Cultura

La Virgen de las Mercedes, patrona de la República Dominicana

Historia de la advocación de la Virgen de las Mercedes desde sus orígenes hasta su llegada a Santo Domingo.

César Arturo Abréu Fernández·2 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Nuestra Señora de las Mercedes es una de las advocaciones más queridas de la República Dominicana. La devoción nació en el siglo XIII, cuando la Virgen se apareció a dos santos y al rey de Aragón para pedir la fundación de una orden religiosa dedicada al rescate de los cristianos cautivos por los sarracenos.

En 1494 unos mercedarios que viajaban con Colón llevaron a América un cuadro de la Virgen de la Merced, iniciando así su devoción en el Nuevo Mundo.

La historia de la advocación

La particular advocación de la Virgen de Las Mercedes tiene su origen cuando el 1 de agosto del 1218 la Madre de Dios se les apareció por separado a tres ilustres barceloneses en su advocación de Virgen de la Merced: a san Pedro Nolasco, que sería el fundador de la Orden de la Merced, al rey Jaime I de Aragón y a san Raimundo de Peñafort, fraile dominico. Días después, los tres se reunieron en la catedral de Barcelona y compartieron haber tenido la misma aparición de la Virgen. Ella les pedía la fundación de una orden religiosa dedicada a la redención de los cautivos. Nueve días más tarde, la orden fue fundada por san Pedro Nolasco.

Su misión particular era la misericordia para con los cristianos cautivos de los musulmanes y los piratas sarracenos. Muchos de sus miembros, conocidos como mercedarios, canjearon sus vidas por la de presos y esclavos, calculándose en 300.000 el número de ellos.

La Virgen viaja a América

El 25 de septiembre de 1493, una numerosa flota al mando de Colón, compuesta de 14 carabelas y 3 galeones, salió de España. A bordo iban 1500 hombres, entre los cuales había trece misioneros encabezados por el padre Boíl, entre ellos dos mercedarios: Juan Infante y Juan de Solórzano. Antes de partir, la reina de España les había entregado a los dos un cuadro de la Virgen de Las Mercedes que los acompañaría en su viaje a América. Es la primera advocación de la Madre de Dios que viajó al Nuevo Mundo.

Desembarcaron el 2 de enero del 1494 en un lugar elegido por Colón para establecer la primera fundación hispánica en América, y el 6 de enero, día de la Epifanía o manifestación de Dios a los hombres, se celebró la primera Eucaristía en el Nuevo Mundo, en la que participaron los 13 misioneros. Trece para que, como en la última cena, uno representase místicamente a Cristo y los restantes a los doce apóstoles, celebración que de seguro contó con la presencia del cuadro de la Virgen de Las Mercedes.

El Santo Cerro

Juan Infante, uno de los dos mercedarios, era el confesor de Colón, y en tal virtud siempre le acompañaba. Conforme a la leyenda, también iba con él cuando Colón, a principios de marzo del 1495, merodeando en las proximidades del fuerte de La Concepción de la Vega, desde lo alto de un cerro, contempló extasiado la belleza del valle que él había nombrado de la Vega Real.

Sobrecogido por lo exuberante del paisaje, pensó honrar a Dios colocando en la cúspide de la montaña ‒por primera vez en América‒ una gigantesca cruz, símbolo de la fe cristiana. Posteriormente, Juan Infante hizo construir a su lado una rústica capilla donde venerar a la Virgen de Las Mercedes. Desde entonces, ambas devociones ‒la de la Santa Cruz y la de la Virgen de Las Mercedes‒ han estado juntas en lo que hoy se llama Santo Cerro.

Colón y la Virgen de las Mercedes

La devoción fue extendiéndose por toda la isla, convirtiéndose el cerro en un lugar de peregrinaje, reflexión y marcada devoción. El propio Colón, en su codicilo de agosto del 1505, meses antes de su muerte, le recomendaba a su hijo Diego sostener una capilla donde se orase por su ánima, como si con su índice ya vacilante señalase el Santo Cerro: “e si esto puede ser en la Isla Española, que Dios me dio milagrosamente, holgaría que fuese allí donde la invoqué, que es en La Vega que se dice de la Concepción».

Con la llegada en el 1527 de fray Francisco de Bobadilla, Vicario General de los Mercedarios, y otros doce sacerdotes, los mercedarios se extendieron por el Santo Cerro, Santiago y Azua, construyendo en esos lugares monasterios, lo que contribuyó grandemente al afianzamiento de la devoción a la Virgen de Las Mercedes en toda la isla de La Española.

El terremoto de 1641

Durante los meses de agosto y septiembre de 1641, un fuerte terremoto estremeció la ciudad de Santo Domingo. Algunas crónicas señalan que fuertes réplicas se prolongaron por más de cuarenta días, con un saldo de 24 muertos. Asustados, los habitantes de la ciudad acudieron a la imagen de Nuestra Señora de las Mercedes que está en el Convento de esta Orden, y, en la víspera de su fiesta de la Natividad (el 7 de septiembre), experimentaron el divino favor y sucedieron algunas maravillas. Por ello al año siguiente, 1615, la Curia y la Real Audiencia declararon a Nuestra Señora de las Mercedes patrona de la ciudad y de la isla, celebrando su fiesta el 8 de septiembre de cada año. En el 1710, por Real Cédula, su festividad es movida al 24 de septiembre.

La batalla de la Limonade

El 21 de enero de 1691, el ejército español de Santo Domingo, al mando del maestre de campo don Francisco de Segura y Sandoval, se enfrentó al francés en la Sabana Real de la Limonade, confrontación en la que los criollos salieron victoriosos. El combate había sido reñido, e invocaron a Nuestra Señora de Las Mercedes. En el cuerpo de la batalla había un lienzo con su imagen, mientras que los soldados de la parte oriental de la isla invocaron a la Virgen de la Altagracia, cuya acción fue determinante en el triunfo de las armas criollas.

De ahí salió fortalecida la fe en Nuestra Señora de las Mercedes y comenzó en toda la isla el culto a la Virgen de la Altagracia. La batalla tuvo lugar el 21 de enero, fecha en la cual se celebra el día de la Altagracia.

La Virgen y Toussaint

En 1801, Toussaint Louverture invadió Santo Domingo en nombre de Francia. Al día siguiente de su llegada asistió a la catedral, donde había muchos fieles orando, y requirió del párroco colocar la Hostia en el viril, arrodillándose con las manos cruzadas en el pecho. Sus ayudantes le informaron que, mientras él hacía esto, algunas de las damiselas asistentes se sonreían sarcásticamente y, lo que era peor, le informaron que tres soldados criollos le habían dado la espalda para no saludarle.

Montando en cólera, Toussaint ordenó que al día siguiente todo el mundo se congregara en la plaza de armas con la intención de cometer un degüello general.

Llegado el siguiente día y congregados todos los habitantes, separados los hombres, las mujeres y los niños, rodeados por la caballería con sus sables desenfundados, listos para el degüello, Toussaint se acerca a las damas y con su bastón de mando las toca, preguntándoles: “¿Francesa o española?”. Cuando toca a Dominga Núñez, esta le reprocha: “¡Atrevido, aprenda modales!”. 

Iracundo, sube a la tarima para ordenar la matanza. El cielo, claro hasta ese momento, oscureció repentinamente. Truenos hicieron temblar la tierra y, de pronto, se abrió un espacio en el cielo, apareciendo un haz de luz blanco. Toussaint, asustado, miró la luz y ordenó que todo el mundo se retirara. Preguntado por sus ayudantes el porqué de su actitud, respondió: “¡Era ella, Nuestra Señora! ¡Yo la vi! ¡Yo la vi!”. La Virgen de Las Mercedes había intercedido una vez más a favor de los criollos.

La Virgen de las Mercedes ©Dustin Muñoz

Patrona de la República Dominicana

Al proclamarse la República Dominicana el 27 de febrero del 1844, luego de que los trinitarios lanzaran al aire el grito de “Dios, Patria y Libertad”, tres exclamaciones salieron de los presentes en ese momento histórico: “¡Viva la República Dominicana! ¡Viva la Virgen! ¡Viva Duarte!”.  Desde ese momento, la Virgen de Las Mercedes quedó instituida como Patrona de la República Dominicana.

El autorCésar Arturo Abréu Fernández

Compilador

España

Desempleo y siniestralidad laboral, preocupaciones de la Iglesia

Obispos y entidades de Iglesia piden los poderes públicos un esfuerzo por acabar con la lacra del paro y "que el trabajo sea un lugar de encuentro y no de conflicto".

Maria José Atienza·1 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La celebración del primero de mayo, día del Trabajador, pone de relieve la necesidad de seguir trabajando por la universalización de un trabajo digno que respete los derechos de todas las personas. Con este motivo, las entidades promotoras de la plataforma Iglesia por el Trabajo Decente (Cáritas, CONFER, HOAC,Justicia y Paz,JEC y JOC) y numerosos obispos han dedicado sus cartas semanales a reflexionar sobre el trabajo y sus principales carencias.

Siniestralidad laboral

«Al llegar esta fiesta del trabajo, la Iglesia quiere que tomemos conciencia de nuestras responsabilidades en el mundo laboral», estas palabras, de la carta semanal del obispo de Córdoba, mons. Demetrio Fernández, ponen de manifiesto la preocupación de la Iglesia ante la precariedad laboral que sufren miles de personas en nuestro país.

No en vano, las entidades promotoras de la plataforma Iglesia por el Trabajo Decente han recordado, con ocasión del Primero de Mayo «en el año 2022 se produjeron en España un total de 1.196.425 accidentes laborales, de los cuales 826 resultaron mortales». Un dato «preocupante», como destaca el obispo de Córdoba.

En este sentido, las entidades que conforman la plataforma Iglesia por el Trabajo Decente han puesto de manifiesto su apoyo a la creación de «movimientos de solidaridad que defiendan la salud y la seguridad en el trabajo junto a otras personas y colectivos; a potenciar el asociacionismo para reforzar la interlocución con las Administraciones; y a apoyar la labor que realizan los sindicatos para extremar la prevención y exigir el cumplimiento de la normativa laboral».

La persona en el centro

La nota emitida por la plataforma Iglesia por el Trabajo Decente señala que “el trabajo es para la vida” y denuncian que la “lógica economicista de este sistema separa el trabajo de la persona, la despoja de su esencia y capacidad creadora y de su propio ser; construye precariedad, inseguridad y somete al trabajador y la trabajadora a largas jornadas laborales, a altos ritmos de producción y le priva del merecido descanso”.  «Cuando se disloca la persona del centro, aparecen los egoísmos en todas las direcciones. Explotación de la persona, abuso en los horarios y en la producción, precariedad en las condiciones de trabajo. Y en sentido del trabajador, absentismo, falta de interés, falta de responsabilidad» apunta mons. Demetrio Fernández en relación a esa falta de humanidad en las relaciones laborales.

El drama del paro

Por su parte, el arzobispo de Toledo ha fijado su mirada en el drama del paro, que afecta a unos 3 millones de personas en España. Para mons. Cerro Chaves «cuando no hay trabajo el panorama del presente y del futuro se oscurece. Sin trabajo, cuando se instala el paro en la sociedad, en las familias, en los jóvenes, afecta a la salud física, sicológica y espiritual. Sin trabajo, es fácil que la persona lleve a enfermar y a muchos les cueste encontrar el sentido de la vida».

El trabajo, medio de santidad

Tanto el arzobispo de Toledo como el de Córdoba resaltan en sus cartas cómo el trabajo es un medio de santidad para los cristianos corrientes.

«Con el trabajo apropiado la persona puede atender sus propias necesidades y las de su familia, puede proyectar su vida y atender sus necesidades vitales, puede hacer un mundo mejor» señala mons. Fernández que anima a seguir el ejemplo de «Jesús obrero con su padre José obrero, [para que] aportemos cada uno lo mejor de sí mismo para construir un mundo nuevo, también un mundo nuevo en las relaciones laborales».

Así, Cerro Chaves concluye su carta recordando Laborem Exercens de san Juan Pablo II y subrayando su oración para que «se cumpla la misión de que a través del trabajo se dignifica la propia dignidad, pasar haciendo el bien y sabiendo como cristianos que el trabajo es también un medio de santidad.

Cultura

Nuestra Señora de Altötting

El santuario de Altötting en Baviera es uno de los más antiguos de Alemania y el que más visitas recibe a lo largo del año. Forma parte de los "Shrines of Europe", los siete santuarios marianos más destacados de Europa, y ha recibido las visitas papales de Pío VI, san Juan Pablo II y Benedicto XVI.

José M. García Pelegrín·1 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La advocación mariana que probablemente goce de mayor devoción en Alemania –al menos es el santuario mariano que más visitas recibe– es la Virgen Morena (“Schwarze Muttergottes”) de Altötting, una localidad bávara situada a unos 90 kilómetros al este de Múnich. En su página web recogen el testimonio de Benedicto XVI, que calificó a Altötting como “el corazón de Baviera y uno de los corazones de Europa”. Continúa: “Es desde hace más de 1250 años el centro espiritual de Baviera y, desde hace más de 500 años, el santuario mariano más importante de Alemania”.

Además, junto a Częstochowa (Polonia), Einsiedeln (Suiza), Lourdes (Francia), Loreto (Italia), Fátima (Portugal) y Mariazell (Austria), forma parte de los denominados “Shrines of Europe” (“Santuarios de Europa”), los siete santuarios marianos más destacados de Europa.

El santuario

Si bien la primera capilla se construyó en los siglos VIII a X, la forma actual se debe a las ampliaciones en estilo gótico del siglo XV, que coinciden con una tradición que la dio a conocer en toda Alemania e incluso más allá, y que marca el comienzo de la historia del santuario: se cuenta que, en 1489, un niño de tres años cayó en un río y se ahogó. Tras rescatar al niño sin vida, la desesperada madre lo llevó a la capilla dedicada a Nuestra Señora y lo colocó sobre el altar. Allí comenzó a rezar con otras personas por la salvación de su hijo y, al cabo de poco tiempo, la vida volvió al cuerpo del niño aparentemente muerto.

La imagen actual, de 64 centímetros de altura, probablemente se talló en madera de tilo en Borgoña o en la región del Alto Rin y llegó a Altötting en el siglo XIV. Sus manos negras y el rostro ennegrecido remiten a un tipo de esculturas de madera muy extendidas en la Alta Edad Media: en Europa hay 272 “vírgenes negras”. Entre las más famosas se encuentran las de Einsiedeln, Loreto, Częstochowa y Montserrat. Además de presentar incrustaciones de plata, la imagen está revestida desde 1518, inicialmente con telas procedentes de los vestidos de novia de princesas bávaras. El príncipe elector Maximiliano I (1573-1651) de Baviera donó el cetro y la corona.

Tanto los muros interiores como los exteriores de la santa capilla se encuentran cubiertos por más de 2000 imágenes votivas, donadas en agradecimiento por los milagros obrados por la intercesión de Nuestra Señora de Altötting. Parte de los peregrinos rodean la capilla, algunos de rodillas y portando cruces de madera, para encomendar a la Virgen sus intenciones. Además, en la capilla están enterrados los corazones de destacadas personalidades bávaras, entre las que se encuentran el emperador Carlos VII (1697-1745), seis reyes –entre ellos, el famoso Luis II (1845-1886)–, tres príncipes electores, doce destacadas nobles y cinco obispos.

Visitas papales

El santuario de Altötting ha sido visitado por tres papas. La primera visita papal documentada data de 1782, cuando Pío VI –que había sido fríamente recibido por el emperador José II en Viena– fue calurosamente acogido en Baviera. Regresó a Roma pasando por el santuario mariano a invitación del príncipe elector bávaro Karl Theodor. Pío VI celebró la Misa en la santa capilla y dio su bendición a una muchedumbre allí congregada.

El 19 de noviembre de 1980 estuvo en Altötting san Juan Pablo II. La visita al santuario mariano fue uno de los momentos más destacados de su primer viaje como Papa a Alemania. La Misa con el Papa congregó a más de 60.000 fieles –entre ellos, también el autor de estas líneas– en la explanada de la capilla. Acompañaba al Papa, como anfitrión, el arzobispo de Múnich, el cardenal Joseph Ratzinger. Con ocasión de su viaje, Juan Pablo II plantó un tilo. El “tilo papal” y una estatua en bronce, de tamaño superior al natural, recuerdan hoy esa visita.

La relación de Benedicto XVI con Altötting fue muy estrecha durante toda su vida. Nació el 16 de abril de 1927 en Marktl am Inn, a unos 15 kilómetros del santuario mariano. En el prefacio a la guía de la ciudad, escribe: “Tuve la fortuna de nacer muy cerca de Altötting. Por ello, las peregrinaciones al santuario con mis padres y hermanos se cuentan entre mis más tempranos y hermosos recuerdos”.

Después de acompañar a Juan Pablo II en 1980, y siendo ya Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Ratzinger acudió en varias ocasiones. Fueron visitas tanto oficiales –en 1989 para celebrar los 500 años del santuario o en 1999 con ocasión del cuarto centenario de la congregación mariana– como privadas, por ejemplo, con ocasión de su 75.º cumpleaños. En 2006 acudió, ya como Papa, a Altötting en el marco de su visita a Baviera. Allí fue nombrado ciudadano honorario de la ciudad.

En mayo de 2021, el Papa Francisco eligió Altötting como uno de los lugares para el “maratón de oración” para pedir por el fin de la pandemia causada por el COVID-19.

Vaticano

El Papa se despide de Hungría clamando a la esperanza

El domingo 30 de abril fue el último día del viaje apostólico a Hungría del Papa Francisco. Durante la jornada, el Santo Padre celebró la Santa Misa y tuvo un encuentro con representantes culturales y del ámbito académico.

Paloma López Campos·30 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

A las 18 de la tarde un avión despegaba desde Hungría para llevar al Papa Francisco de vuelta a Roma. Tras unos días completos en la nación húngara, el Santo Padre se despidió en una ceremonia sin discurso en el aeropuerto internacional de Budapest.

Tan solo unas horas antes, Francisco celebraba la Santa Misa en la plaza Kossuth Lajos, donde se encuentra el parlamento de Hungría. Durante la homilía, el Papa invitó a todos los participantes a contemplar la figura del Buen Pastor, Jesucristo, tomando las lecturas de hoy. Por ello, se fijó en dos acciones de Jesús que, como narra el Evangelio, “Él realiza por sus ovejas: primero las llama, después las hace salir”.

La llamada de Dios

Esa inicial llamada del Señor es el origen de la vida nueva. “Al comienzo de nuestra historia de salvación no estamos nosotros con nuestros méritos, nuestras capacidades, nuestras estructuras; en el origen está la llamada de Dios, su deseo de alcanzarnos, su preocupación por cada uno de nosotros, la abundancia de su misericordia que quiere salvarnos del pecado y de la muerte, para darnos la vida en abundancia y la alegría sin fin”.

El Papa recalcó que Cristo, mucho antes de que ninguno de nosotros pudiéramos responder “soportó nuestras iniquidades y cargó con nuestras culpas, conduciéndonos nuevamente al corazón del Padre”. Y no solo eso, sino que “aún hoy, en cada situación de la vida, en aquello que llevamos en el corazón, en nuestros extravíos, en nuestros miedos, en el sentido de derrota que a veces nos asalta, en la prisión de la tristeza que amenaza con encerrarnos, Él nos llama”.

De la llamada universal de Dios nace una de las características esenciales de la Iglesia: la catolicidad. Así lo explicó Francisco en su homilía, “esto es catolicidad: todos nosotros cristianos, llamados por nuestro nombre por el buen Pastor, estamos invitados a acoger y difundir su amor, a hacer que su redil sea inclusivo y nunca excluyente. Y, por eso, todos estamos llamados a cultivar relaciones de fraternidad y colaboración, sin dividirnos entre nosotros, sin considerar nuestra comunidad como un ambiente reservado, sin dejarnos arrastrar por la preocupación de defender cada uno el propio espacio, sino abriéndonos al amor mutuo”.

Una Iglesia en salida

A continuación, el Papa explicó la segunda acción de Cristo que narra el Evangelio. “Primero somos reunidos en la familia de Dios para ser constituidos su pueblo, pero después somos enviados al mundo para que, con valentía y sin miedo, seamos anunciadores de la Buena Noticia, testigos del amor que nos ha regenerado”.

Es el mismo Señor quien “nos impulsa a ir al encuentro de los hermanos. Y recordémoslo bien: todos, sin excepción, estamos llamados a esto, a salir de nuestras comodidades y tener la valentía de llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio”.

El Papa saluda a la gente tras la Santa Misa (CNS photo/Vatican Media)

Pero, ¿qué significa realmente ser una Iglesia en salida? El Santo Padre lo resumió en una sola frase durante la predicación: “estar en salida”significa para cada uno de nosotros convertirse, como Jesús, en una puerta abierta”.

Francisco insistió en esta idea realizando una petición dirigida a todos. “Por favor, ¡abramos las puertas! También nosotros intentemos —con las palabras, los gestos, las actividades cotidianas— ser como Jesús, una puerta abierta, una puerta que nunca se le cierra en la cara a nadie, una puerta que permite entrar a experimentar la belleza del amor y del perdón del Señor”.

Por último, el Papa quiso mandar a todos los cristianos, y en especial a los húngaros, unas palabras de ánimo. Pidió que “no nos desanimemos nunca, no nos dejemos robar nunca la alegría y la paz que Él nos ha dado; no nos encerremos en los problemas o en la apatía. Dejémonos acompañar por nuestro Pastor; con Él, nuestra vida, nuestras familias, nuestras comunidades cristianas y toda Hungría resplandezcan de vida nueva”.

Santa María, Reina y patrona

El Santo Padre rezó el Regina Caeli y pronunció una breve meditación, al igual que cuando preside la oración desde el Vaticano. En sus palabras agradeció a los representantes políticos, diplomáticos y autoridades su presencia. También se dirigió a los sacerdotes, seminaristas, consagrados, miembros del clero y representantes de otras religiones para agradecer su colaboración y asistencia.

En la meditación, quiso poner a todos los húngaros bajo la protección de la Virgen María. Incluyó en esta petición a toda Europa diciendo: “desde esta gran ciudad y desde este noble país quisiera confiar de nuevo a su corazón la fe y el futuro de todo el continente europeo, en el que he estado pensando estos días y, de modo particular, la causa de la paz”.

El Papa continuó su oración: “Tú eres la Reina de la paz, infunde en los corazones de los hombres y de los responsables de las naciones el deseo de construir la paz, de dar a las jóvenes generaciones un futuro de esperanza, no de guerra; un futuro lleno de cunas, no de tumbas; un mundo de hermanos, no de muros”.

Y finalizó con las siguientes palabras: “Te pedimos por la Iglesia en Europa, para que encuentre la fuerza de la oración; para que descubra en ti la humildad y la obediencia, el ardor del testimonio y la belleza del anuncio. A ti te encomendamos esta Iglesia y este país”.

Cultivar el saber

Durante su último encuentro, el Papa Francisco se reunió con representantes del mundo cultural y del ámbito académico. Al inicio de su discurso, tomando como imagen el río Danubio, se detuvo un momento para hablar sobre la cultura que “en cierto sentido, es como un gran río: recorre varias regiones de la vida y de la historia poniéndolas en relación, permite navegar en el mundo y abrazar países y tierras lejanas, sacia la mente, riega el alma, hace crecer a la sociedad. La misma palabra cultura deriva del verbo cultivar. El saber conlleva una siembra cotidiana que, penetrando en los surcos de la realidad, da fruto”.

El Papa tomó de los escritos de Romano Guardini distintos ejemplos para hablar sobre la cultura. Frente a un análisis sombrío que podría hacerse acerca del saber y la técnica usados únicamente para obtener poder, Francisco pidió que las universidades se conviertan en lo contrario. “La universidad es, en efecto, como indica el mismo nombre, el lugar donde el pensamiento nace, crece y madura abierto y sinfónico. Es el templo donde el conocimiento está llamado a liberarse de los límites estrechos del tener y del poseer para convertirse en cultura, es decir, en cultivo del hombre y de sus relaciones fundamentales: con el trascendente, con la sociedad, con la historia, con la creación”.

Cultura y contemplación

La cultura, bien entendida, “ahonda en la contemplación y moldea personas que no están a merced de las modas del momento, sino bien arraigadas en la realidad de las cosas. Y que, humildes discípulas del saber, sienten que deben ser abiertas y comunicativas, nunca rígidas y combativas”.

De tal manera, queda fuera el inmovilismo, pues “quien ama la cultura no se siente nunca satisfecho, sino que lleva en sí una sana inquietud. Busca, interroga, arriesga y explora; sabe salir de sus propias certezas para aventurarse con humildad en el misterio de la vida, que se armoniza con la inquietud, no con la costumbre; que se abre a las otras culturas y advierte la necesidad de compartir el saber”.

Conocerse a uno mismo

Junto a la cultura crece el conocimiento de sí mismo. El Papa recordó la frase del oráculo de Delfos: «Conócete a ti mismo». “Pero, ¿qué significa conócete a ti mismo? Quiere decir saber reconocer los propios límites y, en consecuencia, frenar la propia presunción de autosuficiencia. Nos hace bien, porque es sobre todo reconociéndonos criaturas cuando nos volvemos creativos, sumergiéndonos en el mundo, en vez de dominarlo. Y mientras que el pensamiento tecnocrático persigue un progreso que no admite límites, el hombre real está hecho también de fragilidad, y es a menudo justamente ahí cuando comprende que depende de Dios y que está conectado con los otros y con la creación”.

Para resumir la idea, Francisco dijo que “conocerse a sí mismo requiere mantener unidas, en una dialéctica virtuosa, la fragilidad y la grandeza del hombre. Del asombro de este contraste surge la cultura; nunca satisfecha y siempre en búsqueda, inquieta y comunitaria, disciplinada en su finitud y abierta al absoluto. Me gustaría que cultiven este apasionante descubrimiento de la verdad”.

Búsqueda de la verdad

El Papa concluyó su discurso invitando a todos a buscar la verdad, rechazando las ideologías. “Fue Jesucristo quien dijo: «La verdad los hará libres»”.

Por ello, el Santo Padre explicó que “la clave para acceder a esta verdad es un conocimiento que nunca se desvincula del amor, relacional, humilde y abierto, concreto y comunitario, valiente y constructivo. Esto es lo que las universidades están llamadas a cultivar y la fe a alimentar. Les deseo, por tanto, a esta y a todas las universidades, que sean un centro de universalidad y de libertad, una fecunda obra de humanismo, un taller de esperanza”.

Una visita breve y fructífera

Tras el encuentro en la universidad, Francisco se desplazó al aeropuerto internacional de Budapest para tomar un avión a las seis de la tarde que le llevó directamente a Roma, poniendo fin a su viaje apostólico en Hungría.

Francisco se despide de Hungría en el aeropuerto internacional de Budapest (CNS photo/Vatican Media)
Iniciativas

Feria Gastronómica del Mar para parroquias en Nicaragua

La parroquia de Santo Tomás apóstol celebra en Nicaragua una Feria Gastronómica para ayudar con obras de caridad que organiza la Iglesia católica.

Néstor Esaú Velásquez·30 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La comunidad parroquial de Santo Tomás apóstol, en la diócesis de León, Nicaragua, se prepara este 29 y 30 de abril a realizar la 27 edición de la Feria Gastronómica del mar, una iniciativa que ofrece a visitantes locales, nacionales y extranjeros diferentes productos del mar.

La parroquia de Santo Tomás apóstol, se encuentra ubicada en el Puerto de Corinto, que es el principal puerto comercial del país y señalado como el segundo en importancia por el arribo de cruceros.

Los inicios

Fue José Schendel, un sacerdote de origen alemán, quien inició diferentes proyectos sociales en esta parroquia, proyectos que han continuado los diferentes sacerdotes que le han sucedido. Esta parroquia lleva más de 40 años creando proyectos para ayuda de los más pobres y necesitados, que se ven concretados en varias obras de caridad: Hogar de ancianos Santa Eduviges, Instituto Parroquial Presbítero Emilio Santiago Chavarría, Comedor Infantil, Dispensario Parroquial, una escuela de educación especial, Cáritas Parroquial y el canal católico Santa Cruz Televisión. 

Para sostener estas obras, hace 27 años una mujer llamada There Arana tuvo la iniciativa de hacer una feria con productos del mar. Dicha feria fue creciendo con la ayuda de todas las comunidades de la parroquia y corazones de buena voluntad. Luego se perfiló como la “Feria Gastronómica del mar”, cuya organización y ejecución siempre ha sido responsabilidad de la Iglesia católica en Corinto, en beneficio de las obras sociales de esta comunidad parroquial.

Trabajo en equipo

La gestión de la preparación de la feria corresponde a las diferentes comisiones, integradas por feligreses de la parroquia Santo Tomás. Estas tienen diferentes roles para la buena ejecución de los servicios brindados a todos los visitantes y comienzan sus labores meses antes de la celebración de la Feria.

Lo que empezó hace 27 años hoy cuenta con la colaboración de más de trescientas personas, entre los que hay feligreses, instituciones, servicios municipales, trabajadores portuarios, la Iglesia y otras personas que se identifican con la causa.

El pasado martes 18 de abril salió el barco pesquero que trajo el producto marino que será entregado a las comunidades para la preparación de los más de cincuenta platillos que se ofrecerán el 29 y 30 de abril en la vigésima séptima edición de la Feria gastronómica del mar.

El pasado 24 de abril, Marcos Francisco Diaz Prado, actual párroco de la parroquia de Santo Tomás apóstol, presentó en una conferencia de prensa los avances y preparativos para esta feria. Además, recalcó la importancia que tiene este evento en el sostenimiento de las obras de caridad que realiza la parroquia.

El autorNéstor Esaú Velásquez

Vaticano

El Papa Francisco dibuja el camino evangélico en Hungría

Durante su segundo día en Hungría, el Papa Francisco ha visitado a pobres y enfermos, se ha reunido con los jóvenes, con la comunidad greco-católica y con el metropolita ortodoxo de Budapest y Hungría.

Federico Piana·29 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco comenzó esta mañana temprano la segunda jornada de su viaje apostólico a Hungría. Poco antes de las 9 de la mañana, realizó una visita al centro católico dedicado al beato László Batthyány-Strattmann, que incluye un instituto para ciegos y un hogar en el que se alojan niños con discapacidad visual y con necesidades educativas especiales.

Tras entrar en algunas de las habitaciones que albergan a los pequeños, algunos de ellos gravemente enfermos, el Santo Padre quiso expresar su gratitud por todo lo que realiza este instituto, gracias a la generosidad de sus trabajadores. «Esto es puro Evangelio. Jesús vino a tomar la realidad tal como era y a llevarla adelante. Hubiera sido más fácil tomar ideas, ideologías y llevarlas adelante sin tener en cuenta la realidad. Este es el camino evangélico, este es el camino de Jesús», dijo el Papa, dirigiéndose al director del centro, el padre György Inotay, cogidos del brazo.

Abrazar a los pobres y a los refugiados

Después, fue en la iglesia de Santa Isabel de Hungría donde el Pontífice abrazó idealmente a todos los refugiados y pobres del país. La parroquia estaba abarrotada por 600 personas procedentes de todo el país y refugiados de diferentes partes del mundo como Pakistán, Afganistán, Irak, Irán y Nigeria.

El Papa Francisco se emocionó al escuchar los testimonios de una familia de refugiados de Ucrania, de la madre de una familia greco-católica y de un matrimonio que dedica su vida a acoger y apoyar a los más necesitados. En su discurso, el Santo Padre recordó que «la caridad no es simplemente asistencia material y social, sino que se preocupa de toda la persona y desea ponerla de pie con el amor de Jesús: un amor que ayuda a adquirir belleza y dignidad».

El Papa con la comunidad greco-católica

A pocos pasos de la iglesia de Santa Isabel de Hungría se encuentra la parroquia dedicada a la protección de la Madre de Dios. Y fue aquí donde, inmediatamente después de su abrazo a los pobres y refugiados, el Papa Francisco se reunió con la comunidad greco-católica de Budapest.

El arzobispo metropolitano de Hajdudorog, monseñor Péter Fülöp Kocsis, dio la bienvenida al Pontífice en lo que resultó ser una breve visita en la que no hubo discurso del Papa. En su discurso de bienvenida, el arzobispo quiso destacar cómo la proximidad de las dos iglesias, una de rito latino y otra de rito bizantino, representan «la imagen poética y teológica de los dos pulmones, el de Oriente y el de Occidente, con los que respira la Iglesia de Cristo, dando vida al Cuerpo Místico».

El Papa a los jóvenes: apuntad alto, Jesús cree en vosotros

Tomad en vuestras manos «vuestra vida para ayudar al mundo a vivir en paz. Preguntémonos, cada uno de nosotros: ¿qué hago por los demás, por la Iglesia, por la sociedad? ¿Vivo pensando en mi propio bien o me juego por alguien, sin calcular mis propios intereses? «.

A los miles de jóvenes húngaros reunidos esta tarde en el László Papp Budapest Sports Arena -el último encuentro público de hoy antes del encuentro privado de esta tarde con los miembros de la Compañía de Jesús- el Papa les ha dirigido estas profundas preguntas, sugiriéndoles que empiecen a interrogarse sobre la capacidad de amar según Jesús, es decir, de servir. Tras escuchar los testimonios de los jóvenes, Francisco les exhortó también a superar todo obstáculo poniéndose en estrecha relación con el Señor: «La oración -dijo el Papa- ayuda a hacerlo, porque es diálogo con Jesús».

El Papa y el metropolita ortodoxo Hilarión

También se registró una audiencia no programada. Esta mañana, al término de la primera parte de los compromisos del día, en la nunciatura de Budapest el Papa recibió en privado al metropolita ortodoxo de Budapest y Hungría, Hilarión. La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó de que «la conversación fue cordial y duró unos 20 minutos».

El autorFederico Piana

 Periodista. Trabaja en Radio Vaticana y colabora con L'Osservatore Romano.

Vaticano

El Papa en Hungría: «Los pobres y los necesitados están en el corazón del Evangelio»

El Papa continúa su viaje a Hungría visitando a los niños del Instituto Beato László Batthyány-Strattmann y a los pobres y refugiados. Ha tenido también un breve encuentro con el Metropolita Hilarión, representante de la Iglesia ortodoxa rusa.

Loreto Rios·29 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Después de celebrar la misa en privado a primera hora de la mañana, el Papa ha visitado a los niños del Instituto Beato László Batthyány-Strattmann, donde ha llegado alrededor de las 8:45 h. El director, György Inotay, ha saludado en su discurso de bienvenida con la oración franciscana, agradeciendo al Pontífice su visita. Posteriormente, el Papa se ha encaminado a la Iglesia de Santa Isabel de Hungría para tener un encuentro con pobres y refugiados.

