Omnes en Estados Unidos: un nuevo modo de informar

Omnes llega en una nueva versión adaptada a Estados Unidos, con la ilusión de ofrecer a los lectores de habla española del país contenido de calidad para informar sobre la Iglesia.

31 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Hoy se hace realidad un nuevo proyecto informativo sobre la vida de la Iglesia, expresado sintéticamente en la fórmula con que se define Omnes: “una mirada católica a la actualidad”. Es un paso importante, aunque ahora necesariamente modesto en un país como los Estados Unidos de América donde hay numerosas empresas informativas, también en el ámbito católico, y algunas con gran calidad.

¿Qué aporta, entonces, este nuevo medio de comunicación religiosa? Principalmente, Omnes aporta el propósito de prestar un servicio a la evangelización, mediante un determinado estilo informativo basado en tres características principales:

  • Tiene un planteamiento constructivo. No entendemos que nuestro servicio a la Iglesia pueda basarse en la crítica o en la polarización. Queremos estar lejos de polémicas personales o de posiciones partidistas. Optamos por cultivar la unidad de la Iglesia, sobre la base de los fundamentos comunes de la fe católica.
  • Pretende ofrecer una información analítica, para que los lectores puedan conocer los hechos en una perspectiva más amplia y profunda, y entender su alcance real. Omnes intenta acudir a las fuentes de las noticias, orientar con referencia a los contenidos de la fe, y ofrecer también materiales específicamente formativos, que sirvan para continuar creciendo intelectual y espiritualmente. 
  • Omnes quiere ser una referencia para toda clase de lectores (“todos” es el significado de la palabra latina “Omnes”). Algunos buscarán argumentos y recursos; otros, creyentes o no creyentes, querrán estar al tanto de la vida de la Iglesia; habrá gente propiamente “de Iglesia” que busque contar con un medio de formación continua, sean laicos o laicas, sacerdotes o religiosos y religiosas. 

Un cuarto rasgo de Omnes en los Estados Unidos aparece en algo que los lectores han podido percibir desde la primera línea: nuestro medio está redactado en idioma español (aunque la website puede leerse en inglés mediante un instrumento de traducción automática, e igualmente en francés, polaco, alemán, italiano y portugués). La razón es que nuestro público principal son las comunidades latinas: ponemos en manos de los encargados del ministerio hispano, y de cada uno de los hablantes de español en los Estados Unidos, un instrumento informativo y formativo para sostener y hacer crecer la fe de sus raíces.

Omnes utiliza la variedad de canales posibles en el mundo digital. Los dos formatos principales son la website www.omnesmag.com, que refleja diariamente los contenidos de mayor actualidad informativa; y la revista Omnes, reservada a los suscriptores, y nutrida con temas de fondo o específicamente formativos. Los acompañan informaciones y materiales por Newsletter, podcast, WhatsApp y otras redes sociales, Foros y encuentros, etc.

Finalmente, queremos subrayar que, si Omnes es para todos, deberá avanzar también con la aportación de todos sus lectores. Si ahora es el momento de comenzar, el camino se recorrerá contando con las sugerencias y propuestas de los lectores.

El autorOmnes

La fe en las nuevas generaciones hispanas

La Iglesia debe abordar y desafiar convincentemente a la cultura hegemónica para presentar una alternativa viable en una cultura sustentada en el materialismo y la ambición.

31 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Aun cuando la fe católica es la que profesa la mayoría de los hispanos en Estados Unidos, también es la que pierde a más latinos en comparación con cualquier otro grupo religioso, con un creciente número de hispanos que afirman no tener filiación religiosa. Estos son algunos de los hallazgos más relevantes de la encuesta del Pew Research Center publicada el pasado 13 de abril.

En 2010, 67 % de los hispanos de Estados Unidos afirmaban ser católicos. Esta cifra cayó drásticamente al 43 % en 2022, pero ya en 2018 se ubicaba en 49 %. Casi uno de cada cuatro hispanos son ex católicos. Del 65 % de los hispanos que afirman haber sido educados como católicos, el 23 % reconoce que no se identifica más con esa religión. Algunos se han incorporado a otra fe, principalmente a la protestante, mientras que la mayoría no pertenece ya a ninguna Iglesia.

Los protestantes son el segundo grupo religioso más grande para los hispanos, con 21 %. Entre los hispanos que residen en Estados Unidos, el 39 % asegura que la religión es «muy importante». Entre los hispanos evangélicos, un 73 % afirma lo mismo, y el 46 % de los hispanos católicos piensa igual. Entre los hispanos católicos de Estados Unidos, un 22 % va a la iglesia semanalmente o más seguido. Solo el 1 % de los que dicen no tener filiación religiosa hace lo mismo.

Los hispanos que se identifican como ateos, agnósticos o «nada en particular» se ubican en el 30 %, en contraste con el 10 % que pertenecía a esta categoría en 2010 y al 18 % en 2013. Debe hacerse notar que el 29 % de los hispanos que no practican ninguna fe siguen orando al menos una vez a la semana. Casi una cuarta parte de todos los hispanos de Estados Unidos son ex católicos.

El abandono del catolicismo es más pronunciado entre los jóvenes de 18 a 29 años. En este grupo poblacional, el 49 % afirma no tener ninguna filiación religiosa. Por su parte, en los grupos de 50 a 64 años, y de 65 años y más, es menos común que se identifiquen en esta categoría, con un 20 % y 18%, respectivamente. Aun así, estas cifras son significativas.

Entre los hispanos nacidos fuera de Estados Unidos y radicados aquí, 52 % pertenece a la Iglesia católica, y 21 % afirma no tener ninguna filiación religiosa. En contraste, 36 % de los hispanos nacidos en Estados Unidos profesan la fe católica y 39 % no tiene ninguna filiación religiosa. El idioma también desempeña un papel relevante: 56 % de los hispanohablantes se identifican como católicos, en contraste con el 32 % de los anglohablantes. Esta cifra se ubica en 42 % entre los bilingües encuestados.

La reducción en el número de hispanos que profesan la fe católica -sobre todo, pero no exclusivamente, entre los jóvenes- debe ser motivo de atención para los líderes de la Iglesia. Los obliga a idear formas innovadoras de evangelización que consideren lo que es más importante en las vidas de las personas, y que para muchas de ellas es el éxito material. Los hispanos que asisten a Misa y que viven una vida católica no deben darse más por sentado.

Una crisis, momento de cambio

Parece más que evidente que el estilo de vida estadounidense, basado en el entretenimiento y en la acumulación de dinero y de bienes materiales, obnubila a los hispanos con respecto a sus raíces y valores católicos. Los deja vacíos en aspectos cruciales de sus vidas. Muchas personas tienen dos o tres empleos para intentar progresar, dejando de lado la reflexión y la espiritualidad.

Hay un grave retroceso en la valoración de la fe que delineó y dio sustento a las culturas latinoamericanas. Durante siglos, la Iglesia ha jugado un papel central en los países latinos y sus culturas, por lo que el catolicismo es, también, cimiento fundacional en la formación del ser humano.

A los líderes eclesiásticos les aguarda la tarea ineludible de presentar el catolicismo de una manera más dinámica y atractiva, capaz de hacer entender la importancia histórica y contemporánea de la fe. De alguna manera, la Iglesia debe abordar y desafiar convincentemente a la cultura hegemónica para presentar una alternativa viable en una cultura sustentada en el materialismo y la ambición para, así, tener éxito en ese terreno. La Iglesia puede emular la práctica evangélica y su compromiso de ir en busca de la gente en lugar de sentarse a esperar que las personas lleguen a la iglesia.

Asimismo, hay una batalla política e ideológica que debe librarse. Según la encuesta de Pew, los ex católicos señalaron la falta de inclusión de la comunidad LGBTQ, los escándalos de abuso sexual y el impedimento para que las mujeres puedan ser ordenadas, como algunos de los factores clave que los orillaron a abandonar su Iglesia. En este sentido, la Iglesia debe demostrar también un alto grado de sensibilidad y sofisticación para defender sus enseñanzas de manera convincente.

Sin un esfuerzo concertado y creativo por parte de la Iglesia para atender estas y otras deficiencias, la pérdida de católicos hispanos continuará sin cesar, socavando aún más la fe que de verdad llega al corazón de la comunidad hispana.

El autorMario Paredes

Director Ejecutivo de "SOMOS Community Care"

Cultura

Rafael Navarro-Valls: “Joaquín quería acceso al Papa y transparencia”

Hace unos días se han presentado en la Universidad CEU San Pablo las memorias de Joaquín Navarro-Valls, portavoz de la Santa Sede durante veintidós años (1984-2006), en los pontificados de san Juan Pablo II y Benedicto XVI. Su hermano, el catedrático y académico Rafael Navarro-Valls, ha impulsado y revisado el libro, titulado ‘Mis años con Juan Pablo II. Notas personales’, y responde a las preguntas de Omnes.

Francisco Otamendi·31 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

El 24 de mayo de hace cuatro años, el entonces director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, quiso dar el nombre de Joaquín Navarro-Valls a la sala de trabajo de los periodistas acreditados ante la Oficina de Prensa del Vaticano.

“Dar el nombre de Navarro-Valls, que también había sido presidente de la Asociación de la Prensa Extranjera en Italia, a la sala donde los periodistas acreditados trabajan cada día informando sobre el Vaticano, dije, es ‘un signo para subrayar que, en la Iglesia y en la Santa Sede, la información cuenta y debe contar siempre más’”, manifestó Alessandro Gisotti en la presentación en el CEU del libro editado por Espasa. Un acto al que asistieron el Nuncio de Su Santidad Bernardito Auza, el cardenal Rouco Varela, el presidente de la Academia de Jurisprudencia y Legislación, Manuel Pizarro, y la rectora de la Universidad CEU San Pablo, Rosa Visiedo, entre otras personalidades.  

A juicio de Gisotti, ahora subdirector editorial de los Medios Vaticanos, “éste es ciertamente, el legado más importante y duradero, en mi opinión, que nos ha dejado el direttore Navarro: la comunicación es fundamental en el mundo de hoy y esto vale también para la Iglesia y la Santa Sede”

En la entrevista con Omnes, Rafael Navarro-Valls ha subrayado algo que manifestó también Alessandro Gisotti: “‘Joaquín Navarro Valls no fue un portavoz, fue el portavoz’, elogiando su prestigio entre todos los periodistas acreditados ante la Santa Sede”. 

Hablaron también en el acto Diego Contreras, editor y profesor de la Universidad de la Santa Cruz (Roma); el ex portavoz del gobierno Iñigo Méndez de Vigo; Jesús Trillo-Figueroa, abogado del Estado y miembro del Consejo de Honor del Instituto Karol Wojtyla-Juan Pablo II; y Fernando Lostao, director de la Fundación Ángel Herrera Oria, que moderó el acto.

Rafael Navarro-Valls, presidente de la Conferencia Permanente de Academias Jurídicas Iberoamericanas, y vicepresidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España, ha comentado así el libro de su hermano Joaquín.

¿Cuál ha sido su tarea en la génesis y edición de este libro de notas personales de su hermano Joaquín sobre el Papa San Juan Pablo II?

–Mi intervención consistió en revisar la excelente versión preparada por el editor, Diego Contreras, hacer algunas sugerencias, y animar a Joaquín cuando vivía para que concluyera la versión contenida en más de 600 páginas de anotaciones. El portavoz durante 22 años anotó día a día sus impresiones, con un esfuerzo grande, pues lo hacía al final de jornadas llenas de incidencias y que le suponían un notable trabajo. 

Ud. coordinó la edición del libro ‘Navarro-Valls, el portavoz’, con valiosos testimonios sobre su hermano Joaquín y su trabajo en la Santa Sede. ¿Aquél es un libro sobre su hermano, y éste es un libro sobre san Juan Pablo II?

–Efectivamente, el libro “El portavoz”, que tuve el honor de coordinar, contiene 20 testimonios de personalidades de Europa y América sobre Joaquín. Es un libro de declaraciones de personas que le conocieron y trataron. Naturalmente hay también referencia a S. Juan Pablo II, pero como usted dice se centra más en la figura del portavoz.

Las Memorias de Joaquín miran hacia Juan Pablo II, de modo que el narrador queda más en la penumbra. Pero al tratarse de un libro que cubre un arco de más de 20 años, es inevitable que también aparezca la figura de Joaquín.

Mis años con Juan Pablo II

Autor: Joaquín Navarro-Valls
Editorial: Espasa
Páginas: 640
Año: 2023

¿Le consultó su hermano la propuesta de Juan Pablo II de dirigir la Sala Stampa y ser portavoz de la Santa Sede? ¿Le habló de alguna condición que pondría para aceptar el puesto? Se ha mencionado una: el acceso al líder, al Papa en este caso.

–Más que consultarme, me informó de que le habían propuesto esos cargos. A mí me pareció una elección afortunada y le hablé del mucho bien que podría hacer desde ese puesto. Efectivamente me refirió que había puesto dos condiciones: contacto directo con el Papa y transparencia. De ahí las muchas veces que comió y cenó con él, y su acceso frecuente al mismo. En este acceso desempeñó un papel importante el propio secretario personal del Papa, Mons. Stanislaw Dziwisz. Respecto a su empeño de hacer transparente la Sala de Prensa, recuerdo su decisión de comunicar a la prensa el principio de Parkinson que tenía Juan Pablo II, lo que supuso un encontronazo con la Secretaría de Estado.

Usted es miembro del Opus Dei desde hace muchos años, como lo era su hermano Joaquín. ¿Le comentó algo que le dijera el beato Álvaro del Portillo, prelado del Opus Dei esos años, o luego su sucesor, Mons. Javier Echevarría?

–Los miembros del Opus Dei somos absolutamente libres – y correlativamente responsables- del ejercicio de nuestra labor profesional. No creo que recibiera “consignas” de la Prelatura. Nunca hablamos de este extremo.

El martes se presentó este libro en el CEU. ¿Alguna idea que le parezca oportuno subrayar de lo que se dijo ahí? 

–Todos los ponentes hicieron intervenciones muy inteligentes. Por decir una que me impactó, Alessandro Gisotti, que fue portavoz de la Santa Sede y actual subdirector editorial de los Medios Vaticanos, observó que “Joaquín Navarro Valls no fue un portavoz, fue el portavoz”, elogiando su prestigio entre todos los periodistas acreditados ante la Santa Sede

¿Es posible ser amigo, muy amigo, de un Papa? Su hermano lo era, por lo que se puede apreciar. Con amistad filial, ha dicho usted, le veía y trataba como a un Padre. ¿El Papa le veía como a un hijo? Hay fotos que hablan. 

–Joaquín negaba que él pudiera ser amigo del Papa. Y citaba a Platón que decía que para que haya amistad entre dos personas es necesaria una cierta igualdad entre ellas. Mi hermano añadía que la distancia entre Juan Pablo II y él era enorme. Pero la verdad es que entre ellos existía amistad. Basta ver las fotos a que usted se refiere para descubrir la complicidad entre ellos. En mi modesta opinión, Platón no tenía razón: cabe la amistad entre desiguales.

El Papa hacía con mucha frecuencia bromas sobre él y su misión de portavoz. En ellas se detecta ese afecto que existe entre un padre y un hijo.

Dígame algo que no esté en el libro, o que pudo estarlo y no lo está. Alguna confidencia que le hiciera su hermano.

–Recuerdo que en la conferencia de El Cairo utilizó palabras duras para describir la diferencia entre lo que Al Gore – vicepresidente de Estados Unidos- decía (“no pretendemos defender la utilización de los textos para potenciar el aborto”) y lo que , al mando de su equipo,  se hacía en realidad. Públicamente afirmó Joaquín: “El borrador de documento sobre la población, cuyo promotor principal es Estados Unidos, contradice la afirmación del Sr. Gore”. Por si hubiera dudas, cuando un periodista norteamericano preguntó al portavoz: “Afirma usted que el vicepresidente de Estados Unidos miente”. Joaquín sin inmutarse respondió: “ Sí, eso es lo que digo”. Esto último lo omitió en el libro.

Y ahora, algo que sí esté. Son 640 páginas, y hace un favor a los lectores.

–Joaquín tenía una gran cabeza, pero también gran corazón. Dos veces en el libro se describen las lágrimas del portavoz: una, cuando ante millones de personas que seguían sus palabras por televisión, anunció la extrema gravedad de Juan Pablo II. La otra, cuando lee a Juan Pablo II un despacho de la agencia Reuters que recogía unas palabras del cismático Lefebvre sobre el Papa: que si era un hereje, que ya no tenía fe católica, etc. No pudo terminar de leer estas cosas. Se le hizo un nudo en la garganta y se le saltaron las lágrimas. San Juan Pablo II, le animó a continuar y para distender la tensión aludió a la posible enfermedad de Lefebvre. Joaquín replicó que, como médico, podía entender una enfermedad, pero que también el diablo puede actuar en la historia a través de la enfermedad.

Joaquín Navarro-Valls fue portavoz de la Santa Sede durante veintidós años, en los pontificados de san Juan Pablo II y Benedicto XVI, el primer no italiano en ese cargo, y desempeñó un papel relevante en la diplomacia vaticana. Esto sorprende un poco…

–Sí, es muy excepcional que un portavoz de los “Grandes” permanezca tanto tiempo en el puesto. Incluso su cese durante el pontificado de Benedicto XVI fue a petición propia. Recuerdo que la RAI hizo un programa de gran repercusión conectando simultáneamente con tres portavoces de tres “grandes”: el de Estados Unidos, el de la Unión Soviética y Joaquín por la Santa Sede. En un momento de la conversación a tres bandas, los portavoces de los dos grandes países (estuvieron en su cargo no más de seis años, Joaquín estuvo 22) manifestaron su estupefacción por la permanencia de Joaquín durante tantos años. Eso fue posible por la gran compenetración entre el “Jefe” y su portavoz.

navarro valls
Joaquin Navarro-Valls sostienen el micrófono a Juan Pablo II durante el vuelo a México en 1999. (©CNS file photo by Nancy Wiechec)

Ha explicado usted que Juan Pablo II planteó tres frentes: la batalla contra el proceso de secularización; el segundo, el bloque soviético: su objetivo fue proteger los derechos humanos; y en el tercer mundo, “el enemigo era el increíble marasmo de la pobreza”. ¿Algo que añadir o precisar?

–Esos tres frentes se describen a lo largo de todo el libro. Pero lo verdaderamente interesante es la gran serenidad y buen humor con las que Juan Pablo II encaraba los graves temas que debía abordar. Es decir, el lado humano y espiritual de un santo. A Joaquín le fascinaba el “lado humano” del Pontífice: su valentía y coraje, su alegría profunda, su reciedumbre y armonía de espíritu, etc. Naturalmente, también su faceta espiritual y virtudes anejas. Por ejemplo, cómo rezaba. En la Nunciatura de un país africano, donde se alojaban, Joaquín entró un momento en la capilla y se encontró al Papa rezando de bruces ante el Sagrario. Joaquín esperó hasta una hora y salió sin hacer ruido. A la mañana siguiente preguntó a las religiosas a qué hora se había retirado el Papa a su dormitorio. Le dijeron que había pasado toda la noche en oración.

¿Puede referir una anécdota sobre la petición de misericordia de Juan Pablo II para un condenado en Estado Unidos?

–Está contenida en el libro. En síntesis, sucedió así. En uno de los múltiples viajes de Juan Pablo II, llegó a la ciudad de San Luis (Misuri, USA). Se enteró, a través de Joaquín, de que un convicto de asesinato, veterano de Vietnam (Darrell J. Mease) iba a ser ejecutado durante su visita. El Papa intercede por su vida ante el gobernador. El jefe de prensa de este sugiere que Juan Pablo II se lo pida directamente al gobernador. Así, al concluir una solemne ceremonia en la catedral de San Luis, en la que están sentados en la primera fila el presidente Clinton y el gobernador Carnaham, el Papa se detiene ante el gobernador y con toda sencillez le dice : “Have merci on Mr. Mease” (Tenga misericordia del señor Mease). Con idéntica sencillez el gobernador contesta: “I will do it” (lo haré). De este modo, el condenado salvó la vida.

También ha contado usted un suceso relativo a la canción My Way, de Frank Sinatra. Juan Pablo II ya es santo. ¿Lo era su hermano, a su juicio?

–Creo que Joaquín era un hombre con muchas virtudes humanas y también sobrenaturales. Cuando mis hermanos y yo trasladábamos el féretro de Joaquín al coche fúnebre, es verdad que de modo inexplicable se disparó mi móvil y comenzamos a escuchar los acordes de una de las canciones preferidas de Joaquín: My Way. Interpreté que era un modo de decirnos que estaba en camino de llegar a buen puerto.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

La Santa Sede presenta el Pacto Mundial por la Familia

El Pacto Mundial por la Familia (Family Global Compact) es una iniciativa del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, junto con la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, que busca subrayar la importancia antropológica y cultural de la familia.

Loreto Rios·30 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

A las 11.30 horas del martes 30 de mayo, se ha retransmitido en directo desde la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Aula San Pío X, la rueda de prensa para el lanzamiento del Pacto Mundial por la Familia (Family Global Compact). Han intervenido la hermana Helen Alford, presidenta de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales; la Profesora Gabriella Gambino, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida; y el Profesor Pierpaolo Donati, sociólogo y miembro de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales. También estaban presentes en la sala, a disposición de los periodistas, el Profespr Stefano Zamagni, ex Presidente de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, y el doctor Francesco Belletti, director del Centro Internacional de Estudios sobre la Familia (CISF).

El Pacto Mundial por la Familia

El Pacto Mundial por la Familia es una iniciativa promovida por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, junto con la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, con la colaboración del Centro Internacional de Estudios sobre la Familia.

En palabras del Papa en su mensaje para el lanzamiento del pacto del 13 de mayo de 2023, el Pacto Mundial por la Familia es “un programa común de acciones encaminadas a poner en diálogo la pastoral familiar con los centros de estudio y de investigación sobre la familia presentes en las universidades católicas de todo el mundo, para promover la familia a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia”.

Se ha subrayado la importancia del papel insustituible que la familia tiene en la sociedad y de la labor de investigación de universidades católicas en este ámbito. Este es el motivo de que el Pacto Mundial por la Familia busque fomentar la colaboración entre la pastoral familiar y los centros de estudio sobre la familia.

Así lo indicaba también el Papa en su mensaje: “El objetivo es la sinergia, es asegurar que la pastoral familiar en las Iglesias particulares utilice más eficazmente los resultados de la investigación y de los esfuerzos de enseñanza y formación que tienen lugar en las Universidades (…) Juntos, las Universidades católicas y la pastoral pueden promover mejor una cultura de la familia y de la vida que, partiendo de la realidad, ayude a las nuevas generaciones a apreciar el matrimonio, la vida familiar con sus recursos y desafíos, la belleza de engendrar y apreciar la vida humana”.

La familia, fundamento de la sociedad

La hermana Helen Alford ha señalado que vivimos una época de luces y sombras en lo que respecta a las familias, ya que, si bien esta “sigue siendo un valor central en la vida de las personas”, es cierto que “asistimos a un debilitamiento de la familia”, debido en gran parte a las tendencias individualistas contemporáneas y “a medida que las familias se debilitan, también lo hacen las estructuras sociales”. Sin embargo, Alford mira el futuro con optimismo, comentando que “en los debates de la sesión plenaria del año pasado quedó claro que la familia sigue siendo una estructura social muy resistente, capaz de absorber choques y de proporcionar apoyo y curación a personas en circunstancias muy diversas”.

Ha subrayado la “contribución fundamental que la familia realiza en apoyo de la sociedad, especialmente gracias a su papel en la formación, el mantenimiento y la profundización de la capacidad de establecer relaciones en un mundo que experimenta tanta soledad y el sufrimiento que de ella se deriva”.

Las cuatro etapas del Pacto

La Profesora Gabriella Gambino, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida señaló que “el Pacto Mundial por la Familia no es un programa estático destinado a cristalizar ciertas ideas, sino un camino propuesto a las universidades católicas para profundizar y desarrollar la antropología cristiana y el mensaje que transmite sobre el matrimonio, la familia y la vida humana”.

También ha explicado que, como indicó el Papa en el mensaje del 13 de mayo, el Pacto prevé cuatro etapas:

1. Activar un proceso de reflexión, diálogo y de mayor colaboración entre los centros universitarios de estudio e investigación que se ocupan de temas de la familia, para que su actividad sea más eficaz y fructífera, en particular mediante la creación o el relanzamiento de redes de institutos universitarios inspirados en la Doctrina Social de la Iglesia.

2. Crear una mayor sinergia entre la Iglesia y los institutos universitarios de estudio e investigación que se ocupan de temas de la familia a la hora de planificar contenidos y objetivos. A nivel eclesial, la acción pastoral necesita un apoyo concreto del pensamiento académico de los centros universitarios de inspiración católica.

3. Revitalizar la cultura de la vida y de la familia en la sociedad, para que de ella se deriven propuestas estratégicas y objetivos para las políticas públicas.

4. Una vez las propuestas han sido elaboradas, promover la colaboración entre la Iglesia y las universidades católicas en la planificación de contenidos y objetivos.

El logotipo

Gambino también ha comentado que otro de los objetivos del pacto es “desarrollar y ampliar las redes ya existentes de institutos y centros para la familia que se inspiran en la Doctrina Social de la Iglesia”. Entre ellas, ha señalado a Rediuf, la Red Internacional de Institutos Universitarios para la Familia.

Gambino explicó el significado del logotipo: “Está compuesto por tres elementos: una red, una familia y una cruz.La red es la red mundial que conecta idealmente a las universidades y centros universitarios a los que se propone el Pacto Mundial y que se inspiran en la Doctrina Social de la Iglesia Católica. Al mismo tiempo, representa la visión de una red dinámica entre las familias -el sujeto y no el objeto del Pacto- y entre los distintos actores de la sociedad civil, la economía, el derecho y la cultura movilizados en favor de las familias.La familia, como sujeto del Pacto Mundial de la Familia, está en el centro del logotipo.

Las personas representan una familia que es fuente y origen de una vida social inspirada en la solidaridad y el desarrollo de la persona. La vida humana, por su parte, está representada por la mujer embarazada, para profundizar en el tema de la vida naciente y el cuidado de toda vida humana. La generatividad es también imagen de un tiempo nuevo que queremos impulsar con la adhesión al Pacto Mundial: un compromiso común para fomentar el protagonismo de la familia en la economía, en la sociedad, en el desarrollo de la persona humana y del bien común.La cruz cristiana es la representación de los valores que mueven el Pacto. Es símbolo de esperanza, de amor y de futuro”.

El proceso de investigación

El profesor Pierpaolo Donati ha subrayado que “la idea del Pacto Mundial por la Familia es estimular la aplicación de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia en los estudios e investigaciones realizados en las universidades católicas o de inspiración católica”.

Para poner en marcha este proyecto, “el CISF [Centro Internazionale Studi Famiglia] tuvo primero que elaborar una lista, lo más completa posible, de las universidades católicas, especificando aquellas en las que existe un centro de estudios e investigación dedicado a la familia. (…) A estas se les enviaron a continuación dos cuestionarios para conocer en detalle sus actividades. La información más completa procedía de 30 universidades. A continuación se organizaron tres seminarios web con todos los centros que se declararon disponibles (de hecho, principalmente de Europa y América Central y del Sur, algunos de América del Norte y un par de África).

(…) Las principales conclusiones fueron: (i) la debilidad del apoyo (incluido el financiero) a la investigación en este campo en comparación con otros campos; (ii) el relativo aislamiento de cada Centro (con la excepción de la red Redifam de Centros Hispanoamericanos); (iii) las evidentes deficiencias en la multidisciplinariedad y transdisciplinariedad de la investigación sobre la familia, que, como ‘objeto multifacético’, debería tratarse vinculando aspectos biológicos, sociales, jurídicos, económicos, culturales, de servicios y de política social, incluidos los aspectos pastorales, mientras que predomina el interés por temas filosóficos y relacionados con los valores (iv) la necesidad de una mayor creatividad en la investigación, habiéndose constatado una escasa capacidad para anticiparse a los temas más relevantes; y (v) la necesidad de vincular la investigación, y los estudios en general, a las implicaciones operativas en términos de servicios, políticas sociales y actividades pastorales (…)”.

El portal del Pacto Mundial por la Familia

Habrá una web dedicada al Pacto, a la que se podrá acceder a partir de hoy: www.familyglobalcompact.org. En ella, estará disponible el texto del pacto en tres idiomas (italiano, inglés y español), una versión resumida en esos tres idiomas, el mensaje del Papa, la explicación del logotipo y un correo electrónico de referencia para obtener información y solicitar la adhesión al Pacto.

La rueda de prensa del lanzamiento del Pacto Mundial por la Familia
Teología del siglo XX

Los trabajos del cardenal Mercier

Un capítulo particularmente interesante en el cardenal Mercier fueron las conversaciones ecuménicas con representantes del mundo anglicano. Las “conversaciones de Malinas” ocuparon la última parte de su vida (1921-1926).

Juan Luis Lorda·30 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

Desirée-Joseph Mercier (1851-1926) fue un notable profesor de filosofía, fundador del Instituto de Filosofía de la Universidad de Lovaina y representante de la neoescolástica. Como arzobispo de Malinas (Bruselas), impulsó la universidad y la formación del clero, fomentó conversaciones con el anglicanismo e intervino en los grandes asuntos de la Iglesia al inicio del siglo XX.

León XIII (1810-1903) llegó al pontificado (en 1878) con bastante edad (67 años) y una experiencia de treinta y dos años como obispo de Perugia (1846-1878) en una época de desencuentros con la Modernidad. La Santa Sede acababa de perder los Estados Pontificios (1870), los regímenes liberales en medio mundo habían combatido a la Iglesia durante un siglo (y la habían expropiado de todo lo que pudieron), muchas instituciones católicas se habían hundido o habían sido prohibidas, aunque surgían otras. Había contestación e inquietudes doctrinales en el mundo católico por la influencia de las nuevas corrientes de pensamiento. Y las naciones se agitaban con las tensiones de la revolución industrial. Se necesitaba mucho ánimo y discernimiento. Y León XIII, pese a su apariencia frágil, los tuvo.

La voluntad de León XIII

En las primeras semanas, ya entró a todos estos importantes temas, pensando que su pontificado sería corto (sin embargo, duraría veinticinco años, para sorpresa suya y ajena). Y al cabo de un año publicó Aeterni Patris (1879), recomendando la filosofía tomista en los estudios eclesiásticos. Lo apoyó con nombramientos de profesores en Roma (Gregoriana, Antonianum) y fuera. Pidió formalmente al cardenal de Malinas (Bruselas) que dotara una cátedra de filosofía tomista en la Universidad de Lovaina. Esta universidad católica había sido refundada en 1834, y había sobrevivido bien a la debacle del siglo.

El episcopado belga se resistió por motivos de oportunidad política. Pero León XIII mandó a su costa a un dominico italiano (Rossi). Entonces buscaron inmediatamente un candidato belga (y devolvieron al dominico). Descartando grandes y difíciles figuras, la elección recayó en un joven profesor y director espiritual del seminario menor de Malinas, Desirée-Joseph Mercier. Acababa de cumplir treinta años y tenía que hacerse respetar (y hacer respetable el tomismo) tanto en la propia universidad como en los medios liberales belgas, muy críticos con lo católico.

León XIII le invitó a Roma para comentar el programa. Y las clases comenzaron el 27 de octubre de 1883. Por voluntad del Papa eran obligatorias para todos los estudiantes eclesiásticos de la universidad. También asistían los doctorandos de filosofía y letras, y todos los estudiantes laicos que querían. Mercier se esforzó en adquirir una buena formación científica, sobre todo en psicología (y fisiología). Y sus clases adquirieron fama. Sus discípulos le recuerdan como un profesor documentado, brillante y acogedor. Preparaba apuntes para los alumnos y los fue convirtiendo en manuales. Se le juntaron algunos discípulos y dividió los cursos.

El Instituto Superior de Filosofía

Mantenía informado a León XIII. En 1887 viajó a Roma y le propuso crear en Lovaina un Instituto Superior de Filosofía, distinto de la Facultad de Filosofía y Letras, que tenía una orientación histórica y filológica. Al Papa le gustó la idea y le nombró en el acto prelado doméstico. En cambio, el rector de Lovaina y orientalista Mons. Abbeloos, que se había sentido “puenteado” desde el principio, se opuso y creó opinión: este “medievalismo” no podía conducir a ninguna parte. El asunto se tensó. Incluso a Mercier le tentó aceptar la propuesta que le llegó de trasladar el proyecto a la recién creada Universidad Católica de Washington. Pero León XIII hizo saber que le apoyaba, y cuando Mercier propuso crear dos cátedras, una de filosofía y otra de ciencias propedéuticas, envió la financiación y erigió el instituto (1889).

Mercier desarrolló los cursos y buscó nuevos profesores, procurando que estuvieran bien informados tanto en las ciencias positivas como en la historia medieval (De Wulf). Consiguió financiación, construyó aulas y también laboratorios de psicología experimental (al estilo de Wundt). Quería un Instituto “Superior” de Filosofía: no una enseñanza elemental. Tras una nueva entrevista con León XIII, compuso unos estatutos que definían la orientación intelectual del Instituto y su relación con la Universidad. El rector se opuso de nuevo, alegando esta vez que lo que se enseñaba era ciencia moderna con un barniz tomista, y que debía hacerse en latín y no en francés.

Mercier cedió en la enseñanza en latín para los eclesiásticos, pero no en la orientación. Publicó Psicología (1892), Lógica y Metafísica (1894), y más tarde una Criteriología. Con esto compondría un Curso de Filosofía en 4 volúmenes (Lógica, Metafísica general, Psicología, y Criteriología o teoría general de la certeza). Además publicó un ensayo sobre Los orígenes de la psicología contemporánea (1894) En 1894, fundó la Revue Néoescolastique, que más tarde se convertiría en la Révue Philosophique de Louvain.

Siguieron años de crecimiento que estabilizaron el Instituto, que todavía existe en la Universidad de Lovaina. Y puso en marcha un seminario (con el nombre de León XIII) para alojar a los estudiantes que le llegaban de todas partes.

Una experiencia importante

No cabe duda de que Mercier tenía enormes capacidades, ni de que su reto sigue planteado casi en los mismos términos. Se puede observar que la mezcla directa de filosofía y ciencias experimentales (sobre todo en su psicología) produce una caducidad rápida, al variar el estado de las ciencias. Hay que tenerlo en cuenta.

La obra de Santo Tomás importa al pensamiento filosófico cristiano al menos por tres motivos: aporta una reinterpretación cristiana de la filosofía clásica, que compone en parte nuestra visión del mundo (lógica y metafísica); transmite análisis importantes de antropología o psicología racional, que interesan a la ética y a nuestro conocimiento propio (inteligencia, acto libre, afectividad, pasiones); y en tercer lugar aporta un vocabulario que pertenece a la tradición de la teología e interesa entender bien.

Por un lado, interesa transmitir la filosofía tomista (metafísica, lógica, cosmología, antropología) en su contexto histórico, para no alterar su sentido. Es lo que hizo Gilson, por ejemplo. En un segundo momento, se ha de entrar en diálogo con nuestro conocimiento del mundo. La lógica y la antropología (y la ética) que transmite santo Tomás, en lo que tienen de saber introspectivo, siguen teniendo mucha fuerza, aunque puedan necesitar complementos o desarrollos.

Mientras que la cosmología, nuestro saber acerca del universo, ha cambiado mucho con nuestra capacidad para observarlo y comprenderlo. Esto repercute en la metafísica, que universaliza nuestro conocimiento sobre el ser: resulta más estable en lo que se refiere a la inteligencia y menos en lo que se refiere a la materia. Es evidente que no se puede hacer hoy una cosmología o una filosofía de la naturaleza sin tener en cuenta lo que sabemos de la composición de la materia, del origen del universo o de la evolución de la vida. Y esto afecta a nuestra idea del ser (metafísica).

Desde luego interesa que quienes se dedican a estas ramas de la filosofía en contextos cristianos tengan, al mismo tiempo, una buena formación histórica, que les permita acceder y conservar el sentido original, y, por otra parte, una buena formación científica. Y esto, sin precipitar concordancias.

Arzobispo de Bruselas

Desaparecido León XIII (1903) su sucesor, san Pío X, lo eligió directamente como arzobispo de Malinas y primado de Bélgica (1906) y, al año siguiente, cardenal (1907). Desde el principio se empeñó en la formación del clero. Predicó muchos retiros para sus sacerdotes (que están publicados), y fundó una asociación para cultivar su espiritualidad (Fraternidad sacerdotal de los amigos de Jesús). También creó una revista diocesana. Apoyó la universidad y preparó profesores buscando un alto nivel científico. Animó, por ejemplo, a Georges Lemaître (que fue miembro de la fraternidad sacerdotal) a que estudiara física y se relacionara con Eistein, y así postuló su teoría del Big Bang.

En el pontificado de san Pío X se suscitó la cuestión modernista. El cardenal apoyó al Papa y describió la situación en una importante conferencia en la Universidad (El Modernismo). Pero también contribuyó a superar malentendidos (Lagrange, Blondel); intentó suavizar la situación canónica de Laberthonniére y dialogar con Tyrrell, por ejemplo.

Por otra parte, desde 1909 apoyó a Dom Lambert Beaudoin en su espíritu de renovación litúrgica, que buscaba una mayor participación de los fieles, y también en sus esfuerzos de apertura ecuménica. Sostuvo también el crecimiento de la Acción Católica y se interesó mucho por la cuestión social.

La Gran Guerra (1914-1918)

En 1914, con una especie de ingenuidad suicida y sin poner los medios para evitarlo, las naciones europeas entraron en una guerra brutal que acabó a la vez con cuatro imperios, quizá un quinto de la población juvenil europea y, de paso, con el mito ilustrado del progreso.

En los primeros movimientos, Alemania invadió por sorpresa la neutral Bélgica para atacar Francia. Y castigó duramente la reacción aislada de la resistencia belga, bombardeando sistemáticamente poblaciones y la propia Lovaina, donde ardió la catedral, la universidad, la biblioteca… Al cardenal Mercier le pilló en Roma, donde había acudido a los funerales de san Pío X y al cónclave. A la vuelta (diciembre de 1914), paseó por el enorme destrozo y escribió una dura pastoral para que fuera leída en todas las iglesias, con el título Patriotismo y firmeza (Patriotisme et endurance), que se puede encontrar online.

Elogia el patriotismo como virtud cristiana, valora la entrega de los soldados que han dado su vida por la patria, anima a la población a que apoye al gobierno belga, al rey y al ejército en el exilio. Declara que el gobierno invasor es ilegítimo, que solo se deben obedecer aquellas leyes que son necesarias para el bien común y el orden público, pero pide que no se haga violencia innecesaria fuera de la que toca al ejército belga.

El mando militar alemán intentó evitar la difusión, secuestró las copias y amenazó a los párrocos, pero temiendo repercusiones entre los católicos alemanes, apenas retuvo unas horas al cardenal. Se conserva la documentación y correspondencia. En esos momentos, el cardenal representó el honor de la nación. Con todo, la Santa Sede le pidió que moderara sus expresiones políticas. Al terminar la guerra, quedó convertido en un héroe nacional en Bélgica, pero también en Inglaterra y los Estados Unidos. Hizo un viaje triunfal por los Estados Unidos (1919), donde, entre otras cosas, consiguió generosas ayudas para la reconstrucción de la Universidad de Lovaina.

El gran cardenal

Desde entonces, Mercier es un personaje con una inmensa irradiación en todo el mundo católico. Y se hizo al papel. Hay que comprenderlo. No fue un cardenal renacentista que construyera palacios barrocos. Fue un cardenal de la Iglesia en una época de enorme debilidad ante los Estados. Se necesitaba prestigio para ser oído. Él lo adquirió y lo usó en bien de la Iglesia. Incluso la Santa Sede quiso que interviniera, tras la guerra, en el tratado de Versalles para resolver la penosa cuestión de los Estados Pontificios, pero no pudo hacer nada. A su muerte, el gobierno belga le concedió un funeral de estado con todos los honores (existen viejas grabaciones online).

La densidad de la época y del mismo personaje ha hecho que todavía no exista la biografía que merecería. Existe un primer esbozo del canónico A. Simon, Le cardinal Mercier. Y Roger Aubert, gran historiador de la Universidad de Lovaina, le dedicó un conjunto importante de estudios, recogidos con ocasión de los ochenta años del propio Aubert: Le cardinal Mercier (1851-1926). Un prelat d’avant-garde. Me han servido para componer este retrato. Aparte de otros estudios especializados.

Algunos rasgos

Se le achaca altivez e incomprensión respecto al sector flamenco de Bélgica. La cuestión se ha estudiado y necesita bastantes matices. Por otra parte, pese a su pose cardenalicia, fue una persona de gustos sobrios. Especialmente durante la guerra y posguerra, no quiso desentonar con las penurias de su gente, y por ejemplo, prescindió de la calefacción y simplificó al máximo la comida.

Era devoto del Sagrado Corazón, del Espíritu Santo, de la Virgen y de la Eucaristía. Y por lo que se deduce de su correspondencia tuvo una reacción cristiana ante las muchas incomprensiones y dificultades de su vida. En los últimos años puso mucho interés en promover la proclamación del dogma de la mediación universal de María y mantuvo conversaciones con los pontífices y muchos teólogos.

Las conversaciones de Malinas

Un capítulo particularmente interesante fueron las conversaciones ecuménicas con representantes del mundo anglicano. Ocuparon la última parte de su vida (1921-1926). Comenzaron en 1921 por la amistad del lazarista p. Pombal con Lord Halifax, conocido noble anglicano que aspiraba a la unidad de la Iglesia. Acudieron al cardenal para ver qué se podía hacer. Después de informar a la Santa Sede, y sin publicidad, tuvieron lugar conversaciones entre teólogos católicos y anglicanos para estudiar en común las dificultades: la cuestión del valor de las ordenaciones anglicanas, del episcopado y de los sacramentos. Y especialmente, del ejercicio del Primado romano. Se apuntó que se podría intentar acercarse al ejercicio del primer milenio.

La muerte del cardenal dejó la cosa en suspenso, pero aquellas conversaciones fueron un importante precedente en el impulso ecuménico del Concilio Vaticano II, y formularon cuestiones y enfoques que siguen dando luz.

Familia

Andrea, una campeona de la vida

Andrea es la auténtica protagonista de su vida. Con 27 años ha sido bicampeona de España de kárate, trabaja en una empresa internacional y participa en su grupo de Renovación Carismática. Su síndrome de Down no le ha impedido hacer nada porque ella nació, como dice su madre, “para romper barreras”. 

