Vaticano

La felicidad es el cielo, recuerda el Papa en vísperas de la Ascensión

Nuestra felicidad es el cielo y la vida eterna, ha subrayado el Papa Francisco en la audiencia de hoy, celebrada junto a la imagen de Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina, cuya festividad se celebra este día 8 de mayo. Además, el Pontífice ha recordado la solemnidad de la Ascensión del Señor, que se celebra mañana en Roma, y en muchos países este domingo.    

Francisco Otamendi·8 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

En la fiesta de Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina, el Papa Francisco ha reflexionado en la Audiencia de esta mañana, en el ciclo sobre los vicios y las virtudes, sobre la virtud teologal de la esperanza, teniendo al lado una imagen de la Virgen de Luján, patrona de Argentina, cuya fiesta es hoy 8 de mayo.

Las referencias a la Virgen María, al mes de mayo, y al rezo del rosario han sido numerosas esta mañana, en una Audiencia celebrada en vísperas de la solemnidad de la Ascensión del Señor y de la Bula de convocatoria del Jubileo de 2025, que leerá el Santo Padre mañana jueves día 9, a las 17,30 horas en la Basílica de San Pedro.

Rezar a la Virgen por la paz, valorar el rosario

Por ejemplo, al dirigirse a los peregrinos en lengua española, el Pontífice ha mencionado la fiesta de Nuestra Señora de Luján, a la que ha pedido por Argentina, “para que el Señor le ayude en su camino”. Más tarde, ha manifestado que “hoy la Iglesia eleva la oración de súplica a Nuestra Señora del Rosario de Pompeya. Invito a todos a invocar la intercesión de María, para que el Señor conceda la paz al mundo entero, especialmente a la querida y atormentada Ucrania, a Palestina y a Israel, a Myanmar”.

“Confío en particular a nuestra Madre a los jóvenes, a los enfermos, a los ancianos y a los recién casados que están hoy aquí presentes, y exhorto a todos a valorar el rezo del Santo Rosario en este mes de mayo”, ha señalado.

Ascensión del Señor: levantar los ojos al cielo 

Antes, el Papa ha recordado la fiesta de la Ascensión del Señor a los peregrinos de lengua inglesa: “Saludo a todos los peregrinos y visitantes de lengua inglesa que participan en la Audiencia de hoy, especialmente a los de Camerún, India, Filipinas y Estados Unidos de América. Mientras nos preparamos para celebrar la solemnidad de la Ascensión, invoco sobre vosotros y vuestras familias la alegría y la paz de nuestro Señor Jesucristo, resucitado y ascendido al cielo. Que el Señor os bendiga a todos”.

A los de habla germana, ha dicho: “Queridos hermanos y hermanas, la inminente solemnidad de la Ascensión nos exhorta a levantar los ojos hacia el cielo, donde Cristo está sentado a la derecha del Padre y ha preparado un lugar para cada uno de nosotros. Vivamos, pues, el Evangelio y dirijamos nuestro pensamiento a las cosas de arriba (cf. Col 3, 2)”.

San Estanislao, intercesor por la paz

Francisco ha mencionado también, en este caso a los peregrinos polacos, que “hoy celebráis la solemnidad de San Estanislao, obispo y mártir, patrono de vuestra patria. San Juan Pablo II escribió de él que desde las alturas del cielo participó en los sufrimientos y esperanzas de vuestra nación, sosteniendo su supervivencia especialmente durante la Segunda Guerra Mundial. Que la intercesión de san Estanislao obtenga también hoy el don de la paz en Europa y en todo el mundo, especialmente en Ucrania y en Oriente Medio.”.

Esperanza: la respuesta que Cristo nos da

La lectura que ha servido de base a la meditación del Pontífice ha sido un fragmento de la Carta del apóstol san Pablo a los Romanos, 8, 18, 23 y 24, en el que san Pablo escribe que “en esperanza fuimos salvados”.

El Papa ha comenzado su meditación de este modo: “Hoy reflexionamos sobre la virtud de la esperanza. El Catecismo de la Iglesia Católica la define así: ‘La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo’ (n. 1817). Estas palabras nos confirman que la esperanza es la respuesta que se ofrece a nuestro corazón cuando surge en nosotros la pregunta absoluta: ‘¿Qué será de mí? ¿Cuál es el destino del viaje? ¿Cuál es el destino del mundo?’”. 

Después, Francisco ha sintetizado que frente a estas preguntas trascendentales “sobre el destino de nuestra vida y del mundo, la esperanza es la respuesta que Cristo nos da. Con ella, podemos vivir con alegría y serenidad nuestro presente, pues Jesús nos asegura un futuro confiable y un horizonte luminoso. Sin esperanza, en cambio, el hombre vive en la tristeza y cae en la desesperación”. 

No olvidemos que Dios es misericordioso

“Todos nos damos cuenta de que una respuesta negativa a estas preguntas produce tristeza. Si no hay un sentido en el viaje de la vida, si no hay nada ni al principio ni al final, entonces nos preguntamos por qué debemos caminar: de ahí surge la desesperación humana, el sentimiento de inutilidad de todo. Y muchos podrían rebelarse: ‘Me he esforzado por ser virtuoso, por ser prudente, justo, fuerte, templado. También he sido un hombre o una mujer de fe…. ¿De qué ha servido mi lucha?’”. 

A continuación, ha citado a Benedicto XVI en su encíclica Spe salvi. “Si falta la esperanza, todas las demás virtudes corren el riesgo de desmoronarse y acabar en cenizas. Si no hubiera un mañana fiable, un horizonte luminoso, sólo quedaría concluir que la virtud es un esfuerzo inútil. ‘Sólo cuando el futuro es cierto como realidad positiva, se hace llevadero también el presente’”, escribió su predecesor. 

“Pecamos contra la esperanza cuando nos quedamos anclados en el pasado, olvidando que Dios nos ama, que es misericordioso y más grande que nuestro corazón; pecamos cuando no tenemos el valor de tomar decisiones que nos comprometan de por vida”, ha subrayado el Santo Padre.

“Nuestras nostalgias malas, nuestras melancolías”

“La esperanza es una virtud contra la que pecamos a menudo”, ha reiterado el Papa. “En nuestras nostalgias malas, en nuestras melancolías, cuando pensamos que las felicidades pasadas están enterradas para siempre. Pecamos contra la esperanza cuando nos abatimos por nuestros pecados, olvidando que Dios es misericordioso y más grande que nuestros corazones. Pecamos contra la esperanza cuando en nosotros el otoño anula la primavera; cuando el amor de Dios deja de ser un fuego eterno y nos falta la valentía de tomar decisiones que nos comprometen para toda la vida”. 

El mundo necesita esta virtud cristiana

“¡El mundo de hoy tiene tanta necesidad de esta virtud cristiana!”, ha exclamado. “Como también necesita tanto la paciencia, virtud que camina de la mano de la esperanza. Los seres humanos pacientes son tejedores de bien. Desean obstinadamente la paz, y aunque algunos tienen prisa y quisieran todo y todo ya, la paciencia tiene capacidad de espera. Incluso cuando muchos a su alrededor han sucumbido a la desilusión, quien está animado por la esperanza y es paciente es capaz de atravesar las noches más oscuras”.

Que el Señor haga crecer nuestra esperanza y nuestra paciencia, “para ser artesanos de paz y de bien en un mundo que tiene mucha necesidad de esta virtud. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide”, ha concluido el Papa.

El autorFrancisco Otamendi

Cultura

Jaime Sanz: “Escuchar es una manera de querer”

Jaime Sanz, capellán de la Sede de Posgrado de la Universidad de Navarra en el Campus de Madrid, ha centrado su atención en la importancia de la escucha en su último libro "El valor de la escucha para el buen gobierno".

Maria José Atienza·8 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 6 minutos

“Nos cuesta escuchar; a mí el primero” afirma rotundo el sacerdote Jaime Sanz al comenzar esta entrevista. Por eso, y por otras muchas razones, Sanz se lanzó a escribir un libro que, en su sencillez, constituye una lectura más que recomendable para muchas personas hoy. 

En efecto, la escucha se ha convertido, en los últimos años en una necesidad, dentro de una sociedad que oye muchas cosas y escucha muy pocas. Más allá de una utilización estratégica de la escucha, Sanz Santacruz, quien “como sacerdote me dedico profesionalmente a escuchar”, propone un cambio de actitud tanto personal como corporativamente. 

Usted ha escrito sobre el amor, la amistad o la oración. Y ahora, sobre la escucha. ¿Por qué nace el libro?

–Hablando con un profesor del IESE me decía que la escucha es uno de los grandes temas de este siglo. También lo vemos en la Iglesia, por ejemplo, es uno de los grandes hilos conductores del Opus Dei en la preparación de su primer centenario.   

Estamos en una sociedad en la que no se escucha en la política, no se escucha en la empresa e incluso que, en las familias la gente se queja de que nadie habla o nadie escucha. En el fondo todo es porque estamos centrados en una mal entendida eficacia. 

Los sacerdotes nos dedicamos profesionalmente a escuchar. Y yo soy sacerdote desde hace más de 25 años. Cuando escuchas a personas tan distinta aprendes mucho. Gracias a ese conocimiento que he ido atesorando pude escribir el libro. 

¿Cómo escuchar en estos tiempos de la prisa continua?

–En el caso de la familia, por ejemplo, ahora se pasa menos tiempo juntos y, vemos con frecuencia que hay relaciones familiares rotas de inicio.

La escucha en las familias es complicada porque el tiempo en las grandes ciudades es muy reducido pero creo que es buscar tiempo de calidad, que el descanso sea también tiempo de escucha. Como dice Pep Borrell “bailar en la cocina”. Eso significa que el tiempo que pasamos con la familia haciendo ciertas tareas ineludibles (compra, cocina, limpieza…) sea un momento en el que se esté a gusto.

Además, hay que saber desconectar. El móvil es el mayor enemigo de la escucha. Nos pasamos la vida mirando el móvil, sin interesarnos por el que tenemos enfrente. Escuchar es una manera de querer. Cuando escuchas a alguien, lo estas queriendo. La sociedad, la familia, las organizaciones… mejoran cuando hay ese amiente de escucha. 

Afirma que no escuchamos, pero gobiernos, marcas, empresas… afirman querer saber sobre los ciudadanos. ¿Táctica, necesidad, arma arrojadiza?

–Escuchar no es lo mismo que oír. Vemos muchos mecanismos de escucha en la sociedad, por ejemplo, en los partidos políticos, que se dedican a conocer qué se dice, pero tienen una decisión tomada y ese conocimiento no influye en nada. Por eso es importante que en la Iglesia no hagamos como en el ámbito político, donde se habla mucho de pulsar la calle y luego les importa un pepino. 

Además, los cauces de escucha son necesarios en todas las organizaciones. También en las familias: una madre que no escucha a sus hijos o un padre que sólo impone su opinión es imposible que sepan ganarse la confianza de sus hijos, y por tanto, que haya unidad. Escuchar es muy importante porque, como digo en el libro, la unidad es bidireccional, casi circular. Tanto de los que “están arriba” con los que “están abajo” como al revés. 

El valor de la escucha para el buen gobierno

Autor: Jaime Sanz Santacruz
Editorial : Palabra
Páginas: 160
Año: 2023

Pero la persona que dirige puede argumentar que “tiene más datos” o “sabe más del tema”

–La escucha añade argumentos a tu propia decisión. El que no escucha es un soberbio. Piensa, efectivamente, que él “sabe de esto”. Pero quizás, alrededor de él hay gente que sabe mucho más. El jefe que no deja hacer nada a sus subordinados, ni procura que se formen o que suban, en el fondo lo hace por miedo, porque es un mediocre.

En el libro hablo en varios momentos del gobierno de los mediocres, de los que no quieren que los demás les hagan sombra. Un buen gobernante promociona a su gente y esto se puede aplicar a todos los estamentos: gobierno civil, empresarial, la Iglesia o una familia.

Quien gobierna tiene que contar con los demás, darse cuenta del feedback que tienen sus decisiones. Es muy importante que, cuando le hacen una sugerencia, lo primero que ha de hacer es agradecerla siempre.

En segundo lugar, darse cuenta que esa opinión -aunque sea contrario a la tuya-, ayuda a justificar muy bien cada decisión y demás, dejar una puerta abierta a que, en algún momento, la decisión se pueda cambiar.

En este sentido, encontramos cierto temor -no exento de verdad- a decir algo, por miedo a que esta información “se vuelva en contra”

–Aquí entra en juego la confianza. La confianza es la base de la verdadera escucha. Si tu desconfías -o los de arriba te hacen desconfiar- porque se utilizan las sugerencias para apartar a cualquiera que no piense como los dirigentes, se pierde la legitimidad y, sobre todo, la oportunidad de mejorar.

Contar, en un consejo de gobierno, con personas que piensen distinto, enriquece. Si en ese consejo los únicos que están son “los pelotas” que están allí porque no dicen lo que piensan, no se aporta nada a la sociedad. En cambio, con lo contrario, quizás cueste algo más llegar a algunos acuerdos, pero serán mucho más globales y acertados.

Al mismo tiempo, la crítica ha de ser siempre constructiva. Quedarse, simplemente, en decir que todo está mal, no aporta nada, como tampoco lo hace la actitud del que critica y piensa que sólo existe la solución que él aporta. Cuando uno piensa que su solución es la única, entonces, se está convirtiendo en el tirano que critica. 

Otro tema del que hablo en el libro es el de la transparencia. No puedes pedir que otros se sumen a tu proyecto en una organización si no les haces partícipes de los medios, el proyecto, los resultados. Cuando no se actúa de este modo, o bien es porque se oculta algo que no va bien, o bien por un paternalismo mal entendido, que es nefasto. 

En la Iglesia contamos con un “jugador” aparte: el Espíritu Santo y además hay una jerarquía. ¿Hemos identificado escuchar con una forma de asamblearismo?

–Siguiendo a Luigino Bruni, en el libro hablo de las Organizaciones Movidas por un Ideal (OMI), en las que podemos encuadrar las instituciones de la Iglesia. 

En estas organizaciones existe verticalidad siempre. En el caso de la Iglesia tenemos la jerarquía según el sacramento del Orden, pero ya el Concilio Vaticano II habló de abrirse a otros organismos de la Iglesia. Gobernar no es dirigir una organización de manera unipersonal. Eso no es ni prudente ni eficiente. 

Es necesario preguntar antes de tomar cualquier decisión. Contar con los demás es muy importante, sobre todo, si el tema les afecta de algún modo. Se trata de darte cuenta de que tu opinión no está inspirada por el Espíritu Santo, sino que es una opinión más, aunque tengas más datos. Evidentemente, esto no significa que haya que hacer una especie de dialéctica de la escucha, sino de crear una cultura, una manera de escuchar.

Seguimos en el ámbito eclesial, ¿Tenemos el riesgo de diluir los carismas so capa de una “adaptación” nacida de esta escucha?

–La escucha está muy ligada a la humildad. Cuando se tiene la humildad de pensar que uno ocupa un cargo importante porque “no hay otro”. No porque sea el mejor, ni porque sea quien encarne mejor el espíritu -en el caso de una OMI- sino porque me ha tocado y es temporal. 

Creo que el paso que se ha dado en la Iglesia de limitar el tiempo de gobierno en las asociaciones internacionales de fieles es muy interesante. Estoy convencido que la renovación es fundamental. Una organización en la que las mismas personas ocupan siempre sus órganos directivos, al final se corre el riesgo de acabar tiranizando esa forma de gobierno. 

No hay nadie que tenga como oficio gobernar de por vida. Es mucho más enriquecedor que vaya pasando gente. Cuando se gobierna por un tiempo concreto se es más capaz de continuar aquello que han hecho quienes te han precedido y preparar a los que van a venir después. En el fondo, se aporta lo que uno sabe y, cuando venga otro, aportará otras ideas. Todo esto siendo fieles al modo de vivir en tu organización o, si hablamos de instituciones de la Iglesia, fieles al carisma. 

En estas OMI, por ejemplo, en las instituciones de la Iglesia, el fundador o fundadora son las personas que han encarnado el carisma. En este sentido, a veces podemos perder la perspectiva de que son un instrumento de Dios y pensamos que hay que replicar su vida sin apertura o diversidad. Los fundadores y fundadoras de los carismas eclesiales son instrumentos. En ellos, Dios concentra un mensaje -un carisma-, un modo de vivir la vida cristiana.

La fidelidad al carisma es muy importante, porque no se trata de desarrollar un carisma de modo asambleario sino tener en cuenta la finalidad. Hay que fijarse en la finalidad no endiosar al fundador. De hecho, los fundadores de las instituciones de la Iglesia han sido humildes. Eran conscientes de que ese carisma no era un invento de ellos, sino que se lo había dado Dios. Quienes siguen un carisma tienen que vivir una fidelidad a este camino adaptando el carisma al tiempo en el que se desarrolla, porque las circunstancias cambian. 

Adaptar bien el carisma al tiempo en el que vives forma parte de la fidelidad. El carisma en la Iglesia no es para un único momento o una única situación o problema concreta. Es universal y para todos los tiempos.

Para hacer frente a la adversidad

En este artículo, Lupita Venegas ofrece algunos consejos para hacer frente a la adversidad apoyados en la fe.

8 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

¿Estás pasando por una situación que te sobrepasa? ¿Una noticia inesperada, una enfermedad, una pérdida importante? ¿Te preguntas por qué? ¿Reniegas del sufrimiento, de la injusticia, del dolor?

Recuerda este principio: lo que rechazas se convierte en tu enemigo. Carl Jung, pionero de la psicología profunda, lo expresaba así: lo que aceptas, te transforma; lo que niegas, te somete.

Lo mejor que puedes hacer frente a la adversidad es aceptarla. Sólo así podrás lidiar eficazmente con ella.

Las Sagradas Escrituras alimentan nuestra esperanza: “Sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien” (Rom 8, 28).

Contamos con innumerables ejemplos de personas que han conocido maravillosos talentos escondidos justamente al enfrentar un desafío inesperado.

¿Sabes lo que es un zulo? El diccionario lo define como un lugar oculto dispuesto para esconder ilegalmente cosas o personas secuestradas. En uno de ellos estuvo viviendo por 257 días Bosco Gutiérrez. Arquitecto mexicano que fue secuestrado, despojado de todo, habitó en este lugar oscuro sin escuchar jamás la voz de sus celadores. 

Dicen que el éxito no es para los más fuertes sino para los que saben adaptarse.  Después del shock inicial, Bosco cae en depresión al ver pasar los días sin ser rescatado. Sin embargo, en algún punto en que sus secuestradores lo veían al borde de la muerte, le animaron presentando un letrero que decía: “¡Viva México!, hoy es 16 de septiembre”. Fue entonces que supo que llevaba un mes en esas condiciones y sintió que debía adaptarse por su propio bien. Se cuestionó seriamente su fe, ¿creía verdaderamente en Dios? Asintió y asumió que estaba en Sus manos. Pensó en su familia y deseó con vehemencia volverla a ver. Así que pidió lo necesario para limpiar perfectamente aquel zulo que medía 3 x 2 metros y diseñó un horario en el que leía la Biblia, escribía cartas, decía la Misa de memoria, y hacía jogging en su pequeño espacio. 

8 principios ante la adversidad

Escribió 8 mandamientos que regirían su día a día, los pegó en la pared para tenerlos a la vista:

  1. Acotar la imaginación. “No le daré vueltas a lo que me pasa, perjudicaré mi salud y no lograré nada”
  2. Inteligencia práctica. “Me adaptaré a las circunstancias”
  3. Mantener la fe. “No discutiré con Dios, Él sabe mejor que yo lo que me conviene”
  4. Esperaré pacientemente. “Esto durará lo que Dios quiera”
  5. Aprovechar para rezar. “Pediré por los que yo quiero, creceré en el sacrificio y el abandono”
  6. Recordar que hay muchas personas que sufren más que yo. “Estoy bien aquí, no me falta nada”
  7. Sacaré propósitos prácticos para ser mejor a mi regreso
  8. Ser optimista. No perderé la esperanza, desterraré los pensamientos negativos.

Estos principios indudablemente tienen el aval de los especialistas más actualizados en neurociencias. Cada una de las acciones que se propuso llevar a cabo le ayudaron a configurar un cerebro sano, positivo y  emprendedor. Además, su vida de fe y oración mantenía viva su esperanza, por lo que pudo, en el momento preciso, escapar y reencontrarse con su familia totalmente sano y salvo. 

Hoy ha publicado su testimonio en libro y en película. Además imparte conferencias con profundas reflexiones que motivan a miles a perseverar en toda circunstancia. Confirmó en medio de su dolorosa experiencia lo que afirmó atinadamente Nietzsche con la frase: “aquél que tiene un por qué, encontrará siempre un cómo”. 

Acepta con paz tu realidad, pide ayuda a Dios y enfrenta con sabiduría lo que venga.

Vaticano

Edith Stein está en camino de ser Doctora de la Iglesia

El pasado 18 de abril el superior general de la orden de los carmelitas descalzos presentó al Papa Francisco una petición para nombrar Doctora de la Iglesia a santa Edith Stein.

Paloma López Campos·7 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Cuando una delegación de la orden de los carmelitas descalzos visitó al Papa el 18 de abril, el superior general aprovechó la ocasión para presentar al Pontífice una petición especial: el nombramiento de santa Edith Stein como Doctora de la Iglesia.

Edith Stein (Wikimedia Commons)

Tal y como informa el medio de comunicación “Catholic News Agency”, los carmelitas quieren que la Iglesia reconozca las aportaciones realizadas por la monja mártir. Bajo el título de “doctor veritatis”, doctora de la verdad, Edith Stein podría convertirse en la quinta mujer Doctora de la Iglesia en reconocimiento a sus contribuciones en el ámbito de la teología.

El hecho de que el superior general formule esta petición al Santo Padre es importante, pues es un requisito para que el Dicasterio para las Causas de los Santos comience el proceso de otorgar el título a Edith Stein. Otro de los pasos indispensables, la canonización, ya lo facilitó Juan Pablo II a finales del siglo XX.

Edith Stein y su carrera intelectual

Esta santa, conocida también como Teresa Benedicta de la Cruz, nació el 12 de octubre de 1891 en una familia judía. A pesar de su formación y de crecer en un ambiente practicante, se declaró atea durante varios años. A la vez, persiguió una carrera académica brillante que la llevó a colaborar con el filósofo alemán Edmund Husserl.

Partidaria de que la mujer tuviese el derecho a votar y más peso en la vida pública, lideró con el ejemplo, siendo la primera mujer con un doctorado en Filosofía en Alemania. En la misma época, comenzó una etapa de gran producción literaria, con investigaciones y reflexiones como “Sobre el problema de la empatía”, que fue su tesis; “Introducción a la filosofía”; y “Una investigación sobre el estado”.

En 1921, después de leer la biografía de santa Teresa de Ávila, se convirtió al catolicismo y llegó a la conclusión de que quería ser monja carmelita. Tardó mucho en cumplir su objetivo, puerto que le aconsejaron continuar dando clases y trabajando en escuelas y universidades. Edith Stein aprovechó entonces para traducir y profundizar en las obras de intelectuales católicos como santo Tomás de Aquino o san John Henry Newman.

Entrada en el Carmelo

Finalmente, el 15 de octubre de 1933, fiesta de santa Teresa de Ávila, Edith Stein entró en la orden de los carmelitas. Dentro del Carmelo, la filósofa recibió el apoyo de las superioras para continuar con su labor intelectual.

Sin embargo, la vida de Edith Stein sufrió un cambio brusco cuando en 1942 la Gestapo la arrestó por ser judía. Pasó entonces por dos campos de concentración antes de llegar al lugar en el que moriría: Auschwitz.

Edith Stein, santa y copatrona de Europa

Edith Stein murió en la cámara de gas el 9 de agosto de 1942. Incinerada por los soldados nazis, no hay una tumba particular para ella. El 11 de octubre de 1998 el Papa san Juan Pablo II la canonizó en Roma, y al año siguiente la nombró copatrona de Europa.

Entre las muchas contribuciones que realizó santa Edith Stein a la teología, se encuentra su análisis de la figura y condición de la mujer, y su espiritualidad centrada en la Cruz de Cristo.

Cultura

Los santuarios marianos más importantes de Alemania

Además de lugares "clásicos" de peregrinación, en Baviera y en Renania, las regiones tradicionalmente católicas del país, actualmente están experimentando un notable impulso dos santuarios situados en el territorio de la extinta RDA.

José M. García Pelegrín·7 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

A diferencia de otros países, que cuentan con un santuario nacional reconocido, como Guadalupe, El Pilar o Aparecida, en Alemania no existe un lugar de peregrinación considerado nacional. Si acaso, Altötting, el principal lugar de peregrinación del país, y santuario “nacional” de Baviera. La figura de la Virgen negra de madera de tilo ha sido objeto de peregrinación desde el siglo XIV. Hoy en día, más de un millón de personas continúan peregrinando a Altötting cada año.

Altötting

Su historia se remonta al año 700, cuando se construyó un baptisterio en el lugar. Según la tradición, Ruperto de Salzburgo trajo a Altötting una primera imagen de la Virgen María. Los sucesores de Carlomagno, en el siglo IX, construyeron un monasterio y una basílica, que fueron destruidos en los ataques húngaros. Tras dos curaciones milagrosas en el siglo XIV, la afluencia de peregrinos superó las dimensiones de la pequeña Capilla de la Misericordia, lo que llevó a la construcción de una iglesia abacial gótica en el siglo XV. Hoy en día, la Plaza de la Capilla incluye la capilla original, la abadía, la iglesia barroca de Santa Magdalena, la Congregación de Hombres Marianos y las oficinas del Rector.

Además de emperadores, reyes y nobles, en 1980 rezó aquí el Papa Juan Pablo II. En 2006, Benedicto XVI peregrinó a Altötting y depositó ante la imagen el anillo episcopal que había llevado hasta su elección como Papa. Con todo, Altötting es un santuario para el pueblo llano, como reza un proverbio bávaro: “De la puerta de cada casa parte un camino a Altötting”.

La Virgen milagrosa de Neviges

En Renania, la otra región mayoritariamente católica de Alemania, hay numerosos santuarios marianos como la Virgen Negra (“Schwarze Muttergottes”) en la Kupfergasse, en pleno centro de Colonia, o el de Neviges, también en la diócesis de Colonia. Este último es lugar de peregrinación desde 1681 y tiene la particularidad de que el objeto de la peregrinación, la “Virgen milagrosa de Neviges”, es una página extraída de un libro de oraciones, con un grabado de la Inmaculada Concepción; el libro se publicó por primera vez en 1660;

la imagen procede de la edición de 1664, en la que la imagen ocupaba la página 254. A principios del siglo XX se le conocía como el “Lourdes alemán” por el elevado número de peregrinaciones. La construcción de la iglesia moderna actual tuvo lugar entre 1966 y 1968, diseñada por el arquitecto Gottfried Böhm. El cardenal Karol Wojtyła visitó Neviges junto a otros obispos alemanes y polacos el 23 de septiembre de 1978, 23 días antes de su elección como Juan Pablo II.

Kevelaer

Sin embargo, el santuario mariano más conocido de esta región es Kevelaer, en la diócesis de Münster. Juan Pablo II también visitó este lugar, en 1987, acompañado por el Cardenal Joseph Ratzinger y la Madre Teresa de Calcuta, con motivo del Congreso Mundial Mariano. Su origen se remonta a la Navidad de 1641, cuando el comerciante Hendrick Busman oyó una voz misteriosa mientras rezaba junto a una cruz, que le dijo: “¡Me construirás una capilla en este lugar!”. Unos meses más tarde, su mujer Mechel Schrouse tuvo una aparición: en una gran luz resplandeciente vio una santa casa con una pequeña imagen de la Santísima Virgen María “Consolatrix Afflictorum” de Luxemburgo, que dos soldados le habían ofrecido en venta tiempo atrás. Hendrick Busman vio confirmada así su experiencia y pidió a su esposa que localizara a los dos soldados y comprara los cuadros. Ella consiguió comprar uno de ellos. El mercader construyó la capilla y, el 1 de junio de 1642, el párroco Johannes Schink de Kevelaer colocó la imagen solemnemente. Desde la aprobación diocesana, en 1647, comenzaron las peregrinaciones y también los relatos de curaciones milagrosas, que se extienden hasta mediados del siglo XIX. Actualmente, el santuario recibe alrededor de 800.000 peregrinos al año.

Eichsfeld

Además de estos santuarios “clásicos”, y de varias docenas de lugares de peregrinación de alcance regional, recientemente están han ganado popularidad dos santuarios situados en el territorio de la antigua RDA.

El 23 de septiembre de 2011, durante su último viaje a Alemania como Papa, Benedicto XVI visitó el santuario mariano de Etzelsbach, dentro de la región turingia de Eichsfeld, una especie de “isla católica” que, como recordaba Benedicto, había resistido a “dos dictaduras impías que intentaron arrancar la fe tradicional”. En el santuario de Etzelsbach, “las personas de Eichsfeld estaban convencidas de encontrar aquí una puerta abierta y un lugar de paz interior”, continuó diciendo Benedicto XVI.

La primera capilla de Etzelsbach, actualmente perteneciente a la diócesis de Erfurt, probablemente se construyó en el siglo XV. En 1525, debido a la Guerra de los Campesinos, la peregrinación se interrumpió y no se reanudó hasta el año de la peste de Eichsfeld de 1555, aunque empleando un altar portátil, ya que la capilla seguía muy deteriorada. Hasta 1801 no se construyó una nueva capilla en el lugar de la antigua. Sin embargo, como la peregrinación era muy popular y la capilla no podía acoger el flujo de peregrinos, en 1898 se construyó y consagró la iglesia que todavía existe hoy, según los planos del franciscano Paschalis Gratze.

Una particularidad es la “peregrinación a caballo” anual, que tiene lugar el segundo domingo después de la Visitación de la Virgen María, y que atrae a muchos peregrinos; después de la Misa mayor de la romería son bendecidos los caballos. Además, tanto en agosto como septiembre se celebran tres peregrinaciones tradicionales (Virgen de las Nieves, la Asunción y la Natividad de la Virgen María).

Neuzelle

El otro santuario, en la antigua RDA, es Neuzelle, no lejos de la desembocadura del río Neisse en el Oder, que conforma la frontera germano-polaca. Allí, en septiembre de 2018, se constituyó un Priorato dependiente de la Abadía cisterciense de Heiligenkreuz (Santa Cruz) en Austria, tras 200 años desde que los cistercienses, en 1817, tuvieron que abandonar Neuzelle, el único monasterio masculino que, en esta región, había sobrevivido la Reforma protestante.

La imagen de Nuestra Señora de Neuzelle refleja la historia de este santuario: es una imagen gótica, a la que en la época barroca –la iglesia, tras los destrozos sufridos durante la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), fue restaurada en el estilo del Barroco típico del sur de Alemania, algo poco frecuente en estas latitudes– se añadió un manto y se situó en el centro del retablo. Neuzelle es el lugar oficial de peregrinación de la diócesis de Görlitz, la más pequeña de Alemania, que cuenta tan sólo con un cuatro por ciento de población católica.

Actualidad

Xabier Gómez: «El futuro de la Iglesia católica en España es de mestizaje y esto muestra la catolicidad”

La Iglesia española es ya un muestrario de nacionalidades y culturas diversas, no sólo en sus fieles sino también entre sus pastores y, en especial, en la vida consagrada. Una realidad que muestra “la catolicidad de la Iglesia y es una buena noticia” en palabras del  director del departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, el dominico Xabier Gómez.

Maria José Atienza·6 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

El cardenal arzobispo de Madrid. Mons. José Cobo; el director del departamento de Migraciones de la CEE, Xabier Gómez; y Melania Flores, peruana, de la parroquia San Millán y San Cayetano de Madrid han sido los encargados de presentar la Exhortación pastoral: «Comunidades acogedoras y misioneras. Identidad y marco de la pastoral con migrantes».

Este documento, elaborado analiza la realidad de la numerosa presencia de personas migradas en la sociedad española y propone “renovar una pastoral con migrantes concreta que abarque todas las dimensiones pastorales”. 

Una de cada cinco personas que viven en España son migrantes. Con este elocuente dato comienza la Exhortación pastoral: «Comunidades acogedoras y misioneras. Identidad y marco de la pastoral con migrantes» presentado en la sede de la Conferencia Episcopal Española. Durante la presentación, el cardenal arzobispo de Madrid ha destacado que se trata de un documento fruto de un trabajo apasionante. 

En este sentido, el cardenal Cobo ha recordado el documento de 2007, que “ha sido la pista de aterrizaje de otros posteriores”, pero el “Magisterio de los últimos años incorporaba novedades muy válidas para una nueva reflexión” que han dado lugar a este nuevo documento para el que además, se ha contado con los delegados y delegadas de las diócesis y las opiniones de los obispos. Se trata de dar “una mirada del Evangelio a la migración, una mirada distinta: la del ser humano en la dignidad que Dios le ha dado”. 

El cardenal ha destacado que “la Iglesia tiene una gran oportunidad: mostrar al mundo que la integración es posible”. En este sentido, ha puntualizado que este documento pone la mirada en el migrante como un elemento de enriquecimiento.

Valorar al migrante frente al miedo

Xabier Gómez por su parte ha querido resaltar que este documento aborda “el tema de la identidad. La identidad de un católico pasa por la identificación, ¿con quien me identifico?”. Para el director del departamento de Migraciones de la CEE “el documento parte de un reconocimiento de la aportación de las personas migrantes a la sociedad y es una alternativa de valorización de estas personas frente a los discursos de rechazo o miedo”.

“Necesitamos reconstruir vínculos, redescubrir el valor de la hospitalidad junto a otras actividades con futuro” ha añadido Gómez. 

En relación al creciente porcentaje de personas migradas, no sólo entre los fieles de las parroquias sino entre el clero y la vida religiosa, Xabier Gómez ha afirmado que “el futuro de la Iglesia católica en España es de mestizaje. Esto muestra la catolicidad de la Iglesia y es una buena noticia”.

Al lado de los vulnerables

En relación a la denuncia que el documento hace de los CIE en España, el director del departamento de Migraciones de los obispos españoles, Xabier Gómez, ha recordado que no se trata de una petición nueva y que la” Iglesia tiene una misión de incidencia política, tenemos unos criterios que compartimos con la sociedad, y venimos con una trayectoria en la que se expresa nuestro posicionamiento: Siempre al lado de las personas vulnerables”.

Además, la presentación ha contado con el testimonio de Melania Flores, peruana afincada en España que desarrolla labores de acogida a personas migrantes en el madrileño barrio de Lavapiés a través de los proyectos “Educadores en la calle” y “Talleres de primeros pasos” que se desarrollan en su parroquia 

El documento, que fue aprobado en la última Asamblea Plenaria de los obispos españoles, tiene un marcado carácter práctico y quiere “servir aquellos que quieren trabajar con migrantes y, en especial, que ayude a ver a cada migrado, a cada persona, como es y acogerlo”. 

