Torreciudad: el Opus Dei explica cuál es la situación actual
El Opus Dei ha publicado una información detallada sobre la situación actual del santuario de Torreciudad. Explica su propuesta a la diócesis de Barbastro-Monzón para alcanzar un acuerdo que transforme el lugar en un santuario diocesano.
El santuario mariano de Torreciudad es el tercer destino turístico de Aragón, y desde el año 1975 en que se terminó de construir el nuevo santuario, las numerosas visitas, celebraciones y actividades han tenido un impacto crucial en el desarrollo económico y social del entorno local.
El nombramiento de un nuevo rector para el santuario en julio de 2023 por el obispo de Barbastro-Monzón, Mons. Angel Pérez Pueyo, dio lugar a una situación complicada para las relaciones entre el Opus Dei, promotor del nuevo santuario, de la renovación de la ermita y la imagen de la Virgen María y de una devoción de antiguas raíces, y la propia diócesis.
Las diferencias de criterio acerca de la capacidad de decidir sobre la gestión pastoral del santuario y sobre las condiciones de la custodia de la ermita y la imagen han dado lugar desde entonces a iniciativas de una y otra parte, incluso judiciales, y a múltiples especulaciones. Ahora, el Opus Dei acaba de publicar en su página web un resumen completo de la situación vigente, tal como la percibe la Prelatura.
¿De quién es Torreciudad?
Desde sus inicios, el nuevo santuario de Torreciudad tiene el estatuto de “oratorio semipúblico”, recuerda esa información. Así fue erigido con la venia del obispo de la diócesis, pues según el criterio de ambas partes era una figura adecuada según las normas canónicas vigentes en aquel momento. El nuevo templo es propiedad de la Fundación Canónica “Nuestra Señora de los Ángeles de Torreciudad”, y fue edificado en los años 70 del siglo XX con donativos de muchas personas, que fueron alentadas por el Opus Dei.
En su interior se venera la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de los Ángeles de Torreciudad. Esta imagen (y la antigua ermita) es propiedad de la diócesis: aunque el 24 de septiembre 1962 el obispo acordó su cesión perpetua mediante un contrato enfitéutico a una entidad civil promovida por el Opus Dei (en aquel momento era la Inmobiliaria General Castellana, S.A., luego sucedida por Desarrollo Social y Cultural, S.A.), esta figura no implica cambio de propietario. En la firma participó también el Opus Dei, a quien había de confiarse la promoción de los objetivos del acuerdo: mantener y desarrollar el culto a Santa María.
Sesenta años después, el visitante de Torreciudad constata fácilmente la difusión y el arraigo de la devoción a Nuestra Señora de los Ángeles. Desde entonces y conforme a lo acordado, todos los trabajos y costes han sido asumidos por el Opus Dei.
Las diferencias entre la diócesis de Barbastro y el Opus Dei
Según explica el Opus Dei, en 2020 la misma Prelatura planteó a la diócesis de Barbastro-Monzón su deseo de actualizar en algunos detalles el marco jurídico de Torreciudad para acomodarlo a los nuevos planteamientos del Código de Derecho Canónico aprobado en 1983.
En el contexto de esas conversaciones aparecen las desavenencias, puesto que la diócesis de Barbastro-Monzón expuso la opinión de que el acuerdo originario de 1962 carece de validez jurídica, y en julio de 2023 procedió a nombrar un rector diferente de quien venía desempeñando esa función por encargo del Opus Dei.
En el curso de los “tiras y aflojas” que siguieron, el Opus Dei entregó a la diócesis su propuesta para la erección de Torreciudad como santuario diocesano y los posibles nuevos estatutos. La diócesis la está estudiando. También en ese tiempo, la entidad responsable de la custodia de la imagen y la ermita fue convocada a un acto de conciliación con la diócesis, el día 3 de octubre; y asimismo el Opus Dei recibió una convocatoria semejante para el día 20 de diciembre. Sin embargo, decidió no acudir, con base en la existencia de conversaciones con la diócesis sobre el tema debatido.
La decisión sobre iniciar ahora un procedimiento civil correspondería a la diócesis. El Opus Dei dice que no percibiría negativamente ese paso, sino que lo vería “como una ocasión de que hubiera un pronunciamiento civil al respecto”.
¿Quién es el rector válido?
En estos momentos, la situación de Torreciudad sigue siendo todavía la misma que antes en el aspecto jurídico. Sin embargo, no hay conformidad en cuanto a quién desempeña válidamente la responsabilidad de rector.
Cuando Mons. Pérez-Pueyo declaró vacante el cargo y nombró a un sacerdote diocesano, el Opus Dei le instó a revocar el nombramiento, y ante su negativa interpuso un recurso ante la Santa Sede, que aún no está resuelto. En la práctica, la Prelatura sigue considerando rector válido a quien lo era antes de la decisión unilateral de la diócesis, mientras que el sacerdote que nombró el obispo, José Mairal, suele celebrar una Misa cada semana en el santuario y, como ha comprobado Omnes, es tratado con deferencia por parte de los sacerdotes del Opus Dei, que siguen atendido las actividades habituales del santuario.
La solución propuesta por el Opus Dei para actualizar el acuerdo consiste en la transformación de Torreciudad en santuario diocesano, siendo el obispo quien nombraría al rector previa presentación de una terna por parte de la Prelatura del Opus Dei.
La cuestión económica
La información incluye también explicaciones relativas a la economía del santuario. Detalla los gastos que supone la gestión y la forma en que se afrontan. Señala que la actividad ordinaria genera ingresos que alcanzan solamente para cubrir aproximadamente el 30 % de los gastos, mientras que Asociación Patronato de Torreciudad se esfuerza por buscar el resto.
En 1962 la entidad encargada de la promoción del santuario se obligó a pagar una cantidad a la diócesis en reconocimiento casi simbólico de la propiedad. Según se ha difundido en los medios, una de las cuestiones planteadas sería la petición por parte del obispo de actualizar esa cantidad con una cifra mucho: se habla de alrededor 600.000 euros. En todo caso, la cantidad exigida, según la nota, “se considera desproporcionada. La actividad anual para conseguir sufragar el 70 % de los costes que no se cubren de modo ordinario es ya de por sí muy difícil; si a eso se sumara una cuota como la que solicitó la diócesis, el sostenimiento del santuario resultaría inviable”.
Cronología
1962: Acuerdo entre el Opus Dei y la diócesis de Barbastro-Monzón para restaurar la vieja ermita de Torreciudad con el objetivo de impulsar la devoción a la Virgen, haciéndose cargo el primero de la atención pastoral y manteniéndola abierta al culto. Firma del contrato enfitéutico.
1966: Acuerdo de construcción de un nuevo templo en el que se veneraría la imagen de Toreciudad. Se acuerda con la diócesis que todo el conjunto -que incluiría, entre otras edificaciones, la ermita y el nuevo templo- formaría un único recinto convenientemente cercado. Su estatuto es de oratorio semipúblico.
En el testimonio notarial firmado por el obispo de la diócesis accede a que la imagen de la Virgen pueda ser colocada en el nuevo templo para la veneración de los fieles.
1975: San Josemaría consagra el altar mayor, y se inaugura el templo recién construido.
1983: Publicación del Código Derecho Canónico. Recoge la configuración de los santuarios en los cánones 1230-1234 (libro IV, parte III, título I, capítulo III).
2020: El Opus Dei plantea al obispado de Barbastro Monzón la revisión y actualización del estatuto jurídico de Torreciudad.
2023
17 de julio: El obispo de Barbastro-Monzón nombra rector del Santuario de Torreciudad al párroco de Bolturina-Ubiergo, José Mairal Villellas, con el objetivo de que “se responsabilice del cuidado pastoral y ministerial hasta que se regularice la situación canónica existente entre ambas instituciones”.
18 de julio: El Opus Dei muestra su sorpresa, puesto que la situación canónica de Torreciudad sigue siendo la de oratorio semipúblico y “entiende que no corresponde al obispo llevar a cabo este nombramiento”, sino al Vicario regional de la Prelatura.
22 de julio: La diócesis solicita un acto de conciliación con la Prelatura del Opus Dei en los juzgados de Barbastro.
31 de agosto: El Opus Dei remite a la diócesis de Barbastro Monzón una propuesta de acuerdo, que incluye tanto las cuestiones jurídicas como las pastorales, y plantea que el nuevo templo se considere canónicamente santuario diocesano.
3 octubre: La entidad Desarrollo Social S.A., titular del dominio útil de la ermita y de la imagen de Nuestra Señora de Torreciudad, comparece en el acto de conciliación en el juzgado de Barbastro.
2 de diciembre: El Opus Dei en España recibe una notificación de los juzgados de Barbastro para el acto de conciliación con la Prelatura. Al acto, fijado para el 20 de diciembre de 2023, no comparece el Opus Dei por considerar que el contrato de 1962 se realizó conforme al derecho vigente. Asimismo, alega que “existen conversaciones entre ambas partes para resolver la cuestión de mutuo acuerdo”.
La Universidad Francisco de Vitoria lanza un Instituto del Perdón
El objetivo de la entidad académica es promover la investigación del perdón en el ámbito escolar, familiar, terapéutico y social a través de un Instituto del Perdón. Profesores de la Universidad han resaltado la importancia de entender el perdón más allá de las exigencias de la justicia, lo que permitirá a las personas superar bloqueos y dolores emocionales.
Francisco Otamendi·2 de marzo de 2024·Tiempo de lectura: 4minutos
Con ocasión de la violencia terrorista, en actos aislados o durante años, y desde luego a raíz de guerras y conflictos que azotan el mundo, y a las importantes secuelas que dejan en las personas, observadores y analistas se han referido con frecuencia a la necesidad de perdonar para resolver los enfrentamientos, o tras ellos.
En el ámbito personal, y también en el familiar y social, incluso sólo desde un punto de vista estrictamente psicológico, no ya ético o moral, se ha subrayado la importancia del perdón para alcanzar la paz interior y exterior. Perdonar, se ha dicho, mejora la salud física y mental, el rencor y el odio corroen.
Esta semana, la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) ha presentado el Instituto del Perdón, “una iniciativa pionera en el ámbito universitario, con una jornada en la que se ha podido analizar el concepto del perdón y explicar cómo se trabaja en proyectos específicos”, informa el centro académico.
“Se busca ofrecer un espacio para la investigación, formación y transferencia de conocimiento en el ámbito del perdón”, ha explicado la doctora Clara Molinero, directora del Instituto y del Grado en Psicología de la UFV, que ha participado en el acto junto a la doctora María Prieto Ursúa, de la Universidad de Comillas, Saray Bonete, investigadora y profesora del Grado, y Robert Enright, pionero de la investigación en perdón en EEUU, señala la Universidad.
Perspectiva multidisciplinar
Clara Molinero explicó que la iniciativa se plantea ante “la necesidad de explorar el perdón desde una perspectiva multidisciplinar, de razón abierta, incluyendo otras disciplinas como la psicología, la educación, la filosofía, la teología y la sociología, entre otras”.
“Puedes aprender a perdonar y a pedir perdón. ¿Y quién no necesita superar el bloqueo o resentimiento por algún agravio recibido? Todos somos potencialmente destinatarios del Instituto, porque no solo va dirigido para ayudar a pacientes con trastornos severos, sino a todos, porque todos necesitamos del perdón”, aseguró Jorge López, decano de la Facultad de Educación y Psicología.
“Las líneas principales son la creación de instrumentos de medida que nos permitan examinar los cambios después de un trabajo de aprender a perdonar; trabajos de intervención y sobre los que elaboramos contenidos y hacer la evaluación de los cambios que se producen”, destaca la investigadora Saray Bonete que ha explicado que están trabajando con presos, y también en colegios, y universidades “para capacitar a los universitarios en su labor profesional a utilizar el perdón como una estrategia que resuelve conflictos”.
Profundidad emocional y psicológica del perdón
La inauguración ha servido también como plataforma para discutir cómo el perdón puede ser un instrumento poderoso para el bienestar emocional y la salud mental. María Prieto Ursúa, autora del libro “Perdón y salud”, resaltó la complejidad del proceso de perdón “especialmente cuando se trata de perdonarse a uno mismo tras haber cometido actos que han causado un daño significativo a otros”.
La doctora Prieto identificó tres componentes principales en el proceso de perdonarse a uno mismo: la asunción de responsabilidad, la reparación interpersonal (aunque en algunos casos, esto puede ser simbólico o no directamente con la víctima), y la reparación intrapersonal, que implica un trabajo profundo sobre cómo uno se ve a sí mismo después del acto cometido.
En el contexto de querer pedir perdón a la víctima, Prieto subrayó la importancia de respetar los deseos y necesidades de la víctima, incluso si esto significa no tener un contacto directo para pedir perdón. El verdadero cuidado hacia la víctima a veces implica respetar las barreras establecidas, reconociendo que la necesidad de perdón del agresor no debe sobrepasar la necesidad de seguridad y comodidad de la víctima.
En otras universidades
El estudio del perdón ha comenzado en el ámbito de la psicología en algunasuniversidades, bien como un área de investigación de modo interdisciplinar en el marco de un órgano de más amplio contenido, en colaboración con expertos de otras entidades universitarias, o bien con un Instituto propio sobre el perdón, también interdisciplinar, como en el caso que comentamos de la Universidad Francisco de Vitoria.
En la Universidad de Navarra, por ejemplo, el estudio del perdón ha emergido como un área de investigación que revela su influencia multifacética en las relaciones interpersonales, la salud mental y el bienestar emocional, explica el centro académico.
“Hay estudios que demuestran que las personas que muestran una actitud positiva ante el perdón, tienen menor patología mental, usan menos psicofármacos y tienen un umbral de tolerancia más alto del dolor y del sufrimiento. Eso supone que usen menos analgésicos e incluso menos servicios sanitarios”, escribió Javier Schlatter, especialista del Departamento de Psiquiatría y Psicología Médica de la Clínica Universidad de Navarra en Madrid, en su libro «Heridas en el corazón. El poder curativo del perdón”.
En el ámbito de la Universidad CEU San Pablo, podemos citar, a título de ejemplo, al doctor honoris causa Marcelino Oreja, uno de los padres de la Transición en España, que el 5 de octubre del año pasado, al recibir el galardón, manifestó que recibía “con gran emoción este reconocimiento y agradezco enormemente la fecha elegida; este mismo día pero del año 34, mi padre fue asesinado”. “El 5 de octubre quedó marcado cada año en el calendario familiar para recordar a mi padre. Mi madre siempre infundió en mí el sentimiento del perdón a pesar del dolor causado”.
No está de más recordar que el filósofo francés Remi Brague propuso “el perdón” ante la extensión de la cultura woke de la cancelación en el Congreso de Católicos y Vida Pública de 2021.
La Universidad Comillas tiene diferentes especialistas en temas relacionados con el perdón, que imparten enseñanzas en la propia universidad, e investigan asimismo con otros centros académicos, como la citada profesora María Prieto Ursúa o la profesora Pilar Martinez, entre otros.
El Papa Francisco ha insistido en la importancia de restaurar la dignidad de la persona en los ámbitos de la comunicación y de la inteligencia artificial.
Ante el desarrollo tecnológico, que incluye las fake news y los deepfakes, ¿cómo podemos seguir siendo plenamente humanos y nos mantendremos en libertad?
¿Cómo alcanzar la verdadera sabiduría? ¿Cómo garantizar la dignidad humana? Son preguntas que se replantean con formatos renovados en nuestros días.
Este mes hemos seleccionado tres enseñanzas del Papa: su mensaje para la Jornada mundial de las comunicaciones-2024; su discurso al Dicasterio para la Doctrina de la fe; y su mensaje para la Cuaresma. Temas aparentemente dispares, pero el hilo rojo es la vida y la misión de los cristianos, y su fascinante tarea, también en nuestro mundo cambiante.
Inteligencia artificial, sabiduría y comunicación
El tema del Mensaje para la 58 Jornada mundial de las comunicaciones sociales (24-I-2024) es: “Inteligencia artificial y sabiduría del corazón para una comunicación plenamente humana”. Plantea, según señala el Papa, “cómo podemos seguir siendo plenamente humanos y orientar hacia el bien el cambio cultural en curso”. No debemos, aconseja, dejarnos llevar por augurios catastrofistas ante el futuro, pero sí, como ya dijo Guardini proféticamente en 1927, permanecer “sensibles al dolor que produce la destrucción y el proceder inhumano que se contiene en este mundo nuevo”; y promover “que brote una nueva humanidad de profunda espiritualidad, de una libertad y una vida interior nuevas” (Cartas del lago de Como, Pamplona 2013, 101-104).
En continuidad con los mensajes de las anteriores Jornadas mundiales de las comunicaciones sociales (2021-2023), Francisco propone que, en esta época que corre el riesgo de ser rica en tecnología y pobre en comunicación, hemos de partir, para nuestra reflexión, de la sabiduría del corazón humano. Aquí el término corazón se usa en sentido bíblico, como la sede de la libertad y de las decisiones importantes de la vida. “La sabiduría del corazón es, pues, esa virtud que nos permite entrelazar el todo y las partes, las decisiones y sus consecuencias, las capacidades y las fragilidades, el pasado y el futuro, el yo y el nosotros”. Puede parecer, y lo es, difícil de lograr, pero, añade el Papa, “es precisamente la sabiduría —cuya raíz latina sapere se relaciona con el sabor— la que da gusto a la vida”.
Al mismo tiempo, advierte que no podemos esperar la sabiduría de las máquinas, y concretamente de la Inteligencia artificial (IA). Como expresa su nombre científico original, machine learning, las máquinas pueden “aprender” en el sentido de almacenar y correlacionar datos, pero es solo el hombre el que puede darles su significado.
De ahí que, como todo lo que está en manos del hombre, la IA es una oportunidad y a la vez un peligro en manos del hombre, si este no supera “la tentación original de llegar a ser como Dios sin Dios” (cfr. Gn 3). No se trata solo de un riesgo, sino del peligro en que de hecho el hombre ha caído al querer “conquistar por las propias fuerzas lo que, en cambio, debería cogerse como un don de Dios y vivirse en la relación con los demás”. Por eso afirma el sucesor de Pedro, es necesario “despertar al hombre de la hipnosis en la que ha caído debido a su delirio de omnipotencia, creyéndose un sujeto totalmente autónomo y autorreferencial, separado de todo vínculo social y ajeno a su creaturalidad”.
Estas afirmaciones no son generalidades. De hecho, desde la primera fase de la IA, la de los medios sociales, hasta los algoritmos, vamos experimentando que“toda extensión técnica del hombre puede ser un instrumento de servicio amoroso o de dominación hostil”. Las fake news y deepfakes, con la manipulación y simulación que conllevan son claros ejemplos.
Por una regulación ética de la IA
¿Qué propone el Papa? Propone, en primer lugar, actuar preventivamente, fomentando “la regulación ética para frenar las implicaciones nocivas y discriminatorias, socialmente injustas, de los sistemas de inteligencia artificial y contrarrestar su uso en la reducción del pluralismo, la polarización de la opinión pública o la construcción de un pensamiento único”.
Así pues, renueva su llamamiento exhortando a “la comunidad de las naciones a trabajar unida para adoptar un tratado internacional vinculante, que regule el desarrollo y el uso de la inteligencia artificial en sus múltiples formas” (Mensaje para la 57 Jornada mundial de la paz, 1-I-2024, 8).
En segundo lugar, propone crecer en humanidad, sin dejarse reducir a un mundo donde lo personal se convierte en meros datos en beneficio de unos pocos: del mercado o del poder. Y a este propósito, ensalza la figura del buen periodismo, que es capaz de comunicar la realidad, de modo que “devuelve a cada ser humano el papel de sujeto, con capacidad crítica, respecto de la misma comunicación”.
De ahí que vea necesario “proteger la profesionalidad y la dignidad de los trabajadores del ámbito de la comunicación y la información, junto con la de los usuarios de todo el mundo”. Junto a ello pide garantizar los criterios éticos en la información, el respeto y la transparencia de la autoría y de las fuentes; de modo que se preserve el pluralismo y se represente la complejidad de la realidad, haciendo que la información sea “sostenible” y al mismo tiempo “accesible” para todos.
Sobre esta cuestión, afirma el Papa, “por una parte, se cierne el espectro de una nueva esclavitud, por la otra, una conquista de la libertad”. De nosotros depende que alimentemos el corazón con libertad, sin lo cual no existe la sabiduría.
Sacramentos, dignidad y fe
En su discurso a la Asamblea plenaria del Dicasterio para la Doctrina de la fe del 26 de enero, les recordó su cometido en los términos de la Constitución apostólica Praedicate Evangelium (2022): “Ayudar al Romano Pontífice y a los obispos a proclamar el Evangelio en todo el mundo, promoviendo y tutelando la integridad de la doctrina católica sobre la fe y la moral, sobre la base del depósito de la fe y también buscando una comprensión cada vez más profunda de esta ante los nuevos interrogantes” (art. 69).
Francisco ha confirmado el compromiso del Dicasterio “en el ámbito de la inteligencia de la fe ante el cambio de época que caracteriza nuestro tiempo”. Y en esa dirección les ha ofrecido orientaciones para su tarea en torno a tres palabras: sacramentos, dignidad y fe.
En primer lugar, los sacramentos, tema sobre el que ha trabajado últimamente el Dicasterio (cfr. Nota Gestis verbisque sobre la validez de los sacramentos, 31-I-2024; cfr. Francisco, Discurso a la plenaria del Dicasterio para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, 8-II-2024).
Señala ahora el obispo de Roma: “Mediante los sacramentos, los creyentes se hacen capaces de profecía y testimonio. Y nuestro tiempo necesita con particular urgencia profetas de vida nueva y testigos de caridad: ¡amemos, pues, y hagamos amar la belleza y la fuerza salvífica de los sacramentos!”
Segundo, dignidad. También este dicasterio está trabajando un documento sobre la dignidad humana. Por ello, les animó a estar “cerca de todos aquellos que, sin proclamas, en la vida concreta de cada día luchan y pagan en persona por defender los derechos de los que no cuentan” (Ángelus, 10-X-2023). De esta manera, “frente a diversas y actuales formas de eliminar o de ignorar a otros, seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social que no se quede en las palabras” (enc. Fratelli tutti, 6).
Finalmente, la fe. En el contexto del décimo aniversario de la Evangelii gaudium y la proximidad del Jubileo de 2025, Francisco recordó las palabras de Benedicto XVI cuando constataba que, con frecuencia entre los cristianos, hoy la fe no aparece ya como presupuesto de la vida común, e incluso con frecuencia es negado (cfr. Carta Porta fidei, 2).
Por eso, señalaba el Papa Francisco, es tiempo de reflexionar sobre algunos temas: “el anuncio y la comunicación de la fe en el mundo actual, especialmente en relación con las jóvenes generaciones; la conversión misionera de las estructuras eclesiales y de los agentes pastorales; las nuevas culturas urbanas con su carga de desafíos, pero también de cuestiones inéditas de sentido; finalmente, y sobre todo, la centralidad del ‘kerygma’ en la vida y en la misión de la Iglesia”.
Cuaresma: tiempo de libertad
Finalmente, cabe aludir al mensaje de este año 2024 para la Cuaresma (publicado en diciembre del año pasado): “A través del desierto Dios nos guía a la libertad”. El desierto representa aquí el camino de gracia en el que podemos descubrir o redescubrir el amor que Dios nos tiene, y abrirnos, por tanto, a una libertad más verdadera y plena.
La condición para ello, señala el Papa en su mensaje, es “querer ver la realidad”. Así, como Dios ve todo y escucha todo (cfr. Ex 3, 7-8), así nosotros debemos escuchar los gritos de tantos hermanos nuestros necesitados.
Llama la atención el obstáculo que Francisco señala, con referencia a lo que sucedió en la peregrinación del pueblo elegido por el desierto: la añoranza de la esclavitud, vinculada a un déficit de esperanza.
En efecto, se trata de una asombrosa y extraña añoranza, que solo se explica por la tendencia egocéntrica del pecado –que desemboca en la idolatría–, la búsqueda de seguridad a toda costa, la tendencia a la autopreservación y el recurso a los ídolos.
“De otro modo –observa Francisco– no se explicaría que una humanidad que ha alcanzado el umbral de la fraternidad universal y niveles de desarrollo científico, técnico, cultural y jurídico, capaces de garantizar la dignidad de todos, camine en la oscuridad de las desigualdades y los conflictos”.
Y siguiendo con la analogía entre nuestro caminar y el éxodo de los israelitas desde Egipto, señala el sucesor de Pedro: “Más temibles que el Faraón son los ídolos; podríamos considerarlos como su voz en nosotros. El sentirse omnipotentes, reconocidos por todos, tomar ventaja sobre los demás: todo ser humano siente en su interior la seducción de esta mentira. Es un camino trillado.
Por eso, podemos apegarnos al dinero, a ciertos proyectos, ideas, objetivos, a nuestra posición, a una tradición e incluso a algunas personas. Esas cosas en lugar de impulsarnos, nos paralizarán. En lugar de unirnos, nos enfrentarán”.
¿Qué hacer, entonces? Propone Francisco: “Es tiempo de actuar, y en Cuaresma actuar es también detenerse”. Detenerse en la oración, en la limosna y en el ayuno, que son como despertadores para un corazón atrofiado y aislado. Y no con cara triste (cfr. Mt 6, 16) sino con semblante alegre, abiertos a la creatividad y a la esperanza.
El mensaje concluye con unas palabras especiales para los jóvenes, tomadas del desafío que les lanzó Francisco el año pasado en Lisboa: “Busquen y arriesguen, busquen y arriesguen. En este momento histórico los desafíos son enormes, los quejidos dolorosos —estamos viviendo una tercera guerra mundial a pedacitos—, pero abrazamos el riesgo de pensar que no estamos en una agonía, sino en un parto; no en el final, sino al comienzo de un gran espectáculo. Y hace falta coraje para pensar esto” (Discurso a los universitarios, 3-VIII-2023).
La “casa sacramental”, una especialidad eucarística centroeuropea
En las iglesias románicas, pero sobre todo góticas y renacentistas, especialmente en Alemania, se reservaba el Santísimo en elementos arquitectónicos en forma de torre y ricamente ornamentados, adosados a muros o exentos.
El Código de Derecho Canónico actualmente vigente establece que la Eucaristía debe estar “reservada en un solo sagrario de la iglesia u oratorio”, que deberá “estar colocado en una parte de la iglesia u oratorio verdaderamente noble, destacada, convenientemente adornada, y apropiada para la oración”.
Ya entre los primeros cristianos, la Eucaristía no se consumía completamente en la Misa, pues el sacerdote solía reservar parte para la comunión de los enfermos. Las hostias consagradas se guardaban reverentemente en recipientes de marfil o metales preciosos, normalmente en una sala contigua de la iglesia. Este es el origen del tabernáculo, el sagrario, donde se reserva al Santísimo.
A lo largo de los siglos se han encontrado diversas soluciones para la situación del sagrario, por ejemplo, integrándolo en retablos góticos y renacentistas o, como hizo obligatorio el Concilio de Trento (1545-1563), sobre la «mensa» del altar mayor. Más tarde, al permitir el Concilio Vaticano II (1962-1965) la introducción del altar exento, cara al pueblo, hizo posible que el sagrario se dispusiera “en un altar lateral, pero que sea realmente destacado” (Instrucción “Inter Oecumenici”, 1964).
La «casa sacramental»
Sin embargo, en la Edad Media, en iglesias románicas, pero principalmente góticas y renacentistas de Alemania y otros países europeos como Hungría, la República Checa, Austria, Bélgica, Países Bajos y parte de Francia e Italia, se extendió la denominada «Sakramentshaus», cuya traducción literal es “casa sacramental” o “santuario sacramental”.
Sobre todo después de que el Concilio Laterano IV (1215) empleara la palabra «transubstanciación» para referirse al modo en que se hace realmente presente el cuerpo y la sangre de Cristo en la Eucaristía y fijara en su canon 20 que se conserve la Eucaristía (y el «crisam») en un lugar cerrado herméticamente para evitar profanaciones, unido al deseo de observar y venerar la Hostia consagrada, se buscó un modo en que las iglesias católicas -y las ortodoxas- pudieran “reservar” las hostias consagradas y no consumidas durante la Misa. En Alemania, como se ha dicho, la respuesta a la veneración del Santísimo Sacramento fuera de la celebración eucarística, y por tanto separada de ésta, es la «Sakramentshaus», un elemento constructivo adosado en el muro o en una columna, o también exento.
La evolución de la «Sakramentshaus»
Los lugares para la reserva de la Sagrada Eucaristía fueron evolucionando desde un simple armario de pared, pasando por un nicho de piedra decorado con ornamentos o figuras, hasta un torreón que recuerda bien las agujas de las iglesias góticas, gigantescas custodias de piedra; suelen ser obras maestras de la cantería y la escultura de la Baja Edad Media. Resulta ciertamente paradójico que estas pequeñas estructuras arquitectónicas alcanzaran la cima de su desarrollo artístico en el norte de Alemania en vísperas de que la Reforma de Lutero, a comienzos del siglo XVI, las hiciera en muchos lugares “obsoletas”.
Iglesia de Großschenk (1)
Un buen ejemplo de los “santuarios sacramentales” más sencillos, propios de iglesias románicas, con el tabernáculo en un nicho cerrado, en el muro del coro y rodeados de un elaborado marco arquitectónico, puede apreciarse en las iglesias de Hänichen o de Großschenk (foto 1). En iglesias de pueblos se puede encontrar también un santuario sacramental de madera, adosado al muro, como es el caso de la iglesia de Groß Zicker en la isla de Rügen (foto 2).
En las iglesias góticas, el santuario sacramental comienza a adquirir forma de torre y una decoración más profusa, con piedra ornamentada, como puede observarse en la iglesia parroquial católica de Remagen, a la izquierda del coro: la casa sacramental toma forma de torre y se prolonga en la bóveda, en el lado izquierdo del coro. Su ornamentación gótica tardía hace pensar que fue realizado en la primera mitad del siglo XVI.
Las catedrales góticas
Iglesia de Groß Zicker (2)
Lógicamente, la «Sakramentshaus» adquiere un especial relieve en las grandes catedrales góticas; se encuentran en la mayoría de los casos en el lado del Evangelio. La de la catedral de Ulm (foto 3), adosada en el crucero, justo en la intersección entre la nave y el transepto, está considerada –con sus 26 metros– la de mayor altura de Alemania. Fue realizada entre 1467 y 1471. Está esculpida íntegramente en piedra caliza y arenisca, a diferencia de la cubierta de madera del púlpito, de estructura similar. Tiene forma de torre, con esculturas de santos en diversos pisos, y es un ejemplo de filigrana gótica.
Los santuarios sacramentales exentos se alojan asimismo en el lado del Evangelio. Un buen ejemplo es el de San Lorenzo de Núremberg (foto 4), la obra maestra de Adam Kraft, realizada entre 1493 y 1496. La torre de arenisca, de más de 20 metros de altura, recuerda los zarcillos entretejidos de un árbol y está sustentada por tres figuras humanas, en una de las cuales se inmortalizó el artista. Consta de siete niveles: el más inferior es el “deambulatorio”, pasando por la Eucaristía (el sagrario propiamente dicho), la Última Cena, la Pasión, al Crucifixión, la Resurrección y el remate de la torre.
«Unsere Liebe Frau», en Bamberg
Catedral de Ulm (3)
En la iglesia parroquial “Unsere Liebe Frau” (“Nuestra Señora”) de Bamberg se encuentra una “casa sacramental” que, por sus dimensiones, es casi una premonición de la capilla del Santísimo que se impondría siglos más tarde. Aunque pudiera pensarse que es una evolución ulterior, fue realizada antes de las casas sacramentales de Remagen, de Ulm y de Núremberg, pues data de 1430.
La parte inferior del conjunto muestra un Entierro de Cristo completamente esculpido. El nicho del tabernáculo en sí, cerrado con una puerta, se encuentra en el centro, en un piso superior; sobre él aparece el rostro de Cristo. A la altura del tercer piso se encuentra una inscripción gótica que hace referencia a la colocación de la primera piedra del coro en 1392. A derecha e izquierda del sagrario, en dos pisos, hay figuras de profetas y apóstoles, aludiendo a la presencia de Cristo en la Eucaristía. La obra está coronada por una representación del Juicio Final, en la que Cristo aparece como juez del mundo; a su derecha están los bienaventurados y al otro lado los condenados, que están siendo devorados por una ballena de gran tamaño. La casa sacramental se sigue empleando en la actualidad como lugar donde se instala el “monumento” del Jueves al Viernes Santo.
Tras el Concilio de Trento
San Lorenzo de Núremberg (4)
Como se ha dicho, con el Concilio de Trento las casas o santuarios sacramentales cayeron en desuso. Ahora bien, como las decisiones de dicho Concilio no siempre se aplicaron en todas partes, en algunos lugares se siguieron construyendo, por ejemplo, para la iglesia de San Gereón de Colonia en 1608. En siglos posteriores, muchas de esas casas sacramentales fueron víctima del furor reformista y del cambio de gustos; especialmente cabe señalar la destrucción de la casa sacramental de la catedral de Colonia en 1766, que había sido alabada en numerosas ocasiones. Algunas volvieron a levantarse en el siglo XIX o XX. Los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial redujeron aún más el número de casas sacramentales. Con todo, han quedado suficientes ejemplos.
Rome Reports·1 de marzo de 2024·Tiempo de lectura: < 1minuto
Desde la celebración del domingo de Ramos a la Vigilia Pascual. La Santa Sede ha confirmado la intención del Papa Francisco de presidir todas las celebraciones propias de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.
Se espera pues, que el Viernes Santo acuda al Coliseo para presidir el Vía Crucis, al que en 2023 no asistió a causa del frío.
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Los andamios rodean el baldaquino de Gian Lorenzo Bernini sobre el altar mayor de la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Desde San Pedro esperan que el baldaquino esté listo para el gran Jubileo 2025.
Desde la Sagrada Escritura… hasta propuestas en las tecnologías. Puertas de acceso a Jesucristo
En su Carta al Dicasterio responsable, el Papa Francisco pide a Dios que lleguemos a hacer de la oración que nos enseñó Jesucristo.
1 de marzo de 2024·Tiempo de lectura: 2minutos
“Peregrinos de la esperanza” es el lema que encuadra el Jubileo del año 2025, para el que la Iglesia ha comenzado ya a prepararse. En su Carta al Dicasterio responsable, el Papa Francisco pide a Dios que lleguemos a hacer de la oración que nos enseñó Jesucristo “el programa de vida de cada uno de sus discípulos”.
Por su parte, la oración para el año jubilar pide a Dios Padre que la esperanza brote de la fe recibida en Jesucristo y de la caridad infundida por el Espíritu Santo. Y el Informe de Síntesis que recoge las conclusiones de la primera etapa romana del Sínodo sobre la sinodalidad apunta al “encuentro con Jesucristo, que nos ofrece el don de una nueva vida” como sustancia del kerygma y centro del anuncio.
En nuestros tiempos han brotado diversas propuestas centradas en la figura de Jesús. Muchas son apuestas evangelizadoras y formativas, apoyadas en los medios y tecnologías posibles en la actualidad, y no simples productos comerciales.