Arsenio Fernández de Mesa·30 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Juanjo y Beatriz llevan 37 años casados. Tienen dos hijas: Olga, de 28 años y Andrea, de 27. En Sevilla, ciudad en la que estuvieron viviendo durante dos años por motivos laborales, nació Andrea, con síndrome de Down y una cardiopatía muy severa. En sus primeros seis meses de vida sufrió tres operaciones de corazón: “Fue tremendo, estábamos solos”, asegura Beatriz. Con el paso del tiempo se dieron cuenta de que siempre había alguien que les estaba protegiendo. Andrea fue bautizada con año y medio en el barracón de la parroquia Santa María de Caná, en Madrid: “Añadimos al nombre de Andrea el de María porque éramos conscientes de que iba a necesitar mucha ayuda de la Virgen”, me confiesa su madre.

Al principio, Andrea tuvo muchos problemas de salud entre las que encontramos varias neumonías y una parada cardiorrespiratoria. Se contagiaba de todo, “no se privaba de nada”. Comenzó su educación y formación en el colegio de educación especial María Corredentora. Su madre, Beatriz destaca que “la educación recibida ha sido fundamental en su desarrollo como persona”. Andrea siempre ha disfrutado siendo protagonista y no actriz secundaria en la vida: llegó a aparecer en la portada del diario ABC nacional en relación a la defensa de la educación especial, atacada por la Ley Celáa.

Con el apoyo de la fundación Prodis llegó a la Universidad Autónoma de Madrid y allí obtuvo el título propio para la inclusión laboral de las personas con discapacidad intelectual. A través de un programa de inserción laboral empezó a trabajar en el área de recursos humanos de Accenture. Allí lleva cuatro años “y está integrada y valorada. Es un pilar importante dentro de su ámbito laboral”.

Andrea siempre ha sido muy inquieta y deportista. El síndrome de Down nunca le ha impedido hacer las mismas cosas que hacían otros niños: gimnasia rítmica, pádel o baloncesto. Pero su verdadera pasión la encontró en el kárate. Su madre cuenta cómo este descubrimiento sucedió después de ver la película Karate Kid hace diez años.

Su padre la llevó al club de kárate; nunca antes habían tenido ningún alumno con síndrome de Down. Su entrenador dijo que era un reto y le animó a empezar. Y Andrea se ha convertido en la primera mujer con síndrome de Down que consigue el cinturón negro en la Comunidad de Madrid en 2019. Fue campeona de España en 2022 y es la actual campeona de España en 2023 en su categoría K-22. Recientemente, en los campeonatos europeos de kárate, siendo la primera vez que competía a nivel internacional, quedó medalla de bronce.

Protagonista y sanamente inconformista. Andrea tiene la espina clavada de no poder practicar el fútbol, que le gusta mucho. Aunque no juega lo sigue apasionadamente. Andrea es una asidua del estado Santiago Bernabéu con su padre. La música y la pintura completan sus hobbies. Es una persona muy inquieta, despierta e ilusionada. Le gusta participar en el coro de la Misa de los domingos de la parroquia Santa María de Caná. Es forofa de los Caris, como llama ella al grupo de la Renovación Carismática. “Es alegre, extrovertida, muy empática. La vida familiar gira en torno a ella, le gusta mucho ser la prota”, me cuenta alegre su madre. 

Olga, su hermana mayor, es el otro regalo de la familia. Las dos siempre han tenido entre ellas una especial complicidad y entendimiento. Sus padres le atribuyen mucha responsabilidad en todos los progresos de Andrea. Mirando atrás, Beatriz afirma que Andrea “es un milagro, porque era impensable, en los primeros meses de vida, cuando estaba tantas veces en la UCI, creer que podría llegar hasta aquí”.

Cuando Andrea nació sus padres desconocían todo sobre el síndrome de Down y han ido aprendiendo sin pausa. Hay un lema claro en sus vidas: “Nunca hay que rendirse”. En aquellos primeros meses en los que sufrieron y se hicieron muchas preguntas, les ayudó mucho la frase de un sacerdote: “No siempre hay un por qué pero siempre hay un para qué”.

“Andrea vino para romper barreras, para hacernos mejores personas y valorar lo que realmente merece la pena en la vida y así darnos cuenta que el Señor nos quiere y que nos cuida” afirma su madre emocionada. Y también “para ayudar a muchos otros jóvenes con síndrome de Down que han venido detrás de ella y se han encontrado un camino ya hecho”.

Evangelio

El sacerdocio expiatorio de Cristo. Nuestro Señor Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote (A)

Joseph Evans comenta las lecturas de Nuestro Señor Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote (A).

Joseph Evans·29 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La fiesta de Nuestro Señor Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, que celebramos hoy, es relativamente nueva en la Iglesia. La Santa Sede aprobó la fiesta por primera vez en 1987 y, posteriormente, en 2012, ofreció a las conferencias episcopales la posibilidad de incluirla en sus calendarios litúrgicos nacionales. Poco a poco, por tanto, la fiesta se está extendiendo por todo el mundo y ahora se puede encontrar en países como Australia, España, los Países Bajos, la República Checa e Inglaterra y Gales.

Celebrada anualmente el primer jueves después de Pentecostés, la fiesta se centra en el aspecto sacerdotal de la misión de Cristo en la tierra. La Carta a los Hebreos del Nuevo Testamento señala especialmente este aspecto. Jesús es “sumo sacerdote misericordioso y fiel en lo que a Dios se refiere”, para expiar los pecados del pueblo. Es “el apóstol y sumo sacerdote de la fe que profesamos”, el “sumo sacerdote grande que ha atravesado el cielo”

En el Antiguo Testamento, el Sumo Sacerdote judío, y sólo él, entraba una vez al año (únicamente) en el Sanctasanctórum del Templo de Jerusalén para ofrecer un sacrificio por los pecados del pueblo, incluido el suyo propio. Pero el nuevo y más grande Sumo Sacerdote, Jesús, ha penetrado en el Santo de los Santos celestial, la presencia misma del Padre, “hecho” no por manos humanas sino por Dios mismo. Y él, sin pecado, “vive siempre para interceder” por nosotros.

Las lecturas de hoy subrayan el aspecto expiatorio del sacerdocio de Jesús, es decir, cómo repara y limpia nuestros pecados. No ofrece sangre de animales, como hacían los sacerdotes judíos, que es “imposible que […] quite los pecados”. Ofrece su propia sangre, su propio ser, en un sacrificio perfecto de obediencia. Lo vemos vivir esta obediencia cuando lucha, con éxito, en su agonía en el huerto, por unir su voluntad humana, que naturalmente temía el sufrimiento, a la voluntad divina de su Padre: “Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz. Pero no se haga como yo quiero, sino como quieres tú”.

En un momento en que las vocaciones sacerdotales en Occidente están en declive, es necesario suplicar a Dios la gracia de muchos más sacerdotes para su Iglesia, dispuestos a hacer de sí mismos un sacrificio a Dios por el bien de las almas. Debemos rezar por muchos sacerdotes humildes y obedientes que estén dispuestos a beber el cáliz que Dios les tiende. La mayor parte de las veces será una copa de alegría, como leemos en el famoso salmo 23: “Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa”. Pero en ocasiones esa copa será de sufrimiento. Con las oraciones y el amor de los fieles, los sacerdotes se regocijarán en el vino dulce de la copa y permanecerán fieles cuando el cáliz sea más difícil de beber.

Mundo

Caritas Internationalis: soluciones sostenibles para acabar con el hambre en el mundo

Con ocasión del Día Mundial contra el Hambre 2023, que se celebró el domingo 28 de mayo, Caritas Internationalis hace un llamamiento a la comunidad internacional para que elimine el desperdicio de alimentos y aplique soluciones sostenibles para acabar con el hambre en el mundo de una vez por todas.

Giovanni Tridente·29 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Todavía hay muchas poblaciones que se enfrentan a la pobreza y la escasez de alimentos; millones de personas que, debido a los conflictos, las consecuencias de las pandemias y el aumento del coste de la vida, no pueden acceder adecuadamente a la nutrición.

El llamamiento de Caritas Internationalis se centra, una vez más, en «promover la agricultura y la producción de alimentos sostenibles, reducir el desperdicio de alimentos y apoyar los sistemas alimentarios locales».

Medidas que, además de combatir adecuadamente el hambre, también, según la organización internacional, «ayudarán a preservar el planeta para las generaciones futuras». Evidentemente, esto va de la mano de la preservación de la naturaleza, también en términos globales.

Una petición expresada también por el Papa Francisco en su reciente Mensaje para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, que tendrá lugar el próximo 1 de septiembre.

Al lado de las víctimas de la injusticia ambiental

El Pontífice reflexiona especialmente sobre la importancia de garantizar «la justicia y la paz» para todos los pueblos del planeta.

Una de las condiciones para ello es «estar al lado de las víctimas de la injusticia medioambiental y climática», poniendo fin a esta «guerra sin sentido contra la creación».

Para ello es necesario «transformar nuestros corazones, nuestros estilos de vida y las políticas públicas que rigen nuestras ciudades».

Menos residuos y menos consumo innecesario

En particular, hay que transformar los estilos de vida para que haya «menos residuos y menos consumo innecesario, especialmente allí donde los procesos de producción son tóxicos e insostenibles». Esto es importante para que «todo el mundo pueda estar mejor: nuestros semejantes, estén donde estén, y también los hijos de nuestros hijos».

Sobre las políticas públicas y económicas «que rigen nuestras sociedades y modelan la vida de los jóvenes de hoy y de mañana», la denuncia del Papa es contundente: a menudo «favorecen riquezas escandalosas para unos pocos y condiciones de degradación para muchos».

Alcemos la voz

Ante esta dinámica», escribe el Santo Padre, «levantemos la voz», porque serán una vez más los pobres quienes sufrirán «los peores impactos». El Papa Francisco ya lo había explicado en la Encíclica Fratelli tutti, considerando injusto que sólo los poderosos y los científicos tengan voz en el debate público.

En este sentido, Cáritas Internationalis -señala en una nota- siempre trata de trabajar junto a las comunidades locales «para implementar prácticas agrícolas sostenibles, crear capacidad de adaptación al cambio climático y apoyar a los líderes mundiales y a los responsables de la toma de decisiones para que aborden y revisen las políticas que agravan el hambre en el mundo».

Así ha ocurrido, por ejemplo, en varios países de África, pero también en Pakistán, donde desde 2018 Cáritas romueve prácticas agrícolas sostenibles y ejecuta programas centrados en la resiliencia de las familias de pequeños agricultores y en mejorar su capacidad de adaptación al cambio climático y a las catástrofes, manteniendo la salud de los ecosistemas y del suelo.

En Somalia, por su parte, se financian desde hace tiempo iniciativas de ayuda a las víctimas de la sequía, así como actividades educativas para los jóvenes y los marginados.

Con ocasión de la Conferencia sobre el Cambio Climático de Bonn, que se celebrará del 5 al 15 de junio, Caritas organizará también un evento sobre las posibilidades de «trabajo conjunto en agricultura y sistemas alimentarios» entre líderes religiosos y locales, con la participación de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Fondo Verde para el Clima (GCF), negociadores del Grupo Africano y la Unión Europea (UE). 

Acceso global a los bienes de la naturaleza

En cuanto a los líderes mundiales que se reunirán de nuevo para la cumbre COP28, esta vez en Dubai del 30 de noviembre al 12 de diciembre, el llamamiento del Papa en su Mensaje para la Jornada Mundial de la Creación tiene como objetivo lograr una «transición rápida y equitativa» para poner fin cuanto antes a la explotación de los combustibles fósiles, frenar los riesgos del cambio climático y salvaguardar el acceso global y seguro a los bienes de la naturaleza.

Cultura

La guerra en Ucrania, misión del cardenal Zuppi

No sólo irá a Kiev enviado por el Papa, sino también a Moscú. Los contornos de la misión de paz del cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia, encargado por el Papa de actuar como su enviado especial para tratar de aliviar la situación de guerra en Ucrania, apenas empiezan a definirse.

Andrea Gagliarducci·29 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

El cardenal Matteo Zuppi no sólo será el enviado del Papa a Kiev, sino también a Moscú, para una misión que «no tiene como objetivo inmediato la mediación», sino más bien el de «aliviar las tensiones», en palabras del cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado vaticano.

Pero, ¿por qué el Papa Francisco ha elegido al cardenal Zuppi para una misión tan delicada? ¿Qué espera conseguir el Papa?

La búsqueda de un diálogo con el agresor

Desde el comienzo de la agresión a gran escala de Rusia en Ucrania, el Papa Francisco ha buscado una orilla directa con Rusia. El 25 de febrero de 2022, de forma totalmente poco convencional, acudió incluso a la embajada de la Federación Rusa ante la Santa Sede, buscando en varias entrevistas lo que más tarde llamaría una «ventana» de diálogo con el presidente ruso Vladimir Putin. En vano.

Luego llegó la videoconferencia con el Patriarca de Moscú, Kirill, el 16 de marzo de 2022. Debería haber conducido a un histórico segundo encuentro entre el Papa y el Patriarca, y para ser justos, ya estaba en marcha. En realidad, esa videoconferencia tensó aún más las relaciones, no tanto por lo que ocurrió durante la conversación, sino por cómo el Papa Francisco la describió después, subrayando que le había dicho a Kirill que «no somos clérigos de Estado».

Con Ucrania, el Papa Francisco tiene conexiones diferentes. El arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana, Sviatoslav Shevchuk, conoce al Papa desde que era eparca de Buenos Aires, y el Papa se ha mostrado benevolente con él en repetidas ocasiones. Y no han sido pocos los gestos de cercanía del Papa a Ucrania.

Como, por ejemplo, cuando en 2016 lanzó la Colecta Extraordinaria por Ucrania. O como cuando, en 2019, convocó una reunión interdicasterial con sínodos y obispos de la Iglesia greco-católica ucraniana precisamente para hablar de la crisis ucraniana.

Pero el Papa Francisco nunca ha dejado de lado el vínculo con Rusia, a la que siempre ha prestado especial atención. Putin es el jefe de Estado actual que más veces ha sido recibido por el Papa (tres), mientras que en términos absolutos es el segundo en número de encuentros solo por detrás de la ex canciller alemana Angela Merkel, que se había reunido cinco veces con Francisco.

Los contactos con Moscú siempre se han considerado importantes. La reunión con el Patriarca Kirill en La Habana en 2016 dio lugar a un documento final que parecía sesgado hacia las posiciones rusas, aunque era apreciable como esfuerzo.

Ciertamente, Moscú era considerado un interlocutor, si no privilegiado, en todo caso al que había que prestar mucha atención. Y hubo resultados. En 2017, el cardenal Pietro Parolin fue el segundo secretario de Estado vaticano que visitó Moscú. En 2021, fue el arzobispo Paul Richard Gallagher, el «ministro de Asuntos Exteriores» del Vaticano en visitar el país.

Estas cifras sirven para afirmar que el Papa siempre ha estado atento a la situación ucraniana, aunque de forma diferente a las cancillerías y las diplomacias normales. Pero el Papa siempre ha sentido predilección por Rusia, hasta el punto de que siempre ha hecho saber que está dispuesto a ir a Moscú en cuanto le inviten. De hecho, aunque ha sido invitado varias veces a ir a Ucrania para ver la situación con sus propios ojos, el Papa siempre ha vinculado un posible viaje a Kiev a un viaje a Moscú.

La diplomacia personal del Papa

Así pues, el Papa Francisco parece pensar que el futuro de la región pasa más por un diálogo con Moscú que con Ucrania. Sin embargo, la diplomacia papal no ha dejado de manifestar su apoyo, e incluso el arzobispo Gallagher visitó Ucrania en mayo de 2022. Desde el principio, la diplomacia del Papa señaló el peligro de una escalada militar, pero nunca negó el derecho de Ucrania a la defensa.

Por su parte, el Papa ha enviado en repetidas ocasiones al cardenal Konrad Krajewski, prefecto del Dicasterio de la Caridad, para llevar ayuda a Ucrania, y también ha enviado al cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, para evaluar la situación de los refugiados.

Ahora, el Papa parece haber decidido que se necesita otro enviado personal, y la elección ha recaído en el cardenal Matteo Zuppi.

¿Por qué? Porque el cardenal Zuppi, como miembro de la comunidad de Sant’Egidio, estuvo entre los negociadores del exitoso acuerdo de paz en Mozambique. Y luego porque Sant’Egidio ha tenido una posición muy cercana a la del Papa sobre la guerra, hasta el punto de encabezar una manifestación pacifista en noviembre de 2022, y de pedir incesantemente un «alto el fuego», llegando incluso a pensar en la posibilidad de declarar Kiev «ciudad abierta», aceptando así la eventual ocupación.

Zuppi representa la diplomacia de la paz, pero también es un exponente de posiciones que el Papa parece compartir. Una vez más, por tanto, el Papa Francisco decide actuar personalmente, con la esperanza de que el cardenal Zuppi, también gracias a los contactos sobre el terreno de las organizaciones caritativas de Sant’Egidio, pueda al menos aportar algunos resultados concretos.

Al fin y al cabo, se trata de aliviar el sufrimiento, y este es el trabajo que las organizaciones cristianas llevan haciendo desde el principio en Ucrania. De hecho, desde siempre, si pensamos que el Consejo Panucraniano de Iglesias tiene más de 25 años, y ha sido una de las organizaciones más cercanas a las víctimas del conflicto que se vive desde hace años en las zonas fronterizas, en las autoproclamadas repúblicas de Dombas y Luhansk.

De hecho, ni Rusia ni Ucrania quieren misiones de mediación para la paz, y lo han dejado claro de diversas maneras. Pero una misión que al menos podría conducir a un alto el fuego ha recibido elogios la semana pasada por parte de un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, lo que indica una apertura por parte de Rusia en este sentido. ¿Se trata de una declaración de forma, de una señal de la necesidad rusa de parar para rearmarse y reagruparse, o de un sincero deseo de paz?

Una paz posible

Es difícil de definir, porque lo que se nota en esta guerra es que se trata de una guerra híbrida, librada no sólo sobre el terreno, sino también con la difusión de información, en un gran juego entre las partes.

La Santa Sede lo sabe, y Parolin también habló de guerra híbrida en la interdicasterial con la Iglesia greco-católica ucraniana en 2019. Por el momento, sin embargo, se necesitan ante todo lo que el cardenal Parolin llamó «soluciones creativas». Y una de estas soluciones sería una gran Conferencia de Paz en Europa, para redescubrir lo que se llama el «espíritu de Helsinki».

¿En qué consiste? El espíritu que condujo, en 1975, a la Declaración de Helsinki, que dio origen a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. La declaración establecía también, a propuesta de la Santa Sede, el principio de la defensa de la libertad religiosa en todos los Estados que se adhirieran a la iniciativa, y esto incluía a la Unión Soviética, que había promovido la conferencia y había querido que la Santa Sede estuviera presente.

Fue ese pasaje el que marcó el primer crujido de los regímenes ateos, obligados ahora a no perseguir la religión, so pena de comprometer un diálogo que se había llevado a cabo con dificultad. No es casualidad que, en los diez años siguientes a Helsinki, el mundo soviético empezara a crujir, mientras que la política de perestroika de Mijaíl Gorbachov crearía las condiciones para la caída del Muro de Berlín.

Sin embargo, los tiempos son muy distintos, y el «espíritu de Helsinki» difícilmente podría volver en la forma de hace cincuenta años, porque la historia y la situación son diferentes. Pero la Santa Sede quiere proponer un nuevo mundo multilateral, que se oponga al polarizado que de hecho está dividiendo en bloques incluso las reacciones a la guerra de Ucrania.

Mediación para la paz

Por tanto, lo ideal para la Santa Sede sería ser llamada a mediar. Pero incluso esto parece difícil. Cuando el Papa reveló la misión del cardenal Zuppi, sin entrar en detalles, era el 30 de abril, y el Papa estaba en el vuelo de regreso de su viaje a Hungría. Pero las palabras del Papa fueron interpretadas como las de una posible mediación, e inmediatamente se apresuró a desmentirlo. Una señal, al fin y al cabo, de que la paz es especialmente complicada de conseguir, y que en Ucrania es improbable que se alcance a menos que las dos partes lleguen a un compromiso.

El Papa está intentando alcanzar el compromiso con un enviado especial. No es seguro que esto sea suficiente.

La semana pasada, el Papa Francisco nombró al cardenal Matteo Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, enviado especial para Ucrania y Rusia.

La noticia llegó un día después de unas declaraciones del arzobispo Claudio Gugerotti, prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales y ex nuncio en Ucrania, quien subrayó que no sabía nada sobre su posible papel como enviado a Moscú. Pero este papel será de Zuppi, dijo el cardenal Parolin en una mesa redonda por la paz en Bolonia. Zuppi», dijo el Secretario de Estado vaticano, «será un delegado del Papa no sólo en Kiev, sino también en Moscú. Así que debemos hacer sentir nuestro apoyo a la persona que ha recibido una misión tan delicada.»

Detallando aún más la misión del presidente de la CEI, el cardenal Parolin dijo -hablando al margen de la presentación del libro editado por monseñor Dario Edoardo Viganò «Papas y medios de comunicación. Edición y recepción de los documentos de Pío XI y Pío XII en el cine, la radio y la televisión». – que la misión no tiene «la mediación como objetivo inmediato», sino más bien el de «aliviar las tensiones en el conflicto de Ucrania», tratando de «fomentar un ambiente que pueda conducir a caminos de paz».

Las noticias sobre el envío de un representante del Papa se habían sucedido desde que el Papa Francisco anunció una misión confidencial por la paz en Ucrania, misión negada tanto por la parte rusa como por la ucraniana, pero reiterada varias veces por el propio cardenal Parolin, secretario de Estado vaticano. 

Misión por definir

Aún no se han definido las modalidades de la misión. El vaticanista Sandro Magister señala que el cardenal Zuppi es miembro de la Comunidad de Sant’Egidio, y que Andrea Riccardi, fundador de Sant’Egidio, ha tenido posiciones no precisamente favorables a Ucrania en relación con la guerra, primero tomando partido para que Kiev fuera declarada «ciudad abierta» (hizo el mismo llamamiento para Alepo), y después organizando una procesión pacifista el 5 de noviembre en la que pidió un alto el fuego.

Magister señala también que la posición de un alto el fuego inmediato está muy alejada de la del arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, que ha estado en Ucrania y que ha apoyado repetidamente la necesidad de una defensa armada (pero proporcionada), incluso con toda la prudencia diplomática de la Santa Sede, que ha pedido repetidamente soluciones creativas y ha advertido inmediatamente contra una escalada.

Por ello, el Papa habría preferido la diplomacia paralela de Sant’Egidio, que condujo, entre otras cosas, al acuerdo de paz en Mozambique, del que Zuppi fue mediador, pero que ha resultado problemática en otras regiones del mundo.

La misión del cardenal Zuppi recibió, sin embargo, una especie de espaldarazo del Kremlin. De hecho, un portavoz del ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, en declaraciones a la agencia estatal Ria Novosti, hizo saber que Moscú «valora positivamente la iniciativa de paz del Vaticano», aunque hasta ahora la Santa Sede «no ha tomado ninguna iniciativa para el viaje de un emisario a Rusia».

El Ministerio de Asuntos Exteriores subrayó que tomaba nota del «sincero deseo de la Santa Sede de promover el proceso de paz», añadiendo que «cualquier esfuerzo en este sentido sólo tendrá sentido si tiene en cuenta la conocida postura de principio de Rusia sobre posibles negociaciones de paz».

El Ministerio de Asuntos Exteriores también quiso señalar que hasta ahora Kiev «sigue rechazando categóricamente la posibilidad de negociaciones con Moscú y apuesta por la guerra».

El autorAndrea Gagliarducci

Vaticano

Llamamiento del Papa a la “armonía en la Iglesia” y a pedir por el Sínodo 

En la Misa del Domingo de Pentecostés, el Papa Francisco ha solicitado con intensidad que “volvamos a poner al Espíritu Santo en el centro de la Iglesia”, y a que “¡construyamos armonía en la Iglesia!”. “El Pueblo de Dios, para ser colmado del Espíritu, debe caminar unido, hacer sínodo”, ha señalado. En el Regina Caeli ha invitado a pedir “a la Virgen María que acompañe esta importante etapa del Sínodo”, la Asamblea de octubre.

Francisco Otamendi·28 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

En la homilía de la Misa solemne de Pentecostés, en el interior de la Plaza de San Pedro,. y con casullas rojas en el mismo Papa y en los celebrantes, el Papa Francisco ha efectuado un fuerte llamamiento a que “¡construyamos armonía en la Iglesia!”. “Volvamos a poner al Espíritu Santo en el centro de la Iglesia, (…), pongamos al Espíritu en el principio y en el centro de los trabajos sinodales”. 

“Hoy la Palabra de Dios nos muestra al Espíritu Santo en acción. Lo vemos actuar en tres momentos: en el mundo que ha creado, en la Iglesia y en nuestros corazones”, ha iniciado el Papa su homilía. Y en la segunda parte, al manifestar que “además de estar presente en la creación, lo vemos actuando en la Iglesia, desde el día de Pentecostés, ha señalado, entre otras cosas:

“El Sínodo que se está realizando es —y debe ser— un camino según el Espíritu; no un parlamento para reclamar derechos y necesidades de acuerdo a la agenda del mundo, no la ocasión para ir donde nos lleva el viento, sino la oportunidad para ser dóciles al soplo del Espíritu. Porque, en el mar de la historia, la Iglesia navega sólo con Él, que es ‘el alma de la Iglesia’ (S. Pablo VI, Discurso al Sacro Colegio por las felicitaciones onomásticas, 21 junio 1976), el corazón de la sinodalidad, el motor de la evangelización”, ha denominado el Papa Francisco al Espíritu Santo.

“Sin Él la Iglesia permanece inerte, la fe es una mera doctrina, la moral sólo un deber, la pastoral un simple trabajo”, ha proseguido. “A veces escuchamos a los así llamados pensadores, teólogos, que nos dan doctrinas frías, parecen matemáticas porque en el interior les falta el Espíritu. Con Él, en cambio, la fe es vida, el amor del Señor nos conquista y la esperanza renace. Volvamos a poner al Espíritu Santo en el centro de la Iglesia, de lo contrario nuestro corazón no será inflamado de amor por Jesús, sino por nosotros mismos. Pongamos al Espíritu en el principio y en el centro de los trabajos sinodales. Porque es ‘a Él, sobre todo, a quien necesita hoy la Iglesia. Digámosle cada día: ¡Ven!’ (cf. Audiencia general, 29 noviembre 1972)”. 

El Espíritu, en el centro de los trabajos sinodales

A continuación, ha apelado a la armonía y a “caminar juntos”, basando su meditación en la Escritura: “Y caminemos juntos, porque al Espíritu, como en Pentecostés, le gusta descender mientras ‘están todos reunidos’ (cf. Hch 2,1). Sí, para mostrarse al mundo Él escogió el momento y el lugar en el que estaban todos juntos. Por lo tanto, el Pueblo de Dios, para ser colmado del Espíritu, debe caminar unido, hacer sínodo. Así se renueva la armonía en la Iglesia: caminando juntos con el Espíritu al centro. ¡Hermanos y hermanas, construyamos armonía en la Iglesia!”

Acudir a la Virgen en santuarios marianos

Unos minutos más tarde, antes de rezar la oración mariana del Regina Caeli, ya desde la ventana del Palacio Apostólico, el Santo Padre ha efectuado una concreta petición de oración para estos días: “Con el fin del mes de mayo, en santuarios marianos de todo el mundo están previstos momentos de oración para prepararnos a la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Pidamos a la Virgen María que acompañe esta importante etapa del Sínodo, con su materna protección”. 

Y a continuación, la guerra de Ucrania, como viene haciendo desde tiempo: “A Ella confiamos también el deseo de paz de tantas poblaciones en todo el mundo. Especialmente, de la martirizada Ucrania.

“Mucha división, mucha discordia”

Durante la Misa, que presidió el Santo Padre y concelebró en el altar principal el cardenal João Braz de Aviz, Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, junto a otros cardenales, el Papa no ha dejado de referirse a las divisiones.

“Hoy en el mundo hay mucha discordia, mucha división”, ha subrayado. “Estamos todos conectados y, sin embargo, nos encontramos desconectados entre nosotros, anestesiados por la indiferencia y oprimidos por la soledad. Muchas guerras, muchos conflictos; ¡parece increíble el mal que el hombre puede llegar a realizar! Pero, en realidad, lo que alimenta nuestras hostilidades es el espíritu de la división, el diablo, cuyo nombre significa precisamente ‘el que divide’. Sí, el que precede y excede nuestro mal, nuestra desunión, es el espíritu maligno, el «seductor del mundo entero» (Ap 12,9). Él goza con los antagonismos, con las injusticias, con las calumnias”. 

“Y, frente al mal de la discordia, nuestros esfuerzos por construir la armonía no son suficientes”, ha señalado el Papa Francisco. “He aquí entonces que el Señor, en el culmen de su Pascua, en el culmen de la salvación, derramó sobre el mundo creado su Espíritu bueno, el Espíritu Santo, que se opone al espíritu de división porque es armonía; Espíritu de unidad que trae la paz. ¡Pidámosle que venga cada día a nuestro mundo!” 

“El Espíritu crea armonía, nos invita a dejar que su amor y sus dones, que están presentes en los demás, nos sorprendan. Como nos ha dicho san Pablo: ‘Hay diversidad de dones, pero todos proceden del mismo Espíritu […] Porque todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo Cuerpo’ (1 Co 12,4.13). Ver a cada hermano y hermana en la fe como parte del mismo cuerpo al que pertenezco; esta es la mirada armoniosa del Espíritu, este es el camino que nos indica”, ha agregado el Pontífice.

“¿Perdono, promuevo reconciliación y creo comunión?” 

Al comentar el tercer aspecto, “el Espíritu crea armonía en nuestros corazones”, el Santo Padre ha resaltado que “lo vemos en el Evangelio, cuando Jesús, la tarde de Pascua, sopló sobre sus discípulos y dijo: ‘Reciban el Espíritu Santo’ (Jn 20,22). Lo da con un fin específico: para perdonar los pecados, es decir, para reconciliar los ánimos, para armonizar los corazones lacerados por el mal, rotos por las heridas, disgregados por los sentimientos de culpa. Sólo el Espíritu devuelve la armonía al corazón porque es Aquel que crea la «intimidad con Dios» (S. Basilio, Spir., XIX,49). Si queremos armonía, busquémoslo a Él, no a los sucedáneos mundanos. Invoquemos al Espíritu Santo cada día, comencemos rezándole cada día, ¡seamos dóciles a Él!”

“Y hoy, en su fiesta, preguntémonos”, ha invitado. “¿Soy dócil a la armonía del Espíritu o sigo mis proyectos, mis ideas, sin dejarme modelar, sin dejarme transformar por Él? ¿Me apresuro a juzgar, señalo con el dedo y le cierro la puerta en la cara a los demás, considerándome víctima de todo y de todos? O, por el contrario, ¿acojo su poder creador armonioso, la “gracia del conjunto” que Él inspira, su perdón que da paz, y a mi vez perdono, promuevo reconciliación y creo comunión? 

“Si el mundo está dividido, si la Iglesia se polariza, si el corazón se fragmenta, no perdamos tiempo criticando a los demás y enojándonos con nosotros mismos, sino invoquemos al Espíritu”, ha alentado Francisco, con la siguiente oración:

“Espíritu Santo, Espíritu de Jesús y del Padre, fuente inagotable de armonía, te encomendamos el mundo, te consagramos la Iglesia y nuestros corazones. Ven, Espíritu creador, armonía de la humanidad, renueva la faz de la tierra. Ven, Don de dones, armonía de la Iglesia, únenos a Ti. Ven, Espíritu del perdón, armonía del corazón, transfórmanos como Tú sabes, por intercesión de María”. 

Regina Caeli: ¿nos encerramos en nosotros mismos”

Antes del rezo del Regina Caeli, que ha tenido lugar tras la Misa, a las 12,00 h., el Papa ha señalado en su alocución que “con el don del Espíritu, Jesús quiere liberar a los discípulos del miedo que los mantiene encerrados en sus casas, para que puedan salir y convertirse en testigos y anunciadores del Evangelio. Detengámonos, pues, en el Espíritu que libera del miedo”. 

En ese momento, Francisco ha preguntado: ¿Cuántas veces nos encerramos en nosotros mismos? ¿Cuántas veces, por alguna situación difícil, por algún problema personal o familiar, por el sufrimiento que padecemos o por el mal que respiramos a nuestro alrededor, corremos el riesgo de caer poco a poco en la pérdida de la esperanza y nos falta el valor para seguir adelante? Entonces, como los apóstoles, nos encerramos en nosotros mismos, atrincherándonos en el laberinto de las preocupaciones”.

“El Espíritu Santo libera del miedo”

“El miedo bloquea, paraliza. Y aísla: pensemos en el miedo hacia el otro, al extranjero, al diferente, al que piensa distinto”, ha reflexionado el Papa. “E incluso puede haber miedo a Dios: a que me castigue, a que se enfade conmigo… Si damos espacio a estos falsos miedos, se cierran las puertas: las del corazón, las de la sociedad, ¡e incluso las puertas de la Iglesia! Donde hay miedo, hay cerrazón. Y eso no está bien”, ha dicho con fuerza. 

“El Evangelio, sin embargo, nos ofrece el remedio del Resucitado: el Espíritu Santo. Él libera de las prisiones del miedo. Al recibir el Espíritu, los apóstoles -hoy lo celebramos- abandonan el Cenáculo y salen al mundo para perdonar los pecados y proclamar la Buena Nueva. Gracias a Él, se vencen los miedos y se abren las puertas. Porque esto es lo que hace el Espíritu: nos hace sentir la cercanía de Dios y así su amor echa fuera el temor, ilumina el camino, consuela, sostiene en la adversidad”, ha manifestado a los fieles y peregrinos.

“Un nuevo Pentecostés que ahuyente los miedos”

Por último, “ante los temores y las cerrazones, invoquemos al Espíritu Santo para nosotros, para la Iglesia y para el mundo entero: para que un nuevo Pentecostés ahuyente los miedos que nos asaltan y reavive el fuego del amor de Dios. Que María Santísima, la primera que fue colmada del Espíritu Santo, interceda por nosotros”, ha concluido el Papa.

Tras el rezo de la oración mariana, el Papa Francisco ha recordado el 150 aniversario de la muerte de una de las figuras más grandes de la literatura, Alessandro Manzoni, y ha invitado a “rezar por las poblaciones que viven en la frontera entre Myanmar y Bangladesh, duramente golpeadas por un ciclón: más de ochocientas mil personas, que se suman a los numerosos rohinyás que ya viven en condiciones precarias. Al renovar mi cercanía a estas poblaciones, hago un llamado a los líderes para que faciliten el acceso de la ayuda humanitaria, y apelo al sentido de la solidaridad humana y eclesial para que acudan en ayuda de estos hermanos y hermanas nuestros”.

El autorFrancisco Otamendi

Cultura

Iglesias que cantan

La arquitectura sagrada del siglo XX y XXI según Romano Guardini, Rudolf Schwarz, Louis Bouyer y Frédéric Debuyst.

Fernando López Arias·28 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El poeta francés Paul Valéry escribió en Eupalinos o el Arquitecto que en las ciudades hay edificios mudos, otros que hablan y unos más, los más raros, que cantan. Difícil labor la del arquitecto que trata de hacer cantar sus edificios, sin desafinar con notas estridentes. Continuando con esta imagen, podríamos decir que muchas iglesias cristianas construidas en los últimos decenios han emitido registros sonoros que oscilan entre el vulgar mutismo y las pocas palabras balbucientes. Algunas en cambio, las más raras, cantan música celestial. Al mismo tiempo, el siglo XX ha sido un momento de extraordinaria producción de “música litúrgica” para hacer que la arquitectura cristiana “cante”. Cuatro “compositores” católicos destacados del pasado siglo en este ámbito fueron Romano Guardini, Rudolf Schwarz, Louis Bouyer y Frédéric Debuyst. En el número de junio de Omnes hablaremos más ampliamente de arquitectura sagrada del siglo XXI.

Romano Guardini (1885-1968)

Pocos personajes del siglo pasado han sido más influyentes en el pensamiento cristiano que Romano Guardini, especialmente para la teología de la liturgia. En su conocido libro El espíritu de la liturgia (Vom Geist der Liturgie, 1918) dedica algunas significativas páginas al espacio celebrativo. Este surge del encuentro de dos “mundos interiores”: el de Dios y el de los hombres. Una persona puede percibir este espacio existencial sólo a través de la Iglesia y en la Iglesia. Por todo ello, el “ambiente” donde poder experimentar este espacio litúrgico interior es precisamente la oración.

Guardini concibe la “formación” del espacio celebrativo a partir del movimiento del cuerpo en el rito. Este espacio viviente se funde con el espacio arquitectónico ― que de él toma forma ― para dar origen al espacio celebrativo. Por otro lado, una de las aportaciones esenciales de Guardini por lo que respecta a la arquitectura sagrada es su reflexión sobre las imágenes litúrgicas. La iglesia cristiana es fundamentalmente un lugar simbólico, sacramental, epifánico. En él, la imagen sagrada participa especialmente de esta capacidad de manifestar el misterio divino. El hombre a través de su experiencia de la imagen entra en comunión con Dios. La presencia de imágenes en el templo no es pues una cuestión únicamente de devoción y mucho menos de ornato. En este sentido, incluso la misma superficie vacía tiene para Guardini un significado simbólico, en cuanto imagen del Dios inefable cuya presencia se hace elocuente en el “silencio” icónico.

Rudolf Schwarz (1897-1961)

Íntimamente relacionado con Guardini se encuentra Rudolf Schwarz. Como arquitecto, colaboró estrechamente con Guardini en la remodelación de la capilla y de la Sala de los Caballeros del Castillo de Rothenfels, lugar de reunión de los jóvenes del Quickborn (movimiento juvenil alemán del período de entreguerras, cuya alma mater y guía espiritual era Guardini). Uno de estos jóvenes fue el mismo Schwarz, cuyas iglesias se convertirán en iconos de la renovación de la arquitectura cristiana contemporánea.

Por lo que respecta a su producción teórica, su obra La edificación de la Iglesia (Vom Bau der Kirche, 1938) es posiblemente el libro más influyente del pasado siglo en este ámbito. Las iglesias y los objetos del culto “no deben servir a la liturgia, sino que deben ser la liturgia”. Schwarz consideraba su “primera iglesia” un cáliz que diseñó para Guardini. Deseaba que cada iglesia fuera a su vez un cáliz, receptivo de la gracia, espacio abierto al encuentro con Dios.

El libro de Schwarz pasará sin embargo a la historia por sus famosos “siete planos” para la construcción de la iglesia. Se trataba de disposiciones de la asamblea litúrgica y del altar concebidas como instantáneas de la configuración espacial progresiva de la comunidad (aunque con frecuencia se interpreten erróneamente como posibles plantas para edificios sagrados). El espacio vivo que es la asamblea litúrgica se mueve, oscila y varía a lo largo del tiempo, generando las diversas disposiciones simbólicas.

Louis Bouyer (1913-2004)

A pesar de que la obra de Louis Bouyer Arquitectura y liturgia (Liturgy and Architecture, 1967) pasó relativamente desapercibida cuando fue publicada, su importancia ha sido reconocida progresivamente con el paso de los años. En ella Bouyer enuncia su conocida teoría sobre el origen de la arquitectura cristiana. El espacio celebrativo estaría directamente emparentado con la arquitectura de las sinagogas de la diáspora hebrea, especialmente las de Siria. El origen principalmente judío de estas primeras comunidades cristianas determinó la asunción del esquema sinagogal como estructura de base para las iglesias. La diferencia esencial estaría en que el lugar del cofre donde se guardaban los rollos de la Torah fue ocupado por el altar.

Usando una imagen audaz, Bouyer concibe el templo como un tálamo nupcial, donde tiene lugar el encuentro esponsal entre Cristo y la Iglesia. La liturgia es precisamente el momento de Comunión interpersonal en el que se genera la vida. En la génesis del espacio celebrativo se encuentra la proclamación de la Palabra: la Iglesia nace de la Palabra de Dios, que la convoca en torno a sí como comunidad de culto (Ekklesía). Esta generación del espacio celebrativo a partir de la Palabra explica la propuesta de Bouyer de situar, como en las antiguas iglesias bizantinas, el ambón en el centro de la nave. Desde la Palabra, Cristo conduce la asamblea al altar, orientándola hacia la Jerusalén celeste (el altar se situaría en el extremo oriental del edificio).

Frédéric Debuyst (1922-2017)

El recientemente fallecido Frédéric Debuyst, fundador y prior del monasterio benedictino de Clerlande, fue siempre un apasionado promotor de los espacios celebrativos a medida humana, donde la cercanía de Dios en medio de una pequeña comunidad se palpaba en modo vivo. En sus propuestas arquitectónicas, buscaba siempre un delicado equilibrio entre familiaridad y misterio, cercanía y trascendencia, belleza y sencillez, distancia y proximidad… Esta ambivalencia del espacio celebrativo era lo que consideraba el carácter genuino de la domus ecclesiae, o bien, El genio cristiano del lugar (Le génie chrétien du lieu, 1997).

El “genio del lugar” (genius loci) era en el mundo romano el “ambiente” o la “atmósfera” específica de un sitio. En época reciente, este concepto estuvo en el centro del debate arquitectónico a partir de la publicación de la célebre obra de Christian Norberg-Schulz Genius loci (1979). Debuyst trata de definir el carácter de este genius en el caso de las iglesias, descubriéndolo en su destinación para la liturgia y en su capacidad de mantener y reforzar delicadamente el carácter del lugar donde se construyen (espacio), así como las circunstancias históricas del momento en que se edifican (tiempo). Debuyst, como buen conocedor de Guardini y de Schwarz, recuerda que la arquitectura se desarrolla a partir del rito y en función de él.

Afortunadamente, la música de estos cuatro maestros no ha dejado de sonar hasta nuestros días: sus obras siguen siendo motivo de inspiración para arquitectos y estudios de la liturgia. Como en el caso de otros grandes autores, sus libros se han convertido ya en clásicos. Y los clásicos son esas obras inagotables que nunca te cansas de leer… y releer.

El autorFernando López Arias

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Cultura

Cuidar la música, el Pontificio Instituto de Música Sacra

El Papa san Pio X fundó en el año 1910 en Roma, un instituto de excelencia con el nombre "Scuola superiore di musica sacra" para que se preserven los tesoros musicales que surgieron a través de los siglos y en los diversos lugares y culturas del mundo.

Hernan Sergio Mora·27 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La Iglesia católica desde sus orígenes dio gran importancia a la música, en particular la que anima y da belleza a la liturgia. Consciente de ello, el Papa san Pio X fundó en el año 1910 en Roma, un instituto de excelencia con el nombre «Scuola superiore di musica sacra» para que se preserven los tesoros musicales que surgieron a través de los siglos y en los diversos lugares y culturas del mundo. Además para que se formen los nuevos y futuros músicos y compositores que darán brillo a las ceremonias religiosas en los más diversos países del mundo.

Hoy, el Pontificium Institutum Musicae Sacrae (PIMS), está dirigido por Mons. Vincenzo de Gregorio, 77 años, en quien se trasluce la alegría de un itinerario sacerdotal y artístico sereno, que le llevó desde su anterior encargo -director de la Orquesta Sinfónica de Nápoles- a este Instituto. El PIMS por facultad de la Sede Apostólica, confiere los grados académicos de bachillerato, licenciatura, magisterio y doctorado.

