Vocaciones

Cardenal Lazzaro You: “Para que haya buenos pastores, hay que poner todos los medios”

Son muchas las dimensiones del sacerdocio que requieren la atención diligente de la Iglesia. En la opinión pública, la perspectiva es muchas veces negativa: descenso del número de vocaciones, concepciones polémicas sobre el sacerdocio, comportamientos poco ejemplares… El cardenal Lazzaro You se refiere a todos esos aspectos en esta entrevista.

Alfonso Riobó·15 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 11 minutos

El cardenal Lazzaro You Heoung Sik, procedente de Corea, fue designado por Francisco Prefecto del Dicasterio para el Clero en 2021. Es una persona jovial, que irradia afecto y simpatía. En la conversación informal que rodeó a esta entrevista con Omnes en Roma, se definió como un “tifoso” (partidario entusiasta) de los sacerdotes. Pocas expresiones señalarían mejor lo que se desea en quien desempeña esa tarea.

Hace algo más de un año llegó usted a este Dicasterio como Prefecto. ¿Qué significado tiene el nombramiento de un obispo coreano para esta tarea?

—Es la primera vez que un coreano es nombrado Prefecto de un Dicasterio de la Santa Sede. Lo entiendo como un don recíproco. No es que yo como persona tenga mucho que dar, pero querría ofrecer mucho. A la vez, es para mí un enriquecimiento.

Permítame que al comienzo de esta entrevista recuerde algo que el Santo Padre ha escrito a los periodistas en su Mensaje para la Jornada mundial de las Comunicaciones Sociales de este año: que lo importante es “hablar con el corazón”. Si se habla desde el corazón, llega lo que se dice, porque el corazón asemeja al Señor. Con el corazón, vale; sin el corazón, no vale. Por eso, atendiendo al mensaje del Papa Francisco, y para ponerlo en práctica, procuraré hablar desde el corazón.

¿Cómo se está poniendo en práctica Praedicate Evangelium en el Dicasterio?

—La Constitución Apostólica Praedicate Evangelium ha reformado la Curia romana. El Papa la preparó desde el inicio de su pontificado; ya en abril de 2013, transcurrido poco más de un mes desde el inicio de su pontificado, formó el Consejo con los ocho cardenales de continentes diversos, y estudió toda la vida de la Iglesia juntamente con ellos; así es la Iglesia en modo sinodal. Además, es significativo que esos cardenales son pastores en sus respectivas diócesis; por tanto, la Constitución está hecha por pastores, lo cual es muy importante. Quizá los expertos puedan hacer alguna observación desde el punto de vista del Derecho Canónico, pero se trata de un texto elaborado desde la perspectiva pastoral.

En la Constitución, el Papa ha querido poner la evangelización en el primer plano, y por eso el Dicasterio para la Evangelización figura en primer lugar. Eso significa que la primera tarea en la Iglesia es anunciar la Palaba de Dios, la buena nueva; es algo muy bello. La buena nueva la anunciamos con el testimonio; sin él no hay evangelización. Y, a continuación, enseguida viene la Caridad, que en Praedicate Evangelium se ha convertido en el tercer Dicasterio, el del Servicio de la Caridad.

Esto es lo que tenemos que hacer también nosotros, los sacerdotes, los pastores: es necesario anunciar la Palabra, y eso requiere que siempre vivamos la Palabra, y con ella pongamos en práctica la Caridad, un amor recíproco y concreto. Por eso, en el Dicasterio para el Clero es importante formar sacerdotes según Praedicate Evangelium. No es una tarea para un solo día, sino una visión, un camino que hay que recorrer hacia adelante, comenzando por nosotros, por mí mismo: yo soy la primera persona que debe convertirse.

¿Cómo trabaja el Dicasterio?

—Como usted decía, llevamos aquí todavía poco tiempo, y varios de los responsables del Dicasterio son nuevos. Nuestra preocupación principal no es cambiar las estructuras de este Organismo, sino poner el alma y el corazón en el trabajo cotidiano. Sin corazón no se puede avanzar. Esa es nuestra tarea.

Y procuramos hacerlo en colaboración entre nosotros; así, tenemos que encontrar una visión del Dicasterio, y lo estamos haciendo con ayuda de la escucha a todos los Miembros y a los Consultores, entre los que hay expertos en los diversos campos, procedentes de varios países.

Nuestra relación con los demás Dicasterios es asimismo de colaboración: nuestro trabajo es un trabajo hecho en equipo.

No olvidamos que nuestra tarea es un servicio a las Iglesias locales. Ha sido una característica de la Santa Sede desde siempre, pero ahora el Papa ha subrayado aún más que nuestro papel consiste en servir a las Iglesias locales y a los obispos y sacerdotes de todo el mundo. Estamos para servir, no para ordenar, vigilar o controlar. Lo perciben los obispos que vienen aquí por cualquier motivo: se encuentran bien, porque se sienten muy queridos. 

Una novedad es la competencia del Dicasterio sobre las Prelaturas personales. ¿Cómo es la relación con la Prelatura del Opus Dei?

La competencia sobre la Prelatura personal nos ha llegado a nosotros, y la hemos recibido con gran alegría. Con el Opus Dei hemos tenido muchos encuentros y reuniones. 

Esta tarea nos recuerda que todos somos para el Señor, somos para la Iglesia. Por eso, abramos el corazón. Hablemos. Escuchémonos recíprocamente. Veamos los asuntos, y lleguemos juntos a donde Dios quiera. El Espíritu Santo nos llevará adelante. Así se lo he dicho a los miembros de la Prelatura, y ellos estaban contentos de escucharlo. 

El pasado mes de noviembre ordené a veinticinco diáconos de la Prelatura del Opus Dei. Fue muy bonito. Cuando se acercaba la fecha, les dije: para ordenar a estos seminaristas, quiero conocerlos antes; y les pedí que vinieran a verme. Estuvimos hablando alrededor una hora, conociendo la historia de cada uno de ellos. Uno era ingeniero, otro profesor, o periodista, o médico… pero con la llamada al sacerdocio todo cambió; se encontraron con el Señor y cambió el rumbo. ¡Qué bonito es esto! También después de la ordenación estuvimos juntos, en un ambiente muy familiar. 

Una de sus tareas es ocuparse de los sacerdotes, en lo referente a su persona y a su ministerio pastoral. ¿No es hoy una gran responsabilidad?

—El Papa Francisco ha observado que estamos en un cambio de época, tanto en la Iglesia como en la sociedad misma. Después de haber hablado mucho con él, pienso que lo importante es que nos preguntemos: ¿qué Iglesia quiere Dios ahora? Y, dado que el sacerdocio es un servicio en la Iglesia, en ese contexto, ¿qué sacerdotes son necesarios en ella?

Ahora bien, como el sacerdote no cae del cielo, sino que hace falta formación, debemos preguntarnos, ¿cómo formar a ese sacerdote? Finalmente, de ahí resultará la posibilidad de encontrar las vocaciones, de manera que la pregunta continúa: ¿qué Iglesia, qué sacerdotes, qué formación, qué vocaciones?

Yo estoy convencido de que tenía razón el Papa san Juan Pablo II cuando afirmaba en Tertio millennio adveniente que la Iglesia es casa y fuente de comunión. Francisco añade que es sinodal, porque caminamos juntos. A su vez, caminar juntos significa que uno vive la Palabra, pues en caso contrario no puede caminar con los demás. Vivir la Palabra es muy importante, porque es una exigencia derivada del hecho de que somos cristianos. Al hablar de la Iglesia sinodal el Papa se refiere precisamente a esto. Ya en Evangelii Gaudium subraya la importancia de la Palabra, y en efecto, ha instituido la celebración anual del Domingo de la Palabra de Dios.

Jesús dice que quien vive la Palabra y la pone en práctica construye la casa sobre roca, y quien no la pone en práctica construye sobre arena. La Palabra nos lleva al amor; quien pone en práctica la Palabra va hacia los demás, y su vida se convierte en amor recíproco.

Entendemos el sacerdocio en referencia a Jesús, que es siempre sacerdote, pero lo es de modo particular cuando muere sobre la Cruz. Cuando se acercaba la muerte, el Señor se sentía abandonado por Dios, porque no se manifestaba como Padre (“Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”), y por los hombres, que primero claman “Hosanna” y luego gritan “Crucifícalo”. Allí, entre el cielo y la tierra, cuando Jesús sufre el dolor más grande, su muerte nos abre el paraíso. Cuanto mayor es el dolor de Jesús, tanto mayor es la gracia para la humanidad. Él mismo se convierte en sacrificio, en verdadero sacerdote. Yo concibo mi sacerdocio en la cruz.

Cuando me ordenaron sacerdote, mi padre espiritual me dio esta cruz [la enseña], y me dijo: éste es tu esposo, vive toda tu vida como entre esposo y esposa, no importa quien vence, ponte siempre bajo el otro, bajo el esposo. El Papa quiere que nos escuchemos, que participemos juntos, que con la ayuda del Espíritu Santo discernamos lo que Dios quiere; no sólo la Iglesia, sino cada comunidad, cada diócesis, cada movimiento.

¿Cómo se está aplicando en la Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis, el documento básico para la formación de los sacerdotes?

—La Ratio Fundamentalis es un instrumento muy importante.

En el Dicasterio somos conscientes de que las circunstancias no son iguales en todos los países, y comprobamos que las situaciones son distintas, e incluso dentro de una nación como la española hay diversidad en las diferentes diócesis. Por eso es necesario preparar las pautas de formación necesarias para cada lugar, aplicando los principios generales de la Ratio Fundamentalis concretada en la Ratio nationalis

Es cierto que, en cada diócesis, el principal responsable del seminario es el obispo; pero junto a él también son responsables los formadores, los seminaristas, las familias, el Pueblo de Dios: todos han de caminar juntos. También el seminario camina como Iglesia sinodal. Si el obispo actuase solo, o el rector del seminario, entonces estaríamos ante un síntoma de que las cosas no van bien.

Vemos que actualmente están disminuyendo mucho las vocaciones. Antes no era raro encontrar seminarios con ciento cincuenta o doscientos seminaristas, o incluso más, mientras que ahora muchos tienen solamente cinco, diez o quince. ¿Cómo pueden ir adelante estos seminarios?

¿Y en España, donde está en curso una visita a todos los seminarios?

—También en España hubo épocas anteriores con seminarios abundantes de vocaciones de candidatos al sacerdocio. ¡Cuánto ha contribuido la Iglesia en España a la evangelización! ¡A cuántos lugares del mundo ha llevado la fe! ¡Ha sido una ayuda bellísima, también para los seminarios! En cambio, ahora, ¿cuántos seminaristas hay?

Debemos reconocer que es difícil formar bien a la vida sacerdotal si solamente se cuenta con diez o quince seminaristas; es un desafío actual contar con un buen número de vocaciones sacerdotales, tener los formadores necesarios, conseguir que los seminarios puedan mantenerse en lo económico, hacer que sea posible la vida comunitaria. Es difícil a pesar del buen deseo, de un deseo santo de crecer. Por eso hemos pedido a los obispos españoles que lo estudien, y ellos mismos nos han dicho que conviene hacerlo.

Para ser sincero, debo decir que algunos obispos no son capaces de hacer esto. Por ese motivo, se ha previsto la visita apostólica a la que Usted hace referencia, esperando que en el futuro los seminarios puedan crecer de nuevo.

Se han enviado a las personas adecuadas para la visita que está teniendo lugar en estas semanas, y han sido enviadas para que conozcan la situación de cerca. No todos los obispos españoles están convencidos de su necesidad, pero, tomándolos en consideración, les he dicho que hagan sus propias propuestas, para que podamos estudiarlas.

Entonces, ¿se prevé el cierre de algunos seminarios españoles?

—No necesariamente. Es cierto que, si fuese conveniente crear un seminario interdiocesano, para ello habría que cerrar algún seminario diocesano, pues de otro modo sería imposible, pero la visita no va dirigida a cerrar seminarios.

Los visitadores, una vez concluyan su labor, verán todo con los obispos y pensarán juntos, en su caso, qué seminarios concretos convendría cerrar o reorientar; y al final, será el Papa quien decida, después de un atento discernimiento de todas las propuestas.

Por nuestra parte, estamos siempre dispuestos a servir. Es importante entender que la tarea de fomentar las vocaciones es responsabilidad de todos, así como formar a los candidatos al sacerdocio. Para avanzar, todo debe hacerse en la clave de la Iglesia sinodal.

Por todo ello, pienso que la visita está constituyendo un momento de gracia para todos nosotros, para los obispos, los seminaristas y comunidades cristianas. El primer momento puede ser un momento de dificultad y de sufrimiento, pero para el futuro será un momento de gracia.

¿Son frecuentes visitas de este tipo a los seminarios?

—Sí, desde luego. Hay, o ha habido, otras visitas de esta naturaleza en otros países, ya sea a todos los seminarios del país o a los de determinadas provincias o regiones.

No olvidemos que la finalidad última de formar sacerdotes es procurar que haya buenos pastores, y para este fin hay que poner todos los medios, porque es un trabajo importantísimo, y es labor de la Santa Sede animar esa tarea formativa de los seminarios.

Los datos indican un descenso del número de seminaristas en el mundo. ¿Cómo ven desde Roma la evolución de las vocaciones?

—Efectivamente, en general, el número de seminaristas está descendiendo mucho en todas partes, y son muy pocos los lugares donde aumenta. Un primer factor importante es que hay pocos niños, y menos familias cristianas.

En segundo lugar, hay que alentar a los sacerdotes a que sean buenos pastores. Un sacerdote es un buen pastor cuando se asemeja a Jesús: ese es un testimonio necesario, que mueve.

Cuando hay alrededor de los sacerdotes una comunidad viva y bella, surgen también abundantes vocaciones.

Tenemos que volver siempre a la comunidad primitiva, que se alimentaba de la Palabra de Dios y de los Sacramentos, se amaban unos a otros, compartían todo…: este es el ejemplo de una Iglesia que es comunión, que es una verdadera comunidad.

¿Están los sacerdotes bien repartidos en las zonas donde son necesarios?

—La distribución más adecuada de los sacerdotes se realiza de varias maneras.

Pienso, por ejemplo, en los sacerdotes que se trasladan Fidei donum a otros países, con la necesaria inculturación, puesto que han de conocer e integrarse en la mentalidad del país, aprender a convivir con las personas que se encuentran allí, etc. Eso no siempre es fácil, pues requiere anteponer, a la propia mentalidad y tradiciones, la cultura del nuevo lugar al que se llega y el anuncio del Evangelio.

Para nosotros los sacerdotes, y para los seminaristas, es muy importante tener espíritu misionero. En los cinco años en que fui rector del seminario, y en los dieciocho que fui obispo de la diócesis -por tanto, durante veintitrés años- le hacía esta pregunta a cada seminarista: ¿estás dispuesto a ir a cualquier lugar del mundo? Algunos decían que les costaba porque no soportaban el frío, o el calor, o lo que fuera; y alguno decía que sí porque le gustaba viajar. ¡Pero no es para hacer un viaje, es para toda tu vida!

Tienes que querer que tus huesos reposen allí; tu tumba debe estar allí. Luego todos ya decían que sí, que estaban dispuestos a ir donde hiciera falta por Jesús, por la Iglesia. Todavía muchos me lo recuerdan: ¡Usted nos decía que teníamos que estar preparados para ir a cualquier lugar! Sí, cierto, uno que se sienta llamado a ser sacerdote tiene que estar preparado para asumir esta actitud misionera.

Por su mesa de trabajo pasan también datos sobre situaciones difíciles. ¿Qué causas provocan las crisis vocacionales?

—Los motivos pueden ser muy variados.

Una de las dificultades existentes es el problema de la soledad: hay sacerdotes que se sienten solos.

El seminario no es sólo una institución para formar futuros sacerdotes, sino que es la comunidad de los que siguen a Jesús. Jesús te ama, y tú te conviertes en discípulo de Jesús. Procuras vivir la Palabra, y en torno a la vivencia de la Palabra se forma esa comunión. Todo en la vida del seminario y durante el tiempo que dura la formación, debe ser una vida comunitaria.

Sin embargo, una vez que se es sacerdote, ¿qué sucede? Que, si se abandona el sentido de la vida comunitaria o presbiteral, si se descuida la meditación, si no hay vida de adoración, si el breviario comienza a fallar, si me dejo llevar por las prisas para trabajar, si desaparece la confesión, si descuido el rosario y la Misa, si el sacerdote se acuesta tarde, se queda hasta la media noche ocupado con el ordenador y se levanta muy tarde… ¿dónde está la vida adecuada? Así el sacerdote difícilmente sentirá la alegría del Evangelio y caerá en el sentimiento de soledad y de decepción. En esas condiciones es lógico sentirse solo.

En medio de tanta actividad, ¿Qué lugar tiene la vida espiritual de los sacerdotes?

—Como le decía anteriormente, hace falta cuidar ese aspecto comunitario del sacerdote: que el presbítero busque a otros sacerdotes, cuide las relaciones, fomente la comunión, acuda a la confesión, etc. Sin esto, también es difícil tener una vida espiritual sólida, a pesar de las muchas ocupaciones.

Por ejemplo, ahora estamos muy ocupados con el teléfono móvil y con las posibilidades del mundo digital, que en sí son buenas, pero… ¡Oh, es terrible!

Realmente hay que mantenerse despierto, no dormirse, buscar a Dios con todas las fuerzas, estar en Él, y también ayudarse recíprocamente.

Hace pocas semanas di un retiro espiritual a unos cincuenta sacerdotes; ha sido muy enriquecedor, y hablé personalmente con los que me lo pidieron, que fue un grupo numeroso.

Muchos me hablaban de sus actividades en la parroquia, y cómo a veces han de emplear demasiado tiempo trabajando en asuntos relacionados con la administración, en detrimento de su tarea más directa como pastores. Pero, ¡hay tantos laicos que podrían ayudar en esas tareas! Y el sacerdote podrá actuar más como pastor.

La soledad, o el mucho trabajo, ¿inciden en la afectividad?

—Para el celibato es muy importante una afectividad equilibrada. ¿Cómo hacer para alcanzar esa madurez? No es fácil, pero hay que cultivar el camino que nos lleva a la madurez humana, junto con la vivencia de la Palabra.

Una persona no está nunca sola si busca vivir en Dios. Nuestro Dios no es soledad, es Uno y Trino. Y nosotros no podemos vivir solos, tampoco humanamente. 

Otro aspecto de la formación es el aspecto cultural e intelectual.

—La lectura y el estudio son muy importantes para un sacerdote. Antes de ser rector del seminario, durante cuatro años fui también profesor del seminario mayor, y lo seguí siendo también después.

Pues bien, advertí que cuando alguien decía “basta” a la vida intelectual, todo el tono general de su vida disminuía. No se trata necesariamente de saber mucho, sino de alcanzar una sabiduría que viene de Dios, y para eso hay que formarse bien y estudiar.

Día del Seminario

En torno a la celebración del Día del seminario es importante alentar la única vocación cristiana: la santidad, el servicio, la entrega absoluta de la propia existencia traducida en la entrega total, consagración a Dios o matrimonio.

15 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Tal día como hoy del año 1660 fallecía en París Santa Luisa de Marillac. Siendo adolescente, quiso ser monja, pero su mala salud se lo impidió, por lo que se casó con un hombre con quien compartió 12 años de difícil matrimonio. Al morir su esposo, se consagró al Señor sirviendo a los pobres y enfermos, acompañando a San Vicente de Paúl en la puesta en marcha de la Compañía de las Hijas de la Caridad.

Su vida nos enseña que la vocación cristiana es una: la santidad, y que esta se desarrolla en las circunstancias concretas con que Dios se hace presente en la historia de cada uno. Luisa fue santa siendo soltera, casada y consagrada, porque su vida fue un dejarse hacer por el Señor en cada uno de aquellos tres estados.

En los días previos a la festividad de San José, la Iglesia realiza su tradicional campaña por el Día del Seminario. Es tiempo para la reflexión en torno a las vocaciones y para animar a los jóvenes a plantearse su posible llamada al sacerdocio. Desde luego que es importante que surjan vocaciones sacerdotales, pero creo que, sin darnos cuenta, proyectamos cierta predilección por una vocación frente a otras, lo que, en mi opinión, podría ser contraproducente hoy en día.

Hasta hace unos años, en nuestras sociedades sociológicamente católicas, lo normal era casarse. Se consideraba como la llamada natural y muchos llegaban a ella casi sin planteárselo. Conocían a un chico o a una chica, comenzaban a salir y se casaban por la Iglesia porque era lo que todo el mundo hacía. Los que profundizaban en su fe, llegaban a una reflexión más seria en torno a su vocación y sí que podían plantearse el sacerdocio o la vida consagrada. También el matrimonio, pero como lo que es: un sacramento de servicio a la comunidad, un camino de santidad.

Hoy en día las cosas han cambiado mucho. Si en el año 2000 el 75% de las bodas celebradas en España fueron católicas, en 2020 este porcentaje descendió hasta el 10%. Aun así, muchos de esos pocos que todavía acuden a los despachos parroquiales a solicitar el sacramento lo hacen manifiestamente en contra de este, pues no han esperado al enlace para vivir en común y no están dispuestos a aceptar lo que la fe nos revela sobre su sentido y finalidad. En estas circunstancias, el matrimonio cristiano sigue estando hoy muy devaluado en el propio seno de la Iglesia y es normal que siga siendo considerado como una vocación “de segunda”, porque está desdibujado.

En el prefacio de los Itinerarios Catecumenales para la Vida Matrimonial y Familiar del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, el papa Francisco reflexiona sobre esta realidad llamando la atención sobre «que la Iglesia dedica mucho tiempo, varios años, a la preparación de los candidatos al sacerdocio o a la vida religiosa, pero dedica poco tiempo, sólo unas semanas, a los que se preparan para el matrimonio».

Y es que no se nos ocurre ordenar a un muchacho, por mucho deseo y convencimiento que tenga de su vocación sacerdotal, tras darle un cursillo de ocho sesiones o de fin de semana. Tampoco nos imaginamos admitir a una candidata a la vida consagrada, por muy enamorada que esté del carisma de la fundadora, sin un tiempo largo de noviciado y discernimiento vocacional. Pero, para acceder al sacramento matrimonial, basta con llevar a tu novio o tu novia del brazo, acudir a unas charlas y ¡hala, a fundar una Iglesia doméstica para toda la vida según los designios del Señor!

Presentando el matrimonio como una vocación inferior, puesto que se necesita menos preparación o discernimiento para acceder a ella, estamos provocando que muchos accedan engañados, pues mientras que antes las costumbres sociales acompañaban a los esposos, lo que la sociedad actual entiende como vivir en pareja no tiene nada que ver con la familia cristiana. Algunos matrimonios son directamente nulos y otros muchos fracasan pues se cierran a la gracia sacramental.

Pero esta minusvaloración del matrimonio puede cerrar también las puertas a muchos posibles candidatos a la ordenación que pueden no creerse capaces de alcanzar los (supuestamente) superiores requisitos del sacerdocio, decantándose por la siempre más fácil (en apariencia, por desconocimiento) vida matrimonial.

No hagamos distinciones a la hora de presentar a los jóvenes las diferentes formas en las que los puede llamar el Señor. Con las enseñanzas de Santa Luisa de Marillac, en plena campaña del Día del Seminario, alentemos la única vocación cristiana: la santidad, el servicio, la entrega absoluta de la propia existencia… Y que sea Dios el que llame a través de las diferentes formas de vida, que no están tan lejos unas de otras. Nos puede servir también de ejemplo San José, patrón de los seminarios y casado para más señas.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Evangelización

Francisco Vélez: “La Iglesia pide a los cofrades ser consecuentes con su fe”

Entrevista a Francisco Vélez de Luna, presidente del Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Sevilla.

Maria José Atienza·14 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Sevilla y Semana Santa son dos términos inseparables. A fuerza que tienen en España las Hermandades y Cofradías se nota de manera especial en la capital andaluza que acoge, durante la semana de pasión a más de 2 millones de personas. Pero las hermandades y cofradías van más allá de su estación de penitencia.

Su capacidad evangelizadora toca corazones de jóvenes y mayores y son un dique de contención de la secularización. Prueba de ello es que, en las zonas donde la piedad popular tiene más fuerza son muchísimos más los bautizos y matrimonios sacramentales o, como señalaba en este medio, Marcelino Manzano, Delegado Diocesano de Hermandades y Cofradías de la Archidiócesis de Sevilla, casi la mitad de los seminaristas sevillanos procede del mundo de las hermandades.

Francisco Vélez de Luna preside el Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla, abogado de profesión, profundamente creyente y vinculado desde hace dedenios al mundo cofrade, destaca, en esta entrevista para Omnes, la necesidad de una formación permanente en los hermanos puesto que “la formación es el alimento de la fe”.

Ser presidente del Consejo de Cofradías en una ciudad como Sevilla, epicentro de la religiosidad popular de Pasión, es algo más que un «cargo de gestión». ¿Cuáles son sus retos? 

–En primer lugar he de señalar que el Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Sevilla es un organismo diocesano que agrupa a todas las hermandades erigidas canónicamente en la Archidiócesis hispalense. El Presidente del Consejo debe velar por el cumplimiento de los fines establecidos en los Estatutos, aprobados por la Autoridad eclesiástica, así como coordinar las labores propias de cada una de las Secciones en las que se organizan las hermandades: Sacramentales, de Penitencia y de Gloria.

Vivimos en una sociedad en la que la secularización es una realidad que avanza día a día. Son muchos los que consideran las cofradías ese «dique de contención» ante la secularización… 

–La piedad popular tiene una gran importancia en la actividad pastoral de la Iglesia en los momentos actuales. Es innegable el poder de convocatoria de las cofradías y la devoción que inspiran sus titulares a miles y miles de personas. De ahí que la Jerarquía eclesiástica valore cada vez más la importancia de la piedad popular y buena prueba de ello es el II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular que, recientemente, ha sido convocado por el Sr. Arzobispo para el próximo año.

¿Cómo se vive la fe en una hermandad? ¿Qué dice a quienes acusan a los cofrades de vivir una «piedad sentimental»? 

– En una hermandad se vive la fe a dos niveles. Un primer nivel es personal, la forma en que cada persona se acerca al misterio insondable de Dios y participa de la vida espiritual a la que todos estamos convocados y eso se hace por medio de la práctica sacramental.

El segundo nivel es el colectivo, compartiendo la fe con los hermanos, unidos por una misma devoción a los titulares, las actividades de formación que se organizan y la caridad, que no solo debe ser material, sino también de acompañamiento a tantas personas que precisan de la solidaridad y el calor de sus semejantes.

¿Qué pide la Iglesia a los cofrades en nuestra sociedad?

­–Que sea consecuentes con la fe que se profesa. Que exista unidad de vida, coherencia entre lo que se cree y lo que se practica. Es la forma en la que todo cofrade, como hijo fiel de la Iglesia, debe contribuir a la construcción del Reino de Dios. Esa sinodalidad a la que últimamente nos convoca tanto el Papa como el resto de los pastores.

¿Cree que habría que mejorar el acompañamiento espiritual y la formación de los hermanos para que fueran conscientes de su testimonio de fe? 

–En los últimos años se ha avanzado mucho en la labores de la formación y todavía resta camino por recorrer. De hecho, la formación no termina nunca, dado que es el alimento de la fe, de la espiritualidad. Una fe que no desarrolle queda anquilosada, estancada. Es preciso cuidarla con la tarea formativa para que nos haga crecer por dentro.

velez hermandades
Vélez, Mons. José Ángel Saiz, Arzobispo de Sevilla y un sacerdote

Más allá del día de la estación de penitencia. ¿Cómo vive una Hermandad a lo largo del año? 

–La reciente pandemia que hemos padecido ha hecho aflorar la tarea asistencial que desarrollan las cofradías, que es mucha y variada. Todas las hermandades cuentan con su Diputación de Caridad que canaliza esta labor, una veces a cargo exclusivamente de la hermandad, otras veces unidas unas con otras para potenciar las acciones.

El propio Consejo cuenta con una labor asistencial, “Proyecto Fraternitas”, que desarrolla en una de las zonas social y económicamente más deprimidas, en un barrio que, por desgracia, figura entre los tres más pobres de nuestro país.

Son muchas las personas que sin la contribución de las hermandades y de la Iglesia, a través de Cáritas, pueden afrontar cada día las más elementales necesidades.

Las Hermandades Sacramentales y de Gloria son también una fuerte realidad en Sevilla y en otros lugares. ¿Qué papel tienen dentro del Consejo? 

–Las Hermandades Sacramentales y de Gloria participan de los fines generales de cualquier hermandad: culto, Formación y caridad; si bien, poseen sus propios carismas.

Las Sacramentales tienen como principal cometido fomentar la devoción y el culto a Jesús Sacramentado, realmente vivo y presente en la Eucaristía.

Las hermandades de Gloria son eminentemente marianas. La mayoría dan culto al misterio de la maternidad divina de María. Son devociones muy íntimas, que aglutinan a familias y a muchas collaciones de la ciudad, en las que vertebran a sus vecinos como un verdadero común denominador y una seña específica de identificación.

Vaticano

Diez artículos para entender al Papa Francisco

El Santo Padre Francisco cumple hoy diez años de pontificado (2013). Unos años en los que ha situado el acento en el amor al prójimo, en especial a los más pobres y descartados, y en asuntos tan relevantes como la fraternidad humana, la lucha contra los abusos, el cuidado de la creación y la familia, o diversas reformas, además de clamar por la paz.

Francisco Otamendi·13 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Con ocasión de estos temas de fondo manifestados por el Papa Francisco en estos diez años como Sucesor de Pedro, Omnes ha ido recogiendo artículos y colaboraciones que puede venir bien recordar, para entender mejor el gobierno del Papa.

Sin ánimo de ser exhaustivos, porque la relación podría ser larga, he aquí algunos de ellos.

1) Las 9 “apuestas” del Papa Francisco

Giovanni Tridente recordó en su artículo nueve años de pontificado del Papa Francisco al frente de la Iglesia, y nueve retos por los que apuesta el Romano Pontífice. 9 apuestas que continúan plenamente vigentes en el pontificado del Papa argentino

2) La culminación de las reformas en la Santa Sede: “Praedicate Evangelium”.

El 5 de junio de 2022 entró en vigor la Constitución Apostólica ‘Praedicate Evangelium’, sobre la Curia Romana y su servicio a la Iglesia. Culminaba así el proceso de reformas de la Curia y organismos vaticanos que, desde el inicio de su pontificado, ha marcado el paso del Papa Francisco por la sede petrina.

3) El Papa Francisco y las iniciativas de diálogo con el islam.

Andrea Gagliarducci analizó el último encuentro del Papa Francisco con el Gran Imán de Al Azhar en Baréin, que confirma un diálogo basado en el encuentro.

4) Más allá de Ucrania. Preocupación y trabajo por la paz.

El Presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, cardenal Miguel Angel Ayuso, habló con Omnes sobre el Papa, la Iglesia como ‘hospital de campaña’, y el dialogo interreligioso.

5) Lucha contra los abusos. La reforma del libro VI del Código de Derecho canónico.

Otro de los ejes del pontificado de Francisco ha sido la lucha contra los abusos sexuales cometidos por personas de la Iglesia o en su entorno. En este sentido, Omnes entrevistó a Mons. Juan Ignacio Arrieta, Secretario del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, sobre la reforma del Libro VI del Código de Derecho Canónico.

6) La Iglesia sinodal. El reto de una conversión total en formas y estructuras.

El Sínodo de la sinodalidad, un proceso de renovación eclesial en la Iglesia es un tema nuclear en la agenda de Francisco en estos últimos años. Mons. Luis Marín de San Martín, O.S.A., trabaja junto al cardenal Mario Grech y la religiosa francesa Nathalie Becquart, núcleo visible de la Secretaría del Sínodo. Habló así con Omnes del Papa y el Sínodo.

7) Benedicto XVI y Francisco. Continuidad y novedad.

En contra de lo que algunas voces quieran dar a entender, el cardenal Herranz, considera que no existe oposición entre los pontificados de Francisco y Benedicto XVI. En una elocuente entrevista enfatizó que existen «diferentes prioridades pastorales entre ambos, pero no diferencias de fondo».

8) Catequesis: desde los mensajes de san Pablo a la conversión del corazón

Las catequesis de los miércoles de este pontificado han tocado temas muy diversos. La misericordia, la figura de san José o el papel de los ancianos en la sociedad han sido algunos de los protagonistas de estas audiencias.

9) La «sociología» de Francisco

Para Massimiliano Padula, sociólogo de los procesos culturales y comunicativos del Instituto Pastoral de la Pontificia Universidad Lateranense, la influencia de Guardini explica las claves del pensamiento de Francisco.

10) Francisco y los jóvenes

Con ocasión de la JMJ de Lisboa se celebrará del 1 al 6 de agosto de 2023 en la capital portuguesa con el lema “María se levantó y partió sin demora”, el Papa Francisco, «retó» a los jóvenes a una vida en camino como María.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

Francisco y el sacerdocio: 10 años alentando «Pastores según el corazón de Cristo»

El décimo aniversario de la elección del Papa Francisco y la cercanía del 19 de marzo, solemnidad de san José y día en que se reza especialmente por las vocaciones al sacerdocio, constituyen el marco para recordar las claves en las que el Papa Francisco sitúa el ministerio sacerdotal en la actualidad.

Giovanni Tridente·13 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

El sacerdote es aquel que ha decidido seguir e imitar a Cristo, viviendo plenamente su propio ministerio-vocación, en una dinámica misionera en la que cuida de los fieles que le han sido confiados, pero sin cansarse de salir a buscar a aquellos que por tantas razones se han alejado “de casa”, o del redil para referirnos a una imagen evangélica. 

Esta es, en pocas palabras, la síntesis del pensamiento y la enseñanza sobre el ministerio sacerdotal que el Papa Francisco ha “dispensado” a lo largo de los diez años de su pontificado, que se cumplen este mes de marzo de 2023.

Una “fotografía” que se deduce también del ejemplo personal del Pontífice de cómo ha “encarnado” ese ser pastor según el corazón de Cristo, en medio de una sociedad llena de exigencias y necesidades.

Para mostrar algunos rasgos sobresalientes hemos elegido diez intervenciones públicas del Santo Padre -discursos, homilías, cartas-, cada una de ellas correspondiente a cada año de su ministerio como pastor de la Iglesia universal, y otra del año recién comenzado.

—2013. Salida hacia las periferias

Uno de sus primeros discursos no podía ser otro que la homilía de su primera Misa Crismal como Obispo de Roma, ante los sacerdotes de su diócesis recordando el día de su ordenación, el 28 de marzo de 2013. Aquí el Papa, refiriéndose a las lecturas propias de esa celebración, explica que el sacerdote es quien lleva “sobre sus hombros al pueblo que le ha sido confiado” y lleva los nombres de este pueblo –“nuestro pueblo fiel”– “grabados en su corazón”. Luego está el aceite de la unción, que es “para los pobres, para los presos, para los enfermos y para los que están tristes y solos”. 

Una clara referencia primordial a la “Iglesia en salida” que cuida de los últimos y de los olvidados, y una referencia explícita a las “periferias”, donde se encuentran las penas y las alegrías, las angustias y las esperanzas, y donde el sacerdote debe llevar la fuerza y la eficacia redentora de esta “unción”. 

—2014. El tiempo de la misericordia 

Un corazón sacerdotal misericordioso es lo que el Papa Francisco presenta el año siguiente a los sacerdotes de su diócesis, al inicio de la Cuaresma, en un encuentro en el Aula Pablo VI el 6 de marzo de 2014. 

Aquí recuerda, refiriéndose a un pasaje del Evangelio de Mateo, que el lugar donde más a menudo se encontraba Jesús eran “los caminos” y esto permite captar la profundidad de su corazón, animado por la compasión hacia las numerosas “multitudes” cansadas y agotadas. A continuación, el Pontífice explica cómo la Iglesia se encuentra en el “tiempo de la misericordia”, una gran intuición que ya había transmitido al Pueblo de Dios su predecesor Juan Pablo II. 

Para los sacerdotes, esto se traduce en “cercanía” y proximidad a quien está herido en su propia vida, demostrando “entrañas de misericordia”, por ejemplo, en la administración del sacramento de la Reconciliación, pero también en la actitud de acoger, escuchar, aconsejar, absolver… Por tanto, hay que “tener el corazón conmovido” y esto sólo puede suceder si se vive en primera persona la misericordia de Dios.

—2015. “No te canses de perdonar”

“No te canses de perdonar. Sean perdonadores”, como lo hizo Jesús. Así lo pidió el Papa Francisco a los sacerdotes durante el viaje a Cuba de septiembre de 2015, en su homilía durante el rezo de las Vísperas con los consagrados en la catedral de La Habana.

Entonces recordó que sigue siendo fundamental para un pastor ir en busca de los más pequeños: los hambrientos, los encarcelados, los enfermos según el “protocolo de Mateo 25”. 

Y el lugar privilegiado para acoger a estos hermanos y hermanas es el confesionario, sin ser neurótico ni mal dispuesto sino dejando fluir el abrazo del perdón.

—2016. Apuntar al centro de la persona

Siguiendo con el tema de la Misericordia, en 2016 el Papa proclamó un Jubileo especial, y en el día dedicado a los sacerdotes, en la fiesta del Sacratísimo Corazón de Jesús, el 3 de junio, comenzó hablando de la necesidad de “apuntar el corazón” de los pastores “al centro de la persona”, a las raíces más fuertes de la vida y al núcleo de los afectos, imitando al Buen Pastor, que “es la misericordia misma”. 

