Mundo

Caritas Internationalis renueva su cúpula directiva

Seis meses después del nombramiento de un comisario extraordinario para mejorar sus normas y procedimientos de gestión, Caritas Internationalis celebra su 22ª Asamblea General del 11 al 16 de mayo en Roma.

Giovanni Tridente·11 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El nombramiento de un comisario extraordinario (Pier Francesco Pinelli) el pasado 22 de noviembre cayó como un rayo en Cáritas, a pesar de ser el resultado de una evaluación de la gestión llevada a cabo a lo largo del tiempo por una comisión independiente. La decisión nació ‒se dijo entonces en una nota del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, que tiene jurisdicción sobre Caritas Internationalis‒ para acompañar a la institución en un proceso que asegurara “estabilidad y liderazgo empático”, pero también para “finalizar el proceso de nominación de candidatos y los procedimientos de elección previstos en los Estatutos de la organización”.

Será en esta Asamblea de mayo, de hecho, cuando tenga lugar la elección del Presidente, del Secretario General, del Tesorero, pero también del Consejo Ejecutivo y del Consejo de Representantes de la Confederación, que permanecerán en el cargo hasta 2027. Serán sustituidos, por tanto, el cardenal Luis Antonio Tagle, presidente desde 2015 pero también proprefecto del Dicasterio para la Evangelización, y el secretario general Aloysius John.

Se cuenta con 400 delegados en representación de las 162 organizaciones de Cáritas que operan en unos 200 países y territorios de todo el mundo.

Nuevos caminos de fraternidad

Según el programa dado a conocer en los últimos días, la Asamblea tendrá como lema «Construir nuevos caminos de fraternidad», inspirado en la encíclica Fratelli tutti del Papa Francisco. Precisamente la audiencia privada con el Santo Padre dará el pistoletazo de salida a los trabajos. Entre otras cuestiones que se debatirán, se reflexionará sobre cómo hacer más eficaz el trabajo de las organizaciones de Cáritas al servicio de los más pobres y vulnerables, incluso en contextos de guerra (véase Ucrania), pandemias, cambio climático e inseguridad alimentaria a nivel mundial.

Entre los invitados a intervenir en la Asamblea estará el Secretario de la Santa Sede para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales, monseñor Paul Richard Gallagher, que hablará sobre el papel de Cáritas ante los “desafíos globales”. También se espera la participación del embajador Gabriel Ferrero y Loma-Osorio, que preside el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial, y de representantes de Irlanda, Myanmar y Ghana.

Otras sesiones se centrarán en los temas de la cooperación fraterna y la sinodalidad, con intervenciones del cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo, y de la hermana Alessandra Smerilli, secretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

Nuevos desafíos

“En los últimos años hemos asistido a un aumento significativo de las necesidades de las muchas personas a las que asiste Cáritas, y es imperativo que Caritas Internationalis esté bien preparada para hacer frente a estos desafíos”, dijo el pasado noviembre el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, al explicar el motivo del encargo. Y añadió, citando al Papa Francisco: “La caridad no es un beneficio estéril o un mero óbolo que donar para tranquilizar nuestras conciencias”. Más bien, “la caridad es el abrazo de Dios nuestro Padre a todo hombre, especialmente a los últimos y a los que sufren, que ocupan un lugar preferente en su corazón”.

Con esta nueva Asamblea, Cáritas Internacional se dispone a renovar su estructura para seguir estando a la altura de su tarea.

El autorGiovanni Tridente

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Evangelio

El Amor que se nos entrega. Domingo VI de Pascua (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del VI domingo de Pascua y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·11 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Ser abogado es actuar y hablar en nombre de otro, estar a su lado, ponerse de su parte. Al describir al Espíritu Santo como “otro abogado” (Jesús es el primer abogado: véase 1 Jn 2, 1), Nuestro Señor nos está enseñando mucho sobre la realidad del amor. No es sólo un sentimiento agradable, es una opción radical de apoyar a los demás y asumir su situación y sus necesidades.

Dios Hijo hizo eso como Jesús en su Encarnación, haciendo suyas todas las cosas, asumiendo en última instancia nuestros pecados y nuestra miseria. Habló por nosotros sobre todo a través de su sufrimiento y muerte, pues sangre habla con más fuerza que la de Abel (cfr. Hebreos 12, 24). La sangre de Abel había clamado justicia y el castigo de su asesino, mientras que la sangre de Cristo clamaba misericordia para sus verdugos, que no son sólo los judíos de su tiempo, sino también todos nosotros.

La apología se expresa tanto más cuanto más humildes y rechazados son aquellos a quienes uno defiende. Así, en la primera lectura de hoy vemos que la defensa divina llega a los samaritanos, un grupo odiado y despreciado hasta entonces por el pueblo judío. Y también a los samaritanos se les concede el don del Espíritu Santo, el segundo abogado, para que en adelante pueda actuar en ellos y a través de ellos, hablando en su nombre y capacitándoles para abogar por los demás. Porque éste es el genio del amor divino: Dios no sólo nos da su amor, sino que nos da el poder de amar a los demás, y al hacerlo nos hacemos más divinos y amorosos -y amables- nosotros mismos. Los sujetos de la abogacía pueden entonces abogar por los demás.

Pero Jesús nos enseña más sobre el amor: “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos”. Más que meras emociones, el amor es conformar nuestra voluntad y nuestras acciones a la voluntad de otra persona. Cualquier declaración de amor suena vacía si no estamos dispuestos a cumplir la voluntad del otro, siempre que esa voluntad no sea mala, porque -en tal caso- lo amoroso es rechazarla. Pero con Dios, su voluntad es siempre buena y para nuestro bien. Jesús insiste: “El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama”. “Obras son amores, no buenas razones”, como dijo Dios una vez a san Josemaría. Y, como dijo Jesús en el Evangelio de Mateo, “No todo el que me dice (Señor, Señor) entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mt 7, 21).

Esto implica un esfuerzo consciente por escuchar a Dios y por introducirlo en nuestras decisiones cotidianas. No podemos hacer su voluntad si estamos demasiado distraídos para escucharla. Dios también nos habla a través de nuestra conciencia y debemos ser sensibles para escucharla y obedecerla, evitando toda impetuosidad y soberbia. 

El amor es abogar por los demás y hacer su voluntad. En otras palabras, es ponerlos por encima de nosotros mismos. Dios nos pide esto, pero sólo porque es lo que Él mismo hizo por nosotros en Cristo Jesús.

La homilía sobre las lecturas del domingo VI de Pascua (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Evangelización

El padre Damián

El Padre Damián fue un misionero belga del siglo XIX que marchó a Hawai para cuidar de los leprosos cuando fueron desterrados a la isla de Molokai.

Pedro Estaún·11 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En el año 2005 la nación de Bélgica designó al padre Damián como “el belga más grande de todos los tiempos”. Pero ¿quién era este hombre y cuáles fueron las causas para ser designado con tan alta distinción?

Jozef Van Veuster nació en Tremeloo, Bélgica, el 3 de enero de 1840, de una familia de campesinos. De pequeño en la escuela gozaba haciendo obras manuales, casas como las de los misioneros en las selvas; tenía un deseo interior de ir un día a lejanas tierras a misionar. De joven fue arrollado por una carroza y se levantó sin ninguna herida. El médico que lo revisó exclamó: “Este muchacho tiene energías para emprender trabajos muy grandes”. De joven tuvo que trabajar muy duro en el campo para ayudar a sus padres que eran muy pobres. Esto le dio una gran fortaleza y le hizo práctico en muchos trabajos de construcción, de albañilería y de cultivo de tierras, lo que le sería muy útil en la isla lejana donde más tarde iba a vivir.

A los 18 años lo enviaron a Bruselas a estudiar, y dos años después decidió ingresar en la orden religiosa de los Sagrados Corazones en Lovaina, adoptando el nombre de Damián. El ejemplo de san Francisco Javier despertó en él el espíritu misionero. La enfermedad de otro religioso hizo que recayese sobre él un lejano destino: Hawai. En 1863 zarpó hacia su misión y en el viaje se hizo amigo del capitán del barco, el cual le dijo: “yo nunca me confieso. Soy mal católico, pero le digo que con usted sí me confesaría”. Damián le respondió: “Todavía no soy sacerdote pero espero un día, cuando lo sea, tener el gusto de absolverle todos sus pecados”

El 19 de marzo de 1864 llegó a Honolulú. Allí fue ordenado sacerdote poco después en la Catedral de Nuestra Señora de la Paz. Trabajó en varias parroquias en la isla de Oahu mientras el reino sufría una crisis de salud. Los nativos hawaianos se vieron afectados por enfermedades que, inadvertidamente, llevaron los comerciantes europeos. Miles murieron por la gripe y la sífilis, y por otras enfermedades que nunca antes habían afectado a los hawaianos. Esto incluyó la plaga de la lepra que amenazaba con convertirse en epidemia. Temeroso de que se esparciera esta incurable enfermedad, el rey Kamehameha IV segregó a los leprosos del reino enviándolos a una isla alejada: Molokai.

La ley establecía que quien arribase a aquel rincón de dolor y podredumbre ya no podría salir para no propagar la enfermedad. De ahí que el obispo de Hawai, aunque preocupado por las almas de los enfermos, no se decidiera a mandar a ningún sacerdote. Sin embargo, al conocer la situación de Molokai, Damián solicitó ser enviado entre aquellos enfermos. “Sé que voy a un perpetuo destierro, y que tarde o temprano me contagiaré de la lepra. Pero ningún sacrificio es demasiado grande si se hace por Cristo”, dijo a su obispo. Unos días más tarde, el 10 de mayo de 1873, ya estaba en Molokai.

El panorama que encontró fue desolador. La falta de medios había hecho del lugar una antesala del infierno: no había leyes, ni hospitales; los enfermos agonizaban en cuevas oscuras e insalubres; pasaban el tiempo ociosos, bebiendo alcohol y en peleas.

La llegada del padre Damián fue un punto de inflexión. La primera misión que se impuso fue construir una iglesia, y después un hospital y varias granjas (los leprosos, con sus miembros casi pútridos, apenas podían levantar una vivienda por sí mismos). Bajo su liderazgo se restablecieron las leyes básicas, se pintaron las casas, comenzaron a trabajar en las granjas convirtiendo algunas de ellas en escuelas y estableció normas de higiene. Además emprendió una campaña internacional para recabar fondos, que comenzaron a llegar de todo el mundo. Pero lo que más le importaba era el alma de sus leprosos. Catequizaba puerta a puerta, los bautizaba, comía con ellos, limpiaba sus pústulas y les saludaba dándoles la mano, para que no se sintiesen despreciados. 

En diciembre de 1884 Damián introdujo los pies en agua hirviendo y no sintió dolor. Entonces lo comprendió: él también se había contagiado. Enseguida, se arrodilló ante un crucifijo y escribió: “Señor, por amor a Ti y por la salvación de estos hijos tuyos, acepto esta terrible realidad. La enfermedad me irá carcomiendo, pero me alegra pensar que cada día que esté enfermo, estaré más cerca de Ti”.

Junto a las ayudas internacionales, llegó también un grupo de franciscanas, con las que empezó a compartir la misión pastoral. En vísperas de su muerte, con los miembros impedidos, escribió a su hermano: “Continúo siendo el único sacerdote en Molokai. Por tener tanto que hacer, el tiempo se me hace muy corto; pero la alegría del corazón que me prodigan los Sagrados Corazones hace que me crea el misionero más feliz del mundo. El sacrificio de mi salud, que Dios ha querido aceptar para que fructifique un poco mi ministerio entre los leprosos, lo encuentro un bien ligero e incluso agradable”.

Al no poder salir de la isla, el sacerdote llevaba años sin poder confesarse. Un día, al acercarse un barco que llevaba provisiones para los leprosos, el padre Damián se subió a una lancha y casi pegado al barco pidió a un sacerdote que allí viajaba, que lo confesara. Y a grito entero hizo desde allí su única y última confesión, y recibió la absolución de sus faltas.

Poco antes de que el padre Damián muriera, llegó a Molokai un barco. Era el del capitán que lo había traído cuando llegó de misionero. Recordó que en aquel viaje le había dicho que con el único sacerdote con el cual se confesaría sería con él. Ahora, el capitán venía expresamente a confesarse con el Padre Damián. Desde entonces la vida de este hombre de mar cambió, mejorando notablemente. También un hombre que había escrito calumniando al santo sacerdote llegó a pedirle perdón y se convirtió al catolicismo.

El 15 de abril de 1889, el padre Damián, el leproso voluntario, cerró sus ojos, ya ciegos, por última vez. El mismo Gandhi dijo de él: “El mundo politizado de nuestra tierra puede tener muy pocos héroes que se puedan comparar con el Padre Damián de Molokai. Es importante que se investigue por las fuentes de tal heroísmo”. En 1994 el Papa Juan Pablo II, después de haber verificado varios milagros obtenidos por la intercesión de este gran misionero, lo declaró beato, y patrono de los que trabajan entre los enfermos de lepra. El papa Benedicto XVI le proclamó santo el 26 de abril de 2009.

El autorPedro Estaún

Vaticano

Tawadros II, Patriarca copto ortodoxo de Alejandría, en Roma con el Papa

La presencia de Su Santidad Tawadros II, Patriarca copto ortodoxo de Alejandría, junto al Papa Francisco en la Audiencia general de este miércoles, y su bendición final juntos, ha visualizado la creciente amistad de la Iglesia copto ortodoxa de Egipto con la Iglesia católica. La catequesis del Papa sobre la pasión por la evangelización, se centró en el ejemplo de san Francisco Javier.

Francisco Otamendi·10 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El Papa Francisco ha presidido la Audiencia general de este miércoles en la Plaza de San Pedro junto a Su Santidad Tawadros II, Patriarca copto ortodoxo de Alejandría, de la Sede de San Marcos, para conmemorar una doble efemérides. 

De una parte, según ha manifestado el Santo Padre Francisco, ”celebrar conmigo el 50 aniversario del histórico encuentro entre el Papa San Pablo VI y el Papa Shenouda III en 1973. Fue el primer encuentro entre un Obispo de Roma y un Patriarca de la Iglesia copta Ortodoxa, que culminó con la firma de una memorable declaración cristológica conjunta, exactamente el 10 de mayo”.

“En recuerdo de este acontecimiento, Su Santidad Tawadros vino a verme por primera vez el 10 de mayo de hace diez años, unos meses después de su elección y la mía, y propuso celebrar cada 10 de mayo el “Día de la Amistad Copto-Católica” que venimos celebrando desde entonces”, añadió el Papa, que saludó “con gran alegría” a Tawadros II y a su delegación, por haber viajado a Roma, y así lo fue recordando en su mensaje en diversas lenguas, habitual en la catequesis del Santo Padre de los miércoles.

“Nos llamamos por teléfono, nos enviamos saludos y seguimos siendo buenos hermanos, ¡no nos hemos peleado! Querido amigo y hermano Tawadros, te agradezco que hayas aceptado mi invitación en este doble aniversario, y rezo para que la luz del Espíritu Santo ilumine tu visita a Roma, los importantes encuentros que mantendrás aquí, y en particular nuestras conversaciones personales”, señaló el Papa. 

“Los mártires coptos son también los nuestros”

“Agradezco sinceramente”, añadió Francisco, “su compromiso con la creciente amistad entre la Iglesia copta ortodoxa y la Iglesia católica. Santidad, queridos Obispos y amigos todos, junto con vosotros imploro a Dios Todopoderoso, por intercesión de los Santos y Mártires de la Iglesia Copta, que nos ayude a crecer en comunión, en un único y santo vínculo de fe, esperanza y amor cristiano”. 

“Y hablando de los mártires de la Iglesia copta, que son también los nuestros”, concluyó el Papa su saludo, “quiero recordar a los mártires de la playa de Libia, convertidos en mártires hace algunos años. Pido a todos los presentes que recen a Dios para que bendiga la visita Roma del Papa Tawadros y proteja a toda la Iglesia ortodoxa copta. Que esta visita nos acerque al bendito día en que seremos uno en Cristo. Gracias”.

Según ha informado la agencia oficial vaticana, el Papa Francisco y el Patriarca copto ortodoxo han firmado juntos juntos el prefacio del libro conmemorativo publicado por el Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos con motivo del 50 aniversario del histórico encuentro entre el Papa san Pablo VI y el Papa Shenouda III.

Patriarca Tawadros II: paz y unidad 

El Patriarca copto ortodoxo de Alejandría, por su parte, felicitó en su breve discurso al Papa Francisco “en nombre también de los miembros del Santo Sínodo y de todos los órganos de la Iglesia Copta ortodoxa en el décimo aniversario de su divina elección como Papa y Obispo de Roma. Aprecio todo lo que ha hecho durante este tiempo de servicio al mundo entero en todos los campos, y rezo para que Cristo le conserve en plena salud y le conceda la bendición de una larga vida”.

Además, alentó el camino hacia la unidad entre ambas Iglesias, invocando para todo el mundo “una paz que trascienda todas las mentes, rogando que llegue a todos los lugares y que sea la prioridad de los dirigentes y de los pueblos”.

“Hemos elegido el amor, aunque vayamos a contracorriente del mundo codicioso y egoísta; hemos aceptado el desafío del amor que Cristo nos pide y seremos verdaderos cristianos y el mundo se hará más humano, porque el mundo entero sabrá que Dios es amor y que éste es su nombre más alto”.

“Caminemos juntos por la senda de la vida”, señaló el Patriarca Tawadros II, “teniendo presente que ‘ésta es la promesa que nos ha hecho: la vida eterna’ (1 Jn 2, 25), acompañándonos y apoyándonos mutuamente con oraciones acordes con esta promesa. A pesar de las diferencias en nuestras raíces y afiliaciones, estamos unidos por el amor de Cristo que habita en nosotros, y la multitud de nuestros padres apóstoles y santos nos rodea y nos guía. Rezo hoy con ustedes para que Dios escuche nuestras oraciones”.

Ejemplo de san Francisco Javier

En la reanudación del ciclo de catequesis sobre la ‘pasión por la evangelización: el celo apostólico del creyente’, el Papa centró su meditación en el tema “Testigos: San Francisco Javier” (2 Co 5,14-15.20).

“En nuestro itinerario de catequesis sobre los testigos del Evangelio, hoy encontramos a san Francisco Javier. Este santo español es patrono de las misiones, junto con santa Teresita de Lisieux”, explicó el Papa. “Francisco nació en Navarra y realizó sus estudios universitarios en París. Allí conoció a Ignacio de Loyola, quien lo acompañó en la experiencia de los Ejercicios espirituales. El encuentro con Cristo que tuvo durante esos días cambió su vida. Años después, Ignacio, Francisco y otros amigos formaron la “Compañía de Jesús”, y se pusieron a disposición del Papa para atender las necesidades más urgentes de la Iglesia en el mundo”. 

Luego, “enviado a la India como nuncio apostólico, Francisco Javier realizó una labor evangelizadora extraordinaria, catequizando a los niños, bautizando y atendiendo a los enfermos. Pero su celo apostólico lo impulsaba a ir siempre más allá de lo conocido, y así viajó a otros lugares de Asia, como las Islas Molucas y Japón, hasta morir con el deseo de anunciar el Evangelio en China”. 

Nuestra Señora de Fátima: rosario por la paz

“El próximo sábado celebraremos la memoria de Nuestra Señora de Fátima”, recordó también el Papa Francisco”. “Acojamos su invitación y recemos este mes el Rosario por la paz en el mundo. Que el Señor resucitado os acompañe y que la Santísima Virgen María os proteja”.

En su saludo en lengua polaca, el Papa se refirió en especial a los médicos que, gracias a la Fundación Redemptoris Missio, en las próximas semanas trabajarán para salvar la vida de mujeres y madres en la República Centroafricana.

“San Francisco Javier nos enseña que el anuncio del Evangelio en las periferias del mundo va siempre de la mano de la asistencia médica y educativa”, recordó el Santo Padre. “Este apoyo, así como nuestra oración por la paz, también es necesaria para la martirizada Ucrania. Mientras participéis en las oraciones marianas de mayo, rezando el Rosario, acordaos especialmente de las mujeres y niños afligidos por la guerra. ¡Os bendigo de corazón!, manifestó el Papa Francisco. 
En su saludo a los peregrinos de lengua española. el Papa alentó: “pidamos al Señor, por intercesión de los santos pastores de la Iglesia —como san Juan de Ávila, cuya memoria hoy celebramos—, que nos ayude a extender siempre los horizontes de nuestra misión y nos fortalezca para amarlo y servirlo en toda circunstancia. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias”.

El autorFrancisco Otamendi

Derechos a plazos

Si la protección de la vida humana no sustenta el estado de Derecho ningún otro supuesto "derechos" será realmente justo.

10 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Que todos los seres humanos gozamos, de manera intrínseca, con una dignidad y unos derechos inviolables hoy no se lo cree nadie. Al menos, en el espectro político y legislativo vigente en gran parte de Occidente. 

Hay quien piensa – y legisla o ampara leyes- que uno no es ser humano, persona, hasta que otro lo decida: ya sea la mujer que lo gesta, el Estado, abogados, políticos o médicos. Hay quien defiende que no puedes comerte un huevo porque “potencialmente” es un pollito, pero que no se despeina al afirmar que un embrión de 12 semanas no es un ser humano. O simplemente, no es un ser humano con derechos. 

Al parecer, en el ordenamiento jurídico español actual, los derechos los “obtienes” a plazos, como las lavadoras: un día se te puede matar libremente y al siguiente ya es un poco más difícil. El problema de todo esto reside en que los plazos son, por ende, pactados por mayorías, y terminan cediendo a una asimilación de la idea como un derecho fuera del tiempo.

También Hitler sabía que aquellos a los que encerraba o ejecutaba sin miramientos (judíos, homosexuales, gitanos… ) eran humanos, pero, según su criterio, sus derechos debían estar sometidos al querer o a la “mejora de la vida” de otros. En ese caso no se hablaba de plazos, es cierto, pero sí de procedencias o tendencias. Tanto monta – monta tanto. El argumento, adornado con mejor o peor acierto, no ha cambiado mucho. 

La afirmación de la nota del Tribuna Constitucional a este efecto señala que “existe una limitación gradual de los derechos constitucionales de la mujer en función del avance de la gestación y el desarrollo fisiológico-vital del feto, así como en atención a la posible aparición de circunstancias que implican una afectación extraordinaria de los derechos de la mujer” (circunstancias como que tenga Síndrome de Down, que lo hace “menos digno de ser protegido” aún). Subyace la idea de que el niño por nacer es el enemigo. El enemigo a batir.

El Tribunal Constitucional español, con su “consagración” del “derecho al aborto” no sólo ha pasado a legislar en contra de sí mismo, elevando a categoría de derecho, es decir, algo bueno y defendible, lo que antes era “despenalizado”, un mal que no se penalizaba por algún supuesto “de mayor peso”.

En ningún momento se habla de ayudas a la maternidad, de soporte psicológico para atender el embarazo o de leyes de conciliación. Lo que afirma el Tribunal Constitucional, en el fondo, es que hay personas con derecho constitucional a vivir y personas con derecho constitucional a eliminar a otros; sin ofrecer alternativas a esas mujeres o incluso presionando para que el aborto sea su elección, casi de manera inconsciente. 

Cabe recordar aquellas palabras de Benedicto XVI en la celebración del Jueves Santo de 2010: “Los cristianos, como buenos ciudadanos, respetan el derecho y hacen lo que es justo y bueno. Consiste en que rechazan lo que en los ordenamientos jurídicos vigentes no es derecho, sino injusticia”.

Si la vida, como fundamento de todo derecho no es “para todos y todas”, hombres y mujeres nacidos o no; si la protección de la vida: prenatal, infantil, con problemas psíquicos, con alteraciones vitales, anciana o impedida no sustenta el derecho de un pueblo, entonces sí que no podremos hablar de Justicia, de Paz, de Derechos Universales. Porque éstos, no se pagan a plazos.

El autorMaria José Atienza

Directora de Omnes. Licenciada en Comunicación, con más de 15 años de experiencia en comunicación de la Iglesia. Ha colaborado en medios como COPE o RNE.

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Vaticano

La sangre de los mártires es semilla de unidad

Los días 10 y 11 de mayo el Santo Padre Francisco y Su Santidad Tawadros II, Papa de Alejandría y Jefe de la Iglesia copta ortodoxa, celebrarán juntos el 50 aniversario del histórico encuentro de sus predecesores, el Papa San Pablo VI y el Papa Shenouda III, que tuvo lugar en mayo de 1973.

Antonino Piccione·10 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Con motivo del 50 aniversario del encuentro de San Pablo VI y Shenouda III, el Patriarca Tawadros asistirá a la audiencia general del miércoles 10 de mayo. El jueves, 11 de mayo, mantendrá un encuentro privado con el Papa Francisco, con quien tendrá un momento de oración, y después visitará el Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

El Patriarca también se reunirá con los fieles de la comunidad copta residente en Roma, para quienes celebrará una liturgia eucarística en la basílica papal de San Juan de Letrán el domingo 14 de mayo.

La Iglesia copta

La Iglesia copta es la principal iglesia cristiana de Egipto, caracterizada teológicamente por la confesión monofisita, que la distingue del catolicismo y de la llamada confesión ortodoxa, pero la une a la Iglesia sirio-jacobita.

Tiene su origen en el cisma de los monofisitas tras el Concilio de Calcedonia (451) y de ella derivaron la Iglesia copta de Nubia, hoy desaparecida, y la Iglesia copta de Etiopía, que siguió dependiendo jerárquicamente de ella hasta 1959.

Cuenta con unos 10 millones de fieles que residen principalmente en el Alto Egipto, pero también en Sudán, Palestina, Jerusalén y otros países de Oriente Próximo. La jerarquía eclesiástica está formada por el patriarca (cuyo título oficial es «papa de Alejandría y patriarca de la sede de San Marcos»), residente en El Cairo, unos sesenta metropolitanos y obispos miembros del Santo Sínodo y otros obispos con destinos especiales o residentes fuera de Egipto.

También forman parte de ella unos 1.500 sacerdotes casados y cientos de monjes. Es miembro del Consejo Ecuménico de las Iglesias y de otros organismos ecuménicos, ha enviado observadores al Concilio Vaticano II e iniciado un diálogo doctrinal con la Iglesia católica (en 1973 su Patriarca Shenouda III realizó una visita oficial a Pablo VI).

También existe una Iglesia copta católica, el Patriarcado Católico de Alejandría, erigido en 1824, restablecido en 1895 y gobernado por un patriarca. Comprende 6 diócesis con unos 200.000 fieles.

El Papa y Tawadros II: un camino ecuménico

«La Iglesia copta ortodoxa de Egipto», informa un tuit de la Secretaría de Estado, «es una de las realidades más importantes en el panorama eclesial de Oriente Medio, donde, en los últimos tiempos, las comunidades cristianas se enfrentan a situaciones de gran dificultad».

En una entrevista concedida a los medios de comunicación vaticanos el pasado mes de abril, el padre Hyacinthe Destivelle, responsable del Dicasterio para la Unidad, había calificado esta importante visita de «hito» en el camino ecuménico.

La Declaración Conjunta firmada por el Papa Montini y el Patriarca Shenouda el 10 de mayo de 1973 sirvió «de modelo para acuerdos similares con las demás Iglesias ortodoxas orientales, que reconocen los tres primeros Concilios».

El encuentro de oración con el Papa

En el centro del encuentro de oración del 11 de mayo está el tema del ecumenismo de la sangre, en memoria de los numerosos mártires de las diferentes confesiones cristianas.

Ya ha habido pasos importantes en el pasado, como el envío de observadores al Concilio Vaticano II por parte del Patriarca Cirilo, la devolución de las reliquias de San Marcos en 1968, la mencionada visita en el 73 y el inicio de una Comisión Mixta bilateral entre las Iglesias copta y católica.

Ahora las relaciones teológicas se desarrollan en el marco de una Comisión Mixta entre la Iglesia católica y todas las Iglesias ortodoxas orientales en la que la Iglesia copta desempeña un papel especial, porque el copresidente es desde el principio un obispo copto.

Celebración litúrgica

El 14 de mayo, el Patriarca celebrará con sus fieles, numerosos en Italia, alrededor de 100.000, en la Basílica de San Juan de Letrán. En este caso, el uso de la catedral del Obispo de Roma se ha concedido teniendo en cuenta el carácter histórico de la visita y el número de fieles, que seguramente serán miles.

El Patriarca no celebrará en el altar del Papa, tendrá su propio altar donde oficiará la liturgia en rito copto. Hay que señalar a este respecto que el Directorio Ecuménico afirma en el punto 137 que «si los sacerdotes, ministros o comunidades que no están en plena comunión con la Iglesia católica no disponen de un lugar o de los objetos litúrgicos necesarios para celebrar dignamente sus ceremonias religiosas, el obispo diocesano puede permitirles utilizar una iglesia o un edificio católico y prestarles también los objetos necesarios para su culto».

Esto también se explica en el punto 33 del Vademécum Ecuménico. Además, la Iglesia copta ortodoxa es una Iglesia apostólica cuyos sacramentos son reconocidos por la Iglesia católica y que comparte la misma concepción de la Eucaristía y del sacerdocio. Dado el carácter especial de la visita, esta autorización pretendía ser también un gesto fraternal dirigido a la Iglesia copta.

Los mártires: puente de unión

Todos tenemos presente el martirio de los 21 coptos en Libia, asesinados el 15 de febrero de 2015, de los que el Papa Francisco siempre ha dicho: «Son también nuestros mártires».

La oración común tendrá lugar en la capilla Redemptoris Mater del Palacio Apostólico sobre el tema del «ecumenismo de la sangre». «Para el Papa Francisco -dijo el padre Destivelle- la sangre de los mártires es semilla de unidad. Los mártires ya están reunidos en el cielo, dice siempre el Papa, no son asesinados por ser católicos, ortodoxos o protestantes, sino por ser cristianos. Así que ya están reunidos en la gloria de Dios porque sufrieron por el nombre de Cristo. La sangre de los mártires grita más fuerte que nuestras divisiones».

El autorAntonino Piccione

Evangelización

El cardenal Newman

El cardenal Newman sufrió tres "enfermedades espirituales" que transformaron por completo su vida, pasando de ser un intelectual anglicano a cardenal y santo de la Iglesia católica.

Pedro Estaún·10 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

John Henry Newman nació el 21 de febrero de 1801 en Londres, en el seno de una familia anglicana de banqueros. Fue el primogénito de seis hermanos. A la edad de siete años empezó a asistir a una escuela en Ealing, donde se distinguió por su diligencia y buena conducta. Allí manifestó cierta timidez y marginación, pues no tomaba parte en los juegos escolares. Él mismo dijo haber sido en estos primeros años «muy supersticioso».

Desde joven manifestó un gran interés por la lectura de la Biblia, y también por las novelas de Walter Scott, que entonces estaban en curso de publicación. Más tarde leyó algunas obras de escépticos como Paine, Hume, Voltaire y probablemente le influenciaron sus ideas.

Primera conversión

A la edad de quince años, durante su último año en la escuela, tuvo una primera “conversión”, que marcó su vida a partir de entonces. Aparte de sus estudios en los que siempre sobresalió, actuó en obras de teatro, tocaba el violín, ganó premios de oratoria y escribió artículos en publicaciones periódicas.

Su infancia feliz llegó a un abrupto final en marzo de 1816. Hubo un colapso financiero sobrevenido por las guerras napoleónicas y el banco de su padre se vio obligado a cerrar. Newman se quedó en la escuela durante las vacaciones de aquel verano a causa de la crisis familiar. El periodo comprendido entre principios de agosto al 21 de diciembre de 1816, Newman siempre lo consideró como el punto de inflexión en su vida. Solo en la escuela y conmocionado por el desastre familiar, cayó enfermo en agosto. Más tarde llegó a ver esta época como una de las tres grandes enfermedades providenciales de su vida, ya que fue en el otoño de ese año cuando tuvo una conversión religiosa bajo la influencia de uno de sus maestros, el Reverendo Walter Mayers. 

Hasta este momento, Newman había tenido una educación convencional en un hogar fiel a la Iglesia de Inglaterra, allí hacían hincapié en la Biblia en lugar de dogmas o sacramentos, y una especie de «entusiasmo» evangélico habría sido mal visto. Su fe se identificó entonces como evangélica y calvinista y llegó a sostener que el Papa era el Anticristo. Se matriculó en Teología en el Trinity College, en Oxford y en 1819 se incorporó al Lincoln´s Inn. Deseando permanecer en Oxford, dio clases privadas en Oriel, «el reconocido centro del intelectualismo en Oxford».

Labor en la iglesia anglicana

En la fiesta de la Santísima Trinidad, el domingo 29 de mayo de 1825, ordenaron a Newman presbítero de la Iglesia de Inglaterra y nombrado después párroco de St. Clement, en Oxford. Durante dos años, estuvo activamente comprometido con el trabajo parroquial, pero también encontró tiempo para escribir artículos para la Enciclopedia Metropolitana. En 1825, pasó a ser vice-director de St Alban’s Hall, y allí tuvo su primera idea clara de la Iglesia católica. En 1826 pasó a ser profesor-tutor de Oriel. A finales de 1827, Newman sufrió una especie de colapso nervioso provocado por el exceso de trabajo y por los problemas financieros de la familia, agregando a esto la repentina muerte de su hermana menor. 

Lideró a partir de 1833 el Movimiento de Oxford, una corriente religiosa dentro de la Iglesia anglicana que intentaba una “vía media”, un tercer camino, entre el protestantismo y la Iglesia católica y que trataba, a su vez, de demostrar que la Iglesia de Inglaterra era la descendiente directa de la de los apóstoles. Newman argumentaba, sin embargo, que la doctrina de la Iglesia, definida en el Concilio de Trento, era totalmente incompatible con los Artículos de la Iglesia Anglicana.

La segunda enfermedad providencial

En 1842 se retiró a Littlemore donde vivió bajo condiciones monásticas con un pequeño grupo de seguidores. Años antes, desde 1816, había comenzado a leer a los Padres de la Iglesia, lo que consideró como su segunda enfermedad providencial.

Su vida fue de gran austeridad física, a la vez que de ansiedad, y poco a poco fue reconciliándose con el credo y la liturgia de la Iglesia Romana, aunque todavía no estaba decidido a hacerse católico por encontrar obstáculos como la devoción a la Virgen y a los santos. Fue entonces cuando escribió: “En 1843 di dos pasos muy importantes: 1) En febrero hice una retractación formal de todas las cosas duras que había dicho contra la Iglesia de Roma. 2) En septiembre renuncié a mi beneficio de Santa María, Littlemore”.

Conversión al catolicismo

Dos años después, en 1845 se dio clara cuenta de que sus argumentos sobre la relación de la Iglesia Católica Romana con la de Inglaterra eran más fuertes de lo que él pensaba. Rindiéndose ante la autoridad de su propia argumentación, se convirtió al catolicismo y fue ordenado sacerdote católico el 1 de junio de 1847, en Roma. Celebró su primera Misa el 5 de junio de 1847. Alentado por el Papa Pío IX, fundó el primer Oratorio de San Felipe Neri en Inglaterra con el padre Faber como su superior. Ahí dictaba cursos y conferencias sobre “La actual posición de los católicos en Inglaterra”. En 1877, cuando reeditaron sus trabajos del periodo anglicano, añadió a los dos volúmenes un largo prefacio y numerosas notas en las que criticaba y contra argumentaba sus asertos anticatólicos de la versión original.

