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Notre – Dame de la Garde, la Virgen que cuida Marsella

La imagen de Nuestra Señora corona la basílica de Notre - Dame de la Garde en Marsella. A esta advocación encomendó el Papa Francisco su viaje a tierras francesas para participar en los "Encuentros del Mediterráneo"

Maria José Atienza·5 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Ecología integral

Laudate Deum. Un texto «profético» para combatir el cambio climático

Aunque el tema del cambio climático puede parece alejado de la fe, el Papa recuerda que está en su centro, en la medida en que nos alienta a cuidar a nuestros hermanos, pero también a custodiar la Creación, siguiendo el mandato original del Génesis.

Emilio Chuvieco·5 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

En el lenguaje coloquial ser profeta implica, de algún modo, predecir el futuro, pero no era ésa la principal misión de los profetas que encontramos en el Antiguo Testamento. Trataban de recordar al pueblo de Israel los mandatos de Yahvé, que habían abandonado siguiendo los espejismos de una vida más cómoda. Por eso, los profetas casi siempre resultaban incómodos, porque los seres humanos preferimos tantas veces ocultar nuestra deriva en el escepticismo o en la indolencia.

En ese sentido, Laudate Deum es un texto profético. No porque el Papa Francisco prediga mejor que los modeladores del clima lo que es previsible que ocurra si mantenemos nuestra desidia ante el cambio climático, sino porque nos está recordando una verdad que no queremos afrontar: mejor es enterrar la cabeza en el suelo, pasar la responsabilidad a los que vengan detrás de nosotros y seguir viviendo como si no pasara nada.

Esa nueva exhortación apostólica del Papa Francisco recuerda lo sustancial del mensaje que nos envió hace 8 años con la encíclica Laudato sí. Ahora se centra más en la cuestión climática, con la esperanza que sirva como acicate para que la próxima reunión del tratado de Naciones Unidas sobre cambio climático (UNFCC), a celebrar en Dubái en el próximo noviembre, tome las medidas que requiere la gravedad del problema.

Los pobres, los más afectados por el cambio climático

“Por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes”, afirma el Papa. No tiene sentido seguir negando la evidencia de que el cambio climático está detrás de muchas de las anomalías que observamos en la última década. No hay dudas científicas sobre el incremento de las temperaturas globales, ni sobre los impactos que está teniendo en el sistema terrestre; tampoco sobre el incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), ni sobre el papel protagonista que estas emisiones tienen en ese calentamiento.

El Papa Francisco hace un resumen científico de la cuestión, en términos razonables, aunque sorprendentes en un documento vaticano, que rara vez se ha apoyado en citas científicas. Está bien que lo haga, pues el cambio climático es un problema científico.

Es ridículo seguir insistiendo en que es fruto de un determinado lobby o de una determinada posición ideológica (no hay ninguna Agencia Meteorológica ni ninguna Academia de Ciencias que nieguen las bases científicas del cambio climático).

Independientemente de quien lo promueva o de a quien beneficie, es una cuestión científica que ya tiene una madurez suficiente como para que permita tomar decisiones mucho más ambiciosas para mitigarlo. No voy a negar que existen científicos -algunos prestigiosos- que siguen negando las evidencias que otros muchos observamos.

Tal vez convenga aquí recordar el papel que algunos científicos -también prestigiosos- tuvieron en los años 70 para sembrar dudas sobre el impacto del tabaco en la salud, o en los 80 sobre los gases que afectaban a la capa de ozono. Distintos estudios han mostrado que se hubieran ahorrado muchísimas muertes prematuras y enormes costes sanitarios y laborales si se hubieran tomado las medidas restrictivas del tabaco que ahora todos vemos razonables ( en este sentido hay múltiples datos en este informe del gobierno de EE.UU: US Department of Health Human Services (2014). The health consequences of smoking—50 years of progress: a report of the Surgeon General).

Volviendo al texto del Papa Francisco, en la misma línea de la Laudato si, insiste en la importancia de conectar los problemas ambientales y los sociales. Son los pobres del mundo los más afectados por el cambio climático, y son los más ricos del mundo los principales responsables de que ocurra. O quizá mejor decir somos, pues los países desarrollados hemos sido los principales emisores históricos, y conviene recordar que el CO2 reside en la atmósfera durante varias décadas.

Es necesario que seamos nosotros también los primeros en tomar medidas mas ambiciosas para frenar el impacto del calentamiento global, evitando consecuencias que podrían ser catastróficas para la habitabilidad del planeta. También en la línea de la encíclica, el nuevo texto de Francisco insiste en ligar la falta de decisiones eficaces para mitigar el cambio climático a nuestra tendencia a fiar todo al desarrollo tecnológico, manteniendo una actitud altiva, como si el planeta fuera un almacén de recursos que nos pertenecen, como si no tuviéramos relación con las demás criaturas.

No olvida el Papa citar la cuestión demográfica, generalmente controvertida, tanto en partidarios como detractores de las cuestiones ambientales: “Con la pretensión de simplificar la realidad, no faltan quienes responsabilizan a los pobres porque tienen muchos hijos y hasta pretenden resolverlo mutilando a las mujeres de países menos desarrollados. Como siempre, pareciera que la culpa es de los pobres”.

No es responsabilidad de estos países, obviamente, sino de los que tienen tasas de consumo que sería imposible generalizar. Es preciso cambiar nuestro modo de vida, hacia estilos más sencillos, menos consumistas, manteniendo unas condiciones de vida razonables. El Papa recuerda la enorme diversidad en las tasas de emisiones de GEI, no solo entre los países más pobres y los más industrializados, sino también entre ellos, con estados que tienen la mitad de emisiones per capita (Europa) que otros con igual o peor índice de desarrollo humano (Rusia o Estados Unidos).

Las lecciones de la pandemia

La crisis de la Covid-19 nos ha enseñado que podemos afrontar retos globales, pero que es precisa la colaboración internacional para tomar medidas de impacto planetario. También ahora las cumbres climáticas pueden ser un instrumento fundamental para reducir significativamente las emisiones, aunque hasta ahora hayan sido poco ambiciosos los acuerdos y muchas veces no vinculantes.

La pandemia nos ha mostrado también que dependemos de ecosistemas sanos, que no estamos solos en este planeta y que las demás criaturas deberían ser “compañeros de camino” en lugar de “convertirse en nuestras víctimas”. Es preciso que nos convenzamos de que cuidar la propia casa es la más obvia de las decisiones: no tenemos otra, y hay muchos seres humanos, y no humanos, que dependen de ella.

Agradecer y cuidar la creación como un don

Además, como creyentes, deberíamos admirar y agradecer la Creación que recibimos como don, para cuidarla responsablemente y transmitirla a las generaciones futuras, incluso restaurando los daños que hemos ya cometido con ella.

La Iglesia no puede mirar a otro lado en una cuestión de impacto planetario, y no lo hace. Junto a otras grandes tradiciones religiosas, a los que el papa también convoca en este texto, nos recuerda que el cuidado del ambiente es el cuidado de las personas que en él viven, porque todo está conectado. ”A los fieles católicos no quiero dejar de recordarles las motivaciones que brotan de la propia fe. Aliento a los hermanos y hermanas de otras religiones a que hagan lo mismo, porque sabemos que la fe auténtica no sólo da fuerzas al corazón humano, sino que transforma la vida entera, transfigura los propios objetivos, ilumina la relación con los demás y los lazos con todo lo creado”.

Y frente a los que todavía se muestran escépticos o ignorantes, les recuerda el Papa que no tiene sentido seguir dilatando las decisiones.

Como hicieron los profetas del Antiguo Testamento, el Papa Francisco toca la puerta de nuestra conciencia para salir de esas posiciones que esconden quizás la indiferencia o el egoísmo para no cambiar: “Terminemos de una vez con las burlas irresponsables que presentan este tema como algo sólo ambiental, “verde”, romántico, frecuentemente ridiculizado por los intereses económicos. Aceptemos finalmente que es un problema humano y social en un variado arco de sentidos”.

No es la primera vez que un papa contemporáneo ejerce esa función profética. Ya lo hizo san Pablo VI con la Humanae vitae, y las consecuencias familiares de no escuchar su mensaje son ahora tristemente evidentes; ya lo hizo san Juan Pablo II, denunciando la invasión de Irak que acabó con el colapso de un país donde convivían razonablemente en paz musulmanes y cristianos, que ahora han prácticamente desaparecido, emigrando -voluntaria o forzadamente- a otras tierras.

Ahora lo hace el Papa Francisco con un tema que a algunos les puede parece alejado de la fe, pero que está en su centro, en la medida en que nos alienta a cuidar a nuestros hermanos, pero también a custodiar la Creación, siguiendo el mandato original del Génesis (2, 15), a la vez que se admira de su belleza, porque si “el mundo canta un Amor infinito, ¿cómo no cuidarlo?”

El autorEmilio Chuvieco

Catedrático de Geografía de la Universidad de Alcalá.

Mundo

El conflicto en Armenia, el fracaso de Occidente

Gerardo Ferrara explica en este artículo los detalles más importantes para comprender el conflicto actual que se desarrolla en Armenia.

Gerardo Ferrara·5 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

En dos artículos anteriores hemos ilustrado, aunque brevemente, la rica historia del pueblo armenio, hoy está en gran parte exiliado por todo el mundo y en pequeña medida concentrado en unas minúsculas porciones del Cáucaso (incluida la República de Armenia) que representan sólo una sombra del vasto imperio de la Antigüedad.

De hecho, los armenios no sólo estaban presentes en la actual República de Armenia, sino que constituían una minoría considerable, si no una verdadera mayoría, en Anatolia Oriental, Naxiçevan (región autónoma de Azerbaiyán), Javan (ahora parte de Georgia), Artsaj (también conocido como Nagorno Karabaj), también en Azerbaiyán.

Los nombres rusos Nagorno Karabaj (Karabaj montañoso o Alto Karabaj) y armenio Artsaj designan el territorio de una zona del suroeste de Azerbaiyán que, hasta el 21 de septiembre de 2023, era una república autónoma de facto, aunque sin ningún reconocimiento internacional.

Desde 1994 (con el fin de la primera guerra de Nagorno Karabaj) hasta 2020 (año de la segunda guerra de Nagorno Karabaj), la República de Artsaj (de etnia armenia) ocupaba una superficie de unos 11.000 kilómetros cuadrados, aunque se reducirá a más de la mitad desde 2020 hasta 2023, con unos 130.000 habitantes. Hoy, tras un conflicto de más de 30 años, ha vuelto completamente a manos de Azerbaiyán.

Una tierra que siempre ha sido armenia

Por los documentos en poder de los historiadores, se sabe que Artsaj, o Nagorno Karabaj, ha sido tierra armenia al menos desde el siglo IV d.C. y en ella se habla un dialecto de la lengua armenia. Alberga monumentos cristianos de incalculable valor, como el monasterio de Gandzasar o la catedral de Ghazanchetsots en Shusha, hoy parcialmente destruida.

La inmensa mayoría de la población también ha sido siempre armenia (el primer censo, de 1926, informaba de que el 90 % de los ciudadanos pertenecían a esta etnia y este porcentaje, aunque bajó al 70-80 % durante la época soviética, había vuelto al 99 % bajo la República de Artsaj).

Sin embargo, en la región, que, tras caer en manos de los selyúcidas, mongoles y safávidas y convertirse después en un kanato turco, había sido adquirida por Rusia en 1813, se produjeron, tras el final de la Primera Guerra Mundial, violentos enfrentamientos entre armenios étnicos y turco-azeríes que desembocaron en pogromos, masacres y deportaciones de las que fueron víctimas los armenios (la destrucción de Shusha y su catedral en 1919, con la matanza de unos 20.000 de sus habitantes, y de otros pueblos y ciudades), siempre en el contexto del loco nacionalismo turco paneuropeísta y de la «desarmenización» de los territorios considerados patria del elemento turco (causa ya del genocidio armenio).

También para evitar la continuación de tales conflictos, la región fue asignada en 1923 por el gobierno soviético no a la República Socialista Soviética de Armenia, sino a la de Azerbaiyán, como oblast autónomo de mayoría armenia.

Desde 1923 hasta 1991, la Unión Soviética congeló de hecho el conflicto entre los armenios y los azeríes de habla túrquica con las metodologías llevadas a cabo por Stalin: ateísmo de Estado, desplazamientos forzosos de cientos de miles de personas y asignación totalmente indebida de territorios a una república de la URSS en lugar de a otra.

Sin embargo, ya en 1988, los armenios de Nagorno Karabaj empezaron a reclamar la transferencia de soberanía bajo la República Soviética de Armenia. Cuando, en 1991, tanto Armenia como Azerbaiyán se independizaron tras el colapso de la Unión Soviética, armenios y azeríes de este enclave armenio de Azerbaiyán entraron en guerra.

Las guerras de Nagorno Karabaj

A principios de la década de 1990, las fuerzas armenias de Artsaj, apoyadas por Armenia, se hicieron con el control de la zona en la primera guerra de Karabaj (1988-1994). Las negociaciones que siguieron -dirigidas por Rusia y un comité conocido como «Grupo de Minsk» (se suponía que se celebraría una conferencia de paz en Minsk, Bielorrusia, pero nunca tuvo lugar)- sólo consiguieron un alto el fuego en 1994 y no una solución definitiva al conflicto.

Entre 1994 y 2020, año del estallido de la segunda guerra de Karabaj, la República de Artsaj consiguió dotarse de instituciones democráticas y, entre elecciones libres y un referéndum celebrado en 2006, de una Constitución, aunque sigue sin gozar de reconocimiento internacional, ni siquiera el de Armenia. Y ello mientras Azerbaiyán, con el que Occidente, Israel y Turquía mantienen también vivas y llamativas relaciones económicas y militares, suministrando armas al país, es una auténtica dictadura en manos de la dinastía Aliev, en el poder desde 1993 primero con el padre Heyder y luego, desde 2003, con el hijo Ilhem.

Pero ya se sabe, siempre se hace la vista gorda de buena gana (incluso la ONU lo hace, a cambio de generosas donaciones de los Aliev) ante el fraude electoral, los métodos autoritarios, la corrupción, la falta de libertad de prensa, los asesinatos y la violencia sistemática contra los opositores, ¡si del otro lado hay un país con enormes yacimientos de gas y petróleo! Siempre que les convenga, claro.

En 2020, estallaron de nuevo los enfrentamientos (que nunca cesaron del todo) y Azerbaiyán, respaldado por Turquía, atacó Artsaj, dando comienzo a la segunda guerra del Karabaj. Este segundo conflicto fue aún más sangriento, entre otras cosas por el uso de armas de racimo, misiles balísticos y aviones no tripulados (suministrados a Azerbaiyán por Turquía e Israel) y provocó no solo la muerte de soldados y civiles, sino también la destrucción parcial o total de pueblos y monumentos históricos, como iglesias y monasterios.

El papel de Rusia

Con las fuerzas armenias diezmadas, Aliyev y el primer ministro de Ereván, Nikol Pashinyan, acordaron el 9 de noviembre de 2020 un alto el fuego con la mediación de Rusia. El acuerdo estipulaba que Armenia renunciaría al control militar sobre Karabaj, mientras que las fuerzas de paz rusas guarnecerían la región durante cinco años. También se garantizaba que Step’anakert (capital de la República de Artsaj) mantendría el acceso a Armenia a través del corredor (“paso”) de Lachin.

Sin embargo, sabemos que Rusia, ocupada en otro frente (Ucrania), no fue capaz de interponerse adecuadamente entre los dos contendientes, entre otras cosas por oportunismo político (el gobierno de Pashinian se había acercado entretanto a la UE y a Estados Unidos y, por otra parte, Azerbaiyán es un aliado demasiado valioso) y no intervino cuando, a pesar de los acuerdos, el corredor de Lachin fue bloqueado en diciembre de 2022 por los autodenominados «ecologistas» azerbaiyanos. Una nueva ofensiva de Azerbaiyán en septiembre de 2023 consolidó aún más su control sobre el territorio, hasta el punto de destruir por completo cualquier atisbo de autonomía en la región: a partir del 1 de enero de 2024, la República de Artsaj dejará de existir.

El fin de la presencia armenia

Los objetivos expansionistas turcos y azerbaiyanos no son tan misteriosos: el sueño panturanista de la continuidad territorial turca ininterrumpida por los armenios en la zona de Karabaj, en el enclave de Naxiçevan y en la propia Armenia. Un sueño que dura ya más de cien años y que se intenta hacer realidad mediante la aniquilación sistemática de una presencia milenaria.

Las últimas y desalentadoras noticias hablan de la huida de casi ciento veinte mil armenios de Artsaj, casi toda la población, con pueblos y ciudades abandonados en manos azerbaiyanas, monumentos y cruces derribados en las cimas de las montañas (incluida la cruz de Dashushen, de 50 metros de altura, que fue la segunda cruz más grande de Europa), amenazas a los residentes armenios (en los brazaletes de los soldados azerbaiyanos se lee: «¡No huyas, armenio! Morirás de agotamiento») y secuestros de supuestos «terroristas» armenios (intelectuales disidentes, miembros del gobierno separatista, magnates de los negocios, etc.) por parte del régimen de Aliev.

Por si fuera poco, el ministro de Cultura azerbaiyano, Anar Karimov, anunció la creación de un grupo de trabajo para las zonas reconquistadas de Nagorno Karabaj con el fin de «eliminar las huellas ficticias de los armenios en los lugares religiosos albaneses». Sus desvaríos se refieren a la teoría, apoyada sólo por el historiador azerbaiyano Ziya Buniyatov en los años cincuenta y hoy por el régimen de Bakú, de que los monumentos cristianos de Karabaj son refritos armenios del siglo XIX de artefactos más antiguos procedentes de la Albania caucásica, un antiguo reino presente en el territorio en el siglo IX. El grupo de trabajo anunciado por Karimov deberá examinar los yacimientos y debatir si hay que retirarlos y, en su caso, qué.

Armenia, de ayer a hoy

En el plano histórico, está bien establecido que los monumentos más antiguos de la zona son cristianos, y preceden en algunos siglos a la llegada de los grupos turcos procedentes de las estepas mongolas que más tarde colonizaron la zona. Karabaj se cristianizó en el siglo IV y desempeñó un papel muy importante en la formación de la identidad cultural armenia.

Antes de la Primera Guerra Mundial, Artsaj tenía 222 iglesias y monasterios. A 10 de noviembre de 2020, había más de 30 iglesias y monasterios «en funcionamiento», y la Oficina de Monumentos de la República de Artsaj enumeraba un total de 4.403 monumentos culturales cristianos en la región: yacimientos arqueológicos, iglesias medievales, monasterios y fortalezas, innumerables cruces de piedra y valiosas lápidas.

No es descabellado pensar que existe un grave riesgo, como ocurrió en Turquía tras el Mezd Yeghern, de que la demencial ideología panturanista y nacionalista turca borre cualquier rastro de presencia cristiana en Artsaj en el curso de una nueva invasión bárbara.

Y Occidente (y más allá) se queda mirando.

El autorGerardo Ferrara

Escritor, historiador y experto en historia, política y cultura de Oriente Medio.

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Cultura

Los arcángeles, dones de Dios

Es difícil imaginar la vida sin nuestros arcángeles, Miguel, Gabriel y Rafael. Todos ellos encarnan los inmensos dones de nuestro Señor.

Jennifer Elizabeth Terranova·5 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Es difícil imaginar la vida sin nuestros arcángeles, Miguel, Gabriel y Rafael. Todos ellos encarnan los inmensos dones de nuestro Señor: Miguel, nuestro intrépido protector; Gabriel, el gran anunciador de la Buena Nueva; y Rafael, nuestro sanador, pero sólo hay un jefe del ejército angélico, que es san Miguel.

La palabra ángel significa mensajero; deriva de la palabra griega “aggelos». Pero el nombre Miguel significa «Quién como Dios». “Los ángeles están en todas partes, y todo el mundo los ama», señalaba un sacerdote la semana pasada tras celebrar su fiesta. Pero, ¿aprovechamos su inmenso poder y abrazamos su luz?

San Agustín dijo esto de estos dones: «Así los ángeles, iluminados por aquella luz por la que fueron creados, se convirtieron ellos mismos en luz… por participación en la luz y el día inmutables, que es el Verbo de Dios, por medio del cual ellos mismos y todas las demás cosas fueron hechas».

Juan Damasceno decía que «los ángeles son luces secundarias». Hay muchas cosas para muchas personas, y los católicos celebran estos tesoros.

“El salmista hablaba de los ángeles como «vientos y llamas», recuerda Joel J. Miller en su libro “Lifted by Angels: The Presence and Power of Our Heavenly Guides and Guardians”. Miller continúa llamándolos «los espíritus» y escribe: «‘Son los honorables poderes sin cuerpo del Cielo'» (…) «en el lenguaje de la Iglesia». Pero tienen sus limitaciones y no son omnipresentes como Dios.

El viernes 29 de septiembre fue la fiesta de los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Todos son poderosos y queridos, pero san Miguel es el más popular e invocado diariamente por muchos católicos. Los católicos confían en él y dependen de este gigante espiritual para que «nos defienda en la batalla» y «nos proteja contra la maldad y las asechanzas del diablo». El arcángel Miguel es el patrón de tenderos, soldados, médicos, marinos, paracaidistas, policías y enfermos. Su repertorio para derrotar al enemigo es impresionante, y se ha ganado este prestigioso título.

San Miguel

Al igual que Nuestro Señor, san Miguel vela por su rebaño, fue considerado protector de los israelitas y es venerado en la tradición católica como protector de la Iglesia.

Como todos los ángeles, transmite nuestras oraciones y peticiones a Dios, incluido nuestro ángel de la guarda, que está siempre con nosotros. Todos ellos son un signo del amor que Dios nos tiene.

San Miguel, sin embargo, es a quien llamamos para que «nos defienda en la batalla». Dirigió el ejército de ángeles que arrojó a Satanás y a sus secuaces al infierno. Sin embargo, su importancia no es exclusiva de los católicos. También es muy apreciado entre los judíos y, sin duda, el más popular de los arcángeles. Los padres fundadores de la Iglesia creían que el arcángel Miguel desempeñó un papel fundamental durante acontecimientos monumentales de la historia de la Iglesia católica. El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) afirma lo siguiente sobre san Miguel: «Junto a cada creyente está un ángel como protector y pastor».

San Miguel es mencionado en el Libro de Daniel y la carta de Judas como «El Príncipe» o «El Arcángel». Y san Basilio y santo Tomás de Aquino lo califican como «El príncipe de todos los ángeles».

El demonio no sólo teme a nuestra Santísima Madre y a san José, sino que es muy consciente de que san Miguel es su enemigo directo, su peor pesadilla, y trabaja las veinticuatro horas del día para proteger a los hijos de Dios de los malvados. Y cuando pronunciamos su nombre, responde, y no es de extrañar que se le considere «Conquistador de la peste».

La peste de Roma

En 590, una grave peste asoló Roma. Murieron muchas personas, así como el Papa de entonces. Su sucesor, el Papa San Gregorio Magno, organizó y dirigió una procesión masiva por las calles de Roma «como acto de penitencia» y «buscando el perdón y la expiación de los pecados». Se dice que san Miguel apareció durante la procesión penitencial, y la peste terminó.

El 1 de octubre de 1884, el Papa León XIII, que reinó de 1878 a 1903, estaba charlando con sus hermanos después de celebrar la Misa cuando, de repente, se quedó «paralizado» durante varios minutos. Aunque hay varias versiones del suceso, se cree que tuvo una visión del siglo XX tan alarmante que le obligó a componer la oración de san Miguel y ordenó que se rezara al final de la misa. Todavía se reza en algunas misas y en privado por sus fieles seguidores.

Los arcángeles hoy

El Padre Pío enviaba penitentes a lo que hoy es el santuario de san Miguel más antiguo de Europa Occidental, en Gargano, Italia, para liberarlos, donde se les aparecía san Miguel.

El arcángel es tan poderoso que es el ángel al que llaman los exorcistas cuando trabajan con alguien que está poseído, oprimido y luchando contra fuerzas demoníacas. Y las reliquias de las piedras de la cueva se utilizan en sus ritos.

Podemos contar con san Miguel para separar a los malhechores de los justos al final de los tiempos. Y los católicos deben ser muy conscientes de la magnitud de su poder. Él, como todos ellos, son dones de Dios y están aquí para sanarnos, guiarnos y protegernos. Así pues, pide la intercesión del arcángel Miguel, Gabriel, Rafael y tu ángel de la guarda, y acuérdate de darles las gracias, pues siempre están de tu lado y listos y dispuestos a ayudarte.

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¿Dónde está la verdad?

Las nuevas generaciones continúan preguntándose: “¿Quién soy? ¿Qué sentido tiene mi estar en el mundo? ¿A dónde voy?”

5 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

“¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Qué hago con mi vida? ¿A dónde voy?” Son las preguntas humanas de siempre que ni el humanismo, ni las ciencias, ni la tecnología son capaces de contestar. En cada época, los pensadores nos las vuelven a poner delante y suenan siempre igual. Hasta donde esos pensadores han podido llegar, con diversos acentos, nos proponen que seamos humanos, que seamos lo que somos; en definitiva, que nos encontremos con nosotros mismos. 

Sin embargo, esas respuestas de los filósofos y pensadores nos siguen dejando, en el fondo, vacíos y las nuevas generaciones continúan preguntándose: “¿Quién soy? ¿Qué sentido tiene mi estar en el mundo? ¿A dónde voy?”

Son preguntas que inquietan en lo profundo al ser humano; son preguntas muy serias; son preguntas que nos comprometen hasta la médula. Sin embargo, esta seriedad y compromiso, en vez de atraernos en busca de la verdad última de nuestro ser, parece como si quisiéramos evitarlas, esquivarlas  u ocultarlas, no se sabe dónde. 

Quizás lo que más distingue a nuestra época  es la superficialidad, el querer olvidar o inutilizar el espíritu crítico, el quedarse como sin fuerza de voluntad para afrontar esas preguntas, el dejarse caer en el nihilismo, el no querer escuchar la conciencia; en definitiva, como el no tener fuerzas para enfrentarse con la dimensión espiritual y moral de nuestro ser personas.

Hay vídeos impresionantes de algunas calles de ciudades de Estados Unidos -pero no sólo-, en las que aparecen personas como zombis, destruidos moral y físicamente por la droga y la prostitución.  

¿Será que hemos construido toda una civilización fundamentada, no en lo que somos, sino en lo que poseemos? ¿Será que el éxito y el prestigio social se anteponen a todo y nos dejan en un inquietante vacío existencial? Algún autor ha definido nuestro tiempo como “un páramo espiritual”. Es urgente apelarse a cada persona humana para que cultive la dimensión “contemplativa” de su ser, para que sea “verdaderamente libre”.

La persona “superficial”, que no piensa por sí misma, sino que se deja llevar por ideologías, en apariencia dominantes, tendrá mucha dificultad para hacerse esas preguntas, de cuyas respuestas acertadas depende su felicidad. No olvidemos que culturalmente somos hijos de la Ilustración, la cual, con aspectos positivos y aciertos, ha cultivado, sin embargo, un racionalismo desconectado de la realidad trascendente de la persona humana, llevándonos  a la postre a un gran vacío espiritual.

Siguen en pie aquellas palabras luminosas de Jesús: «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» (Jn 8,31).

Jesús nos asegura que existe la verdad;  nos confirma lo que ya percibimos con claridad en nuestro interior, es decir, que la verdad sólo puede ser una, aunque las mentiras o “medias verdades” sean muchas; nos ratifica que su Palabra es la verdad.

Ahí está, para quien la pida con humildad, la respuesta a esas preguntas permanentes del ser humano.

El autorCelso Morga

Arzobispo emérito de la diócesis de Mérida Badajoz

Evangelio

La canción de la viña. Domingo XXVII del tiempo ordinario (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del XXVII domingo del Tiempo Ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·5 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

En el Antiguo Testamento la viña era una imagen recurrente para describir el amor y el cuidado de Dios a su pueblo y a Jerusalén. Israel era la viña escogida de Dios, que Él había creado y formado con especial atención. Las lecturas de hoy nos dan un ejemplo del uso de esta imagen. El salmo describe a Israel como “la cepa que tu diestra [de Dios] plantó”. Y en un pasaje de Isaías, escuchamos lo que se conoce como “la canción de la viña”.

El lenguaje está lleno de amor y ternura: el amor del profeta por Dios (al que se refiere como “mi amado”) y el amor de Dios por su pueblo, descrito mediante la metáfora de la viña: “Mi amigo tenía una viña en un fértil collado. La entrecavó, quitó las piedras y plantó buenas cepas; construyó en medio una torre y cavó un lagar”. Y luego Dios mismo dice: “¿Qué más podía hacer yo por mi viña que no hubiera hecho?”. El salmo añade: “Sacasta una vid de Egipto, expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste”.

En otras palabras, Dios no podía haber hecho más para establecer a Israel y ayudarlo a florecer. Pero Israel nunca correspondió a tan gran amor, y por eso Dios se lamenta: “¿Por qué, cuando yo esperaba que diera uvas, dio agrazones?”. Las uvas malas del pecado.

Y tanto en la primera lectura como en el salmo, Dios anuncia los castigos derivados de la falta de correspondencia de Israel: el derribo de sus murallas (las de Jerusalén), su abandono y falta de cuidados, el robo de sus productos, su devastación por los animales y la falta de lluvia.

No es sorprendente, por tanto, que Jesús utilice esta imagen para advertir a Israel. También describe el gran cuidado que puso Dios en establecer a Israel mediante la imagen de la construcción de la viña. Es como si dijera: “Arrepentíos, o los castigos amenazados a la viña caerán ahora sobre vosotros”.

Jesús cuenta una parábola en la que un terrateniente intenta repetidamente obtener los productos a los que tiene pleno derecho de los arrendatarios a los que ha arrendado la viña, pero, cuando envía a sus criados a buscarlos, son maltratados.

Finalmente, el propietario, que es Dios Padre, envía a su Hijo, que es Jesús, pero los labradores lo matan. Jesús predice su muerte para intentar advertir a los israelitas de que sabe lo que están haciendo y a qué conducirán sus acciones.

A lo largo de la lectura de hoy percibimos el mal de la obstinación y la resistencia a la gracia. Solo conducen al desastre, primero en la tierra, pero en última instancia en la otra vida. Vemos a un Dios que, a pesar de todo su amor, o más bien a causa de él, se molesta por lo que hacemos y se enfada por nuestros pecados.

La obstinación en el pecado nos llevará a la perdición y la paciencia de Dios tiene, en cierto sentido, límites. No nos impondrá su gracia y, si la rechazamos, la ofrecerá a otros en lugar de a nosotros.

La homilía sobre las lecturas del domingo XXVII del Tiempo Ordinario (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

Laudate Deum. El Papa alerta del peligro del hombre «que pretende ocupar el lugar de Dios»

Ocho años después de la publicación de Laudato Si´, el Papa Francisco vuelve a clamar por la necesidad de un "camino de reconciliación con el mundo" en su nueva Exhortación Apostólica Laudate Deum, publicada hoy, fiesta de san Francisco de Asís, un ejemplo de santidad y respeto por la casa común.

Maria José Atienza·4 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

«No tenemos reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre», con esta afirmación comienza, prácticamente, Laudate Deum, la sexta Exhortación Apostólica del Papa Francisco, que se centra esta vez en la crisis climática y que ha sido publicada el 4 de octubre de 2023, fiesta de San Francisco de Asís, tres después de Fratelli Tutti.

El Papa comienza esta carta centrando su mirada en la crisis climática global. En este punto destaca cómo «es verdad que no cabe atribuir de modo habitual cada catástrofe concreta al cambio climático global. Sin embargo, sí es verificable que determinados cambios en el clima provocados por la humanidad aumentan notablemente la probabilidad de fenómenos extremos cada vez más frecuentes e intensos». 

Este reconocimiento de la responsabilidad del hombre, junto a causas ajenas a su voluntad, es una constante en esta nueva Exhortación Apostólica que recuerda, en más de una ocasión, que la naturaleza no es un simple «marco para el hombre», sino que formamos todos parte de ella como resultado del poder creador de Dios.

Resistencias ante el cambio climático

Hace mención el pontífice a las resistencias y críticas que, también dentro de la Iglesia, constata ante lo que considera una realidad urgente. En este sentido, Laudate Deum recoge alguna de las «razones» con las que se ridiculiza la preocupación ante la degradación del medio ambiente como los problemas de heladas, lluvias o las confusiones de información.

El Papa subraya en este punto que «no faltan quienes responsabilizan a los pobres porque tienen muchos hijos y hasta pretenden resolverlo mutilando a las mujeres de países menos desarrollados. Como siempre, pareciera que la culpa es de los pobres. Pero la realidad es que un bajo porcentaje más rico del planeta contamina más que el 50% más pobre de toda la población mundial, y que la emisión per cápita de los países más ricos es muchas veces mayor que la de los más pobre». Una realidad que pocas veces se pone de manifiesto, en especial, en el llamado bloque de Occidente.

No esconde Francisco la dificultad de llevar a cabo una «transición hacia formas renovables de energía, bien gestionada» para evitar, como ha ocurrido en ocasiones, la destrucción de numerosos puestos de trabajo. En este punto, el Papa apunta a la necesidad de que los políticos y empresarios se ocupen de una gestión integral que no elimine puestos de trabajo bajo la bandera del ecologismo.

Todo lo que deja de ser un don, se convierte en un esclavo

Tras analizar riesgos y situaciones derivadas de la degradación del medio ambiente y el avance de la crisis climática, el Papa apremia a «una mirada más amplia que nos permita no sólo admirarnos por las maravillas del progreso, sino también es apremiante prestar atención a otros efectos que probablemente ni siquiera podían imaginarse un siglo atrás. Se nos pide nada más que algo de responsabilidad ante la herencia que dejaremos tras nuestro paso por este mundo». 

En este sentido, Francisco recuerda que ya en Laudato Si´ofrecía «breve desarrollo acerca del paradigma tecnocrático que está detrás del proceso actual de degradación del ambiente. Es ‘un modo de entender la vida y la acción humana que se ha desviado y que contradice la realidad hasta dañarla'». Una idea de progreso y poder absoluto del hombre que avances como la Inteligencia Artificial ha consolidado en muchas personas.

Ante esta idea de poder ilimitado, el Papa recuerda que «no son ilimitados los recursos naturales que requiere la tecnología, como el litio, el silicio y tantos otros, pero el mayor problema es la ideología que subyace a una obsesión: acrecentar el poder humano más allá de lo imaginable, frente al cual la realidad no humana es un mero recurso a su servicio. Todo lo que existe deja de ser un don que se agradece, se valora y se cuida, y se convierte en un esclavo, en víctima de cualquier capricho de la mente humana y sus capacidades». 

