Cultura

 Los demonios, de F.M. Dostoyevski. Un viaje a la «solidaridad» moral

Las ideas de Dostoyevski se encarnan en la literatura y nos invitan a reflexionar sobre cómo plantear la conversación con muchas de las actitudes de nuestro tiempo.

Juan Ignacio Izquierdo Hübner·9 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Lo encontraron flotando en el Reservorio de Moscú, atado y con cinco balazos en el cuerpo. Se trataba de un estudiante que pertenecía a una célula terrorista: cinco de sus compañeros lo habían asesinado por temor a que los delatase.

Dostoyevski se enteró de los eventos en Dresde, y juzgó que el caso escondía un problema más profundo: la juventud rusa estaba siendo acechada por la tentación del nihilismo y la pérdida de valores… 

En la novela Los demonios (1871) acompañamos a Dostoyevski por un viaje espiritual, es algo así como un tour de voces que producen distintas clases de escalofrío.

Los personajes son hiperbólicos y, a la vez, los podemos reconocer en el interior de nuestro corazón. Por eso, conociendo a unos y otros nos vamos conociendo mejor también a nosotros mismos: redescubrimos que somos capaces de comportarnos como ángeles o como demonios.

La relación entre la extensión y el ritmo de la historia me hacen pensar en un resorte más bien rígido. En las primeras 300 páginas, el autor comprime el espiral para presentarnos a los personajes y el ambiente de provincia en que se mueven.

La paciencia del lector es probada, pero una vez que el resorte se ha aplastado del todo, entonces explota la acción y te das cuenta de que esa inversión inicial valió totalmente la pena. Las páginas fluyen, los crímenes se suceden y, sin darte cuenta, has terminado de leer el libro… y has cambiado para siempre. 

¿Cómo consigue este efecto? El siglo XIX fue testigo del desarrollo de la narrativa polifónica en la novela, es decir, las líneas argumentativas que evolucionan simultáneamente. 

Los demonios es un ejemplo del uso de este recurso. Si nos fijamos bien, esta novela podría haberse dividido en tres. Según el esquema que hace Milan Kundera, podríamos mencionar: “1) la novela irónica del amor entre la vieja Stavroguin y Stepan Verjovenski; 2) la novela romántica de Stavroguin y sus relaciones amorosas; 3) la novela política de un grupo revolucionario”.

Lo que une estas tres historias son los personajes y las interacciones que tienen entre sí: eso da cohesión a la obra y multiplica su fuerza expresiva. 

Dostoyevski creía que los hombres estamos mucho más unidos entre nosotros de lo que pensamos: de algún modo todos los rusos de su época eran culpables del asesinato de Ivanov. Pero ese concepto de solidaridad moral ha perdido entre nosotros mucho de su significado y nos resulta difícil no estimarlo como una exageración.

¿Cómo entenderlo?, ¿será que necesitamos ser más comprometidos con los éxitos y las desgracias de los demás y no nos hemos dado cuenta? Se me ocurre la imagen del atleta que rompe un récord de velocidad; cuando eso ocurre, todos nos alegramos de que nuestra especie haya superado ese límite, ¿por qué? Quizá sentimos que de algún modo también fui yo quien cortó esa cinta. Veamos un caso más sobrecogedor: cuando el Hijo de Dios se hizo hombre, toda la especie humana subió un nuevo escalón de la historia. De pronto nuestra naturaleza humana tenía acceso a la amistad con Dios.

Ahora bien, por abajo, los escalones que conducen a la zona de lo terrible parecen no tener fondo. Las ideas de unos y las negligencias de otros influyen en los delitos de los de más allá. A la vez, y ésta es la paradoja, cada ser humano es libre y responsable de sus propios actos.

Las ideas de Dostoyevski se encarnan en la literatura y nos invitan a reflexionar sobre cómo plantear la conversación con los ateos de nuestra época. Si Dios no existe, ¿qué autoridad tiene un capitán?, ¿es coherente que el ateo piense en suicidarse?

Por otro lado, si Dios existe, ¿cuánto nos asombra el hecho de que podamos amarlo eternamente? En esta novela los personajes enfrentan preguntas extremas y llevan sus personalidades a límites que colindan con la locura.

Gracias a ese poderoso esfuerzo podemos aprender de psicología y disfrutar del más puro entretenimiento. 

El autorJuan Ignacio Izquierdo Hübner

Vaticano

“¡Que ataques y armas se detengan en Israel y Palestina!”, ruega el Papa

El Santo Padre Francisco ha rezado esta mañana, tras el rezo del Ángelus, por la paz en Israel y Palestina, y en Ucrania y “tantos países del mundo marcados por guerras y conflictos”. También ha invitado a “dar gracias”, porque “la ingratitud genera violencia, mientras un simple gracias puede restablecer la paz”, ha manifestado.

Francisco Otamendi·8 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa ha señalado en este domingo de octubre, XXVII del tiempo ordinario, que sigue “con aprensión y dolor lo que está sucediendo en Israel, donde la violencia ha estallado aún más fuertemente, provocando cientos de muertos y heridos”, y ha expresado “su cercanía a las familias de las víctimas; rezo por ellos y por todos los que están viviendo horas de terror y de angustia”. 

“Que los ataques y las armas se detengan, por favor, y que se comprenda que el terrorismo y la guerra no llevan a ninguna solución, sino solo a la muerte, al sufrimiento de tantos inocentes. La guerra es una derrota, toda guerra es una derrota, recemos por la paz en Israel y Palestina”, ha clamado el Papa.

“En este mes de octubre, dedicado no sólo a las misiones sino también a la oración del Rosario, no nos cansemos de invocar, por la intercesión de María, el don de la paz en tantos países del mundo marcados por guerras y conflictos”, ha alentado Francisco, que recordó también en el Ángelus “a la querida Ucrania, que sufre a diario tan martirizada”.

Rosarios por el Sínodo

El Pontífice se ha referido asimismo a los trabajos del Sínodo, y ha agradecido a “todos los que siguen, y sobre todo acompañan con la oración el Sìnodo en curso, acontecimiento eclesial de escucha, de compartir y de comunión fraterna en el Espíritu. Invito a todos a confiar sus trabajos al Espíritu Santo”.

Precisamente ayer sábado, memoria de la Santísima Virgen del Rosario, el cardenal Mario Grech, Secretario General del Sínodo, presidió la primera edición del rosario con antorchas que tendrá lugar cada sábado de octubre por la tarde en la Plaza de San Pedro, una iniciativa a cargo de la Basílica vaticana. Las meditaciones del cardenal Grech de ayer versaron sobre los misterios gozosos del Rosario.

“La ingratitud genera violencia”.

Pocos minutos antes, en la reflexión previa al rezo del Ángelus, el Papa se había referido al agradecimiento, a raíz de la parábola del dueño de la viña, y los labradores que matan al hijo del dueño que va a pedirles cuenta. Francisco ha calificado la parábola como “dramática con un final triste”.

“El propietario de la viña hizo todo bien, con amor (..). La vendimia debería haber concluido felizmente”. Sin embargo, “en la mente de los viñadores se insinúan pensamientos ingratos y ávidos”, en lugar del agradecimiento. “La ingratitud alimenta la avidez, y crece en ellos un sentimiento progresivo de rebelión que los lleva a sentirse acreedores en vez de deudores”.  

Cuando no se vive “con la alegría de sentirse amado y salvado, sino con la triste ilusión de no tener necesidad de amor ni de salvación, uno se encuentra prisionero de su propia codicia, de la necesidad de tener más que los demás, de querer estar por encima de los demás”, ha añadido el Santo Padre. Entonces surge la violencia, “porque la ingratitud genera violencia, nos quita la paz, mientras que “un simple gracias puede restablecer la paz”.

“¿Sé decir gracias, permiso, perdón?”

Como es habitual, Francisco ha formulado algunas preguntas para el examen. Entre otras, “¿me doy cuenta de que he recibido la vida como un don y de que yo mismo, yo misma, soy un don?; “creo que todo comienza por la gracia del Señor?”; “¿sé decir gracias?”. “Gracias, permiso y por favor, son “secretos de la convivencia humana”. ¿Sé pronunciar estas tres pequeñas palabras?”; “¿sé no ser invasivo?”, ha preguntado.

Finalmente, el Papa ha acudido a la Virgen María, “cuya alma engrandece al Señor”, para “nos ayude a hacer de la gratitud la luz que surge cada día del corazón”.

El autorFrancisco Otamendi

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Vaticano

Card. Ouellet recuerda la urgencia de redescubrir las vocaciones para una Iglesia misionera

El Vaticano prepara ya el Congreso "Hombre-mujer, imagen de Dios. Por una antropología de las vocaciones", que se celebrará el próximo marzo.

Giovanni Tridente·8 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

«Una Iglesia sinodal que quiere vocaciones tiene el deber de ser acogedora con todos los miembros de la sociedad, pero no puede construir su testimonio sobre arena, por lo que debe apoyarse en una antropología firmemente anclada en la Palabra de Dios».

Esta es la reflexión que el cardenal Marc Ouellet, Prefecto emérito del Dicasterio para los Obispos, pronuncia al día siguiente del inicio de la primera sesión de la Asamblea General del Sínodo de los Obispos que se celebra en estas semanas, de la que es miembro por nombramiento pontificio.

La ocasión es el próximo Congreso sobre las vocaciones que organiza para los días 1 y 2 de marzo en el Vaticano, sobre el tema «Hombre-mujer, imagen de Dios. Por una antropología de las vocaciones», junto con el Centro de Investigación y Antropología de las Vocaciones (CRAV). Esta iniciativa es la continuación natural del anterior Simposio dirigido por el propio Cardenal en febrero de 2022 sobre la «Teología fundamental del sacerdocio«. En estos días se han publicado las Actas de aquellas jornadas, en dos volúmenes y seis idiomas, que Ouellet considera la «mayor puesta al día sobre el tema del sacerdocio desde el Concilio Vaticano II».

Antropología y Palabra de Dios

En una entrevista concedida a Vatican News, el Prefecto emérito del Dicasterio para los Obispos subraya la urgencia de una participación más activa de los fieles en la vida de la Iglesia, para generar «una comunión eclesial más profunda que incida en la misión», como pretende reflejar el actual Sínodo. Pero para llegar a esta toma de conciencia, es imprescindible cubrir los fundamentos de la antropología cristiana «que permiten construir todas las vocaciones sobre la Palabra de Dios», sobre todo teniendo en cuenta los desafíos que plantea el mundo contemporáneo.

«La experiencia común de nuestras sociedades secularizadas es la soledad, el individualismo, el consumismo excesivo, las múltiples adicciones, los suicidios, etc.», explica Ouellet a Vatican News, «fenómenos que encuentran sus raíces en la crisis de la familia, la desaparición de puntos de referencia válidos, la indiferencia globalizada, las ideologías y la crisis generalizada de la esperanza».

Razones para vivir

Por tanto, hay que volver a poner en marcha todas aquellas oportunidades que puedan proporcionar «puntos de referencia sobre la vocación humana», junto con razones «para vivir y también para sufrir al servicio del Amor». «La visión cristiana del hombre y de la mujer promueve, pues, el don de sí como camino de felicidad, la autorrealización en el servicio y la comunión con los demás, en un horizonte de solidaridad y fraternidad con toda la humanidad», añadió el Prefecto Emérito del Dicasterio para los Obispos.

El formato de las jornadas de reflexión sobre la vocación será académico y científico, con la presencia de estudiosos y expertos internacionales, pero están abiertas a todos. En concreto, pretenden ofrecer «una visión muy actual para educadores y formadores en todos los ámbitos de la formación cristiana, incluidas, por supuesto, las familias».

Tendrán lugar en el Aula del Sínodo del Vaticano. En el anterior Simposio sobre el sacerdocio participaron unas 700 personas.

CRAV

El Centro de Investigación y Antropología de las Vocaciones, independiente de la Santa Sede, fue fundado en el noviembre de 2020 por el Cardenal Ouellet con el apoyo de un fuerte consejo científico internacional.

Su finalidad es promover y apoyar cualquier acción de investigación en ciencias sociales sobre vocaciones dentro de la sociedad en sentido amplio y en todas sus ramas, ya sean instituciones laicas o religiosas.

Ubicado en Francia, el Centro de Investigación lleva a cabo actividades de investigación académica internacional, organiza eventos con el fin tanto de nutrir esta investigación como de difundir sus resultados, formar o incluso asegurar publicaciones.

Cultura

Nuestra Señora de Champion, la aparición de la Virgen en Estados Unidos

La única aparición aprobada por la Iglesia en Estados Unidos tuvo lugar en Wisconsin en el siglo XIX. Desde entonces, muchos fieles se acercan a la zona de Champion para recibir las gracias de la Virgen María.

Paloma López Campos·8 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

A mitad del siglo XIX, la Virgen María se apareció a una inmigrante belga llamada Adele Brise. En ese momento comenzó a labrarse la historia de Nuestra Señora de Champion. Adele se había trasladado a Estados Unidos con sus padres y llevaba años deseando dedicarse a la educación de los niños.

Un día mientras caminaba se encontró con una mujer vestida de blanco. Durante este encuentro no se cruzaron palabra alguna, pero Adele se asustó. Tras hablar con sus padres, llegó a la conclusión de que se le había aparecido un alma en pena.

Pocos días después, de camino a Misa con su hermana y una amiga, vio de nuevo la aparición. Sus acompañantes no percibieron nada y Adele consultó con un sacerdote, tratando de entender lo que estaba pasando. El presbítero sugirió que tratara de hablar con la mujer si la veía de nuevo.

Tras la celebración de la Misa, Adele se encontró de nuevo con la aparición. Siguiendo el consejo del sacerdote, Adele preguntó: “En el nombre de Dios, ¿quién eres y qué deseas de mí?”. La mujer vestida de blanco respondió: “Soy la Reina del Cielo, que reza por la conversión de los pecadores, y deseo que tú hagas lo mismo”. Además, encomendó a la vidente otra misión: “Reúne a los niños en este país salvaje y enséñales lo que deben saber para salvarse”.

Adele Brise obedeció a la Virgen María y cumplió con el encargo encomendado. Dedicó el resto de su vida a la educación de los pequeños. Al principio, viajaba a pie por los pueblos y se ofrecía a educar a los hijos de la gente que vivía en el territorio. Más tarde, junto a otras mujeres, abrió una escuela. Además, formó una comunidad de la Tercera Orden de san Francisco, a pesar de que nunca emitió los votos como monja.

Adele falleció el 5 de julio de 1986. La devoción a la Virgen María se propagó y el padre de la vidente construyó el primer santuario. El edificio actual se levantó en 1942 y la conferencia episcopal de Estados Unidos lo nombró santuario nacional el 15 de agosto de 2016.

Para conocer mejor la historia, las costumbres marianas en Wisconsin y la devoción a la Virgen, Omnes entrevistó a Chelsey Hare, directora de comunicación del santuario.

¿Qué puede decirnos de la vidente Adele Brise?

– Adele Brise fue una inmigrante belga que vivió una vida alegre y fiel. Cuando era niña en Bélgica, Adele hizo la promesa de servir a la Santísima Virgen junto a las hermanas que la ayudaron a recibir su Primera Comunión – en un lugar llamado Champion, Bélgica.

Esta promesa le pareció inalcanzable cuando su familia decidió emigrar a Estados Unidos. Ella y su familia se establecieron cerca de la bahía de Green Bay, en Wisconsin, y dedicó la vida a cuidar de la supervivencia de la familia.

Mientras Adela caminaba por un sendero en el bosque, se encontró con la Reina del Cielo entre los árboles. La Virgen se le apareció tres veces y, en su última aparición, le transmitió un mensaje en el que le pedía que reuniera a los niños y les enseñara lo que debían saber para la Salvación: el catecismo, cómo signarse con la cruz y cómo acercarse a los sacramentos.

Esta promesa que Adele hizo de joven en Bélgica se cumplió en América. Mientras Adela prometía servir a la gente en Champion, Bélgica, Nuestra Señora se le apareció y le pidió que sirviera en Champion, Wisconsin – mostrándonos verdaderamente a todos que nuestra vocación puede ser vivida dondequiera que estemos.

¿Cómo se celebra la fiesta en el santuario de Nuestra Señora de Champion?

– La solemnidad de Nuestra Señora de Champion se celebra en el recinto del santuario nacional cada 9 de octubre, día del aniversario de la segunda y tercera apariciones de la Santísima Virgen María a Adele Brise.

El día de la solemnidad invita a los fieles de todo el país y del mundo a participar en el homenaje a la «Reina del Cielo» que se apareció en Champion, Wisconsin. Obispos y sacerdotes se reúnen para celebrar la Misa. Los peregrinos tienen la oportunidad de visitar la capilla de las apariciones y el oratorio para pedir la amorosa intercesión de Nuestra Santísima Madre.

La Misa es celebrada por el obispo de la diócesis de Green Bay, donde se encuentra el santuario. El actual obispo de la diócesis de Green Bay, el obispo David L. Ricken, es quien aprobó las apariciones como «dignas de creencia» por la autoridad de la Iglesia católica.

Altar central del santuario (Copyright: National Shrine of Our Lady of Champion)

¿Qué implica que ésta sea la única aparición de Nuestra Señora en Estados Unidos aceptada por la Iglesia hasta el día de hoy?

– El santuario nacional de Nuestra Señora de Champion conserva el lugar sagrado de la primera y única aparición mariana aprobada por la Iglesia en Estados Unidos. Es un santuario para quienes buscan consuelo, curación y paz en su vida cotidiana.

Hay muchos lugares hermosos de apariciones marianas en todo el mundo, desde Guadalupe a Lourdes, pasando por Knock. Tener uno específicamente en el corazón del Medio Oeste es una invitación para que los fieles de los Estados Unidos (y del mundo) peregrinen a este lugar santo y se encuentren con la belleza de Nuestra Señora y, en última instancia, con el amor de Nuestro Señor.

¿Qué proceso hubo que seguir para obtener la aprobación de la Iglesia?

– El deber de aprobar las apariciones corresponde al obispo de la diócesis en la que se produjo la aparición. El reverendísimo David L. Ricken, obispo de Green Bay, abrió una investigación eclesiástica formal sobre las apariciones marianas ocurridas en 1859 en el lugar del santuario. La comisión revisó la información histórica sobre las apariciones, la vida de Adela, así como su coherencia con la revelación pública custodiada por la Iglesia católica. En diciembre de 2010, las apariciones fueron aprobadas como dignas de fe por el obispo Ricken.

¿Cómo se vive la devoción a la Virgen en Wisconsin?

– Wisconsin tiene una hermosa devoción a la Santísima Virgen María. El estado alberga tres conocidos y hermosos santuarios dedicados a la Santísima Madre: el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en La Crosse; el santuario Nacional de María Auxiliadora en las afueras de Milwaukee; y el santuario nacional de Nuestra Señora de Champion en Champion.

Además de los hermosos lugares de peregrinación del estado, cada año miles de peregrinos a pie visitan Wisconsin para participar en la “marcha anual a María». Esta peregrinación de 21 millas comienza en el Santuario Nacional de San José y termina en el santuario nacional de Nuestra Señora de Champion. El año pasado, más de 7.500 peregrinos estuvieron en los terrenos del santuario de Champion para el evento. Es un ejemplo inspirador de la devoción a Nuestra Señora.

¿Cómo ayudar a la gente a distinguir entre la devoción auténtica y la mera superstición?

– Muchas personas acuden al santuario en busca de curación, física o espiritual. Tanto si se produce un milagro como si no de la forma que esperan en ese momento, los peregrinos se van con la paz interior que les anima a seguir adelante, o con la gracia del perdón concedida a través del sacramento de la reconciliación. La conversión de un alma es el mayor milagro que puede suceder.

Animamos a todos los peregrinos a venir al santuario con una oración o intención en el corazón y a tener las manos abiertas a lo que sea la voluntad del Señor. Nuestra Santísima Madre hace perfectamente la voluntad del Padre, y sus oraciones siempre nos ayudarán en la meta final: la unión con Cristo.

¿Ha habido milagros de Nuestra Señora de Champion? ¿Puede hablarnos de ellos?

– Aunque el santuario ha recibido muchos informes de gracias recibidas de peregrinos que acuden al recinto, ninguno ha sido oficialmente investigado y declarado milagro por la Iglesia. Algunos de estos relatos de gracias recibidas pueden consultarse en https://championshrine.org/graces-received/.

Capilla de la aparición (Copyright: National Shrine of Our Lady of Champion)

Del invierno a la primavera

El renacimiento demográfico, urgentemente necesario en gran parte de nuestro mundo, tiene que venir acompañado del compromiso solidario, un verdadero cambio cultural y políticas efectivas.

8 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Pleno invierno. Ya sea junio, noviembre o enero, dos tercios de la población mundial vive en zonas en las que la falta de natalidad, amenaza la persistencia de sus sistemas económicos, prestatarios y asistenciales. Es lo que los expertos han llamado invierno demográfico

Abordar la llamada cuestión demográfica exige una visión exenta de reduccionismos que reconozca las diferencias socioculturales, de desarrollo y políticas de las diferentes zonas del mundo y, al mismo tiempo, detecte los problemas reales que la falta de reemplazo generacional tiene, no sólo en el ámbito económico, sino sobre todo, en la esfera social. 

El renacimiento demográfico, urgentemente necesario en gran parte de nuestro mundo, tiene que venir acompañado del compromiso solidario que aúpe a las naciones que aún sufren las lacras de la mortalidad infantil, falta de acceso a los bienes básicos y analfabetismo.

El envejecimiento de Occidente viene además acompañado no sólo de la exigencia de una reestructuración del sistema económico y de atención socio sanitaria, sino, sobre todo, de un aumento de situaciones como la soledad, las descompensaciones psicoafectivas y la acentuación del sentimiento de falta de esperanza social.

Es necesario, como subrayan los diferentes expertos, un cambio de cultura, una revolución de la familia, que renueve a las estructuras sociales y sustituya el pensamiento individualista y cortoplacista, propio de nuestro tiempo por una situación de confianza y seguridad que impulse el fin de este invierno demográfico

Una carrera de fondo que, quizás no llegue todo lo rápido que pueda ser deseable pero que se antoja urgente para dar lugar a un futuro real y sostenible en el mundo. En palabras del Papa Francisco en la apertura de los terceros Estados Generales de la Natalidad: “Es necesario preparar un terreno fértil para hacer florecer una nueva primavera y dejar atrás este invierno demográfico”.

Junto a esta realidad, la Iglesia vive este mes, además, pendiente del desarrollo de la I Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos en Roma. Una asamblea en la que se estrenan algunos cambios organizativos y procedimentales que, sin afectar a la esencia de todo Sínodo, apuntan a una nueva manera de hacer dentro de la Iglesia que ha de implicar a todos los fieles. 

También el desierto o invierno en el que puede parecer que vive la Iglesia actualmente necesita una nueva floración en la que la fidelidad al Espíritu Santo la apertura a los demás y la fortaleza para responder, como cristianos coherentes, a los desafíos que nos atañen sean las guías de la vida cristiana, personal y comunitaria.

Dentro del panorama frío real de estos inviernos, sin embargo, se aventura la promesa de una futura primavera cuyas semillas siguen siendo responsabilidad de cada uno de nosotros.

El autorOmnes

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Vaticano

Sínodo y comunicación. Ayuno informativo y prioridad de la escucha

Los periodistas no tendrán acceso a las reuniones del Sínodo porque "la noticia está en la manera en que una institución tan grande como la Iglesia se permite un momento de discernimiento común en el silencio".

Antonino Piccione·7 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

«En este Sínodo ―también para hacerle lugar al Espíritu Santo― está la prioridad de la escucha, está esta prioridad». Lo recordó el Papa, en su saludo en la apertura de la primera Congregación General, en el Aula Pablo VI. 

El Papa dedicó la última parte de su saludo al trabajo, que, en su consideración, deben hacer los asambleístas y los comunicadores ante este sínodo.

A los participantes del Sínodo, indicaba el Papa: «Tenemos que dar un mensaje a los operadores de prensa, a los periodistas, que hacen un trabajo muy hermoso, muy bueno. Tenemos que dar precisamente una comunicación que sea reflejo de esta vida en el Espíritu Santo. Hace falta una ascesis ―perdón por hablar así a los periodistas―, un cierto ayuno de la palabra pública para custodiar esto. Y lo que se publique, que sea en este clima. Algunos dirán ―lo están diciendo― que los obispos tienen miedo y por eso no quieren que los periodistas hablen. No, el trabajo de los periodistas es muy importante. Pero debemos ayudarles a que digan esto, este andar en el Espíritu. Y más que la prioridad de hablar, está la prioridad de escuchar”. 

En cuanto a los profesionales de la comunicación señalaba: “Pido a los periodistas que, por favor, hagan comprender esto a la gente, que sepa que la prioridad es escuchar”. Añadía el papa que “circulan algunas hipótesis sobre este Sínodo: ‘¿qué irán a hacer?’, ‘quizá el sacerdocio para las mujeres’; no sé, estas cosas que se dicen fuera. Y dicen muchas veces que los obispos tienen miedo de comunicar lo que está pasando. Por eso les pido a ustedes, comunicadores, que cumplan bien su función, adecuadamente, para que la Iglesia y la gente de buena voluntad ―los otros dirán lo que quieran― entiendan que también en la Iglesia existe la prioridad de la escucha”.

El Papa y los comunicadores

A finales de agosto, Francisco, al recibir el premio «Es Periodismo», había relanzado «la urgencia de una comunicación constructiva, que favorezca la cultura del encuentro y no del choque; la cultura de la paz y no de la guerra; la cultura de la apertura al otro y no del prejuicio». Advertía de nuevo el Papa de los «pecados del periodismo»: desinformación, calumnia, difamación y coprofilia.

«Por favor, no cedamos a la lógica de la oposición, no nos dejemos condicionar por el lenguaje del odio», señalaba el Pontífice. Con el llamamiento a cultivar el principio de la realidad, que es siempre «superior a la idea». Para no correr el riesgo de que «la sociedad de la información se convierta en la sociedad de la desinformación». 

En relación al Sínodo sobre la sinodalidad el Papa apuntaba que «la Iglesia de hoy ofrece al mundo, un mundo tan a menudo incapaz de tomar decisiones, incluso cuando está en juego nuestra propia supervivencia».

«Estamos tratando de aprender un nuevo modo de vivir las relaciones, de escucharnos unos a otros para oír y seguir la voz del Espíritu -señaló Francisco- Hemos abierto nuestras puertas, hemos ofrecido a todos la oportunidad de participar, hemos tenido en cuenta las necesidades y sugerencias de todos. Queremos contribuir juntos a construir una Iglesia en la que todos se sientan en casa, en la que nadie quede excluido. Esa palabra del Evangelio que es tan importante: todos. Todos, todos: no hay católicos de primera, de segunda o de tercera: no. Todos juntos. Todos. Es la invitación del Señor… Por eso me atrevo a pediros ayuda, en esto, a los maestros del periodismo: ayudadme a contar este proceso como lo que realmente es, dejando atrás la lógica de los eslóganes y de las historias prefabricadas».

«Ayuno informativo» en el Sínodo

«Detenerse. Escucharse a sí mismo. Es un reto que merece ser contado. Es la primera novedad de este Sínodo». Así lo reiteró Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación y presidente de la Comisión para la Información de la Asamblea, en el briefing con periodistas, que tuvo lugar el jueves 5 de octubre en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

«Los demás miembros de la Comisión de Información serán elegidos el lunes por la mañana», señaló el prefecto. «Ayer pudisteis seguir íntegramente la primera jornada», dijo a los periodistas. «Hoy, como sabéis, comenzaron los círculos menores, que por su carácter forman parte de esos momentos que deben ser preservados en su confidencialidad».

«El Papa explicó por qué», recordó el prefecto: «Para dar prioridad a la escucha de los demás y del Espíritu Santo. Para hacer una pausa en el barullo en el que estamos inmersos. Para discernir, ayunando de la palabra pública».

Este ayuno no implica que no haya nada sobre lo que escribir», explicó Ruffini a los periodistas. En todo caso, la noticia está aquí. En esta suspensión del tiempo. En este silencio que ensordece a su manera porque es totalmente diferente de la rutina de la palabra pública, que se ha acostumbrado al estereotipo de la réplica’.

En realidad, para Ruffini, «la noticia está en la manera en que una institución tan grande como la Iglesia se permite un momento de discernimiento común en el silencio, la escucha, la fe, la comunión y la oración. La noticia está en este ayuno, en esta parada».

El Sínodo, añadió en respuesta a una pregunta, es «un cuerpo», es «una experiencia de compartir» que quiere «tomarse el tiempo de discernir». El camino sinodal continuará en discernimiento y no hay que esperar decisiones porque estamos «a mitad de camino», en «un proceso que garantiza que todos puedan presentar su punto de vista» y «llegar a un consenso en comunión».

Para el prefecto del Dicasterio para la Comunicación el discernimiento, por tanto, es el criterio orientador de la reflexión sinodal, a partir de la pregunta principal: «Partiendo del camino de la Iglesia local de la que cada uno procede y de los contenidos del Instrumentum laboris, ¿qué signos distintivos de una Iglesia sinodal emergen con mayor claridad y cuáles necesitan ser más claramente reconocidos, subrayados o profundizados?».

Hay 8 «puntos para la oración y la reflexión preparatoria». La capacidad de aprender a escuchar como característica de una Iglesia sinodal es el centro de la cuarta pista. Con una pregunta sobre qué recursos se poseen y cuáles faltan.

En esencia: ¿Cómo puede la capacidad de escuchar convertirse en una característica cada vez más reconocida y reconocible de nuestras comunidades?

El autorAntonino Piccione

Cultura

Pedro Cano: “Evoco el drama humano, pero también la generosidad”

El pintor español Pedro Cano refleja como pocos el dolor y el sufrimiento (Alepo, Kiev, Marruecos, vida corriente), y la migración, pero también la superación y solidaridad humanas. El artista murciano, con especial querencia italiana, ha sido condecorado en 2022 con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, y ahora expone en Madrid.

Francisco Otamendi·7 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

A Pedro Cano (Blanca, Murcia, 1944), se le podría denominar experto en humanidad. Porque quizá ve donde otros no vemos, y necesitamos el arte. Ahora, este pintor universal ha inaugurado la exposición «Siete», que se puede visitar hasta el 22 de octubre en el Centro Cultural Casa de Vacas, situado en el madrileño parque de El Retiro. 

Al mismo tiempo, el pintor y académico Cano, pendiente de recibir de los Reyes la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, volverá en noviembre a Roma con una exposición sobre los teatros griegos y romanos, y participará también “en una cosa enorme” que se va a hacer sobre Calvino, el escritor. Realmente no para. 

De sus numerosas exposiciones, pueden destacarse las de las Escuderías del Palacio Viejo de Florencia, las Termas de Diocleciano, los Mercados de Trajano y la Galería Giulia en Roma, el Palacio Real de Nápoles, el Museo Arqueológico de Tesalónica, la Fundación Stelline en Milán, la sala de Verónicas en Murcia y la Casa de la Panadería en Madrid. También es Académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de Santa María de la Arrixaca, o miembro de la Academia Pontificia de Bellas Artes y Letras de los Virtuosos en el Panteón. 

La colección de Casa de Vacas reúne siete trípticos en blanco y negro (compuestos, a su vez por 21 óleos sobre tabla), además de dibujos y material del estudio del artista.

“Siete” es el resultado de anotaciones improvisadas en pequeñas notas escritas o dibujadas por Pedro Cano a lo largo de muchos años, que terminaron convirtiéndose en un ciclo pictórico completo en torno a grandes temas del ser humano. La conversación con Pedro Cano tiene lugar en la exposición en el Retiro madrileño.

Su pintura atrapa, tiene un tinte desgarrador.

El sufrimiento, la injusticia, el dolor, la necesidad de abandonar la patria y la familia en búsqueda de un futuro mejor…, son realidades tan desgarradoras que siempre me han estremecido y he tratado de plasmarlas en mis obras como un llamamiento para la concienciación y la solidaridad humanas. Pero no sólo trato de evocar el drama, sino también el espíritu de superación y de generosidad que es propio del ser humano ante los grandes problemas. Me gusta expresar ese optimismo, esa esperanza que vuelve y revive al contemplar que la vida siempre se abre camino.

¿Qué pasó en Bari?

En el año 1991 quedé especialmente sobrecogido con la llegada, en condiciones inhumanas, de más de diez mil migrantes albaneses al italiano puerto de Bari. Aquella situación desesperada y dramática me causó tal impresión que inspiró unas anotaciones y unos bocetos que, tiempo después, plasmé en las obras que hoy componen esta exposición. 

Esto es un material de hace 30 años. Yo, de los periódicos y de la televisión hace 30 y tantos años, hice estos dibujos, Me ha gustado ponerlos. Porque hay uno, aquí en el principio, que hasta tiene un periódico pegado. Es una historia muy cruda, porque nunca había llegado una cantidad de gente así, y no sabían qué hacer con ellos. Los metieron en un estadio de fútbol, y entre ellos se ayudaban.

Esta colección de Madrid tiene un mensaje. 

–La exposición parece que está hecha adrede en este momento, por la situación que vive el mundo de fragilidad tan grande, donde además de las guerras, hay volcanes que explotan, hay tsunamis que llegan, terremotos… Pero muchos de estos dibujos son de hace seis años. no están hechos para lo que estamos viendo ahora.

De todas maneras, la propuesta de aquí, de Casa de Vacas, primero por la directora, Lola Chamero, me pareció que era muy importante, Y desde Murcia, la comunidad autónoma, porque el año pasado pidieron la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, quería hacer una exposición. Aprovechamos las dos cosas, y se ha editado un catálogo precioso, ahora, ex profeso, anteayer lo trajeron.

