Vaticano

Los encuentros entre el Papa Francisco y Benedicto XVI

Los encuentros entre el Papa Francisco y quien fuera su predecesor han sido numerosos en estos diez años. El pontífice no ha dejado de valorar y agradecer el humilde ejemplo de Joseph Ratzinger y su oración incesante por la Iglesia.

Giovanni Tridente·30 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

El primer encuentro entre el Papa Francisco y Benedicto XVI tuvo lugar pocos días después de la elección del actual Pontífice, el 23 de marzo de 2013, con un cálido abrazo en el helipuerto de Castel Gandolfo, la residencia donde el Papa emérito había pasado el periodo de sede vacante.

Ambos aparecieron vestidos de blanco y antes de reunirse en la biblioteca privada se detuvieron en oración en la capilla, uno junto al otro; Francisco había cedido el lugar de honor sentándose en los bancos con Benedicto: «somos hermanos».

Nos enseñó humildad

Significativo fue el regalo que Francisco llevó ese día a su predecesor, el icono de Nuestra Señora de la Humildad: «No la conocía, enseguida pensé en ella, nos enseñó la humildad». Unos meses más tarde, ambos se reunieron en los Jardines Vaticanos para la bendición de la nueva estatua de San Miguel Arcángel, patrón del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Al año siguiente, en 2014, hubo un nuevo abrazo entre el Pontífice reinante y el emérito, el 28 de septiembre en la plaza de San Pedro, con motivo del gran encuentro con los ancianos organizado por la Pontificia Academia para la Vida; en 2015 las cámaras filmaron un nuevo saludo y abrazo en junio, antes de que Benedicto XVI partiera para un nuevo periodo de descanso en Castel Gandolfo.

Ese mismo 2015, Benedicto XVI vuelve a estar presente junto al Papa Francisco en una ceremonia pública, esta vez para la ceremonia de apertura de la Puerta Santa de la Basílica Vaticana, el 8 de diciembre, con motivo del inicio del Jubileo de la Misericordia.

El 28 de junio de 2016 se celebró también en la Sala Clementina un acto conmemorativo del 65 aniversario de la ordenación sacerdotal del Papa emérito, en presencia de numerosos cardenales de la Curia Romana. En su discurso, Francisco destacó el amor testimoniado por Benedicto XVI, describiéndolo como una «nota que domina una vida gastada en el servicio sacerdotal y en la teología».

Otros encuentros frecuentes y públicos tuvieron lugar entre ambos al final de cada Consistorio para la creación de nuevos cardenales, subiendo puntualmente todo el grupo al monasterio Mater Ecclesiae para saludar al Papa emérito y tener un momento de oración en la capilla de la residencia. Luego están las numerosas reuniones privadas y el continuo intercambio de llamadas telefónicas, incluso en vísperas de cada viaje al extranjero.

Ministerio oculto

En los diez años de su pontificado, el Papa Francisco se ha referido a menudo a su predecesor, pidiendo oraciones por su «ministerio oculto» y agradeciéndole su apoyo a la Iglesia mediante la oración. Oraciones que siempre ha pedido corresponder hacia el Papa emérito. Además de en ocasiones oficiales, como la entrega del «Premio Ratzinger» promovido por la Fundación vaticana del mismo nombre, el Pontífice reinante también habló de Benedicto XVI durante audiencias, ángelus o entrevistas con periodistas.

La primera referencia se remonta sin duda a la misma noche de su elección desde la Logia de la Basílica Vaticana: «En primer lugar, quisiera hacer una oración por nuestro Obispo emérito»; «para que el Señor le bendiga y la Virgen le proteja».

Teología hecha de rodillas

En 2013, con motivo de la concesión del Premio Ratzinger de ese año, Francisco expresó «gratitud y gran afecto» por su predecesor, valorando el trabajo que había realizado con la publicación de los libros sobre Jesús de Nazaret, a través de los cuales «hizo un don a la Iglesia, y a todos los hombres, de lo que tenía de más precioso: su conocimiento de Jesús», madurado a través de una teología hecha «de rodillas».

Un hombre de fe, tan humilde

En su viaje de regreso de Tierra Santa, en mayo de 2014, respondiendo a los periodistas que le preguntaban si en el futuro seguiría la opción de su predecesor de dejar el papado prematuramente, Francisco dijo de Benedicto XVI: «es un hombre de fe, tan humilde»; «debemos mirarlo como una institución».

Como tener al abuelo sabio en casa

Unos meses más tarde, de regreso esta vez en agosto de su viaje a Corea, los periodistas le preguntaron específicamente por su relación con el Papa Ratzinger, y Francisco dijo en primer lugar que Benedicto XVI con su gesto había instituido de hecho el papado emérito, abriendo «una puerta que es institucional, no excepcional». En cuanto a las relaciones, «es de hermanos, de verdad»; «le siento como si tuviera un abuelo en casa por sabiduría», «me hace bien escucharle». También me anima mucho».

«Como tener al abuelo sabio en casa», repitió Francisco en el encuentro con los ancianos en septiembre de 2014, cuando agradeció públicamente a Benedicto XVI su presencia en el acto.

El 16 de abril de 2015, durante la misa matutina en la Casa Santa Marta, con motivo del 88 cumpleaños del emérito, Francisco invitó a los presentes a unirse a él en la oración por Benedicto XVI, «para que el Señor lo sostenga y le dé mucha alegría y felicidad».

Gran hombre de oración y coraje

En junio de 2016 fue el turno de una nueva pregunta de los periodistas en el vuelo de regreso de Armenia. Aquí Francisco añadió que para él «es el hombre que guarda mis hombros y mi espalda con su oración». Entre otras cosas, ‘es un hombre de palabra, un hombre recto, íntegro’, ‘un gran hombre de oración, de coraje’.

Madurez, dedicación y fidelidad

Después, el acto de conmemoración del 65 aniversario de su sacerdocio, ese mismo mes, donde Francisco añadió que del pequeño monasterio donde reside Benedicto XVI «emana una tranquilidad, una paz, una fuerza, una confianza, una madurez, una fe, una entrega y una fidelidad que tanto bien me hacen y tanta fuerza me dan a mí y a toda la Iglesia».

Para el ‘Premio Ratzinger’ 2016 infalible – «una vez más»- la expresión de «nuestro gran afecto y gratitud» por Benedicto XVI, «que sigue acompañándonos incluso ahora con su oración».

Presencia discreta y alentadora

«Su oración y su presencia discreta y alentadora nos acompañan en nuestro camino común; su obra y su magisterio siguen siendo un legado vivo y precioso para la Iglesia y para nuestro servicio», fueron las palabras pronunciadas en el mismo aniversario al año siguiente. Ratzinger, para el Papa Francisco, «sigue siendo un maestro y un interlocutor amigo para todos aquellos que ejercen el don de la razón para responder a la vocación humana de la búsqueda de la verdad».

La estima, el afecto y la gratitud se repiten en los años siguientes. En 2019, el Papa Francisco expresa su agradecimiento «por la enseñanza y el ejemplo que nos ha dado de servir a la Iglesia reflexionando, pensando, estudiando, escuchando, dialogando y rezando, para que nuestra fe se mantenga viva y consciente a pesar de los tiempos y las situaciones cambiantes, y para que los creyentes sepan dar razón de su fe en un lenguaje capaz de ser comprendido por sus contemporáneos y de entrar en diálogo con ellos, para buscar juntos los caminos del encuentro con Dios en nuestro tiempo».

El contemplativo del Vaticano

Al final del Ángelus del 29 de junio de 2021, 70 aniversario de la ordenación sacerdotal de Benedicto XVI, Francisco le llamó «querido padre y hermano», «el contemplativo del Vaticano, que pasa su vida rezando por la Iglesia y por la diócesis de Roma, de la que es obispo emérito». A continuación, le agradeció su «testimonio creíble» y su «mirada continuamente dirigida hacia el horizonte de Dios».

En la entrega del Premio Ratzinger 2022, Francisco reiteró que «para mí no faltan momentos de encuentro personal, fraterno y afectuoso con el Papa emérito», destacando cómo todos sienten «su presencia espiritual y su acompañamiento en la oración por toda la Iglesia: esos ojos contemplativos que siempre muestra».

Testigo de amor hasta el final

Por último, no podemos olvidar la referencia a la audiencia general después de Navidad, el 28 de diciembre de 2022, cuando invitó a los presentes y a toda la Iglesia a intensificar la oración por él «que en el silencio sostiene a la Iglesia», para que el Señor «le sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia, hasta el final».

España

Las familias numerosas, ¿en peligro de extinción?

La Federación Española de Familias Numerosas trabaja para dar visibilidad y conservar los derechos de las familias que tienen más miembros.

Paloma López Campos·30 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

La Federación Española de Familias Numerosas (FEFN) lleva años trabajando por dar visibilidad, informar y luchar por los derechos de las familias con más hijos. Debido a las iniciativas legislativas, las declaraciones de los políticos y las corrientes de pensamientos actuales, es fácil darse cuenta de que las familias, y en especial las numerosas, están pasando por una situación complicada.

Tras el cambio en la denominación de las familias numerosas, ahora consideradas «familias con mayores necesidades de apoyo a la crianza», el debate se ha vuelto a reavivar. En esta entrevista, un representante de la Federación habla sobre las dificultades, y también los cambios positivos, que están teniendo lugar en España relacionados con esta materia.

¿Cuál es el mayor reto al que se enfrentan hoy las familias numerosas?

Si hablamos del día a día de una familia numerosa, destacaríamos dos grandes retos, uno la conciliación, y dos, la cuestión económica, ya que los precios están disparados, la cesta de la compra se ha encarecido muchísimo en productos de primera necesidad, y también los suministros básicos del hogar: luz, gas, etc. Además, estas dos cuestiones están unidas entre sí porque cuando se tienen muchos hijos, para hacer frente a todas las necesidades, hacen falta dos sueldos en casa y si el padre y la madre trabajan ambos fuera de casa, es difícil llegar a todo, la conciliación es muy compleja. En cualquier caso, a pesar de todas las dificultades, con esfuerzo y renunciando a cosas, al final se llega a todo o al menos a lo importante y, a cambio, hay muchas cosas positivas cuando se tiene familia numerosa.

¿Cómo está considerada desde los organismos públicos la familia numerosa en España?

La familia numerosa en España no tiene todo el reconocimiento que debería tener. Es cierto que en los últimos años, gracias al movimiento asociativo, a las asociaciones y Federación de familias numerosas, se han conseguido avances en algunas cuestiones, pero nuestro país sigue sin valorar suficientemente a la familia y, en especial, a los que más hijos tienen; no se reconoce que son un bien social. Justo ahora se está elaborando una nueva Ley de Familias que pretende mejorar el apoyo a la familia con algunas medidas positivas, pero no pone el foco en la natalidad, que es una cuestión fundamental, y tampoco en las familias que más hijos tienen. 

¿Cuál es vuestra opinión sobre el anteproyecto de Ley en el que el Gobierno “clasifica” a las familias?

La Ley es positiva en algunas cuestiones, como en conciliación y en querer mejorar el apoyo a un mayor número de familias, pero en el caso de las familias numerosas nos sentimos un poco atacadas porque se plantea la eliminación del concepto de familia numerosa, que será sustituido por el de “familias con mayores necesidades de apoyo a la crianza”, en el que se incluirán familias numerosas y familias con menos hijos y circunstancias especiales. Creemos que se debe apoyar a las familias que más lo necesitan, pero sin dejar de lado el reconocimiento y protección a las familias numerosas por lo que aportan a la sociedad. Nos parece que la Ley menosprecia esta aportación social que hacen las familias numerosas.  

¿Qué medidas habéis sugerido para la Ley de Familias?

Pedimos una revisión de los beneficios de las familias numerosas, primero que se actualice la Ley de Familias Numerosas porque está obsoleta en algunos aspectos;  también que la categoría especial que ahora tienen las familias con 5 hijos se establezca a partir de 4 hijos, dada la baja natalidad que hay hoy en día. También hemos pedido que haya proporcionalidad en las prestaciones y en los requisitos de las ayudas, es decir, que a la hora de fijar cuantías de límites de renta se tenga en cuenta la “renta per cápita”, porque una familia numerosa tiene que tener ingresos mayores y si no se tiene en cuenta la composición familiar nos quedamos fuera de muchas ayudas porque superamos umbrales de renta que son muy bajos. Y lo mismo con los días de los permisos por cuidado de hijos: si una familia tiene 5 días de permiso al año por un hijo, una familia con 4 hijos no puede tener también 5 días de permiso al año, porque tiene más hijos y sus necesidades de cuidado son mayores. Todos los hijos cuentan, todos comen, van al colegio, hay que llevarles al médico, etc. pero parece que las administraciones se olvidan de la mitad de nuestros hijos.

¿Qué intereses de las familias numerosas están en peligro en la actualidad?

Ahora mismo está en peligro, por la nueva Ley, el propio reconocimiento a las familias numerosas, que van a dejar de llamarse así y dejarán por tanto de existir a esos efectos, si prospera la nueva Ley de Familias como está planteada. Por eso, estamos haciendo alegaciones y pidiendo el apoyo de los grupos políticos para que no salga adelante y también hemos abierto una campaña de firmas en contra de este cambio que quiere hacer el Gobierno. Llevamos ya recogidas 15.000 firmas y sabemos que hay muchas familias que no están de acuerdo con lo que plantea la nueva Ley. Todas las familias que estén en contra y quieran salvar el concepto de familia numerosa pueden firmar aquí: https://chng.it/xRyB8kPt

Familia

La familia, cuna de la vocación al amor

Hoy se celebra la Jornada de la Sagrada Familia, con el lema “la familia, cuna de la vocación al amor”.

Paloma López Campos·30 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Desde la Conferencia Episcopal Española, los obispos recuerdan que la familia es “un lugar privilegiado de acogida y discernimiento de la vocación al amor”. Este núcleo esencial en la sociedad es algo de lo que ni el mismo Cristo se privó. El Papa Francisco señala que “es hermoso ver a Jesús insertado en la red de afectos familiares, naciendo y creciendo en el abrazo y la preocupación de los suyos” (Ángelus, 26 de diciembre de 2021).

La Sagrada Familia, modelo para nuestros hogares

“En esta fiesta de la Sagrada Familia” dicen los obispos “nos acercamos a contemplar de la mano de la Virgen María y de san José el misterio del Dios encarnado por amor a nosotros”. La casa de Nazaret nos recuerda la importancia de nuestras familias y la necesidad que hay de protegerlas: “Ninguna institución puede suplir la labor de la familia en la educación de sus hijos, especialmente en lo que se refiere a la formación de la conciencia. Cualquier intromisión en este ámbito sagrado debe ser denunciada porque vulnera el derecho que tienen los padres de transmitir a sus hijos una educación conforme a sus valores y creencias”.

La Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida ha preparado un folleto para orar en casa durante esta Navidad. Este documento puede encontrarse en la página web de la Conferencia Episcopal Española.

Pautas de la CEE sobre la educación en la familia

Partiendo de las claves expuestas por el Papa Francisco en la exhortación Christus vivit, los obispos comparten unas pautas “para el discernimiento de la vocación y reflexionar sobre la educación en familia:

1.La familia es el ámbito “en el que uno es amado por sí mismo, no por lo que produce o por lo que tiene”.

2.Jesucristo es “el miembro más importante de la familia, a quien se consultan los temas importantes, se le confían todas las situaciones, a quien se le pide perdón cuando hemos fallado”.

3.Es en el núcleo familiar donde se fomentan las virtudes “para que los llamados puedan dar su sí generoso al Señor y mantenerse fieles a este sí”.

4.En los hogares se puede facilitar el encuentro con Cristo para aprender a “escuchar su Palabra y a reconocer su voz por medio del discernimiento”.

5.Los padres deben reconocer, al mirar a sus hijos, que no son “dueños del don sino sus administradores cuidadosos”.

6.Los padres tienen que enseñar a los hijos a “reconocerse como don”.

7.Es importante inculcar la idea de que la vida es entrega, de manera que los hijos puedan decir:  “yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en este mundo”.

8.”La familia no es una célula aislada en sí misma, a la que no importa lo que sucede alrededor. Esta dimensión caritativa empieza en la familia ampliada, cuidando especialmente a los abuelos y a los mayores, pero debe estar abierta a las necesidades de los demás”.

9.Es esencial que los padres no “se opongan a la vocación de sus hijos al sacerdocio o a la vida consagrada o que les pidan que prioricen su futuro profesional, postergando la llamada del Señor”. Además, en cuanto a las vocaciones, los obispos apuntan que “no hay nada más estimulante para los hijos que ver a los propios padres vivir el matrimonio y la familia como una misión, con felicidad y paciencia, a pesar de las dificultades, los momentos tristes y las pruebas”.

10.Como Iglesia “tenemos la misión de acompañar a las familias que viven en nuestras comunidades”. Hay que estar cerca de “las familias que viven la marginación y la pobreza; tener muy presentes a las familias migrantes; no dejar a un lado a las familias que han sufrido la separación y el divorcio”.

Vaticano

Los viajes del Papa en 2023, en los 10 años de pontificado

El 13 de marzo de 2023, el Papa Francisco cumplirá 10 años de pontificado al frente de la Iglesia católica. El primer Papa americano de la historia cumplió 86 años en diciembre y ya piensa en su legado, pero no frena su actividad, a pesar de su rodilla; trabaja en el Sínodo de la Sinodalidad y en el Jubileo de 2025, y planifica algunos viajes, donde lanzar si cabe con mayor fuerza sus mensajes.

Francisco Otamendi·29 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

El Papa lleva tiempo con las catequesis sobre el discernimiento. En la audiencia del miércoles día 21 de diciembre de 2022 el Santo Padre decía que discernir es muy complicado, pero “en realidad es la vida la que es complicada y, si no aprendemos a leerla, corremos el riesgo de malgastarla, llevándola adelante con trucos que terminan por desalentarnos”.

Su reflexión era global, pero bien podría aplicarse a sus viajes apostólicos, porque añadía que siempre estamos discerniendo, incluso en las cosas pequeñas del día, porque “la vida nos pone siempre frente a elecciones, y si no las realizamos de forma consciente, al final es la vida la que elige por nosotros, llevándonos donde no quisiéramos”.

En efecto, para el año 2023, y quizá teniendo en cuenta su edad y los problemas de movilidad en la rodilla, la Santa Sede sólo ha confirmado una visita apostólica, entre el 31 de enero y el 5 de febrero, a la República Democrática del Congo y a Sudán del Sur.

Aunque si no hay ‘stop’ médico, es bastante probable que se desplace también al Encuentro de obispos del Mediterráneo en Marsella (Francia), en febrero o marzo, al que suelen acudir también autoridades civiles. Y muy posiblemente, también le veremos en la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, del 1 al 6 de agosto. Pero vamos por partes.

Quinto viaje a África

La visita a tierras congoleñas es largamente esperada, porque estaba previsto para julio de 2022, y fue aplazada oficialmente por consejo de los médicos. Quizá influyera también la situación en el este del país congoleño, donde “decenas de milicias, con la complicidad de países vecinos y de políticos ansiosos de riqueza, se enfrentan ante la presencia de los cascos azules [ONU] en suelo congoleño desde que los conflictos empezaron”, explica Alberto García Marcos desde Kinshasa. También por este motivo, el lema de la visita papal a la República Democrática del Congo es “Todos reconciliados en Cristo”.

En esta quinta visita del Papa al continente africano  ̶las anteriores fueron a Kenia, República Centroafricana y Uganda (2015), Egipto (2017), Marruecos (2019), y Mozambique, Madagascar y República de Mauricio (2019) ̶ , Francisco viajará también a Sudán del Sur, junto a Justin Welby, arzobispo de Canterbury y líder de la Iglesia anglicana, y Jim Wallance, moderador de la Asamblea general de la Iglesia de Escocia. “Signo de unidad y de ejemplo al pueblo para dejar de lado las divisiones. El lema del viaje lo dice todo: ‘Ruego que todos sean uno’(Jn 17). Será un viaje de paz y al mismo tiempo de carácter ecuménico”, señala García Marcos.

“El Mediterráneo, un frío cementerio”

El Papa quiere ir a Marsella al Encuentro de obispos del Mediterráneo, porque se trata de uno de uno de los temas centrales de su pontificado: transformar la cultura del descarte, en este caso de los migrantes y refugiados, en cultura de la acogida, de la inclusión, del cuidado. El año pasado, el ‘meeting’ fue en Florencia, y el Papa visitó la capital de la Toscana en febrero.

Todavía hoy resuenan en los medios las palabras del Santo Padre en Atenas y en al campo de refugiados de Mitilene, en Lesbos (Grecia), a finales de 2021. Ante el Partenón y las autoridades griegas, manifestó: “La mirada, además de dirigirse hacia lo alto, se impulsa también hacia el otro. Nos lo recuerda el mar, al que Atenas se asoma y que orienta la vocación de esta tierra, situada en el corazón del Mediterráneo para ser puente entre las personas”. 

En Lesbos, cinco años después de su primera visita, añadió: “El Mediterráneo, que durante milenios ha unido a pueblos distintos y tierras distantes, se está convirtiendo en un frío cementerio sin lápidas. Este gran espacio de agua, cuna de muchas civilizaciones, parece ahora un espejo de muerte. No dejemos que el ‘mare nostrum’ se transforme en un desolador ‘mare mortuum’”.

La JMJ de Lisboa

El 27 de enero de 2019, en la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Panamá, el cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida de la Santa Sede, anunció que Lisboa sería la próxima ciudad en acoger el evento. Inicialmente prevista para el verano de 2022, la JMJ de Lisboa se aplazó un año debido a la pandemia.

El Papa Francisco ha asistido a las Jornadas Mundiales de la Juventud de Río de Janeiro (2013), Cracovia (2016) y Panamá (2019). El Vaticano no ha confirmado de momento la presencia del Romano Pontífice en Lisboa. Sin embargo, sería previsible que lo hiciera en los próximos meses. Es tradición la asistencia del Papa a las jornadas finales de estos encuentros multitudinarios con jóvenes, como sucedió con san Juan Pablo II tantas veces, y con Benedicto XVI en 2011 en Madrid, por ejemplo.

Pendientes: Papúa Nueva Guinea….

La visita del Papa Francisco a Papúa Nueva Guinea (Oceanía), y quizá a algún país a medio camino entre el sudeste asiático y Australia, como Indonesia, se aplazó en 2020 debido también a la pandemia, y no existen especiales novedades que confirmen este viaje del Papa, al menos próximamente, pero cualquier cosa puede pasar. Indonesia es un país insular, con más de doscientos millones de habitantes, y un 80 por ciento musulmanes, aunque también hay cristianos, en torno al 8 por ciento.

El destino originario del viaje en 2020 era Papúa Nueva Guinea, independizado en 1975 tras décadas de administración australiana y situado al norte de Australia, que ocupa la mitad oriental de la isla de Nueva Guinea. En Papúa Nueva Guinea existen numerosos grupos étnicos y población rural, y se hablan más de 800 idiomas nativos. Tras el Sínodo de la Amazonía de 2019, y el viaje apostólico a Canadá en 2022, el Papa podría viajar a Papúa Nueva Guinea, si los médicos lo permiten.

¿Australia?

Una visita a Oceanía tendría que prever, quizá, una escala en Australia, pero se desconoce este punto. San Juan Pablo II viajó en dos ocasiones a Australia, y el Papa emérito Benedicto XVI presidió en Sidney, en 2008, una Jornada Mundial de la Juventud, anterior a la celebrada en Madrid (2011).

Por otra parte, el pasado 1 de noviembre entró en vigor una ley en Australia Occidental, denominada’ Community and Family Services Amendment Bill 2021’, por la que se obliga a los sacerdotes a denunciar abusos sexuales a menores, incluso si se manifiestan bajo el sigilo sacramental de la confesión.

El arzobispo de Perth, capital de este Estado, Monseñor Timothy Costelloe SDB, que ha reconocido la “horrible historia” de los abusos sexuales a menores, ha argumentado su oposición a la reciente ley. Subraya, entre otras cosas, que “los pecados no se confiesan al sacerdote sino a Dios”, y que el sacerdote “no tiene derecho ni autoridad para revelar nada de lo que ocurre en este encuentro íntimo con Dios”.

Especulaciones en torno a Ucrania

En el vuelo de regreso a Roma desde Kazajstán, tras su participación en el VII Congreso de Líderes de Religiones y su visita al país kazajo, en septiembre, el Papa señaló, al responder a preguntas sobre la invasión rusa de Ucrania, que “es difícil hablar con quien ha comenzado una guerra, pero hay que hacerlo”.

La cuestión es dónde y cómo. Se especuló entonces con una visita a Ucrania del Romano Pontífice, pero de momento los que han viajado para llevar aliento, mantas y medicinas, son los cardenales Konrad Krajewski y Michael Czerny, prefectos de los dicasterios para los Servicios de la Caridad y del Desarrollo Humano Integral, respectivamente.

La diplomacia vaticana sigue trabajando en los intentos de mediación, mientras el Papa realiza llamamientos apremiantes para que callen las armas y retorne la paz. La guerra en Ucrania, “junto con los demás conflictos en todo el planeta, representa una derrota para la humanidad en su conjunto y no sólo para las partes directamente implicadas”, ha manifestado el Santo Padre en su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz del 1 de enero, que se refiere a” recomenzar desde el Covid, para trazar juntos caminos de paz”, porque “nadie puede salvarse solo”.

Su dolor por la guerra, por todas las guerras, le lleva a buscar y promover la fraternidad humana, como hizo en Irak, en Kazajstán o en Baréin, en la estela de Abu Dabi. Por ahí habrá que explorar, posiblemente, futuros viajes del Papa.

El autorFrancisco Otamendi

Familia

Desconocimiento propio y ego

Incluye podcast - La convivencia con una persona ególatra es especialmente difícil. Se hace necesario un ejercicio de virtudes serio para ayudar a reconducir ese tipo de actitudes que pueden ser fatales en cualquier relación humana.

José María Contreras·29 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Escucha el podcast «Desconocimiento propio y ego»

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De un tiempo a esta parte la palabra ego ha tomado un protagonismo grande en las conversaciones más habituales.

Antes no era así. Recuerdo la primera vez que me tropecé con ella en una conversación. Debí poner una cara un tanto extraña porque mi interlocutor me dijo: Si, si ego, soberbia.

Ahora es un término frecuente y tiene más “prestigio” que la palabra soberbia porque ésta parece menos delicada, menos elegante. Sin embargo, a fin de cuentas, es lo mismo.

Paradójicamente hay personas muy orgullosas de su ego, es más te lo reconocen abiertamente, yo es que tengo mucho ego, te dicen cuando se les pregunta.

Suelen ser personas inflexibles y con un conocimiento propio muy escaso. No es raro que llegado el caso te digan que ellos no se arrepienten de nada de lo que han hecho en el pasado. Eso les lleva a ser poco agradecidos. Todo lo hacen bien. No le deben nada a nadie. Como consecuencia de ello son incapaces de pedir perdón.

¿Cómo una persona puede decir que no cambiaría nada, cuando el ser humano se equivoca todos los días varias veces? A medida que alimentan su ego, aumenta la desconfianza en ellos de las personas que les rodean.

Disculparse por los errores es una de las características del liderazgo, pero a ellos les parece una debilidad, por lo tanto, como hemos dicho, nunca piden perdón. Tienen dificultades para amar y para sentirse queridos. Pedir perdón forma parte del amor. En la convivencia hay que hacer lo con frecuencia. Es humano equivocarse.

Una persona “no humana” produce rechazo. Tiene una cierta incapacitación para educar. Es probable que sea muy inflexible ante los errores de los demás.

Estos ególatras dan la sensación de que están haciendo un favor a los demás de forma habitual y esto les incapacita a largo plazo no solo para amar como hemos dicho, sino para mantener sus amores. La gente con mucho ego, desune mucho.

A causa del desconocimiento que tienen de ellos mismos, hay que tener cuidado, en la convivencia, cualquier cosa les puede molestar. Se está tenso a su lado.

Ya digo que es lo que toda la vida se ha llamado una persona soberbia.

 Una persona con la que es difícil de convivir y es incapaz de educar a causa del desconocimiento que tiene de sí misma.

A pesar de todo, tener ego está de moda y, en ocasiones, bien visto. Bien es verdad que del ego se puede salir: basta con adquirir cierta formación personal y aumentar el conocimiento propio.

Simplemente, darse cuenta de que el ser humano es débil y en muchas ocasiones un ser necesitado de los demás.

O sea, basta con estar en la realidad, en lo que las cosas son.

Lecturas del domingo

Contemplación orante. Solemnidad de Santa María, Madre de Dios (A)

Joseph Evans comenta las lecturas de la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios (A) y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·29 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Comenzamos el nuevo año bajo la protección de la Virgen, gracias a esta hermosa fiesta de Santa María, Madre de Dios. Y las lecturas litúrgicas tratan de expresar esta realidad de diferentes maneras. El Evangelio nos remonta a la Navidad mencionando a los pastores que “encontraron” a la Sagrada Familia en Belén. La prisa de los pastores -literalmente, “fueron corriendo”- contrasta con la paz del niño “acostado en el pesebre”. Asimismo, su excitada necesidad de hablar -“contaban” lo que el ángel les ha dicho- y la “admiración” de los que lo oyen contrastan con la tranquila contemplación de María, que “conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón”. Los pastores siguen su camino “dando gloria y alabanza a Dios”.

A través de este texto, la Iglesia nos invita a comenzar un nuevo año civil con el espíritu contemplativo de María y la paz del Niño Jesús. Él yace tranquilamente, mientras los demás bullen y parlotean a su alrededor, y María, mientras oye y ve lo que sucede, lo mira con adoración amorosa. Como su homónima posterior, “María ha elegido la parte mejor” (Lc 10, 42).

Así, la Iglesia no se centra tanto en la maternidad física de María como en su actitud espiritual. Al igual que Jesús, insiste en que María es grande no tanto por su maternidad biológica como por “escuchar la palabra de Dios y cumplirla” (cfr. Lc 11,28). Como enseñaron varios Padres de la Iglesia, antes de que María concibiera a Cristo en su seno lo concibió en su corazón. Por eso se nos anima a comenzar el año con una actitud contemplativa. Más que salir disparados como velocistas olímpicos, en un arranque de actividad, empecemos con calma y en espíritu de oración. Y una buena manera de hacerlo es considerar nuestras bendiciones, que es precisamente lo que nos invitan a hacer las dos primeras lecturas y el salmo. 

La primera lectura, del libro de los Números, habla de Aarón y de los sacerdotes judíos, que bendicen al pueblo. También el salmo implora las bendiciones de Dios. Y la segunda lectura, de la carta de san Pablo a los Gálatas, nos ayuda a considerar la mayor bendición de todas: que, por medio de la Encarnación de Cristo, se nos ofrece la posibilidad de convertirnos en hijos de Dios. Tomando prestada otra atrevida afirmación patrística, podemos decir con san Atanasio: “Dios se hizo hombre para que el hombre se hiciera Dios”. Y ambas cosas por medio de María. Somos hechos libres: por la Maternidad divina de María, que es también nuestra Madre, podemos exclamar: “¡Abba, papá, Padre!”.

La actividad es necesaria, con todos los deberes familiares, sociales, profesionales y religiosos que conlleva nuestra vida: así, el evangelio muestra a María y a José llevando a Jesús a circuncidar al octavo día. Pero hoy la Iglesia nos anima a empezar el año no con actividad, sino con contemplación orante. No podemos recibir mejor consejo que este.