Los contenidos

“Este instituto tiene en su interior -explica Mons. De Gregorio – siete órganos, salas de estudio, varios pianos, un aula magna, la capilla principal con un coro proveniente de la antigua iglesia de San Calixto y una biblioteca con 40 mil volúmenes que es parte del sistema bibliotecario italiano”.

El programa es vasto: se aprende canto gregoriano, composición, polifónico, coralidad -en particular de la Schola Romana- pasando por el ‘coro a cappella medioevale’ y llegando a la música contemporánea, sin olvidar el piano, la organografía, liturgia, programación litúrgica, pastoral, musicología y canto didáctico.

El órgano merece un capítulo especial, puesto que en la etapa trienal se enseña la literatura organística antigua, barroca y moderna. El segundo nivel académico de dos años se pone en la perspectiva de tres tipologías: música antigua, el órgano en la literatura del siglo XVII y XVIII, improvisación y composición para la liturgia. 

Los estudiantes

Para ingresar a esta universidad mixta no hay que ser necesariamente católico, indica su Rector, pero los postulantes “deben traer una carta de presentación de un obispo y aprobar un examen que certifique el nivel”, si bien algunos antes de ingresar tienen que realizar estudios previos. 

“El instituto pasó de poco menos de 50 alumnos al inicio de mi mandato hace once años, a los casi 160 actuales, provenientes de unos 40 países, de los cuales 35 estudiantes en la residencia universitaria”, explica el sacerdote. Reconoce, entretanto, que no se logra tener un número mayor de alumnos, “porque a diferencia de otras disciplinas, cada uno de ellos necesita una atención individual”.

Los alumnos durante un ensayo

En el mes de septiembre se realizan los exámenes de composición, con pruebas específicas, seguido por el de admisión y en octubre inicia el año académico.

La sede

Su actual sede, la abadía “San Girolamo in urbe” construida a inicios del siglo pasado, fue entregada a los benedictinos de Francia y Luxemburgo, quienes por voluntad de Pío XI profundizaron la crítica literaria sobre la Sagrada Escritura, usando la filología, semiótica, arqueología y otras ciencias.

A partir de 1984 pasó a ser la sede del Pontificium Institutum Musicae Sacrae (PIMS), que además mantiene su auditorio en la Piazza di Sant’Agostino. Hoy el PIMS goza de personalidad jurídica propia, “sui juris” y se rige por las normas del derecho canónico, depende del dicasterio de la Cultura y Educación, creado por el papa Francisco con la Constitución apostólica Praedicate evangelium, promulgada el 19 de marzo de 2022 y que fusionó a dos dicasterios: el Pontificio Consejo de la Cultura y la Congregación para la Educación Católica

El autorHernan Sergio Mora

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Mundo

El 50% de las delegaciones de OMP aumentó su recaudación en 2022

El miércoles 24 de mayo concluyeron las Jornadas Nacionales de los Delegados de Misión y la Asamblea Nacional de Obras Misionales Pontificias.

Loreto Rios·26 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El miércoles concluyeron las Jornadas Nacionales de los Delegados de Misión y la Asamblea Nacional de las Obras Misionales Pontificias (OMP), que se han celebrado del 22 al 24 de mayo. El lema ha sido “Obras Misionales Pontificias: parte de la historia”.

Las jornadas se han celebrado en San Lorenzo del Escorial, y han contado con la participación del director de la Comisión Episcopal de Misiones, monseñor Francisco Pérez González, y el director de Obras Misionales Pontificias México, Antonio de Jesús Mascorro.

Ambos eventos han estado presididos por el director nacional de OMP de España, José María Calderón.

Con el lema, “Obras Misionales Pontificias: parte de la historia”, se ha querido poner de manifiesto la importancia de la evangelización a la hora de constituir las sociedades tal y como las conocemos. También se quiere destacar la labor que han desarrollado los misioneros a lo largo de la historia.

Las jornadas comenzaron con una ponencia del historiador Alfredo Verdoy titulada “Los misioneros españoles, constructores de una nueva civilización cristiana”.

El día 23 las jornadas estuvieron enfocadas en el aspecto económico. Se comentó que el año pasado el 50 % de las delegaciones aumentaron su recaudación, por lo que OMP España pudo enviar un 2,9 % más a los territorios de misión.

El director nacional, José María Calderón, también habló de las tres jornadas de las Obras Misionales Pontificias: Infancia Misionera, Vocaciones Nativas y el Domund.

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Cultura

Aniceto Masferrer: “La gran mayoría prefiere no pensar por uno mismo”

Los valores asumidos mayoritariamente por una sociedad constituyen la ética pública, que suele evolucionar con el paso del tiempo. Omnes ha conversado con el catedrático de la Universidad de Valencia, Aniceto Masferrer, sobre su último libro, ‘Libertad y ética pública’, en el que habla sobre libertad, la necesidad de estimular el pensamiento crítico y fomentar el diálogo, la sociedad civil, el Derecho o las ideologías.

Francisco Otamendi·26 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 12 minutos

“La gran mayoría prefiere no tener que vencer la pereza ni superar el temor que implica pensar por uno mismo, ni asumir los riesgos que conlleva, como la posibilidad de equivocarse, quedar en evidencia y tener que rectificar”, asegura el catedrático de Historia del Derecho y de las Instituciones en la Universidad de Valencia, profesor Aniceto Masferrer (Girona, España, 1971), en su reciente libro, ‘Libertad y ética pública’

Conversar con Aniceto Masferrer exige honestidad intelectual. Y leerle también, porque  defiende que “una sociedad es más madura y democrática cuando sus individuos son capaces de estrechar lazos de amistad, también con quienes no piensan como ellos, de ver en quienes discrepan de sus ideas como alguien que les ayuda y enriquece, y no como un incordio u obstáculo para su realización personal”.

En la entrevista, el intelectual se refiere a iniciativas de gente joven que promueven la creación de espacios para la libre expresión de las ideas, el diálogo y las relaciones interpersonales (@FreeThinkers.fu, It’s Time to Think, We are Seekers, entre otras). 

Sobre éstos y algunos temas más, como la guerra de Ucrania, conversamos con Aniceto Masferrer, investigador y profesor en universidades europeas, americanas y de Oceanía, y autor prolífico.

La libertad es tema central de su reciente libro ‘Libertad y ética pública’. 

—Pienso que una vida no sería verdaderamente humana si se renunciara a amar en libertad, no sería realmente libre si se desentendiera de la verdad, y no podría acceder a la verdad quien no pensara por sí mismo. La libertad es un rasgo fundamental del ser humano. Una vida humana sin libertad, no es vida.

Según el mito posmoderno de la libertad, es bueno lo que uno quiere y malo lo que uno no quiere. No se admite que pueda ser malo algo que uno realmente quiere, ni pueda ser bueno algo que uno en realidad no quiere. Y es un ‘mito’ porque la misma realidad se encarga de desmentir semejante planteamiento. Como afirmó Ortega y Gasset, “toda realidad ignorada prepara su venganza”. 

Y su discípulo Julián Marías señalaba que “se puede ‘de buena fe’ estar en la creencia de que 2 y 2 son 5. Lo malo es que cuando se obra de acuerdo con esa convicción, se tropieza con la realidad, porque ella no tolera las falsedades y se venga siempre de ellas. De ahí viene el fracaso de la vida”. 

Es cierto, como apuntó T. S. Eliot, que “el género humano no puede soportar mucha realidad”, pero algunos parecen no soportar otra realidad o verdad que no coincida con sus deseos e intereses personales, actitud criticada por Bertrand Russell: “Me parece fundamentalmente deshonesto y dañino para la integridad intelectual, creer en algo sólo porque te beneficia y no porque pienses que es verdad”.

En la presentación se refirió a la necesidad de estimular el pensamiento crítico. ¿Por qué esa convicción? 

—La gran mayoría prefiere no tener que vencer la pereza ni superar el temor que implica pensar por uno mismo, ni asumir los riesgos que conlleva, como la posibilidad de equivocarse, quedar en evidencia y tener que rectificar. Una parte importante de la ciudadanía prefiere formar parte de aquella masa amorfa de la que hablaba Ortega y Gasset (La rebelión de las masas), carente de personalidad, que no piensa por sí misma sino que necesita ser pensada por otra persona o colectivo –en ocasiones, victimizado–, limitándose a imitar y reproducir lo que ve en los demás.

La persona que no piensa por sí misma, renuncia a ser ella misma y entrega su libertad, sintiéndose así resguardada por una colectividad anónima de la que no se atreve ya a disentir. Se convierte en un cadáver viviente porque ya no es ella misma, ni siquiera es capaz de plantearse ser la persona que en realidad querría llegar a ser. Es la nueva ciudadanía que, creyendo disfrutar de una libertad que discurre al margen de la realidad, genera desengaño, vacío, ansiedad y frustración.

Libertad y ética pública

Autor: Aniceto Masferrer
Editorial: Sekotia
Páginas: 272
Año: 2022

También alude al fomento del diálogo, en particular con quien piensa de modo distinto. Por otra parte, sigue la escalada bélica en Ucrania. 

—El ser humano tiene una tendencia al sectarismo, que le lleva a pensar que él sabe más que los demás, o que la pertenencia a un grupo le hace mejor que el resto. Nos cuesta aceptar que la verdad, la belleza y la justicia no son patrimonio exclusivo de nadie. Nadie posee toda la verdad, sino tan sólo partes de ella. Quizá sería incluso más certero decir que es la verdad la que posee a alguien. Pero no puede poseer a quien no dialoga, a quien no es capaz de tomarse en serio las razones de quienes no piensan como él. 

Existen tres vías para acceder al conocimiento de la realidad: la observación, la reflexión y el diálogo. Sin diálogo no puede haber conocimiento de la realidad, ni posibilidad de avanzar o progresar como sociedad. De ahí la importancia de fomentar el pensamiento crítico y la expresión de las propias ideas en un clima respetuoso hacia todos, y en particular hacia quienes piensan de modo distinto. De lo contrario, el diálogo no es posible. Y sin diálogo, no cabe la convivencia pacífica en todos los ámbitos (familiar, social, nacional o entre las naciones). Cuando no hay diálogo, las diferencias se dirimen con la mera suma de los votos o con la violencia. Y el resultado suele ser la sinrazón y la muerte –tanto civil como natural– de las personas, como está sucediendo en Ucrania y en tantos otros países del mundo.

Señala en su libro que la libertad de expresión, incluyendo la discrepancia, y la cultura del diálogo, son claves para salvaguardar la democracia… 

—La discrepancia viene exigida por una razón de educación elemental, y por otra de sentido común en la convivencia con personas con visiones distintas en el marco de una democracia plural. Pero existe otra razón aún más importante: sólo la discrepancia permite alcanzar una visión más amplia y completa de la realidad, que jamás es simple, llana y uniforme, sino rica, compleja y poliédrica. El científico Karl R. Popper afirmó que “el aumento del conocimiento depende por completo de la existencia del desacuerdo”. También se ha dicho, y con razón, que “la capacidad de escuchar a gente inteligente que no está de acuerdo contigo es un talento difícil de encontrar” (Ken Follet). En efecto, es más fácil arrimarse a quienes nos complacen, como hacen los niños, porque, como dijo Kant, “¡Es tan cómodo ser menor de edad!”.

Sin embargo, una sociedad es más madura y democrática cuando sus individuos son capaces de estrechar lazos de amistad, también con quienes no piensan como ellos, de ver en quienes discrepan de sus ideas como alguien que les ayuda y enriquece, y no como un incordio u obstáculo para su realización personal. Tener amistad sólo con aquellas personas cuyas ideas nos complacen y compartimos, supone quedarse en la inmadurez, renunciar a una plenitud que implica partir del reconocimiento de que uno no tiene toda la verdad y que sólo me puedo ir acercando a ella escuchando y comprendiendo el punto de vista de los demás.

 ¿Por qué se ha sustituido la razón por la ideología? 

—Hannah Arendt muestra, en Los Orígenes del Totalitarismo, la relación entre el totalitarismo y la ideología, y señala que “la dominación totalitaria (…) se orienta a la abolición de la libertad, incluso a la abolición de la espontaneidad humana en general”. En realidad, la libertad y la razón humanas son los grandes enemigos de la ideología.

Sin embargo, es erróneo pensar que esta amenaza se da tan sólo en regímenes políticos totalitarios (tanto de derechas como de izquierdas), que en muchos países occidentales este peligro está superado y que forma parte ya del pasado. Así pensaban a principios del siglo pasado, como describe Stefan Zweig en su novela Castellio contra Calvino. Conciencia contra violencia (1936). 

Percibe usted una cierta apatía social. Se delega todo en los gobiernos o en el Estado, y nos conformamos.

—Benjamin Constant, en su famosa conferencia (‘De la libertad de los antiguos comparada con la de los modernos’) pronunciada en el Ateneo de París en febrero de 1819, ya advertía que una excesiva intervención del poder público “es siempre una molestia y un estorbo.” Y añadía: “Siempre que el poder colectivo quiere mezclarse en operaciones particulares, perjudica a los interesados. Siempre que los gobiernos pretenden hacer nuestros negocios, los hacen peor y de forma más dispendiosa que nosotros.”

Constant instaba a la sociedad a ejercer “una vigilancia activa y constante sobre sus representantes, y reservarse, en períodos que no estén separados por intervalos demasiado largos, el derecho de apartarles si se han equivocado y de revocarles los poderes de los que hayan abusado”. 

Ligado a lo anterior. ¿Asistimos en Occidente al papel de Estados y gobiernos como agentes configuradores de los valores fundamentales que sustentan la convivencia? ¿O es excesiva esta percepción?

—Resulta sintomático que los políticos vean con buenos ojos la falta de implicación y participación del ciudadano en la vida pública, limitada tan solo –y en el mejor de los casos– a echar la papeleta en la urna cada cierto tiempo. La inmensa mayoría de la clase política actual parece razonar de forma muy similar a cómo lo expresaba Constant hace ya dos siglos: “¡Están completamente dispuestos a ahorrarnos cualquier preocupación, excepto la de obedecer y la de pagar! Nos dirán: ¿Cuál es en definitiva el objetivo de vuestro esfuerzo, de vuestro trabajo, de todas vuestras esperanzas? ¿No es acaso la felicidad? Pues bien, dejadnos hacer y os daremos esa felicidad. No, señores, no les dejemos hacer por muy conmovedor que resulte tan entrañable interés; roguemos a la autoridad que permanezca en sus límites, que se limite a ser justa. Nosotros nos encargaremos de ser felices”.

Y una cuestión que la ciudadanía jamás debería delegar en ningún poder –tampoco en el político– es la relativa a la configuración de la ética pública de la sociedad porque lo propio de una auténtica democracia liberal es que sean los ciudadanos los principales agentes configuradores de la ética pública. 

Pienso que en una democracia libre y plural no debería ser el Estado el principal agente configurador de los valores fundamentales que sustentan la convivencia social. Tampoco los grandes grupos empresariales, mediáticos y financieros. De lo contrario, la democracia se corrompe y se convierte en demagogia, desembocando fácilmente en un régimen autoritario o totalitario. 

Ese proceso de corrupción de la democracia se evita cuando la libertad política de una comunidad tiene como base la suma de las libertades individuales, no en abstracto, sino en su concreto y libérrimo ejercicio. Por eso, es fundamental que todo ciudadano piense por sí mismo, que exprese públicamente su pensamiento en un clima de libertad –con independencia de lo que piense–, y que contribuya, dentro de sus posibilidades, a configurar la ética pública de la sociedad en la que le ha tocado vivir.

Hace notar usted que en los argumentos que se ofrecen al presentar reformas legales, se habla de demandas sociales entonces casi inexistentes…, y luego lo legal se percibe como moral…

—En efecto, se está perdiendo la distinción entre la esfera de lo legal y de lo moral, tan importante en el pensamiento y la cultura jurídica occidental. En realidad, es una consecuencia de la falta de pensamiento crítico. Quien no piensa por sí mismo, tiende a creer que todo lo legal es moralmente lícito, y no cae en la cuenta de que algunas leyes aprobadas por el poder político pueden ser injustas porque no salvaguardan la dignidad y los derechos de todos, en particular de los más vulnerables.

La historia de los derechos humanos muestra esta realidad. El reconocimiento de determinados derechos ha sido, en muchas ocasiones, la respuesta a situaciones sociales moralmente insostenibles. 

Insostenible era el trato que algunos colonos propiciaron a los indígenas en América (s. XVI); insostenibles eran los atropellos a la libertad religiosa y sus consiguientes guerras de religión (s. XVI y XVII); insostenible era el poder omnímodo de las monarquías absolutas (s. XVI-XVIII); insostenibles eran las condiciones de la mayoría de los trabajadores, así como el trato indigno a las mujeres, niños y personas sin trabajo, enfermas o discapacitadas (s. XIX y XX); insostenibles fueron las teorías filosófico-políticas que propiciaron ―o incluso justificaron― las dos guerras mundiales (s. XX).

Insostenible es el dualismo global existente en la actualidad, en donde algunos viven en la más completa opulencia a costa de muchos otros que carecen de lo indispensable para vivir con un mínimo de dignidad (agua potable, comestibles, vivienda, educación, comunicación, etc.), mientras el resto contempla ―con cierta complicidad e impotencia― la riqueza de unos y la indigencia de tantos otros; insostenible es que una parte del mundo lleve una vida consumista y hedonista, justificando el atropello a los derechos de los indefensos, de los seres más vulnerables, de aquellos que no pueden valerse por sí mismos, o de aquellos que cuando vengan ya no podrán disfrutar del mundo y del medio ambiente del que nosotros gozamos en la actualidad.

¿Qué propondría usted para fortalecer la sociedad civil? Conoce la historia y ha viajado por medio mundo…

—La clave es volver a la realidad, vivir en ella, no fuera de ella. Lo ilustraré con una anécdota de esta semana. Al contar a una administrativa de mi universidad que en unos días asistiría a un congreso con una ponencia sobre la libertad sexual en el Derecho penal moderno, me interrumpió y preguntó: “¿Libertad sexual o perversión de lo sexual?”. Le contesté diciéndole que no me parecía que fuera ese el mejor modo de plantear el tema en un congreso internacional celebrado en París, la ciudad que vivió la revolución de mayo del 68. Ella me dijo: “Hoy hay más perversión que libertad sexual”. Y añadió: “Lo que hay es mucha ignorancia. Cuando se pierde el contacto con la realidad, es muy fácil sacar las cosas de quicio y perder el sentido común. Esto es lo que ha pasado con el sexo en la sociedad actual”.

No hace falta tener una gran formación cultural para discernir entre lo verdadero y lo falso, entre lo bueno y lo malo, entre aquello que nos humaniza y lo que nos deshumaniza; ni tampoco disponer de un tiempo libre del que no disponemos. Sí es necesario, sin embargo, encontrar un ritmo vital que nos permita observar la realidad con más atención, reflexionar más críticamente sobre lo que acontece en el mundo –en nuestra vida y en la de los demás–, tener –encontrar o crear– espacios que fomenten la libre expresión de las propias ideas y el diálogo con todos – incluyendo a quienes piensan de modo distinto–, y promuevan relaciones interpersonales auténticas –presenciales, no virtuales– que nos permitan estrechar lazos de amistad y mutua colaboración en la búsqueda de lo auténtico, lo bueno y lo bello para el conjunto de la sociedad. Esto es una necesidad humana, una inclinación hacia lo auténticamente humano.

En esta línea, en los últimos meses han surgido en España varias iniciativas –de gente joven– que promueven precisamente la creación de espacios para la libre expresión de las ideas, el diálogo y las relaciones interpersonales (Free Thinkers, It’s Time to Think, We Are Seekers, entre otras). La gente necesita espacios de libertad donde poder pensar por sí misma, expresar sus ideas y dialogar, actividades que resultan difíciles o entrañan un alto riesgo si se llevan a cabo en la política, la universidad y en otros ámbitos profesionales y culturales.

Usted habla en su libro de la deshumanización y la politización del Derecho. De ambas cosas. 

—El Derecho se deshumaniza cada vez que deja de proteger al desvalido, al que no tiene voz o no es capaz de hacerse oír en una sociedad aturdida por el fragor de un ritmo vital extenuante y el intento de descargar esa tensión con el entretenimiento y el placer, con el peligro –hoy, cierto y muy extendido– de caer en adicciones (redes sociales, pornografía, alcohol, drogas). No pocas veces, esas leyes deshumanizadoras son presentadas como conquistas en el ámbito de los derechos, en ocasiones de los derechos de unos a costa de la vida, la dignidad y los derechos de otros.

Resulta innegable que a día de hoy el Derecho depende excesivamente de la política; la clase política, de los medios de comunicación; y éstos, a su vez, de lobbies y grupos de presión que defienden determinados intereses ajenos al bien común. A veces, so capa de “proteger” a una minoría, se atenta gravemente al interés general, perjudicando los derechos de la mayoría. 

En esta estructura jerarquizada de intereses encadenados, bien conocida por otra parte –y que a alguno podría hacerle pensar en la sociedad europea feudal–, las libertades fundamentales, de las que tanto se habla y se enorgullece la civilización occidental, no pocas veces brillan por su ausencia o carecen de una protección clara y coherente. 

Se habla también de ‘muerte civil’. ¿Crece, a su juicio, la intolerancia, e incluso la discriminación hacia los cristianos por pensar de determinada manera?

A veces nos aferramos tanto a nuestras ideas y concepciones vitales que concebimos como una afrenta cualquier manifestación de discrepancia. Tenemos tan metida la idea de que la realización personal depende de nuestra autonomía de la voluntad, esto es, de que sólo podremos llegar a ser felices si se nos permite satisfacer nuestros deseos o elecciones, que entendemos como un ataque personal el que alguien nos diga que existen opciones mejores, y que la nuestra no sea la mejor para el conjunto de la sociedad (ni quizá para nosotros). Y lo tomamos como algo ofensivo. No somos capaces de distinguir entre la crítica a nuestro parecer y el respeto a nuestra persona. Y pensamos que tal discrepancia supone, necesariamente, un desprecio y una descalificación. 

De ahí que muchos interpreten como ofensivo que los cristianos puedan defender la vida humana (desde la concepción hasta la muerte natural), el matrimonio como un compromiso de por vida entre un hombre y una mujer, etc., y piensan que no deberían de imponer su parecer al resto de la sociedad.

Aparte de que dar su parecer no significa imponer (y no deberían de existir ciudadanos de segunda categoría a los que se les prohíba expresar su parecer), muchas personas parecen no ser capaces de distinguir entre entender ellas y sus ideas; de ahí que conciban cualquier discrepancia a sus ideas como un ataque directo a su persona. 

Es hora de terminar. Habla usted del miedo…  

El antónimo del amor no es sólo el odio, sino también el miedo o el temor, tan extendido en la sociedad actual. Mucha gente vive con miedo: a equivocarse –o fallar–, a defraudar, a quedar mal –y ser ridiculizado o rechazado–. Y el miedo es incompatible con el amor, como lo es con vivir en libertad. Uno se siente inseguro, percibe su falta de conocimiento, y opta por ceder a otros la tarea de pensar y de expresar sus ideas (que en realidad no son suyas). 

El miedo resulta paralizante e impide el libre desarrollo de la propia personalidad, recluyendo a su víctima al ámbito de una masa anónima y amorfa, cuyos miembros no piensan, ni hablan, ni actúan por sí mismos, sino según los dictados de un pensamiento débil, pero (hiper)protegido por la fuerza –potestas, no auctoritas– que le confiere su carácter –supuestamente– mayoritario, así como su hegemonía mediática, política y cultural.

Me atrevería a decir que el miedo constituye el principal obstáculo para vivir auténticamente en libertad, ser uno mismo y vivir en plenitud, alcanzando la felicidad que todo ser humano anhela. Controlar ese miedo –pues no se trata de hacer que desaparezca ni ignorarlo completamente–, es clave para gozar de una vida plena y feliz. Agustín de Hipona decía que hay dos formas de equivocarse en la vida: una consiste en elegir el camino que no nos lleva a nuestro destino. La otra consiste en no elegir camino alguno porque tenemos miedo a equivocarnos. 

Sucumbir ante el miedo, dejarse maniatar por él, optando por no perseguir aquello que te ilusiona y te hace mejor por temor al error, al fracaso o al esfuerzo que pueda traer consigo, es probablemente el mayor error que uno pueda cometer en su vida. 

Y la democracia liberal necesita, hoy más que nunca, una sociedad civil activa que, expresando respetuosamente sus ideas y dialogando con serenidad, contribuya a configurar una sociedad más libre, justa y humana.

El autorFrancisco Otamendi

Sagrada Escritura

Resucitó Cristo, mi Esperanza

El tiempo pascual el más especial del año. La carta apostólica de san Pablo VI, Mysterii paschali, sobre las normas generales del año litúrgico, n. 22, recuerda que todos los días de la Pascua deberían celebrarse como si fueran uno solo. 

Bernardo Estrada·25 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El tiempo pascual el más especial del año. La carta apostólica de san Pablo VI, Mysterii paschali, sobre las normas generales del año litúrgico, n. 22, recuerda que todos los días de la Pascua deberían celebrarse como si fueran uno solo. En ellos también se repite la secuencia pascual Victimæ paschali, donde, al final, se dice: “Resucitó Cristo, mi Esperanza”.

Siempre se ha hablado de la resurrección como de un misterio de fe, como Lc 24,34: “¡En verdad [realmente: óntôs]! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!”. Siguiendo la enseñanza de Pablo a los corintios, se enfatiza esa realidad en un estilo semítico: “Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos ¿cómo andan diciendo algunos entre vosotros que no hay resurrección de los muertos? Si no hay resurrección de los muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si no resucitó Cristo, vacía es nuestra predicación, vacía también vuestra fe” (1Cor 15, 12-17).

Verdadera naturaleza humana

Se nota aquí una reacción ante la tendencia gnóstica (dualidad mal-bien, materia-espíritu, con un proceso de salvación mediante conocimiento y no mediante la Redención de Cristo en la Cruz) que comenzaba a perfilarse en el primer siglo de nuestra era, y que se consolidó en el segundo. Ya Ignacio de Antioquía combatió vivamente el docetismo (Jesucristo habría tenido un cuerpo aparente), que como la doctrina gnóstica no reconocía en Jesús una verdadera naturaleza humana, subrayando al mismo tiempo su ser de Dios y hombre. A finales del siglo san Ireneo subrayaba de nuevo este misterio frente a los gnósticos.

Se entiende entonces el énfasis de la teología en resaltar la resurrección real de Jesucristo, con el mismo cuerpo que tuvo durante su vida en la tierra, aunque con características distintas, a juzgar por algunos pasajes del evangelio en el que los discípulos no lo reconocen (cfr. Lc 24, 16; Jn 21, 4). En palabras de Benedicto XVI, “el sepulcro vacío no puede, de por sí, demostrar la resurrección; esto es cierto. Pero cabe también la pregunta inversa: ¿Es compatible la resurrección con la permanencia del cuerpo en el sepulcro? ¿Puede haber resucitado Jesús si yace en el sepulcro? ¿Qué tipo de resurrección sería ésta?”; y añadía: “Si bien el sepulcro vacío de por sí no puede probar la resurrección, sigue siendo un presupuesto necesario para la fe en la resurrección, puesto que ésta se refiere precisamente al cuerpo y, por él, a la persona en su totalidad” (Jesús de Nazaret II, Encuentro, Madrid, 312).

En efecto, la fe en el misterio de la Resurrección del Hijo de Dios presupone la confesión de la Encarnación según la enseñanza de Calcedonia verus Deus, verus homo, verdadero Dios y verdadero hombre. Otro tipo de teorías llevaría, es cierto a determinadas doctrinas, hoy en boga, como la reencarnación, o el regreso a una vida distinta, la apokatástasis, de la que ya hablaba Orígenes.

Fundamento de la esperanza

Mirando de cerca el inicio del capítulo 11 de la Carta a los Hebreos, encontramos la afirmación: “La fe es garantía [hypóstasis] de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven”. El vocablo griego que nos presenta el autor de la carta se refiere al fundamento, a aquello en lo que se apoya todo lo que un cristiano puede esperar. 

Pensando de nuevo en el misterio pascual, la consecuencia lógica, según este razonamiento, es que la fe en la resurrección será el fundamento de nuestra esperanza cristiana. Así lo dice san Pedro: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo quien, por su gran misericordia, mediante la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha regenerado a una esperanza viva, a una herencia incorruptible, inmaculada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, a quienes el poder de Dios, por medio de la fe, protege para la salvación, dispuesta ya a ser revelada en el último momento” (1 Pe 1, 3-9).

Este himno litúrgico que nos presenta el Apóstol Pedro, parte de una doxología unida a una acción de gracias, expresando el motivo que lo ha llevado a esa alabanza, y terminando con una exhortación a alcanzar la meta de nuestra fe, la salvación. No pocos piensan que se trata de un texto litúrgico dentro de una catequesis bautismal, al hablar en un primer momento de la regeneración que se alcanza mediante la resurrección de Cristo, al participar, por medio del bautismo, en su muerte (inmersión) y en su resurrección (emersión), adquiriendo una vida divina que servirá como prenda de la resurrección futura. Por eso Pedro habla de una heredad aphthartos, que nada en la tierra puede corromper; amíantos, que no puede ser contaminada por ninguna realidad terrena que le sea contraria, y amárantos, inmarcesible, que conserva su brillo y su fuerza durante toda la vida del cristiano. De ahí que el misterio de la resurrección suscite de modo particular la esperanza, que es el verdadero motor de la vida cristiana Se trata de una esperanza que se afianza en el bautismo, como dice la 1 carta de san Pedro, sacramento que nos abre las puertas a todos los dones y gracias de la salvación.

El autorBernardo Estrada

Doctor en Filología Bíblica y en Teología Bíblica

Evangelio

El Espíritu Santo, vida de la Iglesia. Domingo de Pentecostés (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del domingo de Pentecostés (A) y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·25 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Espíritu Santo otorga dones, tanto personales como a la comunidad, y así edifica la Iglesia en sus partes individuales y como cuerpo. Este es en gran medida el mensaje de las lecturas de hoy en esta gran fiesta de Pentecostés.

Las lecturas muestran al Espíritu Santo como el poder de Dios que vence el miedo y la ignorancia de los seres humanos.

Cuando los discípulos estaban reunidos con la puerta cerrada “por miedo a los judíos”, Jesús se aparece entre ellos.

Al enviarlos, les da el don del Espíritu para que, como sacerdotes y obispos, puedan perdonar los pecados. El Espíritu se muestra así como Espíritu de valentía, de celo evangelizador y de perdón. 

La primera lectura nos habla de Pentecostés. Lo que primero fue el soplo suave de Cristo el día de su Resurrección se magnifica ahora, tras su Ascensión, en un viento impetuoso que impulsa a los apóstoles a ir a predicar a las multitudes (la palabra hebrea “ruah” puede significar “soplo”, “viento” y “espíritu”).

Es como si, habiendo vuelto a ser exaltado a la derecha de su Padre, el Hijo de Dios hubiera recuperado todo su “soplo”, que derrama entonces sobre la tierra. Como enseñaron varios Padres de la Iglesia, el Espíritu puede considerarse como el “beso” amoroso entre el Padre y el Hijo, su aliento compartido, aunque sin olvidar que es tan Dios y persona divina como el Padre y el Hijo. 

En Pentecostés, el Espíritu se convierte en Espíritu de comprensión que permite a personas de lenguas y culturas muy diferentes comprender en su propia lengua lo que probablemente era la predicación aramea de los apóstoles. “¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua nativa?”.

Así, el Espíritu supera en la Iglesia las divisiones y la incomunicación provocadas por el orgullo humano a partir de la Torre de Babel: “Y el Señor dijo: ‘Bajemos, pues, y confundamos allí su lengua, de modo que ninguno entienda la lengua del prójimo’… Por eso se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra” (Gn 11, 7-9).

Como leemos en el salmo, el Espíritu es el Espíritu creador, que renueva la faz de la tierra y da vida a todas las cosas.

Y en la segunda lectura, san Pablo dice a los Corintios que el Espíritu crea en nosotros la virtud de la fe, llevándonos a proclamar a Jesús como “Señor” e inspirándonos para realizar “diversidad de ministerios”, concediendo todo tipo de dones a los individuos para “el bien común”: sabiduría, conocimiento, milagros, profecía, lenguas…

Esto es lo que el Espíritu podría hacer en nuestras vidas y comunidades, si tan sólo, cerca de María, estuviéramos más abiertos a su acción.

Una mayor oración al Espíritu nos llevaría a una mayor valentía, celo por las almas, perdón y comprensión, y a toda una gama de dones espirituales y a una mayor creatividad en nuestra vida interior y eclesial.

La homilía sobre las lecturas del domingo de Pentecostés (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo de Pentecostés.

Educación

José M. Pardo: «No se puede exigir a los jóvenes una perfección que no corresponde a su edad»

José María Pardo, sacerdote y médico es el director del Programa de Formación Permanente en acompañamiento espiritual y resolución de conflictos puesto en marcha por la Universidad de Navarra.

Maria José Atienza·25 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

El próximo curso, la Universidad de Navarra estrena un título propio. Se trata del Programa de Formación Permanente en acompañamiento espiritual y resolución de conflictos.

Un proyecto dirigido a personas involucradas en la formación humana y cristiana, en el acompañamiento espiritual y en tareas de gobierno de instituciones educativas o eclesiales.

El programa pretende dotar, a estas personas, de las herramientas básicas para enfocar correctamente y ayudar a personas que presentan problemas en su vida personal, familiar, social y laboral.

José María Pardo, sacerdote, doctor en Medicina y Cirugía y en Teología Moral y director de este programa destaca, en esta entrevista para Omnes, la necesidad de este programa ya que, en muchas ocasiones, existe en personas con tareas de formación en la Iglesia “una laguna en conocimientos psicológicos básicos, que les impiden atender de un modo adecuado a las personas que se les han confiado”.

En los últimos años hablamos de «acompañamiento» espiritual pero, ¿significa lo mismo que “dirección espiritual”?

–El término “acompañamiento” es un término más general. El acompañamiento lo pueden ejercer muchas personas y en diversas dimensiones o ámbitos de la vida de una persona.

En el ámbito universitario, por ejemplo, está la figura del mentor, el profesor que acompaña al alumno en la vida universitaria. O el coaching, que acompaña a sus clientes a conseguir sus objetivos.

El término “dirección espiritual” se ha reservado al ámbito de la vida espiritual, de la vida interior de la persona. Tradicionalmente se ha reservado a los sacerdotes, por su relación con el sacramento de la Reconciliación.

Hoy en día, también algunos laicos y personas consagradas desarrollan esta actividad de acompañar a la persona en su conocimiento propio y en su relación con Dios.

Una de los frentes abiertos de la Iglesia en la actualidad es la lucha contra el abuso espiritual. ¿Cómo se detectan y manifiestan casos de esta índole?

–Como en las matrioskas, el concepto más amplio que engloba a todos los demás es el “abuso de poder” (ya sea de gobierno o de autoridad moral), una de cuyas formas es el “abuso psicológico”.

Cuando este se realiza en nombre de Dios, estamos ante un “abuso espiritual”; y, dentro de este, como su forma más grave, se encuentra el “abuso de conciencia”, que se puede definir así: aquellas acciones, realizadas en el contexto de una relación de dirección o ayuda espiritual, donde la persona que guía se atribuye una autoridad divina –es decir, identifica su consejo con la voluntad de Dios– imponiéndose sobre la identidad, la libertad y la responsabilidad de la persona guiada en un ámbito relativo al juicio moral.

Puesto que la mejor prevención es la educación, sería deseable que este delicado tema formara parte de los planes de formación de los seminarios y casas de formación, incluyendo un curso sobre la dirección espiritual y sobre cómo ejercer la función de gobierno en la Iglesia.

Una de las características de la generación de cristal es su poca «resistencia» a la corrección. ¿Nos encontramos ante un escenario complicado al conjugar la necesaria indicación con una hiperestesia ante cualquier «derrota»?

–La juventud tiene muchos puntos positivos y algunos horizontes de mejora. Uno de esos desafíos es la dejarse acompañar, aconsejar e instruir. Yo no me atrevería a afirmar que no quieran afrontarlos, sino que les cuesta, también porque están inmersos en una sociedad que proclama la “libertad absoluta”. A esto, se puedo añadir que hayan podido tener malas experiencias o modelos de referencia negativos.

Mi experiencia con gente joven me lleva a confiar en ellos. No se les puede exigir una perfección que no corresponde a su edad, son personas en construcción. A veces, a los que tenemos el encargo de acompañarlos nos entran las prisas, queremos resultados inmediatos, cambios radicales. Esto no es posible, y menos en la vida interior de las personas. Siempre recuerdo un consejo que me transmitió mi padre: “bocadillos de paciencia y zumos de buen humor”.

Si pretendes que la gente joven cambie de la noche a la mañana, lo mejor que puedes hacer es dedicarte a otra cosa. Las personas tienen sus tiempos y ritmos. Lo importante es no abandonarlas, que sepan que siempre estarás disponible para cuando te necesiten.

Os confieso dos máximas que me han ido muy bien en mi labor pastoral con gente joven: “mostrar, no demostrar” y “acompañar, no juzgar”. Cuando un joven comprueba que nos fiamos de él, que lo tratamos como un adulto (no como un niño) y que queremos que sea él quien decida sobre su vida, comienza a responder.

Ya lo señalaba san Juan Bosco: “Amad aquello que aman los jóvenes, y ellos aprenderán a amar lo que vosotros queréis que amen”. Además, sin decírtelo con palabras, te está pidiendo que seas su modelo, que le acompañes.

La etapa universitaria es el rango de edad más frecuente de asistencia al psicólogo y consumo de psicofármacos en la actualidad. ¿Caemos en la tentación de “psicologizar” la vida?

–En este ámbito, la Universidad de Navarra, de la que formo parte desde hace más de treinta años, ha creado la Unidad de Salud y bienestar, dentro de la Estrategia 2025. Una Unidad multidisciplinar que sirve de apoyo a la salud integral (también mental) de los alumnos y profesionales.

De todos es conocido el importante aumento de sintomatología psíquica en la época actual, en particular unida a la ansiedad, adicciones, depresión y estrés profesional.

La Facultad de Teología de dicha Universidad también ha advertido que muchos formadores de centros relacionados con la Iglesia detectan una laguna en conocimientos psicológicos básicos, que les impiden atender de un modo adecuado a las personas que se les han confiado.

La dedicación a tareas formativas y de acompañamiento espiritual requieren conocimientos específicos y profundos tanto de la normalidad psicológica y sus variantes como de posibles trastornos.

Por todo ello, nos ha parecido necesario ofrecer una formación profunda en Psicología y materias afines, que sirvan de complemento a la capacitación del profesor, guía espiritual o personas relacionadas con tareas directivas o de áreas sensibles en entidades educativas tanto laicas como religiosas. Para ello, se han diseñado tres Programas de Formación Permanente (PFP): en Psicología y vida moral; en Acompañamiento espiritual y resolución de conflictos; y en Gestión de la diversidad.

En estos PFP, junto a materias específicas de Teología moral y espiritual, se abordan materias de perfil más propiamente psicológico, buscando siempre su aplicación a las situaciones concretas en las que se encuentran muchas personas; situaciones que acaban teniendo incidencia en la vida moral y espiritual de las personas.

Las materias de estos Programas no están diseñadas como un mero estudio de psicología o de conocimientos exclusivamente técnicos. Al impartirse en una Facultad de Teología el enfoque es necesariamente multidisciplinar, incidiendo en su dimensión teológica, espiritual y pastoral.

¿Cuándo nos encontramos ante un verdadero conflicto y cómo enfocarlo?

–Un conflicto es una diferencia de intereses, ideas, estilos y percepciones que entran en contacto. Los conflictos interpersonales son los que más nos interesan. Las personas se conocen mejor cuando resuelven juntas un conflicto: mejora la calidad en las relaciones y la apertura en las conversaciones.

Las causas potenciales de aparición de conflictos son principalmente tres: diferencias personales, tendencias humanas conflictivas y causas contextuales (por ejemplo, falta de espacios de diálogo en una empresa). Este punto es importante, pues el conflicto sólo podrá solucionarse si se conoce la causa o causas.

La resolución de conflictos supone gestionar la imperfección –propia y ajena–, por lo que se hace necesario profundizar en el conocimiento propio y en el de los demás para detectar los potenciales motivos de conflicto y fomentar las actitudes personales.

En concreto, se puede ayudar a desarrollar y potenciar actitudes como la apertura, la flexibilidad, la generosidad para superar lo propio, la voluntad de consenso, etc.

El Programa de Formación Permanente en acompañamiento espiritual y resolución de conflictos

El Programa de Formación Permanente en acompañamiento espiritual y resolución de conflictos se trata de un título propio de la Universidad de Navarra. El curso se impartirá en la sede de Pamplona entre el 26 de octubre y el 7 de diciembre de 2023.

Se compone de cuatro asignaturas, que incidirán en distintos escenarios de la vida cristiana (sacerdocio, vida consagrada y laicado). En ellas, se abordará la centralidad de la libertad en la elección personal y en la vida de la persona.

También se tratará de la influencia de los factores psíquicos, la personalidad y las circunstancias externas en la vida moral y espiritual de la persona. Asimismo, se profundizará en la detección, clasificación, influencia y tratamientos de los trastornos psiquiátricos más relevantes y, por último, se trabajará en el abordaje y resolución de los conflictos personales, familiares y de la comunidad.

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Vaticano

Corea, China, María Auxiliadora y el Espíritu Santo resuenan en Roma

El ejemplo de evangelización del primer sacerdote mártir de Corea, san Andrés Kim Taegon, en tiempos de persecución; la oración a la patrona de Shanghai y la cercanía con los fieles de China; la devoción a Maria Auxiliadora para “que esté cerca del pueblo ucraniano”; y la petición “al Señor para que nos dé la fuerza del Espíritu Santo”, han sido ejes de la Audiencia del Papa de hoy en Roma.

Francisco Otamendi·24 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El “gran testigo coreano”, en palabras del Papa Francisco, san Andrés Kim Taegón, primer sacerdote mártir de Corea cuando en aquel país asiático tuvo lugar, hace doscientos años, una fuerte persecución; la oración por la Iglesia católica en China; la fiesta de Maria Auxiliadora, que la Iglesia celebra hoy miércoles, y la petición al Espíritu Santo para ser “discípulos de Jesús en la vocación a la que Dios nos llamó”, han sido ejes de la Audiencia de esta mañana del Santo Padre en la Plaza de San Pedro, en su decimocuarta catequesis sobre “La pasión por evangelizar. El celo apostólico del creyente”.

