Vaticano

El Papa urge el Domingo de Ramos a cuidar a los “cristos abandonados” 

El Santo Padre Francisco ha presidido la celebración del Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor en la Plaza de San Pedro, tras recibir el alta médica. Tanto en la homilía de la Misa como en el Ángelus, ha invitado a seguir el amor de “Jesús abandonado” en la cruz, y cuidar a tantos “cristos abandonados”, pueblos enteros, emigrantes, presos, ancianos, niños no nacidos, enfermos o discapacitados.

 

Francisco Otamendi·2 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Tras las tres noches pasadas en el Policlínico Gemelli debido a una infecciòn respiratoria, y recibir ayer el alta médica, el Papa Francisco ha presidido esta mañana la celebración litúrgica del Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor en la Plaza de San Pedro, al inicio de la Semana Santa con decenas de miles de peregrinos.

Antes de comenzar la Santa Misa, tuvo lugar la bendición de los ramos de olivo junto al Obelisco de la Plaza de San Pedro, al que se desplazó el Santo Padre en el papamóvil, y donde le esperaban los cardenales. Luego tuvo lugar la procesiòn hasta la Basílica para la Santa Misa al aire libre que, presidida por el Papa, fue concelebrada por los cardenales Leonardo Sandri, Giovanni Battista Re y Francis Arinze, y el resto de purpurados.

En la homilía, el Papa comenzó recordando las palabras de Jesús: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mt 27,46). Es la invocación que la Liturgia nos hace repetir hoy en el Salmo responsorial (cf. Sal 22,2) y es la única pronunciada en la cruz por Jesús en el Evangelio que hemos escuchado. Son, pues, las palabras que nos llevan al corazón de la pasión de Cristo, al punto culminante de los sufrimientos que padeció para salvarnos”, señaló el Papa.

“Para que tengamos esperanza”

El Santo Padre se preguntó: “¿Por qué llegó a ese punto? La respuesta es una sola: por nosotros. Por mí, por mí”, repitió en varias ocasiones. “Se hizo solidario con nosotros hasta el extremo, para estar con nosotros hasta las últimas consecuencias. Para que ninguno de nosotros pudiera considerarse solo e insalvable. Experimentó el abandono para no dejarnos rehenes de la desolación y estar a nuestro lado para siempre”. 

“Lo hizo por ti, por mí”, volvió a insistir el Papa, “para que cuando tú, yo, o cualquiera se vea entre la espada y la pared, perdido en un callejón sin salida, sumido en el abismo del abandono, absorbido por el torbellino del ‘por qué’, pueda tener esperanza. No es el final, porque Jesús ha estado allí y está ahora contigo. Para que cada uno de nosotros pueda decir: en mis caídas, en mi desolación, cuando me siento traicionado, descartado y abandonado, cuando ya no puedo más, Él está conmigo. Tú estás ahí, Jesús. En mis fracasos, Tú estás conmigo. Cuando me siento errado y perdido, cuando ya no puedo más, Tú estás ahí, Tú estás conmigo. En mis ‘por qué’ sin respuesta, Tú estás conmigo. Él está conmigo. Así es como el Señor nos salva, desde el interior de nuestros «por qué». Desde ahí despliega la esperanza”.

“Ojos y corazón para los abandonados”

A continuación, el Romano Pontífice se refirió al amor del Señor por cada uno, y a “Jesús abandonado”, que “ nos pide que tengamos ojos y corazón para los abandonados”. “He aquí quién es Dios y cuánto nos ama. ¡Cuánto nos quiere! ¡Cuánto le hemos costado!”

“Un amor así, todo para nosotros, hasta el extremo, puede transformar nuestros corazones de piedra en corazones de carne, capaces de piedad, de ternura, de compasión”, añadió el Papa. “Cristo abandonado nos mueve a buscarlo y amarlo en los abandonados. Porque en ellos no sólo hay personas necesitadas, sino que está Él, Jesús abandonado, Aquel que nos salvó descendiendo hasta lo más profundo de nuestra condición humana”. 

Francisco recordó entonces, fuera de guión, a “aquel hombre de la calle que falleció solo abandonado, entre las columnas” de San Pedro. “Es Jesús que necesita de nosotros”, dijo. 

“Por eso quiere que cuidemos de los hermanos y de las hermanas que más se asemejan a Él, en el momento extremo del dolor y la soledad.  Hoy hay tantos «cristos abandonados». Hay pueblos enteros explotados y abandonados a su suerte; hay pobres que viven en los cruces de nuestras calles, con quienes no nos atrevemos a cruzar la mirada; emigrantes que ya no son rostros sino números; presos rechazados,  personas catalogadas como problemas”.

“Pero también hay tantos cristos abandonados invisibles, escondidos, que son descartados con guante blanco”, prosiguió el Santo Padre: “niños no nacidos, ancianos que han sido dejados solos, que pueden ser tu mamá, tu papá, el abuelo, la abuela,  enfermos no visitados, discapacitados ignorados, jóvenes que sienten un gran vacío interior sin que nadie escuche realmente su grito de dolor”. 

“Jesús abandonado nos pide que tengamos ojos y corazón para los abandonados. Para nosotros, discípulos del Abandonado, nadie puede ser marginado; nadie puede ser abandonado a su suerte”, subrayó, con palabras que recuerdan sus llamamientos apremiantes. “Porque, recordémoslo, las personas rechazadas y excluidas son iconos vivos de Cristo. Nos recuerdan la locura de su amor, su abandono que nos salva de toda soledad y desolación”. 

“Pidamos hoy la gracia de saber amar a Jesús abandonado y saber amar a Jesús en cada persona abandonada”, concluyó. “Pidamos la gracia de saber ver y reconocer al Señor que sigue gritando en ellos. No dejemos que su voz se pierda en el silencio ensordecedor de la indiferencia. Dios no nos ha dejado solos; cuidemos de aquellos que han sido dejados solos”.

Gracias por las oraciones, y entrada en Semana Santa

Al concluir la Santa Misa, el Papa saludó a los fieles en la Plaza de San Pedro, especialmente a los que han venido de lejos, antes de rezar la oración mariana del Ángelus. En primer lugar, dio las gracias a todos por “sus oraciones, que han intensificado en los últimos días” de ingreso hospitalario, tras detectarse una infección respiratoria

El Papa recordó la caravana de la paz que ha partido estos días desde Italia a Ucrania, promovida por diversas asociaciones. Junto a artículos de primera necesidad, llevan la cercanía del pueblo italiano al “atormentado pueblo ucraniano. Y hoy ofrecen ramos de olivo, símbolo de la Paz de Cristo. Nos unimos a este gesto con la oración, que será más intensa en los días de la Semana Santa”, añadió.

El Papa Francisco recordó que “con esta celebración hemos entrado en la Semana Santa. Los invito a vivirla como nos enseña la tradición del santo pueblo fiel de Dios. Es decir, acompañando al Señor Jesús con fe y con amor”.

“Aprendamos de nuestra Madre la Virgen Maria. Ella siguió a su Hijo con su corazón. Era una sola alma con Él, y aun sin comprender todo, junto a Él se entregó plenamente a la voluntad de Dios Padre. Que la Virgen nos ayude a permanecer cerca de Jesús, presente en las personas que sufren, descartadas, abandonadas. Que la Virgen nos lleve de la mano de Jesús presente en estas personas. A todos un buen camino hacia la Pascua”, finalizó el Papa.

El autorFrancisco Otamendi

Enseñanzas del Papa

El camino hacia la Pascua 

¿Qué es lo esencial en la vida cristiana? ¿Cómo asegurarlo? El Papa Francisco ha señalado que la cuaresma es una buena ocasión para “volver a lo esencial”. Algo que siempre podemos hacer, pero que en el tiempo cercano a la Pascua adquiere un significado más intenso.

Ramiro Pellitero·2 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

Las enseñanzas del Papa sobre el sentido de la cuaresma –la preparación de la Pascua–, a partir del miércoles de ceniza, se han centrado en los Ángelus de estos domingos. En ellos pisa sobre las huellas de los pasajes del Evangelio que la liturgia propone: las tentaciones del Señor, su transfiguración, el encuentro con la mujer samaritana, la curación del ciego de nacimiento y la resurrección de Lázaro.

Tiempo de “volver a lo esencial”

En su homilía del miércoles de ceniza, celebrado en la basílica de Santa Sabina (22-II-2023), el Papa presentó la cuaresma –en cuanto síntesis apretada de una dimensión importante de la vida cristiana– como “el tiempo favorable para volver a lo esencial”; es decir, “para despojarnos de lo que nos pesa, para reconciliarnos con Dios, para reavivar el fuego del Espíritu Santo que habita escondido entre las cenizas de nuestra frágil humanidad. Volver a lo esencial”. Un tiempo de gracia para “volver a lo esencial, que es el Señor”. Así,el rito de la ceniza nos introduce en este camino de regreso, nos invita –subrayaba Francisco– “a volver a lo que realmente somos y a volver a Dios y a los hermanos”. 

“Dios también vive la Cuaresma”

En esa frase se apoyó para distinguir dos pasos. La Cuaresma, primero, como un tiempo de “volver a lo que somos”. ¿Y qué somos? Somos criaturas que venimos de la tierra y necesitamos del Cielo, pero antes volveremos al polvo, y luego resurgiremos de nuestras cenizas. Dios nos ha creado, somos suyos, le pertenecemos. Y el Papa formuló algo bastante original: “Como Padre tierno y misericordioso, Él también vive la Cuaresma, porque nos desea, nos espera, aguarda nuestro regreso, Y siempre nos anima a no desesperar, incluso cuando caemos en el polvo de nuestra fragilidad y de nuestro pecado”.

Dios “sabe muy bien que no somos más que polvo” (Sal 103, 14). Y, observa el sucesor de Pedro: “Nosotros, sin embargo, muchas veces lo olvidamos, pensando que somos autosuficientes, fuertes, invencibles sin Él; usamos maquillaje para creernos mejores de lo que somos. Somos polvo”.

De ahí la necesidad de despojarnos “del afán de ponernos en el centro, de ser los primeros de la clase, de pensar que sólo con nuestras capacidades podemos ser protagonistas de la vida y trasformar el mundo que nos rodea”. 

Con otras palabras, es este “’un tiempo de verdad’ para quitarnos las máscaras que llevamos cada día aparentando ser perfectos a los ojos del mundo; para luchar, como nos ha dicho Jesús en el Evangelio, contra la falsedad y la hipocresía. No las de los demás, sino las nuestras; mirarlas a la cara y luchar”.

Salir del baluarte del yo

Al volver a lo esencial de lo que somos antes Dios –continúa el Papa–, la Cuaresma se nos aparece como “tiempo favorable para reavivar nuestras relaciones con Dios y con los demás; para abrirnos en el silencio a la oración y a salir del baluarte de nuestro yo cerrado; para romper las cadenas del individualismoy del aislamiento y redescubrir, a través del encuentro y la escucha, quién es el que camina a nuestro lado cada día, y volver a aprender a amarlo como hermano o hermana”.

¿Cómo lograr todo esto? La Cuaresma nos propone recorrer tres grandes vías: la limosna, la oración y el ayuno. Si nos ponemos humildemente bajo la mirada del Señor, entonces “la limosna, la oración y el ayuno no se quedan en gestos exteriores, sino que expresan quiénes somos verdaderamente: hijos de Dios y hermanos entre nosotros”.

Por tanto, estos son “días favorables para recordarnos que el mundo no se cierra en los estrechos límites de nuestras necesidades personales […], para dar a Dios la primacía de nuestra vida, […] para frenar la dictadura de las agendas siempre llenas de cosas por hacer; de las pretensiones de un ego cada vez más superficial y engorroso; y de elegir lo que de verdad importa”. 

En el camino hacia la Pascua –propone el obispo de Roma– “fijemos nuestra mirada en el Crucificado […]. Y al final del trayecto encontraremos con más alegría al Señor de la vida; lo encontraremos a Él, al único que nos hará resurgir de nuestras cenizas”.

Con el diablo no se dialoga

El segundo domingo (Ángelus, 26-II-2023) Francisco contempló la escena de las tentaciones del Señor y su combate contra el diablo (cfr. Mt 4, 1-11). Este, especialista en dividir, intenta separar a Jesús del Padre, “apartarlo de su misión de unidad para nosotros”. Esa unidad que consiste en hacernos participar del amor que une a las Personas divinas del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Los venenos de la división

El Papa interpreta la escena: “El maligno intenta entonces instilar en Él [Jesús] tres ‘venenos´ potentes con el fin de paralizar su misión de unidad. Y estos venenos son el apego –el apego a necesidades como el hambre–, la desconfianza –hacia su Padre– y el poder –la sed de poder–”. 

Añade Francisco que son también tentaciones que el diablo emplea con nosotros, “con el fin de dividirnos del Padre y hacer que ya no nos sintamos hermanos y hermanas entre nosotros; las usa para llevarnos a la soledad y a la desesperación”. 

Pero Jesús vence al diablo sin dialogar, sin negociar y sin discutir con Él. Le hace frente con la Palabra de Dios que habla de libertad respecto a las cosas (cfr. Dt 8, 3), de confianza (cfr. Dt 6, 16) y de servicio a Dios (cfr. Dt 6, 13). 

De aquí toma pie Francisco para preguntarnos y aconsejarnos: “¿Qué lugar tiene en mi vida la Palabra de Dios? ¿Recurro a la Palabra de Dios en mis luchas espirituales? Si tengo un vicio o una tentación que se repite, ¿por qué no busco, haciendo que me ayuden, un versículo de la Palabra de Dios que responda a ese vicio? Luego, cuando llegue la tentación, lo recito, lo rezo confiando en la gracia de Cristo”.

La belleza luminosa del Amor

El segundo domingo de cuaresma nos sitúa en la transfiguración del Señor (cfr. Mt 17, 1-9), que manifiesta toda su belleza de Hijo de Dios. Se plantea el Papa una cuestión nada evidente para nosotros: “¿en qué consiste esta belleza?”. Y responde que no consiste en un efecto especial, sino que, puesto que Dios es Amor, consiste en “el esplendor del Amor divino encarnado en Cristo”. Los discípulos ya conocían el rostro del Amor, pero no se habían dado cuenta de su belleza.

Caminar, servir, amar

Ahora se les muestra así la belleza de Dios: como un anticipo del paraíso, que les prepare para saber reconocer esa misma belleza “cuando suba a la cruz y su rostro sea desfigurado”. Pedro habría querido detener el tiempo, pero Jesús no desea apartar a sus discípulos de la realidad de la vida, que incluye el camino para seguirlo hasta la cruz. “La belleza de Cristo –parece contestar Francisco a ciertos pensadores de la modernidad como Marx y Nietzsche– no es alienante, te lleva siempre adelante, no hace que te escondas: ¡sigue adelante!”.

Esta es una enseñanza para nosotros. Estando con Jesús es como “aprendemos a reconocer en su rostro la belleza luminosa del amor que se entrega, incluso cuando lleva las marcas de la cruz”.

Y no solo eso, sino que también podemos aprender a descubrir la luz del amor de Dios en los demás: “Es en su escuela donde aprendemos a captar la misma belleza en los rostros de las personas que cada día caminan junto a nosotros: los familiares, los amigos, los colegas, quienes en diversos modos cuidan de nosotros. ¡Cuántos rostros luminosos, cuántas sonrisas, cuántas arrugas, cuántas lágrimas y cicatrices hablan de amor en torno a nosotros! Aprendamos a reconocerlos y a llenarnos el corazón con ellos”. 

La consecuencia ha de ser ponerse en marcha, “para llevar también a los demás la luz que hemos recibido, con las obras concretas del amor (cfr. 1 Jn 3, 18), sumergiéndonos con más generosidad en las tareas cotidianas, amando, sirviendo y perdonando con más entusiasmo y disponibilidad”.

La sed de Dios y nuestra sed 

El evangelio del tercer domingo de Cuaresma presenta el encuentro de Jesús con la mujer samaritana (cfr. Jn 4, 5-42): “uno de los encuentros más hermosos y fascinantes” del Señor (cfr. Ángelus, 12-III-2023).

Él le pide a ella: “dame de beber”. Se trata, explica el Papa, de una “imagen de la humillación de Dios”. Jesús ha querido atarse a nuestra pobreza, a nuestra pequeñez, porque tenía y tiene sed de cada uno de nosotros. 

Con un argumento de corte agustiniano, explica Francisco: “La sed de Jesús, en efecto, no es sólo física, expresa la sed más profunda de nuestra vida: es sobre todo sed de nuestro amor. Es más que un mendigo, tiene sed de nuestro amor. Y surgirá en el momento culminante de la pasión, en la cruz; allí, antes de morir, Jesús dirá: ‘Tengo sed’ (Jn 19, 28). Esa sed de amor que lo llevó a descender, a humillarse, a ser uno de nosotros”.

Pero es el Señor el que da de beber a la samaritana. Y le habla del agua viva del Espíritu Santo, que desde la cruz derrama, junto con su sangre, desde su costado abierto (cfr. Jn 19, 34).

Eso hace también con nosotros: “Jesús, sediento de amor, apaga nuestra sed con amor. Y hace con nosotros como con la samaritana: sale a nuestro encuentro en nuestra vida cotidiana, comparte nuestra sed, nos promete el agua viva que hace brotar en nosotros la vida eterna (cfr. Jn 4, 14)”.

Todos tienen (tenemos) sed

Jesús no solo pide de beber sino que, como hace con la samaritana,“nos pide que cuidemos la sed de los demás”: nos lo dicen tantos –en la familia, en el trabajo, en los demás lugares que frecuentamos– que tienen sed de cercanía, de atención, de escucha; nos lo dicen los que tienen sed de la Palabra de Dios y necesitan encontrar en la Iglesia un oasis donde beber agua. Nos lo dice nuestra sociedad, donde dominan las prisas, las prisas por consumir y sobre todo la indiferencia, esta cultura de la indiferencia genera aridez y vacío interior. “Y no lo olvidemos”, dice Francisco, “dame de beber es el grito de tantos hermanos y hermanas que carecen de aguapara vivir, mientras seguimos contaminando y desfigurando nuestra casa común, que también, exhausta y sedienta, tiene sed”.

También nosotros como la samaritana –propone Francisco– hemos de dejar de pensar en saciar nuestra sed (material, intelectual o cultural), “sino que con la alegría de haber encontrado al Señor podremos saciar a los demás: dar sentido a la vida de los otros, no como dueños, sino como servidores de esta Palabra de Dios que nos ha saciado, que nos sacia continuamente; podremos comprender su sed y compartir el amor que Él nos dio”.

Y nos invita el Papa a preguntarnos: “¿Tengo sed de Dios, me doy cuenta de que necesito su amor como el agua para vivir? Y luego, a mí que tengo sed, ¿me preocupa la sed de los demás, la sed espiritual, la sed material?

Actitudes del corazón humano ante Jesús

En el cuarto domingo, el Evangelio muestra a Jesús que devuelve la vista a un hombre ciego de nacimiento (cfr. Jn 9, 1-41). “Pero este prodigio –observa Francisco– es acogido de mala manera por varias personas y grupos” (cfr. Ángelus, 19-III-2023). En sus actitudes se ven las actitudes fundamentales del corazón humano ante Jesús: “el corazón humano bueno, el corazón humano tibio, el corazón humano miedoso, el corazón humano valiente”. 

De un lado están los discípulos, que, ante el problema del ciego, desean buscar un culpable, en lugar de preguntarse qué deben hacer ellos mismos.

Luego están los vecinos, que se muestran escépticos: no creen que el que ahora ve sea el mismo ciego de antes. Y sus padrestampoco quieren problemas, en particular ante las autoridades religiosas. 

Todos ellos manifiestan ser “corazones cerrados ante el signo de Jesús, por diferentes motivos: porque buscan un culpable, porque no saben sorprenderse, porque no quieren cambiar, porque están bloqueados por el miedo”.

También nos pasa hoy, dice Francisco: “Ante algo que es realmente un mensaje de testimonio de una persona, un mensaje de Jesús, caemos en eso: buscamos otra explicación, no queremos cambiar, buscamos una salida más elegante que aceptar la verdad”.

Dejarse curar para ver

Y así llegamos a que el único que reacciona bien es el ciego. “Está feliz de ver, da testimonio de lo que le ha pasado del modo más sencillo: ‘Era ciego y ahora veo’. Dice la verdad”. No quiere inventar ni esconder nada, no teme el qué dirán, porque Jesús le ha dado su plena dignidad, sin pedirle ni siquiera el agradecimiento, y le ha hecho renacer.

Y esto es claro” –apunta Francisco–, “sucede siempre: cuando Jesús nos sana, nos devuelve la dignidad, la dignidad plena de la curación de Jesús, una dignidad que nace de lo más profundo del corazón, que se apodera de toda la vida”.

Como suele hacer, Francisco nos interpela sobre la misma escena: “¿Qué posición tomamos, qué hubiésemos dicho entonces? […] ¿Nos dejamos aprisionar por el miedo al qué pensará la gente? […] ¿Cómo acogemos a las personas que tienen tantas limitaciones en la vida, sean físicas, como este ciego; sean sociales, como los mendigos que encontramos en la calle? ¿Acogemos esto como una maldición o como una oportunidad para acercarnos a ellos con amor?”.

Y nos aconseja el sucesor de Pedro que pidamos “la gracia de asombrarnos cada día de los dones de Dios y de ver las diversas circunstancias de la vida, incluso las más difíciles de aceptar, como oportunidades para hacer el bien, como hizo Jesús con el ciego”.

Vocaciones

Identidad y papel del sacerdote en la Iglesia

Entrevista con monseñor Andrés Gabriel Ferrada Moreira, secretario del Dicasterio para el Clero, sobre la identidad y el papel del sacerdote en la Iglesia.

Antonino Piccione·2 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

Monseñor Andrés Gabriel Ferrada Moreira es Secretario del Dicasterio para el Clero. Nacido en Santiago de Chile el 10 de junio de 1969, fue ordenado sacerdote de la Archidiócesis Metropolitana de la ciudad el 3 de julio de 1999. Se doctoró en Teología Bíblica en la Pontificia Universidad Gregoriana en 2006. Ha desempeñado diversos cargos pastorales en la diócesis, entre ellos el de Director de Estudios y Prefecto de Teología del Seminario Pontificio Mayor de los Santos Ángeles Custodios. El 1 de octubre de 2021 fue nombrado Secretario del Dicasterio para el Clero (del que era Oficial desde 2018), con la asignación de la Sede Arzobispal titular de Tiburnia.

En esta entrevista con Omnes, el secretario del Dicasterio para el Clero habla sobre la identidad y el papel del sacerdote, los rasgos esenciales de la vida sacerdotal y la esencia del sacerdocio que, de manera parecida a la de la Iglesia, siendo «un misterio de Dios, está profundamente arraigada en la realidad».

Monseñor Andrés Gabriel Ferrada Moreira, la Iglesia católica tiene una rica tradición teológica y práctica sobre la vida y el ministerio de los sacerdotes, tradición sintetizada y revisada durante el Concilio Vaticano II, ¿cuáles son los elementos esenciales?

–Considero que uno de los puntos centrales sobre el sacerdocio es expresado en la Constitución Dogmática Lumen Gentium cuando dice “Para apacentar el Pueblo de Dios y acrecentarlo siempre, Cristo Señor instituyó en su Iglesia diversos ministerios, ordenados al bien de todo el Cuerpo. Pues los ministros que poseen la sacra potestad están al servicio de sus hermanos, a fin de que todos cuantos pertenecen al Pueblo de Dios y gozan, por tanto, de la verdadera dignidad cristiana, tendiendo libre y ordenadamente a un mismo fin, alcancen la salvación.” (LG, 18). 

En este sentido podemos decir que tanto el Concilio Vaticano II, el magisterio pontificio postconciliar, como también la relativamente reciente Ratio fundamentalis istitutionis sacerdotalis (2016) resaltan que el ministerio presbiteral se interpreta, tanto en su naturaleza específica como en sus fundamentos bíblicos y teológicos, como un servicio a la gloria de Dios y a los hermanos que han de ser acompañados y guiados en su sacerdocio bautismal.

Nunca se insistirá lo suficiente en la expresión «en el servicio». En efecto, el sacerdocio ministerial está al servicio del sacerdocio común de los fieles y se completa con él en la armonía de un único pueblo sacerdotal. Por tanto, el sacerdote católico es, ante todo, no un jefe o una autoridad, sino un hermano entre los hermanos en el sacerdocio común, llamado, como todos los fieles bautizados, a dar su vida como ofrenda espiritual agradable al Padre. 

En cuanto al proceso de configuración con Cristo Cabeza, Pastor, Siervo y Esposo de la Iglesia ¿cómo se realiza? 

–Este proceso místico es un don de Dios que hunde sus raíces en la primera llamada dentro de la comunidad cristiana, y que requiere una seria formación inicial en el seminario para alcanzar su plenitud en la ordenación sacerdotal. Este proceso, al mismo tiempo, constituye un camino que debe permanecer firme a lo largo de la formación permanente. Todo don místico requiere, de hecho, la contrapartida de la práctica ascética, que es el esfuerzo humano por acoger y complacer los dones de la Gracia.

Este proceso vital y permanente de configurarse a Cristo mismo, Pastor, Cabeza, Siervo y Esposo de la Iglesia es el servicio específico que el sacerdote brinda a sus hermanos en la fe, este es el aporte esencial que el presbítero ofrece al resto del Pueblo de Dios, de modo que juntos puedan como discípulos de Cristo, perseverar en la oración y alabar a Dios (cfr. Hch 2, 42-47), ofrecerse como víctimas vivas, santas y agradables (cfr. Rm 12, 1), dar testimonio de Cristo en todas partes y, a quienes se lo piden, dar razón de la esperanza que hay en ellos de la vida eterna (cfr. 1 Pe 3, 15). 

¿Qué relevancia tiene la circunstancia de que el sacerdote sigue siendo siempre también un creyente, un hermano entre hermanos y hermanas en la fe, que está llamado con ellos, aunque de modo específico, a realizar la común vocación a la santidad y a compartir la común misión de salvación?

–A este respecto, el Papa Francisco subrayó en el simposio «por una teología fundamental del sacerdocio» que: La vida de un sacerdote es ante todo la historia de la salvación de un bautizado.  A veces olvidamos el Bautismo, y el sacerdote se convierte en una función: funcionalismo, y esto es peligroso. No debemos olvidar nunca que toda vocación específica, incluida la del Orden, es una realización del Bautismo. Es siempre una gran tentación vivir un sacerdocio sin Bautismo -y los hay, sacerdotes «sin Bautismo»-, es decir, sin el recuerdo de que nuestra primera llamada es a la santidad. Ser santos significa conformarnos a Jesús y dejar que nuestra vida palpite con sus mismos sentimientos (cfr. Flp 2, 15). Sólo cuando intentamos amar como Jesús amó, hacemos también visible a Dios y realizamos así nuestra vocación a la santidad (17 de febrero de 2022). 

San Agustín lo expresa con palabras insuperables al referirse al ministerio del obispo, que tiene la plenitud del orden sacerdotal: Si me aterra ser para vosotros, me consuela ser con vosotros. Porque para vosotros soy obispo, con vosotros soy cristiano. Ese es el nombre del oficio, esta gracia; ese es el nombre del peligro, este de la salvación. 

¿Podemos profundizar en algunos rasgos esenciales de la vida sacerdotal para una correcta interpretación del papel del sacerdote en la Iglesia? Su naturaleza de discípulo-misionero; su estatuto en el mundo; el triple ministerio, etc.

–Primero, como ya se ha dicho, todo sacerdote pertenece al pueblo de Dios y ha recibido el ministerio sacerdotal para ser ‘siervo’ del rebaño: este concepto no se afirma en sentido negativo, sino positivo, pues conlleva ‘el gusto espiritual de ser pueblo’, como subraya el Papa Francisco en el párrafo homónimo de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (2013), pues es un valor válido para todos los fieles y discípulos que anuncian el Evangelio, y especialmente para los sacerdotes: Para ser evangelizadores de alma también hace falta desarrollar el gusto espiritual de estar cerca de la vida de la gente, hasta el punto de descubrir que eso es fuente de un gozo superior. La misión es una pasión por Jesús, pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo (n. 268).  

En efecto, para ser un auténtico servidor -ministro- sacramentalmente configurado con Cristo Buen Pastor, es necesario que el sacerdote se sienta parte de ese pueblo al que pretende entregar su vida, experimente, así, la alegría de caminar junto a él, ame a cada miembro del rebaño que el Señor Jesús le ha confiado y utilice todos los medios necesarios para responder a su vocación. 

En segundo lugar, el del sacerdote es también un ministerio comunitario: en el título del decreto conciliar sobre el ministerio y la vida de los presbíteros, Presbyterorum Ordinis -el orden de los presbíteros-, la palabra Presbyterorum está en plural, significando un misterio marcado por la colegialidad, es decir, por una misión confiada a una comunidad estable, en la que las relaciones son fraternas y siempre inspiradas por la comunión trinitaria.

De hecho, «La palabra Orden, en la antigüedad romana, designaba grupos constituidos en sentido civil, especialmente con referencia a los que gobiernan. «Ordinatio» -ordenación- indica la incorporación a un «ordo» -orden-» (CEC, 1537). La exhortación Pastores dabo vobis profundizó particularmente en este punto, afirmando la forma radicalmente comunitaria del ministerio ordenado: El ministerio ordenado, en virtud de su propia naturaleza, sólo puede realizarse en la medida en que el presbítero está unido a Cristo por la incorporación sacramental al orden presbiteral, y por tanto en la medida en que está en comunión jerárquica con su obispo. 

En tercer lugar, Presbyterorum Ordinis subraya el carácter sacramental del ministerio sacerdotal, pero es interesante que interprete este hecho objetivo como un camino de configuración con Cristo sacerdote. La configuración se entiende ontológica pero también espiritualmente, en sentido sacramental pero también humano, profundamente personal pero destinada al bien del pueblo de Dios, conferida mediante el sacramento del Orden pero en continuo desarrollo hacia la santidad sacerdotal. Esto explica que la formación sacerdotal contenga un dinamismo continuo, el del discípulo llamado a ser pastor (cfr. RFIS, 80). 

El cuarto aspecto esencial es el estatuto del sacerdote en el mundo. A este respecto, el decreto Presbyterorum Ordinis alcanza su punto culminante cuando habla de la vida espiritual del sacerdote, que a mi parecer puede resumirse en las palabras: «Ungido por el Espíritu Santo para el mundo y no fuera del mundo». La esencia del sacerdote es como la de la Iglesia, que, aunque es un misterio de Dios, está profundamente arraigada en la realidad. En referencia a los sacerdotes, Presbyterorum Ordinis afirma: No podrían ser ministros de Cristo si no fueran testigos y dispensadores de una vida distinta de la terrena; pero, por otra parte, tampoco podrían servir a los hombres si estuvieran alejados de su vida y de su ambiente (n. 3). 

La idea de ser ungido para el mundo y no fuera del mundo exige del sacerdote ciertas actitudes fundamentales que favorezcan el diálogo con la realidad a través de un lenguaje que asegure la eficacia del anuncio. Por tanto, no puede evitar enfrentarse al reto, por ejemplo, de hacer accesibles a la gente los conceptos filosóficos y teológicos adquiridos durante su formación; o de utilizar las redes sociales para la evangelización.  ¿Es así?

–Es indispensable una formación permanente, no sólo teórica, sino también práctica y pedagógica. Otro reto importante es que los sacerdotes vivan su ser en el mundo con serenidad, en sencillez, pobreza evangélica y castidad coherentes con el don del celibato que han recibido del Señor, huyendo de un estilo de vida cómodo, consumista y hedonista como el que domina el mundo actual. En este sentido su vida tendría que ser su principal lenguaje y medio de comunicación para transmitir a Cristo.

Como es sabido, el decreto conciliar Presbyterorum Ordinis utiliza el esquema tripartito del ministerio sacerdotal para explicar la misión evangélica del sacerdote: ministro de la Palabra (OP, 4), ministro de los Sacramentos -cuya cumbre es la Eucaristía (OP, 5)- y ministro del Pueblo de Dios (OP, 6). Esta estructura ilustra claramente la amplitud del ministerio sacerdotal. El sacerdote no es un mero dispensador de culto, sino que también tiene la responsabilidad pastoral de guiar a la comunidad confiada a su cuidado. El sacerdote es responsable de conducir a su rebaño a pastos verdes y seguros. Debe conducirlo hacia lo bueno, lo verdadero y lo justo, todos signos del Reino de Dios, incluso a aquellas ovejas que no son de su redil. No debe olvidar que la promoción humana y la cultura cristiana son parte integrante de la evangelización. 

El Papa Francisco indica las cuatro proximidades que todo sacerdote debe vivir y cultivar para crecer cada vez más maduro en su vida y ministerio sacerdotal: la cercanía con Dios, con su propio obispo, con sus hermanos sacerdotes y con el pueblo santo de Dios. ¿Puede ayudarnos a comprender mejor la importancia de cada una de estas relaciones que ayudan a definir el paradigma sacerdotal?

–Respecto a la primera cercanía su necesidad en todo cristiano y particularmente para la vocación de un sacerdote es evidente, el Señor lo expresó con fuerza a través de la imagen de la vid y el sarmiento “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada” (Jn 15, 5). Pienso que todos tenemos la experiencia de conocer algún sacerdote que, por medio de sus expresiones, su determinación, su testimonio de oración, su ternura, a través de su celo apostólico y tantos otros gestos, logra reflejar que tiene a Dios, o mejor, que se deja tener por Dios. Los sacerdotes así son testigos de la alegría del Evangelio. 

En relación a las otras tres cercanías, pienso que la explicación de la terminología nos puede ayudar a tener una mejor comprensión. La comunión jerárquica exige que mostremos respeto y obediencia -que no es sumisión servil- al Ordinario y a sus sucesores, como se prometió el día de la ordenación. La obediencia no es un atributo disciplinar, sino la característica más fuerte de los lazos que nos unen en comunión. La obediencia, en este caso al obispo, significa aprender a escuchar y recordar que nadie puede pretender ser el poseedor de la voluntad de Dios, y que ésta sólo puede ser comprendida a través del discernimiento. 

Además, la relación entre sacerdotes, especialmente entre miembros del mismo presbiterio, está llamada a ser fraterna. La razón de esta relación fraterna se basa en la común ordenación y en la común misión, de la que, unidos y bajo la guía de su obispo, todos son corresponsables. Esta relación fraterna constituye la condición fundamental para la formación permanente de los presbíteros en las cuatro dimensiones de la formación (cfr. RFIS, 87-88). El aprecio del don sacerdotal se manifiesta de dos maneras: por una parte, cultivando la dimensión humana, espiritual, pastoral e intelectual de la propia vocación; por otra, preocupándose por el bien de los hermanos sacerdotes con sentido de corresponsabilidad. La corresponsabilidad en la misión confiada al sacerdote se concreta también en el apoyo mutuo y en la docilidad para recibir y ofrecer la corrección fraterna. 

En cuanto a la cuarta cercanía, como ya mencionamos reiteradamente, en virtud de su misión apostólica, el sacerdote está llamado también a establecer una relación fraterna con los fieles laicos. Debe abrazar a la comunidad a la que es enviado y colaborar con ella: participando y compartiendo la misión con los diáconos y los ministros laicos instituidos (acólitos, lectores, catequistas, etc.), así como con las personas consagradas y los laicos que, en virtud de sus carismas, aportan valiosas contribuciones a la edificación de la comunidad eclesial, a la promoción humana y a la cultura cristiana. Además, la fraternidad apostólica tiene dos aspectos: por una parte, el pastor cuida de su rebaño y, por otra, el rebaño cuida de su pastor.