La persona humana, la migración, su sufrimiento, son esenciales para usted…

–Yo creo que la exposición, además de todo el dolor que hay, de toda la angustia, es…; las cosas como las bicicletas, por ejemplo, o esos interiores con las figuras femeninas, hablan de muchas más cosas, de lo que es la memoria del ser humano, cómo pueden quedarse en tu cabeza cosas dramáticas, cosas más bonitas, y que las tienes ahí; yo las saco para poder pintar, para seguir adelante, porque a mí me gusta contar con el componente humano, es muy importante para mí, que las figuras, de cualquier modo, aparezcan.

Fíjate, por ejemplo, ese trabajo pequeño, que es como un desahucio, la gente que tiene toda esa casa en la calle, y están durmiendo, están esperando, sin saber lo que puede ocurrir de un día para otro. 

¿Está la guerra en el trasfondo de sus pinturas?

–Te voy a contar una cosa curiosa del último trabajo que hay. Porque aquí sí hay cosas que pertenecen a Alepo (Siria), a Ucrania… Pero lo curioso es lo del fondo. La base es una foto que me encontré de la I Guerra Mundial, de Kiev, para hacer reflexionar a la gente, que la gente pensase que una cosa que pasó hace cien años está volviendo a pasar. 

Hay un tríptico de pinturas que destaca sobre los demás, a su juicio. ¿Qué quiere decirnos?

–Una persona que está ayudando a otra. Esto es esencial. Otras vidas cargan con fardos humanos, solidaridad y heroísmo que día a día se repiten en lugares que hasta hace poco eran escenarios de cotidianidad y equilibrio. Imagínate ahora la gente de Marruecos, por ejemplo. Esto lo hemos visto estos días, y este cuadro tiene igual siete años.

¿En óleo, verdad?

–Es óleo, pero a veces con arena o con pigmento, para que tenga un poco más de cuerpo. Espera, Juego, Interior, Salto, Carga, Bicicletas y Trabajo son los nombres de los siete trípticos que conforman esta muestra. 

Refleja usted la actitud de espera…, es duro, y habitual.

–La gente está esperando para llegar a un mundo mejor. Nadie sale por gusto de su casa. La gente que viene llega acosada por el hambre, por las dificultades, por tener que vivir. Lo he puesto aposta.

Terminamos con los Museos Vaticanos. Ese abrazo…

–El cuadro sobre Juan Pablo II y el cardenal Wizinsky que está en el Museo Vaticano surgió porque en aquel momento yo estaba pintando abrazos, y pensé que podía funcionar muy bien con esta historia, que pasó verídicamente. Está enfrente de dos Dalí, y delante hay una escultura de Chillida muy bonita. Muy buena compañía”.

El autorFrancisco Otamendi

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Vaticano

El Papa ante el sínodo: «No es una batalla ideológica»

Rome Reports·6 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

La Asamblea ordinaria del Sínodo de los obispos dedicado a la sinodalidad se ha puesto en marcha. Antes del comienzo de las sesiones, en la Misa de apertura, el Papa pidió un cambio de mentalidad.

El sínodo nace en medio de una evidente tensión ante las dudas publicadas por diversos cardenales que han pedido al Papa que aclare si esta asamblea cambiará la doctrina de la Iglesia en cuestiones como el sacerdocio femenino o la actitud ante las personas homosexuales.


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Cultura

Los Colegios pontificios en Roma. Formación y familiaridad con la Iglesia y el Papa

Roma acoge 27 colegios pontificios de diversas naciones en los que los alumnos viven y completan sus estudios de Teología y Filosofía.

Hernan Sergio Mora·6 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La Teología y Filosofía se pueden estudiar con óptimos resultados en cualquier parte del mundo, entretanto en la capital de Italia hay 27 Colegios Pontificios de diversos países que enseñan esas materias, no con contenidos diversos, pero en instituciones que tienen una serie de características particulares.

Estos colegios romanos, además de tener acceso a las importantes y prestigiosas universidades que existen en la Ciudad Eterna, como la Gregoriana, Urbaniana, Lateranense, de la Santa Croce, Salesiana, Angélicum y varias otras, permiten a sus residentes adquirir familiaridad con la sede del papado: la Ciudad Eterna, el Vaticano, la Santa sede y con el mismo Santo Padre.

Además favorecen el aprendizaje del idioma italiano que en la actualidad se perfila como la lengua universal de la Iglesia católica, así como el latín lo es en tema litúrgico.

Los primeros Colegios o seminarios, se registran en tiempos muy remotos como el Almo Collegio Capránica instituido en el lejano 1417, hasta otros más recientes que se fueron creando, destinados a seminaristas o clérigos de países varios, con un mismo idioma, para que pudieran residir y cursar sus estudios, e incluso obtener un título académico.

Entre los colegios pontificios figuran el Español, el Americano del Norte, el Pío Brasileño, el Pío Latinoamericano, el Mexicano, el Armeno o el Irlandés.

A los 27 se suman los seminarios romanos y entre los más recientes el Colegio Sacerdotal Argentino fundado en el 2002 desde donde indican que la finalidad es «ayudar a los alumnos a profundizar su formación permanente como sacerdotes, conforme a las líneas trazadas en la exhortación apostólica Pastores Dabo Vobis de san Juan Pablo II”. Y añaden que “durante estos 20 años pasaron por el Colegio más de 100 sacerdotes, provenientes de 31 diócesis del país”.

Los estudios pueden durar seis años, dos de los cuales son de filosofía, cuatro de teología, además de cursos de liturgia, derecho canónico, Biblia y otros, como arqueología e historia de la Iglesia, que en Roma encuentran vestigios históricos excepcionales. Por lo que se refiere a los títulos en Sagrada Escritura, pueden ser obtenidos cumpliendo los requisitos del Instituto Bíblico.

El Pontificio Colegio Pío Latino Americano, fundado en 1858 ya superó los 160 años de existencia y sus responsables explican que está destinado “a la formación de sacerdotes estudiantes de todas las Diócesis de América Latina que desean hacer estudios de especialización en Roma y prepararse para servir mejor en sus Respectivas Diócesis, en el CELAM y en la Iglesia Universal”.

El Papa Francisco dirigiéndose a ellos el 20 de noviembre de 2022 les dijo: “el Colegio Pío Latinoamericano nació como un compromiso que uniera todas nuestras Iglesias particulares y a la vez las abriera a la Iglesia universal en Roma y desde Roma”.

El padre Gilberto Freire S.J., rector del colegio Español señaló en una entrevista a Vaticannews la importancia de la formación: “El crecimiento humano, espiritual, intelectual y pastoral, son acompañados por cada uno de nosotros y tratamos de que ellos tengan la experiencia de formarse en un horizonte amplio de colaboración eclesial”.

Uno de los momentos más “dolorosos” para el Colegio Pío Latinoamericano fue la creación en Roma de un nuevo Colegio para los alumnos mexicanos quienes constituían la mayoría del Pío Latinoamericano, en particular en períodos difíciles, como en los tiempos de la Revolución de 1910 y durante de la Persecución Religiosa desde 1919 hasta 1940.

Esa mayoría iba a quedar, por tanto, ya fuera del Pío Latino que acababa de construir un nuevo edificio para 320 alumnos. Hoy el Pontificio Colegio Seminario Mexicano (PCSM), institución eclesiástica de derecho pontificio, ya cumplió 50 años de existencia.

El rector del Colegio Pontificio Mexicano, padre Juan Jesús Priego Rivera explicó a un medio mexicano, que “allí residen todos los sacerdotes diocesanos aztecas que van a estudiar a Roma alguna especialidad”. Precisó que se despiertan“a las cinco o 5:30 de la mañana, pues a las seis tiene que asistir a misa; a las siete (…) se sirven el desayuno y a las 7:30 u ocho los padres se van a las universidades”.

Es un itinerario de crecimiento, el que ofrecen los Colegios pontificios, que tuvo su primera asamblea general el 24 de noviembre de 2021, cuando se reunió la Associazione dei Rettori dei Collegi Ecclesiastici di Roma con la elección de las nuevas autoridades que coordinarán las actividades y representarán a los rectores asociados.

“Si queréis que tenga un futuro fecundo, su custodia no puede limitarse al mantenimiento de lo recibido: debe abrirse a desarrollos valientes y, si fuera necesario, también inéditos. Es como una semilla que, si no la esparces en la tierra de la realidad concreta, se queda sola y no da fruto”.

El autorHernan Sergio Mora

Cine

La recomendación de cine para este mes: Sound of freedom

La impresionante historia de Timothy Ballard y su lucha contra la trata de menores e sea historia de Sound of freedom. Una producción que no deja indiferente.

Patricio Sánchez-Jáuregui·6 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El estreno en las salas españolas de Sound of Freedom y Gravity Falls, una imaginativa serie sobre las naciones de dos hermanos centran las recomendaciones audiovisuales de este mes.

Sound of Freedom

Sound of Freedom se ha convertido en un éxito silencioso que sin apenas marketing ha llegado a lo más alto de la taquilla. Es un viaje emocional y revelador que deja una marca indeleble en tu corazón y mente. Un testimonio de la fuerza del espíritu humano y la determinación inquebrantable de hacer justicia a los que no tienen voz.

La película gira en torno a la historia real de Tim Ballard (interpretado por Jim Caviezel), un ex agente del gobierno que se embarca en un peligroso viaje para rescatar a niños atrapados en las garras de la trata de personas.

Sin dejar indiferente a nadie, y a pesar de retratar un drama real de proporciones desastrosas, no se puede negar la que actuación discreta de Caviezel, así como los actos heroicos que refleja de la vida real de Timothy Ballard y quienes lo ayudaron, imprime un halo de optimismo en la audiencia.

Sound of Freedom

Director: Alejandro Gómez Monteverde
Guión: Rod Barr, Alejandro Monteverde
Actores: Jim Caviezel, Mira Sorvino Bill Camp
Plataforma: Cines

Gravity Falls

Gravity Falls es una serie de televisión sin pretensiones que, en un tono desenfado, cuenta las peripecias de dos hermanos, los gemelos Dipper y Mabel, dos niños de la ciudad enviados a pasar el verano con su viejo tío abuelo Stan (también conocido como Grunkle Stan) en Gravity Falls, Oregón.

Pronto se darán cuenta de que Gravity Falls no es un lugar de vacaciones común y corriente, sino un lugar extraño y maravilloso, hogar de todas las criaturas y fenómenos extraños imaginables, desde gnomos hasta portales del tiempo y gofres cuánticos.

La serie cuenta con 2 temporadas y 41 episodios, ha sido multipremiada, doblada y traducida por actores de primera fila, y es un buen entretenimiento para todos los públicos.

Gravity Falls

Director: Alex Hirsch
Escritor: Simon Kelton, Sean Macaulay
Actores: Taron Egerton, Hugh Jackman, Tom Costello
Plataforma: Disney +
Vocaciones

Un sí a todo riesgo, la aventura de un matrimonio joven

Almudena y Carlos llevan casados más de seis meses. Conscientes de la fuerza de su testimonio, abrieron una cuenta de Instagram (Un sí a todo riesgo) para compartir lo que saben y lo que van aprendiendo en esta aventura que supone ser un matrimonio católico joven.

Paloma López Campos·6 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

Carlos y Almudena se casaron hace poco más de seis meses. Sin embargo, llevan mucho más tiempo compartiendo con las personas todo lo que saben y van aprendiendo en la aventura que supone ser un matrimonio católico joven. Para llegar a todavía más gente, han abierto una cuenta de Instagram que se llama “Un sí a todo riesgo”. En ella cuentan ya con más de mil seguidores.

En esta entrevista explican el proceso que siguió cada uno para buscar la voluntad de Dios en cada momento, al mismo tiempo que cuentan algunas de las ideas que más les han ayudado durante su relación, compromiso y matrimonio.

¿Por qué habéis decidido abrir vuestra cuenta de Instagram, “Un sí a todo riesgo”?

– [Carlos]: Yo siempre he tenido el deseo de acompañar a la gente. Cuando empecé a salir con Almu, vi que ella era como yo y que tenía el mismo deseo. En cuanto nos casamos, los dos supimos que teníamos una misión de ayudar a la gente en el matrimonio. Una amiga mía que tiene una cuenta de contenido católico nos entrevistó para que contáramos nuestro testimonio en su podcast. El episodio triunfó tanto que nos pidió una segunda parte. Más tarde, estando en Italia ya casados pasando las vacaciones, se confirmó la idea de nuestra cuenta de Instagram. Estábamos en Roma visitando unas parroquias y en cada sagrario pusimos una intención de nuestro matrimonio. Allí tuve una luz para empezar con “Un sí a todo riesgo”. Se lo comenté a Almu y ella se apuntó en el momento.

– [Almudena]: No solo queremos ayudar, también queremos llegar a las personas. Somos conscientes de que la fecundidad de un matrimonio no se ve solo en los hijos que tienes, sino en todos los frutos que dais.

¿Por qué le pusisteis en concreto ese nombre a la cuenta?

– [Almudena]: Cuando dices que sí sabes que va a haber todo tipo de riesgos en tu futuro para los que no te puedes preparar. También puede interpretarse de otra manera. Por ejemplo, cuando tú pones un coche a todo riesgo da igual lo que le pueda pasar, porque está salvaguardado. Es una forma de decir que nosotros nos hemos dado el sí y lo hemos puesto a todo riesgo al colocarlo delante del Señor.

Carlos, ¿en qué momento te das cuenta de que estás ante la mujer de tu vida y te decides a pedirle matrimonio? 

– [Carlos]: Hay que explicar que nosotros llevábamos un año saliendo, rompimos y luego volvimos en diciembre. El siguiente febrero ya supe que quería casarme con ella. Tenía pensado declararme el 19 de marzo, fiesta de san José. Pero en el acompañamiento espiritual vi que mi corazón necesitaba esperar un poco más. Almu también tenía muchas ganas de casarse y yo le decía que cuando fuera el momento Dios me lo haría ver. En mayo supe que era el momento, pero no sabría decir exactamente qué es lo que se siente para saber esto. Es una especie de certeza, ya no estás empeñado tú, sino que es Dios quien se está empeñando en que tú des el paso. En mayo el deseo era de los dos, tanto de Dios como mío.

Almudena, ¿cómo viviste tú todo este proceso?

– [Almudena]: Para que te imagines la situación, yo me compré el vestido de novia un mes y medio antes de que Carlos me pidiera la mano. Yo sabía con seguridad que íbamos a casarnos, pero no sabía cuándo. Al comprometernos, Carlos tenía 27 años pero yo solo 22. Si es que me he casado sin terminar la carrera. Ahora bien, hay que señalar que hacen falta unas condiciones externas para dar el paso que hemos dado nosotros, no se puede hacer a lo loco. Hace falta un mínimo. Pero yo siempre recalco que cada noviazgo tiene sus tiempos y Dios va haciendo las cosas de la manera que quiere.

También es verdad que en nuestro noviazgo hemos pasado por mucho y el momento de la ruptura nos sirvió a ambos para entender lo que había pasado, lo que queríamos y que no merecía la pena luchar si no era para estar con el otro. Cuando volvimos juntos, la relación había cambiado radicalmente. Para empezar, porque había un grado de seriedad totalmente distinto al anterior. Nos elegimos el uno al otro sabiendo perfectamente lo que había.

Yo le iba soltando pullitas a Carlos hablando sobre casarnos y me hacía sufrir mucho que él me diera largas. Al final quien se pone de rodillas es él. Yo me quería poner de rodillas y declararme, pero Carlos decía que me respondería que no. Me enfadaba, ¿por qué tenía que esperar? También diré que yo necesitaba que Carlos se pusiera de rodillas delante de mí. Necesitaba como mujer que él me demostrara todo lo que yo valía para él de esa manera.

– [Carlos]: El proceso de la mujer es complicado, porque le toca esperar a que el hombre dé el paso. Es un proceso para los dos, pero ella tiene que esperar y confiar en la decisión del hombre. Pero no porque dependa de él, sino porque el hombre también tiene que tomar una decisión. Ese proceso curte y ayuda a la otra persona.

Hablamos mucho de la etapa del noviazgo y del matrimonio, pero se nos suele olvidar la etapa del compromiso. ¿Qué consejos prácticos podéis dar a la gente que está en ese momento?

– [Carlos]: A mí me dieron un consejo muy claro. En el momento en el que le pones un anillo a tu novia, el discernimiento ha terminado. En ese instante, ya estás pensando en la boda y las conversaciones no son las mismas. Tu cabeza ya ha dado un salto. Creo que es importante pararse y cuestionarse si estás preparado para casarte, que es verdad que nunca lo estás. Pero hay cuestiones básicas, una de las cuales es el conocimiento de uno mismo y el conocimiento de la otra persona. Hay que saber, además, que el matrimonio sin Dios es imposible, y el compromiso también. Yo veo a Almu de una manera completamente distinta cada vez que me pongo delante del sagrario. Cuando más tiempo pasa en nuestro matrimonio, más consciente soy de que esto solo es posible con Dios.

Para concretar cosas, yo diría que lo primero es conocerse a uno mismo. En segundo lugar, hay que conocer al otro en profundidad. Y, por último, sé consciente de lo que es el matrimonio. No te cases por casarte. Es algo para toda la vida y tienes que ser consciente de que te casas con alguien que no eres tú. Te tienes que adaptar al lenguaje del otro, vas a tener que humillarte y renunciar a cosas. Tienes que ser consciente de que vale la pena renunciar a las cosas por la otra persona y hay que darle un sentido a todo eso. Cásate para llegar al Cielo, porque Dios está empeñado en ello también. Cásate porque quieres aprender a querer, porque quieres hacer feliz a la otra persona.

– [Almudena]: Yo tengo muy claro que lo primero que haría al encontrarme con una pareja que se acaba de comprometer es darles ánimos. Es una etapa muy dura. Cuando te comprometes estás en una especie de limbo. Es un poco complicado poner a tu futuro esposo o esposa en el lugar que le corresponde, porque lo más fácil es pensar que ya es tu marido o tu mujer y la realidad es que todavía no lo es. Es una etapa en la que todos los temas toman una seriedad muy alta.

También es importante decir que durante el compromiso parece que la boda lo es todo, pero realmente la boda es el primer día. A lo largo de esta etapa pones el foco en cosas absurdas que luego no importan tanto. La parte más importante, cuando estás pronunciando los votos, que es la parte de Dios, es muy sencilla. ¿Por qué nos complicamos tanto nosotros?

Como consejos prácticos, nosotros tuvimos una conversación sobre los principios irrenunciables antes de casarnos. Hablamos sobre aquellas cosas a las que teníamos que llegar antes de la boda. Había elementos que no podían faltar antes de dar el paso y, en nuestro caso, era sanar nuestras heridas. Poco después descubrimos que esto era utópico, porque siempre vamos a estar heridos. Decidimos entonces prometernos que nunca dejaremos de trabajar nuestras heridas y nos pusimos manos a la obra.

¿Qué cosas habéis aprendido ahora que estáis casados que no os esperábais?

– [Almudena]: Lo primero para mí es que yo ya quería mucho a Carlos, pero no era consciente de lo mucho que puedo quererle. Por otro lado, Dios me regala muchas veces el ver que somos uno. Todo esto me parecía imposible. Especialmente teniendo en cuenta que al principio de nuestro matrimonio, cuando empezó la convivencia, nos llevábamos fatal. En cambio, ahora me encanta.

He aprendido que no hay nada mejor que reírme con Carlos. Hay días en los que nos hace falta simplemente volver a disfrutar, como si fuéramos niños, como amigos. Hay que tener momentos de calidad en los que la prioridad sea esa.

Creo además que el matrimonio es un camino de mucha humildad. Yo soy una persona muy soberbia, me cuesta mucho agachar la cabeza pero ahora resulta que lo hago todos los días. Pero es que soy consciente de que mi matrimonio va primero. Lo primero para mí es Carlos.

– [Carlos]: Yo he aprendido que si buscas tener el don de la otra persona, esto solo te va a llevar a la soberbia y a competir. En el momento en el que eres consciente de que sois complementarios, te prometo que te relajas y empiezas a vivir con paz. No te puedes empeñar en ser mejor que la otra persona.

También he aprendido a pensar menos en mí, que es algo que he tenido que trabajar mucho. Hoy puedo decir que en vez de pensar en el afecto que yo recibo, pienso antes en su felicidad.

En el matrimonio hay una fusión entre dos personas y eso al principio duele muchísimo, porque te tienes que adaptar y el primer choque duele mucho. Pero conforme va pasando el tiempo, el dolor es menor y te das cuenta de que os habéis hecho uno. Pero al principio sois dos, hay que pasar el proceso de adaptación poco a poco.

Nosotros además, que tenemos una herida muy grande con el orgullo, nos esforzamos mucho para pedirnos siempre perdón y para pedir ayuda. Estamos dispuestos a hacer lo que haga falta por el otro, entonces, a pesar de nuestro orgullo, sabemos que nos queremos mucho y tenemos claro que eso vale más que nada.

Actualidad

Demografía y futuro, tema del número de octubre de Omnes

El número de Omnes correspondiente al mes de octubre de 2023 ya está disponible en su versión digital para los suscriptores de la revista. En los próximos días, además, llegará al domicilio habitual de quienes tengan este tipo de suscripción.

Maria José Atienza·5 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

¿Queda Occidente sin reemplazo generacional? ¿Es la inmigración la solución al invierno demográfico? Estas son algunas de las cuestiones que aborda el dossier dedicado a Demografía, envejecimiento y natalidad que centra el número impreso de Omnes del mes de octubre de 2023.

A excepción del área del África subsahariana, todas las demás zonas del mundo se encuentran en una situación demográfica si no preocupante, en principio, con una tendencia decreciente. Una realidad que ya resulta un problema para el mantenimiento de los sistemas económicos de la mayor parte de los países de Europa, América y Asia.

La cultura antinatalista imperante unida a la inestabilidad económica, el retraso de la maternidad y las inefectivas políticas familiares, dan como resultado un panorama incierto en el que la baja tasa de natalidad emerge como un problema clave que muchos estados no están sabiendo afrontar.

De todo ello se habla en este dossier en el que se recogen las reflexiones de expertos en Políticas Familiares como Raúl Sánchez Flores o Alejandro Macarrón coordinador del Observatorio Demográfico del CEU (España) así como una entrevista a Gianluigi de Palo, presidente de Fondazione per la Natalitá, impulsora de los Estados Generales de la Natalidad, unos encuentros que, desde hace tres años, reflexionan e impulsan una nueva cultura pro natalidad en Italia.

Pakistán y Mongolia

El viaje del Papa Francisco a Mongolia, sus mensajes y gestos, centran la sección de Enseñanzas del Papa de octubre. Asia sigue presente en la revista con un interesante reportaje sobre Pakistán: su equilibrio interreligioso, las últimas acciones violentas contra edificios cristianos y la realidad de la Iglesia católica en este país de religión oficial islámica son el tema de este número de la revista.

Por su parte, Juan Luis Lorda aborda, en su Teología del siglo XX, la relación entre el mundo científico y la fe. Recuerda Lorda el impulso histórico de la Iglesia en el desarrollo de gran parte de las ciencias a través de las universidades y la falsa visión ilustrada, persistente en algunos sectores a pesar de su inconsistencia, de que las ciencias y la fe son opuestas.

Foro Omnes

La revista recoge también un resumen del Foro Omnes dedicado a los movimientos eclesiales y su integración en las parroquias, y en el que intervinieron obispo de Alcalá de Henares, Mons. Antonio Prieto, junto al sacerdote José Miguel Granados, la dirigente de Cursillos de Cristiandad María Dolores Negrillo, y el consiliario nacional de Renovación Carismática, Eduardo Toraño. 

Todos ellos coincidieron en la riqueza que suponen estos movimientos en la vida de la Iglesia. En concreto, tras repasar los movimientos apostólicos en la historia de la Iglesia, Antonio Prieto destacó que “los movimientos quieren revivir el evangelio en su totalidad, con una dimensión misionera”, y “reconocen en la Iglesia su razón de ser. Quieren estar en comunión con la Iglesia, con los sucesores de los Apóstoles y con el sucesor de Pedro”.

El número de Omnes correspondiente al mes de octubre de 2023 ya está disponible en su versión digital para los suscriptores de la revista. En los próximos días, además, llegará al domicilio habitual de quienes tengan este tipo de suscripción.

TribunaLuis Marín de San Martín

Sínodo: un proceso de coherencia y vitalidad en la Iglesia

Del 4 al 29 de octubre se celebra en el Vaticano la 16.ª Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. El Papa Francisco ha indicado que “el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio”.

5 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Estamos viviendo un tiempo de esperanza que nos abre a la profunda renovación de la Iglesia, desde la fidelidad a Cristo y la coherencia como discípulos suyos, atentos a los retos de nuestro tiempo. Debemos recordar que por Sínodo entendemos el “camino que hacemos juntos”, como cristianos, como Pueblo de Dios, guiados por el Espíritu Santo. 

No se trata de un proceso meramente burocrático que busca cambios periféricos o un mero reparto de funciones. Es mucho más. Se refiere a lo que la Iglesia es en sí misma, a la imprescindible comunión con Cristo y con todos los bautizados y, desde ahí, se orienta a la evangelización, a ser testigos creíbles del Evangelio en el mundo de hoy. 

La sinodalidad es un proceso eclesial de escucha y discernimiento de todo el Pueblo de Dios: se fundamenta en el depósito de la fe, que no cambia; se realiza en la escucha a los hermanos y hermanas y de todos al Espíritu Santo; se concreta en decisiones que se van tomando a distintos niveles. Este proceso, que el Papa Francisco puso en marcha en 2021, se ha iniciado siempre desde abajo: grupos-parroquias-diócesis-Conferencia Episcopal.

Con todo lo recibido se redactó el Documento para la Etapa Continental. Después vino la fase de diálogo en las siete Asambleas Continentales (África, Asia, Canadá y Estados Unidos, Europa, Latinoamérica, Oceanía, Oriente Medio) para hacer presente la riqueza de la variedad en las diferentes culturas. Con lo enviado por cada continente, se redactó el Instrumentum laboris o documento de trabajo para la Asamblea del Sínodo de los Obispos, que tendrá lugar en dos sesiones: octubre de 2023 y octubre de 2024. Y el camino continúa, siempre en la escucha y el discernimiento de la voluntad del Señor para vivir y responder como cristianos en este momento de la historia.

Aunque a nosotros nos corresponde sembrar con humildad, constancia y alegría, encontramos ya algunos resultados, que el Espíritu nos regala. Algunos de ellos son: el avance hacia una Iglesia abierta e inclusiva, dinámica y misericordiosa, que sabe a hogar y a familia; el redescubrimiento de la dimensión orante; el refuerzo de la referencia bautismal de la fe; una mayor consciencia de la corresponsabilidad de todos los cristianos en la Iglesia, según las diferentes vocaciones; el reto de vivir la comunión y, desde ella, asumir la integración de la diversidad entendida como riqueza; una mayor claridad entre lo esencial y lo accesorio; la necesidad de asumir el reto de la evangelización, con la palabra y el testimonio, como urgencia que nos implica a todos.

Ahora iniciamos la Asamblea del Sínodo de los Obispos, que es un momento más del proceso sinodal en curso. Se celebra del 4 al 29 de octubre en el Vaticano y reúne a casi 500 personas, de las cuales unos 362 miembros tienen derecho a voto. Al ser una expresión de la colegialidad episcopal, la gran mayoría somos obispos, pero por primera vez se ha incluido un 25% de no obispos (laicos, diáconos, sacerdotes, vida consagrada) para ayudar al discernimiento, que siempre debe realizarse en el Pueblo de Dios, del que todos formamos parte. Los trabajos se desarrollarán en grupos lingüísticos y en asamblea general. Son jornadas de gran intensidad, vividas en un clima de oración. De ahí la hermosa novedad de tener antes tres días de retiro espiritual (1-3 de octubre) en la localidad de Sacrofano, cercana a Roma, como preparación a los trabajos de la Asamblea.

Al ser un acontecimiento de la Iglesia entera, pedimos a todos que nos acompañen y sostengan con su oración. Para que sepamos discernir lo que el Señor quiere de nosotros, busquemos siempre el bien de la Iglesia, vivamos la comunión, asumamos la riqueza de la pluralidad, crezcamos, en fin, en disponibilidad, confianza y generosidad.

Al mismo tiempo invito a seguir las noticias sobre el desarrollo de la Asamblea del Sínodo a través de fuentes fiables, evitando la información confusa e ideologizada. Y creo también que es una buena oportunidad para reflexionar todos por medio del Instrumentum laboris que, si bien está orientado prioritariamente a los trabajos de la Asamblea del Sínodo de los Obispos, es un excelente material, claro y accesible, que puede servir igualmente para el diálogo en los grupos de las parroquias, movimientos laicales, vida consagrada, etc.

Quiero recordar, finalmente, lo que el Papa Francisco ha indicado claramente: “El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio”. Nosotros podemos ser cauce o muro; levantar barreras o ser ayuda y posibilidad; cerrarnos en nuestras seguridades o abrirnos a la novedad del Evangelio. En este momento tan importante que estamos viviendo en la Iglesia, es necesaria la colaboración de todos, la implicación de todos. Debe haber armonía, como unidad en la fe, integrar la polifonía, come variedad de voces y sensibilidades y, finalmente, resolverse en sinfonía, para mostrar todos juntos, como Iglesia, la belleza del Evangelio.

El autorLuis Marín de San Martín

Subsecretario de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos.

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Notre – Dame de la Garde, la Virgen que cuida Marsella

La imagen de Nuestra Señora corona la basílica de Notre - Dame de la Garde en Marsella. A esta advocación encomendó el Papa Francisco su viaje a tierras francesas para participar en los "Encuentros del Mediterráneo"

Maria José Atienza·5 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Ecología integral

Laudate Deum. Un texto «profético» para combatir el cambio climático

Aunque el tema del cambio climático puede parece alejado de la fe, el Papa recuerda que está en su centro, en la medida en que nos alienta a cuidar a nuestros hermanos, pero también a custodiar la Creación, siguiendo el mandato original del Génesis.

Emilio Chuvieco·5 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

En el lenguaje coloquial ser profeta implica, de algún modo, predecir el futuro, pero no era ésa la principal misión de los profetas que encontramos en el Antiguo Testamento. Trataban de recordar al pueblo de Israel los mandatos de Yahvé, que habían abandonado siguiendo los espejismos de una vida más cómoda. Por eso, los profetas casi siempre resultaban incómodos, porque los seres humanos preferimos tantas veces ocultar nuestra deriva en el escepticismo o en la indolencia.

En ese sentido, Laudate Deum es un texto profético. No porque el Papa Francisco prediga mejor que los modeladores del clima lo que es previsible que ocurra si mantenemos nuestra desidia ante el cambio climático, sino porque nos está recordando una verdad que no queremos afrontar: mejor es enterrar la cabeza en el suelo, pasar la responsabilidad a los que vengan detrás de nosotros y seguir viviendo como si no pasara nada.

Esa nueva exhortación apostólica del Papa Francisco recuerda lo sustancial del mensaje que nos envió hace 8 años con la encíclica Laudato sí. Ahora se centra más en la cuestión climática, con la esperanza que sirva como acicate para que la próxima reunión del tratado de Naciones Unidas sobre cambio climático (UNFCC), a celebrar en Dubái en el próximo noviembre, tome las medidas que requiere la gravedad del problema.

Los pobres, los más afectados por el cambio climático

“Por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes”, afirma el Papa. No tiene sentido seguir negando la evidencia de que el cambio climático está detrás de muchas de las anomalías que observamos en la última década. No hay dudas científicas sobre el incremento de las temperaturas globales, ni sobre los impactos que está teniendo en el sistema terrestre; tampoco sobre el incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), ni sobre el papel protagonista que estas emisiones tienen en ese calentamiento.

El Papa Francisco hace un resumen científico de la cuestión, en términos razonables, aunque sorprendentes en un documento vaticano, que rara vez se ha apoyado en citas científicas. Está bien que lo haga, pues el cambio climático es un problema científico.

Es ridículo seguir insistiendo en que es fruto de un determinado lobby o de una determinada posición ideológica (no hay ninguna Agencia Meteorológica ni ninguna Academia de Ciencias que nieguen las bases científicas del cambio climático).

Independientemente de quien lo promueva o de a quien beneficie, es una cuestión científica que ya tiene una madurez suficiente como para que permita tomar decisiones mucho más ambiciosas para mitigarlo. No voy a negar que existen científicos -algunos prestigiosos- que siguen negando las evidencias que otros muchos observamos.

Tal vez convenga aquí recordar el papel que algunos científicos -también prestigiosos- tuvieron en los años 70 para sembrar dudas sobre el impacto del tabaco en la salud, o en los 80 sobre los gases que afectaban a la capa de ozono. Distintos estudios han mostrado que se hubieran ahorrado muchísimas muertes prematuras y enormes costes sanitarios y laborales si se hubieran tomado las medidas restrictivas del tabaco que ahora todos vemos razonables ( en este sentido hay múltiples datos en este informe del gobierno de EE.UU: US Department of Health Human Services (2014). The health consequences of smoking—50 years of progress: a report of the Surgeon General).

Volviendo al texto del Papa Francisco, en la misma línea de la Laudato si, insiste en la importancia de conectar los problemas ambientales y los sociales. Son los pobres del mundo los más afectados por el cambio climático, y son los más ricos del mundo los principales responsables de que ocurra. O quizá mejor decir somos, pues los países desarrollados hemos sido los principales emisores históricos, y conviene recordar que el CO2 reside en la atmósfera durante varias décadas.

Es necesario que seamos nosotros también los primeros en tomar medidas mas ambiciosas para frenar el impacto del calentamiento global, evitando consecuencias que podrían ser catastróficas para la habitabilidad del planeta. También en la línea de la encíclica, el nuevo texto de Francisco insiste en ligar la falta de decisiones eficaces para mitigar el cambio climático a nuestra tendencia a fiar todo al desarrollo tecnológico, manteniendo una actitud altiva, como si el planeta fuera un almacén de recursos que nos pertenecen, como si no tuviéramos relación con las demás criaturas.