“En esta Audiencia quiero presentarles otro testigo del celo apostólico. Esta vez nos llega de tierras lejanas”, ha comenzado manifestando el Papa. “Efectivamente, san Andrés Kim Taegón fue el primer sacerdote mártir de Corea. Hace doscientos años, hubo en aquel país una fuerte persecución, y no se podía confesar la fe abiertamente. Anteriormente fueron los laicos quienes evangelizaron Corea”, ha comenzado manifestando el Papa, al comentar la Lectura del Evangelio de san Mateo (Mt 10,24-25.27).

“Su vida fue y sigue siendo un elocuente testimonio de celo por el anuncio del Evangelio. Hace unos doscientos años, la tierra coreana fue escenario de una durísima persecución de la fe cristiana. Creer en Jesucristo, en la Corea de entonces, significaba estar dispuesto a dar testimonio hasta la muerte”. San Andrés Kim Taegón fue uno de los 103 mártires coreanos canonizados por san Juan Pablo II en 1984.

“Caminando por la nieve”

“Destaco dos escenas que nos dan prueba de este celo”, ha proseguido el Papa Francisco.  “En la primera, vemos a san Andrés ante la dificultad de no tener más opción que encontrar a los fieles en público, y lograr reconocerse sin que nadie se diera cuenta, resumiendo en dos palabras su identidad. Las palabras que había que decir son ‘discípulos de Jesus’. Es muy interesante que sea este el resumen de todo lo que se puede decir, ya en ellas se supone dar vida al Evangelio, testimoniarlo”, ha subrayado el Romano Pontífice.

“En la segunda, lo encontramos cuando era seminarista caminando en la nieve para buscar un misionero y, completamente agotado, cayó por tierra, pero una mano amiga lo alzó y lo empujó a seguir adelante. La lección de esta escena es que aunque podamos caer, siempre podremos alzarnos de nuevo porque Jesús nos sostiene”. 

“Esta experiencia del gran testigo coreano nos hace darnos cuenta de un aspecto muy importante del celo apostólico”, señaló Francisco. “A saber, el valor de volver a levantarse cuando uno se cae. Por difícil que sea la situación, incluso a veces puede parecer que no deja espacio para el mensaje evangélico, no debemos rendirnos y no debemos renunciar a perseguir lo que es esencial en nuestra vida cristiana, es decir, la evangelización”. 

“Siempre podemos volver a levantarnos”

“Tal vez a veces nos desanimemos, debido a obstáculos externos, y el hecho de dar testimonio del Evangelio atraiga la incomprensión y el desprecio”, ha añadido el Papa. “Sin embargo, al mismo tiempo, siempre podemos volver a levantarnos, porque el Señor Jesús nunca nos abandona, siempre está cerca, nos anima y nos toma de la mano. Y siempre nos repite: ‘¡Levántate, camina!’. Él mismo es el que resucitó de entre los muertos. Su Resurrección es precisamente el misterio en el que radica la posibilidad de que nos levantemos de toda caída; es la fuente de la fuerza que nos permite seguir adelante. 

“Hermanos y hermanas, no nos desanimemos, no nos dejemos robar la dulce alegría de evangelizar (cf. Pablo VI), y con la fuerza que nos da Jesucristo, sigamos adelante”, ha alentado el Santo Padre.

Más adelante, reiteró esta misma idea. “Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos al Señor el celo que movió a san Andrés, que el Señor nos dé la fuerza de su Espíritu Santo; en este tiempo pedimos con especial intensidad para testimoniar su Evangelio en lo cotidiano, simplemente siendo “discípulos de Jesús”, en la vocación a la que Dios nos llamó. Pidámosle también que sea siempre ese amigo que nos sostiene en las dificultades, para perseverar en el camino del bien hasta el final. Que el Señor los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.

“Que María esté cerca del pueblo ucraniano”

El Papa se refirió en varias ocasiones a María Auxiliadora. “Hoy es la fiesta de Nuestra Señora venerada bajo la advocación de María Auxiliadora. Que Ella os obtenga consuelo y serenidad, queridos ancianos y enfermos. Y a los recién casados, que Ella os anime a vivir el mandamiento del amor en vuestra vida cotidiana. En el día de María Auxiliadora, la advocación mariana tan querida por don Bosco, un saludo especial a las familias salesianas, agradezco todo lo que hacen por la Iglesia”.

No podía faltar una llamada a rezar por Ucrania. “Y todavía una tristeza, que nos viene a todos, por la martirizada Ucrania. Se sufre tanto allí. No nos olvidemos. Pidamos hoy a María Auxiliadora que esté cerca del pueblo ucraniano. Y a todos mi bendición”.

Después, tras el resumen en lengua polaca, el Santo Padre ha manifestado también: “Os recordamos a la Bienaventurada Virgen María Auxiliadora, que Ella, Madre del Consuelo, conceda a la Iglesia en Polonia, a los pastores y a los fieles, y especialmente a las familias, a los ancianos, a los enfermos, la gracia de estar dispuestos a dar testimonio de la fe. Vivid de tal manera que los demás reconozcan en vosotros a los discípulos de Cristo. Os bendigo de corazón”.

Nuestra Señora de Sheshan, en Shanghai

Antes de dirigir unas palabras relativas a la catequesis a los fieles de lengua italiana, el Papa Francisco efectuó un llamamiento: “Hoy es la Jornada mundial de oración por la Iglesia católica en China. Coincide con la fiesta de la Bienaventurada Virgen María Auxiliadora, venerada e invocada en el Santuario de Nuestra Señora de Sheshan en Shanghai”. 

“En esta ocasión, deseo asegurar el recuerdo y expresar la cercanía a nuestros hermanos y hermanas de China, compartiendo sus alegrías y esperanzas. Un pensamiento especial se dirige a todos los que sufren, pastores y fieles, para que en la comunión y la solidaridad de la Iglesia universal experimenten consuelo y aliento. Invito a todos a elevar sus oraciones a Dios, para que la Buena Noticia de Cristo crucificado y resucitado sea proclamada en su plenitud, belleza y libertad, dando fruto para el bien de la Iglesia católica y de toda la sociedad china”.

El autorFrancisco Otamendi

Amistades históricas y la fe según Ratzinger

Hay muchos ejemplos de amistades emblemáticas a lo largo de la historia y también en la literatura. La fe, en esencia, es lo mismo: confianza en alguien a quien se quiere.

24 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La historia y la literatura registran grandes amistades en el plano humano.

Una de las más conocidas es la de David y Jonatán. A esta entrañable amistad, probablemente el mejor ejemplo de amistad en el Antiguo Testamento, se enfrentó Saúl, el padre de Jonatán, que envidió a David hasta el punto de ordenar asesinarle, por lo que David tuvo que huir de la corte. Cuando lo supo, Jonatán -hijo mayor y heredero de Saúl- se puso del lado de su amigo David.

Saúl, desechado por Dios y muerto en el campo de batalla contra los filisteos, perdió el trono, que pasó a David, el nuevo rey.

Otra célebre amistad es la de Pílades y Orestes. Clitemnestra, esposa infiel de Agamenón, envió a su hijo Orestes -para que no fuese testigo de su infidelidad- al cuidado del rey Estrofio, de Fócide. Orestes creció allí en amistad con Pílades, hijo del rey. A su regreso de Troya, Agamenón fue asesinado por Egisto, el amante de su esposa.

Orestes, con la ayuda de Pílades, mató a Clitemnestra y a Egisto, tras lo cual se fueron los dos navegando hasta los límites de la Escitia. Al llegar al país de Tauros, Orestes cayó al suelo afectado por su habitual locura quedando tendido en el suelo; Pílades le limpiaba la espuma y cuidaba de su cuerpo.

Cada uno de ellos se ofreció para salvar la vida del otro. Al final, se salvaron los dos, y Orestes reinó en Micenas y Pílades en Electra.

Otras amistades entrañables fueron las vividas entre Rolando y Oliveros y entre Amis y Amilis, ya en los tiempos de Carlomagno.

Más cerca de nosotros, Ratzinger nos ha dejado unas luminosas ideas sobre la fe, como una forma superior de amor, en muchas de sus obras, entre otras en su Introducción al cristianismo. Y me gustaría recordar aquí algunas de esas ideas que no han perdido actualidad.

En la plomiza soledad de un mundo huérfano de Dios, en su aburrimiento interior, ha resurgido la búsqueda de lo divino. Frente al éxtasis sombrío y asolador de la droga, de los ritmos asfixiantes, del ruido y de la embriaguez, se encuentra la luz diáfana y el hallazgo admirable del sol de Dios.

El futuro se construye donde los hombres se encuentran mutuamente con convicciones capaces de configurar la vida. Y el buen futuro crece donde estas convicciones vienen de la verdad y a ella llevan.

Hay, sin embargo, unos escándalos para la vida de la fe hoy:

–La distancia entre lo visible (lo que nos rodea, la realidad palpable) y lo invisible (Dios, la fe).

– La distancia entre el progreso (lo que impulsa hacia el futuro) y la tradición (la fe como algo del pasado, incluso en las vestimentas de los religiosos).

Cada persona humana tiene que tomar postura de algún modo en el terreno de las decisiones fundamentales, y esto solo puede hacerse en forma de fe. Hay un terreno en el que no cabe otra respuesta que la de la fe, a la que nadie puede sustraerse. Todo ser humano tiene que creer de algún modo.

Pero ¿qué es propiamente la fe?

La fe es una forma de situarse el ser humano ante toda la realidad.

El hombre no solo vive del pan de lo factible; vive de la palabra, del amor, del sentido. El sentido es el pan del que se alimenta el hombre en lo más íntimo de su ser. Huérfano de palabra, de sentido y de amor cae en la “ya no vale la pena vivir”, aunque se viva en un confort extraordinario.

Creer en Cristo “significa confiarse al sentido, que me sostiene a mí y al mundo, considerado como el fundamento firme sobre el que puedo permanecer sin miedo alguno”.

Por eso, no puede negarse que la fe cristiana constituya una doble afrenta a la actitud predominante hoy en el mundo… El primado de lo invisible sobre lo visible y del recibir sobre el hacer, discurre en sentido totalmente opuesto a esa situación predominante hoy.

Pero la fe no significa ponerse a ojos cerrados en manos de lo irracional. Al contrario, es acercarse al “logos”, a la ratio, al sentido y, por tanto, a la verdad misma.

La fe cristiana es mucho más que una opción a favor del fundamento espiritual del mundo. Su enunciado clave no dice creo en algo, sino “creo en ti”, en el carácter inmediato y vigoroso de su unión… con el Padre, en Jesús, el testigo de Dios, por quien lo intangible se hace tangible y lo lejano cercano; no es un puro y simple testigo… es la presencia de lo eterno en este mundo. En su vida, en la entrega sin reservas de su ser a los hombres, se hace presente el sentido del mundo.

“¿Eres tú realmente…?”. La honradez del pensamiento nos obliga a hacernos estas preguntas aunque a muy pocos se les manifiesta lo divino de una forma evidente.

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Teología del siglo XX

La Comisión Teológica Internacional al servicio de la comisión y el diálogo

La Comisión Teológica Internacional, creada por Pablo VI en 1969, ha jugado un importante papel de comunión y diálogo entre los teólogos católicos y el Magisterio, ha contribuido a serenar el panorama  teológico y ha dado lugar a un notable cuerpo de documentos de calidad.  

Juan Luis Lorda·24 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

En el consistorio del 28-IV-1969, Pablo VI comunicó a los cardenales la creación de una Comisión Teológica Internacional (CTI): “Según las orientaciones del Concilio Ecuménico Vaticano II (1962-1965), hemos cuidado entre otras cosas, de ajustar mejor la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe a su alto y grave deber. Además de la reforma dispuesta por el motu proprio “Integrae servandae”, hemos acogido el voto del primer Sínodo de los Obispos (1967), es decir, el de crear junto a esa Sagrada Congregación un equipo de estudiosos, cultivadores eximios de la investigación de las doctrinas sagradas y de la Teología, fieles al magisterio íntegro de la Iglesia docente. Hemos llevado a cabo, por tanto, durante todo este tiempo, una amplia consulta como lo requería la gravedad de la materia; siendo éste el único motivo que ha retrasado el cumplimiento de este proyecto”.

En efecto, durante el mismo Concilio se había insistido en la conveniencia de reformar el estilo y la composición de la Congregación del Santo Oficio, y se había sugerido contar con una especie de consejo asesor de teólogos. 

Al recibir a la CTI, el 6-X-1969, después de confirmar claramente el papel del Magisterio en la Iglesia, añadía: “No deseamos que se cree indebidamente en vuestros ánimos la sospecha de una emulación entre dos primacías, la primacía de la ciencia y la de la autoridad, cuando en este campo de la doctrina divina sólo existe una primacía, la de la verdad revelada, la de la fe, la cual tanto la teología como el magisterio eclesiástico quieren proteger con deseo unánime, aunque de modo diverso”. Y les pedía que tuvieran especial sensibilidad tanto para trabajar por la unión de los cristianos (ecumenismo), como para encontrar la manera “kerigmática” de presentar la fe ante el mundo moderno. 

Pablo VI aprobó unos estatutos ad experimentum, y Juan Pablo II hizo unos definitivos con el motu proprio Tredecim anni (1982). Según estos estatutos, los teólogos elegidos no deben pasar de 30 miembros, tienen que ser representativos de la teología en sus diversas dimensiones y lugares, y reunirse anualmente en Roma. Han sido ligeramente retocados con la reforma de la Curia por el Papa Francisco. 

Los contextos

La CTI tiene una interesante página en la web del Vaticano donde se recogen los documentos que le dieron origen, las alocuciones que le han dirigido los Papas y todos sus documentos. A golpe de vista se observa el volumen de trabajo realizado y también la especial atención que le dedicó Benedicto XVI, que la recibió todos los años con motivo de la reunión anual y les dedicó unas palabras siempre sustanciales y personales.  

Pero los documentos no pueden reflejar más que indirectamente la complicada situación que dio origen a esta comisión. Hay que tener en cuenta, por lo menos, seis puntos. 

El papel, en ocasiones, poco acertado y excesivo que jugó el Santo Oficio en los años cincuenta del siglo XX, encausando a teólogos que, en muchos casos, representaban opciones teológicas legítimas, pero distintas al tomismo generalmente asumido en las universidades romanas. Es la cuestión del pluralismo teológico, hoy obvia, pero entonces, no. Además, los procedimientos que se usaban en la Congregación, secretos y donde la persona encausada se sentía indefensa, sin saber qué pasaba, necesitaban una revisión. 

En particular, el enfrentamiento de algunos representantes tomistas con lo que después se llamaría la neopatrística, representada por De Lubac o por el acercamiento histórico a la teología, representado por Congar o Chenu. Se consideraba que el tomismo ya había ordenado toda la teología, que era el método propio de la teología, que superaba la patrística y que solo quedaba desarrollarlo. Pero esto, era evidentemente, una exageración. Los estudios de la primera parte del siglo habían demostrado que había mucho que aprender de la teología patrística, que no podía considerarse superada o resumida en el tomismo, y que eran posibles otros desarrollos.

Por otra parte, era evidente que había que acoger los mejores resultados de tanta teología y erudición bíblica. Sin duda es lo que hubiera hecho el propio Santo Tomás, que era muy sensible hacia todo lo que pudiera servir al desarrollo de la teología y aprovechó todos los recursos con que contó. 

El papel brillante que los teólogos habían tenido durante el Concilio Vaticano II, inspirando a los obispos y enriqueciendo los documentos, creó en los propios teólogos una conciencia reforzada de su misión de guía. Les impulsaba a un mayor protagonismo y planteaba, de paso, la relación entre el magisterio de los teólogos y el magisterio de los obispos, que tiene un fundamento doctrinal. El propio Pablo VI al mismo tiempo que defendía la identidad del Magisterio doctrinal de la Iglesia, reconocía el papel de la teología como servicio imprescindible, aunque, naturalmente, en comunión eclesial. 

El Concilio se había presentado como la gran ocasión para poner al día todos los aspectos de la Iglesia en relación con la evangelización del mundo moderno. De un lado, asumiendo que el mundo moderno estaba representado por la cultura occidental, que no es, desde luego, el único ambiente en el que existe y se desarrolla la Iglesia católica.

De otro, con la problemática que toda acomodación al mundo presenta en la vida de la Iglesia, que está llamada a convertir al mundo y no a ser convertida por el mundo. Desde luego, por la legítima autonomía de las cosas temporales, siempre hay algo que aprender del mundo, pero la salvación solo viene del Señor. Esto siempre ha exigido mucho discernimiento eclesial, que no pueden hacer solos los teólogos. 

Dado que Pablo VI quería que los documentos fueran aprobados con grandes mayorías, como así fue felizmente, se habían limado todas las cosas que podían chocar y rebajado algunas afirmaciones. Esto había creado malestar entre algunos teólogos y el deseo de seguir impulsando la renovación teológica y eclesial. Esa era, notablemente, la opinión de Rahner, que había llegado a ser considerado como el teólogo más característico, tenía una idea propia sobre cómo debía renovarse la teología, y que había promovido diversas iniciativas editoriales y la revista “Concilium” para mantener ese espíritu.

Así se originaría un “conflicto de interpretaciones” con una dialéctica entre el “espíritu del Concilio”, que se suponía encarnado en los deseos de algunos teólogos y “la letra del Concilio”, con los textos aprobados por los obispos. Incluso se planteaba la perspectiva de un III Concilio Vaticano, para llevar a cabo todo lo que algunos echaban en falta para una renovación completa (bastante utópica, por otra parte) de la Iglesia. Este conflicto de interpretaciones sería agudizado por la historia del concilio que hizo Giuseppe Alberigo (1926-2007) en la llamada Escuela de Bolonia, siguiendo a Giuseppe Dossetti, claramente en favor del “espíritu” sobre la “letra”. 

Además, era evidente que seguía siendo necesario un discernimiento oficial sobre las grandes cuestiones teológicas o por las opciones disidentes que agitaban la vida de la Iglesia. En 1969, cuando se estableció la Comisión, la Iglesia padecía la grave crisis del Catecismo holandés, que no solo era una crisis doctrinal, sino de comunión, y planteaba en crudo las relaciones entre Magisterio y opiniones teológicas (señaladamente de Schillebeeckx y Schoonenberg). Se había producido el complejo y doloroso proceso de la encíclica de Pablo VI, Humanae vitae (1968), contestada en algunos medios teológicos y conferencias episcopales. Crecía el disenso público de algunos teólogos, como el propio Hans Küng, en ensayos sobre La Iglesia (1968), llamado a Roma a consultas con la Congregación, pero no acudió: y preparaba ¿Infalible? para el año siguiente (1970). También Schillebeeckx y el moralista americano Charles Curran habían sido llamados a consultas.

En ese ambiente incómodo, con la iniciativa de Hans Küng, la revista “Concilium” publicó en diciembre del mismo 68 una declaración de libertad teológica, a la que se adhirieron algunos notables (Chenu, Congar), mientras otros la criticaban (De Lubac, Daniélou).

Los resultados

El mismo establecimiento de la CTI tuvo un efecto “visual” inmediato. El que se reunieran en Roma, en la Congregación para la Doctrina de la Fe, una treintena de teólogos importantes y representativos de todo el mundo era, en sí mismo, una imagen de comunión con Roma, además de una gran ocasión de intercambios y diálogos fecundos. Desde este punto de vista la creación de la CTI resultó muy oportuna. 

Entre los primeros, después de consultar a facultades y episcopados, había muchas figuras de peritos conciliares importantes, como De Lubac, Congar, Von Balthasar, Rahner, Ratzinger, Philips, Schnackenburg, por citar los más conocidos. También estaba el español Olegario González de Cardedal. Algunos de ellos repetirían muchas veces. Bouyer se excusó. En las páginas web mencionadas se pueden consultar las listas de los teólogos que se han renovado, en parte, cada cinco años. En los últimos tiempos, se han incorporado también algunas teólogas. 

Karl Rahner, acostumbrado a una posición de liderazgo en sus medios y en la revista Concilium, no se sintió siempre cómodo en un medio donde, como había sucedido en la redacción de Dei Verbum, no se asumía su posición sobre la revelación y el replanteamiento antropocéntrico de toda la teología. Además, otros miembros de esa comisión y amigos suyos, como Von Balthasar, De Lubac, Ratzinger promovieron enseguida la revista Communio (1972), llamada a contrapesar el magisterio de Concilium sobre la teología que debía iluminar el futuro de la Iglesia. Hans Küng, que no había sido llamado a la comisión, ya estaba en una posición claramente crítica y difícilmente reconducible. 

Reenfoques

Algunas aspiraciones del principio no eran muy realistas. No cabía pensar que un grupo tan variado con reuniones ocasionales pudiera ayudar eficazmente en la gestión diaria de la Congregación, salvo que pasaran a trabajar en ella. Desde luego, facilitaba la relación y muchas consultas, pero, además de los problemas de idioma, los teólogos vivían en su mayoría fuera de Roma y dedicados a otras cosas. De todas maneras, la Congregación se esmeró en internacionalizarse, mejorar su preparación teológica y sus procedimientos. 

La CTI tenía y tiene una misión más clara en relación al trabajo profundo sobre temas importantes. De tal manera que la relevancia de la Comisión, aparte de su función simbólica de comunión, dependía y depende totalmente de la categoría de los temas que se le proponen para trabajar. 

Los temas

Hasta la fecha, la CTI ha publicado 30 documentos, muchos de ellos de notable extensión y profundidad. Hay que reconocer que ha llevado una trayectoria fecunda y un trabajo intenso, abnegado y no siempre apreciado como merece. Un trabajo en comisión suele exigir bastante más esfuerzo que un trabajo personal, al tener que acordar y sintetizar mucho material. También el hecho de trabajar en comisión suele repercutir en que los textos resulten menos lineales y sintéticos que los que produce un solo experto. Pero el conjunto es una valiosa aportación a la teología. 

La primera época, de Pablo VI (1969-1978), vino marcada por los temas que habían dado origen a la CTI y por algunos pendientes de tratar tras el Concilio. Después de unas Reflexiones sobre los fines y los métodos de la Comisión (1969) y sobre El sacerdocio católico (1970), entre otros temas, se abordó La unidad de la fe y el pluralismo teológico (1972) y Magisterio y teología (1975). Además, en relación con la naciente entonces Teología de la liberación, Promoción humana y salvación cristiana (1976).

La época de Juan Pablo II (1978-2005), en cuanto fue nombrado el cardenal Ratzinger como prefecto de la Congregación (1982), abordó las grandes cuestiones que quería tratar el pontífice y otros temas estratégicos en las que trabajaba la congregación: Dignidad y derechos de la persona humana (1983), La conciencia que Jesús tenía de sí mismo y de su misión (1985), La interpretación de los dogmas (1989), El cristianismo y las religiones (1997), Memoria y reconciliación: La Iglesia y las culpas del pasado (2000). Cerrando con el amplio documento Comunión y servicio: La persona humana creada a imagen de Dios (2004).

Con el Papa Benedicto XVI (2005-2013), siguió una relación muy estrecha, pero solo se publicaron tres documentos: uno bastante especializado La esperanza de salvación para los niños que mueren sin bautismo (2007); otro de notable actualidad En busca de una ética universal: nueva mirada sobre la ley natural (2009) y una amplísima presentación de lo que es la teología: Teología hoy: Perspectivas, principios y criterios (2012)

En el tiempo del Papa Francisco (2013-), destacan algunos temas que le resultan queridos, como El sensus fidei en la vida de la Iglesia (2014) y La sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia (2018).

Documentación 

Alrededor del cincuentenario de la fundación de la CTI (2019) se prepararon algunos trabajos. Destaca el libro de A. Avallone, La Commisione Teologica Internazionale. Storia e propettive (Marcianum Press, Venecia 2016), que es una buena historia de la CTI con bastante documentación.

También surgieron interesantes artículos como el de Philippe Chenaux, Magistère et théologiens dans l’après-concile, en RevSR 96 (2022) 13-28; y el de Carlos María Galli, El cincuentenario de la Comisión Teológica Internacional, en Estudios Eclesiásticos, 96 (2021) 167-192, entre otros. La propia CTI editó un video con su historia en italiano, que se puede encontrar buscando “Commissione Teologica Internazionale” en Youtube.

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Vaticano

25 nuevos sacerdotes del Opus Dei

Rome Reports·23 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

El prefecto para el Dicasterio para el Clero ordenó, el 20 de mayo a 25 fieles del Opus Dei procedentes de 12 países.

Los nuevos sacerdotes, que forman parte del reducido clero de la Prelatura, han ejercido tareas civiles en banca o de la política hasta otros que trabajaron en la promoción de proyectos sociales. También hay un ingeniero mecánico y un periodista y profesor universitario.


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Ecología integral

El dinero de la Iglesia. La transparencia económica

Entrevista con Mimmo Muolo, autor del libro "El dinero de la Iglesia" y vaticanista del diario Avvenire.

Antonino Piccione·23 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Mimmo Muolo, es desde 1991 vaticanista del diario italiano Avvenire y desde 2015 redactor jefe adjunto de la redacción romana del mismo diario. Ha seguido la segunda parte del pontificado de san Juan Pablo II, después los de Benedicto XVI y el Papa Francisco.

Autor de varios libros, entre ellos ‘I soldi della Chiesa – El dinero de la Iglesia’ (Ed. Paolinas 2019). Su libro más reciente es la novela ‘Per un’altra strada – La leggenda del Quarto Magio’.

Muolo conversa con Omnes sobre los organismos financieros vaticanos, sus últimas reformas y algunas curiosidades.

Normalmente, salvo loables excepciones, la perspectiva predominante de quienes se ocupan de la relación entre la Iglesia y el dinero es la del escándalo. Es ahí donde conviene centrarse en el escenario general en el que se inscriben los hechos para favorecer una correcta comprensión. ¿Cómo hacerlo?

– Muchos recordarán el comienzo del bestseller de Vittorio Messori Ipotesi su Gesù (Hipótesis sobre Jesús): «No se habla de Jesús entre personas cultas. Con el sexo, el dinero, la muerte, Jesús figura entre los temas que incomodan en una conversación civilizada».

En definitiva, incluso 45 años después de la primera edición del libro, este incipit no ha perdido actualidad. Especialmente para uno de los temas enumerados, el dinero de la Iglesia. No se puede hablar de dinero de la Iglesia y de transparencia sin tener al menos las nociones básicas sobre este complejo tema.

No se puede hablar de las finanzas del Vaticano sin conocer el alcance y la magnitud de los presupuestos de la Santa Sede y de la Ciudad del Vaticano.

¿Cuál es el alcance real de estos presupuestos? ¿Cuáles son los activos de referencia? ¿Y cuál es la relación entre uno y otro de estos dos presupuestos?

– En primer lugar, hay que hacer tres aclaraciones muy importantes: el «Vaticano» no es toda la Iglesia, sino sólo un segmento de ella, en términos económicos muy pequeño; en la palabra «Vaticano» hay en realidad una estratificación de significados que incluye (simplificando al máximo) al menos dos realidades: la Santa Sede y el Estado de la Ciudad del Vaticano; por tanto, el presupuesto «vaticano» es también doble.

Por un lado el del Estado, o más exactamente del Governatorato, que podemos comparar con el poder ejecutivo de cualquier Estado soberano, y que se refiere a la gestión territorial (0,44 kilómetros cuadrados) del Estado del Papa.

Por otro lado, el presupuesto de la Santa Sede, entendido como el conjunto de dicasterios, oficinas, comisiones y organismos afines que asisten al Papa en el ejercicio de su oficio petrino. Para este último, se habla de balance consolidado, ya que muestra los resultados financieros y económicos de un conjunto de entidades (unas sesenta) que forman parte de una única entidad.

Cabe señalar que el presupuesto del Estado de la Ciudad del Vaticano, normalmente excedentario, contribuye a cubrir el déficit de este último, que no dispone de ingresos suficientes. Entre 2016 y 2020, ingresos y gastos se mantuvieron constantes: unos 270 millones para los primeros, más o menos 320 millones este último. Un desequilibrio, por tanto, de 60-70 millones.

Solo por hacer algunas comparaciones, los ingresos del Estado italiano en 2019 ascendieron a casi 579.000 millones. Como se ve, estamos hablando de un tamaño que no es exagerado calificar de minúsculo. Con todos mis respetos a los que todavía hablan de tesoros vaticanos.

En cuanto a los ingresos, ¿podemos identificar las principales fuentes? 

– Se puede decir en pocas palabras que los ingresos «vaticanos» son de tres tipos: las ofrendas, un pequeño Pil que consiste principalmente en actividades terciarias pertenecientes al Estado de la Ciudad del Vaticano, y el rendimiento de los bienes muebles e inmuebles.

El capítulo «donativos» incluye principalmente, por una parte, las contribuciones relativas al canon 1271 del Código de Derecho Canónico, es decir, la norma según la cual los obispos diocesanos de todo el mundo están obligados a enviar cada año al Papa una suma de dinero proporcional a las disponibilidades de sus diócesis; por otra parte, el Obolo di san Pietro (Ofrenda de San Pedro), que recoge las ofrendas de los fieles, normalmente el 29 de junio, dirigidas al conjunto de la actividad de la Santa Sede.

El pequeño Pil «Vaticano» (PIB), en cambio, está constituido por los ingresos de los Museos Vaticanos, la annona y los almacenes (el supermercado interno), las gasolineras, la farmacia y la oficina de correos, así como la venta de productos (huevos y leche sobre todo) de las Villas Pontificias de Castel Gandolfo.

Por último, están las rentas del patrimonio, formado a lo largo de los siglos gracias a los legados de los fieles. Un patrimonio que casi fue aniquilado en el momento de la ruptura de Porta Pia (1870) y que hoy es en gran parte el resultado de las inversiones en las décadas siguientes de la suma pagada por el Estado italiano cuando se firmaron los Tratados de Letrán en 1929 (un total de mil setecientos cincuenta millones de liras de la época, entre efectivo y valores).

¿Cómo se desarrolla actualmente esta actividad generadora de ingresos y qué organismos son responsables de ella?

– Se concentra en tres organismos (Apsa, Ior y el Dicastero de Propaganda Fide), aunque con naturalezas y finalidades diferentes.

El patrimonio inmobiliario gestionado por Apsa consta de 2.400 pisos y 600 tiendas, mientras que para el de Propaganda Fide sólo existen estimaciones periodísticas que oscilan entre un mínimo de 3-4.000 millones y un máximo de 9-10.000 millones (pero es bueno recordar que los ingresos de estas propiedades se destinan todos a la evangelización en tierras de misión, según la intención declarada de los benefactores que donaron estos bienes).

Mientras que el balance del IOR (que no es un banco, sino un promotor financiero) ya es público y fácilmente accesible en la web.

Presupuesto 2022 en «rojo» (33 millones) por Covid y caída de donativos y limosnas, pero las cuentas mejoran por el control del gasto. ¿Cómo se interpreta esto?

–Entre las partidas de gastos, la mayor es sin duda la destinada a los empleados. La Santa Sede tiene 2.880, el Estado de la Ciudad del Vaticano 1.930. Luego están los gastos de mantenimiento ordinario y extraordinario de los edificios, el Imu, la factura energética y los gastos de los medios de comunicación vaticanos. En los últimos años, estos gastos han superado casi siempre a los ingresos.

Guerrero (ex – Prefecto de Economía) habló de centralizar las inversiones financieras, mejorar la gestión del personal y las adquisiciones, y anunció un código para estas últimas que debería producir ahorros.

Sean cuales sean las medidas que se adopten, es seguro que la voluntad de Francisco es preservar los casi 5.000 empleos internos. Al fin y al cabo, como él mismo escribió en Evangelii Gaudium, “el dinero debe servir y no gobernar”.

El autorAntonino Piccione

España

Discípulos agradecidos, corresponsabilidad y liderazgo

La Conferencia Episcopal Española tiene un programa dedicado al impulso de la corresponsabilidad y el liderazgo pastoral en las parroquias. A través de la plataforma “Discípulos agradecidos”, la Conferencia episcopal “quiere ayudar a conseguir comunidades con una identidad fuerte”.

Paloma López Campos·23 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Desde la Conferencia Episcopal Española están buscando fortalecer la identidad de la comunidad cristiana a través de los discípulos actuales. El deseo es que los miembros “se sientan corresponsables en la tarea evangelizadora de la Iglesia” y que estén dispuestos a contribuir con los medios necesarios para ello.

A los recursos, se añade la necesidad de “líderes inspiradores, mujeres y hombres con corazón pastoral, capaces de identificar y desarrollar los numerosos carismas que existen en cada comunidad, la mayoría de ellos todavía por descubrir”.

Para lograr sus objetivos, la Conferencia ha puesto a disposición de todos una página web, «Discípulos agradecidos» en la que pueden encontrarse recursos variados, como vídeos o artículos. Pronto estará también accesible una plataforma que conectará a multitud de seguidores agradecidos que trabajan en sus comunidades y parroquias.

Una comunidad con 10 A’s

Uno de los artículos más interesantes que han publicado ya en la página web esquematiza las características de una comunidad agradecida y corresponsable:

  • Alegría: Una comunidad “que ha aprendido a darse sin medida”, lo cual se nota en todas sus actividades.
  • Agradecida: Aquella comunidad que sabe “agradecer a los fieles su compromiso y entrega”.
  • Administradora: Porque es consciente de que no es propietaria de los bienes, sino que los asesora.
  • Abierta: Por su capacidad de “saber descubrir la voz de Dios” a través de las sugerencias de los fieles.
  • Acogedora: Pues sabe valorar todos los dones, de forma que “todos los fieles sienten que son únicos e imprescindibles para la misión de la parroquia, a la vez que ponen toda la confianza en Dios que se sirve de sus talentos y les ofrece esta oportunidad maravillosa”.
  • Autónoma: Que se autosostiene y “disfruta siendo responsable de su misión”.
  • Actual: Aprovecha todos los avances modernos lícitos para ponerlos al servicio de la misión.
  • Auténtica: Una comunidad que “es transparente”.
  • Audaz: Porque “no tiene miedo a sembrar gratuidad porque sabe que recibirá muchísimo y tendrá todo lo que Dios quiera y necesite para hacer su Iglesia”.
  • Adorante: Una comunidad que sabe que “su fuerza, su misión y sus talentos son divinos y por eso vive de la entrega de Jesús en la Eucaristía”.

Corresponsabilidad parroquial

En la página web se puede encontrar también la inscripción al programa piloto sobre sobre corresponsabilidad parroquial que tendrá lugar en el curso 2023/2024. El enlace redirige a un formulario para rellenar los datos antes del 31 de julio, fecha en la que cierra el plazo de inscripción.

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Vaticano

Anunciadas las fechas de visita del Papa a Portugal por la JMJ 2023

El Papa estará en Lisboa del 2 al 6 de agosto, y después regresará a Roma. La visita incluirá un breve viaje a Fátima, que tendrá lugar el 5 de agosto.

Loreto Rios·22 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Hoy la Santa Sede ha anunciado oficialmente que el Papa Francisco visitará Portugal este verano con motivo de la JMJ y ha anunciado las fechas de su estancia en el país luso.

El Papa estará en Lisboa del 2 al 6 de agosto, y después regresará a Roma. El Papa ha expresado personalmente su deseo de visitar el santuario de Fátima, por lo que el programa oficial incluye el viaje al santuario el día 5 de agosto.

Se trata de la segunda visita del Papa Francisco a Portugal, ya que en 2017 visitó también el santuario de Fátima para canonizar a los pastorcitos Jacinta y Francisco Marto.

Visitas de los Papas a Portugal

El santuario ha recibido ya las visitas de los papas san Pablo VI, que realizó una peregrinación en 1967; san Juan Pablo II, que viajó en tres ocasiones a Fátima: en 1982, para agradecer a la Virgen haber sobrevivido al atentado sufrido en la Plaza de San Pedro en 1981, en 1991 y en el año 2000, para beatificar a los pastorcitos Jacinta y Francisco; el predecesor de Francisco, Benedicto XVI, viajó también a Fátima en el año 2010, por el décimo aniversario de la beatificación de Francisco y Jacinta.

Sin embargo, la visita de este verano será la más larga que habrá realizado un pontífice a Portugal, ya que la de Pablo VI duró doce horas, y tanto las de Juan Pablo II como la de Benedicto XVI no superaron en ningún caso los tres días.

Inscripciones para la JMJ

El programa definitivo de la JMJ se encuentra todavía en elaboración, pero las inscripciones están abiertas y pueden realizarse a través de la web oficial.

Mundo

Cardenal Tagle: “Los católicos chinos saben valorar las enseñanzas del Papa”

"El magisterio del papa Francisco. Una guía para la lectura de sus Encíclicas y Exhortaciones apostólicas" editado en chino recoge textos diversos del magisterio del Papa Francisco.

Giovanni Tridente·22 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

En China “existe toda una red viva de oraciones, liturgias, catequesis e iniciativas pastorales inspiradas directamente en el Magisterio ordinario del Papa Francisco”.

Son palabras del cardenal Luis Antonio Gokim Tagle, Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización, pronunciadas hace unos días en la presentación de un libro en chino titulado «El magisterio del papa Francisco. Una guía para la lectura de sus Encíclicas y Exhortaciones apostólicas» (教宗方济各牧职训导 – 宗座通谕及劝谕阅读指南) nacido en el marco de la revista «La Civiltà Cattolica» con motivo del décimo aniversario del pontificado de Bergoglio y editado por su director Antonio Spadaro, SJ.

libro catolicos chinos
Portada del libro

El objetivo de la publicación es transmitir la riqueza de este Magisterio a obispos, sacerdotes, catequistas y a quienes guían pastoralmente a las comunidades católicas de la gran nación asiática.

«Será recibido como un don muy grato, que llega en el momento oportuno», dijo el cardenal Tagle, quien en su discurso agradeció también el gran trabajo realizado a lo largo de los años por la Agencia Fides -perteneciente al Dicasterio que dirige-, y que publica semanalmente noticias sobre China procedentes de decenas de parroquias en comunión con la Iglesia universal.

Acogida que viene de lejos

Entre los ejemplos de esta comunión y adhesión al Pontífice, el cardenal Tagle citó en su discurso la importante movilización de pequeñas comunidades chinas para el Año de la Eucaristía proclamado en 2004 por san Juan Pablo II; las oraciones por el inicio del pontificado de su sucesor Benedicto XVI; la impresionante serie de iniciativas llevadas a cabo para el Año especial dedicado al apóstol Pablo (2008) o los posteriores Año sacerdotal, Año de la fe, etc.

Con el Papa Francisco, el cardenal Tagle destacó el Año Santo especial de la Misericordia, cuando «muchas personas atravesaron las Puertas Santas de las catedrales. Y muchos obispos publicaron cartas pastorales para reavivar las palabras del Papa Francisco sobre la misericordia”. Pero también la cercanía diaria del Santo Padre durante los duros meses de la pandemia: «grupos de jóvenes católicos chinos, con sus conocimientos digitales, consiguieron hacer llegar a los hogares imágenes de las misas del Papa, junto con traducciones simultáneas al chino de sus homilías».

Volviendo a los textos de la producción magisterial del actual pontífice, ahora también «comentados» en chino, según Tagle, encuentran «gran resonancia en la condición actual de los católicos chinos», precisamente porque Francisco, además de señalar las fuentes y tesoros de la fe y ofrecer sugerencias pastorales y espirituales, «ofrece palabras de sabiduría incluso ante los problemas, las pruebas y los sufrimientos que afectan a toda la familia humana».

Lo específico de cada documento

Por ejemplo, pensando concretamente en los católicos chinos, de la Exhortación Evangelii gaudium se desprenden aquí cuatro principios para la vida social (el tiempo superior al espacio, la unidad que prevalece sobre el conflicto; la realidad más importante que la idea y el todo superior al espacio), que según el Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización son ideales para «iluminar y reconfortar el camino de los católicos chinos de las últimas décadas, incluso en los pasajes más difíciles y dolorosos».

Lo mismo se aplica a Amoris laetitia, donde a pesar de que los valores arraigados en la tradición (prácticas virtuosas, amor filial, respeto a los ancianos) permanecen entre la gente, «hoy en día se ven socavadas por la disgregación vinculada a modelos de desarrollo totalmente condicionados por intereses económicos», subrayó el cardenal Tagle.

La Gaudete ed Exultate, además, con su llamada universal a la santidad, puede ser un homenaje a quienes en las últimas décadas han custodiado y transmitido el tesoro de la fe de persona a persona y entre generaciones: «personas que testimoniaron y testimonian su fe no con grandes proclamas o grandes acontecimientos, sino con sencillez, a través de la fuerza de los sacramentos, en medio de los problemas de la vida cotidiana, empezando precisamente por la vida familiar».

China, como sabemos, tampoco está exenta de la grave crisis ambiental con sus consiguientes problemas ecológicos extremos, y aquí también vienen al «rescate» documentos como Laudato si’ y Querida Amazonia, que son una verdadera advertencia para cuidar el futuro, reequilibrando el excesivo predominio del desarrollo económico por sí solo.

Por último, Fratelli tutti, con toda su carga de «soluciones» a la crisis y a los conflictos entre los hombres -que desgraciadamente persisten (guerras, cultura del despilfarro, xenofobia, esclavitud…)- y, en concreto, para disipar todos esos nubarrones de un posible enfrentamiento entre Occidente y China de los que tanto hablan los analistas políticos.

Bienvenidas sean, pues, las ocasiones en que podemos favorecer una mayor comprensión mutua y permitir que la Iglesia llegue con su mensaje de esperanza a todas aquellas culturas que han demostrado estar bien preparadas para acogerlo e incorporarlo a la vida cotidiana.

Cultura

Christian Bobin. El viajero inmóvil

Christian Bobin es de esos escritores a los que conviene releer de vez en cuando. Sorprendente por su capacidad de mostrar el lado más luminoso de la realidad, Bobin es capaz de hacernos ver que la cotidianidad es lo más prodigioso y fecundo que uno puede contemplar y agradecer, algo tan al alcance de cualquiera.

Carmelo Guillén·22 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Recluido prácticamente en su pueblo natal, Le Creusot, Christian Bobin se nos muestra en su trayectoria literaria como un viajero inmóvil, estacionado en un enclave concreto, a la manera de la poeta estadounidense Emily Dickinson, a la que él tanto admiró y de la que se ha hecho conocida su inclinación a estar sola. Sin internet, sin ordenador –eso se cuenta de él–, han sido los libros sus grandes y fieles amigos, Ya en el opúsculo Prisionero en la cuna (2005) refiere de su infancia: “Cada verano lo pasaba encerrado en casa, recorriendo el claustro de las lecturas, disfrutando del frescor milagroso de tal o cual frase. Cuando quería salir, un ángel cerraba la puerta. Renunciaba a mi proyecto y volvía a mi habitación. El ángel me arrebataba la vida. La reencontraba en los libros”. Y es en ese espacio de soledad donde el jovencísimo poeta irrumpe en la existencia, encontrando no sólo en los libros, sino en la vecina naturaleza, sus territorios de intimidad.