El autorAntonino Piccione

Vaticano

El Papa Francisco recibe el alta médica

El sábado 1 de abril, por la mañana, el Papa Francisco recibió el alta médica después de pasar tres noches ingresado en el hospital Policlínico Gemelli en Roma.

Paloma López Campos·1 de abril de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
El Papa Francisco visita a los niños ingresados en el hospital (CNS/Oficina de Prensa de la Santa Sede)

El Papa Francisco vuelve al Vaticano. Tras pasar tres noches ingresado en el hospital Policlínico Gemelli, Francisco recibió el alta el sábado 1 de abril por la mañana. Antes de regresar a Santa Marta, el Papa estuvo un tiempo respondiendo a las preguntas de los periodistas y aprovechó la ocasión para agradecer las oraciones por su salud.

La breve estancia del Santo Padre en el hospital no detuvo el ritmo de su agenda. Aprovechando que estaba en la clínica, Francisco visitó a los niños ingresados de la unidad de oncología pediátrica y a otros enfermos que estaban ingresados. También bautizó a un niño, estuvo leyendo y recibió la Eucaristía. Los comunicados a la prensa de estos días afirmaban que seguía trabajando desde su habitación.

La gran pregunta ahora está relacionada con los actos de Semana Santa. Si bien desde la Santa Sede no han confirmado nada, lo más probable es que el Papa Francisco presida la Misa del Domingo de Ramos mañana en la plaza de san Pedro.

Libros

«El Cantar de Liébana», el mundo de los beatos

Esta es la recomendación de lectura de la quinta novela de José María Pérez González, conocido como Peridis. Su nuevo título se llama "El cantar de Liébana".

Yolanda Cagigas·1 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

José María Pérez González, más conocido como Peridis, es arquitecto, dibujante, divulgador del patrimonio cultural y escritor. Además de las viñetas que publica en “El País desde la fundación de este periódico, es colaborador en el programa “Aquí la Tierra” de TVE y en “A vivir que son dos días” de la Cadena Ser. También en TVE dirigió y presentó el documental «Las claves del románico”.

Cantar de Liébana” es su quinta novela. “En 2014 obtuvo el Premio de Novela Histórica Alfonso X el Sabio con “Esperando al rey”. En 2016 publicó “La maldición de la reina Leonor y en 2018 culminó su “Trilogía de la Reconquista con “La reina sin reino”. En 2020 recibió el Premio Primavera de novela por “El corazón con que vivo”

El germen de esta nueva novela fue el pregón de la ceremonia de apertura del año santo lebaniego de 2017 que Peridis pronunció. A ello fue invitado, no sólo por su conocimiento de la Edad Media, sino por su origen lebaniego. El autor nació en Cabezón de Liébana, dónde vivió sus tres primeros años y muchos de sus veranos, vacaciones “que se acababan el 14 de septiembre, día de la Exaltación de la Santa Cruz. Ese día se subía a Santo Toribio en romería para adorar el lignum crucis, besando arrodillados el más grande fragmento de la cruz de Cristo”.

Peridis pretende “hacer realidad la máxima de enseñar deleitando”, y lo que nos quiere mostrar es el mundo de los beatos. Para Humberto Eco, “los beatos son las más prodigiosas creaciones iconográficas de toda la historia del arte occidental”. Una muestra de su importancia es que, en abril de 2016, el “Beato de Valcavado” fue seleccionado como una de las quince obras artísticas más importantes de España por el proyecto Europeana.

Una trama en España

En el siglo VIII, Elipando, arzobispo de Toledo, entonces bajo dominio del Emirato de Córdoba, defendió y propagó la herejía del adopcionismo, que negaba la naturaleza divina de Jesucristo.

Beato era un sacerdote sabio que, huyendo de Elipando, se refugió en los Picos de Europa en el antiguo monasterio de San Marín de Turieno (hoy Santo Toribio de Liébana), donde emprendió la lucha contra la herejía del arzobispo de Toledo y sus seguidores. Para hacerlo, se dedicó a escribir una obra ilustrada y con comentarios de los Padres de la Iglesia, denominada “Comentarios del Apocalipsis”.

Esta obra adquirió fama ya en vida de Beato, por lo que comenzaron a realizarse copias de los “Comentarios”, primero en el scriptorium lebaniego y luego en los de diversos monasterios; de hecho, “después de la Biblia el de Beato es el libro más copiado en toda la Edad Media”. Todas esas copias se denominan beatos y se conservan treinta y uno en todo el mundo. 

En un momento dado, los personajes de esta novela de Peridis visitan la Biblioteca Histórica de la Universidad de Valladolid en el Palacio Santa Cruz, donde se conserva el “Beato de Valcavado”, uno de los más ricos y completos ejemplares de los beatos. Se trata de un códice de estilo mozárabe, hecho en pergamino, con 87 miniaturas de coloraciones muy intensas.

Presente y pasado

En la novela, el autor entrelaza la historia y vicisitudes de Beato en su tiempo, con la vida -en nuestros días- de Eulalia, una sexagenaria, viuda reciente que goza de una buena posición, que para rellenar el vacío de sus días se apunta en la Universidad de Valladolid a un seminario sobre los beatos. Allí conocerá a la simpática Tiqui, una joven alternativa y al excéntrico Don Crisógono, el profesor que transmite su sabiduría con pasión y que reta a sus alumnos a que visiten Cantabria y descubran algún beato.

Con una escritura muy cuidada y con unas simpáticas ilustraciones, Peridis logra sus deseos: “hacer realidad la máxima de enseñar deleitando”. Convencido de que “la ficción, cuando se aproxima desde los documentos y los hechos a los lugares, es el género que mejor nos permite acercarnos a los personajes y sus circunstancias, nos hace sentirnos identificados con ellos y vivir sus vidas como si fuera la nuestra”

El autor realiza un homenaje a Beato, a la época y a los paisajes cántabros, pocos meses antes de que el 16 de abril de 2023 comience el 74º año jubilar lebaniego.

El autorYolanda Cagigas

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El mejor plan de Semana Santa

Disfrutar junto a la comunidad cristiana de la Semana Santa es ese sitio secreto que no te cuentan las guías turísticas, ese lugar escondido que no sale en las cuentas de las instagramers más famosas.

1 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Llega la Semana Santa y, a pesar de la crisis financiera, la inflación y la tensión internacional, el sector hotelero se frota las manos ante el esperado lleno que se augura. Son muchos millones los que viven con pasión la Semana Santa, y otros muchos los que viven “de” la Semana Santa. Estos días en que los cristianos celebramos los misterios centrales de nuestra fe son aprovechados por un sector tan importante como el hostelero para hacer caja y revitalizar así la tan maltrecha economía. 

Hoteles, medios de transporte, restaurantes, terrazas y bares ajustan su oferta a la alta demanda ofreciendo una amplia selección de sus servicios para la que se prevé como la Semana Santa más cara de toda la historia. Ojalá esto se traduzca también en más puestos de trabajo y en mejores condiciones para los empleados y proveedores. 

Son muchas las recomendaciones que estos días publica la prensa y comparten los influencers: lugares de ensueño, ofertas increíbles, chollos espectaculares… También yo tengo mi particular recomendación para esta Semana Santa: se trata del destino más acogedor, que cuenta con el mejor ambiente, con la mejor de las comidas y con el precio más económico que se puede encontrar en el mercado. Y, lo más importante: cada año salgo más satisfecho y con mayor sensación de descanso, alegría y gozo. Se trata, cómo no, de la Iglesia.

Disfrutar junto a la comunidad cristiana de la Semana Santa es ese sitio secreto que no te cuentan las guías turísticas, ese lugar escondido que no sale en las cuentas de las instagramers más famosas.

Mientras la mayoría disfruta de los días de descanso, de la gastronomía, del sol, de las playas o de la oferta cultural que son también nuestras manifestaciones públicas de fe, los cristianos celebramos e invitamos a todos a celebrar con nosotros, unos acontecimientos trascendentales que, bien vividos, nos pueden cambiar la vida. Comenzando por el Domingo de Ramos en el que, tras una manifestación gozosa al grito de “Hosanna, Bendito el que viene en nombre del Señor”, proclamamos de forma solemne la pasión y muerte del Señor. Este día hacemos presente nuestras contradicciones: decimos querer a Dios, pero a la hora de la verdad, no nos interesa su propuesta. 

El Triduo Pascual

Será todavía tiempo de Cuaresma (pues esta no finaliza hasta el Jueves Santo), un tiempo de penitencia que sirve precisamente para eso, para darnos cuenta de nuestra debilidad, de nuestra falta de fe, de nuestra necesidad de ser redimidos para poder así anhelar la salvación que se hará efectiva en los días grandes. Como el aperitivo en esa terraza soleada nos prepara para el mejor almuerzo, el Domingo de Ramos nos pone a tiro el Triduo Pascual. 

El Jueves Santo, primer día del Triduo, llega el mejor de los menús degustación. Ningún estrella Michelín, por muy saludable que sea su carta, ofrece un alimento que dé la vida eterna. Y en este día nos lo preparan en directo, delante de nuestros ojos en la Misa “in coena domini”. 

Pan y vino del cielo que nos llevan a amar y a servir. Pocos pueblos o rincones turísticos pueden presumir de ser tan acogedores como la comunidad cristiana. En este Día del Amor Fraterno nos acordamos de los millones de personas a quienes la Iglesia presta su ayuda: inmigrantes, personas en riesgo de exclusión, mayores, mujeres solas, niños… Y nos sentimos especialmente unidos a nuestros hermanos de comunidad parroquial, de movimiento, de cofradía o hermandad, porque si hay un pueblo donde los visitantes pueden sentirse como en casa ese es el Pueblo Santo de Dios.

Por otra parte, ningún spa ni tumbona en la playa puede proporcionarnos el descanso que nos ofrece el Viernes Santo. Son muchas las cargas que acumulamos en nuestra vida, las cruces que nos han tocado llevar: enfermedades, problemas familiares, pérdidas de seres queridos, incertidumbres económicas… En los oficios del Viernes Santo dejamos nuestra pesada mochila a los pies del Calvario. Saberse acompañado en el sufrimiento por el mismo Dios y por su madre, la Virgen, es un consuelo incomparable. 

Y tras el esperanzado paréntesis del Sábado Santo, la gran Vigilia Pascual, la noche que da sentido a nuestra vida. El gran fin de fiesta donde celebramos que Dios es fiel a sus promesas y nos libra de la esclavitud del faraón, de la muerte que nos acecha. ¿Habrá mayor alegría? Y lo mejor de todo: ¡de forma absolutamente gratis! Dios no pide nada a cambio, no necesita nuestro esfuerzo, ni nuestras buenas obras. Se da por puro amor a cada uno de nosotros. No hay mejor final para una semana de ensueño: sentirse querido hasta lo más profundo de tu ser, hasta lo más oscuro de tu debilidad.

En la casa de Dios

En esta santa semana, Dios nos invita de nuevo a disfrutar en su casa de todos sus dones: del mejor aperitivo, de la mejor de las comidas, de la mejor compañía, del mejor descanso y de la mejor de las fiestas y todo ello sin pagar. Es el “simpa” del que ya nos habló Isaías cuando cantaba: 

«Oíd, sedientos todos, acudid por agua; venid, también los que no tenéis dinero: comprad trigo y comed, venid y comprad, sin dinero y de balde, vino y leche. ¿Por qué gastar dinero en lo que no alimenta y el salario en lo que no da hartura?».

Feliz Semana Santa.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

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Vaticano

El Papa estará en San Pedro el Domingo de Ramos

El Papa Francisco abandonará en las próximas horas el hospital Gemelli, en el que ha permanecido dos noches por una infección respiratoria y celebrará el Domingo de Ramos en San Pedro.

Maria José Atienza·31 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La Santa Sede ha confirmado que el Pontífice, que saldrá mañana de Hospital Universitario Gemelli, acudirá a la celebración del Domingo de Ramos en la plaza de San Pedro.

El ingreso del Santo Padre, que se produjo la tarde del miércoles tras sufrir diversas dificultades respiratorias, parece ser más corto de lo que se esperaba.

El parte ofrecido la mañana del viernes 31 de marzo por el director de la Sala Stampa, Mateo Bruni destacaba la progresiva mejoría del Santo Padre que había vuelto a trabajar aún estando hospitalizado.

La buena respuesta del Papa al tratamiento antibiótico que le pusieron para tratar la bronquitis de base infecciosa ha sido clave para su escaso tiempo de hospitalización. Está previsto que el Papa regrese a Santa Marta en las próximas horas tras los últimos chequeos.

Es previsible además que, a lo largo de las horas siguientes, la Santa Sede notifique las actividades del Santo Padre en los próximos días. Su agenda, tras el ingreso, había sido despejada hasta conocer la evolución de su estado de salud.

América Latina

Semana de la vida en la Diócesis de León, Nicaragua

Del 18 al 25 de marzo se desarrolló en Nicaragua la Semana de la Vida del año 2023. Esta iniciativa nació con el fin de animar la promoción de la defensa de la vida, desde la concepción hasta la muerte natural.

Néstor Esaú Velásquez·31 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Del 18 al 25 de marzo se desarrolló en la diócesis de León, Nicaragua la Semana de la Vida del año 2023. Esta iniciativa nació hace varios años, con el fin de animar la promoción de la defensa de la vida, desde la concepción hasta la muerte natural. Está animada por la pastoral familiar de la diócesis de León y su ministerio en defensa de la vida.

Durante la semana se desarrollaron diferentes iniciativas, desde la formación de docentes de la asignatura de educación en la fe con la pastoral educativa, la presentación de catequesis dirigidas para niños, jóvenes, padres de familia y docentes; la presentación de material audiovisual Provida, visita de colegios, conversaciones, programas en radio y televisión, rezo del Santo Rosario…

Diócesis de León

De forma especial, en la diócesis de León se ofreció el jueves 23 de marzo para realizar en las parroquias una Hora Santa por la Vida, orando al Dios de la Vida que acompañe los esfuerzos por defender la vida humana. De igual modo el día viernes 24 de marzo se ofreció en las parroquias de la diócesis el ejercicio piadoso del Viacrucis.

En la diócesis de León existe desde el año 2009 el ministerio en defensa de la vida que se dedica al trabajo en favor de esta, sobre todo acompañando a madres que se sienten presionadas o tienen la intención de abortar. Hasta la fecha han podido salvar del aborto a más de 400 niños. 

Monseñor Sócrates René Sándigo Jirón, obispo de la Diócesis de León, (Nicaragua) en un mensaje a la pastoral familiar de la diócesis señaló: “Una de nuestras misiones como iglesia es promover esa vida por la cual nuestro Señor Jesucristo dio la suya. Él dijo: ‘Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia’. Quiso abandonar el cielo, encarnarse, morir para vencer la muerte y que tengamos vida… Los cristianos, los católicos, las familias buenas que creemos en nuestro Señor Jesucristo no podemos bajar la guardia, debemos seguir trabajando para decirle SÍ A LA VIDA, no solo desde el punto de vista conceptual, sino existencial, crear una cultura que nos permita cada vez más el respeto de la vida, desde la concepción, hasta la muerte natural”.

La semana de la vida de este año 2023, concluyó el día 25 de marzo en la catedral de León, con la Santa Eucaristía presidida por el Padre Marcos Francisco Díaz Prado, animador diocesano de la pastoral familiar.

El autorNéstor Esaú Velásquez

Cultura

El martirio de san Andrés de Pedro Pablo Rubens

Un acercamiento artístico al cuadro del pintor flamenco Pedro Pablo Rubens "El martirio de san Andrés" que se conserva actualmente en la Fundación Carlos de Amberes, en Madrid.

Andrés Iráizoz·31 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

El martirio de San Andrés, de Pedro Pablo Rubens fue encargado al pintor por Jan van Vucht, un flamenco que residía en Madrid y a su muerte en 1639 legó el cuadro al Hospital de San Andrés de los Flamencos, ahora Fundación Carlos de Amberes, fundado en 1594 por Carlos de Amberes.

Carlos de Amberes el cual donó sus bienes para que se construyera un hospital que sirviera de hospedaje a los pobres y peregrinos procedentes de los Países Bajos. En 1617 se fundó el hospital e iglesia bajo la advocación de San Andrés, patrón de Borgoña y que contó con la protección real desde el siglo XVII.

Al suprimirse el hospital en 1844, el lienzo fue depositado en el Monasterio de El Escorial y también en la Real Fábrica de Tapices, y en 1891, tras la renovación del hospital, fue colocado nuevamente en la nueva capilla; tiempo después fue objeto de compra y venta, sobrevivió a la Guerra Civil y en 1978 ingresó temporalmente en el Museo del Prado y desde 1989 se encuentra en la Fundación Carlos de Amberes.

La primera vez que estuvo en un museo de Hispanoamérica fue en 2019, en el Museo Nacional del Barroco de Puebla de Zaragoza (México).

Fue expuesto en el Museo Nacional de Arte de México con el objeto de mostrar la influencia de Rubens en artistas de la Nueva España como José Juárez y Cristóbal de Villalpando.

El Martirio de san Andrés. Pedro Pablo Rubens
El Martirio de san Andrés. Pedro Pablo Rubens

Antecedentes artísticos: Van Veen y Rubens

Recogemos aquí la aportación de Inmaculada Rodríguez Moya en el volumen Otto van Veen: Inventor y pintor, entre la erudición y la devoción: “A finales del año 1594, Van Veen recibe el encargo de ejecutar un nuevo retablo en San Andrés de Amberes con la temática del martirio del santo.

En esa época, predominó el gusto hacia la representación de martirios en Amberes, después del restablecimiento del catolicismo por parte de Alejandro Farnese. Anteriormente ya existían imágenes de mártires, si bien a partir de ese momento se multiplicaron con un tono declamatorio y monumental y expresiones enfatizadas de instrumentos de tortura y composiciones llenas de figuras y actividad, de lo cual es un ejemplo el retablo de Van Veen. Se pretendía así dar modelos de imitación de la fortaleza y coraje que los verdaderos cristianos debían demostrar en tiempos de persecución.

El retablo representó la crucifixión del santo en una tabla principal sin alas y en la predela, escenas de la vocación de los apóstoles y de Cristo con el orbe.

El artista ha situado en primer plano a una serie de personajes: mujeres llorosas y niños, al gobernador romano a caballo y los soldados que crucifican al santo. En el plano medio, pero en la parte superior del lienzo, es decir, ya en la Gloria celeste, se sitúa la cruz aspada con el santo, cuyo cuerpo coincide totalmente con la posición del madero, presentándose de frente al espectador. Le rodean angelotes, con la palma, la rama de olivo y la corona de mártir. Al fondo vemos un templete circular y una puerta, sirviendo la grisalla para situar las luces de la escena.

En 1.596 Van Veen ejecuta el modelo sobre lienzo siguiendo la composición del boceto, complicando la composición al incorporar más personajes y mayor abigarramiento. Modifica las luces, dejando en penumbra a los soldados que sostienen la cruz, para resaltar las figuras de las mujeres, y al gobernador en primer plano. Ilumina más el fondo resaltando a contraluz estas figuras del medio plano y creando un efecto de profundidad mayor.

En una última etapa, en la tabla, se comprueba la maestría de Van Veen en el tratamiento de los claroscuros y el color, y el clasicismo predominante en la obra. La tabla, de gran tamaño, enfatiza el aislamiento de San Andrés con respecto a la mitad, simbolizando su ascensión a la Gloria por su situación superior por la luz dorada que emerge tras él, por su estoica serenidad y la  de los ángeles con las coronas y la palma, y ayudando uno de ellos al soldado a clavar la lanza en el santo. Luz y colorido con rasgos y gestos de las mujeres llorosas y los indiferentes soldados, permiten crear el efecto devocional buscado. La arquitectura del plano del fondo -templo circular y puerta triunfal- se resalta aún más, creando un efecto fantasmagórico y contribuyendo a subrayar lo extraordinario de la escena. La tabla pretende mostrarnos la glorificación heroica del mártir con la clara finalidad de despertar la fe militante de los devotos.

Van Veen pretendió destacar la crucifixión como una escena que causara impresión y sobrecogiera al espectador por su tamaño.

Similar intención tuvo Rubens en el martirio de San Andrés (1639), obra de su etapa final en la que se inspiraría en la composición de su maestro. Rubens crea un efecto aún más estremecedor que Van Veen, acentuando las diagonales de la composición, estructurada sobre la propia cruz, que ocupa todo el espacio pictórico y situando a pocos personajes en primer plano (el gobernador a caballo y las mujeres llorosas en el mismo lado que en la tabla, los angelotes con los símbolos de su gloria y los soldados musculosos sosteniendo la cruz), quedando la multitud en una línea de fondo muy inferior, si bien el efecto de superioridad espiritual del santo y el efecto de luces y sombras buscado por Rubens es muy similar y aún más espectacular que el de su maestro».

Misión y muerte de san Andrés

San Andrés, segundo de los apóstoles, lleva un nombre griego que, según Benedicto XVI, es signo de una cierta apertura cultural de su familia.

Fruto de su primer celo apostólico, fue su conquista proselitista de Simón Pedro. Intercedió por los paganos antes de que llegara el tiempo de estos, al hacer de intérprete, a un pequeño grupo de griegos, de la profecía sobre la extensión del Evangelio a aquellos.

“Andrés convirtió a muchos a Cristo con su predicación y con innumerables milagros”, y en una de las lecciones aplica a Andrés las palabras de la Carta a los Romanos: “Todo el que invocare el nombre del Señor será salvo. ¿Cómo habrán de invocar -judíos y paganos- a Aquel en quien no creen? ¿Y cómo creerán en Aquel de quién no oyeron nada? ¿Y cómo oirán sin quien les predique?… Y yo pregunto: ¿Es que todavía no oyeron nada? Pero si a toda la tierra salió su voz y sus palabras llegaron a los confines de la tierra”, proclama el breviario en su fiesta.

Los bárbaros en sus tierras fueron destinatarios de su mensaje evangélico, probablemente con el mismo Pedro. Eusebio, padre de la Iglesia, le sitúa apostólicamente en la salvaje Escitia, al sur de la Rusia actual o en sus regiones fronterizas como Bitinia, El Ponto y, sobre todo, Sínope, al sur y oeste del Mar Negro.

Otras fuentes señalan como tierra de su misión la Lidia, el Kurdistán y la Armenia, y en una segunda etapa pudo bajar de Bitinia a Tracia, Macedonia y Grecia hasta la Acaya, en el actual Peloponeso.

Allí en Grecia, en Patrás, encontró el final de su obra apostólica. Según una “Enciclica de los presbíteros y diáconos de Acaya sobre el martirio de san Andrés”, después de haber predicado el evangelio como obispo de Patrás, en Acaya, fue condenado a morir en la cruz por el prefecto Egeas, cuya esposa fue convertida por el santo junto a gran parte de la población.

El suceso fue de la siguiente forma: Egeas descubrió la conversión y, furioso, quiso obligar a los cristianos a que ofrecieran sacrificios a los ídolos. San Andrés intentó que desistiera en su empeño, pero el procónsul ordenó que lo encarcelaran. No fue clavado, sino que tras su flagelación fue amarrado a la cruz, para que tardara más en morir y así prolongar su sufrimiento.

El pueblo suplicaba el perdón del reo. Millares de personas pedían que se le librara del tormento, incluso el hermano del prefecto se unió a las súplicas, aunque todo fue en vano. Durante los dos días de sufrimiento no dejó de predicar, haciendo concurrir a muchas personas, que acudían a escucharle.

La multitud no tardó en amotinarse contra Egeas quien, contra tales amenazas, trató de liberarle. Sin embargo, san Andrés decía: “¿A qué vienes? {…} Yo no bajaré vivo de aquí; ya veo a mi Rey que me está esperando”.

Trató de desatarlo, pero este se lo impidió rezando la oración que comenzaba así: “No permitas, Señor, que me bajen vivo de aquí. Ya es hora de que mi cuerpo sea entregado a la tierra”. Al decir estas palabras, san Andrés quedó envuelto por una luz venida del cielo y acto seguido, el apóstol murió. Una samaritana recogió su cadáver tras su muerte. Sus reliquias fueron llevadas a Bizancio y la cabeza trasladada a Roma, donde descansan ahora los dos hermanos.

No se conoce el año de la muerte de san Andrés, aunque se sospecha que, al tiempo del tránsito de la Virgen María, Andrés ya había muerto.

La citada encíclica del clero de Acaya describe la muerte del apóstol con vivos colores: “Cuando Andrés llegó al lugar del martirio exclamó a la vista de la cruz: ¡Oh, cruz santa, que fuiste adornada con los miembros del Señor! ¡Cruz largamente deseada, profundamente amada, constantemente buscada y al fin preparada para mi alma! ¡Recógeme de entre los hombres y llévame a mi Maestro! ¡Por ti me reciba quien por ti me redimió!”.

El Bautista exclamó junto al Jordán ante su discípulo Andrés: “¡He aquí el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo!” Y el Señor, días antes de su muerte, respondió a una pregunta de Andrés con la sentencia: “El grano de trigo ha de morir para producir fruto”. El sacrificio del Señor lo llevaba Andrés más metido en el alma que todos los demás apóstoles, más aún que su propio hermano Simón, que no pudo reprimir su protesta ante la predicción de la cruz. Andrés saludó a la cruz con un jubiloso: “¡Salve, Crux!”.  Aquel sí a la cruz, tan dulce y enérgico, es la más alta hazaña. Quien saluda a su cruz con un ¡salve! Ha de ser “Andrés”, es decir, varonil.

La cruz en que murió Andrés era en aspa, la llamada cruz de san Andrés, en forma de X. “X” mayúscula es también la inicial griega del nombre de Cristo; quien viva unido a la X -a la cruz- vivirá unido a Cristo y viceversa. El mismo Señor advierte: “Quien quiera ser mi discípulo, tome sobre sí mi cruz.” Esta ha sido escogida para darnos la más profunda semejanza con Cristo y, como hermosamente pedía San Andrés, “para llevarnos al Maestro”.

El autorAndrés Iráizoz

Arquitecto.

Recursos

Riquezas del Misal romano: los domingos de Cuaresma (VI)

Con este último análisis de la oración colecta del domingo de Ramos finaliza la serie que nos permite asomarnos a la riqueza del Misal romano.

Carlos Guillén·31 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Con el domingo de Ramos de la Pasión del Señor llegamos al final de nuestro recorrido. Estamos en el pórtico de la Semana Santa. La Iglesia conmemora con la procesión de ramos la entrada de Jesús en Jerusalén. Paradójicamente será aclamado como Rey y Mesías para luego ser condenado a muerte de Cruz.

Como afirmó Benedicto XVI al celebrar este día: “En la procesión del domingo de Ramos nos unimos a la multitud de los discípulos que, con gran alegría, acompañan al Señor en su entrada en Jerusalén”. “Esta alegría del inicio es también expresión de nuestro «sí» a Jesús y de nuestra disponibilidad a ir con él a dondequiera que nos lleve”. Además “quiere ser imagen de algo más profundo, imagen del hecho que, junto con Jesús, comenzamos la peregrinación: por el camino elevado hacia el Dios vivo”.

Una vez que ha tenido lugar la procesión con los ramos y la entrada solemne en el templo, la Colecta abre directamente la celebración eucarística. Esta oración, de estructura sencilla pero notoriamente larga, ha pasado prácticamente inalterada a través de los siglos hasta el Misal de Pablo VI.  Su redactor anónimo podría haberse inspirado algunos textos de san Agustín donde términos como exémplum, documéntum y humílitas aparecen también relacionados.

Dios todopoderoso y eterno, que hiciste que nuestro Salvador se encarnase y soportara la Cruz para que imitemos su ejemplo de humildad, concédenos, propicio, aprender las enseñanzas de la pasión y participar de la resurrección gloriosa.Omnípotens sempitérne Deus, qui humano géneri, ad imitándum humilitátis exémplum, Salvatórem Nostrum carnem súmere, et crucem subíre fecísti, concéde propítius,ut et patiéntiae ipsíus habére documéntaet resurrectiónis consórtia mereámur.

El amor todopoderoso del Padre 

La invocación Omnípotens sempitérne Deus, como tal, se repite en 14 colectas dominicales. Pero el recurso a la omnipotencia divina aparecerá varios cientos de veces en el Misal, siendo uno de los atributos de Dios más mencionados. Aunque pertenece por igual a las tres Personas divinas, en el Gloria, en el Credo y en muchos prefacios la omnipotencia se suele referir especialmente al Padre. Como explica el Catecismo, “Dios es el Padre todopoderoso. Su paternidad y su poder se esclarecen mutuamente. Muestra, en efecto, su omnipotencia paternal por la manera como cuida de nuestras necesidades; por la adopción filial que nos da; finalmente, por su misericordia infinita, pues muestra su poder en el más alto grado perdonando libremente los pecados” (n. 270).

El Padre perdona nuestros pecados enviándonos a su Unigénito. La anámnesis nos recuerda dos momentos cumbre de la existencia de nuestro Salvador: tomar nuestra carne (carnem súmere) y sufrir la Cruz (crucem subíre), la Encarnación y la Pasión. Dos momentos estrechamente relacionados entre sí y con nuestra salvación. Explícitamente afirmamos en nuestra plegaria que Cristo realiza todo en favor del género humano y luego lo volveremos a profesar solemnemente en el Credo: “por nosotros los hombres y por nuestra salvación”. 

El ejemplo de humildad del Hijo

La Redención es objetiva y universal, pero requiere ser acogida por cada uno. La manera de hacerlo es imitar a Jesús, que abraza libremente y hasta el extremo la humillación. De ahí la importancia de que aprendamos las enseñanzas (documenta) de su Pasión, como pedimos en la oración.  Como decía santo Tomás de Aquino: “La pasión de Cristo basta para servir de guía y modelo a toda nuestra vida, pues todo aquel que quiera llevar una vida perfecta no necesita hacer otra cosa que despreciar lo que Cristo despreció en la cruz y apetecer lo que Cristo apeteció. En la cruz hallamos el ejemplo de todas las virtudes”. Así, el pecado de soberbia del viejo Adán queda sanado en el amor, la obediencia, la paciencia y la humildad de Cristo, nuevo Adán. La Colecta del Domingo de Ramos concluye pidiendo nuestra participación en la resurrección gloriosa (con-sors significa correr la misma suerte, el mismo destino), punto culminante del todo el año litúrgico. Es san Pablo quien enseña que a través del bautismo morimos con Cristo y somos sepultados con Él, para resucitar con Él a la vida nueva, propia de quienes han muerto al pecado y viven ahora para Dios (cfr. Rm 6, 3-11). Y así terminamos nuestro itinerario cuaresmal, preparados ya para participar en la celebración pascual de esta vida nueva que nos ha sido dada por Cristo, con Él y en Él.

El autorCarlos Guillén

Sacerdote de Perú. Liturgista.

Vaticano

Papa Francisco: «Cualquier guerra acaba siempre en derrota»

Mientras el Papa Francisco permanece hospitalizado, su Red de Oración hace pública la intención para el mes de abril: el fin de la cultura de la violencia.

Paloma López Campos·30 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

La Red Mundial de Oración del Papa Francisco ha publicado el vídeo con la intención para este mes de abril 2023. Francisco pide por una cultura de la no violencia recordando las palabras que su predecesor san Juan XXIII dejó por escrito en “Pacem in Terris”, afirmando que la guerra es una locura y que escapa a la razón.

El Santo Padre dice que “vivir, hablar y actuar sin violencia no es rendirse, no es perder ni renunciar a nada. Es aspirar a todo”. Continúa pidiendo el cultivo de una cultura de paz, tanto en la vida diaria como en el ámbito internacional.

A continuación, la nota de prensa escrita por la Red Mundial de Oración y el vídeo completo:

“Desarrollemos una cultura de la paz. Cultura de la paz”, pide con fuerza el Papa Francisco. Este es el llamado que hace El Video del Papa de abril con la nueva intención de oración que confía a toda la Iglesia Católica, a través de la Red Mundial de Oración del Papa.

El próximo 11 de abril se cumplen 60 años de la publicación de la encíclica Pacem in terris escrita por el Papa Juan XXIII y que lleva como subtítulo “Sobre la paz entre todos los pueblos que ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad”. En su video de este mes, Francisco renueva este mensaje con fuerza, destacando “que la guerra es una locura, está más allá de la razón”.

Aquella frase de hace sesenta años, citada por Francisco en el mensaje que acompañaba su intención de oración, está más vigente que nunca, como lo están los testimonios dejados por algunas de las personas que plantaron semillas de paz en el siglo pasado: san Juan XXIII, por supuesto, pero también Mahatma Gandhi, Martin Luther King, santa Teresa de Calcuta. En el Video del Papa de este mes, sus retratos en blanco y negro aparecen en medio de las escenas de destrucción causadas por la violencia actual: desde la guerra de Ucrania a las de Oriente Medio, pasando por los enfrentamientos y tiroteos incluso en los países más ricos, como Estados Unidos. Aunque no han faltado testigos, en definitiva, el mundo aún no ha aprendido la lección fundamental: que “cualquier guerra, cualquier enfrentamiento armado, acaba siendo una derrota para todos”.

La paz es el objetivo

En un artículo que Amnistía Internacional publicó sobre datos y estadísticas del uso de armas entre 2012 y 2016, se revela una muestra de lo que resulta de una cultura de violencia: por ejemplo, más de 500 personas mueren cada día por la violencia armada y un promedio de 2000 resultan heridas; además, el 44 % de los homicidios en el mundo se cometen con armas de fuego. Esto se relaciona directamente con la industria de las armas: 8 millones de armas portátiles son producidas cada año, junto a 15,000 millones de cartuchos de munición. Y en lo que respecta al conflicto armado, Acción contra la violencia armada (Action on Armed Violence, AOAV) adelantó que el panorama del 2023 no parece ser alentador: los nuevos enfrentamientos, en particular la invasión rusa a Ucrania y los estallidos en Asia, se sumaron a los conflictos y luchas armadas en curso en el Cuerno de África y Oriente Medio, entre otros.

El único camino posible para frenar esta embestida es buscar y poner en marcha, en el ámbito local e internacional, vías de diálogo real y asumir “la no violencia” como “una guía para nuestra actuación”. Este mensaje se hace eco de lo que adelantó el Papa Juan XXIII hace 60 años: “La violencia jamás ha hecho otra cosa que destruir, no edificar; encender las pasiones, no calmarlas; acumular odio y escombros, no hacer fraternizar a los contendientes, y ha precipitado a los hombres y a los partidos a la dura necesidad de reconstruir lentamente, después de pruebas dolorosas, sobre los destrozos de la discordia”.

Paz sin armas

En un momento de la historia marcado por el conflicto en Ucrania, que ha implicado a un gran número de países en el último año, Francisco recuerda que, incluso en los casos de legítima defensa, el objetivo final debe ser siempre la paz: incluso cuando esta paz, como hoy, parece lejana. Pero “una paz duradera -añade- sólo puede ser una paz sin armas”, y por eso insiste en el tema que le es muy querido del desarme a todos los niveles, incluso dentro de la sociedad: “la cultura de la no violencia -concluye de hecho, en su intención de oración- pasa por un recurso cada vez menor a las armas, tanto por parte de los Estados como de los ciudadanos”.

El P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, comentó: “Frente a la violencia de nuestro tiempo Francisco propone todo un mes para orar ‘por una mayor difusión de una cultura de la no violencia’. La paz entre los pueblos comienza, de hecho, en lo más concreto e íntimo del corazón, cuando encuentro al otro en la calle, su rostro, su mirada, sobre todo el que viene de otra parte, el que no habla como yo y no tiene la misma cultura, el que es extraño en sus actitudes y al que se llama ‘extranjero’. La guerra y el conflicto comienzan aquí y ahora, en nuestros corazones, cada vez que permitimos que la violencia sustituya a la justicia y al perdón. El Evangelio nos muestra que la vida de Jesús revela el verdadero camino de la paz y nos invita a seguirlo. Es en este espíritu que estamos llamados a ‘desarmarnos’, en el sentido de ‘desarmar’ nuestras palabras, nuestras acciones, nuestro odio. Oremos pues, como nos invita Francisco para que ‘hagamos de la no violencia, tanto en la vida cotidiana como en las relaciones internacionales, una guía para nuestra actuación’”.