No olvida el Papa citar la cuestión demográfica, generalmente controvertida, tanto en partidarios como detractores de las cuestiones ambientales: “Con la pretensión de simplificar la realidad, no faltan quienes responsabilizan a los pobres porque tienen muchos hijos y hasta pretenden resolverlo mutilando a las mujeres de países menos desarrollados. Como siempre, pareciera que la culpa es de los pobres”.

No es responsabilidad de estos países, obviamente, sino de los que tienen tasas de consumo que sería imposible generalizar. Es preciso cambiar nuestro modo de vida, hacia estilos más sencillos, menos consumistas, manteniendo unas condiciones de vida razonables. El Papa recuerda la enorme diversidad en las tasas de emisiones de GEI, no solo entre los países más pobres y los más industrializados, sino también entre ellos, con estados que tienen la mitad de emisiones per capita (Europa) que otros con igual o peor índice de desarrollo humano (Rusia o Estados Unidos).

Las lecciones de la pandemia

La crisis de la Covid-19 nos ha enseñado que podemos afrontar retos globales, pero que es precisa la colaboración internacional para tomar medidas de impacto planetario. También ahora las cumbres climáticas pueden ser un instrumento fundamental para reducir significativamente las emisiones, aunque hasta ahora hayan sido poco ambiciosos los acuerdos y muchas veces no vinculantes.

La pandemia nos ha mostrado también que dependemos de ecosistemas sanos, que no estamos solos en este planeta y que las demás criaturas deberían ser “compañeros de camino” en lugar de “convertirse en nuestras víctimas”. Es preciso que nos convenzamos de que cuidar la propia casa es la más obvia de las decisiones: no tenemos otra, y hay muchos seres humanos, y no humanos, que dependen de ella.

Agradecer y cuidar la creación como un don

Además, como creyentes, deberíamos admirar y agradecer la Creación que recibimos como don, para cuidarla responsablemente y transmitirla a las generaciones futuras, incluso restaurando los daños que hemos ya cometido con ella.

La Iglesia no puede mirar a otro lado en una cuestión de impacto planetario, y no lo hace. Junto a otras grandes tradiciones religiosas, a los que el papa también convoca en este texto, nos recuerda que el cuidado del ambiente es el cuidado de las personas que en él viven, porque todo está conectado. ”A los fieles católicos no quiero dejar de recordarles las motivaciones que brotan de la propia fe. Aliento a los hermanos y hermanas de otras religiones a que hagan lo mismo, porque sabemos que la fe auténtica no sólo da fuerzas al corazón humano, sino que transforma la vida entera, transfigura los propios objetivos, ilumina la relación con los demás y los lazos con todo lo creado”.

Y frente a los que todavía se muestran escépticos o ignorantes, les recuerda el Papa que no tiene sentido seguir dilatando las decisiones.

Como hicieron los profetas del Antiguo Testamento, el Papa Francisco toca la puerta de nuestra conciencia para salir de esas posiciones que esconden quizás la indiferencia o el egoísmo para no cambiar: “Terminemos de una vez con las burlas irresponsables que presentan este tema como algo sólo ambiental, “verde”, romántico, frecuentemente ridiculizado por los intereses económicos. Aceptemos finalmente que es un problema humano y social en un variado arco de sentidos”.

No es la primera vez que un papa contemporáneo ejerce esa función profética. Ya lo hizo san Pablo VI con la Humanae vitae, y las consecuencias familiares de no escuchar su mensaje son ahora tristemente evidentes; ya lo hizo san Juan Pablo II, denunciando la invasión de Irak que acabó con el colapso de un país donde convivían razonablemente en paz musulmanes y cristianos, que ahora han prácticamente desaparecido, emigrando -voluntaria o forzadamente- a otras tierras.

Ahora lo hace el Papa Francisco con un tema que a algunos les puede parece alejado de la fe, pero que está en su centro, en la medida en que nos alienta a cuidar a nuestros hermanos, pero también a custodiar la Creación, siguiendo el mandato original del Génesis (2, 15), a la vez que se admira de su belleza, porque si “el mundo canta un Amor infinito, ¿cómo no cuidarlo?”

El autorEmilio Chuvieco

Catedrático de Geografía de la Universidad de Alcalá.

Mundo

El conflicto en Armenia, el fracaso de Occidente

Gerardo Ferrara explica en este artículo los detalles más importantes para comprender el conflicto actual que se desarrolla en Armenia.

Gerardo Ferrara·5 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

En dos artículos anteriores hemos ilustrado, aunque brevemente, la rica historia del pueblo armenio, hoy está en gran parte exiliado por todo el mundo y en pequeña medida concentrado en unas minúsculas porciones del Cáucaso (incluida la República de Armenia) que representan sólo una sombra del vasto imperio de la Antigüedad.

De hecho, los armenios no sólo estaban presentes en la actual República de Armenia, sino que constituían una minoría considerable, si no una verdadera mayoría, en Anatolia Oriental, Naxiçevan (región autónoma de Azerbaiyán), Javan (ahora parte de Georgia), Artsaj (también conocido como Nagorno Karabaj), también en Azerbaiyán.

Los nombres rusos Nagorno Karabaj (Karabaj montañoso o Alto Karabaj) y armenio Artsaj designan el territorio de una zona del suroeste de Azerbaiyán que, hasta el 21 de septiembre de 2023, era una república autónoma de facto, aunque sin ningún reconocimiento internacional.

Desde 1994 (con el fin de la primera guerra de Nagorno Karabaj) hasta 2020 (año de la segunda guerra de Nagorno Karabaj), la República de Artsaj (de etnia armenia) ocupaba una superficie de unos 11.000 kilómetros cuadrados, aunque se reducirá a más de la mitad desde 2020 hasta 2023, con unos 130.000 habitantes. Hoy, tras un conflicto de más de 30 años, ha vuelto completamente a manos de Azerbaiyán.

Una tierra que siempre ha sido armenia

Por los documentos en poder de los historiadores, se sabe que Artsaj, o Nagorno Karabaj, ha sido tierra armenia al menos desde el siglo IV d.C. y en ella se habla un dialecto de la lengua armenia. Alberga monumentos cristianos de incalculable valor, como el monasterio de Gandzasar o la catedral de Ghazanchetsots en Shusha, hoy parcialmente destruida.

La inmensa mayoría de la población también ha sido siempre armenia (el primer censo, de 1926, informaba de que el 90 % de los ciudadanos pertenecían a esta etnia y este porcentaje, aunque bajó al 70-80 % durante la época soviética, había vuelto al 99 % bajo la República de Artsaj).

Sin embargo, en la región, que, tras caer en manos de los selyúcidas, mongoles y safávidas y convertirse después en un kanato turco, había sido adquirida por Rusia en 1813, se produjeron, tras el final de la Primera Guerra Mundial, violentos enfrentamientos entre armenios étnicos y turco-azeríes que desembocaron en pogromos, masacres y deportaciones de las que fueron víctimas los armenios (la destrucción de Shusha y su catedral en 1919, con la matanza de unos 20.000 de sus habitantes, y de otros pueblos y ciudades), siempre en el contexto del loco nacionalismo turco paneuropeísta y de la «desarmenización» de los territorios considerados patria del elemento turco (causa ya del genocidio armenio).

También para evitar la continuación de tales conflictos, la región fue asignada en 1923 por el gobierno soviético no a la República Socialista Soviética de Armenia, sino a la de Azerbaiyán, como oblast autónomo de mayoría armenia.

Desde 1923 hasta 1991, la Unión Soviética congeló de hecho el conflicto entre los armenios y los azeríes de habla túrquica con las metodologías llevadas a cabo por Stalin: ateísmo de Estado, desplazamientos forzosos de cientos de miles de personas y asignación totalmente indebida de territorios a una república de la URSS en lugar de a otra.

Sin embargo, ya en 1988, los armenios de Nagorno Karabaj empezaron a reclamar la transferencia de soberanía bajo la República Soviética de Armenia. Cuando, en 1991, tanto Armenia como Azerbaiyán se independizaron tras el colapso de la Unión Soviética, armenios y azeríes de este enclave armenio de Azerbaiyán entraron en guerra.

Las guerras de Nagorno Karabaj

A principios de la década de 1990, las fuerzas armenias de Artsaj, apoyadas por Armenia, se hicieron con el control de la zona en la primera guerra de Karabaj (1988-1994). Las negociaciones que siguieron -dirigidas por Rusia y un comité conocido como «Grupo de Minsk» (se suponía que se celebraría una conferencia de paz en Minsk, Bielorrusia, pero nunca tuvo lugar)- sólo consiguieron un alto el fuego en 1994 y no una solución definitiva al conflicto.

Entre 1994 y 2020, año del estallido de la segunda guerra de Karabaj, la República de Artsaj consiguió dotarse de instituciones democráticas y, entre elecciones libres y un referéndum celebrado en 2006, de una Constitución, aunque sigue sin gozar de reconocimiento internacional, ni siquiera el de Armenia. Y ello mientras Azerbaiyán, con el que Occidente, Israel y Turquía mantienen también vivas y llamativas relaciones económicas y militares, suministrando armas al país, es una auténtica dictadura en manos de la dinastía Aliev, en el poder desde 1993 primero con el padre Heyder y luego, desde 2003, con el hijo Ilhem.

Pero ya se sabe, siempre se hace la vista gorda de buena gana (incluso la ONU lo hace, a cambio de generosas donaciones de los Aliev) ante el fraude electoral, los métodos autoritarios, la corrupción, la falta de libertad de prensa, los asesinatos y la violencia sistemática contra los opositores, ¡si del otro lado hay un país con enormes yacimientos de gas y petróleo! Siempre que les convenga, claro.

En 2020, estallaron de nuevo los enfrentamientos (que nunca cesaron del todo) y Azerbaiyán, respaldado por Turquía, atacó Artsaj, dando comienzo a la segunda guerra del Karabaj. Este segundo conflicto fue aún más sangriento, entre otras cosas por el uso de armas de racimo, misiles balísticos y aviones no tripulados (suministrados a Azerbaiyán por Turquía e Israel) y provocó no solo la muerte de soldados y civiles, sino también la destrucción parcial o total de pueblos y monumentos históricos, como iglesias y monasterios.

El papel de Rusia

Con las fuerzas armenias diezmadas, Aliyev y el primer ministro de Ereván, Nikol Pashinyan, acordaron el 9 de noviembre de 2020 un alto el fuego con la mediación de Rusia. El acuerdo estipulaba que Armenia renunciaría al control militar sobre Karabaj, mientras que las fuerzas de paz rusas guarnecerían la región durante cinco años. También se garantizaba que Step’anakert (capital de la República de Artsaj) mantendría el acceso a Armenia a través del corredor (“paso”) de Lachin.

Sin embargo, sabemos que Rusia, ocupada en otro frente (Ucrania), no fue capaz de interponerse adecuadamente entre los dos contendientes, entre otras cosas por oportunismo político (el gobierno de Pashinian se había acercado entretanto a la UE y a Estados Unidos y, por otra parte, Azerbaiyán es un aliado demasiado valioso) y no intervino cuando, a pesar de los acuerdos, el corredor de Lachin fue bloqueado en diciembre de 2022 por los autodenominados «ecologistas» azerbaiyanos. Una nueva ofensiva de Azerbaiyán en septiembre de 2023 consolidó aún más su control sobre el territorio, hasta el punto de destruir por completo cualquier atisbo de autonomía en la región: a partir del 1 de enero de 2024, la República de Artsaj dejará de existir.

El fin de la presencia armenia

Los objetivos expansionistas turcos y azerbaiyanos no son tan misteriosos: el sueño panturanista de la continuidad territorial turca ininterrumpida por los armenios en la zona de Karabaj, en el enclave de Naxiçevan y en la propia Armenia. Un sueño que dura ya más de cien años y que se intenta hacer realidad mediante la aniquilación sistemática de una presencia milenaria.

Las últimas y desalentadoras noticias hablan de la huida de casi ciento veinte mil armenios de Artsaj, casi toda la población, con pueblos y ciudades abandonados en manos azerbaiyanas, monumentos y cruces derribados en las cimas de las montañas (incluida la cruz de Dashushen, de 50 metros de altura, que fue la segunda cruz más grande de Europa), amenazas a los residentes armenios (en los brazaletes de los soldados azerbaiyanos se lee: «¡No huyas, armenio! Morirás de agotamiento») y secuestros de supuestos «terroristas» armenios (intelectuales disidentes, miembros del gobierno separatista, magnates de los negocios, etc.) por parte del régimen de Aliev.

Por si fuera poco, el ministro de Cultura azerbaiyano, Anar Karimov, anunció la creación de un grupo de trabajo para las zonas reconquistadas de Nagorno Karabaj con el fin de «eliminar las huellas ficticias de los armenios en los lugares religiosos albaneses». Sus desvaríos se refieren a la teoría, apoyada sólo por el historiador azerbaiyano Ziya Buniyatov en los años cincuenta y hoy por el régimen de Bakú, de que los monumentos cristianos de Karabaj son refritos armenios del siglo XIX de artefactos más antiguos procedentes de la Albania caucásica, un antiguo reino presente en el territorio en el siglo IX. El grupo de trabajo anunciado por Karimov deberá examinar los yacimientos y debatir si hay que retirarlos y, en su caso, qué.

Armenia, de ayer a hoy

En el plano histórico, está bien establecido que los monumentos más antiguos de la zona son cristianos, y preceden en algunos siglos a la llegada de los grupos turcos procedentes de las estepas mongolas que más tarde colonizaron la zona. Karabaj se cristianizó en el siglo IV y desempeñó un papel muy importante en la formación de la identidad cultural armenia.

Antes de la Primera Guerra Mundial, Artsaj tenía 222 iglesias y monasterios. A 10 de noviembre de 2020, había más de 30 iglesias y monasterios «en funcionamiento», y la Oficina de Monumentos de la República de Artsaj enumeraba un total de 4.403 monumentos culturales cristianos en la región: yacimientos arqueológicos, iglesias medievales, monasterios y fortalezas, innumerables cruces de piedra y valiosas lápidas.

No es descabellado pensar que existe un grave riesgo, como ocurrió en Turquía tras el Mezd Yeghern, de que la demencial ideología panturanista y nacionalista turca borre cualquier rastro de presencia cristiana en Artsaj en el curso de una nueva invasión bárbara.

Y Occidente (y más allá) se queda mirando.

El autorGerardo Ferrara

Escritor, historiador y experto en historia, política y cultura de Oriente Medio.

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Cultura

Los arcángeles, dones de Dios

Es difícil imaginar la vida sin nuestros arcángeles, Miguel, Gabriel y Rafael. Todos ellos encarnan los inmensos dones de nuestro Señor.

Jennifer Elizabeth Terranova·5 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Es difícil imaginar la vida sin nuestros arcángeles, Miguel, Gabriel y Rafael. Todos ellos encarnan los inmensos dones de nuestro Señor: Miguel, nuestro intrépido protector; Gabriel, el gran anunciador de la Buena Nueva; y Rafael, nuestro sanador, pero sólo hay un jefe del ejército angélico, que es san Miguel.

La palabra ángel significa mensajero; deriva de la palabra griega “aggelos». Pero el nombre Miguel significa «Quién como Dios». “Los ángeles están en todas partes, y todo el mundo los ama», señalaba un sacerdote la semana pasada tras celebrar su fiesta. Pero, ¿aprovechamos su inmenso poder y abrazamos su luz?

San Agustín dijo esto de estos dones: «Así los ángeles, iluminados por aquella luz por la que fueron creados, se convirtieron ellos mismos en luz… por participación en la luz y el día inmutables, que es el Verbo de Dios, por medio del cual ellos mismos y todas las demás cosas fueron hechas».

Juan Damasceno decía que «los ángeles son luces secundarias». Hay muchas cosas para muchas personas, y los católicos celebran estos tesoros.

“El salmista hablaba de los ángeles como «vientos y llamas», recuerda Joel J. Miller en su libro “Lifted by Angels: The Presence and Power of Our Heavenly Guides and Guardians”. Miller continúa llamándolos «los espíritus» y escribe: «‘Son los honorables poderes sin cuerpo del Cielo'» (…) «en el lenguaje de la Iglesia». Pero tienen sus limitaciones y no son omnipresentes como Dios.

El viernes 29 de septiembre fue la fiesta de los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Todos son poderosos y queridos, pero san Miguel es el más popular e invocado diariamente por muchos católicos. Los católicos confían en él y dependen de este gigante espiritual para que «nos defienda en la batalla» y «nos proteja contra la maldad y las asechanzas del diablo». El arcángel Miguel es el patrón de tenderos, soldados, médicos, marinos, paracaidistas, policías y enfermos. Su repertorio para derrotar al enemigo es impresionante, y se ha ganado este prestigioso título.

San Miguel

Al igual que Nuestro Señor, san Miguel vela por su rebaño, fue considerado protector de los israelitas y es venerado en la tradición católica como protector de la Iglesia.

Como todos los ángeles, transmite nuestras oraciones y peticiones a Dios, incluido nuestro ángel de la guarda, que está siempre con nosotros. Todos ellos son un signo del amor que Dios nos tiene.

San Miguel, sin embargo, es a quien llamamos para que «nos defienda en la batalla». Dirigió el ejército de ángeles que arrojó a Satanás y a sus secuaces al infierno. Sin embargo, su importancia no es exclusiva de los católicos. También es muy apreciado entre los judíos y, sin duda, el más popular de los arcángeles. Los padres fundadores de la Iglesia creían que el arcángel Miguel desempeñó un papel fundamental durante acontecimientos monumentales de la historia de la Iglesia católica. El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) afirma lo siguiente sobre san Miguel: «Junto a cada creyente está un ángel como protector y pastor».

San Miguel es mencionado en el Libro de Daniel y la carta de Judas como «El Príncipe» o «El Arcángel». Y san Basilio y santo Tomás de Aquino lo califican como «El príncipe de todos los ángeles».

El demonio no sólo teme a nuestra Santísima Madre y a san José, sino que es muy consciente de que san Miguel es su enemigo directo, su peor pesadilla, y trabaja las veinticuatro horas del día para proteger a los hijos de Dios de los malvados. Y cuando pronunciamos su nombre, responde, y no es de extrañar que se le considere «Conquistador de la peste».

La peste de Roma

En 590, una grave peste asoló Roma. Murieron muchas personas, así como el Papa de entonces. Su sucesor, el Papa San Gregorio Magno, organizó y dirigió una procesión masiva por las calles de Roma «como acto de penitencia» y «buscando el perdón y la expiación de los pecados». Se dice que san Miguel apareció durante la procesión penitencial, y la peste terminó.

El 1 de octubre de 1884, el Papa León XIII, que reinó de 1878 a 1903, estaba charlando con sus hermanos después de celebrar la Misa cuando, de repente, se quedó «paralizado» durante varios minutos. Aunque hay varias versiones del suceso, se cree que tuvo una visión del siglo XX tan alarmante que le obligó a componer la oración de san Miguel y ordenó que se rezara al final de la misa. Todavía se reza en algunas misas y en privado por sus fieles seguidores.

Los arcángeles hoy

El Padre Pío enviaba penitentes a lo que hoy es el santuario de san Miguel más antiguo de Europa Occidental, en Gargano, Italia, para liberarlos, donde se les aparecía san Miguel.

El arcángel es tan poderoso que es el ángel al que llaman los exorcistas cuando trabajan con alguien que está poseído, oprimido y luchando contra fuerzas demoníacas. Y las reliquias de las piedras de la cueva se utilizan en sus ritos.

Podemos contar con san Miguel para separar a los malhechores de los justos al final de los tiempos. Y los católicos deben ser muy conscientes de la magnitud de su poder. Él, como todos ellos, son dones de Dios y están aquí para sanarnos, guiarnos y protegernos. Así pues, pide la intercesión del arcángel Miguel, Gabriel, Rafael y tu ángel de la guarda, y acuérdate de darles las gracias, pues siempre están de tu lado y listos y dispuestos a ayudarte.

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¿Dónde está la verdad?

Las nuevas generaciones continúan preguntándose: “¿Quién soy? ¿Qué sentido tiene mi estar en el mundo? ¿A dónde voy?”

5 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

“¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Qué hago con mi vida? ¿A dónde voy?” Son las preguntas humanas de siempre que ni el humanismo, ni las ciencias, ni la tecnología son capaces de contestar. En cada época, los pensadores nos las vuelven a poner delante y suenan siempre igual. Hasta donde esos pensadores han podido llegar, con diversos acentos, nos proponen que seamos humanos, que seamos lo que somos; en definitiva, que nos encontremos con nosotros mismos. 

Sin embargo, esas respuestas de los filósofos y pensadores nos siguen dejando, en el fondo, vacíos y las nuevas generaciones continúan preguntándose: “¿Quién soy? ¿Qué sentido tiene mi estar en el mundo? ¿A dónde voy?”

Son preguntas que inquietan en lo profundo al ser humano; son preguntas muy serias; son preguntas que nos comprometen hasta la médula. Sin embargo, esta seriedad y compromiso, en vez de atraernos en busca de la verdad última de nuestro ser, parece como si quisiéramos evitarlas, esquivarlas  u ocultarlas, no se sabe dónde. 

Quizás lo que más distingue a nuestra época  es la superficialidad, el querer olvidar o inutilizar el espíritu crítico, el quedarse como sin fuerza de voluntad para afrontar esas preguntas, el dejarse caer en el nihilismo, el no querer escuchar la conciencia; en definitiva, como el no tener fuerzas para enfrentarse con la dimensión espiritual y moral de nuestro ser personas.

Hay vídeos impresionantes de algunas calles de ciudades de Estados Unidos -pero no sólo-, en las que aparecen personas como zombis, destruidos moral y físicamente por la droga y la prostitución.  

¿Será que hemos construido toda una civilización fundamentada, no en lo que somos, sino en lo que poseemos? ¿Será que el éxito y el prestigio social se anteponen a todo y nos dejan en un inquietante vacío existencial? Algún autor ha definido nuestro tiempo como “un páramo espiritual”. Es urgente apelarse a cada persona humana para que cultive la dimensión “contemplativa” de su ser, para que sea “verdaderamente libre”.

La persona “superficial”, que no piensa por sí misma, sino que se deja llevar por ideologías, en apariencia dominantes, tendrá mucha dificultad para hacerse esas preguntas, de cuyas respuestas acertadas depende su felicidad. No olvidemos que culturalmente somos hijos de la Ilustración, la cual, con aspectos positivos y aciertos, ha cultivado, sin embargo, un racionalismo desconectado de la realidad trascendente de la persona humana, llevándonos  a la postre a un gran vacío espiritual.

Siguen en pie aquellas palabras luminosas de Jesús: «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» (Jn 8,31).

Jesús nos asegura que existe la verdad;  nos confirma lo que ya percibimos con claridad en nuestro interior, es decir, que la verdad sólo puede ser una, aunque las mentiras o “medias verdades” sean muchas; nos ratifica que su Palabra es la verdad.

Ahí está, para quien la pida con humildad, la respuesta a esas preguntas permanentes del ser humano.

El autorCelso Morga

Arzobispo emérito de la diócesis de Mérida Badajoz

Evangelio

La canción de la viña. Domingo XXVII del tiempo ordinario (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del XXVII domingo del Tiempo Ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·5 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

En el Antiguo Testamento la viña era una imagen recurrente para describir el amor y el cuidado de Dios a su pueblo y a Jerusalén. Israel era la viña escogida de Dios, que Él había creado y formado con especial atención. Las lecturas de hoy nos dan un ejemplo del uso de esta imagen. El salmo describe a Israel como “la cepa que tu diestra [de Dios] plantó”. Y en un pasaje de Isaías, escuchamos lo que se conoce como “la canción de la viña”.

El lenguaje está lleno de amor y ternura: el amor del profeta por Dios (al que se refiere como “mi amado”) y el amor de Dios por su pueblo, descrito mediante la metáfora de la viña: “Mi amigo tenía una viña en un fértil collado. La entrecavó, quitó las piedras y plantó buenas cepas; construyó en medio una torre y cavó un lagar”. Y luego Dios mismo dice: “¿Qué más podía hacer yo por mi viña que no hubiera hecho?”. El salmo añade: “Sacasta una vid de Egipto, expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste”.

En otras palabras, Dios no podía haber hecho más para establecer a Israel y ayudarlo a florecer. Pero Israel nunca correspondió a tan gran amor, y por eso Dios se lamenta: “¿Por qué, cuando yo esperaba que diera uvas, dio agrazones?”. Las uvas malas del pecado.

Y tanto en la primera lectura como en el salmo, Dios anuncia los castigos derivados de la falta de correspondencia de Israel: el derribo de sus murallas (las de Jerusalén), su abandono y falta de cuidados, el robo de sus productos, su devastación por los animales y la falta de lluvia.

No es sorprendente, por tanto, que Jesús utilice esta imagen para advertir a Israel. También describe el gran cuidado que puso Dios en establecer a Israel mediante la imagen de la construcción de la viña. Es como si dijera: “Arrepentíos, o los castigos amenazados a la viña caerán ahora sobre vosotros”.

Jesús cuenta una parábola en la que un terrateniente intenta repetidamente obtener los productos a los que tiene pleno derecho de los arrendatarios a los que ha arrendado la viña, pero, cuando envía a sus criados a buscarlos, son maltratados.

Finalmente, el propietario, que es Dios Padre, envía a su Hijo, que es Jesús, pero los labradores lo matan. Jesús predice su muerte para intentar advertir a los israelitas de que sabe lo que están haciendo y a qué conducirán sus acciones.

A lo largo de la lectura de hoy percibimos el mal de la obstinación y la resistencia a la gracia. Solo conducen al desastre, primero en la tierra, pero en última instancia en la otra vida. Vemos a un Dios que, a pesar de todo su amor, o más bien a causa de él, se molesta por lo que hacemos y se enfada por nuestros pecados.

La obstinación en el pecado nos llevará a la perdición y la paciencia de Dios tiene, en cierto sentido, límites. No nos impondrá su gracia y, si la rechazamos, la ofrecerá a otros en lugar de a nosotros.

La homilía sobre las lecturas del domingo XXVII del Tiempo Ordinario (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

Laudate Deum. El Papa alerta del peligro del hombre «que pretende ocupar el lugar de Dios»

Ocho años después de la publicación de Laudato Si´, el Papa Francisco vuelve a clamar por la necesidad de un "camino de reconciliación con el mundo" en su nueva Exhortación Apostólica Laudate Deum, publicada hoy, fiesta de san Francisco de Asís, un ejemplo de santidad y respeto por la casa común.

Maria José Atienza·4 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

«No tenemos reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre», con esta afirmación comienza, prácticamente, Laudate Deum, la sexta Exhortación Apostólica del Papa Francisco, que se centra esta vez en la crisis climática y que ha sido publicada el 4 de octubre de 2023, fiesta de San Francisco de Asís, tres después de Fratelli Tutti.

El Papa comienza esta carta centrando su mirada en la crisis climática global. En este punto destaca cómo «es verdad que no cabe atribuir de modo habitual cada catástrofe concreta al cambio climático global. Sin embargo, sí es verificable que determinados cambios en el clima provocados por la humanidad aumentan notablemente la probabilidad de fenómenos extremos cada vez más frecuentes e intensos». 

Este reconocimiento de la responsabilidad del hombre, junto a causas ajenas a su voluntad, es una constante en esta nueva Exhortación Apostólica que recuerda, en más de una ocasión, que la naturaleza no es un simple «marco para el hombre», sino que formamos todos parte de ella como resultado del poder creador de Dios.

Resistencias ante el cambio climático

Hace mención el pontífice a las resistencias y críticas que, también dentro de la Iglesia, constata ante lo que considera una realidad urgente. En este sentido, Laudate Deum recoge alguna de las «razones» con las que se ridiculiza la preocupación ante la degradación del medio ambiente como los problemas de heladas, lluvias o las confusiones de información.

El Papa subraya en este punto que «no faltan quienes responsabilizan a los pobres porque tienen muchos hijos y hasta pretenden resolverlo mutilando a las mujeres de países menos desarrollados. Como siempre, pareciera que la culpa es de los pobres. Pero la realidad es que un bajo porcentaje más rico del planeta contamina más que el 50% más pobre de toda la población mundial, y que la emisión per cápita de los países más ricos es muchas veces mayor que la de los más pobre». Una realidad que pocas veces se pone de manifiesto, en especial, en el llamado bloque de Occidente.

No esconde Francisco la dificultad de llevar a cabo una «transición hacia formas renovables de energía, bien gestionada» para evitar, como ha ocurrido en ocasiones, la destrucción de numerosos puestos de trabajo. En este punto, el Papa apunta a la necesidad de que los políticos y empresarios se ocupen de una gestión integral que no elimine puestos de trabajo bajo la bandera del ecologismo.

Todo lo que deja de ser un don, se convierte en un esclavo

Tras analizar riesgos y situaciones derivadas de la degradación del medio ambiente y el avance de la crisis climática, el Papa apremia a «una mirada más amplia que nos permita no sólo admirarnos por las maravillas del progreso, sino también es apremiante prestar atención a otros efectos que probablemente ni siquiera podían imaginarse un siglo atrás. Se nos pide nada más que algo de responsabilidad ante la herencia que dejaremos tras nuestro paso por este mundo». 

En este sentido, Francisco recuerda que ya en Laudato Si´ofrecía «breve desarrollo acerca del paradigma tecnocrático que está detrás del proceso actual de degradación del ambiente. Es ‘un modo de entender la vida y la acción humana que se ha desviado y que contradice la realidad hasta dañarla'». Una idea de progreso y poder absoluto del hombre que avances como la Inteligencia Artificial ha consolidado en muchas personas.

Ante esta idea de poder ilimitado, el Papa recuerda que «no son ilimitados los recursos naturales que requiere la tecnología, como el litio, el silicio y tantos otros, pero el mayor problema es la ideología que subyace a una obsesión: acrecentar el poder humano más allá de lo imaginable, frente al cual la realidad no humana es un mero recurso a su servicio. Todo lo que existe deja de ser un don que se agradece, se valora y se cuida, y se convierte en un esclavo, en víctima de cualquier capricho de la mente humana y sus capacidades». 

El Papa vuelve a atacar, en esta carta lo que él denomina la «lógica del máximo beneficio con el menor costo, disfrazada de racionalidad, de progreso y de promesas ilusorias». Una lógica que ha llevado a la implantación de residuos nucleares o establecimiento de industrias contaminantes en las zonas más pobres del planeta sin contar con la vida y el desarrollo de sus habitantes. Una lógica que, en palabras del Papa «vuelve imposible cualquier sincera preocupación por la casa común y cualquier inquietud por promover a los descartados de la sociedad».

En este punto, aclara el pontífice, «una cosa es un sano planteamiento sobre el valor del esfuerzo, el desarrollo de las propias capacidades y un loable espíritu de iniciativa, pero si no se busca una real igualdad de oportunidades esto se convierte fácilmente en una pantalla que consolida más aún los privilegios de unos pocos con mayor poder. Dentro de esta lógica perversa, ¿qué les importa el daño a la casa común si ellos se sienten seguros bajo la supuesta armadura de los recursos económicos que han conseguido con su capacidad y con su esfuerzo?»

Un esfuerzo común

Otro de los grandes bloques de esta carta es el dedicado a la necesidad de un esfuerzo común, un «nuevo multilateralismo» que integre mecanismos de cooperación efectiva y que conlleve un compromiso real de los países en este sentido.

En esta linea, el Papa recuerda en Laudate Deum la necesidad de tener una visión integral que borde de igual manera estos problemas.

«Buscar sólo un remedio técnico a cada problema ambiental que surja», recuerda el Papa, «es aislar cosas que en la realidad están entrelazadas y esconder los verdaderos y más profundos problemas del sistema mundial».

El Papa incide, una vez más, en la urgencia de «dar respuesta a los nuevos desafíos y de reaccionar con mecanismos globales ante los retos ambientales, sanitarios, culturales y sociales, especialmente para consolidar el respeto a los derechos humanos más elementales, a los derechos sociales y al cuidado de la casa común». Sólo así podremos, apunta el pontífice superar el riesgo de «quedarnos encerrados en la lógica de emparchar, colocar remiendos, atar con alambre, mientras por lo bajo avanza un proceso de deterioro que continuamos alimentando». 

Una llamada a los fieles

Si bien el título de la Exhortación Apostólica Laudate Deum se dirige a «todas las personas de buena voluntad», el Papa dedica la última parte de la carta de manera especial a los creyentes.

En este sentido, recuerda Francisco, «Dios nos ha unido a todas sus criaturas». En este ámbito, el pontífice apela a un antropocentrismo situado, que reconociendo el «valor peculiar y central del ser humano en medio del concierto maravilloso de todos los seres» también reconoce «que la vida humana es incomprensible e insostenible sin las demás criaturas».

Repensarnos a nosotros mismos y «entendernos de una manera más humilde y más rica», ésta es la propuesta del Papa Francisco que invita a los creyentes «a un camino de reconciliación con el mundo que nos alberga, y a embellecerlo con el propio aporte».

Laudate Deum concluye con una llamada a la responsabilidad personal subrayando que «no hay cambios duraderos sin cambios culturales, sin una maduración en la forma de vida y en las convicciones de las sociedades, y no hay cambios culturales sin cambios en las personas». 

Francisco cierra con una poderosa afirmación «un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo», que encierra, en resumen, la clave de Laudate Deum

Vaticano

Francisco exhorta al inicio del Sínodo a una «Iglesia abierta a todos»

El Santo Padre ha trazado esta mañana, en la memoria de san Francisco de Asís, el perfil de la Iglesia que desea, en la Misa de apertura de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo en la plaza de Pedro. Una “Iglesia de puertas abiertas a todos”, que ve la humanidad con misericordia, que escucha y dialoga, que acoge, y que “no es rígida ni tibia, ni cansada”. El Sínodo “no es un parlamento polarizado, sino lugar de gracia y comunión”, ha afirmado.