En 1889, a los 88 años de edad, recibió del Papa León XIII la dignidad de cardenal pasando a formar parte del Colegio Cardenalicio. Falleció al año siguiente, el 11 de agosto de 1890. Más de un siglo después, en 1991, el cardenal Newman fue proclamado venerable tras una minuciosa investigación de su vida y obras por la Congregación para las Causas de los Santos. En julio de 2009, la Santa Sede promulgó el decreto que atribuía un milagro a su intercesión. El 19 de septiembre de 2010 el Papa Benedicto XVI beatificó al cardenal Newman en el Reino Unido, en una solemne y multitudinaria Misa. En el año 2019, el Papa Francisco canonizó al inglés.

El autorPedro Estaún

Cultura

Foro Omnes sobre la arquitectura sagrada en el siglo XXI

El martes, día 16 de mayo a las 19:30 h., tendremos un interesante Foro Omnes sobre el tema La arquitectura sagrada en el siglo XXI junto a los arquitectos Emilio Delgado e Ignacio Vicens y el sacerdote Jesús Higueras.

Maria José Atienza·9 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La arquitectura sagrada en el siglo XXI es el tema que centrará el Foro Omnes que tendrá lugar el próximo martes, día 16 de mayo a las 19:30 h.

Para ello contaremos con un excelente panel de ponentes compuesto por Emilio Delgado, arquitecto y profesor de la Universidad Francisco de Vitoria; Ignacio Vicens, arquitecto, catedrático de Proyectos, y el sacerdote Jesús Higueras, párroco de Santa María de Caná en Madrid.

Los siglos XX y XXI han sido, especialmente tras las disposiciones adoptadas en el Concilio Vaticano II, un momento de cambios sustanciales en la concepción y desarrollo de los espacios sagrados.

Las concepciones teológicas y pastorales de los últimos siglos y su proyección en las diferentes construcciones sagradas revelan un interesante abanico de propuestas y ejemplos que se han llevado a cabo en los últimos años.  

El foro, patrocinado por la constructora Cabbsa, estará moderado por Alfonso Riobó, director de Omnes, y tendrá lugar, de manera presencial, en el Salón de Actos de ESIC (Avenida Juan XXIII, 12. Pozuelo de Alarcón (Madrid)).

Como seguidor y lector de Omnes le invitamos a asistir. En el caso de que así lo desee, le rogamos que confirme su asistencia a través del correo [email protected].

Vaticano

Continúan los preparativos para el año jubilar 2025

La Sala Stampa de la Santa Sede acogió la presentación del próximo año jubilar, bajo el nombre “Jubileo 2025: logros y proyectos”. En ella intervinieron monseñor Rino Fisichella y monseñor Graham Bell, proprefecto y subsecretario, respectivamente, del Dicasterio para la evangelización.

Loreto Rios·9 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La preparación del jubileo comenzó el 11 de febrero de 2022, cuando monseñor Fisichella recibió una carta del Papa Francisco encargándole la preparación y celebración del jubileo 2025.

Se han iniciado las relaciones con el gobierno italiano, la Región Lazio y el municipio de Roma. El 19 de abril de este año ha tenido lugar el primer encuentro bilateral entre la Santa Sede y el gobierno italiano.

Comisiones preparatorias

En los últimos meses, se han creado cuatro comisiones y un comité técnico para apoyar la labor del Dicasterio para la evangelización. En primer lugar, la comisión pastoral, formada por representantes de cada Dicasterio de la Curia Romana y representantes de las diferentes realidades eclesiales (obispos, sacerdotes, consagrados, laicos, catequistas…), y que tiene por finalidad promover iniciativas relacionadas con el jubileo en las iglesias locales.

En segundo lugar, está la comisión cultural, encargada de elaborar actividades culturales de diversos géneros, como exposiciones, conciertos o representaciones, además de valorar las diferentes propuestas culturales que llegan al Dicasterio. El inicio de las actividades culturales arrancará con una exposición en una iglesia de Piazza Navona del artista español El Greco. La exposición contará con obras que no han salido nunca de España y el tema girará en torno a la “esperanza en Cristo”, eje conductor del jubileo. Se expondrán obras de un tríptico teológico: El bautismo, Cristo abrazado a la cruz y El Salvador bendiciendo.

Por su parte, la comisión de comunicación reúne, entre otros, a periodistas y expertos en redes sociales, mientras que la comisión ecuménica favorecerá el diálogo interreligioso en torno al tema de la esperanza y organizará eventos en relación al 1700º aniversario del Concilio de Nicea, que coincide con el 2025.

El comité técnico se encargará de las cuestiones logísticas, gestiones de las basílicas, temas de seguridad, sanidad, los voluntarios, etc.

Preparación del jubileo

Como preparación para el año jubilar, el Papa Francisco ha dedicado el año 2023 al redescubrimiento de las cuatro constituciones del Concilio Vaticano II. Para ello, el Dicasterio ha publicado los Cuadernos del Concilio. De momento, además de en italiano, estos textos solo pueden encontrarse en español, gracias a la rapidez con que la editorial BAC los ha traducido, con el nombre Cuadernos del Concilio. Materiales para la preparación del Jubileo 2025. No obstante, se está llevando a cabo la traducción a otras lenguas.

Por su parte, el año 2024 estará dedicado a la oración, como preparación para la recta final del jubileo.

Lema y logo del jubileo

El lema del jubileo será “Peregrinos de esperanza”. El logo representa a la humanidad que llega desde cuatro puntos de la tierra, sobre un mar que simboliza las dificultades de la vida, pero abrazados en señal de comunión, entre sí y a la cruz de Cristo. Esta tiene forma de vela y termina en un ancla que se hunde en el mar, símbolo de esperanza, fe y seguridad y certeza en la victoria del bien sobre el mal.

Además, también se ha dado a conocer el himno oficial del jubileo, que se seleccionó en un concurso que ha contado con 270 participantes de 38 países distintos. El texto que debía ser musicalizado era de Pierangelo Sequeri, y la música seleccionada, una vez conocido el fallo del jurado, será de Francesco Meneghello.

Página web y app

A partir de mañana estará activa la página web del jubileo (www.iubileum2025.va), que estará disponible en nueve idiomas diferentes. En septiembre se abrirán las inscripciones en esta página web para poder participar en los eventos del jubileo y la peregrinación a la Puerta Santa.

A través de la web, se podrá encontrar información de la Puerta Santa y las basílicas, así como todas las noticias del jubileo.

También a partir de septiembre estará activa el Área del Peregrino, que es el área personal de quienes hayan formalizado su inscripción. El peregrino recibirá en versión digital la Tarjeta del Peregrino, con un código QR necesario para acceder a los eventos, tanto para los peregrinos individuales como en grupo.

Además, si el peregrino realiza un donativo, con esta tarjeta también podrá conseguir descuentos en transportes, restaurantes, etc.

También a partir de septiembre estará disponible la app del jubileo, iubilaeum2025, para iOS y Android.

El jubileo, una puerta a la esperanza

El jubileo ordinario comenzará con la apertura del Puerta Santa de san Pedro en diciembre de 2024. Habrá numerosos eventos para diferentes perfiles (artistas, cuerpos de seguridad, familias, encuentros…). El encuentro de jóvenes está previsto del 28 de julio al 3 de agosto de 2025.

Acompañan los preparativos del jubileo estas palabras del Papa Francisco: “Debemos mantener encendida la llama de la esperanza que nos ha sido dada, y hacer todo lo posible para que cada uno recupere la fuerza y la certeza de mirar al futuro con mente abierta, corazón confiado y amplitud de miras”.

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Mundo

El Comité Central de los Católicos Alemanes, irritado por las reticencias ante sus propuestas, quiere “asumir liderazgo”

Irme Stetter-Karp, la presidenta del Comité, se declara “furiosa” y propone cambiar unilateralmente las reglas por las que se rige el Camino Sinodal, para que los obispos no puedan vetar decisiones. Afirma también debe llegar a su fin una Iglesia como “sistema absolutista de poder”.

José M. García Pelegrín·9 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

En su última asamblea, celebrada el pasado fin de semana, el Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK) reafirmó su determinación de proseguir su “curso reformista”. La presidenta del ZdK, Irme Stetter-Karp, expresó su “furia” por las recientes reacciones de algunos obispos y cardenales de la Curia a las decisiones del Camino Sinodal. Concretamente se refirió a la respuesta del cardenal Arthur Roche, prefecto del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en una carta del 29 de marzo. El Camino Sinodal había votado a favor de que los obispos pudieran conceder permiso para que laicos (y laicas) predicaran dentro de la celebración eucarística y administraran sacramentos como el Bautismo, la Unción de enfermos y el Matrimonio.

El cardenal Roche recordaba la Instrucción “Ecclesiae de misterio” (1997), según la cual la homilía de una celebración eucarística está reservada a sacerdotes o diáconos, sin que el obispo diocesano esté autorizado a otorgar una dispensa. Asimismo, recordaba que en dicha instrucción se hablaba de “territorios de misión” y de “casos de especial necesidad” para que laicos pudieran ser ministros extraordinarios del Bautismo; y advertía de una interpretación laxa: “No parece que esas situaciones se den en ninguna diócesis en el ámbito de los obispos alemanes”; por ello, “no existe ningún rito aprobado en alemán para la celebración del Bautismo por un ministro extraordinario”.

Para Stetter-Karp, esta y respuestas similares significan que “estamos experimentando una Iglesia que se caracteriza en varios niveles por hombres que cimentan su poder, rechazan los desarrollos y profundizan aún más las grietas entre la Iglesia y el mundo”. Esta Iglesia -continuaba- debe llegar a su fin “como sistema absolutista de poder”.

Además de insistir en que las decisiones del Camino Sinodal se apliquen en todas las diócesis alemanas, hizo hincapié en que la sesión constituyente de la “Comisión sinodal” se celebrará en noviembre. Su creación se decidió en septiembre de 2022, en la cuarta Asamblea plenaria del Camino Sinodal. Inicialmente estaba previsto crear un “Consejo Sinodal” que, a nivel nacional, coordinaría los trabajos de la Conferencia Episcopal (DBK) y del Comité central de los católicos alemanes (ZdK), y a nivel diocesano sería un órgano de gobierno con participación de laicos, que podrían imponerse incluso al respectivo obispo. Sin embargo, el Vaticano prohibió -no en una, sino en varias ocasiones- la creación de dicho órgano de gobierno “a nivel nacional, diocesano o parroquial”.

Para sortear dicha prohibición se hablaba ahora de una “Comisión Sinodal” que, además de preparar el “Consejo Sinodal”, se ocuparía de resolver cuestiones que, por la falta de tiempo, no habían podido ser objeto de las Asambleas sinodales. A fin de conseguir hechos consumados, los presidentes del Camino Sinodal -Mons. Georg Bätzing, presidente de la DBK, e Irme Stetter-Karp, presidenta del ZdK- se apresuraron a fijar la fecha de la sesión constituyente de esa “Comisión Sinodal”: los días 10 y 11 de noviembre. Este anuncio sorprendió a los obispos, a los que no se había consultado anteriormente. El de Ratisbona, Rudolf Voderholzer, respondió recordando que las resoluciones de Asamblea sinodal carecen en sí de obligatoriedad jurídica y que para ello se precisa una resolución de la Conferencia Episcopal, lo cual se aplica también a la creación de una “Comisión Sinodal”.

Por esto, ahora Stetter-Karp exige que, en ese futuro órgano, se cambien algunas reglas que han regido hasta ahora el Camino Sinodal, como la exigencia de que las resoluciones se tomen con una doble mayoría de dos tercios: la de todos los asambleístas y la de los obispos. Ahora, ya no se aceptaría la exigencia de dos tercios de los obispos, pus supondría que una minoría de obispos pudiera vetar alguna resolución. Se refirió a que una minoría de los obispos alemanes había expresado en los últimos meses “que tienen dudas fundamentales sobre la legitimidad del camino emprendido”. Para la presidenta del ZdK eso sería un “signo de debilidad” de la Conferencia Episcopal Alemana. Matthias Sellmann, teólogo pastoral de Bochum, fue incluso más allá: el ZdK debería asumir ahora el liderazgo en el proceso.

Ahora bien, aún está por aclarar la financiación de la “Comisión sinodal”; el Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Alemana debía haber tomado una decisión al respecto en abril. Ahora, la presidenta del ZdK espera que dicha decisión se tome en junio.

En este contexto, Helena Jeppesen-Spuhler, que participa en el “grupo de apoyo” al proceso sinodal en la diócesis de Basilea (Suiza) y que había sido invitada a la reunión del ZdK, se refirió a que, en Suiza, la decisión sobre las finanzas no la toman los obispos, sino en gran medida los organismos laicos. Thomas Söding, vicepresidente del ZdK, preguntaba: “¿Por qué no es práctica habitual que quienes pagan el impuesto eclesiástico decidan sobre su uso?”.

Vaticano

Una web y una app para preparar el Jubileo 2025

Rome Reports·9 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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La Oficina de prensa de la Santa Sede ha dado a conocer los primeros pasos previos a la celebración del Jubileo de 2025.

Una página web y una app ayudará a los peregrinos a prepararse para el año jubilar.

A medida que se acerca el año 2025, el Dicasterio y el Ayuntamiento de Roma colaboran para alojar y acoger a los más de dos millones de peregrinos que, según las estimaciones, acudirán al Jubileo dentro de dos años.


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Vaticano

La protección de menores también es central en las Iglesias de primera evangelización

Se ha firmado en el Vaticano un acuerdo de colaboración entre la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores y el Dicasterio para la Evangelización, mediante el cual tanto las Iglesias de larga tradición como las de reciente fundación podrán desarrollar un programa para la protección de menores. 

Giovanni Tridente·9 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Se ha firmado en el Vaticano un acuerdo de colaboración entre la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores (Dicasterio para la Doctrina de la Fe) y el Dicasterio para la Evangelización: la formación de los obispos y el intercambio de buenas prácticas son fundamentales.

No sólo las Iglesias de antigua historia y tradición, sino también las Iglesias de reciente fundación podrán desarrollar ulteriormente un cuidado y atención especiales para la protección de los menores y de las personas vulnerables, a fin de dar una respuesta adecuada en todas aquellas circunstancias en las que el clero sea desgraciadamente culpable de tales conductas.

Todo ello será posible gracias a un “acuerdo específico de colaboración e intercambio” firmado el 21 de abril por el cardenal Luis Antonio Tagle, proprefecto de la Sección para la Primera Evangelización y las Nuevas Iglesias Particulares del Dicasterio para la Evangelización, y el cardenal Patrick O’Malley, OFMCap, presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores.

Tres serán los ámbitos específicos en los que se concretará la colaboración entre ambos organismos de la Curia Romana.

Atención a las víctimas

Un primer foco de atención serán las víctimas. El acuerdo establece que se identificarán formas más eficaces de incluir a las víctimas, basándose en la experiencia previa. En este sentido, se desarrollará la red de los llamados Centros Memorare, destinados a ayudar a las diócesis a crear oficinas para escuchar a las víctimas y, en su caso, facilitar las denuncias. 

A través de estos Centros será posible acoger sesiones informativas a cargo de miembros y personal de la Comisión Vaticana, con el fin de proporcionar procedimientos más actualizados en materia de salvaguardia.

Servicio a las diócesis

Un segundo servicio se referirá a las diócesis individuales, con una atención mayor y más específica a los obispos durante las visitas ad limina a Roma. 

La Comisión ofrecerá reuniones y conferencias para fomentar una comprensión más profunda de la mejor manera de ejercer la protección de la infancia en cada país y aprovechará la oportunidad para instar a la adopción y aplicación de las directrices exigidas por el Vaticano para cada diócesis.

Apoyo a los obispos 

Pensando en cada uno de los pastores de las Iglesias locales, la Comisión pondrá a su disposición su red internacional de expertos para que los obispos sean más conscientes de su papel a la hora de escuchar a las víctimas, crear entornos seguros para los menores y las personas vulnerables y tramitar las denuncias.

Se tratará tanto de formación continua como de un criterio inicial a impartir a los obispos recién nombrados, evidentemente en las circunscripciones eclesiásticas bajo jurisdicción del Dicasterio para la Evangelización. 

Por último, se llevará a cabo una colaboración especial con la Obra Pontificia de la Infancia Misionera, dependiente del Dicasterio y extendida en más de 130 países, que se centra especialmente en el protagonismo misionero de los niños en favor de sus coetáneos más necesitados. 

En este sentido, el acuerdo prevé el intercambio de información y la promoción de acciones sinérgicas en el campo de la educación y la prevención.

En línea con la reforma de la Curia

La firma del documento está en línea con lo establecido en la constitución apostólica Praedicate Evangelium sobre la reforma de la Curia Romana, para garantizar la puesta en común de criterios de servicio comunes entre los distintos organismos, especialmente en el ámbito de la protección de los menores y de los más vulnerables.

El Acuerdo -que tendrá una duración inicial de tres años- responde también a la petición específica del Papa Francisco formulada a la Comisión para la Protección de Menores en abril de hace un año, cuando recibió en audiencia a sus miembros, de ayudar a los Obispos a identificar y compartir los “mejores métodos” en el ámbito de la tutela, ayudando también a sanar a los supervivientes y “teniendo en cuenta que justicia y prevención son complementarias”.

Los resultados de esta colaboración se recogerán anualmente en el Informe sobre la salvaguardia en la Iglesia, que se entregará al Pontífice, como pidió en la misma audiencia del año pasado.

Una gran oportunidad

La iniciativa representa para el cardenal O’Malley, presidente de la Comisión Pontificia, una gran oportunidad para prestar un servicio fundamental también a aquellas diócesis en las que muy a menudo los recursos económicos son limitados, pero que no deben perder la ocasión de desarrollar programas adecuados a la hora de acoger a las víctimas de abusos. 

Es fundamental, de hecho, asegurar “una fuerte implicación pastoral con quienes han sido heridos” y seguir garantizando lugares seguros para niños y jóvenes.

Más formación

Por su parte, el cardenal Tagle juzga este Acuerdo como “un gran ejercicio de trabajo interdicasterial”, fruto evidentemente de la reciente reforma de la Curia romana, más orientada al aspecto formativo: “Esto es lo que veo: la formación en este campo de obispos, sacerdotes, seminaristas, religiosos”.

Además, es necesario “comprender mejor el impacto de los abusos y los comportamientos violentos en la vida de las personas y de las comunidades”, incluso en aquellos territorios de primera evangelización donde la Iglesia representa todavía una pequeña comunidad. Para el cardenal Tagle, por último, no se puede descartar una extensión de esta perspectiva de protección, que evidentemente debe hacerse aún más “cultura en la Iglesia”, a otros Dicasterios de la Santa Sede.

En efecto, además de la preocupación por el clero, no hay que olvidar otros ámbitos en los que se producen abusos, como la familia -implicando así al Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida- o donde se dan situaciones de pobreza -implicando en este caso al Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

Doctrina de la fe

Desde marzo de 2022, la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, en virtud de la nueva Constitución Apostólica sobre la Curia Romana, ha quedado encuadrada en el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, aunque con autonomía propia en cuanto a personal, miembros y propuestas, y con su propio Presidente Delegado que la dirige.

Entre los mandatos recibidos del Papa Francisco está el de supervisar las directrices que las Conferencias Episcopales están llamadas a adoptar para proteger a los menores y responder adecuadamente a estas conductas (art. 78, 2 del Praedicate Evangelium), sobre todo para garantizar que no pierdan su eficacia y se verifiquen oportunamente.

La Comisión tiene la responsabilidad de crear mecanismos de denuncia en toda la Iglesia para quienes hayan sufrido abusos. Esto es algo que se codificó por primera vez en el Motu proprio Vos Estis Lux Mundi de 2019, fruto de la reunión del Papa ese mismo año con los máximos responsables de la Iglesia.

Quedará en manos del Informe Anual solicitado por el Papa describir en detalle la naturaleza de la adecuación de las políticas y procedimientos de salvaguardia adoptados en todos los niveles de la Iglesia, incluida su aplicación y eficacia, destacando las buenas prácticas y proporcionando una retroalimentación adecuada. Una “herramienta vital” para reforzar la credibilidad de los esfuerzos de la Iglesia en este triste ámbito de los abusos sexuales.

Nuevos miembros

La Comisión Pontificia para la Protección de Menores fue instituida mediante un quirógrafo el 22 de marzo de 2014, un año después de la elección del Papa Francisco. En abril de 2015 se aprobó el Estatuto; en marzo de 2022, con la publicación de la nueva Constitución Apostólica sobre la Curia Romana, el organismo se integró, como se ha dicho, en el Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Finalmente, en septiembre del año pasado, el Papa Francisco nombró a diez nuevos miembros, entre ellos siete mujeres y tres hombres, elevando su número a 20. 

Con la dimisión del jesuita Hans Zollner, ahora son 19 los miembros. Se espera en breve la Asamblea Plenaria de la Comisión, que también deberá definir mejor la reciente integración con el Dicasterio para la Doctrina de la Fe.

Vocaciones

Mon Carmelo: «En Filipinas hay barrios donde solo reciben la Comunión una vez al mes»

Mon Carmelo decidió desde muy joven dejarlo todo por seguir la llamada del Señor. Su deseo era poder llevar la Eucaristía a aquellos barrios de Filipinas donde apenas llegan los sacerdotes. Hoy, años más tarde, ha cumplido ese sueño y ha llegado a bautizar a 50 niños en tres semanas. 

Espacio patrocinado·9 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

Mon Carmelo Fidel Marcaida proviene de una familia católica y entró muy joven al seminario. Ha estudiado Teología en el Seminario Internacional Bidasoa, en Pamplona. Con gran sencillez y buen humor nos cuenta su experiencia y labor pastoral en la actualidad, así como los retos que vive un sacerdote en Filipinas hoy en día. Actualmente, es vicario parroquial en la diócesis de Masbate.

¿Cómo fue su vocación?

-Vengo de una familia muy católica, y tengo un tío sacerdote. Entré al Seminario Menor con 12 años, pero no tenía ni idea de lo que era, fui porque unos amigos míos estaban allí. Tenía unos 15 años cuando empecé a descubrir la vocación. Viendo a los sacerdotes en misa, pensaba: “Yo quiero que llegue un día en que salga a celebrar misa como ellos”. Así empezó todo.

Después de cuatro años en el Seminario Menor, decidí entrar en el Mayor para ser sacerdote. Pero tenía 17 años y llegó un momento en que pensé: “No, soy muy joven y ya estoy dando toda mi vida para ser sacerdote. No he disfrutado nada de mi vida todavía, es demasiado pronto, todavía no estoy seguro”. Además, estaba en un momento de mucha sequedad espiritual. Hablé con mis padres y les dije que quería salir del seminario. Así que me fui a otra universidad, a estudiar otra carrera.

Quería intentar conocerme bien, asegurándome de que el Señor me estaba llamando. Jugaba al fútbol en una universidad, tenía muchos amigos, muchas fiestas, o sea, una vida normal de un universitario, que es muy diferente de la vida de un seminarista. Pero después de casi dos años me dije: “No, yo creo que el Señor me está llamando a ser sacerdote”. No sabía qué iba a pasar, pero decidí pensarlo. Estuve cinco meses en discernimiento, con oración, dirección espiritual, formación, misa… Gracias a Dios, después de esos cinco meses hablé con el obispo y con mi formador y decidí volver al seminario.

¿Cómo llegó a Pamplona para hacer sus estudios?

Hice cuatro años de filosofía y luego el rector me llamó para hablar sobre la posibilidad de estudiar teología. El rector me preguntó dónde quería estudiar y yo le dije que en Manila, que está muy cerca de mi ciudad y me venía muy bien. Pero me dijo: “Te queremos enviar a España a hacer toda la carrera de Teología allí”. Yo me quedé en shock y luego me eché a llorar, ahí delante del rector. Tenía mucho miedo y le dije: “No puedo, no puedo. Yo estudio, pero no soy tan inteligente como para poder estar fuera del país y hacer otra carrera en otro idioma. No, no, no, ni de broma, no lo voy a hacer, es imposible, no lo puedo hacer”.

No paraba de llorar, así que el rector me dijo: “Venga, mejor vete a la capilla, reza un poco y en dos semanas volvemos a hablar”. Me fui enseguida a la capilla. No entendía nada. Me decía: “¿Cómo puede ser esto? Yo quiero decidir mi futuro, lo tengo todo planeado y tengo claro que voy a estudiar en Manila”. Le iba diciendo al Señor: “Esto de ir a España, no es tu voluntad, ¿verdad? Yo no puedo, y Tú lo sabes”, le hablaba así.

Fueron dos semanas de rezar muy intensamente. Luego, empecé a pensar que ser sacerdote es pura obediencia a la voluntad del Señor y la voluntad del obispo, que es instrumento del Espíritu Santo. Pensé que, cuando fuese sacerdote, tendría que estar siempre dispuesto a hacer la voluntad del Señor y que ir a España era su voluntad en ese momento. Decidí aceptar por pura obediencia. Por lo menos intentarlo, porque, para obtener la beca para estudiar en España o Roma tienes que competir entre diócesis y entre seminaristas, te hacen entrevistas, exámenes…

Éramos ocho seminaristas para una beca. Imagínate. Yo estuve con ellos y vi que eran muy inteligentes y pensé que seguro que no me la iban a dar a mí. Eran de los mejores de Filipinas, ¡y me escogieron a mí! Pensé: “Seguro que el Espíritu Santo se está moviendo por aquí”.

¿Cómo fue su experiencia en España?

Cuando llegué al seminario en España, lo primero que hice fue ir directamente a la capilla y ponerme de rodillas a rezar: “Señor, ya estoy aquí, yo sé que es tu voluntad, sé que Tú me has traído aquí y confío en que me vas a llevar de vuelta a Filipinas sin ninguna asignatura suspendida”.

Luego, fue un proceso difícil, me costó muchísimo aprender español y estar con gente de diferentes países y culturas. Pero también es verdad que Bidasoa me acogió muy bien, y la primera cosa que sentí fue: “Estoy en casa”. Bidasoa me hizo sentir como miembro de una familia grande, con gente que está siempre pendiente de todo lo que necesitas. Bidasoa me ha ayudado muchísimo. Yo siempre digo que ordenarme sacerdote ha sido fruto de la oración: de mis padres, de mis amigos, de la gente, y oración mía también, a pesar de mis fallos, de ser pecador y no ser digno de recibir la ordenación y el sacerdocio.

¿Cuál es su labor pastoral en la actualidad?

-Estoy en una parroquia como vicario parroquial, somos tres sacerdotes (un párroco y dos vicarios). Doy clase en el Seminario Menor de latín y, en una universidad de aquí de mi diócesis, de español (aunque no lo hablo muy bien, doy clase de español).

¡Lo habla muy bien!

(risas)

¿Cómo valora el apoyo de los benefactores dela Fundación CARF para facilitar los estudios a los sacerdotes o futuros sacerdotes en Roma o Pamplona? 

-Aquí en Filipinas, estudiar en el seminario es muy costoso. Hay muchos chicos que quieren ser sacerdotes, pero por el tema del dinero no entran al seminario. Y eso me da mucha pena y me preocupa muchísimo. Yo agradezco mucho tener unos padres que han podido apoyarme y a Fundación CARF, que me ha ayudado muchísimo para poder responder bien a la llamada del Señor. Además, te llevan a estudiar a la mejor universidad, el mejor seminario, estás en una casa enorme (para mí es como un hotel de cinco estrellas, sin comparación con los seminarios aquí en Filipinas) y con la mejor educación para formarme bien y administrar luego los sacramentos a la gente que los necesita. Por eso estoy muy agradecido. Pagar el seminario no es fácil.

Una vez terminados los estudios, Fundación CARF les entrega la famosa mochila de vasos sagrados. ¿Qué contiene?

-Tiene un cáliz, una patena, vinajeras, para el vino y el agua, y también todo lo necesario para la unción de enfermos, bautizos y la confesión. Solo con esta mochila, tienes todo lo que necesitas para celebrar cualquier sacramento.

La mochila de Mon Carmelo

La he utilizado muchas veces, porque aquí en Filipinas hay muchos barrios. En mi parroquia hacemos unas 5 misas al día, una en la parroquia y cuatro fuera, en las capillas, en los barrios, en las montañas… No te imaginas cómo es aquí la vida de un sacerdote. En España es muy diferente, porque puedes llegar a cualquier sitio en coche. Aquí tienes que montar a caballo, en un barco, en una barca… Es una historia. Tienes que viajar horas, caminar por senderos o ríos para llegar a un barrio para celebrar la Santa Misa. Por eso estoy muy agradecido a la Fundación CARF por la mochila.

Entonces esta mochila para su actividad es muy importante

-Sí, es muy importante. La tengo siempre al lado de mi puerta, como un médico, que tiene que estar siempre listo para cualquier cosa. “Padre, a ver si puede celebrar misa o administrar la unción”…, y ahí lo tengo todo.

Cuando celebré por primera vez la Santa Misa con esta mochila, la verdad es que volví a recordar mis momentos en el seminario. Un día me preguntaron: “¿Por qué quieres ser sacerdote?”. Y respondí que para llevar a la gente la Eucaristía, que es fuente de la vida cristiana. Aquí en Filipinas hay muchos lugares que tienen la posibilidad de recibir la Comunión solo una vez al mes. He visto a muchísima gente que tiene sed de los sacramentos, especialmente el sacramento de la Eucaristía, y a veces los sacerdotes no llegan para celebrarles la misa. Por eso una de las razones por las que quería ser sacerdote era para llevar a la gente la Eucaristía, y con esta mochila estoy realizando ese sueño. Seguramente el Señor ha plantado todos esos deseos en mi corazón, de querer ser sacerdote para llevar los sacramentos a esos barrios.

¿Tiene alguna anécdota relacionada con esta mochila?

-No sé si conoce la película John Wick, que es de acción, de Keanu Reeves. Tiene una mochila de armas, pistolas, balas, bombas, y la lleva siempre con él también. Una vez saqué la mochila en un barrio y la abrí. La puse encima de la mesa y unos niños me dijeron: “Se parece usted a John Wick, que siempre lleva su mochila de armas, y usted, Mon Carmelo, siempre lleva también esa mochila de sacerdote”. Me reí muchísimo. Sí, es mi mochila de armas. Me he ordenado para llevar los sacramentos a la gente donde no llegan los sacerdotes. Con esta mochila estoy realizando todo eso. Ha sido muy fácil. Esta mochila, aquí por lo menos, cuesta muchísimo dinero. Por eso estoy muy agradecido por este regalo. La llamo mi mochila de armas, de médico. Pero mochila de armas suena mejor. Está completa, lo tiene todo.

Estoy disfrutando muchísimo, la verdad. Después de 15 años esperando, ha llegado este momento de poder celebrar la misa, poder estar con la gente, escuchando, rezando, administrando los sacramentos…

Gracias a la Fundación CARF, estoy eternamente agradecido. Pido a los benefactores que sigan ayudando para poder comprar los maletines, cuánta gente se va a beneficiar con ese maletín. Cuánta gente va a poder recibir al Señor por su ayuda. Una benefactora de la FundaciónCARF, cuando me lo dieron, me dijo: “No te olvides de nosotros cuando celebres la Santa Misa”. Cada vez que abro esta mochila, lo recuerdo y rezo por ellos. Siempre me acuerdo.

Libros

El amor en C. S. Lewis

El autor, partiendo de la obra de C.S. Lewis "Los cuatro amores", habla sobre el afecto, la amistad, la cortesía y el compañerismo.

Santiago Leyra Curiá·8 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

C.S. Lewis afirma en su célebre libro Los cuatro amores que, ya que Dios es bienaventurado, omnipotente y creador, en la vida humana la felicidad, la fuerza, la libertad y la fecundidad (mental o física) constituyen semejanzas con lo divino. Sin embargo, nadie piensa que la posesión de estos dones tenga una relación necesaria con nuestra santificación; ninguna de esas cualidades constituye un pasaporte para el Cielo.

C.S. Lewis y el arte de amar

Nuestra imitación de Dios en esta vida tiene que ser una imitación del Dios encarnado: nuestro modelo es Jesús. El del Calvario, el del taller, el de los caminos, el de las multitudes, el de las clamorosas exigencias y duras enemistades, el que carecía de tranquilidad y sosiego, el continuamente interrumpido. Todo esto, tan extrañamente distinto de lo que cabe pensar que es la vida divina en sí misma, pero tan semejante a lo que fue la vida del Dios encarnado.

C.S. Lewis (Flickr / Levan Ramishvili)

En la belleza de la naturaleza encontró C.S. Lewis un significado a las palabras gloria de Dios: “No veo cómo podría decirme algo la frase «temor de Dios» si no hubiera sido por la contemplación de ciertos imponentes e inaccesibles acantilados; y si la naturaleza no hubiera despertado en mí determinadas ansias, inmensas áreas de lo que se llama «amor de Dios» no hubieran existido en mí”. 

Quienes no aman a quienes viven en el mismo pueblo, a los vecinos que se suelen ver, difícilmente llegarán a amar a las personas a quienes no han llegado a ver. No es amor amar a los hijos solo si son buenos, a la esposa solo si se conserva bien físicamente, al marido solo mientras tenga éxito. Cada amor tiene su arte de amar.

Como dijo Ovidio, “si quieres ser amado, sé amable”. Dice C.S. Lewis que de algunas mujeres cabe augurarles pocos pretendientes y de algunos hombres que probablemente tendrán pocos amigos, debido a que no tienen nada o tienen poco que ofrecerles. Pero afirma que casi todo el mundo puede llegar a ser objeto de afecto pues no es preciso que haya nada manifiestamente valioso entre quienes une el afecto.

El afecto

El afecto es el amor más humilde, no se da importancia; vive en los ámbitos de lo privado y de lo sencillo. El mejor afecto no desea herir ni dominar ni humillar. Cuanto mejor es el afecto más acierta con el tono y el momento adecuados.

El afecto, además de ser un amor en sí mismo, puede entrar a formar parte de otros amores y colorearlos completamente. Sin el afecto, a los otros amores quizá no les fueran muy bien.

Hacer amistad con alguien no es lo mismo que ser afectuoso con él, pero cuando nuestro amigo ha llegado a ser un viejo amigo, todo lo referente a él se vuelve familiar. El afecto nos enseña a observar a las personas que están ahí, luego a soportarlas, después a sonreírles, luego a que nos sean gratas y al fin a apreciarlas.

Dios y sus santos aman lo que no es amable. El afecto puede amar lo que no es atractivo, no espera demasiado, hace la vista gorda ante los defectos ajenos, se rehace fácilmente tras una pelea, como es bondadoso, perdona. Nos descubre el bien que podríamos no haber visto o que, sin él, podríamos no haber apreciado.

El afecto produce felicidad si hay, y solamente si hay, sentido común, honestidad y justicia, es decir, si se añade algo más al mero afecto. La justicia, la honestidad y el sentido común estimulan al afecto cuando éste decae. Como en todo amor el afecto necesita bondad, paciencia, abnegación que pueden elevar el propio afecto por encima de sí mismo.

La cortesía

Existe una diferencia entre la cortesía que se exige en público y la cortesía doméstica. El principio básico para ambas es el mismo: “que nadie se dé a sí mismo ningún tipo de preferencia”. En público se sigue un código de comportamiento. En casa, uno debe vivir lo que en ese código se expresa, en otro caso se vivirá el triunfo arrollador de quien sea más egoísta. Quienes olvidan sus modales cuando llegan a casa después de la reunión social en realidad aquí tampoco viven una verdadera cortesía, solo remedan a los que la viven.

Mientras más familiar es la reunión, menor es la formalidad; pero no por eso ha de ser menor la necesidad de educación. En casa se puede decir cualquier cosa en el tono adecuado, en el momento oportuno, tono y momento que han sido buscados para no herir y, de hecho, no hieren.                                                                         

¿Quién no se ha hallado en la incómoda situación de invitado a una mesa familiar donde el padre o la madre han tratado a su hijo ya mayor con una descortesía, que si se dirigiera a cualquier otro joven habría supuesto sencillamente terminar entre ellos toda relación? Determinados defectos en la cortesía familiar de los adultos proporcionan una fácil respuesta a las preguntas: ¿por qué están fuera siempre? ¿por qué les gusta más cualquier casa que su propio hogar?

