Vaticano

Francisco, primer Papa latinoamericano de la historia

El primer Papa americano en 21 siglos, y primer pontífice jesuita, el argentino Jorge Mario Bergoglio S.J., que tomó para sí el nombre de Francisco el 13 de marzo de 2013, ha estado al frente de la Iglesia católica 12 años y 1 mes. Tras la sorprendente renuncia de Benedicto XVI, llegó la elección del primer Papa de América, hijo de inmigrantes italianos.

Francisco Otamendi·21 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

Francisco fue nombrado arzobispo de Buenos Aires (Argentina) en 1998, y cardenal en 2001 por san Juan Pablo II. Tras la renuncia de Benedicto XVI y su elección como Sucesor de Pedro (el 266) en el cónclave de 2013, ha sido el tercer Papa que ha gobernado la Iglesia católica con más edad (88 años), tras León XIII, que llegó a los 93 años y Agatón, del siglo VII, que supuestamente llegó a los 102 años, 

Vitalidad

Con sus capacidades y una gran fuerza de voluntad, a pesar de sus problemas de salud, el Papa argentino ha mantenido hasta hace bien poco sus intensos compromisos de agenda en el Sínodo sobre la sinodalidad y en el Jubileo de la Esperanza 2025.

Como fiel reflejo de su vitalidad, el 22 de junio de 2021, en plena pandemia del Covid-19, con 84 años, dio a conocer su Mensaje para la Primera Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, que convocó, y que se celebró ese mismo año el 25 de julio, en torno a la festividad de San Joaquín y Santa Ana (26 de julio). En la Jornada de 2024 presidió un encuentro festivo con miles de abuelos, nietos y ancianos, con 87 años.

Últimas autobiografías

En estos años, el Papa Francisco, quizá notando el peso de la edad, ha ido concediendo a algunos periodistas entrevistas largas en un género que podría considerarse autobiográfico.

En esta línea están ‘Vida. Mi historia a través de la Historia’ (Harper Collins), con el vaticanista Fabio Marchese. Y recientemente, ‘Esperanza’ (Penguin Random House), del también italiano Carlo Musso, en el que el Papa relata episodios de su infancia y adolescencia, y dos atentados fallidos durante su viaje a Irak, por ejemplo.

Hijo de emigrantes, sacerdote jesuita, obispo, cardenal

Su biografia oficial vaticana señala, como es sabido, que el Papa Francisco nació el 17 de diciembre de 1936, hijo de emigrantes piamonteses, y tuvo cinco hermanos. Su padre, Mario, era contador, empleado en ferrocarril, y su madre, Regina Sivori, se ocupaba de la casa y de la educación de los cinco hijos. La cualidad de emigrante le marcaría toda su vida, y de modo especial en sus años de Pontificado. 

Jorge Mario Bergoglio se diplomó como técnico químico, y percibió la llamada al sacerdocio, entrando en el seminario diocesano de Villa Devoto. Tras el noviciado y los estudios, obtuvo la licenciatura en Teología, y se ordenó sacerdote el 13 de diciembre de 1969.

Prosiguió luego la preparación en la Compañía en Alcalá de Henares (España), y el 22 de abril de 1973 emitió la profesión perpetua. De nuevo en Argentina, el P. Bergoglio fue elegido provincial de los jesuitas, ultimó la tesis doctoral en Alemania, y al volver, fue director espiritual y confesor.

El cardenal Antonio Quarracino le llamó como su colaborador en Buenos Aires y san Juan Pablo II le nombró obispo auxiliar de Buenos Aires en 1992. Eligió como lema ‘Miserando atque eligendo’ (Lo miró con misericordia y lo eligió). En 1998, tras fallecer el cardenal, le sucedió como arzobispo y primado de Argentina, y en 2001, el Papa Wojtyla le creó cardenal.

Hechos premonitorios 

En sus años como cardenal, pueden destacarse algunos hechos significativos. 

1) En octubre de 2001, tras el 11-S, fue relator general adjunto para la décima asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos, dedicada al ministerio episcopal. En el Sínodo subrayó la “misión profética del obispo”.

2) En abril de 2005 participó en el cónclave en el que es elegido Benedicto XVI, y con el paso de los años se fue filtrando que fue el segundo cardenal más votado, tras Ratzinger.

Aparecida, Brasil

3) Del 13 al 31 de mayo de 2007 tuvo lugar la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y El Caribe, en el santuario de ‘Nossa Senhora da Imaculada Conceiçâo Aparecida’, en Brasil. 

El cardenal Bergoglio participó como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y fue elegido presidente de la Comisión de Redacción. El tema de la asamblea fue ‘Discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida’. 

Años más tarde, ya elegido Papa, en su viaje apostólico a Brasil para la Jornada Mundial de la Juventud en julio de 2013, Francisco diría a los obispos brasileños que “la Iglesia siempre tiene necesidad apremiante de no olvidar la lección de Aparecida, no la puede desatender (…). Dios quiere manifestarse precisamente a través de nuestros medios, medios pobres, porque siempre es Él quien actúa”.

4) En las reuniones de cardenales previas al cónclave de 2013, para elegir al sucesor de Benedicto XVI, el cardenal Bergoglio tuvo alguna breve intervención determinante, según se ha filtrado. Ahí estaba el germen de la ‘Evangelii gaudium’, su exhortación programática.

El Papado

Diversos cardenales y teólogos han calificado su Pontificado como “pastoral”. Aquí, simplemente puede recordarse su clamor en Lampedusa ante la “globalización de la indiferencia” en torno a los migrantes (11 de julio de 2013), sus encíclicas, su denuncia de los abusos, el clamor por los pobres y por la paz ante las guerras, el diálogo interreligioso, las canonizaciones, o algunas palabras clave que resumen sus años como Pastor de la Iglesia Universal. Por ejemplo, las nueve que mencionó el redactor de Omnes en Roma, Giovanni Tridente, hace un par de años, que quizá ahora se convertirían en 10, con el Año Jubilar de la Esperanza 2025 que ha comenzado. Descanse en paz el Papa Francisco.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

Muere el Papa Francisco a los 88 años

El Papa Francisco ha fallecido en la Casa Santa Marta, tras dos meses recibiendo tratamiento médico por lo que empezó siendo una bronquitis.

Paloma López Campos·21 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El Papa Francisco ha muerto. Así lo confirma la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en un comunicado donde indica que el Pontífice falleció a las 7:35 de la mañana del 21 de abril de 2025:

«Hace poco Su Eminencia, el cardenal Farrell, anunció con dolor el muerte del Papa Francisco, con estas palabras:

‘Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar la muerte de nuestro Santo Padre Francisco.

A las 7:35 de esta mañana el Obispo de Roma, Francisco, ha regresado a la casa del Padre. Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia.

Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados.

Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al infinito amor misericordioso de Dios uno y trino'».

Tras meses recibiendo tratamiento por lo que empezó siendo una bronquitis en febrero, el Santo Padre ha muerto en la Casa Santa Marta, a pesar de que había recibido el alta del hospital. El Pontífice hizo varias apariciones públicas en los últimos días con motivo de las celebraciones de Semana Santa y del Domingo de Resurrección.

A lo largo de los próximos días quien lo desee podrá acudir al Vaticano a despedirse por última vez del Papa argentino, cuyo cuerpo descansará después del funeral en la basílica de Santa María la Mayor.

Evangelización

La afectividad, y el cardenal Artime, en la Semana de Vida Consagrada

La afectividad en la vida consagrada, y la presencia del cardenal salesiano Ángel Fernández Artime, pro prefecto del Dicasterio para los Institutos de vida Consagrada, centran la atención de la Semana de la vida religiosa de finales de abril.  

Francisco Otamendi·21 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La afectividad en los consagrados, con el lema ‘Lo afectivo es lo efectivo’, es el tema central de la Semana Nacional para los Institutos de Vida Consagrada que tendrá lugar en Madrid del 23 al 26 de abril. El cardenal salesiano Fernández Artime, pro-prefecto del Dicasterio para estos Institutos y Sociedades de Vida Apostólica, se dirigirá por vez primera a los consagrados en España, el sábado día 26, con el tema ‘La Misión en la Vida Consagrada: una tarea del corazón”.

Interpelación de la encíclica ‘Dilexit Nos’

El Instituto Teológico de Vida Religiosa de Madrid (ITVR) ha presentado hace unos días esta Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada, que alcanza su edición número 54.

El profesor Antonio Bellella, cmf, director del ITVR, señaló que “este año queremos poner en primer plano la fuente y raíz de las fuerzas, convicciones y pasiones del ser humano, respondiendo así a la interpelación de la cuarta encíclica del Papa Francisco, ‘Dilexit nos’: necesitamos recuperar la importancia del corazón’”.