España

García Magán: «No todo lo técnicamente posible es éticamente aceptable»

El secretario de la CEE se ha referido, en respuesta a una cuestión, acerca de la gestación subrogada que vuelve a estar en primer plano estos días.

Maria José Atienza·30 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La rueda de prensa de finalización de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española ha tenido dos temas centrales más allá de los propiamente tratados en la reunión de los obispos: el debate reabierto sobre la gestación subrogada y la actualización de los datos sobre los abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia desde 1945 hasta la actualidad.

Aparte de estos temas, Francisco Cesar García Magán ha querido subrayar tres temas de actualidad en la Iglesia española. En primer lugar, y uniéndose al sentir de gran parte de la Iglesia, el secretario de los obispos españoles ha querido mostrar la cercanía de la oración de la Iglesia española al Papa Francisco en su reciente hospitalización y ha pedido oraciones por su pronto restablecimiento.

Asimismo se ha referido al canje de notas entre la Iglesia española y el Gobierno por el que se hacía una actualización del acuerdo sobre asuntos económicos entre la Santa Sede y el Gobierno español por el que la Iglesia renuncia a una de las exenciones fiscales que estaban reconocidas en el acuerdo de 1979:  las exenciones en las Contribuciones Especiales y al Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras. Por este acuerdo, la Iglesia se sitúa en una posición equiparable a las fundaciones: sin privilegio fiscal ni discriminación.

También ha hablado del informe “Para dar luz” que la Conferencia Episcopal, por iniciativa propia, ha entregado al Defensor del pueblo español y que recoge los 706 casos de los que se ha tenido noticia en las oficinas de la Iglesia. Un informe que supone una muestra del compromiso de luchar contra la lacra social de los abusos a menores.

«Ser madre o padre es un don«

Cuestionado acerca de la posición de la Iglesia con respecto a la gestación subrogada, García Magán ha querido subrayar que “ante todo la maternidad es un don, no es, en el sentido estricto, un derecho”.

Aunque el secretario comprende “el dolor comprensible de aquellas mujeres que quieren tener familia y no pueden”, hay que tener en cuenta que “las mujeres gestantes no son incubadoras” y ha defendido además que si bien hoy “técnicamente se pueden hacer muchas cosas, no todo lo que es posible es éticamente factible”.

Como ha querido subrayar además “no se trata de negar algo a la mujer sino en defensa de la dignidad de la madre gestante y del niño”.

Nuevos testimonios de abusos

El siguiente gran tema de la rueda de prensa ha sido la publicación de los datos sobre casos de abuso sexual que se han entregado al Defensor del Pueblo. En total, la CEE tiene constancia, por el momento de 706 casos. Los obispos españoles han señalado que en 2022 se han conocido 186 nuevos testimonios sobre casos de abusos cometidos entre 1950 y 2022.

De los 186, 70 han sido comunicados en oficinas diocesanas y 116 en oficinas de congregaciones religiosas. Las oficinas tienen una dimensión pastoral de acogida y acompañamiento, no realizan juicios ni dictan sentencias, por lo que la presencia en la oficina de los casos no determina ni la inocencia ni la culpabilidad, cuestión que compete a las autoridades judiciales civiles y/o canónicas.

Cuando el caso lo requiere, la Oficina insta a la presentación en sede judicial o lo ponen en conocimiento de las instancias judiciales civiles o canónicas.

En relación al victimario, hay 74 clérigos consagrados, 36 clérigos diocesanos, 49 consagrados no clérigos y 27 laicos. Todos los victimarios son varones. De ellos han fallecido 90, 69 están vivos y no consta su situación en 27 casos.

En relación a las víctimas, 179 eran menores de edad en el momento en que se produjeron los hechos y 7 eran equiparables legalmente a un menor. En la actualidad, 166 víctimas son mayores de edad, 16 son menores de edad y 4 víctimas son equiparables legalmente a menores de edad.

Un dato importante en este sentido son las 123 diócesis y congregaciones que disponen ya de un protocolo de prevención y tratamiento de abusos. Además, se están desarrollando los códigos éticos y de buenas prácticas para la atención a las víctimas, que está ya disponible en 95 diócesis y congregaciones.

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Zoom

Comienza la Semana Santa

Las procesiones vuelven esta Semana Santa a las calles de ciudades y pueblos como esta de Domingo de Ramos en Antigua (Guatemala)

Maria José Atienza·30 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Mundo

El Opus Dei perfila su Congreso General Extraordinario con motivo de «Ad charisma tuendum»

Durante las sesiones se estudiarán las propuestas elaboradas a partir de las sugerencias recibidas de todo el mundo. El texto final se votará el último día y tendrá que ser aprobado por el Dicasterio del Clero.

Maria José Atienza·30 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La semana de Pascua, concretamente del 12 al 16 de abril es la fecha elegida por la prelatura del Opus Dei para la celebración del Congreso General Extraordinario convocado con el objetivo de adaptar los Estatutos de la Prelatura al motu proprio Ad charisma tuendum

El Prelado del Opus Dei, mons. Fernando Ocáriz ha publicado, la mañana del 30 de marzo, un breve mensaje agradeciendo las oraciones por los frutos de este Congreso General Extraordinario y detallando algunos aspectos de su organización y celebración.

El Prelado apunta que las sugerencias que han llegado a Roma, fruto de la petición a los miembros de la Prelatura y personas afines al anunciarse este congreso han sido debidamente estudiados «con la ayuda de expertas y expertos, para presentar propuestas concretas en el Congreso».

Aunque la petición se centraba en los aspectos que modifica el Motu Proprio, han llegado también sugerencias y observaciones de diversa índole que, como apunta Ocáriz «servirán para preparar el próximo Congreso General ordinario en 2025».

Las reuniones de los congresistas y las congresistas se realizarán en paralelo y, tanto el Prelado como sus Vicarios participarán en estas sesiones durante las que «se estudiarán las propuestas elaboradas y lo que resulte como texto final se votará el último día».

El prelado ha querido adelantar, además, que el resultado de este Congreso no será comunicado de manera inmediata ya que el documento resultante de las conclusiones de estas reuniones «se debe enviar al Dicasterio del Clero, para el estudio de la Santa Sede, a quien corresponde aprobarlo».

El prelado ha terminado este mensaje con una llamada la unidad «entre toda la Obra, y de la Obra con el Santo Padre y con el conjunto de la Iglesia».

El Motu Proprio Ad Charisma Tuendum

El Papa Francisco publicó, el 22 de julio de 2022, la Carta Apostólica en forma de Motu proprio del Papa Francisco Ad charisma tuendum a través de la que se modificaban algunos artículos de la Constitución Apostólica Ut sit, con la que Juan Pablo II erigió el Opus Dei como Prelatura personal.

Entre las modificaciones introducidas, el nuevo Motu Proprio estableció la dependencia de la Prelatura del Opus Dei que pasaba de depender del Dicasterio para los Obispos al Dicasterio para el Clero.

Asimismo cambió la frecuencia con la que el Opus Dei debe presentar el tradicional informe acerca de la situación de la Prelatura y del desarrollo de su trabajo apostólico, que pasa a ser anual y no quinquenal. Otro de los puntos modificados fue el hecho de señalar, explícitamente, que el prelado del Opus Dei no recibirá el orden episcopal.

Convocatoria del Congreso General Extraordinario

Una vez publicado el Motu Proprio Ad Charisma tuendum, en octubre de 2022, el Prelado del Opus Dei convocaba un Congreso General Extraordinario con la «precisa y limitada finalidad» de adecuar los Estatutos de la Obra a las indicaciones del Motu proprio y, tal y como había sido aconsejado por la Santa Sede, considerar “otros posibles retoques a los Estatutos, que nos parezcan convenientes a la luz del Motu proprio”.

En esa misma carta en la que daba a conocer la celebración de este Congreso que comenzará en las próximas semanas, el Prelado pedía a los miembros de la Obra “sugerencias concretas”, encaminadas a adecuar la labor y el desarrollo de la Obra a las necesidades de la Iglesia en la actualidad.

Los Congresos Generales en el Opus Dei

Los Congresos generales son, junto al Prelado que los convoca y al que asisten, la principal instancia de gobierno dentro del Opus Dei en el nivel central.

Según recogen los actuales estatutos de la Prelatura del Opus Dei en el punto 133, cada ocho años deben celebrarse “Congresos Generales ordinarios convocados por el Prelado, para expresar su parecer sobre el estado de la Prelatura y para poder aconsejar las oportunas normas para la futura acción de gobierno”.

Pueden celebrarse también congresos generales extraordinarios, como el que se celebrará la próxima semana de Pascua, que se convocan “cuando las circunstancias lo pidan a juicio del Prelado”.

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Evangelización

Chantal Delsol: «Los cristianos tenemos la oportunidad de ser mejores como minoría»

Chantal Delsol, intelectual católica francesa de gran renombre, ha publicado recientemente un provocador ensayo: "El fin de la cristiandad". Con visión crítica, Delsol explica en esta entrevista algunos aspectos de esta crisis, el enfrentamiento con la modernidad, la ruptura ontológica y las previsiones de esperanza para los católicos.

Bernard Larraín·30 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

No es temerario afirmar que el cristianismo está pasando por una época de crisis, en el sentido más auténtico de esta palabra. Los cristianos viven en un periodo de fuertes cambios y, en muchos países occidentales, representan a una minoría y, en algunos países, el cristianismo “lucha por la supervivencia”.  Chantal Delsol, intelectual católica francesa de gran renombre, ha publicado recientemente un provocador ensayo: «El fin de la cristiandad». Con visión crítica, Delsol explica en esta entrevista algunos aspectos de esta crisis, el enfrentamiento con la modernidad, la ruptura ontológica y las previsiones de esperanza para los católicos.

¿En qué se diferencia el cristianismo de la cristiandad?

–El cristianismo se refiere a la religión en sí, mientras que la Cristiandad es la civilización desarrollada por la religión, del mismo modo que hablamos de islam (religión) e Islam (civilización). Estar en la cristiandad significa estar en un espacio de civilización en el que es el cristianismo el que inspira e impone la moral y las leyes comunes.

¿Es posible hablar de Cristiandad fuera de Europa? ¿Existe en otros continentes? 

La cristiandad no es, o no era, sólo europea, sino occidental. Se ha extendido o sigue extendiéndose por las dos Américas, además del continente europeo. Por ejemplo, sigue viva, pero en proceso de desestabilización, en algunos países latinoamericanos. Se encuentra en una situación de lucha por su supervivencia en Estados Unidos. Fuera de estas zonas, algunos países de África y Asia albergan a muchos cristianos, pero también a otras religiones, y no se puede hablar de cristiandad.

Usted habla de una inversión normativa (leyes sobre el matrimonio, la vida, etc.), que le hace constatar un cambio de civilización. ¿Cómo entender, en este contexto, la nueva conciencia de la condena de la pedofilia o la pornografía?

–Insistí en la «inversión normativa» para mostrar que, contrariamente a lo que se oye aquí y allá, el hundimiento del cristianismo no conduce al relativismo, sino a normas diferentes. El caso de la pedofilia es muy interesante. Hasta ahora, se ha tolerado en la Iglesia como en todas partes, porque siempre se defendía a la institución antes que al individuo.

La nueva moral defiende al individuo contra la institución, por lo que la nueva condena de la Iglesia a la pederastia marca su aceptación de un cierto individualismo. Además, hay que señalar que la moral que se aplica hoy, la del «cuidado» si se quiere, no es sólo una moral del individuo, sino también una moral de la comunidad. Es lo que se ha llamado humanitarismo, es decir una filantropía sin trascendencia, una reelaboración de la moral cristiana pero sin Cielo. Hasta tal punto que acabamos uniéndonos a la moral asiática: la compasión universal de Confucio.

Esto hace más comprensible la condena de la pedofilia. Yo añadiría una cosa: como ya no tenemos base para la moral, tenemos moral consecuencialista. En otras palabras, lo que es malo es sólo lo que causa daño. En el caso de la propaganda transgénero en las escuelas o la pornografía, todo esto puede ser condenado si se comprueba que causa daño a los niños.

Los católicos se han convertido en minoría y su influencia disminuye. ¿Cuál debe ser su actitud y sus prioridades? Benedicto XVI les animó a ser “minorías creativas que cambian el mundo”.

–Sí, Benedicto XVI tiene razón, cuando una minoría es valiente y educada, puede cambiar las sociedades. Me parece que hoy los católicos representan esa minoría en un país como Francia. El gran peligro del que deben protegerse estas minorías, y al que tan fácilmente están sometidas, es el extremismo. Si, horrorizados por la nueva sociedad que ven desplegarse ante sus ojos, toman la dirección opuesta con un lenguaje de excesos, nunca recuperarán la ventaja. Creo que eso es lo más difícil: mantener el equilibrio mientras se lucha contra los extremos.

¿En qué medida son los católicos responsables del “fin de la cristiandad”?

–Es una pregunta difícil. En general, como he intentado explicar en mi libro, el catolicismo nunca ha admitido lo que se ha llamado modernidad (democracia, liberalismo individualismo), al menos hasta el Concilio Vaticano II, pero para entonces ya era demasiado tarde. La reivindicación moderna que se ha desarrollado cada vez con más fuerza a lo largo de los dos últimos siglos, para llegar a la situación actual, ha sido siempre anticatólica. Se dirá: pero ¿por qué la modernidad debería ganarle al catolicismo?

Creo que en nuestras sociedades, desde el Renacimiento, ha existido un deseo muy fuerte de emancipación individual que estaba dispuesto a cambiarlo todo para lograrlo. Pero también hay que decir que en nuestros países, el catolicismo, en su posición legítima y hegemónica, ha abdicado de la humanidad que debería haber mostrado para compensar la rigidez de sus principios. Un ejemplo que me llama la atención: hasta que el aborto no fue legitimado por la ley, los cristianos no crearon asociaciones de ayuda a las jóvenes embarazadas y solas. Antes de eso, en general, nos contentábamos con insultarlas. Esto, obviamente, no hizo que la gente quisiera defender los principios católicos.

¿Qué opina de la tesis del libro “La opción benedictina”, de Rod Dreher ?

–Sí, conozco a Rod Dreher y he hablado con él sobre esto. Él es mucho menos radical de lo que su libro sugiere. Por otra parte, es muy consciente de que nuestra situación no puede compararse francamente con la de su héroe, Vaclav Benda, que vivió en un país totalitario.

Por supuesto que tenemos que reflexionar sobre nuestra nueva situación, la de un grupo que ahora está en minoría, mientras que durante casi dos mil años hemos sido mayoría y hegemónicos. Pero no nos conviene encerrarnos en una fortaleza. Y no deberíamos entender así la opción benedictina. Lo que Rod quiere decir es que, para sobrevivir, no debemos atrincherarnos, sino instalarnos junto a un pozo. Dicho esto, cuando se trata de transmitir nuestras creencias a nuestros hijos, el grado de protección que debe ofrecerse a los niños es una cuestión muy personal, ligada a los individuos y a las circunstancias.

Dice usted que Occidente ha perdido la base filosófica para oponerse a ciertas tendencias (maternidad subrogada, eutanasia) inspiradas únicamente en la voluntad individual. ¿Están estas batallas perdidas de antemano? En su opinión, una iniciativa como la Declaración de Casablanca para la abolición universal de la maternidad subrogada tiene sentido cuando vemos la agresividad del mercado mundial de los vientres de alquiler?

–Por supuesto, estas batallas no están del todo perdidas, pero si algunas de estas medidas retroceden, no será por razones de principio, sino por otros motivos. Ya no se tratará, por ejemplo, de hacer retroceder la práctica de los vientres de alquiler en nombre de la dignidad humana, sino en nombre de la igualdad de la mujer. En algunos casos como éste, los católicos pueden encontrar acuerdos con otros grupos por diferentes razones. En las asociaciones que luchan contra la publicidad transgénero en las escuelas, hay un porcentaje muy pequeño de cristianos (que están en contra porque creen en la «condición humana»), y un porcentaje muy grande de consecuencialistas (normalmente psicólogos, que están en contra porque ven el daño que causa en sus pacientes). En lo que se refiere a la eutanasia, soy más pesimista: no veo qué otra cosa que no sean principios cristianos, o qué amenaza a las consecuencias, podría hacer cambiar de opinión a nuestro a nuestras sociedades.

Por supuesto que la Declaración de Casablanca tiene sentido, al igual que cualquier iniciativa con vocación universal que aporte influencia diplomática. Somos una minoría, sí, pero no tenemos por qué dejar que otras minorías se apoderen de nosotros.

En el Reino Unido y en los países del norte de Europa, las autoridades están viendo el daño que hace el cambio de sexo de menores y están dando marcha atrás. ¿Puede la moral consecuencialista ofrecer un baluarte contra determinados experimentos?

–Sólo añadiré un detalle a lo que he dicho más arriba sobre este tema. Sí, la moral consecuencialista ofrece un sustituto. Pero, para afrontar el daño causado y tenerlo en cuenta, sigue siendo necesario un mínimo de pragmatismo en las sociedades en cuestión. Cuando las sociedades son fuertemente ideológicas, como es el caso de Francia, lo que cuenta es el principio y las consecuencias no tienen ningún peso. Así que las asociaciones de transexuales se niegan a mirar los daños, y sólo cuenta la ideología. En los países escandinavos, tanto si se trata de transexuales como de inmigración, tienden a mirar la realidad y a reformarse en consecuencia. En Francia, generalmente, sólo nos interesa la teoría, y la realidad no cuenta mucho: si es vergonzosa, simplemente miramos hacia otro lado, y el daño se acumula.

Si estamos viviendo el fin de la civilización cristiana, ¿hacia qué civilización nos dirigimos? ¿Por qué será sustituida?

–Vivimos actualmente en un punto de ruptura en el que son posibles muchas situaciones nuevas, porque existen corrientes de pensamiento muy diferentes luchan, se cruzan y se eliminan. Además de un remanente minoritario de cristianos, probablemente tendremos una religión ecológica de tipo panteísta con todo tipo de corrientes más o menos extremas, un islam fuerte, que no sabemos si será radical o no, un remanente de marxismo representado hoy por la corriente Woke, que no sabemos si se extinguirá o se extenderá; y otro resto de marxismo que produce una revuelta social permanente, vista como una especie de religión (lo que Martín Gurri llama “la revuelta del público”).

Lo que me sorprende es lo profunda que es la diversidad de creencias: no sólo afecta a los vínculos religiosos, sino también a las creencias ontológicas. Si retomo las cuatro categorías de Descola, está claro que pasamos del naturalismo (entre animales y humanos, hay una similitud en lo físico y una diferencia en la interioridad, los animales no tienen nuestra alma), a algo como el totemismo (similitud de interioridades y fisicalidades: los animales no son esencialmente diferentes de nosotros).

En otras palabras, vivimos en un punto de ruptura en el que las opciones ontológicas primordiales -relativas al sentido y al lugar del hombre en la naturaleza, la naturaleza del mundo y de los dioses- están siendo trastocadas. Este proceso comenzó hace mucho tiempo (¿desde Montaigne?). Es el fin de lo que se llama dualismo, típicamente vinculado al cristianismo, y el comienzo de un monismo. De esta manera nos unimos a las creencias ontológicas asiáticas. Pero ese es otro tema.

¿Qué lugar hay para la virtud de la esperanza en este contexto del fin de la cristiandad?

–¿Debemos lamentar la pérdida de poder en la sociedad? ¿Nos ha engrandecido este estatus hegemónico? ¿Acaso no nos ha vuelto arrogantes, cínicos y descuidados? Creo que tenemos la oportunidad de ser mejores como minoría que como mayoría, al menos temporalmente – porque nuestra vocación sigue siendo la misión. Quizá más adelante asumamos esta misión de forma más inteligente y menos vanidosa (me horroriza la vanidad y la dilación de nuestro clero. Por ahora podemos soportar con humor esta pérdida de influencia, después de todo, como dijo Roger Scruton, desde la pérdida del paraíso hemos tenido una gran experiencia de pérdida.

El autorBernard Larraín

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Lecturas del domingo

El camino hacia la Vida. Domingo de Ramos (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del domingo de Ramos y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·30 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Evangelio de hoy es tan largo -el relato completo de la Pasión de Nuestro Señor- que los sacerdotes no suelen añadir más que la más breve de las homilías para comentarlo.

La descripción del sufrimiento de Cristo por nosotros es más que suficiente para hablar por sí misma. A la procesión de los Ramos al comienzo de la Misa se añade el relato de la entrada de Cristo en Jerusalén montado en un asno. Y con ello acompañamos de algún modo a Jesús en su camino hacia la Ciudad Sagrada para sufrir y morir por nosotros. Numerosos santos nos han animado a meditar la Pasión y a entrar en esas escenas – “como un personaje más”, decía san Josemaría Escrivá-. También nosotros podemos estar entre la multitud que extiende sus vestiduras ante Nuestro Señor; podemos ser uno de los niños que gritan en el Templo: “¡Hosanna al Hijo de David!” (Mt 21, 15). No debemos limitarnos a leer las escenas evangélicas, sino vivirlas.

Pero si las vivimos de verdad, descubriremos también en nosotros la aterradora posibilidad de que nuestro papel no sea siempre el de los discípulos fieles, el de la Virgen y san Juan y el de las santas mujeres en torno a la Cruz. El papel que desempeñamos a menudo podría ser el de los apóstoles que huyen de Cristo en el Huerto de los Olivos. O incluso el de los escribas y fariseos indignados ante los gritos de los niños: cuántas veces nos hemos sentido molestos por expresiones de fe que no se ajustan a nuestras rígidas ideas de corrección. O, lo más espantoso de todo, podríamos encontrarnos entre las multitudes que ante Poncio Pilato clamaban por la muerte de Jesús, gritando: “¡Crucifícalo! Crucifícalo!” (Lc 23, 21).

Hoy celebramos lo que parece el triunfo de Cristo. Entra en Jerusalén aclamado por las multitudes como Mesías-rey, Hijo de David, cumpliendo la profecía de Zacarías: “ Mira que viene tu rey, pobre y montado en un borrico, en un pollino de asna”. Por humilde que sea un asno, en el pasado había sido un animal de la realeza (véase 1 Re 1, 33), por lo que el hecho de que Jesús lo utilizara expresaba tanto su humildad como su realeza. Dentro de cinco días, ese rey será coronado de espinas y clavado en el “trono” de la Cruz. Pero tres días después se levantará glorioso para buscar amorosamente a los mismos hombres que le habían defraudado tanto. Todos estos acontecimientos nos enseñan no sólo a no dar demasiada importancia al éxito aparente -la burbuja puede estallar rápidamente-, sino también a no dar demasiada importancia al fracaso aparente. El único triunfo definitivo es la Resurrección de Cristo y Cristo sigue vivo: “Ha resucitado”. Podemos vivir esta Semana Santa bien o mal, la Cuaresma puede haber sido un desastre, pero basta con estar cerca de María y aceptar nuestra debilidad y nuestra necesidad, y cada fracaso se convertirá en una victoria. La Semana Santa nos enseña que todos los fracasos nos llevan al triunfo definitivo. La muerte es el camino hacia la vida.

La homilía sobre las lecturas del domingo de Ramos (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

El Papa Francisco, ingresado en el Gemelli por «dificultades respiratorias»

El Papa Francisco se encuentra ingresado por una infección respiratoria y permanecerá varios días en el centro hospitalario.

Maria José Atienza·29 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Santa Sede ha comunicado, en la tarde del 29 de marzo, que el Papa Francisco ha sufrido en los últimos días ciertas «dificultades respiratorias y esta tarde ha acudido al Hospital Universitario Gemelli para someterse a algunos controles médicos».

Unas horas antes, la propia Sala Stampa había informado del ingreso del Pontífice en el centro hospitalario, si bien en un primer momento, apuntaron a «revisiones programadas».

En cuanto a los resultados de los chequeos que se le han realizado al Papa, la Sala Stampa explica que el Papa sufre una infección respiratoria que requerirá «varios días de tratamiento médico hospitalario adecuado» por lo que el Papa Francisco continuará en el Gemelli durante las próximas horas (no se ha especificado el tiempo de su ingreso) y su agenda ha sido ya despejada. El Vaticano ha aclarado específicamente que esta infección respiratoria no es Covid19.

El comunicado vaticano recoge además el agradecimiento del Papa por la cercanía y oración mostrados a través e los mensajes de ánimo que ha recibido de diversas partes del mundo.

La salud del Papa Francisco

La última vez que vimos un largo ingreso del Papa Francisco en el hospital Gemelli fue en julio de 2021. En aquel momento fue intervenido de una  “estenosis diverticular sintomática del colon”, una operación por la que permaneció varios días en el hospital.

Un año más tarde, volvieron los rumores sobre la salud del Papa a causa de los fuertes dolores que padecía en su rodilla derecha, aún presentes, y que le obligaron a usar, por primera vez una silla de ruedas, una ayuda a la que acude de vez en cuando desde mayo de 2022. Fue este problema en la rodilla el que obligó al Papa a posponer su viaje a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur hasta febrero de este año.

Vaticano

Hans Zollner S.I. deja la Pontificia Comisión para la Protección de Menores

El jesuita alemán ha señalado en una declaración que diversas "cuestiones estructurales y prácticas" han sido la causa de su renuncia a la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores en la que ha trabajado desde su creación en 2014. 

Maria José Atienza·29 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Durante la mañana del 29 de marzo de 2023, el Cardenal Sean O’Malley OFM, Presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores hacía pública la renuncia del sacerdote jesuita Hans Zollner a sus funciones como miembro de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores «después de reflexionar sobre su reciente nombramiento como consultor para la Oficina Diocesana para la Protección de Menores y Personas Vulnerables de la Diócesis de Roma y de todas sus otras responsabilidades».

Una renuncia que según la carta enviada por el cardenal O’Malley, el Santo Padre «había aceptado «con el más profundo agradecimiento por sus muchos años de servicio».

Por su parte, en un comunicado personal, Hans Zollner S.I. ha declarado que su salida se debe a cuestiones internas del funcionamiento de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores. Entre las razones que le han «impedido continuar», Zollner apunta cuestiones relacionadas con los «ámbitos de la responsabilidad, el cumplimiento, la rendición de cuentas y la transparencia» que, a su juicio, no se han desarrollado de manera correcta en la Comisión. También se refiere a cuestiones como la falta de comunicación y transparencia en algunas decisiones de la Comisión y la falta de claridad entre las competencias de dicha comisión y las del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.

Hans Zollner, formó parte, ya desde sus inicios, de esta comisión creada por el Papa Francisco para tratar y prevenir los casos de abuso en el seno de la Iglesia católica. Durante estos años, como ha querido precisar el cardenal presidente de esta comisión, Zollner «ha ayudado a dar forma e implementar muchos de los proyectos y programas que encontraron su origen en las deliberaciones de la Comisión». Muy especialmente, señala la participación de Zollner en la cumbre sobre Protección de la Infancia que impulsó el Vaticano en febrero de 2019.

Además, ha puesto de manifiesto la enorme labor de concienciación del jesuita a través de sus múltiples viajes para la formación de miembros de la Iglesia de todo el mundo en relación a la prevención de abusos a menores y la creación de entornos seguros.

Zollner, considerado uno de los mayores expertos en el área de prevención del abuso sexual y la protección de los menores en la Iglesia.

Como ha señalado el propio Hans Zollner, su objetivo es centrarse en su papel de consultor Oficina Diocesana para la Protección de Menores y Personas Vulnerables de la diócesis de Roma, así como en su tarea como director del Instituto de Antropología (IADC)ontinuará en esta labor desde el Instituto de Antropología. Estudios interdisciplinares sobre la dignidad humana y el cuidado de las personas vulnerables (IADC) de la Universidad Pontificia Gregoriana del que es director. Oficios a través de los que, según su carta, continuará en «la búsqueda de hacer del mundo un lugar más seguro para los niños y las personas vulnerables» a través de nuestros esfuerzos académicos y científicos».

Vaticano

El Papa mira a san Pablo, y reza por los migrantes de Ciudad Juárez

El Papa Francisco ha animado en la Audiencia General de esta mañana a “redescubrir y testimoniar con alegría el don de la fe cristiana”, y aumentar el celo por el Evangelio de Cristo”, a ejemplo de san Pablo. Además, ha rezado por los migrantes fallecidos en Ciudad Juárez (México) y sus familias, y por la “martirizada Ucrania”.

Francisco Otamendi·29 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En la novena sesión del ciclo de catequesis dedicado a ‘la pasión por la evangelización: el celo apostólico del creyente’, que dio comienzo el 11 de enero de este año, el Santo Padre Francisco ha reflexionado hoy sobre el tema “Testigos. San Pablo». (Lectura: Gal 1,22-24). 

El Papa ha señalado en primer lugar que “el ejemplo de san Pablo es emblemático en este tema. Recorriendo su vida, vemos que Saulo, que era el primer nombre de Pablo, siempre fue un apasionado de la ley de Dios, la defendía con radicalidad. Este celo, este apasionamiento que lo caracterizaba, no desapareció después de su conversión, sino que siguió siendo apasionado, y se transformó, con la acción del Espíritu Santo. Pablo pasó de querer destruir la Iglesia a abrazar la causa del Evangelio, anunciando a Cristo en todos los lugares donde iba, y formando nuevas comunidades cristianas”.

“Esto nos enseña”, sintetizó Francisco, “que lo que origina la pasión por el Evangelio no es la personalidad o los estudios de la persona, que ciertamente pueden ayudar, sino que la define el encuentro con Cristo. Como le sucedió a san Pablo, vemos que el celo apostólico surge de una experiencia de caída y resurrección que nos lleva a reconocer la vida verdadera”.

Los mensajes del Supremo Pastor de la Iglesia católica esta mañana podrían resumirse así: aprendamos del celo apostolico de san Pablo: recemos por los migrantes fallecidos de Ciudad Juárez (México), y “perseveremos en la oración y en la cercanía por la martirizada Ucrania”.

Los migrantes fallecidos en el “trágico incendio” de Ciudad Juárez son al menos 40. El Instituto Guatemalteco de Migración ha confirmado que 28 de los fallecidos eran ciudadanos de este país. El resto eran de otros países centroamericanos  e incluso sudamericanos.

El Papa saludó especialmente a “los obispos y sacerdotes que conmemoran su quincuagésimo aniversario de ordenación sacerdotal”, a “los jóvenes de Teruel”, y “como de costumbre”, rezó por los jóvenes, los enfermos, los ancianos y los recién casados”.

De dónde nace el celo evangelizador

En varios momentos de la Audiencia, al dirigirse a los peregrinos de diversas lenguas, el Romano Pontítice alentó a “pedir al Señor que en este camino cuaresmal aumente en nosotros el celo por el Evangelio de Cristo, que nace de reconocernos pecadores perdonados, y acoger en nuestra vida la gracia del amor de Dios”. También lo manifestó de este modo: “En este tiempo de Cuaresma deseo que cada uno de ustedes redescubra y testimonie con alegría el don de la fe cristiana”. 

Refiriéndose a la transformación operada en san Pablo, el Papa manifestó que “Cristo convierte su celo: de la Ley al Evangelio. Su impulso primero quería destruir la Iglesia, después sin embargo la construye”.

Y suscitó, como es habitual, algunas preguntas, para citar luego a santo Tomás de Aquino: “¿Qué ha sucedido? ¿Qué ha cambiado en Pablo? ¿En qué sentido su celo, su impulso para la gloria de Dios ha sido transformado? Santo Tomás de Aquino enseña que la pasión, desde el punto de vista moral, no es ni buena ni mala: su uso virtuoso la hace moralmente, buena el pecado la hace mala”.

El Señor resucitado le transforma

“En el caso de Pablo, lo que le ha cambiado no es una simple idea o una convicción: ha sido el encuentro con el Señor resucitado que ha transformado todo su ser. La humanidad de Pablo, su pasión por Dios y su gloria no es aniquilada, sino transformada, ‘convertida’ por el Espíritu Santo. Y así para cada aspecto de su vida”, prosiguió el Santo Padre. 

El Papa Francisco comparó esta transformación con la que se opera en la Eucaristía: “Precisamente como sucede en la Eucaristía: el pan y el vino no desaparecen, sino que se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. El celo de Pablo permanece, pero se convierte en el celo de Cristo. El Señor es servido con nuestra humanidad, con nuestras prerrogativas y nuestras características, pero lo que cambia todo no es una idea sino la vida auténtica, como dice el mismo Pablo: ‘El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente’”.

“¿Católico elegante o católico santo?”

“Podemos hacer otra reflexión sobre el cambio que se produce en Pablo, que de perseguidor se convierte en apóstol de Cristo”, afirmó el Papa. “Hay un momento en que Pablo dice de sí mismo: ‘He sido un blasfemo y violento’, entonces comienza a ser verdaderamente capaz de amar. Y éste es el camino. Si uno de nosotros dice: ‘Ah gracias Señor, porque soy una buena persona, hago cosas buenas, no cometo grandes pecados…’.  

“Este no es un buen camino, este es un camino de autosuficiencia, es un camino que no te justifica, te hace un católico elegante, pero un católico elegante no es un católico santo, es elegante. El verdadero católico, el verdadero cristiano es el que recibe a Jesús dentro,

que cambia el corazón. Esta es la pregunta que os hago hoy a todos”, señaló el Santo Padre: “¿Qué significa Jesús para mí? ¿Le he dejado entrar en mi corazón, o sólo le tengo a mano pero no le dejo entrar tanto dentro? ¿Me he dejado cambiar por Él?” 

En la parte final, tras citar a san Ignacio de Loyola, el Papa Francisco se refirió a la Virgen María y a san Pablo de nuevo: “Como la Virgen María, después del anuncio del Ángel, parte con celo para ir a ayudar a Isabel, así Pablo ha llevado a las gentes esa gracia de Cristo que él en primer lugar había recibido en el camino de Damasco y que le había cambiado la vida. Por eso, la raíz del impulso evangélico es el amor mismo de Dios, no un compromiso individual o una característica personal”.

El autorFrancisco Otamendi

España

La Iglesia en España renuncia a algunas exenciones fiscales

La Conferencia Episcopal Española publicó el 29 de marzo por la mañana una nota de prensa anunciando su renuncia a las exenciones en las Contribuciones Especiales y al Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras.

Paloma López Campos·29 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El Gobierno de España y la Conferencia Episcopal Española firmaron un acuerdo, efectivo desde el 29 de marzo de 2023, por el que se equipara el régimen fiscal de la Iglesia española al de otras entidades sin ánimo de lucro del país. Por ello, y con el asenso de la Santa Sede, la Conferencia Episcopal renuncia a las exenciones en las Contribuciones Especiales y al Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y obras.

La nota de prensa publicada por la CEE es la siguiente:

«Fruto del trabajo conjunto entre el Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática y la Iglesia católica en materia de fiscalidad, el Gobierno de España y la Conferencia Episcopal Española, con el asenso de la Santa Sede, han alcanzado un acuerdo por el cual se tramita ante la Santa Sede la renuncia a las exenciones, derivadas de los Acuerdos, que afectan a las Contribuciones Especiales y al Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO).

Con este fin, el Gobierno procederá a la derogación de la Orden Ministerial de 5 de junio de 2001 del Ministerio de Economía y Hacienda donde se regula la inclusión del Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICO) en el Acuerdo entre el Estado Español y la Santa Sede sobre Asuntos Económicos.

