Vocaciones

David H. Chipeta: “ Mi padre decía que para ser sacerdote tenía que ser trabajador”

David Chipeta, de Malawi, estudia Teología en España. Es el segundo de siete hermanos en una familia cristiana. Desde pequeño tenía claro que iba a ser sacerdote y ahora se forma para ello gracias a la ayuda de la Fundación CARF.

Espacio patrocinado·6 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

David Harvey Chipeta procede de la diócesis de Karonga, la más reciente de las 8 diócesis en las que se reparte la Iglesia católica en la africana Malawi. En la actualidad, completa su formación sacerdotal en la Universidad de Navarra.

¿Cómo nació tu vocación al sacerdocio? 

—Cuando éramos pequeños, mi padre me animaba a asistir a la escuela dominical de la Iglesia. Yo procedo de un lugar rural donde venía un sacerdote una vez al mes y, por curiosidad, yo siempre prefería ir a misa con los mayores. Un día me conmovió la forma en que el sacerdote podía recitar la doxología, sin mirar el misal. Pensé que lo había memorizado todo. Mi padre me decía que los sacerdotes son muy inteligentes y tienen la capacidad de memorizar todo el misal. Yo siempre he querido ser intelectual así que pensé: “entonces quiero ser uno de ellos”. 

En mi familia teníamos una tradición: después de cenar nos reuníamos con mi padre y él nos preguntaba a cada uno qué queríamos ser cuando termináramos el periodo de la escuela. Cada hermano decía lo que quería ser de mayor y yo siempre respondía “sacerdote”. Todos mis hermanos se reían, pero mi padre, entonces, me decía que si quería ser sacerdote tenía que ser muy trabajador en clase y tener una gran capacidad de memoria. A los pocos años tuve la oportunidad de estudiar en el seminario menor y me fue muy bien. Así empezó mi camino.

Tras la formación propedéutica, me pidieron que estudiara Filosofía en Tanzania, en el seminario mayor San Agustín, de Peramiho Songea. Apenas terminé los tres años de Filosofía, me preguntaron si me gustaría estudiar Teología en España. Todo era un plan de Dios, ya que nunca soñé con estar en Europa en ningún momento de mi vida.

¿Cuáles son las características de la Iglesia católica en Malawi y sus principales retos?

—Malawi es un país situado en el sureste de África, sin salida al mar. La Iglesia católica en Malawi tiene más de 120 años, ya que los primeros misioneros, que eran los Misioneros de África, llegaron en 1889. La diócesis más reciente de Malawi, la diócesis de Karonga, de donde procedo, se encuentra en la región septentrional. Actualmente, el país cuenta con alrededor del 77,3 % de la población es cristiana y el 13,8 % es musulmana. 

La Iglesia local de Malawi tiene varios retos, algunos de sus principales problemas nacen de la mezcla de la cultura con la fe, especialmente porque se confunde, a veces, brujería y religión. Todos sabemos que sólo hay un Dios, pero el problema surge cuando se le quiere adorar al mismo tiempo que se cree en los poderes de los antepasados muertos. Otro problema que nace de esta práctica es que los ancianos son acosados y acusados de matar a otros utilizando un poder sobrenatural. 

Además, la Iglesia también se enfrenta a problemas económicos, ya que aún no ha llegado al punto de ser autosuficiente.

¿Cómo es la relación de la Iglesia con otras dominaciones cristianas?

—Existe una relación cordial de la Iglesia católica de Malawi con otras confesiones cristianas. La Iglesia católica colabora con otras iglesias cristianas en muchos ámbitos. Por ejemplo, en educación, en el campo de la salud o a través del Comité de Asuntos Públicos, que aglutina las principales comunidades religiosas de Malawi. Esta organización sigue siendo clave en el ámbito de los derechos humanos, la mediación, la defensa, el VIH/SIDA, la violencia de género, la coexistencia religiosa, los procesos electorales y la paz y la seguridad.

¿Qué destacas de esta formación que estás recibiendo?

—Cuando me pidieron que viniera a estudiar, realmente, no sabíamos muy de dónde saldrían los fondos. El obispo me dijo: “No tenemos nada para pagarte los estudios, a ver qué puedo hacer”. 

El obispo conoció la Fundación CARF y se me concedió la oportunidad de tener una beca en la Universidad de Navarra. Aquí tienen clases de mucha altura, un plan de estudios bien estructurado: todo lo que uno necesita para ser un buen teólogo y un buen sacerdote. No puedo terminar sin hablar del seminario Bidasoa. Agradezco cada día los buenos formadores y su ambiente propicio y adecuado para la correcta formación de un seminarista que ofrece Bidasoa.

Cultura

Timothy Schmalz: Libertad para los oprimidos

Cuando Timothy Schmalz comenzó su andadura con las esculturas religiosas, supo que su discipulado no consistía simplemente en esculpir arte, sino en evangelizar.

Jennifer Elizabeth Terranova·6 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

El drama de la trata de seres humanos no es nuevo; por desgracia, es demasiado familiar y omnipresente en Estados Unidos. Incluso algunos de nuestros santos católicos fueron víctimas de este mal: santa Bakhita y san Patricio, por ejemplo. Pero ambos triunfaron y fueron utilizados estratégicamente como instrumentos para mostrar la gloria milagrosa de Dios. La estatua de santa Bakhita, patrona de la trata de seres humanos, se exhibe en la plaza de San Pedro del Vaticano y recientemente fue inaugurada en la catedral de san Patricio de Nueva York durante una misa. La estatua “Let the Oppressed Go Free” fue creada por Timothy Paul Schmalz, escultor de origen canadiense cuya vocación es llevar el cuerpo místico de Cristo al mundo a través de sus esculturas.

¿Pueden las obras de arte épicas inspirar e invitar a la humanidad de un modo que los libros no pueden? El Papa Benedicto XVI creía que la «única apología realmente eficaz del cristianismo se reduce a dos argumentos, a saber, los santos que la Iglesia ha producido y el arte que ha crecido en su seno». Además, creía que «el encuentro con lo bello puede convertirse en la herida de la flecha que golpea el corazón».

Quizá exista una correlación entre los sentimientos del Papa Benedicto y la misión apostólica de Timothy Schmalz. El escultor describe sus obras como «traducciones visuales de la Biblia», y su interés por la teología de los santos sigue inspirándole.

Timothy Schmalz

Timothy Paul Schmalz fue bautizado católico pero nació en un hogar relativamente «laico». Al principio de su adolescencia, se consideraba agnóstico; sin embargo, a los diecisiete años, tuvo una «experiencia de conversión», que fue transformadora y le llevó a identificarse como católico.

Su padre era director de un departamento de inglés, y él recuerda que le «alimentaron» con mucha gran literatura y se sintió muy «atraído» por la filosofía, pero a los dieciséis años supo que quería ser escultor y se dio cuenta de que era su vocación. «Escultura, escultura, estaba obsesionado con las obras de arte», recuerda Tim. Y cuando tenía diecinueve años le aceptaron en el Ontario College of Art. Pero más tarde abandonaría porque tuvo «una crisis artística». Pensaba que «era una mierda» y no apreciaba «el juego que se estaba jugando donde la innovación y lo impactante lo es todo».

Conversión artística

En ese momento, Tim se dio cuenta de que si iba a dedicar el resto de su vida a hacer obras de arte y escultura, «más valía que no fueran cosas superfluas y solo ornamentación».

El escultor Timothy Schmalz

Timothy Schmalz inventó su propia escuela, inspirada y dirigida por sus predecesores, Miguel Ángel, Bernini y Davinci. Nos cuenta cómo sintió «alegría y emoción absolutas» cuando «cogió un poco de arcilla» y creó una sencilla representación de Cristo. Comprendiendo que fue una «conversión artística» lo que experimentó, Timothy se centró por completo en las obras de arte cristianas.

Cuando Tim comenzó su andadura con las esculturas religiosas, supo que su discipulado no consistía simplemente en esculpir arte, sino en evangelizar. Este mundo le era ajeno porque se había criado en un hogar laico. «Nunca tuve esa experiencia de María con el corderito», dice Timothy.

Además, comenzó a estudiar a los santos que representaba y teología. Recuerda que «era un celo absoluto… ¡y lo abracé!». Se dio cuenta de que su nueva pasión era mucho más «impresionante» que la filosofía griega.

Arte cristiano

La relación de Timothy con el padre Larrabee, un sacerdote jesuita que se convertiría en su director espiritual y mentor, fue una fuente de gran apoyo y orientación. A él también le encantaban las obras de arte cristiano, que le servían de inspiración. Y con 20 años no sólo aprendió a esculpir, sino también sobre su fe católica «de una manera profunda, y con la ayuda de grandes libros».

Se dio cuenta de que había infinitas posibilidades con las obras de arte cristianas y «la cantidad de expresión que se podía poner en ellas». Le interesaba algo más que el valor de choque del arte o si era innovador. Se estaba «rebelando contra la cultura pop secular» que había en aquella época. Timothy recuerda: «Hacía lo más radical en aquella época: obras de arte cristiano».

El entusiasmo y la curiosidad que sentía hacia el cristianismo le entusiasmaban.

Revelar el mensaje

Al principio, hacía piezas de tamaño natural y, con el tiempo, más esculturas, sobre todo para iglesias. Cuenta lo «complejas» que se volvían sus esculturas a medida que aumentaban de tamaño. «No me interesaba hacer algo sin más; si iba a hacer una escultura de San Francisco, quería estudiar a San Francisco», recuerda Timothy.

Sigue empeñado en conocer las almas y la misión apostólica de las personas que esculpe. Considera su trabajo una «oportunidad visual». Para Timothy, las obras de arte visual son una forma eficaz de llegar a la gente porque sólo requieren una rápida mirada a la pieza. Cree que si una escultura está hecha con autenticidad, el mensaje del santo o del evangelio se revelará por sí mismo.

Timothy no sólo trabaja con una habilidad consumada, sino que también cree que es su responsabilidad con «su trabajo duro, músculo y corazón… mover y convertir a la gente». Y continúa: «Y si no lo hacen, es culpa mía; es mi problema, no del catolicismo, ni de nuestra fe, ni de la obra de arte».

Arte teocéntrico

Schmalz en su estudio

Cuando esboza una escultura, no le interesa el estilo; cree que «la obra de arte debe ser secundaria». Lo esencial es revelar a Jesús o al santo en la obra de arte. Y si eso ocurre, entonces «estoy haciendo un gran trabajo», dice Timothy. «El arte, por el arte, es una serpiente que se come la cola». Su búsqueda como artista tiene poco que ver con el estilo o el material; en cambio, tiene que ver con intentar descubrir «la Escritura o la esencia del santo».

La escultura no es más que un instrumento para ayudar a convertir a la gente. Además, lo importante es el tema y lo que se representa. Tim escucha la Biblia durante ocho horas diarias para crear un espacio en su estudio que sea «más como una capilla… o donde se fusionen el trabajo y la oración».

Interpretación de Hebreos 13:2

Tim habla de un “momento eureka” cuando escuchó el pasaje de Hebreos 13:2 hace algunos años. «No os olvidéis de mostrar hospitalidad a los extraños, porque al hacerlo, algunas personas han mostrado hospitalidad a los ángeles sin saberlo». Dijo que era el «pasaje más poético de las Escrituras» y que le inspiró tan profundamente que le llevó a iniciar la creación sobre Hebreos 13:2.

Un año más tarde, durante su estancia en Roma, el cardenal Czerny pidió a Timothy que hiciera una escultura sobre los inmigrantes y los refugiados. La idea de cómo representar el verso se le ocurriría poco después de su llegada a casa.

En palabras de Timothy, «se me ocurrió la idea: Una enorme balsa o un barco con una multitud de personas de todo el mundo, todos inmigrantes y refugiados, todos en una pequeña balsa, hombro con hombro, de todos los lugares del mundo, de todos los periodos de la historia, y en el centro de esta balsa hay un ángel; pero debido a la multitud, sólo puedes ver las alas, y así las alas se convierten en las alas de todas las personas de este barco. Y esa es mi interpretación, mi escultura de Hebreos 13:2. Si no hubiera estado inmerso en las Escrituras aquel día… quizá no habría hecho nada».

Familia

Jackie y Bobby Angel: «Las cosas no cambian porque te pongas un anillo en el dedo»

Bobby y Jackie Angel son un matrimonio católico estadounidense que trata en las redes sociales temas como el amor, la sexualidad, la familia y la oración. Tienen cinco hijos y mucha experiencia hablando sobre materias de interés para los católicos de todas las edades.

Paloma López Campos·6 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

El matrimonio formado por Bobby y Jackie Angel trabaja y educa a sus cuatro hijos (el quinto está en camino) desde su casa. Desde hace años publican vídeos, audios y textos sobre la familia, la sexualidad, el matrimonio, etc., que llegan a miles de personas de todo el mundo.

Jackie durante una conferencia

Jackie y Bobby forman parte del equipo de “Ascension Presents”, uno de los canales de YouTube de temática católica más famosos de Estados Unidos. Además, tienen su propio podcast y un blog que actualizan con frecuencia.

No tienen miedo de hablar sobre las materias complejas relacionadas con la Teología del Cuerpo o la educación de los hijos, y hablan sin tapujos sobre su relación con Dios o la sexualidad, porque “ lo lógico es preparar a la gente para lo que ocurre durante el matrimonio y el sexo, pero en nuestra sociedad individualista no lo hacemos”.

En esta entrevista con Omnes hablan de estos y otros temas, como la conciliación, el perdón, el amor de Dios y la Teología del Cuerpo.

¿Cómo encontráis equilibrio entre el matrimonio, el trabajo y la vida familiar?

[Jackie]: Ahora es más fácil, porque somos autónomos. Antes Bobby trabajaba como profesor, por lo que tenía el horario del colegio mientras yo viajaba por trabajo. Además, los dos trabajábamos para Word on Fire, yo a jornada parcial y Bobby a jornada completa. Pero ahora es más fácil porque los dos estamos siempre en casa. Nuestros hijos hacen “homeschooling”, están en casa todo el día, no van al colegio ocho horas. Y el hecho de que los dos trabajemos desde casa hace que los niños estén con nosotros todo el día. Es una situación muy particular.

Si Bobby tiene que escribir o trabajar, me encargo de los niños. Y si estamos viajando, siempre viene alguien a estar con ellos, ya sean nuestros padres, algún primo… Tenemos gente que nos ayuda y hacemos que funcione.

–[Bobby]: Hay que comunicarse para que las cosas funcionen. Del mismo modo, tampoco quieres sacrificar el tiempo con tu esposa o con tus hijos por el trabajo. Si lo haces, tienes el “fenómeno del pastor”, en el que se da una familia muy cristiana, parece que estás haciendo una labor que viene de Dios pero con otras personas cuando, en realidad, tu familia es la que merece llevarse la mejor parte, no solo las sobras.

Hay momentos en los que tenemos que hablar y decir que necesitamos pasar más tiempo en familia o rezando. Podemos hablar de oración en el podcast, pero ¿rezamos nosotros en familia?

[Jackie]: Lo interesante es que Dios pide que cada familia haga su discernimiento. Cada familia es única, cada matrimonio es único. Nosotros podemos dar consejos generales, como por ejemplo que tu familia siempre va primero. Tu esposo siempre va primero, y después los niños. Esos son principios generales pero, como cada situación es única, cada uno tiene que discernir lo que Dios quiere de ellos. Además, es algo que cambia cada mes, cada año. Siempre está cambiando.

–[Bobby]: Exacto, a veces lo que funcionaba en vuestro quinto año de matrimonio ya no funciona para el octavo año. Siempre lo estás descifrando.

En Estados Unidos es más habitual que en otros países el “homeschooling”, ¿por qué creeis que es?

[Jackie]: El sistema de educación pública no es muy bueno en Estados Unidos y los colegios católicos, incluso cuando son buenos, son muy caros. Nuestros hijos tienen la escuela en casa dos horas al día y después se dedican a aprender a tocar instrumentos o a jugar. También estamos en un grupo en la parroquia con otros niños que estudian en casa, son unos setenta, y se juntan todas las semanas para jugar y realizar actividades.

–[Bobby]: Tenemos una amiga con cinco hijos, embarazada del sexto, y sus niños son increíbles. No son raros, son deportistas, normales, piadosos… Además, gracias a que están en casa puedes pasar mucho más tiempo con tus hijos, lo cual no pasaría si fueran a la escuela. Hemos visto personalmente que este método funciona. Sin embargo, en algún momento los niños tienen que salir al mundo, no nos podemos esconder en una cueva toda la vida, estamos llamados a ser sal y luz del mundo. Pero los primeros años son muy importantes para formar en el amor y el perdón, incluso en la sexualidad. Es fantástico poder tener a tus hijos un tiempo más en casa y establecer la base antes de que salgan al mundo.

Uno de los temas más exitosos es la Teología del Cuerpo, ¿qué es lo más importante que habéis aprendido estudiándola? 

[Jackie]: ¡Muchísimas cosas importantes! El Papa san Juan Pablo II sostuvo la tesis de que lo contrario al amor es el uso: usar a una persona como un objeto de placer, en lugar de quererla como persona. Para mí ese es el marco desde el que miro a los demás y pone las bases para la Teología del Cuerpo.

Me di cuenta de que necesitaba cambiar el modo en el que miraba a la gente. Por ejemplo, si miro a mi novio como alguien a quien usar, en lugar de alguien a quien amar, todo cambia. Incluso cuando estás casado. Las cosas no cambian de pronto porque te pongas un anillo en el dedo. Si estás acostumbrado a usar a las personas, también cuando estás casado mirarás así a la gente y te preguntarás cómo usarlos para tu placer físico o emocional.

El Papa Juan Pablo II analizó la filosofía anterior que decía que el cuerpo es malo y el alma buena. Muchas de esas ideas vienen de la Reforma protestante y del siglo XVI. Pero no. Nuestros cuerpos son buenos. Jesús no se habría hecho hombre si el cuerpo no fuera bueno.

Entonces, Dios nos creó con un cuerpo bueno, pero la idea contraria persiste en la actualidad. La gente piensa que somos almas encerradas en cuerpos y no. Tú eres tu cuerpo. Lo que haces con el cuerpo, lo haces con el alma. Lo que le haces al cuerpo de alguien se lo haces a su alma.

Muchas de esas ideas puritanas de la Reforma protestante están basadas en la vergüenza y en el miedo. Hay católicos que crecen con esa mirada avergonzada sobre el cuerpo y la sexualidad. Pero no es algo de lo que avergonzarnos. Es bueno, es bonito y tiene un propósito. Nuestra cultura dice que el sexo y el matrimonio no tienen sentido, pero la Teología del Cuerpo nos ayuda a redescubrir ese sentido.

–[Bobby]: En mi caso, además, me hace ver la fe como una historia de amor. La imagen de la Trinidad se refleja en nuestros cuerpos, como varón, mujer y niño. Esto no va de normas, es el reflejo de una historia de amor.

Escuché hablar por primera vez sobre la Teología del Cuerpo en la universidad, pero no lo entendí, no estaba preparado para ello. A los veinticinco años volví a acercarme a ella, lo escuché de manera diferente y me di cuenta de que ahí estaba el grito de mi corazón, me dio la respuesta a todo lo que puedo hacer con los deseos y anhelos que tengo.

Juan Pablo II vio el camino que estaba tomando la cultura, pero sus textos son difíciles de leer. Ha sido muy bonito ver cómo su pensamiento empieza a calar en las generaciones a través de diferentes programas y ministerios. Poco a poco está llegando, pero todavía hay mucho trabajo que hacer.

En vuestros vídeos habláis de todo, ¿pensáis que hay temas relacionados con el matrimonio que cuesta abordar?

[Jackie]: Obviamente siempre hay temas complicados de los que la gente no quiere hablar. La anticoncepción es uno de ellos. Siempre me sorprende. Si la Iglesia Católica dice que la anticoncepción es un pecado grave, todas las parejas que pasan por la preparación para el matrimonio deberían aprender sobre la belleza y el sentido del sexo, y la razón por la que la anticoncepción no es amor, que es un acto de lujuria antes que de amor.

Del mismo modo, es interesante ver que a lo largo de la historia los temas del matrimonio y el sexo sí que eran tratados. Las mujeres preparaban a las jóvenes. Lo lógico es preparar a la gente para lo que ocurre durante el matrimonio y el sexo, pero ya no lo hacemos.

Estamos en una sociedad tan individualista que ya no compartimos ideas o pensamientos. En las redes sociales, salvo que hagas vídeos largos, es complicado entrar en materia de este tipo. Es difícil hablar sobre estos temas tan complicados en Instagram si lo único que tienes es un vídeo de noventa segundos.

Otra cosa que también veo es que hay católicos que llevan imbuidas esas ideas protestantes sobre la sexualidad, una perspectiva basada en la vergüenza y el miedo. Estamos volviendo a una visión ultra tradicionalista del matrimonio y el sexo.

Habláis de Dios como familia, en vuestro caso ¿qué “características de Dios como familia” entendéis mejor ahora que estáis casados y sois padres?

[Jackie]: Para mí, como madre, me ha ayudado a crecer mucho en paciencia. Cuando tienes niños pequeños, que son desafiantes y tienen berrinches, tienes que adquirir mucha paciencia. Hay una corriente en psicología que habla sobre la teoría del apego. Una de las cosas que dice es que todos los niños necesitan saber que sus padres pueden manejar sus grandes emociones. Porque ellos no razonan. A través de esto, en mi relación con Dios, se ha reafirmado que Él no nos quiere por lo que hacemos. Nos quiere porque somos sus hijos.

Recuerdo que una vez a mi hija, después de un berrinche, le expliqué: “Te quiero incluso cuando haces cosas malas”. Se llenó de alivio y eso me recordó como a mí Dios no me quiere por lo que hago, su amor no depende de cuántos Rosarios rece o de las veces que vaya a Misa. Esos son modos en los que nosotros demostramos a Dios que le queremos.

Jackie y Bobby Angel

Al igual que nunca voy a dejar de querer a mis hijos, da igual lo que hagan, me doy cuenta de que Dios ama también así, y de una manera infinitamente más perfecta.

–[Bobby]: Si no nos podemos ganar el amor de Dios, tampoco podemos perderlo. Pero a mí también me cuesta, necesito enseñarle a Dios mis méritos. Y necesitamos que nos vean, eso es algo bueno. Hay una necesidad sana de sentirnos apreciados, afirmados y vistos. Pero el problema viene cuando creemos que tenemos que ser perfectos para obtener esa atención y trasladamos esa idea a la relación con Dios.

Cuando el matrimonio es armónico, te puede dar una muestra del amor de Dios, de su amor incondicional.

Recursos

El don del celibato

Ser célibe no es, simplemente, "no tener un amor humano" sino tener disponible el corazón para vivir solo para Dios y, por él, para los demás.

Alejandro Vázquez-Dodero·6 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Ser célibe no es lo mismo que estar soltero o no compartir la vida con otra persona. El celibato es un don de Dios, un regalo por el que se entrega a Dios el corazón de manera completa, sin mediación humana. Y esto, tanto para laicos como para consagrados o sacerdotes.

¿Qué es el celibato?

Ante todo estamos hablando de un don –regalo– de Dios, a través del que reclama el amor de un corazón indiviso, sin la mediación de amor terreno alguno. Es una llamada a fin de cooperar de modo especial en la transmisión de la vida sobrenatural a las demás personas.

Quien recibe esa llamada pone en ejercicio el sacerdocio común –en el caso de los laicos– o el sacerdocio común y el ministerial –en el caso de los ministros consagrados–. Por ello, ese don genera una paternidad o maternidad espiritual profunda en el célibe, que, de algún modo, se entrega o consagra al mundo entero.

Este don, como vemos, lo concede Dios tanto a laicos como a religiosos o sacerdotes, aunque con un sentido específico en cada caso.

¿Existen entonces diversas formas de vivir el celibato en la Iglesia católica?

Los laicos que reciben el celibato se unen a Cristo “en exclusiva” y, desde el lugar en que se desenvuelven, sin apartarse del mundo, corresponden a ese don.

Iguales a sus iguales, como sus iguales, con o sin distinción exterior, pero sin que ese distinguirse de los demás sea algo ínsito a su condición de célibe.

En el caso de los religiosos, el celibato está al servicio de su misión específica, que es dar testimonio de que el fin del cristiano es el Reino de los Cielos. Y lo hacen viviendo un estado de vida consagrada por los votos de pobreza, castidad y obediencia, con una vida de entrega a Dios y ayuda a los demás. Ello conlleva un cierto apartamiento de las realidades profesionales, familiares y sociales.

Los religiosos, aunque pueden desarrollar algunas de esas realidades –por ejemplo, en el campo educativo o asistencial– su misión no es santificar el mundo desde dentro de ellas –ése es el caso de los laicos– sino desde su consagración religiosa.

Así, el celibato no aparta de los demás hombres, sino que a ellos se consagra. Y aparta o no del mundo terrenal, según veíamos, en función de si el célibe es religioso –aparta– o laico –no aparta–. Los sacerdotes no religiosos, a los efectos que nos ocupan, vivirían asimismo su celibato en medio del mundo.

Cabría destacar que no estamos hablando de soltería, pues se da el caso de quienes, incluso perteneciendo a una fe, no se casan, pero no lo hacen por los motivos expuestos, sino por otros, también nobles, como cuidar a los padres, dedicarse a tareas sociales, etc., lo que tampoco les aparta del mundo.

¿Qué implica abrazar el celibato o “ser célibe”?

Ser célibe no es estar disponible en el sentido de que, como no une un compromiso o amor humano, se dispone cuantitativamente de más tiempo y posibilidades para sacar adelante obras apostólicas o la propia Iglesia universal.

Es más bien una actitud: tener disponible el corazón para vivir solo para Dios y, por él, para los demás.

Y resulta que quien vive el celibato alcanza una vida plena y fecunda, sin perder nada de lo humano. Disfruta de una afectividad rica, pues la entrega a Dios en el celibato no solo no priva, sino que acrece, la capacidad del amor humano.

El célibe, por el hecho de serlo, no debe sacrificar o entregar su potencial afectivo. Lo único que hace es dirigir esa afectividad de acuerdo con el don recibido, y si implica entregar despliegues de ésta –como la sexualidad que se ejerce en el ámbito matrimonial– lo hará de buen grado, y por amor de correspondencia. Sería un reduccionismo considerar que la persona necesita completar su afectividad con el otro sexo para llegar a la plenitud del amor.

Uno es completo en cuanto tal. Si bien es cierto que necesitamos de Dios y de los demás –somos contingentes, nos necesitamos– para alcanzar la felicidad. Y para que la relación afectiva sea plena, no tiene por qué ser sexual.

Quien recibe el don del celibato se deja amar enteramente por Dios, y por ese don puede dar a los demás el amor que recibe. Procura llenar el mundo del amor divino, pero en la medida en que corresponde entregándose exclusivamente al Señor. Y eso mismo lo hacen quienes reciben el don –también es don– del matrimonio, pero en este caso lo harán a través de las relaciones conyugales y familiares, pues la afectividad dependerá del amor entre un hombre y una mujer abiertos a la familia.

¿Hay que hablar siempre de celibato “apostólico”, incluso cuando lo referimos al celibato “sacerdotal” o “consagrado”?

El don del celibato es siempre apostólico, en cualquier caso. Lo que sucede es que esa apostolicidad se traducirá de modo diverso, según la misión de cada uno, sea laico, religioso o sacerdote.

Sin esa nota de “apostólico”, el celibato perdería su sentido.

Los laicos ejercitarán su apostolado santificando el mundo desde dentro de sus vidas como profesionales, familiares y en los ambientes sociales en los que se desenvuelvan.

Los religiosos, a quienes se les asigna el celibato “consagrado”, también incorporan en su don la dimensión apostólica. Y los sacerdotes, desde celibato “sacerdotal”.

Por último, aunque parezca una obviedad, destacar que cualquier católico, reciba o no el don del celibato, está llamado a ese apostolado, que no es más que transmitir el amor de Dios –que alcanza a todos sus hijos– a través de su ejemplo de vida y su palabra. Al igual que todos estamos llamados a la santidad, y no solo quienes por gracia divina recibimos el don del celibato.  

Vaticano

La fundación Centesimus Annus celebra su 30 aniversario

La fundación Centesimus Annus Pro Pontifice, dedicada a promover la Doctrina Social de la Iglesia, cumple 30 años y el Papa ha recibido en audiencia a sus miembros por el aniversario.

Loreto Rios·5 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La fundación Centesimus Annus Pro Pontifice fue creada por san Juan Pablo II en 1993 para promover la implantación de la Doctrina Social de la Iglesia. Hoy esta fundación está presente en cuatro continentes y cuenta con unos 350 miembros.

Su nombre está tomado de la Carta Encíclica Centesimus Annus de Juan Pablo II en 1991. Para celebrar su aniversario, la fundación ha tenido un encuentro internacional los días 5 y 6 de junio de 2023 en Roma, con el título: «La memoria para construir el futuro: pensar y actuar en términos de comunidad».

Doctrina Social de la Iglesia

El Papa ha recibido hoy en audiencia a los miembros de Centesimus Annus y, en su discurso, ha recordado los orígenes de la fundación: la encíclica de Juan Pablo II, escrita por el 100 aniversario de la Rerum novarum del Papa León XIII. «Vuestro compromiso se ha situado precisamente en este camino, en esta ‘tradición’: (…) estudiar y difundir la Doctrina Social de la Iglesia, tratando de mostrar que no es solo teoría, sino que puede convertirse en un estilo de vida virtuoso con el que hacer crecer sociedades dignas del hombre», ha dicho el Papa.

Francisco ha agradecido especialmente a la fundación su trabajo durante estos últimos diez años «con la acogida y el relanzamiento de las aportaciones que he tratado de hacer al desarrollo de la Doctrina Social».

Economía al servicio de la persona

A continuación, ha señalado los puntos más importantes que quiso poner de relieve en sus últimas encíclicas. «En la exhortación apostólica Evangelii gaudium quise alertar contra el peligro de vivir la economía de forma insana. ‘Esta economía mata’ (n. 53), dije en 2013, denunciando un modelo económico que produce despilfarro y fomenta lo que se puede llamar la ‘globalización de la indiferencia’. Muchos de vosotros trabajáis en el ámbito económico: sabéis lo beneficioso que puede ser para todos un modo de imaginar la realidad que ponga a la persona en el centro, que no menosprecie al trabajador y que busque crear el bien para todos».

En cuanto a Laudato si’, el Papa ha indicado que puso de relieve «el paradigma tecnocrático dominante y propuso la lógica de la ecología integral, en la que ‘todo está conectado’, ‘todo está relacionado’ y la cuestión medioambiental es inseparable de la cuestión social, van juntas. El cuidado del medio ambiente y el cuidado de los pobres van juntos. Al fin y al cabo, nadie se salva solo, y el redescubrimiento de la fraternidad y la amistad social es decisivo para no caer en un individualismo que hace perder la alegría de vivir. Y también hace perder la vida».

La importancia de la solidaridad

El Papa también ha señalado su alegría por la elección del lema de este congreso internacional, que hace referencia al número 116 de su encíclica Fratelli tutti. Francisco ha subrayado la importancia de la solidaridad, indicando que es «mucho más que algunos actos esporádicos de generosidad» y resaltando otros aspectos como «luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, tierra y vivienda, la negación de derechos sociales y laborales. Es hacer frente a los efectos destructivos del imperio del dinero: desplazamientos forzosos, migraciones dolorosas, tráfico de seres humanos, drogas, guerra, violencia».

La comunidad

Por otra parte, ha recordado el pasaje del Evangelio en el que Jesús dice que no se puede servir a Dios y al dinero al mismo tiempo (Lc 16, 13), y ha resaltado la importancia de la comunidad.

«Pensar y actuar en términos de comunidad es, por tanto, dejar espacio a los demás, es imaginar y trabajar por un futuro en el que cada uno pueda encontrar su lugar y tener su espacio en el mundo. Una comunidad que sepa dar voz a los sin voz es lo que todos necesitamos.

La valiosa labor de la Fundación Centesimus Annus puede ser también esta: contribuir a un pensamiento y a una acción que fomenten el crecimiento de una comunidad en la que podamos caminar juntos por la senda de la paz», ha concluido el Santo Padre.

La audiencia del Papa con los miembros de la fundación Centesimus Annus
Evangelización

San Bonifacio, apóstol de los alemanes

Al santo, de nacimiento anglosajón, se debe la organización de la Iglesia en la entonces Germania, subrayando la fidelidad a Roma

José M. García Pelegrín·5 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

San Bonifacio está considerado, al menos desde el siglo XVI, como “el apóstol de los alemanes”… si bien en la época en que vivió (673/675 – 754/755) aún no existía el “alemán” –y mucho menos “Alemania”–: el término que se emplea a finales del siglo VIII “theodiscus”, del que se deriva el italiano “tedesco” y los antiguos españoles “tudesco” o “teutón”, se refería principalmente a la persona que hablaba una lengua germánica, a diferencia del latín o de las lenguas románicas, y por extensión, a alguno de los pueblos germánicos, principalmente allí donde no había llegado la romanización y, con ella, el cristianismo.

Fue a esas tribus germánicas paganas o solo superficialmente cristianizadas adonde se dirigió la labor misionera de este monje anglosajón, nacido en el reino de Wessex al suroeste de Inglaterra hacia 673-675, con el nombre de Wynfreth, del que se deriva el actual nombre alemán Winfrid o Winfried. Ingresó de niño en el monasterio benedictino de Nursling, cerca de Southampton, donde fue ordenado sacerdote a los 30 años de edad aproximadamente.

Su actividad misionera se inscribe en el movimiento de cristianización anglosajona impulsado por el papa san Gregorio Magno a finales del siglo VI. Una vez afianzada ésta entre los anglosajones, comienza la oleada misionera en sentido contrario: de las islas al continente.

Uno de los más destacados misioneros anglosajones será Willibrord (658-739), quien fue enviado en el año 690 a los frisios. A Frisia viajará Bonifacio más tarde, si bien su primer viaje a esta tribu germana en 716 fracasará por la oposición del duque Radbod. Antes de que termine el año, Bonifacio regresa a su convento de Nursling, donde un año más tarde es elegido abad.

El obispo Daniel de Winchester envió a Wynfreth en el otoño de 718 a Roma, donde el papa Gregorio II le nombra apóstol de los gentiles para llevar la fe a los germanos y le ordena obispo el 15 de mayo de 719, al mismo tiempo que le da el nombre de Bonifacio. Tras pasar por Baviera y Turingia, se reúne con Willibrod en Frisia, de quien aprendió a tener en cuenta la situación política en su planificación, pero también a supeditar su labor a Roma.

A Roma volverá en sucesivas ocasiones; en 722 le llama el Papa, después de haberse separado de Willibrord y comenzado la misión en Hessen y Turingia: Gregorio le ordena obispo de misión y le confía una tarea de suma importancia: la reorganización de la Iglesia en Germania, lo cual conllevaba especialmente integrar las comunidades arianas e iro-escocesas en la Iglesia romana; Bonifacio encontrará resistencias no sólo entre éstos, sino también entre los obispos del reino franco, más interesados en su poder temporal que en la expansión del cristianismo.

En esa época, en el año 723 cuando regresa de Roma a Hessen, se produce una de las anécdotas más conocidas de la vida de san Bonifacio, la destrucción de santuarios paganos. Así, según narra el sacerdote Willibald de Maguncia en su Vita sancti Bonifatii, en Geismar (que actualmente forma parte de la ciudad de Fritzlar) taló un roble dedicado al dios de la guerra Thor (o Donar).

Según el cronista, las numerosas personas –entre ellos muchos frisones– quedaron impresionados al comprobar que el dios no reaccionaba de ningún modo. De este modo, Bonifacio mostró la superioridad del Dios de los cristianos frente a los dioses paganos. La tala del roble de Geismar se considera como un “mito fundacional” del nuevo orden religioso y de la reorganización eclesial logrados por Bonifacio.

La reorganización de la Iglesia en tierras germanas por parte de San Bonifacio cobra especial empuje tras un nuevo viaje a Roma, en 737/738, en el que el nuevo Papa Gregorio III le inviste con la función de Legado papal. Comienza con la reorganización de diócesis en Baviera y Sajonia (Salzburgo, Passau, Ratisbona y Freising); además funda las de Würzburg, Büraburg y Erfurt; en 744, también el monasterio que sería su preferido, Fulda. En 747 es sombrado obispo de Maguncia.

La creación de monasterios femeninos como focos de cristianización fue también una de las prioridades de san Bonifacio; para ello contó con la colaboración de, entre otras, dos monjas anglosajonas, que hoy en día están consideradas entre las principales santas “alemanas”: Walburga, hija de una de sus hermanas, y Lioba, que sería nombrada abadesa de Tauberbischofsheim, desde donde se fundarían otros monasterios en Würzburg y en diversos lugares de Turingia.

De la reorganización de la Iglesia en tierras germánicas forma parte asimismo su lucha por la defensa del celibato: en el Concilio alemán de 742 logró que se impusieran penas sensibles tanto a los sacerdotes como a monjes y monjas que no lo vivían

Al final de su vida, en 753, quiso hacer un último viaje, con algunos compañeros, para volver a la tierra de misión donde había comenzado su labor: a Frisia. Que era consciente de que el final estaba cercano habla no solo el hecho de que traspasara la sede de Maguncia a su sucesor Lullus, sino también que llevara en el equipaje una mortaja. Cuando, en la fiesta de Pentecostés del año 754 (o 755) se disponía a celebrar la celebración de unos bautismos en Dokkum, le atacaron salteadores de caminos; así encontró la muerte con sus 51 acompañantes. Sus restos mortales descansan en la catedral de Fulda.

La veneración de san Bonifacio experimentó un empuje especial hacia finales del siglo XIX: con la creación del Reich alemán, muchos católicos temieron la formación de una iglesia nacional alemana, que se quisiera independizar de Roma. Comenzó así la peregrinación anual al santo, “apóstol de los alemanes”. Además, desde 1867 los obispos alemanes se reúnen en su conferencia de otoño en Fulda, donde en la Misa de clausura son bendecidos cada uno de ellos con las reliquias del santo. Su fidelidad a Roma, frente a las diferentes fuerzas que en su época buscaban formar una iglesia paralela, reviste hoy en día, en que dichas tendencias vuelven a cobrar cierta fuerza, una especial actualidad.

Vaticano

El cardenal Zuppi visita Kiev

Mateo María Zuppi visita Kiev los días 5 y 6 de junio como enviado del Papa Francisco con el objetivo de mantener encuentros con las autoridades ucranianas y abrir vías de diálogo

Maria José Atienza·5 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Un escueto comunicado de la Sala Stampa ha dado a conocer una visita fugaz del cardenal Matteo Maria Zuppi, Arzobispo de Bolonia y Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana durante los días 5 y 6 de junio de 2023 como Enviado del Santo Padre Francisco. Esta visita se enmarca en la misión que el Papa Francisco ha encomendado a Zuppi, para rebajar las tensiones entre Ucrania y Rusia y lograr un acuerdo de paz.

El comunicado destaca que el «objetivo principal de esta iniciativa es escuchar en profundidad a las autoridades ucranianas sobre las posibles vías para alcanzar una paz justa y apoyar gestos de humanidad que contribuyan a aliviar las tensiones».

Este movimiento se suma a los acercamientos a ambas facciones que se han realizado por la Santa Sede. No en vano, el presidente de Ucrania Volodimir Zelenski, visitó al Papa Francisco en el Vaticano el pasado 13 de mayo aunque previamente fueron varias las conversaciones telefónicas mantenidas entre ambos jefes de estado.

Por otra parte, desde el comienzo de la agresión a gran escala de Rusia en Ucrania, el Papa Francisco ha buscado una orilla directa con Rusia. El 25 de febrero de 2022, de forma totalmente poco convencional, acudió incluso a la embajada de la Federación Rusa ante la Santa Sede.

La elección del cardenal Zuppi como «hombre del Papa» en esta cuestión no es baladí. Zuppi es miembro de la comunidad de Sant’Egidio y estuvo entre los negociadores del acuerdo de paz en Mozambique. El Papa Francisco parece albergar la esperanza de que el cardenal Zuppi, «también gracias a los contactos sobre el terreno de las organizaciones caritativas de Sant’Egidio, pueda al menos aportar algunos resultados concretos», como destaca Andrea Gagliarducci en un artículo publicado en Omnes.