El Papa vuelve a atacar, en esta carta lo que él denomina la «lógica del máximo beneficio con el menor costo, disfrazada de racionalidad, de progreso y de promesas ilusorias». Una lógica que ha llevado a la implantación de residuos nucleares o establecimiento de industrias contaminantes en las zonas más pobres del planeta sin contar con la vida y el desarrollo de sus habitantes. Una lógica que, en palabras del Papa «vuelve imposible cualquier sincera preocupación por la casa común y cualquier inquietud por promover a los descartados de la sociedad».

En este punto, aclara el pontífice, «una cosa es un sano planteamiento sobre el valor del esfuerzo, el desarrollo de las propias capacidades y un loable espíritu de iniciativa, pero si no se busca una real igualdad de oportunidades esto se convierte fácilmente en una pantalla que consolida más aún los privilegios de unos pocos con mayor poder. Dentro de esta lógica perversa, ¿qué les importa el daño a la casa común si ellos se sienten seguros bajo la supuesta armadura de los recursos económicos que han conseguido con su capacidad y con su esfuerzo?»

Un esfuerzo común

Otro de los grandes bloques de esta carta es el dedicado a la necesidad de un esfuerzo común, un «nuevo multilateralismo» que integre mecanismos de cooperación efectiva y que conlleve un compromiso real de los países en este sentido.

En esta linea, el Papa recuerda en Laudate Deum la necesidad de tener una visión integral que borde de igual manera estos problemas.

«Buscar sólo un remedio técnico a cada problema ambiental que surja», recuerda el Papa, «es aislar cosas que en la realidad están entrelazadas y esconder los verdaderos y más profundos problemas del sistema mundial».

El Papa incide, una vez más, en la urgencia de «dar respuesta a los nuevos desafíos y de reaccionar con mecanismos globales ante los retos ambientales, sanitarios, culturales y sociales, especialmente para consolidar el respeto a los derechos humanos más elementales, a los derechos sociales y al cuidado de la casa común». Sólo así podremos, apunta el pontífice superar el riesgo de «quedarnos encerrados en la lógica de emparchar, colocar remiendos, atar con alambre, mientras por lo bajo avanza un proceso de deterioro que continuamos alimentando». 

Una llamada a los fieles

Si bien el título de la Exhortación Apostólica Laudate Deum se dirige a «todas las personas de buena voluntad», el Papa dedica la última parte de la carta de manera especial a los creyentes.

En este sentido, recuerda Francisco, «Dios nos ha unido a todas sus criaturas». En este ámbito, el pontífice apela a un antropocentrismo situado, que reconociendo el «valor peculiar y central del ser humano en medio del concierto maravilloso de todos los seres» también reconoce «que la vida humana es incomprensible e insostenible sin las demás criaturas».

Repensarnos a nosotros mismos y «entendernos de una manera más humilde y más rica», ésta es la propuesta del Papa Francisco que invita a los creyentes «a un camino de reconciliación con el mundo que nos alberga, y a embellecerlo con el propio aporte».

Laudate Deum concluye con una llamada a la responsabilidad personal subrayando que «no hay cambios duraderos sin cambios culturales, sin una maduración en la forma de vida y en las convicciones de las sociedades, y no hay cambios culturales sin cambios en las personas». 

Francisco cierra con una poderosa afirmación «un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo», que encierra, en resumen, la clave de Laudate Deum

Vaticano

Francisco exhorta al inicio del Sínodo a una «Iglesia abierta a todos»

El Santo Padre ha trazado esta mañana, en la memoria de san Francisco de Asís, el perfil de la Iglesia que desea, en la Misa de apertura de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo en la plaza de Pedro. Una “Iglesia de puertas abiertas a todos”, que ve la humanidad con misericordia, que escucha y dialoga, que acoge, y que “no es rígida ni tibia, ni cansada”. El Sínodo “no es un parlamento polarizado, sino lugar de gracia y comunión”, ha afirmado.

Francisco Otamendi·4 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

El Papa Francisco ha presidido esta mañana en la Plaza de San Pedro, acompañado por los nuevos cardenales y los miembros del Colegio cardenalicio, la Misa de apertura de la  XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en la que ha ofrecido a los 464 participantes en el Sínodo y a todos los fieles un perfil de la Iglesia que desea en estos tiempos, cuya característica central ha de ser una “Iglesia con la puertas abiertas a todos, a todos, a todos”, repitió hasta en tres ocasiones.

En la homilía del Papa, apoyado en la mirada de misericordia de Jesús y en las huellas de san Francisco de Asís, al que ha denominado “testigo de paz y de fraternidad”, sobresalen quizá dos o tres párrafos en los que traza de modo particular su visión de la Iglesia.

“Esta es la cuestión fundamental. Esta es la principal tarea del Sínodo”, ha señalado en un momento central de su reflexión: “volver a poner a Dios en el centro de nuestra mirada, para ser una Iglesia que ve a la humanidad con misericordia. Una Iglesia unida y fraterna, que escucha y dialoga; una Iglesia que bendice y anima, que ayuda a quienes buscan al Señor, que sacude saludablemente a los indiferentes, que pone en marcha itinerarios para instruir a las personas en la belleza de la fe”.

Disipar “temores”

“Una Iglesia que tiene a Dios en el centro y, por consiguiente, no crea división internamente, ni es áspera externamente. Es así como Jesús quiere a su Iglesia, su Esposa”. “La mirada de bendición de Jesús nos invita a ser una Iglesia que no afronta los desafíos y los problemas de hoy con espíritu de división y de conflicto, sino que, por el contrario, vuelve los ojos a Dios que es comunión y, con asombro y humildad, lo bendice y lo adora, reconociéndolo como su único Señor”. 

Una idea que se completa con sus palabras finales en la homilía de la Celebración eucarística: “Y si el Pueblo santo de Dios con sus pastores, provenientes de todo el mundo, alimentan expectativas, esperanzas e incluso algunos temores sobre el Sínodo que comenzamos, recordemos una vez más que no se trata de una reunión política, sino de una convocación en el Espíritu; no de un parlamento polarizado, sino de un lugar de gracia y comunión”.

“El Espíritu Santo deshace, a menudo, nuestras expectativas para crear algo nuevo que supera nuestras previsiones y negatividades. Abrámonos e invoquemos al Espíritu Santo. Él es el protagonista. Y con Él caminemos, con confianza y alegría”, ha manifestado el Romano Pontífice.

Una Iglesia “que se hace coloquio” (san Pablo VI)

“La mirada acogedora de Jesús nos invita también a ser una Iglesia que acoge, no con las puertas cerradas”, ha señalado el Papa. “En una época compleja como la actual, surgen nuevos desafíos culturales y pastorales, que requieren una actitud interior cordial y amable, para poder confrontarnos sin miedo. En el diálogo sinodal, en esta hermosa “marcha en el Espíritu Santo”, que realizamos juntos como Pueblo de Dios, podemos crecer en la unidad y en la amistad con el Señor para observar los retos actuales con su mirada; para convertirnos, usando una bella expresión de san Pablo VI, en una Iglesia que “se hace coloquio” (Carta enc. Ecclesiam suam, n. 34)”. 

Meditando sobre las palabras de Jesus en el Evangelio, Francisco ha añadido: “Se trata de una una Iglesia “de yugo suave” (Mt 11,30), que no impone cargas y que repite a todos: “vengan, todos los que están afligidos y agobiados, vengan ustedes que han extraviado el camino o que se sienten alejados, vengan ustedes que les han cerrado la puerta a la esperanza, ¡la Iglesia está aquí para ustedes!, la Iglesia de las puertas abiertas a todos, a todos, a todos”, ha reiterado de diversos modos.

Una Iglesia que “no es rígida ni tibia”

Los rasgos de la Iglesia según Francisco alertan también sobre algunas tentaciones que pueden aflorar. Así lo ha comentado el Papa. “Hermanos y hermanas, Pueblo santo de Dios, frente a las dificultades y los retos que nos esperan, la mirada de Jesús que bendice y que acoge nos libra de caer en algunas tentaciones peligrosas: la de ser una Iglesia rígida, que se acoraza contra el mundo y mira hacia el pasado; la de ser una Iglesia tibia, que se rinde ante las modas del mundo; la de ser una Iglesia cansada, replegada en sí misma”. 

En este punto se ha referido al santo de la pobreza, san Francisco de Asís: “Caminemos siguiendo las huellas de san Francisco de Asís, el santo de la pobreza y la paz, el “loco de Dios” que llevó en su cuerpo las llagas de Jesús y, para revestirse de Él, se despojó de todo. San Buenaventura cuenta que, mientras rezaba, el Crucifijo le dijo: «Francisco, ve y repara mi casa» (Legenda maior, II, 1)”. 

Armas del Evangelio: “humildad, unidad, oración, caridad”

“El Sínodo sirve para recordarnos que nuestra Madre Iglesia tiene siempre necesidad de purificación, de ser “reparada”, porque todos nosotros somos un Pueblo de pecadores perdonados, siempre necesitados de volver a la fuente, que es Jesús, y emprender de nuevo los caminos del Espíritu para que llegue a todos su Evangelio”, ha añadido el Santo Padre.

“Francisco de Asís, en un período de grandes luchas y divisiones entre el poder temporal y el religioso, entre la Iglesia institucional y las corrientes heréticas, entre cristianos y otros creyentes, no criticó ni atacó a ninguno, sólo abrazó las armas del Evangelio: la humildad y la unidad, la oración y la caridad. ¡Hagamos lo mismo también nosotros!”.

“Jesús no se deja vencer por la tristeza”

Al trazar este perfil, el Papa se ha apoyado de manera particular en un fragmento del Evangelio de san Mateo, con el fin de animar ante tristezas o desalientos. El Evangelio relata “un momento difícil de la misión de Jesús, que podríamos definir de desolación pastoral”, ha manifestado Francisco. Dudas de Juan Bautista, ciudades que no habían convertido, gente que le acusaba de ser un glotón y borracho… Sin embargo, “Jesús no se deja vencer por la tristeza, sino que levanta los ojos al cielo y bendice al Padre porque ha revelado a los sencillos los misterios del Reino de Dios”.

“Poner a Dios en el centro de nuestra mirada”

Francisco ha citado algunos predecesores suyos. Además de san Pablo VI, en la referencia a una Iglesia “que se hace coloquio”, también lo ha hecho con san Juan XXIII, en su discurso de apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II, el 11 octubre 1962, cuando señaló que “ante todo es necesario que la Iglesia no se aparte del sacro patrimonio de la verdad, recibido de los padres; pero, al mismo tiempo, debe mirar a lo presente, a las nuevas condiciones y formas de vida introducidas en el mundo actual, que han abierto nuevos caminos para el apostolado católico”.

Asimismo, al comienzo de su homilía, el Santo Padre ha mencionado a Benedicto XVI, quien, al dirigirse a la XIII Asamblea General del Sínodo de los Obispos en octubre de 2012, señaló: “La cuestión para nosotros es: Dios ha hablado, ha roto verdaderamente el gran silencio, se ha mostrado, pero ¿cómo podemos hacer llegar esta realidad al hombre de hoy, para que se convierta en salvación?”.

La respuesta se ha mencionado al principio de estas líneas, cuando Francisco ha señalado que “la cuestión fundamental”, “la principal tarea del Sínodo” es “volver a poner a Dios en el centro de nuestra mirada, para ser una Iglesia que ve a la humanidad con misericordia”.

El autorFrancisco Otamendi

Cultura

El libro religioso inaugura LIBER 2023

El 3 de octubre de 2023 arrancó la feria internacional del libro LIBER en IFEMA con la V Jornada sobre el Libro Religioso, que lleva por lema "Grandes retos e inquietudes del libro religioso".

Loreto Rios·4 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La V Jornada sobre el Libro Religioso estuvo organizada por la Comisión de Editoriales del Libro Religioso (CELR), que agrupa un total de casi 30 editoriales religiosas con diferentes temáticas y géneros literarios, desde teología o filosofía hasta historia y ficción.

La jornada fue inaugurada por monseñor Francisco César García Magán, secretario general de la Conferencia Episcopal Española, quien resaltó el desafío al que se enfrentan las editoriales de libro religioso actualmente. Asimismo, afirmó que editar es una inversión a medio-largo plazo, un concepto que choca hoy en día con la “sociedad de la inmediatez” y que las editoriales, especialmente las de contenido religioso, “mantienen con sacrificio ese compromiso”.

Por otra parte, afirmó que la Iglesia se ha mostrado desde sus inicios comprometida con la cultura del momento y con la evangelización. El mensaje evangelizador no puede estar fosilizado, sino que “es para todos y para todos los tiempos”. Señaló también García Magán, refiriéndose al mensaje evangélico, que lo importante es el agua, no el recipiente en el que se sirva. Porque tiene que haber libertad de culto, pero también “libertad de anuncio”, cumpliendo el mandato de Jesucristo: “Id y haced discípulos de todas las naciones”.

Se trata del tercer año que la Jornada del Libro Religioso se celebra en LIBER, y en esta ocasión se han tratado los temas que más preocupan actualmente a este ámbito, con el lema “Grandes retos e inquietudes del libro religioso”.

La jornada estuvo coordinada por José Manuel Bargueño, director comercial de Ediciones Palabra y coordinador de la Comisión de Editoriales del Libro Religioso, y contó con tres mesas redondas.

La primera de ellas, titulada “El libro religioso y los medios de comunicación. La batalla de la visibilidad”, la moderó la directora de Literocio y Getafe Negro, Maica Rivera, y contó con la participación de Fernando Bonete, responsable de la sección de libros de El Debate, autor, profesor universitario e influencer cultural, y José Ramón Navarro-Pareja, redactor del diario ABC y responsable de la información religiosa en este periódico.

En esta mesa, se habló sobre la relación entre las editoriales de libro religioso y los medios de comunicación, y se planteó la cuestión de si en la prensa se da visibilidad a este tipo de libros.

A continuación, tuvo lugar la mesa redonda “La piratería y derechos de autor. La evangelización no debe ser una excusa”, moderada por la subdirectora de Sociedad y Cultura de Europa Press, María Pin. En ella intervinieron como ponentes Lucía Pastor, directora del Departamento de Antipiratería de CEDRO, Ana M.ª Cabanella, directora de la editorial argentina Claridad y vicepresidenta de CADRA, y el escritor José María Rodríguez Olaizola.

Por último, se celebró la mesa “Comunidades que creen en ti”, en la que participaron Íñigo Ybarra, responsable de márketing del Grupo de Comunicación Loyola, y Juan Carlos Manso, director de la SJDigital del Grupo de Comunicación Loyola.

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Cultura

El año al que le faltaron 10 días

En el año 1582 hubo diez días que no se vivieron: del 5 de octubre al 14 de octubre. Esto fue debido a un cambio de calendario, del juliano al gregoriano.

Loreto Rios·4 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

A partir del 4 de octubre de 1582 se comenzó a usar un nuevo calendario, que recibió, en honor al Papa que lo estableció, Gregorio XIII, el nombre de “gregoriano”.

El calendario anterior, el juliano, recibía ese nombre por Julio César, quien lo había instaurado en el año 46 a. C. Este calendario establecía que el año duraba 365 días y 6 horas. En realidad, este cómputo tenía un desfase de 11 minutos y 15 segundos de más con respecto a la hora astronómica. Una diferencia mínima, pero, para el año 1582, se habían acumulado ya diez días de diferencia.

Este problema se conocía desde el siglo IV, y en el siglo XIII los astrónomos del rey Alfonso X El Sabio habían calculado el desajuste casi a la perfección: 10 minutos y 44 segundos.

Sin embargo, fue el Papa Gregorio XIII quien se decidió a solventar el error, dado que comenzaba a afectar a las fechas de Pascua, que se iba celebrando cada vez más pronto en el año. Para ajustar las fechas, hubo que saltarse diez días del año, por lo que del jueves 4 de octubre de 1582 se pasó al viernes 15.

España, Francia e Italia se adaptaron a las nuevas fechas en el acto, pero no todos los países adoptaron el nuevo calendario inmediatamente. Inglaterra, que acababa de separarse de Roma tan solo 48 años antes, dejó el juliano en 1752 y Suecia en 1753. Japón se sumó al calendario gregoriano en 1873, China en 1912, Grecia en 1923, Rusia en 1918 y Turquía en 1927. Sin embargo, las fechas litúrgicas en países cristianos no católicos las sigue marcando el calendario juliano, por lo que no coincide la Pascua católica con la ortodoxa. Sin embargo, a partir de 2023, Ucrania ha decidido celebrar sus fiestas religiosas según el calendario gregoriano, por lo que ya no celebrarán la Navidad el 7 de enero, sino el 25 de diciembre.

Hubo varios encargados de revisar el problema del calendario: el alemán Christopher Clavius o el astrónomo Luigi Lilio. Además, en el año 2012, la doctora Ana María Carabias publicó un libro, “Salamanca y la medida del tiempo”, en el que resaltaba el papel que científicos de la Universidad de Salamanca tuvieron en la instauración del calendario gregoriano. Según este estudio, los investigadores salmantinos enviaron un informe al Vaticano en 1515 sobre este tema. Debido a que pasó bastante desapercibido, la Universidad mandó otro informe en 1578, adjuntando el primero. Este segundo informe se conserva en la Biblioteca Apostólica Vaticana, mientras que el primero está perdido. En el documento se indican diferentes opciones para solucionar el problema del desajuste causado por el calendario juliano, entre ellas, quitarle los días pertinentes a un mes, medida que finalmente fue la que se adoptó.

La instauración del nuevo calendario se hizo a través de la bula papal “Inter gravissimas”, emitida el 24 de febrero de 1582 por Gregorio XIII. En ella se indicaba que ese año se pasaría del jueves 4 de octubre al viernes 15 de octubre para recuperar los días que se habían perdido por el desajuste del calendario juliano. Se eligió octubre porque tenía menos fechas religiosas y así no se alteraba el calendario litúrgico.

Por tanto, santa Teresa de Jesús, por ejemplo, que había muerto el 4 de octubre, fue enterrada al día siguiente, 15 de octubre.

Vaticano

Mansedumbre y humildad en el camino sinodal

"El Papa Francisco ha pedido que toda la Iglesia sea partícipe, que todos sean protagonistas de la lógica de la eclesiología del Pueblo de Dios. Esto explica que Episcopalis communio transforme el Sínodo de un evento en un proceso, articulado en fases"

Antonino Piccione·3 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El primer Sínodo que se celebrará según la Constitución Apostólica Episcopalis communio del 15 de septiembre de 2018. «Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión»: el 4 de octubre será la primera sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.

Etapa de un proceso iniciado el 10 de octubre de 2021, que culminará en una nueva sesión el próximo año también en octubre. La primera con la participación activa y con derecho a voto de setenta no obispos, así como con la presencia de medio centenar de expertos, divididos en facilitadores y teólogos. 

Redescubrir la dimensión del silencio para escuchar la voz del Espíritu y hacer del Sínodo un lugar de fraternidad: este es el «camino» espiritual indicado por el Papa Francisco a la Iglesia, durante la vigilia ecuménica de oración «Juntos – Encuentro del Pueblo de Dios», el 30 de septiembre en la Plaza de San Pedro.

Junto a Francisco, diecinueve representantes ecuménicos rezaron juntos y escucharon significativos testimonios ofrecidos por jóvenes, algunos de ellos refugiados y discapacitados intelectuales.

El retiro previo

Tras la vigilia ecuménica y en el último día de retiro espiritual en la «Fraterna Domus» de Sacrofano para los participantes en el Sínodo, la Madre Ignazia Angelini señaló en la celebración «la íntima energía del camino sinodal. En todos sus pasos y pasajes. El Sínodo mismo se desarrolla como una «celebración».

«¡Hazme justicia, Dios!» (Sal 42,1) da voz», observó, «al gemido de la humanidad oprimida y de la creación sometida a la vanidad y con dolores de parto (Rom 8,20-24), presa de una tristeza generalizada que nubla nuestros días».

Pero luego, sin solución de continuidad, entonamos: «Todas las cosas cantan y gritan de alegría» (Sal 63,14). Es precisamente este contrapunto de súplica y alabanza el canto inmóvil de la fe, que reúne armonías disonantes de mundos visibles y cultos, acompañándonos hasta la noche en la lucha por creer, por estar en compañía de los humanos como «todos hermanos».

Se hizo eco de él, el Padre Radcliffe, para quien «la convocación vespertina de cada día, en el Magnificat, nos acoge y nos revela cómo llevar a término toda obra emprendida en la obediencia de la fe. Al caer la tarde, la Madre de Dios nos espera con su canto. Un canto extraordinario por su potencial de lectura profética de la historia. Una síntesis «materna» que recoge y da luz a nuestra deshilachada historia humana. Y muestra el camino».

El canto de María se entrega así a la Iglesia de Dios en su camino «para recoger en la oración el ocaso de la tarde y abrir el futuro a cada uno de sus pasos. Incluso las reuniones sinodales».

El Magnificat es -en opinión del Padre Radcliffe- para la Iglesia y su proceso sinodal, «una gracia cotidiana de cumplimiento; una gracia que la impulsa hacia adelante, más allá de diferencias y oposiciones. Impulsa con la íntima certeza de que el Señor, no obstante, da la gracia, mira la pobreza, conoce -desde el Egipto del pueblo oprimido hasta el Gólgota del Hijo- nuestros trabajos y aflicciones».

Con mansedumbre y humildad. Nombres, rostros, preguntas, comparaciones, opciones, bajo esa mirada unificadora, «sin mirar atrás».

Proceso sinodal

En  Avvenire, entrevistado hoy por Stefania Falasca, don Dario Vitali, profesor ordinario de eclesiología en el Departamento de Teología Dogmática de la Pontificia Universidad Gregoriana, nombrado por el Papa Francisco coordinador de los expertos teólogos implicados en el Sínodo, explica así la metodología de los trabajos sinodales: «El Papa Francisco ha pedido que toda la Iglesia sea partícipe, que todos sean protagonistas de la lógica de la eclesiología del Pueblo de Dios. Esto explica que Episcopalis communio transforme el Sínodo de un evento en un proceso, articulado en fases. En la primera fase se produjo la participación de toda la Iglesia y de todos en la Iglesia, a través de la consulta al Pueblo de Dios en las Iglesias particulares y después de los dos momentos de discernimiento, en las Conferencias Episcopales y en las Asambleas Continentales. Según el Concilio Vaticano II, el Pueblo de Dios participa en la función profética de Cristo (Lg 12). Por eso participan plenamente en la Asamblea los miembros no obispos, que no representan al Pueblo de Dios, pero son testigos de la unidad del proceso sinodal. Su presencia y contribución dicen queel Sínodo no consiste en una Asamblea circunscrita y que la primera fase es esencial para el discernimiento. Y que los temas que se abordan son los surgidos de la consulta al Pueblo de Dios».

El objetivo último del proceso», sostiene Vitali, «es arraigar un estilo y una forma de Iglesia sinodal, de modo que la sinodalidad, como dimensión constitutiva de la Iglesia, pueda y deba configurar la Iglesia misma, su vida, sus instituciones, su modo de pensar y de trabajar, su misión».

Un principio madurado en la estela de la Tradición, en continuidad con el Concilio, «que no contradice -concluye el teólogo- a la Iglesia de siempre, sino que la ilumina con una luz nueva, con esa novedad que está siempre en el orden de la gracia, por tanto nova et vetera, nueva porque antigua».

También en los últimos dias el Papa Francisco ha respondido a los 5 Dubia, las preguntas de algunos cardenales que han hecho llegar al Santo Padre el pasado mes de julio. Las respuestas del Papa, en español, han sido publicadas en la página web del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.

El autorAntonino Piccione

Enseñanzas del Papa

“Vale la pena gastar la vida por el Evangelio”. El Papa en Mongolia

El Papa Francisco realiza un viaje apostólico a Mongolia del 31 de agosto al 4 de septiembre. En su audiencia del miércoles 6 de septiembre, a su regreso, Francisco se preguntó: “¿Por qué el Papa va tan lejos a visitar un pequeño rebaño de fieles?” (de hecho, hay unos 1500 fieles católicos). 

Ramiro Pellitero·3 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

Dos días antes, en el vuelo de regreso decía que estaba contento al menos por este motivo: “Para mí, el viaje era conocer a este pueblo, entrar en diálogo con este pueblo, recibir la cultura de este pueblo y acompañar a la Iglesia en su camino con mucho respeto por la cultura de este pueblo”.

Los primeros misioneros llegaron a Mongolia en el siglo XIII y se mantuvieron un siglo. Una segunda etapa comenzó a mediados del siglo XIX, cuando se estableció la primera jurisdicción católica; pero terminó pronto, con la instauración del régimen comunista. 

La tercera y definitiva recomenzó en 1991: Juan Pablo II no pudo visitar el país y en 2011 Benedicto XVI recibió en audiencia al presidente de Mongolia. Además, el Papa señaló la efeméride de los 860 años del nacimiento de Gengis Kan. 

En la audiencia del mismo miércoles, explicaba Francisco en alusión a su viaje que “es justo allí, lejos de los focos, donde encontramos a menudo los signos de la presencia de Dios, que no mira las apariencias, sino el corazón” (cfr. 1 Sam 16, 7). De hecho, continuaba, tuvo la gracia de encontrar en Mongolia “una Iglesia humilde pero feliz, que está en el corazón de Dios”. 

La inculturación del Evangelio se realizó siguiendo la estela del servicio y de la caridad en aquella tierra de tradición budista. Y también, de hecho, al final de su visita pastoral el Papa inauguró la Casa de la Misericordia, un lugar abierto a todos donde los misioneros acogen a la gente que acude. 

Esperar y caminar juntos

La visita comenzó el sábado, 2 de septiembre, en el encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático (cfr. Discurso en el Palacio de Gobierno de Ulán Bator, 2-IX-2023). Tras evocar el comienzo de las relaciones entre Mongolia e Inocencio IV (1246), de cuyo documentro traía copia auténtica Francisco, se refirió a la sabiduría de ese pueblo representada por la Ger, la casa tradicional, abierta a los espacios inmensos del campo y del desierto, y su tradición respetuosa por la vida y por la tierra. 

Aquí señaló el Papa: “Lo que para nosotros cristianos es la creación, es decir, el fruto de un benévolo designio de Dios, ustedes nos ayudan a reconocerlo y a promoverlo con delicadeza y atención, contrastando los efectos de la devastación humana con una cultura del cuidado y de la previsión, que se refleja en políticas de ecología responsable”. Además, Mongolia está comprometida con el progreso moderno y la democracia, los derechos humanos (incluida la libertad de pensamiento y de religión) y una paz libre de amenazas nucleares y de la pena capital. 

En la contemplación de los vastos horizontes, poco poblados por seres humanos”, ponderó el sucesor de Pedro, “se ha afinado en vuestro pueblo una propensión al aspecto espiritual, al que se accede otorgando valor al silencio y a la interioridad”. Esto es un antídoto contra el “peligro que representa el espíritu consumista de hoy en día, que además de crear muchas injusticias, lleva a un individualismo que olvida a los demás y a las buenas tradiciones recibidas”. 

Y añadió: “Las religiones, por el contrario, cuando se inspiran en su patrimonio espiritual original y no son corrompidas por desviaciones sectarias, son a todos los efectos soportes fiables para la construcción de sociedades sanas y prósperas, en las que los creyentes no escatiman esfuerzos con el fin de que la convivencia civil y los proyectos políticos estén siempre al servicio del bien común, representando también como un freno a la peligrosa carcoma de la corrupción”. 

De hecho, los actuales acuerdos de Mongolia con la Santa Sede van en la línea del desarrollo humano integral, de la educación, la sanidad, la asistencia, la investigación y la promoción cultural. Y “dan testimonio del espíritu humilde, del espíritu fraterno y solidario del Evangelio de Jesús, el único camino que los católicos están llamados a recorrer en el itinerario que comparten con todos los pueblos”. 

De esta nanera comenzaba la propuesta correspondiente al lema elegido para este viaje: “Esperar juntos”; caminar los católicos junto con los demás ciudadanos, bajo la magnanimidad y estabilidad del cielo de Mongolia.

Vale la pena

El mismo sábado, día 2, tuvo lugar el encuentro con los obispos, sacerdotes, misioneros, consagrados, consagradas y agentes pastorales (cfr. Discurso en la Catedral de Ulán Bator, 2-IX-2023).

El sucesor de Pedro parafraseó las palabras del salmo 34 mirando a los presentes, “Gustad y ved qué bueno es el Señor” (v. 9): “‘Gastar la vida por el Evangelio’: es una bella definición de la vocación misionera del cristiano, y en particular del modo en que los cristianos viven esa vocación aquí”.

Y ¿por qué gastar la vida por el Evangelio?, se preguntaba Francisco, para responder: “Porque se ha gustado ese Dios que se hizo visible, tangible, perceptible en Jesús (cfr. Sal 34). Sí, es Él la buena noticia destinada a todos los pueblos, el anuncio que la Iglesia no puede dejar de llevar, encarnándolo en la vida y ‘susurrándolo’ al corazón de cada individuo y de cada cultura”.

Se trata muchas veces –explicó– de un proceso lento mediante el cual el lenguaje de Dios –a partir de la contemplación del rostro del Señor y el encuentro con Él en la Palabra y en la Eucaristía y en los necesitados– es luz que transfigura el rostro y lo hace a su vez resplandeciente. 

Les animó el Papa a seguir y renovar ese mirar, y caminar en la alegría del Evangelio, que brota de la adoración. De la adoración que hemos perdido en esta época de pragmatismo. Pero el rostro de Jesús es nuestro tesoro (cfr. Mt 13, 44), la perla preciosa por la cual vale la pena gastar todo (cfr. Mt 13, 45-46).

Además, Jesús envió a los suyos a “testimoniar con la vida la novedad de la relación con su Padre, para que fuese ‘Padre nuestro’ (cfr. Jn 20, 17), activando de esa manera una concreta fraternidad con cada pueblo”. 

En este punto se detuvo Francisco, para observar que “la Iglesia no tiene ninguna agenda política que sacar adelante, sino que solo conoce la fuerza humilde de la gracia de Dios y de una Palabra de misericordia y de verdad, capaz de promover el bien de todos”. 

A esto sirve la estructura sacramental de la Iglesia y también sus ministros, concretamente los obispos. Estos no gobiernan con criterios políticos espirituales, buscando la unidad sobre la base de la fe (de la fidelidad) y del amor a Cristo, con oración, sencillez y sobriedad, y con cercanía y misericordia hacia las personas. Y así la comunión eclesial es ya anuncio de la fe y contribuye a la inculturación de la fe y a mantener la esperanza en medio de las dificultades de la vida. 

Por esto”, concluía el Papa, “la Iglesia se presenta ante el mundo como una voz solidaria con todos los pobres y los necesitados, no calla ante las injusticias y con mansedumbre se compromete a promover la dignidad de cada ser humano”. De ahí que sea necesario ir adelante, sin depender de los éxitos o las estadísticas, sin cansarse de evangelizar, con oración y fidelidad, con creatividad y alegría. 

Un patrimonio de sabiduría

Al día siguiente, domingo 3, tuvo lugar un encuentro ecuménico e interreligioso en el Teatro Hun de la capital (cfr.Discurso 3-IX-2023).

Alabó Francisco la armonía existente en la cultura de Mongolia –ampliamente extendida, inmensos parajes entre el cielo y la tierra–, capaz de asimilar credos y perspectivas culturales distintas; pues “por el modo en que logremos la armonía con los demás peregrinos sobre la tierra y en la forma que consigamos transmitir armonía, allí donde vivimos, se mide el valor social de nuestra religiosidad”. Una armonía que es casi sinónimo de belleza y de sabiduría. 

Esa sabiduría brilla en Asia y concretamente en Mongolia: un “gran ‘patrimonio de sabiduría’ que las religiones que aquí se difundieron han contribuido a crear, y que quisiera invitar a todos a redescubrir y valorar”. 

De este patrimonio, el Papa enumeró diez aspectos muy necesarios en la situación actual: la buena relación con la tradición; el respeto por los ancianos y los antepasados; el cuidado por el medio ambiente; el valor del silencio y de la vida interior; un sano sentido de frugalidad; el valor de la acogida; la capacidad de resistir al apego a las cosas; la solidaridad; el aprecio por la sencillez; y un cierto pragmatismo existencial, que tiende a buscar con tenacidad el bien del individuo y de la comunidad. 

Les confirmó el Papa que la Iglesia católica desea caminar en esa línea del “diálogo en un triple nivel”: el diálogo ecuménico, el diálogo interreligioso y el diálogo cultural. Un diálogo basado en la encarnación del hijo de Dios. Un diálogo que no es contrario al anuncio y que no elimina las diferencias, pero “ayuda a comprenderlas, las preserva en su originalidad y las hace capaces de confrontarse en pos de un enriquecimiento franco y recíproco”, mientras caminamos con esperanza entre el cielo y la tierra. Como decía el filósofo, “cada cual fue grande según el objeto de su esperanza: uno fue grande en la que atiende a lo posible; otro en la de las cosas eternas; pero el más grande de todos fue quien esperó lo imposible” (S. A. Kierkegaard, Temor y temblor,Buenos Aires, 1958, 12). 

Nómadas, peregrinos de Dios 

Más tarde, en la Misa celebrada en el Steppe Arena (cfr. Homilía del domingo, 3-IX-2023), volvió Francisco sobre el camino como imagen de la vida cristiana: “camino de amor” que recorremos con el agua viva del Espíritu Santo, que apaga la sed de nuestra alma (cfr. Jn 4, 10). 

Como Abrahán, los creyentes somos “‘nómadas de Dios’, peregrinos en búsqueda de la felicidad, caminantes sedientos de amor”. Hemos de “dejarnos amar por Dios para hacer de nuestra vida una ofrenda de amor. Porque solo el amor apaga verdaderamente nuestra sed. No lo olvidemos: solo el amor apaga verdaderamente nuestra sed”. Por tanto, apunta Francisco, nuestra sed no se apaga con el éxito, el poder o la mentalidad mundana. De hecho, Jesús nos dice que para seguirle hay que abrazar la cruz. 

Por eso, “cuando pierdes tu vida, cuando la ofreces sirviendo con generosidad, cuando la arriesgas comprometiéndola en el amor, cuando haces de ella un don gratuito para los demás, entonces vuelve a ti abundantemente, derrama dentro de ti una alegría que no pasa, una paz en el corazón, una fuerza interior que te sostiene”. Insistió el obispo de Roma: “Solo el amor apaga la sed de nuestro corazón, solo el amor cura nuestras heridas, solo el amor nos da la verdadera alegría. Y este es el camino que Jesús nos ha enseñado y ha abierto para nosotros”.

Una Casa con cuatro columnas 

El último día en Ulán Bator, el Papa se encontró con los operadores de la caridad e inauguró la Casa de la Misericordia (cfr. Discurso, 4-IX-2023). Allí reafirmó, como en otros lugares a lo largo de estos diez años de pontificado, lo que suele llamar “el gran protocolo”, la escena de Jesús como pastor-juez en el juicio final (cfr. Mt 5, 35): “La dimensión caritativa funda la identidad de la Iglesia”. 