El acuerdo se desarrolla en la voluntad compartida entre el Gobierno de España y la Conferencia Episcopal Española de equiparar el régimen fiscal de la Iglesia católica con las entidades sin ánimo de lucro, conforme al principio de no privilegio y no discriminación. Hoy se hace efectivo dicho acuerdo mediante el correspondiente canje de notas entre el Gobierno y la Nunciatura Apostólica».

Cultura

La Cuaresma y Semana Santa en Ecuador: Procesiones, devoción y tradiciones

El Arrastre de Caudas, una costumbre que sólo pervive en Ecuador; la procesión del Jesús del Gran Poder y la tradicional sopa "Fanesca" hacen del tiempo de Cuaresma y Semana Santa un momento de especial tradición y fe en el país ecuatoriano.

Juan Carlos Vasconez·29 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Son numerosas las costumbres que, en Ecuador, acompañan la vivencia de tiempo cuaresmal y la Semana Santa. En ellas se entrelazan la fe y la cultura dando lugar a tradiciones de gran belleza y simbolismo. Entre ellas, destacamos en este artículo tres: la tradicional sopa «Fanesca», la procesión del Jesús del Gran Poder y Arrastre de Caudas.

Fanesca 

La fanesca es un plato de comida tradicional que se suele preparar para toda la Cuaresma, en especial para los días viernes de abstinencia, ya que no contiene carne. Esta sopa se prepara con bacalao seco y 12 granos diferentes. Se dice que el pez representa a Jesús y los 12 granos representan a los discípulos. 

La tradición más pura es comer la Fanesca el Jueves Santo. Sin embargo, se sabe que el plato se prepara a nivel nacional y por eso se puede conseguir toda la semana Santa en varios restaurantes.

Suele servirse caliente en un plato y es tradicional decorarlo con trozos de bacalao, ya sea cocido o frito, masas de sal en forma de empanadas, hilos o bolitas. También plátano maduro frito, chiles rojos, hojas de perejil, queso fresco, un trozo de cebolla blanca y rodajas de huevo cocido.

Procesión de Jesús del Gran Poder 

La procesión de Jesús del Gran Poder es bastante antigua. Cada año alrededor de 250.000 mil personas salen a las calles del centro de la ciudad de Quito, y sobre todo se concentran en la Plaza San Francisco. La procesión dura hasta las tres de la tarde, hora de la muerte del Señor. La bajada se realiza a las seis de la tarde, cuando termina la jornada para la comunidad judía.

Los Cucuruchos, junto con las Verónicas, son personajes tradicionales que acompañan a Jesús del Gran Poder y a la Virgen Dolorosa en este recorrido que comienza y termina en San Francisco y que recorre buena parte del Centro Histórico de Quito, el casco colonial más grande de toda Sudamérica. Toda la ciudad y las calles se tiñen de púrpura.

Los Cucuruchos simbolizan a los penitentes que muestran su arrepentimiento y su voluntad de cambio y quieren reivindicarse y comenzar una vida libre de pecados. Las Verónicas son la representación de la valiente mujer que se abrió paso a través de él, para limpiar el sudor y la sangre del rostro de Jesús con un paño que habría sido grabado milagrosamente en el paño por la Santa Faz. 

El Arrastre de Caudas

Cada Miércoles Santo en la catedral de Quito se realiza el Arrastre de Caudas, también conocido como el “Paso de la Reseña” es de origen romano del siglo XVI, se hace en la Catedral.

La ceremonia tiene lugar dentro la catedral cuando, el Arzobispo de Quito, junto a sus ocho canónigos, realizan una procesión en las que llevan en sus espaldas las caudas, que son pesadas capas negras de casi dos metros de largo, que simbolizan los pecados del mundo

Los canónigos se postran delante del altar mayor para que el Arzobispo agite una inmensa bandera negra con una cruz roja sobre ellos para transmitir, simbólicamente, las virtudes de Jesucristo. La bandera, también pasa por las cabezas de muchos de los asistentes. Para finalizar al acto litúrgico, el Arzobispo golpea el hasta de la bandera tres veces contra el suelo, símbolo de la resurrección de Cristo, para luego bendecir a todos los fieles con la reliquia de Santa Cruz.

José Asimbaya, párroco encargado de la cArrastre de Caudasatedral, señala que “es una celebración llena de esperanza, de vida. Si bien los ritos que se realizan hablan de muerte por este mundo convulsionado, lleno de violencia, hay una esperanza para vivir. Por eso mismo la bandera que se flamea es para hacer ver que la muerte ha sido vencida”.

La Iglesia, ¿un estorbo?

Quien juzga la Iglesia desde fuera, como una institución humana más, sin fe en Cristo, la considerará siempre como “atrasada”, no acorde con los tiempos, en definitiva, un estorbo para el goce del cuerpo y de la vida.

29 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Algunas de las informaciones que llegan a la opinión pública sobre la Iglesia trasmiten una visión problemática sobre la misma, cuando no abiertamente negativa: abusos, disonancia con lo que hoy pide la sociedad, la cultura moderna, las tendencias actuales y los estilos de vida. 

Desde esa perspectiva, la Iglesia y el cristianismo, en general, aparecen como un estorbo, un entorpecimiento al “progreso”. Es normal que los cristianos notemos ese ambiente social, cultural, que intenta ocultar, solapar o pasar indiferente ante la fe cristiana. 

Ello ni nos debe asustar, ni nos debe inquietar o impresionar, ni mucho menos nos debe llevar a ocultar nuestra fe. Con sencillez, sin perder la calma, hemos de vivir conforme a lo que creemos en todos los ambientes en los que se desenvuelve nuestra vida de cristianas, de cristianos. El Señor ya nos advirtió que habría oposición, que la fe cristiana no sería aceptada siempre con paz. Lo que no puede suceder es que nos achiquemos, nos llenemos de complejos u ocultemos nuestro ser discípulos de Cristo. 

Se ataca, por ejemplo, el celibato o la doctrina cristiana sobre la sexualidad humana o el protagonismo de la mujer en la Iglesia, pero en el fondo lo que está en juego y lo que se ataca es la fe cristiana. Quien juzga la Iglesia desde fuera, como una institución humana más, sin fe en Cristo, la considerará siempre como “atrasada”, no acorde con los tiempos, en definitiva, un estorbo para el goce del cuerpo y de la vida. 

Estamos a las puertas de la Semana Santa y la Iglesia proclamará de nuevo la Cruz de Cristo como fuente de salvación, de felicidad y de vida. He ahí la paradoja del cristianismo. Quien hace opción por la fuerza de su deseo, autónomo e individualista, como único camino de felicidad, no necesitará a Dios ni ninguna redención, ni mediación alguna entre Dios y el hombre. Pero esa opción, llevada al extremo, deja al hombre solo, sometido a su deseo, que al final es “su dios”. Para quien hace esa opción sobra Cristo, sobra la Iglesia y sobra el sacerdocio, porque queda anulado el valor eterno de la persona.

El autorCelso Morga

Arzobispo emérito de la diócesis de Mérida Badajoz

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Mundo

Alerta de los obispos nórdicos ante «un discurso laico sobre la sexualidad»

Los obispos de la Conferencia Episcopal de Escandinavia, entre los que se encuentra el de Estocolmo, cardenal Arborelius, han expuesto ideas de la enseñanza cristiana sobre la sexualidad, alertando sobre “los límites de un discurso puramente laico”, en una carta pastoral recién publicada.

Francisco Otamendi·28 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

La carta pastoral de los ocho obispos, titulada «Sobre la sexualidad humana»,  “pretende indicar una dirección a aquellos creyentes y personas de buena voluntad que se sienten inquietos por una visión demasiado mundana del ser humano y su sexualidad”, afirma la conferencia episcopal escandinava, y se ha publicado el V domingo de Cuaresma, como continuación de su recién concluida Asamblea Plenaria de Primavera.

“Nuestra misión y tarea como obispos es indicar el camino pacificador y vivificante de los mandamientos de Cristo, que es estrecho al principio, pero que se ensancha a medida que avanzamos. Os fallaríamos si ofreciéramos menos. No fuimos ordenados para predicar nuestras pequeñas nociones”.

Firman la carta pastoral los obispos Czeslaw Kozon (Copenhague), actual presidente; el cardenal Anders Arborelius (Estocolmo), que presidió la conferencia de 2005 a 2015; Peter Bürcher, emérito de Reikjavik; Bernt Eidsvig Can.Reg. (Oslo); Berislav Grgić, Tromsø; P Marco Pasinato, Ap.Adm. (Helsinki); David Tencer OFM Cap. (Reikiavik); y Erik Varden OCSO, Trondheim.

Enseñanza cristiana sobre la sexualidad

Tras un repaso de imágenes bíblicas, los obispos manifiestan que “necesitamos raíces profundas. Intentemos, pues, apropiarnos de los principios fundamentales de la antropología cristiana, acercándonos con amistad, con respeto, a quienes se sienten ajenos a ellos. Debemos al Señor, a nosotros mismos y a nuestro mundo dar cuenta de lo que creemos y por qué creemos que es verdad.”.

“Muchos se sienten perplejos ante la enseñanza cristiana tradicional sobre la sexualidad”, añaden. “A éstos les ofrecemos un consejo amistoso. En primer lugar: intenta familiarizarte con la llamada y la promesa de Cristo, para conocerle mejor a través de las Escrituras y en la oración, a través de la liturgia y el estudio de toda la doctrina de la Iglesia, no sólo a través de fragmentos tomados aquí y allá. Participa en la vida de la Iglesia. Así ampliarás el horizonte de las preguntas de las que partías, y también tu mente y tu corazón”.

En segundo lugar, el episcopado nórdico aconseja “considerar los límites de un discurso puramente laico sobre la sexualidad. Tiene que enriquecerlo. Necesitamos términos adecuados para hablar de estas cosas importantes. Tendremos una valiosa contribución que hacer si recuperamos la naturaleza sacramental de la sexualidad en el plan de Dios, la belleza de la castidad cristiana y la alegría de la amistad, que muestra la gran intimidad liberadora que también se puede encontrar en las relaciones no sexuales”.

Complementariedad del varón y la mujer

En este contexto, los obispos escandinavos recuerdan: “La imagen de Dios en la naturaleza humana se manifiesta en la complementariedad del varón y la mujer. El hombre y la mujer han sido creados el uno para el otro: el mandamiento de ser fecundos depende de esta reciprocidad, santificada en la unión nupcial”. 

A continuación, añaden: “En la Escritura, el matrimonio del hombre y la mujer se convierte en imagen de la comunión de Dios con la humanidad, que será perfecta en las bodas del Cordero al final de la historia. Esto no significa que tal unión, para nosotros, sea fácil o indolora. A algunos les parece una opción imposible. A nivel interno, la integración de las características masculinas y femeninas puede ser difícil. La Iglesia lo reconoce. Desea abrazar y consolar a todos aquellos que experimentan esta cuestión con dificultad”.

Sobre el movimiento LGBTQ+

La carta pastoral de los obispos nórdicos habla explícitamente de valorar el movimiento LGBTQ+ “en la medida en que se relaciona con la dignidad de todas las personas y su anhelo de ser tenidas en cuenta”, señala la conferencia episcopal. “La Iglesia condena explícitamente ‘cualquier tipo de discriminación’, y eso incluye la discriminación basada en la identidad u orientación de género”.

Sin embargo, los obispos se oponen a una visión de la naturaleza humana “que transmite una imagen de la humanidad (…) que disuelve la integridad corporal de la persona, como si el sexo biológico fuera algo puramente accidental”. En particular, critican que “tales puntos de vista se imponen a los niños como si no fueran hipótesis audaces sino hechos probados” y “se imponen a los menores como una carga opresiva de tener que determinar su propia identidad sin estar equipados para hacerlo”.

El cuerpo, ligado a la personalidad

Más adelante, añaden: “Es curioso: nuestra sociedad, tan preocupada por el cuerpo, en realidad se lo toma a la ligera, negándose a ver en el cuerpo una seña de identidad, y asumiendo en consecuencia que la única individualidad es la que produce la autopercepción subjetiva, construyéndonos a nuestra propia imagen”. 

“Cuando profesamos que Dios nos ha hecho a su imagen, esto no sólo se refiere al alma. Misteriosamente se refiere también al cuerpo”, añaden los prelados escandinavos. “Para nosotros, los cristianos, el cuerpo está intrínsecamente ligado a la personalidad. Creemos en la resurrección del cuerpo. Por supuesto, ‘Todos seremos transformados’. Lo que será nuestro cuerpo en la eternidad es difícil de imaginar”.

Los obispos escriben también: “Creemos con autoridad bíblica, basada en la tradición, que la unidad de mente, alma y cuerpo durará para siempre. En la eternidad seremos reconocibles por lo que ya somos, pero se habrán resuelto los aspectos conflictivos que aún impiden el desarrollo armonioso de nuestro verdadero yo”.

Realizar el amor

Por último, los obispos se refieren a la caridad, al amor y a los misterios pascuales. “La enseñanza de la Iglesia no pretende reducir el amor, sino realizarlo”. “Para que se comprenda que todo ejercicio de la perfecta virtud cristiana sólo puede brotar del amor, pues en el amor tiene su fin último. De este amor se hizo el mundo y tomó forma nuestra naturaleza. Este amor se manifestó en la ejemplaridad de Cristo, en su enseñanza, en su pasión salvadora y en su muerte”. 

Y concluyen de este modo: “El amor triunfó en su gloriosa resurrección, que celebraremos con alegría durante los cincuenta días de Pascua. Que nuestra polifacética y multicolor comunidad católica pueda dar testimonio de este amor en la verdad”.

El cardenal Arborelius, obispo de Estocolmo, ha señalado que era “importante llevar la fe de la Iglesia a la gente de hoy” y hacerlo “especialmente con el trasfondo de las diferentes teorías sobre la sexualidad humana”. Y el obispo Erik Varden (Trondheim), ha subrayado:  “Nuestros fieles nos preguntan qué dice la Iglesia sobre el género, y queremos responder constructivamente”.

El autorFrancisco Otamendi

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España

Mons. José Rico Pavés: «Una Iglesia viva es rica en ministerios»

La sede de la Conferencia Episcopal Española acogió el 28 de marzo por la mañana un briefing con los presidentes de las Comisiones Episcopales para la Liturgia y para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado, Monseñor José Leonardo Lemos Montanet y Monseñor José Rico Pavés, durante el que se habló del nuevo documento “Orientaciones sobre la institución de los ministerios de lector, acólito y catequista”.

Paloma López Campos·28 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El 28 de marzo por la mañana, monseñor José Leonardo Lemos Montanet y monseñor José Rico Pavés, presidentes de las Comisiones Episcopales para la Liturgia y para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado, tuvieron un encuentro con periodistas para presentar un documento realizado a petición del pleno de la Conferencia Episcopal Española. Se trata de las “Orientaciones sobre la institución de los ministerios de lector, acólito y catequista”, que estarán a prueba durante los próximos cinco años y que destacan la riqueza de la Iglesia y sus miembros.

Estas directrices nacen como respuesta a dos documentos publicados por el Papa Francisco en 2023, “Spiritus Domini”, por el que permitió que sean instituidas mujeres en los ministerios, y “Antiquum ministerium”, por el que instituyó un ministerio no litúrgico: el del catequista. Tal como expresan los obispos en el escrito presentado, las novedades del Papa “han impulsado a la Iglesia Española a reflexionar sobre la praxis de los ministerios y, fruto de esta reflexión, se ofrecen estas Orientaciones”.

Recepción, apertura y esperanza

Monseñor José Rico Pavés calificó el escrito como un “documento de recepción, abierto y esperanzador”. De recepción, porque la idea principal es “acoger en el ámbito de las diócesis de España las últimas directrices del Papa Francisco”.

Por otro lado, es abierto en cuanto que la Conferencia Episcopal está en pleno “proceso de ir acogiendo directrices recientes, y además propone unas orientaciones de carácter experimental”. Y, por último, es esperanzador “porque nos sitúa en la estela amplia de acogida de las directrices del Concilio Vaticano II”.

Iglesia viva

Profundizar en la naturaleza e identidad de los ministerios es importante, ya que “una Iglesia viva es una Iglesia rica en ministerios”, observó Rico Pavés. Dichos ministerios, además, no son puras concesiones de los clérigos a los demás miembros del Pueblo de Dios, sino que “tienen su origen en el Bautismo” y por ello indican la riqueza de todos los miembros de la Iglesia.

Todavía profundizó más en este aspecto,  monseñor José Leonardo Lemos Montanet, al decir que el lector, el acólito y el catequista “no son ministerios de sustitución, no están pensados para sustituir a los sacerdotes. No sustituyen, sino que cooperan con el ministerio ordenado”.

Formación y conservación

Las tareas de los instituidos como ministros, como se puede observar, no pueden tomarse a la ligera. Por ello, Lemos Montanet hizo hincapié en la idea de que “hay que formar de una manera adecuada a los que se sienten llamados en la Iglesia para servir en estos ministerios”. De ahí también la importancia de las Orientaciones presentadas.

Con todo, al asomarse a estas directrices es importante la aclaración que hizo monseñor José Rico Pavés: “No se trata de inventar cosas nuevas, sino de recuperar aquello que ha pertenecido a la Iglesia desde antiguo”.

Ministerios en la Iglesia

Entrando de lleno en el documento, este tiene tres partes: la primera contiene una explicación de los ministerios laicales constituidos; la segunda trata sobre las competencias, la naturaleza y la identidad del ministro instituido como lector, acólito o catequista; y, por último, los obispos plantean una propuesta de formación con elementos comunes para los tres ministerios y específicos para cada uno de ellos.

Como expresa el escrito, “los ministerios laicales (léase el de lector, acólito y catequista) son servicios de colaboración, y en casos especiales, pueden también suplir la ausencia de los ministerios ordenados”. Son llamadas especiales de Dios a servir que han de ser discernidas por la Iglesia y, en concreto, por los obispos.

El lector

El del lector es un ministerio litúrgico “al servicio de la Palabra de Dios”. Las competencias del ministro instituido incluyen “proclamar las lecturas no evangélicas”, sustituir al salmista o al diácono para la oración de los fieles, y preparar a otros lectores. Además, también puede ser el encargado de coordinar otros ministerios, de tareas relacionadas con la formación permanente, preparar a los fieles para la recepción de los sacramentos y otras actividades relacionadas con la lectura de la Sagrada Escritura.

El acólito

El ministerio del acólito es litúrgico y está “al servicio del altar, del presidente de la celebración y de los otros ministros”. El acólito también es “ministro extraordinario de la sagrada comunión de forma estable” y se le pueden encomendar “tareas de coordinación del equipo litúrgico, la preparación y ensayo de las celebraciones, coordinación de los demás ministros extraordinarios, etc”.

El catequista

Es “la gran novedad de estas Orientaciones”, si bien “no es propiamente un ministerio litúrgico”. El catequista está “al servicio del anuncio y de la transmisión de la fe, en todas sus dimensiones”. Sus competencias son muy diversas y “se le pueden encomendar tareas de formación, de trabajo del primer anuncio, de catequesis de iniciación en la vida cristiana de niños, adolescentes o adultos, formación permanente, reiniciación cristiana, pastoral familiar…”.

Una oportunidad de renovación pastoral

En resumen, y como conclusión a las “Orientaciones sobre la institución de los ministerios de lector, acólito y catequista”, los obispos consideran esta “una oportunidad preciosa de renovación pastoral, que no se ha dejar pasar de largo, y que se concretará en cada diócesis de acuerdo con las necesidades concretas”.

Familia

G. K. Chesterton: profeta de la familia

El centenario de la conversión al catolicismo de G. K. Chesterton es una ocasión propicia para acercarse a este genial escritor, polemista de aguda inteligencia y crítico demoledor de las fatuas modas culturales desde la perspectiva del realismo cristiano. Dedicó muchas páginas al matrimonio y a la familia. Con frecuencia puso de relieve las flagrantes contradicciones de la modernidad en la comprensión de esta institución vital para la persona y la sociedad.

José Miguel Granados·28 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El centenario de la conversión al catolicismo de G. K. Chesterton (1874-1936) es una ocasión propicia para acercarse a este genial escritor, polemista de aguda inteligencia y crítico demoledor de las fatuas modas culturales desde la perspectiva del realismo cristiano. El prolífico periodista y literato inglés fue capaz de desvelar las paradojas y perplejidades humanas a la luz del misterio del Dios vivo.

Dedicó muchas páginas al matrimonio y a la familia. Con frecuencia puso de relieve las flagrantes contradicciones de la modernidad en la comprensión de esta institución vital para la persona y la sociedad. Además, recordó de modo incisivo los valores perennes de la antropología conyugal, conforme al proyecto del Creador, asequibles al sentido común.

La familia, teatro de lo extraordinario

Chesterton denuncia la inanidad del afán de novedades sin sentido que exhibe el esnob de turno, al subrayar la perenne originalidad y grandeza de la institución familiar, decisiva para la vida humana. “La cosa más extraordinaria en el mundo es un hombre ordinario y una mujer ordinaria y sus niños ordinarios”, dice el pensador inglés con un punto de humor. El hogar familiar es cuna y escuela de humanidad: ámbito de acogida y de protección, de maduración y de socialización; es en la familia donde se reconoce la propia identidad y valor, donde se aprende a vivir y a amar. Pues, en definitiva: “La familia es el teatro del drama espiritual, el lugar donde las cosas ocurren, especialmente las cosas que importan”.

La aventura del hogar

La búsqueda desaforada del éxito profesional puede suponer una trampa -incluso, una idolatría- si se descuidan los valores familiares: “Triunfar en el trabajo no merece la pena cuando supone fracasar en casa”. Por supuesto que también los hijos pueden ser objeto de un amor desordenado.

“El matrimonio es una aventura: como ir a la guerra”. El curioseo del turista contemporáneo, su huida constante hacia falsos paraísos -con frecuencia virtuales-, resulta vulgar si se compara con lo que realmente merece la pena: la auténtica aventura consiste en quedarse en casa, para responder con coraje a la vocación más apasionante, y emprender allí la hermosa tarea de formar un hogar. “Cuando entramos en la familia, por el acto de nacer, entramos en un mundo incalculable, en un mundo que tiene sus propias leyes extrañas, en un mundo que puede existir sin nosotros, en un mundo que no hemos hecho nosotros. En otras palabras, cuando entramos en la familia nos introducimos en un cuento de hadas”.

Dedicar la propia existencia al disfrute de emociones sin fundamento se disuelve en un vagabundeo errático. Pues el sentido de la libertad es el compromiso: entregarse es al ser humano lo que volar es al pájaro. “El amor no es ciego; eso es lo último que es; el amor es atadura, y cuanto más atadura menos ciego”.

La donación de sí mismo en favor de los demás llena de sentido la vida. El “nosotros” matrimonial y familiar -que nace de la alianza conyugal, conforme al plan de Dios inscrito en la masculinidad y feminidad, y asequible a la razón formada y madura- construye la humanidad: es el primer desafío al que nos enfrentamos. “El matrimonio es un duelo a muerte que ningún hombre de honor debería declinar”.

La superstición del divorcio

Con frecuencia se alega la incompatibilidad de caracteres como motivo para justificar una ruptura matrimonial. Chesterton responde con ironía provocativa: “He conocido muchos matrimonios felices, pero nunca uno compatible. Todo el propósito del matrimonio consiste en luchar y sobrevivir desde el momento en que la incompatibilidad resulta incuestionable. Puesto que un hombre y una mujer, en cuanto tales, son incompatibles”.

El divorcio mismo lo califica de superstición, pues no es concebible una convivencia sin dificultades: “Todo el placer del matrimonio consiste en que constituye una crisis perpetua”, sentencia con desparpajo. Y, sin embargo, vivir en comunión es imprescindible, pues la soledad resulta dañina y estéril. La artesanía de las relaciones familiares es imprescindible para crecer, desplegarnos y dar vida: necesitamos ayudarnos, compartir la intimidad, trabajar por hacer comunidad doméstica, superando los roces de la compañía para obtener lo mejor de cada uno.

Paradoja y salvación

En definitiva, solamente desde la presencia del Dios verdadero -el Ser infinito que es en sí mismo comunión interpersonal, fuente de toda vida familiar- se pueden superar las grandes contradicciones de la vida humana en la búsqueda del sentido del misterio que la envuelve. Pues la mayor paradoja de la historia humana, y la única que descifra su sentido, es la presencia de Jesucristo, el Verbo encarnado, el Salvador del mundo, el Redentor del hombre y el Esposo de la Iglesia. Él nos enseña que, superando los límites humanos para adentrarnos en las dimensiones de la vida divina, “amar significa querer lo que no es amable; perdonar conlleva perdonar lo imperdonable. Fe supone creer lo increíble. Esperar significa confiar cuando todo parece desesperado”.

Para saber más

    G. K. Chesterton, Historia de la familia. Sobre el único Estado que crea y ama a sus propios ciudadanos (edición e introducción de D. Ahlquist). Rialp, Madrid 2023;
    Idem, La superstición del divorcio: seguido de divorcio versus democracia. Espuela de Plata, Madrid 2013;
    Idem, La mujer y la familia. Styria, Madrid 2006;
    Idem, El amor o la fuerza del sino (selección, traducción e introducción de Álvaro de Silva). Rialp, Madrid 1993.
    J. M. Granados, Transformar el amor. Matrimonio y esperanza en los grandes relatos. Eunsa, Pamplona 2022;
    Idem, El evangelio del matrimonio y de la familia. Eunsa, Pamplona 2021.

El autorJosé Miguel Granados

Universidad de San Dámaso

Cultura

El amor según Kierkegaard

En “Las obras del amor”, Sören Kierkegaard insiste en la concepción cristiana del amor frente a la pagana. Afirma que, para el cristianismo, Dios es amor y sin amor todo es banal.

Santiago Leyra Curiá·28 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En “Las obras del amor”, de 29-IX-1847, Sören Kierkegaard insiste en la concepción cristiana del amor frente a la pagana. Afirma que, para el cristianismo, Dios es amor y sin amor todo es banal. Dios es la fuente del amor en la más profunda e insondable intimidad de la persona humana.

Solo el que ama participa del amor y bebe de su misma fuente y, así, “el absolutamente Otro” se hace próximo porque en toda relación amorosa verdadera aparece Dios: el amor verdadero no es una relación entre una persona y otra, sino más bien una relación persona –Dios– persona; Dios es “el Común Denominador”.

El libro del célebre autor danés se divide en una primera parte, que trata del origen del amor, y de una segunda parte, que trata de las características del amor.

Comienza con una oración en la que, entre otras cosas, dice:

“¿Cómo podría hablarse rectamente del amor si quedases olvidado Tú, oh Dios, de quien procede todo amor en el cielo y en la tierra? ¡Tú que no has regateado nada, sino que lo diste todo por amor… ¡Tú que revelaste lo que es el amor!”

En la primera parte dice que el amor surge del interior del hombre del mismo modo que un lago se nutre del manantial oculto. Este manantial es infinito porque es Dios mismo.

El amor en el mundo se manifiesta temporalmente, pero su fuente es eterna. Dios nos está manteniendo continuamente con su acción amorosa. Si este amor se retirase un solo instante, todo volvería al caos.

En la segunda parte, profundiza en la idea de que guardar amorosamente en la memoria a los difuntos constituye el acto de amor humano “más desinteresado”, el más libre y el más fiel de todos.

Por eso aconseja Kierkegaard: “recuerda así a algún difunto y cabalmente con ello aprenderás a amar a los vivos con un amor desinteresado, libre y fiel”. 

Eternidad y libertad

Las obras del amor manifiestan la eternidad de Dios y son prueba de su existencia. Por amor, Dios crea, se encarna y se manifiesta a los hombres.

Nuestro amor nos asemeja a Él y nos hace partícipes de su vida, pues es “la fuente de agua que salta hasta la vida eterna”.  

Dios nos ha otorgado la libertad porque solo un amor libre es verdadero amor. A Él le debemos una correspondencia de amor absoluta. Solo hay un ser a quien el hombre puede amar más que a sí mismo. Este ser no es otro que Dios, a quien hay que amar no como a uno mismo, sino con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente.

Como el origen del amor es oculto “la vida secreta del amor se conoce por los frutos”, por las obras.

Solo podemos hablar de verdaderas obras de amor cuando es el amor de Dios lo que nos mueve a obrar desde lo más profundo de nuestro ser. Aunque no siempre las buenas obras son reflejo del amor, el amor se manifiesta en las buenas obras.

Para Kierkegaard solo podemos ser cristianos auténticos si nos convertimos en personas singulares y estamos dispuestos a sufrir por la verdad.

En cambio, la mediocridad, la inteligencia mundana, “¡está eternamente excluida y aborrecida en el cielo, más que cualquier vicio y delito, pues en su esencia pertenece, más que ninguna otra cosa a este mundo vil y más que ninguna otra cosa está alejada del cielo y de lo eterno!”.

Existe una enorme distancia entre el eros griego y el ágape cristiano que aparece con el Nuevo Testamento.

El primero es un amor de deseo que tiende a la posesión de la persona amada; en el ágape, se ama al otro en cuanto otro, el amante se alegra de la existencia de la persona amada y quiere su bien.

La persona próxima a quien amamos no es un ser abstracto sino un ser concreto a quien las circunstancias de la vida han colocado cerca de nosotros. Hay que amarle como a sí mismo.  

Amor cristiano y amor pagano

El amor tiene un doble objeto: el bien que se quiere y el sujeto para quien se quiere ese bien. 

El amor verdadero, cristiano, es respetuoso con la persona amada ya que se quiere el bien para ella y tiene un fundamento divino, jamás envejece porque no es según la carne sino según el espíritu, no es finito sino infinito.

Amar verdaderamente es un deber, ese deber hace que la abnegación sea la forma esencial del cristianismo; amar es obedecer a la ley divina que manda amar por amor de Dios, no por amor al deber, como en Kant.

El amor pagano es egoísta y posesivo, no surge del manantial eterno ni está ligado a la eternidad, es hijo de la temporalidad; es un amor rebelde contra el Amor, lucha contra toda dependencia, no reconoce ni la renuncia ni la abnegación ni el deber. Es un amor caduco.

Si una persona cesa de amar es señal clarísima de que jamás amó. La mediocridad y la inteligencia mundana están eternamente excluidas del cielo pues pertenecen esencialmente al mundo caduco.

La persona humana alcanza su yo al autorrealizarse como único ante Dios. Desesperar consiste en querer ser el que no se es y en no querer ser el que se es.

El hombre estético todavía no es un individuo; el hombre ético empieza a presentar las características del individuo singular y comienza a estar en condiciones de descubrir la verdad.

La primera condición de la religiosidad es ser un individuo singular porque es imposible edificar o ser edificado en masa, aún más imposible que estar enamorado en masa (“Mi punto de vista sobre mi actividad como escritor”, 1848).

Si nos convertimos en personas singulares, dispuestas a sufrir por la verdad, podemos aspirar a ser cristianos auténticos.

Vaticano

Así trabaja Cáritas Internationalis

Rome Reports·27 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

Cáritas Internationalis ha puesto en marcha un proceso de escucha permanente de sus trabajadores complementado con coaching y counseling. Quieren poner a las personas en el centro e insisten en que los cambios no se deben a ningún escándalo sexual ni económico y que han cumplido con todos sus objetivos.


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Ecología integral

Julio Banacloche: “Las mujeres son las grandes perjudicadas por la ‘ingeniería social

“Los vientos ideológicos no son favorables para quienes defienden una visión cristiana -o simplemente moral- de la vida”. O “las grandes perjudicadas por estas reformas son las mujeres, que ven cómo se diluyen todas las conquistas sociales y laborales conseguidas en los últimos decenios”. Así lo ve el catedrático de Derecho Procesal de la Universidad Complutense, Julio Banacloche, en una entrevista con Omnes.

Francisco Otamendi·27 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

El Papa Francisco ha manifestado este mes en una entrevista con el diario argentino La Nación que “la ideología de género es de las colonizaciones ideológicas más peligrosas”. Hace ya años el Papa realizó un llamamiento, reiterado luego, para negar “las nuevas colonizaciones ideológicas que buscan destruir la familia”.

La lectura de la reflexión titulada ‘Maternifobia: ni madres, ni padres, ni hijos’, donde se escribía que “es innegable que, en nuestra sociedad, encontramos una corriente que intenta borrar cualquier signo positivo de la maternidad o paternidad”, puede introducir adecuadamente esta entrevista.

El antecedente inmediato ha sido una conferencia sobre “La familia ante las nuevas leyes de ingeniería social”, que se implantan en varias partes del mundo, no sólo en España, organizada por Jara Siglo XXI.

El ponente ha sido el profesor Julio Banacloche Palao, catedrático de Derecho Procesal de la Universidad Complutense de Madrid, autor prolífico en materias jurídicas, quien habla con Omnes, por ejemplo, de la neutralidad del Estado, o de la ‘contraeducación’ en casa. 

Otro antecedente cercano es el documento “El Dios fiel mantiene su alianza» (DT 7,9), de la Conferencia Episcopal Española, presentado en enero de este año. Se trata de un instrumento de trabajo pastoral sobre persona, familia y sociedad, al se refiere el entrevistado en la conversación.

Usted ha comenzado su intervención citando al sociólogo Zygmunt Bauman. ¿Por qué Bauman?

–Porque Bauma, a pesar de su adscripción al marxismo (que siempre supone un condicionante teórico), fue un gran sociólogo que caracterizó muy bien a nuestra época, definiéndola como una sociedad líquida, en la que los grandes pilares que daban estabilidad, solidez, a la vida en el mundo occidental (la familia, el trabajo y la nación), se han desmoronado, generando una situación de inseguridad e incertidumbre. 

Esa falta de referentes “sólidos”, por otra parte, es lo que ha permitido que se sitúen en un primer plano ideas y construcciones sobre el hombre, el mundo y la vida contrarias a la ciencia y al sentido común, e inconcebibles hace cincuenta años.

No sé si entre las ideas de Bauman, o como conclusiones suyas, se ha referido usted a la inseguridad y al miedo del futuro. 

–Son ideas de Bauman. A su juicio, esa pérdida de seguridades (el matrimonio ya no es para siempre, el empleo no es estable, la nación se diluye ante los poderes globales) genera una inseguridad en el presente y una incertidumbre para el futuro que genera miedo e incapacita especialmente para el compromiso. Lo único seguro es el consumo (“todo deseo de felicidad termina en una tienda”, decía Bauman), aunque este también es efímero y genera más frustración (siempre aparecerá un iPhone mejor que el que acabo de comprar). 

Esto hace muy difícil construir una sociedad basada en los valores clásicos, forjados en el cristianismo (lealtad, compromiso, solidaridad), porque la virtud dominante es la flexibilidad, que el propio Bauman define como la capacidad de incumplir los compromisos asumidos sin sentimiento alguno de culpa ni arrepentimiento (“hay que adaptarse, son los nuevos tiempos, es lo que toca”).

Ha mencionado un documento de la Conferencia Episcopal Española. ¿Cómo nos afecta la libre autodeterminación de la voluntad? ¿Qué destaca de ese texto?

–Lo más interesante de ese documento de enero de 2023 es que los obispos españoles detectan que estamos ante un cambio de época, donde no hay que analizar cada cambio legal producto de la denominada “ingeniería social” de una forma aislada, sino en conjunto. Se está tratando precisamente de “disolver” lo que queda de los pilares sólidos de los que hablaba Bauman: frente a la idea de comunidad, se impone el individualismo y el solipsismo donde uno solo se ve a sí mismo, es lo que quiere ser, y decide incluso sobre cuestiones que le vienen impuestas. Como decía Benedicto XVI, es el último estadio de rebelión de la criatura contra su Creador. 