El cardenal Mateo Zuppi

El cardenal Zuppi, de origen romano, procede de la comunidad de Sant’Egidio: en 1973, siendo alumno del liceo clásico Virgilio, conoció al fundador Andrea Riccardi. A partir de ese momento, se implicó en las diversas actividades de la comunidad, desde las escuelas populares para niños marginados de los barrios bajos de Roma, hasta las iniciativas para los ancianos solos y no autosuficientes, para los inmigrantes y los sin techo, los enfermos terminales y los nómadas, los discapacitados y los drogadictos, los presos y las víctimas de los conflictos.

Licenciado en Literatura y Filosofía por la Universidad de la Sapienza, se licenció en Teología por la Universidad Pontificia Lateranense. Durante diez años fue párroco de la basílica romana de Santa Maria in Trastevere y asistente eclesiástico general de la comunidad de Sant’Egidio: fue mediador en Mozambique en el proceso que condujo a la paz tras más de diecisiete años de sangrienta guerra civil.

En 2012, tras dos años como párroco en Torre Ángela, Benedicto XVI le nombró obispo auxiliar de Roma. Francisco lo eligió como arzobispo de Bolonia en octubre de 2015 y cuatro años después, el 5 de octubre de 2019, lo creó cardenal.

Vocaciones

Obispo Cepeda: «La vocación es un reto para las familias»

El obispo Arturo Cepeda, de la arquidiócesis de Detroit, habla en esta entrevista con Omnes sobre los frutos del año dedicado a la oración por las vocaciones sacerdotales, la colaboración de los laicos con el clero y la importancia del discernimiento.

Paloma López Campos·5 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

El obispo auxiliar Arturo Cepeda conoce muy de cerca el trabajo con los seminaristas y los jóvenes que se plantean la vocación al sacerdocio. Trabaja en la arquidiócesis de Detroit y ha sido el obispo más jóven de Estados Unidos, lo cual no le ha impedido dar muchos frutos en sus distintos destinos pastorales. Antes del episcopado en Detroit, ejerció el ministerio sacerdotal en la arquidiócesis de San Antonio (Texas). Allí estuvo como director vocacional durante siete años y después fue rector del seminario.

En esta entrevista con Omnes habla sobre las iniciativas de su arquidiócesis en esta materia, la colaboración entre el clero y los laicos, y la ayuda en el discernimiento.

La arquidiócesis de Detroit ha dedicado un año entero de oración por las vocaciones sacerdotales. ¿Por qué toman esta iniciativa? ¿Qué frutos esperan?

– Nuestro arzobispo Allen Vigneron termina su mandato en otoño de 2023. En 2016, convocó un sínodo con la participación de sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos. Durante ese sínodo se enfatizó mucho el área de las vocaciones sacerdotales. Allí comenzó el trabajo de un documento que llamamos “Haz llegar el Evangelio”, donde se pone como prioridad marcar un año de oración.

Ahora que acaba ese año, lo que queremos hacer es continuar en la labor de búsqueda y petición de vocaciones. En definitiva, ser intencionales acerca de ello. Por ejemplo, a todas las parroquias en la arquidiócesis se les pide que en las Misas dominicales añadan la petición por el incremento de las vocaciones sacerdotales.

Ha sido toda una campaña y ahora estamos esperando, porque el Señor es el que llama. A la vez, queremos ayudar a nuestros jóvenes a tener en mente la idea.

La arquidiócesis ha puesto mucho énfasis en la oración pero, en última instancia, quienes tienen que dar una respuesta son aquellos que se plantean la vocación. ¿Cómo ayudan a los jóvenes a escuchar la llamada de Dios?

–Tenemos distintos programas establecidos dentro de la arquidiócesis. Por ejemplo, tenemos siempre una cena y un desayuno, con presencia del arzobispo, a la que invitamos a todos los jóvenes que están pensando en la vocación sacerdotal. Muchos de ellos, más del 75 %, son ya monaguillos y están dentro de ese círculo de servicio en el altar.

Por otro lado, tenemos un programa dentro del ministerio juvenil, en cada una de las parroquias, en el que por lo menos un día al año se hable exclusivamente de la vocación sacerdotal. Ese es el primer paso que debemos seguir. El Papa Francisco nos ha invitado a dar este paso con creatividad.

Los grupos juveniles en la arquidiócesis, especialmente durante el verano, hacen campamentos. Dentro de estos, un tema de discusión son las vocaciones sacerdotales.

Así que se ha hecho un gran énfasis, que yo creo que ha tenido muy buen impacto tanto dentro de la arquidiócesis como a nivel nacional.

Yo creo que tenemos una forma activa, creativa e intencional de llevar este mensaje a nuestros jóvenes.

En un estudio que salió hace unos meses sobre los seminaristas que se ordenan este año, se preguntó a los chicos sobre su participación en los servicios de las iglesias antes de ingresar en el seminario. Ahí pudo verse que, por ejemplo, la asistencia a Misa un día que no fuera el domingo no era muy alta, ¿qué piensa usted de un dato como este?

–Sabemos que nuestros jóvenes están muy ocupados en distintas actividades escolares. En Estados Unidos, los deportes, las bandas y otras actividades extracurriculares toman mucho del tiempo de los jóvenes.

Nosotros como Iglesia también estamos observando esa realidad. Es un reto que tenemos que enfrentar. Yo veo esas estadísticas y pienso que tenemos que seguir buscando maneras creativas de involucrarnos en estas actividades. Precisamente en los campamentos es donde más hemos podido hacer en este sentido.

Además, en el estado de Michigan se está estudiando la posibilidad de que nuestros jóvenes comiencen su día más tarde, que se retrase la entrada en el colegio, porque ahora mismo comienzan sus clases entre las 7:30 y las 8:00 de la mañana. Se está pidiendo que entren a las 10, lo cual tiene ventajas y desventajas, pero creo que puede tener sentido.

Por un lado, los jóvenes pueden dormir más. Además, podrían tener tiempo por la mañana para hacer sus trabajos y tareas, de tal manera que lleguen a las escuelas más preparados.

Puede pasar que un hombre que se siente llamado al sacerdocio se considere indigno o que le pese su propio pasado. ¿Cómo ayudan a quienes tienen estas dudas?

– El primer paso a seguir cuando una persona adulta se plantea la vocación al sacerdocio es tener a disposición a un sacerdote que le ayude a entrar en el proceso de discernimiento. Cada arquidiócesis está dividida, a nivel estructural, en regiones. Yo estoy encargado de la región del noroeste y aquí tenemos a un sacerdote asignado para poder esas pláticas con los hombres que tienen estas preguntas.

Tengo a mi cargo 57 parroquias y tan pronto sé de alguien que se está planteando el sacerdocio, le pongo en contacto con este sacerdote. Esto ha sido muy efectivo, porque lo más importante es que la persona pueda tener acceso a ese proceso de discernimiento.

Un reto al que se pueden enfrentar los seminaristas es la oposición de sus familias. El arzobispo Allen Vigneron, cuando convocó el año de oración, se dirigió a las familias para pedir generosidad y valentía en estas situaciones. Por un lado, ¿cómo se explica a los padres que Dios puede llamar a sus hijos a la entrega completa al servicio sacerdotal?

– Es un tema interesante porque las familias hispanas o latinas tienen una gran consideración de los lazos familiares. La mentalidad anglosajona estadounidense tiene un concepto más reducido de la familia.

El tema de la vocación es un reto para las familias. No tanto por dejar al hijo marchar al seminario, sino por preguntas en lo que respecta a su felicidad. Estamos hablando de un discernimiento acerca del celibato y para los latinos es muy importante la descendencia. Esta es una de las preguntas más importantes que hay que hacerse en el proceso de discernimiento.

Yo pienso, por ejemplo, en mi propio abuelo. No es que no estuviera de acuerdo con mi decisión, pero me recordaba que yo no iba a poder tener hijos, ni esposa. No es que no me apoyara, pero se planteaba esas cuestiones. Y también es bueno que un adolescente se las plantee porque estamos hablando de una vocación única.

Dios llama a quien quiere y puede llamar a un hombre que ya no sea tan joven. ¿Qué le diría a un adulto que se plantea la vocación sacerdotal?

– En primer lugar, pienso que tenemos que recordar siempre que estamos limitados en el tiempo y el espacio, pero para Dios no hay tiempo ni espacio. Para las personas más maduras, la vocación sigue siendo una pregunta existencial para todo hombre. Es lo mismo para entrar al seminario y para casarse, porque exige un compromiso muy grande.

Todos nos tenemos que preguntar: ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Dónde estoy? ¿Qué me pide Dios que haga? También estoy convencido de que las personas que son más maduras en edad han tenido una batalla interna con esta pregunta por años.

Cambiando ahora el foco, ¿qué pueden hacer los laicos para ayudar tanto a los seminaristas como a los sacerdotes en su vocación?

– La labor de los laicos es esencial en el proceso de discernimiento de nuestros jóvenes y no tan jóvenes. Es esencial porque lo más importante en este proceso es el apoyo emocional y los laicos pueden invitar a las personas a plantearse la vocación. La invitación debe ser personal y directa.

Cuando voy a las parroquias, yo les digo a los laicos que hay que seguir orando por las vocaciones, pero también hay que invitar personalmente. Eso es un reto. Tenemos que ser intencionales, es una labor muy importante.

Los laicos tienen una labor esencial en la invitación a la vida sacerdotal. También necesitamos escuchar a nuestros laicos, porque nuestra familia es nuestra parroquia.

Cultura

La necesidad de la arquitectura sagrada

¿Qué relación hay entre la arquitectura y la liturgia? ¿Cómo se ha desarrollado esta relación a lo largo del tiempo?

Lucas Viar·5 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

Esta primera idea puede sonar extraña dado el tema del artículo, y en particular teniendo en cuenta al autor porque vive gracias a ello. Pero creo que hay que empezar reconociendo que la liturgia no necesita a la arquitectura sacra. Las únicas cosas materiales absolutamente necesarias son el pan y el vino. E incluso es bueno recordar que Dios no necesita la liturgia, nosotros la necesitamos.

El catolicismo es una religión encarnada. No puede quedarse en el mundo de las ideas y las teorías, tiene que ponerse en acción. Debemos tener presente que somos seres corporales y, por tanto, es inútil separar lo que pensamos de lo que hacemos.

¿Qué es la arquitectura?

Para responder a la cuestión de lo que es la arquitectura sacra, primero debemos aclarar lo que es la arquitectura. Puesto que es una cuestión demasiado compleja, vamos a simplificarla y a acordar que la arquitectura tiene que ver con los edificios.

¿Qué hace de una habitación vacía un dormitorio, un comedor, un baño o una cocina? Incluso con la corriente minimalista actual, como civilización tendemos a caracterizar el espacio a través de los objetos que definen su misión: una cama, una bañera, una mesa, los fuegos…

Por tanto, no podemos considerar la arquitectura como una carcasa constructiva independiente, sino que tendremos que incluir todos esos objetos que caracterizan el objetivo del espacio.

Entonces, ¿qué hace a la arquitectura sacra?

Arquitectura sacra

Decir que algo es sacro significa que se ha dedicado a Dios, que está consagrado. Para mostrar esta dedicación, usamos aceite para ungir, ya sea a las personas cuando las bautizan, confirman u ordenan, ya sea a los objetos.

En el caso de la arquitectura, cuando se consagra una iglesia, las paredes o los pilares se ungen con aceite y, junto a la estructura, también se unge el objeto que otorga al edificio su distinción principal: el altar.

Y, ¿qué es un altar?

La palabra viene del latín “altus”, que significa elevado, un espacio separado de la tierra. Sin embargo, se usa con frecuencia el término griego “Thysiasterion” en las Escrituras. Este concepto se traduce como “lugar del sacrificio”, lo cual nos da una visión más completa de la misión del objeto.

El altar es el lugar donde se renueva el sacrificio de Cristo. En el altar, Cristo se convierte de nuevo en Cuerpo y Sangre, se encarna. Allí se revela y entrega a nosotros, se transfigura. Lo que estaba inerte, se convierte en vida. En efecto, el altar es un símbolo del mismo Cristo.

Es el lugar donde el Cielo se encuentra con la Tierra. Donde nos unimos a Dios y a toda la Iglesia. La Iglesia triunfante, la Iglesia militante y la Iglesia purgante.

Los orígenes

Ahora hay que preguntarse por los orígenes del altar. Para llegar a ellos, hay que fijarse en ciertos episodios del Antiguo Testamento, como el sacrificio de Isaac. La historia es bastante inquietante a primera vista y, a pesar de que podemos fijarnos en multitud de detalles, vamos a empezar por centrarnos en el aspecto material.

Abraham e Isaac suben al monte Moriah, como les señala Dios, y allí construyen un altar. Abraham, por tanto, construye una montaña sobre una montaña, intentando acercarse a los cielos, donde está Dios. El pasaje también es relevante porque Isaac prefigura a Cristo. La frase “Dios proveerá el sacrificio”, Isaac cargando con la madera, el cordero que encuentran atrapado…

El tabernáculo

Volvemos a encontrarnos con el altar del sacrificio otra vez cuando Moisés construye el Tabernáculo, un lugar donde Dios convive con los hombres. Contaba con un recinto exterior, en el que se encontraba el altar de los holocaustos, hecho de madera revestida de bronce. El tabernáculo propiamente dicho tenía dos habitaciones, la más interior era el lugar santísimo, donde se colocaba el Arca de la Alianza. El Arca no era importante por lo que guardaba en su interior sino porque sobre ella, entre las alas de los serafines, estaba el propiciatorio, donde habitaba la presencia de Dios.

El tabernáculo se deshacía cuando el Pueblo de Israel se trasladaba. Una vez establecido en la Tierra Prometida, el rey Salomón mandó construir una versión definitiva. El primer templo siguió los planos de la tienda, con las dos habitaciones separadas por un velo.

Los babilonios destruyeron el templo de Salomón. 70 años después, a la vuelta del exilio, se construyó el segundo templo, que fue remodelado y expandido por Herodes el Grande. Este segundo edificio seguía los planos del anterior, pero el Santo de los Santos se quedó vacío, pues el Arca estaba perdida. Este templo también fue destruido un tiempo después.

Las sinagogas

A lo largo del primer siglo, los sacrificios se ofrecían exclusivamente en el templo de Jerusalén, por lo que los judíos, de Judea, Galilea y otros lugares, normalmente adoraban a Dios en sus sinagogas locales.

Las sinagogas, al igual que el templo, estaban inspiradas en el tabernáculo. El arca de la alianza estaba representada por el arca de la Torá, que también estaba velada y tenía su propio espacio en la sala. El tipo arquitectónico en sí es bastante simple, una sala de asambleas con un espacio central delineado por columnas, muy parecido al bouleuterion griego.

Benedicto XVI, en “El espíritu de la liturgia», resume las tres principales modificaciones que se producen cuando la sinagoga se convierte en iglesia:

-Orientación: La oración en la sinagoga se dirigía siempre hacia Jerusalén, hacia el templo. Para los cristianos, el templo había sido destruido y reconstruido en tres días, por lo que el culto se orientará hacia el este «ad orientem», hacia la luz que representa a Cristo.

-Segregación: En la sinagoga sólo los varones debían participar en el culto, las mujeres estaban separadas en las galerías del piso superior. La Iglesia incluía a mujeres y hombres por igual al culto y ocupaban el mismo espacio, aunque separados.

La diferencia más significativa es el altar, que ocupa el puesto del Arca.

El altar

Sabemos muy poco sobre cómo rendía culto la Iglesia primitiva, y aún menos sobre los detalles materiales. La arqueología sagrada es un campo minado de especulación e ideología, pero con muy pocas pruebas materiales. A pesar de esto, los primeros altares parecen haber sido de madera, mesas más o menos ordinarias dedicadas al fin sagrado.

Pero podemos examinar los dispositivos arquitectónicos del altar que se desarrollaron en los primeros siglos del Bajo Imperio. El antiguo San Pedro, construido por Constantino, es un ejemplo paradigmático que servirá de modelo a muchas iglesias.

La zona que rodea el altar está delimitada por una columnata, llamada “pergula” o “templon”, que forma sobre el altar un copón. Esta pérgola será reconfigurada posteriormente por san gregorio el grande, construyendo un copón independiente sobre el altar. Toda la plataforma del altar se eleva por encima de la nave para acomodar la tumba de san Pedro.

Justino utilizará estos mismos dispositivos arquitectónicos, casi sin cambios para la gran iglesia de Sofía en Constantinopla. La “pergula” sirve para colgar lámparas, y el copón está cerrado por unos cortinajes llamados tetravela, que se abren durante la liturgia. Es un hermoso símbolo, que recuerda cómo el velo del templo se rasgó en dos cuando murió Jesús, señal de que la presencia y la promesa de Dios ya no se limitaban al templo, que se revelaba en carne y hueso.

Imágenes sagradas

Las imágenes sagradas han sido parte de la cultura eclesial desde el principio. No es de extrañar, pues, que el altar desarrollara su propia aplicación de imaginería para contribuir a lo que Eusebio llama el «testimonio del ojo».

Estas decoraciones de los altares podían estar talladas directamente sobre él, pero a menudo adoptaban la forma de piezas ornamentales aplicadas, en madera, marfil, metal, etc. Pronto se agotó el espacio del frontal del altar y así nació el dorsal o “retrotabula”, con el mismo formato que el frontal, en el borde posterior del altar. Esta “retrotabula”, libre de las limitaciones del tamaño del altar, creció más y más, fusionándose en algunos puntos con la decoración mural de las paredes, surgiendo así el retablo, en todas sus innumerables variedades.

El sagrario

El último elemento en entrar en contacto con el altar fue el sagrario. En aquella época, las especies reservadas se guardaban en un armario de la sacristía, en lugar de fuera, en la iglesia. Con el tiempo evolucionaron algunas prácticas, guardándose, por ejemplo, en píxides suspendidas del copón o colocadas sobre el altar, en forma de palomas o torres; durante la Baja Edad Media, las torres sacramentales se convertirían en un elemento habitual, en particular en Alemania, donde se construirían en un lateral del santuario.

Con el tiempo, y motivado principalmente por el crecimiento de las devociones eucarísticas y la defensa de la presencia real durante la contrarreforma, el sagrario se abre paso al centro del santuario junto con el altar. Sin embargo, hasta el siglo XVII estos sagrarios no estaban diseñados para que el celebrante pudiera acceder a ellos desde el altar, y requerían cierta habilidad para trepar. Durante un par de siglos, el tabernáculo estuvo inextricablemente unido al altar.

¿Qué hace buena a la arquitectura sagrada?

Vitruvio, arquitecto romano, escribió un tratado en el que definía las cualidades de cualquier edificio de la siguiente manera:

-”Firmitas”, fortaleza.

-”Venustas”, belleza.

-”utilitas”, utilidad.

No me extenderé demasiado sobre el primer punto. Se explica por sí solo. Todo el mundo aprecia que un edificio no se derrumbe sobre uno, que no tenga goteras y que sea duradero y esté bien construido.

La belleza

Sobre el segundo punto, Venustas o belleza, ya se han vertido ríos de tinta, pero aun así lo abordaré brevemente. Santo Tomás de Aquino, como Vitruvio, dijo que la belleza tiene tres cualidades distintas:

-”Integritas”, integridad, plenitud, perfección.

-”Consonantia”, proporción, armonía.

-”Claritas”, brillo, luminosidad

Las dos primeras propiedades se refieren a la constitución del objeto, no debe faltarle nada y nada debe ser superfluo, todo debe tener una finalidad. Al mismo tiempo, la relación entre todas estas partes debe ser armoniosa, proporcionada, ordenada. Al fin y al cabo, la proporción no es más que un reflejo del orden que existe en la creación.

Por último, “claritas”, es quizás la característica más tenue. Más que hacer una interpretación muy literal, me gusta la de Jaques Maritain, entendiendo esta “claritas” como lo bien que revela su «secreto ontológico» lo que realmente es, y al revelar su verdadera esencia, muestra al creador. Esta realidad ontológica del altar y de la iglesia es la del encuentro del cielo y de la tierra, las múltiples dimensiones de la Eucaristía, la comunión de toda la iglesia…

La utilidad

Con respecto a la utilidad, no podría haberse saltado esta propiedad fácilmente, al igual que “firmitas”, considerando que sólo se aplica a cuestiones mundanas, que son todas buenas y deseables, como el control climático, la accesibilidad u otras cosas que hacen que el lugar sea utilizable en el sentido material y una pesadilla conseguir que cumpla los códigos de construcción.

Uno podría seguir ahondando un poco más hondo y decir: vale, todo eso está bien, pero ¿cuál es el uso «real» que tiene este edificio? La liturgia

Así pues, debemos considerar también si este espacio es apto para la liturgia, si está dispuesto de manera que los elementos y los movimientos propios de los ritos estén considerados y acomodados. ¿Se ha diseñado teniendo esto en cuenta?

Bellas artes

Termino con este extracto de “Sacrosanctum Concilium”:

«Con razón se considera que las bellas artes figuran entre las actividades más nobles del genio humano, y esto se aplica especialmente al arte religioso y a su realización más elevada, que es el arte sacro. 

Estas artes, por su propia naturaleza, están orientadas hacia la belleza infinita de Dios, que intentan representar de alguna manera mediante la obra de las manos humanas; 

Alcanzan su propósito de redundar en la alabanza y gloria de Dios en la medida en que se dirigen más exclusivamente al único objetivo de dirigir las mentes de los hombres devotamente hacia Dios».

El autorLucas Viar

Director de Proyectos en Talleres de Arte GRANDA

Cultura

El cristianismo en Japón (II)

El cristianismo en Japón comenzó con la llegada de San Francisco Javier a sus costas en el siglo XVI. La historia de los cristianos japoneses ha estado plagada por numerosos mártires.

Gerardo Ferrara·5 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

No se puede hablar del cristianismo en Japón -como en cualquier otra parte del mundo- sin utilizar la palabra «martirio», término derivado del griego μάρτυς, que significa «testimonio».

Las primeras persecuciones

En 1587, Hideyoshi promulgó un edicto ordenando a los misioneros extranjeros que abandonaran el país. Los misioneros, por su parte, continuaron operando clandestinamente. Diez años después, comenzó la persecución. El 5 de febrero de 1597, 26 cristianos (6 franciscanos europeos y 3 jesuitas, junto con 17 terciarios franciscanos japoneses), entre ellos San Pablo Miki, fueron crucificados y quemados vivos en la plaza de Nagasaki.

La comunidad cristiana de Japón sufrió una segunda persecución en 1613.

Durante estos años, la élite gobernante japonesa se deleitó experimentando formas de tortura y asesinato cada vez más crueles y originales: los cristianos eran crucificados; quemados a fuego lento; hervidos vivos en aguas termales; aserrados por la mitad; colgados boca abajo en un pozo lleno de excrementos, con un corte en la sien para que la sangre pudiera escurrir y no murieran rápidamente.

Esta última era una técnica llamada tsurushi y se utilizaba mucho, ya que permitía a los torturados permanecer conscientes hasta la muerte o hasta que decidían renegar de su fe pisando los fumie (iconos con la imagen de Cristo y la Virgen).

Prohibición del cristianismo en Japón

En 1614, el shogun japonés Tokugawa Yeyasu prohibió el cristianismo con un nuevo edicto e impidió a los cristianos japoneses practicar su religión. El 14 de mayo de ese mismo año tuvo lugar la última procesión por las calles de Nagasaki, que recorrió siete de las once iglesias de la ciudad, todas ellas demolidas posteriormente.

A partir de entonces, los cristianos siguieron profesando su fe en la clandestinidad: así comenzó la era de los kakure kirishitan (cristianos ocultos).

La política del régimen shogun se hizo cada vez más represiva. Con el estallido de un levantamiento popular en Shimabara, cerca de Nagasaki, entre 1637 y 1638, en el que participaron principalmente campesinos y que fue dirigido por el samurái cristiano Amakusa Shiro, el propio levantamiento fue reprimido con sangre y con armas suministradas por los protestantes holandeses, que odiaban al Papa por razones de fe y a los católicos en general por motivos principalmente económicos (su intención era arrebatar a portugueses y españoles la posibilidad de comerciar con Japón para establecer un régimen de monopolio).

El sakoku, cierre del país

En Shimabara y sus alrededores, masacraron a 40.000 cristianos de la forma más horrible. Sin embargo, todos los japoneses, no sólo los cristianos, siguen recordando hoy en día su sacrificio y abnegación.

En 1641, el Shogun Tokugawa Yemitsu promulgó otro decreto, conocido posteriormente como sakoku (término que significa el cierre hermético del país), por el que se prohibía cualquier forma de contacto entre japoneses y extranjeros. Durante dos siglos y medio, la única puerta de entrada a Japón para los comerciantes holandeses siguió siendo la pequeña isla de Deshima, cerca de Nagasaki, de la que no podían salir.

Sin embargo, el propio puerto de Nagasaki, así como sus alrededores y especialmente las islas de la bahía, ofrecían refugio a lo que quedaba de cristianismo.

Fin de la persecución en Japón

No fue hasta el Viernes Santo de 1865 cuando diez mil de estos kakure kirishitan, cristianos ocultos, salieron de los pueblos donde profesaban su fe a escondidas, sin sacerdotes y sin misa, y se presentaron ante el atónito Bernard Petitjean, de la Societé des Missions Etrangères de París, que había llegado poco antes para ser capellán de los extranjeros de la Iglesia de los 26 Mártires de Nagasaki (Oura).

Preguntaron al sacerdote, al que llamaban “padre” (una palabra que se había conservado en su léxico religioso durante siglos) si podían asistir a misa.

Gracias a la presión de la opinión pública y de los gobiernos occidentales, la nueva dinastía imperial gobernante, la Meiji, puso fin a la era shogun y, aunque mantuvo el sintoísmo como religión del Estado, el 14 de marzo de 1873 decretó el fin de la persecución y en 1888 reconoció el derecho a la libertad religiosa de todos los ciudadanos. El 15 de junio de 1891 se erigió canónicamente la diócesis de Nagasaki, que en 1927 acogió a monseñor Hayasaka como primer obispo de Japón, consagrado personalmente por Pío XI.

El holocausto nuclear en Japón

El 9 de agosto de 1945, a las 11.02 horas, una terrible explosión nuclear sacudió el cielo de Nagasaki, a sólo 500 metros por encima de la catedral de la ciudad, dedicada a la Asunción de la Virgen. Ochenta mil personas murieron en el acto y más de cien mil resultaron heridas.

La catedral de Urakami, que debe su nombre al barrio en el que se levantaba, fue y sigue siendo hoy, tras su reconstrucción, el símbolo de una ciudad martirizada dos veces: por las persecuciones religiosas de las que fueron víctimas miles de personas, in odium fidei, a lo largo de cuatro siglos; y por el estallido de un artefacto infernal que incineró instantáneamente a muchos de sus habitantes, entre ellos miles de cristianos, definidos por su ilustre contemporáneo y conciudadano, el Dr. Takashi Pablo Nagai, como el “Cordero del Sacrificio inmolado, para ser una ofrenda perfecta en el altar, después de todos los pecados cometidos por las naciones de la Segunda Guerra Mundial”.

Nagasaki no era el objetivo original

Dos hechos interesantes sobre este terrible acontecimiento.

Iglesia en ruinas en Nagasaki, 1946

En primer lugar, Estados Unidos no necesitaba lanzar una segunda bomba nuclear, ya que la rendición de Japón era inminente, sobre todo después de que unos días antes se hubiera detonado otro artefacto en Hiroshima, un artefacto, sin embargo, de distinto tipo (uranio-235) y en un territorio con una conformación diferente. Por tanto, se pretendía realizar otro experimento para medir los efectos de otra bomba, esta vez de plutonio 239, en un territorio topográficamente distinto.

En segundo lugar, el lanzamiento del nuevo artefacto no iba a tener lugar en Nagasaki, sino en otra ciudad, llamada Kokura. Sin embargo, en Kokura, el cielo estaba nublado, lo que impedía localizar el lugar donde se iba a lanzar la bomba. En cambio, en Nagasaki, elegida como reserva, brillaba el sol, por lo que el piloto optó por trasladarse al nuevo emplazamiento y lanzar la bomba A sobre el objetivo designado en la ciudad, a saber, una fábrica de municiones.

Sin embargo, una vez lanzada la bomba, se produjo otro imprevisto: el viento desvió ligeramente la trayectoria del artefacto, haciéndolo estallar a unos cientos de metros sobre el distrito de Urakami, justo encima de la mayor catedral católica de Asia Oriental, en aquel momento llena de fieles rezando por la paz.

Algunas preguntas

Hoy, en Oriente, en África y en muchas otras partes del mundo, miles de cristianos siguen siendo perseguidos, a menudo asesinados, y a veces en el mismo momento en que suplican a Dios que les salve de la guerra, de la mano de sus enemigos, sin dejar de interceder por sus perseguidores y de perdonarlos. ¿No es esto exactamente lo mismo que hizo aquel en quien se inspiran, Jesucristo?

Todo esto puede hacer que nos preguntemos, tal vez, cuál es la verdadera perspectiva, la mirada con la que debemos contemplar la historia humana: ¿el mal para los que quieren y buscan el bien y la paz, y el bien para los que persiguen el mal? ¿Muerte para su Hijo y sus discípulos y vida pacífica para sus perseguidores? ¿Es esto realmente lo que Dios ha querido siempre?

A estas preguntas puede responder muy bien Takashi Pablo Nagai, que no sólo no identificó como mal lo que humanamente puede parecer una de las peores desgracias de la historia, sino que incluso llegó a dar gracias a Dios por el sacrificio de tantos mártires pulverizados por la bomba, incluida su querida esposa Midori, de la cual el médico japonés, él mismo gravemente herido y enfermo de leucemia, no encontró entre los escombros de su casa al día siguiente de la explosión de la bomba más que huesos calcinados con la cadena del rosario a su lado.

Takashi Pablo Nagai

Al igual que para Cristo, para un mártir, un seguidor y un testigo de Cristo, el verdadero sentido de la vida es ser un instrumento en manos de Dios y, según Nagai, los que murieron en el holocausto nuclear de Nagasaki se convirtieron en un instrumento de Dios para salvar un número enormemente mayor de vidas, como él mismo declaró durante una ceremonia de recuerdo a las víctimas cerca de las ruinas de la catedral:

“Nos preguntamos: la convergencia de tales acontecimientos, el final de la guerra y la celebración de la fiesta de la Asunción de María al Cielo, ¿fue pura casualidad o un signo providencial? Oí que la bomba atómica estaba destinada a otra ciudad. Las densas nubes dificultaban demasiado ese objetivo y los pilotos apuntaron al objetivo alternativo, Nagasaki. También hubo un problema técnico, por lo que lanzaron la bomba mucho más al norte de lo previsto y, por tanto, detonó justo sobre la catedral. Desde luego, no fue la tripulación del avión estadounidense la que eligió nuestro barrio.

Creo que fue Dios, su providencia, quien eligió Urakami y trajo la bomba justo sobre nuestras casas. ¿No existe una profunda relación entre la aniquilación de Nagasaki y el final de la guerra? ¿No fue Nagasaki la víctima elegida, el Cordero del Sacrificio inmolado, para ser la ofrenda perfecta en el altar después de todos los pecados cometidos por las naciones durante la Segunda Guerra Mundial?

Nuestra Iglesia de Nagasaki mantuvo la fe durante cientos de años de persecución, cuando nuestra religión estaba proscrita y la sangre de los mártires corría copiosamente. Durante la guerra, esta misma Iglesia nunca dejó de rezar, día y noche, por una paz duradera. ¿No era éste, pues, el cordero sin mancha que debía ofrecerse en el altar de Dios? Gracias al sacrificio de este cordero, se salvaron varios millones de personas que, de otro modo, habrían sido víctimas de los estragos de la guerra”.

Conclusiones

Ésta debería ser también nuestra visión, la única visión posible de la historia, y la única perspectiva de la vida, para un cristiano y para un «mártir«, testigo de Cristo:

“Si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida, la pierde; y el que aborrece su vida en este mundo, la guardará para la vida eterna” (Jn 12, 22-24).

El autorGerardo Ferrara

Escritor, historiador y experto en historia, política y cultura de Oriente Medio.

Vaticano

“La señal de la Cruz recuerda cuánto nos ha amado Dios”, invita el Papa 

En la solemnidad del domingo de la Santísima Trinidad, el Santo Padre ha vuelto a asegurar su oración por las víctimas del accidente ferroviario en la India, y su cercanía a los heridos y sus familias, y ha rezado a la ‘Virgo fidelis’ por la “querida y martirizada Ucrania”.

Francisco Otamendi·4 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El Papa Francisco ha animado a los fieles en la Plaza de San Pedro, en el Ángelus de la solemnidad de hoy, domingo de la Santísima Trinidad, a realizar “el gesto más simple, que hemos aprendido desde niños: la señal de la Cruz”, porque “trazando la cruz sobre nuestro cuerpo recordamos cuánto nos ha amado Dios, hasta dar la vida por nosotros”, y “nos repetimos que su amor es como un abrazo que no nos abandona nunca”.

Antes de rezar la oración mariana del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico, el Santo Padre ha comenzado su meditación recordando que la fiesta de hoy, “solemnidad de la Santísima Trinidad, el Evangelio está tomado del diálogo de Jesús con Nicodemo (cfr. Jn 3,16-18). Nicodemo era un miembro del Sanedrín, apasionado por el misterio de Dios; reconoce en Jesús un maestro divino y, a escondidas, va a hablar con Él”.

“Jesús le escucha y comprende que es un hombre que está en un proceso de búsqueda”, y “le sorprende” al decir que “para entrar en el Reino de Dios es preciso renacer; después le desvela el núcleo del misterio diciéndole que Dios ha amado tanto a la humanidad que ha enviado a su Hijo al mundo. Jesús, el Hijo, nos habla del Padre y de su inmenso amor”. 

“Pensar a Dios mediante la imagen de una familia”

En el domingo de la Santísima Trinidad, el Papa se ha sumergido brevemente en el misterio. “Padre e Hijo. Es una imagen familiar que, si lo pensamos, echa por tierra nuestro imaginario sobre Dios. Efectivamente, la palabra “Dios” nos sugiere una realidad singular, majestuosa y distante, mientras que oír hablar de un Padre y un Hijo nos reconduce a casa. Sí, podemos pensar a Dios a través de la imagen de una familia reunida en la mesa, donde se comparte la vida. Por lo demás, la mesa, que al mismo tiempo es altar, es un símbolo con el que ciertos iconos representan a la Trinidad. Es una imagen que nos habla de un Dios comunión”.

“¡Pero no es solo una imagen, es realidad!”, ha añadido el Papa. “Es realidad porque el Espíritu Santo, el Espíritu que el Padre mediante Jesús ha infundido en nuestros corazones (cfr. Gal 4,6), nos hace gustar, nos hace experimentar la presencia de Dios: presencia cercana, compasiva y tierna. El Espíritu Santo hace con nosotros como Jesús con Nicodemo: nos introduce en el misterio del nuevo nacimiento, nos desvela el corazón del Padre y nos hace partícipes de la vida misma de Dios”. 

“Sentarnos a la mesa con Dios”

“La invitación que nos dirige, podríamos decir, es la de sentarnos a la mesa con Dios para compartir su amor. Esto es lo que sucede en cada Misa, en el altar de la mesa eucarística, donde Jesús se ofrece al Padre y se ofrece por nosotros. Sí, hermanos y hermanas, nuestro Dios es comunión de amor: así nos lo ha revelado Jesús”, ha continuado el Santo Padre.  

Entonces ha sugerido el Papa lo que podemos hacer para recordar esta comunión de amor: “El gesto más simple, que hemos aprendido de niños: la señal de la cruz. Trazando la cruz sobre nuestro cuerpo recordamos cuánto nos ha amado Dios, hasta dar la vida por nosotros; y nos repetimos que su amor nos envuelve completamente, de arriba abajo, de izquierda a derecha, como un abrazo que no nos abandona nunca. Al mismo tiempo, nos comprometemos a testimoniar a Dios-amor, creando comunión en su nombre”. 

Finalmente, Francisco ha formulado unas cuantas preguntas, a modo de examen de conciencia, como suele hacer habitualmente: “Podemos preguntarnos: ¿testimoniamos a Dios-amor? ¿O bien Dios-amor se ha convertido para nosotros en un concepto, algo que ya hemos escuchado pero que ya no nos mueve y ya no provoca la vida? Si Dios es amor, ¿nuestras comunidades lo testimonian? ¿Saben amar? ¿Son como familias? ¿Tenemos siempre la puerta abierta, sabemos acoger a todos, subrayo a todos, como hermanos y hermanas? ¿Ofrecemos a todos el alimento del perdón de Dios y el vino de la alegría evangélica? ¿Se respira aire de casa, o nos parecemos más a una oficina o a un lugar reservado donde solo entran los elegidos?”

En la conclusión, antes del Ángelus, el Papa ha pedido que “María nos ayude a vivir la Iglesia como una casa en la que se ama de manera familiar, para gloria de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo”.

Oración por las víctimas en India y por Ucrania

Tras el rezo del Ángelus, Francisco ha asegurado su “oración por las numerosas víctimas del accidente ferroviario ocurrido hace dos días en India. Estoy cerca de los heridos y de sus familias. Que nuestro Padre celestial acoja en su Reino las almas de los difuntos”. 

“Os saludo a vosotros, romanos y peregrinos de Italia y de muchos países, especialmente a los fieles de Villa Alemana (Chile) y a los niños confirmandos de Cork (Irlanda)”. El Papa ha saludado también a grupos de numerosas localidades italianas, algunos con chicos de Confirmación y Primera Comunión. 

El Pontífice ha saludado de modo especial “a los representantes de los Carabinieri, a quienes agradezco por su cercanía cotidiana a la población”, ha manifestado. “Que la Virgo fidelis,  vuestra Patrona, os proteja a vosotros y a vuestras familias”, ha señalado.

También ha confiado a la Virgen María, “Madre solícita, los pueblos probados por el flagelo de la guerra, especialmente la querida y martirizada Ucrania”. Finalmente, tras saludar “a los chicos de la Inmaculada, que son buenos”, ha rogado: “no se olviden de rezar por mí. Buen domingo, gracias, buen almuerzo y adiós”.

El autorFrancisco Otamendi

Iniciativas

San Egidio: reunirse en oración y amistad

La Comunidad de San Egidio de Nueva York ha escuchado los gritos de innumerables vidas de muchas maneras. Cada semana, muchos de sus cuarenta voluntarios preparan comida, salen a las calles de Manhattan y dan a quienes carecen de cobijo comidas, bebidas calientes, mantas y otros artículos de primera necesidad.

Jennifer Elizabeth Terranova·4 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Corría 1968 y en Italia, como en muchos otros sitios del mundo, las causas sociales animaron e inspiraron a muchos a tomar las calles para ayudar a los necesitados y crear un cambio positivo en las comunidades. Jóvenes y adultos se sintieron llamados a servir a sus paisanos y a las mujeres. Unos protestaban, otros ayudaban a promulgar nuevas leyes y algunos buscaron las guías para actuar en el Evangelio.

Andrea Riccardi, un joven estudiante de secundaria italiano con tan solo 18 años, tuvo la idea de “reunir a las personas alrededor del Evangelio”. Creía que “el Evangelio puede cambiar nuestras vidas y la vida del mundo”. Como resultado, él y muchos otros que fueron llamados a formar La Comunidad, hoy conocida como la Comunidad de San Egidio, lograron el objetivo y siguen dedicándose a ello.

A finales de la década de los 60 y principios de los 70, había muchos movimientos en los que uno podía participar. Había un deseo por el cambio y, desde luego, también era una necesidad. “Pero lo nuestro era distinto porque era cristiano”, señala Paola Piscitelli, que se unió a la Comunidad de San Egidio en 1974, cuando era estudiante de secundaria en Roma. Y, junto a su marido Andrea Bartoli y sus dos hijos, Anna y Pietro, sirve a los más vulnerables de Nueva York.

Alrededor del Evangelio

Paola habla de los orígenes humildes de la Comunidad y de la iniciativa de Andrea Riccardi. Andrea “tenía esta idea de reunir a las personas alrededor del Evangelio”. Él y sus amigos se reunían en un antiguo convento en Trastevere (un barrio romano), leían el Evangelio y rezaban. “Andrea sentía intriga por esas primeras reuniones y las conversaciones que tenían sobre la soledad y sus reflexiones sobre el Evangelio”. Además, se sentían “llamados a rezar juntos”. Pero no en el sentido tradicional, como el del clero y los religiosos. Era algo que nacía del Concilio Vaticano II y, desde entonces siempre vieron la Comunidad “como un fruto de la renovación del Concilio”.