Para formar este corazón que imita a Cristo, el Santo Padre sugiere a los sacerdotes tres acciones: salir de sí mismos para buscar a quienes ya no quieren formar parte del rebaño; ser capaces de escuchar y acompañar los pasos de las personas con compasión generosa y espíritu de inclusión; alegrarse de percibirse como ese canal de misericordia que precisamente acerca a las personas a Dios.

—2017. Expertos en el arte del discernimiento

Evidentemente, antes de llegar a ser sacerdote, se pasa por un intenso camino de formación, y uno de los aspectos que el Papa Francisco tiene mucho interés en subrayar, apoyándose también en su familiaridad con la tradición ignaciana y jesuita, es el del discernimiento.

Un arte que se aprende ante todo familiarizándose con la escucha de la Palabra de Dios, con un conocimiento creciente del propio mundo interior, de los afectos y de los miedos.

Así lo explicó a los seminaristas del seminario de Campania de Posillipo, reunidos en el Vaticano el 6 de mayo de 2017, reiterando la urgencia de “huir de la tentación de refugiarse detrás de una norma rígida o detrás de la imagen de una libertad idealizada”. 

—2018. Oración, obediencia y libertad

En septiembre de 2018, el Papa Francisco se dirigió a los sacerdotes de la archidiócesis de Valencia, acompañado de su arzobispo Antonio Cañizares Llovera. 

Aprovechando el Jubileo de San Vicente Ferrer celebrado ese año, el Pontífice propuso tres medios fundamentales para que un sacerdote conserve la amistad y la unión con Jesucristo.

En primer lugar, la oración, porque un sacerdote que se priva de ella “no llega muy lejos”, y la gente se da cuenta de ello; después, la obediencia para predicar el Evangelio a toda criatura, es decir, el anuncio de la Palabra, que debe hacerse con alegría sin sentirse su dueño o incluso “empresario”. 

Por último, la libertad para saber “salir” al encuentro del hermano, pero también para saber distanciarse de la mundanidad.

—2019. Dos vínculos: Jesús y el Pueblo

Con motivo del 160 aniversario de la muerte del Santo Cura de Ars (Juan María Vianney), propuesto por Pío XI en 1929 como patrón de todos los párrocos, el 4 de agosto de 2019 el Papa Francisco escribió una carta paternal a todos los sacerdotes del mundo, hermanos que silenciosamente “lo dejan todo” para dedicarse a la vida de sus comunidades. Hermanos que trabajan “en las trincheras” y que “ponen la cara” para cuidar y acompañar a su pueblo. 

La finalidad de la carta la explica el Papa en la introducción: ser cercana, dar gracias y aliento. No hay que olvidar que surge en un periodo de fuertes críticas a los sacerdotes, tras los tristes sucesos de abusos sexuales 

Tras el agradecimiento por la “perseverancia”, la resistencia, la administración de los sacramentos y la pasión por el pueblo, el estímulo consistió en reiterar la importancia de no descuidar “dos lazos constitutivos de nuestra identidad”, el que nos une a Jesús – “buscadle, encontradle y gozad de la alegría de dejaros curar, acompañar y aconsejar”- y el que nos une al pueblo -“no os aisléis de vuestro pueblo”, “no os encerréis en grupos cerrados y elitistas”-. 

—2020. Llamados a anunciar y profetizar el futuro

Al año siguiente Francisco escribe una nueva carta, esta vez a los sacerdotes de la diócesis de Roma, dado que, a causa de la pandemia del Covid-19 no fue posible celebrar juntos la Misa Crismal.

También en este caso se trata de estar cerca y acompañar a una comunidad de hermanos que, sin embargo, se vio muy probada por las consecuencias de las restricciones sanitarias.

El enfoque del Santo Padre es apuntar todo -después de los muchos sufrimientos vistos y experimentados- a la Resurrección: “Como comunidad sacerdotal estamos llamados a anunciar y profetizar el futuro”, tratando de establecer “un tiempo siempre nuevo: el tiempo del Señor”. 

—2021. Soñar con una Iglesia enteramente al servicio

“Queridos hermanos sacerdotes, os invito a tener siempre grandes horizontes, a soñar, a soñar una Iglesia enteramente al servicio, un mundo más fraterno y solidario. Y para ello, como protagonistas, tenéis que aportar vuestra contribución. No tengáis miedo de atreveros, de arriesgar, de ir adelante porque todo lo podéis con Cristo que os da la fuerza”. Son las palabras que el Papa Francisco dirigió en junio de 2021 a los sacerdotes del Convitto San Luigi dei Francesi, una comunidad situada en el corazón de Roma. 

Junto a este acicate, referido a todos los sacerdotes, el Pontífice reafirmó la importancia de “ser apóstoles de la alegría”, sin olvidar también un poco de sano humor, bien consciente de que esta sensibilidad tiene su fuente en permanecer enraizados en Cristo.

—2022. Las cuatro proximidades

En febrero del año pasado, por iniciativa del entonces Prefecto del Dicasterio para los Obispos, el cardenal Marc Ouellet, se celebró en el Vaticano un simposio sobre la teología del sacerdocio, ocasión en la que el Papa Francisco recibió en audiencia a los participantes. 

Aquí, el Santo Padre invitó a los presbíteros a “interceptar el cambio” de la época que estamos viviendo, permaneciendo anclados “a la Tradición viva y sabia de la Iglesia, que puede permitirse emprender el camino sin miedo”. 

Como “instrumentos concretos” de esta misión hoy, habló más extensamente de las ya mencionadas “cuatro proximidades”. Ante todo, la cercanía a Dios, de quien sacar la fuerza necesaria; la cercanía al obispo, para consolidar los lazos de obediencia y la capacidad de escucha; la cercanía entre presbíteros, para sentirse parte de una gran comunidad; por último, la cercanía al pueblo de Dios, para “llevar adelante el estilo del Señor”.

—2023. Verdaderos testigos del amor de Dios

La intervención más reciente dirigida a los sacerdotes es el encuentro de oración -junto a diáconos, consagrados y seminaristas- que el Papa Francisco tuvo con ellos en su viaje a la República Democrática del Congo a principios de febrero.

Aquí retomó, como al inicio de su pontificado, la referencia a la unción y al óleo “de consolación y esperanza”, que el Señor da a su pueblo a través de sus ministros sagrados. A continuación, el Santo Padre reiteró la importancia del servicio -servir al pueblo y no ser utilizado por él-, conjurando tres tentaciones particulares.

La primera es la “mediocridad espiritual”, que puede ser vencida mediante la celebración eucarística diaria y la Liturgia de las Horas. Luego, el desafío de la “comodidad mundana” debe ser vencido difundiendo más bien modelos de sobriedad y libertad interior.

Por último, la tentación de la superficialidad, aprendiendo a “entrar en el corazón del misterio cristiano, a profundizar en la doctrina, a estudiar y meditar la palabra de Dios”. El objetivo último es llegar a ser, evidentemente, en la variedad de las angustias de nuestro tiempo, verdaderos “testigos del amor de Dios”

Vaticano

Papa Francisco. Una década al frente de la Iglesia

Rome Reports·13 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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Combatir la corrupción económica dentro del Vaticano, los abusos sexuales, y quitar protagonismo a la curia para dárselo a las diócesis eran los tres ejes principales que los cardenales propusieron durante los encuentros realizados antes del cónclave de 2013 del que salió elegido Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco.

Estos temas han sido, asimismo, ejes de su pontificado caracterizado, también, por su cercanía con los más vulnerables.


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Familia

Miles de familias defienden la vida en Madrid

Varias decenas de miles de personas han salido este domingo a las calles madrileñas para defender el derecho a la vida y la dignidad de todo ser humano, desde su concepción hasta su muerte natural. Madrid se tiñó de verde con familias enteras, incluidos abuelos y muchos bebés en carrito o silla.

Francisco Otamendi·13 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

No es fácil saber si los integrantes de la Plataforma Sí a la Vida esperaban a estas miles de personas y tantas familias. Pero lo cierto es que allí estaban este domingo en torno a cincuenta mil personas, según los organizadores, para mantener la llama encendida de la vida, y proclamar, como señala el Manifiesto leído al final de la Marcha, “que todo ser humano tiene derecho a la vida y a ser tratado como merece su especial dignidad, desde su concepción hasta la muerte natural y en todos los momentos y circunstancias”.

La Marcha tuvo lugar entre el final de la calle Serrano, a la altura de la Plaza de Colón, hasta la Puerta de Alcalá, y luego bajando hasta Cibeles, para subir por Castellana, donde se situó el escenario este año. Allí estaban mayores y jóvenes, más de cuatrocientos voluntarios, varones y mujeres, y muchos niños, cosa no frecuente en estos tiempos, de Madrid y de diversas ciudades españolas, animados por el ‘Viva la vida’ de Coldplay o el ‘Que viva la vida’, de los Hermanos Martínez, junto a los influencers Carla Restoy, José Martín Aguado o Pablo Delgado (desde Instagram). Todo amenizado por el Dj Juan Herranz, fundador de Eight Ball Event.

Tras la pancarta, entre otros, estaban Alicia Latorre, presidenta de la Federación Española de Asociacioones Provida, y Esperanza Puente; Alfonso Bullón de Mendoza, presidente de la ACdP y de la Fundacion Universitaria San Pablo CEU, y Carmen F. de la Cigoña (Instituto CEU de Estudios de la Familia); Amaya Azcona (directora gral. Red Madre), Álvaro Ortega (Fundación + Vida) y representantes del Foro de la Familia.

Además, Marta Velarde (+Futuro), Rosa Arregui (Adevida), Ana del Pino (One of Us), Eva María Martín (Andoc); Oscar Rivas (Educatio Servanda); Reme Losada (Aesvida) o Javier Fernández Jáuregui (Deportistas por la Vida y la Familia). Junto a la primera fila se situaron Jaime Mayor Oreja (One of Us) y María San Gil (Fundación Villacisneros), por ejemplo. Y en la zona del escenario, se pudo ver, entre otros, a Jesús Poveda (Escuela de rescatadores), y representantes de más de 500 asociaciones provida.

Entre las pancartas, fotos de embriones humanos, “escucha el latido, te digo que estoy vivo”, “la voz del corazón”, “¿éste es el latido que queréis ocultar?”, “ninguna madre se arrepiente de serlo”, “Plataforma Córdoba por el derecho a la Vida”, “Cantabria por la Vida”, “Álava, verdad y vida”, ó “Cada vida importa. Alicante”, entre otros muchos, y globos, muchos globos verdes y blancos.

En los últimos días, Omnes ha publicado reportajes sobre la defensa de la vida, y ha subrayado que el aborto es también es cosa de hombres. También entrevistas como las realizadas a Isabel Vaughan-Spruce, la mujer que fue detenida en Birmingham por “rezar en su mente” ante una clínica abortista, y a Alejandra y Benjamín, matrimonio de evangelistas, padres de Samuel, que vivió 6 horas fuera del vientre materno.

9 puntos del Manifiesto

Los nueve puntos del Manifiesto leído este domingo por la Plataforma Sí a la Vida son los siguientes:

“1) Proclamamos que todo ser humano tiene derecho a la vida y a ser tratado como merece su especial dignidad, desde su concepción hasta la muerte natural y en todos los momentos y circunstancias.

2) Queremos mostrar la grandeza de la cultura de la vida y sus frutos, una cultura que es generosa, acogedora, constructiva, alegre, que cura heridas, que no se rinde.

3) Rechazamos todas las leyes y prácticas que atentan contra la vida y la naturaleza humana en cualquier momento de su existencia, así como los negocios e ideologías que las sustentan.

4) Exigimos que no se oculte la verdad biológica de la vida humana, ni los conocimientos y experiencias que pueden aportarse desde todos los ámbitos. Asimismo exigimos que no se mienta sobre lo que es el aborto, la eutanasia, los ataques al embrión, la ideología de género… ni se niegue la crueldad, injusticia y dolor que infringe la cultura de la muerte.

5) Reclamamos que, de manera prioritaria, los avances médicos y los cuidados lleguen a todos sin excepción, a quienes aún no han nacido y a sus madres, a los enfermos crónicos, a quienes padecen enfermedades poco o muy frecuentes, a quienes necesitan paliativos… y se destinen a ello todos los recursos materiales y personales necesarios.

6) Respaldamos y agradecemos a todas las personas y asociaciones que desde distintos campos de acción trabajan a favor de toda vida humana, a pesar de las muchas dificultades e incluso de la persecución.

7) Y nos dirigimos también a quienes piensan de otra forma, a quienes sufren por las malas decisiones del pasado o por su indiferencia, porque no podemos recuperar las vidas perdidas ni cambiar el pasado, pero tenemos el futuro en nuestras manos, porque tenemos por delante mucho bien por hacer y todos, sin excepción somos necesarios.

8) Seguiremos trabajando por conseguir que ninguna ley ilegítima y perversa esté vigente en nuestro ordenamiento jurídico, pues consideramos que España debe ser una nación avanzada, progresista en cuanto a los verdaderos derechos y conservadora de los valores objetivos y perennes.

 Y 9) Y mientras cambian las leyes, mientras la cultura de la muerte pretenda seguir dominando, seguiremos encendiendo una luz, mostrando la verdad, salvando vidas y esperanzas. Por todo ello, mostramos, un año más, nuestro compromiso público y unitario de continuar diciendo siempre y en toda circunstancia ¡Sí a la vida!”

Sorteos, viajes, apoyo

Con motivo de la celebración se ha realizado también un sorteo en el perfil de Instagram de la Plataforma Sí a la Vida patrocinados por Methos Media, dos bonos de 100 euros y una cena en un restaurante de Madrid. Y un viaje Pack Multi Aventura para 4 personas patrocinado por Viajes Pangea y Methos.Media.

La organización realiza asimismo un llamamiento a la solidaridad para ayudar sufragar los gastos que supone este evento. Se puede colaborar mediante: Bizum ONG: 00589; por transferencia: ES28 0081 7306 6900 0140 0041, titular de la cuenta: Federación Española de Asociaciones Provida. Concepto: Sí a la Vida, e indicar qué persona o asociación hace el ingreso. O por la campaña de crowdfunding creada para esta Marcha Sí a la Vida 2023.

El autorFrancisco Otamendi

Mundo

El Camino Sinodal y la política de hechos consumados

Con la adopción de una serie de resoluciones, el Camino Sinodal alemán se aparta de la doctrina de la Iglesia católica y pretende comenzar a implementar ya algunas de ellas. Pide al Papa que reconsidere el celibato, que las mujeres puedan ser diáconos, que los laicos puedan predicar en la Misa y administrar varios sacramentos. También rompe con la antropología cristiana para introducir la “diversidad sexual” y la bendición de parejas homosexuales.

José M. García Pelegrín·13 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

Una de las cuestiones más esperadas de la quinta Asamblea del Camino Sinodal alemán, celebrada del 9 al 11 de marzo, era cómo iban a posicionarse los obispos en relación con el denominado “Consejo Sinodal”: inicialmente previsto para perpetuar el Camino Sinodal –pues se trataría de un órgano de gobierno formado por clérigos y laicos que dirigiría la diócesis junto con el obispo, pudiendo controlar al ordinario e incluso imponerse a este–, la Santa Sede advirtió en una Nota de julio de 2022 que “no sería lícito introducir en las diócesis nuevas estructuras oficiales o doctrinas que constituirían una violación de la comunión eclesial y una amenaza para la unidad de la Iglesia antes de que se haya llegado a un acuerdo a nivel de la Iglesia universal”.

Por este motivo, en la cuarta Asamblea de septiembre de 2022 se llegó a una fórmula de compromiso, al aprobar la creación de una “Comisión sinodal” para preparar el “Consejo sinodal”.

Consejos sinodales

Sin embargo, en el orden del día de la quinta Asamblea volvía a aparecer el texto sobre la creación de “consejos sinodales con capacidad de asesoramiento y de decisión a nivel de las diócesis y las parroquias”.

Entre las Asambleas de noviembre de 2022 y la de marzo de 2023 se habían producido pronunciamientos significativos del Vaticano, en la visita ad limina de noviembre de 2022 (cfr. Dossier sobre el Camino Sinodal publicado en el número de febrero de 2023 en la revista Omnes) y posteriormente en una carta, fechada el 16 de enero de 2023 y firmada por el cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin y los cardenales Luis Ladaria y Marc Ouellet, con la aprobación expresa del Papa, en la que se decía nuevamente que el Camino Sinodal no tiene competencia para crear un “Consejo Sinodal”.

Además, en unas palabras de saludo a la Conferencia Episcopal con ocasión de su Asamblea de primavera, que ha tenido lugar del 27 de febrero al 2 de marzo, el nuncio apostólico Nikola Eterović volvía a repetir la ilicitud de crear consejos sinodales, también a nivel diocesano o de cada parroquia.

Esta insistencia y claridad llevó a que varios obispos tomaran la palabra en la Asamblea, entre ellos los tres obispos auxiliares de Colonia: Dominik Schwaderlapp (“Me siento vinculado por la instrucción del Papa y por lo tanto no puedo estar de acuerdo con el texto”), Rolf Steinhäuser y Ansgar Puff. En vistas de que no se obtendría la mayoría de dos tercios de los obispos, se decidió no votar sobre este texto, sino dar traslado a la “Comisión sinodal”, cuyos miembros se eligieron en la quinta Asamblea, que se ocupará de actualizar o modificar el texto.

Según Mons. Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal alemana y co-presidente del Camino Sinodal, esto se hará “sobre la base del Derecho Canónico vigente”, lo cual –visto los pronunciamientos vaticanos y los comentarios de conocidos canonistas– parece más bien la cuadratura del círculo.

Reconsiderar el celibato, diaconado de la mujer

El resto de los documentos presentados en la Asamblea sí obtuvieron la mayoría necesaria; en un primer texto básico sobre “Existencia sacerdotal hoy” se decía que es “imposible continuar como hasta ahora”, también por el elevado número de sacerdotes que han cometido abusos sexuales y “las causas sistémicas que favorecen actos de abusos sexuales y de poder”. Por este motivo se “solicita al Santo Padre que, en el contexto del proceso del Sínodo universal, se examine el nexo entre administración del Orden y la obligación del celibato”. Entretanto se ruega al Papa que admita “con rapidez” al sacerdocio a los llamados “viri probati”.

La Asamblea votó asimismo por el diaconado de la mujer: si bien varias participantes habían abogado por que el texto se refiriera no al diaconado, sino al sacerdocio –“necesitamos estar a la misma altura en el altar”, “la Iglesia católica tiene una responsabilidad sobre la imagen de la mujer en el mundo”– el texto definitivo se refiere al diaconado: “La Asamblea del Camino Sinodal solicita a la máxima autoridad de la Iglesia, esto es al Papa y al Concilio, el examen de si la doctrina de Ordinatio Sacerdotalis vincula definitivamente a la Iglesia o no”. Ahora bien, eso no debe hacer pensar que los asambleístas hayan abandonado la idea de exigir el sacerdocio para la mujer. A pesar de que el Nuncio Nikola Eterović, en las mencionadas palabras de saludo a la Conferencia Episcopal en la Asamblea de primavera, recordó que la doctrina contenida en Ordinatio Sacerdotalis es definitiva, el texto del Camino Sinodal decía: “La argumentación teológica en Alemania ha mostrado que los textos doctrinales presentados no han alcanzado el grado de vinculación definitiva”. Por esta razón se aprobó que en Alemania se cree una comisión para tratar “la temática del Orden sacramental para personas de cualquier sexo”.

Predicación y administración de sacramentos por laicos

Sobre una mayor participación de la mujer versaba el texto sobre “Mujeres en servicios y ministerios en la Iglesia”; en definitiva se trataba de la predicación dentro de la Eucaristía y de la administración de ciertos sacramentos por laicos y laicas. Después de que a solicitud de la Conferencia Episcopal –contra una mayoría de las mujeres– se eliminara la introducción de “la administración de la confesión por laicos en el marco del acompañamiento espiritual”, se aprobó un texto en el que se exhortaba a los obispos a que se elaborara una norma particular sobre la predicación de los laicos en la Eucaristía y se solicitara el permiso de la Santa Sede. También se aprobó la administración del Bautismo y la Unción de enfermos por laicos “en casos de necesidad”, si bien el obispo auxiliar de Colonia Ansgar Puff no considera que en Alemania haya una necesidad que lo justifique. En este contexto, el obispo de Augsburgo Betram Meier habló de una “cierta tendencia en Alemania a que cada vez más mujeres y hombres pudieran administrar sacramentos”; así podría terminar por plantearse la cuestión: “¿Para qué necesitamos personas consagradas?”.

A pesar de que el texto habla de situaciones de necesidad, en la rueda de prensa al término de la Asamblea Mons. Bode, obispo de Osnabrück, se refirió a que, tras un periodo de formación de unos meses, se introduciría en su diócesis la predicación en la Eucaristía por parte de laicos y laicas, así como la administración del Bautismo por “personas no consagradas”. Según esto, parece que no considera necesario el permiso que según el texto se debe solicitar a la Santa Sede.

En el origen del Camino Sinodal estaba el deseo de prevenir los abusos sexuales, tras el shock producido por el estudio realizado por tres universidades en 2018. Ahora, la quinta Asamblea ha aprobado un texto con medidas de “Prevención de abusos sexuales”. Resulta significativo, sin embargo, que tan solo dos días antes de comenzar la Asamblea, el diario Augsburger Allgemeine publicara una entrevista con el jesuita alemán Hans Zollner, director del Instituto para la protección contra abusos de la Gregoriana y uno de los mayores expertos en la materia, en la que este criticaba “la lentitud y la falta de estándares para tratar los abusos en Alemania”, a diferencia de las medidas adoptadas por otros países. Tales declaraciones vienen a corroborar las repetidas críticas de que al hablar exclusivamente de “causas sistémicas o estructurales” se obvia perseguir la culpa, en cuanto a comisión de estos crímenes y a su encubrimiento, de personas individuales. Igualmente ha sido muy criticado que los abusos sexuales hayan sido instrumentalizados por el Camino Sinodal (“abuso de los abusos”) para introducir modificaciones de la doctrina católica.

Diversidad sexual, bendición de parejas homosexuales

Entre esas modificaciones se encuentra “el reconocimiento de la diversidad sexual”, lo cual significa una ruptura con la antropología cristiana basada en Génesis 1, 27: “Y Dios creó al hombre a su imagen. Lo creó a imagen de Dios; los creó varón y mujer”. A pesar de que por ejemplo Stefan Zekorn, obispo auxiliar de Münster, expresó que no podía asentir a un texto “que prácticamente se basa por completo en la teoría de género”, éste fue aprobado, y en él se dice que “la actual antropología cristiana positivista de derecho natural, tal y como subyace en los textos eclesiásticos vigentes, legitima y promueve la exclusión, la violencia y la persecución de personas a las que la Iglesia debería en realidad proteger”. En cambio, “la doctrina y el derecho de la Iglesia siguen asignando posiciones altamente precarias y vulnerables a las personas trans e intersexuales”. Por ello, la Asamblea Sinodal hace una serie de recomendaciones a los obispos, entre ellas el nombramiento de “responsables LGBTI*” en todas las diócesis para supervisar “el acompañamiento espiritual marcado por la aceptación de los creyentes trans e intersexuales”. Entre otras cosas se solicita que los creyentes transexuales puedan cambiar su género en el registro de bautismo sin trámites burocráticos.

En relación con el sacerdocio, el texto dice que “la determinación de los caracteres sexuales externos debe suprimirse allí donde todavía se practique en el curso de la aceptación de una persona como candidato al sacerdocio”. En esta línea, la Asamblea sinodal exige al Papa que “el acceso a los ministerios de la Iglesia y a las vocaciones pastorales también debe ser examinado en cada caso individual para los bautizados y confirmados intersexuales y transexuales que intuyen una vocación para sí mismos; éstos no deben ser excluidos de manera generalizada”.

Relacionada con esto se encuentra también la aprobación por la Asamblea de la bendición de parejas “que se aman” y que no pueden o no quieren acudir al sacramento del matrimonio –es decir, parejas homosexuales o divorciados que han contraído un nuevo matrimonio civil–, pues se reconoce “que en la vida común de parejas que conviven comprometidas y responsables hay un bien moral”. Si bien el texto hace referencia a la Nota de la Congregación para la doctrina de la fe de 2021 en la que se decía que no es posible bendecir parejas homosexuales, “la negativa a bendecir la relación de dos personas que quieren vivir su pareja en el amor, el compromiso y la responsabilidad mutua y con Dios resulta despiadada o incluso discriminatoria en una sociedad que ha conquistado la dignidad humana y la libre autodeterminación como máximas de normalización moral”.

En la rueda de prensa final, Mons. Bätzing dijo que en su diócesis de Limburgo la bendición de parejas “que se aman” se introduciría “inmediatamente”.

¿Cómo seguirá el Camino Sinodal?

Si bien esta quinta Asamblea es teóricamente la última –se ha previsto una sexta para dentro de tres años con el fin de evaluar la implementación de las resoluciones–, la presidenta del Comité central de los católicos alemanes y co-presidenta del Camino Sinodal, Irme Stetter-Karp, señaló en dicha rueda de prensa que el Camino Sinodal comenzaba realmente ahora. Por su parte, Mons. Bätzing declaró que enviará, en aquellas cuestiones que no son competencia de un determinado obispo o de una Conferencia Episcopal, “nuestras preguntas al espacio de la Iglesia universal”, y que no se conformará con “respuestas burocráticas a estas preguntas desde ningún despacho de la Curia, y menos aún desde cuartos oscuros, sino que espera procesos sinodales a nivel de la Iglesia universal que aborden cuestiones de tanto peso, las debatan y conduzcan a decisiones”.

Para ello ha solicitado a la Santa Sede una reunión en Roma, con la Presidencia del Camino Sinodal al completo; es decir, también con los laicos. Y añadió que le había dicho al cardenal Luis Ladaria, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe: “Tienen que aprender también en Roma a seguir procesos sinodales en los que participan muchos”.

Recursos

Los monjes del desierto

Los Padres del Desierto, primeros exponentes de la vida monacal, surgen primero en las comunidades cristianas de Oriente y después en las de Occidente. Veremos en este mes a los orientales, iniciadores de una fecunda tradición que ha llegado hasta nuestros días.

Antonio de la Torre·13 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Durante los tres primeros siglos de cristianismo las comunidades que vivían su fe en Jesucristo formaron una extensa red a lo ancho de todo el Imperio Romano. Hemos visto cómo, instruidos, alentados, y protegidos por los Santos Padres, los cristianos cumplieron a fondo el papel de ser levadura en medio del mundo que Jesús les encomendó en su enseñanza. Organizados en comunidades pequeñas y muy vivas, presididas por un obispo y atendidas por un colegio de presbíteros, los cristianos sembraron en el mundo pagano con abundancia. En el mundo realizaron su apostolado, sufrieron conflictos, dialogaron con las diversas culturas, padecieron persecuciones, y fueron pasando por diversos escenarios políticos hasta que, al final, el Imperio Romano se hizo cristiano.

Un nuevo camino

Junto a este camino de los cristianos en medio del mundo, encontramos un pequeño sendero, que, si bien al principio pasó escondido, con el tiempo dio origen a una amplia y nueva vivencia de la vida cristiana. Nos referimos a los cristianos que decidieron vivir una consagración particular a Dios, primero viviendo en el mundo y después saliendo de él para vivir en el desierto.

Desde el principio, en efecto, hubo cristianos que descubrieron como vocación propia vivir lo más ajustadamente posible el consejo de ascetismo predicado por Jesús de Nazaret: “Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga” (Mc 8, 34). Así, tanto en el Nuevo Testamento como en los primeros Padres de la Iglesia, encontramos testimonios de esta forma de vida, que se concretaría pronto en la virginidad y en la vida continente dentro del mundo, como modo de vivir la renuncia para imitar a Jesús y llegar a la plenitud de la contemplación en su seguimiento.

Por tanto, en numerosos lugares de Oriente, pero especialmente en Egipto, muchos cristianos tomaron este ideal de vida evangélica o de vida apostólica, complementario al ideal de la mayoría de los cristianos, que vivían como levadura en medio del mundo. Fue cuestión de tiempo que este ideal moviera a muchos a una imitación más estricta, saliendo del mundo para vivir el seguimiento radical de Jesús en la soledad del desierto, viviendo como solos, como monjes, del mismo modo que Jesús en su vida pública se retiraba con asiduidad a la soledad de los parajes desérticos para entregarse a la oración y a la contemplación íntima de su Padre Dios.

Los monjes anacoretas

A lo largo del siglo III, coincidiendo con las grandes persecuciones, encontramos grandes figuras del cristianismo antiguo que huyeron al desierto, no para escapar de la violencia imperial, sino para huir de la corrupción y tóxica vanidad del mundo todavía pagano. Esta fuga mundi rechazaba una sociedad que vivía para la gloria mundana, la ambición del lujo, la auto celebración de sí mismo y el deseo de dejar un glorioso recuerdo para la posteridad.

Frente a este planteamiento, la llamada de irse a vivir solo (monachós en griego, de donde vendrá el latín monachus, monje) al desierto supondrá buscar la humildad, el alejamiento, la austeridad, el silencio, el vivir escondido y el olvido de uno mismo. No por mera oposición al mundo, sino por manifestar ante él “lo único necesario” (Lc 10, 42), que es la contemplación de las realidades divinas, y para imitar la vida de Jesucristo como orante solitario en lugares desérticos.

En el desierto, como Jesús, el monje que ha renunciado a su familia, a su patrimonio, a sus afectos, y a sí mismo, para dedicarse a la soledad y a la oración, sufrirá un duro combate por parte del diablo, como las sufrió Jesucristo en el desierto de Judea. No le faltarán tentaciones, acosos, ataques ni seducciones; tampoco la violencia del mundo ni los ataques de las fieras. Pero de todas saldrá triunfante gracias a la bendición de Dios y a su esfuerzo ascético personal para conquistar las virtudes.

Así nos lo narran las numerosas Vidas que han llegado hasta nosotros de los llamados Padres del Desiertos, los primeros anacoretas (los separados, en griego) que marcharon a la soledad para abrir un nuevo camino de perfección en la vida cristiana. La más importante es la que escribió san Atanasio sobre san Antonio Abad, el verdadero padre de esta nueva experiencia monástica en la soledad. En ella nos narra la conversión de san Antonio, sus comienzos en la dura experiencia como anacoreta, su vida entre sepulcros primero, y en los desiertos egipcios después. Y nos descubre que la fama de santidad y sabiduría del santo, fruto de su entrega generosa a la imitación y al seguimiento de Jesucristo, le trajo numerosos discípulos.

Como podemos imaginar, los Padres de este monacato en el desierto no se dedicaron a escribir libros, como los demás Padres que estamos viendo en esta serie. Mucho menos su propia biografía. Pero, afortunadamente, sus discípulos, y los de otros padres del desierto primitivos, fueron recogidos en unas colecciones llamadas Apotegmas. Cada una de estas narraciones nos presenta, el hilo de alguna anécdota de la vida del monje, un diálogo donde el monje va enseñando a su discípulo. Y es que cada vez más cristianos comenzaban un camino discipular con estos venerados anacoretas, buscando “practicar con éxito la vida celestial y recorrer el camino del reino de los Cielos”, como nos cuenta un antiguo apotegma.

El movimiento cenobítico

Con el tiempo esta experiencia individual, un tanto carismática, y sorprendentemente contagiosa, fue dando lugar a una configuración progresiva de instituciones, organización comunitaria y producción literaria. Es lo que conocemos como el cenobismo (de koinós-bios, comunidad de vida en griego). Comunidades de anacoretas se iban formando con una primera forma de vida común, guiada ya por una regla escrita, por las grandes áreas del cristianismo: Egipto, Palestina, Siria o Capadocia.

Tenemos que destacar Egipto, especialmente el desierto en torno a Tebas (lo que se conoce como la Tebaida), como lugar de origen de este movimiento, como lo fue también de la vida de los anacoretas. Pacomio es el gran patriarca de la vida cenobítica, escritor de la primera regla monástica e iniciador de una importante serie de grandes héroes del monaquismo antiguo, como Shenute, Porfirio, Sabas o Eutimio. Las vidas de estos padres eran leídas como biografías de auténticos héroes de la espiritualidad, que inspiraron a muchos cristianos en su experiencia de vida cenobítica. Durante los siglos IV y V, ya con el cristianismo plenamente asentado en el Imperio Romano, se irán enriqueciendo las colecciones de apotegmas y biografías de estos padres del desierto, como lo vemos en la Historia Lausíaca, de Paladio, una curiosa enciclopedia de estos grandes héroes de la ascética y de sus enseñanzas espirituales.

Porque no podemos olvidar que lo esencial en esta experiencia no es el esfuerzo ascético personal ni la radicalidad de las renuncias, sino la gracia espiritual que Dios pone en estas personas al llamarlas a la vida en el desierto. De ahí que las enseñanzas de estos padres sean una fuente inagotable de alimento espiritual. En este sentido son de un gran valor las recopiladas por autores como Evagrio Póntico o Casiano (siglos IV-V).

En concreto, el Tratado práctico y el Sobre la oración de Evagrio constituyen una referencia esencial para entender la espiritualidad monástica de la Iglesia oriental, que tanto influyó después en las diversas corrientes del cenobismo de la Iglesia latina. De la segunda obra, que busca instruir al discípulo en la impasibilidad y en la contemplación, siguiendo las antiguas tradiciones de los primeros padres, proceden las citas que acompañan a este artículo. 

Seguro que todavía hoy tienen mucho que decir a quienes, dentro o fuera del mundo, buscan una mayor identificación con Jesucristo y una mayor profundidad espiritual en su seguimiento.

El autorAntonio de la Torre

Doctor en Teología

Vaticano

Papa Francisco: «Jesús sacia nuestra sed con amor»

El Papa Francisco ha rezado el Ángelus asomado a la ventana con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro. Durante la meditación se ha centrado en la petición que Jesús dirige a la samaritana en el Evangelio de hoy: “Dame de beber”.

Paloma López Campos·12 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Este domingo el Papa Francisco ha rezado el Ángelus con las personas reunidas en la plaza de San Pedro. También ha pronunciado una breve meditación sobre el pasaje del Evangelio que se lee este tercer domingo de Cuaresma, sobre Jesús y la samaritana en el pozo de Jacob.

El Papa explica que el hecho de que Jesús, sediento y cansado, se pare a descansar y pida de beber a una mujer, nos muestra “una imagen del abajamiento de Dios: en Jesús, Dios se hizo uno de nosotros; sediento como nosotros”. Esta sed de Cristo, dice Francisco, “no es solo física, expresa las sequedades más profundas de nuestra vida: es sobre todo la sed de nuestro amor”.

Pero el Señor, aquel que pide de beber, también es quien da de beber. “Jesús, sediento de amor, sacia nuestra sed con amor. Y hace con nosotros como con la samaritana: se acerca a nosotros en lo cotidiano, comparte nuestra sed, nos promete el agua viva que hace brotar en nosotros la vida eterna”.

Una sed mucho más profunda

Esta frase de Jesús es mucho más profunda, dice el Papa. “Estas palabras no son solo la petición de Jesús a la samaritana, sino un llamamiento – a veces silencioso – que cada día se eleva hacia nosotros y nos pide que nos hagamos cargo de la sed de los demás”.

“Dame de beber es el llamamiento de nuestra sociedad, donde la prisa, la carrera por el consumo y la indiferencia generan aridez y vacío interior”.

De este modo, señala Francisco, “el Evangelio hoy nos ofrece a cada uno de nosotros el agua viva que puede hacer que nos convirtamos en fuente de refrigerio para los demás”. Y, además, este pasaje nos invita a preguntarnos “¿Yo tengo sed de Dios, me doy cuenta de que necesito su amor como el agua para beber? Y después: ¿Me preocupo de la sed de los demás?”

Familia

Suzanne Aho (ONU): «Tenemos que difundir la Declaración de Casablanca»

Suzanne Aho, ex Ministra de Salud de Togo, ha participado como observadora independiente en la firma de la Declaración de Casablanca para la abolición universal de la maternidad subrogada.

Maria José Atienza·12 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El 3 de marzo de 2023 es un día histórico para la promoción de la dignidad de las mujeres y los niños. Ese día se firma en Casablanca (Marruecos) la Declaración de Casablanca para la abolición universal de la maternidad subrogada.

La Declaración, firmada por 100 juristas, médicos, psicólogos y otros expertos de 75 países de todo el mundo, es un primer paso hacia la celebración de un tratado internacional para abolir esta práctica. Los miembros del Grupo de Expertos de Casablanca proceden de ámbitos y culturas muy diversos, y lo único que les une es el deseo de abolir la práctica en todo el mundo, sea cual sea la forma que adopte. Pretenden trabajar juntos en esta dirección para sensibilizar a la opinión pública y a los Estados sobre la realidad de este mercado globalizado. Constatan que, a pesar de que pocos países han legalizado la maternidad subrogada, sus promotores aprovechan la globalización para ofrecer su negocio a personas ricas que podrán alquilar los vientres de mujeres pobres que no tienen otro medio de subsistencia.

Como primer paso en este esfuerzo por informar a las autoridades, se invitó como observadores independientes a dos miembros del Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas (CDN), órgano que supervisa la aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño. Luis Ernesto Pedernera Reyna, de Uruguay, antiguo Presidente del CDN y actual miembro, dio la bienvenida y las gracias a los participantes.

Suzanne Aho, ex Ministra de Salud de Togo (2003-2006) y alcaldesa de Lomé durante 10 años, que inicia su tercer mandato como miembro del CDN (2023-2027), también pronunció un discurso de bienvenida y asistió al seminario de Casablanca. Nos lo cuenta,en esta entrevista con Omnes.

¿Qué opina del trabajo y del seminario del 3 de marzo de 2023 del grupo Casablanca?

