Así salvé mi matrimonio

Para restaurar un matrimonio y un hogar, hay que acudir a quien más le interesa mantenerlos unidos: Dios.

9 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

¿No han leído —replicó Jesús— que en el principio el Creador “los hizo hombre y mujer”, y dijo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo”? Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre (Mt 19, 4-6).

¿En dónde ha quedado este llamado de Jesús? Las estadísticas más recientes revelan datos desalentadores: en México durante 2022, se casaron 507.000 parejas, mientras que 166.000 se divorciaron. Y se ha observado que la cantidad de personas que deciden casarse va a la baja. Las tasas de divorcio en países de América Latina es de 32% y es aún más alta en países como España o Estados Unidos en que se reporta el 50%.

Hace algunos años recibí un mensaje muy especial: una mujer grabó entre lágrimas las siguientes palabras: “quiero agradecerle a ustedes (que creen en el matrimonio para siempre), el que me hayan alentado a perseverar en mi lucha por mantener el mío. Quiero decirles que las únicas personas que creyeron que mi matrimonio podía ser restaurado fueron ustedes. Y hoy les llamo para decirles, que después de 3 años y medio de lucha en fe, mi esposo ha vuelto a casa totalmente renovado. ¡Estamos felices!”.

La ruptura del matrimonio

Enseguida nos escribió una carta que tituló: “Así salvé mi matrimonio”. En ella describía cómo la falta de cariño, las faltas de respeto, los fueron llevando a una rutina desagradable. Esto se convirtió en una relación insufrible que los condujo al maltrato, la violencia y finalmente a la infidelidad y la ruptura.

Él decidió dejar su hogar. Abandonó a su esposa y a sus tres hijos para iniciar una nueva vida con otra mujer. Ella estaba devastada y sufría sintiéndose víctima de una atroz injusticia. Llorando frente al Santísimo “escuchó” en su corazón una moción inesperada: “restauraré tu hogar”. “¿Cómo será esto Señor?, él ya vive con la otra. ¡Es imposible!, nos hemos lastimado demasiado”.

A partir de esta experiencia, ella decidió visitar al Santísimo Sacramento todos los días. Le rendía honor y alabanza y enseguida se prestaba a escuchar esas mociones que con claridad llegaban a su mente y corazón. El Señor le ayudó a conocerse a sí misma. A aceptar que había traído a su hogar sus propios traumas. Creyó que devolver ofensas era justo y correcto. Dios le reveló que la única forma de acabar con el mal es, en abundancia de bien.

Ella veía el dolor emocional de sus hijos. Uno de ellos incursionó en el mundo satánico, por lo que ella intensificó su oración.

La oración

¡Oración y cambio personal!: así salvé mi matrimonio.

Dejé de insistir en que él estaba mal. Acepté que yo era quien debía cambiar y que podía poner en manos de Dios ese proyecto que Él tenía para nuestro matrimonio. Le pedí que Él dirigiera mi vida, que me orientara en mis decisiones, que salvara a mis hijos, especialmente el que le estaba haciendo la guerra de frente.

Muchas voces me decían que estaba mal, que no soñara, que era joven y podría encontrarme a otro hombre. Pero la voz de Dios resonaba más fuerte en mi interior y no cedí a la presión social. “Yo no separaré lo que Tú uniste Señor”.

Tampoco supliqué. Más bien solté. 

Crecí como ser humano, me sentí orgullosa de mí misma, sólo deseaba agradar a Dios.

El plan original de Dios

Y un buen día ocurrió el milagro. Mi esposo aceptó ir a un retiro que la Iglesia nos ofreció para sanar heridas en la familia. Le dije que lo invitaba a hacerlo por nuestros hijos, especialmente el que más sufría. Dios tenía planes perfectos. Él nos pidió perdón a todos y quiso volver si nosotros lo aceptábamos.

¡Habíamos orado tanto por él!, todos sin pensarlo, sin reclamos, sin pedir explicaciones… llenos del amor de Dios, le abrimos las puertas de casa.

Las terapias y las ayudas humanas son necesarias pero insuficientes. Para restaurar un hogar, hay que acudir a quien más le interesa mantenerlo unido: Dios.

Así se afirma en el Catecismo de la Iglesia Católica: es muy conveniente respetar la indisolubilidad porque se basa en la misma naturaleza del hombre y del amor conyugal; perfecciona la entrega mutua de los esposos; hace posible la mejor educación para los hijos; asegura la estabilidad mutua; favorece la búsqueda de la felicidad; y se identifica la pareja al plan original de Dios.

Enseñanzas del Papa

El cristianismo, una “catedral viva”

El Papa ha concluido el 22 de mayo su ciclo de catequesis sobre los vicios y virtudes de la vida cristiana, presentando los defectos que amenazan a los cristianos así como la belleza de perseguir una vida plena.

Ramiro Pellitero·8 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 7 minutos

¿En qué se parece un ser vivo a una catedral? La tradición cristiana ha comparado la vida cristiana a un organismo vivo y también a una catedral. En los dos casos se logra una armonía, sin desaparecer la tensión entre los distintos elementos que constituyen ambas realidades.

Por eso cabría decir: la vida cristiana, apoyada en las virtudes, es como una “catedral viva”: un edificio espiritual que cada cristiano contribuye, con toda su vida, a edificar en sí mismo y en los demás; y que se alza lleno de belleza, para gloria de Dios y una vida más plena de los hombres.

El miércoles 22 de mayo concluyó la catequesis del Papa sobre los vicios y las virtudes, comenzada el 27 de diciembre del año pasado. En total han sido veintiún miércoles casi sin interrupción. Francisco desarrolló sus enseñanzas en dos grandes partes.

Por seguir con nuestra metáfora, en la primera parte advierte de posibles deformaciones o defectos de esa “catedral viva” (los vicios); en la segunda parte presenta la belleza y armonía de algunos elementos principales (las virtudes).

El combate contra los vicios capitales

Los dos primeros miércoles los dedicó a introducir el tema destacando dos aspectos claves en la vida cristiana. En primer lugar, guardar el corazón (cfr. Audiencia general 27-VII-2023).

El libro del Génesis (cap. 3) presenta la figura de la serpiente, seductora y dialéctica, con su tentación acerca del árbol de la ciencia del bien y del mal. Se trataba de una medida de prudencia que Dios había utilizado con el hombre y la mujer, para preservarlos de la presunción de omnipotencia: una amenaza peligrosa y siempre actual.

Pero entraron en diálogo con el diablo, cosa que nunca hay que hacer. El diablo es un seductor. Nunca dialogar con él, porque es más inteligente que todos nosotros y nos lo hará pagar. Cuando llegue la tentación, nunca dialogues. Cierra la puerta, cierra la ventana, cierra tu corazón”. Ser custodios del corazón, señala el Papa, es una gracia, una sabiduría y un tesoro que hay que pedir.

En segundo lugar, el combate espiritual (cfr. Audiencia general 3-I-2024). “La vida cristiana –enuncia Francisco– exige un continuo combate”, para conservar la fe y enriquecer sus frutos en nosotros. Ya antes del bautismo los catecúmenos reciben una unción que los ayuda y fortalece para esa lucha: “Un cristiano debe luchar: su existencia, como la de todos los demás, tendrá también que bajar a la arena, porque la vida es una sucesión de pruebas y tentaciones”.

Pero las tentaciones no son algo malo de por sí. El mismo Jesús se puso en fila con los pecadores para ser bautizado por Juan en el Jordán. Y quiso ser tentado en el desierto para darnos ejemplo y asegurarnos que está siempre a nuestro lado.

Por eso –señala el sucesor de Pedro– es importante reflexionar sobre los vicios y las virtudes”. Esto “nos ayuda a superar la cultura nihilista en la que los contornos entre el bien y el mal permanecen borrosos y, al mismo tiempo, nos recuerda que el ser humano, a diferencia de cualquier otra criatura, siempre puede trascenderse a sí mismo, abriéndose a Dios y caminando hacia la santidad”.

Concretamente, “el combate espiritual nos conduce a mirar desde cerca aquellos vicios que nos encadenan y a caminar, con la gracia de Dios, hacia aquellas virtudes que pueden florecer en nosotros, llevando la primavera del Espíritu a nuestra vida”.

En estrecha relación con lo que la catequesis cristiana llama pecados capitales, el obispo de Roma se detuvo en algunos vicios (cfr. Audiencias generales, del 10 de enero al 6 de marzo); la gula, que debe ser vencida con la sobriedad; la lujuria, que devasta las relaciones entre las personas y socava el auténtico sentido de la sexualidad y el amor; la avaricia, que se opone a la generosidad especialmente con los más necesitados; la ira, que destruye las relaciones humanas hasta perder la lucidez, mientras que el Padrenuestro nos invita a perdonar como somos perdonados; la tristeza del alma que se cierra en sí misma, sin recordar que un cristiano encuentra siempre la alegría en la resurrección de Cristo; la pereza, sobre todo en forma de acedia (que incluye la falta de fervor en la relación con Dios); la envidia y la vanagloria, que se curan con el amor a Dios y al prójimo; y, finalmente, la soberbia, a la que se opone la humildad.

El actuar virtuoso

Tras la catequesis sobre los vicios vino la catequesis sobre las virtudes, comenzando por una consideración general sobreel actuar virtuoso(Audiencia general, 13-III-2024). “El ser humano –explicaba el Papa– está hecho para el bien, que le realiza verdaderamente, y también puede practicar este arte, haciendo que ciertas disposiciones se hagan permanentes en él”. Estas son las virtudes. El término latino Virtus subraya la fortaleza que supone toda virtud. El griego areta señala algo que resalta y suscita admiración.

Las virtudes han permitido a los santos ser plenamente ellos mismos, realizar la vocación propia del ser humano. “En un mundo deformado, debemos recordar la forma en la que hemos sido plasmados, la imagen de Dios que está impresa para siempre en nosotros”.

La virtud requiere una lenta maduración, porque es una “disposición habitual y firme a hacer el bien” (Catecismo de la Iglesia Católica, 1803), fruto del ejercicio de la verdadera libertad en cada acto humano. Para adquirir la virtud, lo primero que necesitamos es la gracia de Dios; también, la sabiduría que es un don del Espíritu Santo, que implica apertura mental, aprender de los errores, buena voluntad (capacidad de elegir el bien, mediante el ejercicio ascético y rehuyendo los excesos).

Un excelente libro sobre las virtudes es el de Guardini, publicado en español como Una ética para nuestro tiempo, en un mismo volumen con otra obra suya, La esencia del cristianismo, Madrid 2006, pp. 207 ss.

Explicaba el sucesor de Pedro: “Retomando los autores clásicos a la luz de la revelación cristiana, los teólogos imaginaron el septenario de las virtudes –las tres teologales y las cuatro cardinales– como una suerte de organismo viviente en el que cada virtud ocupa un espacio armónico. Hay virtudes esenciales y virtudes accesorias, como pilares, columnas y capiteles. Quizá nada como la arquitectura de una catedral medieval puede dar la idea de la armonía que existe en el ser humano y de su continua tensión hacia el bien” (Audiencia general, 20-III-2024).

El Papa analiza las virtudes tal como se presentan podríamos decir fenomenológicamente o se describen según la sabiduría humana; profundiza en ellas con la luz del Evangelio, con referencia al Catecismo de la Iglesia Católica; y, sin olvidar los obstáculos que hoy podemos encontrar en el camino hacia esas virtudes, señala los medios para lograrlas o acrecentarlas.

Francisco expuso las virtudes cardinales según el orden tradicional: la prudencia (cuya exposición complementó con la paciencia), la justicia, la fortaleza y la templanza. Esto tuvo lugar en las audiencias generales desde el 20 de marzo al 17 de abril.

Es prudente –señaló– quien sabe “custodiar la memoria del pasado” y la vez sabe prever, pensando en el futuro, para obtener los medios que necesita el fin que se propone. En el Evangelio hay muchos ejemplos de prudencia (cfr. Mt 7, 24-27; Mt 25, 1-3).

Y el Señor anima combinar la sencillez y la astucia cuando dice:“Yo os envío como ovejas entre lobos; sed entonces prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas” (Mt 10,16). E interpreta el Papa: “Es como si dijera que Dios no sólo quiere que seamos santos, sino que quiere que seamos ‘santos inteligentes’, porque sin prudencia ¡equivocarse de camino es cuestión de un momento!”.

La justicia, sostuvo, debe caracterizar nuestra vida cotidiana e informar nuestro lenguaje con sencillez, sinceridad y agradecimiento. Lleva a venerar y respetar las leyes, a buscar el bien para todos y, por tanto, a vigilar el propio comportamiento, para pedir perdón o sacrificar un bien personal si es necesario. Busca el orden y aborrece el favoritismo. Ama la responsabilidad y es ejemplar.

Respecto a la fortaleza, observó: “En nuestro cómodo Occidente, que ha ‘aguado’ un poco todo, que ha convertido el camino de la perfección en un simple desarrollo orgánico, que no necesita luchar porque todo le parece igual, sentimos a veces una sana nostalgia de los profetas. (…) Necesitamos que alguien nos levante del ‘blando lugar’ en el que nos hemos acomodado y nos haga repetir con decisión nuestro ‘no’ al mal y a todo lo que conduce a la indiferencia.(…); ‘sí’ al camino que nos hace progresar, y para ello debemos luchar”.

Explicó la virtud cardinal de latemplanza como dominio de sí mismo, que lleva a la madurez personal y social.

La vida de la gracia según el Espíritu 

Enseña Francisco que las virtudes cardinales no han sido sustituidas por el cristianismo, pero sí han quedado enfocadas, purificadas e integradas en la fe cristiana en lo que llamamos “la vida de la gracia según el Espíritu” (cfr. Audiencia general, 24-IV-2024).

Para ello con el bautismo se nos infunde las semillas de tres virtudes que llamamos teologales, porque se reciben y se viven en relación con Dios (vida de la gracia): la fe, la esperanza y la caridad (cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, 1813).

El riesgo de las virtudes cardinales –señaló el Papa– es generar hombres y mujeres heroicos en el hacer el bien, pero que actúan solos, aislados”. “En cambio –replicó–, el gran don de las virtudes teologales es la existencia ‘vivida en el Espíritu Santo’. El cristiano nunca está solo. Hace el bien no por un esfuerzo titánico de compromiso personal, sino porque, como humilde discípulo, camina detrás del Maestro Jesús. Él va delante en el camino. El cristiano posee las virtudes teologales, que son el gran antídoto contra la autosuficiencia”.

Precisamente para evitar esto, son de gran ayuda las virtudes teologales: porque todos somos pecadores y nos equivocamos muchas veces; porque “la inteligencia no siempre es lúcida, la voluntad no siempre es firme, las pasiones no siempre se gobiernan, la valentía no siempre vence el miedo”. “Pero si abrimos nuestro corazón al Espíritu Santo, el Maestro interior, Él reaviva en nosotros las virtudes teologales. Así, cuando perdemos la confianza, Dios aumenta nuestra fe; cuando nos desalentamos, despierta en nosotros la esperanza; y cuando nuestro corazón se enfría, Él lo enciende con el fuego de su amor”. La fe –dirá el miércoles siguiente– nos permite ver incluso en la oscuridad; la caridad nos da un corazón que ama incluso cuando no es amado; la esperanza nos hace intrépidos contra toda esperanza.

Francisco expuso las virtudes teologales en las audiencias generales del 1 al 15 de mayo.

Señaló que un gran enemigo de la fe es el miedo (cfr. Mc 4, 35-41) que se vence confiando en nuestro Padre del cielo. La esperanza es la respuesta al sentido de la vida, y se apoya también en la fuerza de la resurrección de Cristo, que capacita para tener un corazón joven como el de Simeón y Ana. La caridad, a diferencia del amor que está en boca de muchos influencers, tiene que ver con el verdadero amor a Dios y al prójimo: “No el amor que sube, sino el que baja; no el que quita, sino el que da; no el que aparece, sino el que está oculto”.“El amor es la ‘puerta estrecha’ por la que debemos pasar para entrar en el Reino de Dios. Porque al atardecer de la vida no seremos juzgados por el amor genérico, sino juzgados precisamente por la caridad, por el amor que hemos dado concretamente” (cfr. Mt 25,40).

Finalmente,el Papa dedicó una audiencia a lahumildad (cfr. Audiencia general, 22-V-2024). “La humildad conduce todo a la justa dimensión: somos criaturas maravillosas, pero limitadas, con méritos y defectos” (cfr. Gen 3, 19). A los cristianos, la ciencia nos ayuda a asombrarnos ante el misterio que nos rodea y nos habita, sin soberbia ni arrogancia.

Modelo de humildad, concluyó, es sobre todo María, como manifiesta en su canto Magnificat.

La profecía de Joseph Ratzinger

Benedicto XVI estaba convencido de que la Iglesia estaba viviendo una época parecida a la que vivió después de la Ilustración y de la Revolución francesa. Hoy en día, vemos que muchas de sus predicciones se han cumplido. Esto no provocaba en Joseph Ratzinger una vivencia negativa: creía que esta situación nos llevaría a un tiempo de purificación que ayudaría a la Iglesia a ser más auténtica y libre.

8 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

Mientras la NASA ultimaba los preparativos para que el hombre pisase la luna por primera vez, un joven teólogo, Joseph Ratzinger, se hacía preguntas similares. “¿Bajo qué aspecto se presentará la Iglesia en el año 2000?”, fue el título de una de sus alocuciones por radio que posteriormente se recogerían en el libro “Fe y futuro”. El futuro Papa Benedicto XVI estaba convencido de que la Iglesia estaba viviendo una época parecida a la que vivió después de la Ilustración y de la Revolución francesa. “Nos encontramos en un enorme punto de cambio -explicaba- en la evolución del género humano. Un momento con respecto al cual el paso de la Edad Media a los tiempos modernos parece casi insignificante”.

El año 2000 quedaba entonces muy lejos. Aparecía en el horizonte marcando una línea simbólica. El mismo año que el joven teólogo alemán pronunciaba esta conferencia, Stanley Kubrick presentaba su obra maestra “2001: Una odisea en el espacio” en la que también quiso plasmar sus intuiciones acerca del futuro de la humanidad. Hoy, ya rebasado ampliamente aquel umbral temporal, vemos cómo muchas de aquellas profecías se están cumpliendo. Da vértigo comprobar el avance de la inteligencia artificial y su posible acercamiento hacia una supuesta autoconciencia como le ocurría al ordenador HAL-9000 en la película visionaria. Y sobrecoge leer las palabras de aquel joven teólogo alemán. Porque él no creía que la Iglesia fuese a tener una gran influencia en la sociedad, ni que fuese a marcar esta nueva época de la historia. Más bien pensaba todo lo contrario, que se enfrentaba a una gran crisis y a una pérdida total de influencia:

“De la crisis actual -afirmaba- surgirá una Iglesia que habrá perdido mucho. Se hará pequeña, tendrá que empezar todo desde el principio. Ya no será capaz de habitar los edificios que construyó en tiempos de prosperidad. Con la disminución de sus fieles, también perderá gran parte de los privilegios sociales”.

¡Cuántas de nuestras iglesias vacías, de los enormes seminarios hoy convertidos en hoteles o residencias de ancianos, son testigos del cumplimiento de estas palabras! En nuestra propia patria observamos la disminución de los católicos al tomar el relevo una generación -precisamente la de los que nacíamos en aquellos años- para los que la fe ya no es relevante para la vida. Nos bautizaron, pero esa fe que quisieron darnos nuestros padres, nosotros ya no se la hemos transmitido a nuestros hijos. Así, lenta pero inexorablemente, la Iglesia ha dejado de tener miembros activos y, por ello, cada vez es menos relevante en nuestra sociedad.

Esta visión tan cruda del porvenir de la Iglesia no provocaba en Joseph Ratzinger una vivencia negativa. Más bien al revés. Creía que esta situación nos llevaría a un tiempo de purificación que ayudaría a la Iglesia a ser más auténtica y libre:

“Se presentará [la Iglesia] de un modo mucho más intenso que hasta ahora, como la comunidad de la libre voluntad, a la que solo se puede acceder a través de una decisión. Digámoslo de forma positiva: el futuro de la Iglesia, también en esta ocasión, como siempre, quedará marcado de nuevo con el sello de los santos. Será una Iglesia más espiritual, que no suscribirá un mandato político coqueteando ya con la izquierda, ya con la derecha. Será pobre y se convertirá en la Iglesia de los indigentes”.

Su sucesor en la sede de Pedro, Francisco, al inicio de su pontificado exclamaría precisamente: “¡Cómo me gustaría una Iglesia pobre para los pobres!”. No es el camino del poder, de la influencia, de las estrategias del mundo el que marcará el futuro de la Iglesia. Ni será su adaptación a los criterios de la sociedad lo que nos hará más influyentes. Al revés, denuncia el futuro Papa Benedicto XVI, esto nos haría completamente irrelevantes. El camino que debemos reencontrar es sencillamente, como lo vivió el “poverello” de Asís, el de la radicalidad del Evangelio. Es el que ha emprendido el Papa Francisco al tomar el timón de la barca de Pedro. Un camino que provocará contrariedades y tensiones internas, como podemos ver hoy en nuestra Iglesia. También esto lo indicaba el joven Joseph Ratzinger en su intervención:

“El proceso resultará aún más difícil porque habrá que eliminar tanto la estrechez de miras sectaria como la voluntariedad envalentonada. Se puede prever que todo esto requerirá tiempo. El proceso será largo y laborioso. Pero tras la prueba de estas divisiones surgirá, de una Iglesia interiorizada y simplificada, una gran fuerza, porque los seres humanos serán indeciblemente solitarios en un mundo plenamente planificado. Experimentarán, cuando Dios haya desaparecido totalmente para ellos, su absoluta y horrible pobreza. Y entonces descubrirán la pequeña comunidad de los creyentes como algo totalmente nuevo. Como una esperanza importante para ellos, como una respuesta que siempre han buscado a tientas”.

El joven teólogo alemán preveía que la Iglesia sufriría tensiones internas y externas. Este parece ser el momento que nos está tocando vivir. Cristo es crucificado otra vez por las ideologías sectarias que viniendo del mundo quieren colonizar a la Iglesia y una corriente de nuevo pelagianismo voluntarista. No hay que ir muy lejos para percibir esta tensión. “A mí me parece seguro que a la Iglesia le aguardan tiempos muy difíciles -insistía Ratzinger en aquella conferencia radiofónica-. Su verdadera crisis apenas ha comenzado todavía. Hay que contar con fuertes sacudidas”.

La barca de Pedro es zarandeada una y otra vez. Los apóstoles de hoy vuelven a gritar atemorizados temiendo que se hunda. Pero, una vez más, hay un pequeño rebaño, un resto de Israel, que permanece fiel. Y que, en su sencillez, viviendo el Evangelio sin páginas arrancadas, sin necesidad de glosas explicativas, será verdadera luz para un mundo que se ahoga en tinieblas. La Iglesia, pequeña y pobre, con sus manos vacías, con menos obras, será la respuesta a lo que anhelaba su corazón. Es la última parte de la profecía de Joseph Ratzinger que abre la puerta de la esperanza más genuinamente cristiana.

“Florecerá de nuevo [la Iglesia] y se hará visible a los seres humanos como la patria que les da vida y esperanza más allá de la muerte”.

El autorJavier Segura

Delegado de enseñanzas en la Diócesis de Getafe desde el curso 2010-2011, ha ejercido con anterioridad este servicio en el Arzobispado de Pamplona y Tudela, durante siete años (2003-2009). En la actualidad compagina esta labor con su dedicación a la pastoral juvenil dirigiendo la Asociación Pública de Fieles 'Milicia de Santa María' y la asociación educativa 'VEN Y VERÁS. EDUCACIÓN', de la que es Presidente.

Actualidad

La archidiócesis de Madrid acogerá un encuentro con víctimas de abusos

El encuentro de reparación y oración con personas que han sufrido de abuso sexual en el seno de la Iglesia tendrá lugar a principios del curso que viene en Madrid.

Maria José Atienza·7 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

«Un espacio de encuentro, reparación y testimonio y de oración, que quiere responder a lo que las víctimas nos van diciendo», así ha definido el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid el acto que mantendrá, a principios del próximo curso, con personas que han sufrido abusos sexuales en entornos De la Iglesia.

Un acto con el que la Iglesia que camina en Madrid quiere, además de reconocer los errores cometidos, expresar «que queremos seguir acompañando a las víctimas poniéndolas en el centro de todo».

Autoridad basada en el servicio

El cardenal ha realizado este anuncio en el marco del I Congreso Internacional Jordán sobre el abuso de poder en la Iglesia organizado por la Compañía de Jesús en España y que, durante dos días, ha reunido en Madrid a decenas de personas para tratar las causas estructurales de carácter teológico del abuso como sus posibles vías de reducción desde este enfoque teológico en diálogo con otras disciplinas.

En este sentido, el cardenal arzobispo de Madrid ha destacado que, en el acompañamiento espiritual y en la Iglesia «la autoridad se basa en ‘el servicio y en la compasión, nunca en el dominio, la exclusividad y arrebatando la libertad de la conciencia personal» y ha hecho una llamada a la renovación interna de toda la Iglesia y ha apuntado además la necesidad de «seguir investigando y profundizando en los factores estructurales y personales que facilitan el abuso y, que ayuden mejor a la recuperación y reintegración social de los victimarios».

El cardenal arzobispo de Madrid ha querido destacar la centralidad de las víctimas en todo el proceso de reparación. Ante ellas, la Iglesia «el clamor de las víctimas que están en una Iglesia que un día no supo protegerlas, pero que «tiene la gravísima responsabilidad de contribuir a su sanación. Ellas forman parte de nuestro rebaño, incluso aun cuando no quieran saber nada de él»

Este encuentro sigue la estela de otros similares que se han realizado, hasta el momento, sólo desde ámbitos eclesiales. Hace unos meses, la diócesis de Bilbao organizó un encuentro de oración y reconciliación con víctimas de abuso sexual en entornos de la Iglesia. Estos actos se unen al camino de prevención, acogida y reparación en el que se encuentra la Iglesia católica en todo el mundo.

Zoom

80 años del «Día D»

Una mujer camina por el cementerio de Bayeux, Francia, el 5 de junio de 2024, día de actos conmemorativos del 80 aniversario del Día del desembarco de Normandía.

Maria José Atienza·7 de junio de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vocaciones

Mathías Soiza: “La Iglesia está necesitada, sobre todo, de un renovamiento espiritual”

Este joven sacerdote uruguayo de la arquidiócesis de Montevideo estudia en Roma gracias a una beca de Fundación CARF. Su historia refleja la situación de la Iglesia en Uruguay, un país marcadamente secularizado.  

Espacio patrocinado·7 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

La historia de la vocación de Mathías Soiza es, como él mismo califica, “un poco sui generis”. Hijo de padres divorciados, creció en un ambiente indiferente a la fe hasta que, a los 10 años, decidió que quería hacer la Primera Comunión.

¿Como llega un joven desde un ambiente secularizado a la vida de la Iglesia? 

—Soy hijo único de padres divorciado. Mis padres decidieron no bautizarme y que yo, de mayor, decidiera mi religión. Además, asistía a la escuela pública, por lo que yo, en materia religiosa, era una tabula rasa. Cuando estaba en 5º de primaria, varios compañeros de mi clase estaban a punto de hacer su primera comunión y, en los recreos, charlaban del tema. A mi me interesó y les preguntaba. Llegué a casa de mi madre y le dije que quería hacer la comunión. Al año siguiente comencé la catequesis en una parroquia del barrio. En la noche de Pascua de 2002 me bauticé, me confirmé e hice la Primera Comunión. Tenía 12 años. 

¿Cómo llega a discernir la vocación sacerdotal?

—En la parroquia nos insistían mucho en la importancia de ir a misa los domingos. Mi madre me acompañaba y, ¡me dormía en la misa! Mi madre prestaba atención a los ritos, a las lecturas, y así, fue volviendo a la fe. Hoy es una católica devota: se levanta a las 5:00 de la mañana para rezar y luego se va al trabajo. Tiene una fe ejemplar y me alimenta mucho. 

Poco después comencé una incipiente dirección espiritual. Cuando tenía unos 13 años, el párroco me cuestionó si yo había preguntado al Señor qué quería de mi. Le dije que no. El sacerdote me explicó que el núcleo de toda vida cristiana es hacer la voluntad de Dios y que es bueno hacerlo cuanto antes. Le respondí: “¡Buenísimo!”, pero no lo hice. Pasó el tiempo y vino a la parroquia a hacer la experiencia pastoral a un seminarista. Hicimos cierta amistad y me invitó a hacer unos retiros vocacionales. No quería ir, pero me daba reparo decirle que no. Pensé en ir al primero y si no me gustaba, no volvía. Tenía entonces 16 años. Fui y seguí yendo…, y la vida de Iglesia fue ganando peso. 

En agosto de 2007 fui a un retiro y, una noche, vi pasar mi vida en un segundo. Me di cuenta, con gran emoción, que iba a ser feliz con la esposa de Dios, que es la Iglesia. 

En 2008 entré en el seminario y, tras 7 años de formación, me ordené en 2015. 

¿Como reaccionó su entorno?

—Mi madre muy bien, feliz. Yo tenía cierto complejo de culpa de que mis padres, por mi decisión, se fueran a quedar sin nietos. Fue lindo, porque mi madre empezó a ir al seminario a visitar y a acompañar a mis compañeros que eran del interior del país. Es algo que hace aún hoy: acompaña a los sacerdotes, les lleva algo rico, se queda en Misa, etc.

Mi padre, que sigue siendo algo escéptico, me decía siempre que yo tenia que descubrir qué era lo mío y encaminarme allí. Con ese background no se podía oponer. A su manera, está contento.

¿Cuáles cree que son los retos de la Iglesia en Uruguay?

—El desafío externo más importante es la indiferencia. No tenemos una cultura tan combativa contra la Iglesia como he visto en otros lugares. 

La Iglesia en Uruguay siempre ha sido pobre, tampoco ha tenido grandes casos de abuso, además, durante el tiempo de dictadura militar, la Iglesia fue de los pocos lugares donde la gente se podía seguir reuniendo… Es una cuestión más de indiferencia que de ataque frontal. A la gente no le interesa hablar de Dios. 

Además también tenemos el problema del sincretismo religioso que crece, sobre todo, en los barrios más pobres. Es un fenómeno sociológico espiritual bastante delicado.

Y de manera interna, además de que hay mucho que hacer y pocos recursos, lo que veo es la necesidad de un renovamiento espiritual. 

Las comunidades que “dan la vuelta a la sociedad” son aquellas que tienen una fuerte vida eucarística, una fuerte piedad mariana y, a la vez, tienen una fuerte realidad de servicio a los demás, que se apoyan en la misión barrial: visitar las casas, los colegios. 

No se trata de hacer super estrategias pastorales sino impulsar un ámbito comunitario de oración, que realmente hagan de esa parroquia un corazón.

Recursos

La adoración eucarística. Intercambio de amor

La adoración al Santísimo Sacramento es una de las muestras de amor a Dios y de compañía, también física, a Jesús Sacramentado. Las integrantes de una comunidad religiosa adorante comparten, en este artículo, su explicación de la Adoración Eucarística. 

Una comunidad que adorando repara y colabora a la Salvación del mundo·7 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

La Adoración, Adoración Eucarística, las visitas al Santísimo Sacramento… ¡qué gran peligro tenemos de “cosificar” a Dios, la oración, los sacramentos, la vida cristiana…! ¡Es Jesucristo, Persona viva!

