Sobre el informe del Defensor del Pueblo

La Iglesia es bien consciente hoy de que los abusos sexuales son, además de un pecado grave, un delito que debe ser castigado en el foro canónico y que debe colaborar con las autoridades judiciales de los Estados para su investigación y resolución también en el foro civil.

4 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

A propósito del informe del Defensor del Pueblo sobre abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia, y, sobre todo, en relación a las extrapolaciones que se han realizado a partir de los datos que presenta la encuesta de GAD3 adjuntada al informe, sólo deseo exponer estas tres consideraciones:

Primera: la Iglesia –fieles laicos, religiosos, jerarquía– quiere y busca sólo la verdad, el amor y la justicia. La verdad consiste en hechos, no en “estimaciones” demoscópicas, que suscitan perplejidad, alarma social, descrédito, vilipendio y grave peligro de difamación, en un asunto tan doloroso y delicado para todos. Gracias a Dios, hay mucha gente, tanto fuera como dentro de la Iglesia, que no se deja llevar por este tipo de especulaciones. 

Segunda, la Iglesia mira a las víctimas y sólo desea escuchar, sanar y reparar, en la medida de lo posible, sus heridas. Son hijos e hijas suyos, que han sufrido una grave injusticia y que les ha condicionado muy dolorosamente la vida entera. La Iglesia desea tratarlos con el amor de Jesucristo. Pide y ha pedido perdón repetidamente por actuaciones pasadas de algunos de sus hijos, que no supieron ver y valorar la gravedad e injusticia que se cometía sobre víctimas inocentes. La Iglesia es bien consciente hoy de que los abusos sexuales son, además de un pecado grave, un delito que debe ser castigado en el foro canónico y que debe colaborar con las autoridades judiciales de los Estados para su investigación y resolución también en el foro civil. 

Tercera, la Iglesia mira también con piedad y dolor a los victimarios, ayudándoles -salvaguardando siempre la presunción de inocencia, mientras no se pruebe el delito– a que asuman su dolorosa rehabilitación. Ellos son también sus hijos y desea que, en la medida de lo posible, lleguen a una sanación personal y a una reparación de las víctimas. 

La luz y la vida de la Iglesia es el Evangelio, que nunca puede ir de la mano de la injusticia y de la falta de amor y de verdad.  

El autorCelso Morga

Arzobispo emérito de la diócesis de Mérida Badajoz

Cultura

Pablo Blanco y Francesc Torralba, premios Ratzinger de Teología 2023

El sacerdote Pablo Blanco, profesor de Teología de la Universidad de Navarra y colaborador de Omnes, recibirá esta distinción junto al filósofo y teólogo Francesc Torralba.

Maria José Atienza·3 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El próximo 30 de noviembre Pablo Blanco y Francesc Torralba recibirán, de manos del Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de Su Santidad, el Premio Ratzinger 2023 en una ceremonia en la que los participantes reflexionarán sobre el legado de Joseph Ratzinger-Benedicto XVI a casi un año de su muerte.

Será la primera edición de los Premios Ratzinger que se entregue tras el fallecimiento del Papa emérito. Dos españoles: Pablo Blanco y Francesc Torralba se unen a la nómina de premiados entre los que se cuentan nombres como Joseph Weiler, Tracey Rowland, Hanna Barbara Gerlt-Falkovitz o Remi Brague.

Pablo Blanco es uno de los expertos en Benedicto XVI más reconocidos en la actualidad. Forma parte del comité editorial de las Opera omnia de Joseph Ratzinger en español en la editorial BAC y ha escrito, además de una biografía de Benedicto XVI otros títulos como Benedicto XVI, el papa teólogo, Joseph Ratzinger. Vida y Teología, Benedicto XVI y el Concilio Vaticano II o La teología de Joseph Ratzinger.

Omnes cuenta con algunos de los artículos sobre Joseph Ratzinger más conocidos de este sacerdote y profesor que, curiosamente, hacía de anfitrión en un Foro Omnes con Tracey Rowland en 2020.

Pablo Blanco

Pablo Blanco Sarto nació el 12 de julio de 1964 en Zaragoza (España). Estudió Filología Hispánica en la Universidad de Navarra. En Roma terminó sus estudios de Teología en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, luego inició la licenciatura y el doctorado en Filosofía, sobre el pensamiento de Luigi Pareyson (1918-1991). Fue ordenado sacerdote el 21 de septiembre de 1997.

En 2005 completó su Doctorado en Teología Dogmática en la Universidad de Navarra, con un estudio sobre la teología fundamental y las religiones de Joseph Ratzinger.

Actualmente es profesor titular de la Universidad de Navarra en las áreas de ecumenismo, teología sacramental y ministerio.

Colabora con el Institut Papst Benedikt XVI. de Ratisbona (Alemania), con numerosas instituciones académicas españolas y latinoamericanas, con diversas editoriales y revistas teológicas y pastorales.

Francesc Torralba

Francesc Torralba Roselló es filósofo y teólogo.

Nacido en Barcelona el 15 de mayo de 1967, está casado y padre de 5 hijos. Es doctor en Filosofía por la Universidad de Barcelona (1992), en Teología por la Facultad de Teología de Cataluña (1997), en Pedagogía por la Universidad Ramon Llull (2018), en Historia, Arqueología y Artes Cristianas, en el Ateneu Universitari Sant Pacià, Facultad Antoni Gaudí (2022).

Actualmente es profesor acreditado de la Universidad Ramon Llull y realiza cursos y seminarios en otras universidades de España y América. Alterna su actividad docente con el compromiso que dedica a escribir y difundir su pensamiento, orientado hacia la antropología filosófica y la ética

Los premios Ratzinger

El Premio Ratzinger es la principal iniciativa de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI. Se otorga, según lo establecido en los Estatutos, a «académicos que se hayan distinguido por méritos particulares en publicaciones y/o investigaciones científicas».

Las candidaturas al Premio son propuestas al Santo Padre, para su aprobación, por el Comité científico de la Fundación, compuesto por cinco miembros nombrados por el Papa, entre ellos los cardenales Kurt Koch (Prefecto del Dicasterio para la Promoción Cristiana Unidad), Luis Ladaria (Prefecto emérito del Dicasterio para la Doctrina de la Fe), Gianfranco Ravasi (Presidente emérito del Consejo Pontificio para la Cultura), por Su Excelencia Mons. Salvatore Fisichella (Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización), y por Su Excelencia Monseñor Rudolf Voderholzer (Obispo de Ratisbona y Presidente del Institut Papst Benedikt XVI).

El Premio se otorga anualmente, desde 2011, a dos o tres académicos cada vez y, entre sus premiados, no sólo se cuentan católicos, sino también miembros de otras confesiones cristianas: un anglicano, un luterano, dos ortodoxos y uno de religión judía.

Vaticano

El Papa preside una misa por Benedicto XVI y los cardenales y obispos fallecidos en 2023

A las 11.00 h del 3 de noviembre de 2023, en el Altar de la Cátedra de la Basílica Vaticana, el Papa Francisco ha presidido una Santa Misa en sufragio por Benedicto XVI y los cardenales y obispos fallecidos durante el año.

Antonino Piccione·3 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

“Dios es amor; el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él” (1 Juan 4,16). Estas palabras, con las que comienza la Encíclica «Deus caritas est», de Benedicto XVI, expresan el núcleo de la fe cristiana. En un mundo en el que a veces se asocia el nombre de Dios con la venganza o incluso el odio y la violencia, el mensaje cristiano del Dios Amor es de gran actualidad.

El Papa inicia la homilía de la Misa celebrada en la Basílica de San Pedro en sufragio de Benedicto XVI y los cardenales y obispos fallecidos a lo largo del año haciendo referencia a la “Deus caritas est”: “Benedicto XVI, a quien hoy recordamos junto a los cardenales y obispos fallecidos a lo largo del año, en su primera encíclica escribió que el programa de Jesús es ‘un corazón que ve’”. “Cuántas veces nos ha recordado que la fe no es ante todo una idea que comprender o una moral que asumir, sino una persona a encontrar, Jesucristo”, destaca Francisco.

“Su corazón late fuerte por nosotros, su mirada se compadece de nuestra aflicción”, como ocurre con la viuda en el centro del Evangelio de hoy, que acaba de perder a su único hijo, y con él “la razón de vivir”. “Aquí está nuestro Dios, cuya divinidad brilla en contacto con nuestras miserias, porque su corazón es compasivo”, observa el Santo Padre: “La resurrección de ese hijo, el regalo de la vida que vence a la muerte, surge precisamente de aquí: de la compasión del Señor, que se conmueve ante nuestro mal extremo, la muerte”.

“Cuán importante es comunicar esta mirada compasiva a aquellos que experimentan el dolor por la muerte de sus seres queridos”, subraya el Papa, enfatizando que “la compasión de Jesús tiene una característica: es concreta”: “Tocar el féretro de un difunto era inútil; en ese tiempo, además, se consideraba un gesto impuro que contaminaba a quien lo realizaba. Pero Jesús no presta atención a esto, su compasión borra las distancias y lo acerca. Este es el estilo de Dios, hecho de cercanía, compasión y ternura. Y de pocas palabras”.

Benedicto XVI falleció a las 9:34 del 31 de diciembre de 2022. Durante la Misa de Año Nuevo, el Papa expresó afecto e intercesión por su amado predecesor. En la homilía, dijo: “Encomendamos a Benedicto XVI a la Santísima Madre de Dios, para que lo acompañe en su paso de este mundo a Dios”.

Poco después, durante la oración de los fieles, se dedicó una intención al Papa emérito: “El Pastor supremo que siempre vive para interceder por nosotros lo reciba benignamente en el reino de la luz y la paz”. Finalmente, durante el Ángelus, ante los 40.000 fieles presentes en la plaza, el Papa Bergoglio añadió: “En estas horas, invocamos su intercesión especialmente por el Papa emérito Benedicto XVI, quien ayer por la mañana dejó este mundo. Nos unimos todos, con un solo corazón y una sola alma, para dar gracias a Dios por el don de este fiel servidor del Evangelio y de la Iglesia”.

El autorAntonino Piccione

Vaticano

El Papa reforma la Pontificia Academia Teológica

Rome Reports·3 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

El Papa ha firmado otro Motu Propio. Esta vez, el Ad theologiam promovendam, está concebido como el único de una reforma de la Pontificia Academia Teológica.

El Papa quiere promover una teología más sinodal, pastoral y transdisciplinar. En otras palabras, que dé un paso más y que de profundizar en la fe ayude a explicarla en el contexto cultural de cada momento


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La sonrisa de la entrega por la vida

La Hermana Zelie Maria Louis, de la Congregacion Sisters of Life, sonríe tras sus votos perpetuos realizados en la Catedral de San Patricio de Nueva York.

Maria José Atienza·3 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vocaciones

John Paul Ebuka Oraefo: “La fe de la mayoría de los cristianos en Nigeria sigue viva”

Seminarista de la diócesis católica de Aguleri, John Paul Ebuka Oraefo se encuentra en Roma estudiando gracias a una beca de la Fundación CARF. Para él, Roma supone una oportunidad de formación y de unión con los primeros cristianos.

Espacio patrocinado·3 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Estudia su segundo curso de Teología en Roma. Originario de Ogbunike (Nigeria), John Paul Ebuka Oraefo nació en una familia cristiana con una arraigada devoción mariana, clave en su proceso vocacional.

¿Cómo descubrió su vocación al sacerdocio?

—Nací en una familia de católicos practicantes. Mis padres eran especialmente devotos de la Virgen María. Participábamos en “la Cruzada del Rosario”, una iniciativa pastoral en la que se reza el Santo Rosario y algunas otras oraciones por las que son conocidos los niños de Fátima. Además, mis padres también querían que nos afiliáramos a la Legión de María. Estas afiliaciones marianas fueron muy importantes para acercarnos a mí y a mis hermanos a Dios a través de María. Además, después de cada misa dominical, acudíamos al sacerdote para que nos bendijera antes de volver a casa. Esto encendió mi deseo por el sacerdocio. Tenía unos 6 años cuando fui consciente de este deseo y se lo hice saber a mis padres. Ellos me aseguraron que, si era la voluntad de Dios, llegaría a buen puerto. El 13 de septiembre de 2008, a los 10 años, fui admitido en el seminario menor de la archidiócesis católica de Onitsha.

La Iglesia en Nigeria sufre aún hoy persecuciones ¿Cómo viven los cristianos en esas circunstancias?

—La Iglesia en Nigeria es todavía joven y está creciendo, adaptándose a las situaciones, retos y circunstancias de su tiempo. La persecución es una amenaza que, históricamente, ha acompañado a la Iglesia. Los primeros cristianos que sufrieron persecución en Roma probablemente no sabían que esa ciudad se convertiría en la residencia del vicario de Cristo en la tierra y en ciudad de peregrinación. 

Sólo Dios puede sacar algo bueno de las situaciones malas. Esta es mi esperanza y la esperanza de muchos nigerianos que sufren persecución en diferentes partes de Nigeria. La fe de la mayoría de los cristianos sigue viva y, personalmente, no he oído ni visto a nadie que haya renegado de su fe como consecuencia de la persecución.

¿Cómo es la convivencia con otras confesiones religiosas?

—En Nigeria hay una miríada de confesiones religiosas que van desde el cristianismo hasta el islam y la religión tradicional. Los fieles de estas religiones son principalmente ciudadanos nigerianos de a pie, algunos de los cuales están condicionados por la situación política, social y económica de Nigeria. Estoy convencido de que los fieles de estas religiones pueden convivir, respetando cada uno las creencias del otro. 

Personalmente, he tenido una serie de encuentros con personas de creencias variadas. He estudiado y vivido cerca de musulmanes, la mayoría de los cuales son buenos amigos míos. También he conocido a algunos que practican la religión tradicional. Estoy convencido de que la mayoría de los problemas que la gente encuentra con personas de diferentes religiones son alimentados por políticos que a veces intentan mezclar la religión con la política para su propio beneficio. Desgraciadamente, esto y mucho más ha dado lugar a la aparición de terroristas y extremistas religiosos que amenazan y destruyen la vida y las propiedades de algunos nigerianos de distintas creencias y credos. El hecho de que el gobierno no haya puesto fin a esta situación desde hace casi una década es preocupante y nos deja perplejos.

¿Qué te ha aportado estudiar en Roma?

Estudiar en Roma me ha aportado muchas cosas buenas por las que siempre estaré agradecido a Dios, a mi obispo, a mis formadores y a Fundación CARF. Estudiar en Roma me ha dado el privilegio de encontrarme con el Santo Padre. Me ha permitido visitar algunos de los lugares que pisaron los apóstoles y los santos. 

Los estudios académicos son uno de los cuatro aspectos de la formación que recibo aquí en Roma. Los otros son la formación humana, espiritual y pastoral. La formación académica se recibe en la universidad y la formación humana, espiritual y pastoral se reciben en el Colegio Eclesiástico Internacional Sedes Sapientiae, donde vivo. Estudiar en Roma me une, de modo especial, a los apóstoles y a los cristianos que sufrieron por la fe, dando sus vidas como testigos de su fe. Deseo volver a casa con el mismo celo, firmeza y resistencia con que estos hombres de fe vivieron sus vidas.

Estados Unidos

El renacimiento de la Eucaristía en Nueva York

El estado de Nueva York acogió su Congreso Eucarístico en el santuario de los Mártires Norteamericanos, también conocido como santuario de Nuestra Señora de los Mártires, del 20 al 22 de octubre.

Jennifer Elizabeth Terranova·3 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El estado de Nueva York acogió su Congreso Eucarístico en Auriesville, a las afueras de Albany, en el santuario de los Mártires Norteamericanos, también conocido como santuario de Nuestra Señora de los Mártires.

El Renacimiento Eucarístico Nacional es una iniciativa trienal organizada por los obispos católicos de Estados Unidos (USCCB). Su objetivo es educar, unir y llevar a los fieles a una relación más íntima con Jesús en la Eucaristía.

El Congreso Eucarístico Estatal del estado de Nueva York comenzó el 20 de octubre y terminó el 22 de octubre.  

La aspiración de todos los que planificaron, asistieron y alabaron los esfuerzos desde lejos era unir a los fieles a la Eucaristía y salir del congreso con una reverencia más profunda por la presencia real de Cristo en el Santísimo Sacramento.

Se calcula que 10.000 personas participaron en el fin de semana de cuarenta horas, y 7.000 el sábado, cuando celebraron la Misa principal, seguida de una procesión por la tarde.

La Eucaristía en Nueva York

Asistieron personas de todas las clases sociales: muchos grupos de jóvenes, familias parroquiales y religiosos y religiosas se reunieron en un sábado lluvioso para recordar el poder de la Eucaristía y reavivar la devoción a Nuestro Señor. «…Fue un verdadero mosaico de la Iglesia católica en Nueva York”, informó la redacción de “Good News”. Hubo charlas en inglés y español a cargo de queridos oradores católicos, stands y catequesis, y los fieles tuvieron la oportunidad de confesarse y disfrutar de la adoración eucarística. A lo largo de las cuarenta horas, se recordó a los asistentes que «la Palabra se hace carne en las manos de un sacerdote».

El cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, se encontraba en Roma durante el Sínodo, pero apareció en un vídeo en el que daba las gracias a todos sus hermanos obispos, diáconos, religiosos y religiosas, a los Caballeros de Colón y a todos los que hicieron posible el fin de semana. Dijo: «Estoy lejos físicamente, pero estoy muy cerca de vosotros por el poder del magnetismo de la Sagrada Eucaristía». Recordó su escepticismo sobre la celebración de un «mini congreso» y describió la Conferencia Eucarística de Nueva York «como un sueño largamente esperado».

El Coliseo estaba abarrotado, y fue «muy emocionante» entrar, recordó Mons. Colacicco, obispo auxiliar de la archidiócesis de Nueva York. Habló de la reverencia de la procesión y de lo «conmovedora» que fue. También habló del carácter sagrado del lugar del santuario de Nuestra Señora de los Mártires. Fue durante el siglo XVII, en la década de 1640, cuando los misioneros jesuitas fueron martirizados por predicar el Evangelio, ocho de los cuales serían canonizados en la década de 1930. Así que era apropiado celebrar este «renacimiento católico» en un lugar tan sagrado.

Un mensaje de esperanza

“¿Podría esto servir de ‘antipasto’ al Renacimiento Eucarístico Nacional?” se preguntó el cardenal Dolan. El obispo Colacicco está confiado y dijo que la conferencia estatal «ha marcado la pauta» y cree que «la fe que tenemos en la presencia del Señor en la Eucaristía es fuerte y cada vez más fuerte.» El amor de Jesús y el poder de la Eucaristía es lo que nos salvará». Confía en que la «sangre de la tierra santa» seguirá acogiendo a más cristianos fieles y habló de las muchas «semillas que se plantaron para las vocaciones, los matrimonios santos y la vida familiar». Además, se mostró agradecido por haber tenido la oportunidad de bendecir bebés. También elogió y alabó a los ponentes y dijo que las charlas «fueron brillantes y edificantes».

Mons. Edward Scharfenberger, obispo de Albany y presidente de la Junta del santuario de Nuestra Señora de los Mártires, dio la bienvenida a todos los asistentes. Su oración para todos fue que recibieran el mensaje «de esperanza y seguridad de que Jesús quiere vivir en vuestro corazón».

Iglesia misionera, Iglesia eucarística

Terry LaValley, obispo de Ogdensburg, celebró la Misa principal, y concelebraron 16 obispos y cientos de sacerdotes del Estado de Nueva York. En su homilía, se refirió a “Sacramentum Caritatis», que afirma: «Una Iglesia misionera es una Iglesia eucarística». Y dijo que “una de las esperanzas del Renacimiento Eucarístico es formar discípulos misioneros”.

Entre los numerosos oradores se encontraba el obispo Joseph Espaillat, que fue el primer obispo dominico en Estados Unidos y el más joven. «Hizo arder el lugar», comentó el obispo Colacicco. Este nativo del Bronx sabe cómo atraer a los fieles. Se le conoce como el «cura rapero» y demuestra que sus formas poco convencionales de enseñar son su secreto para evangelizar. Es anfitrión de un podcast, «Sainthood in the City», que ofrece charlas en inglés y español y atrae a muchos, pero tiene una conexión especial con los jóvenes hispanos, a los que anima a ser mejores.

La madre Clare Matthiass, CFR, Sierva General (Superiora) de las Hermanas Franciscanas de la Renovación y autora de muchos libros populares, dio una charla inspiradora y dijo: «Cuando nos reunimos en la adoración eucarística, es esa ofrenda suspendida…» y recordó a todos que Nuestro Señor siempre permanece con nosotros.

Se escuchó música grabada por Sisters of Life, que era meditativa y tranquilizadora. Algunas de las letras cantadas eran: «I belong to you».

El Congreso Eucarístico Nacional no ha hecho más que empezar. Han pasado ochenta y tres años desde el último, así que prepárense. Del 17 al 21 de julio, en Indianápolis, 80.000 personas se reunirán para celebrar la Eucaristía y la presencia real de Cristo en la Hostia.

Busca las procesiones organizadas por tu parroquia local y prepárate para la fase final del Congreso, pero el comienzo de un nuevo espíritu y gracia que sólo recibimos de Él, que nos eligió.

Mundo

Raimo Goyarrola: “Mi imagen de la Iglesia es una trainera”

El próximo 25 de noviembre, Raimo Goyarrola será ordenado obispo y tomará posesión como nuevo pastor de la diócesis de Helsinki.

Maria José Atienza·3 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

Raimo (Ramón) Goyarrola es un bilbaíno finlandés porque los de Bilbao “nacen donde quieren”.

No ha perdido el acento ni el humor vizcaínos pero su corazón es completamente finés. Este médico de 54 años, sacerdote numerario del Opus Dei, llegó a Finlandia hace casi 20 años, en 2006. En tierras finesas ha desarrollado la mayor parte de su tarea sacerdotal, en los últimos años como Vicario General de la diócesis de Helsinki.

Helsinki estaba en sede vacante desde la aceptación de la renuncia de Mons. Teemu Jyrki Juhani Sippo, S.C.I., “por lo que tampoco había Vicario General” recuerda Goyarrola. A pocos días de su consagración episcopal, Raimo Goyarrola habla con Omnes, medio con el que ha colaborado más de una vez, sobre esta nueva etapa que se abre en su vida y en su labor pastoral.

En pocos días será ordenado obispo y tomará posesión de la diócesis de Helsinki. ¿Cómo han sido los últimos años para usted?

–Yo era vicario general si, pero en sede vacante no hay cargos de la curia así que no había vicario general tampoco. Además, a los pocos meses de la sede vacante estalló la pandemia de Covid y la labor de las parroquias disminuyó muchísimo. Pensé qué podía hacer en ese tiempo así que empecé a hacer la tesis doctoral en Cuidados Paliativos. La idea era dar una solución real y medica a los enfermos al final de la vida. Por entonces, estaba muy candente el debate de la eutanasia y yo sé que la eutanasia no soluciona absolutamente nada. 

En ese tiempo entré a formar parte de un grupo de investigación de paliativos y las circunstancias me han llevado a ser, según mis colegas finlandeses, el “experto en espiritualidad en cuidados paliativos”. Hasta ahora, una vez al mes, mas o menos daba seminarios de este tema a médicos y enfermeras por todo Finlandia. 

¿Cómo es la diócesis de Helsinki? 

– La diócesis es, territorialmente muy extensa. Abarca todo el país. Unos 340.00 kilómetros cuadrados. Tenemos 8 parroquias. Actualmente, en la diócesis estamos 29 sacerdotes de los que 5 son sacerdotes finlandeses, contando al obispo emérito y un sacerdote que está en el servicio diplomático. 

Aquí no tenemos estructura católica como en otros países. Sueño con una casa de ejercicios espirituales diocesana, que sirva para campamentos de jóvenes también. Sueño con un seminario, con un colegio católico, con una residencia de ancianos, con un hospital de paliativos… Tengo una lista de sueños inmensa y son reales, los veo ya acabados. 

¡Hay que soñar, sirviendo al pueblo de Dios y facilitando el camino al cielo! No podemos olvidar que la Iglesia muestra a Jesús para ir al cielo, pero ese cielo comienza ya en la tierra, con la presencia de Dios, con los sacramentos, con la gracia de Dios.  

Junto a esta lista de sueños, hay una lista larga de problemas: económicos, pastorales, de todo tipo. El regalo que pido a Dios para Navidad es que la lista de sueños sea más grande que la lista larga de problemas. Los problemas los hay y son concretos, pero los sueños también son concretos. Tenemos que enfocarnos en lo positivo.

¿Qué retos le esperan?

–Ahora, a nivel diocesano, tenemos que empezar a renovar los consejos parroquiales y empezar a trabajar en esta nueva etapa. Estoy en fase de rezar mucho, de pedir luces para ir formando los consejos.

Mi idea principal es remar juntos. Yo no voy a hacer nada solo. Voy a tener unos consejos representativos, con gente que sabe y que tiene soluciones, porque hay que tener ideas y acciones. Me quiero apoyar totalmente en estos consejos. En nuestra diócesis, por ejemplo, no ha habido “pastorales concretas” a nivel diocesano: jóvenes, ancianos, enfermos, inmigrantes …, y quiero dar un impulso a estas cosas.

Trainera

Tengo muy claro que en la Iglesia todos remamos: Mi imagen de la Iglesia es la trainera. En la trainera todos reman. El obispo quizás lleva timón, marca ritmo o cambia un poco la dirección, pero todos remamos: sacerdotes, laicos, religiosos. Quiero que los laicos apoyen y quiero potenciar esa participación de los laicos. Todos a una. 

Finlandia cuenta con una variedad confesional muy grande. ¿Cómo han recibido su nombramiento?

–Desde que se anunció el nombramiento me he visto arropado por una gran cantidad de gente. No exagero. Son llamadas continuas, centenares de mensajes, de whatsapps, cartas, correos… ¡Estoy alucinado del apoyo y de la alegría! 

A nivel social, por ejemplo, el interés que ha suscitado el nuevo obispo es increíble. Aquí la Iglesia católica es muy pequeña (0,3%) y, al día siguiente de la noticia, me encontré con varios católicos y me decían “¡Le he visto en el metro!” y yo respondía “¡Si he ido en bicicleta!”, y era porque había salido en las noticias que se emiten en las pantallas de metro “Nuevo obispo católico en Finlandia”. En un país como éste, que la noticia salga a ese nivel y en el periódico nacional, con un enfoque súper positivo… ¡Es impresionante! Los obispos luteranos, los ortodoxos…, todos me han escrito o me han llamado para preguntarme en qué podían ayudarme. ¡Es una pasada!

La gente me pregunta si estoy nervioso, pero no tengo ni tiempo para estarlo. Tengo una gran paz interior porque, ¡no estoy solo!

¿Se lo esperaba? 

–Pues la verdad es que no. En Helsinki hay dos centros de varones del Opus Dei y yo vivía, para facilitar la tarea de Vicario general, en el que está más cercano al Palacio Episcopal. Hace poco más de dos meses me trasladé a la residencia universitaria, que está en otra zona, para empezar una nueva etapa: labor apostólica con jóvenes, universitarios… Yo estaba emocionado y, de repente, me llamó el Nuncio y me planteó el asunto. Fue una sorpresa, es un momento de mezcla de sentimientos. Recé y me acordé de la Virgen y san José y dije ese “aquí estoy” y me invadió una paz impresionante. Desde entonces tengo esa paz, 

He escrito al Papa Francisco para agradecerle todo. Ahora haré mis ejercicios espirituales en Roma y también visitaré distintos Dicasterios. También espero saludar al Papa y darle un abrazo muy grande. 

¿Cómo es la relación con las otras confesiones?

– Es excelente. El ecumenismo aquí es un regalo, es un milagro. Creo que es una excepción a nivel mundial. En el Vaticano nos conocen y siguen los trabajos del Diálogo Oficial con los luteranos. Hemos hecho incluso un documento sobre la Eucaristía, el ministerio y la Iglesia. ¡Es una maravilla! Hablamos, rezamos, dialogamos… 

Cada mes celebramos misa en 25 ciudades donde no hay iglesia católica. Eso supone 25 templos luteranos y ortodoxos donde nos permiten decir misa.

Finlandia es de las pocas regiones donde hoy hay más católicos que hace 50 años ¿Cómo es la población católica de Finlandia?

– Crecemos unos 500 católicos nuevos al año. De esa cifra, más o menos la mitad son finlandeses: niños que se bautizan y adultos que se incorporan a la Iglesia o se bautizan también, procedentes de otras confesiones cristianas o no. La otra mitad son migrantes y refugiados. Esto último supone además un desafío porque a los refugiados los envían, generalmente, a ciudades donde no hay iglesias católicas. Un objetivo que tengo es lograr una relación con el Estado para que podamos saber donde están los católicos, poder atenderlos y ayudarles a la integración.

Aquí la Iglesia tiene una labor muy bonita de integración social y creo que el Estado lo tiene que valorar e incluso ayudar. Por ejemplo, sólo en desplazamientos, en dos semanas, llevo casi 300 euros de gasolina porque eso lo tengo muy claro: yo quiero estar con la gente y para estar con la gente tendré que viajar muchísimo, miles de kilómetros para ver a los católicos de la diáspora, aquellos que viven a 200 o 300 km de la parroquia más cercana. ¡Yo quiero estar con ellos! Quiero hacer un horario para estar con todos los católicos, en Laponia y donde haga falta.

Aquí no es oler a oveja sino ¡oler a reno! ¡Yo quiero ser un pastor con olor a reno!

Usted es sacerdote numerario del Opus Dei. ¿Cómo influye su carisma en su servicio a la Iglesia diocesana?  

–En la Obra he aprendido tener un corazón grande donde cabe todo el mundo y, como decía san Josemaría, he aprendido que el Opus Dei está para servir a la Iglesia como la Iglesia quiere ser servida

Yo vine a Finlandia porque el obispo de Helsinki de entonces (Józef Wróbel, S.C.I.) pidió expresamente un sacerdote del Opus Dei. Mons. Javier Echevarría, que era el prelado del Opus Dei pensó en mí y yo dije que sí. Yo estaba en Sevilla, con el solecito y me vine a -30. Eso es lo que he aprendido en la Obra: corazón grande donde caben todos.

Cuando llegué a Finlandia me presenté al párroco y comencé a colaborar en la parroquia: bautismos, catequesis, misas en español porque había una comunidad latinoamericana bastante amplia… Junto a esto, comencé una capellanía en la universidad y venían católicos y no católicos, la Iglesia local va más allá de la parroquia. En la universidad, o en la residencia del Opus Dei, llegábamos a gente a la que quizás, la parroquia no podría llegar. 

¿Dónde empieza la labor de la Iglesia y dónde la labor de la Obra? Yo estoy convencido de que son lo mismo. A través de la labor de la Obra en Finlandia, todos los años se incorporan a la Iglesia católica muchas personas. Es un imput positivo para la Iglesia local. ¡Todos sumamos! La Iglesia es la suma. Somos todos. No es un “o esto… o aquello” es un “más”: La cruz de Cristo es el signo +. Todos remamos, como en la trainera (ríe). 

Mi espiritualidad es la misma: santidad en medio del mundo. Ahora como obispo, voy a recibir la plenitud de un sacramento, pero la mentalidad de sencillez y magnanimidad que he vivido en la Obra será la misma. Creo que la sencillez te lleva a confiar en Dios y la confianza en Dios te lleva a soñar, a ser magnánimo. El obispo es universal, yo perteneceré al colegio de los obispos universal y la Iglesia es católica porque cabemos todos. Vivimos la catolicidad de la Iglesia cuando sumamos y nos apoyamos entre todos. 

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FirmasSantiago Leyra Curiá

Los antiguos y la existencia de Dios

El Creador, en el principio, distinguió con su infinito amor al hombre, varón y mujer: puso a su disposición las otras criaturas y la posibilidad de corresponder a la amistad con Él en libertad, lealtad, confianza e inteligencia.

3 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Según Pablo de Tarso, “desde la creación del mundo, la invisible naturaleza de Dios –es decir, su poder eterno y divinidad– se ha percibido claramente en las cosas que han sido hechas” (Carta a los romanos 1, 20).

El Creador, en el principio, distinguió con su infinito amor al hombre, varón y mujer: puso a su disposición las otras criaturas y la posibilidad de corresponder a la amistad con Él en libertad, lealtad, confianza e inteligencia. El hombre no correspondió, sino que usó mal de aquella libertad, inteligencia y confianza en él depositadas, rompiendo su amistad con el Creador. No obstante, aquella deslealtad, Dios otorgó al hombre la esperanza de una restauración de la antigua relación y renovó su ayuda mediante una serie de alianzas, de un ámbito cada vez más amplio, a través de hombres justos:

a) Alianza con Noé, para con toda su familia.

b) Alianza con Abraham, para todo su clan.

c) Alianza con Moisés, para todo el pueblo de Israel.

d) Alianza definitiva, abierta a los hombres y pueblos de todos los tiempos, la ofreció Dios, revelando al tiempo su propio Ser, su propia intimidad: lo hizo manifestándose como Padre e Hijo y Espíritu Santo, a través de Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios encarnado.

Jenófanes, de Colofón (Asia Menor), que vivió más de 90 años -entre los 550 y los 450 a.J.C.-, según Aristóteles, fue el primero en enseñar la unidad del sumo principio entre los antiguos griegos. Lo hizo con estas palabras: “Un solo Dios, el mayor entre los dioses y los hombres, no semejante a los hombres ni por la forma ni por el pensamiento. Ve todo, piensa todo, oye todo. Sin trabajo, gobierna todo por la fuerza de su espíritu”.

Aristóteles, de Estagira, en la griega península Calcídica (NE de la península balcánica), vivió entre los años 384 y 322 a.J.C. Para él, Dios es el ente máximo, el ente por excelencia, es un ser vivo que se basta a sí mismo, ve y discierne el ser de los restantes entes en su totalidad; su actividad propia es el saber supremo; solo Dios tiene la sabiduría (sofía); los hombres solo pueden tener una cierta amistad con aquélla (filosofía). Dios es el primer motor, que, sin ser movido, mueve, es decir, genera, promueve el paso de los otros entes de la potencia al acto. El Dios de Aristóteles no es el Creador, no forma parte de la naturaleza (no es como los entes naturales, animales, plantas… que son objeto de estudio por la Física) pero es ente clave de la naturaleza y, por eso, su estudio corresponde a la Filosofía primera o Metafísica.

M.T. Cicerón, de Arpino (Italia), vivió entre los años 106 y el 43 a.J.C. y estudió en Atenas a los filósofos griegos. Entre los años 45 y 44 a.J.C. escribió la obra “Sobre la naturaleza de los dioses”, en la que expone las doctrinas filosóficas sobre lo divino vigentes en su tiempo (epicureísmo, estoicismo y Nueva Academia) en forma de diálogo entre varios personajes. En ese diálogo, uno de los personajes, el estoico Balbo, formula las siguientes preguntas:

¿No sería sorprendente que haya alguien convencido de que existan ciertas partículas de materia, arrastradas por la gravedad y de cuya colisión se produzca un mundo tan elaborado y bello?

¿Quién, al ver los movimientos regulares de las estaciones y el orden de las estrellas, sería capaz de negar que esas cosas poseían un plan racional y afirmar que todo eso es obra del azar?

¿Cómo podemos dudar de que todo eso es realizado por una razón y, además, por una razón que es trascendente y divina?

¿Puede una persona que esté en su sano juicio creer que la estructura de todas las estrellas y esta enorme decoración celeste pudo ser creada a partir de unos átomos que corren de acá para allá de manera fortuita y al azar? ¿Puede haber creado estas cosas un ser desprovisto de inteligencia y razón?

Justino fue un filósofo del siglo II formado en la filosofía griega. Tras conocer y convertirse al cristianismo y ver en él la culminación del saber, continuó ejerciendo la profesión de filósofo. Veía que el antiguo Israel poseía una filosofía bárbara que Dios mismo había utilizado como cauce para darse a conocer. Pensaba que todos los hombres que habían vivido conforme a la razón, antes del cristianismo, habían sido ya cristianos: tales eran para él los casos de Sócrates y Heráclito. Afirmó también que el cristianismo, en su tiempo, era odiado y perseguido por ser mal conocido.

Agustín (354/430), leyendo en el año 372 un libro de Cicerón adquirió una gran inclinación a la búsqueda de la sabiduría. Cuando comenzó a leer la Biblia se disgustó, hasta el punto de dejar su lectura por estimarla dura e incomprensible. Se inició por entonces en la doctrina maniquea que le prometía la verdad y aparentemente le daba una explicación al problema del mal. Oyendo en Milán los sermones de san Ambrosio y su interpretación alegórica de los textos del Antiguo Testamento, comprobó la racionalidad de la doctrina cristiana.

Una tarde, en el jardín de su casa, oyó a un niño que decía, como parte de un juego o de una canción: “toma y lee”. Agustín leyó entonces la carta de san Pablo a los romanos, 13, 13: “Procedamos con decoro, como en pleno día: nada de comilonas y borracheras; nada de lujurias y desenfrenos; nada de rivalidades y envidias. Revestíos más bien del Señor Jesucristo y no os preocupéis de la carne para satisfacer sus concupiscencias”.

A los 32 años (año 386), Agustín se convirtió; en sus Confesiones, dirá: «¡Tarde te amé, Belleza tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y Tú estabas dentro de mí y yo fuera, y allí te buscaba; y, deforme, irrumpía en esas cosas hermosas que hiciste. Tú estabas conmigo y yo no estaba contigo. Me tenían lejos de Ti esas mismas cosas que no existirían si no estuvieran en Ti. Llamaste, gritaste y rompiste mi sordera. Brillaste, resplandeciste y acabaste con mi ceguera. Difundiste tu fragancia y suspiré. Te anhelo. Te saboreé y tengo hambre y sed de Ti. Me tocaste y quedé animoso en tu paz» (Conf. X, 26-36).

