a devolver la Sábana Santa y la usa como pasaporte a Italia, donde busca refugio a cambio de entregar la reliquia a los que serían más tarde reyes italianos, los duques de Saboya.

Los duques guardan la sábana en la iglesia de su castillo, que ardió en un incendio en el año 1523. El relicario de plata en el que habían depositado la tela se funde, atravesando una gota la sábana, pero sin destruir la imagen. Cincuenta años después, la reliquia llega a Turín, donde todavía se conserva custodiada en la catedral.

La investigación forense sobre el cadáver

Las diferentes investigaciones sobre la Sábana Santa, en la que está basada la exposición, demuestran que esta tela cubrió el cuerpo de un hombre muerto, un cadáver reciente. El estudio forense de la imagen deja ver la posición del cuerpo: la cabeza está flexionada, los músculos del pecho contraídos, los brazos cruzados y las piernas flexionadas. Además, por los tejidos que se han podido obtener, se ha demostrado que el cadáver era el de un varón de raza caucásica, con sangre de tipo AB y una altura de 178 centímetros.

Entre las distintas lesiones que se pueden ver en el análisis forense, en la zona del cráneo pueden observarse más de cincuenta heridas producidas por un objeto punzante. En la cara se aprecian también lesiones, especialmente la rotura de la nariz y la desviación del tabique. En la espalda, el torso y las piernas hay evidencias de una flagelación romana. También puede verse una herida realizada tras la muerte, que perfora el costado, atravesando el cuerpo. 

La Sábana Santa fue expuesta por primera vez en el año 1898 durante dos días. El fotógrafo Secondo Pía obtuvo permiso para fotografiar la reliquia. En el momento de revelar la imagen, Pía descubrió que en la placa se revelaba un positivo. Solo había una posibilidad: que la sábana fuera el negativo.

Toda la comunidad científica se sobresaltó ante el descubrimiento, pero no fue hasta 33 años después cuando se repitió la misma prueba. Como era de esperar, el resultado fue idéntico: aquel lienzo era el negativo de una imagen.

A mediados de 1930 comenzaron los estudios de la reliquia por parte del médico forense Pierre Barbet. Tras muchas pruebas con cadáveres, Barbet concluyó que la imagen era un modelo anatómico extrañamente exacto, puesto que desvelaba características fisiológicas y patológicas que eran ignoradas en el mundo médico 150 años antes. 

Los análisis de la Sábana Santa continuaron en el año 1988, cuando se concedió permiso a un grupo de científicos para realizar la prueba de carbono 14 en la tela. Tres laboratorios distintos llevarían a cabo el análisis con el objetivo de datar la sábana. Los resultados señalaban que la síndone había sido fabricada entre los siglos XIII y XIV, lo cual implicaba que la supuesta reliquia era en realidad un fraude. 

Sin embargo, un año más tarde, la revista científica Nature demostró la baja fiabilidad de la prueba del carbono 14. Cada laboratorio obtuvo una fecha muy distinta. La contaminación del lino no permitía que los resultados fueran fiables. Por tanto, no podía considerarse de inmediato que la Sábana Santa fuera una falsificación.

Ante los fallos que encontraron en esta prueba, los científicos decidieron tomar una vía distinta. Se obtuvieron muestras del polen para determinar con más exactitud la fecha de la sábana, ya que las características de este elemento permiten obtener muchos datos. Estos estudios sitúan la síndone en Jerusalén, pero también prueban que fue trasladada por Italia y Francia.

Los estudios acerca de la Sábana Santa se han efectuado más veces, pero la ciencia no ha podido demostrar cómo se produjo una imagen con las características de la síndone.

Las características únicas de la Sábana Santa

La Sábana Santa, de la que podemos encontrar una reproducción exacta en la exposición, es una imagen muy especial, debido a nueve aspectos que no se dan en ninguna otra imagen: superficialidad, ausencia de pigmentación, no direccionalidad, estabilidad térmica, estabilidad hidrológica, estabilidad química, pormenorización, negatividad y tridimensionalidad.

La superficialidad implica que la imagen apenas penetra en los hilos. Ausencia de pigmentación quiere decir que no hay químicos conocidos. La no direccionalidad se refiere al hecho de que no se puede descubrir ningún trazo que debería haberse quedado al pintar. La estabilidad hace referencia a que la imagen no se ve afectada por la temperatura, el agua o los químicos. En cuanto a la pormenorización, el rastro del cuerpo es muy detallado. La negatividad es la característica que descubrió Pía y la tridimensionalidad implica que la imagen tiene relieve.

La exhibición

El centro y culmen de la exposición de Mystery Man es, sin duda, la representación hiperrealista del hombre de la Sábana Santa.

Cuando las personas llegan ante ella, cuenta Francisco Moya, “la emoción, el sentimiento, la fe, salen a la luz”. Es la primera vez que se expone algo así y todos los que pasan ante la imagen dicen salir impactados.

En el cuerpo, a tamaño natural, se observan las heridas de las que da cuenta la Sábana Santa y que se identifican con lo recogido en los evangelios sobre la pasión de Cristo.

Al entrar en la sala donde se encuentra la representación del cuerpo de Cristo, se observa, sobre ella, una reproducción a tamaño real de la Síndone. De este modo, el espectador percibe, en tres dimensiones los resultados de una investigación que lleva más de quince años en marcha.

Las entradas para la exposición se pueden encontrar en la página web de Mystery Man, si bien en España solo estará, en principio, hasta el mes de marzo, pues luego comienza la peregrinación por todo el mundo. Se espera que el proyecto esté en marcha unos veinte años, adecuándose a los lenguajes expositivos de cada momento.

En resumen, como dicen los mismos responsables, esta exhibición es un “recorrido histórico, artístico y científico sobre los estudios de la Síndone, su impacto en el mundo cristiano y en la representación de la imagen de Jesús”.

Vaticano

Ropa térmica para enviar a Ucrania

Rome Reports·9 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

El cardenal Konrad Krajewski, limosnero apostólico del Vaticano, ha escrito una carta a los católicos del mundo pidiendo camisetas térmicas para enviar a Ucrania. 

Las donaciones, que se han de enviar al Dicasterio para el Servicio de la Caridad, el Cortile de Sant’Egidio de la Ciudad del Vaticano se entregarán a lo largo del mes en Kiev.


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Libros

Una “apuesta católica” desde la sociología

Chiara Giaccardi y Mauro Magatti ven en las ideas de Benedicto XVI y de Francisco una continuidad que puede devolver al catolicismo el contacto con una realidad cambiante. Así lo exponen en el libro “La apuesta católica”, publicado en 2019 con bastante resonancia.

Andrés Cárdenas Matute·9 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

Los sociólogos italianos Chiara Giaccardi y Mauro Magatti, casados desde 1985, con siete hijos entre naturales y adoptados, ambos profesores universitarios en Milán, han escrito un libro en el que recogen sus ideas sobre las características que deberá tener una “apuesta católica” para el futuro (La scommessa cattolica, Il mulino, 2019). Son autores de alrededor de una docena de ensayos, siempre en torno a las relaciones entre fe, sociedad y futuro, además de activos conferenciantes. Su última obra, Supersocietà, ha sido publicada este año, en donde analizan si todavía tiene sentido apostar por la libertad después de la pandemia y en medio de un mundo en guerra.

En La scommessa cattolica se distancian tanto de la nostalgia por una situación anterior, supuestamente mejor en la Iglesia, como de la afirmación acrítica de todo lo que ha traído la modernidad; están convencidos de que vivimos un momento en el que no cabe el “siempre se ha hecho así”, ni un simple “mantenimiento ordinario”, sino recordar con audacia que el cristianismo tiene algo nuevo que decir en cada situación histórica. “Hacen falta –sostienen– palabras en camino, que busquen dar voz y forma a la difusa sensación de precariedad; palabras capaces de transmitir la experiencia de la fe en donde, como dice Michel de Certeau, la misma estabilidad significa empujar más allá, hacia la búsqueda de nuevas vías de presencia y de narración”.

La “abstracción”, una enfermedad de la razón

Las tesis de Giaccardi y Magatti –esta “búsqueda de nuevas vías”– son difíciles de organizar sistemáticamente, pero su tronco se podría resumir en lo siguiente: sufrimos, como cultura, una enfermedad de la razón, atrofiada en una utilización puramente instrumental, agudamente descrita en numerosas ocasiones por Benedicto XVI; y de esa situación solo podremos curarnos si seguimos algunas intuiciones del Papa Francisco, que se dirigen a intentar despertar de esa suerte de parálisis, poniendo en acción a las manos y al espíritu.

El camino comienza reconociendo esa crisis que sufre occidente, propiciada por la espada de doble filo que supuso la alianza establecida entre el cristianismo y la razón. Ciertamente, es una alianza que está en el corazón de la Iglesia, pero que en cierto momento tomó una deriva que finalmente nos alejó de la realidad concreta para arrojarnos a lo que llaman “el mundo de la abstracción”. Siguiendo de cerca a Romano Guardini, aclaran que “no es una crítica a la ciencia, que es una conquista irrenunciable de la humanidad, sino a la absolutización del lenguaje científico: un lenguaje que construye sus propios objetos y que, cuando pierde la tensión con lo que no es fabricable, medible, disponible, toma una deriva mortal”. Cuando esta abstracción se convierte en la única manera que utilizamos para ver la realidad –como, de hecho, ha sucedido–, nos acostumbramos a separar lo que está unido, a contraponer lo que en realidad es recíproco; sucede, por ejemplo, con las dicotomías vida-muerte, cuerpo-espíritu, razón-sentimiento, forma-materia, hombre-mujer, sujeto-objeto, bien-mal, individuo-sociedad, ser-devenir, etc. El anhelo positivo por dar razón de la propia fe puede terminar por encerrarlo todo en teorías que se alejan de lo concreto.

Quizás la abstracción más dolorosa suceda cuando tratamos de comprendernos nosotros mismos, cuando estudiamos al “yo” como algo aislado de lo que nos rodea: familia, comunidad, cultura, historia, Dios. La consecuencia inevitable de este “yo abstracto” es una soledad sin precedentes. Según los estudios a los que acuden, el porcentaje de familias constituidas por una sola persona crece de manera alarmante hasta ser el 90% en lugares como el centro de Manhattan, pero en grandes capitales europeas ronda el 50%. Nos pensamos como seres con una gran capacidad de autonomía, como si la felicidad dependiera solo de nosotros mismos, pero terminamos chocando con una realidad que, aunque la mantengamos oculta de las redes de exposición pública, siempre es distinta. Es paradójico que en la era de la transparencia el sufrimiento individual se lleve en secreto.

Para salir de esta situación, Giaccardi y Magatti concluyen que no sirve solamente la razón, “no basta hablar del bien y querer transformarlo en discurso; sobre todo si el bien está tan intelectualizado que ya no consigue encender las energías espirituales, ni siquiera las más básicas para que cualquier forma religiosa pueda generar una vida auténtica y poner la realidad en movimiento”.

Una estrategia en dos flancos: el descarte y el misterio

Es entonces cuando los sociólogos ven en la continuidad Francisco-Benedicto XVI la clave para una “apuesta católica” que pueda volver a contactar la realidad. Benedicto XVI realizó un diagnóstico preciso de nuestro tiempo al reconocer la pérdida de la capacidad de la razón para iluminar la fe. A pesar de los anuncios proféticos de muchos –también de pontífices anteriores– sobre la deriva absoluta que se vislumbraba en una razón puramente técnica, se trató de un movimiento difícil de revertir. La pregunta siempre fue: ¿cómo abrir nuestra razón, más allá de su funcionalidad técnica? 

Y aquí es donde entra en juego la respuesta de Francisco: la razón no se abre por caminos intelectuales. “La razón –escriben Giaccardi y Magatti– se abrirá solo si se dispone a dejarse interpelar por la realidad. Porque de la realidad, escuchada y amada, es de donde vendrán los argumentos indispensables para huir del dominio de la razón instrumental, asociada al radical nihilismo cultural que la sostiene y que la hace intolerable. Es justamente en esta apertura en la que el cristianismo puede y debe jugar su propia apuesta. Asumiendo una postura dinámica que se deja provocar por la experiencia humana, sobre todo por aquella que está abandonada en los márgenes y que, al contrario de lo que se piensa, constituye la verdadera linfa de regeneración”. Solo en el contacto con lo periférico es desde donde puede surgir sangre nueva.

“Para conseguir la tarea que Ratzinger ha delineado de manera tan precisa en el plano intelectual –explican–, no existe otra manera que seguir la vía de Bergoglio”. Y trazan una posible estrategia que se despliega, inicialmente, en dos flancos: en el del descarte y en el del misterio; tomar en serio el problema del prójimo y tomar en serio el problema de la oración. En estas dos fronteras la Iglesia se juega la recuperación del “sentido religioso” que parece muchas veces perdido. 

La primera frontera –la de recuperar lo descartado de la sociedad– no se trata de un “humanismo” o un buenismo en el que, otra vez, nosotros mismos somos el centro, sino que se trata más bien de dejarnos empujar hacia ese lugar de encuentro que nos puede salvar; convertir al prójimo, sobre todo al prójimo de las periferias, en ventanas desde las cuales podemos mirar nuevamente el mundo. En la segunda frontera se encuentra aquel gran vacío que el hombre contemporáneo, lleno de todos sus deseos cumplidos, no sabe dónde llenar: ir en búsqueda del alfabeto perdido de la oración. Si el cristianismo siempre ha partido del deseo de Dios que está en lo profundo del corazón humano, el principal objetivo del modelo económico dominante es justamente convencernos de que no existe ningún deseo que no pueda ser satisfecho dentro de sus mecanismos –y, por lo tanto, ninguna necesidad de salvación–. De hecho, el mercado depende del deseo inextinguible, depende de entrar en relación cercana con ese movimiento. Y esto no tiene que ver solo con satisfacer necesidades materiales, sino también con el sentido de misterio que la tecnología busca también secuestrar. 

Por eso, Giaccardi y Magatti abogan por “una oración que es palabra, liturgia, sacramento, rito, pero también, y antes que todo, silencio. Esta es una gran responsabilidad de la Iglesia en la esfera pública contemporánea: antes y más que la exhibición de certezas graníticas, antes y más que una participación colectiva, estamos llamados a mantener vivo en la ciudad el fuego de la oración como capacidad de inhabitar nuestra soledad, de enfrentarnos con los horizontes últimos de la existencia, de inclinarnos frente al misterio de la vida. De contemplar. Es decir, de escuchar: acto originario y distintivo del creer, que huye de las falsas certezas de la idolatría para aceptar caminar por senderos no trazados, siguiendo la voz que llama”.

Pueblo, testimonio, libertad, fe

Hasta aquí lo que podría ser un hilo conductor de la obra de Giaccardi y Magatti. Entre los varios otros temas que van surgiendo al hilo de esas consideraciones, quizás hay cuatro especialmente importantes, cara a repensar una “apuesta católica” de futuro. Por un lado, ese aislamiento del “yo” del que se habló, al darse en medio de una cultura hipermediatizada en la que en raras ocasiones tenemos contacto directo con la realidad, dificulta la generación de un “pueblo”, preocupación que los autores comparten también con Francisco. Sostienen que la Iglesia tiene vocación necesariamente popular en el sentido en que se propone a todos, no solo a pequeños grupos; y, en esta tarea, ha de tener siempre en mente las condiciones de vida de sus contemporáneos, sus esperanzas y sus miedos, ya que es allí en donde se inserta el mensaje evangélico, en medio de una comunidad que comparte camino. En cambio, la enfermedad de la que puede ser víctima un pueblo individualizado es el populismo, que se aprovecha de la fragmentación y de la abstracción, unidas a la necesidad de pertenencia. 

Giaccardi y Magatti piensan que la religión tiene más posibilidades que la política de sanar las enfermedades de un pueblo individualizado, también a pequeña escala, en comunidades más reducidas, pero siempre que se enfoque en generar una experiencia. “Ningún discurso tendrá la fuerza para hacer un hueco en la pantalla, y menos un hueco en la conciencia europea, si no nace de una experiencia, de una realidad atravesada y amada. Por eso hay que insistir en lo que se ha dicho desde cátedras importantísimas: hoy el único lenguaje que puede hablar es el lenguaje del testimonio, es decir, de la experiencia que habla (…). En este punto se puede hablar incluso sin palabras; y no para dar reglas, sino para inspirar nueva vida (…). Todo esto suponiendo que, como católicos y como Iglesia, hayamos efectivamente visto algo”.

Además, reconocen en la Iglesia un desafío antropológico importantísimo, el de compaginar fe y libertad; un conflicto cuyas raíces más específicas pueden remontarse al menos hasta Lutero. Se trata de un desafío al que es suficiente responder con generalizaciones, y menos cayendo en las imposiciones de las que justamente se pretende huir. Citando a Maritain, ambos sostienen que es más claro que nunca que “o el cristianismo es capaz de calificarse como la religión de la libertad o simplemente no conseguirá hablar al hombre contemporáneo”.

Finalmente, al contemplar el gran giro cultural vivido desde los años sesenta hacia acá en cuanto a nuestra comprensión de la autoridad, a la transformación de la comunicación, con el liberalismo y su énfasis en la elección individual, etc., es lógico que hayan existido también cambios en nuestra relación con la fe. De alguna manera, ya no es pensable una “fe de adhesión” que suponía “corresponder de la manera más precisa posible a una regla de vida externa que el sujeto asumía como propio punto de referencia; con la carga de deber, esfuerzo, disciplina que eso implicaba, en el intento de conformarse a ese ideal”. Con la carga añadida de que este modelo podía legitimar un poder que custodia ese “deber-ser”, en donde la deriva violenta no es impensable. Además de que nada indica que un modelo así sea el modelo evangélico, adecuarse a un modelo externo es insostenible cuando el ambiente deja de empujar en la misma dirección. La “búsqueda de nuevas vías” también necesita descubrir alternativas a esa “fe como adhesión” –algunas quedan incoadas en su libro–: caminos que descubran en la modernidad un terreno fértil en donde puede crecer el Evangelio.

El autorAndrés Cárdenas Matute

Vaticano

“Plenamente humanos y plenamente cristianos”: la invitación del Papa a los formadores

En las últimas semanas, el Papa ha celebrado varias audiencias en el Vaticano con grupos e instituciones dedicadas a la educación civil y religiosa. Es el caso de la Unión Mundial de Profesores Católicos, los Formadores de América Latina, el Instituto Claretianum y el Colegio Nepomuceno.

Giovanni Tridente·9 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Totalmente humano y totalmente cristiano. Esto es lo que, en opinión del Papa Francisco, debe caracterizar al educador de hoy, porque “no hay humanismo sin cristianismo” y viceversa. 

Una tarea arraigada en el tiempo y la cultura de hoy, a través de personalidades ricas y abiertas, “capaces de establecer relaciones sinceras” con sus alumnos, comprendiendo “sus necesidades más profundas, sus preguntas, sus miedos, sus sueños”.

Así lo ha confiado el Pontífice en las últimas semanas, al recibir en audiencia en el Vaticano a los participantes en la Asamblea General de la Unión Mundial de Profesores Católicos (UMEC), acompañados por el cardenal Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. De hecho, la institución ha elegido recientemente su nuevo Comité Ejecutivo y se encuentra en una fase de relanzamiento, como señaló el propio Santo Padre durante el encuentro.

Oportunidades de revitalización

Uno de los retos, de hecho, es el del “cambio generacional, que afecta especialmente a los líderes”. El Papa invitó a considerar dicha renovación “como el comienzo de una nueva misión, como una oportunidad para relanzar con fuerza” las actividades de la organización destinadas a servir y acompañar a los profesores católicos de todo el mundo, en una red que pretende cultivar y mantener su identidad como cristianos comprometidos en el mundo. 

No es casualidad que uno de los aspectos destacados por el Pontífice sea la capacidad de “dar testimonio -ante todo con la vida y también con la palabra- de que la fe cristiana abarca a toda la humanidad” y es portadora de “luz y verdad en todos los ámbitos de la existencia, sin excluir nada, sin cortar las alas a los sueños de los jóvenes, sin empobrecer sus aspiraciones”.

La misión educativa debe entenderse, en esencia, como una oportunidad que deja huella en la vida de las personas, ya desde niños y luego como adolescentes y jóvenes; de ahí que sea una gran “responsabilidad” y al mismo tiempo una oportunidad “para introducirlos, con sabiduría y respeto, en los caminos del mundo y de la vida”, mediante un acompañamiento que los haga capaces de “abrirse a lo verdadero, a lo bello, a lo bueno”.

Un arte que se ha de cultivar

La capacidad de educar, evidentemente, es un arte que hay que “cultivar y acrecentar continuamente”, mediante una actualización constante y evitando la rigidez, sabiendo muy bien que “¡no se trabaja con objetos, sino con sujetos!” Por ello, no es secundario desarrollar también habilidades empáticas y comunicativas, atentas a los lenguajes y formas culturales de la época actual, para compartir mutuamente “la alegría del conocimiento y el deseo de la verdad”. Esto no significa caer en la trampa de la “colonización ideológica” -advirtió el Papa Francisco- sino saber discernir lo que es verdaderamente edificante para la personalidad humana.

En esta línea va también todo el contexto del Pacto Mundial por la Educación, que el propio Pontífice lanzó hace tres años como una oportunidad para implicar a múltiples instituciones educativas con vistas a una alianza capaz de “formar personas maduras, capaces de superar fragmentaciones y contrastes” y, en consecuencia, una humanidad más fraterna y pacífica. Un llamamiento sin duda dirigido a los educadores católicos, y que hoy adquiere toda su urgencia e importancia dado el contexto de guerra a las puertas de Europa.

Siguiendo con el tema de la formación, a principios de noviembre se celebró en el Vaticano un Curso para Rectores y Formadores de Seminarios de América Latina y el Caribe, por iniciativa del Dicasterio para el Clero. El Papa les dirigió un discurso a distancia y, en cambio, les entregó un texto preparado, invitándoles a leerlo y profundizar en él más adelante.