Este es el misterio de la Eucaristía presente: Jesucristo, el Hombre Cristo Jesús, Hijo de Dios, Hijo de María, está vivo. El que murió en la cruz vive para siempre intercediendo por nosotros. Ahí, en esa Hostia Blanca está Jesús vivo, amándonos personalmente, intercediendo por nosotros ante el Padre, gritándonos: “Toma y come, es mi Cuerpo entregado por ti”. Ahí, sensible a mi respuesta de amor. 

No es algo estático, ¡es dinámico! Jesucristo en la Eucaristía verdaderamente vive y actúa: ama, se ofrece, intercede, acoge, escucha, consuela.

Al entrar en una Iglesia y ver expuesta esta realidad ante nuestros ojos, el que lo ve -como san Juan “vio”,-entendió- en el Calvario el misterio del Corazón traspasado de Cristo- cae de rodillas, se postra en admiración silenciosa, en adoración.

¿Qué es la Adoración?

-Es ver con mirada de fe, con el corazón, caer en la cuenta del Amor personal de Jesucristo que desde la Eucaristía -presencia real, sacramental- se está entregando en cada momento comunicándonos el mismo amor con el que dio su vida por nosotros: Es Jesús dándosenos.

-Es contemplar admirativamente que así ama Dios al mundo que entrega a su Hijo, ¡que nos entrega a su Hijo!

-Es “estar-se” largos ratos con Jesús dejándonos “broncear” por los rayos del Sol eucarístico para salir de cada encuentro un poco más parecidos a Él, hasta llegar a identificarnos plenamente con Él.

-Es percibir la sed que Dios tiene de la salvación de cada hombre, de que vengan a Él, Fuente de Agua Viva, para colmar su propia sed.

-Es reparar el Amor no amado dejándonos amar y devolviéndonos en amor.

-Es sintonizar con Él para amar como Él, para ver la realidad como Él, para acercarnos a cada hombre y a cada acontecimiento desde Él y como Él: dando la vida, amando hasta el extremo.

-Es entender que solo ante Jesús se pueden ganar las batallas actuales. La gran batalla de hoy es la del corazón humano. Si el hombre, si el corazón del hombre no se hace bueno, el mundo nunca será bueno. Y el corazón del hombre solo puede sanarse, restaurarse, acudiendo a Jesucristo único redentor del hombre, único salvador del hombre.

-Es ir a Jesús cargado con el pecado del mundo, del de nuestros hermanos, con nuestro propio pecado e introducirnos en los “Altos Hornos” de su Corazón recibiendo como maravilloso intercambio, purificado por la Sangre de su Sacrificio, el oro de su Caridad.

-Es agradecer que Jesús siga ofreciendo su sacrificio por cada hombre al que ama con amor de enamoramiento,  y tocados por ese mismo amor, ofrecernos con Él y como Él por la salvación del mundo.

-Es corresponder al grito sacramental de Jesucristo: “Toma y come, es mi Cuerpo entregado por ti”, con la misma actitud de nuestra parte: “Toma y come Tú también, es mi cuerpo entregado por Ti… Aquí estoy, contigo  y como Tú”.

-Es entrar, sumergirnos, perdernos en el Corazón de Dios, poner ahí nuestra morada y dejarnos moldear en el molde de la Eucaristía.

-Es al fin, salir de ahí inflamados en su amor redentor misericordioso, para irradiarlo generosamente entre los hombres, hacernos cauce, porque ese torrente de amor no discurre entre guijarros, sino entre corazones.

La Adoración es un intercambio de amor, amor de amistad, una intercomunicación de vida, un progresivo enamoramiento. Y esto se realiza en el silencio y en la paz del alma.

Operar en el Corazón de Cristo, operar en corazón del hombre requiere la entrega de todo el ser, y lo más alto de la entrega, la plenitud del don -como ocurre también en el amor humano- se realiza en el silencio.

Las palabras son preparación,  pero el momento cumbre del intercambio personal, lo más exquisito del Amor se realiza en silencio. Silencio pleno de contenido que hace acallar y ensordece las pasiones, las preocupaciones, los agobios, los egoísmos, los protagonismos.

Dios es Amor y el Amor se hace silencio, se hace Eucaristía, Palabra silenciosa, donación silenciosa. El amante ha de hacerse silencio, silencio de acogida, de Eucaristía: Dios y el hombre fundidos en un profundo abrazo de entrega silenciosa.

¿Lo más grande que se puede hacer hoy por este mundo, por la Iglesia, por las personas que tanto queremos, por los necesitados, por los que sufren…? Llevarlos a Jesús en la Adoración y en sintonía con Él ofrecernos al Padre con Cristo, como Cristo, colaborando así en su obra salvadora, en la Redención del mundo. Ser Eucaristía viva que clame: “aquí, en este corazón vivo está todo, lo tenéis todo. venid y ved”.

¡Merece la pena gastar la vida ante Jesús Eucaristía! Lo mejor de mi vida para Jesucristo.

El autorUna comunidad que adorando repara y colabora a la Salvación del mundo

Estados Unidos

Los obispos estadounidenses muestran preocupación por la nueva política migratoria

Los obispos estadounidenses han emitido un comunicado mostrando su preocupación por la nueva política migratoria del país.

Gonzalo Meza·7 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

“Estamos profundamente preocupados por el desprecio a la ley de asilo y a las protecciones humanitarias básicas en los Estados Unidos”, dijo el obispo de El Paso, Texas Mark J. Seitz, luego de que el presidente norteamericano Joe Biden emitiera una orden ejecutiva que prevé severas restricciones al asilo y aumenta las consecuencias para quienes ingresan sin autorización por la frontera entre México y Estados Unidos.

Monseñor Seitz, quien es presidente del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, añadió que en el país hay una crisis de conciencia pues cuando hay familias vulnerables buscando seguridad y medios para una vida digna en EUA, se les tacha de “invasores” e “ilegales”, epítetos, precisó Seitz, que buscan ocultar su humanidad. “Nos hemos desviado del camino de la rectitud y hemos abandonado los valores sobre los que se fundó nuestra nación”, dijo el prelado, a nombre de los obispos norteamericanos. 

Estas medidas, dijo monseñor Seitz, no reducirán los crecientes niveles de migración forzada que hay pues “imponer límites arbitrarios al acceso al asilo y restringir el debido proceso sólo empoderará y envalentonará a quienes buscan explotar a los más vulnerables”, indicó.

Ante la emergencia migratoria, los obispos norteamericanos urgen al Congreso norteamericano a llevar a cabo una reforma partidista del “fallido sistema de inmigración”. Asimismo, instan al mandatario norteamericano a promover en su administración “políticas que respeten la vida humana y la dignidad de los migrantes, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras”.

Las nuevas medidas

Actualmente las personas que ingresen y estén en territorio norteamericano -con o sin documentos- tienen el derecho de solicitar asilo; sin embargo, bajo la nueva regla, quienes crucen la frontera sin autorización, serán sujetos a remoción expedita, no serán elegibles para solicitar asilo, se les prohibirá el reingreso durante cinco años y podrían enfrentar un juicio criminal.

La nueva regla contempla excepciones, por ejemplo, cuando haya una emergencia médica grave y cuando la persona pueda demostrar una amenaza inminente y extrema tal como secuestro, violación, o tortura. Asimismo, estarán exentos de esta regla quienes soliciten ingresar al país desde México utilizando la aplicación móvil “CBP One”. Este sistema fue creado en 2023 para solicitar el ingreso a los EUA por medio de una cita ante las autoridades. No obstante, la aplicación se ha visto rebasada pues el sistema solo otorga un promedio de 1,500 citas diariamente ante miles de personas de diferentes nacionalidades que intentan obtener su cita, esperando por meses en la frontera norte.

Aunque en teoría la nueva medida es temporal (pues solo entra en vigor cuando se sobrepasen 2,500 aprehensiones de indocumentados en la frontera sur y estará vigente 7 días hasta que la cifra se haya reducido a 1,500), en la práctica la regla se aplicará por mucho tiempo pues en los últimos meses se ha registrado un promedio de más de 6,000 aprehensiones diarias en la frontera sur. Muchos analistas han señalado que esta medida, lejos de  solucionar la grave crisis migratoria que atraviesa el país (y que afecta también a México), solo tiene tintes electorales.

Mundo

Un congreso católico con contenido cada vez menos católico

El último congreso católico alemán, celebrado recientemente en Erfurt, ha destacado por sus críticas a la jerarquía y por una deriva hacia posiciones “woke”, mientras que el nuncio apostólico en Alemania -al mismo tiempo que el cardenal de Viena- exponen claramente la doctrina sobre el sacerdocio.

José M. García Pelegrín·7 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

Del 29 de mayo al 2 de junio se celebró en la ciudad de Erfurt, capital del Estado Federado de Turingia, el 103o Congreso Católico alemán (Katholikentag).

El origen de dichas convenciones de católicos se remonta a mediados del siglo XIX: en octubre de 1848 se celebró en Maguncia una asamblea general de las asociaciones católicas de Alemania, inspirada por una demostración de fe, en 1844, cuando un millón de peregrinos de toda Alemania acudieron a Tréveris para la exposición de la Santa Túnica. También se entendía como reacción a la opresión que venía sufriendo la población católica por parte de los gobiernos protestantes desde el Congreso de Viena de 1814-1815, lo que más tarde desembocaría en la “batalla cultural” (Kulturkampf). Inicialmente, el Congreso Católico era una asamblea de delegados de las asociaciones pías.

Debido a la Primera Guerra Mundial, el Katholikentag no se celebró entre 1914 y 1920, y tampoco pudo organizarse durante el régimen nacionalsocialista y la Segunda Guerra Mundial –es decir, entre 1933 y 1947–. A partir de 1948, el Congreso Católico se viene celebrando cada dos años.

Críticas a la jerarquía

Originariamente existía una compenetración entre los laicos y la jerarquía. Sin embargo, a partir del 82.o Congreso Católico Alemán, celebrado en Essen en 1968, y debido a la influencia del movimiento denominado del “68”, surgió una resistencia abierta a la Iglesia oficial. En cierto modo, “los laicos” se ven como una oposición a la jerarquía, especialmente desde 1970, cuando el “Comité Central de los católicos alemanes” (ZdK) asumió la organización del Congreso Católico.

Esto no significa que -como ha sucedido este año en Erfurt- no se busquen soluciones conjuntas para mejorar la atención pastoral. En una mesa redonda, dos diócesis del Este de Alemania -Magdeburgo y Erfurt- presentaron modelos de atención pastoral teniendo en cuenta el descenso de sacerdotes: para atender a sus 72.000 católicos, Magdeburgo contaba en 2013 con 70 sacerdotes; actualmente sólo quedan 43 en activo y para 2030 podrían ser tan sólo unos 20 sacerdotes para atender las 44 parroquias de la diócesis. Ahora bien, su obispo, monseñor Gerhard Feige, expresó claramente que el sacerdocio es inherente a la Iglesia católica: “No me puedo imaginar una Iglesia sin el sacerdocio”.

Si bien las críticas a la Iglesia “oficial” y la reivindicación de “reformas” -sustancialmente, las mismas que desde 1968: celibato “voluntario” de los sacerdotes, sacerdocio femenino, etc.- lo que resulta un tanto novedoso es que la propia jerarquía ejerza esta crítica; en Erfurt, el presidente de la Conferencia Episcopal alemana, monseñor Georg Bätzing -en una especie de debate con la presidenta del ZdK, Irme Stetter-Karp- criticó el “estilo romano de comunicación” del Vaticano, afirmando que “escuchan con mucha distinción, pero luego vuelven a lo de siempre”. Se mostró “ofendido por no recibir respuesta a su petición de diálogo” y abogó por un enfoque que refleje “la diversidad cultural”. Respecto al “Consejo sinodal” prohibido por el Vaticano, se mostró confiado en que este “no cambie sustancialmente la estructura básica de nuestra Iglesia”, que es episcopal y seguirá siéndolo. Como en otras ocasiones, aseguró que “nadie quiere un cisma; queremos una Iglesia universal”.

Por su parte, Irme Stetter-Karp lamentó no haber recibido respuesta a varias cartas dirigidas al Papa y se mostró decidida a que el Camino Sinodal no sea “flor de un día”. Para ello, abogó por una estructura “estable”, aunque es consciente de que, para ello, será necesario modificar a largo plazo el Derecho Canónico.

Palabras claras del nuncio

El nuncio apostólico, monseñor Nikola Eterovic, destacó la importancia de mantener la fe y dar testimonio “en medio de un mundo secularizado”. Dijo: “Sin fe, estamos perdidos”; incluso con el papel minoritario que tienen los católicos en el este de Alemania, pueden seguir siendo importantes en la familia y en la sociedad “si la gente ve que creemos y que la fe nos orienta”.

Fue contundente frente a los que aún siguen abogando por la ordenación sacerdotal de mujeres, subrayando que esa cuestión ha sido ya respondida y “no está abierta”. Recordó que el Papa Francisco ha dejado claro en repetidas ocasiones que la decisión de san Juan Pablo II de reservar la ordenación sacramental a los hombres sigue vigente.

En este sentido se expresó también en Viena su arzobispo, el cardenal Christoph. En una homilía pronunciada en la Universidad Católica ITI de Trumau (Baja Austria), dijo que estaba “profundamente convencido de que la Iglesia no puede ni debe cambiar esto, porque debe mantener inalterado el misterio de la mujer”. La “cuestión de la apertura del sacramento del Orden apremia hoy poderosamente a la Iglesia” -siguió diciendo- “y todas las evidencias sociales parecen hablar a favor de que el orden eclesiástico del sacramento del Orden es el último resto de un sistema patriarcal” y, por tanto, discriminatorio. Sin embargo, no es simplemente estrechez de miras que la Iglesia haya reservado el sacramento del Orden a los hombres. Se trata más bien de “un conocimiento que nos ha sido confiado”. También el cardenal Schönborn se remitió a san Juan Pablo II, quien dijo claramente que no podía cambiar este orden, no porque fuera estrecho de miras o conservador, sino “por el mandato de preservar que la Iglesia es una esposa y el ministerio de los apóstoles y sus sucesores es servir a esta esposa”.

“Diversidad”

En un Congreso Católico se presentan asociaciones católicas de todas las tendencias; además de movimientos y comunidades, también por ejemplo las organizaciones de defensa del derecho a la vida, como la más conocida de ellas, ALfA. Sin embargo, como se viene comprobando ya desde hace decenios, el “catolicismo político” -tal y como se presenta en estas convenciones- muestra un claro sesgo izquierdista, extendiéndose a la política eclesiástica y a las cuestiones del derecho a la vida y bioética. Por ejemplo, en un panel sobre el aborto no se presentó, ni siquiera a título informativo, la enseñanza auténtica de la Iglesia.

En Erfurt predominaron las cuestiones del movimiento “woke”, llegando a afirmarse que “Dios es trans”. Lo “queer” estuvo presente por todos lados, por ejemplo en una “sala de reflexión sobre perspectivas genderqueer”, sin que haya la más mínima crítica a la ideología de género. Y es que el Congreso Católico podrá ser muy crítico con la jerarquía y la doctrina tradicional, pero no acepta bien las críticas recibidas.

Algunos comentaristas, como Peter Winnemöller en «Die Tagespost», afirman que últimamente los Congresos Católicos son un “fracaso total en lo que se refiere a doctrina y disciplina” católicas y dice que “se agradecería algo de antropología católica, derecho natural y doctrina social católica”. Monseñor Stefan Oster, obispo de Passau, dijo que le gustaría ver un Congreso Católico con contenido más espiritual. El 103 Katholikentag, celebrado en Erfurt, resultó aún más vacío de contenido genuinamente católico que el de ediciones anteriores.

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El reto de la Inteligencia Artificial

Pocas innovaciones han tenido una implantación más rápida en la vida de Occidente que la Inteligencia Artificial.

7 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Pocas innovaciones han tenido una implantación más rápida en la vida de Occidente que la Inteligencia Artificial. Lo que en 2019 eran simples pruebas, beta, son hoy aplicaciones tangibles que nos sorprenden por su capacidad y que provocan, en no pocos casos, cierto temor ante la aparente infinitud de las posibilidades que ofrece. El hombre se ve pequeño ante una máquina que, como Pigmalión, parece amenazar con superarle, con suplantarle.

“Todos somos conscientes de cuánto la inteligencia artificial esté cada vez más presente en cada aspecto de la vida cotidiana, tanto personal como social. Esta incide en nuestra forma de comprender al mundo y a nosotros mismos”, comentaba el Papa a los participantes en el encuentro Rome Call organizado por la fundación Renaissance el 10 de enero de 2023. En efecto, la Inteligencia Artificial ha irrumpido en todos los ámbitos de nuestras vidas: medicina, seguridad, comunicaciones, docencia y evangelización, despertando temor y emoción a partes iguales. 

El propio Papa Francisco ha dedicado a esta realidad dos de sus mensajes más importantes del año 2024: el Mensaje con ocasión de la 57 Jornada Mundial de la Paz, con el que inauguraba este año, y el destinado a la 58 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Se trata de un botón de muestra de la importancia que el pontífice otorga a la Inteligencia Artificial. 

El Papa ha destacado, en no pocas ocasiones, la necesidad de establecer “modelos de regulación ética para frenar las implicaciones nocivas y discriminatorias, socialmente injustas, de los sistemas de inteligencia artificial y contrarrestar su uso en la reducción del pluralismo, la polarización de la opinión pública o la construcción de un pensamiento único”. 

Ante la Inteligencia Artificial tenemos dos peligros, aparentemente opuestos pero en el fondo similares en su naturaleza. Por un lado, la visión alarmista ante esta realidad y el rechazo a integrarla en nuestras vidas; y, por el otro, la idílica concepción de que todo lo que produzcan estas nuevas herramientas será positivo. Ni una ni otra. Será el comportamiento de las personas y los puntos de asiento de la ética humana los que sean capaces de conducir esta inteligencia en favor del bien común. 

Esos desafíos técnicos, antropológicos, educativos, sociales y políticos que plantea la IA forman parte de las reflexiones que, en este número de Omnes, realizan expertos de diversos campos. Ante cada uno de nosotros emerge el reto de utilizar nuestra inteligencia humana -creativa y, en cierto modo, divina- para que este vasto campo de progreso que se abre gracias a la inteligencia artificial no haga sino volvernos cada vez más humanos.

El autorOmnes

Cultura

«The Chosen», una serie de impacto

“The Chosen” estrenó su cuarta temporada en cines hace unos meses. Ahora llega a las plataformas digitales en España para continuar la historia de Cristo y sus elegidos.

Paloma López Campos·6 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

“The Chosen” llegó a los cines hace unos meses con su cuarta temporada. Ahora que empieza junio, los episodios comienzan a publicarse en las plataformas digitales: en la app “The Chosen”, “Acontra+” y “Movistar+”, “Netflix” y “Prime Video”.

Mientras que la temporada ya está disponible en la aplicación de la serie, “Acontra+” estrenará dos episodios cada semana, los martes y los sábados por la noche. El primero de ellos ya está disponible desde el martes 4 de junio. Por su parte, “Movistar+” todavía no tiene fecha de estreno, si bien aseguran que la serie estará disponible pronto en su plataforma.

Fotograma de la serie (The Chosen)

El origen de «The Chosen»

Durante un encuentro con la prensa, la representante de “The Chosen” en España, Paula Vega, ha explicado los orígenes de esta serie. Al parecer cuando su director Dallas Jenkins, trabajaba en Hollywood, se vino abajo tras el fracaso en taquilla de un proyecto. Abatido, volvió un día a su casa y su mujer, queriendo que Jenkins encontrara consuelo en la Biblia, leyó el pasaje de los panes y los peces.

Esa misma noche, Dallas Jenkins recibió un mensaje de Facebook: “No tienes que dar de comer a cinco mil personas, tan solo tienes que poner tus panes y tus peces al servicio de Cristo”. Todo se iluminó, y pensó que era el momento de cambiar de rumbo y alejarse de Hollywood para realizar otro tipo de proyectos.

El director decidió grabar un episodio esa Navidad para ayudar a su comunidad cristiana a vivir mejor ese tiempo. La pieza es el episodio del pastor que los que han seguido la serie “The Chosen” habrán visto.

Este cortometraje se viralizó y muchas personas empezaron a realizar donaciones, pidiendo a Jenkins que siguiera contando historias sobre Jesús y sus seguidores. Entonces comenzó “The Chosen”.

El impacto de la serie

Hoy los espectadores de la serie ya no son solo esas comunidades cristianas, sino que viven en más de 190 países, alcanzando «The Chosen» las 600 millones de visualizaciones. De hecho, en las dos primeras sesiones de estreno de la cuarta temporada, 15000 personas acudieron a las salas de cine.

El equipo de “The Chosen” es muy consciente de que la gente está deseando conocer más sobre la serie. Por eso, desde el canal de “YouTube” de España van a realizar cada viernes un directo con un invitado especial, durante el cual se hablará sobre este drama histórico y se visualizará el episodio. El directo estará disponible de viernes a domingo.

Sin embargo, no hay motivos para temer que por el estreno de ahora la serie se vaya a acabar. “The Chosen” tendrá siete temporadas y la quinta está ya en proceso de grabación. Como desde el inicio del proyecto, el rodaje cuenta con la colaboración de expertos que se aseguran de que el relato es lo más fiel posible a la realidad en los detalles más importantes.

Lo mismo ocurre en las traducciones y doblajes, en los que participan sacerdotes católicos y pastores protestantes para que los diálogos con frases directamente tomadas del Evangelio se acerquen lo más posible a los textos que leen los fieles en España.

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Mundo

“Youth”, el proyecto del Opus Dei para jóvenes, estrena página web

El Opus Dei lanzó hace unos meses "Youth", un proyecto por y para jóvenes. Ahora, estrenan una página web llena de contenido y muy dinámica.

Paloma López Campos·6 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

Hace unos meses, el Opus Dei presentó un nuevo proyecto elaborado por y para jóvenes: “Youth”. La plataforma comenzó en redes sociales, como Instagram y YouTube, pero ahora, pocos meses después, estrena una página web muy completa y dinámica.

El objetivo de “Youth” es brindar a los jóvenes las herramientas necesarias para llevar a cabo la misión que Dios les ha encargado en la Iglesia. Inspirándose en el carisma del Opus Dei, el proyecto ofrece contenidos de formación en las virtudes cristianas, recursos para rezar, testimonios…

Jóvenes en medio del mundo

Lo primero que uno observa cuando entra en la web es que no han fallado en la realización del producto: efectivamente, está hecho con los jóvenes en mente. Y si uno lo duda, lo primero que tiene que hacer es mirar las caras en la sección de “Protagonistas”. Son todos jóvenes profesionales, chicos y chicas que en su día a día buscan a Dios en cada detalle cotidiano. Por eso, en el apartado “Mundo y yo”, hay historias de gente de todo el mundo y se tratan cuestiones universales como el noviazgo, la amistad o los estudios.

Y también hay contenido pensado para los momentos de duda y discernimiento que atraviesan todos los jóvenes. ¿Existe realmente la posibilidad de ser feliz? ¿Qué pasa si me equivoco en el camino? ¿Cómo nos muestra Dios su voluntad? Tantas preguntas para las que “Youth” prepara respuestas.

También hay toda una sección que se llama “Creo” y está dedicada a responder cuestiones de fe. El usuario podrá profundizar en el conocimiento de los 10 mandamientos, los sacramentos, el Credo o la liturgia. Asimismo, hay varias páginas dedicadas a explicar el espíritu del Opus Dei. Desde el carisma de la Obra hasta la labor de san Rafael. 

Encuentro con Dios

Desde “Youth” también han preparado recursos para la base de todo este proyecto: el encuentro con Dios. Por eso, en la sección “Para rezar” hay mucho contenido orientado a la oración. Desde “Cartas del Evangelio”, donde facilitan la meditación de los episodios de la vida de Cristo, hasta textos basados en los estados de ánimo, facilitando la conversación con Jesús.

¿Y si no sé rezar? También han pensado en ello. Hay una guía paso a paso para hacer oración, vídeos breves con consejos sencillos para empezar a rezar y trucos para acordarse de Dios a lo largo del día. Por supuesto, en “Youth” aprovechan para compartir muchas enseñanzas y textos de san Josemaría, como puntos de su libro “Camino” y homilías.

Junto a todo esto, en la web se pueden escuchar meditaciones predicadas por sacerdotes que duran 5, 10 o 15 minutos, para adaptarse al tiempo de todos. Además, hay vídeos breves, en formato “story” o “reel” sobre temas de los que habla el Papa o consejos de los jóvenes para otros jóvenes.

«Youth», por y para jóvenes

En definitiva, el equipo de “Youth” ha dado un paso más creando una página web que sorprende por su dinamismo y calidad. Es un producto que está realmente pensado para los jóvenes, lleno de contenido en el que se reflejan sus ilusiones, preocupaciones y ocupaciones diarias.

Han conseguido una web que se adapta a todos, como un guante a la mano, metáfora que tanto gustaba a san Josemaría Escrivá. “Youth” está ecchi por y para los jóvenes, y se nota.

Logo de «Youth»
Ecología integral

Nicole Ndongala: «Hay que sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de acoger a los migrantes»

Nicole Ndongala llegó a España en 1998 huyendo de la violencia de su país, Congo, y hoy en día es directora de la Asociación Karibu en Madrid, además de trabajar como intérprete, mediadora cultural y conferenciante. En esta entrevista con Omnes, nos habla sobre su historia, los desafíos de la inmigración y las diferencias litúrgicas entre la Iglesia católica en España y en el Congo.

Loreto Rios·6 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

El Papa Francisco ha pedido que durante el mes de junio la Iglesia rece por las personas migrantes. En Omnes hemos entrevistado a Nicole Ndongala, que se vio obligada a abandonar su país natal, Congo, en el año 1998 debido a la guerra y a la violencia que se vivía allí por aquella época.

Aunque hoy está perfectamente integrada en la sociedad española, llegó a Madrid prácticamente sin nada y, en medio de las dificultades de sus primeros días como inmigrante, a punto de quedarse sin dinero, recordó la fe inquebrantable de su madre y una de sus frases habituales: “Dios nunca nos deja de su mano”.

Esto le condujo a buscar ayuda en una iglesia cercana. Aunque, para su sorpresa, la encontró en un principio cerrada (algo que, señala, nunca ocurre en el Congo), este primer contacto la llevó finalmente a la Asociación Karibu, una organización que se dedica a ayudar a los inmigrantes africanos en Madrid. Su relación con Karibu ha tenido un giro sorprendente a lo largo de los años: acudió allí en 1998 buscando ayuda y hoy, años más tarde, es la directora de la asociación.

Nicole Ndongala. De inmigrante a mediadora internacional

Autor: José C. Rodríguez Soto
Editorial: Mundo Negro
Páginas: 224
Madrid: 2024

La editorial Mundo Negro ha publicado recientemente un libro que cuenta la historia de esta valiente mujer congoleña y nos abre a realidades como la inmigración o el racismo, además de mostrarnos las diferencias entre la Iglesia católica en España y en el Congo.

En su caso, ¿qué le llevó a emigrar de su país natal?

Tuve que salir de República Democrática del Congo debido a la inestabilidad política y la violencia que azotaba el país. En mi caso, concretamente fue por continuas amenazas y una situación de persecución. Buscaba un lugar seguro donde vivir y prosperar, lejos de la violencia. No quería continuar viviendo en la incertidumbre, con una creciente inseguridad. Han pasado años y espero ver un Congo libre de violencia, porque lo que sigue viviendo mucha gente no ha cambiado mucho de lo que yo viví. No ha habido reparación, y la justicia sigue sin actuar. Todo queda impune, que es lo que perpetúa más la violencia.

¿Cómo fue su proceso de adaptación a España?

Fue gradual y positivo, me tuve que enfrentar a los desafíos típicos de adaptarse a una nueva cultura, idioma y entorno, pero con determinación, perseverancia y, sobre todo, con un buen diseño de acogida, logré integrarme con éxito en la sociedad española.

Me esforcé en aprender el idioma, ya que no hablaba ni una palabra de español, y me involucré desde el minuto uno en actividades sociales y culturales.

Mi principal apoyo fue y sigue siendo la Asociación Karibu, que me hizo sentirme más cómoda y segura en mi nueva vida.

Creo que, a pesar de los desafíos iniciales, con determinación, actitud positiva y capacidad para superar obstáculos estoy encontrando mi espacio. Echando la vista atrás, reconozco todo lo que he logrado y los cambios que he ido integrando en esta sociedad, que no es tan fácil.

Su primer contacto en España con gente que la ayudó fue a través de la Iglesia. El Papa Francisco ha hecho mucho hincapié en la acogida a los migrantes. ¿Cree que la Iglesia está llevando adelante este papel de acogida? ¿Quedan tareas pendientes?

Es cierto que la Iglesia desde siempre ha sido un lugar de acogida para los migrantes y refugiados. Partiendo de que la movilidad es un derecho, la realidad es que todavía queda mucho por hacer.

El Papa Francisco siempre ha sido una voz firme y fiel para apoyar a los migrantes, refugiados y los más vulnerables, en sus mensajes están presentes los valores evangélicos del cuidado y atención a todo ser humano.

Esto no siempre se traduce en acciones concretas, aunque muchas congregaciones religiosas han hecho un esfuerzo por acompañar y ayudar a los migrantes en su integración, ofreciendo apoyo emocional, material y espiritual. Sin embargo, todavía existen barreras y prejuicios que dificultan la plena inclusión de los migrantes en la sociedad.

Hay muchas cosas que quedan pendientes, hace falta sensibilizar a la sociedad en general sobre la importancia de acoger a los migrantes y refugiados, no sólo con una actitud caritativa: es necesario reconocer todas las cualidades, “dones”, que aporta la migración. Además, es crucial abordar las causas estructurales de la migración, como la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades en los países de origen.

La Iglesia tiene un papel fundamental en abogar por políticas más justas y solidarias que garanticen los derechos de los migrantes y refugiados. En esto, tiene una apuesta grande, ya que se encuentra con muchas barreras, porque en muchas ocasiones desde arriba se les impide hacer el bien.

En ocasiones, son las actividades y tareas de personas comprometidas las que apuestan con decisión por llevar este mensaje y estar al lado de las necesidades de la humanidad.

En un momento del libro, comenta que, cuando su madre viene de visita a España, echa de menos la forma de celebrar la Misa del Congo. ¿Comparte este sentimiento?

Lo comparto totalmente, siempre lo he dicho, la forma de celebrar la Misa en el Congo con nuestro Rite Zairois, que creo que es una herencia que nos dejó la Iglesia católica de la RDC, en nuestra cultura tiene un profundo significado personal y espiritual. Esta conexión con la música, la alegría, y sin prisa, hablando con la comunidad después de las Misas, es algo especial y un momento único e irremplazable. Siento nostalgia por la forma en que se celebra la Misa en la RDC.

Como mediadora cultural, ¿cuál cree que son los principales problemas sociales a los que se enfrenta actualmente una persona migrante?

Son varios. Por solo citar algunos: la discriminación educativa y racial, la exclusión social, la barrera del idioma, la falta de acceso a servicios básicos como la atención médica de una sanidad pública universal, la precariedad laboral y la dificultad para encontrar vivienda. También pueden enfrentarse a problemas de adaptación cultural, choque de valores y falta de redes de apoyo en su nuevo entorno.

