Evangelización

Ávila y Lisieux celebrarán este año a ‘la pequeña flor’ y a la gran doctora

Millones de peregrinos llegan a Roma para el Jubileo de la Esperanza. Pero católicos de Francia y España tienen también razones para quedarse en sus países. Porque se va a celebrar a dos de las santas más populares de la Iglesia católica: Teresa de Lisieux y Teresa de Ávila.  

OSV / Omnes·16 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

Junno Arocho Esteves, OSV News

El Santuario de santa Teresa de Lisieux ha planeado eventos en Francia para celebrar a lo largo del Año Santo a ‘la pequeña flor’, conocida así cariñosamente. Y en mayo, podrán venerarse las reliquias de santa Teresa de Avila, la gran doctora, lo que no sucedía desde 1914.

Los eventos de santa Teresa de Lisieux culminan con la celebración el 17 de mayo para conmemorar el 100 aniversario de la canonización de la famosa santa francesa.

El mismo mes, las reliquias de santa Teresa de Ávila se abrirán al público para su veneración por tercera vez en más de cuatro siglos. Será del 11 al 25 de mayo. El evento sigue a un estudio de un año de las reliquias de la santa por parte de investigadores. Encontraron su cuerpo incorrupto desde su muerte en 1582.

La ‘historia de un alma’

El santuario francés ha dicho que la “historia de la vida y la posteridad de Therese” ha inspirado los eventos espirituales y culturales planeados para el año “con el tema de la alegría en la santidad”.

La santa era la más joven de nueve hijos. Nació en 1873, hija de los santos Luis Martín y Celia Guerin, que la llamaron Marie-Françoise-Thérèse Martin. Al igual que sus hermanas mayores, se unió a las hermanas carmelitas en 1888 a la edad de 15 años, tras aprobarlo su obispo. Tomó el nombre de Hermana Teresa del Niño Jesús y el Santo Rostro.

Creció su deseo de santidad

Su deseo de santidad no hizo más que crecer durante su tiempo como hermana carmelita. En su autobiografía, ‘La historia de un alma’, a menudo se comparaba con otros santos. Y a menudo dudaba de que alguna vez pudiera obtener su grado de santidad.

«Sabes que siempre ha sido mi deseo convertirme en una santa. Pero siempre he sentido, al compararme con los santos, que estoy tan lejos de ellos como el grano de arena. Un grano que el transeúnte pisotea, alejado de la montaña cuya cumbre se pierde en las nubes», escribió.

Sin embargo, esto no le impidió buscar “un medio para llegar al Cielo por un pequeño camino”. En él la monja carmelita esperaba obtener la santidad a través de pequeños actos de santidad.

Murió a los 24 años diciendo: “Dios mío, te amo”

«Debes practicar las pequeñas virtudes. Esto a veces es difícil, pero Dios nunca rechaza la primera gracia: coraje para la autoconquista. Y si el alma corresponde a esa gracia, de inmediato se encuentra a sí misma a la luz del sol de Dios», escribió.

«No estoy muriendo, estoy entrando en la vida», escribió a su hermano espiritual misionero, el padre M. Bellier, antes de morir en 1897 de tuberculosis con 24 años. Sus últimas palabras fueron: “Dios mío, te amo”.

Autobiografía, canonización, Doctora de la Iglesia

Debido al impacto de la autobiografía de Thérèse, que se publicó un año después de su muerte, el proceso de canonización se abrió en 1914, y el 17 de mayo de 1925 fue canonizada por el Papa Pío XI.

En 1997, san Juan Pablo II la declaró Doctora de la Iglesia. En su carta apostólica ‘Divini Amoris Scientia’, (La ciencia del amor divino), san Juan Pablo II dijo que santa Teresa no tenía “un verdadero y propio corpus doctrinal”. Pero sus escritos mostraban “un particular resplandor de doctrina”. Esto presentaba “una enseñanza de eminente calidad”.

Por otra parte, el Papa Francisco publicó el 15 de octubre de 2023 la Exhortación Apostólica ‘C’est la confiance’, que pueden ver aquí, con ocasión del 150 aniversario de su nacimiento.

Santa Teresa de Jesús, mística, reformadora

El estudio de los restos de santa Teresa de Ávila, aprobado por el Vaticano, fue llevado a cabo por médicos y científicos italianos en agosto de 2024.

El padre Marco Chiesa, postulador general de la Orden de los Carmelitas Descalzos, estuvo presente cuando se abrió el relicario de plata que contenía sus reliquias. Dijo que el cuerpo estaba “en las mismas condiciones que cuando se abrió por última vez en 1914”.

Tras concluir el estudio, la Orden de los Carmelitas Descalzos en España anunció que las reliquias se abrirían al público para su veneración del 11 al 25 de mayo. Lugar: la Basílica de la Anunciación en Alba de Tormes.

Según el sitio de noticias local español, ‘Salamanca Al Día’, los Carmelitas dijeron que el próximo evento era “histórico y único”, y que no volvería a ocurrir durante mucho tiempo.

“Esperamos que sea una razón para que los peregrinos se acerquen a Jesucristo y a la iglesia. Una evangelización para todos los visitantes y un mayor conocimiento de santa Teresa de Jesús. Para enriquecernos a todos con el ejemplo de su vida mientras invocan su intercesión”, dijeron los Carmelitas.

Renovación de la vida espiritual y monástica

La exposición, reportada en ‘Salamanca Al Día’, es parte de un proceso de reconocimiento canónico autorizado por el Papa Francisco que comenzó en 2022. Y que concluirá el 26 de mayo, el día después de la exposición, y sus restos serán devueltos a su tumba.

Teresa de Ávila jugó un papel clave durante la Contrarreforma en el fomento de la renovación de la vida espiritual y monástica y también en la reforma de la Orden Carmelita. Su llamado a un regreso a un estilo de vida más contemplativo inspiró a muchos, incluido san Juan de la Cruz, con quien fundó los Carmelitas Descalzos.

Doctora de la Iglesia, “determinada determinación” 

Conocida por sus escritos teológicos sobre la vida espiritual, como «El Castillo Interior» y «El Camino de la Perfección», fue proclamada Doctora de la Iglesia por san Pablo VI en 1970.

En un mensaje de video de 2021 que conmemora el 50 aniversario de la proclamación de santa Teresa de Ávila como doctora de la iglesia, el Papa Francisco dijo que “era sobresaliente en muchos sentidos”.

«Sin embargo, no se debe olvidar que su reconocida relevancia en estas dimensiones no es más que la consecuencia de lo que era importante para ella. Su encuentro con el Señor, su ‘determinada determinación’, como ella dice, de perseverar en unión con Él a través de la oración».

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Junno Arocho Esteves escribe para OSV News desde Malmö, Suecia. Este texto es traducción de un artículo publicado primero en OSV News. Pueden encontrar el artículo original (en inglés) aquí.

El autorOSV / Omnes

Recursos

El corazón del hombre escondido en Tierra Santa

Ir de peregrinación a Tierra Santa no solamente es subir a las cumbres más elevadas del espíritu, sino también hundirse en los abismos de la conciencia.

Gerardo Ferrara·16 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 6 minutos

Al comienzo de la Semana Santa, no puedo evitar pensar en Tierra Santa, donde he estado muchas veces, la última en 2020, poco antes de la pandemia. Y el corazón se me llena de nostalgia por un lugar que, sin duda, considero como “elevado”.

En la tradición judía, ir a la Tierra de Israel significa levantarse, tanto espiritual como físicamente. Israel y Jerusalén han sido durante siglos, incluso para los cristianos, los lugares más altos de la tierra, los más cercanos a Dios, tanto es así que todo el que va a vivir o peregrina allí se dice, en hebreo, “‘oleh”, es decir, “el que va hacia lo alto”, e incluso la compañía de bandera israelí se llama “El Al”, “hacia lo alto”, pues no conduce tanto al cielo, sino a Israel, o sea al lugar más alto de la tierra, en un sentido espiritual.

En cierto sentido, ir de peregrinación a Tierra Santa no solamente es subir a las cumbres más elevadas del espíritu, sino también hundirse en los abismos de la conciencia, exactamente como descender de Jerusalén a Jericó y a la depresión del Mar Muerto, el punto más bajo de la superficie de la tierra: un viaje para comprender mejor quiénes somos.

Momentos de sublime espiritualidad, de meditación, de oración, en los cuales compartir con amigos y compañeros de peregrinación, se alternan con otros de malestar, cansancio, intolerancia, egoísmo y confusión. Se sube al monte Tabor, más allá de las nubes, para disfrutar de la armonía del cielo, pero luego se vuelve a la cruda realidad cotidiana, una realidad de judíos, musulmanes y cristianos en constante pelea entre ellos, muros divisorios, pueblos árabes surgidos sin ninguna orden y lógica, ciudades israelíes hechas de edificios enormes y grises, pobreza y riqueza, miseria y nobleza, hospitalidad y rechazo lado a lado, enfrentándose.

Un momento es como caminar sobre el agua clara, dulce y azul del Mar de Galilea, que, sin embargo, es capaz de agitarse repentinamente, debido a los vientos y tormentas que vienen del Golán; en otro, viajando, se pasa de las verdes orillas de esta gran masa de agua de Galilea para llegar, en un par de horas, a las aguas fangosas, saladas y grisáceas del Mar Muerto, el mar de sal rodeado por el desierto: aquí, las colinas verdes y floridas en las que Jesús proclamó la Buena Nueva a la multitud dan paso a la aridez y a las rocas sobre las cuales se apoyan los cimientos de monasterios que han surgido de la nada y que se esconden entre grietas y precipicios.

La geografía de Tierra Santa: tan parecida al alma del ser humano

Parece natural que Dios escogiera Tierra Santa para revelarse a los hombres. Aquí, la geografía de los lugares es extraordinariamente similar – en variabilidad, cambios bruscos, alternancia entre aridez y riqueza de agua, silencio y confusión, amenidad y fealdad – al alma humana. Muchas veces en la vida uno se siente solo y perdido como en el desierto de Néguev; muy a menudo, los descensos del Tabor, la montaña que es símbolo de nuestros momentos de cercanía con Dios, son traumáticos y dolorosos; flotar en las aguas tranquilas de nuestros momentos felices es casi tan frecuente como hundirse en el barro y en el ardor de la sal que mata y nos incapacita para vivir y hacer vivir, precisamente como el Mar Muerto.

Personalmente, después de hacer muchos viajes a estos lugares, puedo testificar que me siento así, dividido entre la alegría y la nostalgia: en medio de tantos buenos compañeros de camino, me parecía estar escuchando nuevamente las palabras de Isaías y ver gentes que no conocía correr a mí por causa de Dios que me honraba; era como presenciar lo más sublime del mundo en una alta montaña: la comunión con personas queridas; sentía, luego, que el río Jordán lavaba todas mis impurezas, curaba cada herida, sanaba cada llaga.

Luego, de regreso a casa, especialmente en estos tiempos tan difíciles de guerras, enfermedades, incertidumbre, uno siente que casi todo se le escapa de sus manos y hasta la incomparable belleza de una ciudad tan maravillosa como Roma (y sin embargo invadida por turistas y tan caótica), la ciudad donde yo vivo, parece incapaz de compensar la pérdida de esa alta montaña, ese refugio seguro, de esas personas con las cuales pude compartir tan buenos momentos en muchos viajes.

Una vez más, experimento la separación, que es la negación de Dios y que me impulsa a soñar con el paraíso no tanto como un lugar exuberante y placentero, sino como la comunión eterna con Dios y con todos mis seres queridos, todos los con que me encontré en mi vida y de los cuales me veo obligado, inevitablemente, para separarme.

¿Fue todo en vano? ¡Para nada!

En primer lugar, llevo un tesoro precioso conmigo: la comunión espiritual con las mismas personas que me acompañaron, quienes hicieron la tierra de Israel aún más hermosa de lo que realmente es. Con ellas, aunque estoy lejos de Tierra Santa, la peregrinación continúa dentro y fuera de mí. Juntarme con ellas en oración es como transformar el río de mi ciudad, el Tíber, en el Jordán, San Pedro en el Santo Sepulcro, el salón de mi casa en el Mar de Galilea, ya que todos nosotros somos el nuevo Israel.

Y entonces me acuerdo de que ya no hay Tierra Santa, o mejor, de que toda la tierra es santa, que sea Italia, México, España, Chile o dondequiera en el mundo, y que todos somos guardianes e instrumentos del Reino de Dios que ya está presente en nuestra vida, en las cosas que hacemos todos los días, en las personas que viven al lado nuestro.

Así, viendo las fotos de esos lugares de Oriente tan queridos, veo, al mismo tiempo, los rostros de las personas que me acompañaban y me repito que ya no podemos vivir apegados a la idea de una tierra y una patria en este mundo: nuestras raíces están en un lugar diferente, en una realidad diferente, quizás menos visible, pero ciertamente mucho más concreto y resistente a las tormentas, que es nuestra fe.

Cada cristiano es un peregrino

En segundo lugar, pienso que un peregrino de verdad es, como se le definía en la Edad Media, un “homo viator”, es decir un hombre que anda, alguien que continuamente consagra no solamente a sí mismo y a lugares tradicionales donde se suele ir de peregrinación, como pueden ser el Camino de Santiago, Roma o Jerusalén, sino todos aquellos pequeños entornos físicos y espirituales de la vida ordinaria, donde él se convierte, antropológicamente, en instrumento de una teofanía, de una manifestación de lo divino, a través de las oraciones que él cumple andando.

En un sentido cristiano, para hacerlo más sencillo, un cristiano es Cristo, pues es un miembro del cuerpo de Cristo, así que ya no es él quien vive y anda, sino que es Cristo, el mismo Cristo que andaba por los caminos de Galilea, de Judea y de Samaría y que hoy en día sigue andando en las calles de Roma, de Madrid, de Bogotá, de Nueva York.

Divinidad civilizadora

De hecho, en la antropología de la Edad Media lo que distinguía el espacio (“káos”) del lugar (“kósmos”) era una teofanía: la manifestación de lo divino y la presencia de lo sagrado, a través de la cual todo lo que era salvaje, repleto de demonios y supersticiones, inexplorado e incivilizado, inculto, se convertía en tierra consagrada a Dios, civil, bien ordenada, gobernada, segura, el “no ser” que se convertía en “ser”. Las calles y los santuarios de la Europa medieval, pues, eran arterias de la civilización y los peregrinos que caminaban por ellos eran la sangre que fluía, una señal de la divinidad civilizadora.

En el libro “El hombre vivo”, de G. K. Chesterton, el protagonista es Innocent Smith, un excéntrico personaje que logra cambiar para mejor las situaciones y vidas de las personas que encuentra, a pesar de ser injustamente acusado de diversos delitos, por el simple hecho de ser un hombre feliz que desea transmitir a los demás la alegría de su propia condición. A través de él, incluso lo malo parece convertirse en bueno. Él es ese “hombre vivo”.

Hombre vivo y «homo viator»

Si lo pensamos bien, nosotros los cristianos, peregrinos en este mundo, podemos combinar, en nuestra vida, los dos conceptos de hombre vivo y “homo viator”. Cada día podemos volver a consagrar las calles, las plazas, los barrios de nuestros países tan afligidos, en estos tiempos de pobreza material y espiritual y de crisis en todo ámbito de la existencia humana. No hace falta ser tan dignos o sin pecado, perfectos y realizados en nuestras vidas y trabajos. Solo basta nutrirnos a diario de la fuente de la vida para convertirnos en hombres y mujeres vivos y, andando por los caminos de nuestras vidas, en “homines viatores”, portadores de la gracia que recibimos sin merecerla.

Así, aun no pudiendo salir de nuestras ciudades y de nuestros países para ir a Tierra Santa, podemos caminar sobre el agua, y no solamente sin miedo a hundirnos, sino ayudando a los demás para que no se hundan.

¡Felices Pascuas!

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Sagrada Escritura

Iglesia y Escritura. Jesucristo en la Biblia y en la Tradición

Aún teniendo un libro, la Sagrada Biblia, la fe católica no es una “religión del libro”, como el judaísmo o el islam. En la Iglesia católica, la Escritura siempre ha ido unida a la Tradición de la Iglesia. Esta última protege y guía la interpretación de la Palabra de Dios a lo largo de los siglos.

Vicente Balaguer·16 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 7 minutos

El cristianismo, aunque nació con un libro en la cuna —la imagen viene de Lutero para quien la Biblia era el pesebre donde depositaron a Jesús—, no es una religión de libro sino una religión de tradición y escritura. También lo era el judaísmo, sobre todo, antes de la destrucción del Templo. Esta nota es clara cuando se habla de religiones comparadas (M. Finkelberg & G. Stroumsa, Homero, la Biblia y más allá: cánones literarios y religiosos en el mundo antiguo).

Sin embargo, una sucesión de factores —más prácticos que teóricos— han originado cierta confusión. Los teóricos de la memoria colectiva (J. Assmann) señalan que 120 años después de un acontecimiento fundador, la memoria comunicativa de una comunidad se encarna en una memoria cultural, donde unos artefactos culturales crean la cohesión entre el pasado y el presente. 

Ahora bien, las comunidades religiosas o culturales que sobreviven al tiempo se caracterizan por priorizar la conectividad textual sobre la conectividad ritual. 

Esto es más o menos lo que ocurre a principios del siglo III en la Iglesia, cuando la teología se concibe como un comentario a la Escritura. Más tarde, con la aparición del islam, una religión de libro desde su origen, y el desarrollo del judaísmo como religión sin Templo, se asimiló la idea de religiones de revelación con religiones de libro: con ello se colocaba al cristianismo, religión de revelación, en un lugar que no era el suyo: religión de libro. 

En un tercer momento, Lutero y los padres de la Reforma, con la reducción de la idea de tradición a meras costumbres de la Iglesia (consuetudines ecclesiae), rechazaron el principio de la Tradición en favor de la Sola Scriptura. 

Finalmente, la Ilustración con su desconfianza de la tradición solo aceptó una interpretación de la Escritura que fuera crítica, también y, sobre todo, con la tradición.

En las comunidades de la Reforma, la sucesión de estos factores desembocó las más de las veces en una doble dirección a la hora de interpretar de la Escritura: o bien el mensaje se disolvía en el secularismo propuesto por la crítica, o bien se prescinde de la crítica y se acaba en el fundamentalismo. 

La Tradición en la Iglesia católica

En la Iglesia católica, en cambio, el planteamiento fue distinto. Desde Trento, se refería a las tradiciones apostólicas -las de los tiempos apostólicos, no las costumbres de la Iglesia- como inspiradas (dictatae) por el Espíritu Santo, y transmitidas luego a la Iglesia. Por eso, la Iglesia recibía y veneraba con igual afecto y reverencia (pari pietatis affectu ac reverentia) tanto los libros sagrados como aquellas otras tradiciones. 

Más tarde, el Concilio Vaticano II clarificó un tanto las relaciones entre la Escritura y la Tradición. Afirmaba primero que los apóstoles transmitieron la palabra de Dios mediante la Escritura y las tradiciones -la Tradición se concibe así como constitutiva, no meramente interpretativa, como ocurre en las confesiones protestantes-, pero señalaba también que, por la inspiración, la Escritura transmitía la palabra de Dios siendo palabra (locutio) de Dios. 

La Tradición, en cambio, es meramente transmisora de la palabra de Dios (cfr. Dei Verbum 9). Lo proponía también desde otra perspectiva: “La Iglesia ha venerado siempre las Sagradas Escrituras al igual que el mismo Cuerpo del Señor[…]. Siempre las ha considerado y considera, juntamente con la Sagrada Tradición (una cum Sacra Traditione), como la regla suprema de su fe, puesto que, inspiradas por Dios y escritas de una vez para siempre, comunican inmutablemente la palabra del mismo Dios” (Dei Verbum 21).

No hay que perder de vista aquí que el sujeto de las frases es la Sagrada Escritura. Pero en la Iglesia, la Escritura siempre ha ido acompañada y protegida por la Tradición. Este aspecto ha sido asumido, al menos en parte, por los pensadores protestantes que, en el diálogo ecuménico, se sirven de la expresión Sola Scriptura numquam sola: el principio de la Sola Scriptura se refiere en la lógica protestante al valor de la Escritura, no a su realidad histórica que es ciertamente nunquam sola. Se puede afirmar por tanto que las posiciones católica y protestante se han acercado. Sin embargo, el núcleo de la cuestión sigue estando en las relaciones intrínsecas entre la Escritura y las tradiciones dentro de la Tradición apostólica, es decir, aquella que entregada por los apóstoles a sus sucesores vivimos todavía en la Iglesia.

Tradición apostólica

Se ha hecho notar muchas veces que Jesucristo no envió a los apóstoles a escribir, sino a predicar. 

Ciertamente, los apóstoles, como antes Jesucristo, se servían del Antiguo Testamento, es decir, de las Escrituras de Israel. Entendían estos textos como expresión de las promesas de Dios -y, en este sentido, también como profecía o anuncio- que se habían cumplido en Jesucristo. También expresaban la instrucción (torá) de Dios a su pueblo, así como la alianza (disposición, testamento) que Jesús lleva a plenitud. 

Los textos del Nuevo Testamento, por su parte, no tuvieron fueron una continuación o una imitación de los textos de Israel. Ninguno de ellos se presenta, tampoco, como un compendio de la Nueva Alianza. Todos nacieron como expresiones parciales -y, en algún caso, circunstanciales- del Evangelio predicado por los apóstoles. 

En todo caso, en la generación que siguió a la de los apóstoles -lo mismo que antes en san Pablo, cuando distinguía entre el mandato del Señor y el suyo propio (1 Co 7, 10-12)-, el principio de autoridad estaba en las palabras del Señor; después, las palabras de los apóstoles y las palabras de la Escritura. Así se constata en los padres apostólicos, Clemente, Ignacio de Antioquía, Policarpo, etc., que mencionan indistintamente, como argumento de autoridad, palabras de Jesús, los apóstoles o las Escrituras. 

Con todo, la forma textual de estas palabras no coincide casi nunca con la que conservamos en los textos canónicos: los textos funcionaban más como ayuda a la memoria de la proclamación oral que como textos sagrados.

Un cambio de actitud se observa en las últimas décadas del siglo II. Dos factores contribuyen a este cambio. 

Por una parte, el cristianismo entra en contacto, y se contrasta, con cosmovisiones intelectuales desarrolladas; en concreto, con el platonismo medio -un platonismo bañado por un estoicismo moral- y con la gnosis del siglo II, que proponía una salvación por medio del conocimiento. Algunos maestros gnósticos vieron en el cristianismo -la expresión nace con Ignacio de Antioquía- una religión que podía ser concorde con su concepción del mundo. Basílides, a comienzos del siglo II, fue quizás el primero que entendió los escritos del Nuevo Testamento como textos fundantes para su enseñanza gnóstica, y otros como Valentín y Ptolomeo, ya en la segunda mitad del siglo II, eran agudos intérpretes de las Escrituras, a las que hacían coincidir con su sistema. 

San Justino, contemporáneo, y quizás colega, de Valentín, ya señalaba que las enseñanzas de estos maestros disolvían al cristianismo dentro del gnosticismo y que, por tanto, sus fautores eran herejes —es Justino quien acuña la palabra con el sentido de desviación, pues antes solo significaba escuela o facción—, aunque sin proponer razones profundas. Por otra parte, a finales del siglo II, se había debilitado ya la idea de una tradición oral fiable: ya no existen —quizás san Ireneo sea la excepción— discípulos de los discípulos de los apóstoles. Cuando ocurre eso en una comunidad cultural o religiosa, como se ha advertido, las comunidades establecen artefactos que preservan una determinada memoria cultural o religiosa y el artefacto de conectividad por excelencia es la escritura.

La gran Iglesia, mirando de reojo a los herejes de corte gnóstico, tomó tres decisiones que juntas preservaban su identidad. Benedicto XVI (cfr. Discurso en el encuentro ecuménico, 19-08-2005) se refirió a ellas más de una vez: en primer lugar, establecer el canon, donde Antiguo y Nuevo Testamento forman una sola Escritura; en segundo lugar, formular la idea de la sucesión apostólica, que toma el lugar del testigo; finalmente, proponer “la regla de la fe” como criterio de interpretación de la Escritura.

La importancia de san Ireneo

Aunque esta formulación se puede descubrir en bastantes teólogos del momento —Clemente de Alejandría, Orígenes, Hipólito, Tertuliano—, en vísperas del 1900 aniversario de su nacimiento, casi es obligado mirar a san Ireneo para descubrir la modernidad de su pensamiento. 

Su obra más importante, Desenmascaramiento y refutación de la pretendida pero falsa gnosis, conocida popularmente como Contra las herejías, atiende a todo lo señalado hasta ahora. Tras unos prolegómenos, comienza así: “La Iglesia, extendida por el orbe del universo hasta los confines de la tierra, recibió de los Apóstoles y de sus discípulos la fe en un solo Dios Padre Soberano universal, que hizo… y en un solo Jesucristo Hijo de Dios, encarnado por nuestra salvación, y en el Espíritu Santo, que por los Profetas…”. San Ireneo sigue el texto con una fórmula que en otros lugares denomina la “regla [canon, en griego] de la fe [o de la verdad]”. Esta regla de la fe no tiene una forma fijada, puesto que, entregada por los apóstoles, se transmite en el Bautismo o en las catequesis bautismales siempre oralmente. Se refiere siempre a la confesión de las tres personas divinas y la obra de cada una de ellas. 

Es reconocible en toda la Iglesia, que “con cuidado la custodia, […] y la predica, enseña y transmite […]. Las iglesias de la Germania no creen de manera diversa ni transmiten otra doctrina diferente de la que predican las de Iberia” (ibíd. 1, 10, 2). Por eso, lo mismo que la Tradición apostólica, es pública: “está presente en cada Iglesia para que la perciban los que de verdad quieren verla” (ibíd. 3, 2, 3), al contrario que la gnóstica, que es secreta y reservada a los iniciados. 

Es más, la regla podría ser suficiente, pues “muchos pueblos bárbaros dan su asentimiento a esta ordenación, y creen en Cristo, sin papel ni tinta […], con cuidado guardan la vieja Tradición, creyendo en un solo Dios [sigue otra confesión trinitaria, expresión de la regla de la fe]” (ibid. 3, 4, 1-2).

Con todo, la Iglesia tiene una colección de Escrituras: “La verdadera gnosis es la doctrina de los Apóstoles, la antigua estructura de la Iglesia en todo el mundo, y lo típico del Cuerpo de Cristo, formado por la sucesión de los obispos, a quienes [los Apóstoles] encomendaron las iglesias de cada lugar. Así nos llega sin ficción la custodia de las Escrituras en su totalidad, sin quitar ni añadir cosa alguna, su lectura sin fraude, la exposición legítima y llena de afecto según las mismas Escrituras, sin peligro y sin blasfemia” (ibíd. 4, 33, 8). 

Es en el último punto donde conviene fijar la atención. La regla (canon) de la fe es quien interpreta la Escrituras correctamente (ibíd. 1, 9, 4), porque coincide con ellas ya que las Escrituras mismas explican la regla de la fe (ibíd. 2, 27, 2) y la regla de la fe se puede desplegar con las Escrituras, como hace san Ireneo en su tratado Demostración (Epideixis) de la predicación apostólica

Esta compenetración entre la regla de la fe y las Escrituras explica bien otros aspectos. Primero, cada una de las Escrituras se interpreta correctamente a través de la otras Escrituras. Segundo: con el tiempo, la palabra “regla/canon”, se acaba por aplicar primeramente al canon de las Escrituras, que es también así regla de la fe.