“Hoy empezamos la cuenta atrás y, simultáneamente, terminamos el largo proceso de preparación que comenzó el año pasado al finalizar el congreso anterior”, comenzó explicando el religioso. 

Presencia y on line

La convocatoria de este año vuelve a ser bimodal: centenares de consagrados se encontrarán entre el 23 y el 26 de abril en el Aula Magna de la Universidad San Pablo-CEU de Madrid. 

Y además, refiriéndose al seguimiento online, en directo y en diferido: “nos consta y honra que muchas comunidades, en España y América Latina, visualizan los videos de las conferencias en sus momentos de formación permanente a lo largo del año”, añadió el profesor Bellella. “Gracias al seguimiento online de la Semana, el dónde y el cuándo y el cuántos se multiplican”, completó.

Algunos ponentes y cuatro núcleos 

La Eucaristía de inauguración será oficiada por Monseñor Vicente Martín, obispo auxiliar de Madrid. “El programa que nos ofrece el ITVR cuenta con ponentes de primer nivel, como Carme Soto, ssj; Adrián de Prado, cmf; Rufino Meana sj; o Alicia Villar”, señaló el director, quien subrayó la presencia del cardenal Fernández Artime, que  “por primera vez se dirigirá a la vida consagrada en España desde el cargo que ocupa”. 

En la Semana están previstos cuatro grandes áreas o núcleos, “inspirados en otros tantos versículos bíblicos”, cuyo esquema en el programa puede ver aquí.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

El Papa Francisco da la bendición Urbi et Orbi y recorre la plaza en papamóvil

El Papa sorprende a todos y permanece una hora en la Plaza de San Pedro.

Redacción Omnes·20 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Bajo un cielo claro y soleado, más de 35.000 personas se congregaron este Domingo de Resurrección en la Plaza de San Pedro, según cifras del Vaticano, para celebrar la Misa de Pascua. La liturgia fue presidida por el cardenal Angelo Comastri, arcipreste emérito de la Basílica de San Pedro y vicario general emérito de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano. La celebración culminó con la tradicional bendición Urbi et Orbi desde el balcón central de la basílica vaticana.

La aparición del Papa y su mensaje

El Papa Francisco accedió al balcón de las bendiciones a través de una rampa, visiblemente frágil, en silla de ruedas y sin oxígeno asistido. Sorprendió un leve retraso de tres minutos en la apertura del telón rojo del balcón, algo inusual en una ceremonia medida al segundo.

Sin embargo, la espera se disipó con la aparición del Pontífice, que saludó a los presentes con un “Queridos hermanos y hermanas, ¡buena Pascua!”, antes de delegar la lectura del mensaje pascual en Mons. Diego Ravelli, maestro de las celebraciones litúrgicas pontificias.

Un repaso al mundo herido

El mensaje, como es tradición, incluyó una llamada a la paz y la reconciliación global. Francisco expresó su preocupación por los múltiples focos de conflicto, desde la violencia contra las mujeres, las guerras en Gaza, Ucrania y Armenia, así como el preocupante repunte del antisemitismo en el mundo.

Tras el discurso, se recordó a los fieles la posibilidad de obtener la indulgencia plenaria, y el Papa impartió la bendición final. A pesar de su estado de salud delicado, lo hizo con voz clara.

En total, Francisco permaneció en el balcón durante unos 20 minutos sin mostrar signos visibles de fatiga, confirmando una cierta estabilidad en su recuperación.

Por último, para sorpresa de todos, tras la bendición bajó a la plaza y la recorrió en el papamóvil para saludar a los fieles allí congregados. Lógicamente no lo hizo saludando a los fieles con la efusividad habitual en este tipo de recorridos, pero sí estuvo otra media hora recorriendo la plaza hasta la Via de la Conciliacione. Es la primera vez que el Papa recorría la plaza en papamóvil desde su ingreso hospitalario.

«Sentir en mí el poder de su resurrección» (Flp 3, 10)

El poder, la fuerza de la resurrección, es introducirnos para siempre en la vida y gozo de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

20 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

«Todo para conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección, y la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, con la esperanza de llegar a la resurrección de entre los muertos» (Flp 3, 10 -11). Esta afirmación de san Pablo en su carta a los Filipenses la escribe el apóstol en un contexto polémico. Quiere poner en guardia, con gran fuerza, a sus destinatarios frente a los judaizantes para establecer que la única salvación viene por la fe en Cristo Jesús. Todo lo considera el apóstol una pérdida en comparación con Cristo Jesús. Él – que podría gloriarse de ser linaje de Israel, ya que pertenece a la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos – todo lo tiene por basura a fin de ganar a Cristo. Este ganar a Cristo lo centra el apóstol en «sentir (en Él) el poder de su resurrección».  

La fe en Cristo tiene como fin conocerle (amarle) y sentir en Él el poder de su resurrección. Sentir en Él el poder de su resurrección es como el fin, la meta; pero no se llega a esta meta si no tengo «comunicación en sus padecimientos, configurándome conforme a su muerte».

La Resurrección como meta

La vida cristiana tiene, como es lógico, su centro y su eje en Cristo, en la identificación con Cristo. La primera predicación cristiana al pueblo judío, contenida en el discurso de san Pedro y trasmitida por los “Hechos de los Apóstoles”, no presenta de inmediato al Verbo eterno, sino al Verbo encarnado, es decir, a Jesús, a quien ellos han conocido, visto y tratado, que ha caminado por sus calles y al cual han entregado a la muerte por medio de Pilato.

San Pedro pone el acento en este Jesús, en este «siervo Jesús» que, sin embargo, ha sido elevado a la diestra de Dios, es decir, igual a Dios, por su muerte y resurrección. Cuando san Pablo afirma perseguir «el sentir en él el poder de su resurrección» nos está indicando cuál es la meta de nuestra identificación con los padecimientos del «siervo Jesús». Esa meta es la vida divina, la participación en la vida y felicidad de Dios. El poder, la fuerza de su resurrección es introducirnos para siempre en la vida y gozo de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Por eso, todo lo demás es basura. Jesús es nuestro único Salvador: «No hay salvación en otro alguno. Porque no ha sido dado otro nombre a los hombres bajo el cielo, en el que hayan de salvarse» (Hch, 4, 12). ¡¡Feliz Pascua de resurrección!!

El autorCelso Morga

Arzobispo emérito de la diócesis de Mérida Badajoz

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Mundo

Auge de bautismos de adultos en la Vigilia Pascual

En la Vigilia Pascual de este sábado por la noche, numerosos jóvenes y menos jóvenes, catecúmenos adultos, se bautizan en la Iglesia católica. El auge es creciente, y en países como Francia, espectacular. También en Escocia, Bélgica, diócesis españolas como Getafe, o Malasia (Asia). Buscan un sentido a sus vidas, alegría, paz, la Luz de Cristo.  

Francisco Otamendi·19 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 8 minutos

Los bautismos de adultos se multiplican en Europa y otros países. La noche del sábado, en la Vigilia de Pascua, el cirio pascual ilumina la oscuridad para representar la victoria de Cristo sobre la muerte, con su Resurrección. Una Luz y un gozo que buscan miles de jóvenes, que recibirán los sacramentos de iniciación cristiana, Bautismo, Confirmación y Eucaristía. Francia lidera los bautismos en Europa.

“Nos hiciste, Señor, para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”, escribió san Agustín en las ‘Confesiones’. Eso parecen buscar los jóvenes adultos que se bautizarán en la noche de Pascua de este sábado.

17.800 bautismos en Francia, un 45 % más

Solo en Francia se bautizarán 10.384 adultos y más de 7.400 adolescentes de 11 a 17 años. Esto eleva a más de 17.800 el número total de catecúmenos que se bautizarán este año en el país galo, lo que supone un aumento del 45 % para los adultos respecto a 2024.

Los datos corresponden a ‘Eglise catholique en France’, medio editado por la Conferencia de obispos de Francia. Los obispos están sorprendidos de las peticiones de bautismo, porque se superan las cifras récord recogidas el año pasado.

El medio asegura que los datos son los más elevados jamás registrados desde que la Conferencia de obispos franceses (CEF) creó esta encuesta hace más de veinte años (en 2002). Además, se ha confirmado una tendencia observada en el trabajo del año pasado. La creciente proporción de jóvenes entre los catecúmenos, que ahora constituyen la mayoría.

Vista la demanda, la publicación ha ofrecido este mismo viernes un trabajo titulado Qui sont les catéchumènes?, en el que explica que “estos jóvenes y adultos proceden de los cuatro puntos cardinales de Francia y de orígenes diversos. Todos ellos han emprendido un viaje para descubrir la fe cristiana”.