Evangelio

Levantar el corazón. Solemnidad de la Ascensión del Señor (B)

Joseph Evans comenta las lecturas de la Solemnidad de la Ascensión del Señor (B) y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·6 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Un peligro al que nos enfrentamos es ver la Ascensión como una mera anécdota sobre la vida de Jesús y como algo irrelevante para nuestras vidas, un poco como el final de un bonito cuento: “Todos vivieron felices para siempre”. Y luego te olvidas del cuento y sigues con la vida real.

Pero el acontecimiento de la Ascensión de Jesús es absolutamente esencial para nuestra propia vida: para nuestra vida eterna y para nuestra vida cotidiana. Es esencial para nuestra vida eterna porque la Ascensión de Jesús nos enseña un hecho clave: la humanidad tiene un lugar en el cielo. Podemos entrar en el cielo con nuestra alma y nuestro cuerpo porque Jesús lo hizo; y Él está allí con su alma y su cuerpo, como hombre y como Dios, ahora. Gracias a Él y en Él, por su Ascensión, nosotros, seres humanos de carne y hueso, podemos esperar llegar al cielo tal como somos, no como ángeles que no somos, sino como humanos, con esos cuerpos glorificados que recibiremos al final de los tiempos.

Y la Ascensión es una realidad que debe afectar también a nuestra vida cotidiana. Si queremos ascender al cielo en el momento de la muerte, tenemos que intentar ascender a Dios todos los días de nuestra vida. Cada día tiene que ser una ascensión. No podemos esperar subir a Dios cuando muramos, si durante toda nuestra vida sólo hemos estado mirando hacia abajo, hacia las cosas de la tierra. “Levantemos el corazón”, nos dice el sacerdote en Misa, y nosotros respondemos; “Lo tenemos levantado hacia el Señor”. Pero, ¿lo hacemos?

En el Evangelio de hoy, Jesús nos enseña que, por el poder de su Ascensión, podemos expulsar demonios, tener el don de lenguas, coger serpientes, salir ilesos de venenos mortales y curar a los enfermos. No se trata de hacernos presumir neciamente, sino de enseñarnos que la gracia que Cristo nos envía desde el cielo tiene realmente poder en la tierra.

¿Cómo ascendemos a Dios en la vida cotidiana? Sobre todo, deseando más a Dios, pasando de una visión terrena a una visión ascendente. Esto se traduce en acciones prácticas diarias: hacemos que el cielo sea más nuestra ambición que el éxito terrenal; buscamos la gloria de Dios más que la nuestra propia; buscamos el tesoro en el cielo más que la riqueza en la tierra; aspiramos más a la belleza real de la virtud y el amor -a Dios y al prójimo- que a la belleza vacía de la ropa y el aspecto físico. Es al recibir la Eucaristía cuando Dios más nos lleva hacia sí. En la confesión, nos liberamos de los pecados que nos oprimen. En la oración diaria, nuestro corazón asciende hacia el Señor. Mediante la lectura espiritual y la meditación de la Escritura, el Espíritu Santo nos ayuda a dirigir nuestra mirada al cielo.

La homilía sobre las lecturas de la Solemnidad de la Ascensión del Señor (B)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Actualidad

“Dios nos ama como amigos”, resalta el Papa Francisco este domingo

En el Regina coeli de este domingo VI de Pascua, el Papa Francisco ha comentado el evangelio de San Juan en el que Jesús manda el amor de unos con otros. El Santo Padre ha manifestado que Dios “nos ama como amigos”, y los amigos quieren siempre el bien y perdonan. El Santo Padre se ha unido a los hermanos ortodoxos y a las iglesias católicas orientales, que hoy celebran la Pascua, y ha rezado por la paz.  

Francisco Otamendi·5 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

El evangelio de San Juan (15, 9-17), en el que Jesús predica el mandamiento de amarnos unos a otros, “como yo os he amado”, ha sido el motivo de la reflexión del Papa Francisco en el Regina coeli de este VI domingo de Pascua.

“Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos […], a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer”. Así se puede leer en un fragmento de este evangelio, y el Papa se ha referido a ello.

“Hoy el Evangelio nos cuenta que Jesús dijo a los Apóstoles: ‘Ya no os llamo siervos, sino amigos’”, ha comenzado el Papa. “¿Qué significa esto? En la Biblia, los ‘siervos’ de Dios son personas especiales, a las que Dios confía misiones importantes, como Moisés, el rey David, el profeta Elías, hasta la Virgen María (cf. Lc 1,38). Son personas en cuyas manos Dios pone sus tesoros”.

Nuestros amigos, la amistad

“Pero todo esto no basta, según Jesús, para decir quiénes somos para Él: se necesita algo más, algo más grande, que va más allá de los bienes y de los planes mismos: se necesita la amistad”, ha proseguido. “Pensemos por un momento en nuestros amigos, ¡y demos gracias al Señor! La amistad no es fruto del cálculo, ni de constricción: nace espontáneamente cuando reconocemos algo de nosotros mismos en la otra persona. Y, si es verdadera, es tan fuerte que no decae ni siquiera ante la traición”.

“El amigo ama en toda ocasión –dice el Libro de los Proverbios-, como nos muestra Jesús cuando a Judas, que lo traiciona con un beso, le dice: ‘¡Amigo, para eso estás aquí!’. “Un verdadero amigo no te abandona, ni siquiera cuando cometes un error: te corrige, puede reprenderte, pero te perdona y no te abandona”.

“Somos amigos de Jesús”

“Y hoy Jesús, en el Evangelio, nos dice que para Él somos precisamente eso, amigos: personas queridas más allá de todo mérito y expectativa, a las que Él tiende la mano y ofrece su amor, su Gracia, su Palabra; con las que comparte lo que le es más querido, todo lo que ha escuchado del Padre (cf. Jn 15,15). Hasta el punto de hacerse frágil para nosotros, hasta ponerse en nuestras manos sin defensa ni pretensiones, porque nos ama, quiere nuestro bien y quiere que participemos del suyo”. 

“Para Él somos sus amigos, y nos ama como amigos. Que Maria nos ayude a crecer en la amistad con su Hijo, y a difundirla a nuestro alrededor”, ha concluido el Pontífice.

Pascua de los ortodoxos y diálogo por la paz 

Tras el rezo del Regina coeli desde la ventana del Palacio Apostólico, y ante miles de romanos y peregrinos que se han congregado en la Plaza de Pedro,  el Papa se ha unido a la alegría de la celebración de la Pascua de nuestros hermanos ortodoxos y de las iglesias católicas orientales.

También ha rezado por los fallecidos en las inundaciones en Rio Grande do Sul (Brasil), y por sus familiares, en unión con toda la Iglesia en Brasil. Y ha rogado “para que haya paz” en las guerras de “la martirizada Ucrania”, y en Tierra Santa, Israel y Palestina. “No a la guerra, sí al diálogo”, ha repetido al menos en dos ocasiones.

Frascisco ha saludado asimismo a parroquias italianas en las que los jóvenes reciben el sacramento de la Confirmación, y ha mencionado también un saludo a Human Life International, y a la Asociación Meter, comprometida en la lucha contra cualquier forma de abuso contra menores.

El autorFrancisco Otamendi

Iglesia en femenino y en masculino

Abordar el papel de la mujer en la Iglesia, así como su participación en las tareas de gobierno es una cuestión abierta desde hace tiempo.

5 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Abordar hoy de la presencia de la mujer en la vida de la Iglesia, así como de los modos y grados de su participación en las tareas de gobierno, no es simplemente cuestión de sintonía con las prioridades de la mentalidad general. Al contrario, es una cuestión abierta desde hace tiempo, que tanto el Papa Francisco como el Sínodo en curso han querido que figure en primer plano también en el contexto eclesial.

Lo que no sería adecuado es analizarla de acuerdo con premisas puramente humanas, o análogas a las que rigen el orden civil. Sería tan reduccionista como pretender sin más una “sustitución” del varón por la mujer en el desempeño de determinadas tareas. Lo mismo sucedería si se limitara esta reflexión al acceso o no al sacramento del orden, reservado por Jesucristo mismo a los varones: no ayudaría a resolver las cuestiones que, cada día, la vida de la Iglesia plantea en el mundo.

Es adecuado reconocer que en no pocas ocasiones las mujeres en la Iglesia han sido miradas con luces de corto alcance, confinando su papel a un nivel secundario o subsidiario; puede haber sucedido por una manera de hacer más o menos inconsciente, o también como expresión de una concepción incompleta o incluso negativamente paternalista. Al mismo tiempo, ocurre también que entre algunas mujeres dentro de la Iglesia han calado más los parámetros políticos que los propiamente eclesiales, haciendo de una petición justa -la de una consideración igualitaria de la mujer en términos de responsabilidad- una lucha ideologizada, en la que la petición del acceso al sacramento del orden sacerdotal emerge de manera continua.

Son interesantes, en este ámbito, las reflexiones y experiencias de diversas mujeres que, en distintos ámbitos de trabajo -las mil formas de la vida corriente, la comprensión de la responsabilidad de cada uno en la misión común, el servicio en instituciones de la Iglesia, también en las vaticanas, la familia, la docencia, las iniciativas rurales- dan a entender la enorme riqueza que ese “genio femenino” del que hablaba san Juan Pablo II y que aportan a la Iglesia, día a día, millones de mujeres en todo el mundo. 

La Iglesia no se entiende sin la mujer, y no se entiende sin el varón. La misma complementariedad de ambos -que muestran características de su mismo Creador- es la que ha de guiar una relación de igualdad y respeto que, con un trabajo continuo, será la única manera de llevar a cabo la misión que a todos, hombres y mujeres, ha sido encomendada. 

Por eso, abordar esta diversificada y preciada presencia de la mujer en la Iglesia constituye un trabajo siempre actual y necesario, de la mano del cual van emergiendo cuestiones fundamentales para la vida de todo católico, como la vocación y misión de los laicos, la comprensión del ministerio como servicio, la dignidad inviolable e infinita de todo ser humano, la riqueza de la diversidad de los dones, así como la necesidad de superar esquemas y estructuras puramente humanos para adentrarse en el misterio  de la Iglesia.

El autorOmnes

Libros

“Para Ignacio Echeverría, Dios siempre fue importante”

La editorial Palabra ha publicado una biografía sobre Ignacio Echeverría, "El héroe del monopatín". En esta entrevista, hablamos sobre Ignacio con los autores, la editora Julia Moreno y Javier Segura, director del musical Skate Hero.

Loreto Rios·5 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

Siete años después de su fallecimiento, el legado de Ignacio Echeverría, el hombre que se enfrentó a los terroristas en un atentado en Londres armado solo con su monopatín, sigue vigente. Recientemente se ha estrenado el musical Skate hero, que narra las últimas horas de la vida de Ignacio.

El héroe del monopatín

Autores: Julia Moreno y Javier Segura
Editorial : Palabra
Páginas : 168
Madrid: 2024

La editorial Palabra se ha sumado a estos reconocimientos con la biografía El héroe del monopatín, prologada por los padres del protagonista. En Omnes hemos tenido la oportunidad de entrevistar a los autores, la editora Julia Moreno y Javier Segura, director del musical.

¿Cómo surgió la idea de hacer una biografía sobre Ignacio Echeverría?

Julia Moreno: La idea de escribir este libro nace cuando Javier estaba haciendo el musical “Skate Hero”, que cuenta las últimas 24 horas de la vida de Ignacio. Hasta entonces, como es evidente, lo que la gente conocía de él era su muerte, pero Javier pensó que era el momento de contar su vida. Justo yo le dije que acababa de empezar un máster de edición de libros y me propuso adentrarme en el mundo de Ignacio y reconstruir su vida sobre las páginas.

¿Cómo ha sido el proceso de investigación para escribir este libro?

Julia Moreno: Todo a través de entrevistas en persona, por escrito y por teléfono. También han sido una fuente importante las cartas que escribieron personas cercanas a Ignacio tras su muerte. Con toda esta información se ha tratado de buscar la máxima objetividad en todo momento, siempre con el desafío de tratar con cuidado el tema, ya que no podemos olvidar que se trata de un libro sobre una persona real, que existió de verdad y que tuvo una muerte trágica. Eso es algo que hubo que tratar con cuidado a la hora de contactar con las personas que formaron parte de su vida.

Después de hablar con personas que le conocieron, ¿qué semblanza sacáis del carácter de Ignacio?

Julia Moreno: Todos coincidían en que era una persona que luchaba por lo que creía justo sin ningún miedo. Le encantaba estar con sus amigos y con su familia. Le encantaba hacerse niño, cuando estaba con ellos era uno más y le querían mucho. Creo que en palabras de su gran amigo de toda la vida podemos descubrir cómo era: “Ignacio no era ningún suicida. Amante de la vida, de la naturaleza, de su familia, de sus amigos, de su trabajo, Ignacio no sabía que iba a morir aquella noche. Aquí reside precisamente su grandeza, en no saberlo, porque nunca lo iba a poder saber. En las personas normales, lo que vemos, lo procesamos, antes de actuar, por un filtro, como una especie de instinto de supervivencia, en donde se mezclan los miedos y temores más básicos, pero Ignacio lo procesaba por otro filtro distinto, el de si es justo o no. Así fue siempre y así quedará para la eternidad”.

Ignacio Echeverría ©OSV

¿Qué sabemos de su vida cristiana?

Julia Moreno: Para Ignacio, Dios siempre fue importante. Desde pequeño, sus padres le llevaron a Misa y, cuando fue creciendo, él mismo decidió seguir haciéndolo, e incluso tomó la iniciativa de llevar a sus sobrinos a catequesis para que hicieran la Primera Comunión en vistas de que, si no lo hacía él, podía peligrar que recibieran el sacramento. Esta firmeza en la fe en ocasiones le costó disgustos con su padre cuando este mostraba su desacuerdo con ciertos aspectos de la Iglesia que Ignacio defendía, porque ante todo sabía diferenciar entre la Iglesia y los pecados que cometen las personas que forman la Iglesia. Además, no tenía ningún miedo de confesarse católico incluso en lugares en los que sabía que esto no sería del todo bien recibido, como podía ser en ambientes de skaters o en viajes con sus amigos en los que los domingos ponía como prioridad ir a Misa, aunque tuviera que caminar bastante para encontrar una iglesia.

Javier Segura: Sin duda su fe configuró toda su vida. La rectitud moral o el deseo de ser radicalmente bueno nacía de su vida de fe. Hay mil detalles sencillos que nos hablan de eso. Su vivencia y la valoración de los sacramentos, su caridad con personas desconocidas, la oración del evangelio de cada día, la dirección espiritual, sus reuniones en Acción Católica en la parroquia, la catequesis que impartía en Inglaterra… Podríamos definirlo como una vida cristiana comprometida de un joven laico actual.

Las personas que habían sido atacadas antes de la intervención de Ignacio y sobrevivieron, ¿en algún momento han hablado de él o recuerdan lo que ocurrió?

Javier Segura: Hubo varias y distintas reacciones. Hay una pareja que estaba siendo atacada, los Dowling, que sobrevivió al atentado, que después del juicio se pusieron en contacto con Isabel, la hermana de Ignacio. Les querían dar las gracias ahora que sabían quién les había salvado, y les dijeron que se acordarían de Ignacio todos los días de su vida. No quisieron dar entrevistas, pero siguieron en comunicación con la familia de Ignacio y les fueron mandando fotos de su boda y de otros momentos desde Australia, donde vivían. Y también varios de los policías que intervinieron en el ataque estuvieron en contacto con la familia, se tomaron fotos o escribieron artículos en revistas sobre el tema.

Ha visitado a la familia en dos ocasiones la policía inglesa, quienes sienten gran admiración por Ignacio. Y yo añadiría que por su familia, pues mostró un gesto que le honra al no entrar en la corriente de difamación que surgió que sugería que la policía británica era la que había matado, por error, a Ignacio

¿Cómo fue la creación del musical “Skate Hero” y qué frutos ha dado?

Javier Segura: El musical surge en el entorno del grupo católico Milicia de Santa María fundado por el Venerable Tomás Morales S.I. Es un grupo apostólico de jóvenes que quieren llevar la fe a sus coetáneos. Desde hace unos años han venido trabajando este formato del musical como una herramienta útil para transmitir los valores del evangelio. Este es el cuarto musical de estas características. El primero fue con motivo del año de san Pablo, “Hijos de la libertad”, y posteriormente se hizo otro en el año de la misericordia, “Contigo”. Merecía contar y cantar la vida y el ejemplo de Ignacio Echeverría como un modelo de vida cristiana para los jóvenes de hoy.

¿De qué manera sigue inspirando hoy en día la valentía de Ignacio a la gente?

Javier Segura: Quizás a los primeros que ha inspirado es a los propios jóvenes que han realizado el musical. Tener que llevarlo a un escenario hace que acabes viviendo sus valores. Recuerdo con especial emoción la vez que lo representamos en Las Rozas, de donde era Ignacio, en que pudimos tener sobre el escenario el mismo monopatín que él utilizó en el atentado. Fue realmente conmovedor. Otro momento significativo fue cuando nos llamaron del programa Got Talent para estrenar temporada con la canción-oración ‘Dar la vida por amor’. Ver a Risto Mejide emocionarse con el ejemplo de Ignacio nos hizo ver que su mensaje de amor incondicional es universal.

Vaticano

Solidaridad cristiana y humana

El Papa Francisco indica que en la lectura del Evangelio descubrimos la actitud de Jesucristo hacia la vulnerabilidad humana. Él nos enseña a ponernos por entero, también en la actividad profesional, al servicio del prójimo.

Ramiro Pellitero·4 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 7 minutos

“¿Quién nos correrá la piedra del sepulcro?”, se preguntaban las santas mujeres. ¿Quién nos librará de los miedos y de las amarguras, del sufrimiento y de la muerte abriéndonos el camino de alegría y de la esperanza?, nos preguntamos nosotros. El tiempo de la Pascua actualiza la fuerza de Dios, la victoria de la vida sobre la muerte, el triunfo de la luz sobre las tinieblas, el renacimiento de la esperanza entre los escombros del fracaso. Y de esa manera, inaugura nuestro camino con Jesús resucitado. Es lo que el Papa ha predicado desde la vigilia pascual. Luego nos ha indicado cómo hacer nuestras las actitudes de Jesús hacia los demás: no sólo en relación con el sufrimiento y la vulnerabilidad de las personas, sino también en las tareas científicas y educativas, que deben realizarse como un servicio de solidaridad cristiana a la humanidad.

Acoger a Jesús resucitado

En su homilía de la vigilia pascual (30-III-2024), Francisco nos ha transportado al corazón de las mujeres que iban al sepulcro a la luz del amanecer. Su corazón sigue transido por la oscuridad de la noche, paralizado a los pies de la Cruz. Sus ojos apenas pueden ver, nublados por las lágrimas. Su pensamiento está bloqueado por una gran piedra: “¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?” (Mc16, 3). Pero al llegar, miran, y ven que ya había sido corrida. 

También nosotros, dice el Papa: “A veces sentimos que una lápida ha sido colocada pesadamente en la entrada de nuestro corazón, sofocando la vida, apagando la confianza, encerrándonos en el sepulcro de los miedos y de las amarguras, bloqueando el camino hacia la alegría y la esperanza”.

Pero Jesús ha resucitado, ha vencido a la muerte y ha llenado nuestra vida con la luz y la fuerza del Espíritu Santo.

Y por eso nos aconseja el sucesor de Pedroque miremos y acojamos a Jesús resucitado: “Mirémoslo a Él, acojamos a Jesús, Dios de la vida, en nuestras vidas, renovémosle hoy nuestro ‘sí’ y ningún escollo podrá sofocar nuestro corazón, ninguna tumba podrá encerrar la alegría de vivir, ningún fracaso podrá llevarnos a la desesperación”. “Mirémoslo a Él –insiste–, el Resucitado, y caminemos con la certeza de que en el trasfondo oscuro de nuestras expectativas y de nuestra muerte está ya presente la vida eterna que Él vino a traer”.

Jesús ante el sufrimiento humano

Quien mira a Cristo y vive con Él, camina con Él y participa de sus actitudes. En un Discurso a la plenaria de la Pontificia Comisión bíblica (11-IV-2024), el sucesor de Pedro nos exhorta a participar de las actitudes de Jesús, concretamente ante la enfermedad y el sufrimiento humano. 

Todos vacilamos bajo el peso de estas experiencias y debemos ayudarnos a atravesarlas viviéndolas ‘en relación’, sin replegarnos sobre nosotros mismos y sin que la rebelión legítima se convierta en aislamiento, abandono o desesperación”. 

Por la experiencia de los sabios y de las culturas, sabemos que el dolor y la enfermedad, sobre todo si los situamos a la luz de la fe, pueden convertirse en factores decisivos en un camino de maduración; pues el sufrimiento, entre otras cosas, permite discernir lo esencial de lo que no lo es. 

Sostiene el Papa que es sobre todo el ejemplo de Jesús el que muestra el camino, la actitud que hemos de tomar ante la enfermedad y el sufrimiento propio y ajeno, y traducirlo en pasos provechosos: “Él nos exhorta a cuidar a quienes viven en situaciones de enfermedad, con la determinación de superar la enfermedad; al mismo tiempo, nos invita con delicadeza a unir nuestros sufrimientos a su ofrecimiento salvífico, como semilla que da fruto”. Cuidar e intentar superar, unir y asumir.

Concretamente, señala Francisco, la visión de fe nos puede llevar a afrontar el dolor con dos actitudes decisivas: compasión e inclusión.

Compasión que asume

La compasión indica la actitud recurrente y caracterizadora del Señor ante las personas frágiles y necesitadas que encuentra. Al ver los rostros de tantas personas, ovejas sin pastor que luchan por encontrar su camino en la vida (cfr. Mc 6, 34), Jesús se conmueve.  Se compadece de la muchedumbre hambrienta y extenuada (cfr. Mc 8, 2) y acoge sin descanso a los enfermos (cfr. Mc 1, 32), cuyas peticiones escucha: pensemos en los ciegos que le suplican (cfr. Mt 20, 34) y en los numerosos enfermos que piden ser curados (cfr. Lc 17, 11-19); siente ‘gran compasión’ -dice el Evangelio- por la viuda que acompaña a su único hijo al sepulcro (cfr. Lc 7, 13). Gran compasión. Esta compasión se manifiesta como cercanía y lleva a Jesús a identificarse con el que sufre: ‘Estuve enfermo y fueron a visitarme’ (Mt 25, 36)”.  

Fijémonos bien: Jesús se conmueve, se compadece, se acerca hasta identificarse con el que sufre.

¿Qué nos revela esta actitud de Jesús? El modo de acercarse Jesús al dolor: no con explicaciones –a las que solemos tender–, o con ánimos y consuelos estériles, o con buenas palabras o un recetario de sentimientos, como se ven a veces en las historias de la Sagrada Escritura, como es el caso de los amigos de Job, que intentan teorizar el dolor vinculándolo con el castigo divino. 

La respuesta de Jesús es vital, está hecha de ‘compasión que asume’ y que, al asumir, salva al ser humano y transfigura su dolor. Cristo ha transformado nuestro dolor haciéndolo suyo hasta el final: viviéndolo, sufriéndolo y ofreciéndolo como don de amor. No dio respuestas fáciles a nuestros ‘porqués’, sino que en la Cruz hizo suyo nuestro gran ‘porqué’ (cfr. Mc 15, 34)”.

Así, señala Francisco, asimilando la Sagrada Escritura podemos purificarnos de ciertas actitudes equivocadas, y aprender a seguir el camino indicado por Jesús: “Tocar el sufrimiento humano con la propia mano, con humildad, mansedumbre y, serenidad para llevar, en nombre del Dios encarnado, la cercanía de un apoyo salvador y concreto. Tocar con la mano, no teóricamente”. Es claro y directo el Papa.

Inclusión solidaria

Sin ser una palabra bíblica, el término inclusión, puntualiza Francisco, expresa bien un rasgo sobresaliente del estilo de Jesús: ir en busca del pecador, del perdido, del marginado, del estigmatizado, para que sea acogido en la casa del Padre y curado totalmente, en cuerpo, alma y espíritu (por ejemplo, el hijo pródigo o los leprosos). Además, Jesús desea compartir con los discípulos esa misión y actitud de consolación: les manda que cuiden de los enfermos y los bendigan en su nombre (cfr. Mt 10, 8; Lc 10, 9; Lc 4, 18-19).

Por eso, a través de la experiencia del sufrimiento y de la enfermedad, nosotros, como Iglesia, estamos llamados a caminar junto a todos, en solidaridad cristiana y humana, abriendo, en nombre de la fragilidad común, ocasiones de diálogo y de esperanza”. Un claro ejemplo es la parábola del buen samaritano, que muestra “con qué iniciativas se puede rehacer una comunidad a partir de hombres y mujeres que hacen propia la fragilidad de los demás, que no dejan que se erija una sociedad de exclusión, sino que se hacen prójimos y levantan y rehabilitan al caído, para que el bien sea común” (encíclica Fratelli tutti, n. 67).

Identifica el Papa un principio clave: “La Palabra de Dios es un poderoso antídoto contra toda cerrazón, abstracción e ideologización de la fe: leída en el Espíritu en que fue escrita, acrecienta la pasión por Dios y por el hombre, desencadena la caridad y reaviva el celo apostólico”. Y por eso la Iglesia tiene una necesidad constante de beber –y dar de beber– en las fuentes de la Palabra.

Ante las personas con discapacidad 

Esas mismas actitudes de Jesús, cuidado e inclusión, debemos tenerlas, por ejemplo, ante las personas con discapacidad, como enseñó Francisco en su Discurso a la Academia de Ciencias sociales (11-IV-2024), teniendo en cuenta los factores sociales y culturales: “sus vidas están condicionadas no sólo por limitaciones funcionales, sino también por factores culturales, jurídicos, económicos y sociales que pueden obstaculizar sus actividades y su participación social”.

Como fundamento de estas actitudes está “la dignidad de las personas con discapacidad, con sus implicaciones antropológicas, filosóficas y teológicas”. 

Teniendo en cuenta que “la vulnerabilidad y la fragilidadpertenecen a la condición humana y no son exclusivas de las personas con discapacidad”, el Papa dirige nuestra mirada de nuevo hacia los relatos evangélicos:

En los numerosos encuentros de Jesús con estas personas, observa Francisco, podemos ver las actitudes que nosotros también hemos de cultivar. Jesús entra en contacto con ellos (no los ignora ni niega, ni los margina ni los descarta); también cambia el sentidode su experiencia vital, con “una invitación a tejer una relación singular con Dios que haga florecer de nuevo a las personas”, como vemos en el caso del ciego Bartimeo (cfr. Mc 10, 46-52).

La actual cultura del descarte y del despilfarro, lamenta el Papa, conduce fácilmente a estas personas a considerar la propia existencia como una carga para sí mismas y para los seres queridos. Y así esta mentalidad se abre a una cultura de la muerte, al aborto y la eutanasia.

Por una cultura de inclusión integral

Por eso, propone el sucesor de Pedro, “luchar contra la cultura del descarte significa promover la cultura de la inclusión –deben estar unidos–, crear y reforzar los lazos de pertenencia a la sociedad”, trabajar, sobre todo en los países más pobres, “por una mayor justicia social y por eliminar las barreras de diversa índole que impiden a tantos disfrutar de los derechos y libertades fundamentales”. Los resultados de estas acciones son más visibles en los países económicamente más desarrollados.

Entiende que esta cultura de inclusión integral se promueve más plenamente “cuando las personas con discapacidad no son receptores pasivos, sino que participan en la vida social como protagonistas del cambio”. Por eso sostiene que “subsidiariedad y participación son los dos pilares de una inclusión efectiva. Y bajo esta luz se comprende bien la importancia de las asociaciones y movimientos de personas con discapacidad que promueven la participación social”.

Enseñar y servir a la humanidad

Este caminar con Jesús resucitado, haciendo nuestras sus actitudes, se refleja incluso en la manera de enfocar las cuestiones históricas. Lo explicó el obispo de Roma en su Discurso al Pontificio Comité de Ciencias históricas, en su septuagésimo aniversario (20-IV-2024).

Tanto la Iglesia como los historiadores, observó, están unidos en la búsqueda y el servicio de la verdad. Y concretamente, como señalaba san Pablo VI, el vínculo entre la verdad religiosa y la verdad histórica es el hecho de que “todo el edificio del cristianismo, de su doctrina, de su moral y de su culto, todo reposa en definitiva sobre el testimonio” (Discurso 3-VI-1967). Añade Francisco que, desde el testimonio que los apóstoles dieron de Jesús resucitado, la Iglesia desea vivificar con este testimonio todas las culturas hasta construir con ellas la civilización del encuentro. 

Así lo proclamaba san Pablo VI al inaugurar la tercera sesión del Concilio Vaticano II el 14 de septiembre de 1964:“No se piense que (…) la Iglesia se detiene en un acto de complacencia de sí misma olvidando, de un lado, a Cristo, de quien recibe todo y a quien todo debe, y de otro, la humanidad, a cuyo servicio está destinada. La Iglesia se coloca entre Cristo y el mundo, no replegada sobre sí misma ni como diafragma opaco, ni como fin de sí misma, sino fervientemente solícita de ser toda de Cristo, en Cristo y para Cristo, y toda igualmente de los hombres, entre los hombres y para los hombres, humilde y gloriosa intermediaria”.

Así también los historiadores deben ser maestros y servidores de la humanidad.

Educación

Mark Lewis: «Mi objetivo es dejar la universidad mejor de lo que la encontré»

Este mes de mayo entrarán en vigor los nuevos estatutos de la Pontificia Universidad Gregoriana. Con este motivo, Omnes ha conversado con el padre Mark Lewis, rector de la Gregoriana desde septiembre de 2022.

Andrea Acali·4 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 7 minutos

Se acerca la fiesta de Pentecostés, el 19 de mayo, fecha en la que entrarán en vigor los nuevos estatutos de la Pontificia Universidad Gregoriana. Se trata de la institución académica más antigua y prestigiosa de la Iglesia. Fue fundada por san Ignacio de Loyola en 1551, como Colegio Romano, y en 1873, a instancias del Papa Pío IX, tomó su nombre actual. Hoy cuenta con casi 3.000 estudiantes procedentes de más de 125 países de todo el mundo. No sólo sacerdotes diocesanos, seminaristas, religiosos y religiosas, sino también, en más de un 21%, laicos. En 1928, el Papa Pío XI quiso asociar el Pontificio Instituto Bíblico y el Pontificio Instituto Oriental a la Gregoriana.

Conversamos con el padre Mark Lewis, originario de Miami, donde nació en 1959, profesor de Historia, rector de la Gregoriana desde septiembre de 2022, que nos recibe en su estudio de la Piazza della Pilotta, en el corazón de Roma.

¿Cuáles son las principales novedades de los nuevos estatutos y qué supondrán?

El cambio más importante es la unificación del Instituto Bíblico, el Oriental y la actual Gregoriana en una nueva universidad integrada, para facilitar sus tres misiones, con la organización de una economía de escala, una organización diferente de carácter administrativo, y con la reducción de puestos, por ejemplo un rector en lugar de tres.

¿Así que además de facilitar la misión de la universidad también habrá ahorros económicos?

Eso esperamos. Al principio probablemente no, porque hay costes de integración. Pero, por ejemplo, creemos que podemos ahorrar en compras. Por ejemplo, tenemos tres bibliotecas, que siguen con sus propios espacios, pero ahora hay cada vez más libros y revistas electrónicos, así que si podemos comprar una suscripción para todos será mucho más barato. También lo es tener un solo ecónomo, con compras centralizadas. Poco a poco creemos que llegaremos a este ahorro necesario.

Usted es rector de la Gregoriana desde hace año y medio. ¿Cuáles son los principales objetivos de su mandato?

Mi objetivo, lo dije nada más ser nombrado, es dejar la universidad mejor de lo que la encontré. Creo que el papel del rector es mirar al futuro, a diez años vista, porque el mundo universitario es muy lento, no se cambia de dirección inmediatamente, y hay que pensar cuáles son las necesidades del momento e ir en esa dirección. A principios de año utilicé una imagen robada al hockey, pero que también se puede aplicar al fútbol. Me hablaron de Messi, que ahora juega en Miami; dicen que en el primer tiempo se pasea por el campo y observa. Al cabo de un rato sabe más o menos dónde va a llegar la pelota. Y allí está. No es fácil, no digo que yo pueda hacerlo, pero este es el reto, pensar hacia dónde va la Iglesia, hacia dónde va el mundo y cómo podemos ayudar a ambos en el futuro. Ese es el objetivo.

¿Y las mayores dificultades?

Probablemente el hecho de que una institución académica como ésta, como ya he dicho, sea muy lenta, muy tradicional. Dicen que la oración y la Iglesia son las cosas más lentas en cambiar, ¡pero creo que el mundo académico está en el podio! Se trata de invitar a profesores y alumnos a pensar de otra manera. Es un reto, pero si lo conseguimos será algo bueno para el futuro.

La Gregoriana es la universidad pontificia más antigua. Forma a estudiantes de todo el mundo. ¿Cómo afronta hoy los retos de la cultura contemporánea y la globalización?

En 1551, cuando se fundó, se veía como un colegio, una universidad para todas las naciones; pero entonces era Europa: Alemania, Inglaterra, ésa era la frontera.
Luego, poco a poco, con el éxito misionero, llegó el mundo entero y ahora tenemos muchos países de los que vienen estudiantes. Esto es un reto: crear una comunidad universitaria con muchas culturas. Yo vivo aquí en la comunidad jesuita y aquí también venimos de todo el mundo: creo que nuestro ejemplo, el hecho de que seamos bastante felices juntos, es un buen modelo para todos, realmente vemos el mundo desde diferentes ángulos y esto también es muy importante para la universidad. Es importante que los estudiantes vengan a Roma y vivan esta experiencia en el centro de la Iglesia, pero también que, a través de sus compañeros, conozcan a toda la Iglesia.
Creo que quizá alguien que venga de Estados Unidos pueda conocer a otra persona que venga de Burundi, y entonces cuando oigan noticias de ese país puedan decir que conocen a una persona de ese lugar, lo que da un poco más de realidad a la historia y no sólo les hace pensar en un lugar lejano. Creo que esta forma de contextualizar es muy importante. El otro reto es enseñar teología a diversas culturas. Históricamente era en latín, era eurocéntrica, pero ahora tenemos que enseñar teología de la liberación de América Latina, teología que dialoga con muchas religiones orientales, y esta es necesariamente nuestra tarea. Me gusta porque somos “constitucionalmente” una universidad internacional. Oigo que muchas universidades de Estados Unidos quieren tener más estudiantes de todo el mundo, nosotros hemos sido así desde el principio.

¿Y cómo se afronta el descenso de la población y de las vocaciones?

Es otro reto porque hay un declive demográfico en Europa y Norteamérica, pero aquí es muy gradual porque acogemos a estudiantes de todo el mundo y hay países que se ven menos afectados por este fenómeno. Por ejemplo, cada vez tenemos más estudiantes de Brasil, y en Vietnam también hay muchas vocaciones, así que no nos afecta tanto como a algunos seminarios nacionales. Pero también hay que pensar que el número de seminaristas tiende a disminuir. El porcentaje de laicos no puede crecer mucho más, simplemente porque vivir en Roma es un poco caro para nuestros estudiantes. Tenemos italianos, podemos acogerlos bastante bien, pero es un poco más difícil invitar a alguien de países en vías de desarrollo. Podemos dar becas, pero no es suficiente para que muchos de ellos puedan vivir.