El autorVicente Balaguer

Profesor de Nuevo Testamento y de Hermenéutica Bíblica, Universidad de Navarra.

Vaticano

El Papa reforma la Pontificia Academia Eclesiástica: se convierte en Instituto para el estudio de las Ciencias Diplomáticas

El Papa Francisco ha firmado un quirógrafo en el que reforma y actualiza la Pontificia Academia Eclesiástica para "proporcionar una educación académica y científica con un nivel de alta calidad" en sintonía con las necesidades pastorales de hoy.

Maria José Atienza·15 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Santa Sede ha hecho público un quirógrafo, firmado por el Papa Francisco por el que el pontífice actualiza el estatus de la Pontificia Academia Eclesiástica constituyéndolo en «Instituto ad instar Facultatis para el estudio de las Ciencias Diplomáticas, ampliando así el número de las Instituciones análogas previstas por la Const. ap. Veritatis Gaudium«.

De este modo, «la Academia se regirá por las normas comunes o particulares del ordenamiento canónico, a ella aplicables, y por otras disposiciones dadas por la Santa Sede para sus instituciones de educación superior» y «conferirá los grados académicos de Segundo y Tercer Ciclo en Ciencias Diplomáticas».

Como ha explicado el cardenal Parolin, «a partir de ahora, la Pontificia Academia Eclesiástica podrá conferir los grados académicos de Licenciado (equivalente a Máster) y Doctor (PhD), ofreciendo a sus antiguos alumnos una formación que integra disciplinas jurídicas, históricas, políticas y económicas y, por supuesto, conocimientos específicos en ciencias diplomáticas».

Unión entre labor diplomática y misión evangelizadora

Parolin ha señalado que «la reforma pretende reforzar el vínculo entre la investigación y la formación académica de los futuros diplomáticos pontificios y los retos concretos a los que se enfrentarán en sus misiones en el extranjero. El diplomático papal no es sólo un experto en técnicas de negociación, sino un testigo de la fe, comprometido en superar las barreras culturales, políticas e ideológicas, y en construir puentes de paz y justicia».

En este sentido, se enmarca la reflexión que el Papa hace en el quirógrafo cuando destaca que «la misión confiada a los diplomáticos del Papa aúna a esta acción, a la vez sacerdotal y evangelizadora, puesta al servicio de las Iglesias particulares, la representación ante las autoridades públicas» y como «el diplomático debe comprometerse constantemente en un proceso formativo sólido y continuo. No es suficiente limitarse a la adquisición de conocimientos teóricos, sino que es necesario desarrollar un método de trabajo y un estilo de vida que le permitan comprender profundamente las dinámicas de las relaciones internacionales y hacerse apreciar en la interpretación de los logros y las dificultades que una Iglesia cada vez más sinodal debe afrontar». 

La reforma de esta academia pontificia y la elevación al nivel de las facultades civiles responde además a la demanda actual de «una preparación más adecuada a las exigencias de los tiempos de aquellos eclesiásticos que, procedentes de las diversas diócesis del mundo, y habiendo ya adquirido la formación en ciencias sagradas y desarrollado una primera actividad pastoral, después de una cuidadosa selección, se preparan para proseguir su misión sacerdotal en el servicio diplomático de la Santa Sede. No se trata sólo de proporcionar una educación académica y científica con un nivel de alta calidad, sino de tener cuidado de que su acción será eclesial».

Zoom

Un niño participa en la Misa del Domingo de Ramos en el Vaticano

Un niño sostiene una palma durante la celebración de la Misa del Domingo de Ramos en el Vaticano, el 13 de abril de 2025.

Redacción Omnes·15 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Cultura

El Papa declara venerable a Antoni Gaudí

El Vaticano reconoció el 14 de abril de 2025 las virtudes heroicas de Antoni Gaudí, pasando este a ser considerado venerable.

Rome Reports·15 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

El Papa Francisco reconoció el 14 de abril las virtudes heroicas del arquitecto español Antoni Gaudí, quien ahora es considerado verenable.

El arquitecto de la basílica de la Sagrada Familia en Barcelona era un católico devoto que falleció tras ser atropellado por un tranvía mientras iba de camino a rezar a una iglesia.


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Evangelización

El padre Damián

La liturgia celebra el 15 de abril al padre Damián, misionero belga del siglo XIX que marchó a Hawai para cuidar de los leprosos cuando fueron desterrados a la isla de Molokai.  

Pedro Estaún·15 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

En el año 2005 la nación de Bélgica designó al padre Damián como “el belga más grande de todos los tiempos”. Pero ¿quién era este hombre y cuáles fueron las causas para ser designado con tan alta distinción?

Jozef Van Veuster nació en Tremeloo, Bélgica, el 3 de enero de 1840, de una familia de campesinos. De pequeño en la escuela gozaba haciendo obras manuales, casas como las de los misioneros en las selvas; tenía un deseo interior de ir un día a lejanas tierras a misionar. De joven fue arrollado por una carroza y se levantó sin ninguna herida. El médico que lo revisó exclamó: “Este muchacho tiene energías para emprender trabajos muy grandes”.

De joven tuvo que trabajar muy duro en el campo para ayudar a sus padres que eran muy pobres. Esto le dio una gran fortaleza y le hizo práctico en muchos trabajos de construcción, de albañilería y de cultivo de tierras, lo que le sería muy útil en la isla lejana donde más tarde iba a vivir.

Ejemplo de san Francisco Javier

A los 18 años lo enviaron a Bruselas a estudiar, y dos años después decidió ingresar en la orden religiosa de los Sagrados Corazones en Lovaina, adoptando el nombre de Damián. El ejemplo de san Francisco Javier despertó en él el espíritu misionero. La enfermedad de otro religioso hizo que recayese sobre él un lejano destino: Hawai. En 1863 zarpó hacia su misión y en el viaje se hizo amigo del capitán del barco, el cual le dijo: “yo nunca me confieso. Soy mal católico, pero le digo que con usted sí me confesaría”. Damián le respondió: “Todavía no soy sacerdote pero espero un día, cuando lo sea, tener el gusto de absolverle todos sus pecados”

El 19 de marzo de 1864 llegó a Honolulú. Allí fue ordenado sacerdote poco después en la Catedral de Nuestra Señora de la Paz. Trabajó en varias parroquias en la isla de Oahu mientras el reino sufría una crisis de salud. Los nativos hawaianos se vieron afectados por enfermedades que, inadvertidamente, llevaron los comerciantes europeos. Miles murieron por la gripe y la sífilis, y por otras enfermedades que nunca antes habían afectado a los hawaianos. Esto incluyó la plaga de la lepra que amenazaba con convertirse en epidemia. Temeroso de que se esparciera esta incurable enfermedad, el rey Kamehameha IV segregó a los leprosos del reino enviándolos a una isla alejada: Molokai.

Solicitó ser enviado a aquellos enfermos

La ley establecía que quien arribase a aquel rincón de dolor y podredumbre ya no podría salir para no propagar la enfermedad. De ahí que el obispo de Hawai, aunque preocupado por las almas de los enfermos, no se decidiera a mandar a ningún sacerdote. Sin embargo, al conocer la situación de Molokai, Damián solicitó ser enviado entre aquellos enfermos. “Sé que voy a un perpetuo destierro, y que tarde o temprano me contagiaré de la lepra. Pero ningún sacrificio es demasiado grande si se hace por Cristo”, dijo a su obispo. Unos días más tarde, el 10 de mayo de 1873, ya estaba en Molokai.

El panorama que encontró fue desolador. La falta de medios había hecho del lugar una antesala del infierno: no había leyes, ni hospitales; los enfermos agonizaban en cuevas oscuras e insalubres; pasaban el tiempo ociosos, bebiendo alcohol y en peleas.

La llegada del padre Damián fue un punto de inflexión. La primera misión que se impuso fue construir una iglesia, y después un hospital y varias granjas (los leprosos, con sus miembros casi pútridos, apenas podían levantar una vivienda por sí mismos). Bajo su liderazgo se restablecieron las leyes básicas, se pintaron las casas, comenzaron a trabajar en las granjas convirtiendo algunas de ellas en escuelas y estableció normas de higiene. Además emprendió una campaña internacional para recabar fondos, que comenzaron a llegar de todo el mundo. Pero lo que más le importaba era el alma de sus leprosos. Catequizaba puerta a puerta, los bautizaba, comía con ellos, limpiaba sus pústulas y les saludaba dándoles la mano, para que no se sintiesen despreciados. 

Se contagia

En diciembre de 1884 Damián introdujo los pies en agua hirviendo y no sintió dolor. Entonces lo comprendió: él también se había contagiado. Enseguida, se arrodilló ante un crucifijo y escribió: “Señor, por amor a Ti y por la salvación de estos hijos tuyos, acepto esta terrible realidad. La enfermedad me irá carcomiendo, pero me alegra pensar que cada día que esté enfermo, estaré más cerca de Ti”.

Junto a las ayudas internacionales, llegó también un grupo de franciscanas, con las que empezó a compartir la misión pastoral. En vísperas de su muerte, con los miembros impedidos, escribió a su hermano: “Continúo siendo el único sacerdote en Molokai. Por tener tanto que hacer, el tiempo se me hace muy corto; pero la alegría del corazón que me prodigan los Sagrados Corazones hace que me crea el misionero más feliz del mundo. El sacrificio de mi salud, que Dios ha querido aceptar para que fructifique un poco mi ministerio entre los leprosos, lo encuentro un bien ligero e incluso agradable”.

Se las ingenia para confesarse

Al no poder salir de la isla, el sacerdote llevaba años sin poder confesarse. Un día, al acercarse un barco que llevaba provisiones para los leprosos, el padre Damián se subió a una lancha y casi pegado al barco pidió a un sacerdote que allí viajaba, que lo confesara. Y a grito entero hizo desde allí su única y última confesión, y recibió la absolución de sus faltas.

Poco antes de que el padre Damián muriera, llegó a Molokai un barco. Era el del capitán que lo había traído cuando llegó de misionero. Recordó que en aquel viaje le había dicho que con el único sacerdote con el cual se confesaría sería con él. Ahora, el capitán venía expresamente a confesarse con el Padre Damián. Desde entonces la vida de este hombre de mar cambió, mejorando notablemente. También un hombre que había escrito calumniando al santo sacerdote llegó a pedirle perdón y se convirtió al catolicismo.

Heroico

El 15 de abril de 1889, el padre Damián, el leproso voluntario, cerró sus ojos, ya ciegos, por última vez. El mismo Gandhi dijo de él: “El mundo politizado de nuestra tierra puede tener muy pocos héroes que se puedan comparar con el Padre Damián de Molokai. Es importante que se investigue por las fuentes de tal heroísmo”. En 1994 el Papa Juan Pablo II, después de haber verificado varios milagros obtenidos por la intercesión de este gran misionero, lo declaró beato, y patrono de los que trabajan entre los enfermos de lepra. El papa Benedicto XVI le proclamó santo el 26 de abril de 2009.

El autorPedro Estaún

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Mundo

Tiempo de solidaridad ante la Colecta de Tierra Santa

La Colecta para los cristianos de Tierra Santa llega este Viernes Santo a las diócesis. Se trata de una colecta de solidaridad, de misericordia, que este año tiene acento de esperanza con el Jubileo. Fray Luis Quintana, representante del Custodio de Tierra Santa en España, y presidente de los comisarios de España y Portugal, habla de ello con Omnes.

Francisco Otamendi·15 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 6 minutos

Son tiempos duros para los cristianos en Tierra Santa. La pobreza, la migración y las guerras ejercen cada vez más presión. Pero llega un tiempo de solidaridad y de esperanza ante la colecta de Tierra Santa. «La oración, que tiene un valor infinito, las peregrinaciones, y ahora, la Colecta pontificia del Viernes Santo por los Santos Lugares, son muy importantes para las comunidades cristianas en Tierra Santa”.

Así lo ha comentado a Omnes este fin de semana Fr. Luis Quintana (Burgos, 1974), franciscano de la Orden de los Hermanos Menores (ofm), presidente de los comisarios (a modo de embajadores) de España y Portugal, y representante en España del Custodio de Tierra Santa, actualmente el italiano Fr. Francesco Patton. El lema de la Jornada este año, que incluye la colecta y otras cosas: oración, motivación, cartel, tríptico, etc., es: ‘Tierra Santa, puerta abierta a la esperanza”.

El corazón, cautivado en los Santos Lugares

En una conversación mano a mano, en la parroquia del Cristo de la Paz, en el distrito madrileño de Carabanchel, que llevan los franciscanos, el burgalés Fr. Luis Quintana se ha sincerado. Hemos hablado de la importante Colecta que ahora les detallamos, de su destino, y del Jubileo. Pero antes, le preguntamos por su primera relación con Tierra Santa, y por el contexto.

“En septiembre del año 2000 fui por primera vez a Tierra Santa, y ahí quedó mi corazón prendado por los Santos Lugares, por Tierra Santa. Por ese motivo, cuando hice los votos solemnes, en 2006, solicité ir a hacer una experiencia larga allí. Fue desde febrero hasta julio de 2007”, revela Fray Luis. 

“Los cristianos que están allí lo están pasando muy mal. Son ahora menos del 1,5 por ciento. En Betania no hay ninguna familia cristiana, aunque sí hay dos comunidades religiosas (los franciscanos y una congregación femenina). Marta, María y Lazaro eran tres personas en Betania. En Emaús hay una familia cristiana”, señala. 

Colecta de Viernes Santo: vivienda, trabajo, educación y sanidad

Siempre ayuda saber a qué irá destinado lo que se obtiene en la Colecta. El 80 por ciento de lo que recibe la Custodia de Tierra Santa, lo destina a la obra social. Y el 20 por ciento al mantenimiento de los santuarios. ¿Y qué es la obra social allí? Son cuatro conceptos, explica Fr. Luis Quintana.

“Primero, la vivienda. La Custodia tiene muchas casas en propiedad. Ellos, las familias, pagan el alquiler, luz, gas y agua. Nosotros tenemos la propiedad y las obras, el mantenimiento”.

“El segundo objetivo es el trabajo. Hay cerca de dos mil empleados directos en la Custodia, muchos colegios, casi 40.000 alumnos, hospitales, centros de salud. Dar trabajo es muy importante”.

La educación cristiana en Tierra Santa

“En tercer lugar, la educación, también muy importante. Tanto para cristianos como para musulmanes, no distinguimos”, afirma. “Una educación desde el cristianismo, son colegios confesionales”. Y el comisario comienza a contar historias concretas, el ideario:

“En mayo, todos los días, las flores a María. En Navidad, las aulas se llenan de belenes, crucifijos en todas las clases y muchos detalles. Los musulmanes quieren nuestra educación. Pero también hay algo por nuestra parte: cuando llega el Ramadán acabamos las clases un poco antes; si muere un padre de un niño musulmán, los niños cristianos van a rezar a la mezquita; en las clases de religión se separan cristianos y musulmanes”.

Tolerancia con el islam, colegios confesionales cristianos

Siga, le animamos. Y continúa: “Hay mucha tolerancia respecto al islam, pero el colegio es confesional cristiano. La Virgen está en el patio, todas las fiestas cristianas se celebran, la ceniza el Miércoles. Los musulmanes prefieren mayoritariamente colegios cristianos. El primer colegio de niños en Tierra Santa fue cristiano. el segundo fue judío, y el tercero musulmán. Con las niñas sucedió lo mismo. Y con el colegio mixto, igual. El primer colegio mixto ha sido cristiano”.

“Los grandes colegios nuestros son Jerusalén, Belén en segundo lugar, Jericó y Nazaret. Luego hay más. Estos son los principales. También nos referimos al colegio de Ammán, en Jordania, y al colegio de Damasco, en Siria. Y al de Beirut, en Líbano.”

“El cuatro bloque, como hemos hablado, es la Sanidad. Centros de salud, hospitales, dispensarios, en algunos casos son dispensarios parroquiales, como en Siria; hay muchas fórmulas…”.

Un poco de historia: la Custodia, y la colecta, origen en el siglo I 

La Custodia de Tierra Santa fue fundada por san Francisco de Asís en 1217, con el envío de los primeros frailes, y fue encomendada por el Papa Clemente VI a los franciscanos en 1342.

Está presente hoy en Israel, Palestina, Jordania, Egipto, Siria, Líbano, Chipre y Rodas. “En Egipto han crecido tanto las vocaciones que ya tienen provincia independiente”, cuenta Fr. Luis Quintana.

El Custodio de Tierra Santa y su equipo han insistido en la relevancia de este apoyo en la colecta del Viernes Santo, que pusieron en marcha San Pedro y san Pablo, como cuentan los Hechos de los Apóstoles, y que desde 1420, hace 605 años, se celebra de modo ininterrumpido.

Podrían destacarse, a título de ejemplo, algunas palabras del Custodio italiano, del Ministro general o del Vicario egipcio de la Custodia, Fr. Ibrahim Faltas, al que “el Papa Francisco quiere mucho, le ha mencionado varias veces, y se hizo famoso porque a raíz de la guerra de Gaza, sacó a varios niños a operar a hospitales de Italia”. Pero esto se haría largo. Pueden consultarlas ustedes.

Tres Puertas santas para el Jubileo de la esperanza

Para concluir, hay dos aspectos que Fr. Luis Quintana desea mencionar. Se trata de las Puertas Santas del Jubileo en Tierra Santa, y la capilla de la Inmaculada recién bendecida.

“Estamos en el año de la esperanza, el Jubileo es un signo de esperanza, y hay tres Puertas santas para ganar el Jubileo en Israel: “Nazaret, donde el Verbo se hizo carne, la Anunciación; Belén, donde Jesús nació, la Natividad; y el Santo Sepulcro, donde Cristo resucitó, Jerusalén”.

“El año pasado, el lema, la línea general, fue en torno al rojo, sangre, Tierra Santa sigue sufriendo, acababa de empezar la guerra el 7 de octubre.  Queríamos expresar el sufrimiento, y la imagen fue Getsemaní”.

“Este año, hemos cambiado al color verde, esperanza, jubileo, puertas abiertas, la puerta abierta con los franciscanos saliendo en procesión la Cruz, Cristo sale a nuestro encuentro para recibirnos, línea que hemos querido mantener”.

Capilla de la Inmaculada en Tierra Santa

Un botón de muestra de esta esperanza se encuentra en una noticia. La inauguración de una nueva capilla en Tierra Santa, que cuenta así Fr. Luis. “El pasado 5 de abril fue un día muy especial para nuestra Provincia de la Inmaculada Concepción, un día histórico, pues inaugurábamos una nueva capilla en Tierra Santa financiada desde nuestra Comisaría de Tierra Santa, y la hemos puesto el nombre de la Provincia: “Capilla de la Inmaculada Concepción”.

El arzobispo de Toledo, monseñor Francisco Cerro, presidió la Eucaristía en la Capilla superior de Nuestra Señora de Guadalupe, en el Campo de los Pastores (Beit Sahour, junto a Belén), con la presencia de fr. Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa, un nutrido grupo de franciscanos y sacerdotes seculares, el Cónsul general, Javier Gutiérrez, y muchos españoles residentes en Tierra Santa, tanto en Israel como en territorios de la Autoridad Nacional Palestina.

Tierra Santa, señala fray Luis Quintana, cuenta ya con una nueva capilla, gracias a la generosidad de los peregrinos españoles (por lo que ya ha sido bautizada como “la capilla española”). “Es la primera vez en la historia que la Provincia franciscana financia una capilla en Tierra Santa, con capacidad para más de 200 personas”, añade.

El autorFrancisco Otamendi

Anónimos

En la Pasión de Cristo, los anónimos son personas que no tienen muy claro lo que quieren, pero que aprovechan cualquier tumulto para dar rienda suelta a sus más bajos instintos: criticar, insultar, difamar y hasta linchar si hace falta al que pasa por delante.

15 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Entre los más viles personajes que aparecen en las lecturas de la Pasión de Cristo que se proclaman ahora, en Semana Santa, hay unos que tienen mucha actualidad. Han proliferado en las redes sociales y extienden su pernicioso influjo a toda la sociedad.

Se trata de los personajes anónimos. Pero no me refiero a esos de quienes no aparece el nombre quizá por desconocimiento del evangelista como la criada portera del palacio del sumo sacerdote, el guardia que lo abofeteó en el interrogatorio de este o los malhechores que crucificaron a su lado (aunque luego la tradición los bautizara como Dimas y Gestas); sino a los que actúan de forma anónima, amparados por la turba.

Son personas que no tienen muy claro lo que quieren, pero que aprovechan cualquier tumulto para dar rienda suelta a sus más bajos instintos: criticar, insultar, difamar y hasta linchar si hace falta al que pasa por delante. En solitario, no serían capaces de matar una mosca, pero encuentran el gusto en convertirse en masa enfervorizada pues, actuando en manada, la responsabilidad se diluye y las posibles consecuencias también.

Validar los actos de otros

Sin duda, estos personajes fueron clave en la muerte de Jesús, pues con su actitud validaban las acciones de los que hoy consideramos responsables: los sumos sacerdotes y Poncio Pilato. Ninguno de ellos se habría atrevido a ejecutar a quien el pueblo consideraba un profeta sin el apoyo cómplice de unos pocos de estos anónimos capaces de hacer mucho ruido, mucho más que la mayoría del pueblo.

En nuestra sociedad digital, las plazas y calles donde la gente llevaba a cabo tradicionalmente sus protestas y reivindicaciones, han dado paso a las redes sociales, donde todos podemos verter nuestras opiniones sobre los asuntos que nos preocupan. Pero, frente a una minoría que aparece identificada, con nombres y apellidos, que se hace responsable de los aciertos y errores que se puedan cometer a la hora de opinar, hay una masa ingente de cuentas anónimas o con identidades muy difusas.

En una manifestación pública, propia de los estados democráticos, quien lleva pasamontañas o se cubre el rostro con una careta, está muy claro que viene a liarla, y muchas veces sabemos que, quienes actúan así, no se identifican con el objeto de la reivindicación, sino que la usan solo como excusa para disfrutar con la violencia y el saqueo.

Anónimos y auténticos culpables

Entiendo a quien, en un régimen autocrático, tiene que proteger su identidad para compartir sus ideas sin ser detenido; pero en un país democrático, donde la libertad de expresión está asegurada, ¿qué sentido moralmente aceptable tiene ir por las redes esparciendo chismes o jaleando a quien lo hace, atacando a otras personas sin dar la cara, promoviendo el odio o acosando a otras personas? Solo se entiende desde la más absoluta bajeza humana, desde la maldad cobarde de esos cuyos nombres no aparecen en los relatos de la Pasión, pero que fueron auténticos culpables de la muerte del inocente.

Cuando quienes actúan así son miembros de la comunidad cristiana, atentos a criticar sin caridad ni justicia ni verdad cualquier movimiento del Papa, de tal o cual obispo o movimiento distinto a su cuerda, el pecado me parece mucho más grave. Me recuerdan a esos pequeños niños que, en la película La Pasión de Cristo acosan a Judas hasta desesperarlo y lograr que se ahorque. Al principio parecen inofensivos, incluso simpáticos; pero en cuanto se les da pie, se lanzan a bofetadas, insultos y mordiscos, revelando su verdadera identidad demoníaca.

Quizá usted que me lee haya tenido alguna vez la tentación de «disfrazarse» a través de un perfil anónimo en redes para poder explayarse y decir lo que su identidad le impide decir públicamente, pues le acarrearía problemas disciplinarios o le haría quedar mal ante sus amigos o familia. Piense bien de dónde puede venir esa idea de ocultar la personalidad que Dios le dio a su imagen y semejanza para tomar una apariencia distinta a la suya y agresiva contra el otro, por muy reprobable que sea lo que haya hecho esa persona. Y recuerde la escena de la película de Mel Gibson. ¿No ve que, aunque los personajes sean anónimos, el promotor de su acción tiene nombre por todos conocido? Pues eso, cuidado con caer en las redes que extiende en las redes.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Evangelio

Cristianismo y éxito. Viernes Santo (C)

Joseph Evans nos comenta las lecturas del Viernes Santo (C) correspondiente al día 18 de abril del año 2025.

Joseph Evans·15 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La primera lectura de hoy de Isaías es una profecía sobre los sufrimientos de Cristo. Escrita siglos antes de Jesús, al profeta se le concedió vislumbrar la agonía de Nuestro Señor y ver que el futuro Mesías nos salvaría mediante el sufrimiento. Sin embargo, es sorprendente hasta qué punto el pueblo de Israel ignoró estas profecías. Cuando llegó Jesús, sólo podían imaginar a un salvador “exitoso” que les salvaría mediante un evidente triunfo político y militar, liberándoles de los romanos y convirtiendo a Israel en una nación poderosa. La salvación era visible, bienestar externo, “éxito”.

Pero hoy nos señala la realidad de la victoria de Cristo. Vemos a Jesús clavado en la Cruz, sufriendo, agonizando y muerto. En términos humanos, esto no tiene nada de triunfo. Pero sabemos que éste es el verdadero triunfo de Jesús, y que a través de este sufrimiento y muerte, Cristo resucitará para vencer definitivamente al pecado y a la muerte. Lo sabemos, pero tal vez en teoría y no en la práctica, porque cada vez que nos sobrevienen sufrimientos y reveses, en lugar de aceptarlos como participación en la Cruz de Cristo, nos quejamos. Quizá también nosotros vemos la salvación como un éxito.

Esto es lo que Isaías nos dice de Jesús: “Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultaban los rostros, despreciado y desestimado”. Jesús tomó sobre sí nuestra fealdad. No nos gusta pensar que un día podamos perder nuestra belleza; no nos gusta envejecer o enfermar o tener que cuidar a un enfermo… Esto no es “éxito”. Vemos el éxito como el logro continuo de una mejor situación material y financiera, sin grandes problemas ni preocupaciones en la vida. Buscamos formas de “alfombrar” o “amortiguar” la Cruz.

Pero Jesús nos dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga” (Mt 16, 24). Debemos buscar y abrazar la Cruz, no tratar de esquivarla. Jesús vino a la tierra a buscar la Cruz, no a esquivarla, como acabamos de leer en el largo relato de su Pasión. Quizá tengamos que aprender que el éxito no es un término importante para el cristianismo. El éxito terrenal puede hacernos bien o mal, depende de cómo lo utilicemos.

Generalmente, la Cruz vendrá a nosotros en pequeñas cosas y tenemos que saber abrazarla. Y al hacerlo, somos bendecidos y hacemos nuestra pequeña contribución a la salvación del mundo.

Cine

Películas sobre la Biblia para Semana Santa y Pascua

Desde la era del cine mudo hasta mediados de la década de 1960, las películas basadas en la Biblia constituyeron un elemento esencial de la producción de Hollywood.

OSV / Omnes·14 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Por John Mulderig (OSV/Omnes)

Directores, tanto famosos como desconocidos, extrajeron de las escrituras historias que pudieran llevar a la gran pantalla, con resultados que iban desde lo reverencial hasta lo explotador.

Hoy en día, muchas de estas películas están disponibles en streaming. Con la llegada de la Pascua, los fieles pueden echar un vistazo a esta colección de películas antiguas. A continuación se presentan breves reseñas de algunas producciones de temática bíblica.

«Ben-Hur» (1959)

La clásica epopeya hollywoodense del director William Wyler sigue al príncipe judío que da título al film (Charlton Heston) tras ser traicionado por su amigo romano de la infancia (Stephen Boyd) y sometido a una gran miseria hasta que finalmente obtiene la retribución por todo su sufrimiento. El melodrama convencional de la narrativa se transforma por la grandiosidad de su espectáculo, especialmente la carrera de cuadrigas, y por las conmovedoras interpretaciones de sus protagonistas, quienes logran superar los clichés y estereotipos de la historia.