Francisco Otamendi·4 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

El Papa Francisco ha presidido esta mañana en la Plaza de San Pedro, acompañado por los nuevos cardenales y los miembros del Colegio cardenalicio, la Misa de apertura de la  XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en la que ha ofrecido a los 464 participantes en el Sínodo y a todos los fieles un perfil de la Iglesia que desea en estos tiempos, cuya característica central ha de ser una “Iglesia con la puertas abiertas a todos, a todos, a todos”, repitió hasta en tres ocasiones.

En la homilía del Papa, apoyado en la mirada de misericordia de Jesús y en las huellas de san Francisco de Asís, al que ha denominado “testigo de paz y de fraternidad”, sobresalen quizá dos o tres párrafos en los que traza de modo particular su visión de la Iglesia.

“Esta es la cuestión fundamental. Esta es la principal tarea del Sínodo”, ha señalado en un momento central de su reflexión: “volver a poner a Dios en el centro de nuestra mirada, para ser una Iglesia que ve a la humanidad con misericordia. Una Iglesia unida y fraterna, que escucha y dialoga; una Iglesia que bendice y anima, que ayuda a quienes buscan al Señor, que sacude saludablemente a los indiferentes, que pone en marcha itinerarios para instruir a las personas en la belleza de la fe”.

Disipar “temores”

“Una Iglesia que tiene a Dios en el centro y, por consiguiente, no crea división internamente, ni es áspera externamente. Es así como Jesús quiere a su Iglesia, su Esposa”. “La mirada de bendición de Jesús nos invita a ser una Iglesia que no afronta los desafíos y los problemas de hoy con espíritu de división y de conflicto, sino que, por el contrario, vuelve los ojos a Dios que es comunión y, con asombro y humildad, lo bendice y lo adora, reconociéndolo como su único Señor”. 

Una idea que se completa con sus palabras finales en la homilía de la Celebración eucarística: “Y si el Pueblo santo de Dios con sus pastores, provenientes de todo el mundo, alimentan expectativas, esperanzas e incluso algunos temores sobre el Sínodo que comenzamos, recordemos una vez más que no se trata de una reunión política, sino de una convocación en el Espíritu; no de un parlamento polarizado, sino de un lugar de gracia y comunión”.

“El Espíritu Santo deshace, a menudo, nuestras expectativas para crear algo nuevo que supera nuestras previsiones y negatividades. Abrámonos e invoquemos al Espíritu Santo. Él es el protagonista. Y con Él caminemos, con confianza y alegría”, ha manifestado el Romano Pontífice.

Una Iglesia “que se hace coloquio” (san Pablo VI)

“La mirada acogedora de Jesús nos invita también a ser una Iglesia que acoge, no con las puertas cerradas”, ha señalado el Papa. “En una época compleja como la actual, surgen nuevos desafíos culturales y pastorales, que requieren una actitud interior cordial y amable, para poder confrontarnos sin miedo. En el diálogo sinodal, en esta hermosa “marcha en el Espíritu Santo”, que realizamos juntos como Pueblo de Dios, podemos crecer en la unidad y en la amistad con el Señor para observar los retos actuales con su mirada; para convertirnos, usando una bella expresión de san Pablo VI, en una Iglesia que “se hace coloquio” (Carta enc. Ecclesiam suam, n. 34)”. 

Meditando sobre las palabras de Jesus en el Evangelio, Francisco ha añadido: “Se trata de una una Iglesia “de yugo suave” (Mt 11,30), que no impone cargas y que repite a todos: “vengan, todos los que están afligidos y agobiados, vengan ustedes que han extraviado el camino o que se sienten alejados, vengan ustedes que les han cerrado la puerta a la esperanza, ¡la Iglesia está aquí para ustedes!, la Iglesia de las puertas abiertas a todos, a todos, a todos”, ha reiterado de diversos modos.

Una Iglesia que “no es rígida ni tibia”

Los rasgos de la Iglesia según Francisco alertan también sobre algunas tentaciones que pueden aflorar. Así lo ha comentado el Papa. “Hermanos y hermanas, Pueblo santo de Dios, frente a las dificultades y los retos que nos esperan, la mirada de Jesús que bendice y que acoge nos libra de caer en algunas tentaciones peligrosas: la de ser una Iglesia rígida, que se acoraza contra el mundo y mira hacia el pasado; la de ser una Iglesia tibia, que se rinde ante las modas del mundo; la de ser una Iglesia cansada, replegada en sí misma”. 

En este punto se ha referido al santo de la pobreza, san Francisco de Asís: “Caminemos siguiendo las huellas de san Francisco de Asís, el santo de la pobreza y la paz, el “loco de Dios” que llevó en su cuerpo las llagas de Jesús y, para revestirse de Él, se despojó de todo. San Buenaventura cuenta que, mientras rezaba, el Crucifijo le dijo: «Francisco, ve y repara mi casa» (Legenda maior, II, 1)”. 

Armas del Evangelio: “humildad, unidad, oración, caridad”

“El Sínodo sirve para recordarnos que nuestra Madre Iglesia tiene siempre necesidad de purificación, de ser “reparada”, porque todos nosotros somos un Pueblo de pecadores perdonados, siempre necesitados de volver a la fuente, que es Jesús, y emprender de nuevo los caminos del Espíritu para que llegue a todos su Evangelio”, ha añadido el Santo Padre.

“Francisco de Asís, en un período de grandes luchas y divisiones entre el poder temporal y el religioso, entre la Iglesia institucional y las corrientes heréticas, entre cristianos y otros creyentes, no criticó ni atacó a ninguno, sólo abrazó las armas del Evangelio: la humildad y la unidad, la oración y la caridad. ¡Hagamos lo mismo también nosotros!”.

“Jesús no se deja vencer por la tristeza”

Al trazar este perfil, el Papa se ha apoyado de manera particular en un fragmento del Evangelio de san Mateo, con el fin de animar ante tristezas o desalientos. El Evangelio relata “un momento difícil de la misión de Jesús, que podríamos definir de desolación pastoral”, ha manifestado Francisco. Dudas de Juan Bautista, ciudades que no habían convertido, gente que le acusaba de ser un glotón y borracho… Sin embargo, “Jesús no se deja vencer por la tristeza, sino que levanta los ojos al cielo y bendice al Padre porque ha revelado a los sencillos los misterios del Reino de Dios”.

“Poner a Dios en el centro de nuestra mirada”

Francisco ha citado algunos predecesores suyos. Además de san Pablo VI, en la referencia a una Iglesia “que se hace coloquio”, también lo ha hecho con san Juan XXIII, en su discurso de apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II, el 11 octubre 1962, cuando señaló que “ante todo es necesario que la Iglesia no se aparte del sacro patrimonio de la verdad, recibido de los padres; pero, al mismo tiempo, debe mirar a lo presente, a las nuevas condiciones y formas de vida introducidas en el mundo actual, que han abierto nuevos caminos para el apostolado católico”.

Asimismo, al comienzo de su homilía, el Santo Padre ha mencionado a Benedicto XVI, quien, al dirigirse a la XIII Asamblea General del Sínodo de los Obispos en octubre de 2012, señaló: “La cuestión para nosotros es: Dios ha hablado, ha roto verdaderamente el gran silencio, se ha mostrado, pero ¿cómo podemos hacer llegar esta realidad al hombre de hoy, para que se convierta en salvación?”.

La respuesta se ha mencionado al principio de estas líneas, cuando Francisco ha señalado que “la cuestión fundamental”, “la principal tarea del Sínodo” es “volver a poner a Dios en el centro de nuestra mirada, para ser una Iglesia que ve a la humanidad con misericordia”.

El autorFrancisco Otamendi

Cultura

El libro religioso inaugura LIBER 2023

El 3 de octubre de 2023 arrancó la feria internacional del libro LIBER en IFEMA con la V Jornada sobre el Libro Religioso, que lleva por lema "Grandes retos e inquietudes del libro religioso".

Loreto Rios·4 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La V Jornada sobre el Libro Religioso estuvo organizada por la Comisión de Editoriales del Libro Religioso (CELR), que agrupa un total de casi 30 editoriales religiosas con diferentes temáticas y géneros literarios, desde teología o filosofía hasta historia y ficción.

La jornada fue inaugurada por monseñor Francisco César García Magán, secretario general de la Conferencia Episcopal Española, quien resaltó el desafío al que se enfrentan las editoriales de libro religioso actualmente. Asimismo, afirmó que editar es una inversión a medio-largo plazo, un concepto que choca hoy en día con la “sociedad de la inmediatez” y que las editoriales, especialmente las de contenido religioso, “mantienen con sacrificio ese compromiso”.

Por otra parte, afirmó que la Iglesia se ha mostrado desde sus inicios comprometida con la cultura del momento y con la evangelización. El mensaje evangelizador no puede estar fosilizado, sino que “es para todos y para todos los tiempos”. Señaló también García Magán, refiriéndose al mensaje evangélico, que lo importante es el agua, no el recipiente en el que se sirva. Porque tiene que haber libertad de culto, pero también “libertad de anuncio”, cumpliendo el mandato de Jesucristo: “Id y haced discípulos de todas las naciones”.

Se trata del tercer año que la Jornada del Libro Religioso se celebra en LIBER, y en esta ocasión se han tratado los temas que más preocupan actualmente a este ámbito, con el lema “Grandes retos e inquietudes del libro religioso”.

La jornada estuvo coordinada por José Manuel Bargueño, director comercial de Ediciones Palabra y coordinador de la Comisión de Editoriales del Libro Religioso, y contó con tres mesas redondas.

La primera de ellas, titulada “El libro religioso y los medios de comunicación. La batalla de la visibilidad”, la moderó la directora de Literocio y Getafe Negro, Maica Rivera, y contó con la participación de Fernando Bonete, responsable de la sección de libros de El Debate, autor, profesor universitario e influencer cultural, y José Ramón Navarro-Pareja, redactor del diario ABC y responsable de la información religiosa en este periódico.

En esta mesa, se habló sobre la relación entre las editoriales de libro religioso y los medios de comunicación, y se planteó la cuestión de si en la prensa se da visibilidad a este tipo de libros.

A continuación, tuvo lugar la mesa redonda “La piratería y derechos de autor. La evangelización no debe ser una excusa”, moderada por la subdirectora de Sociedad y Cultura de Europa Press, María Pin. En ella intervinieron como ponentes Lucía Pastor, directora del Departamento de Antipiratería de CEDRO, Ana M.ª Cabanella, directora de la editorial argentina Claridad y vicepresidenta de CADRA, y el escritor José María Rodríguez Olaizola.

Por último, se celebró la mesa “Comunidades que creen en ti”, en la que participaron Íñigo Ybarra, responsable de márketing del Grupo de Comunicación Loyola, y Juan Carlos Manso, director de la SJDigital del Grupo de Comunicación Loyola.

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Cultura

El año al que le faltaron 10 días

En el año 1582 hubo diez días que no se vivieron: del 5 de octubre al 14 de octubre. Esto fue debido a un cambio de calendario, del juliano al gregoriano.

Loreto Rios·4 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

A partir del 4 de octubre de 1582 se comenzó a usar un nuevo calendario, que recibió, en honor al Papa que lo estableció, Gregorio XIII, el nombre de “gregoriano”.

El calendario anterior, el juliano, recibía ese nombre por Julio César, quien lo había instaurado en el año 46 a. C. Este calendario establecía que el año duraba 365 días y 6 horas. En realidad, este cómputo tenía un desfase de 11 minutos y 15 segundos de más con respecto a la hora astronómica. Una diferencia mínima, pero, para el año 1582, se habían acumulado ya diez días de diferencia.

Este problema se conocía desde el siglo IV, y en el siglo XIII los astrónomos del rey Alfonso X El Sabio habían calculado el desajuste casi a la perfección: 10 minutos y 44 segundos.

Sin embargo, fue el Papa Gregorio XIII quien se decidió a solventar el error, dado que comenzaba a afectar a las fechas de Pascua, que se iba celebrando cada vez más pronto en el año. Para ajustar las fechas, hubo que saltarse diez días del año, por lo que del jueves 4 de octubre de 1582 se pasó al viernes 15.

España, Francia e Italia se adaptaron a las nuevas fechas en el acto, pero no todos los países adoptaron el nuevo calendario inmediatamente. Inglaterra, que acababa de separarse de Roma tan solo 48 años antes, dejó el juliano en 1752 y Suecia en 1753. Japón se sumó al calendario gregoriano en 1873, China en 1912, Grecia en 1923, Rusia en 1918 y Turquía en 1927. Sin embargo, las fechas litúrgicas en países cristianos no católicos las sigue marcando el calendario juliano, por lo que no coincide la Pascua católica con la ortodoxa. Sin embargo, a partir de 2023, Ucrania ha decidido celebrar sus fiestas religiosas según el calendario gregoriano, por lo que ya no celebrarán la Navidad el 7 de enero, sino el 25 de diciembre.

Hubo varios encargados de revisar el problema del calendario: el alemán Christopher Clavius o el astrónomo Luigi Lilio. Además, en el año 2012, la doctora Ana María Carabias publicó un libro, “Salamanca y la medida del tiempo”, en el que resaltaba el papel que científicos de la Universidad de Salamanca tuvieron en la instauración del calendario gregoriano. Según este estudio, los investigadores salmantinos enviaron un informe al Vaticano en 1515 sobre este tema. Debido a que pasó bastante desapercibido, la Universidad mandó otro informe en 1578, adjuntando el primero. Este segundo informe se conserva en la Biblioteca Apostólica Vaticana, mientras que el primero está perdido. En el documento se indican diferentes opciones para solucionar el problema del desajuste causado por el calendario juliano, entre ellas, quitarle los días pertinentes a un mes, medida que finalmente fue la que se adoptó.

La instauración del nuevo calendario se hizo a través de la bula papal “Inter gravissimas”, emitida el 24 de febrero de 1582 por Gregorio XIII. En ella se indicaba que ese año se pasaría del jueves 4 de octubre al viernes 15 de octubre para recuperar los días que se habían perdido por el desajuste del calendario juliano. Se eligió octubre porque tenía menos fechas religiosas y así no se alteraba el calendario litúrgico.

Por tanto, santa Teresa de Jesús, por ejemplo, que había muerto el 4 de octubre, fue enterrada al día siguiente, 15 de octubre.

Vaticano

Mansedumbre y humildad en el camino sinodal

"El Papa Francisco ha pedido que toda la Iglesia sea partícipe, que todos sean protagonistas de la lógica de la eclesiología del Pueblo de Dios. Esto explica que Episcopalis communio transforme el Sínodo de un evento en un proceso, articulado en fases"

Antonino Piccione·3 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El primer Sínodo que se celebrará según la Constitución Apostólica Episcopalis communio del 15 de septiembre de 2018. «Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión»: el 4 de octubre será la primera sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.

Etapa de un proceso iniciado el 10 de octubre de 2021, que culminará en una nueva sesión el próximo año también en octubre. La primera con la participación activa y con derecho a voto de setenta no obispos, así como con la presencia de medio centenar de expertos, divididos en facilitadores y teólogos. 

Redescubrir la dimensión del silencio para escuchar la voz del Espíritu y hacer del Sínodo un lugar de fraternidad: este es el «camino» espiritual indicado por el Papa Francisco a la Iglesia, durante la vigilia ecuménica de oración «Juntos – Encuentro del Pueblo de Dios», el 30 de septiembre en la Plaza de San Pedro.

Junto a Francisco, diecinueve representantes ecuménicos rezaron juntos y escucharon significativos testimonios ofrecidos por jóvenes, algunos de ellos refugiados y discapacitados intelectuales.

El retiro previo

Tras la vigilia ecuménica y en el último día de retiro espiritual en la «Fraterna Domus» de Sacrofano para los participantes en el Sínodo, la Madre Ignazia Angelini señaló en la celebración «la íntima energía del camino sinodal. En todos sus pasos y pasajes. El Sínodo mismo se desarrolla como una «celebración».

«¡Hazme justicia, Dios!» (Sal 42,1) da voz», observó, «al gemido de la humanidad oprimida y de la creación sometida a la vanidad y con dolores de parto (Rom 8,20-24), presa de una tristeza generalizada que nubla nuestros días».

Pero luego, sin solución de continuidad, entonamos: «Todas las cosas cantan y gritan de alegría» (Sal 63,14). Es precisamente este contrapunto de súplica y alabanza el canto inmóvil de la fe, que reúne armonías disonantes de mundos visibles y cultos, acompañándonos hasta la noche en la lucha por creer, por estar en compañía de los humanos como «todos hermanos».

Se hizo eco de él, el Padre Radcliffe, para quien «la convocación vespertina de cada día, en el Magnificat, nos acoge y nos revela cómo llevar a término toda obra emprendida en la obediencia de la fe. Al caer la tarde, la Madre de Dios nos espera con su canto. Un canto extraordinario por su potencial de lectura profética de la historia. Una síntesis «materna» que recoge y da luz a nuestra deshilachada historia humana. Y muestra el camino».

El canto de María se entrega así a la Iglesia de Dios en su camino «para recoger en la oración el ocaso de la tarde y abrir el futuro a cada uno de sus pasos. Incluso las reuniones sinodales».

El Magnificat es -en opinión del Padre Radcliffe- para la Iglesia y su proceso sinodal, «una gracia cotidiana de cumplimiento; una gracia que la impulsa hacia adelante, más allá de diferencias y oposiciones. Impulsa con la íntima certeza de que el Señor, no obstante, da la gracia, mira la pobreza, conoce -desde el Egipto del pueblo oprimido hasta el Gólgota del Hijo- nuestros trabajos y aflicciones».

Con mansedumbre y humildad. Nombres, rostros, preguntas, comparaciones, opciones, bajo esa mirada unificadora, «sin mirar atrás».

Proceso sinodal

En  Avvenire, entrevistado hoy por Stefania Falasca, don Dario Vitali, profesor ordinario de eclesiología en el Departamento de Teología Dogmática de la Pontificia Universidad Gregoriana, nombrado por el Papa Francisco coordinador de los expertos teólogos implicados en el Sínodo, explica así la metodología de los trabajos sinodales: «El Papa Francisco ha pedido que toda la Iglesia sea partícipe, que todos sean protagonistas de la lógica de la eclesiología del Pueblo de Dios. Esto explica que Episcopalis communio transforme el Sínodo de un evento en un proceso, articulado en fases. En la primera fase se produjo la participación de toda la Iglesia y de todos en la Iglesia, a través de la consulta al Pueblo de Dios en las Iglesias particulares y después de los dos momentos de discernimiento, en las Conferencias Episcopales y en las Asambleas Continentales. Según el Concilio Vaticano II, el Pueblo de Dios participa en la función profética de Cristo (Lg 12). Por eso participan plenamente en la Asamblea los miembros no obispos, que no representan al Pueblo de Dios, pero son testigos de la unidad del proceso sinodal. Su presencia y contribución dicen queel Sínodo no consiste en una Asamblea circunscrita y que la primera fase es esencial para el discernimiento. Y que los temas que se abordan son los surgidos de la consulta al Pueblo de Dios».

El objetivo último del proceso», sostiene Vitali, «es arraigar un estilo y una forma de Iglesia sinodal, de modo que la sinodalidad, como dimensión constitutiva de la Iglesia, pueda y deba configurar la Iglesia misma, su vida, sus instituciones, su modo de pensar y de trabajar, su misión».

Un principio madurado en la estela de la Tradición, en continuidad con el Concilio, «que no contradice -concluye el teólogo- a la Iglesia de siempre, sino que la ilumina con una luz nueva, con esa novedad que está siempre en el orden de la gracia, por tanto nova et vetera, nueva porque antigua».

También en los últimos dias el Papa Francisco ha respondido a los 5 Dubia, las preguntas de algunos cardenales que han hecho llegar al Santo Padre el pasado mes de julio. Las respuestas del Papa, en español, han sido publicadas en la página web del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.

El autorAntonino Piccione

Enseñanzas del Papa

“Vale la pena gastar la vida por el Evangelio”. El Papa en Mongolia

El Papa Francisco realiza un viaje apostólico a Mongolia del 31 de agosto al 4 de septiembre. En su audiencia del miércoles 6 de septiembre, a su regreso, Francisco se preguntó: “¿Por qué el Papa va tan lejos a visitar un pequeño rebaño de fieles?” (de hecho, hay unos 1500 fieles católicos). 

Ramiro Pellitero·3 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

Dos días antes, en el vuelo de regreso decía que estaba contento al menos por este motivo: “Para mí, el viaje era conocer a este pueblo, entrar en diálogo con este pueblo, recibir la cultura de este pueblo y acompañar a la Iglesia en su camino con mucho respeto por la cultura de este pueblo”.

Los primeros misioneros llegaron a Mongolia en el siglo XIII y se mantuvieron un siglo. Una segunda etapa comenzó a mediados del siglo XIX, cuando se estableció la primera jurisdicción católica; pero terminó pronto, con la instauración del régimen comunista. 

La tercera y definitiva recomenzó en 1991: Juan Pablo II no pudo visitar el país y en 2011 Benedicto XVI recibió en audiencia al presidente de Mongolia. Además, el Papa señaló la efeméride de los 860 años del nacimiento de Gengis Kan. 

En la audiencia del mismo miércoles, explicaba Francisco en alusión a su viaje que “es justo allí, lejos de los focos, donde encontramos a menudo los signos de la presencia de Dios, que no mira las apariencias, sino el corazón” (cfr. 1 Sam 16, 7). De hecho, continuaba, tuvo la gracia de encontrar en Mongolia “una Iglesia humilde pero feliz, que está en el corazón de Dios”. 

La inculturación del Evangelio se realizó siguiendo la estela del servicio y de la caridad en aquella tierra de tradición budista. Y también, de hecho, al final de su visita pastoral el Papa inauguró la Casa de la Misericordia, un lugar abierto a todos donde los misioneros acogen a la gente que acude. 

Esperar y caminar juntos

La visita comenzó el sábado, 2 de septiembre, en el encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático (cfr. Discurso en el Palacio de Gobierno de Ulán Bator, 2-IX-2023). Tras evocar el comienzo de las relaciones entre Mongolia e Inocencio IV (1246), de cuyo documentro traía copia auténtica Francisco, se refirió a la sabiduría de ese pueblo representada por la Ger, la casa tradicional, abierta a los espacios inmensos del campo y del desierto, y su tradición respetuosa por la vida y por la tierra. 

Aquí señaló el Papa: “Lo que para nosotros cristianos es la creación, es decir, el fruto de un benévolo designio de Dios, ustedes nos ayudan a reconocerlo y a promoverlo con delicadeza y atención, contrastando los efectos de la devastación humana con una cultura del cuidado y de la previsión, que se refleja en políticas de ecología responsable”. Además, Mongolia está comprometida con el progreso moderno y la democracia, los derechos humanos (incluida la libertad de pensamiento y de religión) y una paz libre de amenazas nucleares y de la pena capital. 

En la contemplación de los vastos horizontes, poco poblados por seres humanos”, ponderó el sucesor de Pedro, “se ha afinado en vuestro pueblo una propensión al aspecto espiritual, al que se accede otorgando valor al silencio y a la interioridad”. Esto es un antídoto contra el “peligro que representa el espíritu consumista de hoy en día, que además de crear muchas injusticias, lleva a un individualismo que olvida a los demás y a las buenas tradiciones recibidas”. 

Y añadió: “Las religiones, por el contrario, cuando se inspiran en su patrimonio espiritual original y no son corrompidas por desviaciones sectarias, son a todos los efectos soportes fiables para la construcción de sociedades sanas y prósperas, en las que los creyentes no escatiman esfuerzos con el fin de que la convivencia civil y los proyectos políticos estén siempre al servicio del bien común, representando también como un freno a la peligrosa carcoma de la corrupción”. 

De hecho, los actuales acuerdos de Mongolia con la Santa Sede van en la línea del desarrollo humano integral, de la educación, la sanidad, la asistencia, la investigación y la promoción cultural. Y “dan testimonio del espíritu humilde, del espíritu fraterno y solidario del Evangelio de Jesús, el único camino que los católicos están llamados a recorrer en el itinerario que comparten con todos los pueblos”. 

De esta nanera comenzaba la propuesta correspondiente al lema elegido para este viaje: “Esperar juntos”; caminar los católicos junto con los demás ciudadanos, bajo la magnanimidad y estabilidad del cielo de Mongolia.

Vale la pena

El mismo sábado, día 2, tuvo lugar el encuentro con los obispos, sacerdotes, misioneros, consagrados, consagradas y agentes pastorales (cfr. Discurso en la Catedral de Ulán Bator, 2-IX-2023).

El sucesor de Pedro parafraseó las palabras del salmo 34 mirando a los presentes, “Gustad y ved qué bueno es el Señor” (v. 9): “‘Gastar la vida por el Evangelio’: es una bella definición de la vocación misionera del cristiano, y en particular del modo en que los cristianos viven esa vocación aquí”.

Y ¿por qué gastar la vida por el Evangelio?, se preguntaba Francisco, para responder: “Porque se ha gustado ese Dios que se hizo visible, tangible, perceptible en Jesús (cfr. Sal 34). Sí, es Él la buena noticia destinada a todos los pueblos, el anuncio que la Iglesia no puede dejar de llevar, encarnándolo en la vida y ‘susurrándolo’ al corazón de cada individuo y de cada cultura”.

Se trata muchas veces –explicó– de un proceso lento mediante el cual el lenguaje de Dios –a partir de la contemplación del rostro del Señor y el encuentro con Él en la Palabra y en la Eucaristía y en los necesitados– es luz que transfigura el rostro y lo hace a su vez resplandeciente. 

Les animó el Papa a seguir y renovar ese mirar, y caminar en la alegría del Evangelio, que brota de la adoración. De la adoración que hemos perdido en esta época de pragmatismo. Pero el rostro de Jesús es nuestro tesoro (cfr. Mt 13, 44), la perla preciosa por la cual vale la pena gastar todo (cfr. Mt 13, 45-46).

Además, Jesús envió a los suyos a “testimoniar con la vida la novedad de la relación con su Padre, para que fuese ‘Padre nuestro’ (cfr. Jn 20, 17), activando de esa manera una concreta fraternidad con cada pueblo”. 

En este punto se detuvo Francisco, para observar que “la Iglesia no tiene ninguna agenda política que sacar adelante, sino que solo conoce la fuerza humilde de la gracia de Dios y de una Palabra de misericordia y de verdad, capaz de promover el bien de todos”. 

A esto sirve la estructura sacramental de la Iglesia y también sus ministros, concretamente los obispos. Estos no gobiernan con criterios políticos espirituales, buscando la unidad sobre la base de la fe (de la fidelidad) y del amor a Cristo, con oración, sencillez y sobriedad, y con cercanía y misericordia hacia las personas. Y así la comunión eclesial es ya anuncio de la fe y contribuye a la inculturación de la fe y a mantener la esperanza en medio de las dificultades de la vida. 

Por esto”, concluía el Papa, “la Iglesia se presenta ante el mundo como una voz solidaria con todos los pobres y los necesitados, no calla ante las injusticias y con mansedumbre se compromete a promover la dignidad de cada ser humano”. De ahí que sea necesario ir adelante, sin depender de los éxitos o las estadísticas, sin cansarse de evangelizar, con oración y fidelidad, con creatividad y alegría. 

Un patrimonio de sabiduría

Al día siguiente, domingo 3, tuvo lugar un encuentro ecuménico e interreligioso en el Teatro Hun de la capital (cfr.Discurso 3-IX-2023).

Alabó Francisco la armonía existente en la cultura de Mongolia –ampliamente extendida, inmensos parajes entre el cielo y la tierra–, capaz de asimilar credos y perspectivas culturales distintas; pues “por el modo en que logremos la armonía con los demás peregrinos sobre la tierra y en la forma que consigamos transmitir armonía, allí donde vivimos, se mide el valor social de nuestra religiosidad”. Una armonía que es casi sinónimo de belleza y de sabiduría. 

Esa sabiduría brilla en Asia y concretamente en Mongolia: un “gran ‘patrimonio de sabiduría’ que las religiones que aquí se difundieron han contribuido a crear, y que quisiera invitar a todos a redescubrir y valorar”. 

De este patrimonio, el Papa enumeró diez aspectos muy necesarios en la situación actual: la buena relación con la tradición; el respeto por los ancianos y los antepasados; el cuidado por el medio ambiente; el valor del silencio y de la vida interior; un sano sentido de frugalidad; el valor de la acogida; la capacidad de resistir al apego a las cosas; la solidaridad; el aprecio por la sencillez; y un cierto pragmatismo existencial, que tiende a buscar con tenacidad el bien del individuo y de la comunidad. 

Les confirmó el Papa que la Iglesia católica desea caminar en esa línea del “diálogo en un triple nivel”: el diálogo ecuménico, el diálogo interreligioso y el diálogo cultural. Un diálogo basado en la encarnación del hijo de Dios. Un diálogo que no es contrario al anuncio y que no elimina las diferencias, pero “ayuda a comprenderlas, las preserva en su originalidad y las hace capaces de confrontarse en pos de un enriquecimiento franco y recíproco”, mientras caminamos con esperanza entre el cielo y la tierra. Como decía el filósofo, “cada cual fue grande según el objeto de su esperanza: uno fue grande en la que atiende a lo posible; otro en la de las cosas eternas; pero el más grande de todos fue quien esperó lo imposible” (S. A. Kierkegaard, Temor y temblor,Buenos Aires, 1958, 12). 

Nómadas, peregrinos de Dios 

Más tarde, en la Misa celebrada en el Steppe Arena (cfr. Homilía del domingo, 3-IX-2023), volvió Francisco sobre el camino como imagen de la vida cristiana: “camino de amor” que recorremos con el agua viva del Espíritu Santo, que apaga la sed de nuestra alma (cfr. Jn 4, 10). 

Como Abrahán, los creyentes somos “‘nómadas de Dios’, peregrinos en búsqueda de la felicidad, caminantes sedientos de amor”. Hemos de “dejarnos amar por Dios para hacer de nuestra vida una ofrenda de amor. Porque solo el amor apaga verdaderamente nuestra sed. No lo olvidemos: solo el amor apaga verdaderamente nuestra sed”. Por tanto, apunta Francisco, nuestra sed no se apaga con el éxito, el poder o la mentalidad mundana. De hecho, Jesús nos dice que para seguirle hay que abrazar la cruz. 

Por eso, “cuando pierdes tu vida, cuando la ofreces sirviendo con generosidad, cuando la arriesgas comprometiéndola en el amor, cuando haces de ella un don gratuito para los demás, entonces vuelve a ti abundantemente, derrama dentro de ti una alegría que no pasa, una paz en el corazón, una fuerza interior que te sostiene”. Insistió el obispo de Roma: “Solo el amor apaga la sed de nuestro corazón, solo el amor cura nuestras heridas, solo el amor nos da la verdadera alegría. Y este es el camino que Jesús nos ha enseñado y ha abierto para nosotros”.

Una Casa con cuatro columnas 

El último día en Ulán Bator, el Papa se encontró con los operadores de la caridad e inauguró la Casa de la Misericordia (cfr. Discurso, 4-IX-2023). Allí reafirmó, como en otros lugares a lo largo de estos diez años de pontificado, lo que suele llamar “el gran protocolo”, la escena de Jesús como pastor-juez en el juicio final (cfr. Mt 5, 35): “La dimensión caritativa funda la identidad de la Iglesia”. 

Subrayó que también en Mongolia, como sucedió desde el principio con la Iglesia, esta se apoya sobre “cuatro columnas: comunión, liturgia, servicio, testimonio” (cfr. Hch 2, 42): en su pequeñez, “vive de la comunión fraterna, de la oración, del servicio desinteresado a la humanidad que sufre y del testimonio de la propia fe”. Esto se viene haciendo aquí desde que llegaron los primeros misioneros, hace treinta años: dieron un gran valor a la caridad. Y se sigue haciendo como ayuda concreta que la sociedad civil reconoce, aprecia y agradece. 

También el Papa lo agradeció, mientras inauguraba la Casa de la misericordia de Ulán Bator, como expresión del servicio de la prefectura apostólica –como nombre de la Iglesia misma– que camina en Mongolia. A esta casa están invitados todos, para colaborar en el voluntariado que hace posible su labor gratuita. Si bien necesita cierta profesionalidad en quienes la mantienen y organizan, el motivo principal para trabajar, especialmente por los más necesitados, debe ser el amor. 

Por ello el Papa quiso concluir recordando un conocido episodio de la vida de Teresa de Calcuta. Un periodista, al verla inclinarse sobre la herida maloliente de un enfermo, le dijo: “Lo que ustedes hacen es hermosísimo, pero personalmente no lo haría ni por un millón de dólares”. Y ella le respondió: “Tampoco yo lo haría por un millón de dólares; ¡lo hago por amor a Dios!”. Pidió Francisco que ese estilo de gratuidad fuera el valor agregado de la Casa de la Misericordia.

Vocaciones

Melwin Thurackal Jaison: “La India sigue necesitando sacerdotes y religiosos dispuestos a sacrificarse”

Tuvo que elegir entre el voleibol profesional o “jugar los partidos con Cristo”. Escogió lo segundo, aunque continúa practicando su deporte favorito. Natural de Kerala, Melwin Thurackal Jaison estudia Teología en Roma gracias a una beca de Fundación CARF.

Espacio patrocinado·3 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Melwin Thurackal Jaison es natural de Thalassery, una de las diócesis de la zona de Kerala (India). Nació en una familia católica, en la que la oración en común era algo natural y en la que su vocación supuso una alegría. 

Este joven indio recuerda las tardes en las que su madre animaba a Melwin y a sus cuatro hermanos a rezar el Rosario en familia. 

Kerala es una de las zonas donde más católicos hay en la India, una realidad que el propio Melwin subraya: “Gracias a los misioneros católicos que dedicaron toda su vida, la región donde vivo, Kerala, es más católica que cualquier otro estado de la India”. 

Ahora se encuentra en Roma, estudiando para ser sacerdote, gracias a una beca de Fundación CARF.