El Papa ha señalado el camino para una reforma de las universidades eclesiásticas y, en particular, ha pedido aquí en Roma una mayor colaboración y sinergia entre las universidades pontificias. ¿En qué punto se encuentran estos trabajos y cuáles son las perspectivas?

En febrero del año pasado, alumnos y profesores de los 22 institutos pontificios de Roma nos reunimos con el Papa y la imagen que más me gustó fue que cantáramos como coro, no como solistas. Ahora con esta integración de Pentecostés habrá dos menos. Pero claro, la otra cara de la moneda es buscar más colaboración.
Creo que es muy importante que CRUIPRO, la organización de los rectores de los distintos institutos pontificios, ya haya empezado antes a buscar situaciones en las que podamos colaborar. Por ejemplo, tenemos la posibilidad de intercambiar estudiantes entre universidades para los cursos del primer ciclo y esto les permite conocer más lugares de Roma y otra forma de estudiar.
Por supuesto, como jesuitas hemos hecho esta unificación y algunos dicen que es un modelo a seguir, pero es mucho más fácil cuando sólo hay un general, todos somos jesuitas, y ya es difícil de por sí, pero este es el reto para los demás. Sabemos que las seis universidades pontificias ya han empezado a reflexionar un poco sobre esto. Aún no sabemos cuál será el modelo, pero estamos dando pasos en esta dirección.

Usted ha enseñado en Estados Unidos, donde tuvo una experiencia diferente de la forma de enseñar. ¿Quiere hablarnos de ello? ¿Se puede aplicar este modo también aquí? Y en general, ¿cómo se puede innovar en la enseñanza manteniendo un alto nivel de calidad?

Es la prioridad de nuestro plan estratégico. Tuvimos una visita de Avepro, la agencia de evaluación de la calidad de las universidades pontificias, y decidimos que debemos intentar profundizar en la calidad de la enseñanza. No decir que somos buenos, sino estudiar y pensar en otros métodos de enseñanza. Estamos en proceso de crear un centro de enseñanza para nuestros profesores, que también estará abierto a algunos de nuestros estudiantes de doctorado para explorar otros métodos de enseñanza. Las universidades pontificias tienen una tradición muy fuerte, como el sistema italiano, de clases presenciales con un examen oral al final. Durante muchos años funcionó muy bien y la ventaja para el profesor es poder tener 40, 50 o 60 alumnos, pero en la era de la tecnología, en la que los estudiantes están mucho más acostumbrados a una enseñanza individualizada, tenemos que replanteárnoslo. Una de las cosas que probé en Estados Unidos, y también aquí hasta que tuve que dejar el curso, es darle la vuelta al aula. Estamos acostumbrados a ir al aula, escuchar la clase, volver a casa y hacer los deberes escritos. Con la inteligencia artificial esto es cada vez más problemático. Darle la vuelta significa hacer la clase en línea, con un examen de comprensión, que también puede ser electrónico y verificarse automáticamente, de modo que lleguemos al aula con preguntas, discusiones y también con deberes para hacer en pequeños grupos. Es una posibilidad, más intensiva desde el punto de vista del profesor, y sabemos que no todos seguirán esta modalidad, pero es mi intención explorar esta vía con el profesorado.

La colaboración y los intercambios, incluidos los internacionales, son un elemento importante del conocimiento y la difusión académicos. ¿Existe algún plan en este sentido? ¿Es posible llegar a una especie de Erasmus también para las universidades pontificias?

De momento, como saben, las becas Erasmus no están disponible para las universidades pontificias. Nosotros tenemos una red de universidades jesuitas y podemos aprovecharlo, y luego la Federación de Universidades Europeas tiene un programa de intercambio que también podemos aprovechar. Para nosotros, el principal obstáculo es que los seminaristas tienen que estar aquí para la formación sacerdotal. Los laicos también vienen para estar en Roma: al ser estudiantes internacionales, nos resulta un poco menos útil. Al mismo tiempo, acogemos a muchos que vienen de fuera, pero incluso ahí el reto es encontrar un lugar donde vivir. Es una pena que no tengamos una residencia como otras universidades, eso es una ayuda importante.

¿Cuál es la situación de la equivalencia de títulos con el Estado italiano?

Se han dado pasos adelante. Tendremos una reunión en el Dicasterio para la Educación en las próximas semanas, pero desde el concordato de Bolonia era muy importante para la Iglesia que las universidades formaran parte del sistema universitario europeo. Lo somos y no lo somos… por fin el Estado italiano ha empezado a reconocer la equivalencia de los cursos; no es un reconocimiento del título, pero te permite seguir adelante en las universidades estatales.

La Iglesia se prepara para vivir dos grandes acontecimientos mundiales: la segunda parte del Sínodo sobre la Sinodalidad y el Jubileo de 2025. La presencia de estudiantes de todo el mundo da a la Gregoriana la oportunidad de tener una visión muy amplia en esta perspectiva. ¿Cuál puede ser la contribución del mundo académico a estos dos acontecimientos?

Muchos de nuestros profesores participan en el Sínodo como miembros, expertos y facilitadores. Al principio de la sesión del año pasado hicimos una conferencia sobre teología sinodal, al final tenemos previsto hacer algo basado en esta experiencia. Creo que es una manera de abrir y cerrar el Sínodo con un sesgo académico y teológico. El Jubileo es una ocasión que me gusta mucho porque es una oportunidad para acoger a gente de todas partes. Estoy pensando en hacer algo aquí con algunas embajadas para compartir el arte y la experiencia de la Iglesia en su país, tal vez en el Cuadripórtico, para que en primer lugar celebremos el Jubileo pero también celebremos aquí, en el centro, la Iglesia presente en todo el mundo, aprovechando este movimiento de la periferia al centro. Sin olvidar que tenemos un diploma en patrimonio cultural que prepara guías que posiblemente puedan utilizarse en el Año Santo.

El autorAndrea Acali

-Roma

Vocaciones

Joseph Dinh Quang Hoan: “En Vietnam hay muchos jóvenes dispuestos a servir a la Iglesia”

Este sacerdote vietnamita de la diócesis de Thai Binh se encuentra en la actualidad en Roma, estudiando gracias a una beca de la Fundación CARF para poder así, llegar a formar a futuros sacerdotes en su país de origen.  

Espacio patrocinado·3 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

Procedente del norte de Vietnam, Joseph nació en una familia católica de varias generaciones la cual forma parte de una comunidad religiosa que cuenta con unos 100 cristianos. Cuando tenía 12 años, el ejemplo de un seminarista que llegó a su comunidad lo conmovió y le llevó a un discernimiento vocacional. Ahora, como sacerdote, quiere servir a la gente en la tierra donde nació y creció. 

¿Cómo es la convivencia con personas de otras religiones en Vietnam? 

—En la actualidad existen 54 grupos étnicos diferentes en Vietnam. Mi país tiene una larga historia de diversidad religiosa, con varias religiones y sistemas de creencias que coexisten desde hace siglos. Desde formas religiosas antiguas como el totemismo, el chamanismo y el animismo hasta el catolicismo, el budismo, el protestantismo y el islam. Este contexto histórico ha contribuido a una actitud relativamente tolerante hacia las distintas confesiones. Por eso tengo que decir que, aunque el cristianismo es una religión minoritaria, solemos participar en actividades sociales y caritativas que benefician a la comunidad en general, independientemente de nuestra afiliación religiosa. Esto fomenta una buena impresión de los demás sobre las comunidades cristianas, en particular la católica. 

Sé que esta situación es muy diferente en cada región de Vietnam. En mi caso, mi familia vivía en una pequeña comunidad cristiana en una ciudad pequeña y no tuvimos conflictos con nuestros vecinos que no comparten las mismas creencias. Además, estamos orgullosos de ser católicos, pero también respetamos las creencias de los demás. 

¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta la Iglesia católica en un país como Vietnam?

—Hoy en día, se puede decir que la Iglesia en Vietnam aún se enfrenta a muchos desafíos y dificultades en muchos aspectos, como la ideología atea, los prejucios ante los católicos, y la comprensión inexacta de la doctrina de la Iglesia. A pesar de las dificultades y persecuciones, la Iglesia en Vietnam está creciendo día a día.

Además, la economía de mercado y la teoría social relativista han hecho que muchos jóvenes católicos tengan pensamientos incorrectos, que les llevan a adorar los valores materiales y a olvidar la fe que nuestros antepasados transmitieron con su preciosa sangre. 

Creo que, sean cuales sean los retos a los que se enfrente, la Iglesia en Vietnam siempre será leal a la fe y a nuestra Madre Iglesia.

¿Cómo ve el futuro de la Iglesia en su país? 

—En Vietnam hay unos 7 millones de católicos, que representan el 7,4 % de la población total. Hay 27 diócesis (incluidas tres archidiócesis) con 2.228 parroquias y 2.668 sacerdotes, y la Iglesia en Vietnam crece rápidamente.

De hecho, el número de vocaciones en la Iglesia vietnamita es muy elevado. Muchos jóvenes están dispuestos a comprometerse en el camino religioso, convirtiéndose en sacerdotes y religiosos para servir en la tierra de Vietnam, así como para emprender misiones misioneras en todo el mundo. En mi diócesis de Thai Binh, una diócesis pequeña, tenemos actualmente cerca de 100 seminaristas y muchos religiosos, monjas y hermanos. Son el futuro de la Iglesia.

¿Qué aporta la formación que recibe en Roma a su ministerio?

—Venir a Roma a estudiar no es sólo mi sueño, sino el sueño de muchos creyentes vietnamitas. En mi diócesis se está construyendo el seminario mayor del Sagrado Corazón de Thai Binh, por lo que se necesitan profesores. Quiero estudiar todo lo que pueda para poder volver a servir a la formación intelectual en mi diócesis.

¿Qué es lo que más aprecia de su estancia en Roma?

—Viviendo y estudiando en Roma siento más claramente una Iglesia viva, multiétnica, multicultural y mutuamente respetuosa. Vivo en un colegio mayor para sacerdotes de muchos países diferentes. Esto me ayuda a comprender la integración cultural, la belleza de la fraternidad y el intercambio de conocimientos y experiencias pastorales.

Estoy muy agradecido a la Fundación CARF por hacer posible que estudie en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma. Siempre rezo y recuerdo a aquellos que me han ayudado en mi camino de vocación y de estudio.

Actualidad

La mujer en la Iglesia, tema de la revista Omnes de mayo

La revista impresa de mayo de 2024 aborda, gracias a diferentes colaboraciones y entrevistas, el papel de la mujer en la Iglesia y el debate sobre el sacerdocio femenino. Junto a ello, la Jornada Mundial de los Niños o el último Foro Omnes forman parte de esta revista.

Maria José Atienza·3 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

La mujer en la Iglesia es el tema que centra la revista de Omnes correspondiente al mes de mayo de 2024. Un acercamiento a la insondable riqueza que millones de mujeres otorgan a la vida de la Iglesia desde muy diferentes ámbitos.

Especial sobre la Mujer en la Iglesia

La presencia de la mujer en la Iglesia constituye un trabajo siempre actual y necesario, de la mano del cual van emergiendo cuestiones fundamentales para la vida de todo católico, como la vocación y misión de los laicos.

Este dossier de Omnes cuenta con entrevistas a dos mujeres que han estudiado este papel femenino en la Iglesia y lo han vivido en primera persona. En primer lugar, Marta Rodríguez Díaz, especialista en teorías de género y

profesora en la Facultad de Filosofía del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, donde coordina el área académica del Instituto de Estudios sobre la Mujer que destaca, entre otras cosas como las mujeres en la Iglesia tienen el reto de encarnar una feminidad luminosa, desde la que abrir a la Iglesia caminos proféticos que respondan a los signos de los tiempos hoy. Por su parte, María García Nieto, jurista y autora de La presencia de la mujer en el gobierno de la Iglesia. Perspectiva jurídica pone el acento en la necesidad de comprender bien el significado de una institución jerárquica como la Iglesia y el papel de laicos y laicas en su gobierno

Además del ejemplo de santas de todos los continentes y épocas, Omnes recoge en este dossier el testimonio de Lidia Quispe y Frankie Gikandi, una en el altiplano boliviano y la otra desde un área rural de Kenia, quienes con su trabajo diario, su colaboración en la comunidad y sus iniciativas construyen sociedad e Iglesia en las zonas remotas de nuestro planeta.

El teólogo Philip Goyret se adentra, además, en el eterno debate del sacerdocio femenino para completar este dossier sobre la mujer en la Iglesia.

Jornada Mundial de los Niños y el Papa en Pascua

La celebración de la primera Jornada Mundial de los Niños, convocada por el Papa Francisco para los días 25 y 26 de mayo es el epicentro del artículo que, desde Roma, escribe nuestro redactor, Giovanni Tridente, autor de una interesante entrevista a Fay Enzo Fortunato, que coordina junto a un equipo de colaboradores la organización de esta jornada. Este religioso destaca que esta primera jornada, será “una experiencia formativa para los pequeños y sus cuidadores, y un día histórico para la Iglesia. Uno de los actos significativos será, sin duda, el diálogo de los niños y niñas con el Papa Francisco en el estadio olímpico y, al día siguiente, la Santa Misa en san Pedro oficiada por el Santo Padre”.

Por su parte las Enseñanzas del Papa de este mes se centran en las palabras del Papa que, durante el mes de abril han girado en torno a las lecturas propias del tiempo Pascual y han puesto su mirada en la compasión a los más pobres y vulnerables o las personas con discapacidad.

Vietnam

La Iglesia en Vietnam, por su parte, abre la sección de mundo de esta revista. Una Iglesia marcada por el martirio -desde sus inicios y aún hoy-, y al mismo tiempo, por la férrea fe de los católicos vietnamitas y su cuidado para mantener vivo el legado de tantas personas que dieron su vida por la fe.

La fe en la Universidad y el Foro Omnes

La fe en la Universidad es el tema que Juan Luis Lorda aborda en Teología del siglo XX. Una relación intrínseca y no agostada ya que, como señala el autor, la teología tiene hoy un papel muy importante en la universidad, con la cual nació.

Por su parte, Jerónimo Leal, ofrece la carta que el Papa Clemente I escribió a los cristianos de Corinto para pacificar la sublevación de unos jóvenes contra los presbíteros o ancianos de la comunidad. Un interesante documento que contiene una alabanza a los corintios y advierte sobre la gravedad de la división y la envidia.

El Foro Omnes celebrado en colaboración con el Máster de Formación Permanente en Derecho Matrimonial y Procesal Canónico, de la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra, el pasado 15 de abril centra el reportaje de Razones de esta revista.

Además, Omnes cuenta en este número con la interesante reflexión de José Ramón Amor-Pan, Director académico Fundación Pablo VI, sobre el último documento emanado del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Dignitas Infinita.

El contenido de la revista correspondiente al mes de abril de 2024 está disponible en su versión digital (pdf) para suscriptores de las versiones digital y digital e impresa.

En los próximos días, además, llegará al domicilio habitual de quienes tengan la modalidad de suscripción impresa.

Mundo

El cardenal Pizzaballa pide mirar al rostro de Dios y al otro para construir la paz

El 2 de mayo, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca latino de Jerusalén, pronunció una conferencia en la Pontificia Universidad Lateranense en la que hizo un llamamiento a la paz en Tierra Santa.

Giovanni Tridente·3 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Al día siguiente de tomar posesión de la titularidad de la parroquia de Sant’Onofrio de Roma, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca latino de Jerusalén, fue invitado a pronunciar una Lectio magistralis en la Pontificia Universidad Lateranense, dentro del ciclo de estudios de Ciencias de la Paz y de la Cooperación Internacional del Instituto Pastoral Redemptor Hominis.

Una tragedia sin precedentes

Desde las primeras líneas de su discurso se percibió un grito de dolor y un llamamiento a la paz ante la trágica situación que desgarra Tierra Santa. «Lo que está ocurriendo es una tragedia sin precedentes», comenzó. «A la gravedad del contexto militar y político, que empeora cada vez más, se añade el deterioro del contexto religioso y social. Un panorama desolador».

Ante esta profunda crisis, en la que se están desintegrando incluso los escasos contextos de convivencia interreligiosa, el Patriarca llamó a la Iglesia a reafirmar su acción por la paz sobre dos pilares evangélicos fundamentales.

Mirar el rostro de Dios

El primero es «mirar el rostro de Dios», ya que la paz antes de ser un proyecto humano «es un don de Dios, es más, dice algo de Dios mismo». Citando el célebre discurso de Pablo VI ante las Naciones Unidas, el 4 de octubre de 1965, Pizzaballa reiteró que «el edificio de la civilización moderna debe apoyarse en principios espirituales, capaces no sólo de sostenerla, sino de iluminarla y animarla. Y para que estos principios indispensables sean tales, no pueden sino fundarse en la fe en Dios».

Mirar a el rostro del otro

El segundo pilar es «mirar al rostro del otro». Como explicó el Patriarca, «la paz, incluso a nivel antropológico, no es sólo convención social o ausencia de guerra, sino que se basa en la verdad de la persona humana». Sólo en el contexto del desarrollo humano integral y del respeto de los derechos humanos «puede nacer una verdadera cultura de la paz». Refiriéndose al filósofo Lévinas, insistió en que «frente al Otro, está en juego lo absoluto» y que «el mundo es mío en la medida en que puedo compartirlo con el Otro».

Ante el agravamiento de la situación y la inercia de las instituciones internacionales, «cada vez más débiles» e impotentes, el Patriarca destacó también la falta de liderazgos locales capaces de realizar gestos de confianza y de tomar «opciones valientes por la paz». Sin embargo, advirtió a la Iglesia y a todos los actores pastorales a distintos niveles que no cedan a la «tentación de llenar el vacío dejado por la política» entrando en dinámicas de negociación que no le pertenecen.

La única referencia es el Evangelio

La tarea de la Iglesia, reiteró con fuerza, es «seguir siendo ella misma, una comunidad de fe» cuya única «referencia es el Evangelio». Su misión es «crear en la comunidad el deseo, la disposición y el compromiso sincero de encontrarse con el otro, sabiendo amar a pesar de todo». Un camino que pasa por «la escucha de la Palabra de Dios» y el testimonio del misterio pascual de Cristo, «el único que ha derribado la barrera entre los hombres, el muro de la enemistad».

El autorGiovanni Tridente

Iniciativas

Rezar el Santo Rosario desde el santuario de Loreto

Todos los días a las doce del mediodía puede rezarse el Santo Rosario con los fieles que acuden al Santuario de la Santa Casa en Loreto, Italia.

Paloma López Campos·3 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Comenzado el mes de mayo, es habitual que los católicos recen con más frecuencia el Santo Rosario, una oración tradicional dedicada a la Virgen María. Algunos lo rezan solos, otros con su familia o amigos, pero también se puede rezar acompañado por los fieles que acuden al Santuario de la Santa Casa en Loreto, Italia.

A las doce del mediodía todos los días se retransmite en directo el rezo del Ángelus (o Regina Caeli) y el Santo Rosario. Cualquiera puede unirse en la práctica de esta devoción a través de YouTube, en la radio o desde la web de Vatican News.

La retransmisión para unirse al rezo del Rosario en Loreto comenzó en plena pandemia del COVID-19, el 6 de abril de 2020. Como informó entonces Vatican News, monseñor Fabio Dal Cin, arzobispo delegado pontificio, explicó que “la Santa Casa de Loreto nos invita a invocar a María, para no perder la esperanza en el Dios de la vida”.

¿Por qué en Loreto?

El Santuario de la Santa Casa en Loreto es un lugar especial para los católicos. Según la tradición, aquí se conserva la casa en la que la Virgen María recibió al arcángel san Gabriel en el momento de la Encarnación.

Esta casita en Tierra Santa empezó a peligrar en la época de las Cruzadas. Fue entonces cuando un miembro de la familia Angeli financió el traslado, trozo a trozo, del hogar de Santa María. En un primer momento la casa estuvo en Croacia, hasta que 1294 decidieron transportarla a Loreto, en Italia.

Este primer hogar de la Sagrada Familia tiene una importancia especial para los católicos. Por tanto, no es de extrañar que unirse al rezo del Santo Rosario en Loreto sea un buen modo de acercarse a la Virgen María.

Pinchando AQUÍ se puede acceder al canal de YouTube desde donde puede verse en directo el rezo del Santo Rosario y el Ángelus o Regina Caeli en Loreto. Los domingos lo habitual es unirse al Papa Francisco, que reza desde su ventana a las doce del mediodía con todos los fieles que se unan a la retransmisión o que estén en la plaza de san Pedro.

Fachada de la basílica de la Santa Casa de Loreto (Wikimedia Commons / Termauri)
Mundo

Etnias y religión en Turquía

Con este artículo, el historiador Gerardo Ferrara concluye una serie de tres estudios en la que profundiza en la cultura, la historia y la religión de Turquía.

Gerardo Ferrara·3 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 7 minutos

En un artículo anterior hablamos del Medz Yeghern (armenio: “gran mal”), el primer genocidio del siglo XX, una serie de campañas brutales llevadas a cabo contra los armenios étnicos, primero por el sultán Abdülhamid II, entre 1894 y 1896, y después por el gobierno de los Jóvenes Turcos, entre 1915 y 1916, que provocaron la muerte de aproximadamente un millón y medio de los dos millones de armenios que vivían en los territorios de la Sublime Puerta.

Armenios, kurdos y griegos: una espina clavada

A pesar de que los historiadores de todo el mundo están de acuerdo en la atrocidad y las cifras de este genocidio, Turquía se niega a reconocerlo y los intelectuales turcos que se atreven a hablar de ello en su país siguen corriendo grandes riesgos. Incluso el Premio Nobel de Literatura 2006 de Turquía, Orhan Pamuk, fue acusado de «vilipendio de la identidad nacional turca» en virtud del artículo 301 del Código Penal turco, que trata de la libertad de expresión (o, en este caso, de la falta de libertad de expresión), como cualquiera que se atreva a hablar de ello. Lo mismo le había ocurrido a Hrant Dink, periodista turco de origen armenio ya condenado en 2005 a seis meses de prisión por sus artículos sobre el genocidio armenio. Dink, cuya vida había sido amenazada en varias ocasiones, fue finalmente asesinado en 2007 cuando salía de la redacción de su periódico Agos (el juicio a su asesino sacó a la luz toda una serie de vínculos encubiertos entre el Estado, los servicios secretos y grupos ultranacionalistas en una organización secreta llamada Ergenekon que también estuvo presuntamente vinculada con el asesinato del padre Andrea Santoro en 2006).

Otra cuestión candente y sin resolver es la de los kurdos, un pueblo de habla indoeuropea (la lengua kurda está muy próxima al persa), que vive entre Anatolia oriental, Irán occidental, el norte de Irak, Siria, Armenia y otras zonas adyacentes, un área conocida generalmente como Kurdistán. Se calcula que los kurdos son hoy entre 30 y 40 millones.

Originariamente pueblo nómada, los kurdos se hicieron sedentarios tras la Primera Guerra Mundial (fueron inducidos por los Jóvenes Turcos a participar en los genocidios armenio, griego y asirio e instalarse precisamente en las propiedades de los deportados y asesinados), cuando los tratados internacionales pusieron fronteras al vasto territorio en el que hasta entonces se habían movido libremente para permitir la migración estacional de los rebaños. A pesar de que el Tratado de Sèvres, redactado en 1920 y nunca ratificado, preveía la creación de un Kurdistán independiente, el posterior Tratado de Lausana (1923) no volvió a mencionar el tema, y la patria histórica de los kurdos sigue dividida entre varios Estados, contra los que han surgido a lo largo del tiempo diversos movimientos separatistas kurdos.

Los ciudadanos turcos de etnia kurda siempre han sido discriminados por los gobiernos de Ankara, que han intentado privarles de su identidad cultural calificándolos de «turcos de montaña», prohibiendo su lengua (a veces calificada de simple dialecto turco) y prohibiéndoles vestir ropas tradicionales. Las distintas administraciones turcas también han reprimido -la mayoría de las veces violentamente- cualquier empuje autonomista en las provincias orientales (siguen, por ejemplo, interviniendo excluyendo a los candidatos pertenecientes a partidos kurdos en las elecciones locales, incluida la última de marzo de 2024), al tiempo que han fomentado la emigración de los kurdos hacia la parte occidental y urbanizada del país, con el fin de permitir una disminución de la concentración de esta población en las regiones montañosas y rurales.

A lo largo del siglo XX se produjeron varios episodios de insubordinación y rebelión de la población kurda y, en 1978, Abdullah Öcalan formó el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (conocido por su acrónimo kurdo, PKK), un partido de inspiración marxista cuyo objetivo declarado es la creación de un Kurdistán independiente.

Desde finales de la década de 1980, los militantes del PKK, activos principalmente en Anatolia oriental, han participado constantemente en operaciones de guerrilla contra el gobierno central y en frecuentes actos de terrorismo.

Los ataques del PKK y las represalias del gobierno se intensificaron en la década de 1980 hasta el punto de desencadenar una guerra civil en toda regla en el este de Turquía. Tras la captura del líder Ocalan en 1999, las actividades del PKK se redujeron drásticamente.

Desde 2002, debido a las presiones de la UE, Ankara autoriza el uso de la lengua kurda en las emisiones de televisión y la enseñanza. Sin embargo, Turquía sigue llevando a cabo operaciones militares contra el PKK, incluidas incursiones en el norte de Irak, hasta el día de hoy.

Los griegos de Anatolia

Antes de la Primera Guerra Mundial, los griegos eran una comunidad floreciente en Asia Menor, tierra que habitaban desde los tiempos de Homero. Se calcula que eran unos 2,5 millones, con al menos 2.000 iglesias ortodoxas griegas, sobre todo en Constantinopla, a lo largo de la costa del Egeo (especialmente en Esmirna) y en el Ponto (región septentrional de Anatolia, a lo largo de la costa del Mar Negro, cuya capital, Trebisonda, fue el centro del Imperio del mismo nombre, encabezado por la dinastía comnena, la última en caer bajo dominio otomano).

El auge del nacionalismo turco a principios del siglo XX exacerbó el sentimiento antigriego que ya se arrastraba en el Imperio otomano, hasta el punto de que el régimen de los Jóvenes Turcos, dirigido por los Tres Pashas (los masones Ismail Enver, Ahmed Jemal y Mehmed Talat) ordenó, y Enver fue el principal responsable de ello, los tres grandes genocidios (armenio, asirio y griego) precisamente para «limpiar» el Imperio de todas las minorías cristianas. Enver, ya responsable de la masacre de los armenios, declaró al embajador británico sir Henry Morgenthau que asumía toda la responsabilidad de la muerte de millones de cristianos.

En cuanto a los griegos, la catástrofe adoptó la forma de un genocidio abierto, en el Ponto, entre 1914 y 1923, cuando la población griega local fue masacrada o deportada, en marchas forzadas, a las regiones interiores de Anatolia y a Siria (un acontecimiento relatado en un hermoso libro escrito por la hija de una de las víctimas: “Not even my name”, de Thea Halo). Se calcula que al menos 350.000 griegos, aproximadamente la mitad de la población, perecieron, mientras que los supervivientes fueron deportados.

En Asia Menor, sin embargo, ocurrió lo que los historiadores griegos conocen como la «Catástrofe de Asia Menor», una serie de acontecimientos que condujeron al abandono definitivo de la región por parte de casi toda la población griega que había vivido, prosperado y habitado Jonia desde el siglo XI a. C.. Estos acontecimientos son, ante todo, la derrota de Grecia en la guerra greco-turca (1919-1922), con las masacres que siguieron, y el incendio de la gran ciudad de Esmirna (1922), en el que unos 30.000 griegos y armenios cristianos perecieron en las llamas o fueron arrojados al mar, mientras que 250.000 abandonaron definitivamente la ciudad destruida.

La consecuencia fue el intercambio de población entre Grecia y Turquía, sancionado por el Tratado de Lausana de 1923, que de hecho restableció las relaciones diplomáticas entre ambas naciones: de un millón y medio a tres millones de griegos se vieron obligados a abandonar territorio turco para instalarse en Grecia (según un censo griego de 1928, 1.221.849 refugiados de un total de 6.204.684 habitantes, ¡el 20 % de la población del país!), mientras que entre 300.000 y 500 turcos abandonaron Grecia para instalarse en Turquía.

Los judíos en Turquía

Antes de 1492, fecha de la expulsión de los judíos de España y Portugal, existía en Turquía una comunidad judía conocida como Romaniotas, por ser de cultura mixta greco-judía. Los judíos llegados de la Península Ibérica contribuyeron en gran medida a mejorar la situación económica y cultural de toda la comunidad.

A diferencia de los cristianos, en 1908, la comunidad judía de Turquía pareció experimentar una mejora de su condición con la revolución de los Jóvenes Turcos, pero hay que decir que, al menos hasta 1923, año de la proclamación de la República Turca, sólo muy pocos ciudadanos de confesión judía, a pesar de haber vivido durante siglos en el Imperio otomano tras ser exiliados de España, conocían la lengua turca, habiendo seguido hablando con orgullo su lengua materna, el judeoespañol, que aún hoy hablan unas pocas personas.

Entre altos y bajos, hasta la proclamación del Estado de Israel, la comunidad judía de Turquía siguió permaneciendo en el país hasta la emigración masiva, que vio cómo unos 33.000 judíos turcos se trasladaban al recién creado Estado judío sólo entre 1948 y 1952, debido a la creciente inestabilidad de su estado pero aún más a las expectativas de vida en el nuevo país. Hoy, de los aproximadamente 100.000 judíos presentes en Turquía en el siglo XIX, quedan unos 26.000 (la segunda comunidad judía más numerosa en un país musulmán después de Irán), concentrados en su mayoría en Estambul.

La minoría cristiana en Turquía

La importancia de Anatolia para el cristianismo es bien conocida. Allí, de hecho, nació san Pablo en Tarso; allí se celebraron los siete primeros concilios ecuménicos de la Iglesia; allí, tradicionalmente, vivió María, madre de Jesús, los últimos años de su vida (en Éfeso, donde se ha encontrado la que para muchos es la casa donde vivió con su discípulo Juan).

Sin embargo, si antes de la caída del Imperio otomano los cristianos sólo en Constantinopla eran cerca de la mitad de la población, y el 16,6 % en Anatolia, hoy sólo son 120.000 (0,2 %), una disminución dramática más que en cualquier otro país islámico, debida principalmente a los genocidios armenio, griego y asirio, las deportaciones masivas y los intercambios de población entre Grecia y Turquía. De ellos, 50.000 son armenios apostólicos, unos 21.000 católicos (entre latinos, armenios, sirios y caldeos), sólo 2.000 griegos ortodoxos, 12.000 sirios ortodoxos y 5.000 protestantes.

La vida de los cristianos en el país no siempre es fácil. De hecho, aunque en el Tratado de Lausana (1923) Turquía se había comprometido formalmente a garantizar la plena protección de la vida, la libertad y la igualdad jurídica de todos sus ciudadanos, independientemente de sus creencias religiosas, y «la protección completa de las iglesias, sinagogas, cementerios y otras instituciones religiosas de las minorías no musulmanas» (Art. 42, par. 3, línea 1), de hecho no ha reconocido ningún estatuto a sus minorías religiosas, salvo las armenias, búlgaras, griegas ortodoxas y judías (estas últimas, sin embargo, consideradas sólo «confesiones admitidas»). En consecuencia, las comunidades religiosas no islámicas no pueden poseer propiedades ni adquirirlas (sólo mantener iglesias, sinagogas, monasterios y seminarios que ya existían y estaban en uso en 1923, pero de hecho muchos bienes han sido confiscados y nacionalizados por el Estado turco). Desde que se abolió el régimen del millet, los líderes religiosos ya no pueden representar a sus respectivas comunidades (hasta 2011 no había ni un solo diputado cristiano en Turquía).

Hoy se habla de una creciente «cristianofobia» en Turquía, dado el número cada vez mayor de musulmanes que piden ser bautizados en alguna iglesia cristiana (un número bastante reducido en realidad, al menos oficialmente), en un país donde el islamismo, el nacionalismo o ambos están cada vez más de moda.

El autorGerardo Ferrara

Escritor, historiador y experto en historia, política y cultura de Oriente Medio.

Leer más

España, ¿una familia normal?

Actualmente, nos encontramos con una sociedad española bastante desesperanzada, como indican los índices de nuestra salud mental, y polarizada en dos mitades muy mal avenidas.

2 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

Hace tiempo oí a una madre reírse cuando me contaba que su hijo adolescente le decía de vez en cuando que le gustaría que fueran una “familia normal”. Con esto se refería a que le gustaría poder llegar cuando quisiera el fin de semana, usar el móvil sin control y cosas por el estilo, propias de la edad. Esto me llevó a pensar que esas “familias normales”, como las imaginaba el chico, no existen. En todas hay en mayor o menor medida problemas, alegrías, tristezas, errores, aciertos, grandezas, mezquindades, diversidad de caracteres, temperamentos, situaciones vitales, crisis, etc., así son las familias verdaderas.

El darle vueltas a esa figura me llevó a una visión de España como una gran familia, pero no esa familia utópica, sino una verdadera familia: con su historia, con sus aciertos y sus errores, con su diversidad de enfoques de la vida, con sus santos y sus criminales, sus miserias y sus grandezas, y también sus situaciones vitales y crisis. Como las familias, si quieren salir adelante y no saltar por los aires y a acabar a bofetadas o en el juzgado, las personas deben procurar pensar en el bien común y ver lo positivo de los demás, reconocer los propios errores y corregir con cariño y en el momento oportuno los de los demás.

España tiene una larga historia que se hunde en la profundidad de los tiempos donde ha habido de todo: esta familia ha sido celta e íbera, romana, visigoda, musulmana, sefardí y mudéjar y, ya monárquica y católica, llega por oeste, sur y este a América y a Filipinas alcanzando su máxima influencia, siendo madre de la gran familia hispana. Mientras por norte y este se libra la lucha por la independencia de los vecinos franceses (según cuentan, eso unió mucho a esta familia) que nos dejó independientes en la casa y no tanto en las ideas; y así nos llegó la Ilustración y la revolución francesa que aquí se llamó acertadamente “liberal”, de cuyos ecos la familia se convirtió en sendas repúblicas, en dos experiencias poco duraderas, con su intento de «modernizar España», intercaladas entre las dictaduras de Primo de Rivera y de Franco. Esos cambios no fueron incruentos, amables ni civilizados y las guerras internas fueron muchas, siendo la que más huella ha dejado en la familia que somos hoy, la llamada guerra civil.

Ya en paz desde entonces (sin olvidar las décadas de terrorismo de ETA, aunque cunda el olvido actual hacia sus víctimas) y con una transición que otras familias admiraron y admiran, la familia ha vivido en estos últimos 45 años de democracia donde la cultura y la educación ha sido diseñada por los llamados progresistas, con los breves paréntesis de gobiernos de los llamados conservadores, dedicados más estos últimos a la economía familiar y asumiendo en la práctica el liderazgo cultural de los que se sentaban a comer a la izquierda en la mesa común.