«La Biblia» (1966)

Seis episodios del Génesis (La Creación, Adán y Eva, Caín y Abel, Noé, la Torre de Babel y Abraham) se representan tan literalmente como fueron escritos, dejando en gran medida su interpretación al espectador. John Huston dirige, narra e interpreta el papel de Noé en este espectáculo reverente pero entretenido. George C. Scott, como Abraham, se lleva el premio a la mejor interpretación entre un elenco que incluye a Ava Gardner, Richard Harris, Ulla Bergryd y Michael Parks.

«Hechizo de Dios» (1973)

Versión cinematográfica de un musical basado libremente en el Evangelio según San Mateo, con un elenco off-Broadway compuesto por Victor Garber como Cristo y David Haskell como Juan el Bautista y Judas. Lo que hace que la película sea tan emocionante es que el director David Greene convierte la ciudad de Nueva York en un gigantesco escenario, utilizado de forma sorprendente para presentar las parábolas en parodias imaginativas, muchas de las cuales sirven de trampolín para melodías irresistibles, como «Day by Day» y «¡God Save the People!».

«El Evangelio según San Mateo» (1966)

La sencilla dramatización italiana del relato del evangelista sobre la vida de Jesús y su mensaje de salvación logra situar al espectador excepcionalmente en los acontecimientos evangélicos, evitando la artificialidad de la mayoría de las epopeyas cinematográficas bíblicas. El director Pier Paolo Pasolini es completamente fiel al texto, empleando la imaginación visual necesaria para su interpretación realista.

«La historia más grande jamás contada» (1965)

Aunque no es la mejor película jamás realizada, la visión del director George Stevens del Evangelio presenta una visión coherente y tradicional de Cristo como Dios encarnado. La película, a pesar de su épica escala hollywoodense, cuenta con buenas actuaciones, un guion de buen gusto y realismo, una fotografía magnífica y la creíble representación de Cristo por parte de Max von Sydow es el elemento esencial de su éxito.

«Rey de reyes» (1961)

Este sólido espectáculo cinematográfico presenta la vida de Cristo en el contexto histórico de la resistencia judía al dominio romano. Jeffrey Hunter, con cierta incomodidad, interpreta el papel principal, aunque resultan más efectivos Siobhan McKenna como su madre, Robert Ryan como Juan el Bautista, Hurd Hatfield como Pilato, Rip Torn como Judas y Harry Guardino como Barrabás. Dirigido por Nicholas Ray, el guion se centra en la inestabilidad política de la época, pero trata el relato evangélico con reverencia, aunque con más libertad dramática de la que algunos considerarían aceptable. La clasificación de OSV News es L: público adulto limitado, películas cuyo contenido problemático resultaría inquietante para muchos adultos.

«La túnica» (1953)

Historia reverente pero pesada de la época evangélica, basada en la novela de Lloyd C. Douglas, sobre un tribuno romano (Richard Burton) que, apostando, gana la túnica de Cristo en la crucifixión, pero que luego teme el poder de la prenda para hechizarlo, convirtiéndose posteriormente en mártir cristiano en Roma. Dirigida por Henry Koster, la historia de ficción es sincera, pero dramáticamente poco convincente en su argumento y sus actuaciones, que van desde la rigidez hasta la mezquindad escénica, con la consiguiente inspiración más en el espectador que en la pantalla. Violencia estilizada y referencias sexuales veladas.

«Los Diez Mandamientos» (1956)

Esta épica producción del director Cecil B. DeMille, menos una historia inspiradora basada en fuentes bíblicas que un vehículo dramático con sentido histórico, ofrece recreaciones espectaculares, excelentes efectos técnicos y una actuación impecable de un elenco excepcional, que incluye a Charlton Heston como Moisés, Yul Brynner, Anne Baxter, Edward G. Robinson y muchas otras estrellas de la época.

«La pasión de Cristo» (2004)

La visión de Mel Gibson sobre las últimas horas de Jesús de Nazaret se convierte en una experiencia cinematográfica intensa y desgarradora, centrada en el sufrimiento físico y espiritual del protagonista (Jim Caviezel). La narrativa, aunque conocida, se transforma por la crudeza visual y el realismo extremo con que se retrata el Vía Crucis, donde el dolor adquiere un tono casi místico. La puesta en escena, la fidelidad al arameo y al latín, y la potencia emocional de las imágenes convierten este drama bíblico en una obra tan polémica como profundamente impactante.

El autorOSV / Omnes

Evangelización

Santa Liduvina y mártires sirias, beatos Pedro González e Isabel Calduch

La liturgia celebra el 14 de abril a santa Liduvina (Holanda, 1380), a las mártires sirias Bernica, Prosdoca y su madre Domnina, víctimas en la persecución de Diocleciano (siglo IV). Al beato palentino Pedro González, y a la beata Isabel Calduch, del grupo de mártires valencianos canonizados por san Juan Pablo II en 2001.  

Francisco Otamendi·14 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Iglesia celebra este lunes 14 de abril a la holandesa santa Liduvina, paralítica a los 15 años cuanto patinaba, que ofreció sus enfermedades a Cristo. Se honra también a tres mártires sirias, santas Bernica y Prosdoca y a su madre Domnina, que murieron en Antioquía de Siria (hoy Turquía), perseguidas en tiempos de Diocleciano. A los beatos Pedro González e Isabel Calduch. Y a san Lamberto, primero monje y abad del monasterio de Fontanelle, y luego obispo de Lyon en Francia.

Santa Liduina o Liduvina, nacida en Holanda en 1380, sufrió un accidente a los 15 años. Señala el Martirologio Romano que “en Schiedam, en Gueldres, Países Bajos, santa Liduvina o Liduina, virgen. Por la conversión de los pecadores y la liberación de las almas, ofreció durante toda la vida enfermedades del cuerpo, confiada sólo en Cristo Crucificado (+ 1433). La santa tuvo fama de santidad, y sus reliquias se encuentran en la catedral de san Miguel y Santa Gúdula (Bruselas).

Replanteamiento de vida

San Pedro González Telmo (Frómista, Palencia, España, 1185), fue educado por un tío canónigo y estudió en la Universidad de Palencia. Ordenado sacerdote, fue canónigo de la catedral, y parece le gustaba la ostentación. Pero una caída de un caballo le hizo replantear radicalmente su vida. Renunció a dignidades y entró en la orden dominicana, dedicándose a la predicación en Galicia y norte de Portugal, en especial entre marineros. Murió en Tuy en 1249.

Persecución

Isabel Calduch Rovira (Josefina en el mundo), nacida en Castellón en 1882, está incluida en el grupo de mártires valencianos beatificados por san Juan Pablo II en 2001. Ingresó joven en el monasterio de las clarisas capuchinas de Castellón. Fue religiosa ejemplar. Al estallar la persecución religiosa y cerrarse su monasterio en 1936, marchó a su pueblo con un hermano suyo sacerdote, también mártir. Fue arrestada en abril de 1937, maltratada y fusilada junto al cementerio de Cuevas de Vinromá (Castellón).

El autorFrancisco Otamendi

Actualidad

Univ 2025: Una carta del Papa y reflexión sobre la ciudadanía

El tradicional encuentro universitario, impulsado por san Josemaría Escrivá reunirá este año a 3.000 jóvenes del todo el mundo para vivir la Semana Santa en Roma.

Maria José Atienza·14 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Nació en 1968 bajo el impulso de san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei y este año reunirá más de 3.000 jóvenes procedentes de todas las partes del mundo. El encuentro universitario UNIV centra este año su reflexión anual en el tema “Ciudadanos de Nuestro Mundo” (sobre el concepto práctico y aplicado de ciudadanía y bien común).

El Papa al UNIV: «¡cuántos motivos para dar gracias a Dios!»

Junto al congreso universitario, los jóvenes vivirán esta Semana Santa y Pascua en este año jubilar en Roma, cerca del Papa Francisco quien ha remitido una misiva a los participantes en la que anima a los participantes a «dar gracias a Dios y seguir caminando entusiastas en la fe, diligentes en la caridad y perseverantes en la esperanza», dado que este año se cumplen 100 años de la ordenación sacerdotal del fundador del Opus Dei.

El pontífice ha querido destacar también petición para que «este tiempo de peregrinación y encuentro fraterno los impulse a llevar a todos el Evangelio de Jesucristo, muerto y resucitado, como anuncio de la esperanza que realiza las promesas» 

Durante estas jornadas, los estudiantes participarán en las ceremonias litúrgicas de la Semana Santa y en varios encuentros con el prelado del Opus Dei, Mons. Fernando Ocáriz.

El congreso universitario UNIV

Bajo este tema de reflexión, los participantes tendrán la posibilidad de asistir a encuentros académicos-como el UNIV Forum y UNIV Lab, que tendrán lugar el 15 y 16 de abril y en los que se pondrán en común sugerencias, aplicaciones e ideas en torno a cuestiones como las virtudes y ejemplos que se necesitan para promover el bien común en nuestro mundo, qué significa la ciudadanía para los jóvenes de hoy o como crecer en la sociedad actual.

Para ello los jóvenes contarán con un programa que incluye conferencias, coloquios, muestras artísticas, mesas redondas con ponentes como Luis G. Franceschi, Secretario General Adjunto de la Commonwealth de Naciones; Karen Bohlin, directora del Practical Wisdom Project en el Abigail Adams Institute e investigadora en el Harvard Human Flourishing Program; Michelle Scobie, catedrática de Relaciones Internacionales y Gobernanza Medioambiental Mundial en The University of the West Indies (UWI); Ndidi Edeoghon, abogada internacional, fundadora de la Iniciativa de Embajadores para el Desarrollo de la Juventud y la Resolución de Conflictos (Nigeria), entre otras personas .

No sólo reflexionarán sino que también actuarán dado que los participantes en el UNIV 2025 promoverán diversos tipos de ayuda (económicas, asistenciales, etc.) para destinar al Dicasterio para el servicio de la Caridad del Papa.

Evangelio

Comulgar dignamente. Jueves Santo (C)

Joseph Evans nos comenta las lecturas del Jueves Santo (C) correspondiente al día 17 de abril del año 2025.

Joseph Evans·14 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Es un pensamiento aterrador que Judas recibiera a Nuestro Señor en la Eucaristía, pero también es un pensamiento extraordinario que Jesús quisiera entregarse a él sabiendo lo indignamente que lo estaba recibiendo. ¿Daríamos nosotros una comida especial a alguien que supiéramos -y Jesús lo sabía- que estaba a punto de traicionarnos? ¿Lavaríamos los pies a alguien que luego usaría esos mismos pies, sólo unos minutos después, para salir y guiar a los soldados a arrestarnos? ¿Aceptaríamos el beso de alguien cuando sabíamos que ese beso era absolutamente falso y traicionero?

Pero Jesús hizo todo eso por varias razones. En primer lugar, para vivir lo que nos enseñó: amar a nuestros enemigos, hacer el bien a quienes nos persiguen, ofrecerles nuestra mejilla aunque sea a bofetadas. Y también porque en todo momento, hasta el último suspiro de Judas, Jesús trataba de llamarle a la conversión. Este es el amor de Jesús. Siempre nos ofrece otra oportunidad.

No debemos aumentar las llagas de Cristo recibiéndole indignamente. Sí, Nuestro Señor nos dijo: “No necesitan médico los sanos, sino los enfermos”. Y estaba dispuesto a comer en las casas de los considerados pecadores y marginados. Pero el Espíritu Santo quiso regalarnos también aquellas palabras de san Pablo: “De modo que quien coma del pan y beba del cáliz del Señor indignamente, es reo del cuerpo y de la sangre del Señor” (1 Co 11, 27). Esta noche celebramos precisamente este don, el cuerpo y la sangre de Cristo. ¿Qué mayor regalo podría habernos hecho? No se limitó a compartir nuestra humanidad tomando un cuerpo y haciéndose hombre. Quiso entrar en la humanidad de cada hombre y cada mujer. No le bastaba con estar en un solo cuerpo. Encontró el modo de estar en cada uno de nuestros cuerpos recibiéndole en la Comunión. Por eso es tan importante la evangelización: para que cada vez más personas puedan recibir a Jesús en la Eucaristía y se cumpla así su deseo de venir a ellas.

Recibir la Comunión indignamente, sabiendo que estamos en pecado grave, es como el beso de Judas. Pero cuando traicionamos y chismorreamos y pensamos mal de los demás, es un poco como el beso de Judas. Cuando sonreímos a la gente y decimos lo bien que nos vemos, mientras pensamos mal de ellos o hablamos mal de ellos a sus espaldas, eso es el beso de Judas. Pero en lugar de eso, podemos imitar a Cristo amando a los que nos tratan mal, tendiéndoles la mano, esperando y rezando para que cambien, buscando su conversión.

Vaticano

El Papa sale de nuevo en el Domingo de Ramos y llama a ser “cireneos”

El Papa Francisco ha salido esta mañana de nuevo a la plaza de San Pedro. Lo ha hecho al final de la Misa del Domingo de Ramos, y ante el micrófono, ha dicho: “Feliz Domingo de Ramos, feliz Semana Santa”. En la homilía, ha llamado a ser “cireneos” y apoyo “los unos de los otros”.    

Francisco Otamendi·13 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

En la mañana del Domingo de Ramos, el Papa Francisco ha salido de nuevo a la plaza de San Pedro, al final de la Misa celebrada por el cardenal Leonardo Sandri, vicedecano del Colegio cardenalicio. En la homilía leída por el cardenal, el Papa ha alentado a ser cireneos de los demás. En San Pedro, ante unos 25.000 fieles, el Papa ha dicho con una mejoría en la voz: “Feliz Domingo de Ramos, feliz Semana Santa”

La salidas del Papa de Casa Santa Marta, su residencia habitual, donde tiene lugar su proceso de recuperación, son cada vez más frecuentes. Ayer sábado, el Papa se dirigió a la Basílica de Santa María la Mayor, y se detuvo a rezar ante el icono de la Virgen, ‘Salus Populi Romani’. Esta es su visita número 126  a esta advocación mariana en Roma. Hoy, el Papa se ha entretenido saludando desde la silla de ruedas a numerosas personas, cardenales, autoridades, laicos, grupos de religiosas, etcétera. 

“La Pasión de Jesús se vuelve compasión”

En la homilía de este Domingo de Ramos, el Papa ha invitado a los fieles a vivir una Semana Santa llevando no solo su propia cruz, sino también la de quienes sufren alrededor: “La pasión de Jesús se vuelve compasión cuando tendemos la mano al que ya no puede más”. El Papa ha destacado la figura de “Simón de Cirene —un personaje que aparece de manera inesperada en el camino hacia el Calvario—”.

Se trata de una invitación a llevar no solo nuestra cruz, sino también la del prójimo y convertirnos en cireneos unos de los otros. “Sigamos ahora los pasos de Simón, porque nos enseña que Jesús sale al encuentro de todos, en cualquier situación. […] La pasión de Jesús se vuelve compasión cuando tendemos la mano al que ya no puede más, cuando levantamos al que está caído, cuando abrazamos al que está desconsolado”.

Ángelus: no ceder a la desesperación

En el texto del Ángelus preparado por el Papa, el Pontífice ha manifestado que “todos tenemos dolores, físicos o morales, y la fe nos ayuda a no ceder a la desesperación, a no cerrarnos en la amargura», sino a afrontarlos sintiéndonos arropados, como Jesús, por el abrazo providencial y misericordioso del Padre”.

“Hermanas y hermanos, os agradezco mucho por vuestras oraciones. En este momento de debilidad física me ayudan a sentir aún más la cercanía, la compasión y la ternura de Dios. Yo también rezo por vosotros y os pido que encomendéis conmigo al Señor a todos los que sufren. Especialmente a los afectados por la guerra, por la pobreza o por los desastres naturales. En particular, que Dios acoja en su paz a las víctimas del derrumbe de un local en Santo Domingo, y sostenga a sus familiares”.

Oración por la paz

Finalmente, el Papa ha recordado que “el 15 de abril será el segundo triste aniversario del inicio del conflicto en Sudán, con miles de muertos y millones de familias forzadas a abandonar sus casas”. Y ha mencionado de nuevo lugares habituales objeto de guerras y conflictos para rezar por ellos. “Ucrania, Palestina, Israel, la República Democrática del Congo, Myanmar, Sudán del Sur. Que María, Madre, Virgen de los Dolores, nos conceda esta gracia y nos ayude a vivir con fe la Semana Santa”.

Pueden consultar aquí el horario de celebraciones de Semana Santa 2025 en el Vaticano.

El autorFrancisco Otamendi

Evangelización

La conversión de España al cristianismo

La conversión del pueblo visigodo en España vino propiciada indirectamente por el rey Leovigildo, quien intentará llevar a cabo la unidad nacional y religiosa en torno a Toledo y a la religión arriana.

José Carlos Martín de la Hoz·13 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 6 minutos

Toledo ha sido la sede Primada de España desde los tiempos de la Iglesia visigoda hasta la actualidad, es decir desde el precursor, la conversión de san Hermenegildo mártir y, consiguientemente, con la coronación de Recaredo su sucesor, ya como primer rey católico en Hispania.

En los trabajos de Crhistopher Dawson y de José Orlandis, los grandes medievalistas europeos del siglo XX, quedó suficientemente asentado que la conversión de las nuevas naciones al cristianismo, después de las invasiones bárbaras, se realizaría a raíz de la conversión al cristianismo de los respectivos monarcas. Una vez incorporada a la Iglesia la cabeza, era natural que sus nobles y el pueblo le siguieran.

En el fondo, era reproducir el sistema de la conversión de Constantino en el año 313 cuando la Iglesia dejó de ser perseguida y obtuvo carta de naturaleza y pudo volver a trabajar y servir a las almas con normalidad y naturalidad.

Evidentemente, en ambos casos, la Iglesia corrió el peligro de ser manipulada por el Estado y dominarla en el cesaropapismo y aplicar el poder civil a la vida de la Iglesia. Una vez más, el Espíritu Santo protegió en muchos momentos a esa Iglesia naciente o que había recuperado la capacidad de servir a todas las almas.

Una evangelización lenta

Lógicamente, la historia ha demostrado que la nueva evangelización de aquellas tierras y valles fue muy lenta pues los nobles visigodos no actuaban al unísono, como los de otras naciones, y cada vez que un rey fallecía volvía a reproducirse el problema de la sucesión hasta que el nuevo rey era admitido por los nobles del reino.

Asimismo, la Iglesia arriana no cedió fácilmente su influencia en los reyes y nobles y casi puede decirse que las conversiones se fueron dando provincia a provincia y valle a valle. De hecho, la rápida extensión del Islam en la península Ibérica se debió, sin duda, a que en muchos lugares los habitantes prefirieron el yugo del Islam que no creía en la divinidad de Jesucristo con todo lo que eso implicaba, a la conversión al cristianismo y la dependencia de los nuevos señores.

La conversión del pueblo visigodo vino propiciada indirectamente, por el rey Leovigildo (573-586), quien intentará llevar a cabo la unidad nacional y religiosa en torno a Toledo y a la religión arriana, con esto dos objetivos pensaba convertir Hispania en una nación fuerte y culturalmente poderosa.

Desde el siglo VI hasta finales del siglo XX, el centro intelectual de la Península Ibérica se transformó en el núcleo religioso y cultural de España, desde donde Leovigildo (573-586) intentaría más tarde consolidar la nueva unidad nacional.

Los nobles católicos de España

Leovigildo descubrió que para poder llevar a cabo la fusión de aquellos pueblos tan distintos y variados en tan amplio territorio necesitaba apoyarse en los nobles católicos, dotados en general de un mayor espíritu y cultura que los arrianos.

En estos datos se apoyan las fuentes para mostrar que en realidad el dominio de los visigodos en muchas partes de Hispania era un dominio político y por la fuerza de las armas, pues el poder cultural y religioso era mucho mayor entre los descendientes de los romanos que habían sobrevivido a la invasión. Una prueba más de que los visigodos, lejos de destruir la civilización anterior, habían sido vencidos, subyugados y moldeados por esa civilización que tanto los deslumbraba y que no habían sido capaces de aniquilar.

El rey Leovigildo era arriano convencido y pretendió lograr que los nobles cristianos, mediante pactos y alianzas, se convirtieran al arrianismo con el clero y el pueblo cristiano. Por otra parte, enseguida fue consciente de que estaba rodeado por los francos, los suevos y los bizantinos del sur de la Península, todos ellos católicos y enemigos de los arrianos invasores.

Al encontrar una oposición completa a sus planes en los pueblos vecinos y en el interior del suyo, intentó lograrlo a través de amenazas y persecuciones violentas que, como veremos seguidamente, enardecieron a los cristianos en la defensa de sus tradiciones.

San Hermenegildo, mártir

A la oposición de los nobles cristianos se unió la de los obispos, especialmente la de Masona, obispo metropolitano de Mérida, en una región de Hispania profundamente cristiana, con tradiciones muy antiguas y la veneración de mártires y santos como santa Eulalia. Asimismo, se sumó san Leandro, el arzobispo de Sevilla, otra de las grandes iglesias desde la época romana.

Masona, particularmente querido por el pueblo cristiano, por intriga de los obispos arrianos fue desterrado al norte de Hispania, mientras que san Leandro logró hacerse fuerte en Sevilla y resistir. No olvidemos que procedía de una familia bizantina instalada en Cartagena desde donde se había trasladado a Sevilla. En el 578 fue nombrado arzobispo de la ciudad y en pocos años se hizo cargo de la sede arzobispal. Logró  aglutinar a todas las autoridades junto a él, por el prestigio cultural, económico artístico y educativo.

San Leandro conecta en Sevilla con Hermenegildo, el hijo de Leovigildo a quien su padre encarga el gobierno de la Bética. Los intentos de Leovigildo para que su hijo Hermenegildo (564-585) neutralizara la labor del arzobispo se volvieron del revés, pues tanto Hermenegildo como su esposa Ingunda (+579), que era católica pertenecían a la nobleza de los francos, comenzaron a apoyar las ideas del arzobispo y se entregaron de lleno a expandirlas por toda la provincia. Finalmente, Hermenegildo fue bautizado el 16 de abril y se convirtió en cristiano.

El problema fue que Hermenegildo, seguramente engañado por sus consejeros, se levantó en armas contra su padre ayudado por un buen número de católicos;  por los suevos, del norte que hacía poco se habían convertido, y por los bizantinos, que ocupaban la provincia cartaginense. Poco tiempo después fue derrotado y capturado por su padre que pretendió obligarle a apostatar de la fe.

Diferencia de opiniones

Las crónicas de la época no coinciden en sus opiniones. Por ejemplo, el monje Juan de Bíclaro, también llamado el Biclarense, habla de “rebelión y tiranía”. San Isidoro tiene palabras de elogio para Leovigildo por haber sometido a su hijo, “que tiranizaba el Imperio”; y ambos se duelen de los grandes males que llevó consigo la guerra tanto para los godos como para los hispanorromanos.

El hecho es que Hermenegildo fue hecho prisionero. Lo llevaron primero a Valencia y luego a Tarragona, donde en el año 585 fue ejecutado por negarse a comulgar de manos de un obispo arriano. Sin duda, con su martirio eliminó cualquier posible culpabilidad, y pronto el pueblo comenzó a venerar su memoria. Su culto fue posteriormente confirmado por los Pontífices Romanos, y fue canonizado el 15 de abril de 1585, mil años después de su martirio. Su festividad se celebra el 13 de abril.

Tal vez, el remordimiento, el gesto heroico de la resistencia o el evidente fracaso de su política de unificación llevaron al rey visigodo Leovigildo a un mejor entendimiento en sus últimos días. Según la “Crónica” de Máximo de Zaragoza, Leovigildo habría abrazado el catolicismo antes de morir y recomendado a san Leandro que trabajara por la pronta conversión de su otro hijo y sucesor, Recaredo. Pero ni san Isidoro, ni el Biclarense hablan de ello y la “Vida de los Padres emeritenses” sigue diciendo que murió en el arrianismo.

Recaredo, primer rey católico de España

El reinado de Recaredo fue calificada por las crónicas de la época como un tiempo de paz y de unidad para el pueblo visigodo, pues con su conversión al cristianismo y su nombramiento como rey la monarquía cristiana de Hispania se uniría a las de Francia y otras naciones para abrir la Europa de las nacionalidades que desembocaría en la cristiandad medieval, como sería conocida desde la “era isidoriana”.

Indudablemente los partidarios de la unión del “trono y del altar” que tantos sufrimientos acarrearía a la Iglesia a través de los tiempos, han visto en este tiempo su momento fundacional. Sabemos que la unión no fue plena, lógicamente pues el Estado y la Iglesia tienen sus ámbitos distintos y sus medios completamente diferentes de gobernar.

Por otra parte, la cristianización de España y la unidad religiosa nunca fue completa y menos en aquella época, pues los arrianos reticentes a su conversión comulgaron con los musulmanes que también niegan la divinidad de Jesucristo.

En el 587, Recaredo reunió a los obispos arrianos y les propuso lisa y llanamente la conversión. El hecho fue que bastantes lo hicieron y los demás no fueron desterrados sino despojados del apoyo del estado. De hecho, los escasos medios materiales de los que disponía el rey se entregaron para desarrollar y construir templos católicos en los lugares donde el obispo se negó a convertirse. Esto produjo algunas sublevaciones, que más obedecieron a razones políticas que a causas religiosas.

Consejo de san Isidoro

Cuando el Papa san Gregorio Magno conoció la conversión de Recaredo, como a otros monarcas en casos semejantes, le envió una preciosa carta: “No soy capaz de expresar con palabras cuánto me alegran tu vida y tus obras. Me he enterado del milagro de la conversión de todos los godos de la herejía arriana a la verdadera fe, que se ha realizado por medio de tu excelencia. ¿Quién no alabará a Dios y no te amará por ello? No me canso de contar a mis fieles lo que has hecho y de admirarme con ellos. ¿Qué diré el día del juicio si llego con las manos vacías, cuando tú llevarás una inmensa muchedumbre de fieles tras de ti, convertidos por tu solicitud? No dejo de dar gracias y gloria a Dios, porque me hago partícipe de tu obra, alegrándome por ella”.

El Biclarense traza un paralelo entre el rey de los visigodos, Recaredo, y los emperadores romanos, Constantino y Marciano: como hicieron ellos, no sólo se convierte él, sino que lleva consigo la conversión de los pueblos de su propia estirpe germánica.

El consejo de san Isidoro consistió sobre todo en no forzar las conversiones de los obispos, sacerdotes y el pueblo arriano, bastaba con vivir él su propia fe y esperar que, con la plenitud de la revelación y la felicidad consecuente, fueran muchos otros los que se convirtieran.

Ecología integral

María García-Nieto: “La praxis del gobierno de la Iglesia tiene que comenzar a incluir mujeres”

María García-Nieto es profesora de la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra y subdirectora del Máster en Formación Permanente en Derecho Matrimonial y Procesal Canónico. En esta entrevista destaca la necesidad de comprender bien el significado de una institución jerárquica como la Iglesia y el papel de laicos y laicas en su gobierno.

Maria José Atienza·13 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

En los últimos años, la presencia de mujeres en cargos de responsabilidad dentro de la Iglesia ha pasado a ser algo normal. Si bien, en la estructura de la Santa Sede la presencia de mujeres apenas supera el 23 % en puestos de gobierno, este porcentaje aumenta de manera notable en el ámbito diocesano. Una praxis necesaria para que, dentro de los límites propios de su naturaleza, la Iglesia responda, en sus instituciones y puestos de gobierno, con la realidad de la acción de la mujer en la actualidad. 