¿Cómo descubrió su vocación sacerdotal?

—Creo que la llamada al sacerdocio es siempre una invitación a “estar juntos”. 

Mi familia, los amigos y todos los que me rodeaban me ayudaron de un modo u otro a discernir mi llamada. 

Para concretar esta expresión que digo de “estar juntos”, me gusta pensar en los días de colegio, cuando jugaba en el equipo de voleibol del colegio. Era un buen jugador y solíamos organizar partidos como clubes. 

Después de terminar mis estudios secundarios superiores me enfrenté a la decisión de escoger entre el voleibol como carrera o el hermoso deseo, silencioso pero ardiente, de ser sacerdote católico. 

El momento de silencio y reflexión y el testimonio inspirador de la vida de los sacerdotes que llegué a conocer personalmente iluminaron el camino que debía recorrer. 

Ahora sigo jugando al voleibol con mis amigos de aquí. Con todo mi corazón, puedo afirmar que seguir a Jesús no niega la belleza de la vida.

Usted nació en una familia católica. ¿Cómo acogieron su vocación?

—Mi familia era tradicionalmente católica. Cuando les dije, por primera vez, que me encantaría ser sacerdote, a mis padres les entusiasmó. Su fe sencilla les hizo alegrarse. 

Mis hermanos estaban un poco tristes al principio, aunque más tarde también acogieron con satisfacción mi decisión.

¿Cómo ve su futuro en un país con un pluralismo religioso tan grande cono es la India?

—El pluralismo cultural ha sido siempre la característica principal de la India. 

En el futuro, la esperanza de la Iglesia en la India es el modelo que trajo la santa Madre Teresa de Calcuta. 

La India sigue necesitando sacerdotes y religiosos dispuestos a sacrificarse. Su vida y el servicio desinteresado que prestó al pueblo de la India dieron frutos eternos, de acuerdo con el mensaje de Cristo, es decir, la misericordia. 

Santa Teresa de Calcuta siempre me ha inspirado, como exclama san Pablo: “No es que ya lo haya conseguido o que ya sea perfecto: yo lo persigo, a ver si lo alcanzo como yo he sido alcanzado por Cristo” (Flp 3, 12).

¿Cuáles cree que son los principales aspectos de su formación para el sacerdocio?

—El sacerdote es, en primer lugar, un ser humano. La primera formación necesaria en esta época es una formación humana. Y como afirma el Papa Francisco, prepararnos para “ser el rostro de la misericordia”

Pienso también que un sacerdote debe estar abierto a todo, a las sugerencias del otro, a los avances de la ciencia y de la cultura. Sin olvidar la formación espiritual y pastoral.

¿En qué aspectos se enriquece un joven como usted al poder estudiar en Roma, en un ambiente universal?

—Estar en el corazón de la Iglesia para estudiar Teología me exige al mismo tiempo un sentido de responsabilidad y de agradecimiento. 

Estoy aquí gracias a las oraciones y al servicio que numerosos benefactores han prestado a la Iglesia y a mí. Siempre es emocionante estar aquí, en una comunidad internacional. 

Recuerdo las palabras de un cariñoso sacerdote que, el día que partía hacia Roma, me dijo: “Estoy muy contento de que puedas pasar los mejores días de tu vida en el mejor lugar del mundo”. 

Todo lo que gane aquí se reflejará en mi ministerio como sacerdote. 

También estoy agradecido a Fundación CARF por su servicio de apoyo a mí y a otros seminaristas de todo el mundo. n

Cultura

Los jóvenes, el amor y la amistad en la literatura, el cine y las series de televisión 

Un libro sobre los resultados de un estudio en grupo sobre cómo los jóvenes captan los mensajes sobre la amistad y el amor que se comunican a través de las historias que leen, cómo estos conceptos influyen en sus propios valores y cómo evalúan una obra literaria.

Antonino Piccione·3 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

«Love, Friendship and Storytelling Talking with Young People about the Best-Loved Works of Their Generation» es el título del libro presentado en el marco de un encuentro organizado por la Asociación Iscom en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, con la participación de algunos directores de comunicación de instituciones católicas.

Cecilia Galatolo y Norberto González Gaitano, que junto con Gema Bellido son los editores de la publicación, recordaron cómo los días 24 y 25 de septiembre de 2021, en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma, se reanudaron los debates literarios iniciados por Educar a los jóvenes a través de los clásicos.

Amor, amistad y narración -y suspendidos temporalmente por la pandemia de Covid- con grupos de discusión que examinaron libros, películas y series de televisión populares entre los jóvenes.

Las obras se habían elegido a partir de un estudio representativo, realizado dos años antes, con una muestra de 3.700 sujetos de entre 18 y 29 años de cinco países europeos (Francia, Alemania, Gran Bretaña, Italia y España) y cuatro países de América (Argentina, Colombia, México y Estados Unidos).

Se organizaron grupos de discusión sobre las obras de ficción más populares (según las respuestas a la encuesta): para la conversación sobre libros, Harry Potter y la piedra filosofal; para la conversación sobre películas, Las crónicas de Narnia: El león, la bruja y el armario y Titanic; para la conversación sobre series de televisión, The Big Bang Theory y Thirteen Reasons Why.

Los responsables de la investigación presentan los resultados de los grupos de discusión en los capítulos dos y tres, y el editor del libro ha contribuido con un ensayo introductorio –Storytelling and character formation. Talking with young people about books and movies, sobre la relación entre la literatura y la formación del carácter, en el que se esboza el marco teórico de todo el proyecto.

«Si bien es cierto», observó González Gaitano, «que 50 sombras de Grey, libro de la autora británica E. L. James, en el que la pasión se convierte en esclavitud y el amor degenera en opresión, ha sido muy leído entre los jóvenes (en el sexto puesto de la clasificación) -probablemente también gracias al bombardeo publicitario-, no supera a obras de gran valor educativo como El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, o El Señor de los Anillos, de J. R. R. Tolkien, donde se destacan el respeto, la humildad y la solidaridad».

Aunque no faltan quienes aprecian películas como Antes de ti, del británico Thwa Sharrock, en la que se ensalza la búsqueda individualista de la felicidad, son mucho más populares las películas en las que los protagonistas dan heroicamente su vida por los demás (Titanic, de James Cameron, Spiderman, de Sam Raimi, Las crónicas de Narnia, de Andrew Adamon).

Reflexión sobre el cine y la familia

La iniciativa forma parte de las actividades de Familyandmedia, un grupo de reflexión internacional que analiza la relación entre familia, medios de comunicación y sociedad.

El objetivo de la investigación es doble. Por un lado, estudiar cómo la familia es representada por los medios de comunicación de masas, identificando también las formas y los efectos del uso de los contenidos mediáticos y del uso de la tecnología. Por otro, se propone examinar cómo las instituciones que promueven la familia elaboran sus propuestas y comunican su mensaje en el espacio público.

El objetivo es contribuir a difundir una sensibilidad y una cultura para una relación correcta y equilibrada con los medios de comunicación con vistas al crecimiento humano y a la formación del carácter.

Familyandmedia pretende promover, a través del análisis empírico, una visión positiva de la antropología natural de la familia, ofreciendo «un marco» que oriente la acción comunicativa de las organizaciones e instituciones dedicadas a promover la familia a largo plazo.

El comercial de Esselunga

Entre los posibles ámbitos de investigación que se desarrollarán en un futuro próximo figurará probablemente también la representación de la familia en la narrativa publicitaria. Pensemos en el gran revuelo causado en Italia por el anuncio de Esselunga, en el que Emma, una niña hija de padres que ya no viven juntos, hace comprar a su madre un melocotón del supermercado y luego se lo da a su padre, haciéndole creer que el regalo procede de su madre.

El mensaje es claro y sencillo: la niña está triste porque sus padres están separados, y recurre a un pequeño subterfugio con la esperanza de volver a reunirlos. Pocas horas después de su emisión, llueven las críticas y los elogios. Algunos dicen que el anuncio explota el dolor de los niños con fines comerciales.

Hay quien nos invita a reflexionar sobre el trolleo de los italianos, para muchos de los cuales «hasta un melocotón corre el riesgo de convertirse en un lujo». Hay quien lee el anuncio como un ataque a la ley del divorcio y quien, viceversa, ve en él un homenaje a la familia tradicional. Hay quienes salen en defensa de los padres divorciados y explican que no todos los hijos de padres divorciados son infelices, como no todos los hijos de padres casados son felices.

La reacción del público ante la historia de Emma y el melocotón sugiere que, tal vez, entre los mensajes publicitarios y las historias publicitarias, la gente prefiere las historias publicitarias.

El autorAntonino Piccione

Cultura

Los coptos de Egipto: una minoría perseguida

Segundo de una serie de dos artículos para conocer a los coptos: sus orígenes desde la época del Antiguo Egipto, las características de su lengua y el cristianismo copto.

Gerardo Ferrara·3 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

En su libro de 1936 «Las grandes herejías», Hilaire Belloc, célebre escritor e intelectual inglés amigo del igualmente ilustre Gilbert Keith Chesterton, identifica cinco grandes herejías del cristianismo que, según su análisis, resultan haber producido algunos fenómenos complejos en la historia de la humanidad.

Las razones de una conversión

Pues bien, el Islam es una de las cinco herejías identificadas por Belloc, quien define la herejía como un fenómeno que tiene la característica de destruir no toda la estructura de una verdad, sino solo una parte de ella y, al extrapolar un componente, deja un vacío en esa estructura o sustituye el componente extrapolado por otro axioma.

Siguiendo los pasos de autores cristianos como Juan Damasceno, Belloc sostiene que el islam es una herejía cristiana, similar, por una parte, al docetismo y al arrianismo, al querer simplificar y racionalizar al máximo, según criterios humanos, el insondable misterio de la Encarnación, y, por otra, al calvinismo, al atribuir a las acciones humanas un carácter determinado por Dios.

De hecho, el islam extrapoló del pensamiento judeocristiano los atributos de Dios y otros conceptos: naturaleza personal; bondad suprema; atemporalidad; providencia; poder creador como origen de todas las cosas; existencia de espíritus y ángeles buenos, así como de demonios rebeldes contra Dios encabezados por Satanás; inmortalidad del alma y resurrección de la carne; vida eterna; y castigo y retribución tras la muerte.

Sin embargo, a diferencia de otras herejías, el Islam no solo no nació en un entorno cristiano y su heresiarca no era un cristiano bautizado, sino un pagano que adoptó las ideas monoteístas (una mezcla de doctrina heterodoxa judía y cristiana fusionada con elementos paganos ya presentes en Arabia) y comenzó a difundirlas, pero no se extinguió, al contrario, pronto se convirtió en una nueva religión, una especie de «post-herejía», y se extendió por todo el mundo.

Según Hilaire Belloc, el éxito de esta herejía nacida de Mahoma se explica por algunos elementos clave:

-Profundas divisiones doctrinales y políticas entre los cristianos (ya hemos hablado de ello en relación con los conflictos pre y postcalcedonianos);

-Simplificación extrema de la doctrina y eliminación de misterios incomprensibles para la masa de creyentes;

-Crisis económica, política y religiosa en el mundo cristiano y en el Imperio bizantino, cuya sociedad se hallaba en un estado de perpetuo desorden e intolerancia. Sobre los hombres libres, ya asfixiados por las deudas, pesaba la pesada carga de los impuestos, y la longa manus imperial, con su burocracia en expansión, se ensañaba no solo económicamente con la vida de los ciudadanos, sino también en cuestiones de fe, con los contrastes entre las diversas herejías periféricas y la ortodoxia central representando no solo una lucha religiosa, sino también étnica, cultural y lingüística;

-Tendencia de todo Oriente a unirse bajo un único y poderoso líder carismático que encarnaba tanto el poder político como la autoridad religiosa;

-La fuerza militar creció gradualmente, gracias sobre todo al reclutamiento de nuevas fuerzas entre los mongoles de Asia Central y Central (los turcos);

-Ventajas fiscales para los que capitulaban (y podían, por tanto, liberarse del opresivo yugo bizantino), junto con un sistema impositivo mucho más simple y sencillo.

Los que acabamos de enumerar son solo algunos elementos, aunque los principales, que ayudan a explicar por qué gran parte de la población egipcia (y de otras regiones mediterráneas donde el cristianismo era la religión de la inmensa mayoría de los ciudadanos) se ha arabizado e islamizado.

Los coptos ayer y hoy en Egipto: una minoría perseguida

En un principio, la conquista árabe-islámica pareció positiva para los coptos, ya que les liberó de la persecución bizantina y les permitió conservar su culto y sus tradiciones.

Sin embargo, la fuerte fiscalidad impuesta por los musulmanes a quienes se negaban a convertirse al Islam (impuestos llamados «jiziah» y «kharaj», reservados a los «dhimmi», es decir, ciudadanos de minorías) provocó un endurecimiento de las condiciones de vida de los ciudadanos no musulmanes, que tuvieron que proporcionar dinero y alimentos a las tropas de ocupación a cambio de la exención del servicio militar obligatorio y del derecho a observar su religión, aunque con numerosas restricciones.

Juan de Nikiu, obispo copto, describe, en uno de los pocos relatos no musulmanes de la conquista islámica de Egipto, las increíbles atrocidades cometidas contra la población cristiana, acosada hasta lo inverosímil.

Otras crónicas cristianas e islámicas también coinciden en que un gran número de cristianos coptos (a los que los ocupantes islámicos llamaban «camellos») se convirtieron al islam para librarse de los tributos y las persecuciones, que provocaron extorsiones a gran escala seguidas de hambrunas, con la muerte de decenas, si no cientos de miles de personas.

Los coptos en los siglos XIX y XX

A partir del siglo XIX, especialmente bajo el gobierno reformador de la dinastía de Mehmet Ali Pasha, la comunidad copta quedó exenta de los impuestos reservados a las minorías y se integró progresivamente en la vida nacional, contribuyendo de forma significativa al despertar intelectual y político nacional que desembocaría en la independencia. Fue una verdadera «edad de oro» para los coptos.

De hecho, se convirtieron, al menos de iure, en ciudadanos de pleno derecho del Estado, aunque siguen estando excluidos del cargo más importante, la presidencia de la república, que es prerrogativa exclusiva de los musulmanes. Varios coptos, sin embargo, han conseguido ocupar importantes cargos políticos a nivel nacional e internacional, por ejemplo Boutros Ghali, y alcanzar un estatus envidiable desde el punto de vista económico y social, poseyendo gran parte de la riqueza del país. Por cierto, pertenecen en su mayoría a la clase media y constituyen una gran parte de los trabajadores de cuello blanco, médicos y farmacéuticos de Egipto.

A mediados del siglo XX, con la llegada del régimen de Nasser, las políticas de nacionalización del régimen golpearon duramente a la comunidad cristiana y provocaron un éxodo masivo a Occidente.
Desde principios del siglo XXI, Egipto ha sido testigo de una escalada de conflictos interétnicos e interreligiosos, debido también a la inestabilidad política y económica y al auge y fortalecimiento del fundamentalismo y el terrorismo islámico.

Aunque la Navidad copta, que se celebra el 7 de enero, está reconocida oficialmente como fiesta nacional por el gobierno egipcio desde 2002, hasta 2005 la construcción y renovación de iglesias y monasterios debía ser autorizada por el presidente. Como la ley estipulaba que los lugares de culto cristianos se abandonaban a la dejadez y al desuso (ya que no era posible restaurarlos, al exigirse permisos que sistemáticamente nunca se concedían), no pocas veces iglesias y monasterios fueron requisados por el Estado y convertidos en mezquitas, y cada vez hay más iglesias «ilegales» (a pesar de ser alrededor del 10% de la población, los cristianos en Egipto sólo tienen 2869 iglesias frente a 108.000 mezquitas). En 2016, el Parlamento aprobó una nueva legislación al respecto, sin duda más benigna, pero todavía algo engorrosa.

La comunidad copta en la actualidad

La actitud de las autoridades egipcias hacia la comunidad copta en los últimos años alterna entre la apertura y la indiferencia.

Por un lado, la libertad religiosa está garantizada por la Constitución, pero, por otro, cada vez hay más casos de violencia y persecución. Los más llamativos son, por supuesto, los atentados terroristas contra iglesias y lugares de culto, a veces con decenas de víctimas por atentado. Desde 2011, cientos de coptos egipcios han muerto en enfrentamientos sectarios y muchos hogares, iglesias y negocios han sido destruidos. Hay que decir que estos casos también son testigos de una creciente y positiva cercanía de instituciones y ciudadanos hacia los cristianos, aunque a menudo acompañada de ineficacia o indiferencia a la hora de prevenir y castigar estos actos.

Otro punto delicado es la libertad religiosa, especialmente cuando se trata de profesar públicamente la propia fe o de convertirse del islam al cristianismo. Según Human Rights Watch y otras organizaciones internacionales, de hecho, en Egipto es fácil convertirse del cristianismo al islam, pero casi imposible hacer lo contrario, tanto por el riesgo para la seguridad del converso (que se encuentra estigmatizado social y económicamente, en muchos casos perdiendo su trabajo y arriesgando su vida, a menudo a manos de familiares y amigos) como por los problemas relacionados con el reconocimiento legal del cambio de religión, al que se oponen las autoridades a pesar de ser obligatorio por ley.

También está el viejo problema de las mujeres y niñas coptas secuestradas, obligadas a convertirse al islam y casarse con hombres musulmanes: según estimaciones oficiales de ONG y grupos parlamentarios estadounidenses, entre 2011 y marzo de 2014, unas 550 niñas coptas fueron secuestradas y obligadas a convertirse al islam: cerca del 40% de ellas fueron víctimas de violencia sexual antes de su conversión y muchas se casaron después con sus secuestradores y violadores.

En 2022, a pesar de estar pendiente la aprobación de una nueva ley sobre el estatuto personal de los cristianos egipcios, Egipto fue clasificado como el 35º país más peligroso del mundo para los cristianos.

El autorGerardo Ferrara

Escritor, historiador y experto en historia, política y cultura de Oriente Medio.

Vaticano

Así queda el colegio cardenalicio

Rome Reports·2 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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Tras el 30 de septiembre más del 70% de los purpurados habrán sido elegidos por Francisco. Italia sigue siendo el país con más cardenales seguido de Estados Unidos.

De los 242 cardenales que componen este colegio cardenalicio, 137 son electores.

Zoom

Nuevos cardenales

La birreta roja y el pergamino del cardenal Robert F. Prevost, natural de Chicago, después del consistorio en el que el Papa Francisco le creó cardenal junto a otros 20 prelados el 30 de septiembre de 2023.

Maria José Atienza·2 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

A mi ángel de la guarda

Doy gracias a Dios por hacerte mi compañero en el camino de la vida, por ser esa sombra inseparable, esa puerta cercana siempre abierta a la trascendencia

2 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Querido ángel de la guarda:

¡Muchas felicidades en tu día! Aunque bueno, desearte felicidad a ti que estás literalmente en la Gloria, quizá no sea la mejor forma de demostrarte mi afecto.

Si por lo menos tuvieras cuerpo, te daría un abrazo, pero eres espíritu puro y no puedo verte, ni sentirte, ni olerte, ni oírte…

Espero no ofenderte por darte protagonismo porque si hay algo que te ha caracterizado siempre es tu humildad. Jamás, nunca, has buscado figurar y no te molestas cuando tantas veces me olvido de ti o vivo como si no existieras, ¡pero es que eres tan discreto! Yo entiendo que, como buen agente secreto, tu trabajo consiste precisamente en no delatarte y por eso confirmo que eres tan bueno en lo tuyo: ¡No dejas ni rastro! Y lo haces bien porque, si no, pondrías en un aprieto mi libertad para elegir creer o no.

Tras cada acción tuya, siempre le he podido echar la culpa a la suerte, al azar o incluso a mi propia valía personal. ¡Y en cuántas otras ocasiones habrás actuado sin que yo siquiera me haya percatado de los peligros!

A veces te presentas en forma de otra persona: a través de un amigo, de mi mujer, o incluso de un desconocido. Ahí te he podido calar en muchas ocasiones. Ya me explicarás cuando nos veamos cara a cara cómo lo hacéis, pero estoy convencido de que os ponéis de acuerdo entre vosotros. ¿A que sí? Tú vas y le dices a uno de tus compañeros: “oye, dile a tu humano que le diga al mío tal cosa”. Y ahí va ese humano, que se le viene de repente un pensamiento sin saber por qué, te lo suelta, y tú alucinas porque es justo lo que necesitabas escuchar ese día.

Como soy una persona racional, siempre puedo achacarlo a la calidad humana, intelectual o espiritual de quienes tantas veces han sido ángeles para mí, pero no lo tengo tan claro cuando he sido yo a quien habéis utilizado para dar mensajes a otros. Muchas veces hay quien me ha recordado unas palabras mías que le ayudaron, aunque yo no fuera consciente de haberlas pronunciado, al menos en el sentido que la otra persona interpretó. ¿De dónde salió ese pensamiento? ¿Quién lo indujo? Yo lo tengo claro. El Espíritu Santo os tiene de recaderos. Esas inspiraciones vuestras no son tan sorprendentes, porque son muy parecidas a esas otras “sugerencias al oído” que vuestro compañero caído se empeña en hacernos y que siempre parecen llenas de luz. Quien no está entrenado espiritualmente, no las reconoce, pero cuando uno ha caído en su trampa un montón de veces, ya no duda de su existencia y trata de estar siempre alerta.

Se ve que el malo, como es un soberbio y vanidoso, no se preocupa tanto de borrar sus huellas y, aunque le interese pasar desapercibido, en realidad no puede evitar dejar su marca. Así que, al final, gracias a él, yo creo más en ti.

Alguno que me lea pensará que soy un infantil, que esta carta la dedico a mi amigo imaginario, que creo en seres invisibles que suben y bajan del cielo… Que piense lo que quiera. Yo solo creo en lo que veo con mis propios ojos, que no son solo los que tengo en la cara, sino también los que me permiten conocer esa otra realidad trascendente que todo hombre y mujer a lo largo de la historia ha estado y está capacitado para descubrir por sí mismo.

Lo que es infantil es esconderse en el refugio de los cinco sentidos negando cualquier otra forma de conocimiento por miedo a no poder controlarlo. Cuando se toca el tema, yo siempre recuerdo aquella valiente frase del divulgador científico Eduard Punset que decía que “la intuición es una fuente de conocimiento tan válida como la razón” ¿Se la sugeriste tú? No me extrañaría, porque a mí me ayuda mucho repetirla.

¡Ciertamente hay tantas realidades diarias en las que la intuición nos guía mejor que la razón! ¡Hay tantos patrones y señales que pasan desapercibidos a simple vista! Hace falta, eso sí, sensibilidad y desapego de lo material; pero, el que es capaz de leerlos, descubre cómo el verdadero bien, la verdadera belleza o la verdadera verdad –valga la rebuznancia–, no están donde todo el mundo mira, donde todo el mundo toca, donde todo el mundo huele; sino en lugares menos comunes.

Pues yo te intuyo, querido ángel, y doy gracias a Dios por hacerte mi compañero en el camino de la vida, por ser esa sombra inseparable, esa puerta cercana siempre abierta a la trascendencia. Discúlpame por darte tanto trabajo con mis continuos intentos de salirme de la ruta hacia el cielo. Átame corto, que ya sabes que no soy de fiar.

Y un último deseo: dile a tu compañero, al de ese lector que me lee ahora, que suscite hoy en él la alegría de sentirse también acompañado, cuidado y consolado. Y sugiérele que no se la quede para él solo, sino que la comparta con todos los suyos. ¡Porque hoy es fiesta grande en cielo y tierra!

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Cultura

2 de octubre de 1928. El hecho fundacional del Opus Dei

El historiador José Luis González Gullón narra los sucesos acaecidos el día de la fundación del Opus Dei. Añade, además, algunas consideraciones sobre el significado de ese evento, según los recuerdos orales y escritos de san Josemaría.

José Luiz González Gullón·2 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

El escrito que se ofrece a continuación, de marcado acento histórico, se ciñe a los acontecimientos del 2 de octubre de 1928. No recoge, por tanto, la riqueza teológica y jurídica de ese hecho ni la amplitud del espíritu fundacional del Opus Dei, que se completó el 26 de junio de 1975, fecha de la muerte de san Josemaría.

Llegada a Madrid

Procedente de la diócesis de Zaragoza, José María Escrivá llegó a Madrid en abril de 1927 para realizar la tesis doctoral en Derecho. Era un sacerdote joven, de veinticinco años, que sentía en su alma la inquietud de que Dios le pedía algo para el bien de la Iglesia, pero no sabía qué era.

Desde hacía una década, según decía, barruntaba un querer divino. Y, como le estaba velado, rezaba para que se hiciera la luz.

La luz fundacional del Opus Dei

El 30 de septiembre de 1928, Escrivá acudió al convento de los paúles —situado en el extrarradio norte del Madrid de entonces— para hacer unos ejercicios espirituales junto con otros seis sacerdotes. El martes 2 de octubre, después de celebrar la Misa y de asistir a una plática, se retiró a su habitación y leyó unos papeles en los que había escrito ideas y sucesos que consideraba inspiraciones de Dios.

Mientras recopilaba “con alguna unidad las notas sueltas, que hasta entonces venía tomando” (Apuntes íntimos —en adelante AI—, n.º 306), de repente, según afirmó, “quiso Jesús que se comenzara a dar forma concreta a su Obra” (AI, n.º 331). Escrivá “se dio cuenta de la hermosa y pesada carga que el Señor, en su bondad inexplicable, había puesto sobre sus espaldas” (AI, n.º 306). Después diría que había recibido una gracia de carácter sobrenatural, una “iluminación sobre toda la Obra” (AI, n.º 306), una “idea clara general de mi misión” (AI, n.º 179) que abría un enorme panorama apostólico.

Emocionado porque acababa de ver “la Voluntad de Dios” (AI, n.º 978b) por la que había rezado tanto, se puso de rodillas y dio gracias. Entonces, escuchó el sonido “de las campanas de la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles” (AI, n.º 306), que llamaba a los fieles a Misa en la fiesta de los Custodios; más adelante, consideró este evento como una muestra de la intercesión de Santa María y de los ángeles en el instante mismo de la fundación.

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Antigua imagen del convento de los Paúles y basílica de la Milagrosa en la calle García de Paredes de Madrid

Un espíritu y una institución

Hasta aquí el relato del propio Escrivá, el único testigo de los hechos que se sucedieron en el momento fundacional originario del Opus Dei.

El fundador no explicó o redactó el contenido de lo que vio —siempre empleará el verbo ver— esa jornada. Todo apunta a que no quiso encerrar en un texto único una gran luz sobrenatural. De hecho, prácticamente no quedan escritos suyos anteriores a marzo de 1930, como si deseara guardar para sí lo acaecido desde la fundación (2 de octubre de 1928) hasta el momento en que entendió que habría mujeres en el Opus Dei (14 de febrero de 1930). Por tanto, el oyente debe creer a José María Escrivá cuando afirma que ha recibido un mensaje divino.

Ahora bien, Escrivá se refirió a la luz fundacional hasta el final de sus días. Su vida, su predicación y sus escritos ofrecen algunas claves sobre lo que sucedió. En concreto —es lo que ocurre también con otras instituciones carismáticas de la Iglesia—, en esa irradiación encontramos dos dimensiones entrelazadas: un espíritu y una institución.

Un mensaje cristiano

El 2 de octubre de 1928, José María Escrivá se sintió depositario de un mensaje divino. Entendió que había recibido una gracia, una fuerza divina, una luz del Espíritu Santo. En ningún caso se trataba de un concepto forjado después de un proceso de reflexión intelectual o de una brillante inspiración surgida a partir de las enseñanzas del Magisterio, de los Padres de la Iglesia y de los autores espirituales, clásicos y contemporáneos. Era un espíritu que se le presentaba universal, destinado a cualquier lugar, época y cultura.

El corazón del carisma radicaba en la secularidad como camino para ser santo: estar unido a Jesucristo y darlo a conocer donde uno trabaja y reside era el mensaje. Con palabras suyas de años más tarde, debía “promover entre personas de todas las clases de la sociedad el deseo de la perfección cristiana en medio del mundo”, “participando en las más diversas tareas humanas” (Conversaciones, n.º 24 y 61).

La centralidad de los laicos

Por entonces, la Iglesia presentaba la santidad como algo posible para todos los hombres, también en el ámbito secular. Pero, por lo general, el deseo de ser santo se consideraba una llamada al estado religioso. La literatura espiritual hablaba de los grados de santidad que se podían conseguir en la tierra, que, en el nivel más alto, se alcanzaba en la vida consagrada.

De este modo, la existencia de algo menos del uno por ciento de los miembros de la Iglesia —los consagrados— se presentaba como la forma mejor o más perfecta para ir a Dios. Bastaba con entrar en un templo católico para ver tantas estatuas de santos y de santas consagrados, unas pocas de presbíteros seculares y ninguna de laicos.

El espíritu que había recibido Escrivá se dirigía a los seculares que, en la Iglesia, son los laicos y los sacerdotes seculares, en su mayor parte diocesanos. Venía a decir que este 99 por ciento de cristianos corrientes está convocado por Dios para descubrir en las realidades humanas y temporales el camino que conduce a la plenitud cristiana, a la identificación con Jesucristo.

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Escrivá con algunas mujeres del Opus Dei en 1971

Una familia en la Iglesia

Además del don, el carisma se mostró a los ojos de José María Escrivá como misión y tarea. Dios le llamaba a proclamar la santidad a todos los hombres, a explicar que es posible la identificación con Cristo en el propio estado de vida.

Consideró que la transmisión de este mensaje se haría en y a partir de una comunidad cristiana; de hecho, no contempló difundirlo a través de un libro o de los medios de comunicación de entonces, como la radio o la prensa. Lo harían personas incorporadas a una familia cristiana mediante una llamada de Dios —una específica vocación divina—, un discernimiento individual y la acogida de quienes guiaran la institución.

Quienes formaran parte de esta familia espiritual vivirían personalmente el carisma —lo harían suyo, lo encarnarían, pues era su camino para unirse a Jesucristo—, después lo compartirían con los demás miembros de la institución y, en tercer lugar, lo irradiarían a las personas conocidas y a toda la sociedad.

Además, ese día fundacional pensó que, si bien el mensaje era para todos los seculares de la Iglesia, los miembros de la institución serían solo varones, laicos y presbíteros diocesanos.

Desarrollo posterior

Tras el 2 de octubre de 1928, Escrivá buscó una institución de la Iglesia que tuviese el carisma que él había recibido, pues no deseaba ser fundador de algo nuevo. Después de recibir información de varias pías uniones, órdenes terciarias y asociaciones de España, Estados Unidos, Francia, Holanda, Hungría, Italia y Polonia, llegó a la conclusión de que ninguna tenía un espíritu igual al suyo.

Pasaron los meses y el 14 de febrero de 1930 entendió que Dios le pedía que en la institución hubiese también mujeres y, a la vez, que le llamaba a iniciar un nuevo camino de santidad y de apostolado en la Iglesia.

José María Escrivá supo que la luz fundacional originaria era el núcleo de una enseñanza abierta a un desarrollo posterior, algo que iba a abarcar el arco de su vida. Por ejemplo, en 1931 recibió dos importantes luces fundacionales que apuntalaban la originaria.

Plaza de san Pedro durante la beatificación del fundador del Opus Dei

El trabajo como medio de santificación

El 7 de agosto obtuvo una comprensión nueva de las palabras de Jesucristo “cuando yo sea alzado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí” (Jn 12, 32): el cristiano pone a Cristo en la entraña de las actividades que desempeña en el mundo. De este modo, el trabajo profesional aparecía como la materia que han de santificar las personas y el instrumento con el que se santifican y santifican a las demás.

Luego, el 16 de octubre, mientras iba en un tranvía, sintió de repente “la acción del Señor, que hacía germinar en mi corazón y en mis labios, con la fuerza de algo imperiosamente necesario, esta tierna invocación: Abba! Pater!” (Carta 29, n.º 60); desde entonces, señaló que el fundamento del espíritu del Opus Dei es un profundo sentido de la filiación divina.

A partir del momento fundacional, Escrivá difundió con viveza el mensaje de unión con Jesucristo en el lugar que cada uno ocupa en la sociedad; la realidad, desconocida para muchos, de que “estas crisis mundiales son crisis de santos”, de que Dios “está como un Padre amoroso —a cada uno de nosotros nos quiere más que todas las madres del mundo pueden querer a sus hijos—, ayudándonos, inspirándonos, bendiciendo… y perdonando” (Camino, n.º 301 y 267).

El autorJosé Luiz González Gullón

Historiador

Vaticano

El Papa pide a los católicos que recen por el Sínodo

El Papa Francisco pide a todos los católicos del mundo que durante este mes de octubre recen especialmente por el Sínodo de la Sinodalidad.

Paloma López Campos·1 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La intención de octubre del Papa Francisco se centra en el Sínodo de la Sinodalidad. El Santo Padre pide que este mes los católicos recen “por la Iglesia, para que adopte la escucha y el diálogo como estilo de vida a todos los niveles, dejándose guiar por el Espíritu Santo hacia las periferias del mundo”.

Esta intención se enmarca en la celebración de la Asamblea General de los Obispos y en la Jornada Mundial de las Misiones. A lo largo de este “camino eclesial”, tan presente durante este octubre, el Papa señala que la Iglesia está en misión.y El centro de la cual, puntualiza Francisco, “es llegar a todos, buscar a todos, acoger a todos, involucrar a todos, sin excluir a nadie”.

Este mensaje recuerda a la famosa frase del Papa durante la última JMJ en Lisboa: “En la Iglesia hay espacio para todos”. Teniendo esto en cuenta, se podrá materializar “la respuesta al mandato de Jesús de anunciar el Evangelio”.

El Santo Padre no olvida durante su mensaje al que desea que sea el gran protagonista de este Sínodo: el Espíritu Santo. Él “nos ayuda a realizar el ‘apostolado del oído’, o sea, escuchar con los oídos de Dios para poder hablar con la palabra de Dios”.