Pienso que todos los españoles podríamos intentar hacer, hoy y en adelante, un ejercicio como el que recomendaba al principio a los miembros de cualquier familia, intentando reconocer los errores propios y los ajenos, y tratar de corregirlos por igual, viendo lo positivo de los demás y tratando de buscar el bien común.

Voy a intentarlo (no sin riesgos y sin ánimo de ser exhaustivo):

Podemos reconocer que en los siglos de monarquía católica hubo grandes aciertos y errores. Entre los aciertos, destaco la expansión del cristianismo y de la visión de la dignidad humana propia de esta religión por el mundo, así como la creación de la universidad, las catedrales y tantas maravillas artísticas, la transmisión de la cultura a través de los códices, las obras de misericordia, etc. Entre los errores, claramente la mezcla de política y religión, la persecución y eliminación de los disidentes y heterodoxos, las guerras por motivos religiosos, el clericalismo, el encubrimiento de los abusos por preservar el prestigio de la institución, etc.

En la progresía liberal, entre los aciertos puedo ver unos nobles deseos de justicia social e igualdad y sana laicidad. Entre los errores, su creencia en que el fin justifica los medios, la persecución religiosa de la II República y la guerra civil, la consagración del derecho al aborto de miles de personas no nacidas, al suicidio mediante la eutanasia de los enfermos graves e incurables, a la llamada autodeterminación de género (que tanto daño irreversible está causando en jóvenes y adolescentes), el continuo descenso de la calidad y exigencia de nuestra educación, la convivencia e incluso complicidad con terroristas de distintas épocas, la colonización de las instituciones públicas, el sectarismo ideológico, el despilfarro del dinero de todos, etc.

En la parte conservadora liberal, entre los aciertos pienso que han gestionado con más austeridad la economía y entienden mejor que los ingresos deben estar equilibrados con los gastos para la sostenibilidad del sistema y desde la Constitución son más respetuosos con la libertad religiosa de los ciudadanos, así como también creen más en el estado de Derecho y en las leyes. Entre los errores, dejando atrás los 36 años de Franco (con sus fusilamientos, exilios de la posguerra y persecución de disidentes), pienso que está fundamentalmente no haber sido suficientemente firmes en la defensa de sus convicciones acertadas (la defensa de la vida de los no nacidos y enfermos terminales, la calidad de la enseñanza, la igualdad de los españoles sin privilegios regionales o económicos, etc.).

En los nacionalistas, veo entre sus aciertos la defensa de su lengua y su cultura propias. Entre sus errores, obviamente su simpatía o equidistancia con el terrorismo de ETA y su falta de colaboración y sensibilidad con las víctimas inocentes (todas) de tantos años de asesinatos, secuestros y extorsiones, su empeño en que antiguos asesinos tengan derecho a participar en la vida política de sus pueblos (algo distinto a la reinserción), su errónea convicción excluyente de ser superiores al resto de España y del mundo, su obtención de injustos privilegios por parte de los distintos gobiernos centrales (culpa compartida por conservadores y progresistas, por supuesto), etc. También podríamos incluir aquí el nacionalismo español en lo que comparte de excluyente de las virtudes de los demás países.

En la Iglesia, junto al bien inmenso que han hecho a lo largo de tantos siglos tantos pastores y fieles laicos, tantas instituciones religiosas, hay que reconocer abusos y en ocasiones un deficiente uso del gran potencial educativo de tantos colegios y universidades de la Iglesia que no han sabido o no han podido transmitir del todo a sus alumnos una verdadera formación cristiana con capacidad de transformar la sociedad para mejorarla.

Podríamos seguir con los reyes, los diversos gobiernos, los escritores, los artistas, los obispos y todos aquellos que forman parte o han formado parte de esta familia «normal» que es España. Pero me parece que con este pequeño resumen es suficiente para la pretensión de este modesto artículo.

Y ahora nos encontramos en el presente, con una sociedad española bastante desesperanzada, como indican los índices de nuestra salud mental, especialmente entre los jóvenes (y esto es algo no sólo debido a la pandemia sino a un problema cultural más de fondo, me parece) y de nuevo polarizada en dos mitades muy mal avenidas.

Quizá podríamos intentar vernos más como una verdadera y gran familia, con sus problemas y sus momentos felices y duros, reconocer nuestros errores y tratar de ver las virtudes de los demás. Podríamos tratar de aliarnos con todas las personas honradas de todas las ideologías para trabajar juntos por una España mejor que dejar a nuestros sucesores, que no parecen demasiado contentos con el país que les estamos dejando. No es cuestión de hacer leyes de la memoria sino de verdadera concordia.

Pienso en San Agustín cuando decía en su tan actual «La Ciudad de Dios» que «en medio de los paganos hay hijos de la Iglesia y dentro de la Iglesia hay falsos cristianos». No importan las etiquetas que nos pongan o nos pongamos, a nosotros o a los demás. Lo importante es la unión de todas las personas honradas que vivimos en España y queremos hacerlo verdaderamente mejor para todos. Es preciso no cansarse de hacer el bien y combatir el mal, en nosotros y en nuestra sociedad. Aliarnos con todos aquellos que sigan considerando que el pluralismo es sano siempre que se comparta un mínimo común ético: no se puede matar, mentir ni robar.

Mundo

Cardenal Bechara Boutros Rai: “La Iglesia sufre junto al pueblo libanés”

El Patriarca maronita de Antioquía y de todo Oriente es la figura cristiana más importante del Líbano y su rol es central en la vida pública de la sociedad. Omnes ha entrevistado al Cardenal Bechara Boutros Rai en un periodo difícil, pero clave de su historia actual.

Bernard Larraín·2 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 7 minutos

Puente entre oriente y occidente, entre islam y cristianismo, el Líbano es un país que reconoce 18 comunidades religiosas en su pequeño territorio, entre la montaña y el Mediterráneo.

En este mosaico de credos, la Iglesia maronita ha jugado un rol protagonista. Desde siempre unida al Papa, obispo de Roma, los cristianos maronitas son católicos de rito oriental y representan a la comunidad católica más numerosa e influente en el Medio Oriente. A su cabeza está el Patriarca maronita de Antioquía y de todo Oriente. Se trata de la figura cristiana más importante del país y su rol es central en la vida pública de la sociedad 

Desde el 2011, el Patriarca maronita es Su Beatitud Bechara Boutros Rai. Nacido en 1940, monseñor Rai es religioso de la orden mariamita, y fue ordenado sacerdote en 1967, consagrado obispo en 1986 y elegido Patriarca en 2011. En 2012, el Papa Benedicto XVI lo nombró cardenal de la Iglesia.

Su liderazgo a la cabeza de los maronitas se ha caracterizado por posiciones muy firmes respecto a la identidad y la unidad del Líbano y su neutralidad en el ámbito de las relaciones internacionales. 

Por su lugar tan especial en la historia de la humanidad y de la religión cristiana en particular, los Papas ha sentido al Líbano como a un país muy presente en su oración y en su preocupación. Joaquín Navarro-Valls, el histórico portavoz, consejero diplomático y amigo del Papa san Juan Pablo II, cuenta en sus memorias cómo el Papa polaco seguía con la cabeza y en el corazón en el país del Cedro durante los terribles años de la guerra civil, que incluso vio enfrentamientos entre grupos cristianos.

San Juan Pablo II fue quien dio al Líbano el nombre de “país mensaje”. El Papa Benedicto XVI realizo una histórica visita en 2012, y el Papa Francisco ha manifestado su voluntad de visitar al pueblo libanés y menciona muy frecuentemente al Líbano en sus discursos y oraciones. 

Durante décadas, el Líbano conoció un periodo de gran desarrollo cultural y económico que le mereció el apodo de “la Suiza del Medio Oriente”, pero ya hace varios años está enfrascado en una crisis política, social y económica sin precedentes.

A esta delicada situación, se ha sumado la guerra en la parte sur del territorio: desde el 7 de octubre de 2023, con el comienzo del conflicto en Palestina, las hostilidades recomenzaron en el sur del Líbano entre las milicias de Hezbollah e Israel. 

En este contexto, los cristianos del Líbano juegan un rol muy particular y el Patriarca Rai no ha dejado de alzar la voz recordando con fuerza la identidad libanesa. 

Situado a 25 kilómetros al norte de Beirut en la montaña libanesa, Bkerke es la sede Patriarcado Maronita desde 1823. En este histórico lugar con una increíble vista al Mediterráneo nos recibe Su Beatitud Bechara Boutros Rai. No es la primera vez que recibe a Omnes, ya que, en 2017, la entonces revista Palabra publicaba una entrevista con Su Beatitud. 

El Líbano atraviesa una crisis gravísima: hace más de un año que no se ha nombrado un Presidente de la República, la inflación ha alcanzado niveles nunca antes vistos, hay falta de servicios básicos y, desde el 7 de octubre 2023, la guerra amenaza en el sur del país. ¿Cuál es su diagnóstico sobre la situación?

–Lamentablemente, nuestro país está enfermo porque ha perdido el sentido de su misión en el mundo. Juan Pablo II decía que el Líbano más que ser un país, es un “mensaje”, y esta es su misión: la de mostrar al mundo que cristianos y musulmanes pueden y deben vivir juntos, como hermanos. La identidad de nuestro país es tan particular que un dirigente de un país árabe dijo “si el Líbano no existiese, habría que crearlo”. 

Hay dos principios importantes de la identidad libanesa: el principio de separación de la Iglesia y del Estado, y el de la multiplicidad cultural. 

Del primer principio se deduce el principio de ciudadanía: se es libanés no por religión o por etnia, sino a través de este principio: si se es ciudadano, entonces se es libanés. Esto implica que no se es cristiano, musulmán o druso y, en consecuencia, se accede a la ciudadanía. Este principio quedó consagrado desde la creación del Estado del Gran Líbano en 1920, y es esencial porque permite que cristianos y musulmanes vivan tranquilos, sin tener miedo a que los otros impongan su religión en la vida política. 

Cardenal Bechara Boutros Rai: “La Iglesia sufre junto al pueblo libanés”
Cardenal Bechara Boutros Rai junto al corresponsal de Omnes, Bernard García Larrain

Este principio concretó en 1943 cuando se firmó el llamado Pacto Nacional en el que los poderes del Estado se dividieron según las distintas confesiones. La idea era dar garantías concretas a cada grupo.

Así, el Presidente de la República debe ser cristiano maronita, el jefe del gobierno (primer ministro) es un musulmán sunita, y el Presidente de la Cámara de Diputados, un musulmán chiita. Este sistema fue confirmado con los acuerdos de Taëf, que pusieron fin a la guerra civil en los años 1990. 

El segundo principio es el de la multiplicidad cultural: el Líbano es un país democrático y abierto al mundo, donde conviven distintas sensibilidades culturales, y donde se privilegia el dialogo y la neutralidad en materia de relaciones internacionales. 

Actualmente, nuestro país está enfermo porque en su interior hay grupos que han deformado su fisionomía y no respetan estos principios fundamentales. No son leales con el Líbano. No respetan su neutralidad. Hoy tenemos una guerra en el sur de nuestro país, una guerra que los libaneses no quieren, pero que algunos grupos están empeñados en provocar. Esto ha hecho que nuestro país está aislado del resto del mundo. 

¿Qué hace la Iglesia para intentar remediar esta situación?

–La Iglesia sufre junto al pueblo libanés, que pierde con esta crisis sus fuerzas y elementos dinámicos: no solamente son muchos los jóvenes se están yendo de un país que no ven con optimismo, sino que también muchos profesionales, ya formados e integrados en la vida económica y social, también han encontrado o están buscando un futuro mejor en el extranjero. La pérdida es inmensa. 

Nuestra población se ha empobrecido muchísimo. La inflación es una de las más altas del mundo. Frente a este drama, la Iglesia abre sus puertas a todos: nuestros colegios, universidades, centros sociales (que ayudan a la búsqueda de empleo) siguen abiertos y activos, aunque muchas veces la gente no pueda pagarlos. 

Los bienes de la Iglesia están a disposición de nuestra gente, y son miles de personas las que se benefician con las diversas ayudas. Intentamos generar oportunidades para que todos encuentren trabajo. Sin embargo, la situación está empeorando y es por eso que yo no dejo de gritar a nuestros dirigentes a través de los medios: “¡Ustedes son unos criminales, están destruyendo en Estado, están empobreciendo a nuestra gente!”.

Los libaneses aman su tierra, su cultura y su patria. Actualmente, los libaneses que viven fuera, que son la mayoría, sostienen económicamente el país. Y si la situación les permite volver, volverán, porque aman al Líbano. 

¿Tiene esperanza en el futuro del país? 

–Somos cristianos y tenemos esperanza. Si no, no lo seríamos y tampoco estaríamos acá, donde llevamos muchos siglos. 

El sistema político libanés es único en el mundo en el sentido en que la representación política y los altos cargos están distribuidos por credos religiosos. Hay quienes dicen que este sistema ha llegado a su fin y es hora de cambiarlo, de reformar la Constitución. ¿Qué piensa Usted? 

–Nuestro sistema político, plasmado en nuestra Constitución es magnífico y único en el mundo. El problema no es el sistema, sino que algunos no lo respetan. Me gusta compararlo a un matrimonio: una colaboración única entre cristianos y musulmanes. 

El Líbano no puede ser únicamente cristiano o solamente musulmán, eso no sería el Líbano. Un divorcio, como algunos quieren imponerlo, sería fatal. Esto, como es lógico, genera tensiones y efervescencias. 

En Occidente los obispos tienen un rol quizás diferente al suyo. ¿Cómo definiría su tarea como Patriarca Maronita en la sociedad libanesa? 

–Los Patriarcas maronitas han tenido un papel fundamental en la historia del Líbano: fueron ellos los que guiaron el camino hacia la creación del Estado del Líbano en 1920, proceso durante el cual el Patriarca Elías Hoyek tuvo un rol preponderante. 

El Patriarca maronita es una referencia en nuestro país, una autoridad escuchada y apreciada, por este significado histórico que ha tenido. El artículo 9 de la Constitución libanesa establece el principio de estatuto personal, en el que se respeta, no solamente la llamada ley natural, sino además, las creencias de cada individuo de este país. 

Nuestra voz no es la de la política técnica, es la de recordar los principios morales que deben guiarnos. En Occidente, tristemente, se gobierna sin tener cuenta a Dios, y así es como hay leyes de aborto, eutanasia y de uniones de personas del mismo sexo. 

La Iglesia es independiente de los partidos políticos y le habla a la consciencia de las personas. Por estas razones no he cesado de denunciar el crimen que supone no elegir un Presidente para nuestro país y mantener la situación actual que genera el empobrecimiento de nuestro pueblo. 

¿Existen prioridades o sensibilidades diferentes en comparación con la Iglesia latina? Recientemente los obispos de África manifestaron que no aplicarían el documento Fiducia Supplicans que permite a los sacerdotes bendecir, fuera de toda forma litúrgica, a parejas en situación irregular. 

–Primero que nada, hay que recordar que en la Iglesia católica existe la libertad de expresión, es un derecho que la Iglesia defiende y promueve. 

Respecto al documento Fiducia Supplicans, me parece que en Europa existen situaciones que a nosotros no se nos presentan de la misma manera.

Los obispos del Líbano trabajamos de manera colegial, nos reunimos los primeros miércoles de cada mes. Así, hemos decidido crear un comité de obispos para que estudie el documento, y en función de lo que este grupo de trabajo aconseje, decidiremos si es necesario que se emita un documento oficial de parte nuestra. 

San Charbel, el principal santo libanés, es mundialmente conocido y reconocido por sus muchos milagros. El 19 de enero se instaló una imagen suya en el Vaticano ¿Por qué cree que la devoción a san Charbel se ha expandido tanto? 

–Efectivamente, san Charbel es muy activo y muy conocido, y la respuesta a su pregunta no tiene explicación: es un misterio. Quizás, como buen libanés, Charbel sabe negociar muy bien con Dios para obtener innumerables favores para quienes le rezan con fe. 

Mosaico de san Charbel en la catedral de San Patricio de Nueva York ©CNS photo/Gregory A. Shemitz
El autorBernard Larraín

Evangelio

«Amaos unos a otros». Domingo VI de Pascua (B)

Joseph Evans comenta las lecturas del domingo VI de Pascua y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·2 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Esto os mando: que os améis unos a otros”. Así concluye Nuestro Señor el hermoso evangelio que hoy escuchamos, y la segunda lectura de hoy, también de San Juan, insiste en la misma idea: “Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios”.

Pero la lógica de Jesús también es preciosa, como descubrimos en el texto evangélico de hoy. Amar a los demás empieza por sabernos amados por Dios: “Como el Padre me ha amado, así os he amado yo”. Comienza también con nuestra experiencia del amor del Padre, a través del del Hijo: “Permaneced en mi amor”.

El amor no es solo un sentimiento. Es hacer constantemente la voluntad de Cristo y seguir sus mandamientos: “Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor”. Y esto lleva a la alegría. La alegría de vivir en el amor de Cristo da alegría a los demás cuando compartimos este amor con ellos. “Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud”.

El amor a Cristo no solo implica amar a los demás, sino también tratar de amar al nivel de Cristo: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”. Esto incluye la disposición a sacrificarnos por los demás, incluso hasta la muerte, dando la vida por nuestros amigos. Y debemos procurar ser amigos de todos, en la medida de nuestras posibilidades.

De hecho, el amor al que aspiramos es el amor de amistad, elevando a todos a nuestro alrededor de siervos a amigos: “Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer”. Esta amistad implica compartir con los demás nuestra fe, todo lo que hemos aprendido del Padre. Una amistad que no incluye compartir a Dios con los demás es solo una amistad superficial.

Incluso podríamos decir que el verdadero amor implica “enviar”, como Cristo nos envía a nosotros. “No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca”. El amor potencia, saca lo mejor de los demás y desarrolla sus cualidades y talentos: nunca se reduce a la pasividad. Nuestro amor debe llevar a los demás a dar fruto en Cristo. “De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé”: nuestro amor, finalmente, conectará a los demás con Dios Padre para que también ellos puedan pedirle en nombre de Cristo.

La homilía sobre las lecturas del domingo VI de Pascua (B)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

«Señor, aumenta nuestra fe», pide el Papa

En la audiencia general de hoy, el Papa ha dado una catequesis sobre la virtud de la fe. Además, ha recordado a las víctimas de las guerras y de las inundaciones de Kenia.

Loreto Rios·1 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco ha continuado este miércoles con sus catequesis sobre las virtudes. En este caso, se ha centrado en la virtud de la fe: «Como la caridad y la esperanza, esta virtud se llama «teologal» porque sólo podemos vivirla gracias al don de Dios. Las tres virtudes teologales son los grandes dones que Dios hace a nuestra capacidad moral. Sin ellas, podríamos ser prudentes, justos, fuertes y templados, pero no tendríamos ojos que ven incluso en la oscuridad, no tendríamos un corazón que ama incluso cuando no es amado, no tendríamos una esperanza que osa contra toda esperanza».

A continuación, el Santo Padre ha definido la fe y ha puesto ejemplos de personas que lo han vivido, comenzando por nuestro padre en la fe, Abraham, y siguiendo por Moisés y la Virgen María: «En esta fe, Abraham fue nuestro gran padre. Cuando aceptó dejar la tierra de sus antepasados para dirigirse a la tierra que Dios le mostraría, probablemente se le juzgó loco: ¿por qué dejar lo conocido por lo desconocido, lo seguro por lo incierto? Pero Abraham se pone en camino, como si viera lo invisible. Y seguirá siendo lo invisible lo que le hace subir al monte con su hijo Isaac, el único hijo de la promesa, que sólo en el último momento se librará del sacrificio. Con esta fe, Abraham se convierte en el padre de una larga estirpe de hijos. Hombre de fe fue también Moisés, que, aceptando la voz de Dios incluso cuando más de una duda podía asaltarlo, permaneció firme confiando en el Señor, e incluso defendió al pueblo que tantas veces carecía de fe. Mujer de fe será la Virgen María, quien, al recibir el anuncio del Ángel, que muchos habrían desechado por demasiado exigente y arriesgado, responde: «He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38). Con el corazón lleno de confianza en Dios, María emprende un camino del que no conoce ni la ruta ni los peligros».

Citando el Evangelio de la tempestad calmada, el Papa ha señalado cuál es el principal enemigo de la fe: «No la inteligencia, no la razón, como por desgracia algunos siguen repitiendo obsesivamente, sino, simplemente, el miedo. Por eso, la fe es el primer don que hay que acoger en la vida cristiana: un don que es preciso acoger y pedir cada día, para que se renueve en nosotros. Aparentemente es un don pequeño, pero es el esencial». De hecho, ha señalado Francisco, en el día del bautismo, el sacerdote pregunta a los padres: «¿Qué le piden a la Iglesia de Dios?», a lo que se responde: «La fe, el bautismo». «Para un padre cristiano, consciente de la gracia que se le ha concedido, es ése el don que debe pedir también para su hijo: la fe. Con ella, un padre sabe que, incluso en medio de las pruebas de la vida, su hijo no se ahogará en el miedo. Sabe también que, cuando deje de tener un padre en esta tierra, seguirá teniendo a Dios Padre en el cielo, que nunca le abandonará. Nuestro amor es frágil, sólo el amor de Dios vence la muerte», ha continuado el Papa.

Al finalizar, el Papa ha invitado a todos los presentes a decir: «Señor, aumenta nuestra fe».

Concluida la audiencia, el Santo Padre no se ha olvidado de pedir oraciones por la paz, recordando las guerras en Ucrania, Israel, Palestina y a los rohinyá en Myanmar, así como a las víctimas de las inundaciones de Kenia.

Además, ha pedido la intercesión de san José Obrero para que se aumente nuestra fe.

Iniciativas

Paul Christian Tsotie: “Urgen cuidados paliativos en África Central”

Se ha presentado en el Hospital de Cuidados Laguna de Madrid la Asociación Camerunesa de Cuidados Paliativos “Soigner la Vie” (SLV), con la presencia del embajador de Camerún en España, Paulin Godfried Yanga, y representantes de Congo, Nigeria y Gambia. Paul Christian Tsotie, presidente de SLV, señala a Omnes que se necesitan cuidados paliativos en Camerún y África Central, y que la eutanasia se ve como “un sacrilegio”.

Francisco Otamendi·1 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

La República de Camerún es un Estado del África Central de casi medio millón de kilómetros cuadrados, con 28 millones de habitantes, un 40 por ciento de cristianos (católicos y protestantes), 20 por ciento de musulmanes, y cerca del 40 por ciento animistas. El país tiene fronteras con Guinea Ecuatorial, Gabón, República del Congo, República Centroafricana, Chad, y al oeste con Nigeria.

Conocido por su diversidad geológica y su cultura, musical por ejemplo, y también por el deporte, al haber ganado en cinco ocasiones la Copa Africana de Naciones, sólo superada por Egipto (7), Camerún es una de las cuatro selecciones africanas, junto a Ghana, Sudáfrica y Marruecos, que han llegado a cuartos de final de la Copa Mundial de fútbol.

En el acto de presentación en Madrid de «Soigner la Vie»  (“Cuidar la vida”), participaron personas pertenecientes a media docena de países africanos. Además del embajador de Camerún, acudieron representantes de Congo, Nigeria, Gambia, y personas de Senegal y Marruecos, entre otros países. El embajador de Camerún en España, Paulin Godfried Yanga, quiso apoyar la iniciativa con la difusión de la Asociación entre la Comunidad camerunesa en España, como verdaderos protagonistas para ayudar a sus compatriotas en situación de más precariedad.

Otro “Lagune” en Camerún

El anfitrión, director general del Hospital de Cuidados Laguna, David Rodríguez-Rabadán, explicó la vinculación entre Laguna y “Soigner la Vie” en ayuda y formación para conseguir que en un futuro haya otro “Lagune” en Camerún en pocos años. 

Encarnación Pérez Bret, doctora en enfermería y antropología social, enfermera de cuidados paliativos de Laguna, expuso “la necesidad de la promoción de los cuidados paliativos como primer modo de luchar contra la eutanasia” y la urgencia de que se promueva en África, donde está todavía muy incipiente, “la cultura de los cuidados paliativos”. 

Intervinieron también en la presentación, conducida por la actriz y escritora Eva Latonda, el representante de Soigner La Vie en España, Pablo Pérez-Tomé,  el médico Javier Sánchez Ayuso, y los voluntarios Steve Kommengne y Juan Luis García Hermoso, que lleva casi 25 años como voluntario y que, por primera vez en su vida, con 70 años, ha ido a Yaundé a ayudar un par de meses. También llegó el testimonio de la escritora Isabel Sánchez desde Colombia. Autora del libro «Cuidarnos», quiso apoyar la iniciativa. 

Para explicar el trabajo realizado hasta ahora por SLV intervino desde Camerún el presidente de Soigner La Vie, Paul Christian Tsotie (Yaoundé, 1989), que ha conversado con Omnes sobre los paliativos en su país y en África. Tsotie es enfermero especializado en cuidados paliativos y manejo del dolor con 10 años de experiencia, y profesor asociado en la Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad Católica de África Central (ESS-UCAC).

¿Cuáles son los objetivos de SLV en Camerún?

– Difundir la cultura de la medicina del dolor y cuidados paliativos en Camerún y África Central a través de formación/educación y promoción de la prestación de cuidados paliativos, y prevenir enfermedades crónicas, principalmente cánceres.

Cómo está la necesidad global de cuidados paliativos.

– Según el Atlas Global de Cuidados Paliativos, más de 56,8 millones de personas en todo el mundo necesitan cuidados paliativos cada año, incluyendo 31,1 millones antes y 25,7 millones al final de la vida. La mayoría (67,1 %) son adultos mayores de 50 años y al menos el 7 % son niños. La mayoría (54,2 %) son no fallecidos que necesitan cuidados paliativos antes de su último año de vida.

La carga de enfermedades graves y sufrimiento relacionado con la salud, y la correspondiente necesidad de cuidados paliativos, son inmensas. Sin embargo, la mayoría de las personas que lo necesitan no tienen acceso a los cuidados paliativos, especialmente en los países de ingresos bajos y medios (PIBM). La mayoría de los adultos que necesitan cuidados paliativos (76 %) viven en PIBM, y la mayor proporción se encuentra en países de bajos ingresos. Las enfermedades no transmisibles representan casi el 69 % de las necesidades de los adultos.

¿Qué enfermedades y zonas del mundo requieren más cuidados paliativos?

– Entre los adultos, las enfermedades y condiciones que generan mayor sufrimiento que requieren intervenciones de cuidados paliativos son el cáncer, el VIH/SIDA, las enfermedades cerebrovasculares, las demencias y las enfermedades pulmonares.

Las regiones del Pacífico Occidental, África y Sudeste Asiático representan más del 64 % de los adultos que necesitan cuidados paliativos, mientras que las regiones de Europa y América tienen el 30 % y la región del Mediterráneo Oriental el 4 %.

La mayor necesidad por población se encuentra en la región de África (relacionada con la alta incidencia del VIH/SIDA), seguida por las regiones de Europa y América que tienen poblaciones más envejecidas.

En casi todas las regiones del mundo, los adultos cuya necesidad de cuidados paliativos es generada por condiciones no malignas constituyen la mayor necesidad, seguidos por el cáncer. Solo en la región de África el VIH/SIDA predomina sobre las enfermedades malignas y otras no malignas.

¿Y en Camerún?

Según el Plan Estratégico Nacional de Lucha contra el Cáncer (PSNLCa) 2020-2024, hay 15.700 nuevos casos/año, de los cuales 9.335 son mujeres; el 80 % de los nuevos casos se diagnostican tardíamente y casi todos morirán en un año; se producen 10.533 muertes por año; según “ecancermedicalscience”, hay 78.125 personas que necesitan cuidados paliativos, es decir, 3.100 pacientes con VIH y 75. 000 casos relacionados con el cáncer. Además, hay pocas organizaciones que se comprometan con este campo de la medicina, que es poco atractivo.

El embajador de Camerún en España (centro) en la presentación de Soigner La Vie @Carlos de la Calle

¿Cómo ve la sensibilización y formación en paliativos?

– La Asociación Soigner La Vie, junto con otras asociaciones como Vopaca, Adespa, Alternative Santé y Santo Domingo, realiza actividades de sensibilización, formación y educación, así como campañas en escuelas, familias y comunidades para informar a las masas sobre la cuestión de los cuidados paliativos.

El acceso a opioides y otros medicamentos para el dolor es un problema…

– El acceso a los opioides, como la morfina, es un problema real en Camerún. Se están haciendo esfuerzos en este sentido. Desde hace unos meses se está preparando morfina en solución oral, pero este analgésico sigue siendo poco accesible dada la necesidad expresada. Esto no solo ocurre en Camerún, sino en África en general. El acceso a otros medicamentos para el dolor es relativo.

África rechaza la eutanasia, ¿es correcto?

En África, la vida tiene un carácter culturalmente sagrado y todos los países de África consideran la cuestión de la eutanasia como un verdadero sacrilegio.

Concluye la breve conversación con Paul Christian Tsotie. Cabe recordar que han ayudado en la presentación de SLV en España algunas entidades como la Fundación Amigos de Monkole, con su director, Enrique Barrio, la Fundación Vianorte-Laguna y la Fundación La Vicuña ARBOR VITAE e IDOC i FTIH.  También estuvieron de algún modo con su apoyo la Fundación Adeste, Fundación Recover y la Fundación francesa Adespa. 

El autorFrancisco Otamendi

La Virgen María, una figura clave en la historia de la Salvación

En la Virgen María comienza la historia de salvación del Nuevo Testamento, y en ella también somos trasladados al final de la historia, al poder testificar lo que el ángel le prometió: que el Reino de Su hijo no tendrá fin.

1 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

Cuando parte un ser querido, reflexionamos en su legado, y los más allegados reciben sus pertenencias en un testamento legal o en un acuerdo implícito. Al llegar al Calvario, despojado hasta de sus vestiduras, sin un lugar de sepultura asegurado (solo el prestado por José de Arimatea), ¿qué hubiera dicho un testamento escrito por Jesús de Nazaret? El testamento de Jesús está escrito en Juan 19, 26-27: “Mujer, ahí tienes a tu hijo. Hijo, he ahí tu madre”.

Las riquezas de la Virgen María

En el Evangelio de Lucas, capítulo 1, versículo 26, el ángel Gabriel es enviado a Nazaret para interrumpir 400 años de silencio de Dios, con las palabras, “Alégrate tú, María, llena de gracia, el Señor está contigo. No temas porque has encontrado el favor de Dios. Concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús, y será llamado Hijo del Altísimo”. 

A María se le confiaría el ser más importante de la creación para concebirlo, alimentarlo, protegerlo, formarlo y lanzarlo a su destino sobrenatural. Durante todos esos años guardaba en su corazón un diario de memorias que después sería consultado por discípulos, evangelistas e historiadores. 

Recordemos lo que dice Lucas 1,3 “después de haber investigado cuidadosamente todo desde el principio, he decidido escribir este relato ordenadamente, querido Teófilo. De este modo se podrá verificar la solidez de las enseñanzas que hemos recibido”. 

Con toda seguridad, Lucas el autor de este Evangelio entre el año 59 y el 63 DC, entrevistó a quienes conocieron personalmente a María para llegar al origen de la historia de Jesús y corroborar su validez. Al leer el Evangelio de Lucas, 1, 26-28, nos damos cuenta que en la visita del ángel a María de Nazaret, se revela la gran importancia de incorporar a María en la historia de la salvación: ella es testigo original del origen divino de Jesús.

Sin el testimonio de María, no tendríamos las evidencias de que este Jesús, nacido en Belén, quien predicaba con prodigios y milagros por toda la región, no era un profeta más, no era cualquier otro hombre justo o prodigioso, sino el único y verdadero Hijo de Dios. Sin el testimonio de María, tambalea nuestra fe en la verdadera esencia e identidad de Jesucristo. Nadie más podía dar testimonio de que Jesús era hijo de Dios sino la madre quien concibió al Hijo de Dios.

Necesitamos a la Virgen María

Dios encuentra a su doncella en la tierra árida de la alta Galilea. El ángel Gabriel interrumpe su vida de búsquedas espirituales para introducirla a una vida de grandes encuentros sobrenaturales. 

La presencia de María en los Evangelios se lee como versos en los salmos: cada verso nos dice mucho. Cada intervención de María afirma un momento profetizado: ella es el enlace entre las nostalgias mesiánicas y la promesa del Padre; el enlace entre la vieja alianza y la nueva alianza, entre los hijos de la ley, y los hijos de la gracia. 

Si seguimos los pasos de María y su presencia en el evangelio, notamos marcas proféticas que señalan a su hijo como el Mesías tan esperado. 

La historia comienza con el milagro a santa Isabel quien representaba a los hijos de la antigua alianza, del Antiguo Testamento, cuyos corazones eran vientres infértiles que no podían conseguir o concebir la gracia de Dios. 

María representa a los hijos de la Nueva Alianza- corazones fértiles y dóciles a la ‘semilla de Dios’, el renacer de una nueva historia. 

“Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.” Lucas 1,42. “Dichosa tú por haber creído que las promesas de Dios se cumplirán en ti.”. Este es un anuncio de gracias venideras. María representa aquellos que creerán aún sin haber visto.

El Evangelio de la alegría

María evangeliza con su ejemplo, enseñándonos a tener una confianza incondicional en Dios, respondiéndole ante cada invitación y propuesta, “hágase en mí según Tu palabra”; tal como 30 años después Su hijo nos enseña a orar, diciendo, “Hágase Tu Voluntad en la tierra como en el cielo”.

En María comienza esta historia de salvación nuevo-testamentaria, y en ella somos trasladados al final de la historia de la salvación al poder testificar lo que el ángel le prometió: que el Reino de Su hijo no tendrá fin. En otras palabras, ¡será coronado Rey de Reyes y Señor de Señores!

Aprendemos de María a vivir una fe sin límites ni obstáculos. Si hay alguien quien nos pudiera afirmar que para nuestro Dios no hay imposibles, es ella. Por eso nos debemos atrever a dar pasos de fe en completa confianza. El sí de María anula el no de tantos que han rechazado el llamado de Dios en sus vidas. 

María nos evangeliza también en su magníficat de Lucas 1, 46-55 al asegurarnos que nuestros vacíos se convertirán en favores, nuestras tristezas en alegrías, el hambre de los hambrientos será satisfecha, los caídos serán levantados con brazo fuerte, y los humildes serán exaltados.

La presencia de María 

Hoy seguimos necesitando la presencia y visita de María para que los niños salten de alegría en las entrañas de sus madres y vivan. 

Seguimos necesitando la presencia y discernimiento de María para que percate nuestras carencias externas y nuestros vacíos internos y por intercesión de ella, se transforme el agua en vino. 

Seguimos necesitando la presencia y sabiduría de María para que nos siga evangelizando con la palabra y con el silencio, para como ella, sintamos una esperanza plena, manifestemos una entrega incondicional, una fe inagotable, valentía en el sufrimiento, paz en la adversidad, sentido de ganancia en la pérdida, y propósito de vida sobrenatural.

El autorMartha Reyes

Doctora en Psicología Clínica.

