Cultura

El eremita san Millán y la cuna del español

El 12 de noviembre se celebra San Millán, un santo del siglo V-VI d. C. que da nombre a la localidad riojana de San Millán de la Cogolla. Su historia está ligada, además, a los inicios de la lengua española.

Loreto Rios·12 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

San Millán nació en Berceo (actualmente, una localidad de La Rioja) en el año 473 d. C. En aquella época, en la Península Ibérica, ya cristianizada, convivían los hispanorromanos y los recién llegados visigodos. Reinaba por aquel entonces Eurico, aunque la larga vida de san Millán abarcó 10 reinados, ya que vivió 101 años, del 473 al 574.

Pastor en Berceo

De familia hispanorromana y campesina, fue pastor hasta los 20 años. A partir de entonces, decide abrazar la vida religiosa y deja Berceo para instruirse con el anacoreta san Felices de Bilibio. Posteriormente, se hace ermitaño y regresa a su región natal, retirándose a unas cuevas que se encuentran ahora situadas en el pueblo de San Millán de la Cogolla (población que entonces no existía y que se formó debido a que mucha gente fue a asentarse allí por el santo).

San Millán, ermitaño

Con fama de santidad debido a sus milagros, pronto tuvo seguidores que formaron una comunidad en las cuevas cercanas, tanto hombres como mujeres, por ejemplo san Citonato, san Sofronio, santa Oria (Gonzalo de Berceo escribió el poema “Vida de Santa Oria”) y santa Potamia, que actualmente da nombre a una de las calles del pueblo.

Tumbas de los Infantes de Lara en Suso

A causa del aumento de seguidores, se construyó junto a las cuevas una iglesia visigoda, en la que posteriormente se hizo una ampliación en época mozárabe. Esta iglesia estaba policromada, pero en el año 1002 Almanzor le prendió fuego y hoy en día solo se conserva algún pequeño resto de esa decoración. De la iglesia originaria, se puede ver aún un altar visigodo del siglo VI, el más antiguo que se conserva en la Península y en gran parte de Occidente.

Primeros vestigios del español

El actual Monasterio de Suso, en San Millán de la Cogolla, está construido en las cuevas en las que vivió san Millán. Habitado por monjes muy cultos, allí se escribieron las famosas Glosas Emilianenses, el primer testimonio escrito que se conserva de la lengua española, unas aclaraciones al texto latino que un anónimo monje copista anotó en romance en el margen derecho del códice. También aparecen en estas glosas algunas palabras en vascuence.

A su muerte en el año 574, san Millán fue enterrado en Suso, y sus restos permanecieron allí hasta el año 1053, cuando el rey don García decidió trasladarlo a la recién fundada Santa María La Real de Nájera. Sin embargo, según cuenta la tradición, los bueyes que transportaban el carro mortuorio se tumbaron cuando llegaron al valle, y no hubo forma de hacerles avanzar. Esto fue interpretado por el rey como una señal de que el cuerpo del santo no debía salir del valle, y se construyó el Monasterio de Yuso, donde hasta hoy se conservan los restos de san Millán. Ambos monasterios están declarados Patrimonio de la Humanidad.

Debido al traslado, en el Monasterio de Suso se hizo un cenotafio conmemorativo de alabastro negro en el siglo XII, en el que están representadas varias figuras, entre ellas san Braulio, obispo de Zaragoza y primer biógrafo de san Millán.

Gonzalo de Berceo

El Monasterio de Suso se convirtió en un importante centro cultural. En el siglo XII, un niño llamado Gonzalo, nacido, como san Millán, en Berceo, fue allí a instruirse. Este sería Gonzalo de Berceo, el primer poeta de nombre conocido que escribió sus obras en romance en vez de en latín. Por eso a este lugar se le conoce como la “cuna” de la lengua española.

En Suso descansan también los restos (exceptuando las cabezas) de los Siete Infantes de Lara, junto con las de su ayo, don Nuño.

También se conserva la llamada “Cueva de Cuaresma”, a la que san Millán se retiraba durante la cuaresma para ayunar y hacer penitencia. En ella actualmente se pueden ver también tumbas de nobles que querían estar enterrados cerca del santo. En otro espacio del pequeño monasterio se custodian huesos de peregrinos de antaño que se han ido encontrando en el valle.

Monasterio de Suso

Suso y Yuso

Hoy en día el Monasterio de Suso no alberga a monjes ni eremitas: el pequeño edificio ha quedado en lo alto del monte como una reliquia arquitectónica, histórica, cultural y religiosa. Sin embargo, en el monasterio de Yuso vive todavía una comunidad de monjes agustinos que conservan el culto religioso del lugar.

Mundo

Su Beatitud Shevchuk: «No hay que resignarse a la guerra, siempre es una tragedia»

Omnes ha podido conversar con monseñor Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de Kiev, tras su viaje a Bruselas donde se ha podido entrevistar con diversos representantes de la Unión Europea.

Antonino Piccione·11 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de Kiev ha estado en Bruselas, donde llegó para asistir a la asamblea plenaria de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (Comece).

Allí también se encontró con la cúpula de la Comisión Europea el día en que Ursula Von der Leyen anunció la primera luz verde a las negociaciones para la entrada de algunos países, entre ellos Ucrania, en la Unión Europea.

También se entrevistó con los representantes de la Comisión Europea Olivér Várhelyi, Comisario Europeo de Ampliación y Política de Vecindad de la Comisión de la UE, y Michael Siebert, Director Ejecutivo de Asuntos de la UE.

Beatitud, ¿cómo se ha recibido la noticia del primer paso para la entrada de Ucrania en la Unión europea?

–Quizá sea una coincidencia, pero hace exactamente 10 años vine aquí a Bruselas con los jefes de las Iglesias y organizaciones religiosas reunidos en el Consejo Panucraniano. Habíamos venido aquí para declarar la voluntad del pueblo ucraniano de regresar a la familia de las naciones europeas. Trajimos a la Cumbre europea un documento que llevaba las firmas de los dirigentes de las Iglesias cristianas y de las comunidades judía y musulmana. Hoy ese texto está firmado con la sangre de los hijos e hijas del pueblo ucraniano. Para defender ese proyecto europeo estalló en Ucrania la Revolución de la Dignidad y comenzó la invasión rusa de Crimea y Donbass en 2014.

La raíz de la confrontación militar que vivimos hoy proviene precisamente de la negación política de esa identidad de un pueblo.

Hoy siento que la Unión Europea ha abierto por fin sus puertas. Si este paso se hubiera dado 10 años antes, tal vez se habrían evitado tantas víctimas.

¿Por qué dice esto?

–Europa es una familia de naciones. Una civilización, no sólo una unión económica. Si no nos hubiéramos abandonado a nuestros propios deseos, si no hubiéramos privilegiado la economía sobre la dignidad de la persona humana, si hubiéramos dejado elegir a los pueblos, reconociéndolos no como objeto de negociación entre Europa y Rusia, sino como sujeto de su propio futuro, entonces, hace 10 años, se habrían podido salvar muchas vidas.

Entonces, ¿qué valor tienen hoy las palabras de Von der Leyen?

Son un estímulo, incluso moral, incluso psicológico.Nos dicen que todas aquellas víctimas que defendieron la identidad europea de nuestro pueblo no fueron en vano.

Por fin alguien reconoce quiénes son los ucranianos, por qué viven y por qué mueren.

El Papa Francisco saluda al arzobispo ucraniano Sviatoslav Shevchuk durante un encuentro privado en el Vaticano ©CNS photo/Vatican Media

¿Qué representa para usted la Unión Europea?

–Los valores de la dignidad de la persona, de la vida humana. El bien común.Está muy claro que la guerra en Ucrania no es un enfrentamiento entre dos naciones, sino entre dos proyectos.
Por un lado está Rusia, que persigue el regreso a un pasado glorioso.

El pasado de un imperio que quiere reconquistar Ucrania, su antigua colonia, y volver a someterla a un sistema dictatorial. Por otro lado está la Ucrania que quiere avanzar, que mira al futuro y no quiere volver atrás.

Se habla mucho y con razón de la situación en Oriente Medio y muy poco de la guerra en Ucrania. ¿Qué noticias hay? Vivimos la tragedia de Tierra Santa como nuestra tragedia.

–Estamos muy cerca del pueblo israelí porque, como a ellos, al pueblo ucraniano se le niega el derecho mismo a existir.Y estamos muy cerca de los cristianos de Palestina y del Estado de Israel.

Es interesante señalar que el conflicto en Tierra Santa comenzó el 7 de octubre como consecuencia de la acción terrorista de Hamás.

En Ucrania, octubre fue el mes más sangriento del último año.

Los rusos sacrificaron a 1.000 de sus propios soldados cada día y nuestros prisioneros de guerra ucranianos fueron fusilados en masa. Una carnicería. La guerra en Ucrania continúa, el riesgo es que se convierta en una guerra silenciada, una guerra olvidada. Igual que ocurrió hace 10 años en el Donbass y Crimea. Todo esto hace urgente planificar el futuro con un plan diplomático.

Se ve poca diplomacia de paz, incluso aquí en la Unión Europea. Por cierto, ¿cómo es la misión del Cardenal Zuppi? 

–Al estar en Italia para asistir al Sínodo, pude visitar Bolonia y visitar al cardenal. Coincidimos en un hecho: no podemos acostumbrarnos a la guerra, porque la guerra es siempre una tragedia.

Sin embargo, también es cierto que toda guerra termina con un acuerdo de paz. Y este acuerdo de paz ya lo podemos tejer nosotros y ya hoy. Hemos hablado mucho de los niños ucranianos secuestrados por los rusos.Una cuestión en la que, desgraciadamente, no hemos podido lograr ningún resultado hasta ahora.

Debemos insistir, debemos seguir buscando todas las vías posibles para liberar a estos niños. Construir la paz exige la virtud de la perseverancia en el bien. No hay que resignarse. La guerra tiene una lógica viciosa y maligna.

Los hombres que la inician, luego se convierten en sus esclavos. La guerra se apodera de todo y el hombre que cae víctima de ella ya no es capaz de salir de esta jaula. Desde un punto de vista humano, la situación puede ser, en efecto, motivo de desesperación. Pero si nos fijamos en los Padres Fundadores del proyecto europeo, Schuman y Adenauer, no se dejaron vencer por la desesperación sino que construyeron Europa a partir de los escombros de la Segunda Guerra Mundial como un proyecto europeo de paz en el que participaran todas las naciones. Debemos seguir su ejemplo.

El autorAntonino Piccione

Evangelización

Conociendo al capellán del servicio secreto de Estados Unidos

Mark Arbeen es director del Programa de capellanes del Servicio Secreto de Estados Unidos. En esta entrevista habla sobre su conversión al catolicismo y sobre su trabajo, fuertemente influido por la Virgen María y por san Miguel.

Jennifer Elizabeth Terranova·10 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

María, Nuestra Santísima Madre, siempre sabe lo que hace.

Omnes tuvo la oportunidad de hablar con Mark Arbeen, director del Programa de Capellanes del Servicio Secreto de los Estados Unidos. Nos habló de su decisión de convertirse al catolicismo, de su cargo y del bueno de san Miguel.

Mark Arbeen, director del Programa de capellanes del Servicio Secreto

Fue en Ciudad de México, en 2003, estando en la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en la Misa previa a su boda, cuando Mark hizo una promesa a la Virgen.

Estaba sentado no muy lejos del altar y cayó en lo que su amigo describió como un «trance». No respiraba, no me movía, estaba mirando fijamente», comparte Mark. Pero recuerda haberle dicho a la Virgen: «Si ella [su futura esposa] se queda embarazada, me haré católico». No está seguro de lo que ocurrió exactamente, pero recuerda estar «en presencia de María».

Mark y su esposa recibieron la «buena noticia» de que serían bendecidos con su primer hijo no mucho tiempo después de su boda, y Mark se convirtió al catolicismo como se lo había prometido a nuestra Santísima Madre. Esto «’solidificó’» su decisión de hacerse católico».

Mark acabaría siendo diácono de la Iglesia católica, algo que no le interesaba. Antes de su conversión, había ido a un seminario episcopal y estudiado para ser sacerdote, así que era un terreno algo familiar al entrar en el ministerio católico.

Bromeando, dice que su mujer y su amigo decidieron por él. Mark recuerda que les preguntó: «¿Tengo voz en esta decisión?». Recibió un claro no y dice que «es un tema de esposa feliz, vida feliz».

Mark es uno de los muchos conversos al catolicismo, lo que atribuye a las luchas en el mundo protestante litúrgico: metodistas, luteranos, episcopales y presbiterianos, por nombrar algunos. Mark dice que parte de la razón de esto es porque «no tenemos un líder en la cima que diga sí o no, y los católicos tienen un Papa, y él es la autoridad final, el oficio del Papa, que permite un terreno más sólido para operar, y para adorar… y eso, con todo lo que ha estado pasando en el mundo protestante es una bendición para muchos de nosotros». Su diócesis forma parte del Ordinariato Personal de la Cátedra de San Pedro.

El servicio secreto de Estados Unidos

Mark empezó a trabajar para el Servicio Secreto de Estados Unidos. El USSS es uno de los organismos federales de investigación policial más antiguos del país y fue fundado en 1865 como una rama del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Como se indica en su sitio web oficial:

El Servicio Secreto desempeña dos misiones fundamentales de seguridad interior:

A través de su misión de protección, el Servicio Secreto preserva la continuidad del gobierno y garantiza la seguridad en acontecimientos de importancia nacional protegiendo al Presidente y al Vicepresidente, a sus familias, a los Jefes de Estado o de Gobierno visitantes y a otras personas designadas.

Además, el USSS también investiga las amenazas contra la Casa Blanca, la Residencia del Vicepresidente, las Misiones Extranjeras y otros edificios designados dentro del área de Washington, D.C., por lo que no es de extrañar que estos excelentes hombres y mujeres que arriesgan sus vidas para proteger a tantos tengan un capellán de guardia.

La segunda «llamada» de Mark Arbeen, por así decirlo, es trabajar como director del programa de capellanes del Servicio Secreto de los Estados Unidos. La idea de un programa surgió en 2013 y 2014, cuando el USSS comenzó a tener problemas significativos en la prensa. La moral estaba por los suelos, y un programa de capellanes parecía una forma de restaurar las cosas.

Mark fue solicitado por una agente a la que se le asignó la tarea de investigar un posible programa. Al principio «no quería tener nada que ver con ello», pero dijo que ayudaría «en un segundo plano». Cuando la agente falleció inesperadamente, Mark recuerda haber asistido al funeral de la mujer, y el director de la USS se le acercó y le dijo: «Padre». Mark le respondió: «Soy diácono y soy uno de vosotros». El director acabó contratando a Mark, y éste empezó a trabajar para instituir este programa tan necesario.

La tarea requería trabajo, especialmente para programas nuevos dentro de cualquier agencia del Departamento de Seguridad Nacional. La Oficina Federal de Investigación (FBI) era la única agencia con un programa como este, lo que significaba que serían únicos con el FBI.

Aunque no es necesario ser de ninguna confesión o religión en particular, resultó ventajoso que Mark fuera católico porque alrededor del 60 % del Servicio Secreto de Estados Unidos es católico. Pero, según Mark, «entender la jerarquía con los demás grupos religiosos» es esencial. Y continúa: «Como antiguo miembro de la Iglesia episcopal, entendía esa jerarquía, y como católico, entiendo la jerarquía».

Un día en la vida del capellán gerente del servicio secreto

Es habitual que Mark trabaje y hable con cardenales, arzobispos, el rabino jefe de Estados Unidos y otros líderes religiosos. «Es un papel más importante de lo que la gente pensaba», dice Mark, porque trata con líderes que deciden que uno de sus ministros se convierta en uno de los capellanes del USSS.

Su principal trabajo consiste en gestionar capellanes voluntarios en Estados Unidos. Actualmente tiene 140 empleados, de unas 62 confesiones distintas, y de ambos sexos. También tiene una parte que son ateos. Pero Mark subraya que lo esencial es poder hablar con ellos «en sus términos, no en los míos».

Mark señala que su religión católica le ha ayudado «porque la fe católica, especialmente desde el Vaticano II, es diálogo». Y prosigue: «Tener la capacidad de dialogar con otros grupos de fe sin intentar convertir a ninguno de ellos… [y] entender dónde están nuestros puntos en común y centrarnos en eso, y no en nuestras diferencias, eso es enorme en la Iglesia católica, y eso es lo que tienen que hacer cada uno de nuestros obispos, arzobispos, los cardenales y el Papa, y eso es lo que yo tengo que hacer en este trabajo».

También habla de la necesidad de recibir el Santísimo Sacramento, especialmente en momentos de gran afluencia, como, por ejemplo, durante la reunión de la Asamblea General en Nueva York.

Dice que un buen porcentaje del personal sí pide la Comunión ese domingo, los que no pueden ir a Misa, así que se distribuirán unas 25 ó 30 hostias a los empleados que están en primera línea haciendo lo que están llamados a hacer: proteger la vida de aquellos a los que están asignados. Algunos, sin embargo, pueden asistir a la Misa.

No es de extrañar que se pusiera en marcha el Programa de Capellanes. Los hombres y mujeres que arriesgan su vida para garantizar la seguridad de los demás y de sus familias están sometidos a un estrés tremendo. Mark dijo que tienen una «misión de fracaso cero» y «si alguien comete un error, [y] alguien muere, no nos lo podemos permitir».

¡Bienvenido, san Miguel!

Pregunté al diácono Mark si invoca a San Miguel y el papel de los arcángeles en el programa. Volvió a referirse a la diversidad de las personas con las que trabaja y a cómo san Miguel es venerado no sólo por los católicos, sino también por los judíos y los musulmanes. San Miguel es el patrón de las fuerzas del orden, lo cual no es sorprendente.

Mark dice que siente la presencia de san Miguel «todos los días», pero «no es una palmada en la espalda; siento su espada en mi espalda, empujándome», esa presión para hacer más. Pero también siente el consuelo de san Miguel cuando está ante una familia que acaba de perder a alguien». Dice que las «alas de San Miguel cubren».

Lo que más le gusta de su función es ayudar a alguien a superar un periodo difícil de su vida. En la capellanía de las fuerzas del orden decimos: «Nuestro trabajo es estar presentes para la gente cuando nos necesitan, no cuando queremos proporcionárselo»». Dice que nunca se equipararía a un agente de las fuerzas del orden porque «yo corro hacia ellos, pero ellos corren hacia las balas, y eso es una valentía que está muy mal entendida». Sus agentes se pondrán delante del Presidente de los Estados Unidos de América y recibirán una bala por él. «Es una valentía que no se puede enseñar».

Concluimos la entrevista, y el diácono Arbeen destaca: «Tenemos que reconocer que Jesús nos redime, y tenemos que reconocer la necesidad de Jesús en el Sacramento y reconocer la necesidad de Jesús en nuestras vidas”.

Zoom

Indi Gregory: la lucha por una vida

Indi Gregory ha vuelto a poner sobre la mesa el derecho a unos cuidados paliativos después de le fueran negados por un juez británico que decretó su desconexión del soporte vital a pesar de que el Bambino Gesú de Roma se ofreció a brindarle estos cuidados.

Maria José Atienza·10 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Cultura

Consagración del nuevo altar de la catedral de Berlín

Construida por Federico II de Prusia en 1773 para los católicos procedentes de Silesia, la iglesia de Santa Eduvigis ha experimentado diversas reconstrucciones, principalmente después de la Segunda Guerra Mundial. En 2018 comenzaron los trabajos de remodelación para la actual catedral.

José M. García Pelegrín·10 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

El 1 de noviembre, justo 250 años después de la primera consagración de la iglesia de St. Hedwig (Santa Eduvigis), se consagró el nuevo altar de la catedral católica de Berlín. La iglesia estuvo cerrada durante cinco años para ser completamente remodelada en su interior.

El nuevo altar

El nuevo altar tiene forma semiesférica, que se corresponde con la cúpula que cubre el edificio. Una característica especial de este altar es que está construido con “piedras vivas” donadas por fieles de Berlín, otras partes de Alemania y otros países. Sin embargo, la remodelación de la catedral aún no ha concluido, por lo que ha vuelto a cerrarse al público para finalizar los trabajos.

Leo Zogmayer, el artista austríaco responsable del interior de la catedral, explicó en un recorrido para la prensa, el mismo día 1 de noviembre, que el altar se hizo utilizando el proceso de fundición de piedra: “Las piedras donadas se añaden a una mezcla de arena, grava y cemento blanco. Esta masa se vierte en un molde negativo. Una vez endurecida la masa y desmoldado el molde, aún hay que acabar a mano el vaciado en bruto para dejar al descubierto las piedras que se encuentran cerca de la superficie”. El altar pesa unas dos toneladas y media, pero casi parece flotar, al tiempo que transmite una presencia maciza.

Una reliquia de Santa Eduvigis de Andechs, patrona de la iglesia, fue incrustada en la mensa del altar durante la consagración. El ambón es de la misma piedra que el altar; su reducida forma se corresponde con la semiesfera geométrica minimalista del altar.

Mons. Heiner Koch, arzobispo de Berlín, recordó en su homilía que “Jesús es el centro y la medida de la vida de la humanidad. En él encontramos apoyo y orientación en los desafíos de nuestro tiempo, el centro y la medida de nuestras vidas. En el sacrificio de la cruz, Jesús nos une con Dios en el tiempo y la eternidad; une el cielo y la tierra y nos da la redención”.

En el altar se celebra su muerte, no sólo como un recuerdo, sino como una presencia real: aquí, el pan y el vino se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo por el Espíritu de Dios; aquí está realmente presente. “Aquí se hace presente lo que sucedió en la Cruz y en el Cenáculo, porque Él amó a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta la perfección. Eso se hace presente aquí, en este altar cuando el sacerdote, llamado por la consagración, pronuncia las palabras de la consagración en nombre de Jesús, en su autoridad. Cristo está en medio de nosotros”. El altar mantiene la comunión con el cielo: la comunión de Dios, que es la única que da la paz. Y también mantiene la comunión “con nosotros y entre nosotros”.

La catedral de santa Eduvigis

La catedral católica de Berlín, la Sankt Hedwigs-Kathedrale (catedral de Santa Eduvigis), se encuentra en el centro de la ciudad, formando parte del llamado Forum Fridericianum, una plaza planificada por el rey prusiano Federico II (1712-1786) al comienzo de la emblemática avenida Unter den Linden, cuya ejecución se confió a uno de los más destacados arquitectos alemanes del siglo XVIII, Georg Wenzeslaus von Knobelsdorff, artífice también de la iglesia.

La construcción de la catedral comenzó en 1747 y representó la primera iglesia católica en Berlín desde la Reforma. Federico II decidió dedicar la iglesia a Santa Eduvigis en honor a los nuevos habitantes católicos de Berlín que llegaron tras la Segunda Guerra de Silesia, finalizada ese mismo año. 

El rey Federico II donó los terrenos y sugirió la forma circular, inspirada en el Panteón romano. Se ha afirmado que inicialmente Federico II consideró dedicar el edificio a “todos los dioses” (como el Panteón), para ser empleado por diferentes religiones, siguiendo su principio de tolerancia. Sea esto cierto o no, Knobelsdorff mantuvo la forma circular del Panteón.

La construcción se vio obstaculizada por dificultades financieras y la Guerra de los Siete Años, lo que retrasó la finalización hasta noviembre de 1773. La cúpula y el friso del frontón se completaron a finales del siglo XIX, y en 1886-1887, Max Hasak terminó el edificio, cubriendo la cúpula con una capa de cobre y coronándola con una linterna y una cruz. El interior se decoró en estilo neobarroco. En 1927, el Papa Pío XI otorgó a la iglesia el título de basílica menor. 

Con la creación de la diócesis de Berlín, el 13 de agosto de 1930 (hasta entonces formaba parte de la de Breslau, la actual Wrocław, en Polonia), la iglesia de Santa Eduvigis se convirtió en la catedral de la nueva diócesis. En 1930-1932, el interior fue remodelado por el arquitecto austriaco Clemens Holzmeister. 

Bernhard Lichtenberg, el deán valiente

Durante el periodo nacionalsocialista (1993-1945), el deán Bernhard Lichtenberg destacó como opositor al régimen: tras el pogromo, denominado eufemísticamente como “Noche de los cristales rotos”, que tuvo lugar la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, rezó públicamente por los judíos. Al día siguiente, Lichtenberg fue apresado por el gobierno nazi y murió camino al campo de concentración de Dachau. En 1965 los restos de Lichtenberg fueron llevados a la cripta de la catedral. Durante los trabajos de remodelación, en 2018, sus reliquias se trasladaron a otra iglesia berlinesa dedicada a los mártires; regresarán a la cripta de la catedral cuando se completen las obras.

Catedral del Berlín en 1945 ©Landesdenkmalamt Berlin

En la Segunda Guerra Mundial, la catedral sufrió graves daños durante un ataque aéreo aliado en la noche del 2 de marzo de 1943, que destruyó la cúpula y dejó el interior y la cripta completamente calcinados. 

Tras la división de Berlín después de la Segunda Guerra Mundial, la catedral quedó en el Berlín oriental. Fue restaurada entre 1952 y 1963, por el arquitecto alemán occidental Hans Schwippert, quien reconfiguró el espacio de manera inusual, creando una apertura circular en la iglesia que conducía a la cripta, donde se instalaron ocho capillas. El exterior se reconstruyó siguiendo el modelo histórico.

La restauración de la catedral

A principios del siglo XXI, se decidió llevar a cabo una restauración para sanear la construcción. En el concurso organizado en 2013, el proyecto del estudio Sichau & Walter de Fulda, en colaboración con el artista Leo Zogmayer, propuso cerrar la apertura a la cripta, ubicar el descenso a la cripta cerca de la entrada y crear un amplio espacio en la iglesia superior con el altar en su centro.

Este proyecto fue controvertido, especialmente entre los católicos que habían sufrido persecución durante el período comunista y tenían un fuerte vínculo con la catedral tal como la remodeló Hans Schwippert. Después de años de consultas, protestas y estudios, Mons. Heiner Koch, arzobispo de Berlín, y el cabildo catedralicio aprobaron el proyecto; los trabajos comenzaron en 2018.

Catedral de Berlin en la actualidad ©Probekreuz Erzbistum

En una visita a las obras para la prensa en septiembre de 2022, el deán de la catedral, Tobias Przytarski, destacó el principio detrás de la “nueva” catedral: en la cripta, la pila bautismal ocupa el centro, sobre la cual –en la iglesia– se encuentra el altar, de dos metros de diámetro. Justo encima del altar, en la cúpula, está la claraboya cubierta por un cristal diáfano que se abre al cielo: el bautismo y la Eucaristía conducen –“esperemos”, decía Przytarski con un guiño– al cielo. Los confesionarios se encuentran en la iglesia inferior.

En el exterior, el cambio más significativo es que la nueva cruz dorada, de tres metros de altura, se colocará sobre el tímpano del pórtico en lugar de la cúpula, lo que la hará más visible. Además, las pesadas puertas de bronce anteriores se reemplazarán por puertas de cristal transparente, que proporcionarán una transparencia luminosa y simbolizarán transparencia. Przytarski también mencionó una particularidad de las vidrieras, que son opacas, pero contienen burbujas de aire que mostrarán el cielo estrellado de Berlín el día del nacimiento de Jesús.

Tras la ceremonia de consagración del altar, la catedral se ha vuelto a cerrar al público, y se espera su reapertura antes de la Navidad de 2024, cuando también se haya instalado el órgano, que se desmontó al comienzo de las obras.

FirmasFederico Piana

Mesas redondas

Si hay una imagen que pueda explicar de forma clara el tema de la sinodalidad es la fotografía de las mesas de los más de cuatrocientos participantes: las mesas redondas

10 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Iglesia ha redescubierto el gusto de caminar unida. Si hay una definición que pueda resumir mejor un primer balance de la primera sesión de la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos, es ésta. Y si hay una imagen que pueda explicar de forma clara el tema de la sinodalidad es la fotografía de las mesas de los más de cuatrocientos participantes: mesas redondas en las que se sentaban cardenales junto a obispos, y obispos y cardenales junto a laicos y laicas, consagrados y consagradas, jóvenes y mayores.

Aparentemente, esto puede considerarse un detalle menor pero, en realidad, representa una de las claves importantes para entender toda la sesión sinodal. No es casualidad que el propio Papa Francisco, durante el transcurso de las congregaciones generales, se sentara en una de estas mesas redondas, poniendo entre paréntesis la formalidad de la jerarquía y enfatizando la relación de fraternidad en la parresía.

La escucha mutua y el intercambio de experiencias, tanto personales como eclesiásticas, son algunos de los rasgos específicos de la sinodalidad que favoreció el nuevo método de trabajo de las mesas redondas, sobre todo al tratar temas candentes: el futuro de la obra misionera, la valorización de los ministerios ordenados, la responsabilización de todos los bautizados, el papel de la mujer, la reactivación del ecumenismo y del diálogo interreligioso, el apoyo a las personas alejadas de la fe y a los pobres, la acogida de los diferentes, la defensa de los menores y de los vulnerables, y la verdadera comprensión de la autoridad.

Los participantes en el Sínodo supieron expresar sus puntos de vista, abrir sus corazones, incluso estar a veces en desacuerdo, pero nunca en oposición. Lo hicieron estando uno al lado del otro y mirándose directamente a los ojos: gracias a esas mesas redondas, pudieron entablar amistades estables y relaciones sólidas que podrían cambiar el futuro de la Iglesia.

El autorFederico Piana

 Periodista. Trabaja en Radio Vaticana y colabora con L'Osservatore Romano.

Cristianos en la médula de la vida pública

Nuestro tiempo demanda un buen puñado de ciudadanos magnánimos, auténticamente libres, que ennoblezcan con su buen hacer el espacio público, convirtiéndolo en un lugar de encuentro con Dios y servicio a la humanidad.

9 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

A lo largo de más de veinte siglos de historia, y a partir de la experiencia de cristianos egregios, la Iglesia ha ido desarrollando una doctrina sobre la participación social del cristiano en la vida pública. 

Esta enseñanza está actualmente contenida, entre otros muchos documentos, en la constitución pastoral Gaudium et spes del Concilio Vaticano II (esp. núms 23-32) y la Exhortación Apostólica Christifideles laici de san Juan Pablo II. El Catecismo de la Iglesia Católica(núms. 1897-1917) ofrece una síntesis maravillosa de toda ella. 

El meollo de esta doctrina se puede resumir así: cada cristiano, a través del cumplimiento de sus deberes cívicos, debe asumir en conciencia, con plena libertad y responsabilidad personal, su propio compromiso social de animar cristianamente el orden temporal, respetando sus propias leyes y autonomía. Este gustoso deber de promover el bien común mediante un compromiso voluntario y generoso es inherente a la dignidad de la persona humana. 

Entre los temas centrales que afectan a la vida pública, la Iglesia siempre ha recordado la primacía de la persona sobre la sociedad y el Estado, la preeminencia de la moral sobre el derecho y la política; la defensa de la vida desde el momento de su concepción hasta su término natural, la centralidad de la familia matrimonial, el derecho y deber de trabajar en condiciones dignas; el derecho a la salud y la educación, la propiedad privada con su función social como necesidad y garantía de una libertad solidaria; el cuidado del planeta como casa común de la humanidad, la necesidad de desarrollar un sistema económico libre, solidario y sostenible, la construcción de una paz justa y estable a través del establecimiento de una comunidad internacional ordenada por el derecho.

Una vida pública marcada por el secularismo

Por desgracia, en Occidente, la vida pública está muy alejada de los principios cristianos que la animaron en su nacimiento y de los principios morales formulados por la ley natural y la doctrina de la Iglesia, que acabamos de esbozar. Así lo han manifestado importantes pensadores como Joseph Ratzinger, Charles Taylor, Jean-Luc Marion o Rémi Brague, entre otros muchos. 

Nuestra era ha sido calificada de secular, posmoderna, poscristiana, posverdadera y transhumanista. Y no falta acierto en todos estos calificativos, que responden a un común denominador: vivir como si Dios no existiese y como si el ser humano tuviese derecho a ocupar su lugar: el homo deus

Nuestros espacios públicos, sobre todo en algunos países como Francia, han quedado completamente secularizados; las religiones han sido relegadas al ámbito privado cuando no al de la intimidad; la ley natural es seriamente cuestionada e incluso rechazada de plano por algunos cristianos (¡basta pensar en el famoso No de Karl Barth!), el pensamiento metafísico ha sido sustituido por un pensamiento débil y relativista, por considerarse este el más adecuado para una sociedad abierta y pluralista.

La conciencia moral es tratada como mera certidumbre subjetiva.

La autoridad política ha sido desligada de cualquier principio moral vinculante más allá de los derechos humanos, considerados estos, ya no como exigencias naturales, sino como productos del consenso humano, y por tanto modificables y extensibles a la protección de actos contrarios a la naturaleza.

El positivismo jurídico ahoga los ordenamientos y asfixia a los ciudadanos. 

La familia matrimonial se ha convertido en una de las muchas opciones dentro de una oferta que ya llama a las puertas de la poligamia como un modo más de unidad familiar. El aborto se ha erigido en derecho, eso sí, ¡en un aborto de derecho!

El derecho a la educación está siendo pisoteado por los poderes públicos, que lo emplean como instrumento de adoctrinamiento social. 

Se ha generalizado un discurso de lo políticamente correcto que restringe la libertad de expresión, imponiendo modos de decir y comportamientos también en los ámbitos académicos más liberales. No cesan las presiones para convivir conforme a una uniformidad ideológica. 