–En primer lugar, me gustaría dar las gracias a todos aquellos que, de cerca o de lejos, han contribuido y apoyado el éxito del seminario del 3 de marzo de 2023 del Grupo Casablanca sobre un tema tan delicado como ella gestación subrogada. Celebro esta iniciativa, que suscita debates contradictorios y apela a los ámbitos médico, ético y jurídico. Uno de los problemas jurídicos se plantea a la hora de transcribir los certificados de nacimiento expedidos en el extranjero. Algunas jurisdicciones no reconocen la maternidad subrogada como modo legal de procreación en nombre del principio de mercantilización. Este seminario es oportuno. Los diferentes temas tratados muestran acertadamente todos los aspectos de la maternidad subrogada.

¿Hasta qué punto se controla la maternidad subrogada (vientre de alquiler) en el marco de la CDN de la ONU?

–Para el comité es tan relevante y preocupante como cualquier otro tema. La CDN habla de la maternidad subrogada, incluida la internacional. El tema está en nuestra lista de asuntos a tratar.

¿Cuáles son los riesgos de esta práctica?

–Las consecuencias para la madre y el niño son bastante graves, según los casos: dignidad, violencia, etc. Estas son las palabras clave de esta práctica.

El Comité Consultivo Nacional de Ética francés ha emitido un dictamen (Dictamen n.º 126 de 15 de junio de 2017) en el que se declara «favorable a la elaboración de una convención internacional que prohíba la gestación subrogada y se muestra especialmente apegado al esfuerzo diplomático». Se trata de la misma posición adoptada por el grupo de expertos de Casablanca. ¿Ve posible un tratado internacional para abolir la gestación subrogada?

–Sí, sería posible celebrar un convenio internacional, pero antes hay que responder a varias preguntas: ¿se ha preparado bien para ello el comité consultivo francés? ¿Cuál es el estado de la cuestión? ¿Cuáles son las estadísticas del mercado de maternidad subrogada en el mundo? ¿Están preparados para ello los Estados que practican y autorizan la gestación subrogada?

En mi humilde opinión, aún es demasiado pronto para concluir un convenio de este tipo. Debemos iniciar este proceso dando a conocer la Declaración de Casablanca.

¿No representa esta práctica una regresión de los derechos de los niños y las mujeres, que se ven reducidos a «objetos de transacción»?

–Ciertamente, es un atentado contra la dignidad humana y, por tanto, una violación de los derechos del niño y de los de la mujer.

Debemos luchar contra el tráfico de niños nacidos de la gestación subrogada.

Familia

Los padres de Samuel, ante la presión de abortar: «No te rindas»

Ésta es la historia de un joven matrimonio de evangélicos, Alejandra y Benjamín, ella costarricense, él alemán, que se negaron a seguir el insistente consejo médico de abortar, y tuvieron a Samuel, con síndrome de Edwards, que vivió sólo 6 horas fuera del seno materno. En vísperas de la Marcha por la Vida de este domingo día 12, lo cuentan a Omnes.

Francisco Otamendi·11 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

Alejandra y Benjamín son un matrimonio evangélico que se negó a abortar a Samuel, su hijo con síndrome de Edwards, quien vivió seis horas fuera del vientre de su madre. “El mayor milagro fue que Samuel llegara a la semana 38 en el embarazo. Fue doloroso, muy duro, perderlo tras el parto, pero hoy está en el cielo”, dice Alejandra a Omnes, tras explicar que se quedó embarazada en el año 2020, en pleno Covid. Su hijo, diagnosticado con síndrome de Edwards, nació el 5 de julio de 2021, y falleció a las seis horas de nacer”. 

Con este síndrome, el bebé, en lugar de tener dos copias del cromosoma 18 (dos pares), tiene tres. Es, por lo tanto, similar al síndrome de Down, aunque éste es una trisomía del cromosoma 21.

“Tuvimos mucha presión de los médicos para abortar”, explica Alejandra, pero “aun en medio del dolor más grande que jamás había sentido, pude escuchar a Dios, en un momento de oración, en la noche, decirme claro y directo: ‘sigue, no te rindas’. Estas palabras me dieron la fuerza para tener fe de que mi embarazo iba a estar bien”.

Para el primer médico al que acudieron, “por lo privado, en un centro médico de Torrejón de Ardoz, el aborto era “la solución más rápida’ y quizás para él ‘menos dolorosa’, pues de todas maneras según las estadísticas médicas, el bebé moriría en mi vientre”.

“Ben y yo quisimos una segunda opinión y la respuesta fue igual, nuestro hijo no sobreviviría en mi vientre y que lo mejor era abortar. Así pasaron las semanas, e incluso meses, en los que me vieron al menos diez médicos; seis de ellos nos sugerían el aborto como solución al embarazo que estaba llevando”, añade Alejandra.

“Mejor el aborto y así no corres ningún riesgo, porque uno de los riesgos era que su corazón dejara de latir y que él muriera dentro de mi vientre, entonces habría que hacer cirugía para sacarlo, etc. Pero como he dicho, tenía como una promesa de Dios de que no iba a morir en mi vientre, no que iba a vivir, sino que no moriría en mi vientre”, precisa la madre de Samuel, al que llaman Sami.

“Pero como he dicho, las palabras que recibí de Dios: ‘sigue, no te rindas’, me mantuvieron firme, conforme pasaba el tiempo yo sabía que Sami no moriría en mi vientre, incluso yo podía sentirlo moviéndose dentro de mí”, revela Alejandra. 

“Fue un embarazo muy duro, una constante lucha por la vida, pero nunca estuve sola”, añade esta costarricense: “me refugié muchísimo en Dios, nuestras familias crearon cadenas de oración para Sami, y nuestra iglesia y amigos siempre estuvieron a nuestro lado dándonos apoyo incondicional. La angustia en soledad hubiera sido mucho más dolorosa”.

Ben: “Una declaración médica no tiene la palabra final”

En la conversación surge una pregunta natural, que Alejandra no evita: ¿Encontraste apoyo en tu marido? Su respuesta es inmediata: “Muchísimo. Él estaba, de hecho, muy dolido porque al estar tan cerca del Covid, con sus secuelas, a él no le dejaban entrar, y yo recibí casi todas las noticias sola. Iba a las citas y él me esperaba fuera. Creo que es doloroso no haber podido estar conmigo en esas consultas. Pero sí, él pensaba igual que yo, en ningún momento el aborto ha sido una opción”.

Benjamín (Hamburgo, Alemania), misionero evangelista, corrobora lo que dice su mujer, y afirma a Omnes que “una declaración médica no tiene ni jamás puede tener la palabra final. En muchas instancias y situaciones diferentes, he visto a Dios sanando personas. Esto no es ninguna exageración. La palabra final sólo corresponde a Dios. Recuerdo que cuando recibimos la noticia, estábamos orando, y dije: no puedo permitir que esto tenga la última influencia sobre la vida de nuestro bebé, que en aquel momento no sabíamos que iba a ser un hijo, pensábamos que sería una hija”.

“Dios ha dado un valor, una dignidad a la vida humana, hecha a su imagen y semejanza, que nadie tiene derecho a quitar, mucho menos por conveniencia. Esto ha sido muy claro para nosotros. Decidimos luchar por la vida de nuestro bebé, en ese momento y en adelante. Porque la dignidad de la vida que se recibe viene de Dios, y no de nosotros, de nuestra conveniencia, o de reportes médicos”, señala el padre de Samuel, que vive en España desde principios de 2018. 

¿Es más duro que tu mujer tuviera que entrar sola, por el tema de la pandemia, a las consultas médicas, o esperar tú fuera el resultado de esas consultas? “Pienso que fue más duro para mi esposa”, contesta, “porque sé que a ella le ha afectado un montón esto también. Para mí, esperar afuera ha sido durísimo en todas las citas médicas, y especialmente en la cesárea. Yo he luchado mucho en la vida, pero donde he experimentado el apoyo y la guía de Dios ha sido aquí. En cada tiempo de espera he estado orando”.

“Él reaccionaba a mi voz”

Dejamos que siga Ben, padre de Sami: “Era muy difícil que sobreviviera nuestro hijo, por todos los problemas que tenía, podía morirse en cualquier momento, y afectar a la vida de la madre. Nosotros pensamos que esto no era verdad, y hasta yo pude sentir desde afuera los movimientos de nuestro hijo, y pudo experimentar que él reaccionaba a mi voz. Esto ha sido un milagro, sí, a pesar de lo que los médicos dijeron”.

“También cuando él nació, en el primer momento no respiró, y los doctores luchaban por su vida, y hemos podido conocer también fuera del vientre a nuestro hijo, le hemos podido coger. Esto era una respuesta a nuestras oraciones. Bueno, yo estaba entre la planta de arriba, para conocerle, y grabarle, y con Ale, que estaba abajo, volviendo de la cesárea. Todo esto ha sido un milagro”.

El regalo de Ester Marie

“Seis meses después nos quedamos embarazados. Me regañó un poco la doctora, pero ahí está Ester Marie, que nació en septiembre de 2022, y ahora tiene cinco meses. La vemos como un regalo de Dios, y está completamente sana, muy rosada, muy gordita, ningún problema genético, ni nada”, me había dicho Alejandra por la mañana. Horas más tarde, su marido, Ben, lo reitera: “Absolutamente, un regalo de Dios”.

Alejandra comenta: “Con AESVIDA fuimos a la Marcha el año pasado. Ahora estamos hablando con Susana, y la idea es crear algo para ayudar a mamás en Torrejón de Ardoz. A semejanza de de los bancos de Alimentos, crear un banco de necesidades de bebé. Porque nosotros trabajamos en Torrejón, aunque vivimos cerca de Alcalá”.

Al concluir, preguntamos a Ben cómo le surgió esa convicción, esa fuerza para defender la vida y su dignidad. “Es una larga historia. Mi familia es algo complicada. Pero surge tras el fallecimiento de mi madre en Alemania, entonces comencé a buscar a Dios. Y conectado con JCUM, empecé a leer la Biblia… Ahí empezó todo. Desde 2010 me entregué a Dios, y he tratado de vivir de la mejor forma que puedo. Y años después me ha llevado a misiones aquí en España. Ahora soy misionero con una organización que se llama Juventud con una Misión. Mi enfoque en estos momentos es Escuelas Bíblicas. Y mi esposa también es misionera, con un ministerio que se llama Transformación”.

Marcha Sí a la Vida el domingo

Como ha informado Omnes, este domingo día 12 tiene lugar una Marcha impulsada por la Plataforma Sí a la Vida, apoyada por más de 500 asociaciones y entidades cívicas, que recorrerá el centro de Madrid, y comenzará a las 12 horas en la calle Serrano esquina Goya, hasta Cibeles, donde se leerá el manifiesto de la Plataforma. 
El acto estará conducido por los influencers Carla Restoy y José Martín Aguado. Juan Herranz, fundador de Eight Ball Events, llevará el tema musical con un pequeño concierto, en el que sonará el himno ‘Que viva la Vida’, creado por Hermanos Martínez, que en 2023 cumple 5 años. Además, entre otros, ofrecerá su testimonio Pablo Delgado de la Serna, influencer, fisioterapeuta y profesor universitario,
La Marcha Sí a la Vida 2023 cuenta ya con más de 400 voluntarios que ayudan a su organización. Según la Plataforma, han confirmado su asistencia organizaciones que saldrán en buses desde ciudades como Murcia, Pamplona, Salamanca, Cuenca, Alicante, Bilbao, Getxo, Valencia, Ávila, Santander, Zaragoza o Huesca, entre otras.

El autorFrancisco Otamendi

Cultura

Foro Omnes sobre vida afectiva y personalidad sacerdotal

El Foro Omnes "Vida afectiva y personalidad sacerdotal. Claves para la formación" se celebrará, de manera presencial, el próximo miércoles 15 de marzo a las 17:30h. en la Fundación Carlos de Amberes.

Maria José Atienza·10 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

¿Qué sacerdotes necesita la Iglesia de hoy?¿Cómo ha de ser su formación humana y espiritual? ¿Echan de menos algo en esta formación?

Estas y otras cuestiones centrarán el próximo Foro Omnes «Vida afectiva y personalidad sacerdotal. Claves para la formación» que se celebrará, de manera presencial, el próximo miércoles 15 de marzo a las 17:30h.

Joan Enric Vives, Presidente de la comisión episcopal para el Clero y Seminarios de la Conferencia Episcopal Española y el doctor Carlos Chiclana, psiquiatra y autor del estudio Retos, riesgos y oportunidades de la vida afectiva del sacerdote serán los ponentes de este encuentro que tendrá lugar en la Fundación Carlos de Amberes, (Claudio Coello 99, 28006 Madrid).

Como seguidor y lector de Omnes le invitamos a asistir. En el caso de que así lo desee, le rogamos que confirme su asistencia a través del correo [email protected].

El Foro, organizado por Omnes junto a la Fundación CARF, cuenta con la colaboración del Banco Sabadell.

Vaticano

Lo que ha cambiado y lo que no en el llamado «Banco Vaticano»

El Instituto para las Obras de Religión estrena estatuto desde el pasado 7 de marzo. Un quirógrafo que, sin embargo no trae grandes novedades aunque sí cambia el órgano de dirección.

Andrea Gagliarducci·10 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Se llama, realmente, Instituto para las Obras de Religión, y muchos lo consideran el «banco vaticano». Pero no es un banco, es una institución financiera creada para servir a sujetos vinculados a la Iglesia católica (desde empleados de la Curia a congregaciones religiosas; desde diócesis a embajadas acreditadas ante la Santa Sede) y destinar los beneficios, precisamente, a «obras religiosas».

Aunque su nombre se ha vinculado a menudo, con y sin razón, a escándalos, el IOR es un organismo de la Santa Sede que tiene su razón de ser precisamente en la necesidad de dotar a la Santa Sede de independencia a la hora de gestionar y distribuir fondos y llevar a cabo su misión. El Papa Francisco lo ha reformado, por segunda vez en pocos años.

El 7 de marzo se promulgaron los nuevos estatutos del Instituto para las Obras de Religión, también conocido como IOR. Hace apenas tres años y medio, el IOR ya contaba con un nuevo estatuto, que sustituía al quirógrafo de San Juan Pablo II de 1990.

Sin embargo, es erróneo pensar que los nuevos estatutos presentan novedades sustanciales. Se trata principalmente de ajustes, algunas novedades menores y, en el caso de este último estatuto, un nuevo ajuste a la nueva constitución de la Curia, el Praedicate Evangelium, especialmente en lo que se refiere a la duración de los nombramientos, que son quinquenales.

Un poco de historia

La historia del IOR comienza en 1942, cuando Pío XII erigió el Instituto para las Obras de Religión en la Ciudad del Vaticano, con personalidad jurídica, absorbiendo en él a la preexistente Administración para las Obras de Religión.

El estatuto del IOR había sido aprobado por el propio Papa Pacelli el 17 de marzo de 1941 y tuvo su primer origen en la Comisión ad pias causas establecida por León XIII en 1887.

Juan Pablo II reguló el IOR con un quirógrafo en 1990. El papa Francisco renovó el estatuto en 2019. Pero, ¿qué cambia, qué permanece y qué falta en los nuevos estatutos?

Lo que permanece

El IOR sigue siendo autónomo en lo que respecta a la selección de personal y también a los salarios, que por lo tanto se desvían de los niveles salariales generales de la Curia Romana (artículo 27 del Estatuto).

Se mantienen los órganos del Instituto: la Comisión Cardenalicia, el Prelado, el Consejo de Superintendencia, la Dirección.

Los mandatos son todos por cinco años con posibilidad de una única renovación, como define Praedicate Evangelium y como, en cualquier caso, ya establecía el Estatuto de 2019.

En cuanto a la Comisión Cardenalicia, lo cierto es que serán los cardenales quienes elijan a sus presidentes, y también elegirán al prelado del IOR.

También se mantienen las últimas novedades del Estatuto de 2019: la externalización de los auditores, el aumento del número de la junta de gobierno laica de cinco a siete, y algunas restricciones a la extensión temporal de los nombramientos.

Qué cambia

Cambia el órgano de dirección. En 2019, estaba estructurado con un director y un vicedirector, nombrados por la Junta de Superintendencia con la aprobación de la comisión cardenalicia.

Con el nuevo estatuto, la dirección pasa a ser un órgano monocrático, y el director tiene todas las facultades, y solo está obligado a someter a la Junta de Superintendencia cualquier acto que no sea de su competencia. Además, «en casos de urgencia, el Director General podrá ser autorizado a actuar fuera de su competencia por el Presidente del Consejo de Superintendencia, que oirá al menos a uno de los demás miembros del Consejo. La determinación, firmada por el Director General y con eficacia inmediata frente a terceros, deberá, sin embargo, ser sometida a la ratificación de la Junta de Superintendencia en su primera reunión útil».

Se mantiene la figura del Director Adjunto, pero se trata sólo de una función que el Director General puede delegar cada cierto tiempo.

Por lo tanto, el director tiene más poderes y gestiona y administra el Instituto. El Consejo de Superintendencia, por su parte, tiene la función de definir las líneas estratégicas, las políticas generales y la supervisión de las actividades del IOR.

La Comisión Cardenalicia y el Consejo de Superintendencia tendrán un mandato no simultáneo, es decir, no expirarán juntos. Por lo tanto, habrá un momento en que el Consejo de Superintendencia actuará con una nueva Comisión Cardenalicia, y viceversa.

También se incluye una disposición sobre conflicto de intereses, según la cual «cada miembro de la Junta de Superintendencia se abstendrá de votar en las resoluciones en las que tenga un interés, real o potencial, en nombre propio o de terceros».

El Director General sigue siendo nombrado por el Consejo de Superintendencia y aprobado por la Comisión Cardenalicia, pero a partir de ahora «a partir de una terna de candidatos idóneos como mínimo». Podrá ser contratado por tiempo indefinido o fijo.

Lo que falta

¿Qué falta en el Estatuto? No se menciona el marco de supervisión al que pertenece el IOR, ni la Autoridad de Vigilancia e Inteligencia Financiera, que es el organismo que supervisa las operaciones del IOR. Parece, en definitiva, que el IOR sigue siendo una especie de instituto en sí mismo, casi ajeno a la gran reforma de las finanzas vaticanas deseada por el papa Francisco.

Una impresión que se ve reforzada por el hecho de que el IOR sólo puede aceptar depósitos entre entidades y personas de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano. Se trata de una redacción que ya estaba presente en el Estatuto de 2019, que, sin embargo, no llegaba a incluir a otros usuarios del IOR, como diócesis y parroquias, pero también institutos de derecho canónico y embajadas ante la Santa Sede. 

Tanto el marco de supervisión como la variedad de clientes se mencionan en el sitio web oficial del Instituto, por lo que resulta sorprendente que no se incluyan en cambio en los nuevos estatutos.

Estas omisiones sugieren que habrá que hacer más ajustes. Más que verdaderas reformas, se trata de adaptaciones a las nuevas normas y reglamentos. Pero el IOR sigue siendo un organismo independiente, supervisado por la Autoridad de Vigilancia e Inteligencia Financiera, pero no forma parte de la Curia Romana.

El autorAndrea Gagliarducci

Familia

El aborto también es cosa de hombres

Normalmente vemos el aborto como un tema de mujeres, lo cual tiene sentido. Pero, si realmente queremos hablar sobre este asunto tan importante y controvertido, tenemos que pensar en todos los involucrados: mujeres, niños… ¿y hombres?

Paloma López Campos·10 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Cuando hablamos sobre el aborto, tiene sentido que el foco esté puesto sobre las mujeres. Ellas son las principales afectadas, pero hay muchas otras víctimas.

La verdad sea dicha, el aborto afecta a los hombres. No se habla lo suficiente, pero no podemos olvidar que esa vida humana, eliminada en un aborto, tiene una madre y un padre. Por ello, hay una organización en la archidiócesis de Los Ángeles (Estados Unidos) llamada “By Your Side LA”, donde ayudan a las mujeres, los hombres, familiares y amigos que sufren tras un aborto.

Jeanette Seneviratne, directora

Omnes ha hablado con la directora de este proyecto, Jeanette Seneviratne, quien ha comentado la experiencia de los hombres y el trabajo que realizan con ellos en “By Your Side”.

¿Cómo afecta el aborto a los hombres?

–Los hombres experimentan un potencial efecto negativo en su salud mental, tanto en lo personal como en lo relativo a las relaciones con los demás. Muchos estudios demuestran que, tras el aborto, especialmente cuando los sentimientos hacia este eran ambivalentes, los hombres suelen sentirse deprimidos , y si no les consultaron para tomar la decisión, normalmente sienten enfado por haber sido legalmente privados de derechos o por no verse reconocidos.

El aborto afecta a los hombres a nivel personal, espiritual y emocional; el trauma de una intervención directa o indirecta con el aborto afecta a toda la persona y a la perspectiva sobre la vida. También comprendemos que, desde el punto de vista de la fe, la relación entre Dios y el hombre se puede ver cercenada por los sentimientos de culpa, vergüenza y trauma. Por eso, sanar y entender la misericordia de Dios son parte del acompañamiento en “By Your Side LA” que aportan los “Merciful Companions” (acompañantes misericordiosos o de la misericordia).

¿Es distinto el duelo en hombre que en mujeres?

–Tanto los hombres como las mujeres pasan por un duelo individual, pero muchas emociones, como la culpabilidad, el enfado o la vergüenza pueden experimentarlas ambos, porque son parte de ese duelo invalidado o fuera del cauce que dicta la sociedad.

¿En qué consiste el trabajo de los “Merciful Companions”? 

–Son personas entrenadas para escuchar que ayudan a aquellos afectados por un aborto a contar sus historias, y les brindan apoyo para que puedan empezar a sanar las heridas.

¿Cómo ayudáis a los hombres afectados por el aborto?

–”By Your Side LA” tiene una página web, una central telefónica, los “Merciful Companions” que caminan junto a aquellos que necesitan curarse, y también remitimos a profesionales de la salud mental, retiros, grupos de apoyo, sanación interior, y otros recursos.

El aborto está muy relacionado con las mujeres. ¿Cómo podemos ayudar a los hombres a entender que también es importante que ellos busquen ayuda y guías?

–Les podemos ayudar enseñándoles que el aborto afecta a todos en la familia y que, a través de la curación, se recupera la comunidad y vuelve la alegría. También contamos con los “Merciful Companions” que son hombres que puedan hablar desde su propia experiencia, brindando una guía y esperanza.

Podemos facilitar un acompañamiento compasivo y decirles: “Compartir tu experiencia con el aborto puede parecer desalentador. Puede que nunca se lo hayas contado a nadie. Es posible que te sientas culpable. Puede que estés triste. Puedes estar enfadado. Lo que sea que estés sintiendo, es normal, pero no es lo que quieres sentir el resto de tu vida. Puedes curarte. Puedes encontrar ayuda. No estás solo. Hay personas con las que puedes hablar, personas en las que puedes confiar. Y es posible que no sepas qué decir o cómo iniciar la conversación. Nosotros te ayudamos a empezar. Es fácil entrar en contacto con nosotros para que te apoyemos”.

¿Cómo puede crecer un hombre en la fe mientras sana las heridas del aborto?

–La fe y la relación de un hombre con Dios pueden recuperarse a lo largo del camino, entendiendo que hay lugar para el perdón y la paz. El hombre no necesita quedarse atascado en esa situación dolorosa en la que el aborto le ha precipitado. Hay una senda hacia la redención y la restauración interior por la que un padre que haya intervenido en un aborto puede caminar, allí puede encontrar esperanza, sanación y plenitud.

Recursos

Riquezas del Misal romano: los domingos de Cuaresma (III)

El tercer domingo de Cuaresma nos asomamos a una oración colecta que eleva nuestra mirada a la misericordia divina.

Carlos Guillén·10 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Al comenzar esta tercera semana nos encontramos con la Colecta dominical más larga de la Cuaresma. Los peritos encargados de la revisión de las oraciones del Misal sustituyeron la que estaba en uso hasta 1962 por una proveniente del antiguo sacramentario gelasiano, con muy pequeños cambios. Así es como llegamos a la formulación actual:

Oh, Dios, autor de toda misericordia y bondad, que aceptas el ayuno, la oración y la limosna como remedio de nuestros pecados,mira con amor el reconocimiento de nuestra pequeñez y levanta con tu misericordia a los que nos sentimos abatidos por nuestra conciencia.Deus, ómnium misericordiárum et totíus bonitátis auctor, qui peccatórum remédia in ieiúniis oratiónibus et eleemósynis demonstrásti, hanc humilitátis nostrae confessiónem propítius intuére,ut, qui inclinámur consciéntia nostra, tua semper misericórdia sublevémur.

Los pilares de la Cuaresma

Una primera lectura es suficiente para desvelarnos cuál es la piedra angular sobre la que descansa este texto: la misericordia de Dios. En efecto, este atributo divino aparece tanto en la extensa invocación inicial como en la segunda petición, recibiendo, por tanto, un énfasis especial. Invocamos al Padre de las misericordias (cf. 2Co 1,3), como lo han invocado tantos judíos piadosos (cf. Sal 41 [40]; 51 [50]), de una manera que ya en sí misma es una petición. Lo mismo enseñó Jesús en la parábola del fariseo y el publicano (cf. Lc 18,9-14). Y así le suplicaron tantos, como aquel ciego en las afueras de Jericó (cf. Lc 18,38). Ya sea que lo que necesitemos sea la sanación del alma o la del cuerpo, el camino pasa siempre por la misericordia divina.

No por nada quiso el Santo Padre proclamar hace unos años un Jubileo de la Misericordia. Para aquella ocasión, escribió en la bula de convocación: “Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro (…) Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre no obstante el límite de nuestro pecado”.

Al mismo tiempo, la bondad divina tiene que encontrarse con la buena disposición humana y, quien pide lo que no puede, debe hacer todo lo que puede. Por eso, la colecta menciona como pilares ascéticos de la Cuaresma la oración, el ayuno y la limosna. Usándolos encontraremos buen remedio para nuestros pecados. Jesús se refiere a ellos en su predicación, como recordamos el miércoles de Ceniza (cf. Mt 6,1-18). En esta misma línea, san Agustín nos ayuda a entender el valor que tienen: “¿Quieres que tu oración vuele a Dios? Dale dos alas: el ayuno y la limosna”.

Sobre el suelo firme de la misericordia divina

A través de las mencionadas prácticas cuaresmales, vividas con espíritu de penitencia y confianza en el Señor, confesamos nuestra humildad y pequeñez ante Dios (humilitatis nostrae confessionem), y le rogamos que pose sobre nosotros una mirada indulgente, de comprensión y perdón (propitius intuere), no de rechazo, ni de condena, porque estamos seguros de que Dios quiere que todos los hombres se salven (cf. 1 Tm 2,4) y con ese propósito envió a su Hijo al mundo (cf. Jn 3,17).

Es la misma mirada que invocamos que tenga el Padre cuando le presentamos dentro de la plegaria eucarística nuestros dones y nuestra vida unidos a la ofrenda que hace Cristo en la Cruz: “Mira con ojos de bondad esta ofrenda y acéptala” (Canon Romano). El tener limitaciones, miserias y pecados no es motivo ni para apartarnos de Dios, ni para pensar que Él se aparta de nosotros. Muy por el contrario, es un motivo para que lo busquemos con más empeño y es una llamada para que Él se haga próximo a nosotros, porque, así como no necesitan médico los sanos sino los enfermos, así vino el Señor a llamar no a los justos sino a los pecadores a la penitencia (cf. Mc 2,17).

Por eso, la mirada de Dios siempre será una mirada misericordiosa, que nos levanta (misericordia sublevemur), aun cuando los pecados que pesan en nuestra conciencia quisieran mantenernos oprimidos, inclinados (inclinamur conscientia nostra). Es la reacción del padre misericordioso que, cuando el hijo pródigo comienza a confesarle “he pecado contra el cielo y contra ti, ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo”, se lanza a cubrirlo de besos y pide el mejor traje, el anillo, las sandalias y organiza un banquete (cf. Lc 15,11-32).

Nada mejor, por otra parte, que terminar esta oración de Cuaresma haciendo una velada alusión a la Pascua, porque la gracia de Cristo nos levanta, nos alza desde lo más bajo a lo más alto, es decir, nos da una vida nueva, la del Resucitado. Llenos de esta vida nueva podemos caminar erguidos y rectos, como corresponde a los resucitados en Cristo, firmemente apoyados en el suelo firme de la misericordia divina.

El autorCarlos Guillén

Sacerdote de Perú. Liturgista.

Lecturas del domingo

El poder salvador de Dios. Domingo III de Cuaresma (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del III domingo de Cuaresma y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·9 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

No cabe duda de que la sed es el tema dominante en las lecturas de hoy. Mientras que en la primera lectura la sed aleja al propio pueblo de Dios, en el evangelio la sed acerca a Dios a una mujer pecadora y a su pueblo renegado.

La primera lectura describe el episodio ocurrido en un lugar llamado Masá, cuando el pueblo de Israel atravesaba el desierto tras su huida de Egipto. Leemos simplemente: “Pero el pueblo, sediento, murmuró contra Moisés”. Están a punto de apedrearlo, así que invoca al Señor. Dios le dice entonces que golpee la roca “y saldrá agua para que beba el pueblo”. Moisés lo hace y brota agua. Pero el escritor sagrado comenta: “Y llamó a aquel lugar Masá y Meribá, a causa de la querella de los hijos de Israel y porque habían tentado al Señor, diciendo: «¿Está el Señor entre nosotros o no?”.

En el Evangelio, la sed de una samaritana pecadora la lleva a encontrarse con Jesús. Los samaritanos se habían separado de Israel y eran considerados étnica y religiosamente impuros por los israelitas. La mujer, aprenderemos, tenía una vida personal profundamente desordenada. Se había casado cinco veces y ahora vivía con un hombre que no era su marido. Fue al pozo en busca de agua, pero se encontró con que Dios hecho hombre la estaba esperando. Sentado junto al pozo, Nuestro Señor entabla conversación con ella.

Sin duda la confrontará con el desorden de su vida, pero antes le hablará del “don de Dios”, no sólo del agua corriente, sino de un “surtidor de agua que salta hasta la vida eterna”. Habla tanto del bautismo como de la gracia del Espíritu Santo en nuestras almas. San Pablo, en la segunda lectura, utiliza una imagen “líquida” similar para describir la acción del Espíritu: “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado”. La mujer, que al parecer había sido rechazada por sus paisanos (tuvo que ir sola a por agua en las horas más calurosas del día), va ahora a anunciarles a Jesús: “Venid a ver un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho; ¿será este el Mesías?”

El mensaje es claro: no debemos tener sed sólo de satisfacciones terrenas (nuestras penitencias cuaresmales deberían ayudarnos a refrenar este deseo), sino de la gracia de Dios. No debemos fiarnos de nuestro “estatus”, sino confiar más en el poder de Dios para salvarnos y convertirnos, por muy desordenada que haya sido nuestra vida hasta ahora: el pueblo de Israel se rebela contra Dios; una mujer pecadora se convierte en apóstol de Cristo. Nuestros corazones duros como rocas necesitan ser regados por la gracia del Espíritu. La amargada samaritana fue sorprendida por Cristo y su vida encontró un nuevo sentido. Dios también tiene sorpresas para nosotros en este tiempo santo. 

La homilía sobre las lecturas del domingo III de Cuaresma (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

Raffaella Petrini: «El liderazgo de las mujeres al servicio de la Iglesia»

"La mujer presenta dones innatos, entre ellos el cuidado de los demás, que pueden rastrearse ante todo en su capacidad estructural de realizar la maternidad", cuenta Sor Raffaella Petrini, Secretaria General del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Antonino Piccione·8 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

 «Las mujeres que ocupan altos cargos, dentro y fuera de la Iglesia, están llamadas hoy a ejercer su libertad para llevar a cabo las tareas que el Papa Francisco atribuye a todo líder: cuidar de los frágiles y volver a poner la dignidad de la persona en el centro de cada decisión. Sabiendo que el paradigma de la «gerencialidad del cuidado» constituye un punto de referencia ético para cualquier organización: todos estamos inmersos en una red de relaciones de dependencia, que definen lo que somos y lo que llegaremos a ser, resultando fundamentales para nosotros y para los demás».

Así se expresó Sor Raffaella Petrini, Secretaria General del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano, con ocasión del Día Internacional de la Mujer. En su intervención en la segunda sesión del Curso de Especialización en Información Religiosa promovido por ISCOM y la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, Petrini traslada su reflexión al dilema del liderazgo puesto de relieve por el filósofo polaco Zygmunt Bauman, es decir, la elección entre competencia y solidaridad. “La competencia», explica Bauman, «empuja a los seres humanos a avanzar en su propia posición imponiendo sus propios deseos e intereses al otro, o a los otros”; la solidaridad, en cambio, presupone que «los hombres y las mujeres pueden vivir juntos de forma colaborativa y pueden intentar llegar a ser, todos ellos, más felices».

“A lo largo de los últimos pontificados», observa Petrini, «especialmente con el Papa Francisco, se ha hecho mucho para ofrecer a las mujeres la oportunidad de expresar su libertad de manera más concreta, incluso nombrándolas formalmente para puestos de liderazgo, administración y gestión dentro de las estructuras eclesiales, incluida la Curia Romana y el Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano».

La solidaridad, principio central del pensamiento social cristiano, es definida así por el Papa Juan Pablo II en su encíclica “Sollicitudo rei socialis” (1987): «Es, ante todo, interdependencia, sentida como sistema determinante de relaciones en el mundo contemporáneo, en sus componentes económico, cultural, político y religioso, y asumida como categoría moral. Cuando se reconoce así la interdependencia, la respuesta correlativa, como actitud moral y social, como «virtud», es la solidaridad. No se trata, pues, de un sentimiento de vaga compasión o de simpatía superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas. Por el contrario, es la determinación firme y perseverante de comprometerse por el bien común: es decir, por el bien de todos y cada uno, porque todos somos verdaderamente responsables de todos».

Tres dimensiones

En este sentido, Sor Raffaella indica «tres dimensiones que, al menos en mi experiencia personal en este primer año como Secretaria General del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano, vinculan las expresiones de solidaridad dentro de una organización».

En primer lugar, la conciencia de la diversidad, es decir, el reconocimiento de las cualidades femeninas, según las cuales «la mujer presenta dones innatos, entre ellos el cuidado de los demás, que pueden rastrearse ante todo en su capacidad estructural de realizar la maternidad, de ahí su disposición a acoger la nueva vida, al cambio y a la transformación, a proteger la vulnerabilidad, al sacrificio y a relacionarse con la alteridad». Entre los corolarios, según el Secretario General del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano, están la atención a las necesidades de las personas, la responsabilidad que genera el deseo de satisfacer esas necesidades, la competencia profesional y el respeto. Todos ellos son ingredientes que están en el origen del funcionamiento eficaz de cualquier sistema organizativo.

La complejidad de las organizaciones modernas -la segunda dimensión del análisis de la monja franciscana- «requiere necesariamente un enfoque multidisciplinar de la resolución de problemas y la disposición, por tanto, a buscar y acoger la contribución de diferentes competencias, tanto blandas como duras». Se trata de un tema que afecta a la propia Gobernación, dividida en siete direcciones, de naturaleza y funciones muy diferentes, que colaboran con el Presidente, el Secretario General y el Vicesecretario General para llevar a cabo las actividades institucionales del Estado de la Ciudad del Vaticano: 1) Infraestructuras y Servicios; 2) Telecomunicaciones y Sistemas de Información; 3) Economía; 4) Servicios de Seguridad y Protección Civil; 5) Sanidad e Higiene; 6) Museos y Bienes Culturales; 7) Villas Papales.

Por último, el servicio como actitud esencial del liderazgo. En los cuatro pilares identificados desde los años setenta por el investigador estadounidense Robert Greenleaf, y esquematizados así por Petrini: el servicio a los empleados, que, reforzado por la motivación interna, fomenta la productividad; un enfoque holístico del trabajo, según el cual el trabajo es para el hombre, y no viceversa; el sentido de comunidad, en la conciencia de una fragilidad compartida que requiere apoyo mutuo; la participación del poder de decisión, fomentada por estructuras menos verticalistas y más flexibles y horizontales.

Del despliegue de las dimensiones descritas desciende la aptitud para el cuidado de las cosas, que estamos llamados a gestionar y no a poseer, como nos recuerda también el último Motu Proprio del Papa sobre el Derecho Originario, y de las personas, del capital humano capaz de hacer funcionar las organizaciones, más allá de las necesarias reformas estructurales. Raffaella Petrini concluye: «Se trata de una actitud basada esencialmente en el principio de mutua dependencia, que pertenece también al núcleo de nuestra fe cristiana, es decir, en la conciencia de que, en el curso de la existencia, todos, sin excepción, hemos sido, somos y seremos sujetos activos y pasivos de cuidado. Hoy, las mujeres, al asumir mayores funciones de responsabilidad en la esfera pública, en el ámbito político-económico, así como en el seno de la Iglesia, participan en el esfuerzo por conciliar el sentimiento moral del cuidado con el sentimiento moral de la justicia».

Con vistas a construir esa «amistad social» que nos induce a «apuntar más alto que nosotros mismos y que nuestros intereses particulares», como propugna el Papa Francisco (“Fratelli Tutti”, 245).

El autorAntonino Piccione

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Vaticano

El Papa agradece a las mujeres que construyan «una sociedad más humana»

El agradecimiento del Papa Francisco a las mujeres por “su compromiso en la construcción de una sociedad más humana, y su capacidad de captar la realidad con una mirada creativa y un corazón tierno”, ha marcado la audiencia general de hoy, junto al sufrimiento por el “dolor del martirizado pueblo ucraniano”.