El problema central en el pensamiento de Agustín es el de la felicidad. Para él, la felicidad se encuentra en la sabiduría, en el conocimiento de Dios. La fe busca entender; por eso, la conquista de la sabiduría requiere una rigurosa disciplina, un avance en lo moral, lo intelectual y lo espiritual. Superada su presunción juvenil, Agustín entendió la autoridad divina y sus mediaciones como guía luminosa de la razón. Su espiritualidad se apoya en la Iglesia real (al principio esa comunidad universal y concreta la componían, de cerca: su madre Mónica, el obispo Ambrosio, su hermano, su hijo y los amigos. Con los años, sería obispo de la Iglesia universal en una diócesis de África). Entre los años 397 y 427 escribió su obra “De la doctrina cristiana”, en la que indica modos diversos para resolver las dificultades, derivadas de la letra misma de las Escrituras, de pasajes desconcertantes para la moral, para cuyo caso señala la utilidad de la exégesis o interpretación alegórica.

El autorSantiago Leyra Curiá

Académico correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España.

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Estados Unidos

Obispos y Gobierno de Estados Unidos deploran actos de violencia por odio religioso

El cardenal Timothy M. Dolan, presidente del Comité de Libertad Religiosa de la USCCB, deploró la violencia por odio religioso que se ha incrementado en los Estados Unidos.

Gonzalo Meza·2 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El 1 de noviembre, el cardenal Timothy M. Dolan, arzobispo de Nueva York y presidente del Comité de Libertad Religiosa de la Conferencia de Obispos Católicos de EUA, deploró los actos de violencia por odio religioso que se han incrementado en los Estados Unidos a partir del ataque de Hamas a Israel el 7 de octubre. Al referirse al asesinato, al sur de Chicago, de un niño palestino de 6 años, Wadea Al-Fayoume, a manos de Joseph Czuba, el cardenal Dolan indicó: “Es muy desalentador saber que el hombre acusado de matar a un niño musulmán de 6 años en Chicago se identifique como católico. Nada puede ser más antitético a las enseñanzas de nuestra Iglesia que el crimen cometido por ese hombre”.

El prelado añadió que, ante este tipo de violencia basada en el odio religioso debemos afirmar las verdades fundamentales de nuestra fe: “Cada vida humana posee un valor incalculable y odiar al prójimo es un grave pecado contra Dios que nos creó a su imagen y semejanza, la violencia solo engendra más violencia y no justicia”, concluyó el arzobispo de Nueva York. Además de apuñalar brutalmente al niño Wadea Al-Fayoume el 14 de octubre en su casa, Joseph Czuba, de 71 años, también hirió gravemente a la madre de 32 años. El hombre ya ha sido detenido y pesan sobre él 8 cargos, entre ellos: asesinato, intento de asesinato y crimen de odio. Las autoridades señalaron que de acuerdo con las declaraciones las víctimas fueron atacadas por su religión musulmana y por la guerra entre Israel y Hamas.

Condena del gobierno de Estados Unidos

Ante esta tragedia, el 1 de noviembre la vicepresidenta Kamala Harris también condenó enérgicamente el crimen y anunció la implementación de una Estrategia Nacional para Contrarrestar la Islamofobia en los Estados Unidos. “Como resultado del ataque terrorista de Hamás en Israel y de la crisis humanitaria en Gaza, hemos visto un repunte en los incidentes anti palestinos, antiárabes, antisemitas e islamófobos en todo Estados Unidos, incluyendo el ataque brutal de una mujer palestina americana musulmana y el asesinato de su hijo de 6 años”.

Estos actos, añadió Harris, han suscitado en la gente la aprensión de que pueden ser atacados simplemente por su perfil racial, su religión o su aspecto. Ante esto, Harris precisó: “El presidente Joe Biden y yo tenemos el deber no solamente de mantener a salvo el pueblo de nuestra nación, sino de condenar inequívoca y enérgicamente todas las formas de odio. Nuestra nación se fundó sobre el principio básico de que todas las personas deben tener la libertad para vivir y profesar su fe sin temor de sufrir violencia o persecución. Toda persona tiene derecho a vivir libre de violencia, odio e intolerancia”, indicó la vicepresidenta. Esta nueva Estrategia contra la Islamofobia será un esfuerzo conjunto dirigido por el Consejo de Política Interna y el Consejo de Seguridad Nacional.

Evangelización

Las ánimas del Purgatorio: la importancia de la oración

El 2 de noviembre se celebra el día de Todos los Difuntos. Por ello, noviembre ha sido tradicionalmente el mes en el que se ora de manera especial por las ánimas del Purgatorio.

Loreto Rios·2 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

En el mes de noviembre se reza especialmente por las ánimas o almas del Purgatorio. La tradición de rezar por los difuntos se remonta al Antiguo Testamento y numerosos santos han recibido visitas de ánimas que les pedían oraciones para poder entrar en el Cielo.

«La añoranza de Dios», el mayor tormento

Santa Faustina Kowalska, la santa que propagó la devoción a la Divina Misericordia, explicaba su visita al Purgatorio del siguiente modo: “En aquel tiempo le pregunté a Jesús: ¿Por quién debo rezar todavía? Me contestó que la noche siguiente me haría conocer por quién debía rezar.

Vi al Ángel de la Guarda que me dijo seguirlo. En un momento me encontré en un lugar nebuloso, lleno de fuego y había allí una multitud de almas sufrientes. Estas almas estaban orando con gran fervor, pero sin eficacia para ellas mismas, solo nosotros podemos ayudarlas. Las llamas que las quemaban, a mí no me tocaban. Mi Ángel de la Guarda no me abandonó ni por un solo momento. Pregunté a estas almas ¿cuál era su mayor tormento? Y me contestaron unánimemente que su mayor tormento era la añoranza de Dios. Vi a la Madre de Dios que visitaba a las almas en el Purgatorio. Las almas llaman a María “La Estrella del Mar”. Ella les trae alivio. Deseaba hablar más con ellas, sin embargo mi Ángel de la Guarda me hizo seña de salir. Salimos de esa cárcel de sufrimiento. [Oí una voz interior] que me dijo: ‘Mi misericordia no lo desea, pero la justicia lo exige’. A partir de aquel momento me uno más estrechamente a las almas sufrientes” (Diario, 20).

Santa Faustina también vio el infierno, del que dijo después de describirlo: “Habría muerto (…) si no me hubiera sostenido la omnipotencia de Dios. Lo escribo por orden de Dios para que ningún alma se excuse [diciendo] que el infierno no existe y que nadie estuvo allí ni sabe cómo es. (…) Lo que he escrito es una débil sombra de las cosas que he visto. (…) Cuando volví en mí no pude reponerme del espanto (…). Por eso ruego con más ardor todavía por la conversión de los pecadores, invoco incesantemente la misericordia de Dios para ellos” (Diario, 741).

Mientras que el infierno es un estado irreversible, las almas del purgatorio están salvadas, y llegarán a presencia de Dios tras un proceso de purificación. Por ello se habla de tres “Iglesias”: la Iglesia triunfante, que es aquella que ya se encuentra en presencia de Dios; la Iglesia purgante, constituida por los que están pasando la purificación del Purgatorio antes de ir al Cielo; y la Iglesia militante o peregrina, integrada por los que aún caminamos en la tierra.

Por tanto, la oración de la Iglesia militante tiene un fruto para la purgante, y los vivos podemos rezar por las ánimas del Purgatorio.

¿Qué es el Purgatorio?

El catecismo define el Purgatorio de la siguiente manera: “Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo” (Catecismo, 1030); “La Iglesia llama ‘purgatorio’ a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados. La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe relativa al purgatorio sobre todo en los Concilios de Florencia (cf. DS 1304) y de Trento (cf. DS 1820; 1580)” (Catecismo, 1031).

Continúa diciendo el catecismo que “esta enseñanza se apoya también en la práctica de la oración por los difuntos, de la que ya habla la Escritura […].. Desde los primeros tiempos, la Iglesia ha honrado la memoria de los difuntos y ha ofrecido sufragios en su favor, en particular el sacrificio eucarístico (cf. DS 856), para que, una vez purificados, puedan llegar a la visión beatífica de Dios.

La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos: ‘Llevémosles socorros y hagamos su conmemoración. Si los hijos de Job fueron purificados por el sacrificio de su padre (cf. Jb 1, 5), ¿por qué habríamos de dudar de que nuestras ofrendas por los muertos les lleven un cierto consuelo? […] No dudemos, pues, en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestras plegarias por ellos’ (san Juan Crisóstomo, In epistulam I ad Corinthios homilia 41, 5)” (Catecismo, 1032).

El Purgatorio en la tradición de la Iglesia

Ya desde el Antiguo Testamento hay testimonios de oraciones por los muertos: “Luego recogió dos mil dracmas de plata entre sus hombres y las envió a Jerusalén para que ofreciesen un sacrificio de expiación. Obró con gran rectitud y nobleza, pensando en la resurrección. Si no hubiera esperado la resurrección de los caídos, habría sido inútil y ridículo rezar por los muertos. Pero, considerando que a los que habían muerto piadosamente les estaba reservado un magnífico premio, la idea era piadosa y santa. Por eso, encargó un sacrificio de expiación por los muertos, para que fueran liberados del pecado” (2 Mac 12, 43-46).

Hay referencias al Purgatorio desde los primeros siglos de la Iglesia. Tertuliano, nacido en el siglo II d. C., habla en muchos de sus escritos de la purificación de los pecados después de la muerte y de ofrecer oraciones por los difuntos.

Santa Perpetua, mártir del año 203, vio en su celda, mientras esperaba su ejecución, a su difunto hermano, Dinócrates, “sofocado de calor y sediento, con vestido sucio y color pálido”. La santa comprendió que su hermano «se hallaba en pena. Pero yo tenía confianza de que había de aliviarle de ella, y no cesaba de orar por él todos los días, hasta que fuimos trasladados a la cárcel castrense (…). E hice oración por él, gimiendo y llorando día y noche, a fin de que por intercesión mía fuera perdonado.

VIII. El día que permanecimos en el cepo, tuve la siguiente visión: vi el lugar que había visto antes, y a Dinócrates limpio de cuerpo, bien vestido y refrigerado (…). Entonces entendí que mi hermano había pasado la pena» (Actas de los Mártires, Martirio de las Santas Perpetua y Felicidad y de sus compañeros, VII y VIII).

Pero hay muchos otros ejemplos: Clemente de Alejandría, Cipriano de Cartago, Orígenes, Lactancio, Efrén de Siria, Basilio el Grande, Cirilo de Jerusalén, Epifanio de Salamina, Gregorio de Nisa, san Agustín, san Gregorio Magno…

Rezar por los difuntos: establecido por los Apóstoles

San Juan Crisóstomo (347-407) afirma que la costumbre de ofrecer una misa por los difuntos fue establecida por los propios apóstoles: “No sin razón quedó determinado, mediante leyes establecidas por los apóstoles, que en la celebración de los sagrados misterios se haga memoria de los que ya han pasado de esta vida. Sabían, en efecto, que con ello los difuntos obtienen mucho fruto y consiguen gran provecho” (Homilías sobre la Carta a los Filipenses 3, 4: PG 62, 203).

En los “Hechos de Pablo y Tecla” (año 160) también hay referencia a un ánima del purgatorio, cuando la hija difunta de una mujer se le aparece y le dice: “En mi lugar tendrás a Tecla, la extranjera abandonada, para que ruegue por mí y pueda yo pasar al lugar de los justos”.

Además, en las catacumbas también se conservan inscripciones de petición de oración por los difuntos, y los primeros cristianos se reunían en las tumbas en el aniversario de la muerte de sus allegados para pedir por ellos.

Las indulgencias

Además de cualquier oración u obra de misericordia realizada por las almas del purgatorio, una forma de interceder por ellas es la aplicación de las indulgencias que la Iglesia concede en relación con determinadas obras de piedad. En la constitución apostólica «Indulgentiarum doctrina«, explica san Pablo VI: «Por arcanos y misericordiosos designios de Dios, los hombres están vinculados entre sí por lazos sobrenaturales, de suerte que el pecado de uno daña a los demás, de la misma forma que la santidad de uno beneficia a los otros. De esta suerte, los fieles se prestan ayuda mutua para conseguir el fin sobrenatural. Un testimonio de esta comunión se manifiesta ya en Adán, cuyo pecado se propaga a todos los hombres».

Además, Pablo VI comentaba: «Los fieles, siguiendo las huellas de Cristo, siempre han intentado ayudarse mutuamente en el camino hacia el Padre celestial, por medio de la oración, del ejemplo de los bienes espirituales y de la expiación penitencial (…). Este es el antiquísimo dogma de la comunión de los santos, según el cual la vida de cada uno de los hijos de Dios, en Cristo y por Cristo, queda unida con maravilloso vínculo a la vida de todos los demás hermanos cristianos en la unidad sobrenatural del Cuerpo místico de Cristo, formando como una sola mística persona (…).

La Iglesia, consciente desde un principio de estas verdades, inició diversos caminos para aplicar a cada fiel los frutos de la redención de Cristo, y para que los fieles se esforzaran en favor de la salvación de sus hermanos (…).

Los mismos Apóstoles exhortaban a sus discípulos a orar por la salvación de los pecadores; una antiquísima costumbre de la Iglesia ha conservado este modo de hacer, especialmente cuando los penitentes suplicaban la intercesión de toda la comunidad, y los difuntos eran ayudados con sufragios, especialmente con la ofrenda del sacrificio eucarístico».

En este documento, se define la indulgencia como «la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en lo referente a la culpa que gana el fiel, convenientemente preparado, en ciertas y determinadas condiciones, con la ayuda de la Iglesia, que, como administradora de la redención, dispensa y aplica con plena autoridad el tesoro de los méritos de Cristo y de los santos».

Las indulgencias pueden ser parciales o plenarias. La indulgencia plenaria (que requiere hacer el acto por el que se otorga la indulgencia, unido a la confesión, comunión y oración por las intenciones del Papa, además del rechazo de todo pecado mortal o venial) implica la remisión total de la pena debida por los pecados, mientras que la parcial elimina parte de la pena.

El 2 de noviembre, día de los Difuntos, puede ganarse una indulgencia plenaria para un difunto en cualquier iglesia u oratorio público. A los fieles que visiten devotamente el cementerio u oren por los difuntos se les concede la indulgencia plenaria (aplicable solamente a las almas del purgatorio) en cada uno de los días del 1 al 8 de noviembre, e indulgencia parcial en los demás días del año.

Evangelio

Aprender a servir. Domingo XXI del Tiempo Ordinario (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del XXXI domingo del Tiempo Ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·2 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Evangelio de hoy es como una bofetada en la cara para mí como sacerdote. Porque en él, Jesús me dice muy claramente lo que debo evitar, pero también veo el triste espectáculo de sacerdotes a lo largo de la historia que no lo han evitado. Y yo mismo me doy cuenta de lo fácilmente que puedo equivocarme si no estoy atento. 

¿De qué habla Jesús? Está advirtiendo a la gente contra el comportamiento de los escribas y fariseos. Les dice que deben hacer lo que digan los escribas y los fariseos, pues ellos ocupan “la cátedra de Moisés”, es decir, que eran maestros de la ley que Dios dio a Moisés y esa ley, en lo esencial, era buena. Pero continúa diciendo estas alarmantes palabras: “Haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen”.

Qué terrible. Ser un líder religioso y no practicar lo que se predica. Jesús continúa: “Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame rabbí”.

Que el Señor nos libre de eso: poner pesadas cargas sobre los demás y vivir en la pereza y la comodidad nosotros mismos. Tratar de “parecer” religiosos para ser vistos por los hombres. Llevar ropas llamativas (qué triste es que los sacerdotes se preocupen demasiado por su vestimenta). O querer puestos de honor y el mejor trato.

Qué terrible: entrar en la vida religiosa, el aparente servicio de Dios, para buscar beneficios mundanos. Gracias a Dios, los tiempos en que ser sacerdote o religioso servía para obtener beneficios terrenales han quedado atrás, al menos en muchos lugares. Pero todavía podemos buscar demasiado las pocas prebendas posibles, y todavía hay lugares en el mundo donde el sacerdocio podría ser una salida de la pobreza o hacia una vida mejor.  Por tanto, son peligros de los que hay que ser conscientes.

Pero Jesús no solo se dirige a los sacerdotes. Nos habla a todos de servicio radical y de no utilizar la religión para nuestros propios fines terrenales. Con qué facilidad podemos equivocarnos. Todos podemos imponer cargas a los demás y no hacer nada para aliviarlas. “Yo estoy al mando”, decimos a nuestros subordinados, “así que debéis servirme”. O sin decirlo, esa es nuestra actitud. Y olvidamos que la autoridad no es para que los demás nos sirvan, sino para que nosotros les sirvamos a ellos. O intentamos presumir y parecer piadosos y religiosos, lo cual es como una corrupción de la religión.

Y entonces, Jesús llega a su punto clave: “El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”. La idea es clara: el liderazgo es servicio.

La homilía sobre las lecturas del domingo XXXI del Tiempo Ordinario (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

“Los santos no son héroes inalcanzables”, alienta Francisco

En la solemnidad de Todos los Santos, el Papa Francisco ha alentado en el Ángelus a los fieles a considerar que “los santos no son héroes inalcanzables o lejanos, sino personas como nosotros, nuestros amigos, cuyo punto de partida es el mismo don que nosotros hemos recibido”.

Francisco Otamendi·1 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

En la tradicional fiesta anual del 1 noviembre, Todos los Santos, el Papa Francisco ha manifestado en el Ángelus en San Pedro que “los santos no son héroes inalcanzables o lejanos, sino personas como nosotros”, y que “si lo pensamos bien, seguro que hemos conocido a algunos de ellos, a algunos santos “de la puerta de al lado”: personas generosas que, con la ayuda de Dios, han correspondido al don recibido y se han dejado transformar día a día por la acción del Espíritu Santo”.

Hoy, día en el que se celebra a los muchos santos desconocidos que no han sido declarados formalmente santos ni beatos por la Iglesia, el Santo Padre ha querido fijar su mirada “unos minutos en la santidad, en particular en dos de sus características: ella es don y, al mismo tiempo, es camino”.

“En primer lugar, es un don”, ha subrayado el Papa. “La santidad es un don de Dios que hemos recibido en el Bautismo: si lo dejamos crecer, puede cambiar completamente nuestra vida (cf. Exhortación apostólica Gaudete et exultate, 15), iluminándola con la alegría del Evangelio”.

“La santidad es un don que se ofrece a todos para tener una vida feliz. Y, al fin y al cabo, cuando recibimos un don, ¿cuál es nuestra primera reacción?”,  se ha preguntado Francisco. “Precisamente que nos ponemos felices, porque significa que alguien nos ama; felices, «dichosos», como repite tantas veces Jesús hoy en el Evangelio de las Bienaventuranzas (cf. Mt 5,1-12)”. Aunque “todo don, sin embargo, debe ser acogido, y conlleva la responsabilidad de dar una respuesta, y la invitación a esforzarse para que no sea desperdiciado”. 

El Concilio Vaticano II lo recuerda cuando afirma que todos los bautizados han recibido la misma llamada a “mantener y perfeccionar con su vida la santidad que han recibido” (Lumen gentium, 40), ha proseguido el Pontífice.

Los santos, excelentes compañeros en el camino

En cuanto al segundo punto, el Papa ha subrayado que los santos nos ayudan y que son un ejemplo para nosotros. “La santidad es también un camino, un camino que hay que recorrer juntos, ayudándonos unos a otros, unidos a esos excelentes compañeros de ruta que son los santos. Ellos son nuestros hermanos y hermanas mayores, con los que siempre podemos contar: nos sostienen y, cuando en la ruta erramos el camino, con su presencia silenciosa nunca dejan de corregirnos; son amigos sinceros, en los que podemos confiar, porque desean nuestro bien, no nos señalan con el dedo y nunca nos traicionan. En sus vidas encontramos un ejemplo, de sus oraciones recibimos ayuda, y en la comunión con ellos nos une un vínculo de amor fraterno, como dice la liturgia (cf. Misal Romano, Prefacio de los Santos I)”.

Con los santos, ha proseguido el Santo Padre, “formamos una gran familia en camino, la Iglesia, compuesta por hombres y mujeres de toda lengua, condición y proveniencia (cf. Ap 7, 9), unidos por el mismo origen, el amor de Dios, y orientados hacia la misma meta, la plena comunión con Él, el paraíso: ellos ya lo han alcanzado, nosotros estamos en camino”.

Para concluir, el Papa ha formulado, como es habitual, algunas preguntas para el examen: “¿Recuerdo que he recibido el don del Espíritu Santo, que me llama a la santidad y me ayuda a llegar a ella? ¿Le doy las gracias por ello? ¿Siento a los santos cerca de mí, me dirijo a ellos? ¿Conozco la historia de algunos de ellos? Nos hace bien conocer la vida de los santos y motivarnos con sus ejemplos. Y nos hace muy bien dirigirnos a ellos en la oración”.

“Que María, Reina de todos los Santos, nos haga sentir la alegría del don recibido y aumente en nosotros el deseo de la meta eterna”, ha señalado Francisco antes de dar la bendición apostólica.

Oración por Ucrania, Tierra Santa, y difuntos 

Tras el rezo de la oración mariana del Ángelus, el Papa ha saludado a peregrinos de diversos países, Alemania, México (Monterrey), Dinamarca o Italia, entre ellos a los del maratón de los Santos de la Asociación de Don Bosco.

El Santo Padre ha anunciado asimismo que mañana por la tarde celebrará la santa Misa en el cementerio  de la Commonwealth, conmemorando a los caídos en la II Guerra Mundial. Y ha añadido: “Continuemos rezando por las poblaciones que sufren a causa de las guerras de hoy. No olvidemos a la martirizada Ucrania, tampoco a Palestina, Israel y tantas otras regiones del mundo en las que la guerra está presente”.

Por otra parte, el viernes día 3 a las 11,00 horas tendrá lugar en la Basílica de San Pedro una Misa en sufragio por el difunto Sumo Pontífice Benedicto XVI y los cardenales y obispos fallecidos durante el año, según ha anunciado la Sala de Prensa vaticana.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

El Papa impulsa con un motu proprio una teología renovada

Paloma López Campos·1 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La Sala Stampa ha comunicado el 1 de noviembre por la mañana que la Pontificia Academia de Teología tiene nuevos estatutos. El Papa Francisco ha firmado el motu proprio «Ad Theologiam promovendam», aprobando el régimen modificado de esta sociedad científica.

Los nuevos estatutos tienen como objetivo asegurar que la academia cumple mejor su objetivo. El Santo Padre explica que “promover la teología en el futuro no puede limitarse a reproponer abstractamente fórmulas y esquemas del pasado”. La teología está “llamada a interpretar proféticamente el presente y a discernir nuevos caminos para el futuro”. Para ello, “tendrá que afrontar las profundas transformaciones culturales” que vive la sociedad.

Renovar la teología

A la luz de la nueva época, el Papa Francisco quiere promover “la misión que nuestro tiempo impone a la teología”. El Pontífice considera que “a una Iglesia sinodal, misionera y ‘extrovertida’ no puede sino corresponder una teología ‘extrovertida’”. La clave para lograr esto es un “replanteamiento epistemológico y metodológico” de la teología.

En el motu proprio, el Papa señala que la reflexión teológica “está llamada a un viraje, a un cambio de paradigma”. Este cambio impulsará una “teología fundamentalmente contextual, capaz de leer e interpretar el Evangelio en las condiciones en que los hombres y las mujeres viven cotidianamente”. Este replanteamiento “no puede sino desarrollarse en una cultura del diálogo y del encuentro entre diferentes tradiciones y diferentes saberes, entre diferentes confesiones cristianas y diferentes religiones, confrontando abiertamente a todos, creyentes y no creyentes”.

El Papa Francisco advierte que la teología no puede ser autorreferencial. La teología debe “verse a sí misma como parte de una red de relaciones, en primer lugar con otras disciplinas y otros saberes”. En otras palabras, tiene que adoptar el enfoque de la transdisciplinariedad, es decir, “la puesta en común y la fermentación de todos los conocimientos en el espacio de Luz y Vida que ofrece la Sabiduría que emana de la Revelación de Dios” (Constitución apostólica “Veritatis gaudium”). Esta perspectiva tiene otras consecuencias, pues “el diálogo con otros saberes presupone claramente el diálogo dentro de la comunidad eclesial y la conciencia de la esencial dimensión sinodal y comunitaria del hacer teología”.

Los nuevos estatutos de la academia prevén la colaboración de interlocutores referentes: estudiosos que pueden ser de distintas confesiones cristianas o de otras religiones. Junto a ellos, se busca “identificar y abrir áreas y espacios de diálogo, que favorezcan el diálogo inter y transdisciplinar”.

Teología: verdad y caridad

Además del diálogo, Francisco considera que la teología tiene que estar empapada de caridad. Afirma que “es imposible conocer la verdad sin practicar la caridad”. Por ello, la teología debe mostrarse como “un verdadero saber crítico en cuanto saber sapiencial, no abstracto e ideológico, sino espiritual, elaborado de rodillas, preñado de adoración y oración”. La reflexión teológica tiene que dirigirse “a las heridas abiertas de la humanidad y de la creación y dentro de los pliegues de la historia humana, a la que profetiza la esperanza de un cumplimiento único”.

El Papa insta a que la teología se desarrolle con un “método inductivo”. Invita a que esta “parta de los distintos contextos y situaciones concretas en que los pueblos están insertos, dejándose interpelar seriamente por la realidad, para convertirse en discernimiento de los ‘signos de los tiempos’”. Asimismo, anima a que la reflexión teológica se empape del “sentido común del pueblo”.

Prácticamente al final del motu proprio, Francisco detalla que “la teología está al servicio de la evangelización de la Iglesia y de la transmisión de la fe”. Gracias a ella, la fe se convierte en cultura, es decir, “en el ‘ethos’ sabio del pueblo de Dios, una propuesta de belleza humana y humanizadora para todos”.

Reflexión en comunidad

Considerando la misión renovada de la teología, “la Pontificia Academia de Teología está llamada a desarrollar, en constante atención a la naturaleza científica de la reflexión teológica, un diálogo transdisciplinar con otros saberes”. También hay que abrir un espacio para las aportaciones que pueden darse en la conversación entre creyentes y no creyentes, entre “hombres y mujeres de diferentes confesiones cristianas y de diferentes religiones”.

El Santo Padre invita, por tanto, a crear “una comunidad académica de fe y estudio compartidos, que teja una red de relaciones con otras instituciones formativas, educativas y culturales y que sepa penetrar, con originalidad y espíritu de imaginación, en los lugares existenciales de la elaboración del saber, de las profesiones y de las comunidades cristianas”.

Evangelización

Cinco notas de la santidad, según Gaudete et exultate

El 19 de marzo de 2018, solemnidad de san José, el Papa Francisco firmó la Exhortación apostólica Gaudete et exultate sobre el llamado o llamamiento a la santidad en el mundo actual. En la fiesta de Todos los Santos, se recogen cinco notas del Santo Padre “para que toda la Iglesia se dedique a promover el deseo de la santidad”.

Francisco Otamendi·1 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

El llamamiento del Papa en los 177 puntos de su Exhortación Gaudete et exultate (Alegraos y regocijaos), sigue siendo actual, aunque hayan pasado cinco años y medio desde 2018. Basta examinar las 125 notas de la exhortación para verificar que no fue flor de un día.

Son citas abundantes de la Constitución dogmática Lumen gentium del Concilio Vaticano, de sus predecesores Benedicto XVI, san Juan Pablo II, en especial en su Carta Novo millenio ineunte, san Pablo VI en Evangelii nuntiandi, del Catecismo de la Iglesia católica, de santos, padres de la Iglesia, teólogos, filósofos y autores espirituales.

“Nos moviliza”, escribió el Papa, “el ejemplo de tantos sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos que se dedican a anunciar y a servir con gran fidelidad, muchas veces arriesgando sus vidas y ciertamente a costa de su comodidad. Su testimonio nos recuerda que la Iglesia no necesita tantos burócratas y funcionarios, sino misioneros apasionados, devorados por el entusiasmo de comunicar la verdadera vida. Los santos sorprenden, desinstalan, porque sus vidas nos invitan a salir de la mediocridad tranquila y anestesiante”.

Pero también, las claras palabras de sus puntos 1 y 2: “Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada. En realidad, desde las primeras páginas de la Biblia está presente, de diversas maneras, el llamado a la santidad. Así se lo proponía el Señor a Abraham: «Camina en mi presencia y sé perfecto» (Gn 17,1). Y éstas de San Pablo a los Efesios: “Porque a cada uno de nosotros el Señor nos eligió ‘para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor’” (Ef 1,4).

“Santos de la puerta de al lado”

Y la conocida expresión de Francisco sobre los “santos de la puerta de al lado”, en este contexto: “No pensemos solo en los ya beatificados o canonizados. El Espíritu Santo derrama santidad por todas partes, en el santo pueblo fiel de Dios, porque ‘fue voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres, no aisladamente, sin conexión alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo, que le confesara en verdad y le sirviera santamente’” (Lumen gentium).

“Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente”, añadió el Pontífice, “a los padres que crían con tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen sonriendo. En esta constancia para seguir adelante día a día, veo la santidad de la Iglesia militante. Esa es muchas veces la santidad ‘de la puerta de al lado’, de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios, o, para usar otra expresión, ‘la clase media de la santidad’”.

Cinco manifestaciones de amor a Dios y al prójimo

He aquí una síntesis de algunas notas de la santidad, cinco en concreto, tal como las recoge el Papa en su Gaudete et exultate. Son las siguientes: 1) Aguante, paciencia y mansedumbre. 2) Alegría y sentido del humor. 3) Audacia y fervor. 4) En comunidad. Y 5) En oración constante.

“No me detendré a explicar los medios de santificación que ya conocemos: los distintos métodos de oración, los preciosos sacramentos de la Eucaristía y la Reconciliación, la ofrenda de sacrificios, las diversas formas de devoción, la dirección espiritual, y tantos otros. Solo me referiré a algunos aspectos del llamado a la santidad que espero resuenen de modo especial”, explica Francisco.

1) Aguante, paciencia y mansedumbre

La primera de estas grandes notas es “estar centrado, firme en torno a Dios que ama y que sostiene. Desde esa firmeza interior es posible aguantar, soportar las contrariedades, los vaivenes de la vida, y también las agresiones de los demás, sus infidelidades y defectos: «Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?» (Rm 8,31). Esto es fuente de la paz que se expresa en las actitudes de un santo”. 

A partir de tal solidez interior, el testimonio de santidad, en nuestro mundo acelerado, voluble y agresivo, está hecho de paciencia y constancia en el bien. Es la fidelidad del amor, porque quien se apoya en Dios (pistis) también puede ser fiel frente a los hermanos (pistós), no los abandona en los malos momentos, no se deja llevar por su ansiedad y se mantiene al lado de los demás aun cuando eso no le brinde satisfacciones inmediatas”.

2) Alegría y sentido del humor

“Lo dicho hasta ahora no implica un espíritu apocado, tristón, agriado, melancólico, o un bajo perfil sin energía”, añade el Santo Padre. “El santo es capaz de vivir con alegría y sentido del humor. Sin perder el realismo, ilumina a los demás con un espíritu positivo y esperanzado. Ser cristianos es ‘gozo en el Espíritu Santo’ (Rm 14,17), porque ‘al amor de caridad le sigue necesariamente el gozo, pues todo amante se goza en la unión con el amado […] De ahí que la consecuencia de la caridad sea el gozo’”.

“María, que supo descubrir la novedad que Jesús traía, cantaba: ‘Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador’ (Lc 1,47) y el mismo Jesús ‘se llenó de alegría en el Espíritu Santo’ (Lc 10,21). Cuando él pasaba ‘toda la gente se alegraba’ (Lc 13,17). Después de su resurrección, donde llegaban los discípulos había una gran alegría (cf. Hch 8,8). A nosotros, Jesús nos da una seguridad: ‘Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría. […] Volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría’ (Jn 16,20.22). ‘Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud’ (Jn 15,11)”.

Francisco reconoce que “hay momentos duros, tiempos de cruz, pero nada puede destruir la alegría sobrenatural, que ‘se adapta y se transforma, y siempre permanece al menos como un brote de luz que nace de la certeza personal de ser infinitamente amado, más allá de todo’. Es una seguridad interior, una serenidad esperanzada que brinda una satisfacción espiritual incomprensible para los parámetros mundanos”.

3) Audacia y fervor

El Papa prosigue en su Exhortación con la audacia. “La santidad es parresía: es audacia, es empuje evangelizador que deja una marca en este mundo”, escribe. “Para que sea posible, el mismo Jesús viene a nuestro encuentro y nos repite con serenidad y firmeza: ‘No tengáis miedo’ (Mc 6,50). ‘Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos’ (Mt 28,20)”.

“Estas palabras nos permiten caminar y servir con esa actitud llena de coraje que suscitaba el Espíritu Santo en los Apóstoles y los llevaba a anunciar a Jesucristo”, alienta. “Audacia, entusiasmo, hablar con libertad, fervor apostólico, todo eso se incluye en el vocablo parresía, palabra con la que la Biblia expresa también la libertad de una existencia que está abierta, porque se encuentra disponible para Dios y para los demás (cf. Hch 4,29; 9,28; 28,31; 2Co 3,12; Ef 3,12; Hb 3,6; 10,19).

4) En comunidad

EL Santo Padre alerta de que “es muy difícil luchar contra la propia concupiscencia y contra las asechanzas y tentaciones del demonio y del mundo egoísta si estamos aislados. Es tal el bombardeo que nos seduce que, si estamos demasiado solos, fácilmente perdemos el sentido de la realidad, la claridad interior, y sucumbimos”.

“La santificación es un camino comunitario, de dos en dos”, explica. “Así lo reflejan algunas comunidades santas. En varias ocasiones la Iglesia ha canonizado a comunidades enteras que vivieron heroicamente el Evangelio o que ofrecieron a Dios la vida de todos sus miembros. Pensemos, por ejemplo, en los siete santos fundadores de la Orden de los Siervos de María, en las siete beatas religiosas del primer monasterio de la Visitación de Madrid, en san Pablo Miki y compañeros mártires en Japón, en san Andrés Kim Taegon y compañeros mártires en Corea, en san Roque González, san Alfonso Rodríguez y compañeros mártires en Sudamérica. También recordemos el reciente testimonio de los monjes trapenses de Tibhirine (Argelia), que se prepararon juntos para el martirio”. 

“Del mismo modo, hay muchos matrimonios santos, donde cada uno fue un instrumento de Cristo para la santificación del cónyuge. Vivir o trabajar con otros es sin duda un camino de desarrollo espiritual. San Juan de la Cruz decía a un discípulo: estás viviendo con otros ‘para que te labren y ejerciten’”, recuerda el Pontífice.

“La vida comunitaria, sea en la familia, en la parroquia, en la comunidad religiosa o en cualquier otra, está hecha de muchos pequeños detalles cotidianos. Esto ocurría en la comunidad santa que formaron Jesús, María y José, donde se reflejó de manera paradigmática la belleza de la comunión trinitaria. También es lo que sucedía en la vida comunitaria que Jesús llevó con sus discípulos y con el pueblo sencillo”.

5) En oración constante

“Finalmente”, manifiesta el Papa, “aunque parezca obvio, recordemos que la santidad está hecha de una apertura habitual a la trascendencia, que se expresa en la oración y en la adoración. El santo es una persona con espíritu orante, que necesita comunicarse con Dios. Es alguien que no soporta asfixiarse en la inmanencia cerrada de este mundo, y en medio de sus esfuerzos y entregas suspira por Dios, sale de sí en la alabanza y amplía sus límites en la contemplación del Señor. No creo en la santidad sin oración, aunque no se trate necesariamente de largos momentos o de sentimientos intensos”.

En este punto, el Papa cita a san Juan Juan de la Cruz, que “recomendaba procurar andar siempre en la presencia de Dios, sea real, imaginaria o unitiva, de acuerdo con lo que le permitan las obras que esté haciendo”. (…) “No obstante, para que esto sea posible, también son necesarios algunos momentos solo para Dios, en soledad con él. Para santa Teresa de Ávila la oración es ‘tratar de amistad estando muchas veces a solas con quien sabemos nos ama’.

De la Palabra a la Eucarístía, con María

“El encuentro con Jesús en las Escrituras nos lleva a la Eucaristía, donde esa misma Palabra alcanza su máxima eficacia, porque es presencia real del que es la Palabra viva”. Al terminar, el Papa escribe: “Quiero que María corone estas reflexiones, porque ella vivió como nadie las bienaventuranzas de Jesús. (…) Es la santa entre los santos, la más bendita, la que nos enseña el camino de la santidad y nos acompaña. Conversar con ella nos consuela, nos libera y nos santifica. La Madre no necesita de muchas palabras, no le hace falta que nos esforcemos demasiado para explicarle lo que nos pasa. Basta musitar una y otra vez: ‘Dios te salve, María…’”.

El autorFrancisco Otamendi

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Todos los Santos y pecadores 

Santo no es quien no cae, sino quien mantiene la esperanza en la victoria final a pesar de sus fracasos parciales y vuelve a levantarse para la siguiente batalla.

1 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En este Día de Todos los Santos, recordamos a todos aquellos que están ya en el cielo: los santos de altar y los santos desconocidos o “de la puerta de al lado”, como el Papa los llama. Hablar de sus virtudes, no es novedad. ¿Por qué no hablamos de sus pecados? 

He contado muchas veces que uno de los motores de mi vida de fe es la llamada que nos hizo a los (entonces) jóvenes san Juan Pablo II en el Encuentro Europeo de Santiago de Compostela en 1989. “No tengáis miedo a ser santos”, nos dijo, y se quedó tan pancho.