La verdad se considera un producto de fábrica que se elabora en los laboratorios de unos poderosos que solo buscan dominar el mundo a cualquier precio. En el debate de muchas democracias modernas y avanzadas, convive la negación de la verdad con la dictadura de las mayorías.

El resultado es la llamada cultura de la cancelación que ha llegado incluso a validar la venganza como arma política. El populismo campa a sus anchas en el espacio público. Entre tanto, la práctica religiosa ha caído alarmantemente.

Por lo demás, la persecución física que están sufriendo los cristianos en el mundo es similar a la que sufrieron nuestros hermanos en la fe en época imperial romana. El informe anual presentado por la organización Puertas Abiertas señala que el número total de cristianos asesinados en 2022 fue de 5.621 y el número total de iglesias atacadas bajo diferentes niveles de violencia alcanzó las 2.110.

Cristianos comprometidos con la verdad

Así las cosas, transformar la vida pública en nuestros días no solo requiere de grandes ideas, sino también y sobre todo de grandes personas, de cristianos ejemplares y valientes que sean reconocidos en los parlamentos y foros públicos por su inquebrantable compromiso con la verdad, por su profundo respeto a todas las personas con independencia de las ideas que defiendan, por su capacidad de perdonar setenta veces siete, por su fuerte compromiso con los pobres y más necesitados y por su frontal rechazo de cualquier forma de corrupción política. 

Nuestro tiempo demanda un buen puñado de ciudadanos magnánimos, auténticamente libres, que ennoblezcan con su buen hacer el espacio público, convirtiéndolo en un lugar de encuentro con Dios y servicio a la humanidad.

El autorRafael Domingo Oslé

Catedrático y titular de la Cátedra Álvaro d'Ors
ICS. Universidad de Navarra.

Ecología integral

Dr. Leal: “Es más barato acabar con la vida de un paciente que acompañarle”

El déficit de cuidados paliativos en bastantes países “se debe a un desinterés por parte de las administraciones públicas. Una gestión que, bajo una concepción materialista del ser humano, prioriza los números sobre las personas”, señala a Omnes el Dr. Francisco Leal (Hagen, Alemania), director de la Unidad de Dolor en Clínica Universidad de Navarra en Madrid, que interviene en unas Jornadas sobre “Nociones de medicina para sacerdotes”.

Francisco Otamendi·9 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El tema del Dr. Francisco Leal en las Jornadas sobre “Nociones de medicina para sacerdotes” es el dolor y el sufrimiento, y qué soluciones aporta la Medicina. Aunque precisa que “el dolor en principio es beneficioso”, porque “se produce por un estado de alarma cuando se detecta un daño o un peligro, y nos protege, nos hace reaccionar ante el daño”.

El doctor no duda de la eficacia de los cuidados paliativos. “En España tenemos de los mejores profesionales del mundo y desgraciadamente, muy poco apoyo administrativo y político”. Reconoce la crudeza de lo que afirma, pero considera que, siguiendo “un sesgo ideológico que viene de instancias supranacionales y que no considera el valor de la vida”, hay quienes piensan que “es más barato acabar con la vida de un  paciente que acompañarle como se merece”.

Las Jornadas sobre “Nociones de medicina para sacerdotes” tienen lugar los sábados 21 de octubre, 11 de noviembre (encarnizamiento terapéutico) y 2 de diciembre (patologías que pueden condicionar la vida conyugal) en la Clínica Universidad de Navarra en Madrid.

El Dr. Leal es especialista en Anestesiología, Reanimación y Tratamiento del Dolor. Ha recibido formación en neurociencia por la Universidad de Harvard y en TRD (terapia de reprocesamiento del dolor). Actualmente es también profesor en las Universidades de Cádiz y de Navarra. 

Sufrimiento y dolor. ¿Qué son, cómo se producen? ¿Se pueden evitar o paliar bastante?

–Son dos experiencias a menudo muy relacionadas. Una puede llevar a la otra y viceversa. El dolor es una experiencia sensorial y emocional asociada (o similar a la asociada) con un daño real o potencial. El sufrimiento es una respuesta emocional y mental al dolor o vivencias. Además de un componente emocional, puede añadirse el espiritual. 

El dolor en principio es beneficioso. Se produce por un estado de alarma cuando se detecta un daño o un peligro. Nos protege, nos hace reaccionar ante el daño. El problema es cuando esa alarma no se apaga y el dolor se convierte en crónico.

Siempre procuramos paliar el dolor; incluso el dolor crónico. En determinados casos, ya podemos atrevernos a decir que lo podemos curar, gracias a las recientes Terapias de Reprocesamiento del Dolor que están dando resultados muy prometedores.

La Medicina ofrece a los pacientes curar. ¿Y si no se puede curar?

–Hasta hace poco en el caso del dolor crónico solo podíamos aspirar a paliar. Por primera vez, como decía antes, estamos empezando a curar este tipo de dolor en muchos pacientes. En cualquier caso, siempre intentamos aplicar la famosa sentencia de E.M.Achard: “Curar a veces, mejorar con frecuencia, consolar siempre”.

Tenemos miedo a la anestesia, ¿o no?

–Sí. Eso es una herencia del pasado cuando tanto la anestesia como la cirugía eran muy rudimentarias y ha quedado en la memoria de la gente. Hoy en día la anestesiología es la especialidad médica que ha conseguido mayores estándares de seguridad, aprendiendo de la experiencia de los pilotos y de la construcción de aviones. Parte de nuestro trabajo es escuchar sus dudas y explicar estas cosas a los pacientes y que entren tranquilos a quirófano.

¿Son eficaces los cuidados paliativos? ¿Deberían ser un derecho de todos? ¿O es que su coste es alto?

–No hay duda de la eficacia de los Cuidados Paliativos. En España tenemos de los mejores profesionales del mundo y desgraciadamente, muy poco apoyo administrativo y político. Es más barato, y eficaz, tener un buen equipo de paliativos que atienda al paciente en su domicilio que hacerlo en un hospital. Desgraciadamente hay gestores que, bajo un sesgo ideológico y utilitarista, consideran que es aún más barato acabar con la vida del paciente.

España y tantos países tienen déficit en cuidados paliativos. ¿Por qué sucede esto? ¿Tenemos profesionales formados?

–La formación y la calidad profesional y humana de nuestros profesionales es envidiable. Es una especialidad tan exigente que se observa un fenómeno de autoselección de los mejores para ese trabajo tan duro y humano.

El déficit de cuidados paliativos no se debe ni a formación ni a vocaciones profesionales sino a un desinterés por parte de las administraciones públicas. Se debe a una gestión, que, bajo una concepción materialista del ser humano, prioriza los números sobre las personas. En el fondo es un tema ideológico que viene de instancias supranacionales y que no considera el valor de la vida. Como decía antes, no sin cierta crudeza, es más barato acabar con la vida de un  paciente que acompañarle como se merece.

El autorFrancisco Otamendi

Evangelio

Mantener la llama encendida. Domingo XXXII del Tiempo Ordinario (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del XXXII domingo del Tiempo Ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·9 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La parábola de las vírgenes prudentes y necias es una de las más dramáticas de Nuestro Señor y nos habla de uno de los temas más importantes: nuestra entrada o exclusión del cielo.

La Iglesia nos ofrece hoy esta parábola, contextualizándola mediante la primera lectura, del libro de la Sabiduría y que ensalza la grandeza de la sabiduría, y la segunda lectura, en la que san Pablo habla de la segunda venida de Cristo y de los que resucitarán a una nueva vida con Él.

La sabiduría no es muy apreciada en la sociedad contemporánea -nos preocupa más nuestra apariencia, o nuestra influencia, o nuestra posición social-, pero era muy valorada en la antigüedad y hay varios libros del Antiguo Testamento sobre ella. Al vincular una lectura sobre la sabiduría con la parábola de las vírgenes prudentes y necias, la Iglesia nos enseña que la verdadera sabiduría es la que nos lleva al cielo. 

Las decisiones sabias son las que nos conducirán a la vida eterna con Dios. Por eso, siempre que tengamos que tomar una decisión, es bueno que nos preguntemos: ¿me llevará al Cielo esta forma de actuar? Si la respuesta es “sí”, debemos hacerlo. Si la respuesta es “no”, no debemos hacerlo.

La parábola es muy rica y hunde sus raíces en las costumbres nupciales de la época de Jesús, cuando las jóvenes solteras salían al encuentro del novio al anochecer para acompañarle con lámparas encendidas hasta la casa de la novia. Iban así como representantes de la novia y eran “vírgenes” y, por lo tanto, se suponía que eran castas. 

Es aterrador pensar que los miembros castos de la Iglesia, que es la esposa de Cristo, también podrían quedar excluidos del cielo. Uno puede vivir una forma de castidad pero dejar que el aceite de su alma se acabe. ¿Qué es este aceite extra? Numerosos padres de la Iglesia y escritores espirituales han dado su interpretación. Puede ser la caridad, la humildad o la gracia de Dios. Probablemente sea todo eso.

Nos habla de esa reserva espiritual de nuestra alma que nos permite perseverar cuando Dios parece desaparecer de nuestra vida, cuando caemos en la oscuridad del sueño (lo que, según enseña Jesús en esta parábola, nos sucede a todos).

Siempre hay una cierta oscuridad en la vida cristiana y podemos sentir la aparente ausencia de Dios con mayor o menor intensidad en distintos momentos de nuestra vida.

Puede haber momentos de oscuridad, en los que parece que dormimos, en un matrimonio o en una vocación célibe, pero entonces el aceite son los buenos hábitos de oración, lucha y compromiso que hemos construido y seguimos viviendo. 

Las vírgenes necias eran necias porque solo vivían para la emoción de la procesión, para la diversión del momento. La sabiduría surge de un corazón que ama y se da cuenta de que el amor es algo más que emoción.

El amor es una búsqueda perseverante que permanece fiel e incluso crece en los momentos de oscuridad, aparentemente apagado, como el aceite, pero con la llama encendida.

La homilía sobre las lecturas del domingo XXXII del Tiempo Ordinario (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

El Papa: Madeleine Delbrêl, testigo de fe en los suburbios de París

El Santo Padre ha presentado esta mañana en la Audiencia general a una mujer francesa del siglo XX, la venerable Madeleine Delbrêl, que vivió más de treinta años en los suburbios pobres y obreros de París. Con su ejemplo, Francisco llama a ser “testigos valientes del Evangelio en los ambientes secularizados”. El Papa ha rezado por los pueblos que sufren las guerras.

Francisco Otamendi·8 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En la catequesis sobre la pasión por la evangelización, el celo apostólico del creyente, que ha cumplido esta mañana la sesión 25 desde enero, el Papa ha fijado la mirada en la Audiencia en la venerable francesa Madeleine Delbrêl, con el tema “La alegría de la fe entre los no creyentes”, y el pasaje evangélico en el Jesús habla de la sal de la tierra y la luz del mundo.

La Sierva de Dios Madeleine Delbrêl (1904-1964), asistente social, escritora y mística, vivió durante más de treinta años, junto con otras compañeras, en los suburbios pobres y obreros de París, ha explicado Francisco. “Esta opción de habitar en las periferias le permitió descubrir el amor de Dios en lo cotidiano y darlo a conocer a los más alejados con un estilo de vida sencillo y fraterno”. 

Tras una adolescencia agnóstica, Madeleine conoció al Señor. Partió en busca de Dios, respondiendo a una profunda sed que sentía en su interior. “La alegría de la fe la llevó a elegir una vida enteramente dedicada a Dios, en el corazón de la Iglesia y en el corazón del mundo, compartiendo sencillamente en fraternidad la vida de la gente de la calle”.

“Ambientes de ideología marxista”

De su testimonio de vida, el Pontífice ha subrayado en especial que “en ese ambiente, donde predominaba la ideología marxista, ella pudo experimentar que “es evangelizando como somos evangelizados”. “La vida y los escritos de Madeleine nos muestran que el Señor está presente en toda circunstancia y que nos llama a ser misioneros aquí y ahora, compartiendo la vida con la gente, participando en sus alegrías y tristezas”. 

La venerable francesa nos enseña, ha manifestado el Papa, que “los ambientes secularizados también nos ayudan a convertirnos y a fortalecer nuestra fe”, ha resaltado Francisco. “No olvidemos que la vida en Cristo es “un tesoro extraordinario y extraordinariamente gratuito”, que estamos llamados a compartir con todos”.

En lugares “secularizados”

En sus palabras a los peregrinos de lengua francesa, el Papa ha reflexionado también sobre la idea de que somos evangelizados evangelizando. “Con el corazón siempre en movimiento, Madeleine se dejó interpelar por los gritos de los pobres y de los no creyentes, interpretándolos como un reto para despertar la aspiración misionera de la Iglesia. Intuyó que el Dios del Evangelio debe arder en nosotros hasta llevar su Nombre a todos aquellos que aún no lo han encontrado”.

“Madeleine Delbrêl también nos enseñó que somos evangelizados evangelizando, que somos transformados por la Palabra que proclamamos. Estaba convencida de que los ambientes secularizados son lugares donde tienen que luchar los cristianos y pueden fortalecer la fe que Jesús les dio”.

Al saludar a los peregrinos de lengua española, Francisco ha vuelto sobre la misma idea: “Pidamos al Señor que nos dé su gracia para ser testigos valientes del Evangelio, sobre todo en los ambientes secularizados, ayudándonos a descubrir lo esencial de la fe y fortaleciéndonos en las dificultades. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide”.

El contacto con los no creyentes

En otro momento de la Audiencia, el Papa Francisco ha manifestado “Contemplando este testimonio del Evangelio, también nosotros aprendemos que en cada situación y circunstancias personales o sociales de nuestra vida, el Señor está presente y nos llama a habitar nuestro tiempo, a compartir la vida de los demás, a mezclarnos con las alegrías y las penas del mundo”.

En particular, ha añadido el Santo Padre, la venerable Madeleine Delbrêl “nos enseña que incluso los ambientes secularizados son útiles para la conversión, porque el contacto con los no creyentes provocan en el creyente una continua revisión de su modo de creer y a redescubrir la fe en su esencialidad”.

“Paz justa” en Tierra Santa

Al dirigirse a los fieles de lengua italiana, el Pontífice se ha referido a Tierra Santa y a Ucrania: “Pensemos, y recemos por los pueblos que sufren la guerra. No olvidemos a la martirizada Ucrania, y pensemos en los pueblos palestino e israelí; que el Señor nos traiga una paz justa. Sufrimos tanto. Sufren los niños, sufren los enfermos, sufren los ancianos, y mueren tantos jóvenes. La guerra es siempre una derrota, no lo olvidemos. Siempre es una derrota”.

También ha recordado el Papa que “mañana celebraremos la fiesta litúrgica de la Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán, la catedral de Roma. Que este aniversario suscite en todos el deseo de ser piedras vivas y preciosas, empleadas en la construcción de la Casa del Señor”.

“Recemos por los difuntos”

La petición por los difuntos ha llegado al dirigirse a los peregrinos de lengua portuguesa. “Este mes revive en nosotros el nostálgico recuerdo de nuestros muertos. Ellos nos dejaron un día con una petición, tácita o explícita, de nuestra ayuda espiritual en su paso al más allá.  Sabemos que nuestras oraciones por ellos llegan al Cielo, y así podemos acompañarles allí, reforzando los lazos que nos unen a la eternidad. ¡Recemos por ellos!”, ha rogado Francisco.

A su saludo a los polacos, les ha señalado que “dentro de unos días celebraréis el aniversario de la recuperación de la independencia de Polonia. Que este aniversario os inspire gratitud a Dios. Transmitid a las nuevas generaciones vuestra historia y el recuerdo de quienes os han precedido en el generoso testimonio cristiano y en el amor a la patria.  Os bendigo de corazón”.

Como es habitual, el Santo Padre se ha dirigido también a los peregrinos de otras lenguas: inglés, alemán o árabe, y ha concluido con el Padre Nuestro y la Bendición apostólica.

El autorFrancisco Otamendi

Mundo

60 años de maravillas: tres Universidades Pontificias celebran la comunicación

Tres Universidades Pontificias romanas celebran el 60 aniversario de “Inter mirifica”, uno de los primeros decretos aprobados por el Concilio Vaticano II, dedicado a los medios de comunicación.

Giovanni Tridente·8 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Tres Universidades Pontificias romanas unidas por su pasión por la comunicación celebran juntas el 60 aniversario de uno de los primeros decretos aprobados por el Concilio Vaticano II, el “Inter mirifica”, dedicado precisamente a los medios de comunicación y publicado el 4 de diciembre de 1963.

Poniendo en práctica la invitación del Papa Francisco a “trabajar en red” entre Universidades y Facultades Eclesiásticas para “estudiar los problemas que afectan hoy a la humanidad, llegando a proponer vías de solución adecuadas y realistas” (“Veritatis gaudium”), la Pontificia Universidad de la Santa Cruz -a través de su Facultad de Comunicación Institucional-, la Pontificia Universidad Lateranense -a través de su Instituto Pastoral Redemptor Homnis- y la Pontificia Universidad Salesiana -a través de su Facultad de Comunicación Social-, organizaron una reflexión de tres días sobre el importante texto conciliar y su historicidad y actualización.

Fue sin duda una de las semillas más fecundas del Concilio Vaticano II, que tuvo el mérito de lanzar el moderno viaje de la Iglesia hacia territorios comunicativos. Siempre se cita cuando se habla del vínculo entre Iglesia y medios de comunicación de masas, es fuente bibliográfica de investigaciones y disertaciones, y el centro de seminarios y jornadas de estudio como la que ahora se organiza en Roma.

La primera jornada del Simposio, titulada 60 años de maravillas, comenzó el martes 7 de noviembre en la Universidad de la Santa Cruz, con una presentación de la perspectiva histórico-institucional, examinando el documento “Inter mirifica” también en relación con los documentos anteriores, el magisterio preconciliar sobre la comunicación, la propia comunicación institucional durante el Concilio y las implicaciones para las oficinas de comunicación de la Iglesia.

La actividad del día siguiente se desarrolló en la Pontificia Universidad Lateranense, centrándose en la dimensión teórico-práctica de la pastoral de la comunicación, examinando, por ejemplo, los modelos de la teología de la comunicación, los vínculos del Documento con el contexto mediático actual y la pastoral de la comunicación digital.

El último día, fue la Universidad Pontificia Salesiana la que acogió el Congreso, centrando las distintas intervenciones en la actualización del documento a la luz de la lógica de las Redes, y en particular de la Iglesia digital, la inteligencia artificial, los formadores y los instrumentos de comunicación en red.

“Reflexionar hoy sobre ‘Inter mirifica’ significa situarse en una perspectiva de investigación académica innovadora, ya no cristalizada en la propia identidad específica y en la propia propuesta formativa”, afirmó Massimiliano Padula, sociólogo de la Lateranense y uno de los promotores de la iniciativa.

En el Congreso intervinieron los decanos de las tres instituciones organizadoras, Daniel Arasa por la Santa Cruz, Paolo Asolan por la Lateranense y Fabio Pasqualetti por la Salesiana. También intervinieron estudiosos de diversas disciplinas, como la socióloga Mihaela Gavrila, el filósofo Philip Larrey y el teólogo José María La Porte.

Una excelente oportunidad, en definitiva, para poner en práctica la otra invitación del Papa Francisco en “Veritatis gaudium”, la constitución apostólica dedicada a las Universidades y Facultades Eclesiásticas, a saber, la de integrar las diferentes competencias intelectuales para lograr “la inter y transdisciplinariedad que debe ejercerse con sabiduría y creatividad a la luz de la Revelación”.

El autorGiovanni Tridente

Cultura

«Madre no hay más que una», la opción para ver en cines este mes

El niño y la garza y Madre no hay más que una son las propuestas de nuestro especialista en cine para ver este mes.

Patricio Sánchez-Jáuregui·8 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Como cada mes, Patricio Sánchez – Jaúregui recomienda novedades, clásicos, o contenido que aún no has visto. Este mes, las dos propuestas: El niño y la garza y Madre no hay más que una, se encuentran en las carteleras de cine.

El niño y la garza

El presunto canto del cisne de Hayao Miyazaki se encuentra entre sus trabajos más abiertos a la interpretación. A través de una serie de imágenes surrealistas y melancólicas, “El niño y la garza” cuenta la encantadora y conmovedora historia del proceso de madurez en un chico enfrentado a la tragedia.

Bellamente animada, nos encontramos ante una carta de amor a todos los fans del director (El viaje de Chihiro, La princesa Mononoke, La tumba de las Luciérnagas…) a veces confusa, a veces clara, pero sin duda emocionante.

Un hermoso cuadro que se convierte en una experiencia mágica e inolvidable. Una digna despedida de un artista absolutamente excepcional, que querrás volver a visitar una y otra vez, solo para sentir esa magia pura, sin adulterar y sin filtros de Miyazaki.

El niño y la garza

Director: Hayao Miyazaki
Productora: Studio Ghibli
Música: Joe Hisaishi
Plataforma: Cines

Madre no hay más que una

Documental, testimonio y reportaje. “Madre no hay más que una” es un homenaje que protagoniza la figura más relevante de la vida del ser humano sobre la tierra, encarnada en Blanca, Bea, Isa, Ana, María, Olatz…. Todas ellas unidas por este vínculo sencillo e insondable: la maternidad, y todas las circunstancias que de ella se derivan. Historias, problemas, anécdotas…; sorpresas, novedades, enfermedades… El malabarismo con el trabajo, los prejuicios que afrontan al querer tener hijos, las dificultades sociales o económicas… Tragedia, comedia, vida.

No hay nada como el comienzo de todo. Y ese todo que comienza, esa vida, comienza dentro de una persona con sus risas, llantos, embarazos inesperados, hijos perdidos, muchas horas sin dormir y miles de sueños inimaginables que se  hacen realidad… En palabras de su director: “En un mundo en el que el ser madre supone un ejercicio de malabarismos varios a la vez, se merecían este homenaje, para que desde su boca y propio testimonio, podamos contar al mundo lo maravilloso que es ser madre… y también ser hijos.”

Madre no hay más que una

Dirección : Jesús García
Guión: Javier González Scheible
Plataforma: En cines
Mundo

Ciudadanía italiana para Indi Gregory 

El gobierno italiano ha concedido la ciudadanía italiana a Indi Gregory, la niña inglesa a la que la Corte Suprema de Londres quiere suspender los tratamientos vitales. Gracias a esto, la niña podría ser trasladada al hospital Bambino Gesù de Roma, que ha aceptado continuar su tratamiento.

Antonino Piccione·7 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La decisión de conceder a la niña la nacionalidad italiana fue adoptada ayer (lunes 6 de noviembre) por el Gobierno italiano. Gracias a esto, la niña, afectada por una enfermedad rara, podría ser trasladada a un hospital italiano, evitando la interrupción de los tratamientos que la mantienen con vida. Según se informa en el comunicado emitido después del Consejo de Ministros convocado de urgencia, el Ejecutivo, “a propuesta del ministro de Interior, Matteo Piantedosi, ha acordado otorgar la ciudadanía italiana a la pequeña Indi Gregory, nacida en Nottingham (Reino Unido) el 24 de febrero de 2023, considerando el interés excepcional de la comunidad nacional en garantizar un mayor desarrollo terapéutico para la menor, y en la protección de valores humanitarios preeminentes que, en este caso, están relacionados con la preservación de la salud». Como es sabido, la ley italiana prohíbe cualquier forma de eutanasia. La decisión se produce tras la disposición expresada por el hospital pediátrico “Bambino Gesù” en relación con el ingreso de Indi Gregory y la consecuente solicitud de otorgamiento de la ciudadanía italiana presentada por los abogados de los padres. El Gobierno italiano también ha comunicado a la dirección del hospital y a la familia su compromiso de cubrir los costos de los tratamientos médicos que se consideren necesarios.

Indi Gregory es una niña inglesa de ocho meses afectada por una rara enfermedad mitocondrial a la que la Corte Suprema de Londres quiere suspender los tratamientos vitales. La niña, nacida en febrero, padece el síndrome de depleción mitocondrial, una enfermedad genética degenerativa extremadamente rara que provoca el subdesarrollo de todos los músculos. La reunión en el Palacio Chigi concluyó en pocos minutos, con una “decisión rápida” que convirtió a Indi Gregory en ciudadana italiana. El primer ministro Giorgia Meloni comentó en Facebook: “Hasta el final, haré lo que pueda para defender la vida (de Indi) y el derecho de la mamá y el papá a hacer todo lo posible por ella”. El objetivo es permitir el traslado de Indi a Roma, donde se evitaría la “desconexión” de las máquinas que la mantienen con vida, especialmente la ventilación asistida. Indi está actualmente ingresada en el Queen’s Medical Center de Nottingham, a la espera de que se aplique la sentencia de la Corte Suprema. Allí, los médicos argumentan que continuar con las terapias solo provocaría sufrimientos innecesarios para la recién nacida. Los padres de Indi habían hecho un llamamiento, respaldados por asociaciones provida, para evitar la interrupción de los tratamientos y para que se les permitiera trasladar a su hija a Roma.

“De todo corazón, gracias al gobierno, estamos orgullosos de que nuestra hija sea italiana”, comentó Dean Gregory, el padre de Indi. “Hay esperanza y confianza en la humanidad”. El decreto de otorgamiento de la ciudadanía italiana a Indi fue firmado por el presidente de la República. Los padres presentaron de inmediato una apelación ante la Corte Suprema de Londres para que se les permitiera trasladarla al hospital Bambino Gesù.

El autorAntonino Piccione

Ecología integral

La vivienda asfixia a más de tres millones de hogares, denuncia Cáritas

El gasto en vivienda se ha convertido en un “factor determinante que desequilibra la economía doméstica”, y es ya “un gran pozo sin fondo para numerosas familias, sobre todo para aquellas con menos ingresos y más vulnerables”, han asegurado hoy Cáritas Española y Fundación Foessa, que han propuesto medidas para paliar esta situación.

Francisco Otamendi·7 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Los gastos relacionados con el pago de la vivienda y sus suministros son -con diferencia- los que más se han incrementado en los presupuestos familiares, desequilibrando así las economías de millones de familias en nuestro país, han denunciado esta mañana Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española, y Daniel Rodríguez, miembro del equipo de estudios de la Fundación Foessa, que han presentado el informe titulado ‘Ingresos y gastos: una ecuación que condiciona nuestra calidad de vida’. 

A lo largo de su intervención, se han puesto de manifiesto datos desequilibrantes en un contexto socioeconómico que sigue poniendo a prueba la capacidad de los hogares para subsistir, indica el informe.

Por ejemplo, las familias con menos ingresos invierten más de seis de cada 10 euros (63 %) a gastos de vivienda, suministros y alimentación frente a los menos de cuatro de cada 10 euros que gastan las familias con mayor nivel de ingresos. 

El dato real, según Cáritas y Fundación Foessa, es que tres millones de hogares (el 16,8 %) quedan por debajo del umbral de la pobreza severa una vez pagados estos gastos básicos, que suponen un importante esfuerzo. 

Otro dato significativo de contexto es que mientras el parque de viviendas sociales en la Unión Europea se sitúa en torno al 9 por ciento, y en países como Holanda incluso llega al 30 por ciento, en España el porcentaje es todavía del 2 por ciento. 

Graves desafíos

Natalia Peiro señaló al principio que “desde la aparición del impactante tsunami que desencadenó la pandemia de Covid-19,, cuyas consecuencias abarcaron tanto la esfera social como la económica, junto con su inmenso coste en términos de salud, diversos eventos han continuado azotando a las familias y sus economías. Desafíos como el conflicto en Ucrania, el aumento en los costes de los suministros energéticos o la crisis inflacionaria, persisten en poner a prueba la capacidad de los hogares para hacer frente a gastos esenciales como la alimentación y la vivienda”.

En esta línea, Daniel Rodriguez ha asegurado que “si bien es necesario abordar la ecuación ingresos-gastos de manera simultánea, probablemente el déficit más pronunciado se encuentra en la actualidad en la esfera de los gastos. Así, a pesar de un crecimiento moderado pero constante en los ingresos, los gastos, con mención especial a la vivienda, se han elevado de manera notable lo que ha generado desafíos significativos en términos de asequibilidad y sostenibilidad financiera para numerosos hogares”. 

A su juicio, la tasa de privación material severa no ha mostrado una disminución proporcional al aumento de los ingresos totales. “Esto sugiere que otros factores, y en particular los gastos, pueden estar desempeñando un papel crítico en la determinación de las condiciones de vida de la población”, ha subrayado.

El azote de la inflación

El estudio de Foessa señala en este sentido que si bien es alentador que los ingresos en España hayan experimentado un incremento del 11 % desde la crisis financiera de 2008, “lo cierto es que el contexto inflacionario de los últimos meses ha provocado que los gastos familiares hayan aumentado en un 30 %”.

Esta disparidad es aún más acusada entre los hogares más humildes, ya que el incremento de ingresos en estas familias ha sido prácticamente inexistente (0,5 %).

El desajuste entre el crecimiento de los ingresos y el aumento de los gastos -unido al elevado porcentaje de trabajadores pobres (11,7 %), y la baja cobertura e intensidad protectora de los ingresos mínimos (solo lo perciben el 44 % de la población en pobreza severa)- “está provocando que se desborde la capacidad de muchas familias que ya se encontraban en situación de vulnerabilidad. 

“De hecho, el porcentaje de hogares en pobreza material severa se sitúa ya en el 8,1 % de la población (3,8 millones de personas)”, ha señalado el experto.

Equilibrios muy precarios

Dos de las soluciones que llevan a cabo muchos hogares para reducir gastos, según el informe, es compartir la vivienda, o reducir el gasto de energía. Según el último dato de la Encuesta de Condiciones de Vida del INE (2022), el número de familias que no pudieron mantener su vivienda a una temperatura adecuada aumentó un 189 % con respecto a 2008, ha recordado Daniel Rodriguez.

“Existe un constante equilibrio precario entre garantizar el pago de la mensualidad de la vivienda y sus suministros en los primeros días del mes, a expensas de caer por debajo del umbral de la pobreza severa y, como resultado, descuidar otras necesidades fundamentales del hogar. Esta lucha por encontrar un equilibrio entre todas las necesidades esenciales de la familia se convierte en un desafío constante, ya que, a pesar de los esfuerzos y estrategias implementadas, a menudo resulta difícil alcanzar un nivel de vida digno”, explicó Daniel Rodríguez.

Más años y más esfuerzo para vivienda

El esfuerzo que debe hacer una familia para adquirir un techo donde vivir también está al alza. Hoy son necesarios 7,7 años de renta bruta anual para comprar una vivienda frente a los 2,9 años que eran necesarios en 1987. “No solo se necesitan más años, sino que, en la mayoría de los casos, los ingresos se conforman desde diversas fuentes, ya que hay muchos más hogares que cuentan con más de dos aportes gracias a la incorporación de la mujer al mercado laboral”, subrayó el sociólogo de la Fundación Foessa.

La compra de una vivienda no es la única causa de tensión que sufren las economías domésticas. La mitad de las familias que cuentan con una casa en alquiler también sufren estrés financiero. Según datos de Einsfoessa 2021, con datos de 2020, un tercio de la población en alquiler están en situación de estrés moderado y, lo que es aún más preocupante, el 16 % de la población en alquiler experimenta un nivel extremo de estrés financiero. Esto quiere decir que el pago del alquiler supone más del 60% de sus ingresos.

“Como hemos aprendido en la Gran Recesión financiera de 2008, estas situaciones precarias pueden ser la antesala de crisis aún más graves, como los desalojos y las ejecuciones hipotecarias. Cuando las familias luchan constantemente para cubrir los costos de la vivienda, se vuelven vulnerables a la pérdida de sus hogares y al colapso financiero”, ha manifestado Daniel Rodriguez.

En cuanto al gasto en alimentación, el sociólogo ha comentado que asistimos a “una brutal escalada de  precios”, y ha puesto el ejemplo del aceite de oliva, que roza los diez euros el litro en bastantes supermercados.

Algunas propuestas

El estudio propone algunas consideraciones tanto en la esfera de los ingresos como en la de los gastos para mejorar el equilibrio financiero de los hogares. Para ello considera decisivo lo siguiente:

1) Acciones concretas y efectivas de intervención para garantizar el acceso a una vivienda digna y adecuada (ver art. 47 de la Constitución Española), como ampliar el número de viviendas sociales en alquiler, “lo que brindaría a las familias una opción accesible y segura para obtener viviendas de calidad a precios asequibles”. 

2) Planificar y coordinar políticas de empleo focalizadas en los colectivos con un acceso más complicado al mercado laboral y que tenga en cuenta la situación personal y familiar de la persona trabajadora.

3) Abordar la precariedad laboral desde una perspectiva integral. “Para lograrlo, debemos trazar un camino que continúe en la senda de la reducción de la temporalidad en los contratos y la parcialidad en las jornadas, permitiendo que más personas accedan a empleos a tiempo completo con todos los beneficios que ello conlleva”.

4) Realizar los cambios legislativos necesarios para que las trabajadoras del hogar, en su gran mayoría, mujeres, alcancen una equiparación plena de derechos laborales y de seguridad social.

5) Establecer un sistema de garantía de ingresos mínimos con cobertura suficiente, alcanzando al conjunto de la población en situación de pobreza severa, incluidas las personas en situación administrativa irregular. 

6) “El mencionado sistema de garantía de ingresos mínimos también debe ofrecer suficiencia en los montos, es decir, que estén de acuerdo tanto a los precios reales y al coste de la vida, como a la composición familiar. Además, es necesario el compromiso tanto del Estado central como de las autonomías ofreciendo complementariedad entre las prestaciones brindadas por cada uno de los niveles de la administración pública”, según el informe.