Hace todavía pocos años marcó un hito la película sobre La Pasión, por ejemplo, y en estos días está alcanzando gran difusión la serie The Chosen sobre la vida de los primeros discípulos junto a Jesús, también de gran calidad.
Obviamente, la invitación a acercarse a Jesucristo es tan antigua como la misma presencia del Señor en la tierra; y es tan permanente como la Iglesia. Una puerta de acceso es la Sagrada Escritura (la Biblia), en un lugar distinto al de cualquier otro intento. Lo explican la inspiración divina (junto al trabajo redaccional del autor de cada libro) y el hecho de que sea custodiada, vivida y propuesta en y por la Iglesia para cada tiempo.
En ella, todo “está patente” en el Nuevo Testamento (como se expresa san Agustín), pero todo está preparado y contenido germinalmente en el Antiguo, cuyo centro es también el Señor hacia el que se orienta. Se entiende que el Papa Francisco aliente con tanta insistencia a leer los Evangelios, regale en ocasiones un ejemplar a los presentes o subraye la dignidad de la Palabra de Dios, por ejemplo instituyendo una jornada anual dedicada a ella.
En otro orden de cosas, la catequesis se ha servido siempre de elementos iconográficos diversos para explicar la fe y facilitar el conocimiento de Cristo, y también el arte cristiano ha plasmado las verdades más verdades de modo accesible.
Asimismo nos facilita el acceso a Jesús la posibilidad de asomarnos a los lugares donde se desarrolló su vida en la tierra y conocer los testimonios arqueológicos. Estos son algunos elementos mencionados en este número, de manera sólo ejemplificativa. Y, aunque esta ocasión no permite detenerse en este aspecto, puede faltar al menos una breve referencia a publicaciones espirituales o teológicas recientes centradas en Jesús. Entre ellas, una referencia necesaria la constituyen los tres tomos sobre Jesús de Nazaret escritos por Benedicto XVI, útiles tanto para teólogos como para lectores menos expertos.
Francisco Eusébio Vinumo: “La Iglesia en África lleva un mensaje fuerte de esperanza”
Ordenado diácono en septiembre de 2023 en Angola, Francisco Eusébio Vinumo estudia en Roma, gracias a la Fundación CARF. Vinumo es consciente de que África es hoy la fuente de los nuevos misioneros que evangelizan las antiguas naciones cristianas.
Natural de Huambo-Angola, en el municipio de Caála, en África, Francisco Eusébio Vinumo es el sexto y último hijo de una familia profundamente cristiana que cuenta, entre sus seis hijos, con otro sacerdote además de Francisco Eusébio.
¿Cómo nace su vocación?
—Todo comenzó con costumbres cristianas que nuestra madre nos inculcó desde pequeños: catequesis, el rezo del Rosario, -que a veces hacíamos en casa-, y por supuesto, la asistencia a la Santa Misa. Aquello despertó en mí el deseo de estar donde estaba el sacerdote, porque su forma de celebrar me cautivaba. En la inmensidad y diversidad con que Dios llama a las personas a su viña, yo también me sentí llamado a servirle.
Otra figura no menos importante en el descubrimiento de mi vocación fue mi hermano, que entonces ya era seminarista. Su testimonio influyó mucho en mi elección. Por la gracia de Dios, ahora es sacerdote.
¿Cómo es la vida de las comunidades cristianas angoleñas?
—Angola tiene una fe muy arraigada. A pesar de los diversos problemas políticos y socioeconómicos a los que se enfrenta el país, la población sigue firme en su fe, con Dios como único apoyo y consuelo.
La comunidad cristiana de Angola alimenta y refuerza su fe, sobre todo, mediante la práctica de devociones populares, como el rezo constante del Rosario, la participación en procesiones, peregrinaciones y las vigilias de oración. Es un país muy mariano, y sin la Virgen María, creo que la fe se habría debilitado mucho.
Por otra parte, hay una gran participación en las misas, tanto semanales como dominicales.
¿Cómo ayuda la Iglesia a la población en un país con una pobreza acentuada?
—Por desgracia, la pobreza es uno de los mayores problemas del país. Paradójicamente, somos uno de los países más ricos de África en recursos naturales, estamos cubiertos de riquezas sin beneficiar en nada a la población, porque el bien común no se gestiona con verdad y transparencia, siempre se reserva para unos pocos que se aprovechan personalmente, empobreciendo cada vez más a la gente pacífica.
La Iglesia recuerda constantemente a los gobernantes que su papel es garantizar el bienestar de la población, defenderla, proteger y promover la dignidad de la persona humana, garantizando la distribución universal del bien común. Además, promueve diversas acciones sociales y garantiza la formación intelectual y espiritual de la población, la llamada formación humana integral.
¿Qué aporta la Iglesia en África al mundo?
—En primer lugar, debemos dar gracias a Dios por el crecimiento de muchas vocaciones en África. Son países jóvenes en la fe, es decir, que no tienen muchos siglos de evangelización como Europa, por lo que esto aporta alegría y consuelo a la Iglesia africana y más allá. La Iglesia africana lleva un mensaje muy fuerte de esperanza y avivamiento de la fe al mundo y, como signo de gratitud, envía misioneros a Europa, no como signo de orgullo de que tenemos muchos y no necesitamos a nadie más, sino simplemente para ver a la Iglesia como una sola.
Los misioneros que salen de África van a ayudar a sus “antepasados en la fe” en Europa, que tanto hicieron por nosotro. Ahora somos nosotros los que debemos corresponderles, como un hijo agradecido siempre apoya a sus padres.
¿Qué significa para ti la posibilidad de estudiar en Roma?
—Roma es única, singular, irrepetible y enriquecedora. Tener contacto con una realidad distinta es enriquecedor.
Estar aquí es tocar las raíces de nuestros antepasados, nuestros patriarcas en el cristianismo, convivir y socializar con santos, mártires, papas y todos aquellos que han dejado su huella en la historia del cristianismo.
Estar en Roma es experimentar la universalidad de la Iglesia. Te hace ver y vivir verdaderamente la naturaleza “una, santa, católica y apostólica” de la Iglesia, y así estar unido en la diversidad. Roma es la ciudad eterna, no porque nunca muera, sino porque te eterniza. Este tiempo ha contribuido mucho a mi vida futura como sacerdote, especialmente con la formación que estoy recibiendo, que me permitirá transmitir la fe cristiana para que muchos de mis hermanos en Angola puedan santificarse.
Propuestas actuales para conocer a Cristo, clave de la revista Omnes de marzo de 2024
Las propuestas actuales para acercarse a Cristo a través del cine o los nuevos medios de comunicación así como la importancia de la Escritura y la Tradición centran el número de Omnes de marzo de 2024.
En los últimos años, gracias entre otras cosas, con la irrupción de los nuevos formatos de comunicación se han multiplicado los proyectos audiovisuales que se acercan a Jesucristo a través de podcasts, series, películas o ebooks. Son nuevas puertas al conocimiento de Jesucristo y que actualizan la lectura de la Biblia, la comprensión de las escrituras o la oración.
Este tema: Cristo, ocupa el dossier de la revista Omnes correspondiente al mes de marzo de 2024, un mes en el que, además, los católicos celebran los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
Las puertas hacia Cristo
El dossier cuenta con dos valiosos artículos, escritos por los teólogos y profesores Francisco Varo y Vicente Balaguer en los que el lector se acerca a Cristo a través de los relatos del Antiguo y Nuevo testamento y, por otra parte, al tesoro de la Tradición de la Iglesia católica en el camino de entendimiento de la fe y de la historia de la Salvación.
El dossier se completa con otros artículos de carácter divulgativo: un repaso por algunos de los hallazgos arqueológicos en Tierra Santa relacionados con lugares que aparecen en el Evangelio y que confirman los textos bíblicos así como la iconografía bíblica presente en diferentes obras de arte y que unen, de manera visual, el Antiguo y Nuevo Testamento para mostrar su tema nuclear: Jesucristo.
Este dossier se centra además en algunas de las últimas propuestas: ebooks, podcasts, series o películas, que han ido apareciendo en los últimos años en torno a la figura de Cristo. Una realidad que pone de relieve la perenne actualidad de la figura y el mensaje de salvación cristiano y los nuevos modos de abordarlo adecuándose a la sensibilidad y a los medios actuales.
Jóvenes y fraternidad
Nuestro redactor en Roma, Giovanni Tridente, acerca a los lectores los resultados de una encuesta mundial que ha examinado los valores, las esperanzas y las inclinaciones religiosas de los jóvenes de entre 18 y 29 años de ocho países. El estudio, realizado por la Pontificia
Universidad de la Santa Cruz, en colaboración con otras siete universidades y la agencia española GAD3 y que se enmarca dentro de un proyecto de escucha continua de las expectativas de los más jóvenes.
Las audiencias y mensajes del Papa durante el mes de febrero son el centro de las Enseñanzas de este mes en el que Ramiro Pellitero pone el foco en varias de las cuestiones de las que el pontífice ha puesto en primer plano de su interés: la importancia de restaurar la dignidad de la persona en los ámbitos de la comunicación y los retos que plantea el uso de la inteligencia artificial.
El quinto aniversario de la firma del Documento sobre la Fraternidad Humana, celebrado a principios de febrero, ocupa la sección de Mundo de esta revista en la que se pone de relieve cómo, un lustro después de este histórico documento, la colaboración y el diálogo interreligioso siguen siendo uno de los principales retos de la Iglesia a todos sus niveles.
Kant y Gregorio Magno
La sección de Razones se abre con un interesante comentario sobre los tres grandes episodios que narra, en este tiempo de Cuaresma, el Evangelio de san Juan: el diálogo con la samaritana, la curación del ciego de nacimiento y la Resurrección de Lázaro.
Por su parte, Juan Luis Lorda centra su colaboración en la figura de Emmanuel Kant quien, a juicio de Lorda es “el filósofo moderno que más temas ha pensado y puesto en discusión, y que ha tenido un inmenso eco de estímulo reactivo, a veces positivo, en el pensamiento católico”.
Ideología woke y el último premio Nobel de Literatura
La ideología woke, sus raíces, la influencia en la cultura actual o la posición de la Iglesia ante este movimiento cultural centra la interesante entrevista con Noelle Mering, autora de “El dogma woke: Una respuesta cristiana ante la ideología de moda”, que se puede leer en este número.
Además, la sección de Cultura acerca al último Premio Nobel de Literatura, el noruego Jon Fosse. Fosse, autor complejo y casi desconocido, es una figura especialmente atractiva para quienes defienden que la literatura puede acercar a Dios.
El contenido de la revista correspondiente al mes de marzo de 2024 está disponible en su versión digital (pdf) para suscriptores de las versiones digital y digital e impresa.
En los próximos días, además, llegará al domicilio habitual de quienes tengan la modalidad de suscripción impresa.
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Los jóvenes se convierten en protagonistas de la evangelización digital
El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida organiza del 25 de febrero al 25 de abril de 2024 una campaña social para animar a los jóvenes a mantener vivo el espíritu de la exhortación apostólica Christus Vivit.
Giovanni Tridente·1 de marzo de 2024·Tiempo de lectura: 2minutos
Desde el 25 de febrero y durante doce semanas, hasta el 25 de abril, se llevará a cabo una campaña social para redescubrir la actualidad de la exhortación apostólica que el Papa Francisco dirigió a los jóvenes hace ahora cinco años, Christus Vivit, firmada el 25 de marzo de 2019 en el santuario mariano de Loreto.
Ese documento marcó la conclusión del Sínodo de los Obispos de 2018, dedicado al tema de los jóvenes y que les había implicado personalmente a través de una representación en el Aula de la Asamblea.
La actual campaña social, que también pretende mantener viva la experiencia de la Jornada Mundial de la Juventud -la última tuvo lugar en Lisboa en agosto del año pasado-, fue lanzada por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida e implica a un grupo de jóvenes comunicadores que participan en el proyecto “Faith Communication in the Digital World”.
No es casualidad que los canales utilizados para esta iniciativa sean las cuentas oficiales de Facebook e Instagram de la Jornada Mundial de la Juventud, abiertas inicialmente en 2011 con la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid, y gestionadas de vez en cuando por los comités organizadores locales con el apoyo de jóvenes voluntarios que aportan ideas y contenidos entre una JMJ y otra. Hasta la fecha, la cuenta de Facebook en inglés tiene más de 2 millones de seguidores, y cientos de miles de usuarios se reparten entre otros 20 idiomas.
“Vivo”
La campaña lanzada por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida se centra en la palabra clave “vivo” y, a través de vídeos motivadores, llamadas a la acción y al compromiso, pretende preservar la esencia de la JMJ también online, implicando a quienes ya han participado en anteriores Jornadas Mundiales de la Juventud, a sus animadores, a los responsables de pastoral, siguiendo la invitación del Papa Francisco a ser fecundos “en el hoy de Dios”, que puede ser también el espacio digital.
La iniciativa se traduce a varios idiomas y está abierta también a otras entidades eclesiásticas que deseen llegar a los jóvenes a través de los medios sociales con un mensaje espiritual, como es el caso del proyecto “Faith Communication in the Digital World”, nacido en el seno del Dicasterio para la Comunicación.
“Christus Vivit”
La carta del Papa a los jóvenes, “Christus Vivit”, es un fuerte anuncio de esperanza, e insta a sus interlocutores a mantener un corazón joven siguiendo el ejemplo de varios testigos que acercándose a Jesús pudieron descubrir el secreto de la vida eterna.
La juventud -anima el Papa- debe ser vivida como un don de Dios que hay que apreciar y vivir plenamente, por ejemplo a través del compromiso social, el contacto con los pobres y la amistad con Cristo como elementos fundamentales para crecer y madurar.
En “Christus Vivit” hay también una gran confianza por parte del mismo Papa y de la Iglesia hacia los jóvenes, a los que se invita a no renunciar a sus sueños y a renovar su ardor espiritual y apostólico, para confirmarse como portadores de esperanza y de cambio en la sociedad.
El Papa Francisco presidirá diversas celebraciones litúrgicas esta Semana Santa de 2024. Así lo ha comunicado el Vaticano a través del Maestro de Celebraciones Litúrgicas Pontificias, monseñor Diego Ravelli.
Las celebraciones comenzarán el 24 de marzo, domingo de ramos, cuando el Pontífice celebre la Santa Misa a las 10 de la mañana en la plaza de san Pedro. Este día se conmemora la entrada de Cristo en Jerusalén y la adoración por parte del pueblo.
Triduo Pascual
El Triduo Pascual comenzará el Jueves Santo, día 28 de marzo. El Papa presidirá la Misa Crismal a las 9:30 en la basílica de san Pedro. En el comunicado no señalan si Francisco realizará el habitual lavado de pies, a imitación del pasaje evangélico.
Al día siguiente, quienes acudan a la basílica de san Pedro podrán asistir a la Celebración de la Pasión del Señor a las 17. Posteriormente, a las 21:15, está previsto que el Papa presida el Vía Crucis en el Coliseo de Roma.
El Sábado Santo tendrá lugar la Vigilia Pascual en la Noche Santa, a las 19:30 en la basílica de san Pedro. Unas horas después, el 31 de marzo a las 10, el Papa Francisco celebrará en la plaza principal del Vaticano la Misa del domingo de Resurrección. Para finalizar la Semana Santa 2024, el Pontífice impartirá la bendición “Urbi et Orbi” a las 12.
Semana Santa con el Papa
Para acompañar al Pontífice durante las celebraciones, muchos peregrinos viajarán a Roma esos días. Aquellos que no puedan realizar el viaje, pueden seguir la Semana Santa de Roma a través de YouTube. En Omnes, se publicará un resumen con las intervenciones del Santo Padre a lo largo de las celebraciones.
Aquilino Polaino: “El trato con el paciente cambia si se ve en él a Jesucristo”
Aquilino Polaino es psiquiatra y ha sido catedrático de Psicopatología en la Universidad Complutense de Madrid durante treinta años. Se jubila después de casi cincuenta años dedicado a la consulta de psiquiatría y nos cuenta en esta entrevista algunas de sus reflexiones sobre la sociedad, la familia y la salud mental.
Loreto Rios·29 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 8minutos
Aquilino Polaino ha ejercido la psiquiatría durante casi cincuenta años. Además, ha sido catedrático en la Complutense durante tres décadas, y es miembro de las Reales Academias de Medicina de Valencia, Cádiz y Granada. En su larga trayectoria ha conocido a importantes personalidades del siglo XX, como el psiquiatra Viktor Frankl.
Título: Todos somos frágiles (también los psiquiatras)
Autor: Aquilino Polaino, Álvaro Sánchez de León
Editorial: Ediciones Encuentro
Madrid: 2024
En esta entrevista, Aquilino Polaino nos cuenta algunas de sus reflexiones sobre temas actuales como la desestructuración familiar, la libertad en los pacientes con enfermedades mentales o el suicidio.
En el libro, habla de la importancia de no ideologizar la psiquiatría. ¿Puede desarrollar un poco este punto?
Considero que la psiquiatría, como todas las ciencias, puede ser fagocitada por ideologías. Hay que ser cuidadoso, porque, al tener la psiquiatría tantísimas dimensiones, cualquier dimensión que se sobreelevara en relación a las otras supondría una matización incorrecta. Por ejemplo: es un hecho que el nivel socioeconómico de las personas influye en la salud mental. Es un hecho cierto, y de alguna manera la psiquiatría lo toma como bandera para que la desigualdad disminuya un poco. Ahora bien, si eso se radicalizara, podríamos transmitir la idea de que todos los trastornos mentales son consecuencia de la desigualdad, cosa que es absolutamente incorrecta. Por eso, en mi opinión, hay que dar a cada dimensión el peso que tiene. Y esto no siempre es fácil. La contaminación ideológica empieza porque las propias personas hacen atribuciones erróneas. Por ejemplo, dicen: “¿Por qué estamos tan mal psicológicamente? Porque tenemos mucho estrés”. El estrés es un mecanismo fisiológico, sin el cual no tendríamos salud suficiente. El estrés no es la causa del malestar psíquico que usted tiene, sino que esa causa está en el medio ambiente, que hay que modificarlo, o en usted, que tiene que modificarlo.
¿Pueden influir en la terapia, por ejemplo, las creencias personales del psiquiatra?
Podría ocurrir, pero a mi parecer esto, afortunadamente para nosotros, ha disminuido mucho en los últimos años. Quizás desde una enmienda que salió en EE. UU. hacia el año 92, a partir de la cual todo candidato a ser psiquiatra tiene que pasar unas pruebas muy duras para manejar a diversos pacientes con creencias religiosas diversas, y ser respetuoso con todas ellas. Entonces eso, de alguna manera, ha permeado el mundo de la psiquiatría. Me parece que ese conflicto, que podría ocurrir, hoy está muy controlado y prácticamente neutralizado.
¿Puede contarnos cómo conoció a Viktor Frankl?
Yo tuve una beca en la Universidad de Viena en el año 71 y 72 del pasado siglo, y en Viena tenía un colega, también psiquiatra, además de sacerdote, el profesor Torelló. Con él tenía mucha amistad y nos veíamos prácticamente un día sí y otro también y hablábamos de muchas cosas. Entonces él me contó que era muy amigo de Frankl y que iba a ir a verlo a su casa, que si quería acompañarlo. Le dije que encantado, y fuimos. Así le conocí. Y luego en otros viajes que he hecho a Viena, a lo largo de mi vida, solía coincidir con el profesor Torelló -que ya ha muerto-, y en algunas ocasiones nos reuníamos también con Frankl, por tanto el contacto continuó.
¿Qué impresión le causó?
Muy buena. A mí me parece que fue muy rebelde desde muy joven. Creo que quizás es el primer psicoanalista con menos de veinte años que publica en una revista de Freud un trabajo negando las tesis de Freud. Y esto no es habitual, y menos en aquellos tiempos. Luego, por otro lado, es de notar su espíritu de independencia, porque, aunque formado en un entorno psicoanalítico, siempre fue muy crítico y pensó por su cuenta. Además, aprovechó bien las oportunidades en la vida. El desastre con su primera mujer, que murió en un campo de concentración, su estancia en un campo de concentración… Sin embargo, es curioso cómo eso, que puede ser una experiencia que rompa toda resiliencia y toda fortaleza, hasta llegar a la destrucción de la persona, para él fue un acicate para todo lo contrario. Y le llevó a la búsqueda de algo que le trasciende a él como persona, que es el sentido de su vida y que está más allá de su propia vida. Considero que eso son aportaciones muy valiosas. Quizá hay que decir que me gustaría que la fundamentación de todo lo que fue desarrollando tuviera una más clara implicación en la filosofía occidental, una apoyatura más clara. Pero ya ha hecho bastante con todo lo que hizo y todo lo que nos legó, y la prueba es que todavía sigue funcionando y que en muchos países, como los latinoamericanos, tiene más fuerza que en Europa.
En las enfermedades mentales, ¿tienen libertad los pacientes?
Creo que no se pueden tomar como una realidad homogénea y singular todas las enfermedades mentales. Porque, claro, en un brote esquizofrénico probablemente el sujeto no es libre y hace cosas de las que después se va a arrepentir toda su vida, cuando le digan que las ha hecho, porque él no se ha enterado. Ahí puede haber una carencia de libertad total. O en un brote psicótico agudo. En un cuadro demencial a lo mejor podría ocurrir, pero ya en la demencia la fuerza física disminuye mucho, y la iniciativa también. Ahora, en la mayor parte de los cuadros más frecuentes (depresiones, ansiedad, estrés postraumático, angustia aguda, fobias, obsesiones), la libertad puede estar un poco restringida, o limitada, pero no abolida. De hecho, en cierta manera, cuando hacemos psicoterapia, lo que tratamos es que el paciente retome la parte viva que tiene todavía de responsabilidad para conducir su vida y que a partir de ahí conquiste la libertad que le faltaba, porque es él el que tiene que salir adelante. Al final, su vida no la puede realizar al dictado de lo que le diga el terapeuta, sino de lo que él vaya haciendo, eligiendo opciones una detrás de otra, y por eso es importante siempre empujar esa libertad hacia donde tiene que llegar.
Usted comenta que en parte muchas depresiones pueden tener su origen en el desestructuramiento de la familia que está experimentando la sociedad actual. ¿En qué sentido?
Nacemos en un estado muy indigente y a la vez muy necesitado. Un bebé, por ejemplo, no sabe amar, ni sabe lo que es el amor, y sin embargo necesita mucho cariño. Pero lo necesita porque lo recibe, no porque lo dé. Luego, con el tiempo, va creciendo y aprendiendo, y llega un momento en el que, cuando se acerca su madre, él también abre los brazos para abrazarla, pero ha sido un aprendizaje, porque inicialmente no sabía nada de eso. Por esa indigencia con la que nacemos, la relación con la madre y con el padre es absolutamente necesaria, porque si un niño nace en un ambiente que percibe como inseguro, ya hay aspectos psíquicos que no le funcionan, y no le van a funcionar en muchos años. Por tanto, la primera cosa que necesita el niño es seguridad, a través de lo que la madre dice, lo que el padre hace, lo que le enseñan. Por otra parte, está el tema de la comida. Un niño no sabría hacerse él un biberón. O incluso el cuidado de la propia higiene: si un niño se hace pis y no le cambian el pañal, cogerá una infección, y así sucesivamente. Por eso el niño, cuando es muy pequeño, tiene la percepción de que el padre es omnipotente, porque es el que le da toda la seguridad.
En la infancia, la familia es radical. Y, sin familia, es muy difícil que una persona crezca normal. Por tanto, si la familia está desestructurada o es muy anómala, o no existe, o se ha roto cincuenta veces, las personas tienen heridas psíquicas, y eso a veces se cura y a veces no se cura. Y por tanto van a ir con un déficit toda su vida. Eso es lo que me parece que sería bueno que los padres pensaran antes de escoger una opción como el divorcio, o incluso la propia polémica continua, la discusión entre hombre y mujer dentro del matrimonio, que es muy frecuente, y que amarga tanto a los hijos. Porque, ¿dónde aprende el niño a amar? Pues en las personas que tiene más cerca y que deberían amarse, o sea, en el amor del padre a la madre y de la madre al padre. Si ahí, en vez de haber una relación amorosa, lo que hay es un conflicto permanente, el niño se queda sin aprender qué es eso de querer y ser querido.
¿Hay algo que sea irreversible?
Irreversible así en su totalidad, creo que es difícil. Aunque hay casos de personas que han tenido un conflicto con su padre y no lo han sabido remontar nunca. A mí me da miedo hablar de ese tema, porque pienso que si los padres oyen esto pueden angustiarse mucho pensando que, cuando meten la pata en la educación de su hijo, pueden organizar un problema irreversible, y entonces no lo van a hacer bien. Hay que decirles: “Usted no se angustie por nada, lo está haciendo bien, pero tiene que hacerlo mejor”.
Entonces, en mi opinión sobre la familia hay una ignorancia bestial. Y quizá esa es una de las causas por las que hay más destrucción familiar. Porque si no se cuida, y no se sabe cuidar porque se es ignorante, se toma cualquier decisión muy repentinamente y sin evaluar las consecuencias.
Además, para la propia felicidad del hombre y la mujer es importante que la familia funcione bien. Todavía en la actualidad, la mayor parte de la gente joven a lo que no renuncia es a formar una familia, y es una de las metas que quieren conseguir. Probablemente porque provienen de familias en las que, con todos sus defectos, el balance ha sido muy positivo. Y dicen: “Esto es lo que yo quiero replicar, pero mejorándolo”. Pero para eso hay que formarse, y la gente no está formada. Creo que no es suficiente con hacer un cursillo de fin de semana antes de casarse. Por otro lado, tampoco se puede exigir un curso entero, porque el derecho natural lo prohíbe: el matrimonio es una institución natural, no se puede meter la academia en él. Pero considero que sí hay que hacer mucho más.
¿A qué cree que se debe la alta tasa de suicidio actual?
A muchos factores. Quizás también la covid ha condicionado mucho lo que estamos viendo ahora. Además de las redes sociales, internet, estar mirando todo el día si tenemos seguidores o no… Eso organiza una especie de constelación, por un lado virtual, porque el contacto real no se tiene, y por tanto aislacionista, y por otro lado pseudotrascendente, en el sentido de empujar al yo a que sea el rey de la creación. ¿Ser millennial es ya lo máximo que se puede ser? Pues yo creo que es lo mínimo, o incluso lo nulo que se debiera ser. Lo importante es qué ha hecho usted con su vida, en qué medida está dándole sentido, en qué medida está usted contento de cómo vive cada minuto de su vida. A mí me parece que eso es lo que justifica la existencia humana y lo que da felicidad. Si por otra parte le sigue más gente o no le sigue, o si uno le alaba y el otro le critica, eso es problema de ellos. Pero ¿qué dice su conciencia respecto de usted?
Además, los jóvenes en general son muy inseguros, porque no tienen experiencia de la vida, e infravaloran lo que valen. Según nos percibimos, así actuamos. Y, luego, si en el contexto en el que están lo ven todo negativo, porque efectivamente no parece que tengan un futuro laboral muy prestigioso y los sueldos son de miseria, y tienen experiencia de otros compañeros un poco mayores que les cuentan unas cosas horribles, pues se van hundiendo. Además, si no han tenido ningún entrenamiento en superar la frustración de cada día, cualquier pequeña frustración para ellos es un gigante. Y eso puede provocar que, ante una frustración muy grande, no tengan fortaleza para tolerarla y reconducirla, sino que se vienen abajo. Y ahí ya empiezan todas las actitudes nihilistas y pesimistas y la búsqueda de una salida que es absurda. Pero hay muchos factores. Además de que sufrir una crisis de ansiedad es muy duro, y es insoportable, sufrir un cuadro depresivo pues más de lo mismo, pero con más continuidad, y por tanto nunca se ve la salida del túnel. Si a esto se le añade que pasan cosas muy amargas, factores sobreañadidos que están pululando en el ambiente, como que te deje la novia, o que el padre se haya ido a comprar tabaco y ya no haya vuelto, empieza a ser todo muy complicado.
¿Ve a Dios en la vida de sus pacientes?
Yo procuro verlo, y me ha ido muy bien, porque me parece que uno cambia el trato con cualquier paciente si ve allí al mismo Jesucristo. Eso es otro horizonte distinto. Me pasó una vez con una señora con un cuadro depresivo, que trabajaba en la prostitución, tenía una hijita, e iba muy de cabeza, lo pasaba muy mal. Pero, claro, como tampoco cambiaba su ambiente, no había mucha posibilidad de mejora y la medicación no era muy eficaz. Un día, ya un poco cansado, teniendo a la persona delante, me dio por preguntarme: “¿Qué hago yo aquí con una persona a la que no le cobro, que por otro lado tampoco la estoy arreglando, y que va a ser muy difícil sacarla adelante?”. Estaba a punto de tirar la toalla. Y entonces alguien me debió de decir, o por lo menos yo lo vi en la cabeza: “Imagínate que esta mujer es Jesucristo. ¿Cómo la tratarías?”. Y ya me cambió el chip. Empecé a tratarla de otra manera, me importaba menos que no me pagara, y se empezó a relativizar lo que antes me parecían categorías más importantes. A partir de ahí, fue mejorando un poquito, aunque al final yo creo que no conseguí que dejara su trabajo.
La Pascua 2025 será el 20 de abril, año en que además se cumplen 1700 años del Concilio de Nicea, que fijó la fecha de la Pascua. Los astros, nunca mejor dicho, parecen alinearse para que los cristianos demos ese paso de unidad que sería celebrar todos la Pascua el mismo día.
29 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 4minutos
Hoy, 29 de febrero, es un día excepcional pues no existe cada año, pero tampoco cada 4, como mucha gente cree. Lo más curioso es que su existencia está íntimamente unida al Papa cuyo retrato ilustra este artículo y a la celebración de la Semana Santa cuyo cálculo, además, puede cambiar a partir del año próximo.
El papa en cuestión es Gregorio XIII a quien debemos la puesta en marcha, en el año 1582, del calendario que se usa hoy prácticamente en todo el mundo y que, en su honor, se denomina «calendario gregoriano». Su propósito fue el de arreglar el desbarajuste que el paso del tiempo había causado en el menos preciso calendario juliano, que se venía utilizando desde que Julio César lo promulgara el año 46 a.C.
Y es que es fijar un calendario exacto es tarea ardua pues hay que contar en días (rotaciones de la Tierra) el tiempo que tarda nuestro planeta en dar la vuelta al Sol y, obviamente, estos dos movimientos de la naturaleza no tienen por qué estar coordinados para coincidir en números enteros. Así pues, cada año no dura 365 días, sino 365,2425 días.
Los egipcios (en cuyos cálculos se basaron los matemáticos romanos) sabían que el año duraba 365 días y casi un cuarto de día, por lo que el calendario juliano preveía también, como el nuestro, cada cuatro años, los bisiestos, pero no se disponían igual. Cada cuatro años, añadía un día a los 28 del mes de febrero, aunque no existía el 29 de febrero. Lo que se hacía era repetir el día sexto antes de las calendas (primer día del mes) de marzo, de ahí la denominación de bi-sexto. En definitiva, al día 23 de febrero le seguía un 23 de febrero bis. Esta corrección cuatrienal permite reducir el error entre el año natural y el año del calendario a solo 11 minutos. En principio parece poco tiempo, pero, al acumularse a lo largo de los siglos, los minutos se transforman en horas, en días… Hasta que no se tuvo más remedio que corregir de forma drástica.
Pero ¿de dónde el interés del Papa en arreglar una organización que parecería más bien corresponder al ámbito civil? Pues de algo tan importante como es fijar la celebración de la más grande fiesta cristiana, la Pascua de Resurrección que estaba fuera de su sitio.
Resulta que en el Concilio de Nicea (año 325) todas las Iglesias se pusieron de acuerdo en que la Pascua se celebraría el domingo que sigue a la luna llena (14 del mes de Nisán) después del equinoccio de primavera en el hemisferio norte. Aquel año, el equinoccio tuvo lugar el 21 de marzo, pero, pasado el tiempo, esta fecha se había ido adelantando por el efecto acumulativo del que ya hemos hablado. Nada más y nada menos que 10 días de diferencia con la fecha en la que Gregorio XIII acometió su reforma, en vez del 21, el equinoccio se produjo el 11 de marzo.
La reforma del Papa Gregorio quería corregir este desfase, estableciendo un nuevo cómputo que fue desarrollado precisamente por científicos españoles, concretamente de la Universidad de Salamanca. Este algoritmo tiene un error mínimo de tan sólo un día cada 3.323 años y establece lo siguiente: Será bisiesto cada año múltiplo de 4 —pero no siempre como casi todos creemos—; se exceptúan los múltiplos de 100 (por eso no fueron bisiestos los años 1700, 1800 o 1900) aunque sí lo mantienen los múltiplos de 400 (por lo que sí fueron bisiestos los años 1600 y 2000). Gracias a esta regla, aún nos quedan todavía casi tres milenos sin preocupaciones.
Pero ahora hay otro problema: resulta que, aunque ciertamente la Iglesia católica solucionó el desfase adoptando el calendario gregoriano, las iglesias orientales no lo hicieron y continuaron con el antiguo calendario juliano. Por lo tanto, los cristianos celebramos la Pascua en dos fechas distintas y eso es un escándalo de desunión que ya san Pablo VI insistió en que había que resolver.
Providencialmente, el año que viene los cálculos de unos y otros van a coincidir el mismo día. La Pascua 2025, no importa qué calendario se use para calcularla, será el 20 de abril. Pero es que, además, se cumplen 1.700 años de aquel Concilio de Nicea que fijó la fecha de la Pascua. Los astros, nunca mejor dicho, parecen alinearse para que los cristianos demos ese paso de unidad que sería celebrar todos la Pascua el mismo día. Pero, ¿qué día? La pelota está ahora en el tejado de las iglesias orientales que tienen que ponerse de acuerdo, puesto que el Papa Francisco ha expresado su intención de aceptar pulpo como animal de compañía.
¿Será por tanto este 2024 el último en el que sigamos el actual cálculo de la fecha de la Semana Santa? Yo creo que hay que rezar para que así sea y los cristianos podamos dar un testimonio de comunión tan necesario en un mundo tan dividido como el nuestro.
Por cierto, volviendo al tema de las curiosidades del calendario gregoriano, su implantación fue la causa de que santa Teresa de Jesús muriera un 4 de octubre y fuera enterrada al día siguiente, 15 de octubre de 1582. Sí, ha leído bien y no hay errata. Tampoco fue un fallo en la matrix. Pero eso ya lo explicaré en su fiesta. ¡Lo que da de sí el calendario gregoriano!
Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.
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La pastoral del ministerio hispano en Estados Unidos
El Plan Pastoral Nacional para el Ministerio Hispano/Latino pretende ser una hoja de ruta por donde avancen las acciones de la Iglesia Católica en Estados Unidos.
Las sucesivas oleadas migratorias de hispanos/latinos hacia los Estados Unidos han traído consigo, entre otras tantas cosas, un cambio muy significativo en el número, en la composición y en el perfil de la Iglesia Católica en Estados Unidos.