Es importante trabajar en la sensibilización, la integración y la promoción de la diversidad para abordar estos desafíos y promover una convivencia inclusiva y respetuosa en nuestras sociedades. Urge sanear las instituciones y humanizar el sistema de acogida.

Evangelio

Libertad para amar a Dios. Domingo X del Tiempo Ordinario (B)

Joseph Evans comenta las lecturas del domingo X del Tiempo Ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·6 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Si intentamos vivir nuestra fe, encontraremos oposición. Este es el tema principal de las lecturas de hoy. 

La primera lectura muestra a Satanás como el principal opositor a Dios desde el principio y describe las consecuencias negativas del pecado original. Más que maldiciones, lo que Dios dice son profecías, anunciando cómo el pecado afectará a la humanidad a lo largo de la historia. 

En realidad, el odio del diablo hacia la humanidad dice mucho sobre la dignidad de la persona humana. Habiendo perdido su propia dignidad, Satanás envidia la nuestra. Y como ha afirmado el Santo Padre en su reciente documento sobre la dignidad humana (Dignitas Infinita), es el pecado lo que más daña nuestra dignidad.

Pero el diablo no tiene poder sobre nosotros si permanecemos cerca de Cristo. Jesús es el hombre más fuerte que ha irrumpido en la fortaleza de Satanás y lo ha vencido y atado (Mc 3, 27). Esto se muestra en el libro del Apocalipsis (Ap 20, 1-3), aunque también deja claro que el diablo puede seguir actuando, aunque su tiempo para hacerlo es limitado (Ap 12:12). Es como un animal herido y moribundo que, por ello, puede ser aún más feroz.

Por eso, el diablo hace todo lo posible para frenar la obra de evangelización. De ahí que, en el evangelio de hoy, le veamos azuzar primero a la familia extensa de Cristo para tratar de limitar su ministerio. 

Qué triste es que una familia, incluso supuestamente cristiana, se oponga al deseo de uno de sus miembros de entregarse a Dios. Y entonces Satanás consigue que los escribas afirmen que Jesús estaba poseído por un espíritu inmundo. Verdaderamente el diablo es mentiroso y padre de la mentira (Jn 8,44). No podría ser una mentira más grande. Jesús es el que ha venido a vencer y atar a Satanás, ¡y ellos afirman que está poseído por el diablo! Satanás es realmente el gran acusador (Ap 12,10).

La acusación de estos escribas es tan burda y falsa que Jesús tiene que advertirles de lo que llama blasfemia “contra el Espíritu Santo”. Se trata de un pecado que es obstinación en el pecado, un pecado que se cierra a la gracia e incluso a la razón. Dios quiere perdonarnos, pero no impone su misericordia. 

El pecado contra el Espíritu resiste incluso a la misericordia divina. Tales son los extremos a los que puede llegar la obstinación humana.

El pasaje termina con la insistencia de Jesús en la libertad que necesita para su misión salvadora. No se dejará atrapar por los lazos familiares. Debemos amar a nuestras familias, pero estar dispuestos a formar otras nuevas por el bien del Reino, incluidas las formadas por personas célibes.

La homilía sobre las lecturas del domingo X del Tiempo Ordinario (B)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

Documento del Papa sobre el Sagrado Corazón de Jesús en septiembre

El Papa Francisco hará público en septiembre un documento sobre la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, recogiendo textos magisteriales y reflexiones también sobre su impulsora, la religiosa francesa santa Margarita María Alacoque. En el ciclo de catequesis sobre ‘El Espíritu y la Esposa’, que es la Iglesia, el Papa Francisco ha manifestado que “en el servicio está la verdadera libertad”.  

Francisco Otamendi·5 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

“La fiesta del Sagrado Corazón de Jesús y la memoria del Corazón Inmaculado de María, que la Iglesia se prepara a celebrar en los próximos días, nos recuerdan la necesidad de corresponder al amor redentor de Cristo, y nos invitan a encomendarnos con confianza a la intercesión de la Madre del Señor”, ha señalado el Papa Francisco al final de la Audiencia de este miércoles, al dirigirse a los romanos y peregrinos.

Un momento que ha aprovechado para anunciar que en septiembre dará a conocer un documento sobre la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, cuya fiesta se celebra este viernes, con reflexiones sobre la religiosa santa Margarita María Alacoque y textos del Magisterio. 

También ha recordado la fiesta de hoy de “san Bonifacio, apóstol de Alemania. Agradecidos por la larga y fecunda historia de fe en vuestras tierras, invocamos al Espíritu Santo, para que mantenga siempre vivas en vosotros la fe, la esperanza y la caridad”, ha señalado en palabras dirigidas de modo especial a los peregrinos de lengua alemana.

Espíritu Santo, “Ruah”, el poder de Dios

Continuando con el nuevo ciclo de catequesis “El Espíritu y la Esposa”, que es la Iglesia, el Santo Padre ha centrado su reflexión en el  tema “El viento sopla donde quiere. Donde está el Espíritu de Dios, allí hay libertad” (Lectura: Jn 3,6-8).

“Seguimos reflexionando sobre el Espíritu Santo. En la Biblia se lo denomina “Ruah”, que significa soplo, aliento, viento. La imagen del viento nos remite al poder de Dios, que tiene una fuerza imparable, capaz de transformarlo todo a su paso”, ha explicado el Papa Francisco en la Audiencia de hoy, en la segunda sesión de la catequesis dedicada al Espíritu Santo.

“El viento sopla donde quiere”

Además de la fuerza del viento, el Evangelio pone en evidencia otra característica: la libertad. “El viento sopla donde quiere, no sabes de dónde viene ni adónde va”, dice Jesús. Esto indica que “el Espíritu Santo no se puede encerrar ni reducir en teorías o conceptos meramente humanos”, ha señalado el Pontífice. 

Por otra parte, san Pablo afirma que “donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad”, es decir, que el Espíritu de Dios nos hace verdaderamente libres. “Pero la libertad puede entenderse de diversas maneras, puede convertirse en un pretexto para hacer lo que cada uno quiere; por eso, el Apóstol aclara que la libertad cristiana consiste en adherirse libremente a la voluntad de Dios. Y esto se expresa en el amor y el servicio a los demás, tal como nos enseñó Jesús con su propia vida”, ha añadido.

Luego, el Papa ha subrayado que en este mes dedicado al Corazón de Jesús, “pidamos al Espíritu Santo que nos ayude a vivir con la libertad de los hijos de Dios, amando y sirviendo con alegría y sencillez de corazón. Que el Señor los bendiga y la Virgen Santa los proteja”.

El Espíritu Santo no puede ser “institucionalizado”

En su reflexión sobre el Espíritu Santo y la libertad, Francisco ha recordado que “una vez más, para descubrir el pleno significado de las realidades de la Biblia, no hay que detenerse en el Antiguo Testamento, sino llegar a Jesús. Junto al poder, Jesús destacará otra característica del viento, la de su libertad. A Nicodemo, que le visita por la noche, le dice solemnemente: “El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va: así es todo el que nace del Espíritu” (Jn 3, 8)”.-

“El viento es la única cosa que no se puede refrenar, no se puede “embotellar” ni encajonar. Pretender encerrar al Espíritu Santo en conceptos, definiciones, tesis o tratados, como a veces ha intentado hacer el racionalismo moderno, es perderlo, anularlo o reducirlo al espíritu humano puro y simple. Existe, sin embargo, una tentación similar en el ámbito eclesiástico, y es la de querer encerrar al Espíritu Santo en cánones, instituciones, definiciones. El Espíritu crea y anima instituciones, pero él mismo no puede ser “institucionalizado”, ha añadido el Santo Padre.

“El viento sopla “donde quiere” (1 Cor 12, 11). San Pablo hará de ello la ley fundamental de la acción cristiana: “Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Co 3.17). Se trata de una libertad muy especial, muy distinta de la que se entiende comúnmente. No es libertad para hacer lo que uno quiera, ¡sino libertad para hacer libremente lo que Dios quiera! No libertad para hacer el bien o el mal, sino libertad para hacer el bien y hacerlo libremente, es decir, por atracción, no por compulsión. En otras palabras, libertad de hijos, no de esclavos”, ha concluido.

A los polacos: la libertad, un compromiso

Saludo cordialmente a los polacos, ha manifestado también el Papa. “En estos días estáis conmemorando el aniversario del primer viaje apostólico de Juan Pablo II a su patria y de su oración al Espíritu Santo para que descendiera y renovara la faz de la tierra, de vuestra tierra,  y ha sido renovada. Habéis recuperado vuestra libertad. No olvidéis, sin embargo, que la libertad que viene del Espíritu no es un pretexto para la carne como dice san Pablo, sino un compromiso para crecer en la verdad revelada por Cristo y defenderla ante el mundo. Os bendigo de corazón”.

El autorFrancisco Otamendi

Mundo

Enrico Feroci: «Fue Nuestra Señora del Divino Amor la que quiso que se hiciera el voto ante su imagen»

El cardenal Enrico Feroci nos habla del 4 de junio de 1944, cuando la ciudad de Roma pidió la intercesión de la Virgen María para evitar que la Ciudad Eterna fuese destruida por los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial.

Hernan Sergio Mora·5 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

El cardenal Enrico Feroci relata los antecedentes del 4 de junio de 1944, cuando el pueblo de Roma rezó a la Virgen para que la ciudad no fuera bombardeada: el desembarco en Anzio, el fragor de la guerra, los alemanes dispuestos a resistir hasta el final… El cuadro de Nuestra Señora del Divino Amor fue llevado a Roma para pedir su intercesión y atrajo a numerosos fieles: más de un millón de firmas pidiendo el voto a la Virgen, 15 mil comuniones al día, y, finalmente, la oración en la iglesia de San Ignacio en Campo Marzio.

Este año, 2024, se han conmemorado en Roma los 80 años de aquel día en que la Virgen salvó de la destrucción a la Ciudad Eterna. Tras la celebración de la Misa en la iglesia de San Ignacio este 4 de junio en Roma, Omnes tuvo la oportunidad de hablar con el rector del Santuario del Divino Amor, situado a pocos kilómetros del centro de la ciudad.

El cardenal Enrico Feroci nos ha explicado algunos detalles poco conocidos sobre el voto hecho a la Virgen ochenta años atrás, el cual salvó a la Ciudad Eterna, ya que se encontraba ocupada por los alemanes, dispuestos a luchar contra las tropas angloamericanas, con el consiguiente bombardeo que traería consigo una destrucción generalizada.

Tras el desembarco de las tropas aliadas en Anzio en la noche del 21 de enero de 1944, la imagen de Nuestra Señora del Divino Amor había sido llevada a la ciudad por orden del cardenal vicario ante el temor de que el Santuario fuera destruido.

Primero llegó a la pequeña iglesia del Vicolo, luego a San Lorenzo il Lucina y, después, dada la gran afluencia de peregrinos, a la iglesia de San Ignacio, mucho más grande y espaciosa. En esta iglesia se hizo el voto, a través del obispo Gilla Gremigni, por orden de Pío XII, a las cinco de la tarde del 4 de junio de 1944. Dos horas después, a las siete, parecía que la ciudad había sido abandonada por las tropas alemanas.

De hecho, ese día por la mañana, las tropas aliadas habían ocupado el santuario de Nuestra Señora del Divino Amor. Hacia las siete de la tarde, los aliados comenzaron a entrar en la ciudad, sin encontrar la menor resistencia por parte de los alemanes, que se habían preparado para resistir hasta las últimas consecuencias y que, en cambio, abandonaron la ciudad por la Via Flaminia hacia el norte.

La creencia general fue que había sido Nuestra Señora del Divino Amor quien había salvado Roma.

¿Por qué se hizo el voto a Nuestra Señora “Salus Populi Romani”, pero ante la imagen de Nuestra Señora del Divino Amor?

Pío XII pidió hacer el voto a Nuestra Señora Salus Populi Romani después de una carta que recibió de los alumnos de Don Orione. Luego encargó al cardenal Montini (más tarde Pablo VI) que hablase con los alumnos de Don Orione, los cuales recogieron 1.100.000 firmas desde abril, pidiendo hacer este voto.

Imprimieron una especie de boletín que incluía la carta que habían dirigido el 24 de abril al Papa, pidiendo que se les permitiera hacer el voto. Fueron de casa en casa y de parroquia en parroquia. También colocaron una especie de carpas y la gente venía, firmaba y se certificaban sus firmas. Este 1.100.000 de firmas en una ciudad de unos 2 millones de habitantes llevó a Pío XII a hacer el voto a Nuestra Señora Salus Populi Romani.

¿Entonces el voto era a la «Salus Populi Romani»?

Sí, pero decidieron hacerlo en la iglesia de San Ignacio porque estaba llena de gente que venía a rezar ante el cuadro de Nuestra Señora del Divino Amor, que había sido llevada allí para salvarla de los bombardeos.

Estamos hablando de 15.000 comuniones diarias. Había muchísima gente que acudía a Nuestra Señora del Divino Amor. Dicho así entre nosotros: fue Nuestra Señora del Divino Amor la que quiso que se hiciera el voto ante su imagen; es siempre María, Nuestra Señora, la que está al servicio del pueblo romano.

¿Cómo se llevó a cabo el voto?

Para hacer el voto, el Papa tenía que venir aquí, a la iglesia de San Ignacio, pero el 4 de junio no le dejaron salir del Vaticano, porque se temía que los puentes estuviesen minados. Era peligroso, existía también el temor de que quisieran secuestrarlo.

Entonces el Santo Padre habló con el venerable padre Pirro Scavizzi y encargó al chambelán de los párrocos, Gilla Gremigni, ayudante de Acción Católica, que leyera la fórmula de la promesa pidiendo la salvación de Roma en la iglesia de San Ignacio. Y así lo hicieron. Pocos días después, el 11 de junio, Pío XII vino y pronunció un discurso en esta iglesia.

Hoy, la situación en el mundo, con la guerra en Ucrania…

Soy sacerdote desde hace 60 años, nunca habría imaginado encontrarme con una situación tan difícil y dramática. Creo que María todavía tiene que ayudarnos mucho. Si no hacemos un voto al menos deberíamos hacer la promesa de ser más fieles y discípulos de Cristo.

El autorHernan Sergio Mora

Mundo

Roma conmemora que María salvó la ciudad de los bombardeos

El 4 de junio de 1944, el pueblo romano pidió a la Virgen, especialmente en su advocación de Nuestra Señora del Divino Amor, que la ciudad se salvara de los bombardeos. Esa tarde, las fuerzas aliadas entraron en Roma sin resistencia por parte de los alemanes, por lo que la ciudad no fue destruida.

Hernan Sergio Mora·5 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

El 6 de junio de 1944, Pío XII se dirigió a una multitud que abarrotaba la plaza de San Pedro: «Con indecible gratitud veneramos a la Santísima Madre de Dios y Madre nuestra, María, que a las glorias de ‘Salus Populi Romani’ ha añadido una nueva prueba de su bondad maternal que permanecerá en la memoria imperecedera de los anales de la Urbe». Es decir, haber salvado a Roma de los bombardeos aliados en una ciudad bajo el dominio alemán.

El discurso del Papa Pío XII, emitido al día siguiente como mensaje radiofónico, se sitúa en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Un año antes, en Roma, el Scalo San Lorenzo había sido bombardeado, al igual que las capitales y las principales ciudades de Europa. El conflicto bélico implicaba a muchas naciones y las poblaciones vivían con miedo e incertidumbre. Los alemanes, en retirada, se habían atrincherado en Roma.

La diplomacia vaticana se esforzó por evitar que la Ciudad Eterna fuera bombardeada, haciendo hincapié en que era una «ciudad santa». El Primer Ministro británico, Winston Churchill, respondió que si Roma era sagrada, Londres también lo era y, sin embargo, había sufrido los bombardeos. Esta respuesta formaba parte de un intercambio diplomático y militar más amplio sobre la importancia de preservar el patrimonio cultural e histórico durante los conflictos armados.

Aunque el jefe de los bombarderos, refiriéndose a Roma, indicó que los «falsos sentimientos» no bastaban para evitar los ataques aéreos.

«El 4 de junio de 1944, los romanos se reunieron en oración ante diferentes imágenes sagradas. Particularmente querida es la del Divino Amor, sobre una torre en ruinas. El Papa Pío XII temía que fuera destruida por las bombas, así que, para preservarla, la trasladó del santuario de ‘Castel di Leva’ al centro de Roma. Primero estuvo alojada en la pequeña iglesia del mismo nombre de la plaza ‘Fontanella Borghese’; después, en mayo, dada la enorme afluencia de fieles, decidieron trasladarla a ‘San Lorenzo in Lucina’ y de nuevo a ‘Sant’Ignazio di Loyola en Campo Marzio'», indica un comunicado del Vicariato de Roma al recordar la fecha.

Y añade que en la iglesia de San Ignacio «el 4 de junio, miles de personas, entre creyentes y sacerdotes, pronunciaron un voto ciudadano a la Virgen para que la ciudad se salvara. Y eso fue exactamente lo que sucedió: hacia las 19 horas, las tropas aliadas entran en Roma sin encontrar la menor resistencia por parte de los alemanes, que abandonaron la ciudad por el norte».

Ochenta años después, la diócesis de Roma está recordando aquellos acontecimientos en cuatro lugares diferentes: el sábado 1 de junio, en el Centro Don Orione de Via della Camilluccia, con la conmemoración histórica en la iglesia parroquial Santa Maria Mater Dei, la procesión hacia “la Madonnina”, el rezo del Rosario y la solemne concelebración eucarística, animada por el coro de la diócesis de Roma y presidida por el cardenal Enrico Feroci, rector del «Santuario del Divino Amore». Además, se realizó una ofrenda floral a la «Madonnina», al igual que en 1953 en recuerdo de los acontecimientos de 1944, para que pudiera ser vista por toda la ciudad.

El martes 4, el evento se conmemoró en la iglesia de San Ignacio de Campo Marzio: tras el Rosario, se celebró la Misa, en la que monseñor Baldassarre Reina leyó las palabras del Papa Francisco.

El próximo sábado 8 de junio, el programa continuará en la basílica de Santa María la Mayor, con una celebración eucarística presidida por el cardenal Stanislaw Rylko, y el rezo del Rosario.

El programa concluirá el domingo 9 de junio en el Santuario de Nuestra Señora del Divino Amor, en “Castel di Leva”, con una Misa precedida por el cardenal Feroci, seguida de una ofrenda floral en la Torre del Primer Milagro que estará acompañada por la banda del Divino Amor.

El autorHernan Sergio Mora

Acuarelas de Ángel Mª Leyra Faraldo

El miércoles 5 de junio de 2024 se inaugura a las 19.30 h la exposición “Acuarelas” de Ángel María Leyra Faraldo en la Casa de Galicia en Madrid. Se podrá visitar hasta el domingo 30 de junio de este año.

5 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

El miércoles 5 de junio de 2024 se inaugura a las 19.30 h la exposición “Acuarelas” de Ángel María Leyra Faraldo (1938-2021), mi padre, en la Casa de Galicia en Madrid, en su preciosa sede de la calle Casado del Alisal, 8, entre el Museo del Prado y el Parque del Retiro, al lado de la iglesia de los Jerónimos. Se podrá visitar hasta el domingo 30 de junio de este año.

La muestra ha sido seleccionada por Pedro Javier González Rodríguez, profesor de Historia del Arte en la UNED, amigo del artista como también lo fue de su padre, el pintor e intelectual gallego José Leyra Domínguez (1912-1997). Él es quien ha seleccionado los cuadros de los que se podrá disfrutar durante estas semanas de primavera y verano en Madrid, así como el que les ha puesto nombre y redactado el precioso prólogo con el que comienza el catálogo editado para la ocasión. 

Por cierto, aprovecho para señalar un pequeño error que aparece en el catálogo que se debe a un descuido mío. Y como de los errores se puede aprender, quisiera aprovecharlo para dejar constancia aquí: debajo de la foto de cada cuadro aparecen las siglas “Ca” que en latín abrevian la palabra “Circa” que en español significa “Alrededor de, aproximadamente” y que se suele emplear para fechar obras cuya datación exacta se desconoce. Pues bien, en el catálogo, las siglas “Ca” aparecen delante de las medidas y no de las fechas como debería ser. Esta pequeña confesión es un homenaje a mi padre y a su amigo Pedro Javier, a los que gustaba y gusta hacer las cosas bien y cuidar los pequeños detalles. Yo no he heredado esa virtud de mi padre y tiendo a hacer las cosas más bien “deprisa y corriendo”. 

El origen de esta exposición está, como se puede imaginar, en el grandísimo cariño que todos tenemos a mi padre, un hombre profundamente bueno. Más concretamente, el 5 de marzo de 2019 presentamos con gran alegría en la querida Casa de Galicia en Madrid una exposición sobre la obra pictórica de su padre (titulada «Paisajes gallegos de José Leyra Domínguez»). En aquella ocasión, le sugerimos la idea de exponer algún día su propia obra en acuarela, inédita hasta la fecha y, con sentido del humor, nos animó a hacerla más bien después de su muerte. Mi padre era un hombre reservado y detestaba ser el centro de atención.

La vida de Ángel María Leyra Faraldo

Nacido en Ferrol el 25 de febrero de 1938 y fallecido en esa ciudad a la que siempre se sintió vinculado el 27 de agosto de 2021 -providencialmente ambos años xacobeos-, desde su juventud vivió en un entorno próximo al arte y a la cultura, pues su padre fue un intelectual gallego con gran afición a la pintura y poseía una excelente biblioteca. Estudió Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela, donde pudo frecuentar a profesores de la talla de don Paulino Pedret, don Ramón Otero Pedrayo, don Álvaro D´Ors y don Alfonso Otero. También en esa época participó en círculos intelectuales galleguistas con Ramón Piñeiro, Juana Torres, María Auz y José Luis Franco Grande, como recoge este último en su libro de memorias Los años oscuros. La resistencia cultural de una generación.

Profundamente creyente, para él lo primero era su trato con Dios, de donde sacaba fuerzas para atender con esmero a su familia y su trabajo y tratar de ayudar con su característica cordialidad a todo el que se acercara a él. Funcionario de la Administración Civil del Estado, el 10 de agosto de 1968 se casó con María Luisa Curiá Martínez-Alayón, el gran amor de su vida, con la que tuvo 7 hijos y a la que fue fiel hasta su muerte. 

Trabajó en la Universidad Laboral de La Laguna, en el INSALUD y en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, donde se jubilaría en 2003 y que le distinguió con la medalla a la dedicación y excelencia en el trabajo. En aquel acto dijo que se retiraba con el ánimo de seguir el consejo recibido por Sancho de don Quijote cuando iba a iniciar el gobierno de la ínsula de Barataria: “Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje”. Durante sus años de trabajo, y más intensamente después de jubilarse, mantuvo viva su gran afición a las Humanidades, especialmente a la Historia. Fruto de esos años de lecturas e investigaciones dejó tres obras publicadas, las dos últimas póstumamente: Santiago el Mayor, tras las huellas del apóstol; El traslado del cuerpo de Santiago el Mayor y Breve historia del liberalismo; también dejó numerosos escritos inéditos.

Junto al amor que profesó durante toda su vida a Galicia y a la cultura gallega, me gustaría señalar que Ángel María Leyra Faraldo se sintió toda su vida español, europeo y ciudadano del mundo. En definitiva, supo compaginar, como la inmensa mayoría de los gallegos, su amor a la patria chica y su aprecio a la madre patria, respetando y admirando las buenas obras de tantas personas de tantos lugares y de diferentes países. Puedo decir sin exagerar que fue un gallego universal, no porque sea mundialmente conocido sino por su capacidad de apreciar y valorar las cosas buenas de todo el mundo.

Como señala el profesor González Rodríguez en el prólogo del catálogo, Ángel María era de formación jurídica, pero, ante todo, gustaba de buscar la belleza en lo que le rodeaba, y, como hombre de profundas convicciones cristianas –un místico, creo–, tenía siempre conciencia de la presencia de lo sobrenatural. En una carta del año 2020 (14 de junio) me decía: “En una ocasión, estando en el jardín de la casa de un yerno mío, vi unos lirios de lejos y se me ocurrió la torpeza de pensar que no era tanta su belleza. Pero, tras reaccionar, me acerqué y contemplé, sorprendido y maravillado, su extraordinaria y misteriosa hermosura”. Así era él, siempre maravillado ante la belleza de la creación. 

Siendo niño, según él mismo cuenta en un escrito inédito, titulado “Recuerdos de mi vida” (2018), sus padres le regalaron una caja de acuarelas y, desde entonces, al abrigo de su padre, mientras D. José Leyra no se cansaba de pintar óleos por los hermosos parajes de la comarca ferrolana, él utilizaba sus acuarelas para captar, a su manera, la belleza. De hecho, el paisajista gallego Felipe Bello Piñeiro le aconsejó “que eligiera para pintar, amplios panoramas, paisajes con dilatados horizontes”. También, según sabemos, su padre lo animaba en su lento y meticuloso hacer. La acuarela, aunque empleada por grandes maestros como Durero, W. Blake y Turner, no siempre fue considerada como una técnica mayor. Recordemos que Evelyn Waugh, en su delicioso «Retorno a Brideshead» le hace decir al padre del protagonista: “Supongo que te vas a dedicar en serio a la pintura y que vas a emplear la técnica del óleo”.

Entre los años cincuenta y sesenta aproximadamente se desarrolla su no muy extensa producción pictórica, en ocasiones premiada. En sus obras, Ángel María, al igual que su padre, se muestra como un enamorado del paisaje gallego; un paisaje idealizado en el que intenta atrapar lo hermoso de lo cotidiano que, tal vez, por tenerlo siempre presente, no veamos. El mar, los campos, las piedras compostelanas…, la Galicia eterna es lo que nos transmiten sus pinceladas. 

Llevándole, en este caso sí, la contraria a Rainer Maria Rilke, creo que podemos afirmar que en los paisajes de Ángel María Leyra Faraldo la belleza, cuando aflora, no conduce a lo terrible, sino a la paz”.

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Mundo

Maltrato infantil: el hospital del Papa, a la vanguardia del tratamiento y la prevención

El Hospital Pediátrico "Bambino Gesù" de Roma, el hospital del Papa, atiende cada año más de 100 nuevos casos de niños y jóvenes víctimas de abusos y malos tratos.

Giovanni Tridente·5 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Hospital Pediátrico «Bambino Gesù» de Roma atiende cada año más de 100 nuevos casos de niños y jóvenes víctimas de abusos y malos tratos. Es lo que se desprende de los datos difundidos por el mismo Policlínico y Centro de Investigación Pediátrica, propiedad de la Santa Sede, con ocasión del Día Internacional de los Niños Inocentes Víctimas de Agresiones, que se celebra el 4 de junio.

En más de 40 años de actividad, el establecimiento romano – punto de referencia para la salud de los más pequeños de toda Italia y del extranjero – ha registrado más de 5.000 casos de violencia contra menores, de los cuales 3.000 sólo en los últimos 15 años, según un comunicado de prensa. Se trata de cifras alarmantes, que fotografían un fenómeno desgraciadamente generalizado, que afecta tanto a niños como a adolescentes de todas las clases sociales.

Las formas más comunes de abuso detectadas son la negligencia o los cuidados excesivos, la violencia presencial, los abusos sexuales y los malos tratos físicos y psicológicos. En la mayoría de los casos, más del 80 %, los autores de este tipo de violencia son personas de la propia familia de la víctima.

Prevención y detección

La edad media de los pacientes ingresados es de 12 años y entre los casos del hospital también hay menores traumatizados procedentes de Ucrania, Siria y otros países devastados por la guerra. Para interceptar precozmente los casos de riesgo, el hospital aplica desde 2009 un procedimiento especial de cribado a los menores que ingresan.

“Los niños que acuden a nosotros llevan los signos de la violencia en la mente y en el corazón», explica Paola De Rose, neuropsiquiatra del Bambino Gesù, “pero todos tienen la oportunidad y el derecho de cambiar la trayectoria a la que la vida les ha expuesto hasta ahora. Y nuestra tarea es contribuir a curar esas heridas”.

De hecho, el hospital ha desarrollado vías de apoyo psicológico específicas, como el hospital de día neuropsiquiátrico «Child Care», al que acuden más de la mitad de los casos interceptados en urgencias. También está la línea de ayuda Lucy, un servicio de asistencia telefónica 24 horas para situaciones de emergencia.

Un proyecto implica también a algunos pacientes jóvenes haciéndoles expresar sus propias experiencias de violencia con dibujos: caras sonrientes rodeadas de negro, animales monstruosos o figuras aterradoras gritando, imágenes crudas y directas de un malestar que el Bambino Gesù se compromete a aceptar y tratar.

Herramientas y proyectos útiles

También en el ámbito de la prevención, el portal del hospital ofrece contenidos elaborados por los neuropsiquiatras del policlínico con información para los niños sobre cómo reconocer situaciones de riesgo potencial y una indicación de las señales a las que deben estar atentos los padres para interceptar el problema.

Por último, en el frente de la investigación, el Hospital de la Santa Sede promueve proyectos para estudiar el impacto del abuso y el maltrato en la salud mental de la infancia y definir programas de tratamiento adecuados. Se está elaborando un protocolo de apoyo a los niños y adolescentes expuestos a la violencia doméstica durante la pandemia del Covid 19 y una serie de intervenciones psicoeducativas en las escuelas sobre los temas de la violencia, el acoso escolar y el ciberacoso.

Desde hace más de 150 años

El Hospital Pediátrico Bambino Gesù se fundó en Roma en 1869 como el primer verdadero hospital pediátrico italiano, siguiendo el modelo del Hôpital des Enfants Malades de París, por iniciativa de los duques Salviati. En 1924 fue donado a la Santa Sede, convirtiéndose a todos los efectos en el Hospital del Papa. 

En 1985 recibió el reconocimiento de Instituto Científico de Hospitalización y Tratamiento (IRCCS), que combina la asistencia médica con intensas actividades de investigación. En 2006, recibió su primera acreditación de la Joint Commission International (JCI), el instituto que certifica la excelencia en seguridad y calidad de la asistencia en todo el mundo.

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Vaticano

IOR, mito y realidad del llamado «banco del Vaticano»

Existe toda una narrativa relativa al Instituto para las Obras de Religión (IOR), el llamado «banco vaticano», que define al instituto como un lugar de negocios opacos y de gestión dudosa. Los hechos, sin embargo, cuentan otra historia.

Andrea Gagliarducci·4 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 7 minutos

Existe toda una narrativa relativa al Instituto para las Obras de Religión (IOR), el llamado «banco vaticano«, que define al instituto como un lugar de negocios opacos y de gestión dudosa y opaca de los fondos. Y es una narrativa que se ha desarrollado incluso recientemente, marcando un antes y un después en la gestión de las finanzas vaticanas, y que describe la nueva gestión del IOR como en total discontinuidad con la gestión anterior.

Los hechos, sin embargo, cuentan otra historia, al margen de ciertos acontecimientos judiciales que han visto condenados en el Vaticano a antiguos gestores por mala gestión (pero la sentencia está aún recurrida, y habrá que aclarar si se trataba realmente de mala gestión o más bien de haber atendido peticiones concretas) u otros acontecimientos judiciales que han visto paradójicamente encontrarse al IOR en conflicto con la Secretaría de Estado, a la que el Instituto decidió no conceder un anticipo de crédito en el marco de la ahora tristemente célebre adquisición del edificio de Sloane Avenue.