El autorFrancisco Otamendi

Evangelización

El ejército de paz de la Virgen María

Desde hace siglos, muchos católicos en todo el mundo dedican unos minutos cada día para rezar el Santo Rosario. Esta costumbre convierte a millones de personas en miembros del “ejército de paz” organizado por la Virgen María.

Paloma López Campos·7 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

Una de las costumbres católicas más conocidas es el Santo Rosario. Esta oración, impulsada por la Virgen María, convierte a millones de personas en miembros de un “ejército de paz”.

Lawrence Lew, promotor general del Santo Rosario en la Orden de los Predicadores

Algo parecido dice Lawrence Lew, un fraile dominico, promotor general del Rosario de la Orden. Está convencido de que “Nuestra Madre nos pide que nos hagamos partícipes del plan divino de paz”. Para ello, una de las mejores cosas que podemos hacer es rezar el Rosario, aunque sea durante los pequeños ratos libres que tenemos cada día.

En esta entrevista con Omnes, habla sobre la historia de la orden de los dominicos y esta costumbre católica, así como el impacto real que la intimidad con la Virgen María puede tener en nuestra relación con Cristo.

¿Cuál es la relación de la Orden Dominicana con la Virgen María y el Santo Rosario?

– La colección más antigua de relatos que datan del siglo XIII sobre la fundación de la Orden de Predicadores, también conocidos como Dominicos en honor a nuestro fundador santo Domingo, cuentan que la Orden fue fruto de las oraciones de Nuestra Señora. En varias visiones, Nuestra Señora imploraba a su Hijo que, en su misericordia, diera al mundo una Orden que se dedicara a predicar la plenitud de la Verdad, a predicar el Evangelio de Cristo que es nuestro único Salvador, a proclamar la Buena Nueva de la misericordia divina y la salvación para la humanidad.

El Rosario, que la tradición dice que Nuestra Señora dio de alguna manera a santo Domingo, es un instrumento perfecto para la misión y el carisma de la Orden Dominicana. Porque así como la Orden fue fundada para contemplar la verdad divina y predicar las cosas contempladas, así también el Rosario es, en primer lugar, una meditación sobre los misterios de la salvación en Cristo, y luego, como acto de oración vocal y también a través de las procesiones y capillas del Rosario y rezándose por las calles dondequiera que vayamos, es también una predicación visible y audible del Evangelio a quienes nos rodean.

Como tales, fueron los dominicos quienes predicaron el Rosario y lo enseñaron a los laicos, especialmente a través de la promoción de cofradías del Rosario que lo rezaban y organizaban procesiones marianas. En el siglo XVI, el Papa san Pío V, un Papa dominico, propagó el Rosario con los quince Misterios tradicionales (gozosos, dolorosos, gloriosos) que se rezaban en la Orden Dominicana, y también pidió a la cofradía del Rosario que rezara por la victoria en la batalla de Lepanto. Lo que siguió es bien conocido y el éxito y la popularidad del Rosario dominicano tienen sus raíces en este momento histórico.

¿Por qué se ha organizado una peregrinación del Rosario?

– Los frailes dominicos en los Estados Unidos, y especialmente en la Provincia Oriental de San José, son los responsables de la organización de la peregrinación del Rosario dominicano. En un momento de creciente polarización y fragmentación de la sociedad, en tiempos de agitación y división, la respuesta dominicana es, en primer lugar, una llamada a la oración concreta. Nos dirigimos a Jesús a través de María, particularmente a través del Rosario, para recordar la bondad y la misericordia de Dios, y para ver cuán hermosa es la llamada que nos ha hecho en Cristo, que es la de compartir la amistad divina. Los dominicos predicamos esto. Tratamos de dar testimonio de ello por la forma en que vivimos juntos en nuestras comunidades y reuniendo a la gente para compartir nuestra oración.

La peregrinación del Rosario Dominicano, me parece, hizo esto muy bien. El predicador Gregory Pine alimentó las mentes de los asistentes con sus charlas. Luego el Rosario procesional intercalado con cantos elevó las almas. Finalmente, nos unimos a través del Sacramento de la Sagrada Eucaristía.

En los tiempos difíciles que corren, ¿por qué es importante que los católicos acudan a la Virgen María?

– María es nuestra Madre, nos la dio el Señor mientras moría en la Cruz. ¡No puede haber momento más «atribulado» que éste! Por eso, en nuestros momentos de angustia y de muerte, acudimos a la madre que Cristo nos dio. ¿Por qué? Porque ella nos conduce a su Hijo, nuestro Salvador, vencedor del pecado y de la muerte. Conducidos por María hacia Él, y aferrados a Él, descubriremos sin duda que nuestros problemas en esta vida son sólo temporales y pasajeros en comparación con la alegría eterna que se encuentra al permanecer junto a Jesús. María nos conduce siempre a su Hijo. Por eso, santo Tomás de Aquino decía que la Virgen María es como la estrella que guía a las naves con seguridad hacia el puerto que es Dios.

¿Existe una diferencia real en la vida de un cristiano cuando reza el Rosario?

– La Santísima Virgen María en persona nos dio el Rosario, y hasta nuestros días se ha aparecido y lo ha recomendado a los santos. En Fátima, por ejemplo, Nuestra Señora dijo que sería conocida como «La Señora del Rosario». Pidió repetidamente a los niños de Fátima que rezaran el Rosario todos los días. La Virgen, como buena madre, no nos pide que hagamos nada superfluo o innecesario. Nos pide que hagamos aquellas cosas que conducen a nuestra salvación y a nuestro verdadero bien. Tantas cosas que hacemos en la vida, en las que ocupamos nuestros días son, en realidad, innecesarias si las comparamos con el objetivo de la salvación a través de un seguimiento más profundo de Cristo y de la vivencia de nuestra vocación bautismal.

El Rosario, para un cristiano, conducirá a una amistad más profunda con Dios si lo rezamos de verdad. El problema, sin embargo, es que a menudo el Rosario sólo se dice, se recita, y no se reza. Todas las guías de la cofradía del Rosario nos recuerdan que el alma del Rosario es la meditación, es decir, la concentración mental en los misterios de la salvación, en lo que Jesús hace por nosotros y en la gracia que quiere darnos con estas acciones salvíficas. Pero sin meditación, el Rosario se queda sin vida, como un cuerpo sin alma: es un cadáver. Por eso, los santos del Rosario, como san Luis María de Montfort, nos invitan a rezar el Rosario con atención, aunque sólo sea una decena cada vez, si esto nos ayuda a concentrarnos mejor.

¿Cómo influye la presencia de Nuestra Madre en nuestras vidas?

– Dios podría haberse hecho hombre sin madre. Pero en su sabiduría y providencia, Dios eligió nacer de una mujer, como nos dice la Escritura. Por tanto, el Hijo de Dios, en su Encarnación, tiene una madre y la Segunda Persona de la Trinidad toma de María su carne humana y su ADN. Esta es una realidad hermosa y asombrosa, y también muestra la humildad divina de que, en el plan divino de Dios, Él necesita una madre. Por eso, sin María, no puede haber Jesucristo encarnado. Por tanto, la Virgen María y su presencia, por así decirlo, marcan la diferencia.

Como he dicho, María conduce a su Hijo. En efecto, la Maternidad Divina está prevista por Dios desde toda la eternidad para que con la madre venga el Hijo, y el Hijo con la madre. Por eso, en cuanto nos dirigimos a la Virgen María, Ella nos conduce también a Cristo y rezamos a Cristo, nuestro Dios y Salvador. El Rosario, por tanto, es una oración cristocéntrica, como han dicho los Papas, y es un compendio del Evangelio de Jesucristo.

¿Cómo rezar bien el Rosario, sin caer en la mera repetición de oraciones?

– Hay muchos momentos «libres» en nuestro día, esos cinco minutos más o menos entre una cosa y otra, o esperando a que sucedan cosas, en los que solemos utilizar nuestros móviles. Creo que estos momentos desperdiciados pueden convertirse en momentos fructíferos de oración. Reza una decena del Rosario cada vez. No hay necesidad de apresurarse en las oraciones, sino de observar el mundo que nos rodea, y ofrecer el mundo, sus gentes, sus situaciones a Jesús a través de María. Mientras rezas esa decena, considera que Dios ha elegido habitar entre nosotros, que desciende al dolor y al sufrimiento de nuestra humanidad, y que ha resucitado para que también nosotros podamos trascender la miseria del pecado y de la muerte. Utilizar imágenes sagradas de los Misterios puede ayudar, creo, a centrar la mente en nuestra oración.

Lucia dos Santos, una de las videntes de Fátima (OSV News photo /courtesy Shrine of Fatima)

También necesitamos estar familiarizados con las Escrituras, que son la fuente de nuestro conocimiento de estos Misterios. De ahí que san Jerónimo dijera que «la ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo». El Rosario, por sí mismo, no suple nuestra ignorancia de la Palabra de Dios escrita. Necesitamos leer las Escrituras como base para rezar el Rosario. De ahí que parte de la devoción del Primer Sábado, que Nuestra Señora pidió a sor Lucía de Fátima que propagara, implique quince minutos de meditación sobre los misterios de nuestra salvación, es decir, sobre las Escrituras. Porque el rezo del Rosario es entonces una verdadera meditación, una especie de «lectio divina» sobre los Evangelios. A través de esto el Espíritu Santo, actuando sobre nuestro conocimiento, profundiza nuestra comprensión de las verdades divinas.

Si lo hacemos conscientemente a lo largo del día, decena por decena, al final de la jornada nos daremos cuenta de que, de hecho, hemos rezado al menos cinco decenas del Rosario sin demasiadas limitaciones de tiempo.

¿Qué palabras de ánimo le gustaría dirigir a quienes aún no han dado el paso de rezar el Rosario con frecuencia?

– Como dijo Nuestra Señora del Rosario en 1917: «¿Rezaréis diariamente el Rosario por la paz y por el fin de la guerra?». Nuestra Madre misericordiosa nos pide muy cortésmente que nos hagamos partícipes del plan divino de paz. Es una gracia que se nos invite a ello. Como ya he dicho, la Virgen no nos pide nada superfluo, sino que sólo nos da lo que puede ayudar a nuestra salvación y a mantenernos cerca de su Hijo. Por tanto, si queréis crecer en el amor a Jesús y formar parte activa de su «cuerpo de paz», rezad el Rosario todos los días.

Y si luchas, o fracasas a veces, o te distraes, o sientes que todo es un poco aburrido y seco, entonces por favor persevera y ofrece tus dificultades a Dios. Yo también solía estar en esa situación, y a veces también me siento así. Sin embargo, como confío en María y la quiero como a mi madre, me esfuerzo por complacerla. Trato de hacer lo que me pide, con la confianza de que María me conduce siempre a Cristo, que es «el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn 14, 6). El Rosario, por tanto, como el ejercicio físico y otras disciplinas, no siempre es agradable o placentero, pero siempre es necesario. Al fin y al cabo, el objetivo del Rosario es acercarme a Jesús, y “sin Él no puedo hacer nada” (cfr. Jn 15, 5).

España

Cardenal Rouco alienta hacia la fe en Dios ante el 25 Congreso del CEU

En la presentación del 25 Congreso Católicos y Vida Pública, que tendrá lugar del 17 al 19 de este mes en la Universidad CEU San Pablo, el cardenal arzobispo emérito de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha alentado a recuperar la relación de la vida pública con Dios: “Hay que descubrir de nuevo la fe en Dios, como fondo que te causa y fin al que vas”.

Francisco Otamendi·7 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

“Existía una necesidad histórica de que surgiese un encuentro como el Congreso Católicos y Vida Pública. Una fórmula para dar vida a la necesidad de una respuesta en la sociedad, avanzar buscando la verdad”, ha señalado el cardenal Rouco Varela, en el análisis realizado con ocasión de la 25 edición del Congreso, que lleva por título “Vivir, compartir, anunciar. Evangelizar”. 

El cardenal Rouco Varela ha recordado los diferentes temas que se han abordado desde 1998 en el Congreso, “desde la sensibilidad y la evolución de los problemas, relacionados con la concepción del hombre, con la antropología, las preocupaciones de fondo de la Iglesia en España”.

En su discurso, el cardenal ha reflexionado sobre “qué significa ser católico: vivir la fe cristiana en la comunión de la Iglesia católica”. Además, ha subrayado que “la Iglesia visible es una comunidad de creyentes que, a través del bautismo, entran en Cristo, como miembros de su Cuerpo. Ser católico es estar en esa comunidad, el Cuerpo de Cristo”. “Ser católico es ser de Cristo”, ha señalado.

“Encuentro con una Persona”

Rouco Varela ha recordado en este punto a Romano Guardini y la conocida frase de la introducción de la encíclica de Benedicto XVI, “Deus caritas est”: “Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”, “el mismo Cristo”, ha añadido el cardenal.

A lo largo de su exposición, el cardenal Rouco, que fue presentado por el catedrático José Francisco Serrano Oceja, ha mencionado la Constitución Dogmática Lumen gentium del Concilio Vaticano II; ha manifestado que “la Iglesia no desaparecerá nunca”; y ha recordado diferentes momentos de los últimos Papas y del actual Papa Francisco. 

Últimos Papas 

Por ejemplo, ha recordado que Pablo VI, fue “un Papa excepcional”, que le nombró obispo auxiliar de Santiago de Compostela, en 1984, y ha recordado su sufrimiento por la “anarquía” en los años posteriores al Concilio Vaticano II. También se ha referido en varias momentos a los mensajes de san Juan Pablo II en Santiago, “Europa, sé tú misma”. 

Al final, con ocasión de algunas preguntas, ha reiterado que lo principal es “la relación de la vida personal y pública con Dios”, “el problema de Dios”, ha añadido. Después, ha respondido a cómo testimoniar la fe con “una respuesta muy simple: cumpliendo los diez mandamientos de la ley de Dios”. Sobre los carismas, ha dicho: “dejadles vivir”. 

Y en cuanto a las ediciones sucesivas del Congreso ha subrayado que siempre se han mostrado “en sintonía con las preocupaciones de fondo de la Iglesia en España y de los Pontificados de Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco”.

Significación profunda

Tras el cardenal, el presidente de la Asociación Católica de Propagandistas y de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Alfonso Bullón de Mendoza, ha agradecido al presidente fallecido Alfonso Coronel de Palma la fundación de los congresos, y al cardenal Rouco Varela su presencia: participó y celebró la Misa de conclusión del primer Congreso de Católicos y Vida Pública en 1998.

El director del Congreso, Rafael Sánchez Saus, ha recordado que este encuentro “tiene una significación profunda”, con ponentes nacionales e internacionales, y se escucharán de primera mano la trayectoria y proyección de dos congresos católicos surgidos fuera de nuestras fronteras: Puerto Rico y Chile. 

Este año se ha dado especial importancia al Congreso Juvenil, y en su conclusión participará Magnus Macfarlane-Barrow, fundador y CEO de Mary´s Meals y Premio Princesa de Asturias a la Concordia 2023, quien impartirá la conferencia de clausura bajo el título: “La caridad y el arte de vivir con generosidad”. Posteriormente, se leerá el Manifiesto con las conclusiones principales del encuentro. 

El autorFrancisco Otamendi

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Evangelización

Abel Loayza: «Necesitamos más sacerdotes y animadores laicos en las comunidades»

Abel Loayza, sacerdote secular de la Diócesis de Chiclayo-Perú y socio agregado de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, ejerce su ministerio sacerdotal en la Prelatura de Moyobamba, ubicada en la Amazonía peruana desde enero de 2021.

Juan Carlos Vasconez·7 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Los territorios de misión siempre han tenido un atractivo muy especial para los cristianos, por esa mística de hacer que el nombre de Cristo y la belleza de las buenas nuevas, del evangelio, resuenen en todos los rincones de la tierra. 

La prelatura territorial de Moyobamba es una provincia eclesiástica de la Iglesia en el Perú. ​La prelatura está encomendada por la Santa Sede a la arquidiócesis de Toledo en España y tiene su sede en la localidad de Moyobamba, en el departamento de San Martín.

Loayza comparte con Omnes su tarea pastoral en este territorio de la Amazonía peruana en la que sacerdotes y laicos mantienen viva la fe de pueblos y comunidades.

¿Cuáles son los principales retos que enfrenta esa zona geográfica? 

–Moyobamba es la Prelatura territorial más extensa del Perú, tiene 51.253 km². Cada parroquia tiene pueblos o comunidades rurales. La que yo atiendo -una de las más pequeñas tiene 32 comunidades y 3 tribus. 

Contamos con 25 parroquias, atendidas por 51 sacerdotes, la mayoría de ellos misioneros: 10 de España, 1 de India, 5 de Polonia, 1 de Italia, 3 peruanos de otras jurisdicciones, 11 religiosos y 20 sacerdotes incardinados en la Prelatura de Moyobamba. 

Los pueblos están dispersos por la selva y las vías de comunicación son precarias, sobre todo cuando en el periodo de lluvias (noviembre-abril) las trochas son intransitables por el barro.

¿Cómo es la interacción con los fieles en territorio de misión?

–Algunos sacerdotes hacer horas de viaje en bote por los ríos, para atender a sus comunidades. Los sacerdotes procuramos llegar a las comunidades una vez al mes, pero los pueblos más alejados reciben de una a tres visitas al año. Los fieles desean recibir los sacramentos, sobre todo la Confesión y la Eucaristía. 

Cuando el sacerdote llega, los fieles lo esperan en la capilla del pueblo. La jornada empieza con las confesiones, luego sigue la celebración de la Santa Misa en la que algunos reciben el Bautismo, terminada la celebración Eucaristía se da una catequesis a los fieles que la esperan y reciben con atención. Luego el sacerdote se despide, pues le esperan en otra comunidad rural o en la sede parroquial. 

En la mayoría de los pueblos contamos con animadores laicos que reciben formación espiritual y catequética mensual. Los animadores celebran la Liturgia de la Palabra dominical en ausencia del presbítero, rezan el Rosario, visitan a los enfermos, preparan a los fieles para recibir los sacramentos cuidan materialmente de la capilla; sin su colaboración la evangelización de esos lugares sería más difícil, pero los animadores son pocos y hay muchos caseríos que no cuentan con un animador. 

Es evidente que necesitamos más sacerdotes y más animadores laicos en las comunidades para llegar más y mejor a los fieles. 

¿Cómo funciona el clero autóctono? 

–Con la llegada de los misioneros españoles de Toledo en 2004 se empezó la construcción del Seminario de San José, en Moyobamba. Actualmente, contamos con 20 seminaristas mayores y 19 seminaristas menores que se preparan para el sacerdocio.  

Son 10 los sacerdotes que se han formado en nuestro seminario. Son sacerdotes jóvenes, bien formados, piadosos y con espíritu misionero, que sirven en las parroquias de nuestra Prelatura, pero todavía son insuficientes.

Nuestro obispo Mons. Rafael Escudero cuida muchos a sus sacerdotes. Vivimos y trabajamos en equipos de dos sacerdotes por parroquia, todos los meses viajamos hasta la ciudad de Tarapoto para asistir al retiro mensual, seguido por una clase de actualización teológica, la reunión de pastoral y un almuerzo en el que celebramos los cumpleaños y aniversarios de ordenación sacerdotal del mes. 

El obispo de la prelatura de Moyobamba con el clero

Concluido el encuentro, cada sacerdote retorna a su parroquia para seguir cumpliendo la misión; algunos de ellos hacen hasta 8 horas de viaje en camioneta para asistir a los medios de formación. Por mi parte, cada dos meses, un sacerdote numerario del Opus Dei viaja 13 horas en bus desde el centro más cercano hasta Moyobamba para ofrecer la atención espiritual que la Obra promete a cada uno de sus miembros. La frase de san Josemaría «de cien almas nos interesan las cien» es una realidad que experimento con cada visita de ese hermano. 

¿Cómo están festejando los 75 años de vida? 

–En 2023 celebramos los 75 años de la fundación de la Prelatura de Moyobamba. Nuestro obispo ha querido que en este año jubilar muchos fieles ganen la indulgencia plenaria. Para ello hemos organizado encuentros jubilares para sacerdotes, religiosos, animadores laicos, monaguillos, jóvenes, esposos, profesores de religión y enfermos. Cada encuentro empieza con una clase de formación cristiana, seguida de una procesión con la imagen de la Virgen y el rezo del Rosario por las calles de Moyobamba hacia la catedral, allí se realizan las confesiones, la celebración de la Santa Misa. Los encuentros terminan con un momento de tertulia festiva con nuestro Obispo. 

Encuentro de animadores laicos con el obispo de Moyobamba

Los días centrales del jubileo serán el 24 y 25 de noviembre de 2023. Hemos programado encuentros de formación para dar a conocer la historia de la evangelización en la selva peruana, especialmente en la Prelatura de Moyobamba. Las jornadas se cerrarán con la celebración de la Eucaristía a la que asistirán los Obispos del Perú, los sacerdotes y fieles de nuestra Prelatura. Esperamos que todo ello sea para la gloria de Dios y nos ayude a seguir evangelizado esta porción de la Iglesia.

¿Algún suceso del trabajo en estas tierras que te haya influido más en tu vida?

–Apenas llegado a la Prelatura convoqué a los animadores para la reunión mensual en la sede parroquial. Cada primer viernes de mes los animadores peregrinan hasta la parroquia para cumplir una promesa que han hecho al Sagrado Corazón de Jesús: confesarse, comulgar y recibir una clase de formación cristiana. 

Mario, uno de los animadores, me dijo que su padre estaba enfermo, deseaba confesarse y recibir la Unción y el Viático, pero que no había podido hacerlo por las restricciones del tiempo de pandemia.

Mario había viajado cuatro horas en motocicleta para llegar al encuentro de formación. Su padre también había sido animador y durante años los primeros viernes de cada mes también caminaba hasta la parroquia para confesarse y recibir la Eucaristía. 

Terminado el encuentro acompañé a Mario hasta su caserío. Llegamos a 5 pm, su padre se confesó y, rodeado de su esposa, hijos y amigos del caserío, recibió la Unción de los enfermos y el Viático. Esa fue su última comunión. Después que el sacerdote se despidió, el enfermo les dijo a sus hijos que quería descansar un momento, y a los pocos minutos expiró serenamente. Era un primer viernes de mes, pero esta vez fue el Señor Jesús quien lo visitó en su casa. 

Atravesando un río para ir a zonas de misión
Vaticano

Monika Klimentová: “Todo se desarrolló en un clima de respeto y caridad”

Monika Klimentová, jefa de la oficina de prensa de la Conferencia Episcopal Checa, ha sido una de las integrantes del equipo de comunicación de esta sesión de la Asamblea General del Sínodo.

Giovanni Tridente·6 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Ahora que han concluido los trabajos de la primera sesión de la Asamblea General del Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad, Omnes ha tenido la oportunidad de conocer, de primera mano, las impresiones de una de las decenas de personas que han trabajado “entre bastidores” para garantizar el apoyo a toda la organización. Monika Klimentová, jefa de la oficina de prensa de la Conferencia Episcopal Checa, trabajó en el Sínodo durante todo el mes de octubre como parte del grupo de profesionales encargados de la comunicación.

¿Qué significó para usted, como fiel laico, participar en este importante encuentro eclesial?

—No fui delegada en la Asamblea Sinodal, pero contribuí al equipo internacional de comunicación, compuesto por el personal de comunicación de la Secretaría del Sínodo, el Dicasterio para la Comunicación y varios miembros de todos los continentes. Nuestro papel consistía en escuchar durante la Asamblea los informes de los grupos de trabajo o las intervenciones individuales y, si era necesario, recomendar los temas que resonaban durante el día para una rueda de prensa diaria. También sugerimos algunos miembros o participantes del Sínodo que podrían hablar en las ruedas de prensa, en sintonía con las Iglesias locales, incluidas las Conferencias Episcopales. Por voluntad del Papa Francisco, no fue posible difundir el contenido de los informes, pero en cambio pudimos transmitir el “ambiente” que vivían los distintos delegados. Debo decir que para mí fue una experiencia edificante participar en toda la Asamblea y ser testigo de primera mano de este proceso de escucha, discernimiento e intercambio mutuo deseado por el Santo Padre. Ciertamente, hubo diferencias de opinión, pero todo se desarrolló en un clima de respeto y caridad que me impresionó mucho.

Por primera vez se utilizó una metodología especial, que favoreció el intercambio entre miembros, participantes y expertos. ¿Cómo se vivió este “nuevo procedimiento”?

—Como ya he dicho, todo se desarrolló en un clima de amistad y dignidad, empezando por los círculos más reducidos en los que obispos, sacerdotes, religiosos/religiosas y laicos se sentaban a la misma mesa y cada uno podía expresar su opinión sobre un tema concreto. Creo que esta metodología funcionó muy bien. También hablé de ello con el obispo que ha representado a la República Checa, y me confirmó cómo estos debates superaron sus expectativas. Todos se escuchaban; por supuesto, podían no estar de acuerdo con todo lo que se decía, pero nadie insultaba a los demás por una diferencia de opinión, sino que siempre intentaban llegar a un consenso común.

El Papa Francisco estuvo presente, como un miembro más, en esta Asamblea. ¿Cómo percibió esta presencia del Santo Padre?

—Poder sentarse en el mismo auditorio junto al pastor de toda la Iglesia no es algo que ocurra todos los días y es una emoción significativa. Evidentemente, el Papa no participó en los “círculos menores”, pero siempre estuvo en la Asamblea cuando se presentaron los resultados de los grupos de trabajo, escuchando atentamente todo lo que se decía. Por supuesto, durante las pausas también tuvimos ocasión de saludarle.

Se ha dicho en varias ocasiones que el sínodo no es un parlamento y que lo que cuenta es “caminar juntos”. Desde dentro, ¿puede confirmar que las cosas fueron exactamente así?

—Sí, puedo confirmarlo. En un sínodo la diferencia con un parlamento es evidente. No hay clubes parlamentarios, por ejemplo. Los delegados rezaron juntos, los días siempre empezaban y terminaban con la oración y después de tres o cuatro informes había un espacio para el recogimiento silencioso. Al comienzo de cada nuevo módulo se celebraba la Eucaristía, cuya preparación se encomendaba a los distintos continentes o ritos. Los delegados no sólo pudieron “caminar juntos” en el Aula Pablo VI, sino que realizaron una peregrinación comunitaria a las catacumbas, a las raíces del cristianismo. Al final, es cierto, hubo una votación sobre la síntesis final. Quizá sea éste el único elemento de comparación -aunque un poco forzada- con un parlamento.

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El aborto, ¿un «derecho humano»?

Mientras diversos organismos de la ONU dedican una cantidad desproporcionada de tiempo y recursos a ayudar a las niñas a abortar, los compromisos para mejorar su acceso a la educación, el agua, el saneamiento, los alimentos y otros servicios humanitarios urgentes suelen quedar en un segundo plano.

6 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Para conmemorar el Día Internacional de la Niña, un órgano de tratados de la ONU, el Comité para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, ha hecho pública una declaración en la que afirma que «el acceso… al aborto seguro y de calidad es un derecho humano en virtud del derecho internacional, y especialmente crucial para las niñas». Desde este organismo de la ONU se plantea que, a menos que las jóvenes tengan acceso al aborto, no podrán llevar una vida plena ni alcanzar todo su potencial y que, a menos que se garantice el acceso generalizado al aborto, el debate sobre cualquier otro derecho puede carecer de valor.

En otro artículo hacía referencia a cómo la Relatora Especial de la ONU para la Libertad de Expresión, Irene Kahn, había publicado un informe en el que recomendaba a los gobiernos y a las empresas de redes sociales que silencien a quienes expresan opiniones tradicionales sobre el matrimonio, el aborto, la sexualidad y la identidad de género. Y seguro que si se sigue rastreando podemos encontrar muchos más ejemplos de este tipo de decisiones.

La deriva que desde hace años tiene la ONU y a la que se suman distintas instituciones internacionales es muy preocupante. Francia va dando pasos para reconocer el aborto como un derecho en el texto constitucional. Los diputados franceses votaron con una extraña unanimidad, por 337 votos a favor y sólo 32 en contra.

El reconocimiento del aborto como un derecho al máximo nivel sería algo realmente grave. Los que sabemos que, como decía san Juan Pablo II ‘nunca se puede legitimar la muerte de un inocente’, estaríamos vulnerando una ley y podríamos ser denunciados o encarcelados simplemente por promover este tipo de planteamientos. 

¿Nos damos cuenta de la implicación de todo esto? 

Es desconcertante y clarificador ver cómo la ONU está embarcada en este tipo de agenda, y nos hace ver claramente el potencial de quienes están promoviendo esta visión del mundo y de la sociedad marcadamente alejada del orden natural. Una agenda que quieren imponer en todo el mundo como una nueva colonización ideológica, como denuncia el papa Francisco. El aborto es, para ellos, la piedra angular, irrenunciable en su proyecto.  A no ser que la vida sea también un principio irrenunciable para nosotros, la ONU y los poderosos de este mundo irán avanzando e imponiendo con toda su fuerza, también la de la ley, su proyecto totalitario.

Es verdad que, hasta ahora, ninguna resolución o tratado de la ONU ha considerado nunca el aborto como un derecho humano. Pero este tipo de declaraciones de diversos comités van preparando el camino con ese objetivo. Mientras tanto diversos organismos de la ONU, entre ellos ONU Mujeres, dedican una cantidad desproporcionada de tiempo y recursos a ayudar a las niñas a abortar, mientras que los compromisos para mejorar su acceso a la educación, el agua, el saneamiento, los alimentos y otros servicios humanitarios urgentes suelen quedar en un segundo plano.

Es urgente tomar conciencia del enorme reto que tenemos. La ONU y quienes promueven este tipo de ideología avanzan sin torcer su rumbo. Llegará el momento del golpe final en el que la persecución a quienes defendamos la vida será ya directa y al amparo de la legalidad. No falta mucho para ello. 

El autorJavier Segura

Delegado de enseñanzas en la Diócesis de Getafe desde el curso 2010-2011, ha ejercido con anterioridad este servicio en el Arzobispado de Pamplona y Tudela, durante siete años (2003-2009). En la actualidad compagina esta labor con su dedicación a la pastoral juvenil dirigiendo la Asociación Pública de Fieles 'Milicia de Santa María' y la asociación educativa 'VEN Y VERÁS. EDUCACIÓN', de la que es Presidente.

Vaticano

Francisco sobre la guerra en Tierra Santa: «En nombre de Dios, basta»

El Santo Padre ha clamado en el Ángelus de este domingo de noviembre que “os detengáis en nombre de Dios, cesad el fuego” en Palestina e Israel. “Tengan la fortaleza de decir basta”, ha rogado refiriéndose a la guerra en Tierra Santa. Al comentar el Evangelio, ha dicho “no a la duplicidad de predicar una cosa y hacer otra”.

Francisco Otamendi·5 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco ha rogado en el Ángelus de este domingo XXXI del Tiempo Ordinario, en cuyo Evangelio Jesús reprende a los escribas y fariseos que no practican lo que predican, que “se detenga en nombre de Dios” la guerra en Tierra Santa, que “cesen el fuego”, y que “se recorran todos los caminos posibles para que se evite absolutamente una ampliación del conflicto”.

Además, el Pontífice ha manifestado con tono de angustia “que se pueda socorrer a los heridos, que las ayudas lleguen a la población de Gaza, donde la situación humanitaria es gravísima. Que se liberen inmediatamente los rehenes, entre ellos, tantos niños, que regresen a sus familia”.

“Pensemos en los niños involucrados en esta guerra, como también en Ucrania y en otros conflictos. Así se está matando su futuro, Recemos para que se tenga la fortaleza de decir basta”, ha alentado el Papa.

Nepal, afganos, víctimas de tempestades

Tras el rezo de la oración mariana del Ángelus, Francisco ha recorrido algunos lugares de sufrimiento en el mundo. y ha manifestado estar “cercano a la población de Nepal, que sufre a causa de un terremoto, como también cerca de los prófugos afganos que han encontrado refugio en Pakistán, pero que ahora no saben a dónde ir”. El Papa ha rezado “también por las víctimas de las tempestades y aluviones en Italia y en otros países”.

Al referirse a grupos de peregrinos, ha saludado con afecto “a todos ustedes, romanos y peregrinos de otros países, en particular a los peregrinos de Viena y de Valencia”, y de Cagliari. “Por favor, no olviden rezar por mí”, ha concluido el Papa Francisco, una petición que es intención de oración para el mes de noviembre.

No a la duplicidad de corazón y vida

En el comentario del evangelio, antes del rezo del Ángelus, al referirse a los escribas y fariseos que “dicen y no hacen”, el Papa Francisco invitó a todos, especialmente a los que tienen responsabilidades, a no tener “el corazón doble” y a no preocuparse sólo “por mostrarnos impecables fuera”.

Al comentar el pasaje evangélico de san Mateo (23, 1-12), propuesto para la liturgia de hoy, sobre las palabras de Jesús a los escribas y fariseos, que el Papa calificó como “muy severas”, señaló dos aspectos: “la distancia entre el decir y el hacer, y la primacía de lo exterior sobre lo interior». Sobre el primero subrayó que, a los líderes religiosos del pueblo de Israel, «que pretenden enseñar a los demás la Palabra de Dios y ser respetados como autoridades del Templo», Jesús les cuestiona «la duplicidad de sus vidas: predican una cosa, pero luego viven otra”.