La homilía sobre las lecturas de la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Documentos

El Papa invita a la vida espiritual con una carta dedicada a san Francisco de Sales

El Papa Francisco reflexiona sobre el magisterio de san Francisco de Sales en una carta apostólica publicada con motivo del cuarto centenario de la muerte del santo.

Giovanni Tridente·28 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

En el IV centenario de la muerte del obispo y doctor de la Iglesia que vivió en Francia a finales del siglo XVII, el Papa Francisco dedicó una reflexión a su magisterio, para extraer de él enseñanzas para nuestro tiempo.

La experiencia de Dios del hombre está totalmente anclada en su corazón; sólo contemplando y viviendo la Encarnación se puede leer la historia y habitarla con confianza; preguntarse en cada momento y circunstancia de la vida dónde se encuentra «más amor»; cultivar una vida espiritual y eclesial sana; aprender a distinguir la verdadera devoción mediante el discernimiento; concebir la propia existencia como un camino realista de santidad en las ocupaciones cotidianas…

Estas son las innumerables intuiciones que el Papa Francisco ha extraído de la vida y el ejemplo de San Francisco de Sales y ha entregado a la Iglesia hoy a través de la Carta Apostólica Totum amoris est. Un texto basado en gran parte en el Tratado sobre el amor de Dios del santo obispo de Ginebra, que vivió entre 1567 y 1622, publicado el día del cuarto centenario de su muerte.

Se trata, en cierto modo, de presentar también a los cristianos de nuestro tiempo el legado de este pastor que proclamó el Evangelio desde su juventud «abriendo horizontes nuevos e impredecibles en un mundo en rápida transición».

El mismo «cambio» que experimenta hoy la Iglesia, llamada -escribe Francisco- a no ser autorreferencial, «libre de toda mundanidad», pero al mismo tiempo capaz «de compartir la vida de la gente, de caminar juntos, de escuchar y de acoger», como ya había dicho el año pasado a los obispos y sacerdotes con los que se reunió durante su viaje a Bratislava.

De origen noble, Francisco de Sales eligió el camino del sacerdocio tras completar sus estudios jurídicos en París y Padua. Debido a su talento, fue enviado como misionero a la región calvinista de Chablais; posteriormente fue nombrado coadjutor del obispo de Ginebra, a quien sucedió de 1602 a 1622. Su apostolado se desarrolló principalmente en contacto con el mundo de la Reforma, utilizando un método no opresivo de «diálogo» que generaba en el interlocutor el deseo de que Dios fuera acogido con libertad.

No es casualidad que en sus textos más conocidos, Tratado y Filotea, deje claro que la relación con Dios es siempre «una experiencia de gratuidad que manifiesta la profundidad del amor del Padre», reflexiona el Papa Francisco en la Carta.

Totum amoris se inspira inicialmente en la experiencia biográfica del Santo Doctor de la Iglesia, que entre otras cosas es también el patrono de la obra de San Juan Bosco -no por casualidad conocido como «salesiano»-, que tomó de él los principios del optimismo, la caridad y el humanismo cristiano.

La síntesis de su pensamiento

El Papa Francisco comienza dejando inmediatamente clara cuál es la síntesis del pensamiento de san Francisco de Sales, a saber, que «la experiencia de Dios es una evidencia del corazón humano», que se sirve del asombro y de la gratitud para reconocer a Aquel que lleva a la profundidad y a la plenitud del amor en todas las circunstancias de la existencia.

Una actitud de fe que conduce «una verdad que se presenta a la conciencia como una ‘dulce emoción’, capaz de suscitar un correspondiente e irrenunciable bien-querer por cada realidad creada».

El criterio del amor

El criterio último sigue siendo el del amor, que es la culminación de un deseo profundo que debe ponerse a prueba mediante el discernimiento, pero también mediante «una escucha atenta de la experiencia» que se madura evidentemente a través de una relación desinteresada con los demás. En resumen, no hay doctrina separada de la iluminación del Espíritu y sin una verdadera acción pastoral.

Los rasgos esenciales de la teología

Aunque en sus intenciones nunca estuvo la pretensión de elaborar un verdadero y articulado sistema teológico, el Papa Francisco reconoce en el santo y místico francés algunos rasgos esenciales del hacer teología, que se sirven de «dos dimensiones constitutivas»: la vida espiritual – «es en la oración humilde y perseverante, en la apertura al Espíritu Santo, que se puede tratar de comprender y de expresar al Verbo de Dios»- y la vida eclesial -el «sentirse en la Iglesia y con la Iglesia»-.

Síntesis de Evangelio y cultura

Inevitablemente, también se apoyó en el ejemplo de su acción pastoral, que maduró en unas circunstancias de cambio de época que planteaban grandes problemas y nuevas formas de verlos, de las que también se desprendía una sorprendente exigencia de espiritualidad, como ocurría en el ambiente calvinista al que tuvo que enfrentarse como misionero en el Chablais.

«Conocer a esas personas y tomar conciencia de sus interrogantes fue una de las circunstancias providenciales más importantes de su vida», escribe el Pontífice. Tanto es así, que lo que inicialmente parecía un empeño inútil e infructuoso, se convirtió en una «síntesis fecunda» entre «Evangelización y cultura», «de la que derivó la intuición de un método auténtico, maduro y claro para una cosecha duradera y prometedora», que supo interpretar el cambio de época y guiar a las almas sedientas de Dios. Al fin y al cabo, éste era también el propósito de su Tratado.
¿Qué tiene que enseñar aún hoy San Francisco de Sales? El Papa Francisco en su Carta Apostólica Totum Amoris Est destaca «algunas de sus decisiones cruciales es importante también hoy, para vivir el cambio con sabiduría evangélica».

Relación entre Dios y el ser humano

En primer lugar, es imprescindible volver a partir de la «feliz relación entre Dios y el ser humano», para releerla y proponerla a cada persona según su propia condición, sin imposiciones externas ni fuerzas despóticas y arbitrarias, como explicó san Francisco en su Tratado. Más bien -escribe el Papa- necesitamos «la forma persuasiva de una invitación que mantenga intacta la libertad del hombre».

Verdadera devoción

También hay que aprender a distinguir la verdadera devoción de la falsa, en la que a menudo uno se siente realizado y «llegado», olvidando en cambio que es más bien una manifestación de la caridad y conduce a ella: «es como una llama con respecto al fuego: reaviva su intensidad, sin cambiar su naturaleza». No se puede ser devoto, en definitiva, sin la concreción del amor, un «estilo de vida», que «recoge[s] e interpreta[s] las pequeñas cosas de cada día, la comida y el vestido, el trabajo y el descanso, el amor y la descendencia, la atención a las obligaciones profesionales», iluminando así la vocación de cada uno.

El éxtasis de la acción vital

La culminación de este compromiso de amor por cada hombre se traduce en lo que el santo obispo llama «el éxtasis de la obra y de la vida», que se desprende de las «páginas centrales y más luminosas del Tratado«, como las llama el Papa Francisco.

Es una experiencia «que, ante toda aridez y frente a la tentación de replegarse sobre sí misma, ha encontrado de nuevo la fuente de la alegría», una respuesta verdadera también al mundo actual, invadido por el pesimismo y los placeres superficiales. El secreto de este éxtasis está en saber salir de uno mismo, lo que no significa abandonar la vida ordinaria ni aislarse de los demás, ya que «quien presume de elevarse hacia Dios, pero no vive la caridad para con el prójimo, se engaña a sí mismo y a los demás».

El misterio del nacimiento de Jesús

La audiencia general de este miércoles, el Papa Francisco la dedicó también al santo obispo y doctor de la Iglesia, deteniéndose en particular en algunos de sus pensamientos sobre la Navidad, entre ellos el confiado a santa Juana Francisca de Chantal -con quien, entre otras cosas, fundó el instituto de la Visitandina-: «Prefiero cien veces ver al querido Niñito en el pesebre, antes que a todos los reyes en sus tronos».

Y, en efecto, el Santo Padre reflexionaba: ‘el trono de Jesús es el pesebre o el camino, durante su vida cuando predicaba, o la cruz al final de su vida: esto es el trono de nuestro Rey», «el camino hacia la felicidad».

El autorGiovanni Tridente

Vaticano

El Papa pide rezar por Benedicto XVI, que “está muy enfermo»

El Santo Padre Francisco ha pedido esta mañana, al final de la audiencia de los miércoles, una oración especial para Benedicto XVI, “que en silencio está sosteniendo la Iglesia”” y “está muy enfermo”. La Santa Sede añade que se ha producido “un agravamiento” de su estado de salud.

Francisco Otamendi·28 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Papa Francisco ha hecho mención hoy de su predecesor Benedicto XVI, avisando de que está muy enfermo y pidiendo oraciones por él. Ha dado la noticia al final de la audiencia general de hoy.

“Pedimos al Señor que lo consuele y lo sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia, hasta el final”, ha añadido el Papa Francisco al final de la tradicional audiencia de los miércoles, que hoy ha estado dedicada a san Francisco de Sales, al cumplirse cuatro siglos de su muerte.

A los pocos minutos, el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, declaró lo siguiente: “Respecto al estado de salud del Papa emérito, por quien el Papa Francisco pidió oraciones al final de la audiencia general de esta mañana, puedo confirmar que en las últimas horas se ha producido un agravamiento debido al avance de la edad. De momento, la situación sigue bajo control, vigilada constantemente por los médicos”.

La Oficina de Prensa de la Santa Sede informa asimismo que “al término de la audiencia general, el Papa Francisco se dirigió al monasterio Mater Ecclesiae para visitar a Benedicto XVI. Nos unimos a él en la oración por el Papa emérito”.

Por otra parte, según la agencia oficial vaticana, las palabras textuales del Papa Francisco fueron: “Quisiera pedirles a todos una oración especial, por el Papa emérito Benedicto, que en silencio está sosteniendo a la Iglesia. Recordarlo –está muy enfermo– pidiendo al Señor que lo consuele, y lo sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia, hasta el final”.

La salud de Benedicto XVI está siendo estable en los últimos tiempos, pero su estado es muy frágil, y las palabras del Papa han suscitado mayor preocupación. El secretario personal de Benedicto XVI, el arzobispo Georg Gänswein, ha manifestado este año en diversas ocasiones que “está frágil, pero está bien”.

En estos años, el Papa emérito está siendo asistido, según la misma agencia, por las consagradas de la Asociación Memores Domini y por Monseñor Georg Gänswein, que a lo largo de los años siempre ha hablado de una vida dedicada a la oración, la música, el estudio y la lectura.

Benedicto XVI nació el 16 de abril de 1927, fue elegido Papa el 19 de abril de 2005 en el cónclave que tuvo lugar tras el fallecimiento de san Juan Pablo II, renunció el 28 de febrero de 2013, y cumplió 95 años el Sábado Santo. Desde su renuncia reside en el monasterio Mater Ecclesiae en el interior del Vaticano.

En numerosas ocasiones, añade Vatican News, el Papa Francisco ha hablado del vínculo con su predecesor, al que llamó “padre” y “hermano” en el Ángelus del 29 de junio de 2021, con ocasión del 70 aniversario de ordenación sacerdotal de Ratzinger. Asimismo, desde el inicio de su pontificado, el Papa Francisco inició la “tradición” de encontrarse con el Papa emérito, empezando por la primera visita histórica del Papa recién elegido, que llegó en helicóptero a la residencia de Castel Gandolfo, donde su predecesor permaneció unas semanas antes de trasladarse al monasterio Mater Ecclasiae.

En vísperas de las vacaciones de Navidad o Pascua, o con ocasión de consistorios con los nuevos cardenales, el Papa Francisco nunca ha querido perderse un gesto de cercanía y cortesía y acudir al monasterio vaticano para saludarle y expresarle sus mejores deseos.

El autorFrancisco Otamendi

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Vaticano

Papa Francisco: “El pesebre es el trono de nuestro Rey»

El Papa ha dedicado la audiencia general de hoy a san Francisco de Sales y sus reflexiones sobre la Navidad, debido a la carta apostólica que se publicará hoy por el cuarto centenario de la muerte de este santo.

Paloma López Campos·28 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Papa Francisco ha comenzado la audiencia general felicitando la Navidad a los fieles congregados en el Aula Pablo VI. Al inicio ha mencionado que “este tiempo litúrgico nos invita a detenernos y a reflexionar sobre el misterio de la Navidad y, puesto que hoy, se cumple el cuarto centenario de la muerte de san Francisco de Sales, obispo y doctor de la Iglesia, podemos inspirarnos en algunos de sus pensamientos”.

Debido a esta memoria que hacemos del santo, el Papa ha anunciado que hoy “se publica una carta apostólica que conmemora este aniversario. El título es Todo pertenece al amor, retomando una expresión característica del santo obispo de Ginebra”.

Siguiendo al doctor de la Iglesia, Franciso ha querido “profundizar en el misterio del Nacimiento de Jesús en compañía de san Francisco de Sales”.

Teniendo en cuenta los escritos del obispo de Ginebra, el Santo Padre ha comenzado analizando el elemento del pesebre donde nació Jesús. “El evangelista Lucas, al relatar el nacimiento de Jesús, insiste mucho en el detalle del pesebre. Esto significa que es muy importante, no solo como detalle logístico, sino como elemento simbólico para entender qué clase de Mesías es el que nació en Belén, qué clase de Rey, quién es Jesús”.

“Mirando el pesebre, mirando la cruz, mirando su vida de simplicidad, podemos entender quién es Jesús. Jesús es el Hijo de Dios que nos salva, se hace hombre como nosotros. Despojándose de su gloria y humillándose. Vemos este misterio concretamente en el punto central del pesebre, es decir, en el Niño”.

Este detalle humilde del pesebre nos acerca al modo de actuar de Dios. Así, Francisco dice: “No lo olvidemos nunca. El estilo de Dios es cercanía, compasión y ternura”. 

La consecuencia de este estilo del Padre implica que “Dios no nos toma por la fuerza, no nos impone su verdad y su justicia, no hace proselitismo con nosotros. Quiere atraernos con el amor, con la ternura, con la compasión”.

Por todo esto, Franciso afirma que “Dios ha encontrado el medio para atraernos, seamos como seamos, con amor. No un amor posesivo y egoísta”.

El amor de Dios “es puro don y pura gracia. Es todo y solo para nosotros, para nuestro bien. Así nos atrae, con este amor desarmado e, incluso, desarmante. Pero cuando vemos esta simplicidad de Jesús también nosotros tiramos afuera todas nuestras armas, nuestra soberbia”.

Continuando con el análisis del nacimiento de Cristo, Francisco considera que “otro aspecto que destaca en el Belén es la pobreza”. Esta no es una pobreza exclusivamente material, sino que, dice el Papa, debe ser “entendida como renuncia a toda vanidad mundana”.

Conocer este misterio de la pobreza nos permite entender mejor el sentido de la auténtica Navidad. El Papa avisa de que hay una Navidad que es “la caricatura mundana que la reduce a una celebración cursi y consumista. Es necesario hacer fiesta, pero que esto no sea la Navidad. La Navidad es otra cosa. El amor de Dios no es meloso. Nos lo demuestra el pesebre de Jesús. El amor de Dios no es un buenismo hipócrita que esconde la busca de placeres y comodidades”.

Inspirado en una carta que escribió san Francisco de Sales antes de morir, el Papa concluye diciendo que “hay una gran enseñanza que nos viene del Niño Jesús a través de la sabiduría de san Francisco de Sales. No desear nada y no rechazar nada, aceptar todo lo que Dios nos envía. Pero, cuidado. Siempre, y solo, por amor. Porque Dios nos ama y quiere siempre, y solo, nuestro bien”.

Zoom

Ucrania: Navidad en el búnker

Soldados ucranianos celebran su cena Navidad en un lugar no especificado en Ucrania. La foto fue difundida por el servicio de prensa de las Fuerzas Armadas de Ucrania el 25 de diciembre de 2022.

Maria José Atienza·28 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Pedir una oración

Si de algo me he dado cuenta es de que, efectivamente, la oración nos hace familia. Nos hace familia en Dios.

28 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Hace unos años, Miguel Ángel Robles publicaba en ABC un antológico artículo titulado Reza por mi. Ese artículo sigue siendo uno de los que siguen marcando mi esquema profesional y personal. No he terminado de escribir estas líneas, cuando llega a mis manos la segunda parte de este artículo.

En estos días, puedo decir que he vivido en primera persona esas palabras que glosaba Robles: “Rezar no hace milagros, o sí los hace, eso nunca lo sabremos, pero ofrece consuelo al que reza y a aquel por quien se reza. Rezar nunca es inútil, porque siempre conforta”.

Como a muchos en Madrid, hace unos días nos llegaba, en medio de villancicos y loterías, la heladora noticia del accidente en el que dos jóvenes hermanos perdían la vida. Eran buenos hijos, amigos de sus amigos y amigos también de Dios. No los conocíamos quizás, pero eran cercanos.

Junto a la triste información, su familia, creyente nos pedía rezar. Trasladé la petición a quienes conocía y además, casi sin pensar, rogué oraciones a través de una red social: rezar por ellos, por su familia…, en el fondo, por todos. Porque, si de algo me he dado cuenta gracias a las miles, sí, miles, de personas que elevaron una, quizás pequeña, plegaria por ellos, es de que, efectivamente, la oración nos hace familia. Nos hace familia en Dios.

No es que Diego y Alex “pudieran ser” mis hermanos, es que eran mis hermanos…, y mis primos y mis tíos, y mis amigos. Eran tú y eran yo.

Me di cuenta que hay mucha más gente buena de la que, en ocasiones, podemos pensar. Esas miles de personas desconocidas, de lugares ignotos para muchos de nosotros, cristianos y de otras confesiones, dedicaron un instante de su vida no solo a pensar, sino a orar, por esos chicos, por esa madre y ese padre, por esos hermanos y amigos.

No sé tú, pero yo, que creo en eso que llaman la Comunión de los Santos, he tenido la suerte de palparla, en su más auténtica versión 3.0.

Seguiré pidiendo oraciones. Seguro. No sé si por un lado o por otro; si en la calle o en la red, por señales de humo o con una canción. Seguiré pidiendo rezos sin complejos y poniéndome alarmas en el móvil para rezar por aquellos que lo piden porque, con la oración, con ese ponernos ante un Dios al que, quizás a veces no entendemos, tú y yo siempre seremos mejores.

El autorMaria José Atienza

Directora de Omnes. Licenciada en Comunicación, con más de 15 años de experiencia en comunicación de la Iglesia. Ha colaborado en medios como COPE o RNE.

Ecología integral

Ricardo Martino: «Todavía hay mucho por hacer en los cuidados paliativos»

¿Qué implica la enfermedad en los niños? ¿Cuál es el impacto en las familias? ¿Cómo se da la presencia de Dios en situaciones tan críticas como estas? Entrevistamos sobre estos temas a Ricardo Martino, Jefe de la Sección de Cuidados Paliativos Pediátricos del Hospital Infantil Niño Jesús.

Paloma López Campos·28 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Ricardo Martino es el Jefe de Sección de Cuidados Paliativos Pediátricos del Hospital Infantil Niño Jesús. Es doctor en Medicina, especializado en Pediatría y promotor de diversos proyectos para dar a conocer los cuidados paliativos. Por todo ello, es Asesor del Ministerio de Sanidad en estas materias. En Omnes ha hablado sobre lo que implica la enfermedad en los niños, el impacto en las familias y la presencia de Dios en situaciones tan críticas como estas.

Ricardo Martino en una foto de la UNIR

Es duro ver la inocencia de los niños herida por las enfermedades, hasta el punto de que los pequeños acaban ingresando en cuidados paliativos. ¿Cómo se puede enfrentar uno a una realidad así?

– Para una familia es lo peor que les puede pasar. De hecho no hay ningún término en español que describa el estado permanente de la pérdida de un hijo. Uno puede ser viudo o huérfano, pero, hasta ahora no le hemos puesto palabras a este hecho. Este hecho irrumpe en la vida de un niño y trunca su futuro, o el futuro que pensábamos que tenía.

Una enfermedad no es una realidad que afecte solo al paciente, la familia entera sufre con los niños. ¿Cómo atendéis a todos los miembros de la familia?

– La vida de toda la familia se afecta. Los padres ven alterada su vida conyugal, además pueden perder el trabajo por el cuidado del hijo; los hermanos pasan a segundo lugar y pierden protagonismo, los abuelos sufren y se involucran en los cuidados de todos… Atendemos al niño y enseñamos a la familia a proporcionar los cuidados que necesita. También les ayudamos a afrontar la situación y les apoyamos tras el fallecimiento. Para eso es necesario un equipo en el que hay médicos, enfermeras, trabajadores sociales, psicólogos, acompañante espiritual, farmacéuticos, fisioterapeutas…

¿Se puede encontrar a Dios entre tanto sufrimiento?

– Todas las personas tienen una dimensión espiritual. Enfrentarse a la muerte o a la muerte de un hijo o un hermano conmueve a toda la persona. Lo espiritual ayuda al afrontamiento. Las personas que tienen una fe disponen de más recursos para aceptar la situación. Dios está presente, aunque a veces suscita “enfados” por lo acontecido. Muchas veces encontramos la delicadeza de un Dios providente y misericordioso en cómo se producen los acontecimientos y en la paz del corazón que, muchas familias, experimentan ante el fallecimiento de su propio hijo.

¿Cómo hablar a los niños y a sus familias de un Padre bueno?

– Lo más importante son “las experiencias de lo bueno” que los niños tienen, aún antes de poder comprender el hecho religioso o la persona de Dios. Ser querido, perdonado, celebrado… Son experiencias que se pueden tener con cualquier edad y que constituyen el sustrato necesario para poder entender la acción de Dios como Padre bueno.

¿Hay consuelo espiritual para los niños y sus familias en estas situaciones tan complicadas?

– Hay consuelo si hay aceptación. Y la aceptación no presupone comprensión. Si se entiende ayuda, pero esto es muy difícil de entender. Lo que sí se puede es aceptar aunque no se entiende. Para hacer un duelo sano hay que trabajar el afrontamiento y la aceptación.

Además de un cuidado médico muy especializado, ¿qué es lo que más necesitan los niños en cuidados paliativos? ¿Y los familiares?

– Necesitan ser considerados y tratados como personas. Así se tiene en cuenta lo que para ellos es importante, más allá de la propia enfermedad. El bien de la persona está por encima de lo que le pasa por su enfermedad. Además, lo que es bueno para el paciente cambia a lo largo del tiempo en función de la evolución de su enfermedad, sus limitaciones, sus expectativas y sus posibilidades de respuesta al tratamiento. Los familiares también necesitan ser acogidos, aceptados y acompañados por parte de los profesionales, que actúan sin prejuicios e intentando tener en cuenta lo que para ellos es importante, siempre que no pase por encima del bien del niño.

¿Cuántos niños hay en España que necesitan cuidados paliativos? ¿Crees que se invierte lo suficiente desde las Administraciones para hacer frente a las necesidades de tantos niños?

– En España hay 25000 niños que necesitan cuidados paliativos. Más del 80% no los reciben. Pero a día de hoy no hay equidad en la prestación de la atención. Depende de dónde vivas y la enfermedad que tengan. Y eso a pesar de que, al menos desde el 2014, las recomendaciones del Ministerio de Sanidad respecto de lo que hay que hacer están claras.

¿Cómo es la situación de los cuidados paliativos pediátricos en España en comparación con Europa?

– Por un lado no está mal porque cada vez hay más equipos que, poco a poco se van montando, sobre todo por la motivación y el empeño de los profesionales. Por otro, sin embargo, carecemos de instituciones sociosanitarias, como existen para los adultos, para apoyar en estas etapas de la vida. Además la formación requerida no está reconocida y se proporciona a través de estudios de postgrado.

¿Qué falta en este campo?

– Falta el reconocimiento social a esta realidad. Hay niños que mueren. Muchos después de años de evolución de la enfermedad. Toda la familia se ve afectada. En cuidados paliativos pediátricos, el tiempo va en contra. Cumplir meses o años significa empeorar y acercarse a la muerte. Cumplir más de 18 años, para un gran número de pacientes es un salto en el vacío, puesto que el sistema es rígido y prima la edad sobre las características clínicas del paciente para darle la atención que necesita. Hay niños de 20 años y 20 kilos de peso que, desde que nacieron usan pañal, necesitan ser cuidados, alimentados y movilizados. Todavía hay mucho por hacer.

Evangelización

Nolan Smith: “Amo mi fe. Quiero ser parte de la Iglesia, participar en sus actividades”

Nolan Smith formó parte del grupo de personas que dio voz a la comunidad de personas con discapacidades variadas en la Iglesia a través del documento La Iglesia es nuestra casa. Este joven síndrome de Down muestra junto a su familia, el reto de la integración plena de las personas con discapacidad diversa dentro de la Iglesia. 

Maria José Atienza·27 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

A sus 22 años, Nolan Smith vive en Lawrence, Kansas y, en la actualidad está en el Programa de Transición a la Educación Postsecundaria de la Universidad de Kansas y estudia Educación Infantil. Desde su nacimiento, ha compartido la vida de fe en su hogar. Una participación en la vida parroquial que ha abierto, además, nuevos caminos en su comunidad.

Nolan participó en el desarrollo del documento La Iglesia es nuestra casa. Junto a su padre, Sean Joseph, ha concedido una entrevista a Omnes para hablar de su experiencia. Una experiencia que pone de manifiesto la riqueza que aportan estas personas a la comunidad, sus ganas de ofrecer sus talentos y el apoyo de su familia en la vida de fe. 

Nolan, ¿cómo has vivido tu fe en casa, en tu familia, con tus amigos?

—He vivido mi fe en casa de muchas maneras. Primero, como familia, rezamos. Rezamos a la hora de comer y también por la noche. También hemos ayudado a la comunidad y a la parroquia como familia. Mis padres dicen que hacer esto ayuda a los demás y es lo que Dios querría. Trato de ser una buena persona. Busco compartir con los demás. Quiero asegurarme de que mis amigos sepan que son especiales. Me preocupo por ellos y quiero hacerlos felices. Si puedo ayudarles de alguna manera, lo hago. También rezaba con mi abuela. Vivió cerca los últimos cuatro años de su vida. Todas las noches iba a su casa, mi padre nos traía la cena y los dos comíamos. Luego poníamos música y también rezábamos el rosario.

Sean, como padre de Nolan, ¿cuál es su perspectiva de esta vivencia?

—Nolan es uno de nuestros cuatro hijos. Él, como sus hermanos, han participado en la educación religiosa, los sacramentos, las oraciones en casa y la educación a través de la Iglesia. Como familia, asistimos a misa. Se les ha pedido que ayuden con la Iglesia en diferentes eventos, incluyendo las actividades parroquiales. 

Nuestros hijos más pequeños asistieron a la escuela parroquial. Nolan y su hermana mayor no lo hicieron porque a Nolan no se le permitió asistir. Ahora, aceptan y educan a niños con síndrome de Down.

Ahora eres un joven, Nolan. ¿Cómo participas en tu comunidad parroquial? 

—He ayudado a mi iglesia de varias maneras. He servido como monaguillo, he ayudado en la enseñanza de la educación religiosa con mi padre, y sirvo como lector en este momento. También he ayudado con el desfile infantil de Nochebuena y también he decorado la iglesia en tiempos de Navidad y Pascua.

 ¿Te ha resultado difícil o fácil vivir tu fe?

—Amo mi fe. Mi abuela era muy especial para mí y también me ayudó a conocer a Dios. La echo de menos pero siento que me ayudó a vivir mi fe. Ir a la iglesia y aprender sobre Dios ha sido parte de lo que hacemos como familia. Por lo tanto, es bastante fácil vivir mi fe.

Fuiste uno de los participantes en la reunión del Dicasterio que dio lugar al documento La Iglesia es nuestra casa. ¿Cómo fue tu participación en la reunión?

—Fue buena. Tuve la oportunidad de presentarme y escuchar a los demás: quiénes eran y de dónde eran. La primera reunión a través de zoom fue una reunión para conocerse. Me gustó escuchar al traductor y me sorprendió ver todos los idiomas que se hablaban. Nos dieron una tarea para completar un folleto. Mi padre y yo pusimos lo que pensamos sobre la Iglesia, lo que veíamos sobre la visión de la Iglesia para las personas con discapacidad y cosas similares. Luego nos dieron un resumen de lo que habían aprendido. 

¿Qué pides a la Iglesia?

—Quiero ser parte de la Iglesia. Ser parte es poder asistir a misa. Pero también participar en las actividades de la iglesia, en los eventos sociales, en el aprendizaje y en otros eventos. Antes de la pandemia, solía ir a un evento que organizaba un sacerdote los domingos después de la misa. Iba con mi abuela y tomábamos un refrigerio y escuchábamos al sacerdote hablar sobre las lecturas y otras cosas de la Iglesia. Formaba parte de este grupo y eso era importante. Cosas así son importantes para mí.

¿Creéis que hay un cambio de mentalidad dentro de la Iglesia en la pastoral de las personas con discapacidad? 

[Nolan] No lo sé. Sé que soy parte de mi parroquia. He podido hacer todo lo que he querido. He podido participar como mis hermanos. Mi padre dice que la escuela católica no me aceptaba, pero ahora están enseñando a niños con síndrome de Down. Así que eso es bueno.

[Sean Joseph] Creo que la Iglesia ha sido más lenta que la sociedad. Formo parte de nuestro comité de discapacidad. El enfoque actual por parte de la parroquia y la archidiócesis es el acceso. Acceso en el sentido de que tenemos que ofrecer un acceso básico a la Iglesia y a los sacramentos. La sociedad hablaba del acceso y del acceso básico hace 40 años. Hoy, la sociedad está hablando y facilitando una inclusión significativa. Inclusión en la que las personas con discapacidades forman parte de la comunidad, están incluidas en las actividades típicas (por ejemplo, servir en el altar, ser lector, la escuela parroquial) y son miembros que contribuyen a la sociedad. Lamentablemente, a veces, la Iglesia se limita a hablar de cómo construimos rampas en los edificios, de cómo ofrecemos soportes de audio para las personas sordas. No hablan de las necesidades de las personas con discapacidad intelectual o autismo. No se centran en las discapacidades del desarrollo, en las que la sociedad está muy centrada. 

Lamentablemente, diría que están mirando las cosas desde una perspectiva del siglo XX, cuando estamos en la tercera década del siglo XXI.

En La Iglesia nuestra casa se destaca que las personas con discapacidad están también llamadas a dar. ¿Qué aportan a la comunidad eclesial?

[Nolan] Bueno, en primer lugar, soy una persona. Así que esta idea de que soy una persona necesitada es un problema. Si se abre la Iglesia y se ofrecen adaptaciones razonables, puedo formar parte de la Iglesia. 

No me trates como alguien que es diferente y alguien que necesita ser compadecido o necesitado. Cuando hacemos esto tratamos a las personas con discapacidad de forma diferente. Tengo tres hermanos. No me traten de forma diferente a mis hermanos sólo porque tengo una discapacidad. 

La Iglesia tiene que aprender de lo que la sociedad ha aprendido. Puedo contribuir como cualquier otra persona. He sido monaguillo. Ahora soy lector. Puedo participar en el coro. He ayudado a enseñar en la escuela dominical. Sólo dame una oportunidad y algunos apoyos (cuando sea necesario) y seré parte.

Si me tratan diferente porque tengo síndrome de Down o me impiden ayudar porque tengo síndrome de Down, eso está mal.

[Sean Joseph] Nolan forma parte de la parroquia. Es un miembro y un miembro activo. Ahora bien, diría que esto se debió inicialmente a mi expectativa y apoyo. Por ejemplo, le ayudé a formarse como monaguillo y también facilité su participación en ese proceso. Su hermano también le ayudaba cuando estaban juntos en el altar. También estoy a cargo de los lectores y, por lo tanto, lo entrené. 