Proximidad y cercanía

Uno de los aspectos que destacó en su discurso espontáneo es el de la “proximidad” y la “cercanía”, que son una emanación directa de Dios, que siempre está cerca “con misericordia y ternura”. Esta es la misma actitud que deben asumir también los pastores de almas, y ciertamente deben ser educados para ello a lo largo de todo el proceso de su formación, evidentemente ya desde los años de seminario. 

En el texto preparado para la ocasión, el Papa explicaba, no por casualidad, que la formación de los futuros sacerdotes “está en el corazón de la evangelización”, por lo que requiere calidad, y ésta no puede lograrse sin una “visión antropológica integral” que aúne las cuatro dimensiones de la personalidad del seminarista: humana, intelectual, espiritual y pastoral, como ya se ha explicado en varias ocasiones y como recoge la propia Ratio fundamentalis institutionis sacerdotalis.

Desde el punto de vista del formador, no hay que olvidar que educa “con su vida, más que con sus palabras”, por lo que él mismo debe brillar con la “armonía humana y espiritual”, que -siempre según el Papa Francisco- se desarrolla y consolida a través de “la capacidad de escucha y del arte del diálogo, que naturalmente están anclados en una vida de oración”, verdadero ámbito donde esta capacidad “germina, florece y da frutos”

Influencia positiva y abierta

Antes incluso que a los profesores y formadores de los seminarios, el Papa Francisco se había dirigido también a la Comunidad del Instituto de Teología ‘Claretianum’, que desde hace más de 50 años se dedica a la formación en temas de Vida Consagrada como organismo de especialización incorporado a la Universidad Pontificia Lateranense y en el espíritu del santo arzobispo y misionero español Antonio María Claret.

Existen centros similares en Madrid, Manila, Bangalore, Bogotá y Abuja, y con su servicio (jornadas de estudio, congresos, revistas, acompañamiento en los capítulos de institutos y congregaciones) en las últimas décadas han contribuido, según el Santo Padre, “a ofrecer un rostro más humano a la vida consagrada”: “vuestra influencia ha sido positiva, siempre abierta, alejando siempre temores que no tenían fundamento”.

Un verdadero “testimonio” -de nuevo- que fomente “la opción por los pobres y la solidaridad, la fraternidad sin fronteras y la misión en constante salida”. Formarse en estas cualidades hace más apreciable el don de la vida consagrada y su misión en la Iglesia y en el mundo, dijo convencido el Pontífice.

Cultivar la vida comunitaria

En esta línea también debemos cultivar, y cultivar bien, la vida comunitaria como verdadera “fidelidad en el seguimiento de Jesús según el espíritu de los Fundadores” y como contraste al individualismo cada vez más extendido. Esta actitud se expresa en la capacidad de “vivir la interculturalidad como camino de fraternidad y misión” y también en el intercambio intergeneracional entre los miembros de la comunidad, especialmente entre “los viejos” -que “deben morir soñando”- y “los jóvenes”“que hacen soñar a los viejos” y ocupan su lugar.

También a los miembros del Claretianum y a los formadores del seminario, el Papa les instó al estilo de cercanía, compasión y ternura, sin cansarse de “ir a las fronteras, incluso a las del pensamiento”, abriendo así caminos y acompañando con audacia. Es fundamental -como ya subrayó San Juan Pablo II en Vita consecrata– no perder de vista la formación teológica, la reflexión y el estudio, porque esto empobrecería el apostolado y lo haría superficial.

La primacía de la conciencia

De la primacía de la conciencia sobre cualquier poder mundano, el Papa habló finalmente a la comunidad del Colegio Nepomuceno, un seminario pontificio romano destinado principalmente a estudiantes de nacionalidad checa, aunque en los últimos años se ha abierto también a otras nacionalidades, como asiáticos y africanos. La idea estaba ligada a la figura y al testimonio de este Santo que da nombre al Colegio, un sacerdote bohemio que murió mártir por mantenerse fiel al secreto de la confesión. Esta “raíz de coraje y firmeza evangélica” -sugirió el Papa Francisco- debe convertirse en una advertencia para no caer en la “mundanidad espiritual”, lo peor que le puede pasar a la Iglesia y a una persona consagrada. 

San Juan Nepomuceno también fue puesto como ejemplo para que los futuros sacerdotes “construyan puentes donde hay divisiones, distancias, incomprensiones” y se conviertan en “humildes y valientes instrumentos de encuentro, de diálogo entre personas y grupos diferentes y opuestos”, donde se puede encontrar una peculiar originalidad y al mismo tiempo una humanidad común.

Lecturas del domingo

Paciencia en la oscuridad. III domingo de Adviento (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del III domingo de Adviento y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·9 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Mientras Juan estaba encadenado en la oscura y húmeda mazmorra de Herodes, la profecía de Isaías que escuchamos en las lecturas de este domingo debió de resultarle difícil de creer: “El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrará la estepa y florecerá […] con gozo y cantos de júbilo. Le ha sido dada la gloria del Líbano […] Contemplarán la gloria del Señor, la majestad de nuestro Dios”. Allí, en aquellas miserables profundidades, había pocos signos evidentes de la gloria y la majestad de Dios. ¿Pensaría Juan en estas otras palabras mientras el soldado entraba a cortarle la cabeza: “Decid a los inquietos: ‘Sed fuertes, no temáis. ¡He aquí vuestro Dios! Llega el desquite, la retribución de Dios. Viene en persona y os salvará’”? No había una salvación obvia.

Aceptémoslo: muchas veces el Adviento canta una alegría que no vemos. “Entrarán en Sion con canticos de júbilo; alegría perpetua a la cabeza; siguiéndolos, gozo y alegría, pena y aflicción se alejarán”.

Pero, antes de morir, Juan había conseguido enviar unos mensajeros a Jesús para preguntarle: “¿Eres tú el que ha de venir, o hemos de esperar a otro?”. ¿Buscaba Juan su propio beneficio? ¿Empezaba a tener dudas? ¿O era por el bien de sus discípulos, para dirigirlos hacia Jesús ya que él, Juan, sabía que su propio tiempo en la tierra se estaba agotando? Lo sabremos en el cielo; pero Jesús apuntó a los milagros que estaba haciendo, todos ellos signos que cumplían las profecías del Antiguo Testamento sobre el Mesías como aquel que daría la vista a los ciegos, haría caminar a los cojos y oír a los sordos, daría vida a los muertos y predicaría a los pobres. Nuestro Señor alabó luego a Juan el Bautista por su austeridad de vida: había elegido la pobreza en la alimentación, en el vestido y en la vivienda. Esta fidelidad le había convertido en el mayor de todos los profetas.

Y aquí está la cuestión: el Adviento no es todavía la plena revelación de Dios. Es la preparación para ella. Tiene un elemento de oscuridad, incluso de mazmorra. Para triunfar en la tierra -y para preparar su triunfo final y definitivo-, Dios necesita hombres y mujeres fieles que estén dispuestos a perder incluso su vida. Son gente del Adviento, los otros Juanes, que están dispuestos a sacrificar la comodidad, la libertad, la luz y la vida para preparar el camino a Dios. Se convierten en el camino de Dios, en su autopista, para que él la recorra. Pero ser autopista no es cómodo: implica ser pisado y expuesto a los elementos. Dios acabará triunfando, pero sólo mediante el sacrificio y el sufrimiento de las almas fieles, principalmente de Cristo mismo y, en él, de sus mártires. Esto requiere mucha paciencia, como explica Santiago en la segunda lectura. Porque Juan, en sus cadenas y en sus tinieblas, renunció al movimiento, a la luz y, finalmente, a su vida, otros han llegado a caminar, a ver y a vivir.

La homilía sobre las lecturas del domingo III de Adviento

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Vaticano

Las diez peticiones que el Papa Francisco ha encomendado a la Inmaculada durante su pontificado

Este 8 de diciembre de 2022, es la décima vez que el Papa Francisco vuelve a los pies de la estatua de la Inmaculada Concepción, en la Plaza de España de Roma, para un Acto de Veneración. Una cita a la que no quiso faltar ni siquiera en los momentos más oscuros de la pandemia, los dos últimos años, cambiando la modalidad y presentándose entonces ante la Virgen a solas, de madrugada, en forma privada.

Giovanni Tridente·8 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Este año se ha recuperado la tradición y para dar la bienvenida al Papa Francisco han vuelto a ser numerosos los peregrinos y enfermos, que han rodeado ordenadamente la plaza, como en un gran abrazo, por los laterales de la histórica plaza Mignanelli, a la que da también el majestuoso edificio que alberga la Embajada de España ante la Santa Sede.

Nos parece interesante, en esta ocasión, recorrer las peticiones de encomienda que el Pontífice ha dirigido a la Virgen María hasta la fecha en el día en que celebramos su Inmaculada Concepción, dogma de la Iglesia establecido por Pío IX el 8 de diciembre de hace 168 años (1854) con la bula Ineffabilis Deus.

2022 – El amor filial de los que anhelan esperanza y consuelo

En la oración de este año, que siguió a la más que centenaria visita a la Basílica de Santa María la Mayor ante el icono de la Salus Populi Romani, el Papa Francisco comenzó recordando las muchas «flores invisibles» que son las invocaciones y súplicas, a menudo silenciosas, sofocadas u ocultas, de los fieles a la Virgen Inmaculada. Y dijo llevar a los pies de la Virgen «el amor filial» de los que anhelan esperanza y consuelo, «las sonrisas de los niños»; «la gratitud de los ancianos y de los mayores», «las preocupaciones de las familias», «los sueños y las angustias de los jóvenes», que sufren una cultura rica en cosas pero pobre en valores… La referencia a Ucrania y al pueblo atormentado que implora la paz era inevitable. La esperanza final es que el odio venza al amor, la mentira a la verdad, la ofensa al perdón y la guerra a la paz.

2021 – Curar y sanar enfermedades, guerras y crisis climáticas

El año pasado, con las restricciones aún vigentes debido a la emergencia sanitaria, el Papa Francisco acudió a la Plaza en privado, hacia las 6 de la mañana, depositando una cesta de rosas blancas en la base de la columna que sostiene a la Virgen María. La oración que dirigió en aquella ocasión se refería -según el relato del director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede- «al milagro de la curación, por los numerosos enfermos; de la sanación, por los pueblos que sufren duramente las guerras y la crisis climática; y de la conversión, para que derrita el corazón de piedra de quienes levantan muros para alejar de sí el dolor ajeno».

2020 – Para los afligidos por el desánimo

El año anterior, en 2020, hubo lluvia para hacer compañía al Pontífice en una plaza igualmente desierta; en un primer momento la Santa Sede había anunciado que el Acto no tendría lugar, por lo que la sorpresa fue mayúscula cuando pocas horas después se supo que el Papa no había faltado a la cita. Dada la circunstancia del período pandémico en su momento más duro, la oración de encomienda se refería a todos los que en la Ciudad de Roma y en todo el mundo están «afligidos por la enfermedad y el desaliento». Tras la Plaza de España, el Papa se dirigió a Santa Maria Maggiore, donde celebró una misa en la Capilla del Pesebre.

2019 – Libre de las adicciones más feroces y de las ataduras más criminales

La oración recitada en 2019 contenía una referencia explícita a los muchos tipos de «corrupción», que son mucho más peligrosos que ser pecadores que luego se arrepienten, pues cuando afecta al corazón, la corrupción representa «el peligro más grave»: «las malas intenciones y el egoísmo mezquino». Sin embargo, la súplica de intercesión del Papa se refiere al salvavidas, que a través de María puede llegar a los oprimidos por la desconfianza a causa del pecado, para que incluso en la oscuridad más densa brille siempre «un rayo de la luz de Cristo resucitado», que rompe las cadenas del mal y libera de las adicciones más feroces y de las ataduras más criminales.

2018 – Experimentar la dulce alegría de evangelizar

Para que el cuidado de cada uno haga la ciudad «más bella y habitable para todos» y a quienes desempeñan funciones de responsabilidad les una «sabiduría, previsión, espíritu de servicio y colaboración». La oración para 2018 está dedicada a Roma y su diócesis, con especial atención a los párrocos, consagrados y colaboradores laicos, para que todos experimenten «la dulce alegría de evangelizar». El Papa reza también a la Virgen Inmaculada para que esté cerca de quienes, no sólo en Roma, sino también en Italia y en todo el mundo, viven situaciones de marginación e indiferencia.

2017 – Despojarse del orgullo y la arrogancia

En la quinta ocasión en que el Santo Padre veneró a Nuestra Señora de la Escalinata Española, la petición se refería al apoyo en la capacidad de desarrollar «anticuerpos» contra virus como la indiferencia, la «grosería cívica», el «miedo al diferente y al extranjero», el transformismo que se disfraza de transgresión y la explotación de hombres y mujeres. La ayuda consiste también en despojarnos del orgullo y la arrogancia «para reconocernos como realmente somos: pequeños y pobres pecadores, pero hijos tuyos».

2016 – Cerca de los niños, las familias, los trabajadores, los perdidos y los despreciados

En el centro de la oración de 2016 están los niños -solos, abandonados, engañados y explotados-, las familias -que están ocupadas pero también sufren la fatiga de tantos problemas-, los trabajadores -tanto los que la tienen como los que la han perdido o no la encuentran-. Debemos aprender a mirar a todos «con respeto y gratitud, sin intereses egoístas ni hipocresía», pero también a tocar con ternura a los pobres, enfermos, despreciados, perdidos, solos. La ayuda de María consiste en comprometerse a fondo «para renovarnos a nosotros mismos, a esta ciudad y al mundo entero».

2015 – La victoria de la Divina Misericordia sobre el pecado

«Mirándote a ti, Madre Inmaculada, reconocemos la victoria de la Misericordia divina sobre el pecado y todas sus consecuencias» es la invocación para 2015, donde el Papa espera el renacimiento de la esperanza en una vida mejor para todos y la liberación de «esclavitudes, rencores y miedos», seguro de la cercanía de la Virgen, que acompaña, está cerca y sostiene a sus hijos en cada dificultad.

2014 – Aprender a ir contracorriente

Que la humanidad se libere de toda esclavitud espiritual y material para que «en los corazones y en los acontecimientos prevalezca el designio salvífico de Dios», es la invocación que el Papa Francisco dirigió en la segunda ocasión que visitó a la Virgen en la Plaza de España, y ya en aquella ocasión había hablado de superar el orgullo, de hacerse misericordioso con los hermanos, de aprender a «ir contracorriente»: entregarse, guardar silencio, liberarse de lo superfluo, escuchar y «dejar espacio a la belleza de Dios, fuente de la verdadera alegría».

2013 – Despertar un renovado deseo de santidad

Nueve meses después del inicio del pontificado, el primer acto de veneración recuerda el «deseo de santidad» que la Virgen María suscita en sus hijos, para que sepan hacer brotar «el esplendor de la verdad», resonar «el canto de la caridad», hacer presente «la belleza del Evangelio» a través de corazones habitados por «la pureza y la castidad». Que no dejen indiferente el llanto de los pobres, el sufrimiento de los enfermos, la soledad de los ancianos, la fragilidad de los niños, y que «toda vida humana sea amada y venerada por todos nosotros».

Vaticano

La persecución de los judíos durante el pontificado de Pío XII

El historiador Johan Ickx (Archivo de la Sección de Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado) explica la decisión del Papa Francisco de digitalizar la serie "Judíos"

Antonino Piccione·8 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Pío XII es una figura controvertida. Por un lado, protagonista de reconocidas acciones para proteger a las víctimas del nazifascismo, especialmente en los dramáticos meses de la ocupación de Roma; por otro, acusado por demasiados «silencios» ante las dramáticas noticias que llegaban al Vaticano, ya en 1939, desde los territorios ocupados por Hitler, empezando por Polonia.

En 2020, el Archivo Apostólico Vaticano puso a disposición de los estudiosos los documentos del pontificado de Pío XII. Gracias a esta extraordinaria oportunidad de investigación, ahora es posible realizar un análisis más completo y una interpretación más precisa de un pasaje crucial de la historia del siglo XX.

Por voluntad del Papa Francisco, desde el pasado 23 de junio, ese precioso patrimonio de documentos, que incluye 170 volúmenes, está en gran parte disponible en internet en versión digital, de libre acceso para todos.

Además de la fotocopia de cada documento individual, el archivo ha puesto a disposición un fichero con el inventario analítico de la serie, en el que se han transcrito los nombres de los beneficiarios de las ayudas que figuran en los documentos. Hasta ahora se puede consultar el 70% del material total, que se completará más adelante con los últimos volúmenes.

Durante un encuentro promovido por la Asociación ISCOM sobre la Persecución de los Judíos durante el pontificado de Pío XII (encuentro al que han asistido más de 30 vaticanistas), Johan Ickx, responsable del Archivo Histórico de la Sección de Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado, ha explicado los motivos de la decisión del Papa Francisco de digitalizar la serie archivística Judíos, poniéndola a disposición de todos.

La decisión del Papa, además de dar un nuevo impulso a la investigación historiográfica, facilitará a los familiares de los perseguidos la reconstrucción de las historias de sus parientes que pidieron ayuda a la Santa Sede durante la Segunda Guerra Mundial.

«La serie judía es un poco especial», señala Ickx, «porque normalmente las series de nuestros archivos históricos de la Secretaría de Estado se distinguen por el nombre de un Estado, con el que la Santa Sede tenía relaciones bilaterales normales en un periodo histórico determinado.

Bajo el pontificado del Papa Pacelli, alrededor de 1938, se creó repentinamente una serie de archivos con este nombre – «judíos»- como si, para la Santa Sede, se tratara de una nación específica. La serie permaneció abierta hasta el 46 y luego, con el fin de la Segunda Guerra Mundial, se cerró».

No es la primera vez que el Papa Francisco promueve este tipo de iniciativas. En el pasado había querido abrir por adelantado los archivos del Vaticano sobre los años de la dictadura en Argentina, para ayudar a las familias de las víctimas a descubrir las verdades que los propios archivos podrían haber ocultado.

El Vaticano ya había dado un paso en esta dirección en los años 70, durante el pontificado de Pablo VI, con la publicación de las Actas y documentos del Santuario relativos al periodo de la Segunda Guerra Mundial.

Ahora se ofrece a cualquier internauta la posibilidad de ver, en formato pdf, todas las peticiones de ayuda dirigidas a la Santa Sede por los perseguidos y, a continuación, los expedientes resultantes sobre las personas, familias o grupos que pidieron ayuda al Papa Pío XII.

En opinión de Ickx, «será interesante ver cómo las universidades, las asociaciones que se ocupan de este tipo de investigación, pero también los Museos de la Shoá de todas las ciudades europeas, trabajarán sobre estos documentos. Estos centros de documentación pueden ahora recurrir a este material más fácilmente y en tiempo real».

En su libro «Pío XII y los judíos» de 2021, Ickx demuestra la voluntad de la Santa Sede de ayudar a los perseguidos por el nazifascismo. Pero también su incapacidad a menudo, porque muchas veces la Santa Sede se vio obstaculizada: «Los nazis estaban presentes en media Europa en ese momento e impedían cualquier iniciativa de ayuda. Pero también el régimen fascista de Italia llevó a cabo una persecución y, por tanto, obstaculizó a menudo las acciones de rescate del Vaticano. Muchas veces ni siquiera los gobiernos nacionales cooperaron».

La idea de que acudir al Papa era una posible vía de salvación queda más acreditada por el contenido y el tenor de las propias cartas: 2.800 peticiones de ayuda o intervención para unos 4.000 judíos entre 1938 y 1944. Entre ellos, el libro hace referencia a Mario Finzi, entonces jefe de la delegación de asistencia a los emigrantes judíos en Bolonia, que escribió al Papa Pío XII, refiriéndose a una petición concreta de ayuda de una familia: «Usted es el último que puede hacer algo por esta familia». Hoy sabemos que una parte de esa familia, cuyos miembros, como era frecuente, estaban dispersos por el territorio, se salvó.

Uno de los documentos más interesantes del libro es una carta del cardenal Gasparri, fechada el 9 de febrero de 1916, en la que responde a una petición del Comité Judío Americano de Nueva York. Una carta, argumenta Ickx, inspirada precisamente por Eugenio Pacelli, entonces ministro de Asuntos Exteriores de la Secretaría de Estado: «En ese caso, los judíos americanos pidieron al Vaticano una postura del Papa Benedicto XV sobre la persecución racial que ya había comenzado durante la Primera Guerra Mundial.

El Secretario de Estado Gasparri respondió con este texto, autorizando explícitamente su publicación. Los periódicos de las comunidades judías norteamericanas se hicieron eco de ella, calificándola con satisfacción de auténtica «encíclica». En el texto, los judíos son definidos literalmente como «hermanos» y se afirma que sus derechos deben ser protegidos como los de todos los pueblos.

Es el primer documento en la historia de la Iglesia Católica y de la Santa Sede que expresa este principio. «Estas son las palabras que -concluye Ickx- encontramos en el documento Nostra Aetate del Concilio Vaticano II, publicado en 1965. Estos son precisamente los principios que Pío XII aplicó durante décadas en su pontificado frente al gran desafío del nazismo y luego del comunismo».

El autorAntonino Piccione

Zoom

El Belén y el árbol de la plaza de San Pedro

La escena de la Natividad y el árbol de Navidad que decoran la plaza de San Pedro una vez iluminados tras la bendición.

Maria José Atienza·8 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Recursos

María Inmaculada: Reina, Madre y Patrona

El 8 de diciembre la Iglesia católica celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción, venerada como Reina, Madre y Patrona de todos los fieles.

Paloma López Campos·8 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La Inmaculada Concepción es un dogma de fe proclamado por el Papa Pío IX en el año 1854, en la bula Ineffabilis Deus. En este documento la Iglesia reconoció oficialmente que la Virgen María fue preservada del pecado original en el momento de su concepción, en virtud de los méritos de su Hijo.

Si bien tuvieron que pasar muchos siglos hasta que se declarara el dogma, los fieles defendieron desde el inicio de las comunidades cristianas la inmaculada concepción de Santa María. Así lo demuestra la devoción que sienten muchos países del mundo por esta advocación de la Virgen.