Contemplativo como el que más, la exquisitez de su prosa, la minuciosidad de sus descripciones y su finura interior hacen posible que se le tenga por un autor señero. Nadie como él hace posible que la cotidianidad sea tan enriquecedora, tan asombrosa, tan apabullante, y es que, como él escribe: “Sólo se puede ver bien a condición de no buscar el propio interés en lo que se ve”. O como expresaba el poeta Jesús Montiel, gran entusiasta de su obra, Bibon procura llevar a la práctica el lema del santo dominico Tomás de Aquino contemplata aliis tradere, esto es, dar a los demás lo contemplado, porque la escritura es para este autor francés una manera de salir de sí mismo: “Escribo para salir de mí”.

Motivos literarios

Muchos de sus motivos literarios surgen así de lo que vive diariamente, continuos e insignificantes hallazgos en todos los casos: la contemplación de las nubes, el encuentro con unas flores silvestres, el vuelo de una mariposa, el de los gorriones…, revelaciones, en suma, que lo llevan a pensar que nada hay escondido y que “todo está al alcance de nuestra mirada”. Vale la pena, pues, dejar constancia de una de las muchísimas descripciones que hace: “El rosal que se estremece bajo el ventanuco de la cocina […], las acacias […], la magnolia […] que se duerme y se despierta con el canto de las tórtolas y el tilo que hay delante de mi ventana, cuyos destellos verdes rebrotan en la página del libro que leo, forman todos parte de mi familia y, aunque arraigados para siempre allí donde están, sus hojas, dentro de mi corazón que los ama, se tocan y se hablan”, texto sublime, como tantos otros, donde expresa la inmensidad de vida que absorbe de la propia naturaleza en su sencillez originaria. Con todo, no acaba aquí su capacidad contemplativa; se extiende mucho más lejos:“Hay islas de luz en pleno día. Islas puras, frescas, silenciosas, inmediatas. Solo el amor sabe encontrarlas”.

Queda muy claro dónde halla la raíz de esa mirada descubridora: “La belleza viene del amor, el amor viene de la atención. La atención simple a lo simple, la atención humilde a los humildes, la atención viva a toda vida”. Metafísica del bienque, si seguimos profundizando, el autor asienta ineludiblemente en Dios: “Si Dios no está en nuestras historias de amor, entonces nuestras historias se anublan, se desmoronan y se hunden. No es esencial que se nombre a Dios. Ni siquiera es indispensable que conozcan su nombre los que se aman: basta con que se encuentren en el cielo en esta tierra”. En ese Dios que recuerda al de santa Teresa de Jesús, quien, sin necesidad de aludirlo, lo veía entre los pucheros; el mismo que Bobin anuncia cuando habla de su padre: “La vida cotidiana de mi padre hablaba suficientemente de Dios sin que hubiera necesidad de nombrarlo”, o al que halla en todo: “He encontrado a Dios en las lagunas, en el perfume de la madreselva, en la pureza de algunos libros e incluso en los ateos”.

Sin duda, es en ese entramado temático donde se percibe la mirada de Bobin, siempre al servicio de la belleza intrínseca de la misma realidad, hasta el punto de que la cualidad de lo bello le proporciona una experiencia única de bondad, de integridad, a partir de lo que atentamente observa sin que, en ninguna ocasión, recurra a moralismos para justificar sus textos literarios. La belleza en sí le atrae, le conmociona y lo eleva a un modo arrebatado de conocimiento de la verdad del mundo: “Quince segundos de pureza por aquí, diez segundos más por allá: con un poco de suerte, cuando deje mi vida, habrá habido en ella bastante pureza como para completar una hora”. Y es que: “El día en que nos permitimos un poco de bondad es un día que la muerte ya no podrá arrancar del calendario”; idea que asimiló de su padre: “Viendo vivir a mi padre aprendí lo que era la bondad, y que era la única realidad que podríamos encontrar alguna vez en esta vida irreal”. Para concluir: “Todo lo que sé del cielo proviene del asombro que experimento ante la bondad inexplicable de tal o cual persona, iluminada por una palabra o un gesto tan puros que se impone de pronto ante mí el hecho de que no hay nada en el mundo que pueda ser fuente suya”.

La muerte

Son muchos otros los posibles hilos que podrían desovillarse del pensamiento poético de Chistian Bobin. Me centro, para concluir de alguna manera, en uno sumamente explícito –el de la muerte–, muy vivo en una de sus publicaciones, el libro Resucitar, en el que con esa prosa poética, diáfana y tensa que lo caracteriza, desarrolla una serie de consideraciones a partir del fallecimiento de su progenitor, tras padecer la enfermedad del Alzheimer. Como señala Víctor Herrera de Miguel, en un hermosísimo artículo titulado El don de recibir. La pupila abierta de Christian Bobin: “La puerta de salida de la existencia es, en la poética de Bobin, el umbral de la vida: sucede que cuando ésta pierde su expansión horizontal, le surge una verticalidad nueva. Es frecuente en su obra el diálogo con los muertos, a los que interpela y narra el mundo, con quienes se siente en camino”. Para valorar esta presencia esplendorosa de la muerte es necesario apuntar que, en Bobin, su elogio conlleva aparejado un canto a la vida. De ese modo se explica que escriba frases como: “La muerte perfecciona su obra” o “Su muerte [la de su padre] había llegado de pronto a consolarlo” o, por último: “El amor a los muertos es lo más luminoso que puede haber”. Y es que, como afirma Montiel, antes citado: “Bobin aborda la problemática de la muerte y la enfermedad desde una perspectiva diametralmente opuesta a la de la literatura contemporánea: más que como un suceso azaroso o un motivo de pataleo, [como] una oportunidad para el crecimiento o la posibilidad de trascendencia”. De hecho, respecto a la obra de misericordia de visitar a los enfermos, consigna: “Visitar a un enfermo es el más extraordinario de los viajes que se pueden llevar a cabo en esta vida”. 

Coda

Al llegar a este punto, dejo finalmente la puerta abierta para que el lector –desde esta aproximación a la obra de Bobin– pueda asomarse a cualquiera de sus libros, verdaderos pozos de luz, en los que encontrará la desnudez de quien se asoma a Dios y se da cuenta de que “lo único real en esta vida es el corazón”.

Vaticano

El Papa pide “no acostumbrarnos a las guerras” y acudir a Jesús intercesor 

Con la violencia en Sudán y la guerra de Ucrania de telón de fondo, el Papa Francisco ha solicitado en el Regina Caeli del domingo VII de Pascua, Solemnidad de la Ascensión del Señor, que “por favor, no nos acostumbremos a la violencia, a las guerras”. También ha manifestado que “hoy celebramos la conquista del cielo”, y que “Jesús está siempre vivo para interceder a nuestro favor”, es “nuestro abogado”.

Francisco Otamendi·21 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En la Solemnidad de la Ascensión del Señor, el Santo Padre Francisco ha manifestado antes del rezo de la oración mariana del Regina Caeli, que “Jesús en el cielo ‘trabaja’, por así decir, como nuestro abogado ante el Padre”,  y que “está siempre vivo para interceder a nuestro favor“, “no nos ha dejado solos, como dice el Evangelio hoy: ‘Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final del mundo’”.

Además, tras el Regina Caeli, el Papa ha pedido que “por favor, no nos acostumbremos a los conflictos y a la violencia. no nos acostumbremos a las guerras. Y sigamos estando cerca del martirizado pueblo ucraniano”. 

La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha confirmado, en este sentido, que el Papa Francisco ha confiado al cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, la tarea de “dirigir una misión, de acuerdo con la Secretaría de Estado, para ayudar a aliviar las tensiones en el conflicto de Ucrania, con la esperanza, a la que nunca renuncia el Santo Padre, de que así se puedan iniciar caminos de paz”. “El calendario de esta misión y sus modalidades se están estudiando actualmente”, añade la nota.

Antes de referirse a Ucrania, el Pontífice había hecho alusión a Sudán. “Es triste”, pero un mes después del estallido de la violencia en este país africano, “la situación continúa siendo grave. Al alentar a los acuerdos parciales alcanzados hasta ahora, renuevo mi sentido llamamiento a que se depongan las armas, y pido a la comunidad internacional que no ahorre esfuerzos para hacer que prevalezca el diálogo y aliviar el sufrimiento de la población”, ha manifestado.

“Hablar con el corazón”

“Se celebra hoy la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. cuyo lema es ‘Hablar con el corazón’”, ha añadido también el Papa. “Es el corazón el que mueve a hablar con una comunicación abierta y acogedora. Saludo a los periodistas y a los trabajadores de las comunicaciones que están aquí presentes, Agradezco su trabajo. y deseo que estén siempre al servicio de la verdad y del bien común. Un aplauso a todos los periodistas”, pidió Francisco.

También se ha referido el Papa al comienzo de “la Semana Laudato si’. Agradezco al Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral su trabajo, y a las numerosas organizaciones presentes, e invito a todos a colaborar para el cuidado de la casa común. ¡Hace mucha falta unir habilidades y creatividad!”

El Papa ha enviado un mensaje de “cercanía de corazón” a la región de Emilia Romaña, que ha padecido “la reciente calamidad de las inundaciones, y ha informado que “ahora en la Plaza se van a distribuir libretos sobre la Laudato si’, que ha preparado el Dicasterio, en colaboración con el Instituto Ambiental de Estocolmo”. 

El Papa Francisco ha saludado al final a todos los romanos y peregrinos venidos de Italia y de diferentes países. “Agradezco particularmente a las Hermanas Franciscanas de santa Isabel de Indonesia, a los fieles de Malta, de Mali, de Argentina, de la isla caribeña de Curacao, y la Banda Musical de Puerto Rico. ¡Nos gustaría escucharles después!”, ha dicho. El Papa saludó también a los chicos de la Confirmación de Génova, a los que ayer vio con la gorra roja en Santa Marta, a diversos grupos parroquiales italianos, y a las asociaciones comprometidas en la defensa de la vida humana, a diversos coros juveniles y a los chicos de la Inmaculada. Y no se olviden de rezar por mí”, reiteró, como hace siempre.

“Con la Ascensión, algo nuevo y hermoso”

“Hoy en Italia y en muchos otros países se celebra la Ascensión del Señor”, comenzó el Papa su alocución. “Es una fiesta que conocemos bien, pero que puede hacer surgir algunas preguntas, al menos dos. La primera: ¿por qué celebrar la partida de Jesús de la tierra? ¡Su despedida parecería un momento triste, no algo por lo que estar alegre! Y una segunda pregunta: ¿qué hace ahora Jesús en el cielo, por qué es importante que esté ahí? Por qué celebramos y qué hace Jesús ahora en el cielo: estas son las dos preguntas que nos ayudan a entender lo que celebramos”.

A la primera cuestión, el Santo Padre ha respondido así: “Por qué celebramos. Porque con la Ascensión sucedió algo nuevo y hermoso: Jesús ha llevado nuestra humanidad al cielo, es decir a Dios. Esa humanidad, que había tomado en la tierra, no se ha quedado aquí, ha subido a Dios y estará ahí para siempre. Desde el día de la Ascensión Dios mismo, podríamos decir, ha ‘cambiado’: ¡Desde entonces ya no es solo espíritu, sino que por todo lo que nos ama lleva en sí nuestra misma carne, nuestra humanidad! El lugar que nos espera está indicado, nuestro destino está ahí. Hoy celebramos “la conquista del cielo”: Jesús que vuelve al Padre, pero con nuestra humanidad. Y así el cielo es ya un poco nuestro. Jesús ha abierto la puerta y su cuerpo está ah”.

Interceder a Dios por las personas que conocemos

En relación a “la segunda pregunta: ¿qué hace Jesús en el cielo?”, ésta fue, en síntesis, su meditación: “Él está por nosotros delante del Padre, le muestra continuamente nuestra humanidad, las llagas que ha sufrido por nosotros; ‘trabaja’, por así decir, como nuestro abogado ante el Padre (cfr 1 Jn 2,1). Por eso no nos ha dejado solos. De hecho, antes de ascender nos dijo, como dice el Evangelio hoy: ‘Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final del mundo’ (Mt 28,20)”.

Jesús “está siempre con nosotros, está ‘siempre vivo para interceder’ (Hb 7,25) a nuestro favor. En una palabra, por tanto, intercede; está en el mejor ‘lugar’, delante del Padre suyo y nuestro, para interceder por nosotros. Y por tanto, espera que le presentemos las situaciones, los problemas, las personas, pero también las miserias y los pecados, para obtener perdón y misericordia, y mandar sobre nosotros su amor y el del Padre, el Espíritu Santo. 

“La intercesión es fundamental”; ha subrayado el Santo Padre. “Por eso Jesús en el Evangelio de hoy nos pide también por nosotros que trabajemos, que seamos laboriosos, “bautizar en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (cfr Mt 28,19). Entonces preguntémonos: ¿yo intercedo, ‘sumerjo’ en Dios a las personas que conozco, a las que me encomiendan sus problemas, las que atraviesan momentos difíciles? ¿Me hago intercesor por ellos ante Jesús, que espera mi oración para donar su Espíritu a los que le presento? ¿Llevo al Señor mis fatigas, pero también las de la Iglesia y el mundo? La Reina del cielo nos ayude a interceder con la fuerza de la oración”.

El autorFrancisco Otamendi

España

Los obispos piden que la comunicación llene el alma

El 21 de mayo de 2023 se celebra la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. La conmemoración viene acompañada de un mensaje de la Comisión Episcopal para las Comunicaciones Sociales de la Conferencia Episcopal Española.

Paloma López Campos·21 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El 21 de mayo de 2023 la Iglesia celebra la 57 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Desde la Conferencia Episcopal Española han lanzado, a través de la Comisión Episcopal para las Comunicaciones Sociales, un mensaje de los obispos. El episcopado señala que “en tiempos de soledad, la comunicación une corazones”.

Detalle del cartel por la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

Al inicio de su mensaje, la Comisión recuerda el lema que lleva la Jornada este año: “Hablar con el corazón, «en la verdad y en el amor»”. Los obispos indican que “esas tres palabras, corazón, verdad y amor, ponen en juego los principios del hablar entre personas, base de la comunicación humana, mediada por la palabra y el gesto”.

El corazón

La Conferencia episcopal avisa de que “vivimos tiempos de desvinculación, de individualismos, de soledad”. Esta situación hace de la comunicación y del encuentro algo difícil de realizar. “La comunicación se realiza cuando genera vínculos con el otro, con la realidad y con la verdad”.

Por ello, piensan que es importante volver a “hablar con el corazón”. Como “la comunicación con el corazón no es para la pasión que divide sino para la pasión que une, que vincula, para la compasión que se pone en el lugar del otro y no enfrente”, se realiza un modelo de encuentro que no “pasa por encima de la verdad, de la dignidad de las personas, de la sabiduría humana”.

La verdad

Por otro lado, “sólo la comunicación de la verdad permite avanzar la sociedad y es realmente comunicación”. En este punto, los obispos ponen el foco en las redes sociales y en el ambiente negativo y de desinformación que reina en ellas. “Sigue siendo urgente que todos los que participen en las redes sociales tengan entre sus motivaciones hacer posible un encuentro y un diálogo que puedan iluminar mejor la verdad de las cosas y de las personas. El relato no puede construir la verdad, sino mostrarla para que sea reconocida”.

El episcopado anima a mejorar la formación en lo que a comunicación se refiere y destacan que “decir la verdad es una expresión de amor”.

El amor

La Conferencia episcopal recuerdan el mensaje del Papa Francisco publicado para esta jornada en enero de 2023. “Sólo el amor genera la auténtica felicidad en el hombre: amar y ser amado. El Papa expresa que esa comunicación en el amor, como contenido y como modo de comunicar, puede hacer mejor la vida de las personas. Esto hace necesario, antes de comunicar contenidos, establecer el vínculo de afecto con quien los va a recibir, sintonizar con el otro, utilizar la misma vibración. Hacer visible que se está unido a él, que se busca su bien”.

Llenar el alma

Teniendo en cuenta todo esto, los obispos subrayan que la comunicación auténtica puede hacer mucho bien a la persona. Pero para ello “la comunicación no puede ser nunca un artificio sino que debe reflejar el ánimo propio y busca animar, llenar de alma, de pasión y de contenido”.

Sin embargo, esta tarea no se encomienda a unos pocos. “Todos estamos llamados a comunicar de este modo, no sólo los profesionales de la comunicación, sino cada una de las personas que creamos vínculos con las palabras”.

Inteligencia artificial

No mencionar los avances técnicos como la inteligencia artificial es imposible cuando se habla de comunicación. La Comisión avisa de que “esta inteligencia artificial, que es sólo un medio más, tiene que ser humanizado en su diseño y en sus resultados para no dañar la comunicación ni a las personas que se dedican a ella”.

Pero no puede mirarse a estas herramientas tan solo con una perspectiva pesimista. “Esta inteligencia artificial y sus limitaciones son una oportunidad para revalorizar la comunicación humana, por lo que esta aporta de humanidad, de corazón, de amor y de verdad”.

Comunicación que humaniza

Pese a que el ambiente de la comunicación está muy polarizado, no se puede olvidar que “crece la importancia que puede tener en la configuración de una sociedad nueva que tiende puentes y crea vínculos” una comunicación auténtica y de calidad.

Por ello, y para concluir su mensaje, desde la Comisión episcopal alientan “a todos y cada uno a realizar una comunicación que relacione corazón, verdad y amor que pueda servir a este tiempo para una sociedad más humana. Una comunicación desde el corazón, la verdad y el amor nos humaniza”.

FirmasFederico Piana

Mujeres e Iglesia

En las instituciones eclesiásticas, el papel de la mujer crece cada vez más. Una confirmación reciente de esta tendencia la encontramos en los cambios introducidos por el Papa Francisco.

21 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

En las instituciones eclesiásticas, el papel de la mujer crece cada vez más. Una confirmación reciente de esta tendencia la encontramos en los cambios introducidos por el Papa Francisco en la composición de la próxima asamblea general del Sínodo de los Obispos. En esta Asamblea, que se reunirá en el Vaticano en octubre sobre el tema de la sinodalidad: además de los obispos, participarán, por primera vez, 70 miembros “no obispos” yuna decena de religiosos. De todos ellos, el 50 % deberán ser mujeres. Y también ellas, junto con los demás, tendrán derecho a voto. 

Esta decisión, sin embargo, no puede considerarse una verdadera novedad si tenemos en cuenta que el 15 de julio del año pasado el Papa había nombrado a tres mujeres como  miembros del Dicasterio para los Obispos: las hermanas Raffaella Petrini e Yvonne Reungoat y la laica Maria Lia Zervino

Un año antes, en 2021, el Santo Padre había elegido a la hermana Raffaella Petrini como Secretaria General del Governatorato de la Ciudad del Vaticano. Ese primer nombramiento de una mujer al frente del Estado más pequeño del mundo tal vez se tratara de una revolución. 

“Las mujeres tienen una capacidad de gestión y de pensamiento totalmente distinta e incluso, diría, superior a la nuestra, de otra manera. Lo vemos en el Vaticano: donde ponemos mujeres, inmediatamente la cosa cambia, va adelante”, había dicho Francisco durante una audiencia el pasado mes de marzo. 

Palabras y decisiones, las que estamos viviendo por parte del Papa Francisco, que revelan cómo la Iglesia está, en efecto, cada vez más atenta a la cuestión femenina.

El autorFederico Piana

 Periodista. Trabaja en Radio Vaticana y colabora con L'Osservatore Romano.

Familia

Mary-Rose y Ryan Verret: «Los mentores de ‘Witness to love’ son los Aquila y Priscila de nuestro tiempo»

Este programa de preparación y acompañamiento matrimonial impulsado por Mary-Rose y Ryan Verret, un matrimonio de Louisiana, lleva más de 12 años formando parejas para el matrimonio de una manera singular.

Maria José Atienza·20 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

Cambiar el método tradicional y unidireccional del cursillo prematrimonial por un verdadero acompañamiento fundado en la confianza y la admiración previa a otro matrimonio. Esa es la idea base de Witness to Love.

Como explica en la documentada y amplia web de Witness to Love, este proyecto proporciona a las iglesias locales herramientas para transformar los programas de preparación matrimonial en fuentes de discipulado matrimonial dinámico.

Lo que comenzó como un proyecto piloto en una parroquia se ha llevado ya a más de 80 diócesis, especialmente en los Estados Unidos, y ha ayudado no sólo a las más de 16.000 parejas que han seguido alguno de sus cursos sino a los matrimonios «mentores» para los que, la formación, el acompañamiento y el desafío de Witness to Love ha supuesto un fortalecimiento de su matrimonio y un mayor compromiso en sus parroquias y comunidades.

En esta entrevista con Omnes, que se complementará en las próximas semanas con una sobre la tarea con la comunidad hispana Testigos de amor, el matrimonio Verret señala que «la forma tradicional de hacer el cursillo matrimonial podría funcionar si las parejas realmente hubiesen crecido en una familia cristiana» y cómo los mentores de este proyecto ocupan, en muchas ocasiones, «un espacio que la sociedad y sus propias familias habían roto».

¿Cómo y por qué nació Witness to Love?

[Mary Rose] Yo había estado trabajando para la diócesis, y allí sentía que lo hacíamos muy bien: teníamos un material estupendo, muy innovador, muy sólido, y las parejas escribían opiniones positivas después de venir a las charlas, pero yo no sabía lo que estaba ocurriendo en las parroquias.

Cuando tuve a mi segundo hijo, dejé el trabajo en la diócesis y decidí dedicarme a mi familia. Una noche el sacerdote de nuestra parroquia vino y me dijo: “Perdona, he escuchado que has dejado la diócesis y yo necesito ayuda con la preparación prematrimonial en la parroquia. Es muchísimo trabajo sin ningún resultado. Si las parejas no están yendo a misa antes de la boda, no van a empezar a ir después de la boda. Hay que invertir tanto tiempo, teniendo la esperanza de que vayan a venir a la Iglesia, y de que vayan a permanecer casados, pero realmente no hay ningún modo de saber si han seguido casados, y en la Iglesia no se les ve. La verdad es que estoy muy cansado, así que quizá tú podrías encargarte”.

Me quedé muy sorprendida, porque había hecho tanto trabajo en la diócesis… Y este sacerdote en concreto era estupendo, siempre enviaba a sus parejas a las conferencias de la diócesis y yo sabía que lo estaba haciendo todo, no sólo retiros, tenía también parejas que hacían de mentores, clases de planificación familiar natural…

Le respondí que me dejara investigar un poco: quiénes seguían casados, quiénes no, qué familias iban a la Iglesia… Y tenía razón. Muy pocas parejas estaban yendo a la Iglesia, y un buen número de ellas se estaban divorciando; de hecho, el 23 % de las parejas se habían divorciado antes de los cinco años después de la boda.

Así que entrevistamos a algunas de las parejas que se habían divorciado. Cuando les preguntamos por qué no habían pedido ayuda, respondieron: “La parroquia nos ha dado mentores, pero no los conocíamos y no teníamos confianza con ellos, así que no nos sentíamos con ellos. Si teníamos un problema, ellos no eran las personas a las que acudiríamos. Si hubiésemos ido a hablar con el sacerdote con un problema antes de la boda, entonces quizá no nos hubiese casado. Así que fuimos a hablar con los amigos con los que nos sentíamos a gusto, los que no nos juzgarían, los que sabían por lo que estábamos pasando”.

La confianza es clave, evidentemente, ¿qué tipo de “consejos” recibían de esos amigos o conocidos?

[Mary Rose] Al preguntar a quiénes acudían, la mayoría reconoció que hablaban con sus amigos divorciados y estos les daban mensajes del tipo: “Haz lo que te haga feliz”, “Sólo tienes una vida”, “Él es un idiota”, “Ella es una egoísta”, “Te mereces algo mejor”, “Déjalo y empieza de nuevo”, “Esto ha sido un error, empieza de cero”.

Junto al párroco, todo el consejo pastoral coincidimos en que teníamos que que hacer algo diferente. Recuerdo que, cuando aún no habíamos tomado una decisión, otra pareja se divorció. Lo supimos cuando ya no se podía hacer nada. Así que el sacerdote dijo: “La reunión se ha terminado, vamos a tener una Adoración y vamos a pedirle a Dios que nos ayude en nuestro ministerio”. Y así lo hicimos.

Después de una hora, el sacerdote nos indicó que fuéramos a la reunión hasta lograr una decisión. Hablamos y hablamos durante tres horas exponiendo todo lo que habíamos conocido.

La gente necesita una estructura, una excusa para tener conversaciones significativas, especialmente hoy en día, cuando todo está tan desconectado.

Mary Rose Verret. Fundadora Witness to love

¿Cómo llegasteis a la idea de este acompañamiento de amistad?

[Mary Rose]Recuerdo que, en la diócesis, cuando hablaba con las parejas y les pedía que me hiciesen sus preguntas sobre comunicación y resolución de conflictos, solía romper el hielo diciendo: “Si te despertaras ahora y hubiesen pasado cinco años y tu matrimonio fuera como el de tus padres, ¿serías feliz?”. Podría contar con los dedos de una mano el número de parejas que dijeron que querían un matrimonio como el de sus padres.

La mayoría respondían con este tipo de argumentos “¡Uy, no! Eso no es lo que quiero”… “No me gusta el modo en que se hablan”… “No pasan tiempo suficiente juntos, ni con nosotros”. Les preguntaba entonces: «Si no quieres uno como el de tus padres, entonces, ¿a qué matrimonio te gustaría que se pareciera el tuyo? Tienes que estar loco si vas a casarte y no conoces a nadie que esté felizmente casado».

Al final eran capaces de pensar y llegaban a conclusiones diversas, su entrenador, una familia en la que trabajó uno de ellos de canguro, los mejores amigos de sus padres… Llegados a este punto, admitían que serían felices con un matrimonio así y cuando les animaba a hablar con esas personas se sorprendían porque les parecía raro.

Me di cuenta de que la gente necesita una estructura, una excusa para tener conversaciones significativas, especialmente hoy en día, cuando todo está tan desconectado. También comprobamos que no se puede “crear” la confianza. No puedes decir: “En seis meses vas a casarte y vas a confiar en estos mentores, vas a ser abierto y vulnerable con ellos y todo va a funcionar”.

Hay que construir sobre el terreno real, porque en seis meses o un año, o dieciocho meses, o el tiempo que sea antes de la boda, no puedes crear el tipo de relación de confianza y de comunicación que pueda ayudarte cuando tengas momentos difíciles después de la boda.

Muchos programas con mentor que conocemos presuponen que vas a sentarte con una pareja experta, a la que apenas conoces, y compartir con ellos tu vida, hablar sobre cosas incómodas pero eso es muy raro que ocurra.

Después de aquella Hora Santa, hablando en la parroquia el sacerdote apuntó: “Podríamos intentar que ellos eligiesen a su pareja, una a la que admiren. Debemos asegurarnos de que es una pareja sólida”. Yo le respondí que, aunque no podemos estar seguros de que todo vaya a ser perfecto, podíamos crear un entorno y dar unas directrices para que esto fuera posible.

¿Cuáles son las características de los mentores de Witness to Love?

––[Mary Rose] Desde el inicio, acordamos que tenían que haber estado casados al menos cinco años. Pusimos esta fecha porque la mayoría de los divorcios ocurren en los primeros cinco años y realmente lleva unos cinco años de matrimonio convertirse en la pareja que eres.

Así que tenían que estar casados por la Iglesia católica, con al menos cinco años de matrimonio, ser activos en la parroquia, que fuesen a misa, comprometidos. En tercer lugar que tuviesen un matrimonio saludable, que la pareja comprometida pudiera admirar.

No tienen que saber todo de la Iglesia, no hace falta que tengan un máster en Teología, no tienen que ser buenos conferenciantes, no hace falta que tengan ninguna de las cosas que normalmente tienes que tener para servir en la Iglesia en formación matrimonial.

Una vez acordadas las características, comenzamos a ponerlo en práctica con la primera pareja que fue a la parroquia para casarse.

Desde ese momento, las parejas elegían a sus propios mentores. Iban a misa juntos, les hacían preguntas, crecieron en la relación, en amistad y responsabilidad.

No eran los novios recibiendo información de unos extraños, sino unos amigos caminando juntos, sólo que unos, un pasito por delante del otro; ambas parejas siendo vulnerables, ambas parejas creciendo.

Era una dinámica completamente diferente. No teníamos ni idea de si iba a funcionar o que se convirtiera en un movimiento internacional. Todo empezó con aquel “Llevemos esto a la oración”. Cuando abres una rendija al Espíritu Santo no sabes dónde va a llevarte.

Obviamente, luego pulimos y añadimos algunas cosas, tenemos una aplicación, vídeos, libros… Pero todo se ha construido a partir de ese: “¿Y si…?” “¿Y si caminan juntos unos amigos?” No sólo hablando con el sacerdote o un extraño, sino integrándose en la comunidad, participando en la parroquia.

Los mentores no son superparejas, ni están todo el día en la parroquia. Son sólo buenas parejas católicas que están viviendo su vida y no presuponen que tengan nada que compartir.

Ryan Verret. Fundador Witness to love

¿Cuántas parejas han participado en el programa en este tiempo?

–Desde su inicio, hace más de once años, han pasado por Witness to Love unas 16.000 parejas en 80 diócesis.

¿Cuál es el feedback que habéis recibido de los mentores y las parejas?

[Mary Rose]: Recibimos mucho feedback porque, al final, las parejas rellenan una encuesta para casarse, y explican cómo ha sido su experiencia y cómo les gustaría involucrarse en la parroquia.

–[Ryan]: Creo que el resumen de las encuestas de las parejas prometidas es que los mentores están ocupando un espacio que la sociedad y sus propias familias habían roto.

Las parejas-mentores rellenan ese hueco, crean un verdadero puente entre la esperanza que tienen los novios y lo que la Iglesia propone como preparación prematrimonial.

Los mentores no son superparejas, ni están todo el día en la parroquia ni yendo a todos los eventos de la Iglesia. Son sólo buenas parejas católicas que están viviendo su vida y no presuponen que tengan nada que compartir.

Para aquellos que tienen la capacidad intelectual, hay otras formas de preparación matrimonial. Pero para los que necesitamos amistad, puedes ser acompañado por alguien. Hace falta compartir.

El matrimonio sacramental en España desciende, de manera constante, desde hace años, al igual que otros sacramentos. ¿Cómo recuperan esa ida sacramental las parejas a través de Witness to love?

[Mary Rose]: Creo la forma tradicional de hacer el cursillo matrimonial, las clases y sólo cuestionarios o recursos online, podría funcionar si las parejas realmente hubiesen crecido en una familia cristiana, en una iglesia doméstica. Se trataría de ofrecer recursos justo al final, antes de la boda, para gente que ya sabía a qué estaban diciendo que sí. Pero si no has crecido en ese entorno, las parejas ven el matrimonio y dicen: “Yo no tengo nada que ver con esto”.

En el fondo no tienen ni idea de lo que están haciendo. Si van a una iglesia es porque “va a quedar muy bien en Instagram. Hay que romper esa mentalidad instagramera y recordar que el matrimonio es un sacramento, y esto es a lo que estás diciendo que sí, a que Dios esté implicado.

En este sentido, en las encuestas, las parejas prometidas siempre destacan que no se veían capaces de hacer todo lo que es en realidad el matrimonio pero que caen en la cuenta que, sin Dios, no podrían hacerlo.  También reconocen que no eran conscientes de que Dios era parte del matrimonio, y ahora saben que hace falta algo más que dos un hombre y una mujer para casarse y permanecer casado. Necesitas a Dios, a los mentores, y a la comunidad. Tampoco sabían que el matrimonio es una vocación. Es como ese dicho: “No sabes lo que no sabes hasta que sabes”.

–[Ryan]: El descenso de la vida cristiana está ocurriendo en todas partes. En Estados Unidos es cierto que, gran parte de este descenso es un resultado directo de la situación clerical, los abusos. Hay mucha gente que simplemente ha dicho: “Se acabó”.

Quizás todavía rezan a Dios, pero no van a la Iglesia. Además, después de la pandemia hubo mucha gente que no volvió a la parroquia, porque durante la pandemia estaba cerrada, y dijeron: “Bueno, si podemos rezar en casa, ¿para qué tenemos que ir a la iglesia?”.

Hemos descubierto que Witness to Love es un acercamiento de catecúmeno, como de la Iglesia primitiva, de parejas que se están encontrando con Cristo en la Iglesia doméstica. El hogar es un centro misionero de la parroquia. Y la parroquia necesita que el hogar sea parte de la evangelización. Los mentores son los Aquila y Priscila de nuestro tiempo.

Cultura

Chris Trott: «El primer embajador británico ante la Santa Sede data de 1479»

El 4 de septiembre de 2021, el Papa Francisco recibió en audiencia a Christopher John Trott con ocasión de la presentación de sus Cartas Credenciales. Desde entonces, Trott es el representante del Reino Unido ante el estado más pequeño, y también uno de los más importantes por su papel estratégico, en el mundo.

Antonino Piccione·19 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Christopher John Trott cuenta con una dilatada experiencia en el ámbito de la diplomacia internacional. Nacido el 14 de febrero de 1966 en Londres, ha ejercido su labor diplomática en países como Myanmar, Japón, Senegal, Mali, Cabo Verde y Guinea-Bissau y Sudán y Sudán del Sur. Todo esto, antes de convertirse en el representante de Gran Bretaña ante la Santa Sede.

¿Cuándo nació, oficialmente, la figura del diplomático británico?

– Las mantenidas con el Papa son las relaciones más antiguas de las que puede presumir mi país. Se cree que uno de los reyes anglosajones más famosos, Alfredo «el Grande», a quien se atribuye la derrota de los vikingos, acudió a Roma con diez años, hacia el año 854, para recibir la bendición de León IV, quien, según las fuentes, lo bendijo «como rey».

En la Europa de la Edad Media, marcada por la rivalidad entre los reyes ingleses y franceses, una alianza con el Papa podía aportar cierta autoridad moral y aumentar la fuerza de una alianza. 

La primera vez que hubo un embajador fue en 1479, cuando el rey Eduardo IV envió a John Sherwood, más tarde obispo de Durham, para que fuera su representante ante Sixto IV. Sabemos de al menos un par de embajadores más enviados por la corte de los Tudor a Roma antes de que Enrique VIII decidiera la ruptura con el catolicismo romano en 1537.

De hecho, durante unos doscientos años las relaciones entre la Santa Sede y el Reino Unido fueron mutuamente antagónicas. Pero al final de la guerra contra Napoleón, en la que países católicos y protestantes se aliaron contra los franceses, las relaciones mejoraron.

En particular, durante la época del cardenal Consalvi como Secretario de Estado, el Congreso de Viena de 1814-54 vio cómo Gran Bretaña y la Santa Sede colaboraban con otros países para redibujar el mapa de Europa.

En las décadas siguientes se derogaron las leyes restrictivas del catolicismo en Gran Bretaña, lo que propició un verdadero renacimiento de la fe con la construcción de nuevas parroquias y catedrales a partir de 1840.

embajador trott
El Papa Francisco saluda al embajador Chris Trott, tras la audiencia general del 11 de mayo de 2022. ©CNS photo/Vatican Media

¿Qué papel desempeñaron las dos Guerras Mundiales, en particular la Primera, en el ámbito de las relaciones diplomáticas, teniendo en cuenta también el comportamiento de Italia?

– Italia, inicialmente miembro de la Triple Alianza, no unió sus fuerzas a las de alemanes y austriacos, sino que permaneció neutral, por lo que fue cortejada por ambos bandos. Para reforzar su presencia diplomática en Roma, el Reino Unido reconoció a la Santa Sede y promovió una misión del Primer Ministro, Sir Henry Howard, en diciembre de 1914, para ofrecer a Londres un mejor conocimiento de lo que ocurría en una capital potencialmente hostil, así como para tratar de influir en la Santa Sede para que se mostrara más crítica con el conflicto.

Tras la guerra, se decidió mantener abierta la sede diplomática, lo que más tarde resultó útil en la Segunda Guerra Mundial. En tiempos de guerra, se rompieron las relaciones diplomáticas y se cerraron las embajadas.

Por tanto, no hubo diplomáticos británicos acreditados en el Quirinal durante el periodo de alianza de Italia con Alemania. Pero el ministro británico ante la Santa Sede y sus colegas permanecieron, aunque atrapados dentro del Vaticano, mientras duraron las hostilidades, sin contacto directo con Mussolini o su gobierno.

Avanzamos unos cuarenta años, hasta principios de los ochenta, y llegamos a la formalización de las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Gran Bretaña…

–Exactamente así, como he intentado resumir en el breve excurso histórico. Los años ochenta se abrieron con profundos cambios, y el nuevo Papa superó a todos los anteriores en su deseo de viajar.

Tras lo que imagino fueron difíciles negociaciones entre el Reino Unido y la Santa Sede en 1982, se acordaron dos cosas entre Roma y Londres: una visita (pastoral) papal a Gran Bretaña y la elevación de nuestra relación a relaciones diplomáticas plenas. Esto condujo al nombramiento de un embajador británico ante la Santa Sede y de un nuncio apostólico en Londres.

Así, en marzo de 1982, mi primer predecesor de la era moderna, Sir Mark Heath, presentó sus cartas de nombramiento como embajador al Papa Juan Pablo II. Desde entonces, ha habido otros nueve embajadores antes que yo, entre ellos tres mujeres, y al menos un embajador católico.

¿Por qué un país como el Reino Unido concede tanto valor a tener un Embajador ante el Papa? ¿De qué podría hablar un diplomático con los responsables de la Santa Sede?

–El resumen histórico que he esbozado antes ofrece una primera pista. La Santa Sede es un Estado, un miembro de la familia de naciones. Es observador permanente en las Naciones Unidas y miembro de las distintas Agencias de la ONU. Participa en todos los foros multilaterales que proporcionan al mundo el marco para la convivencia. Y como tal, la Santa Sede forma parte de las conversaciones globales sobre los retos a los que nos enfrentamos actualmente, como el cambio climático, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la erradicación de la pobreza y la educación universal. 

En segundo lugar, es un punto de referencia obvio para interactuar con la Iglesia católica y todas sus diferentes instituciones y organismos no gubernamentales activos en el mundo, desde la Comunidad de Sant’Egidio hasta Caritas Internationalis.

Si hay un asunto, prácticamente en cualquier parte, que nosotros, como comunidad internacional o como Reino Unido, intentamos resolver, suele haber alguna participación de realidades católicas o de una ONG apoyada por la Iglesia.

A la luz de su experiencia, ¿puede dar algunos ejemplos que den idea de una diplomacia verdaderamente al servicio de las personas y de las comunidades?

– La tarea de la comunidad internacional es trabajar para intentar que los gobiernos se sienten a una mesa, para encontrar soluciones a los conflictos.

A menudo, sin embargo, nuestra capacidad para crear una paz duradera es limitada. Para ello, necesitamos el lenguaje del perdón. Y esto es algo que sólo pueden hacer los líderes religiosos, y Papa Francisco tiene sin duda un papel destacado en el mundo.

Todavía recuerdo cuando besó los pies de los líderes de Sudán del Sur para suplicar por la paz, en 2019 en el Vaticano. No es casualidad que lo primero que hiciera como embajador fuera asistir a la conferencia sobre el clima con el Papa en el Vaticano. Allí, los líderes religiosos firmaron una petición para que los gobiernos se tomaran en serio la crisis climática, haciendo una importante contribución al tema.

En otro campo, la acción de la Iglesia es también fundamental: en la promoción de la salud y la educación. En Sudán del Sur, los únicos estudiantes que llegan a la enseñanza superior son los educados por la Iglesia Católica, porque la población no puede contar con el compromiso del gobierno.

Por último, Ucrania, el mayor desafío al que nos enfrentamos hoy. También aquí la Santa Sede, y el propio Papa, tienen un papel que desempeñar ayudando, mediando y proporcionando autoridad moral para poner fin a la matanza de civiles inocentes a manos de los militares rusos.

El mensaje del Papa ha sido cada vez más directo, hablando de «agresión armada inaceptable» y pidiendo el fin de la masacre. 

El autorAntonino Piccione

Familia

Juan F. Stecher: «Escuchar al cuerpo y sus señales permite un fortalecimiento de la pareja»

Juan Francisco Stecher, gíneco-obstetra chileno y especialista en los métodos naturales de regulación de la fertilidad, ha sido uno de los participantes del Congreso “La ‘revolución Billings’ 70 años después”, el Congreso Internacional WOOMB (World Organization of Ovulation Method Billings), que tuvo lugar el 28 y 29 abril en Roma.

Pablo Aguilera·19 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Reunidos bajo el lema “La ‘revolución Billings’ 70 años después”, el Congreso Internacional WOOMB (World Organization of Ovulation Method Billings), efectuado el 28 y 29 abril en Roma, recordó el legado de los doctores y esposos John y Evelyn Billings. Al mismo tiempo acogió una serie de reflexiones médicas y científicas y evaluó los desafíos de la baja natalidad en el mundo.

La investigación de este Método de regulación de la fertilidad se inició en Australia en 1953, por el Dr. John Billings con la contribución de la Dra. Evelyn Billings, su esposa. Ellos realizaron un gran trabajo, confirmado por los estudios científicos de eminentes investigadores. Hoy, el Método está difundido en todos los continentes, utilizado por personas de diferentes idiomas, culturas y religiones.

Este método es un precioso instrumento para conocer la propia fertilidad, mejorando la dignidad de la persona, la belleza del amor conyugal y el valor de la vida humana.

El Papa Francisco envió un Mensaje a los congresistas, en el que recordó la “cuidadosa investigación científica” que realizaron los esposos y doctores australianos, que los llevó a desarrollar “un método simple, accesible para mujeres y parejas, para el conocimiento natural de la fertilidad”, conocido como Método Billings.

Entrevistamos al Dr. Juan Francisco Stecher, gíneco-obstetra chileno y especialista en los métodos naturales de regulación de la fertilidad, que participó en ese Congreso.

¿Qué destacaría del reciente Congreso en el que ha participado?

– La conciencia y visión de san Pablo VI con respecto a los efectos de la anticoncepción en nuestras vidas. El trabajo serio de John y Evelyn Billings, quienes se esforzaron en ayudar a las personas para vivir su vida matrimonial respetando sus cuerpos. Y cómo esto se ha desarrollado durante los últimos 70 años, llegando desde Australia a los 5 continentes. Esa presencia tan diversa, de diferentes países e, incluso, un panel con usuarios del método de distintas confesiones, incluyendo musulmanes, fue muy enriquecedor. 

Además, justo en este momento, Italia está viviendo un invierno demográfico, donde en 2022 hubo alrededor de 300.000 italianos menos, porque las defunciones fueron más que los nacimientos. La ministra de familia y un representante del Consejo de Europa invitaron a los participantes a seguir estudiando y trabajando por difundir un método eficaz para evitar un embarazo, pero que no impone una mentalidad anticonceptiva y genera un empoderamiento de la mujer.

Para quienes tienen poco conocimiento de estos métodos, ¿podría dar una breve explicación de los métodos naturales?

– Se basan en el hecho biológico que la mujer es fértil solo durante un momento dentro del ciclo menstrual (dado por la ovulación, que es la salida del óvulo desde el ovario y los días previos en que hay un moco fértil), a diferencia del varón, quien desde la pubertad, es fértil todos los días. En cada ciclo menstrual la mujer ovula en un momento preciso.