¿Pero cómo que seamos santos? –nos preguntamos los miles que lo oímos y que entendíamos la santidad como algo reservado a gente especial, a quien Dios marcaba con estigmas y daba capacidad de levitar–.

Comenzamos a entender entonces que querer ser santo o santa no tenía nada que ver con la canción de Alaska y Parálisis Permanente, que destacaba los aspectos más góticos de lo que la tradición nos ha transmitido, sino que se trata del proyecto de vida de quien ha conocido a Jesús y su mensaje y quiere seguir su camino de verdad y libertad para transformarse en Él.

Desde los primeros siglos, la comunidad cristiana ha guardado como un tesoro la memoria de quienes han dado testimonio de esta fe. Un testimonio que, como nos recuerda el apóstol Santiago, se compone sobre todo de obras. Obras como las que pusieron en práctica los mártires, confesando la fe hasta la muerte; los primeros misioneros, llevando la Palabra de Dios hasta el confín del mundo; los servidores de los pobres, entregando su vida por los necesitados, etcétera, etcétera.

Al principio, cuando las comunidades cristianas eran pequeñas, los santos eran conocidos por todos. Era gente “de mi parroquia”. Se visitaban sus tumbas y se guardaba en la memoria todo cuando habían hecho. Se les veneraba porque, a pesar de sus defectos, que todos conocían, la gracia había sido más fuerte. Ya no eran ellos quienes actuaban, sino Cristo que vivía dentro de ellos. Pero, poco a poco, los testimonios de primera mano se fueron perdiendo, y los relatos de las vidas de los santos se fueron convirtiendo en leyendas a las que, con el fin legítimo de ensalzar sus figuras, se iban añadiendo anécdotas extraordinarias.

No nos llevemos las manos a la cabeza, cualquier padre o abuela que se precie ha adornado literariamente alguna historia familiar para provocar en los niños el orgullo de sentirse parte del clan. Sí, usted también.

Y esto, que pasa en las mejores familias, pues también ha pasado un poco en la historia de la gran familia eclesial, llegando al extremo de que muchos textos de vidas de santos son tan creíbles como las aventuras de cualquier superhéroe de Marvel. 

Quizá para otro tiempo, en una sociedad acostumbrada a los mitos, fueran válidos los relatos extraordinarios; pero en una sociedad descreída como la nuestra, lo que la gente necesita son historias reales. Y la historia real de cualquier cristiano, la historia real de cualquier santo, está llena de luces y de sombras; de momentos de fe clara y de oscura rebeldía; de caídas, de errores, de debilidades, ¡de humanidad!

Hablar de los pecados de los santos, lejos de escandalizar a los hombres y las mujeres de hoy, los acercan, los hacen reales y, por tanto, y lo más importante, imitables. Porque un santo perfecto es un perfecto invento, pues no sería compatible con la condición humana.

Y no hablo de los santos que, como san Pablo, santa Pelagia o san Agustín tuvieron una vida de pecado público anterior a su conversión, hablo de santos que, a lo largo de su vida de fe, tuvieron que combatir con su soberbia, su avaricia, su ira, su gula, su lujuria, su envidia o su pereza.

¡Cuánto echo de menos más capítulos en las vidas de los santos en los que se explicaran estas luchas de quienes se querían dejar ayudar por la gracia, pero fueron seguro a menudo derrotados por su frágil naturaleza! Santo no es quien no cae, sino quien mantiene la esperanza en la victoria final a pesar de sus fracasos parciales y vuelve a levantarse para la siguiente batalla.

¿Para qué me sirven los relatos de combates físicos contra el demonio que recogen muchas hagiografías, si no me cuentan antes cómo hacían frente a sus sugerencias sutiles, sus tentaciones diarias, sus engaños de andar por casa, los mismos que sufrimos todos?

Ciertamente muchos santos cuentan en sus autobiografías sus oscuridades, pero sus seguidores e hijos espirituales se empeñan en maquillarlas, haciendo que sus historias no sean creíbles. ¡Cuánto daño ha hecho y sigue haciendo el puritanismo! La rigidez genera frustración en quien la practica, pues convierte la vida cristiana en una checklist imposible de completar; y provoca escándalo en quien la contempla, pues tarde o temprano el sepulcro blanqueado termina dejando escapar su hedor. 

Por favor, dejen a los santos ser santos; déjenlos ser divinamente humanos; déjenlos ser vasijas de barro conteniendo un tesoro; déjenlos mostrar que donde abundó el pecado sobreabundó la gracia; déjenlos presumir muy a gusto de sus debilidades porque, cuando son débiles, entonces son fuertes; déjenlos demostrarnos que no hay que tener miedo a ser santos pues el Señor no ha venido a santificar a los justos sino a los pecadores; y déjenlos mostrar sus virtudes heroicas, pero poniendo en primer lugar la de la humildad. ¡Feliz Día de Todos los Santos y Pecadores!

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Vaticano

El Santo Padre pide rezar en noviembre por el Papa, «sea quien sea»

El Santo Padre ha pedido que la intención de oración para el mes de noviembre sea el Papa.

Loreto Rios·31 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Como es habitual, el Papa ha comunicado en un vídeo la intención de oración para el próximo mes. En este caso, propone que en noviembre el tema sea el Papa, con el lema: «Por el Papa – Recemos por el Papa, para que en el ejercicio de su misión siga acompañando en la fe, con la ayuda del Espíritu Santo, al rebaño que le ha sido confiado».

A continuación, reproducimos las palabras que pronuncia el Santo Padre en el vídeo:

«Pidan al Señor para que me bendiga. La oración de ustedes me da fuerzas y me ayuda para que pueda discernir y acompañar a la Iglesia escuchando al Espíritu Santo.

Por el hecho de ser Papa, uno no pierde su humanidad. Al contrario, mi humanidad cada día crece más con el santo pueblo fiel de Dios.

Porque ser Papa también es un proceso. Uno va tomando conciencia de lo que significa ser pastor. Y en este proceso aprende a ser más caritativo, más misericordioso y, sobre todo, más paciente, como es nuestro padre Dios, que es tan paciente.

Puedo imaginar que todos los Papas, al empezar su pontificado, tuvieron esa sensación de susto, vértigo, del que sabe que va a ser juzgado con dureza. Porque el Señor a los obispos nos va a pedir cuenta seriamente.

Por favor, les pido que juzguen con benevolencia. Y que recen para que el Papa, sea quien sea, hoy me toca a mí, reciba la ayuda del Espíritu Santo, sea dócil a esa ayuda.

Oremos por el Papa, para que en el ejercicio de su misión siga acompañando en la fe a la grey que le ha sido encomendada por Jesús y siempre con la ayuda del Espíritu Santo.

[Momento del vídeo en que se ve otra escena del Papa orando en un encuentro y dice: «Hagamos en silencio esta oración de vosotros por mí»].

Y recen por mí. A favor».

Mundo

La Santa Sede media en el conflicto de Oriente Medio hablando con Irán

La Santa Sede continúa mediando en el conflicto entre Israel y Palestina: el lunes 30 de octubre, tuvo lugar una conversación telefónica entre Paul Richard Gallagher, secretario de las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales, y Hossein Amir-Abdollahian, ministro de Asuntos Exteriores de la República Islámica de Irán.

Antonino Piccione·31 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El objetivo es evitar la tan temida escalada, sentando las bases para un alto el fuego estable y duradero entre Israel y Hamás. Mientras la guerra en Oriente Medio parece estar en su fase más dramática (la Franja de Gaza es un campo de batalla sangriento), continúan las conversaciones internacionales en las que la Santa Sede está involucrada.

En la mañana del lunes 30 de octubre, «se llevó a cabo una conversación telefónica entre monseñor Paul Richard Gallagher, secretario de las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales, y Hossein Amir-Abdollahian, ministro de Asuntos Exteriores de la República Islámica de Irán, solicitada por este último». Lo informó el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, en una comunicación a los periodistas en la que se especifica que «en la conversación, monseñor Gallagher expresó la seria preocupación de la Santa Sede por lo que está sucediendo en Israel y Palestina, reafirmando la absoluta necesidad de evitar la expansión del conflicto y llegar a una solución de dos Estados para una paz estable y duradera en Oriente Medio».

El Papa Francisco encomienda, por lo tanto, a su «ministro de Relaciones Exteriores», monseñor Paul R. Gallagher, la tarea de establecer un diálogo con Teherán, el principal aliado de Hamás y un «elemento disuasorio» para un conflicto más amplio en Oriente Medio, con la amenaza nuclear siempre en el horizonte. Justo unas horas antes de la conversación entre los dos destacados representantes de la diplomacia vaticana e Irán, el Papa Francisco lanzó durante el Ángelus en la Plaza de San Pedro un nuevo llamado apasionado por la paz en Tierra Santa: «Sigamos orando por Ucrania y también por la grave situación en Palestina e Israel y por otras regiones en guerra. En Gaza, en particular, se deben dejar espacios para garantizar la ayuda humanitaria y liberar de inmediato a los rehenes. Que nadie abandone la posibilidad de detener las armas».

Citando luego las palabras del vicario de Tierra Santa, el padre Ibrahim Faltas, el Santo Padre exclamó: «¡Que cese el fuego! ¡Deténganse, hermanos y hermanas! ¡La guerra siempre es una derrota, siempre!». El compromiso del Papa Francisco, además de la misión de paz entre Ucrania y Rusia encomendada al presidente de la CEI, el cardenal Zuppi, apunta también a la mediación en el conflicto de Oriente Medio: el pasado 22 de octubre, el Pontífice llamó al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, para discutir el conflicto y la necesidad de «identificar caminos hacia la paz».

Cuatro días después, el 26 de octubre de 2023, el Papa Francisco habló por teléfono con el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan. Bergoglio reafirmó su dolor por la guerra en curso en Tierra Santa y recordó la «posición de la Santa Sede, abogando por la solución de dos Estados y un estatuto especial para la ciudad de Jerusalén». Estados Unidos, Turquía y ahora Irán son los actores internacionales más importantes (junto con Rusia y China) que podrían determinar el futuro del conflicto entre Israel y Hamás.

El autorAntonino Piccione

España

Los obispos españoles decidirán en noviembre sobre el «informe Cremades»

El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella y el Secretario General de la CEE han comparecido en rueda de prensa tras la Asamblea Plenaria extraordinaria de los obispos españoles centrada en los abusos sexuales en el seno de la Iglesia.

Maria José Atienza·31 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Reiterando su dolor y la petición de perdón por el “daño causado por algunos miembros de la Iglesia con los abusos sexuales”, ha comenzado el presidente de los obispos españoles, Juan Jose Omella la nutrida rueda de prensa en la que daban a conocer los puntos trabajados por los prelados españoles en la que ha sido la cuarta Asamblea Plenaria extraordinaria de la historia de la Conferencia Episcopal Española y que se centró, casi exclusivamente en el tema de los abusos sexuales cometidos en el seno de la iglesia en España. 

Un tema con dos vertientes de trabajo: por un lado, los obispos comentaron el informe del Defensor del Pueblo, del que han valorado, según sus propias palabras “el testimonio recogido de las víctimas, lo que permite situar a las víctimas en el centro”.

Los obispos han querido destacar además algunas de las recomendaciones propuestas en este informe, especialmente en lo que se refiere a la atención y acompañamiento de las víctimas y la reparación integral. En este punto, los obispos han encargado al Servicio de Protección de Menores de la CEE un itinerario de la aplicación de las recomendaciones del Defensor del Pueblo, en relación a los cauces de reparación, prevención y formación para prevenir estos hechos. 

Una reparación que incluye la reparación económica. En relación al posible establecimiento de un fondo para asumir las indemnizaciones a las victimas de abuso, el secretario general de los obispos ha destacado que la Iglesia está a favor de una “reparación integral de todas las víctimas de todos los ámbitos” y que ese fondo debe estar participado por todos los ámbitos afectados.

Tanto García Magán como Omella han subrayado, repetidamente, que la “reparación a las víctimas no es sólo económica sino mucho más amplia”, destacando especialmente el valor del acompañamiento 

Sin consenso en la cifra de víctimas de abusos

El número de víctimas de abuso sexual en la Iglesia en España no está especialmente claro. En mayo de 2023, los propios obispos españoles, en su informe Para Dar luz hablaba de 927 víctimas que habían contactado con alguna de las oficinas diocesanas o de las congregaciones religiosas erigidas para este fin. El informe del Defensor del Pueblo recoge, por su parte, 487 testimonios de víctimas de abusos en el seno de la Iglesia católica.

El problema de este informe radica en la encuesta que recoge, realizada por GAD 3 y que, en palabras del Informe quería ser un “estudio retrospectivo de prevalencia e impacto de las experiencias de victimización sexual antes de los 18 años, en población adulta residente en España”. Esta encuesta se realizó con una muestra de 8.013 entrevistas, de las cuales 4.802 se realizaron por teléfono y 3.211 online. Esta encuesta recogía que “el abuso sexual infantil cometido en un ámbito religioso es un problema que ha afectado en España a un 1,13 % de las personas adultas. El porcentaje de personas adultas que fueron víctimas de abusos cometidos por un sacerdote o religioso católico es inferior, un 0,6 %, cifra similar a la encontrada en estudios realizados en otros países”. Algunos medios, realizando una extrapolación de los datos de la encuesta con la población española, hablaron, estos días de más de 400.000 menores víctimas de abuso sexual en ámbito religioso en España. 

Una estimación que “no corresponde a la verdad” como ha señalado mons. César García Magán que ha destacado, reiteradamente, la lucha de la Iglesia contra esta lacra social. Aún así, y preguntados los obispos por este “baile de cifras”, tanto el Secretario general de la CEE como el Presidente de los obispos españoles no han querido dar una cifra cerradas.

Los obispos han subrayado que el problema del abuso sexual no es cuantitativo, sino cualitativo, en palabras de Omella “las cifras, al final ,no nos llevan a ninguna parte y lo que hay que atender son las personas: escucharlas, acompañarlas y reparar”. 

La «auditoría Cremades»

El otro gran tema de la Asamblea Plenaria extraordinaria del 30 de octubre era la situación en la que se encontraba la auditoría encargada por la Conferencia Episcopal al bufete de abogados Cremades – Sotelo. Hay que recordar que, cuando se realizó este encargo, en febrero de 2022, el propio Omella destacaba que la investigación tendría “toda la amplitud necesaria para clarificar los casos acontecidos en el pasado como para incorporar los más altos niveles de responsabilidad que impidan la repetición de estos casos en el futuro”. 

La auditoría, en la que han participado más de dos decenas de profesionales de distintos ámbitos y sensibilidades, tenía una duración prevista de un año, un marco de tiempo que, en palabras de Cremades, permitiría “tener una imagen fiel de lo sucedido”.

Sin embargo, el desarrollo de esta investigación se ha revelado mucho más complejo de lo que, tanto la CEE como el propio bufete esperaban. El primer “retraso” llevó a la idea de presentar esta auditoría a inicios del verano de 2023; algunos rumores situaron, una vez pasada esta fecha, el mes de octubre como el momento de conocer los resultados de esta encomienda. No ha sido así y el pasado 11 de octubre la CEE “recordaba al bufete Cremades-Calvo Sotelo su compromiso”. Ante esta circunstancia, Javier Cremades estuvo presente en la Asamblea plenaria extraordinaria para exponer los motivos de este retraso.

La diferencia de asistencias presencial y online y en “cansancio” apuntado por el presidente de la CEE parece ser la causa de que los obispos hayan pospuesto hasta la Plenaria del próximo noviembre su decisión sobre este trabajo que, a día de hoy “sigue vivo” en palabras de García Magán.

El portavoz de la CEE quiso aclarar que “los obispos no han recibido ningún informe previo de Cremades” si bien “las reuniones han sido casi mensuales y han sido informados de los avances de los trabajos”. 

Será pues, en noviembre, cuando se conozca cómo y de que modo se presentarán los resultados del trabajo realizado por el equipo de Cremades para la Conferencia Episcopal Española. 

Una lacra social 

Si algo deja claro tanto el informe del Defensor del Pueblo, como otros estudios que abordan la problemática del abuso sexual es la magnitud social de un problema del que la Iglesia, evidentemente, no queda impune.

El propio informe del Defensor del Pueblo apunta a que un 11,7 % de las personas entrevistadas (8.013) afirmaron que habían sido víctimas de abuso sexual en la infancia o adolescencia. De esto ataques, la mayor parte, se produjo en el ámbito familiar (34,1 %), seguida de la vía pública (17,7 %), ámbito educativo no religioso (9,6 %), ámbito social no familiar (9,5 %), laboral (7,5 %), internet (7,3 %), ámbito educativo religioso (5,9 %), ámbito religioso (4,6 %), ocio (4 %), deportivo (3 %) y sanitario (2,6 %), entre otros señalados en un número menor de casos. En relación con el total de la muestra (incluidos los informantes que no sufrieron ningún abuso), un 0,6 % de personas fueron víctimas de abuso sexual en un ámbito educativo religioso y un 0,5 % en un ámbito religioso. 

Los datos demuestran el problema social de los abusos y la necesidad, por tanto, de poner el mismo empeño en la investigación y depuración de responsabilidades en otros ámbitos al igual que, desde instancias píublicas se ha hecho con la Iglesia.

Por su parte, ante esta realidad, “la Iglesia quiere contribuir a erradicar los abusos sexuales en la infancia no solo en la Iglesia sino en toda la sociedad y pone al servicio de la misma su triste experiencia para hacerlo, con espíritu de colaboración”, señalan los obispos en la nota. 

Educación

Alfonso Carrasco: “Es importante tomar conciencia de la tarea educativa que realiza la Iglesia”

El Congreso "La Iglesia en la Educación", organizado por la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura, tendrá su sesión final el día 24 de febrero de 2024. Con motivo de la "fase previa" que se ha llevado a cabo durante el mes de octubre, entrevistamos a monseñor Alfonso Carrasco, presidente de la Comisión.

Loreto Rios·31 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

Como señalan en su web, «la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura organiza el Congreso ‘La Iglesia en la Educación’ que tendrá su sesión final el 24 de febrero en Madrid». Antes de esta «sesión final» ha tenido lugar durante todo el mes de octubre una «fase previa», que arrancó el día 2 en Barcelona, en la que cada lunes y miércoles se ha llevado a cabo un Panel de experiencia y participación. En estos paneles se han presentado 78 proyectos «que se desarrollan en distintos ámbitos educativos». «Además, en la página web del Congreso se han habilitado unos espacios en los que se invita a toda la comunidad educativa a dejar sus experiencias y reflexiones», se indica en el portal del Congreso.

Con motivo del fin de esta primera fase que se ha llevado a cabo durante el mes de octubre, hemos entrevistado a monseñor Alfonso Carrasco, presidente de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura.

¿Cómo surgió el proyecto del congreso y cuáles son sus principales objetivos?

El proyecto del congreso surge como respuesta a una responsabilidad eclesial por la educación ampliamente compartida, sentida como urgente en estos momentos de grandes cambios educativos en España y en el mundo, a la que el Papa nos llama con su propuesta de un “pacto educativo global”.

Es el fruto también de la experiencia de un camino de participación grande y de muchos encuentros hechos posibles por la tarea de estos años también desde la Comisión. Si ya existía en nuestro mundo educativo la percepción de la necesidad de una escucha mutua, de la colaboración y el apoyo ante los cambios profundos que estamos viviendo, el debate público provocado por la elaboración de la Lomloe significó una nueva interpelación a nuestra presencia y compromiso como Iglesia en la educación.

En este contexto, la Congregación para la Educación católica publicaba en 2022 una Instrucción sobre «la identidad de la escuela católica para una cultura del diálogo”, insistiendo en la necesidad primera de crecer en la conciencia de la propia identidad y recordándonos algunas ideas esenciales: la misión educativa es una exigencia intrínseca de nuestra fe y parte de la misión misma de la Iglesia, en primer lugar para con los propios hijos; pero al mismo tiempo es también un instrumento fundamental de nuestra apertura a la sociedad, de nuestra voluntad de propuesta y de diálogo en un mundo cada vez más intercultural.

A partir de este conjunto de factores surge la iniciativa y se explican las formas escogidas para la realización de un Congreso, así como sus principales objetivos:

  • crecer en conciencia de la relevancia de nuestra misión educativa, de la relación indisoluble entre fe y educación;
  • encontrarnos y escucharnos como presencia de Iglesia, para hacer posible afrontar juntos los desafíos del actual momento educativo, para caminar unidos y compartir recursos;
  • explicitar y proponer nuestra experiencia educativa en el contexto del diálogo social sobre educación.

¿Cuáles son los principales retos educativos a los que se enfrenta la sociedad en la actualidad?

Pienso que los principales retos educativos son siempre los mismos, aunque cambien mucho las circunstancias sociales y las formas de realización. El desafío no es hoy ya que nuestra sociedad no dé respuesta al derecho a la educación de niños y jóvenes, ni los problemas del sistema educativo residen tampoco en la falta de recursos.

Las dificultades se originan más bien por la ruptura del “pacto educativo”: en la dificultad de las familias para asumir su responsabilidad en la educación; en la tendencia a restringir la libertad de enseñanza, limitando el espacio de la iniciativa social y su necesaria financiación, y privilegiando de muchas maneras los centros de titularidad estatal; en la tentación de imponer al mundo educativo desde el poder político antropologías e ideologías que contrastan con la de partes importantes de la sociedad, así como también con la laicidad o neutralidad del Estado.

Pero los retos, al final, son siempre los mismos: conseguir que el sistema educativo, y cada centro, salvaguarde la centralidad de la persona, sirva a su formación integral; de manera que esta sea introducida al conocimiento del mundo, crezca en libertad y responsabilidad, y pueda hacer una contribución real a la renovación de la sociedad.

Estos retos se plantean en nuestra época en toda su radicalidad. Porque el crecimiento del poder social y de los medios técnicos hacen verosímil la tentación de instrumentalizar la educación y a los alumnos. Y porque entonces, al no educarse suficientemente en el respeto a la persona de cada uno, no se da el necesario aprendizaje de competencias personales y sociales imprescindibles, de una capacidad real de diálogo y de tolerancia, de modo que el malestar y los conflictos tienden a crecer.

¿Qué puede aportar la Iglesia a este panorama?

La Iglesia puede aportar, en primer lugar, una pasión educativa verdadera, en la que la persona ocupa el lugar central. Por la fe sabemos que nuestro Señor entregó su vida en la cruz por cada uno de nosotros, que ningún tesoro vale cuanto la vida y el alma del más pequeño. La caridad se expresa en el deseo del bien, de que crezca, madure íntegramente la persona, entienda el mundo y la vida a la luz de la fe verdadera, sepa asumir su responsabilidad más propia. Por eso la pasión educativa mueve a la Iglesia desde los inicios.

De ahí han nacido y nacen multitud de obras e instituciones educativas, escuelas, universidades. Aportamos, por tanto, también posibilidades concretas de educación a la luz de la fe, una identidad y un método que enriquecen el panorama del sistema educativo de una sociedad plural como la nuestra.

El modo, plenamente realista, de cuidar a la persona concreta es también aportación importante. Sabemos de las limitaciones, de los dolores, de las dificultades, pero llevamos siempre una esperanza más grande que permite atender y ocuparse de cada uno; y hacer de la escuela lugar en que todos encuentren posibilidades nuevas. Y, por otra parte, al estar introducidos en el horizonte de la verdad plena por el Evangelio, confiamos en la razón, buscamos que se ejercite y se desarrolle, como factor plenamente personal: ¿cómo podríamos respetar a alguien, si dejásemos de proponerle un camino razonable de aprendizaje, de inteligencia del mundo y de la vida?

De este aprendizaje la Iglesia no excluye ninguna dimensión del mundo ni de la persona, para salvaguardar el horizonte de una formación integral. Insiste, en particular, en la importancia de la educación moral y religiosa, teniendo en cuenta la identidad del educando, su patrimonio cultural y religioso. La defensa del respeto a la persona del alumno, en lo concreto de su enraizamiento existencial, es una aportación constante de la Iglesia, que la propone insistentemente como necesaria también hoy a todo el sistema educativo.

En resumen, valoramos la existencia de un buen sistema educativo, defendemos la bondad de la pedagogía, aceptamos la necesidad de renovar sin miedo los métodos didácticos. Y queremos estar en el espacio educativo público, en el mundo de la escuela, promover la deliberación conjunta, el diálogo social, el deseable trabajo en colaboración.

Y desearíamos que nuestra particular presencia y compromiso como Iglesia en la educación contribuyese no solo a la libertad de enseñanza y a la pluralidad de nuestro sistema educativo; sino que fuese como una gran afirmación pública del bien inmenso que es la educación, como expresión primera e imprescindible de un afecto sincero por el educando, de la esperanza en su futuro y el de nuestra sociedad. Queremos aportar verdadero amor por la educación, valoración radical de cada persona.

¿Qué conclusiones y frutos pueden extraerse de los encuentros en torno a los nueve Paneles de Experiencia, hasta la fecha?

Es algo pronto para extraer conclusiones y recoger el fruto de los nueve Paneles. Sería necesario esperar a recibir las aportaciones de reflexión y de experiencia de los protagonistas de los diferentes ámbitos, de los cuales solo una selección breve pudo expresarse hasta este momento.

Puede decirse ya, sin embargo, que el trabajo de preparación ha implicado la colaboración de muchas personas, cuya buena voluntad y cuyo deseo de participar ha sido extraordinario. Los panelistas, igualmente, se han comprometido de modo admirable, no solo con sus aportaciones propias, sino también haciendo experiencias muy fecundas de comunión, compartiendo recursos y tiempo.

Por otra parte, a pesar de ser solo una ventana a mundos educativos enteros, hemos podido percibir una riqueza de presencia y compromiso muchas veces desconocida para nosotros mismos. Es muy importante tomar conciencia de la inmensa tarea educativa que realiza la Iglesia, con frecuencia desde hace mucho tiempo, con entrega personal admirable de muchísimos.

Se ven también, de modo inicial, riquezas de experiencia pedagógica muy variadas, fortalezas, pero también debilidades; percibimos desafíos. Y, al mismo tiempo, nos alegramos de encontrarnos, de poder compartir con los hermanos la misión que se está llevando a cabo, y también de poder hacer resonar en la sociedad una voz que hace presente riquezas educativas y personales de las que no siempre se es consciente.

Percibimos, en fin, que estamos dando pasos en un camino que es largo todavía, pero que es muy bueno poder emprender juntos. Los paneles son inicio de un trabajo: esperan todavía las aportaciones de muchos, provenientes de cada ámbito; y confluirán en el trabajo de la Jornada del 24 de febrero próximo.

Pero el Congreso mismo es, en realidad, también un paso en un horizonte amplio. Dios quiera que su celebración nos ayude a caminar juntos, desde todos los ámbitos, a protagonistas e instituciones, en el cumplimiento de la misión educativa de la Iglesia, sabiendo estar presentes y responder a los cambios y desafíos de nuestra época.

Crecer en conciencia de nuestra identidad, manifestarla con obras y palabras, vivirla en comunión, será una experiencia siempre íntimamente gozosa, un bien para los demás y una alegría para los llamados a vivir esta misión también en nuestra época.

Libros

Los supervivientes: La vida de las personas sin hogar

El libro "I sopravviventi", de Girolamo Grammatico, narra las experiencias del autor trabajando con personas sin hogar.

Michele Mifsud·31 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El problema de la pobreza en las ciudades europeas está relacionado con la pérdida del empleo, que conlleva la pérdida de la vivienda y de los vínculos sociales.

Según EUROSTAT, en 2021 y 2022, el 21% de la población europea ha estado en riesgo de pobreza o de exclusión social en la Unión Europea a causa de la desocupación.

Un acontecimiento traumático en la vida de una persona, como un accidente, la pérdida del empleo o de los medios de subsistencia, puede llevar a una persona a la indigencia, a sobrevivir y a llevar una vida sin hogar.

El escritor italiano Girolamo Grammatico, en su novela autobiográfica “I sopravviventi” (título en italiano, en español “Los supervivientes”, pero aún no traducido), explica cómo el sinhogarismo no es un vivir sino un “sobrevivir”, aunque a nadie se le llama superviviente, porque como seres humanos estamos vivos, vivimos; no sobrevivimos, sino que vivimos nuestras vidas. En cambio, quien se encuentra con los vínculos de su propia vida rotos, sobrevive a la pobreza.

I sopravviventi

Título: I sopravviventi
Autor: Girolamo Grammatico
Publicación: 26 de septiembre de 2023
Editorial: Einaudi

Los pobres sobreviven a la miseria, no están muertos; pero llevan una vida que nadie llamaría vida, nadie diría que la vida en la calle, ante la indiferencia de la mayoría de los transeúntes, con la falta de alimentos, sin cobijo del frío invernal, con las consecuencias de la violencia física y moral, podría llamarse una vida. Los sintecho solo tienen lo mínimo necesario, cuando pueden conseguirlo, pero más allá de eso no tienen afecto, ni personas que se preocupen por ellos.

El libro que he mencionado ha suscitado en mí muchas reflexiones. En él se relatan los sufrimientos de quienes han perdido sus hogares, su “morada”, término que, según señala el autor, deriva del latín “morari”, quedarse, o “demorar” si se antepone el “de” con valor de refuerzo. Las personas que viven no por elección propia en lugares mugrientos, donde nadie querría quedarse, son personas estigmatizadas de por vida como culpables de su propia pobreza. No creo que nadie elija la vida en la calle, aunque por vergüenza ante su condición un pobre pueda afirmar lo contrario. Nadie elige vivir solo; los que viven solos no lo hacen porque lo elijan, sino porque no tienen elección.

Quién o qué ha hecho que los “sintecho” sean personas sintecho, dónde están ellos, dónde estamos nosotros y cómo hemos llegado a ser lo que somos a partir de cómo hemos elegido habitar el mundo, por qué para entender quién es una persona hay que partir de cómo habita el mundo, de dónde se posiciona en el mundo.

A los sintecho se les etiqueta por lo que no tienen, una casa, y no por lo que son. En efecto, los sintecho no tienen las llaves de una casa y, sobre todo, no tienen las llaves de su propio destino.

La cuestión de la pobreza extrema en las ciudades está ligada a las respuestas que se pueden dar, porque si la causa puede ser un acontecimiento imprevisto e imprevisible, como la pérdida de un empleo o de un familiar, las consecuencias de la pobreza no parecen ser de interés político y social salvo algunas excepciones, como en la ayuda prestada por algunas realidades que se dedican completamente a los pobres. Como por ejemplo los Padres Paules (o Vicencianos), que a través de un proyecto llamado “13 Casas” dan respuesta a estos problemas, proporcionando a los pobres un hogar digno en zonas como los barrios marginales de muchas metrópolis, o en favor de personas que han huido a otro país como refugiados o porque a consecuencia de catástrofes naturales o de guerras viven permaneciendo en su propio país pero en condiciones como si fueran refugiados en el extranjero.

Las personas sin hogar, al estar expuestas a la malnutrición y a la vida en la calle, pueden enfermar fácilmente y acabar con otros problemas como la adicción al alcohol. Una persona que sufre las consecuencias de su pobreza se encuentra abrumada y aplastada por la realidad en la que vive. Los sintecho, en su fragilidad, pasan el día a la intemperie, y unos pocos afortunados pasan la noche en un albergue para pobres, pero la mayoría siempre en la calle, con el riesgo de ser víctimas de la violencia, la explotación, las bajas temperaturas, con los problemas a veces de las drogas, el alcohol, la trata de seres humanos y la explotación. Algunas personas huyen de países en guerra, otros de la pobreza en sus países de origen, para caer en la miseria más absoluta en nuestras ciudades.

El libro de Girolamo Grammatico es un testimonio de la labor de un samaritano en nuestro milenio. Como en la parábola evangélica, también hoy sigue habiendo personas que se dedican durante años al servicio de otros seres humanos excluidos que llevan una vida de pobreza y que son nuestro prójimo.

Las personas a las que Jesús en el Evangelio nos pide que ayudemos son aquellas con las que nos encontramos todos los días porque están necesitadas y físicamente cerca de nosotros.

El tema de las personas extranjeras que viven en nuestros países me hace reflexionar, como católico, sobre la acogida y sobre el tema del prójimo que busca medios para su sustento, al igual que en el Evangelio según San Mateo, después del nacimiento de Jesús, el ángel se apareció a José en sueños y le dijo que partiera con María y Jesús Niño para huir a Egipto. La Sagrada Familia tuvo que ir a un país extranjero para evitar el asesinato de Jesús ordenado por el rey Herodes, yendo a vivir a otro lugar sin la certeza de un trabajo y un hogar. En este pasaje del Evangelio, san José tuvo que buscar un trabajo en un país que no era el suyo, para mantener a su familia, y tuvo que buscar un hogar en el que vivir y proteger a Nuestra Señora y al Niño Jesús.

Este pasaje del Evangelio me plantea la pregunta de qué puedo hacer yo como católico, por tanto hermano de Jesús, Dios que vivió esta realidad como niño refugiado con su familia en un país extranjero. De qué puedo hacer, entonces, por mis hermanos que también experimentan esta realidad, porque tal vez tengo la llave en la mano, si no para resolver, sí al menos para ayudar a los que están en dificultad.

El autorMichele Mifsud

Ecónomo general adjunto de la Congregación de la Misión de los Padres Paúles, asesor financiero y de inversiones registrado.

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Ecología integral

Enrique Solano: «El científico católico conoce el principio y el final de la película»

Enrique Solano, presidente de la Sociedad de Científicos Católicos de España, señala en esta entrevista con Omnes que "se necesitan científicos católicos brillantes y divulgadores que establezcan un puente entre el saber especializado y las personas a pie de calle".

Maria José Atienza·30 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Enrique Solano preside la Sociedad de Científicos Católicos de España. Es la rama española de la Sociedad de Científicos Católicos una organización internacional, creada en 2016, que se presenta como un fórum de diálogo para científicos creyentes que desean reflexionar acerca de la armonía y complementariedad entre la ciencia y la fe.

Solano, Doctor en Ciencias Matemáticas por la Universidad Complutense de Madrid dedicado a la Astrofísica es, en la actualidad, Investigador Científico en el Centro de Astrobiología.

Su interés por demostrar la compatibilidad de ciencia y fe le ha llevado a dar numerosas conferencias y charlas acerca de este supuesto conflicto y, este año, la Universidad Francisco de Vitoria acogió la II edición del congreso organizado por la Sociedad de Científicos Católicos de España en el que se abordaron temas como la relación entre Tecnología y ética o la visión del científico católico desde los medios de comunicación y creación y evolución.

Esta relación de ciencia y fe, su historia y los mitos y verdades que de entrelazan en este ámbito es el tema de la revista Omnes del próximo mes de noviembre.

Científico y católico. ¿Sigue presente la idea de que estos términos son incompatibles?

–Lamentablemente, es así. La idea de que la ciencia sirve para «explicar lo que hay» y la religión es «por creer en algo» sigue siendo aceptada por un porcentaje bastante significativo de la sociedad. De hecho, existen encuestas en EEUU, realizadas hace unos pocos años con jóvenes que abandonaron la religión católica, y que indican que, entre 24 posibles causas, el conflicto entre ciencia y religión aparece en el cuarto lugar, incluso por encima del abandono de la idea de un Dios misericordioso por causa de una tragedia familiar. Esto resulta enormemente sorprendente y, hasta me atrevería a decir, escandaloso y nos da una idea del trabajo que nos queda por hacer a los científicos católicos.

Dos son los principales causantes de esta situación: por un lado, la corriente dominante en la sociedad que intenta denostar o, incluso, hacer desaparecer de la vida pública todo lo que lleve el adjetivo de católico. Y, por otro lado, la invisibilidad en la que hemos vivido durante mucho tiempo los científicos católicos, quienes no hemos querido/podido dar el paso adelante de mostrarnos al publico y que la sociedad sepa que no somos una especie extinguida en el pasado.Esta situación es la que quiere revertir la Sociedad de Científicos Católicos de España.

Hay quien, aún hoy, defiende que un católico “subyuga” su conocimiento racional a la fe, ¿es ésta una afirmación creíble? 

–Hay científicos no creyentes que sostienen que, el científico católico, cuando va a misa, deja su cerebro en la entrada del templo. Igualmente, otros defienden que el científico católico pasa sus resultados a través del tamiz de la fe para que todo sea coherente y armonioso. 

Ninguna de las dos afirmaciones anteriores es cierta. En palabras de George Lemaître, sacerdote, padre del Big Bang y uno de los cosmólogos más importantes del siglo XX, «si un creyente quiere nadar, es mejor que lo haga igual que un no creyente. Y lo mismo sucede con las ciencias naturales, si un creyente trabaja en ellas debe hacerlo como un no creyente». 

Los científicos, tanto creyentes como no, trabajan usando las mismas herramientas y las mismas metodologías. 

Muchos de los grandes avances de la ciencia han sido protagonizados por creyentes. ¿Ayuda en algo la fe a la labor científica?  

–Éste es uno de los principales argumentos para mostrar la armonía entre ciencia y fe. Gran parte de los científicos más brillantes, incluidos los «padres» de algunas disciplinas científicas, han sido católicos. E incluso hoy, en pleno siglo XXI, encontramos científicos de enorme prestigio que no tienen ningún problema en compatibilizar ciencia y fe católica. Como indicaba en la respuesta anterior, todos los científicos, independientemente de sus creencias, usan una misma metodología, que es lo que llamamos «método científico». En este sentido, la fe no aporta nada a la investigación. 

La ventaja que tiene el científico católico es que conoce el principio y final de la película. Sabe que existe un Creador que estableció unas leyes en la naturaleza y sabe que todo tiene una finalidad y un propósito. Saber que no somos fruto de una evolución ciega y que estamos destinados a vivir unas pocas décadas en un océano cósmico gobernado por fuerzas infinitamente superiores a nosotros, sino que somos resultado del amor de Dios, que tenemos una dignidad infinita puesto que estamos hechos a su imagen y semejanza y que se nos ofrece el premio de una vida eterna a su lado, es algo que te ayuda no solamente a enfocar tu labor científica sino a vivir de una manera totalmente distinta.