El fenómeno de la creciente y enorme presencia hispana/latina en los Estados Unidos, advertida y acogida por la Iglesia Católica, especialmente en las últimas siete décadas, pasó de las tímidas y casi clandestinas celebraciones eucarísticas en latín o “medio español” y en los sótanos de los templos a la celebración de encuentros nacionales del ministerio o pastoral hispana católica en esta nación.
El camino al Plan Pastoral
Hitos históricos de estos cambios son, entre otros, los siguientes años: en 1945 se establece, oficialmente, la primera oficina nacional para el ministerio hispano y en los años 1972, 1977, 1985, 2000 y 2018, después de arduo trabajo, procesos de consultas y discernimiento fueron convocados y realizados los cinco sucesivos encuentros nacionales del ministerio hispano.
Fruto de la ya larga trayectoria histórica de la presencia hispana/latina, de la acogida y experiencia de la Iglesia y de lo compartido y aprendido en los encuentros nacionales ya mencionados, este Plan Pastoral Nacional para el Ministerio Hispano/Latino pretende ser una hoja de ruta, una camino, un derrotero por donde avancen las acciones de la Iglesia Católica en los Estados Unidos y de los hispanos/latinos que en ella peregrinan con su fe, en la construcción del Reino de Dios, mediante el mandamiento del amor, para “un cielo nuevo en una tierra nueva”, es decir, para una mejor sociedad estadounidense y un mundo nuevo, más justo, más fraterno y más solidario, según los criterios del evangelio de Jesucristo.
El quinto encuentro nacional, volcado en el documento y Plan del que les hablo, siempre a la luz del evangelio, quiso recoger visión y doctrina sobre la Iglesia del Papa Francisco, especialmente en el contexto del sínodo sobre la sinodalidad, además de ponerse a tono con la Iglesia católica en centro y sur América, desde las enseñanzas proclamadas por el episcopado latinoamericano en Aparecida, Brasil.
Las líneas de acción
El Plan, que aquí les presento, consta de cinco partes, en las que se da a conocer la visión de lo que debe ser la pastoral hispana en los Estados Unidos y se sugieren líneas de acción que consideran a los católicos como discípulos misioneros, alimentados por la eucaristía, enviados a anunciar el evangelio y a dar fruto. Discípulos animados por la Palabra que – mediante el encuentro con Cristo – forman una Iglesia profética, multicultural y sinodal que promueve la integración, la inclusión, la justicia y la misericordia.
Pero, además, este Plan Pastoral Nacional señala unas prioridades pastorales a tener en cuenta en los proyectos pastorales parroquiales y diocesanos: la formación en la fe, el acompañamiento de las familias, la pastoral juvenil, la inmigración, la atención pastoral a los que se encuentran en la periferia, entre otras.
La salud como prioridad
Como CEO de SOMOS Community Care, advierto la ausencia del tema de la salud como prioritario en un Plan Pastoral de la Iglesia Católica. Y aunque puedo entender y excusar dicha omisión, por lo mayoritariamente joven que es nuestra comunidad hispana/latina, el asunto de la salud es tema que no puede ser olvidado porque sin él no hay vida ni “vida abundante” (Jn 10, 10).
Etimológica y teológicamente hablando “salvación” es sinónimo de “salud”, porque a ello dedicó gran parte de su ministerio público Jesús de Nazaret y porque una tarea evangelizadora y pastoral que no sea completa, totalizante, holística, para todo el hombre y para todos los hombres, traiciona la salvación universal e integral que nos regala Dios en Jesucristo.
La Iglesia, Madre y Maestra
Este Plan es, evidentemente, un esfuerzo – que agradecemos – de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos por resumir experiencias, por iluminar la vida de la comunidad hispana/latina presente en los Estados Unidos con la luz del Evangelio que es Cristo mismo, pero, sobre todo, es un esfuerzo por tener un método (camino), una agenda común de líneas de acción pastoral que nos señalan la senda que todos juntos (sinodalidad) debemos recorrer.
Este Plan es también una muestra de la sensibilidad, interés, acogida y preocupación que la Iglesia Católica en los Estados Unidos, como “Madre y Maestra” ha tenido y tiene hacia los inmigrantes hispanos y es, también, al mismo tiempo, un homenaje a todos los ministros ordenados y laicos que en el transcurso de tantas décadas han engrandecido, de tantas maneras, la presencia de la comunidad hispana/latina en esta sociedad y en la Iglesia Católica en los Estados Unidos. Que todos nos sintamos representados en este Plan Pastoral Nacional y para todos va nuestra memoria agradecida.
Un esfuerzo común
Deseo que adquiramos este documento en las parroquias o directamente en los contactos de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, su sigla en inglés). Que conozcamos este Plan Pastoral. Que todos participemos activamente en él. Que seamos agentes de cambio y de buenas noticias.
Que este Plan sea herramienta de trabajo y camino para que todos – en sociedad y en comunidad eclesial – “seamos uno” (Jn 17, 20-23) en el respeto por las diferencias que, en vez de dividirnos, nos enriquecen, para que vivamos la integración y la unidad en la diversidad. Herramienta y método para que realicemos la comunión y participación fraternas que resultan del Evangelio. Plan, método e instrumento “para caminar juntos como alegres discípulos misioneros en salida, en la solidaridad y la misericordia” (Plan citado, parte 1, pág. 7) y para que, en definitiva, vivamos la “catolicidad”, es decir, la fraternidad universal querida por Jesucristo, nuestro “Camino, Verdad y Vida”.
El documento del Plan Pastoral Nacional aquí presentado comienza diciendo que “la presencia hispana/latina es una bendición de Dios para la Iglesia y para nuestro país”. Deseo y propongo que en este 2024, que en los próximos diez años que el Plan contempla y que siempre, cada hispano/latino e hispana/latina, presente en los Estados Unidos, se sienta acogido y capaz de acogida con todos.
Que los hispanos/latinos nos sintamos responsables y capaces de transmitir, con hechos y con palabras, lo mejor de nuestros valores, tradiciones y cultura. Que con nuestras acciones cotidianas seamos constructores de una mejor Iglesia y una mejor sociedad.
Joseph Evans comenta las lecturas del tercer domingo de Cuaresma y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.
Joseph Evans·29 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 2minutos
El dramático acto de Jesús de expulsar a los mercaderes del Templo -tema del Evangelio de este domingo- le valió el odio de las autoridades, que se beneficiaban económicamente de este comercio, pero la admiración de la gente. Así leemos: “Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía”. Pero lo sorprendente es lo que nos dice a continuación el evangelista: “Pero Jesús no se confiaba a ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre”. Jesús los conocía a todos… sabía lo que había en el hombre. Jesús, como Dios, nos conoce por dentro. Él nos hizo.
Conoce nuestros pensamientos secretos. Él sabe, por ejemplo, cuándo nos estamos convirtiendo en una cueva de ladrones en lugar de una casa de oración. Se nos dice: “Haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: ‘Quitad esto de aquí: no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre’”. Él conoce el ganado y las ovejas que hay que expulsar de nosotros: esos deseos animales, porque a menudo nos comportamos como bestias mudas. Puede que tenga que volcar nuestras monedas de los cambistas, igual que Dios permite a veces la ruina financiera porque es bueno para nosotros. Creemos que estaremos seguros acumulando riquezas y eso sólo nos aleja de Dios.
Dios sabe lo que hay en nuestro corazón. La primera lectura trata de los Diez Mandamientos, que son como el mapa para llegar a Dios. ¿Los tenemos en el corazón? ¿Conocemos los Diez Mandamientos? ¿Los encontraría Dios en nuestro corazón? Un deseo sincero de vivirlos y no un corazón que en realidad es un “mercado” porque siempre estamos pensando en lo que nos gustaría comprar y poseer, o en lo que queremos vender para enriquecernos. Nuestros corazones deben esforzarse por ser templos de Dios, casas, corazones de oración, donde los mandamientos ocupan un lugar privilegiado.
¿Hasta qué punto es nuestra prioridad ser una buena persona? Amar a Dios por encima de todo, honrar su nombre, santificar el domingo, honrar a nuestros padres, respetar la vida y resistir a la violencia, vivir castamente la sexualidad como Dios quiere que la vivamos, ser honestos en lo que decimos, desprendernos de los bienes materiales… Los Mandamientos nos conducen a la santidad y a la felicidad, perfeccionadas por las enseñanzas de Jesús en los Evangelios. Entonces verá que nuestros corazones son verdaderos templos que dan gloria a Dios, donde se complace en habitar.
La homilía sobre las lecturas del tercer domingo de Cuaresma
El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.
Severo reproche del Papa a la envidia y a la vanidad
En la catequesis de esta mañana, el Papa Francisco ha dedicado su meditación a la envidia y a la vanidad, vicios capitales de las personas que buscan ser el centro del mundo y de todos los elogios, ha manifestado. Para ellas, “los demás son injustos, no comprenden, no están a la altura”. El Pontífice ha recordado la llamada a ser pacificadores.
Francisco Otamendi·28 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 3minutos
El Papa ha continuado en la audiencia de hoy, en el Aula Pablo VI, el ciclo de catequesis sobre “los vicios y las virtudes», y ha centrado su reflexión en el tema “Envidia y vanagloria”, con la lectura de una carta de san Pablo (Gal 5,24-26).
“La envidia aparece ya desde las primeras páginas de la Biblia. Cuando leemos el relato de Caín y Abel vemos que, movido por la envidia, Caín llegó incluso a matar a su hermano menor”, porque “la envidia, si no se controla, conduce al odio del otro”, ha señalado el Papa, que sigue con algunos síntomas gripales, por lo que un eclesiástico de la Secretaría de Estado, Mons. Filippo Ciampanelli, ha leído sus palabras, salvo la alocución final en italiano y la bendición.
“El envidioso busca el mal del otro, no sólo por odio, sino que en realidad desearía ser como él. En la base de este vicio está la idea falsa de que Dios debe actuar según la lógica mundana, sin embargo, la lógica divina es el amor y la gratuidad”, ha continuado, como puede apreciarse en la parábola de los que van a trabajar a la viña.
Vanidoso, relaciones instrumentales
La vanagloria, por su parte, se manifiesta como una autoestima desmesurada y sin fundamentos, ha proseguido el Pontífice. “El que se vanagloria —el vanidoso, el engreído— es egocéntrico y reclama atención constantemente. En sus relaciones con los demás no tiene empatía ni los considera como iguales. Tiende a instrumentalizar todo y a todos para conseguir lo que ambiciona”.
Las relaciones del vanidoso “son siempre instrumentales, marcadas por la prepotencia del otro. Su persona, sus logros, sus éxitos deben ser exhibidos a todo el mundo: es un perpetuo mendigo de atención. Y si a veces no se reconocen sus cualidades, se enfada ferozmente. Los demás son injustos, no comprenden, no están a la altura”, ha manifestado el Papa.
Mirar a san Pablo
“Para curar al vanidoso, los maestros espirituales no sugieren muchos remedios. Porque, después de todo, el mal de la vanidad tiene su remedio en sí mismo: la alabanza que el vanidoso esperaba cosechar del mundo pronto se volverán contra él. ¡Cuántas personas, engañadas por una falsa imagen de sí mismas, han caído más tarde en pecados de los que pronto se avergonzarían!”, ha explicado Francisco.
La instrucción más hermosa para superar la vanagloria se encuentra en el testimonio de San Pablo. ha concluido. “El Apóstol se enfrentó siempre a un defecto que nunca pudo superar. Tres veces pidió al Señor que le librara de aquel tormento, pero al final Jesús le respondió: “Te basta mi gracia; la fuerza se perfecciona en la debilidad”. Desde ese día Pablo fue liberado. Y su conclusión debería ser también la nuestra: “Así que muy a gusto me glorío en mis debilidades, para que habite en mí la fuerza de Cristo”.
“Que el camino de la Cuaresma sea una ocasión para volver a uno mismo y renovar el espíritu”, ha manifestado al final de su reflexión.
En su saludo a los peregrinos de lengua española, Francisco ha aconsejado que “nos vendría bien en esta Cuaresma meditar con frecuencia las “Letanías de la humildad” del cardenal Merry del Val, para combatir los vicios que nos alejan de la vida en Cristo”.
Minas antipersonas, las guerras, Burkina Faso
El Santo Padre ha recordado en sus palabras finales los 25 años de la entrada en vigor de la Convención, el 1 de marzo, sobre la prohibición de las minas antipersonas, que siguen afectando a civiles inocentes, en particular a los niños, muchos años después del fin de las hostilidades.
“Expreso mis condolencias a las numerosas víctimas de estos arteros artefactos, que nos recuerdan la dramática crueldad de las guerras y el precio que la población civil se ve obligada a sufrir. A este respecto, doy las gracias a todos los que ofrecen su contribución a la asistencia a las víctimas y a la limpieza de las zonas contaminadas. Su trabajo es una respuesta concreta a la llamada universal a ser pacificadores, cuidando de nuestros hermanos y hermanas”.
“No olvidemos a los pueblos que sufren a causa de la guerra: Ucrania, Palestina, Israel y muchos otros”, ha finalizado. “Y recemos por las víctimas de los recientes atentados contra lugares de culto en Burkina Faso; así como por la población de Haití, donde continúan los crímenes y secuestros por parte de bandas armadas. A todos, ¡mi bendición!”.
Tras la bendición, el Papa saludó a algunos eclesiásticos entre los que se pudo ver a Monseñor Luis Argüello, arzobispo de Valladolid, que tenía previsto solicitar al Santo Padre esta mañana, junto a la Comisión Isabel la Católica, el impulso de la beatificación de la soberana española.
“Santidad, su influencia es grande. ¿Qué hace contra la injusticia?”
Ésta es una de las preguntas, entre más de un centenar, que pobres sin techo y sin hogar de todo el mundo han formulado al Papa, y que han sido recogidas con las respuestas del Santo Padre, en un libro entrevista de Fundación Lázaro, presentado en la Universidad Francisco de Vitoria y editado por Voz de Papel. Las palabras de Francisco interpelan a todos.
Francisco Otamendi·28 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 4minutos
Para no dejarles con la duda, se recoge en primer lugar la respuesta a la pregunta del título, por citar una entre muchas.
– Pobres: “Santidad, su influencia es grande en el mundo. ¿Puedo preguntarle qué hace usted contra la injusticia que reina en él?”
– Papa: “Yo hablo, trato de dar testimonio, como os he dicho, y en la medida de lo posible, ser una persona justa. Subrayo esto porque la injusticia de esto siempre está ahí. Intento dar testimonio de pobreza” (..) ¿Cómo abofetear a la injusticia en el mundo? Con la palabra, a veces digo cosas muy duras, y las repito. Hablo, predico, digo cosas que a algunos no les gustan. Y por eso se enojan conmigo. (…). Algunos me dicen que soy comunista. Pero si sacamos a los pobres del Evangelio, el Evangelio se viene abajo. (…). Todo esto se encuentra en mis encíclicas y exhortaciones. La última de ellas, “Fratelli tutti”, habla con mucha claridad de esto”.
De los pobres al Papa
Título: De los pobres al Papa, del Papa al mundo
Autor: Entrevista al Papa Francisco
Editorial: Voz de Papel
Madrid: 2023
Sobre “la riqueza de la Iglesia”
– Pobres: “¿Cómo permite usted lo que ocurre en el mundo? Estoy escandalizada por la riqueza de la Iglesia y por el anillo papal”.
– Papa: “En primer lugar, que quede muy claro, “la riqueza de la Iglesia” es la riqueza del Estado Vaticano y de la Basílica de San Pedro. No podemos venderlo en pedacitos para sacar dinero… Las riquezas artísticas también forman parte de la riqueza de la Iglesia. Se encuentra, por ejemplo, en las capillas, o en aquellos objetos de valor que custodia una parroquia. Estas riquezas pertenecen a todo el mundo, no son una propiedad privada.
Luego están las otras riquezas, las malas, que Maite señala aquí, como por ejemplo la del anillo papal.
Este anillo es el de mi primer amor, el anillo del 27 de junio de 1994. Es el día que me consagraron obispo. Cuando vosotros os casáis os ponen un anillo que representa vuestro amor. Y no lo cambias, porque no cambias de amor. Yo no lo cambio tampoco ((y prosigue))..
La gran virtud que deseo para toda la Iglesia, empezando por el Papa, los cardenales, los sacerdotes, los religiosos y religiosas, es la pobreza. Un santo vasco, san Ignacio de Loyola, dijo que la pobreza de los eclesiásticos es la madre y la muralla de la vida. ¿Por qué es una madre la pobreza? Porque engendra la generosidad, el don de sí a los demás. (…) Si alguien ve un eclesiástico rico, que rece por él, y si tiene posibilidad que hable con él”.
Francisco “en estado puro”
“Estas páginas constituyen un sencillo, directo e iluminador diálogo entre los pobres y el Papa, y a través de ellos con todos nosotros, cristianos, creyentes o no, miembros de toda la familia humana, que lo reconozcamos o no somos también pobres, particularmente aquellos que creen no serlo”. Así lo ha definido el sacerdote Álvaro Cárdenas, presidente fundador de Lázaro España, y responsable de la edición española.
Estamos ante una conversación cara a cara y corazón a corazón con el Papa. Una amplia entrevista con preguntas y respuestas a calzón quitado. Según los editores, Francisco no rehuyó ninguna.
En este libro encontramos a Francisco “en estado puro”, dijo en la presentación el obispo de Getafe, Monseñor Ginés García Beltrán. Una entrevista que ofrece confidencias sobre “el lado más humano del Papa y la profundidad de su corazón”, los momentos de oscuridad más difíciles por los que ha atravesado, y ”que muestra también su sensibilidad especial por los pobres y la denuncia de un mundo injusto que excluye a los pobres. “Habla de dignidad, vergüenza, de exclusión, del pecado de la mala distribución de la riqueza, de la propiedad privada y del uso universal de los bienes, de los hombres de la calle y de la importancia de la familia”. Y por supuesto “del sentido de la vida”, “de la fe, del sufrimiento y de la esperanza”, señaló el obispo García Beltán.
Al final de su lectura “puedes decir que lo conoces un poco más, que es más parte de ti, de tu familia”, añadió don Ginés, tras agradecer a los hogares Lázaro este diálogo con el Papa y el regalo que nos han hecho con su publicación, expresando su deseo de que los hogares Lázaro puedan ser pronto una realidad en el sur de Madrid.
Triple convicción del Papa
Álvaro Cárdenas afirmó que este insólito encuentro de los pobres de la tierra con Francisco en forma de entrevista responde a la triple convicción que el Papa ha expresado en su exhortación apostólica “Evangelii gaudium”.
En primer lugar, “ellos tienen mucho que enseñarnos”, en particular del Cristo sufriente, al que ellos conocen a partir de sus propios dolores. En segundo término, que “la nueva evangelización es una invitación a reconocer la fuerza salvífica de sus vidas y a ponerlos en el centro del camino de la Iglesia”. Y después, que “estamos llamados a descubrir a Cristo en ellos, (…), a ser sus amigos, a escucharlos, interpretarlos, y a recoger la misteriosa sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través de ellos”.
En cuanto a los hogares Lázaro, Cárdenas señaló: “Lázaro es más que un proyecto social o que unos hermosos pisos compartidos, es más que una respuesta a la necesidad que tienen las personas en riesgo de exclusión”. La asociación Lázaro, conocida por sus proyectos de vivienda colaborativa entre jóvenes y personas sin hogar, ha establecido ya hogares en Madrid y Barcelona, y planea abrir otros en el Puerto de Santa María y en el sur de Madrid. Este libro representa un paso más en su misión de conectar a los más desfavorecidos con voces influyentes a nivel mundial.
¿Cuál es el papel de la diplomacia pontificia en Tierra Santa?
La postura diplomática de la Santa Sede sobre la situación en Tierra Santa se basa en la búsqueda de una paz justa y de una situación que preserve al ser humano y su dignidad.
Andrea Gagliarducci·28 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 4minutos
Para comprender la posición de la Santa Sede sobre la situación en Tierra Santa, y en particular su postura diplomática, hay que partir de un hecho fundamental: la diplomacia de los Estados está al servicio de los Estados, de sus fronteras, de sus intereses; la diplomacia de la Santa Sede está al servicio del hombre. Esta es una clave de interpretación crucial para comprender las acciones, a veces misteriosas, de la diplomacia pontificia, orientada no sólo a la búsqueda de la paz a toda costa (porque la paz debe ser ante todo justa), sino a la búsqueda de una situación que preserve al ser humano y su dignidad.
Sin esta clave interpretativa, no se puede situar en el contexto adecuado la gestión de la Santa Sede de la situación en Tierra Santa. Un breve resumen: el 7 de octubre de 2023, un atentado terrorista perpetrado por Hamás en el corazón de Israel causó más de 273 víctimas militares y más de 859 civiles, según datos del pasado mes de diciembre. Un ataque muy duro, acompañado de la toma de numerosos rehenes, que provocó la reacción de Israel, también muy dura. Israel se centró en la franja de Gaza, desde donde partieron los ataques, considerada un centro neurálgico de las acciones de los terroristas. Desde Gaza parten túneles que ocultan a los terroristas y los introducen en territorio israelí. En Gaza, los terroristas de Hamás tienen su circuito y se esconden detrás de la población civil, estableciendo sus cuarteles generales cerca o dentro de objetivos sensibles como hospitales y casas religiosas.
De ahí la reacción israelí, que continúa hasta hoy, y que pretende erradicar por completo al grupo terrorista Hamás. En el curso de los contraataques israelíes, también han sido alcanzados edificios religiosos, y han muerto civiles que no tenían nada que ver con la guerra, mientras que la situación en Gaza sigue siendo extremadamente complicada, y la Iglesia católica local, al igual que las demás confesiones religiosas, está en primera línea para llevar ayuda a una población exhausta. Según algunas cifras, difundidas también por Hamás, la reacción israelí ha causado 30.000 muertos.
Un peligro existencial para Israel
La reacción de Israel obedece a una motivación profunda: es un Estado en peligro existencial, porque está rodeado de Estados que desearían su destrucción y aniquilación. Y la Santa Sede lo sabe, tanto que poco después del estallido de la guerra se intensificaron los contactos con Irán, considerado por muchos una especie de “convidado de piedra” en el conflicto. Hubo una llamada telefónica del Papa Francisco con el presidente iraní Al-Raisi, el 5 de noviembre de 2023, a petición, entre otros, de Teherán.
Esta llamada telefónica tuvo un precedente el 30 de octubre de 2023, cuando el arzobispo Paul Richard Gallagher, ministro del Vaticano para las Relaciones con los Estados, mantuvo una conversación telefónica con su homólogo iraní Amir Abdollahian. Esta conversación también había sido solicitada por Teherán. La Oficina de Prensa de la Santa Sede se hizo cargo del comunicado en esta ocasión, subrayando que “en la conversación, monseñor Gallagher expresó la grave preocupación de la Santa Sede por lo que está sucediendo en Israel y Palestina, reiterando la absoluta necesidad de evitar la ampliación del conflicto y de alcanzar una solución de dos Estados para una paz estable y duradera en Oriente Medio”.
Se ponderó cada palabra del comunicado. En particular, la referencia a la solución de los dos Estados implicaba que la Santa Sede nunca aceptaría, ni siquiera como posibilidad, la inexistencia del Estado de Israel.
La equidistancia de la Santa Sede
No había, pues, ninguna duda sobre la equidistancia de la Santa Sede. Sobre todo desde que el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado vaticano, había visitado primero la embajada de Israel ante la Santa Sede y después la embajada de Palestina ante la Santa Sede, en un gesto de cercanía al sufrimiento de los pueblos, pero también de apoyo tácito a la solución de los dos Estados.
Sin embargo, hubo un momento de crisis cuando, el pasado 13 de febrero, el cardenal Pietro Parolin intervino al margen de la conmemoración de la revisión del concordato entre la Santa Sede e Italia. El secretario de Estado vaticano había condenado, sí, sin peros, el atentado terrorista de Hamás del 7 de octubre, pero también había estigmatizado la desproporcionalidad de la respuesta israelí, que había causado 30.000 muertos en Gaza.
Declaraciones que provocaron una rápida reacción de la embajada de Israel ante la Santa Sede. En una nota, la embajada había respondido que el cardenal estaba utilizando el número de muertos de Hamás y que la respuesta no era desproporcionada, porque se basaba en el derecho internacional.
Al describir las declaraciones del cardenal, el embajador había utilizado el término inglés “regrettable”, que en la traducción italiana se había traducido como deplorable, aunque “regrettable” tiene una connotación más suave que «deplorable».
La embajada israelí aclaró más tarde que se trataba de un error de traducción, que la traducción más correcta sería “desafortunado”, en lo que pareció un acto debido a la equidistancia de la que siempre ha hecho gala la Santa Sede.
Un modelo diferente de diplomacia
Es en situaciones como ésta donde se puede ver la diferencia entre la filosofía diplomática de la Santa Sede y la filosofía diplomática de los Estados. La Santa Sede, en efecto, mira a la gente y, por tanto, no puede permanecer indiferente ante el número de muertos y la difícil situación de la población, incluso cuando los actos de guerra son una reacción e incluso cuando el escenario bélico está profundamente contaminado por terroristas -e incluso por un insospechado apoyo al terrorismo, con células de apoyo identificadas incluso en organismos de las Naciones Unidas-.
Los Estados deben defender su existencia de toda amenaza posible, y su diplomacia tiene este objetivo primordial.
Luego están las Iglesias sobre el terreno, que desde el principio han exigido una reacción proporcionada por parte de Israel, han puesto de relieve las dificultades que experimenta la población de Hamás y han adoptado una postura antiterrorista, pero ciertamente favorable a la población local, sea cual sea la nacionalidad a la que pertenezca.
Las declaraciones de las iglesias también han sido criticadas a menudo por la embajada israelí ante la Santa Sede, que se queja, en general, de una narrativa demasiado desequilibrada a favor de las teorías de Hamás. Sin embargo, si la Iglesia conoce a la población local y sus dificultades, ¿no es lógico que la primera preocupación sea la población?
Al principio del conflicto, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca latino de Jerusalén, comentó que la Iglesia no podía adoptar un lenguaje político.
Ahí radica la gran lucha por el equilibrio en la diplomacia de la Santa Sede. Nadie podrá decir nunca que la Santa Sede apoyó los atentados del 7 de octubre, o que compartió siquiera una fracción de las ideas de quienes niegan a Israel el derecho a existir. Pero nadie podrá decir que la Santa Sede no escuchó el grito de dolor del pueblo de Gaza, y ello a pesar de saber que ese grito de dolor podía ser instrumentalizado.
¿Qué es el amor? Una iniciativa de la USCCB busca la respuesta
El proyecto "Love means more" es una iniciativa de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos. A través de una página web, los obispos norteamericanos quieren profundizar en el significado cristiano del amor.
Gonzalo Meza·28 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 2minutos
¿Qué es el amor? ¿Es un sentimiento? ¿Significa el bien del otro? ¿Su meta es la unidad? Estas perennes preguntas se tratan de responder por medio de una nueva iniciativa de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB). El proyecto consiste en un portal de internet titulado “Love means more” (El amor significa algo más), el cual busca profundizar sobre el significado cristiano del amor. Este sitio de internet ofrece recursos para “quienes buscan” respuestas a dichos temas y se dirige tanto católicos como a personas de diferentes denominaciones cristianas e incluso para quienes no comulgan con la fe católica.
En el mes de febrero, con los festejos de san Valentín, el entorno social, cultural y económico ofrece visiones confusas, polarizantes y contradictorias del amor. Estas narrativas culturales, “nos dicen que el amor consiste en sentirse bien. Sin embargo, el verdadero amor es más profundo. «Este nos invita a seguir el ejemplo del amor sacrificial de Cristo, para que podamos vivir en unión con Él eternamente”, dijo Mons. Robert Barron, obispo de Winona-Rochester y presidente del Comité de Laicos, Matrimonio, Vida Familiar y Juventud de la USCCB. El objetivo es ofrecer la visión cristiana del amor y por ende aportar claridad y compasión en estos asuntos. Esta nueva iniciativa, señala el prelado, será un valioso recurso para entablar conversaciones sobre ese tema desde la perspectiva cristiana.
“Love means more” retoma las preguntas y preocupaciones recibidas de muchos católicos e incluso de personas que no comulgan con las enseñanzas de la Iglesia en temas relacionados con el amor, el matrimonio y la vida familiar. Esta nueva iniciativa renueva el esfuerzo iniciado por otro proyecto similar denominado “Marriage, unique for a reason”, cuyo objetivo es promover y defender el matrimonio y la familia.
Las contribuciones que se encuentran en “Love means more” son el fruto de consultas con obispos, párrocos, líderes católicos y laicos involucrados en apostolados de vida familiar. El portal de internet cuenta hasta el momento con algunas aportaciones; sin embargo, se irán agregando otras más de forma paulatina en el transcurso del año.
Los nuevos mártires protagonizan la intención de oración del Papa
Los nuevos mártires son los protagonistas del vídeo del mes del Papa Francisco. Con su mensaje, el Santo Padre quiere que todos los católicos se unan a él para rezar por aquellos que “arriesgan su vida por el Evangelio”.
En su vídeo para el mes de marzo de 2024, el Papa Francisco se une a “Ayuda a la Iglesia Necesitada” y señala como protagonistas a “los nuevos mártires, testigos de Cristo”. En su mensaje, el Pontífice cuenta la historia de un hombre musulmán cuya mujer, cristiana devota, murió a manos de unos terroristas tras negarse a arrojar su crucifijo al suelo. Francisco considera que el gesto de aquella mujer es testimonio de “un amor a Cristo que la llevó a aceptar y ser leal hasta la muerte”.
En el vídeo, el Papa afirma que “hay más mártires hoy que al inicio del cristianismo”. Algo que no sorprende, teniendo en cuenta que la persecución religiosa está en alza desde hace unos años. Sin embargo, el Santo Padre asegura que estos testimonios de fidelidad son “la señal de que vamos por el camino correcto”.
Por ello, el Papa pide a los católicos que oren junto a él para que los mártires, que arriesgan su vida por el Evangelio, contagien a la Iglesia su valentía, su impulso misionero”. Y asegura que el coraje y testimonio de estas personas son “una bendición para todos”.
Comisión de los Nuevos Mártires
Francisco llama con frecuencia la atención de los católicos sobre la vida de los nuevos mártires. Tanto es así, que el 3 de julio de 2023 comunicó en una carta la constitución de una «Comisión de los Nuevos Mártires-Testigos de la Fe». Este comité ligado al Dicasterio de las Causas de los Santos tiene como objetivo «elaborar un Catálogo de todos aquellos que han derramado su sangre para confesar a Cristo y testimoniar su Evangelio». La Comisión centrará su labor en las personas que murieron a causa del Evangelio en el primer cuarto de siglo de nuestro tiempo, pero el Papa quiere que su trabajo continúe en el futuro.
El Catálogo en el que trabaja este comité incluye también los testimonios de otras confesiones cristianas. El Pontífice confía en que este esfuerzo de la Comisión «ayudará a los creyentes a leer nuestro tiempo a la luz de la Pascua, sacando del cofre de tan generosa fidelidad a Cristo las razones de la vida y del bien».
Noelle Mering: «Hay que mostrar a los jóvenes la belleza del hogar»
Noelle Mering está convencida de que el hogar católico es un lugar de apostolado, acogida y diálogo. En esta entrevista explica la importancia del equilibrio en los roles del padre y de la madre, la realidad de la “Iglesia doméstica” y la belleza de la familia.
“El hogar tiene una capacidad poderosa de mostrar las realidades espirituales a través del mundo material”, afirma Noelle Mering. Madre, filósofa y miembro del Centro de Políticas Públicas y Ética, es autora y editora en “Theology of Home” (que se traduce como Teología del Hogar).
Noelle Mering, editora de «Theology of Home»
Este proyecto engloba una página web y varios libros a través de los que quieren mostrar la belleza de la vida familiar. Con consejos prácticos, recetas y una newsletter diaria, Mering y sus compañeras acompañan a quienes se encargan del hogar para “encontrar lo eterno en lo cotidiano”.
Noelle está convencida de que los hogares católicos son lugares de apostolado, acogida y diálogo. En esta entrevista explica la importancia del equilibrio en los roles del padre y de la madre, la realidad de la “Iglesia doméstica” y la belleza de la familia.
«Teología» es un término que parece lejano y abstracto. Sin embargo, usted lo une a la palabra «hogar», tan cercana a nosotros, y propone la «Teología del Hogar». ¿En qué consiste exactamente?
– Creo que se resume mejor en el subtítulo de nuestro primer libro, que era «encontrar lo eterno en lo cotidiano». La idea es que, como católicos, tenemos un sentido profundo de la Encarnación. Creemos que las realidades espirituales se desvelan a través del mundo material. Y pienso que el hogar tiene una capacidad especialmente poderosa para hacerlo.
El hogar es como el cuerpo de la familia. Las personas que viven dentro de la casa no están sólo unidas por las paredes que las rodean, sino que hay algo que se convierte en la vida de la familia que vivimos en las experiencias físicas y el entorno de la casa.
Así, parte de lo que estamos explorando con los libros de “Theology of Home” es que lo que hacemos aquí es realmente un anticipo de lo que esperamos tener en el Cielo. Intentamos crear un entorno en el que podamos acercarnos no sólo los unos a los otros, sino también a Dios a través de los demás y de nuestra vida familiar y personal de oración, de nuestra capacidad para atraer al mundo exterior a través de la hospitalidad como una especie de esfuerzo apostólico y evangélico.
¿Cómo podemos hacer que Dios esté presente en nuestros hogares?
– Muchas maneras de hacerlo no son explícitas. Creo que debemos preocuparnos realmente por la vida doméstica, hasta el punto de tomarnos en serio el orden en nuestros hogares. Eso es señal de que vemos que es un lugar que debemos tratar con respeto por las relaciones que se alimentan en él.
Creo que una forma clara de desenmascarar o desvelar a Dios en el hogar es que se trata de un entorno realmente íntimo. En la vida familiar tendemos a vernos en nuestro peor momento. Si tenemos defectos los encontramos a través de los ojos de las personas con las que vivimos. Pero esto también puede ser maravilloso porque nos enfrentamos a nuestros defectos. Y esa lucha es un camino muy católico para comprender la naturaleza de Dios.
Es una tentación muy humana desviar la atención de nuestras faltas y responsabilidades, pero la Iglesia siempre nos invita, a través del examen de conciencia diario y el sacramento de la confesión, a no desviar la atención de ellas, sino a mirarlas directamente y saber que necesitamos misericordia. Y en ese proceso nos volvemos más misericordiosos unos con otros. Pero también nos hacemos más conscientes de nuestra pobreza existencial y de nuestra necesidad de un salvador.
Supongo que comparte la idea de que la familia es una «Iglesia doméstica», como se ha dicho desde los inicios del cristianismo y ha destacado el Papa Juan Pablo II. ¿Cómo podemos hacer que esto sea una realidad en el día a día?
– La naturaleza familiar de nuestra Iglesia es una guía, por lo que estamos llamados a la filiación divina, a ser hijas e hijos de un Dios bueno y amoroso. Y creo que esa naturaleza familiar no es accidental, sino que debería informar realmente sobre cómo pensamos en nuestra propia familia.