Leer más

Reformas «San José»

En esta fiesta de san José Obrero, pienso en la falta de reformas que tiene mi casa interior: en la necesidad de reparar aquel desconchón que me dejó la vida.

1 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, la Iglesia celebra desde 1955 el Día de San José Obrero, a quien tradicionalmente se ha identificado con un carpintero, pero que era mucho más; era un «τέκτων». ¿Saben qué significa?

Para conocer el oficio de San José, el esposo de María, hay que buscar la referencia en el Evangelio según san Mateo, que relata cómo, tras escuchar la gente de su pueblo hablar a Jesús con tanta unción y sabiduría no lo podían creer y se preguntaban: «¿No es este el hijo del carpintero?». Así es como se ha traducido tradicionalmente el término griego «τέκτων (tekton)», en el que se escribieron los evangelios, ya que era la lengua común en el Mediterráneo oriental en la época de Jesús.

La pregunta es: ¿definiríamos tekton como lo que entendemos hoy en día por carpintero? Y la respuesta es un absoluto y rotundo no. A un carpintero, hoy, lo identificamos con alguien que se dedica a los trabajos exclusivamente de la madera. Y distinguiríamos a un carpintero de obra (quienes hacen las estructuras, trabajan con grandes vigas, etc), de un carpintero de mobiliario (que fabrica e instala puertas, armarios, muebles de cocina…), de un carpintero ebanista (que talla, modela y tornea la madera…).

Un tekton era todo eso, pero muchas cosas más, porque la palabra designa a quien ejercita una amplia gama de trabajos manuales, que entrarían hoy en la categoría de trabajos propios de albañilería, incluyendo todas las tareas de construcción y hasta el tallado de piedra. Es, lo que hoy diríamos, un manitas, un artesano, una persona con gran conocimiento y habilidad para los oficios manuales relacionados con la construcción.

Pero, ¿y Jesús? ¿Fue también un manitas? Una sentencia rabínica afirmaba que «quien no enseñe a su hijo un oficio manual, le está enseñando a robar», por lo que podemos suponer que Jesús siguió las costumbres de su pueblo y aprendió el oficio de su Padre. Y digo bien, de su Padre, con mayúsculas, puesto que (¡oh coincidencia!) también su verdadero Padre es presentado en el Génesis como un artesano que, con la habilidad de sus manos, construyó el universo y modeló a hombres y animales.

Es fácil imaginar a José y a Jesús, en su taller, serrando una gran viga y, al poco, a José, tratando de sacar delicadamente la mota de serrín que había caído accidentalmente en el ojo del niño; es fácil ver al muchacho cepillar y lijar un yugo como le había enseñado su padre para que quedara suave y no hiriera el cuello del buey del vecino o tallar una piedra que habían desechado los arquitectos por no ser del todo perfecta para convertirla, con dos golpes de cincel, en piedra angular de una nueva construcción; es fácil contemplar a Jesús ya adulto y a José, con la maza en la mano, echando abajo la fachada de la sinagoga de Nazaret que se había podrido por las humedades y reconstruirla, como le habían pedido los fariseos, con la puerta más ancha, pues la original era demasiado estrecha para que entraran cómodamente con sus suntuosos ropajes.

La tradición de la Iglesia ha visto también a Jesucristo trabajando mano a mano como tekton, esta vez junto a su Padre Dios y como segunda persona de la Trinidad, en el siguiente pasaje del libro de los Proverbios: «Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba la bóveda sobre la faz del abismo; cuando sujetaba las nubes en la altura, y fijaba las fuentes abismales; cuando ponía un límite al mar, cuyas aguas no traspasan su mandato; cuando asentaba los cimientos de la tierra, yo estaba junto a él, como arquitecto, y día tras día lo alegraba, todo el tiempo jugaba en su presencia: jugaba con la bola de la tierra, y mis delicias están con los hijos de los hombres».

En esta fiesta de san José Obrero, pienso en la falta de reformas que tiene mi casa interior: en la necesidad de reparar aquel desconchón que me dejó la vida, en la urgencia de echar abajo aquellos muros que he levantado contra otros, de abrir alguna ventana en aquella habitación un poco triste y de hacer unas buenas estanterías que me permitan ordenar tanto desorden que a veces provoco. Conozco a un par de buenos manitas que seguro pueden ayudarme. Si les pasa como a mí, aquí les he dejado su número. Llámenlos. Son de confianza.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Vaticano

El Papa reza por la formación de los religiosos y seminaristas

El Papa Francisco quiere que los católicos recen durante el mes de mayo por la formación de las religiosas, los seminaristas y los religiosos de todo el mundo.

Paloma López Campos·30 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Papa Francisco pide a los católicos que, durante el mes de mayo, se unan a sus oraciones por una formación “humana, pastoral, espiritual y comunitaria” para los religiosos y seminaristas.

Como es habitual, la Red Mundial de Oración del Papa ha hecho pública la intención de oración del Pontífice. Tras el mes de abril dedicado a la mujer, el Santo Padre quiere fijar la mirada en el “camino vocacional” de las religiosas, los seminaristas y los religiosos.

Gracias a una formación adecuada en todos los ámbitos de la persona, el Obispo de Roma quiere que, quienes han entregado su vida por completo a Cristo, sean “testigos creíbles del Evangelio”. Porque, insiste el Papa, “un buen sacerdote, una monja, deben ser primero de todo un hombre, una mujer formados, trabajados por la gracia de Dios”. De este modo, continúa en su mensaje, serán “personas conscientes de sus límites y dispuestas a llevar una vida de oración, de dedicación al testimonio del Evangelio”.

Formación con vistas al futuro

La formación es una de las claves en las que Francisco insiste con frecuencia y advierte que esta “no se acaba en un momento determinado, sino que va continuando a lo largo de toda la vida”. Es un aspecto en el que incide mucho, especialmente cuando los seminaristas acuden de visita al Vaticano y se reúnen con él.

Es habitual que en la agenda del Pontífice se incluyan audiencias con jóvenes varones que se están preparando para el sacerdocio. El 20 de abril de 2024, durante una recepción con la comunidad del seminario de Sevilla (España), el Santo Padre aconsejó a los seminaristas que “aprovechen bien este tiempo intenso de formación, con el corazón de Dios, con las manos abiertas y una gran sonrisa para repartir la alegría del Evangelio”.

Del mismo modo, el Papa también recibe visitas de religiosos y religiosas, a quienes también pide que cuiden la formación, pues también sirve para preparar la vida en comunidad, que es “enriquecedora”, dice Francisco en su mensaje para mayo, “aunque a veces puede ser difícil”.

Gracias al cuidado de la formación, afirma el Papa en su mensaje, se puede “pulir” y “trabajar”, dando “forma en todas sus caras” a cada vocación, que él define como “un diamante en bruto”.

Libros

«Sabiduría e inocencia», una biografía sobre Chesterton

Ediciones Encuentro ha publicado "Sabiduría e inocencia", una biografía sobre Chesterton escrita por el converso Joseph Pearce.

Loreto Rios·30 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Con motivo del 150 aniversario del nacimiento de G. K. Chesterton, Ediciones Encuentro ha lanzado una nueva edición de la biografía escrita por el profesor Joseph Pearce, con una presentación del escritor Enrique García-Máiquez.

La biografía reviste interés en primer lugar por el autor, converso al catolicismo tras leer a Newman, Chesterton, Hilaire Belloc, C. S. Lewis y J. R. R. Tolkien, entre otros. No es esta su única incursión en este género: también firmó el estudio “C. S. Lewis y la Iglesia católica” o una importante biografía de Aleksandr Solzhenitsyn, con quien pudo entrevistarse personalmente en Moscú y que dio su aprobación al libro una vez concluido.

G. K. Chesterton. Sabiduría e inocencia

Autor: Joseph Pearce
Editorial: Encuentro
Páginas: 604
Madrid: 2024

“Sabiduría e inocencia” es, por tanto, un estudio riguroso sobre Chesterton que, además, coloca su fe cristiana en un lugar preferente, en vez de relegarla a un segundo plano, tal y como ocurre en algunas biografías sobre personajes cristianos.

Por otra parte, Pearce no se limita a narrar la trayectoria vital del famoso escritor inglés, sino que también profundiza en algunas de sus obras más importantes.

Son de gran interés los fragmentos que tratan de su proceso de conversión, ya que, aunque Chesterton se hizo católico en 1922, cuando tenía 48 años, desde que comenzó a creer en el cristianismo estuvo a las puertas de la Iglesia. De hecho, la primera recopilación de relatos del Padre Brown, el famoso sacerdote y detective católico inventado por Chesterton (basándose en el padre John O’Connor, quien escucharía su confesión general años después), fue publicado en 1910, años antes de su conversión, al igual que su famoso «Ortodoxia», de 1908.

Por otra parte, enriquecen el texto cartas y escritos, tanto del propio Chesterton como de personas cercanas a él, que ofrecen diferentes perspectivas sobre el personaje. Como ejemplo, una carta que el escritor envió a su madre tras haberse convertido al catolicismo, paso en el que le había precedido su hermano menor, Cecil: “Te escribo para decirte una cosa antes de contársela a nadie, una cosa que probablemente nos colocará en la situación de dos amigos inseparables de Oxford que ‘jamás disentían en nada, excepto en sus opiniones’. […] La historia viene de lejos, hasta cierto punto, pues he llegado a la misma conclusión que Cecil… y ahora soy católico, al igual que él, tras haber estado reivindicando ese título durante mucho tiempo desde un sentido anglocatólico. […] Estas cosas no estropean la relación de los que se quieren tanto como nosotros; y mucho menos cuando no implicaron la menor diferencia de cariño entre Cecil y nosotros mismos. […] La otra cosa que quería decirte es que todo esto ha salido de mí y no ha sido un impulso repentino y sentimental. […] Creo que es la verdad” (“Sabiduría e inocencia”, pp. 350-351).

En definitiva, esta biografía no solo tiene interés para lectores habituales de Chesterton, sino también para aquellas personas que quieran saber más sobre su figura, la sociedad inglesa del momento y su proceso de conversión al catolicismo.

Cultura

El Campo Santo Teutónico en Roma

Desde que Carlomagno fundó junto a San Pedro una “Schola Franconia”, el camposanto ha pasado por múltiples vicisitudes hasta albergar, además de un cementerio, edificios de la Archicofradía –propietaria del conjunto–, del Pontificio Colegio de Sacerdotes Alemanes y del Instituto Romano de la Sociedad científica Görres.

José M. García Pelegrín·30 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

El Campo Santo Teutónico (y de los flamencos, como se denomina oficialmente) no sólo alberga el cementerio “alemán” en Roma, completamente amurallado, sino también una serie de edificios asociados. Su historia se remonta a la época de Carlomagno, cuando el Papa León IV donó este terreno al rey franco, con ocasión de su coronación imperial en Roma, en la Navidad del año 800.

Carlomagno estableció la “Schola Franconia” en Roma, una de las muchas organizaciones regionales que ofrecían hospedaje a peregrinos y compatriotas de una determinada región o zona lingüística y que se encontraban repartidas por toda la ciudad y, en particular, en los alrededores de la basílica de San Pedro. Esta Schola pronto se fusionó con el cementerio que ya desde finales del siglo VIII existía dentro de las murallas vaticanas para peregrinos de lengua alemana.

Es importante destacar que hablar de lengua “alemana” en los siglos VIII y IX es anacrónico, ya que los “francos”, origen del reino e imperio de Carlomagno, en dichos siglos estaban extendidos por la mayoría de los territorios actuales de Francia, Alemania, Bélgica, Países Bajos y norte de Italia (antiguo reino langobardo). Por tanto, el término “teutónico” es más preciso, que incluye no sólo a los alemanes actuales (tedeschi en italiano, tudesco en español antiguo), sino también a todos los que viven en el área cultural histórica de habla alemana; a su vez, el término italiano “fiamminghi” incluye a los actuales flamencos y neerlandeses.

En cualquier caso, comienza así la estrecha relación entre “alemanes” y Roma, que se continuará cuando, tras la división del imperio carolingio en el Tratado de Verdún de 843 en tres reinos, del reino franco oriental surja a comienzos del siglo X –con los denominados Otones– el Imperio romano-germánico: con Otón I (rey desde 936, emperador desde 962) comienza la tradición de que el rey alemán sea coronado por el Papa como emperador del (Sacro) Imperio Romano-Germánico, una tradición que llegaría hasta 1530: Carlos V (Carlos I de España) fue el último rey alemán en recibir de manos del Papa la corona imperial, si bien la coronación tuvo lugar en Boloña y no en Roma.

Siglos XIV – XVI

La institución del “Campo Santo Teutónico” incluía ya desde sus inicios no sólo el cementerio, sino también una iglesia y edificios adyacentes. Sin embargo, durante el Cisma de Occidente (1378-1417), el conjunto sufrió daños significativos. Sólo a mediados del siglo XV Friedrich Frid, natural de Magdeburgo, revitalizó la tradición de sepultar a peregrinos de origen alemán en el Campo Santo Teutónico, así como de reparar los edificios existentes.

Reunió a su alrededor a un grupo de ayudantes alemanes y flamencos, lo que impulsó la fundación de una Hermandad de las Ánimas Pobres en 1454, centrada en proporcionar un lugar de descanso digno a los peregrinos, así como en la conmemoración cristiana de los difuntos, el mantenimiento del servicio eclesiástico, la atención a los peregrinos y el cuidado de los compatriotas necesitados y enfermos.

El terreno perteneciente a los canónigos de San Pedro fue transferido a la hermandad. La actual iglesia de Santa Maria della Pietà fue consagrada en el año jubilar de 1500. En 1579, el Papa Gregorio XIII elevó la cofradía a la categoría de Archicofradía de la Madre Dolorosa de Dios en el “Campo Santo de los Alemanes y Flamencos”.

Siglo XIX – XX

Cuando, en el siglo XIX, comienzan a aparecer en Roma numerosos albergues no eclesiásticos, dejó de darse la necesidad de hospederías para peregrinos, al menos en el mismo grado que hasta entonces. Se planteó así la cuestión de un uso moderno del “Campo Santo”. Coincidiendo con esta circunstancia, la arqueología cristiana se convierte en una disciplina científica y experimenta un auge considerable. Además, con la Kulturkampf (o “batalla cultural“) de Prusia contra el catolicismo, Roma se convirtió en refugio para clérigos alemanes que no podían trabajar en el Reich alemán.

En 1876 se fundó en Campo Santo el Colegio de Sacerdotes como centro de estudios con biblioteca y colección paleocristiana, bajo el rectorado de Anton de Waal (1873-1917). Unos años más tarde, en 1888, fija su sede en dicho Colegio también el Instituto Romano de la Sociedad científica Görres. Los edificios que ocupan ambas instituciones son puestos gratuitamente a disposición por la Archicofradía. Con la fundación del Estado Vaticano en 1929 por los Tratados de Letrán, el Campo Santo goza de estatuto de extraterritorialidad. En 1943/44, durante la ocupación alemana de Roma, allí encontraron refugio unas 50 personas.

Tras la Segunda Guerra Mundial, la Archicofradía, el Colegio de Sacerdotes y el Instituto Görres reanudaron su ya consolidada cooperación. El Campo Santo experimentó un rápido auge, que se reflejó en una renovación y ampliación a gran escala de los edificios en las décadas de 1960 y 1970. Bajo el dilatado rectorado de Erwin Gatz (1975-2010), que también fue director del Instituto Görres, se inició una fase de consolidación institucional y perfilación académica.

El Campo Santo Teutónico en Roma
El Papa Francisco celebra misa en la capilla del Campo Santo Teutónico en la festividad de Todos los Difuntos ©CNS photo/Vatican Media

El Campo Santo Teutónico en la actualidad

Actualmente, además del “cementerio alemán”, completamente amurallado, el “camposanto” alberga la iglesia de Santa María de la Piedad, sede de la Archicofradía de Nuestra Señora de los Dolores (Mater Dolorosa) de los Alemanes y Flamencos, propietaria del Campo Santo Teutónico, así como el Pontificio Colegio de Sacerdotes Alemanes y el Instituto Romano de la Sociedad científica Görres.

Aunque se trata del único cementerio sito dentro de las murallas de la Ciudad del Vaticano y se encuentra justo al lado de la Basílica de San Pedro, no forma parte del Vaticano sino del territorio italiano: los Tratados de Letrán de 1929 hicieron del lugar una posesión extraterritorial de la Santa Sede. Con todo, sólo es posible acceder a él a través del territorio vaticano.

Tanto al cementerio como a la iglesia del Campo Santo Teutónico se puede acudir todos los días de 9.00 a 12.00 horas (excepto los miércoles, durante la audiencia papal). Asimismo se puede asistir a la Santa Misa que se celebra en la iglesia –excepto en el mes de agosto– a diario a las 7.00 h (los domingos, a las 10.00 h).

Leer más
Cultura

José Tolentino Mendonça o las condiciones de la existencia

Aunque ninguna editorial española ha publicado hasta el momento una muestra mínima de la poesía de Tolentino Mendonça, este autor es una de las voces más representativas de la última lírica portuguesa, equiparándose a los poetas más prestigiosos de lengua lusa. En España es reconocido por sus ensayos, algunos de los cuales han alcanzado varias ediciones.

Carmelo Guillén·30 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

“No teorizo: observo. No imagino: describo. No elijo: escucho”, este enfoque constituye el punto de partida de la poesía de Tolentino Mendonça, quien aborda, según sus propias palabras, “las condiciones de la existencia”. Reivindico así su lírica que, con una base culta, asombra por el estilo elocuente y preciso, el empleo de imágenes visuales y la capacidad para integrar en sus composiciones elementos de muy diversas fuentes, además de incorporar aspectos de su propia trayectoria vital, sin que apenas el nombre de Dios -es lo que muchas veces se espera cuando se conoce su biografía- aparezca ni dé pie a que se le pueda considerar un poeta manifiestamente religioso y, mucho menos, con fines moralizantes. 

Es más, cuando se le ha preguntado por qué apenas hay referencias explícitas en sus versos a la divinidad -que haberlas, las hay-, él ha respondido: “Creo que Dios está en todas partes. Cuanto más material, más espiritual. Siempre prefiero un lenguaje abierto, aun asumiendo el riesgo de la ambigüedad, a un lenguaje estrecho, incapaz de expresar la complejidad. Confieso que, a veces, mi mayor dificultad es encontrar un rastro de Dios en los discursos espirituales tipificados. Todo lo que intenta domesticar a Dios se aleja de él”. Por tanto, si tuviera que definir su poesía, diría que es la expresión humanística de un credo poético singular, iluminado con la lectura de sus ensayos, en el que, a modo de palimpsesto, se superponen múltiples capas culturales con las que dialoga constantemente, de ahí, por cierto, que resulte tan sugerente en posibilidades interpretativas.

Como una sola llama

Ese mundo intertextual es una herramienta retórica sobre la que elabora una poética asentada en el fragor del acontecer diario, con especial “atención a la realidad, una atención implacable, sensible a lo visible y a lo invisible, a lo audible y a lo innombrable”, siendo, en resumen, su quehacer lírico una mirada profunda a los enigmas, cicatrices y esperanzas de la intrincada existencia del hombre. Por eso, cuando se leen sus poemas, se sabe que hablan de temas cruciales relacionados con la condición humana y que abarcan lo material y lo espiritual en completa interrelación, haciendo ver de este modo que la poesía es un espacio donde no existen lindes y en la que cabe conjuntamente lo sublime y lo rastrero, lo natural y lo artificioso, lo que fue y lo que es: “El poema puede contener: cosas ciertas, cosas incorrectas, venenos para mantener fuera del alcance / excursiones campestres […] / una guerra civil / un disco de los Smiths / corrientes marinas en vez de corrientes literarias”, escribe en Grafito, un ejemplo, entre otros muchos, donde Tolentino Mendonça da visibilidad a su manera de proceder cuando acomete un poema. 

El mismo título de su poesía reunida, La noche abre mis ojos, refiere esa amplitud de miras que ofrece la creación poética; título que, como el mismo poeta ha afirmado, constata su “dialecto transfronterizo, porque mezcla una referencia a una canción de The Smiths [Tolentino Mendonça se refiere sin duda a la canción There is a light that never goes, “Hay una luz que nunca se apaga”] con una clara evocación de la teología de la ‘Noche oscura’ de san Juan de la Cruz. Lo profano y lo sagrado se alzan como una sola llama”

Un viajero inmóvil

Para esa incursión literaria, el poeta madeirense se presenta como un viajero inmóvil: “Quietos hacemos los grandes viajes”. No obstante, pese a que escribe su poesía desde la quietud, demuestra una aguda capacidad para discernir lo que acaba desvaneciéndose con el tiempo: “Dejamos de percibir repentinamente / la profundidad de los campos / los grandes misterios / las verdades que juramos conservar” de aquello otro que deja una huella imborrable en el alma: “Pero hacen falta años / para olvidar a alguien / que nos acaba de mirar”, haciendo posible así que su actividad poética se perciba como una búsqueda de sí mismo enriquecida decididamente por la interacción con los demás en la construcción de la propia identidad. 

Esta interacción implica la mirada del otro, que no sólo mira sino que también es otro. En este sentido, se manifiesta como un medio para compartir, confrontar y entender la experiencia humana a la vez que contribuye a la cocreación del universo de sus poemas, añadiendo estratos de oscuridad y belleza. Es una idea, sin duda, capital, que da luz a bastantes composiciones suyas, muy pareja a aquella otra del difunto Papa Benedicto XVI cuando afirmaba que: “Sólo el servicio al prójimo abre mis ojos [el resaltado es del autor del artículo] a lo que Dios hace por mí y a lo mucho que me ama”, aunque Tolentino Mendonça la presente de manera más sutil, entretejida en la retórica de los versos y poniendo de sujeto de la oración gramatical a “la noche”.

Vivir el cuerpo

En cualquier caso, si la poesía es para él una búsqueda que requiere quietud -y doy, aunque sea muy brevemente, un paso más en el desarrollo de su poética-, esta búsqueda es sólo posible desde el cuerpo. O dicho con otras palabras: el cuerpo es el lugar o situación en la que cada persona está más cerca de sí misma. Aunque no somos sólo cuerpo, Tolentino Mendonça opina que en él y a través de él “vivimos, nos movemos y existimos”, es más: “Los sentidos de nuestro cuerpo nos abren a la experiencia de Dios en este mundo”, o como anuncia en el poema Lo que puede un cuerpo: “Vivimos el cuerpo, coincidimos / en cada uno de sus poderes: movemos las manos / sentimos frío, vemos el blanco de los abedules / que escuchamos en la otra orilla / o por encima de los avellanos / el graznido de los cuervos”. Desde esa conciencia corporal se enfatiza, pues, la importancia de estar plenamente conectados con las sensaciones y experiencias somáticas, ya sea a través de la respiración o simplemente siendo conscientes de las sensaciones internas. Son muchas las composiciones que abundan en esto mismo, sobre todo en su poemario Teoría de la frontera (2017), donde afirma: “El cuerpo sabe leer lo que no ha sido escrito” o “El cuerpo es el estado donde cada uno / respira más cerca de sí”

Escuela de silencio

Pero no acaba aquí su universo lírico. Igual que el cuerpo, el silencio es otro de sus grandes temas. De hecho, en el poemario La amapola y el monje (2013) le dedica incluso una serie de textos breves que titula Escuela del silencio. En él enuncia: “Hacer callar para hacer decir” o “Que tu silencio sea tal / que ni el pensamiento lo piense”, demostrando de esta manera que hay más mundos que el de la dictadura de los ruidos, y que el silencio es una forma de resistencia al trasiego de la vida, “un lugar de lucha, de búsqueda y espera” –expresa en uno de sus ensayos-. “Poco a poco nos sumamos a la posibilidad de dar espacio, de abrir nuestra vida al otro, dejándome habitar por la revelación de la alteridad”. Y es ahí, en la otredad, a donde converge toda su obra lírica, bien sea desde el silencio, bien sea desde el cuerpo, bien sea desde la quietud o desde la intertextualidad cultural en la que se mueve esta poesía tan necesitada de una pronta traducción al español.

Leer más
Vaticano

El Papa en la Bienal de Venecia

Rome Reports·29 de abril de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

El Papa Francisco visitó, el 28 de abril de 2024 la Bienal del Venecia. La Santa Sede tiene un pabellón en esta exposición bajo el título “Con mis ojos”.

El Papa Francisco explicó por qué: porque todas las personas tienen la necesidad de ser “miradas y reconocidas”.


Ahora puedes disfrutar de un 20% de descuento en tu suscripción a Rome Reports Premium, la agencia internacional de noticias, especializada en la actividad del Papa y del Vaticano.
Zoom

El Papa en los canales venecianos

El Papa Francisco saluda a unos jóvenes desde el barco que lo llevó de la Isla de la Giudecca a la Basílica de Santa María de la Salud en Venecia el 28 de abril de 2024.

Maria José Atienza·29 de abril de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Libros

Una luz entre las brumas. «Teologías de ocasión», de Henri de Lubac

"Teologías de ocasión", volumen que recoge veinticuatro artículos del teólogo Henri de Lubac, ha sido publicado recientemente por la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC).

Juan Carlos Mateos González·29 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

Tal vez lo primero que llame la atención de este libro sea el título. ¿Por qué “teologías de ocasión”? El volumen editado recientemente por la BAC se compone de veinticuatro trabajos muy desiguales que Henri de Lubac (1896-1991) escribió a lo largo de casi medio siglo. En 1984, a petición de sus lectores, el jesuita francés se decidió a publicar esta colección de escritos breves: “Todos los textos aquí reproducidos son de intención teológica. No provienen, sin embargo, ni de una enseñanza orgánica sobre algún punto central del dogma o de su historia, ni de una investigación prolongada sobre un tema particular”. En otro libro también confiesa que “el lector ha podido darse cuenta de que casi todo lo que he escrito ha sido en función de circunstancias, a menudo imprevistas, dentro de cierta dispersión y sin preparación técnica”. Como bien señala su amigo H. U. von Balthasar, la extensa producción de H. de Lubac es “una obra que se abre libremente en todas las direcciones”.

Teologías de ocasión

Autor: Henri de Lubac
Editorial: BAC
Páginas: 640
Madrid: 2023

El nombre de H. de Lubac resulta familiar en el mundo teológico, pero para más de uno este libro puede ser una buena oportunidad para tener una “cosmovisión” muy completa del pensamiento del jesuita francés. En la teología de H. de Lubac se adivina un vivo interés por la historia y por los aspectos sociales del cristianismo. Allí donde la historia se tornaba trágica e hiriente, el joven profesor de Lyon trató de ofrecer una palabra de discernimiento. De este modo, muchos de los acontecimientos de los que hubo de ser testigo H. de Lubac caracterizaron los derroteros de su quehacer teológico y esto explica la vasta variedad de su producción -en temas y en obras-, una disparidad que también queda reflejada en este libro. Por ello, intentaremos describir los núcleos temáticos de cada uno de los capítulos, teniendo en cuenta “el orden lubaciano” de los mismos.

Solamente, a modo de aproximación, nos asomaremos a la primera y a la última parte del libro “Teologías de ocasión”, por ser ambas muy representativas de todo el contenido.

La primera parte, titulada “Teología y espiritualidad” consta de seis capítulos de índole teológica y espiritual. Tres de ellos abordan directamente cuestiones de naturaleza eclesiológica y sacramental, otros dos tienen que ver con la teología espiritual y el último de ellos constituye una valiosa contribución al quehacer de la teología fundamental:

“Sanctorum communio”. En el primer capítulo, de Lubac examina el significado que la expresión “comunión de lo(s) santo(s)” ha ido adquiriendo en la tradición cristiana a lo largo de los siglos. El jesuita francés analiza las vicisitudes de la expresión “cuerpo místico” y sus repercusiones en la relación entre Iglesia y Eucaristía. Para el autor, la “comunión de los santos” significa, ante todo, que entre todos los que pertenecen a Cristo, entre todos los miembros de su cuerpo, existe una comunión de vida, que es la que edifica y sostiene a la Iglesia.

Teologías de ocasión puede ayudarnos a dar respuesta a algunas cuestiones espirituales de nuestro tiempo

“Mística y Misterio”. El interés de De Lubac por la mística llegó a convertirse en fuente de inspiración desde la cual discernir otras muchas cuestiones teológicas. Puesto que no es fruto de la ignorancia, sino de la adoración, en la mística cristiana “el silencio no está al comienzo, sino al final”. A diferencia de otros posibles caminos, la cristiana es una mística de la semejanza, que mira hacia el Dios que llama al hombre desde su naturaleza más profunda para orientarlo hacia sí. “Dios no es inefable en el sentido de que fuera ininteligible: es inefable porque sigue siempre por encima de todo lo que se pueda decir de él”.

“Comunidad cristiana y comunión sacramental”. De modo similar al primer capítulo, presenta la historia de la comprensión de la noción de communio–κοινωνία en relación con la Iglesia, pero, en este artículo, H. de Lubac trata de salir al paso de quienes temían que la recuperación del sentido bíblico y patrístico de la noción implicase una rebaja de la afirmación de la presencia real de Cristo en el sacramento. Con este trabajo, H. de Lubac invita al cristiano a sumergirse una y otra vez “en los orígenes sacramentales de la comunidad cristiana, en las fuentes místicas de la Iglesia”.

La última parte, “In memoriam”, recoge dos artículos referidos a “agradecer” a sus grandes amigos y maestros todo lo recibido. Los titulados “Filósofo y apóstol” y “El amor de Jesucristo” están dedicados a la memoria de A. Valensin, su profesor de filosofía en las Facultades Católicas de Lyon. Auguste Valensin (1879-1953) fue uno de los actores implicados en los debates del mundo intelectual católico de entreguerras a raíz de la crisis modernista. Sin duda, fue el propio Valensin quien introdujo al joven Lubac en el pensamiento de M. Blondel. Otro frente común que estrechó aún más sus lazos de amistad fue la oposición al totalitarismo. Buena parte de su correspondencia epistolar fue publicada póstumamente por el propio H. de Lubac, a petición de sus superiores.

Los tres últimos artículos de esta última parte están dedicados al destacado escritor y diplomático francés P. Claudel: “Sobre un Credo de Claudel”, “Claudel teólogo” y “El drama de la llamada”. Tras su conversión religiosa, acontecida el 25 de diciembre de 1886, durante las vísperas de Notre-Dame de París, Claudel desarrolló una prolífica labor literaria, hasta el punto de ser considerado uno de los principales poetas y dramaturgos del siglo XX en ámbito católico.

H. de Lubac había comenzado a leer sus obras desde sus estudios secundarios. De hecho, P. Claudel será, junto con Ch. Péguy, uno de los poetas de cabecera de H. de Lubac desde su ingreso en la Compañía de Jesús. Claudel y Péguy: dos poetas teólogos, de talla excepcional, demasiado olvidados en la Iglesia. Desde su primer encuentro en 1942, H. de Lubac y P. Claudel compartieron un mutuo interés por la dimensión espiritual de la interpretación de la Biblia, basándose en la lectura de los Padres de la Iglesia.

Quizá la mejor forma de situar el texto titulado “Sobre un Credo de Claudel” sea volver la mirada a su Memoria, donde explica: “En el prólogo que antaño antepuse a una selección de textos claudelianos sobre el Credo, intenté hacer entrever, a base de raros ejemplos sacados de esa selección, qué riquezas ofrece la obra de Claudel para la reflexión doctrinal, qué perspectivas, a veces insospechadas […]. Asombrará por la audacia y por la fuerza viva de renovación que inspira”.

El capítulo que lleva por título “Claudel teólogo” recoge el texto de una conferencia pronunciada en el Instituto Católico de París en diciembre de 1968. El regusto pesimista de algunas de sus notas quizá se deba más a la agitación y a las polémicas del inmediato postconcilio y del mayo de 1968 que al genio lubaciano. De hecho, su lamento no llora el eclipse de Claudel, sino de los valores religiosos y cristianos sobre los que se alzaba su obra.

Finalmente, el artículo “El drama de la llamada” surgió a raíz de una recesión que escribió el jesuita sobre un libro de A. Becker con este mismo título. El libro trataba de evidenciar la relación de la obra y el pensamiento de P. Claudel con la fe y la espiritualidad cristianas, ilustrando cómo el poeta había ido abordando el tema de la llamada divina en su obra lírica y dramática, enfrentándose a cuestiones profundamente existenciales y espirituales.

Al término de nuestro recorrido temático por los veinticuatro estudios que componen el presente volumen, podemos constatar la magnitud de esta obra, construida al ritmo de los trabajos y los días, en un amplio abanico de contextos y ocasiones en que el teólogo francés se siente interpelado a ofrecer una palabra propia de su quehacer. En este sentido, los capítulos de “Teologías de ocasión” pueden ayudarnos a dar respuesta a algunas cuestiones espirituales de nuestro tiempo. Su lectura y estudio servirán de mucho provecho al lector, al especialista -y también al amateur- en las cuestiones teológicas. Una lectura que resulta honda y reconfortante, vital y sosegada, académica y espiritual. Agradecemos a la BAC y a la Fundación Maior su apuesta por publicarla en español.

El autorJuan Carlos Mateos González

Iniciativas

Ave María, la ciudad construida “a medida” para católicos en Florida

En Florida hay una ciudad que se llama Ave María y tiene como objetivo facilitar a todos sus habitantes vivir la fe católica en comunidad.

Paloma López Campos·29 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

No a muchos les suena el nombre de Tom Monaghan, pero uno de sus proyectos sí que es bastante conocido: “Domino’s Pizza”. Sin embargo, esta franquicia no es el único legado del empresario estadounidense. A finales del siglo XX, Monaghan vendió su empresa de pizza y se lanzó a promover Ave María, una comunidad no incorporada inspirada en el catolicismo. El término «comunidad no incorporada» hace referencia a un territorio que no está organizado con un gobierno local y que, en el caso de Florida, pertenece jurisdiccionalmente a un condado pero conserva cierta independencia.

Después de convertirse tras la lectura de “Mero cristianismo” de C.S. Lewis, Tom Monaghan quiso usar su dinero para “llevar a tantas almas como pueda al Cielo”. Por ello, invirtió su fortuna en construir una gran iglesia que sería el centro de esta nueva comunidad. El planteamiento inicial de Monaghan era construir una ciudad exclusivamente para católicos. Pero el tiempo demostró que era mejor abrir las puertas a personas de otros credos.

A pesar de esto, todo lo construido en la ciudad busca facilitar a sus habitantes la práctica de la fe católica. El plano urbanístico está organizado de tal manera que se pueda pasear y llegar con facilidad al centro para acudir a la iglesia. Por otro lado, las calles tienen nombres de santos u otros elementos de la fe.

El centro de Ave María

La iglesia Ave María en el núcleo del territorio quiere ser “una luz en la oscuridad que ilumine el camino hacia Jesucristo a través de los sacramentos” como dice su página web. El objetivo del templo es favorecer la vida en comunidad de los católicos, poniendo especial énfasis en la entrega al prójimo, tal como demuestra el museo dedicado a santa Teresa de Calcuta que pertenece a la iglesia.

Cerca del edificio hay una capilla de adoración perpetua en el que se permite rezar frente a Jesús sacramentado las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Además, la parroquia ofrece diversos cursos de formación para adultos, jóvenes y niños, y favorece la creación de grupos como Emaús, la legión de María o estudios de la Biblia.