La amistad

Pocos valoran la amistad porque son pocos quienes la experimentan. En efecto, podemos vivir sin la amistad, sin amigos. Sin amor conyugal o sin eros ninguno de los que vivimos habríamos sido engendrados y, sin afecto no podríamos habernos crecido y desarrollado. Pero podemos vivir y crecer sin amigos.  

La amistad es el mundo de las relaciones libremente elegidas. La amistad es selectiva, es asunto de unos pocos. No tengo la obligación de ser amigo de nadie y ningún ser humano en el mundo tiene el deber de serlo mío. La amistad es innecesaria, como la filosofía, como el arte; como el universo mismo, porque Dios no necesitaba crear.

Cada miembro del círculo de amigos, en su intimidad, se siente poca cosa ante todos los demás. A veces se pregunta qué pinta él allí entre ellos. Se siente afortunado, con suerte de encontrarse en su compañía sin mérito alguno. Aunque para algunos hoy los comportamientos que no muestran un origen animal resulten sospechosos, la amistad es el menos biológico de los amores.

Si los enamorados suelen estar frente a frente (el amor entre varón y mujer se da necesariamente entre dos personas), en cambio, los amigos van el uno al lado del otro compartiendo un interés común y el dos, lejos de ser el número requerido por los amigos ni siquiera es el mejor. La verdadera amistad es el menos celoso de los amores. Dos amigos se sienten felices cuando se les une un tercero… un cuarto…

Más allá del compañerismo

Un preanuncio de la amistad se halla en el compañerismo de los clubes, de las tertulias, etc. Pero la amistad surge fuera del mero compañerismo, cuando dos o más compañeros descubren que tienen en común algunas ideas o intereses o, simplemente, algunos gustos que los demás no comparten y que hasta ese momento cada uno pensaba que era su propio y único tesoro o su cruz. Por eso, la típica expresión con que se suele iniciar una amistad puede ser algo así: “¿Cómo, tú también? Yo pensaba ser el único”.

En la amistad no se trata de actuar siempre de modo solemne. Dios, que hizo la saludable risa, lo prohíbe. Como alguien dijo: “Hombre, complace a tu Hacedor, que estés contento y que el mundo te importe un comino”.

El autorSantiago Leyra Curiá

Académico correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España.

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Iniciativas

José María Arizmendiarrieta: la empresa al servicio del ser humano

El sacerdote, declarado Venerable, impulsó un modelo de empresa basado en la Doctrina Social de la Iglesia. El Parlamento Europeo ha organizado unos seminarios en los que se hablaba de su proyecto, la Corporación Mondragón.

Loreto Rios·8 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El miércoles 3 de mayo tuvo lugar en el Parlamento Europeo, en Bruselas, la mesa redonda “Hacia un nuevo modelo para las empresas de Europa”, en el que participaron miembros de la Fundación Arizmendiarrieta y COMECE, entre otros.

El acto llevaba el subtítulo “De la experiencia de Mondragón hacia un modelo de empresa participativo e integrador”. Por la tarde se llevó a cabo en la capilla ecuménica Chapel for Europe una mesa redonda con el mismo tema, en la que se usó de ejemplo el modelo español de la Corporación Mondragón.

José María Arizmendiarrieta

Este modelo surgió basándose en la Doctrina Social de la Iglesia, impulsado por el Venerable José María Arizmendiarrieta.

Arizmendiarrieta (1915-1976) fue un sacerdote católico originario de una zona rural del País Vasco. En 1922 entró en el Seminario Menor de Castillo-Elejabeitia. Debido a la Guerra Civil, no pudo ordenarse hasta 1940. En 1941 fue enviado a la parroquia San Juan Bautista, en la villa industrial de Mondragón (Guipúzcoa).

Allí, buscó una cristianización del mundo del trabajo y fundó la Escuela Profesional de Mondragón. “Antes que empleado, antes que obrero, antes que todo, eres bautizado”, afirmaba. En los años 50 se fundó Ulgor, una empresa que buscaba una reforma en el concepto de empresa que estuviese centrada en la persona, y no en explotarla, así como la Cooperativa San José y la Caja Laboral. Consideraba que “el mundo obrero no creerá en la doctrina social de la Iglesia si no la ve encarnada en la realidad de las obras sociales”.

Un modelo de empresa más humano

“La fórmula cooperativa requiere que la actividad humana comparta e implique unos valores humanos superiores, por lo que el trabajo, el capital, la organización [empresarial] no son fines en sí, sino medios para servir mejor a los altos intereses humanos”, afirma en los estatutos para Talleres Ulgor. “La empresa no puede ni debe perder ninguna de las virtualidades de eficiencia por el hecho de que en la misma los valores humanos disfruten de neta prevalencia sobre los recursos puramente económicos o materiales, antes bien debe por ello mismo acentuar su eficiencia y calidad”.

También consideraba que la misión del cristiano «es demostrar a la sociedad que la empresa puede organizarse de forma más humana y que al hombre se le puede tratar como su dignidad lo requiere sin detrimento de la productividad, antes bien al contrario”.

Un ejemplo de los resultados de estos esfuerzos es la empresa cooperativa Eroski, que surgió de este impulso y pertenece a la Corporación Mondragón.

Acto en Bruselas con la colaboración de la Fundación Arizmendiarrieta

El acto en Bruselas, organizado por el Parlamento Europeo y la Comisión de Conferencias Episcopales Europeas, contó con la participación del obispo de Bilbao, monseñor Joseba Segura, dos expertos europeos, John Kearns y Lucy Anns, y dos miembros del Consejo Rector de la Fundación Arizmendiarrieta, Jon Emaldi y Gaspar Martínez.

Se trataron temas como el modo de conseguir empresas europeas más humanas y competitivas o la importancia de la experiencia cooperativa de Mondragón, así como el modelo de empresa participativa e integradora, entre otros.

«Para la Fundación Arizmendiarrieta, el seminario organizado conjuntamente con el Parlamento Europeo y la Comisión de Conferencias Episcopales Europeas sobre el Modelo inclusivo participativo de empresa ha supuesto un salto cualitativo en su difusión a nivel internacional y un paso que nos acerca a la posibilidad de que la propuesta sea evaluada por algún órgano europeo, aspecto en el que vamos a trabajar en el próximo futuro. Supone, por otro lado, un complemento de la favorable acogida que ya ha tenido hasta ahora en ámbitos católicos, tales como UNIAPAC (asociación de las 43 organizaciones nacionales de directivos y empresarios de todo el mundo, con más de 40.000 afiliados) , la Economía de Francisco y el propio Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral», afirma Juan Manuel Sinde, presidente de la Fundación Arizmendiarrieta.

Documentos

San Atanasio. Fidelidad y fortaleza

El siglo IV vino marcado por la existencia de grandes herejías y crisis, pero también de grandes teólogos que defendieron la doctrina católica, muchas veces a costa de grandes sufrimientos. Uno de estos grandes Padres es san Atanasio, a quien la Iglesia conmemora cada 2 de mayo.

Antonio de la Torre·8 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Hemos visto el tremendo terremoto que la herejía de Arrio provocó en una Iglesia que estrenaba una era de estabilidad y prosperidad tras la paz de Constantino. Los primeros años del siglo IV, en efecto, trajeron la paz social para el cristianismo, pero a la vez fueron testigos del estallido de una larga guerra entre arrianos y nicenos. Los primeros defendían las doctrinas del alejandrino Arrio, que para muchos obispos suponía un puente tendido a la cultura dominante del momento y para otros representaba cierta continuidad con sus tradiciones teológicas y culturales. Los segundos defendían la ortodoxia establecida en el Concilio de Nicea, en la que veían el mejor modo de salvaguardar la doctrina trinitaria y la fe en la divinidad de Cristo, considerada ésta como el pilar fundamental del mensaje salvador de la Iglesia.

Un obispo combativo y brillante

En este convulso ambiente, y formando parte principal del segundo bando, por no decir que sea su líder, nos encontramos con la poderosa figura de san Atanasio. Como nos sucede con otros santos padres, sabemos muy poco de su procedencia y de sus primeros años. Parece que pudo nacer en los años anteriores al 300, pues en las primeras décadas del siglo IV desempeña su ministerio de diácono como estrecho colaborador de Alejandro, el obispo de Alejandría que tuvo que hacer frente al estallido de la crisis arriana.

En el 328, tres años después del Concilio de Nicea, es nombrado obispo de Alejandría. Tendrá que hacer frente a las doctrinas de Arrio en la misma diócesis del hereje, la cual además se veía afectada por otras tensiones, como el cisma meleciano. El combate contra el arrianismo será una apremiante prioridad en su magisterio episcopal, que desarrollará durante toda su vida en brillantes escritos pastorales y teológicos. Aun así, no descuidará la guía de sus fieles en las más diversas facetas de la vida de una comunidad, como vemos en su amplia colección de Cartas Pascuales, escritas anualmente para anunciar la Pascua a las diócesis egipcias que dependían de Alejandría.

 En cualquier caso, la urgencia que percibe san Atanasio en la cuestión arriana viene motivada por lo que ésta supone como negación del mensaje salvador de la Iglesia. En efecto, Arrio sostiene que el Verbo (Logos), el Hijo de Dios, no comparte la esencia divina con el Padre, siendo una especie de dios creado (más acorde con la cultura dominante del helenismo neoplatónico). Pero la tradición cristiana afirmaba que la humanidad sólo podía ser salvada, restaurada, renovada y recreada si se hacía solidaria con un Verbo verdaderamente divino, como sucede en la Encarnación. En este misterio salvífico por excelencia, quien se une a la humanidad es alguien plenamente divino, y por tanto puede comunicar a los hombres los dones salvíficos de la incorruptibilidad, la inmortalidad, la divinización y el conocimiento de Dios.

En definitiva, la salvación del hombre sólo es posible si la humanidad es asumida en la Encarnación por alguien verdaderamente divino. Si el Verbo no es Dios, el hombre no está salvado, y además la predicación trinitaria de la tradición cristiana queda invalidada. Ante la gravedad de estas consecuencias, entendemos la urgencia con la que san Atanasio combate la herejía arriana. Esta polémica, sin embargo, la desarrolla con un tono muy firme, unas posturas teológicas fuertes, una condescendencia pastoral escasa y una relación con obispos y gobernantes nada política. Por ello fue objeto de denuncias y rechazos, que se concretaron del Sínodo de Tiro del 335, en donde un comité de obispos filoarrianos forzó la deposición de san Atanasio y consiguió del emperador Constantino su destierro a Tréveris, en la remota Galia.

Caminos de destierro

Comienza así su larga travesía por los desiertos del destierro, al que su firme adhesión a la ortodoxia nicena y sus complejas relaciones con obispos y emperadores le llevaron durante toda su vida. Llegó a sufrir cinco destierros con cinco emperadores sucesivos: Constantino (335 a 337), Constancio I (339 a 345), Constancio II (356 a 361), Juliano (362 a 363) y Valente (365 a 366, a pocos años de su muerte en el 373). Estas experiencias, sin embargo, fueron motivo de lúcidas reflexiones. Así, la Carta Pascual X (escrita desde Tréveris) y el Discurso contra los arrianos, escrito en la misma época, son dos obras fundamentales en la larga polémica con el arrianismo.

Durante su segundo destierro, esta vez en Roma, escribirá su importante tratado sobre Los decretos del Concilio de Nicea. El Concilio había escogido el término homoousios (de la misma esencia o naturaleza) para definir cómo el Padre y el Hijo comparten la misma ousia divina. San Atanasio defenderá con claridad este término, que por otra parte identificará a la sección minoritaria de aquellos obispos, los homoousianos, que defendieron la ortodoxia nicena. Entre ellos estará también san Hilario, obispo de Poitiers, y autor de un importantísimo tratado teológico Sobre la Trinidad, el primero en su género.

El siguiente destierro lo vivirá en el desierto, adonde le envía Constancio II. Pero de nuevo en esta situación san Atanasio enriquece su pensamiento y su producción literaria. La estancia en el desierto le pone en contacto con la gran tradición monástica del desierto egipcio, fundada por san Antonio Abad. Sobre él, san Atanasio escribirá su Vida de Antonio, biografía de muchísimo impacto en el cristianismo del siglo IV y todavía en el de la actualidad. Los monjes se presentan como custodios de la verdadera tradición doctrinal y espiritual, y, por tanto, firmes adversarios del arrianismo y protectores de aquellos que, como san Atanasio, sufren por oponerse a él. Para exhortar a los fieles de Egipto a permanecer fieles a la verdad y a no caer en las redes de los compromisos y de la falsa unidad, escribe una vibrante Carta a los obispos de Egipto y Libia: ante la confusión y la división entre los obispos, les intima a no aprobar en sus diócesis fórmulas de fe opuestas a Nicea o ambiguas.

La tradición, salvada

Durante años sigue san Atanasio envuelto en conflictos, tensiones eclesiásticas, ambigüedades episcopales, crisis sucesorias de los emperadores y destierros recurrentes. De hecho, el terremoto desencadenado por Arrio no cesará en oriente hasta que el emperador Teodosio decrete la ortodoxia nicena homoousiana como doctrina única admisible en el Imperio, cosa que no sucederá hasta el decreto de Tesalónica del 380. Sin embargo, pese a no ver el final de la crisis, san Atanasio sigue fiel a su misión de explicar, defender y difundir la doctrina recibida de la Tradición apostólica.

Todavía escribirá las Cartas a Serapión, en donde tenemos una importante reflexión sobre la teología del Espíritu Santo: que la fe nicena declare que el Padre y el Hijo comparten la misma y única esencia divina no significa negar la divinidad del Espíritu Santo. Aunque san Atanasio tienda a subrayar la unidad dentro de la Trinidad (para no rebajar la divinidad del Hijo), no olvidará la rica tradición teológica alejandrina, muy interesada en la diversidad de las tres personas divinas y sus relaciones entre ellas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Por último, podemos destacar su Carta Pascual XXXIX (ya del año 367), en la que expone la tradición de la diócesis de Alejandría sobre los libros aceptados en el canon de la Sagrada Escritura. Tenemos en ella una de las más antiguas exposiciones de la tradición de los Santos Padres sobre el canon de la Biblia. 

La valentía de san Atanasio, su fortaleza, su fidelidad a la doctrina recibida de la tradición, su aceptación de la ortodoxia definida en Nicea y su brillante capacidad como escritor y teólogo, hacen de él una figura excepcional. Gracias a él y a los grandes Padres del siglo IV la doctrina católica pudo salvarse de sucumbir ante la mundanidad de la crisis arriana, y por ello la Iglesia pudo seguir sosteniendo su misión salvadora en medio del mundo.

El autorAntonio de la Torre

Doctor en Teología

Vaticano

Mirar al cielo y el rosario por la paz, propuestas del Papa

El Santo Padre Francisco ha sugerido en este V domingo de Pascua que “no nos dejemos arrasar por el presente” y que “miremos hacia arriba, hacia el cielo, a la meta”, porque  “estamos llamados a la eternidad, al encuentro con Dios”. Al final del Regina Caeli ha animado a rezar el rosario “pidiendo a la Virgen el don de la paz, en especial en la martirizada Ucrania”.

Francisco Otamendi·7 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

En el V domingo de Pascua, el Papa Francisco ha invitado a los romanos y peregrinos presentes en la plaza de San Pedro a “no tener miedo”, porque el Señor nos indica, en el  evangelio de la liturgia de este domingo (Jn 14, 1-12), a dónde ir y cómo ir. Dónde “es el cielo. Recordemos la meta. Pensemos que estamos llamados a la eternidad, al encuentro con Dios”. Y cómo ir: “La brújula para alcanzar el cielo es amar a Jesús”, ha señalado. 

Al comentar el pasaje evangélico, que narra “el último discurso de Jesús antes de su muerte”, el Papa ha afirmado: “El corazón de los discípulos está atribulado, pero el Señor les dirige palabras tranquilizadoras, invitándoles a no tener miedo. No tengan miedo. Él, de hecho, no les está abandonando, sino que va a preparar un lugar para ellos, y a guiarles hacia esa meta”.

“El Señor nos indica así hoy a todos nosotros el maravilloso lugar al que ir. Y al mismo tiempo, nos dice cómo ir. Dónde ir y cómo ir. Nos enseña el camino a recorrer”, ha explicado el Pontífice. 

“Jesús usa la imagen familiar de la casa, lugar de relaciones y de intimidad. En la casa del Padre, dice a sus amigos y a cada uno de nosotros, hay espacio para ti, eres bienvenido, serás acogido para siempre con el calor de un abrazo, y yo estoy en el cielo preparándote un lugar. Nos prepara para aquel abrazo con el Padre, el lugar para toda la eternidad”, ha añadido.

“Hermanos y hermanas, esta palabra es fuente de consuelo, es fuente de esperanza para nosotros. Jesús no se ha separado de nosotros. Nos ha abierto el camino, anticipando nuestro destino final, el encuentro con Dios Padre, en cuyo corazón hay un puesto, hay un lugar para cada uno de nosotros”.

No perder de vista la meta

“Entonces”, ha continuado, “cuando experimentamos el cansancio, el desconcierto, incluso el fracaso, recordemos hacia dónde se dirige nuestra vida. No debemos perder de vista la meta. Incluso si corremos el riesgo de olvidarlo, de olvidar las preguntas finales, las importantes: ¿A dónde vamos? ¿Hacia dónde caminamos? ¿Por qué vale la pena vivir?”

“A veces, sobre todo cuando hay grandes problemas que afrontar, está la sensación de que el mal sea más fuerte, y nos preguntamos: ¿qué debo hacer? ¿qué camino debo seguir? Escuchemos la respuesta de Jesús”, ha proseguido Francisco. “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Jesús mismo es el camino a seguir, para vivir la verdad y tener vida en abundancia. Ël es el camino, y por tanto, la fe en Él no es un paquete de ideas en las que creer. No. Sino un camino a recorrer, un viaje a cumplir, un camino con Él. Es seguir a Jesús, porque Él es el camino que conduce a la felicidad que no perece”. 

“Seguir a Jesús es imitarlo”, ha señalado el Papa. “Especialmente con gestos de cercanía y misericordia hacia los demás. He aquí la brújula para alcanzar el cielo. Amar a Jesús, el camino, convirtiéndonos en señales de su amor en la tierra”.

“Y desde el cielo, el corazón, renovemos hoy la elección de Jesús, la elección de amarlo, y de caminar detrás de Él. Que la Virgen María, que siguiendo a Jesús ya llegó a la meta, sostenga nuestra esperanza”, ha concluido.

Pedir a la Virgen el don de la paz

En las palabras finales, tras el rezo del Regina caeli, el Papa informó que mañana en Pompeya tendrá lugar la tradicional súplica de Nuestra Señora del Rosario, “En este mes de mayo”, dijo, “recemos el rosario pidiendo a la Virgen Santa el don de la paz. en particular para la atormentada Ucrania. Que los responsables de las naciones puedan escuchar el grito de la gente que desea la paz”.

Antes, el Papa ha pedido un aplauso para dos personas que llegaron a los altares ayer. En Montevideo (Uruguay), fue beatificado el obispo Jacinto Vera, que vivió en el siglo XIX, “Pastor que cuidó de su pueblo, testimonió el Evangelio con generoso impulso misionero, y favoreció la reconciliación social en un clima tenso por la guerra civil”, ha manifestado.

“Y en Granada (España), ha sido beatificada Conchita Berrecheguren, que en 1927, con 22 años, postrada en cama por una grave enfermedad, soportó los sufrimientos con gran fuerza espiritual, suscitando en todos admiración y consolación”.

El Pontífice saludó a fieles de numerosos países, en particular de Australia, España, Inglaterra, y a los estudiantes del colegio Santo Tomás de Lisboa, entre otros peregrinos.El Santo Padre saludó también a la Asociación Meter con su fundador, don Fortunato di Noto, que llevan adelante el compromiso para prevenir y combatir la violencia sobre los menores”. Hoy celebran la 28 jornada de los niños víctimas. “Estoy cercano a ustedes y les acompaño con la oración y con mi afecto. No se cansen nunca de estar de parte de los niños. Ahí está Cristo Niño que los espera”, ha afirmado.

El autorFrancisco Otamendi

Mundo

La coronación del rey Carlos III, «profundamente cristiana»

La coronación del rey Carlos III del Reino Unido, y de su esposa Camila como reina consorte, por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, ha sido “profundamente cristiana”, con participación de “todo el espectro de confesiones cristianas”, como anunció el arzobispo de Westminster, cardenal Vincent Gerard Nichols. En ella se ha combinado la tradición con elementos de una sociedad “multicultural y pluriconfesional”, en palabras del rey Carlos III.

Francisco Otamendi·7 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

Fuera de las pompas londinenses, la coronación del rey Carlos III en la abadía de Westminster ha visibilizado a todas las confesiones cristianas, y a otras tradiciones religiosas. Ha sido, además, motivo para ofrecer a un mundo secularizado una ceremonia religiosa, una referencia a lo trascendente, a la esfera espiritual, que han podido ver millones de personas de todo el mundo por televisión y las redes.

Se preveía una solemne ceremonia, “expresión minuciosa y fiel de la fe y la esperanza cristianas”, escribió el cardenal Nichols, primado de Inglaterra y Gales. Y así ha sido. El primado había recordado también que “excluido el Estado de la Ciudad del Vaticano, sólo hay otro país en el mundo en el que la toma de posesión del Jefe de Estado tenga lugar en una ceremonia religiosa”. 

“Para nosotros, se trata de una antigua tradición que contribuye en gran medida al sentido de identidad y continuidad de esta compleja sociedad moderna y a todo lo que aportamos al mundo en general”, añadía. El Papa Francisco ha estado representado en la coronación por el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado. Al acto han asistido más de dos mil invitados, representantes diplomáticos de más doscientos países y cien Jefes de Estado. 

Arzobispo de Canterbury: «para servir» 

El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, primado de la iglesia anglicana, que acaba de participar en una peregrinación ecuménica de paz a Sudán del Sur junto al Papa Francisco y el pastor presbiteriano escocés Iain Greenshields, ha sido quien ha ungido al rey con los santos óleos.

En su breve homilía, el arzobispo de Canterbury señaló que “el Rey de Reyes, Jesucristo, fue ungido no para ser servido, sino para servir. El servicio es amor en acción”, cuidado de los más vulnerables, atención a los jóvenes, cuidado del mundo natural. “Hemos visto estas preocupaciones en nuestro rey”, afirmó.

“El Espíritu de Dios es quien da la fuerza y nos atrae al amor en acción”. Así lo hizo Jesús, “quien dejó a un lado todo privilegio y dio su vida. Su trono era una cruz y su corona estaba hecha de espinas. Cada uno hemos recibido la llamada de Dios a servir. Cada uno puede elegir hoy el camino de Dios. Concede la gracia de que en tu servicio encuentre la libertad perfecta”, concluyó.

Al final de la ceremonia, y antes de abandonar la abadía de Westminster, el rey Carlos III ha sido saludado por los líderes religiosos de otras tradiciones, que se han dirigido a él como “próximo en la fe” y han recibido a su vez un gesto de reconocimiento por su parte. El primer ministro británico, Rishi Sunak, de origen y religión hindú, leyó en la celebración un fragmento de la Carta de san Pablo a los Colosenses.

«Defensor de la fe«

El rito de coronación del rey Carlos III se puede considerar bajo diversos ángulos, pero no ha sido, como es evidente, un acto laico. Millones de personas han podido visualizar una minuciosa ceremonia que ha convertido a Carlos III en “defensor de la fe” y “gobernador supremo de la Iglesia de Inglaterra”, importante referente de la tradición protestante, en la que no faltó el ‘God save the King’ (Dios salve al rey).

El Palacio de Buckingham había asegurado en un comunicado que la ceremonia reflejaría el papel actual del monarca y miraría hacia el futuro, sin dejar atrás las tradiciones. Señaló además que “la coronación es un servicio religioso solemne, junto con una ocasión de celebración y desfile”. 

La ceremonia, y los actos previos y posteriores, testimoniaron en este sentido que “la religión no es una cosa privada” y “que se puede mostrar en la esfera social pública”, contrariamente a la herencia recibida de la Revolución francesa, como reflexionó el catedrático judío de Harvard Joseph Weiler, premio Ratzinger 2022, en un Foro Omnes.

Oración por el rey en las parroquias

La Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales había solicitado que el viernes 5 de mayo se celebrara una misa “por Su Majestad el Rey con motivo de su Coronación”. También se pidió que al final de la misa, antes de la bendición final, se rezara una Oración por el Rey

Se señalaba asimismo que en las misas dominicales del 7 de mayo, las parroquias podían incluir en la oración de los fieles una intención por el Rey y la Familia Real, y al final de la misa la Oración por el Rey seguida del canto Domine, salvum fac y/o el himno nacional. El texto sugerido es el siguiente:

ORACIÓN POR EL REY

Oh Señor, salva a Carlos, nuestro Rey.

Y escúchanos el día en que te invoquemos.

Oh Señor, escucha mi oración.

Y deja que mi clamor llegue ante ti.

El Señor esté contigo.

Y con tu espíritu.

Dios todopoderoso, te rogamos,

que tu siervo Carlos, nuestro Rey,

quien, por tu providencia ha recibido el gobierno de este reino,

pueda continuar creciendo en toda virtud,

que, imbuido de tu gracia celestial,

sea preservado de todo lo que es dañino y malo

y, bendecido con tu favor

pueda, con su consorte y la familia real,

llegue por fin a tu presencia,

por Cristo que es el camino, la verdad y la vida

y que vive y reina contigo

en la unidad del Espíritu Santo,

Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

Detalles de la ceremonia de coronación

Con una estructura similar, en los últimos 900 años la ceremonia ha tenido lugar en la abadía de Westminster, y desde 1066 la celebración litúrgica ha estado a cargo del arzobispo de Canterbury. En la coronación se han podido apreciar algunas de las ceremonias que se vieron en el funeral por la reina Isabel II el año pasado.

Las palabras iniciales de la coronación del rey Carlos III que se han podido escuchar “son muy significativas”, ha escrito el cardenal Nichols. “El primero en hablar es un corista, que dice: ‘Majestad, como hijos del Reino de Dios le damos la bienvenida en nombre del Rey de Reyes’, y el Rey Carlos responde: ‘En su nombre, y según su ejemplo, no vengo a ser servido, sino a servir’”.

“La ceremonia que sigue es profundamente cristiana en cada sentimiento y acción, combinando historia e innovación, acción y palabra, música y oración silenciosa”, prosigue el cardenal, quien ha recordado que “la historia de estas tierras está profundamente marcada por nuestra historia religiosa. Hasta el siglo XVI, la coronación era católica. Durante los últimos cuatrocientos años ha sido un servicio de la Iglesia de Inglaterra y sigue siéndolo”. 

El primado católico considera que “esta vez muchos aspectos del acontecimiento reflejan y refuerzan la relación profundamente cambiada entre nuestras dos Iglesias”. Y relata que, “como es bien sabido, el Papa Francisco regaló al Rey Carlos una reliquia de la verdadera Cruz de Cristo. La reliquia fue incrustada en una cruz de plata, que será llevada a la cabeza de la primera procesión el día de la coronación”.

Recuerda el cardenal Vincent Gerard Nichols que “la ceremonia contiene muchas huellas de sus orígenes católicos: el canto del Kyrie, el Veni Sancte Spiritus, el Te Deum y el Gloria, con un arreglo escrito en el siglo XVI por William Byrd para los católicos recusantes”.

Y revela que “como cardenal arzobispo de Westminster, fui invitado a participar en la bendición del rey recién coronado, una novedad que representa un paso más en la cicatrización de nuestras antiguas heridas comunes”.

Libertad religiosa en el Reino Unido

El rey Carlos declaró recientemente que presta este juramento como “miembro totalmente comprometido y devoto de la Iglesia de Inglaterra”. También dijo que, si bien este deber solemne es su deber constitucional, también tiene otros deberes, expresados con menos solemnidad pero igualmente sinceros. Explicó que éstos son el deber de mantener el ejercicio de la libertad religiosa en el Reino Unido y la acogida de personas de otras confesiones religiosas y de todas las confesiones”.

Una de las innovaciones más importantes de esta coronación que se ha presenciado, a juicio del cardenal, “es que el rey reza públicamente, para que todos puedan oírle. Esta oración tiene lugar inmediatamente después del juramento. 

El rey reza: “Concédeme ser una bendición para todos tus hijos, de todos los credos y convicciones, para que juntos descubramos los caminos de la bondad y seamos guiados por los senderos de la paz, por Jesucristo nuestro Señor. Amén”.

La fe de la Reina Isabel II 

Un repaso a declaraciones de estos meses permite observar que Carlos III sigue la estela de su madre, Isabel II, fallecida el 8 de septiembre de 2022. Ya cuando tenía 21 años, y faltaban seis años para convertirse en reina, transmitió un compromiso público, diciendo: “Declaro ante todos ustedes que toda mi vida, ya sea larga o corta, la dedicaré a su servicio… Dios, ayúdame a cumplir bien mi voto”.

En sus últimos años, Isabel II fue cada vez más explícita en su profesión de fe religiosa, principalmente a través de sus mensajes anuales de Navidad, una tradición iniciada por su abuelo, Jorge V, en 1932, y continuada por su padre, Jorge VI. Así habló sobre su fe: “Para mí, las enseñanzas de Cristo y mi propia responsabilidad personal ante Dios proporcionan un marco en el que trato de llevar mi vida. Yo, como muchos de ustedes, he obtenido un gran consuelo en tiempos difíciles de las palabras y el ejemplo de Cristo”.

El cardenal inglés Arthur Roche, Prefecto del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, ha señalado que “como gobernador supremo de la Iglesia de Inglaterra, la importancia y el ejemplo que la Reina dio a las relaciones interconfesionales es algo que el Rey Carlos III ha tratado de mantener, durante estos días de luto en los que ha aceptado acceder al trono y ha visitado los principales lugares del Reino Unido”. 

Con musulmanes

Tras el fallecimiento de la reina Isabel II, musulmanes de todas las edades firmaron en un libro de condolencias durante una ceremonia interconfesional en la gran mezquita Baitul Futuh, en Londres. “Nuestra lealtad al rey” será “tan fuerte como la que mostramos a su majestad la reina”, afirmó Rafiq Hayat, presidente de la comunidad musulmana británica Ahamdiyya.

“Creemos que será un muy buen líder para los musulmanes y que reunirá a las diferentes confesiones”, sobre todo porque “cuando habla, la gente escucha”, y “esto tendrá mucho peso en las relaciones entre el mundo musulmán, el mundo cristiano y el mundo judío”, añadió.

El autorFrancisco Otamendi

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Familia

Héctor Franceschi: «Es el consentimiento matrimonial de los cónyuges lo que crea la familia»

El canonista Héctor Franceschi nos explica los aspectos antropológicos y jurídicos del matrimonio y la familia. Explica que "no es la existencia misma de los hijos lo que constituye la familia", sino que esta ya se ha formado en el pacto nupcial.

Antonino Piccione·7 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

Nacido en Caracas (Venezuela), el 4 de junio de 1962, Héctor Franceschi es un sacerdote incardinado en la Prelatura del Opus Dei. Es profesor de Derecho Matrimonial en la Facultad de Derecho Canónico de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, donde es Director del Centro de Estudios Jurídicos sobre la Familia. También es juez del Tribunal Eclesiástico del Vicariato de Roma y del Tribunal Eclesiástico del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Rev. Prof. Héctor Franceschi, ¿qué significa la expresión «antropología jurídica del matrimonio», que desde finales de los años ochenta es uno de los temas centrales de su actividad académica y de su producción científica?

-La antropología jurídica del matrimonio y de la familia pretende estudiar y comprender cada una de las relaciones interpersonales que constituyen su entramado, haciendo hincapié en la dimensión jurídica intrínseca de dichas relaciones. Desde una perspectiva que podríamos denominar de «realismo jurídico», según la cual estas realidades no son meras construcciones culturales ni el resultado de los ordenamientos jurídicos positivos de los Estados o de la Iglesia.

El matrimonio y la familia son realidades originarias y originantes, con una dimensión jurídica propia e intrínseca que hay que reconocer para que la sociedad, la Iglesia y los Estados puedan desarrollar sistemas normativos verdaderamente justos que protejan y promuevan la dignidad de la persona humana, no entendida como individuo aislado, sino como «ser en relación», que sólo puede encontrar su realización en el respeto de la verdad, de lo que «es», y en la búsqueda de los bienes intrínsecos y objetivos de las relaciones familiares.

Una expresión que es hija de las Sagradas Escrituras y que incluso encuentra huellas explícitas en algunos pronunciamientos papales: ¿es así?

-La expresión «antropología jurídica del matrimonio» fue retomada por Benedicto XVI en su Discurso a la Rota Romana de 2007, afirmando que «la verdad antropológica y salvífica del matrimonio -incluso en su dimensión jurídica- se presenta ya en la Sagrada Escritura. Es conocida la respuesta de Jesús a los fariseos que le pedían su opinión sobre la licitud del repudio: «¿No habéis leído que el Creador, desde el principio, los creó varón y mujer, y dijo: ‘Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre’” (Mt 19, 4-6).

Las citas del Génesis (1, 27; 2, 24) vuelven a proponer la verdad matrimonial del «principio», esa verdad cuya plenitud se encuentra en relación con la unión de Cristo con la Iglesia (cf. Ef 5,30-31), y que fue objeto de tan amplias y profundas reflexiones por parte del Papa Juan Pablo II en sus ciclos de catequesis sobre «el amor humano en el plan divino».

Posteriormente, Benedicto XVI hace una referencia explícita a la antropología jurídica cuando afirma: «Partiendo de esta doble unidad de la pareja humana, se puede elaborar una auténtica antropología jurídica del matrimonio. (…) Los contrayentes deben comprometerse definitivamente precisamente porque el matrimonio es tal en el designio de la creación y de la redención. Y la naturaleza jurídica esencial del matrimonio reside precisamente en este vínculo, que para el hombre y la mujer representa una exigencia de justicia y de amor de la que, por su propio bien y el de todos, no pueden sustraerse sin contradecir lo que Dios mismo ha hecho en ellos».

¿Qué postura adoptar, pues, frente al positivismo jurídico y a una visión relativista y meramente existencial de la persona humana, del matrimonio y de la familia, para hacer posible un diálogo real y fecundo con la sociedad contemporánea?

-Con respecto al positivismo jurídico, Benedicto XVI afirma: «Para el positivismo, la naturaleza jurídica de la relación conyugal sería únicamente el resultado de la aplicación de una norma humana formalmente válida y eficaz. De este modo, la realidad humana de la vida y del amor conyugal permanece extrínseca a la institución ‘jurídica’ del matrimonio. Se crea un hiato entre el derecho y la existencia humana que niega radicalmente la posibilidad de una fundamentación antropológica del derecho».

Luego, a propósito de una visión relativista de las relaciones familiares, observa: «Frente a la relativización subjetivista y libertaria de la experiencia sexual, la tradición de la Iglesia afirma claramente la naturaleza naturalmente jurídica del matrimonio, es decir, su pertenencia por naturaleza al ámbito de la justicia en las relaciones interpersonales. Desde esta perspectiva, el derecho está verdaderamente entrelazado con la vida y el amor como su intrínseco deber-ser. Por tanto, como escribí en mi primera Encíclica, ‘en una orientación fundada en la creación, el eros reconduce al hombre al matrimonio, a un vínculo caracterizado por la unicidad y la definitividad; así, y sólo así, se realiza su destino íntimo’ (Deus caritas est, 11). Amor y ley pueden así unirse hasta el punto de que marido y mujer se deben el amor que desean espontáneamente: el amor es en ellos fruto de su libre voluntad para el bien del otro y de sus hijos; que, por otra parte, es también exigencia del amor para su propio y verdadero bien».