Se trata, por cierto, de juicios recientes. Porque antes, el IOR había estado implicado en el llamado escándalo Ambrosiano, un crack financiero del que el Instituto, sin reconocer ninguna responsabilidad personal, decidió indemnizar a los ahorradores con una aportación voluntaria como compensación parcial por las pérdidas. Fue el llamado «Acuerdo de Ginebra», relatado con todo lujo de detalles por Francesco Anfossi en su libro «IOR. Luces y sombras del Banco Vaticano desde los inicios hasta Marcinkus». Aunque hay que decir que el IOR colaboró con los investigadores desde el principio, y de hecho también hubo investigaciones periodísticas -como el libro «Ambrosiano: il contro processo», de Mario Tedeschi, que no era proIglesia- que llegaron a teorizar que el IOR fue utilizado como chivo expiatorio para ocultar otras responsabilidades, atribuibles, según el libro, a la cúpula del Banco de Italia de la época.

Y luego está la cuestión del Tesoro de la Ustaša, un feo asunto según el cual el tesoro manchado de sangre del que la Ustaša nazi croata se había apoderado a base de los judíos deportados durante la guerra había pasado por el IOR. Fue Jeffrey Lena, que aceptó el puesto de abogado defensor de la Santa Sede cuando nadie quería hacerlo, quien mostró cómo todos los argumentos eran básicamente especulaciones. Todo esto muestra cómo el mito del IOR como «banco vaticano» sin ninguna transparencia puede caer por su propio peso. Pero, ¿qué dicen los hechos?

La labor del IOR

El 11 de septiembre de 1887 se creó la comisión cardenalicia «Ad Pias Causas». Se trata de una comisión secreta, que se reúne en un despacho llamado «el agujero negro», porque era el lugar donde se encontraba la censura del Estado Pontificio y, por una bonita ironía, en el que trabajaba como empleado Gioacchino Belli, que nos deleitó con una serie de sonetos irreverentes. Y es una comisión hija de la «Questione Romana», porque sirve para administrar aquellos bienes, legados y obras pías que llegan a la Santa Sede y que esta trata de ocultar a la confiscación del Estado italiano.

El Instituto consiguió garantizar la autonomía financiera de la Santa Sede incluso cuando Roma estuvo ocupada por los nazis (1943 y 44), años en los que sus espacios extraterritoriales, «en una ciudad aún no abierta», albergaron y ocultaron a multitudes de judíos y antifascistas. Al fin y al cabo, para eso sirven las finanzas vaticanas.

El hecho es que el IOR no es un banco. Es un órgano central de la Santa Sede: no un órgano de la Curia, sino un instrumento para ayudar, precisamente, a las obras religiosas. El IOR no tiene oficinas fuera del Vaticano, y sólo recientemente ha obtenido un IBAN vaticano, después de que la Santa Sede entrara en la zona de transferencias SEPA, es decir, la Zona Única de Pagos en Euros.

El camino del IOR hasta ser reconocido por las instituciones extranjeras como contraparte fiable ha sido particularmente largo, como lo ha sido para todas las instituciones financieras del mundo.

Juan Pablo II estableció los nuevos estatutos del IOR en 1990, mientras que la primera auditoría externa se remonta a mediados de los años noventa. En la década de 2000, el IOR puso en marcha una serie de medidas pioneras, que también fueron reconocidas por los evaluadores internacionales de Moneyval, el comité del Consejo de Europa que evalúa la adhesión de los Estados a las normas internacionales contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.

Las inversiones se realizan siempre con prudencia, según la llamada regla de 3 (activos, oro, inmuebles), que garantiza una necesaria diversificación de los activos.

En tiempos de crisis, el oro se lleva al extranjero; en tiempos de necesidad, se invierte en bienes inmuebles, y estos también forman parte de los beneficios de los empleados, que pueden obtener casas a precios reducidos. El IOR es independiente en la gestión, pero de hecho es fundamental para la Santa Sede.

La labor fiscalizadora del IOR

A menudo se ha señalado que en la última década el IOR ha llevado a cabo un control de las cuentas, entre otras cosas a través de costosos consultores externos, como el Promontory Financial Group, que luego acabó en algunos asuntos judiciales. Sin embargo, basta leer el informe del comité Moneyval del Consejo de Europa sobre la Santa Sede/Estado de la Ciudad del Vaticano, que evalúa el cumplimiento de las normas financieras de los países que se adhieren a ellas, para comprender cómo el IOR había iniciado hacía tiempo una operación de auditoría y transparencia de las cuentas.

El informe, publicado el 4 de julio de 2012, hacía una valoración globalmente positiva de las medidas y reformas legislativas adoptadas por la Santa Sede y el Vaticano para prevenir y combatir las actividades ilícitas de carácter financiero. En particular, se reconocían los esfuerzos del IOR por adaptarse a las normas internacionales. Y no sólo eso.

Según el informe, los procedimientos del IOR en materia de diligencia debida con la clientela «en algunos casos van más allá de los requisitos establecidos» por la primera ley vaticana contra el blanqueo de capitales (es decir, la Ley n.º CXXVII, que fue reformada por el Decreto de 25 de enero de 2012 también a causa de estas deficiencias). Leemos en el párrafo 471 que «los procedimientos contienen parcialmente requisitos que faltaban o eran poco claros en la versión original de la Ley ALD».

Esto mitiga en cierta medida el impacto negativo sobre la eficacia debido al hecho de que un número significativo de elementos del marco legal no se introdujeron hasta después de la primera visita in situ de Moneyval.

En el párrafo 476, entonces, el informe de Moneyval señalaba que «el IOR comenzó una revisión y actualización de la base de datos de clientes en noviembre de 2010. El IOR ha demostrado un claro compromiso para completar el proceso a finales de 2012. Seis personas participan en este proyecto y se están dirigiendo activamente a los clientes para obtener información actualizada. A finales de 2011, el Instituto había actualizado su módulo de base de datos de clientes de aproximadamente el 50% de las personas físicas y el 11% de las personas jurídicas».

Datos del último informe

El último informe anual del IOR se publicó en junio de 2023 y se refiere a 2022. Algunas cifras pueden ayudar a entenderlo. En 2022, el IOR tenía 117 empleados y 12.759 clientes. En comparación con 2021, hay más empleados (había 112), pero muchos menos clientes: en 2021, el IOR tenía 14.519 clientes.

Teniendo en cuenta que el cribado de las cuentas consideradas no compatibles con la misión del IOR finalizó hace tiempo, la primera impresión es que el IOR ya no es un lugar atractivo para sus primeros clientes, es decir, las instituciones religiosas. Sólo una impresión, por supuesto, pero que da que pensar.

El informe señalaba que en 2022 el IOR tuvo 29,6 millones de euros de beneficios netos, un aumento significativo respecto al año anterior, pero todavía en una tendencia a la baja que, a pesar de cierta recuperación, parece constante desde 2012. De hecho, se pasa de los 86,6 millones de beneficio declarados en 2012 -que cuadruplicaban las ganancias del año anterior- a los 66,9 millones del informe de 2013, los 69,3 millones del informe de 2014, los 16,1 millones del informe de 2015, los 33 millones del informe de 2016 y los 31,9 millones del informe de 2017, hasta los 17,5 millones de 2018.

En cambio, el informe de 2019 cuantificaba el beneficio en 38 millones de euros, lo que también se atribuía al mercado favorable. En 2020, el año de la crisis COVID, el beneficio había sido ligeramente inferior, de 36,4 millones de euros. Pero en el primer año posterior a la pandemia, un 2021 aún no afectado por la guerra de Ucrania, se volvió a una tendencia negativa, con un beneficio de solo 18,1 millones de euros.

Ahora, volvemos a estar en el umbral de los 30 millones de beneficios, pero está por ver si estos beneficios incluyen los 17,2 millones incautados al expresidente Angelo Caloia y a Gabriele Liuzzo, que debían responder por malversación y autoblanqueo cometidos en relación con el proceso de desinversión de los enormes activos inmobiliarios propiedad del Instituto y de sus filiales, SGIR y LE PALME. cuyas sentencias se habían hecho firmes en julio de 2022. En este caso, estaríamos hablando de unos beneficios reales muy inferiores.

De estos beneficios, se distribuyeron 5,2 millones de euros: 3 millones para obras religiosas del Papa, 2 millones para actividades caritativas de la Comisión Cardenalicia y 200.000 euros para actividades caritativas coordinadas por el prelado del Instituto.

Hay una cifra técnica a tener en cuenta, a saber, el TIER 1, que es el componente principal del capital de un banco. En 2019, fue del 82,40%. En 2022, sin embargo, el TIER es del 46,14%, ciertamente por encima del 38% en 2021, pero aún indicativo de una reducción a la mitad del capital. Sigue siendo un TIER 1 robusto, muy por encima de las cifras exigidas a los bancos europeos, pero sigue mostrando una reducción a la mitad del capital en perspectiva.

Según el IOR, «la calificación Moneyval sitúa al Instituto como una de las instituciones mejor calificadas del mundo». En la actualidad, el IOR trabaja con más de 45 contrapartes financieras diferentes. Por dar algunas cifras, en 2022 el IOR recibió 5.200 millones de recursos en encomienda y realizó 100 mil operaciones de pago. El patrimonio neto asciende a 578,5 millones de euros.

Más allá de las cifras, el Presidente del IOR, Jean-Baptiste de Franssu, subrayó en su intervención en el informe que «la calidad de los productos y servicios ha mejorado notablemente, la ética se ha convertido en un punto de referencia constante, tanto en la gestión de los recursos como en el gobierno del Instituto, y la relación con los clientes está más que nunca en el centro de todo compromiso», mientras que el prelado del IOR, Giovanni Battista Ricca, destacó que los objetivos se han reducido mucho gracias a «una mayor concienciación». Hay que decir, sin embargo, que las inversiones del IOR siempre han sido conservadoras, destinadas a no afectar demasiado al patrimonio, que es lo que siempre se destina a las obras religiosas.

El último informe de Moneyval

Más que un cambio de paradigma, el IOR ha trabajado en la estela de la continuidad con la gestión anterior. El último informe Moneyval -en realidad un seguimiento muy técnico- se publicó el 28 de mayo y mostró cómo el IOR ha seguido introduciendo mejoras técnicas. Anteriormente, la Santa Sede era «no conforme» con la Recomendación 13 sobre bancos corresponsales, mientras que siguen existiendo algunas «deficiencias menores» en relación con las Recomendaciones 16 y 24 sobre transferencias y personas jurídicas, pero ahora son «ampliamente conformes», mientras que anteriormente habían sido evaluadas como no conformes.

En resumen, de las 39 recomendaciones aplicables, la Santa Sede cumple ahora o cumple en gran medida 35 puntos, y cumple parcialmente 4 de las recomendaciones. Detalles técnicos, se podría decir. Pero son importantes para demostrar que las finanzas vaticanas no son, en efecto, un lugar de falta de transparencia y de posible criminalidad. Existe el IOR de los medios de comunicación y el IOR de la realidad. Y la realidad dice que el IOR ha trabajado y sigue trabajando para cumplir plenamente las normas internacionales.

El autorAndrea Gagliarducci

Estados Unidos

La Iglesia en Estados Unidos presenta el informe anual sobre abusos

La Conferencia episcopal estadounidense ha publicado el informe sobre abusos sexuales que investiga los casos denunciados entre julio de 2022 y junio de 2023.

Paloma López Campos·4 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Conferencia episcopal de obispos católicos de Estados Unidos ha publicado un informe referente a 2023 con datos sobre abusos sexuales y compensaciones económicas dentro de la Iglesia nacional.

El informe indica que 1.254 víctimas de abusos presentaron un total de 1.308 denuncias. De todas ellas, la gran mayoría son de adultos que han denunciado ahora las agresiones que sufrieron siendo niños.

Lucha contra los abusos en Estados Unidos

Para hacer frente a estos casos, las diócesis y eparquías de Estados Unidos prestaron servicios a 183 víctimas y a sus familias, con el fin de apoyarlas. Al mismo tiempo, continuaron con las ayudas ofrecidas a otras 1.662 personas cuyos casos se habían incluido ya en informes de años anteriores.

Como parte del trabajo de prevención, la Iglesia examinó los antecedentes de personas que trabajan en actividades eclesiales, ya fueran sacerdotes, empleados o voluntarios. Asimismo, se intensificó la labor de formación para identificar con más rapidez los casos de abuso sexual.

Según el informe, entre los acusados se cuentan siete clérigos a los que han apartado del ministerio o que se han jubilado. Sin embargo, el 91 % de los sacerdotes acusados han fallecido ya, están “apartados permanentemente del ministerio o laicizados”. En definitiva, “ ningún clérigo acusado de forma creíble está en activo”.

Caminar con las víctimas de abuso

El presidente de la Conferencia episcopal, el arzobispo Timothy P. Broglio, lamenta al principio del informe el sufrimiento de las víctimas. “Estas cifras no son solo números”, asegura, “las estadísticas son las muchas historias y relatos de la traición de la confianza y el viaje de toda una vida hacia la recuperación”.

Además, subraya su agradecimiento “a las víctimas supervivientes por denunciar los abusos sufridos, por hacernos a todos responsables y por permitirnos caminar a su lado”.

Proteger a los menores

El documento se ha realizado con la información aportada por una auditoría de “StoneBridge Business Partners”, una consultora de Nueva York. Además, los datos se han completado con una encuesta que llevó a cabo el “Center for Applied Research in Apostolate” (CARA, por sus siglas). Las fechas estudiadas en la auditoría van del 1 de julio de 2022 al 30 de junio de 2023, y el 100 % de las diócesis del país han participado en el proceso.

El informe es una de las medidas incluidas en la Carta para la Protección de Niños y Jóvenes firmada por los obispos estadounidenses en 2002. Esta carta dibujó “un marco integral de procedimientos para abordar las denuncias de abusos sexuales a menores por parte del clero católico y establecer protocolos para proteger a niños y jóvenes”.

Educación

“Cristo y la vida eterna: la belleza de nuestra fe”

Entre el 9 y el 10 de mayo se realizó en la Universidad de los Andes (Santiago, Chile) el III Congreso para profesores de religión, bajo el título "Cristo y la vida eterna: la belleza de nuestra fe".

Verónica Ibáñez·4 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

El congreso comenzó con la intervención de uno de los obispos auxiliares de Santiago, monseñor Alberto Lorenzetti, quien animó a los presentes a “saber adaptarse a su auditorio a la hora de anunciar la fe en Jesús”. Señaló que hoy no es fácil este diálogo porque, más que hablar al mundo de un Dios desconocido como hizo Pablo en Atenas, toca hablar de un Dios olvidado y nos encontramos frente al desafío de llegar al corazón de niños y jóvenes.

Presentar a Cristo

El presbítero Lucas Buch, de la Universidad de Navarra, recalcó la idea de mantener con los alumnos una relación cordial, personal, hablándoles de corazón a corazón.

Explicó que la tarea de un profesor de religión no es demostrar a Cristo, sino presentarlo. Lo primero es rezar por sus alumnos -ya que es Cristo quien tiene que presentarse-, procurar vivir lo que enseñan, porque en buena medida lo que los muchachos crean de Cristo dependerá de lo que vean en sus maestros, y, por último, proponer a Cristo de manera que los chicos sean capaces de reconocerlo.

Se sabe si una persona es cristiana no porque sea capaz de exponer muy bien la fe cristiana, sino porque camina en esa verdad. El principal modo en que un profesor de religión transmite a Cristo es viviéndolo. Como decía el Papa Pablo VI: «El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los testigos que a los maestros, o, si escucha a los maestros, es porque son testigos».

Transmitir la fe con esperanza

A lo largo del congreso se insistió varias veces en la necesidad de formar con esperanza. Klaus Dröste, decano de la Facultad de Psicología y Humanidades de la Universidad San Sebastián, señaló que muchas veces no abunda en los jóvenes la esperanza porque no ven su vida como algo grande, que vale la pena ser vivido. Conviene abrir en ellos perspectivas de eternidad. Esa esperanza les permitirá anclar el corazón en Dios y ordenar su vida, a pesar de todos los problemas que tengan en la actualidad.

Si un joven descubre esto, podrá releer su historia, sus calamidades, sus frustraciones, sus éxitos, sus fracasos, sus cualidades con una luz nueva. Aprenderá que de todo puede salir un bien.

También, en otra conferencia, don Lucas definió la misión del profesor de religión con dos verbos: despertar y transmitir. Por una parte, despertar a los alumnos, acompañarlos en el descubrimiento del talento que Dios les ha concedido, esperar junto a ellos a que su vocación se despierte, y, por otra, transmitir la fe con esperanza, especialmente a esta generación posmillennial. Como es bien sabido, muchos jóvenes tienen la sensación de que lo que suceda no depende de ellos, sino de factores externos, quizá porque el mundo en el que vivimos es demasiado complejo y piensan que no pueden cambiar nada de lo que suceda. Todo esto ha cristalizado de algún modo en un pesimismo generalizado, que tiene también sus expresiones en problemas de salud mental.

En una sociedad como la nuestra, donde se propicia que cada uno ha de hacerse a sí mismo con sus solas fuerzas, el cristianismo tiene ese mensaje tan revolucionario: desde el momento de nuestra concepción, dependemos de los demás. Decirle a un alumno: tú estás hecho para amar y ser amado, porque Dios es el amor comunión de personas, puede abrirle grandes horizontes.

Luces para las clases

Los profesores de religión están llamados a mantener viva la Palabra de Dios, concretamente el Evangelio, y a que siga resonando en los corazones de los jóvenes. Sin embargo, existe el desafío de hacerla comprender, porque es un texto muy conciso. Don Lucas sugirió leer juntos la Escritura e ir resolviendo las dudas que aparezcan.

También la caridad es un camino indudable de presencia de Cristo y la clase de religión es un ámbito que puede ofrecer la ocasión de experimentar la misericordia, es decir, de acercarse a alguien necesitado, a un enfermo, a un anciano, a alguien a quien ayudar.

Contar la historia de los santos, cuya vida se entiende solo desde la luz de Dios, permite también acercarse a Cristo, porque en ellos brilla el Señor. Cada alumno puede encontrar en un santo su inspiración, aquello que le toca profundamente.

La vía de la belleza

Andrea Torres, filósofa, expuso que conviene que la belleza acompañe a la enseñanza de la religión porque es Dios quien se manifiesta en ella. Además, Dios ha creado todo el mundo en orden al ser humano, para que lo conozcamos y gocemos de Él. Esta idea puede infundir esperanza en los jóvenes.

Don Lucas Buch insistió en que la belleza nos habla también de una realidad que trasciende lo puramente mundano, lo puramente útil y por eso es también un canalizador de Cristo. Quizá la misma clase de religión puede ser una ocasión de que los alumnos tengan una experiencia de lo bello, de que aprendan a disfrutar con una obra de arte, que pueda ayudar a que Cristo se presente en sus vidas. Al mostrar la belleza se puede educar la sensibilidad y el gusto por las grandes bellezas. En este sentido, el uso de imágenes, poesía o música ofrece un camino.

Hablar de la eternidad

En el congreso se planteó que se puede hablar de la muerte y de las verdades eternas con delicadeza. Es preciso hacerlo, porque es donde está anclada la esperanza. Como indicó don Lucas, en un contexto multicultural conviene hablar con claridad de cuál es la propuesta cristiana, evitando visiones simplistas de la vida eterna. Conviene mostrar que estas verdades tienen un sentido y ayudan a vivir de una determinada manera.

A la luz del juicio, por ejemplo, el profesor puede enseñar a cultivar la memoria, a hacerse preguntas que nos permiten construir una vida con sentido.

El infierno puede ser comprendido, como dice Dostoyevski, como el sufrimiento de no poder amar. Se puede llevar a la vida presente hablándole a los alumnos del resentimiento, de no querer perdonar, no querer amar a alguien. Hay que distinguirlo claramente del purgatorio, donde se tiene esperanza y hay un deseo de amor. Puede servir, para entenderlo, comentar que es posible orar por los difuntos y buscar la comunión con los que se encuentran en ese estado.

Por último, para referirse al Cielo, el profesor necesita una gran creatividad para ver cómo puede ofrecer a sus alumnos experiencias de comunión, a veces simplemente profundizando en las que ya tienen, para asimilarlas al Cielo, donde no cabe aislamiento alguno.

La propuesta cristiana

Finalmente, don Lucas propuso que, frente a los grandes anhelos que residen en los corazones de los hombres (ser amados, mantener relaciones profundas, ser alguien, ayudar a los demás) -deseos que se apoyan en supuestos ambientales (el individualismo y la necesidad de mostrar rendimiento, la autosuficiencia y la hipersexualidad, el emotivismo como criterio para valorar si algo es bueno o malo, la sobreprotección)-, existe una propuesta cristiana que hacer a los jóvenes: la conciencia de que Dios nos amó primero, el designio de comunión, la invitación a formar parte de una historia de amor que se entreteje con nuestras historias y la convicción de que hay más dicha en dar que en recibir. En definitiva, se trata de mostrar la belleza de nuestra fe.

El autorVerónica Ibáñez

Recursos

Cómo hacer oración

Para el hombre, haber sido creados a imagen de Dios implica la posibilidad de una relación de comunicación mutua: la oración.

Alejandro Vázquez-Dodero·4 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

Así resume el punto núm. 27 del catecismo de la Iglesia Católica lo más profundo y genuino de nuestra naturaleza humana: “El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios; y Dios no cesa de atraer al hombre hacia sí, y sólo en Dios encontrará el hombre la verdad y la dicha que no cesa de buscar”.

Solo el ser humano es capaz de conocer y amar más allá de lo material y finito. Al ser espiritual, como Dios mismo, puede conocerle y amarle: la creación del hombre a imagen de Dios implica la posibilidad de una relación de comunicación mutua. Y precisamente por eso, por ser imagen de Dios y así participar de Él, que es puro amor, el hombre es un ser capaz de amarle, y lo hace a través de una vida de oración.

Somos terrenales, pero ansiamos lo eterno, que es Dios. Un Dios al que podemos tratar, a quien nos podemos dirigir y amar, como pasamos a comentar.

¿Qué es la oración? ¿Por qué y para qué orar?

La oración es un diálogo con Dios, y no una “varita mágica”, como señala el Papa Francisco.

A nuestra relación consciente y coloquial con Dios la denominamos plegaria u oración. La palabra “plegaria” proviene del verbo latino precor, que significa rogar, acudir a alguien solicitando un beneficio. El término “oración” proviene del substantivo latino oratio, que significa lenguaje, habla, discurso.

Sería elevar el alma a Dios o pedirle los bienes que nos convengan. También sería en esencia una conversación familiar, una unión del hombre que se considera hijo, con Dios, su padre.

Orar es algo imprescindible para la vida espiritual. Sería como el respirar, que permite que la vida del espíritu avance. 

En la oración actualizamos la fe en la presencia de Dios, fomentamos la esperanza que nos lleva a orientar la vida hacia Él y a confiar en su providencia. Y ensanchamos nuestro corazón, al responder con el propio amor al Amor divino.

De otro lado, en la vida de oración la Liturgia –y, en su centro, la Eucaristía– tiene una importancia vital, pues a través de ella, o en ella, el alma se une a Cristo, modelo y camino de toda oración cristiana. 

¿Varios modos de orar o rezar?

Sí, decíamos que orar es dialogar, hablar, con Dios. ¿De qué?: como señalará san Josemaría Escrivá, “de Él, de ti: alegrías, tristezas, éxitos y fracasos, ambiciones nobles, preocupaciones diarias…, ¡flaquezas!: y hacimientos de gracias y peticiones: y Amor y desagravio. En dos palabras: conocerle y conocerte: «¡tratarse!” (Camino, 91).

Hay mil maneras de orar, y no necesitamos un método, cuadriculado y artificial, para dirigirnos a nuestro Padre. Si amamos sabremos descubrir caminos personales, íntimos, que nos lleven a este diálogo continuo con el Señor.

Un modo es la oración “mental”. Uno se puede imaginar la escena evangélica, de la vida de Jesús, y recogerse y meditarla. Tras ello aplicar el entendimiento al objeto de considerar el rasgo concreto de la vida del Señor que nos sugiera ese pasaje. Y finalmente contarle lo que a nosotros suele sucedernos, lo que está ocurriéndonos. Tras ello viene la escucha, porque Dios habla, responde a quien le interpela, con mociones interiores, viendo la respuesta a los interrogantes que hayamos podido plantearle.

Lo anterior no consiste en hacer discursos bonitos, ni frases consoladoras. Es también a veces una mirada a una imagen de Jesús o de María; otras, el ofrecimiento de las buenas obras, de los resultados de la fidelidad; y siempre buscar a Jesús, y no a uno mismo.

Para orar hay que contar con el Espíritu Santo, que nos enseña y recuerda todo lo que Jesús dijo, y nos educa también en la vida de oración, suscitando expresiones que se renuevan dentro de unas formas permanentes de orar: bendecir a Dios, pedirle perdón, implorarle lo que necesitamos, darle gracias y alabarle.

También podemos acudir a la oración “vocal”, o esas oraciones que aprendimos, quizá de pequeños, y otras que fuimos incorporando a lo largo de la vida: el padrenuestro, avemaría, santo rosario, etc. 

La Santa Misa y otros actos litúrgicos también serían oración, por supuesto, dispensando una gracia divina propia.

De otro lado contamos con la oración “de intercesión”, que consiste en una petición en favor de otro. No conoce fronteras y en ella caben también los enemigos. Se funda en la confianza que tenemos en nuestro Padre Dios, que quiere lo mejor para sus hijos y atiende sus necesidades.

Por último, referirnos a la oración “de acción de gracias”, ya que toda alegría y toda pena, todo acontecimiento y toda necesidad pueden ser motivo de oración de acción de gracias; y a la oración “de alabanza”, totalmente desinteresada, que se dirige a Dios; canta para Él y le da gloria no sólo por lo que ha hecho sino por ser Quien es (cfr. Catecismo de la Iglesia Católica núm. 2644-2649).

La oración en la cotidianeidad de la vida.

Observamos como en el Antiguo Testamento Abraham, Moisés y los profetas hablaban y escuchaban a Dios. En el Nuevo Testamento, Jesús nos enseña cómo podemos relacionarnos con nuestro Padre Dios.

La oración la ha tenido muchísimas experiencias a lo largo de los siglos. Los santos son la clara muestra de que en cualquier época y circunstancia Dios busca a cada persona y ésta puede responderle trabando con Él un verdadero diálogo.

Al margen de sus creencias, todos los hombres están llamados a la comunicación con Dios, según decíamos. Por la creación, Dios llama a todo ser desde la nada a la existencia. Incluso después de haber perdido, por su pecado, su semejanza con Dios, el hombre sigue siendo imagen de su Creador: continúa ansiando a quien le ha creado y no cesa de buscarle. Confiándole nuestras vidas, compartiendo con el Señor cuanto hacemos o el estado en que nos encontramos, ya oramos.

Inasequible al aliento Dios llama a cada persona al encuentro misterioso de la oración. Él es quien toma la iniciativa en la oración, poniendo en nosotros el deseo de buscarle, de hablarle, de compartirle nuestra vida. Así, quien reza, quien se dispone a escuchar a Dios y a hablarle, responde a esa iniciativa divina.

Al rezar, es decir, al hablar con Dios, quien ora es todo el hombre. Pero, ¿de dónde brota la oración? Del alma o del espíritu, según señala la Sagrada Escritura; y con más frecuencia, esa se refiere al corazón: es el corazón el que ora.

En el corazón, en lo más profundo de nuestro ser, es donde tiene lugar ese encuentro personal de cada uno de nosotros don Dios.

Eso sí, la oración requiere, como subraya el Catecismo de la Iglesia Católica en sus núms. 2559-2564, querer orar y aprender a orar, y lo hacemos a través de la Iglesia: escuchando la palabra de Dios, leyendo los Evangelios y, sobre todo, imitando el ejemplo de Jesús. 

¿En qué se distingue la oración cristiana de la “oración” de otras religiones o pseudo religiones?

La principal diferencia de la oración cristiana con respecto a las formas de algunas corrientes espiritualistas radica en la búsqueda de un encuentro personal con Dios, cosa distinta de una simple búsqueda individual de paz y equilibrio interior. A ello nos referíamos en nuestro artículo de 1 de febrero pasado, al comentar las pseudo religiones y la new age.

La oración cristiana está siempre determinada por la estructura de la fe cristiana. Es Cristo mismo quien nos enseña la forma en que debemos orar, lo que significa rezar dentro de su cuerpo místico, que es la Iglesia.

La oración cristiana también tiene una dimensión comunitaria. Incluso hecha en soledad, tiene lugar siempre dentro de aquella “comunión de los santos” en la cual y con la cual se reza, tanto en forma pública y litúrgica como en forma privada. 

El cristiano, también cuando está solo y ora en secreto, tiene la convicción de rezar siempre en unión con Cristo, en el Espíritu Santo, junto con todos los bautizados, para el bien de la Iglesia universal, presente, pasada y futura. 

Vaticano

Papa Francisco: «El encuentro con el migrante es un encuentro con Cristo»

El Papa Francisco ha elegido el lema "Dios camina con su pueblo" para la 110ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado.

Paloma López Campos·3 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Iglesia celebrará la 110ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado el 29 de septiembre de 2024. El Papa Francisco ha publicado su mensaje para este día, con el lema “Dios camina con su pueblo”.

El Pontífice relaciona el camino sinodal que está realizando la Iglesia con el relato bíblico del Éxodo: “un largo viaje de la esclavitud a la libertad que prefigura el de la Iglesia hacia el encuentro final con el Señor”.

Asimismo, el Santo Padre afirma que “análogamente, es posible ver en los emigrantes de nuestro tiempo, como en los de todas las épocas, una imagen vida del pueblo de Dios en camino hacia la patria eterna”.

Francisco señala que, al igual que los judíos en el éxodo, “los migrantes huyen a menudo de situaciones de opresión y abusos, de inseguridad y discriminación, de falta de proyectos de desarrollo”. Junto a estas graves amenazas, “encuentran muchos obstáculos en su camino”, como la falta de recursos, los trabajos peligrosos y no bien remunerados, y las enfermedades.

Sin embargo, dice el Papa, no se puede perder la esperanza, pues “Dios precede y acompaña el caminar de su pueblo y de todos sus hijos en cualquier tiempo y lugar”. El Santo Padre recuerda los distintos elementos que representaban la presencia de Dios en el desierto: la Tienda del Encuentro, el Arca, la serpiente de bronce y el maná, entre otros.

Dios, compañero del migrante

Igual que entonces, “muchos emigrantes experimentan a Dios como compañero de viaje, guía y ancla de salvación”. Pero “Dios no solo camina con su pueblo”, asegura el obispo de Roma, “sino también en su pueblo, en el sentido de que se identifica con los hombres y las mujeres en su caminar por la historia”.

Esto significa que “el encuentro con el migrante, como con cada hermano y hermana necesitados, es también un encuentro con Cristo”. Y si esto es así, dice el Papa, entonces “los pobres nos salvan, porque nos permiten encontrarnos con el rostro del Señor”.

El Papa Francisco concluye su mensaje pidiendo a los católicos que se unan a los migrantes y refugiados y que acudan “a la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, signo de segura esperanza y de consuelo en el camino del Pueblo fiel de Dios”.