En su libro, usted apunta a hechos históricos que han consolidado problemas de autonomía para las mujeres en la Iglesia. ¿Siguen presentes en la Iglesia?

—Bueno, no solo en negativo. En la historia de la Iglesia hubo mujeres -sobre todo en la Edad Media- que gozaron de un enorme poder. Pienso ahora en la Abadesa del monasterio de las Huelgas (Burgos), una figura con potestad cuasiepiscopal. El mismo Papa respaldaba su autonomía frente a los obispos y nuncios. También es verdad que tenemos el ejemplo contrario. 

Actualmente, en el ámbito de la vida contemplativa tenemos el problema de la edad, llevamos tiempo con esto. Hay monasterios con un número muy reducido de monjas y de edad avanzada, que se enfrentan a enormes desafíos por la salud, la soledad, de tipo económico. 

El Papa Francisco ha visto la solución en las confederaciones de los monasterios, en unirlas. Esto, algunos lo han denunciado como una injerencia de la autoridad y otros lo consideran exactamente lo opuesto. Es verdad que para una monja mayor dejar el monasterio en el que desea morir tiene tintes dramáticos. Al mismo tiempo, no se les puede dejar solas… Tal vez sea un problema casi similar al que muchas familias se encuentran con sus mayores. Es fácil opinar, pero no es un asunto que tenga fácil solución. 

El mundo, en los últimos decenios, ha vivido un proceso de cambio en el papel de la mujer y términos como empoderamiento o liberación han pasado a primera plana. ¿Son aplicables en la Iglesia? 

—Se utilizan mucho estos términos: empoderamiento, liberación, emancipación. Pero su significado tiene muchas connotaciones, no todos entendemos lo mismo. Las ideologías, tan propias de nuestro tiempo, han impactado enormemente sobre estas palabras, cambiando o transformando su significado. 

Por otro lado, creo que es notable que las mujeres de hoy tenemos un lugar en la sociedad muy distinto al que tuvieron nuestras abuelas. Para llegar a realizar este cambio fueron muchas las mujeres que tuvieron que trabajar y arriesgar mucho, tenemos que estar agradecidas. Pero, al mismo tiempo, aunque provocar cambios sociales puede requerir, al principio, de cierta fuerza, creo que es un error ver la “liberación de la mujer” en términos de violencia o competencia con el varón. 

El mundo necesita de paz, y esto también en este campo. En concreto, el cristianismo es una religión de paz. Por esto no veo adecuado que algunos grupos generen violencia o desunión en la Iglesia bajo el pretexto de una mayor valorización de las mujeres. Hay que seguir trabajando, sin duda, pero desde la concordia y la paz cristianas. 

¿Cómo respalda el Derecho Canónico no sólo la posibilidad, sino la necesidad de la participación de mujeres en el buen gobierno de la Iglesia?

—En realidad, el Derecho Canónico no dice nada de que sea necesario contar con mujeres en el gobierno. Es más bien la praxis del gobierno la que tiene que comenzar a incluirlas. Para esto es necesario que la autoridad de la Iglesia descubra el gran valor de la aportación de las mujeres en la toma de decisiones. 

En materia jurídica, el límite de la mujer en el gobierno de la Iglesia es el de cualquier laico. ¿Existe aún clericalismo en este ámbito de gobierno eclesial? 

—Hace unos años el Papa Francisco modificó en el Código de Derecho Canónico, el requisito de ser varón para recibir los ministerios laicales de acólito y lector. Con este cambio se puede decir que, en la legislación universal de la Iglesia, no hay diferencias entre un varón y una mujer laicos.

Usted habla de un proceso de profundización en la antropología y un desarrollo de ésta en igualdad y corresponsabilidad ¿Se corre el riesgo de perder esta base en favor de un “derecho a tener derechos” como existe en el plano civil?

—En ocasiones parece que hay personas que priorizan el control sobre las cosas por encima de la justicia y la verdad. Sin embargo, aunque pueda parecer un riesgo, es el único camino. En la sociedad civil occidental el problema no está en la igualdad o en la justicia, sino en la negación de que exista una verdad. Es un asunto que se refleja muy bien en el último documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Dignitas infinita. 

No podemos olvidar que estamos ante una institución jerárquica ¿Hasta qué punto llega la potestad por el sacramento del orden y dónde se abre el campo laical? 

—Es propio de la Iglesia la organización jerárquica, no puede renunciar a ella sin perder su identidad. En ella los sacerdotes son necesarios, pero también lo son los laicos. Y a la vez, el trabajo que realizamos no nos otorga la dignidad sino el que somos hijos de Dios, y esto es el fundamento de la igualdad de todos los fieles. Tendríamos que fomentar más la conciencia de que en la Iglesia no hay fieles de primera o segunda categoría, todos tenemos la misma. Además, la labor del sacerdote necesita de la del laico y viceversa. No estamos ante ámbitos aislados o contrarios, sino complementarios.

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Nostalgia (que inspira)

Nos encariñamos con nuestros peluches porque son nuestra infancia, somos nosotros volviendo a ser niños. Desprendernos de ellos sería como desprendernos de algo que somos nosotros mismos y eso cuesta.

13 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 7 minutos

La abuela, que era una mujer muy ordenada, había guardado todos los juguetes en una habitación anexa del garaje que tenía una cortina roja. Un día, de los tantos que iba a visitarla con los niños, me abrió, como quien me descubre un secreto muy bien guardado, unas cajas llenas de juguetes polvorientos. A pesar de haber pasado más de cuarenta años, esos juguetes estaban dentro de la caja de cartón, inermes, esperando a que un niño pudiera de nuevo inventar historias con ellos. Sólo había que soplar fuerte para que el polvo se desprendiera de ellos y la magia comenzara.

Muchos de estos juguetes estaban ya viejos, obsoletos y pasados de moda pero eran una demostración del valor del juego que ella había inculcado a los hijos. Los niños, como sabemos, no aman a quien les regala juguetes sino a quien juega con ellos. 

¿Quién, si encuentra un peluche olvidado en un banco de un parque o por la acera de una calle, no siente lástima por ese niño que está sintiendo su pérdida en ese preciso momento? Y, ¿quién, si puede, no pone un cartel en un farol con el dibujo del peluche con tal de que el dueño recobre ese ser tan querido?

Recuerdos de infancia

Los peluches en la infancia son una forma tangible de amor y cariño, medicina para el alma. Son un recordatorio constante de personas especiales en nuestra vida. Sentir cariño nos hace sentir bien y éste se manifiesta con gestos, abrazos o palabras. Cuando sientes cariño no te sientes juzgado, ni tienes que disimular ni fingir. El peluche entiende al niño, no le juzga (eso es lo que el niño percibe), al contrario su mirada es dulce. Al fin y al cabo eso es lo que queremos desde niños, cariño. Dios nos da cariño (“El Señor es cariñoso con todas sus criaturas”, dice el salmo).

De mi infancia conservo un recuerdo, una habitación muy pequeña donde había poca luz y un peluche con forma de jirafa que era más alto que yo. Un hermano de mi abuela tenía una tienda de juguetes y, una vez estando allí, me lo regaló. Ese regalo espontáneo y sincero es una hebra que conforma la urdimbre de mi corazón.

No me han regalado muchos más peluches -que yo recuerde con esa intensidad- a excepción de un elefante de tela que me hizo mi madre, el cual tenía por ojo un botón negro. Sigue ese elefante de rayas blancas y azules en una silla en mi cuarto, en la casa de mis padres en el pueblo. Yo volví otra vez a mi infancia, siendo adulta, al comprar peluches de nuevo o recibirlos como regalo para mis hijos. Tener hijos supuso para mí una carga energética vital. He dado a luz tres veces, todas fuera de mi país y bastante sola, pero eso sería el tema de otro artículo.

La primera vez que salí a tomar algo con mi marido después de haber dado a luz en Singapur, volví a casa con un conejo de peluche marrón con un lazo verde. La idea era salir y cambiar de aires (lo que ahora es el tardeo) pero en mi cabeza y corazón estaba el bebé y acabé en una tienda de juguetes donde lo compré. Todavía lo conservamos, han pasado casi dieciocho años. No puedo dar ese conejo a nadie.

Los hijos crecen y nosotros también

Me resisto a dar o abandonar los peluches de mis hijos porque, en torno a los cuarenta y cinco años, me ví inmersa de lleno en tres infancias, las de mis hijos. Y responsable como soy, estaba pendiente de que la tuvieran muy feliz. Para ejercer una influencia benéfica en los niños hay que participar de sus alegrías. Ahora, saliendo de esa etapa, me doy cuenta de que, quien quería recuperar la infancia era yo. Esos peluches son míos, y tal vez, de viejecita, sin mucha memoria, los pueda mirar como un objeto nuevo, que me aportará alegría. Y podría volver a jugar.

En mi casa, cada peluche tiene su nombre y son compañeros reconfortantes, y han sido facilitadores del desarrollo emocional así como han estimulado su creatividad y con ellos hemos creado un vínculo muy especial.

Los hijos se están haciendo mayores, pero los peluches siguen estando ahí y el vínculo también. Yo creo, por ejemplo, que Michele cuando se independice se llevará a Kiko consigo. Cómo podría olvidar o dar a alguien el peluche pato, al cual se le cayó una pierna, y una amiga mía me hizo un apaño con aguja e hilo, me cosió el agujero, pero no me añadió un nuevo miembro, así que ese pato carece simpáticamente de una pata. O ese otro conejo marrón clarito al que mi madre cosió la pata que se había roto pero, sin darse cuenta, la cosió del revés. Es el conejo de la pata al revés.

No puedo dejar de mencionar la foca blanca y el perro blanco y canela que me regaló una amiga para mis hijos, o un precioso ciervo, que te mira con ojos brillantes. En total, no serán más de ocho los peluches que viven en nuestra casa, y puedo contar la historia de cada uno de ellos (quién lo regaló, y en qué momento y por qué) y, como estoy segura de que tienen vida propia por la noche, nos conocen, pues nos observan atentamente y no desean otra cosa que ser acariciados y tocados.

Los niños que fuimos

Nos encariñamos con estos seres de tela porque son nuestra infancia, somos nosotros volviendo a ser niños. Desprendernos de ellos sería como desprendernos de algo que somos nosotros mismos y eso cuesta. El niño que fuimos viaja con nosotros, y si bien es bueno que el mundo nos expulse de la infancia, eso no es óbice para conservar valores que poseemos en la infancia: pureza, capacidad de asombrarnos, curiosidad, imaginación o la forma pura de mirar. 

Conforme mis hijos se van haciendo mayores, mi opción no es la de almacenarlos sino darlos a otros niños. Sin ir más lejos ayer dí dos bicicletas en buen estado, una caja de zapatos llena de cochecitos y un coche que conducía una muñeca. Sin embargo, con los ositos de peluche una mano invisible me para, forman parte de mí, y tienen algo de mí que me resisto a dar, tienen un simbolismo especial, ya que representan la ternura y el cariño que la persona que lo regala siente por la otra. Suaves y agradables al tacto, transmite un sentimiento de comodidad y seguridad. Los lavo frecuentemente, pues quiero que huelan bien.

Los niños se encariñan con las mantas y los peluches porque les brindan una sensación de seguridad, bienestar y comodidad interior. Desde el punto de vista psicológico para los niños los peluches son objetos transaccionales, los utilizamos para expresar cosas que no diríamos de otro modo, ensayamos con ello para la vida. Los usan pues para aprender a relacionarse con el mundo. Con el peluche se crea un vínculo muy especial, se llama cariño. Con el tiempo ese sentimiento se convierte en nostalgia de una época feliz que pasó.

Crecer y curarse

Las enfermeras suelen utilizar animales de peluche como estrategia de atención de la salud para los niños hospitalizados, especialmente para preparar a los que están a punto de someterse a una cirugía u otros procedimientos dolorosos o desagradables. Los osos de peluche motivan a los niños a mejorar. Un niño en el hospital que es capaz de jugar, anuncia el éxito del tratamiento o el retorno a la salud. Cuando los niños juegan, pueden superar sus sentimientos de estar en el hospital, lo que ayuda a reducir la intensidad de los sentimientos negativos sobre sus experiencias. Esto permite a los trabajadores de la salud cultivar el estado mental positivo que los pacientes jóvenes necesitan para curarse.

Para crecer los niños tienen que nutrirse, pero es cariño lo que más necesitan. Cuando un peluche que te ha ayudado a superar una dura enfermedad, difícilmente podrás deshacerte de él. Y me gusta pensar que tampoco el peluche de ti.

«En ningún momento es bueno que te expulsen de la infancia y la muerte de mi madre fue mi expulsión, la primera pérdida de un gran amor. ¿Cuántos tienes en la vida? ¿Dos? ¿Tres? Pues yo ya perdí uno». Descripción cruda de Milena Tusquets sobre la pérdida, sobre las bofetadas que puede darte la vida. La infancia, si ha sido bonita, queda como ese lugar seguro donde nos gustaría instalarnos también de mayores. Ese ser muy feliz sin darte cuenta realmente de que lo eres, sin darle importancia. Es la época en la que tener un peluche te da ánimos y te ayuda a crecer. Llega un día en el que miras a ese peluche y ya no te habla, no porque él haya perdido la voz sino porque has cambiado tú.

Rechazo a crecer

A veces vemos a un peluche sucio, viejo y desordenado en manos de un niño. En esos casos hay una relación tal vez demasiado estrecha. El niño no puede separarse del peluche porque ve en él todo lo que no ha recibido. Aloysius era el peluche  de Sebastian Flyte, personaje de la novela “Retorno a Brideshead” de Evelyn Waugh en 1945. Una novela inglesa que, cuando la leí, tendría unos veinte años y me impactó sobremanera. De todos los personajes que aparecen en la novela, es Sebastian Flyte el que más me cautivó. Un gran oso marrón que no puede soltar, ese apego tan extraño representa el rechazo a crecer. Un hacerse mayor en donde Sebastian vislumbra todas sus carencias para afrontar la vida y a la que no es capaz de enfrentarse. Era un joven que se abría a la vida y sentía mucho control e hipocresía a su alrededor.

Sebastian se mueve en una ambiente aristocrático, lleno de riqueza material pero donde falta empatía y amor. El oso representa su infancia, ese paraíso donde ha sido inconsciente del mal que le circundaba. Y descubre un amigo, siente algo auténtico con Charles. Invita a su amigo a cenar porque su osito de peluche se niega a hablar con él hasta que haya sido perdonado. Su amigo con esas frases lee en su alma lo que el peluche representa para él. 

Lo bonito es ir creciendo, tomando responsabilidades y conservar la infancia en el corazón, sabiendo que esa etapa pasó. Desde ese lugar, se mira el oso de peluche con cariño y nostalgia, que es un sentimiento positivo que ayuda a fortalecer el sentido de identidad, y más inspirados. Un amigo de cierta edad me mandó el otro día la foto de un muñeco de goma que su madre usaba. Me quedé pensativa… este tipo no es tonto, si le ayuda conservar ese objeto será porque la nostalgia, ayuda a vivir.

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Evangelización

Santos Giuseppe Moscati, médico, David Uribe, mexicano, y Julio I, Papa

La liturgia católica celebra el 12 de abril al médico italiano laico san Giuseppe Moscati, a san Julio I, Papa, defensor de la fe, y al sacerdote mexicano mártir san David Uribe, entre otros santos y beatos.  

Francisco Otamendi·12 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Iglesia honra el 12 de abril, en vísperas del Domingo de Ramos, a San Giuseppe Moscati, médico laico italiano, de Nápoles. También a Julio I, Papa, custodio de la fe del Concilio de Nicea y defensor de san Atanasio. Y al mártir mexicano san David Uribe, acusado en falso y luego fusilado en México en 1927. A la joven carmelita descalza santa Teresa de Jesús de los Andes (1900-1920), primera santa chilena, se le celebra el 13 de julio.

José Moscati fue un médico laico que, en Nápoles de finales del XIX y principios del XX, se ocupó de todos los enfermos, en especial los más pobres. Falleció de un ataque al corazón en 1927, y fue canonizado por san Juan Pablo II 60 años después. Atendía gratis a niños o ancianos sin recursos. Además, se mencionan dos episodios de modo especial en su vida. 

El primero es su intensa tarea en la erupción del Vesuvio de 1906. Se dirigió con rapidez a la Torre del Greco, donde el Hospital de los Incurables tenía una sede. Y justo después de poner a salvo al último paciente, la estructura se derrumbó. En 1911 se propagó en Nápoles una epidemia de cólera. Giuseppe estuvo junto a los enfermos sin miedo al contagio. Además, estuvo al frente de las investigaciones que contribuyeron a contener la enfermedad.

San Julio I, defensor de la fe

El Martirologio Romano describe de este modo al Papa Julio I: “En Roma, en el cementerio de Calepodio, en el tercer miliario de la vía Aurelia, sepultura del papa san Julio I, quien, frente a los ataques de los arrianos, custodió valientemente la fe del Concilio de Nicea, defendió a san Atanasio, perseguido y exiliado, y reunió el Concilio de Sárdica. († 352)”.

La agencia vaticana le denomina “campeón de la ortodoxia romana y defensor de la doctrina trinitaria”. “Durante su pontificado, san Julio I luchó contra los arrianos, buscando varias veces un acercamiento con ellos, primero a través del Concilio de Roma y luego de Sardica, pero sin lograrlo. Murió en el 352”.

San David Uribe, sacerdote mártir

San David Uribe nació en México en 1888. Ingresó en el seminario de Chilapa, y se ordenó sacerdote en 1913. Fue secretario del obispo de Tabasco y luego se dedicó a la pastoral parroquial en medio de la persecución desatada contra la Iglesia. Pasó a la clandestinidad, pero fue detenido y acusado en falso. Le ofrecieron la libertad y ser obispo de la iglesia cismática oficial, cosa que rechazó con rotundidad. Le fusilaron el año 1927 en Cuernavaca.

El autorFrancisco Otamendi

FirmasDiego Errázuriz Krämer

Volver a confiar

Desde que llegamos al mundo, confiar es nuestro primer lenguaje. Sin embargo, a lo largo de la vida, aprendemos también a temer, a sospechar. Este artículo nos invita a desandar ese camino y redescubrir el valor de confiar como base imprescindible para reconstruir los vínculos y sanar nuestra vida en sociedad.

12 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Nacemos confiando. Esta disposición de ponernos en las manos de los demás surge de forma natural. Los padres, con el tiempo, tienen la misión de enseñar a sus hijos que no se pueden fiar de todos, que hay riesgos ante los cuales es mejor estar prevenidos. Esa experiencia de la primera infancia, vivida desde la gestación, suele marcar de por vida.

Hoy se habla mucho de la crisis de confianza. Se desconfía del vecino, del político y de las instituciones. Quizás, los pensadores de la sospecha han hecho con nuestra sociedad lo que se cuenta de un padre, que, para darle una enseñanza a su hijo, le pidió que se subiera a una silla y se dejara caer de espaldas, que él le sostendría. La lección fue tan clara como dura; el padre no lo sostuvo y luego del porrazo le dijo: “para que aprendas que no se puede confiar en nadie”

Para volver a confiar tenemos que desvelar ese engaño, que no es verdad que nos convenga vivir desconfiando. Para no convertir esta situación en un círculo vicioso, tenemos que volver a valorar la interdependencia humana.

Reconstruir vínculos es volver a confiar. Hace falta educar la mirada para no ver segundas intenciones donde no las hay, descubrir en el otro a alguien con el que compartimos un mismo camino y bajar las barreras para mostrarnos necesitados de los demás.

La confianza es el oxígeno de la vida en sociedad. Hoy es imperioso trabajar para regenerarla. Junto con comprometernos por ser dignos de confianza, necesitamos bajar las barreras que nos hacen desconfiar. Quizás ya es hora de descubrir que si somos ese niño que recibió esa lección de desconfianza, es posible levantarnos, reconstruir los vínculos, no perpetuar esas situaciones y volver a confiar.

El autorDiego Errázuriz Krämer

Consultor en comunicación.

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Cine

El simbolismo cristiano en la película ganadora del Óscar, “Flow”

La película ganadora del Óscar a mejor película de animación, "Flow", tiene un gran simbolismo cristiano que se analiza en este artículo. Se advierte al lector de que el análisis contiene algún spoiler.

Bryan Lawrence Gonsalves·12 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

“Flow”, de Gints Zilbalodis, no es el tipo de película que exige atención con espectáculo o sonido. No se basa en grandes oleadas orquestales ni en diálogos rápidos para atrapar al público. En su lugar, se mueve como una fábula susurrada, una historia contada con gestos y miradas más que con palabras. Y, sin embargo, perdura, mucho después de que la pantalla se funda en negro, y te deja con la sensación de haber presenciado algo sagrado.

Viendo “Flow” en un teatro lituano junto a mi novia y unos amigos, no pude evitar reflexionar sobre sus temas más profundos. La película, que recientemente recibió el Óscar a la mejor película de animación, ha sido celebrada en los países bálticos como un gran logro artístico. Pero más allá de su maestría técnica, “Flow” late con algo más, una espiritualidad elemental que parece tan antigua como el propio mito.

“Flow” es un viaje elemental: agua, viento, tierra y las criaturas atrapadas entre ellos, arrastradas por fuerzas que no pueden controlar. En el centro hay un gato sin nombre, observador convertido en participante de un mundo que parece desvanecerse bajo la marea.

Sin diálogo ni exposición, “Flow” se basa en el movimiento, las miradas y los lazos tácitos que se forman entre sus personajes. El gato empieza solo, un carroñero andrajoso que navega por un paisaje en el que el peligro llega en forma de olas, estampidas, inundaciones y la silenciosa entropía de un mundo que se desmorona. El peso emocional de la película aumenta gradualmente a medida que el gato va coleccionando compañeros: un labrador, un carpincho, un lémur y, sobre todo, un pájaro secretario blanco cuya presencia sugiere algo más profundo que la mera camaradería.

Belleza meditativa

Al principio, el silencio de “Flow” puede resultar inquietante. No hay personajes humanos ni palabras que guíen la narración. Todo lo que hay son animales, moviéndose, interactuando, sobreviviendo en un mundo que resulta familiar y extraño a la vez. Sin embargo, a medida que se desarrolla la historia, la ausencia de diálogos se convierte en su mayor virtud. Los ladridos, los graznidos y el susurro de las hojas llenan los espacios en los que, de otro modo, vivirían las palabras. Cada sonido parece intencionado, cada movimiento deliberado. Es como si la película te enseñara una nueva forma de escuchar, de ver, de experimentar. Para quienes estén dispuestos a rendirse a su ritmo, “Flow” ofrece una profunda sensación de conexión, no sólo con las criaturas de la pantalla, sino con el mundo natural en su conjunto.

Me dio la impresión de una especie de calidad meditativa. Un recordatorio de la quietud, donde la voz de Dios puede oírse con mayor claridad (Salmo 8). En la quietud de “Flow”, hay lugar para la reflexión, para el asombro, para una profunda apreciación de la obra del Creador. Al ver la belleza natural presente en la película, me hizo pensar al instante en la grandeza de Dios, en cómo hace que todos los elementos del mundo funcionen juntos.

La figura del Mesías: El pájaro como símbolo de Cristo

El arco del pájaro secretario blanco destaca como el símbolo más abiertamente espiritual de la película. Desde su primera aparición, el pájaro actúa como protector, salvando al gato de morir ahogado al atraparlo y soltarlo suavemente sobre el agua y, más tarde, ofreciéndole comida en un acto de caridad. Sin embargo, la bondad tiene un coste. Cuando la propia bandada del pájaro ve su compasión, la rechaza. Sin inmutarse, sigue defendiendo al gato, incluso cuando eso significa enfrentarse a los de su propia especie en una batalla. Lucha por misericordia y pierde. Herido y abandonado, es expulsado por aquellos a los que una vez perteneció. El pájaro secretario es, pues, una figura de sacrificio, castigado por su bondad.

Pero es más que un simple guardián, es un líder, un guía que dirige el barco y pone a prueba la determinación moral de los demás animales. Cuando el grupo encuentra a los perros varados, el carpincho y el labrador se lanzan inmediatamente a salvarlos, pero el pájaro no actúa de inmediato. Observa, espera, como si estuviera evaluando si los demás han aprendido a cuidar de los que están fuera de su círculo inmediato. Sólo cuando todo el grupo muestra su voluntad de ayudar, superando así la prueba, el ave cede el control del timón. Este momento, por sutil que sea, refuerza el papel del pájaro no sólo como protector, sino como maestro. Les orienta hacia la compasión, del mismo modo que Cristo se centró en la compasión y la ayuda a los pecadores de su tiempo (Marcos 2, 17).

Y entonces, en el momento más etéreo de la película, el pájaro asciende, no en muerte, sino en partida. En un espacio donde la gravedad deja de existir brevemente, un portal radiante se abre sobre ellos. El pájaro se eleva hacia la luz, dejando atrás al gato, anclado en tierra. Es una imagen sorprendentemente bíblica, reminiscente de los mitos de la ascensión que se encuentran en todas las culturas, pero particularmente evocadora de la partida de Cristo de la Tierra tras cumplir su propósito.

Virtud y transformación: El viaje de los animales

“Flow” es, en el fondo, una historia de transformación. El viaje no se limita a poner a prueba a los animales físicamente, sino que les obliga a evolucionar de forma que reflejen virtudes profundas y humanas. Cada personaje comienza con un defecto que lo define y, a través de la experiencia, lo supera:

El Gato comienza siendo una criatura solitaria y autosuficiente, reacia a confiar y rápida para huir. Sus instintos de supervivencia, aunque necesarios, lo mantienen aislado. Al final de la película, el gato ha aprendido el valor de la compañía y está dispuesto a arriesgar su propia seguridad para salvar al carpincho. Su último momento de quietud, mirando su reflejo en el agua, no es sólo una pausa, es una toma de conciencia. Ya no está solo.

Al principio, el Lémur es materialista y se aferra a sus pertenencias como si definieran su valía. Pero cuando llega el momento de actuar, se desprende, literal y figuradamente, dando prioridad al grupo sobre sus posesiones. Este cambio, del acaparamiento a la generosidad, es una de las transformaciones más silenciosas pero más humanas de la película.

El Labrador comienza como un seguidor, cómodo con la compañía pero carente de dirección. A lo largo del viaje, aprende la verdadera lealtad, no sólo hacia quienes le benefician, sino hacia quienes le necesitan. Elige a sus verdaderos amigos antes que a la egoísta manada de perros a la que una vez perteneció.

El Ave encarna el sacrificio. Protege, guía y, en última instancia, paga un precio por sus convicciones. Aprende, de la forma más brutal, que defender lo que es correcto a menudo significa estar solo.

El Carpincho es el centro moral. Desde el principio se muestra paciente, amable y dispuesto a ayudar. A diferencia de los demás, no tiene un defecto egoísta que superar, quizá porque toda historia necesita un personaje que represente simplemente la bondad. Pero su presencia no es pasiva, sino que mantiene unido al grupo, recordándoles el compañerismo y la bondad inquebrantable frente a la incertidumbre y el miedo.

El significado de “Flow”

“Flow” no sólo describe la pérdida, sino que te hace sentirla. Presenta un mundo en constante cambio, donde el agua sube y baja, donde las criaturas se unen y se separan. Pero bajo la superficie, trata de algo aún más universal: el proceso de aprendizaje de la empatía, el peso del sacrificio y los lazos que se forman ante la adversidad compartida.