María Inmaculada en el mundo

La Inmaculada Concepción es patrona de Guatemala y todo Centroamérica (Nicaragua, Belice, Costa Rica, El Salvador, Honduras y Panamá), y su patronazgo se extiende también a Estados Unidos, Corea del Sur y Japón. Bogotá, la capital de Colombia, se encuentra también bajo su especial protección.

El 8 de diciembre es fiesta nacional en multitud de sitios, como Chile, Colombia, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal y España. Además, en Panamá celebran también en el día de la Inmaculada el día de la madre, una coincidencia bonita en alusión a la Madre de Dios.

Como cuenta Abelardo Rivera, corresponsal de Omnes en Costa Rica, la fiesta de la Inmaculada Concepción es precepto en el país desde hace pocos años, se declaró por la Conferencia Episcopal en el año 2011. A pesar de ser precepto, desde la década de los 90 ya no existe fiesta civil, pues se eliminaron estas celebraciones en muchas festividades cristianas, entre ellas también la del día de san José (19 de marzo).

En España, la Inmaculada Concepción es patrona de la Infantería del Ejército desde el año 1892, si bien ya en el siglo XVI, de manera no oficial, era considerada como tal por las unidades militares. También se acogen a ella el Cuerpo de Estado Mayor, el Cuerpo Jurídico Militar, los Capellanes Castrenses, la Farmacia Militar y la Veterinaria Militar. Esta relación entre los militares y la Virgen María se remonta muchos años atrás en la historia del país.

El milagro de Empel

El 7 de diciembre del año 1585, el tercio español (la actual Infantería) comandado por Francisco Arias de Bobadilla, se enfrentaba a unos rebeldes de los Países Bajos, liderados por el almirante Felipe de Hohenlohe-Neuenstein. Los soldados españoles estaban rodeados por sus adversarios y carecían por completo de alimentos y vestimentas secas para hacer frente al clima frío que había en la isla de Bommel (Países Bajos). El almirante neerlandés propuso la rendición a los tercios españoles, que se negaron a capitular. Ante tal respuesta, el ejército de los Países Bajos inició una estrategia que llevaría inevitablemente a la derrota de los españoles: mandaron abrir los diques de la zona, inundando así el campamento enemigo, arrasando con los pocos víveres que quedaban. 

El Tercio Viejo de Zamora tuvo que buscar refugio en el montecillo de Empel, único lugar que no había quedado cubierto por el agua de los ríos. Mientras cavaban las trincheras, un soldado descubrió una tabla de madera enterrada: era una imagen de la Virgen María a la que construyeron un altar improvisado. El Maestre Bobadilla animó a los soldados a renovar sus ánimos, puesto que consideraba el hallazgo una señal de protección divina. 

Esa noche hizo un frío tal que las aguas se congelaron y los españoles pudieron caminar sobre el hielo hasta llegar al campamento enemigo y atacar cuando el ejército neerlandés no se lo esperaba. El tercio alcanzó la victoria al amanecer del día 8. Ese mismo día, la Infantería proclamó a la Virgen Inmaculada su patrona.

La Inmaculada en la Iglesia Católica

La Inmaculada ha estado en controversia durante los últimos años, si bien al principio de la cristiandad los fieles supieron reconocer en la Virgen María la gracia especial que le había sido concedida. Los Papas también han querido unirse a esta devoción especial hacia María. Así, san Juan Pablo II, en una catequesis sobre la Inmaculada en 1996, dijo: “el dogma de la Inmaculada Concepción de María no ofusca, sino que más bien contribuye admirablemente a poner mejor de relieve los efectos de la gracia redentora de Cristo en la naturaleza humana”.

Benedicto XVI, en el año 2007, pronunció estas palabras en la fiesta que celebramos hoy: “Una vez más, en este día solemne, la Iglesia señala al mundo a María como signo de esperanza cierta y de victoria definitiva del bien sobre el mal. Aquella a quien invocamos como llena de gracia nos recuerda que todos somos hermanos y que Dios es nuestro Creador y nuestro Padre. Sin él, o peor aún, contra él, los hombres no podremos encontrar jamás el camino que conduce al amor, no podremos derrotar jamás el poder del odio y de la violencia, no podremos construir jamás una paz estable”. 

Por su parte, el Papa Francisco, pronunció esta sencilla y reveladora frase sobre esta advocación de la Virgen: “La Inmaculada es fruto del amor de Dios que salva al mundo”.

Vaticano

Papa Francisco: «Podemos amar solo en la libertad»

Hoy el Papa se ha encontrado con los fieles en el salón de actos Pablo VI para mantener la habitual audiencia general de los miércoles. La lectura de hoy está tomada del Eclesiástico.

Paloma López Campos·7 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Continuando con la catequesis del discernimiento, el Papa ha empezado diciendo que “en el proceso del discernimiento es importante permanecer atentos también a la fase que sigue inmediatamente a la decisión tomada”.

Francisco ha indicado la importancia de analizar despacio lo que ocurre después de tomar una decisión para saber si ha sido la correcta. En relación a esto, señala que “uno de los signos distintivos del espíritu bueno es el hecho de que comunica una paz que dura en el tiempo”. Esta es una paz que “lleva armonía, unidad, fervor y celo”.

Los signos del buen discernimiento

El Papa indica que “la vida espiritual es circular. La bondad de una elección es beneficiosa para todos los ámbitos de nuestra vida”. En este sentido, se pueden observar ciertas características que señalan que el discernimiento es el correcto. En primer lugar, Francisco nos anima a considerar “si la decisión es considerada como un posible signo de respuesta al amor y a la generosidad que el Señor tiene hacia mí. No nace del miedo, de un chantaje afectivo, o de una obligación”.

“Otro elemento importante es la conciencia de sentirse en el propio lugar en la vida”. Debido a la condición circular de la vida espiritual que ha indicado el Papa, esto implica que “el hombre puede reconocer haber encontrado lo que está buscando cuando su jornada se vuelve más ordenada. Advierte una creciente integración entre sus múltiples intereses. Establece una correcta jerarquía de importancia y logra vivir todo con facilidad, afrontando con renovada energía y fuerza de ánimo las dificultades que se presentan”.

“Otro buen signo es la confirmación de permanecer libres respecto a lo decidido, dispuestos a volver a cuestionarlo, también a renunciar frente a posibles desmentidos, tratando de encontrar en ellos una posible enseñanza del Señor”.

A pesar de todo, no nos podemos apegar a nuestras propias decisiones, ha señalado el Sumo Pontífice, puesto que “ser posesivo es enemigo del bien y mata el afecto. Podemos amar solo en la libertad”.

De esta libertad nace también el temor de Dios, el respeto por el Señor, y esto, ha señalado Francisco es “condición indispensable para acoger el don de la sabiduría”, pues el temor de Dios “expulsa cualquier otro temor” y nos hace libres. Así estamos preparados para tomar una buena decisión durante el periodo de discernimiento.

FirmasLydia Jiménez

La renovación del presente, el reto de las minorías creativas

Cambiar el mundo desde la acción transformadora del compromiso cristiano y el testimonio personal: estas ideas centrales en el congreso Católicos y Vida Pública, organizado por la ACdP en Madrid guían las palabras con las que Lydia Jiménez abrió éste Congreso. 

7 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La herencia cristiana no consiste en cosas materiales que pueden malgastarse sino en el sentido de una vida que nos enseña a vivir. Recibir una herencia significa pensar en ella dentro de una historia. La herencia pide responsabilidad. Somos continuadores de una historia anterior que debe ser llevada a plenitud. No se trata de repetir como letra muerta sino de sacar toda la riqueza que contiene, respondiendo ante los nuevos desafíos. 

La identidad moral de Europa presupone una historia, y su lengua materna es el cristianismo como dijo Goethe. No es un solar en el que construir, como si no existiese nada. Mirando únicamente al presente nos desentendemos de las posibilidades del futuro. Solo vemos lo que es censurable y destructivo de nuestra propia historia, y no somos capaces de percibir lo que es grande. 

En El ocaso de la Edad moderna, Romano Guardini considera el gran cambio de dirección histórica que se estaba produciendo como una oportunidad para la Iglesia. Lo esencial no es cambiar, sino renovar, generar algo de verdad nuevo. Quedarse en los cambios aparentes es no encontrar la verdadera novedad y, tantas veces, se pierde así el horizonte auténtico del camino abierto al futuro. Se innova a partir de lo que somos, y nuestra identidad es cristiana. 

Europa es más que su economía. Nuestra cultura actual se jacta de no tener fe y exige excluir toda referencia a lo que no es puramente material y medible. Actualmente ninguna religión revelada tiene influencia pública en el Occidente europeo, y una fe que se conserva encerrada en la intimidad es incapaz de dirigir realmente la vida. Europa es, ante todo, un concepto espiritual y cultural: una civilización. La clave de comprensión de Europa, como la de cualquier cultura o civilización, es la religión. En este sentido, san Juan Pablo II, en la Exhortación Apostólica postsinodal Ecclesia in Europa, sin dejar de constatar la existencia de numerosos signos preocupantes en nuestro continente, como la pérdida de la memoria y la herencia cristianas, no duda en testimoniar una vibrante llamada a la esperanza para que Europa no se resigne a modos de pensar y de vivir que no tienen futuro. La fe cristiana fundamenta la vida social sobre los principios tomados del Evangelio y su impronta se percibe en arte, la literatura, el pensamiento y la cultura. 

El Papa Francisco en Lumen fidei, la primera encíclica de su pontificado, nos invitó a reflexionar sobre la fe como una luz que ilumina toda la existencia del hombre. Luz de una memoria fundante que nos precede y al mismo tiempo, luz que viene del futuro, y nos desvela nuevos horizontes. La fe “ve” en la medida en la que camina, es la roca firme sobre la que construir la vida. La fe no es estática, desde sus inicios bíblicos aparece como respuesta a una llamada que nos hace ponernos en camino. Por eso la fe exige una continua conversión. 

Constatamos hoy que Europa ha dejado de ser mayoritariamente cristiana. Sin embargo, de acuerdo con  el historiador británico Toynbee, los cambios de civilización que determinan un nuevo paradigma social no los promueven las grandes masas, sino pequeñas minorías “creativas” capaces de generar un nuevo tejido social. Ratzinger, no duda en afirmar que “el destino de una sociedad depende siempre de las minorías creativas”

Una minoría creativa puede ser pequeña pero no sectaria. Lo que la distingue de otro tipo de minorías es su capacidad para generar cultura, modos de vida, prácticas sociales. 

Una minoría creativa genera espacios y tiempos en los que arraiga algo nuevo. Penetra en la sociedad y la transforma. No significa opinar, pensar e incluso sentir lo mismo. 

Lo que caracteriza a la minoría creativa es haber recibido un mismo don —una relación personal— y trabajar con empeño en edificarlo. Se vive una misma vida, se bebe de una misma fuente. Y esto se revela en las virtudes que se generan entre sus miembros y que se derraman hacia fuera por medio de prácticas. 

Lo esencial entre los hombres es lo que tenemos en común, no lo que nos separa, y la fe nos une, es un bien común.

La minoría creativa no produce la destrucción sino la renovación del presente. La visión creativa, descubre la posibilidad de una sanación, de una renovación del mundo sin necesidad de destruirlo, es levadura, no dinamita. Por eso, los cristianos no podemos vivir a la defensiva, en pequeños guetos, Retroceder ante las dificultades no da resultado. La vida es siempre más, nos trasciende, es un imposible para nosotros. Atreverse con ese imposible supone grandeza de ánimo, magnanimidad, valentía. 

Solo el que agradece la contradicción la vence, y solo el que agradece el don lo recibe verdaderamente. 

La fe cristiana puede contribuir a que Europa recobre de nuevo lo mejor de su herencia y siga siendo un lugar de acogida y crecimiento, no solo en lo material sino, sobre todo, en humanidad.

El autorLydia Jiménez

Directora general de las Cruzadas de Santa María

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Cultura

Nacho Valdés: «A partir de la Encarnación, Dios mismo se presenta con rostro»

Junto a sus hermanas, Ignacio Valdés, es un referente actual dentro de la pintura sacra. Sus pinturas, realistas, cercanas y actuales se pueden ver en iglesias y oratorios de todo el mundo.

Maria José Atienza·7 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

Las fechas navideñas constituyen, sin duda, uno de los momentos en los que el arte sacro brilla con especial fuerza. Postales navideñas, representaciones de la natividad, las figuras de los belenes.. al arte se vuelve, mas que nunca, camino de oración y contemplación.

Nacho Valdés

Junto a sus hermanas, Maysa e Inma, Ignacio Valdés, lleva años dedicado a plasmar en lienzo imágenes de contenido religioso. Junto a obras de corte costumbrista, este artista, nacido en Cádiz y formado en la facultad de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla y en la Winchester School of Fine Art en Winchester, ha llevado escenas de la Sagrada Familia, de santos actuales y pretéritos a cientos de países. Además de España, cuenta con obras en Inglaterra, Polonia, Irlanda, Japón, Estados Unidos, Rusia, Croacia, Sudáfrica, México, Chile, Nigeria, Líbano, Guatemala e Italia.

Sus pinturas, realistas, cercanas y coloridas, centran retablos y capillas poniendo a Dios, de algún modo, en medio del entorno habitual del espectador. Una materialización de la Vía de la Belleza que lleva a cabo de manera natural, como señala en esta entrevista con Omnes: «Mientras estoy pintando, pienso en la gente que, cuando se encuentren delante de ese cuadro, le ayudará a querer más a Dios, o a su Madre.

Dice Antonio López que el verdadero arte religioso es el que conmueve al espectador porque se olvida de «lo artístico» para centrarse en la dimensión religiosa ¿Cree que es así? ¿La fe, es premisa para que una obra religiosa alcance realmente su objetivo?

– Siempre me ha costado encontrar una respuesta al hecho de cómo un cuadro sacro bien hecho técnicamente, incluso catalogado como obra de arte, sin embargo, no suscita en el espectador una devoción, no llega al corazón del que lo contempla aunque agrade enormemente a la vista.

Y, paradójicamente, a veces sucede el caso contrario: ¡cuántas imágenes conocemos que no son un “capo lavoro” pero a la que sin embargo le rezan miles de personas! 

La respuesta a esta duda la encontré en el libro de Santa Faustina Kowalska:

“Una vez, cuando estaba en [el taller] de aquel pintor que pintaba esa imagen, vi. que no era tan bella como es Jesús. Me afligí mucho por eso, sin embargo, lo oculté profundamente en mi corazón. Cuando salimos del taller del pintor, la Madre Superiora se quedó en la ciudad para solucionar diferentes asuntos, yo volví sola a casa. En seguida fui a la capilla y lloré muchísimo. ¿Quién te pintará tan bello como Tú eres? Como respuesta oí estas palabras: No en la belleza del color, ni en la del pincel, está la grandeza de esta imagen, sino en Mi gracia.”

Ciertamente una obra de arte sacra, ha de tener una calidad técnica, para no caer en lo ridículo o lo feo pero, por otro lado, en el arte sacro, la distancia que hay entre lo representado y la forma de representarlo es infinita: ni siquiera los pinceles de Velázquez o Rembrandt son capaces de acercarse un poco a la misma belleza de Dios. En este episodio, Santa Faustina nos habla de un incremento que Dios da en la contemplación de la obra de arte, que va más allá de la belleza del color: se trata de la gracia que otorga a través de la contemplación de la imagen sacra.

¿Cómo puede un pintor hacer que sus obras sean esos instrumentos de la gracia de Dios? ¿Se trata de olvidarse de “lo artístico para centrarse en la dimensión religiosa, como dice Antonio López, o pintar desde la fe?

– Esto pertenece al misterio de Dios, aunque intuyo que puede estar relacionado con la “intención” del artista al pintar. Si la intención de fondo del artista cuando está pintando un cuadro sacro concreto es: el amor a lo que representas, el servicio que prestas a Dios, a la Iglesia, a los demás; la reparación por tus pecados…, es más fácil que Dios lo utilice como instrumento para otorgar su gracia a los que contemplan la obra. Y para esto, sin duda es necesaria la fe.

Sin embargo, si la intención de fondo del artista es: ser alabado por los demás, quedar por encima de nuestros competidores, lucrarse económicamente… Aunque los artistas necesitemos los elogios, una sana competencia nos hace mejorar, y ganar dinero con algo que no muchos saben hacer es más que justo, todo esto es razonable, pero si ocupasen el primer puesto en las intenciones, convertiría a la obra en un instrumento defectuoso de la gracia de Dios, a pesar de que esa persona tenga fe.

Aún así, Dios puede y tantas veces lo hace, usar esas obras imperfectas y “convertir a las piedras en hijos de Abraham”, de ahí mi dificultad en responder a esa pregunta.

¿Se puede orar ante una obra propia?¿Cómo es el diálogo entre un pintor con fe y una obra religiosa que apunta a un ámbito tan íntimo? 

– Me resulta muy difícil rezar ante un cuadro que he pintado, porque enseguida lo veo en clave de pinceladas, no lo puedo evitar. A veces cuando estás pintando, pienso en la gente que, cuando se encuentren delante de ese cuadro, le ayudará a querer más a Dios, o a su Madre.

Los artistas casi no sabemos nada de esas historias íntimas; y eso es bueno que suceda porque quizá uno piense que todo el éxito es suyo, y no es verdad.

En ocasiones me encuentro con una dificultad especial en el proceso o no sé por dónde comenzar: tengo un truco infalible que consiste en pedir ayuda al que estoy representando en el cuadro. El colmo es cuando “cruzas” esa petición, por ejemplo: estoy intentando pintar al Niño Jesús, y le digo a su Madre: “¿Querrás que pinte a tu hijo guapo, verdad?” No falla.

Cuando se aborda la pintura de la Virgen, de San José, ¿se es consciente de que habrá personas que materialicen su oración a través de esas imágenes, que le están «poniendo cara» a Dios? ¿Es una responsabilidad o un reto?

– El tema de la imagen mental que tenemos de Dios Padre, de Jesús, la Virgen…, es muy interesante. Nosotros pensamos con imágenes y las necesitamos. Desde que la segunda Persona de la Santísima Trinidad, Jesucristo, se encarnó en el seno de María, ya tiene un cuerpo concreto, un rostro único, singular, reconocible por los que le rodeaban.

En el Antiguo Testamento, Dios había prohibido su representación en una imagen, para evitar el contagio de los pueblos vecinos y caer en la idolatría; ya sabemos cómo acabó lo del becerro de oro… Pero, a partir de la Encarnación, todo cambia, y Dios mismo se presenta con el rostro de Jesús. También María y José tienen unos rasgos concretos, únicos. El arte cristiano ha ido creando imágenes de ellos con la imaginación de los artistas y la devoción del pueblo.

La imagen de Jesucristo quedó fijada desde muy temprano, gracias al “mandylion” y a la Sábana Santa, pero los rostros de la Virgen, San José, los apóstoles, etc, han sido representados de modos variados, aunque nunca se ha roto un hilo conductor, en la historia del arte, que nos ayuda a reconocer los personajes representados: elementos de vestuario, poses, atributos… Pero cada época y cada artista, tiene su modo propio de representarlos. 

Adoración de los Magos ©Nacho Valdés

Al final, como ocurre en cada familia, cada uno tiene sus preferencias, y no hablo sólo de gustos, sino de la devoción que le produce o del misterio que ellos perciben: si uno prefiere una Virgen renacentista para dirigirse a Ella, pues genial.

Yo intento representar a la Virgen y San José como me los imagino, sin tratar de romper el hilo del que hablaba antes, pero sé que cuando haces una nueva imagen, al principio puede chocar, porque ya teníamos otra imagen mental consolidada, pero el paso del tiempo lo arregla.

A mí me pasó, por ejemplo, con la actriz que representaba a la Virgen e la película de “La Pasión”, al principio me chocaba, y ahora ya no. Soy un defensor de la idea de que el arte sacro es un servicio a los demás, en ese sentido es todo un reto.

¿Qué rostro tiene para ti la Virgen a la que has retratado con asiduidad?

– La Virgen es ante todo mi Madre. Tiene el rostro de una madre y no hace falta que me explaye en contar cómo son las madres porque todos lo sabemos. También me ocurre algo un poco misterioso y es que en cada rostro de mujer, percibo un destello de María, aunque esa mujer tenga sus defectos, por eso cuando me posa una modelo, intento reflejar ese destello.

En los últimos años, hemos visto un arte religioso que podríamos calificar de «cercano»: escenas familiares o íntimas de la Sagrada Familia, una incorporación de los nuevos santos. ¿La pintura también se adapta al nuevo lenguaje de los creyentes, de la sociedad? 

– No creo que la pintura se tenga que adaptar al nuevo lenguaje de la sociedad, los artistas formamos parte de esa misma sociedad, por eso, si intentamos ser nosotros mismos, nos expresamos con el mismo lenguaje. En ocasiones, alguno me ha comentado que mis imágenes son demasiado “reales” y que falta “idealizarlas” un poco más. Yo entiendo que en la pintura sacra no se puede ser banal y que es necesario reflejar el misterio de lo sobrenatural, pero ocurre que cuando se subraya tanto “lo ideal”, las imágenes se alejan de nosotros a un espacio interestelar: representan a personajes que no están con nosotros y nosotros tenemos que ir a ellos. Es el drama actual del cristiano: que actúa a lo largo de la jornada pensando que Dios, la Virgen, los ángeles, los Santos, están lejos de nosotros, en otro plano… muy lejos, y que no les importamos mucho: resulta que es todo lo contrario. Me parece importante recordar esta idea de “cercanía” también a través de la pintura.

La pintura de temática religiosa, ¿está viviendo una nueva época dorada o, por el contrario, pasa por un momento complicado?

– Me falta perspectiva en el tiempo para poder dar una respuesta clara. Para situarnos, en los años sesenta y setenta del anterior siglo, se inició un movimiento iconoclasta en el seno de la Iglesia, los motivos no vienen al caso, pero el hecho es que, de algún modo, aún padecemos esa inercia. En esos años, en el panorama artístico, lo único aceptable era el lenguaje abstracto y la consecuente marginación de cualquier lenguaje figurativo. Esto influyó en los elementos artísticos dentro de las iglesias, creando la paradoja de una “imaginería abstracta sacra”, dos términos: imagen y abstracción, que son contradictorios.