Subrayó que también en Mongolia, como sucedió desde el principio con la Iglesia, esta se apoya sobre “cuatro columnas: comunión, liturgia, servicio, testimonio” (cfr. Hch 2, 42): en su pequeñez, “vive de la comunión fraterna, de la oración, del servicio desinteresado a la humanidad que sufre y del testimonio de la propia fe”. Esto se viene haciendo aquí desde que llegaron los primeros misioneros, hace treinta años: dieron un gran valor a la caridad. Y se sigue haciendo como ayuda concreta que la sociedad civil reconoce, aprecia y agradece. 

También el Papa lo agradeció, mientras inauguraba la Casa de la misericordia de Ulán Bator, como expresión del servicio de la prefectura apostólica –como nombre de la Iglesia misma– que camina en Mongolia. A esta casa están invitados todos, para colaborar en el voluntariado que hace posible su labor gratuita. Si bien necesita cierta profesionalidad en quienes la mantienen y organizan, el motivo principal para trabajar, especialmente por los más necesitados, debe ser el amor. 

Por ello el Papa quiso concluir recordando un conocido episodio de la vida de Teresa de Calcuta. Un periodista, al verla inclinarse sobre la herida maloliente de un enfermo, le dijo: “Lo que ustedes hacen es hermosísimo, pero personalmente no lo haría ni por un millón de dólares”. Y ella le respondió: “Tampoco yo lo haría por un millón de dólares; ¡lo hago por amor a Dios!”. Pidió Francisco que ese estilo de gratuidad fuera el valor agregado de la Casa de la Misericordia.

Vocaciones

Melwin Thurackal Jaison: “La India sigue necesitando sacerdotes y religiosos dispuestos a sacrificarse”

Tuvo que elegir entre el voleibol profesional o “jugar los partidos con Cristo”. Escogió lo segundo, aunque continúa practicando su deporte favorito. Natural de Kerala, Melwin Thurackal Jaison estudia Teología en Roma gracias a una beca de Fundación CARF.

Espacio patrocinado·3 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Melwin Thurackal Jaison es natural de Thalassery, una de las diócesis de la zona de Kerala (India). Nació en una familia católica, en la que la oración en común era algo natural y en la que su vocación supuso una alegría. 

Este joven indio recuerda las tardes en las que su madre animaba a Melwin y a sus cuatro hermanos a rezar el Rosario en familia. 

Kerala es una de las zonas donde más católicos hay en la India, una realidad que el propio Melwin subraya: “Gracias a los misioneros católicos que dedicaron toda su vida, la región donde vivo, Kerala, es más católica que cualquier otro estado de la India”. 

Ahora se encuentra en Roma, estudiando para ser sacerdote, gracias a una beca de Fundación CARF.

¿Cómo descubrió su vocación sacerdotal?

—Creo que la llamada al sacerdocio es siempre una invitación a “estar juntos”. 

Mi familia, los amigos y todos los que me rodeaban me ayudaron de un modo u otro a discernir mi llamada. 

Para concretar esta expresión que digo de “estar juntos”, me gusta pensar en los días de colegio, cuando jugaba en el equipo de voleibol del colegio. Era un buen jugador y solíamos organizar partidos como clubes. 

Después de terminar mis estudios secundarios superiores me enfrenté a la decisión de escoger entre el voleibol como carrera o el hermoso deseo, silencioso pero ardiente, de ser sacerdote católico. 

El momento de silencio y reflexión y el testimonio inspirador de la vida de los sacerdotes que llegué a conocer personalmente iluminaron el camino que debía recorrer. 

Ahora sigo jugando al voleibol con mis amigos de aquí. Con todo mi corazón, puedo afirmar que seguir a Jesús no niega la belleza de la vida.

Usted nació en una familia católica. ¿Cómo acogieron su vocación?

—Mi familia era tradicionalmente católica. Cuando les dije, por primera vez, que me encantaría ser sacerdote, a mis padres les entusiasmó. Su fe sencilla les hizo alegrarse. 

Mis hermanos estaban un poco tristes al principio, aunque más tarde también acogieron con satisfacción mi decisión.

¿Cómo ve su futuro en un país con un pluralismo religioso tan grande cono es la India?

—El pluralismo cultural ha sido siempre la característica principal de la India. 

En el futuro, la esperanza de la Iglesia en la India es el modelo que trajo la santa Madre Teresa de Calcuta. 

La India sigue necesitando sacerdotes y religiosos dispuestos a sacrificarse. Su vida y el servicio desinteresado que prestó al pueblo de la India dieron frutos eternos, de acuerdo con el mensaje de Cristo, es decir, la misericordia. 

Santa Teresa de Calcuta siempre me ha inspirado, como exclama san Pablo: “No es que ya lo haya conseguido o que ya sea perfecto: yo lo persigo, a ver si lo alcanzo como yo he sido alcanzado por Cristo” (Flp 3, 12).

¿Cuáles cree que son los principales aspectos de su formación para el sacerdocio?

—El sacerdote es, en primer lugar, un ser humano. La primera formación necesaria en esta época es una formación humana. Y como afirma el Papa Francisco, prepararnos para “ser el rostro de la misericordia”

Pienso también que un sacerdote debe estar abierto a todo, a las sugerencias del otro, a los avances de la ciencia y de la cultura. Sin olvidar la formación espiritual y pastoral.

¿En qué aspectos se enriquece un joven como usted al poder estudiar en Roma, en un ambiente universal?

—Estar en el corazón de la Iglesia para estudiar Teología me exige al mismo tiempo un sentido de responsabilidad y de agradecimiento. 

Estoy aquí gracias a las oraciones y al servicio que numerosos benefactores han prestado a la Iglesia y a mí. Siempre es emocionante estar aquí, en una comunidad internacional. 

Recuerdo las palabras de un cariñoso sacerdote que, el día que partía hacia Roma, me dijo: “Estoy muy contento de que puedas pasar los mejores días de tu vida en el mejor lugar del mundo”. 

Todo lo que gane aquí se reflejará en mi ministerio como sacerdote. 

También estoy agradecido a Fundación CARF por su servicio de apoyo a mí y a otros seminaristas de todo el mundo. n

Cultura

Los jóvenes, el amor y la amistad en la literatura, el cine y las series de televisión 

Un libro sobre los resultados de un estudio en grupo sobre cómo los jóvenes captan los mensajes sobre la amistad y el amor que se comunican a través de las historias que leen, cómo estos conceptos influyen en sus propios valores y cómo evalúan una obra literaria.

Antonino Piccione·3 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

«Love, Friendship and Storytelling Talking with Young People about the Best-Loved Works of Their Generation» es el título del libro presentado en el marco de un encuentro organizado por la Asociación Iscom en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, con la participación de algunos directores de comunicación de instituciones católicas.

Cecilia Galatolo y Norberto González Gaitano, que junto con Gema Bellido son los editores de la publicación, recordaron cómo los días 24 y 25 de septiembre de 2021, en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma, se reanudaron los debates literarios iniciados por Educar a los jóvenes a través de los clásicos.

Amor, amistad y narración -y suspendidos temporalmente por la pandemia de Covid- con grupos de discusión que examinaron libros, películas y series de televisión populares entre los jóvenes.

Las obras se habían elegido a partir de un estudio representativo, realizado dos años antes, con una muestra de 3.700 sujetos de entre 18 y 29 años de cinco países europeos (Francia, Alemania, Gran Bretaña, Italia y España) y cuatro países de América (Argentina, Colombia, México y Estados Unidos).

Se organizaron grupos de discusión sobre las obras de ficción más populares (según las respuestas a la encuesta): para la conversación sobre libros, Harry Potter y la piedra filosofal; para la conversación sobre películas, Las crónicas de Narnia: El león, la bruja y el armario y Titanic; para la conversación sobre series de televisión, The Big Bang Theory y Thirteen Reasons Why.

Los responsables de la investigación presentan los resultados de los grupos de discusión en los capítulos dos y tres, y el editor del libro ha contribuido con un ensayo introductorio –Storytelling and character formation. Talking with young people about books and movies, sobre la relación entre la literatura y la formación del carácter, en el que se esboza el marco teórico de todo el proyecto.

«Si bien es cierto», observó González Gaitano, «que 50 sombras de Grey, libro de la autora británica E. L. James, en el que la pasión se convierte en esclavitud y el amor degenera en opresión, ha sido muy leído entre los jóvenes (en el sexto puesto de la clasificación) -probablemente también gracias al bombardeo publicitario-, no supera a obras de gran valor educativo como El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, o El Señor de los Anillos, de J. R. R. Tolkien, donde se destacan el respeto, la humildad y la solidaridad».

Aunque no faltan quienes aprecian películas como Antes de ti, del británico Thwa Sharrock, en la que se ensalza la búsqueda individualista de la felicidad, son mucho más populares las películas en las que los protagonistas dan heroicamente su vida por los demás (Titanic, de James Cameron, Spiderman, de Sam Raimi, Las crónicas de Narnia, de Andrew Adamon).

Reflexión sobre el cine y la familia

La iniciativa forma parte de las actividades de Familyandmedia, un grupo de reflexión internacional que analiza la relación entre familia, medios de comunicación y sociedad.

El objetivo de la investigación es doble. Por un lado, estudiar cómo la familia es representada por los medios de comunicación de masas, identificando también las formas y los efectos del uso de los contenidos mediáticos y del uso de la tecnología. Por otro, se propone examinar cómo las instituciones que promueven la familia elaboran sus propuestas y comunican su mensaje en el espacio público.

El objetivo es contribuir a difundir una sensibilidad y una cultura para una relación correcta y equilibrada con los medios de comunicación con vistas al crecimiento humano y a la formación del carácter.

Familyandmedia pretende promover, a través del análisis empírico, una visión positiva de la antropología natural de la familia, ofreciendo «un marco» que oriente la acción comunicativa de las organizaciones e instituciones dedicadas a promover la familia a largo plazo.

El comercial de Esselunga

Entre los posibles ámbitos de investigación que se desarrollarán en un futuro próximo figurará probablemente también la representación de la familia en la narrativa publicitaria. Pensemos en el gran revuelo causado en Italia por el anuncio de Esselunga, en el que Emma, una niña hija de padres que ya no viven juntos, hace comprar a su madre un melocotón del supermercado y luego se lo da a su padre, haciéndole creer que el regalo procede de su madre.

El mensaje es claro y sencillo: la niña está triste porque sus padres están separados, y recurre a un pequeño subterfugio con la esperanza de volver a reunirlos. Pocas horas después de su emisión, llueven las críticas y los elogios. Algunos dicen que el anuncio explota el dolor de los niños con fines comerciales.

Hay quien nos invita a reflexionar sobre el trolleo de los italianos, para muchos de los cuales «hasta un melocotón corre el riesgo de convertirse en un lujo». Hay quien lee el anuncio como un ataque a la ley del divorcio y quien, viceversa, ve en él un homenaje a la familia tradicional. Hay quienes salen en defensa de los padres divorciados y explican que no todos los hijos de padres divorciados son infelices, como no todos los hijos de padres casados son felices.

La reacción del público ante la historia de Emma y el melocotón sugiere que, tal vez, entre los mensajes publicitarios y las historias publicitarias, la gente prefiere las historias publicitarias.

El autorAntonino Piccione

Cultura

Los coptos de Egipto: una minoría perseguida

Segundo de una serie de dos artículos para conocer a los coptos: sus orígenes desde la época del Antiguo Egipto, las características de su lengua y el cristianismo copto.

Gerardo Ferrara·3 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

En su libro de 1936 «Las grandes herejías», Hilaire Belloc, célebre escritor e intelectual inglés amigo del igualmente ilustre Gilbert Keith Chesterton, identifica cinco grandes herejías del cristianismo que, según su análisis, resultan haber producido algunos fenómenos complejos en la historia de la humanidad.

Las razones de una conversión

Pues bien, el Islam es una de las cinco herejías identificadas por Belloc, quien define la herejía como un fenómeno que tiene la característica de destruir no toda la estructura de una verdad, sino solo una parte de ella y, al extrapolar un componente, deja un vacío en esa estructura o sustituye el componente extrapolado por otro axioma.

Siguiendo los pasos de autores cristianos como Juan Damasceno, Belloc sostiene que el islam es una herejía cristiana, similar, por una parte, al docetismo y al arrianismo, al querer simplificar y racionalizar al máximo, según criterios humanos, el insondable misterio de la Encarnación, y, por otra, al calvinismo, al atribuir a las acciones humanas un carácter determinado por Dios.

De hecho, el islam extrapoló del pensamiento judeocristiano los atributos de Dios y otros conceptos: naturaleza personal; bondad suprema; atemporalidad; providencia; poder creador como origen de todas las cosas; existencia de espíritus y ángeles buenos, así como de demonios rebeldes contra Dios encabezados por Satanás; inmortalidad del alma y resurrección de la carne; vida eterna; y castigo y retribución tras la muerte.

Sin embargo, a diferencia de otras herejías, el Islam no solo no nació en un entorno cristiano y su heresiarca no era un cristiano bautizado, sino un pagano que adoptó las ideas monoteístas (una mezcla de doctrina heterodoxa judía y cristiana fusionada con elementos paganos ya presentes en Arabia) y comenzó a difundirlas, pero no se extinguió, al contrario, pronto se convirtió en una nueva religión, una especie de «post-herejía», y se extendió por todo el mundo.

Según Hilaire Belloc, el éxito de esta herejía nacida de Mahoma se explica por algunos elementos clave:

-Profundas divisiones doctrinales y políticas entre los cristianos (ya hemos hablado de ello en relación con los conflictos pre y postcalcedonianos);

-Simplificación extrema de la doctrina y eliminación de misterios incomprensibles para la masa de creyentes;

-Crisis económica, política y religiosa en el mundo cristiano y en el Imperio bizantino, cuya sociedad se hallaba en un estado de perpetuo desorden e intolerancia. Sobre los hombres libres, ya asfixiados por las deudas, pesaba la pesada carga de los impuestos, y la longa manus imperial, con su burocracia en expansión, se ensañaba no solo económicamente con la vida de los ciudadanos, sino también en cuestiones de fe, con los contrastes entre las diversas herejías periféricas y la ortodoxia central representando no solo una lucha religiosa, sino también étnica, cultural y lingüística;

-Tendencia de todo Oriente a unirse bajo un único y poderoso líder carismático que encarnaba tanto el poder político como la autoridad religiosa;

-La fuerza militar creció gradualmente, gracias sobre todo al reclutamiento de nuevas fuerzas entre los mongoles de Asia Central y Central (los turcos);

-Ventajas fiscales para los que capitulaban (y podían, por tanto, liberarse del opresivo yugo bizantino), junto con un sistema impositivo mucho más simple y sencillo.

Los que acabamos de enumerar son solo algunos elementos, aunque los principales, que ayudan a explicar por qué gran parte de la población egipcia (y de otras regiones mediterráneas donde el cristianismo era la religión de la inmensa mayoría de los ciudadanos) se ha arabizado e islamizado.

Los coptos ayer y hoy en Egipto: una minoría perseguida

En un principio, la conquista árabe-islámica pareció positiva para los coptos, ya que les liberó de la persecución bizantina y les permitió conservar su culto y sus tradiciones.

Sin embargo, la fuerte fiscalidad impuesta por los musulmanes a quienes se negaban a convertirse al Islam (impuestos llamados «jiziah» y «kharaj», reservados a los «dhimmi», es decir, ciudadanos de minorías) provocó un endurecimiento de las condiciones de vida de los ciudadanos no musulmanes, que tuvieron que proporcionar dinero y alimentos a las tropas de ocupación a cambio de la exención del servicio militar obligatorio y del derecho a observar su religión, aunque con numerosas restricciones.

Juan de Nikiu, obispo copto, describe, en uno de los pocos relatos no musulmanes de la conquista islámica de Egipto, las increíbles atrocidades cometidas contra la población cristiana, acosada hasta lo inverosímil.

Otras crónicas cristianas e islámicas también coinciden en que un gran número de cristianos coptos (a los que los ocupantes islámicos llamaban «camellos») se convirtieron al islam para librarse de los tributos y las persecuciones, que provocaron extorsiones a gran escala seguidas de hambrunas, con la muerte de decenas, si no cientos de miles de personas.

Los coptos en los siglos XIX y XX

A partir del siglo XIX, especialmente bajo el gobierno reformador de la dinastía de Mehmet Ali Pasha, la comunidad copta quedó exenta de los impuestos reservados a las minorías y se integró progresivamente en la vida nacional, contribuyendo de forma significativa al despertar intelectual y político nacional que desembocaría en la independencia. Fue una verdadera «edad de oro» para los coptos.

De hecho, se convirtieron, al menos de iure, en ciudadanos de pleno derecho del Estado, aunque siguen estando excluidos del cargo más importante, la presidencia de la república, que es prerrogativa exclusiva de los musulmanes. Varios coptos, sin embargo, han conseguido ocupar importantes cargos políticos a nivel nacional e internacional, por ejemplo Boutros Ghali, y alcanzar un estatus envidiable desde el punto de vista económico y social, poseyendo gran parte de la riqueza del país. Por cierto, pertenecen en su mayoría a la clase media y constituyen una gran parte de los trabajadores de cuello blanco, médicos y farmacéuticos de Egipto.

A mediados del siglo XX, con la llegada del régimen de Nasser, las políticas de nacionalización del régimen golpearon duramente a la comunidad cristiana y provocaron un éxodo masivo a Occidente.
Desde principios del siglo XXI, Egipto ha sido testigo de una escalada de conflictos interétnicos e interreligiosos, debido también a la inestabilidad política y económica y al auge y fortalecimiento del fundamentalismo y el terrorismo islámico.

Aunque la Navidad copta, que se celebra el 7 de enero, está reconocida oficialmente como fiesta nacional por el gobierno egipcio desde 2002, hasta 2005 la construcción y renovación de iglesias y monasterios debía ser autorizada por el presidente. Como la ley estipulaba que los lugares de culto cristianos se abandonaban a la dejadez y al desuso (ya que no era posible restaurarlos, al exigirse permisos que sistemáticamente nunca se concedían), no pocas veces iglesias y monasterios fueron requisados por el Estado y convertidos en mezquitas, y cada vez hay más iglesias «ilegales» (a pesar de ser alrededor del 10% de la población, los cristianos en Egipto sólo tienen 2869 iglesias frente a 108.000 mezquitas). En 2016, el Parlamento aprobó una nueva legislación al respecto, sin duda más benigna, pero todavía algo engorrosa.

La comunidad copta en la actualidad

La actitud de las autoridades egipcias hacia la comunidad copta en los últimos años alterna entre la apertura y la indiferencia.

Por un lado, la libertad religiosa está garantizada por la Constitución, pero, por otro, cada vez hay más casos de violencia y persecución. Los más llamativos son, por supuesto, los atentados terroristas contra iglesias y lugares de culto, a veces con decenas de víctimas por atentado. Desde 2011, cientos de coptos egipcios han muerto en enfrentamientos sectarios y muchos hogares, iglesias y negocios han sido destruidos. Hay que decir que estos casos también son testigos de una creciente y positiva cercanía de instituciones y ciudadanos hacia los cristianos, aunque a menudo acompañada de ineficacia o indiferencia a la hora de prevenir y castigar estos actos.

Otro punto delicado es la libertad religiosa, especialmente cuando se trata de profesar públicamente la propia fe o de convertirse del islam al cristianismo. Según Human Rights Watch y otras organizaciones internacionales, de hecho, en Egipto es fácil convertirse del cristianismo al islam, pero casi imposible hacer lo contrario, tanto por el riesgo para la seguridad del converso (que se encuentra estigmatizado social y económicamente, en muchos casos perdiendo su trabajo y arriesgando su vida, a menudo a manos de familiares y amigos) como por los problemas relacionados con el reconocimiento legal del cambio de religión, al que se oponen las autoridades a pesar de ser obligatorio por ley.

También está el viejo problema de las mujeres y niñas coptas secuestradas, obligadas a convertirse al islam y casarse con hombres musulmanes: según estimaciones oficiales de ONG y grupos parlamentarios estadounidenses, entre 2011 y marzo de 2014, unas 550 niñas coptas fueron secuestradas y obligadas a convertirse al islam: cerca del 40% de ellas fueron víctimas de violencia sexual antes de su conversión y muchas se casaron después con sus secuestradores y violadores.

En 2022, a pesar de estar pendiente la aprobación de una nueva ley sobre el estatuto personal de los cristianos egipcios, Egipto fue clasificado como el 35º país más peligroso del mundo para los cristianos.

El autorGerardo Ferrara

Escritor, historiador y experto en historia, política y cultura de Oriente Medio.

Vaticano

Así queda el colegio cardenalicio

Rome Reports·2 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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Tras el 30 de septiembre más del 70% de los purpurados habrán sido elegidos por Francisco. Italia sigue siendo el país con más cardenales seguido de Estados Unidos.

De los 242 cardenales que componen este colegio cardenalicio, 137 son electores.

Zoom

Nuevos cardenales

La birreta roja y el pergamino del cardenal Robert F. Prevost, natural de Chicago, después del consistorio en el que el Papa Francisco le creó cardenal junto a otros 20 prelados el 30 de septiembre de 2023.

Maria José Atienza·2 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

A mi ángel de la guarda

Doy gracias a Dios por hacerte mi compañero en el camino de la vida, por ser esa sombra inseparable, esa puerta cercana siempre abierta a la trascendencia

2 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Querido ángel de la guarda:

¡Muchas felicidades en tu día! Aunque bueno, desearte felicidad a ti que estás literalmente en la Gloria, quizá no sea la mejor forma de demostrarte mi afecto.

Si por lo menos tuvieras cuerpo, te daría un abrazo, pero eres espíritu puro y no puedo verte, ni sentirte, ni olerte, ni oírte…

Espero no ofenderte por darte protagonismo porque si hay algo que te ha caracterizado siempre es tu humildad. Jamás, nunca, has buscado figurar y no te molestas cuando tantas veces me olvido de ti o vivo como si no existieras, ¡pero es que eres tan discreto! Yo entiendo que, como buen agente secreto, tu trabajo consiste precisamente en no delatarte y por eso confirmo que eres tan bueno en lo tuyo: ¡No dejas ni rastro! Y lo haces bien porque, si no, pondrías en un aprieto mi libertad para elegir creer o no.

Tras cada acción tuya, siempre le he podido echar la culpa a la suerte, al azar o incluso a mi propia valía personal. ¡Y en cuántas otras ocasiones habrás actuado sin que yo siquiera me haya percatado de los peligros!

A veces te presentas en forma de otra persona: a través de un amigo, de mi mujer, o incluso de un desconocido. Ahí te he podido calar en muchas ocasiones. Ya me explicarás cuando nos veamos cara a cara cómo lo hacéis, pero estoy convencido de que os ponéis de acuerdo entre vosotros. ¿A que sí? Tú vas y le dices a uno de tus compañeros: “oye, dile a tu humano que le diga al mío tal cosa”. Y ahí va ese humano, que se le viene de repente un pensamiento sin saber por qué, te lo suelta, y tú alucinas porque es justo lo que necesitabas escuchar ese día.

Como soy una persona racional, siempre puedo achacarlo a la calidad humana, intelectual o espiritual de quienes tantas veces han sido ángeles para mí, pero no lo tengo tan claro cuando he sido yo a quien habéis utilizado para dar mensajes a otros. Muchas veces hay quien me ha recordado unas palabras mías que le ayudaron, aunque yo no fuera consciente de haberlas pronunciado, al menos en el sentido que la otra persona interpretó. ¿De dónde salió ese pensamiento? ¿Quién lo indujo? Yo lo tengo claro. El Espíritu Santo os tiene de recaderos. Esas inspiraciones vuestras no son tan sorprendentes, porque son muy parecidas a esas otras “sugerencias al oído” que vuestro compañero caído se empeña en hacernos y que siempre parecen llenas de luz. Quien no está entrenado espiritualmente, no las reconoce, pero cuando uno ha caído en su trampa un montón de veces, ya no duda de su existencia y trata de estar siempre alerta.

Se ve que el malo, como es un soberbio y vanidoso, no se preocupa tanto de borrar sus huellas y, aunque le interese pasar desapercibido, en realidad no puede evitar dejar su marca. Así que, al final, gracias a él, yo creo más en ti.

Alguno que me lea pensará que soy un infantil, que esta carta la dedico a mi amigo imaginario, que creo en seres invisibles que suben y bajan del cielo… Que piense lo que quiera. Yo solo creo en lo que veo con mis propios ojos, que no son solo los que tengo en la cara, sino también los que me permiten conocer esa otra realidad trascendente que todo hombre y mujer a lo largo de la historia ha estado y está capacitado para descubrir por sí mismo.

Lo que es infantil es esconderse en el refugio de los cinco sentidos negando cualquier otra forma de conocimiento por miedo a no poder controlarlo. Cuando se toca el tema, yo siempre recuerdo aquella valiente frase del divulgador científico Eduard Punset que decía que “la intuición es una fuente de conocimiento tan válida como la razón” ¿Se la sugeriste tú? No me extrañaría, porque a mí me ayuda mucho repetirla.

¡Ciertamente hay tantas realidades diarias en las que la intuición nos guía mejor que la razón! ¡Hay tantos patrones y señales que pasan desapercibidos a simple vista! Hace falta, eso sí, sensibilidad y desapego de lo material; pero, el que es capaz de leerlos, descubre cómo el verdadero bien, la verdadera belleza o la verdadera verdad –valga la rebuznancia–, no están donde todo el mundo mira, donde todo el mundo toca, donde todo el mundo huele; sino en lugares menos comunes.

Pues yo te intuyo, querido ángel, y doy gracias a Dios por hacerte mi compañero en el camino de la vida, por ser esa sombra inseparable, esa puerta cercana siempre abierta a la trascendencia. Discúlpame por darte tanto trabajo con mis continuos intentos de salirme de la ruta hacia el cielo. Átame corto, que ya sabes que no soy de fiar.

Y un último deseo: dile a tu compañero, al de ese lector que me lee ahora, que suscite hoy en él la alegría de sentirse también acompañado, cuidado y consolado. Y sugiérele que no se la quede para él solo, sino que la comparta con todos los suyos. ¡Porque hoy es fiesta grande en cielo y tierra!

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Cultura

2 de octubre de 1928. El hecho fundacional del Opus Dei

El historiador José Luis González Gullón narra los sucesos acaecidos el día de la fundación del Opus Dei. Añade, además, algunas consideraciones sobre el significado de ese evento, según los recuerdos orales y escritos de san Josemaría.

José Luiz González Gullón·2 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

El escrito que se ofrece a continuación, de marcado acento histórico, se ciñe a los acontecimientos del 2 de octubre de 1928. No recoge, por tanto, la riqueza teológica y jurídica de ese hecho ni la amplitud del espíritu fundacional del Opus Dei, que se completó el 26 de junio de 1975, fecha de la muerte de san Josemaría.

Llegada a Madrid

Procedente de la diócesis de Zaragoza, José María Escrivá llegó a Madrid en abril de 1927 para realizar la tesis doctoral en Derecho. Era un sacerdote joven, de veinticinco años, que sentía en su alma la inquietud de que Dios le pedía algo para el bien de la Iglesia, pero no sabía qué era.

Desde hacía una década, según decía, barruntaba un querer divino. Y, como le estaba velado, rezaba para que se hiciera la luz.

La luz fundacional del Opus Dei

El 30 de septiembre de 1928, Escrivá acudió al convento de los paúles —situado en el extrarradio norte del Madrid de entonces— para hacer unos ejercicios espirituales junto con otros seis sacerdotes. El martes 2 de octubre, después de celebrar la Misa y de asistir a una plática, se retiró a su habitación y leyó unos papeles en los que había escrito ideas y sucesos que consideraba inspiraciones de Dios.

Mientras recopilaba “con alguna unidad las notas sueltas, que hasta entonces venía tomando” (Apuntes íntimos —en adelante AI—, n.º 306), de repente, según afirmó, “quiso Jesús que se comenzara a dar forma concreta a su Obra” (AI, n.º 331). Escrivá “se dio cuenta de la hermosa y pesada carga que el Señor, en su bondad inexplicable, había puesto sobre sus espaldas” (AI, n.º 306). Después diría que había recibido una gracia de carácter sobrenatural, una “iluminación sobre toda la Obra” (AI, n.º 306), una “idea clara general de mi misión” (AI, n.º 179) que abría un enorme panorama apostólico.

Emocionado porque acababa de ver “la Voluntad de Dios” (AI, n.º 978b) por la que había rezado tanto, se puso de rodillas y dio gracias. Entonces, escuchó el sonido “de las campanas de la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles” (AI, n.º 306), que llamaba a los fieles a Misa en la fiesta de los Custodios; más adelante, consideró este evento como una muestra de la intercesión de Santa María y de los ángeles en el instante mismo de la fundación.

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Antigua imagen del convento de los Paúles y basílica de la Milagrosa en la calle García de Paredes de Madrid

Un espíritu y una institución

Hasta aquí el relato del propio Escrivá, el único testigo de los hechos que se sucedieron en el momento fundacional originario del Opus Dei.

El fundador no explicó o redactó el contenido de lo que vio —siempre empleará el verbo ver— esa jornada. Todo apunta a que no quiso encerrar en un texto único una gran luz sobrenatural. De hecho, prácticamente no quedan escritos suyos anteriores a marzo de 1930, como si deseara guardar para sí lo acaecido desde la fundación (2 de octubre de 1928) hasta el momento en que entendió que habría mujeres en el Opus Dei (14 de febrero de 1930). Por tanto, el oyente debe creer a José María Escrivá cuando afirma que ha recibido un mensaje divino.

Ahora bien, Escrivá se refirió a la luz fundacional hasta el final de sus días. Su vida, su predicación y sus escritos ofrecen algunas claves sobre lo que sucedió. En concreto —es lo que ocurre también con otras instituciones carismáticas de la Iglesia—, en esa irradiación encontramos dos dimensiones entrelazadas: un espíritu y una institución.

Un mensaje cristiano

El 2 de octubre de 1928, José María Escrivá se sintió depositario de un mensaje divino. Entendió que había recibido una gracia, una fuerza divina, una luz del Espíritu Santo. En ningún caso se trataba de un concepto forjado después de un proceso de reflexión intelectual o de una brillante inspiración surgida a partir de las enseñanzas del Magisterio, de los Padres de la Iglesia y de los autores espirituales, clásicos y contemporáneos. Era un espíritu que se le presentaba universal, destinado a cualquier lugar, época y cultura.

El corazón del carisma radicaba en la secularidad como camino para ser santo: estar unido a Jesucristo y darlo a conocer donde uno trabaja y reside era el mensaje. Con palabras suyas de años más tarde, debía “promover entre personas de todas las clases de la sociedad el deseo de la perfección cristiana en medio del mundo”, “participando en las más diversas tareas humanas” (Conversaciones, n.º 24 y 61).

La centralidad de los laicos

Por entonces, la Iglesia presentaba la santidad como algo posible para todos los hombres, también en el ámbito secular. Pero, por lo general, el deseo de ser santo se consideraba una llamada al estado religioso. La literatura espiritual hablaba de los grados de santidad que se podían conseguir en la tierra, que, en el nivel más alto, se alcanzaba en la vida consagrada.

De este modo, la existencia de algo menos del uno por ciento de los miembros de la Iglesia —los consagrados— se presentaba como la forma mejor o más perfecta para ir a Dios. Bastaba con entrar en un templo católico para ver tantas estatuas de santos y de santas consagrados, unas pocas de presbíteros seculares y ninguna de laicos.

El espíritu que había recibido Escrivá se dirigía a los seculares que, en la Iglesia, son los laicos y los sacerdotes seculares, en su mayor parte diocesanos. Venía a decir que este 99 por ciento de cristianos corrientes está convocado por Dios para descubrir en las realidades humanas y temporales el camino que conduce a la plenitud cristiana, a la identificación con Jesucristo.

mujeres opus dei
Escrivá con algunas mujeres del Opus Dei en 1971

Una familia en la Iglesia

Además del don, el carisma se mostró a los ojos de José María Escrivá como misión y tarea. Dios le llamaba a proclamar la santidad a todos los hombres, a explicar que es posible la identificación con Cristo en el propio estado de vida.

Consideró que la transmisión de este mensaje se haría en y a partir de una comunidad cristiana; de hecho, no contempló difundirlo a través de un libro o de los medios de comunicación de entonces, como la radio o la prensa. Lo harían personas incorporadas a una familia cristiana mediante una llamada de Dios —una específica vocación divina—, un discernimiento individual y la acogida de quienes guiaran la institución.

Quienes formaran parte de esta familia espiritual vivirían personalmente el carisma —lo harían suyo, lo encarnarían, pues era su camino para unirse a Jesucristo—, después lo compartirían con los demás miembros de la institución y, en tercer lugar, lo irradiarían a las personas conocidas y a toda la sociedad.

Además, ese día fundacional pensó que, si bien el mensaje era para todos los seculares de la Iglesia, los miembros de la institución serían solo varones, laicos y presbíteros diocesanos.

Desarrollo posterior

Tras el 2 de octubre de 1928, Escrivá buscó una institución de la Iglesia que tuviese el carisma que él había recibido, pues no deseaba ser fundador de algo nuevo. Después de recibir información de varias pías uniones, órdenes terciarias y asociaciones de España, Estados Unidos, Francia, Holanda, Hungría, Italia y Polonia, llegó a la conclusión de que ninguna tenía un espíritu igual al suyo.

Pasaron los meses y el 14 de febrero de 1930 entendió que Dios le pedía que en la institución hubiese también mujeres y, a la vez, que le llamaba a iniciar un nuevo camino de santidad y de apostolado en la Iglesia.

José María Escrivá supo que la luz fundacional originaria era el núcleo de una enseñanza abierta a un desarrollo posterior, algo que iba a abarcar el arco de su vida. Por ejemplo, en 1931 recibió dos importantes luces fundacionales que apuntalaban la originaria.

Plaza de san Pedro durante la beatificación del fundador del Opus Dei

El trabajo como medio de santificación

El 7 de agosto obtuvo una comprensión nueva de las palabras de Jesucristo “cuando yo sea alzado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí” (Jn 12, 32): el cristiano pone a Cristo en la entraña de las actividades que desempeña en el mundo. De este modo, el trabajo profesional aparecía como la materia que han de santificar las personas y el instrumento con el que se santifican y santifican a las demás.

Luego, el 16 de octubre, mientras iba en un tranvía, sintió de repente “la acción del Señor, que hacía germinar en mi corazón y en mis labios, con la fuerza de algo imperiosamente necesario, esta tierna invocación: Abba! Pater!” (Carta 29, n.º 60); desde entonces, señaló que el fundamento del espíritu del Opus Dei es un profundo sentido de la filiación divina.