“Somos frágiles”, añadió Francisco, y por eso todos experimentamos “una cierta distancia entre el decir y el hacer”. Pero tener “un doble corazón”, vivir con “un pie en dos zapatos”, es otra cosa. Sobre todo “cuando estamos llamados –en la vida, en la sociedad o en la Iglesia– a desempeñar un papel de responsabilidad”.

“La regla es ser primero testigos creíbles”

“Recordemos esto: ¡no a la duplicidad!”, ha agregado. “Para un sacerdote, un trabajador pastoral, un político, un profesor o un padre, vale siempre esta regla: esto que dices, que predicas a los otros, comprométete tú a vivirlo primero. Para ser maestros con autoridad es necesario ser primero testigos creíbles”.

El Papa Francisco ha concluido con las habituales preguntas para el examen: “¿Intentamos practicar lo que predicamos o vivimos en la duplicidad? ¿Decimos una cosa y hacemos otra? ¿Estamos preocupados solo por mostrarnos impecables fuera, maquillados, o cuidamos de nuestra vida interior en la sinceridad del corazón?”

En su oración final, el Pontífice pidió que nos dirijamos a la Virgen María. “Ella que ha vivido con integridad y humildad del corazón según la voluntad de Dios, nos ayude a volvernos testigos creíbles del Evangelio”.

El autorFrancisco Otamendi

La samaritana que se confesó en el Pozo de Jacob

La samaritana del pozo de Jacob es la hija, la esposa, la madre, la maestra, la catequista, la mujer valiente y asertiva que se dejó sanar para convertirse en portadora de sanación para muchos.

5 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

En Juan 4, 1-30 se relata lo que quizás fue uno de los diálogos más extensos que quedase redactado en el Evangelio. Este no fue entre Jesús con un apóstol, con un sacerdote del templo o estudioso de la palabra. Más bien con una mujer pecadora, alienada y señalada, no judía, sino samaritana. Jesús, quien siempre tiene sed de almas, como cuando en la cruz del calvario dijo “tengo sed”, al pie del pozo de Jacob le dijo a esta mujer samaritana: “Dame de beber. Pero si conocieras el don de Dios y reconocieras al que te pide agua, tú me pedirías y yo te daría agua viva. Porque te aseguro que cualquiera que beba de esta agua (del pozo) volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás”. 

Bajo el fulgor imperdonable del candente sol de los desiertos de la región de Samaria, con un panorama descolorido por la sequía y la aridez, se pinta un deslumbrante contraste entre realidades humanas y promesas divinas. En ese desierto se ofrecerán ríos de aguas vivas que fluirán hasta la eternidad. El drama de la vida de una mujer con profundas e insaciables carencias afectivas estaba a punto de transformarse. A su acostumbrada y cotidiana experiencia de exilio y desolación por el error o el pecado, le será prometida la experiencia que viven las almas liberadas en intimidad espiritual con Dios que se entrelazan después de encontrarse en alguna encrucijada decisiva de la vida.

Corazones sedientos

Jesús hablaba con una mujer anónima para los lectores pero muy conocida en su pueblo. A lo largo de su vida iba tratando de llenar notables vacíos con fracasadas experiencias de amor fallido. Son esas carencias en los seres humanos las que se convierten en búsquedas urgentes pero infructuosas. La mujer samaritana había vivido cinco fracasos amorosos los cuales ya no se podían camuflar ni excusar.

Esos cinco rompimientos amorosos llegaron a su vida cargados de inseguridad, desprecio, abandono, irrelevancia, inapetencia, tristeza y desolación. Pero, ¿cómo se riega el desierto de Samaria hasta hacerlo florecer, y cómo se transforma una vida saqueada de tanta inocencia, propósitos, llenura y felicidad? Es la pregunta que se escucha tanto en los despachos de los psicólogos, consejeros de vida, y guías espirituales. La respuesta sería ésta: sólo aceptando una oferta que no se debe rechazar: el Creador de los mares y ríos desviará uno de ellos de su cauce para forzarlo a atravesar un corazón seco hasta empaparlo de nuevas ilusiones y esperanzas.

Humanidad con rostro de mujer

La samaritana no solo es un rostro de mujer usada o envejecida con los golpes de la vida; es también la que representó en ese momento los pecados de todo el pueblo de Samaria que había construido un templo en el monte Gerizim en desobediencia a Dios, alienándose de la religión y costumbres judías. Los samaritanos en algunas épocas de su historia adoraron a 5 dioses traídos de 5 regiones paganas. Cuando Jesús habla con esta mujer con 5 maridos, habla con toda la región.

Los pecados personales y los pecados sociales muchas veces se parecen y se entrelazan. La humanidad pecadora tiene rostro de mujer herida, y el pecado de una nación tiene su origen en el dolor de una niña violada de su inocencia o de una criatura ultrajada de su dignidad y destino.

El confesionario junto al pozo

El pozo de Jacob es ese improvisado confesionario a donde seguirán llegando almas sedientas de amor, pero desbordando de dolor. Las heridas del pasado son agua contaminada y estancada que amenazan con enfermarnos. La sed en el corazón de una mujer herida tiene muchos nombres y adjetivos: sed de relevancia, belleza, juventud, propósitos, maternidad exitosa con frutos y legados. El Señor Jesús médico y sanador de corazones traspasados, señala y confirma que las necesidades del alma son tan reales para la supervivencia como las del cuerpo, y ofrece generosas porciones de amor y perdón. “Toma del agua que te ofrezco porque llegará el tiempo, y ya se acerca, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. ¡Qué anuncio! ¡Qué profecía para un mundo que pide con ansias lo que más le sustentaría: la presencia constante de su Dios! ¡Y qué oferta tan imposible de rechazar!

Es hora de dejar de mendigar por migajas de amor cuando el Pan de Vida te está hablando. Y si aceptas el don de Dios, sal del anonimato y déjate reconocer como mujer libre y sanada.
Una mujer sanada estará posicionada y capacitada para transformar a muchos, como cuando al final del capítulo de Juan 4, fue ella, y no los discípulos de Jesús, quien terminó evangelizando a Samaria. Ella es la hija, la esposa, la madre, la maestra, la catequista, la mujer valiente y asertiva, que se dejó sanar para convertirse en portadora de sanación para muchos. Siéntate tú también con Jesús en el “pozo de Jacob”, o mejor aún, en el confesionario y frente al Santísimo, para comenzar o completar el diálogo más extenso y completo que jamás hayas tenido con Él, y te aseguro que jamás volverás a tener más sed.

El autorMartha Reyes

Doctora en Psicología Clínica.

Movimientos y parroquias

La integración de los diversos movimientos y carismas en la vida de las parroquias se topa, a veces, con situaciones difíciles de gestionar.

5 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

He leído el reportaje de la sección de Experiencias, en el número 732 de Omnes, de octubre de 2023, que trata sobre el Foro Omnes en torno a La Integración de los grupos eclesiales en la vida parroquial. Un tema interesante, sobre el que me viene a la mente algún comentario.

Hace algunos años -no recuerdo cuántos, tendría que hacer memoria- me encargaron un artículo sobre la presencia de los movimientos eclesiales en las parroquias, para esta misma revista, que entonces aún llevaba el nombre de “Palabra”. El entonces obispo diocesano de Getafe, D. Joaquín María López de Andújar, me sugirió un comentario basado en su experiencia. Pensaba que, cuando llega a una diócesis algún nuevo movimiento o carisma, o quizá a una parroquia, como en el marco de referencie de este Foro Omnes, la situación es parecida a la del padre de familia al que le nace otro hijo; hay padres que lo asumen muy bien, adaptan los espacios de la vivienda, si es necesario ponen una litera donde había una cama, etc., y no hay problema; pero otros no saben cómo arreglarse con el nuevo hijo.

Me limito ahora a subrayar algo que dijo María Dolores Negrillo, de la ejecutiva de Cursillos de Cristiandad, durante el Foro, al referirse a sacerdotes que no los admiten, y replican cuando alguno de los miembros de un movimiento acude a ofrecerse para colaborar en la parroquia: “Con todo el cariño, tengo que decir que ya todos los grupos están hechos, y no sabemos qué hacer contigo”; o, en otros casos: “Estos nos complican la vida; no los queremos”. Efectivamente, estas cosas suceden. 

Vuelvo al comentario de Mons. López de Andújar; porque algo parecido ocurre a veces con los obispos diocesanos, por ejemplo, con relación a los diáconos permanentes o al Ordo virginum. Se puede matizar que no es obligatorio que haya de los unos (diáconos) o de las otras (vírgenes); y, en la práctica, hay una enorme desproporción entre las distintas diócesis en el caso, por ejemplo, de los diáconos permanentes, que superan los 60 en Sevilla o 12 en la de Getafe, mientras que en algunas no hay ninguno.

De manera parecida, también encontramos que no todos los sacerdotes permiten que se instaure en su parroquia el Camino Neocatecumenal. Comienzan con una catequesis de anuncio, pero no siempre les admiten. Es indudable que el Camino hace mucho bien a muchas almas, incluidos bastantes sacerdotes, que no sólo los atienden, sino que ellos mismos «caminan». También es notable el hecho de que suele «caminar» toda la familia, padres e hijos. Pero se teme el riesgo de transformar la parroquia y configurarla al estilo del Camino.

No siempre se da esa situación; y tampoco se da generalmente con los sacerdotes diocesanos ligados a otras espiritualidades: Comunión y Liberación, Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, Focolares… Si ellos cambian, la parroquia sigue adelante sin traumas, ni rupturas.

Mi conclusión: hay mucho que avanzar en esto, en el sentido que subraya el reportaje: “Todos coincidieron en dialogar”.

Mundo

Hermana Nabila desde Gaza: «Nos jugamos la vida cada minuto»

Nabila Saleh, religiosa de la Congregación del Rosario de Jerusalén y residente en Gaza comparte con Omnes la durísima situación que atraviesa esta zona. El Papa llama diariamente a la parroquia de la Sagrada Familia de la zona convertida en un auténtico "campo de refugiados".

Federico Piana·5 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La hermana Nabila sale de vez en cuando. Si, aunque sea por un momento, los bombardeos le dan tregua, asoma la nariz fuera de la parroquia de la Sagrada Familia y camina con el corazón en la garganta por las calles devastadas y fantasmales. Edificios reducidos a un montón de escombros, sangre y muerte. 

Gaza ya no existe, o casi. 

Es rápido el paso de Nabila Saleh. La monja de la Congregación del Rosario de Jerusalén sabe que quedarse fuera, ir en busca de comida o comprobar que la escuela donde enseñaba hasta hace unas semanas con sus compañeras no está siendo saqueada y vandalizada, podría significar también no volver más a la única iglesia latina de la ciudad, convertida en refugio para 600 cristianos. Cristianos pobres que lo han perdido todo, ya no tienen casa, a menudo ni siquiera hijos. Y los niños ya ni siquiera tienen padres.

«Tienen miedo. Tienen en sus ojos las imágenes de la parroquia ortodoxa griega alcanzada por las bombas. Dieciocho cristianos murieron aquel día y entre ellos había ocho menores. Los heridos fueron acogidos aquí por nosotros», cuenta la hermana Nabila a Omnes.

Niños también acogidos

En el grupo de 600 personas desesperadas hay también 100 niños, muchos de ellos discapacitados y necesitados de cuidados especiales y continuos. Son los niños atendidos por las monjas de la Madre Teresa, que han encontrado alojamiento junto a ancianos que cuidan de ellos durante todo el día.

Parroquia de la Sagrada Familia, en Gaza

«Aquí lo necesitamos todo», explica la monja, «porque nos falta comida, agua, medicinas. No tenemos más combustible: nos queda gasóleo para una semana más y después no sabemos qué pasará. La situación es muy difícil, con los bombardeos nos jugamos la vida cada minuto». 

Ningún lugar es seguro

El relato de la Hna. Nabila se hace más crudo cuando revela que la escuela de la ciudad que dirige su congregación había acogido a refugiados musulmanes en sus aulas al principio de la guerra, pero luego «tuvimos que abandonarlo todo porque la escuela está cerca de un hospital detrás del cual hay un puesto militar de Hamás y los bombardeos se habían intensificado en esa misma zona».

Afortunadamente, ante la imposibilidad de llegar al hospital, en la Sagrada Familia hay cuatro médicos que se ocupan de los heridos. Y lo hacen sin descanso y con gran dificultad.

La esperanza no muere

La parroquia latina de Gaza podría considerarse un auténtico campo de refugiados. Para dirigirla con amor y devoción hay un grupo casi exclusivamente femenino, dice la monja: «Tres hermanas de la Congregación del Rosario, dos hermanas del Verbo Encarnado y tres hermanas de la Madre Teresa. Luego hay un religioso, el padre Iusuf, vicario parroquial».

El párroco, el padre Gabriele Romanelli, estaba atrapado en Jerusalén cuando cerraron la Franja, pero no pierde ocasión, ni siquiera desde la distancia, de animar y consolar a sus fieles. «La gente -añade la hermana Nabila- no ha perdido la esperanza. Asisten a las dos misas diarias que se celebran en nuestra iglesia y rezan con fervor el Santo Rosario».

La cercanía del Papa

La persona que contesta al teléfono cuando el Papa Francisco llama -ahora casi todos los días- a la parroquia para informarse de la situación, suele ser la propia Nabila. «Nosotros -revela- le contamos todo lo que pasa aquí. Hablar con él y saber que reza por nosotros nos da valor y fuerza para seguir adelante».

La gente, dice la monja, «cuando sabe que el Papa ha llamado, da gracias a Dios. Viven todo esto con mucha alegría».

El autorFederico Piana

 Periodista. Trabaja en Radio Vaticana y colabora con L'Osservatore Romano.

Enseñanzas del Papa

Confianza y cuidado

Durante el mes de octubre ha tenido lugar la Asamblea del Sínodo en Roma, para “volver a poner a Dios en el centro de nuestra mirada”. Además, el Papa ha publicado las exhortaciones apostólicas Laudate Deum, sobre el cuidado de la casa común, y C’est la confiance, sobre santa Teresita del Niño Jesús.

Ramiro Pellitero·4 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 9 minutos

Para tiempos de crisis, los cristianos acudimos a la fe, que tiene que ver con la confianza; y esto se traduce en que, como Jesús, hemos de cuidar de los demás y del mundo que nos rodea. 

Con esta propuesta, Francisco se sitúa en plena continuidad con los comienzos de su pontificado, en el camino de su undécimo aniversario. Entonces (13-V-2013) perfiló su programa a la sombra de san José, cuya misión, fruto de su fe, no fue otra que custodiar los dones de Dios y servir a su plan amoroso de salvación. 

En las semanas pasadas, tras su viaje a Marsella, el 4 de octubre el Papa inauguró los trabajos de la Asamblea sinodal sobre la sinodalidad en su primera fase. El mismo día vio la luz la exhortación apostólica Laudate Deum sobre la crisis climática. A mitad de mes firmó la exhortación apostólica C’est la confiance, en el 150 aniversario del nacimiento de santa Teresa del Niño Jesús. 

Marsella: el “estremecimiento” de la fe vivida 

El Papa fue a Marsella para participar en la celebración de los Encuentros Mediterráneos, en la que obispos y alcaldes del área llevan adelante un proceso para fomentar un mundo más humano, donde tenga lugar la esperanza y la fraternidad. En el trasfondo está la compleja cuestión de los migrantes que llegan -o mueren-, por ejemplo, atravesando el Mediterráneo. 

El viaje lo clausuró en el estadio Vélodrome, con la Misa donde planteó que “necesitamos un estremecimiento” como el de Juan Bautista en el seno de su madre Isabel, al recibir la visita de María que llevaba consigo al Mesías. 

“Este estrecimiento”, señaló el sucesor de Pedro, “es lo contrario de un corazón aburrido, frío, acomodado a una vida tranquila, que se blinda en la indiferencia y se vuelve impermeable, que se endurece, insensible a todo y a todos, aun al trágico descarte de la vida humana, que hoy es rechazada en tantas personas que emigran, así como en tantos niños no nacidos y en tantos ancianos abandonados” (homilía 23-IX-2023). Un resumen del mensaje del Papa en Marsella podría ser: hay que optar por la fraternidad frente a la indiferencia. 

El Sínodo desde la confianza

Las dos intervenciones del Papa (una homilía y un discurso al principio de la Asamblea sinodal de octubre), marcaron el tono de los trabajos de esas semanas. 

La homilía del 4 de octubre arrancó contemplandola oración de Jesús al Padre: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños” (Mt 11, 25). Esa oración representa la mirada de Jesús, en medio de las dificultades que se encuentra (las contradicciones, las acusaciones, la persecución). 

Experimenta una verdadera “desolación pastoral”, pero no se desanima: “En el momento de la desolación, por tanto, Jesús tiene una mirada que alcanza a ver más allá: alaba la sabiduría del Padre y es capaz de discernir el bien escondido que crece, la semilla de la Palabra acogida por los sencillos, la luz del Reino de Dios que se abre camino incluso durante la noche”. 

Participar de la mirada de Jesús 

Desde esa mirada de Jesús, y sendas referencias a san Juan XXIII (cfr. Alocución en el comienzo del Concilio Vaticano II, 11-X-1962) y a Benedicto XVI (cfr. Meditación al comienzo del sínodo sobre la nueva evangelización, 8-X-2012), Francisco declara: “Esta es la principal tarea del Sínodo: volver a poner a Dios en el centro de nuestra mirada, para ser una Iglesia que ve a la humanidad con misericordia”. Y todo ello a impulsos del Espíritu Santo. 

Solo así, añade, podremos ser, como proponía san Pablo VI, una Iglesia que “se hace coloquio” (encíclica Ecclesiam suam, n. 34), “que no impone cargas sino un yugo suave” (Mt 11, 30). 

En tercer lugar, esa mirada de Jesús, que bendice y acoge, y que queremos hacer nuestra, “nos libra de caer en algunas tentaciones peligrosas”. Tres tentaciones señala Francisco: la rigidez, la tibieza y el cansancio. Frente a ellas, la mirada de Jesús nos vuelve “humildes, vigorosos y alegres”, capaces en medio de las divisiones y conflictos fuera y dentro de la Iglesia, que hay que “reparar” y “purificar”, como hizo san Francisco de Asís. No en sí misma, se entiende, que es santa e intocable por su lado divino, sino en nosotros. “Porque todos nosotros somos un Pueblo de pecadores perdonados -ambas cosas: pecadores y perdonados-, siempre necesitados de volver a la fuente, que es Jesús, y emprender de nuevo los caminos del Espíritu para que llegue a todos su Evangelio”. 

El Espíritu Santo, protagonista de la armonía

En el discurso del mismo día 4 de octubre, Francisco comenzó señalando por qué había escogido el tema de la sinodalidad para este sínodo (un tema nada fácil). Fue uno de los temas que deseaban los obispos del mundo, junto con el de los sacerdotes y la cuestión social. 

Después de recordar, como tantas veces estos meses pasados, lo que “no” es un sínodo (ni un parlamento ni una reunión de amigos), subrayó un tema muy querido para Él: en el Sínodo hay un protagonista principal que no somos ninguno de nosotros, el Espíritu Santo. 

“No olvidemos, hermanos y hermanas, que el protagonista del Sínodo no somos nosotros: es el Espíritu Santo. Y si el Espíritu está entre nosotros para guiarnos, será un buen Sínodo. Si entre nosotros hay otras maneras de avanzar por intereses humanos, personales, ideológicos, no será un Sínodo, será una reunión más parlamentaria, que es otra cosa. El Sínodo es un camino que hace el Espíritu Santo”.

Él nos une en armonía, la armonía de todas las diferencias. Si no hay armonía, no hay Espíritu: es Él quien la hace”.

El Espíritu Santo es como una madre que guía y consuela; como el posadero al que el buen samaritano confió a aquel hombre que había quedado apaleado en el camino (cfr. Lc 10, 25-37). El discernimiento sinodal consiste precisamente en aprender a escuchar las voces diferentes del Espíritu. En rechazar las tentaciones de la crítica “bajo la mesa” y de la mundanidad espiritual. En priorizar no el hablar, sino el escuchar. Escuchar en esta “pausa” que la Iglesia entera hace durante este mes, como un sábado santo a la escucha de lo que el Espíritu Santo nos quiera hacer ver. 

Laudate Deum, sobre la crisis climática

La confianza en Dios, propia de la fe (de ahí el término “fiel” = el que tiene confianza), nos da también la capacidad de confiar en quienes nos rodean. Y nos lleva a cuidar lo que pertenece al bien común, comenzando por la dignidad humana y el cuidado de la Tierra para todos. 

La exhortación Laudate Deum (LD) es una continuación de la encíclica Laudato si’ (LS)sobre el cuidado de la casa común (2015). 

Un drama moral

En el marco de la Doctrina social de la Iglesia, el Papa parte, también aquí, de la mirada asombrada de Jesús ante las maravillas de la creación de su Padre: “Mirad los lirios del campo…” (Mt 6, 28-29). Ahora, por contraste y en muchos casos, se trata de un verdadero drama moral que implica diversos casos de lo que se denomina “pecado estructural” (cfr. encíclica Sollicitudo rei socialis, 36; Catecismo de la Iglesia Católica, 1869).

Francisco afirma rotundamente la existencia de la crisis climática global (nn. 5-19) en la que las causas humanas, si no son las únicas, cuentan notablemente, por más que a veces se niegue o se dude en la opinión pública; también afirma que algunos daños y riesgos serán irreversibles quizá durante cientos de años. Y que más vale prevenir una catástrofe que lamentarla por negligencia. “Se nos pide nada más que algo de responsabilidad ante la herencia que dejaremos tras nuestro paso por este mundo” (n. 18). Además, como ha puesto de manifesto la pandemia del covid-19, todo está conectado y nadie se salva solo.

Lamenta el paradigma tecnocrático que sigue avanzando detrás de la degradación del ambiente. Se trata de un modo de pensar “como si la verdad, el bien y la realidad brotaran espontáneamente del mismo poder tecnológico y económico” (LS 105); como si todo se resolviera mediante un crecimiento infinito o ilimitado (LS 106). Por eso es necesario repensar nuestro uso del poder (LS 24 ss.), su sentido y sus límites, máxime en ausencia de una ética sólida y una espiritualidad verdaderamente humana. 

Falta de una política internacional eficaz

De ahí pasa, en un tercer punto, a denunciarla debilidad de la política internacional (LS 34 ss) y el papel de las conferencias sobre el clima con sus avances y fracasos. Las negociaciones no avanzan a causa de los países que ponen sus intereses nacionales por delante del bien común global (LS 169), con lo que eso supone de “falta de conciencia y de responsabilidad” (LD 52). 

El quinto apartado lo dedica el Papa a las expectativas ante la COP28 de Dubái (Emiratos Árabes Unidos), prevista para celebrarse del 20 de noviembre al 12 de diciembre de 2023. “Necesitamos superar la lógica de aparecer como seres sensibles y al mismo tiempo no tener la valentía de producir cambios sustanciales” (LD 56). 

El sexto y último punto del documento expone las “motivaciones espirituales” (nn. 61 ss.) “que brotan de la propia fe”, sobre todo para los fieles católicos, a la vez que alienta que se haga lo mismo para los otros creyentes. El reconocimiento de Dios como creador, el respeto por el mundo, la sabiduría que de ahí dimana y el agradecimiento por todo ello se condensan en la actitud misma de Jesús, cuando contemplaba la realidad creada e invitaba a sus discípulos a cultivar actitudes semejantes (cfr. n. 64). Además, el mundo será renovado en relación con Cristo resucitado, que envuelve a todas las criaturas y las orienta a un destino de plenitud, de modo que hay mística en las realidades más pequeñas y que “el mundo canta un Amor infinito: ¿cómo no cuidarlo?” (n. 65).

Ante el paradigma tecnocrático, la cosmovisión judeocristiana invita a sostener un “antropocentrismo situado”, es decir, que la vida humana se sitúa en el contexto de todas las criaturas que conforman una “familia universal” (LS 89, LD 68). 

La propuesta del Papa para los fieles católicos es clara: individualmente, reconciliarnos con el mundo que nos alberga, embellecerlo con la propia aportación. Al mismo tiempo, fomentar adecuadas políticas nacionales e internacionales. En todo caso, lo que importa -afirma Francisco- es “recordar que no hay cambios duraderos sin cambios culturales, sin una maduración en la forma de vida y en las convicciones de las sociedades, y no hay cambios culturales sin cambios en las personas” (LD 70). Y en esto caben importantes signos culturales -que pueden incentivar los procesos de transformación a nivel social y político- a nivel personal, familiar y comunitario: “El esfuerzo de los hogares por contaminar menos, reducir los desperdicios, consumir con prudencia, va creando una nueva cultura” (LD 71). Así se podrá avanzar “en la senda del cuidado mutuo”.

C’est la confiance: el “secreto” de santa Teresita

La exhortación C’est la confiance (abreviamos como CC) sobre la confianza en el Amor misericordioso de Dios, en el 150 aniversario del nacimiento de santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz (15-X-2023), propone literalmente el mensaje de santa Teresita: “La confianza, y nada más que la confianza, puede conducirnos al Amor” (n. 1). Y añade Francisco: “Con la confianza, el manantial de la gracia desborda en nuestras vidas, el Evangelio se hace carne en nosotros y nos convierte en canales de misericordia para los hermanos” (CC 2).

La “atracción” de Jesús 

El primer apartado, “Jesús para los demás”, destaca dos luces que brillan en la relación de Teresita con Jesús.

Primero, sualma misionera, porque, como en todo encuentro auténtico con Cristo, su experiencia de fe la convocaba a la misión. “Teresita pudo definir su misión con estas palabras: ‘En el cielo desearé lo mismo que deseo ahora en la tierra: amar a Jesús y hacerle amar’” (CC 9). 

Además, ella entiende que Jesús, al atraerla hacia sí, atrae hacia Él también a las almas que ella ama, sin tensiones ni esfuerzos. Esto sucede sobre la base de la gracia del Bautismo y por la acción del Espíritu Santo, que, efectivamente, nos libera de la autorreferencialidad, de una santidad centrada en uno mismo. 

El segundo apartado, “el caminito de la confianza y del amor”, expresa el mensaje de esta gran santa, que comprendió lo que Dios pide a los “pequeños”. Un mensaje también conocido como “el camino de la infancia espiritual”. Se trata de un camino que, como bien señala el Papa, todos pueden vivir, y que, cabría añadir, ha encontrado otras formas y expresiones en santos como Carlos de Foucauld y Josemaría Escrivá. 

Más allá de todo mérito, el abandono cotidiano

Y explica Francisco llegando al núcleo teológico de su documento: frente a una idea pelagiana de santidad (cfr. Gaudete et exsultate, nn. 47-62), “Teresita subraya siempre la primacía de la acción de Dios, de su gracia” (CC 17).

¿Qué pide Jesús de nosotros? No pide grandes hazañas, sino “únicamente abandono y gratitud”. Esto no significa, por nuestra parte, admitir cierto conformismo o quietismo, sino que, apunta el Papa con referencia a la santa, “su confianza sin límites alienta a quienes se sienten frágiles, limitados, pecadores a dejarse llevar y transformar para llegar alto” (CC 21).

Como vamos viendo, esta confianza y abandono no se refieren únicamente a la propia santificación y a la salvación, sino que abarcan la vida entera, liberándola de todo temor: “La confianza plena, que se vuelve abandono en el Amor, nos libera de los cálculos obsesivos, de la constante preocupación por el futuro, de los temores que quitan la paz” (CC 24). Es el “santo abandono”

En medio de la oscuridad, una firmísima esperanza

Esta confianza, incluso en medio de la oscuridad espiritual más absoluta, la vivió Teresita identificándose personalmente con la oscuridad que Jesús quiso experimentar en el calvario por los pecadores. Ella “se siente hermana de los ateos y sentada, como Jesús, a la mesa con los pecadores (cfr. Mt 9,10-13). Intercede por ellos, mientras renueva continuamente su acto de fe, siempre en comunión amorosa con el Señor” (CC 26). 

La mirada en la infinita misericordia de Dios, junto con la conciencia del drama del pecado (recoge el Papa el relato de la santa en relación con la condena del criminal Henri Pranzini) construyen el trampolín desde el que Teresita formula su mensaje. 

Amor y sencillez en el corazón de la Iglesia 

El tercer apartado de la exhortación formula densamente ese mensaje: “Seré el amor”. Ella, observa el sucesor de Pedro, es un ejemplo de cómo el amor a Dios es a la vez eclesial y personalísimo, de corazón a corazón. “En el corazón de la Iglesia, mi Madre”, -decidió-, “yo seré el amor”. Y añade Francisco: “Tal descubrimiento del corazón de la Iglesia es también una gran luz para nosotros hoy, para no escandalizarnos por los límites y debilidades de la institución eclesiástica, marcada por oscuridades y pecados, y entrar en su corazón ardiente de amor, que se encendió en Pentecostés gracias al don del Espíritu Santo” (CC 41).

Precisamente “de este modo llegaba a la última síntesis personal del Evangelio, que partía de la confianza plena hasta culminar en el don total para los demás” (CC 44). Y esto expresa “el corazón del Evangelio” (CC 48).

Concluye el Papa señalando que “todavía necesitamos recoger esta intuición genial de Teresita y sacar las consecuencias teóricas y prácticas, doctrinales y pastorales, personales y comunitarias. Se precisan audacia y libertad interior para poder hacerlo” (CC 50). 

Cine

Ana, de «Madre no hay más que una»: «Yo no me realizo a mí misma: yo soy en relación con otros»

El 20 de octubre se estrenó la película documental "Madre no hay más que una", un homenaje a la maternidad a partir del testimonio de seis madres que cuentan sus experiencias. En Omnes hemos entrevistado a Ana, una de las protagonistas.

Loreto Rios·4 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El viernes 20 de octubre se estrenó la película documental “Madre no hay más que una”, un homenaje a la maternidad a través del ejemplo de seis madres concretas: Ana, Blanca, Isa, Olatz, María y Bea. Dirigida por Jesús García (“Medjugorje, la película”) y de la mano de Gospa Arts, “Madre no hay más que una” muestra los testimonios de estas seis madres en esta época en que cada vez hay menos nacimientos e, incluso, se juzga a los matrimonios que tienen muchos hijos.

Se pueden ver los cines en los que disfrutar de la película y más información aquí.

Tráiler de «Madre no hay más que una»

En Omnes hemos entrevistado a Ana, una de las protagonistas, doctora en Filología que se dedica a la investigación de legajos y manuscritos antiguos. Hace unos meses salió en ABC porque no le permitieron subir al tren con sus cuatro hijos.

¿Qué supuso para ti la maternidad?

Supuso una sorpresa desbordante que dura hasta el día de hoy. Nunca imaginé que la maternidad pudiera redimensionar mi vida de tal manera, llenando de una plenitud nueva cada cosa. Mis hijos me han ayudado a mirar de forma renovada y agradecida a mis propios padres, a maravillarme todavía más ante el misterio que es la vida, incluso a comprender con más hondura su sentido: veo a mis hijos y entiendo rápidamente que estoy aquí para amar y ser amada, que por el hecho de haber sido llamada a la existencia tengo un valor y una belleza inalienable. Vivir junto a ellos, además, me permite reencontrarme con la niña que llevo dentro, me ayuda a hacerme pequeña, sencilla, disfrutona.

¿De qué manera tu vocación al matrimonio te hace crecer en tu relación con Dios?

Mi matrimonio es el regalo más grande que he recibido de Dios, de él nacen nuestros hijos: el modo en que encontré a mi marido contra toda probabilidad y la manera en que me complementa me hacen estar absolutamente segura de que hay un Dios providente que ha hecho que nos cruzáramos en el camino; mi marido es mi lugar de descanso, la ayuda necesaria, mi mayor alegría.

Al mismo tiempo, la oportunidad de entrega mutua que significa el matrimonio me ayuda a entender la dinámica del don en la que nuestra vida encuentra su sentido más hondo: estoy hecha para dar mi vida y lo sé porque en este darnos el uno al otro cada vez nos experimentamos más felices.

En la sociedad actual, muchas veces se pone el acento en que la maternidad supone una renuncia a otras cosas, como el crecimiento profesional. ¿Compartes esta opinión?

Para mí el primer error que entraña esa diatriba es el de haber colocado la familia y el trabajo en el mismo lugar, como si al conciliar ambas estuvieran en pie de igualdad. Mi maternidad y mi responsabilidad me configuran ontológicamente, no así mi trabajo, que me encanta y vivo como una misión, pero en ningún modo está a la altura de mi marido y de mis hijos.

Para mí es más bien al revés, creo que el trabajo debe adaptarse a la familia, a sus ritmos y necesidades, en la medida de lo posible. Además, si algo han aportado mis hijos a mi trabajo es la posibilidad de vivirlo de un modo muy libre, sin poner en él la forja de mi autoestima; mi vida ya es plena, al margen de mi desempeño laboral. De hecho, la expresión “realización laboral” nunca me ha convencido; entre otras cosas, porque yo no me realizo a mí misma: yo soy en relación con otros, que me hacen esposa, madre y, también, profesora.

¿Cuál ha sido el mayor reto de ser madre?

Para mí el mayor reto, la mayor dificultad, es la de comprender que no puedo librar a mis hijos del sufrimiento, es algo que explico en la película; se me hace muy difícil, aunque sé que es así y que, de hecho, no debo caer en el espejismo ni en la trampa de tratar de tenerles en una burbuja. Para una madre el sufrimiento de un hijo duele más que el propio.

¿Por qué crees que la gente debería ver esta película?