Francisco Otamendi·8 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En el Día Internacional de la Mujer, el Papa Francisco ha tenido palabras de agradecimiento y elogio hacia las mujeres al final de la audiencia general celebrada en la Plaza de San Pedro. “Una bendición especial para todas las mujeres de la plaza. ¡Y un aplauso para las mujeres! ¡Se lo merecen!”, dijo el Santo Padre. El tema de catequesis ha sido ‘El Concilio Vaticano II. La evangelización como servicio’, continuando el ciclo sobre ‘La pasión de la evangelización. El celo apostólico del creyente’.

Desde hace unos días, el Papa viene refiriéndose a las mujeres en diversas audiencias a grupos más reducidos, y también en publicaciones. Así lo ha hecho, por ejemplo, en el prefacio al volumen ‘Más liderazgo femenino para un mundo mejor: el cuidado como motor de nuestra casa común’, fruto de una investigación promovida por la Fundacion Centesimus Annus pro Pontifice, que preside Anna Maria Tarantola, y la Alianza Estratégica de Universidades Católicas de Investigación (Sacru), publicada por ‘Vita e Pensiero’

En este prefacio, el Santo Padre ha escrito que “el hombre no trae armonía: es ella. Es ella la que trae esa armonía que nos enseña a acariciar, a amar con ternura y que hace del mundo una cosa bella” (Homilía en Santa Marta, 9 de febrero de 2017)”. Y “tenemos mucha necesidad de armonía para luchar contra la injusticia, la codicia ciega que perjudica a las personas y al medioambiente, la guerra injusta e inaceptable”, ha informado Vatican News.

Además, Francisco añade que “las mujeres saben que dan a luz con dolor para lograr una gran alegría: dar vida y abrir vastos y nuevos horizontes. Por eso las mujeres desean la paz, siempre. Las mujeres saben expresar tanto fuerza como ternura, son buenas, competentes, están preparadas, saben inspirar a las nuevas generaciones (no solo a sus hijos). Es justo que puedan aplicar estas competencias en todos los ámbitos, no solo en el familiar, y que reciban la misma remuneración que los hombres a igualdad de funciones, compromiso y responsabilidad. Las diferencias que aún existen son una grave injusticia”.

En esta línea de la paz, el Papa se refirió una vez más en la Audiencia  al “dolor del martirizado ucraniano”, que “sufre tanto”. Antes, al concluir la intervención de la religiosa polaca, había dado las gracias al pueblo de Polonia por la “acogida” a los refugiados ucranianos que huyen de la guerra.

“Llamados a evangelizar”

En primera parte de la Audiencia, el Papa Francisco centró su catequesis evangelizadora en el Concilio Ecuménico Vaticano II, que “presentó a la Iglesia como Pueblo de Dios peregrino en el tiempo y por su naturaleza misionero (cfr Decr. Ad gentes 2). ¿Qué significa esto?”, se preguntó.

 “Hay como un puente entre el primer y el último Concilio, en el signo de la evangelización, un puente cuyo arquitecto es el Espíritu Santo. Hoy nos ponemos a la escucha del Concilio Vaticano II, para descubrir que evangelizar siempre es un servicio eclesial, nunca solitario, nunca aislado o individualista. La evangelización se hace siempre en Iglesia, y sin hacer proselitismo, porque eso no es evangelización”, señaló.

El núcleo de su mensaje, que el mismo Papa sintetizó más adelante, ha sido 

que “el Pueblo de Dios peregrino y misionero”, tal como el Concilio Vaticano II presentó a la Iglesia, “los que formamos parte de este Pueblo santo —somos todos los bautizados— estamos llamados a evangelizar. Y lo que transmitimos es lo que, a su vez, hemos recibido. Este dinamismo garantiza la autenticidad del mensaje cristiano. Evangelizar no es una tarea solitaria o individual, sino un servicio eclesial”.

“Vocación cristiana de cada bautizado”

“Cada bautizado participa en la misión de Cristo”, añadió el Santo Padre de diversos modos. “Es decir, es enviado a anunciar la Buena Noticia, amando y sirviendo a los demás hasta dar la propia vida. Esto significa que no podemos permanecer como sujetos pasivos o meros espectadores; el celo apostólico nos impulsa a buscar siempre nuevos modos de anunciar y de testimoniar el amor de Dios. También nos urge a que, siguiendo el ejemplo de Cristo, demos respuestas concretas para consolar a los hermanos y hermanas que sufren”. 

“Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente evangelizador» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 120)”, reiteró el Papa. “En virtud del Bautismo recibido y de la consecuente incorporación en la Iglesia, cada bautizado participa en la misión de la Iglesia y, en ella, a la misión de Cristo Rey, Sacerdote y Profeta. Este deber ‘es único e idéntico en todas partes y en todas las condiciones, aunque no se realice del mismo modo según las circunstancias’ (AG, 6)”. “Si no eres evangelizador, si no das testimonio, no eres un buen cristiano”, agregó el Papa, saliéndose del guión.

“Búsqueda creativa de nuevos modos”

“Esto nos invita a no esclerotizarnos o fosilizarnos; el celo misionero del creyente se expresa también como búsqueda creativa de nuevos modos de anunciar y testimoniar, de nuevos modos para encontrar la humanidad herida de la que Cristo se hizo cargo. En definitiva, nuevos modos de prestar servicio al Evangelio y a la humanidad”, manifestó el Santo Padre.

“Volver al amor fundamental del Padre y a las misiones del Hijo y del Espíritu Santo no nos encierra en espacios de estática tranquilidad personal. Al contrario, nos lleva a reconocer la gratuidad del don de la plenitud de vida a la que estamos llamados, don por el cual alabamos y agradecemos a Dios. Es para darlo, no sólo para nosotros”.

El Romano Pontífice concluyó: “Pidamos al Señor esta gracias de tomarnos en serio esta vocación cristiana y dar gracias al Señor por este tesoro que nos ha dado, y tratar de comunicarlo a los otros”.

El autorFrancisco Otamendi

Ecología integral

Ecología y feminismo

A la sociedad le vendría mucho mejor ocupar el genio femenino en tareas de mayor impacto social que ser futbolista o bombero. El cuidado ambiental sería una de ellas, pues la mujer está más involucrada en la conservación de la naturaleza.

Emilio Chuvieco·8 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Hace unos meses me comentaba un buen amigo, muy comprometido desde joven con los temas ambientales, su frustración por la deriva ideológica de algunos movimientos ecologistas actuales, que mezclan el cuidado ambiental con otros temas sociales, en su opinión con poca o ninguna relación con la conservación de la naturaleza.

Precisamente, uno de los temas que mi amigo consideraba más claramente influidos por ese desvío del ecologismo era el del llamado ecofeminismo. El término se lo debemos a una feminista francesa, Francoise D’Eubonne, que lo acuñó a mediados de los años 70 para describir el paralelismo entre la marginación de la mujer y de la naturaleza, ambas influidas -en opinión de la pensadora francesa- por la sociedad patriarcal y jerárquica, poniendo en relación algunas notas propias de la feminidad (como la apertura a la vida o el cuidado) con las de la naturaleza. La liberación femenina y la ambiental serían, así, parte de la misma lucha.

El ecofeminismo se fue consolidando en los años ochenta y noventa del pasado siglo, diversificándose a la vez en diversas ramas: unas más sociales, caracterizadas por la reivindicación y el enfrentamiento entre polos opuestos, y otras más culturales (o espiritualistas), en donde se favorecía un retorno a tradiciones paganas de culto a la fecundidad y mitologías religiosas ligadas a ella. En esas tendencias del ecofeminismo occidental destacan algunas figuras, como Petra Kelly, fundadora del partido verde alemán, o las filósofas Karen Warren, Carolyn Merchant o Val Plumwood.

Por otro lado, el ecofeminismo del sur pone más énfasis en los impactos que el deterioro ambiental tiene para las mujeres de las sociedades en desarrollo (búsqueda de agua, alimentos, salud), y se enfatiza la figura de la madre y la ética del cuidado, a la vez que se evidencia el papel de la mujer en la conservación de formas tradicionales de agricultura y gestión urbana.

Las figuras de la keniana Wangari Maathai, premio nobel de la paz, o de la india Vandana Shiva, una de las promotoras de la agro-ecología y la permacultura, son claros exponentes de esta tendencia.

Más allá de las opiniones de mi amigo sobre la conveniencia o no de mezclar el compromiso por la conservación ambiental con otros temas sociales, creo que sí existe una relación, quizá más profunda, entre ecología y feminismo, o mejor entre ecología y feminidad.

Por un lado, la ecología subraya la importancia de la diversidad y la cooperación entre complementarios. No es tan amiga de los enfrentamientos, como de la cooperación. Bajo ese punto de vista, no tiene mucho sentido el interés de algunas ramas del feminismo en que las mujeres se mantengan en permanente oposición a los varones o, peor aún, a que su máxima aspiración sea que hagan las mismas cosas que hacemos los hombres.

Obviamente aquí no me estoy refiriendo a la igualdad de oportunidades o a la promoción profesional y educativa de la mujer, con la que no puedo estar más de acuerdo. Me refiero a una cierta obsesión de algunos feminismos por considerar los valores masculinos, que en algunos casos son más bien antivalores, como algo digno de imitación. Me llama la atención la cantidad de series y películas donde la protagonista se dedica a dar tantos o más puñetazos con sus colegas varones, como si eso la hiciera más digna de encomio.

Como me decía una alumna hace algunos años, ¿no sería más razonable que el feminismo reivindicara que los hombres hagan las mismas cosas que las mujeres? Quizá, en mi opinión, sería todavía mejor que los hombres tengamos los mismos valores nobles que tienen las mujeres, que aprendiéramos de ellas a acoger, a compartir y a cuidar.

En otras palabras, me parece que a la sociedad le vendría mucho mejor ocupar el genio femenino en tareas de mayor impacto social que ser futbolista o bombero, incluyendo muchas actividades que se han realizado tradicionalmente por ellas y que son imprescindibles para que la sociedad sea más humana, como es el cuidado de otras personas.

Además, la contribución de las mujeres en tareas antes solo ocupadas por varones debería también ayudar a que se humanicen más esas labores, aportando una visión distinta, más cercana a la percepción femenina de las cosas.

Seguramente el cuidado ambiental sería una de ellas, pues la mujer -sea por su instinto material, sea por su mayor sensibilidad o su mayor capacidad contemplativa- no me cabe duda que está mas interesada y más involucrada en la conservación de la naturaleza que los varones. Todo sea, obviamente, como afirmación general.

El sexo tiene una gran influencia en los hábitos y la percepción de las personas, nada menos que un cromosoma distinto, pero no determina su carácter, así que todos podemos aprender de lo mejor que nos aportan los demás, hombres y mujeres, aprovechando la biodiversidad cultural que a todos nos enriquece.

El autorEmilio Chuvieco

Catedrático de Geografía de la Universidad de Alcalá.

Cultura

Wisława Szymborska. La poeta del “no sé”

Se la considera una de las voces más intensas y transparentes de la poesía mundial contemporánea. Con doce poemarios, destaca por la maestría técnica, la agudeza, el gracejo, la ironía y la cercanía lírica, iluminando con su poesía la realidad, en particular la cotidiana.

Carmelo Guillén·8 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Al establecer las claves de la poesía de Wisława Szymborska, inevitablemente hay que recurrir a su discurso de recepción del Premio Nobel de Literatura, en el que, de una manera llana, sencilla, directa, manifiesta qué la impulsa a escribir, siendo la inspiración el resultado de lo que ella define como un no sé. De esta forma escribe: “Hay, ha habido y seguirá habiendo cierto grupo de personas a las que toca la inspiración. Son todos aquellos que conscientemente eligen su trabajo y lo realizan con amor e imaginación. Se encuentra médicos así, y pedagogos, y jardineros, y otros en cien profesiones más. Su trabajo puede ser una aventura sin fin siempre y cuando sean capaces de percibir nuevos desafíos. A pesar de dificultades y fracasos, su curiosidad no se enfría. De cada duda resuelta sale volando un enjambre de nuevas preguntas. La inspiración, sea lo que sea, nace de un constante ‘no sé’”. 

Fruto de la inspiración

De ese no sé se genera en la obra poética de Wisława Szymborska todo un proceso creativo de profundización y de búsqueda de lo esencial a partir de lo cotidiano, concibiendo la escritura lírica como un descubrimiento continuo que va de lo concreto a lo general, de lo particular a lo universal, de lo insignificante a lo que excede el conocimiento; proceso creativo que, a su vez, es un modo de apreciación de la realidad en la que lo diminuto contiene lo grande, lo fútil lo trascendente, lo contingente lo eterno; proceso creativo, además, cargado de preguntas ante el asombro de lo que acontece diariamente y que lo mismo lleva a la autora a un sinfín de incertidumbres que a hacerla ver que la existencia es inaprensible, escurridiza, demasiado sutil.  

No puedo olvidar textos concretos suyos tan excelentes como el “Elogio de mi hermana”, “Las nubes”, “Puede ser sin título”, “Fin y principio” o “Despedida de un paisaje”, títulos que se hallan en la memoria de cualquier lector que se precie y que merecen el privilegio de pasar a la historia de la lírica contemporánea por su capacidad de desvelamiento de las cosas o de los hechos que refieren, todos ellos genuinos testimonios de su poderosa e inconfundible voz. 

Exposición reflexiva

Centrada por lo general en la exposición reflexiva de escenas de la vida corriente en sus aspectos cómicos y dramáticos, cualquiera de los poemas de Szymborska despierta en el lector cierta curiosidad que lo incita a mantenerse absorto en la lectura de sus versos como si de una revelación continua e insólita se tratara. De muestra, escojo al azar una de las composiciones citadas, “Fin y principio”, en la que la poeta muestra, con discreto distanciamiento, sabia ironía e inteligente ingenuidad, lo que puede suceder en un campo de batalla tras el final de una guerra. 

El caso es que da la impresión de que lo que expone no parece el resultado doloroso ni trágico de un suceso bélico, como sería lo propio, sino el día después de una celebración festiva en la que se ve conveniente adecentar un supuesto espacio alterado. De esta manera enuncia: “Después de cada guerra / alguien tiene que limpiar. / No se van a ordenar solas las cosas, / digo yo. / Alguien debe echar los escombros / a la cuneta / para que puedan pasar / los carros llenos de cadáveres”, siendo este el punto de vista, aparentemente frío e impasible, que destaca comúnmente en su creación poética. 

Otro ejemplo del mismo jaez es el poema “Las nubes”, en el que se percata de que su función, al hablar de esas masas de vapor acuoso, debe ajustarse al momento en que están presentes en el cielo, de lo contrario no podría fotografiarlas poéticamente en su estado instantáneo, ya que son transitorias, fugaces, efímeras. Así consigna: “Con la descripción de las nubes / debería darme mucha prisa, / en una milésima de segundo / dejan de ser ésas y empiezan a ser otras. / Es propio de ellas / no repetirse nunca / en formas, matices, posturas y orden”. Y concluye: “Que exista la gente si quiere, / y después se muera uno tras otro, / poco les importa a las nubes […]. / Sobre toda Tu vida / y también la mía, aún incompleta, / desfilan pomposas igual que desfilaban. / No tienen la obligación de morir con nosotros. / No necesitan ser vistas para poder pasar”. 

La lista de referencias podría ser amplísima, sin embargo creo que con las ya apuntadas el lector puede hacerse una idea de que la poesía de Szymborska, sin brillo formal, conversacional a veces, de apariencia prosaica, pero repleta de hallazgos e iluminaciones, es de enorme poderío emocional, siempre proclive al desvelamiento, como ya dije, de una realidad a la que sin cesar desea acceder. 

De ella es la frase: “Las cosas que no se saben son las que convierten la vida en algo fascinante”, vuelta de tuerca a la idea del no sé que apunté al principio y que se encuentra en la base de su admirable hacer lírico. Vuelta de tuerca también que le permite asentar su verso a lomos de la ignorancia, de la perplejidad, del asombro, como si en el no saber tomara asiento paradójicamente la mismísima sabiduría. En el poema “Es una gran suerte” lo expresa de manera sucinta con su particular estilo: “Es una gran suerte / no saber del todo / en qué mundo se vive”.

Pasado y futuro

Y es en el devenir de la existencia donde se implantan finalmente sus poemas, un devenir en el que todo tiene su inevitable pasado –así lo expresa en la composición “Puede ser sin título”: “El instante más fugaz también tiene su pasado, / su viernes antes del sábado, / su mayo antes de junio”–, sin posibilidad de volver atrás. Pero no solamente su inevitable pasado, sino su enigmático y sorpresivo futuro. Y es que en todo comienzo se da una continuidad a otra realidad preexistente. Lo repite de muchas maneras. Como ejemplo, traigo aquí “Despedida de un paisaje”: “No le reprocho a la primavera / que llegue de nuevo. / No me quejo de que cumpla / como todos los años / con sus obligaciones. / […] No exijo ningún cambio / de las olas a la orilla, / ligeras o perezosas, / pero nunca obedientes. / Nada le pido / a las aguas junto al bosque […]. / Una cosa no acepto. / Volver a ese lugar. / Renuncio al privilegio / de la presencia. / Te he sobrevivido suficiente / y sólo lo suficiente / como para recordar desde lejos”. Consideraciones que la poeta polaca hace con la conciencia lúcida de que, como expresa a modo de aforismo en “Vista con grano de arena”: “El tiempo pasó corriendo como un mensajero con una noticia urgente”.

Tiempo y vida

Tiempo y vida, los dos apoyos en los que se mueve la obra lírica de Wisława Szymborska y que tienen su base en el carácter no sólo reflexivo sino también contemplativo con el que esta mujer mira la existencia, la suya y la de quienes la rodean, deteniéndose en múltiples circunstancias profundamente humanas, en apariencia intrascendentes, pero siempre concebidas como puro prodigio: “Milagro común / es que sucedan muchos milagros comunes. / Milagro corriente: / en el silencio de la noche, ladridos / de perros invisibles. / Milagro, uno de muchos: / una nube ligera y pequeña / es capaz de ocultar una luna grande y pesada. / […] Milagro con sólo mirar alrededor: el mundo omnipresente”. Milagros, en suma, que son fruto de esa extraordinaria capacidad de descubrir la riqueza de matices que conlleva la vida, apenas uno se pone en marcha desde el no sé, como si emprendiera “una aventura sin fin” repleta de desafíos.

Vaticano

Flaminia Giovanelli: Más que «la cuestión de la mujer» hay que tratar la «la relación entre la mujer y el hombre» 

Entrevista a Flaminia Giovanelli, la primera mujer laica en ocupar un puesto de responsabilidad en el Vaticano.

Marta Isabel González Álvarez·8 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 9 minutos

“(…) Ha llegado la hora (…) en que la mujer adquiere en el mundo una influencia,
 un peso, un poder jamás alcanzado hasta ahora.
(…)
Mujeres del universo todo, cristianas o no creyentes,
a quienes os está confiada la vida en este momento tan grave de la historia,
a vosotras toca salvar la paz del mundo.”

Pablo VI. Mensaje a las mujeres

Aunque quizá lo parezca, lo que acaba de leer no es el extracto de ningún manifiesto feminista, sino parte del mensaje dirigido por el Papa San Pablo VI “A las mujeres” el 8 de diciembre de 1965 en la clausura del Concilio Vaticano II. Y es uno de los mensajes favoritos de Flaminia Giovanelli, nuestra protagonista de hoy. Para ella, estas breves líneas, aportaron la gran novedad de tener en cuenta a las mujeres solteras y no religiosas ni consagradas de nuestro mundo, de las que ella forma parte.

Comprometida con la Iglesia desde su más tierna juventud, Flaminia nació en Roma, el 24 de mayo de 1948, y ha sido la primera mujer laica en ocupar un puesto de responsabilidad en la Iglesia, cuando Benedicto XVI la nombró en 2010 Subsecretaria del Consejo Pontificio Justicia y Paz, cargo que ejerció también después en el actual Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

Habla fluidamente castellano, francés, e inglés, su italiano natal y tiene nociones de portugués. Licenciada en Ciencias Políticas y Diplomada en Biblioteconomía, estudió Ciencias Religiosas en la Pontificia Universidad Gregoriana y, desde adolescente participaba en grupos de reflexión católicos. Pero asegura que fue el ejemplo de sus padres, quienes ponían en práctica de modo natural las más fundamentales bases de la doctrina social de la iglesia, lo que la marcó.

Flaminia es elegante, discreta y prudente, especialmente acogedora y alegre, inteligente y buena. Pequeñita y delgada, es capaz de comentar las últimas noticias de la agenda internacional mientras cocina unas riquísimas “alcachofas a la romana” con la receta de su madre. Tiene debilidad por los felinos, especialmente su gato “Cesare” de color gris plata, el mismo de su cabello, que junto a los signos de expresión de su rostro son lo único que te hace intuir su edad oficial. Porque la verdadera edad de Flaminia te la dice el brillo de sus ojos, su risa contagiosa, su sentido de humor limpio, su energía tan desbordante como para seguir moviéndose en su bicicleta blanca con cesta por la “Ciudad Eterna” y su presencia en mil y una actividades que la mantienen al día investigando, escribiendo y dando su testimonio donde se la requiere, pero sobre todo, ayudando con todas sus fuerzas al desarrollo de las niñas, jóvenes y mujeres de Mozambique a través de la educación y la capacitación profesional.

¿Cómo era la joven Flaminia que llegó al Vaticano hace casi 50 año?

–Entré en el Vaticano en 1974 con 26 años. Pertenecía a una familia con recorrido internacional. Había estudiado en Bruselas y hablaba francés, inglés y español, porque tengo familia en Colombia y había pasado allí algún tiempo. Tuve la suerte de vivir en una sociedad cristiana. Mis padres eran creyentes, iban a misa y no pertenecían a ningún grupo católico concreto. La familia es importantísima. En mi casa ayudar a los más desfavorecidos era lo normal. Mi madre era voluntaria vicenciana y en Bruselas también participamos en una asociación para ayudar a las familias de los mineros italianos. Ese compromiso social en mi familia era lo normal.

Esa joven Flaminia tenía ese «espíritu religioso» del que hablaba el Papa Benedicto XVI. Tenía muchos defectos, como los que tengo ahora (ríe), pero también valores como el sentido del deber y la responsabilidad con los compromisos. Era alegre y buena niña. Soy la segunda de dos hermanos. Mis padres se casaron el 14 de abril de 40 y mi padre se alistó el 2 de junio cuando Italia entró en la II Guerra Mundial. Se fue y volvió después de seis años, incluso estuvo de prisionero en India. Yo estaba muy unida a mis padres, sobre todo a mi padre que era muy particular, alegre, culto y con un sentido del humor extraordinario. Era funcionario internacional en el Ministerio de Industria y Comercio. Era el inicio de la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero) y le invitaron a trabajar en Bruselas y viajaba mucho entre Luxemburgo, París, y Ginebra. Falleció muy joven cuando yo tenía 19 años así que él no me vio en el Vaticano. MI madre sí, no decía nada, pero le gustaban mucho las ceremonias de San Pedro.

Pero nunca busqué un trabajo de Iglesia, se me ofreció. Había terminado mis estudios y estaba enseñando francés en algunas escuelas y también formaba parte de un grupo de jóvenes amigos, que hablábamos de religión y nuestro asistente era Monseñor Lanza di Montezemolo, en ese momento el Secretario del Pontificio Consejo Justicia y Paz, que necesitaba de un documentalista. Y así comencé en la biblioteca.

Y muchos años después, llegó mi nombramiento como Subsecretaria. ¿Pero sabes una cosa? Que me sorprendió la sorpresa de mi nombramiento, porque las circunstancias eran las naturales, aunque no fuera lo normal. Yo era la única que trabajaba en esa oficina desde hacía tantos años y había un cambio de presidente y secretario, así que bueno era lo normal tomar a alguien de la curia en ese momento. ¡No sabes la cantidad de mensajes que recibí! Los tengo guardados. Así que así fue como yo percibí que había algo inusual, algo extraño. O sea, se veía que la voluntad estaba allí, pero no era fácil, y eso que era más fácil de aceptar a una persona que ya estaba dentro y ya mayor como era yo, que en ese momento ya tenía más de 60 años…

Durante mis años de servicio en Justicia y Paz antes y después en el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral he puesto en práctica algo que creo que es muy de mujer y es la capacidad de acogida, recibiendo a las personas con verdadero cariño y haciendo que las personas se sientan cómodas.

Liderazgo femenino en la Iglesia

¿Crees que el tema de la mujer en la iglesia dejará de interesar cuando haya más mujeres y en especial laicas, en cargos directivos?

–Yo nunca he sido de forzar las cosas. Pero sí me gusta mirar para atrás, para contemplar y comprender mejor. De joven pensaba que mi vida iba a ser como la de mi madre o las mujeres de ese tiempo. Pero no fue así. Y después mirando hacia atrás sí que entendí que había como un plan de Dios, que era distinto. Y así con todo: creo que hay que ir hacia adelante y después mirar hacia atrás para ver lo que pasó y cómo han ido las cosas en la Iglesia para las mujeres. Después de tantos años de servicio en la iglesia puedo decir que he visto muchos cambios y que van a ir cambiando más cosas en un marco que cada vez se va dibujando más.

Pero ¿no ocurre un poco en la Iglesia como en la sociedad, que las mujeres llegan a «sub-secretarias» o «Vice-presidentas» pero no llegan casi nunca a ser directivas?

–¡En el Vaticano las mujeres ya hemos llegado a directivas! En cuanto a lo administrativo, la hermana franciscana Raffaela Petrini (15/1/1969) fue nombrada en 2021 Secretaria General del Governatorato, el cargo de responsabilidad más alto que se otorga a una mujer en el Vaticano. Y es un órgano muy grande, con más de 2.000 personas, mayoría hombres y laicos y ella se maneja muy bien. Y en el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral la Secretaria es la hermana Alessandra Smerilli (14/11/1974).

“En la Iglesia hay dos tipos de mujeres, las institucionales y las reivindicativas. Yo me considero más bien reformista y alguien que confía en el caminar de la historia”

¿Y por qué se nombran a más mujeres religiosas que laicas?

–Muchas veces cuando se ofrecen estos puestos, las personas no lo aceptan. Y si tienen que venir del extranjero la cosa se complica más. Quizá por eso hay muchos italianos en la curia. Incluso ahora que el salario es mejor que cuando yo empecé a trabajar, la realidad es que lo que se pide es mucho, mucha entrega, se piden idiomas, teología…

Pero también tiene que ver con los estudios. En mi tiempo era muy difícil estudiar teología. Ahora hay más teólogas, pero bueno, yo creo que tiene que pasar algún tiempo porque algunas de las que estudian hoy teología son «un poco peligrosas», son las que quieren cambios más radicales, más reivindicativas. Y claro esto para el Vaticano y para muchos hombres, no es aceptado. Tendrá que pasar algún tiempo para esos cambios.

¿Qué hay en lo que reivindican estas mujeres que es justo reivindicar y qué se sale de lo razonablemente reivindicable?

–No me atrevo a juzgarlas, supongo que yo no soy tan de tipo reivindicativo, incluso si admito que a veces doy las gracias a las que sí son reivindicativas. No juzgo lo que es justo y no justo. Pero lo que sí está claro es que vivimos en una institución y trabajar en una institución con este espíritu es un poco difícil. Parece que en la Iglesia hay dos tipos de mujeres, las institucionales y las reivindicativas. Yo me considero más bien reformista y alguien que confía en el caminar de la historia y en que ciertas tensiones se ajustan con el paso del tiempo.

“La gente se escandaliza por lo que está pasando en Irán, o en Afganistán, pero no se escandaliza suficiente, no se indignan suficientemente.”

Flaminia Giovanelli

Los últimos Papas y «la cuestión de la mujer»

Flaminia, tú has conocido y trabajado con varios de los últimos Papas, desde Pablo VI hasta Francisco. Háblanos de cada uno y destaca lo más significativo que cada uno ha aportado a la cuestión de la mujer

–Yo creo que más que «la cuestión de la mujer” hoy deberíamos de tratar la cuestión de «la relación entre la mujer y el hombre» pues tratando sólo la cuestión de la mujer no se encontrará la solución y es urgente pues entre los jóvenes y con tanta tecnología se corre el riesgo de que se olviden la básica relación entre hombre y mujer. Y en esto la Iglesia tiene mucho que aportar, con ejemplos de colaboración en perfecta cooperación, como entre San Francisco y Santa Clara. En la Edad Media había muchos monasterios donde había mujeres y hombres juntos, y la mayoría de las veces la abadesa era la mujer. Algo parecido pasa hoy con los misioneros, hombres y mujeres que trabajan juntos.

En cuanto a los Papas y aunque no trabajé con Juan XXIII déjame que de él te diga solo que su encíclica Pacem in terris es esencial en lo referente a los Derechos Humanos y la visión de la justicia y de la paz. Pero, además, él consideraba el “cuarto signo de los tiempos” la aparición de la mujer en la escena pública, algo que ocurre cuando la mujer comienza a estudiar de manera habitual y no excepcional.

De Pablo VI, resaltaría que era un gran intelectual. El Papa del Concilio Vaticano II y el de la Populorum proressio, que para el Consejo Pontificio Justicia y Paz fue esencial pero que además supuso que la Iglesia empezase a estar “al día” pues todo lo que trabaja esa encíclica es 100% actual. El comenzó los Mensajes para la Jornada Mundial de la Paz que se presentaban al final del año y que expresaban el deseo de poner sobre la mesa los temas esenciales que se trabajarían al año siguiente. Yo ya le conocí anciano y aunque no era muy dado a las multitudes en las distancias cortas era afectuoso, muy caluroso. Escribió su mensaje “A las mujeres” donde habla de las mujeres laicas no casadas, que es mi caso. esencial pues parece a veces que sólo se concibe a la mujer o religiosa o esposa.

Juan Pablo I supuso «cambio» en el estilo, pues fue quien empezó a hablar en «primera persona» abandonando el plural mayestático y eso supuso mucha diferencia.

Juan Palo II era la vitalidad, la vida, el entusiasmo, con una fe explosiva. Generaciones de jóvenes fueron atraídos por su carisma. Trabajamos mucho con él en encíclicas sociales tan importantes como: Solicitudo res socialis o Centesimus annus y con él se realizó el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. En la cuestión de la mujer por supuesto destaca su Mulieris dignitatem, y es él quien plantea «la cuestión de la mujer»; y también su carta a Gertrude Mongella, secretaria general de la IV Conferencia Internacional de las Naciones Unidas sobre la mujer de Beijing.

Benedicto XVI fue el Papa de la Caritas in veritate, que en nuestro Consejo Pontificio y luego en el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral hemos trabajado mucho. En la curia lo queríamos mucho, nos conocía y reconocía el trabajo que realizábamos y era muy afectuoso.

Papa Francisco, es quien más nombramientos de mujeres ha realizado. En una interesante entrevista que concedió al magazine «América» habla de la mujer y la Iglesia como algo que tiene que ser más desarrollado, pero centrado en tres ministerios: el petrino, el ordenado y el ministerio administrativo. Pero resaltando con fuerza que la Iglesia es mujer y que es el «Principio Mariano» el que inspira todo.

Flaminia con el Papa Francisco

El debate del género

¿Crees que en la Iglesia tenemos formación suficiente para diferenciar entre igualdad de género, ideología de género e identidad sexual?

–Los Derechos Humanos nacen del cristianismo ya que es en el Evangelio y con Jesús con quien se trata a las mujeres y a todas las personas como hijos de un mismo padre, con la misma dignidad. La gente se escandaliza por lo que está pasando en Irán, o en Afganistán, pero no se escandaliza suficiente, no se indignan suficientemente. Es urgente.

Es muy desconcertante que no todas las religiones respeten los derechos humanos.

Sobre el género, son los cristianos que trabajan en organismos internacionales quienes más tienen que enfrentarse a esta cuestión. Cuando la Santa Sede toma la palabra en estas cosas lo explica de manera muy larga y complicada. Y es que antes se hablaba de sexo, pero en un momento determinado se habla de «gender» y parece una broma, pero la única que habla de sexo hoy día es la Iglesia. La solución es usar la palabra género y especificar cada vez que nos referimos a la diferencia de los dos sexos y decir que trabajamos para la igualdad entre el hombre y la mujer y no decir igualdad de género. Ni nosotros y nuestras agencias de cooperación van a discriminar nunca a nadie por estas cuestiones. Y la cuestión esencial es que en los países en desarrollo todo pasa por la mujer y por eso la educación de la mujer es el elemento principal para el desarrollo. Tanto la vida social, el comercio como por supuesto la familia está en manos de la mujer y eso es lo que a la Iglesia le debe importar, formar a la mujer y protegerla.

Estoy muy involucrada en una organización que ayuda en Mozambique y recibí el otro día un mensaje de una niña que había sido huésped en nuestro Centro O Viveiro hasta el final de la secundaria y que era un caso de éxito. Decía «soy una mujer con formación de enfermera, tengo una hija y tengo un marido, es un buen marido y nos respetamos el uno al otro» Y eso me gustó mucho. Pienso que ese es el futuro, lograr que cada vez haya más relaciones conyugales respetuosas y que la mujer no tenga que cargar con todo ella sola. Ese es el camino.

“Parece una broma, pero la única que habla de sexo hoy en día es la Iglesia”

Flaminia Giovanelli
El autorMarta Isabel González Álvarez

Doctora en periodismo, experta en comunicación institucional y Comunicación para la Solidaridad. En Bruselas ha coordinado la comunicación de la red internacional CIDSE y en Roma la comunicación del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral con quien sigue colaborando. Hoy aporta su experiencia al departamento de campañas de incidencia sociopolítica y trabajo en red de Manos Unidas y coordina la comunicación de la red Enlázate por la Justicia. Twitter: @migasocial

Mundo

Florence Oloo, premio Harambee: «Empoderar a la mujer es empoderar a la comunidad»

Florence Jacqueline Achieng Oloo es la ganadora del premio Harambee 2023 a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana. Además de ser profesora de Ciencias Químicas y miembro fundador del Comité Ético de Strathmore, ha impulsado un programa para empoderar a las mujeres en Kenya, el “Women Empowerment Program, Jakana - Kenyawegi”.

Paloma López Campos·7 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El proyecto internacional Harambee ha concedido el premio Harambee 2023 a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana a Florence Oloo. La doctora Oloo es doctora en Ciencias Químicas por la Universidad de Agricultura y Tecnología, Jomo Kenyatta de Kenia; licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de Roma; profesora en la universidad; fundadora de un comité ético en el que dirige la supervisión de investigaciones relacionadas con la persona, con el fin de evitar los abusos en los ensayos clínicos con seres humanos; es directora del “Centre for Research in Therapeutic Sciences; y, además, es la impulsora de “Women Empowerment Program, Jakana – Kenyawegi”, el programa por el que ha recibido el premio Harambee.

Un programa para ayudar a las mujeres en Kenya

El Centro Jakana impulsado por la doctora Oloo está orientado a las mujeres y niñas vulnerables del condado de Kisumu (Kenia). Ellas son más del 50 % de la población y crecen en situaciones de pobreza con la amenaza constante de los embarazos adolescentes, los matrimonios infantiles, las enfermedades de transmisión sexual y la violencia.

En la zona de Jakana, próxima a Kisumu, es muy frecuente que los padres vendan a sus hijas, siendo todavía niñas, a hombres mayores. A cambio, los padres reciben una dote con la que suelen pagar los estudios de los hijos varones, mientras las pequeñas entran a vivir en una relación de absoluta dependencia con sus esposos.

Para luchar contra esta situación de abuso, el Centro Jakana modeló un programa de tres meses en el que las mujeres aprenden sobre finanzas, gestión de empresas y liderazgo. De esta manera, se les brinda la oportunidad de emprender proyectos propios con los que ganar independencia.

El primer programa ha concluido ya y en él han participado 30 mujeres. El premio Harambee supone una ayuda importante para impulsar todavía más el Centro Jakana, de tal modo que se haga realidad la visión que Florence Oloo tiene. La doctora asegura que “empoderar a la mujer es empoderar a toda su comunidad, y así al país entero”.

El galardón, que se otorga anualmente, pretende recompensar a las personas, instituciones o grupos que tengan labores humanitarias, culturales o educativas que beneficien a las mujeres africanas. La dotación económica del premio es de 10.000 euros y está patrocinada por la marca René Furterer de los Laboratorios Pierre Fabre. Además, supone toda una campaña para visibilizar y promover la actividad del ganador del premio.

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Vaticano

El Papa Francisco renueva el Consejo de Cardenales

Cinco nuevos cardenales entran a formar parte de este Consejo, creado por el Papa Francisco a pocos meses de su llegada a la Santa Sede y que tiene como objetivo asesorar al Papa en el gobierno de la Iglesia.

Maria José Atienza·7 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La Santa Sede ha hecho públicos los nombres de los 9 cardenales que formarán el Consejo de cardenales del Papa Francisco. La primera reunión de este renovado consejo será el próximo 24 de abril en la casa de Santa Marta.

El Papa Francisco creó el Consejo de Cardenales poco después de su llegada a la sede de Pedro, en 2013, para asesorarle en el gobierno de la Iglesia. Inicialmente se trataba de 9 cardenales, posteriormente pasaron a ser 8 y, en la actualidad, 6 cardenales formaban parte este consejo y, con la renovación de miembros y entrada de nuevos cardenales vuelven a ser 9 los integrantes de este Consejo.