Encuentro con pobres y refugiados

Francisco ha sido recibido por el párroco y el presidente de Cáritas Hungría, monseñor Antal Spányi. «El obispo Ottokár Prohászka instó a la Iglesia húngara a comprometerse responsable y eficazmente con los necesitados ya a principios del siglo XX, y en 1931 se fundó Cáritas, que continuó su labor con gran vigor hasta 1950, año en que fue prohibida por el régimen comunista. Sin embargo, continuó trabajando casi clandestinamente en las parroquias hasta 1991, cuando Cáritas Hungría fue reinstaurada oficialmente», ha señalado Spányi en su discurso de bienvenida.

El encuentro ha contado con el testimonio de una familia grecocatólica, una familia de refugiados provenientes de Ucrania y un diácono y su mujer.

«El viaje duró varios días, estábamos muy cansados, pudimos llevar muy poco con nosotros. Cuando llegamos a Hungría, en un primer momento hubo gente buena que se preocupó de proporcionarnos alojamiento y nos dieron la ayuda que necesitábamos. Más tarde nos acogieron en el Centro Católico de Integración de Cáritas. Recibimos ayuda económica (…) que fue un salvavidas para mi familia en los primeros días de pobreza, y también nos dio ánimos y esperanza. Para nosotros y para nuestros hijos, Hungría fue el comienzo de una nueva vida, de una nueva posibilidad. Aquí nos acogieron y encontramos un nuevo hogar», ha explicado Oleg Yakovlev, padre de la familia ucraniana refugiada.

Discurso en la Iglesia de Santa Isabel de Hungría

A continuación, el Papa ha dado un discurso en el que ha agradecido la caridad de la iglesia húngara con los pobres. Ha indicado que «los pobres y los necesitados —no lo olvidemos nunca— están en el corazón del Evangelio: Jesús, en efecto, vino ‘a llevar la Buena Noticia a los pobres’ (Lc 4,18). Ellos, entonces, nos indican un desafío apasionante, para que la fe que profesamos no sea prisionera de un culto alejado de la vida y no se convierta en presa de una especie de ‘egoísmo espiritual’, es decir, de una espiritualidad que me construyo a la medida de mi tranquilidad interior y de mi satisfacción».

Para concluir, ha señalado que «cuando se empeñan en llevar el pan a los hambrientos, el Señor hace florecer la alegría y perfuma su existencia con el amor que dan. Les deseo que lleven siempre el perfume de la caridad a la Iglesia y a su país. Y les pido, por favor, que sigan rezando por mí».

Después de su discurso, el Papa ha hecho una visita a la comunidad grecocatólica de Budapest en la Iglesia Protección de la Madre de Dios.

Tras comer en la Nunciatura, ha tenido un encuentro cordial con el Metropolita Hilarión, representante de la Iglesia de Rusia.

Por la tarde, el Santo Padre se ha encontrado con los jóvenes en el Papp László Budapest Sports Arena.

Encuentro del Papa con los jóvenes en Budapest
Cultura

Samuel Sueiro: «Para Henri de Lubac hacer teología era anunciar la fe»

La Conferencia Episcopal Francesa ha abierto el proceso de beatificación de Henri de Lubac. Samuel Sueiro, doctor en Teología y coordinador del comité científico encargado de la edición en español de sus obras completas, nos habla del gran teólogo francés.

Loreto Rios·29 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

El pasado 31 de marzo, los obispos franceses votaron a favor de abrir la causa de beatificación del teólogo Henri de Lubac (1896-1991). Ediciones Encuentro está trabajando actualmente en la publicación en español de su obra completa.

¿Cómo comenzó a interesarse por Henri de Lubac?

A H. de Lubac lo he conocido, sobre todo, elaborando mi tesis doctoral. Me concentré en una de sus últimas obras, según él mismo confiesa, inacabada: La posteridad espiritual de Joaquín de Fiore. Pude sumergirme en sus archivos y conocer de cerca sus preocupaciones teológicas. Al final, fue como asomarme al conjunto de su pensamiento a través de una pequeña ventana.

De él me admira esa profunda unidad que se da en su biografía entre las ideas que desarrolla y la vocación que vive. O, por decirlo de otra forma, creo que es una verdadera suerte contar con un testimonio como el de Lubac: un gran conocedor de la tradición que, desde ella, nos ayuda a discernir en cada momento qué es lo que Dios pide y lo que Dios nos da, para la Iglesia y para el mundo.

Y desde el ámbito de la teología hay una frase suya que siempre ha resonado en mí de modo especial: «El verdadero teólogo —dice él— tiene el humilde orgullo de su título de creyente, por encima del cual no coloca nada». Para él hacer teología era anunciar la fe en diálogo con el mundo de hoy, y para ello asomarse a la gran tradición, discernir las cuestiones en juego, pero sobre todo ser creyente, abierto a acoger la vida que Dios nos ofrece.

Henri de Lubac es uno de los intelectuales más relevantes del siglo XX. ¿Qué retos se ha encontrado a la hora de traducirlo?

Había ya bastantes libros traducidos de Henri de Lubac en español. Desde hace bastantes años contamos con muchos de ellos. Pero sí es cierto que Ediciones Encuentro barajaba la posibilidad de hacer una traducción de la edición crítica de las Obras Completas de Henri de Lubac. Una colección emprendida en francés desde el año 1998 que apuesta por reeditar todo lo que Henri de Lubac había ido publicando, pero acompañado de estudios introductorios, notas, explicaciones, índices… El instrumental habitual de la edición crítica de un autor.

Ahora mismo la obra completa está planificada en 50 volúmenes, de los cuales está bastante avanzada la treintena. El proyecto editorial de Encuentro se centra sobre esa nueva edición. Hay un comité científico que avala la colección y que trabaja en los diversos volúmenes, de suerte que se va valorando cada caso: si en algunos títulos la traducción española de la que ya disponíamos es buena, se procura comprar los derechos o revisarla; de lo contrario, se encarga una nueva y se revisa, etc. En ese sentido, quizá sean esos los principales retos.

Hay un trabajo muy esforzado de relectura y de adaptación del aparato crítico, revisando cada referencia —siempre numerosísimas en el caso de un autor como H. de Lubac, fruto de una erudición impresionante—. En el fondo, se trata de ayudar al lector y al investigador hispanohablante. De ahí que sea un trabajo lento. En ese sentido, Ediciones Encuentro ha hecho una apuesta por uno de los grandes teólogos del siglo XX que supone una gran herencia para el XXI.

¿Cuáles de sus obras recomendaría al lector actual? ¿Podría mencionar una en concreto que haya tenido una relevancia especial para usted?

Como he dicho, el panorama de la obra completa suma medio centenar de títulos. Elegir uno entre cincuenta es francamente muy difícil. Aun así —como se trata de arriesgar—, yo me decantaría principalmente por dos. El primero es Catolicismo. Aspectos sociales del dogma. Es su primer gran libro y, para muchos, su gran obra programática, porque ahí se encuentran en germen las grandes intuiciones que Henri de Lubac irá desarrollando a medida que se vaya enfrentando a las diversas circunstancias por las que atraviese su biografía.

Acercarse a Catolicismo es redescubrir en los grandes veneros de la tradición patrística y medieval esas aguas frescas en las que sumergirse y de las que poder beber para seguir adelante. Es adentrarse en esa gran potencialidad que tiene la tradición cristiana, capaz de mostrar —como él dice— los aspectos sociales, que no son nada ficticios, sino que tejen una comunión con Dios y, por ello, con los demás, incesantemente fecunda. A título personal, el segundo libro que destacaría, además de Catolicismo, es su Meditación sobre la Iglesia. Fue concebida originalmente como una serie de conferencias para la formación del clero a finales de la década de 1940. El libro es enviado a imprenta en 1950, aunque por diversas circunstancias no saldrá publicado hasta tres años más tarde.

Si comparamos, por ejemplo, los capítulos, los temas y las expresiones que encontramos en Meditación sobre la Iglesia con la constitución dogmática Lumen gentium sobre la Iglesia descubrimos una asombrosa armonía. Entre un texto y otro hay más de una década de distancia y, sin embargo, ambos comparten intuiciones y planteamientos realmente similares. Porque nos sitúan ante una comprensión de la Iglesia que hoy en día nos puede sonar ya muy habitual —gracias a Dios—, pero que en la época implicaba un acercamiento novedoso y necesario, para comprender la Iglesia como misterio, como mediación, sacramento… También desde su propia vocación, desde la vocación de saberse una comunidad elegida por un Dios que quiere contar con nosotros, que no quiere ser un Dios sin nosotros.

San Juan XXIII nombró a Lubac miembro de la Comisión preparatoria del Concilio Vaticano II. ¿Cuál es la relación del pensamiento de Lubac con el Concilio?

En verano de 1960, medio de pasada, se entera Lubac de que ha sido nombrado por Juan XXIII como perito asesor de la Comisión preparatoria del Concilio. Su labor es muy difícil de precisar si queremos buscarla en un texto o un pasaje concreto, pero los estudiosos que han analizado esta cuestión sí que han percibido primero una gran sintonía entre las principales intuiciones lubacianas y muchas de las ideas conciliares. Lubac tuvo que trabajar no sólo en la preparación, sino que después Juan XXIII lo nombró asesor del Concilio. Una vez empezado, pertenece a la comisión asesora del Concilio y le toca trabajar en muchos textos.

Por ceñirme a las cuatro grandes constituciones, es fácil percibir su sintonía con el texto de Lumen gentium —como acabo de señalar—, no digamos con Dei Verbum —cuyo comentario es uno de los más valiosos a este texto—, la postura de la Iglesia ante el mundo moderno reflejada en el famoso Esquema XIII —que daría lugar a Gaudium et spes— recoge no pocas de sus preocupaciones teológicas… incluso algunos grandes expertos como J. A. Jungmann, que trabajó en la primera constitución aprobada —Sacrosanctum Concilium—, reconocen la impronta lubaciana en la relación teológica entre la eucaristía y la Iglesia.

Pero también en otros documentos podemos encontrar esa sintonía fundamental entre su teología y el magisterio conciliar: el ateísmo o el diálogo con otras religiones son temas donde la convergencia es total. Por decirlo con una expresión muy elocuente de Joseph Ratzinger, a su juicio quizá H. de Lubac haya sido el teólogo más influyente en la «mentalidad» de los padres conciliares. No era el teólogo de moda, de los que más declaraciones concedían a la prensa y, sin embargo, en la mentalidad que discernía dentro del aula cómo proponer la fe a la altura del tiempo, la influencia de Henri de Lubac fue ciertamente decisiva.

No hay que olvidar que Lubac por edad pasaba de sesenta y cinco años cuando comienza el Concilio y contaba tras de sí con una obra madura. El propio Pablo VI, por ejemplo, se había confesado un gran lector de Henri de Lubac antes de ser Papa. Nunca disimuló su admiración por el testimonio lubaciano. Incluso siendo Papa no le faltaron ocasiones para mencionarlo expresamente. Honestamente creo que, sin el esfuerzo teológico de personas como Henri de Lubac y otros de su generación, no hubiera sido posible contar con una obra tan fecunda como la del Concilio Vaticano II.

Fue amigo de Ratzinger y de san Juan Pablo II. ¿Qué puede comentarnos de esta amistad, tanto a nivel intelectual como personal?

En la elaboración de algunos documentos conciliares, creo que sobre todo con motivo del famoso Esquema XIII, H. de Lubac compartió bastantes sesiones de trabajo con el entonces arzobispo de Cracovia —Karol Wojtyła— y desde ahí se fraguó una rica amistad. Desde aquella época el propio Wojtyła le pidió algunos prólogos a sus libros, y fue un gran impulsor de la traducción de las obras de Lubac al polaco. La relación se fue tejiendo sobre todo en el Concilio.

Cuando mucho años más tarde, en 1983, lo crea cardenal, hay una anécdota pintoresca, que se recoge en el segundo volumen de las Obras publicadas por Encuentro —Paradoja y misterio de la Iglesia—, una anécdota —como digo— de una conversación en torno a la mesa entre Juan Pablo II y Henri de Lubac reconociendo la labor de uno y otro en los textos conciliares. Ciertamente había una amistad teológica, por decirlo así. Eran buenos conocedores de su propio pensamiento y hay una influencia mutua. De su relación con Ratzinger ya he mencionado su elocuente convicción sobre su influencia en la mentalidad de los padres conciliares.

Pero el propio Ratzinger ha confesado en varias ocasiones cómo el libro Catolicismo marcó para él un hito en su elaboración teológica, ya desde sus tiempos de estudiante de teología: el ver que había una forma de pensar la fe que volvía a la gran tradición y que no se enredaba en cuestiones tan áridas a veces por estar desvinculadas de la vertiente más espiritual de la fe… Después del Concilio, formando parte de la Comisión Teológica Internacional y de otros círculos como la revista Communio, por ejemplo, Ratzinger siempre confesó su admiración y su deuda con el pensamiento lubaciano.

¿En qué situación se encuentra su proceso de beatificación y qué pasos hay que esperar ahora?

Ante todo, creo que hay que acogerlo como una buena noticia. Es quizá el único teólogo contemporáneo reciente camino de los altares. Es una labor que había sido iniciada desde hace ya unos años, sobre todo por el entonces arzobispo de Lyon, el cardenal Philippe Barbarin, quien siendo él mismo seminarista en París visitaba con frecuencia a Lubac y de su mano pudo sumergirse en su teología.

Como arzobispo de Lyon creía que emprender este discernimiento sobre la persona de H. de Lubac era una deuda de la diócesis misma, porque fue la gran ciudad en torno a la cual se desarrolló la docencia de Henri de Lubac y los primeros años de su elaboración teológica. Así se inició este proceso. Se fueron recopilando diversos testimonios de personas que conocieron a Henri de Lubac de cerca. Sé que entre ellos se recopiló el testimonio del ya Papa emérito Benedicto XVI y que fue uno de los más elocuentes, si cabe hablar así.

Para poder comenzar la causa, se ha contado con el visto bueno de la Conferencia Episcopal francesa, que hace cuestión de un mes poco más o menos dio luz verde para seguir adelante. De momento, se irá repasando su vida, tratando de detectar sus virtudes heroicas para ver si tanto en su doctrina como en su vida percibimos un camino patente de santidad. Esperemos que esto siga adelante. Sé que desde la Asociación Internacional Cardenal Henri de Lubac estamos trabajando no sólo por la difusión de su obra con rigor científico, sino también por sacar adelante esta buena noticia, como es la eventual beatificación de Henri de Lubac.

Familia

El valor de la paternidad

La sociedad occidental actual vive una crisis de identidad con respecto al significado y al rol paterno. Redescubrir la paternidad, su sentido y su complementariedad con la maternidad es clave para la recuperación del tejido social básico.

José Miguel Granados·29 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

La figura del varón-padre, en comunión y complementariedad con la mujer-madre, es verdaderamente grandiosa. Sin embargo, por diversas causas, en nuestra cultura se da una crisis de identidad con respecto al significado y al rol paterno. Así, por ejemplo, con frecuencia su autoridad es incomprendida o tergiversada.

Por eso, intentamos responder a la pregunta sobre el valor de la paternidad considerando sus dimensiones fundamentales. Pero comencemos con la consideración de una analogía significativa.

Proteger

“-Soy Aragorn, hijo de Arathorn, y si por la vida o por la muerte puedo salvaros, así lo haré”. Son palabras del heredero de la corona del reino de Góndor -dirigidas al “hobbit” Frodo, el modesto portador del anillo del poder oscuro que debe destruir, en una misión de importancia decisiva y casi imposible- en la famosa epopeya El Señor de los anillos, de J. R. R. Tolkien.

La noble tarea del gobernante consiste en salvaguardar con prudencia y fortaleza a sus súbditos, aunarlos, defenderlos de sus enemigos, alcanzar la paz, trabajar de forma desinteresada por la prosperidad de su pueblo, consolidar el territorio, garantizar el cumplimiento de las leyes justas, asegurar el ejercicio de los derechos y las libertades fundamentales, promover la iniciativa social y la solidaridad con los más necesitados… El gobernante que cumple estas funciones merece obediencia y respeto.

Por su parte, la misión del padre consiste en proteger, es decir, crear un hábitat seguro para los miembros de su familia. El padre diligente emplea todas sus fuerzas y capacidades para defender a los suyos: se empeña y arriesga para que puedan vivir y crecer en un hogar tranquilo, en un entorno confiado; les transmite la herencia de una existencia digna y provechosa. El padre manifiesta la responsabilidad hacia los de su estirpe: los considera como parte o prolongación de sí mismo, y se hace cargo de ellos. Con razón sentenciaba Sigmund Freud: “no puedo pensar en ninguna necesidad de la infancia tan fuerte como la necesidad de la protección de un padre”.

Dar vida

Ser padre significa unirse a la esposa para engendrar en el amor: supone ofrecer la semilla de sí mismo, asumir con estupor agradecido el milagro de cada vida humana y la fecundidad de la propia carne y sangre en la comunión conyugal.

El proceso de desarrollo humano conlleva el paso de la filiación a la esponsalidad y a la paternidad. Ser hijo significa reconocer el don recibido: aceptar con conciencia clara la existencia de alguien que me precede, de un padre y una madre buenos que me han transmitido el ser con amor generoso. La primera consecuencia es la gratitud gozosa, en forma de respeto y honra a quienes han originado la propia vida.

Comprometerse

Después de descubrir y asumir la propia identidad filial, se ha de avanzar en el desarrollo personal hasta alcanzar la esponsalidad. Ello implica el despliegue del don recibido mediante el esfuerzo en la propia maduración y crecimiento, para alcanzar la altura del gran don de humanidad recibida.

El hijo deja la infancia y crece: poco a poco se hace adulto y llega a ser capaz de compromisos, de donación y entrega. La dimensión esponsalicia le lleva a realizar promesas de modo deliberado: así establece lazos de alianza, se hace responsable de las personas, asume tareas directivas en la vida personal y comunitaria. Asimismo, entiende que ha de mantener la fidelidad a la palabra dada y la lealtad a las personas unidas a uno con vínculos justos. Señala con razón Fabrice Hadjadj que la paternidad “es una aventura: el riesgo de un futuro para el otro… pues el padre se esconde, empujando sus hijos hacia adelante”.

En cambio, la inmadurez supone la irresponsabilidad del que rechaza adquirir compromisos y no quiere vivir para los demás, sino que opta egoístamente por su propio interés o comodidad. Entonces, su existencia se frustra: se estanca en una fase individualista infantil, no alcanza la condición adulta, renuncia a crecer; traiciona su misión existencial de hacer de la propia vida un don; incumple su íntima vocación de transmitir la vida recibida, para cuidarla y acrecentarla; rompe algún eslabón de la cadena de la tradición familiar, renuncia a su propio cometido en la existencia, y daña a la comunidad. En este sentido, afirmaba el escritor Mario Francis Puzo: “un hombre que no sabe ser buen padre, no es un auténtico hombre”.

Guiar

Recuerda el Papa Francisco que “ser padre significa introducir al niño en la experiencia de la vida, en la realidad. No para retenerlo, no para encarcelarlo, no para poseerlo, sino para hacerlo capaz de elegir, de ser libre, de salir”.

En efecto, el padre -en colaboración con la madre- es quien realiza la primera inserción de las nuevas generaciones en el mundo social y laboral: educa en la importancia de participar en una comunidad como miembro activo; instruye también en las virtudes para la convivencia; testimonia la necesidad de resistir en las tribulaciones, de mantenerse con serenidad en el puesto asignado, cumpliendo las propias obligaciones al servicio de los demás. Y, en fin, todo padre terreno, por ser alguien falible, está llamado a mostrar -con su humilde y valiente ejemplo de superación- la importancia de sobreponerse a las propias limitaciones y errores, así como la gallardía de levantarse tras las caídas y fracasos.

En definitiva, el buen padre es pastor que guía a su familia: defiende, orienta, conduce, estimula, alimenta, sana, corrige, ofrece reposo y cuidados, lleva por el buen camino; es maestro de los verdaderos valores: enseña el bien moral; muestra con su vida cómo vivir en la verdad del amor; comunica la memoria de la tradición, la sabiduría de un pueblo y su cultura; ha de ser referente, modelo y conductor, señalando la senda y el sentido de la vida: va por delante, con perseverancia, transmitiendo coraje y esperanza. Realmente, se trata una encomienda sublime: como afirmaba G. K. Chesterton, “Dios escoge hombres ordinarios como padres para realizar su plan extraordinario”.

Reflejar

En definitiva, la presencia adecuada del padre une, alivia, reconforta, equilibra, bendice. De este modo, lleva hacia la meta, pone en contacto con las raíces y el fin de la vida, con el Dios trascendente, fuente de toda dádiva.

Decía C. S. Lewis que el famoso escritor cristiano George MacDonald “aprendió en primer lugar de su propio padre que la Paternidad tiene que estar en el corazón del universo”. Pues todo padre está llamado a ser, en último término, participación, destello y reflejo del mismo Dios Padre, “de quien toma nombre toda paternidad en el cielo y en la tierra” (Ef 3,15).

Vaticano

El Papa Francisco en Hungría: «Cristo guía la historia»

Durante el viaje apostólico a Hungría, el Papa Francisco ha pronunciado un discurso en su encuentro con los obispos, sacerdotes, seminaristas, consagrados y encargados de pastoral.  

Paloma López Campos·28 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Como parte del viaje apostólico a Hungría, el Papa Francisco se ha reunido con sacerdotes, seminaristas, obispos y personas consagradas. Durante su discurso ha querido recordar a todos una de las exigencias más importantes: “interpretar los cambios y las transformaciones de nuestro tiempo, tratando de afrontar los desafíos pastorales de la mejor manera posible”. Algo que, afirmó Francisco, “sólo es posible mirando a Cristo como nuestro futuro”.

Si olvidamos que Jesús es el futuro y que nuestra vida está en sus manos, “buscaremos medios e instrumentos humanos para defendernos del mundo, encerrándonos en nuestros confortables y tranquilos oasis religiosos; o, por el contrario, nos adaptaremos a los vientos cambiantes de la mundanidad y, entonces, nuestro cristianismo perderá vigor y dejaremos de ser sal de la tierra”.

La interpretación de la historia

Por tanto, el Santo Padre animó a evitar dos tentaciones en la interpretación de la historia: por un lado, la lectura catastrofista, “que se alimenta del derrotismo de quienes repiten que todo está perdido, que ya no existen los valores del pasado, que no sabemos dónde iremos a parar”; y por otro, la interpretación ingenua que se oculta en el conformismo. La solución pasa por “acoger como una planta fecunda el tiempo en que vivimos, con sus cambios y sus desafíos, porque a través de todo esto el Señor se acerca. Y mientras tanto, estamos llamados a cultivar la época que nos ha tocado, a leerla, a sembrar el Evangelio, a podar las ramas secas del mal, a dar fruto. estamos llamados a una acogida profética”.

Reconocer la presencia de Dios

Francisco definió esa acogida como el reconocimiento de “los signos de la presencia de Dios en la realidad, incluso allí donde no aparece explícitamente marcada por el espíritu cristiano y nos sale al encuentro con ese carácter que nos provoca y nos interpela”. Al mismo tiempo, es la capacidad de verlo todo a través de las lentes del Evangelio.

Frente al secularismo imperante de hoy, “la tentación puede ser la de volverse rígidos, encerrarse y adoptar una actitud de combatientes. Pero tales realidades pueden representar oportunidades para nosotros los cristianos, porque estimulan la fe y la profundización de algunos temas”.

Apertura al diálogo

La situación actual, señaló el Papa, exige que los cristianos nos abramos al diálogo, lo cual tampoco es fácil, en parte también por la sobrecarga de trabajo que sufren muchos sacerdotes.

Por ello, “es necesario comenzar una reflexión eclesial —sinodal, que debemos hacer todos juntos— para actualizar la vida pastoral, sin conformarse con repetir el pasado y sin tener miedo a reconfigurar la parroquia en el territorio, sino haciendo de la evangelización una prioridad e iniciando una colaboración activa entre sacerdotes, catequistas, agentes de pastoral y profesores”.

Testimonio de comunión

Pero Francisco advirtió de que la buena pastoral solo es posible siguiendo el mandamiento del amor dado por Cristo. “Si estamos distanciados o divididos, si nos volvemos rígidos en nuestras posiciones y en los grupos, no damos fruto. Causa tristeza cuando nos dividimos porque, en vez de jugar en equipo, jugamos al juego del enemigo: obispos desconectados entre sí, sacerdotes en tensión con el obispo, sacerdotes mayores en conflicto con los más jóvenes, diocesanos con religiosos, presbíteros con laicos, latinos con griegos; nos polarizamos en temas que afectan a la vida de la Iglesia, pero también en aspectos políticos y sociales, atrincherándonos en posiciones ideológicas”.

Ante esto, el Santo Padre recordó que “la primera pastoral es el testimonio de comunión, porque Dios es comunión y está presente ahí donde hay caridad fraterna”.

La fe en Hungría

Para concluir, Francisco repitió que “Cristo es nuestro futuro, porque es Él quien guía la historia. De ello estaban firmemente convencidos vuestros confesores de la fe: tantos obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas martirizados durante la persecución atea; ellos testimonian la fe granítica de los húngaros”.

Invitó a los asistentes a ser acogedores y testigos del Evangelio, “pero sobre todo sean mujeres y hombres de oración, porque la historia y el futuro dependen de ello. Les doy las gracias por su fe y su fidelidad, por todo lo bueno que tienen y que hacen”.

Zoom

El mensaje del Papa en el libro de honor de Hungría

"Como peregrino y amigo  vengo a Hungría, país rico en historia y cultura; desde Budapest, ciudad de puentes y santos, pienso en toda Europa y rezo para que, unida y solidaria, sea también hoy casa de paz y profecía de acogida".

Maria José Atienza·28 de abril de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

El Papa afirma que es un error crear embriones probeta y luego eliminarlos

El Papa ha dirigido un mensaje a los participantes del Congreso "La Revolución Billings. 70 años después, del conocimiento de la fertilidad y la medicina personalizada" que reúne a cientos de personas en la Universidad del Sacro Cuore.

Maria José Atienza·28 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Siete décadas después de que los doctores John y Evelyn Billings diera a conocer su método natural de reconocimiento de la fertilidad, este método sigue siendo “oportuno y estimulante”. Son palabras del Papa Francisco en el mensaje que ha dirigido a los profesores de métodos naturales, médicos, psicólogos, estudiantes y otras personas que, durante los días 28 y 29 de abril, se han dado cita en Roma en un congreso.

Unas jornadas para continuar profundizando en temas médico-científicos, el valor del conocimiento, la realidad preocupante del descenso de la natalidad e infertilidad de la pareja, así como en propuestas y experiencias sobre formación y diálogo intercultural e interreligioso.

Actualidad del método Billings

En el mensaje que les ha dirigido, el Papa subraya que el método Billings “podría haber parecido anticuado y menos fiable en comparación con la pretendida inmediatez y seguridad de las intervenciones farmacológicas. Sin embargo, de hecho, su método ha seguido resultando oportuno y estimulante, ya que ha llevado a reflexionar seriamente sobre una serie de ámbitos esenciales. Entre ellos, la necesidad de educar en el valor del cuerpo humano, una visión integrada e integral de la sexualidad humana, la capacidad de apreciar la fecundidad del amor incluso cuando no es fértil, la construcción de una cultura que acoja la vida y las formas de afrontar el problema del colapso demográfico”.

El Papa ha puesto en valor “la inseparable conexión entre los significados unitivo y procreador del acto conyugal”, eje central de la encíclica Humanae vitae y ha afirmado que “cuando estos dos significados se afirman conscientemente, la generosidad del amor nace y se fortalece en los corazones de los cónyuges, disponiéndolos a acoger una nueva vida. Sin esto, la experiencia de la sexualidad se empobrece, se reduce a sensaciones que pronto se vuelven autorreferenciales”.

No a las “formas alternativas” de tener un hijo

“El método Billings junto con otros similares, representa uno de los medios más adecuados para realizar responsablemente el deseo de ser padres” continúa el Papa en el mensaje en el que el pontífice añade que “aunque es apropiado legítimo deseo de concebir con los conocimientos científicos más avanzados y las tecnologías que pueden mejorar la fertilidad, es erróneo crear embriones de probeta y luego eliminarlos, comerciar con gametos y recurrir a la práctica de la maternidad subrogada”.

Valor pastoral del conocimiento de la fertilidad

El Papa ha alabado el trabajo del Centro de Estudios e Investigación para la Regulación Natural de la Fertilidad, presente desde 1976 en la Universidad Católica del Sacro Cuore, destacando el valor pastoral del conocimiento de la fertilidad y de los métodos naturales “ya que ayuda a las parejas a ser más conscientes de su vocación matrimonial y a dar testimonio de los valores evangélicos de la sexualidad humana”.

Además ha resaltado la necesidad de una verdadera educación en la sexualidad a los jóvenes y matrimonios «volviendo de nuevo al gran libro de la naturaleza, aprendiendo a respetar el valor del cuerpo y la generación de la vida, con vistas a auténticas experiencias de amor conyugal».

Vaticano

El Papa llega a Budapest, “lugar central de la historia”

El Papa Francisco ha comenzado su viaje apostólico a Hungría. Al llegar a Budapest, el Santo Padre ha calificado la capital como “lugar central de la historia”.

Paloma López Campos·28 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

El Papa Francisco partió el viernes 28 de abril por la mañana desde Roma. El destino del Pontífice estaba en Hungría, país en el que ha aterrizado tras un vuelo acompañado de muchos periodistas.

A las 11 de la mañana tuvo lugar la ceremonia de bienvenida, en la que hubo un encuentro con la presidenta de la república, Katalin Novák, y con el primer ministro, Viktor Orbán. Tras la ceremonia, el Papa se reunirá con miembros de la sociedad civil y del cuerpo diplomático y, más tarde, con sacerdotes, diáconos, personas consagradas, seminaristas y encargados de pastoral.

Durante el discurso pronunciado ante las autoridades, Francisco calificó Budapest como “un lugar central de la historia” y como una ciudad “llamada a ser protagonista del presente y del futuro”. Por ello, el Papa aprovechó su intervención para dar algunas ideas, tomando Budapest como “ciudad de historia, ciudad de puentes y ciudad de santos”.

Ciudad de historia

El Santo Padre consideró la capital húngara como una ciudad de historia debido a su antigüedad, si bien “su esplendor nos lleva a la modernidad, cuando fue capital del Imperio austro-húngaro”.

A pesar de todo, su historia conoce de eventos dolorosos, “no sólo invasiones de tiempos lejanos sino, en el siglo pasado, violencia y opresión provocadas por las dictaduras nacista y comunista, ¿cómo olvidar el año 1956? Y, durante la segunda guerra mundial, la deportación de cientos de miles de habitantes, con el resto de la población de origen judío encerrada en el gueto y sometida a numerosas atrocidades”.

Sin embargo, ante estos eventos hubo personas valientes, como el Nuncio Angelo Rotta, a quien Francisco mencionó. Las diversas situaciones atravesadas por Budapest, hacen de ella “centro de un país que conoce el valor de la libertad y que, después de haber pagado un alto precio a las dictaduras, lleva en sí la misión de custodiar el tesoro de la democracia y el sueño de la paz”.

Política comunitaria

Para realizar un paralelismo con la historia europea, el Papa recordó a los presentes la fundación de Budapest, hace 150 años, “con la unión de tres ciudades: Buda y Óbuda, al oeste del Danubio, y Pest, situada en la costa contraria. El nacimiento de esta gran capital en el corazón del continente evoca el camino unitario emprendido por Europa, en la que Hungría encuentra el propio cauce vital”.

Estas manifestaciones de unidad, dijo Francisco, están desapareciendo actualmente. “La pasión por la política comunitaria y por la multilateralidad parece un bonito recuerdo del pasado; parece que asistiéramos al triste ocaso del sueño coral de paz, mientras los solistas de la guerra se imponen”.

El Pontífice avisó de que se está perdiendo la idea de comunidad entre las naciones, “parece incluso que la política a nivel internacional tuviera como efecto enardecer los ánimos más que resolver problemas, olvidando la madurez que alcanzó después de los horrores de la guerra y retrocediendo a una especie de infantilismo bélico”.

Europa, fundamental

Francisco animó a fomentar el espíritu de comunidad en Europa, “porque ella, gracias a su historia, representa la memoria de la humanidad y, por tanto, está llamada a desempeñar el rol que le corresponde: el de unir a los alejados, acoger a los pueblos en su seno y no dejar que nadie permanezca para siempre como enemigo”.

Ciudad de puentes

A continuación, el Papa habló de Budapest como una ciudad de puentes. “Vista desde lo alto, la perla del Danubio muestra su peculiaridad precisamente gracias a los puentes que unen sus partes, armonizando su configuración con la del gran río. Esta armonía con el ambiente me lleva a felicitar el cuidado ecológico que este país realiza con gran esfuerzo”.

Aprovechó el Santo Padre a distinguir entre unidad y uniformidad. De nuevo, volviendo a Europa, Francisco citó a uno de los padres fundadores de la Unión Europea que dijo: “Europa existirá y nada de lo que constituye la gloria y la felicidad de cada nación se podrá perder. Es precisamente en una sociedad más amplia, en una armonía más eficaz, que el individuo puede afirmarse”.

Por tanto, explicó el Papa, lo que se necesita es armonía, “un conjunto que no aplaste las partes y partes que se sientan bien integradas en el conjunto”. Francisco apuntó que él piensa “en una Europa que no sea rehén de las partes, volviéndose presa de populismos autorreferenciales, pero que tampoco se transforme en una realidad fluida, o gaseosa, en una especie de supranacionalismo abstracto, que no tiene en cuenta la vida de los pueblos”.

Ciudad de santos

El Papa también señaló Budapest como una ciudad de santos e hizo referencia al primer rey de Hungría, san Esteban. Esto implica que “la historia húngara nace marcada por la santidad, y no sólo de un rey, sino de toda una familia: su esposa, la beata Gisela, y su hijo san Emerico”.

Aquel primer monarca, con espíritu cristiano, escribió a su hijo: “Te recomiendo que seas amable no sólo con tu familia y parientes, o con los poderosos y adinerados, o con tu prójimo y tus habitantes, sino también con los extranjeros”. También le dejó otro consejo: “Sé manso a fin de no combatir nunca contra la verdad”.

Por ello, Francisco advirtió que el comportamiento del monarca armonizó la verdad con la mansedumbre. Su reinado “es una gran enseñanza de fe. Los valores cristianos no pueden ser testimoniados por medio de la rigidez y las cerrazones, porque la verdad de Cristo conlleva mansedumbre y amabilidad, en el espíritu de las Bienaventuranzas”.

El Papa mencionó asimismo a santa Isabel, “piedra preciosa del Evangelio”, que dedicó su vida a los enfermos y mandó construir un hospital para ellos.

Sana laicidad

El Santo Padre concluyó sus discurso a las autoridades dándoles las gracias “por la promoción de las obras caritativas y educativas inspiradas por dichos valores y en los que se empeña la estructura católica local, así como por el apoyo concreto a tantos cristianos que atraviesan dificultades en el mundo, especialmente en Siria y en el Líbano”.