A partir del momento fundacional, Escrivá difundió con viveza el mensaje de unión con Jesucristo en el lugar que cada uno ocupa en la sociedad; la realidad, desconocida para muchos, de que “estas crisis mundiales son crisis de santos”, de que Dios “está como un Padre amoroso —a cada uno de nosotros nos quiere más que todas las madres del mundo pueden querer a sus hijos—, ayudándonos, inspirándonos, bendiciendo… y perdonando” (Camino, n.º 301 y 267).

El autorJosé Luiz González Gullón

Historiador

Vaticano

El Papa pide a los católicos que recen por el Sínodo

El Papa Francisco pide a todos los católicos del mundo que durante este mes de octubre recen especialmente por el Sínodo de la Sinodalidad.

Paloma López Campos·1 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La intención de octubre del Papa Francisco se centra en el Sínodo de la Sinodalidad. El Santo Padre pide que este mes los católicos recen “por la Iglesia, para que adopte la escucha y el diálogo como estilo de vida a todos los niveles, dejándose guiar por el Espíritu Santo hacia las periferias del mundo”.

Esta intención se enmarca en la celebración de la Asamblea General de los Obispos y en la Jornada Mundial de las Misiones. A lo largo de este “camino eclesial”, tan presente durante este octubre, el Papa señala que la Iglesia está en misión.y El centro de la cual, puntualiza Francisco, “es llegar a todos, buscar a todos, acoger a todos, involucrar a todos, sin excluir a nadie”.

Este mensaje recuerda a la famosa frase del Papa durante la última JMJ en Lisboa: “En la Iglesia hay espacio para todos”. Teniendo esto en cuenta, se podrá materializar “la respuesta al mandato de Jesús de anunciar el Evangelio”.

El Santo Padre no olvida durante su mensaje al que desea que sea el gran protagonista de este Sínodo: el Espíritu Santo. Él “nos ayuda a realizar el ‘apostolado del oído’, o sea, escuchar con los oídos de Dios para poder hablar con la palabra de Dios”.

El vídeo completo con la intención del Papa Francisco para este octubre puede verse a continuación:

Vaticano

El Papa anuncia una Exhortación Apostólica sobre santa Teresita del Niño Jesús

Francisco publicará el 15 de octubre una Exhortación sobre santa Teresa del Niño Jesús, según ha anunciado en el Ángelus este domingo, al comenzar el mes del rosario y de las misiones. Además, ha pedido oraciones por el Sínodo, ha llamado al diálogo a Azerbaiyán y Armenia, y sigue rezando por Ucrania. Antes, el Papa ha alentado a ser “cristianos sinceros”. 

Francisco Otamendi·1 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa ha manifestado en el Ángelus de este domingo que Santa Teresita del Niño Jesús   (Alençón, 1873Lisieux 1897, Francia), cuya fiesta se celebra hoy 1 de octubre, “es la santa de la confianza en nosotros”, y que “el próximo 15 de octubre se publicará una Exhortación apostólica sobre su mensaje. Recemos a Santa Teresita, y a la Virgen, para que nos ayuden a tener confianza y a trabajar para la misión”, ha animado a los fieles.

Junto a la noticia de la santa, el Santo Padre ha querido recordar que “hoy se inicia el mes de octubre, el mes del Rosario y de las misiones. Exhorto a todos a experimentar la belleza de la oración del Rosario, contemplando con María los misterios de Cristo, y pidiendo su intercesión por las necesidades de la Iglesia y del mundo”.

Al mismo tiempo, recordando la figura de la joven santa francesa, patrona de las misiones, el Romano Pontífice ha animado a rezar por “la evangelización de los pueblos”,  y “por el Sínodo de los Obispos”, que este mes lleva a cabo la primera Asamblea sobre “la sinodalidad de la Iglesia”. 

Oración por el Cáucaso y por Ucrania

El Papa ha rezado también, como hace habitualmente, “por la paz en la martirizada Ucrania y en todas las tierras heridas por la guerra”. Y a raíz de “la dramática situación de los desplazados en Nagorno-Karabaj”, en el Cáucaso, ha renovado su “llamamiento al diálogo entre Azerbaiyán y Armenia, esperando que los coloquios entre las partes, con el apoyo de la comunidad internacional, favorezcan un acuerdo duradero que ponga fin a la crisis humanitaria” que tiene lugar.

“Aprendamos de los niños y niñas”

El Sucesor de Pedro ha salido a la ventana del estudio del Palacio Apostólico acompañado de cinco niños en representación de los cinco continentes, para anunciar que “el 6 de noviembre en el Aula Pablo VI encontraré a los niños de todo el mundo”, ha informado. 

El evento está patrocinado por el Dicasterio para la Cultura y la Educación, y tendrá como tema “Aprendamos de los niños y de las niñas”. Se trata de un encuentro para manifestar el sueño de todos de “volver a tener sentimientos puros como los niños, porque quien es como niño pertenece al Reino de Dios. Los niños nos enseñan la limpieza de las relaciones, la acogida espontánea de quien es forastero”, ha informado el Papa.

“Pecadores, sí; corruptos, no”

Antes de rezar la oración mariana del Ángelus, el Santo Padre ha comentado el texto evangélico de este domingo XXVI del Tiempo Ordinario. Es el de “los dos hijos a los que el padre pide ir a trabajar en la viña (cfr Mt 21,28-32). El primero responde inmediatamente “sí”, pero luego no va. El segundo, en cambio, al inicio se opone, pero luego lo piensa bien y va”.

El problema de un hombre que se comporta así, ha señalado el Papa refiriéndose al primero de los hijos, es “que no es solo un pecador, sino también un corrupto, porque miente sin problemas para cubrir y camuflar su desobediencia, sin aceptar algún diálogo, o enfrentamiento honesto”.

El segundo hijo, aquel que dice “no” pero luego va, “es en cambio sincero. No es perfecto pero sincero”, ha añadido Francisco. “Ciertamente, nos hubiera gustado verlo decir “sí” inmediatamente. No es así, pero al menos, manifiesta de manera franca y en un cierto sentido valiente su reticencia. Luego, con esta honestidad de base, termina poniéndose en discusión, llegando a entender que se ha equivocado y regresando por sus pasos”.

“Cristianos sinceros”

“Es, podemos decir, un pecador, pero no un corrupto. Y para el pecador hay siempre esperanza de redención; para el corrupto, en cambio, es mucho más difícil. De hecho, sus falsos “sí”, aparentemente elegantes pero hipócritas, y sus ficciones convertidas en hábito son como un grueso “muro di goma”, detrás del cual se resguarda de la voz de la conciencia”.

A continuación, el Sucesor de Pedro ha manifestado en voz alta algunas preguntas para el examen, y ha rezado para que “María, espejo de santidad, nos ayude a ser cristianos sinceros”.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

Francisco ruega un “silencio hecho oración” en la vigilia ecuménica presinodal

En vísperas de la Asamblea Sinodal que comienza el próximo 4 de octubre, el Santo Padre Francisco apeló ayer a un “silencio hecho oración” en un encuentro ecuménico en la Plaza de San Pedro, en el que participaron, entre otros líderes religiosos, Bartolomé I, Patriarca Ecuménico de Constantinopla, y el arzobispo Justin Welby, primado de la iglesia anglicana.

Francisco Otamendi·1 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

El líder de la Iglesia católica, Papa Francisco, presidió ayer tarde en Roma el encuentro ecuménico “Together” (Juntos), en vísperas de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que tendrá lugar del 4 al 29 de octubre de 2023 sobre el tema “Por una Iglesia sinodal: Comunión, participación y misión”.

La reflexión del Papa se centró en “la importancia del silencio en la vida del creyente, en la vida de la Iglesia y en el camino de la unidad de los cristianos”, horas antes de que los participantes en el Sínodo iniciaran un retiro espiritual de tres días, hasta el 3 de octubre.

Así comenzó el Papa su homilía. “Together”. “Juntos”. Como la primitiva comunidad cristiana el día de Pentecostés. Como un solo rebaño, amado y reunido por un solo Pastor, Jesús. Como la gran muchedumbre del Apocalipsis estamos aquí, hermanos y hermanas “de toda nación, tribu, pueblo y lengua” (Ap 7,9), procedentes de comunidades y países diferentes, hijas e hijos de un mismo Padre, animados por el Espíritu recibido en el Bautismo, llamados a la misma esperanza (Ef 4,4-5)”.

“En un mundo lleno de ruido”, señaló el Santo Padre, “ya no estamos acostumbrados al silencio, es más, a veces nos cuesta soportarlo, porque nos confronta con Dios y con nosotros mismos. Sin embargo, es la base de la palabra y de la vida”. 

“El silencio es importante”

En efecto, “como la gran muchedumbre del Apocalipsis, oramos en silencio, escuchando un “gran silencio” (cf. Ap 8,1). Y el silencio es importante, es poderoso: puede expresar un dolor indecible ante ante la desgracia, pero también, en los momentos de alegría, una alegría que trasciende las palabras”.

El Sucesor de Pedro dio las gracias a todos por su presencia, “gracias a la Comunidad de Taizé por esta iniciativa. Saludo con gran afecto a los jefes de las iglesias, a los responsables y a las delegaciones de las diferentes tradiciones cristianas, y saludo a todos vosotros, especialmente a los jóvenes: ¡gracias!” 

“Gracias por haber venido a rezar por nosotros y con nosotros en Roma, antes de la Asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos, en vísperas de los ejercicios espirituales que la preceden. que la precede.  “Syn-odos”: caminemos juntos, no sólo los católicos, sino todos los cristianos, todo el Pueblo de los bautizados, todo el Pueblo de Dios, porque «sólo el todo puede ser la unidad de todos» (J.A. Möhler).

Dios habla en el “susurro”

Sobre el silencio en la vida del creyente, el Papa señaló, entre otras cosas, que “está al principio y al final de la existencia terrena de Cristo. El Verbo, la Palabra del Padre, se hizo “silencio” en el pesebre y en la cruz, en la noche de la Natividad y en la de Pascua. Esta noche los cristianos hemos permanecido silenciosos ante el crucifijo de San Damián, como discípulos que escuchan ante la cruz, que es la cátedra del Maestro. El nuestro no fue un silencio vacío, sino un momento lleno de expectación y disponibilidad”.

“La verdad”, añadió el Santo Padre, “no necesita gritos violentos para llegar al corazón de los hombres. A Dios no le gustan las proclamas y el clamor, la cháchara y el estrépito: Dios prefiere más bien, como Dios prefiere, como hizo con Elías, hablar en el “susurro de una brisa suave” (1 Re 19,12), en un “hilo sonoro de silencio”.  Y así también nosotros, como Abraham, como Elías, como María necesitamos liberarnos de tantos ruidos para escuchar su voz. Porque sólo en nuestro silencio resuena su Palabra”.

En la vida de la Iglesia, “a la escucha del Espíritu”

En segundo lugar, el silencio es esencial en la vida de la Iglesia, continuó el Romano Pontífice. “Los Hechos de los Apóstoles dicen que, tras el discurso de Pedro en el Concilio de Jerusalén, “toda la asamblea calló” (Hch 15,12), preparándose para aceptar el testimonio de Pablo y Bernabé sobre los signos y prodigios que Dios había Dios entre las naciones”.

“Y esto nos recuerda que el silencio, en la comunidad eclesial, hace posible la comunicación fraterna, en la que el Espíritu Santo armoniza los puntos de vista, porque Él es la armonía”, prosiguió el Papa. “Ser sinodales significa acogernos unos a otros así, sabiendo que todos tenemos algo que testimoniar y aprender, poniéndonos juntos a la escucha del “Espíritu de la verdad” (Jn 14,17) para conocer lo que Él “dice a las Iglesias” (Ap 2,7).”

Por último, “el silencio permite precisamente el discernimiento, mediante la escucha atenta de los “gemidos inefables” (Rm 8,26) del Espíritu que resuenan, a menudo ocultos, en el Pueblo de Dios. Pidamos, pues, al Espíritu el don de la escucha para los participantes en el Sínodo” (Discurso con ocasión de la Vigilia de Oración en preparación del Sínodo sobre la Familia, 4 de octubre de 2014).

Para la unidad de los cristianos

En tercer lugar, Francisco subrayó que “el silencio es esencial en el camino de la unidad de los cristianos. Es fundamental de hecho para la oración, de la que parte el ecumenismo y sin la cual es estéril”.

“Jesús, en efecto, ha orado para que sus discípulos “sean uno” (Jn 17,21).  El silencio hecho oración nos permite acoger el don de la unidad “como Cristo quiere”, “por los medios que Él quiere” (P. Couturier), no como fruto autónomo de nuestros propios esfuerzos y según criterios puramente humanos”.

La unidad de los cristianos “crece en silencio ante la cruz, igual que la cruz, igual que las semillas que recibiremos y que representan los diferentes dones otorgados por el Espíritu Santo a las diversas tradiciones: nos corresponde a nosotros sembrarlas, con la certeza de que sólo Dios hace crecer (cf. 1 Cor 3,6)”, añadió el Santo Padre.

“Adorar unidos y en silencio”

Por eso, alentó Francisco al final de la alocución, “pedimos, en la oración común, aprender de nuevo a hacer silencio: a escuchar la voz del Padre, la llamada de Jesús y el gemido del Espíritu. Pedimos que el Sínodo sea un “kairós” de fraternidad, un lugar donde el Espíritu Santo purifique a la Iglesia de las chácharas, ideologías y polarizaciones”. 

“Mientras nos dirigimos hacia el importante aniversario del gran Concilio de Nicea”, concluyó el Papa”, “pidamos que sepamos adorar unidos y en silencio, como los Magos, el misterio de Dios hecho hombre, seguros de que cuanto más cerca estemos de Cristo, más unidos estaremos entre nosotros. Y como los Magos de Oriente fueron guiados a Belén por una estrella, que la luz celestial nos guíe a nuestro único Señor y a la unidad por la que Él ha orado. Hermanos y hermanas, pongámonos en camino juntos, deseosos de encontrarle, adorarle y anunciarle “para que el mundo crea” (Jn 17,21)”.

Oración final de los responsables de las iglesias presentes

(Vigilia ecuménica “Together”)

“Dios Padre nuestro, te damos gracias por todos tus dones, especialmente por el

don de maravillarnos ante tu creación. ¡Permítenos cuidarla y caminar juntos

como hermanos y hermanas en paz!

Jesús, el Cristo, te damos gracias por haber dado tu vida hasta la cruz. Por tu

Resurrección, eres fuente de vida abundante. ¡Que te acojamos y te sigamos en

el servicio a los demás!

Espíritu Santo, soplo de Pentecostés, tú nos envías a anunciar a Cristo y a

acoger en nuestras comunidades a los que aún no lo conocen. Desciende, te

rogamos, sobre los participantes en el Sínodo y sobre todos los presentes,

llenándolos de tu sabiduría y valentía para ser servidores de la comunión y

testigos audaces de tu perdón en el mundo de hoy.

Asamblea: ¡Amén!”

Antes de las palabras del Papa, varios jóvenes de continentes distintos relataron su experiencia del camino sinodal: Emile, del Líbano; Agata, de Indonesia; y Tilen, de Eslovenia, entre otras intervenciones.

El autorFrancisco Otamendi

Ecología integral

Inteligencia artificial y comunicación: saber acompañar el cambio

El aspecto más importante de este interés de la Iglesia por la Inteligencia Artificial concierne más bien al enfoque del próximo mensaje, centrado en lo 'plenamente humano' que se espera de toda misión comunicativa.

Giovanni Tridente·1 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

¿Qué tiene que ver la comunicación con la Inteligencia Artificial? O mejor dicho, ¿qué ha impulsado al Papa Francisco a querer dedicar el Mensaje de la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebrará el 12 de mayo de 2024, a la IA en sus implicaciones comunicativas? No es casualidad que el tema sea «Inteligencia artificial y sabiduría del corazón: por una comunicación plenamente humana».

La elección obedece sin duda al hecho de que se trata de un tema de gran actualidad que, aunque no es muy joven en la escena pública y civil, no ha dejado de ganar terreno en la opinión pública al menos desde el año pasado. Y la comunicación se nutre sin duda de la actualidad.

Luego está el elemento contingente, es decir, las aplicaciones de la IA al mundo de la comunicación: pensemos, por ejemplo, en el uso de algoritmos en las redes sociales, la transmisión rápida de información, la posibilidad de «construir» fuentes de información y, por consiguiente, de comunicación.

Aspectos que, sin duda, no pueden ignorarse, pero que en modo alguno reducen únicamente a esto el alcance de la gran revolución tecnológica de las últimas décadas. En efecto, la Inteligencia Artificial se aplica en un gran número de ámbitos, de la sanidad a los transportes, de la agricultura a la industria pesada, que muy a menudo ignoramos a pesar de que tienen consecuencias concretas en nuestras vidas, especialmente en el campo de la informática.

Hacer humana la comunicación

Así pues, el aspecto más importante de este interés de la Iglesia por la Inteligencia Artificial concierne más bien al enfoque del próximo mensaje, centrado en lo ‘plenamente humano’ que se espera de toda misión comunicativa: un servicio de bien a las personas y no un obstáculo para su vida o para el ejercicio libre y consciente de la vida en comunidad. Y se añade una virtud concreta: la «sabiduría del corazón».

A esto, pues, está llamado el mundo de la comunicación ante la imparable revolución tecnológica de nuestro tiempo: a ayudar a explicarla, contextualizarla y acompañarla con sabiduría.

Y al hacerlo, reconocer que toda nueva oportunidad que ofrece la tecnología debe orientarse siempre hacia el bien del individuo, del ser humano, que es el único que tiene corazón, o alma si se quiere. Y es el único que puede plantearse las preguntas adecuadas ante lo que le rodea. Incluidas las sofisticadas máquinas que hoy pueden permitirle aumentar para bien todas sus prestaciones.

Claro que existen los retos, los riesgos, los malentendidos, las especulaciones… pero qué sería de nuestras vidas sin la oportunidad de poder volcar para bien todo aquello que nos tensa el corazón, haciéndonos a menudo menos que humanos.

Así pues, acojamos esta llamada a habitar el mundo de la Inteligencia Artificial en general, y el de la comunicación en particular, sacando a la luz las grandes intuiciones del ingenio humano, fruto de la chispa que Dios ha puesto en cada uno de nosotros.

Evangelización

La alegría de la confesión

Quien vive del amor misericordioso de Dios y acude a la confesión está dispuesto a responder a la llamada del Señor.

Jennifer Elizabeth Terranova·1 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

¿Quién iba a pensar que una “fiesta de lástima” de cuatro meses era la invitación de Dios a reunirme con Él para confesarme semanalmente?

Nuestro Salvador me llamó al confesionario en medio de mis lamentos: ¡ahora soy adicta!

Los últimos meses y años han sido difíciles en todos los sentidos. Parecía como si me estuvieran atacando, y cuanto más intentaba mantenerme firme en mi fe y tomar el camino moral cuando sucedía lo incorrecto, peor progresaban las cosas. No parecía justo.

Así que hice lo que hacen la mayoría de los católicos. Recé más y supliqué a Dios que se apiadara de mi pobre corazón roto. ¿Qué hizo Él? Nada. O eso creía yo.

Nadie está nunca preparado cuando sobreviene una tragedia, pero con la gracia de Dios, de alguna manera seguimos adelante. Sin embargo, cuando se produce otra muerte inmediatamente después, y surgen problemas financieros, es fácil sentirse como un blanco, y por lo tanto, comienza la “fiesta de la lástima”.

Como persona que asiste a Misa todos los días y es voluntaria en dos iglesias, a menudo aprovecho algunas de las «ventajas» religiosas, por así decirlo. Durante este período en particular, busqué consejo espiritual de los sacerdotes y pedí a cada uno de ellos bendiciones semanales. Aunque todo esto me proporcionó un respiro del sufrimiento, parecía que el enemigo estaba trabajando horas extras, y estaba claro que la desesperación y la depresión se habían apoderado del corazón de esta chica feliz.

Llegados a este punto, me enfadé con Dios y creí que, como soy una católica decente, amable y devota, debía de haber un fallo en el sistema de Dios. “Ya basta”, le dije. Justifiqué mi enfado con Él, incluso recordándome a mí misma y a Dios por qué yo tenía «razón». Después de todo, las innumerables veces que pasé por alto al empleado de la Iglesia que fue grosero y antagónico conmigo cuando todo lo que estaba haciendo era ayudar, la traición, las pérdidas inesperadas, y esto y aquello. Me preguntaba, ¿por qué yo, Señor? Otra vez no, ¡otra puerta cerrada no! Aquí estoy intentando ser el mejor discípulo, y ésta es mi recompensa. Pero no me daba cuenta de que el dolor y los «contratiempos» eran todo una trampa: una invitación al hermoso sacramento de la Penitencia.

Siempre me había confesado con regularidad, pero en medio de mis luchas por comprender la voluntad de Dios, me había vuelto culpable de mi cólera contra «aquel a quien ama mi alma».

Así que hice lo que la mayoría de los católicos hacemos cuando somos culpables: Fui a confesarme, y luego fui la semana siguiente, y luego la siguiente… y otra vez. Fui durante cuatro semanas consecutivas. Me había vuelto adicta a su perdón. Anhelaba la Reconciliación todas las semanas. Cada lunes después de Misa esperaba ansiosamente en la fila para permitir que Jesús me perdonara de nuevo. Y lo hacía, sin hacer preguntas. Mi espíritu era nuevo, mi paz restaurada. Es como ir a un balneario espiritual, ¡pero es mejor!

El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC, 1422-24) ofrece una explicación del sacramento de la Penitencia, también conocido como sacramento de la Reconciliación, y de la Conversión en el artículo 4: «Los que se acercan al sacramento de la Penitencia obtienen de la misericordia de Dios el perdón de la ofensa cometida contra él y, al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a la que han herido con sus pecados y que, con la caridad, con el ejemplo y con la oración, trabaja por su conversión”.

Se llama sacramento de la Penitencia porque consagra los pasos personales y eclesiales de Conversión, Penitencia y satisfacción del pecador cristiano.

Se llama sacramento de la Reconciliación porque imparte al pecador el amor de Dios que reconcilia: «Reconcíliate con Dios». Quien vive del amor misericordioso de Dios está dispuesto a responder a la llamada del Señor: «Ve; reconcíliate primero con tu hermano».

Se llama sacramento de la conversión porque hace sacramentalmente presente la llamada de Jesús a la conversión, primer paso para volver al Padre del que uno se ha alejado por el pecado.

Ya sea que nos refiramos a esta hermosa bendición como Confesión o Reconciliación, recordemos extender la misma gracia a los demás. Al fin y al cabo, Jesucristo perdonó a san Pedro, que le negó tres veces. San Pedro se llenó de lágrimas y de redención tras la resurrección del Señor. Estas lágrimas son de alegría, esperanza y perdón; la paz que recibimos de la redención viene de Él, no del mundo.

Todos estamos invitados por Cristo al confesionario, pero ¿qué pasa si vemos este hermoso sacramento como obligatorio y festivo? Las ramificaciones son fantásticas. Si aceptamos la bendición, dejamos que Dios restaure el quebranto que sentimos y expiamos nuestros pecados, semanal o mensualmente, nuestras vidas se transformarán y convertirán.

Muchos de nosotros hacemos ejercicio a diario y no podríamos imaginarnos faltando a nuestras sesiones de levantamiento de pesas en clase de aeróbic. Tenemos que sudar las toxinas y desarrollar los músculos, lo cual es inteligente. Sin embargo, la Confesión es el único remedio para purificar nuestras almas y ayudarnos a ascender más alto en nuestro camino espiritual. Y si vemos la Penitencia como una invitación de Dios a reunirnos con Él de un modo especial y sabemos que saldremos con mentes, cuerpos y almas más fuertes, correríamos a confesarnos con nuestros sacerdotes, aunque fuera por cosas menores. La consecuencia es que comulgaríamos con más profunda reverencia porque, sin este sacramento, no podemos recibir el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor.

Vivimos en una sociedad que promueve la terapia y los zumos. Aunque disfruto de los beneficios para la salud de una alimentación sana, no suscribo la terapia. No descarto ni ignoro su valor para muchas personas; sin embargo, creo que los católicos debemos recordar dejar que Jesús sea nuestra medicina y terapeuta.

Nuestro querido Padre Pío pasaba horas escuchando confesiones, y tenía una fórmula sencilla pero eficaz que prescribía:

  1. Confesarse lo más posible.
  2. Asistir a Misa.
  3.  Ser devoto de Nuestra Santísima Madre.

Marion, que es feligresa de la iglesia de Nuestro Salvador en Manhattan, Nueva York, y asiste a Misa todos los días, dijo lo siguiente sobre el sacramento de la Penitencia: «Me gusta confesarme porque me gusta hablar con los sacerdotes, y me gusta decirles lo que estoy haciendo… y lo repito [el pecado] una y otra vez, pero así es la vida, y nadie es perfecto. Y me hace sentir que estoy más cerca de Dios».

Incluso los sacerdotes tienen sus propias experiencias con el sacramento. El padre Ali, sacerdote católico nigeriano, oblato misionero de María Inmaculada (OMI), compartió sus reflexiones con Omnes:

“La confesión ha sido una lucha para mí durante muchos años. Aunque sé que la Iglesia espera que confiese mis pecados, siempre me he preguntado por qué no puedo reconocerlos directamente ante Dios sin la intervención de un sacerdote. ¿Por qué es necesario confesarse con un sacerdote?»

«Cambiar mi relación con la Confesión no fue fácil, pero llegué a comprender que el pecado no es tanto una incapacidad como una falta de reciprocidad al amor que Dios me tiene. Desde entonces, ya no me confieso para acusarme de mis pecados, sino para reavivar mi amor a Dios. Porque le amo apasionadamente, estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para mantener nuestro amor”.

El difunto Mario Cuomo, ex gobernador de Nueva York, dijo una vez: «Soy un católico a la antigua usanza que peca, se arrepiente, lucha, se preocupa, se confunde y, la mayoría de las veces, se siente mejor después de confesarse».

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Vaticano

“Fidelidad creativa”, la petición del Papa Francisco a los nuevos cardenales

El Papa Francisco ha manifestado hoy en San Pedro, en el consistorio de creación de 21 nuevos cardenales de la Iglesia católica, que “Pentecostés —como el bautismo de cada uno de nosotros— no es un hecho del pasado, y que “la Iglesia —y cada uno de sus miembros— vive de este misterio siempre actual”. Además, ha comparado el colegio cardenalicio a una “orquesta sinfónica y sinodal”.

Francisco Otamendi·30 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En el noveno consistorio público del Papa Francisco, celebrado en un día soleado en el atrio de la basílica de San Pedro, en Roma, con el que el número de cardenales asciende a 242, de los cuales 137 serían electores en un futuro cónclave, el Santo Padre ha querido reflexionar sobre la actualidad de Pentecostés en la Iglesia, al hilo del próximo Sínodo que dará comienzo el próximo 4 de octubre. 

La ceremonia de entrega del birrete cardenalicio a los 21 nuevos cardenales, de los que 18 tiene menos de 80 años, y son por tanto ya electores, ha comenzado a las 10 de la mañana, y ha contado con la presencia  de autoridades, diplomáticos, cardenales, arzobispos, obispos y sacerdotes y religiosos de todo el mundo, y con la asistencia de numerosos fieles de los países de origen de los neocardenales. 

Tras la lectura del fragmento de los Hechos de los Apçostoles (12,1-11), elegido por el Papa, el Romano Pontífice ha manifestado que “Pentecostés —como el bautismo de cada uno de nosotros— no es un hecho del pasado, es un acto creativo que Dios renueva continuamente. La Iglesia —y cada uno de sus miembros— vive de este misterio siempre actual. No vive “de rentas”, no, ni mucho menos de un patrimonio arqueológico, por valioso y noble que sea. La Iglesia —y cada bautizado— vive del presente de Dios, por la acción del Espíritu Santo. También el acto que estamos realizando aquí ahora tiene sentido si lo vivimos en esta perspectiva de fe”.

Vocación y misión

“Y hoy, a la luz de la Palabra, podemos comprender esta realidad:  ustedes, neocardenales, han venido de diversas partes del mundo y el mismo Espíritu Santo que fecundó la evangelización de sus pueblos ahora renueva en ustedes su vocación y misión en la Iglesia y para la Iglesia”, ha subrayado el Santo Padre.

Poco antes, Francisco les había señalado: “No se olviden de esto: la fe es transmitida en dialecto, por las madres y las abuelas. En efecto, somos evangelizadores en la medida que conservamos en el corazón el asombro y la gratitud de haber sido evangelizados; más aún, de ser evangelizados, porque en realidad se trata de un don siempre actual, que requiere ser renovado continuamente en la memoria y en la fe. Evangelizadores evangelizados y no funcionarios”.

Sinfonía y sinodalidad de la Iglesia

De esta reflexión, “quisiera extraer sencillamente una consecuencia para ustedes, hermanos cardenales, y para vuestro Colegio.”, ha continuado el Papa. “Y quisiera expresarla con una imagen, la de la orquesta”.

“El Colegio Cardenalicio está llamado a asemejarse a una orquesta sinfónica, que representa la sinfonía y la sinodalidad de la Iglesia. Digo también la “sinodalidad” no sólo porque estamos en la vigilia de la primera Asamblea del Sínodo que tiene precisamente este tema, sino porque me parece que la metáfora de la orquesta puede iluminar bien el carácter sinodal de la Iglesia”.

Escucha recíproca y fidelidad creativa

Una sinfonía cobra vida de la sabia composición de sonidos de los diferentes instrumentos, ha señalado el Papa. “Cada uno brinda su aporte, a veces solo, a veces unido a algún otro, a veces con todo el conjunto. La diversidad es necesaria, es indispensable. Pero cada sonido debe contribuir al proyecto común”. 

“Y para eso es fundamental la escucha recíproca. Cada músico debe escuchar a los demás. Si uno sólo se escuchase a sí mismo, por más sublime que pudiera ser su sonido, no beneficiará a la sinfonía; y lo mismo sucedería si una sección de la orquesta no escuchase a las otras, sino que sonara como si estuviera sola, como si fuera el todo”. 

“El director de la orquesta está al servicio de esta especie de milagro que representa cada ejecución de una sinfonía. Él debe escuchar más que todos los demás”, ha añadido el Papa Francisco, “y al mismo tiempo su tarea es ayudar a cada uno y a toda la orquesta a desarrollar al máximo su fidelidad creativa, fidelidad a la obra que se está ejecutando, pero creativa, capaz de darle un alma a esa partitura, de hacerla sonar en el aquí y ahora de una manera única”.

Espíritu Santo, maestro del caminar juntos

El Santo Padre ha continuado afirmando que “nos hace bien reflejarnos en la imagen de la orquesta, para aprender cada vez mejor a ser Iglesia sinfónica y sinodal. La propongo particularmente a ustedes, miembros del Colegio Cardenalicio, en la reconfortante confianza de que tenemos como maestro al Espíritu Santo, —Él es el protagonista—: maestro interior de cada uno y maestro del caminar juntos”.

“Él crea la variedad y la unidad, Él es la misma armonía. San Basilio busca una síntesis cuando dice: “Ipse harmonia est”, Él es la misma armonía. Nos encomendamos a su guía dulce y fuerte, y a la protección solícita de la Virgen María”, ha concluido el Papa.

Los nuevos cardenales

Los 21 cardenales de nueva creación que recibieron esta mañana del Papa Francisco la imposición del birrete,la entrega del anillo y la asignación del título o diaconía son: 

– Robert Francis Prevost, O.S.A., Prefecto del Dicasterio para los Obispos; 

– Claudio Gugerotti, Prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales; 

– Víctor Manuel Fernández, Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe; 

– Emil Paul Tscherrig, Nuncio Apostólico Apostólico; 

– Christophe Louis Yves Georges Pierre, Nuncio Apostólico; 

– S.B. Pierbattista Pizzaballa, O.F.M., Patriarca Latino de Jerusalén; 

– Stephen Brislin, Arzobispo de Ciudad del Cabo (Kaapstad); 

– Ángel Sixto Rossi, S.I., Arzobispo de Córdoba (Argentina);

– Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá; 

– Grzegorz Ryś, Arzobispo de Łódź; 

– Stephen Ameyu Martin Mulla, Arzobispo de Juba; 

– José Cobo Cano, arzobispo de Madrid; 

– Protase Rugambwa, arzobispo coadjutor de Tabora; 

– Sebastian Francis, Obispo de Penang; 

– Stephen Chow Sau-yan, S.I., Obispo de Hong Kong; 

– François-Xavier Bustillo, O.F.M. Conv., Obispo de Ajaccio; 

– Américo Manuel Alves Aguiar, Obispo Auxiliar de Lisboa; 

– Ángel Fernández Artime, S.D.B., Rector Mayor de los Salesianos; 

– Agostino Marchetto, Nuncio Apostólico; 

– Diego Rafael Padrón Sánchez, Arzobispo Emérito de Cumaná; 

– Luis Pascual Dri, O.F.M. Cap., Confesor en el Santuario de Ntra. Sra. de Pompeya,

Buenos Aires (que no pudo estar presente en la ceremonia).

Al inicio de la celebración el primero de los nuevos cardenales, Robert Francis Prevost, O.S.A., prefecto del Dicasterio para los Obispos, dirigió al Papa, en nombre de todos, un discurso de homenaje y acción de gracias. 

El autorFrancisco Otamendi

Cultura

Escriva.org: las obras de san Josemaría en una web renovada y ampliada

La nueva web escriva.org sustituye a la previa escrivaobras.org y contiene los 14 libros del autor publicados hasta el momento presentados de tal modo que se eliminan problemas como idioma, problemas de visión, de conexión y compatibilidad de dispositivos.

Maria José Atienza·30 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Todas las obras de san Josemaría Escrivá, disponibles en 20 idiomas y de manera accesible a todo tipo de personas a través de la web www.escriva.org.

La nueva web, impulsada por La Fundación Studium, titular de los derechos de autor de las obras de san Josemaría Escrivá de Balaguer, se presentó en Valencia el viernes 29 de septiembre en un acto que contó con el sacerdote Mariano Fazio, vicario auxiliar de la prelatura del Opus Dei, Ana Escauriaza, historiadora e investigadora del CEJE (Centro de Documentación y Estudios Josemaría Escrivá de Balaguer), y Ricardo Velesar, miembro de la ONCE.

Una web que irá ampliándose

La nueva web contiene los 14 libros de san Josemaría publicados hasta ahora aunque su objetivo es ir ampliando esta colección para incluir sus obras completas en la medida en que se vaya publicando su edición impresa, un trabajo que será desarrollado por la editorial Rialp.

Asimismo, aunque la web se ha lanzado en más de 20 idiomas, los impulsores de la web tienen la idea de ir incluyendo las más de 140 traducciones disponibles de sus textos.