El principio de libre autodeterminación de la voluntad, que hunde sus raíces en Hegel, se proyecta en que yo decido si permito o no la vida ajena (aborto), si sigo viviendo o pongo fin a mi vida de forma “oficial” (la eutanasia), o si soy hombre o mujer según ahora me sienta (ley trans). 

En esas decisiones, que además el Estado tiene que reconocer, promover y realizar, los demás no importan nada: ni el padre (ni mucho menos el hijo al que se aborta) en la eufemísticamente llamada “interrupción voluntaria del embarazo” (cuando no se interrumpe nada, sino que le pone fin), ni los familiares en la eutanasia, ni el resto de personas y colectivos afectados por un cambio de sexo en la ley trans. 

Además del aborto y la eutanasia, se ha referido usted a la denominada ‘ley trans’…

–Sí, es el penúltimo producto de la factoría de ingeniería social que ha conseguido acceder al gobierno y al parlamento. Se trata, una vez más, de aprovechar una realidad que merece un tratamiento respetuoso, equilibrado y adecuado a sus circunstancias (como es la de las personas intersexuales o de las transexuales), para imponer una regulación desproporcionada, ideologizada y contraria a la ciencia, a la lógica y a la seguridad jurídica y social más elementales. 

Nadie entiende que una persona pueda cambiar de sexo simplemente con decirlo en la ventanilla del Registro, y aprovecharse a partir de ese momento de las ventajas atribuidas al nuevo sexo. 

Por otra parte, las grandes perjudicadas por estas reformas son las mujeres, que ven como a través de estas normas se diluyen todas las conquistas sociales y laborales conseguidas en los últimos decenios. Pero esta ley no es la última en este delirio legislativo que estamos viviendo (“diarrea”, le llamó la Secretaria de Igualdad, nunca mejor dicho por la descomposición y falta de consistencia que implica el término): la ley del bienestar animal, que concede derechos a los animales en su condición de “seres sintientes”, o el anteproyecto de ley de familias, que considera como tales a dieciocho realidades diferentes, son otros ejemplos.

La pregunta ahora es por qué tiene el Estado que hacer proselitismo de tantas cosas.  

–Es que el Estado debe ser neutral en lo ideológico, y así lo exige nuestro Tribunal Constitucional. Eso es lo que significa vivir en una sociedad plural y diversa: que se aceptan todos los planteamientos en cuestiones de moral, siempre que no rebasen las normas básicas de la convivencia, que se concretan en los principios y valores constitucionales. 

Por eso el Estado no debe asumir ni hacer propia la perspectiva cristiana o marxista del mundo o del hombre, pero tampoco la perspectiva de género, que no deja de ser un planteamiento ideológico basado en la existencia de un heteropatriarcado y una invisibilización secular de la mujer, y que promueve un nihilismo destructor. 

Lo que estamos viendo es que el Estado a través de su legislación se convierte en activista de determinadas ideas y proscriptor de otras, excluyendo no ya del debate sino de la legalidad a quien sostiene planteamientos contrarios. E implantar un pensamiento único y castigar administrativa o penalmente a quien opina lo contrario nos acerca peligrosamente al totalitarismo.

¿Qué es hacer ‘contraeducación’ en casa?

–Es una llamada a la responsabilidad de los padres y madres y de las familias, especialmente a las católicas, pero en general a todas que quieran que sus hijos tengan valores morales. Ya nada se puede dar por sentado, y los vientos ideológicos no son favorables para quienes defienden una visión cristiana -o simplemente moral- de la vida. 

Por eso, ya no es posible dejar la formación a los colegios, ni siquiera a los que tienen un ideario católico o están regentados -muchas veces solo nominalmente- por religiosos, sino que, en cuestiones religiosas o morales, hay que preguntar en casa qué se ha explicado en el colegio, o qué se ha visto en las redes, y explicar y corregir lo que no sea conforme con las convicciones que los padres quieren transmitir a sus hijos. 

En la misma línea, ¿cómo pueden influir más los padres en la educación, o en los centros educativos?

–La situación actual es una gran oportunidad para asumir un compromiso social mayor en todos los ámbitos. Que esas leyes disparatadas y antihumanas hayan logrado aprobarse se debe en buena medida al “silencio de los buenos”, a la pasividad de la gente normal que ha preferido dedicarse a sus cosas (que ya es bastante) y no vincularse en la esfera política o de la sociedad civil. 

Por eso creo que ha llegado el momento de que todos asumamos con valentía compromisos personales y sociales en la defensa del bien común: los padres dedicando tiempo y esfuerzo a la educación de sus hijos (sacrificando a veces ratos de ocio o realización personal), los profesores volcándonos con nuestros alumnos, y en general todos formando parte de entidades y asociaciones que pueden influir en la sociedad.

El autorFrancisco Otamendi

Hermanos mayores

Esas personas mayores, hermanos de nuestras cofradías desde hace decenios, son el verdadero tesoro de las hermandades.

27 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Al hablar de hermanos mayores no me estoy refiriendo a los hermanos que presiden las juntas de gobierno y dirigen la hermandad, sino a los de más edad, los más ancianos; me gusta llamarlos así, ni tercera edad, ni segunda juventud, ni edad de plata ni cualquier otro nombre que trate de disimular la realidad. El lenguaje no crea realidades.

Desde la tribuna de los años los hermanos mayores adquieren la suficiente perspectiva como para poder contemplar la vida, la vida de la hermandad y su vida, con especial lucidez siempre que reúnan dos condiciones: experiencia reflexionada y criterios de análisis.

Digo experiencia reflexionada porque si uno no reflexiona sobre las distintas circunstancias y situaciones vividas no puede decir que tiene experiencia, simplemente le han pasado cosas que le han resbalado como el agua por una piedra; para reflexionar es necesario tener criterios de análisis, un modelo de valores y creencias en el que encajar los sucesos que componen su biografía.

Esa ponderación interior de todos los acontecimientos en los que han sido protagonistas o espectadores, dota a los hermanos mayores de una especial serenidad y libertad. Al recuperar o afianzar sus principios refuerza su identidad, de una forma que ningún vendaval totalitario o populista podrá anular. En definitiva: son más libres. Desde la serenidad de la madurez, entienden la libertad como la capacidad de amar más a los suyos y a su hermandad. Y más fieles, porque la fidelidad es la palabra amor en el tiempo y ya la han acreditado.

Con la libertad refuerzan su esperanza, fortaleza y coraje. No han llegado hasta aquí para añorar el pasado, sino para crear el futuro y se aplican a ello con audacia, sin excusarse por su edad, reforzando los fundamentos doctrinales de su hermandad y atreviéndose a innovar, a ser disruptivos, conscientes de que son precisamente los más viejos quienes, por su experiencia, tienen más capacidad de innovación.

También tienen otras notas diferenciales:

Simplifican, saben qué es lo fundamental, aquello en lo que hay que exigir sin ceder, y qué lo accesorio. Descubren que lo fundamental son unas pocas cosas que hacen referencia a los valores, centrándose en éstas, así disfrutan más ellos y los demás.

Saben pasar a un segundo o tercer plano, se alegran con los aciertos de los hermanos más jóvenes de las nuevas juntas de gobierno, sin reclamar, ni pensar siquiera, en la parte que les corresponde en ese acierto.

Llevan con naturalidad “su mochila”, que la vida ha ido llenando de sinsabores, traiciones y ausencias. También ahí van cargadas las equivocaciones y el daño que pudo causar a otros. No la carga con resignación, sino con la alegría de quien sabe hijo de Dios y confía en Él.

Sus sueños ya no los tienen a ellos como protagonistas, sino a los que vienen.

Hay un pasaje del Evangelio que parece dedicado expresamente a los hermanos mayores: el episodio de los discípulos de Emaús. Han perdido las ilusiones. Desanimados, sin horizontes, se vuelven a casa. Jesús se pone al lado, aunque no le reconocen, les habla y les va haciendo recuperar la esperanza. Hacia el final del camino, Él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le forzaron diciéndole: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado». (San Lucas, 24).

Y se quedó. Y su vida cambió. Y volvieron alegres a Jerusalén, a recomenzar.

También atardece en la vida de los hermanos mayores. Tuvieron ocasión de vivir el amanecer de la infancia y juventud y han superado las horas brillantes del mediodía, de la madurez. Cae ya la tarde, es el momento de volver a casa tranquilo, para encontrarse consigo mismo y con los demás, en el espesor de los afectos, del bien realizado y recibido, de la aceptación serena de los éxitos y fracasos.

Nunca es tarde para vivir lo mejor de la vida; nunca es tarde para, como los de Emaús, decir a Jesús y a su Madre: ¡quédate con nosotros!; para constituirse en apoyo permanente de los demás, sabiendo situarse en un segundo plano a contemplar activamente el atardecer de un día que es víspera gozosa de los que están por venir y que ya verán desde otra perspectiva.

Es necesario acercarse a ellos y al tesoro que suponen en la hermandad. Realmente son los auténticos hermanos mayores.

El autorIgnacio Valduérteles

Doctor en Administración de Empresas. Director del Instituto de Investigación Aplicada a la Pyme Hermano Mayor (2017-2020) de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, en Sevilla. Ha publicado varios libros, monografías y artículos sobre las hermandades.

Reverendo SOS

ChatGPT (de OpenAI)

La “inteligencia artificial” está cada vez más desarrollada. Así lo demuestra una de las herramientas más populares de hoy: ChatGPT, un modelo de lenguaje desarrollado por OpenAI.

José Luis Pascual·27 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El año de lainteligencia artificial (IA)ha sido2022. Con posibilidades casi infinitas y aplicables a muchas acciones o actividades humanas y creativas, hasta ahora era una tecnología fuera del alcance de la mayoría de los usuarios. Pero la llegada del sistema gratuito de chat con inteligencia artificial, ChatGPT, capaz de responder a cualquier cosa que le pidas, podría romper esa barrera. 

Desde su lanzamiento en noviembre de 2022, la herramienta ChatGPT ha sido comparada con Google, pues ambos responden preguntas. Sin embargo, se diferencian en la forma: el ChatGPT lo hace creando textos inéditos, que parecen escritos por un humano, coherentes y orgánicos. Es un chat que ha sido entrenado para que le preguntes y pueda explicarte cualquier cosa. Para usarlo solo necesitas registrarte. Es capaz de generar textos, resúmenes, el código para una página web, un guión para un texto de YouTube o TikTok, y hacerlo con un tono más informal o serio, dependiendo de tus órdenes. 

¿Qué es ChatGPT?

ChatGPT es un modelo de lenguaje de gran escala desarrollado por OpenAI, una organización de investigación en inteligencia artificial. Es un sistema de conversación avanzado que utiliza una red neuronal de gran tamaño para producir texto coherente y significativo en respuesta a una pregunta o un aviso.

ChatGPT se basa en el modelo de lenguaje transformacional GPT (Generative Pre-trained Transformer), que fue operado con una gran cantidad de texto disponible en internet. Este entrenamiento permite a ChatGPT comprender el contexto y producir texto relevante y coherente en una amplia variedad de tareas, desde la generación de respuestas y preguntas hasta la escritura de textos complejos.

En ChatGPT, los usuarios experimentan con la tecnología de aprendizaje automático (Machine Learning), sin tener que codificar, ya que los algoritmos de Machine Learning deberían ser capaces de entender lo que le estés preguntando con precisión, respondiendo de una manera coherente. Pero como cualquier modelo de inteligencia artificial, es posible que cometa errores, ya que no es una ciencia exacta. 

¿Cómo usarlo?

Tener tus conversaciones con esta inteligencia artificial es muy sencillo. Lo único que tienes que hacer es entrar en la web oficial de OpenAI (https://chat.openai.com/) y darte de alta de manera gratuita.

Uno de los usos más populares de ChatGPT es como un agente conversacional en aplicaciones de mensajería y chatbots. Además, ChatGPT puede ser utilizado para tareas de procesamiento del lenguaje natural, traducción automática, clasificación de texto e identificación de entidades nombradas. Se utiliza en aplicaciones de generación de texto, como los resúmenes de noticias o descripciones de productos.

Otro uso importante de ChatGPT es su aplicación en la investigación en inteligencia artificial. Los investigadores utilizan modelos como ChatGPT para entender mejor cómo funciona el lenguaje y para desarrollar nuevos sistemas de inteligencia artificial que sean capaces de comprender mejor y producir textos de buena calidad. Además, ChatGPT también se está utilizando para mejorar la accesibilidad, ya que puede ser utilizado para texto escrito en voz y viceversa, lo que lo hace útil para personas con discapacidades visuales y auditivas.

Esta innovadora herramienta puede escribir artículos o resúmenes de un número concreto de caracteres. Incluso se le puede pedir que escriba esos textos de una manera determinada, señalando las carcaterísticas concretas que deseamos que incluya el resultado. También se le puede pedir consejo sobre qué complemento comprar o explicaciones a cuestiones planteadas. 

Si bien su uso no está exento de polémicas, especialmente en al ámbito académico. Este modelo puede responder a preguntas de manera rápida y precisa, lo que le hace ideal para aplicaciones como el soporte técnico y la atención al cliente, pero también puede abrir las puertas a que los estudiantes usen la herramienta para realizar trabajos aplicando apenas esfuerzo propio.

A pesar de esto, la gran mayoría de expertos favorecen el uso de ChatGPT, pues abre la puerta a un sinfín de posibilidades e implica un avance nunca antes visto en el terreno de la inteligencia artificial.

Vaticano

El Papa al final de Cuaresma: “No cedan al pesimismo ni al desánimo”

“En los momentos en que la vida se asemeja a un sepulcro cerrado, y todo es oscuridad”, con “dolor y desesperación”, Jesús nos dice que en esos momentos “no estamos solos”. Y como a Lázaro, nos impulsa: “¡Sal fuera! ¡Levántate, reemprende el camino, reencuentra la confianza! No cedas al pesimismo que deprime, ni al temor ni al desánimo”, ha alentado el Papa Francisco en el Ángelus.

Francisco Otamendi·26 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

“Hoy, quinto domingo de Cuaresma, el Evangelio nos presenta la resurrección de Lázaro (cfr. Jn 11, 1- 45). Es el último de los milagros de Jesús narrados antes de la Pascua; podemos decir, por tanto, que nos encontramos en el culmen de sus ‘signos’”, comenzó diciendo el Papa Francisco antes de rezar la oración mariana del Ángelus desde la ventana del estudio del Palacio Apostólico Vaticano, en la Plaza de San Pedro.

“Lázaro es un querido amigo de Jesús, quien sabe que está a punto de morir”, pero cuando llega a su casa, se ha perdido toda esperanza: ya murió y ha sido sepultado, prosiguió el Santo Padre.

Sin embargo, “su presencia enciende un poco de confianza en el corazón de las hermanas, Marta y María. “Ellas, en medio del dolor, se aferran a esa luz. Jesús las invita a tener fe, y pide que abran el sepulcro. Luego reza al Padre, y entonces grita a Lázaro: ‘¡Sal fuera!’. Éste vuelve a vivir y sale.”.

El Papa aprecia un “mensaje claro: Jesús da la vida incluso cuando parece que ya no hay esperanza. Sucede, a veces, que uno se siente sin esperanza, o que encuentra personas que han dejado de tenerla, a causa de una pérdida dolorosa, de una enfermedad, de un cruel desengaño, de una injusticia o una traición sufrida, de un grave error cometido. En ocasiones, oímos decir: ‘Ya no hay nada que hacer’”. 

“No estamos solos en la oscuridad”

Son momentos en los que “la vida se asemeja a un sepulcro cerrado: todo es oscuridad, en torno se ve solamente dolor y desesperación”. Pero “hoy Jesús nos dice que no es así, que en esos momentos no estamos solos, es más, que precisamente en esos momentos Él se hace más cercano que nunca para darnos de nuevo la vida”, ha afirmado el Papa.

“Él llora con nosotros, como lloró por Lázaro”. Sin embargo, al mismo tiempo, “Jesús nos invita a no dejar de creer y esperar, a no dejarnos abatir por los sentimientos negativos. Se acerca a nuestros sepulcros y nos dice, como entonces: ‘¡Quitad la piedra!’”. Sacad todo lo que hay dentro, ponedlo ante mí con confianza, sin temor, porque yo estoy con vosotros, os amo y deseo que volváis a vivir. Y, como a Lázaro, repite a cada uno de nosotros: ¡Sal fuera! ¡Levántate, reemprende el camino, reencuentra la confianza!”.

Jesús nos dice: “¡estoy contigo!” 

Acudiendo al recuerdo de la infancia de cada uno, el Santo Padre transmitió el mensaje de Jesús: “Yo te tomo de la mano, como cuando de pequeño aprendías a dar los primeros pasos. Quita las vendas que te atan, no cedas al pesimismo que deprime, al temor que aísla, al desánimo por el recuerdo de malas experiencias, al miedo que paraliza. ¡Yo te quiero libre y vivo, no te abandono, estoy contigo! No te dejes aprisionar por el dolor, no dejes que muera la esperanza: ¡vuelve a vivir!”, exclamó.

Este pasaje, que se encuentra en el capítulo 11 del Evangelio de Juan “y que nos hace mucho bien leer, es un himno a la vida, y lo leemos cuando la Pascua está cerca”, reiteró el Papa. “Quizá también nosotros llevamos ahora en el corazón algún peso o algún sufrimiento que parece aplastarnos. Es el momento de quitar la piedra y de salir al encuentro de Jesús que está cerca”. 

Y como es habitual, el Santo Padre suscitó unas preguntas: “¿Somos capaces de abrirle el corazón y confiarle nuestras preocupaciones? ¿De abrir el sepulcro de los problemas y mirar más allá del umbral, hacia su luz? Y, a nuestra vez, como pequeños espejos del amor de Dios, ¿logramos iluminar los ambientes en los que vivimos con palabras y gestos de vida? ¿Testimoniamos la esperanza y la alegría de Jesús?” 

“Que María, Madre de la esperanza, renueve en nosotros la alegría de no sentirnos solos y la llamada a llevar luz a la oscuridad que nos rodea”, concluyó, antes de rezar el Ángelus.

Ucrania, Misisipi, Turquía y Siria, Perú

Tras el rezo de la oración mariana, el Papa Francisco reveló que “ayer, solemnidad de la Anunciación, hemos renovado la consagración al Corazon Inmaculado de Maria, con la certidumbre de que se abra el camino hacia la paz. Sigamos rezando por el martirizado pueblo ucraniano”.

El Romano Pontífice rogó también que “permanezcamos cercanos a quienes han padecido el terremoto en Turquía y en Siria, colaborando con las parroquias, y también recemos por las poblaciones de Misisipi devastadas por un tornado” en Estados Unidos. 

El Papa saludó asimismo a los romanos y peregrinos procedentes de numerosos países, “en especial de España, de Madrid y de Pamplona, y también mexicanos, así como peruanos, renovando la oración por la reconciliación en Perú, para que tenga paz”.

El autorFrancisco Otamendi

Cine

Antonio Cuadri: «Las oblatas rompen los estereotipos de la gente»

Antonio Cuadri es el director de la película “Si todas las puertas se cierran”, un proyecto cinematográfico emocionante con un mensaje muy claro: la gratuidad del amor.

Paloma López Campos·26 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Hay una película que “cuenta la historia de tres mujeres, separadas aparentemente en el tiempo y en el espacio, pero que acaban confluyendo en su proceso por encontrase a sí mismas. Las tres tendrán que escuchar una llamada interior que les exige enfrentarse a sus miedos y ser las verdaderas protagonistas de su vida, abriendo caminos nuevos de transformación y liberación”. Así explican en la página web la trama de “Si todas las puertas se cierran”, la nueva película de Antonio Cuadri.

Cuadri es guionista y director de cine. Entre sus trabajos hay títulos como “La gran vida”, “El corazón de la tierra” o “Thomas vive”. Ahora presenta su nuevo proyecto, involucrado con las hermanas oblatas del Santísimo Redentor.

Las oblatas viven en comunidad y dedican sus vidas a llevar el Evangelio a las mujeres que ejercen la prostitución y/o son víctimas de trata. Su fundadora inspira el mensaje de esta película, tal como explica Antonio Cuadri en esta entrevista con Omnes.

¿Cómo se deciden a realizar este proyecto?

–Este proyecto tiene sus raíces hace nueve o diez años. Mi mujer es educadora social y colaboradora operante y voluntaria con la congregación religiosa de las Oblatas del Santísimo Redentor. Yo entré en contacto con el trabajo de estas religiosas y me impresionó mucho. Fui testigo de un acompañamiento que hicieron.

Ellas intentan integrar socialmente a las mujeres en prostitución, especialmente a las que son víctimas de trata. Hacen un trabajo maravilloso, muy silencioso y callado. Rompen el estereotipo que tiene mucha gente, de unas monjas adoctrinando a unas chicas descarriadas. Para nada es así.

Cartel de la película

La actitud tan humilde y silenciosa, ese acompañamiento, me impresionó mucho. Entonces empezamos a ver la posibilidad de hacer una acción de voluntariado a través de una película.

Unos años después de ese primer contacto, las oblatas celebraban en Ciempozuelos (Madrid, España) el 150 aniversario de la apertura de la primera casa de acogida que abrieron, en el siglo XIX. Con este motivo, yo escribí una pequeña obra de teatro, que ha sido el origen del guión de “Si todas las puertas se cierran”.

Ya entonces se vislumbraba que de marzo del 2022 a marzo de 2023 sería el año del bicentenario del nacimiento de la fundadora, Antonia María de Oviedo y Shönthal

La historia de la fundadora es maravillosa, de película. Con mucho esfuerzo y dedicación, y con la colaboración desinteresada de mucha gente, tanto del equipo técnico como de los artistas, hemos hecho realidad esta película.

¿Qué fue lo más importante a la hora de escribir esta historia?

–Hay dos religiosas oblatas, Marisa Cotolí e Inmaculada Ruiz de Balugera, que han colaborado con Claudio Crespo y conmigo, que somos los guionistas.

Lo más importante a la hora de escribir el guión era ser fiel al carisma y a la misión que tienen las oblatas, a su enfoque. Este es el acompañamiento y la ayuda.

Ellas no querían hacer una película sobre la historia de la fundadora, sino sobre la actualidad y la pervivencia que tiene la obra y el mensaje de Madre Antonia en la actualidad.

Queríamos hacer algo muy vivo. De hecho, el guión se estructura en tres niveles. Por una parte está la historia de la fundadora en el siglo XIX, que es la parte de época. Y de ahí saltamos a dos historias actuales, todo basado en hechos reales. Está la historia de una nigeriana en España, víctima de trata, y la de una profesora joven que ayuda a la hija de esa mujer. Ellas entran en contacto con las oblatas y de ahí se conecta con la fundadora.

¿Por qué es actual la historia de la Madre Antonia? ¿Cuál es el mensaje que nos puede aportar hoy Madre Antonia, tantos años después?

–Yo creo que, aunque no esté muy de moda, el amor, la gratuidad en el amor en clave del mensaje cristiano, es algo eterno. Podría ser una paradoja para muchas personas que quizá no conocen suficientemente la acción social de la Iglesia. Creo que dar visibilidad a este mensaje es muy interesante.

La historia de la película es muy delicada. Habláis de prostitución, de niños con depresión infantil… ¿Hay dificultades especiales al llevar a la gran pantalla una historia así?

–Yo creo que el límite está en el buen gusto. Hay que sugerir, más que mostrar. Hay que hacerlo de una forma muy respetuosa, pero a la vez, muy valiente. Estamos mostrando una realidad muy dura, pero tenemos la conciencia de que estamos mostrando una historia de superación. Hay un mensaje positivo: si todas las puertas, al final algo se abre. Es un mensaje alentador, luminoso.

Estamos en las antípodas de lo que podría ser un tratamiento morboso. La realidad se muestra, es bastante evidente, pero nos guiamos por la elegancia, por el buen gusto, y siempre planteando esa puerta de esperanza.

¿Qué ilusión tiene con este proyecto? ¿Qué espera que se lleven los espectadores a casa?

–Sería muy bonito que los espectadores conocieran la labor de las oblatas. En un mundo lleno de tantos intereses, es bonito invitar a que la mirada de los espectadores se deposite en estas mujeres que hacen una labor con una fe y un cariño tan grandes.

En segundo lugar, el proyecto es una llamada al voluntariado. Y, por último, sería estupendo que el público captase esa llamada al amor que hay en esta historia. Es muy emocionante ver cómo estas mujeres, movidas por su fe, sienten en profundidad el dolor de otras mujeres, pero no se quedan en eso, sino que actúan y dedican su vida a ofrecer otras alternativas y a la integración social.

Todo esto me parece lo suficientemente importante como para invitar a los espectadores a ver la película. Los beneficios están al servicio de la obra social de las oblatas. Pero quiero que se sepa que ir al cine a ver esta película es, de alguna manera, apoyar el proyecto que ellas tienen.

Esta película busca emocionar, pero no buscando la emoción por la emoción. Es una emoción compartida con empatía y con la maravillosa capacidad de solidaridad que tienen las oblatas.

Cine

Para ver: «La maravillosa Señora Maisel» y «Ted Lasso»

Dos propuestas para ver en casa durante este mes de marzo: "La maravillosa Señora Maisel" y "Ted Lasso".

Patricio Sánchez-Jáuregui·26 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La maravillosa Señora Maisel

Miriam «Midge» Maisel, una estilosa y asentada esposa, madre y ama de casa de Nueva York, amanece un día a la hecatombe de un marido enfermo de crisis de mediana edad con agravante de infidelidad. Midge descubre entonces, y por accidente, su vocación y nueva vida: monologuista.

Ambientada a fines de la década de 1950 y principios de la de 1960, esta serie de televisión es comedia dramática de época, con especial énfasis en una estética fabulosa, unos personajes bien construidos y unos diálogos bien traídos.

Creada por Amy Sherman-Palladino (Las chicas Gilmore), se estrenó en 2017 y ha sido aclamada por público y crítica hasta llegar al estreno de la que será su quinta y última temporada (abril de 2023).

La maravillosa Señora Maisel

Creador: Amy Sherman-Palladino
Actores principales: Rachel Brosnahan
Plataforma: Amazon Prime Video

Ted Lasso

Vuelve la serie buenrollista que arreglará tus problemas psicológicos sin necesidad de cambiar tu sofá por el del terapeuta. Café para todos y recordar que lo importante es sonreir, amar y ser amable. Positivismo crónico y acento de cowboy. Esas son unas cuantas de las características de esta comedia dramática deportiva estadounidense.

Ted Lasso es un entrenador de fútbol americano universitario contratado como entrenador de la Premier League. Rechazado de pleno por los medios y los fans, su eterno optimismo y fe ciega en el ser humano levantará la moral del equipo, la ciudad y los periodistas.

Esta elogiada serie se ha hecho un hueco dentro de una parrilla televisiva llena de dramatismo y morbo, una generación hipersensible y unas ganas de evasión generalizadas.

Estrenada en 2020, nos encontramos a las puertas del estreno de su tercera temporada

Ted Lasso

Creador: Jason Sudeikis, Bill Lawrence, Brendan Hunt y Joe Kelly
Actores principales: Sudeikis
Plataforma: Apple TV
Vaticano

El Papa confirma la política de lucha contra los abusos sexuales con un definitivo «Vos estis lux mundi»

La Santa Sede ha hecho pública la nueva versión del motu proprio "Vos estis lux mundi" que entra en vigor el 30 de abril y deroga la precedente "ad experimentum" del 7 de mayo de 2019. Un hecho que confirma la voluntad de proseguir en la lucha contra los abusos sexuales.

Maria José Atienza·25 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

«Vos estis lux mundi» ha sido, desde 2019, el documento marco en el que toda la Iglesia católica ha establecido los consiguientes protocolos de acogida, escucha, sanación y denuncia ante casos de abuso sexual por parte de personas consagradas: religiosos, sacerdotes o religiosas.

Ahora, el Papa Francisco ha confirmado esta línea de actuación con la publicación de la versión definitiva de este documento destinado a prevenir y combatir el fenómeno de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica.

La nueva versión del Motu Proprio «Vos estis lux mundi» entrará en vigor el 30 de abril y deroga la precedente de mayo de 2019. Entre las novedades clave que recoge este nuevo documento destaca la inclusión de la responsabilidad de los laicos que hayan sido moderadores de asociaciones de fieles, el cambio de término y definición de «adultos vulnerables» o la inclusión del abuso de poder como otro de los delitos.

Novedades de la versión definitiva de «Vos estis lux mundi»

Responsabilidad de laicos

La nueva versión de este Motu Propio introduce una novedad significativa referida, específicamente al «Título II», con las disposiciones relativas a las responsabilidades de los obispos, superiores religiosos y clérigos encargados de la guía de una Iglesia particular o de una prelatura.

En este punto, la nueva versión recoge las responsabilidades también para «fieles laicos que son o hayan sido moderadores de asociaciones internacionales de fieles reconocidas o erigidas por la Sede Apostólica, para los hechos cometidos» mientras ejercían su cargo.

Otro de los puntos novedosos se refiere a la ampliación de la definición de adultos «vulnerables». Mientras en el documento de 2019 se hablaba de «actos sexuales con un menor o una persona vulnerable», esta nueva versión habla de «delito contra el VI mandamiento del decálogo cometido con un menor o con una persona que tenga habitualmente un uso imperfecto de la razón o con un adulto vulnerable».

Otra modificación se refiere a la protección de quien presenta la denuncia de un presunto abuso: mientras antes se afirmaba que a aquel que señala no puede ser impuesto ningún vínculo de silencio, ahora se añade que esta protección debe extenderse también a «la persona que afirma ser ofendida y a los testigos».

Presunción de inocencia y abuso de autoridad

Asimismo, se refuerza la parte en la que se pide salvaguardar «la legítima protección del buen nombre y de la esfera privada de todas las personas implicadas», así como la presunción de inocencia para quien es investigado en espera de que sean determinadas sus responsabilidades.

En la nueva versión de «Vos estis lux mundi» también se especifica que las diócesis y las eparquías deben dotarse de «organismos y oficinas» – en el antiguo texto se hablaba más genéricamente de «sistemas estables» – fácilmente accesibles al público para recibir las denuncias de abusos. Y también se especifica que la tarea de proceder con la investigación es deber del obispo del lugar donde habrían ocurrido los hechos denunciados.

Así como, en 2019 se establecía ya de modo preciso cómo comportarse frente a las acusaciones de casos de abuso y aseguran que obispos y superiores religiosos – ahora también los laicos al frente de asociaciones internacionales – rindan cuentas de su actuación y estén obligados – con un precepto legal establecido universalmente – a señalar los abusos de los que hayan tenido conocimiento.

El documento incluía y sigue incluyendo no sólo las molestias y las violencias contra menores y adultos vulnerables, sino que también se refiere a la violencia sexual y a las molestias derivadas del abuso de autoridad. Por lo tanto, esta obligación también incluye cualquier caso de violencia contra las religiosas por parte de clérigos, así como el caso de molestias a seminaristas o novicios mayores de edad.

Gran parte de las modificaciones de esta nueva versión han sido introducidas para armonizar el texto de los procedimientos contra los abusos con las demás reformas normativas introducidas desde el 2019 hasta hoy, en particular con la revisión del motu proprio “Sacramentorum sanctitatis tutela”; con las modificaciones del Libro VI del Código de Derecho Canónico y con la nueva Constitución sobre la Curia Romana, “Praedicate Evangelium”.

El documento de 2019

El 7 de mayo de 2019, el Papa Francisco hacia pública la carta apostólica en forma de Motu Proprio «Vos estis lux mundi» que establecía las líneas fundamentales de la Iglesia católica en la lucha y prevención de abusos sexuales por parte de clérigos y religiosos.

Entre las normas que se recogían entonces destaca la obligación a todas las diócesis de contar con “sistemas estables y de acceso público para informar de los casos de abuso sexual y de encubrimiento de los mismos”, se introducían procedimientos de denuncia en el caso de abusos por parte de un obispo e iba un paso más allá en la consideración de «personas vulnerables» y el establecimiento de sistemas de escucha y acogida.

Ya en aquel momento, el documento se establecía como experimental para un trienio. Ha sido poco más de este tiempo, cuatro años, lo que ha estado vigente. La culminación de la reforma de la curia y la consiguiente promulgación de Praedicate Evangelium ha sido clave en la redefinición de este documento.

Ecología integral

Ecología de la vida

La ecología integral no puede mirar para otro lado cuando se trata de defender la vida humana en todas sus edades y en todas sus condiciones.

Emilio Chuvieco / Maria Carmen Molina/ Paulina Nuñez·25 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El día 25 de marzo se conmemora la Jornada por la vida. Desde la Comisión diocesana de Ecología Integral de Madrid, nos parece un buen momento para recordar el valor sagrado de toda vida.

Nos parece paradójico que sea necesario dedicar un día a recordar un derecho que está en la base de todos los demás: sin derecho a la vida, no existe ningún otro derecho.

Como ocurre en celebraciones similares, el día 25 de marzo nos da pie para recordar la importancia de lo que celebramos y reivindicar lo que todavía queda por conseguir.

A lo largo de la historia, los derechos han ido consiguiéndose de manera gradual: primero fue la abolición de la esclavitud, luego la independencia jurídica de las mujeres, más tarde los derechos civiles para las poblaciones marginales, personas de otras razas o religiones.

Desgraciadamente, no en todos los países está ampliación de la frontera moral está asegurada, no en todos hay igualdad ante la ley respecto a los grupos minoritarios, no en todos las mujeres tienen las mismas oportunidades que los hombres, todavía en muchos se siguen despreciando los derechos humanos más elementales.

Es triste también recordar que en la mayor parte de los países que consideramos socialmente avanzados, todavía no todos los seres humanos tienen garantizado el derecho a la vida, lo cual resulta a la vez sonrojante y sorprendente, casi inconcebible.

La ciencia moderna sabe lo suficiente sobre los primeros estadios del desarrollo embrionario para afirmar, sin ninguna duda, que una vez producida la fecundación, el ser resultante tiene una carga genética genuinamente humana, distinta a la de sus padres biológicos, y perfectamente autónoma, en el sentido que no necesita algo externo que le complete, solo que le alimente.

Entre la fecundación y el nacimiento no ocurre nada biológicamente relevante para establecer un antes y un después en el proceso de “humanización” de ese embrión gestante.

Por otro lado, la dependencia de ese niño o niña no puede justificar que se decida sobre ellos a voluntad: al fin y al cabo, también serán dependientes de su madre muchos días después de nacer.

Discutir sobre la viabilidad de un embrión humano, cuando ahora se hacen tratamientos y operaciones intrauterinas, tampoco aporta nada al fondo de la discusión; es más, parece que ya ni siquiera es necesaria la discusión, pues algunos consideran el debate cerrado.

La gran mayoría de los ciudadanos de los países occidentales asumen como moralmente aceptable el aborto, la eliminación de un ser humano en gestación, cuyo derecho a la vida se pone por debajo de otros derechos que se esgrimen como confrontados: la necesidad, la autonomía, la inmadurez o el descuido se consideran razones suficientes para acabar con la vida de quien pocos meses después será un ser humano como cualquiera de nosotros.

Ciertamente, deben considerarse las dificultades económicas, la juventud de las gestantes y las situaciones de violencia que a veces ocurren en torno a un embarazo. En este sentido, no se trata tanto de enjuiciar sino de proteger a quien es más vulnerable.

Los movimientos pro-provida no solo denuncian, sino que también se implican, para apoyar -económica y sicológicamente- a quien pasa por situaciones difíciles. Ver ahora las fotos de jóvenes de 14 o 15 años que, sin ese apoyo, hubieran sido abortados, que no existirían, es un argumento humano incontestable para seguir defendiendo la vida del ser humano en gestación.