Creo que esta película es un regalo porque muestra que la entrega, el cansancio, la renuncia a uno mismo, lejos de ser un enemigo para alcanzar la felicidad, son su trampolín. Me apena que cada vez más hablemos de los hijos como de una carga, en lugar de como un don inmenso que no tendremos vida suficiente para contemplar, comprender ni agradecer. Creo que vivimos en una sociedad que nos propone una concepto muy hedonista e individualista de la felicidad, para el que la maternidad se presenta como un obstáculo; y, en este sentido, me parece que el testimonio de cada una de las madres que aparecen en la película consigue mostrar que la alegría más profunda se esconde entre pañales y cansancio, pero también entre risas, abrazos y conversaciones preciosas antes de dormir.

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Estados Unidos

Las diócesis de Estados Unidos celebran la «Misa Roja»

Cada año las diócesis norteamericanas celebran en el mes de octubre la llamada “Misa Roja”. En la ceremonia se invoca la guía y bendición de Dios sobre los miembros de la comunidad jurídica y oficiales gubernamentales.

Gonzalo Meza·4 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Cada año las diócesis norteamericanas celebran en el mes de octubre la llamada “Misa Roja”, que toma su nombre por el color litúrgico de la Misa Votiva del Espíritu Santo. En la ceremonia se invoca la guía y bendición de Dios sobre los miembros de la comunidad jurídica y oficiales gubernamentales, principales invitados de esta liturgia. A ella acuden magistrados, abogados, oficiales de gobierno y miembros de la comunidad académica de derecho. Aunque en la mayor parte de las diócesis esta Misa tiene lugar el domingo que precede al primer lunes de octubre (fecha de inicio del periodo de actividades del Tribunal Supremo de los Estados Unidos), algunas jurisdicciones la realizan en fechas posteriores en octubre.

La primera Misa Roja se celebró en Nueva York en octubre de 1928. Sin embargo, sus orígenes se remontan al siglo XIII. Se cree que la primera liturgia de este tipo, enfocada en los magistrados, tuvo lugar en la catedral de París en 1245 y luego se extendió por toda Europa. Aunque el color rojo actualmente posee un significado teológico que hace referencia al fuego y la presencia del Espíritu Santo, cuando la Misa inició en 1310 en Inglaterra, los magistrados del Tribunal Supremo usaban vestimentas de color escarlata y por ello se popularizó el nombre de “Red Mass”.

Washington DC

Una de las Misas Rojas más conocidas es la que se celebra en la capital norteamericana en la catedral de San Mateo. Este 2023 la ceremonia tuvo lugar el domingo 1 de octubre. A la liturgia asistieron cerca de 900 personas entre ellos dos jueces del Tribunal Supremo (John G. Roberts, Jr., y Amy Coney Barret) así como ministros de otros tribunales, diplomáticos y miembros del gobierno federal. Aunque el cardenal Wilton Gregory, arzobispo de Washington DC suele presidir cada año esta Misa, en esta ocasión estuvo a cargo del obispo auxiliar mons. Juan Esposito (el cardenal se encontraba en Roma para participar en el Sínodo de los Obispos).

En su homilía, mons. Esposito señaló: “Aquí están reunidos eminentes juristas, legisladores, académicos y defensores que hacen el trabajo silencioso de ayudar a la gente con sus problemas cotidianos. También hay hombres y mujeres con diferentes funciones, todos con diferentes orígenes sociales y étnicos y tradiciones religiosas”. Al hacer referencia al Espíritu Santo que descendió sobre los Apóstoles en Pentecostés, el prelado indicó: «Como ellos, esta mañana levantamos nuestras voces en oración confiada para pedir a Dios las bendiciones de la sabiduría, el conocimiento, y la humildad para aceptar lo que es verdadero, distinguiendo claramente entre el bien y el mal, lo justo e injusto”. 

Los Ángeles, California

Del otro lado del país, en la costa oeste, esta Misa tuvo lugar el 25 de octubre en la catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles. Fue organizada por el capítulo local de la Sociedad de Santo Tomás Moro y en ella participaron más de 200 personas entre jueces, legisladores estatales, abogados, profesionales del derecho, así como la magistrada Patricia Guerrero, presidenta del Tribunal Supremo de California. La liturgia fue presidida por Mons. José H. Gómez, arzobispo de Los Ángeles y la homilía corrió a cargo del padre Edward Siebert, sacerdote jesuita y rector de la Universidad Loyola Marymount.

Al final de la Misa, la magistrada Guerrero dirigió una alocución durante la cual elogió el ejemplo de Santo Tomás Moro y evocó la violencia y sufrimiento que se vive actualmente en el mundo. Guerrero indicó que santo Tomás Moro “representa una figura guía para los abogados, jueces y servidores públicos para navegar en las complejidades de nuestro trabajo y nuestro mundo. Tomás Moro nos recuerda que en un mundo que a menudo puede parecer turbulento, no debemos abandonar nuestro deber como guardianes de la ley”, señaló Guerrero.

Sobre el informe del Defensor del Pueblo

La Iglesia es bien consciente hoy de que los abusos sexuales son, además de un pecado grave, un delito que debe ser castigado en el foro canónico y que debe colaborar con las autoridades judiciales de los Estados para su investigación y resolución también en el foro civil.

4 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

A propósito del informe del Defensor del Pueblo sobre abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia, y, sobre todo, en relación a las extrapolaciones que se han realizado a partir de los datos que presenta la encuesta de GAD3 adjuntada al informe, sólo deseo exponer estas tres consideraciones:

Primera: la Iglesia –fieles laicos, religiosos, jerarquía– quiere y busca sólo la verdad, el amor y la justicia. La verdad consiste en hechos, no en “estimaciones” demoscópicas, que suscitan perplejidad, alarma social, descrédito, vilipendio y grave peligro de difamación, en un asunto tan doloroso y delicado para todos. Gracias a Dios, hay mucha gente, tanto fuera como dentro de la Iglesia, que no se deja llevar por este tipo de especulaciones. 

Segunda, la Iglesia mira a las víctimas y sólo desea escuchar, sanar y reparar, en la medida de lo posible, sus heridas. Son hijos e hijas suyos, que han sufrido una grave injusticia y que les ha condicionado muy dolorosamente la vida entera. La Iglesia desea tratarlos con el amor de Jesucristo. Pide y ha pedido perdón repetidamente por actuaciones pasadas de algunos de sus hijos, que no supieron ver y valorar la gravedad e injusticia que se cometía sobre víctimas inocentes. La Iglesia es bien consciente hoy de que los abusos sexuales son, además de un pecado grave, un delito que debe ser castigado en el foro canónico y que debe colaborar con las autoridades judiciales de los Estados para su investigación y resolución también en el foro civil. 

Tercera, la Iglesia mira también con piedad y dolor a los victimarios, ayudándoles -salvaguardando siempre la presunción de inocencia, mientras no se pruebe el delito– a que asuman su dolorosa rehabilitación. Ellos son también sus hijos y desea que, en la medida de lo posible, lleguen a una sanación personal y a una reparación de las víctimas. 

La luz y la vida de la Iglesia es el Evangelio, que nunca puede ir de la mano de la injusticia y de la falta de amor y de verdad.  

El autorCelso Morga

Arzobispo emérito de la diócesis de Mérida Badajoz

Cultura

Pablo Blanco y Francesc Torralba, premios Ratzinger de Teología 2023

El sacerdote Pablo Blanco, profesor de Teología de la Universidad de Navarra y colaborador de Omnes, recibirá esta distinción junto al filósofo y teólogo Francesc Torralba.

Maria José Atienza·3 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

El próximo 30 de noviembre Pablo Blanco y Francesc Torralba recibirán, de manos del Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de Su Santidad, el Premio Ratzinger 2023 en una ceremonia en la que los participantes reflexionarán sobre el legado de Joseph Ratzinger-Benedicto XVI a casi un año de su muerte.

Será la primera edición de los Premios Ratzinger que se entregue tras el fallecimiento del Papa emérito. Dos españoles: Pablo Blanco y Francesc Torralba se unen a la nómina de premiados entre los que se cuentan nombres como Joseph Weiler, Tracey Rowland, Hanna Barbara Gerlt-Falkovitz o Remi Brague.

Pablo Blanco es uno de los expertos en Benedicto XVI más reconocidos en la actualidad. Forma parte del comité editorial de las Opera omnia de Joseph Ratzinger en español en la editorial BAC y ha escrito, además de una biografía de Benedicto XVI otros títulos como Benedicto XVI, el papa teólogo, Joseph Ratzinger. Vida y Teología, Benedicto XVI y el Concilio Vaticano II o La teología de Joseph Ratzinger.

Omnes cuenta con algunos de los artículos sobre Joseph Ratzinger más conocidos de este sacerdote y profesor que, curiosamente, hacía de anfitrión en un Foro Omnes con Tracey Rowland en 2020.

Pablo Blanco

Pablo Blanco Sarto nació el 12 de julio de 1964 en Zaragoza (España). Estudió Filología Hispánica en la Universidad de Navarra. En Roma terminó sus estudios de Teología en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, luego inició la licenciatura y el doctorado en Filosofía, sobre el pensamiento de Luigi Pareyson (1918-1991). Fue ordenado sacerdote el 21 de septiembre de 1997.

En 2005 completó su Doctorado en Teología Dogmática en la Universidad de Navarra, con un estudio sobre la teología fundamental y las religiones de Joseph Ratzinger.

Actualmente es profesor titular de la Universidad de Navarra en las áreas de ecumenismo, teología sacramental y ministerio.

Colabora con el Institut Papst Benedikt XVI. de Ratisbona (Alemania), con numerosas instituciones académicas españolas y latinoamericanas, con diversas editoriales y revistas teológicas y pastorales.

Francesc Torralba

Francesc Torralba Roselló es filósofo y teólogo.

Nacido en Barcelona el 15 de mayo de 1967, está casado y padre de 5 hijos. Es doctor en Filosofía por la Universidad de Barcelona (1992), en Teología por la Facultad de Teología de Cataluña (1997), en Pedagogía por la Universidad Ramon Llull (2018), en Historia, Arqueología y Artes Cristianas, en el Ateneu Universitari Sant Pacià, Facultad Antoni Gaudí (2022).

Actualmente es profesor acreditado de la Universidad Ramon Llull y realiza cursos y seminarios en otras universidades de España y América. Alterna su actividad docente con el compromiso que dedica a escribir y difundir su pensamiento, orientado hacia la antropología filosófica y la ética

Los premios Ratzinger

El Premio Ratzinger es la principal iniciativa de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI. Se otorga, según lo establecido en los Estatutos, a «académicos que se hayan distinguido por méritos particulares en publicaciones y/o investigaciones científicas».

Las candidaturas al Premio son propuestas al Santo Padre, para su aprobación, por el Comité científico de la Fundación, compuesto por cinco miembros nombrados por el Papa, entre ellos los cardenales Kurt Koch (Prefecto del Dicasterio para la Promoción Cristiana Unidad), Luis Ladaria (Prefecto emérito del Dicasterio para la Doctrina de la Fe), Gianfranco Ravasi (Presidente emérito del Consejo Pontificio para la Cultura), por Su Excelencia Mons. Salvatore Fisichella (Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización), y por Su Excelencia Monseñor Rudolf Voderholzer (Obispo de Ratisbona y Presidente del Institut Papst Benedikt XVI).

El Premio se otorga anualmente, desde 2011, a dos o tres académicos cada vez y, entre sus premiados, no sólo se cuentan católicos, sino también miembros de otras confesiones cristianas: un anglicano, un luterano, dos ortodoxos y uno de religión judía.

Vaticano

El Papa preside una misa por Benedicto XVI y los cardenales y obispos fallecidos en 2023

A las 11.00 h del 3 de noviembre de 2023, en el Altar de la Cátedra de la Basílica Vaticana, el Papa Francisco ha presidido una Santa Misa en sufragio por Benedicto XVI y los cardenales y obispos fallecidos durante el año.

Antonino Piccione·3 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

“Dios es amor; el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él” (1 Juan 4,16). Estas palabras, con las que comienza la Encíclica «Deus caritas est», de Benedicto XVI, expresan el núcleo de la fe cristiana. En un mundo en el que a veces se asocia el nombre de Dios con la venganza o incluso el odio y la violencia, el mensaje cristiano del Dios Amor es de gran actualidad.

El Papa inicia la homilía de la Misa celebrada en la Basílica de San Pedro en sufragio de Benedicto XVI y los cardenales y obispos fallecidos a lo largo del año haciendo referencia a la “Deus caritas est”: “Benedicto XVI, a quien hoy recordamos junto a los cardenales y obispos fallecidos a lo largo del año, en su primera encíclica escribió que el programa de Jesús es ‘un corazón que ve’”. “Cuántas veces nos ha recordado que la fe no es ante todo una idea que comprender o una moral que asumir, sino una persona a encontrar, Jesucristo”, destaca Francisco.

“Su corazón late fuerte por nosotros, su mirada se compadece de nuestra aflicción”, como ocurre con la viuda en el centro del Evangelio de hoy, que acaba de perder a su único hijo, y con él “la razón de vivir”. “Aquí está nuestro Dios, cuya divinidad brilla en contacto con nuestras miserias, porque su corazón es compasivo”, observa el Santo Padre: “La resurrección de ese hijo, el regalo de la vida que vence a la muerte, surge precisamente de aquí: de la compasión del Señor, que se conmueve ante nuestro mal extremo, la muerte”.

“Cuán importante es comunicar esta mirada compasiva a aquellos que experimentan el dolor por la muerte de sus seres queridos”, subraya el Papa, enfatizando que “la compasión de Jesús tiene una característica: es concreta”: “Tocar el féretro de un difunto era inútil; en ese tiempo, además, se consideraba un gesto impuro que contaminaba a quien lo realizaba. Pero Jesús no presta atención a esto, su compasión borra las distancias y lo acerca. Este es el estilo de Dios, hecho de cercanía, compasión y ternura. Y de pocas palabras”.

Benedicto XVI falleció a las 9:34 del 31 de diciembre de 2022. Durante la Misa de Año Nuevo, el Papa expresó afecto e intercesión por su amado predecesor. En la homilía, dijo: “Encomendamos a Benedicto XVI a la Santísima Madre de Dios, para que lo acompañe en su paso de este mundo a Dios”.

Poco después, durante la oración de los fieles, se dedicó una intención al Papa emérito: “El Pastor supremo que siempre vive para interceder por nosotros lo reciba benignamente en el reino de la luz y la paz”. Finalmente, durante el Ángelus, ante los 40.000 fieles presentes en la plaza, el Papa Bergoglio añadió: “En estas horas, invocamos su intercesión especialmente por el Papa emérito Benedicto XVI, quien ayer por la mañana dejó este mundo. Nos unimos todos, con un solo corazón y una sola alma, para dar gracias a Dios por el don de este fiel servidor del Evangelio y de la Iglesia”.

El autorAntonino Piccione

Vaticano

El Papa reforma la Pontificia Academia Teológica

Rome Reports·3 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

El Papa ha firmado otro Motu Propio. Esta vez, el Ad theologiam promovendam, está concebido como el único de una reforma de la Pontificia Academia Teológica.

El Papa quiere promover una teología más sinodal, pastoral y transdisciplinar. En otras palabras, que dé un paso más y que de profundizar en la fe ayude a explicarla en el contexto cultural de cada momento


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La sonrisa de la entrega por la vida

La Hermana Zelie Maria Louis, de la Congregacion Sisters of Life, sonríe tras sus votos perpetuos realizados en la Catedral de San Patricio de Nueva York.

Maria José Atienza·3 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vocaciones

John Paul Ebuka Oraefo: “La fe de la mayoría de los cristianos en Nigeria sigue viva”

Seminarista de la diócesis católica de Aguleri, John Paul Ebuka Oraefo se encuentra en Roma estudiando gracias a una beca de la Fundación CARF. Para él, Roma supone una oportunidad de formación y de unión con los primeros cristianos.

Espacio patrocinado·3 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

Estudia su segundo curso de Teología en Roma. Originario de Ogbunike (Nigeria), John Paul Ebuka Oraefo nació en una familia cristiana con una arraigada devoción mariana, clave en su proceso vocacional.

¿Cómo descubrió su vocación al sacerdocio?

—Nací en una familia de católicos practicantes. Mis padres eran especialmente devotos de la Virgen María. Participábamos en “la Cruzada del Rosario”, una iniciativa pastoral en la que se reza el Santo Rosario y algunas otras oraciones por las que son conocidos los niños de Fátima. Además, mis padres también querían que nos afiliáramos a la Legión de María. Estas afiliaciones marianas fueron muy importantes para acercarnos a mí y a mis hermanos a Dios a través de María. Además, después de cada misa dominical, acudíamos al sacerdote para que nos bendijera antes de volver a casa. Esto encendió mi deseo por el sacerdocio. Tenía unos 6 años cuando fui consciente de este deseo y se lo hice saber a mis padres. Ellos me aseguraron que, si era la voluntad de Dios, llegaría a buen puerto. El 13 de septiembre de 2008, a los 10 años, fui admitido en el seminario menor de la archidiócesis católica de Onitsha.

La Iglesia en Nigeria sufre aún hoy persecuciones ¿Cómo viven los cristianos en esas circunstancias?

—La Iglesia en Nigeria es todavía joven y está creciendo, adaptándose a las situaciones, retos y circunstancias de su tiempo. La persecución es una amenaza que, históricamente, ha acompañado a la Iglesia. Los primeros cristianos que sufrieron persecución en Roma probablemente no sabían que esa ciudad se convertiría en la residencia del vicario de Cristo en la tierra y en ciudad de peregrinación. 

Sólo Dios puede sacar algo bueno de las situaciones malas. Esta es mi esperanza y la esperanza de muchos nigerianos que sufren persecución en diferentes partes de Nigeria. La fe de la mayoría de los cristianos sigue viva y, personalmente, no he oído ni visto a nadie que haya renegado de su fe como consecuencia de la persecución.

¿Cómo es la convivencia con otras confesiones religiosas?

—En Nigeria hay una miríada de confesiones religiosas que van desde el cristianismo hasta el islam y la religión tradicional. Los fieles de estas religiones son principalmente ciudadanos nigerianos de a pie, algunos de los cuales están condicionados por la situación política, social y económica de Nigeria. Estoy convencido de que los fieles de estas religiones pueden convivir, respetando cada uno las creencias del otro. 

Personalmente, he tenido una serie de encuentros con personas de creencias variadas. He estudiado y vivido cerca de musulmanes, la mayoría de los cuales son buenos amigos míos. También he conocido a algunos que practican la religión tradicional. Estoy convencido de que la mayoría de los problemas que la gente encuentra con personas de diferentes religiones son alimentados por políticos que a veces intentan mezclar la religión con la política para su propio beneficio. Desgraciadamente, esto y mucho más ha dado lugar a la aparición de terroristas y extremistas religiosos que amenazan y destruyen la vida y las propiedades de algunos nigerianos de distintas creencias y credos. El hecho de que el gobierno no haya puesto fin a esta situación desde hace casi una década es preocupante y nos deja perplejos.

¿Qué te ha aportado estudiar en Roma?

Estudiar en Roma me ha aportado muchas cosas buenas por las que siempre estaré agradecido a Dios, a mi obispo, a mis formadores y a Fundación CARF. Estudiar en Roma me ha dado el privilegio de encontrarme con el Santo Padre. Me ha permitido visitar algunos de los lugares que pisaron los apóstoles y los santos. 

Los estudios académicos son uno de los cuatro aspectos de la formación que recibo aquí en Roma. Los otros son la formación humana, espiritual y pastoral. La formación académica se recibe en la universidad y la formación humana, espiritual y pastoral se reciben en el Colegio Eclesiástico Internacional Sedes Sapientiae, donde vivo. Estudiar en Roma me une, de modo especial, a los apóstoles y a los cristianos que sufrieron por la fe, dando sus vidas como testigos de su fe. Deseo volver a casa con el mismo celo, firmeza y resistencia con que estos hombres de fe vivieron sus vidas.

Estados Unidos

El renacimiento de la Eucaristía en Nueva York

El estado de Nueva York acogió su Congreso Eucarístico en el santuario de los Mártires Norteamericanos, también conocido como santuario de Nuestra Señora de los Mártires, del 20 al 22 de octubre.

Jennifer Elizabeth Terranova·3 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El estado de Nueva York acogió su Congreso Eucarístico en Auriesville, a las afueras de Albany, en el santuario de los Mártires Norteamericanos, también conocido como santuario de Nuestra Señora de los Mártires.

El Renacimiento Eucarístico Nacional es una iniciativa trienal organizada por los obispos católicos de Estados Unidos (USCCB). Su objetivo es educar, unir y llevar a los fieles a una relación más íntima con Jesús en la Eucaristía.

El Congreso Eucarístico Estatal del estado de Nueva York comenzó el 20 de octubre y terminó el 22 de octubre.  

La aspiración de todos los que planificaron, asistieron y alabaron los esfuerzos desde lejos era unir a los fieles a la Eucaristía y salir del congreso con una reverencia más profunda por la presencia real de Cristo en el Santísimo Sacramento.

Se calcula que 10.000 personas participaron en el fin de semana de cuarenta horas, y 7.000 el sábado, cuando celebraron la Misa principal, seguida de una procesión por la tarde.

La Eucaristía en Nueva York

Asistieron personas de todas las clases sociales: muchos grupos de jóvenes, familias parroquiales y religiosos y religiosas se reunieron en un sábado lluvioso para recordar el poder de la Eucaristía y reavivar la devoción a Nuestro Señor. «…Fue un verdadero mosaico de la Iglesia católica en Nueva York”, informó la redacción de “Good News”. Hubo charlas en inglés y español a cargo de queridos oradores católicos, stands y catequesis, y los fieles tuvieron la oportunidad de confesarse y disfrutar de la adoración eucarística. A lo largo de las cuarenta horas, se recordó a los asistentes que «la Palabra se hace carne en las manos de un sacerdote».

El cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, se encontraba en Roma durante el Sínodo, pero apareció en un vídeo en el que daba las gracias a todos sus hermanos obispos, diáconos, religiosos y religiosas, a los Caballeros de Colón y a todos los que hicieron posible el fin de semana. Dijo: «Estoy lejos físicamente, pero estoy muy cerca de vosotros por el poder del magnetismo de la Sagrada Eucaristía». Recordó su escepticismo sobre la celebración de un «mini congreso» y describió la Conferencia Eucarística de Nueva York «como un sueño largamente esperado».

El Coliseo estaba abarrotado, y fue «muy emocionante» entrar, recordó Mons. Colacicco, obispo auxiliar de la archidiócesis de Nueva York. Habló de la reverencia de la procesión y de lo «conmovedora» que fue. También habló del carácter sagrado del lugar del santuario de Nuestra Señora de los Mártires. Fue durante el siglo XVII, en la década de 1640, cuando los misioneros jesuitas fueron martirizados por predicar el Evangelio, ocho de los cuales serían canonizados en la década de 1930. Así que era apropiado celebrar este «renacimiento católico» en un lugar tan sagrado.

Un mensaje de esperanza

“¿Podría esto servir de ‘antipasto’ al Renacimiento Eucarístico Nacional?” se preguntó el cardenal Dolan. El obispo Colacicco está confiado y dijo que la conferencia estatal «ha marcado la pauta» y cree que «la fe que tenemos en la presencia del Señor en la Eucaristía es fuerte y cada vez más fuerte.» El amor de Jesús y el poder de la Eucaristía es lo que nos salvará». Confía en que la «sangre de la tierra santa» seguirá acogiendo a más cristianos fieles y habló de las muchas «semillas que se plantaron para las vocaciones, los matrimonios santos y la vida familiar». Además, se mostró agradecido por haber tenido la oportunidad de bendecir bebés. También elogió y alabó a los ponentes y dijo que las charlas «fueron brillantes y edificantes».

Mons. Edward Scharfenberger, obispo de Albany y presidente de la Junta del santuario de Nuestra Señora de los Mártires, dio la bienvenida a todos los asistentes. Su oración para todos fue que recibieran el mensaje «de esperanza y seguridad de que Jesús quiere vivir en vuestro corazón».

Iglesia misionera, Iglesia eucarística

Terry LaValley, obispo de Ogdensburg, celebró la Misa principal, y concelebraron 16 obispos y cientos de sacerdotes del Estado de Nueva York. En su homilía, se refirió a “Sacramentum Caritatis», que afirma: «Una Iglesia misionera es una Iglesia eucarística». Y dijo que “una de las esperanzas del Renacimiento Eucarístico es formar discípulos misioneros”.

Entre los numerosos oradores se encontraba el obispo Joseph Espaillat, que fue el primer obispo dominico en Estados Unidos y el más joven. «Hizo arder el lugar», comentó el obispo Colacicco. Este nativo del Bronx sabe cómo atraer a los fieles. Se le conoce como el «cura rapero» y demuestra que sus formas poco convencionales de enseñar son su secreto para evangelizar. Es anfitrión de un podcast, «Sainthood in the City», que ofrece charlas en inglés y español y atrae a muchos, pero tiene una conexión especial con los jóvenes hispanos, a los que anima a ser mejores.

La madre Clare Matthiass, CFR, Sierva General (Superiora) de las Hermanas Franciscanas de la Renovación y autora de muchos libros populares, dio una charla inspiradora y dijo: «Cuando nos reunimos en la adoración eucarística, es esa ofrenda suspendida…» y recordó a todos que Nuestro Señor siempre permanece con nosotros.

Se escuchó música grabada por Sisters of Life, que era meditativa y tranquilizadora. Algunas de las letras cantadas eran: «I belong to you».

El Congreso Eucarístico Nacional no ha hecho más que empezar. Han pasado ochenta y tres años desde el último, así que prepárense. Del 17 al 21 de julio, en Indianápolis, 80.000 personas se reunirán para celebrar la Eucaristía y la presencia real de Cristo en la Hostia.

Busca las procesiones organizadas por tu parroquia local y prepárate para la fase final del Congreso, pero el comienzo de un nuevo espíritu y gracia que sólo recibimos de Él, que nos eligió.

Mundo

Raimo Goyarrola: “Mi imagen de la Iglesia es una trainera”

El próximo 25 de noviembre, Raimo Goyarrola será ordenado obispo y tomará posesión como nuevo pastor de la diócesis de Helsinki.

Maria José Atienza·3 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 7 minutos

Raimo (Ramón) Goyarrola es un bilbaíno finlandés porque los de Bilbao “nacen donde quieren”.

No ha perdido el acento ni el humor vizcaínos pero su corazón es completamente finés. Este médico de 54 años, sacerdote numerario del Opus Dei, llegó a Finlandia hace casi 20 años, en 2006. En tierras finesas ha desarrollado la mayor parte de su tarea sacerdotal, en los últimos años como Vicario General de la diócesis de Helsinki.

Helsinki estaba en sede vacante desde la aceptación de la renuncia de Mons. Teemu Jyrki Juhani Sippo, S.C.I., “por lo que tampoco había Vicario General” recuerda Goyarrola. A pocos días de su consagración episcopal, Raimo Goyarrola habla con Omnes, medio con el que ha colaborado más de una vez, sobre esta nueva etapa que se abre en su vida y en su labor pastoral.

En pocos días será ordenado obispo y tomará posesión de la diócesis de Helsinki. ¿Cómo han sido los últimos años para usted?

–Yo era vicario general si, pero en sede vacante no hay cargos de la curia así que no había vicario general tampoco. Además, a los pocos meses de la sede vacante estalló la pandemia de Covid y la labor de las parroquias disminuyó muchísimo. Pensé qué podía hacer en ese tiempo así que empecé a hacer la tesis doctoral en Cuidados Paliativos. La idea era dar una solución real y medica a los enfermos al final de la vida. Por entonces, estaba muy candente el debate de la eutanasia y yo sé que la eutanasia no soluciona absolutamente nada. 

En ese tiempo entré a formar parte de un grupo de investigación de paliativos y las circunstancias me han llevado a ser, según mis colegas finlandeses, el “experto en espiritualidad en cuidados paliativos”. Hasta ahora, una vez al mes, mas o menos daba seminarios de este tema a médicos y enfermeras por todo Finlandia. 

¿Cómo es la diócesis de Helsinki? 

– La diócesis es, territorialmente muy extensa. Abarca todo el país. Unos 340.00 kilómetros cuadrados. Tenemos 8 parroquias. Actualmente, en la diócesis estamos 29 sacerdotes de los que 5 son sacerdotes finlandeses, contando al obispo emérito y un sacerdote que está en el servicio diplomático. 

Aquí no tenemos estructura católica como en otros países. Sueño con una casa de ejercicios espirituales diocesana, que sirva para campamentos de jóvenes también. Sueño con un seminario, con un colegio católico, con una residencia de ancianos, con un hospital de paliativos… Tengo una lista de sueños inmensa y son reales, los veo ya acabados. 

¡Hay que soñar, sirviendo al pueblo de Dios y facilitando el camino al cielo! No podemos olvidar que la Iglesia muestra a Jesús para ir al cielo, pero ese cielo comienza ya en la tierra, con la presencia de Dios, con los sacramentos, con la gracia de Dios.  

Junto a esta lista de sueños, hay una lista larga de problemas: económicos, pastorales, de todo tipo. El regalo que pido a Dios para Navidad es que la lista de sueños sea más grande que la lista larga de problemas. Los problemas los hay y son concretos, pero los sueños también son concretos. Tenemos que enfocarnos en lo positivo.

¿Qué retos le esperan?

–Ahora, a nivel diocesano, tenemos que empezar a renovar los consejos parroquiales y empezar a trabajar en esta nueva etapa. Estoy en fase de rezar mucho, de pedir luces para ir formando los consejos.

Mi idea principal es remar juntos. Yo no voy a hacer nada solo. Voy a tener unos consejos representativos, con gente que sabe y que tiene soluciones, porque hay que tener ideas y acciones. Me quiero apoyar totalmente en estos consejos. En nuestra diócesis, por ejemplo, no ha habido “pastorales concretas” a nivel diocesano: jóvenes, ancianos, enfermos, inmigrantes …, y quiero dar un impulso a estas cosas.

Trainera

Tengo muy claro que en la Iglesia todos remamos: Mi imagen de la Iglesia es la trainera. En la trainera todos reman. El obispo quizás lleva timón, marca ritmo o cambia un poco la dirección, pero todos remamos: sacerdotes, laicos, religiosos. Quiero que los laicos apoyen y quiero potenciar esa participación de los laicos. Todos a una. 

Finlandia cuenta con una variedad confesional muy grande. ¿Cómo han recibido su nombramiento?

–Desde que se anunció el nombramiento me he visto arropado por una gran cantidad de gente. No exagero. Son llamadas continuas, centenares de mensajes, de whatsapps, cartas, correos… ¡Estoy alucinado del apoyo y de la alegría! 

A nivel social, por ejemplo, el interés que ha suscitado el nuevo obispo es increíble. Aquí la Iglesia católica es muy pequeña (0,3%) y, al día siguiente de la noticia, me encontré con varios católicos y me decían “¡Le he visto en el metro!” y yo respondía “¡Si he ido en bicicleta!”, y era porque había salido en las noticias que se emiten en las pantallas de metro “Nuevo obispo católico en Finlandia”. En un país como éste, que la noticia salga a ese nivel y en el periódico nacional, con un enfoque súper positivo… ¡Es impresionante! Los obispos luteranos, los ortodoxos…, todos me han escrito o me han llamado para preguntarme en qué podían ayudarme. ¡Es una pasada!

La gente me pregunta si estoy nervioso, pero no tengo ni tiempo para estarlo. Tengo una gran paz interior porque, ¡no estoy solo!

¿Se lo esperaba? 

–Pues la verdad es que no. En Helsinki hay dos centros de varones del Opus Dei y yo vivía, para facilitar la tarea de Vicario general, en el que está más cercano al Palacio Episcopal. Hace poco más de dos meses me trasladé a la residencia universitaria, que está en otra zona, para empezar una nueva etapa: labor apostólica con jóvenes, universitarios… Yo estaba emocionado y, de repente, me llamó el Nuncio y me planteó el asunto. Fue una sorpresa, es un momento de mezcla de sentimientos. Recé y me acordé de la Virgen y san José y dije ese “aquí estoy” y me invadió una paz impresionante. Desde entonces tengo esa paz, 

He escrito al Papa Francisco para agradecerle todo. Ahora haré mis ejercicios espirituales en Roma y también visitaré distintos Dicasterios. También espero saludar al Papa y darle un abrazo muy grande. 

¿Cómo es la relación con las otras confesiones?

– Es excelente. El ecumenismo aquí es un regalo, es un milagro. Creo que es una excepción a nivel mundial. En el Vaticano nos conocen y siguen los trabajos del Diálogo Oficial con los luteranos. Hemos hecho incluso un documento sobre la Eucaristía, el ministerio y la Iglesia. ¡Es una maravilla! Hablamos, rezamos, dialogamos… 

Cada mes celebramos misa en 25 ciudades donde no hay iglesia católica. Eso supone 25 templos luteranos y ortodoxos donde nos permiten decir misa.

Finlandia es de las pocas regiones donde hoy hay más católicos que hace 50 años ¿Cómo es la población católica de Finlandia?

– Crecemos unos 500 católicos nuevos al año. De esa cifra, más o menos la mitad son finlandeses: niños que se bautizan y adultos que se incorporan a la Iglesia o se bautizan también, procedentes de otras confesiones cristianas o no. La otra mitad son migrantes y refugiados. Esto último supone además un desafío porque a los refugiados los envían, generalmente, a ciudades donde no hay iglesias católicas. Un objetivo que tengo es lograr una relación con el Estado para que podamos saber donde están los católicos, poder atenderlos y ayudarles a la integración.