El mensaje del Pontífice viene acompañado de la siguiente oración:

Dios, Padre todopoderoso,
somos tu Iglesia peregrina
que camina hacia el Reino de los Cielos.
Cada uno de nosotros habita en su propia patria,
pero como si fuéramos extranjeros.
Toda región extranjera es nuestra patria,
sin embargo, toda patria es para nosotros tierra extranjera.
Vivimos aquí en la tierra,
pero tenemos nuestra ciudadanía en el cielo.
No permitas que nos constituyamos en amos
de la porción del mundo
que nos has dado como hogar temporal.
Ayúdanos a no dejar nunca de caminar
junto con nuestros hermanos y hermanas migrantes
hacia la morada eterna que tú nos has preparado.
Abre nuestros ojos y nuestro corazón
para que cada encuentro con los necesitados
se convierta también en un encuentro con Jesús,
Hijo tuyo y Señor nuestro.
Amén.
Actualidad

El presidente del IOR, ponente en el Foro Omnes en Roma

Omnes ha organizado un Foro en Roma que contará con la presencia del presidente del Instituto para las Obras de Religión.

Maria José Atienza·3 de junio de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El presidente del Instituto para las Obras de Religión, Jean-Baptiste Douville de Franssu, será el ponente del Foro Omnes sobre “Transparencia y corresponsabilidad en el sostenimiento de la Iglesia. El trabajo del IOR”, que tendrá lugar mañana, 4 de junio a las 15:30 h. en la sede de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, en Roma.

Este encuentro servirá para conocer el trabajo realizado por el Instituto para las Obras de Religión en favor de una gestión transparente y comprometida, así como sus principales líneas de actuación.

El encuentro estará moderado por el profesor Jesús Miñambres, del Gruppo di Studio CASE (Corresponsabilità Amministrazione e Sostegno Economico alla Chiesa)
 
Este Foro Omnes cuenta con el patrocinio del Banco Sabadell y de la Fundación Carf y con la colaboración de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz y el Gruppo di Studio CASE.

Vaticano

Jesús Miñambres: «La necesidad de transparencia en la gestión de la Iglesia se hace cada vez más viva»

El profesor de Derecho Patrimonial Canónico, Jesús Miñambres es coordinador del Grupo de Estudio CASE en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz.

Maria José Atienza·3 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

Profesor de Derecho Patrimonial canónico en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, Jesús Miñambres, es además coordinador del Grupo Case, (Corresponsabilità Amministrazione e Sostegno Economico alla Chiesa), un grupo internacional de investigación interdisciplinar sobre cuestiones relacionadas con la gestión y la subsistencia de la Iglesia Católica.

Miñambres, que será el encargado de presentar al presidente del Instituto para las Obras de Religión, Jean-Baptiste Douville de Franssu, en el Foro Omnes que tendrá lugar mañana en Roma, ha atendido a Omnes previamente con el objetivo de acercar a los lectores la realidad del Instituto para las Obras de la Religión (IOR).

Un banco vaticano, ¿no es una contradicción? ¿Cómo se explica el IOR? 

–El Instituto para las Obras de Religión nace a finales del siglo XIX y se reorganiza durante el siglo XX y lo que llevamos del siglo XXI para servir como instrumento de gestión de inversiones financieras a la Santa Sede al servicio de la misión universal de la Iglesia y también de las Iglesias particulares y de los Institutos de vida consagrada y otras entidades.

Además, sirve también para facilitar algunos servicios, como hacer llegar los recursos a los ambientes que los necesitan, conservar y hacer fructificar depósitos de entes de la Santa Sede, facilitar que se puedan gestionar con transparencia las nóminas de los trabajadores del Vaticano, etc.

En los últimos años hemos visto un cambio sustancial en las gestiones financiera del IOR, en especial, en materia de transparencia ¿cuáles son los principales avances? ¿Este cambio se debe a exigencias externas? 

–La necesidad de transparencia en la gestión de los recursos de la Iglesia se hace cada vez más viva.

En general, ya desde 1983 existe una norma que obliga a rendir cuentas a los fieles de los bienes que ellos han donado (cfr. can. 1287 §2 del Código de Derecho canónico).

La realización de esta prescripción en ámbito universal se hace más compleja, pero el IOR se ha propuesto hacer lo posible para conseguirlo y desde hace varios años publica un balance bastante pormenorizado con la situación patrimonial del Instituto, el número de clientes, los movimientos habidos en el año…

El Instituto busca hacer rendir los recursos que le son confiados y obtiene un resultado positivo, al menos en los últimos años, un beneficio neto que ha sido de 36 millones de euros en 2020, de 18 millones en 2021 y de 29 millones en 2022. El beneficio se envía al Romano Pontífice para que lo use en el cumplimiento de su misión (es uno de los modos con los que se financia el funcionamiento de la Curia Romana). 

Ciertamente, un impulso hacia la búsqueda de la transparencia lo ha dado también la asunción del euro como moneda vaticana, al principio mediante un acuerdo con Italia y, después de 10 años, con otro acuerdo directo con la Unión Europea. Estos acuerdos internacionales requieren una serie de prácticas y controles que han ayudado a acelerar la implantación de algunas praxis de transparencia en la gestión.

Mensuram Bonam establece los principios que han de seguir las inversiones según la DSI ¿Cuáles cree que son los puntos clave de estas directrices? ¿Resultan competitivas en el mercado hoy? 

–Las inversiones éticas no solo son competitivas, sino que son expresamente buscadas y hechas públicas por muchas empresas que necesitan inversores.

Los principios ESG (Enviromental, Social, Governance) han sido adoptados por muchas entidades, tanto que un periódico italiano especializado en economía y finanzas ha “inventado” un índice de la bolsa de Milán para sus lectores con la empresas que se proclaman seguidoras de estos criterios: el índice se llama SOLE24ESG MORN.

El IOR, y las demás instituciones vaticanas, ha adoptado también estos principios y ha añadido una referencia a la doctrina social de la Iglesia, que refuerza el compromiso ético y da unos parámetros para valorarlo. Los principios que rigen la doctrina social de la Iglesia son la dignidad humana, el bien común, la solidaridad, la justicia social, la subsidiaridad, el cuidado de la casa común, la inclusión de los vulnerables y la ecología integral. El documento de la Academia de las Ciencias Sociales que usted ha citado desarrolla las implicaciones de estos principios en la gestión de las inversiones.

Evangelio

Un corazón de carne. Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús (B)

Joseph Evans comenta las lecturas de la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.

Joseph Evans·3 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

A través del profeta Oseas -la primera lectura de hoy-, Dios utiliza un lenguaje dramático para mostrar su rechazo interior ante la idea de abandonar a Israel. Su corazón, dice, su yo interior, “se vuelve” dentro de él: es el verbo haphak, que significa “girar”, “volcar” o “derrocar”. Así, la vara de Moisés se “convirtió” en serpiente y la espada de los querubines que impedía la entrada al paraíso “giraba hacia todos lados”. Asimismo, Dios prometió a Lot no “derribar” cierta ciudad, es decir, no destruirla. De ahí que el verbo pueda traducirse como “se revuelve” o “retrocede”, pero, sea cual sea la traducción, expresa una intensa actividad interior, un significativo cambio de dirección. Hay una sensación de que Dios está herido por la idea misma de entregar a Israel a la destrucción.

Dios dice entonces que su “corazón está perturbado”; esta última palabra, kamar, expresa un sentimiento profundo y cálido. La misma palabra se utiliza para describir a José en Egipto “añorando” a su hermano menor Benjamín a la llegada de este. 

El lenguaje antropomórfico pretende mostrar la profundidad del amor de Dios por Israel y su tierna misericordia hacia él. Pero lo que en el Antiguo Testamento era solo una metáfora -el Dios espiritual no tiene corazón físico- se convierte en realidad literal en Jesús. Nuestro Señor asume un corazón de carne. Y no sólo es herido metafóricamente, sino realmente en la Cruz. Así, el evangelio de hoy nos muestra a un soldado que le atraviesa el costado y de la herida brota sangre y agua. El evangelista Juan nos recuerda las palabras del profeta Zacarías: “Mirarán al que traspasaron”.

Esto enlaza maravillosamente con la segunda lectura de hoy, en la que san Pablo reza por los efesios, y por nosotros, para “que Cristo habite por la fe en vuestros corazones; que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento”, para que lleguemos a comprender “el amor de Cristo, que trasciende todo conocimiento”. Dios está herido para que nosotros también lo estemos. Cuando los hombres se volvieron duros de corazón, con un corazón de piedra, Dios se revistió de un corazón de carne para que nuestro corazón se ablandara. La naturaleza misma del amor es que busca amor a cambio. Esta maravillosa fiesta del Sagrado Corazón de Jesús nos habla del amor divino, que es tan grande que anhela el amor de su criatura, la humanidad, y el amor de cada uno de nosotros en particular. El Corazón de Cristo fue traspasado para abrir en nuestros corazones una brecha de amor por la que Él pudiera entrar en ellos. Y el agua y la sangre que se derraman son también como un canal para que subamos a su corazón. 

Vaticano

El Papa Francisco invita a los católicos «a ser ‘eucarísticos’»

El Papa Francisco ha reflexionado acerca del don de la Eucaristía en esta solemnidad del Corpus Christi.

Paloma López Campos·2 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Papa Francisco ha rezado el Ángelus con todos los fieles presentes en la plaza de san Pedro. Durante la meditación, ha reflexionado acerca de la festividad del Corpus Christi, recordando “la dimensión del don” de la Eucaristía.

A través de la partición del pan, ha dicho el Pontífice, vemos que “Jesús hizo donación de toda su vida”. Es por esto por lo que la celebración de la Eucaristía no puede ser “un acto de culto desvinculado de la vida o un mero momento de consuelo personal”.

Al contrario, ha subrayado el Papa, en cada Misa los católicos tienen que ser conscientes de la comunión con Cristo. Esta unión “nos hace capaces de convertirnos también en pan partido para los demás, capaces de compartir lo que somos y lo que tenemos”.

Ser «eucarísticos»

En este sentido, el Papa ha invitado a los fieles “a ser ‘eucarísticos’, es decir, personas que ya no viven para sí mismas”. Francisco ha pedido que los católicos hagan “de su vida un don para los demás”, convirtiéndose “en profetas y constructores de un mundo nuevo”.

Para concretar esto en la vida cotidiana, el Pontífice ha puesto de ejemplo ocasiones diarias como evitar el egoísmo, promover la fraternidad, acompañar a los hermanos en el dolor, cuidar de los necesitados y ofrecer los talentos personales.

El Papa, para concluir su meditación, ha planteado varias preguntas para la reflexión personal: “¿Guardo mi vida solo para mí o la doy como Jesús? ¿Me gasto por los demás o me encierro en mi pequeño yo? Y, en las situaciones cotidianas, ¿sé compartir o busco siempre mi propio interés?”.

El Papa Francisco pide la paz

Al finalizar el Ángelus, el Santo Padre ha pedido oraciones por Sudán, “donde la guerra que dura desde hace más de un año aún no ha encontrado una solución pacífica”. Del mismo modo, ha recordado a “Ucrania, Palestina, Israel, Myanmar…”. Francisco ha lanzado “un llamamiento a la sensatez de los gobernantes para que detengan la escalada y pongan todo su empeño en el diálogo y la negociación”.

Por último, ha saludado a peregrinos de Italia, Croacia y Madrid, así como “a los fieles de Bellizzi e Iglesias; al Centro Cultural ‘Luigi Padovese’ de Cucciago; a las postulantes de las Hijas del Oratorio; y al grupo ‘Pedalea por los que no pueden”.

Cultura

Los milagros de Lieja, Daroca y Bolsena impulsaron el Corpus Christi

El siglo XIII contempló un fuerte impulso de la devoción a la Eucaristía, en unos momentos en que algunos dudaban de la presencia real de Jesucristo. Los hechos acaecidos en Lieja, Daroca (Aragón), y Bolsena, junto a Orvieto, en tierras italianas, y los argumentos de santo Tomás de Aquino (el ‘Aquinate’), movieron al Papa Urbano IV en 1264, a instituir la solemnidad del Corpus Christi. En Daroca se produjo “la primera procesión”.  

Francisco Otamendi·2 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

La conversión del pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo en el momento de la consagración, sacramento instituido por el Señor en la Última Cena, con el mandato “haced esto en memoria mía”,  es acontecimiento central en la vida diaria de la Iglesia, como han recordado los Papas, pero ha habido momentos en los que se difundieron doctrinas heréticas que afirmaban que la presencia de Jesús en las especies sacramentales era simbólica, no real.  

En este contexto, a partir del año 1.200, en pleno siglo XIII, comenzaron a sucederse un serie de milagros eucarísticos, que impulsaron finalmente al Papa Urbano IV a declarar la fiesta del Corpus Christi, del Cuerpo y la Sangre de Cristo, primero el 11 de agosto de 1264, con una bula dirigida al Patriarcado de Jerusalén (ocupado por él mismo antes de ser elegido Papa), y a continuación una segunda bula dirigida a todo el orbe católico.

Santa Juliana de Lieja e insignes teólogos

Como subrayan los franciscanos de la Custodia en Tierra Santa, el motivo inspirador de la fiesta tiene su origen en Flandes, donde a mediados del siglo XIII el movimiento eucarístico ya era muy activo contra la difusión de herejías. En esos momentos, la religiosa belga santa Juliana de Mont Cornillon (Lieja) y otras monjas tuvieron una serie de visiones místicas en las que el Señor les hizo comprender la ausencia en la Iglesia de una solemnidad en honor del Santísimo Sacramento.

En 2010, el fallecido Benedicto XVI se refirió a santa Juliana de Lieja con estas palabras: “Quiero presentaros una figura femenina, poco conocida, pero a la cual la Iglesia debe un gran reconocimiento, no sólo por su santidad de vida, sino también porque, con su gran fervor, contribuyó a la institución de una de las solemnidades litúrgicas más importantes del año, la del Corpus Christi. Se trata de santa Juliana de Cornillón, conocida también como santa Juliana de Lieja”.

“Juliana nació entre 1191 y 1192 cerca de Lieja, en Bélgica. Es importante subrayar este lugar, porque en aquel tiempo la diócesis de Lieja era, por decirlo así, un verdadero ‘cenáculo eucarístico’. Allí, antes que Juliana, teólogos insignes habían ilustrado el valor supremo del sacramento de la Eucaristía y, también en Lieja, había grupos femeninos dedicados generosamente al culto eucarístico y a la comunión fervorosa. Estas mujeres, guiadas por sacerdotes ejemplares, vivían juntas, dedicándose a la oración y a las obras de caridad”.

La buena causa de la fiesta del Corpus Christi, explicó Benedicto XVI, “conquistó también a Santiago Pantaleón de Troyes, que había conocido a la santa durante su ministerio de archidiácono en Lieja. Fue precisamente él quien, al convertirse en Papa con el nombre de Urbano IV, en 1264 quiso instituir la solemnidad del Corpus Christi como fiesta de precepto para la Iglesia universal. En la bula de institución, titulada ‘Transiturus de hoc mundo’ (11 de agosto de 1264) el Papa Urbano alude con discreción también a las experiencias místicas de Juliana, avalando su autenticidad”.

Los Sagrados Corporales en Luchente y Daroca

Es de justicia señalar que unos años antes, y en paralelo, el 7 de marzo de 1239 había tenido lugar en tierras valencianas y aragonesas el conocido como milagro de los Sagrados Corporales de Daroca, cuya secuencia histórica está recogida en el documento de 1340 conocido como Carta de Chiva, conservado en el Archivo Colegial de Daroca.

La historia fue recogida también, en 1860, en un estudio de Tomás Orrios de la Torre, canónigo de la Iglesia Colegial del municipio de Daroca, que ha sido reeditado con varios apéndices, por ejemplo en 2014, cuando se cumplieron 775 años del milagro, ocurrido en Luchente (Valencia) el 23 de febrero de 1239. y 750 años de la institución de la festividad del Corpus Christi en la Iglesia universal.

Los documentos acreditan hasta la saciedad el milagro de las seis formas consagradas que iban a comulgar los capitanes de los Tercios de Daroca, Calatayud y Teruel, antes de lanzarse a la conquista del castillo de Chio en tierra de musulmanes, y que no pudieron hacerlo por un ataque del enemigo. Las seis formas, guardadas con prisa por un sacerdote en un corporal, aparecieron, al recogerlas, completamente ensangrentadas, sin que cupiese la menor explicación en términos naturales.

Contra todo pronóstico, siendo minoría y estando sitiados, los cristianos resultaron vencedores de la batalla. Los allí presentes entendieron este suceso como un milagro, una manifestación de Dios, en un relato recogido en la Carta de Chiva, que recoge Orrios de la Torre, y que fue sintetizado también en el Heraldo de Aragón, y otros lugares. 

“Primera procesión del Corpus”

Además, los capitanes de las tres compañías que intervinieron en la batalla querían llevar el paño con las hostias ensangrentadas a sus ciudades, pero la prueba del milagro solo podría tener un destino. y la suerte recayó en Daroca, porque no estando de acuerdo en la adjudicación, se dispuso que una mulilla “ciega” se pusiese en camino hacia territorio cristiano, llevando en una arqueta el milagro. Pasó Teruel, y ya en Daroca, la mulilla se paró en el convento de los Trinitarios, y reventó. En su iglesia quedaron las sagradas formas, y se aceptó por todos que la ciudad aragonesa debía custodiar ese milagro de fe eucarística.

A ese caminar durante unos 14 días de Valencia a Daroca se le ha denominado “la primera procesión del Corpus”, y está narrada por historiadores de la época. Llegaron numerosos peregrinos, además de los que venían de muchas partes de Europa camino de Santiago de Compostela.

Más adelante, los Reyes Católicos mandaron construir una capilla, y rehicieron la que sería una de las primeras basílicas de España con crucero central. Se trata de la actual basílica de Santa María de los Sagrados Corporales de Daroca, concedida esta dignidad por Leon XIII en 1890, y denominada La Colegial.

El nuncio, en el Corpus darocense

En este templo darocense ha tenido lugar el pasado jueves la celebración de la solemnidad de los Sagrados Corporales, presidida por Mons. Bernardito Auza, nuncio del Papa, y el arzobispo de Zaragoza, monseñor Carlos Escribano, con la presencia de otros prelados, sacerdotes y numerosos fieles que participaron en la posterior procesión.

El nuncio Auza recordó que en la homilía que “desde el amor que brota de la Eucaristía, los obispos nos invitan a actualizar este misterio día a día. Solo desde el abajamiento del Amor, se comprende la mística de este sacramento. El Papa nos lo dice: ‘No van a lograr con las manos lo que no mediten antes de rodillas’”. 

Por cierto, Daroca cuenta ya con una reliquia del conocido como apóstol de Internet, beato Carlo Acutis, que será canonizado, y que se caracterizó por un gran amor a la Eucaristía.

El milagro de Bolsena

Tras ser elegido Papa Urbano IV, dos síndicos darocenses acudieron a Roma a informarle del suceso, y fueron presentados por san Buenaventura y por santo Tomás de Aquino, que fueron nombrados posteriormente patronos del municipio de Daroca.

Como es sabido, santo Tomás de Aquino es autor del himno Adoro te devote, y lo compuso en honor del Señor sacramentado a petición del Papa, con motivo precisamente de la institución de la fiesta del Corpus Christi.

En esa época tuvo lugar asimismo el milagro de Bolsena (Italia), en el que una Hostia consagrada se transformó en carne mientras celebraba misa un sacerdote con dudas en la presencia real de Cristo en la Eucaristía. En este caso, las especies sacramentales fueron inspeccionadas por el propio Papa, y revisadas también por santo Tomás de Aquino, como indica la página web de milagros eucarísticos del beato Carlo Acutis. La reliquia de este milagro se encuentra desde entonces en la catedral de Orvieto.

En diversas catequesis y alocuciones en estos años, el Papa Francisco ha centrado en la Eucaristía la acción misionera de la Iglesia.

El autorFrancisco Otamendi

Cultura

Cuidar y dejarse cuidar: el valor de la fragilidad

Reseña del libro Corporalidad, tecnología y deseo de salvación. Apuntes para una antropología de la vulnerabilidad publicado por Jorge Martín Montoya Camacho y José Manuel Giménez Amaya.

Pablo Alfonso Fernández·2 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

El camino más directo a una existencia llena de sentido, pasa por descubrir la vulnerabilidad propia y ajena. Este enunciado, sencillo en su expresión, pero profundo en sus consecuencias, condensa la propuesta antropológica que hacen los profesores Montoya y Giménez Amaya en una reciente publicación de la colección “Filosofía y Teología Pública” de la editorial Dykinson titulada Corporalidad, tecnología y deseo de salvación. Apuntes para una antropología de la vulnerabilidad.

Este libro es fruto de años de trabajo interdisciplinar y colaborativo en el contexto del grupo de investigación Ciencia, Razón y Fe de la Universidad de Navarra, que nació por impulso del profesor Mariano Artigas. Su contenido presenta, conjuntamente y adaptadas al nuevo formato, algunas publicaciones previas de sus autores en revistas especializadas, y no pretende presentar todo un tratado sistemático, sino establecer un punto de partida antropológico. 

Se trata de una reflexión académica argumentada con solidez, abundante aparato crítico y rigor expositivo, que se desarrolla a partir de la filosofía del pensador anglosajón Alasdair McIntyre. Tras una oportuna introducción, que recoge ordenadamente algunos conceptos desarrollados más adelante, expone su tesis en tres capítulos que tratan respectivamente de los asuntos enunciados en el título: la corporalidad y su contingencia psico-biológica, la tecnología desenfocada de sus fines naturales, y el deseo de salvación que abre al ser humano a la trascendencia y se presenta como concepto nuclear de todo el estudio. 

Los autores construyen su argumentación desde una reflexión sobre los fines de la vida humana, con la que entienden la fragilidad biológica y sus manifestaciones en la vida social. Así entienden el envejecimiento como “un lugar de encuentro para entender al hombre”, y las virtudes del cuidado como el ámbito de gratuidad que permite superar una lógica de intercambio utilitarista. El enfoque filosófico bebe de muchas fuentes que son convenientemente citadas, y nos da una idea del origen y el desarrollo de esos conceptos. A lo largo de los párrafos el lector se adentra en los conceptos que confluyen en la tesis del libro: contingencia biológica, vitalismo metabólico, intencionalidad corpórea, deseo de salvación, justa generosidad…  A la vez, son presentados por dos profesores de filosofía con una formación previa en el mundo de la Ingeniería y de la Medicina, lo que aporta una visión más certera al enfrentarse a cuestiones relativas a la evolución tecnológica o al ámbito de la salud. 

Junto a ello, el interés del libro excede el ámbito académico, y los autores han sabido presentarlo con ilustrativas historias tomadas de la literatura con las que finalizan cada uno de los tres capítulos. Estas oportunas referencias a las obras de Aldous Huxley (Un mundo feliz), Mary Shelley (Frankenstein) y Eurípides (Ifigenia), contribuyen a mostrar las universales implicaciones humanas de su estudio, más allá de su evidente interés para los especialistas. La cuidada redacción del texto facilita su lectura, y una imagen de portada cargada de emotividad interpela al lector para que comprenda que no se enfrenta a un asunto de huecas abstracciones teóricas. Está tomada del cuadro “El día de visita al hospital”, del pintor francés Geoffroy (1853-1924). El conmovedor prólogo, del profesor Javier Bernácer es otra muestra más de que la propuesta de este libro toca la fibra del ser humano. Sus autores han sabido suscitar el interés por lo que entienden que “puede ser uno de los desarrollos más importantes en la investigación antropológica de los próximos años”. 

Resulta provocador, en estos tiempos de innovaciones tecnológicas, inteligencias artificiales y anuncios prometeicos de superación de cualquier límite, constatar sin más que la naturaleza humana es vulnerable. Supone un atrevimiento indecente para muchos afrontar el envejecimiento, la enfermedad y la muerte como condición de humanidad, oportunidad de crecimiento y descubrimiento del sentido de la vida, y no como un obstáculo inoportuno, un límite a superar o un incómodo error de cálculo en los programas de felicidad de la modernidad eficiente. 

Corporalidad, tecnología y deseo de salvación

Autores: Jorge Martín Montoya Camacho y José Manuel Giménez Amaya.
Editorial: Dykinson
Páginas: 160
Año: 2024

Desde esta visión, que predomina en la mentalidad utilitarista y entroniza la salud y el vigor físico como fines últimos de la existencia, la vida vulnerable no merece existir y de ahí el empeño por suprimirla desde su inicio si se detecta en un diagnóstico prenatal, o facilitar su pronta eliminación una vez constatado el desgaste que provoca el tiempo. La búsqueda de una vida plena, que ha dirigido los empeños de la filosofía en la historia del pensamiento humano, se reduce al pleno hedonismo, y se conforma con lograr una vida plana, sin el relieve que aporta el sufrimiento humano.

Por eso pienso que aciertan los autores al otorgar categoría académica y profundidad de pensamiento a una expresión vital, a una intuición que el cristianismo ha llenado de sentido desde la fe: la debilidad nos hace humanos y necesitados de salvación. La pretensión de autonomía absoluta no puede ser el fin último de nuestra vida, pues esa concepción del ser humano prescinde de una categoría fundamental: la relación. La vulnerabilidad no es el enemigo a batir, sino un compañero inseparable de camino que se empeña en recordarnos quiénes somos. 

En sus páginas se descubre, con un recorrido intelectual impecable, una convincente expresión filosófica del evangelio de la vida, tan necesario de anunciar en el mundo de hoy. Nos animaba a esta tarea san Juan Pablo II cuando nos invitaba a construir la “civilización del amor” (cfr. Carta Apostólica Salvifici doloris, n. 30). Como también hoy reclama el Papa Franciso una “revolución de la ternura” que nos invita a “correr el riesgo del encuentro con el rostro del otro, con su presencia física que interpela, con su dolor y sus reclamos, un constante cuerpo a cuerpo” (Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, n. 88).

El autorPablo Alfonso Fernández

De bodas, bautizos y comuniones

Las celebraciones de bodas, bautizos y comuniones han pasado, en muchos casos, de ser una fiesta de alegría por el sacramento a una búsqueda de la satisfacción personal.

2 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Luis Argüello, denunció hace unas semanas la sinrazón de que las primeras comuniones parezcan bodas. Yo hoy voy a ir más allá: ¿No son ya de por sí las bodas una exageración?

Resulta paradójico que, en una época como la nuestra, en la que valoración de la institución matrimonial (con o sin sacramento de por medio) está en sus horas más bajas, las ceremonias nupciales se hayan convertido en eventos de una magnitud y complejidad fuera de lo común. La boda es, de hecho, para algunos, mucho más importante que el matrimonio en sí. 

El despiporre comienza en las denominadas despedidas de soltero, que podrían tener su sentido cuando el novio o la novia abandonaban la casa de sus padres para iniciar la vida en común; pero la mayoría de las parejas de hoy ya saben bien lo que es no dormir en casa de papá y mamá.

Las despedidas podrían tener su lógica cuando el matrimonio significaba renunciar a vivir preocupándose solo de uno mismo para comenzar a vivir para el cónyuge y los hijos; pero muchos matrimonios jóvenes siguen saliendo con los amigos de toda la vida, están abiertos a nuevas aventuras amorosas porque no creen en el amor para siempre y la responsabilidad común más alta que llegan a asumir es la de adoptar juntos una mascota (o varias).

¿De verdad tiene sentido seguir llamándolas despedidas de soltero cuando en realidad muchos matrimonios actuales son solo dos solteros que viven juntos?

En cuanto a las bodas, se han convertido en una carrera desenfrenada por el «yo más». El efecto que en los pueblos llevaba a las familias a competir por ver quién agasajaba mejor a los invitados, se ha visto multiplicado por el efecto de las redes sociales.

Las empresas organizadoras de eventos y de restauración conocen esta debilidad humana, la envidia, e inflan los precios hasta niveles desorbitados.

Muchas parejas se ven obligadas a organizar un bodorrio muy alejado de sus gustos y posibilidades para evitar comparaciones. Ya no es solo la boda, el vestido, el banquete…; es la invitación más original, la iglesia más fotogénica, la preboda más divertida, el coche mejor adornado, el menú más exclusivo, la mesa dulce mejor surtida, el regalito más curioso para los invitados, el baile de recién casados más inolvidable, el DJ más de moda… Cientos de detalles que hacen sufrir muchísimo a las parejas y a sus familias.

¡Cuántos dejan de casarse por la sencilla (y lógica) razón de que las bodas de hoy son una locura! 

Una boda con cientos de invitados tenía un sentido social cuando lo que se celebraba era una unión fecunda y para siempre, pues las dos familias quedaban unidas por lazos fuertes.

En la boda, los familiares y amigos arropaban a los novios y les ayudaban incluso económicamente, pues aún eran jóvenes, a comenzar su nueva vida juntos de la que nacería una prole que extendería los apellidos familiares.

Pero, ¿qué sentido tiene que una pareja invite a su familia a una ceremonia para pagar entre todos cuando la edad media para casarse en España ronda los 35 años, la duración media del matrimonio está en 16 y el número medio de hijos es de uno? ¿Y cuando un familiar se casa dos o tres veces? ¿Qué estamos celebrando? ¿A quién estamos arropando? ¿Cuál de las tres fiestas es la buena y cuáles hay que olvidar?

El carácter social de la boda se ha perdido y ha dado paso a una ceremonia donde ya no se celebra el «nosotros», sino el culto al «yo» propio de la cultura narcisista en la que vivimos.

Todos quieren ser, aunque sea por un día, el niño en el bautizo, la novia en la boda ¡y hasta el muerto en el entierro!; convertirse en el centro de atención, recibir el aplauso, que les hagan un buen reportaje de fotos y viajar a un resort con pulsera todo incluido.

El desmadre de las autofiestas de esta generación comenzó con los cumpleaños, que dejaron de ser una sencilla merienda con los primos; siguió por las ceremonias de graduación ¡hasta para recoger el título de infantil!; continuó por el viaje iniciático a Eurodisney (lo de la comunión, no nos engañemos, es una mera excusa para muchos) y, así, siguió una larga lista de celebraciones destinadas a sentirnos el centro del mundo.

Que no digo yo que no haya que celebrar por todo lo alto las cosas importantes, porque también es muy fácil caer en el puritanismo más rancio y tacaño; sino de poner lógica en todo y ayudar, especialmente, a que nadie se quede sin recibir un sacramento por falta de dinero o ganas de meterse en líos (¡cuántos niños sin bautizar porque los padres lo van dejando, dejando…!). 

Es urgente hablar más con los jóvenes para ayudarles a recuperar la cordura en las celebraciones, para hacerles ver que quizá haya que levantar el pie del acelerador que les impulsa hacia el precipicio de la nada y recuperar la sobriedad que da el vino de las bodas de Caná.

Ese vino nuevo que no emborracha ni nos aleja de nuestra realidad, sino todo lo contrario: nos hace saborear el auténtico sentido de la fiesta y nos invita a ponernos nuestras mejores galas para entrar al gran banquete, el de las bodas del cordero, en el que, ahí sí que sí, todos seremos la novia en la boda. 

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Cultura

«Campeón» y «The Holdovers», sugerencias de cine para este mes

"Campeón" y "The Holdovers", dos filmes especialmente interesantes y actualmente en cartelera, son las propuestas audiovisuales para junio.

Patricio Sánchez-Jáuregui·1 de junio de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Dos películas con tramas muy diferentes que llegan a las pantallas de los cines en España son las propuestas para ver este mes.