Francisco aprovechó la ocasión para recordar que es importante la colaboración entre la Iglesia y el Estado, pero que para ser provechosa “necesita salvaguardar bien las oportunas distinciones”. Por ello, “hace bien una sana laicidad, que no decaiga en el laicismo generalizado, que se muestra alérgico a cualquier aspecto sacro para luego inmolarse en los altares de la ganancia”.

Por otro lado, el Papa hizo referencia a la acogida de refugiados, diciendo que “es un tema que debemos afrontar juntos, comunitariamente, porque en el contexto en que vivimos, las consecuencias, tarde o temprano, repercutirán sobre todos”.

El discurso finalizó agradeciendo la escucha de los presentes y mostrando la cercanía del Santo Padre con el pueblo húngaro: “Les agradezco por haber escuchado cuanto tenía la intención de compartirles, aseguro mi cercanía y mi oración a todos los húngaros con un recuerdo especial por aquellos que viven fuera de la patria y por cuantos he conocido durante mi vida y me han hecho tanto bien”.

Un viaje breve

El sábado 29, el Papa Francisco continuará su visita por el país. Por la mañana tendrá un encuentro con niños, y después irá a hablar con pobres y refugiados. También visitará a la comunidad grecolatina, se reunirá con jóvenes y estará, en un encuentro privado, con miembros de la Compañía de Jesús en la nunciatura.

El domingo, último día del viaje, el Santo Padre celebrará la Misa por la mañana, tras lo cual habrá un encuentro con universitarios y representantes culturales. A las 17:30, habrá una ceremonia de despedida tras la cual el Papa volverá a Roma.

Cultura

Los Sediarios pontificios, una peculiar figura al servicio del Papa

Los sediarios pontificios son un grupo de personas que tradicionalmente están al servicio del papa. Los sediarios, vestidos de gala, eran en tiempos los hombres a quienes se concedía el honor de llevar el trono del pontífice a hombros por las celebraciones litúrgicas.

Hernan Sergio Mora·28 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

A través de los siglos vieron guerras, invasiones, saqueos, destierros y mil vicisitudes, pero siempre al servicio del Papa: son los ‘Sediari’, una institución de laicos que viene de los Palafreneros Pontificios y que hoy son parte de lo que se llama la “Familia Pontificia”.

De los ‘Palafrenieri Pontifici’ a los ‘Sediari’

Los ‘Palafrenieri Pontifici’ datan del siglo X. Se ocupaban de la escudería del Papa, acompañando al Santo Padre mientras se dirigía en medio de un suntuoso cortejo a tomar posesión de su cátedra en San Juan de Letrán, (la actual catedral de Roma), cuando salía a alguna ceremonia pública, o simplemente, al desplazarse de un lugar a otro. Su nombre “Palafreneros” procede del hecho que acompañaban a Su Santidad tomando las riendas y freno del caballo que montaba el pontífice.

Los documentos históricos indican que la Archicofradía de los Palafreneros Pontificios se reunía en una capilla en la basílica de San Pedr. En 1565 el Papa Pío IV autorizó la construcción de una iglesia para ellos: Sant’Anna dei Palafrenieri, hoy accesible al público dentro de los muros de la Ciudad-Estado del Vaticano. La iglesia con planta elíptica fue encargada al arquitecto Giacomo Barozzi, llamado “il Vignola”

Los palafreneros obtuvieron importantes privilegios a lo largo de su historia, así el papa Julio II en 1507 instituyó el “Noble Colegio de los Palafreneros Pontificios», confirmado el 15 de abril de 1517 por el Papa León X, en el que ya figuran los Sediarios Pontificios, con quienes compartieron también la divisa.

sediarios
El Papa Juan Pablo I en la sillas gestatoria portada por sedieri ©CNS file photo

De hecho, los Sediarios -otro cuerpo conformado por gentilhombres- se relacionan cada vez más con los Palafreneros una vez que el Pontífice comienza a usar la silla gestatoria, que era cargada en hombros por diversos hombres. Tanto es así que en 1565 ambas instituciones se ocupaban oficialmente del traslado del Pontífice.

Tras los Pactos Lateranenses de 1929, el llamado ‘Concordato’ entre la Iglesia y el Estado italiano, y ante el desuso de los caballos, los Palafreneros confluyeron definitivamente en los Sediarios y la sede de su Archicofradía salió de las murallas vaticanas y se trasladó a la Iglesia de “Santa Caterina della Rotta”, a dos pasos de Palazzo Farnese.

No es necesario ir demasiado atrás en el tiempo para recordar que los Sediarios cargaban la silla gestatoria que llevaba al Santo Padre en las audiencias o eventos. Una costumbre que terminó en 1978, cuando san Juan Pablo II no la quiso usar, ni siquiera para la ceremonia de toma de posesión y, desde entonces, ha caído en desuso.

Los Sediarios en la actualidad

Augusto Pellegrini, Gentilhombre de su Santidad y ex decano de Sala de la Antecámara Pontificia, precisa para Omnes que “los Sediarios tienen un decano pero que no se llama ‘decano de los Sediarios’ sino Decano de Sala de la Antecámara Pontificia.

Hoy en día los ‘sediarios de numero’ son cuatro personas, que ayudan al Decano de la Sala de la Antecámara Pontificia -actualmente Roberto Stefanori- a recibir a quienes visitan al Santo Padre durante la semana en los encuentros que se realizan generalmente en la Biblioteca del Palacio Apostólico”.

“A ellos se suman -añade Pellegrini- los ‘sediarios de sobrenúmero’, que son convocados por el Decano cuando es necesaria una mayor participación de ellos”. (Por ejemplo en las audiencias de los miércoles). 

Sin la presencia de caballos o silla gestatoria, los sediarios continúan, hoy en día, con su labor al paso de los tiempos. Presididos por el Prefecto de la Casa Pontificia son personas de confianza del Papa, activos en el Vaticano para ayudar al Santo Padre en las audiencias y a quienes el Anuario Pontificio incluye como la parte laica de la familia pontificia.

El autorHernan Sergio Mora

Experiencias

Encontrarse con Cristo en Magdala

La organización Magdala organiza el primer encuentro de jóvenes en una peregrinación a Tierra Santa. Será un viaje de 10 días durante los que los participantes podrán visitar los lugares por los que Jesús caminó y en los que predicó.

Paloma López Campos·28 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Del 21 al 31 de julio un grupo de peregrinos recorrerá los lugares donde Cristo predicó. La iniciativa nace de la organización Magdala, que además de tener una tarea de preservación arqueológica de gran interés, quiere ser un punto de encuentro entre la historia judía y la cristiana.

El proyecto Magdala, impulsado por el Regnum Christi, cuenta con un centro de oración para los cristianos de todas las confesiones (“Duc in altum”), un instituto para el desarrollo de la dignidad humana y la renovación tanto espiritual como psicológica (“Instituto Magdalena”), un parque arqueológico, que incluye la sinagoga más antigua del mundo encontrada hasta ahora, y una casa de huéspedes. Todo ello está en un enclave único en las orillas del mar de Galilea, como es la antigua ciudad de Magdala, de donde se cree que era María Magdalena.

Este 2023, la organización Magdala ha decidido realizar una peregrinación que se repetirá anualmente, hasta 2033. El objetivo es preparar a los cristianos para el tercer milenio de la Resurrección de Jesús. Toda la información está disponible en la página web “Encounter Magdala”.

Itinerario del viaje

  • DÍA 1: El viernes 21 de julio los viajeros llegarán al aeropuerto de Tel Aviv. Después se trasladarán a un hotel en Galilea.
  • DÍA 2: El grupo podrá visitar el Monte Arbel, pasear en barco por el mar de Galilea e ir a Magdala. Será aquí donde asistirán a Misa con el sacerdote Juan Solana, quien inició el gran proyecto que es hoy la organización.
  • DÍA 3: Los peregrinos irán al Monte Tabor, a Nazaret (acudirán a Misa en la iglesia de la Anunciación), a la casa de María y de la Sagrada Familia, y a Caná.
  • DÍA 4: Los viajeros visitarán Cesarea de Filipo y los Altos del Golán, meditando sobre la conversión de san Pablo. Más tarde, volverán a Magdala para asistir a un evento musical con artistas internacionales como Ana Bolivar, Paola Pablo o David Filio.
  • DÍA 5: Los peregrinos irán a ver el último bastión de los cruzados en Tierra Santa y el Monte Carmelo. De nuevo, luego irán a Magdala para una adoración y alabanza cerca del mar de Galilea.
  • DÍA 6: Habrá una Caminata por la “Via Maris” en Galilea, visitarán el Monte de las Bienaventuranzas, el Primado de Pedro y Cafarnaúm.
  • DÍA 7: Los peregrinos irán a Jericó, renovarán las promesas bautismales en el río Jordán, visitarán el mar Muerto y harán una caminata por el desierto de Judea.
  • DÍA 8: Los grupos irán a Belén y asistirán a Misa en la iglesia de la Natividad. Después, empezarán a visitar Jerusalén, pasando por el monte Sión, la Tumba de David, el Cenáculo y el Museo de Israel, entre otros lugares.
  • DÍA 9: Los peregrinos continuarán visitando Jerusalén. Pasarán por la gruta de Getsemaní, por el Monte de los Olivos, por distintas iglesias, la Tumba de María, el Calvario y el Santo Sepulcro, además de muchos otros puntos de gran interés que están en la Ciudad Santa.
  • DÍA 10: El último día completo en Tierra Santa, los peregrinos podrán ir a la antigua Jaffa, hoy Tel Aviv, y a Cesarea Marítima, donde habrá una celebración de la Eucaristía.
  • DÍA 11: El 31 de julio el grupo dejará Tierra Santa.

Cuestiones prácticas

Todo el viaje tiene un precio que va desde los 1 300 dólares, en los que no se incluyen las tasas de los aeropuertos, los billetes de avión, ni los gastos personales. El grupo de peregrinos se dividirá en varios hoteles distintos y contarán con autobuses para el transporte.

Además, habrá guías en inglés y en español a lo largo de todo el recorrido. También habrá Misas diarias, además de las señaladas en el itinerario.

Próximamente…

¿Y si este año no puedo ir? No pasa nada, porque desde Magdala aseguran que el año que viene repetirán la experiencia. De hecho, ya tienen abierto el registro para recibir cualquier tipo de actualización de los “Encounter” de los próximos años.

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Cultura

Milagros Tejedor. Cuidar a los cuidadores

Arraigada en San Sebastián (España) desde hace décadas, Milagros Tejedor preside la Asociación para el Cuidado Familiar de Enfermos Dependientes (APCF), integrada por personas de diversas profesiones liberales, que al final de su vida laboral ayudan a la formación integral de los cuidadores. 

Francisco Otamendi·27 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La mano que mece la cuna en diversas poblaciones del mundo suele ser inmigrante. Y la que cuida a mayores y enfermos, también. Milagros Tejedor y algunas otras personas detectaron en la capital guipuzcoana, en el País Vasco, hace ya quince años, la necesidad de escuchar y ofrecer una formación personalizada a los cuidadores. De modo que pusieron en marcha la Asociación en pro del Cuidado Familiar de enfermos dependientes. 

“El cuidador lleva a cabo su trabajo muchas veces en solitario, lo cual supone un desgaste físico y psíquico”, explica Milagros Tejedor. “Además, todos, en algún momento de nuestra vida, nos convertimos en cuidadores ocasionales de nuestras familias, y en estas situaciones es muy útil saber que hay alguien que puede orientarnos en cómo y de qué manera podemos hacerlo de forma adecuada”.

Los seminarios de geriatría son preparados por los doctores Istúriz Marquina y Paisán Grisolía, que forman parte de la Junta directiva. “Son muy profesionales, para abarcar las necesidades que puedan tener nuestros mayores, y que sus cuidadores puedan atenderles en su domicilio con la ayuda y seguimiento de los servicios médicos correspondientes”, señala.

La Asociación realiza también “labores de escucha y atención personalizada de los cuidadores, y atendemos a su adaptación a nuestro entorno, para que en un tiempo más corto que largo, puedan conseguir la reagrupación familiar y la adaptación social”, añade la presidenta. Se trata de “un colectivo mayoritariamente formado por trabajadores latinoamericanos, que viven situaciones difíciles hasta su integración definitiva. Tenemos de muchos países, Centroamérica -Honduras, Nicaragua…-, también Bolivia, ahora están llegando muchos de Colombia, Perú, algunos africanos, y de Nepal, esto de hace tiempo”

Calidad profesional y valores

¿De dónde le llegó a esta mujer la inquietud por los demás? Buceamos un poco en su historia vital. Milagros Tejedor González estudió en las Jesuitinas y en la Escuela de Comercio de Valladolid, y se graduó como profesor mercantil. Además, recuerda que fue alumna del escritor Miguel Delibes.

En su familia se vivían las costumbres cristianas y estaba muy vinculada a la cofradía de la Virgen de las Angustias. Todos eran cofrades, y ella sigue siéndolo, también cuando se instaló con su familia en San Sebastián, por motivos de matrimonio y de trabajo. “Acudíamos cada año a participar en las silenciosas y magníficas procesiones de Semana Santa de Valladolid, para acercar a nuestros hijos a sus raíces, y atender y disfrutar de nuestros padres”, comenta. 

Milagros Tejedor, que tiene tres hijos y ocho nietos, y un marido médico inmunólogo, fue oficial de Juzgado por oposición, trabajó muchos años en Magistratura de Trabajo, pasando después a un Juzgado de lo Penal, donde pudo observar “la cara amarga de la vida”, lo que le hizo humanizarse más. 

“Nuestra tarea es un granito de arena”, afirma. Sin embargo, tras estos años de andadura, “numerosas familias de nuestro entorno se ponen en contacto con nosotros para solicitar nuestra ayuda, confiando en la calidad profesional y los valores adquiridos por los cuidadores que acuden a nuestra asociación. Durante un tiempo fuimos únicos y pioneros en esto, ahora también la Administración de Guipúzcoa imparte cursos de formación para los cuidadores”.

La Asociación organiza ciclos anuales de seminarios que se celebran desde hace quince años, seguidos de un mes de prácticas en residencias de mayores. En este contexto, puso en marcha en diciembre visitas a las residencias de mayores San Ignacio, Hermano Gárate y Zorroaga, en colaboración con el coro del colegio Eskibel.

El autorFrancisco Otamendi

Lecturas del domingo

Pastores buenos, ovejas sensatas. Domingo IV de Pascua (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del IV domingo de Pascua y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·27 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El domingo de hoy es conocido como el Domingo del Buen Pastor porque cada año el evangelio se toma de Juan, capítulo 10, en el que Jesús habla de sí mismo como el Buen Pastor. 

También se conoce como el Domingo de las Vocaciones porque en 1964 el Papa san Pablo VI estableció este día como una jornada especial para rezar por las vocaciones. 

La lógica es evidente y se encuentra en aquellas palabras del profeta Jeremías, cuando Dios dice: “Os daré pastores, según mi corazón, que os apacienten con ciencia y experiencia” (Jer 3, 15). Pidamos a Dios que nos conceda auténticos pastores de almas, que, a imitación de Cristo, estén dispuestos a dar la vida por las ovejas, atender a los débiles, buscar a los perdidos y guiar a todos a buenos pastos.

Israel en tiempos de Jesús era una sociedad profundamente agraria y las ovejas tenían mucha importancia. El rey davídico, el gobernante ungido de la línea de David, era visto como pastor de su rebaño. El propio David era un pastorcillo cuando fue ungido para ser rey: “Yo te tomé del pastizal, de andar tras el rebaño, para que fueras jefe de mi pueblo Israel” (2 Sam 7, 8). Y los israelitas podían ponerse muy tiernos con sus ovejas, como vemos en la parábola que Natán contó a David después del gran pecado de éste. El profeta habla de un pobre hombre que tenía una sola “cordera… La alimentaba y la criaba con él y con sus hijos. Ella comía de su pan, bebía de su copa y reposaba en su regazo; era para él como una hija” (2 Sam 12, 3).

Pero en el evangelio de hoy (Jn 10, 1-10), Jesús añade un matiz ligeramente distinto. No sólo es el Buen Pastor, como explicará, sino también la puerta del redil, la única forma legítima de entrar y salir de él. Si vemos el redil como la Iglesia, el lugar donde nos alimentamos y nos mantenemos a salvo de los lobos, entonces sólo entramos en él a través de Cristo. Así como Cristo entra en nosotros por la Eucaristía, nosotros entramos en él por el Bautismo. Pero Jesús nos anima a “entrar y salir” del redil, no para abandonar la Iglesia, sino en el sentido de salir de sus confines obvios -la parroquia, la vida hogareña de una familia cristiana- para ir al mundo a dar testimonio de nuestra fe. 

Guiados por Jesús, el Buen Pastor, salimos a dar testimonio, con su palabra en el corazón, pero volvemos al redil para ser restaurados, alimentados y renovados. Jesús nos habla aquí de la dinámica misma de la vida cristiana: necesitamos la parroquia y la vida doméstica, pero no debemos quedarnos encerrados en ellas, sino dar testimonio en nuestro trabajo y en nuestro tiempo libre. 

Por último, Jesús nos previene contra los falsos maestros, “el ladrón…, que no entra sino para robar y matar y hacer estragos”, que intentan acceder al redil de otra manera que no sea a través de Él. Con tales personas, seamos como las ovejas sensatas de las que habla Jesús: “a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños”.

La homilía sobre las lecturas del domingo IV de Pascua (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

Laicos y religiosos, miembros con derecho a voto en el próximo Sínodo

La Santa Sede ha hecho públicas hoy una serie de modificaciones en lo relativo a la composición de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.10 nuevos miembros pertenecientes a Institutos de vida consagrada y 70 miembros no Obispos, que representan a otros fieles del Pueblo de Dios (sacerdotes, personas consagradas, diáconos, fieles laicos) se sumarán a los miembros con derecho a voto.

Maria José Atienza·26 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos contará, por primera vez, con miembros no obispos con derecho a voto. Se trata de 10 miembros de órdenes religiosas (5 mujeres y 5 hombres) y otros 70 no obispos entre los que habrá sacerdotes, personas consagradas, diáconos, fieles laicos.

Junto con la incorporación de una nueva figura, los facilitadores, es decir, personas experimentadas cuya tarea consistirá en facilitar los trabajos en los distintos momentos de la Asamblea, constituyen la mayor novedad de la próxima Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos centrada en el tema de la sinodalidad.

La nota publicada por la Santa Sede señala que «la normativa vigente sigue remitiéndose a la Constitución Apostólica Episcopalis Communio con algunas modificaciones y novedades» y remite a la aprobación, hecha por el Papa Francisco de «la extensión participativa en la Asamblea sinodal a los ‘no obispos’ (sacerdotes, diáconos, consagrados y consagradas, laicos y laicas). Esta elección está en continuidad con la progresiva apropiación de la dimensión sinodal constitutiva de la Iglesia y la consiguiente comprensión de las instituciones a través de las cuales se ejerce».

Diez religiosos sustituyen a los «diez clérigos»

Los diez religiosos y religiosas que formarán parte de esta Asamblea sustituyen a los «diez clérigos pertenecientes a Institutos de vida consagrada, elegidos por las respectivas organizaciones que representan a los Superiores generales» que se preveían en anteriores sínodos.

Las religiosas serán elegidas por la Unión Internacional de Superioras Generales y los masculinos por la Unión de Superiores Generales, respectivamente.

Mujeres y jóvenes, elegidos por el Papa

Además, este Sínodo contará con otros 70 nuevos miembros que procederán de las Iglesias locales. Entre ellos se estima que haya presencia de sacerdotes, personas consagradas, diáconos, fieles laicos.

Aunque cada una de las Reuniones Internacionales de las Conferencias Episcopales y la Asamblea de Patriarcas de las Iglesias Orientales Católicas propondrá 20 nombres; los nuevos miembros serán elegidos por el Papa de la lista resultante de 140 personas. De entre ellas, se especifica «que el 50% de ellos sean mujeres y que se valore también la presencia de jóvenes». Tendrán derecho a voto, algo que no tenían antes y se ha pedido que se tenga en cuenta «no sólo su cultura general y prudencia, sino también sus conocimientos, tanto teóricos como prácticos, así como su participación en diversas capacidades en el proceso sinodal».

Por otra parte, indica la Santa Sede, «además de los 70 miembros no obispos mencionados anteriormente, cabe mencionar que también será posible contar con miembros no obispos entre los miembros de nombramiento pontificio».

La última novedad de esta Asamblea se refiere a «los representantes de los Dicasterios» que participarán y que «son los indicados por el Santo Padre».

La nota emanada de la Santa Sede ha recordado además que «todas las elecciones deben ser ratificadas por el Romano Pontífice», es decir, el Papa tiene que aprobar los nombres propuestos, obispos o no, para ser miembros de esta Asamblea.

Algunas conferencias episcopales, como la española, ya han anunciado que han hecho llegar a Roma su propuesta de obispos como padres sinodales.

Los nombres de los elegidos no serán dados a conocer hasta que su elección ha sido confirmada por el Papa.

Participantes sin derecho a voto

La Santa Sede ha recordado que, en la Asamblea «también participan otras personas que no tienen el título de miembro» es decir, «que no tienen derecho a voto».

Entre estos participantes sin derecho a voto se encuentran expertos y, por primera vez, facilitadores, es decir, personas experimentadas cuya tarea consistirá en facilitar los trabajos en los distintos momentos de la Asamblea así como «delegados fraternos, miembros de otras Iglesias y Comunidades Eclesiales», como han apuntado desde el Vaticano.

Un impulso a la especificidad episcopal

Según explica la Santa Sede, esta ampliación de la participación en la Asamblea «refuerza la solidez del proceso en su conjunto, incorporando en la Asamblea la memoria viva de la fase preparatoria, a través de la presencia de algunos de los que fueron sus protagonistas, restituyendo así la imagen de una Iglesia-Pueblo de Dios, fundada en la relación constitutiva entre sacerdocio común y sacerdocio ministerial, y dando visibilidad a la relación de circularidad entre la función profética del Pueblo de Dios y la función de discernimiento de los Pastores».

La entrada de miembros no obispos en la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos no sólo no diluye sino que «confirma» la especificidad episcopal de la Asamblea (los obispos siguen representando el 75% de los participantes) pero, al mismo tiempo, «no limita su composición».

España

Jesús Torres: «África me evangelizó»

El próximo domingo 30 de abril se celebra la Jornada de Vocaciones Nativas, con el lema “Ponte en camino, no esperes más”. Coincide con la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que este año tendrá el tema “Vocación: gracia y misión”.

Loreto Rios·26 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Hoy ha tenido lugar la presentación de la Jornada de Vocaciones Nativas en la sede de las Obras Misionales Pontificias. José María Calderón, director de OMP España, ha señalado la estrecha relación que existe entre esta jornada y la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, ya que como Iglesia universal hay que rezar por el surgimiento de las vocaciones a nivel nacional y universal. Del mismo modo, ha indicado que existe una tentación de rezar por que “haya misioneros”, pero que, aunque hubiese miles, habría que seguir rezando por que haya vocaciones en el territorio evangelizado. La presentación ha contado también con la participación de Jesús Torres, misionero en África.

Importancia de las vocaciones nativas

“Un misionero no deja de ser un extranjero”, ha señalado el director. “Tienen que surgir vocaciones propias que tomen el relevo de los misioneros para que la Iglesia se constituya con fortaleza (…) Sentir con la Iglesia quiere decir que la realidad de los cristianos en los demás lugares del mundo también me incumbe (…). Es una jornada para crecer en el sentido católico de la Iglesia, de preocupación de unos por otros”.

Jesús Torres, misionero en África

La presentación ha contado con la participación del padre Jesús Torres, sacerdote diocesano y misionero del Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME). Jesús ha vivido 26 años en Mozambique, y ha contado brevemente que desde muy joven supo que su vocación era ser misionero, pero sin dejar de ser sacerdote diocesano.

Tras ejercer durante 14 años como sacerdote rural en la diócesis de Segovia, fue como misionero a Mozambique. “Me encontré una Iglesia que me fascinó. Aquella intuición que yo tenía de lo que debía ser vivir el Evangelio la encontré en África”. Añade: “África me evangelizó (…). Me descubrió esa Iglesia en la que teníamos que caminar juntos”.

Torres llegó a Mozambique en el año 1985. Por aquel entonces, Mozambique contaba con unos 500 años de evangelización, y era una iglesia viva a nivel de comunidades cristianas. Pero, sin embargo, no había vocaciones nativas. Comprendió que esa Iglesia tenía que crecer. La diócesis de Beira, cuando él llegó, tenía solo cuatro sacerdotes mozambiqueños, contando con el obispo. Era un pueblo ya evangelizado, una iglesia de mozambiqueños, pero sin sacerdotes mozambiqueños.

Según narra este misionero, esta situación deriva de la época en que Mozambique era colonia portuguesa, ya que los evangelizadores de entonces consideraban que, siendo Mozambique territorio portugués, siempre podían enviar los sacerdotes que hiciesen falta. Posteriormente, san Pablo VI tuvo una intuición: “África tiene que ser evangelizada por los africanos”. Esto tuvo una importancia muy grande para África en general y produjo un renacimiento en la iglesia mozambiqueña, que comenzó a contar con obispos nativos.

«Los misioneros tenemos que saber retirarnos»

Jesús Torres ha señalado que “la primera evangelización es implantar la Iglesia, y para eso estamos los misioneros”. Pero, una vez implantada, faltaban vocaciones nativas. Se fundaron los primeros seminarios, pero tuvo lugar la revolución de Mozambique, que truncó aquel impulso. Justo cuando llegó al país, el obispo que había en ese momento había tomado la decisión de abrir los seminarios, ya que eran el único camino de crecimiento para la iglesia local. El obispo le pidió que le ayudase como profesor en el seminario de la diócesis de Beira.

Además de su labor pedagógica, se dedicaba a visitar también los poblados más alejados, donde encontró comunidades cristianas vivas, pero, de nuevo, sin sacerdotes propios. A raíz de esta labor, comenzaron a surgir las vocaciones nativas. “Los misioneros tenemos que saber retirarnos y que se implante esa iglesia local”, ha afirmado.

Desde 1993, Jesús fue rector del seminario, puesto que ocupó durante trece años. Indicó al obispo que en cuanto se ordenasen los primeros estudiantes, el puesto de rector tenía que ocuparlo un mozambiqueño.

«A los misioneros nos cuesta confiar»

En 2011 regresó a España para ejercer de sacerdote en su diócesis, aunque ha mantenido el contacto con sus antiguos alumnos de Mozambique. Este año ha visitado esas comunidades donde estuvo de misionero, y donde ejercen ahora sacerdotes mozambiqueños que fueron sus alumnos.

En las tres diócesis que hay en Mozambique hay unos 100 sacerdotes, y la mayoría de las parroquias están dirigidas por sacerdotes nativos. Ha habido, sin duda, un crecimiento, pero afirma, sin embargo, que actualmente se vive un ligero retroceso, porque “a los misioneros nos cuesta confiar que van a poder llevar adelante este crecimiento”.

Comenta que recientemente se han vuelto a nombrar obispos blancos y que dos seminarios están dirigidos por mozambiqueños, pero uno vuelve a estar llevado por extranjeros.

El misionero ha hecho un llamamiento a confiar: “El camino no es que vuelvan los misioneros. (…) Esa es la importancia de esta Jornada de las Vocaciones Nativas. Es el único camino de crecimiento, y ese crecimiento requiere una confianza”.

También ha señalado la importancia de la Obra de san Pedro Apóstol y de los donativos para que las misiones puedan salir adelante.

Vídeo de la presentación de la Jornada de Vocaciones Nativas, de OMP España
Vaticano

La vocación es una llamada al amor, recuerda el Papa

El 30 de abril se celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, instituida por san Pablo VI en 1964. Su objetivo, como señala el Papa Francisco, es “ayudar a los miembros del pueblo de Dios, personalmente y en comunidad, a responder a la llamada y a la misión que el Señor confía a cada uno en el mundo de hoy, con sus heridas y sus esperanzas, sus desafíos y sus conquistas”.

Paloma López Campos·26 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco ha publicado su mensaje para la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que se celebra el 30 de abril. Este año, el Pontífice propone reflexionar sobre la idea de que la vocación es gracia y misión, pues “es un don gratuito y, al mismo tiempo, es un compromiso a ponerse en camino, a salir, para llevar el Evangelio”.

El origen de toda vocación es el amor, “porque este es, desde siempre y para siempre, el sueño de Dios: que vivamos con Él en comunión de amor”. Francisco lo recuerda a través de las palabras de san Pablo, “en Cristo, Dios Padre «nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor. Él nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad» (Ef 1, 4-5)”.

Voluntad y libertad

Dice el Papa que esta llamada al amor, que se concreta para cada uno en una vocación, está “inscrita en lo más íntimo de nuestro ser y es portadora del secreto de la felicidad”. Pero también puede llegar de manera inesperada. Así lo cuenta el Pontífice: “Fue así para mí el 21 de septiembre de 1953 cuando, mientras iba a la fiesta anual del estudiante, sentí el impulso de entrar en la iglesia y confesarme. Ese día cambió mi vida y dejó una huella que perdura hasta hoy”. Si bien, cada uno recibe la llamada de una manera distinta, pues “la fantasía de Dios para llamarnos es infinita”.

Eso sí, de todos se espera respuesta. En esa armonía entre la voluntad de Dios y la libertad del hombre vive la vocación. Señala el Papa que “el don de la vocación es como una semilla divina que brota en el terreno de nuestra vida, nos abre a Dios y nos abre a los demás para compartir con ellos el tesoro encontrado”.

La vocación como misión

Cada vocación es también un envío al mundo. Dice Francisco que “no hay vocación sin misión. Y no hay felicidad y plena realización de uno mismo sin ofrecer a los demás la vida nueva que hemos encontrado. La llamada divina al amor es una experiencia que no se puede callar”.

De hecho, el Papa recuerda aquello que ya dijo en su Exhortación apostólica Evangelii Gaudium: “cada uno de nosotros, sin excluir a nadie, puede decir: «Yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en este mundo»”.

Es misión de cada cristiano ser testimonio vivo de la alegría de Cristo y su Iglesia. Esto “se traduce en obras de misericordia material y espiritual, en un estilo de vida abierto a todos y manso, capaz de cercanía, compasión y ternura, que va contracorriente respecto a la cultura del descarte y de la indiferencia”.

Sin voluntarismo, con Cristo

Sin embargo, el Papa avisa de que no podemos caer en el voluntarismo. Nuestro testimonio “no nace simplemente de nuestras capacidades, intenciones o proyectos, ni de nuestra voluntad, ni tampoco de nuestro esfuerzo por practicar las virtudes, sino de una profunda experiencia con Jesús”. Como ejemplo de una experiencia con Cristo, Francisco menciona la próxima Jornada Mundial de la Juventud, que tendrá lugar en agosto y se celebrará en Lisboa.

Pues no testigos de algo, sino “de Alguien, de una Vida”. Y por ello, estamos “marcados «a fuego por esa misión de iluminar, bendecir, vivificar, levantar, sanar, liberar» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 273)”.

Vocación personal, espíritu universal

El Papa ha querido recordar que “en la Iglesia, todos somos servidores y servidoras, según diversas vocaciones, carismas y ministerios”. No se puede desdeñar, por tanto, la misión de los laicos, “comprometidos a construir la familia como pequeña iglesia doméstica y a renovar los diversos ambientes de la sociedad con la levadura del Evangelio; en el testimonio de las consagradas y de los consagrados, entregados totalmente a Dios por los hermanos y hermanas como profecía del Reino de Dios; en los ministros ordenados (diáconos, presbíteros, obispos) puestos al servicio de la Palabra, de la oración y de la comunión del pueblo santo de Dios”.

La misión personal de cada uno debe verse también en el conjunto de la riqueza de la Iglesia. “En este sentido, la Iglesia es una sinfonía vocacional, con todas las vocaciones unidas y diversas, en armonía y a la vez en salida para irradiar en el mundo la vida nueva del Reino de Dios”. Para finalizar su mensaje, el Papa cita la oración compuesta por san Pablo VI para la primera Jornada Mundial de las Vocaciones:

«Jesús, divino Pastor de las almas, que llamaste a los Apóstoles para hacerlos pescadores de hombres, atrae a Ti también las almas ardientes y generosas de los jóvenes, para hacerlos tus seguidores y tus ministros; hazlos partícipes de tu sed de redención universal […], descúbreles los horizontes del mundo entero […]; para que, respondiendo a tu llamada, prolonguen aquí en la tierra tu misión, edifiquen tu Cuerpo místico, la Iglesia, y sean “sal de la tierra y luz del mundo” (Mt 5,13)».

Vaticano

El Papa habla de la oración y del monje armenio san Gregorio de Narek

En la duodécima catequesis sobre el celo apostólico, ciclo que comenzó en enero, el Papa ha hablado de la importancia de la intercesión, y ha señalado que la oración silenciosa e invisible de los monasterios es fundamental para la labor misionera de la Iglesia y para proclamar el Evangelio. 

Loreto Rios·26 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

En la Audiencia de esta mañana, el Papa ha continuado con el ciclo de catequesis sobre el celo apostólico. Ha comenzado con una cita del libro de Isaías: “Por los trabajos de su alma (mi Siervo) verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. Le daré una multitud como parte, y tendrá como despojo una muchedumbre. Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los pecadores, él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores” (Is 53, 11-12).

En las catequesis anteriores el Santo Padre habló de san Pablo y los mártires, y en este caso se ha centrado en el monacato, señalando que estos hermanos “renuncian a sí mismos y al mundo para imitar a Jesús en el camino de la pobreza, castidad y obediencia”.

¿Cómo se puede proclamar el Evangelio desde un monasterio?

El Papa ha indicado que nos puede surgir la pregunta de cómo se puede participar en proclamar el Evangelio desde los monasterios, e incluso que podemos llegar a pensar que sería mejor que estos hermanos emplearan sus energías en la misión activa. “Y, sin embargo, son el corazón palpitante del anuncio. Su oración es oxígeno para todos los miembros del Cuerpo de Cristo. Es la fuerza invisible que sostiene la misión. No es casualidad que la patrona de las misiones sea una monja”.

Santa Teresita de Jesús, patrona de las misiones

A continuación, el Papa ha hablado brevemente de Santa Teresita del Niño Jesús, y de cómo esta se dio cuenta de que lo que hace actuar a los miembros de la Iglesia es el amor, que encierra en sí todas las vocaciones. El Papa ha citado unas palabras de la santa y de cómo encontró su lugar en la Iglesia: “Mi vocación es el amor”.