“Una Iglesia catecumenal”

Más de 45.000 jóvenes de Francia participaron en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa, un 50 % más de lo esperado. Las solicitudes de bautismo de adultos están aumentando aceleradamente. ¿Cómo interpreta estos datos?, le preguntó hace unos días Le Pélerin, al arzobispo Eric de Moulins-Beaufort, presidente todavía de la Conferencia de obispos franceses (el cardenal de Marsella, Jean-Marc Aveline, será el nuevo presidente).

En su respuesta, el arzobispo francés señaló que “a la JMJ van jóvenes católicos ya involucrados con parroquias, movimientos”. Pero “acoger a los catecúmenos renueva nuestra Iglesia. Los que piden el bautismo, y que recibimos como un don de Dios, representan un fenómeno un poco diferente. La descristianización puede traducirse en un renovado interés por las religiones. Algunos, a la edad en la que se hacen elecciones personales, quieren convertirse en cristianos”.

“Más pacíficos, capaces de relaciones con los demás”

“Los catecúmenos que me escribieron el año pasado antes de su bautismo decían todos, de una forma u otra, que acercarse a Cristo los había pacificado, hecho capaces de relaciones diferentes con los demás. Nos convertimos en una Iglesia catecumenal, después de haber sido una Iglesia de la transmisión familiar. Si los jóvenes vienen a nosotros, es para poner sus vidas bajo la luz de Dios”, añade.

Responsables de Oficinas de Pastoral Juvenil y Vocaciones, han calificado esta tendencia de los estos bautismos de adultos como “un fenómeno masivo,” que lleva desarrollándose durante los últimos años y que “crece de forma constante”.

Bélgica, tendencia al alza

En un país vecino, Bélgica, la tendencia es alcista también. Los bautismos de adultos se han duplicado en diez años, aunque las cifras se difunden con mayor discreción. La Conferencia Episcopal belga ha informado que en 2024 se registraron 362 bautismos de adultos, lo que representa casi el doble de la cifra de 186 adultos registrados en 2014.

Aunque no se dispone de datos específicos para 2025, la tendencia creciente en el número de adultos que buscan el bautismo sugiere que es probable que esta cifra siga aumentando. En 2025 podrían superar los quinientos, en un país en el que el número de personas que se declaran católicos está por debajo del 60 por ciento.

Jóvenes en Edimburgo (Escocia): reacción ante la superficialidad

“Nunca había pensado en lo profundamente arraigada en el amor y la humanidad que estaba la fe católica”, ha manifestado Ilhan Alp Yilmaz, estudiante turco de 23 años. Se trata de una de las 33 personas, en su mayoría jóvenes adultos, de la parroquia de St James, en St Andrews, en Edimburgo (Escocia), que se convertirán al catolicismo en Pascua.

Ilhan dice que se sintió atraído por el catolicismo por “un sincero sentimiento de agradecimiento por todo lo que había en mi vida”. Ha disfrutado del proceso del Rito de Iniciación Cristiana de Adultos (RICA) en la parroquia. “Aprendiendo algo nuevo cada semana sobre la fe, amenizado hasta la saciedad por el ingenio de monseñor Burke”.

Monseñor Patrick Burke, párroco de St James, ha comentado: “Creo que (esto) está ocurriendo porque los jóvenes son conscientes de cierta superficialidad en la cultura contemporánea y buscan una verdad y un significado más profundos”.

“Buscan la trascendencia”

Una reciente encuesta encargada por la Sociedad Bíblica y realizada por YouGov descubrió lo que muchos sacerdotes han notado en los últimos años: más adultos jóvenes asisten a la Iglesia. 

«Creo que también están buscando comunidad y pertenencia y un reconocimiento de que mucho de lo que promete la cultura contemporánea de las celebridades en realidad no produce una profunda felicidad”, añade monseñor Burke.

«Cuando estaba en la catedral de Santa María en Edimburgo, nos sorprendió la cantidad de jóvenes que querían unirse a RCIA”. “La Iglesia Católica ofrece significado, belleza, verdad y trascendencia… Creo que están buscando la trascendencia».

“El coraje de los jóvenes”

Este sábado, el arzobispo Cushley celebrará la misa de la Vigilia de Pascua a las 8:00 pm. en la catedral de Santa María en Edimburgo, en Escocia, donde 12 catecúmenos y 21 candidatos serán recibidos en comunión plena con la Iglesia Católica.

A su juicio, “el coraje silencioso de cualquier joven que elija la fe es una señal de que Dios todavía está trabajando en nuestro mundo”.

Otros jóvenes que se bautizarán este sábado son Alexander Peris, de 20 años, del grupo de la parroquia de St. James, estudiante de Pittsburgh, Pensilvania. O Jessica Hrycak, 19 años, de Milton Keynes, y de la misma parroquia de San Jacobo.

Jessica Hrycak y el turco Ilhan Alp Ylmaz

Jessica Hrycak dice: “Crecí en un hogar cristiano, pero no fue hasta la Universidad cuando decidí tomar mi religión más en serio. “Mis amigos en Halls siempre tenían debates religiosos a la hora de comer, y así es como empecé a aprender sobre el catolicismo. “A partir de ahí, comencé a ir a misa, ya que sus conversaciones me habían atraído a la Iglesia católica”.

El citado lhan Alp Yilmaz, de Estambul, señala: “Mi hermana y yo fuimos criados como irreligiosos, por lo que mi conocimiento de cualquier religión era bastante escaso”.

«Nunca consideré cuán profundamente arraigada estaba la fe católica en el amor y la humanidad y me sorprendió que sus creencias fueran holísticas y no una serie de doctrinas desconectadas. He disfrutado aprendiendo algo nuevo cada semana sobre la fe”.

Getafe: 33 catecúmenos de varios países

Un total de 33 catecúmenos, curiosamente como en Edimburgo, recibirán los sacramentos de iniciación cristiana en la diócesis de Getafe (España), en la Vigilia Pascual de este sábado. Lo harán en la catedral Santa María Magdalena y en la basílica del Sagrado Corazón de Jesús de la localidad madrileña. La primera estará presidida por el obispo diocesano, Mons. Ginés García Beltrán y la segunda, por el auxiliar, Mons. José María Avendaño

Los catecúmenos provienen de países como Congo, Perú, Marruecos, Venezuela y Alemania, además de varios lugares de España. “Estos adultos, con edades comprendidas entre los 17 y 66 años”, informa la diócesis, “han recorrido un largo y profundo proceso de formación».

Los catecúmenos han aprendido y vivido la fe cristiana, siguiendo el Ritual de Iniciación Cristiana de Adultos (RICA). Entre ellos, se encuentran Irene Casado, joven profesora del Colegio Arenales de Arroyomolinos ,o Lorena Millán, de la parroquia Santos Justo y Pastor de Parla. Una de las catequistas, Carmen Iglesias, asegura que esta celebración es una gran alegría: “Ver cómo el Señor llama y les toca el corazón en un momento de sus vidas, y que los llama al Bautismo, es un gozo”.

Madrid, Barcelona

También en la catedral de La Almudena, de Madrid, habrá varios adultos que recibirán los sacramentos de la iniciación cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía, en una ceremonia presidida por el cardenal José Cobo. La archidiócesis ha contado, por ejemplo, la historia de Jorge (40 años) y Laura (36 años), su esposa, de la parroquia de Las Tablas, donde se casaron hace diez años. 

“El suyo fue un matrimonio con disparidad de culto porque Jorge no estaba bautizado. Laura supo respetarle. ‘Hay quien se bautiza porque se va a casar, pero yo no quería eso para Jorge’. Y así, él ha tenido tiempo para ir haciendo su propia historia de amor con Dios que culminará en la Vigilia Pascual en la catedral de la Almudena, el Sábado Santo 19 de abril’.

En Barcelona también habrá catecúmenos que recibirán los sacramentos de la iniciación cristiana, tras una preparación dirigida por el obispo auxiliar Mons. David Abadías. Según explica Mn. Felip Juli Rodríguez Piñel, responsable del Servicio diocesano para el Catecumenado, las catequesis se han llevado a cabo mensualmente y son impartidas por el obispo. «El obispo es el primer responsable del catecumenado y es importante que los catecúmenos reciban su catequesis”, subraya.

Argüello: el corazón humano, en permanente búsqueda

El entonces secretario general de la Conferencia Episcopal española, ahora presidente, el arzobispo Luis Argüello, manifestó en junio de 2022 que «ciertamente hay un incremento de los bautismos de adultos”. 

“El bautismo de adultos se está produciendo por diversos motivos”, añadió Arguëllo. “El primero es que hay personas que en relación con otros creyentes expresan su deseo de conocer y compartir la fe. (…) “El corazón humano”, prosiguió, “es un corazón inquieto que está siempre en permanente búsqueda. Hay personas que vuelven a descubrir que Jesucristo, y su Evangelio, es una buena propuesta para vivir y quieren vivirla con otros en una compañía que es la Iglesia”.