Valencia, ciudad en la que se publicó la primera edición de «Camino» un 29 de septiembre de 1939, ha sido la sede de la presentación de este nuevo portal que está pensada para un uso personal y consultivo, de tal modo que la navegación resulta sencilla e intuitiva.

En este sentido, escriva.org otorga mayor facilidad a las personas con visión reducida y está optimizada para que puedan acceder también a sus contenidos las personas ciegas.

Vista general del público y mesa en la presentación de www.escriva.org

El mensaje del Opus Dei, hoy

Durante la presentación de este nuevo portal, el vicario auxiliar del Opus Dei destacó que «la fuerza de los escritos, aparte de lo académico o lo literario, está en que nos ayuda a ser mejores”.

Mariano Fazio subrayó además cómo, en las obras de san Josemaría, está contenido todo el carisma del Opus Dei: “Es por eso que existe un hilo conductor en todas las obras de san Josemaría: la santidad en medio del mundo a través de las tareas cotidianas”.

«Puedo ser santo vendiendo cupones»

Por su parte, fue especialmente interesante la intervención de Ricardo Velesar, con discapacidad visual, que contó su testimonio de conversión y el nuevo panorama de vida que descubrió gracias a las obras del fundador del Opus Dei: «A través de los escritos de san Josemaría descubrí que podía ser santo vendiendo cupones. Esto cambió mi vida».

Velesar explicó, además la accesibilidad de la nueva web para personas con discapacidad visual: «Esta web es una buena noticia porque permitirá a muchas personas en todo el mundo, sea cual sea su situación, poder acceder a las obras de este santo».

Cultura

San Jerónimo, amor por la Palabra de Dios

San Jerónimo fue un padre de la Iglesia nacido en Dalmacia (actualmente en la zona de Croacia y Eslovenia) alrededor del año 347 y fallecido en Belén en el 420. Su traducción de la Biblia al latín se conoce como “la Vulgata” y su festividad se celebra el 30 de septiembre.

Loreto Rios·30 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 9 minutos

San Jerónimo nació en Estridón (Dalmacia) en una familia cristiana, y recibió una sólida formación en Roma. Se convirtió y bautizó en torno al año 366. Vivió un tiempo en una comunidad ascética en Aquileia. Su vida ascética es otro legado del santo, como comenta el Papa Benedicto XVI: “Nos ha dejado una enseñanza rica y variada sobre el ascetismo cristiano. Recuerda que un compromiso valiente por la perfección requiere vigilancia constante, frecuentes mortificaciones, aunque con moderación y prudencia, trabajo intelectual o manual asiduo para evitar el ocio y sobre todo obediencia a Dios”.

Posteriormente, san Jerónimo dejó la comunidad de Aquileia y estuvo en diferentes lugares: Trier, su Estridón natal, Antioquía o el desierto de Calcis (al sur de Alepo). Además de latín, sabía griego y hebreo, y transcribió códices y escritos patrísticos.

Fue ordenado sacerdote en el año 379 y partió a Constantinopla. Allí, continuó sus estudios de griego con san Gregorio Nacianceno. También conoció a san Ambrosio y mantuvo correspondencia con san Agustín.

Consejero del Papa

Posteriormente, en el año 382, se trasladó a Roma y fue secretario y consejero del Papa san Dámaso. Este le pidió que hiciese una nueva traducción de la Biblia al latín. Además, en Roma fue guía espiritual de varios miembros de la aristocracia romana, principalmente mujeres, como Paula, Marcela, Asela o Lea. Con él, estas nobles profundizaron en la lectura de la Biblia en un “cenáculo fundado en la lectura y el estudio riguroso de la Escritura”, según indica el Papa Francisco en una carta apostólica sobre san Jerónimo publicada en 2020 por el XVI centenario de su muerte.

En el año 385, después de que el Papa falleciese, san Jerónimo partió a Tierra Santa, acompañado por algunos de sus seguidores. Después de pasar por Egipto, fue a Belén, donde, gracias a la aristócrata Paula, formó dos monasterios, uno masculino y otro femenino, y un lugar de hospedaje para los que peregrinaban a Tierra Santa, “pensando en que María y José no habían encontrado un lugar donde alojarse”.

En Belén

En las cuevas de Belén, junto a la Gruta de la Natividad, hizo la Vulgata, una traducción al latín de toda la Biblia. Además, san Jerónimo “comentó la palabra de Dios; defendió la fe, oponiéndose con vigor a varias herejías; exhortó a los monjes a la perfección; enseñó cultura clásica y cristiana a jóvenes alumnos; acogió con espíritu pastoral a los peregrinos que visitaban Tierra Santa”, comentó el Papa Benedicto XVI en dos audiencias de 2007 (el 7 y el 14 de noviembre) dedicadas a san Jerónimo. En estas mismas grutas murió el santo el 30 de septiembre del año 420. Fue proclamado doctor de la Iglesia en 1567 por Pío V.

Tumba de san Jerónimo junto a la Gruta de la Natividad en Belén. Sus restos fueron trasladados posteriormente a Roma para evitar su profanación.

El Papa Benedicto XVI indicó que san Jerónimo “puso la Biblia en el centro de su vida: la tradujo al latín, la comentó en sus obras, y sobre todo se esforzó por vivirla concretamente en su larga existencia terrena, a pesar del conocido carácter difícil y fogoso que le dio la naturaleza”.

Cómo nació su amor por la Escritura

El Papa Francisco indica en la carta apostólica «Scripturae Sacrae Affectus» que, curiosamente, el amor que san Jerónimo tenía por la Escritura no nació desde el comienzo. Señala el Papa que san Jerónimo “había amado desde joven la belleza límpida de los textos clásicos latinos y, en comparación, los escritos de la Biblia le parecían, inicialmente, toscos e imprecisos, demasiado ásperos para su refinado gusto literario”. Sin embargo, tuvo un sueño en que el Señor se le presentaba como juez: “Interrogado acerca de mi condición, respondí que era cristiano. Pero el que estaba sentado me dijo: ‘Mientes; tú eres ciceroniano, tú no eres cristiano’”. Fue a raíz de este sueño cuando san Jerónimo se dio cuenta de que amaba más los textos clásicos que la Biblia, y ahí comenzó su amor por la Palabra de Dios.

Comenta también el Papa: “En los últimos tiempos los exegetas han descubierto el genio narrativo y poético de la Biblia, exaltado precisamente por su calidad expresiva. Jerónimo, en cambio, lo que enfatizaba de las Escrituras era más bien el carácter humilde con el que Dios se reveló, expresándose en la naturaleza áspera y casi primitiva de la lengua hebrea, comparada con el refinamiento del latín ciceroniano. Por tanto, no se dedicaba a la Sagrada Escritura por un gusto estético, sino —como es bien conocido— solo porque lo llevaba a conocer a Cristo, porque ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo”.

Proceso de traducción de la Biblia

El Papa comentó también el proceso que siguió san Jerónimo para la traducción de la Biblia: “Es interesante comprobar los criterios a los que se atuvo el gran biblista en su obra de traductor. Los revela él mismo cuando afirma que respeta incluso el orden de las palabras de las sagradas Escrituras, pues en ellas, dice, ‘incluso el orden de las palabras es un misterio’, es decir, una revelación.

Además, reafirma la necesidad de recurrir a los textos originales: ‘Si surgiera una discusión entre los latinos sobre el Nuevo Testamento a causa de las lecturas discordantes de los manuscritos, debemos recurrir al original, es decir, al texto griego, en el que se escribió el Nuevo Testamento. Lo mismo sucede con el Antiguo Testamento, si hay divergencia entre los textos griegos y latinos, debemos recurrir al texto original, el hebreo; de este modo, todo lo que surge del manantial lo podemos encontrar en los riachuelos’”.

La Vulgata

La Vulgata se llamaba así porque fue rápidamente acogida por el «vulgo», el pueblo. El Papa Francisco explica su origen de este modo: “El ‘fruto más dulce de la ardua siembra’ del estudio del griego y el hebreo, realizado por Jerónimo, es la traducción del Antiguo Testamento del hebreo original al latín. Hasta ese momento, los cristianos del imperio romano solo podían leer la Biblia en griego en su totalidad. Mientras que los libros del Nuevo Testamento se habían escrito en griego, para los del Antiguo existía una traducción completa, la llamada Septuaginta (es decir, la versión de los Setenta) realizada por la comunidad judía de Alejandría alrededor del siglo II a. C.

Para los lectores de lengua latina, sin embargo, no había una versión completa de la Biblia en su propio idioma, sino solo algunas traducciones, parciales e incompletas, que procedían del griego. Jerónimo, y después de él sus seguidores, tuvieron el mérito de haber emprendido una revisión y una nueva traducción de toda la Escritura. Con el estímulo del papa Dámaso, Jerónimo comenzó en Roma la revisión de los Evangelios y los Salmos, y luego, en su retiro en Belén, empezó la traducción de todos los libros veterotestamentarios, directamente del hebreo; una obra que duró años.

Para completar este trabajo de traducción, Jerónimo hizo un buen uso de sus conocimientos de griego y hebreo, así como de su sólida formación latina, y utilizó las herramientas filológicas que tenía a su disposición, en particular las Hexaplas de Orígenes. El texto final combinó la continuidad en las fórmulas, ahora de uso común, con una mayor adherencia al estilo hebreo, sin sacrificar la elegancia de la lengua latina. El resultado es un verdadero monumento que ha marcado la historia cultural de Occidente, dando forma al lenguaje teológico. Superados algunos rechazos iniciales, la traducción de Jerónimo se convirtió inmediatamente en patrimonio común tanto de los eruditos como del pueblo cristiano, de ahí el nombre de Vulgata. La Europa medieval aprendió a leer, orar y razonar en las páginas de la Biblia traducidas por Jerónimo”.

Posibilidad de nuevas traducciones

“El Concilio de Trento estableció el carácter ‘auténtico’ de la Vulgata en el decreto ‘Insuper’», continúa el Papa, “sin embargo, no pretendía minimizar la importancia de las lenguas originales, como no dejaba de recordar Jerónimo, ni mucho menos prohibir nuevos trabajos de traducción integral en el futuro. San Pablo VI, asumiendo el mandato de los Padres del Concilio Vaticano II, quiso que la revisión de la traducción de la Vulgata se completara y se pusiera a disposición de toda la Iglesia. Así es como san Juan Pablo II, en la Constitución apostólica Scripturarum thesaurus, promulgó en 1979 la edición típica llamada Neovulgata.

Leer a la luz de la Iglesia

En la audiencia del 14 de noviembre de 2007, el Papa Benedicto XVI continuó su reflexión sobre san Jerónimo resaltando la importancia de leer las Escrituras a la luz de la Iglesia, y no en solitario: “Para san Jerónimo, un criterio metodológico fundamental en la interpretación de las Escrituras era la sintonía con el magisterio de la Iglesia. Nunca podemos leer nosotros solos la Escritura. Encontramos demasiadas puertas cerradas y caemos fácilmente en el error. La Biblia fue escrita por el pueblo de Dios y para el pueblo de Dios, bajo la inspiración del Espíritu Santo.

Solo en esta comunión con el pueblo de Dios podemos entrar realmente con el ‘nosotros’ en el núcleo de la verdad que Dios mismo nos quiere comunicar. Para él una auténtica interpretación de la Biblia tenía que estar siempre en armonía con la fe de la Iglesia católica (…) En particular, dado que Jesucristo fundó su Iglesia sobre Pedro, todo cristiano —concluía— debe estar en comunión ‘con la Cátedra de san Pedro. Yo sé que sobre esta piedra está edificada la Iglesia’. Por tanto, abiertamente declaraba: ‘Yo estoy con quien esté unido a la Cátedra de san Pedro’”.

También indica en este sentido el Papa Francisco que para san Jerónimo era muy importante consultar a la comunidad: “El trabajo valioso que se encuentra en sus obras es fruto del diálogo y la colaboración, desde la copia y el análisis de los manuscritos hasta su reflexión y discusión: para estudiar ‘los libros divinos yo nunca he confiado en mis propias fuerzas ni he tenido como maestra mi propia opinión, sino que he solido preguntar incluso sobre aquellas cosas que yo creía saber, ¡cuánto más sobre aquellas de las que yo estaba dudoso!’. Por eso, consciente de sus propios límites, pedía auxilio continuamente en la oración de intercesión, para que la traducción de los textos sagrados estuviera hecha ‘con el mismo espíritu con que fueron escritos los libros’”.

Estudio y caridad

Su amor por la escritura no le hacía descuidar la caridad. Benedicto XVI cita unas palabras del santo a este respecto: “El verdadero templo de Cristo es el alma del fiel: adorna este santuario, embellécelo, deposita en él tus ofrendas y recibe a Cristo. ¿Qué sentido tiene decorar las paredes con piedras preciosas, si Cristo muere de hambre en la persona de un pobre?”.

Del mismo modo, san Jerónimo decía que es necesario “vestir a Cristo en los pobres, visitarlo en los que sufren, darle de comer en los hambrientos, acogerlo en los que no tienen una casa”.

La educación femenina

El santo fue también un gran impulsor de las peregrinaciones, en especial a Tierra Santa, y de la educación femenina, según señala Benedicto XVI: “Un aspecto bastante descuidado en los tiempos antiguos, pero que san Jerónimo considera vital, es la promoción de la mujer, a la que reconoce el derecho a una formación completa: humana, académica, religiosa y profesional”.

Nombres de las discípulas de san Jerónimo escritos en las grutas de Belén.

A este respecto, comenta el Papa Francisco en su carta apostólica que a dos de estas discípulas, Paula y Eustoquio, las adentró “en ‘las discrepancias de los traductores’ y, algo inaudito para ese tiempo”, les permitió “que pudieran leer y cantar los Salmos en la lengua original”.

La traducción como obra de caridad

El Papa Francisco también comenta que el trabajo de traducción es una forma de inculturación, y, por tanto, de caridad: “El trabajo de traducción de Jerónimo nos enseña que los valores y las formas positivas de cada cultura representan un enriquecimiento para toda la Iglesia. Los diferentes modos en que la Palabra de Dios se anuncia, se comprende y se vive con cada nueva traducción enriquecen la Escritura misma, puesto que —según la conocida expresión de Gregorio Magno— crece con el lector, recibiendo a lo largo de los siglos nuevos acentos y nueva sonoridad.

La inserción de la Biblia y del Evangelio en las diferentes culturas hace que la Iglesia se manifieste cada vez más como ‘sponsa ornata monilibus suis’. Y atestigua, al mismo tiempo, que la Biblia necesita ser traducida constantemente a las categorías lingüísticas y mentales de cada cultura y de cada generación, incluso en la secularizada cultura global de nuestro tiempo”.

A este respecto, añade: “Ha sido recordado, con razón, que es posible establecer una analogía entre la traducción, como acto de hospitalidad lingüística, y otras formas de hospitalidad. Por eso, la traducción no es un trabajo que concierne únicamente al lenguaje, sino que corresponde, de hecho, a una decisión ética más amplia, que está relacionada con toda la visión de la vida. Sin traducción, las diferentes comunidades lingüísticas no podrían comunicarse entre sí; nosotros cerraríamos las puertas de la historia y negaríamos la posibilidad de construir una cultura del encuentro.

En efecto, sin traducción no hay hospitalidad y se fortalecen las acciones de hostilidad. El traductor es un constructor de puentes. ¡Cuántos juicios temerarios, cuántas condenas y conflictos surgen del hecho de ignorar el idioma de los demás y de no esforzarnos, con tenaz esperanza, en esta prueba infinita de amor que es la traducción! (…) Muchos son los misioneros a quienes debemos la preciosa labor de publicar gramáticas, diccionarios y otras herramientas lingüísticas que ofrecen las bases de la comunicación humana y son un vehículo del ‘sueño misionero de llegar a todos’”.

La Palabra de Dios trasciende los tiempos

Se puede resumir el legado de san Jerónimo con este bello comentario del Papa Benedicto XVI en una de sus audiencias sobre el santo: “No debemos olvidar nunca que la palabra de Dios trasciende los tiempos. Las opiniones humanas vienen y van. Lo que hoy es modernísimo, mañana será viejísimo. La palabra de Dios, por el contrario, es palabra de vida eterna, lleva en sí la eternidad, lo que vale para siempre. Por tanto, al llevar en nosotros la palabra de Dios, llevamos la vida eterna”.

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Vaticano

La Inteligencia Artificial, foco de las Comunicaciones Sociales

El Papa Francisco ha comunicado el tema de la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales que se celebrará en 2024. En esta ocasión, el lema es “Inteligencia artificial y sabiduría del corazón: por una comunicación plenamente humana”.

Paloma López Campos·29 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Sala Stampa ha hecho público el tema elegido por el Papa para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. En 2024, esta jornada llevará como lema “Inteligencia artificial y sabiduría del corazón: por una comunicación plenamente humana”.

En esta ocasión, el Santo Padre quiere poner el foco sobre la revolución tecnológica que supone que “cada vez sea más natural comunicar a través de las máquinas y con ellas”. Esta nueva realidad trae desafíos, entre los cuales el Papa resalta la desinformación y la soledad.

A través de la reflexión a la que invita la Jornada de las Comunicaciones Sociales, el Papa quiere buscar una mejor orientación de los sistemas de Inteligencia Artificial. Francisco espera “que se forme en todos una conciencia responsable del uso y del desarrollo de estas nuevas formas de comunicación”. Solo aprendiendo a integrar de manera responsable la inteligencia artificial y los algoritmos se logrará “una vida más plena de la persona humana”.

Inteligencia artificial y antropología

Esta no es la primera vez que el Papa habla sobre la inteligencia artificial. Ya en su encíclica “Laudato si’” expresó que “es justo alegrarse ante estos avances, y entusiasmarse frente a las amplias posibilidades que nos abren estas constantes novedades” que aporta la tecnología. Sin embargo, también advirtió que “nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y nada garantiza que vaya a utilizarlo bien, sobre todo si se considera el modo como lo está haciendo”.

Francisco reconoció en 2015 la multitud de ventajas que ofrece la tecnología, ya sea a través de la Inteligencia Artificial, los avances médicos o la modernización de la industria. Pero expresó su preocupación por el impacto de esto en la vida de las personas. “La gente ya no parece creer en un futuro feliz, no confía ciegamente en un mañana mejor a partir de las condiciones actuales del mundo y de las capacidades técnicas. Toma conciencia de que el avance de la ciencia y de la técnica no equivale al avance de la humanidad y de la historia, y vislumbra que son otros los caminos fundamentales para un futuro feliz. No obstante, tampoco se imagina renunciando a las posibilidades que ofrece la tecnología”.

El Santo Padre, consciente del gran peso que tiene la Inteligencia Artificial y todo lo que la rodea, desea que la Iglesia ayude a integrar los grandes avances con una visión del hombre que no puede reducirse al plano material del “paradigma tecnocrático”.

Cultura

San Lorenzo Ruiz, el primer beato de Filipinas

San Lorenzo Ruiz nació alrededor del 1600 y murió martirizado el 29 de septiembre de 1637, en Nagasaki. San Juan Pablo II lo beatificó en el año 1981, convirtiéndolo en el primer beato nativo de Filipinas. Posteriormente, fue canonizado.

Loreto Rios·29 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

San Lorenzo Ruiz nació en Binondo, un distrito de Manila (Filipinas), de padre chino y madre tagala, ambos católicos, en torno al año 1600.

Estudió de pequeño en un colegio dominico, y fue posteriormente notario de un convento de esta misma congregación. Se casó y tuvo tres hijos. En 1636, se embarcó en una expedición a Japón y otros lugares de Asia con unos misioneros dominicos. Todos ellos fueron apresados al llegar a la isla de Okinawa, ya que en 1633 se había promulgado un edicto en el que se ordenaba que todos los cristianos fueran perseguidos. Esta no era la primera persecución a cristianos en Japón, sino que lo mismo había ocurrido en los años 1617 y 1632.

En 1637, san Lorenzo y sus compañeros fueron juzgados en Nagasaki y se les exigió apostatar a cambio de la vida. Fueron torturados y algunos dominicos renegaron de la fe, mientras que Lorenzo y otros compañeros se mantuvieron firmes. Finalmente, le ahorcaron el 29 de septiembre de 1637.

Su beatificación es bastante reciente: el Papa san Juan Pablo II lo beatificó en Filipinas en 1981, junto a otros misioneros mártires en Japón, y en 1987 fue canonizado por el mismo Papa en el Vaticano.

Aunque murió el 29 de septiembre, su festividad se celebra el día 28.

La beatificación

Entre los compañeros mártires de san Lorenzo había nueve japoneses, cuatro españoles, un francés y un italiano. “Estos testigos (…) habían cantado también salmos al Señor de la misericordia y el poder, tanto mientras estaban en la prisión como durante su ejecución mediante la horca y el foso, que duró tres días”, dijo san Juan Pablo II en la homilía de la beatificación de san Lorenzo y compañeros en Manila en 1981.

También señaló que Lorenzo Ruiz, “guiado por el Espíritu Santo hasta su meta inesperada después de un viaje venturoso, dijo al tribunal que era cristiano, que debía morir por Dios y que daría su vida por Él mil veces”. El Pontífice citó asimismo las palabras textuales de san Lorenzo: “Aun si este cuerpo tuviese mil vidas, todas me las dejaría arrebatar si me forzáis a volver la espalda a Cristo”.

“En este momento fue cuando este joven padre de familia profesó y llevó a plenitud la catequesis cristiana que había recibido en la escuela de los frailes dominicos de Binondo (…). Esta es la esencia cristiana del primer beato de la nación filipina”, continuó el Papa. “Igual que la joven Iglesia de Jerusalén produjo su primer mártir por Cristo en la persona del diácono Esteban, así también la joven Iglesia en Manila, fundada en 1579, produjo su primer mártir en la persona de Lorenzo Ruiz, quien había servido en la iglesia parroquial de San Gabriel en Binondo. (…) El ejemplo de Lorenzo Ruiz, hijo de padre chino y de madre tagala, nos recuerda que la vida de todos y toda la vida de uno deben estar a disposición de Cristo”.

Los compañeros mártires de san Lorenzo

San Juan Pablo II también quiso recordar a los otros mártires que se beatificaban ese día: “La atractiva figura del primer mártir filipino no quedaría plenamente ilustrada en su contexto histórico sin encomiar el testimonio dado por sus quince compañeros, quienes sufrieron el martirio en 1633, 1634 y 1637. Ellos forman el grupo guiado por dos hombres: Domingo Ibáñez de Erquicia, vicario provincial de la misión japonesa y natural de Régil, en la diócesis española de San Sebastián; y Jacobo Kyu-hei Tomonaga, nativo de Kyudetsu, en la diócesis de Nagasaki.

Pertenecían ambos a la provincia dominicana del Santo Rosario en las Filipinas, fundada en 1587 para la evangelización del Lejano Oriente. El grupo de compañeros de Lorenzo estaba formado por nueve sacerdotes, dos hermanos profesos, dos miembros de la Tercera Orden, un catequista y un guía-intérprete. Nueve eran japoneses, cuatro eran españoles, uno francés y otro italiano. (…) ‘Hemos venido a Japón solamente para predicar la fe en Dios y para enseñar la salvación a los pequeños y a los inocentes y al resto del pueblo’. Así resumió el mártir Guillermo Courtet su misión ante los jueces en Nagasaki”.

El Papa también señaló la importancia que María tenía para estos santos: «Encomiendo todo esto a María, quien, con su rosario, ayudó a nuestros mártires a imitar y proclamar a su Hijo; a ser intrépidos guardianes de su palabra, como las valientes mujeres Magdalena de Nagasaki y Marina de Omura. Encomiendo el destino de Filipinas y de toda Asia a María, Reina del Rosario, quien con el título de ‘La Naval’ es venerada como la protectora de la libertad de la fe católica”.

Recuerdo a los mártires españoles

Además de saludar a los representantes de Francia, Italia y Japón que asistieron a la beatificación, san Juan Pablo II dirigió también unas palabras en español a los presentes: “En esta ceremonia de la beatificación del primer mártir filipino y de los otros quince hermanos que dieron su vida por la fe en Cristo, quiero recordar en su propia lengua a los cuatro mártires españoles Domingo Ibáñez de Erquicia, Lucas Alonso, Antonio González y Miguel de Aozaraza.

Es un homenaje que gustosamente rindo en primer lugar a ellos, que, siguiendo las huellas de san Francisco Javier y la enseñanza de su fundador, santo Domingo de Guzmán. difundieron la fe cristiana en estas tierras y dieron el supremo testimonio de fidelidad a la Iglesia.

Al mismo tiempo es un debido tributo de agradecido recuerdo a España, que a lo largo de tres siglos y medio llevó a cabo la evangelización de Filipinas, haciendo de ella la única nación de Oriente con gran mayoría católica. Me alegra poder proclamar esto en presencia de la Misión Extraordinaria Española venida para asistir a la beatificación y a la que, junto con los otros connacionales de los nuevos beatos aquí reunidos, dirijo mi cordial saludo y mi pensamiento complacido”.

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Vaticano

Laudate Deum. El buen uso de la naturaleza contra la degradación ambiental y humana

Laudate Deum, que se publicará el día de la fiesta de San Francisco de Asís, el 4 de octubre, pretende integrar los temas de Laudato si, publicada en 2015.

Antonino Piccione·28 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El título de la próxima Exhortación Apostólica del Papa Francisco será Laudate Deum. Así lo anunció el propio Pontífice el pasado jueves 21 de septiembre (la noticia no fue dada a conocer hasta el lunes por Vatican News), durante un encuentro con algunos rectores de universidades latinoamericanas. Entre los temas tratados estuvieron las migraciones, el cambio climático y la exclusión.

El Papa instó a los responsables de las universidades a ser creativos en la formación de los jóvenes partiendo de las realidades y desafíos actuales. Los rectores plantearon al Papa preguntas sobre cuestiones medioambientales y climáticas a las que respondió señalando la deplorable «cultura del usar y tirar o cultura del abandono».

Explicó que se trata de «una cultura del mal uso de los recursos naturales, que no acompaña a la naturaleza a su pleno desarrollo y no la deja vivir». Esta cultura del abandono -dijo- nos perjudica a todos».

Laudate Deum, que se publicará el día de la fiesta de San Francisco de Asís, el 4 de octubre, pretende integrar los temas de Laudato si, publicada en 2015. El mismo día de la solemne apertura de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos y de la conclusión de la Fiesta de la Creación (también conocida como Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación).

La fiesta de San Francisco de Asís fue también la fecha de publicación de la encíclica Fratelli Tutti.

La reflexión sobre la cultura del despilfarro, que encontrará un tratamiento más amplio y específico en las páginas del documento anunciado, parte de lo que el Santo Padre denuncia como «una falta de educación para utilizar las cosas que quedan, para rehacerlas, para sustituirlas en el orden del uso común de las cosas».

Integrar a los descartados

Al animar a un «buen uso de la naturaleza», que incluya acciones prácticas que puedan ayudar al medio ambiente, Francisco señaló cómo la degradación medioambiental puede llevar a otro tipo de «degradación», a saber, en el modo en que tratamos a los demás, especialmente a aquellos que ya viven con menos recursos.

Las palabras del Pontífice fueron duras: «Los descartados, los marginados, son hombres y mujeres, pueblos enteros que dejamos en la calle como basura, ¿no es así? Debemos ser conscientes de que utilizamos la riqueza de la naturaleza sólo para pequeños grupos a través de teorías socioeconómicas que no integran la naturaleza, los descartados’.

En el trasfondo, pues, está la llamada a la ecología humana, formulación utilizada por primera vez por el Papa Benedicto XVI, con reverberaciones sobre la defensa de la vida y la dignidad humana.

Y la llamada al mantenimiento de los «valores humanísticos» y a la promoción del «diálogo fraterno». Sin olvidar la vocación más noble de la persona humana, la política. «En el sentido más amplio del término. (…) Tener apertura política y saber dialogar con madurez con los grupos políticos, la política no es una enfermedad, en mi opinión es la vocación más noble de una sociedad, porque es la que lleva adelante los procesos de desarrollo».

En este sentido, el Papa instó a las universidades a crear redes de sensibilización. A uno de los participantes dijo: «Y en este punto usted utiliza una palabra muy hermosa, que es organizar la esperanza».

«Recuperar y organizar la esperanza», dijo Francisco, «me gusta esta frase que usted me ha dicho y no se puede dejar de considerarla en el contexto de la ecología integral, en esta dimensión según la cual los jóvenes de hoy tienen derecho a un cosmos equilibrado y tienen derecho a la esperanza, y debemos ayudarles a organizar esta esperanza, a tomar decisiones muy serias a partir de este momento».

Tras subrayar la importancia de una «cultura regenerativa» frente a la «cultura de la desposesión», fruto envenenado «de una crisis económica que no siempre está al servicio del desarrollo de los más necesitados», Francisco abogó por alternativas que ayuden a superar la crisis medioambiental y puso como ejemplo el uso de paneles solares para suministrar electricidad al Aula Pablo VI y otras zonas del Vaticano. «Tenemos que ser muy creativos en estas cosas para proteger la naturaleza» porque obviamente la electricidad se hace a base de carbón u otros elementos, que siempre crean problemas en la propia naturaleza y «los jóvenes que formamos deben convertirse en líderes en este punto, convencidos.»

El autorAntonino Piccione

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Cultura

San Wenceslao, príncipe mártir

El 28 de septiembre se celebra san Wenceslao, príncipe de Bohemia y mártir que vivió en el siglo X y es actualmente patrón de la República Checa.

Loreto Rios·28 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

San Wenceslao (nacido alrededor del 907 y fallecido en 929), mártir, cuya festividad se celebra el 28 de septiembre, fue príncipe de Bohemia.

Su madre, la princesa Drahomira, era pagana, por lo que la abuela de Wenceslao, santa Ludmila, solicitó encargarse del niño para poder educarle en el catolicismo.

Sus enseñanzas parecían dar fruto y el niño progresaba en sus estudios en el colegio de Budecz, pero, cuando tenía solo trece años, su padre falleció, y, aunque Wenceslao heredó el trono, su madre se convirtió en regente. Por tanto, santa Ludmila tuvo que devolver el niño a su madre y, posteriormente, murió asesinada por orden de esta.

Drahomira no se detuvo en este asesinato, sino que inició una gran persecución contra los cristianos, prohibiendo el culto público, destruyendo iglesias y asesinando a numerosos católicos.

Cuando Wenceslao cumplió la mayoría de edad y accedió al trono, restauró la paz e hizo volver a los sacerdotes exiliados. Su reinado estuvo marcado por la generosidad y el servicio a Dios. Entre otras cosas, no se ejecutó ninguna pena de muerte en su época y, además, compraba a esclavos paganos para bautizarlos y concederles a continuación la libertad.

Sin embargo, a pesar de haber traído de nuevo el orden y la paz al reino, su hermano menor, Boleslao, apoyado por otros nobles, asesinó a Wenceslao en la puerta de una iglesia el 28 de septiembre de 929.

Por los milagros que se realizaban en su tumba, Boleslao, al parecer arrepentido, trasladó el cuerpo de su hermano a la iglesia de San Vito en Praga, que se convirtió en un lugar de peregrinación. Es patrón de la República Checa.

Benedicto XVI sobre Wenceslao

Durante su viaje apostólico en septiembre de 2009 a la República Checa, el Papa Benedicto XVI se refirió a san Wenceslao durante la homilía de la Misa de la festividad del santo: “Nos reúne esta mañana en torno al altar el recuerdo glorioso del mártir san Wenceslao, cuya reliquia he podido venerar antes de la Santa Misa en la basílica a él dedicada (…). Este gran santo, a quien os complace llamar ‘eterno’ príncipe de los checos, nos invita a seguir siempre y fielmente a Cristo, nos invita a ser santos. Él mismo es modelo de santidad para todos, especialmente para cuantos guían el destino de las comunidades y de los pueblos”.

Benedicto XVI también comentó que san Wenceslao “tuvo el valor de anteponer el reino de los cielos a la fascinación del poder terreno. (…) Como dócil discípulo del Señor, el joven soberano Wenceslao se mantuvo fiel a las enseñanzas evangélicas que le había impartido su santa abuela, la mártir Ludmila. Siguiéndolas, antes aún de comprometerse en la edificación de una convivencia pacífica dentro de la patria y con los países limítrofes, se esforzó por propagar la fe cristiana, llamando a sacerdotes y construyendo iglesias.

En la primera ‘narración’ paleoeslava se lee que ‘socorría a los ministros de Dios y embelleció también muchas iglesias’ y que ‘beneficiaba a los pobres, vestía a los desnudos, daba de comer a los hambrientos, acogía a los peregrinos, precisamente como quiere el Evangelio. No toleraba que se cometiera injusticia a las viudas, amaba a todos los hombres, fueran pobres o ricos’. Aprendió del Señor a ser ‘misericordioso y piadoso’ y animado por espíritu evangélico llegó a perdonar incluso a su hermano, que había atentado contra su vida.

Por lo tanto, con razón lo invocáis como ‘heredero’ de vuestra nación y, en un canto que os es bien conocido, le pedís que no permita que perezca. Wenceslao murió mártir por Cristo. Es interesante observar que su hermano Boleslao, al matarlo, consiguió apoderarse del trono de Praga, pero la corona que a continuación se imponían en la cabeza sus sucesores no llevaba su nombre. Lleva, en cambio, el nombre de Wenceslao (…). Este hecho se considera como una maravillosa intervención de Dios, que jamás abandona a sus fieles (…), y la sangre del mártir no llamó al odio y la venganza, sino al perdón y la paz”.

El canto al que se refería el Papa es el Svatý Václave («San Wenceslao»), un antiquísimo poema checo, el primer texto que se conserva en que se usa este idioma con fines poéticos. Se documenta desde el siglo XIII, aunque seguramente es anterior. También hay villancicos que hablan sobre el santo, como Good King Wenceslaus, que narra la generosidad del rey con los pobres y su fe.

El Papa Francisco recuerda al santo

El Santo Padre Francisco también se refirió a san Wenceslao recientemente, en la audiencia general del miércoles 27 de septiembre de 2023, debido a los numerosos peregrinos checos que estaban presentes ese día: «Saludo cordialmente a los peregrinos de la República Checa, llegados a Roma con ocasión de la fiesta de san Wenceslao; en particular saludo al coro de niños Ondášek. El ejemplo del principal patrono de la nación checa, que fue un gran testigo de la fe, os ayude a valorar vuestra herencia espiritual y a transmitirla a vuestros hijos. Os bendigo a vosotros y a vuestras familias. ¡Alabado sea Jesucristo!”.

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Recursos

¿Qué es el arzobispado? Lo explica un arzobispo

Para explicar su labor y dar a conocer la “Iglesia vibrante” de Missouri, el arzobispo Mitchell T. Rozanski habla en esta entrevista sobre su figura dentro de la jerarquía eclesiástica, los retos pastorales a los que se enfrenta y su visión del Sínodo de la Sinodalidad que vive la Iglesia católica en estos momentos.