Interior de la parroquia de Ave María en Florida (Flickr / Steve Knight)

Educación en Ave María

Actualmente hay varias escuelas cerca de la comunidad, tres privadas y cuatro públicas. Además, el fundador de “Domino’s Pizza” abrió también la universidad Ave María con el fin de ofrecer a los ciudadanos una educación superior basada en el Magisterio de la Iglesia católica.

La universidad quiere convertir “a sus estudiantes en la próxima generación de santos”. En su página web explican que, junto a la importancia de la formación académica, el objetivo es nutrir por entero a la persona, asegurando a los estudiantes y profesores el acceso a los sacramentos para que puedan “dar gloria a Dios”.

En su oferta académica, Ave María no se diferencia mucho de ninguna otra universidad. Si bien es cierto que ofrece también cursos que podrían calificarse como confesionales, como Estudios de la Familia o Estudios Católicos, también permite a sus alumnos apuntarse a carreras como Ingeniería Informática, Lenguas Clásicas, Enfermería, Física, Bioquímica o Historia.

Difícil equilibrio

A pesar del enfoque católico en esta comunidad de Florida, personas con credos distintos también pueden vivir en la ciudad, de hecho, en 2017 abrió la primera iglesia baptista. La idea original de Monaghan de imprimir la cultura católica en Ave María de tal modo que no hubiese modo de separarse de ella se abandonó hace tiempo y en la actualidad el empresario afirma que Ave María está abierta a todo el mundo.

Sin embargo, este proyecto a gran escala ha sembrado dudas en muchas personas. Pasando por encima de algunas declaraciones polémicas realizadas por Monaghan a lo largo de los años, hay quienes piensan que una comunidad como esta de Florida desdibuja los límites entre la religión y la política. Construir una ciudad basada en la fe católica lleva a plantear cuestiones como si se pueden vender productos anticonceptivos en las farmacias o si se puede condenar el acceso a la pornografía.

Más allá de esas decisiones, que en Ave María han intentando solventar, hay personas que también se preguntan si la creación de una comunidad así no provoca que los niños crezcan en un ambiente cerrado y demasiado protegido que no les prepara correctamente para la sociedad actual.

Con estas cuestiones sobre la mesa, Ave María sigue adelante e incluso está creciendo, pues el proyecto atrae inversores que quieren construir en el territorio. Por lo demás, las respuestas a las preguntas del futuro, como en todos los casos, solo las tiene el tiempo.

Vaticano

El Papa invita a transformar el mundo a través del arte

Durante su viaje a Venecia, el Papa Francisco ha mantenido varios encuentros en los que ha resaltado la importancia de la belleza y el arte para transformar el mundo.

Paloma López Campos·28 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

Durante su viaje a Venecia, el Papa Francisco ha mantenido varios encuentros con jóvenes, artistas y con fieles que han acudido a la Santa Misa en la plaza de san Marcos. El Santo Padre ha aprovechado estas ocasiones para dirigir unas palabras a los asistentes, centrándose en la importancia de la belleza y el arte para transformar el mundo.

Al dirigirse a los jóvenes, Francisco ha querido recordar “el gran regalo que hemos recibido, el de ser los hijos amados de Dios, por lo que estamos llamados a cumplir el sueño de Dios”. Este deseo del Padre para sus hijos, explica el Papa, “es que seamos testigos y vivamos de su alegría”.

Para hacer realidad este sueño de Dios, el Santo Padre indica que es esencial “redescubrir en el Señor nuestra belleza y alegrarnos en el nombre de Jesús, un Dios de espíritu joven que ama a los jóvenes y que siempre nos sorprende”.

En el redescubrimiento de esta belleza, continúa Francisco, es esencial “despegarse de la tristeza” y recordar “que estamos hechos para el Cielo”. Para ello, el Papa anima a no detenerse en nuestras miserias y pecados, sino acudir a la misecordia de Dios, “que es nuestro Padre” y cuando caemos “nos extiende su mano”. Solo así podremos “aceptarnos a nosotros mismos como un regalo” y mirarnos, no con nuestra mirada, “sino con los ojos de Dios”.

El arte de entregarse al otro

Una vez logrado esto, el Pontífice recalca la importancia de la perseverancia y de perder el miedo a “ir contracorriente”. En este sentido, el Papa también señala que no podemos caminar solos, sino que hay que intentar ir acompañados por otros que también desean vivir su vida con Cristo.

En esa misma dinámica de ir acompañados, Francisco ha querido recordar a los jóvenes que “estamos llamados a darnos a los demás”. “La precariedad del mundo en el que vivimos”, dice el Obispo de Roma, “no puede ser excusa para quedarnos quietos y quejarnos”. “Estamos en este mundo para acercarnos a las personas que nos necesitan”, recalca el Papa.

El Santo Padre explica que “la vida solo se posee cuando se entrega”, por lo que invita a escapar de las preguntas acerca de los “por qué” y cambiarlas por los “para quién”. Así podemos entrar en la dinámica creativa de Dios, una creatividad “gratuita” en un mundo “que solo persigue el lucro”.

El arte y la mirada contemplativa

En este mismo sentido, en su discurso a los artistas, el Papa Francisco ha invitado a los oyentes a luchar con el arte contra “el rechazo del otro”, convirtiendo así a los hombres en “hermanos en todas partes” gracias a la universalidad del arte.

Esto puede hacerse realidad, dice el Pontífice, porque “el arte nos educa en una mirada no posesiva, no cosificadora, pero tampoco indiferente, superficial”. El arte, sigue el Papa, “nos educa para una mirada contemplativa”. Por ello afirma que “los artistas están en el mundo, pero están llamados a ir más allá”.

Esta mirada que va más allá puede encontrarse incluso en la cárcel, tal y como ha dicho Francisco en su visita a unas mujeres presas. Allí el Papa ha indicado que “paradójicamente, la estancia en una prisión puede marcar el comienzo de algo nuevo, a través del redescubrimiento de una belleza insospechada en nosotros mismos y en los demás, como simboliza el acontecimiento artístico que acoge y a cuyo proyecto contribuye activamente”.

El Santo Padre ha aprovechado la ocasión para pedir que “el sistema penitenciario también ofrezca a los reclusos y reclusas herramientas y espacios de crecimiento humano, de crecimiento espiritual, cultural y profesional, creando las condiciones para su sana reinserción”.

Permanecer en Cristo

Finalmente, en la homilía pronunciada por el Papa en la Misa celebrada en la plaza de san Marcos, Francisco ha hecho hincapié en que “lo esencial es permanecer en el Señor, habitar en Él”. Algo que no es estático, sino que implica “crecer en la relación con Él, conversar con Él, abrazar su Palabra, seguirle en el camino del Reino de Dios”.

“Permaneciendo unidos a Cristo”, dice el Papa, “podemos llevar los frutos del Evangelio a la realidad en la que vivimos”. Estos frutos incluyen la justicia, la paz, la solidaridad y el cuidado mutuo, entre otros. Frutos que, insiste el Santo Padre, el mundo necesita y que las comunidades cristianas deben ofrecer al mundo.

América Latina

Monseñor René Rebolledo: «Con un testimonio de vida, podremos atraer a otros hacia Jesucristo»

Mons. René Rebolledo, Arzobispo de La Serena desde 2013, fue elegido nuevo Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile el pasado 17 de abril.

Pablo Aguilera·28 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 6 minutos

Natural de Cunco, monseñor René Osvaldo Rebolledo Salinas será la cabeza del episcopado chileno para los próximo tres años renovables. Monseñor Rebolledo fue ordenado sacerdote en 1984. Su labor pastoral comenzó en la parroquia Inmaculada Concepción de Loncoche, y posteriormente se trasladó a Italia para hacer el doctorado. A su vuelta, se dedicó, de manera especial, a la formación en el Seminario Mayor San Fidel.

La formación de los seminarios ha sido una de las grandes áreas de su trabajo, de hecho, presidió la Organización de Seminarios Chilenos (OSCHI) y formó parte de la directiva de la Organización Latinoamericana de Seminarios (OSLAM). San Juan Pablo II lo nombró obispo de Osorno el 8 de mayo de 2004 y en 2013 el Papa Francisco le nombró Arzobispo de La Serena. El recién elegido presidente ha concedido una entrevista a Omnes en la que reflexiona sobre la necesidad de fomentar la pastoral vocacional o temas como la inmigración.

En el reciente Mensaje de la Conferencia Episcopal de Chile, al concluir la Asamblea plenaria, los obispos manifiestan su preocupación por la escasez de vocaciones al sacerdocio en Chile, e invitan a los católicos a intensificar su oración por esta intención. ¿Cuáles son las principales causas de esta notoria caída en el último decenio? 

– Se percibe en el país un avance notorio en su secularización, con un alejamiento progresivo de adultos en general y de los jóvenes en particular, respecto de las comunidades eclesiales. A esto se debe agregar la crisis institucional que hemos vivido a todo nivel debido a situaciones de abusos.

Sin embargo, en este ámbito valoro el serio trabajo en prevención que se ha estado realizando a nivel país. Son miles los agentes pastorales formados en todas las Circunscripciones eclesiásticas, para servir en la instalación de ambientes sanos y seguros, así como en el acompañamiento a víctimas.

¿Y cuáles podrían ser las iniciativas para mejorar esta urgente necesidad?

– Ante todo, intensificar la oración. Conscientes de la gran necesidad de pastores para nuestras comunidades, estamos invitados a hacer nuestros los sentimientos de Jesús, quien “viendo a la multitud, se conmovió por ellos, porque estaban maltratados y abatidos, como ovejas sin pastor” (Mt 9,36). Atender, también hoy a lo que el Señor dijo a sus discípulos: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores pocos”. Por ello, asumir -aun con mayor perseverancia- el imperativo de “rogar al Dueño de los campos que envíe trabajadores para su cosecha” (Mt 9,37-38).

He manifestado a diversas instancias en la Arquidiócesis: “La oración es el único instrumento capaz de actuar al mismo tiempo en el campo de la gracia y en aquel de la libertad, permitiendo al hombre discernir el llamado y responder a Dios. Alimentada por la Palabra, ella abre el corazón del creyente para ahondar en la verdad más profunda de sí mismo. En un camino de fe, la oración permite entregarse a la voluntad de Dios y darle una respuesta generosa a un particular proyecto de vida al cual Él está llamando”.

De igual modo, plantearnos a todo nivel el desafío -como nos han invitado san Juan Pablo II, también Benedicto y Francisco- de crear una “cultura vocacional”, afrontando algunos campos prioritarios al respecto como: las familias y los jóvenes, los servidores del altar y, en nuestro medio, los numerosos jóvenes integrantes de los bailes religiosos, entre otros.

Además, pedida por los jóvenes se realizará en La Serena la Primera Jornada Nacional de la Juventud (JNJ 2025), desde el 21 al 26 de enero de 2025, bajo el lema: “Jóvenes Peregrinos de la Esperanza”, en relación al escogido para el Jubileo Extraordinario de la Redención – 2025: Peregrinos de la Esperanza. Inspira este encuentro la frase del Salmo119, 105: “Tu Palabra es una lámpara para mis pasos, una luz en mi sendero”. 

La oración que los jóvenes están rezando en preparación para la Primera JNJ hace presente que los jóvenes “son el ahora de Dios” y con ella se pide al Señor que los jóvenes “peregrinos de la esperanza, animados por el Espíritu, ayuden a renovar la Iglesia, y construyan un país más justo y solidario, cuidando la casa común, abrazando a los pobres y marginados, siendo testigos del amor del Señor”.

Pienso que esta JNJ es un don del Señor. Lo decisivo es que los participantes abran su corazón a Cristo que encanta la vida. De este modo, este encuentro puede ser una oportunidad propicia para escuchar su llamado.

Obviamente, el desafío de la escasez de vocaciones debemos afrontarlo los obispos con gran sentido de corresponsabilidad junto a laicos, consagrados, diáconos y presbíteros”.

En el Mensaje los obispos chilenos invitan a acoger a los migrantes a nuestro país. La Encuesta Bicentenario de la Universidad Católica señalaba que, el año 2022, el 82 % de los chilenos consideraba que la cantidad de inmigrantes era excesiva. Además, debido a la implicancia de inmigrantes ilegales que han cometido graves delitos, hay una creciente desconfianza de la ciudadanía hacia ellos. Entonces, ¿cómo hacer comprensible para los chilenos esta petición de los obispos?

– Cabe una reflexión personal y comunitaria, que expreso en síntesis. ¡Todos somos migrantes! Esta Patria nuestra es muy hermosa, en diversos aspectos, pero no es definitiva. Un porcentaje significativo de chilenas y chilenos creemos en Dios. Parte de los creyentes profesa la fe católica. El salir de la propia tierra y vivir como extranjero se remonta a los orígenes del género humano, lo atestigua también la Sagrada Escritura, como la vida en familia de nuestro Señor. Es preciso, por tanto, contemplar el testimonio bíblico.

Por otra parte, devolver la mano. En tiempos convulsionados de nuestra historia, centenares de chilenas y chilenos fueron acogidos en otras latitudes, respetados en su dignidad y tratados con aprecio.

No es justo relacionar criminalidad y migración. En efecto, han arribado a nuestro país miles de migrantes con el anhelo de un mejor porvenir, personal y familiar. Ellos están aportando al crecimiento del país y comparten en nuestras comunidades su fe, sus tradiciones religiosas y su esperanza.

Busquemos el modo de ayudarnos mutuamente a construir la ciudad terrena en comunión y corresponsabilidad, aportando cada cual, con sus dones y la riqueza de su cultura, mas siempre conscientes que somos pueblo peregrino. En ese sentido hago propio el llamado del Papa Francisco de acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes, lo que implica también el debido acompañamiento y apoyo a las comunidades que han asumido la llegada de gran cantidad de ellos, especialmente en las ciudades fronterizas y grandes urbes.

La mencionada Encuesta muestra que después de la gran caída de confianza en la Iglesia católica el año 2018, se ha ido produciendo una lenta y sostenida mejoría. Desde aquel año ha sido notorio un mayor silencio de los pastores católicos. En su opinión, ¿cuánto debería influir la opinión pública en los obispos para trasmitir el mensaje cristiano?

– Tengo conciencia que hemos manifestado nuestro parecer sobre diversos temas, que importan al país y a la Iglesia. Desde luego, están los Mensajes de las Asambleas de la Conferencia Episcopal de estos años, también pronunciamientos sobre cuestiones específicas, acuciantes o desafíos especiales. Sin embargo, es evidente que muchas de esas palabras públicas han pasado desapercibidas para la ciudadanía ante la crisis eclesial vivida y la consiguiente caída en la confianza en la Iglesia y sus pastores.

En este sentido pienso que, con un coherente y verdadero testimonio de vida de todo el Pueblo de Dios, podremos atraer a otros hacia Jesucristo y su mensaje. Así mismo, el estar atentos y presentes en la realidad de lo que viven las personas, sus penas y alegrías, nos permitirá afrontar los problemas y dificultades, buscar junto a otros, vías de su solución, y así avanzar hacia un camino que le permita a la sociedad el volver a confiar. 

En marzo las principales confesiones religiosas de Chile –incluida la católica- expresaron su preocupación por el deterioro de las relaciones cívicas, el aumento de la inseguridad, la corrupción y la incapacidad de los actores políticos para llegar a acuerdos. Ante esta situación llamaron a un acuerdo nacional para resolver los graves problemas que enfrenta el país. ¿Qué expectativas tiene al respecto?

– Un acuerdo nacional sería una instancia privilegiada y urgente para afrontar los grandes desafíos que tenemos como país.

El bien común nos llama a actuar corresponsablemente ante los enormes retos respecto de los temas mencionados –deterioro de las relaciones cívicas, aumento de la inseguridad, corrupción, incapacidad de los actores políticos para llegar a acuerdo, entre otros-.

El bien superior del país exige estar a la altura, particularmente a quienes el pueblo ha investido como autoridad, sobreponiendo a los cálculos electorales el bienestar de las personas.

Vaticano

“El amor nos hace mejores”, mensaje del Papa a miles de abuelos en Roma

El Papa Francisco ha mantenido un encuentro festivo con miles de abuelos, nietos y ancianos en el que ha subrayado que “el amor nos hace mejores, nos enriquece y nos hace más sabios”. Y lo ha manifestado “con el deseo de compartir la fe siempre joven que une a todas las generaciones, y que recibí de mi abuela, de quien conocí por primera vez a Jesús”.  

Francisco Otamendi·27 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

En un Aula Pablo VI llena de miles de abuelos y ancianos, y de nietos, en el día en el que la Iglesia celebra el décimo aniversario de la canonización de los papas san Juan XXIII y san Juan Pablo II, el Santo Padre ha manifestado que “el amor nos hace mejores. Esto también lo demostráis vosotros, que os mejoráis unos a otros amándoos”.

“Y os lo digo como “abuelo”, con el deseo de compartir la fe siempre joven que une a todas las generaciones. Yo también la recibí de mi abuela, de quien conocí por primera vez a Jesús, que nos ama, que nunca nos deja solos, y que nos anima a estar cerca los unos de los otros y a no excluir nunca a nadie”.

Enseguida, el Pontífice ha contado una historia familiar sobre su abuela. “De ella escuché la historia de aquella familia en la que estaba el abuelo que, como ya no comía bien en la mesa y se ensuciaba, lo echaron, lo pusieron a comer solo. No era algo agradable, ¡de hecho era muy malo! Así que el nieto se puso unos días con el martillo y los clavos y, cuando papá le preguntó qué estaba haciendo, él respondió: ‘¡Estoy construyendo una mesa para que comas solo cuando seas viejo!’. Esto me enseñó mi abuela, y desde entonces nunca lo he olvidado”. 

La pobreza de la fragmentación y el egoísmo

“No lo olvidéis vosotros tampoco, porque sólo estando juntos con amor, sin excluir a nadie, uno se vuelve mejor, ¡más humano!”, ha continuado. “Y no sólo eso, sino que también te enriqueces. Nuestra sociedad está llena de personas especializadas en muchas cosas, ricas en conocimientos y medios útiles para todos. Sin embargo, si no se comparte y cada uno piensa sólo para sí mismo, toda la riqueza se pierde, es más, se convierte en un empobrecimiento de la humanidad”.

“Y éste es un gran riesgo para nuestro tiempo: la pobreza de la fragmentación y del egoísmo. Pensemos, por ejemplo, en algunas de las expresiones que utilizamos: cuando hablamos del “mundo de los jóvenes”, del “mundo de los viejos”, del “mundo de este viejo”… ¡Pero el mundo es sólo uno! Y está compuesto de muchas realidades que son diferentes precisamente para que puedan ayudarse y complementarse: las generaciones, los pueblos. Todas las diferencias, si se armonizan, pueden revelar como las caras de un gran diamante, el maravilloso esplendor del hombre y de la creación”.

Alerta ante actitudes que crean soledad

En un ambiente de cariño y especialmente emotivo para el Papa, Francisco ha recordado que “a veces oímos frases como ¡piensa en ti mismo!, ¡no necesitas a nadie!”. Son frases falsas, que engañan a la gente haciéndole creer que es bueno no depender de los demás, hacer por uno mismo vivir como islas, mientras que estas son actitudes que sólo crean mucha soledad. Como por ejemplo cuando, debido a la cultura del descarte, los ancianos se quedan solos y tienen que pasar los últimos años de su vida lejos de casa y de sus seres queridos”. 

Pensemos un momento, ha animado: “¿Nos gusta esto? ¿No es mucho mejor un mundo en el que nadie tenga que temer acabar sus días solo? Claramente sí. Así que construyamos este mundo, juntos, no sólo ideando programas de cuidados, sino cultivando distintos proyectos de existencia, en los que el paso de los años no se considere una pérdida que menosprecia a alguien, sino un bien que crece y enriquece a todos”.

A los nietos: los abuelos, la memoria del mundo

“Queridos nietos, vuestros abuelos son la memoria de un mundo sin memoria, y «cuando una sociedad pierde la memoria, está acabada. Escuchadles, sobre todo cuando os os enseñan con su amor y su testimonio a cultivar los afectos más importantes, que no se se obtienen a la fuerza, no aparecen con éxito, sino que llenan la vida”.

El Papa ha concluido. “No es casualidad que fueran dos ancianos, me gusta pensar que dos abuelos, Simeón y Ana, quienes reconocieron a Jesús cuando fue llevado al Templo de Jerusalén por María y José (cf. Lc2,22-38). Lo acogieron, lo tomaron en sus brazos y comprendieron –sólo ellos comprendieron– lo que sucedía: que Dios estaba allí, presente, y les miraba con los ojos de un niño. Sólo ellos comprendieron, al ver al pequeño Jesús, que había llegado el Mesías, el Salvador que todos esperaban”.

“Los ancianos ven lejos, porque han vivido tantos años”, terminó, “y tienen tanto que enseñar: por ejemplo, lo mala que es la guerra. Yo, hace mucho tiempo, aprendí esto de mi abuelo, que había vivido la Primera Guerra Mundial y que, a través de sus historias, me hizo comprender que la guerra es una cosa horrible. Buscad a vuestros abuelos y no los marginéis, por vuestro propio bien: ‘La marginación de los ancianos […] corrompe todas las estaciones de la vida, no sólo la de la vejez’ (Catequesis, 1 de junio de 2022)”.

El Papa, «abuelo» del mundo

.El acto comenzó una hora y media antes de la llegada del Papa, con el testimonio del denominado “abuelo de Italia”, el actor Lino Banfi, y el cantante Al Bano, junto a monseñor Vincenzo Paglia, presidente de la Pontificia Academia para la Vida, quien presidió en Italia la Comisión para la Reforma de la Atención Sanitaria  y Social de la Población Mayor (o Tercera Edad), creada en 2021 por el Ministerio de Sanidad del gobierno italiano. 

Esta comisión lanzó una Carta de Derechos de las Personas Mayores y los Deberes de la Comunidad, de la que informó Omnes. Monseñor Paglia llamó hoy a Lino Banfi el abuelo de Europa, y éste a su vez “abuelo del mundo” al Papa Francisco.

Humanizar el mundo

«Queremos intentar humanizar el mundo con afectividad, para curarnos del aislamiento y la soledad», dijo esta semana, en la presentación del encuentro, Mario Marazziti, presidente de la Fundación italiana Età Grande que, inspirándose en los valores cristianos y evangélicos, se propone promover y garantizar los derechos de la persona anciana y los correlativos deberes de la comunidad.  

“Con la iniciativa queremos dar una nueva visión de la vejez”, señaló por su parte monseñor Vincenzo Paglia, presidente de la Academia Pontificia para la Vida». La vejez “no es un desperdicio, una carga, sino un recurso y no está desvinculada de todas las otras edades de la vida. Queremos partir de aquí para redescubrir el patrimonio de la tercera edad, dando la palabra a los abuelos y a los nietos, entre los cuales existe una especial sintonía, complicidad y dimensión afectiva que no existe entre las otras generaciones”. 

Mayor atención a las personas mayores

“Los ancianos deben comprender que todavía pueden dar mucho”, añadió, explicando que “en Italia, por ejemplo, son 14 millones, pero para ellos no existe un trabajo de reflexión política, económica, religiosa o cultural. Y si el Papa, con un ciclo de diecinueve catequesis, ha indicado cómo vivir la tercera edad y ha creado la Jornada Mundial de los Abuelos, mientras que el Estado italiano, con la ley 33 de 2023 sobre la reforma de la no autosuficiencia, se ha comprometido a reorganizar la asistencia a los ancianos, la esperanza es que también en otras naciones crezca la atención hacia las generaciones mayores. 

Abuelos y nietos, el calor entre generaciones

«La dimensión de la vejez”, a su juicio, “se vuelve decisiva para reanudar, a través del vínculo con los nietos, el calor con las otras generaciones», aseguró monseñor Paglia. “Abuelos y nietos son las dos generaciones extremas que no pueden vivir sin las intermedias. Este es un magisterio que los adultos y los jóvenes deben escuchar».

El autorFrancisco Otamendi

Cultura

Piedad mariana, naturaleza y cultura en Montserrat

Además de como santuario mariano, el monasterio de Montserrat es un destino de gran interés como lugar turístico tanto por su importancia histórica y su arquitectura como por el entorno natural, que ofrece numerosas posibilidades a los amantes de la naturaleza.

Enric Bonet·27 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

La basílica del siglo XIX, el espacio audiovisual Montserrat puertas adentro o el museo del santuario, con obras de Caravaggio, El Greco, Picasso, Dalí o Monet son algunos de los lugares imprescindibles que visitar en el santuario. También están el rosario monumental y numerosas rutas de senderismo para disfrutar del paisaje.

Viaje y aproximación

Uno de los atractivos de Montserrat es el propio viaje hacia la montaña, que puede hacerse en tren desde Barcelona. La aproximación desde Monistrol de Montserrat al santuario puede hacerse conectando con un pintoresco tren que sube 600 metros en unos cinco kilómetros. Es el famoso cremallera. En Monistrol hay un amplio parking, por si se prefiere llegar hasta allí en coche.

En la parada anterior a Monistrol, puede tomarse el teleférico, otra manera de llegar al santuario. Este “aéreo de Montserrat”, que también así se conoce, realiza el trayecto en cinco minutos y ofrece unas vistas únicas de la montaña. Evidentemente, puede subirse también en automóvil hasta el parking del propio santuario.

Basílica, atrio y museos

Una vez allí la visita obligada es a la Virgen. Se accede al camarín, donde puede ser venerada. La basílica es la reconstrucción del siglo XIX de los restos de la gótica de finales del XVI. Está muy ricamente decorada, especialmente la zona del camarín de Santa María. El atrio de la basílica está presidido por la fachada del templo, neoplateresca de 1901 y rodeada por edificios. Después de la guerra civil, se construyó una nueva fachada que cierra el patio. En ella encontramos relieves alusivos a la proclamación del dogma de la Asunción, a san Benito y la representación de los monjes martirizados en esa guerra.

Una inscripción en esa fachada recoge una frase atribuida al obispo Torres i Bages, que resume el espíritu del catalanismo católico del que Montserrat ha sido el epicentro: “Catalunya serà cristiana o no serà”.

En la oficina de información pueden encontrarse orientaciones para acudir al espacio audiovisual titulado Montserrat puertas adentro, que introducirá al peregrino en la montaña, el monasterio y el santuario.

Montserrat cuenta también con un museo que contiene una importante colección de arte con obras de Caravaggio, El Greco, Rusiñol, Casas, Picasso, Dalí, Monet… y algunos restos arqueológicos procedentes de Oriente Próximo.

Rosario monumental y senderos

Después de las desgracias del siglo XIX, el mundo cultural catalán se comprometió con la restauración de Montserrat y, gracias a eso, muchas obras literarias y artísticas de finales de ese siglo se consagran a la Virgen.

Ya hemos hablado de la creación de muchos poetas y literatos de esos años. El mundo de las artes plásticas quiso también contribuir. Así, en el camino que va del Santuario a la Santa Cueva, se construyó entre 1896 y 1916 un rosario monumental. A lo largo del camino, grupos escultóricos representan cada uno de los quince misterios. En este proyecto participaron notables artistas como Gaudí, Puig i Cadafalch, Sagnier, Llimona, los hermanos Vallmitjana y otros. Es un paseo agradable hacia el lugar donde se encontró la imagen que combina armoniosamente naturaleza y arte.

El senderismo es un buen complemento para la visita a Montserrat. La montaña está llena de caminos que unen ermitas y miradores. Una excursión tradicional es subir a Sant Jeroni (1237 metros), la cima de la sierra; además puede combinarse con la subida en el cremallera de Sant Joan y resulta una ruta circular de algo más de dos horas. También puede subirse a pie al santuario por senderos desde Monistrol. El patronato de la Montaña ofrece algunas rutas en su web.

La escolanía y el Virolai

Hay testimonios de la presencia de una escolanía -un coro de pueri cantores- desde inicios del siglo XIV, lo que nos haría pensar en una de las más antiguas de Europa. Son pocos los escolans hasta que en los siglos XVII y XVIII crece y se convierte en una verdadera escuela musical. A mediados del siglo XX llegan a ser cincuenta cantores y comienzan a grabar discos y realizar giras de conciertos a nivel nacional e internacional.

Por ello, uno de los momentos imprescindibles de la visita a Montserrat es cuando la Escolanía interpreta la Save y el Virolai.

El Virolai es la musicalización del poema a Santa María de Montserrat que Jacint Verdaguer compuso para el milenario (1880) del hallazgo de la Virgen. Se convocó un concurso, dentro de los eventos programados, al que se presentaron más de sesenta versiones musicales del poema. Quien ganó fue Josep Rodoreda, que recibió el premio correspondiente. Desde entonces el Virolai, cuya letra es preciosa, forma parte del acervo cultural de cualquier catalán.

El autorEnric Bonet

Cultura

Montserrat, “el nostre Sinaí”, un símbolo de la fidelidad de María

El 27 de abril se celebra Nuestra Señora de Montserrat. Su santuario se encuentra en las proximidades de la ciudad de Barcelona, situado en un enclave de gran belleza. Este monasterio mariano se construyó, según la tradición, en el lugar donde fue hallada milagrosamente una imagen de la Virgen.

Enric Bonet·27 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 7 minutos

El recorrido histórico del monasterio de Montserrat no ha estado exento de dificultades. A principios del siglo XIX las tropas francesas lo destruyeron cuando intentaron invadir España. Sin embargo, finalmente el santuario fue reconstruido y hoy en día es uno de los más visitados de la región.

La historia

A unos 40 kilómetros de Barcelona se encuentra uno de los lugares más visitados de Cataluña. Una brusca elevación del terreno que da lugar a una sierra con una morfología singular. El imaginario colectivo ha visto una montaña serrada por alguien grande que le ha querido dar una forma única. Allí empezó la historia de Santa María de Montserrat.

¿De dónde sale esta imagen?

Nos refiere Sardà i Salvany, en su “Montserrat. Noticias históricas”, de 1881, lo que la tradición había transmitido acerca del hallazgo de la imagen: “El año 880, una de las deliciosas tardes de abril, sábado 25 [sic] por más señas, a la hora en que el astro del día cede su lugar a la melancólica lumbre de la reina de la noche, guardaban según costumbre unos pastorcillos de la vecina villa de Olesa sus rebaños al pie del Montserrat, bien ajenos de la alta dicha que iba a proporcionarles la Providencia. Cuando más distraídos estaban, vieron unas como estrellas resplandecientes que del cielo bajaban a uno de los extremos de la montaña, y venían a esconderse en el ángulo oriental de la misma, en la parte que cae sobre el Llobregat. Confusos y atemorizados, mucho más cuando varios sábados consecutivos a idéntica hora les sorprendió igual visión, y en los últimos se les ofreció acompañada de suavísimos cánticos.

Comunicaron el suceso a sus amos, por quienes fue asimismo observado y comunicado inmediatamente al párroco de Olesa, por ser el lugar de su jurisdicción”. Según esta misma tradición, la imagen que entonces el cielo señalaba, había sido escondida a principios del siglo VIII, en el 717, ante la cercana invasión sarracena de Barcelona. Se trataba de una imagen -de origen jerosolimitano- que ya se veneraba en Barcelona, en la iglesia de San Justo y San Pastor… aunque nos movemos aquí en el campo de la tradición no histórica.

El relato continúa de forma muy parecida al de otras vírgenes encontradas. El obispo acude con una comitiva para trasladar la imagen que a pocos metros de la cueva se hace inamovible. Eso se toma como un signo de predilección de la Virgen por ese lugar y allí se queda la imagen. La primera mención documental de Montserrat data del 888: Wilfredo el Velloso dona al monasterio de Ripoll la ermita de Santa María; y eso ya no es leyenda.

Las primeras ermitas

Después del descubrimiento de la imagen de la Virgen María en la cueva, los primeros ermitaños comenzaron a asentarse en la zona. Estos hombres piadosos vivían en pequeñas celdas o cuevas dispersas por la montaña, llevando una vida austera dedicada a la oración y la penitencia.

Con el tiempo, la fama de la Virgen de Montserrat crecía y, a medida que el número de ermitaños aumentaba, se establecieron nuevas ermitas y celdas en diferentes puntos de la montaña de Montserrat. Estas ermitas estaban conectadas por senderos y caminos, lo que permitía a los ermitaños compartir momentos de oración y comunidad.

Sabemos que a finales del siglo IX había cuatro ermitas: las de Santa María, San Acisclo, San Pedro y San Martín.

La devoción a la Virgen de Montserrat crecía y la necesidad de una comunidad religiosa más estructurada se hacía evidente, lo que llevó a la fundación ofi cial del monasterio de Montserrat en el siglo XI, el año 1025, en la ermita de Santa María. Unos cincuenta años después el Monasterio de Santa María de Montserrat tiene ya su propio abad. De las ermitas originales todavía permanece en pie la de San Acisclo en el jardín del Monasterio.

La consolidación

En el siglo XII-XIII se construye una iglesia románica y de esa fecha data la talla de la Virgen actual. El monasterio y los milagros que concede la Virgen van tomando nombre y aparecen en algunos libros, entre ellos, en las Cántigas de Santa María de Alfonso X, lo que hace muy popular el monasterio y se convierte en un conocido lugar de peregrinación, con el correspondiente aumento de donaciones e ingresos que lo hacen crecer. A lo largo del siglo XV el monasterio se convierte en abadía independiente, se construye un claustro gótico y se instala una imprenta.

A finales del siglo XVI, en 1592, se consagra la actual iglesia, más grande para acogida de mayor número de peregrinos.

Decadencia y destrucción

La abadía de Montserrat sufrió una serie de calamidades en el siglo XIX. El monasterio fue saqueado y destruido en 1811 por las tropas francesas que habían invadido España. Xavier Altés -monje que fue bibliotecario durante muchos años- explicaba que los franceses se ensañaron con la abadía porque se había convertido en símbolo de que Dios ayudaría a los campesinos de la zona, que ya habían vencido en las dos primeras embestidas francesas. A la tercera venció, en cambio, el francés y quemaron todo: la biblioteca, el archivo y la Iglesia, los retablos, los cuadros… Era la forma de decir: ¿veis cómo ha acabado aquello que pensabais que os salvaría?

La Virgen se salvó porque estaba desnuda. En el camerino se puso una copia, que hicieron añicos. La original se escondió en una de las ermitas. Los franceses la encontraron, pero como iba sin los ropajes con que se adornaban las tallas entonces, no la reconocieron y, después de profanarla, la dejaron allí tirada. Concluye Altés que la prensa de la época decía que había que poner un letrero donde apareciese escrito: “Aquí estuvo Montserrat”.

Y por si fuera poco, en 1835 las leyes de desamortización hicieron que el Estado confiscara lo poco de valor que quedaba y mandó a los monjes desalojar el complejo, que quedó desierto y medio en ruinas. Tan era así, que el obispo ofreció a los monjes un terreno en Collbató, dando por perdido el monasterio, pero ellos no aceptaron; querían seguir en Montserrat, aunque fuera en esas condiciones penosas.