Por otra parte, la propia Conferencia Episcopal anunció en 2023 que, según los datos correspondientes a 2022, se había producido un aumento de los bautizos

Malasia, más de dos mil

Buena prueba de esa inquietud del corazón son, por citar un país asiático, los más de dos mil jóvenes y adultos que reciben el bautismo en la Vigilia Pascual en Malasia: 1.047 nuevos bautizados en Malasia Peninsular y un número equivalente en el Borneo malayo, informa la agencia Fides.

Canadá percibe el mismo fenómeno

En diversas regiones de Canadá, marcadas por la creciente secularización, también comienzan a surgir signos esperanzadores de un renacimiento católico. En Nanaimo, Columbia Británica, el padre Harrison Ayre, párroco de San Pedro, ha visto cómo la asistencia a misa pasó de 650 personas a principios de 2024 a 1.100 en apenas unos meses. Además del aumento de fieles, ha crecido la participación juvenil y el número de catecúmenos adultos. Una de las mayores sorpresas fue una reciente jornada de confesiones durante la Cuaresma, en la que 225 personas acudieron a reconciliarse a lo largo de 12 horas ininterrumpidas. “Creo que será uno de esos días que guardaré en mi memoria como sacerdote. Sentí una gran satisfacción”, expresó Ayre.

En el Santuario Católico Ucraniano de San Juan Bautista, en Ottawa, el diácono Andrew Bennett observa un fenómeno similar: el número de jóvenes asistentes a las vísperas del sábado se ha duplicado en los últimos cinco años, pasando de 30 a entre 60 y 70 personas cada semana. Mientras tanto, en Montreal, la reactivación de la tradicional Caminata del Sábado de Ramos, tras la pausa de la pandemia, ha superado todas las expectativas: de 750 participantes en 2024 se ha pasado a casi 4.000 en 2025. Estos brotes de vitalidad, en ciudades como Nanaimo, considerada la más secular de Canadá, reflejan una nueva apertura a la fe, especialmente entre los jóvenes.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

Giampietro Dal Toso: “La fuerza de la diplomacia vaticana no es militar, está en la palabra”

Giovanni Pietro Dal Toso es nuncio apostólico en Chipre y Jordania. Antes de representar al Papa Francisco en estos países, ejerció como secretario delegado del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y como presidente de las Obras Misionales Pontificias.

Paloma López Campos·19 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 6 minutos

Giovanni Pietro Dal Toso es nuncio apostólico en Jordania y Chipre desde 2023. Es Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana y licenciado en Derecho por la Pontificia Universidad Lateranense.  Siendo secretario delegado del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el Santo Padre confió en él en 2017 para que visitara Alepo durante el conflicto en Siria, con el objetivo de acompañar a los cristianos que sufrían por la guerra y por los ataques terroristas.  Ese mismo año comenzó su presidencia en las Obras Misionales Pontificias.

La experiencia de Dal Toso en lugares de conflicto donde conviven distintas religiones le aporta una visión valiosa para la Iglesia y la misión diplomática vaticana que, en sus propias palabras, promueve la consideración de “los problemas a la luz de principios éticos”, poniendo en el centro “el bien de las personas, que es el verdadero criterio que la política tiene que perseguir”.

¿Qué desafíos enfrenta la Iglesia en su labor pastoral en un contexto tan plural como el de Jordania y Chipre, donde conviven diversas religiones y culturas?

—Como bien dice, la situación de Jordania y Chipre es muy diferente desde un punto de vista histórico y religioso. Empiezo con los aspectos que son más parecidos. De hecho, políticamente, hay una gran cooperación entre estos dos países. En pocas palabras: como Chipre es el puente entre oeste y este, así Jordania es el puente entre este y oeste. Chipre es el lado de la Unión Europea más cercano al Oriente Medio, y Jordania es el país más cercano al Occidente de entre los países árabes. La cuestión de la inmigración también les une, porque en Jordania hay refugiados de Palestina, Siria e Iraq, mientras que Chipre es el país europeo que más porcentaje tiene de inmigrantes, porque, como sabemos, muchos ven en Chipre la puerta de acceso a Europa. 

Desde un punto de vista sociológico, religiosamente la situación es completamente diferente. Jordania es un reino donde la gran mayoría de la población es musulmana, mientras que en Chipre, por lo menos en la parte meridional, la población es sobre todo ortodoxa y de cultura griega; en la parte ocupada del norte casi todos pertenecen al Islam. Pero como las cosas nunca son simples, hay que hacer otra distinción. El Patriarcado latino de Jerusalén se extiende en Jordania y en Chipre: o sea el Ordinario para los católicos latinos en los dos países es el Patriarca de Jerusalén. En Jordania hay también una diócesis griego-melkita, y feligreses de rito siro-católico, caldeo, maronita y armenio, o sea seis ritos católicos, mientras que hay también cristianos ortodoxos, anglicanos y protestantes. En Chipre, junto a la comunidad latina, pervive después de 1000 años una importante comunidad maronita, con un arzobispo propio. 

Como se ve, la situación es bastante compleja. Es una riqueza tener tantos ritos, pero esto puede ser también una debilidad, siendo los católicos numéricamente pocos.  

¿Cuál considera que es el papel de la diplomacia vaticana en la promoción de la paz y el diálogo interreligioso?

—La promoción de la paz, junto con la ayuda a la misión específica de la Iglesia, es una prioridad para la diplomacia vaticana, y no solo en el Medio Oriente. La palabra del Santo Padre siempre exhorta a la paz entre naciones, y siempre indica la vía del diálogo, y no del conflicto, como vía hacia la convivencia entre los pueblos. Queda claro que en la situación del Oriente Medio todo esto tiene un valor particular, porque esta región sufre desde largo tiempo de conflictos en y entre diferentes países. 

La fuerza de la diplomacia vaticana no es una fuerza económica o militar, sino que se realiza mediante la palabra, la exhortación a considerar los problemas a la luz de principios éticos para el bien de las personas, que es el verdadero criterio que la política tiene que perseguir.

El Papa Francisco ha subrayado también el principio de la fraternidad: hay que mirar al otro como hermano, porque compartimos la misma humanidad, y no como enemigo o extraño. Esta visión del Papa se ha realizado en particular con el documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Humana y la Convivencia Común, que él firmó en 2019 en Abu Dhabi con el Rector de la Universidad Al Azhar del Cairo. Esto significa que el diálogo entre las diferentes religiones también puede basarse sobre el principio de la fraternidad y en este sentido contribuir a la paz.

¿Cómo describiría la relación entre la Iglesia católica y las otras comunidades religiosas en Jordania?

-—Si hablamos de otras comunidades religiosas en Jordania hay que distinguir entre comunidades cristianas y comunidades no cristianas. La gente normalmente no pone mucha atención a si la persona es católica u ortodoxa: en el lenguaje común se distingue entre cristianos y musulmanes. Jordania es un país conocido por las buenas relaciones entre cristianos y musulmanes. No puedo olvidar un acontecimiento en los primeros meses de mi misión, cuando en una homilía hablé de la coexistencia entre cristianos y musulmanes. Después de la celebración un señor cristiano se me acercó diciéndome que no hay que hablar de coexistencia, sino de familiaridad. Así se ven las buenas relaciones entre las dos comunidades.

Esto no significa que no haya a veces tensiones, especialmente en momentos históricos cuando el radicalismo toma fuerza. Pero tengo que añadir también que la Casa Real de Jordania apoya mucho la armonía entre religiones. En este sentido merece la pena recordar el Institute for Interfaith Studies, fundado en el 1994 por el príncipe Hassan, tío del rey Abdullah II, que promueve el diálogo interreligioso, no solo en Jordania. 

En Jordania, los cristianos constituyen una pequeña parte de la población. ¿Qué retos enfrenta la Iglesia en su misión pastoral allí, y qué medidas se están tomando para apoyar a la comunidad cristiana local?

—El reto más serio para nuestros cristianos, sobre todo los jóvenes, es la “utopía de Occidente”. Muchos quieren dejar el país para trasladarse a Europa, América o Australia. Este fenómeno se encuentra en todo el Oriente Medio y nos preocupa mucho, porque los cristianos forman parte integral del mundo árabe. A veces me preocupa que en Occidente “árabe” significa “musulmán”. No es así. Aunque pequeña, la población cristiana ha contribuido muchísimo, y sigue contribuyendo, al bien de las sociedades en el Medio Oriente. Esto es un hecho histórico.

Pero la cuestión no concierne solamente el aspecto social: las comunidades cristianas de aquí son los herederos directos de las primeras comunidades cristianas. Aquí en Jordania hay muchísimos restos de los primeros siglos cristianos. El hecho de que los cristianos quieran dejar estos países es un reto en muchos sentidos.