El principal objetivo del grupo es el del asesoramiento del Papa en el gobierno, tanto de manera conjunta, como consejo como de manera personal pudiendo hacer sugerencias propias aunque la decisión final recae sobre el pontífice

Se incorporan, a este órgano de trabajo, los cardenales españoles Fernando Vérgez Alzaga, L.C., Presidente de la Pontificia Comisión para el Estado de la Ciudad del Vaticano y Presidente del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano; y Juan José Omella Omella, Arzobispo de Barcelona (España) y presidente de la Conferencia Episcopal Española. Además se unen, el cardenal Gérald C. Lacroix, Arzobispo de Québec (Canadá); el cardenal Arzobispo de Luxemburgo, Jean-Claude Hollerich, S.I.,y el Arzobispo Metropolitano de San Salvador de Bahia (Brasil), el cardenal Sérgio da Rocha.

Asimismo, continúan formando parte de este consejo los cardenales Fridolin Ambongo Besungu, O.F.M. Cap., Arzobispo de Kinshasa, el Card. Seán Patrick O’Malley, O.F.M.Cap., Arzobispo Metropolitano de Boston y Oswald Gracias, Arzobispo Metropolitano de Bombay.

Junto a ellos, evidentemente el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, que se incorporó al Consejo de Cardenales en 2014 y el secretario, Mons. Marco Mellino, Obispo titular de Cresima (Italia).

¿Qué Iglesia, qué sacerdotes?

La formación de los sacerdotes y candidatos al sacerdocio es uno de los eternos retos de la Iglesia que ha de cuidar la selección de quienes se ordenarán ministros y el crecimiento en su vida de piedad.

7 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Una parte de las informaciones que llegan a la opinión pública acerca del sacerdocio transmite una visión problemática, y a veces abiertamente negativa: abusos y desequilibrios, disonancia respecto de las tendencias actuales en los estilos de vida, escasez de vocaciones, acumulación de tareas… Además de cumplirse aquí el dicho sobre el árbol que cae y la hierba que crece (el primero llama más la atención que la segunda), es comprensible que en la noticia se busque lo llamativo. Por otro lado, es una realidad que muchas de esas sombras existen. Pero tampoco falta en muchas personas una consideración positiva de lo que representa el sacerdocio y su tarea de servicio. 

Para la Iglesia los sacerdotes tienen una importancia grande que justifica una atención particular. No por ser ellos personajes especiales, sino por reconocer la acción de Dios y el servicio que prestan a la vida cristiana de los demás bautizados, para el que han sido ordenados. De ahí que los documentos de los Papas se hayan referido a él con frecuencia, y que el Magisterio acerca del sacerdocio en el último siglo haya sido reiterado y especialmente rico. Varios artículos de este número de Omnes pueden servir para redescubrir esa enseñanza y para ayudar a tomar de ella impulsos para una renovación. No en vano se encuentran en esos textos magisteriales las razones teológicas, sacramentales y espirituales de aspectos tan centrales como la misma vocación sacerdotal, el celibato o la misión de los sacerdotes en la Iglesia y en la sociedad.

Ofrecemos también una entrevista con el cardenal Lazzaro You, Prefecto del Dicasterio para el Clero en la Santa Sede, que recorre los asuntos que definen el momento actual de la vida de los sacerdotes, y en particular lo relacionado con su adecuada formación. El cardenal You afirma que vale la pena cualquier esfuerzo para formar buenos pastores; en el aspecto afectivo de esa formación se centra la entrevista con el doctor Carlos Chiclana, que lo ha estudiado desde el punto de vista clínico. Sobre todo, el Prefecto subraya que el tipo de sacerdote que se busca formar ha de corresponder al modelo de Iglesia que Dios quiere en este momento, según esta serie de cuestiones: ¿qué Iglesia, qué sacerdotes, qué formación, qué vocaciones?

El tema de las vocaciones sacerdotales se aborda también en este número desde otros dos puntos de vista. En primer término, el más personal de la correspondencia a una llamada para el seguimiento de Cristo: son luminosos los testimonios de algunos jóvenes que se están formando para responder bien a esa llamada. En segundo lugar, el de una consideración numérica; no siendo naturalmente absoluta, ayuda a conocer la realidad. Los datos muestran un descenso global del número de vocaciones en el mundo, y un desplazamiento hacia los continentes africano y asiático.

El autorOmnes

Mundo

Valeria Gavilanes: «La Eucaristía nos permite sentir y descubrir a Dios que nos libera»

Quito es la sede del próximo Congreso Eucarístico Internacional que cumple su 53 edición y que tiene como lema “Fraternidad para sanar el mundo”.

Maria José Atienza·7 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

La Iglesia católica en Ecuador tiene su mirada puesta en septiembre de 2024. Del 8 al 15 de septiembre de 2024, con ocasión de los 150 años de Consagración de Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús, la capital ecuariana acogerá el 53° Congreso Eucarístico Internacional.

Valeria Gavilanes, jefe de prensa del Congreso Eucarístico Internacional y portavoz del IEC2024 ha destacado para Omnes que este congreso “permitirá repensar la realidad del mundo católico en América latina, respetando su diversidad. Es preciso reevangelizar desde el servicio a ejemplo de Jesús”.

Quito toma el testigo de Budapest para el próximo Congreso Eucarístico Internacional. ¿Qué pasos se han ido dando en la preparación del Congreso?

–En una solemne Eucaristía realizada en Budapest en septiembre de 2021 y presidida por Monseñor Alfredo José Espinoza Mateus, sdb, Arzobispo de Quito y Primado del Ecuador, se informó públicamente que la capital ecuatoriana será la sede del 53° Congreso Eucarístico Internacional, IEC2024, previsto realizarse del 8 al 15 de septiembre de 2024, con ocasión de los 150 años de Consagración de Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús.

Desde aquel momento, hemos puesto el pie en el acelerador para que tan bendecido acontecimiento se lleve a cabo con la altura que merece. El tema propuesto y escogido por el Papa Francisco es “Fraternidad para sanar el mundo”, con el texto bíblico: “Ustedes son todos hermanos” Mt 23,8.

Sabemos que la preparación espiritual es fundamental y por ello contamos con la oración preparatoria en español, inglés, portugués, italiano, shuar y quichua, que se encuentra en las distintas plataformas digitales.

También el himno oficial del Congreso estará listo muy pronto; las propuestas melódicas y musicales fueron sometidas a concurso y su ganador o ganadora recibirá el monto USD 3.000,00. Existe un jurado calificador que ultima detalles.

Un encuentro de tal magnitud requiere de una organización previa. El Comité Local está presidido por Monseñor Espinoza, quien nombró al P. Juan Carlos Garzón, de la Arquidiócesis de Quito como secretario general, encargado de la coordinación y supervisión de la preparación del Congreso.

Adicionalmente se conformaron las siguientes comisiones: logística, financiera, teológica, litúrgica, musical, comunicacional, cultural, pastoral y de voluntariado. Por su parte la Conferencia Episcopal Ecuatoriana está comprometida y cuenta con delegados en las distintas jurisdicciones y provincias del país.

Este camino lo recorremos de la mano del Comité Pontificio. En noviembre de 2022 recibimos la grata visita del P. Corrado Maggoni, y del P. Vittore Boccardi, presidente y secretario del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales, respectivamente, quienes se mostraron felices y maravillados de la belleza de nuestro país así como de la calidez de su gente.

¿Cómo se está dando a conocer, dentro y fuera de Ecuador?

–Dar a conocer este acontecimiento trascendental para Ecuador, Latinoamérica y el mundo es de vital importancia. Contamos con plataformas digitales como la página web www.iec2024.ec y redes sociales, por ejemplo @IEC2024 en Facebook, iec2024quito en Twitter o en Instagram.

Asimismo remitimos información a medios de comunicación nacionales e internacionales; visitamos las distintas provincias y pronto estará al aire nuestro primer programa en radio María, cuya señal llega al mundo entero.

Posteriormente, contaremos con nuestro noticiero on line. ¡Espacios como este en revista Omnes, constituyen una gran ventana hacia el mundo.

La socialización del IEC2024 se lleva a cabo con el compromiso de obispos, sacerdotes, comunidades religiosas, movimientos laicales, jóvenes, catequistas, medios de comunicación nacionales e internacionales.

El tema del Congreso se centra en la Fraternidad. En un mundo golpeado por las guerras ¿Qué relación podemos establecer entre la Eucaristía y la fraternidad?

–El tema lo escogió el mismo Papa Francisco. La Eucaristía es donación y la fraternidad es hermandad, esta donación del amor puro e infinito de Dios debe llegar a toda la humanidad. Es preciso salir de la oración a la acción, es decir, alcanzar una coherencia eucarística para evitar limitarnos a la mera oración, valiosa sí, pues la Eucaristía es el culmen de la fe católica; sin embargo, Dios desea que aquel amor que hemos experimentado, lo compartamos con los demás, es decir un amor que se traduzca en obras.

Si bien es cierto, nuestro mundo está golpeado por las guerras, es preciso preguntarse ¿cuál es su origen?, y ¿si quizás está dentro del corazón de cada ser humano? Las heridas no solamente se encuentran en los campos de batalla, en la pobreza, en la desigualdad, sino también en la tristeza de quien espera una voz de aliento en medio de la tormenta y ahí es el lugar en donde podemos actuar como hermanos, como hijos de Dios, consolando, curando las heridas del cuerpo, pero también las del corazón.

Vivimos en una sociedad de apariencias en donde tratamos de ocultar lo que está dentro, con máscaras que nos separan del otro, es Dios quien nos invita a mostrarnos tal y como somos, a no temer sentirnos débiles y vulnerables, a permitir que sea Él quien nos cure con su infinito poder, y a través del hermano.

El Papa Francisco en el Congreso Eucarístico Nacional celebrado en Italia en septiembre de 2022 expresó la necesidad de que exista “Una Iglesia que se arrodilla delante de la Eucaristía y adora con asombro al Señor presente en el pan; pero que sabe también inclinarse con compasión y ternura ante las heridas de quien sufre, levantando a los pobres, secando las lágrimas de quien sufre, haciéndose pan de esperanza y de alegría para todos.” (25 de septiembre de 2022, Matera).

La Eucaristía nos permite sentir y descubrir a Dios que nos libera, para salir al encuentro del hermano, sin juzgamientos y sin ningún otro lenguaje, más que el del amor. Solo ahí se ganarán batallas, cuando decidamos apostar por la paz, por la unidad, por la fraternidad, sintiéndonos hijos de un mismo Padre.

¿Cómo proponer paz en un mundo de guerra?, ¿cómo motivar la devoción a la Eucaristía en un mundo convulsionado? Ese es el reto del católico de hoy, puesto que no podemos quedarnos de brazos cruzados y guardar silencio cuando prevalece la violencia como solucionadora de conflictos. Las batallas se vencen desde el corazón. Es momento de voltear la mirada a Jesús Eucaristía, cuya misión no terminó hace más de dos mil años, sino que prevalece y se actualiza porque decidió quedarse entre nosotros como un Dios vivo, cercano, humano.

¿Cómo llegar a los hermanos del mundo entero a través del amor de Cristo en la Eucaristía?

–El mensaje de Cristo es universal; marcó la historia del mundo en un antes y un después. Pese al transcurrir del tiempo, sigue vigente. Es momento de reavivar su legado, de contar sin miedo, ni vergüenza, que creemos en un Cristo que murió, resucitó y que decidió quedarse en las especies de pan y vino.

Parecería ilusorio en un mundo donde la ciencia avanza aceleradamente y en donde la inteligencia artificial es cada vez mayor. Sin embargo, resulta necesario volver a aquel Jueves Santo en el cual Jesucristo decidió generosamente instituir el sacramento de la Eucaristía, para quedarse con nosotros y donarse a los demás. Es la expresión más grande de amor, pues Jesús vivió unido al Padre en obediencia, sirvió a la humanidad, enseñó que el amor es el sentimiento que mueve el mundo y decidió quedarse con nosotros. No es un cuento, es una realidad. Es el pan vivo bajado del cielo que generosamente se comparte.

Cada Eucaristía es un milagro de amor, es Dios mismo que entra en nuestra intimidad para ser uno con nosotros y nos impulsa a vivir en Él y por Él. Es quien sana nuestras heridas físicas, sicológicas, y espirituales. Es un regalo de amor, es el Misterio Eucarístico que se dona a la humanidad a través de la fe. Hoy en día resulta una aventura creer en Cristo, y justamente ese debe ser el motivo que nos impulse a arriesgarnos por Él, tal como Él lo hizo. No es un salto al vacío, sino un salto al amor, con la seguridad de que Dios cuida de nosotros.

congreso eucaristico quito

¿Cómo se está preparando la Iglesia, sus fieles, en Ecuador, para este Congreso Internacional?

–La Iglesia ecuatoriana se prepara con gran entusiasmo para vivir este acontecimiento; se ha traducido la oración del IEC2024 a distintos idiomas y lenguas nativas; en los próximos días estará listo el himno oficial; se trabaja en la elaboración del documento base que regirá las catequesis eucarísticas de 2024 con el tema “Fraternidad para sanar el mundo”, y de 2023 en torno a la profundización del misterio Eucarístico, cuyos destinatarios son niños, jóvenes, religiosos y sacerdotes.

Asimismo trabajamos en productos comunicacionales que permitan llegar con el mensaje evangelizador, al público en general a fin de motivar su preparación y participación en este importante encuentro eclesial que pondrá a Quito en el centro de la atención mundial.

Las comisiones logística y económica también llevan adelante iniciativas que permitirán cubrir las necesidades del encuentro, previsto llevarse a cabo en el Centro de Convenciones Metropolitano de Quito, lugar en donde el Papa Francisco estuvo presente durante su visita a Ecuador, en el año 2015.

Se prevé que, en la misa de inauguración, 5.000 niños realicen su Primera Comunión; durante la semana del 8 al 15 de septiembre de 2024, las calles del centro histórico de Quito serán el escenario de una importante procesión eucarística, y dentro de las iglesias del casco colonial se llevarán a cabo celebraciones en distintos idiomas. La misa de clausura es una de las más esperadas, puesto que existe la expectativa de que el Santo Padre, esté presente.

Una vez puesto el pie en el acelerador, en el mes de septiembre de 2023, se realizará la Asamblea Plenaria del Pontificio Comité Eucarístico, a la cual asistirán delegados para los Congresos Eucarísticos Internacionales de las conferencias episcopales del mundo, a fin de conocer lugares y definir los detalles de la realización del IEC2024.

En este contexto, tanto la Iglesia ecuatoriana, como el país en general, se preparan para tan importante acontecimiento. Es Monseñor Alfredo José Espinoza Mateus, Arzobispo de Quito y Primado del Ecuador, quien preside esta preparación y motiva permanentemente desde la Arquidiócesis Metropolitana, a la comunidad entera para colaborar en la organización del IEC2024.

Para la Iglesia que peregrina en Quito, constituye una verdadera alegría ser la anfitriona de este encuentro que permitirá, además, mostrar la belleza de la capital de los ecuatorianos, al mundo entero.

América latina vive un momento de reevangelización y de renovación eclesial ¿Qué cree que supondrá un congreso de estas características para este proceso?

–El Santo Padre, espera que la vivencia de este Congreso manifieste la fecundidad de la Eucaristía para la evangelización y la renovación de la fe en el continente latinoamericano.

Un Congreso de semejantes características permitirá repensar la realidad del mundo católico en América latina, respetando su diversidad. Es preciso reevangelizar desde el servicio a ejemplo de Jesús, quien luchó por la justicia social.

El tema “Fraternidad para sanar el mundo”, nos permite reconocernos como verdaderos hermanos y nos invita a sanar heridas a través de la misericordia y del perdón.

Es importante entender la dimensión social de Latinoamérica, pues atraviesa circunstancias de pobreza, inseguridad, corrupción, narcotráfico, tráfico de personas, migración, falta de acceso a empleo, a servicios básicos, entre otras. Su situación sociopolítica ha tenido altos y bajos, pues pese a que ha contado con gobernantes de distintas tendencias ideológicas, es evidente que existe una clara deuda social y económica. Los sistemas democráticos débiles han contribuido para que esta realidad exista.

El Congreso permitirá centrar la atención en Latinoamérica e identificar sus necesidades, con una mirada evangelizadora y fraterna. Es necesario conocer sus heridas y cómo sanarlas, partiendo desde la Eucaristía, hacia la misión, es decir, alcanzando una fe traducida en obras.

Esta tarea debe llevarse a cabo con la colaboración de católicos comprometidos y dispuestos a romper paradigmas, y a tomar el timón para trabajar juntos en la consecución de tiempos mejores para nuestros hermanos latinoamericanos.

Aspiramos que la realización del 53° Congreso Eucarístico Internacional contribuya en la reevangelización y renovación eclesial que está en marcha, y que su mensaje llegue no solamente al mundo católico sino de manera especial a quienes por diversos motivos están alejados de la Iglesia, acogiéndolos con un corazón abierto que transmita fraternidad, esperanza y aceptación; que no juzga, sino que simplemente, ama.

Vaticano

Ucrania anhela una visita del Papa

Rome Reports·6 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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Andrii Yurash, embajador de Ucrania ante la Santa Sede ve muy posible que el Papa visite su país y está tranquilo. Ellos ya están preparados.

Lo ha afirmado en una entrevista con Rome reports cuando se cumple un año desde que llegó a Roma, justo al inicio de la invasión rusa a Ucrania.


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Mundo

Nigeria y Kenia, donde más católicos asisten a Misa

Nigeria, Kenia y Líbano encabezan los países con católicos que asisten a Misa dominical o con más frecuencia en el mundo, según la Encuesta Mundial de Valores, analizada por el Centro de Investigación Aplicada en el Apostolado, de la Universidad de Georgetown (Estados Unidos).

Francisco Otamendi·6 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Nigeria, Kenia y Líbano encabezan los países con católicos que asisten a Misa dominical o con más frecuencia en el mundo. Van seguidos de Filipinas, Colombia, Polonia y Ecuador, según la Encuesta Mundial de Valores (WVS), analizada por el Centro de Investigación Aplicada en el Apostolado (CARA), de la Universidad de Georgetown (EEUU).

Nigeria es el país más poblado del continente africano, con 210 millones de habitantes, de los que cerca del 16 por ciento, 33 millones, son católicos. Y en Kenia, con una población de 42,9 millones de personas, los católicos representan el 32,3 por ciento (16 millones aproximadamente). Líbano, el tercero del ranking, tiene 6,67 millones de habitantes, de los que 2,1 millones son católicos.

Son los países que lideran el ranking de católicos que asisten a Misa el domingo, o con más frecuencia (en Nigeria, un 94 %, en Kenia, un 73 %, y en Líbano, un 69 %), asegura la Encuesta Mundial de Valores (WVS) en su séptima ola (a partir de la década de 1980), difundida y analizada por Nineteen Sixty four, blog de investigación el Centro de Investigación CARA de Georgetown, con datos de 36 países con grandes poblaciones católicas. 

El estudio no incluye países como la República Democrática del Congo, con 90 millones de habitantes, de los que más de mitad tiene la fe cristiana, y que acaba de visitar el Papa Francisco, ni Uganda, en el que los católicos son el 47 por ciento, más de 17 millones, el 47 por ciento de los 36,4 millones del país.

Grupo 2: Filipinas, Colombia, Polonia, Ecuador…

El siguiente grupo de países, donde la mitad o más de los católicos (50 % o más) asisten cada semana a la Eucaristía, incluye Filipinas (56 %), Colombia (54 %), Polonia (52 %) y Ecuador (50 %). 

Llega ahora un bloque en el que se encuentran Italia, por ejemplo, y en el que menos de la mitad, pero un tercio o más, asiste cada semana a Misa. Son Bosnia y Herzegovina (48 %), México (47 %), Nicaragua (45 %), Bolivia (42 %), Eslovaquia (40 %), Italia (34 %) y Perú (33 %).

Entre tres de cada diez y una cuarta parte de los católicos asiste a Misa cada semana en Venezuela (30 %), Albania (29 %), España (27 %), Croacia (27 %), Nueva Zelanda (25 %) y Reino Unido (25 %).

En la encuesta de CARA y WVS, aproximadamente el 24 % de los católicos en los Estados Unidos asistían a Misa todas las semanas o con más frecuencia antes de la pandemia del Covid-19 en 2019. 

En la encuesta más reciente de los mismos organismos, el 17 % de los adultos católicos estadounidenses informaron que asistían a Misa con esta frecuencia, con un 5 % viendo la Misa online o en la televisión desde casa.

Otros países con una asistencia a Misa católica similar a la de Estados Unidos son Hungría (24 %), Eslovenia (24 %), Uruguay (23 %), Australia (21 %), Argentina (21 %), Portugal (20 %), los República Checa (20%) y Austria (17 %). 

Los niveles más bajos de asistencia semanal se observan, según este trabajo, en Lituania (16 %), Alemania (14 %), Canadá (14 %), Letonia (11 %), Suiza (11 %), Brasil (8 %), Francia (8 %) y Holanda (7 %).

Personas que se consideran religiosas

Se podría suponer, señala el informe, que cuantos más católicos religiosos hay en un país, es más probable que asistan a Misa con frecuencia. Sin embargo, no existe una fuerte correlación entre los números de los que se identifican como católicos ‘religiosos’ y la asistencia frecuente a Misa. En concreto, el estudio de WVS preguntó a los encuestados: “Independientemente de si va a la iglesia o no, diría que es…: una persona religiosa, no una persona religiosa, ateo o no sabe”. 

Hay países donde se produce una estrecha relación entre las respuestas a ambas preguntas, incluidos los Países Bajos, Argentina, Ecuador, Filipinas, Kenia y Nigeria. 

Pero en muchos otros países esto no es así. Líbano, por ejemplo, tiene una asistencia a Misa muy alta, comparativamente hablando, pero la proporción de católicos allí que se consideran religiosos es sustancialmente menor en comparación con otros países. El noventa y siete por ciento de los católicos en Uruguay se considera una persona religiosa, sin embargo, solo el 23 % de los católicos asisten a misa semanalmente o con más frecuencia. 

Además de Uruguay, los países donde los católicos “tienen más probabilidades de considerarse religiosos”, señala el estudio, son Nigeria (95 %), Albania (94 %), Eslovaquia (93 %), República Checa (92 %), Italia (92 %), Lituania (92 %), Kenia (92 %), Colombia (92 %), Bolivia (91 %) y Polonia (90 %).
Más de las tres cuartas partes, pero menos de nueve de cada diez católicos, se consideran personas religiosas en estos países: Croacia (88 %), Bosnia y Herzegovina (88 %), Eslovenia (87 %), Hungría (86 %), Portugal (85 %), Letonia (85 %), Perú (84 %), Filipinas (83 %), Ecuador (82 %), Brasil (82 %), Argentina (79 %), Países Bajos (78 %), México (77 %) y Nicaragua (76 %).
Los católicos en los Estados Unidos se encuentran detrás de este grupo con un 74 % que se considera una persona religiosa. A Estados Unidos le siguen Francia (72 %), Austria (69 %), Australia (67 %), España (67 %), Alemania (65 %), Suiza (63 %), Líbano (62 %), Reino Unido, (59 %), Venezuela (57%), Canadá (55%) y Nueva Zelanda (55%).
Es interesante notar, según el informe, que en términos de identificación como persona religiosa, los católicos en los Estados Unidos y Francia son bastante similares (74 % y 72 %, respectivamente). Sin embargo, solo el 8 % de los católicos en Francia asiste a Misa semanalmente en comparación con el 17 % de los católicos en los Estados Unidos (y el 24 % asistía semanalmente antes de la pandemia).

El factor económico

Existe un tercer factor que afronta el informe y es el PIB (Producto Interior Bruto, la riqueza nacional) per cápita. La asistencia a Misa cae bruscamente a medida que el PIB per cápita aumenta a 10.000 dólares, y luego esta caída se ralentiza y se aplana a medida que el PIB per cápita continúa aumentando. 

La religiosidad tiene una relación más lineal, aunque más débil, con el PIB per cápita. Hay un gran grupo de países con un PIB per cápita inferior a 25.000 dólares que tienen una de las proporciones más altas de católicos que se identifican a sí mismos como religiosos. 

“En los países de mayores ingresos, la religiosidad cae”, señalan CARA y WVS. Suiza, con el PIB per cápita más alto de los países encuestados, tiene niveles bajos de asistencia a Misa semanal y un número relativamente menor de católicos que se identifican a sí mismos como personas religiosas. 
En esta pequeña muestra de países, el informe afirma que “podemos suponer que el catolicismo es más fuerte en lo que a menudo se llama el mundo en desarrollo, donde el PIB per cápita es más bajo, mientras que parece estar contrayéndose en los países ‘desarrollados’ más ricos. Los mecanismos precisos asociados con el desarrollo económico y la riqueza que están afectando la participación de los católicos en la fe y la identificación como religiosos no están claros. Sean lo que sean, importan significativamente”, concluye el trabajo.

Ranking de la asistencia a Misa
El autorFrancisco Otamendi

Enseñanzas del Papa

Compartir y desarmar el corazón. El Papa en África

En su último viaje apostólico a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur, el Papa Francisco llevó al continente africano un mensaje de paz y reconciliación con la esperanza de ayudar a construir “un futuro nuevo”.

Ramiro Pellitero·6 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

Hay palabras que piden escribirse, en nuestro mundo, como gritos: ¡basta! (de violencia), ¡juntos! (debemos trabajar por la paz), ¡no! (a la resignación), ¡sí! (a la esperanza). Pueden representar las enseñanzas del Papa en este viaje; enseñanzas que, como siempre, nos interpelan a todos.

Del 31 de enero al 5 de febrero el Papa realizó un viaje pastoral a la República Democrática del Congo y a Sudán del Sur, con el fin de “testimoniar que es posible y necesario colaborar en la diversidad, especialmente si se comparte la fe en Jesucristo” (Audiencia general, 8-II-2023, en la que hizo un balance del viaje).

Como también dijo el miércoles siguiente, ya en Roma, el viaje fue realización de dos antiguos sueños suyos: al Congo (“corazón verde de África”, que junto a la Amazonía constituye el “pulmón” principal del mundo, “tierra rica de recursos y ensangrentada por una guerra que no termina nunca porque siempre hay quien alimenta el fuego”); y a Sudán (donde fue acompañado del arzobispo de Canterbury Justin Welby, y el moderador general de la Iglesia de Escocia, Iain Greenschilds).

Buscar la paz y la justicia

Los tres primeros días, en Kinshasa (capital de la República Democrática del Congo), dirigió un mensaje nítido a la nación con dos palabras claves: la primera negativa: ¡basta!, para pedir el cese de la explotación de ese pueblo, en alusión a las contiendas y violencias asociadas a la extracción del diamante, que paradójicamente han traído el empobrecimiento de las gentes. La segunda, positiva, “juntos”, como apelación a la dignidad y al respeto, juntos en el nombre de Cristo. 

De manera especial” –señaló el Papa– “las religiones, con su patrimonio de sabiduría, están llamadas a contribuir a ello, en su esfuerzo cotidiano por renunciar a toda agresión, proselitismo y coacción, que son medios indignos de la libertad humana”.

En cambio, “cuando se degenera al imponerse, persiguiendo adeptos indiscriminadamente, mediante el engaño o la fuerza, se saquea la conciencia de los demás y se da la espalda al Dios verdadero, porque -no lo olvidemos- ‘donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad’ (2 Co 3, 17) y donde no hay libertad, el Espíritu del Señor no está” (Encuentro con las autoridades, sociedad civil y cuerpo diplomático, 31-I-2023).

Al día siguiente, el Papa celebró la Misa por la paz y la justicia en el aeropuerto de Ndolo. Tomando pie del evangelio de san Juan (Jn 20, 20), observaba Francisco: “Jesús anuncia la paz mientras el corazón de los discípulos está lleno de escombros; anuncia la vida mientras ellos sienten dentro la muerte. En otras palabras, la paz de Jesús llega en el momento en que todo parecía haber terminado para ellos, en el momento más imprevisto e inesperado, cuando no había atisbos de paz”. 

En un mundo abatido por la violencia y la guerra, señalaba el obispo de Roma, los cristianos no podemos dejarnos vencer por la tristeza, la resignación o el fatalismo; más bien estamos llamados a proclamar el anuncio, profético e inesperado, de la paz. Para conservar y cultivar la paz, Francisco propuso tres fuentes: el perdón, la comunidad y la misión

El perdón –dijo– nace de las llagas del costado y de las manos de Cristo:“Nace cuando las heridas sufridas no dejan cicatrices de odio, sino que se convierten en un lugar para hacer sitio a los demás y acoger sus debilidades. Entonces las fragilidades se convierten en oportunidades y el perdón en el camino hacia la paz”.

Jesús pide una gran amnistía del corazón, que consiste en limpiar el corazón de ira y remordimientos, resentimiento y envidia. Nos pide, también como cristianos, dejar las armas, renunciar a la violencia y abrazar la misericordia; para poder decir a aquellos con los que nos encontramos: “La paz esté con vosotros”. Por tanto, “dejémonos perdonar por Dios y perdonémonos unos a otros”. 

Vale la pena servir

El mismo día 1 se encontró el Papa con las víctimas de la violencia en el este del país, desgarrado desde hace años por la guerra azuzada desde intereses económicos y políticos. “La gente” -constató- “vive en el miedo y en la inseguridad, sacrificada en el altar de negocios ilegales”. Escuchó diversos testimonios y reafirmó su “no” a la violencia y a la resignación, y su “sí” a la reconciliación y a la esperanza. Pidió perdón a Dios por la violencia contra el hombre. Clamó contra la explotación y el sacrificio de víctimas inocentes: “¡Basta! ¡Basta de enriquecerse a costa de los más débiles, basta de enriquecerse con recursos y dinero manchado de sangre!”. 

Con el “no” a la violencia, les pidió desarmar y desmilitarizar el corazón. Con el “no” a la resignación, invitó al esfuerzo por la fraternidad y la paz: “Un futuro nuevo llegará, si el otro, sea tutsi o hutu, ya no es más un adversario o un enemigo, sino un hermano y una hermana –porque todos somos hijos de un mismo Padre– en cuyo corazón es necesario creer que existe, aun escondido, el mismo deseo de paz”. También ese día se reunió con los representantes de algunas obras caritativas,que trabajan con los pobres en favor del bien común e impulsando la promoción humana. “Cuánto quisiera” –se desahogó Francisco– “que los medios de comunicación social dieran más espacio a este país y a toda África”. Lamentó, una vez más, el descarte de los débiles (niños y ancianos) como inhumano y anticristiano.

Poniendo sus palabras en los relatos e historias que personas concretas le hicieron llegar, el Papa les invitó a que los jóvenes puedan ver “rostros que superan la indiferencia mirando a las personas a los ojos; manos que no empuñan armas ni manipulan dinero, sino que se extienden hacia quien está en el suelo y lo levantan a su dignidad, a la dignidad de hija e hijo de Dios”.

Por lo tanto, les animó, al compromiso en el campo social y caritativo, a considerar el poder como servicio, a esforzarse por vencer la inequidad en nombre de la justicia y también de la fe, que, sin obras, está muerta (cfr. St 2, 26). Señaló que la caridad requiere ejemplaridad (credibilidad y transparencia), amplitud de miras (dando vida a proyectos sostenibles a largo plazo) y conexión (trabajar juntos redes y equipos para ayudar a otros, cristianos o no.

El encuentro con los jóvenes y los catequistas congoleños (cfr. Discurso en el Estadio de los mártires, Kinshasa, 2-II-2003) debió de dejar una huella especial en el Papa, que lo ha calificado de entusiasmante. Fue una catequesis apoyada en los cinco dedos de la mano, donde les indicó cinco caminos por los que podían encauzar su grito que invoca paz y justicia, como fuerza de renovación humana y cristiana: la oración, la comunidad, la honestidad, el perdón y el servicio. 

Cabe aquí recoger unas palabras sobre el servicio, “poder que transforma el mundo”. Por eso les pedía el Papa a los jóvenes preguntarse: “¿Qué puedo hacer yo por los demás? Es decir, ¿cómo puedo servir a la Iglesia, a mi comunidad, a mi país?”. Teniendo en cuenta que en muchos lugares de África los catequistas son los que mantienen vivas a las comunidades cristianas, les agradeció su servicio, su luz y su esperanza, y les pidió que no se desanimen nunca, porque Jesús no les deja solos. 

Vida espiritual y formación

El mismo 2 de febrero, en la catedral de nuestra Señora del Congo (Kinshasa), Francisco mantuvo un encuentro con sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, y seminaristas, muchos y muy jóvenes. Les recordó unas palabras de Benedicto XVI dirigidas a sacerdotes africanos: “Vuestro testimonio de vida pacífica, por encima de los confines tribales y raciales, puede tocar los corazones” (Exhortación apostólica Africae munus, 108).

Para todo ello les recomendó superar tres tentaciones: la mediocridad espiritual, la comodidad mundana y la superficialidad. 

La mediocridad espiritual se evita cuidando la oración personal (corazón con corazón), la Misa, la liturgia de las horas y la confesión de sus pecados, la oración personal (corazón con corazón), el rezo del santo Rosario, las “jaculatorias” (oraciones pequeñas y breves que se pueden recitar durante el día). “La oración nos hace salir del yo, nos abre a Dios, nos vuelve a poner en pie porque nos pone en sus manos; crea en nosotros el espacio para experimentar la cercanía de Dios, para que su Palabra nos sea familiar y, a través de nosotros, lo sea a todos los que encontramos. ‘Sin la oración no se va lejos’”.

En un contexto como aquél –de pobreza y de sufrimiento– señaló el Papa que la comodidad mundanase asocia al riesgo de“aprovecharse del papel que tenemos para satisfacer nuestras necesidades y nuestras comodidades”, convertirse en fríos burócratas del espíritu, dedicarse a algún negocio ventajoso, lejos de la sobriedad y libertad interior y descuidando el celibato, en lugar de trabajar junto con los pobres.

El tercer desafío, la superficialidad, se puede vencer con la formación espiritual y teológica, que ha de durar toda la vida, permaneciendo al mismo tiempo abiertos a las inquietudes de nuestra época, para poder comprender la vida y las exigencias de las personas, y así poder acompañarlas. “El viento no quiebra lo que sabe plegarse”, dice un refrán popular allí. Eso nos habla, dijo Francisco, de flexibilidad, docilidad y misericordia: no dejarse quebrantar por los vientos de las divisiones.

En la misma línea, a los obispos congoleños, reunidos en la sede de la Conferencia Episcopal, les pidió servir al pueblo como testigos del amor de Dios, con compasión, cercanía y misericordia, con espíritu profético que no es acción política, sino promoción de la fraternidad. 

Ecumenismo de la paz

La segunda parte del viaje, en Sudán del Sur, se desarrolló bajo el signo de la unidad, teniendo en cuenta las dos confesiones cristianas, la comunión anglicana y la Iglesia de Escocia, presentes en esa tierra. Se trataba de un paso más en el proceso –intensificado en los últimos años, pero obstaculizado por la violencia y el tráfico de armas, que fomentan muchos países llamados civilizados– del diálogo para lograr la paz. 

A los obispos, sacerdotes y consagrados, Francisco les instó a evitar el clericalismo y la tentación de querer resolver los conflictos simplemente a base de alianzas con los poderes humanos. La docilidad a Dios, alimentada en la oración, debe ser la luz y la fuente del ministerio pastoral, entendido y ejercido como servicio al pueblo de Dios. El Papa les puso a Moisés como modelo de esa docilidad y perseverancia en la intercesión por sus gentes (cfr. Encuentro en la catedral de Santa Teresa, Yuba, 4-II-2023).

Francisco valoró sobre todo el momento de oración celebrado el mismo día con los hermanos anglicanos y con los de la Iglesia de Escocia. En un país pequeño, de 11 millones de habitantes, los desplazados alcanzan los 4 millones. No es extraño que el Papa quisiera tener también un encuentro especial con un grupo de desplazados internos, que la Iglesia local acompaña desde hace bastantes años.

Sal y luz

El último acto de la visita a Sudán del Sur, y de todo el viaje, fue la celebración eucarística en Yuba. La homilía del Papa giró en torno a las palabras de Jesús: “Vosotros sois la sal de la tierra […]. Vosotros sois la luz del mundo” (Mt 5, 13.14). La sal da gusto a todo y por ello es símbolo de la sabiduría. Y la sabiduría que nos trae Jesús es la de las Bienaventuranzas. Ellas “afirman que, para ser bienaventurados —es decir, plenamente felices—, no tenemos que buscar ser fuertes, ricos y poderosos; más bien, humildes, mansos, misericordiosos. No hacer daño a nadie, sino ser constructores de paz para todos” (Homilía en el Mausoleo John Garang, Yuba, 5-II-2023).

Además, la sal conserva los alimentos. Y en la Biblia lo que había que conservar sobre todo era la Alianza con Dios. Así enseñaba: “Nunca dejarás que falte a tu oblación la sal de la alianza de tu Dios: sobre todas tus oblaciones deberás ofrecer sal” (Lv 2, 13). Y “por eso el discípulo de Jesús, en cuanto sal de la tierra, es testigo de la alianza que Él ha realizado y que celebramos en cada Misa; una alianza nueva, eterna, inquebrantable (cf. 1 Co 11,25; Hb 9), un amor por nosotros que ni siquiera nuestras infidelidades pueden dañar”.

Si en los pueblos antiguos, la sal era símbolo de amistad, siendo así que es un pequeño ingrediente que desaparece para dar sabor, los cristianos, “aun siendo frágiles y pequeños, aun cuando nuestras fuerzas nos parezcan pocas frente a la magnitud de los problemas y a la furia ciega de la violencia, podemos dar un aporte decisivo para cambiar la historia. En el nombre de Jesús, de sus Bienaventuranzas, depongamos las armas del odio y de la venganza para empuñar la oración y la caridad”.