El problema es que la ausencia de las imágenes no es una opción cristiana, como afirmaba Benedicto XVI. En ese contexto, Kiko Argüello propuso un lenguaje neo-icono para las imágenes, y de algún modo, las únicas pinturas figurativas que veíamos en esos años en las iglesias modernas, eran precisamente de este estilo: al menos eran figurativas.

Yo escogí un estilo realista para la pintura sacra, primero porque me gustaba más, y después porque lo veía más cercano a la devoción de la gente. Al pasar el tiempo comencé a dar clases en la Sacred Art School, en Florencia, y desde allí estamos formando promociones de nuevos artistas para todo el mundo, son alumnos de todos los países y aprenden primero la técnica de la pintura y en un segundo paso, a hacer pintura sacra, que es lo más difícil.

Creo que poco a poco se va aceptando esta nueva propuesta, porque la calidad del oficio de pintor va siendo cada vez mejor y la formación en Sagrada Escritura, Historia del arte, Liturgia, Simbología cristiana y Teología, completa un bagaje en el alumno que hace que cuando pinta un cuadro, no sea sólo un cuadro técnicamente bien hecho, sino que intenta transmitir el misterio de nuestra fe.

Cultura

«Ella»: La Virgen María en el arte contemporáneo

La muestra reúne a una veintena de artistas contemporáneos que plasman su visión en torno a la figura y legado de la Virgen María con pintura, escultura, fotografía, y una instalación de Ana de Alvear.

Maria José Atienza·6 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Ella – María en el arte contemporáneo es la exposición sobre la Virgen María que el espacio O_LUMEN acoge desde el 8 de diciembre hasta el 20 de enero de 2023.

Esta muestra, impulsada por la delegación de Fe y Cultura de la archidiócesis de Toledo y su delegada, Pilar Gordillo, se expuso al público, por primera vez, la primavera de 2022, en la sala de exposiciones del Arzobispado de Toledo con una acogida impresionante por parte del público.

La muestra, centrada en la figura de la Virgen María en el arte contemporáneo, se compone de más de 40 obras de gran diversidad estilística y técnica. Entre estas obras encontramos algunas que han sido creadas expresamente para esta exposición. Junto a ellas, otras, también de factura reciente, han sido convocadas por su importancia en el panorama nacional del arte sacro actual.

El relato museográfico se reparte en grandes temáticas iconográficas: María mujer de esperanza; María con el niño Jesús en brazos, María en la pasión de Jesús. Arte contemporáneo al servicio del pensamiento, la emoción y las demandas de sentido

Virgen María

Ella – María en el arte contemporáneo reúne obras de los artistas Javier Viver, Diana García Roy, Ana de Alvear, Lidia Benavides, Jesús Carrasco, Valeria Cassina, Dalila del Valle, Carolina Espejo, Kiko Flores, Carlos Galván, Alberto Guerrero, Félix Hernández, Francisco Loma-Osorio, Ángel Lomas.

A ellos se unen Constanza López Schliting, Greta Malcrona, Juan Ramón Martin, Javier Martínez, Vicente Molina,Margarita Monroy, Matilde Olivera, Antonio Oteiza, Pablo Redondo “Odnoder”, Paco Paso, Amalia Parra, Ricardo Plaza, Javier Pulido, Alfonso Salas, Ana Salguero, María Yáñez o Rodrigo Zaparaín.

La exposición, de entrada gratuita, puede visitarse en el espacio O_LUMEN situado en la calle Claudio Coello, 141, Madrid. El horario es de miércoles a sábado de 11 a 14 h y de 17 a 21 h | domingos de 11 a 15 h.

Cultura

«La Noche del 24». Un musical sobre la Navidad

En medio de tantas ofertas navideñas merece la pena destacar el musical La noche del 24, creado por el actor y guionista Javier Lorenzo con la aportación de Benjamín Lorenzo y Álvaro Galindo.

Javier Segura·6 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

La historia es conocida… o no. Porque el verdadero origen de la Navidad se difumina cada vez más en nuestra sociedad secularizada.

Quizás este sea el primer y gran valor de este musical. Recuperar y mostrar con un aire actual, fresco e ingenuo a la vez, el auténtico origen de la Navidad.

La noche del 24 nos narra la historia del nacimiento de Jesús desde los ojos de Aarón que ha sido nombrado oficial de la guardia del Rey Herodes y se le ha encomendado la misión de encontrar a ese niño impostor que se hace pasar por el Mesías.

Para ello, debe interrogar a los testigos de aquél extraño suceso que se produjo la noche del 24. Todos los testigos coincidirán en que aquel niño ha cambiado sus vidas para siempre.

noche 24 musical

Pero ni Zabulón, un pastorcillo bobalicón que dice haber visto ángeles, ni los posaderos, que intentan explicarle que la posada estaba llena y que la culpa de todo la tienen los romanos, saben nada del paradero del niño y sus padres.

Tampoco ayudan mucho un loco que dice ser el ángel Gabriel, el borrico Moreno, más tozudo que la burra de Balaán, ni la mismísima Estrella de Oriente con todo su glamour y sus aires de diva.

La cosa se complica cuando aparece su mujer, Judith, como la siguiente testigo.

Aarón teme por su vida, pero ella no puede negar lo que ha visto: el Dios de los ejércitos, Yahvé Sebaoth, hecho un niño indefenso por amor. Aarón deberá encontrar pronto al falso Mesías antes de que los malvados consejeros de Herodes descubran que su mujer es una de los rebeldes.

Este es el punto de inicio de esta comedia musical pensada para toda la familia sobre el Misterio de la Navidad y su verdadero significado.

Estrellas que cruzan el firmamento, ángeles, magos y feroces soldados, canciones, bailes, ternura y mucho humor para contar cómo fue aquella primera Navidad, ese extraño y maravilloso acontecimiento en el que el Cielo bajó a la Tierra.

Noventa minutos en los que hay tiempo para el humor, para la ternura, en diálogos ágiles e ingeniosos, y un fuerte mensaje muy bien trabado con una historia que engancha.

Un guión que tiene, en su sencillez, una gran carga teológica, adaptado a todos los públicos. Una historia realmente entretenida que la disfrutan igual los niños y los adultos que sean capaces de hacerse de nuevo como niños.

Para verlo hay que trasladarse, como en la primera Navidad, a una población cercana a la gran ciudad, en concreto a Torrelodones, al Teatro Fernández-Baldor.

Como los pastores, nos podemos acercar allí con toda la familia y mostrar a nuestros hijos el hecho que partió la historia en dos.

La noche del 24 es una apuesta brillante por rescatar el mensaje de la Navidad.

Es en estas celebraciones entrañables, que hunden sus raíces en nuestra cultura cristiana, donde hemos de saber mostrar con el lenguaje actual la actualidad perenne del evangelio.

Algo que, sin duda, este musical hace prodigiosamente.

Recursos

¡Siempre estamos en Adviento!

El Adviento es un tiempo de espera gozosa en el que nos preparamos, junto a María, para acoger a Cristo en nuestras vidas.

Alberto Sánchez León·6 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Es bien sabido el lema del Adviento: ¡Dios viene! Y es que podríamos decir que Dios no puede no estar con sus hijos los hombres, por eso se ha quedado con nosotros para siempre, pero de un modo sacramental. Dios está con nosotros en la Eucaristía, pero a la vez vendrá, ya no sacramentalmente, sino con su cuerpo glorioso, triunfante… Y cada vez, es obvio, está más cerca su venida definitiva. Los cristianos no cesamos de implorar su llegada con un acto hermosísimo de fe. Queremos que Cristo venga y que reine. Lo decimos en el “Padre Nuestro”: “Venga a nosotros tu reino”.

Dios ya ha instaurado su reino. En cada cristiano ha de estar el mismo Cristo. Esto lo entendió muy bien San Pablo en su conversión, cuando el mismo Cristo le dijo a Saulo ante la pregunta de quién eres: “Yo soy Jesús a quien tú persigues” (Hechos 9, 5). Desde entonces, Saulo comenzó a entender que la fe de los cristianos es la fe en una persona que ya vivía en ellos. 

¡Dios está cerca! ¡Dios viene! Pero… ¿cómo le acogemos? Son duras las palabras del prólogo de san Juan cuando escribe: “Vino a los suyos, pero los suyos no le recibieron” (Jn 1, 11-12). Y en otro pasaje del Evangelio, es el mismo Jesús al que “se le escapan” una palabras un poco enigmáticas y tristes al estilo de las del prólogo de san Juan: “Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?” (Lc, 18, 8).

El Adviento es un tiempo de espera gozosa. La espera señala la parte penitencial de este tiempo y el gozo es la experiencia de la cercanía de Dios, un Dios que quiere estar con los hombres, porque “son mis delicias estar con los hijos de los hombres” (Proverbios 8, 31).

Nuestra fe está llena de contrastes: Dios nos salva del pecado, la luz en las tinieblas, el grano que muere para dar fruto, la muerte necesaria para la vida, donde abunda el pecado sobreabunda la gracia… Son contrastes llenos de esperanza. Porque nuestro Dios no para de “misericordiarnos”, porque nos ha amado primero, porque nos “primerea”… El error, la confusión, el estupor nacen cuando en vez de ver contrastes vemos contradicciones. Y de la contradicción al desánimo hay poco recorrido. Por eso el Adviento es un tiempo de luz. La actitud cristiana ante la venida de Dios, y no sólo me refiero a una venida futura, sino a una venida cotidiana, a un Dios que no para de salir a nuestro encuentro cada día, debe ser de acogida. Ojalá toda nuestra vida sea un Adviento. 

El Adviento, un tiempo mariano

El tiempo de Adviento es también un tiempo muy mariano. Es María la que hace posible la primera venida. El vientre de María es el primer sagrario de la historia; es María la que no sólo abre las puertas del cielo (aunque las llaves las tenga San Pedro), sino que es la puerta de la eternidad en el tiempo. María, con su “fiat”, hace posible lo imposible: la mezcla, la convivencia de Dios con los hombres. Pero un Dios al mismo tiempo que se despoja de su divinidad para que la alianza que quiere establecer sea una alianza realmente entre iguales, entre hombres, superando las antiguas alianzas que no eran perfectas porque había una desproporción infinita entre las partes. Nos lo recuerda san Pablo en su carta a los filipenses: “Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos” (Flp 2, 6-7). Ya no hay distancias entre las partes en la Nueva Alianza. Por eso esta Alianza será definitiva y perfecta, porque Dios se alía con sus iguales. No solo se alía, sino que nos lía, nos involucra en su misión y nos hace co-protagonistas de su alianza. 

Y, decía, que el Adviento es tiempo mariano porque nuestra Madre es el Arca de esta alianza tan hermosa, llena de contrastes, porque es una alianza de Sangre y de Vida. 

¡Qué maravillosa es nuestra fe! Nuestra vida cobra con la fe una luz nueva, esperanzadora, misionera. La misión es llevar la alegría de la fe por todos los caminos de la tierra. Por tanto, un cristiano sin luz es un oxímoron, un cristiano sin luz no es un contraste, sino una contradicción, pero una contradicción reparable por la penitencia. 

Queremos pedirle a nuestra Madre que nos enseñe a esperar con fe al Amor, es decir, que nos enseñe a vivir en un continuo Adviento. 

El autorAlberto Sánchez León

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Iniciativas

El torno online

Empieza diciembre y con él la Navidad. Esta época invita a todos a compartir, pero también es época de comprar. Ambas realidades pueden unirse adquiriendo los productos que están en venta por los consagrados que viven en clausura, ayudando a su subsistencia mediante estas compras.

Paloma López Campos·6 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Iesu Communio

El instituto religioso de Iesu Communio, fundado en Burgos en 2010, tiene su origen en las clarisas. Beben de las enseñanzas de san Francisco y de santa Clara, siendo parte de su espiritualidad responder a la llamada de Cristo “tengo sed” de la Cruz. Realizan labor de apostolado con los jóvenes, teniendo encuentros con las personas que acuden a los locutorios de sus conventos en Burgos y Valencia. Esta comunidad de religiosas vive de su trabajo, que consiste esencialmente en la realización artesanal de dulces, decoración floral, acuarelas e, incluso, libros.

Iesu Communio lanza todos los años un especial de Navidad que está a la venta en su página web. Además de la venta de lotería, las hermanas de Iesu Communio presentan una gran variedad de dulces, como turrones, roscones de reyes, trufas y bombones. Los productos pueden adquirirse también en distintos lotes que varían de tamaño y precio. Estos dulces son una muestra de la repostería tradicional que las monjas de Iesu Communio llevan preparando desde hace muchos años, con el legado que han heredado de las clarisas. Los productos navideños no se reducen solo a dulces, sino que también realizan decoración, desde coronas de Adviento hasta centros de mesa o, incluso, tarjetas de felicitación hechas con acuarela.

El Torno

En Sevilla, la tienda de “El Torno” lleva vendiendo productos artesanales de distintos obradores desde 1989, con el objetivo de ayudar al sostenimiento de los conventos y monasterios de la ciudad.

Entre los variados dulces que pueden encontrarse en su tienda online están las avemarías, los corazones de almendras, las figuritas de mazapán, polvorones, turrones o alfajores. La compra de estos productos puede hacerse también de manera presencial acudiendo a la tienda física que tiene El Torno en la Plaza del Cabildo, Sevilla.

Fundación Declausura

La Fundación Declausura es una iniciativa cuyo fin es ayudar a los monasterios y conventos de toda España, facilitando materiales para entender la vida contemplativa y, por supuesto, vendiendo sus productos. Nace en 2006 en el seno de la “Fundación Summa Humanitate”. Su misión es “apoyar a la vida contemplativa para satisfacer cualesquiera de sus necesidades acercando esta silenciosa realidad a la sociedad”. En su página web puede encontrarse una lista con las ayudas materiales que necesitan distintos conventos y monasterios de España, dando un fácil acceso al usuario que desee colaborar. Por otro lado, la fundación realiza revisiones de los contratos y suministros de energía que tienen las comunidades, formando también a los contemplativos en materias que sean esenciales para el sostenimiento de los monasterios y conventos.

Para Navidad tienen a la venta dulces como guijarros de san José hechos por las carmelitas descalzas de Zaragoza, un panettone de las hermanas clarisas reparadoras de Ourense o polvorones elaborados por las monjas benedictinas de León. Todo su catálogo puede encontrarse en la página web de la fundación, a través de la cual también se puede realizar y gestionar el pedido.

Los dulces de mi convento

Otra página web que facilita la compraventa de productor artesanales hechos por los contemplativos es “Los dulces de mi convento”. Esta iniciativa nació tras la pandemia del COVID 19, cuando muchas comunidades religiosas empezaron a notar la escasez de medios debido a que la gente no podía acudir a los tornos a comprar, por lo que no tenían ingresos económicos. A partir de ese momento, “los dulces de mi convento” nació como una tienda online que permitiera la compra de los productos elaborados por los religiosos. En este proyecto han colaborado con “Mensajeros de la Paz” y han continuado con la labor incluso después de la vuelta a la normalidad tras la pandemia.

 En la plataforma web pueden comprarse bizcochos y magdalenas, mermeladas, rosquillas, galletas, pastas e, incluso, aceite de oliva. Han añadido a su web un apartado especial de Navidad en el que hay productos como roscos de vino, yemas, castañas en almíbar, mazapanes y turrones. En la información de los productos aparece el convento y monasterio en los que han sido realizados y una breve descripción del producto.

Fundación Contemplare

Por su parte, la Fundación Contemplare es un proyecto que busca acercar la vida contemplativa a las personas no consagradas. Está dirigida por un grupo de laicos que colabora con más de 120 conventos y monasterios.

En la página web pueden comprarse muchos productos diversos. Disponen de artículos gourmet, como quesos, vinos, cervezas, licores, chocolates o frutos secos. También están a la vente productos artesanales, retablos, belenes, imágenes de la Virgen, medallas, crucifijos y rosarios. Se pueden encontrar también regalos de nacimiento, como son canastillas, flores o ropa de bebé y, además, hay un apartado de cosmética natural en el que hay jabones, cremas, aceites esenciales o bálsamos labiales. 

La venta de productos no está dirigida solo a particulares, sino que la fundación Contemplare trabaja también con más de cincuenta empresas, vendiendo productos personalizados con la imagen de la marca.

El bazar del convento

Las carmelitas samaritanas del Corazón de Jesús, también conocidas como carmelitas samaritanas de la Fuencisla, tienen una página web llamada “el bazar del convento”. En esta plataforma ponen a la venta todos sus productos. Entre sus trabajos está la elaboración de dulces, los productos de cuidados naturales, tazas, velas aromáticas, libros, artículos litúrgicos (algunos de ellos solo en venta para sacerdotes) y bordados. Su labor no se encuentra solo en internet, sino que han abierto una tienda física junto a la Catedral de Segovia. El objetivo de todo este proyecto es, como ellas mismas dicen, recaudar fondos para sus fundaciones y proyectos.

La Navidad, al ser una época especial, implica también una producción distinta de artículos. Por ello, venden turrones, mazapanes, delicias, velas con figuras del belén, jabones, manteles y libros, todos ellos de temática navideña.

Hecho con fe

“Hecho con fe” es una iniciativa que nació para trabajar, en un principio, solo con los monasterios y conventos de Sevilla y alrededores. Su objetivo era dar visibilidad a los productos de estas comunidades para ayudar a su mantenimiento. Sin embargo, pronto hubo un aumento de demanda y fueron muchos otros religiosos los que quisieron unirse al proyecto. Actualmente, trabajan con conventos y monasterios de Sevilla, Málaga, Badajoz y Córdoba.

Entre los productos que vendes se encuentran yemas, almendrados, magdalenas, roscos de vino, tejas, alfajores o empanadas. Si bien ahora mismo en su página web no hay un apartado de Navidad, muchos de los artículos a la venta son apropiados para estas fechas, como los mazapanes, los polvorones y los mantecados.

Un regalo para todos

Durante las compras navideñas es fácil tener en mente colaborar con las comunidades religiosas de España, ayudando a su mantenimiento y adquiriendo para los hogares productos artesanales y de calidad que sean un regalo para todos, para quienes elaboran los productos y para quienes lo reciben.

Ecología integral

Mensuram Bonam. Inversiones económicas coherentes con la fe católica

El documento Mensuram Bonam contiene un conjunto de principios y criterios, así como indicaciones prácticas y metodológicas dirigidas a quienes trabajan en el mundo de las finanzas, tanto como instituciones como a título individual.

Giovanni Tridente·5 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Desde hace unos días está disponible en la página web de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, de la que es canciller el cardenal Peter Turkson -desde hace años al frente del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral- un documento titulado Mensuram Bonam (Buenas Medidas), que contiene algunas «medidas coherentes con la fe para los inversores católicos».

Se trata de un conjunto de principios y criterios, así como de indicaciones prácticas y metodológicas dirigidas a quienes trabajan en el mundo de las finanzas, tanto como instituciones como a título individual, y que se esfuerzan por vivir su fe con coherencia, contribuyendo a la promoción de un desarrollo inclusivo e integral de las personas.

Primeras directrices

Se trata de un documento sin duda importante, ya que recoge las verdaderas primeras directrices del Vaticano –un «punto de partida»– se lee en la portada, sobre las inversiones sostenibles y responsables, para que sean tomadas como punto de referencia por quienes trabajan en el sector.

Es el resultado de un trabajo de varios años, al menos seis, en el que han participado diversos expertos del mundo de la ciencia y de las finanzas, además de inspirarse en las principales experiencias ya realizadas en diversas conferencias episcopales, sobre todo en las de Europa y Estados Unidos, o inspiradas por las confesiones religiosas. Está claramente en línea con toda la tradición de la Doctrina Social de la Iglesia, evidentemente con un enfoque específico en el mundo de las finanzas.

Como explica el cardenal Turkson en el prefacio del documento, el llamamiento de la Mensuram Bonam a las buenas prácticas «no podía llegar en mejor momento», tras la crisis provocada por la pandemia del Covid-19 que «sacó a la luz otras pandemias debidas a sistemas sociales disfuncionales, como la precariedad laboral, el escaso acceso a la sanidad, la inseguridad alimentaria y la corrupción», temas denunciados a menudo por el papa Francisco.

Criterios de coherencia

Aquí es donde entra la oportunidad de «mirar a un futuro que podamos soñar juntos y descubrir valores y prioridades en la enseñanza de nuestra fe y su sabiduría para construir ese futuro y dejar que los criterios coherentes con la fe inspiren nuestras inversiones».

El texto pretende, por tanto, ser una oportunidad para el discernimiento, para animar a las empresas a llevar a cabo políticas de inversión en línea con la enseñanza católica, y para ser un estímulo para los procesos de inversión en los que aún deben ser pensados y aplicados.

Una brújula, por tanto, no sólo para los creyentes, sino también para los que no profesan explícitamente ninguna religión; propuestas que, si se adoptan -escribe el cardenal Turkson-, promoverán en la familia humana una percepción más clara de la plenitud de su destino, y la llevarán así a configurar un mundo más acorde con la eminente dignidad del hombre».

Principios y método

El documento se divide en dos partes. En el primero, se recogen los pilares de la fe y de la doctrina social de la Iglesia, a partir de los cuales se orientan las distintas actividades de inversión con visión y responsabilidad, para el desarrollo humano integral (principios). La segunda parte, en cambio, contiene respuestas operativas, presentando un método para las inversiones coherentes con la fe (FCI) con indicaciones sobre cómo aplicarlo: pasos a seguir, herramientas a utilizar, etc.

El apéndice también contiene algunos «criterios de exclusión» sobre temas sensibles que requieren un cuidadoso discernimiento de fe, que ya han sido evaluados en las Conferencias Episcopales. Por ejemplo, los ámbitos del armamento, las armas nucleares, la pornografía, las violaciones de los derechos humanos, la corrupción, las amenazas del cambio climático, etc. deberían quedar excluidos de las inversiones financieras.