En los momentos finales, cuando las aguas se retiran, el gato se encuentra mirando dentro de un charco, no sólo su propio reflejo, sino los rostros de aquellos que se han convertido en su familia. Es un momento de revelación silenciosa. Rodeado de su nueva familia, siente menos miedo y más curiosidad. Aunque la inminente inundación le depare un destino incierto, el gato ha llegado a aceptarlo, sabiendo que, venga lo que venga, no lo afrontará en soledad. La supervivencia, sugiere “Flow”, no consiste sólo en soportar las dificultades. Se trata de con quién eliges soportarlas.


A continuación, el tráiler de «Flow»:

El autorBryan Lawrence Gonsalves

Fundador de “Catholicism Coffee”

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Evangelización

San Estanislao de Cracovia, y beatas Elena Guerra y Sancha de Portugal

La Iglesia celebra el 11 de abril a san Estanislao, obispo de Cracovia, mártir, que defendió la libertad de la Iglesia y las costumbres cristianas. También a las beatas Elena Guerra, italiana, y Sancha de Portugal, y al beato inglés Jorge Gervase. Santa Gema Galgani murió el 11 de abril de 1903, pero su fiesta principal es el 14 de mayo.  

Francisco Otamendi·11 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La liturgia celebra hoy a san Estanislao de Cracovia, obispo y mártir. También a las beatas Elena Guerra, muy devota del Espíritu Santo, y Sancha de Portugal, que renunció al matrimonio y quiso vivir consagrada. 

Aunque el 11 de abril es la fecha del “dies natalis” (dia del nacimiento al cielo), de la joven italiana Santa Gema Galgani, su fiesta se celebra el 14 de mayo, informan los PP. Pasionistas del Santuario de Santa Gema en Madrid, y la archidiócesis madrileña, por lo que ese día se hablará de ella.

Entre otros santos, la Iglesia celebra hoy al beato inglés Jorge Gervase. Secuestrado por piratas, sirvió luego a la Armada española y se ordenó sacerdote en 1603. Tras ingresar en los benedictinos, admitió que era sacerdote y monje y se negó a prestar juramento al rey Jacobo I. Le ahorcaron en la Torre de Londres.

San Estanislao excomulgó al rey y fue martirizado

San Estanislao (1030-1076, Polonia), enviado por sus padres a estudiar a París y a Lieja, se ordenó sacerdote a su vuelta, y fue colaborador del obispo monseñor Sula. Según las informaciones, hacía penitencia y leía y meditaba las Escrituras en la oración. A su muerte, sucedió al obispo en la diócesis por orden del Papa Alejandro II, aunque no lo deseaba.

El obispo Estanislao reprochó públicamente al rey Boleslao II su vida licenciosa, y el rey prometió al obispo cambiar su conducta. Sin embargo, el rey secuestró a la esposa de un noble, y ante la amenaza de excomunión, el rey le acusó en un tema de compra de terrenos para la diócesis. San Estanislao le excomulgó, y el propio rey mató al obispo. Los fieles recogieron sus restos, porque para ellos ya era santo. Fue canonizado en 1253 por Inocencio IV, señala la web oficial vaticana. 

Tras la confirmación por el Papa de la excomunión, el rey se arrepintió y, de camino a Roma, se recluyó en un monasterio benedictino, donde pasó el final de su vida como hermano laico. La catedral de Wawel, catedral de San Wenceslao y San Estanislao, es un resumen de la historia de Polonia. 

El autorFrancisco Otamendi

Libros

«Legado de gigantes», una obra para conocer la Edad Media

Jaume Aurell reivindica el legado positivo de la Edad Media, desmontando mitos oscurantistas y destacando su riqueza cultural, espiritual y académica.

José Carlos Martín de la Hoz·11 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

El catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Navarra, Jaume Aurell (Barcelona, 1964), acaba de publicar «Legado de gigantes«, un magnífico trabajo acerca del legado de la Edad Media que contrarresta en gran parte la leyenda oscurantista de ciertas corrientes historiográficas que, desde Petrarca hasta nuestros días, han denostado una parte importante de nuestra historia, bajo el terrible baldón del nombre de “la oscura Edad Media”.

Efectivamente, a “hombros de gigantes” (p. 15), como se decía en aquella época, es como caminamos y avizoramos, en cada tiempo de la historia, mirando desde más arriba los pasos y caminos que hemos de tomar para ir adelante, pues cada etapa de la vida de los hombres aporta a la gran tradición de la Iglesia y de la sociedad un conjunto de valores y de aportaciones que contribuyen al desarrollo de la dignidad de la persona humana.

Indudablemente, la primera gran lección que nos ha dejado el medievo ha sido remontar la invasión de los pueblos germánicos, desde el siglo V hasta el siglo XV (Cf. 28), en el que comenzó el Renacimiento y enseguida llegaría el humanismo cristiano de la Escuela de Salamanca que ha perdurado hasta casi nuestros días. 

A hombros de gigantes

En esos diez siglos donde se fundieron el cristianismo, el derecho romano y la filosofía griega; Roma, el Gólgota y Atenas, para dar lugar a una nueva civilización bien distinta al imperio romano, llena de más luces que sombras, aunque lógicamente muy rica en contrastes (Cf. 39).

Nuestro autor irá desarrollando con gran maestría, aunque sea a grandes rasgos, los momentos estelares de la edad Media: el ambiente cosmopolita (Cf. 51), las intensas relaciones fe y razón (Cf. 53) y los claustros y monasterios donde se preservó la fe y la cultura (Cf. 58).

Es indudable que se tardó muchos siglos en erradicar el paganismo y recuperar el nivel de dignidad de la persona humana que desarrollaba san Agustín en su inolvidable “De civitate Dei”, donde explicaba que la caía del Imperio romano se debió a tres motivos: el primero a las debilidades humanas y a la decadencia, el segundo para que quedara claro que la Iglesia no estaba emparentada con un solo modelo de civilización y, finalmente, para provocar que los cristianos con sus conciudadanos construyeran nuevas culturas y nuevas civilizaciones. 

Universidades

Enseguida se detendrá a hablar de los muchos momentos álgidos de la Edad Media, especialmente, del origen de las Universidades; esas corporaciones de estudiantes y profesores unidos en la búsqueda de la verdad siempre nueva y siempre bella. También expondrá brevemente la intersección entre el clero regular y el clero secular, entre teólogos y canonistas, entre filósofos y teólogos, es decir, las Escuelas teológicas y las relaciones entre los diversos saberes.

Las relaciones entre los que buscan la verdad es una enseñanza viva de que la verdad requiere contemplación, estudio y diálogo, pues, como se afirmará siglos después, el corazón tiene razones que la razón no entiende. O más sencillamente: la verdad es poliédrica.

El profesor Aurell comentará varios cuadros y esculturas de diversas épocas y diversos lugares de Europa y lo hará con gran maestría para explicar que la historia del pensamiento se expresa con argumentos, libros y pensamiento oral, pero también a través del arte. 

La amplia exposición del arte románico y del gótico nos ofrecerá el mejor Aurell, es decir, un profesor convertido ya en un maestro de historia y no un profesor mediano que sabe lo que debe explicar para saber.

Catedrales

Precisamente, en el capítulo de “la Europa de las catedrales” (p. 81) la obra se torna más magistral, así como en el desglose del paso de la llamada innovación teológica desde los conventos a las escuelas catedralicias y palatinas. 

Efectivamente, el acceso a la enseñanza de los hijos de los nobles, de la burguesía, de los hijosdalgos, hará que las universidades se vayan extendiendo por toda Europa.  Como la lengua era el latín y los libros debían copiarse a mano, los conocimientos se globalizan y también se copian unos a otros ingenuamente.

La eclosión de la Universidades nos habla de personas dedicadas al mundo del saber y de la enseñanza: “Los héroes fundadores de las Universidades” (p. 72), pero también nos habla de paz, de bienestar, del mercado y de las leyes del mercado, del trabajo honrado y del trasporte de mercancías.

En realidad, para que la búsqueda de la verdad se abra camino hace falta haber recuperado la dignidad de la persona humana y por tanto del concepto de hijos de Dios en la vida espiritual y en el concierto de los pueblos y de las naciones y sobre todo en la apertura de la búsqueda de la verdad en la ciencia y de la “perspectiva en el arte”. Es decir, ir más allá (Cf. 111).

Momentos estelares

La segunda parte del libro, constituye un ensayo dentro del ensayo y viene a recordar los diez momentos estelares del medievo o las líneas de fuerza que deben tomarse para caracterizar un nuevo relato de la edad Media.

El resumen telegráfico sería el siguiente: espíritu contemplativo; la práctica de no ser práctico; la contención; “Nobleza obliga”; la aspiración al heroísmo; la reforma sobre revolución; el aprecio a la tradición; capacidad de sonreír; la permanencia de los clásicos y la cortesía.

En definitiva, con estos valores y la amplia exposición que ha realizado, el profesor Aurell, ha preparado el índice extenso de un nuevo libro que podría consistir en un nuevo relato de la Edad Media.

Legado de gigantes: Un decálogo de valores medievales para nuestro tiempo

Autor: Jaume Aurell
Número de páginas: 304
Editorial: Rosamerón
Idioma: Castellano
FirmasJuan Ignacio Izquierdo Hübner

El niño que domestica serpientes de cascabel

A estas alturas del partido los jóvenes reconocen que el móvil con redes sociales se parece bastante a un veneno. Muchos quisieran usarlos con más libertad, pero el sistema de notificaciones es adictivo.

11 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

“¿Qué regalar al niño por su primera comunión? Un reloj, un libro, no, no, eso ya se le ocurrirá a los demás… ¡Le daré una serpiente de cascabel!”. Después de una semana de pensar, la abuela se sintió satisfecha con su decisión. “Una pequeña víbora puede ser muy útil cuando está bien domesticada —se dijo—. Envía mensajes, entretiene con sus bailes, e incluso ayuda a dormir cuando hace el movimiento del ocho. Por algo todo el mundo ha adquirido una… Lo único es que a veces muerde un poco, y es venenosa, pero bueno, todo tiene su lado bueno y su lado malo, ¿verdad?”.

El niño sale de la iglesia, feliz por recibir tanta atención por parte de su familia. Llegan a la casa para celebrar y entonces aparecen los regalos. Un libro, un reloj, otro reloj, un cortaplumas. Él acepta con sus pequeñas manos y sonríe. La abuela está esperando su turno para entrar, busca un golpe de efecto.

Al fin, se abre paso entre los invitados y extrae de la cartera una preciosa serpiente de cascabel con una cintita roja atada al cuello. “Toma, cariño —dice, estirando la criatura, que empieza a enroscarse entre sus brazos—. Se llama Panchita, la puedes guardar en el bolsillo. Pero edúcala, ¿eh? No vaya a ser que te clave sus colmillos, inyecte su veneno y termines muerto en algún pasillo”.

Al niño le brillaron los ojos. No veía la serpiente, sino un smartphone. Así que dejó a los invitados clavados en la sala de estar, se fue a su habitación, le puso pestillo a la puerta por primera vez y creó una cuenta en Instagram. Luego otra en Tik Tok. Así, sin darse cuenta, se le fue el día. Lo mismo ocurrió el día siguiente. Y el siguiente…

Quienes forman parte de los 96,7 millones de personas que han visto la serie Adolescencia (Netflix, 2025) estarán de acuerdo en que no exagero.

El uso de pantallas entre los menores de edad es una pesadilla, pero ellos las reciben de todos modos porque, “whatever”, “todos tienen móvil”. Muchos colegios están tomando cartas en el asunto, pero es difícil avanzar, porque cuesta conseguir acuerdos entre las familias.

Gracias al libro de Jonathan Haidt, Generación ansiosa (Deusto, 2024), muchas instituciones educativas en todo el mundo han encontrado por fin el fundamento científico que necesitaban para atreverse a prohibir el uso de móviles dentro de la jornada escolar.

Para quienes lo han implementado ha sido un respiro. “Ahora juegan en los patios”, me dijo un profesor el otro día. “Cuando tenían teléfonos en los bolsillos, claro, nada podía competir contra eso. Ahora por lo menos me escuchan”, comentaba otro.

Ahora bien, una vez despejado el problema en las mañanas, quedan pendientes las tardes y los fines de semana, los cuales con frecuencia son robados por las pantallas. Por eso, el siguiente paso es postergar la entrega de los móviles.

Haidt demuestra que hacerlo antes de los 15 es una imprudencia grave. A partir de ahí empieza el debate y se mide la calidad de la formación que entregan unas familias versus otras. Unos prefieren quedarse con esa edad, otros prefieren retrasar la entrega hasta los 18. En esta segunda posición está, por ejemplo, el médico español Miguel Ángel Martínez, con su libro Salmones, hormonas y pantallas (Planeta, 2023). Y, modestamente, también yo.

A estas alturas del partido los jóvenes reconocen que el móvil con redes sociales se parece bastante a un veneno. Muchos quisieran usarlos con más libertad, pero el sistema de notificaciones es adictivo. La serpiente sonríe al principio, pero luego muestra sus colmillos. Lo mismo ocurre con los celulares: una vez que caen en manos del adolescente, pronto intentan devorar al dueño.

Los muchachos pierden el tiempo, bajan las notas, se deterioran las relaciones con sus padres y hermanos, fragmentan la atención, incurren en enfermedades mentales (en Reino Unido, un tercio de los jóvenes de 18 a 24 años experimentan síntomas de depresión, ansiedad o trastorno bipolar), sufren en su autoestima, duermen menos, son testigos del ciberacoso, se olvidan de Dios.

Los padres, por su parte, no han recibido un entrenamiento especial para sanar mordeduras de serpiente y cada día entienden menos a sus hijos.

En medio de toda esta confusión, hay familias que consiguen abrir un paraguas. “Si llueve, que por lo menos no nos mojemos nosotros”, dicen. Ellos luchan con uñas y dientes para preservar algunas tradiciones: comer todos juntos, tener conversaciones padre-hijo o rezar en familia. En paralelo, buscan trucos para evitar la competencia desleal: retrasan la entrega del móvil hasta los 18, o regalan uno a los 15, pero que es de los antiguos, es decir, no apto para redes sociales.

También he visto a algunos padres ingeniosos que consiguen un ladrillo sin redes sociales, pero con WhatsApp.

El esfuerzo de ir contracorriente les supone entrar en largas discusiones, es cierto, pero saben que el conflicto es muy inferior al que tendrían si sus hijos guardaran un IPhone-serpiente-de-cascabel en el bolsillo desde el día de la primera comunión.

El autorJuan Ignacio Izquierdo Hübner

Vaticano

La pareja real británica se reúne con el Papa en el Vaticano

La imagen facilitada por el Vaticano muestra al Papa sin las cánulas nasales para respirar que ha mostrado en sus últimas apariciones públicas.

OSV / Omnes·10 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Por Cindy Wooden, (CNS/Omnes).

A pesar de que pospusieron su visita oficial de estado al Vaticano debido a la salud del Papa Francisco, el rey Carlos y la reina Camilla se reunieron en privado con el Papa el 9 de abril, dijo la oficina de prensa del Vaticano.

El Papa felicitó a la pareja real en el 20 aniversario de su boda y “correspondió a los deseos de Su Majestad para una pronta recuperación de su salud”, dijo la oficina de prensa.

El rey Carlos fue hospitalizado brevemente el 27 de marzo por lo que se describió como “efectos secundarios temporales” de su tratamiento contra el cáncer. El Papa Francisco ha estado convaleciente en el Vaticano desde que fue dado de alta del hospital el 23 de marzo después de más de cinco semanas de tratamiento hospitalario por dificultades respiratorias, neumonía doble y una infección polimicrobiana en sus vías respiratorias.

Cambio de planes

La oficina de prensa del Vaticano había dicho el 8 de abril que el Papa estaba empezando a recibir algunas visitas en lugar de pasar sus días sólo con sus secretarios personales y el personal médico que le atiende.

El breve encuentro de los reyes con el Papa el 9 de abril fue muy diferente del programa completo que se había previsto para su visita de Estado.

Además de una audiencia con el Papa, habrían asistido a “un servicio en la Capilla Sixtina, centrado en el tema del ‘cuidado de la creación’, reflejando el compromiso de larga data del Papa Francisco y de su majestad con la naturaleza”, según el itinerario publicado originalmente por el Palacio de Buckingham.

Miembros del coro de la capilla real del rey y del coro de la capilla de San Jorge de Windsor iban a cantar en el servicio con el coro de la Capilla Sixtina.

Cuando aún era príncipe de Gales, el rey se reunió con el Papa Francisco en 2019, cuando acudió al Vaticano para la canonización de san Juan Enrique Newman. Su última audiencia privada con el Papa Francisco fue en 2017.

La visita de Estado de los reyes había sido planeada para coincidir con el año santo 2025, “un año de reconciliación, oración y caminar juntos como ‘Peregrinos de la Esperanza’, que es el tema del Jubileo”, dijo el Palacio de Buckingham.

El autorOSV / Omnes

Evangelización

Los primeros beatos colombianos, el polaco Zukowski, y Magdalena Canossa

La Iglesia celebra el 10 de abril a los primeros beatos colombianos, siete mártires en la persecución religiosa de la guerra española. También al franciscano polaco Bonifacio Zukowski, uno de los mártires de la II guerra mundial beatificados por san Juan Pablo II. Además, la santa italiana Magdalena Canossa.  

Francisco Otamendi·10 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La liturgia celebra este día a numerosos santos y beatos. Entre ellos están los primeros santos colombianos, siete religiosos hermanos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, asesinados durante la guerra española en 1936. Formaban parte de la comunidad de Ciempozuelos (Madrid). Luego llegaría la santa colombiana Madre Laura Montoya, que luchó por los derechos de las comunidades indígenas, canonizada por el Papa Francisco en 2013.

Los religiosos colombianos pertenecían a familias  campesinas católicas de varias regiones de Colombia. Entraron en la Orden Hospitalaria con la intención de dedicarse al servicio de los enfermos y les enviaron a España para ahondar sus estudios y su formación religiosa. Cuando estalló la guerra, los jóvenes formaban parte de la comunidad de Ciempozuelos en Madrid. Fueron beatificados por san Juan Pablo II en octubre de 1992.

Piotr Zukowski y santa Magdalena

El beato Piotr Zukowski (Bonifacio al profesar como religioso franciscano), nació en Baran-Rapa (Lituania) el 13 de enero de 1913 en el seno de una familia polaca. Tuvo como superior a San Maximiliano Kolbe, fue encarcelado en Varsovia y murió en Auschwitz en 1942. Es uno de los 108 mártires de la II Guerra Mundial (1940-43) beatificados por el Papa Wojtyla en 1999 en Varsovia (Polonia).

Santa Magdalena Canossa nació en Verona de una familia aristocrática en 1774, pero pronto quedó huérfana de padre y fue abandonada por su madre. A los 17 años acudió al Carmelo de Trento y después estuvo en el de Cornegliano. En Venecia entró en la Fraternidad Hospitalaria y se consagró a la educación de las niñas abandonadas, Fundó un doble Instituto, Hijos e Hijas de la Caridad. Aconsejaba, en vez de un rigor excesivo, el abandono a la voluntad de Dios.

El autorFrancisco Otamendi

Cine

Vanessa Benavente: “Yo quiero ser una madre como María”

Vanessa Benavente es la actriz que interpreta a la Virgen María en "The Chosen", la serie de éxito que estrena su quinta temporada en los cines de España el 10 de abril. En esta entrevista con Omnes, Vanessa habla de lo que ha aprendido interpretando a la Madre de Jesús.

Paloma López Campos·10 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El 10 de abril se estrena en los cines de España la quinta temporada de “The Chosen”, la serie de éxito sobre la vida de Jesús y sus seguidores. Pocas horas antes de la premier en Madrid, Omnes tuvo la oportunidad de conversar con Vanessa Benavente, la actriz que interpreta a la Virgen María.

Vanessa Benavente nació en Perú pero ahora vive en Estados Unidos con su familia. Lleva años en la industria cinematográfica, lo cual le permite afirmar que “como actor, si estás dispuesto a escuchar, todos los papeles tienen algo que enseñarte”. Sin embargo, interpretar a la Madre de Jesús es distinto.

“María me parece muy inspiradora”, dice Vanessa. Ve en ella “una persona con una fuerza maravillosa, determinada, llena de amor, falta de juicio y que personifica esa idea de que todos merecemos amor”.

La actriz afirma que no puede evitar aprender de su personaje y lo que observa “me lo llevo hacia mí, hacia mi casa”. Vanessa tiene dos hijas e, inspirándose en María, busca transmitir a sus hijas algo esencial: “Ellas se pueden equivocar quinientas veces, nosotros, como sus padres, vamos a seguir amándolas. Pero no las amamos porque hagan las cosas bien, sino por ser ellas”.

La Madre de Jesús representa esto a la perfección y Benavente resalta en concreto: “una escena en la que María Magdalena vuelve al campamento después de recaer en ‘sus andares del pasado’. María Madre agarra su pañuelo y se lo pone como si le devolviera su dignidad, para señalar que es aceptada otra vez y que puede seguir adelante”.

Con todas estas razones, Vanessa Benavente afirma: “Yo quiero ser una madre como María, que crea lugares seguros donde los demás pueden volver a levantarse”.

Recursos

Eucaristía: la celebración del cielo en la tierra

Celebrar la santísima Eucaristía y el Espíritu Santo, es celebrar la Santísima Trinidad Beatísima y celebrar también a los santos y al camino de salvación abierto por la santísima Virgen.

Santiago Zapata Giraldo·10 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Celebramos el mes de abril dedicado en muchos países a la Santísima Eucaristía, donde esta presente el señor Jesús en su cuerpo, alma, sangre y divinidad, el que reina por los siglos con el Padre está presente en el pan.

Decía san Josemaría Escrivá: “Ahí lo tienes: es Rey de Reyes y Señor de Señores. —Está escondido en el Pan. Se humilló hasta esos extremos por amor a ti.” (Camino,538)

La eucaristía se hace presente por medio de las manos del sacerdote, esas mismas manos que logran traer a este tiempo al Señor y que se vuelve a poner para repartirse en un trozo de pan ¡tanta belleza en un trozo de pan! Este mes está dedicado especialmente a una vida interior que busque al Señor, no dejar pasar de largo que el centro del corazón, el centro de toda vida interior está en el sagrario.

En el Catecismo de la Iglesia católica nos enseña la eucaristía es el memorial de la pascua de Cristo, es decir, de la obra de la salvación realizada por la vida, la muerte y la resurrección del Salvador, obra que se hace presente por la acción litúrgica. (CIC 1409).

Es volver a vivir la Pascua, es volver a ir a ver el sepulcro vacío, es ver otra vez como Jesús sube al calvario, donde estamos como san Juan, viendo como el señor se entrega.

Visitar al Señor es una responsabilidad de todos, todos los días, cada día como nos alimentamos, debemos de dar gracias, seríamos ingratos al no ir, mostrando una debilidad que es propia de nosotros, de encontrarnos cada día con Él.

Pero, este mes también celebramos al Espíritu Santo, el santificador, esa santificación de la vida que tiene que buscar todo bautizado, “el gran desconocido” tal como lo dice san Josemaría (Camino, 57), el que está en nuestro interior y nos hace santos, nosotros templos del Espíritu Santo, un templo manchado, hecho polvo, pero que ese soplo del Espíritu limpia y hace un templo nuevo.

Celebrar la santísima Eucaristía y el Espíritu Santo, es celebrar la Santísima Trinidad Beatísima, celebrar también a los santos, que tenían por centro el santo sacrificio, que su vida interior lograban escuchar al espíritu que los guío y los santificó en cada una de las partes de su vida, sea con problemas o alegrías.

También es celebrar a la Iglesia, ese cuerpo de Cristo, que busca ver al Señor al final de su peregrinación por el mundo.

Es celebrar la vida eterna, que disfrutamos un poco en cada misa, es ver y contemplar lo que queremos ver eternamente en el cielo, donde se cumplirá todo lo que anhelamos los cristianos, ver al Señor tal cual es, este mes también es recordar todos los sacramentos de la Iglesia, donde se hace presente Dios, donde esa Trinidad se envuelve en nuestra vida pecadora y nos encamina al bien.

Es también, celebrar a aquella que llevó a Dios en su vientre, ¡bendito SÍ! Bendita afirmación que dio paso a la redención, es verla a Ella como Hija de Dios padre, Madre de Dios Hijo y Esposa y templo del Espíritu Santo

El autorSantiago Zapata Giraldo

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Evangelio

Total disponibilidad de Cristo. Domingo de Ramos (C)

Joseph Evans nos comenta las lecturas del domingo de Ramos (C) correspondiente al día 13 de abril de 2025.

Joseph Evans·10 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Una de las cosas más sorprendentes de las lecturas de hoy es su carácter físico. Con el Domingo de Ramos entramos en la Semana Santa en la que Cristo, a través de su propia santidad, convertirá la falta de santidad de sus asesinos en el medio por el que nos salva de nuestros pecados. Y la Semana Santa nos presenta tanto el sufrimiento corporal como la resurrección corporal de Cristo. El cuerpo importa y creemos en la resurrección de nuestro propio cuerpo al final de los tiempos.

El breve evangelio que presenta la entrada de Nuestro Señor en Jerusalén nos cuenta un hecho curioso: el pollino que le servirá de trono al entrar en la ciudad es uno “que nadie ha montado nunca”. Estaba destinado a Jesús y sólo a él, casi “virginal” en este aspecto, como el vientre de María (Lc 1, 27). Habrá que desatarlo, se extenderán ante él mantos y ramas de palma en el camino… todo detalles físicos. En el texto de Isaías que predice la Pasión de Cristo, se nos dice: “Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no escondí el rostro ante ultrajes y salivazos”. Y el largo relato evangélico del sufrimiento y la muerte de Cristo, este año de san Lucas, nos ofrece todo tipo de detalles físicos: el corte y posterior curación de la oreja del siervo del sumo sacerdote; el hecho de que los que arrestan a Jesús lleven “espadas y palos”; la burla de vestir a Cristo con ropas espléndidas; la división de sus ropas por los soldados; por supuesto, la crucifixión; la envoltura del cuerpo de Jesús en un sudario de lino; la colocación de su cuerpo en una tumba “donde nadie había sido puesto todavía” (también “virginal” en cierto sentido); la preparación de especias y ungüentos…

El Evangelio subraya la total disponibilidad de Cristo para nosotros. De niño lo acostaron en un pesebre (Lc 2, 7); Jesús es sentado en el asno, y luego depositado en un sepulcro… Jesús se pone a nuestra disposición en toda su fisicalidad, verdaderamente alma y cuerpo. Nacido de un vientre virgen, sentado a lomos de un asno “virginal”, depositado en un sepulcro “virginal”… El todo puro, sin pecado, entra en la inmundicia, en la pocilga de nuestra pecaminosidad (Lc 15, 15-16), incluso corporalmente. En la Semana Santa vemos a Jesús vivir realmente estas palabras de san Pablo: “Al que no conocía el pecado, [Dios] lo hizo pecado en favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él (2 Co 5, 21).

Vaticano

El Vaticano informa sobre avances en la detección de actividades financieras sospechosas

El 9 de abril se ha publicado el informe anual 2024 de la Autoridad de Supervisión e Información Financiera.

OSV / Omnes·9 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Por Cindy Wooden, OSV

El banco del Vaticano y otras oficinas del Vaticano con transacciones financieras se están volviendo más hábiles para identificar y detener actividades financieras sospechosas, según la Autoridad de Supervisión e Información Financiera del Vaticano.