Aquí la Iglesia tiene una labor muy bonita de integración social y creo que el Estado lo tiene que valorar e incluso ayudar. Por ejemplo, sólo en desplazamientos, en dos semanas, llevo casi 300 euros de gasolina porque eso lo tengo muy claro: yo quiero estar con la gente y para estar con la gente tendré que viajar muchísimo, miles de kilómetros para ver a los católicos de la diáspora, aquellos que viven a 200 o 300 km de la parroquia más cercana. ¡Yo quiero estar con ellos! Quiero hacer un horario para estar con todos los católicos, en Laponia y donde haga falta.

Aquí no es oler a oveja sino ¡oler a reno! ¡Yo quiero ser un pastor con olor a reno!

Usted es sacerdote numerario del Opus Dei. ¿Cómo influye su carisma en su servicio a la Iglesia diocesana?  

–En la Obra he aprendido tener un corazón grande donde cabe todo el mundo y, como decía san Josemaría, he aprendido que el Opus Dei está para servir a la Iglesia como la Iglesia quiere ser servida

Yo vine a Finlandia porque el obispo de Helsinki de entonces (Józef Wróbel, S.C.I.) pidió expresamente un sacerdote del Opus Dei. Mons. Javier Echevarría, que era el prelado del Opus Dei pensó en mí y yo dije que sí. Yo estaba en Sevilla, con el solecito y me vine a -30. Eso es lo que he aprendido en la Obra: corazón grande donde caben todos.

Cuando llegué a Finlandia me presenté al párroco y comencé a colaborar en la parroquia: bautismos, catequesis, misas en español porque había una comunidad latinoamericana bastante amplia… Junto a esto, comencé una capellanía en la universidad y venían católicos y no católicos, la Iglesia local va más allá de la parroquia. En la universidad, o en la residencia del Opus Dei, llegábamos a gente a la que quizás, la parroquia no podría llegar. 

¿Dónde empieza la labor de la Iglesia y dónde la labor de la Obra? Yo estoy convencido de que son lo mismo. A través de la labor de la Obra en Finlandia, todos los años se incorporan a la Iglesia católica muchas personas. Es un imput positivo para la Iglesia local. ¡Todos sumamos! La Iglesia es la suma. Somos todos. No es un “o esto… o aquello” es un “más”: La cruz de Cristo es el signo +. Todos remamos, como en la trainera (ríe). 

Mi espiritualidad es la misma: santidad en medio del mundo. Ahora como obispo, voy a recibir la plenitud de un sacramento, pero la mentalidad de sencillez y magnanimidad que he vivido en la Obra será la misma. Creo que la sencillez te lleva a confiar en Dios y la confianza en Dios te lleva a soñar, a ser magnánimo. El obispo es universal, yo perteneceré al colegio de los obispos universal y la Iglesia es católica porque cabemos todos. Vivimos la catolicidad de la Iglesia cuando sumamos y nos apoyamos entre todos. 

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FirmasSantiago Leyra Curiá

Los antiguos y la existencia de Dios

El Creador, en el principio, distinguió con su infinito amor al hombre, varón y mujer: puso a su disposición las otras criaturas y la posibilidad de corresponder a la amistad con Él en libertad, lealtad, confianza e inteligencia.

3 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

Según Pablo de Tarso, “desde la creación del mundo, la invisible naturaleza de Dios –es decir, su poder eterno y divinidad– se ha percibido claramente en las cosas que han sido hechas” (Carta a los romanos 1, 20).

El Creador, en el principio, distinguió con su infinito amor al hombre, varón y mujer: puso a su disposición las otras criaturas y la posibilidad de corresponder a la amistad con Él en libertad, lealtad, confianza e inteligencia. El hombre no correspondió, sino que usó mal de aquella libertad, inteligencia y confianza en él depositadas, rompiendo su amistad con el Creador. No obstante, aquella deslealtad, Dios otorgó al hombre la esperanza de una restauración de la antigua relación y renovó su ayuda mediante una serie de alianzas, de un ámbito cada vez más amplio, a través de hombres justos:

a) Alianza con Noé, para con toda su familia.

b) Alianza con Abraham, para todo su clan.

c) Alianza con Moisés, para todo el pueblo de Israel.

d) Alianza definitiva, abierta a los hombres y pueblos de todos los tiempos, la ofreció Dios, revelando al tiempo su propio Ser, su propia intimidad: lo hizo manifestándose como Padre e Hijo y Espíritu Santo, a través de Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios encarnado.

Jenófanes, de Colofón (Asia Menor), que vivió más de 90 años -entre los 550 y los 450 a.J.C.-, según Aristóteles, fue el primero en enseñar la unidad del sumo principio entre los antiguos griegos. Lo hizo con estas palabras: “Un solo Dios, el mayor entre los dioses y los hombres, no semejante a los hombres ni por la forma ni por el pensamiento. Ve todo, piensa todo, oye todo. Sin trabajo, gobierna todo por la fuerza de su espíritu”.

Aristóteles, de Estagira, en la griega península Calcídica (NE de la península balcánica), vivió entre los años 384 y 322 a.J.C. Para él, Dios es el ente máximo, el ente por excelencia, es un ser vivo que se basta a sí mismo, ve y discierne el ser de los restantes entes en su totalidad; su actividad propia es el saber supremo; solo Dios tiene la sabiduría (sofía); los hombres solo pueden tener una cierta amistad con aquélla (filosofía). Dios es el primer motor, que, sin ser movido, mueve, es decir, genera, promueve el paso de los otros entes de la potencia al acto. El Dios de Aristóteles no es el Creador, no forma parte de la naturaleza (no es como los entes naturales, animales, plantas… que son objeto de estudio por la Física) pero es ente clave de la naturaleza y, por eso, su estudio corresponde a la Filosofía primera o Metafísica.

M.T. Cicerón, de Arpino (Italia), vivió entre los años 106 y el 43 a.J.C. y estudió en Atenas a los filósofos griegos. Entre los años 45 y 44 a.J.C. escribió la obra “Sobre la naturaleza de los dioses”, en la que expone las doctrinas filosóficas sobre lo divino vigentes en su tiempo (epicureísmo, estoicismo y Nueva Academia) en forma de diálogo entre varios personajes. En ese diálogo, uno de los personajes, el estoico Balbo, formula las siguientes preguntas:

¿No sería sorprendente que haya alguien convencido de que existan ciertas partículas de materia, arrastradas por la gravedad y de cuya colisión se produzca un mundo tan elaborado y bello?

¿Quién, al ver los movimientos regulares de las estaciones y el orden de las estrellas, sería capaz de negar que esas cosas poseían un plan racional y afirmar que todo eso es obra del azar?

¿Cómo podemos dudar de que todo eso es realizado por una razón y, además, por una razón que es trascendente y divina?

¿Puede una persona que esté en su sano juicio creer que la estructura de todas las estrellas y esta enorme decoración celeste pudo ser creada a partir de unos átomos que corren de acá para allá de manera fortuita y al azar? ¿Puede haber creado estas cosas un ser desprovisto de inteligencia y razón?

Justino fue un filósofo del siglo II formado en la filosofía griega. Tras conocer y convertirse al cristianismo y ver en él la culminación del saber, continuó ejerciendo la profesión de filósofo. Veía que el antiguo Israel poseía una filosofía bárbara que Dios mismo había utilizado como cauce para darse a conocer. Pensaba que todos los hombres que habían vivido conforme a la razón, antes del cristianismo, habían sido ya cristianos: tales eran para él los casos de Sócrates y Heráclito. Afirmó también que el cristianismo, en su tiempo, era odiado y perseguido por ser mal conocido.

Agustín (354/430), leyendo en el año 372 un libro de Cicerón adquirió una gran inclinación a la búsqueda de la sabiduría. Cuando comenzó a leer la Biblia se disgustó, hasta el punto de dejar su lectura por estimarla dura e incomprensible. Se inició por entonces en la doctrina maniquea que le prometía la verdad y aparentemente le daba una explicación al problema del mal. Oyendo en Milán los sermones de san Ambrosio y su interpretación alegórica de los textos del Antiguo Testamento, comprobó la racionalidad de la doctrina cristiana.

Una tarde, en el jardín de su casa, oyó a un niño que decía, como parte de un juego o de una canción: “toma y lee”. Agustín leyó entonces la carta de san Pablo a los romanos, 13, 13: “Procedamos con decoro, como en pleno día: nada de comilonas y borracheras; nada de lujurias y desenfrenos; nada de rivalidades y envidias. Revestíos más bien del Señor Jesucristo y no os preocupéis de la carne para satisfacer sus concupiscencias”.

A los 32 años (año 386), Agustín se convirtió; en sus Confesiones, dirá: «¡Tarde te amé, Belleza tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y Tú estabas dentro de mí y yo fuera, y allí te buscaba; y, deforme, irrumpía en esas cosas hermosas que hiciste. Tú estabas conmigo y yo no estaba contigo. Me tenían lejos de Ti esas mismas cosas que no existirían si no estuvieran en Ti. Llamaste, gritaste y rompiste mi sordera. Brillaste, resplandeciste y acabaste con mi ceguera. Difundiste tu fragancia y suspiré. Te anhelo. Te saboreé y tengo hambre y sed de Ti. Me tocaste y quedé animoso en tu paz» (Conf. X, 26-36).

El problema central en el pensamiento de Agustín es el de la felicidad. Para él, la felicidad se encuentra en la sabiduría, en el conocimiento de Dios. La fe busca entender; por eso, la conquista de la sabiduría requiere una rigurosa disciplina, un avance en lo moral, lo intelectual y lo espiritual. Superada su presunción juvenil, Agustín entendió la autoridad divina y sus mediaciones como guía luminosa de la razón. Su espiritualidad se apoya en la Iglesia real (al principio esa comunidad universal y concreta la componían, de cerca: su madre Mónica, el obispo Ambrosio, su hermano, su hijo y los amigos. Con los años, sería obispo de la Iglesia universal en una diócesis de África). Entre los años 397 y 427 escribió su obra “De la doctrina cristiana”, en la que indica modos diversos para resolver las dificultades, derivadas de la letra misma de las Escrituras, de pasajes desconcertantes para la moral, para cuyo caso señala la utilidad de la exégesis o interpretación alegórica.

El autorSantiago Leyra Curiá

Académico correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España.

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Estados Unidos

Obispos y Gobierno de Estados Unidos deploran actos de violencia por odio religioso

El cardenal Timothy M. Dolan, presidente del Comité de Libertad Religiosa de la USCCB, deploró la violencia por odio religioso que se ha incrementado en los Estados Unidos.

Gonzalo Meza·2 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El 1 de noviembre, el cardenal Timothy M. Dolan, arzobispo de Nueva York y presidente del Comité de Libertad Religiosa de la Conferencia de Obispos Católicos de EUA, deploró los actos de violencia por odio religioso que se han incrementado en los Estados Unidos a partir del ataque de Hamas a Israel el 7 de octubre. Al referirse al asesinato, al sur de Chicago, de un niño palestino de 6 años, Wadea Al-Fayoume, a manos de Joseph Czuba, el cardenal Dolan indicó: “Es muy desalentador saber que el hombre acusado de matar a un niño musulmán de 6 años en Chicago se identifique como católico. Nada puede ser más antitético a las enseñanzas de nuestra Iglesia que el crimen cometido por ese hombre”.

El prelado añadió que, ante este tipo de violencia basada en el odio religioso debemos afirmar las verdades fundamentales de nuestra fe: “Cada vida humana posee un valor incalculable y odiar al prójimo es un grave pecado contra Dios que nos creó a su imagen y semejanza, la violencia solo engendra más violencia y no justicia”, concluyó el arzobispo de Nueva York. Además de apuñalar brutalmente al niño Wadea Al-Fayoume el 14 de octubre en su casa, Joseph Czuba, de 71 años, también hirió gravemente a la madre de 32 años. El hombre ya ha sido detenido y pesan sobre él 8 cargos, entre ellos: asesinato, intento de asesinato y crimen de odio. Las autoridades señalaron que de acuerdo con las declaraciones las víctimas fueron atacadas por su religión musulmana y por la guerra entre Israel y Hamas.

Condena del gobierno de Estados Unidos

Ante esta tragedia, el 1 de noviembre la vicepresidenta Kamala Harris también condenó enérgicamente el crimen y anunció la implementación de una Estrategia Nacional para Contrarrestar la Islamofobia en los Estados Unidos. “Como resultado del ataque terrorista de Hamás en Israel y de la crisis humanitaria en Gaza, hemos visto un repunte en los incidentes anti palestinos, antiárabes, antisemitas e islamófobos en todo Estados Unidos, incluyendo el ataque brutal de una mujer palestina americana musulmana y el asesinato de su hijo de 6 años”.

Estos actos, añadió Harris, han suscitado en la gente la aprensión de que pueden ser atacados simplemente por su perfil racial, su religión o su aspecto. Ante esto, Harris precisó: “El presidente Joe Biden y yo tenemos el deber no solamente de mantener a salvo el pueblo de nuestra nación, sino de condenar inequívoca y enérgicamente todas las formas de odio. Nuestra nación se fundó sobre el principio básico de que todas las personas deben tener la libertad para vivir y profesar su fe sin temor de sufrir violencia o persecución. Toda persona tiene derecho a vivir libre de violencia, odio e intolerancia”, indicó la vicepresidenta. Esta nueva Estrategia contra la Islamofobia será un esfuerzo conjunto dirigido por el Consejo de Política Interna y el Consejo de Seguridad Nacional.

Evangelización

Las ánimas del Purgatorio: la importancia de la oración

El 2 de noviembre se celebra el día de Todos los Difuntos. Por ello, noviembre ha sido tradicionalmente el mes en el que se ora de manera especial por las ánimas del Purgatorio.

Loreto Rios·2 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

En el mes de noviembre se reza especialmente por las ánimas o almas del Purgatorio. La tradición de rezar por los difuntos se remonta al Antiguo Testamento y numerosos santos han recibido visitas de ánimas que les pedían oraciones para poder entrar en el Cielo.

«La añoranza de Dios», el mayor tormento

Santa Faustina Kowalska, la santa que propagó la devoción a la Divina Misericordia, explicaba su visita al Purgatorio del siguiente modo: “En aquel tiempo le pregunté a Jesús: ¿Por quién debo rezar todavía? Me contestó que la noche siguiente me haría conocer por quién debía rezar.

Vi al Ángel de la Guarda que me dijo seguirlo. En un momento me encontré en un lugar nebuloso, lleno de fuego y había allí una multitud de almas sufrientes. Estas almas estaban orando con gran fervor, pero sin eficacia para ellas mismas, solo nosotros podemos ayudarlas. Las llamas que las quemaban, a mí no me tocaban. Mi Ángel de la Guarda no me abandonó ni por un solo momento. Pregunté a estas almas ¿cuál era su mayor tormento? Y me contestaron unánimemente que su mayor tormento era la añoranza de Dios. Vi a la Madre de Dios que visitaba a las almas en el Purgatorio. Las almas llaman a María “La Estrella del Mar”. Ella les trae alivio. Deseaba hablar más con ellas, sin embargo mi Ángel de la Guarda me hizo seña de salir. Salimos de esa cárcel de sufrimiento. [Oí una voz interior] que me dijo: ‘Mi misericordia no lo desea, pero la justicia lo exige’. A partir de aquel momento me uno más estrechamente a las almas sufrientes” (Diario, 20).

Santa Faustina también vio el infierno, del que dijo después de describirlo: “Habría muerto (…) si no me hubiera sostenido la omnipotencia de Dios. Lo escribo por orden de Dios para que ningún alma se excuse [diciendo] que el infierno no existe y que nadie estuvo allí ni sabe cómo es. (…) Lo que he escrito es una débil sombra de las cosas que he visto. (…) Cuando volví en mí no pude reponerme del espanto (…). Por eso ruego con más ardor todavía por la conversión de los pecadores, invoco incesantemente la misericordia de Dios para ellos” (Diario, 741).

Mientras que el infierno es un estado irreversible, las almas del purgatorio están salvadas, y llegarán a presencia de Dios tras un proceso de purificación. Por ello se habla de tres “Iglesias”: la Iglesia triunfante, que es aquella que ya se encuentra en presencia de Dios; la Iglesia purgante, constituida por los que están pasando la purificación del Purgatorio antes de ir al Cielo; y la Iglesia militante o peregrina, integrada por los que aún caminamos en la tierra.

Por tanto, la oración de la Iglesia militante tiene un fruto para la purgante, y los vivos podemos rezar por las ánimas del Purgatorio.

¿Qué es el Purgatorio?

El catecismo define el Purgatorio de la siguiente manera: “Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo” (Catecismo, 1030); “La Iglesia llama ‘purgatorio’ a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados. La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe relativa al purgatorio sobre todo en los Concilios de Florencia (cf. DS 1304) y de Trento (cf. DS 1820; 1580)” (Catecismo, 1031).

Continúa diciendo el catecismo que “esta enseñanza se apoya también en la práctica de la oración por los difuntos, de la que ya habla la Escritura […].. Desde los primeros tiempos, la Iglesia ha honrado la memoria de los difuntos y ha ofrecido sufragios en su favor, en particular el sacrificio eucarístico (cf. DS 856), para que, una vez purificados, puedan llegar a la visión beatífica de Dios.

La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos: ‘Llevémosles socorros y hagamos su conmemoración. Si los hijos de Job fueron purificados por el sacrificio de su padre (cf. Jb 1, 5), ¿por qué habríamos de dudar de que nuestras ofrendas por los muertos les lleven un cierto consuelo? […] No dudemos, pues, en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestras plegarias por ellos’ (san Juan Crisóstomo, In epistulam I ad Corinthios homilia 41, 5)” (Catecismo, 1032).

El Purgatorio en la tradición de la Iglesia

Ya desde el Antiguo Testamento hay testimonios de oraciones por los muertos: “Luego recogió dos mil dracmas de plata entre sus hombres y las envió a Jerusalén para que ofreciesen un sacrificio de expiación. Obró con gran rectitud y nobleza, pensando en la resurrección. Si no hubiera esperado la resurrección de los caídos, habría sido inútil y ridículo rezar por los muertos. Pero, considerando que a los que habían muerto piadosamente les estaba reservado un magnífico premio, la idea era piadosa y santa. Por eso, encargó un sacrificio de expiación por los muertos, para que fueran liberados del pecado” (2 Mac 12, 43-46).

Hay referencias al Purgatorio desde los primeros siglos de la Iglesia. Tertuliano, nacido en el siglo II d. C., habla en muchos de sus escritos de la purificación de los pecados después de la muerte y de ofrecer oraciones por los difuntos.

Santa Perpetua, mártir del año 203, vio en su celda, mientras esperaba su ejecución, a su difunto hermano, Dinócrates, “sofocado de calor y sediento, con vestido sucio y color pálido”. La santa comprendió que su hermano «se hallaba en pena. Pero yo tenía confianza de que había de aliviarle de ella, y no cesaba de orar por él todos los días, hasta que fuimos trasladados a la cárcel castrense (…). E hice oración por él, gimiendo y llorando día y noche, a fin de que por intercesión mía fuera perdonado.

VIII. El día que permanecimos en el cepo, tuve la siguiente visión: vi el lugar que había visto antes, y a Dinócrates limpio de cuerpo, bien vestido y refrigerado (…). Entonces entendí que mi hermano había pasado la pena» (Actas de los Mártires, Martirio de las Santas Perpetua y Felicidad y de sus compañeros, VII y VIII).

Pero hay muchos otros ejemplos: Clemente de Alejandría, Cipriano de Cartago, Orígenes, Lactancio, Efrén de Siria, Basilio el Grande, Cirilo de Jerusalén, Epifanio de Salamina, Gregorio de Nisa, san Agustín, san Gregorio Magno…

Rezar por los difuntos: establecido por los Apóstoles

San Juan Crisóstomo (347-407) afirma que la costumbre de ofrecer una misa por los difuntos fue establecida por los propios apóstoles: “No sin razón quedó determinado, mediante leyes establecidas por los apóstoles, que en la celebración de los sagrados misterios se haga memoria de los que ya han pasado de esta vida. Sabían, en efecto, que con ello los difuntos obtienen mucho fruto y consiguen gran provecho” (Homilías sobre la Carta a los Filipenses 3, 4: PG 62, 203).

En los “Hechos de Pablo y Tecla” (año 160) también hay referencia a un ánima del purgatorio, cuando la hija difunta de una mujer se le aparece y le dice: “En mi lugar tendrás a Tecla, la extranjera abandonada, para que ruegue por mí y pueda yo pasar al lugar de los justos”.

Además, en las catacumbas también se conservan inscripciones de petición de oración por los difuntos, y los primeros cristianos se reunían en las tumbas en el aniversario de la muerte de sus allegados para pedir por ellos.

Las indulgencias

Además de cualquier oración u obra de misericordia realizada por las almas del purgatorio, una forma de interceder por ellas es la aplicación de las indulgencias que la Iglesia concede en relación con determinadas obras de piedad. En la constitución apostólica «Indulgentiarum doctrina«, explica san Pablo VI: «Por arcanos y misericordiosos designios de Dios, los hombres están vinculados entre sí por lazos sobrenaturales, de suerte que el pecado de uno daña a los demás, de la misma forma que la santidad de uno beneficia a los otros. De esta suerte, los fieles se prestan ayuda mutua para conseguir el fin sobrenatural. Un testimonio de esta comunión se manifiesta ya en Adán, cuyo pecado se propaga a todos los hombres».

Además, Pablo VI comentaba: «Los fieles, siguiendo las huellas de Cristo, siempre han intentado ayudarse mutuamente en el camino hacia el Padre celestial, por medio de la oración, del ejemplo de los bienes espirituales y de la expiación penitencial (…). Este es el antiquísimo dogma de la comunión de los santos, según el cual la vida de cada uno de los hijos de Dios, en Cristo y por Cristo, queda unida con maravilloso vínculo a la vida de todos los demás hermanos cristianos en la unidad sobrenatural del Cuerpo místico de Cristo, formando como una sola mística persona (…).

La Iglesia, consciente desde un principio de estas verdades, inició diversos caminos para aplicar a cada fiel los frutos de la redención de Cristo, y para que los fieles se esforzaran en favor de la salvación de sus hermanos (…).

Los mismos Apóstoles exhortaban a sus discípulos a orar por la salvación de los pecadores; una antiquísima costumbre de la Iglesia ha conservado este modo de hacer, especialmente cuando los penitentes suplicaban la intercesión de toda la comunidad, y los difuntos eran ayudados con sufragios, especialmente con la ofrenda del sacrificio eucarístico».

En este documento, se define la indulgencia como «la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en lo referente a la culpa que gana el fiel, convenientemente preparado, en ciertas y determinadas condiciones, con la ayuda de la Iglesia, que, como administradora de la redención, dispensa y aplica con plena autoridad el tesoro de los méritos de Cristo y de los santos».

Las indulgencias pueden ser parciales o plenarias. La indulgencia plenaria (que requiere hacer el acto por el que se otorga la indulgencia, unido a la confesión, comunión y oración por las intenciones del Papa, además del rechazo de todo pecado mortal o venial) implica la remisión total de la pena debida por los pecados, mientras que la parcial elimina parte de la pena.

El 2 de noviembre, día de los Difuntos, puede ganarse una indulgencia plenaria para un difunto en cualquier iglesia u oratorio público. A los fieles que visiten devotamente el cementerio u oren por los difuntos se les concede la indulgencia plenaria (aplicable solamente a las almas del purgatorio) en cada uno de los días del 1 al 8 de noviembre, e indulgencia parcial en los demás días del año.

Evangelio

Aprender a servir. Domingo XXI del Tiempo Ordinario (A)

Joseph Evans comenta las lecturas del XXXI domingo del Tiempo Ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·2 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Evangelio de hoy es como una bofetada en la cara para mí como sacerdote. Porque en él, Jesús me dice muy claramente lo que debo evitar, pero también veo el triste espectáculo de sacerdotes a lo largo de la historia que no lo han evitado. Y yo mismo me doy cuenta de lo fácilmente que puedo equivocarme si no estoy atento. 

¿De qué habla Jesús? Está advirtiendo a la gente contra el comportamiento de los escribas y fariseos. Les dice que deben hacer lo que digan los escribas y los fariseos, pues ellos ocupan “la cátedra de Moisés”, es decir, que eran maestros de la ley que Dios dio a Moisés y esa ley, en lo esencial, era buena. Pero continúa diciendo estas alarmantes palabras: “Haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen”.

Qué terrible. Ser un líder religioso y no practicar lo que se predica. Jesús continúa: “Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame rabbí”.

Que el Señor nos libre de eso: poner pesadas cargas sobre los demás y vivir en la pereza y la comodidad nosotros mismos. Tratar de “parecer” religiosos para ser vistos por los hombres. Llevar ropas llamativas (qué triste es que los sacerdotes se preocupen demasiado por su vestimenta). O querer puestos de honor y el mejor trato.

Qué terrible: entrar en la vida religiosa, el aparente servicio de Dios, para buscar beneficios mundanos. Gracias a Dios, los tiempos en que ser sacerdote o religioso servía para obtener beneficios terrenales han quedado atrás, al menos en muchos lugares. Pero todavía podemos buscar demasiado las pocas prebendas posibles, y todavía hay lugares en el mundo donde el sacerdocio podría ser una salida de la pobreza o hacia una vida mejor.  Por tanto, son peligros de los que hay que ser conscientes.

Pero Jesús no solo se dirige a los sacerdotes. Nos habla a todos de servicio radical y de no utilizar la religión para nuestros propios fines terrenales. Con qué facilidad podemos equivocarnos. Todos podemos imponer cargas a los demás y no hacer nada para aliviarlas. “Yo estoy al mando”, decimos a nuestros subordinados, “así que debéis servirme”. O sin decirlo, esa es nuestra actitud. Y olvidamos que la autoridad no es para que los demás nos sirvan, sino para que nosotros les sirvamos a ellos. O intentamos presumir y parecer piadosos y religiosos, lo cual es como una corrupción de la religión.

Y entonces, Jesús llega a su punto clave: “El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”. La idea es clara: el liderazgo es servicio.

La homilía sobre las lecturas del domingo XXXI del Tiempo Ordinario (A)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

“Los santos no son héroes inalcanzables”, alienta Francisco

En la solemnidad de Todos los Santos, el Papa Francisco ha alentado en el Ángelus a los fieles a considerar que “los santos no son héroes inalcanzables o lejanos, sino personas como nosotros, nuestros amigos, cuyo punto de partida es el mismo don que nosotros hemos recibido”.

Francisco Otamendi·1 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

En la tradicional fiesta anual del 1 noviembre, Todos los Santos, el Papa Francisco ha manifestado en el Ángelus en San Pedro que “los santos no son héroes inalcanzables o lejanos, sino personas como nosotros”, y que “si lo pensamos bien, seguro que hemos conocido a algunos de ellos, a algunos santos “de la puerta de al lado”: personas generosas que, con la ayuda de Dios, han correspondido al don recibido y se han dejado transformar día a día por la acción del Espíritu Santo”.

Hoy, día en el que se celebra a los muchos santos desconocidos que no han sido declarados formalmente santos ni beatos por la Iglesia, el Santo Padre ha querido fijar su mirada “unos minutos en la santidad, en particular en dos de sus características: ella es don y, al mismo tiempo, es camino”.

“En primer lugar, es un don”, ha subrayado el Papa. “La santidad es un don de Dios que hemos recibido en el Bautismo: si lo dejamos crecer, puede cambiar completamente nuestra vida (cf. Exhortación apostólica Gaudete et exultate, 15), iluminándola con la alegría del Evangelio”.

“La santidad es un don que se ofrece a todos para tener una vida feliz. Y, al fin y al cabo, cuando recibimos un don, ¿cuál es nuestra primera reacción?”,  se ha preguntado Francisco. “Precisamente que nos ponemos felices, porque significa que alguien nos ama; felices, «dichosos», como repite tantas veces Jesús hoy en el Evangelio de las Bienaventuranzas (cf. Mt 5,1-12)”. Aunque “todo don, sin embargo, debe ser acogido, y conlleva la responsabilidad de dar una respuesta, y la invitación a esforzarse para que no sea desperdiciado”. 

El Concilio Vaticano II lo recuerda cuando afirma que todos los bautizados han recibido la misma llamada a “mantener y perfeccionar con su vida la santidad que han recibido” (Lumen gentium, 40), ha proseguido el Pontífice.

Los santos, excelentes compañeros en el camino

En cuanto al segundo punto, el Papa ha subrayado que los santos nos ayudan y que son un ejemplo para nosotros. “La santidad es también un camino, un camino que hay que recorrer juntos, ayudándonos unos a otros, unidos a esos excelentes compañeros de ruta que son los santos. Ellos son nuestros hermanos y hermanas mayores, con los que siempre podemos contar: nos sostienen y, cuando en la ruta erramos el camino, con su presencia silenciosa nunca dejan de corregirnos; son amigos sinceros, en los que podemos confiar, porque desean nuestro bien, no nos señalan con el dedo y nunca nos traicionan. En sus vidas encontramos un ejemplo, de sus oraciones recibimos ayuda, y en la comunión con ellos nos une un vínculo de amor fraterno, como dice la liturgia (cf. Misal Romano, Prefacio de los Santos I)”.

Con los santos, ha proseguido el Santo Padre, “formamos una gran familia en camino, la Iglesia, compuesta por hombres y mujeres de toda lengua, condición y proveniencia (cf. Ap 7, 9), unidos por el mismo origen, el amor de Dios, y orientados hacia la misma meta, la plena comunión con Él, el paraíso: ellos ya lo han alcanzado, nosotros estamos en camino”.

Para concluir, el Papa ha formulado, como es habitual, algunas preguntas para el examen: “¿Recuerdo que he recibido el don del Espíritu Santo, que me llama a la santidad y me ayuda a llegar a ella? ¿Le doy las gracias por ello? ¿Siento a los santos cerca de mí, me dirijo a ellos? ¿Conozco la historia de algunos de ellos? Nos hace bien conocer la vida de los santos y motivarnos con sus ejemplos. Y nos hace muy bien dirigirnos a ellos en la oración”.

“Que María, Reina de todos los Santos, nos haga sentir la alegría del don recibido y aumente en nosotros el deseo de la meta eterna”, ha señalado Francisco antes de dar la bendición apostólica.

Oración por Ucrania, Tierra Santa, y difuntos 

Tras el rezo de la oración mariana del Ángelus, el Papa ha saludado a peregrinos de diversos países, Alemania, México (Monterrey), Dinamarca o Italia, entre ellos a los del maratón de los Santos de la Asociación de Don Bosco.

El Santo Padre ha anunciado asimismo que mañana por la tarde celebrará la santa Misa en el cementerio  de la Commonwealth, conmemorando a los caídos en la II Guerra Mundial. Y ha añadido: “Continuemos rezando por las poblaciones que sufren a causa de las guerras de hoy. No olvidemos a la martirizada Ucrania, tampoco a Palestina, Israel y tantas otras regiones del mundo en las que la guerra está presente”.

Por otra parte, el viernes día 3 a las 11,00 horas tendrá lugar en la Basílica de San Pedro una Misa en sufragio por el difunto Sumo Pontífice Benedicto XVI y los cardenales y obispos fallecidos durante el año, según ha anunciado la Sala de Prensa vaticana.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

El Papa impulsa con un motu proprio una teología renovada

Paloma López Campos·1 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

La Sala Stampa ha comunicado el 1 de noviembre por la mañana que la Pontificia Academia de Teología tiene nuevos estatutos. El Papa Francisco ha firmado el motu proprio «Ad Theologiam promovendam», aprobando el régimen modificado de esta sociedad científica.

Los nuevos estatutos tienen como objetivo asegurar que la academia cumple mejor su objetivo. El Santo Padre explica que “promover la teología en el futuro no puede limitarse a reproponer abstractamente fórmulas y esquemas del pasado”. La teología está “llamada a interpretar proféticamente el presente y a discernir nuevos caminos para el futuro”. Para ello, “tendrá que afrontar las profundas transformaciones culturales” que vive la sociedad.

Renovar la teología

A la luz de la nueva época, el Papa Francisco quiere promover “la misión que nuestro tiempo impone a la teología”. El Pontífice considera que “a una Iglesia sinodal, misionera y ‘extrovertida’ no puede sino corresponder una teología ‘extrovertida’”. La clave para lograr esto es un “replanteamiento epistemológico y metodológico” de la teología.

En el motu proprio, el Papa señala que la reflexión teológica “está llamada a un viraje, a un cambio de paradigma”. Este cambio impulsará una “teología fundamentalmente contextual, capaz de leer e interpretar el Evangelio en las condiciones en que los hombres y las mujeres viven cotidianamente”. Este replanteamiento “no puede sino desarrollarse en una cultura del diálogo y del encuentro entre diferentes tradiciones y diferentes saberes, entre diferentes confesiones cristianas y diferentes religiones, confrontando abiertamente a todos, creyentes y no creyentes”.

El Papa Francisco advierte que la teología no puede ser autorreferencial. La teología debe “verse a sí misma como parte de una red de relaciones, en primer lugar con otras disciplinas y otros saberes”. En otras palabras, tiene que adoptar el enfoque de la transdisciplinariedad, es decir, “la puesta en común y la fermentación de todos los conocimientos en el espacio de Luz y Vida que ofrece la Sabiduría que emana de la Revelación de Dios” (Constitución apostólica “Veritatis gaudium”). Esta perspectiva tiene otras consecuencias, pues “el diálogo con otros saberes presupone claramente el diálogo dentro de la comunidad eclesial y la conciencia de la esencial dimensión sinodal y comunitaria del hacer teología”.