Renacer

Montserrat es símbolo de la fuerza y fidelidad de la Virgen. Cuando ni muchos de los propios católicos creían en la posible restauración del santuario, Santa María fue fiel e hizo el milagro. En octubre de 1879 hubo una reunión en Montserrat: el abad Muntades con Jaume Collell, Jacint Verdaguer y Sardà i Salvany. Aprovecharían el milenario del hallazgo de la imagen para reavivar el fervor y la ayuda para la reconstrucción.

Para el milenario, Verdaguer compone el Virolai. Al año siguiente, continuando con el impulso del milenario, se organizó la coronación canónica de Nuestra Señora de Montserrat.

Un siglo y medio después, aquel monasterio en ruinas es un precioso lugar; uno de los monumentos más visitados de Cataluña que acoge casi tres millones de visitantes al año. El lugar donde había que haber puesto un cartel de “aquí estuvo Montserrat” está ahora anunciado en todas las guías turísticas y religiosas de Cataluña. Santa María nunca falla.

La imagen

El foco, el origen y el motor de todo lo que pasa en Montserrat es Santa María. La imagen que se encontró y estuvo en la ermita de Santa María no se conserva actualmente.

El relevo a esa devoción lo tomó la imagen actual, que ha sobrevivido todos los avatares de los que hemos hecho mención en la breve historia esbozada. Se trata de una talla románica de finales del siglo XII o principios del siglo XIII de unos 95 centímetros de altura y madera de álamo, que preside el camerino del Santuario.

La imagen es conocida como “La Moreneta” y se tiene constancia de este apelativo ya desde el siglo XV; por eso toda la iconografía y literatura sobre ella nos hacía pensar en una Virgen negra. En el año 2001 –explica en una entrevista el abad Solé– se hizo un estudio para detectar las capas en la policromía de la imagen e intentar dilucidar si fue negra desde el origen.

El estudio reveló tres niveles en el color. El nivel más antiguo era una capa que en su origen fue blanca: se trata del pigmento que se utilizaba en ese tiempo para imitar el color de la piel, y para prepararlo se hacía con una mezcla que incluía plomo, que con el tiempo, el humo y la oxidación iba ennegreciendo; pero lo hacía de forma irregular.

Así, en el siglo XV se le da un pigmento para hacerla morena uniformando las zonas oscuras.

En la guerra de la Independencia, la imagen, que había sido escondida en una ermita, fue encontrada por los soldados. No fue identificada como la original, pero sí profanada. Se cuenta que la dejaron colgando de una encina en unos meses que fueron muy lluviosos. Al encontrarla los monjes, vieron que el Niño Jesús había sido arrancado y había desaparecido. De esa época es el Niño Jesús actual -más barroco que románico- y la última capa de pigmento -más oscuro- que se le aplicó para restaurar los daños que había sufrido el color.

La imagen –dice el abad Solé– evoca dos figuras bíblicas. El vestido de Santa María es dorado recordando a la esposa del Salmo 44 (45): “De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir. […] Vestida de perlas y brocado”. Nos habla del amor intenso -casi esponsal- de Dios por María a la hora de confiarle la misión de ser Madre de su Hijo. La segunda figura es la de la esposa del Cantar de los Cantares, que dice: “Soy morena pero hermosa, muchachas de Jerusalén”. Un texto aplicado a multitud de imágenes de vírgenes negras.

María está representada portando en la mano derecha una bola, que es la que veneran los fieles, ya que sobresale por un agujero del cristal de protección. Algunos han hablado de que representa la tierra… pero es mucho decir para el siglo XIII, donde todavía se tenía una visión plana del planeta. La esfera representa el cosmos; todo lo creado, que María sostiene en sus manos y protege, y, a su vez, presenta a Cristo.

El niño está vestido de oro y coronado, lo que nos recuerda su realeza. En su mano izquierda lleva una piña. La piña es el signo de la vida que Jesús ofrece a quien le deja entrar en su vida. También es símbolo de la unidad que nos da Jesús y en Él se mantiene.

Con la mano derecha, bendice. La Virgen se engloba en un camerino en el que, en su parte superior, dos ángeles sostienen una corona, representando así el quinto misterio de gloria. La Virgen reina está sentada en su trono, pero, como muchas imágenes románicas, es ella misma Sedes Sapientiae: trono de la sabiduría. Ya que ofrece su regazo a Jesús, el Verbo, la Sabiduría.

El autorEnric Bonet

Mundo

División entre los obispos alemanes por el “Comité Sinodal”

En desacuerdo con el principio sinodal del consenso, una mayoría de los obispos alemanes ha aprobado los estatutos del "Comité Sinodal", a pesar de la oposición por una minoría compuesta por cuatro obispos.

José M. García Pelegrín·26 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal alemana (DBK) ha aprobado los estatutos del “Comité Sinodal”, con el voto en contra del cardenal Rainer Woelki (Colonia) y de los obispos Gregor Maria Hanke OSB (Eichstätt), Stefan Oster SDB (Passau) y Rudolf Voderholzer (Ratisbona), quienes han confirmado su decisión de no participar en dicho Comité Sinodal.

Como se recordará, la idea de introducir un comité o comisión sinodal surgió como respuesta a la negativa del Vaticano a permitir que el “Camino Sinodal” alemán estableciera un “Consejo Sinodal” permanente, compuesto por obispos, sacerdotes y laicos, que funcionaría como un organismo de supervisión de la actuación de cada obispo en su diócesis y de la DBK a nivel nacional. Tanto en una carta del 16 de enero de 2023 como en otra del 16 de febrero de 2024, los principales cardenales de la Santa Sede recordaron que un Consejo sinodal “no está previsto por el derecho canónico vigente y, por tanto, una resolución en este sentido de la DBK sería inválida, con las correspondientes consecuencias jurídicas.” Además, pusieron en duda la autoridad que “tendría la Conferencia Episcopal para aprobar los estatutos”, ya que ni el Código de Derecho Canónico ni el Estatuto de la DBK “proporcionan una base para ello”.

Para sortear la prohibición de la Santa Sede, el “Camino Sinodal” aprobó la creación de un “Comité Sinodal”… cuyo único objetivo es preparar la creación de un “Consejo Sinodal”. El “Comité Central de los laicos alemanes” ZdK aprobó sus estatutos el 11 de noviembre de 2023; para que éstos entraran en vigor se requería la aprobación por parte de la DBK; inicialmente, estaba previsto que esto sucediera en su Asamblea plenaria del 19 al 22 de febrero de este año. Sin embargo, tras la mencionada misiva de los cardenales Pietro Parolin, Víctor M. Fernández y Robert F. Prevost del 16 de febrero –una carta aprobada expresamente por el Papa Francisco– solicitando que no se trataran en la Asamblea Plenaria, la DBK decidió ceder. Durante su visita al Vaticano en marzo de 2024, una delegación de la DBK acordó someter los trabajos del “Comité Sinodal” a la aprobación por parte de la Santa Sede.

Por este motivo, ante la aprobación de los estatutos del “Comité sinodal” por la mayoría de la DBK, los cuatro obispos mencionados de Colonia, Eichstätt, Passau y Ratisbona han hecho una declaración conjunta en la que afirman que esperarán hasta el final del Sínodo mundial de la Sinodalidad para decidir cómo proceder: “Los obispos de Eichstätt, Colonia, Passau y Ratisbona desean continuar el camino hacia una iglesia más sinodal en consonancia con la iglesia mundial”. Recuerdan que las objeciones que repetidamente se han manifestado desde el Vaticano a la constitución de un “Consejo Sinodal” por no ser “compatible con la constitución sacramental de la iglesia” los lleva a la negativa a participar en un “Comité Sinodal”, “cuyo objetivo declarado es la creación de un Consejo Sinodal”.

Los cuatro obispos mencionados “tampoco comparten la opinión jurídica de que la Conferencia Episcopal Alemana pueda ser la responsable del Comité Sinodal si cuatro miembros de la conferencia no apoyan el órgano”. Por tanto, dejan claro que no es la DBK la responsable del “Comité Sinodal”, sino los otros 23 obispos diocesanos.

De este modo, se crea una incertidumbre jurídica manifiesta, ya que, según el propio “Camino Sinodal”, los titulares del “Comité Sinodal” debían ser el ZdK y la DBK. Por tanto, desde el punto de vista jurídico, dicho “Comité Sinodal” está viciado o, por decirlo de un modo menos jurídico, no existe, pues se mueve en un vacío legal, es una mera simulación. Además de que una decisión “por mayoría” contradice el principio de la sinodalidad en sí, que busca el consenso; y con la negativa de la minoría, queda claro que dentro de la DBK no hay consenso en relación con el pretendido “Comité Sinodal”.

Por otro lado, queda por ver cómo se armoniza la participación de 23 obispos en un “Comité Sinodal” que tiene como objetivo la creación de un “Consejo Sinodal” prohibido por la Santa Sede con la afirmación de que dichos obispos someterán los trabajos del “Comité Sinodal” a la aprobación por parte de la Santa Sede. Encontrar una solución conforme al Derecho Canónico para el “Comité Sinodal” se antoja la búsqueda de la cuadratura del círculo.

Vaticano

El cardenal Parolin y las “cinco preguntas que agitan a la Iglesia”

El cardenal Pietro Parolin presentó el 24 de abril el libro "Cinco preguntas que agitan a la Iglesia", del periodista vaticano Ignazio Ingrao, de TG1 RAI.

Hernan Sergio Mora·26 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

El 24 de abril el periodista vaticano Ignazio Ingrao, de TG1 RAI, presentó su libro «Cinco preguntas que agitan a la Iglesia» junto al cardenal Pietro Parolin. Al término de la presentación del libro, el cardenal respondió a Omnes: «Lo más hermoso de este libro es que pone sobre la mesa las grandes preguntas que todos llevamos encima, en cambio sobre las respuestas…» (se limitó a mover un poco la cabeza como diciendo que estaba menos convencido).

El libro, de 160 páginas, en italiano, publicado por la editorial San Paolo, fue presentado en la sede del Ministerio de Cultura, en Roma, en presencia de ministros, embajadores, autoridades civiles y religiosas. Plantea cinco preguntas, por lo que el cardenal Parolin recordó otra obra, «De las cinco heridas de la Iglesia», del filósofo y teólogo Antonio Rosmini.

En cambio -dijo el Secretario de Estado del Vaticano- «aquí se trata obviamente de cuestiones nuevas relacionadas con la actualidad de los tiempos, que sin embargo -me gusta subrayarlo- van en la misma direcció, que la ‘reforma de la Iglesia’ promovida por el Papa Francisco», aseguró.

«La Iglesia, como sabemos, es ‘semper reformanda'» -señaló el cardenal-, «es decir, debe ser reconducida a su forma propia, porque, como afirma la Constitución conciliar ‘Lumen Gentium‘, ‘Cristo es santo, inocente, inmaculado… [por lo que] la Iglesia, que tiene en su seno a los pecadores, es santa, pero al mismo tiempo está ‘siempre necesitada de purificación’, por lo tanto ‘avanza continuamente por el camino de la penitencia y de la renovación'».

El cardenal invitó a leer el libro presentado, sin olvidar algo parecido, la «situación de turbación y espanto que encontramos en el Evangelio de Mateo: ‘En esto se produjo una tempestad tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas; él dormía. Se acercaron y lo despertaron gritándole: ‘¡Señor, sálvanos, que perecemos!'».

«Y, sin embargo, nosotros, a diferencia de los discípulos» -continuó el cardenal Parolin-, «sabemos que el Espíritu Santo, es decir, el soplo de Dios dado por Jesús en la cruz y luego el día de Pentecostés, hace que la Iglesia sea ante todo su Iglesia, es decir, capaz de resistir a las tempestades de las convulsiones culturales y a los pecados de los hombres y mujeres que pertenecen a ella».

A continuación, el cardenal se explayó sobre los capítulos del libro.

Iglesia en salida

Sobre la primera pregunta: «¿Hasta dónde ha llegado la Iglesia en salida de Bergoglio; cómo de lejos está la Iglesia de la realidad actual, a pesar de sus esfuerzos?», el cardenal señaló cómo el autor describe en una «fría teoría de cifras» números poco atractivos sobre la Iglesia en Europa y América, y cómo Benedicto XVI se preguntaba dónde había ido a parar el impulso del Concilio Vaticano II.

«Estábamos contentos» -dijo Benedicto XVI el 11 de octubre de 2012- «y llenos de entusiasmo. Se había inaugurado el gran Concilio Ecuménico; estábamos seguros de que iba a llegar una nueva primavera de la Iglesia, un nuevo Pentecostés, con una nueva presencia fuerte de la gracia liberadora del Evangelio».

El libro también apunta a la visión del Papa Francisco en la «Evangelii Gaudium», como el programa de su pontificado: «Privilegiar acciones que generen nuevos dinamismos en la sociedad e involucren a otras personas y grupos que los lleven adelante, hasta que fructifiquen en importantes acontecimientos históricos». Procesos que el autor «ve concretarse también en la elección por parte del Papa de nuevos colaboradores a los que se pide explorar nuevos caminos».

Del libro, el cardenal precisa que en este contexto el vaticanista Ingrao critica «la teología de escritorio, hija de una lógica fría y dura que busca dominarlo todo», indicando como ejemplo la Declaración «Fiducia Supplicans«, si bien el Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe considera que se trata de un texto que «queda siempre abierto a la posibilidad de precisarlo, enriquecerlo, mejorarlo y quizás dejarlo iluminar mejor por las enseñanzas de Francisco».

La primera pregunta se cierra -explica el cardenal- con una instantánea sobre los jóvenes según el Papa Francisco, que son definidos por el autor como «exploradores, avanzadilla en la distraída sociedad de las redes sociales para despertar los verdaderos sentimientos, el deseo de autenticidad, la capacidad de soñar», con sensibilidad ecológica y una profunda atención a los tiempos y a los retos del pontificado.

Disminución de la práctica religiosa

La segunda cuestión se refiere a dos elementos problemáticos: la disminución de la práctica religiosa en el mundo. En particular, el autor se detiene en América Latina, donde la Iglesia católica ya no es la primera en número de fieles, sino que ha sido superada por las iglesias pentecostales. Sin olvidar las intervenciones de Benedicto XVI y de Francisco, que afirmaron con determinación cómo la Iglesia crece no por proselitismo sino por atracción, es decir, por fuerza testimonial, explicó el cardenal.

Apertura a los laicos

El cardenal, sobre la «tercera pregunta, si la apertura a los laicos y a las mujeres es real o sólo una fachada», señala cómo el autor hace hincapié en una serie de experiencias y en el Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad. Y, por último, recuerda los roles de mando que hoy ocupan las mujeres dentro de la curia romana.

Urgencias antropológicas

«Las urgencias antropológicas abren la cuarta pregunta. Inicio y fin de la vida, fronteras de la medicina y cuestiones de género: de hecho, escribe Ingrao, ‘no se trata de buscar respuestas más o menos acordes con los tiempos o alineadas en defensa de la moral tradicional. Se trata más bien de hacer madurar un nuevo humanismo que, enraizado en el personalismo cristiano, sepa responder a los interrogantes de hoy'», explicó el cardenal.

¿Qué pasará con las reformas?

«Llegamos así a la última de las cinco preguntas, ¿qué pasará con las reformas emprendidas por el Papa Francisco? A la que se añade una que suena para algunos como una amenaza y para otros como una ilusión: ‘¿Existe el riesgo de volver hacia atrás?'».

«El último capítulo» -concluye el cardenal Parolin- «dedicado a estas preguntas permanece abierto, como debe ser. De hecho, habla de reformas, como las define el autor, ‘emprendidas’, es decir, ‘in itinere'». Por tanto, «el discernimiento, que no es simple intuición, sino fruto de la oración continua en el Espíritu, indicará, en el tiempo distendido de quien sabe ser paciente, cómo continuar y qué volver institucional. Precisamente porque es acción del Espíritu, no puede haber vuelta atrás».

El autorHernan Sergio Mora

Leer más
Vaticano

El Papa a la Acción Católica Italiana: construir una «cultura del abrazo»

El Papa Francisco recibió el 25 de abril de 2024 a los miembros de Acción Católica Italiana en la Plaza de San Pedro antes de la Asamblea Nacional. Desde Tierra Santa, el Cardenal Pizzaballa invita a superar las polarizaciones.

Giovanni Tridente·26 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

En este encuentro, se volvió a hablar de paz y esperanza como camino para superar los numerosos conflictos que laceran diversas partes del mundo, empezando por Tierra Santa y la atormentada Ucrania. La ocasión la brindó el encuentro nacional de la Acción Católica Italiana, que el 25 de abril -Día de la Liberación del Pueblo Italiano del nazismo y fascismo- quiso reunirse en torno al Papa Francisco en un acto titulado «Brazos abiertos«.

La iniciativa pretendía ser un anticipo de la XVIII Asamblea Nacional de la histórica entidad italiana, fundada en 1867, y contó con la participación de unos 80.000 afiliados y simpatizantes de todo el país y de todas las edades, que se reunieron en la Plaza de San Pedro para recibir el saludo, el aliento y la bendición del Papa Francisco.

«Es en este mundo y en este tiempo donde estamos llamados a ser, en virtud del bautismo recibido, sujetos activos de la evangelización, somos discípulos misioneros de un Señor que dio su vida por el mundo. También la nuestra no puede sino ser entregada a su vez», dijo monseñor Claudio Giuliodori, asistente eclesiástico de la AC, en la apertura del evento.

Cultura del abrazo

En línea con el tema del evento, el Papa Francisco destacó en su discurso la importancia de cultivar una «cultura del abrazo» para superar todos aquellos comportamientos que, entre otras cosas, también conducen a las guerras: la desconfianza en el otro, el rechazo y la oposición que se convierten en violencia. Abrazos perdidos o rechazados, prejuicios y malentendidos que hacen ver al otro como un enemigo.

«¡Y todo esto está desgraciadamente ante nuestros ojos estos días, en demasiadas partes del mundo! Con vuestra presencia y vuestro trabajo, en cambio, podéis testimoniar a todos que el camino del abrazo es el camino de la vida», dijo Francisco.

De ahí la invitación a las personas de Acción Católica a ser «presencia de Cristo» en medio de la humanidad necesitada, «con brazos misericordiosos y compasivos, como laicos comprometidos en los acontecimientos del mundo y de la historia, ricos de una gran tradición, formados y competentes en lo que concierne a vuestras responsabilidades, al mismo tiempo humildes y fervorosos en la vida del espíritu».

Sólo así podréis sembrar semillas de cambio coherentes con el Evangelio, que lleguen a tener un impacto «a nivel social, cultural, político y económico en los contextos en los que actuáis».

Otra invitación del Papa se refería a la colaboración de todas las personas de la Acción Católica -niños, familias, hombres y mujeres, estudiantes, trabajadores, jóvenes y adultos- para comprometerse activamente en el camino sinodal, para realizar finalmente la expresión de una Iglesia que se sirve de «hombres y mujeres sinodales, que saben dialogar, interrelacionarse, buscar juntos».

Tierra Santa en el punto de mira

La jornada se había abierto con un videomensaje del cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca latino de Jerusalén, quien, al dar las gracias a los presentes por encender una luz de reflexión sobre la importancia de la paz, reconoció que «debemos evitar que se repita en el mundo la división que ya tenemos aquí», en Tierra Santa. Se piensa, por ejemplo, en las numerosas polarizaciones, de unos contra otros, a través de una simplificación que no ayuda a captar la complejidad de la realidad, en lo importante que es, en cambio, «construir relaciones» en lugar de «levantar barreras».

«Es muy doloroso ver cómo esta guerra ha afectado al alma de todos, a su confianza y a su creencia en que aún se puede hacer algo en esta deriva de violencia que parece no acabar nunca», añadió el cardenal. ¿Qué se puede hacer? «Lo primero que hay que hacer es rezar, después es importante hablar de Tierra Santa, no dejar que la atención recaiga sobre este conflicto que está desgarrando la vida de estos pueblos», y en consecuencia «la vida de la sociedad en tantas otras partes del mundo». Porque «cuando sufre el corazón, sufre todo el cuerpo».

Hacia una pastoral de paz

En relación con estos temas, el próximo 2 de mayo el propio cardenal Pizzaballa pronunciará una «lectio magistralis» en la Pontificia Universidad Lateranense, dentro del curso de Teología de la Paz, titulada «Caracteres y criterios para una pastoral de la paz».

El autorGiovanni Tridente

Vocaciones

Natalio Paganelli: “En Sierra Leona, la mayoría de los sacerdotes son hijos de musulmanes”

El misionero Natalio Paganelli ha vivido durante dieciocho años en Sierra Leona. Allí, ha sido obispo de la diócesis de Makeni durante ocho años, un periodo que ha servido de transición para dejar la diócesis en manos de un obispo nativo, monseñor Bob John Hassan Koroma.

Loreto Rios·25 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 8 minutos

Natalio Paganelli es un misionero javeriano, de origen italiano, que fue ordenado sacerdote en 1980. Estuvo 22 años en México como misionero, tiempo que recuerda con mucho cariño porque estuvo “muy apapachado”, como él mismo dice. Después de un periodo en Londres, en 2005 llegó a Sierra Leona, donde estuvo hasta 2023. En esta entrevista, nos cuenta con su acento entre italiano y mexicano su paso por Sierra Leona y cómo su fase como obispo en la diócesis de Makeni fue una época de transición para dejar la diócesis en manos de un obispo local.

¿Cómo llegó a Sierra Leona, y cuál fue su labor allí?

Siempre tuve en mi corazón el deseo de África. Entré al seminario de los javerianos a los once años, después de primaria, y siempre en mi cabeza estaba África, por lo que había leído y visto en algunas películas. Después de mi destino en México, llegué a Sierra Leona el 15 de agosto de 2005.

En 2012, con mucha sorpresa, me llegó la petición de ser administrador apostólico de la diócesis de Makeni. ¿Por qué? La diócesis de Makeni fue fundada por los javerianos en 1950 como misión, como diócesis en 1962, aunque la primera evangelización fue hecha por los “Holy Ghost Fathers”, los “spiritans fathers”, pero con presencias esporádicas, no había una comunidad religiosa de sacerdotes presentes constantemente.

Cuando llegaron los javerianos, usaron una estrategia muy interesante. Como casi no había escuelas en el norte del país, empezaron a fundarlas, primero primarias, luego secundarias. A través de las escuelas, entró la evangelización en muchas familias.

El norte del país es musulmán, los católicos son el 5 %, pero hasta ahora, que ha empezado un poco, no ha habido nada de presencia de fundamentalistas. Se puede trabajar bien, y en la actualidad la diócesis de Makeni tiene unas 400 escuelas primarias, 100 escuelas secundarias, 3 escuelas profesionales, y, desde 2005, la primera universidad privada del país, con muchas facultades.

Los primeros obispos fueron extranjeros, hasta que se nombró en 2012 como obispo de Makeni a un sacerdote local, pero de otra diócesis, monseñor Henry Aruna, que era de la etnia mendé.

Hubo una reacción muy fuerte en la diócesis de Makeni, donde la mayoría temné, el segundo grupo, los limba, y el tercero, los loko, no aceptaron el nombramiento. No se pudo hacer el anuncio en la diócesis ni, un año después, la ordenación. Entonces la Santa Sede me escogió, no porque me conocieran, de hecho no me conocían en Roma, sino porque era el superior de los javerianos. Pienso que escogieron al superior de la congregación que había fundado la diócesis, para intentar arreglar el asunto. Se esperaba que en un corto plazo las cosas se resolverían, pero no fue posible. Después de 3 años, el Papa Francisco decidió cambiar al obispo electo de Makeni. Lo mandó como auxiliar a su diócesis, y poco después llegó a ser obispo, porque murió el obispo residente.

A mí me nombró administrador apostólico con carácter episcopal, para poder ejercer de obispo. Estuve 8 años como administrador apostólico y obispo. Mi tarea fue preparar el camino para que se ordenase obispo un sacerdote local, cosa que logramos el 13 de mayo del año pasado, 2023, con el obispo Bob John Hassan Koroma, que fue mi vicario general durante los ocho años de mi servicio. El 14 de mayo de 2023 tomó posesión de la diócesis.

Se escogió el día 13 porque es el día de Fátima y la diócesis y la catedral están dedicadas a Nuestra Señora de Fátima. Aquel día vino el obispo Henry Aruna, para concelebrar en la ordenación del nuevo obispo, y fue recibido con una gran aplauso, porque lo que pasó no fue algo contra él, contra su persona, porque él había sido profesor en el seminario de muchos de nuestros sacerdotes, y secretario de la Conferencia Episcopal durante casi diez años, había hecho un gran servicio. Era una cuestión étnica.

Es interesante que el nuevo obispo es converso, viene de una familia musulmana.

Sí, los papás eran musulmanes los dos. Él es limba, que es el segundo grupo étnico de la diócesis, pero habla bien el temné, el idioma del primer grupo, porque creció en Makeni. La mamá quedó viuda muy pronto y lo recogió una tía, hermana del papá, que era cristiana y de hecho tiene un hijo sacerdote, un poquito mayor que el obispo Bob John. Él recibió la educación cristiana de la tía, que era enfermera, una mujer muy generosa y muy sabia. Es habitual que, cuando los niños van a vivir con otros parientes, asuman la religión de la familia. Pero cuando él estaba estudiando en Roma, su mamá se convirtió sin que él interviniese, y prácticamente toda la familia son católicos ahora.

Monseñor Bob John Hassan Koroma ©OMP

El obispo tiene una muy buena preparación académica. En Roma, estudió en el Pontificio Instituto Bíblico y después hizo un doctorado en Teología Bíblica en la Universidad Gregoriana. Hizo un servicio extraordinario como profesor en el seminario, y fue párroco en dos parroquias en la diócesis, entre ellas la catedral.

¿Supone alguna dificultad en el país la conversión a otra religión?

La mayoría de los sacerdotes son hijos de musulmanes. ¿Por qué? Por las escuelas. La mayoría de ellos, frecuentando nuestras escuelas, que tienen mucho prestigio, gracias a Dios, entran en contacto con el cristianismo, con los sacerdotes, y en cierto punto piden el bautismo y hacen un curso catecumenal en la escuela misma. Generalmente, no hay oposición por parte de los padres. De hecho, nosotros decimos que hay una muy buena tolerancia religiosa en Sierra Leona. Esta es una de las cosas más bellas que nosotros podemos exportar al mundo, no solamente diamantes, oro, otros minerales.

Hay que crecer en el respeto recíproco, y es la cosa más bella, lo importante es ser coherentes con la fe que uno profesa, y la fe propone siempre cosas buenas, todas las religiones. Yo nunca he tenido en 18 años un solo problema con los hermanos musulmanes. El único problema que he tenido fuerte ha sido con los jefes tribales musulmanes, porque querían escuelas católicas en cada aldea, pero yo no podía construir una escuela católica en cada aldea, era imposible, ya 400 era un número muy grande.

¿Hay muchas vocaciones en Sierra Leona?

Sierra Leona no tiene un número exagerado de vocaciones, pero ahorita tenemos más de cien sacerdotes en las 4 diócesis. Makeni tiene 45 sacerdotes, es un número no altísimo, pero consistente y destinado a aumentar. No es como en Europa, que los que llegan son menos que los que se van.

En Makeni están creciendo, sobre todo los sacerdotes, un poco menos las vocaciones religiosas, especialmente las femeninas. Eso es más complicado, porque en su cultura las mujeres no están muy consideradas, así que es más difícil para ellas pensar en la vida consagrada. Hay algunas, pero no un número alto. Por tanto, ahí deberíamos crecer, porque también la presencia de hermanas religiosas en las parroquias es muy útil. Era uno de mis objetivos, y logré, de las 26 parroquias que había, poner comunidades religiosas en diez, gracias a Dios.

¿Cómo se afronta la evangelización en un país donde los católicos son aproximadamente el 5 % de la población?

Usamos la escuela como instrumento de evangelización, con mucho respeto. Después, también la caridad: la diócesis tiene un hospital donde se atiende a todo el mundo, recuperando un mínimo para que no se hunda el hospital, y las hermanas de la Madre Teresa de Calcuta sirven a los más pobres, los que nadie quiere, los que están en situaciones desesperadas.

Y, cuando hay situaciones muy difíciles, siempre interviene la Iglesia. Por ejemplo, con el ébola. He vivido los dos años de ébola, 2013-2015, que fueron muy muy dolorosos para nosotros. Perdimos, calculo, 1500 personas en la diócesis. Pero lo que más sufrimos fue no poderlos asistir, no poder hablar con ellos, no poderlos sepultar de una manera digna. Fue un drama para el país y para nosotros, y ahí vimos mucha solidaridad. Me gusta mencionar que todas las casas que estaban en cuarentena recibían ayuda de todos los que estaban fuera, musulmanes, cristianos, no había diferencia.

También, en las aldeas donde estaba en peligro la cosecha, las familias que no estaban en cuarentena iban a trabajar las “milpas”, los campos de los que estaban en cuarentena, para que pudiesen salvar la cosecha. Hemos visto cosas maravillosas que son fruto de la evangelización. Después, también es muy importante el contacto personal. Pongo un ejemplo: en algunas parroquias, después de Pascua, se hace la bendición de la casa con el agua que ha sido bendecida en la Vigilia Pascual, y también los musulmanes quieren que bendigamos su casa. Para ellos, toda bendición viene de Dios. Es algo muy bello, ellos participan con nosotros en la Navidad y hay familias que invitan a los vecinos. Y ellos, el último día de Ramadán, invitan a los cristianos a comer con ellos.

Hay una buena relación. En los encuentros oficiales de gobierno, también cuando se abre la sesión del Parlamento, se hace una oración cristiana y una oración musulmana. Y en las escuelas, en los encuentros de papás, también. Hay una aceptación recíproca, porque si no sería un problema serio. La mayoría de matrimonios en nuestra diócesis son mixtos, entre católicos y musulmanes. Dicen que el amor soluciona muchos problemas y crea mucha unidad, y es verdad. Lo dijo san Pablo, y lo vemos todos los días de manera concreta. Las vocaciones vienen mayoritariamente de las escuelas, eso sí. O de los hijos de familias cristianas que son monaguillos, como fuimos muchos de nosotros.

¿Qué dificultades pastorales se encuentran en la diócesis?

Es una opinión muy personal, pero creo que hay que ayudar a que las raíces de la fe sean más profundas. Hay todavía una fe un poco superficial, han pasado solamente 70 años, prácticamente, desde que empezó la evangelización. Estamos en la primera generación de cristianos, no podemos esperar que el Evangelio haya entrado profundamente en el corazón y en la mente de los cristianos. Tenemos muy buenos cristianos, muy buenos testimonios, pero todavía falta. Especialmente, a mi juicio, falta profundizar en el aspecto moral. Por ejemplo, está muy extendida, por el contexto cultural, la poligamia, y pasar a la familia monogámica no es fácil.

Otro reto pastoral que el obispo tiene, a mi juicio, es ayudar a las parejas a celebrar el matrimonio cristiano. Se casan cuando ya tienen hijos y ven que todo funciona. Mientras, en Europa, ya no se casan en absoluto, muchos ni siquiera por lo civil. En Sierra Leona lo toman en serio, más que nosotros, saben que después no se pueden volver a casar, y esto les da miedo, porque ya si hay un divorcio y encuentran otra pareja… Y la encuentran, él inmediatamente, y ella un poquito menos rápido, pero es que para ellos vivir sin pareja es imposible, no existe el concepto de los solteros como entre nosotros, que están aumentando en Europa. Este es otro reto muy fuerte.

Hay temas culturales, por ejemplo, hay un caso de un joven seminarista, que sus papás eran musulmanes los dos, y el papá tenía tres mujeres. Los hijos de una de las mujeres fueron todos católicos, porque la abuela era católica, y quería mucho a la Iglesia, de hecho donó ella el terreno para construir la capilla en la aldea.

El hijo mayor decidió ser seminarista javeriano, y trabaja en México en este momento. Fue a decirle a su madre que quería ser sacerdote, el padre ya había fallecido. Y la madre dijo: “Sí, cómo no, pero primero debes tener un hijo. Me lo das a mí, y tú te vas”. Porque en la cultura de ellos, que el hijo mayor no tenga hijos es un deshonor. Es algo que no entienden. El mayor tiene que contribuir con hijos a la familia, para que la familia continúe y no se acabe. El hijo no lo hizo, claro.

Sin embargo, el reto que me parece principal es que la fe ayude a romper las barreras tribales. Esto es un problema en Sierra Leona muy muy grande. No solamente por el caso del obispo de Makeni, que no fue aceptado por su pertenencia a otra etnia. Pero en la política es igual, ahorita hay una tensión política grave en Sierra Leona.

Esta división tribal, para mí, es lo que debilita el país. Sierra Leona es un país rico con un pueblo en la miseria. Para mí este es el compromiso más fuerte de los obispos: trabajar para destruir las barreras tribales.

Evangelio

La vid verdadera. Domingo V de Pascua (B)

Joseph Evans comenta las lecturas del domingo V de Pascua y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·25 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Yo soy la verdadera vid”, dice Jesús en el evangelio de hoy. Pero esto implica que puede haber falsas vides, que ofrecen frutos que parecen suculentos pero que acaban estando podridos e incluso son venenosos. Adán y Eva podrían decirnos un par de cosas sobre comer la fruta equivocada. Siempre que buscamos algo que no viene de Dios o que va en contra de sus leyes, se trata de una vid falsa. Puede tratarse de algún objetivo terrenal que nos aleja de Dios y de nuestra familia, o de una relación que no sigue las enseñanzas morales católicas. Pensábamos que habíamos encontrado una vid rica, pero resulta que ofrece frutos amargos.

Todas las vides de nuestra vida deben proceder, en última instancia, de Dios: Él debe ser el plantador y el labrador. Tenemos que someterle nuestros planes y procurar ejecutarlos según su voluntad. Si lo hacemos así, Él hará que fructifiquen. Si no lo hacemos, se marchitarán y morirán. Pero esto requiere también la acción podadora de Dios. Nada crece plenamente si no se le quita algo. Un gran escultor tiene que cortar, al principio, grandes bloques con fuertes golpes y después con cuidadosos astillados. En una vid o en un árbol frutal hay que cortar los frutos muertos y las ramas. Nunca debemos pensar que no tenemos nada que cortar. Hay mucho en nosotros que necesita ser cortado: defectos, bienes innecesarios o ciertamente nuestro ego necesita ser constantemente rebajado. Pero cualquier corte, por doloroso que pueda parecer, es solo para nuestro crecimiento. 

A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca”. No debemos quejarnos si Dios nos quita cosas. Es solo para que podamos crecer más y mejor. Puede que nos quite algo porque nos hacía daño o impedía nuestro crecimiento espiritual. “Y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto”. Dios quita para que podamos florecer. Tendemos a contentarnos con nosotros mismos con demasiada facilidad. Producimos unas cuantas naranjas y pensamos que lo hemos hecho bien, pero Dios quiere que produzcamos una cosecha abundante. Pensamos que basta con hacer un pequeño bien a nuestra familia inmediata y el Señor quiere que sirvamos a toda la comunidad.

¿Qué es dar fruto? Es una vida de virtud, abriéndonos cada vez más a la “luz del sol”, a la gracia del Espíritu Santo. Es hacer el bien a los demás, tener los hijos que Dios quiere que tengamos, promover los valores cristianos en nuestro entorno… Pero esto necesita perseverancia, mantenernos en lo que hemos empezado, como el sarmiento se mantiene unido a la vid. Por eso dice Nuestro Señor: “Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí».