Precisamente porque el matrimonio y la familia son instituciones que pertenecen al orden de la realidad, del ser, su naturaleza jurídica se manifiesta en tres dimensiones esenciales: la interpersonal, la social y, en el caso de los bautizados, la eclesial. ¿Cuál de estas dimensiones es, en su opinión, la más importante y por qué?

-De las tres dimensiones, la más importante es la primera -la interpersonal-, ya que el consentimiento de los contrayentes es el momento fundacional de la comunidad familiar. De hecho, si faltara el consentimiento matrimonial, el reconocimiento por parte de la sociedad y de la Iglesia perdería todo sentido. Este reconocimiento no tiene carácter constitutivo, sino de reconocimiento de una realidad que, es cierto, tiene en sí misma una dimensión social, pero que es ante todo una realidad que sólo dos personas, varón y mujer, pueden establecer mediante su consentimiento personalísimo, que ningún poder humano puede suplir (cf. c. 1057 § 1 CIC).

La autoridad civil y la Iglesia tienen la potestad de regular el ejercicio del derecho a contraer matrimonio, no tanto para definirlo o limitarlo arbitrariamente, sino más bien para que los ciudadanos y los fieles puedan reconocer los elementos esenciales del matrimonio y de la comunidad familiar y así, a través de las normas del ordenamiento jurídico particular, puedan reconocer la familia y distinguirla de lo que la familia no es.

En muchos países occidentales, ya no tenemos un modelo de familia. La familia ya no es «reconocida», sino más bien «ignorada» por los sistemas jurídicos estatales. Ante esta pérdida de orientación, ¿cómo reacciona la Iglesia?

-La Iglesia ha hecho un gran esfuerzo por profundizar en el conocimiento de la belleza y grandeza de la realidad matrimonial y familiar, esfuerzo que ha recibido un gran impulso con la convocatoria por parte del Papa Francisco de dos Sínodos sobre la Familia y, más recientemente, en el nuevo itinerario para la preparación al matrimonio que la Santa Sede ha propuesto a las Conferencias Episcopales y a cada obispo. La Iglesia quiere embarcarse en un nuevo redescubrimiento de la familia, clarificando la verdad intrínseca del matrimonio y de la familia, también a la luz de la revelación en Cristo, tanto a sus propios fieles como a la sociedad en su conjunto, consciente de su misión como guardiana de una verdad que ha recibido como don y como misión, en la que está en juego la dignidad misma de la persona.

Son cientos, si no miles, las páginas que el Magisterio de la Iglesia ha dedicado a clarificar los diversos aspectos relativos a la constitución y desarrollo de la familia. Sin embargo, la idea de que -hablando en términos puramente jurídicos- la Iglesia extendería su jurisdicción al matrimonio, pero no a la familia, está muy extendida entre los juristas de la Iglesia. Mientras que el matrimonio sería un «contrato» elevado a la dignidad de sacramento -lo que justificaría la jurisdicción de la Iglesia sobre él-, la familia, en cambio, sería una realidad que gozaría de una dimensión jurídica, pero no «canónica». La familia sería, obviamente, objeto y término de la acción pastoral y del Magisterio de la Iglesia, pero desde un punto de vista estrictamente jurídico, poco tendría que ver con el ordenamiento jurídico de la Iglesia.

En cambio, me parece que este «Derecho de Familia» debe encontrarse en la base de cualquier ordenamiento jurídico sobre la familia y el matrimonio, es decir, un «Derecho de Familia» no canónico ni civil, sino fundado en la «realidad familiar» y en el reconocimiento de la dignidad de la persona humana sexuada, y esto es lo que pretende la antropología jurídica del matrimonio y de la familia. En otras palabras, el «Derecho de Familia» no puede limitarse al estudio de las normas positivas de un determinado ordenamiento jurídico, sino que debe ir más allá, a la verdad de las cosas, reconociendo la existencia de un campo de reflexión que tiene por objeto la naturaleza jurídica intrínseca de la familia.

¿Es correcto afirmar que el matrimonio y la familia poseen una dimensión jurídica no sólo intrínseca, sino también común a ambas instituciones naturales?

– Juan Pablo II afirmaba: «¿Qué espera de la sociedad la familia como institución? Ante todo, ser reconocida en su identidad y aceptada en su subjetividad social. Esta subjetividad está ligada a la identidad propia del matrimonio y de la familia». Tan importante como admitir la dimensión jurídica intrínseca del matrimonio y de la familia es darse cuenta de que ambos poseen la misma naturaleza jurídica. Inspirándonos en las palabras de Juan Pablo II que acabamos de citar, podríamos sostener que la identidad de la familia está vinculada a la del matrimonio y viceversa.

En otras palabras, la familia está fundada por la alianza conyugal, es decir, por el matrimonio in fieri, y una alianza que goce de la necesaria apertura vital a la familia será verdaderamente matrimonial. Esta apertura se realiza en el bien tradicional de la prole o, utilizando la terminología del Código de Derecho Canónico, en la finalidad esencial de la generación y educación de la prole (cf. c. 1055 § 1 CIC).

En otras palabras, no puede haber verdadero matrimonio si al mismo tiempo no hay familia. En el momento mismo del pacto nupcial, no sólo se constituye la primera relación familiar -la conyugal-, sino que también nace la familia. No es la existencia misma de los hijos lo que constituye la familia, sino la apertura y ordenación hacia la fecundidad, que forma parte del mismo don y aceptación como esposos. De hecho, es el consentimiento matrimonial de los cónyuges lo que crea la familia.

El matrimonio, por tanto, nos ilumina el camino hacia la naturaleza jurídica de la familia, precisamente porque la causa eficiente de ambas es la misma: el consentimiento matrimonial. Este camino hacia la comprensión de la inseparable relación entre matrimonio y familia enriquece a ambas instituciones, pues comprendemos por qué la familia se funda en el matrimonio y, al mismo tiempo, captamos más fácilmente la naturaleza familiar de la primera «relación familiar», que es la conyugal.

En definitiva, el derecho y la antropología no pueden sino escucharse mutuamente para intentar definir el deber ser y la dimensión de justicia inherentes a las distintas esferas de la sexualidad humana y, por tanto, al matrimonio y a la familia. ¿Cómo?

Mientras que los antiguos sistemas de parentesco giraban en torno a la figura del «padre», el sistema de parentesco del Occidente cristiano se construyó en torno a la noción de un ser querido. Los cónyuges, en esta expresión bíblica, constituyen la unidad, y en el árbol genealógico ocupan el lugar de un único sujeto social: marido y mujer ya no son dos, sino uno (a efectos parentales, claro).

Los sistemas contemporáneos se han ido separando progresivamente de esta tradición jurídica desde que se concedió al divorcio el mismo valor que al reconocimiento del ius connubii (derecho a contraer matrimonio). Los sistemas jurídicos modernos pretenden construirse sobre una visión falsamente «espiritualista» de la persona humana, entendida como «una libertad autodiseñada», una libertad que sería ilimitada en la medida en que la tecnología y el progreso científico le permiten autodiseñarse a voluntad. Es lo que ocurre en muchos sistemas occidentales de derecho de familia, en los que se niega cualquier objetividad en el hecho de ser varón o mujer, reconociendo, por ejemplo, el «derecho a cambiar de sexo».

La misma dinámica se observa también en el ámbito de la filiación, como lo demuestran la mayoría de las técnicas de fecundación artificial, la posible clonación de embriones, el fenómeno de los «vientres de alquiler», etc. Según esta visión antropológica, las relaciones familiares no serían más que relaciones contractuales socialmente significativas que no existirían mientras el Estado no las reconociera, pero sin límites en este poder de «reconocimiento», que, en cambio, sería un poder absoluto de creación, sin base en la verdad de la persona y de las relaciones familiares individuales. Para detener este proceso de constante deconstrucción, hay que subrayar la importancia de los estudios antropológicos.

Actualmente, en mi opinión, el problema radica en que los antropólogos no son juristas: no dicen cómo debe ser un sistema de parentesco concreto, sino que se limitan a estudiarlo y describirlo, tal como es (o tal como aparece). Por eso es deseable el desarrollo de una «antropología jurídica del matrimonio y la familia», uno de cuyos objetivos sería estudiar los sistemas de parentesco a la luz de la dignidad de la persona. No se trataría de crear un sistema artificial, hecho «en un laboratorio», sino de analizar la lógica y la dinámica de las identidades y relaciones familiares, como dimensiones ontológicamente vinculadas a la persona humana como «ser en relación».

La cultura jurídica dispondría así de una base sobre la que construir los distintos sistemas familiares, teniendo en cuenta que los conceptos y nociones fundamentales no serían construidos «apriorísticamente» por los Estados, sino que serían definidos por la comunidad científica, siempre que esta esté abierta al estudio de la realidad y no siga ciegamente los dictados del Estado o de una determinada ideología o grupos de presión.

El autorAntonino Piccione

Gestación subrogada: el olvido de los derechos fundamentales 

El supuesto derecho a la paternidad y a la maternidad, cristalizado en prácticas como la maternidad subrogada, pasa por encima de los derechos legítimos del menor.

7 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

“Cualquier decisión, ley o política que pueda afectar a la infancia tiene que tener en cuenta qué es lo mejor para el niño”. Se trata de uno de los derechos fundamentale, recogidos en la Convención sobre los Derechos del Niño que gobiernos de todo el mundo, líderes religiosos, ONG y otras instituciones, firmaron el 20 de noviembre de 1989 y que hoy vuelven a cobrar plena actualidad. Recordar esta máxima no es baladí ante una cuestión como la gestación subrogada, cuyo debate se encuentra en primera plana en el terreno socio cultural de occidente.

En una sociedad marcada por el derecho a tener derechos, el llamado derecho a la maternidad / paternidad, en prácticas como la subrogación, pasa por encima de los legítimos derechos del menor “creado” y con los de la mujer gestante que pasa a ser un mero instrumento, “un ‘útero’ a disposición del contratante, abriendo el camino a la explotación y a la comercialización de la persona humana”, como han señalado, a este respecto, los obispos españoles en una nota a propósito de la maternidad subrogada.

 Son muchos los aspectos jurídicos, éticos y médicos que se ven interpelados en este proceso de gestación “de alquiler”: así lo destacan los numerosos expertos, de diferentes ámbitos, que han colaborado en el dossier que Omnes ha realizado sobre esta práctica.

Realidades como la que se aborda en estas páginas ponen de manifiesto la necesidad de una reflexión transversal y comprometida que impulse una recuperación de los principios éticos y morales sobre los que se asienta una sociedad verdaderamente humana y encaminada al respeto y salvaguarda de la dignidad de todo ser humano.

Como recuerda el Papa Francisco en Laudato Si’: “El bien común presupone el respeto a la persona humana en cuanto tal, con derechos básicos e inalienables ordenados a su desarrollo integral”. Poner el progreso técnico y médico al servicio de una práctica en la que subyace, de manera extrema, un capitalismo antihumano que hace del propio ser humano un objeto de transacción, económica u emocional, no puede ser admitido como parte de ese desarrollo integral al que han de servir los Estados y los ciudadanos en su tarea social y comunitaria.

Concierne a todos trabajar por ese bien común que significa “cuidar, por un lado, y utilizar, por otro, ese conjunto de instituciones que estructuran jurídica, civil, política y culturalmente la vida social, que se configura así como pólis, como ciudad. Se ama al prójimo tanto más eficazmente, cuanto más se trabaja por un bien común que responda también a sus necesidades reales” (Caritas in veritate, 7).

 Iniciativas como la Declaración de Casablanca, firmada recientemente en la capital marroquí suponen, como sus mismos firmantes subrayan, un punto de partida para volver a centrar la “mirada social” en la inviolable dignidad del ser humano en todas las etapas de su vida.

El autorOmnes

América Latina

Uruguay celebra la beatificación de su primer obispo

El 6 de mayo la Iglesia contará con un nuevo beato, monseñor Jacinto Vera, primer obispo de Uruguay. Su beatificación tendrá lugar en la capital del país, que lleva en preparativos desde el 17 de diciembre de 2022

Paloma López Campos·6 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Uruguay está de celebración. El 6 de mayo la capital del país, Montevideo, acogerá la ceremonia de beatificación del primer obispo uruguayo, monseñor Jacinto Vera. El episcopado del país habla de él como un “santo varón, padre de los pobres, fue la persona más cercana y más amada por el pueblo oriental, tanto en ciudades como en la campaña, en la segunda mitad del siglo XIX”. Reconocido por todos como un “hombre de bien, de unidad y de paz”.

Monseñor Jacinto Vera (Wikimedia Commons)

La iglesia local agradece la figura de monseñor Vera como “Padre y Patriarca, como Maestro y ejemplo siempre vivo de santidad”. Las parroquias terminan ya los preparativos iniciados en 2022, cuando se aprobó el milagro de monseñor Jacinto Vera.

La beatificación será el 6 de mayo a las 16 en la Tribuna Olímpica del Estadio Centenario, ubicado en la ciudad de Montevideo, capital del país. El cardenal Paulo Cezar Costa, arzobispo de Brasilia, presidirá la celebración eucarística, como representante del Papa Francisco.

El cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo, recuerda la figura del próximo beato y su labor pastoral en una entrevista publicada en “Humanitas”, una revista de antropología y cultura cristiana. Sturla señaló que el primer obispo “recorrió el Uruguay entero tres veces, a caballo, en diligencia, en carreta, y al llegar a un lugar, él era el primero en ponerse a confesar, después a hacer bautismos, regularización de casamientos, es una figura extraordinaria. Además, él organizó la Iglesia uruguaya”.

Una vida de entrega

Jacinto Vera nació en un barco de inmigrantes que se dirigía a Uruguay en 1813. Recibió el orden sacerdotal en 1841, destacando por su personalidad alegre, su estilo austero y su entrega a pobres y enfermos.

Le nombraron vicario apostólico en 1859. Durante esta época tuvo que hacer frente a intervenciones de hospicios religiosos, campañas para su desacreditación y la necesidad de renovar el clero. En 1865 le nombraron obispo, participó en el Concilio Vaticano I y finalmente, en 1878 fue proclamado primer obispo de Montevideo.

Falleció en 1881 con fama de santidad. Los uruguayos le consideran padre de la Iglesia en el país y padre de los pobres. Ahora, con alegría, celebran la beatificación de su primer obispo.

Libros

El hecho extraordinario

Un libro que habla sobre la conversión de Manuel García Morente, catedrático y decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid.

Juan Ignacio Izquierdo Hübner·6 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Entre los libros más representativos de la literatura de conversión del siglo XX se encuentra “El hecho extraordinario”. Un título que invita a la curiosidad, ¿no? Se trata de un opúsculo breve y electrizante, resuelto con la pluma diáfana del catedrático y decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid, Manuel García Morente (Arjonilla, Andalucía, 1886 – Madrid, 1942).

García Morente era un filósofo de corte kantiano, que en el ámbito religioso se declaraba agnóstico. Sin embargo, después de un valiente itinerario intelectual y la irrupción de un hecho extraordinario en su vida, acabó convirtiéndose al catolicismo. Para entonces no era un chavalín: tenía 51 años, hijas y era viudo. Y su conversión fue tan radical que a los pocos años decidió entrar en el seminario. 

Este librito nace antes de que García Morente recibiera la ordenación sacerdotal. Precisemos: estas páginas corresponden a la carta que envió el autor a su director espiritual para confiarle —con esa pasión íntima y secreta que crepitaba en el fondo de su corazón— la experiencia mística que lo había confirmado en la fe. Como es natural, esta carta no tenía ninguna pretensión de ser publicada: su único público era ese director espiritual. Gracias a Dios, la carta salió a la luz después de la muerte del autor. 

Si con lo dicho ya te animaste a leer el libro y no quieres spoilers, mejor abandona este artículo y ve a la biblioteca. Si esto de los spoilers no te molesta, puedes seguir leyendo y vislumbrar más o menos en qué consistió el “hecho extraordinario”.

El hecho extraordinario

El hecho ocurrió en París, durante la noche del 29 al 30 de abril de 1937. Pero debemos remontarnos unos meses antes de esa noche para comprender lo que sucedió. 

Madrid. García Morente está sufriendo con la Guerra Civil. Es despojado de su cátedra y del decanato y, para mayor dolor, recibe la noticia de que su yerno, un marido ejemplar de 29 años, había sido asesinado por las milicias populares en Toledo.

El profesor está inquieto por los suyos y convoca a sus hijas y nietos para que vayan a refugiarse con él en su casa de Madrid. Ellos acuden, pero García Morente se da cuenta de que, para él, ya ningún refugio es seguro. Su vida corre peligro y es urgente huir del país. Corre a París. Allí pasará varios meses solo, sin dinero y angustiado por la incertidumbre y el peligro constante al que está expuesta su familia.

Los días se suceden en medio de una profunda intranquilidad: García Morente se vuelca en gestiones para que su familia pueda viajar también a la capital francesa, pero sus movimientos son severamente entorpecidos por las autoridades. La incertidumbre, la impotencia y la soledad lo están asfixiando. ¿Qué hacer?

El sentido

En ese contexto de opresión psicológica, la reflexión de García Morente sobre el sentido de la vida se acelera: ¿Quién dirige su vida?, ¿es posible que todo esté regido por una cadena azarosa de causas eficientes, o existe un ser inteligente y superior que gobierna la Historia? De pronto había estallado en su corazón un itinerario filosófico y existencial de profundo calado. 

Su modo de afrontar estas interrogantes es rigurosamente intelectual: toma lápiz y papel y se enfrenta a sus preguntas. Paso a paso, con cuidado y sinceridad, va desarrollando los argumentos para ver a dónde lo conduce la lógica. Reflexiona sobre las circunstancias y delibera sobre cómo sobreponerse a la crisis que le está quitando el aire. 

El 28 de abril, después de muchas cavilaciones, García Morente da un paso decisivo: concluye que debe existir una Providencia. Ahora bien, no nos apresuremos, la idea del Ser Superior que en ese momento se está esbozando en su mente es todavía lejana, abstracta y metafísica. Pero al menos es real: “El solo pensamiento de que hay una providencia sabia bastó para tranquilizarme, aunque no comprendía ni veía la razón o causa concreta de la crueldad que esa misma Providencia practicaba conmigo, negándome el retorno de mis hijas”.

La batalla intelectual

Arreció luego la tempestad mental, interludios entre la furia y la duda, una intensísima batalla intelectual. Hasta que, en un momento de obligado descanso, el profesor puso en marcha la radio y escuchó con gran deleite “L’Enfance du Christ”, de Berlioz. “No puede usted imaginarse lo que es esto, si no lo conoce: algo exquisito, suavísimo, de una delicadeza y ternura tales que nadie puede escucharlo con los ojos secos”.

Pasaron los minutos: “Una inmensa paz se había adueñado de mi alma. Es verdaderamente extraordinario e incomprensible cómo una transformación tan profunda pueda verificarse en tan poco tiempo. ¿O es que la transformación se va verificando en la subconsciencia desde mucho antes de darse uno cuenta de ella?”.

Por fin llega el encuentro con la Providencia viva: sentimientos de paz, alegría, promesa. Irrumpe el sueño, ¡por fin el anhelado descanso para un hombre tan comido por el nerviosismo! Pero algo quiebra la dulzura de la noche: un despertar agitado; es extraño, es como si hubiera una presencia que lo observa… García Morente se levanta, abre la ventana y: “Volví la cara hacia el interior de la habitación y me quedé petrificado. Allí estaba Él. Yo no lo veía, yo no lo oía, yo no lo tocaba. Pero Él estaba allí”.

Entre los testimonios de conversión que nos ofrece la literatura del siglo XX, el de Manuel García Morente es uno de los más elocuentes para nuestra sensibilidad actual. A modo de epílogo les puedo decir que la historia terminó muy bien. La familia de García Morente consiguió llegar a París. Él se ordenó sacerdote y dos años después descansó para siempre en los brazos de la Divina Providencia.

El autorJuan Ignacio Izquierdo Hübner

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Iniciativas

Siena Educación organiza el I Encuentro Iberoamericano de Profesores de Humanidades

Este fin de semana, 6 y 7 de mayo, tendrá lugar en el CaixaForum (Madrid) el I Encuentro Iberoamericano de Profesores de Humanidades.

Loreto Rios·5 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El acto contará con la participación del escritor Fernando Savater, Carmen Iglesias, directora de la Real Academia de Historia, el matemático Andreas Schleicher, el psicólogo Javier Urra, la escritora Isabel San Sebastián y el responsable de la estrategia de inteligencia artificial de Telefónica, Richard Benjamins, entre otros.

También habrá espacio para los youtubers del ámbito educativo, como José Antonio Lucero (La cuna de Halicarnaso), Enric F. Gel (Adictos a la Filosofía), Rosa Liarte, Daniel Rosende (Unboxing Philosophy) o Carlos González (Historia en comentarios).

Reivindicar una formación humanística

“En tiempos de supremacía de las STEM y de las competencias digitales, es más necesario si cabe fortalecer las competencias humanísticas de los alumnos; competencias que, a modo de brújula, les orienten en un mundo marcado por la incertidumbre, la ambigüedad y el pensamiento líquido”, afirma José María de Moya, director general de Siena Educación.

“El objetivo es convertir este encuentro en un espacio permanente de formación, buenas prácticas e innovación de las Humanidades”, explica De Moya, para quien “los profesores de las materias humanísticas son agentes clave para el desarrollo de la madurez intelectual y la capacidad de juicio crítico de los alumnos”.

Objetivos del encuentro

El evento está dedicado a los docentes de Filosofía, Historia y Religión de habla hispana y el objetivo es impulsar iniciativas a favor de la enseñanza de Humanidades. Como indican en su página web, tiene los siguientes propósitos:

-Poner en valor, ante la opinión pública, los saberes humanísticos en estos tiempos marcados por la incertidumbre y los avances tecnológicos.

-Reconocer la utilidad y la necesidad de integrar las humanidades en la transformación digital de las aulas.

-Reivindicar una educación humanista dentro de los currículos escolares que ofrezca una formación completa, transversal e integral al alumnado.

-Impulsar las asignaturas de Humanidades y a su profesorado como agentes clave para el desarrollo de la madurez intelectual y la capacidad de juicio crítico de los alumnos.

-Crear un espacio de relación, innovación y buenas prácticas para docentes de materias humanísticas de España, Portugal e Iberoamérica.

Entradas para el evento

El encuentro arrancará el 6 de mayo a las 9:30. Se pueden adquirir las entradas a través de la web, tanto para asistir presencialmente como en streaming. El acto está promovido por Siena Educación, agencia de comunicación en el ámbito educativo, que publica las revistas Magisterio y Escuela Infantil.

En el encuentro, que cuenta con la colaboración de Puy du Fou y Vicens Vives, se entregarán los Premios Haz Apasionantes tus Clases de Historia, que inauguran este año su primera edición.

El celibato, ¿fruto de lo humano?

¿Es el celibato fruto de lo humano? ¿Pueden encontrarse sus raíces en algún lugar más allá de las imposiciones humanas?

5 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Una de las afirmaciones más recurrentes cuando se habla del celibato de los sacerdotes es aquella de que se trata de una ley eclesiástica sin más. O hablando más en abstracto, que se trata de pura disciplina eclesiástica. Otra forma de decir prácticamente lo mismo es afirmar que no se trata de un dogma de fe. Otra de las afirmaciones más comunes es decir que el celibato eclesiástico fue instituido a principios del siglo XII en dos Concilios de Letrán, el primero en 1123 y el segundo en 1139. Como si un árbol de tal magnitud y altitud en la Iglesia hubiera surgido espontáneamente y se hubiera desarrollado como de golpe, en unos días de Concilio, fruto de la decisión de algunos obispos reunidos en Roma. 

El fenómeno de la secularización, el oscurecerse de la fe, sobre todo en los países de antigua tradición católica, y, como consecuencia, la crisis de vocaciones sacerdotes que la acompaña, está obligando a una profunda reflexión y debate sobre el sentido y la conveniencia actual del celibato sacerdotal.

En definitiva, ¿es una norma querida por el Espíritu del Señor Jesús o es fruto de circunstancias históricas cambiantes? San Pablo VI, en la encíclica Sacerdotalis Coelibatus y San Juan Pablo II, en su primera carta del Jueves Santo de 1979 a los sacerdotes, siguiendo la doctrina del Concilio Vaticano II, afirman que el celibato sacerdotal se inspira en el ejemplo de nuestro Señor, en la doctrina apostólica y en toda la Tradición.

Volver a Cristo     

¿Es esta afirmación cierta, segura, seria? Para entender, aceptar de corazón y promover el celibato eclesiástico como una joya preciosa de la Iglesia de Cristo hay que retraerse al principio. Está íntimamente ligado al misterio de la Encarnación. Ya desde el Concilio de Nicea (325) se estableció dogmáticamente que Cristo no está en la línea de los antiguos “hijos de dioses”, sometidos al Dios supremo. Él mismo es Dios, la revelación personal de Dios: “Dios y hombre verdadero”.

Lo que Cristo piensa, vive, dice, obra, tiene valor absoluto. Todo el cristianismo queda así sustraído a lo puramente humano, al tiempo y  a la historia. Es la aparición de algo absolutamente nuevo, que no admite correlación o conexión alguna hacia atrás. Rompe la serie de causas naturales, donde una deriva de la otra. Es esencialmente nuevo y sobrenatural.

El celibato en la Sagrada Escritura

Es en la persona de Jesucristo, en su ejemplo y su predicación, en su misterio total, donde afonda el celibato sacerdotal. Ciertamente que, en la historia del celibato eclesiástico, tendrá su influencia también el ejemplo del sacerdocio de la Antigua Alianza. Este ordenaba a los sacerdotes abstenerse de las relaciones conyugales durante el ejercicio de su ministerio en el Templo. Pero es la persona de Cristo, su ejemplo de vida y su doctrina la que aparecerá como decisiva a lo largo de la historia de la Iglesia para establecer esa “múltiple armonía” (PO, 12) entre sacerdocio del Nuevo Testamento y celibato.

Cristo vivió célibe y muy pocos se han atrevido a poner en duda esta realidad, trasmitida de forma unánime por la Sagrada Escritura y la Tradición. Baste, a este propósito, la famosa frase de Karl Barth: «es un hecho  -y la ética protestante en su exaltación del matrimonio, surgida en la lucha contra el celibato romano de los sacerdotes y religiosos, ha olvidado este punto- que Jesucristo, de cuya humanidad ninguna duda existía, no ha tenido otra amante, novia, esposa, familia y hogar fuera de su comunidad».

El autorCelso Morga

Arzobispo emérito de la diócesis de Mérida Badajoz

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Cultura

Devociones marianas en Chile

Historia de los santuarios de La Tirana y lo Vásquez en Chile.

Pablo Aguilera L.·5 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El santuario de Nuestra Señora de la Tirana es uno de los más famosos de Chile. Data del siglo XVI y sus orígenes están relacionados con la historia de amor de una princesa indígena y un soldado español.

El santuario de Lo Vásquez es otro de los más importantes del país y sus fiestas tienen lugar el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción.

Santuario de Nuestra Señora del Carmen de La Tirana

A 1800 km al norte de Santiago, capital de Chile, en plena Pampa del Tamarugal, se encuentra el pueblo de La Tirana, de escasos 840 habitantes. En este paraje desértico se encuentra un famoso santuario de la Virgen María denominado “La Tirana”.

El santuario tiene sus raíces en los albores de la conquista española y de la evangelización del siglo XVI. Sus orígenes se vinculan a la leyenda de una princesa inca, Ñusta Huillac, una mujer que, de acuerdo a la historia, era considerada una «tirana» por sus drásticas decisiones. Al huir de la expedición de Diego de Almagro, la aguerrida princesa se refugió en los bosques del Tamarugal, donde se convirtió en una líder, atacando a los españoles que se internaban en los bosques. Ñusta Huillac tomó prisionero a uno de ellos, Vasco de Almeida, de quien se habría enamorado. Este hecho motivó su conversión al cristianismo allá por el año 1540.

La verdad sobre la eternidad y, con ello, la prolongación de su amor, la atrae fuertemente y solicita el Bautismo. Por esta razón fue considerada traidora y condenada a muerte junto a Vasco de Almeida. A petición suya, y tomando en cuenta su alta alcurnia, sus verdugos colocaron sobre su tumba una cruz que, años más tarde, descubriría el fraile Antonio de Rondón, que seguía la expedición de Pedro de Valdivia.

La ermita

El clérigo construyó una ermita en el lugar y colocó una imagen de la Virgen, transformándose rápidamente en un lugar de culto a la Madre del Señor por parte de los indígenas. Se convirtió en un lugar donde comenzó a desarrollarse y expresarse la fe en Jesucristo y en el amor a la Virgen. Se iniciaron danzas de tipo familiar y el culto se limitaba a los que vivían en el sector.

Así, esta devoción en el lugar comienza a cobrar mayor fuerza a partir del siglo XVIII, cuando se acrecienta el número de feligreses que quieren rendir culto a la Santa Virgen. El lugar recibe el nombre de Pozo del Carmen de La Tirana o Pozo del Carmelo. Sin embargo, paulatinamente se va abreviando el nombre a “La Tirana”.

La devoción actual

En solo una semana, once meses de silencio y quietud se transforman en devoción, religiosidad, cantos y bailes en este pueblo. Entre el 12 y el 18 de julio la Pampa del Tamarugal se viste con sus mejores galas en honor a su Virgen de La Tirana. Con una fuerte influencia cristiana y andina, la celebración transcurre entre “diabladas”, “bailes chinos”, “morenadas” y “huaynos”, en que más de 220.000 personas visitan a la Virgen en demanda de salud, trabajo y dignidad.

En la actualidad, cerca de 200 cuerpos de baile, provenientes principalmente de las localidades de Iquique, Pedro de Valdivia, Arica, María Elena y Antofagasta, llegan al poblado a renovar su espíritu. La fiesta ofrece una serie de características como la variedad de “compañías” o “hermandades”, que se entremezclan con bailes antiguos, tradicionales y nuevos, dándole un carácter carnavalesco a la celebración. La noche del 15 al 16 de julio –solemnidad de la Virgen del Carmen–, los asistentes se reúnen en la plaza para hacer “la espera del alba” o vigilia. Luego se canta el himno nacional. Ese mismo día tienen lugar la Misa y la procesión, donde decenas de miles de fieles van a entregar ofrendas, encomendar a sus hijos al cuidado de la Virgen, etc. El día 17 termina la celebración con los bailes de despedida.

Desgraciadamente, a causa de la pandemia de COVID, no se ha podido realizar esta antigua fiesta desde el año 2020 al 2022. Como han mejorado mucho las condiciones sanitarias, es muy probable que pueda llevarse a cabo este año.

Peregrinos en el Santuario de Lo Vásquez el 8 de diciembre

Los orígenes del actual Santuario de Lo Vásquez –a 80 km de Santiago, la capital del país– se remontan a la primera mitad del siglo XIX, en la capilla familiar de una hacienda ubicada a la vera del camino que une Santiago con Valparaíso. Allí se colocó una imagen de la Purísima Virgen María. En los archivos parroquiales de Casablanca figuran los primeros bautizos hechos por el párroco en la Capilla de Lo Vásquez en 1849.

La imagen de la Virgen fue coronada en 1951 y el templo se ha transformado en un hermoso santuario donde Nuestra Señora es venerada por miles de chilenos. En la actualidad, las cifras de feligreses que se congregan en torno al 8 de diciembre, día de la Purísima, superan las 800.000 personas, llegando a ser la peregrinación mariana más importante del país, con la participación de muchas instituciones. Muchos peregrinos caminan decenas de kilómetros desde varias ciudades y pueblos de la zona central de Chile para cumplir sus “mandas” (promesas) hechas a Nuestra Señora por algún favor concedido. Muchos millares acuden en esta ocasión al Sacramento de la Penitencia en los numerosos confesionarios que se instalan en dependencias anejas al templo y participan en las Misas que durante dos días se celebran casi sin interrupción.

El autorPablo Aguilera L.

Enseñanzas del Papa

Palabras y gestos de vida. ¡Cristo ha resucitado!

La predicación del Papa es siempre luz y vida. Tras la cuaresma viene la Pascua. ¿Cuáles deben ser las actitudes fundamentales que se corresponden con el anuncio gozoso de que Cristo vive?

Ramiro Pellitero·4 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

La cuaresma se abre a la Pascua, que es paso a la Vida. Todavía dentro de la cuaresma, la Iglesia rememora la resurrección de Lázaro para expresar que la Pascua es el cumplimiento de la esperanza. Lo señalaba el Papa: “Jesús da la vida’ incluso cuando parece que ya no hay esperanza. Sucede, a veces, que uno se siente sin esperanza —a todos nos ha pasado esto—, o que encuentra personas que han dejado de esperar, amargadas porque han vivido malas experiencias, el corazón herido no puede esperar” (Ángelus 26-III-2023, quinto domingo de cuaresma). 

Quizá también nosotros, añadía, llevamos algún peso, algún sufrimiento, algún pecado, algo que nos pesa, como la piedra que tapaba el sepulcro de Lázaro. “Y Jesús dice: ‘¡Sal fuera!”. Pero esto requiere abrir el corazón, mirar hacia su luz, desechar el miedo. Él espera nuestra colaboración, “como pequeños espejos del amor”, para “iluminar los ambientes en los que vivimos con palabras y gestos de vida”, para testimoniar la esperanza y la alegría de Jesús. 

Jesús sufrió por nosotros, por mí

Ya en el umbral de la Semana Santa, la homilía del Domingo de Ramos (2-IV-2023) nos adelantaba la contemplación de los sufrimientos de Jesús, hasta su sentimiento de “abandono” en la cruz. “¿Y por qué llegó tan lejos?”, se pregunta el Papa y enseguida responde, “Por nosotros”. Y también en concreto: “que cada uno se diga: por mí”, no hay otra respuesta. Por nosotros. Todos, escuchando el abandono de Jesús, “que cada uno se diga: por mí”. “Lo hizo por mí, por ti, para que cuando yo, tú o cualquier otro se vea de espaldas contra la pared, perdido en un callejón sin salida, hundido en el abismo del abandono, succionado en la vorágine de tantos porqués sin respuesta, haya una esperanza. Él, por ti, por mí”. 

Francisco combina los dolores y los pecados, quizá por ese misterioso vínculo (necesariamente causal) entre el pecado y el sufrimiento. “Para que cada uno pueda decir: en mis caídas –cada uno ha caído muchas veces–, en mi desolación, cuando me siento traicionado, o he traicionado a otros, cuando me siento rechazado o he descartado a otros, cuando me siento abandonado o he abandonado a otros, pensemos que Él ha sido abandonado, traicionado, descartado. Y allí lo encontramos a Él. Cuando me siento mal y perdido, cuando ya no puedo más, Él está conmigo; en mis muchos porqués sin respuesta, Él está ahí”.

¿Cuál es la actitud de Jesús en la cruz? “Mientras experimenta un abandono extremo, no se deja llevar por la desesperación –ese es el límite–, sino que reza y se fía” (cfr. Sal 22, 2; Lc 23, 46), y perdona a sus verdugos (v. 34). Así manifiesta que “el estilo de Dios es ese: cercanía, comprensión y ternura”. Se vuelve Francisco hacia nosotros y se señala a sí mismo: “Yo también necesito que Jesús me acaricie y se acerque a mí, y por eso voy a buscarlo en los abandonados, en los solitarios”. Porque también ahora “hay muchos ‘cristos abandonados’”: pueblos enteros, pobres, migrantes, niños no nacidos, ancianos solos.