¿Cuándo y por qué se produce el divorcio entre ciencia y fe? ¿Por qué seguimos sin “superarlo”? 

–El momento álgido de la ruptura entre ciencia y fe ocurre a finales del siglo XIX cuando se suman diferentes ingredientes para dar lugar a la «tormenta perfecta». Por un lado, el encaje en la sociedad de un nuevo gremio: el científico moderno, tal y como lo conocemos en la actualidad y que había aparecido tan solo unas décadas antes. La dificultad de acceso de dicho gremio a las universidades, controladas por la Iglesia en aquel momento, generó en los científicos un sentimiento de «tribu» con un enemigo común: la Iglesia. A esto habría que añadir el nacimiento de una nueva corriente filosófica, el marxismo y el uso ideológico que hace de la ciencia, expandiendo la idea de la existencia de dos bandos: la ciencia (el bueno) que persigue la felicidad del hombre a través del avance científico y técnico y la Iglesia (el malo), empeñada a dificultar dicho avance lo máximo posible. 

El culmen de esta situación fue la publicación de dos libros, la «historia de los conflictos entre la religión y la ciencia» de J. W. Draper en 1875 y «una historia de la guerra de la ciencia con la teología en el cristianismo” (1896) de Andrew Dickson White. Ambos libros están plagados de errores e inexactitudes, pero tuvieron un enorme impacto en varias generaciones de científicos, en particular en el mundo anglosajón. 

En la actualidad, ningún historiador serio defiende la hipótesis del conflicto y ninguno de los libros tiene credibilidad para los autores modernos. Pero sus secuelas son todavía evidentes dentro de la comunidad científica. 

Los medios de comunicación, ¿son ayudas para la divulgación científica? 

–Sin lugar a dudas. El científico católico no puede conformarse con vivir en su pedestal de conocimiento. Se necesitan científicos católicos brillantes, pero también se necesitan divulgadores que establezcan un puente entre el saber especializado y las personas a pie de calle. Es necesario que el científico católico esté presente en el debate social. Y, para ello, los medios de comunicación son absolutamente imprescindibles como elemento amplificador.

Desde la Sociedad de Científicos Católicos de España, por ejemplo, hemos creado los llamados «grupos de expertos» que ponemos a disposición de los medios de comunicación que quieran saber la opinión de un científico católico sobre un determinado descubrimiento o una determinada noticia de alcance. 

Es necesario que el científico católico esté presente en el debate social. Y, para ello, los medios de comunicación son absolutamente imprescindibles como elemento amplificador.

Enrique Solano. Pte. Sociedad de Científicos Católicos de España

Cuestiones viejas como la evolución, la vida extraterrestre, el progreso científico o nuevas, como el avance del transhumanismo, ¿qué retos suponen para un científico católico?  

–Para poder entender todas estas cuestiones es necesario tener una visión holística de las mismas. La ciencia y la fe suman y no restan y ambas son necesarias para llegar a una comprensión global del problema. Particularmente interesante es el tema del transhumanismo y cómo la fe católica puede servir de faro para iluminar aquello que se puede hacer y distinguirlo de lo que, aún pudiéndose hacer, no se debe llevar a cabo.

Evangelio

Llamados a la santidad. Solemnidad de Todos los Santos

Joseph Evans comenta las lecturas de la solemnidad de Todos los Santos.

Joseph Evans·30 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La fiesta de hoy celebra a los muchos santos desconocidos que no han sido declarados formalmente santos ni beatos por la Iglesia. La primera lectura habla de “una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas”. De hecho, cualquiera en el cielo es santo. 

Hay muchos santos anónimos, personas santas en camino hacia el cielo, conocidas solo por sus allegados. Puede que conozcas a algunos: lo que el Papa Francisco llama “los santos de la puerta de al lado”. Ese santo podría ser tu abuela, que tanto reza y solo piensa en ayudar a los demás. Podría ser un tío maravilloso que es un verdadero hombre de Dios y trabaja duro para ayudar a los pobres y necesitados. O un buen trabajador católico que prefiere perder su trabajo antes que traicionar su conciencia haciendo algo que sabe que está mal. Puede ser una profesora católica que intenta preparar sus clases lo mejor que puede por amor a Dios y llevar algo de ese amor a su enseñanza. Se trata de personas que realmente intentan buscar a Dios, rezar, vivir bien, hacer buen uso de sus talentos y dar testimonio de Cristo. La fiesta nos recuerda que todos estamos llamados a la santidad, cada uno de nosotros, para estar ante el trono de Dios compartiendo el triunfo del Cordero, porque la victoria de los santos es ante todo la victoria de Cristo en ellos. La santidad no hace distinciones y es de cualquier raza, edad y condición social. La santidad no es algo opcional. De hecho, si no intentamos ser santos, estamos malgastando nuestras vidas en el egoísmo, porque la santidad es vivir para Dios y para los demás, no para nosotros mismos. La santidad es alcanzar todo nuestro potencial como seres humanos. Es dejar que Dios nos lleve a las alturas del amor, volar como águilas en lugar de arrastrarnos como gusanos en el barro. 

Ser santo es intentar volar: proponerse hacer el bien a los demás, dejar que Dios nos hable en la conciencia y nos diga: “Vamos, hijo mío, hija mía, ¿no puedes hacerlo un poco mejor? ¿No puedes apuntar un poco más alto?”. Y el Evangelio de hoy nos ofrece el modelo de la santidad. Es el comienzo del Sermón de la Montaña de Nuestro Señor, cuando esboza las Bienaventuranzas: “Bienaventurados los pobres de espíritu…”. Las Bienaventuranzas pueden parecer poco impresionantes, pero, cuanto más las analizamos, más nos damos cuenta de lo exigentes que son. Qué difícil es ser verdaderamente pobre de espíritu, confiar solo en Dios y no en las cosas creadas. Qué difícil es ser manso, ser puro de corazón, ser siempre misericordioso, luchar por la rectitud personal y la justicia social, ser pacificadores (recordando que los pacificadores a menudo pueden quedar atrapados en el fuego cruzado), ser perseguidos a causa de la justicia. La fiesta de hoy nos invita a renovar nuestra lucha por la santidad, considerando que realmente es “el cielo o la ruina”. Si no llegamos al cielo, nuestra vida en la tierra habrá sido un completo desperdicio.

Vaticano

El Papa pide que la Iglesia «adore» y «sirva»

Esta mañana, a las 10:00 h, ha tenido lugar la misa de clausura de la Asamblea del Sínodo con el tema "Por una iglesia sinodal: comunión, participación y misión", presidida por el Papa Francisco en la Basílica Vaticana.

Loreto Rios·29 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Durante la misa de clausura de la Asamblea del Sínodo, el Papa ha pronunciado la homilía, en la que ha hecho un llamamiento a los presentes a volver al núcleo del Evangelio, el amor de Dios: «Hermanos cardenales, hermanos obispos y sacerdotes, religiosas y religiosos, hermanas y hermanos, al finalizar este tramo de camino que hemos recorrido, es importante contemplar el “principio y fundamento” del que todo comienza y vuelve a comenzar: amar a Dios con toda la vida y amar al prójimo como a nosotros mismos. No nuestras estrategias, no los cálculos humanos, no las modas del mundo, sino amar a Dios y al prójimo; ese es el centro de todo. Pero, ¿cómo traducir ese impulso de amor? Les propongo dos verbos, dos movimientos del corazón sobre los que quisiera reflexionar: adorar y servir».

Una Iglesia que adora

Sobre el primer verbo, «adorar», el Papa ha comentado: «La adoración es la primera respuesta que podemos ofrecer al amor gratuito y sorprendente de Dios. Porque estando ahí, dóciles ante Él, es cuando lo reconocemos como Señor, lo ponemos en el centro y redescubrimos la maravilla de ser amados por Él. El asombro de la adoración es esencial en la Iglesia. Adorar, de hecho, significa reconocer en la fe que sólo Dios es el Señor y que de la ternura de su amor dependen nuestras vidas, el camino de la Iglesia, los destinos de la historia. Él es el sentido de la vida, el fundamento de nuestra alegría, la razón de nuestra esperanza, el garante de nuestra libertad».

El Santo Padre también ha señalado que la adoración es una forma de oponerse a la idolatría: «El amor al Señor en la Escritura con frecuencia está asociado a la lucha contra toda idolatría. Quien adora a Dios rechaza a los ídolos porque Dios libera, mientras que los ídolos esclavizan, nos engañan y nunca realizan aquello que prometen, porque son «obra de las manos de los hombres. Tienen boca, pero no hablan, tienen ojos, pero no ven» (Sal 115,4-5). Como afirmaba el cardenal Martini, la Escritura es severa contra la idolatría porque los ídolos son obra del hombre, y son manipulados por él; en cambio, Dios es siempre el Viviente, «que no es en absoluto como yo lo pienso, que no depende de cuanto espero de él, que puede, por consiguiente, alterar mis expectativas, precisamente porque está vivo. La confirmación de que no siempre tenemos la idea justa de Dios es que a veces nos decepcionamos: me esperaba esto, me imaginaba que Dios se comportaría así, pero me he equivocado. De esta manera volvemos a recorrer el sendero de la idolatría, pretendiendo que el Señor actúe según la imagen que nos hemos hecho de él». Es un riesgo que podemos correr siempre: pensar que podemos “controlar a Dios”, encerrando su amor en nuestros esquemas; en cambio, su obrar es siempre impredecible, y por eso requiere asombro y adoración».

El Papa ha señalado que hay muchas formas de idolatría, tanto mundanas como espirituales: «Debemos luchar siempre contra las idolatrías; las mundanas, que a menudo proceden de la vanagloria personal —como el ansia de éxito, la autoafirmación a toda costa, la avidez del dinero, la seducción del carrerismo—, pero también las idolatrías disfrazadas de espiritualidad: mis ideas religiosas, mis habilidades pastorales. Estemos vigilantes, no vaya a ser que nos pongamos nosotros mismos en el centro, en lugar de poner a Dios. Y ahora volvamos a la adoración. Que sea central para nosotros como pastores; dediquémosle cada día tiempo a la intimidad con Jesús buen Pastor ante el sagrario. Que la Iglesia sea adoradora; que se adore al Señor en cada diócesis, en cada parroquia, en cada comunidad. Porque sólo así nos dirigiremos a Jesús y no a nosotros mismos; porque sólo a través del silencio adorador la Palabra de Dios habitará en nuestras palabras; porque sólo ante Él seremos purificados, transformados y renovados por el fuego de su Espíritu. Hermanos y hermanas, ¡adoremos al Señor Jesús!».

Amar y servir

Sobre el segundo verbo que resaltó al inicio de la homilía, «servir», el Papa ha destacado que: «Amar es servir. En el gran mandamiento, Cristo une a Dios y al prójimo para que no estén nunca separados. No existe una experiencia religiosa auténtica que permanezca sorda al clamor del mundo. No hay amor de Dios sin compromiso por el cuidado del prójimo, de otro modo se corre el riesgo del fariseísmo. Carlo Carretto, un testigo de nuestro tiempo, decía que el peligro, para nosotros creyentes, es caer en «una ambigüedad farisaica, que nos ve […] replegados sobre nuestro egoísmo y con la mente llena de ideas hermosas para reformar la Iglesia» (Cartas del desierto, Madrid 1974, 68-69). Quizás tengamos realmente muchas ideas hermosas para reformar la Iglesia, pero recordemos: adorar a Dios y amar a los hermanos con su mismo amor, esta es la mayor e incesante reforma. Ser Iglesia adoradora e Iglesia del servicio, que lava los pies a la humanidad herida, que acompaña el camino de los frágiles, los débiles y los descartados, que sale con ternura al encuentro de los más pobres. Dios lo ha ordenado en la primera Lectura, pidiendo que se respete a los últimos: al extranjero, a la viuda y al huérfano (cf. Ex 22,20-23). El amor con el que Dios liberó a los israelitas de la esclavitud, cuando eran extranjeros, es el mismo amor que nos pide que prodiguemos a los extranjeros de todo tiempo y lugar, a cuantos son oprimidos y explotados».

Recordar a las víctimas de las guerras

Por otra parte, el Papa también ha recordado a las víctimas de las guerras: «Hermanos y hermanas, pienso en los que son víctimas de las atrocidades de la guerra; en los sufrimientos de los migrantes; en el dolor escondido de quienes se encuentran solos y en condiciones de pobreza; en quienes están aplastados por el peso de la vida; en quienes no tienen más lágrimas, en quienes no tienen voz. Y pienso en cuántas veces, detrás de hermosas palabras y persuasivas promesas, se fomentan formas de explotación o no se hace nada para impedirlas. Es un pecado grave explotar a los más débiles, un pecado grave que corroe la fraternidad y devasta la sociedad. Nosotros, discípulos de Jesús, queremos llevar al mundo otro fermento, el del Evangelio. Dios en el centro y junto a Él aquellos que Él prefiere, los pobres y los débiles».

Una «conversación del Espíritu»

Para concluir, el Papa ha recordado la Asamblea del Sínodo, haciendo hincapié en la presencia y acción del Espíritu Santo durante este proceso: «Queridos hermanos y hermanas, se concluye la Asamblea sinodal. En esta “conversación del Espíritu” hemos podido experimentar la tierna presencia del Señor y descubrir la belleza de la fraternidad. Nos hemos escuchado mutuamente y, sobre todo, en la rica variedad de nuestras historias y nuestras sensibilidades, nos hemos puesto a la escucha del Espíritu. Hoy no vemos el fruto completo de este proceso, pero con amplitud de miras podemos contemplar el horizonte que se abre ante nosotros. El Señor nos guiará y nos ayudará a ser una Iglesia más sinodal y misionera, que adora a Dios y sirve a las mujeres y a los hombres de nuestro tiempo, saliendo a llevar la reconfortante alegría del Evangelio a todos.

Hermanos cardenales, hermanos obispos y sacerdotes, religiosas y religiosos, hermanas y hermanos, por todo esto les digo gracias. Gracias por el camino que hemos hecho juntos, por la escucha y por el diálogo. Y al agradecerles quisiera expresarles un deseo para todos nosotros: que podamos crecer en la adoración a Dios y en el servicio al prójimo. Que el Señor nos acompañe. Y adelante, ¡con alegría!».

Ángelus

Después del Ángelus, en el que Papa hizo una reflexión del Evangelio, el Santo Padre recordó de nuevo a las víctimas de las guerras y dio las gracias a los que se unieron a la jornada de ayuno y oración convocada el viernes 27 de octubre por la paz: «Doy las gracias a todos los que – en tantos lugares y de distintas maneras – se unieron a la Jornada de ayuno, oración y penitencia que vivimos el viernes pasado, pidiendo por la paz en el mundo. No nos rindamos. Sigamos rezando por Ucrania y también por la grave situación en Palestina e Israel y otras regiones en guerra. En Gaza, en particular, que haya espacio para garantizar la ayuda humanitaria y que los rehenes sean liberados inmediatamente. Que nadie renuncie a la posibilidad de detener las armas. Que cesen el fuego. El Padre Ibrahim Faltas – lo acabo de escuchar en el programa «A Su Imagen»- el padre Ibrahim dijo: «¡Alto el fuego! ¡Alto el fuego!». Es el Vicario de Tierra Santa. Nosotros también, con el padre Ibrahim, decimos: ¡Alto el fuego! ¡Deténganse, hermanos y hermanas! ¡La guerra es siempre una derrota, siempre!».

Vaticano

Concluye la primera sesión de la Asamblea del Sínodo. “Una alegría que se podía tocar”

Con el canto del Te Deum y la presentación del documento final, la primera sesión de la XVI Asamblea del Sínodo de la sinodalidad concluyó este sábado 28 de octubre. Una Asamblea en la que han participado 464 representantes de los cinco continentes, 365 con derecho de voto.

Maria José Atienza·29 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 9 minutos

La primera sesión de la Asamblea del Sínodo de los Obispos “por una Iglesia Sinodal: comunión, participación y misión” culminó el sábado 28 de octubre de 2023.

Este mismo día se dio a conocer la Relación de Síntesis al concluir la primera Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo, que lleva el título “Una Iglesia sinodal en Misión, en la primera parte habla de El rostro de la Iglesia sinodal; en la segunda parte se señala Todos discípulos, todos misioneros; mientras que la tercera parte invita a Tejer relaciones, construir comunidad.

La realidad es que, a pesar de las “confrontaciones” y opiniones aparentemente irreconciliables con las que se inició el sínodo, el documento aprobado salió adelante sin apenas problemas, superando los dos tercios de los votos. Este material pasará ahora a las Iglesias locales para su profundización, pero también a los teólogos y estudiosos.

Una nueva etapa en la que, como indica el documento final, “las Conferencias Episcopales y las Estructuras Jerárquicas de las Iglesias Orientales católicas, actuando como vínculo entre las Iglesias locales y la Secretaría General del Sínodo, tendrán un papel importante en el desarrollo de la reflexión. A partir de las convergencias logradas, están llamados a centrarse en las cuestiones y propuestas más relevantes y urgentes, fomentando su estudio teológico y pastoral e indicando las implicaciones canónicas”.

El sínodo, en palabras del Secretario general, el cardenal Mario Grech, “es una experiencia que no concluye hoy pero seguirá”, porque es una Iglesia que “está buscando espacios para todos, para que nadie se sienta excluido”. Aseguró además que hoy al concluir en los participantes “se sentía una gran alegría que se podía tocar con la mano”.

El documento final

El Informe de Síntesis al término de la XVI Asamblea General del Sínodo sobre la Sinodalidad, que se dio a conocer en la conclusión de la Asamblea recoge “los principales elementos que surgieron del diálogo, la oración y la discusión que caracterizaron estos días”. Es el punto final de una fase y el inicio de otra que concluirá el año que viene: “Esta Sesión abre la fase en la que toda la Iglesia recibe los frutos de esta consulta para discernir, en la oración y el diálogo, los caminos que el Espíritu nos pide seguir. Esta fase durará hasta octubre de 2024, cuando la Segunda Sesión de la Asamblea concluirá sus trabajos, ofreciéndolos al Santo Padre”.

Estructura del texto

El texto está estructurado en tres partes. El primero, “El rostro de la Iglesia sinodal» , presenta “los principios teológicos que iluminan y fundamentan la sinodalidad. La segunda parte, titulada “Todos los discípulos, todos los misioneros”, trata de todos aquellos involucrados en la vida y misión de la Iglesia

sus relaciones. La tercera parte se titula “Tejiendo vínculos, construyendo comunidades”. Aquí la sinodalidad aparece principalmente como un conjunto de procesos y una red de organismos que permiten el intercambio entre las Iglesias y el diálogo con el mundo”.

Puntos clave

“En cada una de las tres partes, cada capítulo recoge las convergencias , los temas a abordar y las propuestas que surgieron del diálogo. Las convergencias identifican los puntos fijos hacia los que puede mirar la reflexión: son como un mapa que nos permite orientarnos en el camino y no perdernos. Los temas a abordar reúnen los puntos sobre los cuales hemos reconocido que es necesario continuar el estudio teológico, pastoral y canónico: son como encrucijadas en las que es necesario hacer una pausa para comprender mejor el rumbo a tomar. Las propuestas, en cambio, indican posibles caminos a seguir: algunas se sugieren, otras se recomiendan y otras se solicitan con más fuerza y determinación”.

El documento contiene puntos interesantes, no en vano, una de las principales prioridades se dirige a “la ampliación del número de personas involucradas en los caminos sinodales”, lo que pone de manifiesto el progresivo descenso de la participación, e incluso interés, que ha habido este sínodo.

Tampoco esconde el documento la incomprensión o incluso el miedo que la presentación y ciertos aspectos de desarrollo del camino sinodal han podido dar lugar en muchos fieles: “Sabemos que «sinodalidad» es un término desconocido para muchos miembros del Pueblo de Dios, lo que causa confusión y preocupación en algunos. Entre los temores está el de que se cambie la doctrina de la Iglesia, alejándose de la fe apostólica de nuestros padres y traicionando las expectativas de quienes aún hoy tienen hambre y sed de Dios. Sin embargo, estamos convencidos de que la sinodalidad es una expresión del dinamismo de la Tradición viva”.

El documento apunta la necesidad de “clarificar la relación entre la escucha de la Palabra de Dios atestiguada en la Escritura, la aceptación de la Tradición y del Magisterio de la Iglesia, y la lectura profética de los signos de los tiempos”. Junto a ella, se aboga por una renovación de la vida, los lenguajes y, en muchos aspectos, la dinámica pastoral de las comunidades; un ejemplo de esto es la afirmación de que “es importante proseguir la investigación sobre el modo en que la lógica catecumenal puede iluminar otros caminos pastorales, como el de la preparación al matrimonio, o el acompañamiento en las opciones de compromiso profesional y social, o la misma formación para el ministerio ordenado, en la que debe estar implicada toda la comunidad eclesial”.

Especial interés, aunque escasamente desarrollado en este documento, tiene el apunte a “otras expresiones de la oración litúrgica, así como las prácticas de piedad popular, en las que se refleja el genio de las culturas locales, son elementos de gran importancia para favorecer la participación de todos los fieles, introducirlos gradualmente en el misterio cristiano y acercar a los menos familiarizados con la Iglesia al encuentro con el Señor. Entre las formas de piedad popular, la devoción mariana destaca especialmente por su capacidad de sostener y alimentar la fe de muchos”.

Los pobres, en el centro

“La opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica”, destaca el documento. Una pobreza que no tiene una sola cara sino numerosos rostros: migrantes y refugiados; pueblos indígenas, quienes sufren violencia y abuso, especialmente las mujeres personas con adicciones víctimas de racismo, explotación y trata son los bebés en el útero y sus madres”. Ante ellos, destacan desde el sínodo el “compromiso de la Iglesia debe llegar a las causas de la pobreza y la exclusión” y hace una llamada al “deber de comprometerse a participar activamente en la construcción del bien común y en la defensa de la dignidad de la vida, inspirándose en la doctrina social de la Iglesia y actuando de diferentes formas”.

En el contexto en el que se ha desarrollado la Asamblea, marcada por conflictos como los de Sudan, Ucrania, Tierra santa o Armenia, “la Iglesia enseña la necesidad y alienta la práctica del diálogo interreligioso como parte de la construcción de la comunión entre todos los pueblos”.

Las iglesias orientales

La actualidad de las Iglesias orientales católicas, sus problemas y la relación con las iglesias de otros ritos, especialmente latino, ha sido uno de los pntos en los que han trabajado en esta Asamblea. Entre ellos “la importante migración de fieles del Oriente católico hacia territorios de mayoría latina plantea importantes cuestiones pastorales. Si el flujo actual continúa o aumenta, puede haber más miembros de las Iglesias católicas orientales en la diáspora que en los territorios canónicos. Por diversas razones, el establecimiento de jerarquías orientales en los países de inmigración no es suficiente para resolver el problema, pero es necesario que las Iglesias locales de rito latino, en nombre de la sinodalidad, ayuden a los fieles orientales que han emigrado a preservar su identidad. y cultivar su herencia específica, sin sufrir procesos de asimilación”.

El documento señala, también, la “petición de constituir con el Santo Padre un Consejo de Patriarcas y Arzobispos Mayores de las Iglesias católicas orientales”.

Laicos y familia, primera Iglesia

También forma parte del documento una llamada a la misión de todo bautizado en la Iglesia y, en especial, el papel de la familia como “la columna vertebral de toda comunidad cristiana. Los primeros misioneros son los padres, los abuelos y todos aquellos que viven y comparten su fe en la familia. La familia, como comunidad de vida y de amor, es un lugar privilegiado de educación en la fe y en la práctica cristiana, que requiere un acompañamiento particular dentro de las comunidades”.

El papel principal de los laicos en la misión de la Iglesia parece estar, al menos en teoría, perfectamente clarificado: “Los fieles laicos están cada vez más presentes y activos también en el servicio dentro de las comunidades cristianas” subraya el documento que alude a que “los carismas de los laicos, en su variedad, son dones del Espíritu Santo a la Iglesia que deben ser manifestados, reconocidos y valorados plenamente”.

Iglesia ministerial

Entre estas conclusiones emerge además una percepción de “la necesidad de una mayor creatividad a la hora de establecer ministerios basados en las necesidades de las iglesias locales” sin esconder los malentendidos que “Iglesia ministerial” pueda causar. En este sentido, se enmarca la reflexión del papel de la mujer en la Iglesia. Las propias mujeres presentes en la Asamblea han destacado el deseo de “evitar repetir el error de hablar de las mujeres como un tema o un problema”. En este ámbito, las discusiones sobre la ordenación femenina ha vuelto a estar sobre la mesa sin conclusiones: el documento llama a continuar un estudio teológico y pastoral sobre esta cuestión que evite caer en una “expresión de una peligrosa confusión antropológica”.

Carisma y jerarquía

“La dimensión carismática de la Iglesia tiene una manifestación particular en la vida consagrada, con la riqueza y variedad de sus formas”. Señala el documento, que pone en valor su “conversación en el Espíritu o formas similares de discernimiento en la realización de los Capítulos provinciales y generales, para renovar estructuras, repensar estilos de vida, activar nuevas formas de servicio y cercanía a los más pobres” pero alude a la persistencia de estilos autoritarios que socavan el diálogo fraternal.

También se hace referencia a “las asociaciones laicales, los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades que son un signo precioso de la maduración de la corresponsabilidad de todos los bautizados”. El documento centra la labor de la “vida consagrada, las asociaciones laicales, los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades” al servicio de las Iglesias locales.

Clericalismo y celibato

Uno de los temas estrella, no sólo del sínodo, sino del pontificado de Francisco, ha sido su continua alusión al clericalismo en la Iglesia. En este punto, señala el documento, “un obstáculo para el ministerio y la misión es el clericalismo. Surge de la incomprensión de la vocación divina, que lleva a concebirla más como un privilegio que como un servicio, y se manifiesta en un estilo de poder mundano que se niega a rendir cuentas”.

Por otro lado, aunque la eliminación del celibato parecía ser uno de los temas estrella de esta Asamblea, el documento destaca las “diferentes valoraciones sobre el celibato de los sacerdotes. Todos aprecian su valor lleno de profecía y de testimonio de conformidad con Cristo; algunos se preguntan si su conveniencia teológica con el ministerio presbiteral debe necesariamente traducirse en una obligación disciplinaria en la Iglesia latina, especialmente donde los contextos eclesiales y culturales lo hacen más difícil”. Un tema que seguirá, como desde hace decenios, dentro de la reflexión de la Iglesia.

Asimismo, en un ejercicio de transparencia, los miembros del sínodo piden “a las Iglesias locales que identifiquen procesos y estructuras que permitan verificar periódicamente las formas en que los sacerdotes y diáconos que desempeñan funciones de responsabilidad ejercen el ministerio. Las instituciones ya existentes, como órganos de participación o visitas pastorales, pueden constituir el punto de partida para este trabajo, asegurando la participación de la comunidad”.

Obispos y sinodalidad de la Iglesia

La labor de los sucesores de los apóstoles ha sido otro de los puntos de discusión de esta Asamblea, tanto desde el cambio de su configuración como en el desarrollo de las conversaciones. El documento final alude al papel del obispo como “principal responsable del anuncio del Evangelio y de la liturgia”. El obispo, destaca el resumen, “está llamado a ser ejemplo de sinodalidad”. No olvidan que “muchos Obispos se quejan de una sobrecarga de compromisos administrativos y jurídicos, que dificulta el pleno cumplimiento de su misión. Incluso el obispo tiene que afrontar su propia fragilidad y sus límites y no siempre encuentra apoyo humano y espiritual”. En este punto, el documento propone la activación de “estructuras y procesos de verificación periódica de la labor del Obispo, hacer obligatorio el Consejo Episcopal” y unir, a las ternas de posibles obispos los pareceres “del Nuncio Apostólico con la participación de la Conferencia Episcopal. También es necesario ampliar la consulta al Pueblo de Dios, escuchando a un mayor número de laicos y consagradas y cuidando de evitar presiones inadecuadas”.

La última parte del documento se centra en el establecimiento de una verdadera cultura de la sinodalidad en la Iglesia: “Necesitamos superar la mentalidad de delegación que se encuentra en muchas áreas de la atención pastoral. Una formación sinodal tiene como objetivo permitir al Pueblo de Dios vivir plenamente su vocación bautismal, en la familia, en el ámbito laboral, en el ámbito eclesial, social e intelectual, y hacer a cada uno capaz de participar activamente en la misión del Iglesia según los propios carismas y la propia vocación”.

Una última parte que invita a adoptar la tarea de la escucha en todos los procesos de la vida eclesial. “La Iglesia se ha encontrado con muchas personas y muchos grupos que piden ser escuchados y acompañados” apunta el documento que destaca a los jóvenes, las voces de las víctimas y sobrevivientes de abusos sexuales, espirituales, económicos, institucionales, de poder y de conciencia por parte de miembros del clero o las personas que se sienten marginadas o excluidas de la Iglesia, por su situación conyugal, identidad y sexualidad”.

Asimismo, se llama a hacer “estructuralmente” una Iglesia sinodal atendiendo a la “configuración canónica de las Asambleas continentales que, respetando las peculiaridades de cada continente, tenga debidamente en cuenta la participación de las Conferencias Episcopales y de las Iglesias, con delegados propios que hagan presente la variedad del Pueblo fiel de Dios”.

El documento reflexiona, al final, sobre lo que ha supuesto este proceso llevado a cabo asta ahora como una “oportunidad de experimentar una nueva cultura de sinodalidad, capaz de orientar la vida y la misión de la Iglesia. Sin embargo, se recordó que no basta con crear estructuras de corresponsabilidad si falta la conversión personal a una sinodalidad misionera”.

La nueva configuración de la Asamblea del sínodo también tiene cabida en este documento que apunta a la continuidad de la presencia de otras personas además de obispos “como miembros de pleno derecho en el carácter episcopal de la Asamblea. Algunos ven el riesgo de que no se comprenda adecuadamente la tarea específica de los obispos. También se aclarará en base a qué criterios los miembros no obispos pueden ser llamados a formar parte de la Asamblea”.

El documento, que vuelve ahora a las Iglesias particulares, es la base para la siguiente fase del sínodo que culminará en la asamblea que tendrá lugar en Roma en octubre de 2024.

Evangelización

En la Iglesia todos somos misioneros

Seas sacerdote, monja o laico, todos somos misioneros en la Iglesia católica y se espera de nosotros que evangelicemos. Pero, ¿qué significa esto? ¿Cómo podemos llevarlo a la práctica?

Jennifer Elizabeth Terranova·29 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El 22 de octubre celebramos oficialmente la Jornada Mundial de las Misiones (JMM), que tiene lugar el último domingo de octubre. Seas sacerdote, monja o laico, todos somos misioneros y se espera de nosotros que evangelicemos. Pero, ¿qué significa ser misionero en la Iglesia católica?

El Papa Pío XI instituyó el domingo de las Misiones en 1926, y la primera colecta mundial del domingo de las Misiones tuvo lugar en octubre de 1927 y continúa en la actualidad. El objetivo era rezar por todos los misioneros que dejaban su patria y se desplazaban a muchas partes del mundo para llevar el Evangelio a quienes no conocían a Jesucristo.

El día se celebra en todas las parroquias locales «como fiesta de la catolicidad y la solidaridad universal». Los cristianos reconocemos que tenemos la responsabilidad colectiva de evangelizar el mundo y continuar la obra de Jesucristo, quien, en su breve paso por la tierra, «trajo la gloria de Dios a la tierra «completando la obra» que Él le encomendó. Fue la mayor misión jamás realizada.

Para entender la Jornada Mundial de las Misiones, es importante recordar a la fundadora de la Sociedad de la Propagación de la Fe, Pauline Jaricot. Pauline era una laica de un pequeño pueblo de Francia cuya visión se convertiría en una de las organizaciones misioneras más importantes del mundo. Era un «icono de la fe». Al enterarse de noticias financieras desafortunadas sobre una misión extranjera en París, salió a las calles de París para recaudar dinero. Pidió a otros miembros de la Iglesia que ofrecieran oraciones y sacrificios semanales para la labor misionera de la Iglesia en todo el mundo. Su carisma buscaba «ayudar a la gente a vivir su vocación misionera». Como muchos, su legado demuestra el poder de una persona para transformar el mundo. Ahora es la beata Paulina.

Misioneros por naturaleza

Este año, el tema del Papa Francisco para la Jornada Mundial de las Misiones fue «Corazones encendidos, pies en movimiento». El Santo Padre expresó su gratitud y aprecio por todos los misioneros del mundo, «…especialmente a los que soportan cualquier tipo de dificultad.» Su mensaje evocó el dolor de Jesús antes de su muerte: «Queridos amigos, el Señor Resucitado está siempre con vosotros. Él ve vuestra generosidad y los sacrificios que hacéis por la misión de evangelización en tierras lejanas. No todos los días de nuestra vida son serenos y despejados, pero no olvidemos nunca las palabras del Señor Jesús a sus amigos antes de su Pasión»: ‘En el mundo tendréis tribulaciones, pero sed valientes: Yo he vencido al mundo’ (Jn 16,33)”.

Todo bautizado está llamado a la misión; Jesucristo ordenó que todos sus discípulos salieran a proclamar el Evangelio. Al fin y al cabo, nuestra fe es «misionera por naturaleza».  Pero, ¿qué significa eso? Puede ser diferente para cada persona. El obispo James E. Walsh, un sacerdote misionero encarcelado en China en 1959, dijo: «La tarea de un misionero es ir a un lugar donde no lo quieren pero lo necesitan, y quedarse hasta que no lo necesiten pero lo quieran». A veces, es más que incómodo permanecer comprometido con la verdad, especialmente en el mundo moderno. El trabajo del misionero no siempre es agradable; puede ser desafiante. El cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, sugiere: «Nunca perdemos una oportunidad de evangelizar». Tomemos en serio nuestra llamada.

Devolver lo recibido

Omnes tuvo ocasión de hablar con dos sacerdotes misioneros nigerianos que participaron en la Misa del domingo de las Misiones Mundiales. El padre Valentine y el padre Felix forman parte de la Sociedad Misionera de San Pablo de Nigeria en Houston, Texas. Fue fundada en la Jornada Misionera Mundial de 1977.

El padre Valentine y el padre Felix, miembros de la Sociedad Misionera de san Pablo de Nigeria

El padre Valentine es el director de desarrollo misionero de la sociedad misionera de Houston. Se mostró agradecido y alegre por la oportunidad de expresar su aprecio por los sacerdotes irlandeses que fueron a Nigeria para llevar el Evangelio a su país. Recordó con cariño cómo los misioneros irlandeses evangelizaron Nigeria y habló de la conexión de Nigeria con Irlanda. Dijo que la Iglesia africana está «agradecida por desempeñar su papel en la misión universal de la Iglesia». Sonrió diciendo: «Ellos vinieron a nosotros, y ahora nosotros volvemos a ellos».

El padre Felix trabaja en la oficina de misiones y coincide con su colega: «Estamos devolviendo lo que recibimos. Los misioneros hicieron mucho en Nigeria, y nosotros hemos recibido esta fe. Ahora estamos evangelizando, llevando la fe que hemos recibido, no sólo a África, sino también a Europa y, por supuesto, a América». Acepta su llamada como un «privilegio», «participar en esta acción de la misión de Cristo y de la Iglesia…».

La Iglesia, una familia de misioneros

Todo el mundo tiene una vocación misionera, y quizás para los laicos, podría comenzar con extender una invitación a un amigo, compañero de clase, compañero de trabajo, vecino o extraño para asistir a la Misa dominical. O ser voluntario en la parroquia local. Siempre hay una oportunidad para catequizar. Lleve consigo estampas de oraciones para poder repartirlas. Anima a alguien a leer la Escritura o a ir a la Penitencia. Y recuerda lo que dijo san Francisco de Asís: «Predica el Evangelio en todo momento, y cuando sea necesario, usa palabras».

Formamos parte de una «familia mundial, una red mundial de oración», y es el club más prestigioso porque sus miembros tienen la mejor hoja de ruta para navegar por los terrenos a veces accidentados de la vida, y ésa es la Palabra de Dios, así que ¡celebra al misionero que hay en ti!

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Cultura

Onésimo Díaz: «Pérez-Embid es un personaje difícil de catalogar»

El historiador Onésimo Díaz publicó recientemente una biografía sobre Florentino Pérez-Embid, un hombre multifacético que sobresalió como intelectual, gestor de plataformas culturales y político. En esta entrevista explica algunos aspectos claves para entender a esta figura.

Eliana Fucili·29 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Onésimo Díaz es subdirector del Centro de Estudios Josemaría Escrivá y profesor de la Universidad de Navarra. Acaba de publicar un nuevo libro titulado Florentino Pérez-Embid. Una biografía (1918-1974).

En él analiza detalladamente su trayectoria y aportes en el campo académico, cultural y político de la España del siglo XX. Esta nueva biografía, editada por Rialp, despierta en el lector curiosidad por un personaje poliédrico en el que se conjugan la pasión por los libros, la cultura, el arte, la docencia y la política. 

En su libro define a Florentino Pérez-Embid como un personaje polifacético, desempeñando roles tanto intelectuales como políticos y de gestión. ¿Considera que esos diferentes aspectos de su vida se entrelazan de alguna manera a lo largo de su trayectoria?

–Florentino Pérez-Embid es un personaje difícil de catalogar y de definir, porque al hacer tantas cosas en pocos años de vida, es un hombre un poco desconcertante.

Cuando era joven aspiraba a ser catedrático de universidad y se preparó para ello, obteniendo una cátedra en Sevilla y, posteriormente, en Madrid. Sin embargo, a pesar de su dedicación a la docencia y la investigación, descubrió que la política le resultaba aún más atractiva que la vida académica, aunque nunca dejó de ser profesor e investigador.