Campeón

Dylan es un chaval de 13 años y capitán del equipo de fútbol, su pasión compartida con su mejor amigo, Youssef. El anuncio de una futura competición les llena de alegría y comienzan a prepararse, cuando Dylan sufre una grave lesión.

Basada en la vida de Job Tichelman, coguionista del filme, que nació con una malformación en la médula espinal, Campeón es un canto a la amistad, a la perseverancia, a la solidaridad y un ejemplo del valor educativo del fútbol.

Campeón

Director: Camiel Schouwenaar
Guión: Camiel Schouwenaar y Job Tichelman
Actores: Maik Cillekens, Anouar Kasmi, Kailani Busker
Plataforma: Cines

Una película estimulante e inspiradora, para toda la familia, que ha tenido un amplio recorrido en festivales y ha sido galardonada una decena de veces.

The Holdovers

Un profesor cascarrabias de un internado debe permanecer en el colegio durante las vacaciones de Navidad para cuidar a un puñado de estudiantes que no tienen adónde ir. Pronto establecerá un vínculo con un alborotador inteligente pero dañado, y con la cocinera principal de la escuela, una mujer que acaba de perder a un hijo en la guerra de Vietnam.

Una de las grandes sorpresas de esté año, Holdovers es una historia honesta y madura sobre la adolescencia, la familia y la amistad, un canto a las segundas oportunidades y a las cosas importantes de la vida.

Conmovedora sin caer en sentimentalismos, y con un punto agudo de comedia, es una dramedia que invita a la reflexión a través de una historia tejida con mimo y maestría, con un guión pulcro e interpretaciones que se comen la pantalla, encabezadas por la genialidad de Paul Giamatti, que hace de un personaje solitario y patético alguien entrañable, digno de nuestro amor. 

The Holdovers

Director: Alexander Payne
Guión: David Hemingson
Actores: Paul Giamatti, Da’Vine Joy Randolph, Dominic Sessa
Plataforma: Cines
Ecología integral

Fundación Arizmendiarrieta, las razones para unas empresas más humanas

El sacerdote José María Arizmendiarrieta fue un caso excepcional por su eficacia en la promoción de empresas, que hoy resultan ser un grupo empresarial de referencia en Europa. Siguiendo su estela, la Fundación Arizmendiarrieta se basa hoy en día en los principios del humanismo cristiano, sin perder de vista las necesidades derivadas de la competitividad empresarial.

Juan Manuel Sinde·1 de junio de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

El hoy Venerable José María Arizmendiarrieta destacó por su capacidad para aplicar los principios y valores de la Doctrina Social de la Iglesia en el contexto de mediados del siglo XX en un pequeño pueblo de Gipuzkoa. Supo conciliar unas convicciones enraizadas en una fe profunda con un pragmatismo recogido tanto en sus objetivos («El ideal es hacer el bien que se puede, no el que se sueña») como en sus planteamientos para concitar la colaboración de personas de distintas sensibilidades políticas, económicas y sociales («Las ideas separan las necesidades unen»).

Entre los aproximadamente 400.000 sacerdotes esparcidos por todo el mundo, que compartían una misma formación, fue un caso excepcional por su eficacia en la promoción de empresas, que hoy resultan ser un grupo empresarial de referencia en Europa.

Esa doble referencia a los principios del humanismo cristiano y a las necesidades derivadas de la competitividad empresarial son hoy los vectores de las propuestas empresariales de la Fundación Arizmendiarrieta, heredera del sacerdote que le ha dado su nombre.

La Doctrina Social de la Iglesia y la empresa

Quizás merezca la pena recordar, por ello, algunos de los principios de la Doctrina Social de la Iglesia católica de especial aplicación en el mundo de la empresa:

• Respeto a la igual dignidad humana de todas las personas (por ser todos hijos de Dios). Implica que todas las personas de la empresa deben de ser tratados acorde con esa condición, con independencia de su responsabilidad o de su situación en la jerarquía de la empresa.

• Búsqueda del bien común, lo que implica dar prioridad a las necesidades del proyecto colectivo sobre los intereses (legítimos) de los distintos grupos de interés (trabajadores, accionistas,…).

• Promover la participación de los trabajadores en la gestión, los resultados y la propiedad, de forma que el trabajo sea una oportunidad de realización y desarrollo de las capacidades humanas.

• Mantener unos criterios de solidaridad interna entre los distintos grupos citados, haciendo de la empresa una comunidad de personas y no sólo un organismo para producir bienes y servicios.

• Mantener unas políticas solidarias con la comunidad en la que desarrolla su actividad.

Como consecuencia, supondría aceptar que el objetivo prioritario de una empresa no es obtener los máximos beneficios a corto plazo para sus accionistas sino satisfacer de forma equilibrada a las personas de los distintos grupos de interés.

Pero, por otro lado, es preciso tener en cuenta las características del escenario competitivo en el que las empresas desarrollan su actividad en la actualidad. En ese sentido podemos subrayar que en las últimas décadas dos han sido los factores más importantes que han modificado dicho escenario para las empresas en general: el acelerado avance de los descubrimientos científicos y sus aplicaciones técnicas y la globalización de los procesos económicos de producción, distribución, financiación y consumo.

Razones desde el punto de vista empresarial

Con ese marco, siguiendo las reflexiones de varios grupos de personas representativas de diversas sensibilidades económicas, políticas y sociales, las razones para unas empresas más humanas desde el punto de vista empresarial serían las siguientes:

1. Como consecuencia del citado desarrollo científico-técnico ha cambiado radicalmente el papel de las personas en las empresas, siendo de vital importancia la adecuada gestión del conocimiento y de la innovación, que reside precisamente en ellas.

2. Tienen, por tanto, un papel crítico en la competitividad y el éxito de todo tipo de empresas al aportar su inteligencia, inquietudes, creatividad, empatía y capacidad de trabajar en equipo.

3. El proceso de globalización exige, por otro lado, que las empresas y los países que no pueden competir vía costes tienen que buscar otros elementos de competencia, basados en la mejora constante de la calidad y en nuevas propuestas de valor para sus clientes que, a su vez, dependen de las personas, lo que refuerza la importancia de las mismas.

4. Pero para asegurar su papel principal se precisa, en ese contexto, un nuevo modelo de empresa que facilite y potencie el conocimiento y la implicación de todos los agentes en un proyecto compartido.

5. Se considera, por otro lado, que el cambio debe construirse desde la confianza, cimentada en una información transparente, veraz y sistemática y en un modelo de gestión que fomente la participación en el «día a día». Esta confianza debe compartirse entre la comunidad de la empresa, los colectivos con los que se relaciona y las administraciones públicas.

6. Es necesario, por tanto, introducir cambios culturales y organizativos en las empresas, lo que implica adaptar de forma significativa el modelo de relación tradicional entre empresarios y trabajadores, con el fin de formular un proyecto común que influya positivamente en la competitividad y creación de valor para la empresa. Por lo que resulta esencial preocuparse de que las personas tengan un salario digno, una formación de futuro, adhesión al proyecto empresarial, satisfacción en el trabajo, y la cohesión social que facilita el trabajo en equipo.

7. El cambio que se propone implica entender los objetivos de las empresas de forma amplia y no sólo como la búsqueda del máximo beneficio a corto plazo. Se debería avanzar en fórmulas de éxito internacional en las que la empresa se concibe como un organismo que satisface de forma equilibrada una constelación de intereses, a la vez que tiene en cuenta también cuestiones ecológicas y de derechos humanos.

8. En cualquier caso, la responsabilidad del cambio es de todos, pero en especial y en mayor medida de los que detentan el poder en la empresa, destacándose la importancia de la ejemplaridad de los empresarios y directivos y el avance en el cambio cultural hacia el trabajo en equipo, la honestidad en las relaciones y la apertura a los cambios necesarios para la sostenibilidad de la empresa.

9. Sin olvidar que la experiencia indica que para promover la participación es necesario generar condiciones de entorno favorables por parte de las instituciones públicas y los agentes económicos y sociales, en el sentido de favorecer un modelo socio-productivo que prime la sostenibilidad social, económica y medioambiental y el interés colectivo respecto al interés individual.

10. Subrayando, con todo, que el cambio hacia este nuevo modelo no sólo es cuestión de normativa legal, ni es automático, sino que es necesario gestionar y trabajar internamente la cultura empresarial, lo que exige en primer lugar el compromiso de los máximos dirigentes de la empresa para que la nueva cultura se diseñe y organice de manera que logre la participación y el compromiso de todos los trabajadores y de sus representantes.

11. Implica, por tanto, la iniciativa de directivos y empresarios, responsables de iniciar el cambio, aunque para la implementación efectiva de ese modelo de participación necesitará concitar las adhesiones de las personas que forman parte de la empresa y el interés de sus representantes, teniendo en cuenta las competencias de información y consulta que se les atribuyen en el Estatuto de los Trabajadores.

Conclusiones

Todo ello nos llevaría, en definitiva, a la búsqueda de un equilibrio entre:

-Un modelo humanista de empresa, con los valores arriba expuestos.

-Un modelo avanzado de empresa que potencie y aproveche los conocimientos y competencias de las personas para lograr una empresa competitiva y sostenible.

-Un modelo de empresa que tenga en cuenta en su diseño y funcionamiento las fortalezas y debilidades de la cultura local y sea susceptible de ser promovido por las instituciones públicas implicadas.

Es importante subrayar, en cualquier caso, que la experiencia demuestra que el cambio en la empresa en la dirección propuesta exige unas convicciones profundas desde un punto de vista humanista, cuando no trascendente, a fin de que se arraiguen con suficiente fuerza para que las dificultades coyunturales no las agosten. No son suficientes, por tanto, los enfoques instrumentales que busquen exclusivamente la mejora de la competitividad.

El autorJuan Manuel Sinde

Presidente de la Fundación Arizmendiarrieta

Estados Unidos

La Iglesia en Estados Unidos presenta el documento de síntesis para el Sínodo

La conferencia episcopal estadounidense ha presentado la “Síntesis Nacional del Pueblo de Dios en los Estados Unidos de América para la Etapa Intermedia del Sínodo 2021-2024”, donde muestran la gratitud y las preocupaciones de los participantes.

Paloma López Campos·31 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

La conferencia episcopal estadounidense ha presentado la “Síntesis Nacional del Pueblo de Dios en los Estados Unidos de América para la Etapa Intermedia del Sínodo 2021-2024”. En este documento, afirman, queda reflejada “la percepción de que existe entre los católicos de los Estados Unidos un profundo deseo de reconstruir y fortalecer nuestra comunión como Cuerpo de Cristo”.

Los obispos expresan su confianza en que “a lo largo del camino sinodal, el Espíritu abre espacios donde podemos hablar sobre las tensiones de larga duración y al mismo tiempo profundizar los vínculos de nuestra comunión bautismal”. Por ello, es una ocasión para “practicar con gracia el arte humanamente delicado de escucharnos unos a otros y hablar juntos”.

Con la presentación de este documento, la conferencia episcopal quiere invitar “al estudio y la reflexión, no de forma aislada, sino en conjunto con la experiencia vivida”. Asimismo, esperan que se ponga de manifiesto que este Sínodo “es un momento significativo dentro de la vida de la Iglesia”.

Iglesia de acogida

La síntesis de esta fase del Sínodo señala que el diálogo “ha expuesto, o ha sacado a la luz, tensiones subyacentes”. Sin embargo, también han surgido frutos, “dos esperanzas básicas para la Iglesia”. El documento se refiere a estas ilusiones como “el Puerto Seguro de Certeza y apertura y el misterio profético en el corazón de nuestra Comunión Ardiente”

En cuanto a ese “Puerto Seguro”, el documento afirma que la Iglesia puede ser un lugar “donde los fieles son acogidos, sostenidos y amados”. O, en otras palabras, “un lugar para sanarse durante el camino del discipulado misionero”. Por otro lado, “la Iglesia está llamada no solo a ser un lugar seguro, sino también una Comunión Ardiente que da testimonio del Evangelio con celo profético”.

Uno de los aspectos más importantes donde se ven estas dos facetas de la Iglesia, según los grupos locales de trabajo del Sínodo, es en las comunidades parroquiales multiculturales. En estos grupos la acogida ejemplar de algunas parroquias favorece “la construcción de relaciones” y muestra “una hospitalidad que va más allá de la bienvenida superficial”.

Participación, más allá del Sínodo

El documento de síntesis nacional del Sínodo recoge el deseo de muchas personas “de una mayor atención a la formación para la evangelización”. Esto se debe a que “los fieles, incluyendo los grupos marginados que participaron en el Sínodo, comunicaron el deseo de participar en la misión evangelizadora de la Iglesia”.

Con el fin de lograr esto, los grupos de trabajo han propuesto esforzarse por lograr “una catequesis y formación más sólidas, centrándose específicamente en programas de evangelización, la doctrina social de la Iglesia y el papel de la familia”.

En este sentido, “muchos participantes expresaron tensiones en torno a la participación activa de las mujeres en la labor de proclamar la Buena Nueva de Cristo”. Asimismo, “se descubrieron sentimientos similares en torno al deseo de los jóvenes adultos de participar activamente en su fe”.

Obediencia a Dios

La síntesis del Sínodo recoge también la opinión de algunos participantes, quienes piensan que esta etapa que atraviesa la Iglesia es “una invitación a profundizar nuestra confianza en Dios, quien puede obrar a través de los miembros imperfectos del Cuerpo de Cristo”.

Precisamente por ello, consideran que “la experiencia sinodal en curso ha ofrecido al Pueblo de Dios un recordatorio de nuestro llamado a la obediencia existencial”. Y que, a pesar de las tensiones entre fieles, “nuestra comunión de fe compartida en Cristo nos llama a caminar juntos, participando activamente en la misión de la Iglesia”.

Tensiones del pasado

Estas tensiones mencionadas fueron una parte importante de la conversación en esta etapa del Sínodo. En relación con estas, el documento dice que “los participantes expresaron un deseo sincero y urgente de abordar aquellas preocupaciones que impactaron más profundamente nuestra comunión como Pueblo de Dios”. En la gran mayoría de casos, estas tensiones se definieron como “confusión”.

Esta confusión se da en “casos de comunicación, tanto de la jerarquía como de los medios seculares y católicos, que reflejan y perpetúan la división dentro de la Iglesia universal y envían mensajes contradictorios”. Pero también se produce en el “área de la enseñanza y la tradición de la Iglesia”, “en situaciones relacionadas con la liturgia”, “en torno a la Doctrina Social de la Iglesia”, y “la tensión entre un espíritu acogedor y la necesidad de articular la enseñanza de la Iglesia”.

El Sínodo como experiencia de unidad

El documento recoge “el deseo de crecer en unidad y aprovechar este momento del proceso sinodal” por parte de los participantes. Se escucha, por tanto, una llamada “a ir más allá de las tensiones” para “formarnos profundamente en el trabajo del encuentro y reflexión”.

En este sentido, la sinodalidad en la Iglesia “debe ser un enfoque central de la formación en corresponsabilidad”.

Los obispos en el proceso sinodal

Los obispos estadounidenses también participaron de esta etapa del Sínodo. Muchos de ellos “compartieron las experiencias positivas de la escucha sinodal en sus diócesis” y “los desafíos que plantean las culturas cambiantes dentro de sus presbiterios”.

El episcopado reconoce que “los sacerdotes de otros países deben ser apreciados por sus dones”. Al mismo tiempo, admiten que “las posturas eclesiológicas varían entre los sacerdotes”, lo cual “puede ser una fuente de división”, que los obispos tienen que paliar.

La síntesis señala que “algunas de estas polarizaciones son de origen política, otras de naturaleza más explícitamente teológica”. Por eso es importante “la integración de un estilo sinodal de conversación, especialmente en las parroquias y las diócesis, en busca de mejores relaciones humanas y de comprensión mutua”.

Por otro lado, “los obispos evaluaron de forma generalmente positiva las relaciones entre ellos y la Santa Sede”. Sin embargo, muchos expresaron que “el contacto directo con Roma no es muy frecuente” y que “la comunicación entre los obispos y las oficinas de la Santa Sede podría ser mejor”.

Con todo, el episcopado mostró su “su aprecio por el trabajo del Nuncio Apostólico”. De hecho “la experiencia de las visitas Ad Limina a Roma fueron descritas como ocasiones de fraternidad y alegría”.

Gratitud por el Sínodo

La conclusión del documento expresa “gratitud por este camino sinodal”, gracias al cual se ha avanzado mucho “como compañeros en la Iglesia de los Estados Unidos”. Además, los participantes dicen ser “conscientes de la noción del Papa Francisco de una cultura del encuentro”.

La síntesis señala que las tensiones mencionadas durante los trabajos “no tienen por qué perturbar la comunión de caridad en la Iglesia”. Asimismo, subraya “el deseo y la fortaleza del Pueblo de Dios de comprometerse en el trabajo de la sinodalidad”.

Cultura

Educación, ¿campo de batalla ideológica o preparación para la vida?

El suicidio de Occidente. La renuncia a la transmisión del saber recoge las principales teorías, nombres y proyectos que han marcado la educación en los últimos siglos.

Maria José Atienza·31 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

“Vamos a una sociedad de mediocres en la que se procura que nadie sepa más que nadie. La verdad objetiva no existirá y se tomará por tal la opinión más votada. Los mayores disparates se aceptarán porque nadie osará ir en contra de la mayoría”. Esta es una de las máximas con las que Alicia Delibes Liniers culmina El suicidio de Occidente. La renuncia a la transmisión del saber.

Estamos ante un interesantísimo volumen a través del que conocemos los nombres y las teorías que han marcado la educación en los últimos tres siglos hasta desembocar en la actual y preocupante situación de la escuela y la universidad en Occidente.

Avalada por un amplio currículum en el ámbito de la docencia, Delibes Liniers recorre las vicisitudes del ámbito educativo comenzando por la ruptura que supusieron los valores de la revolución francesa en el desarrollo de las escuelas. Como es de esperar, uno de los nombres que centra esta parte es Rousseau.

Las ideas del pensador francés llevaron a una concepción de la libertad educativa que apostaba por la inexistencia de reglas enseñanzas o disciplina y que desembocó, desde sus primeras aplicaciones en desastres educativos de primer orden en Francia.

La autora recorre también teorías y aplicaciones educativas como la marcada por Wilhelm von Humboldt en Prusia o los diferentes nombres y etapas que la afamada Institución Libre de Enseñanza tuvo en las esferas cultas de España. 

El salto cualitativo mayor llega a Occidente tras las dos guerras mundiales, el ascenso del socialismo en el este europeo y Asia y el desarrollo de las teorías de corte marxista en la educación. Sobresale en un primer momento de estos años, John Dewey, de cuyas teorías educativas, contrarias a cualquier atisbo de exigencia, hizo Hannah Arendt una magnífica crítica.

Sin embargo, fue la revolución de mayo del 68 el acontecimiento que, sin duda, más ha marcado el devenir de las teorías y proyectos educativos en Occidente en los últimos decenios y a los que la autora dedica gran parte de la segunda parte de este libro. 

El suicidio de Occidente. La renuncia a la transmisión del saber.

Autora: Alicia Delibes Liniers
Editorial: Encuentro
Páginas: 360
Año: 2024

De especial interés, quizás por lo cercano a la situación actual resulta el análisis que realiza Alicia Delibes Liniers de las diferentes olas de pensamiento traducidas en proyectos y leyes de educación en los últimos veinte años del siglo XX así como la interesante reflexión sobre algunas realidades que, aún hoy, arrastra el ámbito educativo en Occidente, especialmente en España, como la irrupción del multiculturalismo o lo que Delibes Liniers califica como “mitos pedagógicos”, a saber, educación sostenible, la inclusividad o el maestro Google, y que son, en definitiva, una proposición más política que educativa en su concepción. Unos mitos que se unen a la pretendida imposición de un pensamiento único a través de las aulas. 

El suicidio de Occidente. La renuncia a la transmisión del saber resulta un libro casi obligado para quienes tengan cierto interés en comprender la deriva “antieducativa” de la educación en Occidente y la traición resultante de la politización educativa. También para entender que, quizás, no todo esté perdido y podamos aprender de los más que evidentes errores de las ideologías y de los éxitos de una educación en la que se valore el esfuerzo, la constancia y el respeto.

Un libro que tiene la virtud de leerse con gusto y llamar a la reflexión personal. Una recopilación perfecta de los últimos siglos en la educación en la que, ojalá, podamos mirar las posibles soluciones y los errores ya cometidos para lograr un compromiso social integral en la tarea educativa. 

Cultura

Científicos católicos: María Alicia Crespí, primera catedrática de una Escuela Técnica Superior en España

El 31 de mayo de 2012 fallecía María Alicia Crespí, un referente para las mujeres químicas en España. Omnes ofrece esta serie de biografías breves de científicos católicos gracias a la colaboración de la Sociedad de Científicos Católicos de España.

Ignacio del Villar·31 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

María Alicia Crespí González (1922-2012) fue una pionera en el ámbito de la Ingeniería Química y la primera mujer en ocupar el cargo de catedrática en una Escuela Técnica Superior en España.

Nacida en Pontevedra, provenía de una familia de ilustres académicos y estudió en las Hermanas Doroteas de Pontevedra. Completó sus estudios de Química en Santiago y realizó su tesis doctoral en Ingeniería Química en la Facultad de Ciencias.

Tras el doctorado comenzó a destacarse en Piritas Españolas del Instituto Nacional de Industria, donde eventualmente se convirtió en jefa de la Sección de Procedimientos de la División de Investigación Industrial.

Su incansable deseo de lograr independencia económica la llevó a abrirse paso en el mundo científico. De 1957 a 1984, lideró investigaciones y proyectos en la Junta de Energía Nuclear, hoy CIEMAT, con un enfoque en la prevención de la contaminación en instalaciones nucleares.

En 1975, alcanzó un hito crucial al obtener la cátedra de Electrotecnia en la Escuela de Arquitectura de Madrid, convirtiéndose en la primera catedrática de una Escuela Técnica Superior en España. También destacó por sus proyectos en iluminación y acondicionamiento ambiental para lugares emblemáticos como el Louvre y el Prado, además de ser profesora en la Escuela de Comercio de Ciudad Real.

A lo largo de su vida, María Alicia organizó simposios, escribió numerosos trabajos y dirigió el Seminario de Acondicionamiento Ambiental de Museos en el Museo de Pontevedra, donde quería dejar su legado. Apasionada por la cultura en todas sus expresiones, disfrutaba de la música, las bellas artes y la arqueología.

También estuvo felizmente casada con Ángel González Ferrero, a quien legó parte de su fortuna y la otra a instituciones culturales, al Museo Provincial de Pontevedra y a entidades católicas como Cáritas y la Congregación de Religiosas de Santa Dorotea, donde fue educada. Esto último tiene su explicación en que mantuvo una estrecha relación con esta congregación religiosa, en especial con sor Milagros Ramiro, su madre espiritual a quien solía visitar en Pontevedra.

El autorIgnacio del Villar

Universidad Pública de Navarra.

Sociedad de Científicos católicos de España

Cultura

Cultura, religiones y vida en eSwatini (Suazilandia)

Segunda parte del reportaje sobre eSwatini (Suazilandia) del historiador Gerardo Ferrara centrado en la cultura, religión y tradiciones del país así como como el papel de la Iglesia católica.

Gerardo Ferrara·30 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 6 minutos

Elementos típicos de la sociedad y el paisaje tradicionales suazis eran las chozas en forma de colmena cubiertas de hierba seca. Algunas de ellas aún pueden verse hoy en día, recorriendo el país.

En una aldea típica, el jefe (a menudo polígamo) disponía de varias chozas, una para cada esposa, incluida una más grande ocupada por su madre.

Esta tradición se conserva en la monarquía del país, donde la figura de la reina madre tiene una gran importancia. Aunque el rey (Ngwenyama) es el jefe supremo del Estado y de la nación y ostenta actualmente el poder legislativo y ejecutivo (normalmente la sucesión al trono sigue una línea dinástica, de padre a hijo, pero puede ocurrir que el Liqoqo, o Consejo Supremo compuesto por líderes tradicionales, la reina madre, conocida como Indlovukazi (Gran Elefanta), es considerada una figura maternal y protectora de la nación y la familia real, hasta el punto de que a menudo es consultada por el monarca sobre asuntos importantes relacionados con la nación y el pueblo suazi.

Su función es aconsejar y guiar al monarca en sus decisiones, así como preservar y promover las tradiciones y valores culturales de Suazilandia y, en caso de que el rey sea joven o no esté capacitado para gobernar, la reina madre puede asumir el cargo de regente hasta que el niño alcance la edad adulta o hasta que el rey demuestre estar capacitado para gobernar.

2 citas clave

Las dos ceremonias públicas más importantes del país requieren la presencia no sólo del rey, sino también de la reina madre.

La primera, la Incwala («ceremonia de las primicias» o «ceremonia de la realeza»), se celebra el 21 de diciembre (inicio del verano austral) con el pretexto de ofrecer al rey los primeros frutos de la cosecha. La segunda, más conocida, es la Umhlanga, de ocho días de duración, en la que las vírgenes en edad de casarse cortan cañas, se las presentan a la reina madre y luego bailan con el torso desnudo ante ella y el rey. El origen del Umhlanga, cuyo principal objetivo es promover la castidad y el trabajo comunitario, se remonta a una antigua costumbre, el Umchwasho, un ritual tradicional de abstinencia sexual en el que no se permitía a las mujeres solteras mantener relaciones sexuales. Las jóvenes debían llevar collares hechos normalmente de lana y colocados alrededor del cuello como un pañuelo (las menores de 18 años debían llevar collares azules y amarillos y no se les permitía tener ningún tipo de contacto con hombres, mientras que las mayores de 19 años llevaban un collar rojo y negro y, aunque se les permitía tener contacto con hombres, no se les permitía mantener relaciones sexuales con ellos). La persona o la familia de la niña que violaba el Umchwasho era condenada a pagar una multa (normalmente una vaca).

El ritual tradicional del Umchwasho siguió vigente, sobre todo, entre 2001 y 2005, cuando el rey Mswati III lo reintrodujo en el país para combatir la epidemia de sida, encontrando la oposición de muchas mujeres que se negaron a llevar el pañuelo obligatorio. El propio rey, por cierto, fue multado con una vaca por casarse durante el periodo Umchwasho. 

Otro elemento tradicional típico de la cultura swati es el sangoma, un adivino consultado a menudo por la población por las razones más diversas, incluida la determinación de la causa de una enfermedad o incluso de la muerte.

Religiones en eSwatini

Gran parte de la población de eSwatini es nominalmente cristiana: los protestantes son el 35% (los primeros misioneros del país llegaron con los colonizadores británicos), los amaZionistas el 30% y los católicos menos del 5%. También hay animistas y pequeñas minorías de musulmanes (1%) e hindúes (0,15%).

Los AmaZiones

Los AmaZions, también conocidos impropiamente como «sionistas» (Iglesia Cristiana de Sión), son una comunidad religiosa sincrética presente en Suazilandia (actual sWatini), así como en otras partes del sur de África. Su culto combina elementos cristianos, como el bautismo, con otros rituales tradicionales típicos del animismo local (por ejemplo, chamanes vestidos de blanco con un bastón en la mano). Su fe se caracteriza por un fuerte sentido de la espiritualidad, el culto a los antepasados y la creencia en el poder de la curación divina y la protección espiritual. La música y el canto son parte integrante de sus servicios religiosos, que a menudo implican celebraciones y cultos fervorosos.

Se considera que el fundador de este culto es el sudafricano Engenas Lekganyane, que estableció la Iglesia Cristiana de Sión en Sudáfrica en 1910, pero en realidad el origen de esta «Iglesia» se remonta a Petrus Louis Le Roux, miembro de la Iglesia Cristiana de John Alexander Dowie con sede en Sión (EE.UU.), de la que Lekganyane se separó más tarde. 

Los AmaZions empezaron a asentarse en Suazilandia durante el siglo XX, trayendo consigo su fe y sus prácticas religiosas. Su presencia se consolidó gradualmente, con la formación de comunidades y congregaciones que desempeñan un papel importante en la vida social y cultural de Suazilandia. 

Los AmaZiones, al igual que protestantes y católicos, coexisten pacíficamente en eSwatini y las comunidades y sus líderes intercambian a menudo visitas de cortesía con ocasión de sus respectivas fiestas tradicionales, además de colaborar en diversas iniciativas sociales.

La Iglesia católica

Durante nuestro viaje a Suazilandia, pudimos comprobar lo fundamental que es la comunidad católica (menos de 60.000 fieles de una población de 1.161.000 habitantes) para la vida del país.

Introducido en Suazilandia por los primeros misioneros que llegaron en 1913, los Siervos de María, el catolicismo siempre ha destacado por su educación en primaria y secundaria.

La única diócesis presente es la de Manzini, sufragánea de Johannesburgo (el país forma parte de la Conferencia Episcopal Sudafricana), y cuenta con 18 parroquias, 33 sacerdotes, 3 seminaristas. Además gestiona nada menos que 75 escuelas (las más importantes y prestigiosas de todo el país) y 25 instituciones benéficas.

A lo largo de los años, la Iglesia católica ha creado numerosas escuelas primarias y secundarias en Suazilandia, que ofrecen una educación de calidad a miles de jóvenes (independientemente de su etnia o religión). Estas instituciones educativas han desempeñado un papel capital en el desarrollo de la educación en el país y han contribuido a la formación de generaciones de estudiantes, entre ellos varios miembros del gobierno y de instituciones nacionales clave. Además de escuelas, la Iglesia católica también ha fundado hospitales, clínicas y otros servicios sanitarios para proporcionar una atención médica adecuada a toda la comunidad.

Durante nuestro viaje pudimos conocer al único obispo de Suazilandia, Mons. Juan José Ponce de León, misionero argentino y anteriormente obispo en Sudáfrica, inicialmente enviado por el Papa Francisco a Manzini como administrador apostólico y posteriormente nombrado obispo de esa diócesis. Monseñor Ponce de León habló como un verdadero líder, clarividente y muy inteligente a la hora de abordar la compleja realidad local (hecha de tribalismo y cristianismo a menudo mezclados) y expresó la necesidad de que la Iglesia local cuente con sacerdotes y monjas locales no solo como figuras de referencia a nivel pastoral, sino también en la comunicación y la formación.

De hecho, monseñor Ponce de León reiteró que la Iglesia católica de Suazilandia dirige las mejores escuelas y hospitales del país, y que muchos líderes políticos suazis han estudiado en escuelas católicas, aunque pertenezcan a sectas protestantes o al credo sincrético sionista. El obispo católico, por tanto, es considerado como una especie de representante ideal de todos los cristianos del país ante el gobierno y goza de gran autoridad ante todos los habitantes

La Iglesia católica también ha apoyado siempre la promoción de la justicia social, los derechos humanos y la dignidad de la persona en un país en el que es más necesario que nunca un papel de mediación y sensibilización sobre cuestiones sociales de gran importancia, como la pobreza, la desigualdad y la lucha contra el SIDA.

La contribución de la Iglesia católica, y de las demás Iglesias locales, y de los misioneros católicos ha sido grande (pudimos conocer a las misioneras de Santa Francesca Cabrini en la misión de St. Philip, caminando por desoladas extensiones de tierra roja mezclada con densa vegetación y aldeas dispersas de cabañas) en la lucha contra el azote del VIH en Suazilandia (el país, que tenía la mayor tasa de incidencia de la enfermedad en la población y una de las esperanzas de vida más bajas del mundo, gracias a la prevención y el tratamiento proporcionados, ha visto duplicarse en pocos años la esperanza de vida de sus habitantes y reducirse a la mitad la incidencia del virus).