San Gregorio de Narek

El Santo Padre ha destacado el poder de la oración de intercesión, que es la que sostiene la Iglesia. Para ejemplificarlo, ha usado la figura de san Gregorio de Narek, monje armenio que vivió en torno al año 1000 y que pasó la mayor parte de su vida en el monasterio de Narek. De san Gregorio de Narek, doctor de la Iglesia, conservamos un libro de oración y poesía que influyó enormemente en la literatura y espiritualidad armenia.

El pueblo armenio, aferrado a la Cruz de Cristo

El Papa ha indicado que el pueblo armenio ha estado “aferrado a la Cruz de Cristo a lo largo de la historia”, destacando la profunda tradición cristiana del pueblo armenio, el primero en abrazar el Evangelio. También ha señalado que san Gregorio de Narek nos enseña la “solidaridad universal”, ya que el que intercede carga con los sufrimientos y pecados de los hermanos, como indicaba la cita de Isaías que ha dado inicio a la audiencia.

El Papa ha comentado que los consagrados “son como una antena que recoge todo lo que sucede en el mundo y rezan. Son los grandes evangelizadores (…). Lo que anima la vida de estos consagrados es el amor. Su celo apostólico nos enseña a pedir misericordia para el mundo rezando por los que no rezan y no conocen a Dios”.

Llamada a la oración a todos los cristianos

El Papa ha animado a participar en esta responsabilidad cristiana de cooperar con la misión de la Iglesia de proclamar el Evangelio mediante la oración de intercesión. “Pidamos la gracia de sentirnos necesitados de Dios y aprender a orar intercediendo por todos. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide”, ha concluido, en el resumen de la catequesis en español. En los saludos también ha pedido que se continúe rezando por Ucrania.

Estados Unidos

Una misionera en la universidad, del campus al altar

Michelle Duppong murió en el 2015 con fama de santidad tras ayudar a muchos jóvenes en la universidad a encontrarse con Cristo. Ocho años después, comienza la investigación diocesana para que sea declarada santa comienza en Estados Unidos.

Paloma López Campos·26 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El 25 de diciembre de 2015 murió a causa de un cáncer una joven de 31 años con fama de santidad. Su nombre era Michelle Duppong y estuvo seis años acompañando a los jóvenes en la universidad a encontrarse con Cristo. Hace unos días, el obispo David Kagan, de la diócesis de Bismarck (Dakota del Norte) anunció la apertura del proceso para declararla santa.

Las gestiones comienzan con una investigación diocesana durante la que hay que recoger testimonios, escritos y otras evidencias. Toda esta información se presenta al Dicasterio para las Causas de los Santos, tratando de mostrar la santidad de la persona. Si se acepta el informe, Michelle Duppong pasará a ser “sierva de Dios”.

A partir de ahí, la causa continuará con los requisitos establecidos por el Dicasterio hasta que canonicen y nombren santa a la joven estadounidense.

Una misionera en el campus

Michelle Duppong nació en 1984 y se crió en Dakota del Norte. En 2006 se graduó en Horticultura. Mientras estaba en la universidad, conoció la actividad de FOCUS y, tras conseguir su título, siguió trabajando con esta organización como misionera en el campus universitario.

El desempeño de su labor fue ejemplar y en 2012 obtuvo el puesto de Directora de la formación en la fe para adultos de la diócesis de Bismarck. Sin embargo, dos años después le diagnosticaron un cáncer.

Llevó la enfermedad con paciencia y alegría, hasta que falleció el día de Navidad de 2015, con fama de santidad. Algunos testigos de su vida, como monseñor James Shea, presidente de la “University of Mary”, dicen de su vida que fue una “mujer radiante y alegre, con el corazón de una auténtica sierva”. Por su parte, el fundador de FOCUS, Curtis Martin, afirmó que “Michelle fue una misionera de la alegría”, que vivió su fe de manera excepcional en el día a día.

Evangelizar las universidades

FOCUS es un apostolado católico de misión que busca acercar a los universitarios a Cristo a través de actividades, de la amistad y de la formación, en definitiva, de una manera natural dentro del entorno universitario. En el curso académico 2021-2022, hubo aproximadamente 800 misioneros. Actualmente, se calcula que los FOCUS alumni son ya unos 40 000.

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Vaticano

Michelle Duppong, ejemplo para los jóvenes de hoy

Rome Reports·25 de abril de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

Michelle Duppong, que fuera misionera de la Fellowship of Catholic University Students, FOCUS falleció en 2015 debido a un cáncer. Ha sido declarada Sierva de Dios.

El 1 de noviembre de 2022, la diócesis de Bismarck en Dakota del Norte abrió su causa de canonización.


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Experiencias

Pablo Delgado de la Serna: «Una cruz abrazada pesa menos que una cruz arrastrada»

En redes, Pablo Delgado de la Serna es conocido como "Un trasplantado" y, aunque ese concepto define bien "su físico", sería más acertado que su nombre digital fuera "Una sonrisa". 

Maria José Atienza·25 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

Pablo, enfermo crónico desde los seis años, paciente trasplantado, en diálisis permanente y con una pierna amputada lleva en su cuerpo casi una cuarentena de operaciones y la pierna que aún queda no sabe cuánto durará. Sin embargo, si algo transmite es alegría por vivir y gratitud a Dios por cada día.

Una conversación con este profesor de la Universidad Francisco de Vitoria e investigador es algo parecido a una diálisis de corazón: llena de esperanza y «sangre limpia» a quienes entran en contacto con él.

Quizás por eso, no deja de sonreír, y junto a «un trasplantado» encuentras siempre, una sonrisa que acompaña a cada una de sus historias, ya sea las duras y llenas de dolor físico como las amables y divertidas que protagoniza Amelia, parte de su equipo SAP (Sara – Amelia – Pablo).

Te lo habrán preguntado mil veces, pero, ¿cómo vives tan contento, habiendo visto la muerte de cara muchas veces?

-Me levanto todos los días y desayuno con mi mujer y mi hija, llevo a la niña al colegio. Tengo tres pasiones: dar clase, curar en mi consulta y dar conferencias, las hago las tres y encima me pagan por eso. Como siempre con mi mujer o con mis padres.

Eso es la felicidad. Cosas simples.

La enfermedad te quita sueños, pero te obliga a vivir el día a día. He dejado un futuro irreal, soñado, a cambio de un presente que es real. No tiene sentido estar amargado por lo que no soy.

¿El día a día tiene momentos complicados?

-A poco de conocerla, Sara me dijo: “¿Qué tal te encuentras?”. Yo le respondí: “Mira, yo nunca me encuentro bien. Yo no sé lo que es un día sin dolor, sin cansancio”…

Al final es que no lo analizas. Aprovecho el tiempo que me encuentro mejor y descanso el tiempo que me encuentro peor. Porque además es que no va a ir a mejor, en caso de duda va a ir a peor. Yo creo que cuando tenemos un problema gordo, los pequeños desaparecen. Yo llevo peor las cosas pequeñas que las gordas. Me dicen: “Te tenemos que cortar una pierna”. Pues te centras, te quitas de tonterías y te dedicas a lo importante. Llevo peor un dolor de oído.

Desde los 16 años mi cuerpo no es autónomo. Lo normal es que si me muero ahora, Amelia no se acuerde mucho de mí. Eso sí me pesa. Pero tengo un libro, un blog, pienso que así podría llegar a saber quién fue su padre y cómo pensó. Y en el fondo pienso que las cosas van a llegar cuando tengan que llegar. Hay que exprimir el presente. Yo lo que hago es prepararme, espiritualmente, en conciencia.

Me encantaría morirme con 100 años y la cabeza bien, pero como no está en mi mano, lo vivo con paz. Lo que no hago es perder tiempo con lo que no está en mi mano.

-¿Piensas que lo llevarías igual sin fe?

-No, ni de broma. Yo no le vería sentido a mi vida sin fe. Si mi vida acaba el día que yo me muera, ¿qué necesidad tengo de vivir todo esto, que no es ni agradable ni cómodo? De hecho, el 99,9 % de la gente que me dice que lo lleva mal, no son católicos. Bueno, especifico, no son creyentes. Hace un poco hice un máster de acompañamiento y hay dos patas que un paciente necesita para recuperarse: espiritualidad y esperanza. La espiritualidad es fundamental.

Dices que no sabes lo que es un día sin sentir dolor. Aquel salmo, “Desde lo profundo grito a ti, Señor”, se te podría aplicar perfectamente. ¿Cómo se grita a Dios desde lo profundo?

-Bueno, es que desde hace años tengo la sensación de que firmé un cheque blanco y yo ya no pido, yo doy gracias. Hay un dicho que a mí me encanta: “Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes”.

Primero, mi enfermedad no me permite planificar muchas cosas. No teníamos planificada ni la Semana Santa, porque no sabíamos si iba a estar ingresado. Llevo un mes sin estar ingresado, ni en urgencias ni operado, y eso significa que me toca dentro de poco. Aprendes a vivir el día a día, que, al final, es lo más bonito.

El evangelio de nuestra boda fue el de “cada día tiene su afán”. Y a mí me parece precioso, porque dice: “¿De qué te preocupas, si los pajarillos del campo comen?”. Nos falta fe. En el fondo nos falta tener confianza. Lo que tenga que venir, vendrá. Y lo que tenga que venir, si tenemos de verdad a Dios con nosotros, vendrá acompañado de la gracia y la fuerza para sobrellevarlo.

Una de las cosas que dices es que a ti, a tus hermanos o a tus padres, la enfermedad «os tocó», pero Sara «la escogió». ¿Cómo le explicaste a Sara que iba a tener una vida de todo menos fácil?

-Bueno, Sara es muy lista, y no hizo falta explicárselo mucho. Yo le mentí, lo digo irónicamente, le mentí porque no sabía ni la mitad de las cosas que me vendrían después. Le dije, al poco de conocernos: “Oye, mi vida va a ser muy complicada, porque voy a perder un riñón y voy a tener que hacerme diálisis”. Punto. No contaba con que me cortaran una pierna, con un tumor, con nada.

Un día me dijo: “Mira, no sé si estaré a la altura, pero voy a estar ahí siempre”. Y pensé: “Jo, qué pasada”. Y luego, ella es muy fuerte, es muy práctica. El día que le toca, llora, y luego resurge, como el ave fénix. Es muy fácil tener una persona así al lado. Hay días que tiene que tirar ella del carro entero, porque yo no puedo.

Una persona que está enferma, ¿se puede sentir como una carga?

-El sentimiento de carga está ahí, y es un sentimiento muy duro. Es muy complicado. A mis padres les he robado mucha felicidad. Ellos lo hacen encantados, pero yo ahora que soy padre y a mi hija no le ha pasado nada, no quiero ni pensar lo que es que tu hija pierda un riñón, le corten una pierna… No quiero ni imaginármelo. A mis hermanos les he robado infancia… Y Sara ha sufrido muchísimas veces. No es fácil.

Los últimos dos años yo no me he ido de vacaciones con ellas, porque es tal jaleo llevando una diálisis, que al final es mejor que se vayan ellas dos y yo me quedo aquí. Con lo cual, ellas se van con el peso de que yo me quedo, etc. Esa es un poco la carga.

Nosotros no necesitamos grandes cosas para ser felices, simplemente estar los tres. El cuarto cumpleaños de Amelia, que fue en diciembre, le dijimos: “Amelia, dinos qué plan quieres hacer, que lo hacemos, el que quieras”. Dijo: “Estar los tres”. Eso es la vida.

El problema es que nos llenamos de unos fuegos de artificio y unas necesidades que nos hacen infelices, pero porque nosotros nos metemos en ese rollo. Yo no puedo ir a esquiar, pero no vivo pensando que hay que ir a esquiar. No me puedo ir en verano a no sé dónde, pues no vivo pensando en eso. Vivimos más tiempo pensando en lo que no podemos, o en lo que nos gustaría, que en lo que tenemos.

Si fuéramos conscientes de lo que tenemos y viviéramos anclados a eso, seríamos mucho más felices.

Cuando una persona es creyente, ¿se desespera? ¿Cómo se sale de esa desesperación?

-Yo es que no caigo en la desesperación, la verdad. A veces tengo incertidumbre, a veces tengo pesar… Y de hecho es una de las cosas buenas de tener fe, que no caigo en la desesperación.

Es que nos falta confianza. Si se supone que estamos pensados desde la eternidad, por algo estaremos viviendo lo que estamos viviendo. Yo me he dado cuenta de que la enfermedad me ayudó a tener una fe ciega.

Me ha costado llegar aquí mucho, no la he tenido toda la vida. De hecho, he tenido épocas de una fe muy fría, y de no entenderlo. De preguntarme: ¿Qué Dios bueno manda esto? Un día entendí que Dios no nos manda nada. Yo creo que la fe es un don, pero es un trabajo. Si nos gusta U2, nos sabemos todas las canciones de U2, si nos gusta el Madrid, todas las estadísticas, si nos gusta una persona, nos sabemos toda su vida. Tenemos una fe y no sabemos nada de Dios… A mí me impresionó, cuando iba a Kenia a tratar gente, que había musulmanes que se sabían perfectamente el Corán. Y he conocido judíos que se saben la Torá. Nosotros no tenemos ni idea de la Biblia. Y ya sé que no vale solo con sabérsela de memoria, luego hay que saber aplicarlo, pero saberlo de memoria ya es un paso para conocer. Al final lo que nos falta es confianza.

Y luego yo aprendí que una cruz abrazada pesa menos que arrastrada. Mi cruz no me la va a quitar nadie. Y Dios no me manda una cruz que no tenga fuerzas para llevar. Y si ya encima la amo… Amarla no en el sentido masoquista de “quiero más”, sino en el sentido de “solo puedo ser Pablo Delgado, y quiero ser Pablo Delgado”. Ese día, no digo que se convierta en liviana, pero pesa infinitamente menos.

¿Cómo le explicas tu sufrimiento a tu hija?

-Bueno, es que me enseña ella. Cuando llegué a casa del hospital con la pierna amputada, le dije: “Amelia, ¿qué te parece?”. Y le enseño la pierna y media. Me dice: “Papá, no está aquí, no está pupa”. Y se puso a aplaudir. Pensé: “Es que ese es el camino. Me han quitado el dolor”.

O un día, cuando me dicen que tengo el tumor, me dice Sara: “¿Se lo vas a contar a Amelia hoy?”. Y le dije: “Pues hoy no tengo fuerzas”. Luego, cuando estábamos jugando, me pregunta: “Papá, ¿estás malito?”. Le respondí: “Estoy malito todos los días, y hoy un poquito más, lo que estoy es cansado”. Y me dice: “Pues te quito la pierna”. Yo cuando estoy cansado y estresado me quito la pierna. Ella se había dado cuenta de que me pasaba algo y lo había relacionado con la salud. No sabía que tenía un tumor, obviamente, pero había entendido lo que me estaba pasando.

En enero tuve otra operación importante y, hablando con Amelia, de repente se me saltaron las lágrimas. Una de las opciones era salir mal, no salir, o salir sin piernas (sin la otra). Y Amelia, con cuatro años recién cumplidos, me agarró la mano, me miró a los ojos y dijo: “Papá, los padres no lloran. Miran al Cielo y rezan”. Yo me quedé…

Cuando se defiende la vida, ¿qué se está defendiendo?

-La gente no quiere enfermos porque no quiere verse enfermo. Al final es un miedo. Yo defiendo la vida con un 81 % de minusvalía, es decir, mi cuerpo no vale para nada en teoría, y soy absolutamente feliz, llevo una vida absolutamente plena y sobre todo absolutamente digna. Y para mí una muerte digna no es morirme antes, es poderme morir con mi mujer y mi hija al lado. Lo que pasa es que molesta. Y el Estado… No se quiere hablar del coste socioeconómico de la enfermedad. Yo soy muy caro a la Seguridad Social.

Conozco más gente amargada que tiene todo para ser feliz que gente enferma amargada. Porque en una situación así te desprendes de todo lo secundario. Que no es que lo secundario sea malo, pero a veces lo ponemos en un nivel de la escala de valores que nos amarga.

Cuanto más aprendes a desprenderte, más aprendes a ser feliz. Y la enfermedad te ayuda a eso.

Cultura

Pensar como una montaña ¿Por qué leer hoy a Aldo Leopold?

El pensamiento de Aldo Leopold, clásico del ecologismo contemporáneo, alimenta desde hace décadas la apremiante reflexión sobre el cuidado de la tierra. Pese a no ser citado en la encíclica Laudato si (2015) sus escritos señalan algunos conceptos, como el de “comunidad” o “ética de la tierra”, que enriquecen nuestra comprensión de la “casa común”.

Marta Revuelta y Jaime Nubiola·25 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El libro Un año en Sand County es la obra más emblemática de Aldo Leopold (1887-1948), publicada originalmente en 1949. En ella reúne sus impresiones -entre poéticas y filosóficas-, fruto de su observación de cada acontecimiento natural y de una vida profundamente contemplativa, reflexiva y volcada en la relación del ser humano con la comunidad que habita. 

Una obra fruto de una pasión

¿Por qué leer hoy a Aldo Leopold? En el momento actual en el que nos preguntamos por los efectos de nuestras acciones en el medioambiente y nos encontramos con respuestas confusas, pesimistas y a veces desgajadas de nuestra naturaleza, Aldo Leopold nos da una pista. Haciéndonos partícipes de su gran pasión, la vida al aire libre, nos ayuda a encontrar las respuestas en una relación, no en un enfrentamiento. Si formamos parte de una totalidad, la respuesta a la pregunta sobre la sostenibilidad es una ética, no una táctica. Y procede de la vida. 

Las reflexiones de Leopold nacen siempre de su vida. La primera parte del libro, titulada Un año en Sand County, está escrita en forma de cuaderno de memorias y relata magistralmente la vida cotidiana en “the Shack” (“la choza”), el nombre familiar del terreno en Wisconsin que Leopold compró en 1930, habilitado como refugio de vacaciones y fines de semana. Esta primera parte es de una gran belleza. Cualquier excusa —las huellas de una mofeta en la nieve, un tronco ardiendo en la chimenea, el cortejo de las aves en abril, la tala de un roble centenario muerto por un rayo— desencadena narraciones minuciosas en las que los protagonistas son animales, árboles, estrellas; y nosotros nos convertimos en privilegiados observadores de una historia que atrapa como una narración épica. 

Las descripciones se acompañan de reflexiones, que fluyen salpicadas de ironía, sin orden aparente, sobre la relación del ser humano y la tierra, el concepto de conservación, lo artificial y lo salvaje: “Dios nos lo da y Dios nos lo quita, pero no es lo único que hace. Cuando algún remoto antepasado nuestro inventó la pala, se convirtió en oferente: podía plantar un árbol. Y cuando inventó el hacha, se convirtió en sustractor: podía talarlo” (p. 134). 

Una vida comprometida con lo salvaje

Aldo Leopold está considerado uno de los pensadores más influyentes en el despertar del conservacionismo y el ambientalismo en los Estados Unidos, tanto en el mundo académico e intelectual como entre los activistas, y un precedente de la defensa de la sostenibilidad. En España, sin embargo, es una figura todavía poco conocida. La editorial Los Libros de la Catarata publicó en 2017 el libro titulado Una ética de la tierra, que recoge parte de los ensayos publicados en Un año en Sand County, con una interesante introducción de Jorge Riechmann.

En 1930 Leopold adquirió la granja abandonada que inspira su libro. Estas tierras, conocidas como “Sand County”, representan la materia de sus investigaciones. Se trataba de una zona a orillas del río Wisconsin devastada por incendios, talas masivas y sobreexplotación agrícola, que habían dado como resultado unos meandros arenosos donde Leopold y su familia fueron plantando robles y pinos para restablecer el paisaje original. En estas mismas tierras falleció de un infarto a los 61 años mientras colaboraba en la extinción de un incendio en una granja colindante. 

Con el título Apuntes de aquí y de allá, la segunda parte recoge seis ensayos que se corresponden con los lugares en los que Leopold vivió o a los que viajó. De todos esos viajes surgen reflexiones de una vida que le fue enseñando “gradual y a veces dolorosamente, que la acción colectiva está desestructurada” (p. 14).

Destaca entre estos episodios el de Pensando como una montaña, donde describe cómo el exterminio de los lobos acabó destruyendo la vegetación de las montañas: “He mirado a la cara de muchas montañas que se acaban de quedar sin lobos y he visto las laderas que dan al sur arrugarse como un laberinto de nuevos rastros de ciervo. He visto todos los arbustos y plantones comestibles ramoneados, primero hasta un anémico abandono y luego hasta la muerte. (…) Ahora sospecho que exactamente igual que una manada de ciervos vive aterrorizada por los lobos, también una montaña vive aterrorizada por los ciervos” (p. 226).

Comunidad y amor

En la tercera parte se encuentra su famoso ensayo La ética de la tierra que puede considerarse su gran legado intelectual. Hablar de ética de la tierra es hablar de la ética que amplía los límites de la comunidad para incluir suelos, aguas, plantas y animales, es decir: la tierra (p. 334).

Esta nueva ética se resume en una máxima, la más célebre, de Leopold: “Algo está bien cuando tiende a preservar la integridad, la estabilidad y la belleza de la comunidad biótica. Está mal cuando tiende a lo contrario” (p. 360). Aquí la ética y la estética se tocan. Así como en la ética clásica lo bueno está relacionado con lo que las cosas son, la belleza tiene que ver con cómo percibimos las cosas.

Por último, incluye Leopold un elemento que cierra admirablemente el círculo de sus razonamientos: el amor. “Para mí es inconcebible que una relación ética con la tierra pueda existir sin amor, respeto y admiración por esta, y sin una alta estima por sus valores”. A los ocho años de la encíclica Laudato si leer a Aldo Leopold es una magnífica manera de adentrarse más a fondo en el cuidado de la casa común, tal como nos pedía el papa Francisco.

El autorMarta Revuelta y Jaime Nubiola

Mundo

Hungría: próximo destino del Papa Francisco

Csaba Török, administrador parroquial de la catedral de Esztergom y responsable de las emisiones católicas en la televisión pública de Hungría ha mantenido un encuentro con periodistas acreditados en el Vaticano en el que ha señalado algunas de las claves del próximo viaje papal.

Antonino Piccione·24 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En vista del viaje apostólico de Su Santidad Francisco a Hungría (28-30 de abril), la Asociación ISCOM ha promovido un encuentro online al que asistieron más de 30 periodistas vaticanistas, en gran parte los mismos que viajarán con el Papa y seguirán su visita de tres días a Hungría. 

El encuentro se celebró el martes 18 de abril, con el don Csaba Török, administrador parroquial de la catedral de Esztergom y responsable de las emisiones católicas en la televisión pública de Hungría. 

En primer lugar, algunos apuntes históricos sobre la presencia de la Iglesia católica, cuyos primeros vestigios se remontan a la época romana (siglo IV), con los primeros asentamientos de población húngara en los Urales, un sistema montañoso en la frontera entre Europa y Asia.

El catolicismo en Hungría

A continuación, Török da por cierto que los primeros contactos del cristianismo con el pueblo magiar fueron prerrogativa de los pueblos orientales de rito armenio y griego. «Incluso hoy en día hay muchos católicos de rito griego, el encuentro con la Iglesia latina se produjo con la llegada de los húngaros a la cuenca de los Cárpatos en el siglo X».

Esteban, rey de Hungría, fue el principal artífice de la conversión de los magiares al cristianismo: emprendió la evangelización del país, que ya había iniciado en el siglo IX la Iglesia de Constantinopla, y consolidó la unidad nacional luchando contra el poder tribal. En su posición fronteriza, optó por Occidente antes que por Oriente, y por la independencia antes que por el vasallaje al imperio romano-germánico o bizantino.

Fundó numerosos monasterios, entre ellos el de San Martín de Pannonhalma, y a través del monje Anastasio y del obispo de Praga obtuvo del papa Silvestre II la corona con la que fue coronado «Rey Apostólico» en el año 1000.

La dualidad Este-Oeste, explica Török, sigue teniendo expresión hoy en día. «Dos movimientos políticos, digamos, uno más católico occidental, otro más nacionalista protestante oriental».

Tras repasar rápidamente los pasajes clave de la historia de Hungría (la invasión turca, el papel de los Habsburgo, el hundimiento del Reino en el siglo XX, el advenimiento del comunismo con la nacionalización de las escuelas eclesiásticas, la detención del cardenal József Mindszenty y la disolución de las órdenes religiosas), Török subrayó que los húngaros que se declaran católicos en la actualidad rondan el 40%, frente al 12% de protestantes.

Visitas papales a Hungría

Las primeras visitas de un Papa a Hungría fueron las de Juan Pablo II (16-20 de agosto de 1991, 6-7 de septiembre de 1996).

«La primera fue muy importante», dice Török, «por la entonces reciente caída del comunismo y por la significativa visita a Esztergom, el centro eclesiástico del país, más allá del encuentro en el estadio de Budapest con una multitud de fieles, entre ellos muchos jóvenes».  

El 12 de septiembre de 2021, el brevísimo paso del Papa Francisco por Budapest para el Congreso Eucarístico.

La Iglesia católica de Hungría se prepara ahora para acoger al Papa Francisco del 28 al 30 de abril. «La palabra central de esta visita es futuro y nuestro futuro es Cristo», aclara el padre Csaba Török. «El propio lema oficial es ‘Cristo es nuestro futuro’. No conozco los discursos que el Papa pronunciará en Budapest. La Iglesia de Hungría siente fuertemente los cambios sociales y culturales, el desvanecimiento de la religiosidad tradicional, y ahora esperamos un Mensaje para el futuro. ¿Cómo volver a empezar? ¿Cómo encontrar nuestro futuro? Cómo mostrar que Cristo y la fe son el camino para el futuro de nuestro país».

¿Posible presencia del patriarca Kirill?

En cuanto a la posibilidad de una presencia en Budapest del Patriarca Kirill o de su representante, el P. Török respondió que «ya en 1996, cuando el Papa Juan Pablo II llegó a Pannonhalma, había una cuestión abierta», a saber, si «aquella visita podría ser una oportunidad para un encuentro con el entonces Patriarca de Moscú Alexis II».

La Iglesia de Hungría», subraya el sacerdote, «siempre ha intentado servir de puente entre la Ortodoxia y la Iglesia católica latina. Incluso ahora hay cuestiones abiertas, dada la situación política», aunque de momento «no se habla de ello».

El sacerdote recuerda que en el Congreso Eucarístico Internacional de 2021 en Budapest, estuvieron presentes el Patriarca Ecuménico y representantes de las Iglesias ortodoxas, pero oficialmente no sabemos nada al respecto’.

Los temas de la visita de Francisco

La paz y el diálogo, entre los temas centrales de la visita.

En Budapest, el Papa mantendrá también encuentros institucionales con el Jefe del Estado, el Primer Ministro Viktor Orban, y con las autoridades y representantes de la sociedad civil y del cuerpo diplomático.

En este sentido, el padre Török recuerda que también en 2021, cuando el Papa visitó Budapest con motivo del Congreso Eucarístico Internacional, el primer ministro Victor Orban hizo al Santo Padre «un regalo muy especial», una antigua carta que se remonta a la invasión mongola tras la cual fue aniquilada la mitad de la población.

«Victor Orban entregó la carta del rey de entonces al Papa, a quien pidió ayuda para salvar y preservar el cristianismo en Hungría y en toda Europa. «Fue una señal. Victor Orban se presenta como protector del cristianismo y busca conscientemente una conexión con el Papa».

Otro tema de actualidad es la migración. «Muchos católicos trabajan en ONG e intentan ayudar». «Las instituciones caritativas de la Iglesia intentan encontrar la puerta pequeña si no se puede entrar por la grande, y en este contexto los servicios de la Orden de Malta y Cáritas han hecho mucho». 

El autorAntonino Piccione

Vaticano

El Santo Padre propone un breve examen de conciencia, y viajará a Hungría

El Papa Francisco ha alentado en el rezo del Regina Caeli del III Domingo de Pascua a realizar un breve examen de conciencia por la noche con Jesús, “desde hoy”, ha sugerido, y ha rogado una oración por “nuestros hermanos ucranianos”, por Sudán y por su próximo viaje apostólico a Hungría, que “será ocasión de volver a abrazar a una iglesia y a un pueblo muy queridos”, ha manifestado.

Francisco Otamendi·23 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En este tercer Domingo de Pascua, el Papa Francisco ha comentado en el rezo del Regina Caeli “el encuentro de Jesús Resucitado con los discípulos de Emaús”, que narra el Evangelio. Y para imitarles en ese “diálogo con Jesús” y en la petición de que “al atardecer Él se quede con nosotros”, “existe un buen modo para hacer esto. Consiste en dedicar un momento cada noche a un breve examen de conciencia. Se trata precisamente de releer mi jornada, abrir el corazón, llevarle las personas, las cosas que han sucedido, para aprender gradualmente a mirar las cosas con ojos diferentes, con los suyos, y no sólo con los nuestros”.

Ésta ha sido la propuesta del Santo Padre este domingo, ante alrededor de cuarenta mil romanos y peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro. La propuesta incluye un comienzo inmediato. “Podemos comenzar hoy”, ha señalado, “dedicando esta noche un momento de oración durante el que nos preguntamos: ¿Cómo ha sido mi jornada? ¿Qué ha sucedido? ¿Cómo fue la jornada? ¿Cuáles han sido sus perlas, quizá escondidas, por las que dar gracias? ¿Hubo un poco de amor en lo que hice? ¿Y cuáles son las tristezas, las dudas, los miedos, que he de llevar a Jesús? Para que me abra vidas nuevas, me conforte y me anime”.

Tras el rezo de la oración mariana del Regina caeli, que sustituye al Ángelus en este tiempo de Pascua, el Santo Padre comunicó que “desde el próximo viernes viajaré a Budapest, en Hungría, donde estaré tres días para completar el viaje que realicé en 2021 con ocasión del Congreso Eucarístico Internacional. Será una oportunidad para volver a abrazar a una Iglesia y a un pueblo muy queridos”.

“Será también un viaje al centro de Europa, sobre la que siguen soplando gélidos vientos de guerra, mientras que los desplazamientos de tantas personas ponen en el orden del día urgentes cuestiones humanitarias”, añadió el Papa. “Pero ahora deseo dirigirme con afecto a vosotros, hermanos y hermanas húngaros, a la espera de visitaros como peregrino, amigo y hermano de todos, y de saludar, entre otros, a vuestras autoridades, a los obispos, los sacerdotes, los consagrados, los jóvenes, los universitarios y los pobres. Sé que estáis preparando con mucho esfuerzo mi visita: os lo agradezco de corazón. Pido a todos que me acompañen con la oración en este viaje”.

“Y no nos olvidemos de nuestros hermanos ucranianos, aún afligidos por esta guerra”, y de rezar para que “cese la violencia en Sudán y se emprenda el camino del diálogo”. ha agregado. 

Cabe recordar que Omnes publicó en 2021 una amplia entrevista con el cardenal Péter Erdő, arzobispo de Esztergom-Budapest y Primado de Hungría, con motivo del viaje que efectivamente realizó el Papa Francisco en septiembre de ese año al país húngaro. Pueden ver aquí la segunda entrega

“Releer nuestra historia con Jesús”

Ántes del Regina caeli, como se ha señalado, el Santo Padre sintetizó la desolación de los discípulos de Emaús, tal como describe el Evangelio de la Misa de hoy domingo. “Se trata de dos discípulos que resignados ante la muerte del Maestro, el día de Pascua deciden abandonar Jerusalén y volver a casa. Mientras caminan tristes hablando de lo sucedido, Jesús se les acerca, pero ellos no lo reconocen. Él les pregunta por qué están tan tristes, y ellos exclaman: ‘¿Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días? Y le relatan toda la historia. Mientras caminan, Jesús les ayuda a releer los hechos de modo diverso, a la luz de la Palabra de Dios. Releer, es lo que Jesus hace con ellos”. 

El Papa Francisco se detuvo en este aspecto. “También para nosotros es importante, en efecto, releer nuestra historia, la historia de nuestra vida junto a Jesús, de nuestras jornadas, con las desilusiones y las esperanzas. También nosotros, como aquellos discípulos, podemos encontrarnos perdidos en medio de los acontecimientos. Solos y sin certezas, con muchas preguntas y preocupaciones”, 

“Otra luz para lo que parece fatigoso”

“El Evangelio de hoy nos invita a contarle todo a Jesús, con sinceridad, sin tener miedo de decir cosas equivocadas, sin avergonzarnos de lo que nos cuesta comprender”, sugirió el Santo Padre. “El Señor está contento cuando nos abrimos a Él. Sólo de este modo puede tomarnos de la mano, acompañarnos, y volver a hacer que arda nuestro corazón”.

También nosotros, como los discípulos de Emaús, añadió el Papa, “estamos llamados a dialogar con Jesús, para que al atardecer Él se quede con nosotros. Existe un buen modo para hacer esto. Y hoy quisiera proponérselo”. Es aquí cuando ha propuesto la realización del breve examen de conciencia diario cada noche, relatado al principio. 

A continuación, el Papa ha repasado algunos retos que nos pueden suceder con frecuencia, y a los que puede ayudar el rato del examen: “Así podremos revivir la experiencia de aquellos dos discípulos. Ante el amor de Cristo, incluso lo que parece fatigoso puede aparecer bajo otra luz. La cruz difícil de abrazar, la elección de perdonar una ofensa, una victoria no alcanzada, el cansancio del trabajo, la sinceridad que cuesta, las pruebas de la vida familiar, nos aparecerán bajo una luz nueva, la del Crucificado resucitado que sabe transforma cada caída en un paso adelante”. 

“Pero para hacer esto es importante quitar las defensas, dejar tiempo y espacio a Jesús, no esconderle nada, llevarle las miserias, dejarse herir por su verdad, permitir que el corazón vibre con el aliento de su palabra”, ha añadido. “Que María, Virgen sapiente, nos ayude a reconocer a Jesús, que camina con nosotros, y a releer ante Él cada dia de nuestra vida”, ha concluido.

Beatificación en París

Junto a la referencia a su viaje apostólico a Hungría, el Santo Padre recordó que “ayer, en París, fueron beatificados Enrique Planchat, sacerdote de la Congregación de San Vicente de Paúl; y Ladislao Radigue y tres compañeros sacerdotes de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y María. Pastores animados por el celo apostólico, están unidos en el testimonio de la fe hasta el martirio, que padecieron en París en 1871 durante la llamada Comuna de París. ¡Un aplauso para los nuevos beatos!”. 

Ayer se celebró la Jornada Mundial de la Tierra, en torno a la que el Papa ha pedido “que el compromiso de la creación vaya siempre unido a una efectiva solidaridad con los pobres”. El Pontífice ha recordado asimismo el 99 aniversario de la Universidad Católica del Sacro Cuore en Milán. “Deseo al mayor Ateneo católico italiano que afronte este desafío con el espíritu de los fundadores, en especial de la joven Armida Barelli, proclamada beata hace un año”, ha manifestado.

El autorFrancisco Otamendi

Estados Unidos

El Tribunal Supremo estadounidense defiende la píldora

El viernes 21 de abril, el Tribunal Supremo de Estados Unidos decidió sobre el uso de la píldora abortiva, en debate desde hace unas semanas. La Corte ha aprobado el uso del químico abortivo.