La comunidad parroquial, cuando ha participado en estas actividades, ha sido muy bien recibida. Le han apoyado mucho y han respaldado su participación en toda la parroquia. Consideran que esto es típico de Nolan. 

Sin embargo, he visto que otras personas con discapacidades no están tan incluidas. Así que la parroquia tiene trabajo que hacer. ¿Por qué? Porque las personas con discapacidad pueden y deben participar en igualdad de condiciones con la comunidad eclesial. 

Todos somos hijos de Dios y cuando los tratamos como tales (por ejemplo, ofrecer apoyo, crear una estructura y un clima de inclusión, ver a todos como personas primero, y no como una discapacidad y luego como una persona), podremos incluirlos fácilmente en nuestra Iglesia.

Evangelización

Un nuevo reto para la Iglesia

La plena integración de las personas con discapacidad en la vida de la Iglesia se presenta como “un nuevo reto para la Iglesia” y para la sociedad. Así lo afirma Antonio Martínez -Pujalte, doctor en Derecho por la Universidad de Valencia y Profesor Titular de Filosofía del Derecho de la Universidad Miguel Hernández de Elche, que  reflexiona en Omnes sobre esta labor. 

Antonio-Luis Martínez-Pujalte·27 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida ha publicado recientemente un interesante documento, La Iglesia es nuestra casa, fruto de la participación en el camino sinodal de un grupo de personas con discapacidad de distintos países de los cinco continentes.

Se trata de un documento particularmente significativo, sobre todo por cuanto supone la asunción del nuevo paradigma preconizado por la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad -aun cuando ésta no aparezca expresamente citada-, que ha de tener también su reflejo en la Iglesia.

Nuevo paradigma que supone apartarse de la tradicional visión asistencialista que consideraba a las personas con discapacidad únicamente como destinatarios pasivos de la asistencia que otros debían prestarles, para erigirlos en protagonistas de pleno derecho de la vida social, que han de ejercer sus derechos y responsabilidades en igualdad de condiciones con todas las demás personas.

Característico del nuevo paradigma es también subrayar la individualidad de las personas con discapacidad, lejos de cualquier prejuicio o estereotipo: las personas con discapacidad no son mejores ni peores que las demás .

No son, como a veces se ha pensado en la Iglesia, ni pecadores ni seres angelicales bendecidos por su sufrimiento: son personas normales, con sus cualidades y sus defectos, con sus deseos y preferencias, que merecen el mismo respeto que los de todas las demás personas.

Resulta evidente que el viejo paradigma ha estado y continúa estando todavía hoy presente en la vida de la Iglesia, como de la sociedad entera que la rodea. El documento hace referencia en este sentido a la actitud paternalista que ha presidido la mirada hacia las personas con discapacidad, que ha llevado incluso a verles como personas ya santas o “Cristos en la cruz” por su condición de discapacidad, olvidando que son, como todos los demás cristianos, simples creyentes necesitados de conversión. Y cita algunas manifestaciones concretas de exclusión, principalmente dos: la negación de sacramentos a personas con discapacidad, que se hace por muy diversas razones, “desde el prejuicio sobre la capacidad de comprender la naturaleza del sacramento, hasta la inutilidad de ofrecer la reconciliación a quienes ya expían sus pecados con su propio sufrimiento, pasando por el prejuicio sobre la capacidad de expresar un consentimiento definitivo o la falta de un profundo enfoque pastoral que utilice todos los sentidos para facilitar la comunicación”; y la segregación de muchas personas con discapacidad en instituciones asistenciales, no pocas de ellas regidas por organismos relacionados con la Iglesia, en las que no se tiene en cuenta su voluntad y muchas veces se restringen derechos y libertades básicas.

Es preciso, pues, un cambio de mentalidad. Y no porque esté de moda, porque sea lo políticamente correcto o porque lo indique la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Se trata, por el contrario, de asumir el profundo significado de la dignidad intrínseca de todo ser humano —y, en la Iglesia, de todo fiel—, que exige la plena afirmación de su igualdad radical, y, en consecuencia, la garantía de la idéntica participación de todos y del igual ejercicio de los derechos.

Este paradigma tiene consecuencias bien concretas: por ejemplo, en relación con el acceso de las personas con discapacidad intelectual a la comunión sacramental, el nuevo paradigma se opondría a denegar la comunión a personas con discapacidad intelectual presuponiendo un insuficiente grado de discernimiento, como se ha hecho con frecuencia, y exigiría tratar de ofrecerles la explicación del sacramento que les resulte accesible, teniendo presente además que, como ya señaló Benedicto XVI en la Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis (n. 58), con independencia de su grado de comprensión, reciben el sacramento en la fe de la Iglesia.

El nuevo paradigma ha de manifestarse también en el lenguaje, que no es baladí, pues contribuye a la difusión de una nueva mentalidad o a la perpetuación de la la vieja: en este sentido, es preciso evitar cualquier denominación que sustantive la discapacidad, y poner siempre en primer lugar la condición de persona. De ahí la idoneidad de la expresión “personas con discapacidad”. Y que hay que evitar también la equiparación entre discapacidad y padecimiento o sufrimiento: la discapacidad es una condición de la persona, que por sí misma no necesariamente genera sufrimiento alguno —en muchos casos, estimula por el contrario el afán de superación—, y que en la inmensa mayoría de los casos es plenamente compatible con la alegría y con una vida digna y feliz. 

Por lo demás, para que las personas con discapacidad puedan ejercer plenamente sus derechos y responsabilidades dentro de la Iglesia es una exigencia ineludible la accesibilidad, que es la condición que han de tener los edificios, espacios y productos y servicios para que puedan ser usados por todas las personas en condiciones de igualdad y de la forma más autónoma posible. Como pone de relieve el documento, es esta todavía una asignatura pendiente, comenzando por la muy frecuente existencia de barreras físicas para las personas con movilidad reducida en el acceso a los templos. 

Pero por accesibilidad no se entiende sólo la accesibilidad física; no hay accesibilidad a la formación para las personas ciegas, por ejemplo, si no existen textos escritos en Braille; no se garantiza la accesibilidad a las personas sordas si no hay intérpretes de lengua de signos en las celebraciones litúrgicas y si no hay confesores capaces de confesar en lengua de signos; o no hay accesibilidad para las personas con discapacidad intelectual si no se emplean textos en lectura fácil o si las homilías no utilizan un lenguaje claro, sencillo y accesible para todos (lo que, por lo demás, beneficiaría no sólo a las personas con discapacidad intelectual).

El documento reclama, por lo demás, una plena participación de las personas con discapacidad en la vida y el gobierno de la Iglesia. En especial, han de participar en aquellos organismos que se ocupen específicamente de la discapacidad. “Nada para las personas con discapacidad sin las personas con discapacidad”: este lema, que ha guiado a la mayor parte de los movimientos de personas con discapacidad desde hace más de cincuenta años, se refleja también en el texto, y es enteramente razonable, pues son las personas con discapacidad las que mejor conocen sus propias necesidades y demandas.

Nos encontramos, pues, ante un nuevo reto para la Iglesia: la plena inclusión de las personas con discapacidad en su acción pastoral. Y el objetivo no es, por supuesto, que exista una pastoral especializada para las personas con discapacidad, ni mucho menos pastorales especializadas en los distintos tipos de discapacidad, sino que se preste atención a las personas con discapacidad en la pastoral ordinaria de la Iglesia. 

Ahora bien, para lograr ese objetivo creo que sería muy necesaria la creación, en los diferentes niveles de gobierno, de secciones u organismos específicamente dedicados a la discapacidad (delegaciones episcopales en las diócesis, al menos en las más importantes, comisiones en las conferencias episcopales, etc.), pues es mucho el trabajo por hacer: es preciso potenciar la accesibilidad en los diversos ámbitos, hay que transmitir el nuevo paradigma del que hemos hablado en estas líneas a todos los sacerdotes y también a los laicos, etc.

Pero se trata de un reto apasionante, que, además de formar parte integrante de la nueva evangelización, constituirá un mensaje patente y vivo contra la “cultura del descarte” tantas veces denunciada por el Papa Francisco.

En último término, incluir a las personas con discapacidad no significa otra cosa que asumir las plenas consecuencias de la universalidad de la redención obrada por Cristo.

En este sentido, el documento cita acertadamente la frase de Gaudium et Spes, n. 22: “El Hijo de Dios con su encarnación se ha unido, en cierto modo, con todo hombre”. Jesucristo se ha unido también con la discapacidad, que es una característica de la condición humana.

El autorAntonio-Luis Martínez-Pujalte

Doctor en Derecho por la Universidad de Valencia y Profesor Titular de Filosofía del Derecho de la Universidad Miguel Hernández de Elche.

Vaticano

El Papa pide la paz durante la bendición Urbi et Orbi

Rome Reports·26 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

Los lugares que sufren guerras y desastres fueron protagonistas de las palabras del Ángelus papal el domingo 25 de diciembre de 2022.

En la bendición Urbi et Orbi, tradicional del día de Navidad, Francisco pidió redescubrir el sentido de la Navidad. Dijo que el significado de estas fiestas está “anestesiado por el consumismo”.


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Mundo

Cardenal Mendonça a los jóvenes: “La vida es un desperdicio si vivimos a medio gas”

El camino hacia la JMJ 2023 continúa y ahora comienzan a publicarse unos vídeos en los que el cardenal Mendonça habla con jóvenes de distintos países acerca de la Iglesia, la juventud y la JMJ.

Paloma López Campos·26 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

El cardenal José Tolentino Mendonça es prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación. Además de poeta y ensayista, es especialista en Estudios Bíblicos. Su labor intelectual se centra esencialmente en la relación entre el cristianismo y la cultura.

Desde la organización de la JMJ, promueven que el cardenal Mendonça entable conversaciones con jóvenes de distintas nacionalidades para tratar diversos temas. El primer vídeo de estos diálogos ya está disponible.

El tiempo de espera

Los primeros jóvenes que se han encontrado con el cardenal son Sara y David, del comité organizador local y del comité organizador diocesano respectivamente. Durante la conversación, el cardenal ha hablado sobre cómo deben vivir los jóvenes la Navidad: “La Navidad nos pide un progresivo camino interior, de escucha, de atención, disponibilidad para encontrarnos con nosotros mismos y disponibilidad para el encuentro con la Palabra de Dios”.

Mendonça habló de la importancia de la espera. “¿Quién espera? El que sabe que le falta algo. Todos tenemos que sentir que estamos incompletos, que nuestra vida no es autosuficiente, por eso nos paramos y esperamos”. El tiempo de Adviento es el que “nos prepara para la espera, que también es una forma de esperanza”.

Los cristianos, nos dice el cardenal, “no esperamos cosas inmediatas. Esperamos al Príncipe de la Paz. Esperamos al Señor de nuestra vida, al Señor de la historia, que da sentido a lo que somos y a lo que construimos”.

A la espera del Adviento se une, este año, la anticipación por la JMJ 2023 en Lisboa. En esta espera que precede al encuentro entre el Papa y los jóvenes, dice Mendonça, “ya estamos felices, porque el corazón está ya proyectado en este gran momento que se vive en el corazón y marcará a todos los participantes”. Esto debe llenarnos de ilusión porque “es muy hermoso pensar en una comunidad global que nos saca de la soledad y nos da la alegría de estar unos con otros para confirmar nuestra esperanza”.

La JMJ y su eficacia transformadora

Es fácil preguntarse cómo pueden cambiar los corazones en unos pocos días. El cardenal cree que la JMJ puede ser más que un evento puntual si “en la preparación nos invertimos seriamente y aprovechamos este tiempo como un momento para el crecimiento, el descubrimiento y la profundización en la fe”. También podemos aprovechar para unirnos más a la Iglesia y tomar conciencia de que “somos Iglesia”.

Citando al Papa, Mendonça considera que “los jóvenes deben ser los nuevos poetas de la historia. Si en este tiempo nos descubrimos protagonistas de la historia, si caemos en la cuenta de que somo sel rostro de Cristo, el encuentro con el Santo Padre no será el punto de llegada sino un punto de partida gigante que nos puede proyectar en muchas dinámicas creativas que, sin duda, marcarán el comienzo de una nueva era”.

El encuentro con Cristo

La JMJ implica un encuentro con Cristo porque “para la Iglesia las grandes reuniones son encuentros con Él. Eso es lo que marca la diferencia para nosotros, porque a través de la fe miramos a la vida y al mundo con otros ojos”.

“Cuando miramos en lo profundo” dice el cardenal, “vemos que es Jesús el protagonista de la historia y nos da audacia y coraje. Cristo es el trampolín de nuestros sueños, llena nuestros corazones de deseos”.

Este arrojo de los jóvenes tiene que llevar a que no sean repetidores, sino que se dediquen a recrear, soñando con “un mundo de amor que no es imposible. Lo que escuchamos a Jesús en el Evangelio es posible, empezando por la vida de cada uno”.

La clave de esto, dice Mendonça sin ponerlo en duda, “es Cristo y, por eso, es tan importante que en este tiempo de preparación, el descubrimiento de Cristo y de su Palabra sea el centro de todo”. Esto implica que “antes de reservar un viaje a Lisboa tenemos que aceptar que en nuestra vida venga con nosotros ese acompañante de Emaús, ese acompañante de viaje que es Jesús”.

Santa María y los jóvenes

“María es nuestra maestra, en el sentido de que nos enseña el arte de esperar”. Santa María deja “una huella en nuestro corazón”. Los jóvenes pueden fijarse en tres actitudes fundamentales que nos enseña la Madre de Dios.

“La primera es la escucha que ella hace del plan de Dios”. María le entrega a Dios su atención, “abre su corazón a este encuentro con el Señor”. Del mismo modo, los jóvenes tienen que escuchar lo que Dios les dice “porque Él tiene un plan en el que tú eres el protagonista”.

En segundo lugar, encontramos “la capacidad de María para decir que sí, para comprometerse”. Nuestra Madre “nos da fuerza para enamorarnos”. Ella nos recuerda que “la vida es un desperdicio si vivimos a medio gas”.

Por último, podemos aprender mucho sobre “el temperamento de María”. Su forma de andar, de escuchar, su prisa… “Ella se sumerge en su historia” y esto es un signo del “joven corazón de María”. La Madre de Dios, con su actitud, “empuja la historia hacia adelante. Ella va rápido porque su corazón está lleno de amor”.

Jóvenes amados por Cristo

“Cuando tenemos algo grande en el corazón, no podemos contenernos, reventamos si no contamos lo que llevamos dentro”. Dice el cardenal que esto es lo que debe compartir con alegría cada joven al darse cuenta de que Cristo le ama: “Cristo está en mi vida, el Evangelio está vivo en mí”.

Este convencimiento hace de todos jóvenes misioneros y “Lisboa es el lugar para que estemos todos juntos diciendo: queremos, soñamos, estamos aquí, tenemos esta noticia para anunciar al mundo”. Así, el viaje a Lisboa será una “explosión de esperanza que tanto necesita el mundo”.

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FirmasSantiago Leyra Curiá

Europa y España en Menéndez Pelayo

La idea de España de Marcelino Menéndez Pelayo pasaba por un profundo amor a su pueblo dentro de la riqueza de pertenecer a un mundo mayor y abierto.

26 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

“Cuando publicó en 1877 su “Epístola a Horacio”, el joven Marcelino Menéndez Pelayo (1856/1912) añoraba unos pueblos de Europa unidos por el arte y la palabra, labrando la belleza con mano y corazón cristianos, como aquellos pueblos mediterráneos que habían promovido la cultura renacentista. Catorce años después, veía en el Renacimiento “la época más brillante del mundo moderno, por haber alcanzado la definitiva fórmula estética, superior en algunos casos a la de la antigüedad, en las obras de artistas como Rafael, Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Miguel de Cervantes, Fray Luis de León…” (discurso de ingreso en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas)”

Frente a quienes veían concordancia entre los postulados iniciales del Renacimiento y el protestantismo, afirmaba que “la gran tormenta de la Reforma había nacido en los claustros nominalistas de Alemania, no en las escuelas de letras humanas de Italia”. Y confesaba que no le podía acercar a los pueblos del norte de Europa “la Reforma, hija ilegítima del individualismo teutónico” que había significado el fin de la unidad europea (Historia de los heterodoxos españoles y La ciencia española).

De todos modos, no dejó de admirar “el maravilloso Canto de la Campana, de Schiller, el más religioso, el más humano y el más lírico de los cantos alemanes, y quizá la obra maestra de la poesía lírica moderna”. También se estremeció al leer la carta en la que Schiller decía a Goethe que “el cristianismo es la manifestación de la belleza moral, la encarnación de lo santo y lo sagrado en la naturaleza humana, la única religión verdaderamente estética”. Y, sobre el propio Goethe, recordó que había sido el introductor de la expresión “literatura universal, que él inventó y en virtud del cual debemos llamarle ciudadano del mundo”. De manera semejante, se detuvo ante las obras de las figuras más representativas del siglo de oro de la literatura alemana, como las de Winckelmann, Lessing, Herder, Fichte, los Humboldt y Hegel, “que enseña hasta cuando yerra… cuyo libro (sobre Estética) respira e infunde amor a la belleza inmaculada y espiritual”. Como se admiraría ante la literatura de Inglaterra, “uno de los pueblos más poéticos de la tierra” (Historia de las ideas estéticas en España, 1883/1891).

¿Cómo veía Menéndez Pelayo a España en esa Europa? 

Consideraba que el valenciano Juan Luis Vives había sido “el pensador más genial y equilibrado del Renacimiento”, “el escritor más completo y enciclopédico de aquella época”. Y veía en Vives el más comprometido con la Europa de su tiempo, que “contempló a Cristo como Maestro de la paz, para quien le escucha y para quien no le escucha, por su acción en lo íntimo de las conciencias”, a aquel que movido “por el amor a la concordia de todos los pueblos de Europa”, viéndola tan dividida, se había dirigido al emperador y a los reyes Enrique VIII y Francisco I, para recordarles que su división facilitaba las piraterías de Barbarroja y los asaltos turcos (Antología de Poetas líricos castellanos).

Coincidía con otro español, Jaume Balmes, autor de “El protestantismo comparado con el catolicismo en sus relaciones con la civilización europea”, donde el escritor catalán había discrepado abiertamente de Guizot, autor de la “Historia general de la civilización en Europa”. Para Guizot, catolicismo y protestantismo se hallaban en pie de igualdad, pues habían jugado un papel semejante en la configuración de Europa; desde su visión calvinista, pensaba Guizot que la Reforma protestante había incorporado a Europa un movimiento expansivo de la razón y la libertad humana.

Por su parte, Menéndez Pelayo consideraba probado por Balmes que aquella Reforma, iniciada con las ideas del libre examen, el servo arbitrio y la fe sin obras, había supuesto una desviación del majestuoso recorrido de la civilización europea: “… lo probó… comenzando por analizar la noción del individualismo y el sentimiento de la dignidad personal, que Guizot consideraba característico de los bárbaros, como si no fuese legítimo resultado de la magna instauración, transformación y dignificación de la naturaleza humana, traída por el cristianismo” (Dos palabras sobre el centenario de Balmes). 

Partía de que “el ideal de una nacionalidad perfecta y armónica no pasa de utopía… Es preciso tomar las nacionalidades como las han hecho los siglos, con unidad en unas cosas y variedad en muchas más, y sobre todo en la lengua” (Defensa del Programa de Literatura Española). Y de cómo el espíritu español, que había ido emergiendo a lo largo de la Reconquista, era “uno en la creencia religiosa, dividido en todo lo demás, por razas, por lenguas, por costumbres, por fueros, por todo lo que puede dividir a un pueblo” (Discurso de ingreso en la Real Academia Española).

En sus obras sobre la historia de la cultura española, no se limitó a los escritos en el español común, la lengua castellana, a la que no dejó de considerar “la única entre las modernas que ha logrado expresar algo de la idea suprema” y en la que se escribió “la epopeya cómica del género humano, el breviario eterno de la risa y de la sensatez”.

Pues, considerando a España nación rica y varia en lenguas, vería en el mallorquín Ramón Llull, “al primero que hizo servir la lengua vulgar para las ideas puras y las abstracciones, al que separó de la lengua provenzal la catalana, haciéndola grave, austera y religiosa” (Discurso de entrada en la RAE en 1881).

Habiendo iniciado sus estudios universitarios en Barcelona, conocía esa lengua catalana en la que llegaría a pronunciar, años más adelante, un discurso ante la reina regente María Cristina. Y, en su “Semblanza de Milá y Fontanals” recordaría que “fueron los poetas los primeros que, comprendiendo que nadie puede alcanzar la verdadera poesía más que en su propia lengua, volvieron a cultivarla artísticamente con fines y propósitos elevados”.

Alfredo Brañas, en “El regionalismo”, recuerda cómo en el orden literario Cataluña había conseguido la más alta representación de las letras hispanas en el año 1887. En ese año, el poeta catalán Federico Soler había obtenido el premio de la Real Academia Española a la mejor obra dramática representada en los teatros de España. Comenta Brañas que, antes de su adjudicación, mientras algunos académicos opinaban que sólo debería concederse el premio a obras representadas en los teatros de la Corte, otros, como Menéndez Pelayo, consideraron que debería estar abierto a los dramaturgos de todas las regiones españolas.

En su “Antología de poetas líricos castellanos”, Menendez Pelayo dedicó estimables páginas a la poesía gallega medieval y enjuiciaría, en sendos informes y con recto criterio, el “Diccionario gallego-castellano” de Marcial Valladares y el “Cancionero popular gallego” de José Pérez Ballesteros. En la misma Antología, elogiaría a Valencia porque “estaba predestinada para ser bilingüe… pues no abandonó nunca la lengua nativa”. Y, en carta de 6 de octubre de 1908, diría a Carmelo Echegaray: “mi biblioteca que, gracias a usted, va siendo de las más ricas en este interesante ramo (libros vascos), tan difíciles de coleccionar fuera del país éuscaro…”.

En otra carta, dirigida a la revista “Cantabria” (28/11/1907), Menéndez Pelayo habría de dejar escrito que “no puede amar a su nación quien no ama a su país nativo y comienza por afirmar este amor como base para un patriotismo más amplio. El regionalismo egoísta es odioso y estéril, pero el regionalismo benévolo y fraternal puede ser un gran elemento de progreso y quizá la única salvación de España”.

El autorSantiago Leyra Curiá

Académico correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España.

Vaticano

El Papa vuelve su mirada a los más vulnerables en el Ángelus del día de Navidad

"Volvamos a Belén" ha destacado el Papa en su alocución en este Ángelus de un especial domingo en el que la Iglesia celebra la Solemnidad del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. Una vuelta a Belén que significa volver la mirada a quienes más sufren en la actualidad.

Maria José Atienza·25 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Una soleada mañana ha acompañado el Ángelus del Papa en este domingo de Navidad. desde el balcón de la basílica de san Pedro, el Papa Francisco se ha dirigido a los fieles animando a vencer «el letargo del sueño espiritual y las falsas imágenes de la fiesta que hacen olvidar quién es el homenajeado». Una alocución marcada por el recuerdo a la falta de paz en el mundo y esas naciones golpeadas por la guerra.

«Volvamos a Belén, donde resuena el primer vagido del Príncipe de la paz. Sí, porque Él mismo, Jesús, es nuestra paz; esa paz que el mundo no puede dar y que Dios Padre dio a la humanidad enviando a su Hijo», ha continuado el Santo Padre.

Francisco ha querido recordar que seguir el camino de la paz marcado por Jesús presupone abandonar los lastres del «apego al poder y al dinero, la soberbia, la hipocresía, la mentira. Estas cargas imposibilitan ir a Belén, excluyen de la gracia de la Navidad y cierran el acceso al camino de la paz. Y, en efecto, debemos constatar con dolor que, al mismo tiempo que se nos da el Príncipe de la paz, crudos vientos de guerra continúan soplando sobre la humanidad».

Naciones en guerra

El Papa ha señalado los nuevos rostros del Niño de Belén: «que nuestra mirada se llene de los rostros de los hermanos y hermanas ucranianos, que viven esta Navidad en la oscuridad. (…)Pensemos en Siria, todavía martirizada por un conflicto que pasó a segundo plano pero que no ha acabado; pensemos también en Tierra Santa, donde durante los meses pasados aumentaron la violencia y los conflictos, con muertos y heridos. Imploremos al Señor para que allí, en la tierra que lo vio nacer, se retome el diálogo y la búsqueda de confianza recíproca entre israelíes y palestinos».

Una de las regiones, visitadas recientemente por el Papa y que ha formado parte de su recuerdo en este día ha sido Oriente Medio. Francisco ha continuado pidiendo que «el Niño Jesús sostenga a las comunidades cristianas que viven en todo el Oriente Medio, para que en cada uno de esos países se pueda vivir la belleza de la convivencia fraterna entre personas pertenecientes a diversos credos. Que ayude en particular al Líbano, para que finalmente pueda recuperarse, con el apoyo de la comunidad internacional y con la fuerza de la fraternidad y de la solidaridad. Que la luz de Cristo ilumine la región del Sahel, donde la convivencia pacífica entre pueblos y tradiciones se ve perturbada por enfrentamientos y violencia. Que oriente hacia una tregua duradera en Yemen y hacia la reconciliación en Myanmar y en Irán, para que cese todo derramamiento de sangre».

Tampoco ha querido el Papa olvidar su continente de origen, América, en el que algunos países viven momentos de incertidumbre y desestabilización social como Nicaragüa o Perú. El Papa ha elevado sus plegarias pidiendo que Dios «inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad en el continente americano, a esforzarse por pacificar las tensiones políticas y sociales que afectan a varios países; pienso particularmente en el pueblo haitiano, que está sufriendo desde hace mucho tiempo».

Mirantes y hambrientos

Asimismo, ha hecho una comparación entre el significado de Belén, «Casa del pan», señalando «las personas que sufren hambre, sobre todo los niños, mientras cada día se desperdician grandes cantidades de alimentos y se derrochan bienes a cambio de armas». En este punto, se ha detenido en las consecuencias de la guerra en Ucrania que «ha agravado aún más la situación, dejando poblaciones enteras con riesgo de carestía, especialmente en Afganistán y en los países del Cuerno de África. Toda guerra —lo sabemos— provoca hambre y usa la comida misma como arma, impidiendo su distribución a los pueblos que ya están sufriendo». En una jornada en la que muchas familias se reúnen en una mesa especial, el Papa ha pedido que «la comida no sea más que un instrumento de paz».

Por último, el Papa, ha señalado a «tantos migrantes y refugiados que llaman a nuestra puerta en busca de consuelo, calor y alimento. No nos olvidemos de los marginados, de las personas solas, de los huérfanos y de los ancianos que corren el riesgo de ser descartados; de los presos que miramos sólo por sus errores y no como seres humanos».

El Santo padre ha concluido pidiendo que nos dejemos «conmover por el amor de Dios y sigamos a Jesús, que se despojó de su gloria para hacernos partícipes de su plenitud».

Tras las palabras, el Papa ha dado la bendición Urbi et orbi a todos los presentes en la plaza de san Pedro y a quienes han seguido esta bendición a través de los diversos medios de comunicación.

Vaticano

El Papa en la misa de Navidad : «Ayúdanos a dar carne y vida a nuestra fe»

¿Dónde buscar el sentido de la Navidad? Esta fue la pregunta alrededor de la que ha girado la homilía del Papa Francisco en la que ha sido su décima celebración de la Misa de la Natividad del Señor.

Maria José Atienza·25 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

La basílica de san Pedro volvió a acoger a los cientos de personas, entre ellas muchos niños, y decenas de sacerdotes que acompañaron al Santo Padre en la celebración eucarística.

El Papa quiso volver su mirada al pesebre, señalándolo como el lugar en el que encontramos el verdadero sentido de la navidad, que a veces se ahoga entre regalos y adornos. “Para encontrar el sentido de la Navidad, hay que mirar allí (al pesebre). Pero, ¿Por qué es tan importante el pesebre? Porque es el signo, no casual, con el que Cristo entra en la escena mundial». Y del pesebre, el Papa señaló tres significados sobre los que reflexionar: cercanía, pobreza y concreción.

En cuanto a la proximidad, el Papa señaló que “el pesebre sirve para acercar la comida a la boca y consumirla más rápidamente. Una idea que recuerda la voracidad del mundo, ávido de comodidades y dinero. Por el contrario, “en el pesebre del rechazo y la incomodidad”, prosiguió el Papa.

“Dios se acomoda: llega allí, porque allí está el problema de la humanidad, la indiferencia generada por la voraz prisa por poseer y consumir. Cristo nace allí y en ese pesebre lo descubrimos cerca”.

Sobre la pobreza del pesebre, apuntó el Papa, “el pesebre nos recuerda que no tenía a nadie más a su alrededor que a quienes le amaban”. Una realidad que “pone así de manifiesto las verdaderas riquezas de la vida: no el dinero y el poder, sino las relaciones y las personas. Y la primera persona, la primera riqueza, es el propio Jesús”.

Y por último, el Papa se detuvo en la concreción que supone la entrada de Cristo en la historia del hombre. En un niño concreto, en una tierra y un año concreto: “Desde el pesebre hasta la cruz, su amor por nosotros fue tangible, concreto: desde el nacimiento hasta la muerte, el hijo del carpintero abrazó la rudeza de la madera, la rudeza de nuestra existencia”.

“Jesús, te miramos a Ti, acostado en el pesebre. Te vemos tan cerca, siempre cerca de nosotros: gracias, Señor. Te vemos pobre, enseñándonos que la verdadera riqueza no está en las cosas, sino en las personas, especialmente en los pobres: perdónanos, si no te hemos reconocido y servido en ellos. Te vemos concreto, porque concreto es tu amor por nosotros: Jesús, ayúdanos a dar carne y vida a nuestra fe” concluyó el Papa.

Durante la celebración, el Santo Padre renovó la costumbre de la adoración a la imagen del Niño Jesús y se detuvo, especialmente recogido, ante el pesebre instalado en el interior de la basílica petrina.

Recursos

Navidad en clausura

Varias monjas de clausura cuentan su preparación durante el Adviento y cómo viven ellas la Navidad desde su entrega contemplativa.

Paloma López Campos·25 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

La Navidad es un tiempo que todos vivimos de manera especial, pero ¿cómo se vive en clausura? ¿Es muy distinta la celebración entre los muros que la celebración en las calles? ¿Cómo se preparan las personas consagradas para la venida de Cristo?

Las clarisas reparadoras

Las monjas clarisas reparadoras del convento de san José (Ourense) cuentan cómo viven ellas estas fiestas tan especiales.

¿Cómo se preparan en clausura para el nacimiento de Cristo?

– «Nos preparamos, en primer lugar, con la Palabra de Dios contenida en las lecturas del oficio Divino, la Sagrada Escritura, los Sacramentos… Año tras año nos centramos en profundizar en estos riquísimos textos para acercarnos a la comprensión insondable del misterio de la Natividad de Cristo».

En las calles todo se llena de luces, música, escaparates llamativos… ¿Cómo podemos volver la mirada a lo importante en este tiempo litúrgico?

– «Todas esas manifestaciones de luces, sonido, villancicos, regalos, dulces…, son signos que nos hablan de un acontecimiento. Desde la fe, el más importante. Dios se acerca al hombre tomando nuestra naturaleza para salvarnos. Nos despierta tremendamente la forma en que lo hace: nace en una cueva de pastores, muere (o mejor dicho, lo matamos) en una cruz. ¿Por qué? “Contempladlo y quedaréis radiantes”.

¿Cambian las actividades y el horario que tienen en el convento cuando llega el Adviento y la Navidad?