Una de las cosas que considero más importantes en este momento es que nuestra vida familiar sea positiva, afectuosa, cálida y alegre. Creo que con demasiada frecuencia podemos pensar que nuestra vida familiar consiste en transmitir los valores, las doctrinas y las oraciones, e incluso mantener las cosas malas fuera del hogar. Pero, además de esto, tiene que estar impregnada de afecto positivo y cálido.
Los niños que estamos criando saldrán al mundo y se enfrentarán a muchas cosas que son contrarias a la fe que intentamos transmitirles y encender en ellos. Y si echan la vista atrás a sus recuerdos familiares y ven que recibieron una formación intelectual, pero no una profundidad positiva de amor y afecto, entonces es mucho más fácil que se alejen. Los niños necesitan sentir profundamente cuánto se les quiere para creer que las ideas que les estamos enseñando son realmente para su bien.
Otra cosa que hacemos como Iglesia doméstica es mantener alejados lo malo. Una parte crucial de eso ahora mismo es simplemente estar al tanto de la tecnología. Queremos que nuestros hogares sean lugares donde seamos humanos. La tecnología nos aleja de nuestra humanidad y nos convierte en avatares de una identidad que podemos fabricar. Nuestros hogares deberían ser lugares de humanidad profunda.
Una tercera cosa es introducir la belleza. No podemos limitarnos a mantener cosas fuera, sino que hay que integrar en nuestra cultura familiar cosas que sean una visión positiva de una vida realmente católica, porque la belleza nos importa de verdad.
Y por último, tenemos que liderar con la oración, el liderazgo personal con el ejemplo. Nuestra perseverancia en nuestra vida personal de oración va a hablarles mucho más que cualquier clase o libro sobre la oración o el catecismo. A los niños les impresiona mucho ver a sus padres perseverar diariamente en su vida privada de oración. Y eso realmente puede inspirarles.
Existe un fenómeno en las redes sociales llamado la «esposa tradicional». Muchas mujeres deciden quedarse en casa en lugar de trabajar fuera, en un intento de recuperar la figura tradicional de la esposa. ¿Cree que esto es bueno? ¿O es más bien una desviación de los verdaderos valores de los que hablamos?
– Sólo conozco este movimiento desde la periferia, no lo he estudiado en profundidad. Pero no veo nada malo, de hecho veo muchas cosas buenas. Las mujeres jóvenes encuentran un propósito en la vida doméstica y eso puede ser estupendo. Sin embargo, hay un elemento que podría ser meramente performativo, y eso puede ser bueno o malo.
Cuando pensamos en el término «hogar», es fácil pensar inmediatamente en la madre. ¿Cree que la «Teología del Hogar» es también para hombres y niños?
– Creo que sí. En mi primer libro había un capítulo dedicado al papel del marido, titulado «Equilibrio». Una de las formas en las que nos desviamos del camino es cuando los hombres empiezan a dar prioridad a su carrera sobre su vida familiar. Y puede ser fácil hacerlo, porque si estás manteniendo a tu familia hay urgencia por atender la próxima reunión, y la próxima llamada.
Creo que los hombres tienen que encontrar la manera de comunicar con sus acciones, palabras y actitud que su trabajo es realmente secundario con respecto a la vida del hogar, que se preocupan profundamente, tanto como sus esposas, por su proyecto preeminente, que es su familia. En cierto modo, cuando los hombres dan prioridad a su carrera, cuando está claro que esa es la parte más importante de su día, entonces la mujer empieza a sentirse inferior en su papel.
Parece difícil centrarse en tu hogar cuando estás rodeado de gente que te dice que tienes que centrarte en tu carrera, porque si no te vas a quedar atrás. ¿Cómo conciliar la vida familiar y el trabajo?
– Es diferente según las circunstancias. Si una mujer aún no ha tenido hijos, tiene sentido que su carrera sea preeminente. Si hay una gran presión financiera, puede ser muy difícil no ver tu carrera como algo prioritario.
Creo que es necesario hablar de ello para que las mujeres se den cuenta de que la familia es algo a lo que pueden dar prioridad. Pueden empezar a pensar que casarse joven y tener hijos a una edad temprana es algo bueno y hermoso.
Hay que normalizar y mostrar la belleza del hogar. No hay que ponerse a la defensiva por ello, sino simplemente reconocer que puedes estar contenta si has empezado tu familia joven. Pero se requiere prudencia. El camino de Dios en la vida es individual para cada persona, y la verdadera clave es responder bien a lo que Dios te está llamando en cada momento.
Ernesto de la Cruz es un profesional nacido en el barrio de La Boca, Buenos Aires. A lo largo de su vida, ha explorado su relación con la verdad y la fe, llevándolo a experiencias significativas que han marcado su camino espiritual.
Graduado en Márketing en la Universidad de Belgrano en Buenos Aires, la carrera profesional de Ernesto de la Cruz lo ha llevado a conocer a fondo su país, Argentina y las principales ciudades de Latinoamérica. Los viajes profesionales que tuvo que realizar fueron escenarios claves para su desarrollo personal y espiritual.
Ernesto creció en un entorno católico pero no practicante. Su primer encuentro consciente con Dios ocurrió a los 9 años en la escuela San Juan Evangelista de La Boca. Aunque sólo cursó un año en una escuela religiosa, este contacto inicial dejó una huella profunda en su corazón, marcando el comienzo de su conexión con lo divino. Ernesto comparte que siempre ha mantenido conversaciones con Dios, aunque inicialmente de una manera “amateur o rudimentaria”, dado su escaso conocimiento religioso.
Su búsqueda espiritual dio un paso más formal al llegar a los 50 años. Entonces, se decidió a participar en un retiro de Emaús. Esta experiencia fue el inicio de una trayectoria que lo llevó a servir en esta iniciativa durante dos años, proporcionándole valiosas lecciones.
La búsqueda intelectual
En su búsqueda de un conocimiento espiritual más profundo, Ernesto comenzó a enfocarse en las Sagradas Escrituras. Al interrogar sobre sitios web para continuar en esa búsqueda, algún amigo le recomendó que preguntara en el Opus Dei.
Cuando llegó al centro de formación del Opus Dei se sintió muy a gusto. Se dió cuenta que podía resolver sus dudas y continuar con su búsqueda. Este hecho coincidió con un recomenzar también en su vida ordinaria y laboral. Todo tenía más sentido.
Poco tiempo después le invitaron a incorporarse a medios de formación continua. Recuerda que, después de cada reunión de formación, notaba que iba encontrando a Cristo e integrando la fe en su trabajo y actividades cotidianas.
Con un acompañamiento adecuado, Ernesto fue profundizando en su fe a través de libros que marcaron su itinerario espiritual. Los autores fueron pasando uno tras otro, comenzando por san Josemaría Escrivá, Andres Vázquez de Prada, o algunos clásicos como Luis de Palma y Garrigou-Lagrange. También leyó la Guerra de los judíos de Flavio Josefo. Ernesto no se detuvo ahí, siguió con una serie de autores modernos, que encontraba en artículos y ebooks de la web www.opusdei.org que imprimía y subrayaba para leer mejor. Llegaba temprano a su oficina para poder dedicarse al estudio sin interrupciones. Con esta literatura espiritual fue encontrando respuestas a sus inquietudes. Se dio cuenta de la riqueza de enseñanzas que nunca se acaban de las parábolas de Jesús. Éstas se convirtieron en las pistas clave para encontrar un camino amigable para llegar a Dios.
A través del dolor
Entre las experiencias impactantes que compartió, destaca la transformación de su hermana Silvia. A pesar de enfrentarse a un cáncer de mama y, posteriormente, a un cáncer de hígado en estado avanzado, la fe de Silvia la llevó a un cambio radical en su actitud ante la vida. Su alegría, compasión y espíritu positivo a pesar de las adversidades han dejado una profunda impresión en Ernesto. Enfrentar la vida con una mirada positiva y comprender que cada individuo es más grande que los problemas que afronta es la lección de vida que Ernesto ha tomado de su hermana. Esta experiencia le sirve como un faro inspirador en su camino espiritual, guiándolo hacia una vida marcada por la fe, la esperanza y la compasión. Es consciente que su búsqueda no ha terminado, que siempre tendrá que recomenzar.
«No apartemos los ojos de Jesús» pide Francisco en el Ángelus
El Papa ha dirigido el rezo del Ángelus. Aunque ayer el Papa canceló sus compromisos debido a un estado gripal, Francisco no ha querido faltar a su cita dominical, la primera tras sus ejercicios espirituales.
Un domino frío pero bastante despejado en Roma ha acompañado las palabras que el pontífice ha querido dirigir a los cientos de fieles que se han dado cita en la plaza de San Pedro del Vaticano para acompañar al Santo Padre en el rezo del Ángelus.
El Papa ha hecho referencia al episodio de la Transfiguración, que recoge el evangelio del segundo domingo de Cuaresma correspondiente al capítulo 9 de Marcos.
El Papa ha fijado su atención en cómo » Jesús toma consigo a Pedro, Santiago y Juan, sube a un monte alto y allí se manifiesta físicamente en toda su luz. La predicación del Reino, el perdón de los pecados, las curaciones y los signos realizados eran en realidad chispas de una luz mayor: la luz de Jesús, la luz que es Jesús. Y de esta luz los discípulos no deben apartar nunca más los ojos, sobre todo en los momentos de prueba».
La gloria del Señor, de la que hace partícipes a estos tres Apóstoles es la meta de todo cristiano, como ha querido recordar el Papa, que está también llamado «a tener siempre ante los ojos el rostro resplandeciente de Cristo».
¿Cómo es posible tener fijos los ojos en esta luz, saber dónde posar nuestra mirada? El pontífice ha querido destacar diversos caminos: » la oración, la escucha de la Palabra, los Sacramentos, especialmente la Confesión y la Eucaristía. Pero también nos ayuda mirar a las personas a los ojos, aprendiendo a ver la luz de Dios en todos y cultivando la capacidad de asombrarnos ante esta belleza que brilla en todos, sin excluir a nadie», y ha animado a los cristianos, en esta Cuaresma, a «cultivar miradas abiertas, convertirnos en «buscadores de luz», buscadores de la luz de Jesús en la oración y en las personas».
Dos años de guerra en Ucrania
Tras el rezo del Ángelus, el recuerdo del Papa se ha dirigido al «martirizado pueblo ucraniano», señalando el segundo aniversario de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Una guerra que «no sólo está devastando esa región de Europa, sino que está desatando una ola mundial de miedo y odio».
El Papa ha querido rezar «especialmente por las numerosas víctimas inocentes, ruego que se redescubra esa pizca de humanidad que cree las condiciones para una solución diplomática en busca de una paz justa y duradera»
Oración por Israel y Palestina
Más reciente, pero igualmente duro y presente en el corazón del Papa, el conflicto que sola Israel . Este domingo, Francisco ha querido sumar a su oración a «Palestina, por Israel y por los numerosos pueblos devastados por la guerra, y ayudar concretamente a los que sufren!» Tampoco ha querido olvidar a Congo, Nigeria -donde los cristianos sufren una violeta persecución desde hace meses- y Mongolia, azotada una ola de bajas temperaturas en la que el Papa ve «un signo del cambio climático y de sus efectos».
La Pasión de Cristo, veinte años después: ¿película o milagro?
Hace veinte años, en medio de una ardua polémica, llegaba a las salas del mundo entero La Pasión de Cristo, coescrita y dirigida por Mel Gibson, y protagonizada por Jim Caviezel. A fecha de hoy, este filme tan singular sigue despertando admiración y rechazo. Este artículo resume la historia de su accidentada producción y ofrece algunas claves para entender un éxito que va más allá de cualquier expectativa humana. Las dos décadas transcurridas nos permiten revisitarla de nuevo, con la serenidad y las evidencias que imprime el paso del tiempo.
Alejandro Pardo·25 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 12minutos
La Pasión de Cristo, dirigida por Mel Gibson, se estrenó el miércoles 25 de febrero de 2004, a la sazón, Miércoles de Ceniza de aquel año. La película llegaba precedida de una contumaz polémica, en la que se cruzaban acusaciones de antisemitismo y extrema violencia. Al día siguiente al estreno, The New York Times, profetizó que este filme iba a significar el fin de la carrera profesional de Gibson y tocó al arrebato para boicotearla.
Sin embargo, la realidad fue muy distinta. En su primer día, el filme recaudó 26 millones de dólares (casi el total de lo que había costado) y, al concluir su primera semana en cartel, había superado los 125 millones.
Casi un mes después, con una recaudación que superaba ya los 200 millones de dólares. The New York Times acabó admitiendo que La Pasión había despertado en Hollywood el hambre de películas religiosas. No era para menos: al final de su recorrido en cines, este singular largometraje alcanzó los 370 millones de dólares en Norteamérica y los 251 millones en el mercado internacional, convirtiéndose en la película calificada “R” (mayores con reparos) más taquillera de la historia del cine (récord que, por cierto, todavía ostenta).
Una motivación personal
En una entrevista publicada con motivo del estreno de Hamlet (1990), dirigida por Franco Zeffirelli, Mel Gibson –que interpretaba al príncipe danés– hablaba ya de su deseo de llevar al cine la vida de Jesús e incluso de encarnarlo él mismo.
A sus 34 años entonces, el actor y director neoyorkino estaba atravesado una crisis de fe y sentía la necesidad de adentrarse en la figura de Jesús y de sus padecimientos, para entender hasta qué punto era grande su amor a los hombres. “Yo siempre he creído en Dios, en su existencia. Pero a mitad de mi vida dejé algo de lado mi fe y otras cosas ocuparon su lugar. Comprendí entonces que necesitaba algo más, si quería sobrevivir. Me sentí impulsado a una lectura más íntima de los Evangelios y ahí fue donde la idea empezó a cuajar dentro de mi cabeza. Empecé a imaginarme el Evangelio con gran realismo, recreándolo en mi propia mente, para que tuviera sentido y fuera relevante para mí. Cristo pagó el precio de nuestros pecados. Entender lo que sufrió, incluso a nivel humano, me hace sentir no solo compasión, sino también sentirme en deuda: quiero compensarle por la inmensidad de su sacrificio”.
Este deseo no pudo hacerse realidad en el corto plazo. Tendrían que transcurrir doce años para que ver cumplido su sueño. En efecto, Gibson rodó La Pasión en Italia entre octubre de 2002 y febrero de 2003.
Había coescrito el guion con Benedict Fitzgerald partiendo de los Evangelios e inspirándose en las obras La mística ciudad de Dios, de la venerable María de Jesús de Ágreda (siglo XVII) y en La dolorosa pasión de Nuestro Señor Jesucristo, un libro de Clemens Brentano que detalla las visiones de la beata Ana Catalina Emmerick (siglo XVIII-XIX).
Ni Gibson ni su equipo imaginaban hasta qué punto iban a remar contra viento y marea. Y no solo marea: una auténtica tormenta iba a desatarse sobre ellos desde el mismo momento en que el proyecto fue anunciado a la prensa.
Primera acusación: antisemitismo
La primera campaña en contra se centró en la acusación de antisemitismo, una denuncia especialmente grave en un país como Estados Unidos y en una industria como la hollywoodiense.
El guion se filtró de manera interesada y llegó a manos de representantes oficiales del judaísmo. Gibson fue acusado de promover el odio a los judíos, retratados como responsables de la muerte de Jesús. Este temor fue recogido por una multitud de rabinos influyentes y difundido por todo el país, etiquetando la película (antes de verla) como una amenaza para el pueblo judío.
Bien es cierto que un conocido rabino, Daniel Lupin, denunció la hipocresía de sus paisanos de raza y religión: “Creo que quienes protestan públicamente contra la película de Mel Gibson carecen de legitimidad moral. Quizás no recuerden la película de Martin Scorsese, La última tentación de Cristo, estrenada en 1988. Casi todas las confesiones cristianas protestaron ante Universal Pictures por el estreno de una película tan difamatoria que, si se hubiera hecho sobre Moisés o, digamos, sobre Martin Luther King Jr., habría provocado alaridos de ira en todo el país.
Tal como estaban las cosas, los cristianos tuvieron que defender su fe completamente solos, con la excepción de algún que otro valiente judío (…). La mayoría de los estadounidenses saben que Universal estaba dirigida en aquel entonces por Lew Wasserman y conocían bien su origen étnico [judío]. Podemos preguntarnos por qué Mel Gibson no tiene derecho a la misma libertad artística que se le concede a Wasserman”.
Aunque Gibson y su equipo trataron de apaciguar los ánimos organizando pases privados para líderes de opinión judíos, la sentencia estaba dictada y no iba a ser retractada.
Un rodaje accidentado
Con este ambiente enrarecido, llegó el momento de la filmación. Gibson no tuvo más remedio que producir la película de forma independiente, ya que ningún estudio importante de Hollywood quiso involucrarse en el proyecto.
El rodaje tuvo lugar en Italia, en los conocidos estudios Cinecittà de Roma y en diversas locaciones (Matera y Craco, ambas en la región de Basilicata). El costo de producción rondó los 30 millones de dólares, a los que habría que sumar otros 15 millones de gastos de publicidad y marketing, que fueron asumidos en su totalidad por Gibson y su productora, Icon Productions.
Quien trabaja en la producción cinematográfica sabe lo que es un rodaje y, en concreto, cómo los imprevistos están a la orden del día. Sin embargo, cualquier observador perspicaz se habría dado cuenta, en el caso de este largometraje, hasta qué punto los incidentes comenzaban a ser sospechosamente frecuentes, en especial con relación a Jim Caviezel.
El actor protagonista no solo fue alcanzado por un rayo durante la filmación de la escena del Calvario (al igual que algún otro miembro del equipo), sino que sufrió varias lesiones mientras rodaban la secuencia de la flagelación e incluso una dislocación del hombro en una de las caídas mientras portaba la cruz.
Durante el rodaje llegó a perder casi veinte kilos y tuvo que someterse posteriormente a dos cirugías a corazón abierto. Más de uno se preguntó si había alguien ahí fuera empeñado en que esta película no siguiera adelante…
Segunda acusación: violencia extrema
Si la denuncia de antisemitismo no había logrado boicotear el proyecto a priori, la acusación de extrema violencia iba a intentarlo a posteriori. No fueron pocos los críticos de cine que la tildaron incluso de violencia pornográfica.
España no fue una excepción: “Deleznable película (…). Gibson convierte al que juzga su Dios en un pelele de filme de terror de los de alto y refinado negocio”, escribía Ángel Fernández Santos en las páginas de El País. “La Pasión de Cristo, que bien podría titularse La tortura o linchamiento de Cristo, por hacer honor a su verdadero contenido (…). Hay más de morbo y de sadismo que de reconstrucción de la realidad”, anotaba Alberto Bermejo en El Mundo.
No cabe duda de que La Pasión es un filme que muestra una violencia cruda, descarnada, pero no de forma gratuita, sino debidamente contextualizada. En un artículo que conmemora los veinte años de su estreno, publicado en el National Catholic Register, la guionista y crítica de cine Barbara Nicolosi comenta: “La violencia infligida a Cristo en La Pasión es, sin duda, terrible de contemplar. Cuando, en una ocasión, le comenté a Gibson que quizá la violencia reflejada en la película era demasiada, negó con la cabeza y me contestó: ‘No llega a ser tanta como lo que supondría un solo pecado mortal’. Tenía razón, por supuesto. El pecado es lo que violó el cuerpo de Cristo, y todavía hoy violenta el Cuerpo Místico de Cristo. El objetivo de toda meditación sobre la Pasión es provocar horror ante la violencia del pecado. Gibson lo hizo a su manera en esta película”. En palabras de Juan Manuel de Prada, “en este mundo podrido, el uso de la violencia resulta admisible si se emplea para ilustrar un alegato antifascista o antibélico; en cambio, produce escándalo en un alegato cristiano”.
Por su parte, Gibson sentencia: “Si hubiéramos filmado exactamente lo que pasó, nadie hubiera sido capaz de verlo. Pienso que nos hemos acostumbrado a ver cruces bonitas en la pared y nos olvidamos de lo que realmente ocurrió. Sabemos que Jesús sufrió y murió, pero no nos hacemos realmente idea de lo que esto significa. Yo tampoco me daba cuenta hasta ahora de todo lo que Jesús sufrió por nuestra redención”. Con todo, el director decidiría hacer una nueva versión eliminando cinco minutos de película, que incluían los planos más desagradables y explícitos, y que se estrenó en marzo de 2005.
Buscando apoyos
Visto que la película continuaba despertando polémica, la 20th Century Fox –estudio con el que Gibson tenía contrato y con quien había producido y distribuido sus anteriores largometrajes (entre otras, la oscarizada Braveheart, en 1995)– decidió desentenderse.
Ante tal negativa, y para no poner en un brete a las otras grandes compañías de Hollywood, el director optó por distribuirla por su cuenta en los Estados Unidos, con la ayuda de una firma menor, Newmarket Films.
Consciente de que era una película de nicho, para un público muy concreto, buscó el apoyo de grupos afines, católicos y protestantes. Muchos respondieron con entusiasmo. El productor de la película, Steve McEveety, incluso acudió al Vaticano con el fin de organizar un pase privado para el Papa (Juan Pablo II) y otras autoridades de la Curia. Sin embargo, esta iniciativa se vio parcialmente truncada, ya que no recibieron la aprobación de usar ningún comentario literal del Romano Pontífice.
Hubo pasos hacia delante y hacia atrás, y todo se enredó cuando no debía. Con gran desilusión, Gibson y McEveety comprobaron cómo aquellos que más debían apoyarles se mostraban esquivos por miedo a verse envueltos en el ojo del huracán.
Ha nacido un clásico
Tras toda esta carrera de obstáculos, la película llegó por fin a las salas de cine. La enorme afluencia de público cerró las bocas de unos y premió la audacia y el esfuerzo de otros. Más de uno pensó que lo que viene de Dios siempre logra salir a flote y demuestra a su debido tiempo su poder y eficacia.
Así como parte de la crítica respondió de manera burlesca o furibunda, no faltaron quienes reconocieron la grandeza de la película desde el punto de vista formal y de contenido.
En España, Oti Rodríguez Marchante, crítico del ABC, admitía: “Un gran cineasta que no ha incurrido ni una sola vez en la escena prevista, en la composición fácil, en el tópico visual o en la postal hecha (…). Se diga lo que se diga, La Pasión de Cristo, tal y como nos la ve y enseña Mel Gibson, es, además de dolorosamente física y profundamente espiritual, única”.
Por otro lado, en las páginas de Fila Siete, Javier Aguirremalloa profetizaba: “Cualquier gran película supone una perfecta conjunción de fondo y forma. Ciertamente, la película de Gibson tiene una factura impecable. Creo que dentro de unos años La Pasión de Cristo será tenida por una obra maestra, una de esas películas imprescindibles en la historia del cine”.
En efecto, la película es de una calidad excepcional tanto lo que narra como en el modo de hacerlo. Las imágenes y sonido transmiten de manera desnuda, realista –alejada de todo pietismo– la secuencia del prendimiento, juicio y ejecución de Jesús de Nazaret, en un logrado y difícil equilibrio entre crudeza y contemplación. No en vano, el propio Gibson prefería referirse a ella “menos como una película como tal y más como un recorrido por las estaciones del viacrucis”.
La fotografía de Caleb Deschanel pinta la pantalla de claroscuros (al modo de Caravaggio) en una paleta de ocres y tonos apagados, logrando así un bello dramatismo, al tiempo que la música de John Denby envuelve las escenas con una solvente banda sonora que lo acentúa de manera no intrusiva.
Al mismo tiempo, son las interpretaciones contenidas, a la medida de cada personaje, las más eficaces ventanas a través de las cuales el espectador revive el drama del Calvario: un Jim Caviezel que ofrece un Jesús empático, cercano y majestuoso, cuyo rostro y cuerpo se convierten progresivamente en un retablo de dolores; Maia Morgenstern que encarna a una pietá de carne y hueso, en cuyo corazón amor y dolor se funden en una aceptación conmovedora; una Monica Belluci que combina belleza y miseria, viva imagen de la naturaleza caída y redimida… Mención aparte merece el verdadero antagonista, Satanás, al que dan vida Rosalinda Celentano (demonio-adulto) y Davide Marotta (demonio-niño) en un retrato extrañamente seductor y grotesco, reflejo de la tentación y de la deformidad del pecado.
Hay que agradecer el montaje alterno –obra de John Wright– que combina los momentos más duros de la Pasión con esos flasbacks de la vida de Jesús (con su Madre en Nazaret, en la Última Cena) que alivian la dolorosa tensión dramática y actúan que como respiraderos para el sufriente espectador. Y también, cómo no, la breve coda final del filme, que relata magistralmente la Resurrección, porque la Redención, al decir de Tolkien, es la eucatástrofe primigenia, como bien señala Joseph Pierce en su valoración de esta película.
Es este mismo escritor británico quien resume: “Resulta inadecuado describir la obra maestra de Mel Gibson, La Pasión de Cristo, como una película; es mucho más que eso. Sería más exacto describirlo como un icono en movimiento. Nos llama a la oración y nos lleva a la contemplación que nos lleva a la presencia de Cristo mismo. (…) Como dice T. S. Eliot acerca de La Divina Comedia de Dante: no hay nada que hacer en presencia de tan inefable belleza excepto contemplar y guardar silencio”.
El tiempo ha demostrado que La Pasión de Cristo no solo puede ser calificada de obra maestra, sino que es algo más que otra película sobre la vida de Jesús.
Desde su estreno hace dos décadas, el torrente de catarsis individual y colectiva no ha dejado de fluir, de un modo parecido a como –en la secuencia del Calvario– fluye con fuerza el agua y la sangre sobre el soldado romano que abre el costado de Cristo muerto, y cae de hinojos bajo ese chorro de gracia. Si algo queda demostrado era que esta película no deja a nadie indiferente.
Numerosos testimonios de conversiones –grandes y pequeñas– han ido apareciendo aquí y allá… Una pléyade de historias con un denominador común: la experiencia de haber experimentado como nunca los sufrimientos que el Hijo de Dios padeció para salvarnos.
Conversiones durante el rodaje (los casos de Pietro Sarubbi, que interpreta a Barrabás y de Luca Lionello, que da vida a Judas Iscariote), y otras muchas entre el público que acudió a verla. En Estados Unidos se estrenó incluso el documental Changed Lives: Miracles of the Passion, dirigido por Jody Eldred con varios testimonios al respecto (publicado también como libro).
¿Hasta qué punto esta obra cinematográfica actúa como un instrumento de gracia? Mel Gibson apunta una explicación desde su propia experiencia: “Esta película es lo más difícil que he hecho. Verla es aún más arduo, porque la Pasión de Cristo lo fue. Pero al hacerla, descubrí que, en realidad, me había purgado. De alguna manera, me sanó (…). Mi objetivo es que quien la vea experimente un cambio profundo. El público tiene que experimentar esta dura realidad para entenderla. Quiero llegar a la gente con un mensaje de fe, esperanza, amor y perdón. Cristo nos perdonó incluso cuando fue torturado y asesinado. Ese es el máximo ejemplo de amor”.
Precisamente esto es lo que experimentaron Gabriela y Antonio. Ella es diseñadora de moda en Valencia, y este es su testimonio: “A los 13 años dejé de practicar mi fe. Dejé a Dios en el Cielo; no me atrevía a mirarlo mucho, porque así podía hacer lo que me daba la gana. Pero como Dios es muy bueno, la tele cambió mi vida”. Sucedió unos días antes de Semana Santa. Estaba sola en casa, aburrida, y se sentó frente al televisor. Al encenderlo, se encontró con que comenzaba la película de La Pasión. Mientras la veía, recuerda, “el Señor cambió mi corazón y mi mente; me hizo entender lo que me quiere, lo que ha hecho por mí, y darme cuenta de cómo yo le estaba volviendo la cara desde los 13 años”. Decidió confesarse después de varias décadas y volver a ir a misa los domingos. “Viví mi primer Domingo de Ramos después de mucho tiempo, con el sentimiento de volver a casa y con una alegría tremenda”, recuerda.
El caso de Antonio es muy similar. Profesor universitario en Sevilla, agnóstico y anticlerical, acudió al cine con su esposa para ver algún filme en versión original (ella es profesora de inglés). Aquel día no ofrecían ninguno, pero sí proyectaban La Pasión. “Entramos sin que tuviéramos idea de qué era la película, ni que la dirigía Mel Gibson”, recuerda. No había más de quince personas y según arrancó la película, con la escena de la oración agónica de Jesús en el Monte de los Olivos, quedó completamente absorto. “Empecé a sentir mucho dolor por mis pecados y luego el don de lágrimas…. No era un llanto histérico, sino lágrimas calientes, que me empaparon toda la camisa y me llegaban hasta el pantalón. Cuando acabó la película me sentí transformado y pensé: ‘todo esto fue verdad, ¡lo sufriste por mí!’”.
La lista de testimonios sería interminable. Se entiende que Barbara Nicolosi, estableciendo una relación ente las dificultades que la película experimentó en su producción y el impacto entre personas del mundo entero, concluya: “La Pasión es un milagro”.
Balance final
Las dos décadas transcurridas confirman la peculiar naturaleza de esta película, que puede definirse como icono cinematográfico (obra de arte que lleva a la contemplación) e incluso en un ejemplo de “cine sacramental” (canal o vehículo de gracia). De ahí que Barbara Nicolosi afirme sin ambages: “Al cabo de veinte años, una vez asentado el polvo levantado por la guerra cultural, cabe afirmar, de modo claro e indiscutible, que La Pasión de Cristo es la mayor obra de cine sagrado jamás realizada”.
¿Mereció la pena? Mel Gibson y Jim Caviezel, al igual que el productor, Steve McEveety, no se arrepienten. Más bien, todo lo contrario. Por supuesto, eran conscientes del riesgo que asumían. En efecto, las carreras del actor y del director se vieron truncadas a partir de esta producción. Gibson, que había alcanzado la gloria con Braveheart, no volvería a paladearla; y Caviezel, cuya prometedora trayectoria parecía afirmarse tras La delgada línea roja (1998) y La venganza del conde de Montecristo (2002) vería su nombre relegado a títulos de segunda fila (hasta la reciente Sound of Freedom, 2023).
Quizá sus nombres no vuelvan a aparecer en grandes películas, pero motivos tienen para pensar que están escritos en el Cielo…
El autorAlejandro Pardo
Sacerdote. Licenciado en Ciencias de la Información y Doctor en Comunicación Audiovisual
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P. Lorenzo Snider: «Cuando compartimos nuestra existencia descubrimos la belleza del Evangelio vivido»
Lorenzo Snider es italiano y miembro de la Sociedad de Misiones Africanas. Desde hace casi un lustro desarrolla su labor pastoral en Foya, una pequeña ciudad de Liberia donde aúna una tarea evangelizadora, sanadora y de diálogo ecuménico "de calle".
Federico Piana·24 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 3minutos
En Liberia hay un párroco que te habla de una Iglesia que no te esperas. A este país de África occidental, encajonado entre gigantes como Costa de Marfil y Sierra Leona, llegó hace poco más de cuatro años el padre Lorenzo Snider.
Este misionero, de origen italiano y perteneciente a la Sociedad de Misiones Africanas, vive en la pequeña localidad de Foya junto a su comunidad, formada por otro sacerdote italiano, una laica portuguesa y una familia de voluntarios franceses.
La población que atienden pertenece a la etnia kissi, un millón de personas presentes no sólo en Liberia sino también en algunos de sus países vecinos. En todo el distrito de Foya, sólo el 3% de la población es católica, mientras que la gran mayoría son cristianos protestantes, especialmente pentecostales. Una situación, similar en proporciones, a la que se da en todo el país.
Parroquias misioneras centradas en la Eucaristía
Para el Padre Snider, ser una minoría católica en un país donde también hay musulmanes con un 15% y animistas con un 19% es un verdadero reto. Mi parroquia – explica el sacerdote a Omnes – es una comunidad de discípulos misioneros. En virtud del bautismo, cada uno de nosotros debe animar y acompañar a sus hermanos y hermanas, dejándose tocar el alma por los pobres e intentando, juntos, superar los miedos y el egoísmo».
El principal medio para conseguirlo es la centralidad que la comunidad del padre Snider otorga a la Eucaristía dominical. «Pero no sólo eso. También damos importancia, potenciándolas, a las iniciativas que surgen desde abajo y también estamos muy atentos a las relaciones», explica el religioso.
Las relaciones, motor de la evangelización
En la pequeña comunidad de Foya, como en el resto de Liberia, las relaciones humanas y personales son el motor de toda la sociedad. Y, añade el misionero, para la Iglesia católica representan el corazón de la evangelización: «La encarnación de la Palabra», dice, «tiene lugar en el terreno de compartir la vida. Cuando compartimos nuestra existencia con los demás, descubrimos la belleza del Evangelio vivido. Pero también la propia fragilidad y la del otro».
El Padre Snider cita algunos ejemplos de miembros de su propia comunidad que siempre se han comprometido a tejer relaciones. «Me conmovió», cuenta, «cuando la organización de mujeres católicas de Foya tomó la iniciativa y fue a visitar a las mujeres de Guinea y Sierra Leona, generando un tejido de amistad e intercambio de fe internacional.
A esta se suma la historia de los chicos de la Organización de Niños Católicos, que en pocos años se han convertido en animadores de sus compañeros. «Estos chicos recorren a menudo kilómetros de caminos de tierra para visitar y animar a otros grupos de jóvenes en pueblos más pequeños», dice el párroco con alegría y gratitud.
Miembros de la comunidad de Foya frente al ayuntamiento
Curar las heridas
La parroquia del padre Snider también se ocupa de las heridas no cicatrizadas causadas por las dos guerras civiles que estallaron, una en 1989 y otra en 1999, que provocaron la huida de casi la mitad de la población y destruyeron infraestructuras básicas. Y trata de calmar el dolor aún muy fuerte por las consecuencias de la epidemia de ébola que se cobró miles de víctimas entre 2014 y 2016.
Además de iniciativas solidarias y caritativas dirigidas a la población local, el misionero organiza la formación de animadores litúrgicos y el acompañamiento de catecúmenos. «Se dedica una atención muy alta -precisa- al mundo de la educación. Aquí en Foya y en las comunidades vecinas de Kolahun y Vahun, nuestro equipo de catequistas sigue a unos mil alumnos que asisten a escuelas católicas. Entre ellos hay también niños a los que se ayuda con becas».
«Ecumenismo callejero»
Lo que no falta en Foya es también el diálogo interreligioso. El padre Snider se afana en señalar que, a pesar de ser minoría, los católicos encuentran la manera de organizar momentos informales de encuentro y convivencia con líderes de otras iglesias cristianas y otras religiones.
«Por poner un ejemplo», recuerda el párroco, «hace unos días celebramos una boda entre dos católicos: una decena de pastores protestantes vinculados a una y otra familia estaban también presentes en la misa. El cortejo nupcial que posteriormente recorrió la ciudad constaba de cuatro coches. ¿Quiénes eran los conductores? Yo y otros tres pastores protestantes. Yo lo llamaba ecumenismo callejero”.