Paloma López Campos·23 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Hace unas semanas, dos sentencias contradictorias abrieron el debate sobre el uso de la mifepristona, un químico abortivo. En este escenario, la distribución de la píldora abortiva se puso en duda, y tras ir ascendiendo el caso en la pirámide jurisdiccional estadounidense, acabó en manos del Tribunal Supremo.

Esta Corte se convirtió en la encargada de decidir. Su sentencia podría haber prohibido el uso y distribución de la mifepristona, ganando así más terreno en el derecho a la vida que, desde hace ya unos años, la sociedad americana está pidiendo.

Sin embargo, el Tribunal Supremo ha bloqueado las sentencias de instancias inferiores que prohibían el uso del químico abortivo. Por tanto, el permiso para obtener la píldora abortiva sigue vigente en Estados Unidos.

Una decepción

La Conferencia Episcopal de los obispos estadounidenses publicó un comunicado para referirse a la decisión de la Corte, calificando la orden como una decepción, “tanto por las pérdidas de vidas inocentes de los no nacidos por el aborto químico, como por el peligro que estos abortos suponen para las mujeres”.

Sin embargo, los obispos no pierden la fe, pues afirman: “está en nuestra esperanza y en nuestras oraciones que la Corte derogue algún día las acciones ilícitas de la FDA”. Este organismo que mencionan es la Administración de Alimentos y Medicamentos en Estados Unidos, una agencia a la que se acusa de haberse excedido en sus competencias cuando aprobó el uso de la mifepristona hace ya muchos años.

Seguir defendiendo la vida

Para terminar su comunicado, los obispos recuerdan que “el aborto nunca es la respuesta a un embarazo difícil o no esperado, pues siempre termina con una vida y pone otra en peligro”. Por ello, afirman que seguirán defendiendo “políticas que pongan primero a las mujeres y a las familias, que busquen estar al servicio de las mujeres en situaciones de necesidad” y rezan para que algún día matar a los niños no nacidos sea impensable.

Al mismo tiempo, recuerdan que la compasión es necesaria en las situaciones difíciles, una compasión que no sea vacía y que esté dirigida tanto hacia las mujeres como hacia los niños.

Cultura

Identidad y escucha para volver a ser relevantes en la sociedad

300 comunicadores de la Iglesia se reunirán del 2 al 4 de mayo en un seminario en Roma organizado por la Universidad de la Santa Cruz.

Giovanni Tridente·23 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Por decimotercer año consecutivo, unos 300 comunicadores institucionales de decenas de diócesis de todo el mundo (directores de comunicación, portavoces de Conferencias Episcopales y obispos, académicos y periodistas) se reunirán en Roma del 2 al 4 de mayo en un seminario profesional dedicado al tema de la relevancia, la identidad y la escucha, es decir, cómo “comunicar el mensaje cristiano en la pluralidad de voces contemporáneas”.

La iniciativa está organizada por la Facultad de Comunicación Institucional de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz y es una de las puntas de lanza de su programa de formación, que se repite cada dos años desde la fundación del centro de estudios, hace 26 años.

La idea de dedicar la reflexión profesional de este año al contexto en el que vivimos, caracterizado por una multiplicidad de voces que tienen la oportunidad de expresarse libremente, nace de la conciencia de que, además de enriquecer las oportunidades de diálogo, esta dinámica a menudo produce también confusiones y tensiones que es necesario gestionar.

Ampliar el debate

“A la abundancia de información se suma una agenda pública en la que a menudo se imponen ciertos temas que, como agujeros negros, oscurecen por completo otros igualmente fundamentales para la persona y la sociedad, y en los que la Iglesia podría enriquecer la conversación”, explica el profesor José María La Porte, del comité organizador del Seminario.

En este contexto, por tanto, las oficinas de comunicación de la Iglesia tienen la difícil tarea de “ampliar el debate para no quedar atrapados en ideas preconcebidas” que a menudo impiden abordar los temas en toda su amplitud.

El discurso de apertura correrá a cargo de La Porte, profesor de Fundamentos de Comunicación Institucional en la Universidad de la Santa Cruz; su intervención servirá de marco a todo el seminario: “Renacer de la propia identidad en un contexto secularizado”.

Redescubrir la identidad

Es precisamente el redescubrimiento de la identidad lo que permite a los comunicadores reencontrar lo esencial de su mensaje y ser así fecundos en su misión de aportar una contribución de bien al mundo, al igual que los demás actores sociales.

El Seminario incluirá varias mesas redondas con profesionales centradas en temas como la capacidad de superar la polarización, de valorizar a sus empleados y voluntarios, y cómo asociar la propia identidad al servicio de comunicación que se presta.

También se dedicarán estudios de casos a la superación de crisis institucionales, la capacidad de escucha, las relaciones con los periodistas, la gestión de grandes eventos y la relevancia a través de los medios sociales.

Audiencia con el Papa Francisco

El miércoles 3 de mayo, los participantes en el Seminario se reunirán en la Plaza de San Pedro para asistir a una audiencia general con el Papa Francisco, e inmediatamente después se entrevistarán con los responsables del Dicasterio para la Comunicación.

Durante el Seminario también se dará espacio a la famosa serie cinematográfica estadounidense «The Chosen«, centrada en la vida de Jesús de Nazaret. Estará presente el productor ejecutivo y CEO Derral Eves, que explicará cómo comenzó esta «aventura», que encuentra su sustento a través del crowdfunding.

Retomar la iniciativa

También hay expectación por las conferencias de la profesora Gema Bellido (Universidad de la Santa Cruz) sobre la escucha de la «inteligencia contextual», entendida como la capacidad de identificar los temas y perspectivas que se están gestando en la sociedad y respecto a los cuales sería interesante hacer una aportación relevante.

En la misma línea, Jim Macnamara, de la Universidad Tecnológica, ofrecerá su visión sobre cómo afrontar el reto de ser «una organización que escucha».

Por último, Juan Manuel Mora, Director del Centro de Gobierno y Reputación de Universidades de la Universidad de Navarra y Vicerrector de Comunicación de la Universidad de la Santa Cruz, cerrará los trabajos con un informe sobre cómo «retomar la iniciativa para ser relevantes».

En definitiva, un sinfín de temas que vuelven a poner en el centro el deseo de comunicar y de servir con pasión a la Iglesia y al mundo.

El autorGiovanni Tridente

Libros

Una “opción Francisco” a los diez años de su pontificado

En esta recomendación de lectura, Andrés Cárdenas Matute nos habla del libro Opzione Francesco, de Armando Matteo, disponible por el momento solo en italiano en la Editorial San Pablo.

Andrés Cárdenas Matute·22 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 9 minutos

Opzione Francesco: per una nuova immaginazione del cristianesimo futuro

Autor: Armando Matteo
Páginas: 136
Editorial: San Pablo (italiano)
Año: 2023

Hablar de una “opción Francisco”, cuando se acaban de cumplir los diez años de este pontificado, trae a la mente la popular “opción benedictina”. Esta fue popularizada hace seis años con el famoso libro de Rod Dreher que lleva ese título (hay que decir que lo de “benedictina” no hace referencia al Papa Benedicto XVI, sino a la regla de san Benito).

Armando Matteo, profesor de teología en Roma, secretario del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, y que ha dedicado varios libros al estudio de la transmisión de la fe en los jóvenes, cree que el aniversario del pontificado puede ser un buen momento para retomar Evangelii Gaudium. Este primer documento de Francisco generó cierta ilusión por la evangelización, pero quizás fue una ilusión tan intensa como fugaz. Así que, para tenerlo más claro, ahora traza lo que a su juicio se podría considerar el itinerario de esa propuesta misionera del Papa.

El desafío de una nueva imaginación

Puede ser que estos diez años de tener al primer Papa hispanoamericano, primer Papa jesuita, y primer Papa hijo del Concilio Vaticano II nos hayan tomado un poco desprevenidos. Pero –piensa Matteo–, pasado ya este tiempo, quizá es “la ocasión propicia de un discernimiento concreto sobre lo que los creyentes estamos llamados a hacer en esta hora de la historia. No podemos estar simplemente mirando; postear o comentar, con mayor o menor benevolencia, lo que el Papa hace, dice, celebra. Es tiempo de escoger”. 

Matteo reconoce su deuda con Dreher –quien dejó el catolicismo para hacerse ortodoxo hace casi veinte años– en cuanto que este último ha despertado la consciencia sobre la necesidad de buscar una nueva imaginación para el cristianismo futuro. El hecho de que habitamos el mundo de una manera muy distinta a como lo habitaron dos o tres generaciones atrás –podemos pensar en las expectativas de vida, en la comunicación, la medicina, la información, el descanso, la capacidad de movimiento, las relaciones afectivas o, a un nivel más profundo, la comprensión de las relaciones fe-mundo o el valor de la intimidad– son los hechos que tanto Dreher como Matteo tienen sobre la mesa. Desde allí, sin embargo, surgen motivaciones diversas y se llega a conclusiones distintas.

Tiempo de escoger

La pregunta que tiene Matteo en mente –y que, a su juicio, es la que desafía a la imaginación cristiana– es: ¿por qué la iglesia en Occidente atraviesa una grave “crisis de natalidad”? Se trata de un invierno demográfico incluso más fuerte que el que afecta a los nacimientos naturales. ¿Por qué la Iglesia no parece capaz de dar a luz hombres y mujeres que encuentren en Cristo el horizonte de sus vidas?

Estas preguntas, lógicamente, se pueden alargar hacia las instituciones que viven dentro de la Iglesia. Este “tiempo de escoger” supone, en primer lugar, y siempre según el profesor italiano, un triple acto de honestidad. Primero, aceptar que vivimos un cambio definitivo de época, gestado desde hace unos cuantos siglos. Después, aceptar con serenidad que la civilización cristiana ha terminado. Y, finalmente, aceptar que es urgente un cambio de mentalidad pastoral que, efectivamente, pueda conectar a Jesús con las personas, dar forma a un anuncio que conecte los deseos del corazón del hombre contemporáneo con la persona de Jesucristo.

El cristianismo es para todos

El Papa Francisco –dando continuidad a intuiciones que son fáciles de encontrar en Benedicto XVI– ha constatado con claridad tanto la ruptura intergeneracional en la transmisión de la fe, como el fin de la civilización con base cristiana. Decía en el punto n. 70 de Evangelii Gaudium: “No podemos ignorar que en las últimas décadas se ha producido una ruptura en la transmisión generacional de la fe cristiana en el pueblo católico. Es innegable que muchos se sienten desencantados y dejan de identificarse con la tradición católica, que son más los padres que no bautizan a sus hijos y no les enseñan a rezar, y que hay un cierto éxodo hacia otras comunidades de fe”. Y, acto seguido, pasa a hacer una lista de posibles causas de esta ruptura.

Cambio de mentalidad

También Francisco, en cuanto a la cristiandad, decía en el mensaje navideño a la curia hace tres años: “No estamos más en la cristiandad. Hoy no somos los únicos que producen cultura, ni los primeros, ni los más escuchados. Por tanto, necesitamos un cambio de mentalidad pastoral, que no quiere decir pasar a una pastoral relativista. No estamos ya en un régimen de cristianismo porque la fe –especialmente en Europa, pero incluso en gran parte de Occidente– ya no constituye un presupuesto obvio de la vida común; de hecho, frecuentemente es incluso negada, burlada, marginada y ridiculizada”.

En este contexto, Armando Matteo reconoce que existen otros problemas importantes en la Iglesia, como los abusos sexuales y de poder, a lo que se pueden agregar muchas tensiones conocidas; “pero su verdadera crisis es una sola, aquella incoada por las palabras de Francisco: la ‘denatalidad’. Cuando la Iglesia pierde su dimensión de fecundidad, de maternidad, pierde todo y se convierte en otra cosa, que puede ser incluso interesante y útil, pero no tiene que ver con la misión que Jesús ha confiado a sus discípulos (…). La Iglesia es ella misma sólo en la medida en que está animada del sueño misionero de llegar a todos”.

El anuncio del cristianismo

Para Matteo, la discusión de si el cristianismo está destinado a ser una minoría o no resulta autorreferencial y termina por ser una pérdida de tiempo. El anuncio –y aquí quizá existe una primera diferencia con Dreher– debe ser pensado para todos; cualquier persona debe escuchar en él, y en cada una de sus partes, algo que se conecta con su propia búsqueda de vida buena.

De hecho, los primeros problemas surgen cuando la predicación se centra solamente en quien ya cree, porque, entonces, se desvanece la tensión misionera –que es su razón de ser– y, además, poco a poco, se desconecta el discurso de su verdadero objetivo que es llevar lo humano a su expresión más plena, revelar la verdad sobre el hombre. Sin embargo, el hecho es que cada vez más gente joven no cree que el cristianismo aporte algo en su búsqueda de una vida feliz (aunque, ciertamente, tampoco falten muestras de esperanza, como en las Jornadas Mundiales de la Juventud iniciadas por Juan Pablo II). Matteo, por ejemplo, realiza un elenco de palabras del mundo de la catequesis que ya no existen en el acervo común de quien crece en nuestros días. Esa unidad de lenguaje –y, por tanto, de imaginación–, que quizás facilitaba la transmisión de la fe, ya no existe.

Amistad y fraternidad frente al individualismo

Quizás en donde pueden surgir más cuestionamientos al trabajo de Matteo sea en la fundamentación sociológica que elabora para, establecido el diagnóstico, trazar unas líneas guía de acción. Después de fijarse en las nuevas maneras de habitar el mundo a las que se aludió antes, propone cambiar de una pastoral dirigida a una humanidad que vive en “un valle de lágrimas” –pastoral que se declinaría fundamentalmente en consolar–, a una pastoral dirigida a una humanidad de goce desenfrenado –que se declinaría en testimoniar la alegría que surge de su encuentro con Jesús–. Estas categorías sociológicas, que las delinea quizás con demasiada precisión, son opinables, pero no hacen menos valiosos los caminos posteriores.

En resumen, Armando Matteo propone generar un modo de evangelizar que tenga a la amistad como núcleo central, y que sea capaz de generar una nueva fraternidad que testimonie la alegría del encuentro con Cristo. Amistad y fraternidad, como es lógico, no son palabras ausentes en los modos previos de evangelización, pero quizás en el nuevo contexto que se ha descrito pueden adquirir, ellas también, una nueva fuerza.

Iglesia «en salida»

En este contexto se pueden comprender mejor muchas imágenes usadas por Francisco para dar forma a esta Iglesia “en salida” (el hospital de campaña, una Iglesia herida por las calles es mejor que una enferma de encerramiento, una casa de puertas abiertas en lugar de una aduana, etc.). Y la esperanza es que esta actitud pueda dar paso al “sueño de una nueva fraternidad”; una fraternidad que vence a su principal enemigo que sería, en palabras de Matteo, “el individualismo, difundido y triste, que domina la sociedad del comercio infinito y que lleva a lo que Luigi Zoja ha definido como ‘la muerte del prójimo’”.

Pero esta apertura a la amistad no es solamente una actitud exterior, o un empeñarse más en ciertos momentos concretos, sino que tiene sus raíces en una conversión espiritual. Dice Francisco en el número 92 de Evangelii Gaudium: “Allí está la verdadera sanación, ya que el modo de relacionarnos con los demás que realmente nos sana en lugar de enfermarnos es una fraternidad mística, contemplativa, que sabe mirar la grandeza sagrada del prójimo, que sabe descubrir a Dios en cada ser humano, que sabe tolerar las molestias de la convivencia aferrándose al amor de Dios, que sabe abrir el corazón al amor divino para buscar la felicidad de los demás como la busca su Padre bueno”.

Los pobres

Esta conversión pone en un lugar privilegiado a la cercanía con los pobres –y con todo tipo de periferias–, también para aprender de ellos sobre Dios, comprendiéndolos no solo como una categoría social, sino como un lugar auténticamente teológico.

Esta cercanía y esta apertura pueden funcionar como un antídoto ante lo que Francisco llama “mundanidad espiritual”, que no se trata, como se podría pensar, de diluir el mensaje de la Iglesia en los intereses del mundo, sino más bien en introducir lógicas “del mundo” –o no cristianas– en la vida espiritual.

Se desarrolla ampliamente esta enfermedad entre los números 93 y 97 de la Exhortación apostólica: “La mundanidad espiritual, que se esconde detrás de apariencias de religiosidad e incluso de amor a la Iglesia, es buscar, en lugar de la gloria del Señor, la gloria humana y el bienestar personal. (…). Quien ha caído en esta mundanidad mira de arriba y de lejos, rechaza la profecía de los hermanos, descalifica a quien lo cuestione, destaca constantemente los errores ajenos y se obsesiona por la apariencia. Ha replegado la referencia del corazón al horizonte cerrado de su inmanencia y sus intereses y, como consecuencia de esto, no aprende de sus pecados ni está auténticamente abierto al perdón. Es una tremenda corrupción con apariencia de bien. Hay que evitarla poniendo a la Iglesia en movimiento de salida de sí, de misión centrada en Jesucristo, de entrega a los pobres”.

Renuncia a la comodidad

Ya al final del libro, después de haber planteado estas líneas guía para imaginar una nueva manera de evangelizar, Matteo no niega que predicar una apertura al prójimo, predicar la necesidad de una renuncia a la comodidad y una renuncia a la sedación a la que cierto modelo capitalista e individualista nos somete, supone incomodar. Se trataría, entonces, de una mentalidad contracorriente, pero comprendiendo que la inercia a vencer, desde un punto de vista antropológico, es la inercia del “individualismo infinito y triste”.

Pero a Matteo le quedan aún dos preguntas muy oportunas: ¿de dónde sacar las fuerzas para hacerlo? Y, ¿por qué es tan costoso este cambio de mentalidad? A la primera –aunque otra vez no se trate de algo novedoso, pero que sí requiere un nuevo impulso– responde que la fuerza solo puede surgir de retomar una vida contemplativa.

Recobrar el espíritu contemplativo

Otra vez, acude a Evangelii Gaudium, n. 264: “La primera motivación para evangelizar es el amor de Jesús que hemos recibido, esa experiencia de ser salvados por Él que nos mueve a amarlo siempre más. Pero ¿qué amor es ese que no siente la necesidad de hablar del ser amado, de mostrarlo, de hacerlo conocer? Si no sentimos el intenso deseo de comunicarlo, necesitamos detenernos en oración para pedirle a Él que vuelva a cautivarnos. Nos hace falta clamar cada día, pedir su gracia para que nos abra el corazón frío y sacuda nuestra vida tibia y superficial. (…). Para eso urge recobrar un espíritu contemplativo, que nos permita redescubrir cada día que somos depositarios de un bien que humaniza, que ayuda a llevar una vida nueva. No hay nada mejor para transmitir a los demás”.

Es la contemplación de Jesús que siempre se dejó encontrar directamente por todos, como uno más entre sus iguales, codo a codo con sus contemporáneos. No veía en ellos un peso ni alguien a quien acusar.

Nuevas generaciones

Llegados al final del ensayo, Armando Matteo hace una última consideración “sobre la real posibilidad de que una propuesta de este tipo pueda ser acogida por los mismos creyentes”. Ve, concretamente, tres barreras. Primero, lo que llama “el miedo malo” –que lo distingue de un miedo saludable de frente al peligro–, que sería el temor a lo desconocido que nos arrincona en el pasado y en nosotros mismos; “el primer miedo nos mantiene en vida, el segundo nos lleva a la muerte”. Por eso recomienda no moverse por el simple afán de cambio, sino por el honesto deseo de hacer nacer nuevos discípulos de Jesús entre las nuevas generaciones.

El segundo obstáculo es el resentimiento ante los cambios que ha traído la secularización y la espalda de tantos hacia el cristianismo. Un resentimiento que lleva solamente a la tristeza y al pesimismo, mientras que olvida la actitud de Dios que busca siempre el bien. La tercera barrera es la de comprender la tradición como algo fijo, que poco tiene que ver con el anhelo de la Iglesia por llevar su mensaje a los hombres y mujeres de cada época y en todo lugar, con la convicción de que lleva la respuesta definitiva a sus anhelos de sentido y felicidad.

Para no ser peinadores de ovejas

Para terminar, Armando Matteo cita unas palabras que dedicó el Papa Francisco a su diócesis, la de Roma, poco tiempo después de haber sido elegido como su pastor, y que pueden ser una imagen que condense toda esta propuesta: “En el Evangelio es bonito ese pasaje que nos habla del pastor que, cuando vuelve al ovil, se da cuenta de que falta una oveja: deja las 99 y va a buscarla, a buscar una. Pero, hermanos y hermanas, nosotros tenemos una; ¡nos faltan 99! Debemos salir, ¡debemos ir hacia los demás!

En esta cultura —digámonos la verdad— tenemos sólo una, ¡somos minoría! ¿Y sentimos el fervor, el celo apostólico de ir y salir y buscar las otras 99? Esta es una gran responsabilidad y debemos pedir al Señor la gracia de la generosidad y el valor y la paciencia para salir, para salir a anunciar el Evangelio. Ah, esto es difícil. Es más fácil quedarse en casa, con esa única oveja. Es más fácil con esa oveja, peinarla, acariciarla… pero nosotros sacerdotes, también vosotros cristianos, todos: el Señor nos quiere pastores, no peinadores de ovejas; ¡pastores!”.

El autorAndrés Cárdenas Matute

Recursos

La vestimenta del presbítero: en su día a día y en las celebraciones litúrgicas

La vestimenta del presbítero en su día a día es un signo de su labor e identidad. Del mismo modo, cada parte de su atuendo en las celebraciones litúrgicas tiene un profundo significado que indica el carácter sagrado de su ministerio.

Alejandro Vázquez-Dodero·22 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En este nuevo fascículo acerca de aspectos diversos del catolicismo nos referiremos a la vestimenta y ornamentos del presbítero, o sea, del sacerdote que, tras el diaconado, ha sido ordenado y no ha recibido la ordenación episcopal.

Los obispos –incluido el Santo Padre– propiamente también son sacerdotes, pero estos tienen su singularidad en cuanto a la vestimenta y, en general, los ornamentos que usan para la liturgia y el culto divino.

¿Qué visten los presbíteros en su día a día? ¿Por qué visten como visten?

El artículo 284 del Código de Derecho Canónico establece que “Los clérigos han de vestir un traje eclesiástico digno, según las normas dadas por la Conferencia Episcopal y las costumbres legítimas del lugar”. Esa norma se refiere a los clérigos, que engloban a los presbíteros.

Conviene que el presbítero sea reconocible sobre todo por su comportamiento, pero también por su modo de vestir o presentarse. Debe poner de manifiesto para todos de modo inmediato su identidad y “ser de Dios” –como fiel consagrado a la dispensación de sus misterios salvíficos– y de la Iglesia Católica. Su pertenencia a Dios –a lo sagrado, como persona consagrada– debe ser constantemente comunicada. Es un derecho de todos –particularmente de los fieles católicos– poder reconocer por su aspecto externo a quienes puedan dispensar su auxilio espiritual.

La vestimenta del presbítero debe ser signo inequívoco de su dedicación y de la identidad de quien desempeña un ministerio público. Lo contrario sería impedir que aquellos a quienes se propone servir puedan dirigírsele en cualquier momento y para cualquier necesidad.

Podría decirse que la vestimenta propia del presbítero es el signo exterior de una realidad interior. Cosa que, por cierto, sucede con tantos otros oficios que cuentan con uniforme propio.

La vestimenta ha ido variando a lo largo de los siglos. Seguidamente nos referiremos a la que el presbítero usa a fecha de hoy, lo cual viene señalado por la autoridad eclesiástica. Cabe destacar que otras profesiones religiosas usan la misma –o muy parecida– indumentaria que la católica, en concreto el protestantismo.

Clériman y sotana

Un sacerdote con clériman ©OSV News photo, courtesy Ascension

De un lado debemos referirnos al clériman –o clergyman– prenda referida a la camisa –normalmente negra, gris o blanca– donde se coloca el alzacuello, que suele ser blanco. El alzacuello puede sustituirse por una tira que se introduce en dos aperturas del cuello de la camisa, dejando un cuadrado blanco debajo de la garganta. Además, cabe contar con pantalón conjuntado con la camisa, e incluso chaqueta. Hay quien califica el clériman como una alternativa práctica a la sotana, de la que pasamos a hablar.

La sotana o traje talar –se le llama así porque llega hasta los talones– es como un vestido largo o túnica con cierre delantero. Normalmente es de color negro, para recordar que quien lo lleva ha muerto al mundo y se ha consagrado a lo divino o celestial. Aunque en países tropicales o con clima caluroso se usa también de color blanco.

¿Y qué visten los presbíteros en la Misa y resto de celebraciones litúrgicas?

Para dignificar el carácter sagrado de su ministerio, los presbíteros visten una serie de ornamentos sagrados –que pueden ser bendecidos– durante las celebraciones litúrgicas.

En particular nos referiremos a los de la Eucaristía o santa Misa.

Casulla, estola, alba y amito

La casulla es la vestidura que se pone el presbítero sobre las demás prendas. Consiste en una pieza larga con una abertura en el centro para pasar la cabeza, e igualmente abierta en los lados para asomar los brazos. Cae por delante y por detrás desde los hombros hasta media pierna. Simboliza la caridad, que hace dulce y suave la carga de Jesucristo.

La estola, símbolo de la autoridad sacerdotal, es una especie de banda que le cuelga al presbítero desde el cuello, y puede ajustarse con el cíngulo sobre el alba y bajo la casulla.

Para dispensar el sacramento de la reconciliación el presbítero puede usar la estola de color morado, que sugiere la penitencia propia de la confesión. Y para distribuir la Eucaristía –y en general para los actos eucarísticos– usa estola blanca.

El alba consiste en una amplia túnica blanca –de ahí su nombre– que cubre al presbítero de arriba abajo y se sujeta a la cintura con otro ornamento. El cíngulo ­–tipo de cinturón– simboliza la pureza del corazón que el clérigo lleva al altar.

El amito es el lienzo rectangular de lino banco que el presbítero se coloca sobre los hombros y alrededor del cuello antes de ponerse el alba. Puede sujetarse con unas cintas cruzadas a la cintura.

Los colores

Se usan diversos colores para la casulla y la estola: el blanco, para las fiestas y solemnidades, celebraciones de santos no mártires y fiestas del Señor; el verde se utiliza durante el tiempo ordinario; el rojo para las fiestas de los mártires y días especiales de los santos apóstoles y fiestas del Señor referidas a la Pasión; el morado para el Adviento, la Cuaresma, Semana Santa y –junto con el negro– para las Misas de difuntos.

Colores litúrgicos del Adviento ©CNS photo by Martin Lueders)

Además, el color rosa puede usarse dos veces al año: el tercer domingo de Adviento –gaudete– y el cuarto domingo de Cuaresma –laetare– para recordar la cercanía de Navidad y Pascua. El azul, a modo de privilegio litúrgico, puede usarse en España y otros territorios que fueron territorio español para la solemnidad de la Inmaculada Concepción.

Además, aunque no formen parte de los ornamentos que visten al presbítero, pueden estar presentes en la Misa el conopeo –o cubre sagrario–, el cubre cáliz y la carpeta que porta los corporales. Todo ello del mismo color que la casulla y estola, según corresponda.

España

La maternidad subrogada “explota a la mujer”, denuncian los obispos españoles

“La maternidad por subrogación es una nueva forma de explotación de la mujer, contraria a la dignidad de la persona humana, pues usa el cuerpo femenino, y toda su persona, reduciéndola a ser una incubadora humana”, han manifestado los obispos de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida de la Conferencia Episcopal Española (CEE) en un nota.

Francisco Otamendi·21 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

“Una vida humana es un don y no un derecho”, subrayan los obispos. “La Iglesia reconoce la legitimidad del deseo de un hijo, y comprende los sufrimientos de los cónyuges afligidos por el problema de la infertilidad. Sin embargo, ese deseo no puede ser antepuesto a la dignidad que posee cada vida humana hasta el punto de someterla a un dominio absoluto. El deseo de un hijo no puede justificar la “producción” del mismo, así como el deseo de no tener un hijo ya concebido no puede justificar su abandono o destrucción”, señalan.

A continuación, añaden que “no existe un “derecho a la procreación” y por tanto un “derecho al hijo”. La voluntad reproductiva no puede anular la gestación ni la maternidad”. En este punto, recuerdan el reciente documento “El Dios fiel mantiene su alianza” de la propia CEE, que comenta, entre otros aspectos, la separación entre procreación y sexualidad. 

“La separación entre procreación y sexualidad representa una herida profunda a la naturaleza humana y a la familia. A la naturaleza, porque transforma al hijo en un producto, insinuando la idea de que la vida pueda ser una producción humana. A la sociedad, porque la nueva vida presupone solo una capacidad técnica y no un contexto de amor de esposos que quieren ser padres…”, dice el documento. “La familia natural es así deconstruida y reconstruida artificialmente de muchas formas, siguiendo los deseos de cada individuo. Esto implica que hay que favorecer “los derechos del niño a una familia compuesta por un hombre y una mujer unidos por un pacto duradero de amor recíproco”.

“El fin nunca justifica los medios”

“En toda maternidad subrogada”, añade la nota episcopal, que se ha hecho pública al final de la Asamblea Plenaria de abril, “hay una fecundación artificial heteróloga que “es contraria a la unidad del matrimonio, a la dignidad de los esposos, a la vocación propia de los padres y al derecho de los hijos a ser concebidos y traídos al mundo en el matrimonio y por el matrimonio.  Recordemos que el fin nunca justifica los medios y que toda persona humana es fin en sí mismo. Negar estas verdades nos llevaría a afirmar que todo lo técnicamente posible se puede realizar y a legitimar la cosificación y el uso de unas personas por otras”.

Hay que añadir además, afirman los obispos, que “con el llamado ‘útero de alquiler’ se convierte la maternidad en objeto de comercio, que se compra y se vende. La mujer queda reducida a un simple instrumento, un “útero” a disposición del contratante, abriendo el camino a la explotación y a la comercialización de la persona humana. El contrato se culmina con la entrega del niño. Como afirma el Papa Francisco: “la dignidad del hombre y de la mujer también se ve amenazada por la práctica inhumana y cada vez más extendida del ‘vientre de alquiler’, en la que las mujeres, casi siempre pobres, son explotadas, y se trata a los niños como mercancías”.

No al comercio de niños

Ninguna vida humana debe ser considerada como un producto o un bien de consumo. La vida de ningún niño nunca debe ser tratada como algo sometido al tráfico y al comercio. Debería buscarse en primer lugar el bien del menor, y no que éste quede supeditado al deseo de los comitentes y a su decisión. Por otro lado, la posibilidad de abandono de niños (real, sucedida en algunos países por partos gemelares, por patología o por preferencia de sexo), supone una grave marginación que atenta contra el principio de no discriminación del menor o de toda persona discapacitada.

Los obispos alientan a tener presente “que cada vez aparecen más datos científicos destacando la importancia que para la salud física y psicológica tiene la relación materno filial en la gestación. Esto, por el bien del niño, nos obliga a ser aún más precavidos a la hora de aprobar los úteros del alquiler”.

“Hay que priorizar el bien de los niños gestados por la maternidad subrogada, buscando la mejor solución acerca de su estatus jurídico, siendo conscientes que tienen toda la dignidad y merecen ser acogidos y respetados. Un niño, independientemente de cómo haya sido concebido, ha de ser amado y respetado en sus derechos”, manifiestan.

La dignidad humana, valor fundamental

La importancia y el significado de la vida humana exigen una fundada reflexión, que busque su dignidad en el marco de un humanismo que sea fiel a la verdad del ser humano. En este contexto, citan a Benedicto XVI cuando afirmaba que sin el principio fundador de la dignidad humana sería arduo hallar una fuente para los derechos de la persona e imposible alcanzar un juicio ético respecto a las conquistas de la ciencia que intervienen directamente en la vida humana”. “Hay que recordar que la dignidad humana es un valor fundamental que debe ser respetado y protegido, independientemente de las creencias religiosas o de la falta de ellas”.

Más arriba se ha citado al Papa Francisco en su defensa de la dignidad del hombre y de la mujer. Y la nota considera también “necesario recordar la afirmación de san Juan Pablo II, en la ‘Evangelium vitae’: “Para el futuro de la sociedad y el desarrollo de una sana democracia, urge pues descubrir de nuevo la existencia de valores humanos y morales esenciales y originarios, que derivan de la verdad misma del ser humano y expresan y tutelan la dignidad de la persona. Son valores, por tanto, que ningún individuo, ninguna mayoría y ningún Estado nunca pueden crear, modificar o destruir, sino que deben sólo reconocer, respetar y promover”. Por eso, creemos que es necesaria una legislación que impida esta práctica de la maternidad subrogada”, afirman.

En las últimas semanas ha aumentado el debate público en torno a la gestación o maternidad subrogada a raíz de casos que han saltado a la opinión pública.

El autorFrancisco Otamendi

España

Los obispos españoles aprueban la Instrucción sobre abusos sexuales

Esta Instrucción concreta la normativa vigente sobre estos casos y se irá actualizando conforme lo haga la norma superior.

María José Atienza·21 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La 121 Asamblea plenaria de los obispos españoles ha reunido en Madrid a los prelados en la sede de la CEE durante la semana del 17 al 21 de abril. El último día han tenido un encuentro con los periodistas en la sede de la Conferencia episcopal.

Nota sobre la maternidad subrogada

La Plenaria ha dado una sorpresa “fuera de agenda” con la publicación de una Nota de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida a propósito de la maternidad subrogada.

Una nota en la que los obispos recuerdan que ningún fin, por noble que sea, justifica los medios y recuerda además la importancia de proteger el derecho del menor, olvidado en todo el proceso de la Gestación subrogada. “No se puede cosificar el uso de unas personas por parte de otras” ha destacado Mons. García Magán, que ha recordado que este tipo de prácticas convierte “la maternidad en un objeto de comercio”.

Instrucción sobre abusos

Uno de los puntos centrales de la reunión de los obispos españoles ha sido la aprobación de una Instrucción de la Conferencia Episcopal Española sobre abusos sexuales.
La instrucción, dirigida a la aplicación, está destinada conocer cómo proceder según la normativa vigente una vez se reciba una denuncia” ha explicado el secretario general de la CEE, “la prevención forma parte del objetivo de los protocolos”.
Esta Instrucción parte de un documento sobre el que los obispos españoles llevan trabajando desde la Plenaria de abril de 2019. En ese momento pidieron a la Santa Sede su autorización para publicar un Decreto general pero, después de varias consultas, se consideró oportuno esperar a que se publicara el Vademécum de la Congregación para los Obispos, el Motu Proprio «Vos estis lux mundi«, así como la reforma del Libro VI del Código de Derecho Canónico.
La instrucción aprobada contiene las nuevas disposiciones establecidas en el texto definitivo de Vos estis Lux mundi, y será actualizado cada vez que varíe la normativa canónica vigente. Además, el carácter de Instrucción, al unificar y explicar el derecho vigente sobre la materia, refuerza el aspecto normativo del documento que tendrá fuerza de Normas y no solo de orientaciones.