La posibilidad de embarazo solo se da durante la llamada ventana de fertilidad, que corresponde al momento de la ovulación y los días previos en qué hay un moco fértil. Fuera de ese momento, no hay posibilidad de embarazo.

Los métodos naturales se basan en enseñar a las personas a reconocer los periodos de fertilidad e infertilidad. Antiguamente esto se conocía a través de métodos matemáticos y usando un calendario; hoy los métodos modernos, describen día a día estos periodos, otorgando mayor eficiencia y eficacia para conocer el ciclo, evitar un embarazo o buscar un embarazo, en cualquier condición de la mujer, incluso con ciclos irregulares. Estos métodos requieren de la abstinencia sexual durante el periodo fértil.

En su experiencia clínica, ¿cuáles son los principales obstáculos para que las parejas matrimoniales recurran a los métodos naturales?

– La falta de información, la falta de actualización dentro de los equipos de salud que no conocen otras alternativas y no las ofrecen. También, muchos se han quedado con la eficacia de métodos antiguos, que tenían una menor.

Además, creo importante no mezclar todos los métodos naturales, ya que pueden tener eficacias muy distintas. En mi equipo usamos el Método de la Ovulación Billings, el cual tiene un amplio respaldo científico sobre su eficacia.

Un interrogante común es que los métodos naturales tienen baja eficacia en comparación con los métodos anticonceptivos. ¿Qué hay de cierto en esto?

– Es importante comprender un concepto al hablar de eficacia de estrategias para evitar un embarazo: el uso perfecto y el uso común. Por ejemplo, el uso perfecto de la píldora anticonceptiva usada en el laboratorio, es efectiva en un 99 a 98% en condiciones muy estrictas, sin olvido de pastillas, sin enfermedades concurrentes, sin interacciones con otros medicamentos, etc. Pero la efectividad en el mundo real de las pastillas es de un 93%.

En el método de la ovulación, el uso perfecto es de un 97 a 98% efectivo para evitar un embarazo; sin embargo, como se basa en la abstinencia sexual, si las personas tienen relaciones sexuales durante el periodo fértil, tienen, al menos, un 25 % de probabilidades de embarazo, pero creo que no es una falla del método, es el uso consciente de la información que da el método.

En resumen, uso perfecto 98 a 97 %; en cambio uso saltándose las reglas, una probabilidad de embarazo de 25 a 35%.

En el Mensaje que envió el Papa Francisco al Congreso señala: «Tras la llamada revolución sexual que ha derribado tabúes, surge la necesidad de una nueva revolución en la mentalidad: descubrir la belleza de la sexualidad humana hojeando el gran libro de la naturaleza». ¿De qué manera los métodos naturales pueden ayudar a “descubrir la belleza de la sexualidad humana”?

– Muchas personas han descubierto la belleza de la biología del ciclo menstrual, su complejidad y su orden, su ciclicidad. Eso los ha llevado a admirar y respetar su cuerpo.

Pero también la abstinencia, que podría verse como algo malo, muchas veces permite descubrir otras formas de donación, otras formas de demostrar cariño y comunicarse en forma distinta. Escuchar al cuerpo y sus señales, abstenerse juntos por un bien común, permite un fortalecimiento de la pareja. Pero un método solo permite una aproximación.

El gran cambio es, cómo señala Familiaris Consortio, una preparación remota, mediata e inmediata a la vida matrimonial, prepararnos para ser don a otro; esta es la gran vocación del hombre: amar, ser don para el otro. En la vida familiar y matrimonial ese don es a través del cuerpo; no es posible la donación en el matrimonio sin el cuerpo.

Por eso, la gran revolución se dará, cuando seamos conscientes de nuestra corporeidad y de cómo podemos ser don y acoger al otro a través del cuerpo. Esto es lo que nos enseñó san Juan Pablo II en su “Teología del cuerpo”, que, como dice uno de sus biógrafos, es una bomba de relojería que estallará en algún momento de este milenio.

Mundo

Apollinaire Cibaka: «Humanae vitae habla fuerte al África negra»

Dos meses más tarde del Mayo del 68 francés, el 25 de julio, el Papa Pablo VI, hoy canonizado, promulgó la conocida encíclica Humanae Vitae. Estos días, la Cátedra Internacional de Bioética Jérôme Lejeune ha organizado un congreso en Roma sobre el texto papal. El congoleño P. Apollinaire Cibaka Cikongo, rector de la Universidad Oficial de Mbujimayi, Kasaï Oriental, y miembro de su comité científico, ha conversado con Omnes.

Francisco Otamendi·18 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

Existen numerosos textos magisteriales, escritos por Papas, que merece la pena analizar. Entre ellos se encuentra, sin duda, la encíclica Humanae Vitae, firmada por san Pablo VI el 25 de julio de 1968, todavía humeantes las revueltas estudiantiles, y sindicales, del conocido Mayo del 68 francés. 

La Cátedra Internacional de Bioética Jérôme Lejeune, que dirige la doctora Mónica López Barahona, ha recogido el guante lanzado por el Papa Francisco, y por san Juan Pablo II, para redescubrir y profundizar en su mensaje, y ha organizado un congreso los días 19 y 20 de este mes en torno a “Humanae Vitae: la audacia de una encíclica sobre la sexualidad y la procreación”.

Este congreso, según sus organizadores, “está dirigido a jóvenes, matrimonios, formadores, sacerdotes, médicos, profesores, teólogos, etc., que quieran volver a descubrir esta llamada profética a favor de la dignidad del amor y la vida humana”. 

Entre los miembros de su comité científico, se encuentra el Rvdo. Dr. Apollinaire Cibaka Cikongo, profesor de Bioética y Rector de la Université Officielle de Mbujimayi, Kasayi Oriental (República Democrática del Congo). Su ponencia versa sobre «Humanae Vitae: un baluarte contra las políticas maltusianas«, y con él ha conversado Omnes. Lógicamente, el profesor Cibaka se refiere en diversas ocasiones al África negra, considerada como una de las regiones más empobrecidas del planeta.

¿Podría hacer una breve síntesis del mensaje de la encíclica Humanae Vitae de san Pablo VI, y una valoración general?

—En pocas palabras, puedo atreverme a presentar la Humanae Vitae como la voz de la sabiduría y de la experiencia de la Iglesia que invita a vivir la alteridad y el misterio del varón y de la mujer, su matrimonio, su sexualidad, su procreación y su familia en su verdad divina y fundante, sin la contaminación de instintos enloquecidos y desenfrenados por ideologías y técnicas perversas que los ponen al servicio del uso reductor, hedonista y destructor del ser humano y de la vida.

Era la época de Mayo del 68, y el mundo parecía vivir en una «psicosis» de la superpoblación. Háganos un breve resumen de su ponencia en Roma.

—Tenía 7 meses en Mayo del 68, así que he nacido y crecido en un mundo culturalmente marcado por la llamada “revolución sexual”, con la psicosis de la superpoblación como uno de sus principales argumentos y constantes. 

La verdad es que, en lugar de hacerse las verdaderas preguntas sobre el sentido de su presencia en el mundo y buscar vías justas de vivirlo de la manera más adecuada, el ser humano ha aprovechado los nuevos poderes que ha adquirido gracias a la ciencia y a la tecnología para librarse de la razón, de la ley natural y de sus implicaciones espirituales y morales, organizando una matanza arbitraria y sistemática de millones de sus semejantes indefensos, sin ninguna consideración ni por su dignidad ni por Dios. 

En el marco de mi ponencia en este Congreso Humanae vitae de Roma, voy a reflexionar sobre siete de los factores internos y externos que, a mi parecer, contribuyen a afianzar esta cultura de la muerte en el África negra.

¿Cómo calificaría la Humane Vitae? Algunos la han llamado profética. ¿Y en relación al África negra?

—La Humanae vitae es un texto breve, sencillo, claro, asequible y, sobre todo, veraz en cada una y en la totalidad de sus afirmaciones. Lo he vuelto a leer con ocasión de este congreso, y creo que nos indica a todos, creyentes de distintas religiones y no creyentes de distintas culturas, la vía a seguir para comprender mejor y sanar la sexualidad humana tan desfigurada y estropeada por la llamada “revolución sexual”. 

Su enseñanza ha de ser considerada como patrimonio de toda la humanidad, ya que conecta con la sana sabiduría de todos los pueblos. Para un africano y muluba del Congo como yo, todo lo que dice de la relación entre el varón y la mujer en el seno del matrimonio, de las exigencias morales de una sexualidad madura y responsable, de la acogida y del respeto de cada vida, no tiene nada de extraño, sino que encuentra un eco profundo en mi cultura. 

Más, con los cambios forzados que estamos viviendo hasta en los pueblos más remotos, la Humanae vitae es una voz que habla fuerte al África negra y la invita a reconciliarse consigo misma, con sus antepasados, con su espiritualidad de la vida, con su legado ético… La sexualidad no es un juego inventado por los hombres, un sinsentido en manos de niños inconscientes e irresponsables, sino un don de Dios, una de las dimensiones constitutivas, estructurantes y maravillosas del ser humano. Desnaturalizarla y destruirla es simplemente desnaturalizar y destruir al ser humano, envenenar sus espacios familiares y sociales de vida.

El control de la población parece un arma en manos de países más ricos, mientras la demografía en esos países conoce una caída dramática, amortiguada en parte por la inmigración. ¿Qué opina? 

—Aparte de ser sacerdote y docente de universidad y de seminarios mayores, soy fundador de Ditunga, una asociación de apoyo a obras eclesiales y sociales que cumple 17 años en octubre 2023 y que trabaja principalmente en la comunidad rural de Ngandanjika, de unas 1.400.000 almas agrupadas en 96 grupos étnicos. 

Esa labor, que me ha llevado a trabajar en el campo de la salud y otros, me ha ayudado a descubrir las caras feas de muchas de las ayudas destinadas a los más pobres. Si quitas las ayudas de la Iglesia católica y de algunas personas de gran corazón, muchos proyectos de desarrollo están llevados por agendas que lo condicionan todo a la aceptación de ideologías y programas contrarios a la cultura local de la vida, de la familia, de la sexualidad… 

En lugar de acompañarnos y ayudarnos a resolver nuestros verdaderos problemas en sus causas estructurales, la mayoría de estos programas no sacan ninguna lección de las desgracias humanas y morales que han causado en las familias y las sociedades occidentales; sólo pretenden destruir nuestras familias, queriendo imponernos la cultura de la sexualidad contra la naturaleza, sin amor ni responsabilidad ni futuro. 

No les preocupan las dictaduras, las injusticias sociales, los cambios climáticos, las guerras de distintos índoles, los saqueos de nuestros recursos naturales y tantas desgracias que ceban a millones de vidas cada año, pues lo quieren resolver todo gracias a una sexualidad desorbitada y asesina.

El Papa Francisco invitó a una reflexión  para “redescubrir el mensaje de la encíclica Humanae Vitae de Pablo VI” (AL, 82 y 222). San Juan Pablo II había hecho lo mismo. ¿Qué impacto ha tenido en su país?

—Para no generalizar y limitarme a la provincia eclesiástica de Kananga, donde estoy concluyendo 9 años de mandato como secretario ejecutivo, sé que la Humanae Vitae es una encíclica muy presente en la pastoral de la familia de nuestras 9 diócesis y existen oficinas diocesanas para acompañar a los novios, a los matrimonios y a las familias en su vocación cristiana. También existen muchos movimientos eclesiales de espiritualidad familiar, pero no es una pastoral fácil, pues existen también muchas ofertas nefastas por parte de los promotores públicos y privados de la “revolución sexual”. Por eso hay que seguir luchando. 

En este sentido, con ocasión del quincuagésimo quinto aniversario de la Humanae vitae (25 de julio 1968-2023), Ditunga, la asociación de la que acabo de hablar, consagra su tercer simposio a una relectura de esta encíclica de san Pablo VI en el contexto de la África negra. 

Bajo el tema La cultura de la vida frente a la cultura de la muerte en la África negra. Inventario y perspectivas, este simposio tendrá lugar del 26 al 28 de octubre de 2023 en  Ngandanjika, en el centro de la República Democrática del Congo. 

Tendrá un total de 15 conferencias de diversos enfoques, pero también comunicaciones de personas interesadas por el tema. Si los medios lo permiten, se invitará a 50 personalidades nacionales o internacionales con responsabilidades o con influencia notable en los mundos de la medicina, de la política, la religión, la literatura, la música…, con la esperanza que su participación pueda contribuir a promover la cultura de la vida.

¿Cuáles son los objetivos de ese simposio en la República Democrática del Congo?

Basándose en la Humanae vitae, el simposio tendrá 4 objetivos principales:

1º) Comprender la cultura cristiana de la vida a partir de la tradición africana y de las influencias que ha recibido de la fe cristiana, de la enseñanza del Magisterio católico, de la reflexión teológica y de otras tradiciones religiosas.

2º) Identificar las caras, las ideologías, las estrategias y los medios de la cultura de la muerte como se está desarrollando en la África negra hoy en día por factores internos y externos.

3º) Romper el silencio sobre prácticas arraigadas de la cultura tradicional y moderna de la muerte en nuestras comunidades, y suscitar un verdadero debate interdisciplinario y social sobre sus retos a las culturas africana y cristiana de la vida.

4º) Hacer propuestas realistas y definir estrategias inteligentes para promover y sostener la cultura de la vida, sobre todo la vida de personas vulnerables.

Espero que este simposio sea una de las contribuciones del llamamiento de los Papas san Juan-Pablo II y Francisco a profundizar y divulgar la enseñanza de Humanae Vitae. Por nuestra parte, uno de los frutos ya esperados es la traducción de Humanae Vitae al ciluba, la principal lengua de la región del Kasayi y una de las 4 lenguas nacionales de la RD Congo.

El autorFrancisco Otamendi

Evangelio

Dar siempre gloria a Dios. Domingo VII de Pascua (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del VII domingo de Pascua y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·18 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Iglesia ora en torno a María y Jesús ora a su Padre. Estos son los temas dominantes de las lecturas de hoy. Y el tema dominante de la oración de Cristo es la gloria de su Padre. “Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti… yo te he glorificado sobre la tierra, he llevado a cabo la obra que me encomendaste. Y ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía junto a ti antes que el mundo existiese”. Luego explica cómo es glorificado en sus discípulos fieles. 

En la segunda lectura, san Pedro nos exhorta a compartir los sufrimientos de Cristo para alegrarnos y regocijarnos “cuando se manifieste su gloria”. Y poco antes, en esa misma epístola, había exclamado a él pertenecen “todo principado, poder, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no solo en este mundo, sino en el futuro”.

¡Deo omnis gloria! “¡Toda la gloria a Dios!” Así reza el gran grito. Pero dar gloria a Dios es más fácil de decir que de entender. ¿Cómo podemos “dar” gloria a Dios? No añadimos nada a su gloria, y aunque nuestras buenas acciones le glorifican, nuestra condena también lo haría, mostrando su justicia y rectitud frente a nuestra maldad. 

Dar gloria a Dios es reconocer que toda la gloria le pertenece. “Gloria”, kabod en hebreo, sugiere también la santidad de Dios y tiene la idea de peso y sustancia. Por el contrario, todas las cosas creadas son hebel, vapor, aliento, mera vanidad, como expresa tan dramáticamente el Eclesiastés 1, 2. Por eso, dar gloria a Dios es reconocerle como fuente de todo poder, ser y bondad. Mientras que nosotros somos mero aliento (Dios tomó polvo e insufló vida en él, nos cuenta el libro del Génesis sobre la creación del hombre), Dios es el único que tiene un ser sustancial. Dar gloria a Dios es reconocer y construir nuestra propia existencia sobre esta realidad; o, por utilizar otra imagen relacionada, hacer de Dios la roca, el cimiento de nuestras vidas.

Si construimos nuestras vidas sobre Dios, sobre lo que es sustancial y no sobre lo que es aliento, compartiremos su vida y su ser, y por tanto su gloria, en el cielo.

La oración es la mejor manera de glorificar a Dios, porque a través de ella lo reconocemos como nuestra fuente de poder. Así, la Iglesia que ora en torno a María en la primera lectura de hoy glorifica a Dios y, como es lógico, prepara el camino para el descenso del Espíritu Santo en Pentecostés, esa gran manifestación de la gloria divina que inaugura la vida de la Iglesia. 

Pero también queremos glorificar a Dios en nuestro trabajo y nuestra vida cotidianos: “Así pues, ya comáis, ya bebáis o hagáis lo que hagáis, hacedlo todo para gloria de Dios” (1 Co 10, 31). Sin distraernos de la actividad que tenemos entre manos, a la que debemos dedicar toda nuestra concentración para hacerla bien, también podemos dirigirnos a Dios de vez en cuando para que nos ayude a realizar esa tarea de un modo que le agrade. Así trabajamos mejor y, poco a poco, convertimos el trabajo en oración.

La homilía sobre las lecturas del domingo VII de Pascua (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

España

La Iglesia española en 2021: se recuperan los sacramentos y la atención al desempleo

La Conferencia Episcopal española (CEE) ha publicado la Memoria Anual de la Iglesia en España correspondiente al año 2021.

Maria José Atienza·17 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha presentado la Memoria de Actividades de la Iglesia en España correspondiente a 2021. La Memoria se publica, como ha destacado el portavoz de la CEE, mons. Francisco C. Garcia Magán, después de conocer la cifra definitiva del resultado de la Asignación Tributaria de ese año 2021.

El Secretario General de los obispos españoles ha señalado que esta Memoria “quiere ser un ejercicio de transparencia y de un compromiso de la Iglesia que va más allá en la información a la sociedad”. Asimismo, García Magán ha querido destacar que “no se trabaja por el reconocimiento, pero es bueno que se reconozca lo que se trabaja”.

En esta “fotografía de la Iglesia en España” como la ha calificado el portavoz de los obispos, destaca el creciente papel de los laicos en tareas como la misión y el descenso de la asistencia a la misa dominical, que los obispos achacan, entre otras cosas, a “esa sociedad desvinculada en la que vivimos”.

En la explicación de la Memoria, la directora de la Oficina de Transparencia, Ester Martín, ha querido subrayar el creciente compromiso de la Iglesia con la transparencia. De hecho, desde que comenzó a publicarse esta Memoria, “los indicadores de actividad y económicos han pasado de 70 a 300”. 2021, como ha destacado Martín, ha sido el año de “la vuelta a la normalidad en la administración de los sacramentos”.

La Iglesia española en datos

El porcentaje de la población que se considera católica se mantiene similar al del año 2020, con un 67,2% de la población, aunque disminuye, ligeramente, el número de personas que acuden regularmente a misa situándose en poco más de 8 millones de personas (8.260.000 personas). Según los datos de la memoria son 9.545.952 eucaristías las celebradas cada año en España. Unas celebraciones a repartir entre 16.126 sacerdotes que ejercen su labor en alguna de las 69 diócesis territoriales españolas y la castrense. Con respecto al ejercicio de 2020 este dato supone un descenso de 442 sacerdotes. La memoria recoge el descenso de 3 obispos y, por el contrario, un considerable aumento de los diáconos permanentes que pasan de 506 a 539 en toda España.

La vida religiosa y contemplativa mantiene su presencia con respecto a los datos recogidos en 2020. En el caso de la vida contemplativa, en España se hace especialmente presente a través de 725 monasterios, a los que pertenecen un total de 8.326 monjas y monjes de clausura. El año anterior, la CEE arrojó un dato de 735 monasterios, a los que pertenecen un total de 8.326 monjas y monjes de clausura, lo que supone la extinción de 10 monasterios y 110 monjas y monjes de clausura menos, fundamentalmente, debido a los fallecimientos.

Según los datos de CONFER que se recogen en la Memoria, la vida religiosa activa mantiene sus 35.507 religiosos y religiosas de las cerca de 5.000 comunidades que existen en España (4.493).

Laicos: el bastión de la Iglesia

Uno de los datos que sobresale en esta memoria es el indispensable y protagonista papel de los laicos en la vida de la Iglesia española. No sólo a través de los movimientos y asociaciones laicales que congregan en España a más de 400.000 personas, sino en millones de personas que, de manera personal o como parte de una realidad parroquial, dedican tiempo, dinero y trabajo a tareas clave en la vida de la Iglesia.
En este ámbito, cabe señalar los 87.923 catequistas y 36.911 profesores de Religión.

Desde hace años, la memoria de la Iglesia en España divide su contenido en tres grandes bloques: Palabra (anuncio de la fe), que incluye actividad pastoral, actividad evangelizadora, actividad educativa y actividad cultural. En segundo lugar, Liturgia (celebración de la fe), que recoge la actividad celebrativa y actividad pastoral; y, por último, Caridad (vivencia de la fe), que asume los datos referidos a la actividad caritativa y asistencial de la Iglesia.

En relación al anuncio de la fe, la memoria apunta a las 11.457 parroquias que se sitúan en poblaciones rurales en España, lo que supone un 49% de las comunidades parroquiales en el país. En ellas, son más de 28 millones de horas las que los sacerdotes dedican a la administración de los sacramentos, la pastoral, visitas a enfermos, horas de despacho parroquial y acompañamiento espiritual.

Anuncio de la fe. Aumentan las familias en misión 

Uno de los capítulos más interesantes de estos datos presentados por la Conferencia Episcopal española se centra en la actividad misionera de la Iglesia. España es uno de los países con mayor número de misioneros repartidos por todo el mundo, en especial Europa y América. En este punto, la memoria hace referencia a los 10.382 repartidos por todo el mundo. Son apenas unos 300 menos que el pasado año pero, sobre todo, destaca un dato: el aumento de las familias misioneras. Si en 2020 se contaban 528 familias en misión, este 2021 la cifra se sitúa en 542 familias españolas en misión. Una muestra de la importancia y el auge de esta vocación misionera compartida en el mundo actual.

El fondo de “Nueva Evangelización” de la CEE que atiende las necesidades de evangelización en todo el mundo ha invertido, en 2021, 2.285.205 euros en 222 proyectos, entre los que se cuentan desde construcción y restauración de templos y monasterios, ayuda a la formación pastoral de sacerdotes, religiosos y seminarios diocesanos hasta la adquisición de materiales pedagógicos para la catequización.

En cuanto a los datos de la actividad educativa desarrollada por la Iglesia española, éstos se mantienen en niveles muy similares al año anterior. Más de un millón y medio de alumnos españoles se benefician de esta formación de calidad, “de gran demanda por parte de los padres y que supone un importante ahorro al Estado por la eficiencia en la gestión del gasto en los centros y la baja dotación de los conciertos en comparación con la enseñanza pública”. A los 2.412 centros escolares concertados católicos de España se suman 17 universidades que aglutinan a unos 131.422 alumnos de grado o posgrado.

España tiene, a su vez, un impacto especialmente importante en el caso del patrimonio cultural perteneciente a la Iglesia. En este punto, la memoria recoge el impacto total en el PIB de toda la actividad que genera la presencia del patrimonio cultural de la Iglesia que suponen “22.620 millones de euros, y llega a aportar una contribución al empleo de más de 225.000 empleos de manera directa, indirecta e inducida”. En 2021, las diócesis españolas destinaron 49.505.061,25 de euros a 477 proyectos de construcción, conservación y rehabilitación de templos.

Dentro de este patrimonio cultural se hallan también las cofradías, en las que más de un millón de españoles viven su fe en hermandad y que cuidan un importante grueso del patrimonio material e inmaterial español.

Liturgia. Recuperación de la celebración sacramental

La memoria de 2021 recoge un dato clave: el aumento de la actividad sacramental en España. Hay que señalar que la memoria de 2020 abarcó el tiempo duro de confinamiento y restricción de celebraciones comunitarias. La apertura de templos, así como la bajada de la incidencia de la pandemia, se ha visto reflejada en la recuperación de la vida sacramental en España.

Aumentan los bautizos, matrimonios, comuniones y confirmaciones, bajando, eso sí, las unciones de enfermos.

En 2021, recoge la Memoria, se celebraron en España 149.711 bautizos, 182.760 primeras comuniones, 103.584 confirmaciones, 25.762 matrimonios y 27.045 unciones de enfermos.

Como viene haciendo desde hace años, la memoria recoge también las horas que dedican sacerdotes, voluntarios y seglares a la actividad pastoral, que también suben con respecto a 2020 situándose por encima de los 41 millones (41.222.557).

Un apartado especial lo ocupa la pastoral de la salud. En España hay 815 capellanes y más de 18.000 personas se dedican a esta área de pastoral acompañando a cerca de 170.00 personas en casas y hospitales.

En relación a la pastoral penitenciaria, casi un millar de proyectos se han desarrollado en España en este ámbito, especialmente centrados en el área social: formación, sensibilización y acompañamiento.

La pastoral del mar, por su parte, ha atendido a más de 40.000 marinos mercantes a través de sus 125 agentes de pastoral y 14 capellanías.

Caridad. Aumenta la atención a personas sin trabajo

El trabajo de la Iglesia en favor de los necesitados y vulnerables supone siempre un punto fuerte de la memoria anual de actividades de la Iglesia. Este año desaparece el apartado que el pasado año la Iglesia dedicó a la atención de las consecuencias de la pandemia de COVID 19.

En relación a los centros asistenciales, en 2021, 3.938.870 personas fueron acompañadas y atendidas en alguno de los 8.864 centros de la Iglesia (centros sociales, sanitarios y asistenciales).

Llama la atención el aumento de las personas que, en 2021, acudieron a alguno de los 6.309 centros para mitigar la pobreza de la Iglesia en España: 2.277.434 personas fueron atendidas en estos centros que, a pesar de ser algo menos en número (en 2020 se contaban 6.664), atendieron a unas 30.000 personas más que el pasado ejercicio.

A este número se suman las casi 126.000 personas que fueron atendidas en los 311 centros para promover el trabajo y los más de 100.000 inmigrantes que acudieron a diversos centros de atención a inmigrantes.

Mujer, familia y menores centran otros datos referidos en esta memoria. Casi 80.000 padres y madres en dificultades, parejas en situaciones de crisis, etc., fueron atendidos en estos centros en 2021, mientras que son casi 50.000 los menores acogidos entre los 374 centros de menores y tutela de la infancia que la Iglesia mantiene en España.

La Iglesia en España mantiene además una atención constante y afianzada a mujeres vulnerables, víctimas de violencia o con hijos a su cargo en solitario. En este punto, 29.124 mujeres han acudido a estos centros en el ejercicio reflejado. La memoria recoge además los más de 70.000 ancianos, enfermos crónicos y personas con discapacidad a los que la Iglesia atendió en 2021.

Cáritas y Manos Unidas 

A pesar de que tanto Cáritas y Manos Unidas presentan sus datos de manera anual, esta Memoria recoge, someramente, los datos clave del ejercicio de ambas instituciones en España y en países del tercer mundo.

En el caso de Cáritas, más de 2,5 millones de personas (2.621.102), de los cuales en España 1.612.972 personas, han sido atendidas por Cáritas en 2021 con un total de 403.158.987 euros invertidos en proyectos y ayudas.

Manos Unidas, por su parte, llevó a cabo 721 proyectos en Asia, América y África, de los que se han beneficiado mas de un millón y medio de personas y para los que los españoles aportaron mas de 33 millones de euros.

La asignación tributaria

El capítulo económico de la Memoria recoge también los datos consolidados referidos a la Asignación Tributaria a la Iglesia. En 2021 los fieles asignaron 321.015.984 euros a la Iglesia católica. La segunda cifra más alta desde el comienzo de la asignación tributaria.

Cultura

La arquitectura sagrada del siglo XXI, núcleo del Foro Omnes

El martes 16 de mayo de 2023 tuvo lugar en la sede de ESIC el Foro Omnes sobre el tema “Arquitectura sagrada en el siglo XXI”.

Loreto Rios·17 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La sede de la universidad privada ESIC acogió el martes 16 de mayo de 2023 el Foro Omnes sobre el tema “Arquitectura sagrada en el siglo XXI”. La mesa, moderada por don Alfonso Riobó, director de Omnes, estuvo formada por los arquitectos Felipe Samarán, Ignacio Vicens y Emilio Delgado, y el sacerdote Jesús Higueras, párroco de Santa María de Caná.

El encuentro, patrocinado por la empresa constructora Cabbsa, contó también con la colaboración del banco Sabadell y la fundación CARF.

Asistieron al evento Jorge Beltrán, presidente de Cabbsa, Paloma Tejero, viceconsejera de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, y Luis Alberto Rosales, director de la fundación CARF, entre otros.

Recuperar la belleza

Comenzó las intervenciones don Jesús Higueras, párroco de Santa María de Caná, que señaló que, a la hora de construir una iglesia, se debe tener en cuenta la importancia de que ese espacio conecte con la trascendencia.

Al mismo tiempo, indicó que la iglesia no se reduce solo al templo, sino que también tiene que cubrir otras necesidades relacionadas con su función evangelizadora, no solo celebrativa, como, por ejemplo, disponer de salas para la catequesis. Asimismo, don Jesús subrayó que los motivos económicos no pueden llevar a renunciar a la belleza, e hizo una invitación a recuperar la belleza en la construcción de las iglesias.

La evolución de la arquitectura sacra

A continuación, intervino Felipe Samarán, que contextualizó el hecho de que la iglesia es un lugar donde los asistentes se preguntan por el sentido de la vida y una serie de cuestiones trascendentales, lo cual debe tenerse en cuenta a la hora de proyectarla. “¿Cómo se hace convivir el mensaje eterno de aquello que nos ha sido dado con un envoltorio necesariamente caduco?”, se preguntó.

También ha explicado que Cristo nunca habló de liturgia ni de arquitectura, y esta ha tenido una evolución a lo largo de los siglos, pero sin perder de vista lo fundamental.

foro arquitectura

En lo que nos afecta de manera más cercana, planteó el ejemplo del Concilio Vaticano II: “El altar pasaba a ser una relación dialógica entre el oficiante de la Eucaristía y el pueblo de Dios que estaba asistiendo a ella, frente a lo que pasaba antes, que era una relación entre todos ellos mirando en una misma dirección. (…) Esa relación que se establece, ahora nueva, es diferente a la que había en la Iglesia que nos precedió”. Sobre la dificultad que entraña diseñar arquitectónicamente una iglesia ha afirmado que “la única solución es tener una perspectiva cristocéntrica y objetiva de lo que estamos haciendo”.

Los templos de hoy representan nuestro tiempo

En tercer lugar, realizó su ponencia Emilio Delgado, que subrayó la importancia de la responsabilidad profesional, ya que, cuando le encargan una iglesia, “el arquitecto tiene que hacer un lugar para rendir culto a Dios”. Ha explicado que “el templo hace referencia a un origen”, “convoca toda la historia”, desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo, y además “es el lugar donde nos preguntamos de dónde venimos y a dónde vamos”. Por último, ha explicado que los santuarios representan a la humanidad a lo largo de la historia y que “los templos de hoy nos representan a nosotros”.

Conocer la liturgia

El último ponente, Ignacio Vicens, inició el debate respondiendo a una de las preguntas planteadas por don Jesús Higueras al principio del acto: ¿el arquitecto debe atender a la sensibilidad de los fieles o a la belleza y excelencia? “La excelencia es lo único que se puede ofrecer a Dios. La sensibilidad de los fieles es perfectamente irrelevante a la hora de hablar de arte sacro o arquitectura sacra”, ha respondido.

También ha señalado que el tema económico no es nunca un problema para la arquitectura, indicando que la mejor arquitectura en España del siglo XX fue en los años 50, cuando se disponía de pocos medios económicos y materiales. Por otra parte, ha aseverado que para poder proyectar correctamente un templo es imprescindible estudiar qué quiere la Iglesia, es decir, dominar la liturgia. “O dominas perfectamente la liturgia, o te equivocarás”, ha asegurado.

Finalizado el coloquio, los asistentes han podido formular sus preguntas a la mesa. En el número de junio de la revista contaremos con un apartado amplio dedicado a este evento.

Vaticano

Francisco une la evangelización de san Francisco Javier a su oración

El Papa ha retomado en la Audiencia general de este miércoles el ejemplo de “la labor evangelizadora extraordinaria” de san Francisco Javier, “siempre unida a la oración, a la unión con Dios. “Cuidaba mucho de los enfermos, los pobres y los niños. El amor de Cristo fue la fuerza que lo llevó hasta los confines más lejanos”, ha subrayado. Luego, ha rezado por la paz en Ucrania, y ha calificado el Rosario como “arma poderosa contra el mal”.

Francisco Otamendi·17 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

En su ciclo de catequesis sobre ‘la pasión por la evangelización, el celo apostólico del creyente’, que inició en el mes de enero, y con la lectura de la segunda Carta de san Pablo a los corintios (2 Cor 5,14-15.20) como referencia, el Santo Padre Francisco ha vuelto a poner en la Audiencia de este miércoles de mayo el ejemplo de la intensa tarea evangelizadora de san Francisco Javier, enviado a la India como nuncio apostólico, y ha unido su celo apostólico “a la oración, a la unión con Dios, mística y contemplativa”. 

Se trata de la catequesis que no pudo realizar en toda su amplitud el miércoles pasado, debido a la presencia de Su Santidad Tawadros II, Patriarca copto ortodoxo de Alejandría, que visualizó la creciente amistad de la Iglesia copto ortodoxa de Egipto con la Iglesia católica. 

Sobre san Francisco Javier, “santo español, patrón de las misiones junto con santa Teresita de Lisieux”, ha señalado el Papa, “el amor de Cristo fue la fuerza que lo llevó hasta los confines más lejanos, con continuas fatigas y peligros, superando fracasos, decepciones y desánimos, más aún, dándole consuelo y alegría para seguirlo y servirlo hasta el final”. 

“Esperando poder entrar en China, a pesar de que estaba cerrada a los extranjeros, el 3 de diciembre de 1522, en completo abandono, sólo un chino junto a él para velarle, así terminó el viaje terreno de Francisco Javier. Tenía cuarenta y seis años, pero el cabello era ya blanco, sus fuerzas se habían consumado, donadas sin reservas al servicio del Evangelio”, ha añadido el Papa Francisco.

“Seamos fieles discípulos misioneros”

“Francisco nació en Navarra y realizó sus estudios universitarios en París. Allí conoció a Ignacio de Loyola, quien lo acompañó en la experiencia de los Ejercicios espirituales. El encuentro con Cristo que tuvo durante esos días cambió su vida”, ha relatado el Santo Padre, jesuita como el santo navarro. ““Años después, Ignacio, Francisco y otros amigos formaron la Compañía de Jesús, y se pusieron a disposición del Papa para atender las necesidades más urgentes de la Iglesia en el mundo”.

“Enviado a la India como Nuncio apostólico”, ha proseguido el Papa, “Francisco Javier realizó una labor evangelizadora extraordinaria, catequizando a los niños, bautizando y atendiendo a los enfermos. Su celo apostólico lo impulsaba a ir siempre más allá de lo conocido, y así viajó a otros lugares de Asia, como las Islas Molucas y Japón, hasta morir con el deseo de anunciar el Evangelio en China”. “Los tres años en Japón fueron durísimos, por el clima, las oposiciones y el desconocimiento de la lengua, pero también aquí las semillas plantadas darán grandes frutos”, ha especificado el Santo Padre.

“Pidamos al Señor que envíe su Espíritu Santo sobre nosotros”, ha rezado el Pontífice en la Audiencia, “para que, como san Francisco Javier, seamos fieles discípulos y misioneros de su Evangelio, hasta los confines de la tierra. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide”.

Ascensión, jòvenes, Rosario, vida, Ucrania

El Santo Padre ha hecho referencia también, en lengua italiana, a “la Solemnidad de la Ascensión del Señor, que celebraremos mañana”, que “nos invita a volver la mirada al momento en el que Jesús, antes de ascender al cielo, confía a los Apóstoles el mandato de llevar su Mensaje de salvación hasta los confines de la tierra”.

Luego, al dirigirse a los romanos y peregrinos italianos, el Papa se ha dirigido a los jóvenes y a los recién casados y sus familias: “Queridos jóvenes -especialmente vosotros, alumnos de tantas escuelas presentes hoy aquí-, acogiendo el mandato misionero de Cristo, comprometeros a poner vuestro entusiasmo al servicio del Evangelio. Vosotros, queridos enfermos y ancianos, vivid unidos al Señor, con la certeza de aportar una valiosa contribución al crecimiento del Reino de Dios en el mundo.  Y vosotros, queridos recién casados, procurad que vuestras familias sean lugares donde aprendáis a amar a Dios y a ser sus testigos con alegría. A todos mi bendición”.

En su saludo a los fieles de lengua árabe, el Papa Francisco ha recordado la costumbre mariana del santo Rosario. “En mayo, mes dedicado a Nuestra Señora, rezamos el Santo Rosario, compendio de toda la historia de nuestra salvación. El Santo Rosario es un arma poderosa contra el mal, y un medio eficaz para obtener la verdadera paz en nuestros corazones. Que el Señor os bendiga”.

Por último, ha saludado “cordialmente a los peregrinos polacos, especialmente al grupo comprometido con la defensa de la vida de la fraternidad ‘Małych stópek’. Ayer la Iglesia en Polonia conmemoró la memoria litúrgica de San Andrés Bobola, jesuita, sacerdote y mártir. A él confiamos todas las cuestiones difíciles de patria y las de otros países, en particular la cuestión de la paz en Ucrania. Os bendigo de todo corazón”.

Cuando parecía que el Papa iba a concluir, antes del canto del Padre Nuestro en latín, y de dar la Bendición, ha vuelto sobre Ucrania: “Pidamos al Señor por la martirizada Ucrania, se sufre tanto allá… Oremos por los heridos, por los niños, por los que han muerto, para que regrese la paz”.

El autorFrancisco Otamendi

Cultura

El cristianismo en Japón (I)

El cristianismo en Japón comenzó con la llegada de San Francisco Javier a sus costas en el siglo XVI. La historia de los cristianos japoneses ha estado plagada por numerosos mártires.

Gerardo Ferrara·17 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

«Seréis mis testigos en Jerusalén en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra» (ἔσεσθέ μου μάρτυρες ἔν τε Ἰερουσαλὴμ καὶ ἐν πάσῃ τῇ Ἰουδαίᾳ καὶ Σαμαρείᾳ ἕως ἐσχάτου τῆς γῆς) (Hechos de los Apóstoles 1, 8).

No se puede hablar del cristianismo en Japón -como en cualquier otra parte del mundo- sin utilizar la palabra «martirio», término derivado del griego μάρτυς, que significa «testimonio».

Los mártires

En la Carta a Diogneto, un breve tratado apologético dirigido a un tal Diogneto y compuesto probablemente a finales del siglo II, se habla a los cristianos de un lugar que les ha sido asignado por Dios, un lugar del que no pueden salir.

El término utilizado para definir este lugar, este «sitio», τάξις (táxis), indica la disposición que debe mantener un soldado durante una batalla. En consecuencia, el cristiano no es sólo un testigo en el sentido jurídico, como el que da testimonio en un juicio, sino que es Cristo mismo, es una semilla que debe morir y dar fruto.

Y esto señala la necesidad, para quien conoce a un cristiano, no sólo de oírle hablar de Jesús como de cualquier personaje histórico que se ha distinguido por decir o hacer algo importante, sino de ver, gustar, sentir a Jesús en persona, presente ante sus ojos, Jesús que sigue muriendo y resucitando, una persona de carne y hueso, con un cuerpo que se puede tocar.

Tipos de martirio

El testimonio, el «martirio» al que está llamado todo creyente en Cristo, no es necesariamente -como muchos podrían pensar- la muerte violenta que sufren algunos, sino la vida de un mártir, que conduce inevitablemente al κένωσις (kénosis), palabra griega que significa literalmente «vaciamiento» y, desde el punto de vista cristiano, la renuncia a uno mismo para conformarse a la voluntad de Dios que es Padre, como hizo Jesucristo a lo largo de toda su vida, y no sólo en el acto de morir en la cruz.

Si aplicamos esta definición al concepto de santidad, podríamos decir que muchísimos santos (y por santos no entendemos sólo los canonizados por la Iglesia, sino todos los santificados por Dios) son mártires a pesar de no haber sacrificado su vida corporal. Son santos, sin embargo, porque han dado testimonio de santidad con su vida.

En el catolicismo, de hecho, se consideran tres tipos de martirio:

– el blanco, que consiste en el abandono de todo lo que el hombre ama por causa de Dios y de la fe;

– el verde, que consiste en liberarse de los malos deseos mediante la penitencia, la mortificación y la conversión;

– el rojo, es decir, sufrir la cruz o la muerte a causa de la fe, considerado también, en el pasado, como un bautismo purificador de todo pecado que aseguraba la santidad.

Mártires japoneses

Y de hecho, a lo largo de la historia, Japón ha registrado miles de mártires en todas las categorías que hemos enumerado. Un mártir «blanco», por ejemplo, es el beato samurái Justus Takayama Ukon (1552-1615), beatificado en 2017 por el Papa Francisco y también conocido como el Tomás Moro japonés.

En efecto, al igual que el canciller de Inglaterra, Takayama Ukon fue una de las mayores figuras políticas y culturales de su tiempo en su país. Tras ser encarcelado y privado de su castillo y sus tierras, fue enviado al exilio por negarse a abjurar de la fe cristiana que profesaba.

Su perseguidor fue el feroz Toyotomi Hideyoshi, quien, a pesar de numerosos intentos, fue incapaz de doblegar a Ukon, que, además de cristiano, era daimyo, es decir, barón feudal japonés, así como un destacado táctico militar, calígrafo y maestro de la ceremonia del té.

La misión cristiana en Japón

La misión cristiana en Japón comenzó el 15 de agosto de 1549, día en que el español san Francisco Javier, fundador de la Orden de los Jesuitas junto con San Ignacio de Loyola, desembarcó en la isla de Kyushu, la más meridional de las cuatro grandes islas que componen el archipiélago japonés.

Los jesuitas precedieron a los frailes franciscanos por un pequeño margen. A los extranjeros que llegaban al sur de Japón en sus barcos de color oscuro (kuro hune, o barcos negros, en japonés, para distinguirlos de los barcos locales hechos de bambú, normalmente de color más claro) se les llamaba nan banji (bárbaros del sur). De hecho, se les consideraba gente bastante tosca y grosera, por diferentes motivos.

La primera era el hecho de que no seguían las costumbres del país, basadas todas ellas en los códigos de caballería forjados por la práctica del bushido. Esta práctica, basada en las antiguas tradiciones japonesas y en el sintoísmo (religión original de Japón, politeísta y animista, en la que se venera a los kami, es decir, a divinidades, espíritus naturales o simplemente presencias espirituales como los antepasados), tenía como núcleo la rígida división de la sociedad japonesa en castas.

Los ideales más elevados los encarnaba el bushi, el noble caballero, que moldeaba su vida en torno a las virtudes del valor, el servicio fiel a su daimyo (barón feudal), el honor que debía preservarse a toda costa, el sacrificio de la vida en la batalla o mediante el seppuku o harakiri, el suicidio ritual.