Muchos católicos, como los primeros miembros de la Comunidad de San Egidio, aceptaron esa “invitación” de la Iglesia a ser partícipes activos y a tener un papel más significativo y vital dentro de la Iglesia. Entendieron lo que significa “ser llamado a la misión”. En definitiva, los laicos son Iglesia y son corresponsables de la propagación del mensaje de Jesucristo en el mundo. Por tanto, las palabras, el Pueblo de Dios, tenía que tomarse en serio. Esta forma de empoderamiento inspiró a los primeros miembros de la Comunidad de San Egidio.

La comunidad

Paola recuerda que “al principio se sintieron inspirados para rezar, leer la Biblia juntos y vivir ese compañerismo los unos con los otros”. También había un deseo para ayudar a los pobres. Paola comparte que “no podían referirse a sí mismos como cristianos sin conectar y servir a los pobres”. Señala además que ese aspecto de “comuna” estaba y sigue vigente en el ADN de la Comunidad. Después de todo, nadie puede salvarse solo.

Icono de la Comunidad de San Egidio

Tal vez estos jóvenes hombres y mujeres que se reunían todos los días a las 8:30 para rezar y leer el Evangelio, ignoraban la misión que tenían en ese momento. Dios les había dado una vocación antes de que les fuera desvelado. Pero, con el tiempo, Paola se dio cuenta de que “era mucho más grande de lo que habíamos imaginado y, antes de que pudiéramos darnos cuenta, había un plan para la comunidad en la Iglesia”.

Aunque hubo un par de nombres antes de que se convirtiera en la Comunidad de Sant’Egidio, recuerda Paola, «…nos llamábamos ‘Comunidad de Amigos’ y ‘Comunidad del Evangelio'». El deseo de rezar juntos y servir a los pobres estaba claro desde el principio. Paola continúa: «Pero necesitábamos tomarnos en serio el Evangelio en nuestras vidas, y no debíamos separarnos del mundo».

San Egidio en Nueva York

En su aclamado libro “Cómo vive la otra mitad”, Jacob Riis escribe: «La mitad del mundo no sabe cómo vive la otra mitad». Y para muchos de los miembros originales de Sant’Egidio, esto era cierto. Paola recuerda lo «impactada» que se quedó al descubrir un mundo tan diferente al suyo y que, sin embargo, estaba «a la vuelta de la esquina». Recuerda que fue a las afueras de Roma para ayudar a los niños necesitados y fue testigo de un mundo muy distinto al suyo. Eso fue en 1974, y Paola y su marido se han mantenido firmes en su fe y su compromiso con el Evangelio.

La familia Bartoli continuó su labor en Roma y participó en la ayuda a otras comunidades en otras partes del mundo. Con el tiempo se trasladaron a Estados Unidos, tuvieron dos hijos y fundaron una comunidad en Nueva York

A su llegada, hicieron lo que siempre habían hecho: Reunirse, leer la Palabra y esperar la guía de Jesucristo. Paola comparte: «Sentíamos la oración diaria porque siempre necesitábamos recibir los sentimientos y las palabras del Evangelio».

La Comunidad de San Egidio de Nueva York ha escuchado los gritos de innumerables vidas de muchas maneras. Cada semana, muchos de sus cuarenta voluntarios preparan comida, salen a las calles de Manhattan y dan a quienes carecen de cobijo comidas, bebidas calientes, mantas y otros artículos de primera necesidad. Cada semana se sirven quinientas comidas. Además, la Comunidad de San Egidio, N.Y, y Caridades Católicas de Nueva York, ofrecen duchas públicas frente a la Iglesia de Nuestro Salvador todos los martes por la noche para las personas sin hogar. La comunidad también visita residencias de ancianos en Brooklyn y se compromete a entablar relaciones con las personas con las que se encuentran.

Amistad

Algunos de sus otros programas de son: «School of Peace», que trata de ayudar a educar a los niños para que convivan pacíficamente; «English With Friends», que es online, y algunos de los voluntarios escriben cartas a los presos, entre otras cosas. Paola habla de la informalidad de la relación entre los necesitados y los voluntarios. «Nuestras funciones son informales, lo que nos permite entablar amistades… es relacional».

Se hacen amigos de quienes encuentran, creando así una relación que genera confianza y permite un auténtico compañerismo. Son los buenos samaritanos de Nueva York.

Paola concluye: «No tenemos el objetivo de resolver todos los problemas… porque entendemos que somos pequeños, pero creo que siempre se puede hacer algo».

La oración era y sigue siendo primordial entre los «discípulos» de la Comunidad de San Egidio, que se ha multiplicado y sirve a los necesitados en más de setenta países de todo el mundo. Su página web afirma: «La oración, basada en la escucha de la Palabra de Dios, es la primera acción de la Comunidad: acompaña y guía la vida».

Estados Unidos

Los pueblos indígenas y la doctrina de la Iglesia

El Dicasterio para la Cultura y la Educación y el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral publicaron una nota conjunta abordando la llamada “doctrina del descubrimiento”, relacionada con “los actos de violencia, opresión, injusticia social y esclavitud” cometidos contra los pueblos indígenas.

Paloma López Campos·4 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El 30 de marzo de 2023, al mediodía, se hizo pública una nota conjunta del Dicasterio para la Cultura y la Educación y el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. El escrito versa sobre los abusos sufridos por los pueblos indígenas en nombre de los descubrimientos. Este documento llega ocho meses después de la visita del Papa Francisco a Canadá, en la que condenó públicamente la mentalidad colonizadora.

Francisco no ha sido el primero que habla contra los abusos de la colonización. Como expresa el comunicado, “en el curso de la historia los Papas han condenado los actos de violencia, opresión, injusticia social y esclavitud, entre ellos los cometidos contra las poblaciones indígenas. Ha habido numerosos ejemplos de obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos que han dado su vida en defensa de la dignidad de esos pueblos”.

Sin embargo, admitir esto implica también respetar los hechos históricos verídicos y “exige el reconocimiento de la debilidad humana y de los fallos de los discípulos de Cristo en cada generación. Muchos cristianos han cometido actos de maldad contra las poblaciones indígenas”.

El resultado de un diálogo

Para hacer frente a todo esto, la Iglesia inició un diálogo con miembros de los pueblos indígenas y, como resultado, “ha visto la importancia de afrontar el concepto denominado ‘doctrina del descubrimiento’”. El mismo término de descubrimiento es origen de debate en cuanto a su significado, puesto que en el ámbito jurídico, “el descubrimiento de tierras por parte de los colonos concedía el derecho exclusivo de extinguir, mediante la compra o la conquista, el título o la posesión de dichas tierras por parte de las poblaciones indígenas”.

En los siglos de las grandes exploraciones nació esa “doctrina” supuestamente apoyada en algunas bulas papales, como “Dum Diversas” (1452), “Romanus Pontifex” (1455) e “Inter Caetera” (1493). Sin embargo, la nota conjunta de los dicasterios afirma que “la “doctrina del descubrimiento” no forma parte de la enseñanza de la Iglesia católica. La investigación histórica demuestra claramente que los documentos papales en cuestión, escritos en un período histórico específico y relacionados a cuestiones políticas, nunca han sido considerados expresiones de la fe católica”.

A pesar de esto, también es cierto, y así lo declara el escrito, que aquellas bulas papales “no reflejaban adecuadamente la igual dignidad y los derechos de los pueblos indígenas” y, en ocasiones, las potencias políticas manipularon su contenido con el fin de justificar los abusos contra los indígenas. En consecuencia, “es justo reconocer estos errores, reconocer los terribles efectos de las políticas de asimilación y el dolor experimentado por las poblaciones indígenas, así como pedir perdón. Además, el Papa Francisco ha exhortado: «Que la comunidad cristiana no se deje contaminar nunca más por la idea de que existe una cultura superior a otras y que es legítimo usar medios de coacción contra los demás»”.

El respeto por cada ser humano

Lo que sí forma parte de la enseñanza de la Iglesia católica es “el respeto debido a cada ser humano. Por tanto, la Iglesia católica repudia los conceptos que no reconocen los derechos humanos intrínsecos de los pueblos indígenas, comprendida la que se ha dado a conocer legal y políticamente como ‘doctrina del descubrimiento’”.

Diversos documentos de la Iglesia han tratado de proteger los derechos de los indígenas a lo largo de la historia. Recientemente, este objetivo se ha reforzado con el “apoyo decidido de la Santa Sede a los principios contenidos en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. La implementación de tales principios mejoraría las condiciones de vida y ayudaría a proteger los derechos de los pueblos indígenas, además de facilitar su desarrollo en un modo que respete su identidad, lengua y cultura”.

El arte de la reconciliación

El cardenal José Tolentino de Mendonça, prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, ha comentado la nota publicada. Dice sobre ella que “es parte de lo que podríamos llamar la arquitectura de la reconciliación, y también el producto del arte de la reconciliación, proceso a través del cual la gente se compromete a escucharse, a hablarse y a crecer en el entendimiento mutuo”.

El diálogo que la Iglesia mantiene con los pueblos indígenas permite entender los sufrimientos y los errores cometidos. Estas conversaciones muestran el interés del Pueblo de Dios por comprometerse en la búsqueda de la reconciliación y en el arte del encuentro.

Vías para el diálogo

Por su parte, la Conferencia Episcopal de Canadá ha expresado su agradecimiento por la nota promulgada y ha informado de que está trabajando para abrir nuevas vías para el diálogo. Tanto es así que los obispos están estudiando la posibilidad de organizar un simposio junto al Comité Pontificio de Ciencias Históricas con académicos indígenas y no indígenas.

El objetivo del encuentro académico es profundizar en el entendimiento histórico de la doctrina del descubrimiento. Los dos dicasterios encargados de la nota han expresado su apoyo a esta iniciativa. La Conferencia Episcopal estadounidense también ha mostrado su interés en el simposio, tal como lo ha expresado el arzobispo Paul S. Coakley, secretario de dicha Conferencia, en un comunicado.

Evangelización

Breaking in the habit, un fraile en internet

El padre Casey es sacerdote desde el 2019. Es conocido por hablar de su vida y de temas actuales en la Iglesia a través de las Redes Sociales, especialmente desde YouTube en su canal Breaking in the Habit.

Paloma López Campos·4 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Casey Cole se graduó en 2011, el mismo año en que entró a formar parte de la Orden de los Franciscanos. Este joven estadounidense lleva años predicando a través de Internet. Su labor llega a miles de personas, solo en YouTube su canal Breaking in the Habit cuenta ya con 270.000 suscriptores.

El objetivo, como él mismo describe, es ofrecer reflexiones personales y explicaciones desde una perspectiva católica y franciscana para aquellos cristianos que desean convertirse en mejores discípulos de Cristo y discernir su vocación. El padre Casey ha concedido una entrevista a Omnes en la cual nos habla de su predicación online.

¿Cómo se te ocurrió la idea de empezar un canal en YouTube? ¿Te pusieron algún impedimento tus superiores?

-Empecé a publicar vídeos en YouTube en el verano de 2015, cuando otro hermano franciscano y yo viajamos desde California hasta Washington D.C. Queríamos enseñar cómo es la vida franciscana y dar visibilidad a los hermanos franciscanos que nos encontramos en el camino. Después de eso, comencé a grabar reflexiones, explicaciones y breves documentales sobre la vida de los frailes.

Mis superiores siempre han apoyado mi trabajo.

Hablas sobre algunos temas controvertidos. Hiciste un vídeo sobre la industria pornográfica, luego hablaste sobre lo que los protestantes entienden correctamente, aquello en lo que se equivocan… Y usas títulos de vídeos muy provocativos: “No seas sacerdote”, “Jesús tenía un cuerpo buenísimo”, “Los mártires lo tuvieron fácil”, y otros. ¿Por qué lo haces? ¿Alguna vez has pensado que eso puede llevar a confusión?

-Vivimos en una época en la que todos estamos sobrecargados con los medios. Entre YouTube, TikTok, Instagram y todas las plataformas de streaming, hay más contenido para consumir que tiempo para verlo. Por ello, atraer a los usuarios se convierte en algo muy competitivo. Si no usas títulos y portadas de vídeos que hagan que la gente entre al contenido inmediatamente, los proyectos caen en la oscuridad.

Es importante apuntar algo en cuanto a la idea de clickbait. Hay quienes usan títulos ofensivos o portadas de vídeo con el objetivo de provocar a la gente, pero su contenido luego nunca habla de aquello que han puesto a propósito; luego, están otros que usan tácticas creativas y modernas que son efectivas para atraer a las personas a cuestiones para profundizar. Yo nunca hago lo primero. Me gusta coger lo controvertido y contestar con respuestas profundas y con una base lógica.

¿Qué podemos esperar de tu canal Breaking in the Habit en el futuro?

-Es difícil saberlo. Breaking in the Habit ha evolucionado varias veces a lo largo de los últimos siete años y sospecho que seguirá cambiando. Lo que espero es ofrecer contenido de buena calidad que haga a la gente pensar y acercarse a Cristo y su Iglesia. Según cambie lo que se lleve en los medios digitales, también cambiará mi modo de presentar las cosas.

Hiciste una gira este verano muy peculiar, una relacionada con el béisbol. ¿Cómo se dio esto? ¿Cuál ha sido el resultado?

-La gira fue un éxito rotundo. Otro fraile y yo viajamos por el país evangelizando en estadios de las Grandes Ligas de Béisbol. La idea era acudir al encuentro de la gente allí donde está, ser un testigo público en medio de la calle.

Los católicos no son una mayoría religiosa en Estados Unidos, ¿cómo es la relación entre la Iglesia y otras religiones? ¿Y entre los católicos y otras confesiones cristianas?

-En cualquier sitio en el que haya personas de distintas religiones va a haber tensión. Estados Unidos no es una excepción. Mi experiencia, sin embargo, ha sido tan positiva como negativa, y creo que los protestantes ayudan a que los católicos se fortalezcan en la fe. Allí donde los católicos son una minoría, hay mayor necesidad de entender la fe que se profesa y unirse más como comunidad.

¿Vas a participar en la JMJ 2023? Si vas a acudir, ¿cómo te estás preparando para ello?

-En estos momentos no tengo planes de asistir. Rezo para que sea una experiencia muy enriquecedora para quienes asistan.

¿Qué crees que es lo más importante que haces como sacerdote?

-Como mejor sepa hacerlo, escucho. Dada la esencia natural de los sacramentos de la vida cristiana y la escasez de sacerdotes, es muy fácil para los cristianos sobreestimar a un sacerdote y sus méritos, asumiendo que lo sabe todo y que puede hacerlo todo por su cuenta. Los mejores sacerdotes son aquellos que pasan la mayor parte de su tiempo escuchando y aprendiendo de otros.

¿Qué es lo mejor de ser un fraile franciscano?

-Lo mejor (y lo peor) de la vida franciscana es la fraternidad. Vivir con hombres de distintas edades y culturas, con diferentes perspectivas acerca de la Iglesia y del ocio, es una bendición, pero pocas veces es algo fácil.

¿Cuál es la idea errónea que suele tener la gente acerca de los frailes?

-No somos monjes. Los frailes son miembros de una orden mendicante, lo que significa que viajamos y mendigamos, en lugar de vivir dentro de los confines del monasterio. Nuestra vida está en el mundo.

Hace poco fue la Asamblea Plenaria de los obispos estadounidenses y el Nuncio apostólico preguntó acerca de la situación actual de la Iglesia y sobre la dirección que está tomando. ¿Cómo responderías tú a eso desde tu punto de vista?

-Ahora mismo somos una Iglesia muy dividida que ha perdido de vista su fundamento. Con demasiada frecuencia vemos a miembros de la Iglesia que se adhieren a partes políticas antes que a la misión del Evangelio. Hay algunos que son testigos de la reconciliación y de la esperanza, pero son demasiados los que están involucrados en los valores de este mundo.

Vaticano

El Papa agradece “el bien que hacen muchas personas del Opus Dei en el mundo”

El Papa Francisco ha recibido, en la mañana del 3 de junio, en audiencia a Mons. Fernando Ocáriz Braña, prelado del Opus Dei. El prelado ha informado al Santo Padre de los trabajos realizados en el reciente Congreso general Extraordinario.

Maria José Atienza·3 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El 3 de junio por la mañana ha sido la fecha del encuentro entre el pontífice y el prelado del Opus Dei. Una audiencia que se produce poco más de un mes después de la celebración del Congreso general Extraordinario que la Prelatura personal llevó a acabo con el objetivo de adecuar sus estatutos al motu proprio Ad Charisma Tuendum.

En un mensaje remitido a los fieles del Opus Dei tras el encuentro, Ocariz ha destacado que, además de trasladar al Santo Padre las líneas generales de trabajo desarrolladas en el Congreso, transmitió al Papa el “ambiente de aquellas jornadas, y del deseo de fidelidad al carisma de san Josemaría y de unión con el Papa, que se puso de manifiesto en todos y en todas. Al mismo tiempo, comuniqué al Santo Padre que hemos comenzado a trabajar con el Dicasterio del clero el documento que resultó del Congreso, para la decisión que habrá de tomar la Santa Sede”.

El prelado del Opus Dei ha estado acompañado, en esta visita, por el vicario auxiliar de la Prelatura, Mariano Fazio, quien contó al Papa “algunas iniciativas apostólicas que impulsan personas de la Obra junto a muchas otras en diversos países, para procurar transmitir el anuncio del Evangelio y servir a mucha gente”.

Por su parte, Francisco ha agradecido al prelado del Opus Dei “el bien que hacen muchas personas del Opus Dei en el mundo” y ha alentado a los fieles de la Prelatura a “difundir nuestro espíritu por todos lados en servicio de la Iglesia”.

Tras el Congreso general extraordinario que reunió en Roma a cerca de 300 fieles del Opus Dei, las principales conclusiones de estos días de trabajo han sido presentadas a la Santa Sede a través del Dicasterio del clero, organismo del que depende, desde el pasado agosto de 2022, la prelatura del Opus Dei.

La última audiencia del Papa al prelado del Opus Dei se produjo el 27 de noviembre de 2022. Ese día se cumplía  40 aniversario del Opus Dei como prelatura personal. La Obra adquirió esta figura jurídica con la publicación de la Constitución Apostólica “Ut sit”, dada en Roma el 28 de noviembre de 1982, durante el pontificado de san Juan Pablo II. 

En aquella audiencia, la prelatura personal se encontraba en plena preparación del congreso general extraordinario que se convocó con motivo de la publicación del motu proprio “Ad carisma tuendum” y tenía como objetivo adecuar los estatutos de la Prelatura a las indicaciones del Papa. 

Enseñanzas del Papa

Raíces y puentes. El Papa en Hungría

Las raíces son la fuente de la vida. Los puentes son necesarios para ir más allá de nosotros mismos. Sin raíces no podemos construir puentes, pero sin puentes no podemos extender nuestra vida hacia los demás ni permitirles vivir con nosotros. Un resumen de los mensajes del Papa en Hungría.

Ramiro Pellitero·3 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

En su audiencia general del miércoles 3 de mayo, Francisco hizo un balance de su viaje pastoral a Hungría, “un pueblo valiente y rico de memoria”. Y utilizó dos imágenes: las raíces y los puentes.

Europa, puentes y santos

Todo empezó en el encuentro con las autoridades (cfr. Discurso, 28-IV-2023), cuando el Papa se inspiró en la ciudad de Budapest, caracterizada por su historia, sus puentes y sus santos; lo que forma parte de las raíces de esa tierra y de sus gentes.

A propósito de la historia reciente de Europa, señaló el Papa: “En la posguerra Europa representó, junto con las Naciones Unidas, la gran esperanza, con el objetivo común de que un lazo más estrecho entre las naciones previniera conflictos ulteriores”

Lamentó que luego no haya sido así: “En general, parece que se hubiera disuelto en los ánimos el entusiasmo de edificar una comunidad de naciones pacífica y estable, delimitando las zonas, acentuando las diferencias, volviendo a rugir los nacionalismos y exasperándose los juicios y los tonos hacia los demás. Parece incluso que la política a nivel internacional tuviera como efecto enardecer los ánimos más que resolver problemas, olvidando la madurez que alcanzó después de los horrores de la guerra y retrocediendo a una especie de infantilismo bélico”.

Pero Europa ha de recuperar su papel en el actual momento histórico: “Europa es fundamental. Porque ella, gracias a su historia, representa la memoria de la humanidad […]. Es esencial volver a encontrar el alma europea: el entusiasmo y el sueño de los padres fundadores”, de los grandes estadistas que fueron De Gasperi, Schuman y Adenauer en su trabajo por la unidad y la paz. Se quejó el Papa preguntándose, ahora, “dónde están los esfuerzos creadores de paz”. Esto, sin duda, tenía que ver no solo con las raíces, sino también con los puentes.

Preservar la identidad sin replegarse

Propone Francisco que Europa evite dos extremos: de un lado, el quedar presa de “populismos autorreferenciales” de los países; de otro lado, el transformarse “en una realidad fluida, o gaseosa, en una especie de supranacionalismo abstracto, que no tiene en cuenta la vida de los pueblos”. Aquí hizo una primera referencia a las “colonizaciones ideológicas” –citó el caso de la denominada cultura de la ideología de género–, o de los reduccionismos de la libertad –como el insensato “derecho al aborto”, que es siempre una trágica derrota–. 

La construcción de Europa debe estar “centrada en la persona y en los pueblos, donde haya políticas efectivas para la natalidad y la familia”. En Hungría, concretó Francisco, la fe cristiana puede ayudar al ecuménico trabajo de “pontonero” que facilita la convivencia entre diversas confesiones con espíritu constructivo. 

En tercer lugar, Budapest es ciudad de santos. Santos como san Esteban –primer rey de Hungría– y santa Isabel, además de María, reina de Hungría, enseñaron con sus vidas que “los valores cristianos no pueden ser testimoniados por medio de la rigidez y las cerrazones, porque la verdad de Cristo conlleva mansedumbre, conlleva amabilidad, en el espíritu de las Bienaventuranzas”

Por tanto –señaló Francisco– la verdadera riqueza humana se configura por la conjunción de una sólida identidad junto con la apertura a los demás, tal como se reconoce en la Constitución húngara, que se compromete a respetar tanto la libertad y cultura de otros pueblos y naciones como de las minorías nacionales dentro del país. Esto es importante, destacó, frente a “una cierta tendencia -a veces justificada en nombre de las propias tradiciones e incluso de la fe- a replegarse sobre sí”.

Al mismo tiempo, dejó el Papa otros criterios –asimismo de raíces cristianas- para el momento actual de Hungría y Europa: es un deber asistir a los necesitados y a los pobres, “y no prestarse a una especie de colaboracionismo con las lógicas del poder”; “hace bien una sana laicidad, que no decaiga en el laicismo generalizado” (que rechaza la religión para caer en brazos de la pseudorreligión de la ganancia); es bueno cultivar “un humanismo inspirado por el Evangelio y encaminado sobre dos vías fundamentales: reconocerse hijos amados del Padre y amar a cada uno como hermano”; hay que afrontar la acogida de los extranjeros, de modo razonable y compartido con los otros países de Europa.

Acogida, anuncio, discernimiento

Siguió esa línea en su encuentro con el clero (cfr. Discurso en la concatedral de San Esteban, 28-IV-2023). Como fundamento, y raíz central de nuestra vida, hemos de mirar a Cristo: “Podemos mirar las tormentas que a veces azotan nuestro mundo, los cambios rápidos y continuos de la sociedad y la misma crisis de fe en Occidente con una mirada que no cede a la resignación y que no pierde de vista la centralidad de la Pascua: Cristo resucitado, centro de la historia, es el futuro”. También para no caer en el gran peligro de la mundanidad. Decir que Cristo es nuestro futuro no es decir que el futuro es Cristo.

Les ponía Francisco en guardia frente a dos interpretaciones o tentaciones: “Primero, una lectura catastrofista de la historia presente, que se alimenta del derrotismo de quienes repiten que todo está perdido, que ya no existen los valores del pasado, que no sabemos dónde iremos a parar”. En segundo lugar el riesgo “de la lectura ingenua de la propia época, que en cambio se basa en la comodidad del conformismo y nos hace creer que al fin de cuentas todo está bien, que el mundo ha cambiado y debemos adaptarnos —sin discernimiento, esto es feo–”

Ni derrotismo ni conformismo

Para evitar estos dos riesgos –el derrotismo catastrofista y el conformismo mundano–, “el Evangelio nos da ojos nuevos, nos da la gracia del discernimiento para entrar en nuestro tiempo con actitud de acogida, pero también con espíritu de profecía”; es decir, acogiendo el tiempo que vivimos, con sus cambios y desafíos, sabiendo distinguir los signos de la venida del Señor. 

Todo ello, sin mundanizarse,  sin caer en el secularismo –vivir como si Dios no existiera–, en el materialismo y el hedonismo, en un “paganismo blando” y anestesiado. Y por el otro extremo, sin encerrarnos, por reacción, en una rigidez de “combatientes”; porque las realidades que vivimos son oportunidades para encontrar nuevos caminos y lenguajes, nuevas purificaciones de cualquier mundanidad, como ya advirtió Benedicto XVI (cfr. Encuentro con los católicos comprometidos en la Iglesia y la sociedad, Friburgo de Brisgovia, 25-IX-2011).

¿Qué hacer entonces? He aquí las propuestas del Papa. Fomentar el testimonio cristiano y la escucha, también en medio de las dificultades (como la disminución de vocaciones y, por tanto, el aumento del trabajo pastoral). Y siempre sobre la base de la oración –que protege la fortaleza de la fe– y del trato entusiasta con los jóvenes. No tener miedo al diálogo y al anuncio,  a la evangelización y a la bella tarea de la catequesis. Impulsar la formación permanente, la fraternidad, la atención a las necesidades de los más débiles. Huir de la rigidez, del chismorreo y de las ideologías. Promover el espíritu de familia y de servicio, la misericordia y la compasión. 

El lenguaje de la caridad 

Como en otros viajes pastorales, no podía faltar el encuentro con los pobres y refugiados (cfr. Discurso en la iglesia de Santa Isabel de Hungría, 29-IV-2023). En este contexto –y agradeciendo los esfuerzos de la Iglesia en Hungría, en tantos frentes caritativos–, Francisco habló con fuerza de un desafío impresionante, en la línea de lo que ya advirtieron tanto san Juan Pablo II como Benedicto XVI: “que la fe que profesamos no sea prisionera de un culto alejado de la vida y no se convierta en presa de una especie de ‘egoísmo espiritual’, es decir, de una espiritualidad que me construyo a la medida de mi tranquilidad interior y de mi satisfacción”. En cambio, “la fe verdadera es aquella que incomoda, que arriesga, que hace salir al encuentro de los pobres y capacita para hablar con la vida el lenguaje de la caridad” (cfr. 1 Co 13, 1-13). 

Necesitamos, añadió Francisco, saber hablar “con fluidez el lenguaje de la caridad, idioma universal que todos escuchan y comprenden, incluso los más alejados, incluso los que no creen”.

Y todavía advirtió que, mirando y tocando a los necesitados, no basta dar pan; sino que hay que alimentar el corazón de las personas con el anuncio y el amor de Jesús, que ayuda a recuperar belleza y dignidad.

No “virtualizar la vida”

El mismo día se reunió con los jóvenes, y les habló con claridad y entusiasmo (cfr. Discurso en el Papp László Budapest Sportaréna, 20-IV-2023). Les habló de Cristo, vivo y cercano, hermano y amigo, que gusta de hacer preguntas y no de dar respuestas prefabricadas. Les dijo que para hacerse grande hay que hacerse pequeño sirviendo a los demás. Un consejo valiente: “No tengan miedo de ir contracorriente, de encontrar cada día un tiempo de silencio para hacer un alto y rezar”, para llevar todo lo que nos pasa a la oración con Jesús  Aunque hoy el ambiente nos empuje a ser eficientes como máquinas –observó–, no somos máquinas. Al mismo tiempo, es verdad que con frecuencia nos quedamos como sin gasolina, y por eso necesitamos recogernos en silencio. Pero “no para quedarse pegado al celular y a las redes sociales”; porque “la vida es real, no virtual; no sucede en una pantalla, ¡la vida sucede en el mundo! Por favor, no virtualizar la vida”.

Ser “puertas abiertas”

Además de las raíces, son necesarios los puentes, como señalaba el Papa desde su primer discurso. Mantuvo ese telón de fondo en la homilía del domingo, 30 de abril, en Budapest, donde estaban presentes cristianos de distintas confesiones y ritos y países, que trabajan bien haciendo entre ellos puentes de armonía y de unidad. 

Francisco presentó la figura de Jesús, buen pastor, que ha venido para que las ovejas tengan vida en abundancia (cfr. Jn 10, 10). Primero las llama, después las hace salir. 

Como a nosotros, también hoy: “En cada situación de la vida, en aquello que llevamos en el corazón, en nuestros extravíos, en nuestros miedos, en el sentido de derrota que a veces nos asalta, en la prisión de la tristeza que amenaza con encerrarnos, Él nos llama”. “Viene como buen Pastor y nos llama por nuestro nombre, para decirnos lo valiosos que somos a sus ojos, para curar nuestras heridas y cargar sobre sí nuestras debilidades, para reunirnos en su grey y hacernos familia con el Padre y entre nosotros”.

Insiste el Papa en el mensaje central de su viaje pastoral: apoyarnos en las raíces para tender puentes, sin encerrarnos. Jesús nos invita “a cultivar relaciones de fraternidad y colaboración, sin dividirnos entre nosotros, sin considerar nuestra comunidad como un ambiente reservado, sin dejarnos arrastrar por la preocupación de defender cada uno el propio espacio, sino abriéndonos al amor mutuo”.

Jesús, después de llamarlas, hace salir a sus ovejas (cfr. Jn 10, 3). Por eso –propone Francisco–, tenemos que abrir nuestras “puertas cerradas”, tristes y dañinas: nuestro egoísmo e individualismo, nuestra indiferencia ante quienes nos necesitan; nuestra cerrazón, incluso como comunidades eclesiales un tanto cerradas al perdón de Dios (cfr. Exhort. ap. Evangelii gadium, 20). 

El Papa nos invita, en cambio, a “ser como Jesús, una puerta abierta, una puerta que nunca se le cierra en la cara a nadie, una puerta que permite entrar a experimentar la belleza del amor y del perdón del Señor”. Así seremos “‘facilitadores’ de la gracia de Dios, expertos en cercanía, dispuestos a ofrecer la vida”.

Oponerse a la colonización ideológica 

Finalmente, en su encuentro con el mundo universitario y de la cultura (cfr. Discurso en la Universidad católica Péter Pázmány, 30-IV-2023), Francisco se apoyó en Romano Guardini para distinguir dos tipos de conocimiento que no deben oponerse: el humanista y el tecnológico. 

El primero es de por sí humilde y se sitúa al servicio de las personas y de la naturaleza creada. El segundo tiende a analizar la vida para transformarla, pero, si prevalece de forma inadecuada, ¿podrá la vida permanecer viva? 

“Pensemos –propone el Papa a los universitarios húngaros– en el deseo de poner en el centro de todo no a la persona y sus relaciones, sino al individuo centrado en sus propias necesidades, ávido de ganar y voraz de aferrar la realidad”

No pretende el sucesor de Pedro sembrar pesimismo, sino ayudar a reflexionar sobre la “arrogancia de ser y de tener”, “que Homero ya veía como amenazante en los albores de la cultura europea y que el paradigma tecnocrático exaspera, con un cierto uso de algoritmos que pueden representar un riesgo más de desestabilización de lo humano”.

Alude Francisco de nuevo a la necesidad de oponerse a la “colonización ideológica” de un mundo dominado por la tecnología, de un humanismo deshumanizado. Un mundo que cae en la tentación de imponer el consenso contra las personas mismas (de ahí el descarte de los débiles, de los enfermos, de los ancianos, etc.), en nombre de la paz universal. 

En este ambiente, la universidad tiene la responsabilidad de promover el pensamiento abierto, la cultura y los valores trascendentes, junto con el conocimiento de los límites humanos. Pues la sabiduría no se logra con una libertad forzada e impuesta desde fuera. Tampoco con una libertad esclava del consumo. El camino es de la verdad que libera (cfr. Jn 8, 32).

Cultura

Sergio Rodríguez: «Cuando lo encontré, hacía 347 años que nadie había visto ese libro»

La editorial Herder publica Miguel de Molinos. Cartas para el ejercicio de la oración mental, libro encontrado después de siglos por el investigador Sergio Rodríguez López-Ros.

Loreto Rios·3 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

Sergio Rodríguez López-Ros es académico de la Real Academia de Historia y vicerrector de Relaciones Internacionales del CEU. Hace unos años, encontró en la Biblioteca Apostólica Vaticana un libro del teólogo español Miguel de Molinos que llevaba siglos desaparecido.

Esta semana, el 31 de mayo de 2023, ha tenido lugar la presentación del libro Miguel de Molinos. Cartas para el ejercicio de la oración mental (Editorial Herder) en Roma, en la embajada de España ante la Santa Sede. El acto contó con la participación del prefecto de la Biblioteca Apostólica Vaticana, Mauro Mantovani, y de la archivera oficial del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Manuela Borbolla.

En esta entrevista con Omnes, Sergio Rodríguez López-Ros nos habla de Miguel de Molinos y del hallazgo del libro. La historia de este personaje no está exenta de controversia y en algunos aspectos hoy sigue siendo un misterio.

¿Quién fue Miguel de Molinos?

Miguel de Molinos es uno de los personajes históricos españoles más desconocidos. Fue un teólogo del Barroco español.

Nace en una familia de clase media en Muniesa, un pequeño pueblo de Teruel. Con 18 años, va a formarse a Valencia, porque tiene allí una hermana que es religiosa. Se forma en el Colegio de San Pablo de los jesuitas que dependía de la Universidad de Coímbra, regentada también por ellos. Al mismo tiempo, lleva varias capellanías: la de las agustinas, la de las franciscanas…

Se forma con el padre Francisco Jerónimo Simón, un sacerdote valenciano. Se doctora en Teología y es capellán de diferentes conventos, también confesor en el colegio del Corpus Christi. Cuando muere su maestro espiritual, el padre Jerónimo Simón, Miguel de Molinos se introduce en el proceso de la causa de beatificación. La Diputación de Valencia le envía a Roma para llevar adelante el proceso.

De este modo, llega a Roma en 1663, en pleno apogeo del Barroco y en plena lucha de Francia y España para ver quién era el que más influencia tenía ante los Papas. Al principio vivía en unas calles que yo pude localizar.

Al llegar a Roma, implanta lo que él había conocido del padre Jerónimo Simón, que era la Escuela de Cristo. Consistía en unos pequeños ejercicios espirituales en que reunía una vez por semana a una serie de gente que iban rotando: los lunes unos, los martes otros, los miércoles otros… Se reunían en una cripta, que también pude localizar, y que está debajo de la iglesia de Santo Tomás de Villanueva y de San Ildefonso.

Yo pude acceder a esa sala después de muchísimos siglos sin nadie verla. La mayoría de agustinos españoles hasta hoy son de origen vasco o navarro. Les gustaba jugar al frontón y la pelota vasca y usaban la cripta para eso durante los siglos posteriores, cuando se perdió el nombre de Molinos.

Antaño, durante la época de Molinos, allí iba la alta sociedad de la época: príncipes romanos, condes, gente vinculada a la corte pontificia, cardenales…

Molinos estaba bien posicionado y, de hecho, el Papa, el beato Inocencio XI, pensó en hacerle cardenal y tenía una gran querencia por él.

Lo que ocurre es que cuando uno hace las cosas bien suele tener enemigos, envidias, no solo en España. Los jesuitas, que estaban desarrollando su propia escuela con los ejercicios de san Agustín, empiezan a mostrar recelos hacia él, y también los dominicos.

Son ellos los que provocan un poco que tenga lugar un primer proceso de la Inquisición. Pero los seis teólogos designados por el Papa dieron un parecer positivo, por lo que salva perfectamente esta primera acometida. Pensemos que él acababa de publicar la Guía espiritual, que es el libro central de Miguel de Molinos. Él tenía dos corrientes: por un lado, estaban la Guía espiritual, las Cartas para el ejercicio de la oración mental y la Defensa de la contemplación; por otra parte, tiene la Práctica para el ejercicio de la buena muerte y la Defensa de la comunión cotidiana.

Las cartas no eran un libro. Él sostuvo correspondencia con muchísima gente, escribió unas 12000 cartas, que es muchísimo. Un discípulo suyo se dedicó a compilarlas. De ahí surgieron las Cartas para el ejercicio de la oración mental. No son más que una versión simplificada, hecha por uno de sus discípulos, de la Guía espiritual.

El proceso inquisitorial tuvo lugar en 1681-1682 y, cuando concluye, el dictamen es favorable a Molinos. En esa época, escribe la Defensa de la contemplación, debido a que algunas corrientes querían atacar ese método contemplativo.

Molinos, basándose en san Agustín, dice que tenemos que buscar a Dios en nuestro interior, ya que el demonio pone ante nosotros muchas tentaciones. Dice que debemos vaciarnos de nosotros mismos. En aquella Roma de fasto del Barroco, de grandes puestas en escena, aquello les chirriaba mucho y provocó envidias. Cuando la Escuela de Cristo empieza a extenderse fuera de Roma, por toda Italia y llega a Nápoles, que era española entonces, Francia tiene miedo de que aquello cobre más fuerza y oscurezca el papel que estaban teniendo sus místicos hasta ese momento. Por tanto, provoca un nuevo caso inquisitorial, yo intuyo que con métodos corruptos.

El proceso tiene lugar en 1685. Rastrear hoy en día todo lo que ocurrió es muy difícil, porque, cuando llegó la Revolución Francesa a Roma, desaparecieron muchos papeles de los procesos inquisitoriales, y solo quedaron 46 legajos de los procesos de Molinos. A mi entender, lo que hizo Francia fue calumniar, atribuir a Molinos cosas que nunca había dicho. De hecho, ninguna de las tesis por las que es procesado está en sus escritos. Es todo producto de confesiones o bien forzadas o atribuidas a él falsamente por testigos comprados. Finalmente, al Papa no le queda más remedio que apresar a quien era su amigo, y en 1687 decreta su condena de por vida.

Es recluido en las prisiones que tenía la Inquisición, en la sede, hoy Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Durante su encarcelamiento, Molinos vestía una estameña, una especie de saco, muy austero, y llevaba una vida de recogimiento. Él se defendió con mucha serenidad y reiteró siempre su amor a la Iglesia. También refutó cualquier crítica de que la oración suplantaba los sacramentos, que era una de las tesis que se le atribuía. Lo malo es que Francia en ese momento tiene más fuerza que España, pensemos que en 1687 los Habsburgo están desapareciendo en España, en cambio los Borbones, con Luis XIV a su frente, están en el momento más álgido.

El proceso coincide con un periodo de decadencia en España, mientras que Francia estaba más pujante. En 1704 muere el último Habsburgo y empieza la guerra entre Francia y España por ver quién es el sucesor de los Habsburgo, que finalmente son los Borbones. Todo eso está movido por Luis XIV, que es quien luego logra poner en el trono de España a su sobrino Felipe V. Miguel de Molinos era tan significativo en Roma que apresarlo a él y matarlo era dar la puntilla al imperio español, era lograr dar a España donde más daño le hacía.

Molinos está 8 años en prisión, hasta que en 1696 es ejecutado. El motivo por el cual es ejecutado permanece desconocido para todos nosotros, porque no se conoce todo el procedimiento. Yo creo que debió de ser fruto de las intrigas francesas dentro de la Inquisición. Tampoco sabemos si fue un ajuste de cuentas dentro de la propia prisión. En 1696 él muere y con la investigación descubrí también dónde estaban los restos: en el osario que hay justo debajo del propio archivo del Dicasterio.

¿Cómo fue el hallazgo de las cartas?