La ecología es la ciencia de la vida, de las relaciones de dependencia entre los seres vivos, de los sistemas biodiversos, donde todos reciben algo y ponen algo, donde no debería haber excluidos. Los niños y niñas en gestación parece que no forman todavía parte de la comunidad moral que garantice su continuidad: todo queda al criterio de los padres.

Pero una vida humana, toda vida, no puede ser instrumento para otra cosa, tiene una dignidad inviolable, es preciso protegerla, precisamente por ser la más vulnerable.

La ecología integral no puede mirar para otro lado cuando se trata de defender la vida humana en todas sus edades, en todas sus condiciones: no hay vidas dignas e indignas, a nosotros no nos toca juzgar eso; tan solo aceptarlas con la acogida de quien recibe a un ser débil y decide cuidarlo.

Romper la cadena de la vida traerá consecuencias graves para nuestra civilización, ya las está teniendo, tanto sociales como ambientales.

Como bien nos recuerda el papa Francisco: “Cuando no se reconoce en la realidad misma el valor de un pobre, de un embrión humano, de una persona con discapacidad –por poner sólo algunos ejemplos–, difícilmente se escucharán los gritos de la misma naturaleza. Todo está conectado” (LS, n. 117). Respetar la vida es respetarla en todas sus formas; no tendría sentido hacerlo para las vidas de otras especies, despreciando la nuestra.

La lógica del cuidado es la misma en un caso y en otro, también la lógica del desprecio:  «si pensás que el aborto, la eutanasia y la pena de muerte son aceptables, a tu corazón le va a resultar difícil preocuparse por la contaminación de los ríos y la destrucción de la selva. Y lo inverso también es cierto. Así que, aunque la gente siga sosteniendo vehementemente que son problemas de un orden moral distinto, mientras se insista en que el aborto está justificado, pero no la desertificación, o que la eutanasia está mal, pero la contaminación de los ríos es el precio del progreso económico, seguiremos estancados en la misma falta de integridad que nos llevó a donde estamos» (Papa Francisco, Soñemos juntos. El camino a un mundo futuro mejor, 2020, 37).

El autorEmilio Chuvieco / Maria Carmen Molina/ Paulina Nuñez

Comisión Diocesana de Ecología Integral de Madrid

Evangelización

Mila Glodava: «En Filipinas, la Iglesia aspira a ser de los pobres»

Mila Glodava, natural de Filipinas, ha estado trabajando con su párroco y el Socio-Pastoral Institute, una agencia de la Conferencia Episcopal de Filipinas, para introducir la corresponsabilidad en su país.

Diego Zalbidea·25 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 11 minutos

Mila Glodava acaba de retirarse del ministerio parroquial activo para continuar su labor misionera de corresponsabilidad en Filipinas, así como su trabajo en una fundación benéfica. En 2019 coordinó la primera conferencia sobre corresponsabilidad en Asia-Pacífico, celebrada en Filipinas y copatrocinada por el International Catholic Stewardship Council y el Socio-Pastoral Institute.

Antigua directora de corresponsabilidad de la parroquia de San Vicente de Paúl de Denver (Colorado), Mila había sido su directora de comunicaciones y corresponsabilidad desde 2014. Ocupó este último cargo durante más de 25 años en la parroquia de Santo Tomás Moro en Centennial (Colorado). Bajo su dirección, junto con el párroco, Andrew, su parroquia recibió numerosos premios, incluido el premio Arzobispo Thomas Murphy en 2007.

Desde 2002, Mila, natural de Filipinas, ha estado trabajando con Andrew y el Socio-Pastoral Institute, una agencia de la Conferencia Episcopal de Filipinas, para introducir la corresponsabilidad en su país. En 2009, ella y Andrew escribieron un libro titulado “Making Stewardship a Way of Life: A Complete Guide for Catholic Parishes”, publicado por Our Sunday Visitor.

Mila es licenciada en Educación por la Universidad San Pablo de Manila, y en 2015, después de muchos años de servicio, ha realizado un máster en Teología por el “Augustine Institute” de Denver. Ella y su marido, Mark, tienen dos hijos y cuatro nietos.

¿Qué distingue a las personas más generosas?

–Para mí son las personas más felices. Contagian vibración y enfrentan los problemas con un sentido de confianza y de esperanza. También sienten que Dios los ha bendecido inmensamente y están agradecidos por sus muchas bendiciones: su vida, salud, fe, familia, educación, trabajo, amigos, la belleza de la creación y muchas más.

¿Qué puede hacer un pastor para ayudar a sus fieles a ser más generosos?

–Respuesta corta, ¡él mismo debe ser generoso! Respuesta larga: ¡Debe ser la primera persona en dar! Los feligreses tomarán la generosidad de su párroco como modelo a seguir. ¿Por qué? Porque saben que los sacerdotes no ganan mucho dinero. Enseñan con el ejemplo. El Papa san Pablo VI en su Evangelii Nuntiandi n. 41 escribió que «El hombre moderno escucha con más gusto a los testigos que a los maestros, y si escucha a los maestros es porque son testigos». Por supuesto, también debe entender que lo que él ofrece nace de la acción de gracias por las innumerables bendiciones recibidas de Dios.

Si un párroco no ha introducido la corresponsabilidad como una forma de vida en su parroquia, le recomiendo que lo haga. Los obispos católicos de EE.UU sostenían en su Carta Pastoral “Stewardship: A Disciple’s Response” (USCCB, 1992), que la corresponsabilidad, como indica el título, trata de la respuesta de un discípulo a la invitación de seguir a Jesús y a la llamada universal a la santidad. Por lo tanto, la corresponsabilidad implica mucho más que simplemente dar dinero y ser generoso.

¿Qué pueden hacer un padre o una madre muy atareada para vivir mejor como discípulos corresponsables?

–En primer lugar, amar a nuestros hijos es la mejor manera de vivir como un discípulo corresponsable y enseñar con el ejemplo, especialmente las virtudes de la gratitud y la generosidad. Una lección muy importante que pueden dar a sus hijos es ser agradecidos por lo que tienen, especialmente en un mundo que empuja continuamente a lograr las cosas que se desean. A menudo he dicho en mis sesiones por varios países que «la corresponsabilidad es una forma de vida cristiana, una vida de acción de gracias por las innumerables bendiciones de Dios».

¿En qué medida la vida cotidiana de los fieles está preparada para desarrollar la corresponsabilidad?

–Creo que una vida de oración y Eucaristía, que significa “acción de gracias”, es la mejor manera de desarrollar la corresponsabilidad. Es por eso que cuando enseñamos nuestro modelo de corresponsabilidad en la parroquia de Santo Tomás Moro (Denver), solemos poner mucho énfasis en comenzar por hacer tiempo para Dios en la oración y en la adoración, y desarrollar de ese modo una relación más profunda de amor por Dios. Con este amor, uno no necesita preocuparse demasiado para hacer algo hermoso para Dios. Esto es muy patente en una relación amorosa como la de marido y mujer. Hacemos cosas los unos por los otros debido a nuestro amor mutuo.

Lo mismo es también cierto para nuestros hijos. Todavía recuerdo un gesto de cariño de mi hijo mientras yo lo esperaba después de la escuela. Al descender del autobús escolar, vio un hermoso diente de león amarillo, que en realidad es una mala hierba, en nuestro jardín delantero. Tomó uno y me lo dio diciendo: “¡Te quiero, mamá!”. ¡Y quién es nuestro mejor ejemplo de amor, sino el mismo Jesucristo que murió en la cruz por nosotros! Andrew Kemberling, con quien he escrito “Hacer de la corresponsabilidad una forma de vida: una guía completa para las parroquias católicas” («Our Sunday Visitor», 2009), a menudo dice: “Él [Jesucristo] pagó una deuda que no debía, porque nosotros debíamos una deuda que no podíamos pagar”. Entonces, ¿cómo podemos corresponderle? Devolviéndole nuestro tiempo, talento y tesoro, en acción de gracias por lo que ha hecho por nosotros.

¿Cuáles han sido sus mejores experiencias de corresponsabilidad?

–Mi mejor experiencia de corresponsabilidad es mi propia conversión personal. La corresponsabilidad fue definitivamente un reto para mí, porque no sólo no sabía mucho sobre la corresponsabilidad, sino que tampoco la vivía. Sin embargo, si conocieras mi personalidad, sabrías que me encanta aceptar retos. Aunque utilizábamos la palabra corresponsabilidad, el reto para mí en aquel momento era aumentar la colecta del ofertorio. Además, ¡soy una aprendiz! El Gallup StrengthFinder (una encuesta para conocer nuestros talentos) afirmó que el aprendizaje es, de hecho, mi mayor fortaleza. Por lo tanto, estaba decidida a aprender más sobre la corresponsabilidad. 

En 1989, los programas de corresponsabilidad no eran nada comunes en la Iglesia de Estados Unidos. De hecho, los obispos católicos estadounidenses no escribieron la carta pastoral sobre la corresponsabilidad que he mencionado antes hasta 1992. Cuando se me pidió que la revisara antes de su publicación, no pude aceptar porque no me sentía con la experiencia necesaria para ello.

No obstante, había algunas iniciativas pioneras, pero eran extremadamente escasas. Además, toda la literatura que se podía encontrar estaba escrita por Protestantes. En aquel momento, sin embargo, todas estas ayudas me bastaron para arrancar, y el resultado fue lo bastante convincente como para que continuáramos con el programa año tras año y lo desarrolláramos hasta lo que es hoy.

Sin embargo, no fue hasta 1991 cuando experimenté una conversión a la corresponsabilidad como forma de vida, no gracias a ningún sacerdote, sino de una feligresa, Jean Harper. Mientras escribía su historia para nuestro boletín, sentí que el Espíritu Santo agitaba algo dentro de mí. La historia de la conversión de Jean me hizo darme cuenta de que, aunque yo había sido católica desde la cuna, no había dado prioridad a Dios en mi vida. También me di cuenta de que, para mí, dar era un acto de orgullo por tener algo que compartir, más que una acción de gracias por todo lo que Dios me había dado.

En aquella época, el dinero tampoco nos sobraba. Aunque Mark y yo trabajábamos, el dinero entraba por una mano y salía por la otra. Lo que me hizo replantearme nuestro modo de vida fue el versículo que Jean citó de Malaquías, capítulo 3, versículo 10: «Llevad el diezmo íntegro a la casa del tesoro, para que haya sustento en mi Templo. Ponedme a prueba en esto —dice el Señor de los ejércitos—: ¿No os abriré entonces las compuertas del cielo y derramaré bendiciones sin tasa?».

Había oído este versículo muchas veces, pero nunca le di mucha importancia; nunca lo había asimilado. ¿No respondió Jesús cuando fue tentado por el diablo que «No tentarás al Señor tu Dios»? (Mt 4, 7) Pero esta vez lo oí de otra manera. Dios quiere que lo ponga a prueba. Me estaba retando a ofrecer el diezmo.

En casa, después de cenar, le leí a Mark la historia de Jean. No estaba segura de si realmente prestaba atención, pero no dijo «no» cuando le insinué «tenemos que atrevernos»: dar a Dios el diezmo, lo primero y lo mejor. Lo hicimos. Y nuestra vida nunca volvió a ser la misma después de eso. ¿Significa eso que nunca hemos tenido dificultades en la vida desde que empezamos a abrazar la corresponsabilidad? Al contrario. En nuestros 50 años de vida matrimonial, Mark fue despedido al menos cuatro veces. Puedo afirmar que fue durísimo sobrevivir con el sueldo de un empleado eclesiástico (aunque tengo que admitir que father Andrew, que practicaba lo que predicaba, ajustaba los sueldos en la parroquia en función de las responsabilidades).

Sin embargo, la recesión de 1991 en Estados Unidos fue una verdadera prueba para nosotros, ¡porque acabábamos de empezar a diezmar! Cuando Mark perdió su trabajo, nos enfrentamos a un dilema. ¿Debíamos seguir o no dando lo que sabíamos que era una cantidad importante a la Iglesia y a algunas causas benéficas escogidas? Decidimos continuar, pero tuvimos que revisar nuestras prioridades en la vida, confiando en que Dios proveería para nuestras necesidades. ¿Y adivina qué? Lo hizo. Efectivamente, Dios proveyó a nuestras necesidades durante los cinco años que Mark, ingeniero eléctrico, no pudo encontrar un trabajo en su campo. Sin embargo, teníamos comida en nuestra mesa, nuestra hipoteca estaba pagada, nuestros hijos tenían ropa que ponerse, y terminaron la escuela secundaria en ese momento. Es verdad: «Dios no se deja ganar en generosidad».

Hoy, estoy feliz de decir que con más de 50 años de matrimonio, Dios nos ha bendecido de innumerables maneras, incluyendo cuatro nietos de nuestros hijos, Kirsten y Kevin, y sus cónyuges. Por supuesto, Dios nos ha bendecido con mucho más, pero me llevaría demasiado tiempo y espacio mencionarlos a todos.

¿Por qué el dinero no es lo principal en la corresponsabilidad?

–Es una pena que la corresponsabilidad se identifique a menudo con el dinero o la recaudación de fondos. Esto se debe al hecho de que los primeros impulsores e incluso los de los últimos tiempos utilizaban la palabra sólo cuando querían aumentar la colecta de la Misa. De hecho, así fue precisamente como la utilizamos cuando empezamos la corresponsabilidad en Santo Tomás Moro (mi parroquia), porque las ofrendas tendían a la baja. La buena noticia fue que no nos detuvimos ante la necesidad de aumentar esas colectas. Continuamos abrazando y desarrollando la corresponsabilidad con el tiempo, talento y tesoro. Esto hizo que el dinero fuera sólo un tercio del programa de corresponsabilidad.

Durante el tiempo en que Andrew Kemberling fue párroco, enfatizamos el tiempo dedicado a la oración en lugar de unirlo al talento. También añadimos la corresponsabilidad de la fe, de la vocación y de la tierra, haciendo que el dinero fuera sólo una sexta parte del modelo de corresponsabilidad de santo Tomás Moro. En realidad, estas fases coinciden más con el fondo de lo que la Conferencia Episcopal (USCCB) escribió en su carta pastoral. De hecho, los obispos también describieron cómo podemos ser administradores de la Iglesia (fe), administradores de la vocación y administradores de la creación (tierra).

¿Cómo afecta la corresponsabilidad a una parroquia?

–Permíteme que te describa a un observador objetivo, Luciano Pili, sacerdote filipino que visitó la parroquia de santo Tomás Moro, siguiendo instrucciones del obispo Julio X. Labayen, OCD, de la Prelatura de Infanta. Mencioné por casualidad mi trabajo como Directora de Comunicaciones y Corresponsabilidad en Santo Tomás Moro en una reunión del clero en 2000. El obispo Labayen sintió curiosidad y quiso saber más sobre mi trabajo. De ahí la visita de Pili, junto con otros clérigos y religiosos, a Santo Tomás Moro.

«Encontramos en la parroquia de santo Tomás Moro, dirigida por Andrew Kemberling», dijo Pili, «una parroquia vibrante y dinámica, con un modelo de Iglesia que había integrado con éxito la espiritualidad de la corresponsabilidad en todas las facetas de la vida de la comunidad eclesial, incluida la vida de oración, la ecología, las vocaciones, el voluntariado, las finanzas, el liderazgo y la vida litúrgica y sacramental. Utilizaban como guía un cambio de paradigma: la necesidad de dar, en lugar de dar para una necesidad».

Estoy absolutamente de acuerdo con la observación de Pili. Santo Tomás Moro es una comunidad que reza, acoge, sirve, da y celebra, deseosa de conocer su fe, vivirla y compartirla. Con la corresponsabilidad, los feligreses están preparados y listos para «ir y hacer discípulos», para evangelizar. Y lo que es más importante, Pili pensaba que la corresponsabilidad era la clave de la sostenibilidad de la Iglesia de los pobres, que se ha mostrado desde que adoptaron la «nueva forma de ser Iglesia, una comunidad de discípulos, la Iglesia de los pobres».

Un sacerdote que asistió a nuestra primera conferencia en 2003 sobre la «sostenibilidad de la Iglesia de los pobres» escuchó el mensaje de la corresponsabilidad, lo abrazó y lo compartió con sus feligreses, que recibieron con entusiasmo el mensaje y lo abrazaron también. Su ejemplo inspiró a otras parroquias y a un número creciente de diócesis, hasta que se convirtió en un movimiento que la Conferencia Episcopal de Filipinas ya no podía ignorar.

Como resultado, y después de más de 20 años, la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas finalmente lo adoptó con una Instrucción Pastoral sobre Corresponsabilidad y también creó la Oficina de Corresponsabilidad en 2021. Ese texto también afirmaba que la Iglesia filipina ya estaba dispuesta para intentar cambiar el sistema de aranceles o estipendios por la administración de los sacramentos, practicado durante quinientos años. Lo habían intentado al menos desde el Segundo Concilio Plenario de Filipinas, aunque no lograban los medios para reemplazar las cantidades obtenidas anteriormente. Solo después de practicar la corresponsabilidad en las parroquias y finalmente en las diócesis lograron sustituir esa forma sostener a la Iglesia. 

¿Qué tiene que ver la corresponsabilidad con la sinodalidad?

–Mi idea de la sinodalidad es que se trata de la renovación de la Iglesia en «Comunión, Participación y Misión». Se guía por la escucha, el juicio y la acción desde la base. No cabe duda de que la corresponsabilidad y la sinodalidad tienen algo en común. Daré sólo un ejemplo de todo esto que está ocurriendo en la Iglesia de Filipinas.

Para celebrar los 500 años de cristianismo, la Conferencia Episcopal de Filipinas (CBCP) publicó en enero de 2021 una Instrucción Pastoral sobre la Corresponsabilidad que ofrece una prueba concreta de que la Iglesia filipina busca la renovación. Todo comenzó, sin embargo, en 1991, cuando el Segundo Consejo Plenario de Filipinas (PCPII) declaró que la Iglesia en Filipinas debía:

  1. Transformarse en una comunidad de discípulos;
  2. convertirse en la Iglesia de los pobres;
  3. comprometerse en la evangelización integral.

En otras palabras, la Iglesia en Filipinas aspira a ser una «nueva forma de ser Iglesia, la Iglesia de los pobres». San Juan XXIII utilizó esta frase en el Concilio Vaticano II, en 1962. El obispo Labayen de la Prelatura de Infanta y la Federación de Obispos Asiáticos la adoptaron en 1975, y en 1991, el PCPII proclamó: “Siguiendo el camino del Señor, optamos por ser la Iglesia de los pobres».

Sin embargo, diez años más tarde, durante la Consulta Pastoral Nacional de 2001 sobre la Renovación de la Iglesia, una evaluación de sus progresos como «Iglesia de los Pobres» dio lugar a críticas contradictorias. Algunos no querían llamarse a sí mismos «Iglesia de los Pobres» y no querían tener nada que ver con ello. Otros no querían cambiar el modelo de «cristiandad» por el de «Iglesia de los pobres». Otros, como el obispo Labayen, acusado de comunista por su amor a los pobres, querían este último modelo y tomaron medidas para hacerlo realidad. Aunque tardó algunos años, la iniciativa del obispo Labayen sobre el modelo de la «Iglesia de los pobres» empezó a cobrar fuerza. También resultó de ahí mi colaboración activa con el obispo Labayen.

En 2002, el obispo Labayen profundizó en la corresponsabilidad como una forma de vida. Aquí es donde escuchar, juzgar y actuar resultó esencial. Monseñor Labayen escuchó, juzgó y actuó cómo la corresponsabilidad era la clave para la sostenibilidad de “la Iglesia de los Pobres», la nueva forma de ser Iglesia. Compartió todo lo que aprendió sobre la corresponsabilidad como forma de vida con otros obispos y el resto, como suele decirse, es historia.

La Declaración Pastoral de la CBCP sobre la Corresponsabilidad prometió tres cosas: 1) comprometerse con la educación, formación y catequesis en la Espiritualidad de la Corresponsabilidad, 2) adoptar un programa concreto de corresponsabilidad en las diócesis para reemplazar el «arancel» lo antes posible, y 3) crear un equipo de apoyo para ayudar a las diócesis a implementar un programa de corresponsabilidad. Era mucho pedir. Sin embargo, la determinación de los obispos de cumplir sus promesas ha sido real. En julio de 2021, la CBCP cumplió su promesa nº 3, creando la Oficina Episcopal de Corresponsabilidad, dirigida ahora por el Obispo Broderick Pabillo, anteriormente Obispo Auxiliar de la Archidiócesis de Manila, y ahora Vicario Apostólico del Vicariato Apostólico de Taytay. La Oficina de Corresponsabilidad también tenía como objetivo cumplir la primera de las promesas, y comenzó inmediatamente con un seminario virtual para las diócesis, que continúa realizándose en la actualidad.

De hecho, la corresponsabilidad como forma de vida no sólo está produciendo una conversión personal, sino también una transformación estructural, especialmente en lo que se refiere a la rendición de cuentas y a la transparencia.

El ex presidente de la CBCP, el arzobispo Sócrates Villegas (archidiócesis de Lingayen-Dagupan), fue uno de los muchos obispos que implantaron la corresponsabilidad en sus diócesis. Su diócesis utilizó la palabra «Pananabangan» en lugar de «corresponsabilidad». Cree en que es posible «vivir una vida valiente de donación generosa, sin volver al viejo sistema, sin tener miedo.» Su diócesis aspira a proporcionar una «estructura más fuerte y viable para construir un sistema más profesional y una relación con nuestros feligreses, como miembros activos y comprometidos en la vida y misión de la Iglesia.» Como resumen afirma que «la Iglesia no tendrá un poker con «pananabangan». La Iglesia será más creíble, más profética y más semejante a Cristo con «pananabangan».

Además, la CBCP adoptó el tema «Gifted to give«, que sin duda se ha visto influido por el mensaje de la corresponsabilidad. Los frutos del cristianismo que la Iglesia de Filipinas recibió hace 500 años están ahora maduros para compartir el don de la fe con otras naciones, cumpliendo el punto 3 del PCPII, la evangelización integral. Esta es, de hecho, la esencia de la sinodalidad: «Comunión, Participación y Misión».

¿Puede arraigar la corresponsabilidad en otros países alejados de Estados Unidos?

–No tengo ninguna duda al respecto. Sin embargo, no me resultaba evidente cuando llevé por primera vez el mensaje de la Corresponsabilidad a la Prelatura de Infanta y, con el tiempo, a toda la Iglesia de Filipinas.

¿Tienen los niños algo que enseñarnos sobre la corresponsabilidad?

–¡Absolutamente! En santo Tomás Moro, no sólo promovimos las ofrendas de los niños, sino que también empezamos a llamar al altar a los niños durante la colecta del ofertorio. Mientras que los niños mayores daban de su paga, los más pequeños solían poner en el ofertorio los regalos de sus padres. La colecta de ofrendas de los niños iba a una cuenta especial de caridad, que se distribuía a organizaciones benéficas que los niños estudiaban e investigaban con la ayuda de sus profesores, catequistas o pastores juveniles. La mayoría de las veces, lo que los niños quieren es ayudar a los pobres, especialmente a los niños pobres. Con el tiempo, los padres que no hacían aportaciones regulares, acabaron siguiendo el ejemplo de sus hijos.

El autorDiego Zalbidea

Profesor de Derecho patrimonial canónico, Universidad de Navarra

Experiencias

Mariano Ugarte: “La enfermedad de un hijo afecta a mucha gente”

La enfermedad y fallecimiento de su tercer hijo, llevó a Mariano y su familia a fundar la Asociación Pablo Ugarte. A través de esta Fundación, son muchas las personas que, con su aportación, apoyan proyectos de investigación en cáncer infantil y, además, aconsejan y facilitan información y gestiones a familias con situaciones similares. 

Arsenio Fernández de Mesa·24 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Mariano es capitán de navío de la Armada Española. Echa de menos navegar, algo que lleva diez años sin hacer, pero es inmensamente feliz. Desde 1986 está casado con Dori y juntos tienen cinco hijos: Dori, Mariano, Pablo, Quique y Marta. El tercero, Pablo, les espera en el cielo. 

Pablo nació en 2000 y falleció en 2010. “Era un chaval de lo más normal. Guapísimo, animado, muy movido”. 

Un día, Pablo comenzó a sentir un dolor en la cadera. Le diagnostican un tumor óseo: sarcoma de Ewing que, en caso de recaída, tiene casi un cien por cien de mortalidad. Tanto él como su mujer dijeron: “Se trata, se cura y no hay más que hablar”. Llevaron la enfermedad fenomenal, animados. 

El niño seguía acudiendo al colegio y echaba de menos a los amigos en las temporadas en las que no podía acudir.

Mariano estaba convencidísimo de que Pablo superaría la enfermedad. Rezaba y estaba seguro de que, con la ayuda de la oración, Pablo se curaría. “Pero la salvación es otra, no está centrada en lo material”, apunta. La enfermedad de Pablo se complicó y falleció en Madrid al año y medio del diagnóstico. “Cuando Pablo estaba a punto de fallecer, yo lo tocaba y acariciaba pensando: estoy tocando el cuerpo de alguien que va a estar con Dios en breve”, relata Mariano, que confiesa cómo “perder a un ser querido, un niño, indefenso, al que has estado diciendo que se va a poner bueno, es duro”. 

El momento de su muerte dió lugar a una gran tranquilidad interior, porque sabían que habían hecho todo lo posible y que su hijo había estado acompañado. 

Mariano no olvida el inmenso cariño recibido: “La Armada, amigos, compañeros, conocidos, vecinos de Colmenar Viejo, todos se implicaron. La enfermedad de un niño no sólo afecta a unos pocos sino a muchos: al cole, a los compañeros de fútbol, de teatro, de judo, al barrio. Todo el mundo siente como suya la enfermedad”, confiesa orgulloso.

Su hija mayor tenía 14 años cuando Pablo falleció. “No les dimos oportunidad de que lo pensaran mucho ni que se viniesen abajo y ya a los dos días estaban todos en el colegio, sin posibilidad de protestar. Había que seguir con la vida”, asegura Mariano. 

Recuerda cómo, en los últimos días de Pablo en la tierra, el doctor les comunicó que no había nada que hacer: “Cuando recibí esa noticia pensé que estaba bromeando, porque veía a mi hijo fenomenal”

Ese “no parar” fue lo que le encendió la bombilla: “No podía estar quieto”. Tras la muerte de Pablo preguntó a la oncóloga qué podían hacer para apoyar proyectos de investigación. Esto les llevó a un doctor que investigaba de forma distinta y crearon un grupo de gente para apoyar esta investigación. “En dos días aparecieron 400 personas y no podíamos mandar dinero, así por así, a un investigador”, recuerda Mariano. De este modo nació la Asociación Pablo Ugarte, a través de la que se canaliza ese dinero y apoyan proyectos de investigación del cáncer infantil. Pablo falleció un 27 de noviembre de 2010, y la primera reunión de la fundación fue el domingo 16 de enero de 2011, que coincidía con su cumpleaños.

Desde entonces, la Asociación Pablo Ugarte ha ido creciendo, ayudando a la investigación en todos los aspectos. A hablar con padres de chicos enfermos, Mariano les dice: “No soy psicólogo, te puedo echar una mano, contar mis vivencias, decir por lo que he pasado”. Trata de ayudarles y hacerles ver las posibilidades. Tienen 29 proyectos de investigación en toda España. “Les apoyamos de muchos modos. Orientándoles sobre dónde se tratan mejor uno u otro tumor o si necesitan segundas opiniones. Tenemos un buen grupo de doctores que les dan su parecer. También hemos conseguido agilizar citas”, cuenta Mariano.

Cuando vienen chicos de lugares que no tienen hospitales de referencia, hablan con los médicos y éstos los reciben lo más pronto posible. Son muchas las personas que participan en la Asociación Pablo Ugarte. Son transparentes con lo que hacen con su dinero, explicando quién dona y a qué se dedica el dinero que reciben. “Gozamos de gran confianza por parte de las personas que pertenecen a esta preciosa iniciativa”, señala Mariano.

Una familia a la que el sufrimiento no les ha bloqueado ni paralizado, sino que ha servido de estímulo para ayudar a tantos otros. Seguro que Pablo lo mira orgulloso desde el Cielo.

Recursos

Riquezas del Misal romano: los domingos de Cuaresma (V)

El Misal romano nos anima hoy a pedir la gracia para caminar hacia Dios siguiendo el ejemplo amoroso de Cristo.

Carlos Guillén·24 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Entramos en lo que antiguamente se llamaba el “Tiempo de Pasión”, caracterizado por el cubrimiento de las cruces e imágenes en las iglesias. Esos símbolos intensifican nuestra vivencia de la proximidad de la Pasión del Señor, nos ponen en camino con Él y nos llaman a un mayor desprendimiento.

En ese contexto, reza la Iglesia:

Te pedimos, Señor Dios nuestro, que, con tu ayuda, avancemos animosamente hacia aquel mismo amor que movió a tu Hijo a entregarse a la muerte por la salvación del mundo.Quaésumus, Dómine Deus noster,ut in illa caritáte, qua Fílius tuus díligens mundum morti se trádiditinveniámur ipsi, te opitulánte, alácriter ambulantes.

Nuevamente estamos ante una Colecta que fue redactada para el Misal de Pablo VI, con tres particularidades. La primera es que se tomó como fuente de inspiración un texto del Rito hispano, que relee en clave de oración un versículo de la Carta a los Efesios: “Caminad en el amor, lo mismo que Cristo nos amó y se entregó por nosotros como oblación y ofrenda de suave olor ante Dios” (Ef 5, 2). La segunda es su estructura, en la que prima la petición y dentro de ella se insertan tanto la invocación como la anamnesis. La tercera, que es la primera colecta dominical de Cuaresma que hace una referencia explícita a la muerte del Señor.

El Hijo que entregó su vida por amor

Las colectas del Misal usan con frecuencia el verbo quaésumus (pedimos), pero pocas veces como encabezamiento. Al hacerlo hoy la Iglesia nos lleva a enfatizar la absoluta necesidad que tenemos de pedir aquello de lo que carecemos. Desde nuestra pequeñez nos dirigimos a Dios con toda solemnidad llamándolo Dómine Deus. Pero con toda confianza agregamos noster, lo que nos da un sentido de relación y cercanía. Es “nuestro” porque, dando Él el primer paso, quiso que fuéramos su pueblo. Apoyándonos en la firmeza de la voluntad divina tenemos la seguridad de que Dios permanecerá fiel a su alianza.

La oración le recuerda al Padre la inmensa caridad con la que su Hijo nos amó y se entregó a la muerte, para instituir una alianza aún más favorable a nosotros. La construcción del pronombre personal más el verbo en presente indicativo se trádidit (se entregó) nos anuncia justamente que a Jesús nadie le arrebata la vida, sino que, movido por el amor, Él la da libremente, porque para eso vino al mundo (cfr. Jn 10, 18; 15; 13; Mc 10, 45). Nos habla además de un hecho real, histórico, que se hace sacramentalmente presente en cada celebración.

San Juan Pablo II enseña en la encíclica Ecclesia de Eucharistia que “cuando la Iglesia celebra la Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de su Señor, se hace realmente presente este acontecimiento central de salvación y «se realiza la obra de nuestra redención». Este sacrificio es tan decisivo para la salvación del género humano, que Jesucristo lo ha realizado y ha vuelto al Padre sólo después de habernos dejado el medio para participar de él, como si hubiéramos estado presentes. Así, todo fiel puede tomar parte en él, obteniendo frutos inagotablemente”.

Caminar en el amor

El fundamento para que podamos elevar nuestra petición a Dios es el más firme posible. Como afirma san Pablo: “El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con Él todas las cosas?” (Rm 8, 32). Por eso no hay ningún reparo en decir que esperamos conseguir lo que pedimos, te opitulante, es decir, contando con que tú, Señor, nos socorras, contando con la ayuda de tu gracia, sin la cual no podríamos nada.

La gran petición que hace la Iglesia a Dios este domingo es que nos encuentre caminando animosamente en la misma caridad de su Hijo. Nuevamente esta Colecta nos transmite la idea de movimiento al referirse a los caminantes (ambulantes) y reaparece el adverbio alácriter, reforzando el carácter animoso, vivaz, de ese caminar, como en un crescendo a medida que se acerca la Pascua.

No tenemos nada más grande que pedir en nuestra oración que aquella virtud teologal que sobrepuja a todas las demás y que más nos identifica con Dios. Como escribió Benedicto XVI en su primera encíclica: “Si el mundo antiguo había soñado que, en el fondo, el verdadero alimento del hombre —aquello por lo que el hombre vive— era el Logos, la sabiduría eterna, ahora este Logos se ha hecho para nosotros verdadera comida, como amor. La Eucaristía nos adentra en el acto oblativo de Jesús. No recibimos solamente de modo pasivo el Logos encarnado, sino que nos implicamos en la dinámica de su entrega”.

Celebrar, por tanto, los sagrados misterios a lo largo del camino cuaresmal es dejarnos implicar en esa entrega; revestirnos, por la gracia, de aquella misma caridad de Cristo, que nos mueve a entregar también nosotros la vida por Dios y por los demás. En la vivencia concreta de esta caridad encontraremos la piedra de toque para saber cómo va nuestra conversión cuaresmal.

El autorCarlos Guillén

Sacerdote de Perú. Liturgista.

España

Apoyo de la Iglesia a 4 millones de personas en la campaña Xtantos 2023

La Iglesia en España pone en marcha el lunes la campaña Xtantos 2023 con el lema “Por ellos, por ti, por tantos”, que anima a marcar la casilla de la Iglesia en la declaración de la Renta. Detrás de cada ‘X’ hay una historia, representada este año por cinco personas que encontraron ayuda en la Iglesia católica: Ruth, Ángela, Halyna, José y el padre Ramón.

Francisco Otamendi·23 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Ruth, Ángela, Halyna, José y el padre Ramón representan a cerca de cuatro millones de personas que la Iglesia ayuda cada año en España, a través de las parroquias y sus diferentes centros caritativos y asistenciales. En momentos de desesperación y dificultad, ellos encontraron el apoyo que necesitaban. En Xtantos.es pueden escuchar un resumen de su historia.

En síntesis, Ruth salió del maltrato gracias al “empujón” que recibió de sus amigas de la parroquia. Ángela, que protagoniza el cartel principal, tiene síndrome de Down y se siente ahora independiente desde que vive en un piso de acogida de la Iglesia en Talavera de la Reina (Toledo). Halyna es ucraniana y tuvo que tomar a su hija y a sus dos nietos para huir todos de las bombas, y la Iglesia les ha proporcionado una nueva vida en España.

José pasó por la cárcel, por la Legión y terminó en la construcción, donde un accidente le cambió la vida. En la parroquia le dan de comer y ha encontrado una familia y un lugar donde vivir. Y Ramón es hoy sacerdote, pero vivió en el mundo de las drogas hasta que a los 17 años intentó suicidarse. La fuerza para cambiar se la dio el joven sacerdote que estaba en su parroquia.

Inversión inferior a un 1 %

La campaña dará comienzo el próximo lunes, 27 de marzo, unos días antes de que los contribuyentes puedan presentar su renta (el plazo se abre el 11 de abril). El cierre de la campaña sí coincidirá con el final del periodo habilitado por la Agencia Tributaria, el 30 de junio, como último día para presentar la declaración de la Renta, ha explicado en rueda de prensa el director del secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Albalad.

La CEE ha trabajado en el plan de medios de la campaña con la agencia Universal Media (IPG Mediabrands), desarrollada con el apoyo de TBWA, y contempla una inversión de 2.777.594 euros, lo que supone un 0,87 % de la cantidad recaudada en la campaña del año anterior, que ascendió a más de 320 millones de euros. Un importe que permitirá “a la Iglesia hacer frente al aumento de las necesidades sociales en un contexto económico difícil”, como subrayó Fernando Giménez Barriocanal, vicepresidente de Asuntos económicos de la CEE. 