Paloma López Campos·28 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Monseñor Mitchell Thomas Rozanski es, desde el año 2020, el arzobispo de St. Louis (Missouri, Estados Unidos). La arquidiócesis que dirige cuenta con casi 500 mil católicos, en una población de más de dos millones de personas.

Para atender a todas estas personas, la arquidiócesis tiene 296 sacerdotes diocesanos y 247 sacerdotes religiosos. Al mismo tiempo, en el territorio viven casi mil religiosas. Muchas de estas personas consagradas se dedican a la educación o ayudan en las actividades de las 178 parroquias que hay.

Monseñor Rozanski se encarga en su día a día de que todas estas personas “dispongan de los medios que necesitan para continuar con esos ministerios”. Además, visita con frecuencia las iglesias de la arquidiócesis para estar cerca de los fieles.

Para explicar su labor y dar a conocer la “Iglesia vibrante” de Missouri, el arzobispo habla en esta entrevista sobre su figura dentro de la jerarquía eclesiástica, los retos pastorales a los que se enfrenta y su visión del Sínodo de la Sinodalidad que vive la Iglesia católica en estos momentos.

¿Cómo es su día a día como arzobispo?

– Nunca es aburrido. Cada día es ciertamente diferente. Como arzobispo paso mucho tiempo en reuniones y en la administración. Pero mis mejores momentos son cuando puedo estar con nuestra gente en las celebraciones parroquiales. Ahí es donde realmente me lleno de energía.

Cuando era párroco, me encantaba trabajar en una parroquia. Pero lo bueno de ser arzobispo es que me da una visión más amplia de la Iglesia y me reta más en mi sacerdocio.

¿Cómo describiría su posición dentro de la jerarquía eclesiástica?

– En el ministerio ordenado hay tres órdenes diferentes: obispo, sacerdote y diaconado. Dentro del oficio de obispo ciertamente tenemos a nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, y luego tenemos a los cardenales. Y luego, los arzobispos y obispos. Todos ellos son parte del episcopado. El Papa es elegido por los cardenales, los cardenales están llamados a asesorar al Papa, los arzobispos son los que supervisan las arquidiócesis, y el obispo es el que dirige cada diócesis individual.

¿Cree que existen ideas erróneas en torno a la figura del arzobispo?

– Sí, la gente cree que tengo más poder del que tengo. Como arzobispo, tengo que vivir no por «fiat» o por decreto, sino que tengo que vivir reuniendo al pueblo de Dios. Algunos dicen que lo único que tengo que hacer es decir que algo se haga, pero no funciona así.

Es un cargo de gran responsabilidad dentro de la Iglesia, pero es un ministerio de la Iglesia. Creo que cualquier poder que ejerza debo hacerlo con humildad y a la luz del Evangelio.

¿Cuál es la tarea más importante que realiza en relación con los laicos de la arquidiócesis?

– Creo que la tarea más importante que puedo hacer como arzobispo es proclamar la fe. Hay una columna semanal en el periódico de nuestra arquidiócesis en la que hablo de la fe y de distintos aspectos de ella. Creo que ser proclamador de la Palabra y testigo del Evangelio es muy importante.

Hay bastantes sacerdotes y personas consagradas en la archidiócesis. ¿Cuáles son sus responsabilidades para con ellos?

– Como arzobispo, estoy llamado a marcar el tono pastoral del ministerio en la arquidiócesis. Tenemos muchas comunidades diferentes en la arquidiócesis, así que mi papel es mantener una buena relación con esas comunidades religiosas, reunirme con ellas de vez en cuando y ver cómo podemos colaborar en el ministerio aquí en la arquidiócesis.

Muchas de nuestras comunidades religiosas se dedican a la educación. Algunas se ocupan directamente de los pobres. Así que mi objetivo es ayudarlas para que dispongan de los medios que necesitan para continuar con esos ministerios.

La Iglesia atraviesa hoy un momento de tensión y parece agravarse a medida que se acerca el Sínodo. ¿Qué le diría a la gente para que esté tranquila en este proceso y se sienta cerca del Santo Padre?

– Lo primero que diría es que muchos no tienen sentido de la historia. Cada vez que la Iglesia ha tenido un concilio importante, como el que tuvimos hace sesenta años en el Vaticano II, realmente se necesitan unos cien años para que ese concilio tenga su pleno efecto. Y creo que el Papa Francisco considera que su papel en este momento de la historia es ayudar a que el Vaticano II surta todo su efecto en nuestra Iglesia. Por ello tenemos el Sínodo de la Sinodalidad.

Creo que lo que el Santo Padre ha dicho de muchas maneras diferentes es que no estamos cambiando la doctrina, no estamos cambiando las enseñanzas básicas de la Iglesia, pero en un mundo donde las cosas cambian tan rápidamente, necesitamos un enfoque diferente en la forma de presentar el Evangelio.

Lo principal, a mi modo de ver, que puedo resumir del Sínodo de la Sinodalidad es la capacidad de la Iglesia para escuchar, encontrar y acompañar. Y eso es lo que Jesús pide a todos sus discípulos. Tengo muchas esperanzas y soy muy positivo respecto a este Sínodo.

El Papa Francisco saluda al entonces obispo de Springfield, monseñor Mitchell T. Rozanski (CNS photo / Vatican Media)

¿Cuáles son las prioridades pastorales de la arquidiócesis de St. Louis?

– Acabamos de pasar por dos años de discernimiento para ver lo que necesitamos en términos de nuestra infraestructura, en términos de nuestro apoyo de la Curia y de llegar a las parroquias. El motor de todo esto ha sido la evangelización. Así que diría que nuestras prioridades son llegar a las parroquias y evangelizar. En resumen, veo las prioridades del Sínodo de la Sinodalidad como las prioridades de la arquidiócesis de St. Louis.

También, hemos tenido algunas ideas creativas. Hemos creado una nueva parroquia para los hispanos y el ministerio latino. Vimos la necesidad en cierta zona de la arquidiócesis y pusimos allí nuestros recursos. También enviamos a uno de nuestros jóvenes sacerdotes a la pastoral universitaria en otra diócesis, a un campus universitario donde muchos nativos de St. Louis son estudiantes.

Solemos olvidarnos de las personas mayores de nuestras diócesis. ¿Cómo les ayudan a encontrarse con Dios en la arquidiócesis de St. Louis?

– Creo que ofrecemos muchas oportunidades de servicio a nuestros mayores, ya sea en los ministerios parroquiales o simplemente en los ministerios de oración, que es igual de importante. Si no pueden salir de casa, siempre hay intenciones por las que pueden rezar. Por tanto, es importante mantenerlos conectados a la Iglesia, y asegurarse de que tal vez puedan ser llevados en coche a la iglesia.

Creo que los ancianos, como ha dicho muchas veces el Papa Francisco, nos aportan una sabiduría infinita. No podemos olvidar a nuestros mayores.

¿Qué le gustaría que la gente supiera sobre la arquidiócesis de St. Louis y sus miembros?

– Bueno, estamos en el medio oeste, que es diferente de otras partes del país. Aquí encuentro una gran hospitalidad y un profundo sentido de la fe. Cuando celebro Misa en distintas parroquias, veo familias jóvenes en la Iglesia, y eso es muy alentador. Veo una Iglesia vibrante, que se da cuenta de que tenemos una misión que cumplir y evangelizar, y una Iglesia dispuesta a asumir esos retos.

Como arzobispo, ¿qué le gustaría decir a nuestros lectores, que podrían incluso ser personas de la arquidiócesis de St. Louis?

– Llevo tres años en St. Louis como arzobispo y me siento muy bien acogido y agradecido por las oportunidades de visitar tantas parroquias, organizaciones, obras de caridad católicas… Y veo el gran trabajo que está haciendo la Iglesia en la arquidiócesis. Así que les diría que sigan con ese buen trabajo y ministerio, y que sigan proclamando el Evangelio.

Evangelio

Del dicho al hecho. Domingo XXVI del tiempo ordinario (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del XXVI domingo del Tiempo Ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·28 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Para que un barco o avión llegue a su destino, tiene que estar comprobando constantemente que está siguiendo la ruta correcta y haciendo las rectificaciones necesarias. Y si conduciendo nos damos cuenta de que nos hemos equivocado de camino, el sentido común nos dice que nos demos la vuelta para recuperar el camino correcto. Lo mismo ocurre en la vida espiritual y de esto es de lo que nos hablan las lecturas de hoy.

¿Cómo de dispuestos estamos a cambiar, a corregir nuestro rumbo, a admitir que estábamos equivocados? Jesús plantea estas preguntas a través de la gráfica parábola de dos hijos a los que su padre envía fuera a trabajar. El primero expresó su voluntad de ir, pero no lo hizo. Quizá pretendía ir, pero se distrajo. Y luego, una vez tomó la decisión incorrecta, no fue capaz de cambiar y hacer lo correcto. Pero el otro, aunque hizo mal en rechazar al principio la petición de su padre, reconoció su error y se puso de verdad en camino a la viña para comenzar a trabajar.

El primer hijo, a pesar de su aparente buena voluntad, siguió por el camino de la desobediencia. El segundo hijo fue lo bastante sensato como para dar media vuelta y acabó en el lugar correcto. A continuación, Jesús aplica la parábola a los sumos sacerdotes y a los ancianos, así como a los recaudadores de impuestos y a las prostitutas. Estos últimos, aunque iban en la dirección equivocada por sus acciones pecaminosas, tuvieron la sensatez de cambiar de dirección, de convertirse, gracias a la predicación del justo Juan Bautista.

Los sacerdotes y los ancianos, aunque en principio vivían un “sí” a Dios, como resultado de su estado de vida, en realidad no respondieron a la llamada de Dios a través de Juan. Su aparente sí se convirtió en un verdadero no.

La voluntad de rectificar es esencial para la vida cristiana. Nunca debemos pensar que nuestra posición nos impide admitir que nos equivocamos. Esto puede ocurrir, por ejemplo, con las personas que tienen autoridad, incluso con los padres. Piensan que su misma autoridad les impide admitir su error, como si fueran a quedar mal al hacerlo. Pero de este modo no hacen más que agravar su error y avanzar más y más por el camino equivocado.

Todos debemos vivir en estado de arrepentimiento y eso significa rectificar muchas veces al día. Pedir perdón es profundamente cristiano. Es bueno hacer numerosos actos de contrición cada día y pedir perdón también a los demás, siempre que lo necesitemos, también a los que están bajo nuestra autoridad. Nunca es demasiado tarde para reconocer que nos hemos equivocado, ni para dar marcha atrás si vamos por mal camino.

Dios siempre nos dará la gracia que necesitamos para hacerlo. Y, por supuesto, el mejor medio para cambiar del camino equivocado al correcto es el Sacramento de la Confesión. Allí no es solo el profeta Juan el que nos llama a admitir nuestros pecados, es Jesucristo mismo el que nos da la gracia que necesitamos para confesarlos y liberarnos de ellos y empezar a vivir de una manera nueva, la correcta.

La homilía sobre las lecturas del domingo XXVI del Tiempo Ordinario (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

Canto del Papa al Mediterráneo como “cuna de civilización, vida y paz”

El Santo Padre Francisco ha realizado en la Audiencia general de este miércoles una apología del Mediterráneo, para que recupere su vocación de “cuna de civilización, de vida y de paz”. También ha recordado que de su costa oriental partió el Evangelio de Jesucristo, y ha llamado a Europa a la esperanza, también ante el “invierno demográfico”.

Francisco Otamendi·27 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Tras su vuelta de los “Encuentros del Mediterráneo” en Marsella (Francia), y el breve resumen que realizó en el Ángelus del domingo, el Papa ha lanzado en la Audiencia general de hoy en San Pedro varios mensajes de calado. En primer lugar, “el sueño y el desafío compartido” de que “el Mediterráneo recupere su vocación de cuna de civilización, de vida y de paz”.

“No podemos permitir que el Mediterráneo se convierta en una tumba, o que facilite la guerra y la trata de personas”, ha exhortado el Papa. “Hace dos mil años, desde su costa oriental partió el Evangelio de Jesucristo, para anunciar a todos los pueblos que somos hijos del único Padre que está en los cielos, y que estamos llamados a vivir como hermanos y hermanas; que el amor de Dios es más grande que nuestros egoísmos, y que con la ayuda de su misericordia, es posible una convivencia humana justa y pacífica”.

“Naturalmente, esto no sucede por arte de magia y no se logra de una vez por todas. Es el fruto de un camino en el que toda generación está llamada a recorrer un tramo, leyendo los signos de los tiempos en los que vive”, ha añadido Francisco. “A nosotros nos ha tocado este periodo histórico, en el que las migraciones forzadas se han convertido en un signo de los tiempos, es más, el signo que nos llama a todos a hacer una elección de fondo: la elección entre la indiferencia y la fraternidad”.

El Papa ha manifestado en su catequesis que “necesitamos una mirada sobre el Mediterráneo que nos ayude a infundir esperanza en nuestra sociedad, y especialmente a las nuevas generaciones. El evento de Marsella nos ha planteado una mirada humana y esperanzada, capaz de referirlo todo al valor primario de la persona humana y de su dignidad inviolable. Y una mirada de esperanza que nos impulse a construir relaciones fraternas y de amistad social”.

“Un mundo más humano”

En este sentido, Francisco citó a san Pablo VI en su encíclica Populorum progressio, cuando alentó a promover “un mundo más humano para todos, en donde todos tengan que dar y recibir, sin que el progreso de los unos sea un obstáculo para el desarrollo de los otros” (n. 44).

Además, el Papa se refirió a la necesidad de “trabajar para que las personas, en plena dignidad, puedan elegir emigrar o no emigrar”, tal como ha informado Omnes. “Es el tema de la Jornada del Migrante y del Refugiado que acabamos de celebrar. En primer lugar, debemos comprometernos todos para que cada uno pueda vivir en paz, seguridad y prosperidad en el propio país de origen. Esto requiere conversión personal, solidaridad social y compromisos concretos por parte de los Gobiernos a nivel local e internacional”.

Y “en segundo lugar”, señaló el Romano Pontífice, para que los que no pueden permanecer en su patria, “se les asegure la seguridad durante el viaje y sean acogidos e integrados allí donde llegan”.

“Invierno demográfico” europeo

Al final de su alocución, Francisco se refirió a Europa. “Es necesario volver a dar esperanza a nuestras sociedades europeas, especialmente a las nuevas generaciones. De hecho, ¿cómo podemos acoger a los otros, si no tenemos nosotros antes un horizonte abierto al futuro? Los jóvenes pobres de esperanza, cerrados en los privados, preocupados por gestionar su precariedad, ¿cómo pueden abrirse al encuentro y al compartir?”, se preguntó.

El Santo Padre aludió a “nuestras sociedades enfermas de individualismo, de consumismo y de vacías evasiones”, que necesitan abrirse, oxigenar el alma y el espíritu, y entonces podrán leer la crisis como oportunidad y afrontarla de forma positiva”. 

“Pensemos, por ejemplo, en el invierno demográfico que afecta a algunas sociedades europeas”, añadió Francisco. “Esto no se superará con un “traslado” de inmigrantes, sino cuando nuestros hijos vuelvan a encontrar esperanza en el futuro y sean capaces de verla reflejada en los rostros de los hermanos venidos de lejos”.

Europa necesita “pasión y entusiasmo”

Éste fue su mensaje, y su agradecimiento: “Europa necesita volver a encontrar pasión y entusiasmo, y en Marsella puedo decir que los he encontrado: en su pastor, el cardenal Aveline, en los sacerdotes y en los consagrados, en los fieles laicos comprometidos en la caridad, en la educación, en el pueblo de Dios que ha demostrado gran calor en la misa en el Estadio Velódromo”. 

El Papa dió las gracias a todos ellos y al presidente de la República, Emmanuel Macron, “que con su presencia ha testimoniado la atención de toda Francia en el evento de Marsella. 

Pueda la Virgen, que los marselleses veneran como Notre Dame de la Garde, acompañar el camino de los pueblos del Mediterráneo, para que esta región se convierta en lo que desde siempre ha estado llamada a ser: un mosaico de civilización y de esperanza”, ha concluido el Santo Padre, que acudió también a santa María como Consuelo de los migrantes.

San Wenceslao, “gran testigo de la fe”

Esta mañana se ha producido una novedad en la Audiencia, pues a los idiomas habituales, se ha unido el checo, debido a la numerosa peregrinación de personas de este país. 

El Papa les saludó con estas palabras: “Saludo cordialmente a los peregrinos de la República Checa, llegados a Roma con ocasión de la fiesta de san Wenceslao; en particular saludo al coro de niños Ondášek. El ejemplo del principal patrono de la nación checa, que fue un gran testigo de la fe, os ayude a valorar vuestra herencia espiritual y a transmitirla a vuestros hijos. Os bendigo a vosotros y a vuestras familias. ¡Alabado sea Jesucristo!”.

El autorFrancisco Otamendi

Estados Unidos

Mes del Respeto a la Vida: Vivir la solidaridad radical

El presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la USCCB, publicó una declaración sobre el Mes del Respeto a la Vida. En ella hace un llamamiento a la "solidaridad radical" con las madres y los bebés necesitados.

Jennifer Elizabeth Terranova·27 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El 18 de septiembre de 2023, el obispo Michael B. Burbidge de Arlington, presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), publicó una declaración sobre el Mes del Respeto a la Vida: «Vivir la solidaridad radical». En ella, invita a todos los católicos a conmemorar el 50 aniversario del «Mes del Respeto a la Vida», y hace un llamamiento a la «solidaridad radical» con las madres y los bebés necesitados.

En 1973, el Tribunal Supremo legalizó el aborto en todo el país en el caso Roe contra Wade, y desde entonces, el mes de octubre ha sido reservado por los obispos de EE.UU. como «un tiempo para centrarse en la protección del precioso don de Dios de la vida humana». Mons. Burbidge recordó a los fieles que, aunque Roe v. Wade ha terminado, los católicos son demasiado conscientes de que el aborto continúa en la mayoría de los estados y «se promueve agresivamente a nivel federal». Pero todavía necesitamos desesperadamente «…muchas oraciones, sacrificios y buenas obras para transformar una cultura de muerte en una cultura de vida». Nos animó a seguir defendiendo y marchando, pero dijo que se necesita más, ya que «las leyes por sí solas» no acabarán con los horrores del aborto.

Acabar con el aborto legalizado es primordial y una prioridad absoluta; sin embargo, lo más inmediato que podemos hacer los católicos es «rodear a fondo a las madres necesitadas de apoyo vital y acompañamiento personal», escribió el obispo Burbidge. Este acompañamiento y ayuda pueden salvar a los bebés y a sus madres de los abortos.

En el documento, cita a san Juan Pablo II y cómo nuestro Santo Padre definió por primera vez la «solidaridad radical»: «Rechazando con firmeza el ‘pro-choice’ es necesario hacerse valientemente ‘pro-mujer’, promoviendo una elección verdaderamente a favor de la mujer… La única postura honesta, en estos casos, es la de la solidaridad radical con la mujer. No está bien dejarla sola».

También el Papa Francisco nos recuerda que la solidaridad no es «unos pocos actos esporádicos de generosidad. Supone la creación de una nueva mentalidad». Debemos anteponer las necesidades de las madres vulnerables y de los bebés por nacer a las nuestras, y esto es lo que significa ser «radicalmente solidarios» con las mujeres embarazadas o que crían a sus hijos con pocos o ningún recurso. Y debemos transformar nuestros propios corazones y poner el amor en acción. El Santo Padre dijo que esta nueva mentalidad significa «afrontar los desafíos fundamentales que llevan a una futura madre a creer que es incapaz de acoger al niño que Dios le ha confiado».

La declaración también sugiere que nos alineemos dentro de nuestras comunidades locales, diócesis, parroquias y escuelas en esfuerzos mutuos para perseguir políticas que correspondan a las necesidades emocionales, espirituales y de otro tipo de estas mujeres y niños. Además, el obispo Burbidge anima a los católicos a ir más allá del «status quo y salir de nuestras zonas de confort». Sabemos que siempre estamos mejor juntos que solos.

¿Cómo ayudar?

Walking with Moms in Need«, por ejemplo, es una iniciativa de ámbito nacional y parroquial, y es una forma excelente de ayudar a «transformar las parroquias en lugares de acogida, apoyo y asistencia para las madres embarazadas y con hijos que se enfrentan a dificultades». ¡Y las recompensas son celestiales!

Aunque muchos han sentido la «llamada» a servir a sus comunidades locales, se sienten abrumados por trabajos exigentes, responsabilidades familiares y los retos que supone ponerse en marcha. Afortunadamente, Dios Todopoderoso siempre encuentra la manera de que sus discípulos ejecuten su plan.

Tras asistir a una sesión informativa en su iglesia, Melissa, madre de tres niños pequeños y con trabajo, sintió «la llamada del Señor» cuando se ofreció voluntaria para ser la coordinadora del ministerio “Walking with Moms in Need”. Ahora, su parroquia organiza una vez al mes los «Días de Manos Arriba», que permiten a las familias necesitadas «comprar gratis» los artículos de primera necesidad que donan los feligreses.

Melissa es una inspiración para cualquiera que quiera ayudar. Dice: «Creo que durante demasiado tiempo nos hemos sentido cómodos dejando la labor de acompañar a las mujeres en situaciones de crisis -embarazadas o con hijos- a otros en los sectores sin ánimo de lucro y gubernamental. En el Evangelio está muy claro que este es nuestro trabajo: ¡el de todos nosotros!».

Sensibilización y oración

Hay un montón de recursos e información sobre cómo participar. En la página web de Actividades Pro-Vida de la USCCB, puedes elegir cómo quieres ayudar. Dos de los cuatro pilares que mencionan son la sensibilización y la oración. Sabemos que cuando llamamos, Él abre las puertas, así que apúntate a la «Novena de los 9 días por la vida». Se trata de una oración anual por la protección de la vida humana. La intención de cada día va acompañada de una breve reflexión, un consejo y una acción recomendada para «ayudar a construir una cultura de la vida».

Hay una letanía de desafíos para las mujeres embarazadas, pero muchas de las que contemplan el aborto tienen problemas financieros que pueden parecer insuperables y con demasiada frecuencia influyen en sus decisiones. Pero «Dios nos ha dado a cada uno dones particulares, y con esos dones, nos confía un papel y un deber dentro del Cuerpo de Cristo…. Si podemos aligerar la carga sólo un poco, qué diferencia podemos marcar: es literalmente de vida o muerte», escribió el obispo Burbidge.

Vaticano

21 nuevos cardenales para la Iglesia universal

Con el 9.º consistorio del Papa Francisco, que se celebrará el 30 de septiembre en el atrio de la basílica de San Pedro, el número de cardenales ascenderá a 241, de los cuales 137 serán electores en un futuro cónclave.

Giovanni Tridente·27 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Quedan pocos días para el noveno consistorio del Papa Francisco para la creación de nuevos cardenales, fijado para el 30 de septiembre, pocos días antes del inicio de la primera sesión del Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad.

Con las nuevas creaciones, el número de cardenales electores -que tendrán derecho a votar en un eventual cónclave por no tener aún 80 años- será de 137, mientras que los no electores (mayores de 80 años) ascenderán a 105, para un total de 241 cardenales. A finales de 2023, sin embargo, cinco cardenales cumplirán 80 años.

Los nuevos birretes serán entregados a 21 nuevos colaboradores del Pontífice, de diversas procedencias -principalmente territorios suburbanos- para representar «la universalidad de la Iglesia, que sigue anunciando el amor misericordioso de Dios a todos los hombres de la Tierra», explicó el Papa Francisco en el anuncio realizado a principios de julio.

El 30 de septiembre, por lo tanto, recibirán la dignidad cardenalicia el prefecto del Dicasterio para los Obispos, el estadounidense Robert Francis Prevost, que estuvo en tierras de misión en Hispanoamérica; el prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, el italiano Claudio Gugerotti, exnuncio en Ucrania de 2015 a 2020 y anteriormente en otros países de tradición cristiana oriental; el nuevo prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el argentino Víctor Manuel Fernández, reconocido teólogo muy cercano al Santo Padre, que dentro de la Conferencia Episcopal Argentina ha ocupado el cargo de presidente de la Comisión Fe y Cultura.

Francisco también ha decidido conceder la púrpura al nuncio apostólico suizo Emil Paul Tscherrig, con experiencia en varios países africanos, pero también en Corea del Sur y Mongolia, antes de pasar a los países nórdicos, a Argentina y finalmente a Italia; al nuncio francés Christophe Louis Georges Pierre, que tuvo su primer destino en 1977 en Wellington, en Nueva Zelanda, y después en Mozambique, Cuba, Haití, Uganda y Estados Unidos, entre otros países.

Recibirán también el birrete rojo el patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, italiano de Bérgamo, que se incorporó a la Custodia de Tierra Santa en 1999, ejerciendo también como vicario general del patriarca latino de Jerusalén para la pastoral de los católicos de lengua hebrea en Israel; el arzobispo de Ciudad del Cabo (Kaapstad), Stephen Brislin, nacido en Welkom en Sudáfrica en 1956 y hasta 2019 presidente de la Conferencia Episcopal Católica Sudafricana; el arzobispo de Córdoba en Argentina, Ángel Sixto Rossi, jesuita, experto en discernimiento espiritual de san Ignacio y predicador de numerosos ejercicios espirituales ignacianos a grupos de sacerdotes, religiosos y laicos.

Otros arzobispos que serán creados cardenales son el de Bogotá, Luis José Rueda Aparicio, originario de San Gil (Santander), elegido en 2021 presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana hasta 2024; el de Łódź, Grzegorz Ryś, nacido en Cracovia, que en 2019 introdujo el diaconado permanente en su archidiócesis y creó el Seminario Misionero Diocesano del Camino Neocatecumenal; el de Juba, Stephem Ameyu Mulla, nacido en Sudán en 1964 y doctorado por la Pontificia Universidad Urbaniana con una tesis sobre el diálogo religioso y la reconciliación en Sudán; los primeros años fue también rector del seminario de la capital.

Dignidad cardenalicia también para el actual arzobispo de Madrid, el andaluz José Cobo Cano, siempre al servicio pastoral de la capital de España, obispo auxiliar desde 2017 y anteriormente responsable del Secretariado para las Migraciones y de la Pastoral Social y Promoción Humana; para el arzobispo coadjutor de Tabora, en Tanzania, Protase Rugambwa, que en los últimos años fue primero secretario adjunto y después secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y presidente de las Obras Misionales Pontificias. Y para los obispos de Penang (Mali), Sebastian Francis; de Hong Kong, Stephen Chow Sau-yan, S. J.; de Ajaccio, monseñor François-Xavier Bustillo; el obispo auxiliar de Lisboa Américo Manuel Alves Aguiar y el rector mayor de los Salesianos, el sacerdote Ángel Fernández Artime.

El Papa Francisco también ha decidido añadir al Colegio Cardenalicio a dos arzobispos y un religioso que se han distinguido por su servicio a la Iglesia: el nuncio apostólico Agostino Marchetto, calificado por el Pontífice como «el mayor hermeneuta del Concilio Vaticano II»; el arzobispo emérito de Cumaná, Venezuela, Diego Rafael Padrón Sánchez; y el confesor del Santuario de Nuestra Señora de Pompeya de Buenos Aires, Luis Pascual Dri, OFM Cap.

Los nuevos cardenales estarán presentes junto al Santo Padre en la Misa de apertura del Sínodo de los Obispos, el 4 de octubre, a las 9.00 horas, en la Plaza de San Pedro. Inmediatamente después de la ceremonia de creación tendrán lugar las visitas de cortesía, con saludos individuales a los fieles.

El autorGiovanni Tridente

Vaticano

Giorgio Napolitano. Su relación con Benedicto XVI y Francisco 

Aunque no era creyente, Giorgio Napolitano siempre respetó a los pontífices de la Iglesia católica. Con Benedicto XVI y Francisco mantuvo una cordial relación.

Antonino Piccione·27 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El funeral de Estado de Giorgio napolitano se ha celebrado en una ceremonia laica, descansará en el cementerio no católico de Roma. Sin embargo, la relación de Giorgio Napolitano con los Papas y la fe merece ser explorada a la luz de su intensa y rica parábola personal, cultural, política e institucional. De la que sobresale la efigie de un laico respetuoso y de un interlocutor agudo y creíble con la Iglesia, huyendo de sectarismos ideológicos y de posturas anticlericales.

«Los sabios brillarán como el esplendor del firmamento; los que han conducido a muchos a la justicia brillarán como las estrellas para siempre». Esta es la frase tomada del libro bíblico de Daniel (capítulo 12, versículo 3), que el Card. Gianfranco Ravasi, dedicó al Presidente Emérito de la República Italiana durante la ceremonia del funeral de Estado en la Cámara de Diputados. Ravasi explicó que quería colocar una «flor» ideal en la tumba de Napolitano y que esta flor era la frase tomada de Daniel.

«Recuerdo con gratitud los encuentros personales que tuve con él, durante los cuales aprecié su humanidad y clarividencia para tomar decisiones importantes con rectitud». Al conocer la noticia del fallecimiento de Giorgio Napolitano, el Papa Francisco le había recordado con estas palabras escritas en un telegrama enviado a su esposa. 

Durante sus dos mandatos consecutivos como Presidente de la República Italiana -del 15 de mayo de 2006 al 14 de enero de 2015- Napolitano se reunió varias veces con Benedicto XVI y Francisco, estableciendo con los dos Pontífices significativas relaciones de estima y respeto recíprocos. Nunca dejó de transmitir a ambos la gratitud y el afecto del pueblo italiano por su servicio.

Su relación con Benedicto XVI

Según ha reconstruido en los últimos días L’Osservatore Romano, las relaciones entre el Papa Ratzinger y Napolitano comenzaron en 2006, cuando el Pontífice envió un mensaje de buenos deseos al recién elegido Jefe del Estado. Luego vino la visita oficial del presidente al Vaticano el 20 de noviembre de ese mismo año. Después, en el Ángelus de enero de 2007, Benedicto XVI correspondió a las expresiones de buenos deseos que el Presidente le había dirigido la víspera en su mensaje de fin de año.

El 17 de enero de 2008, después de que se impidiera al Papa Ratzinger visitar la Universidad La Sapienza de Roma, Napolitano escribió una carta al Pontífice en la que lamentaba lo ocurrido y calificaba de inadmisibles las «manifestaciones de intolerancia». 

El 4 de octubre de ese año, fiesta de San Francisco de Asís, el Papa correspondió a su visita al Vaticano de dos años antes visitando el Quirinal.

Ofreció una serie de conciertos en honor de Benedicto XVI con motivo del aniversario de su pontificado. También fueron significativos los mensajes que envió al Pontífice alemán con motivo de la Jornada Mundial de la Paz.

Y fue también con un artículo en «L’Osservatore Romano» que Napolitano renovó a Benedicto XVI, el 28 de febrero de 2013, «el saludo agradecido y afectuoso de los italianos», agradeciéndole su servicio en el Pontificado.

El vínculo entre ambos fue descrito de forma completa por el propio presidente en una entrevista concedida a nuestro periódico el 13 de julio de 2012. «Uno de los componentes más bellos que caracterizó mi experiencia fue precisamente la relación con Benedicto XVI», dijo Napolitano en la entrevista.

En este sentido, señaló que había descubierto junto al Papa Ratzinger «una gran afinidad, experimentamos un sentimiento de gran y mutuo respeto. Pero hay algo más, algo que ha tocado nuestras cuerdas humanas. Y por ello le estoy muy agradecido».

Napolitano y el Papa Francisco

También se estableció inmediatamente una importante relación con el Papa Francisco, jalonada de encuentros y mensajes de estima y apoyo mutuos. Sobre todo, el gesto del domingo 24 de septiembre, cuando el Papa visitó la cámara funeraria del presidente emérito instalada en la sala Nassiriya del Senado.

Francisco deseaba «expresar -como se indica en una nota distribuida a los periodistas- con su presencia y su oración, su afecto personal a él y a su familia, y honrar su gran servicio a Italia». Tras expresar sus condolencias a la viuda Clio Maria Bittoni y a los hijos de Giulio y Giovanni, el pontífice guardó unos minutos de silencio ante el cadáver.

La visita de Francisco concluyó con la firma del registro. El homenaje del Papa a Giorgio Napolitano fue una novedad absoluta en la historia de Italia. Fue la primera presencia de un pontífice en el Senado de la República. Con ocasión de su visita al Quirinal, el Papa Francisco le recordó la naturaleza de la misión que comparten: «gobernar realidades complejas en un continuo intento de unir».

El 5 de octubre de 2012 (Asís, diálogo entre creyentes y no creyentes), Napolitano reflexionó sobre su vida espiritual y su manera personal de argumentar la fe, haciendo suyas las palabras de Bobbio en De Senectute: «Cuando digo que no creo en la segunda vida […] no pretendo afirmar nada perentorio. Sólo quiero decir que las razones de la duda siempre me han parecido más convincentes que las de la certeza. Personalmente, tuve una educación religiosa, es decir, pasé toda mi adolescencia en los sacramentos y ritos de la religión católica, que era la religión de mi madre y la que se enseñaba en la escuela. Pero me desprendí, como decía Bobbio, de una práctica que no garantizaba por sí misma la respuesta a las preguntas «últimas», y me sumergí por completo en otra dimensión de la vida -política, cultural, institucional- que no implicaba plantearse esas preguntas. La verdadera cuestión es precisamente que no sentí la urgencia de esas preguntas ni siquiera durante mucho tiempo. Luego recibí estímulos de encuentros y conversaciones con personalidades de fe auténtica. Recuerdo, por ejemplo, la impresión que me causó La Pira […]. Uno puede cerrarse en la convicción, o en la constatación, de que no ha sido tocado por «una luz de gracia», y cerrar el discurso. En cambio, el discurso no debería terminar ahí».

El autorAntonino Piccione

Estados Unidos

Avanza el trabajo en la pastoral con los indígenas

A finales de septiembre se reunieron representantes de organizaciones indígenas católicas con miembros de las conferencias episcopales de Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. A lo largo de los días de trabajo se debatieron temas como la identidad católica en el entorno indígena, la evangelización, la educación, el racismo y la pobreza.

Paloma López Campos·26 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

A finales de septiembre se reunieron en Washington representantes de organizaciones indígenas católicas con miembros de las conferencias episcopales de Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Según explicó más tarde la USCCB, este encuentro fue una oportunidad de “diálogo, aprendizaje y confraternización para quienes trabajan con comunidades indígenas en la Iglesia católica”.

El objetivo de estas conversaciones fue la búsqueda de compromiso por parte de la Iglesia con las comunidades nativas. El presidente del Subcomité de Asuntos Nativos Americanos de la USCCB, el obispo Chad Zielinski, afirmó en un comunicado sobre el encuentro que “algunos de los temas que abordamos trataban de la historia que puede ser difícil y doloroso discutir, pero debemos estar dispuestos a afrontar estas cuestiones para que también podamos llevar un diálogo real y honesto que conduzca a la curación, y una mayor conciencia para que la historia no se repita”.