Buenas medidas, pues, que sin duda requerirán más reflexión y estudio, pero que representan un primer paso para superar las tensiones y mejorar la sociedad, empezando por cada creyente.

Mundo

El ateísmo, ¿una religión?

Una asociación atea de Austria ha pedido ser reconocida como comunidad religiosa. El tribunal competente ha rechazado la solicitud, pero aún tiene que decidir el Tribunal Constitucional. La cuestión que se plantea es si el ateísmo puede ser una religión.

Fritz Brunthaler·5 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Como reflejo de una actitud crítica con la Iglesia, en los años 70 y 80 del siglo XX se oía a menudo decir en los países europeos, hasta entonces tradicionalmente católicos, entre ellos Austria: “Cristo sí, Iglesia no”. Hacia el cambio de milenio, si no antes, esta afirmación fue sustituida por la pregunta sobre Dios en sí: ¿Dios. u otra cosa…?; ¿o qué? o nada… Aunque los sociólogos llevan todos estos años diciendo que el interés por la religión se mantiene, no ocurre lo mismo con el interés sobre Dios. ¿Religión, o espiritualidad, incluso sin Dios?

Ateísmo en Austria

El 30 de diciembre de 2019, la “Sociedad Religiosa Atea de Austria” (“Atheistische Religionsgesellschaft in Österreich”, ARG) presentó la solicitud para ser reconocida por el Estado como comunidad de fe confesional, el primer paso hacia el reconocimiento como comunidad religiosa legalmente reconocida. La ARG cumple con los requisitos legales, porque tiene más de 300 miembros; y no es el único grupo de ateos en Austria: hay más de media docena de ellos, los cuales representan, a su vez, sólo una fracción de todos los ateos de Austria. Otras asociaciones laicas critican la propuesta del ARG porque supondría complicidad con un sistema obsoleto.

Esto lleva a plantearse la pregunta: ¿puede el ateísmo ser una religión? ¿Lo es, o se convierte en religión cuando el Estado concede a una comunidad de ateos el reconocimiento como comunidad religiosa? ¿Qué entiende un Estado, en este caso Austria, por religión? No existe una definición precisa en las leyes austríacas. En general, se mencionan tres elementos como característicos en el concepto de religión: además de una interpretación global del mundo y de la posición del hombre en él, así como de las correspondientes orientaciones para la acción, es decisiva sobre todo la referencia a la trascendencia. Si esta falta, se habla de una “visión” o “concepción del mundo”.

Pero… el ateísmo como religión, ¿no es absurdo? Ateísmo significa “sin Dios”. Y la religión, ¿no tiene siempre que ver con Dios o con algo divino? Los representantes del ARG no creen en las deidades que, según ellos, “fueron creadas por los humanos”. A pesar de eso la ARG se entiende a sí misma como una comunidad religiosa: para ellos la religión es una especie de filosofía vivida, y la práctica de la religión es una ayuda práctica para la vida. Así, en la página web de la ARG se puede incluso leer acerca de pastoral atea, por ejemplo en situaciones de sufrimiento y muerte, incluso faltando la fe en un alma inmortal. La atención pastoral se acerca entonces a la psicoterapia.

El ateísmo, ¿una religión?

El Concilio Vaticano II, en la “Gaudium et Spes” (nn. 19-21), habla del ateísmo en relación con la dignidad humana: “El reconocimiento de Dios no se opone en modo alguno a la dignidad humana, ya que esta dignidad tiene en el mismo Dios su fundamento y perfección”. Y: “La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la unión con Dios”. En cambio, de acuerdo con las palabras del Concilio, “cuando faltan ese fundamento divino y esa esperanza de la vida eterna, la dignidad humana sufre lesiones gravísimas -es lo que hoy con frecuencia sucede-, y los enigmas de la vida y de la muerte, de la culpa y del dolor, quedan sin solucionar, llevando no raramente al hombre a la desesperación”.

Los representantes de la ARG responden a estas y otras preguntas en un nivel puramente humano, porque según su concepción, su “ethos” ha sido y es desarrollado y acordado por seres humanos, y los conceptos de valor son siempre de origen humano. Es cierto que entre ellos hay también valores generales, como “asumir responsabilidades” y “aprender de los errores”. Pero las cuestiones últimas, en el sentido del Concilio, se responden desde una perspectiva y una experiencia meramente humanas. Incluida la cuestión de la muerte: después de la muerte no hay nada. Tal vez eso haga que el hombre sienta dolor, pero a lo sumo será mientras viva.

Una cuestión sobre la trascendencia

El cristianismo es una religión de la Revelación: “Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”, dice Yahvé cuando se aparece a Moisés en la zarza en el desierto. Dios ha hablado al hombre, “en estos últimos tiempos, por medio de su Hijo”, como dice la Carta a los Hebreos. La fe del hombre es siempre una respuesta del hombre a Dios que se dirige a Él. La actuación de la persona creyente se guía por las palabras y los hechos de Dios, en la medida en que los reconoce. Aunque Dios es el “totalmente otro” y, según Santo Tomás de Aquino, ignoramos de Dios mucho más de lo que sabemos, Dios sigue siendo reconocible: “El que me ve a mí, ve al Padre”, dice Jesús a Tomás en la Última cena, el Cenáculo. Incluso cuando, según las palabras del Concilio, el creyente como ser humano sigue siendo para sí mismo una pregunta sin resolver, sólo Dios puede dar la respuesta plena y segura.

La “Sociedad Religiosa Atea” no sabe nada de todo eso. Y, sin embargo, afirma ser una sociedad religiosa. Ve su referencia a la trascendencia en el hecho de que, por supuesto, se ocupa de Dios, aunque niega su existencia. El Tribunal Administrativo de Viena ha rechazado el 1 de junio de 2022 la solicitud de reconocimiento de la ARG como comunidad de fe, y la ha calificado como “comunidad de concepción del mundo”. El tribunal justifica su decisión diciendo que la concepción de la trascendencia que tiene la ARG es insuficiente para una comunidad religiosa, porque no se refiere a aquellos ámbitos que están fuera de toda experiencia consciente, planificable e inmanente, y que son objeto de una realidad “diferente”.

La Sociedad Religiosa Atea ha recurrido esta decisión ante el Tribunal Constitucional, el más alto tribunal de Austria. Para ello, invoca principalmente el artículo 14 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, ya que la decisión del Tribunal Administrativo de Viena desconocería la libertad religiosa de la ARG. Será interesante ver cómo resuelve el Tribunal Constitucional.

El autorFritz Brunthaler

Austria

Lecturas del domingo

La humildad de María. Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María (A)

Joseph Evans comenta las lecturas de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·5 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Las lecturas de hoy -en esta fiesta tan hermosa- ponen en contraste la vergüenza que supuso para la humanidad el pecado de Adán y Eva, y el honor de la humanidad mediante el sí fiel, el fiat, de María. Esta fiesta nos habla de la victoria de Dios sobre el pecado, que, de manera misteriosa, comenzó por adelantado en la Santísima Virgen María. Pero todo debido a la gracia de Dios. Por eso las lecturas de hoy nos hablan del “cántico nuevo” de Dios, de las “maravillas” que ha hecho y de su bendición “con toda clase de bendiciones espirituales” en Cristo.

Toda la humanidad había sido corrompida por la caída de nuestros primeros padres, como señala con fuerza en el Salmo 14: “Todos se extravían igualmente obstinados, no hay uno que obre bien”. Toda ella compartió de alguna manera la vergüenza de Adán y pudo decir con él a Dios: “Oí el ruido de ti en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí”. Todos, como Adán, tratamos de culpar a la mujer; y esta mujer, Eva, comparte ciertamente una gran parte de la culpa: “La mujer que me diste como compañera, me ofreció del fruto, y comí”.

Pero para preparar el camino del Santo, Dios hecho hombre que desharía la obra de Satanás, Dios preparó a una mujer santa que escucharía a Dios y no al diablo, una mujer que se humillaría ante Dios y no se levantaría, como Eva, en orgullosa rebeldía contra él. Adán y Eva querían “ser como Dios”. María sólo puede decir: “He aquí la esclava del Señor”. Intentaron escapar a Dios, desobedeciendo su voluntad. María se sometió obedientemente a su voluntad: “Hágase en mí según tu palabra”.

Hay dos maneras de salvarse: por curación o por prevención. Podemos curarnos de una enfermedad, pero es mucho mejor la vida sana que nos salva de caer en esa enfermedad. La Iglesia llegó a comprender que, aunque todos necesitamos la salvación de Cristo, María se salvó de una manera superior, por prevención: fue librada, desde el mismo momento de su concepción en el seno de su madre Ana, de cualquier mancha de pecado. Y esto, en función de su condición de Madre de Dios. Como quien iba a recibir en su seno al Dios Santísimo hecho hombre, como nueva Arca de la Alianza, fue preservada de todo pecado.

En marcado contraste con el “juego de la culpa” de Adán y Eva -habiéndose levantado con orgullo contra Dios, tratan con orgullo de eludir su propia responsabilidad- vemos la humildad de María. En ella se hacen realidad las palabras de Cristo: “El que se humilla será exaltado” (Mt 23, 12). Mientras que el orgullo lo mancha todo, en la humildad hay algo de “inmaculado”: limpia, purifica, preserva de corrupción. La Iglesia nos enseña por medio de estos textos que, si bien nunca podremos compartir plenamente la santidad de María, al menos podemos acercarnos a ella intentando participar de su humildad.

La homilía sobre las lecturas de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Vaticano

Papa Francisco: “La hipocresía es el peligro más grave»

El Papa Francisco ha rezado el Ángelus con los fieles reunidos en la plaza de san Pedro este segundo domingo de Adviento.

Paloma López Campos·4 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Sumo Pontífice se ha centrado en la figura de san Juan Bautista, “un hombre alérgico a la falsedad”. Juan da un grito de amor invitando a que demos “el fruto que pide la conversión”, a que no desperdiciemos nuestras vidas.

Francisco, siguiendo las enseñanzas del Bautista, ha afirmado que “la hipocresía es el peligro más grave, porque puede arruinar también las realidades más sagradas”. Jesucristo también es duro con los hipócritas, como se puede ver en el Evangelio.

El Papa señala que “para acoger a Dios no importa la destreza, sino la humildad. Este es el camino para acoger a Dios”. Hay que “bajar del pedestal y sumergirse en el agua del arrepentimiento”.

La Iglesia propone al Bautista para que nos acompañe en el Adviento porque “Juan, con sus reacciones alérgicas, nos hace reflexionar: ¿no somos también nosotros a veces un poco como aquellos fariseos? Tal vez miramos a los demás desde lo alto, pensando que somos mejores que ellos, que tenemos las riendas de nuestra vida, que no necesitamos cada día a Dios, a la Iglesia, a los hermanos”.

“El Adviento es un tiempo de gracia para quitarnos nuestras máscaras”. Para esto, dice el Papa, “el camino es uno solo: el de la humildad. Purificarnos del sentido de superioridad, del formalismo de la hipocresía. Para ver en los demás a hermanos y a hermanas, a pecadores como nosotros, y en Jesús ver al Salvador que viene para nosotros”.

No podemos desesperar, señala Francisco, no podemos pensar que nuestros pecados son demasiados pues “con Jesús la posibilidad de volver a empezar está siempre, nunca es tarde. Nunca. Siempre está la posibilidad de recomenzar. Tengan valentía, Él está cerca de nosotros y este es un tiempo de conversión”.

Francisco ha finalizado su intervención invitándonos a que “escuchemos el grito de amor de Juan para volver a Dios. No dejemos pasar este Adviento como los días del calendario. Porque este es un tiempo de gracia, ahora, aquí”. El Papa, además, ha recomendado que nos encomendemos a Santa María: “Que María, la humilde sierva del Señor, nos ayude a encontrar a Jesús y a los hermanos en el camino de la humildad”.

Evangelización

«La vida de Carmen Hernández representa la historia de la Iglesia en el siglo XX»

Carmen Hernández está más cerca de los altares. La Universidad Francisco de Vitoria acoge, este 4 de diciembre, la solemne sesión de apertura de la fase diocesana de la causa de beatificación y canonización de la sierva de Dios. Entrevistamos, con este motivo, a Aquilino Cayuela, autor de la biografía Carmen Hernández (BAC, 2021)

Maria José Atienza·4 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

El 19 de julio de 2016 fallecía en Madrid Carmen Hernández. Cofundadora del Camino Neocatecumenal, colaboradora insustituible de Kiko Argüello, esta mujer, natural de Ólvega (Soria) está cada vez más cerca de ser la primera santa ligada al Camino Neocatecumenal.

Aquella obra apostólica que comenzó en las barracas de la periferia madrileña es hoy una realidad, un camino, a través del que cientos de miles de personas se encuentran con Dios y viven su fe.

Aquilino Cayuela

Aquilino Cayuela es el autor de la biografía Carmen Hernández, publicada por la Biblioteca de Autores Cristianos en 2021.

Este catedrático de Filosofía Moral y Política de la Universitat Abat Oliba CEU destaca «la constancia e intensidad en su amor a Jesucristo, en todo tiempo, en las oscuridades y en las alegrías» en la vida de la co-iniciadora del Camino Neocatecumenal.

Escribir una biografía de una persona a la que muchos consideran santa, siempre es delicado, especialmente cuando quienes la conocieron de cerca serán sus lectores. ¿Qué ha supuesto para usted, escribir la biografía de Carmen?

­Para mí ha supuesto, de una parte, un honor y, de otra, una gran responsabilidad. Se trataba de la iniciadora, junto con Kiko Arguello, de una de las más importantes realidades eclesiales posteriores al Concilio. Efectivamente, era un trabajo delicado que he procurado desarrollar con el máximo rigor.

He buscado hacerlo con objetividad y equilibrio. Carmen, de alguna manera, era la gran desconocida, era tímida y reservada y tenía una muy rica vivencia de Jesucristo y la Iglesia, anterior a encontrase con Kiko, que casi nadie conocía bien. 

¿Cómo definiría a Carmen Hernández?

­–Era una mujer de gran personalidad e iniciativa. La ha caracterizado siempre un intenso amor a Cristo y a la Iglesia, desde su infancia. Una mujer, así mismo, inquieta e inconformista, de fuerte personalidad, con una fuerte vocación misionera y reformismo. Su propia vida y su búsqueda es ejemplar, en el sentido que representa lo fue la historia de la Iglesia en el siglo XX, su renovación y todo el entorno de Vaticano II.

La vida de Carmen Hernández no fue sencilla. ¿Qué puntos de su vida resultan las claves de la mujer catequista y misionera que hemos conocido?

Justamente los puntos de inflexión en su vida: cuando de muy joven vive dificultades para seguir su vocación misionera, y encuentra oposición en su padre. Más tarde, cuando las Misioneras de Cristo Jesús no la dejan continuar. Y, posteriormente, la intensidad de su encuentro con Jesús en su primer viaje a Tierra Santa.

Su providencial encuentro con Kiko y su decisión de seguir junto a él en una experiencia de catecumenado, que comienzan ellos mismos a llevar primero a España y, poco más tarde, a Italia y otros países.

El éxito del propio Camino como Iniciación Cristiana ella lo vive como una seria responsabilidad y pasa momentos de zozobra.

Carmen ha sido para muchos la mujer en la «sombra», sin embargo, no se entiende la realidad y el alcance del Camino Neocatecumenal sin ella. ¿Qué aporta Carmen al carisma iniciado por Kiko Argüello?

–Realmente, se dio una importante complementariedad entre ellos. Ella aporta la liturgia, la renovación del Vaticano II, la comprensión bíblica en el enlace con la traducción hebrea, la oración y el papel de la mujer en la Iglesia de hoy.

Ahora que la causa de beatificación y canonización de Carmen es una realidad. ¿En qué es Carmen un ejemplo para los fieles de hoy?

–Yo creo que hay distintos aspectos que cada uno puede contemplar en su biografía, pero resalta la constancia e intensidad en su amor a Jesucristo, en todo tiempo, en las oscuridades y en las alegrías.

carmen hernandez

En segundo lugar, su amor a la Iglesia y al Papa, su espíritu de renovación y su sincera vocación misionera, que la convierte en una mujer muy audaz. Resalta también su franqueza. Es perseverante en la oración y posee un fuerte vínculo con la Escritura. Es una persona muy auténtica en su vida y su obra, quería de todo corazón renovar la Iglesia de este tiempo para que hombres y mujeres se encontraran con el amor de Dios en Cristo Jesús.

Por último, su propuesta de feminidad es un modelo muy interesante.

Beatificación y canonización

La Universidad Francisco de Vitoria acoge, el 4 de diciembre, la solemne sesión de apertura de la fase diocesana de la causa de beatificación y canonización de la sierva de Dios Carmen Hernández.

La sesión, presidida por el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro contará con la presencia del equipo internacional del Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello, Mario Pezzi y Ascensión Romero, y el postulador, Carlos Metola. Además, se producirá el juramento del tribunal delegado para esta causa, formado por el delegado episcopal de Causas de los Santos de Madrid, Alberto Fernández; el promotor de justicia Martín Rodajo, y las notarias adjuntas Ana Gabriela Martínez, R. C. y Mercedes Alvaredo.

Como explicaba el postulador de esta causa, Carlos Metola a Omnes, la fama de santidad de Carmen Hernández comenzó al momento de su fallecimiento: «En muchas partes del mundo hay un convencimiento de que Carmen ha vivido su vida en santidad: tanto en su vida, como justo antes de morir y tras su muerte». De todo ello se ha ido recogiendo documentación. También de las visitas a la tumba de Carmen, por la que ya han pasado más de 35000 personas, la mayoría del Camino Neocatecumenal, pero también, muchas otras personas que se han acercado tras tener conocimiento de Carmen y su vida».

Enseñanzas del Papa

Esperanza y realismo en el camino

Tres temas cabe destacar entre las enseñanzas del Papa durante el mes de noviembre: la esperanza del Cielo, y sus consecuencias; la disposición para la fraternidad y la paz; la atención a los pobres y más necesitados. 

Ramiro Pellitero·4 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 8 minutos

La primera de ellas está ligada a las celebraciones propias de este mes de noviembre; la segunda, a su visita apostólica a Baréin; la tercera, a la Jornada mundial de los pobres.

Espera y sorpresa del Cielo 

La homilía del Papa en la misa por los cardenales y obispos difuntos a lo largo del año (2-XI-2022) se centró en dos palabras: espera y sorpresa.

La espera, explicó, expresa el sentido de la vida cristiana que va hacia el encuentro con Dios y la redención de nuestro cuerpo, resucitado y renovado (cf. Rem 8, 23). Allí el Señor, como dice bellamente el profeta Isaías, “aniquilará la muerte para siempre” y “enjugará las lágrimas de todos los rostros” (Es 25, 7). Y eso, observa Francisco, es bello. En cambio, es feo cuando esperamos que nos enjugue las lágrimas alguien o algo que, por no ser Dios, no puede hacerlo. O peor aún, cuando ni siquiera tenemos lágrimas. ¿Qué quiere decir esto?

En primer lugar, conviene examinar el contenido de nuestra espera. A veces nuestros deseos no tienen que ver con el Cielo. “Porque corremos el riesgo de aspirar continuamente a cosas que pasan, de confundir deseos con necesidades, de anteponer las expectativas del mundo a la espera de Dios”. Eso es como “perder de vista lo que importa para ir tras el viento”, y sería “el error más grande de la vida”. Por eso nos conviene preguntarnos: “¿Soy capaz de ir a lo esencial o me distraigo con tantas cosas superfluas? ¿Cultivo la esperanza o sigo quejándome, porque le doy demasiado valor a tantas cosas que no cuentan y que luego pasarán?”.

La capacidad para tener lágrimas

La segunda observación (la capacidad para tener lágrimas) se puede ver en relación con la compasión y misericordia. Francisco lo explica con la sorpresa que encontramos en el Evangelio: “En el tribunal divino, el único mérito y acusación es la misericordia hacia los pobres y los descartados: ‘Cuanto hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis’, sentencia Jesús (Mt 25, 40). El Altísimo parece estar en los más pequeños. Quien habita en los cielos vive entre los más insignificantes del mundo. ¡Qué sorpresa!”.

¿Y por qué será así?, cabría preguntar. Y cabría responder como lo hace Francisco: porque Jesús ha nacido y vivido pobre y humilde (desprendido de su condición divina) y se nos ha entregado gratuitamente (sin ningún mérito previo por nuestra parte). Y así nos revela la medida del valor de nuestra vida: el amor, la misericordia, la generosidad. 

Consecuencia, ahora, para nosotros: “Entonces, para prepararnos, sabemos qué hacer: amar gratuitamente y a fondo perdido, sin esperar nada a cambio, a los que están incluidos en su lista de preferencias, a los que no pueden devolvernos nada, a los que no nos atraen, a los que sirven a los pequeños”. Cuando llegue el juicio final, nos encontraremos, pues, con esa “sorpresa”, que deberíamos haber conocido, por ser cristianos. Por tanto, nos aconseja Francisco, “no nos dejemos sorprender nosotros también”. No endulcemos el sabor del Evangelio por conveniencia o comodidad, no lo atenuemos, no diluyamos su mensaje y las palabras de Jesús. 

¿Queremos cosas concretas?“De simples discípulos del Maestro pasamos a ser maestros de la complejidad, que hablan mucho y hacen poco, que buscan respuestas más ante el ordenador que ante el Crucifijo, en Internet en vez de en los ojos de los hermanos y hermanas; cristianos que comentan, debaten y exponen teorías, pero no conocen ni siquiera a un pobre por su nombre, no han visitado a un enfermo en meses, nunca han alimentado o vestido a alguien, jamás han hecho amistad con un indigente, olvidando que ‘el programa del cristiano es un corazón que ve’ (Benedicto XVI, Deus caritas esto, 31)”.

En definitiva, ante la pregunta: ¿Y cuándo te vimos…?, la respuesta es: ahora, cada día. Así lo explica el sucesor de Pedro. La respuesta más personal, la que espera el Señor de cada uno no son las aclaraciones y los análisis y las justificaciones (que sin duda son importantes y Él tiene y tendrá en cuenta). Lo más importante está en nuestras manos y cada uno somos responsables. 