El Espíritu Santo y la unción sacerdotal

En la Misa Crismal el Papa predicó sobre el Espíritu Santo y el significado de la unción sacerdotal (cfr. Homilía en el Jueves santo, 6-IV-2023). Pues, en efecto, cada cristiano, y especialmente cada sacerdote puede decir: “El Espíritu del Señor está sobre mí” (Lc 4, 18), “porque el Señor me ha ungido” (Is 61, 1). Pero el Ungido por excelencia (eso significa Mesías y Cristo) es Jesús. Ungido por Dios Padre con el Espíritu Santo desde el seno de María, se manifiesta como ungido con ocasión de su bautismo en el Jordán. Luego, el Espíritu Santo le acompaña siempre en su vida y en su ministerio. Jesús ungió a sus apóstoles definitivamente en Pentecostés. Entonces cambió su corazón y les llevó a superar dificultades y debilidades, para el testimonio que debían dar de Él. 

Cada sacerdote ha de recorrer ese camino, pasando por una “etapa pascual”, de crisis, tentación o prueba, más o menos duradera: “Todos, tarde o temprano, experimentamos desengaños, penalidades, debilidades, con el ideal que parece desgastarse entre las exigencias de la realidad, mientras una cierta rutina se impone y algunas pruebas, antes difíciles de imaginar, hacen que la fidelidad parezca más incómoda que en un tiempo”. 

Ahí, señala el sucesor de Pedro, acecha el riesgo de la mediocridad, que se presenta en forma de tres tentaciones: “la del compromiso, por la que uno se conforma con lo que puede hacer; la de los sucedáneos, por la que tratamos de ‘recargarnos’ con algo más que nuestra unción; la del desánimo —que es la más común—, en la que, insatisfechos, se sigue por inercia”.

Pero esa crisis, añade Francisco, puede también convertirse en un punto de inflexión, como escribe un autor: “Etapa decisiva de la vida espiritual, en la que hay que hacer la elección final entre Jesús y el mundo, entre la heroicidad de la caridad y la mediocridad, entre la cruz y un cierto bienestar, entre la santidad y una honesta fidelidad al compromiso religioso» (R. Voillaume, La segunda llamada, en S. Stevan, ed. La segunda llamada. El coraje de la fragilidad, Bolonia 2018). Es el momento de reemprender el camino de la confianza en Dios, de la humildad y de la fortaleza. Y así poder recibir como una “segunda unción” con el Espíritu Santo precisamente en la fragilidad de nuestra realidad. 

Subraya el Papa: “Es una unción que hace profunda la verdad, que permite que el Espíritu unja nuestras debilidades, nuestras penalidades, nuestra pobreza interior. Entonces la unción huele de nuevo: a Él, no a nosotros”.

De esta manera cada presbítero puede colaborar con la armonía que promueve el Espíritu Santo, en unidad y diversidad  (cfr. H Mühlen, Der Heilige Geist als Person. Ich – Du – Wir, Münster in W., 1963). Y eso se manifestará en sus palabras, en sus comentarios, en su amabilidad…, en sus gestos.

En la tarde del Jueves santo, la última cena de Jesús con sus discípulos manifiesta “la nobleza del corazón” del Señor, especialmente en el lavatorio de los pies (cfr. Homilía en la Misa “In Coena Domini”, 6-IV-2023). Lavar los pies era una tarea de esclavos. Y Jesús realiza ese gesto para hacerles entender que va morir por nosotros, para liberarnos de los pecados. Él no se asusta de nuestras debilidades, solo quiere acompañarnos en nuestra vida, ante tantos dolores e injusticias. Observa Francisco: “Es un gesto que anuncia cómo debemos ser, uno con el otro”. Y también cada uno podemos pensar “Jesús me ha lavado los pies, Jesús me ha salvado, y tengo esta dificultad ahora”. Y el Papa nos conforta, en el nombre de Cristo: “Pero pasará, el Señor siempre está a tu lado, nunca te abandona, nunca”. 

Recordar y caminar

A través de la cruz, que se anunciaba ya el Domingo de Ramos, llegamos a la Vigilia Pascual. El Papa nos animaba a emprender “el camino de los discípulos que va del sepulcro a Galilea” (Homilía, 8-IV-2023). 

Ante las dificultades, los sepulcros sellados, nuestros desengaños y amarguras, no debemos quedarnos en los lamentos, pensando que ya no hay nada que hacer, que las cosas no cambiarán. Más bien hemos de seguir el ejemplo de las santas mujeres, que transmiten la noticia de la resurrección y la indicación de ir a Galilea. 

Pero ¿qué significa ir a Galilea?, se pregunta Francisco. Y ofrece dos respuestas complementarias. De un lado, “salir del escondite para abrirse a la misión, huir del miedo a caminar hacia el futuro”. “Y por otro lado, y esto es muy bonito, es volver a los orígenes, porque todo empezó justo en Galilea. Allí el Señor encontró y llamó a los discípulos por primera vez. Así que ir a Galilea es volver a la gracia original, es recuperar la memoria que regenera la esperanza, la ‘memoria del futuro’ con la que nos ha marcado el Resucitado”.

Es decir:el Señor nos invita a seguir adelante, mirar el futuro con confianza; y a la vez nos devuelve a nuestro “pasado de gracia”, a la Galilea de nuestra historia de amor con él, de nuestra primera llamada. 

Hermanos y hermanas”, nos interpela el obispo de Roma, “para resucitar, para recomenzar, para retomar el camino, necesitamos siempre volver a Galilea, es decir, volver no a un Jesús abstracto, ideal, sino a la memoria viva, a la memoria concreta y palpitante. del primer encuentro con Él. Sí, para caminar hay que recordar; para tener esperanza hay que alimentar la memoria”. 

Nos hace mucho bien, insiste Francisco, regresar a aquél primer momento: “Pregúntate cómo fue y cuándo fue, reconstruye su contexto, tiempo y lugar, revive sus emociones y sensaciones, revive sus colores y sabores. La fuerza pascual nos capacita para“remover las piedras de la desilusión y la desconfianza”, recordar y caminar, proclamando al Señor de nuestras vidas.

Esa proclamación de que el Señor es “la resurrección y la vida” para nosotros y para el mundo (cfr. Jn 11, 25) es el núcleo del anuncio pascual: ¡Cristo ha resucitado¡ Y el contenido de lo que deseamos sea eficaz para cada uno, con este saludo: ¡Feliz Pascua!

Así lo decía el Papa el Domingo de Resurrección: “En Pascua, el camino se acelera y se vuelve apresurado, porque la humanidad ve la meta de su camino, el sentido de su destino, Jesucristo, y está llamada a correr hacia Él, esperanza del mundo” (Mensaje Urbi et Orbi, 9-IV-2023).

El Señor viene cuando lo anunciamos

Ya en tiempo pascual, en los “Regina caeli” (que sustituyen a los “Ángelus”), Francisco ha desmenuzado las actitudes, las palabras y los gestos, propios de los cristianos. 

El lunes de Pascua recordaba el ejemplo de las mujeres, primeras en ir al sepulcro para honrar el cuerpo de Jesús con ungüentos aromáticos. No se quedan paralizadas por la tristeza y el miedo. “Su voluntad de realizar ese gesto de amor prevalece sobre todo. No se desaniman, salen de sus miedos y de sus angustias”. “He aquí”, insiste Francisco “el camino para encontrar al Resucitado: salir de nuestros miedos, de nuestras angustias” (Homilía 10-IV-2023).

El Papa nos invita a fijarnos en ese detalle: “Jesús las encuentra al ir a anunciarlo. Cuando proclamamos al Señor, él viene a nosotros”. Y explica:A veces pensamos que la forma de estar cerca de Dios es tenerlo junto a nosotros; porque entonces, si nos exponemos y empezamos a hablar, llegan juicios, críticas, tal vez no sabemos responder a ciertas preguntas o provocaciones, y entonces es mejor no hablar y callarnos: ¡no, eso no es bueno! En cambio, el Señor viene mientras es anunciado. Siempre encuentras al Señor en el camino del anuncio. Anuncia al Señor y lo encontrarás. Busca al Señor y lo encontrarás. Siempre en camino, esto es lo que nos enseñan las mujeres: a Jesús se le encuentra dando testimonio de Él. Pongamos esto en nuestro corazón: a Jesús se le encuentra al dar testimonio de Él”.

Esto pasa siempre con las buenas noticias: cuando las compartimos, las revivimos y nos hacen más felices. También pasa con el Señor: “Cada vez que lo anunciamos, el Señor sale a nuestro encuentro. Viene con respeto y amor, como el don más hermoso para compartir. Jesús habita más en nosotros cada vez que lo anunciamos”.

Y por eso nos invita a preguntarnos: “¿Cuándo fue la última vez que di testimonio de Jesús? ¿Qué hago hoy para que las personas que encuentro reciban la alegría de su anuncio? Y también: ¿puede alguien decir: esta persona está serena, feliz, buena porque ha encontrado a Jesús? ¿Se puede decir esto de cada uno de nosotros?”

Le encontramos con y en los demás 

El Domingo de la divina Misericordia (que comenzó en 2000 por iniciativa de Juan Pablo II), nos ha presentado la figura de Tomás, el “apóstol incrédulo” (cfr. Jn 20, 24-29). Este apóstol, dice Francisco, nos representa un poco a todos. Ha sufrido una gran desilusión, al ver a su maestro clavado en la cruz sin que nadie hiciera nada para evitarlo. Ahora él sale del cenáculo, sin miedo a que lo detengan, y luego vuelve, aunque le cuesta creer. Y entonces Jesús le premia, mostrándole sus llagas. 

Jesús se las muestra, pero de manera ordinaria, viniendo ante todos, en comunidad, no fuera” (homilía 16-IV-2023). Para el Papa, es como si Jesús le dijera a Tomás “Si quieres conocerme, no busques lejos, quédate en la comunidad, con los demás; y no te vayas, reza con ellos, parte el pan con ellos”. 

Y esto nos lo dice también a nosotros: “Ahí es donde puedes encontrarme, ahí es donde te mostraré, impresas en mi cuerpo, las señales de las llagas: las señales del Amor que vence al odio, del Perdón que desarma la venganza, las señales de la Vida que derrota a la muerte. Es allí, en la comunidad, donde descubrirás mi rostro, mientras con tus hermanos compartes momentos de duda y de miedo, aferrándote aún más fuerte a ellos. Sin la comunidad es difícil encontrar a Jesús. Toda una lección de eclesialidad, pues sin la Iglesia, familia de Dios, no podríamos encontrarnos con el Señor. 

Por eso, nos pregunta el Papa: “¿Dónde buscamos al Resucitado? ¿En algún evento especial, en algún acto religioso espectacular o llamativo, únicamente en nuestras emociones y sensaciones? ¿O en la comunidad, en la Iglesia, aceptando el reto de permanecer allí, aunque no sea perfecta?”

Y nos asegura que, “a pesar de todas sus limitaciones y caídas, que son nuestras limitaciones y caídas, nuestra Madre Iglesia es el Cuerpo de Cristo; y es allí, en el Cuerpo de Cristo, donde se imprimen todavía y para siempre los mayores signos de su amor”. 

Cala hondo esta reflexión del sucesor de Pedro. Y todavía nos desafía cuando concluye con la última pregunta: “Si en nombre de ese amor, en nombre de las llagas de Jesús, estamos dispuestos a abrir los brazos a los que están heridos por la vida, sin excluir a nadie de la misericordia de Dios, sino acogiendo a todos”.

América Latina

Corrado Maggioni: «María nos guía a la Eucaristía»

El próximo Congreso Eucarístico Internacional se celebrará en Quito, Ecuador, del 8 al 15 de septiembre de 2024.

Giovanni Tridente·4 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

Los preparativos para el próximo Congreso Eucarístico ya han comenzado y, a partir de septiembre de este año, se abrirán las inscripciones a través de la página web oficial. Omnes ha entrevistado al presidente del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales, el P. Corrado Maggioni, sacerdote de la congregación de los Misioneros Montfortianos. El clérigo ofrece también algunas ideas para reavivar el amor a la Eucaristía y la devoción a la Virgen María, con vistas al próximo jubileo de 2025 dedicado a la esperanza.

El próximo Congreso Eucarístico Internacional se celebrará en septiembre de 2024 en Quito (Ecuador), aprovechando el 150 aniversario de la consagración del país al Sagrado Corazón de Jesús. ¿Cómo van los preparativos?

El complejo trabajo de organización que requiere un Congreso Internacional se viene desarrollando desde hace tiempo y ahora nos preparamos para afrontar la parte más difícil del último año.

El Comité Local del Congreso está gestionando la fase de preparación bajo la responsabilidad del arzobispo de Quito, con la colaboración de diferentes comisiones (litúrgica, teológica, logística, económica, de comunicación, cultural, pastoral). El evento involucra naturalmente a todos los obispos y diócesis de Ecuador, cuyos delegados ya están operativos. Estamos en el momento en que, después de recopilar posibles ideas e iniciativas, hay que examinarlas y empezar a aplicarlas concretamente.

El escaparate del Congreso es la página web https://www.iec2024.ec, donde se pueden encontrar información y noticias, constantemente actualizadas, y a partir del próximo mes de septiembre será posible inscribirse para participar en el Congreso del 8 al 15 de septiembre de 2024. Desde mi reciente viaje a Quito puedo dar fe del entusiasmo que anima a los que ya están involucrados en la organización del Congreso, conscientes de que para las iglesias de Ecuador este importante acontecimiento eclesial ya ha comenzado y está mostrando sus primeros frutos.

¿Cuál será el tema de esta próxima edición?

El lema de este Congreso, aprobado por el Papa Francisco, reza: «Fraternidad para sanar al mundo», iluminado por la palabra de Jesús: «Todos vosotros sois hermanos» (Mt 23, 8). El Texto Base, que se está elaborando, recogerá este lema de evidente significado eucarístico, y que, traducido a las distintas lenguas, será la referencia para los encuentros de catequesis y reflexión en los distintos países. Profundizaremos en el tema en particular en el Simposio Teológico que se celebrará en Quito inmediatamente antes del Congreso, y luego será objeto de reflexión, diálogo, confrontación y vivencia durante los días de la celebración del Congreso Eucarístico, en el que participarán delegaciones de Ecuador y de varios países.

Por supuesto, junto a la reflexión, el motivo del Congreso es la celebración de la Eucaristía, en un modo especial de clausura, llamado statio orbis, porque allí se convoca a la representación del pueblo de Dios -obispos, presbíteros, diáconos, religiosos y laicos- repartido por todo el mundo.

¿Cómo cree que se puede reavivar el amor a la Eucaristía en un mundo caracterizado por el individualismo y lo efímero?

No existen recetas prefabricadas capaces de encender en los corazones el fuego santo que «eucarísticamente» consume la vida. Además, el mundo en el que florecieron las primitivas comunidades cristianas también estaba marcado por el individualismo y lo efímero, así como por otras lógicas antievangélicas. Se necesita una razón para asistir a misa. Presupone la fe en Cristo, es decir, haber centrado en la propia experiencia lo decisivo del encuentro con Él, Señor y Maestro. Mientras Dios siga siendo un fantasma sin nombre y Jesús algo ideal, un personaje del pasado, quizá una referencia entre otras según «me gusta – no me gusta», no veo terreno fértil para que arraigue la economía sacramental, en cuyo centro está la Eucaristía dominical.

Antaño se iba a misa por deber, por costumbre, aunque no hay que generalizar, pues somos hijos de generaciones de hombres y mujeres que vivieron la fe cristiana. Sin embargo, el cambio de época que atravesamos bien demuestra en nuestros países de antigua evangelización que una creencia general que se despierta solo con ocasión de los bautizos, las primeras comuniones y los funerales ya no funciona. No ayuda una religiosidad hecha de actos de culto dictados por la obligación o la culpa, inspirados por la idea de un Dios al que embaucar o del que defenderse o al que exigir bienestar material.

El reto para reavivar el amor a la Eucaristía es tomar conciencia de que el Evangelio es verdaderamente revolucionario, ante todo para mí. Hasta que no sienta en mi corazón el fuego de la Presencia divina que me ama gratuitamente y, por tanto, cambia mi vida, no podré sentir la necesidad de participar en la Misa, que es la acción a través de la cual Cristo hoy sigue hablándonos de verdad y alimentándonos con su Cuerpo para que quienes comulgamos con Él nos convirtamos en su Cuerpo vivo en el mundo. El Evangelio provoca la fe en Cristo y a Cristo lo encontramos en los sacramentos de la Iglesia. Si aprecio a Cristo, apreciaré también la Misa.

¿Cuánto puede ayudar en este apostolado renovado la devoción a la Virgen María, Madre de Nuestro Señor?

¿A quién debemos mirar para parecernos a Cristo si no es en primer lugar a María? Ella es la primera creyente, la primera que dice en el Evangelio «aquí estoy, que se cumpla en mí», la primera cristiana porque dejó que Cristo viviera en ella, abriéndole toda su persona, espíritu, alma y cuerpo. Sí, incluso el cuerpo, pues es en nuestra carne donde Cristo quiere habitar.

La Virgen María es decisiva para nuestra salvación, pues por ella hemos recibido al Salvador. Pero también es decisiva por la ejemplaridad de su respuesta de fe, que nos enseña a ser discípulos de su Hijo. La devoción mariana no es opcional para los discípulos de Jesús, sino que forma parte de su ADN bautismal. María es nuestra madre y nosotros somos sus hijos por voluntad testamentaria de Jesús que, antes de dar su último suspiro en la cruz, llamó a María para que fuera madre de todos sus discípulos y estos herederos de su mismo amor a su Madre.

Bajo esta luz, bien descrita en el evangelio de Juan 19, 25-27, en los discípulos de Jesús María sigue amando maternalmente a su Hijo. Y nosotros, amándola con afecto filial, cultivamos hacia ella el mismo amor que Jesús le profesó. La devoción a María no nos aleja de Cristo, sino que nos conforma más fácilmente a Cristo. De lo contrario, no sería verdadera devoción, sino falsa.

De hecho, la dimensión «mariana» impregna la celebración eucarística. El cuerpo histórico de Cristo, nacido de la Virgen, es el fundamento del Misterio eucarístico. Sin la venida de María no habría Encarnación y sin Encarnación no tendríamos sacramentos. Cambian los signos, pero la realidad es idéntica: el cuerpo y la sangre que recibimos en el altar son del mismo Cristo que tomó carne y sangre de la Virgen, en virtud del Espíritu Santo. En este sentido, María nos guía hacia la Eucaristía, del mismo modo que nos ayuda a celebrarla dignamente: en comunión con Ella y siguiendo su ejemplo, escuchamos y guardamos la Palabra de Dios y nos convertimos en un sólo Cuerpo con-Cristo. No es forzar las cosas si decimos que la verdadera devoción mariana aumenta la verdadera devoción eucarística.

En 2025 celebraremos un nuevo jubileo centrado en la esperanza. ¿Cómo mostrar a un mundo cansado la esperanza que viene de Jesús encarnado en la historia?

No hay muchas respuestas a esta pregunta. La forma auténtica de mostrar en quién hemos puesto nuestra esperanza es el testimonio creíble que seamos capaces de ofrecer. Ciertamente, no un testimonio agresivo, es decir, que reprocha a los demás no ser como nosotros, no pensar como nosotros, ni el testimonio farisaico satisfecho con las propias buenas obras y despreciando las de los demás. Creo que testimonio creíble es sólo el que es «evangélico», es decir, parecido a la sal, a la levadura, a la luz, que se paga en primera persona. Porque para dar sabor, la sal debe disolverse, para fermentar la masa la levadura debe desaparecer, para iluminar, la llama debe consumir el aceite.

Esta es la lógica «pascual» que selló toda la existencia de Jesucristo. Queda bien ilustrada por el símil de la semilla que «debe» morir en la tierra para que brote la espiga cargada de granos. Los mismos elementos del banquete eucarístico, el pan y el vino, nos hablan de donaciones gratuitas, de conversiones efectivas. En efecto, el pan no crece en la naturaleza, sino que es fruto de una serie de oblaciones: los granos de trigo se muelen para convertirse en harina que luego se amasa y finalmente se cuece al fuego.

También el vino cuenta una historia de ofrendas: de las uvas martirizadas en la cuba se obtiene un vino que alegra los lazos familiares y forja amistades. Esta lógica pascual, hecha de muerte por la vida de los demás, es además el mensaje que el Papa Francisco no se cansa de recordarnos cuando habla de la Iglesia en salida, no preocupada de sí misma sino de los demás, pobre en medios pero rica en la fuerza del Evangelio, cercana a la humanidad herida, compasiva y misericordiosa con la carne mortal que necesita ser salvada.

Sólo así la Iglesia podrá parecerse a Cristo y dar testimonio de la esperanza que viene de Dios-con-nosotros y para-nosotros. La esperanza del jubileo será la que seamos capaces de desprender de la experiencia «pascual» de nuestras personas, hechas de arcilla frágil pero preñadas de la fuerza de la re-creación. Animados por esta conciencia cristiana original, podremos atravesar el desierto sabiendo que no quedaremos defraudados. Siguiendo el ejemplo de Aquel que «muriendo destruyó la muerte», como se canta en un prefacio del tiempo pascual que estamos viviendo.












El autorGiovanni Tridente

Evangelio

Las moradas de la casa del Padre. Domingo V de Pascua (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del V domingo de Pascua y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·4 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Jesús parece herido por la petición aparentemente casual de Felipe: “Señor, muéstranos al Padre y nos basta”. Hay varios niveles de ignorancia en lo que pide Felipe: como si pidiera algo pequeño, como si el Padre fuera algo que se pudiera simplemente mostrar, como si la sed de la divinidad se pudiera saciar tan fácilmente… Pero Jesús se centra en un aspecto de esta ignorancia, y le dice: “Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’?»

E insiste, subrayando la gran realidad que Felipe, y sin duda también los demás apóstoles, no habían captado: Jesús como revelador del Padre, porque es uno con el Padre: “Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí”.

A medida que Jesús se acerca a su misterio pascual, la máxima expresión del plan salvífico de Dios para la humanidad, a través del cual seremos llevados a compartir la vida de la Trinidad, siente la necesidad de hablarnos más de esta vida, una vida que vino a la tierra para darnos el poder de compartir. Él mismo es el camino hacia esta vida, como dice a Tomás: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. A través de Jesús tenemos acceso a la vida trinitaria y su mismo regreso al Padre es para preparar nuestra “habitación” en la casa del Padre: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas…. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros”. El Cielo, y la vida cristiana que es su anticipo, es estar en casa en la propia vida de Dios, en la vida familiar de la Trinidad. Jesús va al Padre para llevarnos con él.

Las otras lecturas de hoy parecen no estar relacionadas con el Evangelio, pero tienen un sutil vínculo con él. Cada una, a su manera, aborda la vida sacerdotal de la Iglesia. En la primera lectura, los Apóstoles instituyen el diaconado para el trabajo de servicio, de modo que ellos mismos puedan centrarse en las tareas más directamente sacerdotales de la oración y la predicación. El salmo nos anima a alabar a Dios con alegría y cantos. En la segunda lectura, San Pedro dice a los primeros cristianos que forman “un sacerdocio real”. Cada texto nos habla del “alma sacerdotal” que todo cristiano ha recibido en el Bautismo. Debemos vivir una existencia sacerdotal convirtiendo todo lo que hacemos en un acto de adoración y sacrificio a Dios. Pero esta existencia sacerdotal, como vemos en Jesús, se “activa” tanto más cuanto más se toma conciencia de la propia filiación divina. En cualquier relación, cuanto más se ama, más se está dispuesto a ofrecerse al otro, y no hay amor más grande que el amor paterno-filial entre Dios Padre y Jesús, su Hijo. Cuanto más amemos a Dios como Padre y anhelemos llevar a todos al cielo, más dispuestos estaremos a hacernos sacerdotes de nuestro propio sacrificio a Él.

La homilía sobre las lecturas del domingo V de Pascua (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

El Papa en Hungría: construyendo puentes

El viaje apostólico del Santo Padre a Hungría se centró en temas como la paz, la reconciliación y la atención a los pobres. Sin embargo, en el país hubo también polémicas en relación a la interpretación política de su visita.

Daniela Sziklai·3 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En los días previos al viaje, el tema de la visita del Santo Padre a Hungría ya había desencadenado una controversia debido a las diferentes interpretaciones que habían suscitado sus declaraciones, pero esto se acentuó aún más después de su partida.

Diferentes interpretaciones

Mientras el gobierno nacionalista de derechas de Viktor Orbán se complacía en reivindicar el viaje pastoral como una confirmación del compromiso del Papa con los valores sociales tradicionales de la Unión Europea, los comentaristas críticos con el gobierno tendían a subrayar las afirmaciones del Santo Padre menos acordes con la política oficial del gobierno.

«Quieren hacer del viaje apostólico un acontecimiento político, para mostrar al Vaticano y al mundo lo cristiana que es nuestra nación. Pero mientras tanto excluyen a los demás porque ‒como sostienen‒ el Papa viene exclusivamente ‘a ellos’ y no a los demás”, se quejaba un comentarista del diario Népszava, crítico con el gobierno.

Por su parte, el periódico semioficial Magyar Nemzet, cercano al gobierno, se centró en la lucha de la “Hungría cristiana” contra el “Occidente sin fe”: “Aunque parece que nos estamos convirtiendo poco a poco en una curiosidad en Europa por nuestra fe cristiana, nos mantenemos firmes. Para nosotros, la ley fundamental parte de Dios, aunque hayamos tenido y tengamos que escuchar mucho del Occidente culto por nuestra ‘actitud reaccionaria’. (…) Los húngaros fieles cargamos con la cruz de Cristo. Lo hacemos con alegría, porque creer es actuar según nuestro corazón, permanecer fieles en los días buenos y en los malos, en la paz y en el derramamiento de sangre”.

Budapest: la ciudad de los puentes

Sin embargo, el propio Santo Padre no tomó partido por uno u otro bando, sino que subrayó de muchas maneras la importancia de “tender puentes” durante su visita.

Budapest es “la ciudad de los puentes, de los santos y de la historia”, afirmó en su primer discurso del viernes en la sede del gobierno húngaro, un antiguo monasterio carmelita. En discursos posteriores, el Papa también tendió la mano a los pobres y marginados, como el encuentro con los necesitados, los sin techo y los refugiados en la Iglesia de Santa Isabel. “Los pobres y los necesitados están en el corazón del Evangelio”, recordó en el lugar de culto dedicado a Santa Isabel de Hungría, gran auxiliadora de los pobres.

En este contexto, los comentaristas críticos con el gobierno señalaron que Hungría sólo había relajado significativamente las normas para las instituciones sociales el año pasado, como resultado de lo cual estas instituciones tienen ahora que cumplir requisitos menos estrictos que antes para atender a los pobres y los sin techo.

El sábado por la mañana, el Santo Padre visitó una institución para ciegos y discapacitados. El hogar para ciegos Instituto Beato László Batthyány-Strattmann de Budapest fue fundado por la monja y trabajadora social Anna Fehér (1947-2021) durante la época comunista y actualmente está gestionado por la asociación Kolping. La residencia lleva el nombre del oftalmólogo y padre de familia László Batthyány-Strattmann (1870-1931), beatificado por el Papa Juan Pablo II en 2003. Este aristócrata se dedicó por completo a los pobres, fundó hospitales y atendió sacrificadamente a sus pacientes más pobres. En marzo de 2023 se ha abierto el proceso de beatificación de su esposa, Maria Theresia Coreth, que fue la más estrecha colaboradora y confidente de Batthyány-Strattmann.

Impronta personal de la visita

Durante su visita pastoral de tres días, Francisco cumplió con las citas habituales en estas ocasiones, como encuentros con representantes del Estado, de la Iglesia local y los jóvenes cristianos, pero también aportó su impronta personal.

Por ejemplo, fuera del programa oficial, recibió al obispo ortodoxo ruso en Hungría, Hilarión (Alfeyev). El Metropolita Hilarión había sido una de las figuras más influyentes del Patriarcado de Moscú como jefe de la oficina exterior desde 2009. Pero, pocos meses después del ataque de Rusia a Ucrania en 2022, fue depuesto por el Patriarca Cirilo por razones desconocidas y nombrado obispo de la minúscula comunidad ortodoxa rusa en Hungría. El Papa Francisco dijo a los periodistas en su viaje de regreso de Budapest sobre sus conversaciones con Hilarión que “no sólo habían hablado de Caperucita Roja”, sino también, por ejemplo, de la cuestión de la paz en Ucrania.

Tampoco figuraba en el programa oficial un encuentro privado del Papa con el alcalde de Budapest, Gergely Karácsony. Este político opuesto al gobierno ocupa el cargo desde 2019, y se queja repetidamente de la falta de apoyo financiero del gobierno a la capital.

Sin embargo, Karácsony dijo a los medios que la conversación con el Santo Padre “no trató sobre los temas de la política diaria”. Más bien, dijo, hablaron de cómo la política puede basarse no en la división, sino en la unificación de los opuestos. Karácsony regaló al Santo Padre una fotografía antigua del Puente de las Cadenas de Budapest, poniendo de nuevo en primer plano el tema de la “construcción de puentes”.

Segunda visita a Hungría

Esta ha sido la segunda visita del Papa Francisco a la capital húngara. Esto ha llevado a algunos obispos húngaros a afirmar que, exceptuando Italia, Hungría es el único país que el Santo Padre ha visitado más de una vez. En realidad, sin embargo, ya había estado en Grecia y Cuba dos veces durante su pontificado.

Mientras que en septiembre de 2021 Francisco sólo pasó unas horas en Budapest en el marco del Congreso Eucarístico Mundial y luego viajó directamente a Eslovaquia ‒hecho que algunos comentaristas interpretaron como una crítica a los dirigentes húngaros‒, ahora se ha tomado tres días para reunirse con la gente y visitar diversas instituciones.







El autorDaniela Sziklai

Vaticano

El Papa reflexiona sobre «la importancia de cuidar las raíces»

El Papa ha celebrado la audiencia de los miércoles durante la que ha hablado sobre su reciente viaje a Hungría “a través de dos imágenes: las raíces y los puentes”.

Paloma López Campos·3 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

En la audiencia general del miércoles 3 de mayo el Papa Francisco ha hablado sobre su viaje apostólico a Hungría, que finalizó el domingo pasado. Para ello, ha usado dos imágenes: las raíces y los puentes.

Francisco señaló que fue a Hungría “como peregrino a un pueblo cuya historia – como dijo san Juan Pablo II – ha estado marcada por «muchos santos y héroes, rodeados de multitudes de gente humilde y trabajadora»”.

Las raíces

Entre las raíces del pueblo húngaro, “están sobre todo los santos: santos que han dado la vida por el pueblo, santos que han testimoniado el Evangelio del amor, santos que han sido luz en los momentos de oscuridad; muchos santos del pasado que hoy exhortan a superar el riesgo del derrotismo y el miedo del mañana, recordando que Cristo es nuestro futuro”.

Los cristianos del país han sido puestos a prueba multitud de veces, “pero mientras se intentaba talar el árbol de la fe, las raíces permanecían intactas: se mantenía firme una Iglesia escondida, con mucho clero ordenado en secreto, que testimoniaba el Evangelio trabajando en las fábricas, mientras que las abuelas evangelizaban a escondidas”. A pesar de todo, afirmó el Papa, “los vínculos comunes de fe y de pueblo ayudaron al regreso de la libertad”.

La pérdida de libertad

Ahora bien, hoy la libertad está amenazada otra vez. “Sobre todo con los guantes blancos, de un consumismo que anestesia, por lo que nos conformamos con un poco de bienestar material y, olvidando el pasado, se flota en un presente hecho a escala del individuo. Pero cuando lo único que cuenta es pensar en sí y hacer lo que se quiera, las raíces se ahogan”.

Francisco señaló que este problema no se encuentra solo en Hungría, sino ”que tiene que ver con toda Europa, donde dedicarse a los otros, sentirse comunidad, la belleza de soñar juntos y crear familias numerosas está en crisis”.

Por ello, el Papa invitó en la audiencia a reflexionar “sobre la importancia de cuidar las raíces, porque sólo profundizando las ramas crecerán hacia lo alto y darán frutos. Preguntémonos: ¿Cuáles son las raíces más importantes de mi vida? ¿Las recuerdo, las cuido?”.

Los puentes

En cuanto a la segunda imagen mencionada al principio por el Santo Padre, Francisco recordó los puentes que cruzan la ciudad de Budapest. Esto llevó a indicar al Papa que Hungría es un país que “está muy comprometido en la construcción de «puentes para el mañana»: su atención por el cuidado ecológico y por el futuro sostenible es grande, y se trabaja para edificar puentes entre las generaciones, entre los ancianos y los jóvenes, desafío hoy irrenunciable para todos”.

Por su parte, la Iglesia también debe construir puentes “porque el anuncio de Cristo no puede consistir solo en la repetición del pasado», sino que siempre necesita actualizarse. Por lo tanto, “preguntémonos: yo, en mi familia, en mi parroquia, en mi comunidad, en mi país, ¿soy constructor de puentes, de armonía, de unidad?”.

El Papa y la cultura húngara

Francisco señaló que le conmovió durante su visita “la importancia de la música, que es un rasgo característico de la cultura húngara. Por todos lados había música: órgano, piano, violín, muchos instrumentos, y muchos cantos. Los jóvenes con discapacidad cantaron «¡Viva la Música!», y esto quería decir: ¡viva la armonía, viva la fraternidad, que da esperanza y alegría a la vida!”.

Por último, el Papa quiso dirigirse a la Virgen María, aludiendo además al inicio del mes de mayo: “A la Reina de Hungría encomendamos este querido país, a la Reina de la paz encomendamos la construcción de puentes en el mundo, a la Reina del cielo, que aclamamos en este tiempo pascual, encomendamos nuestros corazones para que estén arraigados en el amor de Dios”.

El Papa después de la Misa en Budapest con un famoso icono de Santa María (CNS photo/Vatican Media)

Mayo de Muerte y Resurrección

¿La cruz en mitad del tiempo pascual? ¿Tiene sentido recordar la Pasión en plena celebración de la Resurrección?

3 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

En la Cruz, Jesús llevó a cabo el mayor acto de amor realizado jamás por un ser humano y, para hablar de amor, siempre es buen momento ¿No crees? 

El mes de mayo nos ofrece diversas oportunidades de reflexionar sobre el amor tan grande que nos ha tenido Dios y que ha manifestado en la Cruz. 

La Cruz

Por un lado, las cruces de mayo, una manifestación de religiosidad popular que cuenta con honda tradición y gran auge aún tanto en España como en Hispanoamérica. Cruces decoradas con flores en cada calle o plaza ofrecen este doble aspecto de la cruz, como lugar de muerte y de vida, de dolor y de gozo, de oscuridad y de luz y color. El origen de esta fiesta hay que buscarlo en la celebración, el 3 de mayo, de la fiesta de la Invención (descubrimiento) de la Santa Cruz.

En este día, se conmemora la aparición de la verdadera cruz de Cristo, junto a otras dos, en las excavaciones que dirigió Santa Elena, madre del emperador Constantino, en Jerusalén. Una cruz que estos días ha vuelto a salir a la palestra puesto que la Santa Sede ha donado dos pequeños fragmentos de ella, como gesto ecuménico con ocasión del centenario de la Iglesia Anglicana de Gales. Estas reliquias del denominado Lignum Crucis, se incorporarán a la cruz que presidirá esta misma semana la celebración de la consagración de Carlos III como nuevo rey de Inglaterra.