El autorFederico Piana
Periodista. Trabaja en Radio Vaticana y colabora con L'Osservatore Romano.
Hemos de hablar a nuestros jóvenes de la cruz y del escándalo que supone hoy seguir a un marginado, fracasado y despreciado de los hombres. Solo así serán capaces de ver a Cristo en el rostro de los crucificados de la tierra, de abrazarles y curar sus heridas.
24 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 3minutos
Hablando con un joven cristiano me confesaba que no entendía por qué ponemos los católicos tanto énfasis en la cruz.
Tenemos que hablar de la vida, tenemos que ser gente normal – me insistía-. Ser cristiano tiene que ser divertido.
Sí, Jesús Resucitado es vida, y vida en plenitud- le respondía yo desde la atalaya de mis más de cincuenta años-. Pero la cruz es esencial al cristianismo. No tenemos a otro Cristo que a Cristo crucificado.
No entiendo el sentido de la cruz, del dolor en la vida -concluía mi joven interlocutor-. Quizás debiéramos hablar más de esto.
Aquella conversación me recordó los versos de Antonio Machado en su famoso poema La saeta, en la que canta al Cristo crucificado de los gitanos, que al final concluye con un significativo cuarteto:
¡Oh, no eres tú mi cantar! ¡No puedo cantar, ni quiero, a ese Jesús del madero, sino al que anduvo en el mar!
Antonio Machado, La Saeta
Me temo que en esta disyuntiva espiritual se mueve siempre la Iglesia. ¿Predicar descarnadamente la cruz? ¿No provoca eso rechazo, como en este joven, como en tantos que oyeron a san Pablo? Escándalo para los judíos, locura para los griegos.
La predicación de la cruz también sigue siendo hoy escándalo y locura. Porque podemos llegar a pensar que la predicación de la cruz es una espiritualidad pasada, con raíces en el medievo. Que hoy, para llegar a los hombres y mujeres del tercer milenio del cristianismo, hay que hablar desde otras claves distintas.
Podemos tener la tentación de silenciar el mensaje de la cruz, porque es incómodo, porque es un misterio que no podemos explicar. Porque, en definitiva, duele y provoca rechazo. Hoy, igual que ayer, los hombres vuelven el rostro ante el que pende del madero.
El dilema de hasta qué punto la cruz ha de estar en la predicación y en la evangelización del hombre del siglo XXI me parece nuclear. Y creo que tiene plasmaciones muy concretas y prácticas.
Es más atrayente predicar un cristianismo sin cruz, sin persecución, en el que somos y vivimos como los demás, centrados en disfrutar la vida. Pero, enseguida surge la pregunta. ¿Puede haber cristianismo sin cruz? ¿Podemos basar nuestra religión y nuestra predicación en una propuesta llena de color y luz, sin las sombras amargas que inevitablemente conlleva la muerte en cruz de Jesús?
Ni que decir tiene que hay que predicar el misterio pascual completo, y que la vida y la resurrección tienen la última palabra. Que Jesucristo es la Vida con mayúscula. Y que en Jesús de Nazaret uno descubre el gozo y la alegría que el mundo no puede dar.
Pero nuestra salvación ha quedado ligada indeleblemente al árbol de la cruz. Y es necesario que, como hacía san Francisco Javier en sus viajes misioneros en el Oriente, mostremos a este mundo moderno, el mundo de la imagen, el cuerpo desgarrado y roto, clavado en una cruz, de nuestro Salvador.
Y que enseñamos a vivir desde las consecuencias que esto conlleva. Porque seguimos a un crucificado. Porque, como nos decía santa Teresa de Calcuta, hemos de amar hasta que duela, como amó Jesús. Porque solo mirando a Jesús en el madero nos adentramos en los misterios más insondables de nuestra existencia. Esos que no se llenan a base de ‘cerves’.
Más aún, desde un punto de vista educativo, es imprescindible mostrar a nuestros jóvenes esa otra cara que tiene la moneda de la vida: la cruz. Solo si educamos para aprender a sufrir estaremos educando de verdad. Porque el sufrimiento es una dimensión ligada a la vida y a sus límites. Y por ello no hay una verdadera educación si no enseña a los jóvenes a gestionar adecuadamente el sufrimiento.
¡Esto sí que es una locura y un escándalo educativo!
Porque si algo marca la propuesta de la educación actual es que hay que huir del sufrimiento y de lo que cuesta.
En una sociedad de padres, madres y profesores hiperprotectores, en los que lo que cuenta es cubrir los deseos del niño para que sea feliz, les estamos arrebatando la capacidad de afrontar las dificultades, de aprender a frustrarse, de aprender a sufrir.
En el fondo, pensamos que ya les tocará pasarlo mal cuando sean mayores y, en realidad, estamos privándoles de las herramientas para afrontar con coraje y fortaleza la otra cara de la vida, la del dolor, cuando este, inexorablemente, llegue.
Como me decía aquel muchacho, los adultos hemos de hablar a nuestros jóvenes de la cruz y del escándalo que supone hoy seguir a un marginado, fracasado y despreciado de los hombres.
Solo si educamos así a nuestros jóvenes, serán capaces de ver a Cristo en el rostro de los crucificados de la tierra, de abrazarles y curar sus heridas.
Delegado de enseñanzas en la Diócesis de Getafe desde el curso 2010-2011, ha ejercido con anterioridad este servicio en el Arzobispado de Pamplona y Tudela, durante siete años (2003-2009). En la actualidad compagina esta labor con su dedicación a la pastoral juvenil dirigiendo la Asociación Pública de Fieles 'Milicia de Santa María' y la asociación educativa 'VEN Y VERÁS. EDUCACIÓN', de la que es Presidente.
Responsabilidad, formación y prevención para luchar contra los abusos
Iniciada por sus predecesores, la lucha contra los abusos en el seno de la Iglesia sigue siendo una de las principales tareas del Papa Francisco y todo el pueblo de Dios.
Andrea Acali·23 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 4minutos
Han pasado algo menos de diez años desde la creación de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, deseada por el Papa Francisco en marzo de 2014, y cinco desde la reunión sobre abusos sexuales que el propio Santo Padre convocó y presidió del 21 al 24 de febrero de 2019 con representantes de las conferencias episcopales de todo el mundo.
Aunque las investigaciones de diversas organizaciones demuestran que el fenómeno de los abusos es mucho más limitado que en otros ámbitos sociales (familia, escuela, deporte), es un tema que, por desgracia, sigue lacerando al cuerpo eclesial porque mina su credibilidad, su misión de anunciar el Evangelio a toda criatura.
Se trata de un tema de gran actualidad, como lo demuestra también la delicada situación de la Iglesia alemana, que, partiendo de las heridas de los escándalos de abusos, ha emprendido un «camino sinodal» decididamente tortuoso, dados los continuos recordatorios del Papa y de sus colaboradores de no proceder por una vía que corre el riesgo de conducir al cisma. El último de estos recordatorios es la carta firmada por el Secretario de Estado, Cardenal Parolin, y otros dos cardenales de la Curia Romana, el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Fernández, y el Prefecto de la Congregación para los Obispos, Prevost.
Prudencia y responsabilidad
Un tema, por otra parte, que debe abordarse siempre con gran delicadeza. Es cierto que en la historia de la Iglesia, incluso en tiempos recientes, ha habido casos de abusos proclamados, basta recordar los trágicos sucesos del cardenal McCarrick, que fue reducido al estado laical, la máxima pena posible para un clérigo, o el tristemente célebre padre Marcial Maciel.
En estos días, aunque no se trata de abusos a menores, la historia del padre Rupnik, que está siendo investigada de nuevo por la Congregación para la Doctrina de la Fe tras los informes enviados el pasado mes de septiembre por la Pontificia Comisión para la Protección de Menores.
Nadie quiere esconderse detrás de un dedo, y la línea de tolerancia cero, deseada por primera vez por el Papa Benedicto XVI cuando el fenómeno comenzó a emerger, y reafirmada varias veces por el actual pontífice, es ahora indispensable.
Como dijo Francisco al concluir el encuentro de 2019, «la inhumanidad del fenómeno a nivel global se hace aún más grave y más escandalosa en la Iglesia, porque está reñida con su autoridad moral y su credibilidad ética».
Sin embargo, la prudencia es siempre indispensable: lo enseña el caso del cardenal australiano Pell, fallecido en enero del año pasado, exonerado de todos los cargos tras la picota de 400 días pasados en prisión como inocente.
El cambio
Pero la pregunta que muchos se hacen es: ¿qué está haciendo la Iglesia después de los escándalos que han surgido en casi todo el mundo, de Chile a Alemania, de Estados Unidos a España? ¿Ha cambiado algo o no se ha movido nada?
En realidad, las cosas han cambiado profundamente. Empezando por la mentalidad y la forma de abordar estas dolorosas historias. Lo confirmaba recientemente en una entrevista el secretario de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, el misionero norteamericano Andrew Small: la percepción del problema de los abusos dentro de la Iglesia, y también en la sociedad, ha cambiado.
El propio Small reconoce que lo que no se perdona a la Iglesia es su mala gestión de los casos de abusos: durante demasiado tiempo ha antepuesto la salvaguarda de la imagen de la institución al olvido de las víctimas, a menudo no escuchadas o silenciadas. Hoy, afortunadamente, ya no es así.
Los propios papas se han reunido varias veces con los supervivientes, escuchando sus dramáticas historias, mostrando cercanía, afecto y acogida. Un cambio de mentalidad que les ha llevado a ampliar su mirada más allá de los menores, a ocuparse también de los adultos vulnerables, a acompañar a los abusados.
Prevención, reparación y formación
Paralelamente a esta toma de conciencia, la Iglesia ha puesto en marcha una fuerte acción preventiva y se ha hecho hincapié en la reparación y la formación. Se trata de un aspecto fundamental que, sin embargo, no sólo debe preocupar a sacerdotes y seminaristas, sino también a las familias.
Conviene recordar algunos pasos concretos como consecuencia de la cumbre con las Conferencias Episcopales de hace cinco años, empezando por las leyes promulgadas a finales de marzo de 2019 para el Vaticano y el posterior motu proprio de mayo «Vos estis lux mundi» por el que el Papa Francisco ordenaba que en todas las diócesis se organizaran oficinas para recibir denuncias e iniciar procedimientos para responder a los abusos.
También estipulaba que los sacerdotes y religiosos estaban obligados a denunciar los abusos de los que tuvieran conocimiento, así como establecía las normas para los superiores, incluidos los obispos, responsables de «encubrir» los casos de pederastia. Posteriormente, se abolió el «secreto pontificio», y en 2021 se reformó el código de derecho canónico en la parte de derecho penal (Libro VI). Una herramienta más, al servicio de diócesis y obispos, es el vademécum que se pidió en la reunión y que ha elaborado la Congregación para la Doctrina de la Fe con una serie de normas y sugerencias a seguir en casos de abusos.
¿Es suficiente? Tal vez no. Pero el camino se ha emprendido. Con mucha más decisión que en otras realidades sociales. La pederastia debe ser erradicada, con mayor razón en la Iglesia.
Un solo abuso sigue siendo intolerable. Pero también debemos tener la honestidad intelectual de reconocer que se ha hecho mucho para combatir lo que Francisco describe como «una manifestación descarada, agresiva y destructiva del mal».
Santa Sofía de Constantinopla, entre Oriente y Occidente
A finales de febrero del año 532, el emperador bizantino Justiniano mandó construir la basílica de Santa Sofía de Constantinopla, que fue la gran iglesia del Imperio romano de Oriente hasta la caída de Constantinopla en el año 1453.
Loreto Rios·23 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 3minutos
La ciudad de Constantinopla, fundada por el emperador Constantino I el Grande (280-337 d. C.) sobre la anterior Bizancio, se convirtió en la capital del Imperio romano tras la caída de Roma en el año 476 d. C.
Constantinopla fue conocida como la “Nueva Roma”, y se mantuvo en pie hasta que fue conquistada por los turcos en el año 1453, lo que supuso un duro golpe para la cristiandad.
La construcción de Santa Sofía
Fue el emperador Justiniano quien, en el año 532, ordenó construir la basílica de Santa Sofía, que fue durante muchos años la joya del Imperio romano de Oriente, tanto es así que en su interior se llevaban a cabo las coronaciones de los emperadores bizantinos, sobre una losa circular conocida como «Omphalion» (ombligo de la Tierra). Anteriormente, había habido en la misma ubicación otras dos iglesias, destruidas en el año 404 y 532 respectivamente, la segunda a consecuencia de un incendio en la revuelta interna de Niká (llamada así por el grito de batalla de los rebeldes) entre monofisitas y cristianos.
Pocos días después de la destrucción de esta iglesia, el emperador Justiniano decidió construir una gran basílica que superase a la anterior. El nombre que le dieron al nuevo templo no hace referencia a ninguna santa, sino que en griego Ἁγία Σοφία (Hagia Sophia) significa “Sabiduría sagrada”.
Se encargaron de diseñar Santa Sofía los arquitectos Antemio de Trales e Isidoro de Mileto, y su construcción fue bastante rápida, en apenas cinco años, entre el 532 y el 537. Se dice que Justiniano, al entrar en su interior, dijo: “Salomón, te he vencido”.
No se escatimaron gastos a la hora de construir este gran templo. De hecho, se decía que la Puerta del Emperador estaba fabricada con madera del Arca de Noé.
Sin embargo, la iglesia ha tenido que ser reconstruida en diferentes ocasiones, debido a las invasiones y numerosos terremotos. Pocos años después de su construcción, en el 558, la cúpula se derrumbó y tuvo que ser reconstruida por Isidoro el Joven, sobrino de uno de los arquitectos originales.
La cúpula
La famosa cúpula de Santa Sofía mide más de 30 metros de diámetro y se levanta 55 metros por encima del suelo. Se sostiene mediante pechinas y fue la más grande del mundo hasta que se construyó la de la catedral de Florencia en el siglo XV.
El historiador bizantino Procopio de Cesárea (500-560), considerado la fuente principal del reinado del emperador Justiniano, dijo de la cúpula que «parece no estar fundada en una mampostería sólida, sino estar suspendida del cielo por una cadena de oro». El patriarca de Constantinopla Focio (820-893), por su parte, afirmaba: “Es como entrar en el mismo cielo sin nadie en medio del camino; uno es iluminado y afectado por las diversas bellezas que brillan delante como estrellas alrededor”.
Transformación a mezquita
Tras la invasión turca en el año 1453 y un asedio a la ciudad que duró 53 días, el sultán Mehmet II convirtió la iglesia en mezquita, por lo que se perdieron el Pantocrátor que decoraba el interior de la cúpula, así como otros mosaicos y referencias cristianas, que fueron cubiertos por decoración islámica. Además, se construyó un mihrab (hornacina que indica la dirección de la Meca) y se añadieron capiteles y cuatro minaretes. La ciudad, desde entonces, se conoce con el nombre de “Estambul”, que no es palabra turca, sino que su origen se encuentra en la frase griega “στην Πόλιv” (“sten pólin”), “a la ciudad”.
Siglos más tarde, tras la descomposición del Imperio otomano en el año 1922, Mustafá Kemal Atatürk, primer presidente de la República de Turquía, convirtió la mezquita en museo en el año 1935. Sin embargo, muchos grupos islámicos querían que Santa Sofía volviese a ser una mezquita, a pesar de la oposición de, entre otros, el gobierno griego o la UNESCO, que declaró Santa Sofía Patrimonio de la Humanidad en el año 1985.
A pesar de la oposición internacional, en 2020 Santa Sofía volvió a abrirse al culto como mezquita. Sin embargo, puede visitarse todavía, siempre que la visita no coincida con los cinco rezos diarios de los musulmanes.
Dios no se cansa de nosotros, ¿podemos decir lo mismo?
El camino de Cruz es la imagen de nuestra vida cristiana, ya que Él nos ha dejado un modelo para que sigamos sus huellas.
23 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 3minutos
¡De nuevo delante de nosotros el camino cuaresmal! De nuevo, el Señor nos prepara este tiempo de gracia y de consolación, de conversión, de penitencia y de auténtica libertad. “Recorramos todos los tiempos – nos recuerda la carta de san Clemente Papa a los Corintios – y aprenderemos cómo el Señor, de generación en generación concedió siempre un tiempo de penitencia a los que deseaban convertirse a Él”.
He leído con más detalle, en estos días, la primera carta de San Pedro. El apóstol conoce bien y se hace cargo de las dificultades, contrariedades y sufrimientos en los que se desarrolla la vida ordinaria de aquellos primeros hermanos nuestros en la fe. Viven “afligidos en diversas pruebas” (1,6). Los paganos se burlan de ellos. El Apóstol, sin embargo, lo exhorta, con fuerza, a no retroceder, a no amoldarse a las apetencias de antes de su conversión y de su bautismo. Viven en una sociedad pagana que se burla de su nueva forma de vivir.
La tentación es grande para mirar hacia atrás en su vida, para amoldarse “a lo de antes” y no complicarse la vida. Y esa tentación es perenne durante toda nuestra vida. El apóstol, ante esta tentación tan fuerte, les invita y nos invita a mirar a Jesucristo, a no apartar nunca la vista de Él, “a Quien amáis sin haberle visto; en Quien creéis, aunque de momento no le veáis” (1,8). Les pone delante a Cristo crucificado a fin de que sigan sus huellas: “pues para esto habéis sido llamados, ya que también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos un modelo para que sigáis sus huellas (….) el que al ser insultado no respondía con insultos; al padecer no amenazaba, sino que se ponía en manos de Aquel que juzga con justicia” (2,21 ss.). El camino de Cruz es la imagen de nuestra vida cristiana, ya que Él nos ha dejado un modelo para que sigamos sus huellas.
En la vida personal, en la vida familiar, en la vida de sociedad, en la relación con las autoridades, los cristianos, pase lo que pase, han de seguir la misma conducta de Cristo crucificado. No responder al insulto con insulto, no amenazar, sino ser compasivos, amar como hermanos, ser misericordiosos y humildes (cf. 3,8). No devolver mal por mal, ni insulto por insulto.
La Cuaresma es recorrer de nuevo el camino de la conversión y de la verdadera libertad, como nos invita el Santo Padre en su Mensaje para la Cuaresma 2024: “Dios no se cansa de nosotros. Acojamos la Cuaresma como el tiempo fuerte en el que su Palabra se dirige de nuevo a nosotros. “Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud” (Ex 20,2).
Es tiempo de conversión, tiempo de libertad». Siempre tendremos esa tentación de volver a “las apetencias de antes”, de volver a Egipto, de vivir a la manera de los paganos, de amoldarnos, de no complicarnos la vida.
Jesús mismo fue tentado. Durante estos cuarenta días de Cuaresma y durante toda nuestra vida Él estará con nosotros para acompañarnos, sostenernos y alentarnos en la lucha porque somos sus hijos “muy queridos” (cf. Mc 1,11).
En la medida en que nuestra conversión sea cada vez más sincera, en esa misma medida nosotros mismos sentiremos, junto con toda la comunidad cristiana, más libres, más contentos, más felices y la misma humanidad sentirá el destello de una nueva esperanza.
Es la valentía de la conversión, de salir de la esclavitud; es la valentía de la fe y de la caridad las que llevan de la mano a esa esperanza de un mundo más humano, más fraterno, más cristiano.
"Mass Explained" (La Misa explicada), es el libro de Dan González, autor y diseñador gráfico de Miami en el que explica visualmente la celebración, ritos y objetos litúrgicos de la Misa con fotos de los archivos de Arkansas Catholic, periódico de la diócesis de Little Rock.
Olivia Maurel, la voz contra la gestación subrogada
Rome Reports·22 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: < 1minuto
Nacida mediante gestación subrogada, Olivia Maurel es hoy una de las voces más importantes en contra de esta forma de explotación.
Hace unos meses, Olivia Maurel envió una carta al Papa pidiéndole que se pronunciase públicamente contra los vientres de alquiler. Francisco condenó esta práctica en su discurso ante el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede.
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La amistad en los escritos de Tolkien y C. S. Lewis
Forjar buenas amistades y saber cuidarlas es una tarea en la vida de cualquier niño y joven. Los autores J.R.R. Tolkien y C. S. Lewis nos muestran, a través sus obras, algunas ideas útiles en la tarea educativa sobre la amistad.
Julio Iñiguez Estremiana·22 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 9minutos
“Un amigo leal tiene valor más allá de la medida”, escribió J.R.R. Tolkien. En el conmovedor episodio de “El Señor de los Anillos” que va a continuación nos dejó escenificada la idea.
Frodo ha resuelto viajar a Mordor en solitario para destruir el Anillo de Poder en la Montaña del Destino, lugar donde lo forjó Sauron. Esa es la misión que le ha sido encomendada y está firmemente decidido a llevarla a cabo, con la certeza de que destruir el Anillo de Poder es la única manera de preservar la libertad de los Pueblos de la Tierra Media: Elfos, Hombres, Enanos y Hobbits. Y Sam, que ha intuido el plan de su Amo y amigo, quiere acompañarle sea cual sea el precio que haya de pagar.
– ¡Tendrá pues que volver a los botes! -se dijo, deteniéndose un momento para pensar- ¡A los botes! ¡Corre hacia los botes, Sam, como un rayo!
Dio media vuelta y bajó a saltos el sendero hasta llegar al borde del prado de Parth Galen, junto a la orilla donde habían sacado las barcas del agua. De repente, se quedó inmóvil y boquiabierto al observar que una embarcación se deslizaba sola cuesta abajo, hasta entrar en el agua.
-¡Ya voy, señor Frodo! ¡Ya voy! -gritó Sam-, y se tiró desde la orilla con las manos tendidas hacia la barca que partía, cayendo de cabeza a una yarda de la borda en el agua profunda y rápida.
–¿Qué haces, Sam? -se oyó el gritó de Frodo, desde la barca vacía-. ¡Que no sabes nadar!
Frodo llegó justo a tiempo para tomarlo por los cabellos.
-¡Tómame la mano! -dijo Frodo.
-No la veo -repuso Sam.
-Aquí está. Quédate derecho y no te sacudas, o volcarás el bote. Aférrate a la borda, ¡y déjame usar la pala!
Frodo llevó la barca a la orilla, y Sam pudo salir arrastrándose, mojado como una rata de agua.
Frodo volvió a pisar tierra firme y, sacándose el Anillo, reprochó a Sam que se hubiera interpuesto en sus planes. Sam, temblando de pies a cabeza, se defendió alegando que la idea de verle partir solo le resultaba insoportable.
-Si yo no hubiese adivinado la verdad -dijo Sam-, ¿dónde estaría usted ahora?
-A salvo y en camino -repuso Frodo.
-¡A salvo! -dijo Sam-. ¿Solo y sin mi ayuda?, sería mi muerte.
-Pero voy a Mordor -exclamó Frodo.
-Lo sé de sobra, señor Frodo. Y yo iré con usted.
Frodo trató de disuadirlo aduciendo que los otros podían volver en cualquier instante, lo cual le obligaría a dar explicaciones, y ya nunca tendría el ánimo o la posibilidad de irse.
-¡He de partir enseguida, Sam. No hay otro modo!
-Si, ya lo sé, -dijo Sam-. Pero no solo. Voy yo también, o ninguno de los dos. Antes desfondaré todas las barcas.
Frodo rió con ganas. Sentía en el corazón un calor y una alegría repentinas.
-¡Deja una! -dijo-. La necesitaremos. Pero no puedes venir así, sin equipo ni comida ni nada.
-¡Un momento nada más y traeré mis cosas! -exclamó Sam animado-. Todo está listo. Pensé que partiríamos hoy.
-¡He aquí todo mi plan estropeado! -dijo Frodo, estando ya los dos en el bote y navegando a Mordor-. Imposible escapar de ti. ¡Pero estoy contento, Sam, muy contento!
-Hice una promesa Sr. Frodo -dijo Sam-. ¡Una promesa!
-No le abandones, Samsagaz Gamyi, me pidió Galdalf.
-¡Y no pienso hacerlo! ¡No pienso hacerlo, Sr. Frodo!
Frodo abraza a Sam, llorando y emocionado.
-¡Oh, Sam! ¡Me alegro de que estés conmigo! -añadió Frodo, cambiando el gesto de preocupación a sonriente.
-¡Vamos! ¡Y que los otros encuentren un camino seguro! Trancos los cuidará.
El Señor de los Anillos. J. R. R. Tolkien
Tolkien nos ilustra sobre algunas notas importantes de la auténtica amistad: la intimidad con el amigo te permite adivinar de qué manera le puedes ayudar; el amor que tienes a tu amigo te hace decidido para estar con él en el peligro y compartir tanto sus penas como sus alegrías; y, nos es muy grata la compañía del amigo: todas las situaciones nos parecen más llevaderas junto al amigo -a los amigos-.
En el artículo anterior ya mencionábamos la importancia de los amigos para ser felices y alcanzar nuestros objetivos. En éste vamos a reflexionar sobre la amistad, a fin de poder ayudar a los hijos y alumnos a forjar buenas amistades y a saber cuidarlas; es decir para que aprendan a ser buenos amigos de sus amigos.
La amistad, relación humana con la que todos ganan
Clive Staples Lewis, conocido como C. S. Lewis, en su libro “Los cuatro amores” diserta sobre los cuatro tipos básicos del amor humano: el afecto, la amistad, el eros y la caridad. Respecto a la amistad, afirma que sólo puede darse entre seres humanos y que es una de las relaciones más valiosas que podemos tener.
En la Biblia de Jerusalén, aprendemos: “El amigo fiel es seguro refugio, el que lo encuentra, ha encontrado un tesoro”; y “El amigo fiel es remedio de vida, los que temen al Señor le encontrarán” [Eclesiático 6, 14 y 16].
Al interactuar con los amigos, nos vemos expuestos a diferentes ideas, perspectivas y experiencias; se amplían nuestros horizontes; aprendemos nuevas habilidades y adquirimos conocimientos. El sentido de pertenencia y conexión social que nos proporciona el trato con los amigos aumenta nuestra autoestima; reduce el riesgo de depresión, ansiedad y estrés.
La amistad nos impulsa a ser mejores personas, nos eleva a la mejor versión de nosotros mismos. Todos necesitamos amistades para crecer, aprender y compartir nuestras alegrías y lidiar con mayor seguridad y confianza las dificultades de la vida. “Los amigos verdaderos son los que vienen a compartir nuestra felicidad cuando se les ruega, y nuestra desgracia sin ser llamados”, escribió Juan Luis Vives, gran humanista y filósofo español.
También para divertirnos nos encanta la compañía de nuestros amigos. Pasar el rato con amigos nos permite relajarnos, reímos abiertamente con las cosas más intrascendentes y disfrutamos juntos de las aficiones comunes: deporte, excursiones, visitas culturales, etc.
Los amigos nos ayudan a salir de la rutina diaria y nos dan la oportunidad de descansar y experimentar momentos de felicidad y gratitud. C. S. Lewis lo expone de modo poético:
“En una amistad perfecta, ese amor de apreciación es muchas veces tan grande y con una base tan firme que cada miembro del círculo, en lo íntimo de su corazón, se siente poca cosa ante todos los demás. A veces se pregunta qué pinta él allí entre los mejores. Tiene suerte, sin mérito alguno, de encontrarse en semejante compañía; especialmente cuando todo el grupo está reunido, y él toma lo mejor, lo más inteligente o lo más divertido que hay en todos los demás. Esas son las sesiones de oro: cuando cuatro o cinco de nosotros, después de un día de duro caminar, llegamos a nuestra posada, cuando nos hemos puesto las zapatillas, y tenemos los pies extendidos hacia el fuego y el vaso al alcance de la mano, cuando el mundo entero, y algo más allá del mundo, se abre a nuestra mente mientras hablamos, y nadie tiene ninguna querella ni responsabilidad alguna frente al otro, sino que todos somos libres e iguales, mientras nos envuelve un afecto que ha madurado con los años. La vida, la vida natural, no tiene don mejor que ofrecer. ¿Quién puede decir que lo ha merecido?”
En resumen, la amistad desempeña un papel fundamental en nuestras vidas: nos brinda apoyo emocional, mejora nuestra salud mental y afectiva, promueve nuestro crecimiento personal y nos proporciona momentos de descanso, diversión y alegría -por igual a mujeres y a hombres; lo mismo a niños que a jóvenes y mayores; y a los ancianos les evita que la soledad sea la compañera de su vida-.
La amistad, el menos celoso de los amores
“A los antiguos -afirma C. S. Lewis-, la amistad les parecía el más feliz y más plenamente humano de todos los amores: coronación de la vida y escuela de virtudes. El mundo moderno, en cambio, la ignora: pocos la valoran, porque son pocos los que la experimentan.
“Muy poca gente moderna piensa que la amistad es un amor de un valor comparable al eros o, simplemente, que sea un amor. No puedo recordar ningún poema ni ninguna novela que la haya celebrado. Tristán e Isolda, Antonio y Cleopatra, Romeo y Julieta tienen innumerables imitaciones en la literatura; pero David y Jonatán, Pílades y Orestes, Rolando y Oliveros, Amis y Amiles no las tienen”.
El profeta Samuel nos cuenta cómo David llora la muerte su gran amigo Jonatán, caído en batalla junto con su padre, el rey Saúl [2 Samuel 1, 25-27]:
-¡Jonatán!, en tu muerte he quedado sin consuelo; estoy angustiado por ti, hermano mío, Jonatán.
-Me eras carísimo.
-Tu amor era para mí más preciado que el amor de las mujeres.
-¡Cómo han caído los héroes, cómo han perecido los guerreros!
Las amistades se dan preferentemente de chicos con chicos y de chicas con chicas. Y en cuanto al número requerido, el dos no el mejor: dos amigos se sentirán felices si se les une un tercero, y lo mismo cuando a tres se les une un cuarto -siempre que los recién llegados estén cualificados para ser verdaderos amigos-. Sucede con los amigos lo mismo que cuenta Dante de las ánimas benditas en la “Divina Comedia”: “Aquí llega uno que aumentará nuestro amor”; porque en este amor “compartir no es quitar”.
En nuestro tiempo, no obstante, es necesario aclarar que no se puede llamar amistad a la relación con los “seguidores / conocidos” de las redes sociales, a quienes no conocen realmente.
Hacer amigos y cuidar las amistades
Tener amigos es una bendición, un regalo, una riqueza para la cual ningún hombre es tan pobre como para no poder aspirar a ella. Y al mismo tiempo, en la amistad no hay exigencias ni la sombra de necesidad alguna: nada me obliga a ser amigo de nadie y ningún otro ser humano tiene el deber de ser amigo mío. Cuando se presenta la ocasión de ayudar al amigo que pasa por un apuro, se le ayuda, por supuesto; pero no se levanta acta de esa acción; el que ha prestado el servicio nunca pasará factura por ello.
¿Y cómo comienza la amistad? Con frecuencia la amistad surge entre dos o más compañeros cuando toman conciencia de que tienen cosas en común: lugar de procedencia, ideas, intereses, aficiones o simplemente gustos que los otros no comparten y que hasta ese momento cada uno pensaba que era el único en poseer ese tesoro, o esa cruz. Una típica expresión que puede ser el comienzo de una amistad es: “¡Anda, éste me comprende! ¡Pensaba que era yo el único!”. Quede claro, sin embargo, que pueden darse discrepancias entre amigos, y se dan, incluso en temas importantes, como las creencias, por ejemplo. Y eso también es enriquecedor.
La amistad presupone muchas virtudes: sinceridad, lealtad, desinterés, alegría, servicio…, que hemos de procurar que desarrollen nuestros hijos y alumnos. De cómo trabajarlas trataremos en otros artículos.
Pero, ¿qué hacer cuando observamos que una chica no tiene amigas, o un chico no hace amigos? Éste es un asunto muy importante, que deben estudiar en serio padres, profesoras y profesores. Podemos encontrar pistas interesantes para superar esta carencia de la chica o del chico, fijándonos en cómo vive las virtudes mencionadas más arriba; en particular, su espíritu de servicio. No perdamos de vista que la amistad es fundamental en el proceso de desarrollo evolutivo y en la socialización de niños y adolescentes / jóvenes.
Y, para evitar decepciones, debemos aclarar que hay seres nocivos que no buscan la amistad, sino que sólo quieren conseguir amigos. Cuando la sincera respuesta a la pregunta: “¿Ves la misma cosa que yo?” es “No veo nada, ni me importa, porque lo que yo quiero es un amigo”, es imposible que pueda nacer amistad alguna; porque la amistad tiene que construirse sobre algo que se comparte, aunque sólo sea la afición por los video-juegos. Los que no tienen nada, no pueden compartir nada; los que no van a ninguna parte no pueden tener compañeros de ruta.
Antes de pasar al último apartado, quiero expresar brevemente mi agradecimiento a tantos buenos amigos por la gran riqueza de favores, ayudas y beneficios que he recibido de ellos; porque he sido muy feliz, y lo sigo siendo, disfrutando de su compañía; y por lo mucho que nos hemos reído y nos hemos divertido juntos. Muchas gracias, queridos amigos.
Jesús es el gran amigo que siempre acompaña
El Evangelio nos muestra que Jesús iba siempre rodeado de amigos: “A vosotros, amigos míos, os digo…” [Lc 12,4]; “¿Acaso pueden estar de duelo los amigos del esposo mientras el esposo está con ellos?” [Mt 9,15]. Sus discípulos son sus amigos.
En la Última Cena, confía a sus apóstoles el sentido de su muerte en la Cruz: “Nadie tiene amor más grande que el de dar uno la vida por sus amigos”; y “A vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que oí de mi Padre os lo he hecho conocer. [Jn 15, 13 y 15].
Felipe acababa de conocer a Jesús gracias a su amigo Andrés y, en seguida, lleno de entusiasmo, fue a buscar a su amigo Natanael y le dijo: “Hemos encontrado a Jesús de Nazaret”. Es difícil de entender que un cristiano no tenga deseos de acercar a sus amigos a Jesucristo, que es quien nos salva.
Conclusiones
En el trato con los amigos/amigas, contrastamos diferentes ideas, perspectivas y experiencias; aprendemos nuevas habilidades y conocimientos; ampliamos horizontes. La amistad nos impulsa a ser mejores personas, nos eleva a la mejor versión de nosotros mismos. Es importante ayudar a hijos y alumnos a forjar buenas amistades y a saber cuidarlas; es decir que aprendan a ser buenos amigos de los amigos.
La amistad nos proporciona un sentido de pertenencia y conexión social que aumenta nuestra autoestima; mejora nuestra salud mental; nos brinda apoyo emocional; y nos proporciona momentos de descanso, diversión y alegría -lo mismo a mujeres que a hombres; por igual a niños a jóvenes y mayores; y a los ancianos les evita que la soledad sea la compañera de su vida-.
Cuando se observa que una chica no tiene amigas, o un chico no hace amigos, padres, profesoras y profesores, deben estudiar en serio las causas de dicha carencia. Para superarla, podemos encontrar pistas interesantes fijándonos en cómo vive virtudes como la sinceridad, la lealtad, la alegría y el espíritu de servicio.