Los nuevos estatutos de la academia prevén la colaboración de interlocutores referentes: estudiosos que pueden ser de distintas confesiones cristianas o de otras religiones. Junto a ellos, se busca “identificar y abrir áreas y espacios de diálogo, que favorezcan el diálogo inter y transdisciplinar”.

Teología: verdad y caridad

Además del diálogo, Francisco considera que la teología tiene que estar empapada de caridad. Afirma que “es imposible conocer la verdad sin practicar la caridad”. Por ello, la teología debe mostrarse como “un verdadero saber crítico en cuanto saber sapiencial, no abstracto e ideológico, sino espiritual, elaborado de rodillas, preñado de adoración y oración”. La reflexión teológica tiene que dirigirse “a las heridas abiertas de la humanidad y de la creación y dentro de los pliegues de la historia humana, a la que profetiza la esperanza de un cumplimiento único”.

El Papa insta a que la teología se desarrolle con un “método inductivo”. Invita a que esta “parta de los distintos contextos y situaciones concretas en que los pueblos están insertos, dejándose interpelar seriamente por la realidad, para convertirse en discernimiento de los ‘signos de los tiempos’”. Asimismo, anima a que la reflexión teológica se empape del “sentido común del pueblo”.

Prácticamente al final del motu proprio, Francisco detalla que “la teología está al servicio de la evangelización de la Iglesia y de la transmisión de la fe”. Gracias a ella, la fe se convierte en cultura, es decir, “en el ‘ethos’ sabio del pueblo de Dios, una propuesta de belleza humana y humanizadora para todos”.

Reflexión en comunidad

Considerando la misión renovada de la teología, “la Pontificia Academia de Teología está llamada a desarrollar, en constante atención a la naturaleza científica de la reflexión teológica, un diálogo transdisciplinar con otros saberes”. También hay que abrir un espacio para las aportaciones que pueden darse en la conversación entre creyentes y no creyentes, entre “hombres y mujeres de diferentes confesiones cristianas y de diferentes religiones”.

El Santo Padre invita, por tanto, a crear “una comunidad académica de fe y estudio compartidos, que teja una red de relaciones con otras instituciones formativas, educativas y culturales y que sepa penetrar, con originalidad y espíritu de imaginación, en los lugares existenciales de la elaboración del saber, de las profesiones y de las comunidades cristianas”.

Evangelización

Cinco notas de la santidad, según Gaudete et exultate

El 19 de marzo de 2018, solemnidad de san José, el Papa Francisco firmó la Exhortación apostólica Gaudete et exultate sobre el llamado o llamamiento a la santidad en el mundo actual. En la fiesta de Todos los Santos, se recogen cinco notas del Santo Padre “para que toda la Iglesia se dedique a promover el deseo de la santidad”.

Francisco Otamendi·1 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

El llamamiento del Papa en los 177 puntos de su Exhortación Gaudete et exultate (Alegraos y regocijaos), sigue siendo actual, aunque hayan pasado cinco años y medio desde 2018. Basta examinar las 125 notas de la exhortación para verificar que no fue flor de un día.

Son citas abundantes de la Constitución dogmática Lumen gentium del Concilio Vaticano, de sus predecesores Benedicto XVI, san Juan Pablo II, en especial en su Carta Novo millenio ineunte, san Pablo VI en Evangelii nuntiandi, del Catecismo de la Iglesia católica, de santos, padres de la Iglesia, teólogos, filósofos y autores espirituales.

“Nos moviliza”, escribió el Papa, “el ejemplo de tantos sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos que se dedican a anunciar y a servir con gran fidelidad, muchas veces arriesgando sus vidas y ciertamente a costa de su comodidad. Su testimonio nos recuerda que la Iglesia no necesita tantos burócratas y funcionarios, sino misioneros apasionados, devorados por el entusiasmo de comunicar la verdadera vida. Los santos sorprenden, desinstalan, porque sus vidas nos invitan a salir de la mediocridad tranquila y anestesiante”.

Pero también, las claras palabras de sus puntos 1 y 2: “Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada. En realidad, desde las primeras páginas de la Biblia está presente, de diversas maneras, el llamado a la santidad. Así se lo proponía el Señor a Abraham: «Camina en mi presencia y sé perfecto» (Gn 17,1). Y éstas de San Pablo a los Efesios: “Porque a cada uno de nosotros el Señor nos eligió ‘para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor’” (Ef 1,4).

“Santos de la puerta de al lado”

Y la conocida expresión de Francisco sobre los “santos de la puerta de al lado”, en este contexto: “No pensemos solo en los ya beatificados o canonizados. El Espíritu Santo derrama santidad por todas partes, en el santo pueblo fiel de Dios, porque ‘fue voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres, no aisladamente, sin conexión alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo, que le confesara en verdad y le sirviera santamente’” (Lumen gentium).

“Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente”, añadió el Pontífice, “a los padres que crían con tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen sonriendo. En esta constancia para seguir adelante día a día, veo la santidad de la Iglesia militante. Esa es muchas veces la santidad ‘de la puerta de al lado’, de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios, o, para usar otra expresión, ‘la clase media de la santidad’”.

Cinco manifestaciones de amor a Dios y al prójimo

He aquí una síntesis de algunas notas de la santidad, cinco en concreto, tal como las recoge el Papa en su Gaudete et exultate. Son las siguientes: 1) Aguante, paciencia y mansedumbre. 2) Alegría y sentido del humor. 3) Audacia y fervor. 4) En comunidad. Y 5) En oración constante.

“No me detendré a explicar los medios de santificación que ya conocemos: los distintos métodos de oración, los preciosos sacramentos de la Eucaristía y la Reconciliación, la ofrenda de sacrificios, las diversas formas de devoción, la dirección espiritual, y tantos otros. Solo me referiré a algunos aspectos del llamado a la santidad que espero resuenen de modo especial”, explica Francisco.

1) Aguante, paciencia y mansedumbre

La primera de estas grandes notas es “estar centrado, firme en torno a Dios que ama y que sostiene. Desde esa firmeza interior es posible aguantar, soportar las contrariedades, los vaivenes de la vida, y también las agresiones de los demás, sus infidelidades y defectos: «Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?» (Rm 8,31). Esto es fuente de la paz que se expresa en las actitudes de un santo”. 

A partir de tal solidez interior, el testimonio de santidad, en nuestro mundo acelerado, voluble y agresivo, está hecho de paciencia y constancia en el bien. Es la fidelidad del amor, porque quien se apoya en Dios (pistis) también puede ser fiel frente a los hermanos (pistós), no los abandona en los malos momentos, no se deja llevar por su ansiedad y se mantiene al lado de los demás aun cuando eso no le brinde satisfacciones inmediatas”.

2) Alegría y sentido del humor

“Lo dicho hasta ahora no implica un espíritu apocado, tristón, agriado, melancólico, o un bajo perfil sin energía”, añade el Santo Padre. “El santo es capaz de vivir con alegría y sentido del humor. Sin perder el realismo, ilumina a los demás con un espíritu positivo y esperanzado. Ser cristianos es ‘gozo en el Espíritu Santo’ (Rm 14,17), porque ‘al amor de caridad le sigue necesariamente el gozo, pues todo amante se goza en la unión con el amado […] De ahí que la consecuencia de la caridad sea el gozo’”.

“María, que supo descubrir la novedad que Jesús traía, cantaba: ‘Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador’ (Lc 1,47) y el mismo Jesús ‘se llenó de alegría en el Espíritu Santo’ (Lc 10,21). Cuando él pasaba ‘toda la gente se alegraba’ (Lc 13,17). Después de su resurrección, donde llegaban los discípulos había una gran alegría (cf. Hch 8,8). A nosotros, Jesús nos da una seguridad: ‘Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría. […] Volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría’ (Jn 16,20.22). ‘Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud’ (Jn 15,11)”.

Francisco reconoce que “hay momentos duros, tiempos de cruz, pero nada puede destruir la alegría sobrenatural, que ‘se adapta y se transforma, y siempre permanece al menos como un brote de luz que nace de la certeza personal de ser infinitamente amado, más allá de todo’. Es una seguridad interior, una serenidad esperanzada que brinda una satisfacción espiritual incomprensible para los parámetros mundanos”.

3) Audacia y fervor

El Papa prosigue en su Exhortación con la audacia. “La santidad es parresía: es audacia, es empuje evangelizador que deja una marca en este mundo”, escribe. “Para que sea posible, el mismo Jesús viene a nuestro encuentro y nos repite con serenidad y firmeza: ‘No tengáis miedo’ (Mc 6,50). ‘Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos’ (Mt 28,20)”.

“Estas palabras nos permiten caminar y servir con esa actitud llena de coraje que suscitaba el Espíritu Santo en los Apóstoles y los llevaba a anunciar a Jesucristo”, alienta. “Audacia, entusiasmo, hablar con libertad, fervor apostólico, todo eso se incluye en el vocablo parresía, palabra con la que la Biblia expresa también la libertad de una existencia que está abierta, porque se encuentra disponible para Dios y para los demás (cf. Hch 4,29; 9,28; 28,31; 2Co 3,12; Ef 3,12; Hb 3,6; 10,19).

4) En comunidad

EL Santo Padre alerta de que “es muy difícil luchar contra la propia concupiscencia y contra las asechanzas y tentaciones del demonio y del mundo egoísta si estamos aislados. Es tal el bombardeo que nos seduce que, si estamos demasiado solos, fácilmente perdemos el sentido de la realidad, la claridad interior, y sucumbimos”.

“La santificación es un camino comunitario, de dos en dos”, explica. “Así lo reflejan algunas comunidades santas. En varias ocasiones la Iglesia ha canonizado a comunidades enteras que vivieron heroicamente el Evangelio o que ofrecieron a Dios la vida de todos sus miembros. Pensemos, por ejemplo, en los siete santos fundadores de la Orden de los Siervos de María, en las siete beatas religiosas del primer monasterio de la Visitación de Madrid, en san Pablo Miki y compañeros mártires en Japón, en san Andrés Kim Taegon y compañeros mártires en Corea, en san Roque González, san Alfonso Rodríguez y compañeros mártires en Sudamérica. También recordemos el reciente testimonio de los monjes trapenses de Tibhirine (Argelia), que se prepararon juntos para el martirio”. 

“Del mismo modo, hay muchos matrimonios santos, donde cada uno fue un instrumento de Cristo para la santificación del cónyuge. Vivir o trabajar con otros es sin duda un camino de desarrollo espiritual. San Juan de la Cruz decía a un discípulo: estás viviendo con otros ‘para que te labren y ejerciten’”, recuerda el Pontífice.

“La vida comunitaria, sea en la familia, en la parroquia, en la comunidad religiosa o en cualquier otra, está hecha de muchos pequeños detalles cotidianos. Esto ocurría en la comunidad santa que formaron Jesús, María y José, donde se reflejó de manera paradigmática la belleza de la comunión trinitaria. También es lo que sucedía en la vida comunitaria que Jesús llevó con sus discípulos y con el pueblo sencillo”.

5) En oración constante

“Finalmente”, manifiesta el Papa, “aunque parezca obvio, recordemos que la santidad está hecha de una apertura habitual a la trascendencia, que se expresa en la oración y en la adoración. El santo es una persona con espíritu orante, que necesita comunicarse con Dios. Es alguien que no soporta asfixiarse en la inmanencia cerrada de este mundo, y en medio de sus esfuerzos y entregas suspira por Dios, sale de sí en la alabanza y amplía sus límites en la contemplación del Señor. No creo en la santidad sin oración, aunque no se trate necesariamente de largos momentos o de sentimientos intensos”.

En este punto, el Papa cita a san Juan Juan de la Cruz, que “recomendaba procurar andar siempre en la presencia de Dios, sea real, imaginaria o unitiva, de acuerdo con lo que le permitan las obras que esté haciendo”. (…) “No obstante, para que esto sea posible, también son necesarios algunos momentos solo para Dios, en soledad con él. Para santa Teresa de Ávila la oración es ‘tratar de amistad estando muchas veces a solas con quien sabemos nos ama’.

De la Palabra a la Eucarístía, con María

“El encuentro con Jesús en las Escrituras nos lleva a la Eucaristía, donde esa misma Palabra alcanza su máxima eficacia, porque es presencia real del que es la Palabra viva”. Al terminar, el Papa escribe: “Quiero que María corone estas reflexiones, porque ella vivió como nadie las bienaventuranzas de Jesús. (…) Es la santa entre los santos, la más bendita, la que nos enseña el camino de la santidad y nos acompaña. Conversar con ella nos consuela, nos libera y nos santifica. La Madre no necesita de muchas palabras, no le hace falta que nos esforcemos demasiado para explicarle lo que nos pasa. Basta musitar una y otra vez: ‘Dios te salve, María…’”.

El autorFrancisco Otamendi

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Todos los Santos y pecadores 

Santo no es quien no cae, sino quien mantiene la esperanza en la victoria final a pesar de sus fracasos parciales y vuelve a levantarse para la siguiente batalla.

1 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

En este Día de Todos los Santos, recordamos a todos aquellos que están ya en el cielo: los santos de altar y los santos desconocidos o “de la puerta de al lado”, como el Papa los llama. Hablar de sus virtudes, no es novedad. ¿Por qué no hablamos de sus pecados? 

He contado muchas veces que uno de los motores de mi vida de fe es la llamada que nos hizo a los (entonces) jóvenes san Juan Pablo II en el Encuentro Europeo de Santiago de Compostela en 1989. “No tengáis miedo a ser santos”, nos dijo, y se quedó tan pancho.

¿Pero cómo que seamos santos? –nos preguntamos los miles que lo oímos y que entendíamos la santidad como algo reservado a gente especial, a quien Dios marcaba con estigmas y daba capacidad de levitar–.

Comenzamos a entender entonces que querer ser santo o santa no tenía nada que ver con la canción de Alaska y Parálisis Permanente, que destacaba los aspectos más góticos de lo que la tradición nos ha transmitido, sino que se trata del proyecto de vida de quien ha conocido a Jesús y su mensaje y quiere seguir su camino de verdad y libertad para transformarse en Él.

Desde los primeros siglos, la comunidad cristiana ha guardado como un tesoro la memoria de quienes han dado testimonio de esta fe. Un testimonio que, como nos recuerda el apóstol Santiago, se compone sobre todo de obras. Obras como las que pusieron en práctica los mártires, confesando la fe hasta la muerte; los primeros misioneros, llevando la Palabra de Dios hasta el confín del mundo; los servidores de los pobres, entregando su vida por los necesitados, etcétera, etcétera.

Al principio, cuando las comunidades cristianas eran pequeñas, los santos eran conocidos por todos. Era gente “de mi parroquia”. Se visitaban sus tumbas y se guardaba en la memoria todo cuando habían hecho. Se les veneraba porque, a pesar de sus defectos, que todos conocían, la gracia había sido más fuerte. Ya no eran ellos quienes actuaban, sino Cristo que vivía dentro de ellos. Pero, poco a poco, los testimonios de primera mano se fueron perdiendo, y los relatos de las vidas de los santos se fueron convirtiendo en leyendas a las que, con el fin legítimo de ensalzar sus figuras, se iban añadiendo anécdotas extraordinarias.

No nos llevemos las manos a la cabeza, cualquier padre o abuela que se precie ha adornado literariamente alguna historia familiar para provocar en los niños el orgullo de sentirse parte del clan. Sí, usted también.

Y esto, que pasa en las mejores familias, pues también ha pasado un poco en la historia de la gran familia eclesial, llegando al extremo de que muchos textos de vidas de santos son tan creíbles como las aventuras de cualquier superhéroe de Marvel. 

Quizá para otro tiempo, en una sociedad acostumbrada a los mitos, fueran válidos los relatos extraordinarios; pero en una sociedad descreída como la nuestra, lo que la gente necesita son historias reales. Y la historia real de cualquier cristiano, la historia real de cualquier santo, está llena de luces y de sombras; de momentos de fe clara y de oscura rebeldía; de caídas, de errores, de debilidades, ¡de humanidad!

Hablar de los pecados de los santos, lejos de escandalizar a los hombres y las mujeres de hoy, los acercan, los hacen reales y, por tanto, y lo más importante, imitables. Porque un santo perfecto es un perfecto invento, pues no sería compatible con la condición humana.

Y no hablo de los santos que, como san Pablo, santa Pelagia o san Agustín tuvieron una vida de pecado público anterior a su conversión, hablo de santos que, a lo largo de su vida de fe, tuvieron que combatir con su soberbia, su avaricia, su ira, su gula, su lujuria, su envidia o su pereza.

¡Cuánto echo de menos más capítulos en las vidas de los santos en los que se explicaran estas luchas de quienes se querían dejar ayudar por la gracia, pero fueron seguro a menudo derrotados por su frágil naturaleza! Santo no es quien no cae, sino quien mantiene la esperanza en la victoria final a pesar de sus fracasos parciales y vuelve a levantarse para la siguiente batalla.

¿Para qué me sirven los relatos de combates físicos contra el demonio que recogen muchas hagiografías, si no me cuentan antes cómo hacían frente a sus sugerencias sutiles, sus tentaciones diarias, sus engaños de andar por casa, los mismos que sufrimos todos?

Ciertamente muchos santos cuentan en sus autobiografías sus oscuridades, pero sus seguidores e hijos espirituales se empeñan en maquillarlas, haciendo que sus historias no sean creíbles. ¡Cuánto daño ha hecho y sigue haciendo el puritanismo! La rigidez genera frustración en quien la practica, pues convierte la vida cristiana en una checklist imposible de completar; y provoca escándalo en quien la contempla, pues tarde o temprano el sepulcro blanqueado termina dejando escapar su hedor. 

Por favor, dejen a los santos ser santos; déjenlos ser divinamente humanos; déjenlos ser vasijas de barro conteniendo un tesoro; déjenlos mostrar que donde abundó el pecado sobreabundó la gracia; déjenlos presumir muy a gusto de sus debilidades porque, cuando son débiles, entonces son fuertes; déjenlos demostrarnos que no hay que tener miedo a ser santos pues el Señor no ha venido a santificar a los justos sino a los pecadores; y déjenlos mostrar sus virtudes heroicas, pero poniendo en primer lugar la de la humildad. ¡Feliz Día de Todos los Santos y Pecadores!

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Vaticano

El Santo Padre pide rezar en noviembre por el Papa, «sea quien sea»

El Santo Padre ha pedido que la intención de oración para el mes de noviembre sea el Papa.

Loreto Rios·31 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Como es habitual, el Papa ha comunicado en un vídeo la intención de oración para el próximo mes. En este caso, propone que en noviembre el tema sea el Papa, con el lema: «Por el Papa – Recemos por el Papa, para que en el ejercicio de su misión siga acompañando en la fe, con la ayuda del Espíritu Santo, al rebaño que le ha sido confiado».

A continuación, reproducimos las palabras que pronuncia el Santo Padre en el vídeo:

«Pidan al Señor para que me bendiga. La oración de ustedes me da fuerzas y me ayuda para que pueda discernir y acompañar a la Iglesia escuchando al Espíritu Santo.

Por el hecho de ser Papa, uno no pierde su humanidad. Al contrario, mi humanidad cada día crece más con el santo pueblo fiel de Dios.

Porque ser Papa también es un proceso. Uno va tomando conciencia de lo que significa ser pastor. Y en este proceso aprende a ser más caritativo, más misericordioso y, sobre todo, más paciente, como es nuestro padre Dios, que es tan paciente.

Puedo imaginar que todos los Papas, al empezar su pontificado, tuvieron esa sensación de susto, vértigo, del que sabe que va a ser juzgado con dureza. Porque el Señor a los obispos nos va a pedir cuenta seriamente.

Por favor, les pido que juzguen con benevolencia. Y que recen para que el Papa, sea quien sea, hoy me toca a mí, reciba la ayuda del Espíritu Santo, sea dócil a esa ayuda.

Oremos por el Papa, para que en el ejercicio de su misión siga acompañando en la fe a la grey que le ha sido encomendada por Jesús y siempre con la ayuda del Espíritu Santo.

[Momento del vídeo en que se ve otra escena del Papa orando en un encuentro y dice: «Hagamos en silencio esta oración de vosotros por mí»].

Y recen por mí. A favor».

Mundo

La Santa Sede media en el conflicto de Oriente Medio hablando con Irán

La Santa Sede continúa mediando en el conflicto entre Israel y Palestina: el lunes 30 de octubre, tuvo lugar una conversación telefónica entre Paul Richard Gallagher, secretario de las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales, y Hossein Amir-Abdollahian, ministro de Asuntos Exteriores de la República Islámica de Irán.

Antonino Piccione·31 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

El objetivo es evitar la tan temida escalada, sentando las bases para un alto el fuego estable y duradero entre Israel y Hamás. Mientras la guerra en Oriente Medio parece estar en su fase más dramática (la Franja de Gaza es un campo de batalla sangriento), continúan las conversaciones internacionales en las que la Santa Sede está involucrada.

En la mañana del lunes 30 de octubre, «se llevó a cabo una conversación telefónica entre monseñor Paul Richard Gallagher, secretario de las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales, y Hossein Amir-Abdollahian, ministro de Asuntos Exteriores de la República Islámica de Irán, solicitada por este último». Lo informó el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, en una comunicación a los periodistas en la que se especifica que «en la conversación, monseñor Gallagher expresó la seria preocupación de la Santa Sede por lo que está sucediendo en Israel y Palestina, reafirmando la absoluta necesidad de evitar la expansión del conflicto y llegar a una solución de dos Estados para una paz estable y duradera en Oriente Medio».

El Papa Francisco encomienda, por lo tanto, a su «ministro de Relaciones Exteriores», monseñor Paul R. Gallagher, la tarea de establecer un diálogo con Teherán, el principal aliado de Hamás y un «elemento disuasorio» para un conflicto más amplio en Oriente Medio, con la amenaza nuclear siempre en el horizonte. Justo unas horas antes de la conversación entre los dos destacados representantes de la diplomacia vaticana e Irán, el Papa Francisco lanzó durante el Ángelus en la Plaza de San Pedro un nuevo llamado apasionado por la paz en Tierra Santa: «Sigamos orando por Ucrania y también por la grave situación en Palestina e Israel y por otras regiones en guerra. En Gaza, en particular, se deben dejar espacios para garantizar la ayuda humanitaria y liberar de inmediato a los rehenes. Que nadie abandone la posibilidad de detener las armas».

Citando luego las palabras del vicario de Tierra Santa, el padre Ibrahim Faltas, el Santo Padre exclamó: «¡Que cese el fuego! ¡Deténganse, hermanos y hermanas! ¡La guerra siempre es una derrota, siempre!». El compromiso del Papa Francisco, además de la misión de paz entre Ucrania y Rusia encomendada al presidente de la CEI, el cardenal Zuppi, apunta también a la mediación en el conflicto de Oriente Medio: el pasado 22 de octubre, el Pontífice llamó al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, para discutir el conflicto y la necesidad de «identificar caminos hacia la paz».

Cuatro días después, el 26 de octubre de 2023, el Papa Francisco habló por teléfono con el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan. Bergoglio reafirmó su dolor por la guerra en curso en Tierra Santa y recordó la «posición de la Santa Sede, abogando por la solución de dos Estados y un estatuto especial para la ciudad de Jerusalén». Estados Unidos, Turquía y ahora Irán son los actores internacionales más importantes (junto con Rusia y China) que podrían determinar el futuro del conflicto entre Israel y Hamás.

El autorAntonino Piccione

España

Los obispos españoles decidirán en noviembre sobre el «informe Cremades»

El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella y el Secretario General de la CEE han comparecido en rueda de prensa tras la Asamblea Plenaria extraordinaria de los obispos españoles centrada en los abusos sexuales en el seno de la Iglesia.

Maria José Atienza·31 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Reiterando su dolor y la petición de perdón por el “daño causado por algunos miembros de la Iglesia con los abusos sexuales”, ha comenzado el presidente de los obispos españoles, Juan Jose Omella la nutrida rueda de prensa en la que daban a conocer los puntos trabajados por los prelados españoles en la que ha sido la cuarta Asamblea Plenaria extraordinaria de la historia de la Conferencia Episcopal Española y que se centró, casi exclusivamente en el tema de los abusos sexuales cometidos en el seno de la iglesia en España. 

Un tema con dos vertientes de trabajo: por un lado, los obispos comentaron el informe del Defensor del Pueblo, del que han valorado, según sus propias palabras “el testimonio recogido de las víctimas, lo que permite situar a las víctimas en el centro”.

Los obispos han querido destacar además algunas de las recomendaciones propuestas en este informe, especialmente en lo que se refiere a la atención y acompañamiento de las víctimas y la reparación integral. En este punto, los obispos han encargado al Servicio de Protección de Menores de la CEE un itinerario de la aplicación de las recomendaciones del Defensor del Pueblo, en relación a los cauces de reparación, prevención y formación para prevenir estos hechos. 

Una reparación que incluye la reparación económica. En relación al posible establecimiento de un fondo para asumir las indemnizaciones a las victimas de abuso, el secretario general de los obispos ha destacado que la Iglesia está a favor de una “reparación integral de todas las víctimas de todos los ámbitos” y que ese fondo debe estar participado por todos los ámbitos afectados.

Tanto García Magán como Omella han subrayado, repetidamente, que la “reparación a las víctimas no es sólo económica sino mucho más amplia”, destacando especialmente el valor del acompañamiento 

Sin consenso en la cifra de víctimas de abusos

El número de víctimas de abuso sexual en la Iglesia en España no está especialmente claro. En mayo de 2023, los propios obispos españoles, en su informe Para Dar luz hablaba de 927 víctimas que habían contactado con alguna de las oficinas diocesanas o de las congregaciones religiosas erigidas para este fin. El informe del Defensor del Pueblo recoge, por su parte, 487 testimonios de víctimas de abusos en el seno de la Iglesia católica.

El problema de este informe radica en la encuesta que recoge, realizada por GAD 3 y que, en palabras del Informe quería ser un “estudio retrospectivo de prevalencia e impacto de las experiencias de victimización sexual antes de los 18 años, en población adulta residente en España”. Esta encuesta se realizó con una muestra de 8.013 entrevistas, de las cuales 4.802 se realizaron por teléfono y 3.211 online. Esta encuesta recogía que “el abuso sexual infantil cometido en un ámbito religioso es un problema que ha afectado en España a un 1,13 % de las personas adultas. El porcentaje de personas adultas que fueron víctimas de abusos cometidos por un sacerdote o religioso católico es inferior, un 0,6 %, cifra similar a la encontrada en estudios realizados en otros países”. Algunos medios, realizando una extrapolación de los datos de la encuesta con la población española, hablaron, estos días de más de 400.000 menores víctimas de abuso sexual en ámbito religioso en España. 

Una estimación que “no corresponde a la verdad” como ha señalado mons. César García Magán que ha destacado, reiteradamente, la lucha de la Iglesia contra esta lacra social. Aún así, y preguntados los obispos por este “baile de cifras”, tanto el Secretario general de la CEE como el Presidente de los obispos españoles no han querido dar una cifra cerradas.

Los obispos han subrayado que el problema del abuso sexual no es cuantitativo, sino cualitativo, en palabras de Omella “las cifras, al final ,no nos llevan a ninguna parte y lo que hay que atender son las personas: escucharlas, acompañarlas y reparar”. 

La «auditoría Cremades»

El otro gran tema de la Asamblea Plenaria extraordinaria del 30 de octubre era la situación en la que se encontraba la auditoría encargada por la Conferencia Episcopal al bufete de abogados Cremades – Sotelo. Hay que recordar que, cuando se realizó este encargo, en febrero de 2022, el propio Omella destacaba que la investigación tendría “toda la amplitud necesaria para clarificar los casos acontecidos en el pasado como para incorporar los más altos niveles de responsabilidad que impidan la repetición de estos casos en el futuro”. 

La auditoría, en la que han participado más de dos decenas de profesionales de distintos ámbitos y sensibilidades, tenía una duración prevista de un año, un marco de tiempo que, en palabras de Cremades, permitiría “tener una imagen fiel de lo sucedido”.

Sin embargo, el desarrollo de esta investigación se ha revelado mucho más complejo de lo que, tanto la CEE como el propio bufete esperaban. El primer “retraso” llevó a la idea de presentar esta auditoría a inicios del verano de 2023; algunos rumores situaron, una vez pasada esta fecha, el mes de octubre como el momento de conocer los resultados de esta encomienda. No ha sido así y el pasado 11 de octubre la CEE “recordaba al bufete Cremades-Calvo Sotelo su compromiso”. Ante esta circunstancia, Javier Cremades estuvo presente en la Asamblea plenaria extraordinaria para exponer los motivos de este retraso.

La diferencia de asistencias presencial y online y en “cansancio” apuntado por el presidente de la CEE parece ser la causa de que los obispos hayan pospuesto hasta la Plenaria del próximo noviembre su decisión sobre este trabajo que, a día de hoy “sigue vivo” en palabras de García Magán.

El portavoz de la CEE quiso aclarar que “los obispos no han recibido ningún informe previo de Cremades” si bien “las reuniones han sido casi mensuales y han sido informados de los avances de los trabajos”. 

Será pues, en noviembre, cuando se conozca cómo y de que modo se presentarán los resultados del trabajo realizado por el equipo de Cremades para la Conferencia Episcopal Española. 

Una lacra social 

Si algo deja claro tanto el informe del Defensor del Pueblo, como otros estudios que abordan la problemática del abuso sexual es la magnitud social de un problema del que la Iglesia, evidentemente, no queda impune.

El propio informe del Defensor del Pueblo apunta a que un 11,7 % de las personas entrevistadas (8.013) afirmaron que habían sido víctimas de abuso sexual en la infancia o adolescencia. De esto ataques, la mayor parte, se produjo en el ámbito familiar (34,1 %), seguida de la vía pública (17,7 %), ámbito educativo no religioso (9,6 %), ámbito social no familiar (9,5 %), laboral (7,5 %), internet (7,3 %), ámbito educativo religioso (5,9 %), ámbito religioso (4,6 %), ocio (4 %), deportivo (3 %) y sanitario (2,6 %), entre otros señalados en un número menor de casos. En relación con el total de la muestra (incluidos los informantes que no sufrieron ningún abuso), un 0,6 % de personas fueron víctimas de abuso sexual en un ámbito educativo religioso y un 0,5 % en un ámbito religioso. 

Los datos demuestran el problema social de los abusos y la necesidad, por tanto, de poner el mismo empeño en la investigación y depuración de responsabilidades en otros ámbitos al igual que, desde instancias píublicas se ha hecho con la Iglesia.

Por su parte, ante esta realidad, “la Iglesia quiere contribuir a erradicar los abusos sexuales en la infancia no solo en la Iglesia sino en toda la sociedad y pone al servicio de la misma su triste experiencia para hacerlo, con espíritu de colaboración”, señalan los obispos en la nota. 

Educación

Alfonso Carrasco: “Es importante tomar conciencia de la tarea educativa que realiza la Iglesia”

El Congreso "La Iglesia en la Educación", organizado por la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura, tendrá su sesión final el día 24 de febrero de 2024. Con motivo de la "fase previa" que se ha llevado a cabo durante el mes de octubre, entrevistamos a monseñor Alfonso Carrasco, presidente de la Comisión.

Loreto Rios·31 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos

Como señalan en su web, «la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura organiza el Congreso ‘La Iglesia en la Educación’ que tendrá su sesión final el 24 de febrero en Madrid». Antes de esta «sesión final» ha tenido lugar durante todo el mes de octubre una «fase previa», que arrancó el día 2 en Barcelona, en la que cada lunes y miércoles se ha llevado a cabo un Panel de experiencia y participación. En estos paneles se han presentado 78 proyectos «que se desarrollan en distintos ámbitos educativos». «Además, en la página web del Congreso se han habilitado unos espacios en los que se invita a toda la comunidad educativa a dejar sus experiencias y reflexiones», se indica en el portal del Congreso.

Con motivo del fin de esta primera fase que se ha llevado a cabo durante el mes de octubre, hemos entrevistado a monseñor Alfonso Carrasco, presidente de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura.

¿Cómo surgió el proyecto del congreso y cuáles son sus principales objetivos?

El proyecto del congreso surge como respuesta a una responsabilidad eclesial por la educación ampliamente compartida, sentida como urgente en estos momentos de grandes cambios educativos en España y en el mundo, a la que el Papa nos llama con su propuesta de un “pacto educativo global”.

Es el fruto también de la experiencia de un camino de participación grande y de muchos encuentros hechos posibles por la tarea de estos años también desde la Comisión. Si ya existía en nuestro mundo educativo la percepción de la necesidad de una escucha mutua, de la colaboración y el apoyo ante los cambios profundos que estamos viviendo, el debate público provocado por la elaboración de la Lomloe significó una nueva interpelación a nuestra presencia y compromiso como Iglesia en la educación.

En este contexto, la Congregación para la Educación católica publicaba en 2022 una Instrucción sobre «la identidad de la escuela católica para una cultura del diálogo”, insistiendo en la necesidad primera de crecer en la conciencia de la propia identidad y recordándonos algunas ideas esenciales: la misión educativa es una exigencia intrínseca de nuestra fe y parte de la misión misma de la Iglesia, en primer lugar para con los propios hijos; pero al mismo tiempo es también un instrumento fundamental de nuestra apertura a la sociedad, de nuestra voluntad de propuesta y de diálogo en un mundo cada vez más intercultural.