El papel de los misioneros, sacerdotes, monjas y personal laico que dirigen estas instalaciones es también ejercer la autoridad de que dispone la Iglesia para persuadir a la gente, especialmente a las mujeres embarazadas, de que se hagan la prueba del VIH, prevenir la transmisión del virus al feto mediante terapia antirretrovírica, pruebas y tratamiento de la tuberculosis, y proporcionar información adecuada para la prevención y el tratamiento del cáncer de cuello de útero a las mujeres jóvenes.

Impresiones del viaje

Vuelvo a Roma emocionado y sorprendido por África, por sus colores brillantes, por la gente llena de vida que conocí, especialmente jóvenes y niños, que competían por saludarme y darme la mano. Recordaré los atardeceres en las carreteras polvorientas, de un rojo carmesí que calienta el corazón, las sonrisas de la gente, la generosidad de la acogida y, sobre todo, los niños, decenas de ellos en los caminos de arena, al amanecer o tras la puesta de sol, para caminar kilómetros y kilómetros sólo para llegar a la escuela y volver a casa al final del día.

Y me pregunto: ¿de dónde vienen los sueños? Recuerdo que, de niño, en un pueblecito del sur de Italia, me resultaba fácil contentarme y pensar que el mundo acababa donde empezaba el bosque. ¿Es posible, entonces, ser feliz, contentarse con lo que se tiene, incluso en medio de la pobreza, de epidemias que siegan vidas, en ausencia de esas pequeñas y grandes certezas del hombre occidental de las que no hay ni sombra en África?

Tal vez sí… Basta, después de todo, un fragmento de lata o una botella de plástico para jugar, un poco de comida para llenar el estómago y mucho afecto para calentar el alma y hacer feliz a un niño, en África como en el resto del mundo. ¿Qué se necesita para hacer feliz a un hombre?

Afrontar «el lado oscuro del progreso digital»

La Declaración "Dignitas Infinita" del Dicasterio para la Doctrina de la Fe señala "el lado oscuro" del progreso digital. El Papa Francisco anima a los católicos a hacer frente a esta amenaza a través de una conversión antropológica.

30 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Declaración «Dignitas infinita«, tras recordar los fundamentos teológicos de la dignidad humana, centra su atención en algunas de sus graves violaciones, como los abusos sexuales, el aborto, la maternidad subrogada, la eutanasia y el suicidio asistido, la teoría de género, el cambio de sexo…

El Magisterio ya se ha pronunciado en varias ocasiones sobre estos temas, por lo que la Declaración se limita a resumir esas enseñanzas. La última de las violaciones de la dignidad humana examinadas es probablemente aquella en la que el documento vaticano se adentra en un terreno aún poco explorado desde el punto de vista moral: el mundo digital.

Aquí se ilustran los peligros inherentes al progreso de las tecnologías digitales, progreso que tiende a «crear un mundo en el que crecen la explotación, la exclusión y la violencia», tendencias que «representan el lado oscuro del progreso digital». Se menciona la fácil difusión de noticias falsas y calumnias, el riesgo «de dependencia, de aislamiento y de progresiva pérdida de contacto con la realidad concreta», aspectos que dificultan el desarrollo de auténticas relaciones interpersonales, y también el ciberacoso, la difusión de la pornografía y los juegos de azar.

Se señala que, en la medida en que «crecen las posibilidades de conexión, ocurre paradójicamente que todo el mundo se encuentra en realidad cada vez más aislado y empobrecido de relaciones interpersonales».

Un cambio de época

En su discurso a la Curia Romana en diciembre de 2019, el Papa Francisco comenzó diciendo: «No estamos viviendo simplemente una época de cambios, sino un cambio de época. Por tanto, estamos en uno de esos momentos en que los cambios no son más lineales, sino de profunda transformación; constituyen elecciones que transforman velozmente el modo de vivir, de interactuar, de comunicar y elaborar el pensamiento, de relacionarse entre las generaciones humanas, y de comprender y vivir la fe y la ciencia».

Un cambio de época que es promovido esencialmente por la revolución digital, que afecta ya a todos los aspectos de nuestra vida y que evidentemente constituye también un gran desafío para la Iglesia.

Dignidad humana en el progreso digital

Ante las numerosas consecuencias negativas de esta revolución o –en palabras del documento– «el lado oscuro del progreso digital» (n. 61), a menudo se tiende a buscar soluciones disciplinarias, prohibiendo o controlando el uso de Internet o de los medios digitales. Esto puede ser ciertamente apropiado y necesario para proteger sobre todo a los niños, pero sin duda no resuelve muchos problemas.

En este sentido, es importante la exhortación del documento cuando se dirige a la comunidad humana, animándola a «ser proactiva a la hora de abordar estas tendencias respetando la dignidad humana». En nuestro mundo globalizado, las nuevas tecnologías digitales han abierto muchas posibilidades tanto para la evangelización como –en el plano humano– para que «nos sintamos más cercanos los unos de los otros, a que percibamos un renovado sentido de unidad de la familia humana que nos impulse a la solidaridad y al compromiso serio por una vida más digna para todos».

Frente a todo esto, el Papa, en el citado discurso a la Curia Romana, nos exhortaba a «dejarnos interpelar por los desafíos del tiempo presente y captarlos con las virtudes del discernimiento… partiendo del centro mismo del hombre, con una conversión antropológica». Se trata de intuiciones de gran alcance, aunque ciertamente requieran una mayor profundización, concreción y un compromiso renovado tanto por parte de la sociedad como de la Iglesia, a fin de afrontar de manera proactiva los peligros inherentes a la nueva era.

El autorArturo Cattaneo

Sacerdote. Ha sido profesor de Derecho Canónico en Venecia y de Teología en Lugano y es autor de diversas publicaciones en las áreas de Eclesiología, Derecho Canónico y pastoral matrimonial.

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Evangelio

La Eucaristía y la Alianza. Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (B)

Joseph Evans comenta las lecturas de Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·30 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Eucaristía puede verse desde muchos puntos de vista. Al hacer presente y darnos a Jesucristo, Dios y hombre, no es de extrañar. Él es infinito en su divinidad, por lo que las formas de acercarse a Él son infinitas, como demuestran los múltiples carismas de la Iglesia. Por eso, la fiesta del Corpus Christi de este año se centra especialmente en los aspectos sacrificiales y de alianza de la Eucaristía, remontándose a la celebración de la alianza entre Dios e Israel en el monte Sinaí. Hay muchos vínculos entre ese episodio, con la entrega de la Ley y la ofrenda de animales en sacrificio, y la Última Cena y la muerte de Cristo en la Cruz.

Así como Moisés recibió una ley de Dios, Cristo -como Dios mismo- nos dio una nueva ley, que comenzó en su sermón de la Montaña pero culminó en su nuevo mandamiento, promulgado precisamente en la Última Cena. La ley expresaba las condiciones de la alianza con Dios, pero esta debía ser ratificada mediante un sacrificio y una comida ritual. Así, Moisés envió a unos jóvenes a ofrecer holocaustos y luego roció la mitad de la sangre de los animales sobre el altar (representando la parte del pacto que correspondía a Dios) y la otra mitad sobre el pueblo (representando su parte). Jesús envió a dos discípulos a preparar la cena pascual en la que ya no ofrecería animales, sino a sí mismo, y la sangre -la sangre del cáliz es la misma que se derramó en el Calvario- no sólo sería rociada sobre nosotros, sino que la recibiríamos dentro de nosotros mismos. De este modo, la unión entre Dios y el hombre ya no es meramente externa y ritual, sino profundamente interior: mientras que Dios descendió para unirse a su pueblo, Israel, ahora Dios entra en nosotros para estar con nosotros personalmente, aunque siempre dentro de la Iglesia. Así, Jesús en el evangelio de hoy deja claro que “esta es mi sangre de la alianza”. Moisés y los ancianos comerán después con Dios en la montaña, en lo que se representa como una especie de palacio celestial. La comida anterior del cordero que los israelitas habían comido para liberarse de Egipto, salvados por su sangre pintada en los postes de sus puertas, era como la comida de la alianza del pueblo. Ahora todos los miembros de la Iglesia pueden participar en la cena de la Alianza de Cristo, Cordero de Dios, comiendo su cuerpo y su sangre como anticipo del cielo. Participamos ya en la liturgia celestial del Cordero, que vemos descrita en el Apocalipsis. Como nos dice la segunda lectura de hoy, Cristo ha ido al santuario celestial como mediador de una alianza mayor, una alianza que renovamos y de la que participamos en cada Misa. 

La homilía sobre las lecturas de Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (B)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

«Recemos por los niños que pierden la sonrisa en la guerra»

El Papa Francisco ha rezado en la Audiencia de hoy por los niños que sufren y han perdido la sonrisa en Ucrania, Palestina, Israel, y ha rogado nuevamente por la paz. Además, ha recordado la próxima solemnidad del Corpus Christi, las muertes en Papúa Nueva Guinea, la memoria hoy de san Pablo VI, invitando a leer su carta ‘Evangelii Nuntiandi’, y al beato cardenal Stefan Wyszyński.  

Francisco Otamendi·29 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

En el día de la memoria litúrgica de san Pablo VI, al que ha calificado de “pastor ardiente de amor a Cristo”, el Papa Francisco ha iniciado en la Audiencia de esta mañana un nuevo ciclo de catequesis, con el tema “El Espíritu y la Esposa”, “en el que meditaremos que el Espíritu Santo guía al Pueblo de Dios al encuentro con Jesús, nuestra esperanza”. La Esposa es la Iglesia, ha añadido.

Para ello, según el Santo Padre, recorreremos “las grandes etapas de la historia de la salvación: el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y el tiempo de la Iglesia”.

En estas primeras catequesis sobre el Espíritu en el Antiguo Testamento, “no haremos ‘arqueología bíblica’. Al contrario, descubriremos que lo que se da como promesa en el Antiguo Testamento se ha realizado plenamente en Cristo. Será como seguir el camino del sol desde el amanecer hasta el mediodía”, ha subrayado el Papa.

Del caos al cosmos, de la confusión a la armonía

En el relato de la creación del libro del Génesis, “el Espíritu de Dios se manifiesta como un poder misterioso que hace pasar al mundo del caos al cosmos, es decir, de la confusión a la armonía, transformando la tierra informe, vacía y tenebrosa en un lugar hermoso, limpio y ordenado. Este mismo Espíritu sigue actuando hoy en nosotros, dispuesto a ordenar el caos que puede haber en nuestra vida y en nuestro entorno”, ha manifestado el Pontífice.

El apóstol Pablo introduce un nuevo elemento en esta relación entre el Espíritu Santo y la creación. Habla de un universo que ‘gime y sufre como con dolores de parto'», según Romanos, 8,22. “Sufre a causa del hombre que lo ha sometido a la ‘esclavitud de la corrupción’. Es una realidad que nos concierne de cerca y de forma dramática. El Apóstol ve la causa del sufrimiento de la creación en la corrupción y el pecado de la humanidad que la ha arrastrado a su alejamiento de Dios. Esto sigue siendo tan cierto hoy como entonces”, ha añadido Francisco.

“Vemos los estragos que la humanidad ha causado y sigue causando en la creación, especialmente en la parte de ella que tiene mayor capacidad para explotar sus recursos. San Francisco de Asís nos muestra una salida, para volver a la armonía del Espíritu Creador: el camino de la contemplación y la alabanza. El Pobrecillo quería que desde las criaturas se elevara un cántico de alabanza al Creador: ‘Alabado seas, mi Señor…’. 

Veni creator Spiritus, empezar por cada uno

“Hermanos y hermanas”, ha continuado el Papa, “el Espíritu de Dios, que en el principio transformó el caos en cosmos, está trabajando para llevar a cabo esta transformación en cada persona. A través del profeta Ezequiel, Dios promete: ‘Les daré un corazón nuevo; pondré un Espíritu nuevo dentro de ustedes… Pondré mi Espíritu dentro de ustedes’ (Ez 36:26-27)”

“Existe un caos externo -social y político- y un caos interno dentro de cada uno de nosotros. ¡El primero no puede curarse si no empezamos a curar el segundo! Que esta reflexión nos suscite el deseo de experimentar el Espíritu Creador. ¡Desde hace más de un milenio, la Iglesia ha puesto en nuestros labios el grito para pedir: ‘Veni creator Spiritus!’, ¡Ven, oh Espíritu Creador! Visita nuestras mentes. Llena de gracia celestial los corazones que has creado’”.

Corpus Christi

En sus palabras a los peregrinos de diversas lenguas, el Papa Francisco ha recordado que estamos “cercanos a la solemnidad del Corpus Christi. Pidamos al Señor que su Espíritu de amor haga de nosotros una ofrenda permanente, para gloria de Dios y bien de su Pueblo santo. Que Jesús Sacramentado los bendiga y la Virgen Santa, sagrario purísimo de su presencia, los cuide” (lengua española).

También a los de lengua alemana: ”Queridos peregrinos de habla alemana, la inminente solemnidad del Corpus Domini nos invita a adorar con fe viva el Cuerpo y la Sangre de Cristo. En el misterio de la Eucaristía se hace presente mediante el Espíritu Santo para permanecer siempre con nosotros y transformar nuestras vidas”.

A los de lengua polaca, el Papa ha dirigido “un pensamiento especial a los peregrinos reunidos en Roma en memoria orante del beato cardenal Stefan Wyszyński, que es para la Iglesia en Polonia y en el mundo un modelo de fidelidad a Cristo y a la Virgen. Aprendamos de él la generosidad para responder a la pobreza de nuestro tiempo, incluida la causada por la guerra en muchos países, especialmente en Ucrania”.

Ya en lengua italiana. Francisco, que ha rezado por las víctimas del corrimiento de tierras en Papúa Nueva Guinea, ha dirigido una oración “por la martirizada Ucrania, por las niñas y niños que han padecido todo tipo de problemas físicos, a causa de la guerra, niños y niñas que tienen que volver a aprender a caminar, para moverse, que han perdido la sonrisa. Es muy feo cuando un niño pierde la sonrisa”.

“Recemos por los niños ucranianos, por los de Palestina e Israel, para que termine la guerra…, y no olvidemos a Myanmar, y a tantos países que están en guerra. Los niños en la guerra sufren. Pidamos al Señor que esté cerca de todos ellos y recemos por la paz”, ha concluido el Papa.

El autorFrancisco Otamendi

Mundo

El Sínodo de Shanghái de 1924: un análisis histórico a través de los Archivos de Propaganda Fide

El pasado 21 de mayo, la Pontificia Universidad Urbaniana celebró un congreso para conmemorar los 100 años del primer concilio de la Iglesia católica en China. Uno de los aspectos que se trataron en este evento fueron las fases preparatorias del concilio, a través del archivo histórico del Dicasterio para la Evangelización.

Giovanni Tridente·29 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

En el contexto del congreso celebrado el 21 de mayo de 2024 en la Pontificia Universidad Urbaniana y dedicado al centenario del primer concilio de la Iglesia católica en China una de las ponencias exploró las fases preparatorias de dicho evento recurriendo al Archivo Histórico de Propaganda Fide conservado desde 1600 por el Dicasterio para la Evangelización.

Esta conferencia estuvo a cargo del sacerdote y archivero Flavio Belluomini -responsable de los Archivos- y ofreció una perspectiva única de la interacción entre los misioneros católicos en China y la Santa Sede durante la preparación y celebración del primer Sínodo General en el país asiático.

Los preparativos

Según el ponente, los preparativos del Sínodo de Shanghái comenzaron con la llegada de monseñor Celso Costantini a Hong Kong el 11 de noviembre de 1922. En su comunicación al cardenal Van Rossum, prefecto de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, Costantini afirmó: “Enviaré otras noticias en breve. Mientras tanto estudiaré el nombramiento de la Comisión para la redacción del Sínodo y haré la correspondiente propuesta a Vuestra Eminencia…”.

Comenzaba así un meticuloso proceso de recopilación de las actas de las conferencias de los Ordinarios de las siete regiones eclesiásticas chinas, tal como había solicitado Propaganda en su propia Instrucción del 3 de diciembre de 1920.

Un dossier titulado “Primeras negociaciones sobre el Sínodo General” documenta esta fase preliminar, mostrando cómo las discusiones generales se transformaron en cánones claros y precisos, tal y como explicó en su informe el responsable del Archivo Histórico de Propaganda Fide. En la práctica, Costantini y su Comisión de Consultores, compuesta por 23 miembros, entre ellos siete chinos, trabajaron intensamente para elaborar un esquema sinodal dividido en cinco libros, siguiendo la estructura del Código de Derecho Canónico de 1917.

La celebración del Sínodo de Shanghái

El Sínodo comenzó oficialmente el 15 de mayo de 1924. La documentación del Archivo Histórico contiene detalles de los anuncios previos a la asamblea, incluidas la convocatoria y las disposiciones organizativas, así como un informe sobre los participantes: 46 obispos, tres prefectos apostólicos y 37 obispos provicarios.

Costantini informó de que el Sínodo comenzó en un clima de desconfianza, debido sobre todo a la percepción del “Maximum Illud” de Benedicto XVI (dedicado a la labor de los misioneros en todo el mundo) como un reproche al episcopado chino. Para hacer frente a estas dificultades, Costantini permitió una amplia libertad de discusión y organizó un servicio de mecanografía para distribuir rápidamente todas las correcciones propuestas.

Aprobación de las Actas

Después de la conclusión del Sínodo, el 14 de junio de 1924, Costantini escribió al Prefecto de Propaganda Fide: “El Sínodo, despojado de las partes que fueron colocadas ‘ad abundantiam’ en el esquema, quedó en estructura y sustancia como había sido presentado, logrando ser muy mejorado. Se discutió palabra por palabra”. Siguieron cuatro años de examen y aprobación de las actas, durante los cuales se consultó a numerosos expertos, especialmente para resolver la cuestión de los términos chinos para designar a la Iglesia católica.

La última etapa de aprobación culminó el 4 de junio de 1928, cuando la congregación plenaria aprobó las actas por decreto el 12 de junio. Este largo proceso de revisión y aprobación demostró la importancia de la colaboración entre los misioneros locales y las autoridades romanas.

Estudios complementarios

El informe de Belluomini, presentado en la Pontificia Universidad Urbaniana, destaca la importancia de la documentación conservada en el Archivo Histórico de Propaganda Fide para comprender la dinámica entre la Santa Sede y la Iglesia en China en el primer cuarto del siglo XX.

El archivero concluyó su intervención sugiriendo que nuevos estudios podrían profundizar en la contribución local y romana en la formación de las actas sinodales, ofreciendo una comprensión más completa de este acontecimiento histórico. Fue un verdadero momento de diálogo y colaboración, a pesar de la desconfianza inicial y de las complejas cuestiones lingüísticas y culturales abordadas.

Vaticano

Papa Francisco: «El que acoge a un migrante, acoge a Cristo»

El Papa Francisco pide a los católicos que oren con él este junio por cada migrante que huye de su país por culpa de los conflictos armados y la pobreza.

Paloma López Campos·28 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La Red Mundial de Oración ha comunicado la intención del Papa Francisco para el mes de junio. El Santo Padre quiere que los católicos recen especialmente por los migrantes “que huyen de su país”.

En su mensaje, Francisco ha mostrado su dolor por el “drama que viven las personas forzadas a abandonar su tierra huyendo de guerras o de la pobreza”. A este “sentimiento de desarraigo”, se unen la “alarma” y el “miedo” que encuentran “en algunos países de llegada”.

Ante esta situación, el Pontífice advierte de los “muros”, los cuales “separan a las familias” y crecen “en el corazón” de las personas. Una mentalidad que, dice el Papa Francisco, “los cristianos no podemos compartir”. Al contrario, hay que estar abiertos, pues “a un migrante hay que acompañarlo, promoverlo e integrarlo”.

“El que acoge a un migrante, acoge a Cristo”, afirma el Santo Padre. Por tanto, los católicos tienen que “promover una cultura social y política que proteja los derechos y la dignidad del migrante”.

El Papa Francisco finaliza su mensaje pidiendo que “oremos para que los migrantes que huyen de las guerras o del hambre, obligados a viajes llenos de peligro y violencia, encuentren aceptación y nuevas oportunidades en la vida”.

Vocaciones

Martino Bonazzetti, misionero en Angola: «En sus ojos se ve la alegría de ser cristianos”

El padre Martino Bonazzetti, misionero italiano de la Sociedad de Misiones Africanas desarrolla su tarea pastoral en Desvio da Barra do Dande, en Angola.

Federico Piana·28 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Hay algo extraordinario en la pequeña iglesia doméstica que forma la comunidad Desvio da Barra do Dande. En primer lugar, está situada en Bengo, una de las dieciocho provincias en que se divide Angola, país situado en la costa occidental del sur de África.

Además, está literalmente diseminada en un diámetro de treinta kilómetros alrededor de una obra que esconde un sueño: la construcción de un nuevo puerto que, se espera, debería levantar las malas condiciones de una población que lucha con un nivel de vida bajo, rayano en la pobreza. Para no dejar escapar este sueño, miles de personas han decidido irse a vivir alrededor de las obras y empezar a trabajar con los contratistas. 

Verdadera comunidad de fe

En poco tiempo tomó forma una verdadera comunidad de fe, con una parroquia, la dedicada a la Sagrada Familia, y diez capillas diseminadas por el vasto territorio. El padre Martino Bonazzetti, misionero de origen italiano y miembro de la Sociedad de Misiones Africanas (SMA), llegó aquí hace unos meses. 

El religioso, junto con otro religioso, se encarga de animar a toda la comunidad y de que no falten los sacramentos y la evangelización. “No es fácil, pero lo intentamos con todas nuestras fuerzas”, confiesa el misionero, que destaca lo complicado que es gestionar una parroquia y diez capillas separadas incluso por unas horas de camino: “Son, de media, siete kilómetros, cuatro de asfalto y tres de tierra. Y aquí sólo podemos contar con algunos medios comunes o con el llamado Caballo de San Francisco, es decir, nuestras piernas”.

El padre Martino Bonazzetti con algunos de sus feligreses

La alegría de ser cristiano

Cuando los dos sacerdotes no pueden ir a todas las capillas, los catequistas se encargan de ello. “Cada comunidad adscrita tiene uno. Si no hay celebración, el catequista dirige una sencilla oración meditando la Palabra de Dios», dice el padre Bonazzetti. Y es emocionante saber por sus palabras que los habitantes de Desvio da Barra do Dande hacen todo lo posible para no perderse el oficio dominical celebrado en la parroquia de la Sagrada Familia: «Tardan hasta una hora andando en llegar. Y en sus ojos se ve la alegría de ser cristianos”.  

Esto también se nota en la intensidad con la que cantan, añade el sacerdote: “Aunque sólo sean cinco en la misa, cantan igual. Y cuando les oyes cantar, no puedes evitar exclamar: ¡estos sí que son felices!”.

Aún más familia

Aunque acaba de llegar a Bengo, el padre Bonazzetti tiene un deseo en el corazón: acercar aún más esta pequeña iglesia doméstica creando relaciones más estrechas y familiares. “Es un intento”, dice, “de hacer que, en cada casa, a su vez, podamos rezar todos juntos. Esto significa que, si no puede haber celebración eucarística, ese domingo los fieles pueden reunirse a rezar y meditar en casas vecinas”.

Como en una gran familia, donde las vocaciones aumentan exponencialmente: “Los candidatos al sacerdocio -dice el misionero- son tantos que no podemos admitir a todos.

Zoom

Una corona de flores para la Reina del Cielo

Una niña coloca una corona de flores sobre una imagen de la Virgen María, durante una jornada de oración mariana en el colegio de Nuestra Señora de Lourdes en West Islip, N.Y.

Maria José Atienza·27 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Educación

Felipe José Gilotaux. Del campo a los libros

Felipe cambió la gestión de tierras y animales por los libros. Este ingeniero agrónomo argentino realiza, desde hace años, una curiosa y fructífera labor de evangelización y apostolado a través de los libros. 

Juan Carlos Vasconez·27 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Aunque hace 50 años comenzaba su periodo en la Universidad como ingeniero agrónomo, Gilotaux ha sido un testigo presencial de la evolución y los desafíos de su nación a lo largo de las décadas. 

A los 36 años, ante las dificultades financieras que enfrentaba su padre en los negocios, tomó la decisión de dejar la agronomía y regresar a Buenos Aires, junto a su hermano, para brindarle apoyo. 

Poco después, comenzó una nueva aventura, marcada por la letra impresa, que daría un giro a su vida y a su proyección profesional, personal y vocacional. 

Una nueva vocación

Felipe Eugenio José Gilotaux, Felipe, pensaba dedicarse a su carrera de agrónomo, pero todo cambió cuando hubo de ayudar al negocio de su padre. Tras lograr una pacífica liquidación de los negocios familiares, Felipe se encontró en una encrucijada profesional. Fue entonces cuando descubrió su verdadera vocación: los libros. 

Durante sus viajes comerciales por el interior de Argentina, recuerda, “noté una significativa carencia de literatura de calidad, lo que me inspiró a convertirme en vendedor ambulante de libros”.

De este modo, “estableciendo conexiones con librerías locales y atendiendo las demandas de amigos y conocidos”, Felipe se enfocó en ofrecer obras de reconocidos autores clásicos y literatura espiritual que, rápidamente, capturaron la atención del público. 

Su habilidad para identificar y satisfacer las necesidades de los lectores lo llevó a expandir su negocio más allá del gran Buenos Aires, llegando incluso hasta la pintoresca ciudad de Bariloche, ubicada a más de 1.200 kilómetros de la capital.

Con el tiempo, Felipe se especializó en libros de espiritualidad, respondiendo a las solicitudes específicas de sus clientes y consolidando su reputación como un proveedor confiable de literatura espiritual de calidad. 

Un testimonio no esperado

Esta tarea va más allá de la venta para ser un canal por el que acercar gente a Dios. Felipe recuerda una de las historias más llamativas de su carrera: el dueño de una librería en Bragado, un pequeño poblado en el interior, “inicialmente mostró poco interés en los libros” ofrecidos por Felipe.

Sin embargo, tras vender rápidamente todos los ejemplares en consignación y recibir comentarios positivos, “decidió sumergirse en su lectura, lo que le llevó a fortalecer su conexión con la Iglesia y compartir su experiencia transformadora con el párroco local. Quien estaba sorprendido porque el librero no se distinguía precisamente por su piedad”.

Además de vendedor, Felipe también ha trabajado en la edición de libros, siendo un ejemplo destacado la obra Amor, Soberbia y Humildad, que cuenta con más de 250 capítulos breves. A pesar de las dudas iniciales sobre su éxito comercial, “esta obra ha vendido más de 30.000 ejemplares en Argentina, demostrando que la intuición y visión no son lo más importante en el mundo editorial, el Espíritu Santo es el que realmente mueve estos negocios”.

Durante más de 50 años, Felipe ha sido un canal a través del cual innumerables personas han encontrado inspiración, orientación espiritual y crecimiento personal a través de la lectura. Su compromiso y dedicación han contribuido a “transformar vidas, guiando a muchas personas hacia Dios y alejándolas de los vicios”.

Vaticano

El Papa celebra la primera Jornada Mundial de los Niños

Los días 25 y 26 de mayo, el Papa Francisco ha celebrado en Roma la primera Jornada Mundial de los Niños, organizada por el Dicasterio para la Cultura y la Educación, con el lema "Yo hago nuevas todas las cosas".

Loreto Rios·26 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

En el marco de la celebración de la Jornada Mundial de los Niños, el Santo Padre tuvo un encuentro el sábado 25 de mayo en el Estadio Olímpico de Roma con niños de todo el mundo. Este acto estuvo inaugurado por un desfile de más de cien delegaciones vestidas con trajes tradicionales. A su llegada, el Papa fue recibido por los organizadores de la Jornada, acompañados por cinco niños, uno por cada continente, que saludaron a Francisco en su lengua natal.

A continuación, el Pontífice pronunció unas palabras ante los presentes (unas 50.000 personas) y los niños pudieron dirigirle sus preguntas.

Discurso en el Estadio Olímpico

Para comenzar, el Papa expresó su alegría por la celebración de la Jornada Mundial de los Niños. «En ustedes, niños, todo habla de vida y de futuro. Y la Iglesia, que es madre, los acoge y los acompaña con ternura y con esperanza. El pasado 6 de noviembre tuve la alegría de recibir en el Vaticano a miles de niños de muchas partes del mundo. Ese día trajeron consigo un torrente de alegría; y me hicieron sus preguntas sobre el futuro. Aquel encuentro dejó una marca en mi corazón y comprendí que esa charla con ustedes debía continuar, debía ampliarse a muchos otros niños y adolescentes. Y es por eso que hoy estamos aquí, para seguir dialogando, haciéndonos preguntas y respuestas», explicó Francisco.

Por otra parte, el Papa recordó a los niños que viven en países en guerra o situaciones difíciles: «Hay niñas y niños que no pueden ir a la escuela. Son realidades que yo también llevo en mi corazón, y rezo por ellos. Recemos por los niños que no pueden ir a la escuela, por los niños que sufren las guerras, por los niños que no tienen qué comer, por los niños que están enfermos y nadie los cura».

En referencia al lema de la Jornada, Francisco indicó que «es bellísimo. Piensen: Dios quiere esto, todo lo que no es nuevo pasa. Dios es novedad. Siempre el Señor nos da la novedad. Queridos niños, sigamos adelante y tengamos alegría. La alegría es salud para el alma. Queridas niñas y niños, Jesús en el Evangelio ha dicho que Él los quiere mucho. Una pregunta: ¿Jesús los quiere mucho? ¡No se oye! [los niños responden ‘¡sí!’]. Y el diablo, ¿los quiere? [los niños responden ‘¡no!’]. ¡Excelente! Ánimo y adelante».

Para concluir, el Papa rezó con los niños un Ave María a la «Mamá del Cielo».

Misa de clausura

El 26 de mayo, a las 10:30 h, el Papa ha presidido la Misa de clausura de la Jornada Mundial de los Niños. Francisco ha comenzado la homilía explicando a los niños el misterio de la Santísima Trinidad: «Queridos niños, queridas niñas, estamos aquí para rezar, para rezar juntos, para rezar a Dios. ¿Estáis de acuerdo? ¿Estáis de acuerdo? ¿Sí? Y rezamos a Dios, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. ¿Cuántos ‘dioses’ hay? Uno en tres personas: el Padre que nos creó a todos, que nos ama tanto, y cuando rezamos a Dios Padre, ¿cuál es la oración que rezamos todos? [responden: el Padre Nuestro]».

Seguidamente, el Santo Padre se ha centrado en la Segunda Persona de la Trinidad: «¿Cuál es el nombre del Hijo? [respuesta: Jesús] Rezamos a Jesús para que nos ayude, para que esté cerca de nosotros y también cuando comulgamos recibimos a Jesús y Jesús nos perdona todos nuestros pecados. ¿Es verdad que Jesús lo perdona todo? ¿Es verdad? ¡Sí! ¿Pero siempre perdona todo? [respuesta: sí] ¿Siempre, siempre, siempre? [respuesta: sí]».