Lectura recomendada:
El desarrollo total del niño
Autor: Juan Valls Juliá
Páginas: 256
Editorial : Palabra
Colección: Hacer Familia
Año: 2009
El autorJulio Iñiguez Estremiana
Físico. Profesor de Matemáticas, Física y Religión en Bachillerato
Joseph Evans comenta las lecturas del segundo domingo de Cuaresma y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.
Joseph Evans·22 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 2minutos
Las montañas aparecen con frecuencia en la Biblia como lugares de encuentro con Dios. Moisés y Elías, que entran en el Evangelio de hoy hablando con Jesús, tuvieron encuentros con Dios en una montaña.
Las montañas representan respirar aire puro, alejarse del ajetreo de la vida, tener una visión más amplia y contemplar la belleza de la creación.
La oración es una montaña: escapamos de las prisas del día para respirar a Dios, nos elevamos por encima de los acontecimientos cotidianos para encontrarnos con el Señor, para vislumbrar su gloria y su belleza. Pero también pueden ser lugares de prueba.
La primera lectura nos muestra a Abrahán llevando a su hijo Isaac a la montaña, dispuesto a matarlo como ofrenda al Señor, en obediencia a lo que Dios le había ordenado, aunque al final Dios no exige el sacrificio. Era simplemente una prueba de la fe de Abraham.
En este mismo monte, siglos más tarde, el Padre celestial ofrecerá a su Hijo, Jesús, como sacrificio por nuestra salvación, exigiendo de sí mismo lo que no pidió a Abrahán.
“Jesús toma consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, sube aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos”. Como explicó el Papa Benedicto, no se trata de una luz proyectada sobre Jesús, sino de una luz procedente de él.
“Dios de Dios, luz de luz”: es un destello de la luz que Jesús tiene, que él es. Pero esta luz era tan cautivadora que Pedro quiso prolongar la experiencia. Esto nos da una idea de la alegría y la belleza del cielo, donde viviremos para siempre a la luz del Cordero (Ap 21, 23).
Sin embargo, al bajar del monte “les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos”. Este atisbo de gloria es un anticipo de la Resurrección, pero para llegar a ella Cristo debe pasar por su Pasión, por la montaña del Gólgota.
Al final, si permanecemos fieles, veremos a Jesús, el Cordero de Dios, glorificado en el monte de la Jerusalén celestial (Ap 21, 9-10. 22).
Para llegar a este monte glorioso debemos subir al monte de la oración y también estar dispuestos a afrontar el monte de la prueba, obedientes a Dios incluso cuando no entendemos lo que nos pide.
La homilía sobre las lecturas del segundo domingo de Cuaresma
El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.
Mons. Paglia propone priorizar la asistencia en casa a la residencia
El presidente de la Pontificia Academia para la Vida, Mons. Vincenzo Paglia, y María Luisa Carcedo, exministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, defendieron ayer en un coloquio en la Fundación Pablo VI dar prioridad a una atención domiciliaria continuada frente a la opción de la residencia, sin dejar de abogar por la libertad de elección de los ancianos.
Francisco Otamendi·21 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 3minutos
En un debate moderado por Jesús Avezuela, director general de la Fundación Pablo VI, Mons. Vincenzo Paglia y María Luisa Carcedo, consejera permanente de Estado, reflexionaron sobre la Carta de los Derechos de las Personas Mayores y los Deberes de la Comunidad, que nació en Italia como consecuencia de las miles de personas mayores fallecidas en residencias en Italia durante la pandemia del Covid, aseguró el alto eclesiástico.
Al acto asistieron, entre otras personas, el arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo, el obispo de Getafe y presidente del patronato de la Fundación Pablo VI, Mons. Ginés García Beltrán, o el presidente de la Fundación Mensajeros por la Paz, Ángel García.
“Una auténtica tragedia”, aunque ya “les habíamos descartado antes”, aseguró al referirse a los ancianos italianos Mons. Paglia, quien ha presidido una comisión de carácter civil que, a petición del gobierno italiano, presidido entonces por Mario Draghi, “sacó a la luz la contradicción de una sociedad que, por un lado, sabe prolongar la vida de las personas, pero, por otro, la llena de soledad y abandono”.
La Carta, que se materializó también en una ley acogida por todo el arco parlamentario, y refrendada también por el gobierno de Giorgia Meloni, tiene por objeto llamar la atención sobre las deficiencias de un sistema de bienestar desequilibrado que es, en sí mismo, la causa de tantas víctimas. señaló Paglia.
El texto propone “un cambio de paradigma cultural, organizativo y asistencial para concienciar sobre los derechos de las personas de edad avanzada y los deberes de la sociedad de acoger y mejorar esta etapa de la vida”, y establece tres contextos de derechos: 1) respeto a la dignidad de la persona de tercera edad, 2), principios y derechos para un cuidado responsable; y 3) protección para una vida socialmente activa.
Soledad en los domicilios
Ambos expertos coincidieron en la necesidad de priorizar la asistencia domiciliaria a la opción por la residencia. “Es aquí donde se mantienen los afectos, los recuerdos”, es “el lugar que permite conservar la propia historia y evita que la salud física y emocional empeore, afirmó Monseñor Paglia refiriéndose a los hogares.
Así lo ponen de manifiesto testimonios recogidos en la Carta y las cifras que hasta ahora manejan en Italia sobre los resultados económicos positivos de una priorización, que ahorra mucho dinero al Estado, señaló. “La residencia supone una pérdida de libertad muy fuerte, hace que la historia vital se termine” y, en muchas ocasiones, se hace contra la voluntad de la persona”.
El mayor problema
La ex ministra de Sanidad se mostró también partidaria del modelo de asistencia en los domicilios, pero, para eso, afirma, “es necesario repensar cómo coordinar el servicio social y sanitario, buscando el compromiso de la sociedad en su conjunto”, repensar los servicios públicos y la atención a las personas mayores; repensar también su vida activa, retrasando para los casos en los que se pueda la edad de jubilación; y un replanteamiento del urbanismo o una “accesibilidad universal y cognitiva”, entre otras muchas cosas. En realidad, la unificación de la asistencia social y la asistencia sanitaria sobrevoló casi todo el encuentro.
Tras las primeras intervenciones, el director general de la Fundación Pablo VI, Jesús Avezuela, preguntó si veían compatible una asistencia domiciliaria como prioridad cuando cada vez está más enquistado en las sociedades el drama de la soledad, que lleva a muchas personas a morir solas en sus propios domicilios. Es verdad que la soledad “es el mayor problema de la contemporaneidad”, continuó Paglia, pero lo es en todas las etapas: niños, jóvenes y ancianos.
Una nueva responsabilidad
Por eso, a su juicio, “es necesario redescubrir una nueva responsabilidad en todas las edades”. Y eso pasa también porque “los ancianos sean conscientes de que son sujetos políticos, aporten activamente y redescubran una nueva vocación”. El problema es “que los ancianos han aceptado ser descartados”.
María Luisa Carcedo, por su parte, se refirió a las soledades “acompañadas” en las que se encuentran, no solo los mayores, sino también y muy especialmente los niños y los adolescentes que viven pegados a las pantallas o en familias donde no hay conversación.
“Tenemos que llegar a la convicción”, insistió, “de que la convivencia, las relaciones sociales, también contribuyen a mantener la mente activa y evitar esa soledad acompañada”, que es, según Mons. Vincenzo Paglia, síntoma de una sociedad ególatra, donde se favorece el culto al yo. Por eso reclamó “un cambio cultural”, que una a diferentes generaciones, los abuelos con los nietos, y que lleve a construir puentes entre todas las Administraciones.
Derecho a cuidados paliativos de calidad
El último punto del coloquio se centró en el derecho a tener unos cuidados paliativos dignos al final de la vida para huir de una eutanasia, que representa, como señaló Monseñor Paglia, “un fracaso y una irresponsabilidad para una serie de personas que no quieren sufrir. “La gente no quiere morir, quiere dejar de sufrir”. Por eso reclamó unos cuidados paliativos que apuesten por la vida.
Por el contrario, la ex ministra Carcedo se mostró a favor de la ley de eutanasia, que refleja “un ejercicio de libertad individual, y así está escrito en la ley”. El debate quedó para una próxima ocasión.
En Occidente, el cristianismo y el Derecho han ido de la mano desde los inicios de la era cristiana. La fe cristiana ha hecho aportaciones clave para el derecho. El autor acaba de publicar el libro The Oxford Handbook of Christianity and Law.
21 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 3minutos
La relación entre el cristianismo y el derecho no es un mero incidente en la historia de la humanidad, sino que tiene un significado profundo y un valor permanente. El polímata alemán Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716) justificaba la traslación de su modelo de división de la teología a la jurisprudencia alegando que “la similitud entre estas dos disciplinas era sorprendente”. Más recientemente, el famoso constitucionalista alemán Ernst Wolfgang Böckenförde (1930-2019) afirmó que “el Estado liberal secularizado se sustenta en presupuestos que él mismo no puede garantizar”. Estos presupuestos, se quiera o no, tienen mucho que ver con el cristianismo.
Un buen cúmulo de ideas, conceptos y valores tienen, a la vez, un hondo sentido jurídico y teológico. Basta pensar en palabras como ley, justicia, matrimonio, pacto, satisfacción, juramento, libertad, dignidad, obediencia, solidaridad, autoridad, tradición, redención, castigo, persona, pero también en intercesión, gracia, confesión y sacramento, conceptos, estos últimos, antes jurídicos que teológicos. Debido a este común denominador, a veces resulta complicado fijar si el origen de un concepto es jurisprudencial o teológico.
Y es que el cristianismo y el derecho, en Occidente, han ido de la mano tras su primer abrazo al comienzo de la era cristiana. Aunque algo más distanciados, cristianismo y derecho continuaron juntos durante el largo proceso de secularización de la modernidad iniciado con la reforma protestante, ya que este proceso, en parte (solo en parte), hunde sus raíces en la famosa paremia de Jesús: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
Unas aportaciones del cristianismo al derecho son originales mientras que otras arrojan nueva luz sobre conceptos o ideas ya existentes (ej. la idea de justicia o propiedad). Algunas aportaciones son de carácter teológico (ej. cuidado del universo creado), otras más espirituales (ej. sentido del perdón, la compasión y la misericordia), otras más morales (ej. la libertad religiosa y los derechos humanos), otras históricas (ej. la división de Europa en estados soberanos), otras antropológicas (ej. centralidad de la persona humana), otras estructurales (ej. separación Iglesia-Estado, el principio de subsidiariedad) y otras sociales (ej. función social de la propiedad privada), pero todas ellas fueron y siguen siendo decisivas para el desarrollo del derecho y de los ordenamientos jurídicos seculares.
Mención especial merece la aportación de la Segunda Escolástica, particularmente de la Escuela de Salamanca, que irradió luz sobre cuestiones que afectan también a nuestros días, como la globalización de la interdependencia, el colonialismo, el ejercicio del poder, los derechos humanos, el cosmopolitismo, la guerra justa, el eurocentrismo o las reglas del mercado.
La Escuela de Salamanca nos exhorta a un análisis más detenido sobre el método científico como instrumento en la búsqueda de la verdad, y nos muestra el papel de las universidades en el desarrollo de los pueblos, así como el de los intelectuales en el proceso de toma de decisiones de cualquier comunidad política.
El impacto del protestantismo sobre la cultura jurídica occidental fue también colosal. Los fundamentos de las teorías democráticas modernas, los ideales fundacionales de libertad religiosa e igualdad política, el principio de federación, el surgimiento del Estado del bienestar moderno, la defensa de las garantías y derechos procesales, la conversión de los deberes morales del Decálogo en derechos individuales, la doctrina de la resistencia constitucional contra la tiranía, o la idea de una constitución escrita como una suerte de pacto político deben mucho a la Reforma protestante.
Como bien explica John Witte Jr., ciertos postulados teológicos básicos del protestantismo han tenido importantes consecuencias jurídicas, como, por ejemplo, el hecho de que la comunidad política se constituya por un pacto entre los gobernantes y el pueblo ante Dios, cuyo contenido lo muestran las leyes divinas y naturales y específicamente el Decálogo; o el hecho de que la Iglesia y el Estado deban estar separados institucionalmente pero unidos en su propósito y función, y, por tanto, también en la defensa de los derechos y libertades del pueblo, incluida la resistencia constitucional organizada.
En nuestra era secular y global, el cristianismo debe seguir iluminando el derecho, protegiendo y reforzando sus fundamentos metajurídicos, pero sin explotar ni expoliar la estructura autónoma de los ordenamientos jurídicos. No existe un modelo único de ordenamiento jurídico cristiano que el cristianismo deba promover para cumplir su misión.
La influencia cristiana afecta más bien a la dimensión espiritual del derecho, al espíritu del derecho, si bien algunas aportaciones puedan llegar a tener implicaciones prácticas concretas, por ejemplo, la dignidad. Por su parte, el derecho secular debe seguir iluminando el cristianismo aportando una técnica jurídica refinada en la resolución de conflictos y promoviendo la defensa de los derechos humanos.
El autorRafael Domingo Oslé
Catedrático de la Universidad de Navarra (campus Madrid)
Además de que la inmensa mayoría de la población es islámica (99%, de la cual el 90% es chií y el 9% suní), en Irán hay varias minorías religiosas, aunque no muy numerosas.
El zoroastrismo y los Reyes Magos
En Irán hay unos 60.000 zoroastrianos y, al igual que los cristianos armenios y sirio-orientales y los judíos, son considerados «pueblo del libro» (ahl al-kitab en árabe), es decir, que no serán perseguidos por los musulmanes si aceptan vivir dentro de un Estado islámico respetando ciertas normas (prohibición del proselitismo, profesión privada de su fe, impuestos especiales y onerosos que pagar, etc.). A cambio (oficialmente desde 1906), cada una de estas comunidades recibe un escaño en el Parlamento y el respeto de sus derechos (sin embargo, no se les considera ciudadanos de primera clase).
El zoroastrismo, o mazdeísmo, es una de las religiones monoteístas más antiguas del mundo, fundada por Zoroastro (o Zaratustra), que vivió entre los siglos XI y VII antes de Cristo. Su doctrina se recoge en unos textos sagrados llamados Avesta. Aunque la antigua Persia (por tanto, Irán) se considera el hogar del zoroastrismo, su influencia se ha extendido a varias culturas de Asia central y occidental.
Algunos principios clave del zoroastrismo:
-Fe en Ahura Mazda, dios supremo y creador del cosmos. Ahura Mazda es considerado un ser benévolo y justo. -Dualismo cósmico: Ahura Mazda está en constante conflicto con Angra Mainyu (o Ahriman), la fuerza del mal. -Fe en la justicia: se espera que los zoroastrianos practiquen la bondad, la verdad y la justicia, y la Tierra se considera un campo de batalla entre las fuerzas del bien y del mal. -Fuego sagrado: el fuego se considera sagrado y se utiliza a menudo en rituales religiosos. Sin embargo, no se le rinde culto como a un dios, siendo sólo un símbolo de purificación y de la presencia divina. -Purificación y rituales: existen prácticas de purificación física y espiritual mediante el fuego o el agua. -Faravahar: uno de los símbolos más conocidos del zoroastrismo, representa a un ser alado con un círculo en el centro y simboliza la dualidad y la elección entre el bien y el mal.
Típica de la religión zoroástrica, sobre todo en la Antigüedad, es la figura de los «magos», del persa antiguo magūsh, transliterado al griego como màgos (μάγος, plural μάγοι).
Eran una clase de antiguos sacerdotes y eruditos, conocidos por sus grandes conocimientos astronómicos. Se les consideraba guardianes de las escrituras sagradas, el Avesta, y desempeñaban un papel importante en los rituales y ceremonias religiosas.
En el cristianismo (véase este artículo), «magos» se refiere a los sabios de Oriente (es decir, no reyes) que, según los Evangelios, visitaron al niño Jesús en Belén tras su nacimiento, trayendo regalos de oro, incienso y mirra.
Con el tiempo, el término «mago» también ha pasado a significar una persona implicada en prácticas mágicas u ocultas, lo que difiere bastante de su significado original.
A pesar de su considerable influencia en otras religiones, el zoroastrismo es hoy una fe minoritaria, con comunidades dispersas por todo el mundo, especialmente en Irán y la India (el famoso Freddy Mercury, de Queen, era hijo de zoroastrianos de origen indio).
Maniqueísmo, bahaísmo, mandeísmo, yarsanismo
Persia ha sido cuna de diversas doctrinas y movimientos religiosos.
Además del zoroastrismo, hay que mencionar el maniqueísmo, una religión extinta fundada por el persa Mani (siglo III d. C.) en el Imperio sasánida. Se caracterizaba por una cosmología dualista, con una encarnizada lucha entre el bien y el mal, el primero representado por la luz y el mundo espiritual y el segundo por la oscuridad y el mundo material. Era un culto que fusionaba elementos cristianos y gnósticos y se extendió rápidamente por las regiones de habla aramea, convirtiéndose, entre los siglos III y VII d. C., en una de las religiones más extendidas del mundo, compitiendo con el cristianismo e impregnando sus estructuras hasta el punto de ser considerada una herejía.
Una religión sincrética más reciente, que aún se practica en Irán (es el culto no islámico más extendido en el país), es el bahaísmo, otra fe monoteísta fundada en el siglo XIX por el persa Baha’u’llah (considerado por los fieles baha’i como el más reciente de una serie de mensajeros divinos que incluye a Abraham, Moisés, Buda, Jesús y Mahoma). Los bahá’ís creen que todas las grandes religiones del mundo tienen orígenes divinos y promueven la unidad de la humanidad mediante la eliminación de los prejuicios, la discriminación y la división, el pacifismo y el desarme mundial. El Centro Mundial Bahaí se encuentra en Haifa (Israel). En Irán hay unos 350.000 creyentes en el bahaísmo y esta religión ha sido la más perseguida en el país desde su fundación.
El mandeísmo es también una religión monoteísta sincrética, de origen gnóstico, que fusiona elementos maniqueos y judeocristianos. Sus primeros seguidores se asentaron en la Persia safávida procedentes de Oriente Próximo y se concentran en Irán (las estimaciones oscilan entre 10.000 y 60.000 mandeos iraníes) e Irak. Los mandeos consideran a Juan el Bautista el más grande de los profetas, precursor de un mensajero divino llamado Manda d’Hayye (Gnosis de la Vida), que correspondería al «Cristo espiritual», distinto del «Cristo terrenal». Poseen varios textos sagrados, entre ellos el Ginza Rba (‘El Gran Tesoro’) y el Drasha d-Yahia (‘Reunión de San Juan Bautista’) y su doctrina se basa en el dualismo gnóstico, que contrapone el Dios supremo del mundo del bien y de la luz (Malka d-nura), rodeado de ángeles (Uthrê), de los cuales Manda d’Hayye es el más importante, y el mundo del mal y de las tinieblas, habitado por demonios, cuyo jefe es Ruha, el espíritu maligno. Los mandeos hablan la lengua mandea, una forma del arameo.
Por último, el yarsanismo (sus seguidores también son conocidos como Ahl el-haqq, «pueblo de la verdad» en árabe) es otro culto sincrético local, que mezcla distintas tradiciones místicas y gnósticas, elementos islámicos, zoroástricos y kurdos antiguos. Es afín al yazidismo y sus seguidores, un grupo etnorreligioso, se concentran en las montañas del Kurdistán iraní. Los ahl al-haqq creen en siete deidades principales, la principal de las cuales es el sultán Sahak, creador y dios de la verdad, y en los ideales de perfección y verdad, haqq, que deben alcanzarse mediante rituales y ceremonias basados en la danza, la música y el canto.
Al no estar reconocido como minoría religiosa en Irán (como los demás cultos mencionados en este párrafo), el yarsanismo ha sufrido a menudo discriminación y persecución.
Judaísmo
Irán tiene una comunidad judía con una historia milenaria, que se remonta al cautiverio babilónico en el siglo VI a. C., que se ha ido asimilando gradualmente a la población autóctona del país.
Mientras que antes de la Revolución Islámica de 1979 Irán tenía una de las mayores poblaciones judías de Oriente Próximo (sobre todo en ciudades como Shiraz, Ispahán y Teherán), hoy quedan en el país unos 20.000 judíos (sigue siendo la segunda comunidad judía más grande de Oriente Próximo después de Israel), mientras que más de 200.000 son de origen iraní.
Tras la Revolución de 1979, muchos judíos emigraron, principalmente a Estados Unidos y sobre todo a Israel. Moshe Katsav, octavo presidente del Estado de Israel, nació en Irán en 1945.
Cristianismo
El cristianismo también está presente en Irán desde hace milenios (por tanto, más que la actual religión del Estado, el Islam), aunque como religión minoritaria, a diferencia de la vecina Armenia.
Tradicionalmente, santo Tomás Apóstol es considerado el evangelizador de Mesopotamia y Persia, seguido en la misión por Addai (Tadeo), uno de los setenta discípulos de Jesús y primer obispo de Edesa, y su discípulo Mari (famosa es la Anáfora de Addai y Mari, considerada una de las fórmulas eucarísticas más antiguas), ya en el siglo I. La iglesia de Oriente, también conocida como iglesia de Persia, iglesia asiria o iglesia nestoriana, con identidad propia y específica, nació sin embargo entre los siglos III y IV, cuando se separó del cristianismo occidental en el Concilio de Éfeso (431), al no aceptar los obispos asirios y persas la condena del nestorianismo.
Nestorio, defensor de esta doctrina, fue obispo de Constantinopla pocos años antes del Concilio de Éfeso y sostuvo una tesis que, según algunos, entre ellos Cirilo de Alejandría, negaba la consustancialidad de la naturaleza humana y divina en la persona de Cristo, afirmada en cambio en Nicea (325). Nestorio afirmaba que, puesto que hay identidad de naturaleza, sustancia (ousìa) y persona (hypostasis) y Dios es inmutable, la sustancia humana y la divina no pueden fundirse en una sola naturaleza. Para él, toda sustancia debe corresponder a una persona, por lo que en Cristo hay dos naturalezas distintas, una divina y otra humana, unidas y no hipostáticamente unidas. Por ello, para él no era posible afirmar que María fuera Theotokos, madre de Dios, principio proclamado en el Concilio de Éfeso, donde, por intervención del propio Cirilo de Alejandría, se condenó la doctrina nestoriana.
La Iglesia oriental rechazó esta condena y ni siquiera aceptó las decisiones tomadas en el Concilio de Calcedonia (451), que condenó en cambio el monofisitismo.
Los shahs de Persia se pusieron del lado de los nestorianos y les concedieron protección. Así, la Iglesia asirio-persa se extendió por Oriente, llegando hasta la India y China a través de la Ruta de la Seda e influyendo también en el ritual islámico del salàt (oración).
Las guerras entre persas y bizantinos entre los años 610 y 628 debilitaron a la Iglesia de Persia, que también fue objeto de numerosas persecuciones por parte de los últimos gobernantes zoroastristas persas. No obstante, floreció incluso después de la conquista islámica (hacia 640) hasta al menos el siglo XII.
En la actualidad, la Iglesia de Oriente representa la segunda comunidad cristiana más numerosa de Irán (entre 20.000 y 70.000, repartidos entre la Iglesia Católica Caldea y otras dos Iglesias no católicas (la Iglesia Asiria de Oriente y la Iglesia Antigua de Oriente).
Entre los aproximadamente 300.000-370.000 cristianos del país (que cuentan con al menos 600 lugares de culto), el grupo más numeroso con diferencia es, sin embargo, el de los fieles de la Iglesia Apostólica Armenia (entre 110.000 y 300.000).
Libertad religiosa
Irán es una república islámica, cuya constitución establece el Islam como religión oficial, al tiempo que reconoce el derecho de zoroastrianos, judíos y cristianos a profesar su fe, con ciertos límites. El ateísmo no está reconocido, como tampoco las religiones sincréticas, consideradas paganas.
Las leyes del país prevén penas diferentes para los no musulmanes que para los musulmanes por el mismo delito. En caso de adulterio, por ejemplo, un hombre musulmán que haya cometido adulterio con una mujer musulmana recibe 100 latigazos, mientras que la pena para un hombre no musulmán que haya cometido adulterio con una mujer musulmana es la muerte.
La conversión del islam a otra religión (apostasía) también está prohibida y puede castigarse con la muerte.
En 2022, el informe anual de Activistas por los Derechos Humanos en Irán (HRAI) enumeraba 199 casos de persecución religiosa, entre ellos 140 detenciones, 94 casos de redadas policiales, 2 casos de demolición de lugares de culto, 39 casos de encarcelamiento, 51 prohibiciones de viajar o restricciones a la libertad de circulación y 11 casos de personas juzgadas por sus creencias religiosas. Casi dos tercios (64,63%) de los casos se referían a la violación de los derechos de ciudadanos de confesión bahaí, el 20,84% a cristianos, el 8,84% a yarsanistas y el 4,63% a suníes.
En 2023, el país obtuvo una puntuación de cero sobre cuatro en libertad religiosa según Freedom House y fue clasificado como el octavo lugar más hostil del mundo para los cristianos por Open Doors.
El autorGerardo Ferrara
Escritor, historiador y experto en historia, política y cultura de Oriente Medio.
Ayuda a la Iglesia Necesitada lanza una campaña para ayudar a Ucrania
Ayuda a la Iglesia Necesitada organiza la campaña “Dos años de guerra. Ucrania, no quiero olvidarte”, ya que el 24 de febrero de 2024 se cumplen dos años desde la invasión de Rusia a Ucrania.
Loreto Rios·20 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 4minutos
En una rueda de prensa celebrada esta mañana en su sede de Madrid, ACN España ha lanzado una campaña de ayuda a Ucrania “para socorrer a una Iglesia desbordada por los traumas y las heridas del conflicto”. Han intervenido José María Gallardo, director de ACN España, por grabación monseñor Sviatoslav Schevchuk, arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana, y monseñor Visvaldas, nuncio apostólico de Ucrania, y, en directo desde Kiev, el padre Mateusz Adamski.
Ayuda a la gestión del trauma
Un equipo de Ayuda a la Iglesia Necesitada ha estado recientemente en Kiev para conocer de primera mano las necesidades de la población ucraniana. Allí, han tenido la oportunidad de entrevistarse con monseñor Schevchuk, quien les ha pedido que sigan hablando de ellos: “Si dejáis de hablar de nosotros, dejaremos de existir”.
Se calcula que el 80 % de la población ucraniana tiene heridas físicas o psicológicas a consecuencia de esta guerra que dura ya dos años.
“El futuro de Ucrania y de la Iglesia depende de cómo seamos capaces de responder a esta necesidad de superar el trauma de la guerra que ya ha afectado al corazón de la sociedad ucraniana: la familia”, afirma monseñor Schevchuk.
José María Gallardo, director de ACN España, ha explicado en la rueda de prensa que la guerra de Ucrania es la “mayor catástrofe humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial”. Desde el inicio del conflicto, se han contabilizado 6,3 millones de refugiados y más de 5 millones de desplazados internos. Actualmente, el 40 % de la población ucraniana depende de la ayuda humanitaria para subsistir.
Por ello, Ayuda a la Iglesia Necesitada está organizando un programa para la formación de sacerdotes, religiosos y laicos. Hasta la fecha, se dispone de 11 centros en los que han sido atendidas 1021 personas, y se quiere apoyar también la atención a jóvenes y niños en un centro de la región de Volyn.
“La solidaridad está funcionando”
Monseñor Sviatoslav Schevchuk ha intervenido en la rueda de prensa a través de unas grabaciones de vídeo en las que ha explicado que “lo que está sucediendo en Ucrania es un genocidio. […] Las personas están siendo asesinadas en Ucrania por ser ucranianos”. El arzobispo ha puesto de ejemplo la matanza de Bucha.
No obstante, ha explicado que hay buenas noticias: en primer lugar, que “la Iglesia como Madre cuida de sus hijos” y que “la solidaridad está funcionando”, ya que, en estos dos años, “nadie ha muerto por hambre o sed. Eso son buenas noticias”.
Monseñor Schevchuk ha agradecido la ayuda a ACN y ha recordado algunas cifras para concienciar sobre la magnitud del conflicto: 14 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares y 50000 han perdido las piernas o las manos.
La guerra también ha tenido un gran impacto en las familias, ya que se han divorciado 120000 matrimonios en estos dos años, la cifra más altas de divorcios de la historia de Ucrania desde su independencia.
Monseñor Schevchuk también ha explicado que las autoridades rusas han prohibido el culto greco-católico en muchos de los territorios invadidos.
Además de las numerosas bajas sufridas, el arzobispo ha hablado de las 35000 personas desaparecidas, y de la tortura que supone para las familias no saber si sus seres queridos están vivos o muertos.
Las vocaciones crecen
La campaña de ACN se centra en tres aspectos fundamentales: gestión del trauma, ayudas para la subsistencia y la formación y mantenimiento de los seminaristas, cuyo número ha aumentado después de la guerra. “La guerra no ha frenado las vocaciones y todos los seminaristas del país reciben ayuda para su formación o sostenimiento desde que comenzó la invasión. Muchos de estos jóvenes son ahora huérfanos y no tienen medios para continuar con su formación”, indican desde ACN.
El director de ACN España ha explicado que desde que estalló el conflicto Ayuda a la Iglesia Necesitada “ha apoyado a la Iglesia en Ucrania con más de 600 proyectos y más de 15 millones de euros. Este país ha sido el más sostenido en 2022 y en 2023 por esta institución”.
A través de una grabación ha intervenido también monseñor Visvaldas Kulbokas, nuncio apostólico de Ucrania desde 2021, quien ha agradecido la ayuda de ACN y el apoyo del exterior, explicando que “como Iglesia operamos como un cuerpo unido”, y que “en el centro de todo están las personas”.
“Tiempo de gracia”
Para concluir la rueda de prensa, ha intervenido en directo desde Kiev el padre Mateusz Adamski, sacerdote polaco que actualmente es párroco de la Asunción de la Santísima Virgen María en Kiev, además de vicerrector del seminario Redemptoris Mater de la misma ciudad. Este sacerdote, al principio de la invasión, “albergó decenas de personas en los sótanos de la parroquia para mantenerlas a salvo de los bombardeos”.
El padre Mateusz ha explicado en español que, pese a la dureza de la guerra, este tiempo ha sido también “un tiempo de gracia”, en el que “hemos podido tocar a Dios vivo realmente” y “sentir el Paraíso con las manos”.
Además, el párroco de la Asunción ha subrayado la importancia del mandato de Jesucristo de amar a los enemigos, y ha explicado que en la parroquia rezan también por sus opresores. “Esta oración tiene muchísima fuerza para ellos”, ha señalado. El padre Mateusz ha explicado que también la gente ahora se acerca más a la iglesia, y que de hecho un parroquiano, ahora desaparecido, recibió el Bautismo, la Confirmación y la Comunión con gran alegría.
Por ello, el padre Mateusz ha explicado que, a pesar de la guerra, “nuestra misión es anunciar a Jesucristo resucitado”. “Nuestra patria está en el Cielo, no está aquí”, ha afirmado.
Ante la pregunta de si se ve cercano el final de la guerra, el sacerdote ha respondido que “no ve posibilidad de vencer a un Goliat como Rusia”, pero que “el Señor es Señor de la Historia. Si lo permite, es para purificarnos y para que nos convirtamos”.
Para concluir, el párroco ha agradecido a todos los españoles la ayuda durante estos dos años, y también la acogida a niños ucranianos en vacaciones, tanto en España como en otros países, porque así han podido descansar y volver a su patria con fuerzas renovadas.
Congreso de educación de la Iglesia en España. Punto de «partida y de llegada»
El congreso “La Iglesia en la Educación: presencia y compromiso” reune, el 24 de febrero, a más de un millar de docentes y trabajadores de la educación en IFEMA y en la Fundación Pablo VI.
La sede de la Conferencia Episcopal Española ha acogido un briefing de presentación de este encuentro en el que han participado la directora del secretariado de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura, Raquel Pérez Sanjuán, y dos miembros de los “Equipos motores”, Antonio Roura Javier y Carlos Esteban Garcés.
Educación, “nuclear” en la vida de la Iglesia
Raquel Pérez Sanjuan, ha señalado que la educación es “un tema nuclear de la vida de la Iglesia, no sólo por la amplia presencia de instituciones eclesiales en el mundo de la educación sino por el compromiso de formar un modo de ser persona en el mundo, a imagen de Cristo, que se vehicula en la educación
Pérez Sanjuan ha querido destacar, además, que el objetivo de este encuentro, “no es sacar unas directrices o una normativa, sino abrir unos espacios de diálogo para dar respuesta a los nuevos desafíos”. Estos desafíos serán definidos por los propios participantes del encuentro a través de a dinámica de desarrollo de la jornada.
Carlos Estebam raquel Pérez y Antonio Roura, en la presentación del Congreso “La Iglesia en la Educación: presencia y compromiso”
Desarrollo del Congreso
Durante la mañana, los participantes se agruparán por cada uno de los nueve ámbitos temáticos en los que la Iglesia está presente y que se han venido trabajando durante meses. Los ámbitos son: colegios de ideario cristiano; profesorado de Religión; centros de educación especial; educación no formal; centros de Formación Profesional; universidades; profesorado cristiano; colegios mayores y residencias universitaria; y buenas prácticas de coordinación entre parroquia-familia-escuela.
Para cada uno de ellos, se contará con un a bree exposición a cargo de ponentes diversos de ámbito internacional y se dará paso a una sesión dialogada y comunitaria para definir propuestas y desafíos por parte de los propios participantes.
Por la tarde, todos los congresistas se reunirán en el Auditorio de IFEMA donde se seguirán las ponencias del cardenal José Tolentino de Mendonça, Fernando Reimers y Consuelo Flecha García y culminarán con una oración.
Los organizadores han destacado que, aunque la acogida ha sido buena, siempre podría ser mejor. No en vano, se espera en torno a 1.400 personas. De entre los inscritos, la mayoría pertenecen al entorno de colegios católicos y profesores de religión. En menor medida, aunque con una representación notable, se esperan también profesores de universidad, profesorado cristiano de otras realidades educativas, miembros de centros de FP, así como docentes de centros de educación especial y directivos de colegios mayores.
Carlos Esteban ha señalado tres objetivos de este encuentro: Convocar a todos los que son protagonistas de proyectos educativos nacidos en la Iglesia; intercambiar experiencias y renovar el compromiso de la Iglesia con la educación en todos sus ámbitos. De hecho, los impulsores han querido señalar este “punto de partida” porque el trabajo del congreso “viene después del 24 de febrero con su trabajo y desarrollo a nivel local o regional”.
Más de un millón de alumnos en escuelas católicas
La presencia de la Iglesia en la educación española es más que notable. Según los datos de la Memoria de Actividades de la Iglesia correspondiente a 2022, son más de un millón y medio los alumnos que reciben educación en los 2536 centros católicos de enseñanza que hay en España. En cuanto al profesorado, son más de 108.000 los docentes de estos centros.
Unas cifras que ponen de relieve la fuerza y el aprecio que, en España, tiene la educación de titularidad católica pero que no parece traducirse en un aumento o fortalecimiento de la fe en la mayor parte de la sociedad. Ante esta realidad, Carlos Esteban ha afirmado en la rueda de prensa que “muchas veces lo que no se subraya es la “generosidad con la que la Iglesia presta su servicio educativo. No lo hace a cambio de una respuesta sacramental” y ha querido subrayar que hay “otros impactos positivos de la educación católica en la solidaridad, el aprecio a los demás…”.