Corredores de hospitalidad

Otro de los temas tratados en esta Plenaria ha sido el estado del proyecto de los “Corredores de Hospitalidad”. “Los obispos españoles han conocido las experiencias piloto destinadas a jóvenes migrantes que quedan al margen de los mecanismos de protección” ha apuntado García Magán.

Congreso de educación y padres sinodales

La educación sigue siendo un tema candente en el ámbito de la Iglesia española. En este sentido, Mons. García Magán ha informado de un proyecto presentado por el presidente de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura, Mons. Alfonso Carrasco, sobre la puesta en marcha de un Congreso de Educación que aúne, no solo a la escuela católica sino a todos los entes educativos presentes.

Los obispos han elegido los nombres de los tres Padres Sinodales para representar a la Iglesia española en la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos de 2023. Los nombres se darán a conocer una vez el Papa Francisco confirme los nombres propuestos. Se trata de tres miembros y dos sustitutos.

La Iglesia no tiene un partido político 

Preguntado acerca de las próximas citas electorales de España, el secretario general de los obispos españoles ha querido resaltar su esperanza de que “nadie utilice a la Iglesia como arma arrojadiza en estas elecciones”. “La Iglesia no tiene un partido político, no hay ningún partido que sea el partido de la Iglesia, lo confirmo y lo reafirmo”, ha subrayado García Magán.

El secretario general de la CEE ha repetido que “la Iglesia anuncia la doctrina social de la Iglesia que cubre un amplio espectro del derecho a la vida, del derecho laboral, etc.”. En este sentido, ha reconocido que quizás “hay partidos que se acercan en unas cuestiones o acercan más” pero siempre es “el fiel laico o laica es el que tiene que hacer un juicio práctico sobre por quien tiene que optar. Los curas no tenemos que indicar el Vito de nadie; esto sería clericalismo”.

El autorMaría José Atienza

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Vocaciones

P. Matteo Curina: «Uno no abandona su vida anterior sin motivo: lo deja todo para seguir al Señor»

El hermano Matteo Curina, de 38 años, decidió dejarlo todo para seguir a Jesús. Y lo hizo con sólo 24 años, convirtiéndose en fraile franciscano. Ahora vive en un convento, con otros hermanos franciscanos, lejos de su ciudad, de su familia y de sus amigos de toda la vida. Pero, según él, no ha perdido nada. Al contrario, lo ha ganado todo entregando su vida a Dios y a los demás.

Leticia Sánchez de León·21 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

El P. Matteo Curina viene de Pesaro, una ciudad a 60 km al norte de Loreto. Con gran sencillez nos cuenta que creció en una familia creyente. Entró en el convento franciscano en 2008, con tan sólo 24 años. Ahora vive con otros seis hermanos: fray Diego, el párroco y superior (en términos franciscanos se le llama «guardián»), fray Marco, fray Mauro, fray Francesco y fray Manuel. Recientemente ha defendido su doctorado en teología dogmática en la Universidad Gregoriana y enseña en el Instituto Teológico de Asís, además de ser vicario parroquial en la parroquia de San Gregorio VII, en el barrio del mismo nombre, en Roma.

¿Cómo es la vida de un joven franciscano en el mundo de hoy?

-Ante todo, quisiera decir que es una vida maravillosa y llena, sobre todo si se acoge cada día como un don inmerecido en el que darse a los demás libremente con alegría. La vida de un franciscano ofrece muchas posibilidades de servicio: por ejemplo, nosotros, en la parroquia de San Gregorio VII en Roma, ayudamos a toda la gente que viene a la parroquia y a la gente del barrio.

Otros están en hospitales (pienso en los capellanes del Gemelli aquí en Roma o en los de Perugia) y atienden a los enfermos. Algunos viven en un santuario y acogen a los peregrinos y turistas. Otros viven en una ermita o en un monasterio en mitad del campo. Por supuesto, el ritmo de vida depende mucho del contexto y del servicio que estemos llamados a prestar. Aquí, en la ciudad, nuestra jornada sigue el ritmo de nuestra vida de oración, pero está completamente orientada al servicio del pueblo de Dios, de manera que tenemos que adaptarnos a las necesidades de la gente, que a menudo no coinciden con las de la comunidad.

Se podría decir que habéis “perdido” la vida anterior. ¿Cómo se vive esta circunstancia?

-No sé por qué, pero siempre cuando se piensa en la vida de un religioso se ve enseguida lo que se ha dejado detrás. Yo prefiero mirar lo que se ha elegido, lo que hay delante. Obviamente, cada elección comporta una renuncia. ¡Pero también comporta una preferencia! Un joven elige entrar en un convento porque se ha encontrado con el Señor, se ha sentido profundamente amado por Él y después de un tiempo en el que intenta escuchar la voluntad de Dios, intuye que la vida religiosa en el carisma específico franciscano es la más adecuada para él.

Más adelante, todos los años que van desde la entrada en el convento hasta que se hacen los votos perpetuos son para discernir y valorar si la vocación a ese carisma concreto tiene fundamento o es más un deslumbramiento puntual, además de adecuarse poco a poco al estilo de vida franciscano. De este modo, uno no abandona la vida anterior sin motivo. Decide dejarlo todo para seguir al Señor, al igual que hicieron los apóstoles que, llamados por Jesús, dejaron la barca y las redes y le siguieron. Si la mirada está fija en el Señor, si se vive una intensa relación de amor con Él, entonces las renuncias ‒que permanecen en nuestras vidas a pesar de todo, como, por ejemplo, pienso a la renuncia a formar una familia, tener hijos, realizarse en el trabajo, etc.‒ no pesan. De hecho, diría que casi no te vienen siquiera a la mente…

Todo el mundo conoce a los franciscanos de oídas, pero quizá pocos sepan cómo es su espiritualidad en realidad. Si tuviera que hacer una radiografía del espíritu franciscano, ¿qué diría?

-Cada fraile podría responder a esta pregunta de una manera diferente, a pesar de que contamos con las Constituciones Generales, aprobadas por la Iglesia, que actualizan el carisma franciscano que nos transmitió la Regla de San Francisco. Pero, brevemente, creo que siguen siendo válidas las cinco prioridades que el entonces Ministro general, fray Giacomo Bini, dio a la orden en 1997: (1) espíritu de oración y devoción; (2) comunión de vida en fraternidad; (3) vida en comunidades pequeñas, pobreza y solidaridad; (4) evangelización y misión; (5) formación y estudio.

San Francisco vivió una vida muy especial y ciertamente en otro contexto histórico. En los tiempos que corren, ¿podría decirse que es un santo «actual»?

-Yo creo que sí. Basta pensar en el encuentro de religiones que tuvo lugar en Asís en 1986 con san Juan Pablo II, y últimamente en el Magisterio del Santo Padre, que no por casualidad se llama Francisco, muy marcado por la figura del Poverello: Laudato si’ y Fratelli tutti son dos ejemplos significativos. En cualquier caso, creo que la opción por la vida evangélica, la radicalidad en el seguimiento del Maestro y la fraternidad universal son algunos aspectos de la vida de san Francisco que lo hacen siempre actual.

La parroquia de Gregorio VII es una parroquia muy viva, llena de gente de todas las edades

-Sí. Gracias al Señor, nos ha tocado servir a una parroquia muy viva: hay muchísimas actividades y con ellas tocamos casi todos los ámbitos de la vida cristiana: Hay un grupo numeroso de personas que se dedican a servir a los pobres: algunos preparan comidas en la parroquia y luego las llevan a la estación central de trenes Termini para la gente que duerme en la calle, otros hacen un recorrido todos los miércoles por la noche para visitar  y charlar con los pobres que duermen bajo la columnata de san Pedro o en los alrededores. Luego hay otro grupo que ofrece a la gente de la calle ducharse en sus casas los miércoles, cuando las duchas del Vaticano están cerradas por la audiencia del Papa.

Por otro lado, hay otras iniciativas como el Centro de Escucha que se ponen a disposición de las familias más desfavorecidas ofreciéndoles un espacio de asesoramiento y dándoles paquetes con alimentos u otras cosas para un mes o una semana. También estamos intentando crear un lugar de encuentro para los ancianos de la parroquia, para que puedan reunirse y estar juntos: son muchos, y muchos sufren de soledad, porque sus hijos viven en otro barrio menos caro que el nuestro, y a menudo, debido al trabajo y a la vida frenética que llevamos, sólo pueden reunirse con ellos los fines de semana. También tenemos un grupo de apoyo escolar en el que muchos voluntarios ayudan a muchos chicos con sus deberes, ya que muchos son hijos de familias inmigrantes y sus padres no pueden orientarles en sus estudios.

Además, tenéis la casa «Il Gelsomino»…

-Sí, hace cinco años abrimos la casa «Il Gelsomino» en los locales parroquiales: acogemos a los niños que reciben tratamiento en el hospital Bambin Gesù y a sus padres. A menudo, estos tratamientos duran meses: muchos niños tienen cáncer y las terapias suelen durar semanas en el hospital con largos periodos fuera, pero siempre cerca del hospital. No todas las familias pueden alquilar un apartamento o un airbnb en Roma. En esta casa, les permitimos vivir esos duros meses de forma digna, y también se les da el cariño que necesitan en esos momentos tan difíciles, porque hay un grupo que se encarga de acoger a estos padres y estar a su lado en la medida de lo posible.

También le dais mucha importancia al acompañamiento a las familias, ¿cómo abordáis este tipo de pastoral?

-Queremos cuidar a los esposos, ayudándoles a disfrutar y vivir la belleza de su matrimonio. Tenemos varios grupos de acompañamiento a matrimonios según los años que llevan casados. A ellos se añade otra experiencia («Famiglia in cammino»), con pocos encuentros al año, donde hay un grupo de monitores que se encarga de los niños para que las parejas puedan seguir el curso con tranquilidad y tengan tiempo para hablar entre ellos. Termina con un breve seminario de fin de semana familiar en Asís.

Sentimos la necesidad de implicar cada vez más a las familias en la catequesis, por lo que una vez al mes el párroco organiza encuentros para padres y adultos en la parroquia y, de vez en cuando, intentamos organizar una jornada de «catequesis familiar» en la que todos los niños y sus padres viven juntos un domingo para crecer en la fe, con actividades adecuadas a las diferentes edades. También hay un grupo de post-confirmación, otro de jóvenes, otro de scouts…Y a todo esto hay que añadir el trabajo pastoral ordinario: celebraciones eucarísticas, adoración, visita a los enfermos, confesiones, escucha de las personas que piden hablar con nosotros… En fin, trabajo hay, y mucho, ¡gracias a Dios!

El autorLeticia Sánchez de León

Recursos

La Pascua, una nueva creación. Prefacios pascuales (III)

El cuarto prefacio pascual ayuda a contemplar la Pascua de Resurrección como una nueva creación, y en el quinto vuelve la imagen del Cordero sacrificado. Con ocasión de la Pascua de Resurrección, se han explicado en tres artículos los cinco prefacios pascuales. Hoy se publica el tercer y último artículo del autor, con el comentario a los prefacios pascuales IV y V.

Giovanni Zaccaria·21 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El cuarto prefacio nos ayuda a contemplar la Pascua como una nueva creación. En efecto, el misterio pascual ha inaugurado un tiempo nuevo, un mundo nuevo; en su segunda carta a los Corintios, San Pablo se refiere precisamente a la muerte y resurrección de Cristo como principio de novedad absoluta ante todo para los seres humanos: “murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. De modo que ya no miramos a nadie a la manera humana; aunque hayamos conocido a Cristo a la manera humana, ya no lo conocemos así. De modo que si alguien está en Cristo, es una criatura nueva” (2 Co 5, 15-17).

El mismo lenguaje está presente en el Bautismo, que es precisamente la inmersión de cada persona en el misterio pascual: cuando los padres llevan a su hijo a la pila bautismal, el celebrante se dirige a ellos anunciándoles que Dios está a punto de dar a ese niño una vida nueva, que renacerá del agua y del Espíritu Santo, y que esta vida que recibirá será la vida misma de Dios.

En efecto, siguiendo la enseñanza de San Pablo, gracias al bautismo hemos sido sumergidos en la muerte de Cristo para poder caminar en una vida nueva: “el hombre viejo que había en nosotros ha sido crucificado con él” (Rom 6, 6).

Pero, al mismo tiempo, esta novedad se aplica a todo el universo creado; es de nuevo san Pablo quien, concluyendo el razonamiento expuesto anteriormente, afirma: “las cosas viejas pasaron; he aquí que han nacido cosas nuevas” (2 Co 5, 17). Todas las cosas se renuevan: la resurrección de Cristo ha abierto una nueva etapa en la historia, que sólo concluirá con el fin de los tiempos, cuando se complete el plan de reconducir todas las cosas a Cristo, única Cabeza. 

En efecto, el Apocalipsis contempla a Dios sentado en el trono y una voz poderosa declara: «Ya no habrá muerte, ni habrá llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: ‘He aquí, yo hago nuevas todas las cosas'» (Ap 21, 4-5). Los cielos nuevos y la tierra nueva, que caracterizarán nuestra condición final, comienzan con la resurrección de Cristo, primogénito de una nueva creación (cfr. Col 1, 15.18). 

El domingo, presagio de la vida sin fin

Por eso la Iglesia, al hablar del domingo, Pascua de la semana, lo define también como el octavo día, “colocado, es decir, con respecto a la sucesión septenaria de los días, en una posición única y trascendente, que evoca no sólo el principio de los tiempos, sino también su fin en el siglo futuro”. San Basilio explica que el domingo significa el día verdaderamente único que seguirá al tiempo presente, el día sin fin que no conocerá ni la tarde ni la mañana, el siglo imperecedero que no puede envejecer; el domingo es el presagio incesante de la vida sin fin, que reaviva la esperanza de los cristianos y los anima en su camino» (Juan Pablo II, Carta apostólica Dies Domini, n. 26).

La Pascua abre, por tanto, la contemplación de nuestra vida asumida por Cristo y totalmente renovada gracias a su Pasión, Muerte y Resurrección: Él tomó sobre sí nuestras miserias, nuestras limitaciones, nuestros pecados y nos generó a una vida nueva, la vida nueva en Cristo, que nos abre a la esperanza, porque todo lo que en nosotros es miseria y muerte, en Él se reconstruye y es promesa de vida.

El quinto prefacio

En el quinto prefacio, vuelve la imagen del Cordero sacrificado, pero en este caso combinada con la del sacerdote y el altar. Es una imagen audaz, que une en la persona de Cristo las tres grandes categorías de los sacrificios de la Antigua Alianza, arrojando así nueva luz sobre el sentido que tenían esos sacrificios y abriendo una novedad sin precedentes.

En efecto, toda la práctica sacrificial del Antiguo Testamento se centraba en el concepto de santidad (kadosh): la presencia de Dios es algo supremamente fuerte e impresionante, que suscita admiración y sobrecogimiento en el hombre. Es algo totalmente distinto, hasta el punto de que a Dios se le llama “el tres veces santo”: es el que es totalmente distinto tanto de los demás dioses como de la esfera de lo humano.

Esto significa que, para que una súplica o un sacrificio alcancen lo inalcanzable, es necesario que ese sacrificio esté separado de lo ordinario. Por esta razón, el culto del Antiguo Testamento se caracterizaba por una serie de separaciones rituales: el sumo sacerdote era una persona separada de los demás, bien por nacimiento (sólo podía ser elegido de la tribu de Leví y, en esta tribu, sólo dentro de la familia descendiente de Aarón), bien en virtud de ritos especiales de consagración (baño ritual, unción, vestimenta, etc., todo ello acompañado de numerosos sacrificios de animales). 

Del mismo modo, la víctima del sacrificio estaba separada de todos los demás animales: sólo podía elegirse en función de determinadas características y debía ofrecerse según un ritual muy específico. Por último, sólo un fuego descendido del cielo podía llevar al cielo la víctima ofrecida por el sumo sacerdote (por eso el fuego del Templo era vigilado y alimentado constantemente) y la ofrenda sólo podía tener lugar en el lugar más sagrado, el más cercano a Dios, el Templo de Jerusalén.

Jesús, un culto nuevo

Jesús, en cambio, inaugura un culto nuevo, caracterizado por la solidaridad con los hermanos: Cristo, en efecto, “para llegar a ser sumo sacerdote”, “tuvo que hacerse en todo semejante a los hermanos” (Hb 2, 17); por el contexto queda claro que “en todo” no se refiere sólo a la naturaleza humana, es decir, al misterio de la Encarnación, sino también y sobre todo al sufrimiento y a la muerte.

Él es entonces la verdadera víctima, la única verdaderamente agradable al Padre, porque no se ofrece en lugar de alguien, sino que se caracteriza por la ofrenda de sí mismo: la obediencia de Jesús cura la desobediencia de Adán.

Por último, él es el lugar santo por excelencia, el altar que hace única y definitiva la ofrenda. En efecto, la purificación del Templo llevada a cabo por Jesús antes de su Pasión y Muerte, se hizo en vista de la erección del Templo único y definitivo, que es su Cuerpo (cfr. Jn 2, 21): su Resurrección inaugura el tiempo en que los verdaderos adoradores adorarán en Espíritu y verdad (Jn 4, 23), es decir, mediante la pertenencia a la Iglesia, el Cuerpo de Cristo. La destrucción del Templo, que tuvo lugar en el año 70 d.C. y fue profetizada por Jesús, no hace sino sancionar esta novedad de manera concluyente.

A esto se añade el hecho de que ofrecemos nuestra propia vida siempre “Por Cristo, con Cristo y en Cristo”, es decir, por su mediación, descansando nuestra ofrenda en la ofrenda que Él hizo de sí mismo de una vez por todas.

El autorGiovanni Zaccaria

Universidad Pontificia de la Santa Cruz (Roma)

Cine

«Libres». La película que descubre el tesoro de la vida contemplativa

El viernes 21 de abril de 2023 llega a las salas de cine de España Libres. Una película documental de altísimo nivel de producción que se adentra, de manera inédita, en la vida de los monasterios de clausura de España.

Maria José Atienza·20 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

¿Qué hace una monja de clausura encerrada durante toda su vida en un monasterio? ¿Tiene sentido, en este mundo, la vida contemplativa? ¿Son personas raras las que eligen este tipo de vida? ¿Huyen o tienen miedo del mundo?

Son algunas de las cuestiones que aparecen en el imaginario colectivo actual cuando se habla de la vida de clausura. Sin embargo, como destaca Santos Blanco, director de este largometraje, “libres, libertad, es quizás la palabra que más se repite en el documental”.

Para Blanco, Libres ha supuesto su primera película. Blanco, dueño de Variopinto producciones, ha trabajado, sobre todo, en el ámbito de la publicidad en los últimos 12 años, aunque había hecho alguna pieza documental breve: “Hace 7 años hicimos un pequeño documental con una ONG de médicos que ayudaba en África y hará unos cuatro codirigí, con un socio, un documental de una familia nómada en Méjico…  Pero no había hecho ninguna película de este corte, espiritual, cristiana”.

No sabía nada de la vida contemplativa

«Fue una sorpresa como nos llegó el proyecto”, describe el director. Todo empezó en la época más dura del encierro impuesto por el Covid. En esos días, Borja Barragán, uno de los productores llamó a Santos. Barragán había recibido, por entonces, una petición de ayuda de la fundación Declausura porque había conventos y monasterios que no tenían dinero ni para comer. “Yo no sabia nada de la vida de clausura, nada y además estábamos encerrados…”, recuerda Santos, “en ese momento me puse en contacto con Lucía González-Barandiarán e ideamos una campaña de comunicación para conseguir donaciones para los monasterios. Fue un éxito”.

Una vez que se recuperó la vida normal, Santos Blanco realizó, junto a la fundación Declausura dos campañas para dar a conocer la vida de clausura y ayudar a la vida monástica. “Ahí empecé a conocer, en persona, la vida de los monjes y monjas de clausura y aluciné” afirma Santos.

“En esos momentos di con esta frase del Papa Francisco: “Como el marinero en alta mar necesita el faro que indique la ruta para llegar al puerto, así el mundo os necesita a vosotras. Sed faros, para los cercanos y sobre todo para los lejanos. Sed antorchas que acompañan el camino de los hombres y de las mujeres en la noche oscura del tiempo” (Constitución Apostólica Vultum Dei Quaerere sobre la vida contemplativa femenina, n6) ¡El Papa los pone al nivel de faros, de referentes! Por entonces, comenzó la idea de hacer un documental y, a partir de entonces, se fueron dando las casualidades “diosidades”. Hablé con alguna persona de esta idea y fueron “apareciendo” otras personas, inversores, como Antonio de la Torre…”.

¿Ha supuesto un reto este film? “Cualquier película es siempre un reto difícil. El trabajo es mucho: sacarlo adelante, estrenar… Como reto profesional, un largometraje siempre es grande. El hecho de ser una película de mensaje cristiano no la ha hecho más difícil” afirma Santos Blanco, “de hecho, para mi ha sido casi una ventaja, porque tenía un motor, más allá de lo profesional, que me llenaba mucho. Pienso que me ha aportado mucho, por una parte, haces lo que te gusta profesionalmente y por otro sabes que estas haciendo algo más que un puro entretenimiento”.

De Duc in altum a Libres

El filme que mañana se estrena en toda España nació con un título muy distinto: Duc In altum. De hecho, como recuerdan el director y el guionista de la película, Javier Lorenzo, “todo el rodaje se llamó así, en el sentido de ir ‘hacia lo profundo’ porque, como dice el claim de la película, Libres es un viaje al interior del hombre”.

Lucía González-Barandiarán, de Bosco Films, versada en la distribución de filmes de carácter cristiano veía que el título tenía poco “enganche”, pero no terminaban de dar con otra idea. Sin embargo, casi al terminar la edición de la película se percataron de que libres, libertad era “sin duda, la palabra que más aparece a lo largo del documental y, cuando lo ves te das cuenta de por qué”, subraya el director, “sin querer hacer spoiler, porque cada uno tiene que sacar su respuesta al ver el documental, creo que ahí esta la clave”.

Son muchas las historias que aparecen en Libres, y también muchas las que “se han quedado fuera o he tenido que cortar mucho”, apunta Santos Blanco. En total, las entrevistas, realizadas en 12 monasterios y conventos de España, femeninos y masculinos, dieron lugar a más de 20 horas de grabación. “Nos teníamos que quedar con 100 minutos, tuve que cortar muchísimo”.

Son historias y reflexiones variadas, que muestran la historia personal de Dios con cada alma. “Algunas conectan más con gente joven, otras con personas con más experiencia de vida, pero todas son muy especiales”.

Libres muestra quiénes son ellos: personas anónimas, desconocidas y que son, en palabras de Santos Blanco “un tesoro oculto. En España vive un tercio de la vida de clausura del mundo, y esto impresiona. Tenemos un tesoro”.

Libres

Director: Santos Blanco
Fotografía: Carlos de la Rosa
Música: Oscar M. Leanizbarrutia
Producción: Lucía González-Barandiarán; Santos Blanco
Producción asociada:: Altum Faithful Investing, Antonio Torres, Mercedes Montoro, Methos Media, Advenire Films y ACdP
Género: Documental

La ayuda de Methos Media

Son muchas las personas e instituciones que han hecho posible este filme. Santos Blanco se muestra convencido de que “sin la colaboración de los inversores, particulares y empresas, que han puesto dinero, la película no hubiera salido”.

Aquí destaca por ejemplo el papel de Methos Media, empresa especializada en la promoción de un entretenimiento audiovisual adecuado para la familia, que ha sido “clave en la obtención de ayudas de inversión, los temas legales y fiscales y que ha coproducido este film junto con Variopinto y Bosco Films”.

La fundación Declausura ha sido también clave, impulsora del proyecto y la “llave de entrada” para los monasterios de clausura en los que se ha rodado la película.

Tampoco olvida el director a las numerosas personas que han formado parte del equipo de rodaje: “desde los cámaras y ayudantes al director de fotografía, Javier Lorenzo, por supuesto Javier Lorenzo como guionista, el director de fotografía Carlos de la Rosa u Óscar Martínez, compositor, que han dado lugar a un producto de una calidad altísima”.

Libres, en cines de toda España y camino de más países

La película Libres se estrena el viernes 21 en cines de toda España. Las salas en las que está disponible se pueden consultar en la web de la película. Asimismo se puede solicitar en otras ciudades y ayudar en su promoción.

Los creadores de Libres esperan dar el salto muy pronto y llevarla a las salas de otros países, especialmente, América Latina, en los próximos meses.

Ecología integral

Pedro Alfonso Ceballos: «Los fieles deben sentirse protagonistas de los cambios»

En esta entrevista para la sección Sostenibilidad 5G, habla Pedro Alfonso Ceballos, Director Ejecutivo de Administración, Finanzas y Talento Humano del CELAM. Entre los temas tratados están la economía, la gestión de recursos y el buen gobierno.

Diego Zalbidea·20 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Respaldado por una amplia experiencia en el ámbito de la Consultoría de alta dirección en temas de Riesgos, Operaciones y Auditoría, Pedro Alfonso Ceballos es, desde agosto de 2022, el Director Ejecutivo de Administración, Finanzas y Talento Humano del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM). 

Anteriormente, Ceballos lideró la puesta en marcha y el desarrollo de las operaciones de “Geoban Argentina”, empresa del Grupo Santander especializada en BPO y procesos de back office y como “Country Retail Risk Head” del Banco Santander en Chile y Argentina, ha gestionado carteras de más de 3 millones de clientes.

En esta entrevista responde a título personal. No le gustaría que sean interpretadas, en ningún caso, como posiciones de la institución en la que trabaja.

¿Qué relación hay entre la economía y la misión de la Iglesia?

–La relación entre la misión de la Iglesia y la economía es compleja y diversa. La Iglesia destaca la importancia de la justicia social y la equidad económica en el mundo. Históricamente la Iglesia ha defendido la idea de que la economía debe servir al bien común, incluyendo a los más pobres y vulnerables. Diversas encíclicas papales tratan el tema de la economía desde diversos aspectos, enfatizando conceptos como el desarrollo integral como una meta económica prioritaria.

En “Caritas in Veritate”, encíclica del Papa Benedicto XVI se aborda con realismo y esperanza los problemas creados por la crisis financiera, por la falta de instituciones internacionales capaces de reformar la ineficacia burocrática que alarga el subdesarrollo de muchos pueblos y por la falta de ética de muchas mentalidades que predominan en las sociedades opulentas.

En síntesis, podemos afirmar que la relación entre la Iglesia y la economía apunta a equilibrar los valores espirituales y los objetivos económicos para trabajar juntos en beneficio de toda la sociedad.

¿Por qué la transparencia y el buen gobierno generan confianza?

–La confianza es uno de los cimientos de la sustentabilidad. Construir confianza es una tarea cotidiana y permanente. Las herramientas de gestión deben estar fundamentadas en la transparencia y controles adecuados y eficientes.

¿Cuál es su misión al frente de la dirección de administración y finanzas del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM)?

–La principal tarea es la custodia del patrimonio de la institución a través de la ejecución de políticas financieras transparentes, eficientes y compatibles con los principios cristianos.

En segundo lugar, brindar las condiciones adecuadas para que los proyectos pastorales, sociales y educativos tengan un marco de ejecución ágil que garantice que los fondos asignados son destinados con eficiencia a los objetivos planteados.

Es importante también brindar condiciones para que las actividades con capacidad de generar recursos recurrentes aporten dichos recursos a la cobertura de los costos estructurales que tiene una institución de estas características.

¿Cuál es el mayor obstáculo, desde el punto de vista de los recursos, para la Iglesia?

–Creo que un obstáculo importante es la definición de las prioridades. En un mundo con crecientes necesidades, y con recursos limitados, esa definición es crucial.

Un segundo obstáculo es darle sostenibilidad a la misión a través del tiempo. En ese sentido la búsqueda de financiamiento a proyectos prioritarios debe ser una actividad permanente.

¿Qué es lo que más ayuda a los fieles a ser corresponsables?

–Sentirse protagonistas de los cambios que se van generando con su participación. El abrir las actividades y proyectos a la participación amplia garantiza compromisos y fortalece la capacidad de acción y logro de resultados.

¿Quiénes son los fieles más generosos con su tiempo, sus talentos y su dinero?

–En línea con lo respondido en la pregunta anterior, son aquellos que sienten profundamente que están generando un cambio con su actividad. Cuanto más cercanos están a las acciones, mayor es el compromiso y la generosidad con la que abordan su misión.

Es destacable el mantenimiento a través del tiempo de la contribución a la Iglesia por parte de una amplia red de colaboradores, de todos los estamentos sociales y culturales. Esto implica el mantenimiento de la confianza en la institución a través del tiempo.

¿Cómo puede la Iglesia sostener mejor a sus sacerdotes? ¿Qué podemos hacer cada uno en nuestras comunidades?

–En este tema me cuesta hacer una reflexión, como laico, aunque me permito sugerir un refuerzo en la formación en materias que hacen a la gestión cotidiana de sus ámbitos de acción. El manejo de conceptos básicos de administración financiera, regulaciones, y programas estructurados de incorporación a las comunidades donde participen fortalecería la confianza y brindaría herramientas para cumplir con su misión.

En síntesis, desarrollar mecanismos transparentes de sustentación en las diversas realidades en las que ejercen su vocación, y favorecer la integración de los sacerdotes en las comunidades en las que son destinados.

¿Qué le ilusiona para este encargo que le ha hecho el CELAM?

–Modernizar las actividades generadoras de recursos, como la capacitación, la editorial y la casa de retiros, para que se logre recurrencia y sustentabilidad. Esto permitirá que los recursos patrimoniales sean dedicados plenamente a los proyectos pastorales y sociales.

¿Hasta qué punto la Iglesia está preparada para el futuro?

–La Iglesia siempre ha enfrentado y superado desafíos a lo largo de su historia, y su capacidad para adaptarse y evolucionar ha sido fundamental para su continuidad y crecimiento.

En ese sentido, la Iglesia Católica ha sido consciente de la necesidad de adaptarse a los cambios del mundo moderno y ha tomado medidas para hacerlo. Por ejemplo, el Papa Francisco ha abogado por una renovación de la Iglesia que incluye la promoción de los valores de la justicia social, la inclusión y la compasión. Además, la Iglesia ha explorado nuevas formas de comunicación y evangelización, utilizando medios digitales para llegar a un público más amplio y diverso.

¿En qué se diferencia la Iglesia de una empresa?

–Son entidades con objetivos y fines distintos. Ambas instituciones tienen una estructura organizativa, aunque la forma en que operan y se enfocan en sus objetivos es diferente.

La Iglesia es una institución religiosa que tiene como objetivo principal difundir y promover la fe, fomentar la espiritualidad, brindar orientación moral, ofrecer asistencia social a los más necesitados. Una empresa, en cambio, tiene como objetivo principal generar ganancias y maximizar sus beneficios económicos para sus accionistas y / o propietarios. 

En segundo lugar, la Iglesia se financia principalmente a través de donaciones y ofrendas de sus feligreses, mientras que una empresa obtiene sus recursos principalmente por la venta de sus productos y servicios.

Por último, la estructura de la Iglesia está basada en líderes religiosos ordenados, mientras una empresa es dirigida por un equipo de gestión que persigue los objetivos corporativos y los intereses de los accionistas.

El autorDiego Zalbidea

Profesor de Derecho patrimonial canónico, Universidad de Navarra

Teología del siglo XX

El personalismo en teología

Quizá el personalismo sea el movimiento filosófico con mayor impacto en la teología del siglo XX. Unas pocas pero importantes ideas sobre el aspecto relacional de las personas influyeron en casi todos los tratados teológicos. 

Juan Luis Lorda·20 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

A principios del siglo XX, con bastantes matices y excepciones, se puede decir que la filosofía dominante en los ambientes católicos era el tomismo. Y el punto fuerte de esa filosofía era la metafísica, es decir, la doctrina del ser. 

Metafísica del ser

Es una doctrina importante dentro del cristianismo que confiesa a un Dios creador, ser supremo que hace de la nada a otros seres que no son parte de Él. Tienen una consistencia propia y real, pero no se explican por sí mismos y son contingentes. Esto fundamenta tanto las demostraciones de la existencia de Dios como la analogía, que permite atribuir a Dios, como causa última, las perfecciones de las criaturas y especialmente del ser humano, “imagen de Dios”. 

Esta “metafísica del ser” recibió en el siglo XX un valioso impulso con la obra de Gilson (1884-1978) y lo que él llamaba la “metafísica del Éxodo”, inspirada en la declaración del mismo Dios “yo soy el que soy” y en su Nombre, Yahvéh (Ex 3, 14-16); con esa forma hebrea tan próxima a la palabra “es”. Verdaderamente, Dios es “el que es”. Afirmación poderosa y difícil de contestar, aunque no siempre guste a los exegetas, que suelen preferir traducciones menos filosóficas. 

Además, en paralelo, durante el siglo XX esta metafísica del ser fue completada por varias inspiraciones filosóficas con lo que podría llamarse una metafísica de la persona. En realidad, se trata de un conjunto pequeño de ideas, pero como resaltan un aspecto capital (la relacionalidad de las personas), han repercutido en casi todos los aspectos de la teología. 

Las inspiraciones comunes

Más que una línea única, es una confluencia de pensamientos, provocada por la común situación ideológica. Tras la I Guerra Mundial, además de una fuerte inclinación hacia el materialismo científico, se produjo un feroz enfrentamiento entre los movimientos y sociedades comunistas y los pensamientos y regímenes liberales. Los liberales y capitalistas clásicos fueron acusados de crear un modelo de sociedad clasista y explotador que, con su revolución industrial, había llevado a muchos al desarraigo y la pobreza (proletariado). Los comunistas, por su parte, en cuanto pudieron, crearon estados policiales, pretendidamente igualitarios, donde minorías iluminadas pisotearon sin rubor las libertades más fundamentales de las personas. 

Autores muy distintos, con inspiración cristiana o judía, percibieron entonces que, en realidad, se oponían dos antropologías que era necesario corregir, equilibrar y superar. Y que para eso convenía entender a fondo lo que es una persona, tal como lo define la tradición teológica y filosófica cristiana. 

Confluyeron tres corrientes, casi coetáneas. En primer lugar, lo que podríamos llamar “personalistas franceses”, a partir de Maritain. En segundo lugar, los “filósofos del diálogo” con Ebner como inspirador y Martin Buber como el más conocido. En tercer lugar, varios autores del primer grupo de fenomenólogos que rodeó a Husserl, sobre todo Edith Stein, Max Scheler y Von Hildebrand; se les suele llamar “Círculo de Gotinga”. 