También es importante recordar que el secularismo influye en todos lugares, particularmente a través de los medios. Es una cultura penetrante, que no se detiene frente a nada y que percibimos en nuestras regiones. Una señal clara en este sentido es la baja de las respuestas a las vocaciones sacerdotales y religiosas. Por esto sigue siendo prioritaria la formación en la fe, sobre todo para los jóvenes.

Chipre ha sido históricamente una isla dividida, con tensiones entre las comunidades que la integran. ¿Cómo se vive el trabajo de la Iglesia en este contexto político y social? ¿Qué esfuerzos realiza la Iglesia para promover la reconciliación?

—La división de la isla de Chipre se remonta a 1974, cuando las tropas turcas invadieron la isla y proclamaron una República independiente, que sin embargo no es reconocida internacionalmente, excepto por Turquía. Está claro que esta división marca profundamente a la isla, porque a lo largo del tiempo ha provocado graves sufrimientos. Muchos han tenido que abandonar sus hogares y posesiones para mudarse a una u otra parte de la isla. No todas estas heridas han sanado. Se hicieron intentos de reconciliación entre las partes, pero lamentablemente no dieron frutos.

Incluso en este caso la Iglesia puede hacer poco, sobre todo porque, como hemos dicho, es una pequeña minoría. Pero también en este caso, por ejemplo, se intenta promover el diálogo interreligioso con algunas iniciativas. Sin embargo, en este momento el papel de la Iglesia católica en Chipre, especialmente la de rito latino, es adaptarse a las nuevas circunstancias en las que lleva a cabo su misión. Me refiero al hecho de que el número de inmigrantes católicos procedentes de África, por ejemplo, que necesitan atención pastoral, está en constante crecimiento. Por ello, se están fortaleciendo las estructuras pastorales en la isla y el año pasado también fue ordenado un obispo latino como Vicario Patriarcal de Jerusalén, para dar una configuración más plena a esta Iglesia. La parte de rito maronita, sin embargo, ha crecido mucho en los últimos años porque muchos libaneses, ante la incertidumbre de la situación en el Líbano, han preferido trasladarse a la isla de Chipre, que no está lejos de su país. 

Jordania es un país clave en el Medio Oriente para la estabilidad política y religiosa. ¿Qué papel juega la Iglesia católica en apoyar los esfuerzos por la paz y el entendimiento mutuo en una región tan compleja?

—Creo que puedo decir que el esfuerzo de la Santa Sede en nuestra región es notable. Sin entrar en detalles, se ve por ejemplo ya en los viajes del Santo Padre, que en estos años visitó Jordania, Israel, Palestina, Egipto, los Emiratos, Irak y Bahrein. También estuvo en Chipre.

Por lo que me concierne, con mi nombramiento se decidió tener un nuncio residente en Jordania, mientras que antes el nuncio residía en Iraq y desde allí seguía Jordania. Esto lo digo para subrayar la importancia que tiene este reino. Propiamente la Santa Sede reconoce que el Reino de Jordania juega un papel clave para la estabilidad de la región, y esto bajo la perspectiva social y religiosa.

Pero más allá del compromiso diplomático de la Santa Sede, la mayor contribución que ofrece la Iglesia católica radica en formar a las personas, en fomentar el respeto y la convivencia, en inculcar valores positivos en las conciencias.

Otro aspecto que no se debe olvidar es la peregrinación a los lugares santos de Jordania, que forma parte de Tierra Santa, porque allí ocurrieron muchos acontecimientos bíblicos y también relacionados con la vida de Jesús. Peregrinar a Jordania contribuye a fortalecer las comunidades cristianas locales y a fomentar las relaciones entre Oriente y Occidente. El encuentro significa conocimiento mutuo.

Vaticano

Cambiar el mundo exige cambiar la dirección, escribe el Papa para el Vía Crucis

El Papa Francisco ha redactado los textos del Via Crucis que ha tenido lugar en el Coliseo, como es tradicional el Viernes Santo.

OSV / Omnes·18 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Carol Glatz, OSV.

Los actuales “constructores de Babel” están construyendo un infierno en la tierra, rechazando a todos los que consideran “perdedores”, escribió el Papa Francisco en las meditaciones del Vía Crucis.

«Tu camino, Jesús, es el camino de las Bienaventuranzas. No aplasta, sino que cultiva, repara y protege», escribió el Papa durante la ceremonia nocturna del 18 de abril en el Coliseo romano.

«Los constructores de Babel de hoy nos dicen que no hay lugar para perdedores, y que quienes caen en el camino son perdedores. Suya es la obra del infierno», escribió. «La economía de Dios, en cambio, no mata, ni descarta, ni aplasta. Es humilde, fiel a la tierra».

Cada año, el Papa suele elegir a una persona o grupo de personas diferente para escribir la serie de oraciones y reflexiones que se leen en voz alta para cada una de las 14 estaciones, que conmemoran la condenación de Cristo, su carga con la cruz al Gólgota, su crucifixión y su entierro. Sin embargo, el propio Papa escribió los comentarios y oraciones para el Año Santo de este año, al igual que lo hizo para el Año de Oración del año pasado.

Presidió el Vicario del Papa en la diócesis de Roma

Por tercer año consecutivo, el Papa Francisco tenía previsto seguir el Vía Crucis nocturno desde su residencia en el Vaticano por razones de salud, mientras se esperaban 25.000 personas reunidas en el exterior del antiguo anfiteatro.

El cardenal Baldassare Reina, vicario papal de Roma, fue designado para sustituir al papa, presidiendo la ceremonia del Viernes Santo y ofreciendo la bendición final al final. Representantes de diferentes grupos, entre ellos migrantes, jóvenes, personas con discapacidad, voluntarios, trabajadores de organizaciones benéficas, educadores y miembros del «Ordo Viduarum», un grupo de viudas que sirven a la Iglesia, se turnarían para llevar una cruz de madera desnuda.

Un texto con enfoque social

Los comentarios y oraciones del Papa de este año se centraron en cómo «el camino del Calvario pasa por las calles que recorremos cada día».

Jesús vino a cambiar el mundo y, «para nosotros, eso significa cambiar de dirección, ver la bondad de tu camino, dejar que el recuerdo de tu mirada transforme nuestros corazones», escribió en su introducción.

«Basta con escuchar su invitación: “¡Ven! ¡Sígueme!”. Y confiar en esa mirada de amor», y desde allí «todo florece de nuevo», escribió, y los lugares desgarrados por el conflicto pueden avanzar hacia la reconciliación, y «un corazón de piedra puede convertirse en un corazón de carne».

Dios confía en nosotros

En la primera estación, “Jesús es condenado a muerte”, el Papa destacó cómo Jesús respeta la libertad humana y confía en todos poniéndose “en nuestras manos”.

Pilato podría haber liberado a Jesús, pero «prefirió no hacerlo», escribió el Papa, pidiendo a los fieles que reflexionaran sobre cómo «hemos sido prisioneros de los roles que elegimos seguir desempeñando, temerosos del desafío de un cambio en la dirección de nuestras vidas».

«De esto podemos sacar lecciones maravillosas: cómo liberar a los acusados ​​injustamente, cómo reconocer la complejidad de las situaciones, cómo protestar contra los juicios letales», escribió el Papa, porque es Jesús quien «está silencioso ante nosotros, en cada uno de nuestros hermanos y hermanas expuestos al juicio y al fanatismo».

Disputas religiosas, disputas legales, el supuesto sentido común que nos impide involucrarnos en el destino de los demás: mil razones nos arrastran al lado de Herodes, los sacerdotes, Pilato y la multitud. Sin embargo, podría ser de otra manera», escribió.

No rehuir la cruz

Para la segunda estación, “Jesús carga con su cruz”, el Papa escribió que la carga más grande es tratar de evitar la cruz y evadir la responsabilidad.

«Todo lo que tenemos que hacer», escribió, «es dejar de huir y permanecer en compañía de quienes nos has dado, unirnos a ellos, reconociendo que solo así podemos dejar de ser prisioneros de nosotros mismos».

«El egoísmo nos pesa más que la cruz. La indiferencia nos pesa más que el compartir», escribió el Papa.

Sin miedo a caer

En la séptima estación, “Jesús cae por segunda vez”, el Papa subrayó cómo Jesús no tuvo miedo de tropezar y caer.

«Todos aquellos que se avergüenzan de esto, aquellos que quieren parecer infalibles, que ocultan sus propias caídas pero se niegan a perdonar las de los demás, rechazan el camino que tú elegiste», escribió.

«En ti todos fuimos encontrados y llevados a casa, como aquella oveja que se había extraviado», decía su meditación.

«Una economía en la que los noventa y nueve son más importantes que uno es inhumana. Sin embargo, hemos construido un mundo que funciona así: un mundo de cálculos y algoritmos, de lógica fría e intereses implacables», escribió.

Sin embargo, escribió, «cuando volvemos nuestro corazón hacia ti, que caes y te levantas de nuevo, experimentamos un cambio de rumbo y un cambio de ritmo. Una conversión que restaura nuestra alegría y nos trae sanos y salvos a casa».