A lo largo de su vida continuó impartiendo clases, participando en congresos y publicando libros y artículos en su especialidad, que era la Historia de América. Además, dedicó una parte significativa de su trayectoria a la gestión cultural.

¿Qué influencias intelectuales recibió durante sus años de formación académica?

–Las influencias intelectuales durante esos años fueron fundamentales para moldear su pensamiento y orientación académica. Principalmente, Pérez-Embid recibió una profunda influencia de destacados historiadores y pensadores españoles, como Menéndez Pelayo y Ramiro de Maeztu, éste último fue quien propuso el concepto de hispanidad. Pérez-Embid abrazó esta idea, sosteniendo que España debía mantener una estrecha relación con Latinoamérica, dado que factores como el idioma, la religión y las costumbres unen a los españoles con los latinoamericanos.

Durante la década de 1960, Pérez-Embid realizó dos viajes al continente americano, una experiencia que profundizó su comprensión de la unidad de la cultura española con numerosos países americanos. Estos viajes tuvieron un propósito dual: en parte, los llevó a cabo como profesor de historia, con el objetivo de impartir conferencias y promover el intercambio académico; y en parte, como director de la Editorial Rialp, con la finalidad de promocionar libros en países como México y Argentina, donde la editorial tenía acuerdos.

Más allá de las influencias recibidas de Menéndez Pelayo y Ramiro de Maeztu, a lo largo de su trayectoria intelectual y académica, Florentino Pérez-Embid forjó su propio pensamiento y enfoque historiográfico, convirtiéndose en un historiador americanista de cierto prestigio.

Entre sus logros más notables se encuentra su biografía de Cristóbal Colón, que se ha convertido en un clásico de la historiografía y que actualmente continúa editándose. Además, sus publicaciones de libros y artículos sobre la historia de América han sido contribuciones valiosas que han enriquecido la investigación posterior realizada por otros historiadores.

¿Cómo se incorpora Florentino Pérez-Embid al Opus Dei?

–Él descubre el Opus Dei en el año 42. En torno a esa fecha llegó a Sevilla un catedrático, también americanista, Vicente Rodríguez Casado. Éste era uno de los primeros miembros del Opus Dei. 

La amistad entre Pérez-Embid y Rodríguez Casado floreció durante el curso 1942-1943, cuando Florentino era un joven profesor aún sin haber defendido su tesis doctoral. En el verano siguiente, Rodríguez Casado organizó un curso para estudiantes españoles y portugueses en La Rábida, en la provincia de Huelva, al sur de Andalucía. Estos cursos se centraban en profundizar en los estudios hispanoamericanos y durante este evento, Pérez-Embid tuvo la oportunidad de entablar conversaciones con Rodríguez Casado. Durante esas conversaciones, Rodríguez Casado le habló sobre el Opus Dei y del libro «Camino», escrito por Josemaría Escrivá.

Este encuentro con las ideas del Opus Dei fue un descubrimiento significativo en la vida de Pérez-Embid y alimentó su vida interior. Tanto es así que ese mismo verano, escribió una carta al fundador expresando su atracción por el espíritu del Opus Dei que invita a ver la belleza en lo cotidiano, y solicitó la admisión como numerario. 

Más tarde, en 1945, Pérez-Embid se trasladó a Madrid y se instaló en el colegio mayor de la calle Diego de León. Durante los dos años siguientes, convivió con San Josemaría, quien más tarde se trasladó a Roma. En Madrid, Florentino Pérez-Embid realizó un tiempo de formación, participando en clases y actividades propias del Opus Dei. Simultáneamente, continuó su formación doctoral y se preparó para opositar a una cátedra universitaria. Además, en esa época, comenzó a trabajar en la revista Arbor.

¿Cuál fue la participación que tuvo en el movimiento Arbor?

–Florentino Pérez-Embid tuvo una participación destacada en la revista Arbor, que hasta la fecha sigue siendo editada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y goza de prestigio tanto en España como en el ámbito internacional. Su involucramiento comenzó en 1944, cuando era aún muy joven, contribuyendo con reseñas de libros.

Entre 1947 y 1953, Pérez-Embid desempeñó el papel de secretario de la revista, bajo la dirección de su amigo Rafael Calvo Serer. Durante este período, lograron expandir la influencia de Arbor no solo en España, sino también en varios países de Europa y América, convirtiéndola en una publicación destacada en el ámbito de las humanidades, especialmente en el campo de la historia.

Un aspecto notable de su participación en Arbor fue su utilización de la revista como plataforma monárquica. Invitaron a intelectuales, filósofos, historiadores y sociólogos a escribir sobre la monarquía en distintos contextos históricos y países, abogando por la monarquía y mostrando de esta manera su apoyo al pretendiente al trono, Juan de Borbón. Sin embargo, esta actividad política provocó las sospechas tanto del CSIC como del propio régimen franquista. Por ello, en 1953, Franco tomó la decisión de destituir a Pérez-Embid y a Rafael Calvo Serer de sus cargos en Arbor, marcando el final de su influencia directa en la revista.

Florentino Pérez-Embid. Una biografía

Autor: Onésimo Díaz Hernández
Editorial: Rialp
Páginas: 656
Año: 2023
Ciudad: madrid

¿Por qué se involucró Pérez Embid en los asuntos políticos de su época? 

–En un primer momento cuando entra en política, en cargo de director general de Información su trabajo estaba relacionado en la promoción de la cultura en España, dictaba conferencias en Madrid y otras ciudades. Esas tareas como catedrático le interesaron mucho. 

Su compromiso con la cultura y la promoción cultural se reflejó aún más en su cargo como director general de Bellas Artes, donde pudo enfocarse en el ámbito del arte, que había sido una de sus pasiones desde su época de estudiante. Desde ese cargo, Pérez-Embid realizó gestiones para que el Guernica de Picasso regresara a España.

La política se convirtió en una faceta importante de la vida de Pérez-Embid. Fue la primera persona del Opus Dei que incursionó en la política, y lo hizo con la creencia de que era una forma de servir a su país y contribuir al bien común. A medida que dio sus primeros pasos en la política, se dio cuenta de que tenía una afinidad natural con este campo y desarrolló un fuerte interés. Su ambición de convertirse en ministro reflejaba su deseo de tener un impacto significativo en la dirección de su país. Aunque no logró convertirse en ministro, le ofrecieron el cargo de ministro de Información y Turismo poco antes de su fallecimiento, pero lo rechazó debido a su deteriorada salud. Falleció un mes después de esta oferta.

¿Cuál fue el mayor desafío que encontró al investigar y escribir la biografía de Florentino Pérez-Embid? 

–Uno de los mayores desafíos que encontré al investigar y escribir la biografía de Florentino Pérez-Embid fue la inmensa cantidad de documentos y material personal que dejó. Su archivo personal consiste en más de 160 cajas repletas de papeles, cartas, postales, documentos y fotografías. Afortunadamente, Pérez-Embid era meticuloso y no había descartado ningún papel o recuerdo a lo largo de su vida. Eso es realmente una gran ventaja para poder escribir una biografía.

Una vez que me sumergí en este extenso archivo, me di cuenta de que necesitaba complementar la información con relatos personales y recuerdos de familiares, amigos, colegas y discípulos de Pérez-Embid. A través de entrevistas y conversaciones, pude recopilar detalles y anécdotas que no estaban presentes en el archivo personal. Estos testimonios adicionales arrojaron nueva luz sobre la vida y personalidad de Pérez-Embid, proporcionando una perspectiva más completa y enriquecedora para mi investigación.

La tarea de reunir estas historias y anécdotas de quienes habían convivido con un personaje tan histórico y carismático como Pérez-Embid se convirtió en un proceso gratificante. Cada entrevista y cada recuerdo compartido contribuyó a construir una imagen más auténtica y realista de este notable personaje.

El autorEliana Fucili

Centro de Estudios Josemaría Escrivá (CEJE) 
Universidad de Navarra

Vaticano

El Papa consagra la vida de todos y la Iglesia a la Reina de la Paz

En el marco de un solemne Santo Rosario, en sus misterios dolorosos, el Papa Francisco ha entregado y consagrado este anochecer, en la Basílica de San Pedro, su vida y la de todos, y la Iglesia, a la Reina de la paz, la Virgen María. El Santo Padre ha rogado su intercesión “por nuestro mundo en peligro y en confusión”, ante los países y regiones en guerra.

Francisco Otamendi·28 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Acompañado por los fieles que llenaban San Pedro, cardenales, obispos, sacerdotes y religiosos, y tantos laicos, muchos de ellos familias, y con el Ave María resonando entre misterio y misterio doloroso del Rosario, y la Salve al final, el Papa Francisco ha rogado intensamente este anochecer romano por la paz en el mundo a la Reina de la Paz.

El rezo del Rosario, con sus misterios dolorosos y las letanías cantadas, ha ocupado la mayor parte de esta Oración por la Paz, que ha presidido el Romano Pontífice, con tono especialmente solemne, que ha recordado a las consagraciones que ha realizado por la paz en Ucrania. Ahora también ante el grave conflicto de la guerra en Tierra Santa, y en otros lugares del mundo, unidos al Papa.

A continuación han tenido lugar la Exposición y Adoración del Santísimo Sacramento, las peticiones de los fieles. y finalmente la Bendición.

“María, míranos, Madre”

“María, míranos. Estamos aquí ante ti. Tú eres Madre, conoces nuestros cansancios y nuestras heridas. Tú, Reina de la paz, sufres con nosotros y por nosotros, al ver a tantos de tus hijos abatidos por los conflictos, angustiados por las guerras que desgarran el mundo”. Así ha comenzado el Santo Padre su discurso en la Oración por la Paz

El Papa ha apelado a la Virgen como Madre en varias ocasiones, Madre de Dios y Madre nuestra. Por ejemplo, cuando ha manifestado: “Madre, solos no podemos lograrlo, sin tu Hijo no podemos hacer nada. Pero tú nos llevas a Jesús, que es nuestra paz. Por eso, Madre de Dios y Madre nuestra, nosotros recurrimos a ti, buscamos refugio en tu Corazón inmaculado. Imploramos misericordia, Madre de misericordia; suplicamos paz, Reina de la paz”.

Luego, ha rezado: “Ahora, Madre, toma una vez más la iniciativa en favor nuestro, en estos tiempos azotados por los conflictos y devastados por las armas. Vuelve tus ojos misericordiosos a la familia humana que ha extraviado el camino de la paz, que ha preferido Caín a Abel y que, perdiendo el sentido de la fraternidad, no recupera el calor del hogar. Intercede por nuestro mundo en peligro y en confusión”.

“Enséñanos a acoger y a cuidar la vida —¡toda vida humana!— y a repudiar la locura de la guerra, que siembra muerte y elimina el futuro”, ha añadido el Papa. “En esta hora de oscuridad, nos sumergimos en tus ojos luminosos y nos confiamos a tu corazón, que es sensible a nuestros problemas y que tampoco estuvo exento de inquietudes y temores”.

“Guíanos a la conversión y a la unidad”

“María, muchas veces has venido a nuestro encuentro, pidiéndonos oración y penitencia”, ha continuado el Papa. “Nosotros, sin embargo, ocupados en nuestros asuntos y distraídos por tantos intereses mundanos, hemos permanecido sordos a tus llamadas. Pero tú, que nos amas, no te cansas de nosotros, Madre. Tómanos de la mano, guíanos a la conversión, haz que volvamos a poner a Dios en el centro. Ayúdanos a mantener la unidad en la Iglesia y a ser artífices de comunión en el mundo”.

Recuérdanos la importancia de nuestro papel, ha agregado el Papa; “haz que nos sintamos responsables por la paz, llamados a rezar y a adorar, a interceder y a reparar por todo el género humano”.

Te consagramos nuestras vidas, la Iglesia”

Más adelante, Francisco ha pedido a la Virgen María que ahuyente los odios, que avive la esperanza, y le ha entregado todo lo que somos: “Mueve los corazones de quienes están atrapados por el odio, convierte a quienes alimentan y fomentan conflictos. Enjuga las lágrimas de los niños, asiste a los que están solos y son ancianos, sostiene a los heridos y a los enfermos, protege a quienes tuvieron que dejar su tierra y sus seres queridos, consuela a los desanimados, reaviva la esperanza”.

“Te entregamos y consagramos nuestras vidas, cada fibra de nuestro ser, lo que tenemos y lo que somos, para siempre”, ha rezado el Pontífice. “Te consagramos la Iglesia para que, testimoniando al mundo el amor de Jesús, sea signo de concordia e instrumento de paz. Te consagramos nuestro mundo, especialmente los países y las regiones en guerra”.

Al terminar su meditación, el Papa ha llamado a la Virgen María “aurora de la salvación”, “morada del Espíritu Santo”, “Señora de todos los pueblos”, y le ha pedido: “reconcilia a tus hijos, seducidos por el mal, cegados por el poder y el odio. Tú, que tienes compasión de todos, enséñanos a hacernos cargo de los demás. Tú, que revelas la ternura del Señor, haznos testigos de su consolación. Madre, Tú, Reina de la paz, derrama en los corazones la armonía de Dios. Amén”.

El autorFrancisco Otamendi

Mundo

Nuevos ataques a la libertad religiosa en Nicaragua

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) informa de que la libertad religiosa en Nicaragua continúa empeorando y exige al gobierno “cesar los ataques a la libertad religiosa, la persecución de la Iglesia católica y liberar a todas las personas privadas arbitrariamente de su libertad”.

Antonino Piccione·28 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Primero fue el acuerdo con la Santa Sede para la liberación de una docena de religiosos procesados por “varias razones”. Luego, la revocación de la personalidad jurídica impuesta a la Orden de los Frailes Menores Franciscanos de la Provincia Seráfica de Asís en Nicaragua. Esto afectó también a 16 ONG, mientras que otras 8 decidieron voluntariamente cesar sus actividades para proteger sus propiedades. La medida establece que los activos, tanto muebles como inmuebles, de las organizaciones sancionadas pasarán a manos del Estado.

Más persecución

En el transcurso de una semana, el gobierno liderado por Daniel Ortega ha confirmado aún más sus intenciones persecutorias hacia la Iglesia católica, a pesar de las negociaciones que llevaron al director de la Sala de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, a confirmar que se había pedido a la Santa Sede que recibiera a los sacerdotes recién liberados. “La Santa Sede ha aceptado”, respondió a las preguntas de los periodistas. “Serán recibidos por un funcionario de la Secretaría de Estado por la tarde”, continuó Bruni, “y se alojarán en algunas instalaciones de la Diócesis de Roma”.

En un comunicado, el gobierno de Nicaragua afirmó que “este acuerdo alcanzado con la intercesión de las altas autoridades de la Iglesia católica de Nicaragua y del Vaticano representa la voluntad y el compromiso permanente de encontrar soluciones, reconociendo y alentando la fe y la esperanza que siempre animan a los creyentes nicaragüenses, que son la mayoría”. Los sacerdotes liberados son Manuel Salvador García Rodríguez, José Leonardo Urbina Rodríguez, Jaime Iván Montesinos Sauceda, Fernando Israel Zamora Silva, Osman José Amador Guillén y Julio Ricardo Norori Jiménez.

Además de Cristóbal Reynaldo Gadea Velásquez, Álvaro José Toledo Amador, José Iván Centeno Tercero, Pastor Eugenio Rodríguez Benavidez, Yessner Cipriano Pineda Meneses y Ramón Angulo Reyes. En la lista no se encuentra monseñor Rolando Álvarez, condenado el pasado febrero a más de 26 años de prisión por “traición a la patria” después de negarse a ser expulsado de Nicaragua hacia Estados Unidos junto con otros 222 prisioneros políticos. La medida contra la Orden Franciscana fue anunciada por el Ministerio del Interior de Managua, alegando irregularidades administrativas.

Expulsión de órdenes

Según las autoridades estatales, los frailes franciscanos no cumplieron “las leyes relacionadas con la presentación de informes financieros, las juntas directivas, los detalles de sus donaciones y la identidad y nacionalidad de sus donantes”. Después de los jesuitas, las Misioneras de la Caridad de Santa Teresa de Calcuta y muchas otras instituciones católicas, ahora es la Orden de los Franciscanos la víctima del régimen en Nicaragua. Según la publicación Tempi, el Instituto San Francisco de Asís no es la primera escuela confiscada por el régimen sandinista.

En mayo pasado, Ortega se “apropió” del Colegio Susana López Carazo, una de las obras emblemáticas de las Hermanas Dominicas de la Anunciación en el departamento de Rivas, un mes después de haber expulsado a tres monjas de la misma congregación que también dirigían una residencia. Y hace cinco meses, la dictadura tomó por la fuerza el Instituto Técnico Santa Luisa de Marillac, propiedad de la congregación homónima, además de apropiarse del único centro de educación superior católica de San Sebastián de Yalí.

El odio hacia la Iglesia católica por parte de Ortega y su esposa, Rosario Murillo, quien también es vicepresidenta, comenzó después de las protestas de abril de 2018, reprimidas a sangre y fuego por la policía, cuando el arzobispo de Managua, Sergio Báez (actualmente en el exilio en Miami), monseñor Álvarez y muchos otros sacerdotes apoyados por la Conferencia Episcopal Nicaragüense (CEN) decidieron apoyar a los estudiantes masacrados por el sandinismo (entre 350 y 500 muertos).

La CIDH exige la libertad de los presos

La oposición propuso el viernes 27 de octubre, el Día de la Libertad Religiosa, para exigir la libertad de Nicaragua, la liberación de monseñor Rolando Álvarez y de todos los prisioneros políticos. Hace poco más de un mes, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) reiteró su llamado al Gobierno de Nicaragua y a su presidente, Daniel Ortega, a “cesar los ataques a la libertad religiosa, la persecución de la Iglesia católica y liberar a todas las personas privadas arbitrariamente de su libertad”.

La CIDH también hace referencia al arresto del sacerdote Osman José Amador por parte de la Policía Nacional de la diócesis de Estelí y exdirector de la organización Cáritas Estelí, quien fue detenido por la fuerza por agentes estatales. “Hasta ahora no hay información sobre los motivos del arresto, la situación legal o el paradero del sacerdote”, se lee. El arresto tuvo lugar el 8 de septiembre. Además, se denuncia la privación de libertad de los sacerdotes Eugenio Rodríguez Benavides y Leonardo Guevara Gutiérrez, investigados por su trabajo en Cáritas Estelí.

La organización señala que desde 2022 ha observado que la persecución contra la Iglesia católica continúa empeorando en un contexto de cierre del espacio cívico y democrático: “Se producen detenciones arbitrarias, detenciones y expulsiones del país de sacerdotes y religiosas sin garantizar un debido proceso, así como la expropiación de sus propiedades”. También se recuerda que en mayo el Estado ordenó la congelación de las cuentas bancarias de al menos tres de las nueve diócesis de la Iglesia católica por presuntas actividades ilícitas relacionadas con el lavado de dinero. “En un país con la mayoría de la población que profesa la religión católica, como Nicaragua, la política estatal de supresión del espacio cívico también ha tenido como resultado la lesión de la libertad religiosa de la población”, concluye el comunicado de la CIDH.

El autorAntonino Piccione

Evangelización

El Rosario a la luz de san Juan Pablo II

Octubre es el mes del Rosario debido a que el día 7 se celebra Nuestra Señora del Rosario, festividad instaurada por el Papa Pío V en el siglo XVI en conmemoración de la victoria cristiana en la Batalla de Lepanto en el año 1571. En este artículo compartimos algunas de las reflexiones de san Juan Pablo II sobre el rezo de esta antigua oración y la devoción a María.

Loreto Rios·28 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

Numerosos Papas, incluido el actual, han fomentado el rezo del rosario. Entre ellos, el Papa Juan Pablo II escribió una carta apostólica sobre esta oración, con el título “Rosarium Virginis Mariae”. En ella, el Papa indicaba: “(…) No he dejado pasar ocasión de exhortar a rezar con frecuencia el Rosario. Esta oración ha tenido un puesto importante en mi vida espiritual desde mis años jóvenes. (…) El Rosario me ha acompañado en los momentos de alegría y en los de tribulación. A él he confiado tantas preocupaciones y en él siempre he encontrado consuelo.

Hace veinticuatro años, el 29 de octubre de 1978, dos semanas después de la elección a la Sede de Pedro, como abriendo mi alma, me expresé así: ‘El Rosario es mi oración predilecta. ¡Plegaria maravillosa! Maravillosa en su sencillez y en su profundidad. […] Se puede decir que el Rosario es, en cierto modo, un comentario-oración sobre el capítulo final de la Constitución Lumen gentium del Vaticano II, capítulo que trata de la presencia admirable de la Madre de Dios en el misterio de Cristo y de la Iglesia. (…) Cuántas gracias he recibido de la Santísima Virgen a través del Rosario en estos años”.

El Papa recordaba, además, que la propia Virgen ha pedido en muchas ocasiones que se rece el rosario a lo largo de la historia: “Son conocidas las distintas circunstancias en las que la Madre de Cristo, entre el siglo XIX y XX, ha hecho de algún modo notar su presencia y su voz para exhortar al Pueblo de Dios a recurrir a esta forma de oración contemplativa. Deseo en particular recordar, por la incisiva influencia que conservan en el vida de los cristianos y por el acreditado reconocimiento recibido de la Iglesia, las apariciones de Lourdes y Fátima, cuyos Santuarios son meta de numerosos peregrinos, en busca de consuelo y de esperanza”.

La estructura del rosario

El Papa analizaba en esta carta la estructura del rosario. Entre otras cosas, explicaba que la primera parte del Ave María, oración central del Rosario, tomada “de las palabras dirigidas a María por el ángel Gabriel y por santa Isabel, es contemplación adorante del misterio que se realiza en la Virgen de Nazaret. Expresan, por así decir, la admiración del cielo y de la tierra y, en cierto sentido, dejan entrever la complacencia de Dios mismo al ver su obra maestra –la encarnación del Hijo en el seno virginal de María–, análogamente a la mirada de aprobación del Génesis”.

A continuación, explicaba san Juan Pablo II, “el centro del Ave María, casi como engarce entre la primera y la segunda parte, es el nombre de Jesús. A veces, en el rezo apresurado, no se percibe este aspecto central y tampoco la relación con el misterio de Cristo que se está contemplando. Pero es precisamente el relieve que se da al nombre de Jesús y a su misterio lo que caracteriza una recitación consciente y fructuosa del Rosario”.

Finalmente, el Papa señalaba que “de la especial relación con Cristo, que hace de María la Madre de Dios, la Thetokos, deriva, además, la fuerza de la súplica con la que nos dirigimos a Ella en la segunda parte de la oración, confiando a su materna intercesión nuestra vida y la hora de nuestra muerte”.

Después de los 10 Ave Marías, se reza el “Gloria”: “La doxología trinitaria es la meta de la contemplación cristiana. En efecto, Cristo es el camino que nos conduce al Padre en el Espíritu”, decía el Papa.

El rosario como objeto

El Papa analizaba en esta carta también el rosario como objeto: “Lo primero que debe tenerse presente es que ‘el rosario está centrado en el Crucifijo’, que abre y cierra el proceso mismo de la oración. En Cristo se centra la vida y la oración de los creyentes. Todo parte de Él, todo tiende hacia Él, todo, a través de Él, en el Espíritu Santo, llega al Padre.

En cuanto medio para contar, que marca el avanzar de la oración, el rosario evoca el camino incesante de la contemplación y de la perfección cristiana. El Beato Bartolomé Longo lo consideraba también como una ‘cadena’ que nos une a Dios”.

Si dices ‘María’, ella dice ‘Dios’”

Por otra parte, el Papa expresó en numerosas ocasiones su admiración por los escritos de san Luis María Grignion de Montfort (1673-1716), gran devoto de la Virgen, que escribió el “Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen”.

Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen

Título: Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen
Autor: San Luis María Grignion de Montfort
Editorial: Combel

Juan Pablo II definió este escrito en una carta a la familia montforniana de 2003 como “un clásico de la espiritualidad mariana”. En esta carta, el Papa explicaba: “A mí personalmente, en los años de mi juventud, me ayudó mucho la lectura de este libro, en el que ‘encontré la respuesta a mis dudas’, debidas al temor de que el culto a María, ‘si se hace excesivo, acaba por comprometer la supremacía del culto debido a Cristo’. Bajo la guía sabia de san Luis María comprendí que, si se vive el misterio de María en Cristo, ese peligro no existe. En efecto, el pensamiento mariológico de este santo ‘está basado en el misterio trinitario y en la verdad de la encarnación del Verbo de Dios’».

De hecho, el lema papal de san Juan Pablo II, “Totus tuus” (“todo tuyo”), está extraído del «Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen». “Estas dos palabras expresan la pertenencia total a Jesús por medio de María”, explicaba el Papa. “La doctrina de este santo ha ejercido un profundo influjo en la devoción mariana de muchos fieles y también en mi vida. Se trata de una doctrina vivida, de notable profundidad ascética y mística, expresada con un estilo vivo y ardiente, que utiliza a menudo imágenes y símbolos».

Un texto de san Luis María, citado por el Papa en la carta, ejemplifica muy bien este concepto de pertenencia a Jesús por medio de María: “Porque no pensaréis jamás en María sin que María, por vosotros, piense en Dios; no alabaréis ni honraréis jamás a María sin que María alabe y honre a Dios. María es toda relativa a Dios, y me atrevo a llamarla ‘la relación de Dios’, pues solo existe con respecto a él, o el ‘eco de Dios’, ya que no dice ni repite otra cosa más que Dios.

Si dices María, ella dice Dios. Santa Isabel alabó a María y la llamó bienaventurada por haber creído, y María, el eco fiel de Dios, exclamó: ‘Mi alma glorifica al Señor’. Lo que en esta ocasión hizo María, lo hace todos los días; cuando la alabamos, la amamos, la honramos o nos damos a ella, alabamos a Dios, amamos a Dios, honramos a Dios, nos damos a Dios por María y en María» (apartado 225 del “Tratado de la Verdadera Devoción de la Santísima Virgen”).

Ahí tienes a tu madre”

Otro aspecto fundamental de la devoción a la Virgen es que, desde las palabras que le dirigió Jesús en la Cruz (“Mujer, ahí tienes a tu hijo”, “Hijo, ahí tienes a tu madre”), María es Madre de la Iglesia, y de cada miembro de la Iglesia. A este respecto, Juan Pablo II señala que el Concilio Vaticano II “contempla a María como ‘Madre de los miembros de Cristo’, y así Pablo VI la proclamó ‘Madre de la Iglesia’. La doctrina del Cuerpo místico, que expresa del modo más fuerte la unión de Cristo con la Iglesia, es también el fundamento bíblico de esta afirmación.

‘La cabeza y los miembros nacen de una misma madre’ («Tratado de la verdadera devoción», 32), nos recuerda san Luis María. En este sentido, decimos que, por obra del Espíritu Santo, los miembros están unidos y son configurados con Cristo Cabeza, Hijo del Padre y de María, de modo que ‘todo hijo verdadero de la Iglesia debe tener a Dios por Padre y a María por Madre’ (El Secreto de María, 11)».

También señalaba el Papa que “El Espíritu Santo invita a María a ‘reproducirse’ en sus elegidos, extendiendo en ellos las raíces de su ‘fe invencible’, pero también de su ‘firme esperanza’ («Tratado de la verdadera devoción», 34). Lo recordó el Concilio Vaticano II: ‘La Madre de Jesús, glorificada ya en los cielos en cuerpo y alma, es la imagen y comienzo de la Iglesia que llegará a su plenitud en el siglo futuro. También en este mundo, hasta que llegue el día del Señor, brilla ante el pueblo de Dios en marcha como señal de esperanza cierta y de consuelo’ (Lumen gentium, 68).

San Luis María contempla esta dimensión escatológica especialmente cuando habla de los ‘santos de los últimos tiempos’, formados por la santísima Virgen para dar a la Iglesia la victoria de Cristo sobre las fuerzas del mal (Tratado de la verdadera devoción, 49-59). No se trata, en absoluto, de una forma de ‘milenarismo’, sino del sentido profundo de la índole escatológica de la Iglesia, vinculada a la unicidad y universalidad salvífica de Jesucristo. La Iglesia espera la venida gloriosa de Jesús al final de los tiempos. Como María y con María, los santos están en la Iglesia y para la Iglesia, a fin de hacer resplandecer su santidad y extender hasta los confines del mundo y hasta el final de los tiempos la obra de Cristo, único Salvador’”.

Mirar con María

Juan Pablo II también subrayó que el Rosario es un modo de oración contemplativa, e indicaba que María es el modelo de la contemplación: “El rostro del Hijo le pertenece de un modo especial. Ha sido en su vientre donde se ha formado, tomando también de Ella una semejanza humana que evoca una intimidad espiritual ciertamente más grande aún. Nadie se ha dedicado con la asiduidad de María a la contemplación del rostro de Cristo.

Los ojos de su corazón se concentran de algún modo en Él ya en la Anunciación, cuando lo concibe por obra del Espíritu Santo; en los meses sucesivos empieza a sentir su presencia y a imaginar sus rasgos. Cuando por fin lo da a luz en Belén, sus ojos se vuelven también tiernamente sobre el rostro del Hijo, cuando lo ‘envolvió en pañales y le acostó en un pesebre’ (Lc 2, 7). Desde entonces su mirada, siempre llena de adoración y asombro, no se apartará jamás de Él”.

El Papa también señalaba: “Recorrer con María las escenas del Rosario es como ir a la ‘escuela’ de María para leer a Cristo, para penetrar sus secretos, para entender su mensaje”.

La batalla de Lepanto

Además, Juan Pablo II recordó en esta carta apostólica implícitamente la relación del rosario con la victoria de la batalla de Lepanto: “La Iglesia ha visto siempre en esta oración una particular eficacia, confiando las causas más difíciles a su recitación comunitaria y a su práctica constante. En momentos en los que la cristiandad misma estaba amenazada, se atribuyó a la fuerza de esta oración la liberación del peligro y la Virgen del Rosario fue considerada como propiciadora de la salvación”.

El Beato Bartolomé Longo

Por otra parte, el Papa puso como ejemplo de apóstol del rosario, además de a san Luis María Grignion de Montfort y al Padre Pío, al Beato Batolomé Longo, quien, ateo, anticristiano e inmerso en corrientes espiritistas, se convirtió de adulto y tuvo la intuición de que tenía que propagar el rezo del rosario en reparación por su pasado. “Su camino de santidad se apoya sobre una inspiración sentida en lo más hondo de su corazón: ‘¡Quien propaga el Rosario se salva!’. Basándose en ello, se sintió llamado a construir en Pompeya un templo dedicado a la Virgen del Santo Rosario”, indica el Papa en Rosarium Virginis Mariae.

“El Rosario es a la vez meditación y súplica. La plegaria insistente a la Madre de Dios se apoya en la confianza de que su materna intercesión lo puede todo ante el corazón del Hijo. Ella es ‘omnipotente por gracia’, como, con audaz expresión que debe entenderse bien, dijo en su ‘Súplica a la Virgen’ el Beato Bartolomé Longo”.

El rosario en el tercer milenio

San Juan Pablo II recomendaba encarecidamente el rezo del rosario. Decía el santo en la mencionada carta apostólica que el rosario “es fruto de una experiencia secular. La experiencia de innumerables Santos aboga en su favor”.

Y afirmó: “El Rosario de la Virgen María, difundido gradualmente en el segundo milenio bajo el soplo del Espíritu de Dios, es una oración apreciada por numerosos Santos y fomentada por el Magisterio. En su sencillez y profundidad, sigue siendo también en este tercer Milenio apenas iniciado una oración de gran significado, destinada a producir frutos de santidad”.

Concluía el Papa la carta diciendo: “Tomad con confianza entre las manos el rosario”, añadiendo: “¡Que este llamamiento mío no sea en balde! Al inicio del vigésimo quinto año de Pontificado, pongo esta Carta apostólica en las manos de la Virgen María, postrándome espiritualmente ante su imagen en su espléndido Santuario edificado por el Beato Bartolomé Longo, apóstol del Rosario.

Hago mías con gusto las palabras conmovedoras con las que él termina la célebre Súplica a la Reina del Santo Rosario: ‘Oh Rosario bendito de María, dulce cadena que nos une con Dios, vínculo de amor que nos une a los Ángeles, torre de salvación contra los asaltos del infierno, puerto seguro en el común naufragio, no te dejaremos jamás. Tú serás nuestro consuelo en la hora de la agonía. Para ti el último beso de la vida que se apaga. Y el último susurro de nuestros labios será tu suave nombre, oh Reina del Rosario de Pompeya, oh Madre nuestra querida, oh Refugio de los pecadores, oh Soberana consoladora de los tristes. Que seas bendita por doquier, hoy y siempre, en la tierra y en el cielo’”.

Cultura

Muere Wanda Półtawska, la médico amiga de san Juan Pablo II

El 25 de octubre de 2023 falleció Wanda Półtawska con casi 102 años, conocida por ser colaboradora y amiga de san Juan Pablo II desde su juventud. Su vida estuvo dedicada a la promoción de la familia y la dignidad del cuerpo humano.

Ignacy Soler·27 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

Wanda Półtawska fue colaboradora y amiga de Juan Pablo II, una médica reconocido prestigio y gran defensora de la santidad del matrimonio, de la familia y de la vida no nacida.

Tenía casi 102 años. Su esposo, el catedrático de filosofía Andrzej Półtawski, murió el 29 de octubre de 2020. Juntos tuvieron 4 hijas.

Promotora de la santidad del matrimonio y la familia

Wanda Półtawska fue médica, conferenciante y divulgadora de las enseñanzas de Juan Pablo II sobre la santidad del matrimonio y la familia. Fue miembro del Consejo Pontificio para la Familia y de la Academia Pontificia pro Vita.

Fue autora de casi cuatrocientas publicaciones en el campo de la psiquiatría, la protección de la vida no nacida, los enfermos y los ancianos, la cuestión de la castidad y su importancia, el matrimonio y la familia.

En 1967 organizó el Instituto de Teología de la Familia que dirigió durante 33 años, formando a innumerables novios, jóvenes matrimonios y sacerdotes. Recibió además numerosos premios, incluida la medalla papal «Pro Ecclesia et Pontifice» y el doctorado honoris causa de la Universidad Católica de Lublin y fue nombrada ciudadana honoraria de Lublin.

Prisionera en el campo de concentración de Ravensbrück

Wanda Półtawska, de soltera Wojtasik, nació el 2 de noviembre de 1921 en Lublin. Asistió a la escuela de las Hermanas Ursulinas en Lublin. Antes de 1939 y durante la Segunda Guerra Mundial fue activa miembro de los Scouts.

Cuando tenía 15 años, se convirtió en líder de su grupo. Después del estallido de la Segunda Guerra Mundial, se unió a un grupo descouts que prestaban servicios auxiliares y se unió a la lucha clandestina como enlace, al mismo tiempo que participaba en la enseñanza polaca en secreto. 

El 17 de febrero de 1941 fue arrestada por la Gestapo de Lublin, encarcelada en el castillo de esa ciudad, allí también fue interrogada y torturada.

El 21 de noviembre de 1941 fue deportada al campo de concentración de Ravensbrück con sentencia de muerte ´in absentia´. Fue víctima de experimentos pseudomédicos (principalmente mutilaciones quirúrgicas de miembros) realizados por médicos alemanes, entre ellos un profesor de Berlín, el presidente de la Cruz Roja Alemana, Gebhardt y los doctores Fischer, Rosenthal y Oberheuser. Poco antes del final de la guerra, fue transportada al campo de Neustadt-Glewe, donde permaneció hasta el 7 de mayo de 1945.

Una médico defensora de la dignidad de la vida humana

Después de la guerra se trasladó a Cracovia. El 31 de diciembre de 1947 se casó con el filósofo Andrzej Półtawski (1923-2020). Criaron cuatro hijas juntas. En 1951 se graduó en medicina en la Universidad Jagellónica y luego obtuvo ambos grados de especialización y un doctorado en psiquiatría (1964).

En los años 1952-1969 fue profesora asistente en la Clínica Psiquiátrica de la Universidad Médica de Cracovia, de 1955 a 1997 profesora de medicina pastoral en la Facultad Pontificia de Teología de Cracovia y de 1964 a 1972 trabajó en la Facultad de Diagnóstico-Tratamiento de la Cátedra de Psicología de la Universidad Jagellónica.

Realizó investigaciones sobre los llamados niños de Auschwitz, personas que fueron enviadas a campos de concentración cuando eran niños. En abril de 1969 abandonó la Clínica para dedicarse principalmente al asesoramiento matrimonial y familiar.

En 1995 participó en una campaña para colocar una placa en memoria de las mujeres polacas, prisioneras de Ravensbrück y víctimas de los médicos alemanes. Los esfuerzos para obtener el permiso de las autoridades del campo-museo comenzaron a principios de 1995, con ocasión del 50º aniversario de la liberación del campo.

Debido a la oposición de las autoridades alemanas de este campo a la idea de recordar la tragedia de las mujeres polacas, no se permitió la instalación de la placa. Wanda Półtawska insistió tenazmente, ese era un rasgo de su personalida, la fortaleza propia de una mulier fortis evangélica. Después de un año, en 1996, las autoridades del museo alemán se pusieron la placa conmemorativa.

Participó en el trabajo de la Comisión para la Investigación de los Crímenes Nazis en Polonia. Editó, con la colaboración de otras personas, el Semanario de Familias Católicas Źródła. Es autor de muchas publicaciones en el campo de la pedagogía. Fue concejal de Cracovia durante 10 años. En 2010 firmó una carta abierta al gobierno de la República de Polonia y al presidente contra la organización del desfile Europride en Varsovia. La carta explicaba los motivos racionales para oponerse a la legalización de las relaciones entre personas del mismo sexo y la adopción de niños por parejas homosexuales. También se afirmaba en ese escrito que las acciones de la comunidad LGBT constituyen un ataque abierto a la libertad de expresión, de creencias y de conciencia.