A partir de este conjunto de factores surge la iniciativa y se explican las formas escogidas para la realización de un Congreso, así como sus principales objetivos:

  • crecer en conciencia de la relevancia de nuestra misión educativa, de la relación indisoluble entre fe y educación;
  • encontrarnos y escucharnos como presencia de Iglesia, para hacer posible afrontar juntos los desafíos del actual momento educativo, para caminar unidos y compartir recursos;
  • explicitar y proponer nuestra experiencia educativa en el contexto del diálogo social sobre educación.

¿Cuáles son los principales retos educativos a los que se enfrenta la sociedad en la actualidad?

Pienso que los principales retos educativos son siempre los mismos, aunque cambien mucho las circunstancias sociales y las formas de realización. El desafío no es hoy ya que nuestra sociedad no dé respuesta al derecho a la educación de niños y jóvenes, ni los problemas del sistema educativo residen tampoco en la falta de recursos.

Las dificultades se originan más bien por la ruptura del “pacto educativo”: en la dificultad de las familias para asumir su responsabilidad en la educación; en la tendencia a restringir la libertad de enseñanza, limitando el espacio de la iniciativa social y su necesaria financiación, y privilegiando de muchas maneras los centros de titularidad estatal; en la tentación de imponer al mundo educativo desde el poder político antropologías e ideologías que contrastan con la de partes importantes de la sociedad, así como también con la laicidad o neutralidad del Estado.

Pero los retos, al final, son siempre los mismos: conseguir que el sistema educativo, y cada centro, salvaguarde la centralidad de la persona, sirva a su formación integral; de manera que esta sea introducida al conocimiento del mundo, crezca en libertad y responsabilidad, y pueda hacer una contribución real a la renovación de la sociedad.

Estos retos se plantean en nuestra época en toda su radicalidad. Porque el crecimiento del poder social y de los medios técnicos hacen verosímil la tentación de instrumentalizar la educación y a los alumnos. Y porque entonces, al no educarse suficientemente en el respeto a la persona de cada uno, no se da el necesario aprendizaje de competencias personales y sociales imprescindibles, de una capacidad real de diálogo y de tolerancia, de modo que el malestar y los conflictos tienden a crecer.

¿Qué puede aportar la Iglesia a este panorama?

La Iglesia puede aportar, en primer lugar, una pasión educativa verdadera, en la que la persona ocupa el lugar central. Por la fe sabemos que nuestro Señor entregó su vida en la cruz por cada uno de nosotros, que ningún tesoro vale cuanto la vida y el alma del más pequeño. La caridad se expresa en el deseo del bien, de que crezca, madure íntegramente la persona, entienda el mundo y la vida a la luz de la fe verdadera, sepa asumir su responsabilidad más propia. Por eso la pasión educativa mueve a la Iglesia desde los inicios.

De ahí han nacido y nacen multitud de obras e instituciones educativas, escuelas, universidades. Aportamos, por tanto, también posibilidades concretas de educación a la luz de la fe, una identidad y un método que enriquecen el panorama del sistema educativo de una sociedad plural como la nuestra.

El modo, plenamente realista, de cuidar a la persona concreta es también aportación importante. Sabemos de las limitaciones, de los dolores, de las dificultades, pero llevamos siempre una esperanza más grande que permite atender y ocuparse de cada uno; y hacer de la escuela lugar en que todos encuentren posibilidades nuevas. Y, por otra parte, al estar introducidos en el horizonte de la verdad plena por el Evangelio, confiamos en la razón, buscamos que se ejercite y se desarrolle, como factor plenamente personal: ¿cómo podríamos respetar a alguien, si dejásemos de proponerle un camino razonable de aprendizaje, de inteligencia del mundo y de la vida?

De este aprendizaje la Iglesia no excluye ninguna dimensión del mundo ni de la persona, para salvaguardar el horizonte de una formación integral. Insiste, en particular, en la importancia de la educación moral y religiosa, teniendo en cuenta la identidad del educando, su patrimonio cultural y religioso. La defensa del respeto a la persona del alumno, en lo concreto de su enraizamiento existencial, es una aportación constante de la Iglesia, que la propone insistentemente como necesaria también hoy a todo el sistema educativo.

En resumen, valoramos la existencia de un buen sistema educativo, defendemos la bondad de la pedagogía, aceptamos la necesidad de renovar sin miedo los métodos didácticos. Y queremos estar en el espacio educativo público, en el mundo de la escuela, promover la deliberación conjunta, el diálogo social, el deseable trabajo en colaboración.

Y desearíamos que nuestra particular presencia y compromiso como Iglesia en la educación contribuyese no solo a la libertad de enseñanza y a la pluralidad de nuestro sistema educativo; sino que fuese como una gran afirmación pública del bien inmenso que es la educación, como expresión primera e imprescindible de un afecto sincero por el educando, de la esperanza en su futuro y el de nuestra sociedad. Queremos aportar verdadero amor por la educación, valoración radical de cada persona.

¿Qué conclusiones y frutos pueden extraerse de los encuentros en torno a los nueve Paneles de Experiencia, hasta la fecha?

Es algo pronto para extraer conclusiones y recoger el fruto de los nueve Paneles. Sería necesario esperar a recibir las aportaciones de reflexión y de experiencia de los protagonistas de los diferentes ámbitos, de los cuales solo una selección breve pudo expresarse hasta este momento.

Puede decirse ya, sin embargo, que el trabajo de preparación ha implicado la colaboración de muchas personas, cuya buena voluntad y cuyo deseo de participar ha sido extraordinario. Los panelistas, igualmente, se han comprometido de modo admirable, no solo con sus aportaciones propias, sino también haciendo experiencias muy fecundas de comunión, compartiendo recursos y tiempo.

Por otra parte, a pesar de ser solo una ventana a mundos educativos enteros, hemos podido percibir una riqueza de presencia y compromiso muchas veces desconocida para nosotros mismos. Es muy importante tomar conciencia de la inmensa tarea educativa que realiza la Iglesia, con frecuencia desde hace mucho tiempo, con entrega personal admirable de muchísimos.

Se ven también, de modo inicial, riquezas de experiencia pedagógica muy variadas, fortalezas, pero también debilidades; percibimos desafíos. Y, al mismo tiempo, nos alegramos de encontrarnos, de poder compartir con los hermanos la misión que se está llevando a cabo, y también de poder hacer resonar en la sociedad una voz que hace presente riquezas educativas y personales de las que no siempre se es consciente.

Percibimos, en fin, que estamos dando pasos en un camino que es largo todavía, pero que es muy bueno poder emprender juntos. Los paneles son inicio de un trabajo: esperan todavía las aportaciones de muchos, provenientes de cada ámbito; y confluirán en el trabajo de la Jornada del 24 de febrero próximo.

Pero el Congreso mismo es, en realidad, también un paso en un horizonte amplio. Dios quiera que su celebración nos ayude a caminar juntos, desde todos los ámbitos, a protagonistas e instituciones, en el cumplimiento de la misión educativa de la Iglesia, sabiendo estar presentes y responder a los cambios y desafíos de nuestra época.

Crecer en conciencia de nuestra identidad, manifestarla con obras y palabras, vivirla en comunión, será una experiencia siempre íntimamente gozosa, un bien para los demás y una alegría para los llamados a vivir esta misión también en nuestra época.

Libros

Los supervivientes: La vida de las personas sin hogar

El libro "I sopravviventi", de Girolamo Grammatico, narra las experiencias del autor trabajando con personas sin hogar.

Michele Mifsud·31 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos

El problema de la pobreza en las ciudades europeas está relacionado con la pérdida del empleo, que conlleva la pérdida de la vivienda y de los vínculos sociales.

Según EUROSTAT, en 2021 y 2022, el 21% de la población europea ha estado en riesgo de pobreza o de exclusión social en la Unión Europea a causa de la desocupación.

Un acontecimiento traumático en la vida de una persona, como un accidente, la pérdida del empleo o de los medios de subsistencia, puede llevar a una persona a la indigencia, a sobrevivir y a llevar una vida sin hogar.

El escritor italiano Girolamo Grammatico, en su novela autobiográfica “I sopravviventi” (título en italiano, en español “Los supervivientes”, pero aún no traducido), explica cómo el sinhogarismo no es un vivir sino un “sobrevivir”, aunque a nadie se le llama superviviente, porque como seres humanos estamos vivos, vivimos; no sobrevivimos, sino que vivimos nuestras vidas. En cambio, quien se encuentra con los vínculos de su propia vida rotos, sobrevive a la pobreza.

I sopravviventi

Título: I sopravviventi
Autor: Girolamo Grammatico
Publicación: 26 de septiembre de 2023
Editorial: Einaudi

Los pobres sobreviven a la miseria, no están muertos; pero llevan una vida que nadie llamaría vida, nadie diría que la vida en la calle, ante la indiferencia de la mayoría de los transeúntes, con la falta de alimentos, sin cobijo del frío invernal, con las consecuencias de la violencia física y moral, podría llamarse una vida. Los sintecho solo tienen lo mínimo necesario, cuando pueden conseguirlo, pero más allá de eso no tienen afecto, ni personas que se preocupen por ellos.

El libro que he mencionado ha suscitado en mí muchas reflexiones. En él se relatan los sufrimientos de quienes han perdido sus hogares, su “morada”, término que, según señala el autor, deriva del latín “morari”, quedarse, o “demorar” si se antepone el “de” con valor de refuerzo. Las personas que viven no por elección propia en lugares mugrientos, donde nadie querría quedarse, son personas estigmatizadas de por vida como culpables de su propia pobreza. No creo que nadie elija la vida en la calle, aunque por vergüenza ante su condición un pobre pueda afirmar lo contrario. Nadie elige vivir solo; los que viven solos no lo hacen porque lo elijan, sino porque no tienen elección.

Quién o qué ha hecho que los “sintecho” sean personas sintecho, dónde están ellos, dónde estamos nosotros y cómo hemos llegado a ser lo que somos a partir de cómo hemos elegido habitar el mundo, por qué para entender quién es una persona hay que partir de cómo habita el mundo, de dónde se posiciona en el mundo.

A los sintecho se les etiqueta por lo que no tienen, una casa, y no por lo que son. En efecto, los sintecho no tienen las llaves de una casa y, sobre todo, no tienen las llaves de su propio destino.

La cuestión de la pobreza extrema en las ciudades está ligada a las respuestas que se pueden dar, porque si la causa puede ser un acontecimiento imprevisto e imprevisible, como la pérdida de un empleo o de un familiar, las consecuencias de la pobreza no parecen ser de interés político y social salvo algunas excepciones, como en la ayuda prestada por algunas realidades que se dedican completamente a los pobres. Como por ejemplo los Padres Paules (o Vicencianos), que a través de un proyecto llamado “13 Casas” dan respuesta a estos problemas, proporcionando a los pobres un hogar digno en zonas como los barrios marginales de muchas metrópolis, o en favor de personas que han huido a otro país como refugiados o porque a consecuencia de catástrofes naturales o de guerras viven permaneciendo en su propio país pero en condiciones como si fueran refugiados en el extranjero.

Las personas sin hogar, al estar expuestas a la malnutrición y a la vida en la calle, pueden enfermar fácilmente y acabar con otros problemas como la adicción al alcohol. Una persona que sufre las consecuencias de su pobreza se encuentra abrumada y aplastada por la realidad en la que vive. Los sintecho, en su fragilidad, pasan el día a la intemperie, y unos pocos afortunados pasan la noche en un albergue para pobres, pero la mayoría siempre en la calle, con el riesgo de ser víctimas de la violencia, la explotación, las bajas temperaturas, con los problemas a veces de las drogas, el alcohol, la trata de seres humanos y la explotación. Algunas personas huyen de países en guerra, otros de la pobreza en sus países de origen, para caer en la miseria más absoluta en nuestras ciudades.

El libro de Girolamo Grammatico es un testimonio de la labor de un samaritano en nuestro milenio. Como en la parábola evangélica, también hoy sigue habiendo personas que se dedican durante años al servicio de otros seres humanos excluidos que llevan una vida de pobreza y que son nuestro prójimo.

Las personas a las que Jesús en el Evangelio nos pide que ayudemos son aquellas con las que nos encontramos todos los días porque están necesitadas y físicamente cerca de nosotros.

El tema de las personas extranjeras que viven en nuestros países me hace reflexionar, como católico, sobre la acogida y sobre el tema del prójimo que busca medios para su sustento, al igual que en el Evangelio según San Mateo, después del nacimiento de Jesús, el ángel se apareció a José en sueños y le dijo que partiera con María y Jesús Niño para huir a Egipto. La Sagrada Familia tuvo que ir a un país extranjero para evitar el asesinato de Jesús ordenado por el rey Herodes, yendo a vivir a otro lugar sin la certeza de un trabajo y un hogar. En este pasaje del Evangelio, san José tuvo que buscar un trabajo en un país que no era el suyo, para mantener a su familia, y tuvo que buscar un hogar en el que vivir y proteger a Nuestra Señora y al Niño Jesús.

Este pasaje del Evangelio me plantea la pregunta de qué puedo hacer yo como católico, por tanto hermano de Jesús, Dios que vivió esta realidad como niño refugiado con su familia en un país extranjero. De qué puedo hacer, entonces, por mis hermanos que también experimentan esta realidad, porque tal vez tengo la llave en la mano, si no para resolver, sí al menos para ayudar a los que están en dificultad.

El autorMichele Mifsud

Ecónomo general adjunto de la Congregación de la Misión de los Padres Paúles, asesor financiero y de inversiones registrado.

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Ecología integral

Enrique Solano: «El científico católico conoce el principio y el final de la película»

Enrique Solano, presidente de la Sociedad de Científicos Católicos de España, señala en esta entrevista con Omnes que "se necesitan científicos católicos brillantes y divulgadores que establezcan un puente entre el saber especializado y las personas a pie de calle".

Maria José Atienza·30 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Enrique Solano preside la Sociedad de Científicos Católicos de España. Es la rama española de la Sociedad de Científicos Católicos una organización internacional, creada en 2016, que se presenta como un fórum de diálogo para científicos creyentes que desean reflexionar acerca de la armonía y complementariedad entre la ciencia y la fe.

Solano, Doctor en Ciencias Matemáticas por la Universidad Complutense de Madrid dedicado a la Astrofísica es, en la actualidad, Investigador Científico en el Centro de Astrobiología.

Su interés por demostrar la compatibilidad de ciencia y fe le ha llevado a dar numerosas conferencias y charlas acerca de este supuesto conflicto y, este año, la Universidad Francisco de Vitoria acogió la II edición del congreso organizado por la Sociedad de Científicos Católicos de España en el que se abordaron temas como la relación entre Tecnología y ética o la visión del científico católico desde los medios de comunicación y creación y evolución.

Esta relación de ciencia y fe, su historia y los mitos y verdades que de entrelazan en este ámbito es el tema de la revista Omnes del próximo mes de noviembre.

Científico y católico. ¿Sigue presente la idea de que estos términos son incompatibles?

–Lamentablemente, es así. La idea de que la ciencia sirve para «explicar lo que hay» y la religión es «por creer en algo» sigue siendo aceptada por un porcentaje bastante significativo de la sociedad. De hecho, existen encuestas en EEUU, realizadas hace unos pocos años con jóvenes que abandonaron la religión católica, y que indican que, entre 24 posibles causas, el conflicto entre ciencia y religión aparece en el cuarto lugar, incluso por encima del abandono de la idea de un Dios misericordioso por causa de una tragedia familiar. Esto resulta enormemente sorprendente y, hasta me atrevería a decir, escandaloso y nos da una idea del trabajo que nos queda por hacer a los científicos católicos.

Dos son los principales causantes de esta situación: por un lado, la corriente dominante en la sociedad que intenta denostar o, incluso, hacer desaparecer de la vida pública todo lo que lleve el adjetivo de católico. Y, por otro lado, la invisibilidad en la que hemos vivido durante mucho tiempo los científicos católicos, quienes no hemos querido/podido dar el paso adelante de mostrarnos al publico y que la sociedad sepa que no somos una especie extinguida en el pasado.Esta situación es la que quiere revertir la Sociedad de Científicos Católicos de España.

Hay quien, aún hoy, defiende que un católico “subyuga” su conocimiento racional a la fe, ¿es ésta una afirmación creíble? 

–Hay científicos no creyentes que sostienen que, el científico católico, cuando va a misa, deja su cerebro en la entrada del templo. Igualmente, otros defienden que el científico católico pasa sus resultados a través del tamiz de la fe para que todo sea coherente y armonioso. 

Ninguna de las dos afirmaciones anteriores es cierta. En palabras de George Lemaître, sacerdote, padre del Big Bang y uno de los cosmólogos más importantes del siglo XX, «si un creyente quiere nadar, es mejor que lo haga igual que un no creyente. Y lo mismo sucede con las ciencias naturales, si un creyente trabaja en ellas debe hacerlo como un no creyente». 

Los científicos, tanto creyentes como no, trabajan usando las mismas herramientas y las mismas metodologías. 

Muchos de los grandes avances de la ciencia han sido protagonizados por creyentes. ¿Ayuda en algo la fe a la labor científica?  

–Éste es uno de los principales argumentos para mostrar la armonía entre ciencia y fe. Gran parte de los científicos más brillantes, incluidos los «padres» de algunas disciplinas científicas, han sido católicos. E incluso hoy, en pleno siglo XXI, encontramos científicos de enorme prestigio que no tienen ningún problema en compatibilizar ciencia y fe católica. Como indicaba en la respuesta anterior, todos los científicos, independientemente de sus creencias, usan una misma metodología, que es lo que llamamos «método científico». En este sentido, la fe no aporta nada a la investigación. 

La ventaja que tiene el científico católico es que conoce el principio y final de la película. Sabe que existe un Creador que estableció unas leyes en la naturaleza y sabe que todo tiene una finalidad y un propósito. Saber que no somos fruto de una evolución ciega y que estamos destinados a vivir unas pocas décadas en un océano cósmico gobernado por fuerzas infinitamente superiores a nosotros, sino que somos resultado del amor de Dios, que tenemos una dignidad infinita puesto que estamos hechos a su imagen y semejanza y que se nos ofrece el premio de una vida eterna a su lado, es algo que te ayuda no solamente a enfocar tu labor científica sino a vivir de una manera totalmente distinta.

¿Cuándo y por qué se produce el divorcio entre ciencia y fe? ¿Por qué seguimos sin “superarlo”? 

–El momento álgido de la ruptura entre ciencia y fe ocurre a finales del siglo XIX cuando se suman diferentes ingredientes para dar lugar a la «tormenta perfecta». Por un lado, el encaje en la sociedad de un nuevo gremio: el científico moderno, tal y como lo conocemos en la actualidad y que había aparecido tan solo unas décadas antes. La dificultad de acceso de dicho gremio a las universidades, controladas por la Iglesia en aquel momento, generó en los científicos un sentimiento de «tribu» con un enemigo común: la Iglesia. A esto habría que añadir el nacimiento de una nueva corriente filosófica, el marxismo y el uso ideológico que hace de la ciencia, expandiendo la idea de la existencia de dos bandos: la ciencia (el bueno) que persigue la felicidad del hombre a través del avance científico y técnico y la Iglesia (el malo), empeñada a dificultar dicho avance lo máximo posible. 

El culmen de esta situación fue la publicación de dos libros, la «historia de los conflictos entre la religión y la ciencia» de J. W. Draper en 1875 y «una historia de la guerra de la ciencia con la teología en el cristianismo” (1896) de Andrew Dickson White. Ambos libros están plagados de errores e inexactitudes, pero tuvieron un enorme impacto en varias generaciones de científicos, en particular en el mundo anglosajón. 

En la actualidad, ningún historiador serio defiende la hipótesis del conflicto y ninguno de los libros tiene credibilidad para los autores modernos. Pero sus secuelas son todavía evidentes dentro de la comunidad científica. 

Los medios de comunicación, ¿son ayudas para la divulgación científica? 

–Sin lugar a dudas. El científico católico no puede conformarse con vivir en su pedestal de conocimiento. Se necesitan científicos católicos brillantes, pero también se necesitan divulgadores que establezcan un puente entre el saber especializado y las personas a pie de calle. Es necesario que el científico católico esté presente en el debate social. Y, para ello, los medios de comunicación son absolutamente imprescindibles como elemento amplificador.

Desde la Sociedad de Científicos Católicos de España, por ejemplo, hemos creado los llamados «grupos de expertos» que ponemos a disposición de los medios de comunicación que quieran saber la opinión de un científico católico sobre un determinado descubrimiento o una determinada noticia de alcance. 

Es necesario que el científico católico esté presente en el debate social. Y, para ello, los medios de comunicación son absolutamente imprescindibles como elemento amplificador.

Enrique Solano. Pte. Sociedad de Científicos Católicos de España

Cuestiones viejas como la evolución, la vida extraterrestre, el progreso científico o nuevas, como el avance del transhumanismo, ¿qué retos suponen para un científico católico?  

–Para poder entender todas estas cuestiones es necesario tener una visión holística de las mismas. La ciencia y la fe suman y no restan y ambas son necesarias para llegar a una comprensión global del problema. Particularmente interesante es el tema del transhumanismo y cómo la fe católica puede servir de faro para iluminar aquello que se puede hacer y distinguirlo de lo que, aún pudiéndose hacer, no se debe llevar a cabo.

Evangelio

Llamados a la santidad. Solemnidad de Todos los Santos

Joseph Evans comenta las lecturas de la solemnidad de Todos los Santos.

Joseph Evans·30 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

La fiesta de hoy celebra a los muchos santos desconocidos que no han sido declarados formalmente santos ni beatos por la Iglesia. La primera lectura habla de “una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas”. De hecho, cualquiera en el cielo es santo. 

Hay muchos santos anónimos, personas santas en camino hacia el cielo, conocidas solo por sus allegados. Puede que conozcas a algunos: lo que el Papa Francisco llama “los santos de la puerta de al lado”. Ese santo podría ser tu abuela, que tanto reza y solo piensa en ayudar a los demás. Podría ser un tío maravilloso que es un verdadero hombre de Dios y trabaja duro para ayudar a los pobres y necesitados. O un buen trabajador católico que prefiere perder su trabajo antes que traicionar su conciencia haciendo algo que sabe que está mal. Puede ser una profesora católica que intenta preparar sus clases lo mejor que puede por amor a Dios y llevar algo de ese amor a su enseñanza. Se trata de personas que realmente intentan buscar a Dios, rezar, vivir bien, hacer buen uso de sus talentos y dar testimonio de Cristo. La fiesta nos recuerda que todos estamos llamados a la santidad, cada uno de nosotros, para estar ante el trono de Dios compartiendo el triunfo del Cordero, porque la victoria de los santos es ante todo la victoria de Cristo en ellos. La santidad no hace distinciones y es de cualquier raza, edad y condición social. La santidad no es algo opcional. De hecho, si no intentamos ser santos, estamos malgastando nuestras vidas en el egoísmo, porque la santidad es vivir para Dios y para los demás, no para nosotros mismos. La santidad es alcanzar todo nuestro potencial como seres humanos. Es dejar que Dios nos lleve a las alturas del amor, volar como águilas en lugar de arrastrarnos como gusanos en el barro. 

Ser santo es intentar volar: proponerse hacer el bien a los demás, dejar que Dios nos hable en la conciencia y nos diga: “Vamos, hijo mío, hija mía, ¿no puedes hacerlo un poco mejor? ¿No puedes apuntar un poco más alto?”. Y el Evangelio de hoy nos ofrece el modelo de la santidad. Es el comienzo del Sermón de la Montaña de Nuestro Señor, cuando esboza las Bienaventuranzas: “Bienaventurados los pobres de espíritu…”. Las Bienaventuranzas pueden parecer poco impresionantes, pero, cuanto más las analizamos, más nos damos cuenta de lo exigentes que son. Qué difícil es ser verdaderamente pobre de espíritu, confiar solo en Dios y no en las cosas creadas. Qué difícil es ser manso, ser puro de corazón, ser siempre misericordioso, luchar por la rectitud personal y la justicia social, ser pacificadores (recordando que los pacificadores a menudo pueden quedar atrapados en el fuego cruzado), ser perseguidos a causa de la justicia. La fiesta de hoy nos invita a renovar nuestra lucha por la santidad, considerando que realmente es “el cielo o la ruina”. Si no llegamos al cielo, nuestra vida en la tierra habrá sido un completo desperdicio.

Vaticano

El Papa pide que la Iglesia «adore» y «sirva»

Esta mañana, a las 10:00 h, ha tenido lugar la misa de clausura de la Asamblea del Sínodo con el tema "Por una iglesia sinodal: comunión, participación y misión", presidida por el Papa Francisco en la Basílica Vaticana.

Loreto Rios·29 de octubre de 2023·Tiempo de lectura: 5 minutos

Durante la misa de clausura de la Asamblea del Sínodo, el Papa ha pronunciado la homilía, en la que ha hecho un llamamiento a los presentes a volver al núcleo del Evangelio, el amor de Dios: «Hermanos cardenales, hermanos obispos y sacerdotes, religiosas y religiosos, hermanas y hermanos, al finalizar este tramo de camino que hemos recorrido, es importante contemplar el “principio y fundamento” del que todo comienza y vuelve a comenzar: amar a Dios con toda la vida y amar al prójimo como a nosotros mismos. No nuestras estrategias, no los cálculos humanos, no las modas del mundo, sino amar a Dios y al prójimo; ese es el centro de todo. Pero, ¿cómo traducir ese impulso de amor? Les propongo dos verbos, dos movimientos del corazón sobre los que quisiera reflexionar: adorar y servir».

Una Iglesia que adora

Sobre el primer verbo, «adorar», el Papa ha comentado: «La adoración es la primera respuesta que podemos ofrecer al amor gratuito y sorprendente de Dios. Porque estando ahí, dóciles ante Él, es cuando lo reconocemos como Señor, lo ponemos en el centro y redescubrimos la maravilla de ser amados por Él. El asombro de la adoración es esencial en la Iglesia. Adorar, de hecho, significa reconocer en la fe que sólo Dios es el Señor y que de la ternura de su amor dependen nuestras vidas, el camino de la Iglesia, los destinos de la historia. Él es el sentido de la vida, el fundamento de nuestra alegría, la razón de nuestra esperanza, el garante de nuestra libertad».

El Santo Padre también ha señalado que la adoración es una forma de oponerse a la idolatría: «El amor al Señor en la Escritura con frecuencia está asociado a la lucha contra toda idolatría. Quien adora a Dios rechaza a los ídolos porque Dios libera, mientras que los ídolos esclavizan, nos engañan y nunca realizan aquello que prometen, porque son «obra de las manos de los hombres. Tienen boca, pero no hablan, tienen ojos, pero no ven» (Sal 115,4-5). Como afirmaba el cardenal Martini, la Escritura es severa contra la idolatría porque los ídolos son obra del hombre, y son manipulados por él; en cambio, Dios es siempre el Viviente, «que no es en absoluto como yo lo pienso, que no depende de cuanto espero de él, que puede, por consiguiente, alterar mis expectativas, precisamente porque está vivo. La confirmación de que no siempre tenemos la idea justa de Dios es que a veces nos decepcionamos: me esperaba esto, me imaginaba que Dios se comportaría así, pero me he equivocado. De esta manera volvemos a recorrer el sendero de la idolatría, pretendiendo que el Señor actúe según la imagen que nos hemos hecho de él». Es un riesgo que podemos correr siempre: pensar que podemos “controlar a Dios”, encerrando su amor en nuestros esquemas; en cambio, su obrar es siempre impredecible, y por eso requiere asombro y adoración».

El Papa ha señalado que hay muchas formas de idolatría, tanto mundanas como espirituales: «Debemos luchar siempre contra las idolatrías; las mundanas, que a menudo proceden de la vanagloria personal —como el ansia de éxito, la autoafirmación a toda costa, la avidez del dinero, la seducción del carrerismo—, pero también las idolatrías disfrazadas de espiritualidad: mis ideas religiosas, mis habilidades pastorales. Estemos vigilantes, no vaya a ser que nos pongamos nosotros mismos en el centro, en lugar de poner a Dios. Y ahora volvamos a la adoración. Que sea central para nosotros como pastores; dediquémosle cada día tiempo a la intimidad con Jesús buen Pastor ante el sagrario. Que la Iglesia sea adoradora; que se adore al Señor en cada diócesis, en cada parroquia, en cada comunidad. Porque sólo así nos dirigiremos a Jesús y no a nosotros mismos; porque sólo a través del silencio adorador la Palabra de Dios habitará en nuestras palabras; porque sólo ante Él seremos purificados, transformados y renovados por el fuego de su Espíritu. Hermanos y hermanas, ¡adoremos al Señor Jesús!».

Amar y servir

Sobre el segundo verbo que resaltó al inicio de la homilía, «servir», el Papa ha destacado que: «Amar es servir. En el gran mandamiento, Cristo une a Dios y al prójimo para que no estén nunca separados. No existe una experiencia religiosa auténtica que permanezca sorda al clamor del mundo. No hay amor de Dios sin compromiso por el cuidado del prójimo, de otro modo se corre el riesgo del fariseísmo. Carlo Carretto, un testigo de nuestro tiempo, decía que el peligro, para nosotros creyentes, es caer en «una ambigüedad farisaica, que nos ve […] replegados sobre nuestro egoísmo y con la mente llena de ideas hermosas para reformar la Iglesia» (Cartas del desierto, Madrid 1974, 68-69). Quizás tengamos realmente muchas ideas hermosas para reformar la Iglesia, pero recordemos: adorar a Dios y amar a los hermanos con su mismo amor, esta es la mayor e incesante reforma. Ser Iglesia adoradora e Iglesia del servicio, que lava los pies a la humanidad herida, que acompaña el camino de los frágiles, los débiles y los descartados, que sale con ternura al encuentro de los más pobres. Dios lo ha ordenado en la primera Lectura, pidiendo que se respete a los últimos: al extranjero, a la viuda y al huérfano (cf. Ex 22,20-23). El amor con el que Dios liberó a los israelitas de la esclavitud, cuando eran extranjeros, es el mismo amor que nos pide que prodiguemos a los extranjeros de todo tiempo y lugar, a cuantos son oprimidos y explotados».

Recordar a las víctimas de las guerras

Por otra parte, el Papa también ha recordado a las víctimas de las guerras: «Hermanos y hermanas, pienso en los que son víctimas de las atrocidades de la guerra; en los sufrimientos de los migrantes; en el dolor escondido de quienes se encuentran solos y en condiciones de pobreza; en quienes están aplastados por el peso de la vida; en quienes no tienen más lágrimas, en quienes no tienen voz. Y pienso en cuántas veces, detrás de hermosas palabras y persuasivas promesas, se fomentan formas de explotación o no se hace nada para impedirlas. Es un pecado grave explotar a los más débiles, un pecado grave que corroe la fraternidad y devasta la sociedad. Nosotros, discípulos de Jesús, queremos llevar al mundo otro fermento, el del Evangelio. Dios en el centro y junto a Él aquellos que Él prefiere, los pobres y los débiles».

Una «conversación del Espíritu»

Para concluir, el Papa ha recordado la Asamblea del Sínodo, haciendo hincapié en la presencia y acción del Espíritu Santo durante este proceso: «Queridos hermanos y hermanas, se concluye la Asamblea sinodal. En esta “conversación del Espíritu” hemos podido experimentar la tierna presencia del Señor y descubrir la belleza de la fraternidad. Nos hemos escuchado mutuamente y, sobre todo, en la rica variedad de nuestras historias y nuestras sensibilidades, nos hemos puesto a la escucha del Espíritu. Hoy no vemos el fruto completo de este proceso, pero con amplitud de miras podemos contemplar el horizonte que se abre ante nosotros. El Señor nos guiará y nos ayudará a ser una Iglesia más sinodal y misionera, que adora a Dios y sirve a las mujeres y a los hombres de nuestro tiempo, saliendo a llevar la reconfortante alegría del Evangelio a todos.

Hermanos cardenales, hermanos obispos y sacerdotes, religiosas y religiosos, hermanas y hermanos, por todo esto les digo gracias. Gracias por el camino que hemos hecho juntos, por la escucha y por el diálogo. Y al agradecerles quisiera expresarles un deseo para todos nosotros: que podamos crecer en la adoración a Dios y en el servicio al prójimo. Que el Señor nos acompañe. Y adelante, ¡con alegría!».

Ángelus

Después del Ángelus, en el que Papa hizo una reflexión del Evangelio, el Santo Padre recordó de nuevo a las víctimas de las guerras y dio las gracias a los que se unieron a la jornada de ayuno y oración convocada el viernes 27 de octubre por la paz: «Doy las gracias a todos los que – en tantos lugares y de distintas maneras – se unieron a la Jornada de ayuno, oración y penitencia que vivimos el viernes pasado, pidiendo por la paz en el mundo. No nos rindamos. Sigamos rezando por Ucrania y también por la grave situación en Palestina e Israel y otras regiones en guerra. En Gaza, en particular, que haya espacio para garantizar la ayuda humanitaria y que los rehenes sean liberados inmediatamente. Que nadie renuncie a la posibilidad de detener las armas. Que cesen el fuego. El Padre Ibrahim Faltas – lo acabo de escuchar en el programa «A Su Imagen»- el padre Ibrahim dijo: «¡Alto el fuego! ¡Alto el fuego!». Es el Vicario de Tierra Santa. Nosotros también, con el padre Ibrahim, decimos: ¡Alto el fuego! ¡Deténganse, hermanos y hermanas! ¡La guerra es siempre una derrota, siempre!».