Si bien el mandato principal de la autoridad es prevenir y combatir el lavado de dinero y la financiación del terrorismo, su informe anual de 2024 señaló que también se habían logrado avances en su capacidad «para identificar, con el propósito de su posterior recuperación, la ruta del dinero obtenido ilícitamente».

Informe de actividades financieras

El 9 de abril se ha publicado el informe anual 2024 de la Autoridad de Supervisión e Información Financiera. La oficina fue establecida por el Papa Benedicto XVI en 2010 como parte de acciones más amplias del Vaticano para prevenir actividades ilegales en las transacciones monetarias y financieras y para cumplir con los estándares internacionales en la lucha contra los delitos financieros.

El Instituto para las Obras de la Religión, nombre formal de lo que comúnmente se llama el banco del Vaticano, y otras oficinas del Vaticano presentaron solo 79 informes de actividades sospechosas ante la autoridad en 2024, en comparación con 123 en 2023, según el informe.

Tras la investigación, sólo 11 de esos informes fueron remitidos a la Fiscalía del Estado de la Ciudad del Vaticano, lo que demuestra «la mejorada capacidad del sistema para interceptar casos caracterizados por elementos que sugieren concretamente algunas actividades ilegales», afirma el informe.

Señales de irregularidad

El informe enumera cinco «indicadores de anomalía» que se encuentran con mayor frecuencia en los informes de actividades sospechosas: transacciones en efectivo; transacciones inconsistentes con el estado del cliente o transacciones pasadas; operaciones ilógicas o innecesariamente complejas; informes de prensa negativos sobre el cliente; y una conexión con «jurisdicciones riesgosas».

Debido a actividades sospechosas, señala el informe, se suspendieron tres transacciones de transferencia, por un total de poco más de 1,05 millones de euros (1,17 millones de dólares), y se congelaron dos cuentas en el banco del Vaticano, con poco más de 2,11 millones de euros (2,34 millones de dólares).

El informe también destacó una cooperación más estrecha con el Servicio de Impuestos Internos de Estados Unidos y oficinas gubernamentales similares en otros países porque «la Santa Sede está firmemente comprometida a garantizar la cooperación internacional y el intercambio de información con el fin de prevenir la evasión fiscal y facilitar el cumplimiento de los requisitos fiscales por parte de ciudadanos y entidades legales extranjeras» que tienen una relación con el banco del Vaticano.

El autorOSV / Omnes

Evangelización

Santa Casilda de Toledo, hija del emir, se convirtió en Burgos

La liturgia celebra el 9 de abril a santa Casilda de Toledo, hija del emir, posiblemente Almamún. Llevaba alimentos y medicinas a los cristianos en las prisiones, y se convirtió al cristianismo en Burgos. Mujeres con esterilidad y dolencias ginecológicas rezan a santa Casilda.  

Francisco Otamendi·9 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La Iglesia celebra este día a santa Casilda, hija del emir de Toledo. Practicaba la caridad, y llevaba alimentos a los prisioneros cristianos. Más adelante, tuvo una grave dolencia. Le hablaron del poder curativo de las aguas de san Vicente, cerca de Briviesca, en Burgos. Allí se bañó y curó.

Santa Casilda se convirtió entonces al cristianismo, pidió el Bautismo, recibió la Eucaristía, decidió ser virgen y pasar su vida retirada, en oración y penitencia, en torno a una ermita que construyó.

El Martirologio Romano señala “en el lugar llamado San Vicente, cerca de Briviesca, en la región de Castilla, en España, santa Casilda, virgen, que, nacida en la religión mahometana, ayudó con misericordia a los cristianos detenidos en la cárcel y después, ya cristiana, vivió como eremita († 1075)”.

Ante el emir: ¡son rosas!

Viviendo en Toledo, se cuenta que su padre intentó sorprenderla cuando acudía a una cárcel llevando alimentos a los presos cristianos. Santa Casilda parecía llevar algo escondido (era comida para los presos). El emir preguntó qué era eso, pues estaba prohibido. Ella respondió: ¡Son rosas! El emir pidió verlas, y ella dejó caer un puñado de ¡rosas!

Entre otros santos del 9 de abril se encuentran el beato Tomás de Tolentino, mártir en la India con tres compañeros, y la brasileña beata Lindalva Justo de Oliveira, de las Hijas de la Caridad de san Vicente de Paúl. San Demetrio de Tesalónica, Acacio, Edesio, Hugo de Ruán, arzobispo, y obispo de París y de Bayeux, y Máximo, obispo de Alejandría. Santa Valdetrudis, casada y con cuatro hijos, con padres y hermanos santos, y la religiosa polaca Celestina Faron, muerta en Auschwitz en 1944.

El autorFrancisco Otamendi

Cultura

Salvador Dalí, buscador de Dios

Por muy conocido que fuera el principal representante del surrealismo, poca gente conoce la fe católica del pintor español.

Die Tagespost·9 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Stefan Gross-Lobkowicz.

“L’État, c’est moi” (“Yo soy el Estado”) era el lema del Rey Sol francés Luis XIV, quien se celebraba a sí mismo como un gobernante monárquico-absolutista. El artista polifacético español Salvador Dalí (1904-1989) no tenía menos confianza en sí mismo.

De Marx y Freud a Jesús

Salvator – el salvador, así se veía a sí mismo el excéntrico paranoico, porque “como su nombre indica, estoy destinado nada menos que a salvar la pintura del vacío del arte moderno”. Estrella mediática, altamente pagado, obra de arte viviente con dos museos en vida, casi nadie había cultivado la autodramatización tanto como el hombre del bigote retorcido y el bastón, que afirmaba ser el surrealismo mismo. La obra de arte total, las vanidades, la superficie, todo eso también es Dalí, pero sólo la mitad; la otra mitad estuvo formada por el buscador de Dios y teólogo.

Políticamente, en un principio se inclinó hacia el marxismo, el ateísmo y el nacionalismo, para luego convertirse en él mismo. Se inspiró en el psicoanálisis de Sigmund Freud y se convirtió en un cronista pictórico del inconsciente, representando las profundidades del alma, la estructura impulsiva de Eros y Tánatos. Él deliberadamente contrastó sus mundos de sueños con la fragmentación del mundo. Motivos embriagadores, relojes derretidos, elefantes voladores, jirafas en llamas, el mundo de lo surrealista celebró con él su triunfo, pero él ya lo había superado.

Arte de inspiración bíblica

A partir de 1963, con su ciclo “Biblia Sacra”, contrapuso lo surrealista a un mundo vivo y religioso procedente del espíritu de la Biblia. Esta visión de las profundidades de la humanidad y de las alturas de Dios fue provocada, en parte, por sus dolorosos recuerdos de la Segunda Guerra Mundial y el lanzamiento de la bomba atómica. Estos tiempos de absurdo lo habían cambiado, lo habían interiorizado y le habían permitido construir un puente hacia la fe cristiana. Ahora veía su visión del mundo mediada por el Crucificado. Si Dios no mirara a Cristo, no podría soportar el mundo.

El antiguo excéntrico se había convertido al catolicismo, fascinado por las imágenes del Renacimiento italiano: Rafael, Velázquez e Ingres. Ahora quería abrir los ojos de la gente a la fe. Sus pinturas se convierten en testimonios vivos de su religiosidad, fuentes de inspiración que abordan la vida y el sufrimiento, la crucifixión y la resurrección de tal manera que transmiten esperanza y transforman la muerte como detención en movimiento.

Encontrando el cielo con Dios

Dalí quiere explorar el mundo y siempre regresará a Dios. “Todo este tiempo he estado buscando el cielo a través de la densidad de la carne confusa de mi vida: ¡el cielo!”. Escribió en el epílogo de su autobiografía de 1941: «¿Y qué es? ¿Dónde está? El cielo no está ni arriba ni abajo, ni a la derecha ni a la izquierda; ¡el cielo está precisamente en el corazón del creyente! FIN.»

Para el catalán, «no existe ningún método fiable para alcanzar la inmortalidad que no sea una gracia de Dios, la fe». Llegar al fondo de la vida, crear cercanía con Dios –mediada a través del arte–, conectar el cielo con la tierra y dar este mensaje a la humanidad se convirtió en el credo de una persona convencida de que el Evangelio no estaba sólo allí para la gente, sino que también servía como fuente de fortaleza para perseguir el mensaje de Jesús. Mientras Dios permanece constante, el hombre no.

Dalí, que aún no ha encontrado el cielo “hasta este momento”, confiesa: “Moriré sin el cielo”. Pero él siempre lo buscó, y este sigue siendo su legado para nosotros hoy.


Esta es una traducción de un artículo que apareció por primera vez en el sitio web Die-Tagespost. Para ver el artículo original en alemán, consulte aquí. Se vuelve a publicar en Omnes con permiso.

El autorDie Tagespost

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No escondamos la Cruz a los niños

Lo que Cristo conquistó para nosotros en la Cruz es el Cielo. Si de los más pequeños es el Reino de Dios, no les escondamos al Crucificado, que es más suyo que nuestro.

9 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

El otro día estuve hablando con algunas personas de una de las películas españolas más típicas de Semana Santa: «Marcelino, pan y vino», la historia de un niño abandonado por su madre y acogido por unos frailes franciscanos. Un día, cuando el pequeño se acerca a la imagen del Crucificado que hay en el convento, este cobra vida y empieza a hablar a Marcelino.

El mensaje central de la película queda perfectamente resumido en la frase que pronuncia Cristo en Marcos, 10, 14: “Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el Reino de Dios”.

Sería absurdo pensar que Jesús, después de decir estas palabras, quisiera alejar a los niños del misterio de su Pasión. En la película clásica se deja ver que el Señor no oculta su muerte a Marcelino, al contrario, se muestra ante él clavado en la Cruz, un Cristo sufriente que habla e interpela al pequeño.

El misterio del dolor

Difícil es para los niños entender el dolor, es terriblemente complicado explicarles la muerte de un familiar. ¿Cómo hacerles entender entonces la muerte de todo un Dios?

Parece imposible que un niño pueda entender que ese mismo Jesús, de quien decimos que iba por los pueblos curando a las personas, echando demonios y resucitando muertos, es el mismo que luego clavan en un madero y muere impotente. Sin embargo, estoy convencida de que los niños entienden la Pasión mucho mejor que nosotros.

Para los adultos, el dolor de la Cruz es un sinsentido, pero los niños son mucho más sencillos. Para ellos tiene todo el sentido del mundo que nadie reconozca a Superman cuando se pone gafas y dice que es un periodista, a pesar de que esa cara de Henry Cavill nosotros la reconoceríamos hasta en Mercadona. Para los niños es perfectamente posible que una pelota de goma desaparezca en tu mano y que los juguetes cobren vida por la noche.

La sabiduría de los niños

Los más pequeños creen todo esto porque piensan que quien lo hace es capaz de ello. Cristo, que podía resucitar a otros, curar a los enfermos y calmar las tormentas, puede morir en la Cruz, sencillamente porque es capaz.

En nuestras manos queda explicarles que no sólo muere porque puede, sino porque quiere. Que lo hace por ellos, por ti y por mí. La Cruz tiene un sentido, no es un absurdo, un capricho de Dios. Todo aquel que contempla el Vía Crucis puede ver que este es un camino de amor. Los niños, que se complican mucho menos que nosotros (y precisamente por eso son mucho más sabios), pueden entender la Pasión de una manera que nosotros, con nuestras gafas de adultos, no podemos ver.

“Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el Reino de Dios”. Lo que Cristo conquistó para nosotros en la Cruz es exactamente eso, el Reino de los Cielos. Si de los más pequeños es el Cielo, no les escondamos al Crucificado, que es más suyo que nuestro.

Tal vez, este año sea el momento de mirar la Cruz con los ojos de Marcelino, quitándonos las gafas que nos hacen miopes. Dejemos que los niños suban también al Calvario, que nos acompañen. Evitemos el sobreproteccionismo de padres que, con buena intención, olvidamos que Jesús también les llama a ellos, porque el Reino de Dios es suyo. Así tal vez descubramos lo más bello de la Pasión, ese misterio que solo se descubre con la mirada de los pequeños.

El autorPaloma López Campos

Redactora jefe de Omnes

Evangelización

San Dionisio de Corinto, santa Julia Billiart y mártires de Antioquía

La Iglesia celebra el 8 de abril al obispo de finales del siglo II san Dionisio de Corinto (Grecia), persona de gran celo apostólico. También a la francesa santa Julia Billiart, al profeta san Acabo, y a cuatro mártires de Antioquía (Siria entonces, ahora Turquía), entre otros santos y beatos.  

Francisco Otamendi·8 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La liturgia contempla este martes día 8 la celebración de san Dionisio de Corinto, que ejerció un hondo apostolado, también epistolar, en el siglo II; la religiosa santa Julia Billiart, perseguida en la Revolución francesa por hospedar a sacerdotes católicos; san Acabo y cuatro santos mártires de Antioquía; o el beato polaco Augusto Czartoryski, que renunció a ser príncipe para ingresar en los salesianos.

El obispo de Corinto, san Dionisio, pertenece a las primeras generaciones de cristianos. San Pablo había fundado la comunidad cristiana de Corinto en el año 50, vivió en la ciudad del istmo durante año y medio, y les escribió al menos dos de sus cartas, incluidas en el Nuevo Testamento. 

San Dionisio imitó en este apostolado epistolar a san Pablo y escribió, según el historiador Eusebio de Cesarea, siete cartas a las iglesias de Lacedemonia, Atenas, Cnosos, Nicomedia, Gortina, Amastris y Roma. En la última, durante el pontificado del Papa Sotero, elogia la caridad de los romanos con los pobres y muestra su veneración a los Vicarios de Cristo. El santo trabajó en los errores filosóficos del paganismo, origen de herejías, defendió la fe y murió el año 180.

Santa Julia Billiart, perseguida

Nacida en Cuvilly (Francia) el año 1751, una enfermedad dejó paralítica de ambas piernas a santa Julia Billiart. Una enfermedad de la que curó milagrosamente cumplidos los 50 años, según el Directorio Franciscano. Fue mujer piadosa. Perseguida durante la Revolución Francesa por hospedar a sacerdotes católicos, tuvo que exiliarse. Empezó a llevar vida en común con algunas compañeras y de ahí nació la Congregación de Hermanas de Nuestra Señora de Namur para la educación cristiana de las jóvenes. Falleció en 1816, y fue canonizada por san Pablo VI.

Otros santos del 8 de abril son los mártires de Antioquía Timoteo, Diógenes, Macario y Máximo. San Acabo, profeta citado en los Hechos de los Apóstoles: “Por aquellos días bajaron unos profetas de Jerusalén a Antioquía. Uno de ellos, llamado Acabo, movido por el Espíritu, se levantó y profetizó…” (Hch. 11, 27-28). Y también los beatos españoles Julián de San Agustín, natural de Medinaceli (Soria), que abrazó la vida franciscana, y Domingo del Santísimo Sacramento Iturralde (Dima, Vizcaya), que en 1918 profesó en la Orden de la Santísima Trinidad.

El autorFrancisco Otamendi

Familia

La adopción como alternativa al aborto

En un mundo en el que los embarazos no deseados siguen suscitando profundos debates éticos, emocionales y políticos, la adopción ha surgido como una alternativa significativa para quienes buscan ofrecer un futuro viable a un niño.

Bryan Lawrence Gonsalves·8 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

Los recientes cambios de actitud de la sociedad, unidos a modificaciones legales en varias regiones, han puesto la adopción en el punto de mira de la opinión pública. En varios países, los responsables políticos están reevaluando las leyes de adopción, con el objetivo de agilizar procesos que, de otro modo, pueden resultar complejos y costosos. El caso más notable es el de Vietnam en 2025.

En un mundo en el que los embarazos no deseados siguen suscitando profundos debates éticos, emocionales y políticos, la adopción ha surgido como una alternativa significativa para quienes buscan ofrecer un futuro viable a un niño. Mientras que el aborto acaba con la vida de un feto en desarrollo, la adopción ofrece otra vía que, según muchos defensores y expertos, puede aportar esperanza tanto a las madres biológicas como a los niños y a las familias adoptivas.

Un salvavidas para los niños y las familias

La adopción se presenta a menudo como una alternativa de vida para niños que, de otro modo, nunca tendrían una oportunidad en la vida. Al optar por la adopción, las madres biológicas pueden asegurarse de que sus bebés lleguen al mundo en circunstancias que respeten el derecho fundamental de cada niño a ser cuidado y apreciado.

Los niños adoptados pueden beneficiarse de hogares estables, donde reciben apoyo emocional, oportunidades educativas y atención sanitaria esencial para alcanzar su pleno potencial. Todos los niños merecen la oportunidad de crecer y prosperar en un entorno afectuoso. La adopción lo hace posible, creando una base sólida para el desarrollo de los niños y ofreciendo al mismo tiempo tranquilidad a las madres biológicas.

El propio proceso de adopción está diseñado para dar prioridad al bienestar del niño. En la mayoría de los casos, los futuros padres adoptivos se someten a una rigurosa selección y evaluación para valorar si están preparados para proporcionar un hogar seguro y acogedor. Este planteamiento estructurado no sólo garantiza que los niños se coloquen en entornos propicios para un crecimiento sano, sino que también tranquiliza a las madres biológicas en el sentido de que su hijo estará bien cuidado.

El carácter meticuloso de las evaluaciones de la adopción, que van desde comprobaciones de la estabilidad financiera hasta evaluaciones del entorno familiar, añade una capa adicional de seguridad, ayudando a emparejar a los niños con familias que pueden ofrecer amor y apoyo a largo plazo.

La adopción proporciona paz

Cuando se enfrenta a un embarazo inesperado, una madre biológica puede sentirse abrumada y preocupada por su futuro, así como por ofrecer un futuro estable a su hijo; esta incertidumbre para ella y para su hijo puede llevarla a tomar la decisión de abortar. Sin embargo, al optar por la adopción, puede consolarse sabiendo que ha tomado una decisión amorosa y desinteresada por su hijo al darlo en adopción y, al hacerlo, le ha dado la experiencia de disfrutar de una vida maravillosa.

Además, la madre biológica puede elegir cómo llevar a cabo el proceso de adopción. Una adopción abierta permite cierto nivel de contacto entre la madre biológica, los padres adoptivos y el niño adoptado. Esto puede implicar el intercambio de fotos, cartas, llamadas telefónicas y videoconferencias. Al optar por el aborto, las madres pueden preguntarse para siempre qué vida podría haber tenido su hijo de no haber abortado. De ahí que una de las mayores ventajas de una adopción abierta frente a un aborto sea la posibilidad de conocer a su hijo y verle crecer y llevar una vida de éxito.

Otro tipo de método de adopción es la adopción cerrada, a veces conocida como adopción secreta. Este método protege la intimidad de ambas partes: la madre biológica y la familia adoptiva apenas saben nada la una de la otra. También significa que no habrá contacto con el niño tras el proceso de adopción. Mantener la adopción en secreto puede ser necesario en determinadas situaciones de maltrato para proteger a la posible madre biológica y a su bebé, al tiempo que se evitan problemas con parientes o familiares que no la apoyan.

La adopción es segura y proporciona alegría a los padres adoptivos

La infertilidad es una lucha silenciosa que afecta a millones de personas y parejas en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 48 millones de parejas y 186 millones de personas sufren infertilidad en todo el mundo, lo que la convierte en un importante problema de salud pública que trasciende las fronteras geográficas, sociales y económicas.

La incapacidad para concebir puede ser una experiencia emocionalmente abrumadora, que a menudo obliga a las parejas a navegar por un complejo panorama de tratamientos médicos, expectativas sociales y dolor personal. A medida que aumentan las tasas de infertilidad, también lo hace la necesidad de políticas de adopción y sistemas de apoyo progresistas.

Sin embargo, en medio de estos retos, la adopción emerge como una alternativa poderosa y de afirmación de la vida. Es sencillamente una opción realista para las familias que tienen dificultades para concebir un hijo, porque les permite hacer realidad su sueño de ser padres. Al abrir sus corazones y sus hogares a un niño cuya madre no podría mantenerlo, los padres adoptivos tienen la oportunidad de causar un impacto positivo y duradero en el mundo.

Para quienes sueñan con ser padres pero se enfrentan a obstáculos en la concepción natural, la adopción ofrece un modo profundo de construir una familia, no ligada por la biología, sino por el amor, el compromiso y el futuro compartido. Más allá de satisfacer los deseos de unos padres esperanzados, la adopción proporciona a los niños, muchos de los cuales pueden haber quedado huérfanos, abandonados o en régimen de cesión, la seguridad de un hogar acogedor y la promesa de un futuro mejor.

Protección jurídica

Más allá de las dimensiones emocionales y sociales, la adopción es fundamentalmente un proceso legal, que garantiza la transparencia, la responsabilidad ética y la protección de todas las partes implicadas. En esencia, la adopción transfiere los derechos y responsabilidades parentales de la madre biológica a la familia adoptiva, formalizando la relación de un modo que garantiza la estabilidad del niño a largo plazo.

Para las madres biológicas, la adopción ofrece salvaguardias legales que defienden sus derechos y su agencia en el proceso. En muchos países, las futuras madres tienen derecho a participar en la selección de una familia adoptiva, lo que garantiza que su hijo sea colocado en un hogar acorde con sus valores y deseos. Los marcos jurídicos también ofrecen a las madres biológicas un periodo estructurado de toma de decisiones, dándoles tiempo para hacer una elección informada y voluntaria sin presiones externas.

Para las familias adoptivas, el proceso legal garantiza legitimidad y seguridad. Proporciona unos derechos parentales claros, protegiéndoles de posibles disputas y afirmando su papel como tutores legales del niño. Las leyes de adopción también imponen directrices estrictas para evitar prácticas poco éticas, como la coacción o la explotación financiera, garantizando que las adopciones se lleven a cabo en el interés superior del niño.

En resumen, la adopción es una alternativa saludable al aborto. Ofrece a las madres biológicas la oportunidad de tomar una decisión positiva para su hijo no nacido, al tiempo que cuidan de su propio bienestar emocional y físico. Proporciona a las familias la oportunidad de convertirse en padres, ofrece protección legal a todas las partes implicadas y tiene un impacto positivo en la sociedad.

El autorBryan Lawrence Gonsalves

Fundador de “Catholicism Coffee”

Adolescencia, un análisis de la serie de moda

Lo que nos enseña la serie "Adolescencia" es que en ausencia de los padres, se ha ido robando la inocencia de nuestros niños prácticamente sin que nos demos cuenta.

8 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

Ha sido demoledor el éxito de la miniserie “Adolescencia”. Su excelente guión, realización y actuación son parte relevante de ello, pero sobre todo, el tema atrapa, conmueve y lleva a una profunda reflexión que ha de llevarnos a la acción.

Hay controvertidas posturas frente a ella, yo voy a concentrarme en el mensaje que recibí de forma personal.

Me he dedicado por 30 años a la orientación familiar y he visto el cambio radical en las problemáticas que presentan las familias. En los matrimonios, las separaciones y divorcios se multiplican. Ambos padres, aún cuando estén juntos, trabajan tantas horas al día y tienen tantos compromisos sociales o de negocios que se convive poco, realmente muy poco, con los hijos.

Una distracción de la que no somos conscientes

En ausencia de los padres, se ha ido robando la inocencia de nuestros niños prácticamente sin que nos demos cuenta. Dicen los magos que hacen sus trucos a través de la distracción. Procuran que el espectador vea otra cosa, que se concentre en otra dirección, mientras el mago quita o pone aquello con lo que nos impresionará.

¿Qué es lo que nos distrae de nuestra labor educativa? ¿Qué nos está apartando del camino de la realización plenamente humana que pasa por forjar nuestro carácter en el seno de la familia?

Para el año 2000, las consecuencias de esta tendencia en nuestros hijos se veían graves: incremento de trastornos alimenticios, híper sexualización del ambiente, promoción de sexo prematuro “con protección”, aumento en el consumo de sustancias (alcohol y drogas). Para 2020 estaban puestas las bases de una devastación emocional y moral en las almas de nuestros adolescentes que se agravó con el impacto de la tecnología. Los consultorios se llenan con adolescentes que tienen francas adicciones digitales. La gran mayoría enfrenta presión social por tener una imagen perfecta, o la vida perfecta. Aumentan la violencia y el acoso en línea y en la vida real. Incrementan la baja autoestima, la depresión y la ansiedad.

La miniserie a la que me refiero, desvela los graves daños de este abandono en el que se encuentran nuestros hijos. Se refugian en las pantallas, hay poca convivencia familiar, los padres les permiten encerrarse con sus pantallas por horas, se justifican sus malas conductas porque “se sienten” tristes, irritables, enojados… nos olvidamos que dar lugar a los sentimientos, es conocerlos, comprenderlos y elegir sabiamente lo que haremos con ellos; no se trata de dar el control de nuestras vidas a esos sentimientos. Se trata de conocerlos para gestionarlos de la manera más conveniente posible.

La adolescencia y el engaño de la sociedad

Nuestros adolescentes son llamados a experimentar con su cuerpo y se les dice que es normal, se les lleva a practicar tocamientos, a experimentar sensaciones…están viviendo algo para lo que no están preparados integralmente; sus cuerpos reaccionan a estímulos eróticos, pero sus mentes y corazones aún no tienen la madurez para enfrentar los retos de una vida afectivo-sexual activa. No les estamos hablando de su valor como personas, del valor de la sexualidad misma que es tan alto e importante. Platicamos tan poco con ellos, que no nos revelan esos “secretos” de las redes sociales. No sabemos de los lamentables iconos que significan insultos destructivos y lastiman el auto concepto tan incipiente en este periodo de vida.

Nuestra sociedad nos llama vigorosamente al hedonismo y hemos dejado aquellos ideales que nos mueven al heroísmo. La noción de Dios es nula en la serie y en la vida de gran parte de las familias de hoy. Sin Dios, desconocemos la diferencia entre el bien y el mal. El protagonista repetía: “yo no hice nada malo”. Asesinar a una compañera con un puñal no le resultaba malo.

Verdadera reconciliación

La verdadera reconciliación entre hombres enfrentados y enemistados sólo es posible, si se dejan reconciliar al mismo tiempo con Dios, dijo san Juan Pablo II, no hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón.

Nuestra fe nos llama a imitar a Cristo, que se sacrificó a sí mismo por amor. Sonó muy fuerte para mí escuchar esta frase: “los padres de familia actualmente no se sacrifican ni siquiera por sus hijos”… pero creo que tiene el peso de la verdad en muchos casos.

No queremos hablar de esfuerzo, de donación y de obediencia a un Dios que nos hizo por amor y para amar. Estamos distraídos y necesitamos amar más, sacrificarnos más, comprometernos más.

Familia, ¡sé lo que eres!

¡Volvamos a casa y demos nuestro tiempo y escucha a esos pequeños que necesitan ser amados y valorados por sus padres! ¡Nada vale más que tu familia!. Que nuestros pequeños no necesiten obtener reconocimiento en las redes, que se sientan tan seguros de su valor que no se desbaraten por comentarios temerarios y enfermos. Que juntos, en familia, salgamos a hacer el bien. Que ellos mismos sean agentes de cambio. El Papa Francisco ha dicho a los jóvenes que son la esperanza de la Iglesia y de la humanidad. Les pidió que cambien el mundo como María lo hizo: llevando a Jesús a los demás, cuidando de los otros.

San Juan Pablo II, en su carta a las familias nos recordó la misión sublime que tenemos como padres: encauzar a los hijos para que se forjen como hombres y mujeres de bien. Y nos llamó a hacerlo desde la vida ejemplar, respetándonos mutuamente, viviendo y sembrando la fe, haciendo el bien. Invitó con voz potente: ¡Familia, sé lo que eres!