En su oración por la undécima estación, «Jesús es clavado en la cruz», el Papa pidió rezar a Dios para que nos «enseñe a amar» cuando «estamos atados a leyes o decisiones injustas», cuando «estamos en desacuerdo con quienes no se interesan por la verdad y la justicia, y cuando todos dicen: «No hay nada que hacer».

El autorOSV / Omnes

Vaticano

La Iglesia reafirma que no se puede borrar el bautismo del registro parroquial

El Dicasterio para los Textos Legislativos del Vaticano publica una nota explicativa que prohíbe cualquier modificación o cancelación de su contenido.

Javier García Herrería·18 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Dicasterio para los Textos Legislativos del Vaticano ha emitido una nota explicativa sobre la imposibilidad de cancelar el bautismo del Registro Parroquial, una práctica que ha sido solicitada ocasionalmente por personas que desean desvincularse de la Iglesia. El documento, firmado por el cardenal Filippo Iannone y el arzobispo Juan Ignacio Arrieta, recuerda que el Derecho Canónico no permite modificar o cancelar las inscripciones hechas en el Registro de los Bautismos, solo puede corregir eventuales errores de transcripción.

La razón es que este registro “no es una lista de miembros” pertenecientes a la Iglesia católica, sino una constatación objetiva de hechos sacramentales ocurridos históricamente en la vida de la Iglesia. El bautismo, que la Iglesia administra una sola vez, es un sacramento de carácter permanente que constituye la base para la recepción de los demás sacramentos. Por eso, junto con el bautismo se inscriben otros hitos importantes e igualmente únicos, como la confirmación, el orden sacerdotal, el matrimonio o la profesión religiosa perpetua.

No se borra, pero se puede anotar la salida

El documento aclara que si bien no se puede eliminar el dato del bautismo, sí puede dejarse constancia de que una persona desea abandonar la Iglesia: “Al Registro del Bautismo deberá ser aportado, eventualmente, el actus formalis defectionis ab Ecclesia Catholica, cuando una persona indica de querer abandonar la Iglesia Católica”. Esta anotación puede hacerse a petición del interesado y en el contexto de una audiencia formal, sin que ello implique la eliminación del dato sacramental.

El objetivo de mantener intacta la inscripción no es acreditar la fe actual del bautizado, sino “certificar un hecho histórico eclesial”, que es jurídicamente relevante para garantizar la válida administración de futuros sacramentos. Esto se torna crucial, por ejemplo, para quienes desean casarse por la Iglesia o asumir compromisos religiosos formales.

Coherencia con todo el orden canónico

La nota señala que todo el ordenamiento jurídico de la Iglesia está orientado a conservar la certeza sobre los sacramentos recibidos, comenzando por el bautismo. Se recuerda que incluso los bautismos administrados “sub conditione” (cuando hay dudas sobre si se administró previamente) no implican una repetición del sacramento, ya que este no puede duplicarse.

Finalmente, se subraya que la inscripción en el registro debe realizarse con certeza sobre el hecho acontecido, razón por la cual la presencia de testigos en el bautismo es obligatoria, de acuerdo con el canon 875 del Código de Derecho Canónico. Estos testigos no sustituyen al registro, pero permiten verificar con certeza la realidad del sacramento celebrado.

Con esta nota, la Santa Sede quiere reafirmar la dimensión objetiva e irreversible del bautismo en la tradición católica y evitar la creciente tendencia a solicitar “borrados simbólicos” que no tienen cabida en la teología ni en el derecho de la Iglesia.

Los Tribunales Supremos se van pronunciando

El Tribunal Supremo de España respaldó en su sentencia nº 1747/2008, publicada el 19 de noviembre de 2008, la imposibilidad de cancelar las inscripciones de bautismo en los libros parroquiales a petición de quienes solicitan apostasía. En dicha resolución, el alto tribunal determinó que estos registros no constituyen un fichero sujeto a la legislación de protección de datos, sino que son un reflejo de hechos históricos—en este caso, la administración del sacramento del bautismo—y, por tanto, no pueden ser modificados ni eliminados.

​En varios países europeos se han producido pronunciamientos judiciales y administrativos sobre la posibilidad de eliminar o modificar las inscripciones de bautismo en los registros parroquiales, en respuesta a solicitudes de apostasía o por motivos de protección de datos.

En Francia, el 2 de febrero de 2024, el Consejo de Estado, máximo tribunal administrativo francés, dictaminó que la Iglesia católica no está obligada a eliminar las inscripciones de bautismo de sus registros. El tribunal argumentó que estos registros constituyen la huella de un hecho histórico, aunque se permite anotar en el margen del registro la voluntad de la persona de renunciar a la Iglesia.

En enero de 2024, la Autoridad Belga de Protección de Datos respaldó a un ciudadano que solicitó la eliminación de sus datos del registro bautismal tras declarar su renuncia a la Iglesia. La diócesis de Gante apeló esta decisión, y el caso está pendiente de resolución por el Tribunal de Apelación de los Mercados de Bruselas. Este pronunciamiento contrasta con decisiones anteriores en otros países, como Irlanda, donde se ha permitido la conservación de estos registros.

Estos casos reflejan un debate en curso sobre la colisión entre la libertad religiosa, el «derecho» a la apostasía y la protección de datos personales en el contexto de los registros sacramentales de la Iglesia católica.

Vaticano

Viernes Santo en San Pedro: una invitación a vivir de la cruz

El cardenal Claudio Gugerotti, prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, ofició la Liturgia de la Pasión del Señor el Viernes Santo en la Basílica de San Pedro del Vaticano, el 18 de abril de 2025

Redacción Omnes·18 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Este Viernes Santo, la Basílica de San Pedro acogió la solemne Celebración de la Pasión del Señor. El cardenal Claudio Gugerotti, Delegado del Santo Padre, presidió la liturgia en nombre del Papa. La homilía fue pronunciada por el padre capuchino Roberto Pasolini, Predicador de la Casa Pontificia, quien ofreció una reflexión profunda y actual sobre el misterio de la cruz como centro del Triduo Pascual.

Desde el inicio, Pasolini quiso subrayar el valor simbólico de esta jornada: “entre el blanco de la Cena del Señor y el de su Resurrección, la liturgia interrumpe la continuidad cromática tiñendo de rojo todos los ornamentos”, invitando así a “sintonizarnos con las tonalidades intensas y dramáticas del amor más grande”.

En contraste con el mundo actual, “rico en nuevas inteligencias —artificiales, computacionales, predictivas— el misterio de la pasión y muerte de Cristo nos propone otro tipo de inteligencia: la inteligencia de la cruz, que no calcula, sino que ama; que no optimiza, sino que se entrega”. Esta inteligencia, continuó, no es artificial, sino profundamente relacional, porque está “totalmente abierta a Dios y a los demás”.

La libertad de Jesús ante la pasión

La homilía desarrolló tres momentos clave de la Pasión de Jesús para explicar cómo vivir una plena confianza en Dios. El primero, cuando en el huerto de Getsemaní, al ser confrontado por los soldados, “Jesús, sabiendo todo lo que le iba a suceder, se adelantó y les dijo: ‘¿A quién buscáis?’… ‘Jesús el Nazareno’. Les respondió: ‘Soy yo’”. Al pronunciar estas palabras, los soldados retroceden y caen a tierra. Pasolini recordó que este gesto revela que “Jesús no fue simplemente arrestado, sino que ofreció su vida libremente, como ya había anunciado: ‘Nadie me la quita, sino que yo la entrego por mí mismo’”.

Este paso adelante, subrayó, es un ejemplo de cómo cada cristiano puede enfrentarse a los momentos dolorosos o de crisis con libertad interior, “acogiéndolos con fe en Dios y confianza en la historia que Él conduce”.

La sed de amor

En la cruz, ya cercano a la muerte, Jesús pronunció una segunda frase profundamente humana: “Tengo sed”. Esta expresión, comentó el predicador, es una manifestación de vulnerabilidad extrema. “Jesús muere no antes de haber manifestado —sin ninguna vergüenza— toda su necesidad”. Al pedir de beber, muestra que incluso Dios hecho hombre “necesita ser amado, acogido, escuchado”.

Pasolini invitó a los presentes a descubrir en esa confesión de necesidad una clave para entender el amor más verdadero: “Pedir lo que no podemos darnos por nosotros mismos, y permitir a los demás ofrecérnoslo, es quizá una de las formas más altas y humildes del amor”.

Donarse hasta el final

La tercera y última palabra en la que se detuvo fue el “Está cumplido” de Jesús antes de morir. “Jesús confiesa el cumplimiento de su —y de nuestra— humanidad en el momento en que, despojado de todo, elige donarnos enteramente su vida y su Espíritu”. Este gesto, explicó, “no es una rendición pasiva, sino un acto de suprema libertad, que acepta la debilidad como el lugar donde el amor se hace pleno”.