El vídeo completo con la intención del Papa Francisco para este octubre puede verse a continuación:

Vaticano

El Papa anuncia una Exhortación Apostólica sobre santa Teresita del Niño Jesús

Francisco publicará el 15 de octubre una Exhortación sobre santa Teresa del Niño Jesús, según ha anunciado en el Ángelus este domingo, al comenzar el mes del rosario y de las misiones. Además, ha pedido oraciones por el Sínodo, ha llamado al diálogo a Azerbaiyán y Armenia, y sigue rezando por Ucrania. Antes, el Papa ha alentado a ser “cristianos sinceros”. 

Francisco Otamendi·1 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa ha manifestado en el Ángelus de este domingo que Santa Teresita del Niño Jesús   (Alençón, 1873Lisieux 1897, Francia), cuya fiesta se celebra hoy 1 de octubre, “es la santa de la confianza en nosotros”, y que “el próximo 15 de octubre se publicará una Exhortación apostólica sobre su mensaje. Recemos a Santa Teresita, y a la Virgen, para que nos ayuden a tener confianza y a trabajar para la misión”, ha animado a los fieles.

Junto a la noticia de la santa, el Santo Padre ha querido recordar que “hoy se inicia el mes de octubre, el mes del Rosario y de las misiones. Exhorto a todos a experimentar la belleza de la oración del Rosario, contemplando con María los misterios de Cristo, y pidiendo su intercesión por las necesidades de la Iglesia y del mundo”.

Al mismo tiempo, recordando la figura de la joven santa francesa, patrona de las misiones, el Romano Pontífice ha animado a rezar por “la evangelización de los pueblos”,  y “por el Sínodo de los Obispos”, que este mes lleva a cabo la primera Asamblea sobre “la sinodalidad de la Iglesia”. 

Oración por el Cáucaso y por Ucrania

El Papa ha rezado también, como hace habitualmente, “por la paz en la martirizada Ucrania y en todas las tierras heridas por la guerra”. Y a raíz de “la dramática situación de los desplazados en Nagorno-Karabaj”, en el Cáucaso, ha renovado su “llamamiento al diálogo entre Azerbaiyán y Armenia, esperando que los coloquios entre las partes, con el apoyo de la comunidad internacional, favorezcan un acuerdo duradero que ponga fin a la crisis humanitaria” que tiene lugar.

“Aprendamos de los niños y niñas”

El Sucesor de Pedro ha salido a la ventana del estudio del Palacio Apostólico acompañado de cinco niños en representación de los cinco continentes, para anunciar que “el 6 de noviembre en el Aula Pablo VI encontraré a los niños de todo el mundo”, ha informado. 

El evento está patrocinado por el Dicasterio para la Cultura y la Educación, y tendrá como tema “Aprendamos de los niños y de las niñas”. Se trata de un encuentro para manifestar el sueño de todos de “volver a tener sentimientos puros como los niños, porque quien es como niño pertenece al Reino de Dios. Los niños nos enseñan la limpieza de las relaciones, la acogida espontánea de quien es forastero”, ha informado el Papa.

“Pecadores, sí; corruptos, no”

Antes de rezar la oración mariana del Ángelus, el Santo Padre ha comentado el texto evangélico de este domingo XXVI del Tiempo Ordinario. Es el de “los dos hijos a los que el padre pide ir a trabajar en la viña (cfr Mt 21,28-32). El primero responde inmediatamente “sí”, pero luego no va. El segundo, en cambio, al inicio se opone, pero luego lo piensa bien y va”.

El problema de un hombre que se comporta así, ha señalado el Papa refiriéndose al primero de los hijos, es “que no es solo un pecador, sino también un corrupto, porque miente sin problemas para cubrir y camuflar su desobediencia, sin aceptar algún diálogo, o enfrentamiento honesto”.

El segundo hijo, aquel que dice “no” pero luego va, “es en cambio sincero. No es perfecto pero sincero”, ha añadido Francisco. “Ciertamente, nos hubiera gustado verlo decir “sí” inmediatamente. No es así, pero al menos, manifiesta de manera franca y en un cierto sentido valiente su reticencia. Luego, con esta honestidad de base, termina poniéndose en discusión, llegando a entender que se ha equivocado y regresando por sus pasos”.

“Cristianos sinceros”

“Es, podemos decir, un pecador, pero no un corrupto. Y para el pecador hay siempre esperanza de redención; para el corrupto, en cambio, es mucho más difícil. De hecho, sus falsos “sí”, aparentemente elegantes pero hipócritas, y sus ficciones convertidas en hábito son como un grueso “muro di goma”, detrás del cual se resguarda de la voz de la conciencia”.

A continuación, el Sucesor de Pedro ha manifestado en voz alta algunas preguntas para el examen, y ha rezado para que “María, espejo de santidad, nos ayude a ser cristianos sinceros”.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

Francisco ruega un “silencio hecho oración” en la vigilia ecuménica presinodal

En vísperas de la Asamblea Sinodal que comienza el próximo 4 de octubre, el Santo Padre Francisco apeló ayer a un “silencio hecho oración” en un encuentro ecuménico en la Plaza de San Pedro, en el que participaron, entre otros líderes religiosos, Bartolomé I, Patriarca Ecuménico de Constantinopla, y el arzobispo Justin Welby, primado de la iglesia anglicana.

Francisco Otamendi·1 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

El líder de la Iglesia católica, Papa Francisco, presidió ayer tarde en Roma el encuentro ecuménico “Together” (Juntos), en vísperas de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que tendrá lugar del 4 al 29 de octubre de 2023 sobre el tema “Por una Iglesia sinodal: Comunión, participación y misión”.

La reflexión del Papa se centró en “la importancia del silencio en la vida del creyente, en la vida de la Iglesia y en el camino de la unidad de los cristianos”, horas antes de que los participantes en el Sínodo iniciaran un retiro espiritual de tres días, hasta el 3 de octubre.

Así comenzó el Papa su homilía. “Together”. “Juntos”. Como la primitiva comunidad cristiana el día de Pentecostés. Como un solo rebaño, amado y reunido por un solo Pastor, Jesús. Como la gran muchedumbre del Apocalipsis estamos aquí, hermanos y hermanas “de toda nación, tribu, pueblo y lengua” (Ap 7,9), procedentes de comunidades y países diferentes, hijas e hijos de un mismo Padre, animados por el Espíritu recibido en el Bautismo, llamados a la misma esperanza (Ef 4,4-5)”.

“En un mundo lleno de ruido”, señaló el Santo Padre, “ya no estamos acostumbrados al silencio, es más, a veces nos cuesta soportarlo, porque nos confronta con Dios y con nosotros mismos. Sin embargo, es la base de la palabra y de la vida”. 

“El silencio es importante”

En efecto, “como la gran muchedumbre del Apocalipsis, oramos en silencio, escuchando un “gran silencio” (cf. Ap 8,1). Y el silencio es importante, es poderoso: puede expresar un dolor indecible ante ante la desgracia, pero también, en los momentos de alegría, una alegría que trasciende las palabras”.

El Sucesor de Pedro dio las gracias a todos por su presencia, “gracias a la Comunidad de Taizé por esta iniciativa. Saludo con gran afecto a los jefes de las iglesias, a los responsables y a las delegaciones de las diferentes tradiciones cristianas, y saludo a todos vosotros, especialmente a los jóvenes: ¡gracias!” 

“Gracias por haber venido a rezar por nosotros y con nosotros en Roma, antes de la Asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos, en vísperas de los ejercicios espirituales que la preceden. que la precede.  “Syn-odos”: caminemos juntos, no sólo los católicos, sino todos los cristianos, todo el Pueblo de los bautizados, todo el Pueblo de Dios, porque «sólo el todo puede ser la unidad de todos» (J.A. Möhler).

Dios habla en el “susurro”

Sobre el silencio en la vida del creyente, el Papa señaló, entre otras cosas, que “está al principio y al final de la existencia terrena de Cristo. El Verbo, la Palabra del Padre, se hizo “silencio” en el pesebre y en la cruz, en la noche de la Natividad y en la de Pascua. Esta noche los cristianos hemos permanecido silenciosos ante el crucifijo de San Damián, como discípulos que escuchan ante la cruz, que es la cátedra del Maestro. El nuestro no fue un silencio vacío, sino un momento lleno de expectación y disponibilidad”.

“La verdad”, añadió el Santo Padre, “no necesita gritos violentos para llegar al corazón de los hombres. A Dios no le gustan las proclamas y el clamor, la cháchara y el estrépito: Dios prefiere más bien, como Dios prefiere, como hizo con Elías, hablar en el “susurro de una brisa suave” (1 Re 19,12), en un “hilo sonoro de silencio”.  Y así también nosotros, como Abraham, como Elías, como María necesitamos liberarnos de tantos ruidos para escuchar su voz. Porque sólo en nuestro silencio resuena su Palabra”.

En la vida de la Iglesia, “a la escucha del Espíritu”

En segundo lugar, el silencio es esencial en la vida de la Iglesia, continuó el Romano Pontífice. “Los Hechos de los Apóstoles dicen que, tras el discurso de Pedro en el Concilio de Jerusalén, “toda la asamblea calló” (Hch 15,12), preparándose para aceptar el testimonio de Pablo y Bernabé sobre los signos y prodigios que Dios había Dios entre las naciones”.

“Y esto nos recuerda que el silencio, en la comunidad eclesial, hace posible la comunicación fraterna, en la que el Espíritu Santo armoniza los puntos de vista, porque Él es la armonía”, prosiguió el Papa. “Ser sinodales significa acogernos unos a otros así, sabiendo que todos tenemos algo que testimoniar y aprender, poniéndonos juntos a la escucha del “Espíritu de la verdad” (Jn 14,17) para conocer lo que Él “dice a las Iglesias” (Ap 2,7).”

Por último, “el silencio permite precisamente el discernimiento, mediante la escucha atenta de los “gemidos inefables” (Rm 8,26) del Espíritu que resuenan, a menudo ocultos, en el Pueblo de Dios. Pidamos, pues, al Espíritu el don de la escucha para los participantes en el Sínodo” (Discurso con ocasión de la Vigilia de Oración en preparación del Sínodo sobre la Familia, 4 de octubre de 2014).

Para la unidad de los cristianos

En tercer lugar, Francisco subrayó que “el silencio es esencial en el camino de la unidad de los cristianos. Es fundamental de hecho para la oración, de la que parte el ecumenismo y sin la cual es estéril”.

“Jesús, en efecto, ha orado para que sus discípulos “sean uno” (Jn 17,21).  El silencio hecho oración nos permite acoger el don de la unidad “como Cristo quiere”, “por los medios que Él quiere” (P. Couturier), no como fruto autónomo de nuestros propios esfuerzos y según criterios puramente humanos”.

La unidad de los cristianos “crece en silencio ante la cruz, igual que la cruz, igual que las semillas que recibiremos y que representan los diferentes dones otorgados por el Espíritu Santo a las diversas tradiciones: nos corresponde a nosotros sembrarlas, con la certeza de que sólo Dios hace crecer (cf. 1 Cor 3,6)”, añadió el Santo Padre.

“Adorar unidos y en silencio”

Por eso, alentó Francisco al final de la alocución, “pedimos, en la oración común, aprender de nuevo a hacer silencio: a escuchar la voz del Padre, la llamada de Jesús y el gemido del Espíritu. Pedimos que el Sínodo sea un “kairós” de fraternidad, un lugar donde el Espíritu Santo purifique a la Iglesia de las chácharas, ideologías y polarizaciones”. 

“Mientras nos dirigimos hacia el importante aniversario del gran Concilio de Nicea”, concluyó el Papa”, “pidamos que sepamos adorar unidos y en silencio, como los Magos, el misterio de Dios hecho hombre, seguros de que cuanto más cerca estemos de Cristo, más unidos estaremos entre nosotros. Y como los Magos de Oriente fueron guiados a Belén por una estrella, que la luz celestial nos guíe a nuestro único Señor y a la unidad por la que Él ha orado. Hermanos y hermanas, pongámonos en camino juntos, deseosos de encontrarle, adorarle y anunciarle “para que el mundo crea” (Jn 17,21)”.

Oración final de los responsables de las iglesias presentes

(Vigilia ecuménica “Together”)

“Dios Padre nuestro, te damos gracias por todos tus dones, especialmente por el

don de maravillarnos ante tu creación. ¡Permítenos cuidarla y caminar juntos

como hermanos y hermanas en paz!

Jesús, el Cristo, te damos gracias por haber dado tu vida hasta la cruz. Por tu

Resurrección, eres fuente de vida abundante. ¡Que te acojamos y te sigamos en

el servicio a los demás!

Espíritu Santo, soplo de Pentecostés, tú nos envías a anunciar a Cristo y a

acoger en nuestras comunidades a los que aún no lo conocen. Desciende, te

rogamos, sobre los participantes en el Sínodo y sobre todos los presentes,

llenándolos de tu sabiduría y valentía para ser servidores de la comunión y

testigos audaces de tu perdón en el mundo de hoy.

Asamblea: ¡Amén!”

Antes de las palabras del Papa, varios jóvenes de continentes distintos relataron su experiencia del camino sinodal: Emile, del Líbano; Agata, de Indonesia; y Tilen, de Eslovenia, entre otras intervenciones.

El autorFrancisco Otamendi

Ecología integral

Inteligencia artificial y comunicación: saber acompañar el cambio

El aspecto más importante de este interés de la Iglesia por la Inteligencia Artificial concierne más bien al enfoque del próximo mensaje, centrado en lo 'plenamente humano' que se espera de toda misión comunicativa.

Giovanni Tridente·1 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

¿Qué tiene que ver la comunicación con la Inteligencia Artificial? O mejor dicho, ¿qué ha impulsado al Papa Francisco a querer dedicar el Mensaje de la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebrará el 12 de mayo de 2024, a la IA en sus implicaciones comunicativas? No es casualidad que el tema sea «Inteligencia artificial y sabiduría del corazón: por una comunicación plenamente humana».

La elección obedece sin duda al hecho de que se trata de un tema de gran actualidad que, aunque no es muy joven en la escena pública y civil, no ha dejado de ganar terreno en la opinión pública al menos desde el año pasado. Y la comunicación se nutre sin duda de la actualidad.

Luego está el elemento contingente, es decir, las aplicaciones de la IA al mundo de la comunicación: pensemos, por ejemplo, en el uso de algoritmos en las redes sociales, la transmisión rápida de información, la posibilidad de «construir» fuentes de información y, por consiguiente, de comunicación.

Aspectos que, sin duda, no pueden ignorarse, pero que en modo alguno reducen únicamente a esto el alcance de la gran revolución tecnológica de las últimas décadas. En efecto, la Inteligencia Artificial se aplica en un gran número de ámbitos, de la sanidad a los transportes, de la agricultura a la industria pesada, que muy a menudo ignoramos a pesar de que tienen consecuencias concretas en nuestras vidas, especialmente en el campo de la informática.

Hacer humana la comunicación

Así pues, el aspecto más importante de este interés de la Iglesia por la Inteligencia Artificial concierne más bien al enfoque del próximo mensaje, centrado en lo ‘plenamente humano’ que se espera de toda misión comunicativa: un servicio de bien a las personas y no un obstáculo para su vida o para el ejercicio libre y consciente de la vida en comunidad. Y se añade una virtud concreta: la «sabiduría del corazón».

A esto, pues, está llamado el mundo de la comunicación ante la imparable revolución tecnológica de nuestro tiempo: a ayudar a explicarla, contextualizarla y acompañarla con sabiduría.

Y al hacerlo, reconocer que toda nueva oportunidad que ofrece la tecnología debe orientarse siempre hacia el bien del individuo, del ser humano, que es el único que tiene corazón, o alma si se quiere. Y es el único que puede plantearse las preguntas adecuadas ante lo que le rodea. Incluidas las sofisticadas máquinas que hoy pueden permitirle aumentar para bien todas sus prestaciones.

Claro que existen los retos, los riesgos, los malentendidos, las especulaciones… pero qué sería de nuestras vidas sin la oportunidad de poder volcar para bien todo aquello que nos tensa el corazón, haciéndonos a menudo menos que humanos.

Así pues, acojamos esta llamada a habitar el mundo de la Inteligencia Artificial en general, y el de la comunicación en particular, sacando a la luz las grandes intuiciones del ingenio humano, fruto de la chispa que Dios ha puesto en cada uno de nosotros.

Evangelización

La alegría de la confesión

Quien vive del amor misericordioso de Dios y acude a la confesión está dispuesto a responder a la llamada del Señor.

Jennifer Elizabeth Terranova·1 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

¿Quién iba a pensar que una “fiesta de lástima” de cuatro meses era la invitación de Dios a reunirme con Él para confesarme semanalmente?

Nuestro Salvador me llamó al confesionario en medio de mis lamentos: ¡ahora soy adicta!

Los últimos meses y años han sido difíciles en todos los sentidos. Parecía como si me estuvieran atacando, y cuanto más intentaba mantenerme firme en mi fe y tomar el camino moral cuando sucedía lo incorrecto, peor progresaban las cosas. No parecía justo.

Así que hice lo que hacen la mayoría de los católicos. Recé más y supliqué a Dios que se apiadara de mi pobre corazón roto. ¿Qué hizo Él? Nada. O eso creía yo.

Nadie está nunca preparado cuando sobreviene una tragedia, pero con la gracia de Dios, de alguna manera seguimos adelante. Sin embargo, cuando se produce otra muerte inmediatamente después, y surgen problemas financieros, es fácil sentirse como un blanco, y por lo tanto, comienza la “fiesta de la lástima”.

Como persona que asiste a Misa todos los días y es voluntaria en dos iglesias, a menudo aprovecho algunas de las «ventajas» religiosas, por así decirlo. Durante este período en particular, busqué consejo espiritual de los sacerdotes y pedí a cada uno de ellos bendiciones semanales. Aunque todo esto me proporcionó un respiro del sufrimiento, parecía que el enemigo estaba trabajando horas extras, y estaba claro que la desesperación y la depresión se habían apoderado del corazón de esta chica feliz.

Llegados a este punto, me enfadé con Dios y creí que, como soy una católica decente, amable y devota, debía de haber un fallo en el sistema de Dios. “Ya basta”, le dije. Justifiqué mi enfado con Él, incluso recordándome a mí misma y a Dios por qué yo tenía «razón». Después de todo, las innumerables veces que pasé por alto al empleado de la Iglesia que fue grosero y antagónico conmigo cuando todo lo que estaba haciendo era ayudar, la traición, las pérdidas inesperadas, y esto y aquello. Me preguntaba, ¿por qué yo, Señor? Otra vez no, ¡otra puerta cerrada no! Aquí estoy intentando ser el mejor discípulo, y ésta es mi recompensa. Pero no me daba cuenta de que el dolor y los «contratiempos» eran todo una trampa: una invitación al hermoso sacramento de la Penitencia.

Siempre me había confesado con regularidad, pero en medio de mis luchas por comprender la voluntad de Dios, me había vuelto culpable de mi cólera contra «aquel a quien ama mi alma».

Así que hice lo que la mayoría de los católicos hacemos cuando somos culpables: Fui a confesarme, y luego fui la semana siguiente, y luego la siguiente… y otra vez. Fui durante cuatro semanas consecutivas. Me había vuelto adicta a su perdón. Anhelaba la Reconciliación todas las semanas. Cada lunes después de Misa esperaba ansiosamente en la fila para permitir que Jesús me perdonara de nuevo. Y lo hacía, sin hacer preguntas. Mi espíritu era nuevo, mi paz restaurada. Es como ir a un balneario espiritual, ¡pero es mejor!

El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC, 1422-24) ofrece una explicación del sacramento de la Penitencia, también conocido como sacramento de la Reconciliación, y de la Conversión en el artículo 4: «Los que se acercan al sacramento de la Penitencia obtienen de la misericordia de Dios el perdón de la ofensa cometida contra él y, al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a la que han herido con sus pecados y que, con la caridad, con el ejemplo y con la oración, trabaja por su conversión”.

Se llama sacramento de la Penitencia porque consagra los pasos personales y eclesiales de Conversión, Penitencia y satisfacción del pecador cristiano.

Se llama sacramento de la Reconciliación porque imparte al pecador el amor de Dios que reconcilia: «Reconcíliate con Dios». Quien vive del amor misericordioso de Dios está dispuesto a responder a la llamada del Señor: «Ve; reconcíliate primero con tu hermano».

Se llama sacramento de la conversión porque hace sacramentalmente presente la llamada de Jesús a la conversión, primer paso para volver al Padre del que uno se ha alejado por el pecado.

Ya sea que nos refiramos a esta hermosa bendición como Confesión o Reconciliación, recordemos extender la misma gracia a los demás. Al fin y al cabo, Jesucristo perdonó a san Pedro, que le negó tres veces. San Pedro se llenó de lágrimas y de redención tras la resurrección del Señor. Estas lágrimas son de alegría, esperanza y perdón; la paz que recibimos de la redención viene de Él, no del mundo.

Todos estamos invitados por Cristo al confesionario, pero ¿qué pasa si vemos este hermoso sacramento como obligatorio y festivo? Las ramificaciones son fantásticas. Si aceptamos la bendición, dejamos que Dios restaure el quebranto que sentimos y expiamos nuestros pecados, semanal o mensualmente, nuestras vidas se transformarán y convertirán.

Muchos de nosotros hacemos ejercicio a diario y no podríamos imaginarnos faltando a nuestras sesiones de levantamiento de pesas en clase de aeróbic. Tenemos que sudar las toxinas y desarrollar los músculos, lo cual es inteligente. Sin embargo, la Confesión es el único remedio para purificar nuestras almas y ayudarnos a ascender más alto en nuestro camino espiritual. Y si vemos la Penitencia como una invitación de Dios a reunirnos con Él de un modo especial y sabemos que saldremos con mentes, cuerpos y almas más fuertes, correríamos a confesarnos con nuestros sacerdotes, aunque fuera por cosas menores. La consecuencia es que comulgaríamos con más profunda reverencia porque, sin este sacramento, no podemos recibir el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor.

Vivimos en una sociedad que promueve la terapia y los zumos. Aunque disfruto de los beneficios para la salud de una alimentación sana, no suscribo la terapia. No descarto ni ignoro su valor para muchas personas; sin embargo, creo que los católicos debemos recordar dejar que Jesús sea nuestra medicina y terapeuta.

Nuestro querido Padre Pío pasaba horas escuchando confesiones, y tenía una fórmula sencilla pero eficaz que prescribía:

  1. Confesarse lo más posible.
  2. Asistir a Misa.
  3.  Ser devoto de Nuestra Santísima Madre.

Marion, que es feligresa de la iglesia de Nuestro Salvador en Manhattan, Nueva York, y asiste a Misa todos los días, dijo lo siguiente sobre el sacramento de la Penitencia: «Me gusta confesarme porque me gusta hablar con los sacerdotes, y me gusta decirles lo que estoy haciendo… y lo repito [el pecado] una y otra vez, pero así es la vida, y nadie es perfecto. Y me hace sentir que estoy más cerca de Dios».

Incluso los sacerdotes tienen sus propias experiencias con el sacramento. El padre Ali, sacerdote católico nigeriano, oblato misionero de María Inmaculada (OMI), compartió sus reflexiones con Omnes:

“La confesión ha sido una lucha para mí durante muchos años. Aunque sé que la Iglesia espera que confiese mis pecados, siempre me he preguntado por qué no puedo reconocerlos directamente ante Dios sin la intervención de un sacerdote. ¿Por qué es necesario confesarse con un sacerdote?»

«Cambiar mi relación con la Confesión no fue fácil, pero llegué a comprender que el pecado no es tanto una incapacidad como una falta de reciprocidad al amor que Dios me tiene. Desde entonces, ya no me confieso para acusarme de mis pecados, sino para reavivar mi amor a Dios. Porque le amo apasionadamente, estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para mantener nuestro amor”.

El difunto Mario Cuomo, ex gobernador de Nueva York, dijo una vez: «Soy un católico a la antigua usanza que peca, se arrepiente, lucha, se preocupa, se confunde y, la mayoría de las veces, se siente mejor después de confesarse».

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Vaticano

“Fidelidad creativa”, la petición del Papa Francisco a los nuevos cardenales

El Papa Francisco ha manifestado hoy en San Pedro, en el consistorio de creación de 21 nuevos cardenales de la Iglesia católica, que “Pentecostés —como el bautismo de cada uno de nosotros— no es un hecho del pasado, y que “la Iglesia —y cada uno de sus miembros— vive de este misterio siempre actual”. Además, ha comparado el colegio cardenalicio a una “orquesta sinfónica y sinodal”.

Francisco Otamendi·30 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En el noveno consistorio público del Papa Francisco, celebrado en un día soleado en el atrio de la basílica de San Pedro, en Roma, con el que el número de cardenales asciende a 242, de los cuales 137 serían electores en un futuro cónclave, el Santo Padre ha querido reflexionar sobre la actualidad de Pentecostés en la Iglesia, al hilo del próximo Sínodo que dará comienzo el próximo 4 de octubre. 

La ceremonia de entrega del birrete cardenalicio a los 21 nuevos cardenales, de los que 18 tiene menos de 80 años, y son por tanto ya electores, ha comenzado a las 10 de la mañana, y ha contado con la presencia  de autoridades, diplomáticos, cardenales, arzobispos, obispos y sacerdotes y religiosos de todo el mundo, y con la asistencia de numerosos fieles de los países de origen de los neocardenales. 

Tras la lectura del fragmento de los Hechos de los Apçostoles (12,1-11), elegido por el Papa, el Romano Pontífice ha manifestado que “Pentecostés —como el bautismo de cada uno de nosotros— no es un hecho del pasado, es un acto creativo que Dios renueva continuamente. La Iglesia —y cada uno de sus miembros— vive de este misterio siempre actual. No vive “de rentas”, no, ni mucho menos de un patrimonio arqueológico, por valioso y noble que sea. La Iglesia —y cada bautizado— vive del presente de Dios, por la acción del Espíritu Santo. También el acto que estamos realizando aquí ahora tiene sentido si lo vivimos en esta perspectiva de fe”.

Vocación y misión

“Y hoy, a la luz de la Palabra, podemos comprender esta realidad:  ustedes, neocardenales, han venido de diversas partes del mundo y el mismo Espíritu Santo que fecundó la evangelización de sus pueblos ahora renueva en ustedes su vocación y misión en la Iglesia y para la Iglesia”, ha subrayado el Santo Padre.

Poco antes, Francisco les había señalado: “No se olviden de esto: la fe es transmitida en dialecto, por las madres y las abuelas. En efecto, somos evangelizadores en la medida que conservamos en el corazón el asombro y la gratitud de haber sido evangelizados; más aún, de ser evangelizados, porque en realidad se trata de un don siempre actual, que requiere ser renovado continuamente en la memoria y en la fe. Evangelizadores evangelizados y no funcionarios”.

Sinfonía y sinodalidad de la Iglesia

De esta reflexión, “quisiera extraer sencillamente una consecuencia para ustedes, hermanos cardenales, y para vuestro Colegio.”, ha continuado el Papa. “Y quisiera expresarla con una imagen, la de la orquesta”.

“El Colegio Cardenalicio está llamado a asemejarse a una orquesta sinfónica, que representa la sinfonía y la sinodalidad de la Iglesia. Digo también la “sinodalidad” no sólo porque estamos en la vigilia de la primera Asamblea del Sínodo que tiene precisamente este tema, sino porque me parece que la metáfora de la orquesta puede iluminar bien el carácter sinodal de la Iglesia”.

Escucha recíproca y fidelidad creativa

Una sinfonía cobra vida de la sabia composición de sonidos de los diferentes instrumentos, ha señalado el Papa. “Cada uno brinda su aporte, a veces solo, a veces unido a algún otro, a veces con todo el conjunto. La diversidad es necesaria, es indispensable. Pero cada sonido debe contribuir al proyecto común”. 

“Y para eso es fundamental la escucha recíproca. Cada músico debe escuchar a los demás. Si uno sólo se escuchase a sí mismo, por más sublime que pudiera ser su sonido, no beneficiará a la sinfonía; y lo mismo sucedería si una sección de la orquesta no escuchase a las otras, sino que sonara como si estuviera sola, como si fuera el todo”. 

“El director de la orquesta está al servicio de esta especie de milagro que representa cada ejecución de una sinfonía. Él debe escuchar más que todos los demás”, ha añadido el Papa Francisco, “y al mismo tiempo su tarea es ayudar a cada uno y a toda la orquesta a desarrollar al máximo su fidelidad creativa, fidelidad a la obra que se está ejecutando, pero creativa, capaz de darle un alma a esa partitura, de hacerla sonar en el aquí y ahora de una manera única”.

Espíritu Santo, maestro del caminar juntos

El Santo Padre ha continuado afirmando que “nos hace bien reflejarnos en la imagen de la orquesta, para aprender cada vez mejor a ser Iglesia sinfónica y sinodal. La propongo particularmente a ustedes, miembros del Colegio Cardenalicio, en la reconfortante confianza de que tenemos como maestro al Espíritu Santo, —Él es el protagonista—: maestro interior de cada uno y maestro del caminar juntos”.

“Él crea la variedad y la unidad, Él es la misma armonía. San Basilio busca una síntesis cuando dice: “Ipse harmonia est”, Él es la misma armonía. Nos encomendamos a su guía dulce y fuerte, y a la protección solícita de la Virgen María”, ha concluido el Papa.

Los nuevos cardenales

Los 21 cardenales de nueva creación que recibieron esta mañana del Papa Francisco la imposición del birrete,la entrega del anillo y la asignación del título o diaconía son: 

– Robert Francis Prevost, O.S.A., Prefecto del Dicasterio para los Obispos; 

– Claudio Gugerotti, Prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales; 

– Víctor Manuel Fernández, Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe; 

– Emil Paul Tscherrig, Nuncio Apostólico Apostólico; 

– Christophe Louis Yves Georges Pierre, Nuncio Apostólico; 

– S.B. Pierbattista Pizzaballa, O.F.M., Patriarca Latino de Jerusalén; 

– Stephen Brislin, Arzobispo de Ciudad del Cabo (Kaapstad); 

– Ángel Sixto Rossi, S.I., Arzobispo de Córdoba (Argentina);

– Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá; 

– Grzegorz Ryś, Arzobispo de Łódź; 

– Stephen Ameyu Martin Mulla, Arzobispo de Juba; 

– José Cobo Cano, arzobispo de Madrid; 

– Protase Rugambwa, arzobispo coadjutor de Tabora; 

– Sebastian Francis, Obispo de Penang; 

– Stephen Chow Sau-yan, S.I., Obispo de Hong Kong; 

– François-Xavier Bustillo, O.F.M. Conv., Obispo de Ajaccio; 

– Américo Manuel Alves Aguiar, Obispo Auxiliar de Lisboa; 

– Ángel Fernández Artime, S.D.B., Rector Mayor de los Salesianos; 

– Agostino Marchetto, Nuncio Apostólico; 

– Diego Rafael Padrón Sánchez, Arzobispo Emérito de Cumaná; 

– Luis Pascual Dri, O.F.M. Cap., Confesor en el Santuario de Ntra. Sra. de Pompeya,

Buenos Aires (que no pudo estar presente en la ceremonia).

Al inicio de la celebración el primero de los nuevos cardenales, Robert Francis Prevost, O.S.A., prefecto del Dicasterio para los Obispos, dirigió al Papa, en nombre de todos, un discurso de homenaje y acción de gracias. 

El autorFrancisco Otamendi

Cultura

Escriva.org: las obras de san Josemaría en una web renovada y ampliada

La nueva web escriva.org sustituye a la previa escrivaobras.org y contiene los 14 libros del autor publicados hasta el momento presentados de tal modo que se eliminan problemas como idioma, problemas de visión, de conexión y compatibilidad de dispositivos.

Maria José Atienza·30 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Todas las obras de san Josemaría Escrivá, disponibles en 20 idiomas y de manera accesible a todo tipo de personas a través de la web www.escriva.org.

La nueva web, impulsada por La Fundación Studium, titular de los derechos de autor de las obras de san Josemaría Escrivá de Balaguer, se presentó en Valencia el viernes 29 de septiembre en un acto que contó con el sacerdote Mariano Fazio, vicario auxiliar de la prelatura del Opus Dei, Ana Escauriaza, historiadora e investigadora del CEJE (Centro de Documentación y Estudios Josemaría Escrivá de Balaguer), y Ricardo Velesar, miembro de la ONCE.

Una web que irá ampliándose

La nueva web contiene los 14 libros de san Josemaría publicados hasta ahora aunque su objetivo es ir ampliando esta colección para incluir sus obras completas en la medida en que se vaya publicando su edición impresa, un trabajo que será desarrollado por la editorial Rialp.

Asimismo, aunque la web se ha lanzado en más de 20 idiomas, los impulsores de la web tienen la idea de ir incluyendo las más de 140 traducciones disponibles de sus textos.

Valencia, ciudad en la que se publicó la primera edición de «Camino» un 29 de septiembre de 1939, ha sido la sede de la presentación de este nuevo portal que está pensada para un uso personal y consultivo, de tal modo que la navegación resulta sencilla e intuitiva.

En este sentido, escriva.org otorga mayor facilidad a las personas con visión reducida y está optimizada para que puedan acceder también a sus contenidos las personas ciegas.

Vista general del público y mesa en la presentación de www.escriva.org

El mensaje del Opus Dei, hoy

Durante la presentación de este nuevo portal, el vicario auxiliar del Opus Dei destacó que «la fuerza de los escritos, aparte de lo académico o lo literario, está en que nos ayuda a ser mejores”.

Mariano Fazio subrayó además cómo, en las obras de san Josemaría, está contenido todo el carisma del Opus Dei: “Es por eso que existe un hilo conductor en todas las obras de san Josemaría: la santidad en medio del mundo a través de las tareas cotidianas”.