Yo sabía que había un libro de Miguel de Molinos que hacía siglos que estaba desaparecido, que era las Cartas escritas a un caballero español desanimado para ayudarle a tener oración mental dándole un modo para ejercitarla. El título era muy barroco. La editorial lo ha resumido en Cartas para el ejercicio de la oración mental. Era un libro escrito por Miguel de Molinos en su etapa romana. El libro lo localicé en la Biblioteca Apostólica Vaticana.

En 1966 se pusieron a disposición de los investigadores todos los libros que habían sido considerados en su día no aptos para ser leídos por católicos. Entre ellos estaban las cartas espirituales de Miguel de Molinos, que no habían sido condenadas por la doctrina, como he comentado, sino por una pugna entre Francia y España de tema político, porque Molinos tenía mucha fuerza en Roma.

Cuando lo encontré en la biblioteca, hacía 347 años que nadie había visto ese libro. Enseguida pensé en editarlo y en traducirlo. Porque de la edición española solo hay dos ejemplares, uno en la Biblioteca Nacional de España, en Madrid, y otro que es la edición posterior que se hizo en Italia y que se conserva en la Biblioteca Apostólica Vaticana. El tejuelo era nuevo, debajo se veía el viejo y evidentemente era de los fondos de la Inquisición. Siempre digo que hay que entender que la Inquisición lo que procuraba era orientar a la gente a las buenas lecturas.

La gente de hoy es muy distinta a la gente de antes, antes nadie tenía formación teológica, en primer lugar porque no sabía leer, y, además, no es hasta el Concilio Vaticano II cuando la gente empieza a formarse en la fe. El papel de la Inquisición fue siempre proteger a esa gente humilde, gente que no tenía criterio sobre las lecturas que podían perjudicarles espiritualmente. Era una especie de ayuda, de guía, y no es eso que sale en las películas de escarnios, torturas, hogueras…

Cuando encontré las cartas, lo que hice fue encargar una traducción de la segunda edición, corregida y aumentada respecto a la primera española. Tienen dos partes: una parte en la cual habla del aparato teológico en el que se basa, citando a Santa Teresa, a san Juan de la Cruz, a san Ignacio, a los padres de la Iglesia, san Juan Crisóstomo, etc. Luego hay una segunda parte en la que explica cómo poner en práctica todo eso.

Es muy curioso, porque, en una ocasión, envía el libro a un funcionario español, y le dice: “Si usted tuviese cada día un ratico para practicar la oración, le iría muy bien”. Después de tantos años viviendo en Italia, aún tiene ese deje aragonés.

El libro se publica gracias a la gran labor de la Biblioteca Apostólica Vaticana. Ya desde la época del cardenal Javierre, que fue un gran cardenal, se fueron abriendo los archivos.

La investigación no ha consistido solo en la publicación del libro, sino también en haber encontrado los lugares donde vivió, donde hacía la Escuela de Cristo, donde vivía cuando fue apresado, donde fue juzgado, donde fue luego recluido y finalmente donde fue ejecutado y donde están sus restos.

¿Cuál era el pensamiento de Miguel de Molinos?

Lo que Molinos sostiene viene a ser la mística de santa Teresa: la vida ascética, simple y sencilla. Propone una vida austera, esa austeridad española de pocas palabras, más bien de hechos. Luego, busca la purgación, quitar de nuestra vida todo lo que nos sobra, lo que nos perjudica (ambiciones, poder), para centrarnos en lo que Dios quiere de nosotros. Habla también de esa parte última que es la contemplación, cuando uno recorre el camino de la Cruz, de la Pasión, e intenta unirse a Jesús en ese sufrimiento, configurarse con Él, y, a través de eso, transfigurar su vida propia y convertirse en una mejor persona. Este es básicamente el método de Molinos, que se podría ejemplificar con muchas citas.

Se trata de perseverar en la oración, encomendándose a un santo, siguiendo su ejemplo de vida, y el objetivo final es llegar a configurarse con Jesús, sintiendo que la Pasión salvadora y redentora de Jesús en la Cruz es para toda la humanidad, pero empieza por uno mismo. Dice que hay que matar como sea “esa hidra de siete cabezas que es nuestro egoísmo”. Dice que tenemos ese egoísmo que nos mete en el corazón el demonio, la voluntad de poder. Hoy en día sería por ejemplo querer más dinero, viajar, un coche mejor, o tener éxito mundano a toda costa. Molinos propone lo contrario: Él fue sencillo en el nacimiento, sencillo en la muerte, pues compartamos la vida con Él.

Puede parecer que ese vaciarse de deseo tiene una relación con la espiritualidad oriental, pero lo que Molinos defiende es apagar el ego para dejar sitio a Dios. La mayoría de la gente desde que se levanta hasta que se acuesta está pensando en un trabajo mejor, en una televisión mejor, las vacaciones este verano, y prescinde de lo esencial. Lo que Molinos sostiene no es esa aniquilación del deseo a la oriental, en el sentido de que lo que le pase al mundo me es igual. Precisamente lo que estimula es al compromiso: vamos a dejar aparte lo que uno quiere y vamos a ver lo que Dios quiere de nosotros.

Cuando el ego ocupa toda nuestra alma, todo nuestro corazón, no dejamos sitio a Dios. La salvación budista en el fondo es la salvación de uno mismo, es más egoísta. En el mundo cristiano, por el contrario, es la salvación de uno mismo a través de los demás y para los demás. Es el método de san Francisco de Sales, de Introducción a la vida devota. O también cuando san Ignacio propone la síntesis entre conciencia y mundo no es para uno mismo, sino para los demás.

Creo que leer hoy en día a Molinos es una buena forma de volver a la vida simple, a lo esencial, a olvidarnos de un mundo que a través de un clic tenemos todo al alcance de la mano. Pero carecemos de lo esencial, se nos olvida la fe, se nos olvida la caridad, la esperanza, la entrega, el amor gratuito hacia Dios, en primer lugar, y hacia los demás.

Sagrada Escritura

James Prothro: «La Biblia es un libro que debemos hacer vida»

James Prothro es profesor de Teología y Sagrada Escritura en el Augustine Institute. Ha estudiado en profundidad el griego antiguo y las cartas de san Pablo, y en su carrera académica trata de ayudar a sus alumnos a sacar el máximo partido a la Biblia.

Paloma López Campos·3 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

Leer la Biblia puede llegar a ser difícil, pero lograr una traducción fidedigna y adecuada lo es todavía más. Porque “si la Biblia es un libro que tenemos que hacer vida y a través del cual escuchamos a Dios hablarnos, entonces cada detalle de la traducción es importante”, como dice James Prothro, profesor de Teología y Sagrada Escritura en el Augustine Institute.

Prothro explica en esta entrevista algunos de los desafíos a los que se enfrentan los traductores y brinda claves para sacar el máximo provecho de la lectura de la Biblia.

¿Hay alguna idea o concepto que los católicos deberíamos mantener siempre en la mente cuando leemos o traducimos la Biblia?

James Prothro, profesor del Augustine Institute

– Una cosa no, muchas. En Estados Unidos, a muchos católicos no les importa la traducción de la Biblia y, si les importa, lo único que piden es que sea teológicamente correcta. Esto es bueno, pero al final acaban eligiendo aquella que les es más familiar. 

Pero creo que es bueno tener dos cosas en cuenta, las cuales están muy bien explicadas en dos encíclicas. Una es  “Providentissimus Deus”(1893) y la otra, “Divino Afflante Spiritu” (1943).

En la primera, el Papa León XIII hace una llamada a la renovación de los estudios bíblicos. Una de las cosas que dice es que la gente debe volver a los idiomas originales y a los antiguos manuscritos. Dice que la Vulgata es la Biblia oficial de la Iglesia y que es sustancialmente correcta, pero eso no significa que cada uno de los versos traducidos ofrezca la mejor traducción de lo que el autor quiso decir. Pero si lees toda la Vulgata, no hay desviaciones en cuanto a Doctrina o moral. En 1943, Pío XII dice lo mismo. La Vulgata sigue siendo la Biblia oficial de la Iglesia, está libre de errores en la fe y en la moral.

Entonces, ¿por qué hay que intentar volver a las lenguas originales? Esto es porque si creemos que Dios inspiró a los autores como tal, de modo que Dios hace afirmaciones y nos señala la verdad a través de lo que ellos enseñan, incluso si la traducción es segura y doctrinalmente correcta, puede ser que no nos esté dando todo lo que Dios quiso inspirar en un principio.

Ahora bien, si lees toda la Vulgata no te vas a desviar en cuanto a Doctrina o moral, vas a estar en el camino correcto.

A veces, con las traducciones, me gusta preguntar a la gente para ponerla a prueba: ¿para qué crees que sirve leer la Biblia? Podríamos pensar que es una respuesta fácil, pero no. Si alguien dice que la razón por la que tenemos la Biblia es para poder leerla y adquirir la doctrina, y que luego podemos ir a buscar otras fuentes, entonces piensa que la Biblia no es un libro para vivirlo, por lo que siempre que la traducción sea ortodoxa estará bien.

Por el contrario, si la Biblia es un libro que tenemos que hacer vida y a través del cual escuchamos a Dios hablarnos, entonces cada detalle de la traducción es importante. Es verdad que siempre va a haber imperfecciones, pero tratar de interpretar la mente del autor humano para oír bien la voz del Autor divino es realmente importante. La Biblia es un libro que debemos hacer vida y al que debemos volver una y otra vez.

El lenguaje está vivo y cambia con la sociedad. ¿Crees que las traducciones de la Biblia tendrán que cambiar con los idiomas y nuestra sociedad?

– Creo que sí. Si pensamos en las diferencias entre el español en el siglo quince y el español actual, podemos ver que hay ciertas cosas que en su momento eran expresiones correctas pero que hoy tienen otro significado.

Por ejemplo, en inglés la palabras “silly” antes significaba “limpio” o “inocente”. Por eso había canciones e himnos sobre la “silly Virgin Mary”, que se traducirían como la «limpia virgen María», pero hoy significa “la tonta virgen María”.

Lo mismo ocurre con la lengua a la que traducimos: debido a los cambios en nuestros idiomas tenemos que ajustar las cosas para que la gente oiga lo correcto. Lo mismo ocurre con las lenguas antiguas. Yo he pasado mucho tiempo trabajando con el griego antiguo y si utilizo un diccionario en el que se traduce el griego de los tiempos de Homero y luego lo uso para traducir el Nuevo Testamento, me voy a equivocar porque la lengua cambió con el tiempo.

Traducir la Biblia es muy difícil, debido especialmente a las diferentes situaciones sociales de las personas para las que se escribe. Si quieres hacer una traducción que sea realmente buena para estudiar, entonces tiene que ser exacta palabra por palabra. Pero puede que eso no comunique bien el mensaje a aquellas personas que no están estudiando las Escrituras en profundidad, que solo están escuchando o no saben leer.

Entonces, ¿qué tipo de traducción debemos hacer? Depende del público para el que estés escribiendo, porque no solo cambian los idiomas, también hay diferencias en las personas según los grupos sociales.

Uno de mis ejemplos favoritos sobre esto es una tribu indígena que no tenía ovejas. Los misioneros se dieron cuenta de que no sabían ni lo que era una oveja ni podían asociar la idea de pastor que cuida, pero sí tenían cerdos. Entonces tradujeron a Jesús diciendo “Yo soy el buen porquero que da su vida por los cerdos”. Por un lado, esto les ayuda a entender el cariño de Cristo y les hablas con términos que comprenden. Pero, por otro lado, en el Antiguo Testamento Dios señala a los cerdos como algo impuro y prohíbe a los judíos tocarlos. Por tanto, ganas y pierdes al mismo tiempo al realizar una traducción así.

En definitiva, cuando la gente me pregunta por la traducción de la Biblia que deben comprar yo recomiendo que sean dos distintas, algo que ya decía san Agustín.

La Biblia está originalmente escrita en hebreo, arameo y griego. Sabiendo esto, es muy fácil perder la esencia de las palabras usadas a través de las traducciones. ¿Cómo podemos saber qué es lo que Dios quiso realmente?

Voy a volver a san Agustín para esto, que tiene que ver con lo que hemos dicho de buscar una traducción ortodoxa de la Biblia. San Agustín dice que si lees con fe, amas a Dios y amas al prójimo, puedes interpretar incluso los pasajes que son más confusos de la mejor manera posible. Si al leer la Biblia esta no te lleva a rezar o a amar, no la estás leyendo bien. Para Agustín esto es esencial.

De todos modos, la palabra de Dios definitiva es el Verbo, Jesucristo. Él nos señala quién es Dios, su salvación y su amor. Por lo que si conocemos este Verbo, podremos llegar a conocer lo demás.

De todos modos, el siguiente paso para aquellos que quieran profundizar en el estudio de la Biblia es conseguir una edición de estudio o un comentario con notas que se refieran al contexto y contengan explicaciones.

Leer y entender la Biblia es algunas veces difícil y confuso, ¿por dónde es mejor empezar?

Hay muchas buenas respuestas a esa pregunta. Yo no recomiendo empezar por el principio y leer seguido hasta el final, porque es fácil perderse en el Levítico. Lo que yo recomiendo, especialmente si el lector es un cristiano con conocimiento de los conceptos básicos, es empezar por los Evangelios, especialmente por el de san Lucas.

Primero porque si queremos leer toda la Biblia bajo la luz de Cristo, los Evangelios te ayudan a empezar bien pues se centran precisamente en Él. Por otro lado, como son narraciones, es fácil que resuenen para nosotros.

Los Evangelios son más sencillos que las cartas de san Pablo, donde se asume que el lector conoce la historia y se abren discusiones acerca de ideas concretas.

El Éxodo y el Génesis también son buenos sitios por donde comenzar, pero tienen ciertas cosas que pueden escandalizar a algunos lectores. Por eso creo que empezar con Jesús y los Evangelios es lo mejor antes de leer lo demás.

Has escrito acerca de la penitencia y la reconciliación, ¿podrías explicar cómo la idea de penitencia cambia del Antiguo al Nuevo Testamento? ¿Qué significado tiene para los católicos hoy?

Para ser breve me fijaré en 2 Corintios 3, donde san Pablo contrasta los dos Testamentos. Lo hace de diferentes maneras pero hace especial hincapié en el don del Espíritu Santo enviado por Cristo.

Si el Espíritu Santo nos une a Cristo y a la vida de gracia divina, entonces cada acto de penitencia nos une más a la muerte y resurrección de Cristo. En el siguiente pasaje, san Pablo habla sobre el modo de llevar la muerte de Cristo en nosotros para ponerla al servicio de la vida. Todos nuestros sufrimientos nos pueden acercar a la gloria del Cielo.

Hay muchas cosas acerca de la penitencia que no cambian entre un Testamento y otro. La oración, el ayuno y la limosna son muy importantes, siguen siendo esenciales. Las obras de misericordia tanto corporales como espirituales también se encuentran en los dos Testamentos. La idea de que rechazarse a uno mismo, ya sea a través del ayuno o de otra penitencia, nos santifica y nos enseña a amar está inscrita en toda la Escritura.

Y, con todo, al estar unidos al Espíritu Santo, el perdón de los pecados puede ser completo, no contamos solo con una anticipación. Todavía más, la penitencia no es solo un modo de aprender a amar, es un modo de unirnos al amor de Cristo.

¿Crees que en el futuro la gente no entenderá ciertas referencias que hay en la Biblia por los cambios y avances sociales? Por ejemplo, al perder el contacto con la naturaleza, es posible que en el futuro la gente no conozca la figura del pastor.

–Creo que hay algunas cosas que sí perderemos, pero insisto en la idea de una buena Biblia para el estudio que nos explique los conceptos. Por tanto, puede que no seamos siempre capaces de traducir todo dentro del contexto exacto. Pero lo podemos explicar y la gente que quiera saber más podrá hacerlo gracias a la Historia.

Creo además que las ideas relacionadas con la naturaleza, incluso si vivimos en un mundo tan digital, podremos conservarlas gracias a la buena literatura. Pero otros conceptos como el amor se volverán más complicados. Cuanto más nos aferramos a ciertos detalles de la Biblia más los empañamos con nuestras propias interpretaciones. Esto es algo en lo que tendremos que trabajar, para redefinir los conceptos.

¿Crees que habría que volver a estudiar griego y latín para leer la Biblia?

Vamos a ver, soy profesor de griego. Yo les digo a mis estudiantes que estudiar griego antiguo no es para todo el mundo. Requiere mucho trabajo de memoria, no puedes aprenderlo a base de ver series con subtítulos. Pero también te diré que no he conocido a nadie que me haya dicho que no ha merecido la pena. Todos dicen que aprender griego les ha ayudado a profundizar en su entendimiento de la Biblia, a aumentar su interés, o que incluso ha cambiado el modo que tenían de leerla, incluso cuando está traducida.

Estados Unidos

¿Trabajar en domingo, día del Señor?

¿Es lícito que los empleadores obliguen a trabajar a los empleados en los días dedicados al culto religioso? La cuestión está ahora en manos del Tribunal Supremo de Estados Unidos tras las reclamaciones de Gerald Groff, un cristiano evangélico.

Gonzalo Meza·3 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

¿Dedicar el domingo al trabajo o a Dios? Para Gerald Groff, un cristiano evangélico de Pennsylvania, que trabajó como cartero rural, la respuesta es clara: «El domingo es un día en el que nos congregamos como creyentes. Honramos el Día del Señor» y no es posible dedicar ese día al trabajo.

Dicha afirmación le valió amonestaciones y advertencias de despido por absentismo de su empleador: la Oficina de Correos de los Estados Unidos (USPS, por sus siglas en inglés). Antes de que lo despidieran, Groff renunció pero demandó a USPS por «discriminación religiosa» bajo el Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964 y un fallo del Tribunal Supremo de 1977 conocido como «Trans World Airlines, Inc. v. Hardison».

Su caso no prosperó ni en una Corte de Distrito de Pennsylvania ni en su Corte de Apelaciones.  Ahora, el caso está siendo discutido en el Tribunal Supremo de Justicia, el cual deberá decidir una cuestión fundamental que podría afectar a las leyes laborales de EUA: si un empleador debe hacer concesiones para que un empleado pueda ejercer sus prácticas religiosas, aun cuando esto afecte a la empresa y a los otros empleados. El caso es conocido como «Groff v. DeJoy», pues la demanda la realiza Groff contra el director general de USPS, Louis DeJoy.

El empleo

Gerald Groff creció en el condado de Lancaster, Pennsylvania. De niño acudió a escuelas administradas por los Menonitas. Vivía frente a la granja de sus abuelos. Por ello cuando su abuelo murió, Groff se acercó tanto a Dios que decidió participar en misiones evangélicas cristianas en varias partes del mundo. A su regreso a los EUA tuvo varios empleos hasta que inició a trabajar en el 2012 en USPS como cartero rural.

Groff sabía que probablemente tuviera que trabajar los fines de semana, pues la entrega de correos no se detiene. Durante algún tiempo, Groff obtuvo concesiones para no trabajar el domingo y suplir dicha jornada en otros días. Sin embargo, en el 2013 el gigante corporativo Amazon firmó un contrato con USPS para la entrega de mercancía incluso los domingos. Durante algún tiempo la situación de Groff no cambió. No obstante, para evitar futuras complicaciones Groff se cambió a una sucursal de USPS con menor volumen de trabajo.

En su nueva sucursal los gerentes también buscaron formas para conceder la solicitud de Groff. Pero en el 2018 fue imposible hacerlo debido a la ausencia de empleados que pudieran cubrir turnos de trabajo los domingos. Por ende, se le notificó a Groff que tenía que acudir a su empleo el domingo. Como ya lo había hecho varias veces, Groff informó a su director de sucursal que no lo haría debido a sus creencias religiosas. Su respuesta le valió notificaciones de posibles medidas disciplinarias por absentismo laboral e incluso la terminación de su contrato. Antes de que eso ocurriera Groff renunció, pero presentó una demanda ante un Tribunal de Distrito de Pennsylvania.

Bases legales

Las bases de dicha demanda fueron varias leyes, entre ellas, el Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964 y un fallo del Tribunal Supremo de EUA de 1977 conocido como «Trans World Airlines, Inc. v. Hardison». La primera prohíbe a un empleador discriminar a un individuo a causa de su religión (definida como «todos los aspectos de la práctica y la observancia religiosa, así como las creencias»). Cuando el trabajador solicita a su empleador concesiones razonables para ejercer su fe, este debe buscar formas para concederlas, a menos que estas impliquen dificultades excesivamente gravosas para el negocio. En ese rubro, el fallo «Trans World Airlines vs Hardison» de 1977 señala que dichas concesiones onerosas significan que al otorgarlas el empleador tiene que «asumir un costo mayor al mínimo» («de minimis cost»).

USPS y otros empleadores han señalado que este costo mayor al mínimo implica el surgimiento de problemas onerosos para el negocio y para los otros trabajadores. Cuando a un trabajador se le concede una licencia de este tipo, alguien debe trabajar en las horas y días de ausencia del empleado con permiso. Y cuando eso se suscita cada semana, se pueden crear tensiones de diverso tipo entre los otros empleados. En el caso «Groff v DeJoy» la negativa de presentarse a trabajarlos domingos creó, según USPS, una «atmósfera tensa y resentimiento» entre los trabajadores.

El Tribunal Supremo deberá decidir cuáles son los parámetros de costo mínimo que un empleador debe demostrar en caso de que se negase a hacer concesiones religiosas razonables a un empleado. No será un caso fácil pues el demandante solicita revertir o al menos revisar el fallo de 1977 «Trans World Airlines, Inc. v. Hardison». Se espera que el Tribunal emita una decisión en junio. Este fallo podría marcar las leyes laborales federales y el significado de los días sagrados no solo para los cristianos, sino para los judíos (el sábado) y musulmanes (viernes).

Mundo

Cáritas España contribuye a luchar contra la trata de personas en Ucrania

Desde que Rusia invadió Ucrania en 2022, ha aumentado considerablemente la trata de personas en el país. Ante esta situación, Cáritas Española ha aportado 214.000 euros a un programa de lucha contra esta lacra.

Loreto Rios·2 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Cáritas ha informado en un comunicado de que, desde que comenzó la invasión rusa en Ucrania en febrero de 2022, «100.000 menores han sido trasladados a Rusia de manera forzada con fines de explotación sexual, laboral, tráfico de órganos y alistamiento forzoso». A esto se añade que se ha incrementado la violencia sexual en las zonas ocupadas.

Aumento de la trata durante la guerra

Durante este tiempo, Cáritas Ucrania ha detectado que la trata de seres humanos ha ido en aumento, no solo en Ucrania, sino también en los países de tránsito, así como los abusos sexuales.

«Los supervivientes apenas solicitan ayuda a instituciones oficiales (servicios sociales o policía). Normalmente acuden a organizaciones sociales como Cáritas, ya que tanto el Estado como las autoridades locales no tienen capacidad para hacer frente al problema y ayudar a las víctimas de forma integral. La mayoría de las organizaciones sociales se centran exclusivamente en el campo de la prevención, pero no en proveer servicios de reintegración a los supervivientes”, explica Carmen Gómez de Barreda, responsable de la campaña Cáritas con Ucrania.

Por todo ello, Cáritas España ha destinado 214.000 euros a un programa de lucha contra la trata de personas en Ucrania. Según indica Cáritas en su comunicado, el objetivo de este programa es «prevenir esta lacra, identificar a las víctimas entre la población más vulnerable y brindarles servicios para su reintegración social».

Asistencia psicológica y material

«El personal de Cáritas conoce cómo identificar a las víctimas de trata. En primer lugar, se atenderá a los desplazados internos, a quienes fueron capturados por los ocupantes, a solicitantes de asilo que han retornado, a migrantes laborales y a personas tradicionalmente vulnerables, como jóvenes, desempleados o personas de zonas rurales alejadas. Una vez registradas estas personas, se diseñará un plan de asistencia y reintegración ad hoc”, explica Carmen Gómez de Barreda. 

Las víctimas y sus familias recibirán asistencia psicológica individualizada, además de ayuda material, social, médica y legal. Este proyecto tendrá una duración de dos años, y se prevé que prestará ayuda a 125 personas y sus familias cada año.

Esta no es la primera de las aportaciones de Cáritas Española a Ucrania, ya que desde 2010 colabora en diferentes proyectos en el país y, desde que comenzó la invasión, ha contribuido con cinco millones de euros para atender las necesidades provocadas por la guerra.

Cine

¿Qué ver este mes en el cine o en casa?

Patricio Sánchez Jaúregui recomienda novedades, clásicos, o contenido que aún no has visto en el cine o en tus plataformas favoritas.

Patricio Sánchez-Jáuregui·2 de junio de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La historia de un niño que padece hemofilia y la historia de cuatro atletas jamaicanos son las propuestas de cine para el mes de junio.

Glassboy

Glassboy

Director: Samuele Rossi
Guion: Rolando Colla, Josella Porto y Samuele Rossi
Actores: Andrea Arru, Loretta Goggi, Giorgia Wurth

Pino es un niño que padece hemofilia y vive confinado en casa. Todos los días se
asoma a la ventana y ve la vida que no puede tener. Quiere ser libre, pero sobre
todo quiere ser normal. Animado por sus ganas de vivir, decide escaparse y
emprender su propia aventura, seguido por sus nuevos amigos.

Este entretenido viaje lleno de emoción y valores sirve de excusa perfecta para
traer a la palestra las relaciones familiares, enfrentando libertad y
responsabilidad en una época de sobreproteccionismo extremo.

Una coproducción de varios países europeos que llega a España después de
coleccionar una buena ristra de galardones. Añade su nombre a otros
títulos carismáticos y entrañables como Stand by me, Los Goonies, o las recientes
comedias familiares de Santiago Segura.

Elegidos para el triunfo

Elegidos para el triunfo

Dirección: Jon Turteltaub
Guion: Lynn Siefert, Michael Goldberg, Tommy Swerdlow, Michael Ritchie
Actores: John Candy, Leon, Doug E.Doug
Música: Hans Zimmer

La historia real de cuatro atletas jamaicanos que vieron truncados sus deseos de
correr en las olimpiadas y crearon un equipo de bosley. Sin recursos o
conocimientos de la nieve, reclutan como entrenador a un excampeón
estadounidense (John Candy).

Disparatada, estimulante y emocionante, Elegidos para el triunfo es una
comedia de los 90. Para toda la familia, goza aún hoy de buena aceptación entre
el público y la crítica, y se ha convertido en una carta de amor a todos aquellos
que busquen cumplir sus sueños. Dulce e inspiradora, una buena película para
cualquier ocasión

El autorPatricio Sánchez-Jáuregui

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Estados Unidos

Padre Salvo, rector de Saint Patrick’s, y la Providencia

El padre Enrique Salvo es el actual rector de la catedral de Saint Patrick's en Nueva York. Su nombramiento, en noviembre de 2021, marcó un momento histórico, pues el padre Salvo es el primer rector hispano de la catedral.

Jennifer Elizabeth Terranova·2 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

El padre Enrique Salvo nació en Managua, Nicaragua, en un hogar católico. A los siete años, se mudó con su familia a los Estados Unidos, forzado al exilio durante la guerra en su país. Creció en Miami, donde estudió en un colegio católico, y también residió algún tiempo en Texas. Regresó brevemente a Nicaragua y, de nuevo, volvió a Texas, donde se graduó en la universidad A&M, obteniendo después su máster en Monterrey, México. Actualmente es el rector de la catedral de Saint Patrick’s en Nueva York.

Al hablar de su exilio siendo tan joven, en vez de considerar la salida abrupta y necesaria de su país natal como un desafío, el padre Salvo lo consideró de una manera distinta: “En ese momento fue muy difícil, pero fue una bendición que nos recibieran aquí, una gran bendición”.

María y yo 

Cuando hablamos de su fe de cuando era un niño, el padre Salvo recuerda que sus padres le enseñaron que “el catolicismo debe ser el fundamento de nuestra vida, y todo lo que hacemos, el modo en el que vivimos, tiene que estar basado en nuestra fe”. Continúa diciendo que “la fe colorea el modo en que ves la vida, a través de los ojos de la fe… y la confianza en Dios y en nuestra Santísima Madre”.

Contó que su casa era “muy mariana”, por lo que no fue una sorpresa descubrir que el padre Salvo siempre tenía una imagen de nuestra Santísima Madre María en su habitación, junto a su cama. Y, como dato curioso, su madre, siendo estudiante en Florida, rezaba a María para que su primogénito fuera sacerdote. 

La llamada

¿Puede considerarse una señal del Cielo que el rector de la catedral de Saint Patrick’s viviera cerca de la antigua catedral antes de ordenarse?

El padre Salvo se trasladó a Nueva York cuando tenía más de treinta años y todavía no era seminarista, pero cree que “tuve que mudarme a Nueva York para escuchar la llamada… Un lugar en el que no lo creerías…”.

Visitó la catedral siendo residente en el barrio italiano de la ciudad y descubrió la belleza del lugar. El padre Salvo, más adelante, habla del recorrido espiritual hacia el sacerdocio y recuerda cómo reconoció la presencia del Señor. “Dios hizo algunas cosas, y fue providencial”.

Le pregunté si la “invitación” fue clara. Respondió: “Empecé a sentir la llamada, y es como enamorarse. Algunos días es algo delicado, otros días se vuelve muy llamativo”. Considera que uno tiene que “estar abierto al discernimiento de la vocación”.

Además, reconoce y rinde homenaje a la Iglesia que “ayuda con el proceso de discernimiento”. Añade que “la Iglesia te ayudará a discernir si estás llamado a este estilo de vida; y si lo estás, todo comienza a desarrollarse”.

En el seminario Saint Joseph de Nueva York las cosas empezaron a volverse evidentes. Finalmente, estuvo listo para aceptar la invitación de Dios tras un tiempo de reflexión, la dirección espiritual y la oración. Así, el 15 de mayo del 2010, en la catedral de Saint Patrick’s en Nueva York, Enrique Salvo fue ordenado sacerdote.

¿Debo marcharme o debo quedarme?

Con la certeza de su vocación, el padre Salvo tenía algo más en lo que pensar: ¿volvería a Nicaragua para ejercer el sacerdocio allí, o debería quedarse en Estados Unidos? Decidió quedarse en Nueva York y seguir dando pasos en su vocación. Recordó que “allí es donde Dios me puso, y debemos florecer allí donde estamos plantados”.

También basó su decisión en el hecho de ser bilingüe y multicultural, lo que consideró que podía ayudarle a servir mejor en la archidiócesis de Nueva York, dado el alto porcentaje de hispano-hablantes. En su opinión, “podía percibirse allí la mano de Dios”. La decisión la tomó finalmente al darse cuenta de que podía servir a mucha más gente en esa ciudad.

Érase una vez en Nueva York

El padre Salvo disfrutó ayudando en la iglesia de Saint Elizabeth en Washington Heights durante tres años consecutivos, en sus veranos como seminarista. Comparte lo bendecido que se sintió cuando celebró allí su primera Misa. El día después le asignaron a esa iglesia, y el cardenal Timothy Dolan lo nombró vicario parroquial. Todavía recuerda la emoción que le embargó al recibir la noticia: “Era un sitio muy especial para mí. Fueron tan amables y acogedores, me apoyaron mucho”. Gracias al apoyo de la comunidad, su nueva tarea se hizo más fácil. Dice que “le dieron un gran inicio a su sacerdocio”.

La tarea puede presentarse como un desafío para muchos sacerdotes jóvenes, especialmente al principio, pero Dios siempre nos brinda las herramientas y a las personas que nos pueden ayudar. El padre Salvo resalta lo “bueno que fue tener una comunidad tan alentadora”.

¡Bienvenido a la catedral de San Patricio!

El padre Salvo fue Director de vocaciones para la archidiócesis de Nueva York durante cuatro años, antes de ser asignado a la iglesia Saint Anselm and Saint Roch, al sur del Bronx. Estuvo allí hasta el 2021.

Al escuchar que había una vacante en la catedral de Saint Patrick’s, el padre Salvo se dirigió al Espíritu Santo, confiando en que “Él hablaría con el cardenal Dolan”. En lo que se refiere a los destinos que le pueden encomendar, su modo de proceder es “no pedir nada y no rechazar nada”. Lo dejó en manos del Señor, pero oró a Jesús diciendo: “Si quieres que vaya allí, se lo tienes que decir al cardenal Dolan”. ¡Mensaje recibido!

La catedral de Saint Patrick’s

El sacerdote habla también de lo que sintió cuando le asignaron a la catedral; el simple pensamiento “tiraba de su corazón”. Le dio paz que lo asignaran para ir a Saint Patrick’s sin pedirlo él, y eso “muestra a la Providencia”:

Cuando le llegaron las noticias sobre el encargo que le hacía el cardenal Dolan, fueron a la vez inesperadas y maravillosas. Se sintió y se sigue sintiendo agradecido por ser el padre Enrique Salvo, rector de la catedral de Saint Patrick.

Todo hombre es tu maestro

El padre Salvo se ha establecido bien en su nueva residencia en su papel como rector, y es muy consciente de la oportunidad que le ofrece para acercarse a más personas. A través de sus vídeos en el YouTube de la catedral, espera haber promovido entre los fieles un mayor aprecio por la Misa y un mejor entendimiento de esta. Cree que menos personas se distraerían o aburrirían durante la liturgia “si comprendieran lo que ocurre y el milagro que están presenciando”. Continúa diciendo que “es importante contemplar la Misa”.

El sacerdote comparte su momento favorito de la Misa: “La consagración de la Eucaristía, el momento en el que Jesús toma nuestra alma… Poder unirnos a Él en ese momento”.

Además de publicar sus vídeos en inglés, el rector los comparte también en español. No solo para todos los hispano hablantes que usan YouTube, sino también para todos los fieles que hablan español en la archidiócesis de Nueva York.

Un momento histórico

La catedral de Saint Patrick’s abrió sus puertas el 25 de mayo de 1879 y ha tenido muchos rectores. En noviembre de 2021, el padre Salvo se convirtió en el primer rector hispano. Desde luego, es un momento especial para él y para toda la comunidad hispana.

Capilla de Nuestra Señora en la catedral de Nueva York
Estados Unidos

Latinos católicos en Estados Unidos: el momento hispano

La Iglesia en Estados Unidos está cambiando. Ahora mismo, el 43% de los católicos estadounidenses son latinos y están brindando un aire nuevo a la Iglesia. Michael Kueber, sacerdote encargado del Ministerio Hispano en Portland, habla sobre el "momento hispano" en esta entrevista con Omnes.

Paloma López Campos·2 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

La Iglesia está cambiando en Estados Unidos. Los inmigrantes que llegan al país, muchos de ellos hispanos católicos, se desenvuelven en su nuevo hogar buscando una Iglesia que les pueda acoger y que, al mismo tiempo, ellos puedan enriquecer con sus costumbres. Sin embargo, este fenómeno se encuentra con varios obstáculos, entre ellos el idioma y la falta de conocimiento de la cultura latina por parte de los estadounidenses. No por ello se pierde está gran oportunidad de la Iglesia norteamericana y hay personas que se esfuerzan por romper las barreras.

Una de estas personas es Michael Kueber, un sacerdote de la archidiócesis de Portland, Oregon (Estados Unidos). Es el encargado del Ministerio Hispano, centrado en los católicos latinos. Durante su servicio a la Iglesia, se ha dado cuenta de que “los obispos, sacerdotes, diáconos, catequistas y directores de educación religiosa no se sienten preparados para dedicarse pastoralmente a los latinos de Estados Unidos”. Por eso, ha escrito un libro “Preaching to Latinos”, para ayudar a “los encargados de pastoral a entender la cultura hispana para poder ejercer el cuidado pastoral”.

Kueber habla con Omnes en esta entrevista sobre su libro y la realidad del “Momento hispano” en la Iglesia.

¿Qué es el “Momento hispano” en la Iglesia de Estados Unidos?

– El “momento” hispano latino se refiere al cambio demográfico que está sucediendo en el catolicismo estadounidense. La Iglesia en Estados Unidos está viviendo una transformación, volviéndose predominantemente latina. De manera aproximada, el 43% de los católicos son latinos, y entre los menores de 18 años, los hispanos alcanzan el 60%. El “momento hispano” brinda nueva vida a la mayoría de la Iglesia en Estados Unidos, porque la población hispana es más joven y las parejas tienen familias y quieren criar esas familias en la fe católica. Además de crecimiento, la comunidad hispana trae su cultura para enriquecer la experiencia de la vida católica en Estados Unidos. Su cariño a las procesiones, estatuas, imágenes y devociones; la música y comida que enriquecen la vida en una parroquia.

¿Cómo ayudan a la comunidad hispana a crecer en la fe?

– Los encargados de la pastoral que buscan ayudar a la comunidad hispana a crecer en la fe deben valorar lo que los hispanos valoran. El centro de la espiritualidad para ellos es el hogar y las devociones, como pueden ser Nuestra Señora de Guadalupe, la Cruz o el Rosario. Todas ellas son expresiones de piedad popular que han ido transmitiendo durante generaciones. Los hispanos muchas veces tienen un “altarcito” en sus casas en el que suelen ofrecer sus rezos diarios y otras devociones.

Los encargados de pastoral deben reconocer y afirmar dónde están los hispanos y, al mismo tiempo, acompañarlos hacia la vida institucional de la Iglesia. Con bastante frecuencia, no están bautizados o no han recibido la Confirmación ni la primera Comunión. Normalmente se han casado por la vía civil y tienen que regularizar sus matrimonios. O cohabitan en lo que denominan “una unión libre”. Al tiempo que los hispanos participan de la vida en la institucionalidad de la Iglesia, deben sentir que esta es una madre que los da la bienvenida y acoge. Tienen que escuchar el Evangelio y sentirse llamados a la conversión. Necesitan formación constante que les ayude a progresar en su fe durante toda la vida.

¿Es distinta la predicación a latinos que a norteamericanos?

– Proclamar el Evangelio es distinto cuando hablas con latinos a cuando hablas con norteamericanos. A los hispanos les gusta participar en la predicación a través de la llamada y la respuesta, como a los cristianos afroamericanos. A los hispanos les encantan las historias y las imágenes vívidas en las homilías. También quieren aprender más sobre la Biblia y la fe católica. Quieren escuchar el Evangelio en español, el mismo idioma en el que aprendieron en un principio sus oraciones. Quieren que el sacerdote toque sus corazones y que les llame a vivir el mensaje evangélico. Desean encontrarse de nuevo con Dios para encontrar una esperanza y fuerza para regresar a su vida familiar y profesional.

¿Es la primera generación de inmigrantes latinos católicos distinta a las generaciones siguientes?

– La fe está viva en los inmigrantes de primera generación, quienes tienen una fe profunda en Jesucristo y en su Santa Madre, y quieren ver el poder de Dios manifestado en sus familias. Los países de los que vienen les inculcaron la fe a través de signos y símbolos, y desean vivir estas prácticas en su nuevo país. Todos los países hispanos tienen sus devociones específicas a la Virgen María, siendo la más famosa Nuestra Señora de Guadalupe en México.

También en Cuba celebran a Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, para recordar la solicitud maternal de la Virgen con los mineros cubanos. En El Salvador, los católicos veneran a Nuestra Señora de la Paz y, en Honduras, a Nuestra Señora de Suyapa.

Los inmigrantes de primera generación quieren transmitir sus tradiciones a las siguientes generaciones quienes, al integrarse en la cultura estadounidense, se están volviendo más seculares y menos católicos. Es una tendencia alarmante. Los líderes de la la Iglesia llaman a la reflexión y, en algunos casos, a cambios en la pedagogía en las escuelas católicas y los programas de catequesis en las parroquias.

¿Por qué se sintió llamado a escribir su libro: “Preaching to Latinos: Welcoming the Hispanic Moment in the U.S. Church” (“Predicar a los latinos: acoger el momento hispano en la Iglesia de Estados Unidos”)?

El libro de Michael Kueber, publicado en febrero de 2023 (OSV News Photo/Courtesy Michael I. Kueber)

– Los obispos, sacerdotes, diáconos, catequistas y directores de educación religiosa no se sienten preparados para dedicarse pastoralmente a los latinos de Estados Unidos. Uno de los obstáculos es el idioma. Cuando los hispanos acuden a los sacramentos, muchas veces los sacerdotes les responden con un “No hablo español”.

A pesar de todo, el gran, y muchas veces olvidado, obstáculo es la cultura. Este libro ayuda a los encargados de pastoral a entender mejor la cultura hispana para poder ejercer el cuidado pastoral. Lo considero un manual para los predicadores angloparlantes, que lo pueden tener en su bolsillo durante su ministerio con los latinos. Cuando no entiendan algo del catolicismo latino estadounidense, pueden buscar las respuestas en este libro.