En una cultura que valora la autosuficiencia y la eficiencia, la cruz propone un camino alternativo. “Jesús nos muestra cuánta vida puede surgir de aquellos momentos en los que, al no quedar ya nada por hacer, en realidad queda lo más hermoso por cumplir: donarnos finalmente a nosotros mismos”.

Adorar la cruz como acto de esperanza

En el tramo final de su predicación, Pasolini recordó las palabras del Papa Francisco al comienzo del Jubileo: Cristo es “el ancla de nuestra esperanza”, a la que estamos unidos por “la cuerda de la fe” desde nuestro bautismo. Reconoció que no siempre es fácil “mantener firme la profesión de la fe”, especialmente “cuando llega el momento de la cruz”.

Por eso, exhortó a los presentes a acercarse a la cruz “con plena confianza”, y a reconocer en ella el “trono de la gracia para recibir misericordia y hallar gracia en el momento oportuno”. Ese gesto —adorar el madero de la cruz— será para cada cristiano una oportunidad de renovar su confianza en la forma que Dios ha elegido para salvar al mundo.

“Así como hemos sido amados, así seremos capaces de amar, a los amigos e incluso a los enemigos”, concluyó Pasolini. Y entonces, seremos verdaderos testigos de la única verdad que salva: “Dios es nuestro Padre. Y todos nosotros somos hermanas y hermanos, en Cristo Jesús nuestro Señor”.

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Vaticano

El Papa visita la cárcel el Jueves Santo

Aunque no celebró Misa ni lavó los pies a los reclusos, el Papa Francisco hizo su habitual visita de Jueves Santo a un centro de detención, llegando a la cárcel Regina Coeli de Roma alrededor de las 3 de la tarde del 17 de abril.

OSV / Omnes·17 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Por Cindy Wooden, OSV

El Papa fue recibido por Claudia Clementi, directora de la cárcel, y se reunió con unos 70 reclusos en la rotonda del edificio, un espacio donde se cruzan varias alas de la cárcel. Los reclusos que acompañaron al Papa son aquellos que participan regularmente en el programa de educación religiosa de la cárcel, según informó la oficina de prensa del Vaticano.

En 2018, el Papa celebró la Misa del Jueves Santo de la Cena del Señor en el Regina Coeli, a menos de un kilómetro y medio del Vaticano. Sin embargo, debido a su continua convalecencia, tras pasar más de un mes hospitalizado, no pudo celebrar la misa ni el lavatorio de pies.

El papa Francisco dijo a los reclusos: «Todos los años me gusta hacer lo que Jesús hizo el Jueves Santo, lavando los pies, en una prisión», declaró el Vaticano. «Este año no puedo hacerlo, pero puedo y quiero estar cerca de ustedes. Rezo por ustedes y sus familias».

El Papa saludó personalmente a cada una de las personas presentes en la rotonda, rezó con ellos el Padrenuestro y les dio su bendición.

Las fotos de la visita del Vaticano también lo muestran en el patio de la prisión saludando a los reclusos que miran por las ventanas enrejadas de sus celdas y saludando desde la rotonda a los reclusos apretados contra una puerta de hierro y vidrio con la esperanza de verlo.

El sitio web del Ministerio de Justicia italiano indicó que, al 16 de abril, había 1.098 hombres detenidos en la cárcel en espera de juicio o sentencia. El centro está diseñado para albergar a menos de 700 presos.

Al salir de la prisión, sentado en el asiento delantero del copiloto de un coche pequeño, se detuvo a hablar con los periodistas y les dijo: «Cada vez que entro por estas puertas, me pregunto: ‘¿Por qué ellos y no yo?'».

Ha explicado en varias ocasiones que todos los hombres son pecadores, él mismo incluido, pero la gracia, la providencia, la educación familiar y otros factores juegan un papel determinante.

El Papa Francisco, elegido en 2013, ha continuado una práctica del Jueves Santo que inició como arzobispo de Buenos Aires, Argentina: celebrar habitualmente la Misa de la Cena del Señor en una prisión o centro de detención y lavar los pies de los reclusos.

En su primer año como Papa, abandonó la práctica papal habitual de lavar los pies a 12 sacerdotes durante la celebración pública de la Misa del Jueves Santo, y acudió a un centro de detención juvenil para lavar los pies de adolescentes católicos y no católicos . Regresó a la misma cárcel en 2023 para lavar los pies de hombres y mujeres jóvenes.

En 2014, lavó los pies a personas con graves discapacidades físicas en un centro de rehabilitación, y en 2016, celebró la liturgia y el ritual del lavatorio de pies en un centro para migrantes y refugiados.

El Jueves Santo de 2020, el confinamiento por la COVID llevó al Papa a celebrar la Misa en el Vaticano con una pequeña congregación y a omitir el ritual opcional del lavado de pies.

El Papa Francisco también celebró la Misa en las cárceles fuera de Roma, en las ciudades de Paliano, Velletri y Civitavecchia.

Después de la visita «privada» del Papa al Regina Coeli, el cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la Basílica de San Pedro, celebró la Misa parroquial de la Cena del Señor en la basílica.

El autorOSV / Omnes

Argumentos

Algunos elementos bíblicos frecuentes en la iconografía

Frisos de altar, textiles litúrgicos o escenas secundarias en muchas pinturas son algunos de los lugares en los que encontramos diversas figuras con un origen bíblico. Su finalidad siempre se dirige a centrar la mirada del espectador en Cristo y ser consciente de la continuidad de la historia de la Salvación.

Maria José Atienza·17 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

Al contemplar las diversas esculturas, pinturas o elementos arquitectónicos presentes en los diferentes templos, a menudo topamos con elementos de origen bíblico cuya significación se relaciona de manera directa con la escena o el personaje representado, formando parte de una iconografía que comunica visualmente el mensaje teológico.

Algunas son más conocidas, como la imagen del cordero o la serpiente pisada por el pie de la Virgen María, pero existen otros elementos, que aparecen con frecuencia en la iconografía popular cuyo significado o referencia es, en ocasiones, desconocido para muchos de los fieles.

Cordero

La figura del cordero es un elemento bíblico referido a Jesús. Así como en la antigua Alianza, el sacrificio del cordero era ofrecido en expiación de los pecados, con la nueva Alianza, Jesús, el Cordero de Dios, borra con su muerte los pecados del mundo. 

En la narración del Éxodo 12, la sangre del cordero sobre las puertas de las casas de los hebreos les liberó de la plaga sobre los egipcios; la sangre de Cristo, derramada en su Pasión y muerte, saca a los hombres del pecado y los limpia: “Estos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero” (Ap 7, 14). 

Jeremías e Isaías ya utilizan la imagen del cordero para referirse al Mesías: “Yo, como manso cordero, era llevado al matadero” (Jer 11, 19) y “como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador” (Is 53, 7). 

La figura del cordero tomará su poder mayor en el Apocalipsis con la presencia del cordero apocalíptico: “Vi en medio del trono y de los cuatro vivientes, y en medio de los ancianos, a un Cordero de pie, como degollado; tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados a toda la tierra” (Ap 5, 6-7).

 La iconografía cristiana ha tomado estas dos imágenes del cordero: el eucarístico que derrama su sangre, mansamente, por los pecados del mundo; y el poderoso cordero del último libro ante quien se postran los reyes de la tierra y que vence al dragón diabólico. 

Árbol de Jesé, genealogía de Jesús

El Árbol de Jesé se refiere a la genealogía de Jesús, que se encuentra detallada en los Evangelios de Mateo y Lucas en el Nuevo Testamento.  La primera genealogía traza la ascendencia de Jesús desde el rey David hasta José, su padre terrenal y la segunda se remonta hacia Dios mismo

La importancia de la genealogía era clave en el pueblo judío pues establecían la legitimidad y el cumplimiento de las profecías mesiánicas en Jesús, señalan los estudiosos. Al demostrar su conexión con figuras clave del Antiguo Testamento, se subraya que Jesús es el esperado Mesías prometido a Israel. 

Una de las representaciones más hermosas de este Árbol de Jesé se encuentra en el retablo de la capilla de Santa Ana de la Catedral de Burgos, obra de Gil de Siloe, cuyo tema iconográfico central representa el origen genealógico de la Virgen a través del Árbol de Jesé. 

Profetas, reyes y sacerdotes

En 1997, san Juan Pablo II dedicó una de sus audiencias al tema “Cristo en la historia de la humanidad que lo precedió”. Las palabras del Papa polaco suponen una guía práctica para identificar, en los antepasados de Cristo, las características clave de su naturaleza mesiánica. 