Esta es la enseñanza, que nos interpela directamente, combinando la llamada a la esperanza con el realismo: “Hoy el Señor nos recuerda que la muerte viene a hacer la verdad sobre la vida y quita cualquier circunstancia atenuante a la misericordia. Hermanos, hermanas, no podemos decir que no sabemos. No podemos confundir la realidad de la belleza con el maquillaje hecho artificialmente”.

En último término, la medida de nuestra vida no es otra que el amor, entendido a fondo y con verdad, como Jesús lo vive y revela: “El Evangelio explica cómo vivir la espera: vamos al encuentro de Dios amando porque Él es amor. Y, en el día de nuestra despedida, la sorpresa será feliz si ahora nos dejamos sorprender por la presencia de Dios, que nos espera entre los pobres y heridos del mundo. No tengamos miedo de esa sorpresa: vayamos adelante en las cosas que nos dice el Evangelio, para ser juzgados como justos al final. Dios espera ser acariciado no con palabras, sino con hechos”.

Dilatar los horizontes de la fraternidad y de la paz

El viaje apostólico de Francisco al reino de Baréin (del 3 al 6 de noviembre) tenía como objetivo, según declaró el Papa al hacer su balance tres días después de volver (cfr. Audiencia general,9-XI-2022), dilatar los horizontes de la fraternidad y de la paz en nuestro mundo. Y se preguntaba, también ese día, por qué visitar un pequeño país con una mayoría musulmana, si hay muchos países cristianos… Y respondía con tres palabras: diálogo, encuentro y camino.

Diálogo, porque ese lugar -que avanza en la paz, a pesar de estar compuesto de muchas islas- muestra que el diálogo es el oxígeno de la vida. Y ello pide renunciar al egoísmo de la propia nación, la apertura a las demás, la búsqueda de la unidad (cfr. Gaudium et spes, 82) para avanzar, con la guía de los líderes religiosos y civiles, en los grandes temas que tenemos planteados a nivel universal: “el olvido de Dios, la tragedia del hambre, la protección de la creación, la paz”. Ese era el sentido del foro que el Papa fue a clausurar, titulado Oriente y Occidente por la convivencia humana. El diálogo debe fomentar el encuentro y rechazar la guerra. Francisco se refirió una vez más a la situación en Ucrania, como uno entre otros conflictos que no se pueden resolver mediante la guerra. 

No puede haber diálogo sin encuentro. El Papa se encontró con líderes musulmanes (el Gran Imán de Al-Azhar), con los jóvenes del colegio Sagrado Corazón, con el Consejo musulmán de ancianos, que promueve las relaciones entre las comunidades islámicas, en nombre del respeto, la moderación y la paz, oponiéndose al fundamentalismo y a la violencia.

Y así este viaje se inscribe en un camino. El camino que comenzó san Juan Pablo II cuando fue a Marruecos (en agosto de 1985), para ayudar al diálogo entre creyentes cristianos y musulmanes, que promueve la paz. El lema del viaje era: Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad. El diálogo, explica el Papa, no diluye la identidad propia, sino que la exige y la supone. “Si no tienes identidad, no puedes dialogar, porque ni siquiera entiendes lo que eres”.Francisco impulsó el diálogo en Baréin también entre cristianos, en su encuentro con cristianos de diversas confesiones y ritos en la catedral de Nuestra Señora de Arabia (4-XI-2022).

Y el diálogo lo necesitamos también los católicos entre nosotros. Así quedó claro en la misa celebrada en el estadio nacional (5-XI-2022) donde el Papa les habló de “amar siempre” (también a los enemigos) y “amar a todos”. Y también en el encuentro de oración en la iglesia del Sagrado Corazón de Manama (6-XI-2022), donde les habló de alegría, de unidad y de “profecía” (implicarse con los problemas de los demás, dar testimonio, llevar la luz del mensaje evangélico, buscar la justicia y la paz).

En su valoración del viaje, el Papa llamó de nuevo a “dilatar horizontes”: los horizontes de la fraternidad humana y de la paz. ¿Cómo hacerlo en concreto? Mediante la apertura a los demás, ampliando los propios intereses, dándose más a conocer. “Si te dedicas a conocer a los demás, nunca te sentirás amenazado. Pero si tienes miedo de los demás, tú mismo serás una amenaza para ellos. El camino de la fraternidad y de la paz, para avanzar, necesita de todos y cada uno. Yo doy la mano, pero si no hay otra mano al otro lado, no sirve de nada”.

El templo, el discernimiento y los pobres

Han transcurrido cinco años desde que Francisco instituyó la Jornada Mundial de los Pobres. En esta ocasión (cfr. Homilía, 13-XI-2022, y Mensaje para esta jornada, publicado el 13 de junio pasado), el Papa se refirió a la realidad del templo de Jerusalén, que muchos admiraban en su esplendor (cfr. Lc 21, 5-11). Ese templo, en la perspectiva cristiana, era prefiguración del verdadero templo de Dios, es decir, Jesús como cabeza de la Iglesia (cfr. Jn 2, 18-21).

Es algo que nos afecta personalmente. Porque ese trasfondo de la historia de la salvación y de la fe cristiana debe ser traducido en concreto, en el aquí y ahora de nuestra vida, mediante el discernimiento. Para mostrarlo, en esta ocasión el Papa se ha fijado en dos exhortaciones del Señor: “no os dejéis engañar”, y “dar testimonio”. 

Discernimiento para no dejarse engañar

Los oyentes de Jesús se preocupaban por cuándo y cómo se producirían los espantosos acontecimientos que les estaba anunciando (entre ellos la destrucción del templo). Tampoco nosotros, aconseja Francisco, hemos de dejarnos llevar por “la tentación de leer los hechos más dramáticos de manera supersticiosa o catastrófica, como si ya estuviéramos cerca del fin del mundo y ya no valiera la pena empeñarnos en nada bueno”. Jesús nos dice, en palabras del Papa: “Aprended a leer los acontecimientos con los ojos de la fe, seguros de que estando cerca de Dios ni un cabello de vuestra cabeza perecerá” (Lc 21, 18).

Además, aunque la historia está llena de situaciones dramáticas, guerras y calamidades, eso no es el fin, ni es para paralizarse por el miedo o el derrotismo de quien piensa que todo está perdido y es inútil esforzarse. El cristiano no se deja atrofiar por la resignación ni por el desánimo. Ni siquiera en las situaciones más difíciles, “porque su Dios es el Dios de la resurrección y de la esperanza, que siempre nos levanta: con Él siempre se puede mira arriba, recomenzar y volver a empezar”. 

Ocasión de testimonio y trabajo

Y por eso la segunda exhortación de Jesús, después de “no os dejéis engañar”, está en positivo. Dice: “Esto os servirá de ocasión para dar testimonio” (v. 13).Se detiene el Papa en esa expresión: ocasión de dar testimonio. La ocasión significa tener la oportunidad de hacer algo bueno a partir de las circunstancias de la vida, aun cuando no sean las ideales. 

“Es un arte hermoso, típicamente cristiano: no ser víctimas de lo que sucede -el cristiano no es víctima y la psicología victimista es mala, nos hace daño-, sino aprovechar la oportunidad que se esconde en todo lo que nos pasa, el bien que se puede, ese poco bien que se pueda hacer, y construir incluso a partir de situaciones negativas”

Típica de Francisco es la afirmación, que repite aquí, de que toda crisis es una posibilidad y ofrece oportunidades de crecimiento (está abierta hacia Dios y los demás). Y que el mal espíritu intenta que la crisis se transforme en conflicto (algo cerrado, sin horizonte y sin salida). De hecho, al examinar o “releer” nuestra historia personal nos damos cuenta de que, con frecuencia, los pasos más importantes los hemos dado dentro de ciertas crisis o pruebas, donde no controlábamos del todo la situación.

Por ello, ante las crisis y conflictos que presenciamos -en relación con la violencia, el cambio climático, la pandemia, el paro laboral, las migraciones forzosas, la miseria, etc.- cada día, no podemos malgastar o derrochar el dinero, desperdiciar nuestra vida, sin tomar coraje y seguir adelante.

“Al contrario, demos testimonio” de que se puede construir un mundo algo más fraterno, seamos más valientes para ponernos al lado de los débiles, afrontemos esta historia que nos toca vivir (Aquí podemos ver una llamada a las obras de misericordia, al trabajo bien hecho, con espíritu de servicio, a la búsqueda de la justicia en nuestras relaciones con los demás, al mejoramiento de nuestra sociedad). “Siempre debemos repetirnos esto, especialmente en los momentos más dolorosos: Dios es Padre y está a mi lado, me conoce y me ama, vela sobre mí, no se duerme, me cuida y con Él no se perderá ni un cabello de mi cabeza”.

Pero no se queda ahí la cuestión (porque la fe se vive en las obras): “¿Y yo cómo respondo a esto? […] Al ver todo eso, ¿qué siento yo, como cristiano, que debo hacer en este momento?”. Alude Francisco a una vieja tradición cristiana, presente también en los pueblos de Italia: en la cena de Navidad, dejar un lugar vacío para el Señor que puede llamar a la puerta en la persona de un pobre necesitado. Pero, observa, ¿mi corazón tendrá un lugar libre para esa gente, o estaré muy ocupado con los amigos, los eventos y las obligaciones sociales?

“No podemos quedarnos” -concluye- “como aquellos de los que habla el Evangelio, admirando las hermosas piedras del templo, sin reconocer el verdadero templo de Dios, el ser humano, el hombre y la mujer, especialmente el pobre, en cuyo rostro, en cuya historia, en cuyas llagas está Jesús. Lo dijo Él. No lo olvidemos nunca”.

España

«Hemos descubierto a una Carmen profundamente enamorada de Cristo»

El día en que arranca la fase diocesana de la causa de beatificación de Carmen Hernández, Omnes trae de nuevo una entrevista que se realizó el año pasado a Carlos Metola, postulador diocesano.

Maria José Atienza·4 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Hace seis años fallecía en Madrid Carmen Hernández, iniciadora, junto a Kiko Arguello, del Camino Neocatecumenal. Cinco años que, siguiendo las normas canónicas vigentes, hacen posible la petición de la apertura de la Causa de Beatificación de una mujer “profundamente enamorada de Cristo, como la describe, en esta entrevista con Omnes, Carlos Metola, postulador diocesano nombrado por el Camino Neocatecumenal.

Hace apenas dos meses, al finalizar la Misa con motivo del quinto aniversario del fallecimiento de Carmen, usted entregaba al cardenal Osoro del libelo de demanda, en el que pide formalmente el inicio de la causa de beatificación de Carmen. En este tiempo, ¿cómo ha sido el proceso de reunir la documentación necesaria para esta causa?

– Cuando murió Carmen en 2016 empecé, junto con algunos colaboradores, a recoger toda la documentación que ella había generado durante toda su vida: sus escritos, cartas que había escrito -de las cuales hacía una especie de borrador- y otras cartas que ella recibía y que hemos recuperado.

Carmen escribía mucho. Para hacer las catequesis, por ejemplo, hacía unos borradores que preparaba con mucha antelación, con muchos libros y apuntes. Carmen y Kiko han predicado el Evangelio principalmente de forma oral, en convivencias, retiros, encuentros… gracias a Dios, todo eso se ha ido grabando yse han podido transcribir sus palabras.

Toda esta documentación escrita la hemos sub-divivido en temas que, a partir de ahora, serán estudiados por la comisión histórica y los censores teólogos de la Archidiócesis de Madrid.

También hemos recogido los testimonios de su fama de santidad y su fama de signos: esas muestras de la capacidad de intercesión de Carmen en el cielo. Las gracias y favores de estos años superan las 1700. Tenemos favores de todo tipo: desde aprobar un examen,  o que salga bien una operación a otras que muestran una ayuda o gracia de Dios por intercesión de Carmen que roza lo extraordinario.

Nos hemos dado cuenta que, en muchas partes del mundo hay un fumus, un convencimiento de que Carmen ha vivido su vida en santidad: tanto en su vida, como justo antes de morir y tras su muerte. De todo ello se ha ido recogiendo documentación. También de las visitas a la tumba de Carmen, por la que ya han pasado más de 35000 personas, la mayoría del Camino Neocatecumenal, pero también, muchas otras personas que se han acercado tras tener conocimiento de Carmen y su vida.

postulador carmen
Carlos Metola entrega el libelo de demanda de apertura del proceso al Cardenal Osoro

Una de las tareas de los postuladores es adentrarse en “el alma” de las personas a quienes se quiere elevar a los altares. Usted ha conocido a Carmen en vida pero, ¿qué  Carmen ha conocido a través de sus escritos o testimonios que desconocía?

-Carmen escribía todos los días de su vida. Tiene diarios de más de treinta años. Cada jornada realizaba un pequeño resumen del día. Lo que hemos encontrado en esos escritos es un amor inmenso a Jesucristo. Todos los días tiene anotaciones como “Señor, qué bien que estamos a solas”, “Señor yo te quiero”, “Señor ayúdame”…

Carmen ha pasado muchos momentos de sufrimiento y de combate, porque no es fácil empezar. El Señor suscitó el Camino Neocatecumenal como una iniciación cristiana. Me explico: durante muchos siglos se entraba en la Iglesia de pequeño pero llegado a la edad adolescente o adulta, la fe que se vivía se quedaba pequeña ante los problemas afectivos, sexuales, económicos, de competitividad y ahí surgía la duda de ¿dónde está la fe?, ¿por qué el Bautismo recibido no se ha hecho un árbol grande y lleno de fruto? Pues porque es necesario que la semilla de la fe recibida sea regada y crezca. Y esto es lo que han hecho Carmen y Kiko: empezar una iniciación cristiana.

Carmen se daba cuenta que el Señor había puesto en sus manos un instrumento estupendo para que la fe madurara y creciera hasta la estatura de Cristo. Ella no quería hacer una congregación o un movimiento, quería renovar la Iglesia, las parroquias. Todo esto lo reflejaba en sus diarios.

Carmen se daba cuenta que la Eucaristía y la Reconciliación son sacramentos fundamentales, porque nos acompañan en la vida cristiana. Estudió ambos sacramentos durante años, hasta las raíces. En estas notas refleja, por ejemplo, esa necesidad de redescubrir la riqueza de nuestro Bautismo, la riqueza de los sacramentos y de la Palabra de Dios.

Muchas veces en los encuentros el que hablaba era Kiko, pero lo que Kiko decía lo había preparado junto a Carmen. Ella lo había preparado, lo habían comentado. El propio Kiko apunta que Carmen era el alma del camino Neocatecumenal, sin ella, el Camino no habría sido posible.

Carmen refleja en sus escritos un amor a Cristo, que le hace heroicamente estar en retaguardia, en la parte de atrás y también un amor grandísimo a la Iglesia, al Papa y una preocupación por lo que ella llamaba las ovejas perdidas: esas personas que, dentro de sus comunidades neocatecumenales, están pasando por una situación difícil, de sufrimiento especial…

Leer las anotaciones de Carmen refleja eso: un amor grandísimo e íntimo a Cristo, a la Iglesia y a los demás.

Curiosamente, en días en los que, por ejemplo, había tenido lugar un encuentro multitudinario con jóvenes en sus apuntes encontramos que sí, da gracias al Señor por ese encuentro, pero enseguida vuelve a su intimidad con Cristo, “Señor yo te quiero, ayúdame, no me dejes caer…”.

Muchas veces Carmen pasaba lo que podríamos llamar “noches oscuras”, una especie de sensación de que el Señor “se le iba” que es el combate de los que anuncian el Evangelio. En sus notas, en muchas ocasiones habla a Dios así, pidiendo que se quede con ella, como una enamorada de Cristo.

Usted ha apuntado que Kiko, iniciador del Camino Neocatecumenal, ha calificado a Carmen como el alma. El alma “no se ve” pero sin ella no hay vida…

– Si. Efectivamente, hay un aspecto de la santidad que es externo. No porque uno se gloríe de ello, sino porque se nota. Quienes hemos conocido a Carmen veíamos su santidad: cuando rezaba, hablaba o nos preguntaba. Pero hay otro aspecto escondido. En la carta a los Colosenses San Pablo dice “vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Es decir, hay un aspecto de la santidad oculto en Cristo. No se puede ser santo si no se tiene una relación seria y profunda con Cristo.

Carmen rezaba las horas del Salterio y las rezaba de verdad, despacio, y a todos nos enseñaba esto: que un cristiano no puede empezar “a lo rápido”, sino que es un proceso. Hay que ponerse de cara al Señor, porque el amor de Dios nos cambia la forma de ver la vida. Carmen tenía un gran amor a la Escritura, la subrayaba, tenía pasajes señalados… se la sabía y siempre encontraba algo nuevo en la Palabra de Dios. Ella tenia esa vida oculta en Dios, y eso es lo que yo como postulador, tengo que demostrar, que aparte de la cara humana y conocida, hay una parte oculta: ese diálogo mudo y constante con Dios que ha de tener todo cristiano y que Carmen vivió.

La esperada apertura de la Causa de Beatificación de Carmen supone la primera persona de esta realidad eclesial que puede ser declarada públicamente santa. ¿Cómo están viviendo en el Camino este proceso?

-Para el Camino esto es nuevo. Es cierto que esta la causa de Marta Obregón, que ha concluido su fase diocesana y la documentación está en Roma, pero en ese caso es por vía de martirio, porque murió por defender su castidad. En el caso de Carmen, la vía por la que se pide la apertura de la Causa es la vida, virtudes y fama de santidad. Estamos recibiendo mucha ayuda, por ejemplo, del Delegado de las causas de los santos de Madrid, el P. Alberto Fernández.

Hay varias cosas que nos ayudan e impulsan: ver que, de todas partes del mundo llegan favores y gracias y, por supuesto, conocer a fondo esos escritos que, hasta ahora teníamos algo dispersos y que, en conjunto, forman algo muy serio, histórico: la fe profunda de Carmen que supone un ejemplo para todos.

Evangelización

Personas discapacitadas y participación en la vida de la Iglesia

Aunque el trabajo de la Iglesia con personas con discapacidad no es nuevo, las dificultades con las que se encuentran estos fieles y sus familias continúan siendo numerosas. Las barreras físicas y los prejuicios siguen presentes a la hora de una vivencia plena de la fe y la participación de la comunidad eclesial de estas personas. 

Maria José Atienza·3 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Uno de los verdaderos asuntos pendientes de la Iglesia es, sin duda, el de la integración pastoral de las personas con discapacidad. Aunque se están dando pasos, en comunidades concretas y casi siempre alentados por la presencia de personas con discapacidades diversas, físicas o intelectuales, la realidad es que la atención de estas personas, especialmente en el campo de la discapacidad intelectual sigue siendo escasa y poco trabajada.

Hace unos meses, dentro del itinerario sinodal, el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, de acuerdo con la Secretaría General del Sínodo, invitó a una treintena de personas con discapacidad de los cinco continentes a contribuir al Sínodo con sus experiencias diversas. De sus aportaciones y reflexiones nació el documento La Iglesia es nuestra casa. En este documento se explicitaba la necesidad de “distanciarse de ciertas ideas que han marcado el enfoque de la Iglesia sobre esta cuestión. La primera es la de quienes veían en ella el resultado de una culpa; la segunda es la de quienes pensaban que los discapacitados eran de alguna manera purificados por el sufrimiento que experimentaban y, por ello, de alguna manera más cercanos al Señor”.

A esto se unía el hecho de que el interés pastoral se ha centrado “principalmente en las familias o en las instituciones asistenciales que las cuidaban” de manera histórica. 

La Iglesia es nuestra casa pide, con valentía, un cambio de mentalidad en la Iglesia: reconocer, verdaderamente que “el Señor ha asumido en sí mismo todo, pero verdaderamente todo lo que pertenece a la humanidad concreta e histórica, en todas sus posibles declinaciones, las de todo hombre y toda mujer incluida la discapacidad”.

Son muchas las personas con discapacidad que forman parte de nuestras comunidades. En el caso de discapacidades intelectuales es aún más notorio que la vida de estas personas se respeta en mayor medida en comunidades de fe. Sin embargo, aún queda mucho por recorrer. 

La fe se respira en casa

María Teresa e Ignacio saben mucho de vivir la fe junto a personas discapacitadas. Tienen siete hijos, uno de los cuales, Ignacio, padece una leve discapacidad intelectual y el más pequeño, José María, nació con síndrome de Down. Su experiencia subraya la idea recogida en el documento La Iglesia es nuestra casa cuando afirma que la vivencia de fe junto a personas discapacitadas “puede ayudar a superar la idea de que es nuestra capacidad intelectual la que genera la amistad con Jesús”. 

De hecho, Maria Teresa apunta que “las personas con discapacidad tienen de capacidad de captar la trascendencia mucho más amplia y limpia que el resto, incluidos los padres”. Eso sí, se hace necesario un lenguaje distinto y adaptado que en general, no hay. De hecho, explica María Teresa, “mucha gente lo está haciendo por su cuenta”. 

Esta madre de dos hijos con necesidades destaca que “muchas veces nos encontramos que se trata a los jóvenes como niños pequeños, y eso no puede ser. Cada uno tiene una necesidad distinta de formación, una expresión diferente de su fe. Hay que acompañarlos para que lleguen al mismo punto que los demás por el camino que ellos necesitan. Por ejemplo, a través de la lectura fácil. No se trata de rebajar conceptos sino de cómo están expuestos y no, por ser más accesibles, son menos serios. Se puede explicar la Trinidad o la conversión del pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo de tal manera que ellos lo puedan comprender y no hace falta que le pongamos dibujitos de niño pequeño a un tío de 24 años”, concluye contundente. 

Su afirmación se une a la petición de estas personas de “superar cualquier actitud paternalista hacia quienes experimentan una condición de discapacidad y superar la idea de que debemos ser atendidos exclusivamente”, recogida en el documento del Dicasterio, que califica de “urgente un cambio de mentalidad que ayude a captar el potencial de cada uno”. 