Vaticano

La fraternidad universal como opción cultural

La fundación Fratelli Tutti es la promotora del encuentro que el 10 de junio reunirá a jóvenes, premios Nobel y el propio Papa en la Plaza de San Pedro del Vaticano.

Giovanni Tridente·2 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Un proceso participativo para ayudar a redescubrir el sentido de la fraternidad y construirla juntos a través del diálogo, el conocimiento, el encuentro, la palabra, los gestos compartidos y la experiencia de la belleza.

Con estas intenciones se celebrará el 10 de junio en la Plaza de San Pedro del Vaticano el evento mundial inspirado en la Encíclica Fratelli tutti del Papa Francisco.

La actividad está promovida por la Fundación vaticana Fratelli Tutti, instituida por el Santo Padre el 8 de diciembre de 2021, e involucrará a más de treinta Premios Nobel de la Paz, que participarán en el cartel de iniciativas que se sucederán a lo largo de la tarde, hasta tarde.

De hecho, habrá actuaciones de artistas y testimonios… con el objetivo de sensibilizar «a las personas y a las comunidades para que se comprometan a un cambio radical» – se lee en una nota – en referencia al mensaje central de la Encíclica del Papa Francisco, firmada como se recordará en Asís en octubre de 2020.

Entre los otros objetivos del gran evento está promover la fraternidad y la amistad social entre las personas y los pueblos, tratando de superar la soledad, la marginación, las formas de violencia y esclavitud, y las raíces de las muchas guerras que se ciernen sobre el mundo, empezando por la atormentada Ucrania.

Durante la iniciativa también se ilustrará el proyecto ganador de un concurso especial sobre la fraternidad lanzado en todas las escuelas italianas con la colaboración del Ministerio de Educación. También habrá conexiones en directo con algunas de las plazas más significativas del mundo: Jerusalén, Buenos Aires, Bangui, Tokio, entre otras.

Hay gran expectación ante la lectura del texto de la Declaración sobre la Fraternidad Humana que los más de treinta Premios Nobel de la Paz entregarán directamente al Papa Francisco, en línea sin duda con el Documento sobre la Fraternidad Humana que el propio Pontífice firmó en Abu Dabi en febrero de 2019, junto al Gran Imán de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyeb.

Además al cierre del evento -que podrá seguirse en las redes sociales con el hashtag #notalone-, tendrá lugan un momento muy emotivo y significativo que será el gran abrazo en el que participarán cientos de chicos y chicas de todo el mundo a lo largo de la majestuosa columnata Bernini de la Plaza de San Pedro.

En la carta de invitación enviada para la ocasión, el cardenal Mauro Gambetti, presidente de la Fundación Fratelli Tutti, además de vicario general de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano, destaca el valor de la «experiencia» de este Encuentro Mundial, que «puede ser un primer paso hacia la construcción de la fraternidad como opción cultural».

No en vano, en su Encíclica, el Papa Francisco invita a todos a «relanzar un nuevo paradigma antropológico sobre el que reconstruir opciones y estilos de vida, programas y visiones del mundo», sabiendo que la fraternidad es un excelente ingrediente para promover la libertad y la igualdad.

En el evento colaboran además la Basílica Papal de San Pedro, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y el Dicasterio para la Comunicación.

Cultura

Los temas de la revista Omnes en junio: Arquitectura sagrada, von Balthasar y experiencias de comunión

Un extenso e interesante dossier sobre arquitectura sagrada, experiencias de comunión, un reportaje sobre el llamado "aborto químico" y Jacques Maritain o Von Balthasar son algunos de los temas del número 728 de Omnes.

Maria José Atienza·1 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El número 728 de Omnes, correspondiente al mes de junio de 2023 ya está disponible para los suscriptores web y, en los próximos días, llegará a los hogares de los suscriptores de la revista en papel.

Son muchos los temas que ocupan este número en el que se recogen experiencias de comunión y de formación para el matrimonio, un interesante reportaje sobre el llamado «aborto químico» y destacadas entrevistas.

La arquitectura sagrada a debate

El número está dedicado, en su tema principal, a la arquitectura sagrada en la actualidad. El debate y las distintas opiniones que suscitan los proyectos y construcciones sagradas: templos, espacios de culto, etc., especialmente desde el Concilio Vaticano II se puso de manifiesto en el Foro Omnes que, el pasado 16 de mayo se celebró en Madrid, y cuyas líneas fundamentales se recogen en las páginas de la revista de este mes.

Los arquitectos Felipe Samarán, Ignacio Vicens y Emilio Delgado, y el sacerdote Jesús Higueras, párroco de Santa María de Caná expusieron, en lo que fue una interesante y dinámica conversación, sus ideas personales y puntos de vista, no siempre coincidentes, sobre las funcionalidades del espacio sagrado, la impronta personal del arquitecto o la naturaleza del espacio sagrado y su recepción por parte de los fieles. Todo ello, se detalla ampliamente en el número de junio.

Asimismo, Omnes incluye una reflexión práctica del arquitecto Esteban Fernández Cobián, profesor en la Universidad de La Coruña experto en arquitectura sagrada y coordinador de los Congresos Internacionales de Arquitectura Religiosa Contemporánea (CIARC). Fernández Cobián realiza una aproximación al tema desde la perspectiva profesional y reflexiona sobre los principios de un arquitecto ante el proyecto de realización de un espacio sagrado en la actualidad.

Asimismo, y desde una perspectiva totalmente diferente a muchas de las opiniones expresadas, por ejemplo, en el Foro Omnes sobre arquitectura sagrada, Steven Schloeder, arquitecto y teólogo, desgrana su visión de los últimos decenios de la arquitectura sagrada afirmando, por ejemplo, que se ha de «recuperar una forma de expresar los diferentes significados del baptisterio» o la vuelta a la idea de los confesionarios barrocos, donde el sacerdote se sitúa en el centro.

Un mosaico de opiniones contrapuestas en un tema siempre controvertido y poliédrico al que se suman además, las explicaciones breves de algunas de los últimos proyectos de esta naturaleza que se han levantado en diversas partes del mundo, desde la ermita de Notre-Dame du Haut de Le Corbusier hasta el Santuario del Señor de Tula desarrollado por el equipo compuesto por AGENdA Agencia de Arquitectura | Camilo Restrepo (Colombia) y la firma de Derek Dellakamp y Jachen Schleich (México), con Francisco Eduardo Franco Ramírez.

Sínodo y comunión

Desde Roma, el responsable de comunicación del Sínodo de los Obispos 2021-2023 del Vaticano, Thierry Bonaventura, se refiere a los puntos clave de la comunicación que la Santa Sede está llevando a cabo en relación al Sínodo de la sinodalidad. En este sentido, Bonaventura afirma incluso que se ha escuchado «a los que participan activamente en la vida de la Iglesia, pero también a los que se han alejado por diferentes motivos. Hemos escuchado también los silencios de quienes no se han sentido interpelados y de los que no se han querido implicar en el proceso sinodal».

Desde la diócesis de Ibarra, en Ecuador, llega un interesante testimonio de comunión y piedad popular durante la Semana Santa. Laicos de Regnum Christi junto a estudiantes y profesores de la Unidad Educativa “La Salle” y religiosas salesas prepararon las distintas celebraciones de Semana Santa en distintos pueblos a los que fueron enviados, realizando la Liturgia de la Palabra en las pequeñas capillitas o casas comunales. Una iniciativa que complementa la entrevista a Fernando de Haro, autor de una recomendable biografía de Luigi Giussani, fundador de Comunión y Liberación que destaca la actualidad del método de educación en la fe que Giussani puso en marcha y que, hoy, sigue igualmente vigente y activo.

Hans Urs von Balthasar y san Basilio Magno

La sección de Razones de la revista cuenta además con un interesante artículo del profesor y teólogo Juan Luis Lorda sobre Solo el amor es digno de fe, un libro decisivo de Hans Urs von Balthasar. Lorda desentraña las líneas fundamentales de una obra clave de von Balthasar en la que expone su idea de que el cristianismo es esa novedad deslumbrante, que se autodemuestra al superar y transformar toda concepción humana.

Asimismo, Omnes se acerca a la figura de san Basilio Magno, cuya sensibilidad humanista y su pensamiento sobre el servicio a los pobres se muestran con claridad en las comunidades que siguen su regla, que es hoy la base del monacato en la Iglesia ortodoxa.

La píldora abortiva

El número de junio trae consigo además un amplio y documentado reportaje sobre el aborto químico, o en otras palabras, la píldora abortiva cuyas graves consecuencias en la salud de la mujer han vuelto a ser recordadas ante el cruce de sentencias acerca de la legalidad de la mifepristona, vivido recietenmente en Estados Unidos.

Jacques Maritain

El cincuentenario de la muerte de Jacques Maritain, ilustre representante del pensamiento católico del siglo XX, da pie al autor, Jaime Nubiola, para recordar, brevemente, los acontecimientos y líneas clave de pensamiento de este autor que desarrolló un análisis de la sociedad de su tiempo, destacando cómo una nueva cultura cristiana puede transformar las estructuras de la vida social.

Todo esto y mucho más conforman el número de Omnes de junio de 2023. Recuerda que, si eres suscriptor, puedes acceder a estos contenidos a través de tu área personal y si aún no lo eres, puedes darte de alta en alguna de las diversas modalidades de suscripción de la revista a través de la web.

Evangelio

Dios nos hace partícipes de su intimidad. Santísima Trinidad (A)

Joseph Evans comenta las lecturas de la Santísima Trinidad (A) y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·1 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Con demasiada frecuencia adoramos a Dios no como cristianos, sino como piadosos judíos o musulmanes. Insistimos en hablar con Dios -sólo Dios, únicamente Dios- sin darnos cuenta de que este Dios, aunque totalmente uno, es también Trinidad: es decir, tres en uno. Este misterio no es más que eso, un misterio, y además particularmente difícil, y podríamos caer en la tentación de desear que la realidad fuera más sencilla, o al menos que Dios no la hubiera revelado.

Pero tal deseo sería como desear que una maravillosa pieza de música clásica fuera sólo los cuatro simples acordes de la música pop, o que una extraordinaria obra de arte no tuviera tanta profundidad. La belleza del misterio divino es que invita a explorarlo aún más, a sumergirse cada vez más en lo que es como un océano infinito de maravillas por descubrir.

Las lecturas de la fiesta de hoy, Solemnidad de la Santísima Trinidad, comienzan con el momento en que Dios dejó entrever su misterio, revelándose a Moisés en el monte Sinaí. La revelación plena de su gloria habría sido demasiado para Moisés -de hecho, sólo podemos verla en el cielo a través de una elevación especial de nuestra naturaleza por la gracia-, así que Dios lo coloca en la hendidura de la roca, diciendo: “Te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Después, cuando retire la mano, podrás ver mi espalda, pero mi rostro no lo verás”. Dios pasa entonces revelándose como el “Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad“. De este modo, Dios comienza a compartir su intimidad con Moisés y, a través de él, con la humanidad.

Esta es la razón de ser de la revelación de la Trinidad. Dios nos revela su vida interior para que podamos compartirla para siempre en el cielo. Lo entendemos muy bien: cuanto más amas a alguien, más dispuesto estás a abrirle tu intimidad. Y así, queriendo revelarnos la plenitud de su amor por nosotros en Cristo Jesús, y habiéndonos preparado gradualmente a lo largo de la historia para recibir este amor, es a través de Jesús como Dios nos enseña acerca de la Trinidad. Como dice Nuestro Señor a Nicodemo en el evangelio de hoy: “Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna”. Este acto de revelación es para la salvación, como enseña Jesús, pero aún más: es una invitación a la relación. Como vemos en los santos, debemos tener una relación de amor y confianza con cada persona de la Trinidad, amando al Padre a través de Jesús su Hijo, con el Espíritu Santo obrando en nuestra alma. Lo que san Pablo dice a los corintios en la segunda lectura de hoy es como un resumen de esta verdad: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios [es decir, del Padre] y la comunión del Espíritu Santo estén siempre con todos vosotros“.

La homilía sobre las lecturas de la Santísima Trinidad (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Natalidad

Un hijo es una pancarta que dice NO al consumismo, al individualismo, al suicidio colectivo en el que nos hemos embarcado como sociedad hastiada de bienes terrenales, pero sin nada que esperar, sin un sentido común.

1 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Charlando el otro día con un amigo que acaba de ser padre, calculamos que, de haber tenido los beneficios sociales de los que están disfrutando él y su mujer por tener un hijo, el Estado nos debe –a mí, a mi esposa y a toda la familia– más de dos años de baja laboral.

Me parecen bien todos los beneficios que se den desde las administraciones para ayudar a las familias, sobre todo en los primeros años de vida de los hijos, pero vaticino que hará falta algo más que estímulos laborales o económicos si queremos salir del invierno demográfico en el que nos hemos metido.

Y es que, no lo olvidemos, la popularización de los anticonceptivos y el uso del aborto como un método más a finales del siglo XX supuso un cambio de paradigma en lo más profundo de la identidad humana. Los hijos dejaron de ser un regalo sorpresa que nos deparaba (o no) la vida, para convertirse en un objeto al que se accedía solo si entraba en los planes de los padres.

Empezaron, pues a nacer personas por encargo destinadas a satisfacer los deseos humanos más dispares. Quizá usted que me lee fue en su día para sus padres una persona-peluche, una persona-espejo o una persona-parejita. Y obviamente, cosas de la vida, quizá usted no satisfizo para nada los deseos de sus padres pues, en el primer caso su carácter es arisco y olvida siempre llamarlos por su cumpleaños; en el segundo caso, no siguió la carrera de su padre ni quiso heredar el negocio de su madre; y, en el tercer caso, resultó ser del mismo sexo que el primer retoño, fastidiando a uno de sus dos progenitores.  

Los hijos, vengan como vengan, tienen la maldita costumbre de no indicar previa y detalladamente sus especificaciones, como corresponde a cualquier buen producto de Amazon. Muchísimos salen rana y hacen no lo que el solicitante quiere, sino lo que les parece a ellos. Ya ni siquiera se hacen cargo de los padres cuando les llega la hora de ser cuidados, lo que en justicia compensaba el esfuerzo de criarlos. 

Entonces, ¿para qué ser padres?, ¿cómo motivar a las parejas a apostar por la vida? Para responder a esta pregunta no hay más que retroceder unas décadas en el tiempo y analizar lo que pasó en la época en la que fuimos concebidos los llamados baby boomers, los hijos de la explosión demográfica posterior a la Segunda Guerra Mundial. ¿Qué tenían nuestras familias para que la natalidad experimentase un boom de tal calibre? Ciertamente, la pujanza económica ayudó, pero hoy somos mucho más ricos que entonces y todo nos parece poco. Lo que realmente animaba a las familias a no tenerle miedo a los hijos era no tenerle miedo al mañana. El hecho de haber dejado atrás las guerras, hizo que la sociedad mirara hacia delante con ilusión, ya que cualquier tiempo futuro sería siempre mejor que el infierno bélico. Un embarazo era un motivo de alegría porque se consideraba un bien para la familia, para el pueblo, para la sociedad.  

No eran condiciones especialmente buenas en lo económico ni en lo laboral, muchos trabajaban de sol a sol o tuvieron que emigrar, pero había esperanza. En un discurso reciente, el Papa acaba de afirmar precisamente que: «si nacen pocos niños significa que hay poca esperanza», denunciando que las jóvenes generaciones «crecen en la incertidumbre, cuando no en la desilusión y el miedo. Viven en un clima social en el que fundar una familia se está convirtiendo en un esfuerzo titánico, en lugar de ser un valor compartido que todos reconocen y apoyan».

He sido testigo en unas cuantas ocasiones de cómo la gente no tiene reparo en afearle a una madre joven, orgullosa, con su precioso bebé en brazos, el hecho de traerlo al mundo por “lo mal que están las cosas y el mucho trabajo que dan”.

Un bebé es una bofetada al amargamiento general que nos invade, al supuesto progreso con cara de vinagre; es una pedorreta en la cara de los profetas de calamidades; es un grito de esperanza en medio de un mundo ensimismado en darse gusto sin caer en que el hombre y la mujer se realizan en el servicio, en la donación a los otros y al mundo entero.

Un hijo es una pancarta que dice NO al consumismo, NO al individualismo, NO a la pérdida de los vínculos humanos, NO al suicidio colectivo en el que nos hemos embarcado como sociedad hastiada de bienes terrenales, pero sin nada que esperar, sin un sentido común.

Urge volver a los valores intangibles y espirituales, esos que nos hicieron salir de la cueva y progresar como especie mirando hacia adelante, sin miedo al futuro, empujándonos unos a otros como tribu. ¿Quieren hijos? Busquen la fuente de la esperanza que no falla. Vale más que todo el oro del mundo.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Cultura

Los cinco lenguajes del amor

El autor reflexiona sobre el best seller de Gary Chapman que constituye una lectura muy interesante para descubrir los "lenguajes del amor" de uno mismo y de quienes nos rodean.

Juan Ignacio Izquierdo Hübner·1 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Descubrí este libro gracias a Pierluigi Bartolomei. Fue hace unos tres años, en Roma, cuando asistí a una charla suya. Me pareció un romano simpático y extrovertido, un tipo con una mezcla del fuego de Dante y la picardía de Alberto Sordi. Y como es también director de una escuela, casado y padre de varios hijos, era el candidato perfecto para hablar sobre el matrimonio.

Pierluigi tenía una buena relación con su mujer y estaban contentos con los niños. Pero hacía tiempo que ella se quejaba de que él no le decía que la quería. Pierluigi no entendía: trabajaba mucho, la apoyaba en las cosas de la casa, jugaba con los niños, ¿qué más podía hacer para manifestarle su amor? Un día su mujer le pasó un libro:

—Si quieres entenderme, lee esto —dijo.

Se trataba de “Los cinco lenguajes del amor”, de Gary Chapman. Él recibió el ejemplar con cierto asombro… y lo postergó. Se dijo que tenía experiencia de sobra en el asunto del matrimonio, que no necesitaba recetas y dejó el libro sobre la mesilla de noche como para dar la impresión de que lo leería algún día.

Así que ahí se quedó el librito, acumulando polvo. Hasta que la mujer contratacó: sacó todas las revistas que había en el baño y las reemplazó por el dichoso libro. Fue una emboscada perfecta. Sin darse cuenta, Pierluigi fue leyendo y leyendo, y en pocos días había devorado el libro. Este hecho, dice él, en apariencia banal, transformó su matrimonio. Y luego lo catapultó a dar conferencias por toda Italia, pues se sintió llamado a transmitir las ideas de Chapman, adaptadas por él, a toda la gente que lo quisiera escuchar.

Desde que escuché esta anécdota me quedé con la espina clavada. Tiempo después leí el libro y, efectivamente, me fascinó. El argumento es sencillo, tiene 188 páginas y da unas pistas sensacionales. El autor presenta cinco lenguajes del amor, ilustrados con numerosos ejemplos extraídos de la vida real. No es un libro escrito para estudiosos del matrimonio, dice Chapman, sino para quienes viven en él.

El concepto del libro es que el amor tiene “lenguajes”, esto es, tiene maneras distintas de expresarse según cuál sea la personalidad de cada uno. El autor propone que hay cinco lenguajes principales: Palabras de afirmación, tiempo de calidad, dar regalos, actos de servicio y contacto físico. A todos nos gusta que nos hablen en los cinco idiomas, por supuesto, pero usualmente tenemos preferencias por uno o dos que valoramos mucho más que los demás. Descubrir los lenguajes de uno mismo, y más aún los del otro, puede ser un conocimiento sumamente útil.

El desafío mayor es descubrir cuál es el lenguaje preferido del cónyuge (o de los hijos, amigos, etc.), para que seamos capaces de expresar mejor nuestro amor. Las sorpresas están aseguradas, pues es muy posible que no te hayas detenido lo suficiente a aprender el idioma de la otra persona. Y al amar de acuerdo con el lenguaje del otro podemos llenar mucho más eficazmente su tanque de amor y bienestar emocional.

Todo esto podría parecer paradójico. En una época en que los jóvenes depositan su confianza en los sentimientos del enamoramiento, ¿tiene sentido una propuesta de esforzarse para aprender a amar con calidad? Lamentablemente, dice Chapman, según las estadísticas, el período del enamoramiento, donde se ve todo de color de rosa, no dura más de dos años. Lo que viene después es un amor como decisión, es decir, depende de un esfuerzo cotidiano para mantener encendido el fuego del cariño.

Cualquier persona que aspire a tener un vínculo duradero debiera aprender a amar y renovarse siempre en ese empeño; debiera interesarse por el arte de canalizar bien las energías del cariño para que la relación prospere y madure. El amor no puede quedar abandonado a los impulsos de la emoción, sino que debe crecer como resultado de un trabajo de la razón y la voluntad, siempre con la ayuda de Dios. “Los cinco lenguajes del amor” me ha parecido un librito sencillo, entretenido y eficaz. Aunque es del año 1992, este título se sigue vendiendo como pan caliente: está traducido en 50 idiomas, ha vendido 20 millones de copias en inglés y está en el lugar 30 de los libros más vendidos de Amazon. Una salvajada. Es que el autor tocó una tecla que a todo el mundo le interesa. A los matrimonios y a cualquier persona que tenga la ilusión de amar a alguien. Pierluigi Bartolomei, por su parte, leyó este librito y su matrimonio mejoró radicalmente. ¿Y tú, qué esperas?

Los cinco lenguajes del amor

Autor: Gary Chapman
Editorial: Unilit
Páginas: 205
Año: 2017
El autorJuan Ignacio Izquierdo Hübner

Cuestión de modas

Si los cristianos estamos convencidos de la verdad de aquello que vivimos y profesamos, lo pondremos realmente de moda en nuestra sociedad.

1 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Cuando yo era pequeño y mi madre se daba cuenta que se me veían los calcetines… me mandaba quitarme el pantalón para quitarles el dobladillo: ¡vas como si fueras un pescador!

Los únicos que enseñaban los calcetines blancos o con muchos colores eran los payasos en el circo. Hoy es una moda en todas las partes el llevar los pantalones por encima del tobillo y se ve el calcetín (y muchas veces el calcetín con dibujitos…) o la carne.

Se puso de moda llevar los pantalones rotos, ¡y se venden así, rotos! Antes, mi madre me hubiera llamado de todo si hubiera salido con el pantalón vaquero roto ¡se puso de moda. Y así ¡tantas cosas!

Impresionante que estas modas se extendieron inmediatamente por todo el mundo: En América y en Europa, pero también en África y en Asia… ¡Todos lo han asumido como propio! Gente de todas las edades, hombres hechos y derechos, algún ancianillo, los niños y, ¡por supuesto! los jóvenes.

Es cuestión de moda, que nos la transmiten los medios de comunicación, las redes sociales, los influencers y, digo yo, alguna empresa que saca con ello beneficios.

Y yo me pregunto, ¿qué hacemos los cristianos para no poner de moda lo que creemos y vivimos? No somos tan pocos, y parece que lo que nosotros tenemos en el corazón no termina nunca de formar parte de nuestras modas, costumbres o formas…

Hay algo que me falla, los cristianos debemos ser luz, levadura, sal… y con el número de bautizados que somos… ¿Cómo podemos acoger con normalidad leyes que van en contra de la vida, dignidad de la de la familia, de la mujer, del trabajo, de la libertad, de los niños, de la propiedad…?

Si algo tan poco sustancial, como son las modas, se impone como criterio de comportamiento y de normalidad, cuando en sí mismas es indiferente una cosa que la opuesta… ¿Cómo es posible que tengamos tan poca influencia para lo que de verdad es importante, para lo que es transcendental para el ser humano?

El autorJosé María Calderón

Director de las Obras Misionales Pontificias en España.

Vaticano

Cristianos en las redes sociales

Rome Reports·31 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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«Hacia una plena presencia». Así se titula el documento publicado por el Dicasterio para la Comunicación que reflexiona sobre el rol de los cristianos en las redes sociales.

Entre otras cosas, la Santa Sede aboga por usar las redes sociales «de una manera que vaya más allá de los propios compartimentos estancos, saliendo del grupo de los propios «iguales» para encontrar a los otros».


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Vaticano

Firmado un nuevo acuerdo para la protección de menores

La Comisión Pontificia para la Protección de Menores y el Dicasterio para el Clero firmaron el viernes 26 de mayo de 2023 un acuerdo de cooperación e intercambio de información.

Loreto Rios·31 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El acuerdo del 26 de mayo es el segundo de este tipo firmado entre la Comisión Pontificia para la Protección de Menores y una institución de la curia.

Por parte del Dicasterio, el acuerdo está firmado por el prefecto cardenal Lazarus You Heung-Sik y, por parte de la Comisión, por el cardenal Sean O’Malley.

Puntos principales del acuerdo

En el documento se han resaltado tres aspectos principales de interés común. En primer lugar, se propone crear espacios de escucha para las víctimas y para las personas que denuncian casos de abusos.

El segundo punto que se ha destacado es la colaboración en la protección de los contenidos según la Ratio Nationalis, “un documento elaborado y adoptado por cada iglesia particular que regula todos los aspectos de la formación sacerdotal, adaptándolos al contexto cultural local”.

Por último, el acuerdo ha señalado que busca facilitar la formación del clero, que es, por su ministerio, el que más puede hacer para prevenir los casos.

Abrir canales de comunicación

Según la declaración sobre la firma del acuerdo que ha emitido el Vaticano, “la colaboración entre las entidades de la Curia Romana proporcionará información para el Informe anual de la Comisión, tal y como solicitó el Santo Padre en su audiencia privada de abril de 2022 con la PCPM y reiteró en la audiencia privada de mayo de 2023. El cardenal O’Malley declaró: ‘Este segundo Acuerdo de Cooperación marca otro hito alentador para la Comisión en su nueva posición dentro de la Curia.

Este acuerdo con el Dicasterio para el Clero nos permite abrir importantes canales de comunicación con la oficina al servicio de la formación de nuestros sacerdotes en todo el mundo. Los sacerdotes y diáconos son quizá el rostro más visible de la vida cotidiana de la Iglesia, por lo que es esencial garantizar que sus vidas y su ministerio estén sujetos a buenas políticas y procedimientos relativos a la salvaguarda de los niños y las personas vulnerables’”.

Prácticas de prevención

Por otra parte, el comunicado indica que el Prefecto del Dicasterio para el Clero, el cardenal coreano Lazarus You Heung-Sik, “ha acogido con satisfacción esta mayor colaboración: ‘Nuestro compromiso en esta difícil área del ministerio de la Iglesia se expresa aún más con el acuerdo de cooperación de hoy. Esperamos, a través de nuestro esfuerzo conjunto, profundizar nuestra comprensión del impacto de los abusos en víctimas y la mejor manera de acompañarlas, así como ofrecer buenas prácticas de prevención y asistencia a nuestros sacerdotes que están llamados, como ha dicho el Papa Francisco, a ser Apóstoles de la Salvaguarda para sus comunidades’”.

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Vaticano

El Papa elogia la amistad y la coherencia de Matteo Ricci en China

En la fiesta de la Visitación de la Virgen María, el Santo Padre Francisco ha puesto como ejemplo de celo apostólico al jesuita venerable Mateo Ricci, que evangelizó China en el siglo XVI y primeros del XVII, de quien ha destacado “la actitud de amistad con todos, su ejemplaridad y coherencia de vida, y un mensaje cristiano inculturado”. También ha elogiado a los ucranianos y rusos “que viven como hermanos, no como enemigos”.

Francisco Otamendi·31 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco lleva al menos tres audiencias generales consecutivas de los miércoles en las que habla de la evangelización en China, o a las puertas de China. 

En las dos primeras se refirió al ejemplo de san Francisco Javier, que no pudo llegar a entrar en China, y al Santuario de Nuestra Señora de Scheshan en Shangai

En la Audiencia de esta mañana, ha puesto como ejemplo de testigo de fe a “otra figura del celo apostólico, Matteo Ricci” (Las Marcas, Italia, 1552 – Pekín, China, 1610), también jesuita, que consiguió con paciencia establecerse en el sur de China y llegar hasta ser recibido por el Emperador, en Pekín.

Así lo ha contado el Papa: “Después del intento de Francisco Javier, otros veinticinco jesuitas habían intentado inútilmente entrar en China. Pero Ricci y su hermano se preparan muy bien, estudiando cuidadosamente la lengua y las costumbres chinas, y al final lograron establecerse en el sur del país. Fueron necesarios dieciocho años, con cuatro etapas a través de cuatro ciudades diferentes, antes de llegar a Pekín. Con constancia y paciencia, animado por una fe inquebrantable, Mateo Ricci pudo superar dificultades y peligros, desconfianzas y oposiciones”. 

Diálogo y amistad, y vasta cultura

El Pontífice ha revelado “dos recursos” que tenía el P. Matteo Ricci para proseguir su misión: “por un lado, una actitud de amistad hacia todos, unida a una ejemplaridad de vida que causaba admiración; por otro, una vastísima cultura que era reconocida por sus contemporáneos, y que además supo conjugar con un estudio de los clásicos confucionistas, presentando así el mensaje cristiano perfectamente inculturado”. “Esto le posibilitó entrar en el territorio, y con paciencia, irse acercando a la capital”. 

“Vestido como un erudito, gracias a grandes colaboradores, también chinos, fue capaz de ganarse el respeto de todos, y hacer llegar el mensaje de Cristo a sus contemporáneos, a través de su vida de piedad y de sus enseñanzas”, ha sintetizado el Papa Francisco en su alocución a romanos y peregrinos de Italia y de numerosos países.

“Matteo Ricci murió en Pekín en 1610, a los 57 años, consumado por las fatigas de la misión, en particular por su continua disponibilidad a acoger a los visitantes que le buscaban en todo momento para aprovechar su sabiduría y su consejo. Es el primer extranjero al que el Emperador concedió la sepultura en tierra china”, ha explicado el Santo Padre.

Coherencia de vida

En su saludo a los peregrinos de lengua española, el Papa ha animado a pedir “al Señor que nos dé la humildad de sabernos acercar a los demás con esa actitud de amistad, respeto y conocimiento de su cultura y su valores; que sepamos acoger todo lo bueno que hay en ellos, como Jesús al encarnarse, para hacernos capaces de hablar su lenguaje. Que no dudemos en ofrecerles todo lo bueno que tenemos, para dar prueba del amor que nos mueve”.

También ha añadido al final de esta parte de la Audiencia: “Que tengamos la fuerza de vivir con coherencia la fe que profesamos para transmitir el Evangelio del Reino, sin imposiciones ni proselitismo. Que sea ésta la bendición de Jesús y que la Virgen Santa, primera misionera, en esta fiesta de La Visitación, nos sostenga en este propósito”.

Ucranianos y rusos: “vivir como hermanos”

En su saludo a los fieles de lengua italiana, el Romano Pontífice ha alentado a “vivir el Evangelio imitando el ardor apostólico de la Santísima Virgen”, y ha tenido “un pensamiento agradecido para quienes, procedentes de Ucrania, Rusia y otros países en guerra, han decidido no ser enemigos sino vivir como hermanos. Que vuestro ejemplo inspire intenciones de paz en todos, incluso en quienes tienen responsabilidades políticas. Y esto tiene que llevarnos a rezar más por la martirizada Ucrania, y estar cerca de ella”.

También se ha referido el Santo Padre a “hoy, último día del mes de mayo”, en el que “la Iglesia celebra la visita de María a su prima Isabel. por la que es proclamada bienaventurada, por haber creído las palabras del Señor. Dirijan su mirada hacia Ella e implórenle el don de una fe cada vez más valiente. A su intercesión materna encomendemos a todos los probados por la guerra, especialmente a la querida y atormentada Ucrania, que tanto sufre. A todos mi bendición”.

En la última catequesis sobre ‘la pasión de la evangelización, el celo apostólico del creyente’, el Papa Francisco puso también como ejemplo al “gran testigo coreano”, san Andrés Kim Taegon, primer sacerdote mártir de Corea cuando en aquel país asiático tuvo lugar, hace doscientos años, una fuerte persecución.

El autorFrancisco Otamendi

Mundo

Comienza la asamblea anual de las Obras Misionales Pontificias

Esta tarde comienza en Roma la asamblea anual de las Obras Misionales Pontificias, que se celebrará del 31 de mayo al 6 de junio de 2023.

Loreto Rios·31 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La asamblea de las OMP es un evento anual en el que se reúnen el presidente, los directores nacionales de cada país (las Obras Misionales Pontificias cuentan con 120 direcciones nacionales) y los secretarios internacionales. Tendrá lugar en el Istituto Madonna del Carmine, a las afueras de Roma.

La asamblea comenzará con la bienvenida del nuevo presidente, monseñor Emilio Nappa, y la presentación de los nuevos directores.

A continuación, tendrá lugar el discurso del cardenal Luis Antonio Gokin Tagle, proprefecto del Dicasterio para la Evangelización.

El sábado 3 de junio los miembros de la Asamblea serán recibidos en audiencia por el Papa Francisco.

La Iglesia misionera

Como indica OMP, “las Obras Misionales Pontificias tienen, como uno de sus principales objetivos, junto al principal, la animación misionera del pueblo de Dios en todo el mundo, la búsqueda de medios materiales y personales para apoyar a la Iglesia misionera. El carácter universal de esta búsqueda de medios por parte de las Obras Misionales Pontificias se verá con claridad en esta Asamblea. Todos los países aportan según sus posibilidades creándose un Fondo Universal de Solidaridad que recoge, desde las pequeñas pero muy meritorias aportaciones de países como Benín o Angola, a las ya de mayor cuantía de países europeos o de Estados Unidos. Es este Fondo Universal de Solidaridad el que financia los territorios de misión – con una ayuda fija a cada uno de los 1.119 – y los cientos de proyectos “extraordinarios” que estos territorios presentan”.

Este Fondo Universal de Solidaridad recoge las aportaciones de todos los países y con él se financian las necesidades de las misiones.

Justo antes de la Asamblea, los días 29 y 30 de mayo, tuvo lugar un seminario de formación para los nuevos directores, que se desarrolló en el Centro Internazionale di Animazione Missionaria (CIAM).

Los retos de la evangelización

La asamblea es un momento para poner en común los retos de la evangelización y “expresa el carisma y la comunión que caracterizan a las OMP». Es «una oportunidad de compartir y escuchar reflexiones enriquecedoras sobre las actividades de evangelización y sobre los métodos de cooperación propios de las OMP, siempre en el contexto de la misión universal de la Iglesia”, señala Obras Misionales Pontificias en un comunicado.

Según indica Agencia Fides, el jueves 1 de junio el obispo Marco Mellino pronunciará una conferencia titulada “Praedicate evangelium y las OMP”. Después de la ponencia, los participantes tendrán encuentros y grupos de trabajo sobre el Nuevo Reglamento y las OMP en relación a la constitución apostólica Praedicate evangelium. La tarde del 2 de junio tendrán lugar los informes del Consejo de Finanzas y del encargado de la administración, monseñor Carlo Soldateschi.

El sábado 3 de junio, además de la audiencia con el Papa Francisco, el sacerdote Andrew Recepcion pronunciará la conferencia “Sinodalidad y misionariedad”, mientras que el domingo 4 habrá una peregrinación al santuario de Greccio.

El lunes 5 de junio intervendrán el Padre Tadeusz Nowak, OMI, Secretario General de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe, la Hermana Roberta Tremarelli, AMSS, Secretaria General de la Obra Pontificia de la Infancia Misionera, y el Padre Guy Bognon, PSS, Secretario General de la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol.

El martes 6 de junio, después de las últimas ponencias y debates, el obispo Emilio Nappa, presidente de las Obras Misionales Pontificias, pronunciará el discurso de clausura.

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El valor del periodismo católico

Gran parte de la cobertura mediática sugiere que los obispos estadounidenses son la oposición a la agenda del Papa Francisco. El autor desmiente la polarización, y apunta ideas para un periodismo sólido.

31 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Es una desgracia que, en años recientes, la Iglesia católica en Estados Unidos sea más conocida por sus divisiones que por su devoción. A principios de este año, me invitaron a hablar sobre la información que brindan los periodistas católicos sobre estas divisiones.

Formé parte de un panel en las XXVI Jornadas Internacionales de San Francisco de Sales en Lourdes, un encuentro anual de periodistas católicos. Organizadores y participantes se interesaron por lo que estaba ocurriendo en la Iglesia en Estados Unidos. Gran parte de la cobertura mediática sugiere que los obispos estadounidenses son de alguna manera el partido de la oposición a la agenda del Papa Francisco. Esta narrativa conviene tanto a los comentaristas progresistas como a los conservadores. 

En realidad, los obispos estadounidenses no son colectivamente un grupo antipapal. Mientras que algunos son partidarios y otros se sienten incómodos con la agenda del Papa, la mayoría, dije, puede que no siempre entiendan su visión (por ejemplo, la sinodalidad), pero se consideran leales y no les gustan los informes de polarización.

Uno de los motivos del malentendido es que los obispos que se muestran muy críticos con Roma no son rebatidos públicamente por sus homólogos. Los obispos son reacios a hacer públicas estas divisiones, pero su silencio a veces puede causar confusión.

Todo esto afecta a los medios de comunicación católicos. ¿Cómo pueden los periodistas católicos cubrir los acontecimientos honesta y abiertamente cuando existe tal aversión a la mala prensa entre los líderes católicos?

Pero la prensa no está libre de culpa. Tanto en los medios seculares como en los religiosos, las líneas entre opinión, análisis y noticias se han difuminado. Los comentaristas reflejan las divisiones en la Iglesia (progresistas frente a tradicionalistas, por ejemplo), y su cobertura puede exagerar la escala y el alcance de la polarización.

Al mismo tiempo, los líderes eclesiásticos a veces parecen carecer de fe en el adagio evangélico de que «la verdad nos hará libres». La transparencia, tanto en Roma como en las diócesis, es más una virtud predicada que practicada. Esto obstaculiza la labor de los buenos periodistas y favorece la de los malos. Favorece las filtraciones y las fuentes anónimas, y permite que los acontecimientos se manipulen fácilmente para afirmar opiniones preexistentes. 

Como ha demostrado la crisis de los abusos sexuales del clero, una Iglesia que no sea transparente y honesta acabará sufriendo, y el precio que se paga en cinismo y abandono de los fieles es devastador.

La Iglesia en su conjunto, y los obispos en particular, necesitan recuperar el sentido de la finalidad, el valor y la vocación del periodismo católico. Los periodistas deben estar bien formados, pero lo que se necesita no es propaganda. Por el contrario, un periodismo sólido informará y ayudará a formar a los católicos.

El autorGreg Erlandson

Periodista, autor y editor. Director de Catholic News Service (CNS)

Firmas invitadasJoseángel Dominguez

El año cero no existe y la IA lo sabe

Eliminar el nombre de Cristo de las referencias temporales no solo resulta a todas luces inútil, sino que además presenta una muestra de erosión cultural.

31 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Sin dudarlo ni un segundo, el alumno levantó la mano para preguntar. Se le veía agitado, como si mi explicación le hubiera resultado incómoda. Y con cierta vibración en la voz me interpeló con una pregunta que no me esperaba:

-Profesor -dijo, manteniendo el respeto en todo momento- ¿por qué dice constantemente “antes de Cristo” y “después de Cristo” ?, ¿no sería mejor decir “en la era común”?

En mi defensa diré que no me había pasado nunca. En español no es frecuente el uso de esa terminología y desde luego, no me esperaba que un estudiante universitario se preocupara de tal cuestión. Pero yo no desaprovecho ninguna oportunidad de entrar en conversación con alguien que muestra interés. El desinterés sí que no sé cómo afrontarlo, pero discutir ha sido siempre una de mis aficiones. 

-El año cero no existe- respondí, todavía pensando en la mejor forma de contestar a la pregunta de mi interlocutor-, Y eso no tiene mucha lógica. Pero es algo muy humano. Déjenme que me explique.

“Las civilizaciones griega y romana están en la base de la cultura moderna, pero tenían una gran tara en su sistema científico, desconocían el número cero. El número cero es arbitrario en cierta medida, y desconocerlo no frenó a Aristóteles en su filosofía ni a Virgilio en su épica. Pero es cierto que ese dispositivo tecnológico supone un avance indudable para las culturas que lo poseen. Ni Roma ni Grecia conocían el número cero, y así su desarrollo algebraico estaba capado.