En mayo de 2014, fue la iniciadora y autora del texto de la Declaración de fe de los médicos y estudiantes de medicina católicos sobre la sexualidad humana y la fertilidad.

Curada del cáncer

Es muy conocida la correspondencia del año 1962, dirigida al capuchino italiano y más tarde santo católico Padre Pío por el arzobispo Karol Wojtyła, pidiendo oraciones por la curación de Wanda Półtawska del cáncer y el posterior agradecimiento del Papa por la eficaz intervención. La carta dice así: Reverendo Padre. Le pido oraciones por una mujer de cuarenta años y madre de cuatro hijas de Cracovia en Polonia. Durante la última guerra pasó cinco años en un campo de concentración en Alemania, actualmente está gravemente enferma de cáncer y en peligro de perder la vida. ¡Que Dios, por intercesión de la Santísima Virgen María, muestre su misericordia a ella y a su familia!

La misma profesora Wanda Półtawska recuerda que “años más tarde, cuando el obispo de Cracovia ya estaba en la Sede de Pedro, supe por el primer hombre que entregó las cartas que el Padre Pío se limitó a decir: ‘No se puede decir que no a esto’. No sabía nada sobre las cartas del Arzobispo. Karol Wojtyła. Entonces estaba en el hospital, preparádome para una cirugía seria, después de la cual tendría la oportunidad de vivir un año o año y medio hasta que se produjera la metástasis. No recé para que hubiera un milagro, pero estaba decidida a la intervención quirúrgica pues deseaba vivir lo más posible, ya que tenía niños pequeños. Mi amigo el profesor N., después de examinarme, dijo: ‘Bueno, tal vez hay un 5% de posibilidades de que no sea cáncer; Lo sabremos después del procedimiento’. Pero no hubo cirugía porque a último momento resultó que los tumores habían desaparecido, entonces pensé que era el 5%. Sólo cuando llegué a casa me enteré de estas cartas al Padre Pío, pero, sinceramente, no estaba segura. No pregunté nada y preferí dar el asunto por cerrado. Hoy pienso que Dios es tan delicado y tan sutil en sus acciones que no quiere que agradezcamos y creamos en cosas difíciles de creer”.

Su obra Diario de una amistad 

Diario de una amistad (Beskidzkie rekolekcje. Dzieje przyjaźni księdza Karola Wojtyły z rodziną Półtawskich) presenta unas cartas personales de dirección espiritual dirigidas a ella por Karol Wojtyła, siempre con la firma ‘brat’ -tu hermano, desde 1961 hasta 1994.

Un libro de lectura importante para un conocimiento profundo de Karol Wojtyła como director espiritual.

Wanda era una chica activa, inteligente, llena de vida y con un gran compromiso social en su ciudad natal Lublin. Fue apresada por los nazis al principio de la segunda guerra mundial y cuatro años los pasó en el campo de concentración en Ravensbrück.

Esa experiencia la contaría poco después en su relato – Y tengo miedo de mis sueños (I boję się snów). Después de la guerra llegó a Cracovia para estudiar medicina.

Los años de cautiverio le habían dejado una huella profunda y buscó la ayuda espiritual, pero no conseguía encontrar un guía o maestro.

Sería en los años cincuenta cuando al confesarse en la iglesia de santa María en la plaza del mercado, el joven confesor le dijo: ¡Ven a la Santa Misa de la mañana, y ven cada día!

Esas palabras fueron para ella cómo un trallazo: “No le pedí que fuera el director espiritual de mi alma, no le dije nada de eso. Todo salió con naturalidad cuando al final me dijo lo que antes ningún sacerdote me había dicho: ¡Ven a la Santa Misa de la mañana, y ven cada día! Más de una vez he pensado que a decir verdad cada confesor debería dar ese consejo tan sencillo: ¡ven a la Santa Misa pues es la fuente de la gracia! Sin embargo ningún sacerdote me lo había planteado, algunos ciertamente me sugirieron la posibilidad de hablar con ellos, me decían: ¡ven a mí, ven a verme! Pero aquel sacerdote no me dijo: ‘¡Ven a mí!’ sino: ¡Ven a la Santa Misa!”.

Para Wanda estaba claro: ese sacerdote era el elegido para su acompañamiento espiritual, y lo fue desde el primer encuentro hasta el 2 de abril de 2005, allí -en habitación pontificia- fiel estaba Wanda viendo morir a su hermano.

En el libro las cartas de Wojtyła y los comentarios personales de la autora se centran en el sacramento de la Eucaristía y la necesidad de la oración mental. Wojtyła trasmite esto a Wanda en un contexto asombrosamente bello: los montes Beskides en la cordillera de los Cárpatos occidentales. Estas memorias son en realidad el diario de una amistad entre un hombre y una mujer. Se recoge bastantes cartas personales del sacerdote, obispo y papa Karol, con continuos puntos para la meditación personal. A lo largo de sus páginas se descubre la identidad del ser cristiano: la amistad con Jesucristo. La dirección o acompañamiento espiritual personal ejercida por el sacerdote Karol y después por el papa Juan Pablo II sobre Wanda gira sobre dos ejes: la enseñanza de la oración personal y del mejor modo de ejercer sus derechos y cumplir sus deberes como esposa, madre de familia y psiquiatra.

Lectura crítica

Para quienes critican la posibilidad de una amistad entre un sacerdote católico y una mujer, habría que recalcar que la presencia del esposo de Wanda, Andrés, en todas las cartas es continua.

La introducción es suya y nos dice desde su perspectiva de esposo que “en el mundo actual dirigido por unos medios de comunicación cargados de sensualidad, en un mundo en donde besar a un niño en la frente evoca pensamientos de pedofilia, en donde el abrazo fraternal entre amigos fácilmente es interpretado como manifestación de homosexualidad, la amistad entre un hombre y una mujer despierta automáticamente pensamientos de sexualidad en esas relaciones. La autora no dejó de encontrarse – en el período de la guerra y después en los años de su trabajo profesional- con multitud de casos que daban una respuesta negativa a la pregunta que continuamente se hacía: ¿Es el hombre capaz de vivir una vida buena, sin dejarse llevar ni funcionar como un autómata? ¿Puede ser el hombre de verdad limpio y libre? La dirección espiritual junto con la cercanía personal de un gran sacerdote permitió a mi mujer, Wanda Półtawska, que alcanzara el equilibrio y la paz, que pudiera conciliar el trabajo profesional con la vida familiar, y con el paso de los años más intensamente -y han pasado ya sesenta años- se profundizara y afianzara aún más nuestra intimidad y armonía matrimonial. Me resulta difícil manifestar en profundidad mi agradecimiento por la posibilidad de haber vivido estos años junto a una gran mujer y a un gran hombre, por la presencia de un padre y hermano en la vida de este gran sacerdote, obispo y papa”.

Otro apunte crítico hace referencia a que la autora aprovecha los textos de Wojtyła para su propio protagonismo. Ciertamente Diario de una amistad es una continua conversación con Dios y con su director espiritual.

El libro contiene unas cincuenta páginas de textos de Juan Pablo II y las quinientas restantes son anotaciones del diario personal de la autora, todo entrelazado.

Sin lugar a dudas el sacerdote Karol Wojtyła se nos muestra en este diario como un experto director espiritual, audaz, moderno y totalmente entregado en su labor espiritual.

Wojtyła es un hombre que sabe escuchar, un sacerdote católico que pretende ser instrumento de Cristo Sacerdote, un místico que introduce a las almas en la difícil tarea de la oración personal.

Diez citas de Wanda Półtawska.

  • El cuerpo es sagrado pues revela el espíritu. Pero puede revelar el espíritu del mundo o el Espíritu Santo, depende de tu elección.
  • La libertad es conciencia y voluntad delimitados por un fin.
  • Cada minuto puede convertirse en un don para alguien.
  • El amor no le teme al tiempo. El amor sabe esperar, y cuando es auténtico, no es deseo de placer, sino disposición a dar. El deseo de concupiscencia se apropia posesivamente, independientemente del bien de la persona. El amor no codicia, sino que admira y da el bien, sólo el bien.
  • Sí, tuve una vida hermosa y tengo una vida hermosa. No es mérito mío vivir hasta los cien años (por supuesto que no hecho nada especial para llegar a los cien años), pero cada persona puede elegir su propio estilo de vida. Mi estilo y mi querer es ayudar a salvar la vida de cada hombre, pues todos hemos sido creados para el cielo. No hay persona humana que no tenga ese fin.
  • Juan Pablo II repitió muchas veces que hay que aprender a amar. 
  • Yo he tenido la suerte de vivir mi vida en una atmósfera de amor.
  • El cuerpo humano es sagrado. El seno en el cual una mujer tiene un hijo es un santuario de la vida. La mujer es responsable de a quién permite entrar a este santuario.
  • Podéis y debéis plantearos la santidad y la manera de actuar, pero sin manipular la vida, porque no tenéis el poder de dar la vida. Cada niño es obra de Dios, no del hombre.
  • La Iglesia necesita testigos de que las personas pueden vivir como Dios manda. Y, ¿cómo hay que vivir? Esto nos loenseñó san Juan Pablo II. Él nos dio todas las indicaciones para salvar la santidad del matrimonio y del amor humano.
El autorIgnacy Soler

Cracovia

Cultura

Religiones y medios de comunicación. ¿Una relación problemática?

La Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma abordó, en una interesante y plural jornada de estudio, la representación informativa y mediática de las diversas tradiciones religiosas.

Antonino Piccione·27 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

«Religiones y medios de comunicación. Entre la secularización y la revolución digital», era el tema y el título de la jornada de estudio promovida por la Asociación ISCOM y el Comité «Periodismo y Tradiciones Religiosas» de la Universidad Pontificia de la Santa Croce. En ella, se dieron cita, el 25 de octubre, representantes de diversas tradiciones religiosas y profesionales del sector reflexionaron sobre la presencia del judaísmo, el islam, el cristianismo o el hinduismo en el panorama mediático, situado cada vez mas en un contexto cultural y político muy dinámico.

Después de la masacre del 7 de octubre de 2023 en Israel, no se puede dejar de reflexionar sobre las repercusiones mediáticas de la guerra en Medio Oriente (y en otros conflictos armados actuales y potenciales, que afectan a las diversas regiones del mundo), planteando la pregunta de cuál es el papel y la función de las religiones en estos nuevos y antiguos escenarios, y cómo se representa este papel en los medios y en las redes sociales. Y todo ello, más allá de la censura, la desinformación y la manipulación, tan frecuentes en tiempos de paz, y mucho màs en tiempos de guerra.

El papel de la religión y de la comunicación

¿La religión es parte del problema o parte de la solución? En su discurso de apertura, Marta Brancatisano, profesora emérita de Antropología dual de la Pontificia Universidad de la Santa Croce, ha dicho que «no es lógico ni lícito atribuir a la fe un significado y un resultado que no sea a favor de la vida». Porque «no se puede asociar la verdad a la violencia». «Es preciso alcanzar», enfatiza Brancatisano, «un conocimiento de las tradiciones religiosas que hoy, como siempre, constituyen la base cultural en la que se apoyan las sociedades en todos sus aspectos».

Alessandra Costante, Secretaria General de la Federación Nacional de la Prensa Italiana, ha subrayado la importancia de la responsabilidad de la información: «Respetando las diferentes culturas y tradiciones religiosas, como periodistas, estamos llamados a desempeñar nuestro papel y función con rigor, en nombre de la verdad sustantiva de los hechos de la que no podemos prescindir. Especialmente en un momento como el que estamos viviendo, con los riesgos de radicalización». «Las religiones en el siglo XXI – ha seguido diciendo – han vuelto inesperadamente al centro de atención». 

Era esa una opiniàon compartida por Ariel Di Porto, de la Comunidad Judía de Roma, ex rabino jefe de Turín, que dijo que «en una sociedad cada vez más multicultural y multirreligiosa, los medios deberían contribuir al conocimiento de los diversos fenómenos religiosos». 

En esa misma linea, Abdellah Redouane, Secretario General del Centro Cultural Islàamico de Italia, indicaba que «los medios de comunicación constituyen una oportunidad y al mismo tiempo una amenaza para los distintos credos. Oportunidad porque las autoridades religiosas han podido extender su palabra en el espacio público. Amenazas – concluía Redouane – porque existe la preocupación de que algunos medios puedan adulterar la sensibilidad religiosa, con una indudable difusión del laicismo y el rechazo hacia el fenómeno religioso, sea cual sea».

Libertad religiosa y la libertad de información

Una de las mesas redondas de la Jornada ha estado centrada en analizar hasta qué punto es posible armonizar los principios de la libertad religiosa y la libertad de información. Aparentemente parecerían estar en conflicto o ser incompatibles entre sí. Sin embargo, «no se es completamente libre», según la opinión de Davide Jona Falco, asesor de Comunicación de la Unión de Comunidades Judías Italianas (U.C.E.I.), «si no se puede expresar y vivir la propia religión, si no se tiene el derecho de expresar la propia opinión y recibir información precisa o comunicar información o ideas sin interferencias externas».

El equilibrio entre la libertad de expresión y la libertad religiosa es particularmente sensible cuando se trata de la sátira religiosa o la crítica teológica. Zouhir Louassini, periodista y escritor en Rai News desde 2001, ha propuesto «encontrar un compromiso que respete ambas libertades. Eso requiere un diálogo constante y una profunda comprensión de las diversas sensibilidades culturales y religiosas. La clave podría residir en la promoción de la educación y la empatía mutua, reconociendo la importancia de ambas libertades en la construcción de una sociedad democrática e inclusiva». 

También los musulmanes, por lo tanto, entran (y están llamados a entrar) en diálogo con el mundo. «Sin embargo», ha aclarado Mustafa Cenap Aydin, sociólogo de las religiones y director del Instituto Tevere Centro para el diálogo, «cuando se habla del Islam, es necesario aclarar a qué Islam se hace referencia, dada la realidad plural y compleja del Islam que dialoga con el mundo, prestando especial atención a los fundamentos teológicos del diálogo interreligioso en el libro sagrado de los musulmanes, el Corán.

Sobre la libertad religiosa, la convivencia pacífica y el proceso de secularización, ha reflexionado Paolo Cavana, catedrático de Derecho Canónico y Derecho Eclesiástico en la Universidad LUMSA de Roma. Según él, «la globalización ha convertido a las comunidades religiosas en actores necesarios en la construcción de sociedades multiétnicas y multirreligiosas». Sin embargo, en su opinión, solo la libertad de información es capaz de garantizar «el conocimiento mutuo que constituye el presupuesto fundamental de todo diálogo interreligioso, basado en el respeto a la persona humana».

¿Cómo contar en la televisión la cultura de las diferentes tradiciones religiosas? Marco Di Porto, periodista, escritor y autor de «Sorgente di vita», un programa sobre la cultura judía que se emite en la RAI, ha llamado la ateciòn sobre «la importancia de narrar la historia y las tradiciones del ‘mundo judío’ a una audiencia general. Y el desafío de profundizar en temas complejos de manera directa y comprensible, adecuada a la velocidad y la inmediatez de los medios de comunicación. La cultura judía  -agrega Roberto Della Rocca, Director del Departamento de Educación y Cultura de la Unión de Comunidades Judías Italianas- puede convertirse en un lugar de encuentro entre diversas tradiciones. La cultura judia està caracterizada por el multiterritorialismo y el multilingüismo, consecuencia de una diáspora que ha permitido a los judíos sembrar y cosechar frutos fértiles, en el seno de la cultura helenística, arabo-islámica y finalmente la europea».

Contar historias de contenido religioso

¿Existe una manera religiosa de contar una historia de contenido religioso? Según Luca Manzi, escritor y guionista, coautor de series como «Don Matteo», «Boris», «Ombrelloni» y «The net», «analizando la serialidad internacional, la estructura del relato ha experimentado en las últimas dos décadas un cambio sin precedentes, estableciendo por primera vez una diferencia entre un relato estructural e intrínsecamente religioso, el clásico, y uno que prescinde de Dios».

Un ejemplo de esto es «The Chosen» (2017), la serie estadounidense que se inserta en una rica tradicion, a la que la industria cultural italiana ha contribuido significativamente: desde las propuestas histórico-culturales de los años 60-70 hasta la Edad de Oro de la serialidad religiosa en los años 90-00.

«Pero junto a esta narración», señala Sergio Perugini, periodista y secretario de la Comisión Nacional de Evaluación de Películas de la CEI, «es importante destacar cómo la religión a menudo regresa en la serialidad contemporánea (como en el cine) despojada de su complejidad, utilizada solo por sus códigos simbólicos o reducida a estereotipos planos y problemáticos».

Se ha mencionado el 7 de octubre, una fecha trágicamente destinada a marcar la historia de la humanidad. Pero ya después del 11 de septiembre, nada es como antes. Ahmad Ejaz, periodista y miembro del Consejo de Administración del Centro Islámico de Italia, está convencido de que «Occidente descubre el islam como una entidad y un enemigo al mismo tiempo. De repente, surgen opiniones y se mezclan conceptos e identidades. «El resultado», agrega, «es un nuevo desconocimiento que lleva a un prejuicio nacional-popular estructurado en condenas, juicios y etiquetas desafortunadamente de ambas partes». «Todos se sienten simultáneamente acusados y bajo ataque», concluye Ejaz.

¿Es posible identificar un estilo de presencia (incluso de los cristianos) en las redes sociales? Fabio Bolzetta, periodista y presidente de la Asociación de WebCatólicos Italianos (WECA), observa que «para habitar el continente digital en un tiempo sinodal, las directrices son el encuentro y la escucha. Mientras en la Red crecen las oportunidades de encuentro para quienes están comprometidos, como cristianos, en la comunicación digital: ¿testigos, misioneros digitales o influenciadores? Porque se debe reconocer ante todo la vocación y el compromiso en el anuncio».

También ha estado presente la cultura hindú en el evento, con la vicepresidenta de la Unión Hindú Italiana (UII), Svamini Hamsananda Ghiri, quién llamò la atención sobre el impacto de la secularización y el progreso tecnológico, invitando «a reflexionar sobre el valor de lo sagrado a nivel personal, social y religioso, y sobre la importancia de mantener vivo este valor en una sociedad que tiende cada vez más hacia la materialidad, a través de un encuentro productivo entre religiones e información, aprovechando al máximo las herramientas digitales disponibles.

Por último, Swamini Shuddhananda Ghiri observa cómo «la cultura occidental, que defiende el derecho a la libertad, debería también respaldar el derecho de las religiones a dar a conocer de manera correcta su propia identidad y, al mismo tiempo, conocer las demás creencias a través de la idea de lo sagrado como denominador común».

El autorAntonino Piccione

Vaticano

La Carta al Pueblo de Dios: «La Iglesia necesita absolutamente escuchar a todos»

Poco antes de que salga a la luz la síntesis de lo que ha supuesto la primera Asamblea del Sínodo de la sinodalidad, la comisión que redacta esta síntesis ha dado a conocer la "Carta al Pueblo de Dios".

Hernan Sergio Mora·26 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Mientras la primera parte del sínodo de los obispos se acerca a su conclusión este domingo 29 de octubre, la asamblea reunida, desde hace casi cuatro semanas en el Vaticano, ha querido dirigir una palabra a toda la Iglesia.

La “Carta dirigida al Pueblo de Dios” difundida el miércoles 25 de octubre, por la Oficina de Prensa de la Santa Sede- fue redactada por la comisión que elabora la síntesis del Sínodo, la cual será presentada el sábado por la mañana y votada por la tarde. 

La misiva señala: “…queremos, con todos vosotros, dar gracias a Dios por la hermosa y rica experiencia que acabamos de vivir” precisando que se realiza “en profunda comunión con todos ustedes”, “sostenidos por vuestras oraciones”, llevando vuestras expectativas, preguntas y también miedos.

En la carta se recuerda que “han pasado ya dos años desde que, a petición del Papa Francisco, se inició un largo proceso de escucha y discernimiento, abierto a todo el pueblo de Dios, sin excluir a nadie para “caminar juntos”, bajo la guía del Espíritu Santo”.

Señala la “experiencia sin precedentes” que el sínodo significa, ya que se invitaron a “hombres y mujeres, en virtud de su bautismo, a sentarse en la misma mesa para formar parte no solo de las discusiones, sino también de las votaciones de esta Asamblea del Sínodo de los Obispos”,.

“Utilizando el método de la conversación en el Espíritu -señala la misiva- “hemos compartido con humildad las riquezas y las pobrezas de nuestras comunidades en todos los continentes, tratando de discernir lo que el Espíritu Santo quiere decir a la Iglesia hoy”. Experiencia que «concluirá con un documento de síntesis de este primer encuentro que “aclarará los puntos de acuerdo alcanzados, evidenciará las cuestiones abiertas e indicará cómo continuar el trabajo”.

Se recuerda en el escrito que durante la asamblea hubo intercambios con las tradiciones latina y del Occidente cristiano, se ha entrado en el contexto de un mundo en crisis, rezado por las víctimas de la violencia homicida, “sin olvidar a todos a los que la miseria y la corrupción les han arrojado a los peligrosos caminos de la emigración” y siguiendo la invitación del Santo Padre “al silencio, para favorecer entre nosotros la escucha respetuosa y el deseo de comunión en el Espíritu”.

“Esperamos que los meses que nos separan de la segunda sesión, en octubre de 2024, permitan -se lee en la carta- a cada uno participar concretamente en el dinamismo de la comunión misionera indicada en la palabra “sínodo”. No se trata de una ideología, sino de una experiencia arraigada en la Tradición Apostólica. Como nos recordó el Papa al inicio de este proceso”.

El documento indica que “la Iglesia necesita también escuchar a los laicos, a las mujeres y a los hombres, todos llamados a la santidad en virtud de su vocación bautismal” al que se suma el testimonio de los catequistas, de los niños, el entusiasmo de los jóvenes, de los ancianos, a las familias, de quienes desean ser involucrados en ministerios laicales, de los sacerdotes, diáconos, y por la voz profética de la vida consagrada, centinela vigilante de las llamadas del Espíritu, estando atenta a aquellos que no comparten su fe, pero que buscan la verdad, y en los que está presente y activo el Espíritu.

La carta concluye recordando que el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio” y recuerda que “la Virgen María, primera en el camino, nos acompaña en nuestro peregrinaje”.

El autorHernan Sergio Mora

Ecología integral

La Red FACIAM reivindica visibilizar a las personas sin hogar

El 29 de octubre tendrá lugar la Campaña de las Personas sin Hogar en Madrid, con el lema “Comparte tu red”, coordinada desde Red FACIAM.

Loreto Rios·26 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Según indican desde la Campaña de las Personas sin Hogar 2023, “en contra de lo que puede pensarse” el sinhogarismo es “una situación en la que puede acabar cualquier persona cuando se entrecruzan varios factores, el personal, laboral, familiar, económico…”. Aunque señala que suele darse este caso cuando se conjugan “la carencia de un lugar estable para vivir y la carencia o ruptura de vínculos sociales”.

En la rueda de prensa han participado Susana Martínez, presidenta de FACIAM, además de tres personas que han estado en situación de sin hogar: Manuel, español de 60 años, Estrella, hondureña de 19 años, y María, española de 34 años.

Manuel ha explicado que tuvo que dejar de trabajar con 40 años para cuidar a su madre enferma.

Cuando falleció y quiso volver a incorporarse al mercado laboral, ninguna empresa quería contratarle por considerarle “demasiado mayor”. Llegó un momento en que no pudo pagar el alquiler y, dado que se había producido una ruptura entre sus hermanos, tuvo que vivir en la calle, un mundo que “no conocía, lo veía como algo lejano que no podía pasarme a mí, no sabía ni que existían comedores sociales, ni ayudas, ni nada”.

Experiencias de sinhogarismo

Agotado de su situación, echó a andar por el arcén de la carretera en un día de verano, esperando que el excesivo calor acabase con él. Sin embargo, un imprevisto lo salvó: un joven enfermero estaba paseando a su perro cerca de la zona, el animal se escapó, fue hasta donde Manuel se encontraba tirado en el suelo y le lamió la cara. Siguiendo a su perro, el enfermero encontró a Manuel y pudo avisar al SAMUR.

Actualmente, Manuel, completamente recuperado, es atendido en el Centro CEDIA 24 Horas.

Estrella llegó de Honduras a España hace 10 meses. Aunque su padre conocía en Madrid a unos amigos, a los dos meses le dijeron que tenía que buscarse una habitación de alquiler. Tras pasar por el Albergue San Juan de Dios, ahora se encuentra en un piso de jóvenes, y se prepara para ser peluquera, porque su sueño es “poder traerme a mi padre y hermano”.

Por su parte, María, de 34 años, era artista grafitera, pero un accidente de tráfico y un embarazo inesperado la llevaron a una situación económica precaria. Sin lazos familiares, tuvo que pedir ayuda, a pesar de considerarse muy fuerte y no querer hacerlo, porque lo veía como algo de “gente pobre”. Durante este tiempo, afirma que se ha dado cuenta de que “sola no puedes”. Así, llegó al Hogar Santa Bárbara para madres solteras de Cáritas. María se define como “bastante atea”, y comenta que “nunca pensé dar gracias a la Iglesia, pero, la verdad, me ha salvado. Agradezco poder crear un vínculo con mi hija, y poder descansar, no había descansado en años”.

Promover «redes de apoyo»

La presidenta de FACIAM, Susana Hernández, afirma que “es necesario visibilizar el sinhogarismo como un problema social, que debe atajarse con políticas públicas y medidas que den apoyo social a las necesidades de las personas que no tienen un hogar”.

Por un lado, desde FACIAM buscan “garantizar el acceso a una vivienda. Ya que faltan viviendas sociales y los alquileres son excesivos”, y, por otro, “promover redes de apoyo”, sobre lo que indica la presidenta de FACIAM: “Reivindicamos el componente relacional como prioridad, tanto en la prevención de las situaciones de calle como en los procesos de recuperación e incorporación social”.

La Red propone “incorporar el apoyo social en los programas de intervención y conectar a las personas en espacios comunitarios”.

Visibilizar a las personas sin hogar

Esta campaña, que se celebrará el domingo 29 de octubre, supone la 31.ª edición de la Campaña de Personas sin Hogar, promovida por Cáritas, FACIAM (Federación de Asociaciones y Centros de Ayuda a Marginados), XaPSLL (Xarxa d’Atenciò a Persones Sense Llar de Barcelona) y besteBI (Plataforma por la Exclusión Residencial y a favor de las Personas Sin Hogar de Bilbao).

El jueves 26 se han celebrado actos previos a la campaña en diferentes ciudades. En Madrid se ha realizado una marcha desde Callao hasta Ópera, donde se ha leído el manifiesto de la campaña y ha tenido lugar una actuación musical en la que ha colaborado “Músicos por la salud”. Además, “de manera simbólica se ha tejido una red realizada por la artista textil Concha Ortigosa, y en cuya decoración han participado las personas de la red de atención a personas sin hogar de la ciudad de Madrid”, señalan en el comunicado de la campaña, “el objetivo es visibilizar a las personas que están en situación de sin hogar y reclamar derechos sociales que las protejan, como garantizar vivienda o promover lazos de apoyo”.

Estados Unidos

EEUU lleva 25 años velando por la libertad religiosa

Estados Unidos lleva 25 años comprometido con la libertad religiosa internacional. El 27 de octubre de 2023 marca un aniversario especial que el cardenal Dolan y el obispo Malloy han querido conmemorar con una nota publicada por la conferencia episcopal.

Paloma López Campos·26 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El 27 de octubre de 2023 es el vigésimo quinto aniversario de la Ley de Libertad Religiosa Internacional. En 1998, Estados Unidos hizo de la libertad religiosa un elemento más de su política exterior. A través de esta ley, la nación estadounidense se comprometió a velar por este derecho en aquellos países que la vulnerasen, y a proteger a las personas perseguidas por su credo.

Cuando se promulgó este decreto, se estableció el cargo de embajador en misión especial para la libertad religiosa internacional. Asimismo, se creó un comité centrado en este ámbito. Desde entonces, cada año el Departamento de Estado y la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional publican informes en los que señalan los ataques a este derecho básico y proponen medidas para ponerles fin.

Para conmemorar el aniversario de este hito, la conferencia episcopal de Estados Unidos ha hecho pública una declaración. La nota la firman el cardenal Timothy M. Dolan y el obispo David J. Malloy. Ellos son, respectivamente, el presidente del comité de libertad religiosa de la conferencia episcopal y el presidente del comité de Justicia Internacional y Paz.

Un frente que sigue abierto

El texto de Dolan y Malloy comienza mencionando la declaración sobre libertad religiosa del Concilio Vaticano II, “Dignitatis humanae”, promulgada por el Papa san Pablo VI. En ella se afirmaba que todo el mundo tiene derecho a esta libertad, que tiene su fundamento “en la dignidad misma de la persona humana”. Por ello, los gobiernos tienen el deber de asegurar la protección de esta libertad para que “nadie se vea obligado a actuar de manera contraria a sus propias creencias”.

A pesar de los esfuerzos para proteger la conciencia de los ciudadanos, la realidad es trágica. “El 80 % de los habitantes del mundo viven en países donde existen altos niveles de restricciones gubernamentales o sociales a la religión”.

Nicaragua
El obispo nicaragüense Rolando Álvarez de Matagalpa es un ejemplo actual de las restricciones a la libertad religiosa (OSV News / Maynor Valenzuela, Reuters)

Ante esta situación, el cardenal Dolan y el obispo Malloy invitan a los católicos a unirse en oración junto al Papa “para que la libertad de conciencia y la libertad religiosa sean reconocidas y respetadas en todas partes”.

España

La Iglesia española llama al «orgullo de ser católicos»

El 12 de noviembre la Iglesia española celebra el Día de la Iglesia diocesana. Una jornada que pretende ser una llamada a la corresponsabilidad de todos los que forman parte de la comunidad eclesial en el sostenimiento y la acción pastoral.

Maria José Atienza·26 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

“Todos estamos orgullos de algo, y nuestras convicciones también son un motivo para estarlo”. Así lo afirma el obispo de Bilbao y responsable del Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia, Joseba Segura. 

Segura ha realizado esta afirmación en el contexto de un desayuno de presentación de la campaña del Día de la Iglesia diocesana de este 2023 a los medios de comunicación.

En este encuentro el obispo de Bilbao ha destacado además que esta tradicional campaña de la Iglesia diocesana “cada vez pone menos el acento en lo económico para dar mas valor a la vida cotidiana y el aporte de la Iglesia al mundo.”

Asimismo, Segura ha querido subrayar que la campaña presentada se ha realizado en el contexto social en el que entre tantas “propuestas de sentido, la Iglesia se convierte en una más y lleva a preguntarnos hasta que punto estamos convencidos de que nuestra propuesta tiene un valor social”.

“La sociedad española tiene un gran respeto por las manifestaciones de fe de otras confesiones y, a veces, los católicos tenemos temor de presentar explícitamente nuestras convicciones” ha afirmado el obispo responsable del Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia.

No tener «vergüenza» de ser creyentes

Esta es, de hecho, la línea argumental visual de la campaña de este 2023 en la que la propuesta audiovisual centra su mirada en unas situaciones “que se dan habitualmente” a juicio de los responsables de esta campaña.

En el video se aprecia como tres laicos: dos hombres y una mujer, jóvenes, parecen tener “vergüenza” de mostrar su fe y cómo una reflexión sobre la labor que hace la Iglesia, -personalizada en un sacerdote que da la comunión a una enferma, otro sacerdote que ayuda a personas sin hogar y una religiosa entregada a la educación-, les lleva a un cambio de actitud y a mostrar, “con orgullo” su pertenencia a la comunidad católica.

En este contexto, José María Albalad, director del secretariado para el sostenimiento de la Iglesia, ha subrayado que se trata de una campaña positiva, que quiere poner en valor lo que la Iglesia hace en la sociedad y que no va “contra nada ni contra nadie”.

La campaña, ha reiterado Albalad “quiere mostrar que los cristianos no somos bichos raros” y que “el sentimiento de pertenencia a esta comunidad” da base a la corresponsabilidad de todos en la vida de la Iglesia. 

Aunque la campaña del Día de la Iglesia diocesana no haga, en esta edición, una referencia explícita al modo de colaboración económica, ésta forma parte de las distintas formas de colaborar que la Iglesia española presenta a creyentes y no creyentes: oración, tiempo, cualidades y aportación económica. 

La campaña estará visible en todo tipo de medios de comunicación del 31 de octubre al 12 de noviembre, domingo en el que se celebra la Jornada de la Iglesia Diocesana.

Vaticano

Enrique Alarcón: “La Iglesia está llamada a una profunda conversión”

Es el primer laico español que participa en un Sínodo, junto a cuatro mujeres, de un total de 21 españoles. Enrique Alarcón lleva 45 años en Frater (Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad), que ha presidido varios años. Le “impresiona la presencia de un Papa en silla de ruedas”, reconoce a Omnes desde Roma.

Francisco Otamendi·26 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

“Es la primera vez que, en un Sínodo, una persona con gran discapacidad se puede reunir en la misma mesa con un obispo o un cardenal y, además, participa activamente desde la libertad de los hijos de Dios en unas sesiones de trabajo”, señala a Omnes Enrique Alarcón, en unas amplias declaraciones en las que habla con libertad de sus impresiones de estas semanas de trabajo junto al Papa Francisco.

Para Enrique Alarcón, presidente de CLM Inclusiva Cocemfe, expresidente de Frater, que ha concedido ya alguna amplia entrevista a Omnes, participar en este Sínodo ha sido “un acontecimiento desde el primer día”. En este última semana del Sínodo, lanza mensajes de calado, como que “la Iglesia, que se ve a sí misma desde el Concilio Vaticano II como Pueblo de Dios, está llamada hoy a una profunda conversión personal y estructural”; que “este Sínodo inclusivo supone un cambio de paradigma en la Iglesia”, y que “esto ha venido para quedarse, incluso para ampliarse en mayor presencia del laicado, especialmente de las mujeres”.

Además, Enrique Alarcón traza el camino: “El período hasta octubre de 2024 implica, para todos, un profundo trabajo y discernimiento comunitario·, en el que “el clericalismo es uno de los grandes problemas a afrontar y discernir”. “Urge la presencia activa del laicado pues no basta con criticar o esperar a que todo “nos lo den hecho”. La sinodalidad exige avanzar juntos sembrando y compartiendo experiencias”, señala. 

¿Cómo está viviendo este Sínodo? Su experiencia de comunión y diálogo. 

Participar, como miembro de pleno derecho, en la XVI Asamblea del Sínodo, y en calidad de laico se convierte en acontecimiento desde el primer día. Más aún si consideramos que es la primera vez que en un Sínodo una persona con gran discapacidad se puede reunir en la misma mesa con un obispo o un cardenal y, además, participa activamente desde la libertad de los hijos de Dios en unas sesiones de trabajo que tendrán un gran impacto en la vida de la Iglesia universal. 

Esto ya supone un punto de vista diferencial a las reuniones de trabajo en cualquier estancia de la Iglesia, donde sólo la jerarquía eclesiástica ejerce la capacidad de decisión. En este singular Sínodo de Obispos, laicos, laicas y vida consagrada también tomamos la palabra y nuestras aportaciones están siendo recogidas.

Alarcón en la mesa de habla española en la que participó

¿Cuál piensa que ha sido el punto diferencial de este Sínodo?¿ Qué momentos que se le han grabado más?

Me ha sorprendido el espíritu de concordia y fraternidad que estamos viviendo desde el primer momento. Ni una sola vez he apreciado un gesto de rechazo o distanciamiento por el hecho de ser laico. Tampoco por mi situación de gran discapacidad, donde podría esperarse algún tratamiento de carácter paternalista o dolorista. Pero, también tengo que decir que esta cercanía humana debería hacerse realidad en la vida ordinaria de nuestras parroquias y diócesis, especialmente entre el laicado y los ministros de la Iglesia.

También me ha impactado el modo de trabajar: las “mesas redondas”. Un verdadero espacio de igualdad y respeto en la acogida de lo expresado por los demás. Todos a la misma altura, sin otra distinción que ser miembros, hermanos y hermanas del Pueblo de Dios.

Pero, sobre todo, lo que más me ha conmovido es la metodología de la “escucha en el Espíritu Santo” basada en el silencio, la oración y la escucha mutua para, juntos, intuir, acoger y discernir aquello que suscita el Espíritu.

¿Calará en la Iglesia este nuevo modo de proceder?

– Debería calar. La Iglesia, que se ve a sí misma desde el Concilio Vaticano II como Pueblo de Dios, está llamada hoy a una profunda conversión personal y estructural. Partiendo de un ser y vivir en comunión, podremos revitalizar la misión a la que hemos sido llamados. Y ello, preferencialmente, donde late el corazón del mundo: entre nuestros hermanos y hermanas afectados por la injusticia, la violencia y el sufrimiento.

También dependerá de cómo nos impliquemos y vayamos presentando el proceso sinodal en nuestros particulares contextos a partir de esta primera parte de la XVI asamblea. El período hasta octubre de 2024 implica, para todos, un profundo trabajo y discernimiento comunitario, siendo el clericalismo, individual y estructural, uno de los grandes problemas a afrontar y discernir. Urge la presencia activa del laicado pues no basta con criticar o esperar a que todo “nos lo den hecho”. En todo caso, no nos quedemos tumbados bajo el árbol esperando la caída del fruto maduro. La sinodalidad exige avanzar juntos sembrando y compartiendo experiencias.

Acaba de hablar de un “Sínodo tan especial”. ¿Puede explicarlo algo más?

– La primera gran sorpresa de este Sínodo fue la decisión del papa Francisco en consultar a todo el Pueblo de Dios, insistiendo, además, en querer escuchar la voz de los últimos, de los excluidos. Un ejemplo podemos verlo en la consulta especial para las personas con discapacidad. Aquel hecho que recibimos con inmensa alegría y a la vez perplejidad.