En tercer lugar, el Pontífice ha pasado a lo más «difícil»: el Espíritu Santo. «El problema es: ¿quién es el Espíritu Santo? Eh, no es fácil, porque el Espíritu Santo es Dios, está dentro de nosotros. Recibimos el Espíritu Santo en el Bautismo, lo recibimos en los Sacramentos. El Espíritu Santo es quien nos acompaña en la vida. Lo pensamos y lo decimos juntos: ‘El Espíritu Santo nos acompaña en la vida'», ha explicado el Papa.

Para concluir su homilía, Francisco ha subrayado la importancia de la Virgen María en la vida cristiana: «Los cristianos también tenemos una Madre, ¿cómo se llama nuestra Madre? ¿Cuál es el nombre de nuestra Madre del Cielo? [respuesta: María] ¿Sabéis rezar a la Virgen? [respuesta: sí] ¿Estáis seguros? Hagámoslo ahora, quiero oír… [recitan el Ave María]».

Finalmente, el Papa ha pedido a los niños que recen por todos: por él mismo, por los padres, abuelos, niños enfermos y por la paz en el mundo.

Otras actividades y próxima convocatoria

La Jornada Mundial de los Niños también ha contado con un discurso del actor Roberto Benigni, que protagonizó la película «La vida es bella», después de la Misa de clausura, así como el rezo del Regina Coeli con todos los niños.

Para finalizar, en torno a las 12:10 h del día 26 de mayo, el Papa ha anunciado la fecha de la próxima convocatoria de la Jornada Mundial de los Niños: septiembre de 2026. «Les esperamos allí, muchas gracias a todos», ha invitado Francisco.

Mundo

Un viaje al sur. Descubriendo eSwatini

Primera parte del relato de viaje e historiográfico sobre eSwatini o Suazilandia, realizado por el historiador Gerardo Ferrara.

Gerardo Ferrara·25 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 7 minutos

Esta vez voy a escribir un artículo un poco diferente de lo habitual. ¿Por qué? En primer lugar, porque es un país que no conocía, antes de visitarlo hace unos días… De hecho, es un país que poca gente conoce, por ser muy pequeño y remoto en comparación con las rutas turísticas tradicionales.

En segundo lugar, porque es un lugar del extremo sur del África subsahariana, a años luz de las tierras de Oriente Medio y el Mediterráneo a cuya historia he dedicado tantos años. Por lo tanto, será un viaje que haremos juntos para ir -¡oído, oído! – ¡a Suazilandia (ahora oficialmente eSwatini)!

El autor del artículo con con Ncamiso Vilakato ©Gerardo Ferrara

Vámonos.

¿Por qué vamos a Suazilandia? Para rodar un pequeño documental sobre un antiguo alumno de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz cuyos estudios de Comunicación Social e Institucional fueron financiados por Fundación CARF. Así pues, la primera parada fue Madrid, donde me reencontré con dos amigos y colegas españoles.

En el aeropuerto, embarcamos en un vuelo de Ethiopian Airlines (la principal compañía de transporte aéreo de África es de la propia Etiopía), por lo que hicimos escala en Addis Abeba para continuar hasta Maputo (Mozambique), donde alquilamos un coche para recorrer los cerca de 80 km que separan la capital mozambiqueña de la frontera con eSwatini.

En Maputo, ciudad que forma parte de la colonia portuguesa de Mozambique, tenemos ocasión de respirar un aire aparentemente portugués (unos excelentes pasteles de nata a la venta en el aeropuerto, que nos reconfortan después de un viaje de unas buenas 30 horas y el croissant más caro de la historia, ¡unos buenos 18 dólares!, tomado en Addis Abeba) y de hablar un poco de portugués.

Un niño en eSwatini ©Gerardo Ferrara

Pero salir en coche y abandonar la zona del aeropuerto nos sumerge de repente en un ambiente completamente distinto: la vegetación, las calles abarrotadas de hombres, mujeres, niños, estudiantes negros (¡y nosotros, los tres únicos europeos en un flamante coche rojo! ) que se lanzan a la calle, se persiguen, gritan, viven mucho más intensamente que en Europa, nos asusta y nos excita al mismo tiempo (también hay que tener cuidado con los socavones de las carreteras, en parte sin asfaltar), sobre todo cuando pasamos por Beira, donde tenemos que reducir la velocidad porque es el atardecer y decenas de estudiantes salen de sus escuelas (aquí van todo el día a la escuela) y caminan kilómetros y kilómetros a pie, para llegar a casa. Y nuestro coche rojo con tres blancos calvos dentro, en una zona rural de Mozambique, ¡no es algo que se vea todos los días por estos lares!

Llegamos a la frontera por la tarde… Hace frío (Suazilandia es un país montañoso y en abril ya estamos a finales de otoño) y, una vez realizados los trámites aduaneros, conseguimos cruzar y encontrarnos por fin con Ncamiso Vilakato, antiguo alumno de la Universidad de la Santa Cruz de Roma, que nos acogerá y hará de guía durante los próximos días, para mostrarnos el servicio que presta a la Iglesia local y el papel de la Iglesia en el país.

Durante las dos horas restantes de viaje, la mayor parte por una cómoda autopista desierta que el rey de eSwatini quiso hacer construir en su país después de haber visto las de Sudáfrica, se percibe la marcada diferencia entre Suazilandia y Mozambique: distintas potencias colonizadoras han traído al pequeño país en el que acabamos de entrar lenguas diferentes (portugués en Mozambique, inglés en eSwatini), costumbres distintas y un sentido del orden totalmente anglosajón.

Había salido de Roma el domingo 14 de abril a las 10.30 de la mañana… Finalmente llegué a Hlatikulu, en el sur de Suazilandia y a 40 km de la frontera con Sudáfrica, a las 9 de la noche del lunes 15 de abril, ¡después de 12.000 km y unas 35 horas! Y Hlatikulu, un pueblo de 2.000 almas en el punto más alto del país (a más de 1.200 metros sobre el nivel del mar) nos muestra una cara de África que no esperábamos (aparte del impala que cruzó la carretera justo antes): frío, niebla, lluvia.

¿Suazilandia o eSwatini?

El país antaño conocido como Suazilandia pasó a llamarse por real decreto eSwatini en 2018. En realidad, ambos términos se utilizan y tienen el mismo significado: tierra de los swatis, la etnia predominante en el estado.

Está situado en el África subsahariana, tiene una superficie de apenas 17.363 km² y una población de poco más de un millón de habitantes, de los cuales cerca del 80% son de etnia swatis (lo que lo convierte en uno de los pocos países de África caracterizados por una gran mayoría étnica con minorías poco significativas), más un 12% de zulúes y sotho (otra estirpe bantú) y un pequeño porcentaje de blancos anglosajones o bóers, personas de Oriente Medio e indios.

Debo admitir que, aunque conozco a muchas personas de ascendencia africana, centrada como estoy en Oriente Próximo, nunca me habían interesado las lenguas no semíticas y me sorprendió saber que las lenguas bantúes (incluidas el swati, la lengua de Suazilandia, el zulú y el swahili) representan la mayor agrupación lingüística, o familia lingüística, de África: hasta 300 lenguas con un origen común (el pueblo bantú, asentado originalmente entre Camerún y Nigeria, que luego se extendió por África central y meridional a través de migraciones que duraron miles de años). Piense que estas lenguas (que forman parte de la gran familia lingüística nigerino-kordofana y cuya lengua más extendida, verdadera lingua franca en toda África Oriental, es el swahili, con casi 72 millones de hablantes: ¡Hakuna matata!) se hablan en toda África Central y Austral y a menudo son mutuamente inteligibles (los que hablan xosa, o zulú, por ejemplo, pueden entender a los que hablan swati o sotho y viceversa).

Así, aprendí que, por ejemplo, el misal en el que se celebra la misa en eSwatini está en otra lengua (zulú) que, sin embargo, es fácilmente comprensible para la población local, que habla swati, un idioma estrechamente relacionado.

©Gerardo Ferrara

Un poco de historia

eSwatini tiene una historia rica y compleja que hunde sus raíces en el pasado precolonial del África subsahariana y cuyos orígenes se remontan a las migraciones de los pueblos bantúes, procedentes de Nigeria y Camerún, que llegaron a la zona hacia el año 1000, expulsando a la población autóctona bosquimana. 

La etnia que hoy es la predominante del país, los suazis, surgió en el siglo XVIII con la formación del reino liderado por el rey Ngwane III. El reino suazi se desarrolló alternando alianzas matrimoniales y guerras contra otros grupos étnicos, en particular los zulúes (repartidos principalmente por el norte de la actual Sudáfrica).

Sin embargo, en el siglo XIX, los suazis se enfrentaron a la presión de los asentamientos europeos en la región. En 1902, el país se convirtió en protectorado británico tras la Segunda Guerra Bóer (1899-1902) entre el Imperio Británico y las dos repúblicas independientes bóer, la República de Transvaal y el Estado Libre de Orange (los bóer descienden de colonos holandeses). Durante este periodo, los británicos introdujeron el sistema de administración indirecta, concediendo una apariencia de autonomía a la monarquía suazi.

En 1968, bajo el reinado de Sobhuza II, eSwatini se independizó del Reino Unido y pudo desarrollarse bastante gracias a la minería y la agricultura.

Tras la muerte de Sobhuza II en 1982, el poder pasó a su hijo Mswati III, actual monarca del país. Su gobierno se ha caracterizado por las críticas por la falta de democracia y la violación de los derechos humanos. Mswati, en concreto, promulgó en 2006 una nueva Constitución que introducía la monarquía absoluta, limitaba, o mejor dicho, anulaba los poderes del Parlamento y disolvía los partidos políticos (ahora reducidos únicamente a asociaciones representativas).

El drama del SIDA

Desde la década de 1980, Suazilandia se enfrenta a importantes retos, como la pobreza generalizada, el VIH/sida, la desigualdad económica y la escasez de recursos. 

El sida, en particular, se ha cobrado miles de víctimas, hasta el punto de que en 2017 el 28,8% de la población de entre 15 y 49 años estaba infectada por el virus, según el Programa de las Naciones Unidas sobre el Sida y el VIH. 

Solo en 2016 se produjeron 9.443 nuevos casos y más de 3.000 muertes como consecuencia del VIH. 

La antigua Suazilandia es el estado del mundo con mayor incidencia del VIH entre su población. La epidemia es generalizada: es decir, afecta a toda la población, aunque a algunos grupos (prostitutas, adolescentes, mujeres jóvenes y homosexuales) más que a otros.

La magnitud del fenómeno se remonta a tradiciones ancestrales que admiten la poligamia y consideran la procreación un signo de prosperidad (el propio rey Mswati tiene 11 esposas, 35 hijos y 3 nietos), así como a la escasa cultura de prevención y a la inercia de las instituciones durante décadas a la hora de crear un programa serio de prevención. Debido a la pobreza, pues, muchas jóvenes recurren a la prostitución, favoreciendo la propagación del virus. 

No fue hasta 2004 cuando comenzó la aplicación de las Terapias Antirretrovirales (TAR), que ha tenido un gran éxito, hasta el punto de que desde 2011 la incidencia entre adultos se ha reducido a la mitad, al igual que el número de nacimientos seropositivos, gracias al tratamiento obligatorio de las mujeres embarazadas y lactantes (se calcula que hoy en día el 90% de las personas seropositivas han sido diagnosticadas y reciben tratamiento antirretroviral).

Hay muchas ONG implicadas en la lucha contra la enfermedad, y la Iglesia católica está a la vanguardia, con sus centros especializados, entre ellos el de las Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús, en la Misión San Felipe (que pudimos visitar), que ofrece programas no sólo de prevención y tratamiento del sida/VIH (sobre todo para mujeres embarazadas, en las que el tratamiento con antirretrovirales bloquea la transmisión del virus al feto, que puede nacer sano), sino también de lucha contra la pobreza y la falta de educación, la violencia de género y otras enfermedades devastadoras como la tuberculosis y el cáncer de cuello de útero.

Suazilandia se ha visto tan devastada por el sida y sus consecuencias en la población que el rey Mswati III introdujo en 2001 una ley que obliga a la castidad (femenina, ¡por supuesto!) hasta los 24 años.

Las dramáticas consecuencias de la epidemia incluyen no sólo la elevadísima tasa de mortalidad entre la población adulta (pero no sólo) y el drástico descenso de la esperanza de vida, sino también el elevadísimo número de huérfanos (no hay cifras oficiales, pero se calcula que unos 100.000 niños viven en grupos en condiciones definidas como infancia sin adultos), para los que en los últimos años se han creado los llamados Puntos de Atención Vecinal (PCV), comunidades en las que la gente se organiza para atender a huérfanos y niños en condiciones vulnerables.  

Mundo

La Fundación Amigos de Monkole destaca la labor de los médicos voluntarios

Con motivo del Día de África, que se celebra el 25 de mayo, la Fundación Amigos de Monkole celebró el pasado martes una jornada bajo el título "África: la labor oculta de los médicos españoles" en la Clínica Universidad de Navarra (Madrid).

Loreto Rios·24 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

El evento ha reunido a importantes profesionales sanitarios, entre ellos el doctor Gonzalo Ares, Jefe de Pediatría del Hospital Rey Juan Carlos; el doctor Luis Chiva, Jefe de Ginecología de la Clínica Universidad de Navarra; el doctor Juan Ramón Truan, Secretario de Cirujanos Ortopédicos de España para el Mundo (COEM), y Nicole Ndongala, directora general de la Asociación Karibu.

La conferencia de inauguración de la jornada estuvo a cargo del Jefe de Pediatría del Hospital Rey Juan Carlos, el doctor Gonzalo Ares. Posteriormente, se celebró una mesa redonda moderada por Olga Tauler, profesional del Hospital Monkole de Kinshasa (Congo).

El presidente de la Fundación Amigos de Monkole, Enrique Barrio, ha señalado que “con esta jornada queremos visibilizar la impresionante actividad que desarrollan como voluntarios nuestros profesionales de la salud en el continente africano”.

En el último año natural, los profesionales de la salud que colaboran como voluntarios en la Fundación Amigos de Monkole, entre los que se encuentran ginecólogos, cardiólogos, traumatólogos, pediatras, matronas, odontólogos, oftalmólogos y enfermeras, han destinado más de 2000 horas a los enfermos del hospital congoleño, sumando consultas, cirugías y formación.

La Fundación Amigos de Monkole

La fundación, que cuenta ya con doce años, “financia la atención sanitaria de familias congoleñas sin recursos a través del hospital materno infantil Monkole y de sus tres dispensarios médicos en las periferias de la capital”, indican desde la asociación.

El año pasado, fueron atendidas por Amigos de Monkole 40.708 personas e, indirectamente, se ayudó a 116.269.

El Hospital Monkole fue inaugurado en un barracón en el año 1991 y cuenta ya con 150 camas y más de 300 profesionales. Este centro “pretende cambiar la sanidad en la República Democrática del Congo, y, desde allí, en toda África, con el objetivo de que el foco se centre en el paciente y no en aspectos económicos o sociales”. Por otra parte, “fue el primer hospital en dar comida y sábanas a sus enfermos hospitalizados. Este año este hospital, ubicado en la comuna de Mont-Ngafula, en Kinshasa (con 500.000 habitantes) está celebrando su 33 aniversario”, señala Amigos de Monkole.

Recientemente, el hospital ha sido galardonado con la medalla al Mérito Civil concedida por su Majestad el Rey Felipe VI, condecoración que ha recibido en la embajada de España en Kinshasa en un acto que presidió la embajadora española en Congo.

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¿Son el sacerdocio y el diaconado para las mujeres?

En relación con las tareas de la mujer en la Iglesia, el Papa ha excluido un diaconado femenino que sea parte del sacramento del Orden, en consonancia con enseñanzas anteriores. Las analiza el experto en Eclesiología Philip Goyret.

Philip Goyret·24 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 8 minutos

Un dato se impone con predominio ante nuestros ojos por su inexorable evidencia: en la Iglesia la presencia de la mujer es largamente superior a la de los varones. En la Misa dominical, en las catequesis, en la vida consagrada, los números son números preponderantemente femeninos. Pero otro dato se impone también con evidencia: en la Iglesia católica, los cargos superiores de gobierno y de culto son cubiertos exclusivamente por hombres. Podríamos decir, simplificando mucho las cosas, que nos encontramos con una Iglesia de mujeres presidida por hombres.

En gran parte, la razón de esta paradoja puede centrarse en la reserva del sacramento del orden a los varones, dado que en la Iglesia católica solo quienes lo han recibido pueden presidir el culto eucarístico, pueden ser nombrados obispos o Papas. Si a esto añadimos la mayor sensibilidad religiosa de la mujer, entendemos el porqué de esta situación, estemos o no de acuerdo con ella. En realidad, parecería lógico que quien tiene mayor sensibilidad por lo religioso estuviera a cargo de lo religioso. ¿No deberíamos cambiar la praxis actual?

Surge así un articulado panorama que intentaré esclarecer, enmarcando en primer lugar los términos del debate, explicando luego los argumentos de la teología católica, y añadiendo finalmente unas consideraciones dictadas más por la racionalidad y el sentido común que por la dogmática. 

El contexto del debate

La reserva del sacerdocio ministerial exclusivamente a los hombres gozó de pacífica aceptación a lo largo de la vida de la Iglesia hasta que, en el siglo XX, fue puesto en el punto de mira de numerosos ataques que, aún hoy, animan el debate sobre el tema. Se argumenta que la progresiva paridad de derechos de la mujer respecto al hombre, en campo político, empresarial, deportivo, militar, cultural, etc., debería también reflejarse en la Iglesia.

Como no puede extrañar, la presión a favor del sacerdocio femenino proviene en gran parte de exponentes del movimiento feminista radical, que consideran la reserva del sacerdocio a los hombres como una forma de discriminación contra la mujer, y que debería eliminarse. Según la interpretación de la corriente de pensamiento igualitario de este movimiento, la práctica actual chocaría con Gal 3,28 (“No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer, porque sois todos uno en Cristo Jesús”), y, por tanto, sería el resultado de una antropología de corte patriarcal, hoy obsoleta e insostenible.

La llamada a abolir todo tipo de discriminación, proclamada por la Constitución “Gaudium et spes”, n. 29 del Concilio Vaticano II (“toda forma de discriminación en los derechos fundamentales de la persona, ya sea social o cultural, por motivos de sexo, raza, color, condición social, lengua o religión, debe ser vencida y eliminada por ser contraria al plan divino”) habría inaugurado una nueva era en la Iglesia, en la que hombres y mujeres tendrían los mismos derechos también en lo que respecta al ministerio ordenado.

En esta reflexión confluyen también razones de carácter ecuménico, puesto que, en muchas confesiones cristianas (y en algunas religiones no cristianas, como el hebraísmo), esta reserva ya no existe. La situación se ha complicado aún más en los últimos años con la difusión de la ideología de género. Si la identidad sexual es pensada como una cuestión exclusiva de elección personal, no necesariamente determinada por la constitución biológica con la que se nace, difícilmente podemos considerarla como condición sine qua non para el acceso o la exclusión al sacerdocio.

El sacerdocio en la teología católica

La primera cosa a tener en cuenta es que los fundamentos del sacerdocio exclusivamente masculino no son de orden antropológico (una supuesta superioridad del hombre) ni tampoco “estratégico” (una supuesta mayor autonomía), sino que provienen de la revelación, en el sentido fuerte del concepto: Dios ha revelado, ha establecido y nos ha entregado el sacerdocio ministerial en una forma masculina, no femenina, y por ello la Iglesia no se considera autorizada a cambiar esta disposición, admitiendo mujeres a la ordenación sacerdotal.

Encontramos esta revelación más en gestos que en palabras. En efecto, los doce apóstoles, a quienes Jesús eligió para hacerles partícipes de su sacerdocio, eran hombres, no mujeres. Cuando a su vez los apóstoles ordenaron sacramentalmente a la generación sucesiva, se sintieron vinculados a este modo de proceder del Señor, y eligieron candidatos masculinos.

El carácter irreformable del vínculo entre sacerdocio y condición masculina estuvo bien arraigado ya desde el principio en la conciencia que la Iglesia tenía de sí misma; cuando, en los primeros siglos del cristianismo, surgieron sectas que querían confiar el ejercicio del ministerio sacerdotal a mujeres, fueron inmediatamente reprendidas por los padres y denunciadas como herejías, como lo muestran numerosos textos de san Ireneo, Tertuliano y san Epifanio. Lo mismo sucedió en los siglos siguientes: la Iglesia la consideró una praxis apostólica vinculante.

Podría argumentarse, naturalmente, que esa praxis estaba condicionada por las circunstancias de la época, en la cual la figura de la mujer tenía escasa relevancia pública y era contemplada en posición subordinada. Conviene recordar, sin embargo, que Jesús no se dejó condicionar por las costumbres culturales del momento, sino que las desafió abiertamente, también en lo que respecta a la mujer: habla libremente con ellas, las pone de ejemplo en las parábolas, les concede paridad de derechos respecto al matrimonio, acoge a las pecadoras, etc.

Los apóstoles, por su parte, no cedieron en este tema tampoco cuando la evangelización se expandió fuera del ámbito semítico hacia el mundo griego y luego romano, donde, a causa de la existencia de sacerdotisas paganas, la presencia de “sacerdotisas cristianas” no habría escandalizado.

El otro argumento fuerte de la revelación, en realidad premisa del anterior, es que el Hijo de Dios se encarnó tomando una naturaleza humana sexuada en modo masculino, no femenino, y es la virtud de esa naturaleza humana, instrumento de la divina, la que se hace sacramentalmente presente en el candidato cuando es ordenado sacerdote. Es esto una consecuencia directa de la teología dogmática sobre la” repraesentatio Christi Capitis” y el obrar “in persona Christi”, a la base del sacramento del orden.

En definitiva, la naturaleza humana masculina de Jesucristo se “prolonga” sacramentalmente en un “soporte” que debe por fuerza ser masculino para ser soporte válido. No olvidemos que la encarnación del Hijo de Dios no termina con su Ascensión a los cielos: Jesucristo fue varón y continúa siendo varón.

Es verdad que el Nuevo Testamento no aborda explícitamente la cuestión de la no-admisión de la mujer al sacerdocio. Pero los grandes exégetas estudiosos del tema, como Albert Vanhoye, consideran un anacronismo exigir esto al solo dato bíblico; ellos examinan serenamente el conjunto de los textos neotestamentarios y concluyen poniendo a la luz, por una parte, la extrema importancia que estos escritos otorgan al ministerio sacerdotal, y a la vez muestran cómo la antigua tradición eclesial sobre la reserva del orden sagrado a los hombres se encuentra en relación de continuidad con los datos bíblicos. Efectivamente, es la revelación en su conjunto — el dato neotestamentario leído a la luz de la tradición viva de la Iglesia — lo que se traduce en fe eclesial sobre el sujeto válido del sacerdocio ministerial.

La Iglesia ha oficialmente afirmado esta doctrina en un documento emitido por la Congregación para la Doctrina de la Fe (hoy Dicasterio) el 15 de octubre de 1976, la Declaración “Inter insigniores”. Unos años más tarde, “para despejar cualquier duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la constitución divina de la misma Iglesia”, san Juan Pablo II reafirmó en la Carta Apostólica “Ordinatio sacerdotalis” (del 22  de mayo de 1994) “que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres y que esta sentencia debe ser considerada como definitiva por todos los fieles”. Según una declaración de la misma Congregación para la Doctrina de la Fe, publicada un año después, esta doctrina “requiere un asenso definitivo”, porque “ha sido propuesta infaliblemente por el magisterio ordinario y universal”.

Diaconado femenino

No puede omitirse aquí una referencia al “diaconado femenino”, en el limitado espacio disponible. Las razones por las que la Iglesia reserva el sacerdocio ministerial (episcopado y presbiterado) a los hombres no son inmediatamente aplicables al diaconado, pues los diáconos no actúan “in persona Christi”. 

Si añadimos a esto el hecho histórico de la existencia de diaconisas en la Iglesia del primer milenio, especialmente en ámbito oriental, surge espontánea la pregunta de porqué no podemos tenerlas ahora. 

Muy sintéticamente, podemos hacer aquí tres consideraciones. Por una parte, está poco claro que las “diaconisas” del primer milenio sean equiparables a lo que hoy llamamos diaconado: que hayan sido llamadas diaconisas no indica necesariamente un ministerio idéntico a lo que hoy llamamos diaconado en sentido teológico estricto. 

Además, las fuentes histórico-litúrgicas atestiguan que las funciones de las diaconisas no eran iguales a las de sus pares diáconos: estos predican, bautizan, bendicen, distribuyen la comunión, cosas prohibidas a aquellas, cuyas funciones se limitan a ayudar a los presbíteros y obispos en aquello que, por razones de pudor, sería indecoroso que fuesen realizadas por hombres, como, por ejemplo, el bautismo por inmersión de mujeres adultas o las unciones propias de los ritos de iniciación cristiana, más aún en un contexto social donde la separación entre hombres y mujeres era más estricta que ahora. 

En esta dirección se mueve un documento de la Comisión Teológica Internacional del 2003, llamado “El diaconado: evolución y perspectivas”. No olvidemos, en fin, que la individuación de la identidad teológica del diaconado está aún hoy en fase germinal, debido a que por muchos siglos fue considerado sólo como un “escalón” hacia el presbiterado. 

No es por tanto prudente tomar ahora decisiones definitivas, y es por eso que la Iglesia se limita, de momento, a mantener la praxis actual como algo disciplinar, esperando el momento en que la teología dogmática y luego el magisterio, se pronuncien en modo definitivo. 

Una comisión instituida “ad hoc” por el Papa Francisco para el estudio específico de este tema concluyó sus sesiones en el 2018 sin llegar a resultados satisfactorios. Dos años después fue instituida una nueva comisión con el mismo objetivo, que sigue aún trabajando. El tema está también presente, aunque sin convergencia, en la relación de síntesis de la primera sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, aún en curso (n. 9).

En el momento actual está en vigor el c. 1024 del Código de Derecho Canónico, que dice: “Sólo el varón bautizado recibe válidamente la sagrada ordenación”, y esto se aplica a los tres grados del orden sagrado: episcopado, presbiterado y diaconado. La misma indicación encontramos en el c. 754 del Código de Cánones de las Iglesias Orientales.

Actitudes hacia el sacerdocio y el diaconado

Conviene tener presente que, en grandísima parte, la discusión sobre este tema no se desarrolla en el ámbito de la dogmática católica, sino en áreas de corte más existencial, o de planteamientos de redefinición del sacerdocio. En efecto, si yo desplazo el epicentro del sacerdocio ministerial desde el culto sacramental hacia el ministerio de la predicación (como sucede en el mundo protestante), es más difícil explicar porqué no lo podría hacer una mujer, pues, en sentido estricto, la predicación no se ejerce “in persona Christi”

Tristemente, el aire que se respira en los debates sobre nuestro tema huele con frecuencia a óptica de poderes: se desea mandar, y dado que fue a los apóstoles a quienes Jesús dijo: “vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel” (Mt 19,28), se aspira a la ordenación sacramental para “heredar” esta atribución. Se olvida -esto vale para hombres y mujeres, quizá más para los hombres ordenados sacerdotes-que el sacerdocio es sacerdocio “ministerial”, o sea para servir.

La vocación sacerdotal es vocación al servicio, aunque a veces este servicio se desarrolle desde posiciones de gobierno, y aunque ordenarse comporte siempre la pertenencia a la jerarquía. Realmente no debería ordenarse quien lo hace solo en vista del poder. Nos encontramos aquí nuevamente con una patología endémica difícil de extirpar: el clericalismo, el cual afecta a los clérigos con “mentalidad de casta” y avidez “arribista”, pero también, paradójicamente, a quienes quisieran ser clérigos para participar en el poder.

En fin, sobre la cuestión de los derechos (¿por qué un hombre puede ordenarse y una mujer no lo puede?) hay que recordar algo muy elemental y a la vez muy importante: una mujer no tiene derecho a recibir el orden sagrado por las mismas razones por las que un hombre no tiene derecho a recibir el orden sagrado. Este derecho no existe: ni para varones, ni para mujeres. Es puro don gratuito, no derivado de la condición bautismal, aunque la presuponga.

No pueden cerrarse estas consideraciones sin mencionar la necesidad imperiosa de eliminar de la Iglesia las praxis y actitudes “machistas”, con perdón de la expresión. La mujer puede y debe ocupar muchos más espacios en la Iglesia: en la enseñanza en todos los niveles, en la administración de los bienes, en la justicia, en las obras de caridad, en los consejos pastorales, en la organización, y en tantos otros; pero el acceso al sacramento del orden no es el camino indicado, ni el válido, ni el oportuno. Quiera Dios que el tema logre encontrar una reflexión racional y serena, dejando de lado planteamientos viciados de ideología y de posiciones preconcebidas.

El autorPhilip Goyret

Profesor de Eclesiología en la Universidad de la Santa Cruz.

Evangelio

«Haced discípulos a todos los pueblos». Solemnidad de la Santísima Trinidad (B)

Joseph Evans comenta las lecturas de la Solemnidad de la Santísima Trinidad (B).

Joseph Evans·24 de mayo de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Tras su Resurrección, Jesús envía a sus discípulos, diciéndoles: “Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. No es una orden fácil: “discípulos a todos los pueblos”. Nosotros estamos entre ellos. Y bautizarlos a todos “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. 

La Iglesia lo hace así desde entonces: cualquier otra fórmula o redacción no sería válida. Bautizar es sumergir, ser lavado, participar en la vida y muerte de Cristo. Cuando Santiago y Juan pidieron a Nuestro Señor los primeros puestos en su reino, pensando que iba a instaurar uno terrenal y político, Jesús respondió con estas misteriosas palabras: “¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber, o bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?” (Mc 10, 38). Aquí, por “bautismo”, Jesús entiende su pasión y muerte. En otras palabras: “Así como yo me sumerjo en las profundidades del sufrimiento humano, ¿estás dispuesto a sumergirte tú también? ¿Estás dispuesto a compartir mi bautismo, mi sufrimiento, mi muerte?”.

Cuando nos bautizamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, también entramos en la vida de la Trinidad. Cuando bautizamos a un bebé -o a un adulto- y lo sumergimos en el agua o vertemos agua sobre la cabeza del niño, estamos sumergiendo a ese niño en la propia vida de la Trinidad, podríamos decir que estamos vertiendo la Trinidad sobre y en ese niño.

El misterio de la Trinidad nos abre al misterio de la vida interior de Dios, que está claramente más allá de nuestra comprensión. Si pudiéramos comprender a Dios, no sería Dios. Dios es por definición infinito, y nosotros somos finitos. Siempre hay algo más por descubrir. Como escribió santa Catalina de Siena en el siglo XIV: “Eres un misterio tan profundo como el mar, en el que cuanto más busco, más encuentro; y cuanto más encuentro, más busco”.

Orar es como zambullirse en Dios, en la vida divina. No necesitamos oxígeno, o mejor dicho, la fe es nuestro oxígeno y los ángeles y los santos nos guían. El mar es a la vez oscuro y lleno de luz y no hay peligro de ahogarse. Se nos ofrece la oportunidad de sumergirnos en una forma de vida superior. Necesitamos conocer individualmente a cada persona de la Trinidad. Podemos rezar a Dios en general, como Dios, pero nuestra relación con Dios será más profunda tratando con cada persona. Y hagamos todo lo posible por sumergir, zambullir, a los demás en la vida de la Trinidad a través de nuestro testimonio. Ahora somos enviados a hacer discípulos de todas las naciones, empezando por la nuestra.