El personalismo de Jacques Maritain

Probablemente Jacques Maritain (1882-1973) es el filósofo católico más importante del siglo XX, tanto por su itinerario personal, como por la extensión de su obra y su amplia influencia. 

Puesto ante la disyuntiva que hemos descrito, entre un individualismo insolidario y un socialismo aplastante, Maritain recordó la definición que santo Tomás ofrece de las personas trinitarias como “relación subsistente”. Cada persona divina existe por y en relación con las demás. Y, aunque no del mismo modo, también pertenece a la esencia o definición del ser humano la relación. El ser humano es a la vez un individuo diferente con sus necesidades materiales y una persona espiritual que crece en la relación con Dios y con los demás. Y así se realiza. Esta idea influiría directamente en los intentos políticos de Emmanuel Mounier, y en el pensamiento personalista de Maurice Nédoncelle, La reciprocidad de las conciencias. Y rebotaría en todos los campos de la teología.  

Yo y tú, de Martin Buber

El inspirador de esta corriente que suele llamarse “filosofía del diálogo” es un modesto maestro austriaco, Ferdinand Ebner (1882-1931), enamorado del Evangelio de San Juan (la Palabra hecha carne), y que usó este vocabulario y lo desarrolló en su libro La palabra y las realidades espirituales (1921). Pero el gran difusor fue el filósofo judío austriaco Martín Buber, con su libro Yo y Tú (1923). Celebramos el centenario.

Como Ebner, Buber juntó una serie de reflexiones sueltas, con cierto aire poético y evocador, que tienen la virtud de realzar la importancia que la relación tiene para el ser humano. Relación distinta con las cosas (ello) que con las personas (tú). Con su aspiración a la plenitud de conocimiento y de amor que solo puede darse en la relación con Dios (el Tú eterno), pero que es añorado en toda relación auténticamente humana. Buber tuvo una influencia grande en Guardini y, más tarde, en el teólogo protestante Emil Brunner y en Von Balthasar, y con ellos en toda la teología del siglo XX. 

Los fenomenólogos del Círculo de Gotinga

Se trata de una influencia menos localizada. Aquellos primeros filósofos que siguieron a Husserl se fijaron en las vivencias fundamentales del ser humano. Y entre ellas, las más propias de las personas, conocimiento y amor. Edith Stein (1891-1942) hizo su tesis sobre La empatía (1917), es decir la capacidad del ser humano de reconocer al otro como otro, al mismo tiempo que sintoniza con él. Max Scheler (1874-1928) se extendió sobre la Esencia y formas de la simpatía (1923). Por su parte, Dietrich von Hildebrand (1889-1977), discípulo y amigo de Scheler, se fijaría en La metafísica de la comunidad (1930) y más tarde en La esencia del amor (1971); también estudiaría el cambio de actitudes que se producen en la persona al asumir una verdad. 

Con una larga cadena, muchas de estas ideas llegaron hasta Karol Wojtyła (1920-2005), y recibirían el impacto de su personalidad, especialmente tras ser elegido Papa (1978-2005) y desarrollar su teología del cuerpo y del amor. También su idea de la “norma personalista”: la dignidad de las personas, como señaló Kant, hace que no puedan ser tratadas solo como medio, sino al mismo tiempo y siempre como fin; además, cristianamente, siempre merecen amor. Para Juan Pablo II, el amor personal, reclamado por Cristo, es la manera adecuada de tratar a una persona, porque es como Dios la trata. Cualquiera puede negarse a corresponder ese amor (será el infierno), pero es a lo que aspira desde lo más hondo y para lo que está hecho, y lo más definitivo de su personalidad. 

Influencias teológicas en la Moral

Es evidente que estas ideas renovaron, en primer lugar, la antropología teológica. E inmediatamente la moral. Los principales inspiradores alemanes de la renovación de la moral hacia el seguimiento de Cristo, como Fritz Tillmann (1874-1953) y Theodor Steinbüchel (1888-1949), conocían bien y se inspiraron, respectivamente, en el pensamiento de Scheler y Ebner.

Por su parte, Juan Pablo II, que había hecho su tesis doctoral sobre Scheler, además de la antropología, influyó en temas importantes de moral fundamental (la conciencia y Dios) y en la realización humana en el amor. 

La comprensión del ser humano como ser llamado a la relación con otros y con Dios entronca naturalmente con los dos principales mandamientos cristianos, que forman como una cruz, con su vertical hacia Dios, con su horizontal hacia los demás. Y que se realizan plenamente en el corazón de Cristo. Este doble mandamiento de amor personal es el aspecto principal del crecimiento de las personas, la principal virtud. Y, por tanto, el eje de la conducta cristiana, planteado positivamente y no como mero evitar del pecado. Así pasamos de una moral de pecados a una moral de plenitud, ordenando también la moral de virtudes que solo en parte compartimos con los estoicos, ya que la referencia cristiana es la donación en el amor. 

Escatología e idea cristiana de alma

Pensar a los seres humanos no solo como seres queridos por Dios, sino como personas llamadas a una relación eterna con Él, también da un nuevo colorido a la idea cristiana de alma. El alma humana no es solo una mónada espiritual que dura eternamente porque no tiene materia. 

Esta visión platónica puede aceptarse, cuando se observa al ser humano “desde abajo”. Pero la perspectiva completa es la teológica, desde el Dios creador, y por eso hay que darle la vuelta al argumento. El ser humano es espiritual, capaz de conocer y amar, precisamente porque ha sido destinado desde su origen a una relación eterna con Dios. El fundamento de su existencia eterna está en esa vocación al encuentro con Dios. Esto afecta a todo lo que se refiere a la escatología personal. Y Joseph Ratzinger lo tuvo muy en cuenta al elaborar su pequeño y hermoso manual de Escatología. 

En la Eclesiología

También en la eclesiología resultó que este enfoque personalista entroncaba inmediatamente con aspectos fundamentales. La Iglesia es, sobre todo, un fenómeno místico de “comunión de personas”: es “comunión de los santos”, comunión de los cristianos en las cosas santas; o como el propio nombre de la Iglesia indica (ekklesía), es la asamblea convocada para honrar a Dios. Esa unión mística entre los seres humanos es causada por la Trinidad y, al mismo tiempo, es una imagen privilegiada de ella. Y resulta una cierta expansión y participación en la comunión trinitaria por la acción personal del Espíritu Santo, que une a las personas divinas del Padre y del Hijo, y, de otro modo, incorpora a las humanas a esa comunión. Por otra parte, la idea de “comunión” también entronca con la de Alianza: todo ser humano está constitutivamente llamado, desde su origen, a una Alianza personal con Dios que se realiza en la Iglesia. 

En la Cristología

Para un cristiano, Cristo es el modelo de ser humano, la imagen que debe realizarse en cada persona. Por eso, las nuevas ideas acabaron influyendo en la Cristología y después refluyeron hacia la antropología. Influido primero por Buber y después por Von Balthasar, Heinz Schürmann (1913-1999), muchos años profesor de Exégesis católica en Erfurt (entonces Alemania del Este, bajo dominio comunista), presentó la vida de Jesucristo como una pro-existencia: un vivir para otros, o en favor de otros. Como también tenía un fuerte sentido espiritual, mostró que esa “pro-existencia” es la finalidad de la vida cristiana como imitación de Cristo. La propuesta, bien razonada, fue bien recibida. Entre otros, por Joseph Ratzinger, que contribuyó a expandirla (también en Jesús de Nazaret). 

En la doctrina trinitaria

Precisamente porque el ser humano es “imagen de Dios” un mejor conocimiento de lo que es la persona divina nos lleva a reconocer la importancia de la relación (primero con Dios) en la realización de la persona humana. 

Pero también sucede que una mayor conciencia de lo que significa la relación, el amor y la comunión de las personas, lleva después a ver la Trinidad de una manera mucho más “personalista”, completando los aspectos metafísicos. Es verdad que Dios es Uno y Ser, pero también es comunión de Personas en el conocimiento y el amor. Y es muy inspirador que la cumbre de la realidad, el Ser absoluto, no sea una mónada trascendente o un motor inmóvil, sino la comunión viva de las Personas divinas. Misterio en el que, como hemos dicho, estamos llamados a participar. Esta perspectiva da un tono mucho más vital y atractivo al tratado sobre la Trinidad. 

Fecundidad e incomodidades

Basta este rápido repaso para advertir qué fecundidad teológica tuvieron estas pocas pero importantes ideas. Permitieron al pensamiento cristiano situarse frente a los grandes modelos de filosofía política, y también frente al reduccionismo creciente al que empujaba a muchos el mejor conocimiento científico de la materia y el hecho de saber que todo está hecho de lo mismo y procede de lo mismo. Era y es muy necesario dar a esa especie de materialismo metafísico un contrapeso personalista que contempla al ser humano desde arriba, desde lo espiritual, como única forma de explicar su inteligencia y libertad y su aspiración al saber, la justicia, a la belleza y al amor. 

Como otras corrientes legítimas de la teología del siglo XX el personalismo fue recibido con antipatía en algunos medios tomistas más estrictos. Quizá por una entendible “defensa de territorios”. Como si una teología compitiera con otra, cuando debe hacerse como “suma” de todo lo bueno, y así fue en santo Tomás. Pero la antipatía se convirtió en sospecha, a pesar de que estas nuevas ideas tenían tantas y tan claras conexiones con temas de santo Tomás como la persona en la Trinidad, la creación por la voluntad amorosa de Dios, la existencia personal como fruto del amor de Dios, y el destino eterno de contemplación al que están llamados los humanos. 

Algunos que heredaron esa sospecha, defienden todavía que este “personalismo” es una de las causas intelectuales de la crisis de la Iglesia en el siglo XX. La crisis, desde luego, no se puede negar, pero si no se acierta con el diagnóstico, no se puede acertar con la solución. Es un juicio insostenible históricamente, además de una injusticia al valorar a otros intelectuales honrados. No se puede rehacer el pasado, pero se puede hacer el futuro con los medios que tenemos. Primero, la gracia y el auxilio de Dios, y también los tesoros espirituales, intelectuales y morales que ha suscitado en su Iglesia.

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Lecturas del domingo

Reconocer a Cristo. Domingo III de Pascua (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del III domingo de Pascua y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·20 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Lo chocante del evangelio de hoy es cómo estos dos discípulos se habían encerrado en el desaliento. Tenían todas las pruebas disponibles sobre la Resurrección de Cristo -y pueden explicarle los hechos sin darse cuenta de quién es-, pero su conclusión es darse por vencidos y marcharse. 

Verdaderamente “sus ojos no eran capaces de reconocerlo” o más bien su falta de esperanza se lo impedía. Del mismo modo que es posible la incredulidad ante todos los hechos, también puede haber una resistencia obstinada a la esperanza. Eran hombres buenos, pero fue necesaria una manifestación extraordinaria de Jesús para sacudirles de su desesperación.

Explican cómo Jesús había sido rechazado por los jefes de los sacerdotes y los gobernantes, que lo habían condenado a muerte y crucificado. Expresan lo que había sido su esperanza, convertida ahora en desilusión: “Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel”. A continuación, hacen un excelente resumen de los acontecimientos de la Resurrección: “Ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues habiendo ido muy de mañana al sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron”.

La clave no son los hechos, sino cómo los leemos. Y muy a menudo leemos los acontecimientos de la vida con una hermenéutica de desesperación, no de esperanza. Pero, ¿cómo deshace Jesús su desánimo? Hay muchas lecciones para nosotros.

En primer lugar, caminando con ellos, acompañándoles, aunque vayan en dirección equivocada y digan tonterías. El simple hecho de escuchar puede ser un acto salvífico. “Se acercó y se puso a caminar con ellos”. Unas cuantas preguntas adecuadas ayudan a sacar todo el pus de su abatimiento. No nos precipitemos a hablar; dejemos más bien que la gente diga lo que tiene que decir, por muy equivocado que esté.

A continuación, Jesús les reprocha su lentitud para creer en la revelación. Muy de vez en cuando hay que hablar con fuerza para hacer entrar en razón a la gente. Nuestro Señor les señala la Escritura y el papel necesario del sufrimiento en nuestra salvación. Podemos animar a la gente a meditar sobre pasajes bíblicos que les ayuden a dar sentido a su situación, recordándoles que la disposición a sufrir es una parte clave del mensaje cristiano.

Jesús se muestra entonces dispuesto a cambiar sus planes y pasar más tiempo con ellos, compartiendo una comida. El tiempo y la comida hacen mucho por sacar a la gente del letargo. Pero la comida se convierte en Eucaristía, y reconocen a Jesús, volviendo a Jerusalén con alegría.

El tiempo, la paciencia, la escucha, la referencia a las Escrituras, la enseñanza del valor del sufrimiento, la ayuda a los demás para que encuentren a Cristo Eucaristía. Estos son los elementos básicos para recuperar la esperanza perdida.

La homilía sobre las lecturas del domingo III de Pascua (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

Francisco pone el ejemplo de las religiosas mártires en Yemen

“Los mártires son más numerosos en nuestro tiempo que en los primeros siglos”, ha manifestado el Papa Francisco en la Audiencia general de hoy, en la que ha puesto como ejemplo “el testimonio luminoso de fe” de las Misioneras de la Caridad asesinadas en Yemen en años pasados, junto a algunos laicos, algunos musulmanes. “No nos cansemos de testimoniar el Evangelio. también en tiempo de tribulación”, ha añadido el Papa.

Francisco Otamendi·19 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

En la undécima catequesis sobre la pasión de evangelizar y el celo apostólico, que comenzó  en enero, el Santo Padre Francisco ha reflexionado esta mañana en la Plaza de San Pedro “sobre los mártires como testigos del Evangelio”. Y ha puesto especial intensidad en las religiosas Misioneras de la Caridad asesinadas en Yemen en 1998 y en 2016 junto a algunos laicos, “fieles musulmanes que trabajaban con las hermanas”.

El Papa se ha referido a las religiosas en primer lugar, llamándoles “mártires de nuestro tiempo”, y luego a todos los cristianos, al señalar que “los mártires nos muestran que todo cristiano está llamado al testimonio de la vida, también cuando nos llega el derramamiento de la sangre, haciendo de sí mismo un don a Dios y a los hermanos, imitando a Jesús”.

“Si bien son sólo algunos a los que se les pide el martirio”, ha añadido el Papa en la Audiencia, “todos deben estar prestos a confesar a Cristo delante de los hombres, y a seguirle por el camino de la Cruz, en medio de las persecuciones, que nunca faltan a la Iglesia”.

Más persecuciones hoy que en los primeros siglos

Unas “persecuciones” que  “no son cosas de entonces, hoy hay persecuciones a los cristianos  en el mundo. Tantas, ¿eh? Son más los mártires de hoy que los de los primeros tiempos”, ha señalado como en otras ocasiones.

Así lo ha manifestado al comienzo de la catequesis: “Quisiera recordar que también hoy en diversas partes del mundo sigue habiendo numerosos mártires que a imitación de Jesús, y con su gracia, aun en medio de la violencia y de la persecución, dan la mayor prueba de amor, ofreciendo su vida y llegando a perdonar a sus propios enemigos”.

“Son los mártires que han acompañado la vida de la Iglesia. Hoy hay tantos mártires en la Iglesia, tantos, porque por confesar la fe cristiana son desterrados de las sociedades, o van a la cárcel. Son tantos, ¿eh?”

Luego, al saludar a los peregrinos de lengua española, el Papa pidió que “por intercesión de los santos mártires que proclamaron la fe hasta derramar su sangre, pidamos al Señor que no nos cansemos de ser sus testigos, sobre todo en los momentos de tribulación”.

Francisco, que comentó el texto evangélico de san Mateo 10, 16-18, había explicado que “la palabra martirio proviene del griego y significa dar testimonio. El primer mártir fue Esteban, que murió apedreado por confesar su fe en Cristo. Los mártires son hijos e hijas de la Iglesia, de diversas ciudades, lugares, lenguas, naciones, que han dado la vida por amor a Jesús. Y este dinamismo espiritual que impulsaba a los mártires se va configurando en la celebración de la Eucaristía. Así como Cristo nos amó y se entregó por todos, quienes participan en la Misa sienten el deseo de responder gratuitamente a este amor con la oblación de la propia vida”.

El testimonio de sangre une a las religiones

Antes de iniciar una larga referencia a las religiosas y laicos asesinados en Yemen, país  situado en la península arábiga, al sur de Arabia Saudí, el Pontífice señaló expresamente que quería referirse al “testimonio cristiano presente en cada rincón de la tierra: “Pienso por ejemplo, en Yemen, una tierra desde hace muchos años herida por una guerra terrible, olvidada, que ha dejado tantos muertos, y que todavía hace sufrir a tanta gente, especialmente a los niños”.

“Precisamente en esta tierra ha habido testimonios luminosos de fe, como el de las hermanas Misioneras de la Caridad, que han dado su vida allí. Todavía hoy están presentes en Yemen donde ofrecen asistencia a ancianos enfermos y a personas con discapacidad. Algunas de ellas han sufrido el martirio, pero otras continúan arriesgando su vida, pero siguen adelante”, prosiguió el Papa.

A continuación, Francisco se refirió a su espíritu de acogida y caridad. “Acogen a todos estas hermanas de cualquier religión, porque la caridad y la fraternidad no tienen confines. En julio de 1998, sor Aletta, sor Zelia y sor Michael, mientras volvía a su casa después de la Misa, fueron asesinadas por un fanático, porque eran cristianas. Más recientemente, poco después del inicio del conflicto todavía en curso, en marzo de 2016, sor Anselm, sor Margherite, sor Reginetet y sor Judith fueron asesinadas junto a algunos laicos que las ayudaban en la obra de caridad”. 

“Son los mártires de nuestro tiempo”, ha dicho el Papa, con las mismas palabras que pronunció en un Ángelus de entonces, cuando manifestó: ““Estas son las mártires de hoy. No son portada de los periódicos, no son noticia. Son quienes dan la sangre por la Iglesia”.

“Entre estos laicos asesinados, además de cristianos, había fieles musulmanes que trabajaban con las hermanas. Nos conmueve ver cómo el testimonio de sangre puede unir personas de religiones diferentes. No se debe nunca asesinar en nombre de Dios, porque para Él somos todos hermanos y hermanas. Pero juntos se puede dar la vida por otros”.

Y dirigiéndose a todos, el Santo Padre ha alentado: “Recemos entonces para que no nos cansemos de testimoniar el Evangelio. también en tiempo de tribulación. Todos los santos y las santas mártires sean semillas de paz y de reconciliación entre los pueblos, por un mundo más humano y fraterno, esperando que se manifieste en plenitud el Reino de los cielos, cuando Dios será todo en todos”.

El autorFrancisco Otamendi

América Latina

Rodrigo Martínez: “La enseñanza religiosa escolar tiene el desafío de fortalecer su identidad”

En esta entrevista con Omnes, Rodrigo Martínez, presidente de la Junta Regional de Educación Católica del obispado de San Isidro (Argentina) subraya cómo la enseñanza religiosa escolar necesita una reflexión amplia sobre la religiosidad popular y una formación en la materia y en la didáctica del profesorado para responder a los retos actuales de la enseñanza.

Maria José Atienza·19 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

Rodrigo Martínez será uno de los ponentes del Encuentro Iberoamericano de Profesores de Humanidades que se celebrará en Madrid entre los días 6 y 7 de mayo, impulsado por Siena Educación.

Profesores de las áreas de Religión, Historia, Filosofía o Literatura tienen una cita en este encuentro que aunará ponencias, conferencias, talleres y visitas culturales de alto nivel y dirigido a docentes de España y América Latina.

Este Encuentro toma el testigo, ampliado, del I Encuentro Iberoamericano de profesores de religión, realizado el año pasado y que tuvo una excelente acogida y participación.

Rodrigo Martínez preside de la Junta Regional de Educación Católica del obispado de San Isidro (Argentina) y, desde hace años, estudia la presencia de la enseñanza religiosa en el ámbito de las escuelas públicas o de gestión estatal en América Latina.

Este es, de hecho, el tema de su presentación en el Encuentro de Humanidades. En esta entrevista con Omnes, Martínez subraya cómo la enseñanza religiosa escolar necesita una reflexión amplia sobre la religiosidad popular y una formación en la materia y en la didáctica del profesorado para responder a los retos actuales de la enseñanza.

En América Latina el panorama de la enseñanza religiosa escolar es diversos según los países. ¿Podría dibujar un mapa de la enseñanza de Religión en la actualidad?

–La primera distinción que hay que hacer en relación a la presencia de la enseñanza de la religión en la escuela hay que verla entre aquellos países que tienen la posibilidad, en sus legislaciones, de que la enseñanza religiosa se pueda impartir en las escuelas públicas o de gestión estatal y en aquellos que no la permiten.

En los países de tradición hispana o portuguesa de América Latina, tenemos diez casos en los que está habilitada la enseñanza religiosa en la escuela de gestión estatal en alguno de los modelos y otros diez que no.

Entre los que sí tienen esta enseñanza en la escuela pública, el modelo que parece prevalecer es el modelo pluriconfesional. En este modelo, el estado habilita un número de confesiones religiosas para que puedan hacer sus programaciones y formar a sus profesores para la enseñanza religiosa escolar. Es el modelo, por ejemplo, que encontramos en Chile, Colombia, o Brasil.

Es cierto que, en la práctica, la enseñanza religiosa escolar se reduce, muchas veces a la católica; en algunos lugares, católica y evangélica y no hay experiencia con otras religiones, aunque, por ejemplo, como ocurre en Chile, la legislación contempla un número muy elevado de religiones que podrían brindar la enseñanza religiosa.

Desde algunos ámbitos, más críticos con la presencia de enseñanza religiosa, se habla de un modelo no confesional, que presenta el fenómeno religioso como un hecho cultural, que hay que estudiar por su importancia cultural, etc., pero, en la práctica ese modelo apenas tiene presencia en la región. Quizás, Bolivia tiende un poco a este tipo, pero no parece que tenga mucho arraigo en América latina.

Por otra parte, el modelo católico como única opción, apenas existe, sólo en Perú. La mayoría de los países optan por modelos pluriconfesionales, de raíz cristiana como hemos visto.

¿Cómo se definen, en estos países, las confesiones a las que se habilita? ¿Se hace en relación a su presencia en la sociedad?

–Generalmente, estos países tienen tradición católica. Ése era el modelo que prevalecía. Más tarde, a través de sucesivas reformas de las legislaciones educativas habilita la presencia de otras confesiones religiosas. En el caso de Colombia, por ejemplo, la ley habla de la confesión cristiana católica y cristianas no católicas. En Brasil, donde las denominaciones evangélicas son más fuertes, aparecen más detalladas. Pero en general, no se realiza esta puntualización basada en el porcentaje de presencia.

En el caso de los países de América Latina. ¿Hay estabilidad en sus legislaciones educativas?

–Los modelos que encontramos ahora en cada país son fruto de las reformas sucesivas, aunque es cierto que no se han experimentado grandes cambios en los últimos años. Ha habido variaciones quizás relativas a los diseños curriculares, etc.

Por otro lado, en algunos países, sí se ha vivido la presentación de recursos, por parte de algún movimiento político o asociación civil para eliminar la enseñanza religiosa del currículo escolar. En relación a los resultados de este tipo de acciones hemos visto tres consecuencias diferentes.

En Argentina existe un sistema federal, en el que cada provincia determina su sistema educativo; antes, había dos provincias que impartían enseñanza religiosa en la escuela pública: Salta y Tucumán. En Salta hubo una presentación en contra de esta presencia de la enseñanza religiosa en la escuela de gestión estatal que llegó a la corte suprema de la nación y se eliminó la enseñanza religiosa en la escuela pública en la forma que se planteaba: de corte confesional y católico. Tras el recurso pasó a habilitarse fuera del horario escolar. Ahora sólo queda una provincia con esta posibilidad, Tucumán.

En el caso de Brasil hubo una iniciativa del estilo. En este caso, la presentación de un recurso para que la enseñanza de la Religión no fuera confesional. En este caso, la corte de Brasil avaló la constitucionalidad de que la enseñanza religiosa sea confesional.

El tercer caso lo encontramos en Costa Rica donde hubo una presentación, también sobre la confesionalidad, que surgió en relación a la formación del profesorado de Religión, que era potestad exclusiva de la Iglesia católica. Ante este recurso, el tribunal superior falló que podía haber otro tipo de formación, por lo que la enseñanza religiosa escolar dejaba de ser exclusivamente católica. Eso derivó en una reforma del plan de estudios hacia un modelo que podríamos llamar ecléctico.

Lo que vemos es que la cuestión se centra, principalmente, en la confesionalidad, por eso los modelos pluriconfesional o interconfesional pueden ser un camino para seguir sosteniendo el espacio de la enseñanza religiosa en la escuela estatal.

¿Cómo se atiende a la formación del profesorado de Religión en estos países?¿Cuáles son sus desafíos?

–El panorama es diverso. En los modelos confesionales o pluriconfesionales suele darse a la confesión religiosa la potestad de la formación. En este campo, la Iglesia católica, por su larga tradición en esta tarea, posee muchos mas recursos para la formación de profesores.

Pensando en los desafíos de la formación de este profesorado creo que,-hablando del modelo donde existe enseñanza religiosa en la escuela estatal- estos retos se centrar, sobre todo, en conseguir una formación acorde a la identidad de esta disciplina escolar. Una formación que posea claridad conceptual de lo que es la enseñanza de la religión la capacidad de presentarla a unos alumnos, de los que no tenemos que presuponer que son católicos.

En América Latina tenemos una mayoría de bautizados, pero eso no significa que conozcan su fe. En el caos de la religión, aun más porque hablamos de unos conocimientos que no suponen la fe, pero pueden despertarla. Esto sería muy interesante, saber transmitir y presentar los conocimientos de la religión católica de tal modo que aquel alumno que tiene fe, mediante la asignatura pueda fortalecer su fe; que quien está en búsqueda pueda cuestionarse y quizás encontrar una respuesta y aquellos no tienen fe puedan contrastar su postura con la mirada de la Iglesia.

En un mundo podríamos llamar post-secular, ¿qué aporta la enseñanza religiosa en el ámbito de la escuela?

–El concepto post-secular nace a finales del XIX donde se promulgaba el fin de las religiones. Un momento que coincide con el nacimiento de los sistemas legales propios en muchos países de Latinoamerica.

La historia nos confirma que la religión no desaparece. Estamos en un mundo que es religioso, la religión sigue, de hecho, estando presente, aunque quizás de otra manera. Por eso pongo el acento en esta necesidad de descubrir de qué modo se presenta ahora este anhelo de religiosidad.

En América Latina, por ejemplo, yo echo en falta una reflexión, en todo el currículo de la enseñanza de la religión escolar, de lo que significa la religiosidad popular. La religiosidad popular en América Latina es un elemento muy fuerte y parece que no entra en estos planes de estudio. Creo que ése puede ser un camino para descubrir algunas realidades que conforman esa identidad religiosa que tiene el ser humano. En el caso de América Latina, el pueblo latinoamericano mas allá de la secularización que existe, convive con esas expresiones religiosas populares: personas que no son practicantes en el sentido estricto pero que tienen sus devociones, tradiciones, que sigue bautizando a sus hijos, por ejemplo. El otro camino es descubrir el valor de la religión para la convivencia en el mundo de hoy.

La apertura al diálogo intercultural e interreligioso es, en la actualidad, un reto urgente, porque ayuda a la convivencia a la fraternidad y este es un valor intrínseco de la religión católica y que constituye, frente a los estados, un argumento de fuerza.

Más allá de las “discusiones teóricas” en el día a día, la gente sigue buscando respuestas religiosas, a veces en filosofías o en supersticiones, pero sigue en búsqueda. La enseñanza de la Religión puede ser, en este contexto, un camino natural para encontrar las respuestas.

Mundo

Papa Francisco: «El camino sinodal no consiste en tomar decisiones”

El Papa Francisco ha vuelto a recordar que el sínodo no es una búsqueda de respuestas rápidas sino "escuchar bajo la guía del Espíritu Santo".

Giovanni Tridente·19 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

«El camino sinodal no consiste en tener respuestas y tomar decisiones. El camino sinodal es caminar, escuchar -¡escuchar! -, escuchar y avanzar». Lo ha reiterado por enésima vez el Papa Francisco al recibir en Audiencia este jueves a los cientos de religiosas que participan en la 70ª Asamblea General de la Unión de Superioras Mayores de Italia (USMI) y que han elegido como tema de su encuentro el testimonio cristiano con espíritu sinodal.

«El camino sinodal no es un parlamento; el camino sinodal no es un conjunto de opiniones», subrayó el Pontífice, reiterando que se trata más bien de «escuchar la vida bajo la guía del Espíritu Santo», que sigue siendo el verdadero protagonista de toda asamblea sinodal.

Anteriormente también había confiado «su temor» ante la incomprensión del verdadero «espíritu sinodal», cuando surgen casos de querer «cambiar» cosas o tomar decisiones sobre determinados temas.

«No, esto no es un camino sinodal», añadió el Santo Padre, «esto es ‘parlamentario'», cerrando así el paso a las muchas expectativas equivocadas que circulan desde hace años en algunos círculos «aperturistas», empezando por la situación en Alemania.

Trabajando en el Instrumentum laboris

Mientras tanto, por lo que respecta al camino sinodal que conducirá a la Asamblea General de Obispos del próximo mes de octubre, un grupo de expertos de los cinco continentes que trabajarán y discernirán sobre la Etapa Continental, se encuentra reunido en Roma, en la Secretaría General del Sínodo, examinando los siete documentos finales enviados por las respectivas Asambleas.

Este grupo está formado por 22 personas, entre ellas los miembros de la Secretaría General del Sínodo: los cardenales Mario Grech y Jean-Claude Hollerich, el obispo Luis Marín de San Martín, la hermana Nathalie Becquart, otros obispos, sacerdotes, las profesoras Myriam Wylens y Anna Rowlands, y algunos laicos.

Como señala la Secretaría del Sínodo en una nota informativa específica, los documentos finales de la Etapa Continental «serán analizados en detalle para poner de relieve las tensiones y las prioridades en las que hay que profundizar» en la reunión de octubre; acompañarán los trabajos la celebración diaria de la Santa Misa y momentos de oración personal y comunitaria.

Esta reunión permitirá elaborar el documento de trabajo que los obispos utilizarán para la primera sesión del Sínodo. Está prevista una rueda de prensa con periodistas el 20 de abril, al término de la reunión.

Mundo

Concluye el congreso general extraordinario del Opus Dei

El prelado del Opus Dei ha dirigido una carta a los miembros de la Prelatura para agradecer sus oraciones y resaltar el ambiente de filiación, fraternidad y alegría vivido en estas jornadas.

Maria José Atienza·18 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Mons. Fernando Ocáriz, prelado del Opus Dei ha dirigido una carta a los fieles del Opus Dei una vez concluido el Congreso General extraordinario que, durante cuatro días, se ha desarrollado en Roma para adecuar los estatutos de la Prelatura a las indicaciones dadas por el Papa Francisco en el Motu Proprio Ad charisma tuendum.

Fernando Ocáriz ha agradecido a los fieles del Opus Dei las oraciones por los frutos de este Congreso General extraordinario.

Asimismo, ha recordado que las sugerencias «que no eran aplicables a lo que ahora pedía la Santa Sede se podrán estudiar durante las próximas Semanas de trabajo y como preparación del próximo Congreso general ordinario, que se celebrará en 2025». Los congresos ordinarios de la Prelatura se celebran cada 8 años.

En la breve misiva, Ocáriz destaca que los congresistas «han podido trabajar a fondo sobre las sugerencias llegadas de todas las regiones y va quedando perfilada una propuesta de ajustes a los Estatutos» que responde a la petición del Papa en el motu proprio Ad charisma tuendum«.

Este trabajo, una vez ordenado y sistematizado «será entregado en los próximos meses a la Santa Sede». De hecho, el resultado final de estos días «sólo se podrá conocer tras el estudio de la Santa Sede, a quien corresponde la última palabra».

Fieles del Opus Dei en sus diócesis respectivas

Han sido cerca de 300 los hombres y mujeres del Opus Dei procedentes de todo el mundo los que, durante cuatro días (12-16 de abril), han delineado los cambios pertinentes en los estatutos de la que, por el momento, es la única prelatura personal existente en la Iglesia católica.

Como destaca en una entrevista en Omnes una de estas congresistas, Marta Risari «sería interesante especificar que los laicos son fieles de sus diócesis (igual que cualquier otro laico). Formar parte del Opus Dei no les resta nada a su ser fieles de las diócesis. Aunque sea evidente para nosotros, quizá no estaba explícitamente expresado en los Estatutos«.

Este mismo punto ha sido resaltado por monseñor Fernando Ocáriz en este mensaje final. En él señala que «se ha procurado expresar con más claridad la dimensión carismática de la Obra, que se vive y se realiza en comunión con las iglesias particulares y con los Obispos que las presiden». 

Paternidad, filiación y fraternidad

El prelado ha querido subrayar también que la «Prelatura del Opus Dei es una familia fruto de unos vínculos de paternidad, filiación y fraternidad». Una fraternidad que estos días ha estado especialmente presente con la confluencia de personas de todo el mundo que ha ayudado «a rezar los unos por los otros y, especialmente, por los que vivís en naciones azotadas por la guerra, o por las distintas formas de pobreza y necesidad».

Evangelización

El diálogo ecuménico e interreligioso, instrumentos de paz

El ecumenismo supone renunciar a la convicción de que nuestro camino es el único posible, para empezar a pensar, juzgar y obrar desde la perspectiva de toda la familia cristiana, donde todos los bautizados tienen una fe común.

Antonino Piccione·18 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

Intercomunión, ecumenismo y diálogo interreligioso es el tema que centra la sesión celebrada el viernes 14 de abril, en el marco del X Curso de especialización en información religiosa promovido por la Asociación ISCOM, la Asociación de Periodistas Internacionales Acreditados por el Vaticano (AIGAV) y la Facultad de Comunicación Social Institucional de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz.

«Hace más de sesenta años, un acto inspirado del santo Papa Juan XXIII puso en marcha un cambio que inmediatamente tomó fuerza y determinó una nueva dirección en la vida concreta de la Iglesia católica en relación con las demás Iglesias y Comuniones cristianas». Así se expresaba S.E. Mons. Brian Farrell, Obispo Secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, sobre la creación del Secretariado para la Unidad de los Cristianos (hoy Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos), parte integrante del aggiornamento del que el catolicismo sentía desde hacía tiempo una gran necesidad.

El Secretariado, bajo la dirección de su primer presidente, el cardenal Augustin Bea, se encargó de llevar a la agenda del Concilio, entre otras cosas, la apremiante cuestión de la superación de las seculares divisiones y rivalidades en el mundo cristiano, y el restablecimiento de esa unidad querida por el propio Señor: «Ut unum sint» (Juan 17, 21). «Esta tarea en particular se presentaba», observa Farrell, «como un reto verdaderamente difícil. Para que los católicos participaran en el movimiento ecuménico, que ya estaba tomando forma entre protestantes y ortodoxos, era necesario un cambio radical de perspectiva sobre la Iglesia, así como sobre la naturaleza y el valor de otras comunidades cristianas. Olvidamos fácilmente que la gran mayoría de los obispos que se reunieron en la Basílica de San Pedro el 11 de octubre de 1962 para iniciar el Concilio, por su formación, estaban convencidos de que fuera de la Iglesia católica sólo existían el cisma y la herejía».