Por otra parte, los “invitados a este nuevo Pentecostés”, hombres y mujeres laicos, vida consagrada y no obispos, incluso un laico con gran discapacidad. Todos juntos compartiendo en sinodalidad y desde una auténtica cercanía fraternal. Confiamos que esta experiencia sinodal vaya dando sus frutos en diócesis y parroquias.

Por último, repito lo que dije anteriormente, la metodología de la “escucha en el Espíritu” y reflejada simbólicamente en las mesas redondas. Desgraciadamente, vivimos en un mundo polarizado y encerrado cada cual en “mis verdades” por las que se separan y se enfrentan. Esta realidad también afecta a la Iglesia. De ahí urge la metodología sinodal que nos impulse a mirar la verdad que Dios Padre revela en Cristo y nos pide centrarnos en las Bienaventuranzas como estilo de vida

¿Alguna intervención que le haya llegado más al fondo? 

– Las intervenciones, al partir de realidades concretas, muestran los temores y las esperanzas propias, pero también un profundo deseo de una Iglesia viva, en clave sinodal, que ofrezca una respuesta a los retos y desafíos que la cultura y el mundo actual requieren. Pero, sin duda alguna, lo que me ha llegado hondamente al corazón ha sido el hecho de estar fraternalmente presentes en el Sínodo representantes de Iglesias y pueblos marcados por la guerra, la violencia y la tragedia de tantas personas refugiadas. 

Una anécdota del Papa que le haya impactado más.

– Anécdota como tal no sabría decir ahora. Sin embargo, no deja de impresionarme la presencia de un Papa en silla de ruedas. Su visibilidad es una muestra de la fuerza espiritual que se esconde en la debilidad. Su aparente fragilidad también es un signo que interroga a la arrogancia que tantas veces empleamos en el mundo y en la Iglesia. Y así con facilidad olvidamos que nuestra misión es servir desde la humildad y la sencillez y, de una manera especial, a nuestros hermanos y hermanas más vulnerables. Para quienes formamos Frater (Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad) es un motivo de naturalidad inclusiva, somos y nos sentimos “una Iglesia para todos, todos”.

¿Qué están aportando las mujeres y, en general, los laicos? Usted lo es.

– Lo primero: visibilidad. Este sínodo inclusivo supone un cambio de paradigma en la Iglesia. Estoy plenamente convencido de que esto ha venido para quedarse, incluso para ampliarse en mayor presencia del laicado, especialmente de las mujeres. La aportación de las mujeres en la Iglesia, como todos sabemos, es fundamental. Por una parte, reconocer su presencia, dedicación generosa y creatividad, sin ellas muchas iglesias estarían vacías. Por otro lado, decir que ellas son uno de los pilares fundamentales que la sustentan a todos los niveles. Sus reflexiones y aportaciones teológicas abren caminos de sinodalidad y son ejemplo de entereza espiritual.

Los laicos, en general, debemos ahondar en nuestra vocación ministerial fruto del Bautismo y potenciar nuestra función tal y como viene definida en la Doctrina Social de la Iglesia. Si exigimos corresponsabilidad que no sea para clericalizarnos más de lo que muchos laicos ya están. El desarrollo de este Sínodo conlleva la presencia viva del laicado para una Iglesia misionera en el cambiante mundo de hoy.

Junto al Papa y otros participantes del sínodo

Sobre la escucha al Espíritu Santo, y entre ustedes. ¿Hay alguna idea que se le ha grabado de modo particular?

– Es demasiado frecuente confrontar las propias ideas con el objetivo de imponerse y lograr poder. Más aún cuando, como ahora, la Iglesia y la sociedad sufren los daños de la polarización. El Señor no se cansa de repetirnos que “no sea así entre vosotros”; sin embargo, en ocasiones carecemos de práctica y herramientas para una escucha vaciada donde acoger a la otra persona y, juntos, discernir desde la Palabra y no desde los propios prejuicios e intereses. 

Una de las cosas que más me ha impactado en la metodología de la escucha en el Espíritu Santo es partir de la igualdad y el mismo valor en la palabra. Es decir, no partir desde grandes discursos, sino desde un mismo y breve tiempo de exposición. El escenario circular favorece la dignidad de todos y cada uno, sin distinciones ni jerarquías. 

Por otra parte, la inexistencia de debate donde reforzar las ideas y tesis propias, y donde el foco recae en lo expresado por los demás, propicia un vaciamiento que, interiorizado mediante la oración y el silencio, motiva el surgimiento de la humildad que facilita abrirse a la intuición del Espíritu Santo. Es navegar hacia la verdad esquivando aquellos islotes que nos aíslan y refugian en nuestras verdades mediatizadas. 

No es un camino fácil, pero es el camino de la comunión. Con participación corresponsable nos abriremos a la misión evangelizadora para dar razón de nuestro ser y pertenecer al Pueblo de Dios. Es el Señor quien nos dice: id y evangelizar.

El autorFrancisco Otamendi

Evangelio

Actuar con amor. Domingo XXX del tiempo ordinario (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del XXX domingo del Tiempo Ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·26 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Los fariseos y los saduceos eran dos grupos dentro de Israel en la época de Jesús que tenían visiones radicalmente opuestas del judaísmo. Como aprendemos más tarde de los Hechos de los Apóstoles: “(Los saduceos sostienen que no hay resurrección ni ángeles ni espíritus, mientras que los fariseos admiten ambas cosas)” (Hch 23, 8). Los saduceos eran como los liberales modernos: creían muy poco y eran muy mundanos. Pero habían conseguido ocupar los puestos más altos de la vida de Israel en aquella época. Los saduceos eran la clase sacerdotal y de ellos procedía el Sumo Sacerdote. Los fariseos pretendían ser un movimiento reformista dentro de Israel con un profundo apego y celo por la Ley. Pero este celo les llevó a la rigidez e incluso al fanatismo. Podría parecer sorprendente que Jesús fuera más duro con los fariseos. ¿Por qué no atacó a los mundanos y corruptos saduceos? Probablemente porque pensaba que había pocas esperanzas de que se convirtieran. Pero la fuerza de las reprimendas de Cristo contra los fariseos sugiere que pensaba que había una posibilidad de que al menos algunos de ellos se convirtieran. De hecho, el converso más famoso de todos, San Pablo, era fariseo.

Muy de vez en cuando, a pesar de su oposición general entre ellos, se aliaron contra Jesús. En el evangelio de hoy nos enteramos de cómo los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, “se reunieron” para intentar pillarle, para “ponerlo a prueba”. La misma palabra, “probar”, se usa para la tentación del diablo a Jesús en el desierto. Le preguntaron a Jesús cuál era el mayor de los mandamientos. En aquella época había discusiones sobre esta cuestión entre las diferentes escuelas rabínicas. Pero al igual que en la tentación sobre pagar o no impuestos al César, la respuesta de Jesús va al fondo de la cuestión, al principio esencial. Basándose en la revelación del Antiguo Testamento, Nuestro Señor enseña que el primer mandamiento es amar a Dios sobre todas las cosas y el segundo, su semejante, es amar al prójimo como a uno mismo. La respuesta no es seguir una regla concreta, sino el amor que inspira las reglas.

Por supuesto, el amor llevará a realizar determinadas acciones buenas y a evitar las malas. La primera lectura esboza una serie de malas acciones que hay que evitar: tratar mal a los extraños, tratar con dureza a los huérfanos y a las viudas, exigir intereses excesivos, etcétera. El amor no hace daño y ciertamente se esforzará por mantenerse alejado de las malas acciones. Pero el acento debe ponerse en el amor al que aspiramos, no en la norma a seguir. Es una distinción sutil pero importante: la búsqueda del amor no significa abandonar todas las reglas. No es ceder a la permisividad: de hecho, algunas supuestas formas de amor no son verdadero amor en absoluto. Se trata más bien de una cuestión de prioridad, de qué pretendemos realmente en cada acto: amar o seguir una norma. El objetivo último debe ser actuar con amor, no solo correctamente.

La homilía sobre las lecturas del domingo XXX del Tiempo Ordinario (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

Francisco llama a «ser instrumentos de unidad y paz», y «superar el odio»

En la Audiencia de hoy, previa al día de ayuno, oración y penitencia por la paz del viernes 27, el Papa Francisco ha pedido a los peregrinos de lengua española “ser instrumentos de unidad y de paz, estableciendo en nuestro entorno relaciones cordiales, que contribuyan a superar el odio y las contraposiciones que hieren y dividen a la gran familia humana”. La catequesis ha versado sobre los santos Cirilo y Metodio.

Francisco Otamendi·25 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La apelación a la paz, a buscar procesos de paz, y a la oración y la penitencia por la paz, ha sido una constante en la catequesis del Santo Padre Francisco de esta mañana de miércoles  en la Audiencia general en la Plaza de San Pedro. 

En el marco del ciclo “Pasión por la evangelización: el celo apostólico del creyente”, la meditación del Papa, basada en los Hechos de los Apóstoles, se ha centrado en”Los santos Cirilo y Metodio, apóstoles de los eslavos”, recordando que “mi predecesor san Juan Pablo II los proclamó copatronos de Europa”.

De modo especial, en sus palabras a los peregrinos de lengua española, italiana, portuguesa y árabe, el Santo Padre ha dirigido llamamientos y peticiones en torno a la paz. En lengua italiana, ha confesado al final de la  audiencia que “pienso siempre en la grave situación en Palestina, en Israel, la liberación de los rehenes, y el ingreso de ayudas humanitarias en Gaza. Sigo rezando por quienes sufren”.

A continuación, ha manifestado que “es necesario animar los procesos de paz en Medio Oriente, en la atormentada Ucrania y en tantas regiones azotadas por la guerra”, y ha recordado que “pasado mañana, el viernes 27 de octubre, viviremos un día de ayuno, oración y penitencia a las 6 de la tarde en San Pedro, nos reuniremos para invocar la paz en el mundo”.

Urgencia de la paz

Como se ha informado al principio, el Papa ha rogado al Señor “por intercesión de los santos Cirilo y Metodio, que nos conceda ser instrumentos de unidad y de paz”, para contribuir a “superar el odio y las contraposiciones” que dividen a la familia humana. 

En una línea similar, a los fieles de lengua portuguesa, el Papa les ha alentado a que “en este momento, no dejemos que las nubes del conflicto oculten el sol de la esperanza. Al contrario, confiemos a la Virgen la urgencia de la paz para que todas las culturas se abran al soplo de armonía del Espíritu Santo”.

Y a los de lengua árabe: “Jesús es la luz verdadera. Quien camina con Él no tropezará. No no fue Él quien nos dijo: «Yo soy la luz del mundo; quien me siga no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida» (Jn 8,12)”.

Mensajes sobre la solemnidad de Todos los Santos

En la Audiencia ha habido también sugerencias del Papa en torno a la solemnidad de Todos los Santos, que tiene lugar la semana que viene. Por ejemplo, a los peregrinos de lengua francesa les ha comentado: “La próxima semana es la Solemnidad de Todos los Santos. Preparémonos para esta hermosa fiesta pidiendo a los santos de nuestras familias que nos sostengan en el camino, a veces arduo, de la fidelidad al Evangelio, y que custodien nuestros corazones con la esperanza de compartir su alegría con el Señor y con todos los que hemos amado y conocido”.

A los de lengua alemana, ha señalado: “La próxima semana se celebra la solemnidad de Todos los Santos. Aquí en Roma se pueden descubrir muchos lugares que nos invitan a encontrarnos con los Santos. Confiemos a su intercesión todas nuestras intenciones”.

Como es habitual, el Papa ha saludado asimismo a los peregrinos de otras lenguas. Por ejemplo, a los lengua inglesa, “especialmente a los grupos de Inglaterra, Irlanda, Albania, Dinamarca, Noruega, Zimbabue, Indonesia, Filipinas Vietnam, Canadá y Estados Unidos de América; en particular a los Patronos de los Museos Vaticanos, del Estado de Luisiana, miembros de la Asociación de Directores de Conferencias Católicas Estatales y un grupo de capellanes militares.  Sobre vosotros y vuestras familias invoco la alegría y la paz del Señor Jesucristo”.

Inculturar la fe

En su reflexión sobre los santos Cirilo y Metodio, realizada al comienzo de la Audiencia, el Pontífice les ha denominado “misioneros apasionados por la evangelización”, y ha destacado “tres aspectos importantes del testimonio de estos santos: la unidad, la inculturación y la libertad”.

“Cirilo y Metodio evangelizaron siempre unidos a Cristo y a la Iglesia. También hoy urge que estemos unidos para anunciar el Evangelio”, ha sintetizado el Papa.

Además, estos dos monjes “se adentraron tanto en aquella cultura —se inculturaron tanto—, que incluso llegaron a crear un alfabeto propio, que hizo posible la traducción de la Biblia y de los textos litúrgicos a las lenguas eslavas, favoreciendo con ello la difusión de la Buena Noticia en esas tierras”. 

“Cristo no construye muros” 

“Evangelización y cultura están estrechamente conectadas. La inculturación es muy importante”, ha añadido el Santo Padre. “La misión verdadera es enemiga de todo cierre, de todo nacionalismo. Esta es “gentil”: se identifica con el pueblo a quien anuncia, sin pretensiones de superioridad. Cristo no mortifica, no sella, no construye muros, sino que estimula las energías más hermosas de los pueblos”.

Por último, “quisiera subrayar que, a pesar de las críticas y los obstáculos, Cirilo y Metodio se caracterizaron por la libertad evangélica, que los impulsaba a seguir las inspiraciones del Espíritu Santo y a estar abiertos al futuro que Dios les iba indicando”. 

El Papa Francisco ha concluido la catequesis con la siguiente petición: “Exhorto a todos a rezar diariamente el Santo Rosario, aprendiendo de la Virgen María a vivir cada acontecimiento en unión con Jesús”.

El autorFrancisco Otamendi

Ecología integral

De la alarma sobre la superpoblación a la despoblación que avanza

Las medidas antinatalistas del “Informe Kissinger” (1974), que entonces pudieron parecer razonables a algunos, debido a la primera gran crisis del petróleo, unidas al descenso en la producción de alimentos, y a una alerta de presunta superpoblación, han dado paso en estos tiempos a un invierno demográfico que centra el número impreso de la revista Omnes en octubre, disponible para suscriptores. Aquí tienen algunos argumentos sobre la evolución demográfica.

Francisco Otamendi·25 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

El plan de acción del documento diseñado por Henry Kissinger, secretario de Estado de los Estados Unidos en los años 70 del siglo XX, tenía por objeto el control y la reducción de la natalidad en los países menos desarrollados, y se basaba en las siguientes alarmas: 1) crecimiento explosivo de la población en buena parte del mundo, en especial en África; 2) primera gran crisis del petróleo, que hizo multiplicarse por cuatro los precios el crudo (1973-1974); 3) un año de clima adverso (1972) en gran parte del globo con fuerte descenso de la producción de alimentos; y 4) implicaciones de estos factores en la seguridad nacional  y los intereses de Estados Unidos en el exterior.

El informe, inicialmente secreto, luego desclasificado en 1980, y puesto a disposición pública en 1989, tuvo efectos difíciles de medir con precisión. Pero pueden señalarse entre otros, los siguientes: – fuerte descenso de la natalidad en Iberoamérica y en Asia, pero no en África, aunque también en este continente cae en las últimas décadas; – y reducción específica de la natalidad en países como Rusia, China, Cuba, Irán o Corea del Corte. La pendiente inclinada dura todavía, debido a diversos factores acumulativos que analiza la revista Omnes, con el título revertir el invierno demográfico

Además, el programa antinatalista norteamericano contemplaba “la facilitación de medios y métodos contraceptivos (píldoras, preservativos, esterilización, técnicas para evitar el embarazo)”. Y sobre el aborto, el informe señalaba “que el gobierno de EEUU tiene prohibido promoverlo en el exterior”, Sin embargo, “el plan que impulsó este informe es abortista, aunque lo sea de manera solapada, no frontal”, ha asegurado el ingeniero Alejandro Macarrón, coordinador del Observatorio Demográfico de la Universidad CEU San Pablo. 

Por otra parte, el plan incluyó mejoras en sanidad y nutrición para evitar la mortalidad infantil, lucha contra el analfabetismo, e iniciativas en empleo de la mujer, y Seguridad Social para la vejez que hiciera disminuir la necesidad de tener hijos para cuidar a los ancianos.

“Lamentablemente, con sus políticas contrarias a la natalidad en el mundo, el gobierno norteamericano contribuyó, seguramente bastante, y tal vez mucho, a que los riesgos poblacionales actuales de gran patte del mundo, sean justamente los contrarios”, ha señalado el demógrafo en su libro ‘Suicidio democráfico en Occidente y medio mundo’.

Tesis maltusianas alarmistas

Antes de poner el foco en las Naciones Unidas (ONU), quizá conviene recordar que la preocupación por el crecimiento de la población tiene su origen en las tesis del economista británico Thomas Malthus (1766-1834). En síntesis, Malthus venía a decir que el ritmo de crecimiento de la población es de progresión geométrica, mientras los recursos aumentan en progresión aritmética, por lo que excesivos habitantes podrían provocar la extinción de la especie humana. Con él comenzaron posiblemente los dramatismos.

 ¿Qué dice la ONU al respecto en nuestros días? El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), que preside Natalia Kanem (Panamá), considera “agoreros demográficos” a los que afirman que “el mundo está repleto de personas y ya prácticamente no cabe un alfiler”, y juzga que “esta narrativa simplifica demasiado cuestiones complejas”.

El Fondo llega a afirmar que “algunos políticos, comentaristas de medios de comunicación e incluso intelectuales, sostienen que los problemas que sufrimos a escala internacional (como la inestabilidad económica, el cambio climático y las guerras por el control de los recursos), tienen su origen en la superpoblación: en el exceso de demanda frente a la falta de oferta”.

No vincular emisiones de CO2 con la población

Estas personas, añade UNFPA, “describen un panorama en el que las tasas de natalidad se han descontrolado y son imposibles de frenar”, y “normalmente ponen en el punto de mira a comunidades pobres y marginadas, a las que desde hace mucho tiempo se caracteriza como personas que se reproducen en demasía y de forma irresponsable, pese a que son las que menos contribuyen al deterioro del medio ambiente, entre otros problemas”. En upna.org puede consultar estos argumentos y la posición del Fondo de la ONU.

Además, según los datos de que dispone, “el 10 por ciento más rico de la población genera la mitad del total de emisiones: por lo tanto, es un error vincular el aumento de las emisiones (de efecto invernadero) con el crecimiento demográfico”.

El Fondo considera, en suma, que hay que cambiar el discurso en este punto. Por ejemplo, debe hablarse de “cómo el cambio climático perjudica a las personas más vulnerables del planeta”; de que “la inclusividad es la clave de la resiliencia demográfica de las sociedades” y no de que la llegada de migrantes hace peligrar la identidad nacional; y de que “las empresas tiene que reducir sus emisiones de inmediato”, no de que el cambio climático se frena con “menos hijos”.

Pero se recomienda la planificación familiar

Una vez expuestas estas tesis, conviene dar la información completa, o al menos una síntesis de ella. Porque el mismo Fondo que niega la superpoblación y critica a los “agoreros demográficos”, recomienda “la planificación familiar” con insistencia.

Por una parte, el organismo de Naciones Unidas insiste en la terminología de “salud sexual reproductiva”. Por ejemplo, el Fondo de Población hace un llamamiento para lograr el cumplimiento de los derechos reproductivos para todos y apoya el acceso a una amplia gama de servicios de salud sexual y reproductiva, incluida la planificación familiar voluntaria, la atención de la salud materna y la educación completa sobre sexualidad”.

Al mismo tiempo, recuerda que la organización fue creada en 1969, el mismo año en que la Asamblea General de la ONU declaró que “los padres tienen un derecho exclusivo para determinar de forma libre y responsable el número de hijos y el espaciamiento entre ellos”

“En lugar de procurar que las cifras de población se reduzcan, esta postura se centra en avanzar hacia la igualdad de género y en las inversiones en educación, atención sanitaria, y energía limpia y asequible”, añade.

El 5 de julio, en la Declaración del Fondo realizada con ocasión del Día Mundial de la Población 2023, el UNFPA señaló entre otras cosas lo siguiente: “La universalización de la salud y los derechos sexuales y reproductivos es la base de la igualdad de género, la dignidad y las oportunidades. No obstante, más del 40 % de las mujeres del planeta no pueden ejercer su derecho a tomar decisiones tan trascendentales como la de tener hijos o no. El empoderamiento de las mujeres y niñas a través de la educación y el acceso a métodos anticonceptivos modernos contribuye a respaldar sus aspiraciones y les permite elegir el estilo de vida que deseen”.

En otro momento de la declaración, el Fondo afirmaba que el fomento de la igualdad de género es una solución transversal a muchos problemas demográficos. Y añadía: “En los países que vienen experimentando un rápido crecimiento demográfico, el empoderamiento de las mujeres a través de la formación y la planificación familiar puede aportar enormes beneficios por medio del capital humano y el crecimiento económico inclusivo”.

Disminuye la tasa de fecundidad

Es otra pregunta que se hace el Fondo de la ONU, en línea con la alerta actual de numerosos países: la tasa de fecundidad disminuye por debajo de la tasa de reemplazo, 2,1 hijos por mujer. Dos terceras partes de la población mundial residen en países donde la fecundidad no llega o roza ese umbral, y las alarmas comienzan a dispararse, como ha señalado el dossier de la revista Omnes.

Según el UNFPA, la única región del mundo en la que se espera un descenso global de la población a corto plazo (entre 2022 y 2050), es Europa, con un crecimiento negativo de -7 por ciento. Está previsto que la población de otras zonas del planeta –Asia central, sudoriental y meridional-, América Latina y el Caribe, y América del Norte, continúe aumentando, hasta el año 2100 aproximadamente. El Fondo asegura que, en los próximos decenios, “la migración se convertirá en el único factor que impulsará el crecimiento demográfico en los países de altos ingresos”.

Sin embargo, a comienzos de la pandemia, la revista médica The Lancet vaticinó en un ambicioso estudio que hacia finales del siglo XXI, el mundo tendrá una cantidad de población menor a la que indicó la ONU de 11.000 millones de habitantes, y que la despoblación será inferior a la que ya ha avanzado el Centro Wittgenstein. 

Uso de anticonceptivos y retraso del matrimonio

Una de las principales razones que muestra la investigación para la desaceleración del crecimiento poblacional de The Lancet es que ha producido un descenso dramático de la fertilidad, debido a que personas de distintos rangos de edad han tenido acceso a educación y al uso de anticonceptivos, como también que los jóvenes han decidido esperar a una mayor edad para contraer matrimonio.

La revista médica prevé, por ejemplo, que más de 20 países, entre ellos Japón, España, Italia y Polonia, perderán la mitad de su población hasta el año 2100. También China pasará de los actuales 1.400 millones de personas hasta 730 millones de habitantes.

Entre otras previsiones de interés, The Lancet apunta también que el pronóstico de vida para 2.100 será inferior a los 75 años en, por lo menos, diez países del África subsahariana; que España tendrá una población de 22.9 millones de habitantes, es decir, en torno a un 50 % menos que actualmente (47 millones), mientras se prevé que Perú, por ejemplo, llegue a los 51.8 millones de ciudadanos (un incremento del 34 %), debido a su mayor población en edad de trabajar.

El autorFrancisco Otamendi

Cine

Blanca, de «Madre no hay más que una»: «El matrimonio cristiano es una fuente de bendiciones»

El 20 de octubre se estrenó la película documental "Madre no hay más que una", un homenaje a la maternidad a partir del testimonio de seis madres que cuentan sus experiencias. En Omnes hemos entrevistado a Blanca, una de las protagonistas.

Loreto Rios·25 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El pasado viernes 20 de octubre se estrenó la película documental «Madre no hay más que una», un homenaje a la maternidad a través del ejemplo de seis madres concretas: Ana, Blanca, Isa, Olatz, María y Bea. Dirigida por Jesús García («Medjugorje, la película») y de la mano de Gospa Arts, «Madre no hay más que una» muestra los testimonios de estas seis madres en esta época en que cada vez hay menos nacimientos e, incluso, se juzga a los matrimonios que tienen muchos hijos.

Se pueden ver los cines en los que disfrutar de la película y más información aquí.

Tráiler de «Madre no hay más que una»

En Omnes hemos entrevistado a Blanca, una de las protagonistas, que tuvo que pasar 4 meses en el hospital sin moverse durante uno de sus embarazos, sin saber si su hijo podría salir adelante o no. Sin embargo, Blanca lo tiene claro: «Nadie es más creativo que el Señor para hacer cosas grandes y preciosas».

¿Qué supuso para ti la maternidad?

La verdad es que fue un cambio importante en mi vida, una especie de «descentramiento» de mí misma para mirar a los que estaban por llegar, a mis hijos… Me acuerdo de un detalle tonto: yo siempre he sido muy dormilona. Y, claro, cuando nació mi primera hija, ¡ya nadie me podía asegurar el sueño! O los desvelos cuando se ponen malitos… Pero esa debilidad te ayuda también a mirar más a Dios, a la Virgen y decirles: «¡Gracias por confiar en mí para esta aventura de la maternidad!». Y también a pedirles ayuda siempre, en todo y para todos.

¿De qué manera tu vocación al matrimonio te hace crecer en tu relación con Dios?

Me encanta esta pregunta porque creo que mi vocación matrimonial bien vivida ¡me hace crecer en todo! Cada día descubro, y especialmente en los últimos años, que, amando bien a Ricardo, con alegría y con humildad, estoy amando más a Dios. ¡Y eso es una pasada! En nuestro día a día, estemos juntos o no, en casa, en el trabajo, cuando damos un paseo, vemos una peli o en la intimidad… incluso cuando discutimos y después nos pedimos perdón… ¡somos uno! Y podemos renovar constantemente nuestro matrimonio y nuestro Amor a Dios. ¡Cuanto más nos queremos entre nosotros, más le amamos a Él! Tengo mucha suerte de tener a Ricardo a mi lado, es una persona increíble… y muy diferente a mí ¡me complementa en todo! Y eso también me «obliga» a abrir el corazón a situaciones nuevas y me hace más fácil aprender a confiar en Dios.

¡El matrimonio cristiano es una fuente de bendiciones constante!

En la sociedad actual, muchas veces se pone el acento en que la maternidad supone una renuncia a otras cosas, como el crecimiento profesional. ¿Compartes esta opinión?

No puedo negar que es así… pero, como en todos los grandes acontecimientos de la vida de cualquier persona, hay que renunciar a algunas cosas para conseguir otras mayores… y mejores. Cuando me casé y me quedé embarazada, tuve que renunciar a un buen sueldo, para poder estar con mi primera hija y pensaba: «¡A ver cómo nos apañamos ahora económicamente!». Dejamos de viajar tanto, tuvimos que hacer recortes en casa, empezamos a salir menos a cenar… Es que a veces hay cosas a las que estamos «atados» y sin las que parece imposible vivir, pero cuando le preguntas a Dios qué quiere de ti, el Señor te saca de tu egoísmo y de tu comodidad para emprender nuevos caminos. A veces son caminos que asustan de primeras, pero siempre son apasionantes. Yo siempre digo que nadie es más creativo que el Señor para hacer cosas grandes y preciosas. ¡Nadie! Así que, ¿cómo no voy a fiarme de Él, aunque suponga una renuncia?

¿Cuál ha sido el mayor reto de ser madre, y el mayor regalo?

Supongo que uno de los mayores retos es darme cuenta de que la maternidad no la llevo yo, sino el Señor. Y que mis hijos también meterán la pata y yo no puedo asegurarles la felicidad… Lo que sí puedo hacer es enseñarles el camino que conduce hacia la verdadera Felicidad con mayúsculas, el camino para que siempre, pase lo que pase, puedan volver a Dios de la mano de la Virgen. Y que tengan la certeza de que, durante ese camino, sus padres les vamos a querer siempre, pase lo que pase. Creo que es un reto y un regalo inmenso a la vez, porque ver a tus hijos vivir en un mundo que está cada vez más perdido, en todos los sentidos, no es fácil… Pero vivirlo con la certeza del Amor de Dios te llena de esperanza. ¡Es un regalo ver cómo ellos van creciendo y luchando sus batallas interiores! Y me hace pensar que ellos, en cierto modo, pueden ser también un gran regalo para este mundo, ¡ojalá sea así!

Zoom

Las catacumbas neyorkinas

Un grupo de turistas visita las catacumbas de la Basílica de la Antigua Catedral de San Patricio en Nueva York. Esta visita es muy popular entre neoyorquinos y foráneos.

Maria José Atienza·24 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

El Papa conversa con Biden sobre la guerra en Tierra Santa

Joe Biden y el Papa Francisco mantuvieron una conversación telefónica de 20 minutos para hablar de Tierra Santa.

Rome Reports·24 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden y el Papa Francisco mantuvieron una conversación telefónica de 20 minutos en los que hablaron de la actual situación de enfrentamiento que vive Israel con la milicia palestina Hamás en Tierra Santa.

También hablaron del reciente viaje del presidente Biden a Israel y de la necesidad de trabajar por la paz en Medio Oriente.


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Vocaciones

Sor María Ruby: «No miramos al pobre con el respeto que deberíamos»  

La Hermana María Ruby, de 42 años, colombiana, pertenece a la Congregación de las Hijas de San Camilo. En esta entrevista nos cuenta cómo se dejó inspirar por la mirada llena de luz de las hermanas camilianas y cómo Dios le fue haciendo ver a lo largo de los años lo que le pedía en cada momento.

Leticia Sánchez de León·24 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos

Las Hijas de San Camilo fueron fundadas en 1892, en Roma, por el Beato Luigi Tezza y por la santa Giuseppina Vannini. La hermana Ruby, tercera de once hermanos, conoció la congregación con tan sólo 16 años.

Hoy vive en comunidad con otras 6 religiosas de la congregación en la primera casa que se estableció de las Hijas de San Camilo en el barrio de Termini (Roma), un barrio que, si bien es céntrico en la ciudad, no goza de muy buena fama. Además de los tradicionales votos de pobreza, castidad y obediencia, las religiosas camilianas profesan un 4º voto de servicio a los enfermos aún a riesgo de su propia vida. 

La Hermana María Ruby nos recibe con una sonrisa de oreja a oreja. Nos ha costado llegar hasta aquí. No porque no quieran hablar, sino porque están siempre muy ocupadas. Por fin, en las inmediaciones del barrio de Termini de Roma, concertamos media hora para intercambiar impresiones y conocernos. 

Hermana, muchas gracias por recibirme, ¿Me puede contar algo de usted y de cómo conoció la congregación?

–Vengo de Colombia, tengo 42 años, vengo de una familia de 11 hijos donde soy la tercera. Siempre hemos vivido en la vereda “Aguas claras” del municipio de Timaná que pertenece al departamento del Huila en Colombia. Mis padres nos educaron a mis hermanos y a mí en la fe cristiana, sencilla y genuina. 

¿Cómo conoció la congregación?

–La conocí hace 25 años. Yo era muy joven y, sinceramente, antes de conocer a las hermanas nunca había pensado en ser religiosa. Si algo tenía dentro era un deseo enorme en mi corazón de ayudar a los pobres y a los enfermos. Yo notaba dentro de mí está inclinación hacia los más desfavorecidos. Veía, en mi pueblo, que era muy pobre, la necesidad de que alguien cuidara a muchas de las personas que habitaban allí, sin que les cobraran demasiado dinero porque la capacidad económica de las personas era muy desigual; quien tenía dinero se podía permitir ciertos cuidados pero había tantos que no se lo podían permitir. Este deseo de ayudar a esas personas sin recursos iba apoderándose de mi corazón. 

¿Cuándo sintió que Dios la estaba llamando?

–Cuando era pequeña, vino al pueblo una religiosa de la Anunciación en misión vocacional, y toda la gente del pueblo, incluida mi madrina de confirmación, decían que yo entraría antes o después en un convento, y me acuerdo de que fui a mi madre, muy decidida, a decirle “No entraré en un convento para perder los mejores años de mi vida”. Se ve que el Señor tenía otros planes…

Años más tarde, en 1995, un sacerdote diocesano, el padre Emiro, trajo al pueblo la idea del “Focolare”, inventado por Chiara Lubich, la fundadora del Movimiento de los Focolares, y quiso comenzar ese camino con 7 familias del pueblo, entre las que estaba la mía. Conocí así el Movimiento y, gracias a ellos y a las actividades que hacíamos, por ejemplo a la Mariápolis en la que participé, conocí al Jesús que hay escondido en cada persona, y que también había dentro de mí. Este descubrimiento me llenó el corazón, pero todavía sentía dentro de mí un deseo profundo de cuidar a los enfermos y a los pobres que no me dejaba en paz.

No sé qué vio el padre Emiro en mí. Yo sólo manifestaba mi deseo por ayudar a los demás, pero al mismo tiempo era una chica muy normal del pueblo, que vivía con sus padres, tenía mi noviete, mis sueños: quería estudiar medicina o enfermería. El padre Emiro me preguntó si quería conocer a unas monjas que trabajaban en el ámbito sanitario y que quizá podía hacer algo con ellas. Cuando lo recuerdo pienso que él había visto algo en mí que yo en ese momento no veía. 

Fue estando con las hermanas que me di cuenta de que tenía un gran vacío dentro de mí, algo que echaba de menos. Veía la luz en los ojos de las hermanas y un día le dije a una de ellas -la hermana Fabiola, que falleció hace un año- “yo quiero eso que vosotras tenéis y que yo no tengo”. Ella empezó entonces a explicarme la llamada de Dios, la vocación.  

¿Qué significa para usted esa palabra?

–Ahora me doy cuenta de lo grande que es: es un don que uno no se da cuenta de haberlo recibido hasta tiempo después. En ese momento, no lo entendí, pero fui a hablar con la superiora y entré en el noviciado. Pero, como decía antes, si Dios no hubiera puesto a padre Emiro en mi vida, nunca habría llegado a donde estoy hoy. Por eso es tan importante dar oportunidades a los que saben más que nosotros. Si una persona intuye que puede tener vocación a la vida consagrada o a la vida matrimonial, o ser sacerdote, es importante que se deje aconsejar por personas buenas, que entienden más, que sirvan de guía, para dar el paso. 

¿En qué consiste el carisma de las Hijas de San Camillo?

–Se podría resumir en la siguiente frase: “Dejar que la misericordia de Dios te visite para visitarlo a él en los que sufren”. Cuando yo era postulante o novicia, eran nuestras hermanas las que se ocupaban de cuidar de los enfermos y de los pobres mientras las postulantes nos formábamos. 

Yo, desde el principio, comprendí que este carisma consistía en ser «Jesús Misericordioso para Jesús sufriente». Ésto me transformó entera, me cambió por completo; el don recibido te transforma; ya no puedo decir que durante el día soy de una manera y al irme a dormir de otra; siempre soy la misma porque el carisma está dentro de tí. 

Después de mi primera profesión permanecí en la casa que hay en Grottaferrata durante 7 años y sentía en mi corazón las palabras de Jesús que me llenaban enormemente: “lo que hicisteis a uno de estos más pequeños a mí me lo hicisteis”. Y ese carisma de atender y cuidar a los pobres, enfermos y a los más necesitados se manifiesta en todas las ocasiones que tengo de arrodillarme y servir, de vivir la misericordia hacia mí misma y hacia los demás, en la alegría, en el trabajo o en el estudio. 

Una cosa divertida fue una pequeña crisis que tuve cuando me pidieron que estudiara enfermería. “Tenéis que ser enfermeras”- nos dijeron. Yo, algo contrariada, me fui a la Madre Superiora y le dije: pero ¿por qué me piden que sea enfermera si yo ya soy otra cosa? Soy una mujer consagrada, no debo ser otra cosa. Pero fui entendiendo con el tiempo que esa disposición total de mi alma para el servicio a los más necesitados en ese momento implicaba estudiar para ser enfermera y poder así estar presente con mi carisma en el hospital, atender a más gente y servir mejor, porque algunos servicios concretos requieren una mayor profesionalidad, hay que saber llevar a los enfermos, saber cambiar de posición a la gente, saber lo que hay que hacer desde el punto de vista de la atención sanitaria, lo que hay que decir al paciente…pronto me di cuenta de que todo ello era una riqueza que venía hacia mí para servir a los pobres.

En 2018 volví al hospital, esta vez como responsable, y debo decir que fue una experiencia muy intensa y conmovedora porque pude ver el sufrimiento de los enfermos, pero también el cuidado que ponía el personal en atenderlos y vi también mi propio sufrimiento, que no era suficiente para poder llenar sus necesidades. Yo tomaba todos estos sentimientos y se los llevaba al Señor que estaba en la capilla y se los entregaba.

¿Cómo vive ese carisma en el día a día ahora?

–Desde 2019 vivo en esta casa (barrio de Termini) que nos impulsa a vivir nuestro carisma hacia los pobres y los jóvenes; es una casa que está completamente volcada a remover las conciencias de las nuevas generaciones para que vayan hacia los que sufren sin miedo. Les acogemos, y les proponemos actividades para motivar en ellos esta inclinación hacia los que sufren, porque todos tenemos miedo al dolor y a la muerte, y nadie quiere enfrentarse a estos temas.

Al hacer esto -al acoger a los jóvenes- para mí es una oportunidad de aprender mucho de ellos y para ellos, de enriquecerse con los pobres que encontramos, con los enfermos terminales que visitamos, con las parejas de ancianos que viven abandonados en estos grandes edificios…se trata de nuevas formas de pobreza porque hay tantos pobres en estos edificios y a veces no sabemos ni cuántos viven dentro. No se trata de una pobreza material, sino de una pobreza de relaciones, porque no tienen a nadie a su lado.