Unos impactos algo difusos que los propios impulsores de este encuentro esperan que sean el principio de un cambio y que esperan que los “frutos en otra clave, como la de la práctica religiosa, también llegarán”.
Madrid acogerá la Marcha por la Vida el 10 de marzo
Las entidades que conforman la Plataforma Sí a la Vida quieren hacer de la capital española el epicentro de defensa de la vida de los más vulnerables el próximo 10 de marzo.
La gran Marcha Sí a la Vida 2024 reunirá en Madrid, el 10 de marzo de 2024, a miles de personas para reivindicar el derecho al a vida de todo ser humano -desde su inicio a su fin natural-, así como la dignidad de cada vida, con independencia de sus capacidades, estado de salud, etapa o circunstancias en que se encuentre.
La Marcha quiere mostrar, además la propuesta de una nueva cultura del cuidado en la que cada vida sea respetada en lugar de una sociedad en la que se promocione el descarte o la eliminación de los más vulnerables.
La marcha comenzará a las 12:00 horas en la calle Serrano (esquina C/ Goya) hasta Cibeles con Paseo de Recoletos. En este punto se ubicará el escenario desde el que se compartirán testimonios, se realizará la lectura del manifiesto de la Plataforma Sí a la Vida. Posteriormente se guardará un minuto de silencio en recuerdo de los no nacidos y todas las víctimas de la cultura de la muerte, junto a la suelta de globos ya tradicional en estas marchas. El acto finalizará con un pequeño concierto para celebrar el Día de la Vida.
Una nueva generación por la vida
Diversos representantes de las asociaciones que conforman la Plataforma Sí a la Vida han participado en la rueda de prensa de presentación de la Marcha.
Rueda de prensa de presentación de la Marcha por la Vida 2024
Álvaro Ortega, presidente de Fundación + Vida, una de las asociaciones provida con más presencia entre los jóvenes ha señalado que “los jóvenes salimos a la calle a celebrar este derecho fundamental del ser humano y a mostrar que nuestra generación la forman personas comprometidas con el valor de la vida”.
Por su parte Alicia Latorre, portavoz de la Plataforma Sí a la Vida y presidenta de la Federación Española de Asociaciones Provida ha señalado que esta cita del 10 de marzo es “una luz en medio de tantas dificultades seguros de que ya queda menos para que cada persona sea valorada e insustituible. Nuestro compromiso es firme y nuestra esperanza inamovible”.
Asistencia multitudinaria y voluntarios
La Marcha, para la que se están organizando autobuses y transportes desde distintos puntos de España, pretende reunir a miles de personas en el centro de Madrid el 10 de marzo.
Además, como cada año, quienes deseen colaborar como voluntarios en los preparativos y en el buen funcionamiento de la puede inscribirse a través de la web de Sí a la Vida.
Apoyo económico
Para la buena coordinación de esta marcha, la Plataforma ha puesto en marcha una campaña de crowdfunding para hacer frente a los gastos que supone organizar esta gran Marcha por la vida. También se puede colaborar a través de Bizum ONG: 00589 o de transferencia bancaria: ES28 0081 7306 6900 0140 0041.Titular de la cuenta: Federación Española de Asociaciones Provida. Concepto: Sí a la Vida e indica qué persona o asociación hace el ingreso.
¿Qué son los ejercicios espirituales que está haciendo el Papa?
El Papa Francisco está haciendo ejercicios espirituales junto a los miembros de la Curia. Comenzaron el domingo 18 de febrero y terminarán el viernes 23. Pero, ¿qué son estos ejercicios y por qué los hace el Papa ahora?
El Papa Francisco y los miembros de la Curia van a pasar casi una semana de retiro en el Vaticano, haciendo ejercicios espirituales. Pero, ¿qué es esto exactamente?
Si al escuchar las palabras “ejercicios espirituales” pensamos en deporte, no erramos demasiado el tiro. El objetivo de este tipo de retiros es acercar a quien los hace a Cristo a través de un esfuerzo espiritual con un método bien claro.
Sin embargo, el mejor modo de explicarlos es acudir a la persona que los ideó: san Ignacio de Loyola. En su obra “Ejercicios Espirituales”, el santo los define como “todo modo de examinar la conciencia, de meditar, de razonar, de contemplar, todo modo de preparar y disponer el alma, para quitar todas las afecciones desordenadas (apegos, egoísmos…) con el fin de buscar y hallar la voluntad divina”.
En la página web de los jesuitas de España explican que “los ejercicios espirituales se asemejan a unas tablas de gimnasia interna que nos ayudan a exponernos a la acción de Dios y a asumir su llamada a vivir la plenitud de vida que nos ofrece”.
Los ejercicios espirituales originales
Esta “tabla de ejercicios” puede adaptarse a las circunstancias de cada persona. Así, desde el planteamiento original de un retiro de 30 días, puede pasarse a ejercicios que duran entre cuatro y ocho días, e incluso pueden hacerse desde casa en una modalidad «online» muy moderna. Pero lo esencial es dedicar un tiempo a la oración personal con Cristo, buscando tener un encuentro cara a cara con Él.
San Ignacio de Loyola consideró de gran importancia el acompañamiento espiritual (por parte de un sacerdote, que predica las meditaciones) y el silencio durante el retiro. Tanto es así, que lo habitual es no tener conversaciones durante los días de ejercicios, con el fin de favorecer el recogimiento interior.
Para el caso de los retiros que duran un mes, el fundador de la Compañía de Jesús dividió las semanas en cuatro etapas. En la primera de ellas, se invita a los asistentes a reflexionar sobre la Creación y su condición de criaturas llamadas a la existencia por Dios. En la segunda semana, la meditación profundizará en el nacimiento de Cristo, para pasar en la penúltima etapa al misterio de su Pasión. Finalmente, la última semana está dedicada a Jesús resucitado.
Para los ratos de oración, san Ignacio aconsejaba un esquema que comienza con una oración introductoria para ponerse en presencia de Dios. A continuación, lo habitual es meditar alguna escena del Evangelio, intentando imaginarla y hacerse un personaje activo. Después, el fundador de la Compañía de Jesús invitaba a la conversación con Dios para aplicar a la vida de cada uno lo que el Espíritu Santo inspire.
Convertirse a Cristo
A pesar del gran rato que se dedica a la reflexión, los ejercicios espirituales ignacianos no pretenden quedarse en la teoría. Al contrario, la idea es que los participantes saquen propósitos claros y prácticos que les ayuden a acercarse a Dios y a vivir el Evangelio.
San Ignacio quería que, a través de las meditaciones y los ratos de oración, el alma se ejercite y viva un momento de conversión real. En esa línea, el Papa Francisco afirmó en 2014 que “quien vive los ejercicios de modo auténtico experimenta la atracción, la fascinación de Dios”. Gracias a esto, continuó el Santo Padre, uno vuelve “transfigurado a la vida ordinaria” y lleva “consigo el perfume de Cristo”.
A través del examen de conciencia, la meditación y la lectura, el alma se entrena poco a poco para reconocer la voz del Espíritu Santo, descartando las inspiraciones que no provienen de Él y favoreciendo la intimidad con el Señor.
Teniendo esto en cuenta, tiene mucho sentido que el Papa y los demás miembros de la Curia aprovechen los primeros días de Cuaresma para realizar estos ejercicios espirituales. Por ello, el Pontífice no realizará ninguna audiencia o acto público a lo largo de esta semana y retomará su agenda el viernes 23 de febrero por la tarde.
Roma marca la agenda de la Conferencia Episcopal alemana
Una carta de los tres principales cardenales de la Santa Sede, aprobada por el Santo Padre, solicita que no se traten los Estatutos del denominado “Comité sinodal” alemán en la asamblea comenzada este lunes, para que pueda continuar el diálogo entre los obispos alemanes y la Santa Sede.
El pasado 11 de noviembre se constituyó en Alemania el denominado Comité sinodal, cuyo objetivo es preparar, durante tres años, un “Consejo Sinodal” que perpetúe el denominado Camino Sinodal alemán. El Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK) aprobó los estatutos de dicho comité; pero para su entrada en vigor se requiere también la aprobación de la Conferencia Episcopal Alemana (DBK). El debate sobre los estatutos en el seno de la DBK estaba previsto para la Asamblea de primavera, que se celebra del 19 al 22 de febrero en Augsburgo.
Sin embargo, este fin de semana el Presidente de la DBK, monseñor Georg Bätzing, obispo de Limburgo, ha recibido una carta firmada por el cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin, así como por los prefectos del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, cardenal Víctor M. Fernández, y para los obispos, cardenal Robert F. Prevost, fechada el 16 de febrero. En dicha carta se dice que en aras de la “continuación del diálogo que ya hemos iniciado, que continuaremos en un futuro próximo y que el Papa Francisco nos ha pedido que reforcemos”, desean “expresar algunas preocupaciones al respecto y dar algunas indicaciones que han sido puestas en conocimiento del Santo Padre y aprobadas por él”.
Los cardenales –con la aprobación del Papa– recuerdan que un Consejo sinodal “no está previsto por el derecho canónico vigente y, por tanto, una resolución en este sentido de la DBK sería inválida, con las correspondientes consecuencias jurídicas.” Y ponen en duda la autoridad que “tendría la Conferencia Episcopal para aprobar los estatutos”, pues ni el Código de Derecho Canónico ni el Estatuto de la DBK “proporcionan una base para ello”. Y añaden: “Tampoco la Santa Sede ha emitido un mandato; al contrario, ha expresado la opinión contraria.”
Anteriormente, cuatro obispos alemanes se habían pronunciado en contra de participar en el comité y de financiar el proyecto a través de la Asociación de Diócesis Alemanas. Según los obispos Gregor Maria Hanke (Eichstätt), Stefan Oster (Passau), Rudolf Voderholzer (Ratisbona) y el cardenal Rainer Maria Woelki (Colonia), la creación de un comité sinodal para preparar un Consejo sinodal va ya directamente en contra de las directrices del Papa Francisco.
No hay competencia para instituir un Consejo Sinodal
El escrito actual recuerda que sobre esto ya se trató entre los obispos alemanes y la Santa Sede durante la última visita ad limina “y posteriormente en la carta del 16 de enero de 2023 del cardenal Secretario de Estado y de los prefectos de los Dicasterios para la Doctrina de la Fe y para los Obispos, en la que se pedía expresamente, con un mandato especial del Santo Padre, que no se siguiera adelante con la creación de dicho consejo”. En dicha carta se decía: “Ni el Camino Sinodal, ni un organismo designado por él, ni una conferencia episcopal tienen competencia para instituir un Consejo Sinodal ni a nivel nacional ni diocesano ni parroquial”.
Aunque no lo recuerde la carta actual, tanto la Santa Sede como personalmente el Santo Padre se volvieron a referir más tarde al “Consejo sinodal”: en una carta que Francisco envió a cuatro exparticipantes del Camino Sinodal, fechada el 10 de noviembre, hablaba de “numerosos pasos con los que gran parte de esta Iglesia local amenaza con alejarse cada vez más del camino común de la Iglesia universal”. Francisco incluía entre dichos pasos “la constitución del Comité sinodal, que tiene como objetivo preparar la introducción de un órgano consultivo y decisorio que no puede conciliarse con la estructura sacramental de la Iglesia católica”.
A finales de noviembre se dio a conocer un escrito, fechado el 23 de octubre, que el cardenal Secretario de Estado dirigía a la secretaria general de la DBK, Beate Gilles. Allí, el cardenal Parolin afirmaba que tanto la doctrina de reservar el sacerdocio a los hombres como la enseñanza de la Iglesia sobre la homosexualidad -dos de los principales cambios que quiere introducir el Camino Sinodal- son “innegociables”.
Aprobar los estatutos sería contradecir la instrucción de la Santa Sede
Por eso ahora los cardenales vuelven a tomar cartas en el asunto, ante la expectativa de que la DBK se ocupara de los Estatutos del comité sinodal. Es de notar la continuidad entre el escrito del 16 de enero de 2023 y este del 16 de febrero de 2024: aunque han cambiado las personas que dirigen los Dicasterios -el cardenal Víctor M. Fernández por el cardenal Luis Ladaria al frente del Dicasterio para la Doctrina de la Fe; el cardenal Robert F. Prevost de lugar del cardenal Marc Ouellet en el de los obispos-, la línea que sigue la Santa Sede frente a los obispos alemanes, la argumentación e incluso la dicción sigue siendo los mismos.
La Santa Sede habla con toda claridad cuando es necesario. Así, en esta carta de 16 de febrero se puede leer: “Aprobar los estatutos del Comité Sinodal sería, por tanto, contradecir la instrucción de la Santa Sede emitida por mandato especial del Santo Padre y le presentaría una vez más hechos consumados.”
Con todo, sigue apostando por el diálogo: termina recordando que “el pasado mes de octubre se acordó conjuntamente que las cuestiones eclesiológicas tratadas por el Camino Sinodal, incluido el tema de un órgano interdiocesano consultivo y decisorio, se debatirían más a fondo en la próxima reunión entre representantes de la curia romana y de la DBK”. Si los estatutos del “comité sinodal” –sigue diciendo– se aprobaran antes de esa reunión, ”se plantea la cuestión de la finalidad de esta reunión y, más en general, del proceso de diálogo en curso”.
La carta de los cardenales ha surtido un efecto inmediato: según la agencia de noticias KNA, que cita al portavoz de la DBK, Matthias Kopp, el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Georg Bätzing, ha comunicado ya a los otros obispos que, por el momento, este punto se retirará del orden del día, y que todo lo demás se decidirá durante la asamblea plenaria de Augsburgo.
19 de febrero: dos Álvaros beatos, pero no canonizados (todavía)
El beato Álvaro del Portillo, que apuntaló la vida de san Josemaría y la historia del Opus Dei, celebraba su santo el 19 de febrero, fiesta del beato Álvaro de Córdoba (reformador dominico del siglo XV). Ya en este siglo, al ser beatificado don Álvaro (2014), la Iglesia decretó su fiesta el 12 de mayo. Así los beatos no se “pelean”, pero sigue sin haber un san Álvaro.
Francisco Otamendi·19 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 4minutos
Precisamente un 19 de febrero, el de 1974, un año y pico antes de su marcha al cielo, dijo bromista san Josemaría en una tertulia con gente del Opus Dei: a don Álvaro le pasa una cosa muy buena: que no tiene santo, sino beato. De modo que, si no se hace santo él, no sé cómo lo vamos a arreglar…
En efecto, el 19 de febrero se celebran varios santos, y junto a ellos, el beato Álvaro de Córdoba, nacido en Zamora, y perteneciente a la Orden de Predicadores OP, que ha dado grandes santos a la Iglesia. Han pasado los siglos, y el calendario litúrgico sigue sin un santo Álvaro.
¿Qué significa el nombre de Álvaro? “Aquel que protege a todos, que vela sobre todos, que defiende a todos”, comentó Flavio Capucci el 19 de febrero de 1984, basándose en un conocido diccionario etimológico de nombres propios.
El beato Álvaro le respondió que, personalmente, se inclinaba por otra interpretación, basada no en la raíz germánica, sino en otra semítica, “el hijo”. “Pero se puede unir a la que tú dices”, añadió. “Reza para que sea verdad, hijo mío, para que sea un hijo bueno y, al mismo tiempo, un buen Padre, que vela sobre los demás”.
Asi lo cuenta Salvador Bernal en una semblanza personal publicada por Eunsa, escrita después de que don Álvaro falleciera (1994), y antes de que fuera beatificado por la Iglesia en 2014. Es muy probable que el suceso lo haya recogido también Javier Medina en su biografía sobre don Álvaro, pero el que suscribe lo ha leído en la semblanza de Bernal, un abigarrado torrente de testimonios.
Similitudes y diferencias entre los Álvaros
Dos pinceladas sobre los dos beatos Alvaros. Uno fue dominico y teólogo, el cordobés, seis siglos antes, y el otro ingeniero, sacerdote y obispo, hijo fiel del fundador, y su primer sucesor en 1975.
Un ejemplo de fidelidad que siempre permanecerá vivo en el Opus Dei, y que situó el propìo san Josemaría, al indicar que se escribiera sobre el dintel del cuarto de trabajo del vicario general (entonces don Álvaro), en Roma, la inscripción del libro de los Proverbios, «vir fidelis multum laudabitur».
Existen dos similitudes principales entre ambos Álvaros, dicho en tono coloquial. además del sacerdocio, y subrayado el hecho de que el de Córdoba fue religioso dominico, y el madrileño Del Portillo sacerdote secular. Una, que son beatos. Y dos, que se ocuparon de cuestiones de fondo en sus respectivas instituciones y en la Iglesia.
Álvaro de Cordoba
Álvaro de Córdoba fue “fraile dominico del siglo XIV (y XV) que impulsó la reforma religiosa fundando el Convento de Scala Coeli en Córdoba. En este lugar instauró el primer “Via Crucis” localizado que se conoce”, escribe la Orden fundada por santo Domingo de Guzmán en 2016 y 2017, en el apartado correspondiente a las lecturas del 19 de febrero.
En síntesis, puede afirmarse que tras una peregrinación a Tierra Santa e Italia para conocer la reforma realizada por el beato Raimundo de Capua, Álvaro de Córdoba inició la misma labor de reforma en España, concretamente en Cordoba. Posteriormente, recibió del Papa Martín V el nombramiento de Superior mayor de los conventos reformados en nuestro país.
Álvaro Huerga Teruelo OP añade en la Real Academia de la Historia que fue confesor real, y que su modelo de reforma fue el italiano, inspirado por santa Catalina de Siena y por el citado beato Raimundo de Capua. Pero Álvaro de Córdoba le dio vida transponiendo los Santos Lugares de Jerusalén, de forma que en los aledaños del convento se construyeron capillas, que constituyeron “el primer vía crucis” de Europa.
Álvaro del Portillo
Por ser persona del siglo XX, y beatificado en 2014, del beato Álvaro del Portillo, obispo, se dispone de una amplísima documentación. Como se ha señalado, su fiesta litúrgica es el 12 de mayo, fecha en que recibió la Primera Comunión en la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, hoy basílica, en Madrid.
Tras el correspondiente proceso, fue beatificado ante fieles de ochenta países el 27 de septiembre de 2014 en Madrid. Con ese motivo, el Papa Francisco escribió una carta al prelado del Opus Dei, entonces Mons. Javier Echevarría, y biógrafos como Salvador Bernal destacan, entre sus virtudes, su amor a la Iglesia y al Papa, “sea quien sea”.
El beato Álvaro, que trabajó durante años en la Santa Sede, solía repetir expresiones como ésta, con ocasión de los cónclaves que vivió: “Vamos a estar muy unidos al Papa, sea quien sea. No importa que sea polaco o de la Cochinchina, que sea alto o bajo, joven o viejo: es el Padre común de los cristianos”.
El primer Papa que conoció fue Pío XII en 1943, cuando le presentó, ingeniero laico todavía, “nuevos caminos abiertos por Dios para alcanzar la santidad en medio del mundo”, como ha relatado Cesare Cavalleri. Luego vendrían sus audiencias (primero con san Josemaría y luego a solas y con sus vicarios), con Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II, que fue a visitarle el mismo día del fallecimiento, 23 de marzo de 1994, ante sus restos mortales en la sede central de la Obra.
San José de Calasanz y san Luis Rey de Francia
Cuenta Bernal, que ha lanzado otra biografía sobre el beato Álvaro, «Y aquí estoy», que la vocación al Opus Dei y las enseñanzas de san Josemaría habían reafirmado en don Álvaro el amor a la familia, a todas las familias. Y que se interesaba particularmente, como es natural, por las de los que estábamos más cerca de él.
Un 25 de agosto, el calendario litúrgico universal preveía dos memorias libres. san José de Calasanz y san Luis Rey de Francia. Aquella fecha, en 1977, se eligió en Solavieya (Asturias), donde pasaban unos días de descanso, la memoria del primero, ligado al Fundador del Opus Dei por varios motivos. “No obstante, al salir del oratorio después de la acción de gracias, don Álvaro comentó que, en el memento, se había acordado de mi madre, Luisa, que ese día celebraba su santo en Segovia”.
Apunte informativo final
Para concluir, algo obvio. De Álvaro de Córdoba se han contado menos cosas. No quiere eso decir que fuera menos santo. Simplemente vivió hace 600 años. Tras la Santísima Virgen Maria, viene san José en la Iglesia. Y el Evangelio no recoge ni una palabra suya, que yo sepa.
El arzobispo de la arquidiócesis de León (México), Mons. Alfonso Cortés Contreras, clausuró a finales del verano del año pasado el proceso sobre el estudio de una presunta curación de carácter milagroso atribuida a la intercesión del beato Álvaro del Portillo, y la prelatura informó que las actas del proceso se entregarían en Roma al Dicasterio de las Causas de los Santos para su estudio.
Desde su muerte, hombres y mujeres de todo el mundo han acudido a su intercesión a través de la estampa disponible en más de treinta idiomas. Actualmente se han recogido miles de testimonios de personas que han recibido su ayuda en más de 60 países.
En los Evangelios, Cristo transforma a la hemorroísa en una mujer sanada, levantada, transformada, reposicionada y bendecida. Un milagro que puede repetirse en nuestra vida hoy.
Dios ama de manera especial a la mujer, y la quiere sana para ser alimento de amor, instrumento de paz y portadora de sabiduría en todo su entorno. En la Biblia podemos apreciar cómo el trato de Dios con la mujer ha sido trascendente, posicionándole en tareas claves a través de la historia de la salvación.
En algunos episodios bíblicos, Dios se muestra como el fiel proveedor, cuidador de las viudas, de las mujeres débiles y necesitadas, como lo hizo con la viuda de Sarepta, con la hemorroísa, la samaritana y la hija de Jairo.
En otros casos Dios es el educador, hacedor y formador de mujeres virtuosas y valientes como lo fue con Rut, Ester, Débora, Ana y Raquel. ¡Y qué decir del derrame de virtudes que impartió en Su madre María! También a Su Iglesia la vestirá de novia con glorioso esplendor en las bodas del cordero. Dios necesita mujeres sanas que ayuden a tejer, ensamblar y concluir la historia de la salvación hacia un final victorioso.
Como dice Rut 3, 11: “Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa”.
Es aquí cuando tenemos que hacernos esta pregunta: si la mujer es tan dotada, necesitada y usada por Dios, ¿por qué parece que, de los dos géneros, es la más sufrida, la que más se cansa, la más carente o necesitada? Los problemas de salud física y mental afectan tanto a hombres como a mujeres, pero algunos son más comunes en la mujer.
La vulnerabilidad psicológica
En el campo de la psicología los estudios afirman que las mujeres tienen casi el doble de probabilidades que los hombres de ser diagnosticadas con depresión, con trastorno de ansiedad generalizada, pánico, ciertas fobias, y estrés postraumático. Esta vulnerabilidad se le atribuye a una complicada combinación de varios factores de riesgo que tienen que ver con su biología, su psicología, y tensiones entre los roles a nivel sociocultural.
Es fácil notar que en nuestra sociedad, sobre todo, en algunas culturas, muchas mujeres crecen sin validación. Las niñas no reciben el mismo nivel de importancia y se les enseña a permanecer calladas y serviles, al grado de asumir la responsabilidad de velar constantemente por la salud y el bienestar de toda la familia antes que su propio bienestar. Por eso es importante que las mujeres prioricen su salud mental pues ellas serán propensas a experimentar condiciones como la depresión 4 veces más que los varones
Del 7 % al 20 % de mujeres sufrirá de la depresión posparto, sobre todo, cuando una serie de factores se unen, como problemas matrimoniales, económicos, problemas de salud física, aumento de peso, y aislamiento social. Las mujeres que usaron la píldora anticonceptiva durante la adolescencia tendrán un 130 % más de probabilidades de estar deprimidas como adultas. De todas las afectadas con estas condiciones psicológicas, casi dos terceras partes no obtendrán la ayuda necesaria.
¿Es decaimiento, decepción o depresión?
“Ando agobiado, y encorvado, camino afligido todo el día. Estoy paralizado y hecho pedazos. Mi corazón palpita, las fuerzas se me van y hasta me falta la luz de mis ojos. Mis compañeros se alejan de mí y mis familiares se quedan a la distancia. ¡Señor no me abandones, ven pronto a socorrerme!” (Salmo 38, 7-11, 21-22)
Sin duda alguna, este salmo describe el agobio emocional de un ser humano abrumado por graves heridas, crueles sensaciones de impotencia somatizadas y convertidas en padecimientos físicos y en total desolación. ¿Qué le llevaría al borde de ese precipicio psicológico? ¿De qué se sostiene nuestro delicado equilibrio interior para no amanecer un día al borde de la locura?
Los retos de la vida son a veces cargas llevaderas que aportan importantes lecciones, o incluso, nos transforman efectivamente en mejores seres humanos. Pero otras veces, cuando se emparejan el desgaste físico, emocional y psicológico, y al alma ya no le quedan fuerzas para creer o rezar, se pierde el sentido de la vida reconfigurada en ese insensato sufrimiento. Es ahí cuando algunas personas preferirían renunciar o incluso morir porque simple y sencillamente, sienten que ya no dan más.
Y nos preguntamos, ¿qué sucedió con aquella niña alegre que se atrevía a reír y soñar, a abrazar y bailar con sus muñecas, vestirlas de color de rosa, y a ilusionarse con bellas fantasías que se convertirían, según ella en su inocencia, en una cotizable realidad? Esa niña iba creciendo en estatura a la vez que iba perdiendo fortaleza emocional. Un día le cambió la vida al amanecer al encuentro de un abuso, de un abandono, de una traición, de una incertidumbre, de un hijo enfermo, de un cáncer, sintiéndose erradicada de su fantasía para caminar sin fuerzas y sin ilusión en su nueva e inapetente realidad.
La pregunta es, si aún en esas condiciones tan desgastantes, estará dispuesta a usar hasta la última gota de sus fuerzas y esperanza para darle a la vida otra nueva oportunidad.
La labor terapéutica de la fe
De todas las terapias disponibles para tratar casos de depresión, ansiedad, estrés postraumático, y padecimientos parecidos, en lo personal, considero que no hay sustituto a la fe y a una relación personal con Dios. Incluso, un estudio recientemente realizado por investigadores del “Rush University Medical Center” de Chicago, sugirió que la fe en Dios reduce los síntomas de la depresión clínica.
La fe da sentido, propósito y nuevas ilusiones a la vida, experiencias muy escasas en las personas deprimidas. Es la fe la que nos asegura que nuestro futuro está en manos de Dios, quien es nuestra defensa y protección, y Su amor nos acompaña con vertientes misericordiosas empapando nuestra vida para liberarnos de la culpabilidad y desesperación. La oración de fe facilitará el desenfoque de lo negativo, y el enfoque en lo posible y esperado.
La Biblia está llena de citas que exhortan a destrabar la tristeza y dirigirnos hacia la alegría. No es el deleite ni deseo de Dios que estemos cabizbajas, desinteresadas, y entristecidas. Él quiere que Su alegría en nosotros sea posible, vivible y completa.
La hemorroísa
En Marcos capítulo 5, una mujer anónima sufría de un flujo de sangre. Al contar otros su historia le llamaron la hemorroísa, en otras palabras, la intocable, la arrastrada, la distanciada. ¿Cuántas se habrán sentido así por tantas diversas razones? Sin embargo, esos pronombres no durarían mucho. Habrá que actualizarlos pues después de un encuentro con Jesús, todo cambiaría.
Hasta hace unos días había derrochado toda su fortuna en médicos y remedios que no le ayudaron. Alguien le contó la noticia que el famoso sanador de la Galilea se acercaba a su entorno. Tuvo que haber pensado: no pierdo nada en un último intento de sanación. Se ubicó en un cruce de caminos, y extendió su brazo para alcanzar al sanador de revuelo. Sin darse cuenta hizo un gesto profético pues al atreverse a tocar el borde del manto de Jesús, se acercaría al mismo trono de Dios. Los conocedores de la Palabra habrán leído en Isaías 6, 1: “Vi al Señor sentado sobre un trono alto y sublime. El borde de su manto cubría el templo”.
No había mucho tiempo. Cualquier movimiento tendría que ser rápido y puntual. Jesús era movilizado con prisa para llegar a casa del conocido Jairo con una moribunda hijita de 12 años de edad. Entonces por la mente de los discípulos seguramente se tuvieron que organizar las prioridades: ¿a cuál de las dos Jesús debe atender? ¿A una mujer doce años enferma empedernida en sanar, o a una niña doce años de nacida que no se puede dejar morir? ¿Qué dolor es más real? ¿Qué necesidad es más urgente? ¿Cuál de las dos obtendrá el urgente favor del Señor? Escojamos una; no hay tiempo para las dos.
Pero el autor del tiempo detiene el tiempo. No hubo necesidad de imponer manos. La mujer herida había ya tocado el corazón del Señor con sus gemidos y sus lágrimas hasta entrar en contacto directo con Su poder y misericordia.
Aún sin escuchar las palabras “quedas sana de tu enfermedad”, ella se sintió liberada de su dolencia, de su sentido de impotencia, de sus fracasados intentos por doce años de esfuerzos no remunerados, de su desgaste de tener que arrastrarse por las calles y callejones al sufrir de una dolencia humillante sin aparente remedio.
Se liberó su cuerpo de su mal, la carga emocional y psicológica que la humillaba fue levantada de su corazón, y su alma emprendió vuelo. ¡Así deberían de sentirse todos los que escuchan alguna vez en su vida palabras semejantes: tus pecados son perdonados, o ya desapareció el tumor, o ya alguien pagó tu deuda. ¡Vete en paz!
Jesús pregunta, “¿quién me tocó? Fuerza salió de mí”.La hace identificarse pues el milagro venía en dos partes. La mujer se levanta, conversa con Jesús quien le dice, “hija, tu fe te ha salvado, vete en paz”. En un instante o microsegundo de la eternidad, se dieron dos grandes milagros en una mujer abatida y desahuciada: su recuperación física, y su reintroducción a la vida como mujer sanada y transformada de su vieja a su nueva identidad.
Por eso Jesús quiso identificarla para revelar el milagro invisible y vestirla de una nueva dignidad visible. Ahora cambiémosle los pronombres pues la que era la hemorroísa es ahora la mujer sanada, levantada, transformada, reposicionada y bendecida.
La hija de Jairo
Ya podemos ir a casa de Jairo sin tener que dejar el milagro anterior a medias. Sin embargo, se acercan a Jesús y a su comitiva los mismos pesimistas de siempre: “ya para qué traen al maestro, si la niña de Jairo ya está muerta”. Se les olvidó que a quien invitaron a llegar no era un curandero, sino el camino, la verdad y la vida(Juan 14, 6). Jesús dice, “la niña no está muerta, sino dormida”. Y tomando a la niña de la mano, le dice: “Talitá kum, niña, a ti te digo, levántate”.La niña se levantóy se puso a caminar. ¡Cuándo vamos a entender que en casa de creyentes no hay hijos muertos sino simplemente dormidos! ¡Él viene a despertarlos!
En varios renglones de un mismo Evangelio, se dieron dos impresionantes milagros: la sanación de una mujer adulta y la de una niña. Hubo tiempo para ambas. Las dos fueron levantadas. Dios no tiene favoritos, solo favorecidos sin importar la condición o distinción: mujer o niña, rico o pobre, libre o esclavo, pecador o santo: la promesa es para todos.
Los milagros de hoy
Los milagros de este Evangelio se dan hoy día en tantas mujeres diferentes y parecidas, antes hermanadas por el dolor físico y el decaimiento emocional, pero que después de un encuentro con el sanador de la Galilea, sus historias y sus nombres cambian. En otros casos de la vida real es posible que se trate de la misma mujer, sanada de las heridas y flagelos de su infancia para llegar a ser la mujer adulta levantada de su pecado pasado o depresión, para no arrastrarse más.
Hay mujeres que sufren de males o dolencias que las hacen vivir caídas, empobrecidas y desfalcadas de felicidad. Si esa eres tú, es hora de que tus oraciones, tus gestos y tu fe alcancen al Maestro. Acércate en la condición que te encuentres que no vas a ser rechazada ni ignorada. Él tiene una sanación que ofrecerte si das un paso de acercamiento y humildad.
Al iniciar sus ejercicios espirituales, el Papa pide silencio interior
Horas antes de comenzar sus ejercicios espirituales esta tarde, junto a sus colaboradores de la Curia, y hasta el viernes, el Papa Francisco ha invitado en el Ángelus del I Domingo de Cuaresma a recogerse en la presencia de Dios en el silencio y la oración. Y ha rogado con intensidad para que vuelva la paz en tantos lugares de África y del mundo.
Francisco Otamendi·18 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 3minutos
Hoy, primer domingo de Cuaresma, el Evangelio nos presenta a Jesús tentado en el desierto, recoge san Marcos. El texto dice: “Permaneció en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás”, y sobre esta lectura ha meditado Francisco esta mañana en el Ángelus.
“También nosotros en Cuaresma estamos invitados a “entrar en el desierto”, o sea en el silencio, en el mundo interior, a la escucha del corazón, en contacto con la verdad”, ha comenzado el Papa. En el desierto –añade el Evangelio de hoy–, Cristo “vivía entre las bestias salvajes, y los ángeles lo servían”.
Fieras y ángeles eran su compañía, ha señalado el Pontífice, y son también nuestra compañía, en un sentido simbólico, cuando entramos en el desierto interior. Bestias salvajes, ¿en qué sentido?, se ha preguntado. Y su respuesta ha sido: “En la vida espiritual podemos pensar que son como las pasiones desordenadas que dividen el corazón, tratando de poseerlo”.
Ansias de riqueza, placer, fama…
“Podemos dar nombres a estas «fieras» del alma: los vicios, el ansia de riqueza, que aprisiona en el cálculo y la insatisfacción, la vanidad del placer, que condena a la intranquilidad, al desasosiego y a la soledad, y de nuevo la codicia de la fama, que genera inseguridad y una necesidad constante de confirmación y protagonismo”.
“No olvidemos estas cosas que podemos encontrar en nuestro interior: la codicia, la vanidad y la avaricia. Son como bestias “salvajes” y como tales hay que domarlas y combatirlas: de lo contrario, devorarán nuestra libertad. Y la Cuaresma nos ayuda a entrar en el desierto interior para corregir estas cosas”, ha proseguido el Papa.
Los ángeles: servicio
Y luego, “en el desierto estaban los ángeles. Son los mensajeros de Dios, que nos ayudan, nos hacen el bien; de hecho, su característica según el Evangelio es el servicio, exactamente lo contrario de la posesión, típica de las pasiones”.
Finalmente, Francisco ha sugerido que podemos preguntarnos cuáles son las pasiones desordenadas, las “fieras” que se agitan en mi corazón, y en segundo lugar, con el fin de permitir que la voz de Dios hable a mi corazón y lo mantenga en el bien, “¿pienso retirarme un poco al «desierto”, intentar dedicar algún espacio del día para esto? Que la Virgen Santa, que custodió la Palabra y no se dejó tocar por las tentaciones del maligno, nos ayude en el camino de la Cuaresma.