– «En estas fechas se hace necesaria una remodelación del horario habitual que haga compatible el trabajo con nuestras obligaciones de vida contemplativa. Es la repostería, particularmente “el panettone” dulce de gran aceptación en estos momentos, el que obliga a esta adaptación».

¿Cuál es, desde vuestra perspectiva, el aspecto más importante de la Navidad?

– «Desde nuestra perspectiva y la de cualquier cristiano, sin duda, es la fe, único medio de ver a Dios, el aspecto más importante. Todo cobra su sentido desde la fe. Por supuesto, hacemos fiesta como en cualquier hogar que vive con esperanza, porque hasta este punto amó Dios al hombre y Dios no defrauda».

¿Tienen alguna recomendación que nos puedan hacer para prepararnos para acoger a Cristo?

– «Volver a la “Palabra de Dios” meditarla, orarla, es nuestra sugerencia. Por ejemplo:

a) Leer No 3-4 de la Constitución Dogmática Dei Verbum sobre la divina revelación del Concilio Vaticano II.

b) No 48 de la Constitución Dogmática Lumen Gentium sobre la Iglesia del Concilio Vaticano II

c) Leer el libro de la Sabiduría en la Biblia.

d) Capítulo 12 de la Carta a los Romanos de San Pablo.

e) Finalmente “ORAR”, orar sin cesar. Pero ¿cómo? Cuando no es posible hacerlo de otra forma, con el “deseo”. “Todo mi deseo está en tu presencia”. Si no quieres dejar de orar, no interrumpas el deseo».

Segundo Monasterio de la Visitación

Por otro lado, las monjas de la Visitación cuentan que su “labor es pedir por las vocaciones en general, y por el mundo tan ateo como hoy día, lamentablemente, estamos padeciendo. El Adviento para nosotras es un tiempo de más recogimiento, ante la venida de nuestro Salvador y Redentor. La alegría que invade nuestros claustros no se puede comparar en nada con las fiestas de bullicio y de poco o nada que recuerden estas fechas».

Mercedarias de Cantabria

Desde el monasterio Santa María de la Merced en Cantabria, también han querido compartir su experiencia:

«En un convento de vida contemplativa, el tiempo de Adviento y Navidad, sin cambiar esencialmente nada, se vive como un amanecer, con una alegría y esperanza nueva. Se prepara la cuna y la canastilla del Niño que viene, a base de actos personales de virtud , oraciones, servicios fraternos, etc. La liturgia se vive con mayor intensidad, uniéndonos a la gran espera del pueblo de Israel, a la ansiedad urgente de nuestro mundo que, aún sin darse cuenta, está suspirando por un «Salvador o Libertador».

Toda esta ansia universal se hace viva en nuestra oración personal, comunitaria, litúrgica. El canto gregoriano de las antífonas de la «O» en la espera inmediata de la Navidad crean un clima de alegre espera y de silencio expectante que empapa toda nuestra vida cotidiana fraterna. También materialmente adornamos nuestro conventito con murales de Adviento, con suspiros oracionales de «Marana tha«, «Ven Señor Jesús», con música navideña para despertar por la mañana, etc.

Para nosotras lo más importante de la Navidad es que vivimos el Nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios, que toma nuestra naturaleza humana para salvarnos y darnos ejemplo de vida. Es un hecho asombroso, de un amor infinito que llega a tal anonadamiento por puro amor al hombre caído, a cada uno de nosotros, que nos llena de asombro amoroso y nos lleva a una alegría y gratitud desbordante que se traduce en el ambiente coral, fraterno y también en «extras» de alimentación. Pues, como decían los monjes antiguos, las fiestas «en la Misa y en la mesa».

Todo ello nos lleva a compartir espiritual, litúrgica y materialmente con nuestros hermanos, con nuestras ayudas a personas necesitadas, con atender a visitas y llamadas telefónicas, tratando de compartir nuestra fe, nuestra alegría, nuestra gratitud al Dios Amor hecho Niño en Belén.

Mucha pena nos da el que en muchas familias se va apagando la fe y la alegría navideña cristiana y se va cambiando por fiestas paganas en las que ya no se recuerda el motivo de estas fiestas. Nuestro deseo y recomendación a las familias cristianas es que no se dejen arrastrar por corrientes que nada de bueno y profundo pueden aportar y que la unidad familiar se fortalece más alrededor de una mesa  de hogar con villancicos, el Nacimiento y el calor de familia, que con tantos sucedáneos ofrece el mundo de hoy y no llevan a mejorar nuestra sociedad.

 A todos deseamos que el Niño Dios nazca y crezca en vuestros corazones, en vuestras familias, en vuestras Parroquias y en vuestro ambiente social. ¡FELIZ NAVIDAD JUNTO AL NIÑO JESÚS; MARÍA Y JOSÉ!»

Navidad para todos

Las monjas en clausura nos recuerdan la importancia de fijar la mirada en lo esencial durante estos días de fiesta, recordando siempre que lo que estamos celebrando es el nacimiento de Jesucristo. La vida en clausura puede invitarnos a preguntarnos, junto a  san Juan Pablo II: “¿Cómo ha nacido Cristo? ¿Cómo ha venido al mundo? ¿Por qué ha venido al mundo?” (Audiencia general, 27 diciembre 1978). El mismo Pontífice nos da la respuesta: “Ha venido al mundo para que lo puedan encontrar los hombres; los que lo buscan. Al igual que lo encontraron los pastores en la gruta de Belén. Diré más todavía. Jesús ha venido al mundo para revelar toda la dignidad y nobleza de la búsqueda de Dios, que es la necesidad más profunda del alma humana, y para salir al encuentro de esta búsqueda”.

Cultura

Tradiciones de Navidad en Lituania y Polonia

Las fechas navideñas siguen siendo en Lituania un momento privilegiado de vivencia de las tradiciones. El influjo de la vecina Polonia y la cristianización de antiguas costumbre son claves en muchas de estas costumbres que, cada año, las familias lituanas reviven en torno a la Natividad de Nuestro Señor.

Marija Meilutyte·24 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 9 minutos

Polonia y Lituania comparten algunas de las tradiciones navideñas más extendidas. La vigilia del día 24 de diciembre y el 25 se encuentran jalonadas de diversas manifestaciones de cariño, fe y devoción, tan enraizadas en ambos pueblos que, siglos después y tras múltiples avatares históricos, siguen estando presentes en las familias polacas y lituanas.

Lituania: De los kalėdaičiai a los 12 platos de Nochebuena

Para entender las costumbres lituanas en torno a la Nochebuena y la Navidad hay que entender dos cosas. Por una parte, que el cristianismo llegó a Lituania desde dos direcciones: desde Oriente, es decir, Bizancio a través de los eslavos orientales, y desde Occidente, es decir, Roma a través de los germanos y los eslavos occidentales, sobre todo los polacos. Por otra, que Lituania fue una de las últimas naciones en cristianizarse de Europa, en el siglo XIV, por lo que en muchas de estas tradiciones el paganismo y el cristianismo se entremezclan.

La palabra que se utiliza para denominar la Navidad, Kalėdos, tiene su origen en el eslavo oriental коляда, derivado del eslavo eclesiástico kolęda, que a su vez procede del latín kalendae a través de los griegos bizantinos. Kalendae se refiere al primer día de cada mes en el antiguo cómputo romano y en el eclesiástico. Todavía hoy se denomina «calenda» o anuncio de la Navidad al texto del «martirologio romano» que resume la historia de la humanidad y las esperanzas de la salvación, que encuentran su cumplimiento en Cristo.

La palabra que se utiliza para denominar la Nochebuena, Kūčios, tiene su origen en el eslavo oriental kuтя (ucraniano: кутя, ruso antiguo: кутья). Su lugar de nacimiento es Bizancio, no Roma y se relaciona con Kūčia, un plato elaborado con cereales (trigo, cebada, centeno, etc.) mezclados con agua endulzada con miel. Este plato también es tradicional en Bielorrusia y Ucrania.

En la época precristiana en torno al solsticio de invierno se conmemoraba a los muertos y también se celebraban algunos ritos relacionados con la cosecha. Por ejemplo, el plato Kūčia servía para alimentar los espíritus de los antepasados. De este culto a los antepasados queda todavía la tradición de dejar la mesa de Nochebuena sin tocar durante la noche para que las almas de los difuntos puedan darse un festín o rezar por los difuntos en la oración de bendición de la mesa, especialmente por los fallecidos en ese año.

Otra costumbre pagana posteriormente cristianizada es poner heno o paja debajo del mantel: en origen era para que los muertos descansaran, hoy se pone en recuerdo del pesebre donde fue depositado el Niño Jesús tras su nacimiento.

La cena de Nochebuena

Muchas de las tradiciones propiamente cristianas llegaron a través de Polonia, por lo que en la actualidad los lituanos y los polacos comparten muchas de estas costumbres.

La cena de Nochebuena comienza con una oración, normalmente dirigida por el cabeza de familia. Después de la oración se comparten los kalėdaičiai: obleas alargadas decoradas con imágenes del Nacimiento de Jesús. Cada una de las personas ofrece su kalėdaitis a otro de los presentes mientras le bendice y le desea algo para el próximo año; cuando todos los comensales han intercambiado un trozo de la oblea empieza la cena. Normalmente, estas obleas se venden en las iglesias desde el comienzo del Adviento, tras haber sido bendecidas por los sacerdotes. Si una persona no va a celebrar la Nochebuena en Lituania, sus familiares se encargan de enviarle los kalėdaičiai para que no falten en su mesa.

Las obleas simbolizan el cuerpo de Jesucristo, ya que la celebración de la Nochebuena reúne la mesa de la Última Cena de Cristo y el pesebre de Belén.

Los kalėdaičiai son un recuerdo de esto, nos hablan del Pan Vivo hecho carne; partir e intercambiar un trozo de la oblea simboliza la comunión de los cristianos con y en Jesucristo.

En la mesa de Nochebuena tiene que haber doce platos (entiéndase platos como doce cosas distintas de comida), según la interpretación cristiana, en honor a los doce apóstoles que se sentaron a la mesa de la Última Cena.

Tanto en Polonia como en Lituania el tiempo de Adviento es un tiempo de abstinencia y, en la tradición más estricta, el día 24 de diciembre es un día de “abstinencia seca”, es decir, no solo no se puede tomar carne, sino tampoco productos lácteos o huevos. Por esto, la mayoría de los platos son a base de pescado, sobre todo de arenque, setas y verduras.

Entre las bebidas típicas se encuentran el aguonpienas (leche de semilla de amapolas), hecha con agua, azúcar y semillas de amapolas trituradas y el kisielius (kisel) bebida a base de bayas o frutas a la que se añade almidón de patata o de maíz, por lo que la bebida tiene una consistencia muy espesa.

En la mesa de Nochebuena no pueden faltar los kūčiukai, pequeñas bolitas hechas de harina, levadura y semilla de amapolas que se hicieron especialmente popular tras la restauración de la Independencia, cuando comenzaron a celebrarse de nuevo libremente las fiestas navideñas.

Una curiosa herencia de la época soviética es se popularizó la ensaladilla rusa, que en Lituania se conoce como la ensaladilla blanca o ensaladilla casera, como plato del día de Navidad. La razón era que se hacía con guisantes en conserva y mayonesa que eran alimentos difíciles de encontrar y, por tanto, se consideraban artículos de lujo.

Todavía hoy, en la mayoría de las familias se siguen observando estas tradiciones y la Navidad es un tiempo de fuerte vivencia cristiana en el país.

Polonia. La Misa de los pastores y el pan compartido

Texto: Ignacy Soler

Era y todavía hoy es una expresión usada, que todas las fiestas se conocen por sus vísperas. En Polonia la nochebuena se conoce con el nombre de Vigilia y tiene unas costumbres muy arraigadas en cualquier familia, creyente o no.

La Navidad es la fiesta del nacimiento de un Niño en el cual los cristianos reconocemos al Hijo de Dios, al Dios hecho hombre para nuestra salvación. Para muchos la Navidad no es ya una fiesta cristiana, pero siguen siendo unos días de la afirmación de la bondad de la vida humana, especialmente del recién nacido: un don para la familia, el país y todo el mundo. Cada niño es un alguien único, irrepetible, una novedad que hace distinto todo lo demás. Además la Navidad es tiempo para desearnos mutuamente paz, alegría, felicidad, un mundo mejor, sin guerras, sin penas y males: la utopía de un mundo inalcanzable para los humanos de todos los tiempos. Pero lo que el hombre no puede, lo puede Dios.

La Vigilia de Navidad, como indica su nombre nos invita a estar vigilantes y preparados para la celebración. La Nochebuena empieza en las casas polacas frecuentemente cubiertas en esos días de fría y blanca nieve, con la cena de la Vigilia al aparecer la primera estrella, a eso de las cinco de la tarde. Todos se sientan en la mesa común después de un día de mucho trabajo. Desde las primeras horas de día 24 todos están involucrados en preparar la Vigilia. Unos días antes ya se ha puesto el árbol de Navidad y se le ha vestido con todas sus luces, adornos, regalos y la estrella en lo más alto. Sí no lo hubieran hecho antes, la mañana del 24 es obligatorio que luzca el Árbol navideño. El tradicional belén, sobre todo las figuras del Misterio – Jesús, María y José, también tienen tradición y arraigo pero menos que el árbol de Navidad y no tan extendido como en Italia o en países hispano hablantes.

Después de una preparación de unas cuantas horas, y no solo de la comida sino también de la casa, especialmente de la limpieza de las ventanas (esto es algo que no acabo de comprender bien, por qué motivo en Polonia se limpian a fondo las ventanas en la Víspera de la Navidad y del Domingo de Pascua), se agrupan junto a la mesa de Navidad con las mejoras galas de platos y cubiertos. Se agrupan pero no se sientan pues la Cena de la Nochebuena empieza  –  todos juntos y de pie – con la lectura del Nacimiento de Jesús según el Evangelio de san Mateo (1, 18-25) o de san Lucas (2, 1-20). Suele leerlo el padre de familia o el más pequeño.

Compartir el pan: Opłatek

A continuación viene el tal llamado Opłatek, en castellano oblea, que viene del latín oblatum – ofrenda de regalo. La oblea, también llamado pan de ángel o pan bendito, y en nuestro caso, hostia de Navidad, es una hoja de pan blanco, horneado con harina blanca y agua sin levadura, que se comparte en la mesa de Nochebuena. Todos siguen en pie y cada participante en la Vigilia toma una oblea de una bandeja preparada con ellas. Cada comensal sostiene su oblea con la mano izquierda y con la derecha parte un trozo de la oblea de otro participante, al mismo tiempo que expresa concretamente para esa persona sus mejores deseos, con palabras improvisadas, breves o largas, emotivas u oficiales, según el querer de cada uno. Y come ese pequeño trozo partido de la oblea ajena. La acción es respondida mutuamente por la otra persona. Y al final se estrechan las manos, lógicamente la derecha, que es la que está libre.

La hostia navideña es signo de reconciliación y perdón, de amistad y amor. Compartirlo al comienzo de la cena de la Vigilia de Nochebuena expresa el deseo de estar juntos, tiene una significación no sólo espiritual sino también material: el pan blanco recalca la naturaleza terrenal de los deseos, el tener y compartir. Cada uno debe ser como pan bueno y divisible, algo que se puede entregar. Tiene, lógicamente referencias con la petición en la oración del Padre Nuestro y con la Eucaristía.

La tradición de compartir (partir – con), es decir de romper mutuamente parte de la oblea o de la hostia Navideña tiene sus raíces en los primeros siglos del cristianismo. Inicialmente no tenía relación con la Navidad, era símbolo de la comunión espiritual de los miembros de la comunidad. La costumbre de bendecir el pan se llamaba eulogia (pan bendito). Con el tiempo, el pan se llevaba a la misa de Nochebuena, era bendecido y compartido. También se llevaba a los hogares de los enfermos, o los que por diversas razones no estaban en la iglesia, o se enviaba a familiares y amigos. La práctica de celebrar la eulogia, popular en los primeros siglos del cristianismo, comenzó a desaparecer en el siglo IX bajo los decretos de los sínodos carolingios, que querían evitar la confusión entre el pan consagrado (la Eucaristía) y el pan bendito (la eulogia).

Cena de Vigilia de Navidad

La cena de la Vigilia es una cena alegre, familiar y penitencial, sí ciertamente suena curioso pero es una cena de abstinencia de carnes. Es costumbre de ofrecer esa mortificación de no comer carne en ese día como preparación a la gran solemnidad de la Natividad del Señor. El no comer carne es algo que en Polonia sigue teniendo su importancia, pues se vive todos los viernes del año, y a los polacos les cuesta, no les es indiferente. La cena de la Vigilia consta de doce platos diversos, muchos de ellos de pescado, y todos muy bien preparados y de excelente sabor. Se empieza con la sopa, que suele ser un borsch, una sopa roja de remolacha. Después vienen los pierogi, cuyo nombre viene de la antigua raíz eslava pir-festividad, que consiste en una especie de pasta, de croqueta rellena de diferentes tipos y variedades de vegetal, tiene un cierto parecido a los ravioli italianos. Entre los pescados destaca la carpa frita. De bebida es también obligado el kompot, un tradicional jugo que se obtiene de la cocción de algunas frutas como fresas, manzanas, grosellas o ciruelas en una gran cantidad de agua a la que se añaden azúcar o pasas. Como postre no puede faltar la kutia, es una especie de pudin dulce elaborado con granos de cereal, o los makówki, un pastel hecho con granos de amapola.

En la mesa de la cena de la Vigilia debajo del mantel se suele colocar un poco de paja que recuerda el pesebre de Belén. Es también tradición dejar un lugar libre y preparado para el inesperado huésped. Es algo muy eslavo: la amable acogida al visitante, al que siempre se le invita a sentarse en la mesa común. Después de la cena toda la familia se reúne junto al árbol de Navidad donde están esparcidos bajo sus ramas los diferentes regalos. Alguien de la familia, que suele revestirse de san Nicolás, se encarga de repartirlos recitando poesías o bromas en alusión al homenajeado. Al acabar se cantan villancicos, kolenda, antiguas canciones de Navidad, de rico contenido teológico, que se cantan también en las iglesias. En algunas kolenda se habla de cómo en esta noche navideña tan especial los animales hablan con voz humana y entienden nuestro vocabulario. Quizá sea una interpretación de las palabras del profeta Isaías (1, 3): Conoce el buey a su amo, y el asno el pesebre de su dueño; Israel no me conoce, mi pueblo no recapacita.

La misa del gallo, que en Polonia se llama Pasterska, misa de los pastores, se celebra siempre a las doce de la noche. Muchas familias acuden a las iglesias, los templos están materialmente abarrotados y en las calles de las ciudades y de los campos se ve un ir y venir de coches y de luces.

La Eucaristía es el punto culminante de la celebración de la Vigilia. Antes ha habido los llamados rekolecje, ejercicios espirituales de tres días, en todas las parroquias, con la confesión al final. Hace unos meses escuché una conversación casual en la calle: ¿a dónde vas Marek? – Voy a la iglesia, a confesarme. – Pero ¿cómo es eso, si no es Navidad ni Pascua? Y es que acudir al sacramento de la penitencia en estos dos tiempos litúrgicos fuertes es también una arraigada costumbre. Ciertamente es importante la confesión frecuente, pero más importante es que por lo menos exista la confesión infrecuente de un par de veces al año. Los hechos hablan por si solos: en este país todavía se ven interminables colas para confesarse en Adviento y Cuaresma. Yo mismo he tenido la experiencia en esto días: me llamó el párroco de donde vivo y me pidió si podía esos días ayudarle a confesar. Estuvimos las tres jornadas cuatro sacerdotes dedicados a confesar durante bastantes horas. Si hay penitencia, hay sentido de pecado, hay la necesidad de un Salvador, de la venida de Jesús.

El autorMarija Meilutyte

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Un tesoro redescubierto cerca de la Navidad

Santiago Populín Such escribe para Omnes este breve cuento sobre la Navidad, muy adecuado para leer a los más pequeños de la casa.

Santiago Populín Such·24 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 5 minutos

Era una fría tarde de diciembre, la nieve cubría el patio y los quietos columpios invitaban a jugar. Faltaban cinco minutos para que sonara la campana, las vacaciones de Navidad estaban a minutos de comenzar. Todos los alumnos del cuarto curso de primaria miraban el viejo y ruidoso reloj colocado encima de la pizarra. De pronto, el profesor interrumpió sus miradas y dijo con fuerte voz: 

– La tarea para estas navidades es que realicen un escrito sobre lo que sueñan con ser de mayores. El escrito que más guste –haremos una votación entre varios profesores– ganará dos entradas para ir a la pista de patinaje sobre hielo.

Dicho esto, el reloj pasó a un segundo plano; ahora las mentes de los alumnos estaban en la pista de patinaje. La campana sonó y Tomás salió a toda prisa hacia el coche donde lo esperaba su madre. Se subió al coche junto a sus cuatro hermanos y dijo a su madre con gran ansiedad: 

– ¡Hola, mamá! ¿A que no sabes el premio que dará el profesor Luis a quien gane la mejor narración sobre lo que soñamos con ser de mayores? 

Su madre y sus hermanos lo miraron con intriga, y respondieron: 

– ¿Cuál es el premio?

– ¡Pues quien gane esa redacción recibirá dos entradas para ir a la pista de patinaje!

– ¡Impresionante!, dijo su madre con tono de sorpresa. – ¿Y ya sabes sobre qué escribirás? El año pasado soñabas con ser arqueólogo, como Indiana Jones. 

Sus hermanos mayores,  Lucía y Paco, se empezaron a reír. Sonrojado, Tomás contestó:

– Pues ya no, mamá, el año pasado era un niño, ahora ya soy mayor, me gustan otras cosas. Por ejemplo, quisiera ser ingeniero, como papá; o médico, para conducir una ambulancia; o profesor para no dar tareas a los niños; o quizá ser abogado y tener un despacho con una gran silla como la del tío Manuel.

María, su hermana de cinco años, lo interrumpió con voz de vieja emperatriz: 

– Podrías ser bombero, a ti te gusta mucho el fuego…¿verdad, mamá? 

Marta, la madre, se comenzó a reír.

– No sé… como he dicho, son muchas las profesiones que me atraen. Lo que estoy seguro es que quiero hacer algo importante, prosiguió Tomás.

Unos segundos antes de llegar a casa Tomás le preguntó a Marta:

– Mamá, ¿cuál era tu sueño de pequeña? ¿Lo has alcanzado?

Marta se quedó sin habla ante la pregunta y, tras unos segundos que al niño le parecieron una eternidad, contestó:

– Bueno, déjame pensar. Uy, ya llegamos, vamos a entrar que hace mucho frío y a tomar una rica merienda, ¡he preparado churros rellenos con dulce de leche! 

– ¡Bien! –gritaron todos, festejando la deliciosa merienda.

Marta quedó algo angustiada ante la pregunta. Antes de sentarse todos a merendar, se escuchó el sonido de la puerta y ella añadió:

– ¡Ya llegó papá! 

Luego de merendar todos juntos, Marta dijo a Juan, su esposo: 

– Cariño, iré un momento a la casa de mi padre para llevarle unas medicinas, está algo resfriado. Regreso cerca de las 20h. 

Juan la había notado algo extraña durante la merienda, pero pensó preguntarle qué le ocurría después de cenar, cuando ya estuvieran más tranquilos para conversar. 

Ni bien entró Marta por la puerta, su padre la notó algo rara.

– Hola, papá, ya estoy aquí, traje tus medicinas. ¿Qué tal llevas ese resfriado?

– Hija mía, ya estoy mejor, pero más bien yo te pregunto a ti: ¿qué tal estás? Te veo angustiada.

– Nada, papá, ¿por qué lo dices?

– Tienes una cara… Vamos, te conozco, ¿qué ocurre?

– Ay, papá, te das cuenta de todo, cómo me conoces, a ti no te puedo engañar.

– Sentémonos un momento –dijo su padre.

Marta, tomando aire profundamente, dijo: 

– Pues a ver, resulta que fui a buscar a los chicos al colegio y Tomás nos comentó la tarea que le dieron para navidades: escribir lo que sueñan ser de mayores. 

– Bien, pero, no es eso lo que te preocupa, ¿verdad? 

– No, papá. Lo que ocurre es que Tomi nos comentó cuáles son sus sueños: convertirse en un gran ingeniero, o un médico, o un profesor o un prestigioso abogado. Después me  preguntó qué soñaba yo de pequeña y si lo había alcanzado. Esto es lo que me dolió y angustió. Sabes que siempre soñé con ir a la universidad, pero la vida se complicó y no pude conseguirlo. No alcancé mi sueño y ahora soy una simple ama de casa sin ninguna profesión.

Antes de que Marta siguiera hablando, su padre la tomó de la mano y le dijo:

– Marta, hija mía, ¿cómo que no alcanzaste tu sueño? ¿No es tu familia, tu hogar, tu sueño alcanzado? Y, ¿cómo que eres una simple ama de casa sin profesión? Tú reúnes todas las profesiones con las que sueña Tomasito. Eres ingeniero, pues has construido una gran catedral, tu hermosa familia; eres médico, la semana pasada curaste a Juan de esa fuerte gripe gracias a tus cuidados y ahora me estás curando a mí; eres también profesora, ¿no vienen a tu casa los amigos de tus hijos a realizar su tareas porque tú les explicas muy bien?; y eres abogada, pues les defiendes de las injusticias de la vida. Y lo más importante, tú haces que Dios esté en tu casa, en tu cocina, en tu mesa, en la vida de los tuyos. 

Y antes de ver explotar en lágrimas a Marta, añadió:

-Y ahora vamos por una taza de té caliente.

Se hicieron las 20h y Marta se sobresaltó:

  • ¡Uy, qué tarde es! Papá, ya me tengo que ir, debo ir a preparar la cena. Gracias como siempre, ¡qué bueno es tenerte! Papaíto, ¿qué haría yo sin tus sabios consejos? 

Marta se despidió de su padre con un fuerte abrazo y una gran sonrisa. Así caminó hacia su casa, abrigada con el calor de su recuperada alegría, que aniquilaba el frío polar que hacía, y de este modo, su redescubrimiento le hizo llegar en un momento. 

Al abrir la puerta de su casa, se encontró con una entrañable escena: Juan, su esposo, leyendo un cuento al pequeño Pedro; María, jugando con el buey y el burro del Belén; Tomás, escribiendo su tarea para ganar las entradas a patinar, y un olor a salsa de tomate le llevó hacia la cocina, donde encontró a Paco y a Lucía preparando unas pizzas. En ese instante, y tras haber observado con detenimiento todo lo visto desde que entró por la puerta, Marta se emocionó, sus ojos se parecían a un cristal bajo la lluvia, pues recordó las palabras que su padre le había dicho minutos atrás.

– ¿Mamá qué ocurre?, le preguntó Lucía.

Sonriendo, Marta le dijo:

-Todo está bien, no me ocurre nada, hija, voy a preparar la mesa que ya me han ahorrado bastante trabajo haciendo la cena.

Al sentarse los siete en la mesa, Lucía tomó la palabra y mirando risueñamente a Marta, dijo con tono adolescente:

– Papá, a mamá le ocurre algo y no nos lo quiere decir. Está muy extraña desde que llegó de la casa del abuelo.

Juan miró a Marta y le dijo: 

-¿Qué sucede, cariño?

Marta, sonriendo, dijo con amable voz: 

– A ver, no os preocupéis, todo está bien. La verdad es que estoy muy contenta porque ya he recibido mi regalo de Navidad.

En ese instante, el pequeño Pedrito salió disparado hacia la sala de estar para ver si en la chimenea había llegado algún regalo para él también. 

– Mamá, ¿qué regalo has recibido?, preguntó con intriga Tomás.

– Todavía no es seis de enero, continuó María con cara de sorpresa.

Mientras Paco se comía toda la pizza, Pedrito volvió a entrar en el comedor gritando con tono desilusionado:

– ¡Mami, mami, no hay ningún regalo para mi en la chimenea! 

Marta, con una risa disimulada, tomó de la mano a Pedrito y mirando a todos dijo:

– A ver, el regalo de Navidad que he recibido sois vosotros, mi familia, mi sueño alcanzado. 

En esto, Pedrito, sin entender lo que ocurría en esa mesa, preguntó una vez más: 

-Mami, papi ¿dónde está mi regalo?, y todos comenzaron a reír a carcajadas.

El autorSantiago Populín Such

Bachiller en Teología por la Universidad de Navarra. Licenciado en Teología Espiritual por la Universidad de la Santa Cruz, Roma.

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La historia de “Noche de paz” (“Stille Nacht”)

“Noche de paz, noche santa”: así comienza en el idioma original uno de los villancicos más conocidos del mundo. Se canta en todos los idiomas posibles, en los cinco continentes. ¿Cuándo y cómo surgió? ¿Y quién es el compositor de tan célebre villancico? ¿Quizás el propio Wolfgang Amadeus Mozart? Echemos un vistazo al pasado de Europa: he aquí la historia de “Noche de Paz”.

Fritz Brunthaler·24 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

Las circunstancias históricas

Corría el año 1818. Las guerras contra Napoleón han provocado grandes penurias en el pueblo. La región de Salzburgo, un principado eclesiástico del Sacro Imperio Romano Germánico, gobernado durante siglos por un arzobispo, había perdido su independencia en 1805 y estaba completamente empobrecida. Las crónicas cuentan que multitudes de mendigos recorrían las calles de la ciudad de Salzburgo, pidiendo a la población donativos de caridad para subsistir. No sólo se dejaron sentir en la ciudad y en el campo las consecuencias de la guerra: destrucción, saqueo y muerte. 

Las disposiciones del Congreso de Viena de 1814-1815 trazan la nueva frontera entre Baviera y Austria a 20 kilómetros al norte de Salzburgo, por en medio de la ciudad de Laufen, a lo largo del río Salzach, de modo que el pequeño suburbio de Oberndorf queda separado del centro de la ciudad. Las familias se ven desgarradas y la ciudad se empobrece, pues los barqueros y los constructores de barcos pierden lo que era la base de su prosperidad desde hacía siglos, a saber, sus privilegios para el transporte de sal por el Salzach hacia el Danubio, y por él hasta Hungría. Se suceden catástrofes de inundaciones y pérdidas de cosechas, como la de 1816, que pasa a la historia como el “año sin verano”, porque la erupción del volcán Tambora, en Indonesia, tiene un impacto negativo en el clima de todo el mundo. Tiempos inciertos, pobreza, dificultades. ¿Qué puede dar esperanza?

La Nochebuena del 24 de diciembre de 1818

No hay pruebas definitivas de que los ratones hubieran roído, hasta inutilizarlos, los fuelles del órgano de la iglesia de San Nicolás, de Oberndorf. El hecho es que el órgano, que necesitaba una restauración desde hacía tiempo, ya no funciona, ¡y es Nochebuena! El párroco auxiliar Joseph Mohr, de 26 años, busca una solución para el arreglo musical de la Navidad. Lleva al organista Franz Xaver Gruber un poema navideño de seis estrofas, para que lo musicalice. Lo ha escrito en 1816 en Mariapfarr, lugar muy adentrado en las montañas de los Alpes, cuando era párroco auxiliar en ese lugar. Tal vez la representación del Niño Jesús que había en el retablo, con una llamativa cabeza rizada, le inspiró el verso de la primera estrofa: “Dulce muchacho de pelo rizado”. 