Cristo, ¿punto de referencia?

Volviendo a la pregunta de mi alumno. La idea de que la historia tiene un punto de referencia y que ese momento es el nacimiento de Jesús de Nazaret es arbitraria en muchos sentidos. Aún peor: la demarcación de ese año exacto es errónea y hace tiempo que lo sabemos. Dionisio el Exiguo invirtió muchas energías en recomponer la línea temporal que le llevó a concluir el año exacto del Nacimiento de Cristo, pero ahora sabemos que sus cálculos eran erróneos, o por lo menos imprecisos, en unos 6 años. Jesús de Nazaret nació en el año seis antes de Cristo”.

La conversación se estaba animando. El año cero no existe y Jesús nació en el año seis antes de Cristo, pero insisto en usar la terminología “antes de Cristo” para los eventos ocurridos hace más de 2023 años. Mis compañeros de habla inglesa tienden, cada vez más, a usar la nomenclatura “common era” para referirse a las fechas antes y después de Cristo. Y así es frecuente encontrar las siglas BCE o CE (before Common Era / Common Era) en lugar de las tradicionales BC/AD (before Christ / anno Domini). Era patente que esa era la idea subyacente a la pregunta de mi alumno. 

Analizando el proceso de transición que lleva a cada vez más especialistas a usar common era en lugar del clásico “año del Señor”, descubrimos que no es un proceso arbitrario. La tensión en la voz de mi alumno estaba provocada, como él mismo reconoció más adelante, en una sensación de que usar “antes de Cristo” resultaba inapropiado en un contexto científico. Además, esa referencia cristo-céntrica es poco inclusiva: muchos de los estudiantes, y de la comunidad científica en sentido amplio, no reconocen en Jesús de Nazaret al Salvador.

Legítima secularización

No se trata de un proceso arbitrario, pero tampoco nuevo. Hace casi un cuarto de siglo, el Secretario General de las Naciones Unidas decía: “Hay tanta interacción entre personas de diferentes religiones y culturas, diferentes civilizaciones, si se quiere, que es necesaria una forma compartida de calcular el tiempo. Y así, la Era Cristiana se ha convertido en la Era Común” (“Common Values for a Common Era”, Kofi A. Anan, en “Civilization: The Magazine of the Library of Congress”, 28 June 1999). El globalmente respetado Kofi Anan reclama la “Era Común”, y encuadra su propuesta en un proceso de universalización de la cultura cristiana.

En otros ámbitos ese proceso de “apertura” que se aplica a la tradición cristiana ha recibido el nombre de inclusividad, o el de legítima secularización. Un exponente, en cierta medida radical, de esa consideración es el aclamado historiador e investigador Yuval Noah Harari. Digo radical porque en sus discursos no se refrena al categorizar a las religiones como una pura invención humana y como una herramienta para el control. Dice el historiador israelí que: “nosotros usamos el lenguaje para crear mitología y leyes, para crear dioses y dinero, para crear arte y ciencia (…). Los dioses no son una realidad biológica o física. Los dioses son algo que los humanos han creado a través del lenguaje, contando leyendas y redactando escrituras” (Y. N. Harari, Discurso “AI and the Future of Humanity”. Frontiers Forum, Montreux, 29 de abril de 2023.  La transcripción y traducción son mías).

Borrar a Cristo de la cultura

La lógica de este proceso de secularización es evidente, y se podría resumir de este modo: si los hombres y mujeres hemos sido los inventores de las religiones, y esas tradiciones no son físicas o biológicas, se convierten en herramientas de control, y por ende, deben ser erradicadas. No solo en general, sino en los específico, en las huellas culturales más sutiles… lo que nos lleva de vuelta al “antes/después de Cristo”. Sustituir esa expresión por una menos culturalmente marcada.

Mi interlocutor estaba enganchado a nuestra conversación. Nos estábamos entendiendo. Este alumno universitario consideraba su responsabilidad, limpiar el discurso público de las marcas exclusivistas del lenguaje culturalmente cristiano: así -pensaba él- el discurso se hace más inclusivo, respetuoso y menos cristocéntrico.

Inclusividad

Era este el momento para que yo plantease la cuestión que iba a invertir la dirección de la conversación: ¿Es verdaderamente inclusivo sustituir “aC” por “CE”? ¿para qué sirve? Si queremos ver un ejemplo claro de inclusividad cultural en el ámbito de los calendarios, el mejor ejemplo que puedo encontrar es la semana en las culturas cristianas: Son siete días, como los días de la creación según la tradición judía. Uno de los días es el sábado (por el Shabbat judío), el siguiente es el domingo (dies Dominicae, por la resurrección de Cristo, el Dominus), pero el día anterior es el viernes, del latín dies Veneris (el día de Venus) por la diosa romana, y comenzamos la semana el lunes, día de la luna.

En inglés es incluso más interesante, pues los dioses nórdicos hacen su entrada en una semana de origen judía en una época de claras marcas cristianas: Thursday, día de Thor, y Friday, día de Freya, conviven con el domingo, día del sol (Sunday) y el sábado que toma su origen de la tradición romana (Saturday, día de Saturno). 

En contraste con ese proceso inclusivista e integrador que cristaliza en la semana en Occidente, eliminar el nombre de Cristo de las referencias temporales no solo resulta a todas luces inútil (el año 1592 después de Cristo y el año 1592 de la era común, son la misma fecha), sino que además presenta  una muestra de erosión cultural: eliminar una referencia tradicional y cultural es poco inclusivo, pues, al menos, excluye a aquellos que identifican sus raíces con una tradición y cultura específica. De nada sirve una inclusividad que elimina las diferencias.

La inteligencia humana y la IA

Ser consciente de estos detalles nos hace muy humanos. En este contexto, estamos llamados a un liderazgo más humano en tiempo de Inteligencia Artificial (como dice Jesús Hijas en sus obras). La omnipresente IA nos gana al ajedrez, y pronto a la bolsa. Nos va a ganar siempre en la velocidad de proceso, en la precisión y en el alcance de las tareas que realice.

El ser humano, en cambio, destaca en su empatía y autoconciencia. Habilidades que conviene desarrollar especialmente. Colaborando así, la inteligencia humana y la inteligencia artificial, sin eliminar sus diferencias, sino protegiéndolas y desarrollándolas es el camino del éxito, en el año 2023 después de Cristo y en los años que lo seguirán.

El autorJoseángel Dominguez

Co-fundador, Director Ejecutivo CRETIO Foundation

Estados Unidos

San Diego, las prioridades de una diócesis de frontera

La gran Iglesia en los Estados Unidos encierra una gran diversidad, muy perceptible en las diócesis situadas en las fronteras. Ese será el tema de una serie de reportajes en la revista Omnes, reservada para los suscriptores. En particular, la frontera entre México y los Estados Unidos es uno de los espacios transnacionales más dinámicos en el mundo. En el número de junio acudimos a la diócesis de San Diego.

Juan Portela·31 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

En San Diego, colindante con la diócesis mexicana de Tijuana, las prioridades pastorales incluyen la promoción de la vida sacramental; la catequesis y evangelización; la defensa de la dignidad de la vida humana en todas sus etapas; el fomento a la familia y a las vocaciones al matrimonio, al sacerdocio y a la vida consagrada, así como la formación educativa, la formación en la fe y los servicios sociales. Pero uno de los programas más relevantes es el dirigido a inmigrantes. 

Se calcula que en la región que abarca la diócesis hay cerca de 200.000 inmigrantes indocumentados, la mayoría procedentes de México. En consecuencia, “la frontera influye la vida pastoral de toda la diócesis, no solamente las parroquias y escuelas católicas más cerca de la frontera”, explica Aida Bustos, directora de medios de la diócesis de San Diego. Omnes se acerca a varias personas que trabajan con los migrantes y da a conocer algunas de las iniciativas que asume el ministerio pastoral de atención a las personas que cruzan la frontera, haciendo de algunas parroquias y comunidades verdaderos oasis de misericordia.

El tema de portada del número de junio es “Templos del siglo XXI”. En la arquitectura sagrada, campo de encuentro de la liturgia y el arte, se trata de aunar belleza con trascendencia y acogida. Con motivo de un Foro Omnes celebrado en el mes de mayo, en el que participaron varios arquitectos con experiencia en el ámbito de la arquitectura sacra contemporánea, recogemos varias de sus contribuciones. Las fórmulas propuestas varían mucho, naturalmente, en función de los gustos subjetivos y las sensibilidades personales. La diversidad de las consideraciones de arquitectos como el español Ignacio Vicens o el norteamericano Steven J. Schloder, que se han traducido en nuevas iglesias muy conocidas, enriquecen el dossier sobre arquitectura sagrada contemporánea.

La revista Omnes atiende siempre a la información acerca de lo que está ocurriendo en la Iglesia de todo el mundo. Los lectores encontrarán en el mes de junio una entrevista con Thierry Bonaventura, la persona responsable de Comunicación en la Secretaría del Sínodo de los Obispos, que explica algunos aspectos (no sólo comunicativos) del proceso sinodal al que el Papa Francisco ha convocado a la Iglesia. En la sección de Roma se presentan los demás campos de actualidad sobre el Vaticano y el Papa, y en un apartado específico se resumen y comentan las enseñanzas del Romano Pontífice.

“Razones” es un bloque informativo propio. En el presente número ofrecemos un reportaje sobre el aborto químico, a partir de las controversias en los Estados Unidos acerca de la mifepristona. Y en la sección sobre la “Teología del siglo XX”, en la que el teólogo Juan Luis Lorda desgrana mes a mes las personas y los movimientos más relevantes que influyen en la teología reciente, nos acercamos a la figura del teólogo suizo Hans Urs von Balthasar.

En el apartado “Cultura” se recuerdan en esta ocasión la vida y la obra del filósofo francés Jacques Maritain. Asimismo, se reseñan libros de publicación reciente y se incluye la crítica de series de televisión.

Cada número incluye, además, unos comentarios a las lecturas de la liturgia de cada domingo; una sección dedicada a las situaciones prácticas en la vida sacerdotal, que este mes presenta algunas sugerencias pastorales para la superación de las adicciones; y recoge iniciativas y testimonios de personas en todo el mundo que trabajan cada día por difundir el mensaje evangélico, con creatividad e ilusión.

Damos a los lectores la bienvenida a la revista Omnes, sólo por suscripción, que puede realizarse AQUÍ.

El autorJuan Portela

Omnes en Estados Unidos: un nuevo modo de informar

Omnes llega en una nueva versión adaptada a Estados Unidos, con la ilusión de ofrecer a los lectores de habla española del país contenido de calidad para informar sobre la Iglesia.

31 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Hoy se hace realidad un nuevo proyecto informativo sobre la vida de la Iglesia, expresado sintéticamente en la fórmula con que se define Omnes: “una mirada católica a la actualidad”. Es un paso importante, aunque ahora necesariamente modesto en un país como los Estados Unidos de América donde hay numerosas empresas informativas, también en el ámbito católico, y algunas con gran calidad.

¿Qué aporta, entonces, este nuevo medio de comunicación religiosa? Principalmente, Omnes aporta el propósito de prestar un servicio a la evangelización, mediante un determinado estilo informativo basado en tres características principales:

  • Tiene un planteamiento constructivo. No entendemos que nuestro servicio a la Iglesia pueda basarse en la crítica o en la polarización. Queremos estar lejos de polémicas personales o de posiciones partidistas. Optamos por cultivar la unidad de la Iglesia, sobre la base de los fundamentos comunes de la fe católica.
  • Pretende ofrecer una información analítica, para que los lectores puedan conocer los hechos en una perspectiva más amplia y profunda, y entender su alcance real. Omnes intenta acudir a las fuentes de las noticias, orientar con referencia a los contenidos de la fe, y ofrecer también materiales específicamente formativos, que sirvan para continuar creciendo intelectual y espiritualmente. 
  • Omnes quiere ser una referencia para toda clase de lectores (“todos” es el significado de la palabra latina “Omnes”). Algunos buscarán argumentos y recursos; otros, creyentes o no creyentes, querrán estar al tanto de la vida de la Iglesia; habrá gente propiamente “de Iglesia” que busque contar con un medio de formación continua, sean laicos o laicas, sacerdotes o religiosos y religiosas. 

Un cuarto rasgo de Omnes en los Estados Unidos aparece en algo que los lectores han podido percibir desde la primera línea: nuestro medio está redactado en idioma español (aunque la website puede leerse en inglés mediante un instrumento de traducción automática, e igualmente en francés, polaco, alemán, italiano y portugués). La razón es que nuestro público principal son las comunidades latinas: ponemos en manos de los encargados del ministerio hispano, y de cada uno de los hablantes de español en los Estados Unidos, un instrumento informativo y formativo para sostener y hacer crecer la fe de sus raíces.

Omnes utiliza la variedad de canales posibles en el mundo digital. Los dos formatos principales son la website www.omnesmag.com, que refleja diariamente los contenidos de mayor actualidad informativa; y la revista Omnes, reservada a los suscriptores, y nutrida con temas de fondo o específicamente formativos. Los acompañan informaciones y materiales por Newsletter, podcast, WhatsApp y otras redes sociales, Foros y encuentros, etc.

Finalmente, queremos subrayar que, si Omnes es para todos, deberá avanzar también con la aportación de todos sus lectores. Si ahora es el momento de comenzar, el camino se recorrerá contando con las sugerencias y propuestas de los lectores.

El autorOmnes

La fe en las nuevas generaciones hispanas

La Iglesia debe abordar y desafiar convincentemente a la cultura hegemónica para presentar una alternativa viable en una cultura sustentada en el materialismo y la ambición.

31 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Aun cuando la fe católica es la que profesa la mayoría de los hispanos en Estados Unidos, también es la que pierde a más latinos en comparación con cualquier otro grupo religioso, con un creciente número de hispanos que afirman no tener filiación religiosa. Estos son algunos de los hallazgos más relevantes de la encuesta del Pew Research Center publicada el pasado 13 de abril.

En 2010, 67 % de los hispanos de Estados Unidos afirmaban ser católicos. Esta cifra cayó drásticamente al 43 % en 2022, pero ya en 2018 se ubicaba en 49 %. Casi uno de cada cuatro hispanos son ex católicos. Del 65 % de los hispanos que afirman haber sido educados como católicos, el 23 % reconoce que no se identifica más con esa religión. Algunos se han incorporado a otra fe, principalmente a la protestante, mientras que la mayoría no pertenece ya a ninguna Iglesia.

Los protestantes son el segundo grupo religioso más grande para los hispanos, con 21 %. Entre los hispanos que residen en Estados Unidos, el 39 % asegura que la religión es «muy importante». Entre los hispanos evangélicos, un 73 % afirma lo mismo, y el 46 % de los hispanos católicos piensa igual. Entre los hispanos católicos de Estados Unidos, un 22 % va a la iglesia semanalmente o más seguido. Solo el 1 % de los que dicen no tener filiación religiosa hace lo mismo.

Los hispanos que se identifican como ateos, agnósticos o «nada en particular» se ubican en el 30 %, en contraste con el 10 % que pertenecía a esta categoría en 2010 y al 18 % en 2013. Debe hacerse notar que el 29 % de los hispanos que no practican ninguna fe siguen orando al menos una vez a la semana. Casi una cuarta parte de todos los hispanos de Estados Unidos son ex católicos.

El abandono del catolicismo es más pronunciado entre los jóvenes de 18 a 29 años. En este grupo poblacional, el 49 % afirma no tener ninguna filiación religiosa. Por su parte, en los grupos de 50 a 64 años, y de 65 años y más, es menos común que se identifiquen en esta categoría, con un 20 % y 18%, respectivamente. Aun así, estas cifras son significativas.

Entre los hispanos nacidos fuera de Estados Unidos y radicados aquí, 52 % pertenece a la Iglesia católica, y 21 % afirma no tener ninguna filiación religiosa. En contraste, 36 % de los hispanos nacidos en Estados Unidos profesan la fe católica y 39 % no tiene ninguna filiación religiosa. El idioma también desempeña un papel relevante: 56 % de los hispanohablantes se identifican como católicos, en contraste con el 32 % de los anglohablantes. Esta cifra se ubica en 42 % entre los bilingües encuestados.

La reducción en el número de hispanos que profesan la fe católica -sobre todo, pero no exclusivamente, entre los jóvenes- debe ser motivo de atención para los líderes de la Iglesia. Los obliga a idear formas innovadoras de evangelización que consideren lo que es más importante en las vidas de las personas, y que para muchas de ellas es el éxito material. Los hispanos que asisten a Misa y que viven una vida católica no deben darse más por sentado.

Una crisis, momento de cambio

Parece más que evidente que el estilo de vida estadounidense, basado en el entretenimiento y en la acumulación de dinero y de bienes materiales, obnubila a los hispanos con respecto a sus raíces y valores católicos. Los deja vacíos en aspectos cruciales de sus vidas. Muchas personas tienen dos o tres empleos para intentar progresar, dejando de lado la reflexión y la espiritualidad.

Hay un grave retroceso en la valoración de la fe que delineó y dio sustento a las culturas latinoamericanas. Durante siglos, la Iglesia ha jugado un papel central en los países latinos y sus culturas, por lo que el catolicismo es, también, cimiento fundacional en la formación del ser humano.

A los líderes eclesiásticos les aguarda la tarea ineludible de presentar el catolicismo de una manera más dinámica y atractiva, capaz de hacer entender la importancia histórica y contemporánea de la fe. De alguna manera, la Iglesia debe abordar y desafiar convincentemente a la cultura hegemónica para presentar una alternativa viable en una cultura sustentada en el materialismo y la ambición para, así, tener éxito en ese terreno. La Iglesia puede emular la práctica evangélica y su compromiso de ir en busca de la gente en lugar de sentarse a esperar que las personas lleguen a la iglesia.

Asimismo, hay una batalla política e ideológica que debe librarse. Según la encuesta de Pew, los ex católicos señalaron la falta de inclusión de la comunidad LGBTQ, los escándalos de abuso sexual y el impedimento para que las mujeres puedan ser ordenadas, como algunos de los factores clave que los orillaron a abandonar su Iglesia. En este sentido, la Iglesia debe demostrar también un alto grado de sensibilidad y sofisticación para defender sus enseñanzas de manera convincente.

Sin un esfuerzo concertado y creativo por parte de la Iglesia para atender estas y otras deficiencias, la pérdida de católicos hispanos continuará sin cesar, socavando aún más la fe que de verdad llega al corazón de la comunidad hispana.

El autorMario Paredes

Director Ejecutivo de "SOMOS Community Care"

Cultura

Rafael Navarro-Valls: “Joaquín quería acceso al Papa y transparencia”

Hace unos días se han presentado en la Universidad CEU San Pablo las memorias de Joaquín Navarro-Valls, portavoz de la Santa Sede durante veintidós años (1984-2006), en los pontificados de san Juan Pablo II y Benedicto XVI. Su hermano, el catedrático y académico Rafael Navarro-Valls, ha impulsado y revisado el libro, titulado ‘Mis años con Juan Pablo II. Notas personales’, y responde a las preguntas de Omnes.

Francisco Otamendi·31 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

El 24 de mayo de hace cuatro años, el entonces director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, quiso dar el nombre de Joaquín Navarro-Valls a la sala de trabajo de los periodistas acreditados ante la Oficina de Prensa del Vaticano.

“Dar el nombre de Navarro-Valls, que también había sido presidente de la Asociación de la Prensa Extranjera en Italia, a la sala donde los periodistas acreditados trabajan cada día informando sobre el Vaticano, dije, es ‘un signo para subrayar que, en la Iglesia y en la Santa Sede, la información cuenta y debe contar siempre más’”, manifestó Alessandro Gisotti en la presentación en el CEU del libro editado por Espasa. Un acto al que asistieron el Nuncio de Su Santidad Bernardito Auza, el cardenal Rouco Varela, el presidente de la Academia de Jurisprudencia y Legislación, Manuel Pizarro, y la rectora de la Universidad CEU San Pablo, Rosa Visiedo, entre otras personalidades.  

A juicio de Gisotti, ahora subdirector editorial de los Medios Vaticanos, “éste es ciertamente, el legado más importante y duradero, en mi opinión, que nos ha dejado el direttore Navarro: la comunicación es fundamental en el mundo de hoy y esto vale también para la Iglesia y la Santa Sede”

En la entrevista con Omnes, Rafael Navarro-Valls ha subrayado algo que manifestó también Alessandro Gisotti: “‘Joaquín Navarro Valls no fue un portavoz, fue el portavoz’, elogiando su prestigio entre todos los periodistas acreditados ante la Santa Sede”. 

Hablaron también en el acto Diego Contreras, editor y profesor de la Universidad de la Santa Cruz (Roma); el ex portavoz del gobierno Iñigo Méndez de Vigo; Jesús Trillo-Figueroa, abogado del Estado y miembro del Consejo de Honor del Instituto Karol Wojtyla-Juan Pablo II; y Fernando Lostao, director de la Fundación Ángel Herrera Oria, que moderó el acto.

Rafael Navarro-Valls, presidente de la Conferencia Permanente de Academias Jurídicas Iberoamericanas, y vicepresidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España, ha comentado así el libro de su hermano Joaquín.

¿Cuál ha sido su tarea en la génesis y edición de este libro de notas personales de su hermano Joaquín sobre el Papa San Juan Pablo II?

–Mi intervención consistió en revisar la excelente versión preparada por el editor, Diego Contreras, hacer algunas sugerencias, y animar a Joaquín cuando vivía para que concluyera la versión contenida en más de 600 páginas de anotaciones. El portavoz durante 22 años anotó día a día sus impresiones, con un esfuerzo grande, pues lo hacía al final de jornadas llenas de incidencias y que le suponían un notable trabajo. 

Ud. coordinó la edición del libro ‘Navarro-Valls, el portavoz’, con valiosos testimonios sobre su hermano Joaquín y su trabajo en la Santa Sede. ¿Aquél es un libro sobre su hermano, y éste es un libro sobre san Juan Pablo II?

–Efectivamente, el libro “El portavoz”, que tuve el honor de coordinar, contiene 20 testimonios de personalidades de Europa y América sobre Joaquín. Es un libro de declaraciones de personas que le conocieron y trataron. Naturalmente hay también referencia a S. Juan Pablo II, pero como usted dice se centra más en la figura del portavoz.

Las Memorias de Joaquín miran hacia Juan Pablo II, de modo que el narrador queda más en la penumbra. Pero al tratarse de un libro que cubre un arco de más de 20 años, es inevitable que también aparezca la figura de Joaquín.

Mis años con Juan Pablo II

Autor: Joaquín Navarro-Valls
Editorial: Espasa
Páginas: 640
Año: 2023

¿Le consultó su hermano la propuesta de Juan Pablo II de dirigir la Sala Stampa y ser portavoz de la Santa Sede? ¿Le habló de alguna condición que pondría para aceptar el puesto? Se ha mencionado una: el acceso al líder, al Papa en este caso.

–Más que consultarme, me informó de que le habían propuesto esos cargos. A mí me pareció una elección afortunada y le hablé del mucho bien que podría hacer desde ese puesto. Efectivamente me refirió que había puesto dos condiciones: contacto directo con el Papa y transparencia. De ahí las muchas veces que comió y cenó con él, y su acceso frecuente al mismo. En este acceso desempeñó un papel importante el propio secretario personal del Papa, Mons. Stanislaw Dziwisz. Respecto a su empeño de hacer transparente la Sala de Prensa, recuerdo su decisión de comunicar a la prensa el principio de Parkinson que tenía Juan Pablo II, lo que supuso un encontronazo con la Secretaría de Estado.

Usted es miembro del Opus Dei desde hace muchos años, como lo era su hermano Joaquín. ¿Le comentó algo que le dijera el beato Álvaro del Portillo, prelado del Opus Dei esos años, o luego su sucesor, Mons. Javier Echevarría?

–Los miembros del Opus Dei somos absolutamente libres – y correlativamente responsables- del ejercicio de nuestra labor profesional. No creo que recibiera “consignas” de la Prelatura. Nunca hablamos de este extremo.

El martes se presentó este libro en el CEU. ¿Alguna idea que le parezca oportuno subrayar de lo que se dijo ahí? 

–Todos los ponentes hicieron intervenciones muy inteligentes. Por decir una que me impactó, Alessandro Gisotti, que fue portavoz de la Santa Sede y actual subdirector editorial de los Medios Vaticanos, observó que “Joaquín Navarro Valls no fue un portavoz, fue el portavoz”, elogiando su prestigio entre todos los periodistas acreditados ante la Santa Sede

¿Es posible ser amigo, muy amigo, de un Papa? Su hermano lo era, por lo que se puede apreciar. Con amistad filial, ha dicho usted, le veía y trataba como a un Padre. ¿El Papa le veía como a un hijo? Hay fotos que hablan. 

–Joaquín negaba que él pudiera ser amigo del Papa. Y citaba a Platón que decía que para que haya amistad entre dos personas es necesaria una cierta igualdad entre ellas. Mi hermano añadía que la distancia entre Juan Pablo II y él era enorme. Pero la verdad es que entre ellos existía amistad. Basta ver las fotos a que usted se refiere para descubrir la complicidad entre ellos. En mi modesta opinión, Platón no tenía razón: cabe la amistad entre desiguales.

El Papa hacía con mucha frecuencia bromas sobre él y su misión de portavoz. En ellas se detecta ese afecto que existe entre un padre y un hijo.

Dígame algo que no esté en el libro, o que pudo estarlo y no lo está. Alguna confidencia que le hiciera su hermano.

–Recuerdo que en la conferencia de El Cairo utilizó palabras duras para describir la diferencia entre lo que Al Gore – vicepresidente de Estados Unidos- decía (“no pretendemos defender la utilización de los textos para potenciar el aborto”) y lo que , al mando de su equipo,  se hacía en realidad. Públicamente afirmó Joaquín: “El borrador de documento sobre la población, cuyo promotor principal es Estados Unidos, contradice la afirmación del Sr. Gore”. Por si hubiera dudas, cuando un periodista norteamericano preguntó al portavoz: “Afirma usted que el vicepresidente de Estados Unidos miente”. Joaquín sin inmutarse respondió: “ Sí, eso es lo que digo”. Esto último lo omitió en el libro.

Y ahora, algo que sí esté. Son 640 páginas, y hace un favor a los lectores.

–Joaquín tenía una gran cabeza, pero también gran corazón. Dos veces en el libro se describen las lágrimas del portavoz: una, cuando ante millones de personas que seguían sus palabras por televisión, anunció la extrema gravedad de Juan Pablo II. La otra, cuando lee a Juan Pablo II un despacho de la agencia Reuters que recogía unas palabras del cismático Lefebvre sobre el Papa: que si era un hereje, que ya no tenía fe católica, etc. No pudo terminar de leer estas cosas. Se le hizo un nudo en la garganta y se le saltaron las lágrimas. San Juan Pablo II, le animó a continuar y para distender la tensión aludió a la posible enfermedad de Lefebvre. Joaquín replicó que, como médico, podía entender una enfermedad, pero que también el diablo puede actuar en la historia a través de la enfermedad.

Joaquín Navarro-Valls fue portavoz de la Santa Sede durante veintidós años, en los pontificados de san Juan Pablo II y Benedicto XVI, el primer no italiano en ese cargo, y desempeñó un papel relevante en la diplomacia vaticana. Esto sorprende un poco…

–Sí, es muy excepcional que un portavoz de los “Grandes” permanezca tanto tiempo en el puesto. Incluso su cese durante el pontificado de Benedicto XVI fue a petición propia. Recuerdo que la RAI hizo un programa de gran repercusión conectando simultáneamente con tres portavoces de tres “grandes”: el de Estados Unidos, el de la Unión Soviética y Joaquín por la Santa Sede. En un momento de la conversación a tres bandas, los portavoces de los dos grandes países (estuvieron en su cargo no más de seis años, Joaquín estuvo 22) manifestaron su estupefacción por la permanencia de Joaquín durante tantos años. Eso fue posible por la gran compenetración entre el “Jefe” y su portavoz.

navarro valls
Joaquin Navarro-Valls sostienen el micrófono a Juan Pablo II durante el vuelo a México en 1999. (©CNS file photo by Nancy Wiechec)

Ha explicado usted que Juan Pablo II planteó tres frentes: la batalla contra el proceso de secularización; el segundo, el bloque soviético: su objetivo fue proteger los derechos humanos; y en el tercer mundo, “el enemigo era el increíble marasmo de la pobreza”. ¿Algo que añadir o precisar?

–Esos tres frentes se describen a lo largo de todo el libro. Pero lo verdaderamente interesante es la gran serenidad y buen humor con las que Juan Pablo II encaraba los graves temas que debía abordar. Es decir, el lado humano y espiritual de un santo. A Joaquín le fascinaba el “lado humano” del Pontífice: su valentía y coraje, su alegría profunda, su reciedumbre y armonía de espíritu, etc. Naturalmente, también su faceta espiritual y virtudes anejas. Por ejemplo, cómo rezaba. En la Nunciatura de un país africano, donde se alojaban, Joaquín entró un momento en la capilla y se encontró al Papa rezando de bruces ante el Sagrario. Joaquín esperó hasta una hora y salió sin hacer ruido. A la mañana siguiente preguntó a las religiosas a qué hora se había retirado el Papa a su dormitorio. Le dijeron que había pasado toda la noche en oración.

¿Puede referir una anécdota sobre la petición de misericordia de Juan Pablo II para un condenado en Estado Unidos?

–Está contenida en el libro. En síntesis, sucedió así. En uno de los múltiples viajes de Juan Pablo II, llegó a la ciudad de San Luis (Misuri, USA). Se enteró, a través de Joaquín, de que un convicto de asesinato, veterano de Vietnam (Darrell J. Mease) iba a ser ejecutado durante su visita. El Papa intercede por su vida ante el gobernador. El jefe de prensa de este sugiere que Juan Pablo II se lo pida directamente al gobernador. Así, al concluir una solemne ceremonia en la catedral de San Luis, en la que están sentados en la primera fila el presidente Clinton y el gobernador Carnaham, el Papa se detiene ante el gobernador y con toda sencillez le dice : “Have merci on Mr. Mease” (Tenga misericordia del señor Mease). Con idéntica sencillez el gobernador contesta: “I will do it” (lo haré). De este modo, el condenado salvó la vida.

También ha contado usted un suceso relativo a la canción My Way, de Frank Sinatra. Juan Pablo II ya es santo. ¿Lo era su hermano, a su juicio?

–Creo que Joaquín era un hombre con muchas virtudes humanas y también sobrenaturales. Cuando mis hermanos y yo trasladábamos el féretro de Joaquín al coche fúnebre, es verdad que de modo inexplicable se disparó mi móvil y comenzamos a escuchar los acordes de una de las canciones preferidas de Joaquín: My Way. Interpreté que era un modo de decirnos que estaba en camino de llegar a buen puerto.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

La Santa Sede presenta el Pacto Mundial por la Familia

El Pacto Mundial por la Familia (Family Global Compact) es una iniciativa del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, junto con la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, que busca subrayar la importancia antropológica y cultural de la familia.

Loreto Rios·30 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

A las 11.30 horas del martes 30 de mayo, se ha retransmitido en directo desde la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Aula San Pío X, la rueda de prensa para el lanzamiento del Pacto Mundial por la Familia (Family Global Compact). Han intervenido la hermana Helen Alford, presidenta de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales; la Profesora Gabriella Gambino, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida; y el Profesor Pierpaolo Donati, sociólogo y miembro de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales. También estaban presentes en la sala, a disposición de los periodistas, el Profespr Stefano Zamagni, ex Presidente de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, y el doctor Francesco Belletti, director del Centro Internacional de Estudios sobre la Familia (CISF).

El Pacto Mundial por la Familia

El Pacto Mundial por la Familia es una iniciativa promovida por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, junto con la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, con la colaboración del Centro Internacional de Estudios sobre la Familia.

En palabras del Papa en su mensaje para el lanzamiento del pacto del 13 de mayo de 2023, el Pacto Mundial por la Familia es “un programa común de acciones encaminadas a poner en diálogo la pastoral familiar con los centros de estudio y de investigación sobre la familia presentes en las universidades católicas de todo el mundo, para promover la familia a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia”.

Se ha subrayado la importancia del papel insustituible que la familia tiene en la sociedad y de la labor de investigación de universidades católicas en este ámbito. Este es el motivo de que el Pacto Mundial por la Familia busque fomentar la colaboración entre la pastoral familiar y los centros de estudio sobre la familia.

Así lo indicaba también el Papa en su mensaje: “El objetivo es la sinergia, es asegurar que la pastoral familiar en las Iglesias particulares utilice más eficazmente los resultados de la investigación y de los esfuerzos de enseñanza y formación que tienen lugar en las Universidades (…) Juntos, las Universidades católicas y la pastoral pueden promover mejor una cultura de la familia y de la vida que, partiendo de la realidad, ayude a las nuevas generaciones a apreciar el matrimonio, la vida familiar con sus recursos y desafíos, la belleza de engendrar y apreciar la vida humana”.

La familia, fundamento de la sociedad

La hermana Helen Alford ha señalado que vivimos una época de luces y sombras en lo que respecta a las familias, ya que, si bien esta “sigue siendo un valor central en la vida de las personas”, es cierto que “asistimos a un debilitamiento de la familia”, debido en gran parte a las tendencias individualistas contemporáneas y “a medida que las familias se debilitan, también lo hacen las estructuras sociales”. Sin embargo, Alford mira el futuro con optimismo, comentando que “en los debates de la sesión plenaria del año pasado quedó claro que la familia sigue siendo una estructura social muy resistente, capaz de absorber choques y de proporcionar apoyo y curación a personas en circunstancias muy diversas”.

Ha subrayado la “contribución fundamental que la familia realiza en apoyo de la sociedad, especialmente gracias a su papel en la formación, el mantenimiento y la profundización de la capacidad de establecer relaciones en un mundo que experimenta tanta soledad y el sufrimiento que de ella se deriva”.

Las cuatro etapas del Pacto

La Profesora Gabriella Gambino, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida señaló que “el Pacto Mundial por la Familia no es un programa estático destinado a cristalizar ciertas ideas, sino un camino propuesto a las universidades católicas para profundizar y desarrollar la antropología cristiana y el mensaje que transmite sobre el matrimonio, la familia y la vida humana”.

También ha explicado que, como indicó el Papa en el mensaje del 13 de mayo, el Pacto prevé cuatro etapas:

1. Activar un proceso de reflexión, diálogo y de mayor colaboración entre los centros universitarios de estudio e investigación que se ocupan de temas de la familia, para que su actividad sea más eficaz y fructífera, en particular mediante la creación o el relanzamiento de redes de institutos universitarios inspirados en la Doctrina Social de la Iglesia.

2. Crear una mayor sinergia entre la Iglesia y los institutos universitarios de estudio e investigación que se ocupan de temas de la familia a la hora de planificar contenidos y objetivos. A nivel eclesial, la acción pastoral necesita un apoyo concreto del pensamiento académico de los centros universitarios de inspiración católica.

3. Revitalizar la cultura de la vida y de la familia en la sociedad, para que de ella se deriven propuestas estratégicas y objetivos para las políticas públicas.

4. Una vez las propuestas han sido elaboradas, promover la colaboración entre la Iglesia y las universidades católicas en la planificación de contenidos y objetivos.

El logotipo

Gambino también ha comentado que otro de los objetivos del pacto es “desarrollar y ampliar las redes ya existentes de institutos y centros para la familia que se inspiran en la Doctrina Social de la Iglesia”. Entre ellas, ha señalado a Rediuf, la Red Internacional de Institutos Universitarios para la Familia.

Gambino explicó el significado del logotipo: “Está compuesto por tres elementos: una red, una familia y una cruz.La red es la red mundial que conecta idealmente a las universidades y centros universitarios a los que se propone el Pacto Mundial y que se inspiran en la Doctrina Social de la Iglesia Católica. Al mismo tiempo, representa la visión de una red dinámica entre las familias -el sujeto y no el objeto del Pacto- y entre los distintos actores de la sociedad civil, la economía, el derecho y la cultura movilizados en favor de las familias.La familia, como sujeto del Pacto Mundial de la Familia, está en el centro del logotipo.

Las personas representan una familia que es fuente y origen de una vida social inspirada en la solidaridad y el desarrollo de la persona. La vida humana, por su parte, está representada por la mujer embarazada, para profundizar en el tema de la vida naciente y el cuidado de toda vida humana. La generatividad es también imagen de un tiempo nuevo que queremos impulsar con la adhesión al Pacto Mundial: un compromiso común para fomentar el protagonismo de la familia en la economía, en la sociedad, en el desarrollo de la persona humana y del bien común.La cruz cristiana es la representación de los valores que mueven el Pacto. Es símbolo de esperanza, de amor y de futuro”.

El proceso de investigación

El profesor Pierpaolo Donati ha subrayado que “la idea del Pacto Mundial por la Familia es estimular la aplicación de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia en los estudios e investigaciones realizados en las universidades católicas o de inspiración católica”.

Para poner en marcha este proyecto, “el CISF [Centro Internazionale Studi Famiglia] tuvo primero que elaborar una lista, lo más completa posible, de las universidades católicas, especificando aquellas en las que existe un centro de estudios e investigación dedicado a la familia. (…) A estas se les enviaron a continuación dos cuestionarios para conocer en detalle sus actividades. La información más completa procedía de 30 universidades. A continuación se organizaron tres seminarios web con todos los centros que se declararon disponibles (de hecho, principalmente de Europa y América Central y del Sur, algunos de América del Norte y un par de África).

(…) Las principales conclusiones fueron: (i) la debilidad del apoyo (incluido el financiero) a la investigación en este campo en comparación con otros campos; (ii) el relativo aislamiento de cada Centro (con la excepción de la red Redifam de Centros Hispanoamericanos); (iii) las evidentes deficiencias en la multidisciplinariedad y transdisciplinariedad de la investigación sobre la familia, que, como ‘objeto multifacético’, debería tratarse vinculando aspectos biológicos, sociales, jurídicos, económicos, culturales, de servicios y de política social, incluidos los aspectos pastorales, mientras que predomina el interés por temas filosóficos y relacionados con los valores (iv) la necesidad de una mayor creatividad en la investigación, habiéndose constatado una escasa capacidad para anticiparse a los temas más relevantes; y (v) la necesidad de vincular la investigación, y los estudios en general, a las implicaciones operativas en términos de servicios, políticas sociales y actividades pastorales (…)”.

El portal del Pacto Mundial por la Familia

Habrá una web dedicada al Pacto, a la que se podrá acceder a partir de hoy: www.familyglobalcompact.org. En ella, estará disponible el texto del pacto en tres idiomas (italiano, inglés y español), una versión resumida en esos tres idiomas, el mensaje del Papa, la explicación del logotipo y un correo electrónico de referencia para obtener información y solicitar la adhesión al Pacto.

La rueda de prensa del lanzamiento del Pacto Mundial por la Familia
Teología del siglo XX

Los trabajos del cardenal Mercier

Un capítulo particularmente interesante en el cardenal Mercier fueron las conversaciones ecuménicas con representantes del mundo anglicano. Las “conversaciones de Malinas” ocuparon la última parte de su vida (1921-1926).

Juan Luis Lorda·30 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

Desirée-Joseph Mercier (1851-1926) fue un notable profesor de filosofía, fundador del Instituto de Filosofía de la Universidad de Lovaina y representante de la neoescolástica. Como arzobispo de Malinas (Bruselas), impulsó la universidad y la formación del clero, fomentó conversaciones con el anglicanismo e intervino en los grandes asuntos de la Iglesia al inicio del siglo XX.

León XIII (1810-1903) llegó al pontificado (en 1878) con bastante edad (67 años) y una experiencia de treinta y dos años como obispo de Perugia (1846-1878) en una época de desencuentros con la Modernidad. La Santa Sede acababa de perder los Estados Pontificios (1870), los regímenes liberales en medio mundo habían combatido a la Iglesia durante un siglo (y la habían expropiado de todo lo que pudieron), muchas instituciones católicas se habían hundido o habían sido prohibidas, aunque surgían otras. Había contestación e inquietudes doctrinales en el mundo católico por la influencia de las nuevas corrientes de pensamiento. Y las naciones se agitaban con las tensiones de la revolución industrial. Se necesitaba mucho ánimo y discernimiento. Y León XIII, pese a su apariencia frágil, los tuvo.