¿Cómo comenzaron las actividades con jóvenes?

–Comenzamos en 2012 con un pequeño grupo cuando dos hermanas empezaron a participar en unos encuentros para jóvenes organizados por la parroquia. A partir de ahí ha sido el boca a boca lo que ha traído a todos los jóvenes: son ellos los que vienen, experimentan y luego muchos deciden comprometerse como voluntarios. Cuando estamos con ellos, intentamos enseñarles la necesidad de amor que tienen los pobres y, yendo directamente a visitar a algunos pobres al principio, entienden que si los pobres “aparecen” muchas veces como papeles tirados en el suelo; si te encuentras un papel en la calle, igual lo pisas sin pensarlo más. Del mismo modo, el pobre muchas veces aparece como alguien que ya no tiene dignidad, pero no porque la haya perdido sino porque no se la estamos dando. No le miramos con el respeto que deberíamos.  

Cuando vienen los jóvenes, ven lo que hacen las hermanas, que es cuidar su cuerpo con muchísimo respeto -como decía San Camilo: “como hace una madre con su hijo enfermo”-, y de este modo ven todo el proceso y cómo les atienden las hermanas: se preparaba el aseo, la limpieza, el baño, todo al detalle, con tanta ternura, con tanto cuidado, y luego la crema, la barba, el pelo…. 

Una experiencia muy bonita fue la de un chico que no se sentía digno de ayudar a los pobres porque tenía algunos problemas personales. Vimos cómo se acercaba a un pobre hombre -quizás ni siquiera se sentía capaz de hacer el bien a alguien- pero el chico empezó a ayudarle con la limpieza, empezó a abandonarse al amor, y este pobre hombre se dejó amar, se dejó encontrar. Al final, uno había recibido amor y el otro se había dejado amar, y vimos a los dos transformados: el hombre con la ropa limpia, todo aseado, y el chico, lleno de esta experiencia, que preguntaba cuándo podía volver. Hay muchos testimonios de jóvenes que, sanando las heridas de los demás, también sanan sus propias heridas dentro de ellos. 

Otra de las actividades que hacemos con ellos es un servicio de podología. A los jóvenes les decimos que es una ocasión de encontrar al otro. No se trata sólo de lo que se hace, en concreto, (lavarles los pies, cortarles las uñas, ponerles crema, etc.) sino el hecho de estar ahí con ellos, el hecho de escuchar sus historias, y de esta manera se convierte en un momento importante. Los pobres suelen agradecer mucho este servicio pero nosotros les decimos “Gracias a tí por haber venido y habernos dado esta oportunidad”. 

Historia de la Congregación

La fundación de la Congregación religiosa femenina “Las hijas de san Camilo” tiene su origen en la “Orden Ministros de los Enfermos” o “Camilianos”, fundada en 1591 por san Camilo de Lellis, un joven italiano con una dura infancia a sus espaldas y una historia increíble de conversión. San Camilo fue beatificado en 1742 y canonizado en 1746 por Benedicto XIV.

En 1886, León XIII declaró a san Camilo, junto con san Juan de Dios, protectores de todos los enfermos y hospitales del mundo católico; y patrono universal de los enfermos, de los hospitales y del personal hospitalario. 

El espíritu de san Camilo, ya desde los comienzos de la fundación de su Orden, ha ido congregando a hombres y mujeres en torno a su ideal de servicio. En este sentido, a lo largo de la historia, han ido surgiendo diferentes grupos, instituciones religiosas y movimientos de laicos, que hoy siguen haciendo vivo el deseo de san Camilo de “cuidar y enseñar a cuidar”. 

La Congregación de las Hijas de San Camilo es una de las congregaciones femeninas que pertenecen a “La gran familia camiliana” -como ellos mismos la llaman- y fue fundada en 1582 por el beato Luigi Tezza y la santa Giuseppina Vannini, cuando la Orden de Ministros de enfermos sintió la necesidad carismática de ver encarnado el espíritu de san Camilo en mujeres que pudieran ofrecer un auténtico afecto materno a los que sufren. Las Hijas de San Camilo, trabajan hoy en hospitales, clínicas, residencias de ancianos, institutos psicogeriátricos, centros de rehabilitación, en la asistencia a domicilio y en las escuelas de enfermeros profesionales.  

La Congregación está presente en cuatro continentes: Europa (Italia, Alemania, Polonia, Portugal, España, Hungría y Georgia); América Latina (Argentina, Brasil, Colombia, Perú, Chile y México);  Asia: India, Filipinas y Sri Lanka; y en África (Burkina Faso, Benín y en Costa de Marfil).

El beato Luigi Tezza y la santa Josefina Vannini

El beato Luigi Tezza nació en Conegliano el 1 de noviembre de 1841. A los 15 años ingresó como postulante entre los Ministros de Enfermos, convirtiéndose en sacerdote en 1864, con sólo 23 años. Tezza ejerció su apostolado en Italia y fue misionero en Francia y Lima (Perú), donde murió el 26 de septiembre de 1923.

Santa Josefina Vannini nació en Roma el 7 de julio de 1859. A la tierna edad de 7 años, huérfana de padre y madre, fue confiada al orfanato Torlonia de Roma, dirigido por las Hijas de la Caridad. El contacto con las monjas hizo madurar en la joven la vocación religiosa que la llevó a pedir ser una de ellas. Tras un periodo de discernimiento salió del Instituto, pero un encuentro providencial con el padre Tezza le ayudó a conocer la voluntad de Dios en la fundación de una nueva Congregación religiosa: las Hijas de San Camilo. 

El autorLeticia Sánchez de León

Cultura

Charles Péguy o el mandamiento de la esperanza

Se cumple este año el 150 aniversario del nacimiento del pensador y, sobre todo, poeta Charles Péguy que, con sus macropoemas, revolucionó el lenguaje poético moderno sobre la base de una poesía repetitiva, cargada de imágenes, de honda significación teológica y atenta a los misterios de la ternura del corazón de Dios. 

Carmelo Guillén·24 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Como un san Pablo tras su conversión al cristianismo, Charles Péguy fue un hombre sospechoso tanto para el bando socialista como para la Iglesia católica en Francia de su época, quienes, a pesar de las diferencias en uno u otro caso, supieron ver en él a un excelente poeta y pensador. 

El Nobel de Literatura Romain Rolland, por ejemplo, asevera tras la lectura de algunas de sus obras: “Después de Péguy no acierto a leer otra cosa. ¡Cómo suenan a vacío los más grandes de hoy comparados con él! Espiritualmente estoy en el polo opuesto, pero lo admiro sin reservas”, y el novelista Alain-Fournier lo encomia así: “Es sencillamente maravilloso […]. Sé lo que digo al afirmar que, después de Dostoyevski, no ha habido hombre de Dios tan brillante”. 

Y es que su arrolladora personalidad llevó al prestigioso teólogo católico Hans Urs von Balthasar a incluirlo en el volumen 3,“Estilos laicales”, de su magna obra Gloria, junto a Dante, san Juan de la Cruz, Pascal o Hopkins entre otros, teniéndolo como uno de los máximos exponentes de la estética teológica de todos los tiempos: “La estética y la ética”, –explica–, “son para Péguy idénticas en el fondo, y lo son en virtud de la encarnación de Dios en Cristo: lo espiritual debe hacerse carne, lo invisible debe mostrarse en la forma”. De esta manera, el propio Péguy había escrito: “Lo sobrenatural es a la vez carnal / Y el árbol de la gracia enraíza en lo hondo / Y penetra en el suelo y escudriña hasta el fondo. Y el árbol de la raza es también eternal. / / Y la eternidad misma está en lo temporal […] / Y el tiempo mismo es un tiempo intemporal”.

Los “misterios” de Péguy

 Como poeta se le conoce principalmente por sus “misterios”: El misterio de la caridad de Juana de Arco (reelaboración de otra obra anterior), El pórtico del misterio de la segunda virtud y El misterio de los santos inocentes, que constituyen en sí mismos un solo texto y que, de hecho, en España, se han publicado en un único volumen. Los tres deberían ser la primera incursión en su obra. Según Javier del Prado Biezma, estudioso de Péguy, estos poemarios se asientan en la esencialidad del hombre occidental. 

En sentido genérico, cualquier “misterio” tiene su referencia más viva en la Edad Media y es un tipo de drama religioso que se representaba en los tres pórticos de las catedrales medievales, llevando a escena pasajes de las Sagradas Escrituras, fundamentalmente en torno a la figura de Jesucristo, de la Virgen o de los santos, pero también asuntos teológicos encarnados en elementos abstractos. En el caso de estas piezas de Péguy, el pórtico principal lo ocupa la virtud teologal de la esperanza, y los laterales la fe y la caridad respectivamente. (En España tenemos dos muestras de este subgénero dramático en el (fragmento del) Auto de los Reyes Magos (s. XII) y en el Misterio de Elche, que aún se sigue representando). 

Caleidoscopio perspectivista 

Cuando se empiezan a leer los “misterios”, se descubre que su autor vuelve constantemente sobre los mismos motivos, repite las mismas palabras, como si nos encontrásemos con una tuerca pasada de rosca que no permite avanzar en su recorrido, de ahí que esta incursión literaria requiera por parte del lector cierta pericia y complicidad para llevar a cabo su lectura hasta el final. Es un aviso para quien la quiera acometer. Por otra parte, Péguy revive versos de un misterio en cualquiera de los otros dos, Así, partiendo de tres personajes: Jeannette, Hauviette y Madame Gervaise (esta última encarna al mismísimo Dios), que llevan las voces proféticas en los tres “misterios”, se permite desarrollar todo su pensamiento teológico-poético con el deseo de orientar la vida del hombre a que fomente la virtud de la esperanza. Para ello parte de la idea de que las tres virtudes son criaturas de Dios: “La Fe es una Esposa fiel. / La Caridad es una madre […] o una hermana mayor que es como una madre […]” y “la Esperanza es una niñita de nada”. Con esa apoyatura, Péguy hace uso de textos catequéticos del tipo pregunta-respuesta: “El sacerdote ministro de Dios dice: / ¿Cuáles son las virtudes teologales? / El niño responde:/ Las tres virtudes teologales son la Fe, la Esperanza y la Caridad. -¿Por qué se llaman virtudes teologales la Fe, la Esperanza y la Caridad?- La Fe, la Esperanza y la Caridad se llaman virtudes teologales porque se refieren directamente a Dios”; a la vez, incorpora literalmente pasajes de los Evangelios o del Antiguo Testamento, u oraciones de la piedad popular o frases en latín. Todo un pastiche, si se me permite hablar así, con el que crea un caleidoscopio perspectivista, rasgo fundamental de su estilo literario, algo que, con el paso del tiempo, se podrá ver también en otros poetas, como es el caso de T. S. Eliot, autor de La tierra baldía.

La esperanza cristiana

En la construcción del edificio catedralicio de las virtudes, la esperanza tira de sus hermanas mayores, de ahí que ocupe el espacio central y se perciba como un símbolo del futuro: “Qué haría uno, que sería uno, Dios mío, sin los niños. Qué vendría uno a ser”, escribe Péguy. Y continúa: “Y sus dos hermanas mayores saben bien que sin ella no serían sino servidoras de un día”. Características de esta virtud son: (1) Es la preferida de Dios: “La fe que más me gusta, dice Dios, es la esperanza”; de hecho, se pregunta Péguy: ¿por qué hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte que por cien justos? Y se responde: porque Dios ve cumplida su esperanza; la suya se adelanta antes que la tengamos nosotros. (2) Esta segunda virtud se renueva constantemente al ser más briosa que cualquier experiencia negativa, hasta el punto de que le sorprende al mismo Dios. (3) Es la que el Creador aprecia más en los seres humanos, siendo la más difícil de practicar, “la única difícil […]. Para esperar, hija mía, hace falta ser feliz de verdad, hace falta haber obtenido, recibido una gran gracia”. (4) Para asimilarla y darle su importancia, hay que mirar a los niños, que son “el mandamiento mismo de la esperanza”. Por último, (5) no tiene una intención ni contenidos propios: ella es más bien un estilo y un método, que coinciden con el de la infancia, donde el instante se vive en plenitud. 

Abarcar la poesía de Péguy

Cuando se cala en el desarrollo de estas consideraciones, se descubre la vigencia y hondura de la poesía de Péguy; una poesía atemporal que entrelaza la virtud de la esperanza no solo con las otras dos sino con los conceptos de gracia y naturaleza, con el sentido del pecado, con la figura de Jesucristo, con la de la Virgen María: “Literalmente”, –escribe–, “la primera después de Dios. Después del Creador […]. / La que se encuentra descendiendo, no bien se desciende de Dios, / En la celeste jerarquía, con la de su esposo san José, con la del resto de los santos y, cómo no, con la del hombre terreno y pecador, al que Dios espera: “Dios, que es todo, ha tenido algo que esperar, de él, de ese pecador. De esa nada. De nosotros”. Una poesía que no se acaba de descubrir nunca del todo y que apunta siempre a la interrelación de lo humano y lo divino, a “que lo eterno no carezca de lo temporal”, para lo cual: “Como los fieles se pasan de mano en mano el agua bendita, / Así nos debemos pasar los fieles de corazón en corazón la palabra de Dios. / Nos debemos pasar de mano en mano, de corazón en corazón la divina / Esperanza”.

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Unidos al Papa de todo corazón

Una certera y cuidada reflexión sobre la unidad de los católicos con el sucesor de Pedro "principio y fundamento perpetuo y visible de unidad".

23 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Vivir la unidad en la Iglesia y con el Papa es un don que Dios concede a los corazones humildes, verdaderamente libres. La unidad es un don y una tarea que cada católico ha de llevar a cabo diariamente.

Unidos a Cristo en su Iglesia

Unidad es la propiedad de un ser que impide que pueda dividirse. El vínculo de unidad más firme y profundo lo constituye el amor, por ser de carácter netamente divino. Por eso, hablar de unidad es hablar de amor y hablar de amor a la unidad es hablar de la unidad del amor, es decir, de la unidad del único Dios, que es amor: “Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él” (1 Juan 4, 16).

Los católicos sabemos por la fe del misterio de la unidad de Dios en la Trinidad de personas, es decir, en una comunión de amor. Siendo Dios uno, el Padre que ama es uno, el Hijo amado es uno y el Espíritu Santo, vínculo de amor, es uno. Sabemos también por la fe que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero Hombre en la unidad de su Persona divina y que su Cuerpo Místico, la Iglesia, es una: una sola es la fe, una sola la vida sacramental, y única la sucesión apostólica. 

Es Cristo quien, por la acción vivificadora del Espíritu Santo, otorga unidad a su Cuerpo Místico, la Iglesia. Por eso, la Iglesia, como nos recordó san Juan Pablo II, “vive de la Eucaristía” (Ecclesia de Eucharistia 1), que nos une sacramentalmente a Cristo y nos hace partícipes de su Cuerpo y de su Sangre hasta formar un solo cuerpo. Todo bautizado participa de este sagrado misterio de la unidad.

Unidos al Papa en la Iglesia de Cristo

El amor a la unidad de la Iglesia se manifiesta de una manera muy particular en la unión con el Romano Pontífice, “principio y fundamento perpetuo y visible de unidad, tanto de los obispos como de la muchedumbre de los fieles” (Lumen Gentium 23). 

Por eso, los católicos debemos vivir profundamente unidos al Papa, en plena comunión con él, con independencia de su raza, lengua, color, lugar de nacimiento, inteligencia, capacidad, carácter, gustos o simpatía personal. Se trata de una unión netamente espiritual, y, por tanto, estable, permanente, que no puede depender de los avatares de la vida, de la atracción emocional que nos produzca el talante o el talento de un Papa concreto ni de la satisfacción intelectual que nos generen sus enseñanzas. El verdadero amor al Papa, al dulce Cristo en la tierra, como lo llamaba santa Catalina de Siena, es más divino que humano. De ahí que deba pedirse a Dios como un don que se recibe, que el Espíritu Santo otorga a cada uno para que fructifique en obras de servicio a la Iglesia. 

Esta unión con el Papa se ha de manifestar en un profundo respeto y afecto filial hacia su persona, una oración constante por sus intenciones, una ininterrumpida escucha de su doctrina, una obediencia pronta a sus disposiciones y un servicio desinteresado en todo cuanto solicite.

No ser más papistas que el Papa

Cuando el modo de ser y gobernar de un Papa nos atraiga y sintamos que “hay química”, podemos dar gracias a Dios porque esas emociones positivas que surgen en nosotros nos facilitarán una mayor oración de petición por el Romano Pontífice. Lo emocionalmente positivo constituye un potente motor que allana el camino de la virtud. 

Cuando el modo de ser y gobernar de un Papa concreto no nos satisfaga plenamente o no compartamos algunas de sus decisiones en materias opinables, será el momento de ir emocionalmente e intelectualmente contra corriente, de purificar la intención, y de aumentar y redoblar la oración por su persona e intenciones hasta alcanzar ese estado de amor y oración constante por el Papa que nada tiene que ver con emociones pasajeras ni argumentos cambiantes. Amar al Papa no significa ser más papistas que el Papa, sino vivir unidos a su persona e intenciones en Cristo.

Esta unión con el Papa, como cabeza del colegio episcopal, se manifiesta también en la unión con todos y cada uno de los obispos en comunión con el Papa, como sucesores de los apóstoles. Como decía san Ignacio de Antioquía (Carta a los esmirnianos 8.1): “nadie haga al margen del obispo nada en lo que atañe a la Iglesia”. La Iglesia, como nos ha recordado el Papa Francisco, es esencialmente comunión y, por ende, “sinodal”, porque todos caminamos juntos (Discurso 18.9.21, entre otros muchos).

Conclusión: la unidad como don y tarea

Vivir la unidad en la Iglesia y con el Papa es un don que Dios concede a los corazones humildes, verdaderamente libres, que viven completamente eucaristizados (san Justino, Apología 1, 65), dentro del Corazón de su Hijo y se nutren de él. Además de don divino, la unidad también constituye una tarea gustosísima, que requiere un esfuerzo continuado y exige, cada día, una nueva conquista, en la que, una vez más, se unen el cielo y la tierra.

El autorRafael Domingo Oslé

Catedrático y titular de la Cátedra Álvaro d'Ors
ICS. Universidad de Navarra.

Familia

Gianluigi De Palo: “Un pacto mundial de natalidad es una propuesta que podría debatirse a nivel internacional”

Desde 2021, los Estados Generales de la Natalidad reflexionan sobre el invierno demográfico que vive Italia. Entre sus participantes se cuentan los principales mandatarios del país o el Papa Francisco. Su impulsor, Gianluigi De Palo, habla con Omnes de esta iniciativa.

Maria José Atienza·23 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

“El reto de la natalidad es cuestión de esperanza. La esperanza se nutre del compromiso por el bien de cada uno, crece cuando nos sentimos partícipes e implicados en dar sentido a nuestra vida y a la de los demás. Alimentar la esperanza es, pues, una acción social, intelectual, artística, política en el sentido más alto de la palabra; es poner las propias capacidades y recursos al servicio del bien común, es sembrar futuro”. Con estas palabras se dirigía el Papa Francisco a los participantes de la tercera edición de los Estados Generales de la Natalidad, reunidos en Roma en mayo de 2023. 

Los Estados Generales de la Natalidad son una iniciativa de Fundación para la Natalidad. Estos encuentros, que se celebran en Italia desde el año 2021 y que reúnen a todo tipo de iniciativas civiles, públicas, empresas privadas y particulares, pretende ser un espacio de reflexión en torno al problema demográfico de esta nación europea. Un tema que, a su juicio, debería unir a todo el país con independencia de su opción política o cultural.

Además, se pretende hacer propuestas concretas para revertir la tendencia demográfica e imaginar una nueva narración de la natalidad. 

No es para menos, Italia es uno de los países en los que la caída demográfica se ha convertido en un tema más que preocupante; de los 576.659 nacimientos que se registraron en 2008, en 2022 esta cifra se situó en 392.600. Junto a este dato, se añaden las 713.500 muertes que la nación italiana registró ese año: un saldo negativo de más de 320.000 personas. “Es como si hubieran desaparecido ciudades como Forencia o Bari”, destacan desde los Estados Generales de la Natalidad. 

El panorama italiano, similar al de otras naciones de Occidente como España, Australia, Canadá o Bélgica es bastante desalentador. 

La mayor parte de las naciones europeas asientan su sistema de bienestar sobre el pacto intergeneracional que garantiza que los contribuyentes actuales, con el pago de sus impuestos, apoyan las prestaciones de pensiones de quienes ya están jubilados, impedidos o enfermos. 

Este sistema de pensiones exige un nivel de reemplazo que, considerando el descenso de la natalidad, el aumento de la esperanza de vida y por tanto, de prestaciones de enfermedad, vejez… etc. , no sólo no se sostiene sino que ha sido declarado un tema central en la agenda política

Gianluigi (Gigi) De Palo lleva más de media vida dedicado a cuestiones en torno a la familia y la natalidad. En estos años ha colaborado en medios de comunicación como Avvenire, Romasette, Vite, Popoli y Misión. También ha sido presidente del Foro de Asociaciones Familiares del Lazio y del Foro Nacional de Asociaciones Familiares. 

Junto con su esposa, Anna Chiara, con la que ha sido padre de cinco hijos, es autor de varios libros sobre familia y educación. De Palo es, en la actualidad, presidente de la Fundación para la Natalidad, impulsora de los Estados Generales de la Natalidad. Unos encuentros en los que ha participado también el Papa Francisco y en los que ha puesto de manifiesto, repetidamente, su convencimiento de que “sin natalidad no hay futuro”. 

¿Cómo nacieron los Estados Generales de la Natalidad? ¿Cuáles son sus objetivos?

—Los Estados Generales de la Natalidad nacieron por el deseo de muchas madres y padres que no quieren resignarse a comentar los datos del ISTAT (Istituto Nazionale di Statistica ) que son, cada año más, un verdadero boletín de guerra en Italia. 

La consecución del nuevo récord negativo de natalidad en 2022, con sólo 393.000 nuevos nacimientos, lo que supone una cifra no vista desde la Unificación de Italia, demuestra claramente la gravedad de la situación. 

Estos encuentros Stati Generali della Natalità (Estados generales de la Natalidad), tienen la misión de sensibilizar a todos los “diversos mundos” de nuestra sociedad: política, empresa, tercer sector, asociaciones, actores o periodistas. 

Todos debemos sentirnos llamados a afrontar esta emergencia.

El Papa Francisco anima esta iniciativa y ha participado en ella. ¿Qué destaca de estos discursos del Papa? ¿Qué importancia tiene el apoyo del Papa?

—La presencia del Papa Francisco en los Estados Generales de la Natalidad y sus posiciones ayudaron a transmitir el mensaje y a subrayar su urgencia. 

El Santo Padre comprendió bien el espíritu de la iniciativa. Lo dejó especialmente claro cuando, durante la pasada tercera edición, dijo: “Me gusta pensar en los ‘Estados generales de la natalidad’ como un taller de esperanza. Un taller en el que no se trabaja por encargo, porque alguien paga, sino donde se trabaja todos juntos precisamente porque todos quieren tener esperanza”.

Usted aboga por un pacto mundial de natalidad para invertir el proceso de colapso demográfico. ¿Cree que existe voluntad para un pacto de este tipo?

—La idea de un pacto mundial de natalidad es una propuesta que podría debatirse a nivel internacional, pero su realización dependerá de la voluntad de cada país y de la cooperación internacional. 

Las Naciones Unidas han certificado que la tasa de crecimiento demográfico se está ralentizando. Hoy es el momento de tomar decisiones decisivas para el futuro de todos.

¿Cree que las soluciones a las “crisis demográficas” en los diferentes Estados son eficaces?

—Las soluciones a las “crisis demográficas” pueden variar de un país a otro y dependen de las circunstancias específicas. 

Algunas medidas, como políticas familiares más favorables, pueden ayudar a impulsar la natalidad a corto plazo, pero abordar el declive de la población requiere también un enfoque a largo plazo que tenga en cuenta factores como la educación, el empleo y la cultura.

El invierno demográfico en Occidente, ¿sólo puede resolverse con el impulso a la natalidad que proporciona la población inmigrante?

—La inmigración puede ser un componente de la respuesta a la baja natalidad, pero no es el único factor. 

En el caso italiano se nos dice que los inmigrantes no bastarán para evitar la quiebra del sistema económico. 

Pero, realmente, necesitamos un enfoque concreto que incluya también medidas de apoyo a las familias y de fomento de la natalidad entre la población residente.

¿Hemos pasado de considerar los hijos como un regalo a una fuente de incertidumbre? ¿No es un reduccionismo presentar la natalidad como un tema economico simplemente?

—Es cierto que, en algunos contextos sociales, la natalidad se ve sobre todo como un problema económico; en otro, sin embargo, sólo como un tema de índole cultural. 

Es importante cambiar la percepción de la natalidad, hay que tener una visión más amplia, adaptada a los tiempos que vivimos.

Italia, junto con otros países europeos, es uno de los países más envejecidos del mundo. ¿Hay esperanzas de invertir esta situación?

—En 2050, la proporción entre trabajadores y pensionistas será de 1:1. 

El envejecimiento de la población es un reto común para muchos países europeos, entre ellos, Italia. 

Invertir esta tendencia exigirá esfuerzos a largo plazo que incluyan políticas de apoyo a las familias, mejora de las condiciones laborales y oportunidades educativas. 

La eficacia de estas políticas para frenar el envejecimiento dependerá de diversos factores, como su aplicación y adaptación a las especificidades de cada país.

Vaticano

El Papa ruega «¡detened la guerra!», y no separar fe y vida diaria

En el Ángelus de este domingo, Jornada Mundial de las Misiones, el Santo Padre Francisco ha clamado por la ayuda humanitaria en Gaza y la liberación de los rehenes, y ha rogado a las partes: “¡Deteneos!, ¡Deteneos! Toda guerra en el mundo, pienso también en la atormentada Ucrania, es siempre una derrota y una destrucción de la fraternidad humana”. También ha alertado de la “”esquizofrenia” de separar la fe de “la vida concreta”.

Francisco Otamendi·22 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco ha rogado esta mañana en el Ángelus del Domingo Mundial de las Misiones, por la paz en Tierra Santa, y ha renovado su “llamamiento para que se puedan abrir espacios y se continúe haciendo llegar ayuda humanitaria, y sean liberados también los rehenes”. Además, ha vuelto a lanzar al mundo, pensando también en “la atormentada Ucrania”, el mensaje de que “la guerra es siempre una derrota y una destrucción de la fraternidad humana. Hermanos, deteneos, deteneos”.

En sus palabras tras el rezo del Ángelus, el Pontífice ha reconocido estar “muy preocupado y con mucho dolor por todo lo que está sucediendo en Israel y Palestina. Estoy cerca de todos aquellos que sufren, de los heridos, los rehenes, y las víctimas y sus familias”.

El Papa ha subrayado “la grave situación humanitaria en Gaza, y me duele que también el hospital anglicano y la parroquia greco ortodoxa hayan sido bombardeados en los días pasados”, ha comentado. 

Enseguida, Francisco ha recordado que “el viernes próximo 27 de octubre he convocado una jornada de ayuno, oración y penitencia” y que “esta tarde a las 18 horas en San Pedro viviremos una hora de oración para pedir la paz en el mundo”.

Después, el Santo Padre ha recordado que “hoy es la Jornada Mundial de las Misiones, con el lema «Corazones ardientes, pies en camino». ¡Dos imágenes que lo dicen todo! Insto a todos en las diócesis y parroquias a que participen activamente”.

En los saludos a romanos y peregrinos, el Papa ha mencionado entre al principio a las hermanas Siervas de los Pobres hijas del sagrado Corazón de Jesús, de Granada; a los miembros del Centro Académico Romano Fundación; a la Hermandad del Señor de los Milagros, de los peruanos en Roma: a los miembros del movimiento misionero laico ‘Todos custodios de la humanidad’, al coro polifónico S. Antonio Abate de Cordenons, y a las asociaciones de fieles de Nápoles y Casagiove.

Alerta ante una «esquizofrenia«

El Papa Francisco comenzó su breve meditación antes del Ángelus refiriéndose al episodio del Evangelio en el que algunos fariseos preguntan a Jesús si es lícito pagar impuesto al César o no, y la respuesta de Jesucristo: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, correspondiente a este domingo XXIX del tiempo ordinario

Estas palabras de Jesús, ha señalado el Papa, “se han convertido en algo de uso común, pero a veces se han utilizado de manera equivocada –o al menos reductiva– para hablar de las relaciones entre Iglesia y Estado, entre cristianos y política; a menudo se entienden como si Jesús quisiera separar a “César” y a “Dios”, es decir, la realidad terrenal de la espiritual”.

“A veces, también nosotros pensamos así: una cosa es la fe con sus prácticas y otra

cosa, la vida de todos los días. No. Esto es una “esquizofrenia”, como si la fe no tuviera nada que ver con la vida concreta, con los desafíos de la sociedad, con la justicia social, con la política y etcétera”, ha manifestado el Santo Padre.

«Somos del Señor«

Francisco ha señalado en su reflexión sobre el Evangelio que “Jesús quiere ayudarnos a colocar al “César” y a “Dios” cada uno en su importancia. Al César –es decir, a la política, a las instituciones civiles, a los procesos sociales y económicos–, pertenece el cuidado del orden terrenal, de la polis. (…). Pero, al mismo tiempo, Jesús afirma la realidad fundamental: que a Dios pertenece el hombre, todo hombre y todo ser humano”.

“Esto significa que nosotros no pertenecemos a ninguna realidad terrenal, a ningún “César” de este mundo. Somos del Señor y no debemos ser esclavos de ningún poder mundano. En la moneda, por lo tanto, está la imagen del emperador, pero Jesús nos recuerda que en nuestra vida está impresa la imagen de Dios, que nada ni nadie puede oscurecer”.

A continuación, el Papa ha señalado alguna pregunta para el examen, como tiene por costumbre. “Comprendamos entonces que Jesús nos está devolviendo a cada uno de nosotros a la propia identidad: en la moneda de este mundo está la imagen de César, pero, ¿tú, qué imagen llevas dentro de ti? ¿De quién eres imagen en tu vida? ¿Nos acordamos de pertenecer al Señor, o nos dejamos modelar por las lógicas del mundo y hacemos del trabajo, de la política, del dinero, nuestros ídolos a adorar?”

“Que la Virgen Santa nos ayude a reconocer y a honrar nuestra dignidad y la de todo ser humano”, ha concluido.

El autorFrancisco Otamendi

Ecología integral

La verdad y la caridad en la polémica ideología de género

El arzobispo de san Francisco y el obispo de Oakland realizaron una carta conjunta para “proporcionar claridad” en lo que respecta a la doctrina católica y la ideología de género. En ella, hablan sobre la importancia de la verdad y de la caridad en el trato con las personas que sufren disforia de género.

Paloma López Campos·22 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco calificó la ideología de género como “una de las colonizaciones ideológicas más peligrosas del mundo”. Conscientes del fuerte impacto que esta corriente de pensamiento tiene en la sociedad actual y de las dudas que surgen en relación a ella, el arzobispo de san Francisco y el obispo de Oakland realizaron una carta conjunta para “proporcionar claridad” en lo que respecta a la doctrina católica en relación a este tema.

El arzobispo Salvatore J. Cordileone y monseñor Michael C. Barber señalan con preocupación los peligros de esta ideología predominante. “La ideología de género”, dicen desde el principio, “niega ciertos aspectos fundamentales de la existencia humana”. Se trata de un sistema de ideas que “se opone radicalmente, en muchos aspectos importantes, a una comprensión sólida de la naturaleza humana”. Todavía más allá, es una corriente que “se opone a la razón, a la ciencia y a una visión cristiana de la persona humana”.

El dualismo frente a la unidad

La carta pastoral entra de lleno en el debate del dualismo que se abre al tratar la ideología de género. Esta corriente predominante rechaza “la unidad esencial del cuerpo y el alma en la persona humana”. Sin embargo, “a lo largo de su historia, la Iglesia católica se ha opuesto a las nociones de dualismo que plantean el cuerpo y el alma como entidades separadas y no integradas”.

Mientras que la ideología de género habla con frecuencia del drama de nacer “en un cuerpo equivocado”, la Iglesia niega con vehemencia esta afirmación. “Desde el principio de su existencia, la persona humana tiene un cuerpo diferenciado sexualmente como masculino o femenino. El ser hombre o el ser mujer ‘es una realidad buena y querida por Dios’ (Catecismo de la Iglesia católica, n.369). En consecuencia, nunca se puede decir que uno esté en el cuerpo ‘equivocado’”.

Dado que Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza, eliminar la diferencia sexual es “disminuir” esta identidad de la persona. En su carta pastoral, tanto el arzobispo como el obispo consideran que hacer esto “sería una ofensa a la dignidad humana y una injusticia social”. Una falta que se agrava todavía más si se tiene en cuenta que, al eliminar la diferencia sexual, se ataca también a la complementariedad entre el varón y la mujer, elemento que está en la raíz de la familia.

Verdad y caridad, auténtica compasión

Ahora bien, esta realidad que expresan los obispos debe verse en el contexto de la caridad. “La Iglesia está llamada a hacer como Jesús, a acompañar con espíritu solidario a los marginados y a los que sufren, afirmando al mismo tiempo la belleza y la verdad de la creación de Dios”. Por ello, la carta pastoral llama a los cristianos a encontrar el equilibrio entre la verdad y la caridad. En este sentido, citan textualmente la encíclica “Caritas in veritate”. En dicho documento, Benedicto XVI advirtió que “la verdad es luz que da sentido y valor a la caridad. Sin verdad, la caridad cae en mero sentimentalismo. El amor se convierte en un envoltorio vacío”.

Cordileone y Barber ponen énfasis sobre esta idea, subrayando que “la compasión que no incluye tanto la verdad como la caridad es una compasión equivocada”. Especifican que “el apoyo a quienes experimentan disforia de género debe caracterizarse por una preocupación activa por la caridad cristiana genuina y la verdad sobre la persona humana”.

La carta pastoral se dirige también directamente a las personas que experimentan disforia de género. Los obispos les aseguran que “Dios nos conoce, nos ama a cada uno de nosotros y desea nuestro florecimiento”. Admiten que “nuestras vidas, incluso nuestra propia identidad, a veces nos puede parecer un misterio. Pueden ser una fuente de confusión, quizás incluso de angustia y sufrimiento”.

Cordileone y Barber afirman con seguridad para todos los que puedan dudarlo, “que su vida no es un misterio para Dios, que ha contado cada cabello de sus cabezas (Lucas 12, 7), que creó lo más íntimo de su ser y que les tejió en el vientre de su madre (Salmo 139)».

Cristo revela nuestra identidad

Como recuerda el documento, la encarnación de Cristo debe ser una fuente de alegría y esperanza para todos. “Al asumir una naturaleza humana corporal, Jesús revela la bondad de nuestros cuerpos creados y la cercanía de Dios a cada uno de nosotros. No está lejos ni es indiferente a nuestras preguntas, nuestros retos o nuestros sufrimientos”.

Al hacerse hombre, “Jesús no solo nos revela a Dios, sino que revela al hombre lo que el hombre es”. Por ello, la persona no puede crearse una identidad distinta a aquella que Dios le da. Nuestra “identidad más fundamental es la de hijos muy amados de Dios”.

En la búsqueda de identidad que realizamos los hombres, se esconde el deseo de conocerse tal como Dios nos ha creado. Sin embargo, no hay razón para que emprenda cada uno en solitario esta tarea. La carta pastoral concluye afirmando que la Iglesia desea acompañar a las personas en este camino, en la búsqueda de identidad que viven quienes tienen disforia de género, todos los cristianos que se preguntan sobre su propia vida y, en resumen, todo ser humano.

Corazones ardientes, pies en camino

El lema del DOMUND ’23 “Corazones ardientes, pies en camino” constituye una descripción certera de lo que es la vocación misionera.

22 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Hace años, más de 20, se me presentaron un grupo de jóvenes catequistas de una parroquia. Uno de ellos, comenzó: “Soy Francisco, catequista de primera comunión”, añadió, “y no tengo fe”. Creí que no le había entendido y lo dejé pasar, pero el siguiente dijo lo mismo: “y yo tampoco tengo fe”… 

¡Amigo! Eso ya no era un malentendido mío…, ¡lo habían dicho! Les pregunté cómo podían dar catequesis sin tener fe…, “muy fácil”, me dijeron, “explicamos lo que dice el libro”.

Amigo… ¡Eso no es así! Dar catequesis, ser misionero, ser apóstol de Jesús no es una mera transmisión de saberes, no es una mera explicación de conocimientos… ¡Es ser capaz de contagiar la fe! Los misioneros, como los catequistas, como cada uno de los bautizados que nos tomamos en serio nuestra vocación de apóstoles del Señor, cada uno de los sacerdotes que predican la Palabra de Dios…, no son meros transmisores o maestros: son testigos de un Dios y de un amor que supera todo amor.

No se puede ser testigo, no se puede ser apóstol si no se ha tenido un encuentro personal con Cristo, si no hay una relación de amistad y de amor con el Señor. 

Es más, es esa relación, ese enamoramiento, lo que hace que el cristiano se convierta en apóstol, catequista, predicador, evangelizador… ¡misionero!

Por eso no nos extraña que el lema del DOMUND ’23 sea: “Corazones ardientes, pies en camino”. Es una descripción preciosa de lo que es la vocación misionera, la vocación que cerca de 10.000 españoles están viviendo hoy por todas partes del mundo. Esta jornada anual nos recuerda que Cristo no quiere estar solo en los libros de historia y de catequesis… ¡Quiere personas enamoradas! ¡Quiere hombres y mujeres con el corazón ardiente, como el de los discípulos de Emaús! ¿Te apuntas a esta tarea apasionante?

El autorJosé María Calderón

Director de las Obras Misionales Pontificias en España.