Actualidad

‘Amigos de Monkole’ lanza una campaña para operar a jóvenes congoleños con anemia drepanocítica

La Fundación Amigos de Monkole ha iniciado una campaña con el fin de costear las operaciones de cadera para 10 jóvenes congoleños afectados por la anemia drepanocítica. Su objetivo: recaudar 15.000 euros destinados a intervenciones quirúrgicas cruciales para mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Redacción Omnes·8 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

A través de la plataforma Migranodearena.org, la fundación Amigos de Monkole ha iniciado una campaña de captación de fondos para reunir 15.000 euros con los que pretenden costear 10 intervenciones a jóvenes congoleños afectados por anemia drepanocítica.

La anemia drepanocítica

La anemia drepanocítica es una enfermedad genética que afecta a miles de jóvenes en la República Democrática del Congo, impidiéndoles realizar actividades cotidianas como jugar, hacer deporte o asistir a la escuela.

En la República Democrática del Congo, alrededor del 25% de la población es portadora del gen de la anemia drepanocítica, y anualmente nacen 40.000 niños con esta enfermedad, que tiene una tasa de mortalidad muy elevada.

Esta patología provoca una necrosis femoral que requiere cirugía urgente para la implantación de prótesis de cadera, lo que permite a los afectados recuperar la movilidad y mejorar su calidad de vida.

En muchos casos, las personas que sufren de esta enfermedad enfrentan estigmatización y viven en condiciones de extrema vulnerabilidad, especialmente en las zonas más desfavorecidas de Kinshasa.

Un tratamiento adecuado salva vidas

Víctor Barro, médico especialista en traumatología y cirugía ortopédica, viajará al Congo del 16 al 25 de abril para realizar las operaciones en el Hospital Monkole. Este será su duodécimo viaje al país, donde ha realizado más de 100 intervenciones a jóvenes con anemia drepanocítica.

Según el Dr. Barro, con el tratamiento adecuado, los pacientes pueden empezar a llevar una vida normal en pocos días tras la operación, lo que representa una oportunidad única para mejorar su futuro. El presupuesto de cada intervención incluye pruebas diagnósticas, la cirugía, el seguimiento postoperatorio y tratamiento preventivo contra la anemia.

Cada operación tiene un coste de 1.500 euros y cubre todos los aspectos necesarios, desde las consultas médicas hasta la rehabilitación postquirúrgica.

Cine

La quinta temporada de The Chosen se estrena en el Vaticano

The Chosen estrenó su quinta temporada en Roma y en el Vaticano, contando con la presencia de Elizabeth Tabish, la actriz que interpreta a María Magdalena.

Rome Reports·7 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

La quinta temporada de The Chosen se estrenó en el Vaticano, contando con la presencia de Elizabeth Tabish, actriz que interpreta a María Magdalena.

Esta quinta temporada presenta a los espectadores los días previos a la Pasión de Cristo, pasando desde la entrada triunfal en Jerusalén a la Última Cena.


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Zoom

El Papa saluda a los asistentes del Jubileo de los Enfermos

Tras la Misa celebrado en San Pedro, el Papa Francisco fue a saludar a los participantes en el Jubileo de los Enfermos y del Mundo de la Sanidad.

Redacción Omnes·7 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Evangelización

San Juan Bautista de La Salle, fundador de las Escuelas Cristianas

La liturgia celebra el 7 de abril a San Juan Bautista de La Salle, presbítero, teólogo y pedagogo francés, fundador con otros maestros del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, y de las obras educativas La Salle, extendidas en más de 80 países.  

Francisco Otamendi·7 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

San Juan Bautista de La Salle nació en Reims (Francia) en 1651, fue sacerdote y pedagogo, y fundó las Escuelas Cristianas. Era hijo de una familia con recursos, pero la mayoría de la gente en ese tiempo era muy pobre: campesinos en las zonas rurales y habitantes de los suburbios de las ciudades. Solo unos pocos podían enviar a sus hijos a la escuela. La mayoría de los niños tenían pocas esperanzas para el futuro.

Ordenado sacerdote a los 27 años, Dios llevó a san Juan Bautista a hacerse responsable de la educación de los niños pobres, y también de la formación de los maestros. Unió a un grupo de maestros a su alrededor y, con su ayuda, abrió escuelas gratuitas. Empezaron a vivir en comunidad y tomaron el nombre de Hermanos de las Escuelas Cristianas, conocidos ahora generalmente como Hermanos de la Salle, señalan las webs lasalianas.

Educación y formación

Entre algunas de las innovaciones del santo se encuentra la enseñanza en grupo para los niños –en ese momento se instruía a cada niño por separado–. Fundó una escuela gratuita en París para muchachos pobres y abrió dos universidades dedicadas a la formación de maestros: en Reims y en Saint-Denis. Actualmente, un millón de niños y jóvenes reciben educación en Obras Educativas La Salle en más de 80 países. San Juan Bautista de La Salle fue canonizado en 1900, y en 1950 fue nombrado patrono de los educadores. 

El autorFrancisco Otamendi

Evangelización

«Resucitó»: La nueva app de cantos del Camino Neocatecumenal

La aplicación oficial del libro de cantos "Resucitó" ofrece letras, acordes y audios de los cantos del Camino Neocatecumenal.

Teresa Aguado Peña·7 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

«Nos alegra anunciar que la aplicación oficial del Libro de Cantos Resucitó ya está disponible para instalar, en varios idiomas y en dispositivos Android e iOS», ha informado la página web oficial del Camino.

Los cantos son una parte importante en las celebraciones del Camino Neocatecumenal. Ya sea en sus liturgias, en los encuentros vocacionales, en los sacramentos o incluso en celebraciones más particulares. Constituyen así una forma de alabar y de acercar a sus miembros a Dios.

La mayoría de las letras y la música, compuestas por el coiniciador del Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello, son extraídas de las escrituras y de la tradición judía y se recogen en un libro de cantos titulado “Resucitó”, que ahora han convertido a una aplicación móvil.

Esta aplicación no aloja información de los cantos, sino que utiliza la publicada por el centro Neocatecumenal de Madrid con los cantos oficiales, con una interfaz renovada, mejorando la experiencia del usuario.

Idiomas disponibles

La app “Resucitó”, disponible en español, italiano y portugués, permite consultar de manera ágil todos los cantos del Camino Neocatecumenal con sus letras, acordes y una versión en audio de cada canto. Además, incluye una sección de noticias del movimiento.

Supone así un apoyo práctico y accesible para los salmistas y hermanos que deseen tener siempre a mano el repertorio completo. «Sólo aquí podréis encontrar, actualizadas con la edición impresa, las versiones oficiales de todos los cantos», dice la web. «RESUCITÓ» ya está disponible para su descarga en las principales plataformas digitales y promete convertirse en un recurso imprescindible para los fieles del Camino Neocatecumenal en todo el mundo.

El autorTeresa Aguado Peña

Evangelización

La riqueza de la lectura

El Papa Francisco destaca la lectura como herramienta clave para la formación cultural y espiritual, invitando a los cristianos a profundizar en la fe y en la doctrina para responder a los desafíos actuales.

José Carlos Martín de la Hoz·7 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

El verano pasado, el Santo Padre Francisco publicaba una carta acerca del papel de la literatura en la formación (4 de agosto de 2024) dirigida a los sacerdotes, seminaristas, agentes de pastoral y, en general, a los cristianos que deseen aprender a descansar leyendo, a formarse culturalmente y a prepararse para intervenir en los debates de fondo que están actualmente en marcha en nuestra sociedad.

Es indudable que podemos retirarnos por motivos de edad, de cansancio, de hastío o de interés, de la primera línea y dejar a otros la tarea de formar la cabeza y el corazón de los cristianos que pueden aportar en la batalla cultural que está en un momento de especial interés. 

También es verdad que, aunque sean otros los que hablen en los debates, escriban en la prensa, difundan la verdad de Jesucristo y su mensaje de salvación y felicidad por internet, nosotros no podremos evadirnos de la cuestión, porque las generaciones de cristianos vendrán a preguntarnos al calor de nuestra confianza y de la amistad, los temas que están en la calle.

Afrontar los restos de nuestro tiempo

En la primera de las Encíclicas del Santo Padre Francisco, “Lumen Fidei” (29 de junio de 2013), el papa se refería a que cada generación de cristianos tendría que afrontar las cuestiones doctrinales que aparezcan más oscuras a los compañeros de nuestro ambiente. 

Precisamente, el problema y la preocupación actual es la pérdida de la confianza en la Iglesia en tantos ambientes y en amplias capas de la sociedad. Para reconstruir la confianza, es esencial vivir con coherencia entre la fe y la acción, conocer la doctrina de Jesucristo y saber comunicarla de manera efectiva a las personas de nuestro tiempo. Es decir, hace falta, como dice el lenguaje coloquial “entendederas” y también “explicaderas”.

Por ejemplo, en el caso de los abusos operados por algunos sacerdotes y religiosos en el mundo entero, hemos de saber cuáles han sido las causas profundas: pérdida del sentido de la relación personal y violación de la libertad y de la autoridad moral de las personas, pérdida de sentido sobrenatural y humano, etc. Además, convendrá aplicar lo antes posible todos los protocolos que ha establecido el Papa Francisco para estos problemas, como siempre ha hecho el magisterio de la Iglesia, sabiendo estar muy cerca de las víctimas y sus familias y también de los culpables para que no caigan en la desesperación. 

Cultura y cultivo personal

Dentro de los temas de lectura y posible profundización, hemos de propiciar la necesaria cultura para conocer a Jesucristo y enamorarnos de Él, conocer la doctrina de la Iglesia para identificarnos con ella y conocernos a nosotros mismos para poder amar más y mejor a Dios y a las almas.

El género teológico y escriturístico está completamente en alza desde el libro de Jesús de Nazaret del Papa Benedicto XVI, que aportó al acerbo común de los sacerdotes las aportaciones verdaderas y sopesadas de la moderna exégesis. Es muy interesante la colección de libros que dirige Santiago Guijarro en ediciones Sígueme, así como la colección de patrística de Ciudad Nueva, los trabajos de Mons. Cesar Augusto Franco y José Miguel García sobre los primeros tiempos del cristianismo.

Conocer mejor el misterio de la Iglesia y los medios de santificación. Precisamente, la imagen de la Iglesia como «Comunión» expresa acertadamente una de las claves del Concilio Vaticano II y ha sido desarrollada por Benedicto XVI y los grandes eclesiólogos del momento actual. Basta con leer los manuales de Eclesiología de las diversas editoriales.

Santidad personal

El documento “Gaudete et exultate” (Roma 18 de marzo de 2018) del Papa Francisco nos ha ayudado a descubrir la riqueza y actualidad del concepto de las bienaventuranzas y el de las virtudes, como verdaderos dones de Dios y, por tanto, a plantear la vida cristiana como correspondencia de amor a una invitación de amor, más que como un esfuerzo denodado y agotador.

Evidentemente, esto toca muy de cerca la cuestión de la santidad canonizable: cómo debe redactarse la «Positio» acerca de la vida, virtudes y fama de santidad de los siervos de Dios y, en consecuencia, a plantearse las “virtudes heroicas” como la abundancia de la gracia de Dios y la respuesta al don de Dios. Convendrá leer la traducción del libro donde se recogen los comentarios de grandes pensadores del momento a la “Gaudete et exultate” que publicará próximamente la BAC.

Entre las conclusiones del reciente Congreso de Vocaciones en la Iglesia, celebrado en IFEMA con más de 3.000 participantes, cerca de setenta obispos y diversas instituciones y diócesis, destacó la importancia de la familia cristiana como cuna de vocaciones. Su papel es clave para fortalecer el tejido cristiano y contribuir al futuro de la Iglesia y la sociedad.

La clave de la familia

La formación de miles de familias cristianas nos corresponde a todos: ser «rodrigones» de las familias, estar cerca de la familia para que crezcan sanas en un ambiente inhóspito, en la confluencia con otras familias dispares.

Tanto en “Familaris consortio” de San Juan Pablo II, como “Amoris laetitia” del papa Francisco, se aportan abundantes luces para la formación de las familias como para la pastoral con familias desestructurada. Para poder enseñar a amar necesitamos aprender a amar. Debemos enseñar a amarse a los esposos pues ya, en muchos casos, no tienen la referencia de sus padres y abuelos.

Evidentemente, necesitaremos leer muchos libros que se están publicando en todas las editoriales, acerca de la vida de oración, la adoración al Santísimo sacramento, la meditación del Evangelio, etc. Aprendiendo a amar enseñaremos a amar en el acompañamiento espiritual y en las conversaciones con los jóvenes.

La amistad y el amor son valores en alza en nuestra sociedad. El “Mandamiento Nuevo” radica en “como yo os he amado”. La clave es la relación personal en la oración. 

Educación

La educación afectivo-sexual. Un desafío ineludible

La educación afectivo-sexual es imprescindible para que los jóvenes desarrollen su identidad de una manera sana y equilibrada. La Iglesia, a través de sus instituciones, tiene una oportunidad de oro para presentar su propuesta antropológica a través de programas formativos que han demostrado su solvencia.

Javier García Herrería·7 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

En esta edición de nuestra revista presentamos un dossier centrado en la importancia de ofrecer educación afectivo-sexual a niños y jóvenes. Se trata de una necesidad ineludible, dado el contexto en el que crecen las nuevas generaciones. Es fundamental recordar que este tipo de formación es, en primer lugar, una responsabilidad de los padres, quienes tienen el deber de transmitir a sus hijos una visión equilibrada y sana de la afectividad y la sexualidad. Sin embargo, muchos de ellos no recibieron esta formación en su juventud, ni hablaron de estos temas con sus propios progenitores. Esta falta de referentes y de herramientas dificulta enormemente su capacidad de abordar conversaciones tan delicadas.

Enfrentar el contexto

No obstante, el silencio no es una opción. En un mundo hipersexualizado, los niños y adolescentes están siendo formados por otras fuentes: el cine, las series, las redes sociales y, en muchos casos, la pornografía. Es urgente que los padres tomen la iniciativa y hablen con sus hijos antes de que los mensajes del entorno moldeen su visión sobre la sexualidad. Las pantallas tienen un impacto profundo en la percepción que los jóvenes desarrollan sobre las relaciones y el compromiso. La cultura mediática actual, en su mayoría, promueve un modelo en el que el sexo es visto como un mero entretenimiento, desvinculado del amor y de la entrega genuina al otro.

La Iglesia y la educación afectivo-sexual

Hace más de una década, el obispo español José Ignacio Munilla propuso que una de las grandes aportaciones de la Iglesia en el siglo XXI podría ser precisamente la educación afectivo-sexual, tal como en el pasado fueron los hospitales y las universidades. La Iglesia tiene una oportunidad única de ofrecer una visión alternativa, más humana y profunda, sobre la afectividad y la sexualidad. En este sentido, las instituciones educativas católicas, las parroquias y las comunidades cristianas no pueden dejar de atender este aspecto fundamental en la formación de niños y jóvenes. Además, este tipo de contenidos son una ocasión privilegiada para mantener el vínculo con los adolescentes tras la catequesis de confirmación, etapa en la que muchas veces se distancian de la fe y de la comunidad eclesial.

En este dossier contamos con la colaboración de Mons. Munilla, quien nos ofrece una reflexión sobre cómo la educación afectivo-sexual puede ser un faro de luz en medio de la confusión contemporánea. Es una llamada a que los creyentes asuman con responsabilidad esta tarea, brindando respuestas claras y formativas en un mundo donde los jóvenes buscan referencias sólidas.

Las catequesis sobre la Teología del Cuerpo, impartidas por san Juan Pablo II entre 1979 y 1984, ofrecen una reflexión profunda sobre el significado del cuerpo humano, la sexualidad y el amor. Sin duda, representan la contribución más importante de la Iglesia en este ámbito y han dado origen a numerosos cursos y programas formativos inspirados en sus enseñanzas.

Programas y expertos

Además de la reflexión teórica, también recogemos en este dossier el testimonio de expertos que llevan años trabajando en el ámbito de la educación afectivo-sexual. Rafael Lafuente, uno de los ponentes más solicitados en este campo, firma un artículo para animar a los padres y a los colegios a hablar con los hijos de estos temas con confianza y naturalidad. Su experiencia le ha permitido comprender las preocupaciones de las familias y ofrecerles estrategias concretas para abordar la educación de la afectividad y la sexualidad sin temor ni tabúes.

Asimismo, presentamos dos programas de educación afectivo-sexual que han nacido en ámbitos cristianos y que han logrado consolidarse en numerosos países: el Aprendamos a Amar y el Teen STAR. Aunque diseñados desde una perspectiva cristiana, estos programas han demostrado ser igualmente eficaces y aplicables en entornos no creyentes. Su enfoque integral, basado en el respeto a la dignidad de la persona y en la promoción de relaciones sanas y comprometidas, los convierte en herramientas valiosas para cualquier comunidad educativa.

En definitiva, la educación afectivo-sexual no es una opción, sino una urgencia. Frente a un mundo que ofrece a los jóvenes modelos confusos y muchas veces deshumanizantes, es responsabilidad de padres, educadores y comunidades religiosas proporcionar una formación que les ayude a vivir su afectividad y su sexualidad de manera plena, consciente y responsable.


Si desea leer el dossier entero sobre educación afectivo-sexual, puede suscribirse aquí a la revista Omnes. Con la suscripción, tendrá acceso ilimitado a todo el contenido de Omnes y podrá disfrutar del nuevo número a principios de cada mes.

Vaticano

El Papa da la sorpresa y sale a la plaza de San Pedro con los enfermos

El Papa Francisco ha sorprendido esta mañana de domingo 6 de abril a los fieles y al mundo al salir a la plaza de San Pedro a bendecir a los peregrinos, en el Jubileo de los enfermos y del mundo de la Sanidad. La enfermedad es “una escuela de amor”, ha señalado el Papa, que ha recordado el testimonio de Benedicto XVI sobre el sufrimiento.  

Francisco Otamendi·6 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Al final de la Misa del Jubileo de los enfermos y del mundo sanitario, el Papa Francisco ha dado la sorpresa, y ha salido a la Plaza de San Pedro en silla de ruedas, y para bendecir a los fieles. “¡Gracias a todos!”, ha dicho el Papa. “Buen domingo a todos, muchas gracias”.

Ante más de 20.000 peregrinos llegados a Roma para el Jubileo de los Enfermos y del mundo de la Sanidad, y convaleciente de su enfermedad en la casa Santa Marta, el Papa ha querido salir al altar mayor, compartir su testimonio y saludar a los enfermos y cuidadores que han acudido al jubileo.

El arzobispo Rino Fisichella, pro-prefecto de la Sección para las Cuestiones Fundamentales en el Dicasterio para la Evangelización, ha subrayado que el Papa Francisco “está particularmente cerca de nosotros”. Luego, antes de la lectura de la homilía del Papa, ha manifestado que el Pontífice comparte “la experiencia de la enfermedad, de sentirnos débiles, de depender de los demás para muchas cosas, de tener necesidad de apoyo”.

La escuela de la enfermedad

En su homilía, el Papa ha señalado que “no es siempre fácil, pero es una escuela en la que aprendemos cada día a amar y a dejarnos amar, sin pretender y sin rechazar, sin lamentar y sin desesperar, agradecidos a Dios y a los hermanos por el bien que recibimos, abandonados y confiados en lo que todavía está por venir”.

“Ciertamente”, ha añadido el Santo Padre,“la enfermedad es una de las pruebas más difíciles y duras de la vida, en la que percibimos nuestra fragilidad. Esta puede llegar a hacernos sentir como el pueblo en el exilio, o como la mujer del Evangelio, privados de esperanza en el futuro. Pero no es así”.

“Incluso en estos momentos, Dios no nos deja solos y, si nos abandonamos en Él, precisamente allí donde nuestras fuerzas decaen, podemos experimentar el consuelo de su presencia”. El Señor mismo, hecho hombre, «quiso compartir en todo nuestra debilidad», y por eso a Él “le podemos presentar y confiar nuestro dolor, seguros de encontrar compasión, cercanía y ternura”. 

El testimonio de Benedicto XVI sobre el sufrimiento

Al concluir, el Papa ha recordado a su predecesor Benedicto XVI, “ que nos dio un hermoso testimonio de serenidad en el tiempo de su enfermedad”. Él escribió en su encíclica ‘Spe salvi’ que “la grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento” y que “una sociedad que no logra aceptar a los que sufren […] es una sociedad cruel e inhumana”. Porque “afrontar juntos el sufrimiento nos hace más humanos y compartir el dolor es una etapa importante de todo camino hacia la santidad”.

A los que sufren

En el texto preparado para el Ángelus, el Papa Francisco ha rogado que “en el día del Jubileo de los enfermos y del mundo de la sanidad, pido al Señor que este toque de su amor llegue a los que sufren y anime a los que cuidan de ellos. Y rezo por los médicos, las enfermeras y el personal sanitario, a quienes no siempre se ayuda a trabajar en condiciones adecuadas y a veces son incluso víctimas de agresiones”.

Por la paz

Al final, ha alentado a “rezar por la paz en la martirizada Ucrania, golpeada por ataques que causan muchas víctimas civiles, entre ellas muchos niños. Y lo mismo ocurre en Gaza, donde la gente se ve reducida a vivir en condiciones inimaginables, sin cobijo, sin comida, sin agua potable. Que callen las armas y se reanude el diálogo; que se libere a todos los rehenes y se rescate a la población”. 

“Recemos por la paz en todo Oriente Medio; en Sudán y Sudán del Sur; en la República Democrática del Congo; en Myanmar, también duramente probada por el terremoto; y en Haití, donde hace estragos la violencia que hace unos días mató a dos religiosas. Que la Virgen María nos proteja e interceda por nosotros”, concluye el Papa.

El autorFrancisco Otamendi

¿Tiene sentido el cristianismo en la actualidad?

El cristianismo será relevante si se renueva espiritualmente, se seculariza sin perder su esencia y fomenta el diálogo entre creyentes y no creyentes. Para construir una sociedad más justa y humana, debe recuperar su vitalidad, abrirse a la trascendencia y evitar caer en el victimismo o el miedo.

6 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

En los próximos días, La Esfera de los Libros publicará mi ensayo titulado El sentido del cristianismo en el que exploro, desde una perspectiva crítica, la relación entre el cristianismo y la cultura contemporánea. ¿Puede el cristianismo ofrecer una contribución significativa a la construcción de una sociedad más justa y solidaria? ¿Cómo debe el cristianismo afrontar los desafíos que plantean el laicismo, el materialismo y el nihilismo?

Mi respuesta es optimista, tanto para quienes profesan la fe cristiana como para aquellos que no lo hacen. El cristianismo aún tiene vitalidad; no es, de ninguna manera, como algunos sostienen, una causa perdida. Ser cristiano en nuestra sociedad consumista actual tiene un valor intrínseco y es beneficioso para todos, creyentes y no creyentes. Si el ser humano del siglo XXI desea reivindicarse, debe considerar seriamente el cristianismo. Para ello, es esencial regresar a la contemplación, la mística, la estética y la liturgia.

Para seguir iluminando nuestro entorno, el cristianismo necesita experimentar un intenso proceso de renovación espiritual, volver a sus raíces, contemplar sin descanso a Cristo crucificado y resucitado. Paradójicamente, para renovarse, el cristianismo debe secularizarse y desclericalizarse, y mirar hacia los primeros cristianos, aquellos que vivieron antes de que se estableciera la alianza entre religión y política, altar y trono, en el siglo IV.

Defiendo que una sociedad que atraviesa un proceso de secularización sin la guía del cristianismo corre el riesgo de caer en un punto muerto, sumergiéndose en un individualismo extremo, la falta de propósito y una profunda tristeza existencial. En resumen, en la decadencia. Por ende, mi postura es clara: secularicemos el cristianismo y abramos el proceso de secularización a la trascendencia. Colaboremos entre creyentes y no creyentes, fomentemos el diálogo y eliminemos los prejuicios ideológicos y la polarización dañina que ha surgido a raíz de la cultura woke.

Una sana secularización no excluye a Dios

Una sana secularización que abra las puertas a la trascendencia no excluye a Dios. En este ensayo, confronto las tesis del ateísmo moderno con las experiencias místicas de tantas personas a lo largo de los siglos. Argumento que la fe cristiana no se basa únicamente en evidencias racionales, sino en la experiencia personal y la revelación divina. También insisto en la importancia de la fe como elemento fundamental para comprender el pleno significado de la existencia humana y para construir una sociedad más justa y compasiva.

Finalizo este ensayo con un ferviente llamado a la construcción de una cultura del amor, cimentada en los valores esenciales del cristianismo. Esta cultura debe ser inclusiva, acoger la diversidad, promover un diálogo sincero y abrirse de par en par a la espiritualidad. En mi visión, el cristianismo no es una amenaza para la sociedad moderna, como se ha dicho; más bien, constituye una fuente inagotable de inspiración para forjar un mundo más humano, justo y solidario.

El sentido del cristianismo

Autor: Rafael Domingo Oslé
Editorial: La esfera de los libros
Páginas: 296
Año: 2025

Nuestra sociedad tiene la capacidad de avanzar más rápidamente y encontrar un equilibrio más eficaz si se transforma en un espacio que sea simultáneamente más secular y más trascendente. Debe aprender a ser más técnica y a la vez más humana, más activa y también más contemplativa. En definitiva, debe aspirar a ser un lugar de mayor felicidad y bienestar.

¿Puede un cristianismo vibrante iluminar la era secular? Definitivamente. No, en cambio, un cristianismo cansado que se victimiza, ni uno miedoso que se esconda o que carezca de claridad y propósito. Lo que nuestra sociedad realmente requiere es un cristianismo revitalizado, lleno de energía, audaz y transformador, que merezca el reconocimiento entusiasta y eterno de Jesucristo.

El autorRafael Domingo Oslé

Catedrático y titular de la Cátedra Álvaro d'Ors
ICS. Universidad de Navarra.

Vocaciones

El matrimonio y una vida moderada

El matrimonio que quiere vivir en serio el esfuerzo por cuidar y recuperar el equilibrio, la estabilidad y armonía en su “adentro”, necesita establecer una “autodisciplina”.

Alejandro Vázquez-Dodero·6 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

Como señala el Catecismo de la Iglesia Católica en su número 1809 “La templanza es la virtud moral que modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la honestidad (…)”. Por lo que se dirá a continuación vale la pena destacar las palabras “modera” y “equilibrio”.

Al mundo de hoy –y probablemente al que le precede– le suena un tanto extraño hablar de moderación, austeridad, desprendimiento, modestia, castidad, pudor, etc. No está preparado para ello. Estas formas de templanza chocan frontalmente con el consumismo y el hedonismo, que se han convertido en tendencias profundamente arraigadas en nuestra época, al menos en la sociedad occidental.

Pensemos, por ejemplo, en el bombardeo continuo e indiscriminado de imágenes sensuales de todo tipo que se transmite a través de las redes sociales, la televisión, los periódicos, el cine o la moda, que implícita o explícitamente manifiestan inmoderación, despilfarro, ostentación, exacerbación de lo placentero, o de la satisfacción que se puede alcanzar inmediatamente con un simple “clic”.

¿Enfrentarse a una vida destemplada?

¿Por qué es necesaria la templanza o moderación? Porque, como seres racionales, con inteligencia y voluntad, debemos satisfacer nuestras necesidades naturales no según el instinto, sino de acuerdo con la recta razón, es decir, racionalmente.

Observamos que a las operaciones naturales de conservación del individuo –alimentación– y de la especie –unión sexual– les sigue un cierto deleite o placer.