Jesús usa también la imagen de la luz, llevando a plenitud una antigua profecía acerca de Israel: “Yo te destino a ser la luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los confines de la tierra” (Is 49, 6). Jesús es la verdadera luz (cfr. Jn 1, 5.9, Jn 8, 12). Y nos ha pedido a los cristianos que seamos luz del mundo, como ciudad puesta en alto, como candelero que no ha de apagarse (cfr<. Mt 5, 14-16); pues las obras del mal no deben apagar el aire de nuestro testimonio.

Francisco quiso dejarles finalmente dos palabras: Esperanza, “como un don para compartir”, vinculado a la figura de santa Josefina Bakhita, que con la gracia de Dios transformó en esperanza su sufrimiento. Y paz, bajo el manto de María, Reina de la Paz.

Vaticano

Cardenal Julián Herranz: “No veo diferencias de doctrina entre Benedicto y Francisco, sino armonía”

El cardenal Julián Herranz acaba de terminar un libro con su testimonio personal sobre Benedicto XVI y Francisco, de quienes ha sido colaborador cercano durante ambos pontificados. Llevará un prólogo del Papa Francisco. Su conclusión es que hay diferentes prioridades pastorales entre ambos, pero no diferencias de fondo. Un detalle: sobre el cariño de la gente a Francisco, Benedicto le dijo en una ocasión: “Me alegra y me da paz”.

Alfonso Riobó·6 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

El cardenal Julián Herranz comenzó a trabajar para la Santa Sede en 1960. Ya en un libro anterior había recogido recuerdos de los cuatro Papas precedentes, y ahora lo hace sobre los Papas Benedicto XVI y Francisco.

Julián Herranz fue creado cardenal en 2003, y entre sus principales responsabilidades ha estado la de ser presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos, y miembro de la Comisión Disciplinar de la Curia Romana, o encargos como la investigación de la fuga de documentos conocida como “vatileaks”.

Usted ha terminado de escribir un libro sobre los Papas Francisco y Benedicto. ¿Cómo lo ha planteado?

–En torno al año 2005, cuando murió Juan Pablo II, había reunido en mis notas personales bastantes recuerdos de lo que había vivido con los cuatro Papas anteriores, desde que comencé a trabajar en la Santa Sede en el año 1960. Algunos de esos recuerdos quedaron recogidos en el libro “En las afueras de Jericó”, que publiqué en 2007, y que ha tenido varias ediciones.

Con el argumento de que el testimonio personal vale más que las consideraciones teóricas o hipótesis intelectuales, dos profesionales de los medios y otros amigos me presionaron -a pesar de mi edad- a escribir este otro libro de recuerdos. Acabo de solicitar al Papa Francisco su permiso para publicar una parte de nuestra correspondencia privada e incluso apuntes de audiencias, que he incluido en el libro, como hice con Benedicto XVI.

¿Cómo fue su trato personal con Joseph Ratzinger?

–Trabajé ya con el cardenal Ratzinger cuando él era Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y en otros organismos de la Curia de los que los dos éramos miembros:  los dicasterios para los Obispos y para la Evangelización. Pero, sobre todo, en los ocho años de su pontificado, cuando yo era presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos y de la Comisión disciplinar de la Curia romana.

Cuando cumplí los 80 años y según la norma de la ley cesé en esos cargos, solicitó mi colaboración en diversos problemas y comisiones especiales: la fuga de documentos reservados en la Santa Sede (que se conoce como “Vatileaks 1”), el estudio del fenómeno mariano de Medjugorje, la situación de la Iglesia en la República Popular China, y otros más. Fue siempre una relación de sincera cordialidad y mutuo entendimiento; y de parte mía de profundo respeto y veneración como Papa. Sufrí cuando presentó su renuncia al pontificado, pero admiré ese gesto heroico de humildad y de amor a la Iglesia. Lo he visitado después al menos por Navidades durante los diez años de vida retirada en el monasterio “Mater Ecclesiae”.

¿Cómo calificaría, en pocas palabras, su personalidad y su pontificado?

–Me bastan cuatro: Padre de la Iglesia. ¿Qué hicieron en su época, como doctores y pastores, los Padres de la Iglesia? Dos cosas fundamentales.

En primer lugar, enseñar a buscar, conocer y amar a Cristo. Es lo que ha hecho Benedicto, de modo evidente con su trilogía “Jesús de Nazaret”, mostrando la identificación entre el Cristo de la fe y el Cristo de la historia. Y, en segundo lugar, enseñar a pensar y vivir cristianamente en medio de sociedades paganas o materialistas, resaltando la armonía entre razón y fe, con su riquísima producción científica y sus magistrales discursos en los principales areópagos del mundo (ONU, parlamento de los Estados Unidos, Inglaterra y Alemania, universidades de París, Alemania, España, Italia…). Me parece que la sencillez de su trato en los encuentros personales recogidos en el libro corrobora también en cierto modo lo que acabo de decir. 

Y con Papa Francisco, ¿cómo ha mantenido el trato personal, incluso recientemente, habiendo Usted superado los ochenta años y cesado en sus cargos en la Curia?

–También Francisco, como Benedicto, me ha “usado” a pesar de la edad. Me ha invitado a dirigir o formar parte de algunas comisiones especiales, e incluso de un tribunal de apelación sobre delitos graves de los clérigos. Y me ha solicitado mi parecer personal sobre varias cuestiones. Se divirtió mucho en un consistorio o reunión de cardenales en el que, citando esa norma jurídica de los 80 años, la califiqué bromeando de “eutanasia canónica”.

¿Hay continuidad entre los pontificados del Papa Benedicto y del Papa Francisco?

–En mi opinión -que no prejuzga la de los lectores del libro- hay una continuidad de fondo, aunque algunos la nieguen.

Creo necesario distinguir dos expresiones: “contraponer” e “integrar”. Tanto el alemán Benedicto como el argentino Francisco están influidos por uno de los intelectuales de mayor peso del siglo XX, Romano Guardini, que distingue entre “contraposición” y “polarización”.

Pero pienso que es la acción directa del Espíritu Santo la que está asegurando que haya continuidad en los dos pontificados. Diría que son diversos y a la vez complementarios. Hay diferencia entre los Papas, en su personalidad, en sus raíces culturales, en sus experiencias pastorales; pero esas diferencias -de lenguaje, del modo de relacionarse con los medios, de estilo de vida, etc.- a mi modo de ver no generan oposición, sino armonía. Son manifestación de la misma catolicidad de la Iglesia y de la universalidad del único Evangelio de Cristo. El Evangelio es como un “diamante divino”, y en cada pontificado el Espíritu Santo ilumina una u otra faceta, sin excluir las demás. En el pontificado de Benedicto brilla la fe y la verdad contra la dictadura del relativismo; en el pontificado de Francisco, la práctica del “mandatum novum”, del amor al prójimo, especialmente de los más pobres y necesitados.  

Pero no pocas voces, incluidas las de algunos cardenales, aluden a diferencias sustanciales, de doctrina evangélica, entre los dos pontificados…

–No juzgo ninguna de esas intervenciones y menos la rectitud de intención de estos hermanos míos. Mi opinión es diversa, y -¡no se ría!- no porque así, a mis 92 años, pretenda hacer “carrera”… adulando al Papa. Los tres cardenales que Benedicto XVI escogió para la comisión llamada “Vatileaks” tampoco lo “pretendimos”.

No. Esas diferencias de doctrina evangélica (es decir, del “depositum fidei”) no las veo. Es evidente la diferencia en cuanto al contenido o prioridad pastoral de uno y de otro pontificado. Benedicto puso el acento en la Fe, Francisco en la Caridad; Benedicto en la Verdad, Francisco en el Amor; Benedicto en la dimensión “vertical” del Evangelio, el culto y amor a Dios, Francisco en la dimensión “horizontal”, el servicio y amor al prójimo. Pero es obvio -por encima de cualquier manipulación ideológica o político-financiera- que entre esa diversidad de proyectos o directrices pastorales no hay contradicción u oposición, sino armonía y complementariedad.  

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Aparte de esta valoración de su pontificado, ¿qué relación personal ha tenido con Francisco, ahora que no ocupa cargos en la Curia?

–Aunque el trato era anterior, puedo decir que conocí verdaderamente al cardenal arzobispo de Buenos Aires en las congregaciones generales y otros encuentros que precedieron a los cónclaves de 2005 (elección de Benedicto XVI) y de 2013, en que Jorge Mario Bergoglio pasó a ser Papa Francisco, y a cuyo difícil pre-cónclave dedico un capítulo del libro. Pero también en estos diez años de su pontificado y ejemplar convivencia con Benedicto hemos tenido frecuentes contactos, institucionales o no.

Por “institucionales” entiendo los consistorios y demás reuniones de cardenales con el Papa. ¿Y los “no institucionales”?

–Tanto con Benedicto como con Francisco he procurado seguir dos principios de conducta. Como cardenal tengo el derecho y deber de decir al Papa todo lo que, en conciencia, meditado en la oración, juzgue necesario o de alguna utilidad como ayuda en su difícil ministerio.

Pero es justo que lo haga lealmente (de palabra o por escrito, “a la cara”, como se suele decir) y humildemente (con “opción de papelera”), no pretendiendo tener razón o dar lecciones. De esa forma de proceder hay ejemplos en el libro. Con Francisco, sobre todo ha habido abundante correspondencia privada. Una parte se publicará en el libro, para lo que he solicitado el permiso al Papa.

Francisco me ha demostrado una confianza inmerecida, no solo con pruebas de amistad fraterna sino llamándome a examinar, personalmente o en comisiones, problemas de gobierno (graves delitos sexuales o de corrupción administrativa, reforma de la Curia romana, graves situaciones de crisis en determinadas congregaciones religiosas…).

En el libro, Usted trata de la amistad entre los dos Papas. Algunos han dicho que el Papa emérito no estaba de acuerdo con decisiones de Francisco. ¿Qué pensaba Benedicto de Francisco?

–Después de su renuncia lo he visitado, y lógicamente tratábamos de la vida de la Iglesia. Benedicto hablaba libremente conmigo, no necesitaba medias palabras, y nunca le oí comentarios o juicios negativos sobre el Papa Francisco. ¿Qué pensaba? No pretendo conocer sus pensamientos. Hablando en una de estas visitas sobre el abrazo entre los dos Papas en la apertura del año santo de la Misericordia, me confió que estaba feliz de ver cuánto cariño y simpatía despertaba Francisco entre la gente. Me dijo: “A mí eso me alegra y me da paz”.

Sus recuerdos de trato y trabajo con dos Papas tan diferentes, ¿también manifiestan “desde dentro”, digamos, alguna forma de participación directa en el estudio de problemas significativos?

–Sí. Necesariamente. Por eso, como ya le he dicho, he debido dedicar algunos capítulos al movimiento de Lefebvre, a la comisión llamada “Vatileaks”, al fenómeno mariológico de Medjugorje, a la reforma de la Curia…. y lo mismo al contexto del manifiesto del ex-nuncio Viganó y otros ataques a Francisco. No sé si a él le gustará todo lo que digo… En algún punto pienso que no. Pero él sabe que procuro ser sincero, y me atreví a pedirle un prólogo para el libro.

Vaticano

“¡Que las aguas del Mediterráneo no sean ensangrentadas!”, clama el Papa

El Papa Francisco ha realizado un nuevo llamamiento, durante el rezo del Ángelus del segundo Domingo de Cuaresma, a que “las limpias aguas del Mediterráneo no sean ensangrentadas” y que "los traficantes de seres humanos sean detenidos", tras el naufragio en las costas de Crotone (Italia). También rezó por las víctimas del accidente de trenes en Grecia, y por la “martirizada Ucrania”.

Francisco Otamendi·5 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

“En estos días el pensamiento se ha dirigido muchas veces al accidente ferroviario que sucedió en Grecia. Muchas víctimas. Rezo por los difuntos y estoy cercano a los heridos y familiares. Que la Virgen los consuele”. Así ha comenzado el Papa sus palabras tras la oración mariana del Ángelus y dar la Bendición desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano, en la Plaza de San Pedro.

Enseguida, el Santo Padre expresó su “dolor por la tragedia que ha sucedido en las aguas de Cutro (Italia). Rezo por las numerosas víctimas del naufragio, por los que han sobrevivido y sus familiares. Manifiesto mi aprecio y mi gratitud a la población local, y a la instituciones por la solidaridad y la acogida a estos hermanos nuestros”. 

A continuación, el Romano Pontífice renovó su “llamamiento para que no se repitan semejantes tragedias, que los traficantes de personas sean detenidos, y que no continúen disponiendo de la vida de las personas, de tanta gente, que el viaje de la esperanza no se transforme en el viaje de la muerte, que las aguas del Mediterráneo no sean ensangrentadas por estos dramáticos incidentes. Que el Señor nos dé la fuerza de entender y de llorar”.

Es un mensaje que el Papa Francisco ha lanzado en numerosas ocasiones, por ejemplo  en la isla griega de Lesbos, en su viaje apostólico a Grecia y Chipre, y en tantos lugares.

En ese momento, el Santo Padre se quedó un rato en un silencio de reflexión y oración, y pasó después a saludar a romanos y peregrinos de Italia y numerosos países. En particular, el Santo Padre se dirigió a la comunidad ucraniana de Milán, que ha peregrinado a Roma “con ocasión del IV centenario del martirio del obispo san Josafat, que dio la vida por la unidad de los cristianos”. Agradeció el Papa su “compromiso de acogida”, y pidió que “el Señor, por la intercesión de san Josafat, pueda dar paz al martirizado pueblo de Ucrania”.

El Santo Padre saludó también a peregrinos de Lituania, que celebran a san Casimiro, y a comunidades de Zaragoza y Murcia, y de Burkina Faso, entre otros. 

Con Jesús, “la belleza luminosa del amor”

En esteÁngelus del segundo Domingo de Cuaresma, que proclama el Evangelio de la Transfiguración, el Papa Francisco manifestó que “es estando con Jesús como aprendemos a reconocer, en su rostro, la belleza luminosa del amor que se entrega, incluso cuando lleva las marcas de la cruz”, y a “captar la misma belleza en los rostros” de los demás”.

“Jesús lleva consigo, sobre el monte, a Pedro, Santiago y Juan y se revela ante ellos en toda su belleza de Hijo de Dios (cf. Mt 17,1-9)”, comenzó manifestando el Papa. “Preguntémonos: ¿En qué consiste esta belleza? ¿Qué ven los discípulos? ¿Un efecto especial? No, no es eso. Ven la luz de la santidad de Dios resplandecer en el rostro y en las vestimentas de Jesús, imagen perfecta del Padre”. 

Y comentó a continuación: “Pero Dios es Amor, y, por lo tanto, los discípulos han visto con sus ojos la belleza y el esplendor del Amor divino encarnado en Cristo. Un anticipo del paraíso. ¡Qué sorpresa para los discípulos! ¡Habían tenido bajo sus ojos durante tanto tiempo el rostro del Amor y no se habían dado cuenta de lo hermoso que era! Solo ahora se dan cuenta, con inmensa alegría”.

“La escuela de Jesús”

“Este Evangelio traza también para nosotros un camino: nos enseña lo importante que es estar con Jesús, incluso cuando no es fácil entender todo lo que dice y lo que hace por nosotros”. 

“Es estando con Él, de hecho, como aprendemos a reconocer, en su rostro, la belleza luminosa del amor que se entrega, incluso cuando lleva las marcas de la cruz”, afirmó el Papa Francisco. “Y es en su escuela donde aprendemos a captar la misma belleza en los rostros de las personas que cada día caminan junto a nosotros: los familiares, los amigos, los colegas, quienes en diversos modos cuidan de nosotros. ¡Cuántos rostros luminosos, cuántas sonrisas, cuántas arrugas, cuántas lágrimas y cicatrices hablan de amor en torno a nosotros!” 

“Aprendamos a reconocerlas y a llenarnos el corazón con ellas”, alentó el Papa. “Y después partamos, para llevar también a los demás la luz que hemos recibido, con las obras concretas del amor (cf. 1 Jn 3,18), sumergiéndose con más generosidad en las tareas cotidianas, amando, sirviendo y perdonando con más entusiasmo y disponibilidad”. 

Francisco sugirió efectuar un poco de examen de conciencia, del siguiente modo: “Podemos preguntarnos: ¿Sabemos reconocer la luz del amor de Dios en nuestra vida? ¿La reconocemos con alegría y gratitud en los rostros de las personas que nos quieren? ¿Buscamos en torno a nosotros las señales de esta luz, que nos llena el corazón y lo abre al amor y al servicio? ¿O preferimos los fuegos de paja de los ídolos, que nos alienan y nos cierran en nosotros mismos?” 

“La belleza de Jesús les da fuerza”

“Jesús, en realidad, con esta experiencia los está formando, los está preparando para un paso todavía más importante. De ahí en poco tiempo, de hecho, deberán saber reconocer en Él la misma belleza, cuando suba a la cruz y su rostro se desfigure”, añadió el Papa. 

“A Pedro le cuesta entender”, prosiguió. “Quisiera detener el tiempo, poner la escena en “pausa”, estar allí y alargar esta experiencia maravillosa; pero Jesús no lo permite. Su luz, de hecho, no se puede reducir a un “momento mágico”. Así se convertiría en algo falso, artificial, que se disuelve en la niebla de los sentimientos pasajeros”. 

Para concluir, el Santo Padre señaló que “al contrario, Cristo es la luz que orienta el camino, como la columna de fuego para el pueblo en el desierto (cf. Ex 13,21). La belleza de Jesús no aparta a los discípulos de la realidad de la vida, sino que les da la fuerza para seguirlo hasta Jerusalén, hasta la cruz. Que María, que ha custodiado en el corazón la luz de su Hijo, también en la oscuridad del Calvario, nos acompañe siempre en el camino del amor”.

El autorFrancisco Otamendi

Educación

James Arthur:  «La educación se construye sobre la idea del mercado»

James Arthur es el director del Centro de Educación en Virtudes y Valores de Birmingham, una iniciativa que tiene como objetivo “formar personas para que puedan vivir bien en un mundo en el que merezca la pena vivir”.

Paloma López Campos·5 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En la universidad de Birmingham hay un centro dedicado a la educación en virtudes y valores, se trata del “Jubilee Center” que acaba de abrir una sede en España, en la Universidad Francisco de Vitoria.

El objetivo de este centro es investigar y poner en práctica todos aquellos avances en la formación del carácter que permitan a las personas desarrollarse no solo a nivel profesional, sino también a nivel interior. Todo ello porque sus miembros están convencidos de que “todas las profesiones necesitan adquirir las cualidades morales de integridad, valentía, autocontrol, servicio, generosidad y demás para ser un buen profesional”.

Con el fin de entender mejor la labor de esa institución y su importancia en el ámbito universitario, Omnes ha entrevistado al director del centro en Birmingham, James Arthur quien, además de tener este puesto directivo, forma parte de la “Society for Educational Studies”, fue redactor en el “British Journal of Educational Studies” y es profesor honorífico de las universidades de Glasgow y Oxford.

Vuestra institución comenzó en 2012 y desde entonces no ha parado de crecer, pero ¿cómo nació el Centro de Educación en Virtudes y Valores de Birmingham?

–He estado investigando sobre la educación en virtudes y del carácter durante los últimos 25 años y he trabajado en muchos proyectos de este tipo antes del nacimiento del centro Jubilee de Birmingham. Este se fundó por muchas obras caritativas y con dinero del gobierno para explorar la educación del carácter y su contribución a la ciudadanía. En 2012 la Fundación John Templeton otorgó 30 millones de dólares para establecer un centro en la universidad de Birmingham para investigar y aplicar las distintas perspectivas sobre el carácter y las virtudes

El centro es pionero en la investigación interdisciplinar que se centra en el carácter, las virtudes y los valores, poniendo el interés en el desarrollo humano. Promueve un concepto moral del carácter con el fin de explorar la importancia de la virtud en la vida pública y profesional. El centro es líder en cuanto a las políticas y prácticas en este área y a través de su amplia gama de proyectos contribuye a la renovación de las virtudes del carácter tanto entre los individuos como en la sociedad.

El centro trata de fortalecer las virtudes del carácter a través de:

  • tratar cuestiones críticas sobre el carácter;
  • promover, a través de investigaciones rigurosas, el desarrollo del buen carácter en la educación, los negocios y la sociedad, tanto en Reino Unido como a nivel global;
  • construir y fortalecer virtudes del carácter en los contextos de la familia, la escuela, la comunidad, la universidad, profesiones, organizaciones de voluntarios y el ámbito laboral en general.

¿Cuál es la importancia de que exista un centro así en una sociedad donde los conocimientos prácticos como las ingenierías tienen más importancia que las artes liberales o la formación de la virtud y el carácter?

–En la educación de hoy hay una ansiedad en aumento que pone el énfasis en el éxito del estudiante como el fin de la educación. Nuestro sistema educativo se construye sobre la idea de que el propósito de los seres humanos es la producción y el consumo en el mercado, y la medida del éxito es la de dicho mercado -la rentabilidad o, en el caso de los individuos, la riqueza y el estatus.

Frente a esto, nuestro centro cree que la educación debe centrarse en formar personas para que puedan vivir bien en un mundo en el que merezca la pena vivir. Las ciencias técnicas son importantes, pero el desarrollo personal de cada uno lo es más.

¿En qué consiste la actividad de esta institución?

–El centro tiene la autoría de más de 250 artículos y libros sobre investigación de las virtudes del carácter y ha producido 56 informes junto a otros documentos y marcos de trabajo. A todo ello se puede acceder gratuitamente desde nuestra web.

El centro fue elegido de entre más de 1200 candidatos para los premios QS World University Rankings, considerados como los “Oscars de la educación”. El jurado internacional, procedente de más de 77 países, y el gran jurado, eligieron el trabajo del Centro Jubilee sobre el entorno de trabajo para las escuelas por su pedagogía innovadora y efectiva, y por lograr un impacto notable y escalable a nivel global.

Este reconocimiento viene después de elogios internacionales hacia el Centro, entre los que se incluye el Ferdinande Boxberger Prize de Alemania en 2019, y el Expanded Reason Award de la Fundación Joseph Ratzinger-Benedict XVI en 2020. El “Framework”, cuya tercera edición acabamos de publicar, ha sido también la base para donaciones de millones de libras por parte de la Fundación John Templeton, la Fundación Templeton World Charity y la Fundación Kern Family.

Acaban de abrir una sede en la Universidad Francisco de Vitoria, ¿cómo se puede promover entre los universitarios la educación del carácter?

–En lo que respecta al valor de la educación superior, el aumento del potencial económico es solo una medida parcial. El valor de la educación universitaria se calcula a través de la vida de los graduados- su desarrollo personal y su contribución al bienestar social. Se calcula no solo a través de lo que los alumnos hacen, sino también a través de aquello en lo que se convierten.

Recientemente, muchas universidades han expresado su compromiso por una educación superior holística, que esté metida en lo social. Conceptos como el potencial pleno, el desarrollo o el bienestar se aplican tanto a los estudiantes como a las comunidades universitarias, y se encuentran tanto en las políticas como en los objetivos de las universidades. Todo ello, dada la afirmación de que “las universidades conforman las vidas” y el hecho de que muchas universidades mencionan cualidades personales que quieren que sus alumnos desarrollen y tengan interiorizadas cuando se graduen.

Habláis de las virtudes en profesiones como la enfermería, el derecho, la educación o el ejército, ¿por qué os habéis centrado en estos ámbitos concretos? ¿Qué impacto tiene la formación en virtudes y valores en esas áreas?

–Nos fijamos en muchas profesiones y no solo en las que hemos estudiado hasta ahora. Hemos observado también a los trabajadores sociales y a los policías.

La gran mayoría de profesiones, vocaciones y ocupaciones en las sociedades civiles y civilizadas tienen códigos de conducta más o menos formales, o códigos deontológicos diseñados para asegurar una práctica buena y justa, y para proteger a los clientes de lo contrario.

Sin embargo, esos códigos no son suficientes para garantizar la conformidad con ellos de cada trabajador. Desde este punto de vista, muchos errores profesionales o escándalos en contextos de interés público, como la política, el derecho, la medicina, el trabajo social, la educación o los negocios, podrían atribuirse a la debilidad personal, a la falta de resolución, la avaricia o simplemente la locura de los profesionales: en resumen, en fallos en el carácter moral de la persona. Reconocemos que todas las profesiones necesitan adquirir las cualidades morales de integridad, valentía, autocontrol, servicio, generosidad y demás para ser un buen profesional. Esto es universal.

Vocaciones

Pedro de Andrés: «Sin el testimonio de fe de mi comunidad no habría aparecido en mí la pregunta por la vocación»

Este diácono perteneciente al Camino Neocatecumenal que se ordenará sacerdote el próximo 6 de mayo comparte con Omnes su proceso vocacional, la importancia de la oración o el apoyo de su comunidad. 

Maria José Atienza·5 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Pedro de Andrés Leo, es diácono de la diócesis de Madrid. Aunque madrileño de nacimiento, Pedro ha vivido casi toda su vida en Guadalajara. Es el cuarto de una familia cristiana ligada al camino Neocatecumenal. En la parroquia de San Nicolás de Guadalajara caminó en la primera comunidad y ya en Madrid, prosiguió su camino en la parroquia de San Sebastián, de la calle Atocha, en la sexta comunidad.

Pedro ultima su formación en el Seminario Diocesano Misionero Redemptoris Mater – Nuestra Señora de la Almudena antes de su ordenación como presbítero el próximo 6 de mayo y ha hablado con Omnes sobre su proceso vocacional, la importancia de la oración o el apoyo de su comunidad.

¿Cómo fuiste descubriendo la llamada de Dios al sacerdocio?

–En mí la inquietud por la llamada surgió de manera paulatina. Con 14 años, al entrar en mi propia comunidad, fue cuando por primera vez me planteé seriamente ser sacerdote, como una alegre respuesta al amor incondicional de Cristo por mí, que se me había anunciado. Sin embargo, este primer impulso no tomó forma concreta por mi negativa a entrar al Seminario Menor a causa de mi timidez.

Fueron pasando los años y en mí apareció con fuerza una pregunta hacia Dios: “Señor, ¿cuál es mi vocación? ¿Qué quieres que sea?”. Para mí esta cuestión era fundamental, y apareció en mí gracias a mi comunidad, donde celebrábamos la Palabra cada semana, la Eucaristía en pequeña comunidad y teníamos una convivencia al mes. Tengo que decir que, sin el testimonio de fe de mis hermanos de comunidad, especialmente de las familias jóvenes y del presbítero, no habría aparecido en mí la pregunta por la vocación.

Terminé el instituto y, como no sabía dar respuesta a este interrogante, decidí entrar en la universidad. Ese verano, el del año 2012, fui con mi parroquia y otra de Madrid a una peregrinación a Lourdes, donde puse a los pies de la Virgen el tema de la vocación, porque yo no sabía qué hacer.

Tras un año de mucha trascendencia en la comunidad en el que el Señor me regaló, a través de la obediencia a Dios por medio de mis catequistas, reconciliarme con mi historia y querer ser cristiano, ser santo, fui a la peregrinación de la JMJ de Río de Janeiro, en Brasil. Allí, tras hablar por primera vez de mis inquietudes vocacionales con un presbítero, el Señor me llamó en una Eucaristía: «Yo soy la Luz del mundo, el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida». Estas palabras de Cristo (Jn 8, 12) fueron para mí la verdadera vocación: ¡Dios me llamaba! Ya no era yo quien buscaba saber cuál era su voluntad sobre mí, era Él mismo quien hablaba y me llamaba. Lleno de alegría y nervios, me levanté para ir al seminario en el encuentro vocacional con los iniciadores del Camino, Kiko y Carmen, en Río de Janeiro el día 29 de julio de 2013, memoria de santa Marta.

Después de un año de discernimiento vocacional en compañía de varios presbíteros y otros chicos que se habían levantado, fui a una convivencia para nuevos seminaristas con Kiko y Carmen en Porto San Giorgio (Italia), donde fui enviado al Seminario Redemptoris Mater de Madrid, al que entré el 29 de septiembre de 2014 y en donde estoy siendo formado.

El carisma del Camino es el del Kerigma, el primer anuncio, con una fuerte llamada a la misión, ¿cómo se vive esa vocación misionera ya en el tiempo de preparación al sacerdocio?

–Nosotros vivimos esta vocación con muchísima alegría y agradecimiento al Señor, pues sabemos que no nos hemos merecido nada y que todo es un don suyo. Espontáneamente nace en nosotros la disponibilidad para la misión gracias a que, en el tiempo de formación y como parte fundamental de la misma, hacemos el Camino en una comunidad como un hermano más, participando en las celebraciones de la Palabra, la Eucaristía y la Convivencia (lo que en el Camino llamamos trípode) con familias, solteros, jóvenes, mayores, presbíteros… Somos un cristiano más que sigue a Cristo en la Iglesia. De esta relación con Cristo, que nos ama siendo pecadores, nace el celo por la evangelización, por la misión ad gentes.

Además, durante dos años, somos enviados a la misión itinerante como parte fundamental de la formación. Allí, como miembros de un equipo de catequistas o acompañando a un presbítero en la evangelización, tenemos la gracia de participar de forma activa en el anuncio del Evangelio, de forma que nuestra vocación misionera queda afianzada y confirmada por el Señor.

Una pregunta sencilla… ¿Eres plenamente feliz?

–Hoy puedo decir que sí, soy feliz. La fuente de esta alegría y dicha no está en los bienes, ni siquiera en las seguridades humanas. A mí me viene la felicidad de la intimidad con Cristo. Él es quien me ha llamado, el garante de mi vida. Evidentemente, todo esto lo vivo en precariedad, como todo en la vida cristiana.

«Llevamos este tesoro en vasijas de barro», dice san Pablo. Por eso cada día la oración es parte fundamental de mi vida, a través de la liturgia de las horas, la lectura orante de la Sagrada Escritura, la lectura espiritual, la oración contemplativa…

En esa precariedad hay veces que surgen miedos al futuro, pero es con Cristo como puedo salir de mi tierra y mi parentela, como Abraham, a la tierra que Él me muestre, donde ya me está esperando y en la que Él me va a unir a su cruz, que es la fuente de la evangelización.

Estados Unidos

Miles de personas despiden al obispo auxiliar de los Angeles

Más de cinco mil personas asistieron este viernes, en la catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles, a la misa exequial del obispo auxiliar David O’Connell, quien fuera asesinado el pasado 18 de febrero en su residencia en un suburbio de Los Ángeles, California.

Gonzalo Meza·4 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La ceremonia fue presidida por Mons. José Gómez, arzobispo de Los Ángeles quien estuvo acompañado por los Cardenales Roger Mahony, de Los Ángeles; Blase Cupich, Arzobispo de Chicago y Robert McElroy, Obispo de San Diego, California, así como 34 obispos y 50 sacerdotes. Esta Misa fue la conclusión de los ritos fúnebres que iniciaron el miércoles 1 de marzo en la iglesia de San Juan María Vianney, ubicada en la región pastoral San Gabriel, donde el Obispo O’Connell ejercía como vicario episcopal.

«Encarnó la imagen de Jesús, el Buen Pastor»

Mons. David O’Connell fue uno de los obispos más queridos de la arquidiócesis de Los Ángeles, prueba de ello fueron los miles de personas y feligreses que asistieron a los ritos fúnebres a lo largo de 3 días, entre ellos autoridades civiles, líderes de diversas denominaciones cristianas y representantes de diversas religiones. Y es que el obispo O’Connell encarnó la imagen de Jesús, el Buen Pastor, tal como lo señaló el Cardenal Mahony durante la homilía de la Misa de la vigilia, el jueves por la noche.

“El obispo David entendió la primacía del bautismo y la misión que este exige para todo el pueblo de Dios. Es por ello por lo que el Obispo David llamaba, empoderaba y enviaba en misión a las personas o grupos con los que trabajaba. O’Connell no salía de una reunión sin asignar o recordarle a alguien su misión”. Su carisma y sabiduría provenían del Espíritu Santo, dijo el cardenal.

“La misión que ahora tenemos es que vayamos a ese lugar especial en nuestros corazones, como David nos enseñó, [para escuchar] la voz del Espíritu Santo. Ven Señor Jesús. Ven Espíritu Santo”, concluyó entre lágrimas Mahony.

«Nunca pidió nada a cambio”

Durante el elogio fúnebre de la misa exequial del viernes uno de los sobrinos del obispo asesinado, quien vino desde Irlanda a la ceremonia, señaló: “El tío Dave fue una inspiración. Nos enseñó que si tienes la capacidad de ayudar a alguien, debes hacerlo. Todo lo que quería, era hacer las cosas más sencillas para los demás. Y nunca pidió nada a cambio”.

Uno de los aspectos menos conocidos es que el obispo quería ser comediante, y alguna vez lo intentó, “pero afortunadamente tenía otro trabajo, en donde al parecer le estaba yendo mejor”, señaló el sobrino del obispo, también llamado David O’Connell.

Los momentos de tristeza y esperanza también se hicieron visibles en Mons. José Gómez, quien en varios momentos de las ceremonias se le entrecortaba la voz, especialmente al narrar las anécdotas con O’Connell a quien consideraba un gran amigo.

Un ministerio marcado por la preocupación por los pobres

El dolor dio paso al consuelo, cuando Gómez leyó el telegrama enviado a nombre del Papa Francisco y firmado por el Cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin: “Profundamente entristecido al enterarse de la prematura y trágica muerte del obispo auxiliar David O’Connell, su Santidad envía sus más sentidas condolencias y asegura su cercanía espiritual a los familiares, feligreses, religiosos y clero de la Arquidiócesis. El ministerio sacerdotal y episcopal del obispo en la Iglesia de Los Ángeles estuvieron marcados por su profunda preocupación por los pobres, los inmigrantes y los necesitados. También destacaron sus esfuerzos por defender la santidad y la dignidad de la vida y su celo por promover la solidaridad, la cooperación y la paz en la comunidad local. Su Santidad ora para que todos los que honren su memoria rechacen los caminos de la violencia y venzan al mal con el bien”.

Aunque las causas del homicidio están siendo investigadas, las autoridades locales señalaron que el crimen fue un homicidio perpetrado por el esposo de la trabajadora doméstica del obispo.

Al final de la misa exequial, el cuerpo de Mons. O’Connell fue enterrado en el mausoleo de la catedral de Los Ángeles.

El obispo David O’Connell nació en el condado de Cork, Irlanda, en 1953. Recibió la ordenación sacerdotal incardinándose en la Arquidiócesis de Los Ángeles, California en 1979.

El Papa Francisco lo nombró obispo auxiliar en el 2015 y fue asignado como vicario episcopal de la región de San Gabriel, una de las cinco regiones de la Arquidiócesis de Los Ángeles.

Cultura

Las fuentes de los informadores religiosos

El papel del vaticanista en el panorama mediático actual, sus retos y dificultades, son el objeto de estudio de la X edición del Curso de Especialización en Información Religiosa organizado por la Asociación ISCOM en colaboración con la Facultad de Comunicación de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz y la Asociación Internacional de Periodistas Acreditados ante el Vaticano (AIGAV).

Antonino Piccione·4 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El sector de la información religiosa es uno de los más complejos en el panorama del periodismo, debido a la necesidad de competencias muy específicas y a la necesidad de difundir noticias a un público no especializado, sin trivializarlas ni distorsionarlas. No es infrecuente el desinterés de las fuentes oficiales por colaborar a tiempo y de forma exhaustiva con los periodistas. Hasta el punto de que el silencio se convierte en norma de trabajo.

Estos son algunos de los puntos que han surgido en la mesa redonda que ha presentado la X edición del Curso de Especialización en Información Religiosa, una iniciativa promovida por la Asociación ISCOM en colaboración con la Facultad de Comunicación de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz y la Asociación Internacional de Periodistas Acreditados ante el Vaticano (AIGAV).

Fuentes oficiales y oficiosas

«La primera fuente sigue siendo el propio Papa. Sus discursos, alocuciones, homilías, entrevistas». Así se expresa Manuela Tulli, periodista de ANSA, para cuya agencia cubre el Vaticano y la información religiosa. Entre sus publicaciones ‘Francesco, un nome un destino’ (Laruffa) sobre la vida de San Francisco de Paula, ‘Eroi nella fede’ (Acs) sobre la situación de los cristianos en Egipto. Ganador en 2017 del premio de periodismo dedicado a Giuseppe De Carli sobre información religiosa. Recientemente ha participado en el proyecto editorial ‘Quaderni del Vaticano’ en preparación del Jubileo 2025 con un ensayo breve sobre ‘El sentido de la vida’.

Entre las fuentes oficiales, continúa Tulli, «la sala de prensa vaticana, el Boletín, los comunicados, los medios de comunicación vaticanos (Vatican News, Osservatore Romano, Radio Vaticano). Y luego las cuentas oficiales en las redes sociales: Pontifex, TerzaLoggia, las de los cardenales, obispos y dicasterios».

Para la información nacional o local, Tulli menciona la oficina de comunicación social de la CEI, la agencia Sir, Avvenire, Tv2000, los sitios web y las publicaciones de las diócesis.

Interesante es la referencia a la cobertura de la actividad judicial, «útil no sólo para conocer los hechos de tal o cual juicio, sino también los mecanismos de las decisiones y las prácticas seguidas». Más allá de los casos en sí, uno se da cuenta, a través de las audiencias en el tribunal vaticano, de retazos de la vida dentro de los muros leoninos que de otro modo permanecerían desconocidos. Como ejemplo, Tulli recuerda el proceso por presuntos abusos en el Preseminario.

En referencia a las fuentes no oficiales, el periodista de ANSA subraya cómo «la información vaticana tiene que construirse pacientemente a lo largo del tiempo. Es el resultado de relaciones que no siempre son fáciles de construir. Es necesario tener un amplio espectro de fuentes para evitar ser instrumentalizado». Están los funcionarios de los dicasterios de la Curia pero, concluye Tulli, también las embajadas ante la Santa Sede, las universidades pontificias, los expertos en la materia: «Todo puede contribuir a la construcción de un cuadro como tantas pequeñas piezas de un mosaico».