A lo largo de los días de trabajo se debatieron temas como la identidad católica en el entorno indígena, la evangelización, la educación, el racismo y la pobreza. Todo ello forma parte de un esfuerzo mayor que está realizando la conferencia episcopal estadounidense para diseñar un nuevo marco pastoral para el ministerio con los indígenas. Dicho marco se someterá a votación durante la sesión plenaria del próximo mes de noviembre.

Las comunidades indígenas en Estados Unidos

Según los datos que ofrece la USCCB, hay más de 340 parroquias en Estados Unidos que sirven a congregaciones predominantemente indígenas. La mayoría de las personas que atienden estas congregaciones son miembros de órdenes religiosas, si bien hay un mayor porcentaje de nativos americanos que son ministros laicos o diáconos.

A pesar de esto, todavía queda mucho por hacer en la Iglesia de Estados Unidos para lograr una pastoral eficaz con los indígenas. De entre todas las arquidiócesis y diócesis del país, solo un 30 % de ellas dispone de una oficina o de un programa específico para atender a los nativos americanos. Ahora bien, para poner este dato en perspectiva es importante resaltar que los indígenas suponen, aproximadamente, un 3,5 % de la población católica estadounidense, y tan solo un 20 % de los nativos americanos se considera católico.

En la página web de la conferencia episcopal se pueden encontrar muchos recursos y estudios acerca de los nativos americanos en Estados Unidos. Entre ellos, una historia detallada de la misión de la Iglesia con los indígenas, actividades para hacer con las familias y estadísticas que ayudan a comprender mejor la situación.

Cómo ayudar a un amigo que ya no quiere vivir

La ONU ha mostrado preocupación por el incremento de adolescentes que se quitan la vida. Se trata de un problema de salud pública que requiere atención inmediata.

26 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Adolfo es un joven de 19 años que acaba de perder a un amigo de la misma edad. La causa: suicidio.

Tan sólo el escuchar esta palabra se eriza la piel. Es una cruda realidad que estremece el alma. Adolfo y sus amigos están impactados con este acontecimiento para el que no encuentran explicación. Algunos de ellos han hablado de hacer algo al respecto y salir del dolor y la confusión con acciones concretas.

La ONU ha mostrado preocupación por el incremento en las cifras de adolescentes que se quitan la vida a nivel mundial. Se trata de un problema de salud pública que requiere atención inmediata.

Es imperante favorecer la salud mental. Los expertos recomiendan fortalecer los lazos familiares en el amor y la atención. Asimismo, desalientan el consumo y el uso de violencia y de los vicios en general. 

Debemos considerar que se han registrado casos de suicidio sin factores externos que pudieran detonarlos, pero debe saberse que 10 % de los adolescentes padecen depresión endógena y no se les da la atención y el tratamiento adecuados.  

¿Qué podemos hacer frente a esta realidad?

  • Prepararnos en el tema y tener a mano los teléfonos de ayuda profesional en nuestra ciudad o país. En Estados Unidos se puede marcar el 988. Platicar sobre el tema. Profundizar sobre el sentido y valor de la vida.  
  • ¡Sembrar ilusión! “La Ilusión no es el contenido de la felicidad pero sí su envoltorio”, afirma Julián Marías. Tener ilusiones es vivir hacia adelante mirando hacia el porvenir y en consecuencia tener metas. La ilusión llama al optimismo que es base fundamental para la salud mental
  • Provocar reuniones de amigos con fines altruistas, no convivencias con exceso de sensaciones, sino otras que alienten lo más noble que hay en sus corazones. Alegría y servicio son dos virtudes que deben protagonizar los ambientes juveniles.
  • Bajar el tiempo de consumo de pantallas y acceder a ellas sólo con fines específicos de estudio o de alimento positivo para la mente.
  • Es importante la ayuda profesional, pero lo es aún más la vida familiar en armonía. Cuando esto no se da, el grupo de amigos se convierte en factor fundamental de autoestima y autovaloración. Como amigos, estén mas pendientes unos de otros, dense tiempo, conversación y cariño. 
  • Buscar a Dios. Son muchos los que llenan las ansias del alma humana al encontrarse con un Dios bueno que les ama incondicionalmente. 

Nuestro mundo vive un ateísmo práctico que decepciona a jóvenes y adultos. ¡Es necesario volver a Dios! Empecemos a orar en familia y mostremos la belleza de la fe con nuestro ejemplo. 

El Papa Francisco en su exhortación apostólica “Amoris Laetitia”, nos instruye: 

Los padres que quieren acompañar la fe de sus hijos están atentos a sus cambios, porque saben que la experiencia espiritual no se impone sino que se propone a su libertad. Es fundamental que los hijos vean de una manera concreta que para sus padres la oración es realmente importante. Por eso los momentos de oración en familia y las expresiones de la piedad popular pueden tener mayor fuerza evangelizadora que todas las catequesis y que todos los discursos. Quiero expresar especialmente mi gratitud a todas las madres que oran incesantemente, como lo hacía Santa Mónica, por los hijos que se han alejado de Cristo. (Amoris Laetitia, 288).

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Vocaciones

Eliana y Paolo, fundadores de Via Pacis: «Le dijimos al Señor que se mostrara y no se hizo esperar»

Eliana y Paolo son, junto con el padre Domenico, los fundadores de la comunidad Via Pacis. Hoy trabajan como voluntarios en CHARIS, la realidad deseada por el Papa Francisco al servicio de la Renovación Carismática Católica.

Leticia Sánchez de León·26 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

Eliana y Paolo se casaron muy jóvenes: él tenía 25 años y ella 20. Creyentes pero no muy practicantes, con una fe -como ellos mismos lo dicen- un poco naif. Tras 5 años de matrimonio, dijeron a Dios: “Señor, si existes, ¡muéstrate!” y Dios se hizo notar de manera potente.

Tanto Eliana como Paolo, con pocas horas de diferencia, tuvieron una fuerte experiencia de Dios de la que nació la comunidad Via Pacis, junto con un sacerdote diocesano, el padre Domenico Pincelli. El 26 de junio esta realidad recibió el decreto definitivo del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida como Asociación Internacional de Fieles.

Eliana y Paolo fueron los máximos responsables de esta asociación hasta hace cuatro años, cuando sintieron la necesidad de dejar el liderazgo de la asociación a las nuevas generaciones

¿Cómo empezó esta aventura de fundar la comunidad Via Pacis?

[Paolo]: todo empezó hace 45 años, pero en aquel momento no sabíamos que era el comienzo de una comunidad. Empezamos a rezar con un sacerdote, el padre Domenico Pincelli (fallecido en 2003) y poco a poco se nos fueron uniendo otras personas. ¡Nunca hubiéramos pensado que con los años aquella pequeña realidad se convertiría en una realidad de derecho pontificio!

[Eliana]: Llevamos 50 años casados, ya lo estábamos antes de fundar la comunidad. No éramos personas muy practicantes, teníamos una fe un tanto ingenua, un poco superficial. En un momento muy significativo de nuestras vidas, dijimos: “Dios, si estás ahí, muéstrate”. La respuesta del Señor no se hizo esperar: vivimos una Pentecostés personal.

Es una experiencia difícil de explicar, como difícil de explicar es el momento en que uno se enamora. Es un impacto, es la fuerza del Espíritu que te invade, que te hace enamorarte de Dios, y dices: “Nuestra vida Señor, está en tus manos, haz con nosotros lo que quieras”. Y así empezamos a orientar nuestra vida al servicio de los hermanos, de la Palabra y de la evangelización.

Era algo que se veía por fuera. De hecho, los amigos que nos rodeaban preguntaban: «¿Qué os pasa?», y así pudimos contarles, testificar que Jesús estaba vivo y que le habíamos conocido.  No sabíamos lo que nos había pasado. Con el tiempo nos dimos cuenta de que había sido una efusión espontánea del Espíritu Santo con un efecto arrollador de alegría, una alegría que se te sale de la piel, que no te deja dormir, que te embriaga y te hace sentir hambre de Dios y de su Palabra.

[Paolo]: No sabíamos lo que había pasado, en absoluto. Lo comprendimos más tarde. Teníamos un deseo insaciable de leer la Biblia y nos pasó algo extraño: la Biblia, esa misma Biblia que antes habíamos intentado leer y que, a veces, nos resultaba oscura e incomprensible y que habíamos intentado comprender asistiendo a cursos de teología, ahora se iluminaba, ahora hablaba con claridad. Se produjo en nosotros el viaje más largo, el viaje de la mente al corazón. Empezamos a amar la Palabra, a hacer de ella el punto de referencia de nuestra vida. Y en cascada empezamos a amar a la Iglesia, la oración, los sacramentos, y a descubrir sobre todo el sacramento de la reconciliación. Y fue un poco como la experiencia de los primeros cristianos, con el Señor que iba llamando y «añadiendo a la comunidad».

[Eliana]: Además de esta experiencia del encuentro con Jesús, hubo otra relación fundamental en nuestras vidas: el encuentro con un sacerdote: el Padre Domenico Pincelli. Con él establecimos una relación profunda, afectuosa y de cuidado mutuo. Era un sacerdote mayor y muy diferente de nosotros, pero con un amor ardiente por Dios y un deseo profundo de vivir y morir por Él. Empezamos a reunirnos regularmente para rezar. Lo hacíamos en nuestra casa y ése fue nuestro hogar mientras los números lo permitieron. Entonces Pablo percibió del Señor que, para no perder lo que habíamos vivido y estábamos viviendo, era necesario que viviéramos en comunidad: «O hacemos comunidad o perdemos lo que hemos vivido». El primero en aceptar esta extraña y original llamada fue el propio Padre Domenico. En aquel momento él tenía 55 años, Paolo 33 y yo 28.

[Paolo]: Empezamos a vivir juntos. Pensándolo hoy, nos damos cuenta de que estábamos locos: un sacerdote viviendo con un matrimonio mucho más joven que él. Hoy nos damos cuenta de que, a menudo, la imprudencia es el motor de tantos abandonos. Así que empezamos una vida comunitaria: compartíamos nuestras vidas, nuestra casa, nuestro tiempo, nuestros dones, nuestro dinero, nuestros sueños. Fue una convivencia no siempre fácil, como se puede imaginar, pero fructífera, capaz de provocar una conversión continua y un deseo de mejorar.

Poco a poco se fueron acercando personas que querían vivir según nuestro estilo. Eso nos recordó de nuevo al evangelio: «Queremos ir con vosotros porque hemos visto que Dios está con vosotros». Era la Palabra de Dios la que nos guiaba. Otra frase fundamental del evangelio fue Ezequiel 3:1: «Traed todos los diezmos al tesoro del templo…». Esta Palabra nos atravesó; éramos conscientes de que el amor a Dios y el amor a los pobres van de la mano, y esa Palabra nos decía claramente qué y cómo hacer. Así, tomamos la decisión de entregar una décima parte de nuestros ingresos a los pobres. Esta elección nos dio y nos sigue dando mucha libertad y se ha extendido como un reguero de pólvora, en forma de proyectos de solidaridad por todo el mundo: escuelas, sanidad, comedores sociales, pozos, adopciones… Hoy estamos presentes en 18 países.

[Eliana]: Al mismo tiempo, fuimos descubriendo el carisma de la comunidad: el Señor nos pedía ser embajadores de reconciliación, es decir, buscar constantemente reconciliar nuestras relaciones con nosotros mismos, con los demás, con Dios y con la creación. Así pudimos descubrir el binomio reconciliación-perdón: la reconciliación como camino del perdón y el perdón como camino de la reconciliación. De hecho, la primera reconciliación -en nuestro vivir en comunidad- tuvo lugar entre los dos estados de vida que quizá siempre se han opuesto en la Iglesia: el matrimonio y el sacerdocio.

Oyéndoos hablar está claro que Dios os llamó a cambiar de vida. ¿Es eso la vocación?

[Eliana]: Nosotros no entendemos la vocación como algo místico, sino como algo muy concreto. Es un deseo profundo que encuentras dentro de ti. No algo en contra de tu voluntad, sino algo que deseas con todas tus fuerzas, que dirige y expande todas nuestras capacidades y potencialidades.

[Paolo]: Es con el tiempo, mirando hacia atrás, que comprendes que era una llamada de Dios. Es una atracción hacia Dios, pero que requiere nuestra parte de voluntad y perseverancia. La vida está hecha de altibajos, y es la perseverancia la que nos permite seguir adelante a pesar de las corrientes adversas. Así aprendemos a alabar siempre a Dios, a «pensar bien», a darnos cuenta de lo agradecidos y afortunados que nos tenemos que sentir, a vivir cada experiencia con la certeza de que «Todo contribuye al bien de los que aman a Dios». Es Dios quien llama y actúa, y nosotros respondemos en la vida cotidiana, que es el camino hacia la santidad. No es algo extraordinario: es en la fábrica, en la escuela, en la familia, en el taller, en la oficina donde nos santificamos.

¿Cómo se concreta la llamada al carisma de Via Pacis?

[Eliana]: Cuando empezamos la comunidad, éramos muy fiscales, y había una regla muy clara e igual para todos: una hora de oración al día, ayuno semanal, reconciliación semanal, reuniones comunitarias, servicio, diezmo, acompañamiento… Esos eran nuestros pilares. Luego, sobre todo en los últimos 10 o 15 años, se ha comprendido que los tiempos son muy distintos hoy que hace 50 años; se ha comprendido que no puede haber el mismo alimento para todos y que la regla de vida debe adaptarse a los tiempos, los lugares, el estado de vida, la cultura, el trabajo, la edad. Así que hemos establecido el «mínimo común denominador», que es lo que une a todos los miembros de Via Pacis en todas las partes del mundo y en todos los idiomas: el rezo de las laudes. También hay mucha libertad según la vocación de cada uno: el rosario, la misa, la adoración, el servicio a los pobres.

En la comunidad hay, por ejemplo, ancianos o jubilados que donan su tiempo para rezar por la comunidad y sus muchas necesidades. Su tarea es muy valiosa y forman el «núcleo duro» que sostiene a la comunidad. Es un poderoso medio de intercesión, al igual que el ayuno, que el Señor nos ha hecho descubrir desde el comienzo de esta aventura. Luego, muchas comunidades se ocupan de la adoración, de la escucha y de permanecer ante Dios en silencio. Para nosotros existen como «vasos comunicantes» tanto dentro de la comunidad como dentro de la Iglesia.

[Paolo]: También la formación ha sido siempre un aspecto importante en la comunidad, es decir, ser capaces de «dar razón de la esperanza” que hay en nosotros. Esto ha llevado a favorecer y fomentar la profundización en teología: cursos diocesanos, licencias, doctorados. Pero también a asistir a cursos para servir mejor: en las cárceles, en la escucha, en el acompañamiento personal, en situaciones matrimoniales difíciles, en la adquisición de competencias en la recaudación de fondos, en el servicio a los jóvenes, en la preparación al matrimonio. Estamos convencidos de que el bien hay que hacerlo bien y que no se improvisa. También debemos tener en cuenta el cambio de época que vivimos, que exige una apertura constante a las novedades del Espíritu, así como la necesidad de aprender nuevos lenguajes y nuevos paradigmas.

Esta forma de vida no está muy de moda. ¿Cómo se puede explicar esta forma de vida al mundo?

–[Paolo]: No hay que explicarla, hay que testimoniarla con la vida y en la vida. Con dos aspectos importantes: en primer lugar con la escucha de las personas, porque hoy nadie tiene tiempo para escuchar. Una escucha que reconozca al otro como importante para mí. El otro punto, coherente con nuestro carisma y con el punto anterior, es buscar continuamente la relación con las personas y, por tanto, el diálogo. El Papa Francisco habla mucho del arte del diálogo: es un arte saber escuchar y saber mirar a la persona, verla, escuchar sus necesidades, ser «amigo», tener empatía. Y en el diálogo y en la relación, ser un «buen espejo», es decir, reflejar lo bello y bueno que es la otra persona, convirtiéndonos así en sembradores de bien y esperanza. 

[Eliana]: hoy la gente necesita experimentar a Dios. No oír discursos sobre Dios. Por eso me parece urgente ser un medio y un puente para favorecer el encuentro personal con Dios. Nuestra forma de vivir y de ser debe hacer que la gente se cuestione y se fascine para poder decir «venid y veréis».

Los movimientos y las nuevas comunidades no son unos mejores que otros, todos son don de Dios. Y son diferentes para que cada uno encuentre su propia realidad según su carácter y sus gustos. El sello interior de haber encontrado lo que uno buscaba confusamente, es la experiencia de haber encontrado el hogar y, por fin, poder parar.

El autorLeticia Sánchez de León

América Latina

Chile acepta una propuesta a favor de la libertad religiosa

Las confesiones religiosas en Chile, representadas por el coordinador, monseñor Juan Ignacio González, presentaron una propuesta al Consejo que fue aprobada íntegramente por el pleno el 20 de septiembre de 2023.

Pablo Aguilera L.·25 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Consejo Constitucional de Chile es un órgano de 50 integrantes que tiene por único objeto discutir y aprobar una propuesta de texto de nueva Constitución. La ciudadanía eligió a sus integrantes en votación popular el 7 de mayo de 2023, y se eligieron igual número de mujeres que de hombres. Su trabajo comenzó el 7 de junio, y cada propuesta debe ser aprobada con 3/5 de los votos. El proyecto de nueva Constitución debe ser entregado el 7 de noviembre y sometido a plebiscito el 17 de diciembre.

Las confesiones religiosas en Chile, representadas por el coordinador, monseñor Juan Ignacio González, presentaron una propuesta al Consejo que fue aprobada íntegramente por el pleno de dicho Consejo el 20 de septiembre. El texto señala:

“El derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. Este derecho incluye la libertad de toda persona para adoptar la religión o las creencias de su elección, a vivir conforme a ellas, a transmitirlas, y a la objeción de conciencia individual e institucional. Se garantizará su ejercicio, debido respeto y protección.

a) Los padres, y en su caso los tutores, tienen derecho a educar a sus hijos y a elegir su educación religiosa, espiritual y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones. Las familias tienen el derecho de instituir proyectos educativos y las comunidades educativas a conservar la integridad e identidad de su respectivo proyecto de conformidad con sus convicciones morales y religiosas.

b) La libertad religiosa comprende, en su núcleo esencial, el libre ejercicio y expresión del culto, la libertad de profesar, conservar y cambiar de religión o creencias, la de manifestar, divulgar y enseñar la religión o las creencias, la celebración de los ritos y las prácticas, todo ello en público y en privado, individual y colectivamente, en cuanto que no se opongan a la moral, a las buenas costumbres o al orden público.

c) Las confesiones religiosas podrán erigir y conservar templos y sus dependencias. Aquellos destinados exclusivamente al servicio de un culto, estarán exentos de toda clase de contribuciones. Las iglesias, las confesiones y toda institución religiosa gozarán de la adecuada autonomía en su organización interna y para sus fines propios y podrán celebrarse acuerdos de cooperación con ellas.

d) Cualquier atentado contra templos y sus dependencias es contrario a la libertad religiosa”.

Monseñor González, obispo de San Bernardo, expresó su satisfacción por esta aprobación.

El autorPablo Aguilera L.

Cultura

La Catedral católica de Dresde. El mayor templo en una ciudad protestante

La Iglesia de la Corte es, desde 1980, la Catedral de la diócesis de Dresde-Meissen. En su interior alberga no solo una serie de tesoros artísticos, sino también las urnas de tres sacerdotes mártires.

José M. García Pelegrín·25 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Dresde, la actual capital del estado federado alemán de Sajonia, ha sido denominada la “Florencia del Elba” o la “Florencia alemana” desde principios del siglo XIX. Este sobrenombre se atribuye al escritor y filósofo Johann Gottfried Herder, quien lo utilizó en 1802 para referirse a las magníficas colecciones de arte, especialmente italiano, que alberga Dresde. Entre estas obras destaca la “Madonna sixtina” de Rafael (1512/1513).

El calificativo “Florencia del Elba” también se debe a la arquitectura de Dresde. Muchos de los edificios característicos, especialmente los del “barroco de Dresde”, fueron construidos bajo la influencia italiana, en particular florentina. Incluso la arquitectura de principios del siglo XIX en Dresde se inspiró en estos modelos.

La iglesia protestante “Frauenkirche” (“Iglesia de Nuestra Señora”), construida entre 1726 y 1743 según los planos de George Bähr, es un ejemplo emblemático. Fue el primer edificio al norte de los Alpes en tener una gran cúpula de piedra, similar a la de la catedral de Florencia.

Fue completamente destruida en los bombardeos de la noche del 13 al 14 de febrero de 1945; sus ruinas calcinadas sirvieron, durante la República Democrática Alemana, como monumento conmemorativo contra la guerra y la destrucción. Sin embargo, tras la extinción de la RDA, fue reconstruida entre 1994 y 2005, según los planos originales, con donativos procedentes de todo el mundo.

Junto al Palacio de Dresde, la residencia de los príncipes electores (1547-1806) y reyes (1806-1918) de Sajonia, construido en diversos estilos, desde el Románico hasta el Barroco, se encuentra la catedral de Dresde, que fue originariamente la Iglesia de la Corte (“Hofkirche”), nombre con el que se sigue conociendo actualmente.

Sajonia fue uno de los primeros territorios en adoptar la “Reforma” de Lutero: precisamente el príncipe elector Federico III –por sobrenombre Federico el Sabio, entre otras cosas por haber fundado la Universidad de Wittenberg– es conocido por haber sido uno de los principales mecenas de Martín Lutero, además del pintor Durero.

Sin embargo, Augusto “el Fuerte” se convirtió en 1697 al catolicismo para acceder al trono de Polonia, lo cual causó tensiones en la protestante Sajonia; por ello, practicaba discretamente la fe católica en la capilla de palacio y, al mismo tiempo, apoyó generosamente la construcción de la mencionada iglesia protestante Frauenkirche, como principal templo de Dresde.

La Iglesia de la Corte fue encargada por su hijo, el príncipe elector Federico Augusto, quien también se había convertido al catolicismo en 1712. Le sucedió en 1733 como Elector de Sajonia y en 1734 por elección también como Rey de Polonia (con el nombre de Augusto III). En 1736 se encargó la planificación de la iglesia al romano Gaetano Chiaveri, quien también trabajaba para el rey en Varsovia.

La Catedral de Dresde

La catedral actual se construyó entre 1739 y 1755, y fue consagrada el 29 de junio de 1751 por el nuncio apostólico en Polonia, el arzobispo Alberico Archinto, bajo el patrocinio de la Santísima Trinidad. Fue elevada al rango de concatedral en 1964 y se convirtió en la catedral de la diócesis de Dresde-Meissen en 1980, cuando la sede episcopal se trasladó de Bautzen a Dresde.

De este modo, la mayor iglesia de Dresde –cuya nave principal tiene 52 metros de longitud, 18 de ancho y 32 de alto, y cuya torre alcanza una altura de 86 metros– fue una iglesia católica en una ciudad de clara mayoría protestante. Hoy en día, los cristianos apenas representan un 20 por ciento de la población: un 15 por ciento de cristianos evangélicos y sólo un cinco por ciento de católicos.

Es un ejemplo destacado del barroco de Dresde. Es el único gran edificio real diseñado por un arquitecto extranjero, el mencionado Gaetano Chiaveri, y se inspiró en iglesias construidas por Francesco Borromini y la Capilla del Palacio de Versalles. La iglesia tiene tres naves y cuenta con un pasillo procesional de 3,50 metros de ancho que permite realizar procesiones, pues en la protestante Dresde no se podían hacer procesiones católicas al aire libre.

El interior de la catedral

El sencillo interior contrasta con la rica decoración exterior, con 78 figuras de santos de 3,50 m de altura esculpidas en arenisca (1738-46), obra de Lorenzo Mattielli, sobre la balaustrada que rodea toda la nave.

En el interior destaca, contrastando con el blanco de los muros, el altar mayor de mármol con adornos de bronce dorado, obra de los hermanos Aglio, que representa la Ascensión, de 10 metros de alto y 4,50 metros de ancho, obra del pintor de la corte de Dresde Anton Raphael Mengs. El cuadro, comenzado en Roma en 1752 y terminado en Madrid en 1761, llegó a Dresde en 1765.

Al igual que la “Frauenkirche”, también la Iglesia de la Corte sufrió graves desperfectos durante los bombardeos aéreos de febrero de 1945; las cubiertas y bóvedas se derrumbaron y los muros exteriores quedaron en parte completamente destruidos.

La reconstrucción se completó en 1965. Después de más de 50 años se llevaron a cabo, de marzo de 2020 a febrero de 2021, amplias obras de restauración.

Hoy en día, la nave lateral derecha se dedica a la Virgen María, con un altar que presenta una figura de la Virgen con una corona de ángeles, copia de la parte central del altar Mühlhausen de la catedral de Bamberg (realizado por Hermann Leitherer en 1987). En el muro posterior de la capilla se encuentra una escultura de Santa María Magdalena (Magdalena penitente) de Francesco Baratta.

Entre las capillas del ábside destaca la del Santísimo Sacramento –con un retablo sobre la institución de la Eucaristía: el original, realizado en 1752 por Louis de Silvestre, se perdió en 1945 y fue sustituido en 1984 por una recreación del pintor Gerhard Keil– y el de San Benno, en la capilla sureste, presidida por un retablo de Stefano Torelli, también de 1752, que representa al obispo Benno predicando la fe cristiana a los Sorbos, una minoría eslava en la diócesis de Dresde-Meissen. Del santo obispo se conserva una mitra, en un relicario sobre el altar, realizado en 1997 por Paul Brandenburg.

El altar de los mártires

Por último, en la nave izquierda se encuentra el altar de los mártires, que alberga las urnas de los tres mártires Alois Andritzki, Bernhard Wensch y Aloys Scholze. Sus cenizas fueron trasladadas en procesión desde el Antiguo Cementerio Católico el 5 de febrero de 2011. Alois Andritzki fue beatificado en una misa pontifical celebrada ante la catedral, el 13 de junio del mismo año.

En una tabla con las fotos de los tres mártires se dice: “Aquí descansan las urnas de tres sacerdotes mártires de la diócesis de Dresde-Meissen que murieron en el campo de concentración de Dachau”. Debajo de ellos se reproducen las fotografías de “los beatos mártires polacos decapitados en Dresde en 1942/43”.

Detalle de las fotos del altar de los mártires
Estados Unidos

Derral Eves: “Producir The Chosen no es sólo un trabajo; es una vocación”

Derral Eves es productor de la serie televisiva The Chosen. Junto con Dallas Jenkins, también guionista y director del proyecto audiovisual, se embarcó, en 2017, en una aventura profesinal y personal que ha tomado unas dimensiones inimaginables para sus propios creadores. El productor y su equipo, ayudados por las donaciones de miles de personas, han llevado la vida de Cristo y los Apóstoles a más de 175 países de todo el mundo. 

Maria José Atienza·25 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Licenciado en Relaciones Públicas y Publicidad, Derral Eves es una figura muy conocida en el mundo de YouTube. Su agencia ha gestionado la presencia en esta red de personalidades públicas y empresas como ABC, NBC y ESPN y ha trabajado para eventos como la SuperBowl. 

Conocedor profundo del mundo del marketing audiovisual, Eves está convencido de que toda su preparación profesional ha sido un camino para llegar a producir The Chosen

Esta serie sobre la vida de Cristo, los Apóstoles y las santas mujeres es, en la actualidad, un fenómeno global con más de 110 millones de espectadores en casi 200 países de todo el mundo. Actualmente, tienen planes para hacerla disponible en 600 idiomas. 

La serie sigue creciendo en popularidad, generando 6,5 millones de seguidores en las redes sociales y 35 millones de dólares en taquilla en estrenos especiales en salas de cine. 

Con tres temporadas completas disponibles, en estos momentos se encuentra en plena producción de las dos siguientes. En total son siete las temporadas que Eves y su equipo tienen previstas para esta gran producción, que ha roto los esquemas tradicionales de la industria del cine. 

¿Cómo llegó a involucrarse en un proyecto como The Chosen?

—Después de ver un cortometraje navideño que Dallas Jenkins hizo para su iglesia. Me conmovió profundamente y me impresionó la fuerza de la narración. Me di cuenta de que estaba hecho con muy bajo presupuesto, pero me conmovió realmente, así que me puse en contacto con Dallas. 

Nuestras conversaciones desembocaron en una visión compartida de lo que The Chosen podría llegar a ser. 

Reconocí el potencial de este proyecto y quise aportar mi experiencia en marketing en línea y desarrollo de audiencias para intentar garantizar su éxito.

Usted es un experto en YouTube. ¿Es el lenguaje audiovisual el medio clave en nuestra sociedad? 

–El lenguaje audiovisual se ha convertido en parte integrante de nuestra sociedad actual. No se trata sólo de entretenimiento; los contenidos audiovisuales desempeñan un papel vital en la educación, la comunicación, el marketing y la creación de comunidades.

La gente consume cada vez más información a través de vídeos, seminarios web y retransmisiones en directo, ya que estos medios ofrecen a menudo una forma más atractiva y accesible de entender temas complejos. 

Para organizaciones como la Iglesia católica, la utilización del lenguaje audiovisual puede ser una poderosa herramienta de divulgación, conexión con el público y transmisión de mensajes de forma impactante.

¿Cuáles siguen siendo los puntos más difíciles en la producción y el desarrollo de The Chosen?

—Gestionar el crecimiento de la serie de televisión The Chosen presenta un conjunto único de dificultades. A medida que la serie atrae más atención y aumenta el número de seguidores, resulta más difícil mantener la visión, los valores y la conexión con la comunidad que impulsaron su éxito.

Crecer puede ofrecer oportunidades interesantes, como llegar a nuevos públicos y expandirse a otros formatos. Sin embargo, también puede crear retos logísticos: Ampliar la producción, la relación con los sindicatos, la distribución, el marketing y el compromiso con la comunidad exigen una planificación y una ejecución cuidadosas. Y también, puede ser una lucha interna la tentación de tomar decisiones guiadas por intereses comerciales en lugar de por la misión principal de la serie.

Creo que el crecimiento de The Chosen no es sólo cuestión de ampliar su alcance, sino de hacerlo de forma que honre y preserve la integridad, el espíritu y la comunidad que definen la serie. 

Es un equilibrio delicado que requiere un liderazgo reflexivo y un compromiso con los principios que dieron vida al proyecto.

The Chosen ha roto los esquemas sobre crowdfunding audiovisual. ¿Cómo se explica este éxito?

—El éxito del crowdfunding para la serie de televisión The Chosen es sin duda un logro notable. 

Creo que este éxito se basa en varios factores clave:

Una fuerte conexión con la audiencia: The Chosen llega a un público específico que siente una profunda conexión con el contenido. Es más que entretenimiento; es un retrato de historias que muchos aprecian.

producción de calidad: Al mantener altos valores de producción y narración, la serie se ha ganado la confianza y admiración de sus espectadores. 

el equipo. The Chosen tenía una visión y una misión claras, y eso caló en la gente que quería formar parte de algo más grande. La serie no era un programa más, sino un movimiento.

uso eficaz de las redes sociales y el marketing: El uso de varias plataformas nos permitió conectar con posibles patrocinadores y seguidores y compartir nuestra visión y nuestro propósito. Esto creó una comunidad que se sintió implicada en el proyecto y nos ayudó a correr la voz.

transparencia y compromiso con los patrocinadores: Mantener a los patrocinadores en el bucle y hacerles sentir como una parte esencial del proyecto probablemente fomentó una mayor confianza y entusiasmo.

el momento oportuno: El momento de la campaña de crowdfunding también puede haber encajado bien con los intereses y necesidades actuales de la sociedad, haciendo que la serie fuera especialmente relevante y atractiva en ese momento.

La combinación de estos elementos nos permitió crear una exitosa campaña de crowdfunding que no sólo alcanzó nuestros objetivos, sino que los superó, lo que nos permitió producir una serie que ha marcado la vida de muchas personas.

¿Es el mensaje y la figura de Jesús más interesante de lo que a veces pensamos? ¿Cómo reciben este mensaje los no cristianos? 

—Ciertamente, el mensaje y la figura de Jesús trascienden las fronteras religiosas y han demostrado ser interesantes para una gran variedad de personas, incluidos los no cristianos. 

Las enseñanzas de Jesús suelen centrarse en temas como el amor, la compasión, el perdón y la justicia social. Son valores universales que resuenan en personas de diversos orígenes y creencias.

Además, tienen mucho interés histórico: Jesús es una figura histórica cuya vida y enseñanzas han tenido un profundo impacto en la civilización occidental. Los aspectos históricos de su vida pueden resultar fascinantes para muchos, independientemente de su afiliación religiosa o sistema de creencias.

La figura de Jesús ha sido representada y explorada en la literatura, el arte, la música y el cine, a menudo de forma atractiva para un amplio público durante siglos.

¿Qué significa, personalmente, formar parte de este proyecto?

—Participar en la serie de televisión The Chosen me ha cambiado la vida. La oportunidad de combinar mi experiencia profesional con mis profundas creencias y mi amor por Jesús ha transformado mi perspectiva de muchas maneras.

Cada día en este proyecto ha sido un viaje de fe, creatividad y conexión. Veo las historias de personas impactadas por la serie y sabemos que The Chosen está llegando a los corazones y las mentes de todo el mundo.

La colaboración con personas de tanto talento, todos unidos por una visión compartida, ha enriquecido mi comprensión de la narración, el arte y la humanidad. Pero más allá de eso, ha reafirmado mi fe y profundizado mi compromiso de utilizar los medios de comunicación como una fuerza para el bien y la inspiración.

Esto no es sólo un trabajo, ni siquiera el punto culminante de mi carrera; es una vocación a la que me siento privilegiado de haber respondido. 

El impacto de The Chosen no sólo se percibe en la vida de sus espectadores, sino también en la mía propia. Es un testimonio de lo que puede lograrse cuando la pasión, el propósito y la profesión se alinean, y estoy increíblemente agradecido de formar parte de ello.

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Mundo

El Papa en Marsella. La cultura del encuentro en la escuela de María

Han sido apenas tres jornadas, pero la visita del Papa Francisco a Marsella confirma la preocupación del pontífice por los migrantes y desplazados.

Henri-Louis Bottin / José Luis Domingo·24 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Marsella, ciudad mediterránea, ha vivido dos días excepcionales al acoger al Papa Francisco, primera visita papal desde hace casi 500 años. El Pontífice quiso participar en los “Encuentros del Mediterráneo” por invitación del cardenal Jean-Marc Aveline, arzobispo de la ciudad. También respondía a otra invitación de Francia, ya que el presidente Emmanuel Macron le había dicho previamente: «¡Es importante que vengas a Marsella!». Y así lo hizo.