En esta renovada visión eclesiológica, los Padres conciliares llegaron a reconocer que las demás Iglesias y Comuniones cristianas «en el misterio de la salvación no están en absoluto privadas de sentido y de valor» («Unitatis redintegratio«, 3). En efecto, «el Espíritu de Cristo no se niega a servirse de ellas como instrumentos de salvación» (ibid.). En consecuencia, el deber de restablecer la unidad de los discípulos de Cristo se revela como una exigencia indispensable.

El diálogo

«La cuestión crucial», según el secretario del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, «era perfeccionar el concepto de diálogo para que los resultados pudieran traducirse en una experiencia concreta de vida eclesial, como testimonio común y servicio de amor unido». Con la encíclica «Ut unum sint» del Papa Juan Pablo II, el diálogo se sitúa en el contexto de una profunda visión antropológica: el diálogo no es sólo un intercambio de ideas, sino que es un don de sí al otro, realizado recíprocamente como un acto existencial. Antes de hablar del diálogo como forma de superar los desacuerdos, la encíclica subraya su dimensión vertical. El diálogo no se desarrolla simplemente en un plano horizontal, sino que tiene en sí mismo una dinámica transformadora en la medida en que es un camino de renovación y de conversión, un encuentro no sólo doctrinal sino también espiritual, que permite «un intercambio de dones» (nn. 28 y 57)».
El diálogo presupone, pues, una auténtica voluntad de reforma, mediante una fidelidad más radical al Evangelio y la superación de toda vanidad eclesial. El Papa Benedicto XVI ha profundizado aún más en el concepto de diálogo, invitando a «leer toda la tarea ecuménica», subraya Farrell, «no en términos de una secularización táctica de la fe, sino de una fe repensada y vivida de un modo nuevo, a través de la cual Cristo, y con Él el Dios vivo, entra en este mundo nuestro de hoy».

Según Benedicto, es necesario superar la época confesional en la que se mira sobre todo lo que separa, para entrar en la época de la comunión «en las grandes directrices de la Sagrada Escritura y en las profesiones de fe del cristianismo primitivo» y «en el compromiso común con el ethos cristiano ante el mundo» (cf. Discurso en Erfurt, Alemania, 23 de septiembre de 2011).

El intercambio de dones

En la línea de sus predecesores, el Papa Francisco ha hablado a menudo del diálogo ecuménico como un intercambio de dones. «Tal actitud ecuménica -señala Farrell- conlleva una visión elevada, teológica y espiritual, de la comunión que ya existe entre los cristianos: ‘Incluso cuando las diferencias nos separan, reconocemos que pertenecemos al pueblo de los redimidos, a la misma familia de hermanos y hermanas amados por el único Padre'» (Homilía del 25 de enero de 2018).

Ese ecumenismo supone renunciar a la convicción de que nuestro camino es el único posible, para empezar a pensar, juzgar y obrar desde la perspectiva de toda la familia cristiana, donde todos los bautizados tienen una fe común.
En su informe sobre «la Iglesia y las demás tradiciones religiosas: el diálogo interreligioso», el padre Laurent Basanese S.J., Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, recuerda un pasaje de la Carta Encíclica del Papa Francisco sobre la fraternidad y la amistad social (3 de octubre de 2020), nº 199: «Algunos intentan huir de la realidad refugiándose en mundos privados, y otros la afrontan con violencia destructiva, pero entre la indiferencia egoísta y la protesta violenta hay una opción siempre posible: el diálogo. Mientras que en otras épocas las religiones florecieron en regiones relativamente separadas, hoy se encuentran a menudo en el mismo territorio coexistiendo o enfrentadas debido a la globalización en curso, lo que convierte el verdadero diálogo interreligioso en una cuestión crucial.

El otro

«Al prestar atención a lo que el ‘otro diferente’ tiene en común con los cristianos», explica Basanese, «el diálogo ha introducido en la conciencia y la práctica de la Iglesia una nueva forma de considerar a las personas que no comparten la fe de la Iglesia. El ‘otro’ ya no es un ‘objeto de misión’, como consideraban los antiguos tratados de misionología, sino un sujeto al que hay que dirigirse. Hoy, sin embargo, se desea un modelo de encuentro más articulado y complejo, que tenga muchas facetas. Este modelo exige juego, es decir, discernimiento, entre las múltiples dimensiones de una misma realidad, pero también perseverancia en la intención de construir juntos un mundo en el que reine la paz, así como imaginación y creatividad en la vida cotidiana de las relaciones».

Recordando los hitos del diálogo interreligioso en la Iglesia católica (el Concilio y la toma en serio de la globalización, la Encíclica Pacem in Terris, el diálogo institucionalizado de la Iglesia, la Encíclica Ecclesiam Suam de 1964), Basanese se detiene en la Declaración Nostra Aetate del Concilio de 1965 sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas (n. 2), subrayando la base común de humanidad de la que parten: «La Iglesia católica no rechaza nada de lo que hay de verdadero y santo en estas religiones. Considera con sincero respeto aquellos modos de obrar y de vivir, aquellos preceptos y doctrinas que, aunque difieren en muchos puntos de lo que ella misma cree y propone, sin embargo no pocas veces reflejan un rayo de aquella verdad que ilumina a todos los hombres. No obstante, proclama, y está obligada a proclamar, a Cristo que es «el camino, la verdad y la vida» (Jn 14, 6), en quien los hombres deben encontrar la plenitud de la vida religiosa y en quien Dios ha reconciliado consigo todas las cosas».

Era el final de la era eurocéntrica: se abrían nuevos horizontes para la misión de la Iglesia en el mundo, especialmente en relación con las grandes religiones. Era imposible separar el diálogo entre las distintas confesiones del proceso de construcción de la paz. A este respecto, Basanese cita a Juan Pablo II (Ceremonia de clausura de la Asamblea Interreligiosa de Asís, 28 de octubre de 1999): «Religión y paz van de la mano: declarar la guerra en nombre de la religión es una contradicción evidente. Los líderes religiosos deben demostrar claramente que se comprometen a promover la paz precisamente a causa de su fe religiosa».

Comunidades flexibles y abiertas

Un diálogo de este tipo aspira a la reconciliación y la convivencia. Es un modelo que se opone a la «cultura de la confrontación» o «antifraternidad». La formación de las jóvenes generaciones debe aspirar a que las personas y nuestras comunidades no sean rígidas, sino flexibles, vivas, abiertas y fraternas. Esto es posible haciéndolas más complejas, articulándolas con el «otro que ellas mismas», aumentando su capacidad innata de creatividad.
Un diálogo así esculpido en el Documento sobre la fraternidad humana para la paz mundial y la convivencia común (4 de febrero de 2019): «Adoptar la cultura del diálogo como camino; la colaboración común como conducta; el conocimiento mutuo como método y criterio».

Un diálogo a varios niveles que, según Basanese, el Papa Francisco, en el espíritu de Asís, condensó bien en algunos conceptos clave: «Hoy es tiempo de imaginar con valentía la lógica del encuentro y del diálogo recíproco como camino, la colaboración común como conducta y el conocimiento mutuo como método y criterio; y, de este modo, ofrecer un nuevo paradigma para la resolución de los conflictos, contribuir al entendimiento entre las personas y a la salvaguardia de la creación. Creo que en este campo tanto las religiones como las universidades, sin necesidad de renunciar a sus características y dones particulares, tienen mucho que aportar y ofrecer» (Universidad de Chulalongkorn, Bangkok, 22 de noviembre de 2019).

El autorAntonino Piccione

IA: Ineptitud Artificial

Una de las preguntas que emerge ante la Inteligencia Artificial es si son las máquinas las que se parecen cada vez más a los hombres o somos los hombres los que nos estamos comportando cada vez más como máquinas.

18 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Charlar un rato con ChatGPT es una experiencia alucinante. Este modelo de inteligencia artificial (IA) tiene respuestas para todas las preguntas imaginables, aunque no para las fundamentales.

Y me explico: el robot parlanchín sabe absolutamente todo de absolutamente cualquier tema que le quieras proponer y es capaz de mantener una conversación interesante, entretenida y educada, con su pizca de sal, durante todo el tiempo que uno desee, pero llega un momento en el que comienza a responder con evasivas y a remitir a un conversador humano y eso es cuando las preguntas tienen que ver con las grandes cuestiones que toda persona tiene que plantearse: ¿Quién soy? ¿Tiene sentido todo esto? ¿Por qué debe importarme mi prójimo?

El debate sobre la IA no ha hecho más que empezar y son muchos los retos que nos plantea. Su rápido desarrollo y sus insospechados limites han llevado a algunos a solicitar incluso una moratoria en su implementación para evitar los posibles riesgos de una tecnología que no terminamos de controlar.

Sin ir más lejos, la llamada cuarta revolución industrial que la IA traerá consigo hará que desaparezcan miles de puestos de trabajo pues las tareas que en la actualidad realizamos muchos millones de seres humanos podrán ser realizadas con mucha más rapidez y eficacia por un ordenador.  

Lo cierto es que la IA nos gana en capacidad de cálculo, en análisis de datos y en memoria; pero su supuesta inteligencia se vuelve ineptitud cuando trata de ser auténticamente humana, cuando sus respuestas no se miden en términos de exactitud o eficiencia, sino en otros como la empatía, la compasión o la trascendencia.

La inteligencia artificial no es más que la sublimación del modelo individualista, materialista y competitivo de nuestra sociedad. Como cuando aquel mítico Deep Blue de IBM venció al campeón mundial de ajedrez Garri Kasparov, los modelos actuales y futuros de inteligencia artificial lo único que buscan es ganar a toda costa. En realidad, si lo pensamos bien, solo están jugando una partida contra nosotros que, más tarde o más temprano, conforme sigan aprendiendo, acabarán ganando. Ganar, ganar y ganar, ese es el sentido de su existencia.

Para los algoritmos, lo más parecido a nuestro concepto de felicidad es la victoria frente al competidor, pero ¿es eso lo más humano? Y esta reflexión me lleva a la pregunta: ¿Son las máquinas las que se parecen cada vez más a los hombres o somos los hombres los que nos estamos comportando cada vez más como máquinas?

Nuestra sociedad del descarte deja fuera de su ecuación todo lo que no sirva para lograr la victoria del superhombre nietzscheano “liberado” ya por fin del yugo de Dios. Trata de avanzar a toda costa, sin importar quién se quede en el camino, pues el otro al fin y al cabo no es más que un mero competidor. Su objetivo: ganar a toda costa y cueste lo que cueste, aunque ello implique despejarse a los débiles y romper lazos familiares y comunitarios.

Ojalá el debate sobre la inteligencia artificial nos lleve a aprender algo de las máquinas. Ellas nos enseñan que el futuro de la humanidad, si seguimos su camino, será frío y solitario como lo son ellas. Y que, cuando alguno de nosotros consiga abatir a todos sus contrarios su única  satisfacción será poder decirse a sí mismo (no tendrá con quien compartirlo): Game Over.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Familia

Martínez de Aguirre: «Facilitar el divorcio cambia la visión del matrimonio»

El lunes 17 de abril tuvo lugar el Foro Omnes "El matrimonio en Occidente: de la deconstrucción a la reconstrucción”, organizado junto a la Facultad de Derecho de la Universidad de Navarra. Entre los temas tratados estuvieron los cambios en el derecho civil en la regulación del matrimonio, la filiación y la necesidad de recuperar el sentido de la familia.

Paloma López Campos·17 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

La sede de posgrado de la Universidad de Navarra en Madrid acogió el Foro Omnes “El matrimonio en Occidente: de la deconstrucción a la reconstrucción”, que contó con las ponencias de Álvaro González Alonso, director académico del Máster de Formación Permanente en Derecho Matrimonial y Procesal Canónico de la Universidad de Navarra, y Carlos Martínez de Aguirre, catedrático de Derecho Civil en la Universidad de Zaragoza. María José Atienza, redactora jefe de Omnes, presentó a los ponentes y actuó como moderadora de la mesa.

El primero en tomar la palabra fue Carlos Martínez de Aguirre, quien resaltó “las mutaciones en el Derecho Civil, que no solo han cambiado las reglas del juego, sino el juego en sí mismo”. Hasta el punto de que hemos presenciado la subjetivación del concepto del matrimonio y de la familia.

Entre esos cambios se encuentran “los avances técnicos y médicos que han provocado cambios en la sociedad, como la posibilidad de procrear sin necesidad de tener sexo”. A estos se unen las cirugías de cambio de sexo o las nuevas medidas legales para registrarse con un sexo distinto.

“Todo este conjunto de cosas”, señaló Martínez de Aguirre “transmite el mensaje del dominio de la voluntad humana sobre el sexo, la procreación y las realidades familiares”.

Un nuevo concepto de familia

Esto, que ya resulta complicado a nivel antropológico, hace que “desde el punto de vista técnico legal la situación cada vez sea más complicada”, pues “se produce una doble desconexión dentro del derecho de familia”. Ya no hay fundamento biológico y esto permite al legislador modificar los conceptos básicos a su voluntad.

Actualmente, hay un “concepto de familia adulto céntrico, centrado en los deseos de los adultos y pasando por encima de los intereses de los menores”. De aquí se deriva, consideró el catedrático, otra consecuencia: “el matrimonio es cada vez tratado más como una relación íntima autosatisfactiva entre adultos”. El resultado de esto es que “los hijos quedan a expensas de los deseos e intereses de los adultos”.

Tradicionalmente, “el matrimonio era una institución ligada a la procreación. Estos rasgos desaparecen cuando en el plano civil se acepta el matrimonio homosexual y el divorcio”. Esto es relevante porque “la decisión consistente de admitir que dos personas del mismo sexo puedan casarse, afecta a la propia estructura de la familia”. Por otro lado, “facilitar el divorcio cambia el modo de considerar el matrimonio y también tiene sus consecuencias técnicas”.

El fin de las obligaciones

Cuando dejamos que entre el divorcio en la ecuación, dijo Martínez de Aguirre, “las obligaciones de los cónyuges cambian. Cualquiera de ellos puede ponerles fin cuando quiera”.

“La existencia de un divorcio tan accesible desincentiva la inversión patrimonial y personal en un matrimonio”, en consecuencia, cada vez son más frecuentes los pactos prematrimoniales, que buscan muchas veces salvaguardar los bienes propios en vistas al divorcio.

El cambio en el concepto es evidente. “Antes se decía que el matrimonio es mucho más que un contrato, pero ahora hemos llegado al punto de decir que el matrimonio es mucho menos que un contrato”.

Sin embargo, el catedrático señaló que “la deconstrucción no es total. Todavía queda el rasgo de la pareja, de la unidad”. Si bien es verdad que, “considerando el matrimonio canónico y el civil, estamos ante dos figuras distintas que lo único que comparten es el nombre”.

Paternidad y filiación

Ahora que “hemos separado radicalmente el dato biológico del dato legal”, nos damos cuenta de que “la filiación empieza a descomponerse también”. Esto no es solo una idea, sino que, como apuntó Martínez de Aguirre, “hemos perdido calidad de vida familiar en prácticamente todos los indicadores que pudiéramos considerar”.

Por ello, “es necesario hacer un replanteamiento en profundidad de las regulaciones legales del matrimonio”.

Preservar la visión del matrimonio

Para resumir su intervención, el catedrático de la universidad de Zaragoza afirmó que “el derecho civil no tiene una idea de lo que es el matrimonio”. Pero “el derecho canónico ayuda a preservar la visión del matrimonio que nos permitirá reconocer que el camino que se está tomando ahora mismo no nos lleva a ninguna parte”.

Tras la ponencia de Carlos Mártínez de Aguirre, se dio paso al turno de preguntas. Una de las cuestiones tratadas fue la protección del matrimonio frente a los abusos legales. El profesor Aguirre destacó la importancia de redescubrir la importancia y esencia del matrimonio. También se cuestionó el acompañamiento a los jóvenes que piensan casarse, a lo que los ponentes respondieron que era importante no buscar respuestas existenciales en el ámbito jurídico y a dar importancia a la preparación de los acompañantes de los novios.

Finalizado el turno de preguntas, tomó la palabra Álvaro González Alonso, quien explicó el Máster de Formación Permanente en Derecho Matrimonial y Procesal Canónico de la Universidad de Navarra. Este curso de postgrado está aprobado por la Santa Sede, dura un curso académico y se cursa en un 80% de manera online. Tiene cinco características fundamentales:

  • Rigor científico e interdisciplinariedad
  • Acompañamiento y flexibilidad
  • Calidad del claustro académico
  • Servicio a la Iglesia y a la sociedad
  • Internacionalidad

La importancia de la formación

González Alonso destacó la importancia de profundizar en el conocimiento de una materia como la del Máster porque “importa lo que es en sí misma la institución del matrimonio”, y la formación del plan de estudios facilita ese conocimiento mayor. Por otro lado, señaló que “en la medida en que el conocimiento sea más profundo, más fácil será acompañar”.

Para concluir, el director académico expresó la necesidad de acercar la figura del Derecho canónico y la del Derecho civil, diciendo que “apremia un desarrollo de la legislación acorde con la verdad del matrimonio y la familia”.

España

Juan José Omella: “El deseo de Dios está emergiendo” 

La 121 Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española reúne a los obispos españoles esta semana con diferentes retos sobre la mesa.

Maria José Atienza·17 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

El cardenal Omella, presidente de los obispos españoles ha dirigido un discurso que, siendo más breve de lo habitual, ha señalado certeramente las líneas y retos de la Iglesia española en estos momentos.

El arzobispo de Barcelona ha iniciado su discurso de apertura de esta 121 Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal España recordando el reciente fallecimiento de Benedicto XVI así como el décimo aniversario del inicio del pontificado del Papa Francisco.

El emergente anhelo de Dios  

Uno de los puntos más interesantes de los tratados en este discurso ha sido la constatación del creciente anhelo de Dios en la sociedad actual. En este sentido, Omella ha afirmado que “del mismo modo que la secularización se inició en el mundo urbano y ahora está afectando al mundo rural, descubrimos que el deseo de Dios está emergiendo en las ciudades y, con el tiempo, esperamos que llegue también al mundo rural. Creemos que estamos viviendo el inicio de una nueva primavera del Espíritu. Damos gracias a Dios por este don”.

Una primavera que conlleva asimismo el reto de una preparación para toda la Iglesia en la acogida y acompañamiento de todos los que se acercan a la luz de Cristo.

Un reto común, que apela a la responsabilidad evangelizadora que nace del Bautismo de todos los cristianos. “Es el pueblo de Dios el que evangeliza” ha recordado Omella.

En este punto, el cardenal ha querido recordar además algunos de los puntos clave del documento Fieles al envío misionero que delinea los ejes pastorales y líneas de acción de la Iglesia española en estos años.

Descubriendo el papel de los laicos

Omella ha alabado las “nuevas iniciativas de evangelización, promovidas por los laicos en comunión con sus pastores, están ayudando tanto a los mismos laicos como a los ministros ordenados a redescubrir lo que les es propio y a incrementar la acción coordinada y sinodal” pero ha subrayado que “esta no es la misión más habitual para la mayoría de los laicos. Dios no llama al laico a abandonar el mundo cuando profesa su fe, todo lo contario, el «mundo» se convierte en el ámbito y en el medio de su vocación, en el cual debe buscar su santificación” .

Para el presidente de los obispos españoles, “el reto más importante que tenemos ahora es despertar en las multitudes de laicos la vocación que han recibido de Jesucristo para que, unidos a él, ejerzan su misión de ser sal y luz para el mundo, de ser la levadura que transforme la sociedad para hacerla más humana, digna y fraterna. Ellos son el rostro, la voz y los brazos de Dios en medio del mundo”.

En esta línea, Omella ha querido apuntar que “para ayudar a los laicos a redescubrir su misión en medio del mundo, los obispos de la CEE hemos publicado recientemente el documento El Dios fiel mantiene su alianza» y ha animado a darlo a conocer a todos los fieles”

Ante las próximas citas electorales, el presidente de los obispos ha enumerados ocho puntos a tener en cuenta:
1. Promover la dignidad de la persona
2. Venerar el inviolable derecho a la vida
3. Ser libres para invocar el nombre del Señor4. La familia, el primer campo del compromiso social
5. La caridad, el alma y apoyo a la solidaridad
6. Todos somos destinatarios y protagonistas de la politica
7. Situar al ser humano en el centro de la vida económica y social
8. Evangelizar la cultura y las culturas del hombre

Junto a esto, ha animado a los laicos “a alentar un movimiento social a favor del bien común que pasa por proponer, no imponer, la visión católica de la persona, el matrimonio y la familia, como fermento de una sociedad más fraterna, humana y sensible a los más pobres y necesitados”.

Familia y derechos de los padres

Omella se ha referido ampliamente a la importancia de proteger y alentar la familia en la que la “mayor parte de la humanidad alcanza la plenitud del amor”.

“Somos una sociedad familiar y eso no solamente es compatible con ser modernos, sino que hace posible que lo seamos” ha subrayado el cardenal, que ha calificado a la institución familiar como “una alternativa al modelo de modernidad individualista, utilitaria y desvinculada, que tanto daño psicológico y emo cional está causando a las personas y que al final hace insostenible la vida social y el desarrollo humano”.

También ha exigido el presidente de los obispos españoles el respeto a la libertad de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones. En este punto ha defendido propuesta educativa que promueva una educación afectivo-sexual orientada al modo de amar o latino y no egoísta “alejada de toda cosificación de la persona, liberada de las ideologías de género, y que promueva un camino de aprendizaje”.

El presidente ha descrito la realidad del “vertiginoso incremento de depresiones, ansiedades, angustias existenciales, trastornos alimentarios, adicciones, pensamientos y tentativas suicidas, que están afectando no solo a adultos, sino particularmente a niños, adolescentes y jóvenes” que responde a un deseo de Dios al que no se responde adecuadamente desde las premisas de la sociedad relativista en la que nos encontramos.

Un estado «confesional laicista»

La falta de libertad y frecuentes trabas que la administración pone a la libertad de los padres en España también ha tenido su cabida en el discurso de apertura de esta Plenaria.

Omella ha pedido explícitamente la puesta en marcha de un cheque escolar como una solución y apoyo a la verdadera neutralidad y libertad que pedimos a la Administración competente.

La obligación de un “determinado modelo educativo, adscripción ideológica, o titularidad de la escuela” ya significa una falta de Libertad, en palabras de Omella. “Nuestro Estado estaría pasando a ser un estado confesional laicista, discriminando a los ciudadanos y ciudadanas cristianos o de otras religiones” al optar por un único modelo ha afirmado el presidente de la CEE.

Acompañar la vida de principio a fin 

El presidente de los obispos españoles ha realizado un recorrido “vital” para animar y pedir un compromiso social y cristiano en el acompañamiento y ayuda a los más vulnerables en todas las etapas de la vida. En el caso del inicio de la vida, el cardenal ha apelado a una “serena reflexión que vaya a las raíces del problema y busque alternativas reales y ayudas económicas significativas para que las madres que afrontan, muchas veces en soledad, un embarazo”.

También se ha referido a los millares de refugiados e inmigrantes subrayando “la importancia de integrar en el ámbito de la defensa de la vida humana el cuidado de las personas que llegan a nuestras fronteras, la mayoría”.

Una de las novedades de este discurso ha sido la introducción del problema de la enfermedad mental como uno de los puntos a tratar y del que reflexionar como Iglesia. En concreto, el cardenal ha apuntado que “el drama del suicidio no puede desligarse de estos problemas de salud mental y del vacío de sentido de la existencia. Consideramos que el alarmante aumento de suicidios, de manera especial entre los jóvenes”.

Por último, Omella ha pedido ayudas a las familias para cuidar dignamente a sus ancianos así como “un diálogo social e institucional sobre la atención a las personas mayores. Además, es clave crear cauces para escuchar su voz y para darles espacio”.

El arzobispo de Barcelona ha vuelto a mostrar su “rechazo a la ley que regula la eutanasia. Pedimos la aprobación de una ley integral de cuidados paliativos y de ayudas dignas a la dependencia que, contando con los recursos necesarios, permita acompañar de manera verdaderamente humana a las personas en la fase final de su vida”.

Abusos a menores

La enésima petición de perdón y la gestión de los casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia ha cerrado el discurso del cardenal Omella en esta plenaria.

“Hemos pedido perdón por ese gran pecado y seguiremos pidiéndolo”, ha comenzado el cardenal Omella, que ha afirmado que “queremos que esa lacra desaparezca de nuestra sociedad. Por ello, seguimos colaborando con los jueces, la fiscalía y el defensor del pueblo, aportando toda la información de la que disponemos y activando nuestros protocolos”.

“Sin rehuir nuestras responsabilidades” el cardenal arzobispo de Barcelona ha lamentado que “por el momento no se aborde dicha dolorosa cuestión en su dimensión global y que se insista en analizar exclusivamente este drama en el ámbito de la Iglesia. La Iglesia confiesa su pecado, pero denuncia que este mismo hecho, que afecta a otros muchos sectores de la sociedad, no sea puesto en evidencia, para buscar entre todos una solución que abarque toda la extensión de este problema social”.

Los variados e importantes retos de la Iglesia española han sido reafirmado la por el Nuncio apostólico en España, que ha tenido palabras para los corredores humanitarios de migrantes, el apostolado del mar y la necesidad de apoyar la presencia de los cristianos en el espacio público.

Los obispos españoles continuarán la reunión al largo de toda la semana. Las conclusiones finales se dará a conocer en la rueda de prensa previsto para el próximo viernes.

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La Guardia Suiza vaticana

Miembros de la Guardia Suiza vaticana llega en formación a la Plaza de San Pedro para la Misa de la mañana de Pascua.

Maria José Atienza·17 de abril de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

Banderas de la Toscana para el Papa

Rome Reports·17 de abril de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

Un original y vistoso grupo de danzantes con banderas amenizó la audiencia papal del 22 de marzo. Se trata de los Abanderados de los Pueblos Floreninos y Sestieri, quienes actúan en todo el mundo.

Fundado en 1965, este grupo combina la tradición de la Toscana con las antiguas prácticas de ondear banderas militares. El grupo está formado por capitanes, tamborileros, trompetistas y abanderados. 


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Cultura

UCAM y Fundación para la Cultura Islámica impulsan la tolerancia y la paz

El impulso de la fraternidad humana por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, comienza a dar pasos también culturales y académicos. La Universidad Católica de Murcia (UCAM), con la Fundación para la Cultura Islámica y la Tolerancia Religiosa (FICRT) y el Consejo Global para la Tolerancia y la Paz (CGTP), están poniendo en marcha un Máster de Estudios sobre Tolerancia y Paz Mundial que comienza en otoño.

Francisco Otamendi·17 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

La firma del Documento sobre la Fraternidad Humana entre el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar en Abu Dabi, en 2019, está dejando honda huella en ámbitos cristianos y musulmanes. Los sucesivos encuentros entre el Pontífice católico y líderes musulmanes en diversos países como Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Marruecos, Irak o Kazajistán, comienza a traspasar las fronteras de lo estrictamente religioso, y avanzan hacia sectores culturales y académicos de los países.

El mensaje de diálogo, convivencia y “confianza recíproca” en un mundo en guerras y conflictos, a los que hizo mención el Papa Francisco el Domingo de Pascua en la Bendición Urbi et Orbi, va calando poco a poco, y se extiende, a pesar de que aún existen obstáculos en el camino, como señaló el Santo Padre. No hay que olvidar, por otra parte, que el título del documento de Abu Dabi es no sólo por la fraternidad humana, sino también “por la paz mundial y la convivencia común”.

Ahora, la Fundación para la Cultura Islámica y la Tolerancia Religiosa (FICRT) por sus siglas en inglés), junto al Consejo Global por la Tolerancia y la Paz, y la Universidad Católica de Murcia (UCAM), han firmado un Acuerdo de colaboración por el que la Universidad española impartirá el próximo curso un Máster de Estudios sobre Tolerancia y Paz Mundial, con el apoyo de ambas instituciones islámicas. 

Se trata de estudios de posgrado que serán impartidos en versión presencial en el campus de la UCAM, en lengua inglesa, y en versión online en español, destinado especialmente a alumnos procedentes de Hispanoamérica. Las instituciones islámicas apoyan con becas a estudiantes del Máster, como se explica más adelante.

Cultura y mensaje de paz

Al Documento sobre la Fraternidad Humana se refirió el presidente de la Fundación FICRT y y también presidente del Consejo Global para la Tolerancia y la Paz, S.E. Ahmed Al Jarwan, en el acto de la firma del Acuerdo, cuando señaló:  “lograr la convivencia y la paz a nivel mundial es el objetivo de nuestra Fundación, que está comprometida con su papel como institución cultural, en línea con el contenido del Documento sobre la Fraternidad Humana, apoyando la investigación científica relacionada con nuestros fines y procurando difundir su mensaje mediante la organización de encuentros, congresos y seminarios científicos y culturales, además de sesiones de diálogo entre las religiones, y debates que persiguen materializar el mensaje de paz, en entendimiento mutuo y la aceptación del otro”.

En su opinión, “el Programa de Máster en Estudios de Tolerancia y Paz Mundial contribuirá en formar a líderes del futuro que defenderán los valores y la cultura de la convivencia, la tolerancia, la paz y los derechos humanos en el mundo, especialmente porque en este programa pueden matricularse estudiantes de las diferentes nacionalidades, religiones y etnias”.

Por otra parte, José Luis Mendoza García, director de Relaciones Institucionales y firmante del documento por parte de la UCAM, señaló que “no todo el mundo pone el foco, académica e internacionalmente, sobre la paz y la tolerancia, debido a la existencia de muchos conflictos de intereses en el mundo. Por eso, es parte de nuestra misión, como universidad católica, apoyar, acoger e impulsar esta cultura de la paz”. 

José Luis Mendoza anunció también la apertura de un nuevo campus de la UCAM en Madrid, a partir de 2024, lo que facilitará las relaciones entre ambas instituciones y el desarrollo de nuevas iniciativas de colaboración. 

Generosidad en las becas 

“Estamos muy contentos porque S.E. Ahmed Al Jarwan ha sido extremadamente generoso, y duplicó las becas por su interés en América Latina, preocupado porque la obtención de visados y trasladarse a estudiar en Europa para un iberoamericano es más complicado. De este modo se facilita un programa de mucha calidad a través de una magnífica plataforma”, ha manifestado a Omnes Pablo Blesa, decano de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación y vicerrector de Relaciones Internacionales y Comunicación de la UCAM, Pablo Blesa es director del nuevo Máster, junto a la Dr. Basma El Zein, persona de gran trayectoria internacional.

Pablo Blesa añade que “estamos muy contentos porque S.E. Ahmed Al Jarwan ha sido extremadamente generoso, y duplicó las becas por su interés en América Latina, y también preocupado porque la obtención de visados y trasladarse a estudiar en Europa para un iberoamericano es más complicado. De este modo se facilita un programa de mucha calidad a través de una magnífica plataforma. El Máster comenzará en octubre y está abierto el plazo para aquellos interesados en obtener las becas para el programa presencial en inglés y también para el programa en español”.

José Luis Mendoza Pérez, el expresidente de la UCAM recién fallecido, “conoció al Sr. Al Jarwan, él incentivó el programa, y es atribuible a él todo el proceso que ha conducido a la firma del Acuerdo”, ha señalado Pablo Blesa a Omnes. 

Los retos 

“La formación en una cultura de la paz exige unos profesores adecuados, una capacitación importante”. ha manifestado a Omnes el decano Pablo Blesa. A su juicio, “el primer reto es generar en el programa presencial un entorno multicultural, multirreligioso, de tolerancia y paz. Eso es fundamental. Es un objetivo que la UCAM tiene en todos sus programas, que la convivencia de sus alumnos presenciales contribuya al entendimiento, a la tolerancia y a la paz”.

“Queremos que en este programa la paz y la tolerancia comiencen por el tipo de alumnado que vamos a congregar en ese programa presencial”, añade el director del Máster. “Y luego, obviamente, el objetivo de los dos programas es crear y fomentar, y por supuesto habilitar, a profesionales que sean capaces de operar en entornos de gran dificultad, de dificultad en la convivencia entre comunidades distintas, y que con sus conocimientos y su experiencia contribuyan a mediar para facilitar el diálogo interreligioso, el entendimiento entre religiones, y como resultado del diálogo y el entendimiento, la paz, que es el gran bien global que todos añoramos y que hoy está tan maltrecha”.

Confluencias

“Hemos encontrado un hermanamiento desde el ángulo musulmán, fundamentalmente en el entorno de los Emiratos Árabes Unidos, que son un espacio, vamos a llamarlo así, tolerante con la práctica religiosa diferente, y en este sentido ha confluido ese tender la mano del mundo islámico por esta vía dialogante, frente a otras vías que conocemos en clara conculcación de los derechos humanos, el uso de la violencia como herramienta política, etc.”, explica Pablo Blesa. 

“Nos hemos encontrado”, añade, “con ese espacio que el Papa ha creado en la Iglesia católica, que nos parece fundamental, un Papa que ha ido a los límites y a los confines; y por otra parte, en el clero religioso islámico, no siempre bien avenido con el cristianismo, hemos encontrado un conjunto de intelectuales que creen en la tolerancia, en la convivencia y en la paz”.

En cuanto al plan de estudios del Máster, “en el diseño del programa con la señora El Zein, mano derecha y asesora del Sr. Al Jarwan para asuntos educativos, había un programa que se nos presentó. Pero queremos adaptarlo a nuestras capacidades y competencias. Y precisamente nosotros nos detenemos con competencia en asuntos de seguridad y defensa, y ligadas a ellas, desarme y acuerdos de no proliferación, por ejemplo. Ahí queremos darle nuestro personal toque”, señala Blesa.

Instituciones islámicas

La Fundación para la Cultura Islámica y la Tolerancia religiosa (FICTR), fue constituida el 24 de abril de 2017 en España, y su objetivo es promover el valor de la tolerancia religiosa entre las personas de todas las culturas y religiones, contribuir a la difusión de la cultura islámica y fomentar la fraternidad entre los pueblos, ha manifestado a Omnes su director general, Dr. Musabeh Saeed ALkitbi.

La FICRT forma parte del Consejo Global para la Tolerancia y la Paz, constituido en 2017, que tiene actualmente cien miembros de un centenar de países, y sede en Malta. Sus dos órganos fundamentales son el Parlamento internacional para la Tolerancia y la Paz, y la Asamblea General, con reconocimiento internacional, explica el Dr. Musabeh Saeed ALkitbi.

El autorFrancisco Otamendi