Así, por ejemplo, ¿qué sucedería si no gozáramos con el alimento que necesitamos para vivir, sino que sintiéramos repugnancia? En ese caso habría ciertas posibilidades de que no nos alimentáramos, sólo porque nos produciría disgusto, poniendo nuestra vida en peligro. Lo mismo puede aplicarse al placer de tipo venéreo o sexual y su finalidad procreativa.

En cuanto al dominio de sí, la templanza ayuda, además, a controlar la agresividad; por eso es indispensable para actuar y para razonar lúcidamente, evitando el estado de ofuscamiento de las pasiones.

Primero los esposos/padres, luego los hijos

Los padres precisan una interioridad firme y “cincelada” por el olvido de sí mismos, que se hace presente en el hogar, donde interactúan con los demás familiares, con serenidad, sin alarmismos ni sobresaltos ante los cambios y crisis que se dan en la vida de toda persona que se encuentra en proceso de maduración personal, como pasa, por ejemplo, con los niños y adolescentes. Eso es templanza.

Asimismo, esa misión de los padres les demanda ser ejemplo de realismo y humildad. Realismo para exigir con moderación y paciencia, pues los hijos, como todo ser humano, tienen ritmos y limitaciones propias.

Y humildad para aceptar que cargan con miserias y con la fuerza interior de sus propios apetitos sensibles, que en determinadas circunstancias salen del orden de la recta razón, quedando evidenciados ante los hijos. En estas situaciones es necesario ser humildes para reconocer las propias destemplanzas y, si fuera el caso, pedir perdón.

La templanza no es solo armonía interna de uno consigo mismo. Es también consecuencia del darse y acoger al otro: esposos, padres e hijos, etc.

Esto se nota en la vida corriente y cotidiana de la familia. Por ejemplo, se nota con claridad cuando en el hogar unos padres sólo “dan cosas” a sus hijos, cumpliendo con una función meramente dispensadora de bienes materiales, sin ningún tipo de medición, desprendimiento y sobriedad.

Si un padre no es dueño de sí mismo no podrá irradiar benevolencia y clemencia en el trato con su hijo; más bien recurrirá con frecuencia a gritos, agresiones verbales y físicas, denotando insensibilidad, crueldad, etc.

Asimismo, si un cónyuge no se respeta, no se comprende, dominado por sus impulsos, afecciones y pasiones, difícilmente estimará y respetará al otro.

La educación en la templanza exige la vivencia de una austeridad por parte de los padres, con elegancia, sin caer ni en la tacañería por un extremo ni en el despilfarro por el otro.

Por ello han de mantener un esfuerzo sostenido, el espíritu de sacrificio, la firmeza, la capacidad de renuncia y mucho temple para saber esperar sin desesperar, conscientes que no existe ni la familia perfecta, ni padres infalibles, como tampoco deben esperar que crezcan unos hijos perfectos.

El amor entre los cónyuges ayuda e impide a que en el hogar uno “se destemple” “ante las destemplanzas” del otro, pues el mal nunca se vence con el mal, sino siempre con la fuerza del bien.

Una actitud que ayuda a la vivencia de la templanza en lo cotidiano de la vida familiar es la mansedumbre. La mansedumbre modera particularmente la ira desmedida e injusta. Ella genera paz, serenidad, tranquilidad y armonía en los hogares y en las relaciones interpersonales que ahí se viven.

Educar en la templanza o austeridad con medidas concretas

El matrimonio que quiere vivir en serio el esfuerzo por cuidar y recuperar el equilibrio, la estabilidad y armonía en su “adentro”, necesita establecer una “autodisciplina”. Por ejemplo, en la utilización de los aparatos electrónicos y recursos tecnológicos e informáticos.

Los padres, como primeros responsables de la educación familiar, son los llamados a determinar las medidas de uso de las redes sociales, la televisión y demás aparatos electrónicos.

Así, pueden –deben– establecer que no haya PC ni TV, si smartphone o tableta o cualquier dispositivo que se les parezca, en los dormitorios; que solo funcione un aparato a la vez, en un lugar común y visible del hogar; que haya horarios y momentos claramente establecidos para su uso, etc. Es inapropiado tener la televisión encendida cuando se comparte la mesa familiar u otros momentos de comunión propios del hogar, como celebraciones, visitas, etc.

La sobriedad y el desprendimiento exigen vivir bien, con lo necesario para la subsistencia humana, y para ello hay que evitar el despilfarro, los gastos innecesarios, la ostentación. Más aún cuando en nuestro mundo consumista hay muchas familias que no cuentan ni siquiera con lo mínimo para vivir dignamente.

La austeridad, que no quiere decir miseria, nos hace solidarios y generosos con los que menos tienen.

Colofón

Hemos hablado de moderación, templanza y austeridad, que en el contexto tratado –matrimonio y familia– vienen a ser lo mismo. Y ya se ve que es algo en lo que merece la pena enfocarse.

Merece la pena una vida conyugal, familiar, centrada en la visión sosegada y esperanzada de las cosas, en la serenidad de espíritu, en un equilibrio interior y exterior y en el desprendimiento generoso ante lo agradable y apetecible.

En una familia se verifica y alcanza la proporción debida cuando está constituida por miembros emocionalmente equilibrados, libres y dueños de sus impulsos interiores, no estando a merced de caprichos ni de cambios repentinos.

Evangelización

Santas Juliana de Lieja, Crescencia Höss, Irene, y san Vicente Ferrer

La Iglesia celebra el 5 de abril a santa Juliana de Lieja, impulsora de la solemnidad del Corpus Christi ante el Papa Urbano IV. También a la alemana santa María Crescencia Höss, santa Irene y al español de Valencia san Vicente Ferrer.  

Francisco Otamendi·5 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La liturgia ha situado en el santoral católico el 5 de abril a la religiosa belga santa Juliana de Mont Cornillon (Lieja), que promovió con otras monjas la fiesta del Corpus Christi. También celebra a otra mujer, la germana santa María Crescencia Höss, primero tejedora y luego franciscana. Y al valenciano evangelizador san Vicente Ferrer, que predicó durante treinta años por el norte de España, el sur de Francia, Italia y Suiza.

A mediados del siglo XIII, el movimiento eucarístico en Flandes  era muy activo contra la difusión de herejías. Allí, la religiosa belga santa Juliana de Mont Cornillon (Lieja) y otras monjas tuvieron al parecer visiones místicas. El Señor les hizo comprender la ausencia en la Iglesia de una solemnidad en honor del Santísimo Sacramento. 

Según explicó Benedicto XVI, la buena causa de la fiesta del Corpus Christi “conquistó también a Santiago Pantaleón de Troyes, que había conocido a la santa durante su ministerio de archidiácono en Lieja. Fue precisamente él quien, al convertirse en Papa con el nombre de Urbano IV, en 1264 quiso instituir la solemnidad del Corpus Christi».

San Vicente Ferrer, dominico 

San Vicente Ferrer nació en Valencia el año 1350 y fue bautizado en la parroquia de san Esteban. Miembro de la Orden de Predicadores (dominicos), enseñó Filosofía y Teología en la misma ciudad del Turia –en la actual capilla del Santo Cáliz de la catedral– y en otros lugares. Evangelizó muchas regiones de España y Europa en defensa de la fe y la unidad de la Iglesia, y también en favor de la paz. Tuvo fama de obrar milagros.

Murió en Vannes (Bretaña, Francia) el 5 de abril de 1419, y allí se conservan sus reliquias.  Acudió tanta gente a darle un último adiós que en tres días no se le pudo dar sepultura. Fue canonizado el 29 de junio de 1455 por el Papa Calixto III. Es patrono de la Comunidad Valenciana, y aunque el 5 de abril es su memoria litúrgica, su solemnidad y fiesta popular en la capital valenciana se realiza el segundo lunes de Pascua, el 28 de abril este año.

Religiosos y mártires 

Otros santos y beatos del 5 de abril son María Crescencia Höss, de familia humilde de Baviera, a la que el Señor concedió experiencias místicas en el monasterio franciscano en el que fue portera, maestra de novicias y superiora. La mallorquina santa Catalina Thomas y las macedonias mártires santa Irene y sus hermanas Ágape y Quionia, en la actual Grecia. También el beato español, palentino, Mariano de la Mata Aparicio, sacerdote agustino, que murió en Sao Paulo en 1983.

El autorFrancisco Otamendi

Actualidad

Álvaro Moreno: «Si no es para la gloria de Dios, ¿para qué estamos aquí?»

El empresario sevillano Álvaro Moreno habla en esta entrevista de su vida de fe, su confianza en Dios y su forma de agradecer a Dios todos los dones que le ha dado.

Maria José Atienza·5 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 6 minutos

¡Sea para gloria de Dios!  Esta era la frase jaculatoria que, impresa en una pancarta de unos 3×5 metros podía leerse en una de las calles más céntricas de Madrid, poco antes de las Navidades de 2024. Era la llegada de la tienda de Álvaro Moreno al corazón de la capital madrileña y, ya en sus previas, la clave estaba recogida en esa pancarta que agradecía a la ciudad su acogida, a los compañeros y trabajadores su entrega y, sobre todo, a Dios. “Porque todo es para su gloria”. 

Dice Álvaro Moreno al iniciar nuestra conversación que “no tiene don de palabra”. Quizás no sea un erudito, pero lo que queda claro tras una hora de charla, es que habla de Dios con una pasión y una sencillez que muchos predicadores querrían tener.

Si para santa Teresa de Jesús, “Dios andaba entre los pucheros”, para Álvaro lo hace entre camisas y pantalones, facturas y proveedores.

Dios le “vino a buscar” y le recordó “quién era”. Por eso no quiere robarle el protagonismo: “Cuando abro una tienda digo que sea para gloria de Dios, porque si no es para Su gloria, ¿para qué estamos aquí?”

«Dios me buscó a través de su Madre»

El Álvaro “nuevo” comenzó en tiempos de pandemia, aunque las restricciones por movilidad eran ya más relajadas. “Escuché las campanas llamando a misa de 9 y, sin saber por qué, me metí en la iglesia”. Era el convento de San Pedro, de carmelitas que hay en Osuna, localidad sevillana en la que nació y vive Álvaro Moreno junto a su familia.

“Entre ‘porque sí’ y algo cambió. Cuando salí de aquella misa pensé ‘esto a mi no me puede faltar’. Dios en su infinita misericordia, me regaló una vida nueva”. 

“Cuando se vive inmerso en el yo, en esa miseria que todos tenemos, todo sufre: la familia, los empleados… yo vivía con una crispación terrible”, recuerda el empresario, “esa soberbia que hace que te levantes ya como enfadado con el mundo y ese malestar lo llevas a una reunión…  El Señor es todo lo contrario. El Señor te llama; y cuando el Señor toca el corazón como a mí me lo ha tocado, todo cambia”. 

Álvaro dice estas palabras “convencidisimo”: “A mi Dios me buscó a través de su Madre, de nuestra señora del Carmen, de unas campanas para una Misa.

“Cuando abro una tienda digo que sea para gloria de Dios, porque si no es para Su gloria, ¿para qué estamos aquí?”

Álvaro Moreno

Un camino de gracia 

Aunque Álvaro había vivido, siempre, en un entorno culturalmente católico, aquella misa en tiempos de COVID, supuso el inicio de su vivencia integral de la fe que fue cambiando su manera de actuar y de tratar a los de su alrededor. “Él me llama y yo a partir de ahí no puedo ser igual que antes. Porque yo sigo siendo pecador pero descubro que en el pecado está mi muerte y voy descubriendo, poquito a poquito, todos los dones que la Iglesia nos regala”. 

El paso de Álvaro es el de vivir la fe “social” por un lado, y la vida laboral, personal… por otro: “Antes era de los que iba a la Iglesia, pero esto era un mundo y luego después entraba en mi vida e iba ‘por otro lado’”. 

Álvaro Moreno ©Cortesía de Álvaro Moreno

El “click” se produce cuando se da cuenta que  “iba a Misa y el Señor, por medio de la Palabra, de la comunión eucarística…, poco a poco vas aborreciendo ese pecado, aunque ya te digo que salgo de Misa y me falta ‘el canto de un duro’ para volver a caer”, afirma con gracia. “Y además tenemos todo lo que nos ofrece la Iglesia, como la confesión, que el señor vino para eso, para perdonarnos”.

“Todos esos dones son los que me puedo llevar al trabajo”, declara contundente, “Un ‘¡buenos días!’, al llegar a la nave, o no empezar a ‘apretar’ en una reunión desde que llegas. Yo mismo me doy cuenta que se llega más lejos con el amor que con la crispación. Y ahora también caigo en esas conductas, ¿eh?, que me pilla el demonio muchas veces. Pero por lo menos, lo vas detectando y ves las ‘telarañas’ que el diablo te va tejiendo. Yo lo noto hasta físicamente.» 

“Sigo siendo un pecador”, subraya Moreno, «pero ahora tengo los sacramentos y a través de ellos, el Señor nos va dando esas dosis de amor y eso lo notas día a día y los demás lo notan también. El cristianismo no es que te lo puedas llevar a tu vida, a tu familia, es que es una forma de vivir”. 

Sea para gloria de Dios

Antes de abrir una nueva tienda, como la de Madrid o la última abierta en el centro de Sevilla, los escaparates de Álvaro Moreno se cubren con un mensaje de agradecimiento y una “declaración” sin ambages: Sea para gloria de Dios. 

Lejos de ocultar su condición de católico, Moreno lo declara en su tarea profesional y, si le preguntas, responde de manera sencilla: “todo lo que tengo es gracias a Dios y por gracia de Dios. Soy un ejemplo claro. No tengo estudios, los pecados capitales me dan fuerte: soy inconstante, impulsivo… cosas que no ‘casan’ con un modelo perfecto”.

En los últimos años, su compañía ha crecido mucho: “Tenemos 71 tiendas y yo lo único que puedo decir es ‘Dios mio, ¡gracias!’. Gracias porque ha puesto esto en nuestras manos, por tantas personas que luchan cada día porque esta empresa vaya como va. Todo es gracias a Dios. Y también le doy gracias por poder dar ese testimonio. ¡Que Dios no permita que yo me vaya a esconder de una cosa que es de Él!”. 

Otra de las características de las tiendas de Álvaro Moreno es que, en muchas de ellas, varios de sus trabajadores son chicos y chicas con Síndrome de Down. Forman parte de su proyecto Tiendas con alma, una iniciativa que nació hace más tiempo para “devolver a la sociedad lo que nos da” y que, en los años que lleva ha resultado ser un canal de bendiciones para todos los empleados.

“ Veo a nuestros compañeros con Síndrome de Down y ¡es una gracia tan grande la que nosotros tenemos con ellos!, que son una bendición del cielo” destaca Moreno.

También las familias numerosas tienen especial trato en Álvaro Moreno con un descuento permanente en sus tiendas.

Modos diversos de “devolver” lo que reciben y que, eso sí, Moreno no quiere usar de “medalla” porque “se quedarían vacías si fuese sólo una manera de glorificarnos a nosotros mismos”.

“Dios no me ve como el empresario, sino como Álvaro, como marido, padre de mis cuatro hijos, compañero de mis compañeros»

Álvaro Moreno

“Le pido al Señor que me quite el yo”

¿Cómo reza Alvaro Moreno?, ¿qué pide al Señor una persona que dirige una empresa de la que dependen tantas personas? La pregunta no es fácil, aunque la respuesta es sencilla: “Muchas veces digo, Señor… ¡Hay qué ver!..  No te dejo hablar”, responde Álvaro Moreno.

“Muchos domingos, en el convento de San Pedro de aquí se Osuna, me pongo a hablar con el Señor y le empiezo a pedir, a pedir… Me doy cuenta que sólo le pido y le digo ‘háblame tú algo, Señor. ¡Venga’! Dime cómo podría yo también consolar un poquito tu corazón, cómo te podría ayudar… , y a los pocos minutos, ¡estoy otra vez pidiendo y dando gracias!”. 

“Yo le pido al Señor que me quite el ‘yo’”, añade Álvaro Moreno, “porque siempre tendemos mucho a ponernos por delante, y al final es contraproducente. Me doy cuenta que, cuando me quito yo (mi yo) estoy también más pendiente de los demás”. 

Moreno no ha dejado de ser el chaval de Osuna que empezó a trabajar en la empresa familiar “porque no me gustaba nada estudiar”. En el escaparate del mundo, Moreno es hoy un empresario de éxito, pero esto no es la base de su fe: “Yo no quiero al Señor porque me vaya bien. Cuando yo entré en esa misa, estaba en un momento bastante malo. Estaba perdido. Yo siempre, como empresario he sido muy precavido, no arriesgo. Y vino el COVID, los barcos venían, había que pagarlos  y veíamos cómo se iban los euros de la cuenta”.

Fue en ese momento, cuando se sentía “roto” cuando Dios vino a buscarle por medio de la Virgen y “me regaló una vida nueva. En esa vida es en la que Dios te da la humildad para pedir perdón, cosa que antes, no hacía y me mataba a mí y a los demás”.

Por eso, el empresario de éxito se queda a un lado ante el Sagrario, “Dios no me ve como el empresario, sino como Álvaro, como marido, padre de mis cuatro hijos, compañero de mis compañeros y es así como me quiere. Me quiere como una ovejilla de su rebaño, a la que conoce bien”. 

Los trascendentalistas: Emerson, Thoreau y Whitman

El trascendentalismo fue un movimiento filosófico, político y literario estadounidense que floreció aproximadamente entre 1836 y 1860. Las principales figuras del movimiento fueron Ralph Waldo Emerson, Henry David Thoreau, Margaret Fuller, Amos Bronson Alcott y Louisa May Alcott, pero se asocia también al trascendentalismo al conocido poeta Walt Whitman.

5 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

El trascendentalismo fue un movimiento filosófico, político y literario estadounidense que floreció aproximadamente entre 1836 y 1860. Comenzó como un movimiento de reforma dentro de la Iglesia unitaria que procuraba extender la aplicación del pensamiento de William Ellery Channing sobre el Dios interior y la significación del pensamiento intuitivo.

Para los trascendentalistas, el alma de cada individuo es idéntica al alma del mundo y contiene lo que el mundo contiene.​ Trabajaron con la sensación de que el advenimiento de una nueva era estaba al alcance de la mano, fueron críticos de su sociedad contemporánea por su inconformidad reflexiva y urgieron a que cada individuo buscara, en palabras de Ralph Waldo Emerson, «una relación original con el universo».

El trascendentalismo americano que propone Emerson parte del fundamento trascendental planteado por el filósofo alemán Immanuel Kant. Dicho fundamento es que los objetos no son cognoscibles en sí mismos, sino solo a través de la estructura espacial, temporal y categorial que el sujeto proyecta sobre el mundo. Partiendo de esta idea, Johann Gottlieb Fichte definió como idealismo trascendental a su metafísica del Yo y del No-Yo. Friedrich Schelling elaboró el sistema de idealismo trascendental y Arthur Schopenhauer llamó trascendental a la reflexión dirigida no a las cosas sino a la conciencia de ellas en cuanto meras representaciones.

Las principales figuras del movimiento fueron Ralph Waldo Emerson, Henry David Thoreau, Margaret Fuller, Amos Bronson Alcott y Louisa May Alcott. Se asocia también al trascendentalismo al amigo de Emerson y miembro del “Trascendental Club», Walt Whitman.

Ralph Waldo Emerson

Ralph Waldo Emerson (Boston, Massachusetts, 25 de mayo de 1803-Concord, Massachusetts, 27 de abril de 1882) fue un escritor, filósofo y poeta estadounidense. Líder del movimiento del trascendentalismo a principios del siglo XIX, el 5 de noviembre de 1833 dio una conferencia en Boston en la que sentó las bases de sus más importantes creencias e ideas, más tarde desarrolladas en su primer ensayo publicado sobre la Naturaleza: “La naturaleza es un lenguaje y cada nuevo hecho aprendido es una nueva palabra; pero este no es un lenguaje desarmado y muerto en un diccionario, sino un lenguaje puesto en conjunto en un sentido significativo y universal. Deseo aprender este lenguaje, no para conocer una nueva gramática, sino para poder leer el gran libro escrito en esa lengua”.

La filosofía de Emerson es típicamente liberal: potencia los valores del individuo y del yo, es afirmativa, vitalista y optimista. De ahí las alabanzas que mereció por parte de Friedrich Nietzsche. Fue un acérrimo antiesclavista. Hacia el final de su vida por momentos olvidaba su nombre y cuando alguien le preguntaba cómo se sentía, respondía: «bastante bien; perdí mis facultades mentales, pero estoy perfecto».

Henry David Thoreau

Su amigo Henry David Thoreau (Concord, 12 de julio de 1817-Concord, 6 de mayo de 1862) fue un escritor, poeta y filósofo estadounidense, de origen puritano, autor de “Walden” y «Sobre la desobediencia civil». Thoreau fue agrimensor, naturalista, conferenciante y fabricante de lápices. Uno de los padres fundadores de la literatura estadounidense, es también el conceptualizador de las prácticas de desobediencia civil.

​En su obra Walden escribe: “Fui a los bosques porque quería vivir solo, deliberadamente, para afrontar los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que tenía que enseñar y no descubrir, a la hora de la muerte, que no había vivido. No quería vivir lo que no era vida, ni quería practicar la renuncia, a menos que fuese necesario. Quería vivir profundamente y extraer toda la médula a la vida, vivir de una forma tan intensa y espartana que pudiese prescindir de todo lo que no era vida…”.

El 24 o 25 de julio de 1846, Thoreau se encontró con el recaudador de impuestos local, Sam Staples, que le pidió que pagara seis años de impuestos atrasados. Thoreau rechazó pagar debido a su oposición a la Intervención estadounidense en México y a la esclavitud, y pasó una noche en la cárcel por esta negativa. Al día siguiente, Thoreau fue liberado contra su voluntad cuando alguien, probablemente su tía, pagó el impuesto, en contra de sus deseos.

La experiencia tuvo un fuerte impacto en Thoreau, y dejaría escrito: «bajo un gobierno que encarcela injustamente a cualquiera, el hogar de un hombre honrado es la cárcel»; «cualquier hombre que tenga más razón que sus prójimos ya constituye una mayoría de uno»; «la bondad es la única inversión que nunca quiebra»; «haz que tu vida sea un freno para parar la máquina». Su ensayo sobre la desobediencia civil influyó poderosamente en Lev Tolstói y en Mahatma Gandhi.

Walt Whitman

Finalmente, Walter «Walt» Whitman (West Hills, Nueva York; 31 de mayo de 1819-Camden, Nueva Jersey; 26 de marzo de 1892) fue un poeta, enfermero voluntario, ensayista, periodista y humanista estadounidense. Su trabajo se inscribe en la transición entre el trascendentalismo y el realismo filosófico, incorporando ambos movimientos a su obra. Está considerado entre los más influyentes escritores del canon estadounidense y ha sido llamado el padre del verso libre.​ Era deísta y creía en la inmortalidad del alma.

Considerado como el padre de la poesía estadounidense moderna, su influencia ha sido amplia también fuera de ese país. Entre los escritores que se han visto marcados por su obra figuran Rubén Darío, Wallace Stevens, León Felipe, D.H. Lawrence, T. S. Eliot, Fernando Pessoa, Pablo de Rokha, Federico García Lorca, Hart Crane, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, Ernesto Cardenal, Henry Miller, Allen Ginsberg o John Ashbery, entre otros.

En 1855 publicaría su libro más famoso, “Hojas de Hierba”, donde aparece su más famoso poema:

¡Oh, mi yo! ¡oh, vida! de sus preguntas que vuelven,
Del desfile interminable de los desleales, de las
ciudades llenas de necios,
De mí mismo, que me reprocho siempre (pues,
¿quién es más necio que yo, ni más desleal?),
De los ojos que en vano ansían la luz, de los objetos
despreciables, de la lucha siempre renovada,
De lo malos resultados de todo, de las multitudes
afanosas y sórdidas que me rodean,
De los años vacíos e inútiles de los demás, yo
entrelazado con los demás,
La pregunta, ¡Oh, mi yo!, la pregunta triste que
vuelve - ¿qué de bueno hay en medio de estas
cosas, Oh, mi yo, Oh, vida?
Respuesta
Que estás aquí - que existe la vida y la identidad,
Que prosigue el poderoso drama, y que
Tú puedes contribuir con un verso.

En 1865 escribió el famoso poema “¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán!” en homenaje a Abraham Lincoln después de su asesinato.

España

Nuevos retos pastorales tras la plenaria de los obispos españoles

Los obispos españoles comienzan a definir las líneas pastorales para 2026-2030 y la aplicación del Documento Final del Sínodo de los Obispos.

Javier García Herrería·4 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Mons. César García Magán ha ofrecido una rueda prensa para dar cuenta de los trabajos de la asamblea de la plenaria de los obispos españoles y responder a las preguntas de los periodistas. En sus respuestas ha confirmado «el apoyo unánime» de los obispos españoles al acuerdo llegado entre el gobierno y el Vaticano, con la mediación del cardenal Cobo y el nuncio. También ha subrayado el respaldo de la Iglesia al plan de regularización de medio millón de inmigrantes.

Definición de líneas pastorales

Siguiendo la metodología sinodal, se desarrolló una “conversación en el Espíritu”, un método de discernimiento basado en el diálogo y la escucha activa. Tras una presentación inicial por parte de Mons. Luis Argüello, presidente de la CEE, «los obispos se organizaron en grupos para compartir sus reflexiones». En una primera ronda, cada obispo expuso su visión sobre las prioridades pastorales de la Iglesia en España.

Posteriormente, se destacaron los puntos más resonantes en cada grupo y, finalmente, se recogieron tres propuestas concretas que fueron presentadas en la sesión plenaria. Se subrayó la importancia de una pastoral cercana a las personas, «con especial énfasis en la escucha de los laicos, la juventud y las familias, así como el fortalecimiento de la identidad cristiana en un contexto social y cultural cada vez más secularizado».

En este contexto, se abordó también la aplicación del Documento Final de la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos. La intención es adaptar sus orientaciones a la realidad de las diócesis españolas, promoviendo una Iglesia más participativa, en comunión y en salida misionera.

Protección de menores y rendición de cuentas

En el marco de la prevención de abusos, el servicio de Coordinación y Asesoramiento de las Oficinas para la Protección de Menores presentó un balance de su actividad en 2024, destacando la formación de 225.000 personas en diócesis y congregaciones religiosas. En esas oficinas «también se han acogido 146 nuevos testimonios de abusos, 94 de los cuales no han tenido recorrido judicial, por fallecimiento del victimario o prescripción del delito».

Asimismo, la asamblea aprobó un nuevo modelo de rendición de cuentas económicas y de actividades de las entidades eclesiales, con el fin de homologar la transparencia y gestión financiera en la Iglesia española. El objetivo es que todas las instituciones tengan un modelo homologado de rendición de cuentas, de recogida de datos económicos y de la actividad que desarrollan las parroquias y otras instituciones eclesiales.

Nuevos proyectos pastorales

Los obispos aprobaron la participación en la conmemoración del 1.700 aniversario del Concilio de Nicea con un acto ecuménico en noviembre y respaldaron el proyecto “Recordar la santidad en la Iglesia particular”, que promoverá la memoria de santos y beatos locales en el marco del próximo Jubileo.

Además, se abordaron distintos temas presentados por las Comisiones Episcopales, incluyendo la regulación del nuevo Consejo General de la Iglesia en la Educación, que entre sus objetivos está abordar de manera conjunta los grandes desafíos que las entidades educativas católicas afrontan en la actualidad.