«Puedo ser santo vendiendo cupones»

Por su parte, fue especialmente interesante la intervención de Ricardo Velesar, con discapacidad visual, que contó su testimonio de conversión y el nuevo panorama de vida que descubrió gracias a las obras del fundador del Opus Dei: «A través de los escritos de san Josemaría descubrí que podía ser santo vendiendo cupones. Esto cambió mi vida».

Velesar explicó, además la accesibilidad de la nueva web para personas con discapacidad visual: «Esta web es una buena noticia porque permitirá a muchas personas en todo el mundo, sea cual sea su situación, poder acceder a las obras de este santo».

Cultura

San Jerónimo, amor por la Palabra de Dios

San Jerónimo fue un padre de la Iglesia nacido en Dalmacia (actualmente en la zona de Croacia y Eslovenia) alrededor del año 347 y fallecido en Belén en el 420. Su traducción de la Biblia al latín se conoce como “la Vulgata” y su festividad se celebra el 30 de septiembre.

Loreto Rios·30 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 9 minutos

San Jerónimo nació en Estridón (Dalmacia) en una familia cristiana, y recibió una sólida formación en Roma. Se convirtió y bautizó en torno al año 366. Vivió un tiempo en una comunidad ascética en Aquileia. Su vida ascética es otro legado del santo, como comenta el Papa Benedicto XVI: “Nos ha dejado una enseñanza rica y variada sobre el ascetismo cristiano. Recuerda que un compromiso valiente por la perfección requiere vigilancia constante, frecuentes mortificaciones, aunque con moderación y prudencia, trabajo intelectual o manual asiduo para evitar el ocio y sobre todo obediencia a Dios”.

Posteriormente, san Jerónimo dejó la comunidad de Aquileia y estuvo en diferentes lugares: Trier, su Estridón natal, Antioquía o el desierto de Calcis (al sur de Alepo). Además de latín, sabía griego y hebreo, y transcribió códices y escritos patrísticos.

Fue ordenado sacerdote en el año 379 y partió a Constantinopla. Allí, continuó sus estudios de griego con san Gregorio Nacianceno. También conoció a san Ambrosio y mantuvo correspondencia con san Agustín.

Consejero del Papa

Posteriormente, en el año 382, se trasladó a Roma y fue secretario y consejero del Papa san Dámaso. Este le pidió que hiciese una nueva traducción de la Biblia al latín. Además, en Roma fue guía espiritual de varios miembros de la aristocracia romana, principalmente mujeres, como Paula, Marcela, Asela o Lea. Con él, estas nobles profundizaron en la lectura de la Biblia en un “cenáculo fundado en la lectura y el estudio riguroso de la Escritura”, según indica el Papa Francisco en una carta apostólica sobre san Jerónimo publicada en 2020 por el XVI centenario de su muerte.

En el año 385, después de que el Papa falleciese, san Jerónimo partió a Tierra Santa, acompañado por algunos de sus seguidores. Después de pasar por Egipto, fue a Belén, donde, gracias a la aristócrata Paula, formó dos monasterios, uno masculino y otro femenino, y un lugar de hospedaje para los que peregrinaban a Tierra Santa, “pensando en que María y José no habían encontrado un lugar donde alojarse”.

En Belén

En las cuevas de Belén, junto a la Gruta de la Natividad, hizo la Vulgata, una traducción al latín de toda la Biblia. Además, san Jerónimo “comentó la palabra de Dios; defendió la fe, oponiéndose con vigor a varias herejías; exhortó a los monjes a la perfección; enseñó cultura clásica y cristiana a jóvenes alumnos; acogió con espíritu pastoral a los peregrinos que visitaban Tierra Santa”, comentó el Papa Benedicto XVI en dos audiencias de 2007 (el 7 y el 14 de noviembre) dedicadas a san Jerónimo. En estas mismas grutas murió el santo el 30 de septiembre del año 420. Fue proclamado doctor de la Iglesia en 1567 por Pío V.

Tumba de san Jerónimo junto a la Gruta de la Natividad en Belén. Sus restos fueron trasladados posteriormente a Roma para evitar su profanación.

El Papa Benedicto XVI indicó que san Jerónimo “puso la Biblia en el centro de su vida: la tradujo al latín, la comentó en sus obras, y sobre todo se esforzó por vivirla concretamente en su larga existencia terrena, a pesar del conocido carácter difícil y fogoso que le dio la naturaleza”.

Cómo nació su amor por la Escritura

El Papa Francisco indica en la carta apostólica «Scripturae Sacrae Affectus» que, curiosamente, el amor que san Jerónimo tenía por la Escritura no nació desde el comienzo. Señala el Papa que san Jerónimo “había amado desde joven la belleza límpida de los textos clásicos latinos y, en comparación, los escritos de la Biblia le parecían, inicialmente, toscos e imprecisos, demasiado ásperos para su refinado gusto literario”. Sin embargo, tuvo un sueño en que el Señor se le presentaba como juez: “Interrogado acerca de mi condición, respondí que era cristiano. Pero el que estaba sentado me dijo: ‘Mientes; tú eres ciceroniano, tú no eres cristiano’”. Fue a raíz de este sueño cuando san Jerónimo se dio cuenta de que amaba más los textos clásicos que la Biblia, y ahí comenzó su amor por la Palabra de Dios.

Comenta también el Papa: “En los últimos tiempos los exegetas han descubierto el genio narrativo y poético de la Biblia, exaltado precisamente por su calidad expresiva. Jerónimo, en cambio, lo que enfatizaba de las Escrituras era más bien el carácter humilde con el que Dios se reveló, expresándose en la naturaleza áspera y casi primitiva de la lengua hebrea, comparada con el refinamiento del latín ciceroniano. Por tanto, no se dedicaba a la Sagrada Escritura por un gusto estético, sino —como es bien conocido— solo porque lo llevaba a conocer a Cristo, porque ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo”.

Proceso de traducción de la Biblia

El Papa comentó también el proceso que siguió san Jerónimo para la traducción de la Biblia: “Es interesante comprobar los criterios a los que se atuvo el gran biblista en su obra de traductor. Los revela él mismo cuando afirma que respeta incluso el orden de las palabras de las sagradas Escrituras, pues en ellas, dice, ‘incluso el orden de las palabras es un misterio’, es decir, una revelación.

Además, reafirma la necesidad de recurrir a los textos originales: ‘Si surgiera una discusión entre los latinos sobre el Nuevo Testamento a causa de las lecturas discordantes de los manuscritos, debemos recurrir al original, es decir, al texto griego, en el que se escribió el Nuevo Testamento. Lo mismo sucede con el Antiguo Testamento, si hay divergencia entre los textos griegos y latinos, debemos recurrir al texto original, el hebreo; de este modo, todo lo que surge del manantial lo podemos encontrar en los riachuelos’”.

La Vulgata

La Vulgata se llamaba así porque fue rápidamente acogida por el «vulgo», el pueblo. El Papa Francisco explica su origen de este modo: “El ‘fruto más dulce de la ardua siembra’ del estudio del griego y el hebreo, realizado por Jerónimo, es la traducción del Antiguo Testamento del hebreo original al latín. Hasta ese momento, los cristianos del imperio romano solo podían leer la Biblia en griego en su totalidad. Mientras que los libros del Nuevo Testamento se habían escrito en griego, para los del Antiguo existía una traducción completa, la llamada Septuaginta (es decir, la versión de los Setenta) realizada por la comunidad judía de Alejandría alrededor del siglo II a. C.

Para los lectores de lengua latina, sin embargo, no había una versión completa de la Biblia en su propio idioma, sino solo algunas traducciones, parciales e incompletas, que procedían del griego. Jerónimo, y después de él sus seguidores, tuvieron el mérito de haber emprendido una revisión y una nueva traducción de toda la Escritura. Con el estímulo del papa Dámaso, Jerónimo comenzó en Roma la revisión de los Evangelios y los Salmos, y luego, en su retiro en Belén, empezó la traducción de todos los libros veterotestamentarios, directamente del hebreo; una obra que duró años.

Para completar este trabajo de traducción, Jerónimo hizo un buen uso de sus conocimientos de griego y hebreo, así como de su sólida formación latina, y utilizó las herramientas filológicas que tenía a su disposición, en particular las Hexaplas de Orígenes. El texto final combinó la continuidad en las fórmulas, ahora de uso común, con una mayor adherencia al estilo hebreo, sin sacrificar la elegancia de la lengua latina. El resultado es un verdadero monumento que ha marcado la historia cultural de Occidente, dando forma al lenguaje teológico. Superados algunos rechazos iniciales, la traducción de Jerónimo se convirtió inmediatamente en patrimonio común tanto de los eruditos como del pueblo cristiano, de ahí el nombre de Vulgata. La Europa medieval aprendió a leer, orar y razonar en las páginas de la Biblia traducidas por Jerónimo”.

Posibilidad de nuevas traducciones

“El Concilio de Trento estableció el carácter ‘auténtico’ de la Vulgata en el decreto ‘Insuper’», continúa el Papa, “sin embargo, no pretendía minimizar la importancia de las lenguas originales, como no dejaba de recordar Jerónimo, ni mucho menos prohibir nuevos trabajos de traducción integral en el futuro. San Pablo VI, asumiendo el mandato de los Padres del Concilio Vaticano II, quiso que la revisión de la traducción de la Vulgata se completara y se pusiera a disposición de toda la Iglesia. Así es como san Juan Pablo II, en la Constitución apostólica Scripturarum thesaurus, promulgó en 1979 la edición típica llamada Neovulgata.

Leer a la luz de la Iglesia

En la audiencia del 14 de noviembre de 2007, el Papa Benedicto XVI continuó su reflexión sobre san Jerónimo resaltando la importancia de leer las Escrituras a la luz de la Iglesia, y no en solitario: “Para san Jerónimo, un criterio metodológico fundamental en la interpretación de las Escrituras era la sintonía con el magisterio de la Iglesia. Nunca podemos leer nosotros solos la Escritura. Encontramos demasiadas puertas cerradas y caemos fácilmente en el error. La Biblia fue escrita por el pueblo de Dios y para el pueblo de Dios, bajo la inspiración del Espíritu Santo.

Solo en esta comunión con el pueblo de Dios podemos entrar realmente con el ‘nosotros’ en el núcleo de la verdad que Dios mismo nos quiere comunicar. Para él una auténtica interpretación de la Biblia tenía que estar siempre en armonía con la fe de la Iglesia católica (…) En particular, dado que Jesucristo fundó su Iglesia sobre Pedro, todo cristiano —concluía— debe estar en comunión ‘con la Cátedra de san Pedro. Yo sé que sobre esta piedra está edificada la Iglesia’. Por tanto, abiertamente declaraba: ‘Yo estoy con quien esté unido a la Cátedra de san Pedro’”.

También indica en este sentido el Papa Francisco que para san Jerónimo era muy importante consultar a la comunidad: “El trabajo valioso que se encuentra en sus obras es fruto del diálogo y la colaboración, desde la copia y el análisis de los manuscritos hasta su reflexión y discusión: para estudiar ‘los libros divinos yo nunca he confiado en mis propias fuerzas ni he tenido como maestra mi propia opinión, sino que he solido preguntar incluso sobre aquellas cosas que yo creía saber, ¡cuánto más sobre aquellas de las que yo estaba dudoso!’. Por eso, consciente de sus propios límites, pedía auxilio continuamente en la oración de intercesión, para que la traducción de los textos sagrados estuviera hecha ‘con el mismo espíritu con que fueron escritos los libros’”.

Estudio y caridad

Su amor por la escritura no le hacía descuidar la caridad. Benedicto XVI cita unas palabras del santo a este respecto: “El verdadero templo de Cristo es el alma del fiel: adorna este santuario, embellécelo, deposita en él tus ofrendas y recibe a Cristo. ¿Qué sentido tiene decorar las paredes con piedras preciosas, si Cristo muere de hambre en la persona de un pobre?”.

Del mismo modo, san Jerónimo decía que es necesario “vestir a Cristo en los pobres, visitarlo en los que sufren, darle de comer en los hambrientos, acogerlo en los que no tienen una casa”.

La educación femenina

El santo fue también un gran impulsor de las peregrinaciones, en especial a Tierra Santa, y de la educación femenina, según señala Benedicto XVI: “Un aspecto bastante descuidado en los tiempos antiguos, pero que san Jerónimo considera vital, es la promoción de la mujer, a la que reconoce el derecho a una formación completa: humana, académica, religiosa y profesional”.

Nombres de las discípulas de san Jerónimo escritos en las grutas de Belén.

A este respecto, comenta el Papa Francisco en su carta apostólica que a dos de estas discípulas, Paula y Eustoquio, las adentró “en ‘las discrepancias de los traductores’ y, algo inaudito para ese tiempo”, les permitió “que pudieran leer y cantar los Salmos en la lengua original”.

La traducción como obra de caridad

El Papa Francisco también comenta que el trabajo de traducción es una forma de inculturación, y, por tanto, de caridad: “El trabajo de traducción de Jerónimo nos enseña que los valores y las formas positivas de cada cultura representan un enriquecimiento para toda la Iglesia. Los diferentes modos en que la Palabra de Dios se anuncia, se comprende y se vive con cada nueva traducción enriquecen la Escritura misma, puesto que —según la conocida expresión de Gregorio Magno— crece con el lector, recibiendo a lo largo de los siglos nuevos acentos y nueva sonoridad.

La inserción de la Biblia y del Evangelio en las diferentes culturas hace que la Iglesia se manifieste cada vez más como ‘sponsa ornata monilibus suis’. Y atestigua, al mismo tiempo, que la Biblia necesita ser traducida constantemente a las categorías lingüísticas y mentales de cada cultura y de cada generación, incluso en la secularizada cultura global de nuestro tiempo”.

A este respecto, añade: “Ha sido recordado, con razón, que es posible establecer una analogía entre la traducción, como acto de hospitalidad lingüística, y otras formas de hospitalidad. Por eso, la traducción no es un trabajo que concierne únicamente al lenguaje, sino que corresponde, de hecho, a una decisión ética más amplia, que está relacionada con toda la visión de la vida. Sin traducción, las diferentes comunidades lingüísticas no podrían comunicarse entre sí; nosotros cerraríamos las puertas de la historia y negaríamos la posibilidad de construir una cultura del encuentro.

En efecto, sin traducción no hay hospitalidad y se fortalecen las acciones de hostilidad. El traductor es un constructor de puentes. ¡Cuántos juicios temerarios, cuántas condenas y conflictos surgen del hecho de ignorar el idioma de los demás y de no esforzarnos, con tenaz esperanza, en esta prueba infinita de amor que es la traducción! (…) Muchos son los misioneros a quienes debemos la preciosa labor de publicar gramáticas, diccionarios y otras herramientas lingüísticas que ofrecen las bases de la comunicación humana y son un vehículo del ‘sueño misionero de llegar a todos’”.

La Palabra de Dios trasciende los tiempos

Se puede resumir el legado de san Jerónimo con este bello comentario del Papa Benedicto XVI en una de sus audiencias sobre el santo: “No debemos olvidar nunca que la palabra de Dios trasciende los tiempos. Las opiniones humanas vienen y van. Lo que hoy es modernísimo, mañana será viejísimo. La palabra de Dios, por el contrario, es palabra de vida eterna, lleva en sí la eternidad, lo que vale para siempre. Por tanto, al llevar en nosotros la palabra de Dios, llevamos la vida eterna”.

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Vaticano

La Inteligencia Artificial, foco de las Comunicaciones Sociales

El Papa Francisco ha comunicado el tema de la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales que se celebrará en 2024. En esta ocasión, el lema es “Inteligencia artificial y sabiduría del corazón: por una comunicación plenamente humana”.

Paloma López Campos·29 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Sala Stampa ha hecho público el tema elegido por el Papa para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. En 2024, esta jornada llevará como lema “Inteligencia artificial y sabiduría del corazón: por una comunicación plenamente humana”.

En esta ocasión, el Santo Padre quiere poner el foco sobre la revolución tecnológica que supone que “cada vez sea más natural comunicar a través de las máquinas y con ellas”. Esta nueva realidad trae desafíos, entre los cuales el Papa resalta la desinformación y la soledad.

A través de la reflexión a la que invita la Jornada de las Comunicaciones Sociales, el Papa quiere buscar una mejor orientación de los sistemas de Inteligencia Artificial. Francisco espera “que se forme en todos una conciencia responsable del uso y del desarrollo de estas nuevas formas de comunicación”. Solo aprendiendo a integrar de manera responsable la inteligencia artificial y los algoritmos se logrará “una vida más plena de la persona humana”.

Inteligencia artificial y antropología

Esta no es la primera vez que el Papa habla sobre la inteligencia artificial. Ya en su encíclica “Laudato si’” expresó que “es justo alegrarse ante estos avances, y entusiasmarse frente a las amplias posibilidades que nos abren estas constantes novedades” que aporta la tecnología. Sin embargo, también advirtió que “nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y nada garantiza que vaya a utilizarlo bien, sobre todo si se considera el modo como lo está haciendo”.

Francisco reconoció en 2015 la multitud de ventajas que ofrece la tecnología, ya sea a través de la Inteligencia Artificial, los avances médicos o la modernización de la industria. Pero expresó su preocupación por el impacto de esto en la vida de las personas. “La gente ya no parece creer en un futuro feliz, no confía ciegamente en un mañana mejor a partir de las condiciones actuales del mundo y de las capacidades técnicas. Toma conciencia de que el avance de la ciencia y de la técnica no equivale al avance de la humanidad y de la historia, y vislumbra que son otros los caminos fundamentales para un futuro feliz. No obstante, tampoco se imagina renunciando a las posibilidades que ofrece la tecnología”.

El Santo Padre, consciente del gran peso que tiene la Inteligencia Artificial y todo lo que la rodea, desea que la Iglesia ayude a integrar los grandes avances con una visión del hombre que no puede reducirse al plano material del “paradigma tecnocrático”.

Cultura

San Lorenzo Ruiz, el primer beato de Filipinas

San Lorenzo Ruiz nació alrededor del 1600 y murió martirizado el 29 de septiembre de 1637, en Nagasaki. San Juan Pablo II lo beatificó en el año 1981, convirtiéndolo en el primer beato nativo de Filipinas. Posteriormente, fue canonizado.

Loreto Rios·29 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

San Lorenzo Ruiz nació en Binondo, un distrito de Manila (Filipinas), de padre chino y madre tagala, ambos católicos, en torno al año 1600.

Estudió de pequeño en un colegio dominico, y fue posteriormente notario de un convento de esta misma congregación. Se casó y tuvo tres hijos. En 1636, se embarcó en una expedición a Japón y otros lugares de Asia con unos misioneros dominicos. Todos ellos fueron apresados al llegar a la isla de Okinawa, ya que en 1633 se había promulgado un edicto en el que se ordenaba que todos los cristianos fueran perseguidos. Esta no era la primera persecución a cristianos en Japón, sino que lo mismo había ocurrido en los años 1617 y 1632.

En 1637, san Lorenzo y sus compañeros fueron juzgados en Nagasaki y se les exigió apostatar a cambio de la vida. Fueron torturados y algunos dominicos renegaron de la fe, mientras que Lorenzo y otros compañeros se mantuvieron firmes. Finalmente, le ahorcaron el 29 de septiembre de 1637.

Su beatificación es bastante reciente: el Papa san Juan Pablo II lo beatificó en Filipinas en 1981, junto a otros misioneros mártires en Japón, y en 1987 fue canonizado por el mismo Papa en el Vaticano.

Aunque murió el 29 de septiembre, su festividad se celebra el día 28.

La beatificación

Entre los compañeros mártires de san Lorenzo había nueve japoneses, cuatro españoles, un francés y un italiano. “Estos testigos (…) habían cantado también salmos al Señor de la misericordia y el poder, tanto mientras estaban en la prisión como durante su ejecución mediante la horca y el foso, que duró tres días”, dijo san Juan Pablo II en la homilía de la beatificación de san Lorenzo y compañeros en Manila en 1981.

También señaló que Lorenzo Ruiz, “guiado por el Espíritu Santo hasta su meta inesperada después de un viaje venturoso, dijo al tribunal que era cristiano, que debía morir por Dios y que daría su vida por Él mil veces”. El Pontífice citó asimismo las palabras textuales de san Lorenzo: “Aun si este cuerpo tuviese mil vidas, todas me las dejaría arrebatar si me forzáis a volver la espalda a Cristo”.

“En este momento fue cuando este joven padre de familia profesó y llevó a plenitud la catequesis cristiana que había recibido en la escuela de los frailes dominicos de Binondo (…). Esta es la esencia cristiana del primer beato de la nación filipina”, continuó el Papa. “Igual que la joven Iglesia de Jerusalén produjo su primer mártir por Cristo en la persona del diácono Esteban, así también la joven Iglesia en Manila, fundada en 1579, produjo su primer mártir en la persona de Lorenzo Ruiz, quien había servido en la iglesia parroquial de San Gabriel en Binondo. (…) El ejemplo de Lorenzo Ruiz, hijo de padre chino y de madre tagala, nos recuerda que la vida de todos y toda la vida de uno deben estar a disposición de Cristo”.

Los compañeros mártires de san Lorenzo

San Juan Pablo II también quiso recordar a los otros mártires que se beatificaban ese día: “La atractiva figura del primer mártir filipino no quedaría plenamente ilustrada en su contexto histórico sin encomiar el testimonio dado por sus quince compañeros, quienes sufrieron el martirio en 1633, 1634 y 1637. Ellos forman el grupo guiado por dos hombres: Domingo Ibáñez de Erquicia, vicario provincial de la misión japonesa y natural de Régil, en la diócesis española de San Sebastián; y Jacobo Kyu-hei Tomonaga, nativo de Kyudetsu, en la diócesis de Nagasaki.

Pertenecían ambos a la provincia dominicana del Santo Rosario en las Filipinas, fundada en 1587 para la evangelización del Lejano Oriente. El grupo de compañeros de Lorenzo estaba formado por nueve sacerdotes, dos hermanos profesos, dos miembros de la Tercera Orden, un catequista y un guía-intérprete. Nueve eran japoneses, cuatro eran españoles, uno francés y otro italiano. (…) ‘Hemos venido a Japón solamente para predicar la fe en Dios y para enseñar la salvación a los pequeños y a los inocentes y al resto del pueblo’. Así resumió el mártir Guillermo Courtet su misión ante los jueces en Nagasaki”.

El Papa también señaló la importancia que María tenía para estos santos: «Encomiendo todo esto a María, quien, con su rosario, ayudó a nuestros mártires a imitar y proclamar a su Hijo; a ser intrépidos guardianes de su palabra, como las valientes mujeres Magdalena de Nagasaki y Marina de Omura. Encomiendo el destino de Filipinas y de toda Asia a María, Reina del Rosario, quien con el título de ‘La Naval’ es venerada como la protectora de la libertad de la fe católica”.

Recuerdo a los mártires españoles

Además de saludar a los representantes de Francia, Italia y Japón que asistieron a la beatificación, san Juan Pablo II dirigió también unas palabras en español a los presentes: “En esta ceremonia de la beatificación del primer mártir filipino y de los otros quince hermanos que dieron su vida por la fe en Cristo, quiero recordar en su propia lengua a los cuatro mártires españoles Domingo Ibáñez de Erquicia, Lucas Alonso, Antonio González y Miguel de Aozaraza.

Es un homenaje que gustosamente rindo en primer lugar a ellos, que, siguiendo las huellas de san Francisco Javier y la enseñanza de su fundador, santo Domingo de Guzmán. difundieron la fe cristiana en estas tierras y dieron el supremo testimonio de fidelidad a la Iglesia.

Al mismo tiempo es un debido tributo de agradecido recuerdo a España, que a lo largo de tres siglos y medio llevó a cabo la evangelización de Filipinas, haciendo de ella la única nación de Oriente con gran mayoría católica. Me alegra poder proclamar esto en presencia de la Misión Extraordinaria Española venida para asistir a la beatificación y a la que, junto con los otros connacionales de los nuevos beatos aquí reunidos, dirijo mi cordial saludo y mi pensamiento complacido”.

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Vaticano

Laudate Deum. El buen uso de la naturaleza contra la degradación ambiental y humana

Laudate Deum, que se publicará el día de la fiesta de San Francisco de Asís, el 4 de octubre, pretende integrar los temas de Laudato si, publicada en 2015.

Antonino Piccione·28 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El título de la próxima Exhortación Apostólica del Papa Francisco será Laudate Deum. Así lo anunció el propio Pontífice el pasado jueves 21 de septiembre (la noticia no fue dada a conocer hasta el lunes por Vatican News), durante un encuentro con algunos rectores de universidades latinoamericanas. Entre los temas tratados estuvieron las migraciones, el cambio climático y la exclusión.

El Papa instó a los responsables de las universidades a ser creativos en la formación de los jóvenes partiendo de las realidades y desafíos actuales. Los rectores plantearon al Papa preguntas sobre cuestiones medioambientales y climáticas a las que respondió señalando la deplorable «cultura del usar y tirar o cultura del abandono».

Explicó que se trata de «una cultura del mal uso de los recursos naturales, que no acompaña a la naturaleza a su pleno desarrollo y no la deja vivir». Esta cultura del abandono -dijo- nos perjudica a todos».

Laudate Deum, que se publicará el día de la fiesta de San Francisco de Asís, el 4 de octubre, pretende integrar los temas de Laudato si, publicada en 2015. El mismo día de la solemne apertura de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos y de la conclusión de la Fiesta de la Creación (también conocida como Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación).

La fiesta de San Francisco de Asís fue también la fecha de publicación de la encíclica Fratelli Tutti.

La reflexión sobre la cultura del despilfarro, que encontrará un tratamiento más amplio y específico en las páginas del documento anunciado, parte de lo que el Santo Padre denuncia como «una falta de educación para utilizar las cosas que quedan, para rehacerlas, para sustituirlas en el orden del uso común de las cosas».

Integrar a los descartados

Al animar a un «buen uso de la naturaleza», que incluya acciones prácticas que puedan ayudar al medio ambiente, Francisco señaló cómo la degradación medioambiental puede llevar a otro tipo de «degradación», a saber, en el modo en que tratamos a los demás, especialmente a aquellos que ya viven con menos recursos.

Las palabras del Pontífice fueron duras: «Los descartados, los marginados, son hombres y mujeres, pueblos enteros que dejamos en la calle como basura, ¿no es así? Debemos ser conscientes de que utilizamos la riqueza de la naturaleza sólo para pequeños grupos a través de teorías socioeconómicas que no integran la naturaleza, los descartados’.

En el trasfondo, pues, está la llamada a la ecología humana, formulación utilizada por primera vez por el Papa Benedicto XVI, con reverberaciones sobre la defensa de la vida y la dignidad humana.

Y la llamada al mantenimiento de los «valores humanísticos» y a la promoción del «diálogo fraterno». Sin olvidar la vocación más noble de la persona humana, la política. «En el sentido más amplio del término. (…) Tener apertura política y saber dialogar con madurez con los grupos políticos, la política no es una enfermedad, en mi opinión es la vocación más noble de una sociedad, porque es la que lleva adelante los procesos de desarrollo».

En este sentido, el Papa instó a las universidades a crear redes de sensibilización. A uno de los participantes dijo: «Y en este punto usted utiliza una palabra muy hermosa, que es organizar la esperanza».

«Recuperar y organizar la esperanza», dijo Francisco, «me gusta esta frase que usted me ha dicho y no se puede dejar de considerarla en el contexto de la ecología integral, en esta dimensión según la cual los jóvenes de hoy tienen derecho a un cosmos equilibrado y tienen derecho a la esperanza, y debemos ayudarles a organizar esta esperanza, a tomar decisiones muy serias a partir de este momento».

Tras subrayar la importancia de una «cultura regenerativa» frente a la «cultura de la desposesión», fruto envenenado «de una crisis económica que no siempre está al servicio del desarrollo de los más necesitados», Francisco abogó por alternativas que ayuden a superar la crisis medioambiental y puso como ejemplo el uso de paneles solares para suministrar electricidad al Aula Pablo VI y otras zonas del Vaticano. «Tenemos que ser muy creativos en estas cosas para proteger la naturaleza» porque obviamente la electricidad se hace a base de carbón u otros elementos, que siempre crean problemas en la propia naturaleza y «los jóvenes que formamos deben convertirse en líderes en este punto, convencidos.»

El autorAntonino Piccione

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Cultura

San Wenceslao, príncipe mártir

El 28 de septiembre se celebra san Wenceslao, príncipe de Bohemia y mártir que vivió en el siglo X y es actualmente patrón de la República Checa.

Loreto Rios·28 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

San Wenceslao (nacido alrededor del 907 y fallecido en 929), mártir, cuya festividad se celebra el 28 de septiembre, fue príncipe de Bohemia.

Su madre, la princesa Drahomira, era pagana, por lo que la abuela de Wenceslao, santa Ludmila, solicitó encargarse del niño para poder educarle en el catolicismo.

Sus enseñanzas parecían dar fruto y el niño progresaba en sus estudios en el colegio de Budecz, pero, cuando tenía solo trece años, su padre falleció, y, aunque Wenceslao heredó el trono, su madre se convirtió en regente. Por tanto, santa Ludmila tuvo que devolver el niño a su madre y, posteriormente, murió asesinada por orden de esta.

Drahomira no se detuvo en este asesinato, sino que inició una gran persecución contra los cristianos, prohibiendo el culto público, destruyendo iglesias y asesinando a numerosos católicos.

Cuando Wenceslao cumplió la mayoría de edad y accedió al trono, restauró la paz e hizo volver a los sacerdotes exiliados. Su reinado estuvo marcado por la generosidad y el servicio a Dios. Entre otras cosas, no se ejecutó ninguna pena de muerte en su época y, además, compraba a esclavos paganos para bautizarlos y concederles a continuación la libertad.

Sin embargo, a pesar de haber traído de nuevo el orden y la paz al reino, su hermano menor, Boleslao, apoyado por otros nobles, asesinó a Wenceslao en la puerta de una iglesia el 28 de septiembre de 929.

Por los milagros que se realizaban en su tumba, Boleslao, al parecer arrepentido, trasladó el cuerpo de su hermano a la iglesia de San Vito en Praga, que se convirtió en un lugar de peregrinación. Es patrón de la República Checa.

Benedicto XVI sobre Wenceslao

Durante su viaje apostólico en septiembre de 2009 a la República Checa, el Papa Benedicto XVI se refirió a san Wenceslao durante la homilía de la Misa de la festividad del santo: “Nos reúne esta mañana en torno al altar el recuerdo glorioso del mártir san Wenceslao, cuya reliquia he podido venerar antes de la Santa Misa en la basílica a él dedicada (…). Este gran santo, a quien os complace llamar ‘eterno’ príncipe de los checos, nos invita a seguir siempre y fielmente a Cristo, nos invita a ser santos. Él mismo es modelo de santidad para todos, especialmente para cuantos guían el destino de las comunidades y de los pueblos”.

Benedicto XVI también comentó que san Wenceslao “tuvo el valor de anteponer el reino de los cielos a la fascinación del poder terreno. (…) Como dócil discípulo del Señor, el joven soberano Wenceslao se mantuvo fiel a las enseñanzas evangélicas que le había impartido su santa abuela, la mártir Ludmila. Siguiéndolas, antes aún de comprometerse en la edificación de una convivencia pacífica dentro de la patria y con los países limítrofes, se esforzó por propagar la fe cristiana, llamando a sacerdotes y construyendo iglesias.

En la primera ‘narración’ paleoeslava se lee que ‘socorría a los ministros de Dios y embelleció también muchas iglesias’ y que ‘beneficiaba a los pobres, vestía a los desnudos, daba de comer a los hambrientos, acogía a los peregrinos, precisamente como quiere el Evangelio. No toleraba que se cometiera injusticia a las viudas, amaba a todos los hombres, fueran pobres o ricos’. Aprendió del Señor a ser ‘misericordioso y piadoso’ y animado por espíritu evangélico llegó a perdonar incluso a su hermano, que había atentado contra su vida.

Por lo tanto, con razón lo invocáis como ‘heredero’ de vuestra nación y, en un canto que os es bien conocido, le pedís que no permita que perezca. Wenceslao murió mártir por Cristo. Es interesante observar que su hermano Boleslao, al matarlo, consiguió apoderarse del trono de Praga, pero la corona que a continuación se imponían en la cabeza sus sucesores no llevaba su nombre. Lleva, en cambio, el nombre de Wenceslao (…). Este hecho se considera como una maravillosa intervención de Dios, que jamás abandona a sus fieles (…), y la sangre del mártir no llamó al odio y la venganza, sino al perdón y la paz”.

El canto al que se refería el Papa es el Svatý Václave («San Wenceslao»), un antiquísimo poema checo, el primer texto que se conserva en que se usa este idioma con fines poéticos. Se documenta desde el siglo XIII, aunque seguramente es anterior. También hay villancicos que hablan sobre el santo, como Good King Wenceslaus, que narra la generosidad del rey con los pobres y su fe.

El Papa Francisco recuerda al santo

El Santo Padre Francisco también se refirió a san Wenceslao recientemente, en la audiencia general del miércoles 27 de septiembre de 2023, debido a los numerosos peregrinos checos que estaban presentes ese día: «Saludo cordialmente a los peregrinos de la República Checa, llegados a Roma con ocasión de la fiesta de san Wenceslao; en particular saludo al coro de niños Ondášek. El ejemplo del principal patrono de la nación checa, que fue un gran testigo de la fe, os ayude a valorar vuestra herencia espiritual y a transmitirla a vuestros hijos. Os bendigo a vosotros y a vuestras familias. ¡Alabado sea Jesucristo!”.

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¿Qué es el arzobispado? Lo explica un arzobispo

Para explicar su labor y dar a conocer la “Iglesia vibrante” de Missouri, el arzobispo Mitchell T. Rozanski habla en esta entrevista sobre su figura dentro de la jerarquía eclesiástica, los retos pastorales a los que se enfrenta y su visión del Sínodo de la Sinodalidad que vive la Iglesia católica en estos momentos.