Año Santo Jubilar

Asimismo, en este tiempo pascual, ha tenido lugar la apertura del Año Santo Jubilar en Liébana, cuyo monasterio de Santo Toribio ha sido lugar de peregrinación a lo largo de los siglos precisamente por custodiar, ni más ni menos que el fragmento de Lignum Crucis de mayor tamaño del mundo.

Hasta el 16 de abril de 2024, tenemos la oportunidad de unirnos a los miles de peregrinos que acudirán a ganar el jubileo en este año tan especial, venerando esta reliquia que nos habla de amar hasta dar la vida, de dar la vida amando.

The Mystery Man

Finalmente, hasta el 30 de junio, la Catedral de Guadix, en la provincia de Granada, acoge la exposición “The Mystery Man” que ofrece de nuevo una oportunidad única de reflexionar sobre esta dualidad muerte-vida a través de un acercamiento único a la figura del ajusticiado cuya imagen aparece en la Sábana Santa.

Sea o no Jesús ese “hombre misterioso” de la síndone, lo cierto es que la muestra está diseñada para acercarnos a los misterios centrales de nuestra fe: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Tuve la ocasión de visitarla recientemente y, tras una introducción en la que se sumerge al visitante en la forma en la que Roma ajusticiaba a los condenados a la pena de cruz, pude conocer a través de detallados paneles y audioguías, la historia de la sábana santa, su influencia en la iconografía cristiana de todos los tiempos, y las grandes incógnitas de una imagen cuya formación la ciencia no ha logrado aún explicar.

El momento culminante de la visita llega cuando puedes ver de cerca una escultura hiperrealista, con pelos y señales, del hombre de la sábana santa pudiendo contemplar cada herida, cada llaga, cada mancha de sangre. Mi sensación, como espectador, fue muy distinta a la que se siente ante las múltiples y bellísimas imágenes devocionales que se veneran en nuestras iglesias y capillas con títulos como Santísimo Cristo de… o Nuestro Padre Jesús de…

Saber reconocer

El hecho de no poner nombre a este hombre misterioso, cuyos signos de martirio coinciden plenamente con los que nos relatan los evangelios, me hicieron acercarme mucho mejor a la humanidad de Jesús y preguntarme: ¿Habría reconocido yo a Dios en Jesús si me lo hubiera encontrado en vida cara a cara o me habría parecido “uno de tantos”, como dice San Pablo en su famoso himno de la Carta a los Filipenses? Y con la pregunta, una denuncia: ¿por qué no soy capaz de ver a Dios y de sentir la devoción que merecen los cristos de carne y hueso en los que Él aseguró que se encarnaría cuando dijo aquello de “tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber…”? 

En un mensaje con motivo de la ostensión de la Sábana Santa en 2013, el papa Francisco incidió en esta idea afirmando que «este rostro desfigurado se asemeja a tantos rostros de hombres y mujeres heridos por una vida que no respeta su dignidad, por guerras y violencias que afligen a los más vulnerables… Sin embargo, el rostro de la Sábana Santa transmite una gran paz; este cuerpo torturado expresa una majestad soberana. Es como si dejara trasparentar una energía condensada pero potente; es como si nos dijera: ten confianza, no pierdas la esperanza; la fuerza del amor de Dios, la fuerza del Resucitado, todo lo vence».

Es con esta esperanza con la que me quiero quedar en este mes de mayo de Muerte y Resurrección. Porque la Cruz valió la pena.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

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Vaticano

Dario Vitali: «Desde la experiencia sinodal del compartir se entiende la propia sinodalidad»

Dario Vitali, miembro de la Comisión Preparatoria de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos destaca en esta entrevista la unidad mostrada por las Asambleas continentales del sínodo.

Federico Piana·3 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

«La redacción del Instrumentum laboris pasa por toda la primera fase de escucha en las Iglesias particulares y el posterior discernimiento en las Conferencias Episcopales nacionales y en las siete asambleas continentales». Así lo afirma Dario Vitali, miembro de la Comisión Preparatoria de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.

En esta entrevista a Omnes, Vitali explica que el documento de trabajo para la primera sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos dedicada a la sinodalidad, que se celebrará del 4 al 29 de octubre, será en esencia el resultado de la consulta a todo el Pueblo de Dios que tuvo lugar en la primera fase.

El sacerdote, profesor de teología dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana y consultor del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y del Dicasterio para el Clero, subraya que no se ha tratado de una escucha cualquiera, sino de «una escucha capilar, que no ha excluido a nadie».

¿Qué ha surgido de esta escucha?

-Hay una unidad en el proceso sinodal que permite mostrar cómo todas las intervenciones, todas las aportaciones de las Iglesias particulares, todas las síntesis de las Conferencias Episcopales y todos los siete documentos de las Asambleas continentales son fruto de una misma manera de trabajar.

Una escucha que partió del Pueblo de Dios y se desarrolló después a través de lo que se ha definido como la conversación en el Espíritu Santo. ¿Qué produce todo esto? Produce un proceso de crecimiento en el consenso que parte de la escucha de todos.

¿Y qué muestran los siete documentos de las Asambleas continentales?

-En primer lugar, destacan la belleza de esta experiencia. Los que han participado afirman que se trata de una experiencia eclesial que merece la pena vivir y también repetir porque permite la participación y construye misión y comunidades.

Todas las síntesis de las Asambleas Continentales hacen hincapié en la Iglesia sinodal y en lo que puede cambiar en ella, tanto en mentalidad como en estructuras.

Otro aspecto que se desprende de las síntesis de las Asambleas continentales es el hecho de que la sinodalidad no es sólo un aspecto teórico…..

-A menudo hemos oído hablar de la sinodalidad en términos teóricos que luego se intentan convertir en praxis. En realidad, se trata de invertir el planteamiento para mostrar cómo es precisamente desde la experiencia verdaderamente sinodal del compartir como se puede comprender en profundidad la sinodalidad.

¿Cuál es el espíritu con el que se redactará el Instrumentum laboris?

-Evidentemente, el espíritu será respetuosamente sinodal.

El reconocimiento de los elementos que más crean consenso se convertirá en el punto central del Instrumentum laboris, porque el propio método sinodal prevé la confrontación a la luz del Espíritu Santo, que es Espíritu de paz, de orden y no de desorden.

El autorFederico Piana

 Periodista. Trabaja en Radio Vaticana y colabora con L'Osservatore Romano.

Cultura

El Nuncio Apostólico, una figura clave en la diplomacia vaticana

En esta entrevista, Mirosław Stanisław Wachowski, Subsecretario de la Sección para las Relaciones con los Estados y experto en diplomacia vaticana, explica la figura de los Nuncios Apostólicos.

Antonino Piccione·2 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

Mirosław Stanisław Wachowski nació en Pisz (Polonia), el 8 de mayo de 1970. Ordenado sacerdote para la diócesis de Ełk el 15 de junio de 1996, se licenció en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Lateranense.

Ingresó en el Servicio Diplomático de la Santa Sede el 1 de julio de 2004, y ha trabajado en las Representaciones Pontificias en Senegal, en las Organizaciones Internacionales en Viena, en Polonia y en la Sección para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales de la Secretaría de Estado.

esboza la contribución de la acción diplomática de la Santa Sede respecto a las cuestiones contemporáneas y su capacidad de incidir en problemas concretos.

¿Cómo nacen los Legados Pontificios y en qué medida sus rasgos perfilan la acción y la función de los Nuncios Apostólicos en la actualidad?

– El envío de los primeros representantes de la Santa Sede, llamados Apocrisari (en latín Responsales), estaba ligado al hecho de que debían interceder en favor de los intereses de la Sede Apostólica y expresar su solicitud a la corte imperial.

Su establecimiento permanente no se produjo hasta el siglo VI, con el papado de Agapito I, aunque entonces no tenían derecho de jurisdicción. El último apocrisario actuó en 743 en la corte del emperador Constantino V, donde lo encontramos con la tarea de informar de las instrucciones del papa Zacarías durante la primera fase del conflicto de las imágenes, en confrontación con los iconoclastas.

La historiografía nos enseña que la herejía era vista como un factor de desorden, como algo que había que frenar para mantener y preservar una convivencia equilibrada, por lo que la presencia del Apocrysiar era un motivo más para mantener un desarrollo equilibrado de la sociedad y evitar conflictos.

La costumbre de la representación por parte del Obispo de Roma, sin embargo, se originó con anterioridad a la figura del Apocrisario, con el envío de Legados a Concilios y Sínodos.

El primer testimonio cierto de esta representación se encuentra en el Concilio de Arlés del año 314, donde el Obispo de Roma, Silvestre, envió a los presbíteros Clodio y Vito y a los diáconos Eugenio y Ciríaco para «ocupar» su lugar.

La transición entre la Antigüedad y la Edad Media vio surgir una figura más en representación de la Santa Sede, el llamado Vicario Apostólico, encargado principalmente de regular las relaciones eclesiásticas en las distintas partes de Europa y de confirmar la primacía de Roma en las diversas Iglesias.

A partir de la segunda mitad del siglo IX, especialmente con el Papa Nicolás I, se generalizó la costumbre de enviar legados de Roma para resolver las cuestiones más difíciles en las que los litigantes apelaban a Roma.

La aparición en el siglo XV de los grandes Estados nacionales está en el origen de un cambio de ritmo en el frente de la diplomacia pontificia. ¿Es así?

– La Santa Sede envió a Venecia al obispo Angelo Leonini como nuncio apostólico el 30 de abril de 1500, iniciando así una representación estable ante los Estados.

La actividad de los representantes pontificios alcanzó su punto álgido en el periodo de la Paz de Westfalia, en 1648, donde se decidió un nuevo arreglo de Europa y una nueva forma de concebir las relaciones y el poder entre los Estados.

El Congreso de Viena confirmó entonces la costumbre anterior de conceder precedencia a los Nuncios y Representantes del Papa.

Un nuevo impulso a la labor misionera de la Iglesia fue dado por Gregorio XVI, con especial atención al Próximo Oriente.

La primera Delegación Apostólica fue creada en 1827 con el nombramiento de Mons. Losana como Delegado Apostólico del Monte Líbano. Sería el Pontificado de León XIII el que dio mayor vigor e importancia a los Nuncios y Legados ante los pueblos católicos.

El mismo León XIII lo afirmó el 20 de agosto de 1880 en un discurso a los Cardenales: es derecho del Romano Pontífice tener en determinados lugares a alguien que represente su persona y ejerza permanentemente su jurisdicción y autoridad.

Desde un punto de vista normativo, ¿cuáles son las referencias precisas del derecho de legación? ¿Y cómo deben interpretarse en relación con la naturaleza especial de la Santa Sede?

– En 1917 se promulgó el Código de Derecho Canónico, donde el canon 265 establece el fundamento de las legaciones del Romano Pontífice, afirmando su derecho a enviar a sus legados donde quiera.

El fundamento de este derecho está estrechamente relacionado con su misión para con todas las Iglesias esparcidas por el mundo, con las que debe comunicarse y a través de las cuales debe evangelizar a los que aún no creen. Libre e independiente de cualquier poder civil, también porque se refiere a la relación entre el Romano Pontífice y los Obispos.

Para comprender mejor la función de los Representantes Pontificios, la Santa Sede tiene dos significados: en sentido amplio es el Romano Pontífice con la Curia Romana; en sentido estricto la Santa Sede es el Romano Pontífice como autoridad suprema.

Para el Derecho internacional, sólo y exclusivamente es relevante la figura del Romano Pontífice, es decir, la Santa Sede en sentido estricto. En el CIC de 1983, la función de los Nuncios Apostólicos se especifica en el Canon 362: «El Romano Pontífice tiene el derecho originario e independiente de nombrar y enviar a sus Legados tanto a las Iglesias particulares de las diversas naciones o regiones como a los Estados y Autoridades Públicas, así como de trasladarlos y destituirlos, respetando, sin embargo, las normas de derecho internacional relativas al envío y destitución de los Legados acreditados ante los Gobiernos».

El derecho del Romano Pontífice a enviar sus propios Legados se define, por tanto, con dos términos precisos: nativo e independiente. ¿Puede precisar su contenido y alcance?

– Por derecho originario se entiende un derecho originario que pertenece al Pontífice como cabeza de la Iglesia universal y depositario de la responsabilidad primaria de proveer a sus necesidades.

La expresión derecho independiente, en cambio, significa que la Santa Sede no depende de ningún otro poder y, por tanto, no se le imponen límites, ni siquiera cuando desarrolla su actividad internacional.

La mejor explicación del derecho afirmado en el canon 362 se encuentra en el preámbulo del Motu proprio Sollicitudo Omnium Ecclesiarum, en el que se exponen con eficacia y claridad las razones teológicas y pastorales de las funciones de los Representantes Pontificios: «La solicitud de todas las Iglesias, a la que hemos sido llamados por la arcana voluntad de Dios y de la que un día tendremos que dar cuenta, exige que, enviados como representantes de Cristo a todos los pueblos, nos hagamos presente adecuadamente en todas las regiones de la tierra y nos procuremos un conocimiento exacto y completo de las condiciones de cada una de las Iglesias».

El Obispo de Roma, en efecto, en virtud de su oficio, tiene un poder pleno, supremo y universal sobre toda la Iglesia, que puede ejercer siempre libremente […] A través de Nuestros Representantes, que residen en las diversas naciones, nos hacemos partícipes de la vida misma de Nuestros hijos y, como insertándonos en ella, llegamos a conocer, de un modo más rápido y seguro, sus necesidades y aspiraciones al mismo tiempo».

El impulso diplomático de la Santa Sede ha sido relevante en la construcción de una comunidad internacional armoniosa y pacífica, gracias a acciones que en ocasiones han contribuido a la resolución de crisis difíciles o han llevado cuestiones internacionales a la atención de la gobernanza mundial. ¿Cómo conciliar la función primordial del Nuncio con el anhelo de protección de toda persona humana?  

– Los Legados de la Santa Sede están al servicio de la Iglesia católica y no de un Estado, cuyos miembros no habitan en un territorio concreto, sino que están dispersos por todo el mundo. Por consiguiente, los objetivos que guían la actividad diplomática no se limitan a los fieles de la Iglesia católica, sino que la actividad de los Nuncios es a menudo una oportunidad para llamar la atención de la comunidad internacional sobre las diversas cuestiones que afectan a la libertad religiosa de todo creyente.

De este modo, la Santa Sede realiza concretamente el objetivo de realzar y proteger la dignidad de toda persona humana. Hay también un aspecto «visual» de la acción de los Nuncios, que deriva de la naturaleza eclesial específica de la diplomacia de la Santa Sede, y es el carácter sacerdotal o episcopal de los representantes pontificios.

El Papa Juan XXIII estableció en 1962 que los Nuncios Apostólicos, hasta desde el inicio de su misión -y no sólo algunos años más tarde, como bajo el pontificado de Pío XII- se les confirió la dignidad episcopal, no por una cuestión de honor, sino para subrayar mejor la función de enlace entre el Sumo Pontífice y los obispos de las Iglesias locales.

La naturaleza eclesiástica de la diplomacia pontificia lleva en sí misma una atención natural a todas las dimensiones de la vida humana, y por esta misma razón no debe olvidarse que toda una serie de cuestiones que, en cambio, son de interés primordial para la diplomacia de los Estados, quedan fuera del ámbito de la diplomacia de la Santa Sede: por ejemplo, las alianzas políticas, las estructuras militares, las relaciones comerciales y financieras, la promoción del turismo, etc.: todos ámbitos de acción que no interesan a la diplomacia de la Santa Sede, salvo, ocasionalmente, por posibles implicaciones morales.

Pablo VI se planteó algunas preguntas que todavía resurgen de vez en cuando: ¿tiene la Santa Sede motivos para utilizar esta forma de actividad llamada diplomacia? ¿No es totalmente ajena a la naturaleza y a la finalidad de la Iglesia? ¿No corre el riesgo de asimilar la Iglesia a instituciones y organismos del orden temporal, con los que no puede ni debe confundirse?

– El mismo Pontífice subrayó que la actividad diplomática de la Santa Sede responde de modo muy adecuado a la evolución actual de la vida internacional y a las necesidades actuales de la misión que la Iglesia debe cumplir en el mundo contemporáneo, aquella misión de la que habló el Concilio Vaticano II, afirmando solemnemente que la Iglesia está llamada a prestar una ayuda decisiva a la sociedad, reforzando y completando la unión de la familia humana. Y es precisamente esta acción la que la Santa Sede se propone llevar a cabo a través de sus representantes pontificios: contribuir a estrechar los lazos entre las naciones, en una leal reciprocidad, atenta al reconocimiento de los derechos y deberes de cada una. La responsabilidad de proteger los derechos humanos fundamentales es, por tanto, connatural a la naturaleza misma de la Iglesia.

Baste recordar que el anuncio del Evangelio nunca ha estado divorciado de la caridad y de la preocupación por los más necesitados. Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, hablando en la Asamblea General de las Naciones Unidas, declararon conscientemente que el papel de la Iglesia en el panorama internacional es el de «experta en humanidad».

El Papa Francisco reiteró esta idea fundacional durante su encuentro con los miembros de la Asamblea General de la ONU: «El desarrollo humano integral y el pleno ejercicio de la dignidad humana no pueden imponerse. Deben ser construidos y realizados por cada individuo, por cada familia, en comunión con otros seres humanos y en justa relación con todos los entornos en los que se desarrolla la sociabilidad humana.

Sin el reconocimiento de ciertos límites éticos naturales infranqueables y sin la aplicación inmediata de esos pilares del desarrollo humano integral, el ideal de «preservar a las generaciones futuras del flagelo de la guerra» (Carta de las Naciones Unidas, Preámbulo) y de «promover el progreso social y un nivel de vida más elevado dentro de un concepto más amplio de la libertad» corre el riesgo de convertirse en un espejismo inalcanzable o, peor aún, palabras vacías que sirven de excusa para cualquier abuso y corrupción, o para promover la colonización ideológica mediante la imposición de modelos anómalos y estilos de vida ajenos a la identidad de los pueblos y, en definitiva, irresponsables».

¿Podemos dibujar un identikit del Nuncio Apostólico a la luz del Magisterio del Papa Francisco?

– Con ocasión del Jubileo de la Misericordia, el 17 de septiembre de 2016, el Papa Francisco recordó cómo el Nuncio Apostólico debe «auscultar» el corazón del Papa y dejar que su «aliento» llegue a las Iglesias del mundo implicándose, viajando, encontrándose y dialogando con todos. Debe apoyar y no sólo corregir, debe alejarse de chismosos y arribistas, no debe promover «amigos de amigos» ni abrazar líneas políticas o batallas ideológicas, debe evitar visiones personalistas, superar la lógica burocrática y proponer nombres de candidatos al Episcopado que sean verdaderos testigos del Resucitado y no «portadores de currículum».

El Papa invitó a sus representantes a estar allí donde estén en el mundo «de todo corazón, con mente y corazones indivisos». Además de observar, analizar e informar, es necesario que el Nuncio Apostólico se encuentre, escuche, dialogue, comparta, proponga y trabaje en conjunto, para que brille el amor sincero, la simpatía, la empatía con la gente y la Iglesia local; por eso, la mirada del Representante Pontificio debe ser amplia y profunda.

También en esa ocasión, el Papa Francisco pidió que en el desempeño de su función y en la ingente tarea de garantizar la libertad de la Iglesia frente a cualquier forma de poder que quiera silenciar la verdad, no se limite a entendimientos, acuerdos o negociaciones diplomáticas, sino que trabaje para que la Iglesia pueda ser libre para anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demora, sin repulsa y sin miedo. En este sentido, el Representante Pontificio no abrazará líneas políticas ni batallas ideológicas, porque la permanencia de la Iglesia descansa en la fidelidad a su Señor.

Una parte importante del trabajo del Nuncio es ser un «hombre de reconciliación» y de mediación, imparcial y objetivo en sus encuentros con cada persona, favoreciendo la comunión en cada ocasión. Por último, el Nuncio es también un hombre esforzado y caritativo, que trabaja por la paz y se prodiga en obras de caridad, especialmente hacia los pobres y marginados, cumpliendo así su misión y su ser padre y pastor.

El autorAntonino Piccione

Cultura

La Virgen de las Mercedes, patrona de la República Dominicana

Historia de la advocación de la Virgen de las Mercedes desde sus orígenes hasta su llegada a Santo Domingo.

César Arturo Abréu Fernández·2 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Nuestra Señora de las Mercedes es una de las advocaciones más queridas de la República Dominicana. La devoción nació en el siglo XIII, cuando la Virgen se apareció a dos santos y al rey de Aragón para pedir la fundación de una orden religiosa dedicada al rescate de los cristianos cautivos por los sarracenos.

En 1494 unos mercedarios que viajaban con Colón llevaron a América un cuadro de la Virgen de la Merced, iniciando así su devoción en el Nuevo Mundo.

La historia de la advocación

La particular advocación de la Virgen de Las Mercedes tiene su origen cuando el 1 de agosto del 1218 la Madre de Dios se les apareció por separado a tres ilustres barceloneses en su advocación de Virgen de la Merced: a san Pedro Nolasco, que sería el fundador de la Orden de la Merced, al rey Jaime I de Aragón y a san Raimundo de Peñafort, fraile dominico. Días después, los tres se reunieron en la catedral de Barcelona y compartieron haber tenido la misma aparición de la Virgen. Ella les pedía la fundación de una orden religiosa dedicada a la redención de los cautivos. Nueve días más tarde, la orden fue fundada por san Pedro Nolasco.

Su misión particular era la misericordia para con los cristianos cautivos de los musulmanes y los piratas sarracenos. Muchos de sus miembros, conocidos como mercedarios, canjearon sus vidas por la de presos y esclavos, calculándose en 300.000 el número de ellos.

La Virgen viaja a América

El 25 de septiembre de 1493, una numerosa flota al mando de Colón, compuesta de 14 carabelas y 3 galeones, salió de España. A bordo iban 1500 hombres, entre los cuales había trece misioneros encabezados por el padre Boíl, entre ellos dos mercedarios: Juan Infante y Juan de Solórzano. Antes de partir, la reina de España les había entregado a los dos un cuadro de la Virgen de Las Mercedes que los acompañaría en su viaje a América. Es la primera advocación de la Madre de Dios que viajó al Nuevo Mundo.

Desembarcaron el 2 de enero del 1494 en un lugar elegido por Colón para establecer la primera fundación hispánica en América, y el 6 de enero, día de la Epifanía o manifestación de Dios a los hombres, se celebró la primera Eucaristía en el Nuevo Mundo, en la que participaron los 13 misioneros. Trece para que, como en la última cena, uno representase místicamente a Cristo y los restantes a los doce apóstoles, celebración que de seguro contó con la presencia del cuadro de la Virgen de Las Mercedes.

El Santo Cerro

Juan Infante, uno de los dos mercedarios, era el confesor de Colón, y en tal virtud siempre le acompañaba. Conforme a la leyenda, también iba con él cuando Colón, a principios de marzo del 1495, merodeando en las proximidades del fuerte de La Concepción de la Vega, desde lo alto de un cerro, contempló extasiado la belleza del valle que él había nombrado de la Vega Real.

Sobrecogido por lo exuberante del paisaje, pensó honrar a Dios colocando en la cúspide de la montaña ‒por primera vez en América‒ una gigantesca cruz, símbolo de la fe cristiana. Posteriormente, Juan Infante hizo construir a su lado una rústica capilla donde venerar a la Virgen de Las Mercedes. Desde entonces, ambas devociones ‒la de la Santa Cruz y la de la Virgen de Las Mercedes‒ han estado juntas en lo que hoy se llama Santo Cerro.

Colón y la Virgen de las Mercedes

La devoción fue extendiéndose por toda la isla, convirtiéndose el cerro en un lugar de peregrinaje, reflexión y marcada devoción. El propio Colón, en su codicilo de agosto del 1505, meses antes de su muerte, le recomendaba a su hijo Diego sostener una capilla donde se orase por su ánima, como si con su índice ya vacilante señalase el Santo Cerro: “e si esto puede ser en la Isla Española, que Dios me dio milagrosamente, holgaría que fuese allí donde la invoqué, que es en La Vega que se dice de la Concepción».

Con la llegada en el 1527 de fray Francisco de Bobadilla, Vicario General de los Mercedarios, y otros doce sacerdotes, los mercedarios se extendieron por el Santo Cerro, Santiago y Azua, construyendo en esos lugares monasterios, lo que contribuyó grandemente al afianzamiento de la devoción a la Virgen de Las Mercedes en toda la isla de La Española.

El terremoto de 1641

Durante los meses de agosto y septiembre de 1641, un fuerte terremoto estremeció la ciudad de Santo Domingo. Algunas crónicas señalan que fuertes réplicas se prolongaron por más de cuarenta días, con un saldo de 24 muertos. Asustados, los habitantes de la ciudad acudieron a la imagen de Nuestra Señora de las Mercedes que está en el Convento de esta Orden, y, en la víspera de su fiesta de la Natividad (el 7 de septiembre), experimentaron el divino favor y sucedieron algunas maravillas. Por ello al año siguiente, 1615, la Curia y la Real Audiencia declararon a Nuestra Señora de las Mercedes patrona de la ciudad y de la isla, celebrando su fiesta el 8 de septiembre de cada año. En el 1710, por Real Cédula, su festividad es movida al 24 de septiembre.

La batalla de la Limonade

El 21 de enero de 1691, el ejército español de Santo Domingo, al mando del maestre de campo don Francisco de Segura y Sandoval, se enfrentó al francés en la Sabana Real de la Limonade, confrontación en la que los criollos salieron victoriosos. El combate había sido reñido, e invocaron a Nuestra Señora de Las Mercedes. En el cuerpo de la batalla había un lienzo con su imagen, mientras que los soldados de la parte oriental de la isla invocaron a la Virgen de la Altagracia, cuya acción fue determinante en el triunfo de las armas criollas.

De ahí salió fortalecida la fe en Nuestra Señora de las Mercedes y comenzó en toda la isla el culto a la Virgen de la Altagracia. La batalla tuvo lugar el 21 de enero, fecha en la cual se celebra el día de la Altagracia.

La Virgen y Toussaint

En 1801, Toussaint Louverture invadió Santo Domingo en nombre de Francia. Al día siguiente de su llegada asistió a la catedral, donde había muchos fieles orando, y requirió del párroco colocar la Hostia en el viril, arrodillándose con las manos cruzadas en el pecho. Sus ayudantes le informaron que, mientras él hacía esto, algunas de las damiselas asistentes se sonreían sarcásticamente y, lo que era peor, le informaron que tres soldados criollos le habían dado la espalda para no saludarle.

Montando en cólera, Toussaint ordenó que al día siguiente todo el mundo se congregara en la plaza de armas con la intención de cometer un degüello general.

Llegado el siguiente día y congregados todos los habitantes, separados los hombres, las mujeres y los niños, rodeados por la caballería con sus sables desenfundados, listos para el degüello, Toussaint se acerca a las damas y con su bastón de mando las toca, preguntándoles: “¿Francesa o española?”. Cuando toca a Dominga Núñez, esta le reprocha: “¡Atrevido, aprenda modales!”. 

Iracundo, sube a la tarima para ordenar la matanza. El cielo, claro hasta ese momento, oscureció repentinamente. Truenos hicieron temblar la tierra y, de pronto, se abrió un espacio en el cielo, apareciendo un haz de luz blanco. Toussaint, asustado, miró la luz y ordenó que todo el mundo se retirara. Preguntado por sus ayudantes el porqué de su actitud, respondió: “¡Era ella, Nuestra Señora! ¡Yo la vi! ¡Yo la vi!”. La Virgen de Las Mercedes había intercedido una vez más a favor de los criollos.

La Virgen de las Mercedes ©Dustin Muñoz

Patrona de la República Dominicana

Al proclamarse la República Dominicana el 27 de febrero del 1844, luego de que los trinitarios lanzaran al aire el grito de “Dios, Patria y Libertad”, tres exclamaciones salieron de los presentes en ese momento histórico: “¡Viva la República Dominicana! ¡Viva la Virgen! ¡Viva Duarte!”.  Desde ese momento, la Virgen de Las Mercedes quedó instituida como Patrona de la República Dominicana.

El autorCésar Arturo Abréu Fernández

Compilador

España

Desempleo y siniestralidad laboral, preocupaciones de la Iglesia

Obispos y entidades de Iglesia piden los poderes públicos un esfuerzo por acabar con la lacra del paro y "que el trabajo sea un lugar de encuentro y no de conflicto".

Maria José Atienza·1 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La celebración del primero de mayo, día del Trabajador, pone de relieve la necesidad de seguir trabajando por la universalización de un trabajo digno que respete los derechos de todas las personas. Con este motivo, las entidades promotoras de la plataforma Iglesia por el Trabajo Decente (Cáritas, CONFER, HOAC,Justicia y Paz,JEC y JOC) y numerosos obispos han dedicado sus cartas semanales a reflexionar sobre el trabajo y sus principales carencias.

Siniestralidad laboral

«Al llegar esta fiesta del trabajo, la Iglesia quiere que tomemos conciencia de nuestras responsabilidades en el mundo laboral», estas palabras, de la carta semanal del obispo de Córdoba, mons. Demetrio Fernández, ponen de manifiesto la preocupación de la Iglesia ante la precariedad laboral que sufren miles de personas en nuestro país.

No en vano, las entidades promotoras de la plataforma Iglesia por el Trabajo Decente han recordado, con ocasión del Primero de Mayo «en el año 2022 se produjeron en España un total de 1.196.425 accidentes laborales, de los cuales 826 resultaron mortales». Un dato «preocupante», como destaca el obispo de Córdoba.

En este sentido, las entidades que conforman la plataforma Iglesia por el Trabajo Decente han puesto de manifiesto su apoyo a la creación de «movimientos de solidaridad que defiendan la salud y la seguridad en el trabajo junto a otras personas y colectivos; a potenciar el asociacionismo para reforzar la interlocución con las Administraciones; y a apoyar la labor que realizan los sindicatos para extremar la prevención y exigir el cumplimiento de la normativa laboral».

La persona en el centro

La nota emitida por la plataforma Iglesia por el Trabajo Decente señala que “el trabajo es para la vida” y denuncian que la “lógica economicista de este sistema separa el trabajo de la persona, la despoja de su esencia y capacidad creadora y de su propio ser; construye precariedad, inseguridad y somete al trabajador y la trabajadora a largas jornadas laborales, a altos ritmos de producción y le priva del merecido descanso”.  «Cuando se disloca la persona del centro, aparecen los egoísmos en todas las direcciones. Explotación de la persona, abuso en los horarios y en la producción, precariedad en las condiciones de trabajo. Y en sentido del trabajador, absentismo, falta de interés, falta de responsabilidad» apunta mons. Demetrio Fernández en relación a esa falta de humanidad en las relaciones laborales.

El drama del paro

Por su parte, el arzobispo de Toledo ha fijado su mirada en el drama del paro, que afecta a unos 3 millones de personas en España. Para mons. Cerro Chaves «cuando no hay trabajo el panorama del presente y del futuro se oscurece. Sin trabajo, cuando se instala el paro en la sociedad, en las familias, en los jóvenes, afecta a la salud física, sicológica y espiritual. Sin trabajo, es fácil que la persona lleve a enfermar y a muchos les cueste encontrar el sentido de la vida».

El trabajo, medio de santidad

Tanto el arzobispo de Toledo como el de Córdoba resaltan en sus cartas cómo el trabajo es un medio de santidad para los cristianos corrientes.

«Con el trabajo apropiado la persona puede atender sus propias necesidades y las de su familia, puede proyectar su vida y atender sus necesidades vitales, puede hacer un mundo mejor» señala mons. Fernández que anima a seguir el ejemplo de «Jesús obrero con su padre José obrero, [para que] aportemos cada uno lo mejor de sí mismo para construir un mundo nuevo, también un mundo nuevo en las relaciones laborales».

Así, Cerro Chaves concluye su carta recordando Laborem Exercens de san Juan Pablo II y subrayando su oración para que «se cumpla la misión de que a través del trabajo se dignifica la propia dignidad, pasar haciendo el bien y sabiendo como cristianos que el trabajo es también un medio de santidad.

Cultura

Nuestra Señora de Altötting

El santuario de Altötting en Baviera es uno de los más antiguos de Alemania y el que más visitas recibe a lo largo del año. Forma parte de los "Shrines of Europe", los siete santuarios marianos más destacados de Europa, y ha recibido las visitas papales de Pío VI, san Juan Pablo II y Benedicto XVI.

José M. García Pelegrín·1 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La advocación mariana que probablemente goce de mayor devoción en Alemania –al menos es el santuario mariano que más visitas recibe– es la Virgen Morena (“Schwarze Muttergottes”) de Altötting, una localidad bávara situada a unos 90 kilómetros al este de Múnich. En su página web recogen el testimonio de Benedicto XVI, que calificó a Altötting como “el corazón de Baviera y uno de los corazones de Europa”. Continúa: “Es desde hace más de 1250 años el centro espiritual de Baviera y, desde hace más de 500 años, el santuario mariano más importante de Alemania”.

Además, junto a Częstochowa (Polonia), Einsiedeln (Suiza), Lourdes (Francia), Loreto (Italia), Fátima (Portugal) y Mariazell (Austria), forma parte de los denominados “Shrines of Europe” (“Santuarios de Europa”), los siete santuarios marianos más destacados de Europa.

El santuario

Si bien la primera capilla se construyó en los siglos VIII a X, la forma actual se debe a las ampliaciones en estilo gótico del siglo XV, que coinciden con una tradición que la dio a conocer en toda Alemania e incluso más allá, y que marca el comienzo de la historia del santuario: se cuenta que, en 1489, un niño de tres años cayó en un río y se ahogó. Tras rescatar al niño sin vida, la desesperada madre lo llevó a la capilla dedicada a Nuestra Señora y lo colocó sobre el altar. Allí comenzó a rezar con otras personas por la salvación de su hijo y, al cabo de poco tiempo, la vida volvió al cuerpo del niño aparentemente muerto.

La imagen actual, de 64 centímetros de altura, probablemente se talló en madera de tilo en Borgoña o en la región del Alto Rin y llegó a Altötting en el siglo XIV. Sus manos negras y el rostro ennegrecido remiten a un tipo de esculturas de madera muy extendidas en la Alta Edad Media: en Europa hay 272 “vírgenes negras”. Entre las más famosas se encuentran las de Einsiedeln, Loreto, Częstochowa y Montserrat. Además de presentar incrustaciones de plata, la imagen está revestida desde 1518, inicialmente con telas procedentes de los vestidos de novia de princesas bávaras. El príncipe elector Maximiliano I (1573-1651) de Baviera donó el cetro y la corona.

Tanto los muros interiores como los exteriores de la santa capilla se encuentran cubiertos por más de 2000 imágenes votivas, donadas en agradecimiento por los milagros obrados por la intercesión de Nuestra Señora de Altötting. Parte de los peregrinos rodean la capilla, algunos de rodillas y portando cruces de madera, para encomendar a la Virgen sus intenciones. Además, en la capilla están enterrados los corazones de destacadas personalidades bávaras, entre las que se encuentran el emperador Carlos VII (1697-1745), seis reyes –entre ellos, el famoso Luis II (1845-1886)–, tres príncipes electores, doce destacadas nobles y cinco obispos.

Visitas papales

El santuario de Altötting ha sido visitado por tres papas. La primera visita papal documentada data de 1782, cuando Pío VI –que había sido fríamente recibido por el emperador José II en Viena– fue calurosamente acogido en Baviera. Regresó a Roma pasando por el santuario mariano a invitación del príncipe elector bávaro Karl Theodor. Pío VI celebró la Misa en la santa capilla y dio su bendición a una muchedumbre allí congregada.