José María Albalad señaló, a preguntas de los periodistas, que buena parte de esa cantidad se destina al sostenimiento del clero en las diócesis españolas y a la labor asistencial de esas  millones de personas más necesitadas. La aportación que recibe cada diócesis de la Asignación tributaria supone en torno a un 22 % del presupuesto total medio de las diócesis.

Más solidaridad que inflación

“La solidaridad crece más que la inflación”, ha manifestado José María Albalad, a pesar de que, según fuentes oficiales, la inflación anual estimada del IPC en febrero de 2023 ha sido del 6,1 %, de acuerdo con el indicador adelantado elaborado por el INE. El periódico Xtantos, que edita el departamento de Albalad, con una tirada que roza el millón de ejemplares, recoge este tema en su titular: “La inflación resucita las colas del hambre”.

Hace un mes, la CEE, en la presentación de los datos de la campaña de la Renta del año 2022, que corresponde al ejercicio fiscal de 2021, la CEE constató un aumento de más de un 8,5 % de declaraciones a favor de la Iglesia.

José María Albalad ha subrayado que “Marcar la ‘X’ de la Iglesia es una decisión libre que no perjudica a nadie y no tiene coste alguno, porque ni te cobran más ni te devuelven menos. Es un ejercicio de democracia fiscal”. Además, ha recordado que “se pueden marcar simultáneamente las casillas de la Iglesia católica y de otros fines sociales”.

El autorFrancisco Otamendi

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Una campana, voz de los no nacidos

El Papa Francisco bendice una campana que simboliza la voz de los no nacidos. Es un regalo de la fundación polaca "Yes to Live" a Zambia, país donde se exhibirá en diversas ciudades. (CNS photo/Vatican Media)

Paloma López Campos·23 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El Papa Francisco bendice una campana que simboliza la voz de los no nacidos. Es un regalo de la fundación polaca «Yes to Live» a Zambia, país donde se exhibirá en diversas ciudades. (CNS photo/Vatican Media)

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El Papa Francisco vuelve a la plaza de San Pedro

Con la llegada del buen tiempo, el Papa Francisco vuelve a mantener la audiencia general de los miércoles en la plaza de san Pedro. (CNS photo/Vatican Media)

Paloma López Campos·23 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

Unidad y paz para Europa, el sueño del Papa Francisco

El Papa ha destacado la necesidad de una unidad entendida como elemento que "respeta y valora las singularidades, las peculiaridades de los pueblos y de las culturas" para Europa.

Giovanni Tridente·23 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Dos grandes sueños, el de la unidad y el de la paz para Europa. El Papa Francisco así lo ha confiado en la audiencia a los participantes en la Asamblea Plenaria de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE), que ha renovado recientemente sus órganos.

Sueños que ya pertenecían a los «padres fundadores«, valores inspiradores del «proyecto-Europa» que volverán a ser horizonte y punto de referencia para los próximos años.

En particular -el Pontífice fue implacable- es decisiva la «unidad», no entendida como uniformidad u homologación, sino como elemento que «respeta y valora las singularidades, las peculiaridades de los pueblos y de las culturas».

La riqueza de Europa, de hecho, «reside en la convergencia de diferentes fuentes de pensamiento y experiencias históricas» y el continente tendrá futuro si es capaz de ser «verdaderamente unión y no reducción de países con sus respectivas características». En definitiva, «unidad en la diversidad», como ha repetido a menudo el Santo Padre, para evitar que prevalezca la burocracia o el paradigma tecnocrático, elementos que no entusiasman a la gente y menos aún atraen a las nuevas generaciones.

Leer los signos de los tiempos

En este desafío, sigue siendo central el papel de la inspiración cristiana, por lo que la Iglesia está llamada a participar en este renacimiento formando personas que «leyendo los signos de los tiempos, sepan interpretar el proyecto europeo en la historia de hoy».

Un tiempo, el de hoy, en el que salvaguardar la paz sigue siendo central. Y mientras continúa el dramático conflicto en Ucrania, es necesario flanquear las múltiples expresiones de solidaridad, ejercidas por ejemplo en la acogida a los refugiados, con un «compromiso cohesionado por la paz», conscientes de que «la guerra no puede ni debe considerarse ya como una solución a los conflictos», como escribió el propio Papa Francisco en Fratelli tutti. Además, «si los países de la Europa actual no comparten este principio ético-político, significa que se han alejado del sueño original».

Valores y contribución profesional

Por lo demás, deben estar a la altura del compromiso a pesar de la fatiga y la complejidad que entraña la situación histórica que vivimos actualmente. En este sentido, la Comisión de las Conferencias Episcopales de todo el continente europeo debe aportar su «valor y contribución profesional», con profecía, clarividencia y creatividad. Una obra para la paz», concluyó el Papa, donde «se necesitan tanto arquitectos como artesanos»; es más, donde un verdadero constructor es ambas cosas.

La COMECE es un organismo creado en 1980, reconocido por la Santa Sede, que reúne a los obispos europeos para las instancias que conciernen a la política y a la legislación de la Unión Europea, que no debe confundirse con el CCEE, que es en cambio el Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas.

Nueva presidencia

La Asamblea General celebrada hace unos días para elegir a los nuevos miembros del Comité Permanente, eligió como Presidente al obispo italiano Mariano Crociata, hasta ahora Secretario de la Conferencia Episcopal Italiana, que sustituye al cardenal Jean Claude Hollerich al final de su mandato de cinco años, y entre otras cosas Relator General del Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad.

Como Vicepresidentes fueron elegidos Mons. Rimantas Norvila, obispo de Lituania; Nuno Bras da Silva Martins, obispo de Portugal; y Czeslaw Kozon, delegado de los obispos de los países escandinavos.

En su saludo al Pontífice, el recién elegido Presidente reiteró el compromiso de la Comisión en favor de los sectores más débiles de la sociedad, con especial atención al drama de las migraciones y las peticiones de asilo, así como la atención a la ecología integral y la cuestión de la libertad religiosa.

El 20 de marzo, Comece había firmado también un memorándum de entendimiento con la Federación de Asociaciones Familiares Católicas de Europa (Fafce), presidida por el abogado italiano Vincenzo Bassi, para reforzar la cooperación en el ámbito de las políticas familiares a nivel europeo.

Familia

Juan de Dios Larrú: «Aprender a amar implica aprender a prometer»

“El amor, al que el apóstol Pablo dedicó un himno en la primera carta a los Corintios —amor «paciente», «servicial», y que «todo lo soporta» (1 Co 13, 4. 7)—, es ciertamente exigente. Su belleza está precisamente en el hecho de ser exigente, porque de este modo constituye el verdadero bien del hombre y lo irradia también a los demás” (Carta a las familias “Gratissimam sane” de san Juan Pablo II, 1994).

Paloma López Campos·23 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Hablar de amor es hablar de un tópico, pero también es hablar de un modo de vida. “Toda la vida del hombre es vocacional” y esta vocación, la llamada divina, es precisamente una invitación a tener una vida enraizada en el amor.

La respuesta a dicha llamada se concreta de formas muy distintas y una de ellas es el matrimonio, sacramento que une al varón y la mujer para que sean una sola carne. La importancia de esto no es poca y de ello sabe mucho el sacerdote Juan de Dios Larrú, presidente de la asociación Persona y Familia, dedicada, tal como se describe en su web “a la promoción social, la investigación y la formación sobre el matrimonio y la familia”.

En esta entrevista con Omnes, Juan de Dios habla sobre esta iniciativa de formación, sobre la sexualidad y la llamada de la Iglesia “a ser una gran familia que genera, educa y acompaña a todas las personas hacia Cristo”.

¿Cómo y por qué nace la asociación Persona y Familia? El nombre recuerda mucho al título de San Juan Pablo II, “Persona y Acción”, ¿hay alguna relación con este santo?

–La Asociación nace en el año 2000, coincidiendo con el fin de la primera promoción de los matrimonios y familias que terminan la especialidad universitaria de pastoral familiar. Una experiencia que empezó en España en el año 1996 como experiencia piloto.

Nace de un deseo de las familias de seguir unidas. Habiendo vivido una experiencia de comunión entre ellas, que procedían de distintas partes de España, y querían seguir en contacto, promoviendo la pastoral familiar, profundizando en la formación que habían recibido, pero fundamentalmente con la vocación apostólica de llevar a otros lo que ellos habían experimentado. La importancia de una asociación familiar es muy grande, porque la raíz de la sociedad es la familia y la Iglesia está llamada a ser una gran familia que genera, educa y acompaña a todas las personas hacia Cristo.

San Juan Pablo II en un viaje a Cracovia en 1979 (OSV News photo/CNS file, Chris Niedenthal)

“Persona y Familia” tiene relación con Juan Pablo II porque la especialización universitaria de pastoral familiar nace en el seno del Instituto Juan Pablo II para estudios sobre matrimonio y familia. Es una experiencia inspirada en la genialidad de Juan Pablo II para acercarse al matrimonio y a la familia. Él hizo una experiencia, siendo un joven sacerdote, en su diócesis de origen, en Cracovia. Y después, cuando fue elegido sucesor de Pedro, ofreció a toda la Iglesia aquella experiencia que él había vivido, creando el Instituto en el año 1981 en Roma, con distintas secciones en todo el mundo. Aquí en España, en el año 94 llegó el Instituto a Valencia.

¿Cómo surge la idea de la experiencia y del diploma de especialización en pastoral familiar?

–La Asociación nació con la vocación de formar familias a través de una experiencia que no fuera simplemente un curso, sino que tuviera el ingrediente de la formación integrada con la convivencia de las familias, la espiritualidad matrimonial y familiar, en la forma de encuentros.

El acontecimiento de encontrarse unas familias con otras, de ver que procedían de distintos ámbitos eclesiales, diferentes diócesis, parroquias y movimientos, les enriquecía enormemente. Se crearon amistades que han perdurado en el tiempo.

¿A quién está dirigido el Diploma de Especialización en Pastoral Familiar?

–Está dirigido a todo el mundo. El hombre es un ser familiar. Evidentemente está orientado principalmente a las familias, pero un sacerdote, un religioso, una religiosa, un seminarista, una persona soltera, también lo pueden hacer. Porque también tienen familias. También las personas que no tengan una titulación universitaria pueden hacer el curso, aunque el título que obtienen no tiene lógicamente valor universitario.

En definitiva, es para cualquier persona que quiera hacer una experiencia de encuentro de familias para comprender mejor esta pastoral familiar y para promoverla.

¿Por qué está dividido el plan de estudios en cinco módulos tan concretos: filosófico, teológico, pastoral, moral y psicopedagógico?

–El plan de estudios se inspira en la original metodología de san Juan Pablo II, desarrollada en las catequesis sobre el amor humano en el plan divino. La genialidad del santo papa polaco consiste en acercarse a la realidad del matrimonio y la familia desde la circularidad entre Revelación divina y experiencias humanas. Este acercamiento sapiencial permite integrar teología, filosofía y ciencias humanas para reconocer el significado de las experiencias humanas que se viven en el matrimonio y la familia, y que se encuentran inscritas en el lenguaje del cuerpo creado por Dios y llamado a la gloria.

En las últimas décadas, las ciencias mencionadas han profundizado en el matrimonio y se encuentran juntas en un acercamiento unitario. La unidad en la diferencia es una clave, distinguir en lo unido es una clave metodológica en el saber de Juan Pablo II.

Actualmente es muy difícil encontrar a personas dispuestas a comprometerse con otra para toda la vida y, si lo hacen, la decisión se retrasa muchísimo. ¿Es esto un problema? ¿Cómo puede solucionarse?

 –Es verdad que vivimos en lo que podríamos llamar una “crisis de la promesa”, hay miedo al compromiso, temor al fracaso, incertidumbre del futuro. El momento histórico que vivimos está marcado por el primado de la emotividad. La transición cultural posmoderna está llena de incógnitas todavía. Esto genera mucha inseguridad en las personas y se refleja en la crisis de la promesa que es inseparable de la crisis de la generatividad. Es decir, las personas se han dejado de casar y han dejado de tener hijos, y esto constituye un verdadero desafío para la sociedad y para la Iglesia.

Toda la vida del hombre es vocacional, y la vocación al amor es el hilo conductor de toda la pastoral familiar. Aprender a amar incluye necesariamente aprender a prometer, pues la promesa es la forma del amor. La dificultad o imposibilidad para prometer está provocando un gran cambio en nuestra sociedad. Lo que está en juego es la felicidad de las personas, la capacidad generativa y la fecundidad de una vida. No es tanto un problema que hay que solucionar sino un misterio en el que es necesario saber introducirse para que las personas podamos vivir una vida plena, lograda, grande, a la altura de la vocación a la santidad a la que Dios nos llama a todos.

Durante mucho tiempo daba la sensación de que a la Iglesia le daba miedo hablar sobre la sexualidad, ¿por qué? ¿Qué ha cambiado?

–El siglo XX ha sido testigo de dos revoluciones sexuales, la de 1917, que coincide con la revolución rusa, y la del 68, marcada por el cambio generacional tras la segunda guerra mundial. Por eso, hoy es más necesario que nunca profundizar en el significado de la diferencia sexual, aprender a integrar la afectividad y descubrir que el misterio de la sexualidad se dirige al don sincero de sí.

Hoy podemos constatar el potente influjo de las ideologías que han desfigurado y deconstruido el verdadero significado de la sexualidad. La Iglesia experimenta la apremiante necesidad de ayudar a tantas personas que sufren a causa de todo esto, y de mostrar y comunicar el tesoro que ha recibido en un modo asequible para el hombre de hoy.

¿Cómo se puede ayudar a los novios a llevar una relación dirigida al matrimonio? ¿Qué necesitan conocer para saber si están con la persona adecuada?

–Lo primero que diría es que hoy necesitamos generar novios, pues el principal desafío es de índole generativo. El acompañamiento de los novios es fundamental. La “Familiaris consortio” dividió en tres etapas la preparación al matrimonio: remota, próxima e inmediata, y “Amoris laetitia” ha insistido en la importancia de la preparación, la necesidad de crear itinerarios de fe que vayan haciendo madurar a las personas hacia el sacramento, que no es únicamente el final, sino más bien el principio. Por ello, junto al acompañamiento de los novios, es necesario cuidar a los matrimonios jóvenes, enseñándoles a vivir el amor conyugal.

Lecturas del domingo

El rostro lloroso de Jesús. Domingo V de Cuaresma (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del V domingo de Cuaresma y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·23 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

“Esto dice el Señor Dios: Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os sacaré de ellos”. Así escuchamos en la primera lectura de hoy al profeta Ezequiel. Pero lo que entonces era sólo metafórico -Dios “resucitando” a Israel, dando a la nación un nuevo comienzo, sacándola del exilio- se convierte en realidad literal en el evangelio de hoy, cuando Jesús resucita a Lázaro de entre los muertos. Por supuesto, esto es sólo un signo de una resurrección mayor y más verdadera que ocurrirá poco después: Jesús que se resucita a sí mismo de entre los muertos, levantándose de la tumba por su propio poder.

Se podrían decir tantas cosas sobre este episodio, pero hoy podríamos centrarnos en el control total de la situación por parte de Cristo, en contraste con la impotencia de todos los demás. Desde el principio, como es habitual en el Evangelio de Juan, Jesús lo tiene tod o bajo control y sabe exactamente lo que hace. Así, cuando le comunican la enfermedad de Lázaro, precisamente por su amor a Lázaro, Marta y María, “se quedó todavía dos días donde estaba”. Declara su intención de ir a Judea y no se inmuta ante la respuesta de sus discípulos: “Maestro, hace poco intentaban apedrearte los judíos, ¿y vas a volver de nuevo allí?”. Entonces “les replicó claramente: ‘Lázaro ha muerto, y me alegro por vosotros de que no hayamos estado allí, para que creáis. Y ahora vamos a su encuentro’”.

Cuando llega a Betania, la gente se mueve confusa y llora. Él aclara a Marta que tiene el poder de resucitar a Lázaro porque es “la resurrección y la vida”. El que es vida puede darla a los demás. 

Cuando, en el sepulcro, la fe de Marta vacila – “Señor, ya huele mal porque lleva cuatro días”-, Nuestro Señor insiste: “¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?”. Y entonces, a su palabra, Lázaro sale vivo.

Pero, ¿por qué lloró el propio Jesús? ¿Por qué esta aparente muestra de debilidad en alguien que es tan consciente de su propio poder? Porque el verdadero poder no carece de corazón. Dios se hizo hombre para tener un corazón humano y compartir sentimientos humanos, y los humanos no podemos dejar de sentirnos turbados ante la muerte. Quizá también la muerte y resurrección de Lázaro le hicieron pensar en su propio misterio pascual, que estaba por llegar.

La Iglesia nos ofrece este evangelio hoy, en Cuaresma, para animarnos. Nuestro Dios, que tiene poder para resucitar a los muertos, también llora. Él, que es todopoderoso, conoce y, en cierta medida, en Cristo Jesús, comparte nuestra debilidad. Podemos estar muertos en nuestros pecados, podemos estar pudriéndonos en algún mal hábito o atados por las vendas hediondas de algún vicio, pero Cristo puede llamarnos a salir de nuestra tumba. No hay fragilidad humana que Jesús no pueda superar, incluida la muerte, y no hay fragilidad humana por la que Jesús, con su corazón humano, no sienta compasión.

La homilía sobre las lecturas del domingo V de Cuaresma (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

El Papa invita a renovar la consagración de Rusia y Ucrania a la Virgen

El Papa Francisco ha invitado esta mañana a renovar la consagración a la Virgen de la Iglesia y la humanidad, en especial Rusia y Ucrania, que se realizó el 25 de marzo del año pasado por la paz. Además, recordó que “toda vida es sagrada e inviolable, desde la concepción hasta la muerte natural”, y que “evangelizar es ante todo dar testimonio de un encuentro personal con Jesucristo”.

Francisco Otamendi·22 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

En la Audiencia General de este miércoles, el Santo Padre Francisco pidió que “no nos cansemos de pedir a la Reina de la Paz por la causa de la paz”, y animó a los grupos de oración, a los peregrinos y a todos, a “renovar el acto de consagración a la Virgen del año pasado, para que nos custodie a todos en la paz, y no olvidemos en estos días a la martirizada Ucrania, que sufre tanto”, afirmó.

Además, dirigiéndose a los polacos, pero luego a todo el mundo, recordó que el sábado próximo, 25 de marzo, “celebraremos la solemnidad de la Anunciación del Señor, que en su patria es también el día de la santidad de la vida. Como signo de la necesidad de proteger la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, la Fundación Sí a la vida dedica la campana denominada ‘Voz de los no nacidos’, que he bendecido esta mañana. Su sonido lleva el mensaje de que toda vida es sagrada e inviolable”.

El Papa ha continuado dedicando su catequesis a la pasión de evangelizar y al celo apostólico, y ha reflexionado sobre la Exhortación apostólica Evangelii nuntiandi, de san Pablo VI, dedicada a la evangelización en el mundo contemporáneo, fechada el 8 de diciembre de 1975, que recomendó vivamente “leer y releer”.

Coherencia para evangelizar

Francisco recordó que “evangelizar, más que la mera transmisión de contenidos doctrinales o morales, es ante todo dar testimonio del encuentro personal con Jesucristo. Esto es muy importante porque la gente necesita de testigos, es decir, de personas que sean coherentes entre lo que creen y lo que viven, entre la fe que profesan y las obras que realizan. Coherencia, armonía entre lo que se cree y lo que se vive”, subrayó.

“El testimonio de una vida cristiana conlleva un camino de santidad”, prosiguió el Santo Padre. “la santidad no está reservada a unos pocos. Somos elegidos por Dios y debemos llevar ese don a los demás. El celo de la evangelización brota de la santidad, del corazón”, manifestó Francisco.

“Otro aspecto a tener en cuenta es que los destinatarios de la evangelización no son solamente las personas que están fuera de la Iglesia, porque profesan otra religión o no profesan ninguna, sino también nosotros mismos, que pertenecemos al Pueblo de Dios. Esto significa que la misma Iglesia, para poder evangelizar, necesita ser evangelizada. Y para ello está llamada a recorrer un camino exigente, un camino de continua conversión y renovación”, alentó el Papa. 

Tres preguntas de san Pablo VI

Después, en el saludo a los peregrinos de lengua española, invitó “a leer y reflexionar de una manera personal y de una manera comunitaria la Exhortación apostólica Evangelii nuntiandi (sobre el anuncio del Evangelio), y llevar a la oración estas preguntas que formuló san Pablo VI: ¿qué es lo que anuncias? ¿Vives lo que crees? ¿Anuncias lo que vives?”. 

El Papa denominó esta mañana a la ‘Evangelii nuntiandi’ “carta magna de la evangelización”. Al final de su texto, san Pablo VI deposita sus deseos “en las manos y en el corazón de la Santísima Virgen, la Inmaculada, en este día especialmente dedicado a Ella y en el X aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II”.

“Sea Ella la estrella de la evangelización siempre renovada que la Iglesia, dócil al mandato del Señor, debe promover y realizar, sobre todo en estos tiempos difíciles y llenos de esperanza”, concluía san Pablo VI.

Jornada mundial del Agua

Antes de terminar, el Papa Francisco se refirió  a la celebración de la Jornada Mundial del Agua. “Vuelven a la mente las palabras de san Francisco de Asís, que agradece al Señor la humilde agua que es casta y pura”, señaló. “Estas palabras sencillas hablan de la belleza de la creación, con la conciencia de lo que significa ocuparse de la creación”.

“En estos días se lleva a cabo la II Conferencia del Agua”, añadió. “Rezo por el éxito de los trabajos y deseo que este importante evento resuelva los problema de quienes padecen la escasez de este importante bien primario. El agua no puede ser objeto de guerras, de especulación”.

El autorFrancisco Otamendi

Educación

Florence Oloo: “Sólo los africanos pueden aportar soluciones eficaces a sus propios problemas”

La ONGD Harambee ha reconocido el trabajo de Florence Oloo, química de profesión e impulsora del Women Empowerment Program a través del que se ofrece educación y habilidades empresariales para niñas y mujeres en situaciones de vulnerabilidad.

Maria José Atienza·22 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

Florence Jacqueline Achieng ’Oloo es la ganadora del Premio Harambee 2023 a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana. Oloo es licenciada en Ciencias Químicas por la Universidad de Nairobi, en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de Roma y doctora en Ciencias Químicas por la Universidad de Agricultura y Tecnología, Jomo Kenyatta de Kenya.

Esta profesora de Ciencias Químicas de la Technical University of Kenya, es miembro fundador del Comité Ético de Strathmore en el que dirige la revisión y supervisión de las investigaciones de cualquier naturaleza que involucren a seres humanos, con el fin de garantizar que los protocolos propuestos cumplen con las pautas éticas apropiadas antes de que los participantes puedan inscribirse. 

Además de esto, la Dra. Oloo ha impulsado el Women Empowerment Program, Jakana – Kenyawegi para niñas y mujeres de diversos orígenes, todos ellos vulnerables, en el condado de Kisumu. Una zona colindante con la vecina Uganda en la que viven más de medio millón de mujeres muchas de las cuales se encuentran en un entorno de pobreza.

La Dra. Oloo destaca para Omnes el mayor potencial que tienen las mujeres en estas comunidades y la necesidad de armonizar tradiciones y valores africanos con el necesario avance de los derechos de las mujeres y niñas, especialmente, en ámbitos rurales.

¿Cuáles son los ejes del proyecto al que se destinará el Premio Harambee 2023?

– El premio se destinará a la educación de las mujeres en las zonas rurales, en particular en el condado de Kisumu. Allí se impartirán habilidades de autoliderazgo: para mejorar su autoconciencia, autoestima, sentido de la iniciativa y capacidad de expresar sus opiniones.

Además se les enseñan técnicas empresariales para proporcionarles habilidades que les permitan iniciar y mantener una actividad económica que les proporcione ingresos. Junto a éstos, se realizan cursos de pastelería y panadería con los que se garantiza que tengan un conjunto de habilidades que puedan monetizar.

Estos cursos se acompañan con un seguimiento o tutorización de las mujeres para reforzar y garantizar la aplicación de los resultados antes mencionados y además se muestra a las mujeres diversas oportunidades empresariales que contribuyan a garantizar la seguridad alimentaria y reducir los niveles de pobreza.

Harambee lleva más de 20 años poniendo en valor el papel de la mujer africana. ¿Queda mucho por recorrer en el terreno de los derechos y la igualdad de oportunidades de la mujer en África?

– Es cierto que ha habido enormes avances, por ejemplo, en la educación de las niñas y en el desarrollo de sus capacidades para que puedan ocupar los mismos puestos de trabajo o espacios de actividad que los hombres. Sin embargo, aún queda mucho por hacer, especialmente en el caso de las mujeres de las zonas rurales.

Las mujeres de las zonas urbanas están más expuestas a la educación y a las oportunidades de crecimiento. Este no es el caso de muchas mujeres de las zonas rurales, de ahí que algunas se vean atrapadas en situaciones que limitan para siempre sus capacidades de ser la mejor versión de sí mismas, por ejemplo, matrimonios precoces, matrimonios polígamos, machismo, fuertes creencias patriarcales o sistemas que silencian a las mujeres.

Sin embargo, la principal causa de estos problemas es la pobreza, que conduce a la falta de educación.

Ante ejemplos de “empoderamiento femenino” que ataca valores considerados tradicionales e incluso opresores como la familia, la maternidad o el cuidado de los más débiles ¿Cómo equilibrar los valores de la mujer africana en estos campos y el necesario avance en sus derechos?

– Por mucho que capacitemos a las mujeres para que busquen empleo u oportunidades empresariales como los hombres, la educación en los valores tradicionales es igualmente importante.

Las mujeres son la clave para mantener unida a una familia. Las familias son esenciales para el desarrollo y el sustento de la sociedad en su conjunto.

Sólo cuando tenemos individuos bien criados en familia podemos tener una sociedad que cuente con personas sobrias, innovadoras, trabajadoras, persistentes y resistentes, deseosas de crear un mundo y un entorno mejores. La clave de estos resultados es la mujer.

Las mujeres que cuidan de sus familias sacan lo mejor de sus cónyuges y de sus hijos. Las mujeres tienen esta más capacidad en este punto que los hombres, de ahí la necesidad de garantizar que, por mucho que se las empodere desde una perspectiva educativa y profesional, sus papeles tradicionales no se desechen por completo.

Hay que educar a la mujer africana para que sepa conciliar su trabajo y sus funciones tradicionales. Los hombres, por su parte, deben aprender a apoyar a sus esposas para que las mujeres no se sientan abrumadas intentando conciliar trabajo y familia.

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Foto: Un grupo de mujeres tras uno de los cursos de liderazgo impulsado por la Dra. Oloo ©Harambee

Educada una mujer, educada su familia y la sociedad. Usted habla de la mirada holística de la mujer. ¿Cómo se manifiesta esta mirada a pesar de las dificultades?

– Las mujeres tienen más capacidad que los hombres para ver los problemas de forma holística. Pueden realizar varias tareas a la vez, ocupándose de sí mismas y de sus funciones en el hogar y en el trabajo. También tienen capacidad para prever el impacto de sus actividades en todos los que les rodean. Teniendo esto en cuenta, si está empoderada es capaz de aprovechar su fuerza, así como la de su familia y otras personas de su entorno.

Esto sólo puede ilustrarse bien con un ejemplo. Lucy es una mujer que vive en una zona rural. Tiene 29 años, está casada y tiene tres hijos. Hace poco le diagnosticaron diabetes y fue hospitalizada. Salió del hospital, pero su salud se había deteriorado y se sentía miserable, literalmente sin saber qué hacer con su vida. En el pasado, su marido había intentado montar negocios para ella, pero todos fracasaron porque ella no tenía los conocimientos ni la voluntad para trabajar en ellos. Así que su marido le dijo que se dedicara a ser ama de casa. En su estado, tampoco le iba bien como ama de casa porque había mucho desorden y además despilfarraba el dinero que su marido le daba a diario. Esto provocó conflictos entre ella y su marido. Y su salud también se deterioró a causa del estrés.

Más adelante, Lucy participó en un programa de formación para mujeres de siete meses de duración, centrado en técnicas empresariales, técnicas culinarias, técnicas de autoliderazgo, sesiones de asesoramiento y tutoría. Esto le abrió los ojos. La primera habilidad que aprendió y puso en práctica fue la gestión de sus finanzas y empezó a ahorrar dinero de lo que le daba su marido y de los pequeños ingresos que obtenía de la venta de huevos de su granja. Con el dinero que ahorró en dos meses se compró un glucómetro para controlar mejor su diabetes. Empezó a llevar un registro de las ventas de huevos y a cuidar mejor de sus aves de corral. En casa cocinaba mejor y preparaba comidas más sanas. Su casa estaba más ordenada y limpia. Estos aspectos impresionaron mucho a su marido y a sus hijos. De hecho, el marido dice que está deseando volver a casa para estar con su familia. El hogar es más tranquilo y disfrutan del tiempo juntos.

El marido estaba tan contento con Lucy que decidió abrirle un negocio de restauración ya que ella cocina muy bien y ahora sabe cómo manejar el dinero. Su restaurante está cerca de su carnicería y él le suministra la carne. A día de hoy, ha contratado a dos personas para que la ayuden y obtiene beneficios a diario. Como se puede ver en esta situación, la familia está ordenada desde el punto de vista económico y social. Y otros individuos ajenos a la familia también están ordenados económicamente.

¿Seguimos mirando a África con “ojos blancos” e intentando imponer pensamientos, actitudes…, muy alejadas del espíritu africano?

–Sí, esta mirada “de fuera” sigue prevaleciendo.

Sólo los africanos pueden aportar soluciones eficaces a sus propios problemas.

Nuestras tradiciones desempeñan un papel clave en nuestra forma de ser y de abordar los problemas. No podemos desecharlas. Al contrario, tenemos que ver los aspectos positivos de nuestras tradiciones que pueden incorporarse al proceso de capacitación del pueblo africano. Es una forma más sostenible de abordar nuestros problemas. Por ejemplo, prosperamos más haciendo las cosas en grupo o en comunidad, en contraposición al modo occidental que promueve el individualismo.

La comunidad es clave en la forma de ser africana, de ahí que los proyectos de desarrollo deban diseñarse y llevarse a cabo teniendo en cuenta este factor.

Discurso de agradecimiento

Durante su discurso de agradecimiento por el premio Harambee, Oloo expresó que su pasión en el trabajo «ha sido formar científicos para que la ciencia se lleve a cabo éticamente». De tal modo que «los datos no sean falsificados, que se respeten los derechos y la privacidad de los participantes y que los resultados de la investigación científica sean genuinos».

Su otra gran pasión «es trabajar para la mujer que vive en las zonas rurales de Kenia». Esto es especialmente importante porque las mujeres se enfrentan a muchos desafíos. Como explicó Florence, «la deserción escolar conduce a la ociosidad de las niñas. Esta situación las expone a relaciones sexuales, lo que conduce a embarazos adolescentes. Además, las niñas son fácilmente atraídas por hombres adinerados o proveedores de motocicletas, para participar en relaciones sexuales a cambio de dinero, que las niñas usan para cubrir sus necesidades básicas».

La premiada destacó que su preocupación, desde que inició la carrera científica, «ha sido impulsar una investigación social y técnica que llevase a la excelencia y fomentase el desarrollo de mi país». Y finalizó el discurso afirmando: «Estoy muy orgullosa de ser africana, estoy muy orgullosa de ser mujer africana y de tener la oportunidad de ayudar a mi país desde mi trabajo».

Vocaciones

Carlos Chiclana: “Una conducta sexual problemática es algo más complejo que una lucha por la virtud de la castidad”

En un reciente estudio, Carlos Chiclana, médico psiquiatra ha centrado su atención en las necesidades, carencias y retos afectivos y emocionales de sacerdotes y seminaristas. Los resultados muestran la importancia de atender, en la formación sacerdotal tanto a los elementos esenciales del sacerdocio, como a necesidades particulares según formación, educación, origen social, sistema familiar y experiencias vitales.

Maria José Atienza·22 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 10 minutos

Carlos Chiclana es médico psiquiatra y colaborador habitual de Omnes. Recientemente, ha dirigido un estudio centrado en los aspectos afectivos de la vida sacerdotal y su integración con las demás dimensiones de la persona. Un estudio que revela, entre otras cosas, la importancia de una seria formación afectiva personal y comunitaria, así como el necesario tiempo de preparación y discernimiento antes de la ordenación sacerdotal. 

Usted ha llevado a cabo un estudio entre numerosos sacerdotes, diáconos y seminaristas ¿Qué resultados relevantes arroja la encuesta? 

—Hicimos una investigación cualitativa con cinco preguntas abiertas sobre qué retos parecían más significativos para la vida afectiva de un sacerdote, qué riesgos apreciaban, qué oportunidades veían, qué les ayudó en particular en su formación sobre la afectividad y qué echaron de menos en la formación y ahora consideraban que les habría ayudado.

Completaron la encuesta 128 participantes, principalmente sacerdotes, con una media de edad de 50 años y 20 años de media de vida sacerdotal. El número total de las respuestas obtenidas fue de 605 respuestas abiertas, que albergaban más de mil ideas diferentes (en concreto 1.039) que fueron categorizadas y estructuradas según su temática para un posterior análisis más detallado.

En cuanto a los retos, los más referidos fueron la vida espiritual, la soledad, la misión, las dificultades en la tarea, y dar y recibir afecto de una manera sana y equilibrada. También se mencionaba el desarrollo de buenas amistades, la vida comunitaria y familiar y algunos aspectos psicológicos. Podría resultar llamativo que la integración de la sexualidad, el trato con mujeres o la presión del ambiente no eran algo que les preocupara de manera principal, aunque sí se recogía en algunas respuestas. 

Sin embargo, al mencionar los riesgos, aparece de nuevo la soledad como algo que se percibe como importante, a la par que las limitaciones psicológicas personales, las posibles dependencias afectivas o los defectos morales. También refieren que el descuido de la vida espiritual personal por tener alta ocupación del tiempo, el exceso de dedicación pastoral y el desapego afectivo como estrategia de defensa pueden ser riesgos a los que se enfrentan.

Cuando expresan qué oportunidades pueden encontrar, la gran mayoría percibe que su vida afectiva tiene un escenario muy favorable que es el continuo trato con personas, seguido de la vida espiritual y el desarrollo de buenas amistades con otros sacerdotes.

La vida espiritual, la formación, las amistades sacerdotales, con el testimonio de esas personas, y poder apoyarse en la familia de origen son, en base a las respuestas, aquello que les había ayudado para un buen desarrollo de su vida afectiva . 

Al recoger la información sobre aquellos aspectos que los sacerdotes han echado en falta y que consideraban que hubiera sido de ayuda en el desarrollo personal, señalaban con mayor frecuencia que les gustaría haber recibido mejor formació. Otros estaban satisfechos y no echaban nada en falta, y algunos hubieran agradecido una mejor atención a la espiritualidad y a las necesidades psicológicas.

Si analizamos de forma agrupada las categorías principales, apreciamos que las áreas de mayor interés son la vida espiritual, la soledad, las relaciones interpersonales (trato con personas, amistades en general y la propia entre sacerdotes, dar y recibir afecto) y la formación. Este último aspecto –disponer de una buena formación particular (personalmente dirigida por uno mismo y con un buen acompañamiento espiritual) y en comunidad (programas específicos de formación general y adaptados a las necesidades reales de esos sacerdotes)- puede ser una de las conclusiones de este estudio. En el estudio sí hemos apreciado el deseo de una mayor formación, mejor acompañamiento y un desarrollo de la vida espiritual más afectuoso y menos normativo.