Paloma López Campos·28 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Monseñor Mitchell Thomas Rozanski es, desde el año 2020, el arzobispo de St. Louis (Missouri, Estados Unidos). La arquidiócesis que dirige cuenta con casi 500 mil católicos, en una población de más de dos millones de personas.

Para atender a todas estas personas, la arquidiócesis tiene 296 sacerdotes diocesanos y 247 sacerdotes religiosos. Al mismo tiempo, en el territorio viven casi mil religiosas. Muchas de estas personas consagradas se dedican a la educación o ayudan en las actividades de las 178 parroquias que hay.

Monseñor Rozanski se encarga en su día a día de que todas estas personas “dispongan de los medios que necesitan para continuar con esos ministerios”. Además, visita con frecuencia las iglesias de la arquidiócesis para estar cerca de los fieles.

Para explicar su labor y dar a conocer la “Iglesia vibrante” de Missouri, el arzobispo habla en esta entrevista sobre su figura dentro de la jerarquía eclesiástica, los retos pastorales a los que se enfrenta y su visión del Sínodo de la Sinodalidad que vive la Iglesia católica en estos momentos.

¿Cómo es su día a día como arzobispo?

– Nunca es aburrido. Cada día es ciertamente diferente. Como arzobispo paso mucho tiempo en reuniones y en la administración. Pero mis mejores momentos son cuando puedo estar con nuestra gente en las celebraciones parroquiales. Ahí es donde realmente me lleno de energía.

Cuando era párroco, me encantaba trabajar en una parroquia. Pero lo bueno de ser arzobispo es que me da una visión más amplia de la Iglesia y me reta más en mi sacerdocio.

¿Cómo describiría su posición dentro de la jerarquía eclesiástica?

– En el ministerio ordenado hay tres órdenes diferentes: obispo, sacerdote y diaconado. Dentro del oficio de obispo ciertamente tenemos a nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, y luego tenemos a los cardenales. Y luego, los arzobispos y obispos. Todos ellos son parte del episcopado. El Papa es elegido por los cardenales, los cardenales están llamados a asesorar al Papa, los arzobispos son los que supervisan las arquidiócesis, y el obispo es el que dirige cada diócesis individual.

¿Cree que existen ideas erróneas en torno a la figura del arzobispo?

– Sí, la gente cree que tengo más poder del que tengo. Como arzobispo, tengo que vivir no por «fiat» o por decreto, sino que tengo que vivir reuniendo al pueblo de Dios. Algunos dicen que lo único que tengo que hacer es decir que algo se haga, pero no funciona así.

Es un cargo de gran responsabilidad dentro de la Iglesia, pero es un ministerio de la Iglesia. Creo que cualquier poder que ejerza debo hacerlo con humildad y a la luz del Evangelio.

¿Cuál es la tarea más importante que realiza en relación con los laicos de la arquidiócesis?

– Creo que la tarea más importante que puedo hacer como arzobispo es proclamar la fe. Hay una columna semanal en el periódico de nuestra arquidiócesis en la que hablo de la fe y de distintos aspectos de ella. Creo que ser proclamador de la Palabra y testigo del Evangelio es muy importante.

Hay bastantes sacerdotes y personas consagradas en la archidiócesis. ¿Cuáles son sus responsabilidades para con ellos?

– Como arzobispo, estoy llamado a marcar el tono pastoral del ministerio en la arquidiócesis. Tenemos muchas comunidades diferentes en la arquidiócesis, así que mi papel es mantener una buena relación con esas comunidades religiosas, reunirme con ellas de vez en cuando y ver cómo podemos colaborar en el ministerio aquí en la arquidiócesis.

Muchas de nuestras comunidades religiosas se dedican a la educación. Algunas se ocupan directamente de los pobres. Así que mi objetivo es ayudarlas para que dispongan de los medios que necesitan para continuar con esos ministerios.

La Iglesia atraviesa hoy un momento de tensión y parece agravarse a medida que se acerca el Sínodo. ¿Qué le diría a la gente para que esté tranquila en este proceso y se sienta cerca del Santo Padre?

– Lo primero que diría es que muchos no tienen sentido de la historia. Cada vez que la Iglesia ha tenido un concilio importante, como el que tuvimos hace sesenta años en el Vaticano II, realmente se necesitan unos cien años para que ese concilio tenga su pleno efecto. Y creo que el Papa Francisco considera que su papel en este momento de la historia es ayudar a que el Vaticano II surta todo su efecto en nuestra Iglesia. Por ello tenemos el Sínodo de la Sinodalidad.

Creo que lo que el Santo Padre ha dicho de muchas maneras diferentes es que no estamos cambiando la doctrina, no estamos cambiando las enseñanzas básicas de la Iglesia, pero en un mundo donde las cosas cambian tan rápidamente, necesitamos un enfoque diferente en la forma de presentar el Evangelio.

Lo principal, a mi modo de ver, que puedo resumir del Sínodo de la Sinodalidad es la capacidad de la Iglesia para escuchar, encontrar y acompañar. Y eso es lo que Jesús pide a todos sus discípulos. Tengo muchas esperanzas y soy muy positivo respecto a este Sínodo.

El Papa Francisco saluda al entonces obispo de Springfield, monseñor Mitchell T. Rozanski (CNS photo / Vatican Media)

¿Cuáles son las prioridades pastorales de la arquidiócesis de St. Louis?

– Acabamos de pasar por dos años de discernimiento para ver lo que necesitamos en términos de nuestra infraestructura, en términos de nuestro apoyo de la Curia y de llegar a las parroquias. El motor de todo esto ha sido la evangelización. Así que diría que nuestras prioridades son llegar a las parroquias y evangelizar. En resumen, veo las prioridades del Sínodo de la Sinodalidad como las prioridades de la arquidiócesis de St. Louis.

También, hemos tenido algunas ideas creativas. Hemos creado una nueva parroquia para los hispanos y el ministerio latino. Vimos la necesidad en cierta zona de la arquidiócesis y pusimos allí nuestros recursos. También enviamos a uno de nuestros jóvenes sacerdotes a la pastoral universitaria en otra diócesis, a un campus universitario donde muchos nativos de St. Louis son estudiantes.

Solemos olvidarnos de las personas mayores de nuestras diócesis. ¿Cómo les ayudan a encontrarse con Dios en la arquidiócesis de St. Louis?

– Creo que ofrecemos muchas oportunidades de servicio a nuestros mayores, ya sea en los ministerios parroquiales o simplemente en los ministerios de oración, que es igual de importante. Si no pueden salir de casa, siempre hay intenciones por las que pueden rezar. Por tanto, es importante mantenerlos conectados a la Iglesia, y asegurarse de que tal vez puedan ser llevados en coche a la iglesia.

Creo que los ancianos, como ha dicho muchas veces el Papa Francisco, nos aportan una sabiduría infinita. No podemos olvidar a nuestros mayores.

¿Qué le gustaría que la gente supiera sobre la arquidiócesis de St. Louis y sus miembros?

– Bueno, estamos en el medio oeste, que es diferente de otras partes del país. Aquí encuentro una gran hospitalidad y un profundo sentido de la fe. Cuando celebro Misa en distintas parroquias, veo familias jóvenes en la Iglesia, y eso es muy alentador. Veo una Iglesia vibrante, que se da cuenta de que tenemos una misión que cumplir y evangelizar, y una Iglesia dispuesta a asumir esos retos.

Como arzobispo, ¿qué le gustaría decir a nuestros lectores, que podrían incluso ser personas de la arquidiócesis de St. Louis?

– Llevo tres años en St. Louis como arzobispo y me siento muy bien acogido y agradecido por las oportunidades de visitar tantas parroquias, organizaciones, obras de caridad católicas… Y veo el gran trabajo que está haciendo la Iglesia en la arquidiócesis. Así que les diría que sigan con ese buen trabajo y ministerio, y que sigan proclamando el Evangelio.

Evangelio

Del dicho al hecho. Domingo XXVI del tiempo ordinario (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del XXVI domingo del Tiempo Ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·28 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Para que un barco o avión llegue a su destino, tiene que estar comprobando constantemente que está siguiendo la ruta correcta y haciendo las rectificaciones necesarias. Y si conduciendo nos damos cuenta de que nos hemos equivocado de camino, el sentido común nos dice que nos demos la vuelta para recuperar el camino correcto. Lo mismo ocurre en la vida espiritual y de esto es de lo que nos hablan las lecturas de hoy.

¿Cómo de dispuestos estamos a cambiar, a corregir nuestro rumbo, a admitir que estábamos equivocados? Jesús plantea estas preguntas a través de la gráfica parábola de dos hijos a los que su padre envía fuera a trabajar. El primero expresó su voluntad de ir, pero no lo hizo. Quizá pretendía ir, pero se distrajo. Y luego, una vez tomó la decisión incorrecta, no fue capaz de cambiar y hacer lo correcto. Pero el otro, aunque hizo mal en rechazar al principio la petición de su padre, reconoció su error y se puso de verdad en camino a la viña para comenzar a trabajar.

El primer hijo, a pesar de su aparente buena voluntad, siguió por el camino de la desobediencia. El segundo hijo fue lo bastante sensato como para dar media vuelta y acabó en el lugar correcto. A continuación, Jesús aplica la parábola a los sumos sacerdotes y a los ancianos, así como a los recaudadores de impuestos y a las prostitutas. Estos últimos, aunque iban en la dirección equivocada por sus acciones pecaminosas, tuvieron la sensatez de cambiar de dirección, de convertirse, gracias a la predicación del justo Juan Bautista.

Los sacerdotes y los ancianos, aunque en principio vivían un “sí” a Dios, como resultado de su estado de vida, en realidad no respondieron a la llamada de Dios a través de Juan. Su aparente sí se convirtió en un verdadero no.

La voluntad de rectificar es esencial para la vida cristiana. Nunca debemos pensar que nuestra posición nos impide admitir que nos equivocamos. Esto puede ocurrir, por ejemplo, con las personas que tienen autoridad, incluso con los padres. Piensan que su misma autoridad les impide admitir su error, como si fueran a quedar mal al hacerlo. Pero de este modo no hacen más que agravar su error y avanzar más y más por el camino equivocado.

Todos debemos vivir en estado de arrepentimiento y eso significa rectificar muchas veces al día. Pedir perdón es profundamente cristiano. Es bueno hacer numerosos actos de contrición cada día y pedir perdón también a los demás, siempre que lo necesitemos, también a los que están bajo nuestra autoridad. Nunca es demasiado tarde para reconocer que nos hemos equivocado, ni para dar marcha atrás si vamos por mal camino.

Dios siempre nos dará la gracia que necesitamos para hacerlo. Y, por supuesto, el mejor medio para cambiar del camino equivocado al correcto es el Sacramento de la Confesión. Allí no es solo el profeta Juan el que nos llama a admitir nuestros pecados, es Jesucristo mismo el que nos da la gracia que necesitamos para confesarlos y liberarnos de ellos y empezar a vivir de una manera nueva, la correcta.

La homilía sobre las lecturas del domingo XXVI del Tiempo Ordinario (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

Canto del Papa al Mediterráneo como “cuna de civilización, vida y paz”

El Santo Padre Francisco ha realizado en la Audiencia general de este miércoles una apología del Mediterráneo, para que recupere su vocación de “cuna de civilización, de vida y de paz”. También ha recordado que de su costa oriental partió el Evangelio de Jesucristo, y ha llamado a Europa a la esperanza, también ante el “invierno demográfico”.

Francisco Otamendi·27 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Tras su vuelta de los “Encuentros del Mediterráneo” en Marsella (Francia), y el breve resumen que realizó en el Ángelus del domingo, el Papa ha lanzado en la Audiencia general de hoy en San Pedro varios mensajes de calado. En primer lugar, “el sueño y el desafío compartido” de que “el Mediterráneo recupere su vocación de cuna de civilización, de vida y de paz”.

“No podemos permitir que el Mediterráneo se convierta en una tumba, o que facilite la guerra y la trata de personas”, ha exhortado el Papa. “Hace dos mil años, desde su costa oriental partió el Evangelio de Jesucristo, para anunciar a todos los pueblos que somos hijos del único Padre que está en los cielos, y que estamos llamados a vivir como hermanos y hermanas; que el amor de Dios es más grande que nuestros egoísmos, y que con la ayuda de su misericordia, es posible una convivencia humana justa y pacífica”.

“Naturalmente, esto no sucede por arte de magia y no se logra de una vez por todas. Es el fruto de un camino en el que toda generación está llamada a recorrer un tramo, leyendo los signos de los tiempos en los que vive”, ha añadido Francisco. “A nosotros nos ha tocado este periodo histórico, en el que las migraciones forzadas se han convertido en un signo de los tiempos, es más, el signo que nos llama a todos a hacer una elección de fondo: la elección entre la indiferencia y la fraternidad”.

El Papa ha manifestado en su catequesis que “necesitamos una mirada sobre el Mediterráneo que nos ayude a infundir esperanza en nuestra sociedad, y especialmente a las nuevas generaciones. El evento de Marsella nos ha planteado una mirada humana y esperanzada, capaz de referirlo todo al valor primario de la persona humana y de su dignidad inviolable. Y una mirada de esperanza que nos impulse a construir relaciones fraternas y de amistad social”.

“Un mundo más humano”

En este sentido, Francisco citó a san Pablo VI en su encíclica Populorum progressio, cuando alentó a promover “un mundo más humano para todos, en donde todos tengan que dar y recibir, sin que el progreso de los unos sea un obstáculo para el desarrollo de los otros” (n. 44).

Además, el Papa se refirió a la necesidad de “trabajar para que las personas, en plena dignidad, puedan elegir emigrar o no emigrar”, tal como ha informado Omnes. “Es el tema de la Jornada del Migrante y del Refugiado que acabamos de celebrar. En primer lugar, debemos comprometernos todos para que cada uno pueda vivir en paz, seguridad y prosperidad en el propio país de origen. Esto requiere conversión personal, solidaridad social y compromisos concretos por parte de los Gobiernos a nivel local e internacional”.

Y “en segundo lugar”, señaló el Romano Pontífice, para que los que no pueden permanecer en su patria, “se les asegure la seguridad durante el viaje y sean acogidos e integrados allí donde llegan”.

“Invierno demográfico” europeo

Al final de su alocución, Francisco se refirió a Europa. “Es necesario volver a dar esperanza a nuestras sociedades europeas, especialmente a las nuevas generaciones. De hecho, ¿cómo podemos acoger a los otros, si no tenemos nosotros antes un horizonte abierto al futuro? Los jóvenes pobres de esperanza, cerrados en los privados, preocupados por gestionar su precariedad, ¿cómo pueden abrirse al encuentro y al compartir?”, se preguntó.

El Santo Padre aludió a “nuestras sociedades enfermas de individualismo, de consumismo y de vacías evasiones”, que necesitan abrirse, oxigenar el alma y el espíritu, y entonces podrán leer la crisis como oportunidad y afrontarla de forma positiva”. 

“Pensemos, por ejemplo, en el invierno demográfico que afecta a algunas sociedades europeas”, añadió Francisco. “Esto no se superará con un “traslado” de inmigrantes, sino cuando nuestros hijos vuelvan a encontrar esperanza en el futuro y sean capaces de verla reflejada en los rostros de los hermanos venidos de lejos”.

Europa necesita “pasión y entusiasmo”

Éste fue su mensaje, y su agradecimiento: “Europa necesita volver a encontrar pasión y entusiasmo, y en Marsella puedo decir que los he encontrado: en su pastor, el cardenal Aveline, en los sacerdotes y en los consagrados, en los fieles laicos comprometidos en la caridad, en la educación, en el pueblo de Dios que ha demostrado gran calor en la misa en el Estadio Velódromo”. 

El Papa dió las gracias a todos ellos y al presidente de la República, Emmanuel Macron, “que con su presencia ha testimoniado la atención de toda Francia en el evento de Marsella. 

Pueda la Virgen, que los marselleses veneran como Notre Dame de la Garde, acompañar el camino de los pueblos del Mediterráneo, para que esta región se convierta en lo que desde siempre ha estado llamada a ser: un mosaico de civilización y de esperanza”, ha concluido el Santo Padre, que acudió también a santa María como Consuelo de los migrantes.

San Wenceslao, “gran testigo de la fe”

Esta mañana se ha producido una novedad en la Audiencia, pues a los idiomas habituales, se ha unido el checo, debido a la numerosa peregrinación de personas de este país. 

El Papa les saludó con estas palabras: “Saludo cordialmente a los peregrinos de la República Checa, llegados a Roma con ocasión de la fiesta de san Wenceslao; en particular saludo al coro de niños Ondášek. El ejemplo del principal patrono de la nación checa, que fue un gran testigo de la fe, os ayude a valorar vuestra herencia espiritual y a transmitirla a vuestros hijos. Os bendigo a vosotros y a vuestras familias. ¡Alabado sea Jesucristo!”.

El autorFrancisco Otamendi

Estados Unidos

Mes del Respeto a la Vida: Vivir la solidaridad radical

El presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la USCCB, publicó una declaración sobre el Mes del Respeto a la Vida. En ella hace un llamamiento a la "solidaridad radical" con las madres y los bebés necesitados.

Jennifer Elizabeth Terranova·27 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El 18 de septiembre de 2023, el obispo Michael B. Burbidge de Arlington, presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), publicó una declaración sobre el Mes del Respeto a la Vida: «Vivir la solidaridad radical». En ella, invita a todos los católicos a conmemorar el 50 aniversario del «Mes del Respeto a la Vida», y hace un llamamiento a la «solidaridad radical» con las madres y los bebés necesitados.

En 1973, el Tribunal Supremo legalizó el aborto en todo el país en el caso Roe contra Wade, y desde entonces, el mes de octubre ha sido reservado por los obispos de EE.UU. como «un tiempo para centrarse en la protección del precioso don de Dios de la vida humana». Mons. Burbidge recordó a los fieles que, aunque Roe v. Wade ha terminado, los católicos son demasiado conscientes de que el aborto continúa en la mayoría de los estados y «se promueve agresivamente a nivel federal». Pero todavía necesitamos desesperadamente «…muchas oraciones, sacrificios y buenas obras para transformar una cultura de muerte en una cultura de vida». Nos animó a seguir defendiendo y marchando, pero dijo que se necesita más, ya que «las leyes por sí solas» no acabarán con los horrores del aborto.

Acabar con el aborto legalizado es primordial y una prioridad absoluta; sin embargo, lo más inmediato que podemos hacer los católicos es «rodear a fondo a las madres necesitadas de apoyo vital y acompañamiento personal», escribió el obispo Burbidge. Este acompañamiento y ayuda pueden salvar a los bebés y a sus madres de los abortos.

En el documento, cita a san Juan Pablo II y cómo nuestro Santo Padre definió por primera vez la «solidaridad radical»: «Rechazando con firmeza el ‘pro-choice’ es necesario hacerse valientemente ‘pro-mujer’, promoviendo una elección verdaderamente a favor de la mujer… La única postura honesta, en estos casos, es la de la solidaridad radical con la mujer. No está bien dejarla sola».

También el Papa Francisco nos recuerda que la solidaridad no es «unos pocos actos esporádicos de generosidad. Supone la creación de una nueva mentalidad». Debemos anteponer las necesidades de las madres vulnerables y de los bebés por nacer a las nuestras, y esto es lo que significa ser «radicalmente solidarios» con las mujeres embarazadas o que crían a sus hijos con pocos o ningún recurso. Y debemos transformar nuestros propios corazones y poner el amor en acción. El Santo Padre dijo que esta nueva mentalidad significa «afrontar los desafíos fundamentales que llevan a una futura madre a creer que es incapaz de acoger al niño que Dios le ha confiado».

La declaración también sugiere que nos alineemos dentro de nuestras comunidades locales, diócesis, parroquias y escuelas en esfuerzos mutuos para perseguir políticas que correspondan a las necesidades emocionales, espirituales y de otro tipo de estas mujeres y niños. Además, el obispo Burbidge anima a los católicos a ir más allá del «status quo y salir de nuestras zonas de confort». Sabemos que siempre estamos mejor juntos que solos.

¿Cómo ayudar?

Walking with Moms in Need«, por ejemplo, es una iniciativa de ámbito nacional y parroquial, y es una forma excelente de ayudar a «transformar las parroquias en lugares de acogida, apoyo y asistencia para las madres embarazadas y con hijos que se enfrentan a dificultades». ¡Y las recompensas son celestiales!

Aunque muchos han sentido la «llamada» a servir a sus comunidades locales, se sienten abrumados por trabajos exigentes, responsabilidades familiares y los retos que supone ponerse en marcha. Afortunadamente, Dios Todopoderoso siempre encuentra la manera de que sus discípulos ejecuten su plan.

Tras asistir a una sesión informativa en su iglesia, Melissa, madre de tres niños pequeños y con trabajo, sintió «la llamada del Señor» cuando se ofreció voluntaria para ser la coordinadora del ministerio “Walking with Moms in Need”. Ahora, su parroquia organiza una vez al mes los «Días de Manos Arriba», que permiten a las familias necesitadas «comprar gratis» los artículos de primera necesidad que donan los feligreses.

Melissa es una inspiración para cualquiera que quiera ayudar. Dice: «Creo que durante demasiado tiempo nos hemos sentido cómodos dejando la labor de acompañar a las mujeres en situaciones de crisis -embarazadas o con hijos- a otros en los sectores sin ánimo de lucro y gubernamental. En el Evangelio está muy claro que este es nuestro trabajo: ¡el de todos nosotros!».

Sensibilización y oración

Hay un montón de recursos e información sobre cómo participar. En la página web de Actividades Pro-Vida de la USCCB, puedes elegir cómo quieres ayudar. Dos de los cuatro pilares que mencionan son la sensibilización y la oración. Sabemos que cuando llamamos, Él abre las puertas, así que apúntate a la «Novena de los 9 días por la vida». Se trata de una oración anual por la protección de la vida humana. La intención de cada día va acompañada de una breve reflexión, un consejo y una acción recomendada para «ayudar a construir una cultura de la vida».

Hay una letanía de desafíos para las mujeres embarazadas, pero muchas de las que contemplan el aborto tienen problemas financieros que pueden parecer insuperables y con demasiada frecuencia influyen en sus decisiones. Pero «Dios nos ha dado a cada uno dones particulares, y con esos dones, nos confía un papel y un deber dentro del Cuerpo de Cristo…. Si podemos aligerar la carga sólo un poco, qué diferencia podemos marcar: es literalmente de vida o muerte», escribió el obispo Burbidge.

Vaticano

21 nuevos cardenales para la Iglesia universal

Con el 9.º consistorio del Papa Francisco, que se celebrará el 30 de septiembre en el atrio de la basílica de San Pedro, el número de cardenales ascenderá a 241, de los cuales 137 serán electores en un futuro cónclave.

Giovanni Tridente·27 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Quedan pocos días para el noveno consistorio del Papa Francisco para la creación de nuevos cardenales, fijado para el 30 de septiembre, pocos días antes del inicio de la primera sesión del Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad.

Con las nuevas creaciones, el número de cardenales electores -que tendrán derecho a votar en un eventual cónclave por no tener aún 80 años- será de 137, mientras que los no electores (mayores de 80 años) ascenderán a 105, para un total de 241 cardenales. A finales de 2023, sin embargo, cinco cardenales cumplirán 80 años.

Los nuevos birretes serán entregados a 21 nuevos colaboradores del Pontífice, de diversas procedencias -principalmente territorios suburbanos- para representar «la universalidad de la Iglesia, que sigue anunciando el amor misericordioso de Dios a todos los hombres de la Tierra», explicó el Papa Francisco en el anuncio realizado a principios de julio.

El 30 de septiembre, por lo tanto, recibirán la dignidad cardenalicia el prefecto del Dicasterio para los Obispos, el estadounidense Robert Francis Prevost, que estuvo en tierras de misión en Hispanoamérica; el prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, el italiano Claudio Gugerotti, exnuncio en Ucrania de 2015 a 2020 y anteriormente en otros países de tradición cristiana oriental; el nuevo prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el argentino Víctor Manuel Fernández, reconocido teólogo muy cercano al Santo Padre, que dentro de la Conferencia Episcopal Argentina ha ocupado el cargo de presidente de la Comisión Fe y Cultura.

Francisco también ha decidido conceder la púrpura al nuncio apostólico suizo Emil Paul Tscherrig, con experiencia en varios países africanos, pero también en Corea del Sur y Mongolia, antes de pasar a los países nórdicos, a Argentina y finalmente a Italia; al nuncio francés Christophe Louis Georges Pierre, que tuvo su primer destino en 1977 en Wellington, en Nueva Zelanda, y después en Mozambique, Cuba, Haití, Uganda y Estados Unidos, entre otros países.

Recibirán también el birrete rojo el patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, italiano de Bérgamo, que se incorporó a la Custodia de Tierra Santa en 1999, ejerciendo también como vicario general del patriarca latino de Jerusalén para la pastoral de los católicos de lengua hebrea en Israel; el arzobispo de Ciudad del Cabo (Kaapstad), Stephen Brislin, nacido en Welkom en Sudáfrica en 1956 y hasta 2019 presidente de la Conferencia Episcopal Católica Sudafricana; el arzobispo de Córdoba en Argentina, Ángel Sixto Rossi, jesuita, experto en discernimiento espiritual de san Ignacio y predicador de numerosos ejercicios espirituales ignacianos a grupos de sacerdotes, religiosos y laicos.

Otros arzobispos que serán creados cardenales son el de Bogotá, Luis José Rueda Aparicio, originario de San Gil (Santander), elegido en 2021 presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana hasta 2024; el de Łódź, Grzegorz Ryś, nacido en Cracovia, que en 2019 introdujo el diaconado permanente en su archidiócesis y creó el Seminario Misionero Diocesano del Camino Neocatecumenal; el de Juba, Stephem Ameyu Mulla, nacido en Sudán en 1964 y doctorado por la Pontificia Universidad Urbaniana con una tesis sobre el diálogo religioso y la reconciliación en Sudán; los primeros años fue también rector del seminario de la capital.

Dignidad cardenalicia también para el actual arzobispo de Madrid, el andaluz José Cobo Cano, siempre al servicio pastoral de la capital de España, obispo auxiliar desde 2017 y anteriormente responsable del Secretariado para las Migraciones y de la Pastoral Social y Promoción Humana; para el arzobispo coadjutor de Tabora, en Tanzania, Protase Rugambwa, que en los últimos años fue primero secretario adjunto y después secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y presidente de las Obras Misionales Pontificias. Y para los obispos de Penang (Mali), Sebastian Francis; de Hong Kong, Stephen Chow Sau-yan, S. J.; de Ajaccio, monseñor François-Xavier Bustillo; el obispo auxiliar de Lisboa Américo Manuel Alves Aguiar y el rector mayor de los Salesianos, el sacerdote Ángel Fernández Artime.

El Papa Francisco también ha decidido añadir al Colegio Cardenalicio a dos arzobispos y un religioso que se han distinguido por su servicio a la Iglesia: el nuncio apostólico Agostino Marchetto, calificado por el Pontífice como «el mayor hermeneuta del Concilio Vaticano II»; el arzobispo emérito de Cumaná, Venezuela, Diego Rafael Padrón Sánchez; y el confesor del Santuario de Nuestra Señora de Pompeya de Buenos Aires, Luis Pascual Dri, OFM Cap.

Los nuevos cardenales estarán presentes junto al Santo Padre en la Misa de apertura del Sínodo de los Obispos, el 4 de octubre, a las 9.00 horas, en la Plaza de San Pedro. Inmediatamente después de la ceremonia de creación tendrán lugar las visitas de cortesía, con saludos individuales a los fieles.

El autorGiovanni Tridente

Vaticano

Giorgio Napolitano. Su relación con Benedicto XVI y Francisco 

Aunque no era creyente, Giorgio Napolitano siempre respetó a los pontífices de la Iglesia católica. Con Benedicto XVI y Francisco mantuvo una cordial relación.

Antonino Piccione·27 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El funeral de Estado de Giorgio napolitano se ha celebrado en una ceremonia laica, descansará en el cementerio no católico de Roma. Sin embargo, la relación de Giorgio Napolitano con los Papas y la fe merece ser explorada a la luz de su intensa y rica parábola personal, cultural, política e institucional. De la que sobresale la efigie de un laico respetuoso y de un interlocutor agudo y creíble con la Iglesia, huyendo de sectarismos ideológicos y de posturas anticlericales.

«Los sabios brillarán como el esplendor del firmamento; los que han conducido a muchos a la justicia brillarán como las estrellas para siempre». Esta es la frase tomada del libro bíblico de Daniel (capítulo 12, versículo 3), que el Card. Gianfranco Ravasi, dedicó al Presidente Emérito de la República Italiana durante la ceremonia del funeral de Estado en la Cámara de Diputados. Ravasi explicó que quería colocar una «flor» ideal en la tumba de Napolitano y que esta flor era la frase tomada de Daniel.

«Recuerdo con gratitud los encuentros personales que tuve con él, durante los cuales aprecié su humanidad y clarividencia para tomar decisiones importantes con rectitud». Al conocer la noticia del fallecimiento de Giorgio Napolitano, el Papa Francisco le había recordado con estas palabras escritas en un telegrama enviado a su esposa. 

Durante sus dos mandatos consecutivos como Presidente de la República Italiana -del 15 de mayo de 2006 al 14 de enero de 2015- Napolitano se reunió varias veces con Benedicto XVI y Francisco, estableciendo con los dos Pontífices significativas relaciones de estima y respeto recíprocos. Nunca dejó de transmitir a ambos la gratitud y el afecto del pueblo italiano por su servicio.

Su relación con Benedicto XVI

Según ha reconstruido en los últimos días L’Osservatore Romano, las relaciones entre el Papa Ratzinger y Napolitano comenzaron en 2006, cuando el Pontífice envió un mensaje de buenos deseos al recién elegido Jefe del Estado. Luego vino la visita oficial del presidente al Vaticano el 20 de noviembre de ese mismo año. Después, en el Ángelus de enero de 2007, Benedicto XVI correspondió a las expresiones de buenos deseos que el Presidente le había dirigido la víspera en su mensaje de fin de año.

El 17 de enero de 2008, después de que se impidiera al Papa Ratzinger visitar la Universidad La Sapienza de Roma, Napolitano escribió una carta al Pontífice en la que lamentaba lo ocurrido y calificaba de inadmisibles las «manifestaciones de intolerancia». 

El 4 de octubre de ese año, fiesta de San Francisco de Asís, el Papa correspondió a su visita al Vaticano de dos años antes visitando el Quirinal.

Ofreció una serie de conciertos en honor de Benedicto XVI con motivo del aniversario de su pontificado. También fueron significativos los mensajes que envió al Pontífice alemán con motivo de la Jornada Mundial de la Paz.

Y fue también con un artículo en «L’Osservatore Romano» que Napolitano renovó a Benedicto XVI, el 28 de febrero de 2013, «el saludo agradecido y afectuoso de los italianos», agradeciéndole su servicio en el Pontificado.

El vínculo entre ambos fue descrito de forma completa por el propio presidente en una entrevista concedida a nuestro periódico el 13 de julio de 2012. «Uno de los componentes más bellos que caracterizó mi experiencia fue precisamente la relación con Benedicto XVI», dijo Napolitano en la entrevista.

En este sentido, señaló que había descubierto junto al Papa Ratzinger «una gran afinidad, experimentamos un sentimiento de gran y mutuo respeto. Pero hay algo más, algo que ha tocado nuestras cuerdas humanas. Y por ello le estoy muy agradecido».

Napolitano y el Papa Francisco

También se estableció inmediatamente una importante relación con el Papa Francisco, jalonada de encuentros y mensajes de estima y apoyo mutuos. Sobre todo, el gesto del domingo 24 de septiembre, cuando el Papa visitó la cámara funeraria del presidente emérito instalada en la sala Nassiriya del Senado.

Francisco deseaba «expresar -como se indica en una nota distribuida a los periodistas- con su presencia y su oración, su afecto personal a él y a su familia, y honrar su gran servicio a Italia». Tras expresar sus condolencias a la viuda Clio Maria Bittoni y a los hijos de Giulio y Giovanni, el pontífice guardó unos minutos de silencio ante el cadáver.

La visita de Francisco concluyó con la firma del registro. El homenaje del Papa a Giorgio Napolitano fue una novedad absoluta en la historia de Italia. Fue la primera presencia de un pontífice en el Senado de la República. Con ocasión de su visita al Quirinal, el Papa Francisco le recordó la naturaleza de la misión que comparten: «gobernar realidades complejas en un continuo intento de unir».

El 5 de octubre de 2012 (Asís, diálogo entre creyentes y no creyentes), Napolitano reflexionó sobre su vida espiritual y su manera personal de argumentar la fe, haciendo suyas las palabras de Bobbio en De Senectute: «Cuando digo que no creo en la segunda vida […] no pretendo afirmar nada perentorio. Sólo quiero decir que las razones de la duda siempre me han parecido más convincentes que las de la certeza. Personalmente, tuve una educación religiosa, es decir, pasé toda mi adolescencia en los sacramentos y ritos de la religión católica, que era la religión de mi madre y la que se enseñaba en la escuela. Pero me desprendí, como decía Bobbio, de una práctica que no garantizaba por sí misma la respuesta a las preguntas «últimas», y me sumergí por completo en otra dimensión de la vida -política, cultural, institucional- que no implicaba plantearse esas preguntas. La verdadera cuestión es precisamente que no sentí la urgencia de esas preguntas ni siquiera durante mucho tiempo. Luego recibí estímulos de encuentros y conversaciones con personalidades de fe auténtica. Recuerdo, por ejemplo, la impresión que me causó La Pira […]. Uno puede cerrarse en la convicción, o en la constatación, de que no ha sido tocado por «una luz de gracia», y cerrar el discurso. En cambio, el discurso no debería terminar ahí».

El autorAntonino Piccione