Desarrollo del cristianismo en Japón

Durante el siglo XVI, la comunidad católica creció hasta superar las 300.000 personas. La ciudad costera de Nagasaki era su principal centro.

El gran promotor de este florecimiento de nuevos creyentes fue el jesuita Alessandro Valignano (1539-1606). Llegó a Japón en 1579 y le nombraron superior de la misión jesuita en las islas. Valignano era un sacerdote bien preparado (todos los jesuitas lo estaban en aquella época), fuerte en sus estudios como abogado.

El jesuita Alessandro Valignano

Antes de ser nombrado superior, había sido maestro de novicios y se había encargado de la formación de otro italiano, Matteo Ricci, que más tarde se haría famoso como misionero en China.

La principal intuición de Alessandro Valignano fue darse cuenta de la necesidad de que los jesuitas aprendieran y respetaran la lengua y la cultura de los pueblos que evangelizaban, desvinculando el anuncio del Evangelio de la pertenencia a una cultura y no a otra: la fe, según su visión, debía transmitirse a través de la inculturación, es decir, convertirse en parte integrante de la cultura local.

También quería que los autóctonos, los japoneses, se convirtieran en promotores y gestores de la misión en su país, en una especie de traspaso que en la época se consideró algo chocante.

Valignano fue también responsable del primer manual fundamental para misioneros en Japón, así como de una obra sobre las costumbres del País del Sol Naciente, entre ellas la famosa ceremonia del té, a la que pidió que se dedicara una sala en cada residencia jesuita, dada la gran importancia de este ritual en Oriente.

Gracias a la política misionera de inculturación practicada por Valignano, fueron varios los notables e intelectuales japoneses, entre ellos un buen número de daimyo, que se convirtieron a la fe cristiana o al menos mostraron un gran respeto por la nueva religión.

Reticencias ante las misiones

Dentro del régimen en el poder, el shogunato Tokugawa (el shogunato era una forma de oligarquía militar en la que el emperador sólo tenía un poder nominal, ya que en realidad era el shogun quien ejercía la jefatura política del país, asistido por los escuderos locales), y en particular el mariscal de la corona en Nagasaki, Toyotomi Hideyoshi, veían con creciente recelo la labor de los jesuitas.

Se temía que, a través de su misión evangelizadora, los misioneros extranjeros, reforzados también por el creciente número de conversos, pudieran suponer una amenaza para la estabilidad de su poder, dadas sus relaciones privilegiadas con países extranjeros. Y, pensándolo bien, esto era totalmente plausible: de hecho, Japón tenía un sistema de poder y una cultura que no consideraba en absoluto la vida de cada persona como algo de valor.

El propio sistema se basaba en la dominación de unos pocos nobles sobre la masa de ciudadanos, a los que se consideraba como animales (al bushi, el noble caballero, se le permitía incluso practicar el tameshigiri, es decir, probar una nueva espada matando a cualquier aldeano).

Todo podía y debía sacrificarse por el bien del Estado y de la «raza». Por tanto, no podía haber nada más amenazador, para este tipo de cultura, que el mensaje de quienes predicaban que toda vida humana es digna y que todos somos hijos de un mismo Dios.

El autorGerardo Ferrara

Escritor, historiador y experto en historia, política y cultura de Oriente Medio.

Mundo

Przemysław Śliwiński: “No podemos prescindir de cuidar la comunicación”

Przemysław Śliwiński, doctor en Comunicación Institucional y portavoz de la archidiócesis de Varsovia, señala la importancia de que sacerdotes y personas consagradas cuiden su imagen pública.

Giovanni Tridente·17 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Hace unas semanas, la Conferencia Episcopal Polaca publicó un “decreto general” que aborda la cuestión de la imagen pública de los sacerdotes y las personas consagradas tanto en los medios de comunicación tradicionales como en las redes sociales. Se trata de una medida necesaria debido a los avances tecnológicos de los últimos años, con la que se pretende paliar de alguna manera los posibles riesgos de “mala reputación” y el mal uso de las tecnologías modernas. Una iniciativa, por otra parte, que también podrían tomar prestada las Conferencias Episcopales de otros países. Omnes entrevistó sobre el tema a Przemysław Sliwinski, doctor en Comunicación Institucional y portavoz de la archidiócesis de Varsovia.

Sliwinski, ¿qué contempla exactamente este reciente Decreto de la Conferencia Episcopal Polaca?

—El documento se centra en la identidad de los sacerdotes y las personas consagradas, destacando las posibles consecuencias y responsabilidades con respecto a sus discursos públicos como representantes eclesiales que transmiten abiertamente la doctrina de la Iglesia y no su opinión personal. 

En concreto, se trata de dos normas. En primer lugar, la necesidad de llevar el hábito religioso o clerical durante las entrevistas y los programas de televisión. En consecuencia, en el caso de las redes sociales, se pide que sus perfiles públicos sean claramente identificables, con una foto o descripción que deje claro que se trata de una persona consagrada o sacerdote.

Un segundo aspecto del Decreto establece que cualquier colaboración continuada con los medios de comunicación por parte de personas ordenadas o consagradas debe ser confirmada por el obispo.  Evidentemente, el documento no establece ninguna “censura” sobre los posts publicados en las redes sociales. La noticia de que ahora se está controlando -no sabemos por quién- todo lo que los sacerdotes y consagrados publican en las redes sociales es falsa.

Desde el punto de vista de un comunicador de la Iglesia, ¿qué utilidad tiene esta iniciativa?

—Pensando en la realidad polaca, tenemos cuarenta diócesis, algunas con su propia legislación, sobre las relaciones de los sacerdotes con los medios de comunicación. Cada provincia también puede establecer sus propias normas al respecto. Quizá la idea del documento sea introducir una norma en todo el país.

Por ejemplo, como portavoz de la archidiócesis de Varsovia puedo confirmar que no tenemos un documento propio que establezca normas sobre la relación de sacerdotes y religiosos con los medios de comunicación. Simplemente nos dedicamos al aspecto educativo de la cuestión desde la formación en el seminario. Yo mismo llevo más de diez años formando a seminaristas en los medios de comunicación. Estas “reglas” son claras y todos los sacerdotes las consideran normales a estas alturas. Además, si surgieran problemas, su raíz no estaría directamente relacionada con la falta de un “documento”, sino que tendría causas más profundas.

La propia Conferencia Episcopal Polaca ya había publicado un texto similar en 2004, que se limitaba únicamente a los medios tradicionales. ¿Cuáles son ahora los cambios reales?

—Tras la publicación del Decreto, hubo un debate general que hizo temer nuevas restricciones. En cualquier caso, este “nuevo documento” se creó para sustituir al anterior de 2004. De hecho, lo complementa continuando su lógica. Añade, por supuesto, la proyección y el impacto de la presencia de religiosos y sacerdotes en los medios sociales, que entonces no existía.

¿Cree que este Documento podría ser también de alguna utilidad para otras Conferencias Episcopales?
—Antes de responder, me gustaría hacer una aclaración. Puede haber tres tipos de documentos sobre esta cuestión: el primero, de carácter legislativo; el segundo, de carácter formativo; el tercero, sobre la estrategia de comunicación de la Iglesia en relación con los medios de comunicación. 

En mi opinión, debe quedar claro que el carácter de este documento puede parecer legislativo en la forma, pero en el contenido tiene un carácter formativo. Por ello, llamo la atención sobre la necesidad de preparar una cuidada estrategia, en cada país, en relación a la presencia de la Iglesia y de sus representantes en los medios de comunicación, evidentemente adaptada a los tiempos actuales. 

¿Algo más que añadir?

—Este nuevo decreto general ha tenido el mérito, más allá de las reacciones que ha suscitado, al menos en Polonia, de hacernos caer en la cuenta de que ya no podemos prescindir de cuidar la comunicación, y de que los medios sociales no son algo lúdico o transitorio, sino una realidad concreta de nuestra existencia,  que debemos usar con el justo discernimiento y actuar con la debida preparación.

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Estados Unidos

La gramática de la naturaleza en el cuerpo humano

La Conferencia Episcopal de los obispos estadounidenses publicó hace unas semanas una nota doctrinal sobre los límites morales de la manipulación técnica del cuerpo humano. Entre los temas tratados se encuentran la manipulación genética, la cirugía estética o la relación entre cuerpo y alma.

Paloma López Campos·16 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

El 20 de marzo de 2023 la Conferencia Episcopal de los obispos estadounidenses hizo pública una nota doctrinal en la que hablan sobre la manipulación del cuerpo a través de la técnica y la tecnología, y sus límites morales.

En 14 páginas, los obispos resumen la doctrina de la Iglesia Católica en lo que se refiere al cuerpo humano, el respeto que se le debe y el don de la creación como algo que los hombres deben acoger. Sin desdeñar todo el bien que han hecho los avances científicos, que han facilitado la “habilidad para curar muchos males humanos y prometen solucionar muchos más”, advierten también del peligro de las intervenciones “injuriosas para el auténtico desarrollo de la persona”.

Por todo esto, “es necesario realizar un discernimiento moral para determinar qué posibilidades se pueden hacer realidad y cuáles no, para promover el bien del hombre”. Y para realizar este análisis hay que usar los criterios inscritos en la propia naturaleza humana.

El orden natural

En el Génesis podemos leer que Dios creó el mundo y que esta creación es buena. A partir de esto, y como parte fundamental de la fe cristiana, “la Iglesia siempre ha afirmado la bondad esencial del orden natural, y nos llama a respetarlo”.

Así, el Concilio Vaticano II dejó por escrito en Gaudium et spes que “por la propia naturaleza de la creación todas las cosas están dotadas de consistencia, verdad y bondad propias y de un propio orden regulado, que el hombre debe respetar con el reconocimiento de la metodología particular de cada ciencia o arte”. Poco después, Benedicto XVI dirá en Caritas in veritate que la naturaleza “lleva en sí una «gramática» que indica finalidad y criterios para un uso inteligente, no instrumental y arbitrario”.

Los obispos estadounidenses afirman que “lo que es verdadero para la creación en su conjunto, lo es también para la naturaleza humana en particular: hay un orden en la naturaleza del hombre que debemos respetar”. De hecho, el hombre, al ser imagen y semejanza de Dios, merece un respeto incluso mayor al del resto de la creación. De esto depende la felicidad del ser humano.

Con contundencia, la nota doctrinal dice que “nosotros no creamos la naturaleza humana; es un regalo de nuestro bondadoso Creador. Tampoco nos pertenece esta naturaleza, como si fuera algo de lo que pudiésemos disponer como nos plazca. Por ello, el respeto genuino por la dignidad del hombre requiere que las decisiones sobre el uso de la tecnología se tomen con el debido respeto a ese orden creado”.

Cuerpo y alma 

La Conferencia Episcopal destaca como aspecto crucial de este orden la unidad de cuerpo y alma del ser humano. A este respecto citan el Catecismo de la Iglesia Católica, que en el punto 365 dice: “La unidad del alma y del cuerpo es tan profunda que se debe considerar al alma como la «forma» del cuerpo (cfr. Concilio de Vienne, año 1312, DS 902); es decir, gracias al alma espiritual, la materia que integra el cuerpo es un cuerpo humano y viviente; en el hombre, el espíritu y la materia no son dos naturalezas unidas, sino que su unión constituye una única naturaleza”.

Esto implica, señala el episcopado, que “el alma no viene por sí sola a la existencia y, de algún modo, se encuentra dentro de un cuerpo, como si pudiera haberse introducido en cualquiera. Un alma no puede estar en ningún otro cuerpo, mucho menos estar en el cuerpo equivocado”.

La cuestión del sexo

La corporeidad humana está unida, de manera indisoluble, con la sexualidad. Con esto, a través de la Carta a los obispos de la Iglesia católica sobre la colaboración del hombre y la mujer en la Iglesia y el mundo, la nota doctrinal destaca “la importancia y el sentido de la diferencia de los sexos como realidad inscrita profundamente en el hombre y la mujer. «La sexualidad caracteriza al hombre y a la mujer no sólo en el plano físico, sino también en el psicológico y espiritual con su impronta consiguiente en todas sus manifestaciones» (cfr. Congregación para la Educación Católica, Orientaciones educativas sobre el amor humano. Lineamientos de educación sexual (1 de noviembre de 1983), 4: Ench. Vat. 9, 423)».

Por tanto, el sexo no es un rasgo biológico sin más. El sexo forma parte de la personalidad e influye en el modo de comunicarnos e incluso, en el modo en que amamos.

Ante los desafíos que se presentan ante afirmaciones como esta, los obispos estadounidenses acuden directamente al Papa Francisco, quien a su vez remite al documento Relatio Finalis en su exhortación apostólica Amoris Laetitia, y dice: “No hay que ignorar que «el sexo biológico (sex) y el papel sociocultural del sexo (gender), se pueden distinguir pero no separar» […] Una cosa es comprender la fragilidad humana o la complejidad de la vida, y otra cosa es aceptar ideologías que pretenden partir en dos los aspectos inseparables de la realidad. No caigamos en el pecado de pretender sustituir al Creador. Somos creaturas, no somos omnipotentes. Lo creado nos precede y debe ser recibido como don. Al mismo tiempo, somos llamados a custodiar nuestra humanidad, y eso significa ante todo aceptarla y respetarla como ha sido creada”.

Intervenciones

En lo referente a los avances de la ciencia, la nota doctrinal subraya que “ni los pacientes, ni los médicos, ni los investigadores, ni ninguna otra persona, tiene derechos ilimitados sobre el cuerpo; deben respetar el orden y la finalidad” inscritos en la naturaleza humana.

Para aclarar la enseñanza de la Iglesia, los obispos indican que hay dos casos en los que la Iglesia reconoce que la intervención en el cuerpo humano puede estar moralmente justificada:

  • cuando dichas intervenciones tienen como objetivo reparar un defecto del cuerpo,
  • cuando el sacrificio de una parte del cuerpo es necesario para el bien del conjunto.

Sin embargo, hay otras intervenciones que no se realizan con estos fines, sino que tienen como objetivo “alterar el orden natural del cuerpo. Dichas intervenciones no respetan el orden y la finalidad inscritos en la persona”.

Reparar los defectos

Según la doctrina, toda persona, y por tanto incluimos a los cristianos, tiene el deber de usar los medios ordinarios disponibles para conservar su salud. Ahora bien, esta obligación desaparece “cuando los beneficios de la intervención no son proporcionados a las cargas involucradas”.

Por esto, los obispos indican que para conocer si una intervención es moralmente lícita o no, hay que considerar “no solo el objeto de la acción y de la intención de esta, sino también las consecuencias del acto, que incluyen la evaluación de la probabilidad de los beneficios discernibles y una comparación de los beneficios que se espera obtener frente a las cargas que se espera sufrir”.

Algo parecido ocurre con aquellas intervenciones que no están dirigidas a corregir algún defecto, sino a modificar la apariencia. A este respecto, la Conferencia Episcopal cita al Papa Pío XII, quien en un discurso el 4 de octubre de 1958, dijo que la belleza física “es una cosa buena en sí misma, pero subordinada a otras que son mucho mejores y, en consecuencia, preciosas y deseables”. Por ello, la belleza, “como algo bueno y un regalo de Dios, debe ser estimada y cuidada, sin que por ello reclame un deber de acudir a medios extraordinarios” para obtenerla o conservarla.

Teniendo en cuenta la evaluación que se ha explicado anteriormente, las intervenciones pueden estar justificadas en los casos de búsqueda de una apariencia normal o, incluso, de una mayor perfección en los rasgos. Si bien, hay que tener muy en cuenta las intenciones y las circunstancias.

El sacrificio de la parte por el todo

En lo que respecta a las mutilaciones de partes del cuerpo para preservar la salud, los obispos acuden de nuevo a las enseñanzas de Pío XII. Mencionan las tres condiciones que señaló este Papa para considerar las mutilaciones como moralmente permitidas:

  • Que mantener o permitir que siga funcionando un órgano concreto del organismo en su conjunto cause un daño significativo a este o constituya una amenaza.
  • Que este daño no se pueda evitar, o reducir de manera que se aprecie, de otra manera que no sea la mutilación en cuestión, y que la efectividad de dicha mutilación esté bien asegurada.
  • Que se pueda esperar, de forma razonable, que los efectos negativos de la mutilación se vean compensados por los positivos.

Alteraciones en el orden natural

La nota doctrinal de los obispos pasa de inmediato a valorar las intervenciones que realiza la ciencia en algunas células. Para explicar lo que indica la Iglesia, acuden al documento elaborado por la Congregación para la Doctrina de la Fe, Dignitas Personae, que indica en su número 26 que “las intervenciones sobre células somáticas con finalidad estrictamente terapéutica son, en principio, moralmente lícitas. Tales intervenciones quieren restablecer la normal configuración genética del sujeto, o bien contrarrestar los daños que derivan de la presencia de anomalías genéticas u otras patologías correlacionadas”.

Si bien, “es necesario asegurar previamente que el sujeto tratado no sea expuesto a riesgos para su salud o su integridad física, que sean excesivos o desproporcionados con respecto a la gravedad de la patología que se quiere curar. También se exige que el paciente, previamente informado, dé su consentimiento, o lo haga un legítimo representante suyo”.

Ante esto, se abre de inmediato el debate sobre la mutilación genética. La misma Congregación explica que debido a “que los riesgos vinculados a cada manipulación genética son significativos y todavía poco controlables, en el estado actual de la investigación, no es moralmente admisible actuar de modo tal que los daños potenciales consiguientes se puedan difundir en la descendencia. En la hipótesis de la aplicación de la terapia génica al embrión hay que añadir, además, que necesita ser realizada en un contexto técnico de fecundación in vitro, y por tanto es pasible de todas las objeciones éticas relativas a tales procedimientos. Por estas razones hay que afirmar que, en el estado actual de la cuestión, la terapia génica germinal es moralmente ilícita en todas sus formas”.

Cambio de sexo

Las modificaciones e intervenciones en el cuerpo relacionadas con el cambio de sexo no son lícitas moralmente. Los obispos explican que estas intervenciones “no reparan defectos corporales”. Además, la mutilación del cuerpo no busca preservar la salud, sino que en este caso “la extracción o reconfiguración son en sí mismas el resultado deseado”.

En consecuencia, “estos son intentos para alterar el orden natural y la finalidad del cuerpo, y reemplazarlo por algo distinto”. Dentro del orden natural establecido por Dios están el cuerpo y su identidad sexuada, por lo que «los servicios médicos católicos no deben practicar estas intervenciones, ya sean quirúrgicas o químicas, que tratan de modificar las características sexuales del cuerpo humano” y tampoco pueden tomar parte en dichas intervenciones.

Esto no quita la obligación de usar «todos los medios apropiados para mitigar el sufrimiento de aquellos con incongruencias de género, pero los recursos deben respetar el orden natural del cuerpo humano”. Pues solo a través de los medios moralmente lícitos pueden los sanitarios “mostrar todo el respeto debido a la dignidad de cada persona”:

Conclusión

Los obispos entienden que el progreso en la ciencia busca, en la mayoría de ocasiones, el bien del hombre y la solución a sus problemas. Pero no podemos olvidar que “una aproximación que no respeta el orden natural nunca podrá resolver el problema en cuestión; al final, solo creará más problemas”.

Por ello, “la búsqueda de soluciones a los problemas del sufrimiento humano debe continuar, pero debe dirigirse hacia las soluciones que verdaderamente promuevan el desarrollo de la persona, ya sea él o ella, en su integridad corporal”.

La Conferencia episcopal anima a todos los católicos involucrados en la sanidad a hacer todos los esfuerzos posibles, usando los medios adecuados, para ofrecer el mejor servicio médico y la compasión de Cristo, sin hacer distinción de personas. Desde luego, la misión de los servicios sanitarios católicos “no es otra que ofrecer el ministerio de sanación de Jesús y proveer la salud en todos los niveles, físico, mental y espiritual”.

Reverendo SOS

Red Neuronal Artificial. Herramientas de Inteligencia Artificial

Las redes neuronales artificiales (RNA) son modelos matemáticos inspirados en la estructura y función del cerebro humano que se utilizan en la inteligencia artificial (AI) y el aprendizaje automático (“Machine Learning”, ML).

José Luis Pascual·16 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Las Redes Neuronales Artificiales (RNA) están formadas por un conjunto de nodos (neuronas) interconectados entre sí mediante conexiones ponderadas (sinapsis) que permiten la transmisión de señales a través de la red. Cada neurona recibe señales de entrada de otras neuronas y aplica una función de activación a dichas señales para generar una salida que se transmite a otras neuronas. El proceso de entrenamiento de una RNA consiste en ajustar los pesos de las conexiones entre las neuronas para que la red pueda aprender a reconocer patrones complejos en los datos de entrada y realizar tareas específicas, como la clasificación, la predicción o la generación de contenido.

Las RNA se utilizan en una amplia variedad de aplicaciones, incluyendo reconocimiento de voz, visión artificial, procesamiento de lenguaje natural, robótica, control de procesos y análisis de datos.

En este artículo, explico algunas de las herramientas y programas más populares para trabajar con AI:

—Jasper: es una herramienta con inteligencia artificial entrenada para escribir contenido completamente original a la vez que creativo. Se trata de una herramienta perfecta para aquellos usuarios que buscan ahorrar tiempo con sus proyectos sin que se vea afectado el nivel del contenido. Todo ello gracias a consultas con expertos en SEO y marketing de respuesta directa. Más información en: https://www.jasper.ai

—Artssy: es como tener tu propio asistente artístico personal. Crea imágenes únicas generadas por IA con un solo clic. https://www.artssy.co/

—Runway: software para automatizar la edición de video y para generar contenido nuevo a partir de algoritmos y con solo con escribir una frase. https://runwayml.com/

—Fliki: crea vídeos a partir de guiones o de publicaciones de blog usando voces realistas. https://fliki.ai/

—Resemble: generador de voz que permite crear en segundos voces en off similares a las humanas. https://www.resemble.ai/

—Play.HT: permite convertir instantáneamente texto en voz con sonido natural y descargarlo como archivos de audio MP3 y WAV. https://play.ht/

—Frase: ayuda a investigar, escribir y optimizar contenido SEO de alta calidad en minutos. https://www.frase.io/

—Copy.AI: generador de texto automático en el que podrás crear textos de diversa índole en segundos gracias a la inteligencia artificial. https://www.copy.ai/

—Articoolo: crea contenido de texto único en un instante. http://www.articoolo.com/

—Concured: es una plataforma estratégica de contenidos impulsada por inteligencia artificial para detectar y predecir qué va a causar mayor interacción o engagement con tu público objetivo. https://concurrent-ai.org/

ChatGPT OpenAI: modelo de IA generadora de texto conversacional capaz de ejecutar múltiples tareas relativas a la generación de texto, como crear textos, completarlos, traducirlos, responder preguntas, clasificar conceptos o ejecutar conversaciones, entre otras. 

—Midjourney: programa de inteligencia artificial con el cual podemos crear imágenes a partir de descripciones textuales. https://www.midjourney.com/

—Wombo: tiene una inteligencia artificial incorporada que genera dibujos en base a una frase que le escribamos. https://www.wombo.ai/

—Craiyon: generador de imágenes IA en línea a partir de texto. https://www.craiyon.com/

—Rytr: utiliza OpenAI/GPT-3, una tecnología de inteligencia artificial, que permite generar contenidos para diversos usos, en varios idiomas y con diversas intenciones. https://rytr.me/

—Copymatic: escribe automáticamente textos o contenido únicos, atractivos y de alta calidad: publicaciones de blog largas, landing pages, anuncios digitales, etc. https://copymatic.ai/

—Peppertype: solución que ayuda a automatizar el proceso de creación de contenido e ideas. Utiliza aprendizaje automático avanzado e inteligencia artificial para analizar procesos, interpretar marcas y público objetivo y producir contenido original para ti. https://www.peppercontent.io/

—Designify: crea diseños automáticos usando tus fotos favoritas. Elige cualquier imagen para crear diseños impulsados ​​por IA mediante la eliminación automática de fondos, la mejora de colores, el ajuste de sombras inteligentes y mucho más. Guarda, descarga o comparte sus diseños. https://www.designify.com/

En conclusión, las redes neuronales artificiales son una poderosa herramienta de inteligencia artificial que pueden ser utilizadas desde cualquier planteamiento pastoral en la Iglesia. No deberíamos quedarnos atrás.

Evangelización

San Juan Nepomuceno

San Juan Nepomuceno (siglo XIV) es el mártir del secreto de confesión. Un sacerdote que se enfrentó a un rey por defender la inviolabilidad de un sacramento.

Pedro Estaún·16 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

San Juan Nepomuceno nació sobre el año 1340 en Nepomuc, actual república checa. Estudió en la Universidad de Praga, para seguir después un curso de Derecho Canónico en la Universidad de Padua, en el norte de Italia. En 1380 fue nombrado párroco en Praga y ascendido en breve plazo a la dignidad de canónigo de la iglesia de San Gil. En 1393, Juan de Jenštejn, arzobispo de Praga, le nombró su vicario general. El nuevo vicario no disfrutó de una buena reputación entre sus contemporáneos; era rico, poseía casas y prestaba dinero a nobles y sacerdotes.

Entrada en la corte

La reina Juana de Baviera, esposa del desaprensivo Wenceslao IV, soberano del imperio alemán y de las tierras de Bohemia, tuvo así ocasión de conocerlo, y poco después le nombró su confesor. Por ello, siguiendo la costumbre de la época, Juan Nepomuceno ha de convivir en la corte de Wenceslao, sentarse a su mesa en ocasiones y a agradecer la comida que le ofrece. Allí observa dolorido el trato cruel del rey para con sus servidores. Más de una vez ve cómo el soberano usa injustamente de los servicios del verdugo, quien tiene más trabajo del que la estricta equidad haría desear. Cuentan que en una ocasión le presentaron un ave mal asada y, sin dar más explicaciones, mandó asar al pobre cocinero.

Nadie, sin embargo, se atreve a argüir nada al soberano señor; todos le temen: su esposa, los dignatarios de la Corte, su pueblo. Sólo Juan Nepomuceno no le tenía miedo, y solía advertir al rey que su actitud no correspondía a los principios de quien se confiesa cristiano. La valentía de Juan es admirada por todos, pero la reacción del rey no se hace esperar. Llama al verdugo y le confía un nuevo trabajo: de momento, encarcelar a Juan Nepomuceno, después…

La envidia de un rey

La leyenda cuenta que, al cabo de unos días, Juan es conducido de nuevo al monarca, que tienta al santo con honores y riquezas, a cambio de la revelación de algunos detalles de las confesiones de su esposa. Algún envidioso había susurrado al oído del rey una infame sospecha sobre la infidelidad de la emperatriz, y Wenceslao quedó presa de terribles celos. Sabía que la reina se confesaba con el P. Juan, y que luego iba a comulgar. Wenceslao quiso enterarse de detalles de la posible infidelidad de su esposa y mandó llamar al confesor.

“Padre Juan, vos conocéis la duda terrible que me atormenta, y vos podéis disiparla. La emperatriz se confiesa con vos. Me bastaría una palabra…”. “Majestad” contestó el confesor, “¿cómo es posible que me propongáis tal infamia? Sabéis que nada puedo revelar. El secreto de confesión es inviolable”. Juan sabe que le va en ello la vida. Nadie se atrevía a oponerse al tirano. Sólo Juan otra vez se negó a sus planes, y fue lo que le llevó al calabozo. 

“Padre Juan, vuestro silencio quiere decir que renunciáis a vuestra libertad”.

“Jamás consentiré en tal sacrilegio. Mandad cualquier otra cosa. En esto digo lo mismo que San Pedro: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”. Pocas horas después, Juan es arrojado nuevamente a la cárcel y sometido a terribles torturas para hacerle ceder. Le torturan cruelmente a fin de hacerle cambiar de actitud, pero no cede y llega a perder el conocimiento. 

Se llenan los días de Juan Nepomuceno con nuevas entrevistas con el rey, para hacerle nuevas proposiciones de honores a cambio del secreto de confesión, pero en vano. Sus negativas supusieron renovadas torturas, hasta que en una postrera visita se le concede la última oportunidad: o la vida (con honores, y dignidades y riquezas), o la muerte. Y el santo sacerdote no duda: la muerte.

La muerte del buen confesor

No obstante, la reina obtiene su libertad, y le cura sus heridas. Aún pudo predicar en la catedral, anunciando su muerte, convencido de que el tirano nunca le perdonaría. Poco después, Juan fue a postrarse a los pies de Nuestra Señora de Bunzel. A la vuelta, Wenceslao le tiende una trampa. Los verdugos le esperan junto al puente, y lo arrojan al río Moldava. Era el 19 de abril de 1393. 

Su epitafio, en la catedral de San Vito (Praga), dice así: «Yace aquí Juan Nepomuceno, confesor de la Reina, ilustre por sus milagros, quien, por haber guardado el sigilo sacramental fue cruelmente martirizado, y arrojado desde el puente de Praga al río Moldava por orden de Wenceslao IV el año 1393».

Su lengua se conserva en la catedral. En 1725 (más de 300 años después de su muerte) una comisión de sacerdotes, médicos y especialistas examinó la lengua del mártir que estaba incorrupta,  aunque seca y gris. Y de pronto, en presencia de todos, empezó a esponjarse y apareció como de una persona viva con color de carne fresca. Todos se pusieron de rodillas ante este milagro, presenciado por tantas personas y tan importantes. Fue el cuarto milagro para declararlo santo, cuya canonización fue realizada por Benedicto XIII en el año 1729.

San Juan Nepomuceno ha sido llamado durante muchos siglos “el mártir del secreto de confesión”, y es considerado Patrono del sigilo sacramental, así como de la fama y buen nombre, por el enlace lógico que estos dos patronazgos poseen.

El autorPedro Estaún

Vaticano

La nueva constitución del Estado de la Ciudad del Vaticano

La Ley fundamental, como señala el Papa Francisco, concede especial importancia al Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano, que ejercita las funciones propias del ordenamiento estatal.

Ricardo Bazán·16 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Este sábado 13 de mayo fue promulgada la nueva Ley fundamental del Estado de la Ciudad del Vaticano, que modifica aquella del año 2000.

El origen de la ley fundamental de la Ciudad del Vaticano se remonta a los Acuerdos de Letrán, que fueron firmados en 1929 entre la Santa Sede y el Reino de Italia. Estos acuerdos establecieron la creación de la Ciudad del Vaticano como un estado independiente y pusieron fin a la larga disputa entre la Iglesia Católica y el gobierno italiano.

Qué establece la la ley fundamental

La ley fundamental de la Ciudad del Vaticano, conocida como la Ley Fundamental del Estado de la Ciudad del Vaticano, fue promulgada el 7 de junio de 1929.

Esta ley establece la estructura y el funcionamiento del estado y garantiza la independencia y soberanía del territorio del Vaticano.

La ley fundamental establece que el Papa es el jefe de estado y tiene poderes ejecutivos, legislativos y judiciales en la Ciudad del Vaticano.

También establece que el gobierno de la Ciudad del Vaticano está compuesto por varios órganos, como el Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano y la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano.

Novedades de esta Ley fundamental

Respecto a la ley fundamental del año 2000, la presente ley presenta una estructura más clara respecto al poder, los órganos de gobierno y las funciones que ejercen. En ese sentido, vemos una norma que busca regular un estado que tiene una configuración y finalidad peculiares.

En primer lugar, estamos frente a uno de los estados más pequeños del mundo, en cuanto al territorio, pero cuya finalidad es servir de apoyo a la Iglesia Católica, de modo que pueda gozar de independencia al desempeñar su misión evangelizadora. De este modo, como sujeto de Derecho Internacional, la Iglesia tiene garantizada su autonomía frente a otros estados o interferencias externas.

Por otro lado, se trata de una constitución para un estado, de allí que se llame ley fundamental. Por eso el Papa Francisco aclara en la introducción de la norma que este ordenamiento es distinto al que corresponde a la Curia Romana, pues el primero es el propio de un estado, mientras que el segundo es un ordenamiento interno, de derecho canónico, para los organismos que ayudan al Romano Pontífice en el gobierno de la Iglesia, y no como un estado.

Un aspecto a resaltar consiste en la diferenciación que hace entre el Romano Pontífice como aquel que detenta la plenitud del poder, algo inusual en los estados contemporáneos, pero comprensible por la naturaleza del estado y la función que ejerce el Papa, el ministerio petrino; y por otro, la función legislativa, ejecutiva y judicial que ejercen los distintos organismos.

Así queda claro que esos organismos ejercen la función correspondiente porque les viene dada por el Sumo Pontífice, quien en todo momento puede ejercerla por cuenta propia. Esto se ve en el texto de la norma, que presenta un título por cada función que regula, cosa que no sucedía en la norma del año 2000.

Importancia del Governatorato

La Ley fundamental, como señala el Papa Francisco, concede especial importancia al Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano, que ejercita las funciones propias del ordenamiento estatal.

Esto permite distinguir que estamos ante un ordenamiento estatal y no frente a las normas canónicas, aunque el derecho canónico pueda servir como medio para interpretar las leyes del estado vaticano.

Se nota que existe un gobierno del estado que recae en el Presidente del Governatorato, que a su vez es el presidente de la Pontificia Comisión.

Este organismo tiene asignada la función legislativa, con la novedad de que podrán conformarla laicos de la Iglesia, cambio que va en la línea de las recientes reformas de Francisco, que busca la participación de todos los fieles, hombre y mujeres, laicos, sacerdotes y religiosos.

A la Pontificia Comisión se añade un Colegio de Consejeros del Estado, los cuales eran consultados de manera separado, mientras que ahora conforman un colegio.

La nueva Ley fundamental entrará en vigor el próximo 7 de junio del 2023. Esta reforma de la constitución del Estado vaticano sirve de marco jurídico para todas las otras reformas que el Papa Francisco ha hecho para la Iglesia y para el Estado de la Ciudad del Vaticano, tanto en materia financiaria como en materia penal y protección de menores y personas vulnerables.

Mi rebaño

Los seres humanos tendemos a encasillar a las personas en un molde que hemos creado con nuestros prejuicios. Sin embargo, esto limita nuestra capacidad para conocer verdaderamente a los demás.

15 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Los seres humanos somos gregarios por naturaleza. Tenemos la necesidad de integrarnos en un grupo con el que compartamos algo: identidad, valores, intereses…. El problema está cuando esos bandos se convierten en cárceles ideológicas que impiden el diálogo.

El más claro ejemplo de ello lo encontramos en el panorama político, donde los partidos explotan el “nosotros” frente a todos los demás, fomentando un efecto de centrifugado que ha dado lugar al actual clima de polarización.

Se juzga al contrario por ser contrario, se analiza hasta el último gesto buscando defectos que nos reafirmen en porqué no somos de ese otro grupo, mientras que sus virtudes, por fastidiosas, tratamos de minimizarlas.

Hombres contra mujeres, jóvenes frente a mayores, conservadores versus progresistas, madridistas frente a culés, creyentes cara a cara con agnósticos… Tienes que definirte, tienes que afiliarte ¿de qué grupo eres y contra quién estás?

Nos informamos en los medios de comunicación y con los comunicadores que coinciden con nuestro punto de vista, porque cuando cambiamos de marca nos incomodamos.

Nos gustan los compartimentos estancos, encapsular a las personas, porque así se simplifican nuestras relaciones. Si vas a Misa, entonces eres de derechas, homófobo y taurino; si luces rastas, entonces eres de extrema izquierda, animalista y fumas marihuana; si eres joven, solo te interesan las redes sociales, eres proabortista y no sabes lo que es trabajar; y si eres mayor, no te enteras de nada y solo piensas en el dinero. Los prejuicios nos hacen la vida más fácil porque nos ahorran pensar, pero lo cierto es que no son verdad. No conocemos a una persona hasta que no hablamos con ella, conocemos su historia, sus circunstancias, sus motivaciones y sus miedos, y muchas veces nos sorprendemos cuando, después de una conversación con aquella persona que nos caía mal, descubrimos a alguien con quien nos encantaría pasar más rato o incluso toda una vida, como me pasó a mí con la que hoy es mi mujer.

En su mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales que celebraremos el próximo domingo, el papa Francisco nos invita precisamente a fomentar una comunicación abierta y acogedora, y nos anima a ejercitarnos en la escucha «que requiere espera y paciencia, así como la renuncia a afirmar de modo prejuicioso nuestro punto de vista. (…) Esto lleva a quien escucha a sintonizarse en la misma longitud de onda, hasta el punto de que se llega a sentir en el propio corazón el latido del otro. Entonces se hace posible el milagro del encuentro, que nos permite mirarnos los unos a los otros con compasión, acogiendo con respeto las fragilidades de cada uno, en lugar de juzgar de oídas y sembrar discordia y divisiones».

El mayor peligro de encasillarnos pensando que los míos son los buenos y los otros son los malos está cuando no somos capaces de ver a los malos de dentro o a los buenos de fuera porque nos descoloca.

El mal es más inteligente que cualquiera de nosotros, sabe moverse bien de bando y no tiene ningún reparo en cambiarse a su antojo. El fascista que justificaba el exterminio de personas con síndrome de Down por el bien de la raza aria ahora lo hace por la defensa de la mujer bajo la bandera del derecho a decidir y el progresismo; el censor que decidía antes qué se podía decir o no públicamente para defender los valores de regímenes dictatoriales, ahora hace lo mismo en favor de la cultura woke; el pederasta que se metía a cura para estar cerca de los niños ahora se hace entrenador de fútbol base o funda una ONG; quien humillaba a los homosexuales por el mero hecho de serlo, ahora trata con desdén a las familias tradicionales; el señor feudal que ejercía sus injustos privilegios sobre el pueblo lo hace ahora como burgués republicano; la alcaldesa corrupta de derechas cede su asiento tras las elecciones a una alcaldesa corrupta de izquierdas… y así podríamos seguir con una lista infinita de males que no son propios de unos u otros grupos, sino de la especie humana.

Cuando el bien o el mal se relativizan dependiendo de en qué bando estén, perdemos uno de los mayores regalos, quizá el mayor, que Dios nos dio, el de la libertad porque terminamos aceptando el mal o rechazando el bien ante la presión del rebaño.

Seamos astutos como serpientes para no ver a los demás en blanco y negro, sino en la infinita gama de colores que nos es propia. Solo así podremos detectar el mal propio y el bien ajeno, porque en realidad estamos todos en el mismo grupo: el de la gran familia humana herida, eso sí, por el mal desde el principio.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Cultura

Benjamín Franzani: «Necesitamos heroísmo, porque todos tenemos batallas que librar»

Benjamín Franzani es un medievalista chileno que está realizando su doctorado en la Universidad de Poitiers. Ha escrito una saga de fantasía, Crónicas de una espada, en la que recupera una imagen de la Edad Media partiendo de las fuentes y no del imaginario colectivo.

Bernard Larraín·15 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 13 minutos

Se dice que los estudios de las humanidades están en crisis, que el nivel de reflexión, de comprensión lectora, de escritura y de la capacidad de construir un mundo interior está constantemente amenazado por las pantallas, especialmente entre los más jóvenes, que pasan la mayor parte del día con los ojos clavados en el móvil. De estos temas y bastantes otros, conversamos con Benjamín Franzani en Francia, donde se encuentra realizando su doctorado con el destacado medievalista francés, de origen hispano, Martin Aurell, en la Universidad de Poitiers. Para este abogado y profesor chileno de 33 años, de temprana vocación artística, la literatura épica es mucho más que un objeto de estudio académico: es, o debiera ser, una fuente de inspiración para la vida moderna. Mucho antes de que comenzara a interesarse por estudiarla, Benjamín ya tenía su propia historia como lector, y como escritor. Hoy acaba de publicar su propia saga de fantasía —cinco libros, recopilados hace poco en un único tomo— en la que trabajó desde su infancia. Crónicas de una espada, disponible en Amazon, trae, en pleno siglo XXI, una historia muy humana inspirada en la Edad Media.

¿Qué nos puede aportar la literatura medieval, y las canciones de gesta en particular?

-Lo que hoy llamamos Edad Media es un largo periodo de nuestra historia, que tiene una importancia fundamental para entender nuestras sociedades en Occidente. Uno no queda indiferente ante ella, y lo testimonia el renovado interés por temas de inspiración medieval. Su literatura nos da una ventana privilegiada, si no necesariamente a la realidad histórica de esos siglos, sí a la manera en cómo sus protagonistas sintieron e interpretaron los acontecimientos de su época: cómo recordaron su pasado y la herencia clásica, cómo se cuestionaron su mundo y cómo soñaron su futuro. Todo eso es propio de la literatura en general, es cierto, pero la Edad Media nos ofrece un portal a nuestras raíces, que tienen mucho que enseñarnos sobre nuestros propios desafíos del siglo XXI: desde los temas artísticos a políticos, pasando por debates filosóficos y teológicos, de relación con el medio ambiente y de memoria histórica, los hombres y mujeres de la Edad Media enfrentaron muchos desafíos que hoy estamos reviviendo. El lamentable olvido de ese periodo, por culpa de la etiqueta de oscurantismo que pesó sobre él durante siglos, nos hizo incapaces de recurrir a esa experiencia.

Dicho esto ¿las canciones de gesta? Son el género heroico por excelencia en la Edad Media, y vienen en muchas formas y colores: desde las más antiguas y ancladas en la literatura oral difundida por el canto de los juglares hasta las más “sabias” de eruditos que quisieron dejar a la posteridad el relato de grandes hechos de sus tiempos. La literatura épica ha tenido siempre una función cohesionadora en la sociedad: ella nos muestra modelos heroicos, o, lo que es lo mismo, cómo superar los momentos de crisis y salvar la unidad social. Ya sea que el peligro venga de las fuerzas del caos representadas por los monstruos del Beowulf, o por la invasión de enemigos externos como en la Chanson de Guillaume, el héroe es un restaurador, a menudo a sacrificio de su propia vida. Otras veces ellos encarnan la lucha por un objetivo común, en el que consiguen aunar los esfuerzos de toda la comunidad. E incluso hay canciones que podríamos llamar de “anti-héroes”, como las de los rebeldes Raoul de Cambrai o Gormond et Isembard, en las que el protagonista es todo lo contrario a lo que esperaríamos de un héroe: en su historia, a veces trágica o simplemente terrible, el juglar por contraste recuerda cuáles son los valores que el público debiera compartir.

Hoy vivimos en una sociedad en que se exalta más bien lo individual, y que cualquier llamado al heroísmo parece fuera de contexto. Y, sin embargo, necesitamos heroísmo: primero en nuestro día a día, porque todos tenemos batallas grandes o pequeñas que dar y cada uno de hecho está viviendo su propia “canción de gesta”, y, segundo, porque, a pesar de estar más interconectados, da la impresión de que nuestra cultura ha olvidado lo que es ser comunidad. Y nada mejor que una buena canción de gesta para recordarnos que estamos todos metidos en un esfuerzo colectivo.

¿Qué relación tiene la literatura medieval con tu saga de fantasía épica?