La voluntad de León XIII

En las primeras semanas, ya entró a todos estos importantes temas, pensando que su pontificado sería corto (sin embargo, duraría veinticinco años, para sorpresa suya y ajena). Y al cabo de un año publicó Aeterni Patris (1879), recomendando la filosofía tomista en los estudios eclesiásticos. Lo apoyó con nombramientos de profesores en Roma (Gregoriana, Antonianum) y fuera. Pidió formalmente al cardenal de Malinas (Bruselas) que dotara una cátedra de filosofía tomista en la Universidad de Lovaina. Esta universidad católica había sido refundada en 1834, y había sobrevivido bien a la debacle del siglo.

El episcopado belga se resistió por motivos de oportunidad política. Pero León XIII mandó a su costa a un dominico italiano (Rossi). Entonces buscaron inmediatamente un candidato belga (y devolvieron al dominico). Descartando grandes y difíciles figuras, la elección recayó en un joven profesor y director espiritual del seminario menor de Malinas, Desirée-Joseph Mercier. Acababa de cumplir treinta años y tenía que hacerse respetar (y hacer respetable el tomismo) tanto en la propia universidad como en los medios liberales belgas, muy críticos con lo católico.

León XIII le invitó a Roma para comentar el programa. Y las clases comenzaron el 27 de octubre de 1883. Por voluntad del Papa eran obligatorias para todos los estudiantes eclesiásticos de la universidad. También asistían los doctorandos de filosofía y letras, y todos los estudiantes laicos que querían. Mercier se esforzó en adquirir una buena formación científica, sobre todo en psicología (y fisiología). Y sus clases adquirieron fama. Sus discípulos le recuerdan como un profesor documentado, brillante y acogedor. Preparaba apuntes para los alumnos y los fue convirtiendo en manuales. Se le juntaron algunos discípulos y dividió los cursos.

El Instituto Superior de Filosofía

Mantenía informado a León XIII. En 1887 viajó a Roma y le propuso crear en Lovaina un Instituto Superior de Filosofía, distinto de la Facultad de Filosofía y Letras, que tenía una orientación histórica y filológica. Al Papa le gustó la idea y le nombró en el acto prelado doméstico. En cambio, el rector de Lovaina y orientalista Mons. Abbeloos, que se había sentido “puenteado” desde el principio, se opuso y creó opinión: este “medievalismo” no podía conducir a ninguna parte. El asunto se tensó. Incluso a Mercier le tentó aceptar la propuesta que le llegó de trasladar el proyecto a la recién creada Universidad Católica de Washington. Pero León XIII hizo saber que le apoyaba, y cuando Mercier propuso crear dos cátedras, una de filosofía y otra de ciencias propedéuticas, envió la financiación y erigió el instituto (1889).

Mercier desarrolló los cursos y buscó nuevos profesores, procurando que estuvieran bien informados tanto en las ciencias positivas como en la historia medieval (De Wulf). Consiguió financiación, construyó aulas y también laboratorios de psicología experimental (al estilo de Wundt). Quería un Instituto “Superior” de Filosofía: no una enseñanza elemental. Tras una nueva entrevista con León XIII, compuso unos estatutos que definían la orientación intelectual del Instituto y su relación con la Universidad. El rector se opuso de nuevo, alegando esta vez que lo que se enseñaba era ciencia moderna con un barniz tomista, y que debía hacerse en latín y no en francés.

Mercier cedió en la enseñanza en latín para los eclesiásticos, pero no en la orientación. Publicó Psicología (1892), Lógica y Metafísica (1894), y más tarde una Criteriología. Con esto compondría un Curso de Filosofía en 4 volúmenes (Lógica, Metafísica general, Psicología, y Criteriología o teoría general de la certeza). Además publicó un ensayo sobre Los orígenes de la psicología contemporánea (1894) En 1894, fundó la Revue Néoescolastique, que más tarde se convertiría en la Révue Philosophique de Louvain.

Siguieron años de crecimiento que estabilizaron el Instituto, que todavía existe en la Universidad de Lovaina. Y puso en marcha un seminario (con el nombre de León XIII) para alojar a los estudiantes que le llegaban de todas partes.

Una experiencia importante

No cabe duda de que Mercier tenía enormes capacidades, ni de que su reto sigue planteado casi en los mismos términos. Se puede observar que la mezcla directa de filosofía y ciencias experimentales (sobre todo en su psicología) produce una caducidad rápida, al variar el estado de las ciencias. Hay que tenerlo en cuenta.

La obra de Santo Tomás importa al pensamiento filosófico cristiano al menos por tres motivos: aporta una reinterpretación cristiana de la filosofía clásica, que compone en parte nuestra visión del mundo (lógica y metafísica); transmite análisis importantes de antropología o psicología racional, que interesan a la ética y a nuestro conocimiento propio (inteligencia, acto libre, afectividad, pasiones); y en tercer lugar aporta un vocabulario que pertenece a la tradición de la teología e interesa entender bien.

Por un lado, interesa transmitir la filosofía tomista (metafísica, lógica, cosmología, antropología) en su contexto histórico, para no alterar su sentido. Es lo que hizo Gilson, por ejemplo. En un segundo momento, se ha de entrar en diálogo con nuestro conocimiento del mundo. La lógica y la antropología (y la ética) que transmite santo Tomás, en lo que tienen de saber introspectivo, siguen teniendo mucha fuerza, aunque puedan necesitar complementos o desarrollos.

Mientras que la cosmología, nuestro saber acerca del universo, ha cambiado mucho con nuestra capacidad para observarlo y comprenderlo. Esto repercute en la metafísica, que universaliza nuestro conocimiento sobre el ser: resulta más estable en lo que se refiere a la inteligencia y menos en lo que se refiere a la materia. Es evidente que no se puede hacer hoy una cosmología o una filosofía de la naturaleza sin tener en cuenta lo que sabemos de la composición de la materia, del origen del universo o de la evolución de la vida. Y esto afecta a nuestra idea del ser (metafísica).

Desde luego interesa que quienes se dedican a estas ramas de la filosofía en contextos cristianos tengan, al mismo tiempo, una buena formación histórica, que les permita acceder y conservar el sentido original, y, por otra parte, una buena formación científica. Y esto, sin precipitar concordancias.

Arzobispo de Bruselas

Desaparecido León XIII (1903) su sucesor, san Pío X, lo eligió directamente como arzobispo de Malinas y primado de Bélgica (1906) y, al año siguiente, cardenal (1907). Desde el principio se empeñó en la formación del clero. Predicó muchos retiros para sus sacerdotes (que están publicados), y fundó una asociación para cultivar su espiritualidad (Fraternidad sacerdotal de los amigos de Jesús). También creó una revista diocesana. Apoyó la universidad y preparó profesores buscando un alto nivel científico. Animó, por ejemplo, a Georges Lemaître (que fue miembro de la fraternidad sacerdotal) a que estudiara física y se relacionara con Eistein, y así postuló su teoría del Big Bang.

En el pontificado de san Pío X se suscitó la cuestión modernista. El cardenal apoyó al Papa y describió la situación en una importante conferencia en la Universidad (El Modernismo). Pero también contribuyó a superar malentendidos (Lagrange, Blondel); intentó suavizar la situación canónica de Laberthonniére y dialogar con Tyrrell, por ejemplo.

Por otra parte, desde 1909 apoyó a Dom Lambert Beaudoin en su espíritu de renovación litúrgica, que buscaba una mayor participación de los fieles, y también en sus esfuerzos de apertura ecuménica. Sostuvo también el crecimiento de la Acción Católica y se interesó mucho por la cuestión social.

La Gran Guerra (1914-1918)

En 1914, con una especie de ingenuidad suicida y sin poner los medios para evitarlo, las naciones europeas entraron en una guerra brutal que acabó a la vez con cuatro imperios, quizá un quinto de la población juvenil europea y, de paso, con el mito ilustrado del progreso.

En los primeros movimientos, Alemania invadió por sorpresa la neutral Bélgica para atacar Francia. Y castigó duramente la reacción aislada de la resistencia belga, bombardeando sistemáticamente poblaciones y la propia Lovaina, donde ardió la catedral, la universidad, la biblioteca… Al cardenal Mercier le pilló en Roma, donde había acudido a los funerales de san Pío X y al cónclave. A la vuelta (diciembre de 1914), paseó por el enorme destrozo y escribió una dura pastoral para que fuera leída en todas las iglesias, con el título Patriotismo y firmeza (Patriotisme et endurance), que se puede encontrar online.

Elogia el patriotismo como virtud cristiana, valora la entrega de los soldados que han dado su vida por la patria, anima a la población a que apoye al gobierno belga, al rey y al ejército en el exilio. Declara que el gobierno invasor es ilegítimo, que solo se deben obedecer aquellas leyes que son necesarias para el bien común y el orden público, pero pide que no se haga violencia innecesaria fuera de la que toca al ejército belga.

El mando militar alemán intentó evitar la difusión, secuestró las copias y amenazó a los párrocos, pero temiendo repercusiones entre los católicos alemanes, apenas retuvo unas horas al cardenal. Se conserva la documentación y correspondencia. En esos momentos, el cardenal representó el honor de la nación. Con todo, la Santa Sede le pidió que moderara sus expresiones políticas. Al terminar la guerra, quedó convertido en un héroe nacional en Bélgica, pero también en Inglaterra y los Estados Unidos. Hizo un viaje triunfal por los Estados Unidos (1919), donde, entre otras cosas, consiguió generosas ayudas para la reconstrucción de la Universidad de Lovaina.

El gran cardenal

Desde entonces, Mercier es un personaje con una inmensa irradiación en todo el mundo católico. Y se hizo al papel. Hay que comprenderlo. No fue un cardenal renacentista que construyera palacios barrocos. Fue un cardenal de la Iglesia en una época de enorme debilidad ante los Estados. Se necesitaba prestigio para ser oído. Él lo adquirió y lo usó en bien de la Iglesia. Incluso la Santa Sede quiso que interviniera, tras la guerra, en el tratado de Versalles para resolver la penosa cuestión de los Estados Pontificios, pero no pudo hacer nada. A su muerte, el gobierno belga le concedió un funeral de estado con todos los honores (existen viejas grabaciones online).

La densidad de la época y del mismo personaje ha hecho que todavía no exista la biografía que merecería. Existe un primer esbozo del canónico A. Simon, Le cardinal Mercier. Y Roger Aubert, gran historiador de la Universidad de Lovaina, le dedicó un conjunto importante de estudios, recogidos con ocasión de los ochenta años del propio Aubert: Le cardinal Mercier (1851-1926). Un prelat d’avant-garde. Me han servido para componer este retrato. Aparte de otros estudios especializados.

Algunos rasgos

Se le achaca altivez e incomprensión respecto al sector flamenco de Bélgica. La cuestión se ha estudiado y necesita bastantes matices. Por otra parte, pese a su pose cardenalicia, fue una persona de gustos sobrios. Especialmente durante la guerra y posguerra, no quiso desentonar con las penurias de su gente, y por ejemplo, prescindió de la calefacción y simplificó al máximo la comida.

Era devoto del Sagrado Corazón, del Espíritu Santo, de la Virgen y de la Eucaristía. Y por lo que se deduce de su correspondencia tuvo una reacción cristiana ante las muchas incomprensiones y dificultades de su vida. En los últimos años puso mucho interés en promover la proclamación del dogma de la mediación universal de María y mantuvo conversaciones con los pontífices y muchos teólogos.

Las conversaciones de Malinas

Un capítulo particularmente interesante fueron las conversaciones ecuménicas con representantes del mundo anglicano. Ocuparon la última parte de su vida (1921-1926). Comenzaron en 1921 por la amistad del lazarista p. Pombal con Lord Halifax, conocido noble anglicano que aspiraba a la unidad de la Iglesia. Acudieron al cardenal para ver qué se podía hacer. Después de informar a la Santa Sede, y sin publicidad, tuvieron lugar conversaciones entre teólogos católicos y anglicanos para estudiar en común las dificultades: la cuestión del valor de las ordenaciones anglicanas, del episcopado y de los sacramentos. Y especialmente, del ejercicio del Primado romano. Se apuntó que se podría intentar acercarse al ejercicio del primer milenio.

La muerte del cardenal dejó la cosa en suspenso, pero aquellas conversaciones fueron un importante precedente en el impulso ecuménico del Concilio Vaticano II, y formularon cuestiones y enfoques que siguen dando luz.

Familia

Andrea, una campeona de la vida

Andrea es la auténtica protagonista de su vida. Con 27 años ha sido bicampeona de España de kárate, trabaja en una empresa internacional y participa en su grupo de Renovación Carismática. Su síndrome de Down no le ha impedido hacer nada porque ella nació, como dice su madre, “para romper barreras”. 

Arsenio Fernández de Mesa·30 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Juanjo y Beatriz llevan 37 años casados. Tienen dos hijas: Olga, de 28 años y Andrea, de 27. En Sevilla, ciudad en la que estuvieron viviendo durante dos años por motivos laborales, nació Andrea, con síndrome de Down y una cardiopatía muy severa. En sus primeros seis meses de vida sufrió tres operaciones de corazón: “Fue tremendo, estábamos solos”, asegura Beatriz. Con el paso del tiempo se dieron cuenta de que siempre había alguien que les estaba protegiendo. Andrea fue bautizada con año y medio en el barracón de la parroquia Santa María de Caná, en Madrid: “Añadimos al nombre de Andrea el de María porque éramos conscientes de que iba a necesitar mucha ayuda de la Virgen”, me confiesa su madre.

Al principio, Andrea tuvo muchos problemas de salud entre las que encontramos varias neumonías y una parada cardiorrespiratoria. Se contagiaba de todo, “no se privaba de nada”. Comenzó su educación y formación en el colegio de educación especial María Corredentora. Su madre, Beatriz destaca que “la educación recibida ha sido fundamental en su desarrollo como persona”. Andrea siempre ha disfrutado siendo protagonista y no actriz secundaria en la vida: llegó a aparecer en la portada del diario ABC nacional en relación a la defensa de la educación especial, atacada por la Ley Celáa.

Con el apoyo de la fundación Prodis llegó a la Universidad Autónoma de Madrid y allí obtuvo el título propio para la inclusión laboral de las personas con discapacidad intelectual. A través de un programa de inserción laboral empezó a trabajar en el área de recursos humanos de Accenture. Allí lleva cuatro años “y está integrada y valorada. Es un pilar importante dentro de su ámbito laboral”.

Andrea siempre ha sido muy inquieta y deportista. El síndrome de Down nunca le ha impedido hacer las mismas cosas que hacían otros niños: gimnasia rítmica, pádel o baloncesto. Pero su verdadera pasión la encontró en el kárate. Su madre cuenta cómo este descubrimiento sucedió después de ver la película Karate Kid hace diez años.

Su padre la llevó al club de kárate; nunca antes habían tenido ningún alumno con síndrome de Down. Su entrenador dijo que era un reto y le animó a empezar. Y Andrea se ha convertido en la primera mujer con síndrome de Down que consigue el cinturón negro en la Comunidad de Madrid en 2019. Fue campeona de España en 2022 y es la actual campeona de España en 2023 en su categoría K-22. Recientemente, en los campeonatos europeos de kárate, siendo la primera vez que competía a nivel internacional, quedó medalla de bronce.

Protagonista y sanamente inconformista. Andrea tiene la espina clavada de no poder practicar el fútbol, que le gusta mucho. Aunque no juega lo sigue apasionadamente. Andrea es una asidua del estado Santiago Bernabéu con su padre. La música y la pintura completan sus hobbies. Es una persona muy inquieta, despierta e ilusionada. Le gusta participar en el coro de la Misa de los domingos de la parroquia Santa María de Caná. Es forofa de los Caris, como llama ella al grupo de la Renovación Carismática. “Es alegre, extrovertida, muy empática. La vida familiar gira en torno a ella, le gusta mucho ser la prota”, me cuenta alegre su madre. 

Olga, su hermana mayor, es el otro regalo de la familia. Las dos siempre han tenido entre ellas una especial complicidad y entendimiento. Sus padres le atribuyen mucha responsabilidad en todos los progresos de Andrea. Mirando atrás, Beatriz afirma que Andrea “es un milagro, porque era impensable, en los primeros meses de vida, cuando estaba tantas veces en la UCI, creer que podría llegar hasta aquí”.

Cuando Andrea nació sus padres desconocían todo sobre el síndrome de Down y han ido aprendiendo sin pausa. Hay un lema claro en sus vidas: “Nunca hay que rendirse”. En aquellos primeros meses en los que sufrieron y se hicieron muchas preguntas, les ayudó mucho la frase de un sacerdote: “No siempre hay un por qué pero siempre hay un para qué”.

“Andrea vino para romper barreras, para hacernos mejores personas y valorar lo que realmente merece la pena en la vida y así darnos cuenta que el Señor nos quiere y que nos cuida” afirma su madre emocionada. Y también “para ayudar a muchos otros jóvenes con síndrome de Down que han venido detrás de ella y se han encontrado un camino ya hecho”.

Evangelio

El sacerdocio expiatorio de Cristo. Nuestro Señor Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote (A)

Joseph Evans comenta las lecturas de Nuestro Señor Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote (A).

Joseph Evans·29 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La fiesta de Nuestro Señor Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, que celebramos hoy, es relativamente nueva en la Iglesia. La Santa Sede aprobó la fiesta por primera vez en 1987 y, posteriormente, en 2012, ofreció a las conferencias episcopales la posibilidad de incluirla en sus calendarios litúrgicos nacionales. Poco a poco, por tanto, la fiesta se está extendiendo por todo el mundo y ahora se puede encontrar en países como Australia, España, los Países Bajos, la República Checa e Inglaterra y Gales.

Celebrada anualmente el primer jueves después de Pentecostés, la fiesta se centra en el aspecto sacerdotal de la misión de Cristo en la tierra. La Carta a los Hebreos del Nuevo Testamento señala especialmente este aspecto. Jesús es “sumo sacerdote misericordioso y fiel en lo que a Dios se refiere”, para expiar los pecados del pueblo. Es “el apóstol y sumo sacerdote de la fe que profesamos”, el “sumo sacerdote grande que ha atravesado el cielo”

En el Antiguo Testamento, el Sumo Sacerdote judío, y sólo él, entraba una vez al año (únicamente) en el Sanctasanctórum del Templo de Jerusalén para ofrecer un sacrificio por los pecados del pueblo, incluido el suyo propio. Pero el nuevo y más grande Sumo Sacerdote, Jesús, ha penetrado en el Santo de los Santos celestial, la presencia misma del Padre, “hecho” no por manos humanas sino por Dios mismo. Y él, sin pecado, “vive siempre para interceder” por nosotros.

Las lecturas de hoy subrayan el aspecto expiatorio del sacerdocio de Jesús, es decir, cómo repara y limpia nuestros pecados. No ofrece sangre de animales, como hacían los sacerdotes judíos, que es “imposible que […] quite los pecados”. Ofrece su propia sangre, su propio ser, en un sacrificio perfecto de obediencia. Lo vemos vivir esta obediencia cuando lucha, con éxito, en su agonía en el huerto, por unir su voluntad humana, que naturalmente temía el sufrimiento, a la voluntad divina de su Padre: “Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz. Pero no se haga como yo quiero, sino como quieres tú”.

En un momento en que las vocaciones sacerdotales en Occidente están en declive, es necesario suplicar a Dios la gracia de muchos más sacerdotes para su Iglesia, dispuestos a hacer de sí mismos un sacrificio a Dios por el bien de las almas. Debemos rezar por muchos sacerdotes humildes y obedientes que estén dispuestos a beber el cáliz que Dios les tiende. La mayor parte de las veces será una copa de alegría, como leemos en el famoso salmo 23: “Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa”. Pero en ocasiones esa copa será de sufrimiento. Con las oraciones y el amor de los fieles, los sacerdotes se regocijarán en el vino dulce de la copa y permanecerán fieles cuando el cáliz sea más difícil de beber.

Mundo

Caritas Internationalis: soluciones sostenibles para acabar con el hambre en el mundo

Con ocasión del Día Mundial contra el Hambre 2023, que se celebró el domingo 28 de mayo, Caritas Internationalis hace un llamamiento a la comunidad internacional para que elimine el desperdicio de alimentos y aplique soluciones sostenibles para acabar con el hambre en el mundo de una vez por todas.

Giovanni Tridente·29 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Todavía hay muchas poblaciones que se enfrentan a la pobreza y la escasez de alimentos; millones de personas que, debido a los conflictos, las consecuencias de las pandemias y el aumento del coste de la vida, no pueden acceder adecuadamente a la nutrición.

El llamamiento de Caritas Internationalis se centra, una vez más, en «promover la agricultura y la producción de alimentos sostenibles, reducir el desperdicio de alimentos y apoyar los sistemas alimentarios locales».

Medidas que, además de combatir adecuadamente el hambre, también, según la organización internacional, «ayudarán a preservar el planeta para las generaciones futuras». Evidentemente, esto va de la mano de la preservación de la naturaleza, también en términos globales.

Una petición expresada también por el Papa Francisco en su reciente Mensaje para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, que tendrá lugar el próximo 1 de septiembre.

Al lado de las víctimas de la injusticia ambiental

El Pontífice reflexiona especialmente sobre la importancia de garantizar «la justicia y la paz» para todos los pueblos del planeta.

Una de las condiciones para ello es «estar al lado de las víctimas de la injusticia medioambiental y climática», poniendo fin a esta «guerra sin sentido contra la creación».

Para ello es necesario «transformar nuestros corazones, nuestros estilos de vida y las políticas públicas que rigen nuestras ciudades».

Menos residuos y menos consumo innecesario

En particular, hay que transformar los estilos de vida para que haya «menos residuos y menos consumo innecesario, especialmente allí donde los procesos de producción son tóxicos e insostenibles». Esto es importante para que «todo el mundo pueda estar mejor: nuestros semejantes, estén donde estén, y también los hijos de nuestros hijos».

Sobre las políticas públicas y económicas «que rigen nuestras sociedades y modelan la vida de los jóvenes de hoy y de mañana», la denuncia del Papa es contundente: a menudo «favorecen riquezas escandalosas para unos pocos y condiciones de degradación para muchos».

Alcemos la voz

Ante esta dinámica», escribe el Santo Padre, «levantemos la voz», porque serán una vez más los pobres quienes sufrirán «los peores impactos». El Papa Francisco ya lo había explicado en la Encíclica Fratelli tutti, considerando injusto que sólo los poderosos y los científicos tengan voz en el debate público.

En este sentido, Cáritas Internationalis -señala en una nota- siempre trata de trabajar junto a las comunidades locales «para implementar prácticas agrícolas sostenibles, crear capacidad de adaptación al cambio climático y apoyar a los líderes mundiales y a los responsables de la toma de decisiones para que aborden y revisen las políticas que agravan el hambre en el mundo».

Así ha ocurrido, por ejemplo, en varios países de África, pero también en Pakistán, donde desde 2018 Cáritas romueve prácticas agrícolas sostenibles y ejecuta programas centrados en la resiliencia de las familias de pequeños agricultores y en mejorar su capacidad de adaptación al cambio climático y a las catástrofes, manteniendo la salud de los ecosistemas y del suelo.

En Somalia, por su parte, se financian desde hace tiempo iniciativas de ayuda a las víctimas de la sequía, así como actividades educativas para los jóvenes y los marginados.

Con ocasión de la Conferencia sobre el Cambio Climático de Bonn, que se celebrará del 5 al 15 de junio, Caritas organizará también un evento sobre las posibilidades de «trabajo conjunto en agricultura y sistemas alimentarios» entre líderes religiosos y locales, con la participación de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Fondo Verde para el Clima (GCF), negociadores del Grupo Africano y la Unión Europea (UE). 

Acceso global a los bienes de la naturaleza

En cuanto a los líderes mundiales que se reunirán de nuevo para la cumbre COP28, esta vez en Dubai del 30 de noviembre al 12 de diciembre, el llamamiento del Papa en su Mensaje para la Jornada Mundial de la Creación tiene como objetivo lograr una «transición rápida y equitativa» para poner fin cuanto antes a la explotación de los combustibles fósiles, frenar los riesgos del cambio climático y salvaguardar el acceso global y seguro a los bienes de la naturaleza.

Cultura

La guerra en Ucrania, misión del cardenal Zuppi

No sólo irá a Kiev enviado por el Papa, sino también a Moscú. Los contornos de la misión de paz del cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia, encargado por el Papa de actuar como su enviado especial para tratar de aliviar la situación de guerra en Ucrania, apenas empiezan a definirse.

Andrea Gagliarducci·29 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

El cardenal Matteo Zuppi no sólo será el enviado del Papa a Kiev, sino también a Moscú, para una misión que «no tiene como objetivo inmediato la mediación», sino más bien el de «aliviar las tensiones», en palabras del cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado vaticano.

Pero, ¿por qué el Papa Francisco ha elegido al cardenal Zuppi para una misión tan delicada? ¿Qué espera conseguir el Papa?

La búsqueda de un diálogo con el agresor

Desde el comienzo de la agresión a gran escala de Rusia en Ucrania, el Papa Francisco ha buscado una orilla directa con Rusia. El 25 de febrero de 2022, de forma totalmente poco convencional, acudió incluso a la embajada de la Federación Rusa ante la Santa Sede, buscando en varias entrevistas lo que más tarde llamaría una «ventana» de diálogo con el presidente ruso Vladimir Putin. En vano.

Luego llegó la videoconferencia con el Patriarca de Moscú, Kirill, el 16 de marzo de 2022. Debería haber conducido a un histórico segundo encuentro entre el Papa y el Patriarca, y para ser justos, ya estaba en marcha. En realidad, esa videoconferencia tensó aún más las relaciones, no tanto por lo que ocurrió durante la conversación, sino por cómo el Papa Francisco la describió después, subrayando que le había dicho a Kirill que «no somos clérigos de Estado».

Con Ucrania, el Papa Francisco tiene conexiones diferentes. El arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana, Sviatoslav Shevchuk, conoce al Papa desde que era eparca de Buenos Aires, y el Papa se ha mostrado benevolente con él en repetidas ocasiones. Y no han sido pocos los gestos de cercanía del Papa a Ucrania.

Como, por ejemplo, cuando en 2016 lanzó la Colecta Extraordinaria por Ucrania. O como cuando, en 2019, convocó una reunión interdicasterial con sínodos y obispos de la Iglesia greco-católica ucraniana precisamente para hablar de la crisis ucraniana.

Pero el Papa Francisco nunca ha dejado de lado el vínculo con Rusia, a la que siempre ha prestado especial atención. Putin es el jefe de Estado actual que más veces ha sido recibido por el Papa (tres), mientras que en términos absolutos es el segundo en número de encuentros solo por detrás de la ex canciller alemana Angela Merkel, que se había reunido cinco veces con Francisco.

Los contactos con Moscú siempre se han considerado importantes. La reunión con el Patriarca Kirill en La Habana en 2016 dio lugar a un documento final que parecía sesgado hacia las posiciones rusas, aunque era apreciable como esfuerzo.

Ciertamente, Moscú era considerado un interlocutor, si no privilegiado, en todo caso al que había que prestar mucha atención. Y hubo resultados. En 2017, el cardenal Pietro Parolin fue el segundo secretario de Estado vaticano que visitó Moscú. En 2021, fue el arzobispo Paul Richard Gallagher, el «ministro de Asuntos Exteriores» del Vaticano en visitar el país.

Estas cifras sirven para afirmar que el Papa siempre ha estado atento a la situación ucraniana, aunque de forma diferente a las cancillerías y las diplomacias normales. Pero el Papa siempre ha sentido predilección por Rusia, hasta el punto de que siempre ha hecho saber que está dispuesto a ir a Moscú en cuanto le inviten. De hecho, aunque ha sido invitado varias veces a ir a Ucrania para ver la situación con sus propios ojos, el Papa siempre ha vinculado un posible viaje a Kiev a un viaje a Moscú.

La diplomacia personal del Papa

Así pues, el Papa Francisco parece pensar que el futuro de la región pasa más por un diálogo con Moscú que con Ucrania. Sin embargo, la diplomacia papal no ha dejado de manifestar su apoyo, e incluso el arzobispo Gallagher visitó Ucrania en mayo de 2022. Desde el principio, la diplomacia del Papa señaló el peligro de una escalada militar, pero nunca negó el derecho de Ucrania a la defensa.

Por su parte, el Papa ha enviado en repetidas ocasiones al cardenal Konrad Krajewski, prefecto del Dicasterio de la Caridad, para llevar ayuda a Ucrania, y también ha enviado al cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, para evaluar la situación de los refugiados.

Ahora, el Papa parece haber decidido que se necesita otro enviado personal, y la elección ha recaído en el cardenal Matteo Zuppi.

¿Por qué? Porque el cardenal Zuppi, como miembro de la comunidad de Sant’Egidio, estuvo entre los negociadores del exitoso acuerdo de paz en Mozambique. Y luego porque Sant’Egidio ha tenido una posición muy cercana a la del Papa sobre la guerra, hasta el punto de encabezar una manifestación pacifista en noviembre de 2022, y de pedir incesantemente un «alto el fuego», llegando incluso a pensar en la posibilidad de declarar Kiev «ciudad abierta», aceptando así la eventual ocupación.

Zuppi representa la diplomacia de la paz, pero también es un exponente de posiciones que el Papa parece compartir. Una vez más, por tanto, el Papa Francisco decide actuar personalmente, con la esperanza de que el cardenal Zuppi, también gracias a los contactos sobre el terreno de las organizaciones caritativas de Sant’Egidio, pueda al menos aportar algunos resultados concretos.

Al fin y al cabo, se trata de aliviar el sufrimiento, y este es el trabajo que las organizaciones cristianas llevan haciendo desde el principio en Ucrania. De hecho, desde siempre, si pensamos que el Consejo Panucraniano de Iglesias tiene más de 25 años, y ha sido una de las organizaciones más cercanas a las víctimas del conflicto que se vive desde hace años en las zonas fronterizas, en las autoproclamadas repúblicas de Dombas y Luhansk.

De hecho, ni Rusia ni Ucrania quieren misiones de mediación para la paz, y lo han dejado claro de diversas maneras. Pero una misión que al menos podría conducir a un alto el fuego ha recibido elogios la semana pasada por parte de un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, lo que indica una apertura por parte de Rusia en este sentido. ¿Se trata de una declaración de forma, de una señal de la necesidad rusa de parar para rearmarse y reagruparse, o de un sincero deseo de paz?

Una paz posible

Es difícil de definir, porque lo que se nota en esta guerra es que se trata de una guerra híbrida, librada no sólo sobre el terreno, sino también con la difusión de información, en un gran juego entre las partes.

La Santa Sede lo sabe, y Parolin también habló de guerra híbrida en la interdicasterial con la Iglesia greco-católica ucraniana en 2019. Por el momento, sin embargo, se necesitan ante todo lo que el cardenal Parolin llamó «soluciones creativas». Y una de estas soluciones sería una gran Conferencia de Paz en Europa, para redescubrir lo que se llama el «espíritu de Helsinki».

¿En qué consiste? El espíritu que condujo, en 1975, a la Declaración de Helsinki, que dio origen a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. La declaración establecía también, a propuesta de la Santa Sede, el principio de la defensa de la libertad religiosa en todos los Estados que se adhirieran a la iniciativa, y esto incluía a la Unión Soviética, que había promovido la conferencia y había querido que la Santa Sede estuviera presente.

Fue ese pasaje el que marcó el primer crujido de los regímenes ateos, obligados ahora a no perseguir la religión, so pena de comprometer un diálogo que se había llevado a cabo con dificultad. No es casualidad que, en los diez años siguientes a Helsinki, el mundo soviético empezara a crujir, mientras que la política de perestroika de Mijaíl Gorbachov crearía las condiciones para la caída del Muro de Berlín.

Sin embargo, los tiempos son muy distintos, y el «espíritu de Helsinki» difícilmente podría volver en la forma de hace cincuenta años, porque la historia y la situación son diferentes. Pero la Santa Sede quiere proponer un nuevo mundo multilateral, que se oponga al polarizado que de hecho está dividiendo en bloques incluso las reacciones a la guerra de Ucrania.

Mediación para la paz

Por tanto, lo ideal para la Santa Sede sería ser llamada a mediar. Pero incluso esto parece difícil. Cuando el Papa reveló la misión del cardenal Zuppi, sin entrar en detalles, era el 30 de abril, y el Papa estaba en el vuelo de regreso de su viaje a Hungría. Pero las palabras del Papa fueron interpretadas como las de una posible mediación, e inmediatamente se apresuró a desmentirlo. Una señal, al fin y al cabo, de que la paz es especialmente complicada de conseguir, y que en Ucrania es improbable que se alcance a menos que las dos partes lleguen a un compromiso.

El Papa está intentando alcanzar el compromiso con un enviado especial. No es seguro que esto sea suficiente.

La semana pasada, el Papa Francisco nombró al cardenal Matteo Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, enviado especial para Ucrania y Rusia.

La noticia llegó un día después de unas declaraciones del arzobispo Claudio Gugerotti, prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales y ex nuncio en Ucrania, quien subrayó que no sabía nada sobre su posible papel como enviado a Moscú. Pero este papel será de Zuppi, dijo el cardenal Parolin en una mesa redonda por la paz en Bolonia. Zuppi», dijo el Secretario de Estado vaticano, «será un delegado del Papa no sólo en Kiev, sino también en Moscú. Así que debemos hacer sentir nuestro apoyo a la persona que ha recibido una misión tan delicada.»

Detallando aún más la misión del presidente de la CEI, el cardenal Parolin dijo -hablando al margen de la presentación del libro editado por monseñor Dario Edoardo Viganò «Papas y medios de comunicación. Edición y recepción de los documentos de Pío XI y Pío XII en el cine, la radio y la televisión». – que la misión no tiene «la mediación como objetivo inmediato», sino más bien el de «aliviar las tensiones en el conflicto de Ucrania», tratando de «fomentar un ambiente que pueda conducir a caminos de paz».

Las noticias sobre el envío de un representante del Papa se habían sucedido desde que el Papa Francisco anunció una misión confidencial por la paz en Ucrania, misión negada tanto por la parte rusa como por la ucraniana, pero reiterada varias veces por el propio cardenal Parolin, secretario de Estado vaticano. 

Misión por definir

Aún no se han definido las modalidades de la misión. El vaticanista Sandro Magister señala que el cardenal Zuppi es miembro de la Comunidad de Sant’Egidio, y que Andrea Riccardi, fundador de Sant’Egidio, ha tenido posiciones no precisamente favorables a Ucrania en relación con la guerra, primero tomando partido para que Kiev fuera declarada «ciudad abierta» (hizo el mismo llamamiento para Alepo), y después organizando una procesión pacifista el 5 de noviembre en la que pidió un alto el fuego.

Magister señala también que la posición de un alto el fuego inmediato está muy alejada de la del arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, que ha estado en Ucrania y que ha apoyado repetidamente la necesidad de una defensa armada (pero proporcionada), incluso con toda la prudencia diplomática de la Santa Sede, que ha pedido repetidamente soluciones creativas y ha advertido inmediatamente contra una escalada.

Por ello, el Papa habría preferido la diplomacia paralela de Sant’Egidio, que condujo, entre otras cosas, al acuerdo de paz en Mozambique, del que Zuppi fue mediador, pero que ha resultado problemática en otras regiones del mundo.

La misión del cardenal Zuppi recibió, sin embargo, una especie de espaldarazo del Kremlin. De hecho, un portavoz del ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, en declaraciones a la agencia estatal Ria Novosti, hizo saber que Moscú «valora positivamente la iniciativa de paz del Vaticano», aunque hasta ahora la Santa Sede «no ha tomado ninguna iniciativa para el viaje de un emisario a Rusia».

El Ministerio de Asuntos Exteriores subrayó que tomaba nota del «sincero deseo de la Santa Sede de promover el proceso de paz», añadiendo que «cualquier esfuerzo en este sentido sólo tendrá sentido si tiene en cuenta la conocida postura de principio de Rusia sobre posibles negociaciones de paz».

El Ministerio de Asuntos Exteriores también quiso señalar que hasta ahora Kiev «sigue rechazando categóricamente la posibilidad de negociaciones con Moscú y apuesta por la guerra».

El autorAndrea Gagliarducci

Vaticano

Llamamiento del Papa a la “armonía en la Iglesia” y a pedir por el Sínodo 

En la Misa del Domingo de Pentecostés, el Papa Francisco ha solicitado con intensidad que “volvamos a poner al Espíritu Santo en el centro de la Iglesia”, y a que “¡construyamos armonía en la Iglesia!”. “El Pueblo de Dios, para ser colmado del Espíritu, debe caminar unido, hacer sínodo”, ha señalado. En el Regina Caeli ha invitado a pedir “a la Virgen María que acompañe esta importante etapa del Sínodo”, la Asamblea de octubre.

Francisco Otamendi·28 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

En la homilía de la Misa solemne de Pentecostés, en el interior de la Plaza de San Pedro,. y con casullas rojas en el mismo Papa y en los celebrantes, el Papa Francisco ha efectuado un fuerte llamamiento a que “¡construyamos armonía en la Iglesia!”. “Volvamos a poner al Espíritu Santo en el centro de la Iglesia, (…), pongamos al Espíritu en el principio y en el centro de los trabajos sinodales”. 

“Hoy la Palabra de Dios nos muestra al Espíritu Santo en acción. Lo vemos actuar en tres momentos: en el mundo que ha creado, en la Iglesia y en nuestros corazones”, ha iniciado el Papa su homilía. Y en la segunda parte, al manifestar que “además de estar presente en la creación, lo vemos actuando en la Iglesia, desde el día de Pentecostés, ha señalado, entre otras cosas:

“El Sínodo que se está realizando es —y debe ser— un camino según el Espíritu; no un parlamento para reclamar derechos y necesidades de acuerdo a la agenda del mundo, no la ocasión para ir donde nos lleva el viento, sino la oportunidad para ser dóciles al soplo del Espíritu. Porque, en el mar de la historia, la Iglesia navega sólo con Él, que es ‘el alma de la Iglesia’ (S. Pablo VI, Discurso al Sacro Colegio por las felicitaciones onomásticas, 21 junio 1976), el corazón de la sinodalidad, el motor de la evangelización”, ha denominado el Papa Francisco al Espíritu Santo.

“Sin Él la Iglesia permanece inerte, la fe es una mera doctrina, la moral sólo un deber, la pastoral un simple trabajo”, ha proseguido. “A veces escuchamos a los así llamados pensadores, teólogos, que nos dan doctrinas frías, parecen matemáticas porque en el interior les falta el Espíritu. Con Él, en cambio, la fe es vida, el amor del Señor nos conquista y la esperanza renace. Volvamos a poner al Espíritu Santo en el centro de la Iglesia, de lo contrario nuestro corazón no será inflamado de amor por Jesús, sino por nosotros mismos. Pongamos al Espíritu en el principio y en el centro de los trabajos sinodales. Porque es ‘a Él, sobre todo, a quien necesita hoy la Iglesia. Digámosle cada día: ¡Ven!’ (cf. Audiencia general, 29 noviembre 1972)”. 

El Espíritu, en el centro de los trabajos sinodales

A continuación, ha apelado a la armonía y a “caminar juntos”, basando su meditación en la Escritura: “Y caminemos juntos, porque al Espíritu, como en Pentecostés, le gusta descender mientras ‘están todos reunidos’ (cf. Hch 2,1). Sí, para mostrarse al mundo Él escogió el momento y el lugar en el que estaban todos juntos. Por lo tanto, el Pueblo de Dios, para ser colmado del Espíritu, debe caminar unido, hacer sínodo. Así se renueva la armonía en la Iglesia: caminando juntos con el Espíritu al centro. ¡Hermanos y hermanas, construyamos armonía en la Iglesia!”

Acudir a la Virgen en santuarios marianos

Unos minutos más tarde, antes de rezar la oración mariana del Regina Caeli, ya desde la ventana del Palacio Apostólico, el Santo Padre ha efectuado una concreta petición de oración para estos días: “Con el fin del mes de mayo, en santuarios marianos de todo el mundo están previstos momentos de oración para prepararnos a la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Pidamos a la Virgen María que acompañe esta importante etapa del Sínodo, con su materna protección”. 

Y a continuación, la guerra de Ucrania, como viene haciendo desde tiempo: “A Ella confiamos también el deseo de paz de tantas poblaciones en todo el mundo. Especialmente, de la martirizada Ucrania.