Competencia y compañerismo

Un cuadro enriquecido por las intervenciones de Francesco Antonio Grana y Loup Besmond de Senneville. El primero, vaticanista de il fattoquotidiano.it y secretario del Premio Cardenal Michele Giordano, observa «que incluso la más alta de las fuentes -el pontífice- puede mentir y manipular al periodista».

Entre las publicaciones de Grana sobre la vida de la Iglesia, ha editado el libro del Papa Francisco Una encíclica sobre la paz en Ucrania (Terra Santa Edizioni).

De Bergoglio, de quien es amigo personal, ensalza «el gran sentido periodístico y la gran capacidad para gobernar la comunicación de crisis (pederastia, caso Orlandi, etc.)».

A pesar de la sana e inevitable competencia entre vaticanistas, Grana identifica la profesionalidad, el oficio y la delicadeza de algunos de sus colegas como el valor añadido de la información religiosa objetiva, porque en última instancia, dice, «es la propia firma la que da veracidad a los hechos».

«No existe una estrategia de comunicación verdaderamente organizada»

«La dificultad de las fuentes de información religiosa, la necesidad de un alto grado de competencia, la incomunicación de los actores, su escasa profesionalidad, la elección del silencio, con la convicción de que lo bueno no hace ruido». Éstas son, en opinión de Loup Besmond de Senneville, corresponsal en el Vaticano del diario francés «La Croix» y presidente de la AIGAV, las críticas más evidentes de un sistema en el que «no existe una estrategia de comunicación verdaderamente organizada, con la falta de dos elementos esenciales que existen en todas las demás instituciones políticas: el off y el on».

Esto obliga a los profesionales de la información religiosa «a tener sus propias fuentes», señala Besmond de Senneville, «para aportar nueva información y ayudar a comprender la realidad: por qué el Papa ha dicho una palabra o no; por qué ha actuado de una determinada manera o no».

En cuanto a la información religiosa, dice, las universidades son también excelentes recursos, a menudo olvidados, que albergan a muchos expertos. «Pienso en Sant’Anselmo para la liturgia, en Pisai para la islamología, en la Gregoriana y en la Santa Cruz para el derecho canónico. En Roma, los diplomáticos también constituyen una red importante».

La dificultad estriba en disponer de fuentes que hablen y acepten ser citadas. Personalmente», concluye Besmond de Senneville, «esto plantea bastantes problemas a nuestros lectores, que no comprenden las dificultades. Muchos están convencidos de que una fuente anónima es una fuente inventada.

El autorAntonino Piccione

Vaticano

Massimiliano Padula: «Francisco tiene la mirada puesta en los problemas de hoy»

Massimiliano Padula, sociólogo de los procesos culturales y comunicativos del Instituto Pastoral de la Pontificia Universidad Lateranense, explica en esta entrevista las claves del pensamiento sociológico del Papa Francisco.

Giovanni Tridente·4 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

«Lograr una visión de conjunto que abarque la existencia cristiana en su complejidad». Así explica Romano Guardini el significado de «Libertad, gracia, destino», uno de sus estudios más significativos. Y no es casualidad que Jorge Mario Bergoglio inspire gran parte de su magisterio en el pensador y teólogo italiano, hoy Siervo de Dios, hasta el punto de «atribuirle» el enfoque interpretativo de su primera Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, carta magna de todo su pontificado.

En el documento, el Papa Francisco cita al propio Guardini cuando se pregunta cómo evaluar los procesos que construyen un pueblo: «El único modelo para evaluar con éxito una época es preguntarse en qué medida la plenitud de la existencia humana se desarrolla en ella y alcanza una auténtica razón de ser, de acuerdo con el carácter particular y las posibilidades de la misma época» (EG, 222).

Estas premisas abren el camino a una interpretación clara y comprensible de lo que es la sociedad para el Papa Francisco. Nos lo explica Massimiliano Padula, sociólogo de los procesos culturales y comunicativos del Instituto Pastoral de la Pontificia Universidad Lateranense, entrevistado con motivo del décimo aniversario del pontificado del Papa argentino.

En su opinión, ¿es posible esbozar una especie de «sociología del Papa Francisco» en estos diez años?

–Respondo citando a Romano Guardini y su estudio «El fin de la Edad Moderna» que, en cierto modo, anticipó el debate actual sobre la posmodernidad y la secularización. Aunque no era sociólogo, Guardini esbozó categorías sociohistóricas que desde hace tiempo ocupan el centro de las investigaciones de los sociólogos generales y, en particular, de los de la religión. El Papa Francisco sigue esta línea, guiado (como Guardini) por la luz de la fe. Pero hace más: dirige su mirada a los problemas de hoy, encarnados en la vida colectiva y en las vidas individuales.

¿Puede darnos un ejemplo?

–Basta leer Laudato si’ para comprender hasta qué punto Bergoglio utiliza una «mirada sociológica» para analizar la sociedad (la llama «familia humana»). En la Encíclica destaca el medio ambiente como un hecho social generador de cambios, a menudo poco alentadores para el desarrollo humano integral.

También consigue captar algunas de las instancias más urgentes de nuestro tiempo: entre ellas, la aceleración, que indica con la palabra española «rapidación». Y que remite al estudio de los sociólogos alemanes Hartmut Rosa y William E. Scheuerman titulado «La sociedad de la alta velocidad», una configuración de la sociedad que, por un lado mejora nuestra calidad de vida, y por otro crea nuevas formas de marginación y exclusión.

De hecho, la marginación y la exclusión están en el centro de la reflexión del Pontífice argentino…

–Desde luego. Son dos categorías interpretativas de una existencia cada vez más estratificada, compleja y desigual. Los marginados y excluidos son los pobres, los inmigrantes, los ancianos y los enfermos. Pero no sólo. La marginación y la exclusión afectan a todos los individuos, a todos los grupos sociales, a todas las microorganizaciones y macroorganizaciones. Es la del corazón, o más bien la indiferencia, la que constituye un comportamiento antisocial y perturbador.

Francisco intercepta sus diversas manifestaciones cuando, por ejemplo, habla de una «cultura del descarte». Pero no se limita a un simple diagnóstico: nos ayuda a comprender cómo colmar las lagunas, a actuar y comportarnos con vistas a un bien que sea verdaderamente común.

Los viajes apostólicos a zonas fronterizas y países azotados por la guerra y la miseria, los llamamientos a la paz, el paso de una lógica espacial a otra procesual, el diálogo ecuménico, la propuesta de un pacto educativo global, son algunos de los signos de su terapia social.

Podríamos decir -parafraseando las características de la ciencia sociológica- que el magisterio bergogliano abarca una función descriptiva (proporcionar las claves para acceder al mundo) y otra prescriptiva (compartir objetivos y códigos de conducta).

En su opinión, ¿cómo puede relacionarse la sociología con el catolicismo en el futuro?

–Creo que su relación tendrá que jugarse cada vez más en términos de reciprocidad. La sociología sólo podrá ayudar a la religión si ésta es capaz de replantearse a sí misma a la luz de la sociedad y sus cambios.

Esto no significa abandonarse a un relativismo estéril, sino comprender que la realidad social es «ontológicamente» provisional y debe leerse y vivirse como tal. Cuando Francisco insiste en abandonar la lógica del «siempre se ha hecho así» (lo llama «indietrismo»), demuestra que entiende bien los procesos de morfogenética social.

Entre ellas, dos me parecen especialmente prospectivas para la reflexión e investigación socio-religiosa del presente y del futuro. El primero es el desplazamiento del centro de gravedad del cristianismo, de una Europa «enferma de fatiga» a un sur del mundo que, a pesar de sus muchos problemas, demuestra una espiritualidad fecunda. El otro es el proceso de personalización de la fe que, al tiempo que la aleja de la tradición, ofrece nuevas oportunidades de evangelización y de pastoral vital y creativa.

Cine

«El Cielo no puede esperar» y más recomendaciones

Te recomendamos novedades, clásicos, o contenido que aún no has visto en el cine o en tus plataformas favoritas.

Patricio Sánchez-Jáuregui·3 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

LOCKWOOD & CO.

Creador: Joe Cornish

Actores: Ruby Stokes, Cameron Chapman, Ali Hadji-Heshmati

Netflix

Lucy Carlyle es una chica de pueblo en la gran ciudad. Pero en este mundo, nada es lo que debería. Los fantasmas pueblan la tierra y solo algunos jóvenes reúnen cualidades para darle caza. Lucy es una de ellas. Una chica con habilidades psíquicas que se une a dos chicos adolescentes de la agencia de cazafantasmas Lockwood & Co. para luchar contra los espíritus mortales que asolan Londres, haciendo todo lo posible para salvar el día sin la supervisión de un adulto.

Lockwood & Co. es una agradable sorpresa en el catálogo de Netflix. Una serie de televisión de suspense, aventuras y detectives, para todos los públicos y desarrollada por Joe Cornish (“Tintin”, “Attack the Block”). Está basada en la serie de libros del mismo nombre del multipremiado Jonathan Stroud (“The Screaming Staircase” y «The Whispering Skull».). Consta de ocho episodios y se estrenó el 27 de enero de 2023.

EL CIELO NO PUEDE ESPERAR

El beato Carlo Acutis (CNS photo/courtesy Sainthood Cause of Carlo Acutis)

Director: José María Zavala

Guión: José María Zavala

Música: Luis Mas

EN CINE

Documental sobre la celebrada vida de Carlo Acutis, un beato joven que murió en 2006 y cuyo carisma y fama sigue levantando pasión y devoción. Con solo 15 años, su vida se ha convertido en una fuerza imparable que no conoce de fronteras. Gracias a José María Zavala (“Amanece en Calcuta”, “El Misterio del Padre Pío”) nos llega esta obra con una decena de testimonios de personas de todas las edades y nacionalidades que se han visto tocadas por la gracia de Dios gracias a la intercesión de Carlo Acutis. Esto se hila con momentos importantes en la vida del joven beato, intercalando género documental con ficción para intentar mostrar con mayor vividez toda la vida e impacto del venerado.

El autorPatricio Sánchez-Jáuregui

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Evangelio

La última oración de Jesús en Getsemaní

Ninguna Pascua es igual a otra. Objetiva y subjetivamente hablando. Cada vuelta del tornillo es similar a la anterior pero no igual, porque ahora el tornillo está más metido que antes.

Gustavo Milano·3 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Ya estamos en Cuaresma. Así como, a lo largo del año, hay tiempos de higos, mandarinas o fresas, también hay tiempos para cosechar más gracia en el campo de Dios que es el mundo. En estos cuarenta valiosos días, en la zona mediterránea –donde Jesús nació, vivió y murió– y en otras partes del orbe, veremos florecer las plantas más valientes, aquellas que fueron capaces de superar un invierno más. Esto nos puede servir de recordatorio para preparar el evento central del año cristiano: la Pascua de la Resurrección del Señor.

¿Otra vez?, ¿todos los años la misma historia? No, ninguna Pascua es igual a otra. Objetiva y subjetivamente hablando. Cada vuelta del tornillo es similar a la anterior pero no igual, porque ahora el tornillo está más metido que antes. Por eso merece la pena repasar los principales eventos de la vida de Jesucristo con una pequeña serie de artículos que te ayudarán a aprender o a recordar el significado especialísimo que tuvo aquella primera (y sangrienta) Pascua en Jerusalén.

El Huerto de los Olivos

Nos situamos en el Huerto de los Olivos, también llamado Getsemaní, donde el alma de Cristo comenzó a estar turbada. Las palabras que usa (“Mi alma está triste hasta la muerte”: Mt 26, 38) provienen del Salmo 43, 5, lo que ya empieza a ofrecer una clave interpretativa de todo lo que se seguirá hasta el día siguiente: los libros de la Biblia judía ya profetizaban el sufrimiento del Señor.

Este huerto se ubica en las afueras de Jerusalén, separado por el valle del torrente Cedrón. El Getsemaní, o literalmente “prensa de aceite” en hebreo, es uno de los sitios más venerados de la cristiandad. Como aclara el Papa Benedicto XVI en su libro “Jesús de Nazaret”, los árboles actuales de ahí no remontan al tiempo de Cristo, pues el emperador romano Tito, en el año 70 d.C., hizo talar todos los árboles de los entornos de Jerusalén, incluidos los del Monte de los Olivos. Para allá fueron Pedro, Juan y Santiago, los más especiales de entre los apóstoles, junto a Jesús. 

Desde allí se puede ver perfectamente y de cerca el precioso Templo y la zona más alta y antigua de la ciudad. El Señor solía reunirse allí con sus discípulos –Judas Iscariote incluido– para rezar con más tranquilidad y con una buena vista. El jueves santo fue la última vez que lo hizo, y era de noche. 

Apartándose de los tres, Cristo se postró en el suelo, modo insólito de orar para un judío, acostumbrado a elevar su alma a Dios estando de pie y a lo mejor con los brazos abiertos, en actitud de prontitud y receptividad. El grupo había acabado de cenar hacía poco tiempo, y todo el contexto de la celebración de la pascua judía, sumado al habitual ritmo intenso de predicación junto al Maestro, les trajo un sueño irresistible. Aparte de esos motivos naturales –a los cuales, por cierto, también Jesús estaba sometido– se añaden los sobrenaturales: el trío no compartía las preocupaciones del Señor, no habían comprendido correctamente los tres anuncios de la Pasión que les habían sido hechos, no vibraban al unísono con las ansias redentoras de Jesús.

Tiempo después, cuando trataron de poner todo esto por escrito (Juan directamente mediante su evangelio, y Pedro a través del evangelista Marcos), podrían acordarse de los cariñosos reproches que les hizo Cristo aquel día; en cambio Marcos tuvo que reconstruir, con base en el Padrenuestro y en otras enseñanzas de Jesús, lo que Él hubiera dicho al Padre en su oración íntima a distancia mientras los tres elegidos entre los elegidos dormían descontroladamente. Mateo y Lucas beberían de la fuente de Marcos para escribir sus evangelios. Únicamente Lucas nos dirá además que el Señor llegó a sudar sangre durante esa afligida oración, y que bajó un ángel del cielo para consolarle. Quizás se enteró de eso porque se lo dijo Santiago.

La traición

Tras alinear toda su interioridad humana con la voluntad divina, Jesús distingue a lo lejos unas antorchas y unos crecientes ruidos metálicos y de numerosos pasos acercándose. Ya sabe quiénes son: Judas con un grupo de judíos. Aún así, no deja de llamar “amigo” a su ex-apóstol, pues su omnisciencia no le impide dar a Judas una última oportunidad de arrepentirse. En vano: es la hora de las tinieblas. Entonces su valentía es tanta que la sencilla frase “Yo soy” hace que Judas y su grupo caigan en tierra. Cualquier judío del siglo I d.C. que escuchara la expresión “Yo soy” se acordaba en seguida de las palabras de Dios a Moisés cuando éste le preguntó su nombre: “Yo soy el que soy”, respondió Dios, frente a lo cual el mismo patriarca nada pudo contestar.

El experiente y precavido Pedro se había traído una espada y reaccionó de forma violenta: cortó la oreja a uno del otro bando. En su desordenado afán de proteger a su amado Dios y Señor, antes ya había intentado de palabra disuadirle de afrontar la muerte, y por eso fue duramente reprendido; ahora, en cambio, va más lejos e intenta impedir ese desenlace con violencia, y nuevamente es corregido. Un último milagro de curación física, la restitución de la oreja derecha del pobre Malco, confirma que incluso en situaciones extremas, Jesús no deja de ser misericordioso y compasivo con todos.

En el libro “La agonía de Cristo», santo Tomás Moro resalta el hecho de que, aunque Judas haya entregado a Jesús para que sea muerto, la muerte de Judas mismo precedió a la de Jesús. De hecho san Mateo nos cuenta que Judas, “después de arrojar las monedas de plata en el Templo, fue y se ahorcó” (Mt 27, 5). ¡Pobre hombre! Buscando la muerte de aquel que le había dado la vida terrena y la vida eterna, acabó suicidándose como un condenado. ¡Si hasta el último instante todo se hubiera podido resolver con un sencillo y sincero acto de contrición! 

Pero Judas no fue el único apóstol traidor. Todos los demás, con excepción del adolescente Juan, huyeron como si nunca hubieran conocido a Jesús ni prometido padecer el martirio por su causa. Efectivamente, aún no le conocían del todo, por eso huyeron. Nosotros con mucha probabilidad habríamos hecho lo mismo. Afrontar la muerte por Cristo es una gracia, y solo la recibimos si Dios nos la quiere dar. Sin embargo, aquel era el momento en que el Señor iba a ser abandonado. La turba atrapó a Jesús y, como a un malhechor, se lo llevaron. Querían librar a Israel de quien les parecía un falso profeta o un falso Mesías. Creían estar salvando Israel. E, indirectamente, de hecho lo estaban haciendo, pero a pesar de sí mismos. El plan de Dios se cumple.

El autorGustavo Milano

Recursos

Riquezas del Misal romano: los domingos de Cuaresma (II)

Seguimos profundizando en el Misal romano para adentrarnos en la riqueza de la Cuaresma. Esta vez se fija la mirada en el pasaje de la Transfiguración.

Carlos Guillén·3 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La oración Colecta del segundo domingo de Cuaresma es un texto de nueva composición. No se inspira en la tradición romana sino en fuentes litúrgicas de otras tradiciones occidentales, como la española antigua y la francesa; pero sobre todo se inspira en el Evangelio que desde hace siglos va unido a este día: la Transfiguración del Señor (Mt 17,1-9 y paralelos). Hay que reconocer que, en general, no es común que haya esta relación tan estrecha entre oraciones y lecturas en la Misa dominical. 

Oh, Dios, que nos has mandado escuchar a tu Hijo amado,alimenta nuestro espíritu con tu palabra;para que, con mirada limpia,contemplemos gozosos la gloria de tu rostro.Deus, qui nobis diléctum Fílium tuum audíre praecepísti,verbo tuo intérius nos páscere dignéris,ut, spiritáli purificáto intúitu,glóriae tuae laetémur aspéctu.

La necesidad de hacer un alto en el camino

A primera vista podría parecer que esta oración no está en sintonía con la idea que generalmente tenemos de la Cuaresma, más ligada a la temática de la conversión y la penitencia. Pero lo que quiere la Iglesia es fortalecer nuestra fe para que vivamos la Cuaresma correctamente, de la misma manera que hizo Jesús con sus apóstoles en aquella última subida a Jerusalén antes de su Pasión. Esta colecta nos ayuda a rezar el misterio de la Transfiguración. 

Sigue una estructura muy clásica. Primero, una sencilla invocación a Dios Padre. Luego, la anámnesis, que transmite una referencia a las palabras que pronuncia el Padre acerca del Hijo: “Este es mi Hijo, el Amado, en quien tengo mis complacencias; escuchadle”. Finalmente, dos peticiones a través de las cuales el sacerdote recoge las oraciones de toda la asamblea.

Antes de hablar de lo que nosotros le pedimos a Dios, parece necesario detenernos en lo que Dios nos pide a nosotros: escuchar a su Hijo. La conversión será posible solo si escuchamos a Jesús. Las obras de penitencia tendrán sentido solo si nos sirven para estar más libres para escuchar a Jesús. De nada servirían unas prácticas cerradas en sí mismas, hechas por cumplir, o que nos hicieran encerrarnos en la autocomplacencia espiritual, con el consiguiente peligro de “pelagianismo” sobre el que advierte el Papa Francisco.

La inminente liturgia de la Palabra es el momento privilegiado para escuchar a Dios, porque a través de la proclamación de las lecturas, Dios habla a su pueblo y Cristo le anuncia su Evangelio. Por su parte, el pueblo reunido acoge y hace suya la Palabra de Dios con su canto, con sus aclamaciones y también con su silencio meditativo.

Prepararnos para la gloria

Esta colecta se encuentra directamente relacionada al Evangelio y a toda la liturgia de la Palabra. Esto resulta más evidente al examinar la primera petición: que Dios se digne apacentarnos interiormente con su palabra. Recordamos entonces que, a través de la Santa Misa, Dios alimenta a su pueblo en la doble mesa de la Palabra y del Pan eucarístico. El Buen Pastor nos da como alimento buenos pastos instruyéndonos, enseñando, «porque no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que proviene de la boca de Dios». Incluso se nos da Él mismo como alimento. Este será nuestro sustento durante el ayuno y la abstinencia cuaresmales. 

La Palabra de Dios tiene un carácter performativo. Ya lo explicó Benedicto XVI en la exhortación apostólica Verbum Domini: “En la historia de la salvación no hay separación entre lo que Dios dice y lo que hace; su Palabra misma se manifiesta como viva y eficaz”. Por tanto, es su Palabra, al entrar en nosotros, la que conseguirá que tengamos una mirada espiritual purificada (spiritali purificato intuitu). Eso lo que se quiere conseguir con la Cuaresma.

Aquí nuestra conversión se expresa en términos de la mirada interior del alma porque se pone en relación inmediata no tanto con lo que dejamos atrás (el pecado) sino con lo que queremos conseguir: recocijarnos (laetemur) con el semblante, con la apariencia sensible, con la presencia frente a nosotros (aspectu) de la gloria divina. Lo que pudieron hacer Pedro, Santiago y Juan por un momento en el Tabor, y de lo que gozan ya eternamente en el Cielo. De este modo, se nos dice que vivir la Cuaresma es revivir místicamente el acontecimiento del Tabor, prepararnos para la gloria del Cielo, dejándonos alimentar y purificar por Dios aquí en la tierra.

El autorCarlos Guillén

Sacerdote de Perú. Liturgista.

Vaticano

El Papa pide oraciones por las víctimas de abuso

Este mes de marzo el Papa Francisco pide oraciones por todas las víctimas de abuso.

Paloma López Campos·2 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El Papa Francisco pide oraciones este mes de marzo por las víctimas de abuso, quienes deben “estar en el centro” de todas aquellas iniciativas que tengan como fin acompañar y ayudar a estas personas.

Es importante, señala el Papa, pedir perdón, pero no es suficiente, con eso “no basta”. Hay que promover “acciones concretas para reparar los horrores que han sufrido y prevenir que no se repitan”.

Cuando se trata de abusos, dice el Pontífice, “la Iglesia tiene que ser un ejemplo para ayudar a resolverlos, sacarlos a la luz en la sociedad y en las familias”.

El vídeo completo del Papa se puede ver aquí:

Zoom

Hungría recibe, de nuevo, al Papa Francisco

El Papa Francisco volverá a Hungría a finales de abril de 2023 en un viaje apostólico de tres días cuyo punto fuerte será la Santa Misa frente al edificio del Parlamento húngaro.

Maria José Atienza·2 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

El Papa alerta: «Las ideologías intentan hacer de la Iglesia un partido político»

Rome Reports·2 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

En su última audiencia, antes de comenzar sus ejercicios espirituales de Cuaresma, el Papa habló de la amenaza de las ideologías explicando que las ideologías intentan hacer de la Iglesia un partido político.

Las constantes advertencias del Papa Francisco contra las ideologías tienen un hilo conductor: en lugar de perderse en ellas, la Iglesia debe centrarse en su misión en el mundo.


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Ecología integral

Defensa de la vida en marzo: ciencia vs. ideología

España afronta un marzo por la vida, con el congreso ‘En la brecha’ y la Marcha Sí a la Vida el domingo día 12, mientras en la América ‘post Roe’ y ‘post Dobbs’, la defensa de la vida sigue pujante.

Francisco Otamendi·2 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Marzo es el mes de la vida para el calendario español. No en vano, Madrid y el CEU acogen este fin de semana el congreso ‘¡En la brecha!’, organizado por la Federación Española de Asociaciones Provida., que pone el acento en la protección del embrión. Inauguran el simposio, que hace el número XXV, Alfonso Bullón de Mendoza y Alicia Latorre, presidenta de la Federación pro-vida.

Alicia Latorre ha señalado a Omnes que “En la brecha quiere reflejar, por un lado, que todo lo que se va a ofrecer en el congreso está en contacto directo con la realidad, con las dificultades de muchos seres humanos en distintos momentos de su existencia. No se habla en teoría ni se opina en la distancia. Se está en la brecha”.

“Por otro lado, estar en la brecha es situarse en esa grieta por la que una fortaleza es vulnerable. Porque ese muro de violencia, de ignorancia, de injusticia, de mentira y manipulación, de la cultura de la muerte, debe caer”, afirma. “Y eso es posible simplemente mostrando la verdad, la grandeza de cada vida humana, y desenmascarando las estrategias ideológicas y económicas que han querido invadir la sociedad y los corazones. Y con profundo amor y dedicación a cada ser humano”. 

Por otra parte, la plataforma Sí a la Vida ha llamado a la sociedad civil a celebrar el Día Internacional de la Vida, y ha convocado el domingo 12 de marzo una marcha en Madrid, que está apoyada por más de 500 asociaciones y entidades cívicas. En su presentación intervinieron, entre otros, Alicia Latorre, Amaya Azcona (Red Madre), Álvaro Ortega (Fundación + Vida), Javier Rodriguez y Marcos Gonzalvez (Foro de la Familia), Rosa Arregui (Adevida), Marta Velarde (+Futuro), Ana del Pino (One of Us), Eva María Martín (Andoc); Oscar Rivas (Educatio Servanda); y Reme Losada (Aesvida), entre otros.

USA y Europa: caminos divergentes

Da la impresión de que, en estos momentos, Estados Unidos y Europa van en sentido opuesto en los temas pro vida. Allí son conscientes, tal como se ha comprobado de nuevo en las multitudinarias Marchas en Washington y en Los Ángeles, que la lucha en defensa de la vida ha entrado en una nueva fase, tal como se indicaba en el lema de la marcha: “Próximos pasos. Marchando en una América post Roe”, la América ‘post Dobbs’, acentuando el ‘together’, juntos.

Por otra parte, es cierto que la Corte Suprema de Estados Unidos, en su sentencia Dobbs v. Jackson, señaló que el aborto no es un derecho federal, y que carece de fundamento en la Constitución, en la historia y en la tradición de la nación, como subrayó José Ignacio Rubio en una jornada de la sección de Derecho Canónico del Colegio de Abogados de Madrid.

Pero también lo es que ahora cada Estado legislará sobre la materia y que, por ejemplo, como recordó el profesor Rubio, el aborto es legal en 15 Estados siguiendo el criterio de la viabilidad del bebé; es legal sin límite gestacional en 5 Estados y en la capital, Washington, y es ilegal en 13 Estados.

En suma, “Dobbses un hito jurídico de primer orden, con un valor simbólico innegable. Sin embargo, no significa que el aborto haya sido abolido en los Estados Unidos de América”, ha recordado Rafael Palomino en Omnes. Es cierto, pero podría decirse que se ha abierto una brecha jurídica en el muro.

En Europa, por el contrario, existen presiones para incluir el aborto dentro de la carta de Derechos Fundamentales de la UE, y continúa progresando en el ámbitos legislativo y en los tribunales la ideología frente a las evidencias científicas, que afirman que negar que existe una nueva vida en el seno de una mujer embarazada desde la concepción es irracional, tal como han señalado los obispos españoles de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Española.

El presidente de esta subcomisión, Monseñor José Mazuelos, refiriéndose a la sentencia que saldría en breve en España, manifestó: “Se ha apañado un tribunal para aprobar una ley injusta, ideológica y contraria a la ciencia”.

En el frente comunitario, la Fundación Universitaria San Pablo CEU, junto con One of Us y más de 50 organizaciones civiles, organizaron en Bruselas una conferencia internacional para oponerse a la inclusión del aborto entre los derechos fundamentales. El presidente de la fundación del CEU, Alfonso Bullón de Mendoza, advirtió que “se trata, de una pretensión totalitaria sobre aquella parte de la población europea, incluso respecto de países enteros, que no están de acuerdo sobre una cuestión tan grave”.

El autorFrancisco Otamendi

Lecturas del domingo

Buscar el rostro de Cristo. Domingo II de Cuaresma (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del II domingo de Cuaresma y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·2 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

En la primera lectura de este domingo, Dios hace a Abrahán una triple promesa: de tierra, descendencia y un “nombre”. De él saldrá una gran nación y Dios concluye: “Todas las tribus de la tierra se bendecirán por ti”. Estas promesas son en realidad un anticipo de la bendición mayor de la vida eterna en Dios. No un territorio terrenal, sino el reino celestial; más que la descendencia humana, disfrutar de la dicha eterna con el pueblo de Dios, incluidos todos los que han llegado al cielo gracias a nuestra ayuda: nuestra descendencia espiritual; y más que un nombre o una fama terrenales, participar de la gloria divina. 

Otro texto del Antiguo Testamento sugiere esta misma idea. Cuando Dios dice a Moisés cómo deben bendecir al pueblo los sacerdotes recién instituidos, dice: “Di a Aarón y a sus hijos: Así bendecirás al pueblo de Israel; les dirás: Jehová te bendiga y te guarde: Jehová haga resplandecer su rostro sobre vosotros, y tenga de vosotros misericordia: Yahveh alce sobre vosotros su rostro y os dé la paz” (Nm 7,23-26). Bendición”, pues, es que el rostro de Dios, su rostro, se vuelva hacia nosotros, ver el rostro de Dios. Este era un gran deseo en el antiguo Israel y se expresaba en los salmos: “Mi corazón te dice: Tu rostro, Señor, busco” (Sal 27,8). San Pablo explicaría más tarde que el cielo es ver a Dios “cara a cara” (1 Co 13,12).

Pero, ¿qué es ese “rostro” de Dios, si Dios es espiritual? Jesucristo da la respuesta o, mejor dicho, es la respuesta. En su carne humana vemos el rostro de Dios. Y en el evangelio de hoy lo vemos dar a sus discípulos más cercanos una visión de ello. Leemos que Jesús “se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandeció como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz”. Si el cielo es ver el rostro de Dios a través del rostro humano glorificado de Jesús, este episodio fue un atisbo y un anticipo del cielo. Con razón exclamó Pedro: “Es bueno que estemos aquí” y quiso prolongar la experiencia construyendo tres tiendas.

Jesús quiere animar a sus discípulos, que pronto le verán “despreciado y desechado”, “sin figura ni hermosura para que le miremos, ni belleza para que le deseemos” (Is 53,2-3). Esta visión de su gloria debe fortalecerlos para la ignominia que les espera. Por eso Nuestro Señor insiste mientras bajan del monte: “No habléis a nadie de la visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos”. Ahora es el tiempo del sufrimiento y del rechazo, que es el camino necesario para la Resurrección. Hay que morir para resucitar.

La Cuaresma nos enseña que, para ver el rostro divino y humano de Cristo en el cielo, debemos contemplar y compartir su rostro doloroso en la tierra: tanto mediante nuestra propia abnegación y aceptación del sufrimiento como mirando con amor los rostros de los demás que sufren a nuestro alrededor.

La homilía sobre las lecturas del domingo II de Cuaresma (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Familia, más que un concepto

La familia es anterior al Estado. Este no es su inventor o fundador, como la propuesta de ley pretende establecer.

2 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Me ha llamado mucho la atención leer y escuchar, a través de los medios, la propuesta del Ministerio de derechos sociales y Agenda 2030 de España de una futura ley con la inclusión de hasta dieciséis tipos diferentes de familia, que fue aprobada, como anteproyecto de ley, el pasado 13 de diciembre en el Consejo de Ministros.

La propuesta de ley comienza reconociendo que no existe la familia sino las familias y habla de la familia «retornada», la «intercultural», la «trasnacional», la «biparental» etc. La excusa para tal ampliación parece ser establecer un sistema de ayudas económicas, jurídicas y sociales para todas las personas.

Tal excusa no justifica ampliar el concepto de familia a toda clase de situaciones de convivencia humana porque deshace el concepto de familia.

Los cristianos miramos siempre el matrimonio y la familia a la luz del Evangelio, pero también a la luz de la experiencia humana universal. La Iglesia es iluminada en su doctrina sobre las cuestiones del matrimonio y la familia por el Evangelio, pero no solo por el Evangelio, sino también por la experiencia del ser humano que posee después de dos milenios de existencia.

Una primera convicción que se deriva tanto del Evangelio como de esa experiencia multisecular es que el bienestar de las personas y de toda la sociedad, en sus múltiples facetas, está estrechamente ligado al bienestar del matrimonio y la familia, es decir, que el verdadero progreso de bienestar, de bien común, de libertades y de igualdad que la sociedad demanda continuamente, está íntimamente vinculado con la prosperidad de la comunidad conyugal y de la familia.

Junto con los católicos, hay muchos millones de hombres y mujeres de otras confesiones cristianas y de otras religiones (judía, musulmana…) y hombres y mujeres de buena voluntad, que tienen en gran estima esta comunidad de amor y del respeto a la vida que es el matrimonio y la familia.

Ante los desafíos muchos y graves para el matrimonio y la familia que existen hoy en nuestras sociedades occidentales, sobre todo la facilidad del divorcio (que el Concilio Vaticano II denomina como epidemia), el aborto, el amor libre (uniones sin ningún compromiso público) etc., no podemos perder el gran tesoro para la humanidad de todos los tiempos que es el matrimonio y la familia.

En la base de todos los desafíos contra la familia están siempre el egoísmo humano, el hedonismo y los usos ilícitos contra la generación y no podemos extrañarnos que afloren continuamente en la historia.    

La doctrina de la Iglesia se basa sobre el carácter sagrado del matrimonio y la familia. Sin esto no se entiende nada. No es un invento humano o cultural, sino fundado por el Creador y en posesión de bienes y fines que les son propios: una comunidad de vida y amor establecida sobre la alianza de los cónyuges, es decir, sobre su consentimiento personal e irrevocable.

Esta alianza es asumida por Cristo mediante el sacramento del matrimonio, imagen del amor entre Cristo y la Iglesia y con una ayuda y fortalecimiento de esa alianza en lo que se refiere a la irrevocabilidad del consentimiento y a la maternidad y paternidad.

Evidentemente ese consentimiento es decisivo para toda la vida y debe prepararse con una formación adecuada. El fin principal es la ayuda mutua, el amor mutuo y la procreación y educación de los hijos.

El amor conyugal debe compaginarse con el respeto a la vida humana. No puede haber contradicción verdadera entre la ley divina de la trasmisión de la vida y el fomento del genuino amor conyugal.

Cuando se trata de conjugar el amor conyugal con la responsable trasmisión de la vida, la índole moral de la conducta no depende solamente de la sincera intención o apreciación subjetiva sino que debe determinarse por criterios objetivos tomados de la naturaleza y dignidad de la persona humana y de sus actos.

En definitiva, la familia es anterior al Estado. Este no es su inventor o fundador, como la propuesta de ley pretende establecer.                  

El autorCelso Morga

Arzobispo emérito de la diócesis de Mérida Badajoz

Familia

Nacho Tornel: “Con la familia política toca sumar”

Nacho Tornel trabaja desde hace 17 años con parejas en crisis como mediador familiar. Recientemente ha publicado Relacionarte, un libro en el que, a través de ejemplos reales, resalta la unidad de la pareja como la clave para gestionar los diferentes "círculos" en los que se mueve la relación familiar.

Maria José Atienza·1 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Mediador familiar y experto en resolución de conflictos en la pareja, Nacho Tornel lleva más de 15 años ayudando a parejas en crisis que buscan una solución a sus problemas.

Una experiencia que se trasluce en sus libros EnparejArte, publicado 2016 y, recientemente RelacionArte, ambos publicados por Planeta. En este último, Tornel aborda diferentes crisis, situaciones complejas y puntos de fricción en los que la mayor parte de los matrimonios y parejas puede verse, de algún modo reflejado.

Tornel, que combina su labor como terapeuta con la docencia universitaria, destaca en esta conversación con Omnes que, si bien no se puede asegurar que haya hoy más obstáculos para un matrimonio que antes, nuestra “sociedad altamente individualista no para de susurrarnos que debemos escucharnos a nosotros mismos” sin pensar en el otro.

Uno de los temas que se aborda en el libro es el perdón entre la pareja. Un debate «de moda» en los últimos meses. ¿Se construye el perdón también en las pequeñas cosas o es algo “para casos extremos”?

–Efectivamente el perdón tiene varias dimensiones: puede ser la decisión de una persona que elige aceptar la manifestación profunda de arrepentimiento de otra para dejar de lado un agravio y continuar con su relación. Pero también puede ser en lo ordinario, una disposición interior que nos lleve a salvar la intención del otro y no juzgarle y condenarle internamente por cada supuesto fallo que comete.

¿Cómo gestionar esa doble realidad entre ser perdonado y perdonar?

–Una buena fórmula es mirarse por dentro con frecuencia y darse cuenta uno mismo de los numerosos defectos e imperfecciones que tenemos cada uno y que afectan al modo en el que nos relacionamos con otros. Ser conscientes de eso nos hará mucho más indulgentes con esas situaciones en las que nos sentimos defraudados por el otro.

¿Es buena idea gestionar la vida matrimonial como una lista de “cosas que tiene derecho a hacer cada uno”?

–No tiene ningún sentido vivir el matrimonio como un “do ut des” que dicen los latinos; es decir, viviendo en un “yo te doy esto y tú me das lo otro”.

Al matrimonio venimos a hacer feliz a la persona que más amamos del mundo y a la que hemos elegido por delante de todas las demás. Por lo tanto, la fórmula es buscar la felicidad del otro en los detalles del día a día: escuchándole, atendiéndole, sirviéndole con generosidad. Eso vivido a la recíproca es la base de la felicidad conyugal.

Las pantallas son unas robaintimidades en el matrimonio y en la familia

Nacho Tornel. Mediador familiar y autor de «RelacionArte»

Las redes sociales han abierto la puerta de todo tipo de intimidades. Esta sobreexposición, ¿no afecta a la concepción del matrimonio?