Ese mismo día, compone Gruber una sencilla melodía para dos voces y coro. “Noche de Paz, noche santa” fue cantada después de la Misa del Gallo, a la luz de las velas, a dos voces por Joseph Mohr (tenor) y Franz Xaver Gruber (bajo), junto al Belén de la iglesia -que hoy se encuentra en la ciudad de Ried, en la Alta Austria-, con el acompañamiento de Mohr a la guitarra. El árbol de Navidad era aún desconocido en aquella época, y no se generalizó hasta la primera mitad del siglo XIX, en Europa central.

Los habitantes de Oberndorf -agricultores, artesanos, barqueros- celebraban la Navidad decorando sus casas con maderas de coníferas y ramas de abeto. Luego limpiaban a fondo todas las habitaciones y recorrían todas las habitaciones y el establo con un recipiente de incienso encendido. Por la noche iban a la iglesia para la Misa del Gallo. Allí, estas sencillas gentes de Oberndorf escucharon por primera vez la canción “Noche de Paz”, e inmediatamente llegó hasta sus corazones: en aquellos tiempos de guerra, necesidad e inseguridad, era un mensaje de paz, de recogimiento y de salvación por el Niño recién nacido: “¡Jesús, el Salvador, está aquí!”.

Las personas

Joseph Mohr nació en la ciudad de Salzburgo en 1792. Era hijo ilegítimo, pero su madre no era en absoluto una mujer de vida ligera, porque en aquella época la gente sencilla sólo podía casarse si el terrateniente o las autoridades políticas lo permitían. José era una persona dotada, sobre todo musicalmente, y le ayudaron señores espirituales. Parece que por eso no tenía más alternativa que hacerse sacerdote. Nunca permaneció mucho tiempo en un mismo lugar como pastor, quizá también por su frágil salud, sobre todo de los pulmones. En Oberndorf sólo estuvo dos años, de 1817 a 1819.

Debido a su propia experiencia, como sacerdote estuvo siempre atento a los pobres. Cuando fue acusado de comprar un corzo a un cazador furtivo, se justificó diciendo que era para los más pobres. En Wagrain, vendió su vaca para que los niños pudieran comprar libros de texto. Siendo párroco le gustaba estar con la gente, se sentaba con ellos en la posada, tocaba la guitarra que a menudo llevaba consigo. No vivió para conocer la fama de su canción: murió en 1848 a consecuencia de una parálisis pulmonar, y está enterrado en Wagrain. No se sabe exactamente qué aspecto tenía, porque no se ha conservado ninguna foto suya.

Franz Xaver Gruber tuvo, en algunos aspectos, una vida algo más fácil que Mohr. Nació en 1787 en la localidad de Hochburg, en Salzburgo. Gracias a su talento musical -según la tradición, ya tocaba el órgano en la iglesia a los 12 años-, logró convencer a sus padres y, si no fue músico profesional, se convirtió en profesor e intérprete de música, especialmente de órgano. En 1816 era profesor de escuela primaria y organista en Arnsdorf, un pequeño pueblo a tres kilómetros al norte de Oberndorf, y luego también asistente de organista en Oberndorf.

De sus tres matrimonios -las esposas habían ido muriendo- tuvo doce hijos, de los que sólo sobrevivieron cuatro. Quizás su amor por la música también le ayudó a superar estas pérdidas, porque para él “Noche de Paz” no fue al principio su gran obra: compuso varias misas, que en la actualidad han sido publicadas. En 1854 contribuyó de forma decisiva a aclarar la autoría de “Noche de Paz”, cuando se había asumido que la música podría proceder de Michael Haydn, que había sido compositor de corte en Salzburgo y hermano menor del más conocido Joseph Haydn. En respuesta a una consulta de la Real Capilla de la Corte Prusiana sobre los autores de la canción, mencionó a Joseph Mohr y a él mismo, y señaló a la composición de la canción el 24 de diciembre de 1818. Franz Xaver Gruber murió en 1863 y está enterrado en Hallein.

La canción

Cuando “¡Noche de paz, noche santa!” sonó por primera vez en la noche del 24 de diciembre de 1818, nadie, ni siquiera sus dos creadores Gruber y Mohr, podía imaginar que llegaría a ser tan conocida y popular. Una melodía sencilla, ajustada a las instrucciones de las autoridades eclesiásticas para el cultivo de los cantos religiosos en aquella época, en compás de 6/8, para dos voces y coro. No se trata de un himno litúrgico en sentido estricto, por lo que pronto se introdujo en los hogares de la clase media para la celebración festiva de la Navidad, a lo que también contribuyó el uso de la lengua culta en lugar del dialecto. La melodía tiene rasgos tanto de canción pastoril como de canción de cuna, y ambos se encuentran en el tipo melódico “siciliano”, del que son características la melodía dulce y el ritmo oscilante.

Al principio se consideraba una “canción tirolesa”, porque el organero Mauracher, del Zillertal, en el Tirol, que se ofreció a restaurar el órgano en Oberndorf en 1824, lo llevó a su tierra natal. Varias familias de cantantes del Zillertal difundieron la canción: se dice que la familia Rainer la cantó allí ya en la Navidad de 1819, y tres años después también para el emperador Francisco I de Austria y su invitado de Rusia, el zar Alejandro. La familia Strasser, también del Zillertal, fabricaba guantes y combinaba presentaciones en ferias con actuaciones musicales. Está demostrado que los cuatro niños Strasser cantaron “Noche de Paz” en Leipzig en las Navidades de 1831.

Los viajes que hacía para cantar la familia Rainer los llevaron hasta Nueva York, donde “Noche de Paz” se escuchó por primera vez en 1839. La canción se difundió todavía más por su inclusión en diversas colecciones y entre los himnos litúrgicos protestantes, lo que se explica porque la letra de la canción subrayaba menos la fuerte devoción católica a María que era habitual en las Navidades de la época. En el siglo XIX hubo incluso voces críticas de clérigos católicos: sobre el texto, porque decían que era sentimental y de poco gusto, por lo que no podía captar el misterio de la Navidad; sobre la melodía, porque era plana y monótona, y porque otros himnos religiosos eran preferibles. Pero eso no pudo impedir que se extendiera por todo el mundo.

Hoy

La iglesia de San Nicolás, donde se oyó por primera vez “Noche de Paz”, fue demolida a principios del siglo XX debido a las constantes inundaciones y al peligro de hundimiento. En sustitución se levanta desde 1937 la capilla memorial octogonal Gruber-Mohr en un lugar seguro de Oberndorf.

Existen traducciones y versiones de la canción en más de 320 idiomas y dialectos. Normalmente se cantan las estrofas primera, segunda y sexta.

En los lugares donde nacieron y trabajaron Gruber y Mohr, en Salzburgo y en la Alta Austria, hay museos y monumentos conmemorativos de “Noche de Paz”. Pero también en otros lugares, incluso en los Estados Unidos, en Frankenmuth, Michigan, hay un extenso archivo relacionado con la canción, donado por la familia Bronner, y en la propiedad contigua hay placas con la letra de “Noche de Paz” en 311 idiomas.

En 2004, se dio a un asteroide el nombre de “Gruber-Mohr”. En 2011, “Noche de paz, noche santa” fue reconocida por la UNESCO como patrimonio cultural mundial inmaterial.

El texto original en alemán, y el texto en traducción al español

A continuación reproducimos el texto original de “Noche de paz”, así como una traducción privada directa, sin rimas ni adaptaciones.

Texto original de Joseph Mohr en alemán

1. Stille Nacht! Heilige Nacht! Alles schläft; einsam wacht Nur das traute heilige Paar. Holder Knab im lockigten Haar, Schlafe in himmlischer Ruh! Schlafe in himmlischer Ruh!

2. Stille Nacht! Heilige Nacht! Gottes Sohn! O wie lacht Lieb´ aus deinem göttlichen Mund, Da uns schlägt die rettende Stund`. Jesus in deiner Geburt! Jesus in deiner Geburt!

3. Stille Nacht! Heilige Nacht! Die der Welt Heil gebracht, Aus des Himmels goldenen Höhn Uns der Gnaden Fülle läßt seh´n Jesum in Menschengestalt, Jesum in Menschengestalt

4. Stille Nacht! Heilige Nacht! Wo sich heut alle Macht Väterlicher Liebe ergoß Und als Bruder huldvoll umschloß Jesus die Völker der Welt, Jesus die Völker der Welt.

5. Stille Nacht! Heilige Nacht! Lange schon uns bedacht, Als der Herr vom Grimme befreit, In der Väter urgrauer Zeit Aller Welt Schonung verhieß, Aller Welt Schonung verhieß.

6. Stille Nacht! Heilige Nacht! Hirten erst kundgemacht Durch der Engel Alleluja, Tönt es laut bei Ferne und Nah: Jesus der Retter ist da! Jesus der Retter ist da!

Traducción privada en español

1. ¡Noche de silencio! ¡Noche santa! Todo duerme; únicamente la santa pareja vela en soledad. ¡Dulce niño de pelo rizado, duerme en celestial reposo! ¡Duerme en celestial reposo!

2. ¡Noche de silencio! ¡Noche santa! ¡Hijo de Dios! ¡Oh, cómo ríe el amor en tu boca divina, cuando suena para nosotros la hora salvadora, Jesús, en tu nacimiento! ¡Jesús en tu nacimiento!

3. ¡Noche de silencio! ¡Noche santa! La que trajo la salvación al mundo, desde las alturas doradas del cielo nos deja ver la plenitud de la gracia, ¡a Jesús en forma humana, a Jesús en forma humana!

4. ¡Noche de silencio! ¡Noche santa! Donde hoy se derramó todo el poder del amor paternal, y como un hermano abrazó Jesús con benevolencia a los pueblos del mundo, Jesús a los pueblos del mundo.

5. ¡Noche de silencio! ¡Noche santa! Habiendo pensado desde hace mucho tiempo en nosotros, cuando el Señor libera de la ira, en el tiempo remoto de los padres prometió indulgencia a todo el mundo, prometió indulgencia a todo el mundo.

6. ¡Noche de silencio! ¡Noche santa! Dado a conocer primero a los pastores por el Aleluya de los ángeles, resuena con fuerza a lo largo y a lo ancho: ¡Jesús, el Salvador, está aquí! ¡Jesús, el Salvador, está aquí!

El autorFritz Brunthaler

Austria

El comienzo de una historia

Una pequeña historia que rememora lo que pudo haber rodeado aquel acontecimiento que marcó el rumbo de la Historia.

23 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Por el camino avanza un hombre joven, apenas veinte años, lleva del ronzal un borrico con su albarda y unos serones en los que transporta lo imprescindible para el viaje. Encima del animal, orgulloso de su carga, una mujer, casi una niña, casi cumplida, si no lo está ya. José, preocupado, no deja de mirar atrás, hacia su esposa virgen: “¿Vas bien?, ¿quieres que descansemos?”. “Tranquilo José, sonríe María, el Niño y yo vamos bien. Creo que el paso cansino del borrico lo ha dormido. Ya apenas se mueve”; pero José no se tranquiliza.

En el pueblo hay demasiado alboroto. Buscan un sitio más tranquilo en el que disfrutar su intimidad. Llegan a una cueva acondicionada para establo y aperos, allí se quedan.

Casi todo lo dispone la Providencia Divina. Casi todo porque hay cosas que el Señor deja que las organice su Madre y ahora que el parto parece inminente es Ella quien toma la dirección.

Mientras José se ocupa de quitarle el aparejo al borrico y meter las cosas dentro, María limpia y ordena el establo. Aparta la paja sucia y prepara un suelo de paja limpia sobre la que esparce romero, a modo de alfombra. Al fondo hay un pesebre que rellena con su manto mullido como colchón, sobre él extiende un paño de hilo que le había preparado su madre. Serán los corporales que acogerán al Niño.

Terminados los preparativos se sientan, por fin, a descansar. Al fondo una mula, tercamente dócil, y un buey, de brava mansedumbre, asombrados, les dan protección y ofrecen compañía. Sentados en el suelo, cogidos de la mano, José y María hablan en voz baja.

Estaban los dos hablando, ¿o estaban rezando?, cuando María aprieta las manos de José:

-Me parece que ya está aquí.

El aire se hizo más fino, la luna se detuvo un instante ¡y se realizó el milagro! Casi sin advertirlo María, el Niño pasó de su seno al romero, para volver del romero a su costado.

Así, tan sencillamente, recibió la Tierra la irrupción de Dios en el tiempo, la presencia deslumbrante de lo divino en la vida ordinaria.

Con la experiencia que da el amor a las madres, María toma a su Hijo en brazos, lo estrecha suavemente en su pecho, con gesto que repetirá, años más tarde, al pie de la Cruz, y lo besa, ¡su primer beso a Dios hecho hombre!

– ¡Mi Hijo y mi Dios!

Caen sobre la cabeza del Niño, a modo de bautizo, las primeras lágrimas de amor.

Jesús, la Palabra eterna del Padre, recién nacido calla. La Virgen, ajena a todo, mira a su Hijo que sonríe, y va sacando recuerdos que guardaba en su corazón. Recuerdos de hace nueve meses, cuando el Arcángel Gabriel le hizo la proposición más sorprendente que había recibido nunca un ser humano: “¿quieres ser Madre de Dios?, ¿quieres ser corredentora de la Humanidad?”.

Ahora están los tres solos en la catedral de Belén en una serena explosión de amor. La criatura ha sido creada para amar y se perfecciona en la entrega, por eso el amor es donación gratuita del amor recibido de Dios, aceptado con humildad. Los ángeles contemplan con admiración la corriente de amor en la que se afirma esa Sagrada Familia.

La gente se va acercando al establo. Mujeres envueltas en sus mantos llevando canastos con comida; otras, más jóvenes, con sábanas bordadas para envolver al Niño; hombres rudos, del pueblo, para echar una mano en lo que haga falta, y niños, muchos niños que nadie sabe de dónde han salido. Son los que se fueron al cielo antes de nacer. Unos porque la Virgen así lo dispuso, otros porque sus madres no les abrieron los brazos y tuvieron que refugiarse en los de la Madre Amable. Llevaban tiempo esperándolo, ahora, por fin, ya pueden disfrutar con Él.

Por las afueras del pueblo avanza una vistosa caravana. Son reyes, o magos, o algo así. Con la solemnidad propia de su rango entran en el establo, saludan a la Madre, besan los pies al Niño adorándolo – el conocimiento de Dios es inseparable de la adoración- y, según la costumbre oriental, se acercan al padre a darle un abrazo y ofrecerle regalos: Oro, para coronar al Rey, incienso, para adorar al Dios, Mirra, para embalsamar al Redentor.

¿Cómo continuó la historia?, creo que, después de muchas vicisitudes, la familia se instaló en Nazaret y allí vivieron muchos años; pero ése ya es otro capítulo, ahora disfrutamos de éste

El autorIgnacio Valduérteles

Doctor en Administración de Empresas. Director del Instituto de Investigación Aplicada a la Pyme Hermano Mayor (2017-2020) de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, en Sevilla. Ha publicado varios libros, monografías y artículos sobre las hermandades.

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Recursos

Los mejores villancicos para estas fiestas

Omnes trae una lista de villancicos para disfrutar estas fiestas.

Paloma López Campos·23 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Empieza la cuenta atrás para la Nochebuena y el día de Navidad. Entre los preparativos, las comidas y los recados de última hora, os dejamos una lista con algunos villancicos para pasar estos días de fiesta.

Mary, did you know? – Pentatonix

I´ll be home for Christmas – Michael Bublé

In the bleak mid-winter – The Choirboys

O Holy Night – The Tabernacle Choir

Let it snow – Frank Sinatra

Tu scendi dalle stelle – The Three Tenors

Veni, veni Emmanuel – Canto Católico

El burrito de Belén – Juanes

Canción para la Navidad – José Luis Perales

Sizalelwe Indonana – Kimbolton Prep Music

O Tannenbaum – Andrea Bocelli

Adeste, fideles – Ars Cantus

Il est né le divin enfant

Mundo

Cardenal Filoni: “Debemos amar Tierra Santa”

El cardenal Filoni, Gran Maestre de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro, habla en Omnes sobre Tierra Santa y su relación con los cristianos de todo el mundo.

Federico Piana·23 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Hay una institución en la Iglesia Católica que tiene una misión que nunca ha cambiado a lo largo de los siglos: la de cuidar y apoyar a los cristianos de Tierra Santa. Se trata de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, cuyos orígenes históricos se remontan a 1336 y a la que san Juan Pablo II concedió personalidad jurídica vaticana.

En la actualidad, la Orden cuenta con 30.000 caballeros y damas laicos en todo el mundo, está organizada en 60 Luogotenencias y una docena de Delegaciones Magistrales, y hace unos dos años renovó su estatuto con la aprobación del Papa Francisco. «Creemos que Tierra Santa no puede considerarse un yacimiento arqueológico de la fe, sino que debe vivir una realidad viva compuesta por las familias cristianas que la habitan y los numerosos peregrinos que la visitan cada año», explica el Cardenal Fernando Filoni, Gran Maestre de la Orden, según el cual la fuerza de la institución que dirige «tiene su origen en el gran entusiasmo que sus miembros ponen en todas las actividades que realizamos».

En el complicado contexto internacional actual, ¿cómo consigue la Orden cumplir su misión principal? 

– En primer lugar, debemos decir que debemos amar Tierra Santa: no sólo por lo que representa culturalmente, sino sobre todo por el hecho de que Jesús nació, vivió, predicó y llevó a cabo allí su misión de salvación. Ahora, apoyar a los cristianos significa continuar la presencia de una realidad viva en Tierra Santa. La primera comunidad cristiana estaba formada por los discípulos del Señor y nunca se ha extinguido. Esto significa, sin embargo, que hay que apoyar a esta «Iglesia madre», que luego dio a luz, mediante la evangelización, a muchas otras Iglesias del mundo. Por ello, las Iglesias del mundo sienten que les corresponde apoyar a la Iglesia de Tierra Santa en este momento histórico, porque la presencia de cristianos en esas zonas ha disminuido mucho, y si no hay una contribución financiera, además de emocional, Tierra Santa corre el riesgo de convertirse en un lugar turístico, en un yacimiento arqueológico de la fe. Y no queremos que esto ocurra. El apoyo que la Orden presta a Tierra Santa sirve para ayudar a todos aquellos que tienen una razón para vivir en Tierra Santa: no sólo cristianos, sino también judíos y musulmanes.

Recientemente, la Orden también se está desarrollando en Eslovaquia y ha iniciado proyectos de expansión en África: ¿en qué consiste este gran esfuerzo y cuál es su motivación?

– Nuestra intención es abrir un poco más la Orden, que ya está muy presente en los países europeos y en Norteamérica. La idea es aumentar nuestra presencia en Sudamérica, Centroamérica, pero también iniciar algunos proyectos en África y Asia. Hacemos todo esto porque la Orden está abierta a todos: y la preocupación por Tierra Santa debe llevar también a todas las demás Iglesias del mundo -minoritarias o mayoritarias- a tener a Tierra Santa en el corazón. Si la Iglesia es católica, la catolicidad debe alcanzar también a aquellas realidades continentales menos presentes en este momento, pero que no deben ser excluidas. Nuestros caballeros y damas no son los que se ocupan ocasionalmente de Tierra Santa, sino que lo hacen con una estabilidad de compromiso, y es bonito pensar que también pueden formarse en países donde la Orden está menos presente hoy en día.

Actualmente, ¿qué compromiso se exige a los miembros de la Orden en todo el mundo? ¿Ha cambiado con respecto a los nuevos retos geopolíticos mundiales?

– Siempre digo que el compromiso de los miembros de la Orden se apoya en tres pilares: la formación espiritual, que nace del misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, el amor a Tierra Santa y la dedicación a su Iglesia local. Por lo general, nuestros caballeros y damas son laicos, profesionales muy preparados, que pueden aportar mucho a cada Iglesia local, una contribución verdaderamente cualificada. Su amor por la Iglesia local se extiende a toda Tierra Santa.

¿Cómo está viviendo la Orden el camino sinodal?

– La Orden no es una diócesis, y aunque bromeo diciendo que soy un párroco con 30.000 fieles repartidos por todo el mundo, ni siquiera es una parroquia. Sus miembros forman parte de las Iglesias locales y, como tales, aportan y aportarán su contribución a todo el camino sinodal.

El autorFederico Piana

 Periodista. Trabaja en Radio Vaticana y colabora con L'Osservatore Romano.

Vaticano

Gratitud, conversión y paz: los deseos del Papa a la Curia Romana

El Papa Francisco ha mantenido su tradicional encuentro de Navidad con quienes prestan su servicio en la Curia vaticana. Conversión, gratitud y perdón han centrado las palabras del Santo Padre en su discurso de este año.

Giovanni Tridente·22 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Para su décimo discurso a la Curia Romana con ocasión del intercambio de felicitaciones navideñas, el Papa Francisco eligió la práctica de un prolongado «examen de conciencia», basado en una profunda actitud de gratitud, para favorecer una verdadera conversión de los corazones y generar sentimientos de paz en el entorno.

Al recibir a los Cardenales y Superiores de la Curia Romana en la Audiencia, el Pontífice repitió la práctica de la parresía, es decir, decir libremente las cosas que están mal, pero proponiendo una «solución» realista a cada caída que pueda surgir en la Iglesia, y en particular en la Curia Romana.

Francisco habló en primer lugar de la necesidad de «volver a lo esencial de la propia vida», liberándose de todo lo superfluo que impide un verdadero camino de santidad. Para ello, sin embargo, es importante tener «memoria del bien» recibido de Dios en cada paso de nuestra vida, a fin de lograr esa actitud interior que te lleva a la gratitud.

El esfuerzo consiste en hacer, en todas las circunstancias, un ejercicio consciente de «todo el bien que podamos», superando el «orgullo espiritual» que nos hace creer que ya lo hemos aprendido todo o que estamos a salvo y en el lado correcto.

Este proceso se llama «conversión» y se traduce en la «verdadera lucha contra el mal», logrando desenmascarar incluso aquellas tentaciones más insidiosas, a menudo disfrazadas, que nos hacen «confiar demasiado en nosotros mismos, en nuestras estrategias, en nuestros programas». En este punto, el Pontífice citó expresamente el riesgo del «fijismo» (como si no hubiera necesidad de una mayor comprensión del Evangelio) y del «espíritu pelagiano», así como la herejía de dejar de traducir el Evangelio «en las lenguas y modos actuales».

El mayor ejemplo de este tipo de conversión en la Iglesia, el Papa Francisco lo vislumbra en el Concilio Vaticano II, la mayor y más reciente ocasión que dio el intento de «comprender mejor el Evangelio, de hacerlo actual, vivo y operante en este momento histórico». Y en esta estela se inserta el camino sinodal actualmente en curso, porque la «comprensión del mensaje de Cristo no tiene fin y nos provoca continuamente».

Entre las palabras clave utilizadas por el Santo Padre para dejar de convertirse continuamente está la «vigilancia» precisamente respecto a todos esos «demonios educados» que se cuelan en nuestros días sin que nos demos cuenta, provocando entre otras cosas el engaño de «sentirse justos y despreciar a los demás». Aquí es donde entra en juego «la práctica cotidiana del examen de conciencia» -sugirió Francisco-, que también nos permite abandonar «la tentación de pensar que estamos a salvo, que somos mejores, que ya no necesitamos convertirnos».

Y sin embargo, advirtió el Pontífice, los que están dentro del cerco, «en el corazón mismo del cuerpo eclesial», como pueden ser los que trabajan en la Curia romana, precisamente, están «más en peligro que todos los demás, minados precisamente «por el diablo educado».

El Papa dirigió un último pensamiento a la paz, con referencia sin duda a Ucrania y a todas las demás partes del mundo, donde en el fracaso de esta tragedia y con respeto a los que allí sufren «sólo podemos reconocer a Jesús crucificado». Pero incluso en este caso no debemos ser ingenuos, porque si nos preocupamos por la cultura de paz, debemos ser conscientes de que «empieza en el corazón de cada uno de nosotros».

Esto significa que incluso entre «gente de Iglesia», y quizás sobre todo, debemos arrancar «toda raíz de odio, de resentimiento hacia nuestros hermanos y hermanas que viven a nuestro lado».

«Que cada uno empiece por sí mismo», añadió el Papa Francisco, citando los muchos tipos de violencia que no sólo implican las armas o la guerra, sino -precisamente pensando en los círculos curiales- la violencia verbal, la violencia psicológica, el abuso de poder o la violencia oculta de los chismes: «depongamos toda arma de cualquier tipo.»

Por último, la invitación a practicar la misericordia, reconociendo que todos pueden tener límites y que «no hay Iglesia pura para los puros», y a ejercer el perdón, concediendo siempre otra oportunidad, ya que «uno se hace santo por ensayo y error».

El año de la Curia: reforma y más laicos

Por su parte, el Card. Giovanni Battista Re, Decano del Colegio Cardenalicio ha sido el encargado de saludar al Santo Padre en nombre de quienes componen la Curia romana. En su saludo, el cardenal Re ha recordado “la dramática situación que atraviesa la humanidad, no sólo a causa de la pandemia de Covid, que aún no ha terminado en el mundo, sino sobre todo por las trágicas guerras, que siguen provocando el derramamiento de ríos de lágrimas y sangre”, y se ha referido, en concreto a la guerra con Ucrania, que se acerca a su primer aniversario y ante la que “Su Santidad ha alzado continuamente la voz para dejar claro que ‘con la guerra todos estamos derrotados’ y para subrayar que la guerra es una locura, una matanza inútil, una monstruosidad, pidiendo enérgicamente el cese de las armas y unas negociaciones de paz serias”.

En cuanto a la Curia, el Decano del Colegio Cardenalicio ha señalaro que “el año que termina sigue marcado por la reforma promulgada con la Constitución apostólica Praedicate Evangelium, que responde a las necesidades de nuestro tiempo y contribuye a que la Curia romana responda mejor a sus grandes tareas de servicio al Primado del Papa y de servicio a los Obispos y a la Iglesia en este momento histórico” y ha destacado “la satisfacción en la Curia por el aumento de laicos y laicas en diversos puestos importantes de responsabilidad, que no presuponen el sacramento del Orden”. “Esta reforma” ha subrayado Re “nos compromete a todos a una espiritualidad más profunda, a una mayor dedicación y a un espíritu de servicio más intenso, con un sentido íntimo de responsabilidad hacia la Iglesia y el mundo y con una fraternidad más intensa entre nosotros”.

Además el cardenal Re ha recordado los viajes a Canadá, Bahrein y Malta del Santo Padre ,  que muestran su empeño por abordar “los turbulentos problemas de la sociedad”.

Iniciativas

Jesús nace para todos

Después de dos años vuelve “Sembradores de estrellas”, una de las iniciativas de Infancia Misionera para felicitar la Navidad en España.

Paloma López Campos·22 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El objetivo de esta iniciativa es que los más pequeños de la familia se conviertan en jóvenes misioneros, devolviendo a la Navidad su auténtico sentido. Los niños salen a la calle y reparten pegatinas con el lema “Jesús nace para ti”, cantan villancicos y pasean por las calles.

Sembradores de Estrellas vio la luz en 1977, gracias a un sacerdote jesuita. Gracias a él, las últimas semanas de Adviento cientos de niños salen por sus pueblos y ciudades para felicitar la Navidad a todos de parte de los misioneros.

Obras Misionales Pontificias propone a los niños una manualidad, para que hagan sus propias estrellas con los colores misioneros. Además, facilita un guión para “el envío de los sembradores de estrellas” que consiste en un breve saludo, la lectura de un pasaje del Evangelio y, finalmente, el envío.

Este año se ha elegido como lectura Mateo 2, 9-12: “[Los magos] se pusieron en camino y, de pronto, la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se retiraron a su tierra por otro camino».

Esta iniciativa sirve como preparación para la Jornada de la Infancia Misionera, que celebraremos el próximo 15 de enero. Gracias al apoyo de los niños, todos los años los misioneros pueden ayudar a más de 4 millones de pequeños en 2500 proyectos distintos de Obras Misionales Pontificias.

Crea tu estrella misionera

Evangelización

Paula Vega: “Es fundamental que logremos responder a las preguntas vitales»

Paula Vega (Llamameyumi) es una misionera digital y estudiante de Teología que usa las redes sociales para evangelizar.

Paloma López Campos·22 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Paula Vega, en redes sociales “llamameyumi”, es profesora de Religión y estudiante de Ciencias Teológicas. Se dedica también a evangelizar en redes sociales, es lo que conocemos como una misionera digital. No solo comparte su día a día, en su contenido se encuentra una fe vivida contagiosa. En este artículo os traemos una entrevista que ha concedido a Omnes.

¿Por qué empezaste a evangelizar en redes sociales?

– No fue una decisión de la noche a la mañana, sino más bien algo progresivo. Como cualquier joven, yo compartía mi día a día en redes sociales sin pretensión alguna. Conforme la fe se fue volviendo más importante, más se reflejaba eso en mis publicaciones. Empecé compartiendo el día a día en la parroquia, reflexiones sobre la fe y posteriormente algunas cosas que aprendía en teología. La respuesta de la gente era muy positiva y los seguidores comenzaron a crecer. Rezando y reflexionando, sentí que podía aportar algo desde mi perspectiva de joven, mujer y estudiante de teología, y decidí tomármelo más en serio. 

Internet es un medio masivo en el que, por lo que parece, el contenido es prácticamente siempre negativo y muy alejado de los valores cristianos. ¿Cómo evitar ahogarse entre ese bombardeo de contenido?

– En los talleres que doy sobre la evangelización en redes para jóvenes, les explico que una actitud cristiana en internet también se basa en tomar conciencia de las personas a las que seguimos. Si yo sigo cuentas superficiales, que incitan a la violencia o se burlan de otros, eso será lo que esté recibiendo durante el tiempo que utilice las redes, que normalmente es un tiempo elevado. Crear un espacio en mi propio móvil de contenido positivo y que me aporte es responsabilidad propia. Como padres y catequistas, creo que es bueno hablar con los niños de esto y ofrecerles cuentas con contenido de calidad. Gracias a Dios hoy en día tenemos gran cantidad de misioneros digitales en todas las plataformas que hacen contenidos muy atractivos.

Las redes sociales de Paula

Eres alumna de Teología, ¿es una llamada que surge de una necesidad para hacer frente a tu labor como misionera digital o es algo más profundo?

– Mi llamada a la teología surgió mucho antes, tras un proceso de reconversión en que el me vi llamada a algo más. Ahora que lo veo con perspectiva, en mi vida no se entiende lo uno sin lo otro. La teología me permite hablar en redes de ciertos temas que la gente demanda porque están buscando respuestas. Al mismo tiempo, estar en contacto con jóvenes y personas alejadas me obliga a buscar la forma de actualizar el lenguaje teológico para propiciar el acercamiento. 

Eres responsable de formación en un grupo, atiendes a jóvenes de entre 14 y 18 años, eres miembro de la Pastoral Vocacional… ¿Qué carencias ves en la formación religiosa de los más jóvenes? ¿Qué crees que necesitan?

– Primero, empezar por la formación de los propios catequistas y profesores. Ahora que estudio teología me doy cuenta de los errores que cometía antes o las cosas que pensaba y transmitía, por no tener formación suficiente. Segundo, hay que partir de los intereses que tengan en cada etapa de sus vidas. Es fundamental que logremos responder a las preguntas vitales que tengan, porque solo así la fe cobra un sentido profundo. Tercero, debemos hacer la formación atractiva. No es lo mismo hablarles de las partes de la misa con una charla estática, que con un kahoot, por ejemplo. O hablar del ecumenismo con una presentación, en vez de participar de algún encuentro con jóvenes de otras confesiones. Hay que ser creativos y buscar las formas más adecuadas.

Has hablado varias veces sobre la salud mental, ¿crees que este ámbito está suficientemente trabajado por la Iglesia? ¿Qué crees que falta por lograr?