-La literatura fantasy (en principio en español debiéramos llamar al género «maravilloso», porque la literatura «fantástica» es en realidad la que deriva de cuentos de fantasmas o de lo sobrenatural… pero como la mayor parte se ha escrito en inglés y allá el nombre genérico es fantasy, al final la etiqueta ha cambiado) nació como movimiento literario en el mundo anglosajón muy ligada a los cuentos de hadas y al ambiente romántico que rescataba, a su manera particular, el valor de la Edad Media. Nació ligada al folklore, y por él a lo céltico. Yo pienso que la madurez del género llegó de la mano de J. R. R. Tolkien y C. S. Lewis y hoy la mayor parte de los autores de fantasy vivimos a su sombra.

Dicho esto, pese a que nació de una valorización del medioevo y que la mayoría de las veces se trata de historias ambientadas en esa época, hoy en realidad tiene muy poco de verdadera Edad Media y mucho de la idea que nos hemos hecho de esa época, sin haber pasado por las fuentes. No lo digo como crítica negativa: sagas muy exitosas como Dragonlance están más basadas en juegos de rol que en el mundo medieval, que funciona vagamente como referencia. Eso no es malo en sí mismo: lo que hace es revelarnos la naturaleza de la fantasía, que no se trata de novela histórica, sino de pensar mundos posibles.

La fantasía siempre nos ha acompañado, y la prueba son el folklore y los cuentos de hadas: es un espacio que nos permite separarnos un momento de la realidad, y mirarla desde otro ángulo. Algunos piensan la literatura como evasión: yo no. La buena literatura, bajo la apariencia de la ficción, te está mostrando la realidad, hace un filtro que permite concentrarse en un punto concreto de la experiencia humana, para contemplarla mejor. Así como en las películas uno puede quedarse encandilado por los efectos especiales, así también en la literatura fantástica el elemento maravilloso —la magia, las razas distintas, la geografía de mundos que no existen— pueden distraernos de lo que en verdad la historia está haciendo, que es presentarnos un relato, que puede ser el nuestro.

De ahí la relación entre fantasía y ciencia ficción, que suelen correr muy juntas: las dos proponen escenarios, hacia el pasado o hacia el futuro: memoria y sueño, o herencia y proyecto, podríamos decir. No es para nada raro el hecho de que Star Wars sea, por ejemplo, más un drama medieval en el espacio que una verdadera película de tema científico. Y eso es porque la saga de George Lukas se centra en lo mismo que fue el objeto de los romans de caballería (otro género medieval): el arco del héroe. Por eso nos llama la atención la literatura, sea fantasy o épica medieval: porque pone en escena un drama humano que apela a la acción, a tomar las riendas de la vida, a asumir un comportamiento de protagonista: una misión, un propósito. En mi saga Crónicas de una espada, por ejemplo, este aspecto está encarnado en los dos protagonistas, Damián y Julián. Uno descubre su misión más o menos en el inicio, el otro la tiene siempre por descubrir. Para el primero, la historia es la historia de la fidelidad a su propósito. Para el segundo, la de la perseverancia en la búsqueda. Aunque Crónicas se desarrolle en un contexto imaginario que parece muy distante del siglo XXI, en el fondo los problemas humanos son los mismos. La verdad es que no hay tanta distancia como la que parece entre los protagonistas de un buen libro de fantasía y el lector de hoy.

Otro ejemplo: para Tolkien, la Tierra Media no es un universo paralelo: es el pasado mítico de nuestro planeta Tierra. Su mundo es así de denso porque comparte la densidad de nuestra realidad. Él, como filólogo y medievalista, bebía directamente de las fuentes antiguas y medievales. Por lo tanto, el pasado de Elfos y Hombres es nuestro pasado, nos dice algo sobre quienes somos. Aunque sea inventado, no importa: también los cuentos de hadas son inventados y nos hablan de cosas bien reales para quien sepa escuchar. En cambio, hoy los autores de fantasía frecuentemente beben de fuentes más cercanas: los padres del género fantasy y otros autores también de fantasía. La consecuencia es un empobrecimiento de las referencias, de los mundos posibles, y un incremento de los “efectos especiales”, a veces en detrimento de la historia a contar.

Mientras escribía Crónicas de una espada fui paulatinamente haciéndome más consciente de esto. Como todos, comencé muy anclado en la sombra de Tolkien, y en cierto modo aún sigo ahí. Pero al mismo tiempo, en la medida en que me fui interesando y conociendo más del mundo medieval “directo”, me di cuenta de que estábamos perdiendo una herencia inmensa. El mismo Tolkien con su obra pretendía dotar de un pasado mítico a su Inglaterra natal, de su propia gesta, porque le parecía que había un vacío ahí, en comparación con lo que veía en el continente: de hecho, la literatura medieval de la isla y sus leyendas más conocidas —el rey Arturo— fueron escritas en francés, que era la lengua literaria de la Inglaterra del medioevo. Entonces, si el gran padre de la literatura fantasy comenzó su obra en parte para rellenar un vacío de su propia herencia medieval ¿qué pasa con nosotros, que venimos de ese continente —España, Francia, Italia— que es tan rico en sus propias historias medievales? ¿Por qué seguimos anclados en lo céltico, en lo sajón, y ahora último en lo vikingo, si tenemos nuestra propia tradición romana, mediterránea, también medieval? Y ahí es donde entran los cantares de gesta. Con Crónicas de una espada he tratado de rescatar un poco esa tradición continental, modelándola según el modelo de la fantasía, de los mundos posibles, del pasado heroico.

¿Qué te hizo interesarte por este periodo de la historia que tu país de origen, Chile, no conoció?

-En primer lugar, hay que hacer una aclaración: es cierto que el descubrimiento de América marca, se supone, el fin de la Edad Media. Pero esas son etiquetas que hemos inventado siglos después, la realidad es más compleja. Los conquistadores españoles que fundaron Santiago de Chile ciertamente tenían una mentalidad medieval, que no perdieron mágicamente al cruzar el Atlántico. Nosotros heredamos esa cultura, tanto como a través de ella heredamos las fuentes de la Antigüedad Clásica y la fe católica. Yo me siento tan heredero de la cultura occidental como cualquier europeo: para mí no es una historia “ajena”, como si me hubiera interesado por el mundo asiático.

Dicho esto, mi interés por la Edad Media fue, al principio, simplemente un gusto indirecto: como la mayoría de la gente, sobre todo de países en los que no se conservan monumentos o arquitectura medieval, mi acercamiento al medioevo fue a través de la literatura y el cine. Yo empecé a escribir mucho antes de entrar a la Universidad, así que no tenía idea todavía de medievalismo. Pero había leído a Tolkien, a Lewis, a Walter Scott, algunos libros (modernizados, claro) en los que se recogían leyendas del rey Arturo… todo eso me hizo encantarme por ese periodo histórico, por las historias de caballeros, de batallas, de magia. Al mismo tiempo, no era raro en mi casa escuchar de boca de mi padre referencias a la Reconquista española, a monjes-guerreros, a paladines como Roldán. No era un tema frecuente, pero por algún motivo las pocas veces que él o mi abuelo hablaron del tema, quedó profundamente grabado en mí. Luego vino un momento fundamental: como familia tuvimos la oportunidad de vivir un año y medio en Roma, por trabajo de mi padre. Allá fui al colegio, y coincidió ser los años en que se estudiaba a Dante y la Divina Comedia, y a Ariosto y su Orlando furioso. La suerte estaba echada: yo ya era un lector de fantasía, y ahora estaba descubriendo la fuente de la que bebía esa fantasía, no de manera indirecta, sino deslumbrándome in situ.

¿Qué es lo que te anima a escribir?

-Por un lado, compartir historias. Eso nos ayuda a revalorizar lo que nos hace humanos, a descubrirnos. Trato de poner énfasis en los personajes y en su psicología, en las esperanzas o miedos que los mueven: guiados por las primeras, superando los segundos, se va tejiendo la historia y proponiendo un modelo que entra literalmente por los ojos. Además, es un proceso realmente placentero, tanto el escribir como el leer. Así que la respuesta corta es: por gusto.

Pero hay también otro objetivo: re-iluminar la Edad Media. Lamentablemente, el mundo de las historias —cine, series, literatura— es hoy probablemente el último reducto del oscurantismo. Digo lamentablemente porque, a pesar de que hoy ningún historiador medianamente serio afirmaría sin más que la Edad Media fue “la Edad Oscura”, lo que la mayoría de la población recibe es la interpretación de las pantallas y de las novelas. Dije hace un rato que la Edad Media es nuestro pasado, y nos ayuda a comprender quiénes somos. Bueno, vivir como si todo lo que nos precedió, especialmente la Edad Media, fuese simplemente un error y una barbarie realmente hace que no nos entendamos. Lewis decía que hay gente para la que pareciera que en el medioevo no hubo domingos soleados en el río: todo fue invierno, peste y violencia política y religiosa. Y lo curioso es que, sin negar que haya habido esas cosas, nos olvidamos de que todas ellas son una constante lamentable de nuestra humanidad: si las relegamos a la Edad Media cerramos los ojos a su presencia hoy, y no las combatimos. En cambio, el medioevo fue también una época de florecimiento intelectual y cultural, de arte y de una conciencia de espiritualidad de la que el mundo de hoy está sediento y no sabe dónde encontrar. Hace poco en una exposición sobre literatura fantasy aquí en París se proponía como elemento fundamental del género la crítica a la religión. Lo curioso es que al mismo tiempo se proponía como padres del género a Lewis y Tolkien, ambos profundamente cristianos. Rescatar el lado luminoso de la Edad Media es rescatar también la esperanza para las oscuridades de nuestro mundo. Recordar que el medioevo fue la época de los colores vivos y las emociones intensas, descubrir el porqué de esa alegría a pesar de las dificultades, nos puede dar la clave para los grises e inviernos de nuestras propias vidas.

¿Cómo ayudar a los jóvenes a interesarse por la literatura?

-Esta pregunta puede dar para largo. Digamos simplemente que la literatura los ayuda a enfrentarse a sí mismos y al mundo. Nuestra vida es en gran parte la construcción de una historia, y leer nos ayuda a vivir muchas vidas, a darnos experiencias que de otro modo necesitaríamos siglos para poder adquirir. Esa es la gracia y la magia de la escritura: que nos permite sentarnos a conversar una tarde con Dante Alighieri, con Ovidio o con Jane Austen, si se quiere.

¿Cuáles son los autores o profesores que te han influido?

-Mi entrada a la lectura fue a través de los libros de Julio Verne y sus relatos de aventuras. Me gusta leer un poco de todo, y de hecho en los últimos años he leído poco de fantasía propiamente tal. Verne y Walter Scott (Ivanhoe, La Flecha Negra) fueron muy importantes en el comienzo. Luego conocí las Crónicas de Narnia y también La historia sin fin de Michael Ende: quedé asombrado con su propuesta de un mundo interior, del mundo de la imaginación, pues era algo de lo que tenía experiencia propia, cuando inventaba juegos o historias que contaba a mi hermano y a mis primos en el campo. Luego me pasé a Tolkien, que me encantó. También debiera incluir en esta lista a Tad William y su saga Añoranzas y pesares y a Terry Brooks con la Espada de Shannara. Pero lo que sin duda más me influyó fue mi “experiencia italiana”: allá, en las clases de literatura que daba en mi colegio el hoy famoso Alessandro D’Avenia, conocí a Dante y a Ariosto, dos autores que me marcaron para siempre y que me abrieron la puerta a la literatura de los siglos pasados: desde ahí pude después saltar sin miedo a clásicos como la Eneida, la Ilíada, la Odisea, el Beowulf y el Cantar de mio Cid.

¿Qué distingue a Crónicas de una espada como saga de fantasía?

-Esa es probablemente una pregunta que respondería mejor un lector que yo como autor. Pero si tengo que resaltar algo, creo que sería su punto de vista. Con cierta frecuencia vemos en la literatura fantástica de hoy un simple calco de nuestras coordenadas mentales, en un paisaje que es medieval. Ya lo evoqué hace un rato con lo de la exposición en París: son muchos los libros de fantasía que hoy se podrían poner bajo coordenadas de agnosticismo o de un cierto misticismo inmanente, de culto a la naturaleza, que son ajenos a la mentalidad medieval. Sin minimizar el hecho de que en el medioevo también hay influencias precristianas, que podrían identificarse con lo del culto a la naturaleza, a mí me parece que plantear una obra como “medieval” y luego obviar un aspecto tan central para el medioevo como la trascendencia es no comprender la fuerza del medioevo, que está precisamente en ese juego aparentemente contradictorio, pero bien logrado, de conjugar lo eterno con lo pasajero. Me salí del tema y ahora vuelvo: lo que quiero decir es que en Crónicas de una espada traté de tomar el punto de vista que pudiese haber tenido un héroe medieval. Así, por ejemplo, el Imperio no es una fuerza tiránica y opresora —antidemocrática, diríamos hoy— sino al contrario, la realización del sueño de la unidad de la humanidad. El mundo espiritual no es algo esotérico y distante, sino algo muy presente en el día a día, concreto incluso, y del que los protagonistas en principio no dudan. Las categorías abstractas son claras, los matices se dan en los personajes, que no siempre consiguen adecuarse bien a lo que dicen creer. Creo que este punto de mira de la novela puede refrescar al género, empujándolo a descubrir sus fuentes, y al mismo tiempo impulsa a los lectores a salir un poco de las corrientes de pensamiento dominantes para enjuiciar nuestra propia cultura.

¿Cómo llegaste a publicar?

Crónicas de una espada es mi “historia de juventud”: lo empecé a escribir más o menos a los 15 años y lo terminé cuando estaba por graduarme de la Facultad de Derecho. Entre el punto final y la publicación pasaron otros casi siete años… De hecho, me decidí a publicar cuando buscaba editorial para mi tesis de magister en literatura, sobre El Cid y el Poema de Fernán González. Fue el año en que comenzaron los disturbios sociales en mi país, Chile, y yo trabajaba en una oficina que la universidad tiene en pleno centro, para otorgar ayuda jurídica a quienes no cuentan con medios para financiar un abogado, al mismo tiempo que se forma a los alumnos en la práctica jurídica. En consecuencia, yo estaba en contacto con todas las caras del problema: las necesidades de la gente que pedía nuestra ayuda, la juventud con ganas de ayudar que veía en mis alumnos y, al mismo tiempo, la misma juventud con ganas de cambiar las cosas pero que en la calle se transformaba, muchas veces, en turba detrás de barricadas incendiadas. Me daba cuenta de que faltaba, y sigue faltando, unidad: un ideal por el que valiera la pena luchar sin que en el proceso desgarrásemos todo el tejido social. Como acababa de terminar mi tesis sobre épica tenía muy vivo el hecho de que esa es la función de las narraciones heroicas. Y entonces pensé: “Yo tengo escrita una historia heroica, que propone un ideal humano que hoy parece estar descartado por el oscurantismo imperante… quizás no cambie las cosas, pero puede que publicándolo aporte mi granito de arena”. Y así, al mismo tiempo que buscaba publicar mi tesis, empezaba la aventura editorial de Crónicas de una espada, aventura que recién concluyó el año pasado, con el “tomo único” de los cinco cantos, y gracias a la ayuda de Vuelo Ártico, la agencia editorial que asumió el proyecto.

¿Hay próximos proyectos en mente?

-El proyecto más importante ahora para mí es terminar bien mi doctorado, la escritura creativa la tengo en pausa por el momento. Sin embargo, no dejo de tomar notas de lo que pueden ser nuevas historias.

Dicho eso, ya hay una editorial francesa que está interesada en publicar la saga. Sin embargo, no he logrado superar el escollo de encontrar financiamiento para el traductor: sin eso no se puede avanzar. El otro sueño es, obviamente, la traducción al inglés, para entrar en “las grandes ligas” del fantasy.

Tengo también otros relatos en torno al universo de Crónicas de una espada que hoy están en mi blog, El Juglar Errante, y que quizás un día vean la luz como libros: Orencio y Eloísa y El Caballero Verde. El primero está terminado, el segundo es un proyecto todavía en marcha de tres o cuatro libros del que solo está escrito el primero. Pero como digo, por ahora está todo en pausa.

El autorBernard Larraín

Evangelio

La autoridad de Cristo. Ascensión del Señor (A)

Joseph Evans comenta las lecturas de la Ascensión del Señor (A).

Joseph Evans·15 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

“Dicho esto, a la vista de ellos, fue elevado al cielo, hasta que una nube se lo quitó de la vista”. Y rezamos en la Oración colecta de hoy: “Adonde ya se ha adelantado gloriosamente nuestra Cabeza, esperamos llegar también los miembros de su cuerpo”.

La solemnidad de la Ascensión reúne una serie de grandes creencias. En primer lugar, que formamos parte del cuerpo de Cristo, como enseñó san Pablo en sus epístolas. Cristo es la cabeza, nosotros somos los miembros. No es sólo una metáfora: es una realidad viva y orgánica. Cuando nos bautizamos, entramos espiritualmente en el cuerpo de Cristo. Por tanto, si Cristo, la cabeza, ha subido al cielo, nosotros esperamos seguirle.

Luego, la realidad de la Ascensión de Nuestro Señor. Después de su Resurrección, Jesús pasó 40 días en la tierra, comiendo y bebiendo con sus discípulos, enseñándoles. Y luego, al final de esos días, regresó al cielo con su cuerpo humano y glorioso. Como decimos en el Credo cada domingo, “subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre”.  

Es sorprendente cómo las lecturas de hoy entrelazan la debilidad y la estrechez de miras de los discípulos de Cristo y el poder de Nuestro Señor en el cielo. En la tierra, los discípulos siguen demasiado preocupados por el reino político de Israel, y otros siguen dudando de la Resurrección. Y aunque la nube que oculta a Cristo mientras asciende señala su ocultación, las lecturas de hoy también insisten en su poder y autoridad en el cielo. “Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra”. Jesús está sentado a la derecha del Padre “en el cielo, por encima de todo principado, poder, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no solo en este mundo, sino en el futuro”, como enseña la segunda lectura. Dios “todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia, como Cabeza, sobre todo”. 

El salmo nos dice que ha subido con “toque de trompeta” para ser “rey sobre las naciones” y “reinar en su santo trono”. Dios oculto y fragilidad humana por un lado, poder divino en el cielo por otro. Y precisamente en este contexto, Nuestro Señor nos envía: “Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos”, prometiéndonos que estará con nosotros “todos los días, hasta el final de los tiempos”. 

Pero, ¿no es ésta la dinámica permanente de la vida de la Iglesia? En la debilidad de sus miembros y dirigentes, pero con la fuerza de Cristo en el cielo, la Iglesia avanza en su misión evangelizadora. Jesús parece invisible, como en otra dimensión lejana, pero permanece cerca de nosotros, inspirando nuestras acciones, sosteniéndonos en nuestra fragilidad. 

Nuestra visión puede ser muy limitada, pero Dios sabe adónde va y adónde nos lleva. La vida de la Iglesia parece caracterizarse por los fracasos de sus miembros, el cuerpo, pero la cabeza reina suprema en el cielo, unida al Padre y guiando todo hacia su gloria.

Vaticano

El Papa pide invocar al Espíritu Santo y “que callen las armas”

En el Regina Caeli del VI Domingo de Pascua, el Papa Francisco se ha referido a los combates entre israelíes y palestinos y a la guerra de Ucrania, y ha solicitado “que callen las armas, porque con ellas se destruirá cualquier esperanza de paz”. Además, ha pedido a la Virgen “que alivie los sufrimientos de la martirizada Ucrania”, cuyo presidente Volodimir Zelenski, mantuvo ayer un encuentro con el Santo Padre en el Vaticano.

Francisco Otamendi·14 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

Al final del rezo de la oración mariana del Regina Caeli, el Papa Francisco ha clamado ayer en la Plaza de San Pedro, al referirse a “la tregua apenas alcanzada” entre israelíes y palestinos, “que callen las armas”. Una petición también referida sin duda a la guerra de Ucrania, cuyo presidente Volodimir Zalenski fue recibido ayer por el Papa en el Vaticano, una audiencia de la que informamos más abajo, en esta misma crónica.

“En estos días hemos asistido de nuevo a combates armados entre israelíes y palestinos, en los que han perdido la vida personas inocentes, incluidos mujeres y niños. Espero que la tregua recién alcanzada se estabilice, que callen las armas, porque con las armas no se obtendrán nunca la seguridad ni la estabilidad; por el contrario, se destruirá toda esperanza de paz”, ha afirmado el Santo Padre.

Al final de sus palabras, se ha dirigido a la Virgen María “pidiéndole que alivie los sufrimientos de la martirizada Ucrania, y de todas las naciones heridas por la guerra y la violencia”.

Recordamos que el domingo pasado, tras el rezo del Regina Caeli, el Papa pidió a los romanos y peregrinos: “recemos el rosario pidiendo a la Virgen Santa el don de la paz. en particular para la atormentada Ucrania. Que los responsables de las naciones puedan escuchar el grito de la gente que desea la paz”.

Saludos y aplausos a las mamás

Antes, el Papa ha saludado de corazón a todos los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, romanos y a peregrinos de tantos países. En particular, ha subrayado, “a los fieles provenientes de Canadá, Singapur, Malasia y España; a los responsables de la Comunidad de Sant’Egidio en 25 países africanos; a las autoridades y los docentes de la Universidad Radom en Polonia; a Caritas Internacionalis, que se ha reunido para elegir al nuevo presidente: adelante, con valor, sobre el camino de la reforma”, y a numerosos peregrinos italianos.

También ha tenido el Pontífice palabras para “la fiesta de la Mamá que se celebra hoy en tantos países. “Recordemos con gratitud y afecto a todas las mamás, a las que aún están entre nosotros y a las que se han ido al cielo. Encomendémoslas a María, la mamá de Jesús. Un fuerte aplauso”, ha pedido el Papa.

“El Espíritu Santo no nos deja solos”

En su alocución inicial, el Papa recordó que “el Evangelio de hoy, sexto domingo de Pascua, nos habla del Espíritu Santo, que Jesús llama Paráclito (cfr. Jn 14,15-17). Paráclito es una palabra que significa al mismo tiempo el que consuela y abogado. El Espíritu Santo no nos deja solos, está junto a nosotros, como un abogado que asiste al imputado estando a su lado. Y nos sugiere cómo defendernos frente a quien nos acusa. Recordemos que el gran acusador es siempre el diablo, que pone dentro de uno el deseo del pecado, los pecados, la maldad. Reflexionemos sobre estos dos aspectos: su cercanía y su ayuda contra quien nos acusa”. 

En cuanto a su cercanía, el Papa ha hecho notar que “el Espíritu Santo quiere quedarse con nosotros: no es un huésped de paso que viene a hacernos una visita de cortesía. Es un compañero de vida, una presencia estable, es Espíritu y desea morar en nuestro espíritu. Es paciente y está con nosotros también cuando caemos. Se queda porque nos ama de verdad, no finge querernos para luego dejarnos solos en medio de las dificultades”. 

“Es más, si nos encontramos en una situación de prueba, el Espíritu Santo nos consuela, trayéndonos el perdón y la fuerza de Dios. Y cuando nos pone ante nuestros errores y nos corrige, lo hace con suavidad: en su voz, que habla al corazón, están siempre presentes el timbre de la ternura y el calor del amor. Cierto, el Espíritu Paráclito es exigente, porque es un verdadero amigo, fiel, que no esconde nada, que nos sugiere qué cambiar y cómo crecer. Pero cuando nos corrige jamás nos humilla y nunca infunde desánimo; por el contrario, nos transmite la certeza de que con Dios podemos lograrlo, siempre. Esta es su cercanía”, ha añadido.

En cuanto al segundo aspecto, “el Espíritu Paráclito, como abogado nuestro, nos defiende de quien nos acusa: de nosotros mismos cuando no nos queremos y no nos perdonamos, llegando quizá incluso a decirnos que somos unos fracasados buenos para nada; del mundo, que descarta a quien no responde a sus esquemas y sus modelos; del diablo, que es el “acusador” por excelencia (cfr. Ap 12,10) y el que divide, y que hace todo lo posible para que nos sintamos incapaces e infelices”. 

“Somos hijos amados de Dios”

Ante estos pensamientos acusatorios, el Espíritu Santo nos sugiere cómo responder, ha continuado el Papa Francisco. “¿De qué modo? El Paráclito, dice Jesús, es Aquel que nos enseña y nos recuerda todo lo que Jesús nos ha dicho (cfr. Jn 14,26). Él nos recuerda las palabras del Evangelio, y nos permite así responder al diablo acusador no con palabras nuestras, sino con las palabras mismas del Señor”. 

“Sobre todo”, ha proseguido, “nos recuerda que Jesús hablaba siempre del Padre que está en los cielos, que nos lo ha dado a conocer y nos ha revelado su amor por nosotros, sus hijos. Si invocamos al Espíritu, aprenderemos a acoger y recordar la realidad más importante de la vida, que nos protege de las acusaciones del mal: somos hijos amados de Dios”. 

“Hermanos y hermanas, preguntémonos hoy: ¿Invocamos al Espíritu Santo, le rezamos con frecuencia? ¡No nos olvidemos de Él, que está junto a nosotros, es más, en nuestro interior! Y asimismo, ¿prestamos atención a su voz, tanto cuando nos anima como cuando nos corrige? ¿Respondemos con las palabras de Jesús a las acusaciones del mal, a los ‘tribunales’ de la vida? ¿Nos acordamos de que somos hijos amados de Dios? Que María nos haga dóciles a la voz del Espíritu Santo y sensibles a su presencia”, ha concluido.

El Papa, de nuevo con Zelenski

El Papa Francisco recibió ayer por la tarde, fiesta de Nuestra Señora de Fátima, al presidente ucraniano Volodimir Zelenski en el Vaticano, en un encuentro que duró 40 minutos. Por la mañana, el líder de la “martirizada” Ucrania, como la denomina el Papa Francisco en sus discursos y homilías, se reunió en Roma con el presidente Sergio Mattarella y la primera ministra Giorgia Meloni, que ha apostado por un decidido apoyo a Kiev.

Es la segunda vez que el presidente Zelenski acude al Vaticano. La primera había sido en febrero de 2020, cuando la amenaza de la pandemia del Covid 19 empezaba a cernirse sobre Europa y la guerra parecía afectar sólo al este de Ucrania. 

Un año y medio después del primer bombardeo ruso en Kiev, Zelenski ha vuelto a viajar, y, en un itinerario que toca varias capitales europeas, ha efectuado una parada en Roma, “Gracias por esta visita”, dijo el Papa a Zelenski dándole la bienvenida poco después de las 16,00 horas en el Aula Pablo VI, a cuyo patio había llegado en un coche blindado. Sentados frente a frente, iniciaron su conversación en presencia de un intérprete. 

El director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, informó a los periodistas que “los temas de la conversación versaron sobre la situación humanitaria y política en Ucrania provocada por la guerra en curso. El Papa aseguró sus oraciones constantes, como demuestran sus numerosos llamamientos públicos y su continua invocación al Señor por la paz desde febrero del año pasado”.

El Santo Padre y el presidente de Ucrania “coincidieron en la necesidad de continuar los esfuerzos humanitarios para apoyar a la población. El Papa hizo especial hincapié en la urgente necesidad de ‘gestos de humanidad’ hacia las personas más frágiles, las víctimas inocentes del conflicto”. 

Otras fuentes añaden que el Papa Francisco puso sobre la mesa un alto el fuego y Volodimir Zelenski su plan de paz de diez puntos, que incluye la retirada de Rusia de sus posiciones ucranianas.

papa zelensky
Pope Francis and Ukrainian President Volodymyr Zelenskyy shake hands after their meeting at the Vatican May 13, 2023. (CNS photo/Vatican Media)

Una encíclica del Papa, y una placa antibalas de Zelenski

En el intercambio de regalos, el Papa Francisco donó a Zelenski una obra de bronce que representa una rama de olivo, símbolo de la paz, ha informado la agencia oficial vaticana. Junto a ella, el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2023, el Documento sobre la fraternidad humana, el libro sobre la Statio Orbis del 27 de marzo de 2020 en la Plaza de San Pedro, editado por la Libreria Editrice Vaticana (LEV), y el volumen ‘Una encíclica sobre la paz en Ucrania’, que recoge la mayor parte de los discursos públicos del Pontífice sobre la guerra en Ucrania. 

Fueron significativos también los regalos entregados por el presidente Zelenski al Santo Padre: una obra de arte realizada con una placa antibalas y un cuadro titulado ‘Perdita’, sobre la matanza de niños durante el conflicto.

Con Gallagher. Parolin en Fátima

Inmediatamente después, el presidente ucraniano Zalenski se reunió con el Secretario para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales, monseñor Paul Richard Gallagher, con quien “se abordó ante todo la guerra actual en Ucrania y las urgencias asociadas a ella, en particular las de carácter humanitario, así como la necesidad de proseguir los esfuerzos para alcanzar la paz”. La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó también que “la ocasión fue propicia también para tratar algunos temas bilaterales, especialmente en lo que se refiere a la vida de la Iglesia católica en el país”.

El Secretario de Estado cardenal Pietro Perolin se encontraba en Fátima, al frente de la tradicional peregrinación en la fiesta de la Virgen de Fátima.  La diplomacia vaticana está “haciendo todos los esfuerzos para ayudar a la paz”, dijo el cardenal Parolin,  Refiriéndose a su participación en la peregrinación, señaló que “la paz se consigue también con la oración y la penitencia”. “No debemos olvidar las auténticas armas que la Virgen nos ha indicado”, añadió, “por eso considero que es un momento oportuno para estar en Fátima”.

El autorFrancisco Otamendi

Evangelización

Susan Longhurst: «En Sycamore queremos empoderar a los laicos»

Como explica en esta entrevista Susan Longhurst, miembro del equipo de la plataforma, Sycamore "es una herramienta que permite a la gente hablar sobre la fe, en el contexto de su propia vida, alcanzar a una comunidad amplia sin asumir el entorno religioso de los participantes".

Paloma López Campos·14 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

Susan Longhurst se unió al equipo de Sycamore hace dos años como manager en del departamento de desarrollo de misiones. Anteriormente, trabajó como coordinadora de juventud para un decanato y una diócesis en Reino Unido, y usaba Sycamore con los jóvenes y sus padres. Allí se dio cuenta de que Sycamore “funcionaba muy bien. Unía a los jóvenes, ayudaba a que se abrieran, la conversación era buena”. Por eso, cuando salió el anuncio del puesto de trabajo decidió probar.

Su trabajo consiste en “trabajar con los equipos, nacional e internacionalmente, para correr la voz”. En esta entrevista con Omnes habla sobre Sycamore, sus orígenes, el objetivo del proyecto y la gran herramienta que puede ser para todos los laicos.

¿Cómo nació Sycamore? ¿Cuál es la misión de este proyecto?

– El proyecto lo empezó el sacerdote Stephen Wang en 2010, cuando era capellán en la Newman House, con estudiantes de la universidad de Londres. Se reunió con varios de estos jóvenes, quienes pensaban que hacía falta una herramienta para la evangelización que ayudara a acercar el cristianismo a personas con poca o ninguna experiencia en la fe. En realidad, todo era por la idea del alcance, pero también porque saben que hablar hoy de la fe puede ser difícil.

Stephen Wang y los estudiantes trabajaron para producir unos vídeos online que se viralizaron rápidamente. La organización benéfica de Sycamore se fundó entonces y los administradores decidieron trabajar con Wang para rehacer los vídeos pero con mejor producción. Las películas se regrabaron y reinventaron, y se puso el eslogan “¿En qué crees?”.

Básicamente, así es como nació Sycamore. Es una herramienta que permite a la gente hablar sobre la fe, en el contexto de su propia vida, alcanzar a una comunidad amplia sin asumir el entorno religioso de los participantes.

Parece que la religión y la fe es algo que debemos mantener en privado, ¿cuál es entonces la importancia de herramientas como Sycamore?

– Por todo lo que hemos pasado como sociedad y por los cambios vividos, hablar de la fe puede ser complicado. Sin embargo, es muy importante. Plataformas como Sycamore son buenas porque ayudan a la gente a acercarse al centro y corazón de la cristiandad de un modo nuevo e innovador.

Sycamore, por ejemplo, es una herramienta que puede usarse tanto en línea como en persona. La esencia del proyecto es la de unir a las personas para que puedan conversar. Stephen Wang y los administradores querían hacer el contenido accesible para todos, por lo que el acceso online es muy importante.

Las plataformas como Sycamore se basan en contenidos de gran calidad que acercan el catolicismo a las personas de manera agradable.

Sycamore es una plataforma muy abierta en su planteamiento, ¿puede una persona que no sea cristiana participar en un grupo?

– Algo que Sycamore hace muy bien es que trae a colación preguntas profundas que algunas veces nos planteamos y otras veces no, porque la vida tiene un ritmo frenético.

Stephen Wang dice que, al empezar Sycamore, le animaba mucho ver a los estudiantes traer a sus amigos, de entornos muy distintos, que querían explorar la fe.

Por ello, Sycamore brinda la oportunidad de reunir a personas a través de preguntas bien hechas que permiten a la gente profundizar en sus propias experiencias vitales y el papel de Dios en sus vidas.

Sycamore está ahí para el diálogo. Todas las personas, de todas las confesiones y de ninguna, están invitadas y son bienvenidas. Con todo, hay que hacer énfasis en que Sycamore es esencialmente una herramienta de evangelización católica.

Me gustaría mencionar el símbolo del sicomoro, porque es una buena alegoría de nuestra misión. Hay que remontarse al pasaje de Zaqueo. Cuando Jesús va a Jericó y Zaqueo no le puede ver, se llena de curiosidad y por eso sube al sicómoro para conseguir ver mejor. Mientras está en el árbol, Jesús se fija en él y le pide que baje, así comienzan a hablar y a conocerse. Ese es el precioso símbolo que Sycamore lleva en su esencia, es un recurso para que la gente se acerque a Jesús.

Mencionas mucho a los grupos y a las comunidades. ¿Cuál es la importancia de la comunidad en nuestras vidas como católicos?

– A pesar de que lo que vemos hoy es que la gente tiende a la privacidad en lo que se refiere a la fe, la realidad es que cuando estamos en contacto con otros la fe se aviva. Todos hemos nacido para compartir nuestras experiencias y aprender los unos de los otros. Por ello, la comunidad está en el corazón de Sycamore y se presenta a muchos niveles.

La comunidad, en los términos de lo que nos gustaría ver y esperamos que se esté haciendo, es la reunión en persona de la gente.

La comunidad está en la esencia de lo que Sycamore es y hace. También pienso que, al entrar en relación con Cristo estamos invitados a participar en su Iglesia, y como Iglesia somos comunidad. Hacia eso es lo que creo que Sycamore quiere que tiendan los grupos, unir a la comunidad, traer a todo el mundo, con un espíritu radical de acogida.

Estoy orgullosa y agradecida de poder decir que nuestra comunidad internacional también está creciendo. Creo que hemos alcanzado ya las 13 traducciones de Sycamore.

En Sycamore nos gusta tener a la comunidad cerca. Animamos a los líderes y participantes a que compartan su progreso y actividad con nosotros. Esa es una de las alegrías de trabajar aquí.

Algunas veces pensamos que la formación es solo para sacerdotes o consagrados, sin embargo, da la sensación de que Sycamore se centra mucho en los laicos. ¿Por qué?

– Queremos que, a través de los recursos que hemos diseñado para que sean accesibles para cualquiera, la gente se anime al ver los vídeos a compartirlos con otros. Facilitamos todas las herramientas y la información adicional que cualquiera necesitaría para iniciar un grupo.

Por ejemplo, hemos creado varios itinerarios, tenemos más de 30, entre los que se puede elegir. Cuando alguien ha visto uno de los itinerarios y quiere intentar compartirlo con su grupo, tratamos de ofrecer todas las herramientas posibles para hacerlo. Cada uno de los vídeos tiene una guía de sesión con preguntas, textos clave usados, secciones del Catecismo y otros muchos materiales complementarios. De este modo, la gente no tiene que hacer un trabajo adicional, solo usar los recursos.

Creo que por eso vemos personas, líderes de todo tipo, usando Sycamore. Pero también porque queremos empoderar a los laicos. Queremos que todo el mundo se sienta empoderado compartiendo su fe. Por eso estamos comprometidos a ser inclusivos con cualquier persona que quiera formar parte de Sycamore.

Yo diría que mi rol es apoyar a la gente en su camino. Trabajo con muchos grupos en los que participan religiosos, miembros del clero, capellanes… Podría seguir. Simplemente para asegurarme de que tienen todo lo que necesitan para su grupo Sycamore.

Cuando tenemos conocimiento de un grupo, tenemos muchas ganas de asegurarnos de que, una vez han celebrado su primera sesión, se sienten con confianza para celebrar la siguiente. Por eso creo que es muy importante, y en Sycamore nos aseguramos de ello, que la gente se sienta empoderada, que los laicos se empoderen.

Si un grupo comienza a usar Sycamore, ¿por dónde tienen que empezar?

– Lo primero que tienen que hacer es familiarizarse con los vídeos, ver un par de ellos y conocer su estructura. Una vez el líder haga eso, lo próximo es mirar los múltiples itinerarios que tenemos. Puede ser que alguien quiera organizar una sesión sobre la Cuaresma, por ejemplo, o sobre la oración.

Una vez elegido el itinerario, solo hay que comprobar que es el adecuado para la sesión. Hay que descargar la guía, reunir al equipo (que no hace falta que sea muy grande) y rezar por el éxito del grupo Sycamore, porque todo está enraizado en la oración.

Tenemos muchas herramientas para planificar en la web, guiamos a la gente por todos los elementos de los que disponemos para organizar su sesión.

Esperamos que la gente se sienta apoyada, una vez han reunido a su equipo y rezado. Y animamos a que, sencillamente, le den una oportunidad. También tenemos en la web un montón de recursos gratuitos para promocionar las sesiones.

Por último, si alguien no está seguro de la aplicación que usar en las reuniones, o simplemente necesitan hablar con alguien que les ayude, siempre me pueden contactar a mí o a alguien del equipo, y les ayudaremos.

Esperamos que el camino esté claro, pero es importante sentirse ayudado, por eso tener un equipo cerca es bueno.

¿Qué esperas de Sycamore en el futuro?

–  Espero de Sycamore que la comunidad se extienda mucho más, todo lo que sea posible. Que la gente se sienta con confianza, una vez hayan visto Sycamore, para empezar un grupo. Se trata de compartir nuestra fe con confianza. Queremos acercar a las personas a Cristo y que entren en una relación personal con Él, ese es nuestro sueño.

Y como obra benéfica, nos gustaría ver nuestros recursos crecer. Ya estamos trabajando en herramientas de “entrenamiento”, para equipar a los líderes y que se sientan con confianza. Y supongo que, con el tiempo, esperamos que haya más películas.

Cultura

La Iglesia de Santa Ana en el Vaticano

La iglesia de "Sant'Anna" es la sede parroquial de la ciudad-Estado del Vaticano, situada dentro de sus murallas, pero pegada a ellas. De este modo, quien se encuentra en territorio italiano y lo desea puede ingresar al templo desde la Puerta de Santa Ana, como se hace en cualquier iglesia de Roma.

Hernan Sergio Mora·14 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Está muy viva en el recuerdo de todos la primera misa pública que el papa Francisco celebró en 17 de marzo de 2013 al inicio de su pontificado y que, al salir de la iglesia de Santa Ana, saludó a cientos de personas que estaban en la calle del lado italiano, sorprendiendo y dejando desorientados a los gendarmes que se ocupan de su seguridad.

Esta iglesia con planta elíptica toma su nombre de la confraternidad de los «Palafreneros pontificios», quienes en 1378 eligieron a la madre de la Virgen María como su patrona.

Historia de la Iglesia de Santa Ana del Vaticano

Su construcción se decide en 1565 y el proyecto se confía a Giacomo Barozzi, llamado «il Vignola». Fue inaugurada en 1583, y el templo, que contiene preciosos mármoles, fue acabado durante el año 1700, cuando se realizó la fachada, la cúpula y los frescos internos.

Si bien sus orígenes son seculares, la «Pontificia Parrocchia di Sant’Anna in Vaticano» fue instituida oficialmente el 30 de mayo de 1929 por el Papa Pío XI, con la Constitución apostólica Ex Lateranensi pacto, confiando su administración a los religiosos agustinianos. Estos se ocupan de ella también actualmente, y su actual párroco, el padre Mario Milliardi, en este año 2023 cumple sus bodas de oro sacerdotales.

Un párroco de 100 años

El padre Gioele Schiavella, párroco desde 1991 hasta el 2006, conversando con Omnes recuerda que «los agustinianos que estaban en Castel Gandolfo fueron llamados aquí por Pío XI», motivo por el cual «esa iglesia -hoy a cargo de los salesianos- conserva el nombre de un agustino de la época del Concilio de Trento: San Tomás de Villanueva».

El padre Gioele, a sus 100 años, celebra misa diariamente, administra los sacramentos y bromea sobre su edad: «a pesar de ella no me puedo transformar en un adorno». Señala que, excepto los sacramentos que se imparten en el interior de la basílica de San Pedro, «toda la labor pastoral que se realiza en el territorio vaticano se inscribe en la parroquia de Santa Ana, inclusive los sacramentos impartidos por los capellanes de la Guardia Suiza o de la gendarmería del Vaticano». Y comenta con gran naturalidad algo que no ha llegado a los medios: «Hace dos días el Papa Francisco estuvo aquí, nos ha visitado, invitado por una asociación».

En la época de la “Roma Papalina”, las madres encintas participaban el 26 de julio, con motivo de la fiesta de Santa Ana, en una procesión que partía de la iglesia de Santa Maria in Portico in Campitelle (cerca de Piazza Venezia) y llegaba hasta donde se encuentra hoy la iglesia de Sant’Anna in Vaticano, con una imagen en andas que hoy se encuentra en la iglesia de Santa Caterina della Rota. Delante de ellas estaban los palafreneros a caballo y, cuando cruzaban el puente sobre el río Tíber, se escuchaban los cañones del Castel Sant’Angelo.

La arquitectura de la iglesia

En el altar central de la iglesia está la pintura de Santa Ana con la Virgen Niña, realizada en 1927 por Arturo Viligiardi. En realidad debía alojar el óleo de la Madonna dei Palafrenieri de Caravaggio, la que fue comisionada el 31 de octubre de 1605 por la Confraternidad de los Palafreneros, que después confluyó en la de los Sediarios. A los comitentes no les gustó la pintura, así que acabaron vendiéndola al cardenal Scipione Borghese, por lo que hoy se encuentra en la Galería Borghese.

Esta pequeña iglesia es una verdadera joya arquitectónica, hermosa para visitar pero también para rezar y pedir la intercesión de Santa Ana, como hacen sus fieles todos los años cada 26 de julio.

También se puede participar en la novena a la Virgen Desatanudos en octubre, o ver en su altar de la izquierda una pequeña réplica de la Virgen de las Nieves, la patrona de Costa Rica. O, simplemente, visitarla cualquier día los turistas y peregrinos que se encuentren en la Ciudad Eterna.

El autorHernan Sergio Mora