Uno de los aspectos recurrente que mencionan, especialmente en los apartados de retos y riesgos, es la soledad. Sin embargo, a pesar de ello, no se muestra que hayan echado en falta formación en relación a la soledad, tanto física como afectiva, que puede experimentarse dentro del sacerdocio, y si esa soledad es natural y deseable, una consecuencia negativa o algo a tolerar sin más. 

En cuanto a la soledad, ¿que ayudaría a mejorar la calidad de vida sacerdotal?

—Sugiero que podría ser de interés continuar con la formación en este ámbito, para que cada sacerdote que se sienta solo pueda comprender por qué le ocurre. Puede valorar si el origen de esta soledad pudiera estar relacionado con heridas o carencias de la infancia que hayan configurado un apego inseguro. En caso afirmativo precisará de un acompañamiento espiritual específico que le facilite sanar el apego, o de una ayuda profesional psicoterapéutica.

En caso negativo, habrá de discernir si sufre soledad social -remediable con el desarrollo de una red de amistades generales, sacerdotales y familiares- o si es precisamente esa soledad el lugar donde desarrollar con mayor intensidad la vivencia del celibato y su vinculación con Dios.

El cardenal Lazzaro You afirma que la soledad muchas veces se produce por una falta de radicación de la vida en el evangelio y el abandono de la oración. ¿Cómo acompañar a un sacerdote y evitar esa soledad? 

—Todos, en cada comunidad, grupo, parroquia, etc., tenemos responsabilidad de acompañar y cuidar de los sacerdotes. Podemos estar atentos a sus necesidades materiales (domicilio, si come bien, etc.), necesidades de descanso y ocio (facilitarle planes, invitarles a casa en modo amigos), necesidades de compartir (alegrías, preocupaciones).

En el estudio se muestra cómo les ayuda tener colaboración en los proyectos que tienen entre manos, de forma que el sacerdote pueda centrarse en lo que sólo puede hacer él, y tener tiempo para la vida en el evangelio y la oración, le vendrá muy bien. A la vez es necesario que el sacerdote se deje ayudar, pida ayuda concreta, manifieste sus necesidades y comparta de forma sana sus ilusiones y penas.

¿Cuándo deben pedir las personas entregadas a Dios ayuda psicológica profesional?

—Como cualquier otra persona: cuando la necesite. Estar entregado a Dios, por sí mismo, no protege de la patología mental ni es preventivo de problemas psicológicos. Tenemos ejemplos de santos que tenían patologías mentales, desde el ingreso en un hospital de psiquiatría de san Louis Martin (padre de Teresa de Liseux), hasta la ludopatía de san Camilo de Lelis.

El propio Papa Francisco contó que acudió a psicoterapia cuando lo necesitó. Entiendo que esta autorevelación no iba dirigida sólo a las personas entregadas argentinas sino para que todo el que lo necesite se anime, sin miedo, aunque le suponga un cierto cansancio o respeto.

Es necesario preguntar a un médico cuando aparecen síntomas médicos de forma continua durante más de dos semanas seguidas, que generan malestar a la persona o alteran su modo de funcionar en el día a día o interfieren en las relaciones con los demás, y que no son explicables por una circunstancia interna o externa que es temporal y ocasional.

Si es la primera vez que pasa, a veces basta con consultar inicialmente con el médico de cabecera. El médico hará una exploración, descartará que sea secundario a una patología médica y, si lo ve necesario, derivará al especialista en salud mental.

Hay ocasiones en las que algunas cuestiones psicológicas requieren ayuda de un psicólogo para dar un paso adelante y seguir creciendo. Entre esas cuestiones están la baja estima, el uso desordenado de la tecnología, conductas sexuales desordenadas o heridas afectivas del pasado. También aquí se encuentran dinámicas familiares complejas, haber recibido abusos o tener problemas en las relaciones interpersonales: Otros aspectos a tratar pueden ser el miedo desproporcionado a alguna situación, evitar los conflictos o no saber tratar con mujeres. Asimismo, el exceso de afán de seguridad, o de poder, estima o control y las dificultades para mantener relaciones de amistad; ausencia de planes personales o las dificultades en la comunicación y la visión del sacerdocio como una meta, un estatus… son susceptibles de esta atención profesional.

La Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis destaca la formación afectiva y maduración personal en el discernimiento de los candidatos. ¿Qué puntos considera clave en esta formación afectiva? 

—Al igual que otras ocupaciones profesionales, los sacerdotes han de reunir unas condiciones. Por ello, son necesarias unas características psicológicas y de personalidad. Parece, por tanto, muy adecuado que antes de acceder a la ordenación -e incluso antes del ingreso en el seminario- se examine a los candidatos para conocer si estarán felices, equilibrados y sanos siendo sacerdotes.

No se trata, por tanto, de examinarle de manera judicial, sino de conocerle y comprenderle, saber de su historia personal y ayudarle a poner todos los medios necesarios para madurar en su vocación personal y, si da signos de vocación para el sacerdocio, a que disponga de las ayudas precisas para madurar en las diferentes dimensiones de su yo, también en la psicológica. Si hiciera falta, habrá que sanar todo aquello que pueda dificultar el desarrollo armónico e integral de su personalidad. También participan en la formación del candidato su familia, sus amigos, profesores, acompañantes y otros miembros de la comunidad cristiana que le rodea.

Si en este proceso compartido se observa que no reúne las condiciones necesarias, la decisión de que no sea sacerdote será una decisión alegre y serena, porque el mismo candidato asumirá que eso es lo bueno para él, lo que le hará feliz y le ubicará en su lugar adecuado en la Iglesia.

Para ser sacerdote no basta con buenas intenciones. Son necesarias condiciones previas que fundamenten la vida de fe, como una intensa vida sacramental, práctica de oración y servicio en la comunidad. Además de esto, son necesarias la sinceridad, la lealtad, el desarrollo afectivo o la predisposición a vivir en comunidad. Otros aspectos refieren a la capacidad para la amistad y la responsabilidad, la creatividad. Los candidatos al sacerdocio deben tener además espíritu de iniciativa y la disponibilidad hacia los demás, sin olvidar la obediencia, la castidad juvenil, así como vivir la pobreza con sencillez de vida. 

¿Cómo evaluar estos aspectos en los candidatos al sacerdocio? 

—Ayudará evaluar los estilos de apego que desarrolla cada chico. Hay que conocer el estilo educativo, la dinámica de la familia de origen, que condiciona muchas veces su modo de entender las relaciones interpersonales, la esponsalidad, la fraternidad o la recta estima de los valores del estado matrimonial. También es necesario conocer antecedentes familiares psiquiátricos, para poder prevenir su aparición con los cuidados pertinentes. 

Es obligado conocer el ambiente y el entorno de donde procede, cómo se entiende el sacerdocio en su país, ciudad, familia, barrio, parroquia, etc. Así procuraremos integrar su llamada personal con la “convocación grupal y comunitaria”.

De acuerdo con la medicina y la psicología, se habla de personalidad sana cuando la persona es coherente en el modo de conocerse y entenderse a sí misma, de relacionarse con los demás y de entender y adaptarse a la realidad que le rodea. Ha de poder llegar a tener una estima coherente, conocer sus propias emociones y validarlas, comprenderse como válido, único y auténtico, integrando esta dinámica humana con la dinámica sobrenatural de la filiación divina y el origen en Dios.

Algunas cuestiones que hemos de observar y aplicar pueden ser: observación en el día a día; información por parte de colaboradores del seminario; escucha activa en el acompañamiento espiritual; información por parte de familia y amigos; modos de comportarse en la convivencia dentro y fuera del seminario; estilo personal en el trato con los demás; capacidad en las tareas académicas; desarrollo de la vida de piedad; evaluación por un psicólogo externo e independiente y cuestionarios para la propia evaluación, y lecturas específicas sobre psicología.

En una entrevista en Omnes, el cardenal Marc Ouellet señaló que la “verdadera causa de los abusos no es el estado de celibato consagrado sino la falta de autocontrol y el desequilibrio afectivo”. ¿Comparte esta afirmación? 

—Parece que los datos de las investigaciones realizadas van en esta dirección y que los sacerdotes que abusan son aquellos que no viven coherentemente su celibato. Un celibato bien integrado prevendría los abusos. Algunos ven el celibato sacerdotal como una represión poco saludable de los impulsos sexuales, y consideran que esto fomentaría la tendencia en el clero a abusar sexualmente. Pero los abusos sexuales no son más frecuentes entre el clero católico célibe que en otros estilos de vida. 

La gran mayoría de los abusos sexuales a menores suceden en la propia familia y en el hogar, cometidos por miembros de la familia. No existe evidencia de una prevalencia mayor de los abusos sexuales en las actividades de la Iglesia en comparación con otros contextos institucionales relacionados con menores. Con esto no se pretende restar importancia a las conductas inapropiadas de algunos clérigos, sino señalar que no hay datos que indiquen que sea el celibato el origen del problema. 

No se puede afirmar que celibato y pedofilia tengan una relación causal. Sí podemos afirmar que, cuando un sacerdote abusa, la gravedad es mayor por su responsabilidad y por las consecuencias de que sea precisamente un ministro de Cristo el abusador. Es conveniente que las víctimas puedan comunicar su drama, el dolor, las angustias, la rabia y la vergüenza y sanar las heridas que les han causado. 

Según el  John Jay Report, el porcentaje de sacerdotes acusados es similar al de los clérigos de otras religiones que no viven el celibato; y los que habían cometido abusos sexuales, no vivían la castidad y habían tenido relaciones sexuales con adultos después de la ordenación. 

 ¿Como abordar este tema para evitar sucesos como los que hemos conocido?

—No es recomendable que se ordene alguien con problemas habituales en el control de los impulsos relativos a la sexualidad, que consuma pornografía o cuestiones similares. El candidato tiene la responsabilidad de comunicarlo a su obispo o a quien corresponda. En el caso del director espiritual o confesor, ha de animarle a que lo haga. Sobre todo, considerando la felicidad del interesado, que tiene derecho a vivir su vida de una manera sana e integrada y en verdad.

Habitualmente los candidatos con problemas de este tipo son personas con buenas intenciones, con deseos reales de santidad, con una lucha activa en muchos campos, pero esto no es suficiente. El afecto que los formadores tienen a estas personas podría dificultar ayudarles de la manera que necesitan. Podrían estar ilusionados por haber visto sus luchas, sus deseos de ser fiel a Dios, etc., pero podrían no percibir que probablemente el problema no es de “castidad” sino que está relacionado con otros asuntos más hondos, que requieren de un abordaje psicológico. 

Si se permitiese a un candidato con estos problemas avanzar en el itinerario formativo como si nada pasara, se puede fomentar que, aun en el caso de que tuviera vocación, ésta no madure de forma sana o se vea imposibilitado su desarrollo. Con unos tiempos limitados por plazos, no es posible arreglar el fondo, que no va de sexo, sino de identidad, estima personal, apego, regulación emocional, etc

En este sentido sugiero diversos abordajes que podrían ayudar: que las personas que empiezan a tener problemas con la virtud de la castidad pongan los medios ascéticos de forma adecuada e intensa, y medios extraordinarios cuando las situaciones son extraordinarias. Es frecuente observar en la consulta profesional que no se hizo en los momentos iniciales y después “ya no funcionan”. Hay que formar a los formadores en el campo de la sexualidad, que sepan cuándo algo es esporádico y de solución normal, y cuándo se sale de la norma, aunque sea habitual; formarles también en las nuevas dinámicas familiares y psicológicas de las familias de origen (familias rotas, maltrato en el domicilio, adicciones, uniones familiares recompuestas, etc.). También es necesario incluir asignaturas sobre sexualidad y afectividad donde se explique lo normal y lo anormal e insistir en una mayor formación en el sentido y significado del celibato. Si es necesario, se ha de mantener a los “posibles candidatos al seminario” como “posibles” todo el tiempo que necesiten para madurar. 

Además de todo esto, hay que intervenir firmemente desde el primer momento con los medios espirituales y los psicológicos precisos en cada caso. Hemos de tener claro que, cuando alguien tiene un problema con una conducta sexual, nos encontramos ante algo más complejo que una lucha por la virtud de la castidad y es necesario disponer de acompañantes espirituales especializados en atender situaciones que requieren un abordaje más hondo.

Teología del siglo XX

Los “herejes” de Chesterton y los nuestros

La pervivencia, con diversos ropajes, de distintas posiciones filosóficas e intelectuales a las que Gilbert Keith Chesterton dejó sin argumentos, hace que el pensamiento del genial autor ingles continúe siendo, un siglo después, plenamente actual.

Juan Luis Lorda·22 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

Uno de los primeros ensayos de Gilbert Keith Chesterton es Herejes (1905). Pero en Ortodoxia (1908) identifica mejor las corrientes modernas que atacan al cristianismo. Advertir que esas críticas y alternativas eran insensatas es lo que le condujo a la fe cristiana y a la Ortodoxia. 

¿Por qué resulta tan actual Chesterton? Entre otros méritos porque muchos de los pensamientos a los que él se enfrenta con tanto garbo siguen vigentes. 

Chesterton tenía una gracia particular para superarlos con una eficaz y simpática contundencia, combinación realmente difícil, pero muy cristiana y oportuna también en nuestros tiempos. 

Desde la época en que Chesterton escribió su Ortodoxia (1908) a la nuestra, median más de cien años. Y han pasado muchas cosas. La principal en el mundo de las ideas ha sido el despliegue y colapso del marxismo en el plano geográfico y también mental, con algunos dolorosos epígonos (Corea del Norte, Cuba, Nicaragua, China, Vietnam…). Pero la clase intelectual mundial ya no es marxista en su mayoría, como lo era (asombrosa y paradójicamente) hace cincuenta años. Por esta razón, lo que tenemos delante se parece bastante a lo que tenía Chesterton. Y por eso nos ayuda tanto leerlo. 

En la Inglaterra de Chesterton, tras una oleada de librepensadores en el s. XVIII, la emancipación y distanciamiento con respecto al cristianismo había llegado a la calle. La antigua fe común y tradicional cristiana, hasta entonces base espiritual de la nación, era criticada desde distintos ángulos en el espacio público y surgían entusiastas alternativas para sustituirla. 

Con todas las salvedades necesarias, se puede decir que la crisis intelectual, en la calle, de la conciencia cristiana se adelantó en la Inglaterra anglicana más de medio siglo con respecto a la Europa católica.  

El monismo materialista

Chesterton tenía delante varias corrientes que podían mezclarse o sumarse en las mismas personas. En primer lugar, el avance de las ciencias, reforzado por la teoría de la evolución (Darwin, El origen de las especies, 1859), formaba fácilmente una mentalidad materialista. Puesto que todo el universo, incluido el ser humano, está hecho de lo mismo y ha venido de abajo por un proceso único, no se necesita otra explicación. Es un monismo materialista que sigue vigente, muy contundente aunque poco sutil, porque no advierte que las leyes y programas inteligentes -el “software” del universo y cada una de sus partes- no ha podido hacerse a sí mismo salvo que el universo mismo sea una inteligencia. 

Así pensaban poderosos naturalistas y ensayistas científicos como Herbert Spencer (1820-1903), Thomas Huxley (1825-1895) y Ernst Haeckel (1834-1919). También poetas y escritores como John Davidson y H. G. Wells. Estaban seguros de que todo lo que existe en el mundo se puede explicar reduciéndolo a sus componentes materiales, dudaban de lo específico del espíritu humano y de su libertad, y sacaban aplicaciones de la teoría de la evolución para la vida social (y la eugenesia). Le parece un pensamiento singularmente “loco” y autodestructivo, porque descalifica directamente el propio pensamiento (que solo podría ser una combinación de impulsos materiales), y no puede dar cuenta de la complejidad del universo, y por supuesto de la libertad. Hoy seguimos igual, aunque las aplicaciones evolucionistas a la vida social quedaron aparcadas cuando los nazis, que se justificaban con ellas y querían sacarles partido, perdieron la II Guerra Mundial. 

El voluntarismo y el relativismo moral

Para Chesterton era evidente el valor de la razón, pero también que el racionalismo puro, la razón aislada, lleva a la locura; porque la razón necesita el conjunto de recursos que componen el sentido común, el sentido de la proporción, la percepción de lo conveniente. Por eso decía que el loco no es el que ha perdido la razón, sino el que ha perdido todo menos la razón. 

Algo parecido sucede con la voluntad. El ser humano tampoco es pura voluntad o libertad, como pretendía Schopenhauer y recogió Nietzsche. La voluntad sin razón es ciega y campa en el vacío. Chesterton identifica el poder de Nietzsche. Le gusta su intrepidez y su deseo de superar la mediocridad, pero le parece flojo e incoherente en su propósito de superar la moral. Además, en el momento en que la moral queda al arbitrio del individuo desaparece cualquier estándar para juzgar que una acción es mejor que otra. Ni se puede condenar al tirano ni se puede alabar al librepensador. No es posible el progreso porque, sin estándares fijos, no hay modo de saber qué es progresar. 

El mesianismo socialista

Chesterton, muy enraizado en la clase media, no congeniaba con los tics y prejuicios de la nobleza inglesa. En cambio simpatizaba realmente con algunos aspectos de las aspiraciones socialistas. Era partidario del sufragio universal porque confiaba mucho más en el sentido común de la gente corriente que en el de las élites económicas o intelectuales. También deseaba una mayor igualdad social con su “distributismo”. Pero criticaba el utopismo y la falta de realismo de muchas teorías y exponentes socialistas (el fabianismo, por ejemplo, que gustaba a Bernard Shaw o H. G. Wells). Señalaba su desconocimiento del pecado original y por tanto su incapacidad para detectar y resolver los verdaderos problemas. También criticaba sus tendencias materialistas y deterministas, que destruían las libertades y amenazaban con convertir la sociedad en un gallinero. 

Tenía delante exponentes socialistas muy entusiastas y beligerantes. El principal era Robert Blatchford (1851-1943) que, con su periódico, el Clarion (1891), quería hacer socialista a Inglaterra en siete años. Es poco conocido fuera de las islas, pero creó revistas y editoriales para combatir la fe cristiana, favorecer el agnosticismo y generar un movimiento socialista. Y colaboró en la formación del partido laborista inglés. Chesterton polemizó con él en diversos momentos, aunque alabó su franqueza y su buena voluntad y conservó su simpatía. 

Este aspecto ha cambiado más. Tras el desplome de los regímenes socialistas del Este, lo que queda del pensamiento revolucionario socialista son nostalgias, jirones de teoría y tics, aunque todavía operan en la política a través de partidos casi marginales que entran en las combinaciones parlamentarias. Es como si no quedara ingenio y ganas para superar las viejas poses y los viejos tópicos. Aparte de que no han hecho las cuentas. 

Las alternativas “espirituales”

También en este punto, la situación de la Inglaterra de Chesterton era bastante distinta de la nuestra. El desprestigio del cristianismo fue acompañado de una especie de fervor por las novedades religiosas que se apoderó de los estratos sociales bajos y altos. Chesterton veía a sus contemporáneos como ovejas sin pastor, dispuestos a seguir a cualquier cosa que se moviera.

Por un lado, el espiritismo, la cienciología, la sociedad teosófica que, en Londres, impulsaban Annie Besant (1848-1933), todo un personaje, o el físico sir Oliver Lodge (1841-1940). Mezclaban todas las experiencias esotéricas, combinaban las religiones, especialmente las orientales, y creían ciegamente en la reencarnación y en la unidad de todos los espíritus. 

Chesterton critica especialmente a todos los cultivadores de la “luz interior” y con eso se refiere a los que creen que la verdad religiosa nace espontáneamente del fondo del corazón porque fácilmente se engañan y la confunden con los propios sentimientos. Es un modo, como otros, de darse siempre la razón. 

El budismo en particular 

Por otro lado, comenzaba a expandirse entonces por Occidente el Budismo que encontró aceptación, como siempre, en algunos esnobs que querían sentirse avanzados y distintos con respecto a la masa. Como es el caso de Swedenborg. 

Chesterton critica a aquellos que veían en el budismo el fondo común de todas las religiones, incluido el cristianismo. Y hace una genial comparación entre las imágenes del santón budista, con los ojos cerrados, mirando hacia adentro, y aceptando el destino tal como viene; y las de los santos medievales tallados en piedra mirando el mundo y sobre todo a Dios con los ojos muy abiertos. Dos actitudes que generan dos filosofías de la vida completamente distintas, la de la aceptación resignada del mundo o la del que quiere mejorarlo a toda costa. Si en Occidente ha habido un progreso histórico se debe precisamente a esa diferente actitud. 

Por otra parte, pero esto lo hemos sabido después, sobre el budismo se extiende generalmente en Occidente una confusión, incluso en beneméritas reuniones interconfesionales. El budismo no es una religión unitaria con una doctrina común y un gobierno central, sino una antigua tradición sapiencial y después religiosa repartida en la cultura y costumbres de muchas regiones asiáticas, y profundamente mezclada en cada lugar con las religiones y supersticiones antiguas. Carece de unidad. Por eso mismo no puede tener representantes autorizados en el extranjero, sino solo aficionados aislados, y centrados generalmente en unas pocas prácticas relacionadas con la salud y el bienestar, que es lo que les suele dar para vivir. 

Excristianos y poscristianos

A Chesterton le tocó también debatir con personas que habían perdido la fe y se habían vuelto muy críticas con el cristianismo. Quizá el más importante sea Joseph McCabe, que había sido franciscano y profesor de filosofía cristiana y se convirtió en ferviente propagador de Nietzsche y del materialismo. 

Otros profesaban, como hoy, un cristianismo rebajado o convertido en invitación a la benevolencia, como es el caso de Tolstoi y sus adeptos ingleses. 

También se tropezó con corrientes acomodaticias o “amplias” (Broad) que estaban dispuestas a adaptar el cristianismo a los tiempos para hacerlo más creíble, prescindiendo de lo que hiciera falta. No sería difícil encontrar hoy representantes de estas tres posturas. 

La peculiaridad del cristianismo 

Cuando todavía no creía, Chesterton se fijó en el fondo disparatado de algunas corrientes como el materialismo, relativismo, esoterismo. Más tarde, encontraría algo similar en las múltiples críticas al cristianismo, que se producían con una animosidad desproporcionada y con una disparidad desconcertante. Al analizar sus contradicciones llegó a dos conclusiones geniales, que siguen teniendo vigencia. La primera que, si el cristianismo era criticado con argumentos opuestos desde posiciones opuestas, eso significaba que el cristianismo representa el centro y la norma o lo normal de las aspiraciones humanas. 

La segunda, que el cristianismo encierra una especial capacidad para hacer vivir en tensión fuerzas enormes que no se contradicen ni se anulan: la humildad y la valentía, el reconocimiento de que se es pecador y de que se es hijo de Dios, el desprecio de sí mismo y el amor de sí mismo. Desprenderse del mundo con todo el corazón y el amar al mundo con todo el corazón. “No basta, dice, la aceptación malhumorada de los estoicos”. Amar el mundo con todo el corazón es consecuencia del “optimismo cósmico” que viene de saber que el mundo ha salido de Dios. Desprenderse del mundo es consecuencia de la sabiduría cristiana que señala la caída original, para Chesterton, aspecto fundamental de la comprensión de la historia humana y estímulo para una lucha sin cuartel no contra “los malos” sino contra el mal. Máximo argumento de cada vida y de toda la civilización en su conjunto. Ayer y hoy. 

Conclusión 

Ortodoxia narra el itinerario mental del propio Chesterton. Hoy, Ortodoxia aporta un impulso formidable de lucidez intelectual para una cultura castigada por vicios muy parecidos a los del tiempo de Chesterton. 

Entonces, hay que decir, había un debate inteligente y Chesterton debatió con mucha claridad, con mucha gracia y con mucho respeto, y sus oponentes se vieron obligados a responder. En la actualidad el debate se evita absolutamente, porque quizá se evita pensar y los tópicos se instalan por repetición y sobreviven por inercia. Mayor razón para mantener vivo entre los cristianos un estímulo intelectual tan formidable como este.

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Mundo

Sobreinterpretación y manipulación: la polémica sobre el cardenal Wojtyła en Polonia

Las acusaciones de encubrimiento de casos de pederastia por parte del entonces cardenal Wojtyła se basan en documentos poco fiables, procedentes de los archivos comunistas de la época, conocidos por "fabricar" documentos para dirigir la memoria posterior.  

Barbara Stefańska·21 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Tras la publicación de un libro y la emisión de un reportaje televisivo, la polémica sobre el legado de san Juan Pablo II se ha recrudecido en Polonia. Los autores le acusan de encubrir casos de pederastia cuando era Arzobispo metropolitano de Cracovia. Las acusaciones se basan en denuncias poco fiables de la época comunista.

Un libro escrito por el periodista holandés Ekke Overbeek y un reportaje televisivo en una cadena privada se hicieron públicos en Polonia al mismo tiempo. Algunos creadores de opinión aceptaron inmediatamente como creíbles las tesis contenidas en ambos acerca del comportamiento del cardenal Karol Wojtyła respecto a ciertos sacerdotes pedófilos.  

Por el contrario, numerosas asociaciones e instituciones se levantaron en defensa de la memoria del Papa santo; incluso el Parlamento polaco emitió una resolución al respecto.

Sin embargo, el mayor mérito reside en los análisis, sobre todo históricos, de los materiales que utilizaron los autores de estas acusaciones quienes se basaron en documentos de los servicios secretos comunistas almacenados en el Instituto de la Memoria Nacional.

Acusaciones falsas y desacreditación de la Iglesia

Antes de 1989, en Polonia existía una lucha sistemática contra la Iglesia por parte del régimen comunista.

Además de la falta de libertad religiosa hubo incluso asesinatos del clero.

Los servicios estatales se nutrían de una red de informadores, entre los había también sacerdotes. A veces, el aparato estatal utilizaba sus conocimientos acerca de datos problemáticos como medio de control; por ejemplo, que un sacerdote abusaba del alcohol o tenía un hijo, para chantajearle y conseguir que cooperara. Los informadores recogían noticias de diversa calidad y también numerosos rumores.

El libro de Ekke Overbeek comienza con acusaciones contra el predecesor y mentor del cardenal Wojtyła, el cardenal Adam Sapieha. El autor cita las denuncias del sacerdote Anatol Boczek, a quien el cardenal suspendió del sacerdocio.

Boczek describe dos encuentros con el cardenal Sapieha en 1950, durante los cuales supuestamente sufrió abusos. Ahora bien, basta comprobar las fechas para dudar de esta explicación: el enfermo cardenal Sapieha tenía entonces 83 años, y supuestamente golpeó al joven sacerdote. Sin embargo, como señala el historiador profesor Paweł Skibiński, el autor del libro no reflexiona sobre la realidad fáctica de las acusaciones.

La mención del cardenal Sapieha es importante en la medida en que es directamente, por así decirlo, una introducción al ataque contra el posterior cardenal Wojtyła. La tesis es que el propio Wojtyła se vio afectado por abusos y que esto influyó en su actitud hacia los abusos sexuales. Algo que ni siquiera los funcionarios comunistas de la época habrían inventado.

El reportaje televisivo cita los casos de tres sacerdotes cuyos delitos sexuales habría encubierto el cardenal Wojtyla siendo arzobispo de Cracovia. Como señala el historiador del Instituto de la Memoria Nacional, el profesor Rafał Łatka, uno de estos sacerdotes fue enviado por el futuro Papa la diócesis a la que pertenecía ya que no formaba parte del clero de Cracovia. Así pues, actuó de acuerdo con el derecho canónico. En el segundo caso, el sacerdote fue suspendido y se le prohibió ejercer mientras que en el caso del tercer sacerdote, no existen pruebas convincentes de que el cardenal conociera los abusos. Además, no se sabe exactamente en qué consistieron.

La conclusión es que estos materiales periodísticos han sido preparados bajo una tesis prefabricada.

Los autores no verificaron las fuentes, que proceden de un contexto muy concreto. Además, como ha señalado el historiador Dr. Marek Lasota, «ni siquiera hubo una solicitud a la curia de Cracovia para acceder al material fuente sobre los clérigos sobre los que escribe Overbeek». Lo mismo ocurrió con el reportaje televisivo.

«Fabricación» de documentos

El arzobispo Grzegorz Ryś, historiador que formó parte de la comisión histórica que investigó el periodo de Cracovia del cardenal Karol Wojtyła durante el proceso de canonización subraya que una de las claves para interpretar los documentos es que se trataba de un Estado comunista totalitario, donde las autoridades de la época estaban en guerra contra la Iglesia y la nación.  “Puedo mostrar los documentos de la época del cardenal Karol Wojtyła en Cracovia, que se fabricaron no para resolver nada en aquel momento, sino para orientar la reflexión 50 años después. Se trata de una disputa sobre la memoria”, subrayó el arzobispo Ryś.

El modo en que actuaban los servicios estatales de aquella época queda ilustrado, por ejemplo, por el caso del sacerdote Roman Kotlarz, que fue asesinado. Cuando aún vivía, el SB (Służba Bezpieczeństwa, el servicio de inteligencia y policía secreta comunista) difundió el rumor de que el sacerdote Kotlarz se veía con mujeres y era alcohólico. La consecuencia de esto fue que, hace 10 años cuando el obispo de Radom preguntó a los sacerdotes de la diócesis sobre la posibilidad de abrir el proceso de beatificación de Kotlarz, como mártir, los sacerdotes dijeron que era promiscuo y un borracho. “¿Funcionó? ¡Funcionó!” – explica el arzobispo a los jóvenes refiriéndose a los métodos utilizados entonces.

Asimismo, los documentos también podrían haber sido «fabricados» deliberadamente. Por ejemplo, el arzobispo Rys encontró en los archivos una carta de un activista comunista que elogiaba al cardenal Wojtyla. “¿Por qué escribir una carta que era una total mentira? Para que, tiempo después, quien acudiera a los archivos encontrara esta carta […]. Fue una carta escrita con la esperanza de crear otra memoria», afirma el arzobispo.

Como se ve, es fácil restar credibilidad a las tesis presentadas en los medios de comunicación sobre el supuesto encubrimiento estos casos por parte del cardenal Wojtyła. Desgraciadamente, la campaña mediática en Polonia es fuerte, lo que puede hacer pensar a mucha gente: ¿Tal vez haya algo de cierto después de todo? Esto demuestra lo importante que es pensar de forma crítica y tener al menos un poco de conocimiento sobre los tiempos pasados en Polonia.

Hay mucho en juego. Nada puede dañar la santidad de Juan Pablo II, pero socavar su autoridad en su patria nos daña a nosotros mismos, a nuestra identidad. Porque Juan Pablo II sigue siendo para mucha gente un punto de referencia y una guía. Pero las generaciones más jóvenes saben cada vez menos de él y no tuvieron la oportunidad de conocerlo, por lo que debemos luchar por su memoria.

El autorBarbara Stefańska

Periodista y secretaria de la redacción del semanario "Idziemy"

Mundo

Los «corredores humanitarios», puentes eficaces para una verdadera acogida

Más de 6.000 personas han podido salvar sus vidas y encontrar un verdadero hogar fuera de sus países de origen gracias a esta iniciativa de la Comunidad de Sant'Egidio que comenzó en 2016. 

Giovanni Tridente·21 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

«Puentes» que permiten a muchos niños, mujeres, hombres y ancianos realizar un «viaje en condiciones de seguridad, legalidad y dignidad», superando situaciones de precariedad y peligro e intentando recuperar un poco de esperanza una vez instalados en los países de acogida.

Esta es la fructífera experiencia de los llamados «corredores humanitarios«, puestos en marcha por primera vez en 2016 por la Comunidad de Sant’Egidio, tal y como resumió el Papa Francisco en el encuentro que mantuvo con cientos de refugiados y familias implicadas a través de esta red de acogida.

Se trata de un proyecto nacido gracias a la «generosa creatividad» de la Comunidad de Sant’Egidio en el que participan también la Federación de Iglesias Evangélicas y la Mesa Valdense, así como la contribución de la Iglesia italiana a través de Cáritas. Un ejemplo pequeño, al mismo tiempo, de ecumenismo de la caridad.

Un camino viable para evitar tragedias

Según el Papa Francisco, los corredores humanitarios «son una vía viable para evitar tragedias -como la más reciente ocurrida en la costa italiana de Calabria, en Cutro, con más de 80 víctimas- y los peligros ligados al tráfico de seres humanos». Evidentemente, se trata de un modelo que debe extenderse aún más y que debe abrir «vías legales para la migración».

El Pontífice lanza también un llamamiento a los políticos para que actúen en interés de sus propios países, porque «una migración segura, ordenada, regular y sostenible» beneficia a todos.

No en vano, a través de la experiencia de los «Corredores», tras la acogida se produce la integración, aunque el proceso no siempre sea fácil: «no todos los que llegan están preparados para el largo camino que les espera».

Pero el aliento del Papa a los operadores es muy claro: «no sois intermediarios, sino mediadores, y demostráis que, si trabajáis seriamente para sentar las bases, es posible acoger e integrar eficazmente».

Además, la acogida representa también «un compromiso concreto por la paz», además de convertirse en «una fuerte experiencia de unidad entre los cristianos», ya que implica a otros hermanos y hermanas que comparten la misma fe en Cristo.

Las primeras recepciones

La experiencia de los «corredores humanitarios» nació oficialmente el 15 de diciembre de 2015, cuando la Comunidad de Sant’Egidio, con las Iglesias protestantes italianas y los Ministerios del Interior y de Asuntos Exteriores, firmó un acuerdo-protocolo: 1.000 visados para otros tantos refugiados sirios procedentes de los campos del Líbano.

El protocolo había sido posible gracias a un trabajo jurídico que había encontrado una posibilidad en el artículo 25 del Reglamento europeo 810/2009, que prevé que los Estados de la Unión Europea expidan visados humanitarios limitados a un solo país. Y así fue por primera vez para Italia.

Venía de la trágica experiencia de dos naufragios masivos en el mar Mediterráneo, el primero el 3 de octubre de 2013 a pocas millas de la isla de Lampedusa, con el ahogamiento de 386 personas, en su mayoría eritreos; en 2015, el 18 de abril, 900 personas embarcadas en un pesquero egipcio murieron en el Canal de Sicilia.

Según datos facilitados a la propia Comunidad de Sant’Egidio, desde 1990 hasta hoy -en treinta años, prácticamente- se calcula que más de 60.000 personas han muerto o desaparecido en el Mediterráneo en su intento de llegar a Europa. Cifras que a menudo han llevado al Papa Francisco a definir esa encrucijada de intercambios y personas, antaño «mare nostrum», en riesgo de convertirse en «un desolador mare mortuum».

Sobre los hombros de la sociedad civil

Desde febrero de 2016, los corredores humanitarios han permitido llegar sanas y salvas a Europa a 6.018 personas procedentes de Siria, Eritrea, Afganistán, Somalia, Sudán, Sudán del Sur, Irak, Yemen, Congo y Camerún.

El 87% de estas personas fueron acogidas en Italia, el resto en Francia, Bélgica y Andorra. Gracias a un programa de reubicación, Alemania y Suiza acogieron a 9 y 3 personas procedentes de Grecia, respectivamente.

Cifras que pueden no parecer excesivamente grandes, pero la explicación está en que es la «sociedad civil» la que financia el sistema sin intervención de entidades o instituciones estatales.

Una vez que llegan a los países de acogida, de hecho, los refugiados son acogidos por los promotores del proyecto y alojados en diversas casas e instalaciones repartidas por todo el país según el modelo denominado de «acogida generalizada».

A continuación, los operadores acompañan a estas personas para que se integren en el tejido social y cultural del país, mediante el aprendizaje de idiomas, la escolarización de menores y otras iniciativas de inclusión.

Un modelo, como vemos, altamente replicable a través de una sinergia virtuosa entre las instituciones públicas y las asociaciones ciudadanas.

El autorGiovanni Tridente