–Las redes sociales son un escaparate y nadie pone un juguete roto en el escaparate de una juguetería. Presentamos lo que es “más presentable”. Partiendo de esa base, todos debemos tener mucha precaución en el uso de las redes sociales y de las pantallas en general, porque son unas robaintimidades en el matrimonio y en la familia.

Tanto él como ella deben saber dejar el móvil o la tablet en un lugar concreto: llámese cajón o estantería, para poder convivir mirándose a la cara hablándose a los ojos sin dejar que los mensajes inoportunos nos distraigan de lo verdaderamente importante que es la felicidad que buscamos en nuestro hogar.

De padres e hijos

¿Se puede establecer el límite antes del matrimonio cuando, por ejemplo, aún no se han dado situaciones como la llegada de los hijos?

–Es fundamental que, en la pareja, tanto él como ella entiendan que, desde el momento en el que se casan y forman un hogar ya son una familia. Su familia nuclear. Por tanto, deben priorizar totalmente al otro en la toma de decisiones y en el funcionamiento del día a día, dejando atrás a la familia de origen, a la que tratarán con cariño, pero teniendo muy en la cabeza que lo primero son él y ella. El uno para el otro.

En términos más prácticos recomiendo a las parejas jóvenes que no se hipotequen en sus relaciones con la familia de origen desde el principio estableciendo que “el sábado comemos en casa de mis padres y el domingo en la de los tuyos”, “que las vacaciones las pasaremos así…”, etc. Repito, esa pareja joven ya es una familia y debe tener la libertad y la espontaneidad de funcionar como quieran y decidan ellos dos.

¿Qué se puede hacer cuando no se tiene la confianza para decir ciertas cosas a nuestros padres?

–Me he encontrado con esta situación a veces. Aquello de “yo nunca le he dicho nada así a mi padre”, quizás en el sentido de ponerle un poco “en su sitio”.

Pues bien, el matrimonio y la formación de una familia es un buen lugar para madurar y crecer y, por lo tanto, habrá llegado el momento de, cuando sea necesario, hablar claro con tus padres para hacerles entender que ya sois una familia y tomáis vuestras decisiones; o que esos comentarios que ha hecho hacia tu marido o esposa son del todo inapropiados y no los podéis tolerar, etc.

Los padres, que ya tendrán una edad, no van a cambiar de forma de pensar, seguramente, pero sí pueden y deben aprender a respetar a la joven pareja y dejarles que tomen sus decisiones.

¿Se pueden tener esas conversaciones sin terminar en una «batalla campal» externa o interna?

–Cuando se trata de la familia del otro seguramente no te equivocas si lo que haces es callarte, quiero decir que no hay que opinar sobre lo que hacen o dicen ellos porque no es asunto tuyo. del mismo modo que tampoco y tolerarías que opinen e intervengan en lo que tú dices o haces.

Además, no lo olvidemos, la familia de mi cónyuge son las personas que mi cónyuge lleva en el corazón y por lo tanto por amor a él o a ella haré todo lo posible para que pueda mantener una buena relación con ellos. A mí me toca sumar, no restar, ni dividir.

Hagamos un examen a los «típicos tópicos»: ¿Tienen los matrimonios más problemas que antes?

–No lo sé porque no he vivido antes; pero, desde luego, que hoy en día nos enfrentamos a una sociedad altamente individualista que no para de susurrarnos o de gritarnos que debemos escucharnos a nosotros mismos y buscar nuestro bienestar personal y esos mensajes son el antídoto de la felicidad conyugal porque buscan que nos centremos en nosotros mismos y en nuestro propio bienestar.

Además de el alto nivel de materialismo y consumismo que nos hace cada vez más hedonistas, hoy la irrupción de las redes sociales que como ya hemos dicho antes roban intimidad y conexión de la de verdad entre las personas, etc.

¿Las parejas tienen ahora «menos aguante»?

–Vivimos acostumbrados a la gratificación instantánea que nos proporciona nuestra riquísima sociedad de consumo en esta Europa occidental y eso hace que estemos mucho menos predispuestos al sacrificio personal.

¿Son más sentimentales o más racionales?

–El emotivismo en el que nos movemos hace también mucho daño porque nos engañan haciéndonos creer que solo es válido aquello que fluye como emoción y sentimiento y que no vale la pena poner de nuestra parte, esforzarnos en trabajar una relación cuando las cosas no fluyen sin más. Esto es un completo ataque en la línea de flotación de la relación conyugal que está llamada a durar años; a pasar por picos y valles, como es lógico a lo largo de la vida.

El amor de verdad se demuestra, precisamente, cuando uno es capaz de empujar aunque sea cuesta arriba.

El sentido de la vida

Un salto a la frontera, una lucha por la libertad en un futuro distópico, una huida desesperada, un relato de Antonio Moreno.

1 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 9 minutos

Esta noche no es como las demás. La luna nueva y las densas nubes de la tormenta que se avecina han dejado el campamento completamente a oscuras. Es como si Dios hubiera apagado las luces del cielo para irse también a dormir.

El silencio reina en el llano, junto a la valla fronteriza. Los niños descansan, exhaustos, pero esta es la noche “D” y quizá no volvería a haber otra oportunidad así para saltar hasta quién sabe cuándo.

–Cariño, despierta, es la hora –susurro al oído de mi esposa que duerme acurrucada a Fátima, nuestra pequeña de 4 años, a la que había cubierto con un plástico para protegerla del rocío.

–¡Voy! ¡Voy! ¡Es la hora! ¡Es la hora! –grita, incorporándose, asustada y desorientada, con la palma de su mano apretándose el pecho, como si tratara de evitar que el corazón, latiendo a mil por hora, le rompiera las costillas. 

–Perdóname, no quería asustarte. ¿Qué te ha pasado? ¿Estabas teniendo una pesadilla?

–¿Una pesadilla? Cualquier pesadilla hubiera sido mejor que esta realidad de mierda.

Al escuchar nuestra conversación, la niña abre sus ojos, aparta la improvisada sábana de plástico para vernos bien, nos dedica una sonrisa y vuelve a cerrarlos, como si nada hubiera pasado.

–Venga, terminad de levantaros, que yo voy a espabilar al resto –prevengo a mi mujer, mientras me dirijo a despertar a las familias vecinas que, a su vez, comienzan a despertarse unas a otras.

No hay mochila que preparar, todo se ha ido quedando por el camino. Nuestras únicas pertenencias son nuestras vidas, que hemos logrado conservar con mucho esfuerzo, y la de nuestras familias. Nuestro único objetivo: cruzar la frontera, la línea que separa la muerte segura, de la vida. Pero no nos lo iban a poner fácil. Somos demasiados y el país se acoge a su “derecho de control migratorio” para justificar la violencia contra quienes, como nosotros planeamos hacer esta noche, tratan de entrar de forma ilegal. En mi familia siempre hemos vivido aquello de que donde comen tres, comen cuatro; pero a algunos parece que no les entra en la cabeza en las actuales circunstancias.

A pesar de que no se ve casi nada y de que todos están obedeciendo las instrucciones sobre la necesidad de ser silenciosos, por la cuenta que les trae, el murmullo provocado por el movimiento de los casi 400 que formamos el grupo puede ser peligroso. Así que corro a buscar a Obama, el jefe del último conjunto de familias que se nos unió, para ver si están listos. A él no le gusta el mote, pero los suyos se lo pusieron por liderarlos al grito de “Sí se puede”. 

–Es la hora, no podemos esperar más – le digo ofreciéndole mi mano para ayudarlo a incorporarse.

–Pero aún estamos cansados –me contesta mientras se pone en pie con cuidado de no despertar a su mujer que descansa a su lado–. Algunos de los nuestros han dormido apenas dos horas después de tres noches.

–Lo sé, pero no nos podemos arriesgar. Las condiciones son óptimas, hay cero visibilidad, casi no puedo verte a ti que te tengo enfrente.

–Lo entiendo, pero no respondo de la fuerza de los míos. Haremos lo que podamos.

–Eso haremos todos, Obama, lo que podamos –le digo, agarrándolo fuertemente de ambos brazos y sacudiéndolo para infundirle ánimos–. Llegar hasta aquí ya ha sido un milagro. Si no venís con nosotros, lo estaréis tirando todo por la borda porque quién sabe cuándo volverá a haber una noche como esta. Además, en caso de no venir, tendríais que retroceder unos kilómetros para que no os descubran una vez hagamos nosotros el salto.

–Para atrás, ni para coger impulso amigo mío –responde con un brillo especial en la mirada– ¡Cuenta con nosotros!

El ataque a la valla lo hemos previsto realizar por la zona de Nahr Saghir, por ser el punto intermedio entre los dos puestos de control más alejados entre sí de todo el cercado. Debemos llegar antes de las cuatro de la madrugada, porque a esa hora los guardias suelen hacer un descanso para tomar café y se espabilan para el resto de la noche. Queremos pillarlos lo más desprevenidos posible, así que nos ponemos en camino sin miedo. El terror del que venimos ha sido tan intenso que jugarse la vida en un salto nos parece un juego infantil. Hay que pasar por ese trance y lo único que queremos es que acabe cuanto antes. 

Así que, en cuanto llegamos, iniciamos la maniobra tal y como habíamos previsto. Dos equipos, provistos de cizallas, se encargan de abrir sendos boquetes en la primera valla de alambre. Para sortear la segunda los más jóvenes han preparado, con chatarra encontrada en los alrededores, dos escalas que han quedado, no obstante, firmes y seguras. El movimiento lo hemos ensayado cientos de veces: subir con rapidez, sin pararse, pero sin empujar. Los primeros en subir colocan unas lonas sobre las concertinas que minimizan su capacidad de corte. Una vez arriba, hay que saltar al otro lado y, agarrándose con fuerza a la valla, bajar hasta una altura desde la que la caída sea aceptable, y, una vez de nuevo en tierra, salir rápidamente para evitar ser aplastados por los que vienen detrás. 

El plan se está cumpliendo a la perfección. En apenas cinco minutos, las primeras familias están ya subiendo las escalas de la segunda valla sin llamar la atención de la policía fronteriza. El apagón de internet a nivel mundial ha inutilizado las cámaras térmicas de videovigilancia y los detectores de movimiento, lo que nos da cierta ventaja. De hecho, es nuestra principal baza. Pero la cosa parece empezar a torcerse porque la tormenta eléctrica ha hecho su temida aparición. Los fuertes relámpagos convierten la noche en día dejándonos vendidos a ojos de los guardias que no tardan mucho en descubrirnos. La alarma comienza a sonar, eso sí, cuando más de la mitad del grupo ha logrado ya pasar al otro lado.

El protocolo estaba claro: una vez pasada la valla, todos teníamos que correr y adentrarnos en la ciudad, sin mirar atrás, para evitar ser devueltos en caliente. Todos menos yo, que tengo que regresar a comprobar cuántos lo conseguimos finalmente y a ayudar a los rezagados. Así que, en cuanto encontramos el primer coche tras el que escondernos, me detengo con mi mujer un instante. 

–¿Estás bien? ¿Tienes algún corte, algún golpe? –le pregunto mientras la niña se suelta de mi mano y corre a abrazarse a las piernas de la madre que la inspecciona de arriba abajo buscando heridas o lesiones.

–No, amor mío, todo perfecto. ¿Y Fátima?

–Fátima ha sido una campeona ¿verdad? Se ha agarrado a mi cuello como ensayamos, tan fuerte como pudo y solo se soltó cuando llegamos abajo y nos pusimos a correr. ¡Cómo corre mamá!

–Claro, papi –responde orgullosa la niña–. De mayor voy a ser corredora para ganar muchas carreras.

–Seguro que sí, mi amor, serás campeona olímpica, ya verás –le responde la madre abrazándonos y besándonos a los dos–. Gracias a Dios que estamos todos bien. 

–Sí, gracias a Dios, pero dejémonos de charlas y separémonos. No estaréis seguras del todo hasta que lleguéis a la ciudad. 

–No te preocupes, cariño, ya sabemos adónde tenemos que ir. Nos veremos allí dentro de un rato. Sé que tienes que volver, pero, por favor, no arriesgues más de lo necesario.

–Te prometo que vuelvo enseguida, preciosa –le digo mientras la abrazo– ¿Te he mentido alguna vez? .

Mientras las dos mujeres de mi vida corren hacia los callejones de la ciudad, me vuelvo hacia la valla, donde el humo de los gases lacrimógenos iluminados por los potentes focos de los 4×4 policiales hacen que la brecha que habíamos logrado abrir en la valla pareciera la mismísima puerta del infierno. Por el camino, me voy cruzando con varios supervivientes. Algunos corren solos, otros en parejas o en pequeños grupos. Unos lloran de miedo, otros se quejan de algún golpe, pero todos los rostros delatan la alegría de haber logrado salvar su vida.  

Óscar, uno de los muchachos que ayudó a construir las escaleras, se me acerca pletórico. 

–¡Gracias a papá, gracias a mi papá! –solloza mandando besos al cielo.

–Enhorabuena, hijo –le respondo mientras lo abrazo–. Seguro que tu padre estaría muy orgulloso de ti. Era un gran hombre y dio su vida para que tú, hoy, pudieras estar aquí, a salvo ¿Se han quedado fuera muchos?

–Muy pocos, unos 30. Los guardias tardaron bastante en llegar y, para entonces, ya había saltado casi todo el mundo. Han dado mucha leña, a mujeres, a niños… Luego sacaron las armas de fuego y empezaron a disparar a los que aún trataban de saltar, que caían muertos desde las escaleras o mientras emprendían la carrera hasta aquí. Ha sido horrible. No tienen piedad los hijos de puta.

–Claro, Óscar, al otro lado no hay ley y nadie se va a preocupar por nosotros. Ánimo, sigue corriendo que ya te queda muy poco.

–Gracias jefe, tenga cuidado –me desea mientras corre hacia la ciudad.

Un poco más adelante, una mujer de unos 40 años era ayudada a caminar por sus dos hijos adolescentes, uno a cada lado. Arrastraba uno de sus pies. Se le notaba que se había dislocado el tobillo, pero iba también radiante de felicidad. 

–No sigas, jefe, ya no queda nadie –me indica uno de los chicos–. Somos los últimos porque hemos tenido que ayudarla a ella. Además, hay que ponerse a cubierto porque parece que pronto va a llover.

El muchacho tiene razón, pero en el último vistazo hacia la valla me parece ver la silueta de un hombre recortada sobre la nube brillante del campo de batalla. No podía estar muerto, porque estaba arrodillado, así que decido acercarme, no sin antes indicarles adónde tenían que llevar a su madre para que la curaran.

Mientras se alejaban, me dirigí hacia la silueta que resultó ser la de Obama. Con los ojos perdidos en el infinito, repetía en bucle unas palabras que, al acercarme, reconocí como avemarías.

–Obama, vamos, no te quedes aquí. Tenemos que llegar a la ciudad –omito preguntarle por su mujer y sus dos hijos pues, al verlo solo, entiendo que nada bueno les ha ocurrido.

–Ellos ya no están, los han acribillado como a conejos, yo ya no tengo a dónde ir, yo ya no quiero ir a ningún sitio. ¡Déjame morir en paz! –gime.

–¡Después de llegar hasta aquí, te prohibo morirte, Obama! Vamos, levántate que quedan solo unos metros hasta la ciudad.

–¡Yo no soy Obama, me llamo José Luis! Obama y su familia estarán tan a gusto en su búnker maquinando cómo dominar el planeta que sus amigos han hecho volar por los aires.

–Vamos, José Luis, ¿te vas a seguir preocupando por las conspiraciones? Tu mujer y tus hijos estarán felices de saber que tú has logrado sobrevivir, y que has podido llegar a esta bendita tierra africana. De Europa no queda nada. Las ciudades que no fueron arrasadas por las bombas nucleares están contaminadas. ¡Pero tú has logrado llegar hasta aquí! ¿No ves que es un milagro?

–¡Y pensar que antes eran ellos, los africanos, los que subían a Europa buscando sobrevivir! ¡Malditos locos! ¡Qué esperaban encontrar en Occidente? ¿Civilización? ¡Animales! –se desgañita mirando al cielo– ¡Eso es lo que había en nuestra tierra! ¡Simple y llanamente, animales! ¡Asesinos!

Viendo el estado de shock en el que se encuentra mi compañero de huida, trato de incorporarlo para llevarlo a la fuerza hacia la ciudad. Meto mi hombro bajo su brazo y, al tratar de rodearlo con el mío por la cintura, noto la camisa caliente y mojada. Me miro la mano y enseguida me doy cuenta.

–Estás herido, José Luis. Tenemos que correr al puesto de socorro para parar la hemorragia. 

–Déjame morir aquí. En serio, Ricardo –me pide entre lágrimas–.

Que se supiera mi nombre de pila produce en mí una mezcla de orgullo y tristeza. Desde que huimos de España en aquel ferry-patera que logramos secuestrar rumbo a África todos se dirigían a mí como “el jefe”. Que me llamara por mi nombre demostró su interés por saber quién era yo. O más bien quién había sido. Oír “Ricardo” me recordaba a cuando trabajaba de ocho a tres, a cuando mis preocupaciones eran solo lo cara que se había puesto la fruta, la gasolina o la electricidad, a cuando tenía un país, una casa, una familia enorme, cientos de amigos, compañeros y conocidos. Pero el ataque nuclear acabó con todo en apenas un día. Los antiguos países “civilizados” eran ahora un páramo infecto, en el que ningún ser humano podría sobrevivir en siglos. 

–¡Vamos amigo! –lo animo–. Va a empezar a llover y debemos protegernos de la radiación que arrastrará el agua

–A mí me dan ya igual los niveles radiactivos. He perdido todo. Solo quiero morirme tranquilo –alcanza a decir antes de desvanecerse–.

Me lo cargo a la espalda y consigo llegar con él hasta el puesto de socorro donde, al poco, me confirman que ha sido solo un síncope. La bala había entrado y salido limpiamente, sin afectar a ningún órgano importante. Me entregan sus objetos personales –una cartera y una bolsa de plástico con varios pasaportes– para que se los guarde mientras se recupera. Estoy impresionado por la acogida del personal médico y de los voluntarios del campo de refugiados. Todos locales. Ni una palabra de reproche: solo cariño y consuelo. Hemos invadido su país los mismos que hace nada les impedíamos a ellos cruzar la frontera en rumbo opuesto. Del sur al norte, del norte al sur, ¿cuál es ahora el sentido de la vida?

La lluvia repiquetea sobre la lona de la tienda del campo de refugiados en la que me reúno de nuevo con mi mujer y mi hija. Algunas familias, sentadas en los camastros, cuentan la suerte que había corrido tal o cual amigo. Otros, discuten sobre las diferentes rutas posibles en la siguiente etapa de viaje hacia el sur, buscando zonas más seguras y limpias de radioactividad. Yo me quedo en el centro, junto a la estufa con la que se calienta la estancia y donde hierve agua para el té. A la luz de las brasas, abro la cartera de José Luis y compruebo que, entre su documentación, hay un carné de afiliado a un partido político. A pesar del momento dramático que acabamos de vivir, no puedo evitar soltar una gran carcajada que calla, de golpe, las conversaciones de todos los refugiados en la tienda.

–Jefe, ¿estás bien? ¿De qué te ríes? –se preocupa Montse, una catalana que logró alcanzar sola las costas africanas, sin saber apenas navegar, en su pequeño velero–.

–Sí, Montse, no te preocupes –le contesto a la vez que echo el carné al fuego sin poder parar de reír con más ganas aún–. 

Mientras veo derretirse el plástico del documento, la risa histérica va dando paso al llanto, y puedo, por fin, descargar toda la tensión acumulada. Abrazado a los míos, lloro amargamente por el día en que la humanidad perdió el sentido.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

España

Las declaraciones a favor de la Iglesia aumentan un 8,5%

En total, los contribuyentes han destinado más de 320 millones de euros que permitirán “a la Iglesia hacer frente al aumento de las necesidades sociales en un contexto económico difícil”, como ha querido subrayar Fernando Giménez Barriocanal, vicepresidente de Asuntos económicos de la CEE.

Maria José Atienza·28 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Conferencia Episcopal Española ha presentado los datos de la campaña de la Renta del año 2022 que corresponde al ejercicio fiscal de 2021.

Entre los datos presentados destaca el aumento del número de declaraciones de la renta a favor de la Iglesia católica en España. En efecto, más de 84.000 contribuyentes más decidieron marcar la X de la Iglesia en su declaración de la Renta en el ejercicio correspondiente a 2021.

Un aumento de más de un 8,5% más de declaraciones a favor de la Iglesia y que arrojan un total de más de 8,5 millones de españoles marcan la casilla de la Iglesia teniendo en cuenta las declaraciones individuales y las conjuntas, lo que supone el 31,29% de las declaraciones presentadas. Se trata, en palabras del director del secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia, José María Albalad, de un “espaldarazo al servicio social y espiritual de la Iglesia en España. Tas años de dificultad los contribuyentes han premiado esta labor”. Una labor que se puede conocer a través de la web portantos, que este año además, incorpora una mayor variedad de datos acerca de esta Asignación Tributaria, así como una explicación del «viaje de la X» desde que se marca, hasta que la contribución se materializa.

La asignación a la Iglesia se ha visto incrementada en 14 de las 17 comunidades autónomas españolas. Por delegaciones tributarias, Ciudad Real (51,62%), seguida de Jaén (47,35%) y Badajoz (43,03%) son las de mayor número de declaraciones en favor de la Iglesia. En valor absoluto, las delegaciones de Hacienda donde han crecido más el número de asignaciones son Madrid, Sevilla, Málaga y Murcia.

Más de 320 millones de euros

320.723.062 euros es la cifra total que la Iglesia católica ha recibido en este ejercicio fiscal. Una cantidad que supone una aportación media de 37,63 euros por contribuyente.

El montante recibido a través de la Asignación tributaria se distribuye, como ha recordado Giménez Barriocanal “siguiendo el como criterio la solidaridad y la comunión entre las diversas diócesis. De modo que las diócesis que están en provincias con rentas altas como Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga o Murcia ayudan a sostener a las diócesis de la España despoblada”.

Suben las otras vías de financiación

La aportación que recibe cada diócesis de la Asignación Tributaria supone un 22% del presupuesto total medio de las diócesis, algo menos que el pasado ejercicio, lo que supone que las otras vías de financiación de la Iglesia vienen ganando mayor peso. En este sentido, tanto Barriocanal como Albalad han querido subrayar otros datos como la subida del 10% en las colectas de las parroquias, durante este último año, y el crecimiento del número de personas que opta “por una suscripción periódica de ayuda a sus parroquias y que es la mejor manera de elaborar presupuestos realistas”.

Giménez Barriocanal ha querido destacar que, a pesar de estos buenos datos, aún queda mucho camino que recorrer, especialmente, en dar a conocer la labor de la Iglesia y en la posibilidad de marcar la cruz de la Iglesia y la de “otros fines sociales” a través de las que se puede ayudar mucho más.

Vaticano

Visita del Papa Francisco a Hungría

El Santo Padre visitará Hungría durante el tiempo de Pascua, del 28 al 30 de abril de 2023. El punto culminante del viaje será una Santa Misa frente al edificio del Parlamento húngaro el domingo.

Daniela Sziklai·28 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El Santo Padre visitará Hungría durante el tiempo de Pascua. Visitará la capital, Budapest, del 28 al 30 de abril de 2023. El punto culminante del viaje apostólico de tres días al país centroeuropeo será una Santa Misa frente al edificio del Parlamento húngaro el domingo.

«El viaje apostólico del Papa es un acontecimiento muy importante, no sólo para los católicos, sino para todos los húngaros de ambos lados de la frontera», anunció la Conferencia Episcopal Húngara poco después de que el Vaticano anunciara oficialmente la visita. «Debido a la edad del Santo Padre, los encuentros tendrán lugar [sólo] en Budapest, a los que invitamos cordialmente y esperamos a todas las personas de nuestro país y de los países vecinos – especialmente para la Santa Misa del domingo».

El Papa Francisco visita el país centroeuropeo por segunda vez en su mandato. En septiembre de 2021, asistió al Congreso Eucarístico Mundial en Budapest y celebró la Santa Misa en la Plaza de los Héroes. El hecho de que el Papa pasara sólo unas horas en la capital húngara y luego viajara directamente a Eslovaquia para realizar una visita apostólica dio pie a especulaciones en su momento. Se dijo que podría haber expresado su desaprobación de la restrictiva política de refugiados del primer ministro nacionalista de derechas húngaro, Viktor Orbán. Sin embargo, tales interpretaciones fueron inmediatamente rechazadas por las autoridades eclesiásticas.

Un viaje de carácter social

La visita del Santo Padre esta vez -además de las citas oficiales con los representantes del Estado y de la Iglesia local- tiene un claro enfoque social. El sábado, Francisco visitará una institución para niños ciegos y deficientes visuales. El «Hogar para ciegos Beato Ladislao Batthyány» de Budapest consta de un jardín de infancia, una escuela y una residencia infantil, y fue fundado en 1982, todavía en la época comunista, por la comprometida monja y maestra curativa Anna Fehér, fallecida en 2021. La institución lleva el nombre del oftalmólogo y padre de familia Ladislaus Batthyány-Strattmann (1870-1931), beatificado en 2003. Este noble húngaro abogó durante toda su vida por una buena atención médica a los pobres y necesitados.

También el sábado tendrá lugar un encuentro con pobres y refugiados en una iglesia de Budapest. Por la tarde, habrá un encuentro del Papa con jóvenes en el pabellón deportivo László Papp. El domingo, después de la Santa Misa, el Santo Padre se reunirá también con representantes de las ciencias y las universidades en la Universidad Católica Péter Pázmány.

La Presidenta de Hungría, Katalin Novák, había cursado una invitación a Francisco el año anterior. La política había visitado a Francisco en el Vaticano en agosto de 2022. Novák, que pertenece a la Iglesia Reformada, subraya en repetidas ocasiones su compromiso con el cristianismo y los valores familiares tradicionales. La mujer, casada y madre de tres hijos, había sido ministra húngara de Asuntos Familiares antes de asumir la jefatura del Estado en mayo de 2022 y es considerada una fiel compañera del primer ministro húngaro, Orbán. El propio Jefe de Gobierno visitó al Papa en abril de 2022.

La religión en Hungría

Orbán gobierna Hungría con una mayoría de dos tercios en el Parlamento desde 2010. Él y su gabinete han apoyado firmemente y favorecido claramente a las llamadas «iglesias históricas» del país desde que llegaron al poder. La política eclesiástica húngara, bastante liberal desde el final del comunismo, que esencialmente trataba por igual a todas las comunidades religiosas registradas desde una perspectiva estatal, fue sustituida bajo el gobierno de Orbán por un sistema de reconocimiento estatal a varios niveles. La lista de «iglesias reconocidas», el nivel más alto de este sistema, incluye actualmente 32 comunidades, principalmente cristianas. Además, hay varios grupos musulmanes, judíos y budistas.

Éstas reciben numerosas prestaciones económicas y subvenciones del Estado, especialmente para sus instituciones sociales y educativas. A su vez, el Estado transfiere sistemáticamente a las comunidades religiosas amplias tareas en los ámbitos de la educación, los asuntos sociales y la cultura. Así, en los últimos años, las escuelas públicas de muchos lugares del país han pasado a manos de la Iglesia, a veces a pesar de la desaprobación de padres y profesores. También hay voces críticas dentro de la Iglesia sobre esta estrecha relación entre Iglesia y Estado y también sobre las simpatías políticas que a veces muestran abiertamente algunos funcionarios eclesiásticos por el partido gobernante Fidesz.

En cuanto a la afiliación religiosa de la población, la secularización y el alejamiento de las personas de las comunidades religiosas tradicionales también avanzan cada vez más en Hungría. Según el censo de 2011, en Hungría vivían 3,9 millones de católicos, lo que suponía el 37% de la población y, por tanto, la comunidad religiosa más numerosa del país. (Todavía no se dispone de datos más recientes, ya que los resultados del último censo de 2022 aún no se han publicado en su totalidad).

Sin embargo, sólo diez años antes, el 51% había profesado el catolicismo. Por otra parte, la proporción de los que no quisieron responder a la pregunta sobre su confesión religiosa fue del 27%. Otro 19% de los encuestados se describía abiertamente como «sin confesión religiosa». Estos dos grupos eran incluso mayoritarios en el este del país, anteriormente protestante, mientras que el catolicismo seguía siendo la religión dominante en el oeste y el norte. El segundo grupo religioso del país era el de los reformados (calvinistas), con un 11%, y los evangélicos (luteranos) ocupaban el tercer lugar, con un 2%. El porcentaje de todas las demás comunidades religiosas era significativamente inferior.

Durante muchos años, la donación voluntaria del 1% del impuesto anual sobre la renta a una comunidad religiosa, organización de ayuda u organización no gubernamental ha desempeñado un papel importante en la financiación de las comunidades religiosas. En este ámbito, la Iglesia católica sigue ocupando claramente el primer lugar entre los grupos religiosos. En conjunto, sin embargo, el servicio de socorro es el que más donaciones ha recibido del impuesto sobre la renta en los últimos años.

El autorDaniela Sziklai

Evangelización

Santiago Pons: «Parroquias evangelizadoras es un despertador»

El I Congreso Buenas Prácticas en Parroquias, impulsado por la Universidad Católica de Valencia (UCV) ha presentado el estudio ‘Parroquias Evangelizadoras’, elaborado por su Facultad de Teología. Su decano, José Santiago Pons, explica a Omnes que se trata de “despertar una inquietud por una transformación a fondo de la cultura y la vida parroquial”.

Francisco Otamendi·28 de febrero de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Había expectación, y la numerosa asistencia al congreso, celebrado en el Paraninfo de la Universidad CEU Cardenal Herrera y en el Seminario Mayor La Inmaculada de Moncada, confirmó el interés. Han participado, entre otros, Monseñor Armando Matteo, secretario de la sección doctrinal del Dicasterio para la Doctrina de la Fe; y desde Los Ángeles (EEUU), William Simon, fundador y presidente de ‘Parish Catalyst’ y autor del best seller pastoral “Grandes parroquias católicas: cuatro prácticas pastorales que las revitalizan”.

El arzobispo de Valencia, Monseñor Enrique Benavent, celebró la Misa de envío y presidió el acto de clausura, en el que señaló que “para la mayoría de los bautizados que tienen alguna inquietud de vivir su fe, la parroquia continúa siendo una referencia fundamental”, y “no puede ser una “mera estructura administrativa, sino un lugar de vivencia de la fe” y “un espacio acogedor”, donde la Iglesia “muestre su rostro amable”.

El congreso tuvo un recuerdo especial hacia el obispo auxiliar de Barcelona Antoni Vadell, fallecido el pasado año, y miembro del grupo de expertos que participó en los orígenes del trabajo. 

En su conferencia sobre el ‘Perfil del sujeto posmoderno a evangelizar’, Mons. Armando Matteo, manifestó que “Peter Pan es el nuevo adulto al que tenemos que evangelizar”. La sociedad actual “impone una adoración de la juventud, el cuerpo joven es el símbolo de este nuevo culto” y, desde la Iglesia se debe ser consciente de que “una buena práctica es acoger al sujeto adulto moderno”.

El I Congreso Buenas Prácticas en Parroquias

La génesis del congreso ha sido la exposición del estudio ‘Parroquias Evangelizadoras’, que durante más de dos años ha elaborado la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de la Universidad Católica de Valencia, y para el que “se ha contactado con unas 250 parroquias de toda España, utilizando aplicaciones y encuestas con las que se han extraído las mejores prácticas que convierten a esas comunidades en un referente en el campo de la conversión pastoral”, ha señalado a Omnes Santiago Pons, decano de la Facultad de Teología de la UCV.

“No es un modelo de parroquia”

En el contexto, expuesto en la presentación del estudio, de la “transformación misionera y evangelizadora a la que nos están invitando los últimos pontífices y, de un modo muy directo, el Papa Francisco”, y el hecho de que la “la parroquia es una estructura básica dentro de la Iglesia” [en España hay casi 23.000 parroquias, según la Conferencia Episcopal], Santiago Pons afirma que “no hemos identificado un modelo de parroquia, sino un conjunto de buenas prácticas [57], que se hacen efectivas según sus necesidades y recursos, pero que les otorga un aire de familia”. 

El decano Santiago Pons había declarado la necesidad de “cambiar el planteamiento y la forma de situarnos en las parroquias. No se trata de un cambio de maquillaje, sino de un cambio profundo en la cultura de nuestras comunidades parroquiales”. Ahora precisa la idea al conversar con Omnes, sin dejar de aludir al parecer de los obispos españoles.

¿Cómo surgió la idea de este primer Congreso de buenas prácticas en parroquias?

–La génesis radica en dar a conocer el estudio ‘Parroquias Evangelizadoras’ de la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de la Universidad Católica de Valencia. En este trabajo se ha contactado con unas 250 parroquias de toda España. 

Usted habla de la necesidad de una “conversión pastoral”, de una “transformación pastoral”. Incluso de que hay “romper la negatividad”. ¿Puede explicarlo un poco? ¿Perciben desánimo?

–Efectivamente, desde hace algún tiempo los sacerdotes y los fieles se encuentran muchas veces desanimados, porque las nuevas iniciativas que se intentan en las parroquias no acaban de significar un cambio real. 

Se mantienen los servicios caritativos, ya que las necesidades siguen creciendo, pero de forma generalizada seguimos en parroquias de “mantenimiento” y/o “conservación”. No obstante, existen parroquias en España que han iniciado un proceso de transformación y lo que se ha hecho desde el proyecto de investigación ‘Parroquias Evangelizadoras’ es contactar con ellas. Queríamos conocer su experiencia, que compartieran lo que hacen y las dificultades con las que se han encontrado. Queríamos contar a todo el mundo cómo han innovado en la forma de evangelizar.

Ésta fue la razón del estudio: contactar con estas parroquias y poder compartir con todas las demás su experiencia de éxito, de modo que sirva de impulso y de ayuda para que, cada vez más, se inicien estos procesos de transformación. 

Sintetice, si es posible, alguna conclusión del informe titulado ‘Parroquias evangelizadoras’ que se ha presentado en el congreso. ¿Constatan un número aproximado de parroquias que llaman “renovadas”? ¿Qué les diferencia?

–Se diferencian en muchas características, puesto que no se puede establecer un único método. Cada parroquia establece su propio modelo. Hemos constatado que existen parroquias que comparten una cultura, o una estructura, y que son aquellas que lideran la Conversión Pastoral, pero que la forma en las que las incorporan depende de su identidad y su contexto. Por eso insistimos en que no hemos identificado un modelo de parroquia, sino un conjunto de buenas prácticas que se hacen efectivas según sus necesidades y recursos, pero que les otorga un aire de familia.

En el congreso han intervenido William E. Simon Jr. y Monseñor Armando Matteo, secretario de la sección doctrinal del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.

–Sí. Se ha presentado recientemente la traducción al castellano de la obra ‘Convertir a Peter Pan’, de Armando Matteo, uno de los ponentes internacionales del Congreso. Esta obra trata del individuo posmoderno al que la Iglesia está llamada a evangelizar. La traducción del libro de Matteo ha sido promovida por la Facultad de Teología de Valencia, como ya hizo en 2018 con la obra de Wiliam Simon ‘Grandes parroquias católicas. Cuatro prácticas pastorales que las revitalizan’. 

Y es cierto que esas prácticas pastorales de Estados Unidos de las que habla Simon han estado en el origen de la investigación que ahora se presenta sobre la realidad de las parroquias españolas. El Congreso de Buenas Prácticas también ha tenido la suerte de contar con una ponencia a cargo del propio William E. Simon Jr.

Clausura el congreso el arzobispo de Valencia, Monseñor Enrique Benavent. ¿Cómo perciben los obispos esta iniciativa, en el contexto de la nueva evangelización a la que nos llama el Papa Francisco? 

–Se trata de un proceso muy novedoso. Nuestros obispos, en general, son conscientes de los problemas que se encuentran en sus diócesis, pero tal vez no acaban de caer en la cuenta del tipo de transformación que estamos llamados a tener. Por ello, esperamos que este Congreso ayude, un poco, a despertar esa inquietud por una transformación a fondo de la cultura y la vida parroquial.

Parroquias “en clave evangelizadora”

Hasta aquí las palabras del decano. Pueden acceder al final de esta información a un resumen del informe ‘Parroquias evangelizadoras’, que ha contado con el asesoramiento de la Fundación SM y el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA). De las entrevistas realizadas se extrajeron “cerca de 60 prácticas que estaban realizando algunas de las parroquias que lideran la Conversión Pastoral en España”. 

“El trabajo ha desarrollado un mapeo en diferentes parroquias españolas, ‘atendiendo a los criterios o dimensiones de lo que podrían ser aspectos relevantes para iniciar un proceso y un cambio con un único horizonte: ser una parroquia en clave evangelizadora’”, afirma Yolanda Ruiz, una de las investigadoras del estudio, directora de la Cátedra Abierta Scholas Occurrentes de la UCV. 

Además del decano Santiago Pons y de Yolanda Ruiz, el trabajo ha sido desarrollado por los catedráticos Agustín Domingo y José Vidal; el párroco y profesor Vicente Tur; Teresa Valero, delegada episcopal de Evangelización de la diócesis de Solsona; José Luis García, coordinador general del proyecto, y el analista de datos Cristian Camus. 

El congreso fue inaugurado por el obispo auxiliar emérito de Valencia monseñor Javier Salinas, junto al rector de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir, José Manuel Pagán; y el propio decano de la Facultad de Teología, José Santiago Pons.

El autorFrancisco Otamendi