– Es cierto que se ha mejorado notoriamente el diálogo sobre salud mental en la sociedad y, por ende, esto se ha transmitido a la Iglesia. No obstante, creo que en algunos sectores se sigue relacionando los problemas de salud mental con falta de fe o confianza en Dios. Se piensa que la terapia psicológica anula el acompañamiento espiritual, o viceversa, pero las dos son necesarias y complementarias. Sin salud mental no hay salud. Dios acompaña en el proceso, como ese amigo fiel que camina contigo. Igualmente, la Iglesia como madre, debe acompañar y ser abrazo para todas esas personas que sufren a causa de la salud mental. Hablar más abiertamente de ello puede ayudar a derribar prejuicios. 

¿Qué es lo más difícil a la hora de enseñar a los niños sobre Dios?

– Antes, cualquier persona había recibido una mínima educación religiosa. Ahora tengo niños que no han escuchado hablar nunca de Dios en casa y tienes que empezar de cero. Se vuelve complicado la continuidad y entonces, inconscientemente, separan la fe del resto de ámbitos, en vez de dejar que sea la esencia. En el colegio, existe Dios porque la profesora me habla de Él. En el resto de mi vida no está presente porque el entorno no lo fomenta. También les resulta difícil entender las implicaciones de pertenecer a la Iglesia porque no lo viven en el día a día. Los profesores y catequistas sembramos y rezamos para que la semilla dé fruto en algún momento, pero el riego que se les da desde casa es fundamental.

¿Hay algo que tus alumnos más pequeños te hayan enseñado sobre Dios y que quieras compartir con nosotros?

– Los niños asimilan rápido que Dios es un padre bueno que nos ama con locura. Por eso, consiguen entrar en una dinámica de confianza con Él, donde no tienen miedo de preguntar o reprochar. El Papa Francisco dice que enfadarnos con Dios también es una forma de hacer oración, porque ya supone hablar con Él y reconocer su existencia. Los niños me han enseñado a no tener miedo de dirigirme a Dios y decirle lo que sienta en cualquier momento. Él lo acoge todo y me sigue amando.

Lecturas del domingo

Lecciones de paz. Solemnidad de la Natividad del Señor (A)

Joseph Evans comenta las lecturas de la Solemnidad de la Natividad del Señor y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·22 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

La noche en que nació Nuestro Señor Jesús, una gran multitud de ángeles se apareció a los pastores, “que alababa a Dios diciendo: ‘Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”, o, en otra traducción, “en quienes se complace”. La palabra que se traduce como “favor” o “complacido” es “eudokias”. A Dios le agradó ocultar estas cosas a los sabios e inteligentes y revelarlas a los simples niños (Mt 11, 26; Lc 10, 21), igual que los buenos padres se complacen en la alegría de sus hijos al recibir los regalos de Navidad. La misma idea aparece en el Bautismo y la Transfiguración de Cristo: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco”. Dios se complace en su Hijo, y en los hijos en general, o en los que se convierten en niños. Da la paz a aquellos en los que se complace, porque se han convertido en niños. Se complace en los que han aprendido a ser pequeños, a confiar en él, y no dependen de sí mismos. A ellos les da la paz. Debemos aprender del nacimiento de Nuestro Señor, el niño pacífico en el pesebre, para estar más en paz. “Sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre; como un niño saciado así está mi alma dentro de mi” (Sal 131, 2). Pedimos la paz de los niños pequeños. 

“Siendo niños” -enseñó san Josemaría- “no tendréis penas: los niños olvidan enseguida los disgustos para volver a sus juegos ordinarios. -Por eso, con el abandono, no habréis de preocuparos, ya que descansaréis en el Padre” (Camino, 864).

Cristo es el “príncipe de la paz”. Así es como Isaías describió al Mesías (Is 9, 6). Leemos ese texto en la misa de medianoche. Los ángeles, como se ve, celebraron su nacimiento como el de quien trae la paz. Zacarías terminó su himno Benedictus anunciando que el Señor, cuando venga, es decir, Jesús, lo hará “para guiar nuestros pasos por el camino de la paz” (Lc 1, 79). 

Y, sin embargo, a los pocos días del nacimiento de Cristo, el diablo lo atacó, atacó la paz que traía mediante los intentos que Herodes hizo para matarlo. Herodes lo hizo porque no tenía paz en su alma, porque su corazón estaba atenazado por el miedo.

Pero Jesús en el pesebre enseña lecciones de paz. No atrae por la fuerza, sino por el amor. Jesús en el pesebre es una “cátedra”, como decía san Josemaría. Tenemos muchas lecciones que aprender de él. Aprendemos a ganar por atracción y no por imposición. Aprendemos la humildad de ser débiles, como lo fue Nuestro Señor cuando era un niño y necesitaba ser salvado por otros, por María y José. Desde el principio hasta el final fue el Salvador que no pudo salvarse a sí mismo. “A otros ha salvado, y él no se puede salvar”, se burlaban los sacerdotes y los escribas. 

“Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt 5, 9). Podemos mirar a menudo al Niño Jesús en estos días para descubrir y profundizar en la paz, para llegar a ser en él hijos de Dios.

La homilía sobre las lecturas de la Solemnidad de la Natividad del Señor

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas.

Zoom

El Papa celebra su cumpleaños con niños enfermos

El Papa Francisco recibe una tarta por su 86 cumpleaños durante una audiencia con niños y voluntarios del Dispensario Santa Marta del Vaticano el 18 de diciembre de 2022.

Maria José Atienza·21 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
España

La ACdP felicita la Navidad con quienes también «volvieron a nacer»

La nueva campaña de Navidad impulsada por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) felicita estas fiestas con cuatro testimonios de unos descartados de nuestra sociedad: desde una madre que acepta la enfermedad grave de su hija a un chico a quien le salvaron la vida antes de nacer.

Maria José Atienza·21 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

“Pobre. Odiado. Marginado. Ha vuelto a nacer”. Así de directo es el lema que protagoniza la campaña con la que la Asociación Católica de Propagandistas quiere felicitar la Navidad y que se puede ver en  marquesinas de más de 80 ciudades. Una invitación «provocativa» a acoger a Jesucristo esta Navidad, siguiendo sus palabras en el Evangelio: “Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”.

De hecho, la campaña cuenta con cuatro testimonios de personas que han abierto su vida a otras personas, acogiéndolo como a otro Cristo y poniendo en práctica el mandato evangélico a pesar de encontrarse en situaciones realmente marginadas en nuestra sociedad actual. A través de los Qr de las marquesinas de la campaña conocemos otros «establos» donde nació la vida a pesar de todo, como el caso de Lilian, cuya hija sufrió una infección muy grave cuando era pequeña que la privó de la capacidad de andar, hablar o comer o el propio nacimiento de José Carlos Martínez, cuya madre iba a abortarlo y, tras hablar con el doctor Jesús Poveda siguió adelante con su embarazo, y no ha dejado de estar a su lado desde entonces.

Historias con las que la ACdP recuerda así que acoger al Hijo de Dios es también acoger a los más vulnerables -sea el niño a quien quieren asesinar antes de nacer o la persona sin hogar que llama a la puerta- y lanza un desafío: “¿Te sigue dando igual?”.

Vaticano

Papa Francisco: “La voz de Dios resuena en la calma”

El Papa ha estado en el Aula Pablo VI esta mañana para mantener la audiencia general de los miércoles.

Paloma López Campos·21 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Santo Padre ha comenzado la audiencia de manera efusiva expresando que quien haya seguido las catequesis sobre el discernimiento podrá pensar que discernir es muy complicado, pero “en realidad es la vida la que es complicada y, si no aprendemos a leerla, corremos el riesgo de malgastarla, llevándola adelante con trucos que terminan por desalentarnos”.

El Papa explica que siempre estamos tomando decisiones, siempre estamos discerniendo, incluso en las cosas pequeñas del día, porque “la vida nos pone siempre frente a elecciones, y si no las realizamos de forma consciente, al final es la vida la que elige por nosotros, llevándonos donde no quisiéramos”.

Las ayudas al discernimiento

Dada las dificultades que pueden presentarse a lo largo del proceso, Francisco señala hoy en la audiencia ​​”algunas ayudas que pueden facilitar este indispensable ejercicio de la vida espiritual”.

El primer elemento esencial es “la confrontación con la Palabra de Dios y la doctrina de la Iglesia. Estas nos ayudan a leer lo que se mueve en el corazón, aprendiendo a reconocer la voz de Dios y a distinguirla entre otras voces, que parecen imponerse a nuestra atención, pero que al final nos dejan confundidos. La Biblia nos advierte que la voz de Dios resuena en la calma, en la atención, en el silencio”. Es importante que recordemos que “la voz de Dios no se impone, es discreta, respetuosa, y precisamente por esto es pacificadora”.

En cuanto a la Palabra de Dios, dice el Papa que esta “no es simplemente un texto para leer, es una presencia viva, obra del Espíritu Santo que conforta, instruye, da luz, fuerza, descanso y gusto por vivir. Es un auténtico anticipo del paraíso”.

“Esta relación afectiva con la Escritura lleva a vivir una relación afectiva con el Señor Jesús, y esta es otra ayuda indispensable y no descontada”. Gracias a la Escritura Cristo nos “revela un Dios lleno de compasión y de ternura, preparado a sacrificarse a sí mismo para encontrarnos, precisamente como el padre de la parábola del hijo pródigo”.

Esta relación con Jesucristo es una ayuda esencial para el discernimiento. “Es muy hermoso pensar en la vida con el Señor como una relación de amistad que crece día tras día. La amistad con Dios tiene la capacidad de cambiar el corazón; es uno de los grandes dones del Espíritu Santo, la piedad, que nos hace capaces de reconocer la paternidad de Dios. Tenemos un Padre tierno, afectuoso, que nos ama, que nos ha amado desde siempre: cuando se experimenta, el corazón se derrite y caen dudas, miedos, sensaciones de indignidad. Nada puede oponerse a este amor”.

El Espíritu Santo y el discernimiento

La paternidad de Dios nos lleva también al “don del Espíritu Santo, presente en nosotros, que nos instruye, hace viva la Palabra de Dios que leemos, sugiere significados nuevos, abre puertas que parecían cerradas, indica sendas de vida allí donde parecía que hubiera solo oscuridad y confusión. El Espíritu Santo es discernimiento en acción, presencia de Dios en nosotros. Es el don más grande que el Padre asegura a aquellos que lo piden”.

El Papa ha concluido recordando la naturaleza del discernimiento: “El discernimiento tiene el objetivo de reconocer la salvación que el Señor ha obrado en mi vida. Me recuerda que nunca estoy solo y que, si estoy luchando, es porque lo que está en juego es importante. Con estas ayudas, que el Señor nos da, no debemos temer”.

Cultura

Daniel Martín Salvador: “La música tiene que reforzar la Palabra”

Daniel Martín Salvador, organista y musicólogo, habla en Omnes sobre liturgia, música, el arte y la Iglesia.

Paloma López Campos·21 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Daniel Martín Salvador, musicólogo y organista, es uno de los primeros nombres que surgen cuando pensamos en música sacra. Ha dado conciertos en importantes salas internacionales. Ahora mismo reparte su tiempo entre Madrid y Moscú, y se ha sentado a hablar con Omnes sobre música, liturgia y el arte.

¿Cuál es tu relación con la música sacra?

– No tiene mucho misterio. Todos los organistas estamos relacionados con la música sacra. El órgano es un instrumento que de por sí, por su identidad, está plenamente relacionado con la música sacra y con la liturgia. Si me hubiera dedicado a otro instrumento, quizá no habría tenido esta relación, pero siendo organista es impensable.

El órgano es esencialmente un instrumento de la Iglesia y, por tanto, necesita el organista conocer toda la liturgia. Eso te hace tener una relación muy estrecha con toda esta música, que en el resto de instrumentos no se da.

¿Cómo nace la relación entre la Iglesia, la música y la liturgia?

– La relación entre la música y la liturgia ha existido siempre, desde tiempos inmemoriales. Ya mucho antes del cristianismo la música estaba ligada, primero, a los instintos, y después al más allá, a las cosas intangibles.

Las primeras civilizaciones consideran que, en sus religiones politeístas, la música tiene un papel imprescindible. Los griegos heredan esto de los egipcios; y los romanos de los griegos. Los judíos también tenían esta relación. Luego nace el cristianismo que, al extenderse por toda Europa, une todas esas tradiciones judías y místicas extendidas por todo el Imperio Romano.

La música en la Iglesia surge, principalmente, de los cantos de los salmos judíos. A partir de ahí, se crea todo un sistema de música litúrgica. Lo más interesante es que esa liturgia que se crea es totalmente cantada. El Concilio Vaticano II cambia el panorama, en el sentido de que las Misas son ahora habladas, con momentos de música, pero en el concepto inicial, la liturgia no era así. Inicialmente, absolutamente todo era cantado. De hecho, los ortodoxos, que apenas se diferencian de los católicos, siguen con la manera antigua de celebrar la Misa. Ellos cantan todo, menos la homilía, que es la única parte hablada. Todo esto porque, en realidad, la música y la liturgia nacen como una sola cosa.

¿Qué podemos aprender los católicos del rito litúrgico ortodoxo?

– Lo que tenemos que hacer es desaprender las cosas que hemos aprendido en el Concilio Vaticano II. Los ortodoxos siguen haciendo lo que hacíamos los católicos antes. En realidad, toda la música que tenemos hoy en día viene de la música litúrgica católica. El canto de la Iglesia católica era el canto gregoriano, pero en París en el siglo XII, empezaron a “adornar” el canto gregoriano. Así aparecieron las primeras formas de polifonía. Esas varias voces van evolucionando hasta que, a mediados de la Edad Media, llegamos al Renacimiento.

En el Renacimiento, en el Concilio de Trento, la Iglesia hace un Capítulo muy extenso sobre la música de la liturgia. A partir de ahí, surge una música al mismo tiempo que es muy parecida pero es profana. Desde esa música religiosa, todo empieza a evolucionar. Nacen los madrigales, luego la ópera, el romanticismo, el clasicismo… Y sigue la evolución.

No podemos aprender nada de ese rito ortodoxo porque, hemos evolucionado tanto que hemos terminado por involucionar. Afortunadamente, en los últimos tiempos se está dando una tendencia de volver a las raíces, dentro de lo que marcan las normas del Concilio. 

Daniel en un concierto en Moscú

El problema es que muchos se piensan que el Concilio Vaticano II elimina el canto gregoriano y el órgano, pero no es así. El Concilio Vaticano II dice que el idioma oficial de la Iglesia Católica es el latín, y en cuanto a la música, la oficial es el canto gregoriano. Pero en los años 70 se ponen de moda las guitarras y es muy común introducir en la liturgia las canciones con las guitarras, lo cual es un modo de “protestantizar” la liturgia católica.

Hemos estado luchando, diciendo que la música viene del Espíritu Santo, pero ahora estamos cantando canciones versionadas de los Beatles. Esto no se adapta a la liturgia.

Benedicto XVI, que tiene estudios musicales y es un gran entendido de la liturgia, se rodeó de personas que también eran grandes compositores y liturgistas, esto ayuda a que el pueblo se acerque a la música sacra pero conservando las raíces. Poco a poco, se abren las puertas a una reforma en la liturgia.

¿Por qué la música sacra nos acerca a Dios?

– Porque es una música pensada para ello. En primer lugar, está al servicio de la Palabra y esto es lo más importante. La música, en una definición no matemática, es una expresión de sentimientos. Cuando tú estás en la Iglesia, la función de la música es ayudar a elevar el alma al Cielo, por tanto, podemos decir que la relación se invierte. No es cuestión de sentimientos, la Palabra de Dios es la Palabra de Dios, no cambia como los sentimientos.

En segundo lugar, en el arte, hasta el siglo XIX, todo se hacía a mayor gloria de Dios. El hombre es capaz de hacer esfuerzos monumentales para mayor gloria de Dios. Eso nos ayuda a acercarnos a Dios. Nos lleva hacia Él.

¿Ponerse al servicio de la Palabra es lo más importante a la hora de componer música sacra?

– Sí, es algo que exige la propia música sacra. En el Directorio General del Misal Romano se dice que la música siempre tiene que reforzar la Palabra y nunca distraer. Por tanto, lo primero que tiene que hacer un compositor cuando escribe música para la liturgia es tener como objetivo que el texto se entienda. La Palabra tiene que ser lo más importante, no puede estar distorsionada por la música. Después, a la hora de hacer la música, hay que dibujar el texto a través de la composición. Un ejemplo muy claro de esto es el Magnificat de Bach. Bach es un músico poeta, el mayor representante de música litúrgica, independientemente de que fuera protestante. Las nociones de la liturgia eran las mismas y es un ejemplo de cómo hay que componer esta música.

Cultura

Navidad. ¿Historia o tradición?

Las fechas de la Navidad no son solo una tradición, los hallazgos en Qumrán indican que podrían ser, de hecho, una realidad histórica.

Gerardo Ferrara·21 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

¿Por qué los cristianos celebran el nacimiento de Jesucristo el 25 de diciembre? Desde el Renacimiento, se ha extendido la creencia de que esta fecha se eligió sólo para sustituir el antiguo culto al «Sol Invictus», cuya solemnidad caía precisamente en esa fecha (“dies Solis Invicti”) que, en el calendario juliano, correspondía al solsticio de invierno, es decir, a la boda de la noche más larga y el día más corto del año.

¿Qué era, o mejor dicho, quién era este «Sol Invictus»? Era precisamente la personificación del sol, identificado con Helios, Gebal y, en última instancia, con Mitra, en una especie de asimilación monoteísta entre la deidad y el astro solar. El culto al «Sol Invictus» se originó en Oriente (en particular, en Egipto y Siria), donde las celebraciones del rito del nacimiento del Sol implicaban que los fieles, desde los santuarios donde se reunían, salieran a medianoche para anunciar que la Virgen había dado a luz al Sol, representado como un niño. Desde Oriente, el culto se extendió a Roma y Occidente.

¿Es realmente la única razón por la que celebramos la Navidad en esta época del año? Tal vez no. De hecho, los descubrimientos en Qumrán han permitido establecer que sí tenemos motivos para celebrar la Navidad el 25 de diciembre.

El año y el día del nacimiento de Jesús

Recordemos, en primer lugar, que Dionisio el Menor, el monje que en el año 533 calculó el año de inicio de la era cristiana, retrasó unos seis años el nacimiento de Cristo, que, por tanto, habría venido al mundo en torno al año 6 antes de Cristo. ¿Tenemos alguna otra pista al respecto? Sí, la muerte de Herodes el Grande en el año 4 a.C., ya que murió en esa época y sabemos que tuvieron que pasar más o menos dos años entre el nacimiento de Jesús y la muerte del rey, lo que coincidiría con el año 6 a.C.

Sabemos, pues, de nuevo por el evangelista Lucas (el más rico en detalles en la narración de cómo se produjo el nacimiento de Jesús) que María se quedó embarazada cuando su prima Isabel estaba ya de seis meses. Los cristianos occidentales siempre han celebrado la Anunciación a María el 25 de marzo, es decir, nueve meses antes de Navidad. Los orientales, por su parte, celebran también la Anunciación a Zacarías (padre de Juan el Bautista y esposo de Isabel) el 23 de septiembre. Lucas entra en más detalles al contarnos que, en el momento en que Zacarías se enteró de que su mujer, ya tan mayor como él, quedaría embarazada, estaba sirviendo en el Templo, siendo de casta sacerdotal, según la clase de Abia. Sin embargo, el propio Lucas, escribiendo en una época en la que el Templo aún funcionaba y las clases sacerdotales seguían sus rotaciones perennes, no explicita, dándolo por hecho, el momento en el que la clase de Abia prestaba sus servicios.  Pues bien, numerosos fragmentos del Libro de los Jubileos, encontrados precisamente en Qumrán, han permitido a estudiosos como Annie Jaubert y el judío israelí Shemarjahu Talmon reconstruir con precisión que el turno de Abia tenía lugar dos veces al año: el primero del 8 al 14 del tercer mes del calendario hebreo, el segundo del 24 al 30 del octavo mes del mismo calendario, correspondiendo así a la última decena de septiembre, en perfecta armonía con la fiesta oriental del 23 de septiembre y a seis meses del 25 de marzo, lo que haría suponer que el nacimiento de Jesús tuvo lugar realmente en la última decena de diciembre y que, por tanto, tiene sentido celebrar la Navidad en esta época del año, ¡si no en este día!

El censo de César Augusto

Por el evangelio de Lucas (cap. 2) sabemos que el nacimiento de Jesús coincidió con un censo realizado en toda la tierra por César Augusto:

“En aquellos días un decreto de César Augusto ordenó que se hiciera un censo de toda la tierra. Este primer censo se hizo cuando Quirino era gobernador de Siria. Todos fueron a empadronarse, cada uno en su ciudad”.

¿Qué sabemos al respecto? Por lo que leemos en las líneas VII, VIII y X de la transcripción de las “Res gestae” de Augusto que se encuentra en el “Ara Pacis” de Roma, nos enteramos de que César Octavio Augusto censó a toda la población romana tres veces, en los años 28 a.C., 8 a.C. y 14 d.C. En este contexto hay que situar el famoso censo relatado en el Evangelio de Lucas (Lc 2,1).

En la antigüedad, la realización de un censo de toda la tierra tenía que llevar, obviamente, un cierto tiempo antes de que se terminara el censo. Y aquí otra aclaración del evangelista Lucas nos da una pista: Quirino era el gobernador de Siria cuando se hizo este «primer» censo. Pues bien, P. Sulpicio Quirino fue gobernador de Siria probablemente desde el año 6-7 d.C. Hay opiniones divergentes de los historiadores sobre esta cuestión: algunos suponen, de hecho, según el llamado Lápido de Tívoli (en latín “Lapis” o “Titulus Tiburtinus”) que el propio Cirenio tuvo un mandato anterior en los años 8-6 a.C. (lo que sería compatible tanto con la fecha del censo de Augusto como con el nacimiento de Jesús); otros, sin embargo, traducen el término «primero» (que en latín y griego, al ser neutro, puede tener también valor adverbial) como «antes de que Cirenio fuera gobernador de Siria». Ambas hipótesis son admisibles, por lo que lo que se narra en los evangelios sobre la realización del censo en la época del nacimiento de Jesús es plausible.

En Belén de Judea

Belén es hoy una ciudad de Cisjordania y no tiene nada de bucólico ni de pesebre. Sin embargo, hace dos mil años era una pequeña ciudad, conocida, no obstante, por ser el hogar del rey David. De aquí, decían las escrituras, debía salir el mesías esperado por el pueblo de Israel (Miqueas, cap. 5).

Además del tiempo, por tanto, se conocía también el lugar en el que iba a nacer este mesías, esperado, como hemos visto, por el pueblo judío y sus vecinos de Oriente. 

Es curioso que el nombre de este lugar, compuesto por dos términos hebreos diferentes, significa: ‘casa del pan’ en hebreo (בֵּֽית = bayt o beṯ: casa; לֶ֣חֶם = leḥem: pan); ‘casa de la carne’ en árabe (ﺑﻴﺖ = bayt o beyt, casa; لَحْمٍ = laḥm, carne); ‘casa del pescado’ en las antiguas lenguas sudábricas. Todas las lenguas mencionadas son de origen semítico y, en estos idiomas, a partir de la misma raíz de tres letras, es posible derivar un gran número de palabras relacionadas con el significado original de la raíz de origen. En nuestro caso, el del nombre compuesto Belén, tenemos dos raíces: b-y-t que da lugar a Bayt o Beth; l-ḥ-m que da lugar a Leḥem o Laḥm.

En todos los casos Bayt/Beth significa hogar, pero Laḥm/Leḥem cambia de significado según el idioma. 

La respuesta se encuentra en el origen de las poblaciones a las que pertenecen estas lenguas. Los hebreos, al igual que los arameos y otros pueblos semíticos del noroeste, vivían en el llamado «Creciente Fértil», es decir, una vasta zona entre Palestina y Mesopotamia en la que se podía practicar la agricultura, por lo que eran un pueblo sedentario. Su principal medio de vida era, por tanto, el pan. Los árabes, población nómada o seminómada del norte y centro de la Península Arábiga, predominantemente desértica, obtenían su principal sustento de la caza y la agricultura, que hacían de la carne su alimento por excelencia. Por último, los surárabes, que vivían en las costas del sur de la Península Arábiga, tenían el pescado como alimento principal. De ahí que podamos entender por qué la misma palabra, en tres lenguas semíticas diferentes, significa tres alimentos distintos.

En consecuencia, podemos ver cómo Belén tiene, para diferentes pueblos, un significado aparentemente distinto pero de hecho unívoco, ya que indicaría no tanto el hogar del pan, la carne o el pescado, sino el hogar del verdadero alimento, aquel del que no se puede prescindir, aquel del que depende la propia subsistencia, aquel sin el que no se puede vivir. 

Curiosamente, Jesús, hablando de sí mismo, dijo: «Mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida» (Jn 6,51-58). 

La historia nos ha transmitido que, ya a mediados del siglo II, San Justino y luego Orígenes, un autor del siglo III, confirmaron que en Belén, tanto los cristianos como los no cristianos, conocían la ubicación exacta de la cueva y el pesebre, y ello porque el emperador Adriano, en el año 135 d.C., con la intención de borrar de la memoria los lugares judíos y judeocristianos de la nueva provincia de Palestina, quiso hacer construir templos paganos exactamente sobre el lugar de los de la antigua fe en la región. Así lo confirman San Jerónimo y San Cirilo de Jerusalén.

Al igual que en Jerusalén, en el lugar de los santuarios en honor a la muerte y resurrección de Jesús, Adriano hizo construir estatuas de Júpiter y Venus (Jerusalén había sido reconstruida entretanto como “Aelia Capitolina”), en Belén se había plantado un bosque sagrado para Tammuz, es decir, Adonis. Sin embargo, gracias al conocimiento de la estratagema de Adriano, el primer emperador cristiano, Constantino y su madre Helena pudieron encontrar los lugares exactos de las primitivas “domus ecclesiæ”, que más tarde se convertirían en pequeñas iglesias, donde se veneraban y guardaban los recuerdos y reliquias de la vida de Jesús de Nazaret.

El autorGerardo Ferrara

Escritor, historiador y experto en historia, política y cultura de Oriente Medio.

Vaticano

Mons. Nappa es el nuevo presidente de Obras Misionales Pontificias

Obras Misionales Pontificias tiene un nuevo presidente, monseñor Emilio Nappa, nombrado el pasado 3 de diciembre.

Paloma López Campos·20 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Monseñor Nappa nació en Nápoles en el año 1972. Se ordenó en 1997 y desde septiembre de 2022 trabajaba en la Secretaría de Economía. El pasado 3 de diciembre el Papa le nombró presidente de Obras Misionales Pontificias y le concedió el título de arzobispo. La ordenación episcopal tendrá lugar el próximo 28 de enero en la basílica de san Pedro. Emilio Nappa sucede en el cargo a monseñor Giampietro Dal Toso, que concluyó su mandato el pasado 30 de noviembre. Dal Toso deja el cargo después de haber estado al frente de OMP desde 2016.

Con el ánimo bien dispuesto, el nuevo presidente afirma que “a pesar de las posibles dificultades y problemas a afrontar, nuestras Obras Misionales Pontificias son una realidad hermosa y muy viva, con una vocación especial en la Iglesia, que el mismo Papa Francisco ha subrayado en la reciente Constitución Apostólica Praedicate Evangelium sobre la Curia Romana y su servicio a la Iglesia en el mundo”.

Mons.Nappa ha pedido colaboración y comprensión en su nuevo encargo para que “caminemos juntos en espíritu sinodal y en comunión de oración y acción, profundizando cada vez más el carisma de la OMP y sus actividades”.

El saludo completo del nuevo presidente se puede encontrar en la página web de Obras Misionales Pontificias.

Vaticano

Estas son las actividades del Papa esta Navidad

Esta semana está llena de celebraciones y el Papa hará apariciones en varias de ellas. Ofrecemos un pequeño calendario con las actividades de Francisco a lo largo de las fiestas.

Paloma López Campos·20 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El miércoles 21 de diciembre, a las nueve de la mañana, el Papa mantendrá la habitual audiencia general en el Aula Pablo VI. La semana pasada el Santo Padre comentó que estaba llegando al fin de su catequesis sobre el discernimiento.

Al día siguiente, el jueves 22, tendrá lugar la felicitación a la Curia Romana por las fiestas navideñas. Más tarde, ocurrirá lo mismo con los trabajadores del Vaticano.

El sábado 24, a las 19:20 horas, el Papa celebrará la Misa de vísperas de la Navidad en la Basílica de San Pedro. Al día siguiente, domingo 25, tendrá lugar la bendición Urbi et Orbi a las 12:00 y el Papa proclamará su mensaje navideño.

El Ángelus desde el balcón del Palacio Apostólico se traslada al lunes 26, teniendo lugar a las 12 horas de ese día.

El sábado 31, a las cinco de la tarde, el Papa rezará las vísperas y la oración Te Deum para dar gracias por el año vivido.

Al día siguiente, Jornada Mundial de la Paz, se celebrará a las 10 de la mañana la santa Misa por la solemnidad de María Santísima Madre de Dios.

El día 6, en la fiesta de la Epifanía del Señor, el Papa celebrará una Misa en la Basílica de San Pedro a las 10 de la mañana.

Finalmente, en la festividad del Bautismo del Señor, el 8 de enero, habrá una Misa a las 9:30 en la Capilla Sixtina.

Evangelización

La familia Ulma: siete mártires de la fe cristiana

El Papa Francisco aprobó el 17 de diciembre un decreto sobre el martirio, en defensa de la fe, de los siete miembros de la familia polaca Ulma, en la localidad de Markowa. Los padres, Jozef y Wiktoria, dieron escondite a una familia judía perseguida, y por ese motivo fueron asesinados junto con sus hijos: seis menores y el que Wiktoria, embarazada, llevaba en el vientre.

Ignacy Soler·20 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

El 24 de marzo de 1944 hacia las 5.00 de la mañana en Markowa, cerca de Ucrania, gendarmes alemanes asesinaron a ocho judíos y a Józef Ulma, que los escondía, junto con su esposa Wiktoria, que estaba en el último mes de embarazo, y sus seis hijos.

Tras la decisión de Hitler de llevar a cabo la inhumana «solución final» de exterminio de todos los judíos, los Ulma, conscientes del riesgo y a pesar de sus estrecheces económicas, pero movidos por el mandamiento del amor y el ejemplo del Buen Samaritano ayudaron a los judíos.

Ya desde la segunda mitad de 1942 escondieron a Saul Goldman con sus cuatro hijos adultos, y también a Lea Didler y Gołda Grünfeld con su hija pequeña. Los Goldman eran vecinos de la casa familiar de Józef Ulma, que era conocido por su bondad hacia los judíos. Anteriormente, ayudó a otra familia judía a construir un escondite.

La familia Ulma también fue testigo de cómo en 1942, en la parcela vecina donde se enterraban los animales, los nazis fusilaron a 34 judíos de Markowa y alrededores. Entre los más de cuatro mil habitantes de Markowa, los Ulmas no fueron la única familia que escondió judíos. Al menos otros 20 judíos sobrevivieron a la ocupación en cinco casas de campesinos.

Antes de la Segunda Guerra Mundial vivían en Markowa unos 120 judíos. En 1995, Wiktoria y Józef Ulma fueron honrados póstumamente con el título de Justos de las Naciones.