La homilía sobre las lecturas del domingo V de Pascua (B)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

El Papa anima a pedir las virtudes teologales, antídoto contra el yo

El Santo Padre ha alentado en la audiencia del miércoles a pedir al Espíritu Santo las tres virtudes teologales –fe, esperanza y caridad–, para que nos conceda la gracia de creer, esperar y amar a la medida del corazón de Cristo. El Papa ha llamado a la soberbia “veneno poderoso”, y ha rogado por la paz en Ucrania y Medio Oriente, para que Israel y Palestina “sean dos Estados libres con buenas relaciones”.  

Francisco Otamendi·24 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

Tras su reflexión en miércoles pasados sobre las cuatro virtudes cardinales –prudencia, justicia, fortaleza y templanza-, el Papa ha abordado en su catequesis en la Plaza de San Pedro las tres virtudes teologales, la fe, la esperanza y la caridad, bajo el tema de “La vida de la gracia según el Espíritu”. La lectura ha correspondido a la Carta de San Pablo a los Colosenses.

El Pontífice ha manifestado que junto a las cuatro virtudes cardinales, las tres virtudes teologales constituyen “un septenario” que se contrapone a los siete pecados capitales, y que, según el Catecismo de la Iglesia católica, “fundan, animan y caracterizan el obrar moral del cristiano. Informan y vivifican todas las virtudes morales. Son infundidas por Dios en el alma de los fieles para hacerlos capaces de obrar como hijos suyos y merecer la vida eterna. Son la garantía de la presencia y la acción del Espíritu Santo en las facultades del ser humano” (n. 1813).

Las virtudes teologales son “un antídoto contra la autosuficiencia”, y el riesgo de convertirnos en “presuntuosos y arrogantes”. La soberbia es “un veneno poderoso. Basta una gota para echar a perder ”una vida marcada por el bien”, ha señalado el Papa, al recordar que las virtudes teologales ayudan en la lucha contra el “ego”, el “pobre yo” que se adueña de todo, y entonces nace la soberbia”.

“Antídoto contra la autosuficiencia”

Francisco lo ha comentado de esta manera: “Las virtudes cardinales corren el riesgo de generar hombres y mujeres heroicos que hacen el bien, pero que actúan solos, aislados; en cambio, el gran don de las virtudes teologales es la existencia vivida en el Espíritu Santo. El cristiano nunca está solo. Hace el bien no por un esfuerzo titánico de compromiso personal, sino porque, como humilde discípulo, camina detrás del Maestro Jesús. Las virtudes teologales son el gran antídoto contra la autosuficiencia. ¡Cuántas veces ciertos hombres y mujeres moralmente irreprochables corren el riesgo de volverse presuntuosos y arrogantes a los ojos de quienes los conocen!”

“Es un peligro del que nos previene bien el Evangelio, donde Jesús recomienda a los discípulos: ‘También ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les ha mandado, digan: «Somos siervos inútiles. Hemos hecho lo que debíamos’ (Lc 17,10). La soberbia es un veneno poderoso: basta una gota para echar a perder toda una vida marcada por el bien”.

El Papa ha señalado asimismo que “las virtudes teologales son de gran ayuda. Lo son especialmente en los momentos de caída, porque incluso quienes tienen buenas intenciones morales a veces caen. Así como incluso quienes practican la virtud cada día a veces se equivocan: la inteligencia no siempre es lúcida, la voluntad no siempre es firme, las pasiones no siempre se gobiernan, la valentía no siempre vence al miedo». 

“Pero si abrimos nuestro corazón al Espíritu Santo, Él reaviva en nosotros las virtudes teologales: entonces, si hemos perdido la confianza, Dios nos reabre a la fe; si estamos desanimados, Dios despierta en nosotros la esperanza; si nuestro corazón está endurecido, Dios lo enternece y lo enciende con su amor”.

San Marcos, san Juan Pablo II

Francisco ha recordado que “mañana celebraremos la fiesta litúrgica de san Marcos, el evangelista que describió con viveza y concreción el misterio de la persona de Jesús de Nazaret. Os invito a todos a dejaros fascinar por Cristo, a colaborar con entusiasmo y fidelidad en la construcción del Reino de Dios”.

Asimismo, el Papa se ha referido a que el próximo sábado, la Iglesia celebra el décimo aniversario de la canonización de san Juan Pablo II. “Mirando su vida, podemos ver lo que el hombre puede conseguir al aceptar y desarrollar en sí mismo los dones de Dios: la fe, la esperanza y la caridad. Permanezcan fieles a su legado. Promoved la vida y no os dejéis engañar por la cultura de la muerte. A través de su intercesión, pidamos a Dios el don de la paz por el que él, como Papa, tanto se comprometió. Os bendigo de corazón”.

El autorFrancisco Otamendi

Estados Unidos

Jaime Reyna: «El Congreso Eucarístico es la mejor inversión espiritual que podemos hacer»

Entrevista con Jaime Reyna, responsable de multiculturalidad e inclusividad en el Congreso Nacional Eucarístico.

Paloma López Campos·24 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos
Jaime Reyna, responsable de multiculturalidad e inclusividad en el Congreso Nacional Eucarístico

Se acerca la fecha de inicio del Congreso Nacional Eucarístico. El 17 de julio de 2024 comienzan unos días de encuentro entre los católicos de Estados Unidos y Cristo. El ambiente de los últimos preparativos está disparado, pero los miembros de los equipos de organización todavía tienen tiempo de hablar acerca de este gran evento histórico.

Una de esas personas que tiene ganas de compartir lo que está ocurriendo para animar a la gente a participar en el Congreso Nacional Eucarístico es Jaime Reyna. Jaime es el responsable de multiculturalidad e inclusividad, pero tiene un largo recorrido participando en las actividades de la Iglesia. Ha sido director de las oficinas de Vida Familiar, Pastoral Juvenil, Pastoral Social y Pastoral Multicultural de la diócesis de Corpus Christi (Texas).

En esta entrevista, Jaime Reyna habla acerca de la organización del Congreso y de los frutos que espera ver de este encuentro de católicos a nivel nacional.

¿Qué ha sido lo más emocionante de participar en la preparación del Congreso Nacional Eucarístico?

– Trabajé para la diócesis de Corpus Christi durante dieciséis años y fui director de muchas de las oficinas y proyectos especiales del obispo. En esa época mi corazón anhelaba un cambio, pero yo no sabía cuál era. En ese momento, recibí una invitación para solicitar el puesto en la organización del Congreso Nacional Eucarístico. Lo que me pedían parecía imposible, pero eso me encanta porque en este tipo de trabajos es en los que puedes ver la mano de Dios.

Acepté sin dudar el puesto, porque este nuevo trabajo tenía que ver con la Eucaristía, que me encanta, y el motivo de este Congreso me conmovió, realmente quería ponerlo todo en este encuentro Nacional. Me hace mucha ilusión que yo, un humilde servidor, tenga un pequeño papel para aportar mis dones y talentos a esto.

¿Por qué era importante ocuparse de los recursos en español para el Congreso?

– Sobre todo después de haber sido director de la pastoral hispana durante varios años, me di cuenta de que la comunidad hispana en particular tiene hambre, pero también limitaciones a veces, porque no hay suficientes recursos en español para ayudarles a vivir su fe. Cuando me incorporé al equipo, supe que teníamos que hacer un esfuerzo para proporcionar tantos recursos en español como fuera posible. No hemos hecho el mejor trabajo, pero lo estamos haciendo mejor que antes. Estamos en una etapa mejor, pero tengo que decir que tuvimos un comienzo accidentado y no ha sido fácil.

¿Podrán los hispanos encontrar elementos de los países hispanoamericanos en el Congreso que les ayuden a acercarse a sus raíces?

– El reto para ello son el espacio y el horario, pero tendremos dos escenarios donde la gente podrá tocar y escuchar música tradicional. Estamos trabajando para que este evento sea lo más diverso posible a nivel cultural.

Creemos que la gente también verá un cierto ambiente de diversidad cultural en la liturgia. Por ejemplo, tendremos una misa vietnamita y otra española, y estamos haciendo todo lo posible para que los participantes en la procesión eucarística lleven sus atuendos tradicionales.

¿En qué están trabajando en el Congreso para que la multiculturalidad y la inclusividad estén bien integradas en la organización?

– Hice varias visitas a la zona de Indianápolis para invitar a las parroquias que tenían una comunidad multicultural a participar no sólo como asistentes, sino también a que, si alguna de ellos tenía dones y talentos que pudieran poner en práctica, colaboraran con nosotros. Queremos crear un ambiente de diversidad cultural, porque ése es el rostro actual de nuestra Iglesia.

También estamos haciendo un esfuerzo para que la comunidad de personas con discapacidades se sienta acogida e invitada. Nuestros hermanos y hermanas sordos o ciegos… Queremos que todo el mundo se sienta acogido.

Definen el Congreso Nacional Eucarístico como un “encuentro vivo con Cristo”, ¿en qué se va a traducir esto de forma concreta?

– No mucha gente tiene la oportunidad de acudir a un encuentro nacional para reunirse como un solo cuerpo, el Cuerpo de Cristo. Cuando se trata de la vida parroquial o diocesana, la gente ve el mundo básicamente desde sus zonas, y experimentar su fe junto a otros católicos de diferentes orígenes culturales va a hacer que vivan sus encuentros con Cristo de otra manera. Nuestra diversidad nos une en una sola fe, y poder compartir eso es hermoso.

¿Qué le gustaría que se llevaran a casa los participantes de esta experiencia?

– Esa es una de las cosas en las que está trabajando el equipo. No queremos que la gente sienta que va al Congreso y que ese es el final. En realidad, el Congreso es un comienzo, queremos que todos sepan que, al reunirnos, al renovarnos, podemos volver a nuestras comunidades y compartir el fuego del Renacimiento Eucarístico. Estamos llamados como misioneros y discípulos eucarísticos a tomar lo que aprendemos y experimentamos y compartirlo con los demás.

¿Qué le gustaría decir a la gente para que se animen a participar en el Congreso Nacional Eucarístico?

– Les animo a que lo vean así: este es un momento histórico. Hacía 83 años que no teníamos un Congreso Eucarístico Nacional. Por otro lado, cuando hablamos de la peregrinación eucarística nacional, tienen que saber que es la primera vez en nuestra historia que tiene lugar algo así. Eso en sí mismo también es una oportunidad.

Pero si alguien ha tenido alguna vez un momento de duda sobre su participación en el Congreso, quiero decirle que nuestros obispos, guiados por el Espíritu Santo, votaron para que esto se realizara antes incluso de conocer el presupuesto. Sabían que era necesario, que nuestra Iglesia lo necesitaba. Y nosotros, como laicos, tenemos que responder a esta llamada. Si muchos de nosotros nos reunimos unidos en la misma causa y fe, estaremos dando testimonio al mundo de nuestro amor por Cristo.

Creo sinceramente que este Congreso es la mejor inversión a nivel espiritual que podemos hacer.

Usted ha sido miembro de un equipo de Adoración Nocturna durante mucho tiempo, ¿por qué cree que es importante pasar tiempo orando delante del Santísimo Sacramento?

– Cuando estoy con Jesús, todo se aclara. Incluso en los momentos en que tengo dificultades, simplemente voy al Santísimo Sacramento y sé que, tenga o no respuesta, Él me está acompañando.

Formar parte de la Adoración Nocturna me retrotrae al tiempo en que los discípulos rezaban con Jesús, y es un honor dedicar aunque sea una hora del turno nocturno para poder rezar por todas las personas del mundo, por nuestra Iglesia, las vocaciones, por los moribundos…

Cuanto más tiempo paso en Adoración Nocturna más me gusta. Lo siento como una parte de mí.

España

Los obispos españoles dicen “no” al plan del gobierno de reparación de víctimas de abusos

Los obispos españoles han criticado con dureza el plan aprobado por el gobierno para reparar los daños causados a las víctimas de abusos sexuales. Lo consideran discriminatorio, porque deja fuera a 9 de cada 10 víctimas, y es rechazado porque se centra sólo en la Iglesia católica, y el problema es “social de enormes dimensiones”, manifiestan.  

Francisco Otamendi·23 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Gobierno español ha aprobado este martes un plan que contempla indemnizaciones a las víctimas de abusos en la Iglesia cuyos casos hayan prescrito, así como la celebración de un acto de Estado de reconocimiento a los afectados. Sin embargo, los obispos han manifestado duras críticas al plan gubernamental.

En rueda de prensa posterior al consejo, el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, ha afirmado que este plan busca reparar a las víctimas que “durante décadas han sido olvidadas y orilladas” y a las que “nadie prestó atención”. Para ello, el Gobierno contempla indemnizaciones económicas, informa la agencia estatal, y su intención es que la Iglesia contribuya a sufragarlo.

Sin embargo, en un par de horas, la Conferencia Episcopal Española (CEE), que preside Monseñor Luis Argüello, ha hecho pública una nota en la que no acepta el plan del gobierno, en especial por tres razones fundamentales:

Juicio condenatorio a toda la Iglesia

1) “No se pueden plantear unas medidas de reparación que, siguiendo el informe del Defensor del Pueblo, dejarían fuera a 9 de cada diez víctimas. La Iglesia no puede aceptar un plan que discrimina a la mayoría de las víctimas de abusos sexuales”.

2) “El texto presentado parte de un juicio condenatorio de toda la Iglesia, realizado sin ningún tipo de garantía jurídica, un señalamiento público y discriminatorio por parte del Estado. Al centrarse sólo en la Iglesia católica, aborda únicamente una parte del problema. Es un análisis parcial y oculta un problema social de enormes dimensiones”.

Y 3) “Además, esta regulación cuestiona el principio de igualdad y de universalidad que debe tener todo proceso que afecta a derechos fundamentales. La Iglesia va por delante en la acogida de las víctimas, en la formación para la prevención y en su reparación. Son los poderes públicos los que deben desarrollar medidas oportunas en esta labor de proteger a los menores en tantos ámbitos de su competencia”.

“La Conferencia Episcopal adelantó al ministro Bolaños su valoración crítica sobre este plan al fijarse sólo en la Iglesia católica. También le manifestó su disposición a colaborar en los ámbitos de su responsabilidad y competencia, pero siempre en la medida en que aborde el problema en su conjunto”, prosigue la nota. “En todo caso, la Iglesia mantiene su compromiso de continuar con la acogida a todas las víctimas de abusos sexuales, para acompañarlas y repararlas”.

Coincidencias

Los obispos añaden que “la acción que la Iglesia viene desarrollando frente a los abusos sexuales coincide, en buena parte, con los cinco ejes de acción que este plan propone. La Iglesia trabaja ya en la línea de la acogida, la atención y la reparación de las víctimas, la prevención de los abusos, la formación de las personas y la sensibilización de la sociedad”.

“En relación al plan presentado, la CEE considera que, ciertamente, son valiosas aquellas medidas que se refieren a todas las víctimas y en ese aspecto trabaja y trabajará también la Iglesia, con la experiencia que ella misma puede aportar para acoger a todos los que han sufrido y sufren esta lacra”.

Por su parte, el plan del gobierno recoge la creación de una comisión integrada por los ministerios implicados en la ejecución de las medidas y buscará la participación de las víctimas y sus asociaciones.

Estudio por los obispos

El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Francisco César García Magán informó a finales del año pasado que la atención a las víctimas de abusos y la prevención y reparación integral, desde todas las perspectivas, psicológica, social, y económica, había sido tema central de la Asamblea Plenaria de los obispos españoles que se desarrolló del 20 al 24 de noviembre del año pasado.

Al término de los trabajos, el portavoz García Magán señaló que los trabajos incluían varias líneas planteadas por el Servicio de coordinación y asesoramiento de las oficinas diocesanas para la protección de menores: la atención a las víctimas, y la prevención y reparación integral, desde todas las perspectivas, psicológica, social, y económica.

Hace unos días, el 18 de abril, el presidente y el secretario general de los obispos españoles se reunieron con el ministro de la Presidencia en el Palacio de la Moncloa, y el tono del encuentro fue distendido y cordial, según se informó.

El autorFrancisco Otamendi

Mundo

Camboya se prepara para el Jubileo 2025

Los católicos camboyanos del Vicariato Apostólico de Phnom Penh se preparan para vivir el Jubileo de 2025. Omnes ha conversado con el padre Gianluca Tavola, misionero del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras (PIME), en Camboya desde 2007.

Federico Piana·23 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Oración y silencio, durante un año. Así es como los católicos camboyanos del Vicariato Apostólico de Phnom Penh se preparan para vivir el Jubileo de 2025. En el país del sudeste asiático, donde los cristianos son una clara minoría, en torno al 0,2% de la población total, predominantemente budista, el obispo del Vicariato, monseñor Olivier Michel Marie Schmitthaeusler, ha querido que la preparación del próximo Año Santo se convierta en una herramienta para fortalecer la fe y en un ejemplo útil para la evangelización. «Al fin y al cabo, la oración es el fundamento de nuestra vocación, de nuestro camino, de nuestra conversión», explica a Omnes el padre Gianluca Tavola, misionero del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras (PIME), en Camboya desde 2007.

El vínculo con la Madre Teresa

El clérigo de origen italiano, rector del seminario mayor de Phnom Penh y responsable del sector pastoral de tres pequeñas comunidades cristianas de la ciudad de TaKhmao, situada al sur de la capital, subraya que el obispo del Vicariato ha querido vincular la celebración del Año de la Oración a una frase que le gustaba decir a la Madre Teresa de Calcuta: «Es una expresión muy bonita que dice: el fruto del silencio es la oración; el fruto de la oración es la fe; el fruto de la fe es el amor; el fruto del amor es el servicio; el fruto del servicio es la paz».

Implicar a las parroquias y a las familias

Y precisamente siguiendo estas indicaciones, en todas las parroquias y comunidades se celebra cada mes una oración por las vocaciones y se dedica tiempo a la escucha de la Palabra de Dios, a través, por ejemplo, de la Lectio Divina. «Pero monseñor Schmitthaeusler -cuenta el padre Tavola- ha pedido también a las familias que prevean, al menos una vez a la semana, organizar momentos de oración en común que duren diez o quince minutos, acompañados también de algunos momentos de reflexión y de acción de gracias».

Decisión providencial

Para el padre Gianluca Tavola, la convocatoria del Año de Oración y Silencio con vistas al Jubileo es una decisión providencial. Porque, dice, «la Iglesia en Camboya -que en la última década ha trabajado mucho por la evangelización y la profundización de la fe- necesita llegar a un tiempo de gracia como el Año Santo con un respiro relajado, con un aliento más largo. La oración, el silencio y el descanso nos harán ciertamente bien».

Iglesia joven

En Camboya hay menos de 30.000 cristianos de una población total de 16.000.000 de habitantes. La Iglesia tiene un Vicariato Apostólico, el de Phnom Penh, y dos Prefecturas Apostólicas, las de Battambang y Kompong-Cham. Tras un periodo de dolor y opresión debido a guerras y regímenes, «la Iglesia renació en 1990», recuerda el misionero del PIME, según el cual «ahora hay más de cien sacerdotes, doce de los cuales son camboyanos, mientras que hay una buena presencia de religiosos e institutos femeninos, incluso laicos». Una minoría que representa un signo de amor al prójimo, concluye el padre Tavola: «Gracias a Dios, en Camboya hay libertad de culto, tenemos nuestra dignidad. Y en la sociedad estamos presentes en la educación y la sanidad. Somos pequeños, pero amamos con un gran corazón».

El autorFederico Piana

 Periodista. Trabaja en Radio Vaticana y colabora con L'Osservatore Romano.

Evangelización

Cecilia Mora. Compartiendo el amor de Dios

A través de sus redes sociales, especialmente, de su perfil de Instagram, Cecilia Mora quiere transmitir el amor de Dios y la alegría de la vida cristiana.

Juan Carlos Vasconez·23 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Se llama Cecilia Mora pero, para sus amigos es Ceci. La vida y la experiencia de esta joven mexicana de 26 años están marcadas por la búsqueda constante de Dios y el deseo profundo de compartir el amor de Cristo con quienes la rodean. Se define como “católica, hija, futura esposa, amiga y compañera”. Como a cualquier joven, le encanta “cantar y bailar, pasar tiempo con amigas y familia”. 

Desde temprana edad, Ceci tuvo a Dios muy presente en su vida. Cecilia fue introducida al camino de la fe por sus padres, quienes le transmitieron el amor por Dios y la enseñaron a vivir conforme a los principios cristianos. 

Su infancia y adolescencia estuvieron impregnadas de la presencia de Dios, tanto en el hogar como en su educación escolar. Esta base sólida sentó los cimientos para su relación personal con lo divino.

Un paso de madurez

Sin embargo, cuando Ceci experimentó un encuentro transformador con su fe fue durante una etapa crucial en su vida: a los 18 años.

En ese momento se fue a vivir a París, y, al estar lejos de su casa, se dió cuenta que vivir sin reglas “es muy padre”, pero implicaba una responsabilidad mayor de sus acciones. 

Cuenta que un día caminando cerca de donde vivía, se encontró una iglesia. Entró y se sentó en una banca, viendo lo que pasaba. Resultó que empezaba una misa para ofrecer el inicio del año escolar. Esto la transportó directamente a su colegio, cuando pensaba que otras personas decidían por ella, y en ese momento, ella misma decidió estar más cerca de Dios. 

Así que se ofreció a ser voluntaria en una escuela de niñas. Aquello fue, según su definición un “aquí estoy, no te dejo sola” de parte de Dios. Aunque suene especial, “esto fue decisivo en mi fe, porque confirmé que quería ser católica, mi fe pasó de una tradición familiar a una convicción personal”, apunta, convencida.

Compartiendo la fe en redes

El deseo de compartir su experiencia de fe y de ser un instrumento del amor divino la ha llevado por un camino de servicio y evangelización. 

A través de su cuenta personal en Instagram, @cecimora, busca difundir el mensaje de Cristo y compartir su luz con quienes la siguen en las redes sociales. Para Ceci, las plataformas digitales representan un espacio privilegiado para llevar el evangelio a nuevas audiencias y conectar con aquellos que buscan respuestas espirituales en el mundo moderno.

Además de su labor en línea, Ceci encuentra “inspiración y fortaleza espiritual en la oración, la participación en la Eucaristía y la lectura de vidas de santos”. Estos momentos de encuentro con lo sagrado le permiten renovar su fe y seguir adelante en su camino de crecimiento espiritual.

Cecilia anhela que su vida sea un testimonio del amor redentor de Cristo. Desea ser recordada “como alguien que vivió con pasión y entrega, buscando siempre la voluntad de Dios y compartiendo Su amor con generosidad”. Su mayor deseo es que su ejemplo inspire a otros a buscar a Dios y a encontrar en Él la plenitud y la alegría verdadera.

Ceci personifica la búsqueda constante de la presencia divina en la vida cotidiana y la misión de llevar el mensaje de Cristo a todos los rincones del mundos. De alguna forma nos recuerda que la fe es un viaje personal y compartido, un camino de encuentro con Dios y con los demás que nos invita a vivir con autenticidad y generosidad.

Vaticano

Victoria, la joven que invita a mate al Papa: “Es algo sencillo que yo puedo hacer para que se sienta en su casa”

Victoria Caranti es una joven argentina que ha establecido una especie de "tradición" con el Papa: Llevarle mate en las audiencias a las que asiste.

Maria José Atienza·22 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

Victoria Caranti tiene 26 años y orígenes argentinos, aunque ella se crió en Estados Unidos. Durante la Semana Santa de 2018, logró hacer llegar al Papa Francisco un mate argentino. Este gesto, casual, no ha sido el único. Años más tarde, en 2021, se trasladó a Roma para estudiar Teología en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz. En estos años, ha vuelto a invitar al Papa a mate en las diversas ocasiones en las que ha estado con el Santo Padre.

A pocos meses de volver a Estados Unidos, Victoria guarda en su memoria varios encuentros con el Papa Francisco, marcados por la típica bebida argentina. Victoria le lleva esta bebida al Papa porque sabe que lo disfruta: “Es algo sencillo que yo puedo hacer por él para que descanse, disfrute, se sienta en su casa y en su tierra. El mate es para compartir con los demás, y para mi eso incluye al Santo Padre. Es un regalo poder hacerlo y espero que todos puedan hacer algo por él, aunque sea algo simple como rezar un poco más”.

¿Cómo se te ocurrió la idea de llevar mate al Papa? 

–Hace unos años, en el 2018, cuando vine al UNIV durante Semana Santa en Roma, logré alcanzarle mi mate al Papa Francisco durante la audiencia general. Fue un momentazo y siempre lo recordé como LA vez que le di mate al Papa.

Cuando me vine a vivir a Roma en el 2021 estábamos todavía con muchas regulaciones de COVID. Entonces no se me ocurrió darle mate hasta noviembre de 2022.

Estaba en Santa María la Mayor con mi amiga Cami, esperando ver al Papa, que iba a pasar a agradecerle a la Virgen por su viaje a Bahrein. Entonces Cami fue la que me dijo: “Y si le das mate ahora?”. Me parecía un poco fuera de lugar tomar mate en una basílica, pero decidí lanzarme cuando ya iba de salida. No hay mucha barrera. Pude arrodillarme en frente de su silla de ruedas y ofrecerle el mate que recibió con gusto y la frase peleadora “No me vas a envenenar, ¿no?”.

Desde entonces siempre tengo el mate conmigo cuando logro verle de cerca.

Victoria, la joven que invita a mate al Papa
Victoria le ofrece mate al Papa en Santa María La Mayor

¿Que te ha dicho el Papa las veces que le has llevado mate? 

–Me ha dicho varias cosas que muestran su cercanía, cariño, sentido del humor…

La segunda vez que me encontré con el en Santa María la Mayor me dijo:“Pero vos, ¿qué haces acá?”. Esto me impactó, porque quiere decir que me reconoció como la chica que le había dado mate tres meses antes.

Otra vez me preguntó de dónde era y al decirle “Buenos Aires” se le alumbró la cara.

Varias veces me ha comentado como está el mate: un poco frio, demasiado caliente, muy rico… o  “Cebás muy bien” (Cebar quiere decir que preparo y sirvo el mate). Es difícil tener el agua para el mate a buena temperatura y pasarla por seguridad porque no te dejan pasar botellas de metal…

Una vez que fui con mis padres y mi hermano a la audiencia, también le dimos mate. Mi madre le dijo que rezaba mucho por él, y él le corrigió: “Decí lo mismo pero sin el ‘mucho’; porque a los que dicen mucho no les cree”. Esto me lo repitió en otra ocasión cuando le di mate en el aula Pablo VI y cometí el error de decir “mucho”.

La última vez que fuimos, una que estaba conmigo le pidió que rezara un Ave María por su hermano. El Papa le preguntó el nombre y dijo que lo haría. Dos veces he ido con amigas en su cumpleaños y las felicita y ¡hasta les regala un rosario! 

¿Qué significa para los argentinos su Papa “conciudadano”?

Victoria, la joven que invita a mate al Papa
El Papa con el mate ofrecido por Victoria en una Audiencia General

–No se si podría hablar por todos los argentinos pero, para mi, que el Papa sea argentino es muy especial. Por supuesto, al Papa lo quiero y apoyo y encomiendo, sea quien sea, porque es el vicario de Cristo. Pero es muy único tener a un Papa de tu patria, que te habla con tu acento y conoce tu cultura y costumbres.

El Papa Francisco es muy cercano y, para mi, que sea argentino lo hace aún más. Poder conocerle de esta manera me hace más fácil rezar por él y ver la persona que hace cabeza de la Iglesia.

¡Ningún otro Papa pararía el papamovil por un mate! Así que me doy cuenta de que esto es muy único en mi vida. Lo recordaré para siempre, para no olvidarme que todos los Papas que sigan reciban igual cariño, aunque no sean de mi país, porque la Iglesia es universal. 

¿Que es lo que más te llama la atención de la personalidad del Papa Francisco? 

–Su cercanía y generosidad. Está todo el día dándose. Tiene muchísimo trabajo y el peso de la Iglesia entera sobre sus hombros. Es un señor mayor, pero eso no le para.

Está con la gente siempre y ¡se para con vos como si fueras la única en ese momento cuando, en realidad, no sos nadie!

Es sencillo y cariñoso. Te hace bromas como te las haría tu abuelo pero también te habla seriamente y te exige. Es un santo. Nadie de su edad hace la mitad de lo que él hace y con una sonrisa.

¿Le seguirás llevando mate? 

–Si, ¡aprovecharé las oportunidades que tengo! No puedo ir tanto a las audiencias porque tengo clase y además ya me vuelvo a Estado Unidos, pero intentaré alguna vez más.

Aparte de estas ocasiones ¿lo has podido conocer en otro momento? 

–Todavía no he tenido la oportunidad pero ¡a ver si lo consigo! 

Vaticano

Personas con discapacidad: hacia una cultura de la «inclusión integral»

El Papa Francisco recibió recientemente a los participantes en la plenaria de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, lanzando un llamamiento a promover una "cultura de la inclusión integral" de las personas con discapacidad.

Giovanni Tridente·22 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

El 11 de abril, el Papa Francisco lanzó un fuerte llamamiento a promover una «cultura de la inclusión integral» de las personas con discapacidad, superando la mentalidad utilitarista y discriminatoria de la «cultura del rechazo», recibiendo en audiencia en la Sala Clementina a los participantes en la plenaria de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales.

«Cuando no se salvaguarda este principio elemental, no hay futuro ni para la fraternidad ni para la supervivencia de la humanidad», amonestó el Pontífice, refiriéndose al principio de la dignidad inviolable de todo ser humano, independientemente de su condición.

Aunque reconoció los progresos realizados en muchos países, Francisco denunció que en demasiadas partes del mundo las personas con discapacidad y sus familias siguen estando «aisladas y empujadas a los márgenes de la vida social». Una situación que se da no sólo en los países más pobres, donde la discapacidad «a menudo condena a la miseria», sino también en contextos de mayor bienestar económico.

Mentalidad transversal

La «cultura del rechazo», para el Papa, es transversal y no tiene fronteras. Lleva a evaluar la vida sólo sobre la base de «criterios utilitarios y funcionales», olvidando la dignidad intrínseca de cada persona con discapacidad, «sujetos plenamente humanos, titulares de derechos y deberes».

Un aspecto especialmente insidioso de esta mentalidad es la tendencia a hacer que las personas con discapacidad se sientan «una carga para sí mismas y para sus seres queridos». «La difusión de esta mentalidad transforma la cultura del descarte en cultura de la muerte», añadió Francisco, recordando que «las personas ya no son sentidas como un valor primario que hay que respetar y proteger».

Para contrarrestar este fenómeno, el Pontífice instó a «promover una cultura de la inclusión, creando y reforzando los lazos de pertenencia a la sociedad». Es necesario un compromiso coral de los gobiernos, la sociedad civil y las propias personas con discapacidad como «protagonistas del cambio».

Subsidiariedad y participación

«Subsidiariedad y participación son los dos pilares de la inclusión efectiva», prosiguió, subrayando la importancia de los movimientos que promueven la participación social activa. Un camino que requiere «la decisión y la capacidad de encontrar vías eficaces» para concretar una especie de nuevo humanismo, siguiendo lo ya reiterado en “Fratelli Tutti”: «Cualquier compromiso en esta dirección se convierte en un alto ejercicio de caridad».

Dignidad para todos

A principios de este mes apareció otro documento que se refiere a estas cuestiones, la Declaración “Dignitas infinita” del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que subraya que todo ser humano tiene la misma e intrínseca dignidad, independientemente de que pueda o no expresarla adecuadamente.

El tema de la discapacidad se aborda específicamente en los números 53 y 54, en los que se pone de relieve la «cultura del rechazo» de las personas con capacidades diferentes, un desafío actual que requiere mayor atención y solicitud, sobre todo teniendo en cuenta que en algunas culturas estas personas viven situaciones de gran marginación. En cambio, la asistencia a los más desfavorecidos es precisamente «un criterio para verificar la atención real a la dignidad de cada persona».

También aquí hay una referencia ineludible a “Fratelli Tutti”: «Hacerse cargo de la fragilidad significa fuerza y ternura, lucha y fecundidad en medio de un modelo funcionalista y privatista». Significa, en definitiva, «hacerse cargo del presente en su situación más marginal y angustiosa y ser capaz de ungirlo de dignidad».

El autorGiovanni Tridente

Libros

Chesterton y lo que los hombres odian… con razón

De la mano de Ediciones Encuentro, llega "Cosas que los hombres odian con razón" (2024), que recopila los artículos que Chesterton publicó en 1911 en "The Illustrated London News". Este es el sexto volumen de la serie que Encuentro está publicando del escritor.

Loreto Rios·22 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Desde 1905 hasta 1936, año de su fallecimiento, el famoso escritor inglés, G. K. Chesterton (Londres, 1874-Beaconsfield, 1936) escribió regularmente en el semanario londinense “The Illustrated London News”, fundado en 1842 por Herbert Ingram y Mark Lemon y desaparecido en 2003.

Ediciones Encuentro se ha propuesto publicar en español todos los artículos que Chesterton publicó en esta revista. Actualmente, la serie está compuesta de seis volúmenes, siendo los cinco primeros “El fin de una época” (artículos de 1905-1906), “Vegetarianos, imperialistas y otras plagas” (1907), “La prensa se equivoca y otras obviedades” (1908), “La amenaza de los peluqueros” (1909) y “Muchos vicios y algunas virtudes” (1910).

El tomo más reciente, publicado en febrero de este año en colaboración con el Club Chesterton de la Universidad San Pablo CEU (Fundación Cultural Ángel Herrera Oria), bajo el título “Cosas que los hombres odian con razón”, ha salido a la luz en nuestro idioma el mismo año en que se cumplen 150 del nacimiento del escritor, nacido en Londres en 1874, y recoge los artículos publicados durante el año 1911. Por tanto, estas publicaciones son anteriores al ingreso de Chesterton en la Iglesia católica, que tuvo lugar en el año 1922.

Cosas que los hombres odian con razón

Autor: G. K. Chesterton
Editorial: Encuentro
Páginas: 230
Madrid: 2024

El que ha sido llamado “el apóstol del sentido común” recorre temáticas variadas, desde la Navidad, la literatura o la guerra, pasando por la familia, el matrimonio, la religión o la prensa, entre otras muchas, haciendo gala de su peculiar ingenio e ironía.

Con Chesterton, cualquier ocasión puede resultar el punto de partida para reflexionar sobre algún tema, ya sea una circular de unas personas que “querían revivir en Inglaterra la religión de los sajones paganos”, para hablar sobre los conceptos de modernidad o antigüedad; la moda femenina para comentar que la poligamia “lo que verdaderamente quiere decir es esclavitud”; o la comida vegetariana para ejemplificar cómo se puede retorcer el lenguaje para no llamar a algo por su nombre.

El lector contemporáneo encontrará que muchas de las ideas que aquí se exponen bien pueden servir para nuestra sociedad actual, a pesar de la distancia de más de un siglo que nos separa de estos artículos.