El 19 de noviembre de 1980 estuvo en Altötting san Juan Pablo II. La visita al santuario mariano fue uno de los momentos más destacados de su primer viaje como Papa a Alemania. La Misa con el Papa congregó a más de 60.000 fieles –entre ellos, también el autor de estas líneas– en la explanada de la capilla. Acompañaba al Papa, como anfitrión, el arzobispo de Múnich, el cardenal Joseph Ratzinger. Con ocasión de su viaje, Juan Pablo II plantó un tilo. El “tilo papal” y una estatua en bronce, de tamaño superior al natural, recuerdan hoy esa visita.

La relación de Benedicto XVI con Altötting fue muy estrecha durante toda su vida. Nació el 16 de abril de 1927 en Marktl am Inn, a unos 15 kilómetros del santuario mariano. En el prefacio a la guía de la ciudad, escribe: “Tuve la fortuna de nacer muy cerca de Altötting. Por ello, las peregrinaciones al santuario con mis padres y hermanos se cuentan entre mis más tempranos y hermosos recuerdos”.

Después de acompañar a Juan Pablo II en 1980, y siendo ya Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Ratzinger acudió en varias ocasiones. Fueron visitas tanto oficiales –en 1989 para celebrar los 500 años del santuario o en 1999 con ocasión del cuarto centenario de la congregación mariana– como privadas, por ejemplo, con ocasión de su 75.º cumpleaños. En 2006 acudió, ya como Papa, a Altötting en el marco de su visita a Baviera. Allí fue nombrado ciudadano honorario de la ciudad.

En mayo de 2021, el Papa Francisco eligió Altötting como uno de los lugares para el “maratón de oración” para pedir por el fin de la pandemia causada por el COVID-19.

Vaticano

El Papa se despide de Hungría clamando a la esperanza

El domingo 30 de abril fue el último día del viaje apostólico a Hungría del Papa Francisco. Durante la jornada, el Santo Padre celebró la Santa Misa y tuvo un encuentro con representantes culturales y del ámbito académico.

Paloma López Campos·30 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

A las 18 de la tarde un avión despegaba desde Hungría para llevar al Papa Francisco de vuelta a Roma. Tras unos días completos en la nación húngara, el Santo Padre se despidió en una ceremonia sin discurso en el aeropuerto internacional de Budapest.

Tan solo unas horas antes, Francisco celebraba la Santa Misa en la plaza Kossuth Lajos, donde se encuentra el parlamento de Hungría. Durante la homilía, el Papa invitó a todos los participantes a contemplar la figura del Buen Pastor, Jesucristo, tomando las lecturas de hoy. Por ello, se fijó en dos acciones de Jesús que, como narra el Evangelio, “Él realiza por sus ovejas: primero las llama, después las hace salir”.

La llamada de Dios

Esa inicial llamada del Señor es el origen de la vida nueva. “Al comienzo de nuestra historia de salvación no estamos nosotros con nuestros méritos, nuestras capacidades, nuestras estructuras; en el origen está la llamada de Dios, su deseo de alcanzarnos, su preocupación por cada uno de nosotros, la abundancia de su misericordia que quiere salvarnos del pecado y de la muerte, para darnos la vida en abundancia y la alegría sin fin”.

El Papa recalcó que Cristo, mucho antes de que ninguno de nosotros pudiéramos responder “soportó nuestras iniquidades y cargó con nuestras culpas, conduciéndonos nuevamente al corazón del Padre”. Y no solo eso, sino que “aún hoy, en cada situación de la vida, en aquello que llevamos en el corazón, en nuestros extravíos, en nuestros miedos, en el sentido de derrota que a veces nos asalta, en la prisión de la tristeza que amenaza con encerrarnos, Él nos llama”.

De la llamada universal de Dios nace una de las características esenciales de la Iglesia: la catolicidad. Así lo explicó Francisco en su homilía, “esto es catolicidad: todos nosotros cristianos, llamados por nuestro nombre por el buen Pastor, estamos invitados a acoger y difundir su amor, a hacer que su redil sea inclusivo y nunca excluyente. Y, por eso, todos estamos llamados a cultivar relaciones de fraternidad y colaboración, sin dividirnos entre nosotros, sin considerar nuestra comunidad como un ambiente reservado, sin dejarnos arrastrar por la preocupación de defender cada uno el propio espacio, sino abriéndonos al amor mutuo”.

Una Iglesia en salida

A continuación, el Papa explicó la segunda acción de Cristo que narra el Evangelio. “Primero somos reunidos en la familia de Dios para ser constituidos su pueblo, pero después somos enviados al mundo para que, con valentía y sin miedo, seamos anunciadores de la Buena Noticia, testigos del amor que nos ha regenerado”.

Es el mismo Señor quien “nos impulsa a ir al encuentro de los hermanos. Y recordémoslo bien: todos, sin excepción, estamos llamados a esto, a salir de nuestras comodidades y tener la valentía de llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio”.

El Papa saluda a la gente tras la Santa Misa (CNS photo/Vatican Media)

Pero, ¿qué significa realmente ser una Iglesia en salida? El Santo Padre lo resumió en una sola frase durante la predicación: “estar en salida”significa para cada uno de nosotros convertirse, como Jesús, en una puerta abierta”.

Francisco insistió en esta idea realizando una petición dirigida a todos. “Por favor, ¡abramos las puertas! También nosotros intentemos —con las palabras, los gestos, las actividades cotidianas— ser como Jesús, una puerta abierta, una puerta que nunca se le cierra en la cara a nadie, una puerta que permite entrar a experimentar la belleza del amor y del perdón del Señor”.

Por último, el Papa quiso mandar a todos los cristianos, y en especial a los húngaros, unas palabras de ánimo. Pidió que “no nos desanimemos nunca, no nos dejemos robar nunca la alegría y la paz que Él nos ha dado; no nos encerremos en los problemas o en la apatía. Dejémonos acompañar por nuestro Pastor; con Él, nuestra vida, nuestras familias, nuestras comunidades cristianas y toda Hungría resplandezcan de vida nueva”.

Santa María, Reina y patrona

El Santo Padre rezó el Regina Caeli y pronunció una breve meditación, al igual que cuando preside la oración desde el Vaticano. En sus palabras agradeció a los representantes políticos, diplomáticos y autoridades su presencia. También se dirigió a los sacerdotes, seminaristas, consagrados, miembros del clero y representantes de otras religiones para agradecer su colaboración y asistencia.

En la meditación, quiso poner a todos los húngaros bajo la protección de la Virgen María. Incluyó en esta petición a toda Europa diciendo: “desde esta gran ciudad y desde este noble país quisiera confiar de nuevo a su corazón la fe y el futuro de todo el continente europeo, en el que he estado pensando estos días y, de modo particular, la causa de la paz”.

El Papa continuó su oración: “Tú eres la Reina de la paz, infunde en los corazones de los hombres y de los responsables de las naciones el deseo de construir la paz, de dar a las jóvenes generaciones un futuro de esperanza, no de guerra; un futuro lleno de cunas, no de tumbas; un mundo de hermanos, no de muros”.

Y finalizó con las siguientes palabras: “Te pedimos por la Iglesia en Europa, para que encuentre la fuerza de la oración; para que descubra en ti la humildad y la obediencia, el ardor del testimonio y la belleza del anuncio. A ti te encomendamos esta Iglesia y este país”.

Cultivar el saber

Durante su último encuentro, el Papa Francisco se reunió con representantes del mundo cultural y del ámbito académico. Al inicio de su discurso, tomando como imagen el río Danubio, se detuvo un momento para hablar sobre la cultura que “en cierto sentido, es como un gran río: recorre varias regiones de la vida y de la historia poniéndolas en relación, permite navegar en el mundo y abrazar países y tierras lejanas, sacia la mente, riega el alma, hace crecer a la sociedad. La misma palabra cultura deriva del verbo cultivar. El saber conlleva una siembra cotidiana que, penetrando en los surcos de la realidad, da fruto”.

El Papa tomó de los escritos de Romano Guardini distintos ejemplos para hablar sobre la cultura. Frente a un análisis sombrío que podría hacerse acerca del saber y la técnica usados únicamente para obtener poder, Francisco pidió que las universidades se conviertan en lo contrario. “La universidad es, en efecto, como indica el mismo nombre, el lugar donde el pensamiento nace, crece y madura abierto y sinfónico. Es el templo donde el conocimiento está llamado a liberarse de los límites estrechos del tener y del poseer para convertirse en cultura, es decir, en cultivo del hombre y de sus relaciones fundamentales: con el trascendente, con la sociedad, con la historia, con la creación”.

Cultura y contemplación

La cultura, bien entendida, “ahonda en la contemplación y moldea personas que no están a merced de las modas del momento, sino bien arraigadas en la realidad de las cosas. Y que, humildes discípulas del saber, sienten que deben ser abiertas y comunicativas, nunca rígidas y combativas”.

De tal manera, queda fuera el inmovilismo, pues “quien ama la cultura no se siente nunca satisfecho, sino que lleva en sí una sana inquietud. Busca, interroga, arriesga y explora; sabe salir de sus propias certezas para aventurarse con humildad en el misterio de la vida, que se armoniza con la inquietud, no con la costumbre; que se abre a las otras culturas y advierte la necesidad de compartir el saber”.

Conocerse a uno mismo

Junto a la cultura crece el conocimiento de sí mismo. El Papa recordó la frase del oráculo de Delfos: «Conócete a ti mismo». “Pero, ¿qué significa conócete a ti mismo? Quiere decir saber reconocer los propios límites y, en consecuencia, frenar la propia presunción de autosuficiencia. Nos hace bien, porque es sobre todo reconociéndonos criaturas cuando nos volvemos creativos, sumergiéndonos en el mundo, en vez de dominarlo. Y mientras que el pensamiento tecnocrático persigue un progreso que no admite límites, el hombre real está hecho también de fragilidad, y es a menudo justamente ahí cuando comprende que depende de Dios y que está conectado con los otros y con la creación”.

Para resumir la idea, Francisco dijo que “conocerse a sí mismo requiere mantener unidas, en una dialéctica virtuosa, la fragilidad y la grandeza del hombre. Del asombro de este contraste surge la cultura; nunca satisfecha y siempre en búsqueda, inquieta y comunitaria, disciplinada en su finitud y abierta al absoluto. Me gustaría que cultiven este apasionante descubrimiento de la verdad”.

Búsqueda de la verdad

El Papa concluyó su discurso invitando a todos a buscar la verdad, rechazando las ideologías. “Fue Jesucristo quien dijo: «La verdad los hará libres»”.

Por ello, el Santo Padre explicó que “la clave para acceder a esta verdad es un conocimiento que nunca se desvincula del amor, relacional, humilde y abierto, concreto y comunitario, valiente y constructivo. Esto es lo que las universidades están llamadas a cultivar y la fe a alimentar. Les deseo, por tanto, a esta y a todas las universidades, que sean un centro de universalidad y de libertad, una fecunda obra de humanismo, un taller de esperanza”.

Una visita breve y fructífera

Tras el encuentro en la universidad, Francisco se desplazó al aeropuerto internacional de Budapest para tomar un avión a las seis de la tarde que le llevó directamente a Roma, poniendo fin a su viaje apostólico en Hungría.

Francisco se despide de Hungría en el aeropuerto internacional de Budapest (CNS photo/Vatican Media)
Iniciativas

Feria Gastronómica del Mar para parroquias en Nicaragua

La parroquia de Santo Tomás apóstol celebra en Nicaragua una Feria Gastronómica para ayudar con obras de caridad que organiza la Iglesia católica.

Néstor Esaú Velásquez·30 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La comunidad parroquial de Santo Tomás apóstol, en la diócesis de León, Nicaragua, se prepara este 29 y 30 de abril a realizar la 27 edición de la Feria Gastronómica del mar, una iniciativa que ofrece a visitantes locales, nacionales y extranjeros diferentes productos del mar.

La parroquia de Santo Tomás apóstol, se encuentra ubicada en el Puerto de Corinto, que es el principal puerto comercial del país y señalado como el segundo en importancia por el arribo de cruceros.

Los inicios

Fue José Schendel, un sacerdote de origen alemán, quien inició diferentes proyectos sociales en esta parroquia, proyectos que han continuado los diferentes sacerdotes que le han sucedido. Esta parroquia lleva más de 40 años creando proyectos para ayuda de los más pobres y necesitados, que se ven concretados en varias obras de caridad: Hogar de ancianos Santa Eduviges, Instituto Parroquial Presbítero Emilio Santiago Chavarría, Comedor Infantil, Dispensario Parroquial, una escuela de educación especial, Cáritas Parroquial y el canal católico Santa Cruz Televisión. 

Para sostener estas obras, hace 27 años una mujer llamada There Arana tuvo la iniciativa de hacer una feria con productos del mar. Dicha feria fue creciendo con la ayuda de todas las comunidades de la parroquia y corazones de buena voluntad. Luego se perfiló como la “Feria Gastronómica del mar”, cuya organización y ejecución siempre ha sido responsabilidad de la Iglesia católica en Corinto, en beneficio de las obras sociales de esta comunidad parroquial.

Trabajo en equipo

La gestión de la preparación de la feria corresponde a las diferentes comisiones, integradas por feligreses de la parroquia Santo Tomás. Estas tienen diferentes roles para la buena ejecución de los servicios brindados a todos los visitantes y comienzan sus labores meses antes de la celebración de la Feria.

Lo que empezó hace 27 años hoy cuenta con la colaboración de más de trescientas personas, entre los que hay feligreses, instituciones, servicios municipales, trabajadores portuarios, la Iglesia y otras personas que se identifican con la causa.

El pasado martes 18 de abril salió el barco pesquero que trajo el producto marino que será entregado a las comunidades para la preparación de los más de cincuenta platillos que se ofrecerán el 29 y 30 de abril en la vigésima séptima edición de la Feria gastronómica del mar.

El pasado 24 de abril, Marcos Francisco Diaz Prado, actual párroco de la parroquia de Santo Tomás apóstol, presentó en una conferencia de prensa los avances y preparativos para esta feria. Además, recalcó la importancia que tiene este evento en el sostenimiento de las obras de caridad que realiza la parroquia.

El autorNéstor Esaú Velásquez

Vaticano

El Papa Francisco dibuja el camino evangélico en Hungría

Durante su segundo día en Hungría, el Papa Francisco ha visitado a pobres y enfermos, se ha reunido con los jóvenes, con la comunidad greco-católica y con el metropolita ortodoxo de Budapest y Hungría.

Federico Piana·29 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco comenzó esta mañana temprano la segunda jornada de su viaje apostólico a Hungría. Poco antes de las 9 de la mañana, realizó una visita al centro católico dedicado al beato László Batthyány-Strattmann, que incluye un instituto para ciegos y un hogar en el que se alojan niños con discapacidad visual y con necesidades educativas especiales.

Tras entrar en algunas de las habitaciones que albergan a los pequeños, algunos de ellos gravemente enfermos, el Santo Padre quiso expresar su gratitud por todo lo que realiza este instituto, gracias a la generosidad de sus trabajadores. «Esto es puro Evangelio. Jesús vino a tomar la realidad tal como era y a llevarla adelante. Hubiera sido más fácil tomar ideas, ideologías y llevarlas adelante sin tener en cuenta la realidad. Este es el camino evangélico, este es el camino de Jesús», dijo el Papa, dirigiéndose al director del centro, el padre György Inotay, cogidos del brazo.

Abrazar a los pobres y a los refugiados

Después, fue en la iglesia de Santa Isabel de Hungría donde el Pontífice abrazó idealmente a todos los refugiados y pobres del país. La parroquia estaba abarrotada por 600 personas procedentes de todo el país y refugiados de diferentes partes del mundo como Pakistán, Afganistán, Irak, Irán y Nigeria.

El Papa Francisco se emocionó al escuchar los testimonios de una familia de refugiados de Ucrania, de la madre de una familia greco-católica y de un matrimonio que dedica su vida a acoger y apoyar a los más necesitados. En su discurso, el Santo Padre recordó que «la caridad no es simplemente asistencia material y social, sino que se preocupa de toda la persona y desea ponerla de pie con el amor de Jesús: un amor que ayuda a adquirir belleza y dignidad».

El Papa con la comunidad greco-católica

A pocos pasos de la iglesia de Santa Isabel de Hungría se encuentra la parroquia dedicada a la protección de la Madre de Dios. Y fue aquí donde, inmediatamente después de su abrazo a los pobres y refugiados, el Papa Francisco se reunió con la comunidad greco-católica de Budapest.

El arzobispo metropolitano de Hajdudorog, monseñor Péter Fülöp Kocsis, dio la bienvenida al Pontífice en lo que resultó ser una breve visita en la que no hubo discurso del Papa. En su discurso de bienvenida, el arzobispo quiso destacar cómo la proximidad de las dos iglesias, una de rito latino y otra de rito bizantino, representan «la imagen poética y teológica de los dos pulmones, el de Oriente y el de Occidente, con los que respira la Iglesia de Cristo, dando vida al Cuerpo Místico».

El Papa a los jóvenes: apuntad alto, Jesús cree en vosotros

Tomad en vuestras manos «vuestra vida para ayudar al mundo a vivir en paz. Preguntémonos, cada uno de nosotros: ¿qué hago por los demás, por la Iglesia, por la sociedad? ¿Vivo pensando en mi propio bien o me juego por alguien, sin calcular mis propios intereses? «.

A los miles de jóvenes húngaros reunidos esta tarde en el László Papp Budapest Sports Arena -el último encuentro público de hoy antes del encuentro privado de esta tarde con los miembros de la Compañía de Jesús- el Papa les ha dirigido estas profundas preguntas, sugiriéndoles que empiecen a interrogarse sobre la capacidad de amar según Jesús, es decir, de servir. Tras escuchar los testimonios de los jóvenes, Francisco les exhortó también a superar todo obstáculo poniéndose en estrecha relación con el Señor: «La oración -dijo el Papa- ayuda a hacerlo, porque es diálogo con Jesús».

El Papa y el metropolita ortodoxo Hilarión

También se registró una audiencia no programada. Esta mañana, al término de la primera parte de los compromisos del día, en la nunciatura de Budapest el Papa recibió en privado al metropolita ortodoxo de Budapest y Hungría, Hilarión. La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó de que «la conversación fue cordial y duró unos 20 minutos».

El autorFederico Piana

 Periodista. Trabaja en Radio Vaticana y colabora con L'Osservatore Romano.

Vaticano

El Papa en Hungría: «Los pobres y los necesitados están en el corazón del Evangelio»

El Papa continúa su viaje a Hungría visitando a los niños del Instituto Beato László Batthyány-Strattmann y a los pobres y refugiados. Ha tenido también un breve encuentro con el Metropolita Hilarión, representante de la Iglesia ortodoxa rusa.

Loreto Rios·29 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Después de celebrar la misa en privado a primera hora de la mañana, el Papa ha visitado a los niños del Instituto Beato László Batthyány-Strattmann, donde ha llegado alrededor de las 8:45 h. El director, György Inotay, ha saludado en su discurso de bienvenida con la oración franciscana, agradeciendo al Pontífice su visita. Posteriormente, el Papa se ha encaminado a la Iglesia de Santa Isabel de Hungría para tener un encuentro con pobres y refugiados.

Encuentro con pobres y refugiados

Francisco ha sido recibido por el párroco y el presidente de Cáritas Hungría, monseñor Antal Spányi. «El obispo Ottokár Prohászka instó a la Iglesia húngara a comprometerse responsable y eficazmente con los necesitados ya a principios del siglo XX, y en 1931 se fundó Cáritas, que continuó su labor con gran vigor hasta 1950, año en que fue prohibida por el régimen comunista. Sin embargo, continuó trabajando casi clandestinamente en las parroquias hasta 1991, cuando Cáritas Hungría fue reinstaurada oficialmente», ha señalado Spányi en su discurso de bienvenida.

El encuentro ha contado con el testimonio de una familia grecocatólica, una familia de refugiados provenientes de Ucrania y un diácono y su mujer.

«El viaje duró varios días, estábamos muy cansados, pudimos llevar muy poco con nosotros. Cuando llegamos a Hungría, en un primer momento hubo gente buena que se preocupó de proporcionarnos alojamiento y nos dieron la ayuda que necesitábamos. Más tarde nos acogieron en el Centro Católico de Integración de Cáritas. Recibimos ayuda económica (…) que fue un salvavidas para mi familia en los primeros días de pobreza, y también nos dio ánimos y esperanza. Para nosotros y para nuestros hijos, Hungría fue el comienzo de una nueva vida, de una nueva posibilidad. Aquí nos acogieron y encontramos un nuevo hogar», ha explicado Oleg Yakovlev, padre de la familia ucraniana refugiada.

Discurso en la Iglesia de Santa Isabel de Hungría

A continuación, el Papa ha dado un discurso en el que ha agradecido la caridad de la iglesia húngara con los pobres. Ha indicado que «los pobres y los necesitados —no lo olvidemos nunca— están en el corazón del Evangelio: Jesús, en efecto, vino ‘a llevar la Buena Noticia a los pobres’ (Lc 4,18). Ellos, entonces, nos indican un desafío apasionante, para que la fe que profesamos no sea prisionera de un culto alejado de la vida y no se convierta en presa de una especie de ‘egoísmo espiritual’, es decir, de una espiritualidad que me construyo a la medida de mi tranquilidad interior y de mi satisfacción».

Para concluir, ha señalado que «cuando se empeñan en llevar el pan a los hambrientos, el Señor hace florecer la alegría y perfuma su existencia con el amor que dan. Les deseo que lleven siempre el perfume de la caridad a la Iglesia y a su país. Y les pido, por favor, que sigan rezando por mí».

Después de su discurso, el Papa ha hecho una visita a la comunidad grecocatólica de Budapest en la Iglesia Protección de la Madre de Dios.

Tras comer en la Nunciatura, ha tenido un encuentro cordial con el Metropolita Hilarión, representante de la Iglesia de Rusia.

Por la tarde, el Santo Padre se ha encontrado con los jóvenes en el Papp László Budapest Sports Arena.

Encuentro del Papa con los jóvenes en Budapest
Cultura

Samuel Sueiro: «Para Henri de Lubac hacer teología era anunciar la fe»

La Conferencia Episcopal Francesa ha abierto el proceso de beatificación de Henri de Lubac. Samuel Sueiro, doctor en Teología y coordinador del comité científico encargado de la edición en español de sus obras completas, nos habla del gran teólogo francés.

Loreto Rios·29 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

El pasado 31 de marzo, los obispos franceses votaron a favor de abrir la causa de beatificación del teólogo Henri de Lubac (1896-1991). Ediciones Encuentro está trabajando actualmente en la publicación en español de su obra completa.

¿Cómo comenzó a interesarse por Henri de Lubac?

A H. de Lubac lo he conocido, sobre todo, elaborando mi tesis doctoral. Me concentré en una de sus últimas obras, según él mismo confiesa, inacabada: La posteridad espiritual de Joaquín de Fiore. Pude sumergirme en sus archivos y conocer de cerca sus preocupaciones teológicas. Al final, fue como asomarme al conjunto de su pensamiento a través de una pequeña ventana.

De él me admira esa profunda unidad que se da en su biografía entre las ideas que desarrolla y la vocación que vive. O, por decirlo de otra forma, creo que es una verdadera suerte contar con un testimonio como el de Lubac: un gran conocedor de la tradición que, desde ella, nos ayuda a discernir en cada momento qué es lo que Dios pide y lo que Dios nos da, para la Iglesia y para el mundo.

Y desde el ámbito de la teología hay una frase suya que siempre ha resonado en mí de modo especial: «El verdadero teólogo —dice él— tiene el humilde orgullo de su título de creyente, por encima del cual no coloca nada». Para él hacer teología era anunciar la fe en diálogo con el mundo de hoy, y para ello asomarse a la gran tradición, discernir las cuestiones en juego, pero sobre todo ser creyente, abierto a acoger la vida que Dios nos ofrece.

Henri de Lubac es uno de los intelectuales más relevantes del siglo XX. ¿Qué retos se ha encontrado a la hora de traducirlo?

Había ya bastantes libros traducidos de Henri de Lubac en español. Desde hace bastantes años contamos con muchos de ellos. Pero sí es cierto que Ediciones Encuentro barajaba la posibilidad de hacer una traducción de la edición crítica de las Obras Completas de Henri de Lubac. Una colección emprendida en francés desde el año 1998 que apuesta por reeditar todo lo que Henri de Lubac había ido publicando, pero acompañado de estudios introductorios, notas, explicaciones, índices… El instrumental habitual de la edición crítica de un autor.

Ahora mismo la obra completa está planificada en 50 volúmenes, de los cuales está bastante avanzada la treintena. El proyecto editorial de Encuentro se centra sobre esa nueva edición. Hay un comité científico que avala la colección y que trabaja en los diversos volúmenes, de suerte que se va valorando cada caso: si en algunos títulos la traducción española de la que ya disponíamos es buena, se procura comprar los derechos o revisarla; de lo contrario, se encarga una nueva y se revisa, etc. En ese sentido, quizá sean esos los principales retos.

Hay un trabajo muy esforzado de relectura y de adaptación del aparato crítico, revisando cada referencia —siempre numerosísimas en el caso de un autor como H. de Lubac, fruto de una erudición impresionante—. En el fondo, se trata de ayudar al lector y al investigador hispanohablante. De ahí que sea un trabajo lento. En ese sentido, Ediciones Encuentro ha hecho una apuesta por uno de los grandes teólogos del siglo XX que supone una gran herencia para el XXI.

¿Cuáles de sus obras recomendaría al lector actual? ¿Podría mencionar una en concreto que haya tenido una relevancia especial para usted?

Como he dicho, el panorama de la obra completa suma medio centenar de títulos. Elegir uno entre cincuenta es francamente muy difícil. Aun así —como se trata de arriesgar—, yo me decantaría principalmente por dos. El primero es Catolicismo. Aspectos sociales del dogma. Es su primer gran libro y, para muchos, su gran obra programática, porque ahí se encuentran en germen las grandes intuiciones que Henri de Lubac irá desarrollando a medida que se vaya enfrentando a las diversas circunstancias por las que atraviese su biografía.

Acercarse a Catolicismo es redescubrir en los grandes veneros de la tradición patrística y medieval esas aguas frescas en las que sumergirse y de las que poder beber para seguir adelante. Es adentrarse en esa gran potencialidad que tiene la tradición cristiana, capaz de mostrar —como él dice— los aspectos sociales, que no son nada ficticios, sino que tejen una comunión con Dios y, por ello, con los demás, incesantemente fecunda. A título personal, el segundo libro que destacaría, además de Catolicismo, es su Meditación sobre la Iglesia. Fue concebida originalmente como una serie de conferencias para la formación del clero a finales de la década de 1940. El libro es enviado a imprenta en 1950, aunque por diversas circunstancias no saldrá publicado hasta tres años más tarde.

Si comparamos, por ejemplo, los capítulos, los temas y las expresiones que encontramos en Meditación sobre la Iglesia con la constitución dogmática Lumen gentium sobre la Iglesia descubrimos una asombrosa armonía. Entre un texto y otro hay más de una década de distancia y, sin embargo, ambos comparten intuiciones y planteamientos realmente similares. Porque nos sitúan ante una comprensión de la Iglesia que hoy en día nos puede sonar ya muy habitual —gracias a Dios—, pero que en la época implicaba un acercamiento novedoso y necesario, para comprender la Iglesia como misterio, como mediación, sacramento… También desde su propia vocación, desde la vocación de saberse una comunidad elegida por un Dios que quiere contar con nosotros, que no quiere ser un Dios sin nosotros.

San Juan XXIII nombró a Lubac miembro de la Comisión preparatoria del Concilio Vaticano II. ¿Cuál es la relación del pensamiento de Lubac con el Concilio?

En verano de 1960, medio de pasada, se entera Lubac de que ha sido nombrado por Juan XXIII como perito asesor de la Comisión preparatoria del Concilio. Su labor es muy difícil de precisar si queremos buscarla en un texto o un pasaje concreto, pero los estudiosos que han analizado esta cuestión sí que han percibido primero una gran sintonía entre las principales intuiciones lubacianas y muchas de las ideas conciliares. Lubac tuvo que trabajar no sólo en la preparación, sino que después Juan XXIII lo nombró asesor del Concilio. Una vez empezado, pertenece a la comisión asesora del Concilio y le toca trabajar en muchos textos.

Por ceñirme a las cuatro grandes constituciones, es fácil percibir su sintonía con el texto de Lumen gentium —como acabo de señalar—, no digamos con Dei Verbum —cuyo comentario es uno de los más valiosos a este texto—, la postura de la Iglesia ante el mundo moderno reflejada en el famoso Esquema XIII —que daría lugar a Gaudium et spes— recoge no pocas de sus preocupaciones teológicas… incluso algunos grandes expertos como J. A. Jungmann, que trabajó en la primera constitución aprobada —Sacrosanctum Concilium—, reconocen la impronta lubaciana en la relación teológica entre la eucaristía y la Iglesia.

Pero también en otros documentos podemos encontrar esa sintonía fundamental entre su teología y el magisterio conciliar: el ateísmo o el diálogo con otras religiones son temas donde la convergencia es total. Por decirlo con una expresión muy elocuente de Joseph Ratzinger, a su juicio quizá H. de Lubac haya sido el teólogo más influyente en la «mentalidad» de los padres conciliares. No era el teólogo de moda, de los que más declaraciones concedían a la prensa y, sin embargo, en la mentalidad que discernía dentro del aula cómo proponer la fe a la altura del tiempo, la influencia de Henri de Lubac fue ciertamente decisiva.

No hay que olvidar que Lubac por edad pasaba de sesenta y cinco años cuando comienza el Concilio y contaba tras de sí con una obra madura. El propio Pablo VI, por ejemplo, se había confesado un gran lector de Henri de Lubac antes de ser Papa. Nunca disimuló su admiración por el testimonio lubaciano. Incluso siendo Papa no le faltaron ocasiones para mencionarlo expresamente. Honestamente creo que, sin el esfuerzo teológico de personas como Henri de Lubac y otros de su generación, no hubiera sido posible contar con una obra tan fecunda como la del Concilio Vaticano II.

Fue amigo de Ratzinger y de san Juan Pablo II. ¿Qué puede comentarnos de esta amistad, tanto a nivel intelectual como personal?

En la elaboración de algunos documentos conciliares, creo que sobre todo con motivo del famoso Esquema XIII, H. de Lubac compartió bastantes sesiones de trabajo con el entonces arzobispo de Cracovia —Karol Wojtyła— y desde ahí se fraguó una rica amistad. Desde aquella época el propio Wojtyła le pidió algunos prólogos a sus libros, y fue un gran impulsor de la traducción de las obras de Lubac al polaco. La relación se fue tejiendo sobre todo en el Concilio.

Cuando mucho años más tarde, en 1983, lo crea cardenal, hay una anécdota pintoresca, que se recoge en el segundo volumen de las Obras publicadas por Encuentro —Paradoja y misterio de la Iglesia—, una anécdota —como digo— de una conversación en torno a la mesa entre Juan Pablo II y Henri de Lubac reconociendo la labor de uno y otro en los textos conciliares. Ciertamente había una amistad teológica, por decirlo así. Eran buenos conocedores de su propio pensamiento y hay una influencia mutua. De su relación con Ratzinger ya he mencionado su elocuente convicción sobre su influencia en la mentalidad de los padres conciliares.

Pero el propio Ratzinger ha confesado en varias ocasiones cómo el libro Catolicismo marcó para él un hito en su elaboración teológica, ya desde sus tiempos de estudiante de teología: el ver que había una forma de pensar la fe que volvía a la gran tradición y que no se enredaba en cuestiones tan áridas a veces por estar desvinculadas de la vertiente más espiritual de la fe… Después del Concilio, formando parte de la Comisión Teológica Internacional y de otros círculos como la revista Communio, por ejemplo, Ratzinger siempre confesó su admiración y su deuda con el pensamiento lubaciano.

¿En qué situación se encuentra su proceso de beatificación y qué pasos hay que esperar ahora?

Ante todo, creo que hay que acogerlo como una buena noticia. Es quizá el único teólogo contemporáneo reciente camino de los altares. Es una labor que había sido iniciada desde hace ya unos años, sobre todo por el entonces arzobispo de Lyon, el cardenal Philippe Barbarin, quien siendo él mismo seminarista en París visitaba con frecuencia a Lubac y de su mano pudo sumergirse en su teología.

Como arzobispo de Lyon creía que emprender este discernimiento sobre la persona de H. de Lubac era una deuda de la diócesis misma, porque fue la gran ciudad en torno a la cual se desarrolló la docencia de Henri de Lubac y los primeros años de su elaboración teológica. Así se inició este proceso. Se fueron recopilando diversos testimonios de personas que conocieron a Henri de Lubac de cerca. Sé que entre ellos se recopiló el testimonio del ya Papa emérito Benedicto XVI y que fue uno de los más elocuentes, si cabe hablar así.

Para poder comenzar la causa, se ha contado con el visto bueno de la Conferencia Episcopal francesa, que hace cuestión de un mes poco más o menos dio luz verde para seguir adelante. De momento, se irá repasando su vida, tratando de detectar sus virtudes heroicas para ver si tanto en su doctrina como en su vida percibimos un camino patente de santidad. Esperemos que esto siga adelante. Sé que desde la Asociación Internacional Cardenal Henri de Lubac estamos trabajando no sólo por la difusión de su obra con rigor científico, sino también por sacar adelante esta buena noticia, como es la eventual beatificación de Henri de Lubac.

Familia

El valor de la paternidad

La sociedad occidental actual vive una crisis de identidad con respecto al significado y al rol paterno. Redescubrir la paternidad, su sentido y su complementariedad con la maternidad es clave para la recuperación del tejido social básico.

José Miguel Granados·29 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

La figura del varón-padre, en comunión y complementariedad con la mujer-madre, es verdaderamente grandiosa. Sin embargo, por diversas causas, en nuestra cultura se da una crisis de identidad con respecto al significado y al rol paterno. Así, por ejemplo, con frecuencia su autoridad es incomprendida o tergiversada.

Por eso, intentamos responder a la pregunta sobre el valor de la paternidad considerando sus dimensiones fundamentales. Pero comencemos con la consideración de una analogía significativa.

Proteger

“-Soy Aragorn, hijo de Arathorn, y si por la vida o por la muerte puedo salvaros, así lo haré”. Son palabras del heredero de la corona del reino de Góndor -dirigidas al “hobbit” Frodo, el modesto portador del anillo del poder oscuro que debe destruir, en una misión de importancia decisiva y casi imposible- en la famosa epopeya El Señor de los anillos, de J. R. R. Tolkien.

La noble tarea del gobernante consiste en salvaguardar con prudencia y fortaleza a sus súbditos, aunarlos, defenderlos de sus enemigos, alcanzar la paz, trabajar de forma desinteresada por la prosperidad de su pueblo, consolidar el territorio, garantizar el cumplimiento de las leyes justas, asegurar el ejercicio de los derechos y las libertades fundamentales, promover la iniciativa social y la solidaridad con los más necesitados… El gobernante que cumple estas funciones merece obediencia y respeto.

Por su parte, la misión del padre consiste en proteger, es decir, crear un hábitat seguro para los miembros de su familia. El padre diligente emplea todas sus fuerzas y capacidades para defender a los suyos: se empeña y arriesga para que puedan vivir y crecer en un hogar tranquilo, en un entorno confiado; les transmite la herencia de una existencia digna y provechosa. El padre manifiesta la responsabilidad hacia los de su estirpe: los considera como parte o prolongación de sí mismo, y se hace cargo de ellos. Con razón sentenciaba Sigmund Freud: “no puedo pensar en ninguna necesidad de la infancia tan fuerte como la necesidad de la protección de un padre”.

Dar vida

Ser padre significa unirse a la esposa para engendrar en el amor: supone ofrecer la semilla de sí mismo, asumir con estupor agradecido el milagro de cada vida humana y la fecundidad de la propia carne y sangre en la comunión conyugal.