Józef Ulma nació el 2 de marzo de 1900 en Markowa, era el séptimo hijo de Marcin Ulma y Franciszka Kluz. Primero, completó cuatro clases de escuela primaria y luego, después del servicio militar, se graduó con premio final en la escuela agrícola de Pilzno. En 1935, Józef se casó con Wiktoria Niemczak, también de Markowa.

Wiktoria nació el 10 de diciembre de 1912. A los 6 años perdió a su madre. Estudió en una escuela pública en Markowa. También asistió a cursos en la Universidad Popular en la cercana Gać. Después de su matrimonio se dedicó a trabajar en casa y cuidar a los niños.

En los nueve años de matrimonio  a la familia Ulma les nacieron seis hijos: Stanisława (nacida el 18 de julio de 1936), Barbara (nacida el 6 de octubre de 1937), Władysław (nacido el 5 de diciembre de 1938), Franciszek (nacido el 3 de abril de 1940), Antoni (nacido el 6 de junio de 1938, 1941) y María (nacida el 16 de septiembre de 1942). Los educaron en el espíritu de fe y amor cristianos, enseñándoles el amor al trabajo y el respeto por los demás. En la primavera de 1944, Wiktoria esperaba otro hijo.

Józef y Wiktoria eran agricultores de una pequeña finca de varias hectáreas de su propiedad, como es habitual en Polonia. Józef era un hombre extremadamente trabajador e inventivo. Además de cultivar hortalizas, también se dedicaba a la fruticultura, de la que era un activo promotor en el pueblo. Fundó los primeros huertos y un vivero de árboles frutales, donde demostraba técnicas de jardinería todas las semanas.

Ofreció de buena gana consejos y ayuda, transmitiendo sus conocimientos recién adquiridos a otros. Sabía de apicultura y mantenía un buen número de colmenas. Su innovación también se reveló en el hecho de que fue el primero en el pueblo en introducir electricidad en su casa, conectando una bombilla a un pequeño molino de viento construido a mano.

Józef tuvo mucha iniciativa social y participaba activamente en los asuntos de la comunidad local. Fue bibliotecario en el Club de Jóvenes Católicos, miembro activo de la Unión de Jóvenes Rurales de la República de Polonia «Wici». También dirigió la cooperativa láctea Marków y fue miembro de la cooperativa de salud en Markowa. Su mayor pasión fue la fotografía, una actividad que era extremadamente rara en los pueblos polacos de ese tiempo. Aprendió sobre fotografía de los libros. Wiktoria, por su parte, era actriz en el grupo de teatro aficionado de la Asociación de Jóvenes Rurales de la República de Polonia «Wici».

Józef y Wiktoria eran miembros activos de la parroquia de santa Dorotea en Markowa. Su vida de fe se basaba en los dos mandamientos: el amor a Dios y el amor al prójimo. Ya en su adolescencia, Józef participó en las actividades de la Asociación de Misas de la Diócesis de Przemyśl. También fue miembro de la Asociación de Jóvenes Católicos. Como esposos, profundizaron su fe a través de la oración familiar y la participación en la vida sacramental de la Iglesia. Ambos pertenecían también a la Hermandad del Rosario Viviente. Para Józef y Wiktoria la vida cristiana de sus hijos era lo más importante. Les trasmitieron la fe viva en Cristo y el amor a todos sin excepciones.

En pocos minutos de la madrugada del 14 de marzo de 1944, 17 inocentes fueron asesinados. Józef y Wiktoria murieron a manos de gendarmes, acérrimos y despiadados guardianes del sistema nazi alemán.

Junto con ellos, también fueron fusilados sus hijos y los judíos a los que habían dado cobijo. El hijo por nacer de los Ulmas también murió.

Toda la familia Ulma son mártires, dieron un testimonio de vida cristiana hasta morir. No es fácil dar la vida por la fidelidad a la fe cristiana y al mandamiento evangélico del amor al prójimo, pero más difícil todavía es arriesgar y dar la vida de la propia familia por amor a Dios y al prójimo. Ellos lo consiguieron, con la gracia de Dios.

Educación

Navidad, dulce (y sobria) Navidad

La ajustada situación económica puede convertirse para muchas familias en la oportunidad para vivir una Navidad más auténtica.

Miguel Ángel Carrasco·20 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 6 minutos

C. S. Lewis dijo: «Una vez en nuestro mundo, un establo tuvo algo dentro que era más grande que todo nuestro mundo”. Pero lo cierto es que, aunque en estos días los comercios, la publicidad, la decoración de las calles y las plataformas audiovisuales nos hablan continuamente de la Navidad, son relativamente pocos los que viven esta celebración con un sentido trascendente. 

La escalada consumista en esta época del año ha alcanzado la categoría de tradición. Y aunque a nadie se le escapa que esta vez las circunstancias económicas llevarán a muchos a moderar el gasto, desde hace semanas vuelve a notarse el tirón del consumo propio de estas fechas. Resulta llamativo que hasta un 70% de los ciudadanos afirme que gastará lo mismo que en la Navidad el año pasado (el dato es de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores).

No es cuestión de desalentar el consumo en un momento tan delicado como este, pero lo cierto es que a las familias que sí tendremos que apretarnos el cinturón en estas fiestas se nos presenta una excelente oportunidad para educar a nuestros hijos, enseñándoles a prescindir de todo lo que no necesitan y a vivir la Navidad con autenticidad; al tiempo que hacemos un poco más viable la economía familiar: dos pájaros de un tiro.

En los regalos… menos es más

Una de las peores cosas que podemos hacer a los niños es concederles todo lo que nos piden. A veces, como padres, queremos darles siempre “lo mejor” y evitarles cualquier sufrimiento, por pequeño que sea, aunque forme parte de su aprendizaje natural. Porque vivimos en una sociedad donde la meta es, por encima de todo, la comodidad.

En las Navidades que se avecinan, según el estudio de una conocida cadena de supermercados, dos tercios de los hogares españoles destinarán hasta 200 euros a la compra de juguetes (pensemos que el número promedio de hijos en España es 1,19). 

En las fiestas de Navidad y Reyes Magos se produce, cada año, lo que los especialistas denominan “síndrome del niño hiperregalado”. Un pequeño que recibe demasiados juguetes acaba por no apreciar ninguno de ellos, sintiendo insatisfacción, hastío y frustración. Ocurre con frecuencia cuando todos en el entorno del niño (abuelos, tíos…)  quieren obsequiarle y no hay nadie -idealmente deberían ser los padres- que ponga un poco de orden en tanto despropósito.

Otras veces, y esto es aún más problemático, el exceso de regalos procede del sentimiento de culpa de algunos padres, que de esta manera tratan de compensar la falta de atención que ofrecen a sus hijos.

Como alternativa, está la conocida -y aconsejable- “regla de los cuatro regalos”. La norma tiene diversas variantes, pero en definitiva se trata de limitar el número de presentes y de darles una orientación que se aleje del capricho. Así, se propone que los obsequios sean: alguna prenda u objeto práctico que el niño necesite (unos zapatos, una mochila…); un juguete educativo o un libro; un regalo que el pequeño verdaderamente desee; y,  finalmente, un juego que permita la relación con otros niños.

Tanto si empleamos esta fórmula como si no, hay que tener presente que en educación casi nada se logra por casualidad. Si queremos educar a nuestros hijos en la moderación, deberemos ir modulando previamente sus expectativas, por ejemplo sentándonos con ellos para escribir la carta a los Reyes y llevando sus deseos hacia el terreno de lo razonable.

Manifestar claramente a los niños que “este año los Reyes Magos traerán algunos regalos menos” o que “esta Navidad haremos más planes en casa porque no podemos gastar tanto”, no es algo que debiera avergonzarnos sino, por el contrario, una gran lección que les ayudará a apreciar el valor de las cosas y a distinguir lo que realmente es importante en estas fiestas.

Agradecimiento y aprecio de las cosas sencillas

La satisfacción continua de todo capricho embota la cabeza y atrofia la sensibilidad. ¿Cómo valorar entonces los bienes cotidianos de la vida -la naturaleza, la familia, disponer de un hogar…- ? Chesterton, gran maestro de la paradoja y amante de las tradiciones navideñas, dijo “siendo niños éramos agradecidos con los que nos llenaban los calcetines por Navidad. ¿Por qué no agradecíamos a Dios que llenara nuestros calcetines con nuestros pies?” O dicho en clave contemporánea: a los niños de hoy, que ansían que les regalen un smartphone o una videoconsola, ¿no deberíamos enseñarles primero a dar las gracias por tener una familia, un techo, comida y ropa con la que vestirse?

Pero hablemos en positivo, porque los beneficios de educar a los hijos en la moderación, el agradecimiento y la austeridad, son muchos: una persona agradecida es, indudablemente, más feliz. Y un niño que aprende a renunciar (libremente, no por obligación) a las cosas que quizás resultan imprescindibles para sus iguales es más dueño de su destino y podrá arrostrar las dificultades con mayor probabilidad de éxito. Trabajemos con nuestros hijos en esta línea y los convertiremos en auténticos líderes de sus vidas y de la sociedad. 

Adolescentes: el arte de razonar sin imponer

Cuando los hijos se adentran en la adolescencia comienzan cuestionarlo todo; por supuesto también a sus padres, a quienes continuamente piden explicaciones. A la hora de educar el sentido de la moderación, tendremos que acudir a argumentos más elaborados que en el caso de los niños pequeños. Hay que ser conscientes de que los chicos a esta edad están sometidos a una fuerte presión del entorno que les empuja al consumo (ropa, dispositivos tecnológicos, videojuegos…). Pero no es menos cierto que ya cuentan con la suficiente madurez intelectual para atender a razonamientos más complejos. Recordemos -todos hemos pasado por esta etapa- que lo que más detesta un adolescente es que le sigan tratando como a un niño.

A veces los padres tienen la sensación de librar una “guerra de desgaste” con sus hijos, en la que solo vence quien resiste en pie sin ceder terreno: cualquier indicación se convierte en objeto de polémica. En parte es algo natural, pero lo que no debemos perder de vista es que, por mucho que el adolescente se oponga una y otra vez a las decisiones de sus padres, cuando hacemos el esfuerzo de exponer nuestros puntos de vista empleando el diálogo y no la imposición, esas razones no caen en saco roto y, poco a poco, van calando en la educación del hijo.

Una buena estrategia es buscar modos de conectar con los valores dominantes en los chicos de estas edades -porque el mainstream también tiene cosas buenas-. Es un hecho que las nuevas generaciones son mucho más conscientes de la necesidad de cuidar el planeta, y que esa preocupación tiene un peso muy significativo en sus hábitos de consumo. Reutilizar, reparar los objetos que se estropean, comprar en tiendas de segunda mano, utilizar aplicaciones de economía circular… son en buena medida comportamientos más naturales para muchos jóvenes actuales que para sus padres. Y, en definitiva, la sostenibilidad a todos los niveles -personal, social, medioambiental…- no es sino una consecuencia de la virtud de la templanza (o, en un lenguaje más actual, del autocontrol y la moderación).

La conciencia de que hay muchas personas, en nuestro entorno o en otros lugares, que carecen incluso de los medios materiales más básicos es sin duda un revulsivo que habitualmente removerá la conciencia de nuestros hijos de estas edades. Porque, incluso en el caso de que la crisis económica no nos afecte, ¿no es una indecencia el consumo desenfrenado cuando hay tantos que no tienen lo necesario para vivir? En este sentido, la reciente propuesta del Papa Francisco para que reduzcamos una parte del gasto durante las fiestas de Navidad y lo destinamos a ayudar a las familias de Ucrania, puede ser una manera idónea de hacer aflorar los ideales nobles que todo adolescente guarda en su interior. 

El arma secreta de los padres

No hace falta recordar que, en el planteamiento educativo que hemos tratado de exponer en estas líneas, los padres tienen el gran reto de enfrentarse a la abrumadora maquinaria publicitaria del mercado, con sus algoritmos, su estrategia omnicanal y sus cientos de cabezas pensantes. El fracaso estaría asegurado si no fuera porque disponemos de un arma infalible, cuyo buen resultado ha sido atestiguado por los educadores de todos los tiempos: el ejemplo.

No hay mecanismo más eficaz para educar a los hijos que la propia conducta de sus padres. Es, de hecho, el presupuesto indispensable para que funcionen cada uno de los consejos que hemos ido exponiendo a lo largo de este artículo. Si esta Navidad, nuestros hijos ven cómo renunciamos a nuestra comodidad para hacer la vida más agradable a los demás; si comprueban que también nosotros somos moderados a la hora elegir nuestros regalos; si, en definitiva, se dan cuenta de que mamá y papá, son coherentes con lo que predican y no ceden a sus propios caprichos de adultos… entonces tenemos la mitad de la batalla ganada.

Se aproxima una hermosa celebración: la memoria de un acontecimiento que cambió para siempre el destino de la humanidad. No privemos a nuestros hijos de experimentar la alegría auténtica de ver nacer al Niño en cada una de nuestras familias. Ojalá tengamos presente que Él es el verdadero regalo que da sentido a esta entrañable fiesta.

El autorMiguel Ángel Carrasco

Vaticano

Los regalos que pidió un niño llamado Joseph Ratzinger

Rome Reports·19 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

Un pequeño misal (el Volks-Schott) una casulla verde y un corazón de Jesús. Éstos fueron los regalos que un pequeño Joseph Ratzinger de 7 años pidió al niño Jesús en la Navidad de 1934. 

La carta terminaba con un «siempre quiero ser bueno. Saludos de Joseph Ratzinger», la carta se expone en la casa familiar de los Ratzinger, convertida en museo. 


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Iniciativas

Solo el amor lo ilumina todo

Cáritas lanza este año su campaña de Navidad con el lema “Solo el amor lo ilumina todo”. Acompaña a la iniciativa el tradicional villancico de Los peces en el río interpretado por el grupo “Siempre Así”.

Paloma López Campos·19 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Según los datos que comparte Cáritas España a través de una nota de prensa, el 19,3% de los hogares con ingresos bajos recurren a las parroquias, servicios sociales y ONGs para poder cubrir necesidades básicas como la alimentación o la ropa. Más de dos millones de familias se encuentran en una situación precaria y uno de cada tres jóvenes sufre exclusión social.

Estas dificultades no impiden la llegada de las fiestas navideñas. Como indica Cáritas en la nota sobre la campaña, “la Navidad llega como el tiempo favorable en el que Dios se hace presente en medio de nuestra historia. Hoy, y a pesar de la debilidad de nuestra fe, también nos parece increíble que Dios se haga ‘Uno’ con nuestra humanidad frágil, a veces mezquina e incoherente, y que elija poner su casa en medio de los pobres. Dios sigue naciendo para humanizarnos y plantar en nosotros el deseo de bondad que hace posible esperar algo nuevo capaz de trastocar y cambiar nuestras sombras en penumbras que dejen espacio a la luz”.

El reto para esta Navidad

Además de pedir donativos para ayudar a las familias y personas que lo necesitan, Cáritas lanza una invitación para que seamos conscientes de que el Amor nos hace a todos iguales. Esto nos debe llevar a ver la sociedad como una gran familia en la que se aspira al bien común y a la defensa de los derechos humanos.

Como actos concretos de amor hacia el prójimo, la campaña menciona otros cinco gestos que pueden servir para “ser Navidad y luz para los demás”:

“-Mira a las demás personas con sonrisa y ternura, sin juzgar y trata de comprender.

-Escucha con paciencia para acoger y recibir, para acortar distancias.

-Cuida y ofrece algo de ti a los demás.

-Comparte tu alegría, tu conversación, tu compañía, tu generosidad.

-Escribe un compromiso que te propongas esta Navidad para que empieces el nuevo año con deseos de hacer el mundo mejor”.

A continuación os dejamos el vídeo con el villancico interpretado por Siempre Así.

Experiencias

Carlota Valenzuela: “En nuestra vida normal no dejamos hueco a la Providencia”

De Finisterre a Jerusalén, esa fue la peregrinación de Carlota y ahora, recién llegada a España, nos cuenta su experiencia en Omnes.

María José Atienza / Paloma López·19 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

«De Finisterre a Jerusalén», quizás así es como se la conoce ahora. Carlota Valenzuela comenzó hace un año a caminar hacia Jerusalén, en una peregrinación que ha sido, según ella, más bien un viaje espiritual.

Nacida en Granada, con tan solo 30 años y un doble grado en Derecho y Ciencias Políticas, lo dejó todo atrás para responder a una llamada. Ha concedido una entrevista a Omnes hablando de su experiencia.

¿Cómo nace la idea del viaje y cómo ha ido cambiando a lo largo de la peregrinación?

–La idea del viaje nace como una llamada. Yo siento de una forma muy clara y muy fuerte que Dios me está proponiendo la peregrinación. No es tanto que me lleve de la mano, sino que me lo pone delante. Solamente pensar en la voluntad de estar haciendo la voluntad de Dios me dio tanta alegría y tanta paz que no dudé.

Cuando nace la idea, yo no tenía ni idea de cómo iba a ser. Ahora, con perspectiva, entiendo que yo dije que sí y me lancé al vacío. No intenté tenerlo todo controlado. Hice una línea aproximada de la ruta y, grosso modo, cuánto tiempo me iba a llevar. Luego, pasito a pasito, fui haciendo la peregrinación.

¿Cuál fue la reacción de tu familia y de tus amigos?

–Fue un momento dramático, especialmente con mis padres. Tuve todo tipo de reacciones. En un extremo estaba la gente que estaba muy preocupada y que pensaba que era una locura. Luego estaba la gente a la que la idea le parecía absurdo. Hubo a quienes les parecía algo curioso y también aquellos que pensaban que era la mejor idea del universo.

¿Qué te ha sorprendido más del camino?

–Lo que más me ha sorprendido es la Providencia. En nuestra vida normal no dejamos hueco a la Providencia, lo tenemos todo bastante estructurado. Al empezar a caminar por la mañana sin saber lo que va a ocurrir, sin poder suplir las necesidades de forma autónoma, empiezas a ver a Dios de una forma muy clara. Hay que dejar hueco a la Providencia.

Por ejemplo, uno de los primeros días llegué a un pueblo muy pequeño en el que no había nada. Empecé a preocuparme por el sitio para dormir y por la comida. Me paré a beber agua para intentar relajarme un poco. En eso, una pareja de señores mayores llegó caminando. Me preguntaron qué estaba haciendo con la mochila y respondí que iba de camino a Jerusalén. De inmediato quisieron saber si tenía sitio para dormir y, cuando les dije que no, me acogieron en su casa.

Cosas como esta pasaron todos los días durante la peregrinación. No es un cuento, yo lo he experimentado en mi propia vida.

¿Cómo fue la peregrinación espiritual?

–El camino físico acompaña al espiritual. Ha sido sobre todo un camino de confianza. Jesús mismo dice en el Evangelio “Pedid y se os dará”, “llamad y se os abrirá”. Yo fui soltando todo, dejando que Él haga.

Una vez llegas a Jerusalén, ¿qué piensas?

–Yo tenía un plan de entrada a Jerusalén que no pude hacer al final porque mi abuela se puso enferma y tuve que adelantar todo. Llevaba un año pensando en Jerusalén. No me hice grandes ilusiones pero tenía mi plan de llegada, con una semana de silencio en el Huerto de los Olivos.

Un día, estando en Ain Karem, me doy cuenta de que estoy al lado de Jerusalén y de que mi abuela se está muriendo. Me planteo si tengo que adelantar la entrada a la ciudad pero no me sentía preparada. Me sentía como una alumna que se presenta a un examen sin haber estudiado.

Para tomarme un tiempo, fui a Belén y allí vi muy claro que tenía que volver a casa y entrar ya en Jerusalén.

Pasé a saludar al monje que me iba a acoger en una iglesia en el Huerto de los Olivos. Le comenté mi preocupación de no estar preparada y me dijo: “Cambia el foco, el foco no está en ti. Tú, evidentemente, no estás preparada, pero es que esto no va de ti, va de Él, de Cristo”. Le respondí que llevaba un año caminando, esperando el momento de entrar en Jerusalén pero el monje me respondió: “Él te lleva esperando toda la eternidad”. Allí me cambió completamente la perspectiva. No soy yo la que consigue las cosas con mis fuerzas, es Cristo quien lo hace.

Al final entré en Jerusalén. Sinceramente, tenía la cabeza puesta en mi abuela. Pasé tres horas dentro de la ciudad. Mi verdadera Jerusalén fue al volver a Granada y pasar con mi abuela su pasión.

¿Cómo se reza después de todo esto?

–Con mucha alegría. Me he dado cuenta de que la oración se ha fortalecido como un músculo. Me sorprendo a mí misma alabando a Dios o repitiendo jaculatorias. Es algo que, de alguna forma, se ha hecho natural.

¿Y ahora qué?

–No tengo ni idea. La voluntad de Dios. Entiendo el fondo de que mi vida tanto personal como profesional está orientada a Dios, solo quiero trabajar para Él. Pero todavía no conozco la forma, no es una idea materializada.

Mi verdadera Jerusalén fue al volver a Granada y pasar con mi abuela su pasión.

Carlota Valenzuela

¿Se te hace extraña la normalidad ahora que has vuelto a España?

–Se me hace muy raro estar aquí. Necesito andar, la naturaleza, evitar el ruido y las luces. Ahora me estoy empezando a ubicar pero la vuelta ha sido muy dura.

No me cuesta ver a Dios, pero me cuesta verme a mí misma. Tengo que hacerme a la idea de que ya no soy una peregrina. Estoy intentando encontrar una nueva rutina, estoy haciendo la transición. Es una fase muy rara.

¿Recomiendas la experiencia?

–Creo que si yo he sido capaz de hacer esta peregrinación, cualquiera puede hacerlo. Ni soy deportista, ni tengo capacidad de esfuerzo. Lo que más ha sorprendido en mi círculo cercano es que haya persistido.

Lo que yo he hecho se puede hacer en seis meses o dos años. No es una maratón, una cuestión de kilómetros. Es un proyecto tranquilo que puedes hacer como tú quieras, pero hay que llevar la motivación adecuada.

Seguro que te han preguntado mil veces. ¿Tienes pensado hacerte monja?

–No creo que Dios me llame a una vida en clausura. Que si me llama, ¡aquí estoy!, pero creo que me llama a una vida de familia.

El autorMaría José Atienza / Paloma López

Vaticano

Papa Francisco: “Dios es experto en transformar las crisis en sueños”

El Santo Padre se ha asomado a la ventana del Palacio Apostólico para rezar el Ángelus con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro.

Paloma López Campos·18 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

En la lectura del Evangelio de hoy, encontramos a un san José lleno de sueños para el futuro, “una hermosa familia, con una esposa afectuosa. Muchos hijos buenos y un trabajo digno. Sueños simples, buenos, de gente sencilla y buena. Sin embargo, de pronto, estos sueños se rompen contra un descubrimiento desconcertante: María, su prometida, espera un niño, y ese niño no es suyo”.

El Papa nos invita a asomarnos al corazón de este pobre artesano: “¿Qué pudo haber sentido José? Desconcierto, dolor, desorientación, quizá también enfado y desilusión. El mundo se le vino encima”.

Ante esta situación, “la ley le daba dos posibilidades. La primera, denunciar a María y hacerle pagar el precio de una presunta infidelidad. La segunda, anular su compromiso, en secreto, sin exponer a María al escándalo y a graves consecuencias, tomando sobre sí el peso de la vergüenza. José elige esta segunda vía, la vía de la misericordia”.

“En el centro de esta crisis” continúa el Papa, “Dios enciende en el corazón de José una luz nueva. En sueños le anuncia que la maternidad de María no procede de una traición, sino que es obra del Espíritu Santo, y que el niño que nacerá es el Salvador. María será la madre del Mesías y él será su custodio”.

La respuesta de san José

Todo esto provoca que, al despertar, José comprendiera que “el sueño de todo israelita, ser el padre del Mesías, se está haciendo realidad en él de modo absolutamente inesperado. Para realizarlo, en efecto, no le bastará con pertenecer a la estirpe de David y observar fielmente la ley, sino que deberá fiarse de Dios por encima de todo. Acoger a María y a su hijo de modo completamente diverso a como se esperaba”.

En realidad, nos cuenta el Papa, esto significa que “José deberá renunciar a sus confortantes certezas, a sus planes perfectos, a sus legítimas expectativas, a abrirse a un futuro enteramente por descubrir. Dios estropea sus planes y le pide que se fíe de Él. José responde y dice que sí”. Francisco señala que “su valentía es heróica y se realiza en el silencio. José se fía, acoge, se hace disponible y no pide más garantías”.

Meditando esta lectura, José nos invita a reflexionar. “También nosotros tenemos nuestros sueños y quizá en Navidad pensamos más en ellos”. Puede incluso que añoremos algunos sueños rotos, menciona el Papa, y vemos que “las mejores esperanzas, a menudo, deben enfrentarse a situaciones inesperadas, desconcertantes. Cuando esto sucede, José nos indica el camino. No hay que ceder a los sentimientos negativos, como la rabia y la cerrazón”.

José nos enseña, dice el Santo Padre, a “acoger las sorpresas de la vida, incluidas las crisis. Teniendo en cuenta que, cuando se está en crisis, no hay que decidir apresuradamente según el instinto, sino, como José, considerar todas las cosas y apoyarse en el criterio principal: la misericordia de Dios”.

El Papa afirma que “Dios es experto en transformar las crisis en sueños. Dios abre las crisis a perspectivas nuevas. Quizá no como nosotros esperamos, sino como Él sabe”. Los horizontes de Dios, finaliza Francisco, “son sorprendentes, pero infinitamente más amplios y hermosos que los nuestros”. Y así, junto a la Virgen María y san José, aprendemos a abrirnos a “las sorpresas de la Vida”.

Recursos

Cardenal Grech: el reto de la comunicación en el camino sinodal

El proceso sinodal plantea muchos retos a la Iglesia, siendo uno de los principales la comunicación. El cardenal Grech habló en Roma sobre esta aventura que implica "caminar juntos".

Giovanni Tridente·18 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El proceso sinodal actualmente en curso en la Iglesia tiene muchos desafíos por delante, y varios de ellos se refieren también a la comunicación y al modo en que se difunden periodísticamente los avances de este «caminar juntos». Así lo afirmó el cardenal Mario Grech, Secretario General del Sínodo de los Obispos, en su intervención en la Universidad de la Santa Cruz de Roma para presentar el libro Una Iglesia en diálogo, publicado por la Facultad de Comunicación con motivo de su 25 aniversario. Estos retos representan, al mismo tiempo, una oportunidad para aprender a «comunicar eficazmente el Sínodo», sabiendo que en el centro de esta comunicación debe estar el diálogo.

Entre los elementos de dificultad que el Cardenal prevé y que todos han podido experimentar en estos primeros meses del camino sinodal, muchos fueron identificados por el propio Papa Francisco en la apertura del Sínodo en octubre de 2021: «el riesgo de formalismo, es decir, de centrarse en el proceso; el riesgo de intelectualismo”, es decir, de ver el Sínodo como «una especie de grupo de estudio» en el que «los de siempre dicen las cosas de siempre». Acabar siguiendo las consabidas e infructuosas divisiones ideológicas y partidistas»; y el riesgo de la complacencia o la indiferencia, de «no tomarse en serio los tiempos en que vivimos».

Las lecturas negativas

También están las «lecturas negativas» que presentan el proceso como algo «diseñado para imponer cambios en la doctrina», sugiriendo que todo está ya decidido desde el principio; o la idea -extendida entre otros grupos- de que al final la consulta no conducirá a ningún cambio real, sin ninguna propuesta de acción sino sólo a una discusión estéril: 

«Esto también plantea cuestiones importantes desde el punto de vista de la comunicación sobre la gestión de las expectativas respecto a los resultados del Sínodo», comentó Grech.

Otros temores son el riesgo de que la Iglesia se encierre aún más en sí misma, en una especie de autorreferencialidad sobre cuestiones internas, cuando en cambio deberíamos «mirar al mundo, anunciando el Evangelio a las periferias y comprometiéndonos en el servicio a los necesitados».

«Reconocer estas interpretaciones erróneas es el primer paso para responder eficazmente», explicó el Presidente del Sínodo de los Obispos.

¿Cómo comunicar eficazmente?

¿Cómo, entonces, comunicar eficazmente la Iglesia sinodal? Una de las claves puede venir de «renovar nuestra misión evangélica, para dar testimonio de la Iglesia ‘hospital de campaña’ que estamos llamados a ser», reflexionó el Cardenal. Es necesaria, por tanto, la capacidad -también comunicativa- de mostrar una Iglesia capaz de acompañar a la gente de nuestro tiempo, sirviendo por ejemplo a las personas que se encuentran «heridas al borde de nuestras carreteras, y también en las calles digitales», y sin caer en particularismos.

En el centro de este proceso debe estar el diálogo, que inevitablemente «empieza por escuchar». De hecho, «sólo prestando atención a quién escuchamos, qué escuchamos y cómo escuchamos podemos crecer en el arte de comunicar», cuyo núcleo no es una teoría o una técnica, sino «la apertura del corazón que hace posible la cercanía», añadió el Cardenal, citando al Papa Francisco en su Mensaje para la pasada Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.

Fue de nuevo el Pontífice en la apertura del Sínodo quien recordó que «el verdadero encuentro nace sólo de la escucha» y de la escucha con el corazón, a través de la cual «las personas se sienten escuchadas, no juzgadas; se sienten libres de contar sus propias experiencias y su propio camino espiritual».

Para un encuentro auténtico

Otro aspecto destacado por Grech es la empatía, la capacidad de «sentir con los demás”, esencial para que crezca el diálogo, conocer a las personas allí donde viven «y asumir que sus opiniones son fruto de intenciones positivas». De este modo, el encuentro y la escucha son verdaderamente auténticos; una responsabilidad, por cierto, que corresponde a todos los bautizados, entendiendo que dialogar «significa también resistir a las ideologías preconstituidas sin dejarse realmente interpelar, cuando no incluso molestar, por la palabra del otro».

Al fin y al cabo, hay que tener paciencia y sentirse a gusto en las tensiones que inevitablemente hay que afrontar, «no confiando únicamente en nuestras propias capacidades, sino invocando siempre la asistencia del Espíritu Santo», concluyó el Cardenal.

El autorGiovanni Tridente

Mundo

Los obispos del Perú llaman al diálogo y a dejar la violencia

Ante los recientes acontecimientos de violencia en Perú, en los que se contabilizan ya 18 muertos y más de 400 heridos, la Conferencia Episcopal Peruana ha efectuado un llamamiento a “construir puentes de diálogo” y a “la serenidad a todos nuestros compatriotas que realizan protestas en diversas partes del país”.

Francisco Otamendi·17 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El domingo 18 de diciembre ha sido el día escogido por la Conferencia Episcopal del Perú para “expresar la paz, esperanza y fraternidad en el Perú, a través de la Jornada de Oración por la Paz “. Esta iniciativa, que cada Obispo concreta en su Jurisdicción Eclesiástica, ha sido impulsada por los obispos peruanos “ante la grave situación de dolor y violencia que viene sufriendo nuestro pueblo peruano debido a la crisis política actual”.

Para participar de esta jornada, se anima a las familias colocar un símbolo de paz en sus casas e instituciones (bandera blanca o pañuelo blanco), desde este momento.

Llamada a la serenidad

El mensaje de los obispos del Perú, tras varios días de enfrentamientos entre agentes policiales y manifestantes que protestan contra el Congreso de la República y a favor de un adelanto electoral, fue leído por el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, OFM, arzobispo de Trujillo, que es también presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

En primer lugar, la nota lamenta “profundamente el fallecimiento de dos personas en Andahuaylas, Apurímac”. A continuación, realiza “una apremiante invocación a construir puentes de diálogo, llamando a la serenidad a todos nuestros compatriotas que realizan protestas en diversas partes del país, cuyos reclamos, cuando justos, deben ser escuchados; pero que ejerzan su derecho sin violencia”.