“Mucha división, mucha discordia”

Durante la Misa, que presidió el Santo Padre y concelebró en el altar principal el cardenal João Braz de Aviz, Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, junto a otros cardenales, el Papa no ha dejado de referirse a las divisiones.

“Hoy en el mundo hay mucha discordia, mucha división”, ha subrayado. “Estamos todos conectados y, sin embargo, nos encontramos desconectados entre nosotros, anestesiados por la indiferencia y oprimidos por la soledad. Muchas guerras, muchos conflictos; ¡parece increíble el mal que el hombre puede llegar a realizar! Pero, en realidad, lo que alimenta nuestras hostilidades es el espíritu de la división, el diablo, cuyo nombre significa precisamente ‘el que divide’. Sí, el que precede y excede nuestro mal, nuestra desunión, es el espíritu maligno, el «seductor del mundo entero» (Ap 12,9). Él goza con los antagonismos, con las injusticias, con las calumnias”. 

“Y, frente al mal de la discordia, nuestros esfuerzos por construir la armonía no son suficientes”, ha señalado el Papa Francisco. “He aquí entonces que el Señor, en el culmen de su Pascua, en el culmen de la salvación, derramó sobre el mundo creado su Espíritu bueno, el Espíritu Santo, que se opone al espíritu de división porque es armonía; Espíritu de unidad que trae la paz. ¡Pidámosle que venga cada día a nuestro mundo!” 

“El Espíritu crea armonía, nos invita a dejar que su amor y sus dones, que están presentes en los demás, nos sorprendan. Como nos ha dicho san Pablo: ‘Hay diversidad de dones, pero todos proceden del mismo Espíritu […] Porque todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo Cuerpo’ (1 Co 12,4.13). Ver a cada hermano y hermana en la fe como parte del mismo cuerpo al que pertenezco; esta es la mirada armoniosa del Espíritu, este es el camino que nos indica”, ha agregado el Pontífice.

“¿Perdono, promuevo reconciliación y creo comunión?” 

Al comentar el tercer aspecto, “el Espíritu crea armonía en nuestros corazones”, el Santo Padre ha resaltado que “lo vemos en el Evangelio, cuando Jesús, la tarde de Pascua, sopló sobre sus discípulos y dijo: ‘Reciban el Espíritu Santo’ (Jn 20,22). Lo da con un fin específico: para perdonar los pecados, es decir, para reconciliar los ánimos, para armonizar los corazones lacerados por el mal, rotos por las heridas, disgregados por los sentimientos de culpa. Sólo el Espíritu devuelve la armonía al corazón porque es Aquel que crea la «intimidad con Dios» (S. Basilio, Spir., XIX,49). Si queremos armonía, busquémoslo a Él, no a los sucedáneos mundanos. Invoquemos al Espíritu Santo cada día, comencemos rezándole cada día, ¡seamos dóciles a Él!”

“Y hoy, en su fiesta, preguntémonos”, ha invitado. “¿Soy dócil a la armonía del Espíritu o sigo mis proyectos, mis ideas, sin dejarme modelar, sin dejarme transformar por Él? ¿Me apresuro a juzgar, señalo con el dedo y le cierro la puerta en la cara a los demás, considerándome víctima de todo y de todos? O, por el contrario, ¿acojo su poder creador armonioso, la “gracia del conjunto” que Él inspira, su perdón que da paz, y a mi vez perdono, promuevo reconciliación y creo comunión? 

“Si el mundo está dividido, si la Iglesia se polariza, si el corazón se fragmenta, no perdamos tiempo criticando a los demás y enojándonos con nosotros mismos, sino invoquemos al Espíritu”, ha alentado Francisco, con la siguiente oración:

“Espíritu Santo, Espíritu de Jesús y del Padre, fuente inagotable de armonía, te encomendamos el mundo, te consagramos la Iglesia y nuestros corazones. Ven, Espíritu creador, armonía de la humanidad, renueva la faz de la tierra. Ven, Don de dones, armonía de la Iglesia, únenos a Ti. Ven, Espíritu del perdón, armonía del corazón, transfórmanos como Tú sabes, por intercesión de María”. 

Regina Caeli: ¿nos encerramos en nosotros mismos”

Antes del rezo del Regina Caeli, que ha tenido lugar tras la Misa, a las 12,00 h., el Papa ha señalado en su alocución que “con el don del Espíritu, Jesús quiere liberar a los discípulos del miedo que los mantiene encerrados en sus casas, para que puedan salir y convertirse en testigos y anunciadores del Evangelio. Detengámonos, pues, en el Espíritu que libera del miedo”. 

En ese momento, Francisco ha preguntado: ¿Cuántas veces nos encerramos en nosotros mismos? ¿Cuántas veces, por alguna situación difícil, por algún problema personal o familiar, por el sufrimiento que padecemos o por el mal que respiramos a nuestro alrededor, corremos el riesgo de caer poco a poco en la pérdida de la esperanza y nos falta el valor para seguir adelante? Entonces, como los apóstoles, nos encerramos en nosotros mismos, atrincherándonos en el laberinto de las preocupaciones”.

“El Espíritu Santo libera del miedo”

“El miedo bloquea, paraliza. Y aísla: pensemos en el miedo hacia el otro, al extranjero, al diferente, al que piensa distinto”, ha reflexionado el Papa. “E incluso puede haber miedo a Dios: a que me castigue, a que se enfade conmigo… Si damos espacio a estos falsos miedos, se cierran las puertas: las del corazón, las de la sociedad, ¡e incluso las puertas de la Iglesia! Donde hay miedo, hay cerrazón. Y eso no está bien”, ha dicho con fuerza. 

“El Evangelio, sin embargo, nos ofrece el remedio del Resucitado: el Espíritu Santo. Él libera de las prisiones del miedo. Al recibir el Espíritu, los apóstoles -hoy lo celebramos- abandonan el Cenáculo y salen al mundo para perdonar los pecados y proclamar la Buena Nueva. Gracias a Él, se vencen los miedos y se abren las puertas. Porque esto es lo que hace el Espíritu: nos hace sentir la cercanía de Dios y así su amor echa fuera el temor, ilumina el camino, consuela, sostiene en la adversidad”, ha manifestado a los fieles y peregrinos.

“Un nuevo Pentecostés que ahuyente los miedos”

Por último, “ante los temores y las cerrazones, invoquemos al Espíritu Santo para nosotros, para la Iglesia y para el mundo entero: para que un nuevo Pentecostés ahuyente los miedos que nos asaltan y reavive el fuego del amor de Dios. Que María Santísima, la primera que fue colmada del Espíritu Santo, interceda por nosotros”, ha concluido el Papa.

Tras el rezo de la oración mariana, el Papa Francisco ha recordado el 150 aniversario de la muerte de una de las figuras más grandes de la literatura, Alessandro Manzoni, y ha invitado a “rezar por las poblaciones que viven en la frontera entre Myanmar y Bangladesh, duramente golpeadas por un ciclón: más de ochocientas mil personas, que se suman a los numerosos rohinyás que ya viven en condiciones precarias. Al renovar mi cercanía a estas poblaciones, hago un llamado a los líderes para que faciliten el acceso de la ayuda humanitaria, y apelo al sentido de la solidaridad humana y eclesial para que acudan en ayuda de estos hermanos y hermanas nuestros”.

El autorFrancisco Otamendi

Cultura

Iglesias que cantan

La arquitectura sagrada del siglo XX y XXI según Romano Guardini, Rudolf Schwarz, Louis Bouyer y Frédéric Debuyst.

Fernando López Arias·28 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El poeta francés Paul Valéry escribió en Eupalinos o el Arquitecto que en las ciudades hay edificios mudos, otros que hablan y unos más, los más raros, que cantan. Difícil labor la del arquitecto que trata de hacer cantar sus edificios, sin desafinar con notas estridentes. Continuando con esta imagen, podríamos decir que muchas iglesias cristianas construidas en los últimos decenios han emitido registros sonoros que oscilan entre el vulgar mutismo y las pocas palabras balbucientes. Algunas en cambio, las más raras, cantan música celestial. Al mismo tiempo, el siglo XX ha sido un momento de extraordinaria producción de “música litúrgica” para hacer que la arquitectura cristiana “cante”. Cuatro “compositores” católicos destacados del pasado siglo en este ámbito fueron Romano Guardini, Rudolf Schwarz, Louis Bouyer y Frédéric Debuyst. En el número de junio de Omnes hablaremos más ampliamente de arquitectura sagrada del siglo XXI.

Romano Guardini (1885-1968)

Pocos personajes del siglo pasado han sido más influyentes en el pensamiento cristiano que Romano Guardini, especialmente para la teología de la liturgia. En su conocido libro El espíritu de la liturgia (Vom Geist der Liturgie, 1918) dedica algunas significativas páginas al espacio celebrativo. Este surge del encuentro de dos “mundos interiores”: el de Dios y el de los hombres. Una persona puede percibir este espacio existencial sólo a través de la Iglesia y en la Iglesia. Por todo ello, el “ambiente” donde poder experimentar este espacio litúrgico interior es precisamente la oración.

Guardini concibe la “formación” del espacio celebrativo a partir del movimiento del cuerpo en el rito. Este espacio viviente se funde con el espacio arquitectónico ― que de él toma forma ― para dar origen al espacio celebrativo. Por otro lado, una de las aportaciones esenciales de Guardini por lo que respecta a la arquitectura sagrada es su reflexión sobre las imágenes litúrgicas. La iglesia cristiana es fundamentalmente un lugar simbólico, sacramental, epifánico. En él, la imagen sagrada participa especialmente de esta capacidad de manifestar el misterio divino. El hombre a través de su experiencia de la imagen entra en comunión con Dios. La presencia de imágenes en el templo no es pues una cuestión únicamente de devoción y mucho menos de ornato. En este sentido, incluso la misma superficie vacía tiene para Guardini un significado simbólico, en cuanto imagen del Dios inefable cuya presencia se hace elocuente en el “silencio” icónico.

Rudolf Schwarz (1897-1961)

Íntimamente relacionado con Guardini se encuentra Rudolf Schwarz. Como arquitecto, colaboró estrechamente con Guardini en la remodelación de la capilla y de la Sala de los Caballeros del Castillo de Rothenfels, lugar de reunión de los jóvenes del Quickborn (movimiento juvenil alemán del período de entreguerras, cuya alma mater y guía espiritual era Guardini). Uno de estos jóvenes fue el mismo Schwarz, cuyas iglesias se convertirán en iconos de la renovación de la arquitectura cristiana contemporánea.

Por lo que respecta a su producción teórica, su obra La edificación de la Iglesia (Vom Bau der Kirche, 1938) es posiblemente el libro más influyente del pasado siglo en este ámbito. Las iglesias y los objetos del culto “no deben servir a la liturgia, sino que deben ser la liturgia”. Schwarz consideraba su “primera iglesia” un cáliz que diseñó para Guardini. Deseaba que cada iglesia fuera a su vez un cáliz, receptivo de la gracia, espacio abierto al encuentro con Dios.

El libro de Schwarz pasará sin embargo a la historia por sus famosos “siete planos” para la construcción de la iglesia. Se trataba de disposiciones de la asamblea litúrgica y del altar concebidas como instantáneas de la configuración espacial progresiva de la comunidad (aunque con frecuencia se interpreten erróneamente como posibles plantas para edificios sagrados). El espacio vivo que es la asamblea litúrgica se mueve, oscila y varía a lo largo del tiempo, generando las diversas disposiciones simbólicas.

Louis Bouyer (1913-2004)

A pesar de que la obra de Louis Bouyer Arquitectura y liturgia (Liturgy and Architecture, 1967) pasó relativamente desapercibida cuando fue publicada, su importancia ha sido reconocida progresivamente con el paso de los años. En ella Bouyer enuncia su conocida teoría sobre el origen de la arquitectura cristiana. El espacio celebrativo estaría directamente emparentado con la arquitectura de las sinagogas de la diáspora hebrea, especialmente las de Siria. El origen principalmente judío de estas primeras comunidades cristianas determinó la asunción del esquema sinagogal como estructura de base para las iglesias. La diferencia esencial estaría en que el lugar del cofre donde se guardaban los rollos de la Torah fue ocupado por el altar.

Usando una imagen audaz, Bouyer concibe el templo como un tálamo nupcial, donde tiene lugar el encuentro esponsal entre Cristo y la Iglesia. La liturgia es precisamente el momento de Comunión interpersonal en el que se genera la vida. En la génesis del espacio celebrativo se encuentra la proclamación de la Palabra: la Iglesia nace de la Palabra de Dios, que la convoca en torno a sí como comunidad de culto (Ekklesía). Esta generación del espacio celebrativo a partir de la Palabra explica la propuesta de Bouyer de situar, como en las antiguas iglesias bizantinas, el ambón en el centro de la nave. Desde la Palabra, Cristo conduce la asamblea al altar, orientándola hacia la Jerusalén celeste (el altar se situaría en el extremo oriental del edificio).

Frédéric Debuyst (1922-2017)

El recientemente fallecido Frédéric Debuyst, fundador y prior del monasterio benedictino de Clerlande, fue siempre un apasionado promotor de los espacios celebrativos a medida humana, donde la cercanía de Dios en medio de una pequeña comunidad se palpaba en modo vivo. En sus propuestas arquitectónicas, buscaba siempre un delicado equilibrio entre familiaridad y misterio, cercanía y trascendencia, belleza y sencillez, distancia y proximidad… Esta ambivalencia del espacio celebrativo era lo que consideraba el carácter genuino de la domus ecclesiae, o bien, El genio cristiano del lugar (Le génie chrétien du lieu, 1997).

El “genio del lugar” (genius loci) era en el mundo romano el “ambiente” o la “atmósfera” específica de un sitio. En época reciente, este concepto estuvo en el centro del debate arquitectónico a partir de la publicación de la célebre obra de Christian Norberg-Schulz Genius loci (1979). Debuyst trata de definir el carácter de este genius en el caso de las iglesias, descubriéndolo en su destinación para la liturgia y en su capacidad de mantener y reforzar delicadamente el carácter del lugar donde se construyen (espacio), así como las circunstancias históricas del momento en que se edifican (tiempo). Debuyst, como buen conocedor de Guardini y de Schwarz, recuerda que la arquitectura se desarrolla a partir del rito y en función de él.

Afortunadamente, la música de estos cuatro maestros no ha dejado de sonar hasta nuestros días: sus obras siguen siendo motivo de inspiración para arquitectos y estudios de la liturgia. Como en el caso de otros grandes autores, sus libros se han convertido ya en clásicos. Y los clásicos son esas obras inagotables que nunca te cansas de leer… y releer.

El autorFernando López Arias

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Cultura

Cuidar la música, el Pontificio Instituto de Música Sacra

El Papa san Pio X fundó en el año 1910 en Roma, un instituto de excelencia con el nombre "Scuola superiore di musica sacra" para que se preserven los tesoros musicales que surgieron a través de los siglos y en los diversos lugares y culturas del mundo.

Hernan Sergio Mora·27 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La Iglesia católica desde sus orígenes dio gran importancia a la música, en particular la que anima y da belleza a la liturgia. Consciente de ello, el Papa san Pio X fundó en el año 1910 en Roma, un instituto de excelencia con el nombre «Scuola superiore di musica sacra» para que se preserven los tesoros musicales que surgieron a través de los siglos y en los diversos lugares y culturas del mundo. Además para que se formen los nuevos y futuros músicos y compositores que darán brillo a las ceremonias religiosas en los más diversos países del mundo.

Hoy, el Pontificium Institutum Musicae Sacrae (PIMS), está dirigido por Mons. Vincenzo de Gregorio, 77 años, en quien se trasluce la alegría de un itinerario sacerdotal y artístico sereno, que le llevó desde su anterior encargo -director de la Orquesta Sinfónica de Nápoles- a este Instituto. El PIMS por facultad de la Sede Apostólica, confiere los grados académicos de bachillerato, licenciatura, magisterio y doctorado.

Los contenidos

“Este instituto tiene en su interior -explica Mons. De Gregorio – siete órganos, salas de estudio, varios pianos, un aula magna, la capilla principal con un coro proveniente de la antigua iglesia de San Calixto y una biblioteca con 40 mil volúmenes que es parte del sistema bibliotecario italiano”.

El programa es vasto: se aprende canto gregoriano, composición, polifónico, coralidad -en particular de la Schola Romana- pasando por el ‘coro a cappella medioevale’ y llegando a la música contemporánea, sin olvidar el piano, la organografía, liturgia, programación litúrgica, pastoral, musicología y canto didáctico.

El órgano merece un capítulo especial, puesto que en la etapa trienal se enseña la literatura organística antigua, barroca y moderna. El segundo nivel académico de dos años se pone en la perspectiva de tres tipologías: música antigua, el órgano en la literatura del siglo XVII y XVIII, improvisación y composición para la liturgia. 

Los estudiantes

Para ingresar a esta universidad mixta no hay que ser necesariamente católico, indica su Rector, pero los postulantes “deben traer una carta de presentación de un obispo y aprobar un examen que certifique el nivel”, si bien algunos antes de ingresar tienen que realizar estudios previos. 

“El instituto pasó de poco menos de 50 alumnos al inicio de mi mandato hace once años, a los casi 160 actuales, provenientes de unos 40 países, de los cuales 35 estudiantes en la residencia universitaria”, explica el sacerdote. Reconoce, entretanto, que no se logra tener un número mayor de alumnos, “porque a diferencia de otras disciplinas, cada uno de ellos necesita una atención individual”.

Los alumnos durante un ensayo

En el mes de septiembre se realizan los exámenes de composición, con pruebas específicas, seguido por el de admisión y en octubre inicia el año académico.

La sede

Su actual sede, la abadía “San Girolamo in urbe” construida a inicios del siglo pasado, fue entregada a los benedictinos de Francia y Luxemburgo, quienes por voluntad de Pío XI profundizaron la crítica literaria sobre la Sagrada Escritura, usando la filología, semiótica, arqueología y otras ciencias.

A partir de 1984 pasó a ser la sede del Pontificium Institutum Musicae Sacrae (PIMS), que además mantiene su auditorio en la Piazza di Sant’Agostino. Hoy el PIMS goza de personalidad jurídica propia, “sui juris” y se rige por las normas del derecho canónico, depende del dicasterio de la Cultura y Educación, creado por el papa Francisco con la Constitución apostólica Praedicate evangelium, promulgada el 19 de marzo de 2022 y que fusionó a dos dicasterios: el Pontificio Consejo de la Cultura y la Congregación para la Educación Católica

El autorHernan Sergio Mora

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Mundo

El 50% de las delegaciones de OMP aumentó su recaudación en 2022

El miércoles 24 de mayo concluyeron las Jornadas Nacionales de los Delegados de Misión y la Asamblea Nacional de Obras Misionales Pontificias.

Loreto Rios·26 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El miércoles concluyeron las Jornadas Nacionales de los Delegados de Misión y la Asamblea Nacional de las Obras Misionales Pontificias (OMP), que se han celebrado del 22 al 24 de mayo. El lema ha sido “Obras Misionales Pontificias: parte de la historia”.

Las jornadas se han celebrado en San Lorenzo del Escorial, y han contado con la participación del director de la Comisión Episcopal de Misiones, monseñor Francisco Pérez González, y el director de Obras Misionales Pontificias México, Antonio de Jesús Mascorro.

Ambos eventos han estado presididos por el director nacional de OMP de España, José María Calderón.

Con el lema, “Obras Misionales Pontificias: parte de la historia”, se ha querido poner de manifiesto la importancia de la evangelización a la hora de constituir las sociedades tal y como las conocemos. También se quiere destacar la labor que han desarrollado los misioneros a lo largo de la historia.

Las jornadas comenzaron con una ponencia del historiador Alfredo Verdoy titulada “Los misioneros españoles, constructores de una nueva civilización cristiana”.

El día 23 las jornadas estuvieron enfocadas en el aspecto económico. Se comentó que el año pasado el 50 % de las delegaciones aumentaron su recaudación, por lo que OMP España pudo enviar un 2,9 % más a los territorios de misión.

El director nacional, José María Calderón, también habló de las tres jornadas de las Obras Misionales Pontificias: Infancia Misionera, Vocaciones Nativas y el Domund.

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Cultura

Aniceto Masferrer: “La gran mayoría prefiere no pensar por uno mismo”

Los valores asumidos mayoritariamente por una sociedad constituyen la ética pública, que suele evolucionar con el paso del tiempo. Omnes ha conversado con el catedrático de la Universidad de Valencia, Aniceto Masferrer, sobre su último libro, ‘Libertad y ética pública’, en el que habla sobre libertad, la necesidad de estimular el pensamiento crítico y fomentar el diálogo, la sociedad civil, el Derecho o las ideologías.

Francisco Otamendi·26 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 12 minutos

“La gran mayoría prefiere no tener que vencer la pereza ni superar el temor que implica pensar por uno mismo, ni asumir los riesgos que conlleva, como la posibilidad de equivocarse, quedar en evidencia y tener que rectificar”, asegura el catedrático de Historia del Derecho y de las Instituciones en la Universidad de Valencia, profesor Aniceto Masferrer (Girona, España, 1971), en su reciente libro, ‘Libertad y ética pública’

Conversar con Aniceto Masferrer exige honestidad intelectual. Y leerle también, porque  defiende que “una sociedad es más madura y democrática cuando sus individuos son capaces de estrechar lazos de amistad, también con quienes no piensan como ellos, de ver en quienes discrepan de sus ideas como alguien que les ayuda y enriquece, y no como un incordio u obstáculo para su realización personal”.

En la entrevista, el intelectual se refiere a iniciativas de gente joven que promueven la creación de espacios para la libre expresión de las ideas, el diálogo y las relaciones interpersonales (@FreeThinkers.fu, It’s Time to Think, We are Seekers, entre otras). 

Sobre éstos y algunos temas más, como la guerra de Ucrania, conversamos con Aniceto Masferrer, investigador y profesor en universidades europeas, americanas y de Oceanía, y autor prolífico.

La libertad es tema central de su reciente libro ‘Libertad y ética pública’. 

—Pienso que una vida no sería verdaderamente humana si se renunciara a amar en libertad, no sería realmente libre si se desentendiera de la verdad, y no podría acceder a la verdad quien no pensara por sí mismo. La libertad es un rasgo fundamental del ser humano. Una vida humana sin libertad, no es vida.

Según el mito posmoderno de la libertad, es bueno lo que uno quiere y malo lo que uno no quiere. No se admite que pueda ser malo algo que uno realmente quiere, ni pueda ser bueno algo que uno en realidad no quiere. Y es un ‘mito’ porque la misma realidad se encarga de desmentir semejante planteamiento. Como afirmó Ortega y Gasset, “toda realidad ignorada prepara su venganza”. 

Y su discípulo Julián Marías señalaba que “se puede ‘de buena fe’ estar en la creencia de que 2 y 2 son 5. Lo malo es que cuando se obra de acuerdo con esa convicción, se tropieza con la realidad, porque ella no tolera las falsedades y se venga siempre de ellas. De ahí viene el fracaso de la vida”. 

Es cierto, como apuntó T. S. Eliot, que “el género humano no puede soportar mucha realidad”, pero algunos parecen no soportar otra realidad o verdad que no coincida con sus deseos e intereses personales, actitud criticada por Bertrand Russell: “Me parece fundamentalmente deshonesto y dañino para la integridad intelectual, creer en algo sólo porque te beneficia y no porque pienses que es verdad”.

En la presentación se refirió a la necesidad de estimular el pensamiento crítico. ¿Por qué esa convicción? 

—La gran mayoría prefiere no tener que vencer la pereza ni superar el temor que implica pensar por uno mismo, ni asumir los riesgos que conlleva, como la posibilidad de equivocarse, quedar en evidencia y tener que rectificar. Una parte importante de la ciudadanía prefiere formar parte de aquella masa amorfa de la que hablaba Ortega y Gasset (La rebelión de las masas), carente de personalidad, que no piensa por sí misma sino que necesita ser pensada por otra persona o colectivo –en ocasiones, victimizado–, limitándose a imitar y reproducir lo que ve en los demás.

La persona que no piensa por sí misma, renuncia a ser ella misma y entrega su libertad, sintiéndose así resguardada por una colectividad anónima de la que no se atreve ya a disentir. Se convierte en un cadáver viviente porque ya no es ella misma, ni siquiera es capaz de plantearse ser la persona que en realidad querría llegar a ser. Es la nueva ciudadanía que, creyendo disfrutar de una libertad que discurre al margen de la realidad, genera desengaño, vacío, ansiedad y frustración.

Libertad y ética pública

Autor: Aniceto Masferrer
Editorial: Sekotia
Páginas: 272
Año: 2022

También alude al fomento del diálogo, en particular con quien piensa de modo distinto. Por otra parte, sigue la escalada bélica en Ucrania. 

—El ser humano tiene una tendencia al sectarismo, que le lleva a pensar que él sabe más que los demás, o que la pertenencia a un grupo le hace mejor que el resto. Nos cuesta aceptar que la verdad, la belleza y la justicia no son patrimonio exclusivo de nadie. Nadie posee toda la verdad, sino tan sólo partes de ella. Quizá sería incluso más certero decir que es la verdad la que posee a alguien. Pero no puede poseer a quien no dialoga, a quien no es capaz de tomarse en serio las razones de quienes no piensan como él. 

Existen tres vías para acceder al conocimiento de la realidad: la observación, la reflexión y el diálogo. Sin diálogo no puede haber conocimiento de la realidad, ni posibilidad de avanzar o progresar como sociedad. De ahí la importancia de fomentar el pensamiento crítico y la expresión de las propias ideas en un clima respetuoso hacia todos, y en particular hacia quienes piensan de modo distinto. De lo contrario, el diálogo no es posible. Y sin diálogo, no cabe la convivencia pacífica en todos los ámbitos (familiar, social, nacional o entre las naciones). Cuando no hay diálogo, las diferencias se dirimen con la mera suma de los votos o con la violencia. Y el resultado suele ser la sinrazón y la muerte –tanto civil como natural– de las personas, como está sucediendo en Ucrania y en tantos otros países del mundo.

Señala en su libro que la libertad de expresión, incluyendo la discrepancia, y la cultura del diálogo, son claves para salvaguardar la democracia… 

—La discrepancia viene exigida por una razón de educación elemental, y por otra de sentido común en la convivencia con personas con visiones distintas en el marco de una democracia plural. Pero existe otra razón aún más importante: sólo la discrepancia permite alcanzar una visión más amplia y completa de la realidad, que jamás es simple, llana y uniforme, sino rica, compleja y poliédrica. El científico Karl R. Popper afirmó que “el aumento del conocimiento depende por completo de la existencia del desacuerdo”. También se ha dicho, y con razón, que “la capacidad de escuchar a gente inteligente que no está de acuerdo contigo es un talento difícil de encontrar” (Ken Follet). En efecto, es más fácil arrimarse a quienes nos complacen, como hacen los niños, porque, como dijo Kant, “¡Es tan cómodo ser menor de edad!”.

Sin embargo, una sociedad es más madura y democrática cuando sus individuos son capaces de estrechar lazos de amistad, también con quienes no piensan como ellos, de ver en quienes discrepan de sus ideas como alguien que les ayuda y enriquece, y no como un incordio u obstáculo para su realización personal. Tener amistad sólo con aquellas personas cuyas ideas nos complacen y compartimos, supone quedarse en la inmadurez, renunciar a una plenitud que implica partir del reconocimiento de que uno no tiene toda la verdad y que sólo me puedo ir acercando a ella escuchando y comprendiendo el punto de vista de los demás.

 ¿Por qué se ha sustituido la razón por la ideología? 

—Hannah Arendt muestra, en Los Orígenes del Totalitarismo, la relación entre el totalitarismo y la ideología, y señala que “la dominación totalitaria (…) se orienta a la abolición de la libertad, incluso a la abolición de la espontaneidad humana en general”. En realidad, la libertad y la razón humanas son los grandes enemigos de la ideología.

Sin embargo, es erróneo pensar que esta amenaza se da tan sólo en regímenes políticos totalitarios (tanto de derechas como de izquierdas), que en muchos países occidentales este peligro está superado y que forma parte ya del pasado. Así pensaban a principios del siglo pasado, como describe Stefan Zweig en su novela Castellio contra Calvino. Conciencia contra violencia (1936). 

Percibe usted una cierta apatía social. Se delega todo en los gobiernos o en el Estado, y nos conformamos.

—Benjamin Constant, en su famosa conferencia (‘De la libertad de los antiguos comparada con la de los modernos’) pronunciada en el Ateneo de París en febrero de 1819, ya advertía que una excesiva intervención del poder público “es siempre una molestia y un estorbo.” Y añadía: “Siempre que el poder colectivo quiere mezclarse en operaciones particulares, perjudica a los interesados. Siempre que los gobiernos pretenden hacer nuestros negocios, los hacen peor y de forma más dispendiosa que nosotros.”

Constant instaba a la sociedad a ejercer “una vigilancia activa y constante sobre sus representantes, y reservarse, en períodos que no estén separados por intervalos demasiado largos, el derecho de apartarles si se han equivocado y de revocarles los poderes de los que hayan abusado”. 

Ligado a lo anterior. ¿Asistimos en Occidente al papel de Estados y gobiernos como agentes configuradores de los valores fundamentales que sustentan la convivencia? ¿O es excesiva esta percepción?

—Resulta sintomático que los políticos vean con buenos ojos la falta de implicación y participación del ciudadano en la vida pública, limitada tan solo –y en el mejor de los casos– a echar la papeleta en la urna cada cierto tiempo. La inmensa mayoría de la clase política actual parece razonar de forma muy similar a cómo lo expresaba Constant hace ya dos siglos: “¡Están completamente dispuestos a ahorrarnos cualquier preocupación, excepto la de obedecer y la de pagar! Nos dirán: ¿Cuál es en definitiva el objetivo de vuestro esfuerzo, de vuestro trabajo, de todas vuestras esperanzas? ¿No es acaso la felicidad? Pues bien, dejadnos hacer y os daremos esa felicidad. No, señores, no les dejemos hacer por muy conmovedor que resulte tan entrañable interés; roguemos a la autoridad que permanezca en sus límites, que se limite a ser justa. Nosotros nos encargaremos de ser felices”.

Y una cuestión que la ciudadanía jamás debería delegar en ningún poder –tampoco en el político– es la relativa a la configuración de la ética pública de la sociedad porque lo propio de una auténtica democracia liberal es que sean los ciudadanos los principales agentes configuradores de la ética pública. 

Pienso que en una democracia libre y plural no debería ser el Estado el principal agente configurador de los valores fundamentales que sustentan la convivencia social. Tampoco los grandes grupos empresariales, mediáticos y financieros. De lo contrario, la democracia se corrompe y se convierte en demagogia, desembocando fácilmente en un régimen autoritario o totalitario. 

Ese proceso de corrupción de la democracia se evita cuando la libertad política de una comunidad tiene como base la suma de las libertades individuales, no en abstracto, sino en su concreto y libérrimo ejercicio. Por eso, es fundamental que todo ciudadano piense por sí mismo, que exprese públicamente su pensamiento en un clima de libertad –con independencia de lo que piense–, y que contribuya, dentro de sus posibilidades, a configurar la ética pública de la sociedad en la que le ha tocado vivir.

Hace notar usted que en los argumentos que se ofrecen al presentar reformas legales, se habla de demandas sociales entonces casi inexistentes…, y luego lo legal se percibe como moral…

—En efecto, se está perdiendo la distinción entre la esfera de lo legal y de lo moral, tan importante en el pensamiento y la cultura jurídica occidental. En realidad, es una consecuencia de la falta de pensamiento crítico. Quien no piensa por sí mismo, tiende a creer que todo lo legal es moralmente lícito, y no cae en la cuenta de que algunas leyes aprobadas por el poder político pueden ser injustas porque no salvaguardan la dignidad y los derechos de todos, en particular de los más vulnerables.

La historia de los derechos humanos muestra esta realidad. El reconocimiento de determinados derechos ha sido, en muchas ocasiones, la respuesta a situaciones sociales moralmente insostenibles. 

Insostenible era el trato que algunos colonos propiciaron a los indígenas en América (s. XVI); insostenibles eran los atropellos a la libertad religiosa y sus consiguientes guerras de religión (s. XVI y XVII); insostenible era el poder omnímodo de las monarquías absolutas (s. XVI-XVIII); insostenibles eran las condiciones de la mayoría de los trabajadores, así como el trato indigno a las mujeres, niños y personas sin trabajo, enfermas o discapacitadas (s. XIX y XX); insostenibles fueron las teorías filosófico-políticas que propiciaron ―o incluso justificaron― las dos guerras mundiales (s. XX).

Insostenible es el dualismo global existente en la actualidad, en donde algunos viven en la más completa opulencia a costa de muchos otros que carecen de lo indispensable para vivir con un mínimo de dignidad (agua potable, comestibles, vivienda, educación, comunicación, etc.), mientras el resto contempla ―con cierta complicidad e impotencia― la riqueza de unos y la indigencia de tantos otros; insostenible es que una parte del mundo lleve una vida consumista y hedonista, justificando el atropello a los derechos de los indefensos, de los seres más vulnerables, de aquellos que no pueden valerse por sí mismos, o de aquellos que cuando vengan ya no podrán disfrutar del mundo y del medio ambiente del que nosotros gozamos en la actualidad.

¿Qué propondría usted para fortalecer la sociedad civil? Conoce la historia y ha viajado por medio mundo…

—La clave es volver a la realidad, vivir en ella, no fuera de ella. Lo ilustraré con una anécdota de esta semana. Al contar a una administrativa de mi universidad que en unos días asistiría a un congreso con una ponencia sobre la libertad sexual en el Derecho penal moderno, me interrumpió y preguntó: “¿Libertad sexual o perversión de lo sexual?”. Le contesté diciéndole que no me parecía que fuera ese el mejor modo de plantear el tema en un congreso internacional celebrado en París, la ciudad que vivió la revolución de mayo del 68. Ella me dijo: “Hoy hay más perversión que libertad sexual”. Y añadió: “Lo que hay es mucha ignorancia. Cuando se pierde el contacto con la realidad, es muy fácil sacar las cosas de quicio y perder el sentido común. Esto es lo que ha pasado con el sexo en la sociedad actual”.

No hace falta tener una gran formación cultural para discernir entre lo verdadero y lo falso, entre lo bueno y lo malo, entre aquello que nos humaniza y lo que nos deshumaniza; ni tampoco disponer de un tiempo libre del que no disponemos. Sí es necesario, sin embargo, encontrar un ritmo vital que nos permita observar la realidad con más atención, reflexionar más críticamente sobre lo que acontece en el mundo –en nuestra vida y en la de los demás–, tener –encontrar o crear– espacios que fomenten la libre expresión de las propias ideas y el diálogo con todos – incluyendo a quienes piensan de modo distinto–, y promuevan relaciones interpersonales auténticas –presenciales, no virtuales– que nos permitan estrechar lazos de amistad y mutua colaboración en la búsqueda de lo auténtico, lo bueno y lo bello para el conjunto de la sociedad. Esto es una necesidad humana, una inclinación hacia lo auténticamente humano.

En esta línea, en los últimos meses han surgido en España varias iniciativas –de gente joven– que promueven precisamente la creación de espacios para la libre expresión de las ideas, el diálogo y las relaciones interpersonales (Free Thinkers, It’s Time to Think, We Are Seekers, entre otras). La gente necesita espacios de libertad donde poder pensar por sí misma, expresar sus ideas y dialogar, actividades que resultan difíciles o entrañan un alto riesgo si se llevan a cabo en la política, la universidad y en otros ámbitos profesionales y culturales.

Usted habla en su libro de la deshumanización y la politización del Derecho. De ambas cosas. 

—El Derecho se deshumaniza cada vez que deja de proteger al desvalido, al que no tiene voz o no es capaz de hacerse oír en una sociedad aturdida por el fragor de un ritmo vital extenuante y el intento de descargar esa tensión con el entretenimiento y el placer, con el peligro –hoy, cierto y muy extendido– de caer en adicciones (redes sociales, pornografía, alcohol, drogas). No pocas veces, esas leyes deshumanizadoras son presentadas como conquistas en el ámbito de los derechos, en ocasiones de los derechos de unos a costa de la vida, la dignidad y los derechos de otros.

Resulta innegable que a día de hoy el Derecho depende excesivamente de la política; la clase política, de los medios de comunicación; y éstos, a su vez, de lobbies y grupos de presión que defienden determinados intereses ajenos al bien común. A veces, so capa de “proteger” a una minoría, se atenta gravemente al interés general, perjudicando los derechos de la mayoría. 

En esta estructura jerarquizada de intereses encadenados, bien conocida por otra parte –y que a alguno podría hacerle pensar en la sociedad europea feudal–, las libertades fundamentales, de las que tanto se habla y se enorgullece la civilización occidental, no pocas veces brillan por su ausencia o carecen de una protección clara y coherente. 

Se habla también de ‘muerte civil’. ¿Crece, a su juicio, la intolerancia, e incluso la discriminación hacia los cristianos por pensar de determinada manera?

A veces nos aferramos tanto a nuestras ideas y concepciones vitales que concebimos como una afrenta cualquier manifestación de discrepancia. Tenemos tan metida la idea de que la realización personal depende de nuestra autonomía de la voluntad, esto es, de que sólo podremos llegar a ser felices si se nos permite satisfacer nuestros deseos o elecciones, que entendemos como un ataque personal el que alguien nos diga que existen opciones mejores, y que la nuestra no sea la mejor para el conjunto de la sociedad (ni quizá para nosotros). Y lo tomamos como algo ofensivo. No somos capaces de distinguir entre la crítica a nuestro parecer y el respeto a nuestra persona. Y pensamos que tal discrepancia supone, necesariamente, un desprecio y una descalificación. 

De ahí que muchos interpreten como ofensivo que los cristianos puedan defender la vida humana (desde la concepción hasta la muerte natural), el matrimonio como un compromiso de por vida entre un hombre y una mujer, etc., y piensan que no deberían de imponer su parecer al resto de la sociedad.

Aparte de que dar su parecer no significa imponer (y no deberían de existir ciudadanos de segunda categoría a los que se les prohíba expresar su parecer), muchas personas parecen no ser capaces de distinguir entre entender ellas y sus ideas; de ahí que conciban cualquier discrepancia a sus ideas como un ataque directo a su persona. 

Es hora de terminar. Habla usted del miedo…  

El antónimo del amor no es sólo el odio, sino también el miedo o el temor, tan extendido en la sociedad actual. Mucha gente vive con miedo: a equivocarse –o fallar–, a defraudar, a quedar mal –y ser ridiculizado o rechazado–. Y el miedo es incompatible con el amor, como lo es con vivir en libertad. Uno se siente inseguro, percibe su falta de conocimiento, y opta por ceder a otros la tarea de pensar y de expresar sus ideas (que en realidad no son suyas). 

El miedo resulta paralizante e impide el libre desarrollo de la propia personalidad, recluyendo a su víctima al ámbito de una masa anónima y amorfa, cuyos miembros no piensan, ni hablan, ni actúan por sí mismos, sino según los dictados de un pensamiento débil, pero (hiper)protegido por la fuerza –potestas, no auctoritas– que le confiere su carácter –supuestamente– mayoritario, así como su hegemonía mediática, política y cultural.

Me atrevería a decir que el miedo constituye el principal obstáculo para vivir auténticamente en libertad, ser uno mismo y vivir en plenitud, alcanzando la felicidad que todo ser humano anhela. Controlar ese miedo –pues no se trata de hacer que desaparezca ni ignorarlo completamente–, es clave para gozar de una vida plena y feliz. Agustín de Hipona decía que hay dos formas de equivocarse en la vida: una consiste en elegir el camino que no nos lleva a nuestro destino. La otra consiste en no elegir camino alguno porque tenemos miedo a equivocarnos. 

Sucumbir ante el miedo, dejarse maniatar por él, optando por no perseguir aquello que te ilusiona y te hace mejor por temor al error, al fracaso o al esfuerzo que pueda traer consigo, es probablemente el mayor error que uno pueda cometer en su vida. 

Y la democracia liberal necesita, hoy más que nunca, una sociedad civil activa que, expresando respetuosamente sus ideas y dialogando con serenidad, contribuya a configurar una sociedad más libre, justa y humana.

El autorFrancisco Otamendi