Mirar con los ojos de Cristo

El mensaje central de la visita papal, el encuentro de los pueblos, se puso desde el primer momento en manos de la Virgen María, que preside el encuentro entre Jesús y los hombres. La «Buena Madre» de los marselleses, Notre-Dame de la Garde, fue venerada por el Papa Francisco a su llegada del aeropuerto el viernes por la tarde.

El Sumo Pontífice puso a los pies de la Virgen el motivo de su viaje apostólico. En la «oración mariana» que realizó con el clero diocesano en la basílica nos presentó el cruce de dos «miradas»: por un lado, «la de Jesús que acaricia al hombre», «de arriba abajo, no para juzgar sino para levantar a los que están abajo»; por otro, «la de los hombres y mujeres que se vuelven hacia Jesús», a imagen de María en las bodas de Caná.

Dirigiéndose a los sacerdotes de la diócesis, el Papa les animó a mirar a cada persona con los ojos de compasión de Jesús, y a presentar a Jesús las súplicas de nuestros hermanos y hermanas: un «intercambio de miradas». El sacerdote es a la vez instrumento de misericordia e instrumento de intercesión. El Papa presentaba así el marco de la reflexión teológica que iría desarrollando en los siguientes encuentros.

La ocasión de su visita fue el encuentro interreligioso que reunió a numerosos representantes de las principales religiones del Mediterráneo. Se reunió con ellos, en particular, delante de la estela erigida en memoria de los marineros y emigrantes desaparecidos en el mar. Recordó que no podemos acostumbrarnos a «considerar los naufragios como noticias de sucesos y las muertes en el mar como cifras: ¡no!, son nombres y apellidos, rostros e historias, vidas destrozadas y sueños rotos».

Tener una mirada humana y cristiana ante estos tristes acontecimientos es un requisito esencial para dar una respuesta política adecuada a la crisis migratoria que estamos viviendo. El Papa Francisco recordó a los cristianos que «Dios nos manda proteger» al huérfano, a la viuda y al extranjero, y que esto lleva necesariamente a la «hospitalidad».

El mar, «espejo del mundo»

El sábado por la mañana, el Papa Francisco se dirigió a los obispos y jóvenes de distintas religiones participantes a los Encuentros Mediterráneos en el Palacio del Faro. Contemplando las orillas francesas del Mediterráneo, entre Niza y Montpellier, dijo que le divertía ver allí «la sonrisa del Mediterráneo». A continuación, centró su intervención en tres símbolos que caracterizan a Marsella, a la que elogió como modelo de «integración» entre los pueblos: el mar, el puerto y el faro.

En su opinión, el mar es un «espejo del mundo», portador de «una vocación mundial de fraternidad, una vocación única y la única manera de prevenir y superar los conflictos». Es también un «laboratorio de paz», pero que, según el Papa, sufre una enfermedad que consiste no en el «aumento de los problemas», sino en la «disminución de los cuidados».

Marsella es también un puerto, y por tanto «una puerta al mar, a Francia y a Europa». A este respecto, recordando las palabras de San Pablo VI, insistió en los «tres deberes» de las naciones desarrolladas: solidaridad, justicia social y caridad universal. Al ver la «opulencia» a un lado del Mediterráneo y la «pobreza» al otro, el Papa concluyó: «la mare nostrum clama justicia».

Superar prejuicios

Por último, en el Palacio del Faro, el Papa Francisco habló de Marsella como de un «faro», animando a los jóvenes a superar «barreras» y «prejuicios», y a buscar en cambio el «enriquecimiento mutuo». En conclusión, el Romano Pontífice ha presentado la «encrucijada» ante la que se encuentran muchas naciones : «encuentro o confrontación».

El ha animado a todos a elegir el camino de «la integración de los pueblos», aunque esta integración, «incluso de los emigrantes», sea «difícil». En su opinión, la vía de la integración es la única posible, mientras que la de la «asimilación» es peligrosa: porque se basa en la ideología y conduce a la hostilidad y la intolerancia. El ha elogiado la ciudad de Marsella calificándola como modelo de integración.

Siguiendo el hilo conductor de su visita a Marsella, a saber, la oración a María, el Papa presidió finalmente una misa en el “templo del deporte” de la ciudad: el estadio Velódromo, sede del Olympique de Marsella y estadio de la Copa del Mundo de Rugby. Allí donde la selección francesa de rugby jugó contra Namibia el pasado jueves, se instaló la Virgen de la Guardia. Y de ella, de la Buena Madre de los marselleses, habló el Papa Francisco durante su homilía.

Retomando las palabras del Evangelio de la Visitación, y del salto de gozo de Juan Bautista en el seno de Isabel con ocasión del encuentro con la Virgen María, embarazada de Jesús, habló de dos «saltos de gozo»: «uno ante la vida» y «el otro ante el prójimo». «Dios es relación, y a menudo nos visita a través de encuentros humanos, cuando sabemos abrirnos a los demás».

En esta ocasión, el Papa condenó la indiferencia y la falta de pasión por los demás. Volvió a condenar «el individualismo, el egoísmo y las cerrazones que producen soledad y sufrimiento», citando como víctimas a las familias, los más débiles, los pobres, «los niños no nacidos», «los ancianos abandonados», etc.

Un viaje bajo el manto de la Virgen

El pueblo marsellés le dispensó una acogida particularmente calurosa y se sintió honrado de recibir la visita del Sumo Pontífice. Sobre todo, la gente se alegró de recibir a un Papa devoto de su “Buena Madre”. Muchos habitantes, incluso los que raramente visitan la basílica de Notre Dame de la Garde, quisieron verle pasar por las calles: al mostrar su cercanía a la Virgen, el Papa mostró su cercanía a los marselleses.

Autoridades políticas locales y nacionales de todo signo quisieron honrar con su presencia al Soberano Pontífice y a toda la Iglesia, al igual que grandes multitudes venidas de toda Francia, en un ambiente muy festivo. Antes de la misa en el Velódromo, un conocido humorista subió al escenario para explicar que, por una vez, ¡todo el estadio apoyaba al mismo equipo!

Francisco quiso claramente que su lucha por la justicia social y la defensa de la vida de los más débiles, especialmente los inmigrantes, se confiara a la intercesión de la Virgen María. Pero el Papa reconoció, sin ser ingenuo, que esta labor «es difícil», consciente de los retos que esperan a todos los que se dedican a ello. Francisco es decididamente de los que quieren conciliar posiciones antagónicas, y antes de partir para Roma, pidió a los marselleses sus oraciones, insistiendo: «¡Este trabajo no es fácil!”.

El autorHenri-Louis Bottin / José Luis Domingo

Vaticano

Derecho a no emigrar, y comunidades para integrar, dos llamadas de Francisco

Tras su llegada de Marsella, desde donde lanzó un mensaje a Europa de acogida e integración de migrantes, el Papa Francisco ha reiterado en el Ángelus de este domingo el derecho de las personas a no emigrar, y la importancia de crear comunidades listas para acoger, promover, acompañar e integrar a los que llaman a nuestras puertas.

Francisco Otamendi·24 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

“Hoy se celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, sobre el tema Libres de elegir, si migrar o quedarse, para recordar que emigrar debería ser una elección libre, y nunca la única posible”, ha comenzado diciendo el Santo Padre en el Ángelus

“El derecho de emigrar se ha transformado hoy, de hecho, en una obligación, mientras debería existir un derecho a no emigrar, para quedarse en la propia tierra. Es necesario que a cada hombre, a cada mujer, se le garantice la posibilidad de vivir una vida digna en la sociedad en la que se encuentra”, ha señalado el Papa. 

“Lamentablemente, miserias, guerras, crisis climáticas, obligan a tantas personas a huir. Por eso estamos todos llamados a crear comunidades listas para acoger y promover, acompañar e integrar a los que llaman a nuestras puertas”, alienta Francisco.

“Este desafío ha sido el centro de los Encuentros Mediterráneos los últimos días en Marsella, en cuya sesión conclusiva participé ayer, dirigiéndome a esa ciudad, encrucijada de pueblos y culturas”. 

Entre otros mensajes, el Papa Francisco animó en la ciudad francesa a participantes y autoridades a contribuir a hacer de la región mediterránea “el principio y el fundamento de la paz entre todas las naciones del mundo”.

Fraternidad y acogida en Europa

El Mediterráneo es un “espejo del mundo” y “lleva en sí mismo una vocación global de fraternidad, único camino para prevenir y superar los conflictos”, añadió el Santo Padre. Y luego, hay un grito de dolor que es el que más retumba de todos, y que está convirtiendo el mare nostrum en mare mortuum, el Mediterráneo de cuna de la civilización en tumba de la dignidad”. 

En la sesión conclusiva, el Papa se refirió a la “terrible lacra de la explotación de los seres humanos”, e indicó que  “la solución no es rechazar, sino garantizar, en la medida de las posibilidades de cada uno, un amplio número de entradas legales y regulares, sostenibles gracias a una acogida justa por parte del continente europeo, en el marco de la cooperación con los países de origen”. 

Parábola de los jornaleros, “Dios nos llama”

Antes del rezo del Ángelus, el Santo Padre ha comentado este domingo la parábola de los jornaleros que son llamados a distintas horas del día a trabajar en la viña, y el propietario les paga la misma retribución. 

Francisco ha afirmado que “la parábola es sorprendente”, y que podría parecer una injusticia, pero ha subrayado que el Señor nos quiere mostrar los criterios de Dios, que “no hace el cálculo de nuestros méritos, sino que nos ama como hijos”.

“Él paga a todos la misma moneda. Su amor”. “Dios sale a todas horas para llamarnos, salió desde el alba. Nos busca y nos espera siempre. Dios nos ama y basta”, ha señalado Francisco. 

“Así es Dios. No espera nuestros esfuerzos para venir a nosotros. Él toma la iniciativa, sale hacia nosotros para manifestarnos su amor a todas las horas del día que, como afirma san Gregorio Magno, representa todas las fases y estaciones de nuestra vida hasta la vejez”.

“Para su corazón, nunca es demasiado tarde. No lo olvidemos. Siempre nos busca. La justicia humana es dar a cada uno lo suyo, mientras la Justicia de Dios no mide el amor en la balanza de nuestros rendimientos y de nuestros fallos. Dios nos ama y basta. Lo hace porque somos hijos y con un amor incondicional, un amor gratuito”, ha resaltado el Romano Pontífice. 

“A veces corremos el riesgo de tener una relación mercantil con Dios, centrándonos más en nuestras propias bondades que en la generosidad de su gracia. También como Iglesia hemos de salir a todas las horas del día y tender los brazos a todos. Podemos sentirnos los primeros de la clase, sin pensar que Dios ama también a los más lejanos, con el mismo amor que tiene para nosotros”. 

“Por último ha preguntado, como hace habitualmente, si sabemos “salir hacia los demás” y si somos “generosos para dar comprensión y perdón como nos enseña Jesus y hace todos los días conmigo”. “Que la Virgen nos ayude a convertirnos a la medida de Dios, la de un amor sin medida”.

Vigilia Ecuménica de Oración el sábado

Al finalizar, el Papa ha agradecido su tarea a los obispos de la Conferencia Episcopal italiana, “que hacen de todo para ayudar a nuestros hermanos y hermanas emigrantes”, y ha saludado a los romanos y peregrinos de tantos países, en particular al seminario diocesano internacional Redemptoris Mater de Colonia, en Alemania, y al grupo de personas afectadas por la enfermedad rara llamada Ataxia, con sus familiares”.
Francisco ha invitado a participar en la Vigilia Ecuménica de Oración el sábado día 30 en la Plaza de San Pedro, en preparación de la Asamblea Sinodal que se iniciará el 4 de octubre, y ha recordado “a la martirizada Ucrania. Recemos por este pueblo que sufre tanto”, ha rogado el Papa.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

«Tutela Minorum» celebra su pleno: informe anual y avances en las Iglesias locales

La plenaria de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores se abrió con el testimonio del grupo de defensa de las víctimas LOUDfence, encarnado en Antonia Sobocki y Maggie Mathews.

Maria José Atienza·24 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Después de un año “convulso”, marcado por la renuncia de Hans Zollner SJ, la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores ha concluido su Asamblea Plenaria el 23 de septiembre. Los miembros de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores han centrado sus días en evaluar los progresos realizados en la aplicación de las tres áreas principales de su nuevo mandato, un año después de la renovación de sus miembros.

Las áreas en cuestión son “ayudar en la actualización e implementación de las directrices de salvaguardia en toda la Iglesia; ayudar en la aplicación del artículo 2 de Vos Estis Lux Mundi para garantizar la acogida y asistencia a aquellos que han sufrido abusos y preparar para el Santo Padre un Informe Anual sobre Políticas y Procedimientos de Salvaguardia en la Iglesia».

En relación a este último, la Comisión espera publicar a final del mes de septiembre un anteproyecto del Informe Anual, con vistas a publicar el primer Informe Anual en la primavera de 2024.

Avances en Iglesias particulares

Los miembros de la Comisión han revisado los resultados de la encuesta mundial sobre el Marco Universal de Directrices. Esta encuesta recibió más de 300 respuestas y 700 sugerencias y, a partir de estas ideas, la Comisión seguirá incorporando los comentarios hasta marzo de 2024.

Además de este documento, la comisión ha revisado los informes de las visitas Ad Limina y elaboró recomendaciones que se transmitirán a las respectivas iglesias locales y se publicarán en el Informe Anual. Durante este año, 13 conferencias episcopales han podido manifestar sus ideas y sugerencias a la comisión en las reuniones de sus visitas Ad Limina.

Ayuda a Iglesias con escasos recursos

Una de las claves de esta Plenaria ha sido el compromiso de la Iglesia en la salvaguarda de los menores. De hecho, para evitar que iglesias con escasos recursos no sean capaces de poner en práctica las normas y protocolos relacionados con la prevención, denuncia y sanación de casos de abuso, la Comisión supervisa un mecanismo de financiación patrocinado por donantes de la Iglesia que se han comprometido a proporcionar 2,5 millones de dólares en fondos para estas iglesias con escasos recursos. África es una de las zonas más deprimidas y, de hecho, veinte iglesias locales -entre conferencias episcopales y conferencias de religiosos- expresaron su deseo de acogerse al programa.

Justicia transicional y abusos a menores

Además de esto, la Plenaria escuchó una presentación del Dr. Davin Smolin, Profesor de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la Universidad de Samford, sobre la aplicabilidad del concepto de justicia transicional a la labor de la Iglesia en la lucha contra los abusos sexuales. En este sentido, la Comisión estudiará la manera de incorporar a su Informe Anual esta forma de abordar los abusos significativos contra los derechos humanos.

El Cardenal O’ Malley, presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores agradeció el «compromiso de un grupo tan dedicado de profesionales de la salvaguardia de todo el mundo” y manifestó su esperanza de que “la Comisión podrá ofrecer apoyo a todos los ámbitos de la vida de la Iglesia en los que las buenas prácticas de salvaguardia deberían convertirse en la norma».

Dios desposa a la mujer

La mujer estéril no solo es aquella que no puede tener hijos sino también aquella que siente que su vida no produce frutos, que todos sus esfuerzos son en vano, que su belleza y juventud desvanecen, que su tiempo de felicidad ha caducado.

24 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El autor del Cantar de los Cantares es un Dios que desposa a la mujer de la historia, quien la decora de joyas preciosas, y con delicada compasión sana sus heridas, la reconstruye y redime, hasta vestirla de una nueva dignidad y propósito de vida. Es Dios quien define Su relación con el pueblo escogido y con el pueblo redimido como la relación del Amado con Su Amada, de Yahvé con la Jerusalén de Su predilección, de la gallina que añora recoger a sus polluelos, del pastor al constante y absorbente cuidado de sus ovejas, del rabino que sienta en su regazo a los niños de la Galilea, y finalmente, del novio de la Parábola que reaparece como el Rey de Reyes quien se une a Su esposa, la Iglesia del Apocalipsis. 

¡Cuántos acentos varoniles y cuántas pinceladas femeninas son utilizados para redactar una historia de amor la cual se sigue escribiendo en la vida de cada convertida o seducida por el Señor! Al presentar casos de figuras bíblicas femeninas, aunque de tiempos pasados, espero que cada mujer de hoy, dentro de su idiosincrasia particular, lea parte de su propia historia presente. Y al estilo de un trabajo bordado que se entrelaza o desencadena, ojalá que cada una encuentre el hilo en común, es decir, aquel episodio semejante en todas las historias, el que nos caracteriza, empareja y humaniza a todas.

Isabel, prima de María y madre de Juan el Bautista

Al estilo de varias mujeres importantes del Antiguo Testamento como Sara, Raquel y Ana, Isabel representa la mujer estéril, aquella a quien la vida misteriosamente ha privado de las gracias y generosidades que por naturaleza le correspondería recibir: los dones de la fertilidad de la vida, de la maternidad garantizada, de la familia crecida o multiplicada, de sentir que la vida ha tenido propósitos y legados, y el dolor ha engendrado frutos. La esterilidad cruelmente es sinónima o figura de imposibilidad, de sentido de fracaso, abandono, injusticia, desierto, defecto o deficiencia. Una mujer estéril puede llegar a vivir el sentir de los desfavorecidos y desatendidos por el aparente silencio o indiferencia del autor de la vida, o la crueldad de la naturaleza. 

Pero la mujer estéril no solo es aquella que no puede tener hijos sino también aquella que siente que su vida no produce frutos, que todos sus esfuerzos son en vano, que su belleza y juventud desvanecen, que su tiempo de felicidad ha caducado. Así se siente aquella que con nostalgia divisa las bendiciones que otras aparentan gozar pero que por alguna razón, ella no ha merecido heredar porque la vida la sorprendió con el vacío, la ausencia y la soledad. 

Pero tanto Isabel como muchas de ellas, dentro de sus desánimos y cansancios, a pesar del desgaste emocional y espiritual que pueden producir largas jornadas de oraciones sin respuestas, no dejaron de creer y de seguir clamando. Creyeron en el Dios de los imposibles, en el Omnipotente e Impredecible quien es capaz de producir agua dejándola caer del cielo o moviendo los pozos profundos de la tierra. Siguieron clamando al Dios de Isaías (Isaías 43, 19, Isaías 44, 3) quien voluntariamente ofreció transformar los desiertos en praderas y hacer correr ríos sobre tierras áridas. Gritaron al Dios que promete recompensa y valora el esfuerzo del sacrificado (Isaías 49, 4). Estas mujeres que no dejan de clamar al todopoderoso saben que siempre Él será enternecido por un corazón humilde y le promete que no se irá vacía o despreciada de Su presencia. Y porque perseveran en la fe y no se dejan intimidar por las circunstancias de la vida, presentan su caso en la corte celestial ante el Juez de los humildes y desventurados hasta conseguir un fallo a su favor: serás madre de pocos o de muchos, física o espiritualmente porque tu vida producirá abundantes frutos. 

Grita de júbilo, oh tú que estabas estéril pues mira a los hijos de la abandonada, serán más numerosos que los de la favorecida (Isaías 54, 1). Con la mujer física o emocionalmente estéril que clama a Dios por sanación y transformación de vida, Dios firma un pacto de amor, provisión, cuidado, defensa, ternura y realización. Cuando antes imperaba la soledad, ahora ella vivirá constantemente bajo la atención y cuidado de un proveedor rico en misericordias; Yo asentaré tus muros sobre piedras preciosas y serán tus cimientos de zafiro y tus puertas de cristal. Todos tus hijos serán instruidos por Yahvé y grande será la felicidad de tu casa (Isaías 54, 11-13). 

Mientras más se tarda una respuesta de Dios es porque más elaborado será el milagro. Los ángeles necesitan más tiempo para ensamblarlo. Y mientras más llorada fue la oración, más grandioso será su propósito. Los hijos de las estériles fueron también quienes en las narraciones bíblicas, nacieron con grandes propósitos, unciones proféticas, destinos impresionantes; vidas necesarias e imprescindibles para la historia. Si te identificas con Isabel, cree, ora, grita y clama, y espera como ella, y también tú recibirás el milagro de la fertilidad de la vida en su manifestación física o espiritual. Dios se tarda pero en el ámbito de la eternidad, todavía está a tiempo para transformar realidades y en cualquier momento, sorprenderte con sus misericordias. Si por un momento te oculté mi rostro, con inmensa piedad y con amor que no tiene fin, me apiado de ti (Isaías 54, 8).

El autorMartha Reyes

Doctora en Psicología Clínica.

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Recursos

El trato con los sacerdotes

El autor aborda en este artículo algunos puntos de utilidad para el trato, tanto personal como a través de comunicaciones escritas, etc. con sacerdotes y personas consagradas.

Alejandro Vázquez-Dodero·24 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Entre los temas de interés de este breve artículo que con cierta periodicidad vengo escribiendo para Omnes, se me ocurría referirme al modo como tratamos a los sacerdotes, y en general a los consagrados.

Es algo que merece atención, la justa, pero la merece. Por ser quienes son, por representar a Quien representan –con mayúscula– pues es al Señor a quien se han consagrado y es a Él a quien quieren mostrar.

Nos referiremos al sacerdote secular, pero cuanto se exponga sería aplicable mutatis mutandis al religioso y, en general, a cualquier persona consagrada.

La condición, sagrada, del sacerdote

El sacerdote debe contar la cercanía, el cariño, la simpatía, de todo el mundo. Debe lograr un trato natural, sencillo, espontáneo. Pero al mismo tiempo debe saber que representa a Jesucristo, que es puente entre Dios y el hombre; y a esa causa, solo a esa, se debe.

Esto precisamente requiere prudencia, requiere evitar cualquier equívoco. Por parte de quien trata con un sacerdote debe haber siempre esa mirada no solo humana, pues, como decimos, tiene esa especial consideración por su condición sagrada. Por supuesto, como decíamos, que hay que mostrar afecto, cercanía, apertura, pero no es posible quedarse solo en eso ni solo en el plano humano.

La pregunta clave a formularse cuando tratamos con un sacerdote sería: “¿buscamos entonces a Cristo?”. Esa actitud dará forma al modo de tratarle, de mirarle, de presentarnos ante él, de quererle. La relación con el sacerdote siempre debe estar enfocada a un apoyo fraternal o guía espiritual, que es eso lo que aquél nos procurará.

Trato informal. ¿Sacerdote, monseñor, padre, cura…?

Ciertamente, según la cultura de que se trate, y según los tiempos, el trato con el sacerdote es uno u otro. Hay donde se le denomina sacerdote, tal cual, por ser su misión el trato de lo sagrado; y donde se le prefiere llamar cura –porque cura las heridas del alma dada su mediación entre Dios y el hombre–; o padre –al ejercer la paternidad espiritual de las almas que atiende–.

¿Y cómo saludarle informalmente? Lo propio sería el uso de términos como apreciado o estimado, según haríamos con cualquier persona que mereciera nuestro respeto y consideración.

En algunas zonas de Europa se acostumbra a usar el “don + nombre”. El uso de “padre + nombre” quizá sea más propio de países anglosajones o latino-americanos. Y ello por más joven que sea el sacerdote.

En el trato informal cabe tutearle, por supuesto, pero por lo anteriormente dicho cada uno debería hacer un ejercicio de consideración y determinar si ello preservaría la naturaleza o finalidad propia del trato con el sacerdote a la que ya hemos hecho mención.

Hay, sin embargo, quien prefiere tratar al sacerdote de usted y con expresiones no tan próximas, sin que ello implique distanciamiento o falta de naturalidad.

Obviamente la manera de presentarnos –que incluye la manera de vestir– y la comunicación gestual, deben tener presente la condición del sacerdote, que, según hemos referido, requiere el respeto que requiere.

En cuanto al trato de las mujeres con los sacerdotes, san Juan Pablo II, en su carta de 1995 a los sacerdotes, se refiere de este modo tan claro y elocuente, suficiente para nuestro propósito:

«Así pues, las dos dimensiones fundamentales de la relación entre la mujer y el sacerdote son las de madre y hermana. Si esta relación se desarrolla de modo sereno y maduro, la mujer no encontrará particulares dificultades en su trato con el sacerdote. Por ejemplo, no las encontrará al confesar las propias culpas en el sacramento de la Penitencia. Mucho menos las encontrará al emprender con los sacerdotes diversas actividades apostólicas. Cada sacerdote tiene pues la gran responsabilidad de desarrollar en sí mismo una auténtica actitud de hermano hacia la mujer, actitud que no admite ambigüedad. En esta perspectiva, el Apóstol recomienda al discípulo Timoteo tratar «a las ancianas, como a madres; a las jóvenes, como a hermanas, con toda pureza» (1 Tm 5, 2).

Se trata, en definitiva, como hemos subrayado ya, de encontrarse cómoda y naturalmente tratando con un sacerdote, sin olvidar jamás cuál es su condición, por representar a Quien representa, y cuál es su misión –única– derivada de su vocacional ministerial.

Trato formal -protocolario- en las comunicaciones escritas

De otro lado, para la comunicación escrita con un sacerdote habrá que acudir a las normas protocolarias –algunas escritas, otras no– y adaptarlas al caso concreto. Las cuales también dependen, como el trato informal, del lugar y del tiempo que se vive.

Si se trata de una carta muy formal, lo propio sería utilizar como saludo “reverendo padre + apellido”, o “estimado reverendo padre”. Pero, aun así, si se conoce suficientemente al sacerdote, puede usarse “estimado padre + apellido”.

Si la comunicación se dirige a un sacerdote de una orden religiosa, conviene añadir las siglas de la orden a la que pertenece –OFM, CJ, etc.– tras el nombre.

Si se dirige a un hermano o hermana, monje o monja, puede usarse la fórmula “hermano + primer nombre y apellido”, añadiendo las iniciales que designan su orden. Y si se trata del abad o superior, “reverendo + primer nombre y apellido”, añadiendo igualmente las letras que designan su orden como abad o superior.

En esos tres supuestos, en cuanto al modo de despedirse por escrito, hay diversas fórmulas, una de las cuales sería “atentamente, en el sagrado nombre de Cristo + el nombre del remitente”.

Al obispo se le trataría con la expresión “su excelencia el reverendo obispo + nombre y apellido + de la localidad o jurisdicción”. Y se le despediría con un “rogándole su bendición, quedo respetuosamente de usted + nombre del remitente”.

Al arzobispo se le dispensa el tratamiento de “su eminencia, el reverendo arzobispo + nombre y apellido, así como el nombre de la ciudad donde fue designado como arzobispo”. Igualmente, se le despediría pidiéndole su bendición.

Al cardenal se le trata de “su eminencia + nombre + cardenal + apellido”, y se le despediría pidiéndole su bendición, como en los anteriores supuestos.

Por último, al Papa se le trata de “su santidad”, “soberano pontífice” o “Papa” sin más. Se le despediría con una fórmula del tipo “tengo el honor de manifestarme a usted, Su Santidad, con el más profundo respeto y como su servidor más obediente y humilde”; aunque si no se es católico lo propio sería decirle un escueto “con el mejor de los deseos para Su Excelencia, quedo de usted + nombre del remitente”.

FirmasSantiago Leyra Curiá

Lecciones políticas de los antiguos

Del pensamiento de los antiguos queda la teoría de las formas políticas de la que habla Aristóteles: monarquía, aristocracia y democracia. Esas formas pueden degenerar en tiranía, oligarquía y demagogia.

24 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Del pensamiento de los antiguos queda la teoría de las formas de organización política de la que habla Aristóteles: monarquía (reside el poder en uno y lo utiliza para el bien de la comunidad), aristocracia (en una minoría que utiliza el poder para el bien de la comunidad) y democracia (en la mayoría del pueblo y utiliza el poder para el bien de la comunidad). Esas formas pueden degenerar: tiranía (el monarca usa el poder en beneficio propio, contra el bien de la comunidad); oligarquía (las minorías ejercen el poder en beneficio suyo, contra el bien de la comunidad); demagogia (la mayoría utiliza el poder en beneficio suyo contra el bien de la comunidad).

Polibio de Megalópolis

Polibio de Megalópolis observó un carácter cíclico en esas formas políticas que solía adoptar la polis: la monarquía solía degenerar en tiranía; a ésta se oponían los aristócratas que, a su vez, solían degenerar en oligarquía; a ésta se oponía el pueblo con la democracia que solía degenerar en demagogia y vuelta a empezar.

Pero Polibio vio que en Roma aquello no sucedía porque en su constitución se combinaban la monarquía (los cónsules), la aristocracia (el senado) y el pueblo (los comicios).

Álvaro D ‘Ors, en su Introducción a “Las leyes” de Cicerón, sintetiza el pensamiento de este autor así: “La constitución que Cicerón juzga perfecta en su “De republica”, y para la que viene a proponer sus leges, es, en realidad, la misma constitución republicana de Roma, sin las sombras que sobre ella proyectaba la realidad política de su época…”.

La virtud de aquella constitución estribaba, como ya había señalado Polibio – quien como forastero que era, quizá supiera juzgarla mejor que los mismos romanos, y, de hecho, empezaron éstos a apreciarla sobre las huellas del elogio polibiano-, en su carácter mixto…”.

También recuerda que, “dentro de la vida jurídica romana se imponía una distinción entre la lex, que contenía una decisión del populus romanus reunido en las asambleas comiciales, y el ius, que era aquello que se consideraba como justo según la autoridad de los prudentes (iuri consulti)”.

Las formas políticas actuales

Estas ideas ayudan a ver que los antiguos sabían cosas muy aprovechables: por ejemplo, que las organizaciones políticas actuales, en los mejores casos, independientemente de su denominación- se autodefinen como democracias y Estados de Derecho -, en realidad, son formas de gobierno mixtas. En cuanto a su Derecho, éste constituye una mezcla de la conciencia jurídica socialmente dominante en cada período, de los intereses de las élites de cada sociedad y de lo que queda en ella de las virtudes y valores profesados por antepasados relevantes.

José Orlandis, en su trabajo “Sobre los orígenes de la nación española”, recuerda que, con “la diócesis de las Españas”, creada por Diocleciano, hacia el año 300, se había iniciado cierta unidad orgánica superior en la que se integraron las provincias hispánicas del Imperio romano.

Pero el período decisivo para la formación de España fueron los siglos VI y VII y el agente que aglutinó a los elementos dispersos y les dio conciencia unitaria de patria y nación fue un pueblo germánico…, el pueblo visigodo, según había afirmado ya el historiador catalán Ramón de Abadal. Fue esa la España a la que san Isidoro dedicó sus célebres Laudes: “Tú eres la más hermosa de todas las tierras que se extienden desde el Occidente hasta la India, ¡oh, España, madre sagrada y feliz de príncipes y de pueblos!”. Esa España isidoriana era el gran reino occidental del siglo VII, la única potencia mediterránea digna de compararse con el imperio bizantino.

El sistema monárquico visigodo fracasó en la práctica pues faltó una realeza dinástica ampliamente reconocida y respetada. La sabiduría escriturística de los padres eclesiásticos hispanos, tratando de dar prestigio a la monarquía visigoda, halló un precedente ideal en los monarcas bíblicos del reino de Israel, en la figura del rey ungido de Dios.

Los monarcas visigodos fueron así los primeros reyes ungidos de occidente. Pero esa legitimidad sacral no evitaba la lucha por el poder entre los clanes políticos y familiares. El enfrentamiento entre las parentelas de Chindasvinto y Wamba marcó su impronta en las cuatro últimas décadas de vida de la España visigoda y acabó por precipitar la destrucción de esa monarquía. La experiencia aconsejaría para el futuro que el sistema monárquico fuese hereditario y estuviese dotado de un sistema y un procedimiento de sucesión preciso.

Charles Louis de Secondat

Charles Louis de Secondat, barón de Montesquieu (1689/1755) fue educado en una escuela católica, hizo la carrera de Derecho en Burdeos y París y se casó con una mujer francesa y protestante. En 1728 emprendió viajes por Austria, Hungría, Italia, sur de Alemania y Rumanía; y en 1729 partió para Londres donde permaneció unos dos años.

Gran aficionado a la historia es escritor de lenguaje claro. Próximo a la mentalidad de los ilustrados no compartió con éstos la idea del progreso humano constante. Reconoció gran importancia a las costumbres por lo que su visión racionalista es muy matizada. Publicó en 1734 sus “Consideraciones sobre las causas de la grandeza y decadencia de los romanos”.

En 1748 publicó en Ginebra “El espíritu de las leyes”, libro en que dejó escrito que “si la potestad ejecutiva fuera confiada a un cierto número de personas sacadas del cuerpo legislativo no habría ya libertad porque los dos poderes estarían unidos, ya que las mismas personas tendrían a veces, y podrían siempre tener, parte la una en la otra”.

En este libro dice también que los hombres pueden hacer la historia, que no consiste en un curso inexorable y fatal, sino que deviene inteligible por medio de las leyes. Para Montesquieu, las leyes ideales se fundamentarían en la igualdad natural de los hombres y promoverían la solidaridad entre ellos.

En un estado existen tres poderes: el legislativo, el ejecutivo y el judicial. Estos poderes encarnan, respectivamente, como en la doctrina clásica de la forma mixta de gobierno, las tres fuerzas sociales: pueblo, monarquía y aristocracia. Hay libertad cuando el poder contiene al poder. Por eso, los tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial no deben hallarse concentrados en las mismas manos. Ningún poder debe ser ilimitado.

Las formas políticas en Montesquieu

La descentralización ocupa también un lugar destacado en el pensamiento de Montesquieu: los cuerpos intermedios, como las provincias, los municipios o la nobleza, en cuanto posean poderes propios –no delegados- constituyen un freno al poder central, especialmente en los estados con forma monárquica de gobierno.

En cuanto a las formas de gobierno, estableció una correlación entre las condiciones psicológicas de cada pueblo y las distintas formas de gobierno que él distingue:

a) La república existe donde prevalece la virtud, especialmente el desinterés y la austeridad, y en los países fríos donde las pasiones son poco ardientes. Se basa en la igualdad. Puede ser aristocrática si gobierna con cierto número de personas movidas por la moderación y puede ser democrática si el poder lo ejerce el conjunto de los ciudadanos. Esta forma de gobierno puede prosperar en estados de extensión territorial pequeña.

b) La monarquía es el gobierno de uno solo según leyes fundamentales que se ejercen gracias a poderes intermedios. Prevalece donde abunda el sentimiento del honor o conciencia de derechos y deberes conforme al rango de cada uno y el amor a las distinciones sociales. Prevalece en países templados. Se funda en las diferencias y desigualdades libremente aceptadas. Es la forma de gobierno más adecuada para estados de extensión territorial media.

c) El gobierno despótico es aquel en que manda uno solo caprichosamente, sin atenerse a las leyes. Su principio es el temor e implica la igualdad de todos por debajo del déspota. Es la forma de gobierno más adecuada para un imperio de gran extensión territorial.

El autorSantiago Leyra Curiá

Académico correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España.

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