El proceso de desarrollo humano conlleva el paso de la filiación a la esponsalidad y a la paternidad. Ser hijo significa reconocer el don recibido: aceptar con conciencia clara la existencia de alguien que me precede, de un padre y una madre buenos que me han transmitido el ser con amor generoso. La primera consecuencia es la gratitud gozosa, en forma de respeto y honra a quienes han originado la propia vida.

Comprometerse

Después de descubrir y asumir la propia identidad filial, se ha de avanzar en el desarrollo personal hasta alcanzar la esponsalidad. Ello implica el despliegue del don recibido mediante el esfuerzo en la propia maduración y crecimiento, para alcanzar la altura del gran don de humanidad recibida.

El hijo deja la infancia y crece: poco a poco se hace adulto y llega a ser capaz de compromisos, de donación y entrega. La dimensión esponsalicia le lleva a realizar promesas de modo deliberado: así establece lazos de alianza, se hace responsable de las personas, asume tareas directivas en la vida personal y comunitaria. Asimismo, entiende que ha de mantener la fidelidad a la palabra dada y la lealtad a las personas unidas a uno con vínculos justos. Señala con razón Fabrice Hadjadj que la paternidad “es una aventura: el riesgo de un futuro para el otro… pues el padre se esconde, empujando sus hijos hacia adelante”.

En cambio, la inmadurez supone la irresponsabilidad del que rechaza adquirir compromisos y no quiere vivir para los demás, sino que opta egoístamente por su propio interés o comodidad. Entonces, su existencia se frustra: se estanca en una fase individualista infantil, no alcanza la condición adulta, renuncia a crecer; traiciona su misión existencial de hacer de la propia vida un don; incumple su íntima vocación de transmitir la vida recibida, para cuidarla y acrecentarla; rompe algún eslabón de la cadena de la tradición familiar, renuncia a su propio cometido en la existencia, y daña a la comunidad. En este sentido, afirmaba el escritor Mario Francis Puzo: “un hombre que no sabe ser buen padre, no es un auténtico hombre”.

Guiar

Recuerda el Papa Francisco que “ser padre significa introducir al niño en la experiencia de la vida, en la realidad. No para retenerlo, no para encarcelarlo, no para poseerlo, sino para hacerlo capaz de elegir, de ser libre, de salir”.

En efecto, el padre -en colaboración con la madre- es quien realiza la primera inserción de las nuevas generaciones en el mundo social y laboral: educa en la importancia de participar en una comunidad como miembro activo; instruye también en las virtudes para la convivencia; testimonia la necesidad de resistir en las tribulaciones, de mantenerse con serenidad en el puesto asignado, cumpliendo las propias obligaciones al servicio de los demás. Y, en fin, todo padre terreno, por ser alguien falible, está llamado a mostrar -con su humilde y valiente ejemplo de superación- la importancia de sobreponerse a las propias limitaciones y errores, así como la gallardía de levantarse tras las caídas y fracasos.

En definitiva, el buen padre es pastor que guía a su familia: defiende, orienta, conduce, estimula, alimenta, sana, corrige, ofrece reposo y cuidados, lleva por el buen camino; es maestro de los verdaderos valores: enseña el bien moral; muestra con su vida cómo vivir en la verdad del amor; comunica la memoria de la tradición, la sabiduría de un pueblo y su cultura; ha de ser referente, modelo y conductor, señalando la senda y el sentido de la vida: va por delante, con perseverancia, transmitiendo coraje y esperanza. Realmente, se trata una encomienda sublime: como afirmaba G. K. Chesterton, “Dios escoge hombres ordinarios como padres para realizar su plan extraordinario”.

Reflejar

En definitiva, la presencia adecuada del padre une, alivia, reconforta, equilibra, bendice. De este modo, lleva hacia la meta, pone en contacto con las raíces y el fin de la vida, con el Dios trascendente, fuente de toda dádiva.

Decía C. S. Lewis que el famoso escritor cristiano George MacDonald “aprendió en primer lugar de su propio padre que la Paternidad tiene que estar en el corazón del universo”. Pues todo padre está llamado a ser, en último término, participación, destello y reflejo del mismo Dios Padre, “de quien toma nombre toda paternidad en el cielo y en la tierra” (Ef 3,15).

Vaticano

El Papa Francisco en Hungría: «Cristo guía la historia»

Durante el viaje apostólico a Hungría, el Papa Francisco ha pronunciado un discurso en su encuentro con los obispos, sacerdotes, seminaristas, consagrados y encargados de pastoral.  

Paloma López Campos·28 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Como parte del viaje apostólico a Hungría, el Papa Francisco se ha reunido con sacerdotes, seminaristas, obispos y personas consagradas. Durante su discurso ha querido recordar a todos una de las exigencias más importantes: “interpretar los cambios y las transformaciones de nuestro tiempo, tratando de afrontar los desafíos pastorales de la mejor manera posible”. Algo que, afirmó Francisco, “sólo es posible mirando a Cristo como nuestro futuro”.

Si olvidamos que Jesús es el futuro y que nuestra vida está en sus manos, “buscaremos medios e instrumentos humanos para defendernos del mundo, encerrándonos en nuestros confortables y tranquilos oasis religiosos; o, por el contrario, nos adaptaremos a los vientos cambiantes de la mundanidad y, entonces, nuestro cristianismo perderá vigor y dejaremos de ser sal de la tierra”.

La interpretación de la historia

Por tanto, el Santo Padre animó a evitar dos tentaciones en la interpretación de la historia: por un lado, la lectura catastrofista, “que se alimenta del derrotismo de quienes repiten que todo está perdido, que ya no existen los valores del pasado, que no sabemos dónde iremos a parar”; y por otro, la interpretación ingenua que se oculta en el conformismo. La solución pasa por “acoger como una planta fecunda el tiempo en que vivimos, con sus cambios y sus desafíos, porque a través de todo esto el Señor se acerca. Y mientras tanto, estamos llamados a cultivar la época que nos ha tocado, a leerla, a sembrar el Evangelio, a podar las ramas secas del mal, a dar fruto. estamos llamados a una acogida profética”.

Reconocer la presencia de Dios

Francisco definió esa acogida como el reconocimiento de “los signos de la presencia de Dios en la realidad, incluso allí donde no aparece explícitamente marcada por el espíritu cristiano y nos sale al encuentro con ese carácter que nos provoca y nos interpela”. Al mismo tiempo, es la capacidad de verlo todo a través de las lentes del Evangelio.

Frente al secularismo imperante de hoy, “la tentación puede ser la de volverse rígidos, encerrarse y adoptar una actitud de combatientes. Pero tales realidades pueden representar oportunidades para nosotros los cristianos, porque estimulan la fe y la profundización de algunos temas”.

Apertura al diálogo

La situación actual, señaló el Papa, exige que los cristianos nos abramos al diálogo, lo cual tampoco es fácil, en parte también por la sobrecarga de trabajo que sufren muchos sacerdotes.

Por ello, “es necesario comenzar una reflexión eclesial —sinodal, que debemos hacer todos juntos— para actualizar la vida pastoral, sin conformarse con repetir el pasado y sin tener miedo a reconfigurar la parroquia en el territorio, sino haciendo de la evangelización una prioridad e iniciando una colaboración activa entre sacerdotes, catequistas, agentes de pastoral y profesores”.

Testimonio de comunión

Pero Francisco advirtió de que la buena pastoral solo es posible siguiendo el mandamiento del amor dado por Cristo. “Si estamos distanciados o divididos, si nos volvemos rígidos en nuestras posiciones y en los grupos, no damos fruto. Causa tristeza cuando nos dividimos porque, en vez de jugar en equipo, jugamos al juego del enemigo: obispos desconectados entre sí, sacerdotes en tensión con el obispo, sacerdotes mayores en conflicto con los más jóvenes, diocesanos con religiosos, presbíteros con laicos, latinos con griegos; nos polarizamos en temas que afectan a la vida de la Iglesia, pero también en aspectos políticos y sociales, atrincherándonos en posiciones ideológicas”.

Ante esto, el Santo Padre recordó que “la primera pastoral es el testimonio de comunión, porque Dios es comunión y está presente ahí donde hay caridad fraterna”.

La fe en Hungría

Para concluir, Francisco repitió que “Cristo es nuestro futuro, porque es Él quien guía la historia. De ello estaban firmemente convencidos vuestros confesores de la fe: tantos obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas martirizados durante la persecución atea; ellos testimonian la fe granítica de los húngaros”.

Invitó a los asistentes a ser acogedores y testigos del Evangelio, “pero sobre todo sean mujeres y hombres de oración, porque la historia y el futuro dependen de ello. Les doy las gracias por su fe y su fidelidad, por todo lo bueno que tienen y que hacen”.

Zoom

El mensaje del Papa en el libro de honor de Hungría

"Como peregrino y amigo  vengo a Hungría, país rico en historia y cultura; desde Budapest, ciudad de puentes y santos, pienso en toda Europa y rezo para que, unida y solidaria, sea también hoy casa de paz y profecía de acogida".

Maria José Atienza·28 de abril de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

El Papa afirma que es un error crear embriones probeta y luego eliminarlos

El Papa ha dirigido un mensaje a los participantes del Congreso "La Revolución Billings. 70 años después, del conocimiento de la fertilidad y la medicina personalizada" que reúne a cientos de personas en la Universidad del Sacro Cuore.

Maria José Atienza·28 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Siete décadas después de que los doctores John y Evelyn Billings diera a conocer su método natural de reconocimiento de la fertilidad, este método sigue siendo “oportuno y estimulante”. Son palabras del Papa Francisco en el mensaje que ha dirigido a los profesores de métodos naturales, médicos, psicólogos, estudiantes y otras personas que, durante los días 28 y 29 de abril, se han dado cita en Roma en un congreso.

Unas jornadas para continuar profundizando en temas médico-científicos, el valor del conocimiento, la realidad preocupante del descenso de la natalidad e infertilidad de la pareja, así como en propuestas y experiencias sobre formación y diálogo intercultural e interreligioso.

Actualidad del método Billings

En el mensaje que les ha dirigido, el Papa subraya que el método Billings “podría haber parecido anticuado y menos fiable en comparación con la pretendida inmediatez y seguridad de las intervenciones farmacológicas. Sin embargo, de hecho, su método ha seguido resultando oportuno y estimulante, ya que ha llevado a reflexionar seriamente sobre una serie de ámbitos esenciales. Entre ellos, la necesidad de educar en el valor del cuerpo humano, una visión integrada e integral de la sexualidad humana, la capacidad de apreciar la fecundidad del amor incluso cuando no es fértil, la construcción de una cultura que acoja la vida y las formas de afrontar el problema del colapso demográfico”.

El Papa ha puesto en valor “la inseparable conexión entre los significados unitivo y procreador del acto conyugal”, eje central de la encíclica Humanae vitae y ha afirmado que “cuando estos dos significados se afirman conscientemente, la generosidad del amor nace y se fortalece en los corazones de los cónyuges, disponiéndolos a acoger una nueva vida. Sin esto, la experiencia de la sexualidad se empobrece, se reduce a sensaciones que pronto se vuelven autorreferenciales”.

No a las “formas alternativas” de tener un hijo

“El método Billings junto con otros similares, representa uno de los medios más adecuados para realizar responsablemente el deseo de ser padres” continúa el Papa en el mensaje en el que el pontífice añade que “aunque es apropiado legítimo deseo de concebir con los conocimientos científicos más avanzados y las tecnologías que pueden mejorar la fertilidad, es erróneo crear embriones de probeta y luego eliminarlos, comerciar con gametos y recurrir a la práctica de la maternidad subrogada”.

Valor pastoral del conocimiento de la fertilidad

El Papa ha alabado el trabajo del Centro de Estudios e Investigación para la Regulación Natural de la Fertilidad, presente desde 1976 en la Universidad Católica del Sacro Cuore, destacando el valor pastoral del conocimiento de la fertilidad y de los métodos naturales “ya que ayuda a las parejas a ser más conscientes de su vocación matrimonial y a dar testimonio de los valores evangélicos de la sexualidad humana”.

Además ha resaltado la necesidad de una verdadera educación en la sexualidad a los jóvenes y matrimonios «volviendo de nuevo al gran libro de la naturaleza, aprendiendo a respetar el valor del cuerpo y la generación de la vida, con vistas a auténticas experiencias de amor conyugal».

Vaticano

El Papa llega a Budapest, “lugar central de la historia”

El Papa Francisco ha comenzado su viaje apostólico a Hungría. Al llegar a Budapest, el Santo Padre ha calificado la capital como “lugar central de la historia”.

Paloma López Campos·28 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

El Papa Francisco partió el viernes 28 de abril por la mañana desde Roma. El destino del Pontífice estaba en Hungría, país en el que ha aterrizado tras un vuelo acompañado de muchos periodistas.

A las 11 de la mañana tuvo lugar la ceremonia de bienvenida, en la que hubo un encuentro con la presidenta de la república, Katalin Novák, y con el primer ministro, Viktor Orbán. Tras la ceremonia, el Papa se reunirá con miembros de la sociedad civil y del cuerpo diplomático y, más tarde, con sacerdotes, diáconos, personas consagradas, seminaristas y encargados de pastoral.

Durante el discurso pronunciado ante las autoridades, Francisco calificó Budapest como “un lugar central de la historia” y como una ciudad “llamada a ser protagonista del presente y del futuro”. Por ello, el Papa aprovechó su intervención para dar algunas ideas, tomando Budapest como “ciudad de historia, ciudad de puentes y ciudad de santos”.

Ciudad de historia

El Santo Padre consideró la capital húngara como una ciudad de historia debido a su antigüedad, si bien “su esplendor nos lleva a la modernidad, cuando fue capital del Imperio austro-húngaro”.

A pesar de todo, su historia conoce de eventos dolorosos, “no sólo invasiones de tiempos lejanos sino, en el siglo pasado, violencia y opresión provocadas por las dictaduras nacista y comunista, ¿cómo olvidar el año 1956? Y, durante la segunda guerra mundial, la deportación de cientos de miles de habitantes, con el resto de la población de origen judío encerrada en el gueto y sometida a numerosas atrocidades”.

Sin embargo, ante estos eventos hubo personas valientes, como el Nuncio Angelo Rotta, a quien Francisco mencionó. Las diversas situaciones atravesadas por Budapest, hacen de ella “centro de un país que conoce el valor de la libertad y que, después de haber pagado un alto precio a las dictaduras, lleva en sí la misión de custodiar el tesoro de la democracia y el sueño de la paz”.

Política comunitaria

Para realizar un paralelismo con la historia europea, el Papa recordó a los presentes la fundación de Budapest, hace 150 años, “con la unión de tres ciudades: Buda y Óbuda, al oeste del Danubio, y Pest, situada en la costa contraria. El nacimiento de esta gran capital en el corazón del continente evoca el camino unitario emprendido por Europa, en la que Hungría encuentra el propio cauce vital”.

Estas manifestaciones de unidad, dijo Francisco, están desapareciendo actualmente. “La pasión por la política comunitaria y por la multilateralidad parece un bonito recuerdo del pasado; parece que asistiéramos al triste ocaso del sueño coral de paz, mientras los solistas de la guerra se imponen”.

El Pontífice avisó de que se está perdiendo la idea de comunidad entre las naciones, “parece incluso que la política a nivel internacional tuviera como efecto enardecer los ánimos más que resolver problemas, olvidando la madurez que alcanzó después de los horrores de la guerra y retrocediendo a una especie de infantilismo bélico”.

Europa, fundamental

Francisco animó a fomentar el espíritu de comunidad en Europa, “porque ella, gracias a su historia, representa la memoria de la humanidad y, por tanto, está llamada a desempeñar el rol que le corresponde: el de unir a los alejados, acoger a los pueblos en su seno y no dejar que nadie permanezca para siempre como enemigo”.

Ciudad de puentes

A continuación, el Papa habló de Budapest como una ciudad de puentes. “Vista desde lo alto, la perla del Danubio muestra su peculiaridad precisamente gracias a los puentes que unen sus partes, armonizando su configuración con la del gran río. Esta armonía con el ambiente me lleva a felicitar el cuidado ecológico que este país realiza con gran esfuerzo”.

Aprovechó el Santo Padre a distinguir entre unidad y uniformidad. De nuevo, volviendo a Europa, Francisco citó a uno de los padres fundadores de la Unión Europea que dijo: “Europa existirá y nada de lo que constituye la gloria y la felicidad de cada nación se podrá perder. Es precisamente en una sociedad más amplia, en una armonía más eficaz, que el individuo puede afirmarse”.

Por tanto, explicó el Papa, lo que se necesita es armonía, “un conjunto que no aplaste las partes y partes que se sientan bien integradas en el conjunto”. Francisco apuntó que él piensa “en una Europa que no sea rehén de las partes, volviéndose presa de populismos autorreferenciales, pero que tampoco se transforme en una realidad fluida, o gaseosa, en una especie de supranacionalismo abstracto, que no tiene en cuenta la vida de los pueblos”.

Ciudad de santos

El Papa también señaló Budapest como una ciudad de santos e hizo referencia al primer rey de Hungría, san Esteban. Esto implica que “la historia húngara nace marcada por la santidad, y no sólo de un rey, sino de toda una familia: su esposa, la beata Gisela, y su hijo san Emerico”.

Aquel primer monarca, con espíritu cristiano, escribió a su hijo: “Te recomiendo que seas amable no sólo con tu familia y parientes, o con los poderosos y adinerados, o con tu prójimo y tus habitantes, sino también con los extranjeros”. También le dejó otro consejo: “Sé manso a fin de no combatir nunca contra la verdad”.

Por ello, Francisco advirtió que el comportamiento del monarca armonizó la verdad con la mansedumbre. Su reinado “es una gran enseñanza de fe. Los valores cristianos no pueden ser testimoniados por medio de la rigidez y las cerrazones, porque la verdad de Cristo conlleva mansedumbre y amabilidad, en el espíritu de las Bienaventuranzas”.

El Papa mencionó asimismo a santa Isabel, “piedra preciosa del Evangelio”, que dedicó su vida a los enfermos y mandó construir un hospital para ellos.

Sana laicidad

El Santo Padre concluyó sus discurso a las autoridades dándoles las gracias “por la promoción de las obras caritativas y educativas inspiradas por dichos valores y en los que se empeña la estructura católica local, así como por el apoyo concreto a tantos cristianos que atraviesan dificultades en el mundo, especialmente en Siria y en el Líbano”.

Francisco aprovechó la ocasión para recordar que es importante la colaboración entre la Iglesia y el Estado, pero que para ser provechosa “necesita salvaguardar bien las oportunas distinciones”. Por ello, “hace bien una sana laicidad, que no decaiga en el laicismo generalizado, que se muestra alérgico a cualquier aspecto sacro para luego inmolarse en los altares de la ganancia”.

Por otro lado, el Papa hizo referencia a la acogida de refugiados, diciendo que “es un tema que debemos afrontar juntos, comunitariamente, porque en el contexto en que vivimos, las consecuencias, tarde o temprano, repercutirán sobre todos”.

El discurso finalizó agradeciendo la escucha de los presentes y mostrando la cercanía del Santo Padre con el pueblo húngaro: “Les agradezco por haber escuchado cuanto tenía la intención de compartirles, aseguro mi cercanía y mi oración a todos los húngaros con un recuerdo especial por aquellos que viven fuera de la patria y por cuantos he conocido durante mi vida y me han hecho tanto bien”.

Un viaje breve

El sábado 29, el Papa Francisco continuará su visita por el país. Por la mañana tendrá un encuentro con niños, y después irá a hablar con pobres y refugiados. También visitará a la comunidad grecolatina, se reunirá con jóvenes y estará, en un encuentro privado, con miembros de la Compañía de Jesús en la nunciatura.

El domingo, último día del viaje, el Santo Padre celebrará la Misa por la mañana, tras lo cual habrá un encuentro con universitarios y representantes culturales. A las 17:30, habrá una ceremonia de despedida tras la cual el Papa volverá a Roma.

Cultura

Los Sediarios pontificios, una peculiar figura al servicio del Papa

Los sediarios pontificios son un grupo de personas que tradicionalmente están al servicio del papa. Los sediarios, vestidos de gala, eran en tiempos los hombres a quienes se concedía el honor de llevar el trono del pontífice a hombros por las celebraciones litúrgicas.

Hernan Sergio Mora·28 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

A través de los siglos vieron guerras, invasiones, saqueos, destierros y mil vicisitudes, pero siempre al servicio del Papa: son los ‘Sediari’, una institución de laicos que viene de los Palafreneros Pontificios y que hoy son parte de lo que se llama la “Familia Pontificia”.

De los ‘Palafrenieri Pontifici’ a los ‘Sediari’

Los ‘Palafrenieri Pontifici’ datan del siglo X. Se ocupaban de la escudería del Papa, acompañando al Santo Padre mientras se dirigía en medio de un suntuoso cortejo a tomar posesión de su cátedra en San Juan de Letrán, (la actual catedral de Roma), cuando salía a alguna ceremonia pública, o simplemente, al desplazarse de un lugar a otro. Su nombre “Palafreneros” procede del hecho que acompañaban a Su Santidad tomando las riendas y freno del caballo que montaba el pontífice.

Los documentos históricos indican que la Archicofradía de los Palafreneros Pontificios se reunía en una capilla en la basílica de San Pedr. En 1565 el Papa Pío IV autorizó la construcción de una iglesia para ellos: Sant’Anna dei Palafrenieri, hoy accesible al público dentro de los muros de la Ciudad-Estado del Vaticano. La iglesia con planta elíptica fue encargada al arquitecto Giacomo Barozzi, llamado “il Vignola”

Los palafreneros obtuvieron importantes privilegios a lo largo de su historia, así el papa Julio II en 1507 instituyó el “Noble Colegio de los Palafreneros Pontificios», confirmado el 15 de abril de 1517 por el Papa León X, en el que ya figuran los Sediarios Pontificios, con quienes compartieron también la divisa.

sediarios
El Papa Juan Pablo I en la sillas gestatoria portada por sedieri ©CNS file photo

De hecho, los Sediarios -otro cuerpo conformado por gentilhombres- se relacionan cada vez más con los Palafreneros una vez que el Pontífice comienza a usar la silla gestatoria, que era cargada en hombros por diversos hombres. Tanto es así que en 1565 ambas instituciones se ocupaban oficialmente del traslado del Pontífice.

Tras los Pactos Lateranenses de 1929, el llamado ‘Concordato’ entre la Iglesia y el Estado italiano, y ante el desuso de los caballos, los Palafreneros confluyeron definitivamente en los Sediarios y la sede de su Archicofradía salió de las murallas vaticanas y se trasladó a la Iglesia de “Santa Caterina della Rotta”, a dos pasos de Palazzo Farnese.

No es necesario ir demasiado atrás en el tiempo para recordar que los Sediarios cargaban la silla gestatoria que llevaba al Santo Padre en las audiencias o eventos. Una costumbre que terminó en 1978, cuando san Juan Pablo II no la quiso usar, ni siquiera para la ceremonia de toma de posesión y, desde entonces, ha caído en desuso.

Los Sediarios en la actualidad

Augusto Pellegrini, Gentilhombre de su Santidad y ex decano de Sala de la Antecámara Pontificia, precisa para Omnes que “los Sediarios tienen un decano pero que no se llama ‘decano de los Sediarios’ sino Decano de Sala de la Antecámara Pontificia.

Hoy en día los ‘sediarios de numero’ son cuatro personas, que ayudan al Decano de la Sala de la Antecámara Pontificia -actualmente Roberto Stefanori- a recibir a quienes visitan al Santo Padre durante la semana en los encuentros que se realizan generalmente en la Biblioteca del Palacio Apostólico”.

“A ellos se suman -añade Pellegrini- los ‘sediarios de sobrenúmero’, que son convocados por el Decano cuando es necesaria una mayor participación de ellos”. (Por ejemplo en las audiencias de los miércoles). 

Sin la presencia de caballos o silla gestatoria, los sediarios continúan, hoy en día, con su labor al paso de los tiempos. Presididos por el Prefecto de la Casa Pontificia son personas de confianza del Papa, activos en el Vaticano para ayudar al Santo Padre en las audiencias y a quienes el Anuario Pontificio incluye como la parte laica de la familia pontificia.

El autorHernan Sergio Mora

Experiencias

Encontrarse con Cristo en Magdala

La organización Magdala organiza el primer encuentro de jóvenes en una peregrinación a Tierra Santa. Será un viaje de 10 días durante los que los participantes podrán visitar los lugares por los que Jesús caminó y en los que predicó.

Paloma López Campos·28 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Del 21 al 31 de julio un grupo de peregrinos recorrerá los lugares donde Cristo predicó. La iniciativa nace de la organización Magdala, que además de tener una tarea de preservación arqueológica de gran interés, quiere ser un punto de encuentro entre la historia judía y la cristiana.

El proyecto Magdala, impulsado por el Regnum Christi, cuenta con un centro de oración para los cristianos de todas las confesiones (“Duc in altum”), un instituto para el desarrollo de la dignidad humana y la renovación tanto espiritual como psicológica (“Instituto Magdalena”), un parque arqueológico, que incluye la sinagoga más antigua del mundo encontrada hasta ahora, y una casa de huéspedes. Todo ello está en un enclave único en las orillas del mar de Galilea, como es la antigua ciudad de Magdala, de donde se cree que era María Magdalena.

Este 2023, la organización Magdala ha decidido realizar una peregrinación que se repetirá anualmente, hasta 2033. El objetivo es preparar a los cristianos para el tercer milenio de la Resurrección de Jesús. Toda la información está disponible en la página web “Encounter Magdala”.

Itinerario del viaje

  • DÍA 1: El viernes 21 de julio los viajeros llegarán al aeropuerto de Tel Aviv. Después se trasladarán a un hotel en Galilea.
  • DÍA 2: El grupo podrá visitar el Monte Arbel, pasear en barco por el mar de Galilea e ir a Magdala. Será aquí donde asistirán a Misa con el sacerdote Juan Solana, quien inició el gran proyecto que es hoy la organización.
  • DÍA 3: Los peregrinos irán al Monte Tabor, a Nazaret (acudirán a Misa en la iglesia de la Anunciación), a la casa de María y de la Sagrada Familia, y a Caná.
  • DÍA 4: Los viajeros visitarán Cesarea de Filipo y los Altos del Golán, meditando sobre la conversión de san Pablo. Más tarde, volverán a Magdala para asistir a un evento musical con artistas internacionales como Ana Bolivar, Paola Pablo o David Filio.
  • DÍA 5: Los peregrinos irán a ver el último bastión de los cruzados en Tierra Santa y el Monte Carmelo. De nuevo, luego irán a Magdala para una adoración y alabanza cerca del mar de Galilea.
  • DÍA 6: Habrá una Caminata por la “Via Maris” en Galilea, visitarán el Monte de las Bienaventuranzas, el Primado de Pedro y Cafarnaúm.
  • DÍA 7: Los peregrinos irán a Jericó, renovarán las promesas bautismales en el río Jordán, visitarán el mar Muerto y harán una caminata por el desierto de Judea.
  • DÍA 8: Los grupos irán a Belén y asistirán a Misa en la iglesia de la Natividad. Después, empezarán a visitar Jerusalén, pasando por el monte Sión, la Tumba de David, el Cenáculo y el Museo de Israel, entre otros lugares.
  • DÍA 9: Los peregrinos continuarán visitando Jerusalén. Pasarán por la gruta de Getsemaní, por el Monte de los Olivos, por distintas iglesias, la Tumba de María, el Calvario y el Santo Sepulcro, además de muchos otros puntos de gran interés que están en la Ciudad Santa.
  • DÍA 10: El último día completo en Tierra Santa, los peregrinos podrán ir a la antigua Jaffa, hoy Tel Aviv, y a Cesarea Marítima, donde habrá una celebración de la Eucaristía.
  • DÍA 11: El 31 de julio el grupo dejará Tierra Santa.

Cuestiones prácticas

Todo el viaje tiene un precio que va desde los 1 300 dólares, en los que no se incluyen las tasas de los aeropuertos, los billetes de avión, ni los gastos personales. El grupo de peregrinos se dividirá en varios hoteles distintos y contarán con autobuses para el transporte.

Además, habrá guías en inglés y en español a lo largo de todo el recorrido. También habrá Misas diarias, además de las señaladas en el itinerario.

Próximamente…

¿Y si este año no puedo ir? No pasa nada, porque desde Magdala aseguran que el año que viene repetirán la experiencia. De hecho, ya tienen abierto el registro para recibir cualquier tipo de actualización de los “Encounter” de los próximos años.

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Cultura

Milagros Tejedor. Cuidar a los cuidadores

Arraigada en San Sebastián (España) desde hace décadas, Milagros Tejedor preside la Asociación para el Cuidado Familiar de Enfermos Dependientes (APCF), integrada por personas de diversas profesiones liberales, que al final de su vida laboral ayudan a la formación integral de los cuidadores. 

Francisco Otamendi·27 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La mano que mece la cuna en diversas poblaciones del mundo suele ser inmigrante. Y la que cuida a mayores y enfermos, también. Milagros Tejedor y algunas otras personas detectaron en la capital guipuzcoana, en el País Vasco, hace ya quince años, la necesidad de escuchar y ofrecer una formación personalizada a los cuidadores. De modo que pusieron en marcha la Asociación en pro del Cuidado Familiar de enfermos dependientes. 

“El cuidador lleva a cabo su trabajo muchas veces en solitario, lo cual supone un desgaste físico y psíquico”, explica Milagros Tejedor. “Además, todos, en algún momento de nuestra vida, nos convertimos en cuidadores ocasionales de nuestras familias, y en estas situaciones es muy útil saber que hay alguien que puede orientarnos en cómo y de qué manera podemos hacerlo de forma adecuada”.

Los seminarios de geriatría son preparados por los doctores Istúriz Marquina y Paisán Grisolía, que forman parte de la Junta directiva. “Son muy profesionales, para abarcar las necesidades que puedan tener nuestros mayores, y que sus cuidadores puedan atenderles en su domicilio con la ayuda y seguimiento de los servicios médicos correspondientes”, señala.

La Asociación realiza también “labores de escucha y atención personalizada de los cuidadores, y atendemos a su adaptación a nuestro entorno, para que en un tiempo más corto que largo, puedan conseguir la reagrupación familiar y la adaptación social”, añade la presidenta. Se trata de “un colectivo mayoritariamente formado por trabajadores latinoamericanos, que viven situaciones difíciles hasta su integración definitiva. Tenemos de muchos países, Centroamérica -Honduras, Nicaragua…-, también Bolivia, ahora están llegando muchos de Colombia, Perú, algunos africanos, y de Nepal, esto de hace tiempo”

Calidad profesional y valores

¿De dónde le llegó a esta mujer la inquietud por los demás? Buceamos un poco en su historia vital. Milagros Tejedor González estudió en las Jesuitinas y en la Escuela de Comercio de Valladolid, y se graduó como profesor mercantil. Además, recuerda que fue alumna del escritor Miguel Delibes.

En su familia se vivían las costumbres cristianas y estaba muy vinculada a la cofradía de la Virgen de las Angustias. Todos eran cofrades, y ella sigue siéndolo, también cuando se instaló con su familia en San Sebastián, por motivos de matrimonio y de trabajo. “Acudíamos cada año a participar en las silenciosas y magníficas procesiones de Semana Santa de Valladolid, para acercar a nuestros hijos a sus raíces, y atender y disfrutar de nuestros padres”, comenta. 

Milagros Tejedor, que tiene tres hijos y ocho nietos, y un marido médico inmunólogo, fue oficial de Juzgado por oposición, trabajó muchos años en Magistratura de Trabajo, pasando después a un Juzgado de lo Penal, donde pudo observar “la cara amarga de la vida”, lo que le hizo humanizarse más. 

“Nuestra tarea es un granito de arena”, afirma. Sin embargo, tras estos años de andadura, “numerosas familias de nuestro entorno se ponen en contacto con nosotros para solicitar nuestra ayuda, confiando en la calidad profesional y los valores adquiridos por los cuidadores que acuden a nuestra asociación. Durante un tiempo fuimos únicos y pioneros en esto, ahora también la Administración de Guipúzcoa imparte cursos de formación para los cuidadores”.

La Asociación organiza ciclos anuales de seminarios que se celebran desde hace quince años, seguidos de un mes de prácticas en residencias de mayores. En este contexto, puso en marcha en diciembre visitas a las residencias de mayores San Ignacio, Hermano Gárate y Zorroaga, en colaboración con el coro del colegio Eskibel.

El autorFrancisco Otamendi

Lecturas del domingo

Pastores buenos, ovejas sensatas. Domingo IV de Pascua (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del IV domingo de Pascua y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·27 de abril de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El domingo de hoy es conocido como el Domingo del Buen Pastor porque cada año el evangelio se toma de Juan, capítulo 10, en el que Jesús habla de sí mismo como el Buen Pastor. 

También se conoce como el Domingo de las Vocaciones porque en 1964 el Papa san Pablo VI estableció este día como una jornada especial para rezar por las vocaciones. 

La lógica es evidente y se encuentra en aquellas palabras del profeta Jeremías, cuando Dios dice: “Os daré pastores, según mi corazón, que os apacienten con ciencia y experiencia” (Jer 3, 15). Pidamos a Dios que nos conceda auténticos pastores de almas, que, a imitación de Cristo, estén dispuestos a dar la vida por las ovejas, atender a los débiles, buscar a los perdidos y guiar a todos a buenos pastos.

Israel en tiempos de Jesús era una sociedad profundamente agraria y las ovejas tenían mucha importancia. El rey davídico, el gobernante ungido de la línea de David, era visto como pastor de su rebaño. El propio David era un pastorcillo cuando fue ungido para ser rey: “Yo te tomé del pastizal, de andar tras el rebaño, para que fueras jefe de mi pueblo Israel” (2 Sam 7, 8). Y los israelitas podían ponerse muy tiernos con sus ovejas, como vemos en la parábola que Natán contó a David después del gran pecado de éste. El profeta habla de un pobre hombre que tenía una sola “cordera… La alimentaba y la criaba con él y con sus hijos. Ella comía de su pan, bebía de su copa y reposaba en su regazo; era para él como una hija” (2 Sam 12, 3).

Pero en el evangelio de hoy (Jn 10, 1-10), Jesús añade un matiz ligeramente distinto. No sólo es el Buen Pastor, como explicará, sino también la puerta del redil, la única forma legítima de entrar y salir de él. Si vemos el redil como la Iglesia, el lugar donde nos alimentamos y nos mantenemos a salvo de los lobos, entonces sólo entramos en él a través de Cristo. Así como Cristo entra en nosotros por la Eucaristía, nosotros entramos en él por el Bautismo. Pero Jesús nos anima a “entrar y salir” del redil, no para abandonar la Iglesia, sino en el sentido de salir de sus confines obvios -la parroquia, la vida hogareña de una familia cristiana- para ir al mundo a dar testimonio de nuestra fe. 

Guiados por Jesús, el Buen Pastor, salimos a dar testimonio, con su palabra en el corazón, pero volvemos al redil para ser restaurados, alimentados y renovados. Jesús nos habla aquí de la dinámica misma de la vida cristiana: necesitamos la parroquia y la vida doméstica, pero no debemos quedarnos encerrados en ellas, sino dar testimonio en nuestro trabajo y en nuestro tiempo libre. 

Por último, Jesús nos previene contra los falsos maestros, “el ladrón…, que no entra sino para robar y matar y hacer estragos”, que intentan acceder al redil de otra manera que no sea a través de Él. Con tales personas, seamos como las ovejas sensatas de las que habla Jesús: “a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños”.

La homilía sobre las lecturas del domingo IV de Pascua (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.