Como afirma La Iglesia es nuestra casa: “Es necesario un cambio de paradigma que parta de una profundización teológica capaz de explicitar de forma clara y contundente la dignidad de la persona con discapacidad como igual a cualquier otro ser humano, promoviendo su plena participación en la vida de la Iglesia”. 

Libros

Cartas desde China

Don José Antonio García-Prieto escribe para Omnes esta pequeña reseña de un libro sobre un misionero en China, muy acorde con la fiesta del santo que celebramos 3 de diciembre: San Francisco Javier.

Francisco Otamendi·3 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

“Fulgencio de Bargota. Cartas desde Kansu (China) 1927-1930”, es el título del pequeño libro de 150 páginas, publicado recientemente por la editorial Fonte. Recoge las cartas que el religioso capuchino Fulgencio (Jerónimo Segura) en los comienzos de su aventura misionera en China, enviaba a los Padres Capuchinos de Pamplona, y que éstos fueron publicando en su revista “Verdad y Caridad”. Ahora ven de nuevo la luz, gracias a la esmerada recopilación de Magdalena Aguinaga, quien tuvo conocimiento de ellas a través del historiador navarro y Premio Príncipe de Viana 2014, Tarsicio de Azcona, también capuchino.   

Fulgencio, nacido en 1899, tomó los hábitos muy joven y fue ordenado sacerdote en Pamplona el año 1923, partía para China en 1927, junto con tres misioneros más. Después de rezar en Lourdes y embarcar en Génova, tardarían casi seis meses en llegar a su destino definitivo, en el Kansu oriental, a unos dos mil kilómetros de Shanghai. La Providencia dispuso que muriese muy joven, de tifus, con solo 31 años. Sin embargo, sus “Cartas” dejan traslucir la acción de la gracia divina en su alma, porque reflejan una llamativa armonía entre su juvenil ardor apostólico, que aparece en las frecuentes y graves circunstancias que afrontó arriesgando muchas veces su vida, y la madurez que muestra en sus juicios y comentarios sobre esas vicisitudes y sobre la situación social e histórica de China, desgarrada en aquellos años por continuas guerras civiles en su extenso territorio.

Su ardor misionero está siempre vivo como muestra, entre otros, en este pasaje de una carta de 1929 dirigida a los estudiantes de Fuenterrabía: “Hace unos días bautizamos a 17 catecúmenos ¡Vaya unos puntapiés que le dimos al demonio!… y los que le esperan! Por Navidad hice una pequeña incursión a Sant-chá en la que pasé hambre, frío horrible y grave peligro de caer en manos de ladrones. El día mismo de Navidad mi suculento menú se compuso de los siguientes platos: primero, buen apetito; segundo, una pera; tercero, un pedazo de pan; cuarto, las gracias y no se levantaron manteles porque brillaban por su ausencia. ¿Creerán que perdí el buen temple? Nada más lejos de la realidad. Estaba más contento que las Pascuas que celebraba. Me ocurría lo que dice el gran misionero, San Pablo: Scio et esurire, et penuriam pati, y ¡qué mejor manjar que acercarnos un poquito a este modelo de misioneros y vivir su vida y seguir su pasos, aunque de lejos; desde ahora ya te puedes encariñar con San Pablo. No hay cosa como sus cartas”.

Son muy destacables el exquisito respeto por la cultura china y por la plena libertad de las personas antes de permitirles abrazar la fe cristiana. Así, ante un catecúmeno entrado ya en años, que le pedía exultante el bautismo, Fulgencio muestra cierta reticencia que expresa en estos términos: “¿Qué misterioso resorte le había movido a pedir aquella tarde y con aquel fervor el bautismo? ¿Sería la bulliciosa alegría que manifestaban los catecúmenos?”. Y decidió retrasarlo algún tiempo para asegurarse de que aquel hombre había captado bien la doctrina cristiana y que recibiría el bautismo con absoluta libertad. 

La autora de la recopilación de las “Cartas” introduce numerosos y sugerentes comentarios, a pie de página, que enriquecen el ya ameno relato del misionero. Así, a propósito del suceso apenas apuntado del catecúmeno ansioso del bautismo y la prudencia del misionero, escribe la autora: “Resulta interesante comprobar, a distancia de casi un siglo, el respeto a la libertad de los misioneros hacia los catecúmenos, dejándolos que libremente pidieran los sacramentos”. 

En otra carta en la que Fulgencio se detiene a comentar la presencia en China de varios millones de mahometanos y la historia de su progresiva llegada al país, la autora del libro escribe: “En esta carta advertimos la faceta de historiador de Fulgencio de Bargota, quien en tan breve tiempo en China, es capaz de elaborar un interesante estudio del Islamismo; pensamos que con poco acceso a fuentes escritas. También por la escasez de tiempo ante la urgencia de la misión”.

No faltan en las “Cartas” breves historias de personajes -mendigos, ciegos, huérfanos- que recibieron en la misión capuchina una fraterna acogida, llena de calor humano y cristiano. En su conjunto testimonian, una vez más, la riqueza humana y sobrenatural de la obra misionera de la Iglesia en el Lejano Oriente, comenzada ya en el siglo XVI por san Francisco Javier. Ojalá que el libro llegue a un extenso público y la lectura directa de estas “Cartas” alcance eco en sus vidas.

El autorFrancisco Otamendi

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Evangelización

San Francisco de Javier

San Francisco de Javier, amigo de san Ignacio de Loyola, fue un sacerdote misionero que por su labor evangélica fue nombrado el "apóstol de las Indias".

Pedro Estaún·3 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Francisco nació en el castillo de Javier (Navarra) el 7 de abril de 1506. Hijo de Juan de Jaso y de María Azpilcueta. Era el pequeño de cinco hermanos. Su madre, mujer muy piadosa, supo transmitir este valor a su hijo y le inculcó una gran devoción a Cristo representado en una imagen que todavía se venera hoy en la capilla del castillo.

A los 18 años decide ir a estudiar a París donde cursó Latín, Letras humanas y Artes. Se alojó en el Colegio Mayor Santa Bárbara, donde compartió habitación con Pedro Fabro y más tarde con Ignacio de Loyola. Era un buen estudiante y en 1529 aprobó el examen de Bachiller en Artes con 23 años. Ese mismo año muere su madre. Al año siguiente consiguió la Licenciatura. En adelante se le podía llamar ya Maestro Francisco. Durante tres cursos fue profesor de Filosofía en el colegio de Beauvois y, mientras tanto, estudió Teología. 

Gozaba de unas excelentes cualidades humanas: listo, gran deportista y un joven divertido; tanto por la posición de su familia como por su propia capacidad, estaba en excelentes condiciones para escalar puestos honoríficos. Poco a poco Ignacio de Loyola le fue conquistando y le introdujo en el círculo de sus amigos. Le repetía con frecuencia la frase del Evangelio: «Javier ¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si al final pierde su alma?» Esto le llevó a una auténtica conversión que fue muy sonada en el ambiente en el que se movía. 

Comienza entonces un nuevo modo de vida con otros jóvenes de París con sus mismas inquietudes, y el 15 de agosto de 1534, a los 28 años, hace sus votos en Montmatre con los primeros compañeros. En septiembre se retira a hacer unos Ejercicios Espirituales, termina sus estudios de Teología y se traslada con sus ocho compañeros a Venecia en 1537. Allí les esperaba Ignacio de Loyola con la intención de embarcarse para Tierra Santa. La guerra con Turquía impidió la salida de las naves y optaron entonces por trabajar con los enfermos en los hospitales de Venecia. Después marcharon en peregrinación a Roma donde se pusieron a  disposición del Romano Pontífice. El Papa los recibió y les otorgó el permiso para ordenarse sacerdotes y peregrinar a Jerusalén. El 24 de junio de ese mismo año Javier fue ordenado sacerdote en Venecia.

Los dos años siguientes (1538-1540) fueron  decisivos en la vida de ese grupo de jóvenes sacerdotes. Querían trabajar en la Iglesia y dedicarse a ayudar a la gente, y lo querían hacer como grupo al estilo de las órdenes religiosas, pero con más agilidad, para estar donde fuese más necesario en cada momento. El 27 de septiembre de 1540, el Papa Pablo III aprobó la naciente Compañía de Jesús, en la que Javier tuvo una parte muy importante. Ignacio de Loyola fue nombrado Padre General y Francisco el primer secretario y mano derecha de Ignacio.

El embajador de Portugal, Pedro de Mascareñas, pidió aquel año al Papa que enviara misioneros a Oriente. Fueron elegidos Simón Rodríguez y Nicolás Alonso de Bobadilla, pero antes de iniciar el viaje, Bobadilla enfermó gravemente y a última hora se determinó que fuera Javier. Así surgió su vocación misionera. El 7 de abril de 1541, el día en que Javier cumplía 35 años, partió la nave desde Lisboa rumbo a la India. El viaje fue largo y accidentado. A finales de agosto llegaron a Mozambique, donde permanecieron seis meses por causa del monzón. Javier se dedicó fundamentalmente a cuidar enfermos. El 6 de mayo de 1542 llegaron por fin a Goa, capital de la India portuguesa.

Comenzó allí trabajando en la costa de Pesquería con los paravas, pescadores de perlas, desarrollando una enorme y variada labor: hizo de mediador en la guerra con los badagas que se presentaba muy cruenta; realizó numerosos viajes: a Comorín, Travancor, Ceilán…, y a la costa Este de la India. De abril a agosto de 1545 permanece en Santo Tomé, donde está la tumba del apóstol santo Tomás, y decide viajar más al Oriente todavía, a Malaca y a las islas Molucas, en Indonesia, donde estará dos años (1545-1547) recorriendo varias islas: Amboino, Ternate, Moro… Vuelve a la base en Goa, y permanece allí año y medio, mientras prepara su viaje a Japón, donde estará tres años. Recorre varias ciudades: Kagoshima, Yamaguchi, Miyako, Kyoto… en medio de grandes dificultades de lengua, situación política, clima, etc. Regresa de nuevo a Goa, donde tiene unos meses de intenso trabajo: había sido nombrado Provincial de la India. Escribe muchas cartas y soluciona graves problemas, pues faltaban misioneros y eran muchas las conversiones. A pesar de las necesidades concretas de la India, piensa que es fundamental abrirse a China. Era como ir al corazón de Asia. El 21 de julio de 1552 llega a Singapur, y poco después arriba a la isla de Sancián, a 30 leguas de las costas de China y de la ciudad de Cantón. Allí encuentra numerosas dificultades y muchos de los que le seguían le abandonaron; Javier quedó enfermo y acompañado únicamente por su criado indio y el chino Antonio.

El día 3 de diciembre de 1552, Francisco de Javier moría en Sancián, a las puertas de China. Su único acompañante y testigo, Antonio, lo cuenta así: «El día 21 de noviembre se desvaneció cuando celebraba la misa. El día 1 de diciembre recobró el conocimiento y se le oía repetir: “Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí”. “Oh Virgen, Madre de Dios, acordaos de mí. En la madrugada del 3 de diciembre, con el crucifijo entre sus manos y con el nombre de Jesús en su boca, entregó su alma y espíritu en las manos de su Creador». Tenía 46 años. Dos años después su cuerpo fue trasladado a Goa.

El 12 de marzo de 1622 fue canonizado por el Papa Gregorio XV. Ese mismo año la Diputación del Reino de Navarra le nombró su patrono; las Cortes ratificaron el juramento dos años después. En 1657, por decisión pontificia, san Fermín y san Francisco Javier fueron nombrados copatronos del Reino de Navarra. En 1927 el Papa Pío XI lo nombró, junto con santa Teresa del Niño Jesús, patrono de las misiones.

El autorPedro Estaún

España

Premios ¡Bravo! 2022

La Comisión Episcopal para las Comunicaciones Sociales de la Conferencia Episcopal Española ha otorgado los Premios ¡Bravo! 2022 a los profesionales de la comunicación.

Paloma López Campos·2 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Los Premios ¡Bravo! nacen para premiar los méritos laborales de los profesionales de la comunicación en diversos medios, que se hayan distinguido por su servicio a la dignidad del hombre, los derechos humanos y los valores del Evangelio.

Si bien los ganadores han sido anunciados hoy, el acto de entrega de los premios se realizará en febrero de 2023. El jurado que ha otorgado los premios estaba compuesto por Monseñor Salvador Giménez Valls, que ha presidido el órgano; Silvia Rozas, directora de la revista “Ecclesia”; Juan Carlos Carcía Domene, director de la BAC; José Luis Restán, presidente de Ábside Media; Rafael Ortega, presidente de UCIP-E; Fernando Galindo, decano de la Facultad de Comunicación de la UPSA; Ulises Bellón, director del departamento de Prensa de la CECS; Juan Orellana, director del departamento de cine de la CECS; Y José Gabriel Vera, director de la Oficina de Información y del Secretariado de la CECS.

Ganadores 2022

Los ganadores de esta edición son:

Premio ¡Bravo! Especial: Fundación VIII Centenario de la catedral de Burgos.

Premio ¡Bravo! de Prensa: Jorge Bustos, columnista de El Mundo.

Premio ¡Bravo! de Radio: César Lumbreras, de COPE.

Premio ¡Bravo! de Televisión: Almudena Ariza, de TVE.

Premio ¡Bravo! en Comunicación digital: “Ecclesia” por el especial “Una visita para la historia”.

Premio ¡Bravo! de Cine: Adolfo Blanco, por la promoción y distribución en España de “The Chosen”.

Premio ¡Bravo! de Música: Manu Carrasco.

Premio ¡Bravo! de Publicidad: La campaña #30años de Ogilvy para Decathlon.

Premio ¡Bravo! en Comunicación diocesana: Alberto Cuevas, delegado de la diócesis de Tui-Vigo.

Vaticano

La costumbre del Belén, impregnada de espiritualidad popular

El 3 diciembre de 2022, en la plaza de San Pedro, tiene lugar la tradicional inauguración del belén y el encendido del árbol de Navidad. Hace tres años el Papa Francisco firmó en Greccio la carta apostólica Admirabile signum sobre el valor y el significado del Belén.

Antonino Piccione·2 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

La tradicional inauguración del belén y el encendido del árbol de Navidad tendrán lugar en la plaza de San Pedro el sábado 3 de diciembre a las 17:00 horas. La ceremonia será presidida por el Cardenal Fernando Vérgez Alzaga, Presidente del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano, en presencia de Sor Raffaella Petrini, Secretaria General del mismo Governatorato. Por la mañana, las delegaciones de Sutrio, Rosello y Guatemala serán recibidas en audiencia por el Papa Francisco para la entrega oficial de los regalos. Detalles en el artículo de María José Atienza.

Para hacer el belén, escribe el Papa Francisco en su carta apostólica Admirabile signum (firmada en Greccio hace tres años, el 1 de diciembre de 2019), «se aprende como un niño: cuando el padre y la madre, junto con los abuelos, transmiten esta alegre costumbre, que contiene en sí misma una rica espiritualidad popular».

La maravilla y la emoción brotan del pesebre porque «el don de la vida, ya misterioso para nosotros cada vez, nos fascina aún más cuando vemos que Aquel que nació de María es la fuente y el soporte de toda la vida». […] A menudo los niños – ¡pero también los adultos! – les gusta añadir al belén otras figuritas que no parecen tener ninguna relación con los relatos evangélicos. Sin embargo, esta imaginación pretende expresar que en este nuevo mundo inaugurado por Jesús, hay espacio para todo lo humano y para toda criatura. Desde el pastor hasta el herrero, desde el panadero hasta los músicos, desde las mujeres que llevan cántaros de agua hasta los niños que juegan…: todo esto representa la santidad cotidiana, la alegría de hacer las cosas cotidianas de manera extraordinaria, cuando Jesús comparte su vida divina con nosotros».

Como siempre, subrayó el Santo Padre, «Dios desconcierta, es imprevisible, está continuamente fuera de nuestros esquemas. Así, el pesebre, a la vez que nos muestra a Dios tal y como entró en el mundo, nos provoca a pensar en nuestra vida inserta en la de Dios; nos invita a convertirnos en sus discípulos si queremos alcanzar el sentido último de la vida».

Ante el belén, escribe el Papa, «la mente se remonta de buen grado a cuando uno era niño y esperaba con ansia el momento de empezar a construirlo. Estos recuerdos nos inducen a ser cada vez más conscientes del gran regalo que nos ha hecho la transmisión de la fe; y al mismo tiempo nos hacen sentir el deber y la alegría de compartir la misma experiencia con nuestros hijos y nietos».

Por eso, concluye Francisco, «el belén forma parte del dulce y exigente proceso de transmisión de la fe. Desde la infancia y luego en todas las edades de la vida, nos educa para contemplar a Jesús, para sentir el amor de Dios por nosotros, para sentir y creer que Dios está con nosotros y nosotros con Él, todos hijos y hermanos gracias a ese Niño Hijo de Dios y a la Virgen María. Y sentir que en esto reside la felicidad».

La bendición de las imágenes del Niño Jesús

Fue el Papa Pablo VI, durante el Ángelus del 21 de diciembre de 1969, quien dio por primera vez la bendición a las estatuillas del Niño Jesús y a los belenes.

Desde entonces, cada domingo antes de Navidad, durante el Ángelus, la multitud reunida en San Pedro espera e invoca esa bendición. «Porque el pesebre», decía Montini, «revive el recuerdo del gran acontecimiento, el nacimiento de Jesús, el Salvador, el Hijo de Dios hecho hombre; y luego porque el pesebre representa con cándida e ingenua sencillez el cuadro de Belén; y se convierte en una escena evangélica, se convierte en una lección de espíritu cristiano, en un mensaje de costumbre». Y entonces porque el pesebre se calienta, «como un hogar de amor bueno y puro, y uno se siente un poco iluminado sobre todos los problemas de esta misteriosa aventura nuestra, que es nuestra vida en el tiempo, en la tierra».

Por último, una mención a uno de los lugares más visitados de Roma en Navidad: su construcción comenzó en 1972 con la idea del operador ecológico Giuseppe Ianni.

Desde hace 40 años, Ama (la empresa que se encarga del saneamiento urbano de la capital) pone a disposición del público un antiguo depósito para la reproducción fiel de Belén de hace más de 2.000 años, que cada año se hace más grande. Personalidades institucionales y religiosas, jefes de Estado, pontífices y miles de creyentes han pasado y rendido homenaje al Belén de los Basureros.

Con el tiempo, ha crecido mucho gracias a los regalos recibidos de todo el mundo: como las más de 2.000 piedras, 350 de las cuales proceden de diversos rincones del planeta, cada una con su propia etiqueta.

Con diversas escenas de la vida cotidiana de la época e innumerables referencias bíblicas: los pequeños sacos de lentejas recuerdan a Esaú, que renunció a su derecho de primogenitura por un plato de lentejas; la fuente de agua recuerda a Moisés, que con su bastón golpeó la roca de la que salió agua en abundancia para los israelitas; el saco de carbón es una referencia al profeta Isaías y, a continuación, el signo siempre presente del pan para representar la Eucaristía. Es Jesús quien se convierte en pan para todos nosotros. 

El Papa Juan Pablo II, durante muchos años, visitó el Belén de los Recolectores de Basura. En la Navidad de 1985, dijo: «Soy peregrino en los distintos lugares del mundo, en los distintos países, también aquí en Italia, en las distintas regiones, y en Roma en las distintas parroquias. Pero entre todas estas peregrinaciones, está también la que es sistemática y se repite cada año, que comenzó en el 79, esta peregrinación aquí, en la casa donde los trabajadores de la limpieza de Roma encontraron una idea, un pesebre. Me invitaron la primera vez, y luego vengo incluso sin ser invitado, vengo todos los años. No sería cierto decir sin ser invitado, porque siempre estoy invitado, pero incluso sin invitación haría esta visita. Por eso, con esta peregrinación quiero encontrarme en un entorno muy cercano a aquel en el que nació Jesús».

El autorAntonino Piccione

FirmasRedacción

Invasión de Ucrania, nueve meses

Con la guerra de Ucrania de fondo, el Adviento emerge como un momento privilegiado para buscar la luz de la paz en todos los ámbitos. 

2 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

En los nueve meses transcurridos desde la invasión de Ucrania el 24 de febrero de 2022, la guerra y los destrozos, humanos y materiales, han confirmado y acrecentado los motivos de repulsa expresados entonces. La guerra se está convirtiendo en una pesadilla para muchas personas de ambos lados, especialmente entre los ucranianos, en cuyo territorio se disputa.

El Papa Francisco ha seguido de cerca los acontecimientos, desde la perspectiva de padre y pastor característica de su misión. Sus pasos y decisiones en este contexto han mostrado un claro compromiso con la causa de la paz y de la justicia; y sus pronunciamientos y gestos han sido claros, valientes y mesurados.

Por una parte, no está omitiendo ningún esfuerzo para promover la paz, empleando una gran variedad de iniciativas diplomáticas, pasando por innumerables llamamientos a la cordura. Al mismo tiempo, ha mostrado infinidad de veces su cercanía paterna a los que sufren y su deseo de acompañarlos; así, ha enviado en varias ocasiones a representantes especiales. Tampoco ha dudado en condenar con gran claridad esta “masacre sacrílega”, como la ha llamado. Al mismo tiempo ha evitado cerrar puertas, crear nuevas enemistades, provocar conflictos con los representantes ortodoxos rusos, perjudicar lo que pueda salvarse u ocupar posiciones que no le correspondan.

A los nueve meses exactos, el 24 de noviembre el Santo Padre ha escrito una carta al pueblo ucraniano donde vuelve a lamentar “tanta destrucción y sufrimiento”. La conmovedora carta supone una significativa intensificación terminológica. 