La nota se dirige también “a las Fuerzas del Orden, especialmente a la Policía Nacional del Perú, para actuar en el marco de la Ley, velando por la integridad de las personas”.

Los obispos apelan “a la clase política, de manera especial al Poder Ejecutivo y a los Congresistas de la República, para preocuparse por la institucionalidad, el orden democrático, el debido proceso y el bien común de todos los peruanos, especialmente de los más desprotegidos”, y también “a todas las Instituciones del Perú, para que procuren la estabilidad del país, porque no podemos darnos el lujo de un desgobierno en nuestra Patria”.

“Nuestro querido país”, prosiguen, “no debe continuar en la zozobra, el miedo y la incertidumbre. Necesitamos diálogo sincero, calmar los ánimos para proteger nuestra débil Democracia, conservar la institucionalidad y mantener la fraternidad de nuestro pueblo. La violencia no es la solución a la crisis ni a las diferencias. ¡No más hechos de violencia!, ¡No más muertes! ¡El Perú debe ser nuestra prioridad!”, subrayan.

Finalmente, le jerarquía católica peruana invoca a la Santísima Virgen de Guadalupe, para que “nos guíe por caminos de justicia y de paz”.

Estado de Emergencia

Como es sabido, el nuevo gobierno de Perú, que preside la abogada Dina Boluarte, juró la semana pasada ante el pleno del Congreso como primera presidenta de la historia del Perú, tras la destitución del anterior presidente, Pedro Castillo, quien horas antes había decidido disolver el Parlamento para evitar su presunto procesamiento por supuestos actos de corrupción.

Durante la ceremonia de toma de posesión, Dina Boluarte realizó un llamamiento al diálogo para instalar un gobierno de unidad nacional, que ya tomó posesión, y solicitó a la Fiscalía que investigue los presuntos hechos de corrupción que han salpicado la política peruana en los últimos años.

Posteriormente, el nuevo gobierno de Perú declaró 30 días de emergencia nacional en medio de violentas protestas que se produjeron tras la destitución de Pedro Castillo, y que suspenden derechos y libertades públicos en el país andino.

Precisamente en el primer día de Estado de Emergencia dispuesto por el Gobierno de Dina Boluarte se ha registrado el número más alto de fallecidos.

Marchas, fallecidos y heridos

Las marchas comenzaron el pasado miércoles 7 de diciembre. Según la Defensoría del Pueblo, 12 personas fallecieron en las manifestaciones, y seis fueron víctimas de accidentes de circulación y hechos vinculados a los bloqueos de carreteras. Hasta el momento, Ayacucho es la región con el número mayor de muertos, siete. Le siguen Apurimac (6), La Libertad (3), Arequipa (1) y Huancavelica (1).

La Defensoría del Pueblo ha informado que hasta el momento hay 210 heridos civiles y 216 miembros de la Policía Nacional del Perú heridos. Es decir, 426.  Los bloqueos, marchas y paralizaciones han tenido lugar en los departamentos de Áncash, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Moquegua, Puno y San Martín.

La misma institución defensora del Pueblo ha solicitado en un comunicado fechado en Lima el “cese inmediato de hechos de violencia en protestas sociales y ha pedido a las Fuerzas Armadas y Policiales actuar confirme a la Constitución y la Ley”.

“Defensa de la democracia”

Hace poco más de una semana, el Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Peruana emitió un comunicado en el que calificó de “inconstitucional e ilegal la decisión del Sr. Pedro Castillo Terrones de disolver el Congreso de la República e instaurar un gobierno de emergencia excepcional”.

Asimismo, manifestó “rechazar de manera enérgica y absoluta, la ruptura del orden constitucional. Es derecho y deber moral de los pueblos y de los ciudadanos la defensa de la democracia”.

En el mismo comunicado, los obispos llamaron a “la unidad nacional, mantener la tranquilidad, y poner coto a cualquier forma de violencia y de afectación de los derechos fundamentales de los ciudadanos”.

El autorFrancisco Otamendi

Cultura

Saúl Alija: “El arte sacro tiene un papel fundamental en nuestro mundo”

Saúl Alija es un joven pintor zamorano que ha concedido una entrevista a Omnes para hablarnos sobre el arte sacro y su relación personal con el arte.

Paloma López Campos·17 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 7 minutos

Saúl Alija es uno de los nuevos rostros en el arte sacro español. Entre exposiciones en Salamanca, murales para Zamora, encargos para Barcelona y retablos de capillas bautismales, nos habla en Omnes sobre el arte sacro.

Saúl, ¿puedes empezar contándonos tu historia con la pintura y el arte sacro?

– “La verdad es que me he ido formando por mi cuenta, aunque los inicios se los debo a mi familia. Mi madre me quería llevar a una academia de pintura y me apuntó a la más cercana. Pero ella no sabía que el profesor era sacerdote. 

El profesor nos contaba muchas veces como había pintado murales en varias Iglesias cuando vivió en Roma y también muchas curiosidades sobre sus cuadros, que a mí me sorprendían mucho. Y también me gustaba el agradecimiento que mostraba al contárnoslo. 

Después de eso no volví a pintar porque ingresé durante unos 8 años en el seminario Redemptoris Mater de Castellón, donde he recibido mucho en todos los sentidos. Hasta que, durante el verano, me dio por pintar en unas casas abandonadas a la entrada de Zamora. Después de tanto tiempo, vi que aún seguía recordando las nociones para pintar que me había enseñado aquel sacerdote. 

El hecho de no haber pasado por ningún estudio reglado me ha servido muchísimo en la libertad que tengo en el manejo de los colores, las distintas pinceladas, la preparación de las escenas, usar los métodos que usaban los clásicos para ejecutar una pintura, etc. 

Hace un año abrí una cuenta de Instagram con algunas de mis obras de arte religioso y también otras pinturas sin mucha pretensión. Me escribieron un par de mensajes para que hiciera algunas obras por encargo para Barcelona y Salamanca, incluso un concejal de mi ciudad me escribió para pintar unos murales en las calles de Zamora. Fue así de espontáneo.

Detalle del cuadro encargado con motivo del Año de San José 2020 para la Iglesia del Espíritu Santo, Zamora.

Mi relación con el arte sacro ha sido igual de espontánea. Un sacerdote de mi diócesis me pidió un retablo especial para una comunidad que celebra en rito mozárabe, en un pueblo chiquitito de Zamora. Me puse a estudiar entonces el arte cristiano peninsular que se daba en el siglo XI, para poder ayudarles a celebrar de acuerdo con su tradición. También me encargaron un cuadro de San José para otra pequeña Iglesia, para celebrar el año iniciado por el Papa Francisco.

Actualmente, estoy trabajando en un retablo para la capilla bautismal de una Iglesia de Salamanca, para un párroco que quiere ayudar a los matrimonios jóvenes a ver la importancia del sacramento del bautismo y explicarles con el retablo lo que sucede en el momento de la celebración. 

Esta es, para mí la función del retablo: el Kerigma hecho arte, que en el momento de la celebración del bautismo, cruza la historia de la salvación, y reconecta a la asamblea con el momento del bautismo de Jesús en el Jordán, santificando las aguas, como nos muestra la iconografía. 

La forma que he tenido desde hace tiempo de contactar con las parroquias y los sacerdotes es a través de Instagram o del email que está allí también. Si desea alguien contactar conmigo para realizar algún retablo, solo tiene que escribirme a través de Instagram (@saulalija) y a partir de ahí, en oración común, vamos viendo las necesidades del proyecto”.

Y desde esta experiencia con los párrocos, ¿qué relación crees que existe entre la Iglesia y el arte?

–”Yo creo que es una relación profundísima. Aún hoy, hay conceptos teológicos que no comprendemos solamente con simples razonamientos, sino que necesitamos acudir a imágenes o catequesis que la Iglesia lleva siglos representando en sus retablos, en sus muros, en sus templos. De hecho, es curioso hasta qué punto está unida la emoción estética con la Nueva Evangelización en nuestra particular sociedad sentimentalista.

Hace unos meses hice una exposición en el claustro de la Universidad Pontificia de Salamanca, en la que reflexionaba acerca de la antropología sacramental, o intentaba hacer reflexionar, sobre la unión entre el arte como símbolo visible y la iglesia como sacramento invisible. 

Yo pensaba en tantos jóvenes de mi generación que estamos sufriendo las consecuencias de la ideología y de la falta de libertad, y quería crear una forma estética que no tuviera en cuenta los grupos de referencia, sino la espiritualidad común de la iglesia, que se extendiera a todos. Y creo que funcionó, al menos eso es lo que me han dicho mis amigos no creyentes”.

Pero esa exposición en Salamanca era un proyecto de arte religioso, no directamente para la Iglesia. ¿Cuál es la parte más importante a la hora de pintar arte para la Iglesia?

– “La oración, que tantas veces para mí es la parte más difícil. Y yo creo que es más importante que la técnica y la ejecución. Porque hay muchísimos cuadros de arte religioso que están perfectamente hechos, pero no consiguen provocar nada. Mientras que hay otros muchos cuadros que igual no son muy buenos pero que consiguen transmitir la intención de la iglesia 

Y a parte de la oración, también la sinceridad al componer la escena. Pintar momentos de Dios que se han sentido reales en tu vida se nota mucho. Yo creo que es una responsabilidad muy grande, sobre todo cuando las referencias actuales en el mundo del arte son tan variadas.

Hay varios peligros como el del espiritualismo estético, o buscar un tipo de arte en el que estés cómodo y busques darte gloria a ti mismo o fingir teologías, y desvirtuar los términos. Es muy triste porque nos está pasando a todos: en el mundo, pero también dentro de la Iglesia y dentro de la teología. Nadie debería buscar ser referente de ningún progreso, si es que anda detrás de las virtudes bíblicas, cuyo referente progresista es siempre Dios. Sin Él no hay originalidad, ni avance, ni intuiciones, al menos a mí me pasa y hay días que Dios me deja estar bajísimo de inspiración”.

¿Y por qué el arte en sí es una buena forma de transmitir a Dios?

– “Porque el arte está callado, no se irrita ante la indiferencia y no exige nada del otro, como tampoco Dios a nosotros. El arte no tiene la actitud de rechazo que tantas veces los cristianos o los curas mostramos hacia los no creyentes.

A los cristianos se nos puede exigir o infravalorar socialmente, hacernos callar, pero a una obra de arte no se la puede hacer callar, como mucho sacar fuera de contexto. 

Cuando un cuadro sagrado grita coherencia, estremece; no te juzga, no te mira mal. Y si te descuidas puede incluso hablarte del cielo. En las células de los ojos de todo hombre hay una memoria ontológica que guarda información de nuestro antiguo estado, que es el paraíso, el reino celeste. 

Mi generación ha multiplicado cada vez más los lugares en los que sentirnos queridos: cada vez más apps de citas, cada vez más conexión, cada vez más lorazepam, pero cada vez más soledad. Con el arte, en el interior de la persona se produce una emoción estética que la inocula profundísimamente y le hace recordar que en el principio vivía en el cielo; que su ser está hecho para no morir nunca. Y esta persona, enferma de eternidad, comenzará a necesitar cada vez dosis más altas de belleza hasta que Dios la toque”.

En un mundo en el que predomina el “selfie” de Instagram, ¿cómo se puede hacer hueco para el arte sacro?

–”Yo creo que el arte sacro tiene un papel fundamental en nuestro mundo. Veo descansar a mis amigos no creyentes cuando entran a una Iglesia conmigo y vemos arte sacro. ¡Cuántas veces me han dicho eso de “no me extraña que los antiguos creyeran al ver esta belleza”! Instagram se llenaría de arte sacro si supiéramos comunicar la belleza artística y moral de la Iglesia a las nuevas generaciones.

Un cuadro de Alija representando a san Juan Pablo II

El turismo religioso en España es una gran oportunidad en nuestras diócesis para enviar cristianos a formarse en Historia del arte y Catequética para enseñar la sabiduría profunda de los templos. Para mí es uno de los retos de la Nueva Evangelización, antes de que dejemos que los expertos acaben con la espiritualidad, como va a pasar con el único curso de canto gregoriano que se hacía en España en el Valle de los Caídos.

El mundo está cansado del arte vacío. De hecho, veo que hay un renacimiento cultural de las antiguas vanguardias. No dejan de hacer exposiciones inmersivas de los maestros del siglo pasado. La gente no quiere ver las serigrafías de Warhol en 4K porque con los cuadros nos basta, sino que quiere ver a Sorolla, a Van Gogh, etc., cuanto más cerca mejor.

La idolatría al artista que se da en nuestro tiempo, ahora, va cada vez más apoyada por la calidad y la innovación. Ha pasado el tiempo en el que todo era considerado arte, incluso dentro del arte abstracto. Incorporando la performance a los NFT, que hoy en día se validan técnicamente con certificados.

En el arte sacro, durante los últimos años, he podido experimentar también mayor calidad e innovación, quizá por el estado de peligro de extinción continuo en el que nos encontramos como artistas. En nuestras diócesis, los esfuerzos, en la mayor parte, se destinan a conservar lo que tenemos. 

La mayor parte de parroquias que se construyen de nueva planta se adornan con imágenes hechas en serie, aburridas, que funcionan porque es el tipo de imagen que se espera, pero la realidad es que no producen ningún tipo de diálogo con el hombre de hoy.

El problema actual del abuso de las redes sociales tiene mucho que ver con la falta de identidad, y la falta de identidad también es falta de expresión y de diálogo. Si no hay un lenguaje visual común, una estética, no hay expresión común, y esto es algo muy importante en la comunión de la Iglesia. Sin un diálogo es imposible comunicar la belleza. 

Hoy los jóvenes cristianos queremos dialogar y expresarnos con un lenguaje real y humano, porque somos conscientes del sufrimiento del pecado en nuestra vida y en la de nuestros amigos que no creen. No queremos hablar sólo con nosotros mismos. Nos sentimos llamados a ser misión de Dios.Por eso, el reto de nuestro siglo es antropológico y es también identitario. Sin un lenguaje fresco y personal, libre de “arqueologismos”, no podremos expresar nuestra fe, ni tampoco evangelizar, ni llamar a la coherencia a los de fuera, pero tampoco podremos llamarnos a la coherencia con nuestra propia vida cristiana los que pensamos que estamos dentro”.

Recursos

El año litúrgico, una espiral que nos lleva a Cristo

La Conferencia Episcopal Española ha publicado en su página web el calendario litúrgico 2022-2023. En este artículo hablamos sobre el significado del curso litúrgico y las fiestas solemnes que celebraremos a lo largo del próximo año.

Paloma López Campos·17 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Ramón Navarro, director del secretariado de la Comisión Episcopal para la Liturgia, ha escrito para Omnes una breve reflexión acerca del año litúrgico y su importancia en la vida del cristiano. Transcribimos a continuación su texto.

¿Qué es la liturgia?

Desde la Comisión Episcopal para la Liturgia explican que esta es “ la celebración del misterio de la fe, que actualiza y hace presente en el «hoy» de la Iglesia la Historia de la Salvación, es decir, el designio de amor de Dios para con nosotros, que tiene su centro y su culminación en la muerte y resurrección de Cristo, es decir, su Misterio Pascual. En la liturgia siempre celebramos, por tanto, el Misterio Pascual de Cristo. Así fue desde el comienzo mismo de la historia de la Iglesia, cuando solamente existía la celebración del domingo, Pascua semanal y memoria del Resucitado”.

La “construcción» del Año Litúrgico

El nacimiento del Año Litúrgico tal como lo conocemos hoy sucedió poco a poco. A partir de la celebración dominical, “se fueron desarrollando los distintos tiempos que fueron configurando el Año Litúrgico. Rápidamente -tenemos noticias ya en el siglo II- un domingo al año se celebró la Pascua con gran solemnidad, y surgió la Pascua anual, que luego se prolongaría con un espacio de inmensa alegría durante cincuenta días (el tiempo pascual) y más adelante, en relación con el catecumenado de los que iban a ser bautizados en la Pascua surgió la cuaresma, como tiempo de preparación. Luego se introduciría la Navidad como celebración del nacimiento del Señor, que finalmente sería preparada por el Adviento”. Este Año Litúrgico también “se iría complementando con las celebraciones de la Virgen y de los Santos”. 

La Liturgia es un recurso muy enriquecedor que tenemos los cristianos, pues “nos permite celebrar todo el misterio de Cristo, es decir, el misterio de Cristo en toda su riqueza: sin perder nunca de vista la centralidad de la Pascua, pero fijándonos en los distintos acontecimientos de la salvación, es decir, en los distintos «misterios» del Señor, profundizamos en la riqueza insondable del Misterio de Cristo y participamos en ella. Imaginemos una gran piedra preciosa con muchas facetas. Girándola  y fijándonos en cada una de las facetas -los «misterios» del Señor- no perdemos de vista el centro -el Misterio Pascual de Cristo muerto y resucitado-”.

“De esta forma, y a través de sus elementos -la celebración de la eucaristía y los sacramentos, la riqueza de la Palabra de Dios proclamada, los acentos de cada uno los tiempos litúrgicos, la relación de la Virgen y de los santos con el misterio de Cristo-, guiados por el Espíritu Santo, el Año Litúrgico se convierte en una admirable pedagogía a través de la cual la Iglesia nos va guiando a un conocimiento y participación más profunda del misterio de Cristo. El ciclo anual no supone que volvemos al inicio y comenzamos de nuevo en cada tiempo de Adviento, con el inicio del nuevo año. No pensemos en el Año Litúrgico como un círculo, que nos devuelve al mismo sitio, sino como una espiral que nos va llevando, cada vez más profundamente, al encuentro con Cristo, haciendo de nuestra vida un sacrificio agradable a Dios, uniéndonos al Señor”.

Celebraciones movibles 2022-2023

A continuación, dejamos el listado de las celebraciones movibles y de las fiestas de precepto en España para el curso 2022-2023:

-Sagrada Familia: 30 de diciembre de 2022

-Bautismo del Señor: 8 de enero de 2023

-Miércoles de ceniza: 22 de febrero de 2023

-Domingo de Resurrección: 9 de abril de 2023

-Ascensión del Señor: 21 de mayo de 2023

-Pentecostés: 28 de mayo de 2023

-Jesucristo, Sumo y eterno Sacerdote: 1 de junio de 2023

-Fiesta de la Santísima Trinidad: 4 de junio de 2023

-Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo: 11 de junio de 2023

-Sagrado Corazón de Jesús: 16 de junio de 2023

-Jesucristo Rey del Universo: 26 de noviembre de 2023

-Primer domingo de Adviento: 3 de diciembre de 2023

Fiestas de precepto en España

-Santa María, Madre de Dios: 1 de enero

-Epifanía del Señor: 6 de enero

-San José: 19 de marzo

-Santiago, apóstol: 25 de julio

-Asunción de la bienaventurada Virgen María: 15 de agosto

-Todos los Santos: 1 de noviembre

-Inmaculada Concepción: 8 de diciembre

-Natividad del Señor: 25 de diciembre

Cultura

La Novena de Navidad. Preparar la llegada de Jesús en familia

La costumbre de la Novena de Navidad ayuda a las familias a prepararse de manera más intensa para la Navidad. Corina Dávalos, escritora hispano ecuatoriana ha publicado una hermosa Novena de Navidad para los más pequeños con el objetivo de difundir esta devoción en el mundo de habla hispana y adaptarla al contexto cultural de nuestros días, inspirándose en textos del papa emérito Benedicto XVI.

Maria José Atienza·16 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

El 16 de diciembre empieza la novena de Navidad o novena de Aguinaldos, según el país. Esta costumbre se vive de manera especial en Ecuador, Colombia y Venezuela. Aunque toda la Iglesia se prepara para la Nochebuena durante el tiempo de Adviento, esta devoción ayuda a las familias a prepararse de manera más intensa para la Navidad. Cada día, desde el 16 de diciembre, las familias y amigos cercanos se reúnen en las casas de distintos anfitriones para rezar la novena alrededor del Belén.

El rezo de la novena es muy sencillo. Consiste en un momento de recogimiento en el que se da comienzo con una oración inicial para todos los días, una reflexión a la que sigue un rato de silencio para la meditación personal. Después, a modo de la oración de los fieles en la Santa Misa, cada uno de los asistentes es libre de hacer una petición o expresar su acción de gracias en voz alta. Para finalizar, se reza una oración final para todos los días. Y, como no, a continuación, se cantan los villancicos tradicionales de cada lugar.

Lo mejor de las novenas es, lógicamente, la presencia y la participación de los niños.

Suelen ponerse lo más cerca posible del Belén y sus peticiones y acciones de gracias son toda una lección de sencillez y fe para los adultos. Desde las peticiones por la salud de las familias, que a fulanito no le peguen en el cole, por los niños que pasan hambre, hasta el listillo que pide luces para su madre a ver si por fin le compra un móvil. De todo hay en las pequeñas simientes del Señor.

Es un ambiente de oración y celebración en el que corre el chocolate caliente, los dulces de temporada y las risas de pequeños y grandes. Para muchos, supone el reencuentro con primos, tíos, hermanos y amigos después de estar fuera por trabajo o estudios. De modo que estas reuniones tienen un componente entrañable por donde se mire.

La primera novena de Navidad de la que se tiene noticia es de 1743, escrita por el sacerdote y fraile ecuatoriano, Fernando de Jesús Larrea. Originalmente la estructura de la novena consistía en la oración para todos los días, consideraciones del día, oración a la Santísima Virgen, oración a San José, gozos o Aspiraciones para la venida del Niño Jesús, oración al Niño Jesús y la oración final. La primera novena impresa tenía 52 páginas. Con el tiempo, tanto la longitud como la estructura se han ido reduciendo por motivos prácticos.

En Colombia, por ejemplo, se lee cada día un texto de los evangelios o un salmo, relacionados con la venida del Señor. Otras novenas, como la de la escritora Teresa Crespo de Salvador o la del Padre Juan Martínez de Velasco han sido muy populares en Ecuador.

La Novena de Navidad de Corina Dávalos

Este año, la escritora hispano-ecuatoriana Corina Dávalos también ha publicado una novena de Navidad para niños. Según la autora, su intención ha sido difundir esta devoción en el mundo de habla hispana y adaptarla al contexto cultural de nuestros días, inspirándose en textos del papa emérito Benedicto XVI. Con un lenguaje claro y asequible a los niños, no renuncia a la profundidad del mensaje cristiano, ni a la emoción que suscita el nacimiento de Jesús.

Como dice en su página web (www.novenanavidad.com) es “una novena de preparación para la Navidad, hecho para niños y también para los no tan niños, que quieren recibir al Niño Jesús con la ilusión de los más pequeños”.

Tanto se adapta a los tiempos, que además de tener su página web de presentación, tiene una edición para Kindle, disponible en Amazon. Además, ha contado con dos editoras muy exigentes, sus sobrinas Marina de 5 años y Luisa de 4, quienes han supervisado la edición paso a paso. “Las imágenes las he elegido con ellas, los textos han pasado por su aprobación, lo cual me ha ayudado mucho a elegir palabras que entiendan mejor o explicar conceptos que en los textos iniciales no quedaban tan claros”, dice Corina.

Los textos pueden ser antiguos o actuales, seguir a rajatabla la reflexión sobre un pasaje del evangelio o hablar de las virtudes cristianas o profundizar en el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios. Lo que importa es, prepararse por dentro, en familia y llegar, con María y José hasta el pesebre, con el alma bien dispuesta para recibir a Jesús en Navidad.

Vaticano

Papa Francisco: “Nadie puede salvarse solo»

El Papa Francisco ha publicado el mensaje por la Jornada Mundial de la Paz, en el cual habla sobre el COVID-19 y nos invita a echar la vista atrás para valorar lo aprendido.

Paloma López Campos·16 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

“El COVID-19”, dice el Papa, “nos arrastró en medio de la noche, desestabilizando nuestra vida ordinaria, revolucionando nuestros planes y costumbres, perturbando la aparente tranquilidad incluso de las sociedades más privilegiadas, generando desorientación y sufrimiento, y causando la muerte de tantos hermanos y hermanas nuestros”.

La pandemia ha tenido consecuencias difíciles de imaginar que han sacudido al mundo entero. Esto nos hace ver que “rara vez los individuos y la sociedad avanzan en situaciones que generan tal sentimiento de derrota y amargura; pues esto debilita los esfuerzos dedicados a la paz y provoca conflictos sociales, frustración y violencia de todo tipo. En este sentido, la pandemia parece haber sacudido incluso las zonas más pacíficas de nuestro mundo, haciendo aflorar innumerables carencias”.

Ahora que ha pasado un tiempo, el Papa nos invita a echar la vista atrás “para cuestionarnos, aprender, crecer y dejarnos transformar —de forma personal y comunitaria”. Es importante hacer un examen y cuestionarnos: “¿qué hemos aprendido de esta situación pandémica? ¿Qué nuevos caminos debemos emprender para liberarnos de las cadenas de nuestros viejos hábitos, para estar mejor preparados, para atrevernos con lo nuevo? ¿Qué señales de vida y esperanza podemos aprovechar para seguir adelante e intentar hacer de nuestro mundo un lugar mejor?”

Francisco, haciendo también su propio análisis, dice que “la mayor lección que nos deja en herencia el COVID-19 es la conciencia de que todos nos necesitamos; de que nuestro mayor tesoro, aunque también el más frágil, es la fraternidad humana, fundada en nuestra filiación divina común, y de que nadie puede salvarse solo. Por tanto, es urgente que busquemos y promovamos juntos los valores universales que trazan el camino de esta fraternidad humana. También hemos aprendido que la fe depositada en el progreso, la tecnología y los efectos de la globalización no sólo ha sido excesiva, sino que se ha convertido en una intoxicación individualista e idolátrica, comprometiendo la deseada garantía de justicia, armonía y paz. En nuestro acelerado mundo, muy a menudo los problemas generalizados de desequilibrio, injusticia, pobreza y marginación alimentan el malestar y los conflictos, y generan violencia e incluso guerras”.

Sin embargo, no todo es negativo, el Pontífice afirma que “hemos logrado hacer descubrimientos positivos: un beneficioso retorno a la humildad; una reducción de ciertas pretensiones consumistas; un renovado sentido de la solidaridad que nos anima a salir de nuestro egoísmo para abrirnos al sufrimiento de los demás y a sus necesidades; así como un compromiso, en algunos casos verdaderamente heroico, de tantas personas que se han entregado para que todos pudieran superar mejor el drama de la emergencia”.

La pandemia nos ha obligado a buscar la unidad. “Es juntos, en la fraternidad y la solidaridad, que podemos construir la paz, garantizar la justicia y superar los acontecimientos más dolorosos. De hecho, las respuestas más eficaces a la pandemia han sido aquellas en las que grupos sociales, instituciones públicas y privadas y organizaciones internacionales se han unido para hacer frente al desafío, dejando de lado intereses particulares. Sólo la paz que nace del amor fraterno y desinteresado puede ayudarnos a superar las crisis personales, sociales y mundiales”.

Después de la pandemia, no podemos quedarnos quietos, dice el Papa. En primer lugar, debemos “permitir que Dios transforme nuestros criterios habituales de interpretación del mundo y de la realidad a través de este momento histórico”. Esto implica también que “no podemos buscar sólo protegernos a nosotros mismos; es hora de que todos nos comprometamos con la sanación de nuestra sociedad y nuestro planeta, creando las bases para un mundo más justo y pacífico, que se involucre con seriedad en la búsqueda de un bien que sea verdaderamente común”. En definitiva, “estamos llamados a afrontar los retos de nuestro mundo con responsabilidad y compasión”.

El mensaje del Papa termina con una perspectiva esperanzadora para el 2023. Así, el Santo Padre dice que espera “que en el nuevo año podamos caminar juntos, atesorando lo que la historia puede enseñarnos”. Francisco termina felicitando el año y encomendando el mundo entero a la Virgen María: “A todos los hombres y mujeres de buena voluntad, les deseo un feliz año, en el que puedan construir, día a día, como artesanos, la paz. Que María Inmaculada, Madre de Jesús y Reina de la Paz, interceda por nosotros y por el mundo entero”.

Experiencias

Un belén viviente inédito en el corazón de Roma

Mañana habrá en Roma una representación del Belén viviente que escenificará escenas entrañables de la Navidad.

Antonino Piccione·16 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos

Un belén viviente en el corazón de Roma, entre las basílicas de San Giovanni in Laterano y Santa Maria Maggiore, siguiendo la ruta de la procesión Corpus Domini. Esta iniciativa se celebrará el sábado 17 de diciembre de 2022, a partir de las 14:30 horas, con personalidades y delegaciones de diversas partes de Italia. El belén se escenificará en la explanada de la Basílica de Santa María la Mayor, que alberga las reliquias de la cuna del niño Jesús y que fue titulada Santa María del Pesebre.

Al final de la representación, a las 17.00 horas, se celebrará la Novena en preparación para la Navidad. A continuación, el cardenal Angelo De Donatis, Vicario General de Su Santidad para la Diócesis de Roma, presidirá la Celebración Eucarística con la bendición de los niños.

«El belén”, como escribe el Santo Padre Francisco en su Carta Apostólica Admirabile Signum, “suscita mucho asombro y nos conmueve porque manifiesta la ternura de Dios». Monseñor Rolandas Makrickas, Comisario extraordinariode la Basílica de Santa María la Mayor, explica: «Él, el Creador del universo, se abaja a nuestra pequeñez. El don de la vida, ya de por sí misterioso para nosotros, nos fascina aún más al ver que Aquel que nació de María es la fuente y el soporte de toda vida».

La realización del Belén Viviente, según se desprende de un comunicado de prensa de la Basílica Papal de Santa María la Mayor, fue alentada por el Papa Francisco, que vio personalmente el proyecto. La Basílica de Santa María la Mayor es muy querida por el Papa, que la ha visitado hasta el momento, como Pontífice más de 100 veces, además de muchas visitas anteriores.

«El desarrollo del Belén viviente comenzará con la realización de la escena de la aprobación de la Regla franciscana por el Papa Inocencio III en Piazza San Giovanni Paolo II», subraya Fabrizio Mandorlini, coordinador de Città dei Cunas, uno de los impulsores de la iniciativa. «A continuación, las figuras se trasladarán a Via Merulana para la escena del censo y para representar los momentos de la vida en la ciudad de Belén que verán en Piazza Santa Maria Maggiore para la instalación del mercado de oficios. Maria y José a lo largo del viaje revivirán los momentos del anuncio y del sueño y luego buscan un lugar para pasar la noche, pero no encontrarán sitio en la posada. La escena del belén será bajo el pórtico de la Basílica de Santa María la Mayor”. 

«Llevarán a cabo las escenas las personas que hace los los belenes vivientes toscanos de ciudades como Pescia, Equi Terme, Casole d’Elsa, Ruota y Legoli con el apoyo de las figuras de Badia San Savino, Ghivizzano, San Regolo a Gaiole in Chianti, Santa Colomba, Iolo, Castelfiorentino, Cerreto Guidi, Pontedera, Roffia, La Serra y San Romano. A ellos se unirán otras entidades y asociaciones de fieles que desean compartir la experiencia de la diócesis de Roma». Colaboran en la iniciativa Coldiretti Nazionale, la Asociación Italiana de Ganaderos, la Fundación Symbola, Acli Nazionale y numerosas asociaciones, parroquias y movimientos en la ciudad de Roma. El Belén Viviente se celebrará también gracias a la colaboración de la Diócesis de Roma y el patrocinio del Ayuntamiento de Roma.

El autorAntonino Piccione

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