Por la paz en Sudán, Mozambique, en tantos lugares…
Tras el rezo del Ángelus, el Pontífice ha recordado que han pasado diez meses desde que comenzó el conflicto armado en Sudán, que ha creado una situación humanitaria muy grave.
Y ha realizado “un nuevo llamamiento a las partes beligerantes para que pongan fin a esta guerra que tanto daño está haciendo a la población y al futuro del país. Rezamos para que se encuentren pronto vías de paz para construir el futuro del querido Sudán”.
Por otra parte, “la violencia contra las poblaciones indefensas, la destrucción de las infraestructuras y la inseguridad azotan la provincia de Cabo Delgado, Mozambique, donde en los últimos días se incendió la misión católica de Nuestra Señora de África en Mazeze. Recemos por el retorno de la paz en esa atormentada región. Y no olvidemos tantos otros conflictos que manchan el continente africano y muchas partes del mundo: también Europa, Palestina, Ucrania…”.
“La oración es eficaz”
“No lo olvidemos”, ha remachado. “La guerra es una derrota, siempre. Allí donde se libra, las poblaciones están agotadas, están cansadas de la guerra que como siempre es inútil y sólo traerá muerte, destrucción, y nunca aportará una solución a los problemas. En cambio, oremos sin cansarnos, porque la oración es eficaz, y pidamos al Señor el don de mentes y corazones que se dediquen concretamente a la paz.
El Pontífice ha saludado finalmente a los fieles de Roma y de diversas partes de Italia y del mundo, especialmente a los peregrinos de los Estados Unidos de América, y las comunidades neocatecumenales de diversas parroquias de la República Checa, Eslovaquia y España, y a los agricultores y ganaderos presentes en la plaza de San Pedro.
«En la vejez no me abandones» (Sal 71, 9). Este será el corazón de la IV Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos, elegida por el Papa Francisco para la celebración, que este año caerá el 28 de julio. En un comunicado del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, se destaca cómo la soledad es una amarga compañera en la vida de muchos ancianos, a menudo víctimas de una cultura que los considera superfluos. En preparación al Jubileo, con todo el año 2024 dedicado a la oración, el tema de la Jornada se inspira en el Salmo 71, himno de un anciano que reflexiona sobre su larga amistad con Dios.
Como siempre, desde hace cuatro años, la Jornada pretende valorizar el don para la Iglesia y la sociedad de los abuelos y los ancianos, subrayando su contribución a la vida comunitaria. El objetivo es promover el compromiso de toda realidad eclesial en la construcción de puentes generacionales y contrarrestar la soledad, conscientes de que, como dice la Escritura, «no es bueno que el hombre esté solo» (Gn 2,18).
En una nota, el cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, subrayó la realidad generalizada de la soledad entre los ancianos, a menudo marginados por la sociedad.
Por ello, invitó a las familias y a las comunidades eclesiales a promover una cultura del encuentro, creando espacios para compartir y escuchar con el fin de ofrecer apoyo y afecto y construir juntos un «nosotros» más amplio en la comunión eclesial, que abarque a todas las generaciones.
Esta familiaridad, enraizada en el amor de Dios, es la clave para superar la cultura del descarte y la soledad. Por eso, las comunidades están llamadas a manifestar el amor de Dios, que no abandona a nadie.
Las Jornadas anteriores
Como recordarán, la primera Jornada Mundial de los Abuelos y las Personas Mayores tuvo lugar en 2021, cuando aún estaban frescas las consecuencias de la pandemia del Covid-19. Aquel año el tema fue: «Yo estoy con vosotros todos los días» (Mt 28, 20) y el Papa se dirigió a los mayores subrayando la importancia de la presencia del Señor en sus vidas y el afecto de la Iglesia hacia ellos. Les animó a encontrar consuelo en la fe y en la lectura de las Escrituras, a pesar de las dificultades causadas por la pandemia.
El año siguiente, el tema fue «En la vejez aún darán fruto» (Sal 92, 15), destacando cómo la vejez no es un tiempo inútil, sino una estación en la que seguir siendo protagonista, a partir de la «revolución de la ternura» que hay que derramar en un mundo que ha perdido el gusto por ella.
El año pasado, finalmente, reflexionamos sobre el pasaje de Lucas 1, 50 «De generación en generación su misericordia», privilegiando el aspecto del vínculo intergeneracional, con una clara referencia al encuentro entre la joven María y su anciana pariente Isabel. En el mensaje hubo una clara invitación a los jóvenes a honrar a sus mayores y a cuidar la memoria a través de la relación mutua, un aspecto que el Papa Francisco siempre ha subrayado en su Magisterio.
La Eucaristía, eterna fuente de inspiración poética
El culto a la Eucaristía ha quedado reflejado a lo largo de los siglos en numerosas obras literarias y poéticas. Además, algunos referentes culturales, como Chesterton o J. R. R. Tolkien, se han caracterizado por una gran devoción eucarística.
María Caballero·17 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 8minutos
“Adorote devote, latens deitas…/ Te adoro con devoción Dios escondido”… El himno litúrgico de Sto Tomás de Aquino junto a otros como el reiterado “Pange lingua” sigue resonando en nuestras iglesias tras muchos siglos. No solo él, San Buenaventura, San Juan de Ávila, Santa María Micaela fundadora de las Adoratrices y tantos otros inflamados de amor divino transforman en poesía o ensayo sus estudios teológicos de alto nivel y siguen sustentando la fe de la Iglesia católica en la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Hasta llegar a San Juan Pablo II y su Encíclica «Ecclesia de Eucharistia» (2003), seguida por Benedicto XVI quien en su exhortación apostólica «Sacramentum caritatis» (2007) recoge la antorcha para glosar una verdad central en su papado, el don que Cristo hace de sí mismo revelándonos su amor infinito por cada hombre. Un amor que permite a los simples mortales transformarse en lo que reciben, hacerse uno con Dios. Idea esta glosada por Santo Tomás de Aquino, San León Magno o San Francisco de Sales, entre otros. Porque comulgar es “saciar el hambre de Cristo” –decía Santa Teresa de Calcuta; y no hacerlo sería como “morir de sed junto a una fuente” –afirmaba el Santo cura de Ars, otro gran devoto de la Eucaristía. En consecuencia, oraciones, himnos y poemas eucarísticos recorren la historia occidental en torno a la fiesta del Corpus Christi y sus procesiones, que siguen celebrándose con inusitado esplendor en Sevilla, Toledo y muchas otras ciudades. Como atestiguan también los himnos de los Congresos Eucarísticos Internacionales del siglo XX: “De rodillas, Señor, ante el sagrario, / que guarda cuanto queda de amor y de unidad, / (…) Cristo en todas las almas y en el mundo la paz. /” (Pemán y Aramburu, Barcelona 1952). De hecho, Pemán trabajó estos temas en «El divino impaciente» (teatro, 1933) y el «Canto a la Eucaristía» (1967). Siglos atrás, el amor a la Eucaristía llenó la vida de otra laica a quien el papa Francisco declaró venerable: “la loca del Sacramento”, Doña Teresa Enríquez, dama de Isabel la Católica que fundó la primera sede de las cofradías eucarísticas en España.
Huellas de la Eucaristía en la literatura: los autos sacramentales
Pero dejemos a un lado a los santos, a pesar de su capacidad metafórica, para centrarnos en otro aspecto de la cuestión: la Eucaristía, don de Dios y misterio central del cristiano, genera una gran literatura desde la Edad Media hasta hoy. Por la brevedad del espacio solo realizaremos algunas calas en este proceso.
No es extraño que en una sociedad teocéntrica surjan en España los autos sacramentales en los Siglos de Oro (XVI-XVII). Se trata de obras alegóricas de teatro en verso en uno o varios actos con tema eucarístico. Se representaban el día del Corpus con gran aparato escenográfico y glosaban temas bíblicos, filosóficos, morales y sobre todo eucarísticos. Los personajes eran abstracciones, símbolos que encarnaban ideas como el bien y el mal, la fe, la esperanza, la caridad y la Eucaristía. Dada su complejidad teológica y sutilezas doctrinales, no deja de ser paradójico el éxito de los autos sacramentales en un pueblo con un altísimo índice de analfabetismo. Casi todos los grandes autores de la época los escribieron: Timoneda, Lope de Vega, Valdivielso, Tirso de Molina… Pero la cumbre del género la consigue Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), escritor, dramaturgo y sacerdote que escribió más de ochenta autos sacramentales, con una estrecha conexión teológica entre la fiesta y la obra representada cuyo tema eucarístico es siempre esencial. Los define así: “Sermones / puestos en verso, en idea / representable cuestiones / de la Sacra Teología, / que no alcanzan mis razones / a explicar ni comprender, / y al regocijo dispone / en aplauso de este día”.
Algunos títulos: «El gran teatro del mundo», «La cena del rey Baltasar», «El gran mercado del mundo», «El verdadero Dios pan», «La lepra de Constantino», «La protestación de la fe», «Viático cordero»… En el primero, la vida es un teatro donde cada personaje representa su papel y es recibido al final por el Autor en la gran cena eucarística que premia a quienes defendieron valores cristianos. Y así, en todos se glosa un argumento que siempre remite al tema eucarístico utilizando la alegoría, recurso que satisfacía su deseo de jugar con abstracciones y conceptos. En «Lo que va del hombre a Dios», trata de reflejar su técnica e intenciones en este género dramático al decir: “Estaba en estilo puesto / que empiece el Hombre pecando, / que acabe Dios redimiendo / y, en llegando el pan y el vino / subirse con él al Cielo / al son de las chirimías”. Una muestra de su poético hacer es «Manjar de los fuertes»: “El género humano tiene /contra las fieras del mundo, / por las que horribles le cerquen, / su libertad afianzada, /como a sustentarse llegue / de aquel Pan y de aquel Vino /de quien hoy es sombra éste…/ Nadie desconfíe, / nadie desespere. / Que con este Pan y este vino…/ las llamas se apagan, / las fieras se vencen, / las penas se abrevian / y las culpas se absuelven”.
La Eucaristía en la literatura ensayística inglesa del XIX y XX
Por la brevedad del artículo, no puedo tratar pero sí al menos aludir a la literatura de los conversos ingleses que arranca del cardenal Newman y tiene su centro en G. K. Chesterton (1874-1936), tan bien estudiada por Pearce en su libro «Escritores conversos» (1999). Un fenómeno de conversiones en cadena (Belloc, Benson, Knox, Grahan Greene, Waugh, C. S. Lewis, Tolkien…). La mayoría provienen del protestantismo y para ellos el tema eucarístico es prioritario. Lo trabajarán en ensayos, poemas y novelas. Para Chesterton, desde su conversión enamorado de la fiesta del Corpus, creer en la presencia real en el Santísimo Sacramento era la piedra de toque misma de la verdad, hasta el punto de exclamar después de su primera comunión: “Hoy ha sido el día más feliz de mi vida”. Se confesaba asustado ante la tremenda realidad de Cristo en la Eucaristía. Y añadía: “Para aquellos de mi fe solo hay una respuesta: Cristo está hoy en la tierra, vivo en mil altares; y resuelve los problemas de la gente exactamente como lo hacía cuando estaba en el mundo en un sentido más ordinario”.
Los poetas cantan la Eucaristía
Volviendo atrás, en épocas teocéntricas los grandes escritores no olvidaron la Eucaristía, por ejemplo Miguel de Cervantes (1547-1616) en su poema «Alégrate alma mía»: “Si en pan tan soberano, se recibe al que mide cielo y tierra; / si el Verbo, la Verdad, la Luz, la Vida / en este pan se encierra; / si Aquel por cuya mano/ se rige el cielo, es el que convida / con tan dulce comida/ en tan alegre día. / ¡Oh cosa maravillosa! /Convite y quien convida es una cosa, /alégrate, alma mía, / pues tienes en el suelo /tan blanco y tan lindo pan como en el cielo”. O Luis de Góngora (1561-1627): “Oveja perdida, ven / sobre mis hombros, que hoy / no solo tu pastor soy, / sino tu pasto también (…) Pasto, al fin, hoy tuyo hecho / ¿qué dará mayor asombro, / o el traerte yo en el hombro, / o el traerme tú en el pecho? / Prendas son de amor estrecho / que aun los más ciegos las ven (…)».
Ya en el siglo XX sorprende encontrar en Miguel de Unamuno (1864-1936), siempre en busca agónica de Dios, un bello y denso poema titulado «Eucaristía» que se abre así: “Amor de ti nos quema, blanco cuerpo; / amor que es hambre, amor de las entrañas; / hambre de la palabra creadora / que se hizo carne; fiero amor de vida / que no se sacia con abrazos, besos, / ni con enlace conyugal alguno. / Solo comerte nos apaga el ansia, /pan de inmortalidad, carne divina. / (…). Para cerrarse con una petición: “Y tus brazos abriendo como en muestra / de entregarte amoroso nos repites: / «¡Venid, comed, tomad: esto es mi cuerpo!» / ¡Carne de Dios, verbo encarnado, encarna / nuestra divina hambre carnal de Ti!”. Mucho más sorprendente la «Oda al Santísimo Sacramento del Altar» (1928), de Federico García Lorca (1898-1936), que a pesar de lo personal, libre y casi estrambótico de su escritura revela un germen de fe en el poeta granadino. Porque la generación del 27, aunque a su manera, también buscó lo divino que ya los modernistas habían atisbado con cierto exoterismo, como es palpable en las publicaciones de «Adonais» y también recogió Ernestina de Champourcin en su antología «Dios en la poesía actual» (BAC 1976). Como muestra un botón: un fragmento poético de la propia Ernestina: “Porque es tarde, Dios mío / porque anochece ya / y se nubla el camino/ (…). Porque ardo en sed de Ti / y en hambre de tu trigo, / ven, siéntate a mi mesa; / bendice el pan y el vino” (…).
«Dios en la poesía española de posguerra», libro de M. J. Rodríguez (1977) atestigua el repunte religioso tras la guerra española del 36, unido a la angustia de la búsqueda y al anhelo de salvación, si bien no esencialmente eucarística. L. Panero, Dámaso Alonso, Blas de Otero, M. Alcántara, L. Rosales, C. Bousoño, B. Llorens, J. M. Valverde, M. Mantero, L. Felipe, V. Gaos, J. J. Domenchina, A. Serrano Plaja… Algo explicable en un clima de existencialismo y tras las masacres de las sucesivas guerras.
Y siguen cantándola hoy
Lo que quizá no sea tan previsible es el repunte que a finales del XX en un ambiente de laicismo desacralizador, aparece en unos cuantos jóvenes poetas y continúa ahora mismo. Más allá de Murciano y Martín Descalzo, en el sur de España y en torno (aunque no solo) a la sevillana revista y editorial «Númenor», C. Guillén Acosta, J. J. Cabanillas (por cierto, ambos coordinaron una antología, «Dios en la poesía actual», Rialp, 2018), los hermanos Daniel y Jesús Cotta, R. Arana… han tocado con desparpajo y naturalidad desenfadada la poesía religiosa. Quiero cerrar el artículo con una pequeña selección de versos.
Un fragmento de “Eucharistia”, de Guillén Acosta (1955) en su libro «Redenciones» (2017) abre el conjunto: (…). “Y es la necesidad diaria de saberme / virado a algún sagrario, / y desde allí esperar a que llegue el momento / y alcance a descubrir su misterio, el del pan, / el que me hace darme como el grano en la era / y en el que me transformo cada vez que lo ingiero”…
Otro fragmento de “Por tres” en «Mal que bien» (2019), de E. García Máiquez (1969): “Mi más solícita jaculatoria / ha sido siempre: Sangre / de Cristo, embriágame. / (…). Y entono otra jaculatoria: Tu / que me hiciste a tu imagen, / Dios trinitario, multiplícame”…
Apelando al contexto (Sta María del Transtévere) y a la sugerencia, R. Arana (1977) toca el tema en “Hagamos tres tiendas”, poema de «El último minuto» (2020): “Rebañito de ovejas bizantinas / que minuto a minuto yo miré / balar en esa bóveda dorada / en un silencio que también refulge: / a vuestro lado yo me quedaría / si hubiese buen pastor, como lo hay, / al calor del poder mudo y gigante / de aquella diminuta lamparita / y no volver jamás al gris cemento”.
Impresionante “Está sucediendo ahora”, décimas de Daniel Cotta (1974) en «Alumbramiento» (2021) que expresan la fe católica en la presencia real de Cristo en la Eucaristía en el momento de la consagración: (…) “Ahora, sí, en el lugar / donde esas manos al vuelo / acaban de convocar / el Señor de tierra y cielo / sobre el lino del altar! / Esa blancura que aflora / cariñosa y bienhechora / como una luna que sube / es Dios en carne de nube, / es Dios que baja en la aurora (…) / Dios está viniendo al mundo… / y está sucediendo ahora”.
También “Con los ojos cerrados”, de Jesús Cotta (1967) que sorprendentemente se atreve con todo un libro de temática religiosa, «Acogido a sagrado» (2023), y dice así: (…) “Y llueva tu agua, / agua hecha vino, / vino hecho sangre, / sangre hecha gracia”.
Otro poema muy reciente, “Venite adoremus” (Esos tus ojos, 2023), de J. J. Cabanillas (1958) lo certifica: (…) “Han hecho falta noches, soles / la verde llama de una espiga en pie / y hacerte Tu pan blanco y yo adorarte / como aquel rey de nieve te adoraba / a ti, Niño, mi niño, siempre niño”… Ya antes había tocado el tema en Cuatro estaciones (2008): “Las campanas… ¿Oís? Si ya es de día (…). Cuándo he llegado yo a este jueves del Corpus. / Ya el trono bajo el sol está en la calle / (…). La Custodia se acerca com o antorcha de fuego / y la redonda carne se anilla hecha de Amor”…
Para cerrar este bloque, podría decirse que casi todos escriben poemarios ambiciosos, audaces e infrecuentes en el panorama de la poesía española actual y manifiestan su fe jubilosa en la divinidad desde perspectivas cotidianas. Algo sorprendente, como sorprendente ha sido la trayectoria del joven Carlo Acutius, declarado venerable en 2020. Un chico muy actual, y muy enamorado de la Eucarístia, que creó un sitio web sobre la génesis de los milagros eucarísticos del mundo.
El autorMaría Caballero
Catedrática de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Sevilla
El Papa Francisco nos pide agregar a nuestras oraciones las intenciones mensuales que él propone para toda la Iglesia. Recientemente ha pedido por los enfermos terminales. Él usó esta frase coloquial que tiene un sentido muy profundo: incurable no significa incuidable.
Hace poco se acercó a mí una tierna abuelita. Recibí de ella una magna clase de teología superior. Susan era su nombre. Sentada en su silla de ruedas me platicaba con alegría una buena noticia: su nieta estaba sana y salva después de un fuerte accidente automovilístico, pero lo que más felicidad le daba, eran las palabras que dicha nieta le dio al expresarle gratitud porque para ella, las oraciones de la abuelita, la habían salvado. Susan estaba realmente contenta y agradecida.
De pronto se detuvo un momento y agregó: “ y pensar que yo me quería morir, pedí a mi familia que ya me dejaran irme. Pero ellos en lugar de hacerme caso, empezaron a venir a verme más, a visitarme y darme cuidados y cariño; ¡me sentí valiosa!, antes de eso pensaba que estaba aquí estorbando y generando gastos inútiles. Hoy sé que Dios tiene planes perfectos y que Él es el Señor de la vida. Ya le he ofrecido vivir para amar y orar y le he dicho que estoy dispuesta a recibir la clase de muerte que Él quiera y cuando Él disponga. Solo le ruego que escuche mis oraciones en favor de los que amo”.
Vida digna
Mientras el mundo propone la “muerte digna” para ancianos y enfermos terminales, la Iglesia nos habla de dar “vida digna” a quienes sufren. Impulsar en todos sentidos los llamados cuidados paliativos se hace indispensable.
Hay quienes afirman de manera muy “práctica”: ésta persona está muy enferma, su mal no tiene solución, mantenerla con vida implica mucho gasto y además, ¡ni siquiera quiere vivir! Ya son 12 países en el mundo cuyos marcos legales permiten la eutanasia.
San Juan Pablo II, al respecto subrayó que esto es adueñarse de la muerte, procurándola de modo anticipado y poniendo así fin ‘dulcemente’ a la propia vida o a la de otros «. En realidad, lo que podría parecer lógico y humano, al considerarlo en profundidad se presenta absurdo e inhumano. Estamos aquí ante uno de los síntomas más alarmantes de la «cultura de la muerte», advirtió.
El carácter sagrado de la vida
El catecismo de la Iglesia católica nos hace un llamado supremo: “La vida humana ha de ser tenida como sagrada, porque desde su inicio es fruto de la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término; nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente”.
Y también: “Aquellos cuya vida se encuentra disminuida o debilitada tienen derecho a un respeto especial. Las personas enfermas o disminuidas deben ser atendidas para que lleven una vida tan normal como sea posible”.
Los cristianos estamos llamados a hacer la diferencia. ¡Contra corriente pero con Cristo!
Hay un poema de Gabriela Mistral que me conmueve en lo más hondo y hoy te lo comparto para animarte a cumplir en todo, especialmente en el sufrimiento, la perfecta y a veces misteriosa voluntad de Dios:
La procesión a Santa Sabina, inicio de la Cuaresma romana
Los monaguillos encabezan la procesión que, tradicionalmente, se realiza el Miércoles de Ceniza desde la iglesia de San Anselmo a la Basílica de Santa Sabina en Roma.
Manuel Serrano: «Los cuidados paliativos son una manifestación de humanidad»
Manuel Serrano Martínez, que ha sido Director Médico del Hospital Laguna de cuidados paliativos, habla en esta entrevista sobre la importancia del acompañamiento, la labor humanitaria del médico y la vocación universal al cuidado.
Manuel Serrano ha sido Director Médico del Hospital de Cuidados Laguna, un centro sanitario orientado a los cuidados paliativos que se encuentra en Madrid (España). El doctor Serrano escribe artículos, libros e imparte ponencias, pero sobre todo, lo que caracteriza su trabajo, es “el cuidado de las personas”.
Convencido de que los cuidados paliativos “son una actividad fundamental para un médico”, y dada la importancia que les ha dado el Papa Francisco, el doctor Serrano habla sobre ellos con Omnes en esta entrevista.
Cuando un paciente está en cuidados paliativos el médico sabe que su misión ya no es curar, sino cuidar. ¿Cómo cambia su labor?
– Los profesionales sanitarios sabemos que lo que primordialmente nos ha de caracterizar es el cuidado de las personas. Curar no siempre es posible, pero cuidar, consolar y acompañar siempre lo es. Las personas cuando enferman, aunque sea de alguna enfermedad banal, prefieren tener a su lado un médico atento a sus necesidades, a su forma de vivir lo que les pasa, que se adapte empática y compasivamente a su dolor, a su sufrimiento. Necesita primero que le tranquilicen al menos con la mirada, después sentirse comprendido, y finalmente que le ofrezcan el tratamiento que le cure o alivie y que ofrezca preocupación por el resultado de su tratamiento.
En definitiva, el médico se convierte en un amigo sincero que se ocupa de una vertiente fundamental de la vida: la salud, que muchas veces se puede restaurar, y otras no, pero siempre se puede aliviar, acompañar y consolar. Y ser consciente de esto y vivirlo así, créame, es un privilegio.
Hay quienes piensan que los cuidados paliativos se asemejan a “jugar a ser Dios”, ya que alargan la vida del paciente de forma innecesaria. ¿Puede aclararnos qué son los cuidados paliativos para no caer en esta interpretación errónea?
– Esto no tiene nada que ver con la realidad. Los cuidados paliativos son una actividad fundamental para un médico. De hecho, siempre son posibles, en toda circunstancia de enfermedad. Acercan al médico a sus semejantes, y se desarrolla en ellos una actividad que es fruto del amor entre personas, del deseo de ayudar al otro por ser igual a mí, por la dignidad humana que nos une. Nada está más lejos de jugar a ser Dios. Son tanto una relación humana, que no imagino otra más merecedora de ese nombre.
Por otra parte, los cuidados paliativos no alargan la vida sino que la hacen más fácil en un momento en que la amenaza del final se acerca, y permiten esperar ese final, que es la muerte, con una actitud más tranquila y esperanzada. Porque no solo nos ocupamos del dolor, la intranquilidad, la inmovilidad y la debilidad, sino que también resolvemos en lo posible los problemas del paciente con trámites sociales o familiares, actuamos en la esfera psicológica que facilita la consciencia más o menos aceptada de lo que les pasa, y además también nos ocupamos de lo que forma parte indisoluble de la enfermedad terminal, el acompañamiento en la inquietud espiritual.
Como médico, ¿cuándo toma la decisión de pasar de intentar curar a un paciente a ingresarlo en cuidados paliativos? ¿Cómo se evita el encarnizamiento terapéutico?
– El tratamiento sensato de las enfermedades, especialmente las de carácter maligno, que llevan implícito el riesgo de la vida, debe ponerse en práctica mientras la enfermedad está controlada, sin evidencia de extensión de la enfermedad y sin una evolución progresiva. A veces se comprueba que todo lo que se está haciendo o se podría hacer lleva implícito un riesgo mayor que el bien que intenta provocar, por efectos secundarios o riesgo de enfermedades que aparecen por la debilidad que el tratamiento provoca en muchas ocasiones.
La obstinación en la aplicación de tratamientos, esperando que alguno de ellos pueda dar pruebas de una cierta acción, acarrea acciones fuera de toda evidencia científica y por lo tanto equivale a aplicar tratamientos no inocuos que hacen sufrir y engañosamente ofrecen una esperanza lejos de toda razón.
Cuando una enfermedad maligna o una enfermedad terminal ha llegado a una cierta extensión hay que saber que lo que nos apremia es proporcionar el mayor bienestar y confort al enfermo y, dentro de los límites de la relación humana, ayudarle a entender que todo lo humanamente factible ha sido ya hecho. Es el momento de aplicar los cuidados paliativos o de confort.
¿Cómo podemos mirar a los pacientes como personas, sin reducirlos a su enfermedad?
– Lo primero que enseñamos en la Facultad de Medicina es que no existen enfermedades, sino enfermos. Las enfermedades en sí no tienen tratamiento, los que lo tienen son las personas que las padecen, y aunque tienden a aplicarse de un modo protocolizado, deben existir variaciones derivadas de las características personales y biológicas del enfermo que lo va a recibir. Esto es muy importante.
La más reciente actitud es el de hacer medicina centrada en la persona, no lo es la contemplación de la enfermedad de un modo impersonal. Situaciones similares en personas diferentes requieren aproximaciones terapéuticas distintas.
Por otra parte las circunstancias vitales, el modo en que la enfermedad ha repercutido en su vida exige que conozcamos las particularidades individuales que al final trasforman una sola enfermedad en un número indefinido de enfermedades distintas.
Bajo un punto de vista personal, psicológico, espiritual piden que las tratemos de modo diferente. La vida de las personas es distinta siempre, y el modo de tratarlas también lo es consecuentemente. Esta actitud conlleva la personalización de la relación terapéutica entre el médico y el enfermo que así se transforma en único.
El Papa Francisco habla de la importancia de acompañar no solo al paciente sino también a la familia. ¿Cómo consiguen esto a través de los cuidados paliativos?
– El Papa ha dicho de los cuidados paliativos cosas muy motivadoras para los profesionales sanitarios, como que estos cuidados tienen un papel decisivo, y que garantiza no solo el tratamiento médico sino también un acompañamiento humano y cercano, porque aportan una compañía llena de compasión y de ternura. Solo tomarle la mano al paciente le hace sentir la sintonía del que le acompaña y la mirada puede aportar un consuelo que de otro modo es más difícil conseguir.
El Papa ha insistido también en que las familias no pueden quedarse solas en situaciones en las que un ser querido está en sus últimos días. En estas circunstancias se genera demasiado sufrimiento familiar. Desde cuidados paliativos nos ocupamos de modo prioritario de la asistencia a las necesidades de la familia, las asistimos y acompañamos en su dolor.
Algunos argumentan que, dada la difícil situación económica de algunos países, la eutanasia es un modo de ahorrar recursos. ¿Cuál es su opinión sobre esto?
– Pienso que existen muchos falsos argumentos con los que se manipula a la opinión pública. Ninguno de los países que han implementado leyes que permiten la eutanasia son países pobres o con escasos recursos sanitarios. Bélgica, Holanda, Canadá, algunos estados de EEUU, etc., no son ejemplos de países que deban ahorrar recursos. El tratamiento paliativo de enfermedades malignas u otras que están abocadas a la muerte no es gravoso en ningún caso, sólo hace falta la decisión de organizar la sanidad para el cuidado y el alivio en vez de la excesiva tecnificación, en ocasiones innecesaria, que sí encarece llamativamente la atención sanitaria.
Hay países empeñados en sacar adelante leyes en favor de la eutanasia mientras no hacen nada eficaz para promover la organización de cuidados paliativos. Por otra parte, en algunos países que han legislado a favor del suicidio asistido, y que han facilitado la proliferación de negocios con ello, como Suiza, no permiten la eutanasia.
La manipulación intencionada es el modo con el que la ley reguladora de la eutanasia se ha hecho un hueco en muchos países, entre otros el nuestro. Hay palabras que se han instalado como eslóganes en la sociedad, como muerte digna por ejemplo, sin caer en la cuenta de que quitar la vida es quitar la dignidad, y que acompañar en la enfermedad es acompañar a un semejante a nosotros, tan digno como nosotros, hacia su último destino.
¿Hace falta ser católico para apoyar los cuidados paliativos?
– De ningún modo. Yo diría que cuidar y acompañar es una vocación universal. Los cuidados paliativos son una manifestación de humanidad en su extremo. Quiero decir que la verdadera humanidad reconoce la dignidad de los semejantes por poseer una cualidad inmaterial que los hace idénticos a nosotros hasta la muerte natural. Y de ese modo se siente la necesidad de cuidar y aliviar a los semejantes sufrientes como quisiéramos que nos cuidaran a nosotros.
Para ello es necesario reconocer que el ser humano tiene una trascendencia que excede a lo puramente material y carnal, y que está destinado a que su vida tenga un sentido. Esto que es manifestación de la humanidad en su conjunto, es lo que defiende el cristianismo dando al hombre además la exaltación que le hace hijo de Dios y una entidad que brota a imagen y semejanza de Dios.
Por consiguiente, los cristianos y más los católicos, que tenemos asociada la carnalidad de la semejanza a Cristo y la vida terrenal como camino hacia la vida eterna, tenemos más razones para desarrollar los cuidados paliativos como un camino de caridad y compasión fraterna.
¿Podemos hablar de los cuidados paliativos de una manera luminosa, sin dejarnos llevar por el miedo a la muerte y la enfermedad? ¿Cuál cree que debe ser la perspectiva?
– Por supuesto. En la vida tenemos siempre ocasiones de alcanzar y sentir la esperanza. Hay personas que quizá en su vida no han prestado atención o no han pensado en el final que a todos nos alcanza.
En el mundo actual no se quiere hablar de sufrimiento o muerte, se apartan de las conversaciones y no se les presta atención, se han convertido en un tabú. Cuando el dolor aprieta, los cuidados paliativos aportan la serenidad suficiente para replantearse todo lo que quizá sin saberlo se ha esperado siempre.
La muerte anticipada sólo la desean los que sufren desesperanzados de alcanzar alivio, los que están solos o los que no están bien cuidados, aquellos en los que la existencia se ha convertido en una carga. Pero muchas veces he comprobado que el tratamiento que proporciona alivio de estas situaciones, el acompañamiento, el cariño y la ternura les hace cambiar y recobran la esperanza de vivir con paz.
El hombre no puede bajo ningún concepto hacerse dueño de la vida. Lo siento por los que defienden la eutanasia, pero no hay ninguna razón noble que permita decidir cuándo una vida merece la pena ser vivida o cuándo una vida ya no tiene dignidad que la mantenga en la existencia. El reconocimiento de la dignidad precisamente depende de aquellos que le cuidan.
El final de la vida se puede contemplar con esperanza. Cualquier circunstancia vivida puede ayudarnos a apreciar que la vida tiene un sentido, que va hacia alguna parte. Para evitar experiencias que pueden dar lugar a ansiedad, angustia, y desembocar en un sufrimiento espiritual mayor, los cuidados paliativos están llamados a desempeñar un papel imprescindible en el tratamiento y cuidado de todas las personas con enfermedades que abocan a un lento final.
La Universidad de la Santa Cruz y Tutela Minorum firman un acuerdo
El 14 de febrero la Pontificia Universidad de la Santa Cruz informó sobre su nuevo acuerdo de colaboración con la Comisión para la Protección de Menores para prevenir los abusos en la Iglesia.
El acuerdo lo firman el cardenal Seán Patrick O’Malley, presidente de la Comisión, y Luis Navarro, rector de la Universidad. Está compuesto por 7 artículos en los que se concreta la naturaleza de esta colaboración entre las dos entidades.
El acuerdo entre la PUSC y Tutela Minorum
En primer lugar, las dos partes se comprometen a realizar una “actualización periódica de las iniciativas y actividades académicas de prevención, protección y salvaguardia de menores y personas vulnerables”.
También en este sentido, la Universidad prestará gratuitamente a la Comisión los espacios en el “Palazzo di Sant’Apollinare” para actividades académicas e institucionales que guarden relación con el objetivo de la Comisión. Por su parte, el Comité del Vaticano comunicará el uso de los espacios a la Universidad y correrá con todos los gastos de organización de dichas actividades.
En el acuerdo queda abierta la posibilidad de realizar otras “actividades de investigación, seminarios, cursos de formación (…) y otras formas de colaboración”. Sin embargo, para ello será necesario cerrar otros “acuerdos específicos”.
La comunicación entre las dos entidades queda en manos del rector universitario y del secretario de la Comisión Pontificia, “con el fin de garantizar un diálogo abierto a la luz de la importancia de la misión compartida”.
Para garantizar la transparencia, la Universidad y la Comisión “se comprometen a elaborar un informe anual sobre los logros alcanzados, que se difundirá conjuntamente y de la forma que se considere más adecuada”.
La colaboración entre las instituciones durará tres años, si bien “es renovable por acuerdo explícito de las partes contrayentes”. En caso de que ni la Universidad ni la Comisión hagan constar que quieren retirarse del acuerdo tres meses antes del vencimiento, el acuerdo “se considerará renovado”.
Esfuerzo común en la Iglesia
“Este acuerdo forma parte del entramado de convenios de colaboración que la Comisión firma con otras entidades eclesiales para llevar adelante su misión”, dijo el cardenal O’Malley al hablar sobre la firma. Por su parte, el rector Luis Navarro expresó la alegría del equipo universitario por “estar al servicio de un esfuerzo crucial y común dentro de la Iglesia”.
Además de esta colaboración, la Pontificia Universidad de la Santa Cruz tiene en marcha otros proyectos para la prevención de abusos. Entre ellos, un curso de formación en febrero y marzo, y una mesa redonda que organiza la facultad de Derecho Canónico.
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