El dolor de los ucranianos es su propio dolor, y los lleva cada día en su corazón y en la oración, afirma el Papa. Además de expresar un sentimiento humano, su solidaridad tiene un significado religioso: “En la cruz de Jesús os veo hoy a vosotros, a vosotros que sufrís el terror provocado por esta agresión. Sí, la cruz que ha torturado al Señor revive en las torturas encontradas en los cadáveres, en las fosas comunes descubiertas en varias ciudades, en ésas y en tantas otras imágenes cruentas que han entrado en el alma”. Enumera y recuerda con “afecto y admiración” a los niños que sufren o mueren; a las madres y esposas; a los jóvenes, los ancianos, los heridos en el cuerpo o en el espíritu; a los voluntarios, pastores, prófugos y desplazados, a las autoridades. Califica el comportamiento del pueblo ucraniano de “audaz” y “fuerte”, “noble” y “mártir”. El Papa anima a los ucranianos a “volver a Belén”. Para aquella Familia Sagrada la noche, que parecía fría y oscura, se iluminó con una luz no procedente de los hombres, sino de Dios. 

No sólo Ucrania: el mundo entero, también cada uno de nosotros, necesitamos esa luz, y precisamente el Adviento nos invita a buscarla. Es una pauta útil la que ofrece el Santo Padre cuando alienta a los ucranianos a dirigirse a la Virgen María, Reina de la Paz, para que cumpla las “justas expectativas de vuestros corazones, sane vuestras heridas y os dé su consuelo”, y les dé el don de la paz.

El autorRedacción

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Iniciativas

Caminito de Belén: Vivir el Adviento en familia

Lo que empezó siendo una representación familiar navideña en una familia numerosa se ha convertido en una peculiar iniciativa para vivir el Adviento en familia o grupos de catequesis. Llega a todas partes del mundo y se puede seguir a través de las redes sociales.

Maria José Atienza·2 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Víctor y Pilar han celebrado este año sus 50 años de casados. Esta cifra se completa con sus 10 hijos, 8 hijos políticos y 25 nietos. Todos ellos forman la familia López Antolín que atesora una larga tradición de representaciones navideñas. 

Como destaca una de las hijas, Pilar, “la ‘culpable’ de todo es nuestra madre. Con su imparable ingenio y su afán por ayudarnos a meternos en el Belén, sacaba del baúl de los recuerdos trajes antiguos, colchas de camas, ese poncho mexicano que trajo el abuelo de su viaje de novios, disfraces de la fiesta de fin de curso… todo lo que encontrase a su paso, y nos vestía a cada uno de un personaje del Belén, para inmortalizar el momento en la felicitación de Navidad.

Y cada noche papá nos contaba un cuento antes de dormir, en el que Víctor, el hermano mayor, se encontraba con el resto de hermanos camino de Belén: Juaco, el pastor futbolista, Javier, el hortelano, Ana, la lechera… Era una forma de ayudarnos a participar del Adviento con la imaginación”. 

Con el paso de los años, aquellos niños fueron creciendo “50 años después, los diez estamos dispersos entre Madrid, Zaragoza, París, Londres y Melbourne”

Los López Antolín han ido formando sus familias, pero el recuerdo de aquellas representaciones de Navidad siempre ha estado presente.

La idea de lo que es hoy Caminito de Belén nació entre los hermanos compartiendo esos mismos recuerdos navideños. Querían revivir esa misma preparación de la Navidad junto “a nuestros hijos y sobrinos, además de llevar a muchos hogares de manera gráfica el mensaje del Adviento”. “Intentábamos encontrar un calendario de Adviento lo más parecido al cuento que nos contaba mi padre. Se nos ocurrió hacer nuestro propio calendario de Adviento. Si no podíamos encontrar nada parecido, lo haríamos nosotros mismos”, relata Pilar.

De esta manera, varios hermanos comenzaron un proyecto en el que terminó involucrada toda la familia: “Nos pusimos manos a la obra. Víctor hizo los dibujos mientras Pilar iba escribiendo las historias. Muka se encargó de recaudar fondos, básicamente donaciones y préstamos de (¡muchos!) amigos y familiares y de abrir un perfil en las redes sociales. Jose se encargó de crear la página web y, por su parte, Gonzalo, uno de los cuñados, ha editado algunos vídeos explicativos que podéis ver en nuestra web www.littlewaycaminito.com”, apuntan los hermanos López Antolín. 

Los personajes de «Caminito de Belén»

Durante los meses de trabajo los hermanos fueron compartiendo con sus familias los avances del proyecto “Íbamos leyendo el libro a los niños y, según su reacción, lo íbamos modificando…”. Además, “cada personaje tiene el nombre de uno de los 25 sobrinos de nuestra familia: la estrella habla de mi sobrino Wei, que tiene síndrome de Down; Gonzo representa a Gonzalito que nació de 24 semanas en estado muy crítico y nos tuvo en vela 5 meses; y las historias del burrito, la lavandera y el panadero, hablan de vocación, de la confesión y de recibir a Jesús en la Comunión, respectivamente”

Vivir el Adviento “en caminito”

Todos esos meses de trabajo dieron lugar al material que ofrecen para vivir el Adviento: 

– un libro ilustrado en formato A4 con explicaciones de los símbolos de la Navidad, y 24 historias, una para cada día del Adviento, en honor de las 24 historias que su padre contaba a los hermanos siguiendo el calendario del Adviento; 

-un libro para los más pequeños de la casa en formato A5;

-24 figuritas del Belén de madera;

-24 angelitos de madera para colgar del árbol de Navidad;

-Una variada lista de villancicos.

El set del calendario de Adviento está disponible en inglés y en castellano. De este modo, a través de las historias recogidas en el libro -o las que puedan ir surgiendo gracias a la inventiva de niños y mayores-, se va, poco a poco, conformando este camino con multitud de personajes que transmiten diversas ideas y virtudes con los que ir preparando la llegada del Salvador. 

Para poder hacer la ruta hasta el portal y disfrutar el viaje, existen unas pautas sencillas que permiten a todos los peregrinos sacar lo máximo de la experiencia. Durante la primera etapa hay que leer la historia del día. Al igual que Víctor, el padre, puede ser uno de los progenitores quien cuente el relato a toda la familia, pero también puede tomar la vez uno de los más pequeños. La segunda etapa, cuando ya se ha cogido un poco de ritmo en el camino, es el momento de profundizar y conocer a uno de los personajes que acompaña a los miembros de la peregrinación en la aventura. Esta figura es quien introduce la siguiente parte del trayecto, en la cual se invita a coger uno de los angelitos de madera que vienen con los libros y a añadirlo a la decoración del árbol de Navidad, como un compañero más del camino y como muestra del propósito que se puede ir viviendo cada día del Adviento. 

El último trecho, cuando los peregrinos ya pueden empezar a notar el cansancio del viaje, es momento de animar los espíritus cantando villancicos todos juntos, animándose a continuar con su andadura. En los momentos de descanso, los niños que peregrinan pueden conocer un poco más a los acompañantes del camino con las láminas para colorear que están disponibles en la página web.

Como destacan en esta familia, “el propósito del calendario de Adviento es que mayores y pequeños se puedan ir identificando con los personajes del Belén”. Unos personajes que se complementan con pensamientos o historias que las familias pueden seguir a través de Instagram (@littlewaycaminito) o Facebook (littlewaycaminito). Además encontramos una serie de láminas descargables para que los más pequeños puedan colorear.

Una iniciativa también solidaria

El Caminito de Belén se complementa además con una vertiente solidaria, ya que destinan un 10% de los beneficios del calendario para ayudar a los niños y familias de la Cañada Real a salir de la exclusión social y la pobreza a través del Proyecto Capicúa. Éste tiene en marcha tres iniciativas:

-apoyo escolar y alfabetización, para ayudar a los niños de la Cañada en su proceso de aprendizaje e incorporación en la sociedad;

-ocio y valores, para intentar inculcar valores humanos y devolverles la sonrisa pasando un buen rato, mediante actividades al aire libre, talleres de manualidades y música;

-apoyo a familias, mediante aportaciones puntuales para cubrir necesidades básicas y con gestiones con la administración para que regularicen su situación.Los López Antolín concluyen “se llama ‘Caminito de Belén” porque el Adviento es un caminito (como el cuento de nuestro padre) para limpiar el pesebre de nuestro corazón para recibir al Niño Jesús. A los niños les encanta leerlo y seguir las historias, y cada día se invita a dar a Jesús un regalo, y al hacerlo poner un angelito de madera en el árbol de Navidad. Cuando llega el 24 de diciembre estamos todos preparados y el pesebre y el corazón bien limpios: eso es lo que aprendimos de nuestros padres y lo que intentamos transmitir con ilusión a nuestros hijos”.

Iniciativas

Alentando una tradición en las familias

Del 15 al 24 de diciembre se celebra la cuarta edición del concurso de nacimientos en Puerto Rico y se podrá participar de manera tanto presencial como virtual.

Javier Font Alvelo·2 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Todos esperamos la Navidad con ilusión. Los adornos típicos nos recuerdan su llegada, así como el deseo de tener detalles con nuestros seres queridos: una tarjeta de Navidad, un regalo, una visita, etc. A poco que reflexionemos nos damos cuenta de que el personaje central y el primer objetivo de nuestro cariño debe ser el Niño Dios, así como su Madre la Virgen y san José. Si profundizamos más nos percatamos que la mejor alegría que podemos llevar a los demás es la maravilla de poner a Cristo en el centro de sus vidas, con la seguridad de su amor por nosotros y de que Él todo lo sabe y todo lo puede.

La tradición de colocar un Nacimiento en nuestros hogares nos ayuda a centrarnos en este sentido y ayudar a los de nuestro hogar a tener ese sentido cristiano de la Navidad. Como el amor es difusivo de sí deseamos que otras familias también se sientan alentadas a poner un belén en el centro de sus hogares, así como en distintos lugares como nos recordaba recientemente el Santo Padre Francisco en la Carta Apostólica Admirabile Signum del 1 de diciembre de 2019 sobre el significado y el valor del belén: “quisiera alentar la hermosa tradición de nuestras familias que en los días previos a la Navidad preparan el belén, como también la costumbre de ponerlo en los lugares de trabajo, en las escuelas, en los hospitales, en las cárceles, en las plazas… (AS, n. 1). Precisamente para la fecha en que se publicó dicha Carta me encontraba tratando de superar dificultades que aparecían para poner por obra una iniciativa que promoviese esa difusión de esta tradición cristiana, por lo que fue providencial y motivo de renovada alegría y esperanza en el proyecto: un Concurso de Nacimientos. Como todo proyecto, hizo falta ilusionar a otros para ayudar. Dios movió a muchas personas a colaborar con esta iniciativa, comenzando con un amigo llamado William, quien desde hace 30 años personifica al Rey Melchor, pues es uno de los afamados Reyes Magos del pueblo de Puerto Rico llamado Juana Díaz, donde más se celebran la fiesta del 6 de enero.  A William le gustó la idea y me prometió que los “Reyes Magos” asistirían y entregarían los premios a los ganadores del concurso.

Además, quedamos en que las obras ganadoras estarían expuestas en el Museo temático de los Reyes Magos construido en ese municipio hace 20 años. Me dicen que es el único en el mundo dedicado a ellos. También me apoyaron unos amigos pintores, Felipe y Julio, tanto para crear la convocatoria  y reglamento del concurso como para hacer de jurados en el mismo. El mejor centro comercial de mi ciudad, Plaza del Caribe, colaboró dejándonos un local y la escuela donde estudiaban mis dos hijas se encargó de la decoración del mismo. Otras amistades me ayudaron con la promoción. Maestras amigas promovieron en sus colegios la participación de sus estudiantes. Varias familias aceptaron ser también parte del jurado, junto con directoras de colegios de la ciudad. Finalmente, entre otras ayudas, vinieron amigos para hacer turnos durante la exposición. Son inefables e innumerables las anécdotas que acontecieron durante la visita de las personas que iban a comprar a Plaza del Caribe, pero dentro de dichas prisas se detenían a contemplar los nacimientos expuestos, los cuales algunos estaban en maqueta y otros en pintura.

Para la 2da edición del Concurso de Nacimientos nos encontramos con la pandemia que nos llevó a realizarlo todo de manera virtual a través de la página en Facebook que abrimos: “Concurso de Nacimientos PR”. Los Santos Reyes Magos de Juana Díaz no solamente premiaron virtualmente a todos los ganadores en una actividad que se transmitió en vivo desde su Casa Museo sino que grabaron mensajes por vídeo para las familias de los ganadores.

La 3ra edición, a pesar del rebrote del Covid por la variante Omicron, pudimos realizarla de modo presencial nuevamente, así como virtual, y hubo una buena participación, tanto de artistas que elaboraron sus belenes como de unas 300 familias que visitaron la exposición a lo largo de 4 días. Estos días fueron ocasiones espléndidas para hablar con las personas que visitan la exposición,  ilusionarles con esta tradición y escuchar su sentir sobre lo que las distintas obras les inspiraban. 

Información sobre el Concurso de Nacimientos

Del 15 al 24 de diciembre de 2022 tendremos la 4ta edición del Concurso de Nacimientos, cuya sede presencial para la exposición de los mismos seguirá siendo Plaza del Caribe en Ponce (en el local 201 en el 2do nivel, al lado de JC Penney), pero también se podrá participar de manera virtual enviando foto de su obra artística –o si desea la misma obra por correo-. El email para enviar dichas fotos es [email protected], donde todos deben de enviar su boleta de inscripción en o antes del 10 de diciembre de 2022. Los que deseen participar este año pueden obtener todos los detalles del Concurso de Nacimientos a través de nuestra página en Facebook “Concurso de Nacimientos PR”. A los premios tradicionales de los años anteriores hemos añadido este año un pasaje de Puerto Rico a Portugal para la JMJ en agosto de 2023 para el estudiante y la estudiante de “High School” que el jurado escoja entre los ganadores. 

A todos los lectores les animamos a vivir con su familia esta hermosa tradición de poner un belén en sus hogares, al margen de que pueda o no participar del Concurso de Nacimientos. Por otra parte, la participación en esta 4ta edición del Concurso de Nacimientos no se limita a realizar una obra e inscribirse, sino que puede participar votando por los ganadores durante los días 15 al 17 de diciembre de 2022 dándole “like” a sus favoritos en Facebook “Concurso de Nacimientos PR”, donde estarán publicadas todas las obras.

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Obra ganadora de Sofia Valeria, de 16 años de edad, quien por iniciativa propia donó la misma al Museo de los Santos Reyes Magos de Juana Díaz
El autorJavier Font Alvelo

Puerto Rico

Lecturas del domingo

Honestidad y sinceridad. II domingo de Adviento (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del II domingo de Adviento y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·2 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Normalmente esperamos que el Antiguo Testamento sea bastante duro, y que el Nuevo sea más suave y delicado. Pero las lecturas de hoy parecen ser precisamente lo contrario. La primera lectura es un texto delicioso que nos muestra el nuevo orden que traerá el Mesías: los animales vivirán en paz entre sí, incluso los que suelen comerse o hacer daño a otros. Los lobos estarán en paz con los corderos, los niños con las serpientes venenosas. Y concluye: “Nadie causará daño ni estrago por todo mi monte santo”.

En cambio, el Evangelio parece más bien un pasaje duro del Antiguo Testamento. San Juan Bautista advierte a los dirigentes judíos acerca de la retribución, del juicio con castigo que se avecina. El hacha está colocada en la base del árbol, y  lista para empezar a talar, porque “todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego”. Cristo es descrito como un agricultor dispuesto a separar el buen trigo de la paja, que es su cubierta exterior. El trigo será llevado al granero de Dios, donde “quemará la paja con un fuego que no se apaga”.

¿Por qué es tan duro el Evangelio? Debemos recordar que el Bautista está hablando a los dirigentes judíos, a menudo hipócritas. Y las pocas veces que vemos a Jesús hablar con tanta severidad es cuando se dirige a ellos. En realidad, parece que las únicas cosas que enojan a Cristo son la hipocresía, la dureza de corazón y la arrogancia. A Jesús no le importa la debilidad. Lo que le importa son los corazones duros y orgullosos.

Juan advierte a los escribas y fariseos que se arrepientan, y les dice: “Y no os justifiquéis interiormente pensando: ‘Tenemos por padre a Abraham’. Porque os aseguro que Dios puede hacer surgir de estas piedras hijos para Abraham”. Una advertencia contra la arrogancia presuntuosa, que es una enfermedad espiritual corriente, también entre los católicos. “Estoy bien relacionado. Procedo de una conocida familia católica. Mi tío es sacerdote”.

Juan enseña que Jesús bautiza con el Espíritu Santo y con fuego. Si procuramos ser honestos con Cristo y con nosotros mismos, éste es un fuego purificador, como el fuego que quema las imperfecciones del oro. Las pruebas y dificultades de la vida pueden ser un fuego purificador. Cuanto mejor las aprovechemos, menos necesitaremos pasar por el fuego del purgatorio. Así que no huyamos ni rechacemos las dificultades de la vida. Hagamos un mejor uso espiritual de ellas.

En definitiva, el Evangelio nos habla de la importancia de la humildad y la sinceridad. Ser sinceros con nosotros mismos, con Dios, con los demás y con los representantes de Dios. No dar una impresión falsa de nosotros mismos. Rechazar todo espectáculo. Esto lo hacemos, sobre todo, a través de la confesión y la dirección espiritual, en la que afrontamos y aceptamos nuestra miseria. Y así nos abrimos a la curación y a la gracia de Dios.

La homilía sobre las lecturas del domingo II de Adviento

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Vaticano

Joseph Weiler y Michel Fédou reciben el Premio Ratzinger

El profesor Weiler, invitado del último Foro Omnes celebrado en Madrid, es el primer judío que recibe esta distinción que cumple ya su duodécima edición.

Maria José Atienza·1 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La Sala Clementina del Palacio Apostólico fue el escenario de la entrega, por parte del Papa Francisco, del Premio Ratzinger 2022 a los profesores Michel Fédou y Joseph Halevi Horowitz Weiler.

Junto a ellos participaron además los miembros de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger, impulsora de este reconocimiento que han recibido, entre otras personalidades, la teóloga australiana Tracey Rowland o la alemana Hanna B. Gerl-Falkovitz.

El acto comenzó con la bienvenida del Card. Gianfranco Ravasi junto a Federico Lombardi, S.I., Presidente de la Fundación.

Tras los primeros saludos y la presentación del perfil de los premiados, el Papa Francisco entregó el premio y se dirigió a los premiados.

En sus palabras, Francisco destacó que “todos sentimos su presencia espiritual (de Benedicto XVI) y su acompañamiento en la oración por toda la Iglesia. Pero esta ocasión es importante para reafirmar que la contribución de su obra teológica y, en general, de su pensamiento, sigue siendo fecunda y operativa”.

El Papa emérito junto a los ganadores de los Premios Ratzinger 2020 y 2021 el pasado noviembre ©CNS photo/courtesy Joseph Ratzinger-Benedict XVI Foundation

En sus palabras, el Papa no quiso olvidar el papel del Papa emérito, en el Concilio Vaticano II del que este año se cumple el 60 Aniversario de su apertura. En este sentido, destacó el papa, Benedicto XVI “nos ha ayudado a leer en profundidad los documentos conciliares, proponiendo una «hermenéutica de la reforma y la continuidad”.   

Asimismo, se refirió a la publicación de la Opera Omnia de Joseph Ratzinger que ofrecerán al lector las aportaciones teológicas de quien fuera pastor de la Iglesia tras san Juan Pablo II.

Unas aportaciones que, en palabras del Papa “ofrecen una sólida base teológica para el camino de la Iglesia: una Iglesia «viva», que nos ha enseñado a ver y a vivir como comunión, y que está en marcha -en «sínodo»- guiada por el Espíritu del Señor, siempre abierta a la misión de anunciar el Evangelio y de servir al mundo en el que vive” apunto recordando las palabras del Papa Benedicto XVI en la Misa de apertura de su pontificado.

Además, el Papa se dirigió a la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger – Benedicto XVI, cuyo trabajo, señaló, “se sitúa en esta perspectiva, en la convicción de que su magisterio y su pensamiento no se dirigen al pasado, sino que son fecundos para el futuro, para la aplicación del Concilio y para el diálogo entre la Iglesia y el mundo de hoy”. A los miembros de esta Fundación Joseph Ratzinger les animó a colaborar con las fundaciones vaticanas Beato Juan Pablo I y de San Juan Pablo II”, para que se promueva la memoria y la vitalidad del mensaje de estos tres Pontífices en unión de intenciones en la comunidad eclesial”.

Weiler y Fédou, en sintonía con Benedicto XVI

El Papa destacó que la labor de los premiados se ha dado en campos muy queridos y tratados por Benedicto XVI. En esta línea, apuntó cómo el “padre Michel Fédou ha profundizado especialmente en las obras de los Padres de la Iglesia de Oriente y Occidente, y en el desarrollo de la cristología a lo largo de los siglos”.  Un estudio que no se ha centrado en el pasado sino que “alimentó en él un pensamiento vivo, capaz también de abordar cuestiones actuales en el ámbito del ecumenismo y las relaciones con otras religiones”.

joseph weiler
J. Weiler en el Foro Omnes ©Tafa Martín

Por otra parte, en relación al profesor Weiler, el papa Francisco no quiso olvidar que “es la primera personalidad de la religión judía que recibe el Premio Ratzinger, que hasta ahora se había concedido a estudiosos pertenecientes a distintas confesiones cristianas”. Además subrayó que “la sintonía entre el Papa emérito y el profesor Weiler se refiere en particular a cuestiones de importancia sustancial: la relación entre la fe y la razón jurídica en el mundo contemporáneo; la crisis del positivismo jurídico y los conflictos generados por una extensión ilimitada de los derechos subjetivos; la comprensión adecuada del ejercicio de la libertad religiosa en una cultura que tiende a relegar la religión a la esfera privada”. Un tema que el propio Weiler ha tratado con asiduidad, como en el caso del Foro Omnes.

El Papa Francisco incidió en la actitud valiente que ha tomado el profesor Weiler “pasando, cuando ha sido necesario, del plano académico al de la discusión -y podríamos decir del «discernimiento»- en la búsqueda del consenso sobre los valores fundamentales y la superación de los conflictos por el bien común”.

El Papa concluyó con una llamada a tomar estos ejemplos como “líneas de compromiso, estudio y vida de gran trascendencia, que despiertan nuestra admiración y exigen ser propuestos a la atención de todos”.