El pontífice citaba a Abraham, Jacob, Moisés y David, figuras que se repiten en las distintas representaciones artísticas de la vida de Cristo: Abraham que se alegra por el nacimiento de Isaac y por su renacimiento después del sacrificio era una alegría mesiánica: anunciaba y prefiguraba la alegría definitiva que ofrecería el Salvador. Moisés como liberador y, sobre todo, David, como rey. Son algunas de las imágenes que se repiten en cuadros y esculturas referidas directamente a Cristo. 

Una de las referencias cruzadas más originales es la de la figura de los Magos de Oriente y la reina de Saba y Salomón. Así como los magos fueron a adorar al Señor gracias a su conocimiento, la reina de Saba visita a Salomón para acceder a la sabiduría del hijo de David. 

Esta simbología puede verse, por ejemplo, en el Tríptico de La Adoración de los Magos, pintado por El Bosco en 1494, en el que la escena de la reina de Saba se materializa en la capa de Gaspar.

La inclusión de estos personajes como figuras secundarias de retablos o en las bases de custodias sacramentales fue una constante en el Barroco, tanto en Europa como en Latinoamérica, creando una linea visual de continuidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.

La calavera de Adán

Con mucha frecuencia, en las representaciones de Cristo crucificado aparece, a los pies del madero, una calavera. 

Algunos ejemplos notorios los podemos ver en La Crucifixión de Andrea Mantegna o de Giotto, El Calvario de Luís Tristán, o el espléndido Cristo crucificado tallado en marfil de Claudio Beissonat.

La presencia de esta calavera y algunos huesos a los pies de la Cruz apunta al hecho de que, según la tradición, los restos de Adán reposarían en el mismo lugar donde fue crucificado Jesús.

De este modo, Cristo, con su muerte y resurrección supera la muerte de Adán y paga el rescate del alma del hombre caído. No en vano, la capilla que se encuentra bajo el Calvario, en la basílica del Santo Sepulcro, se llama así, Capilla de Adán

Esta simbología de la calavera de Adán aparece, en no pocas ocasiones, unida a la representación arbórea de la cruz, haciendo referencia directa al madero en el que fue clavado Jesucristo.

Expulsión del paraíso y el jardín

La expulsión de Adán y Eva del paraíso narrada en el tercer capítulo del Génesis es una de las imágenes constantes en la iconografía cristiana. Aparecen relacionados en el misterio de la Salvación en diferentes etapas. 

Una de las relaciones más interesantes es la inclusión de Adán y Eva en la representación de la Anunciación a la Virgen, de la que tenemos un ejemplo paradigmático, en la delicada y detallista obra de Fra Angélico sobre este particular. La desobediencia de Adán y Eva se contrapone a la obediencia total de la Virgen en su “Hágase en mi”. 

Adán y Eva son expulsados de un jardín puro en el que brotaba la vida: el jardín que prefigura el seno virginal de María donde nace la Vida que es Cristo y del que Cantar de los Cantares se hace eco también: “Eres huerto cerrado, hermana mía, esposa; manantial cerrado, fuente sellada”. María, como Puerta del Cielo, vuelve a abrir al hombre el Paraíso al dar a luz al Salvador.

Serpiente pisada

Es una de las imágenes de simbología mariana más populares: el pie de la Virgen aplastando a una serpiente / dragón. 

La imagen tiene su origen en el Génesis 3, 15: “Pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón”. 

Esta imagen se encuentra especialmente ligada a las representaciones de la Inmaculada Virgen María ya que ella es “la Mujer” por antonomasia. 

La alegoría de la serpiente bajo el pie de la Virgen puede contemplarse, por ejemplo, en la imagen que corona la Colonna dell’Immacolata en Roma así como en la mayor parte de las representaciones pictóricas y escultóricas de la Inmaculada Concepción. 

La cierva 

La cierva es uno de los animales que aparece en el Antiguo Testamento, íntimamente relacionada con el estado del alma del ser humano con Dios. 

“Como busca la cierva corrientes de agua” (Sal 42, 2), este salmo fue inspiración, especialmente en los primeros siglos del cristianismo, como imagen del cristiano catecúmeno que se preparaba a recibir sus sacramentos, el agua viva. 

La imagen de la cierva en ornamentos y objetos de culto, especialmente ligados a la Eucaristía, como cálices y textiles e incluso como molde para hostias eucarísticas sel tipo del hallado en Túnez y que data del siglo VI.

Una oración de niño

Cientos de voces se unieron a aquel Padrenuestro y una oración de niño brotó de decenas de gargantas y llenó una plaza en Sevilla.

17 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Tendría unos dos años. Regordete y sonriente, apenas sobresalía unos palmos del suelo. Vestido con su jersey de rombos y sus bermudas, miraba la vida desde la altura prestada de los hombros de su padre. 

Era un Jueves Santo y era Sevilla. Caía la tarde y se asomaba Nuestro Padre Jesús de la Pasión a una plaza en la que el silencio solo era rasgado por el arrastre sordo de los pies de nazarenos, penitentes y costaleros.

Salió el Señor de su casa de El Salvador. Y aquel niño, viendo desde su improvisado sicomoro al Jesús que tanto conocía, se dirigió a su madre: “mira mamá, ¡es Jesús!, ¿le rezamos?”. Y, sin esperar respuesta,  comenzó con su lengua de trapo: «pade nuestro…”

Y a su alrededor, hombres muy hombres, mujeres de todas las edades y adolescentes engominados se unieron a aquel Padrenuestro incoado por un niño, de esos cuyo corazón aún pertenecen más al cielo que a la tierra.
Una oración de niño brotó de decenas de gargantas crecidas y llenó una plaza en Sevilla.

Y en la casa de Dios, esa plegaria a medio aprender, regada por las lágrimas de muchos pares de ojos adornaron la salida del Salvador camino de la Cruz y serían para Dios, inolvidable consuelo, comunión hablada, cántico de salvación.

El autorMaria José Atienza

Directora de Omnes. Licenciada en Comunicación, con más de 15 años de experiencia en comunicación de la Iglesia. Ha colaborado en medios como COPE o RNE.

Evangelio

No podemos encerrar a Cristo. Domingo de Pascua (C)

Joseph Evans comenta las lecturas del domingo de Pascua (C), correspondiente al día 20 de abril del año 2025.

Joseph Evans·17 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Podemos encontrarnos como san Pedro y san Juan que “Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos”. Podemos dudar o no creer realmente, en la práctica, que Jesús ha resucitado, que la vida ha vencido a la muerte, que la gracia ha vencido al pecado. La creencia en la Resurrección de Cristo no ha penetrado en nuestros corazones y en nuestras vidas.

Como las mujeres, podemos preguntarnos: “¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?”. ¿Quién tiene el poder de superar los obstáculos aparentemente insuperables del mundo actual? ¿Cómo puedo yo -tan constantemente egoísta, la piedra más dura yo mismo- pasar de la dureza de corazón al amor? ¿Quién puede resucitar en mí a Cristo, aparentemente muerto, para que viva en mí y yo en él?

Y en medio de una sociedad secular que parece cada vez más ridículamente hostil a los valores cristianos, en la que la fe puede parecer cada vez más carente de sentido, ¿no está Cristo de hecho muerto, o al menos moribundo?

Pero a pesar de tantos problemas, Jesús se niega a permanecer en la tumba. Sí, hoy hay muchos sumos sacerdotes que querrían mantenerlo allí, sellado, y mantener el cristianismo encerrado o confinado en la sacristía. Pero Jesús se niega a permanecer muerto. A pesar de tantos ataques al cristianismo, a la Iglesia, a pesar de tantos pecados de los propios cristianos y de tantos escándalos, Jesús sigue saliendo del sepulcro, demostrando que su gracia y su amor son más poderosos que todas las fuerzas del mal.

A pesar de todo, la gracia y el poder de Cristo siguen actuando en la sociedad actual y en nosotros. Este año es un Año Jubilar de la Esperanza y una de las cosas más llamativas del catolicismo es su esperanza. Puede que no nos demos cuenta, pero tenemos una visión profundamente positiva de la vida. Creemos -incluso cuando pensamos que no- que hay un Dios bueno que nos ama, que es nuestro Padre, que envió a su Hijo amado para salvarnos, que la gracia actúa en el mundo y que, en última instancia, el bien triunfa sobre el mal.

Puede ser útil compararlo con la visión que a menudo encontramos en la sociedad, que en el mejor de los casos ofrece una especie de redención secular, una tenaz determinación de seguir adelante a pesar de todo. Pero nosotros esperamos mucho más: a pesar de nuestros muchos pecados, creemos en el perdón y la gracia de Dios para sanarnos y tener una esperanza profunda y duradera.

Así, podemos afirmar con verdad que Cristo está vivo. Ninguna estructura humana, ningún poder del mal, ni siquiera nuestra debilidad, pueden encerrar a Cristo en el sepulcro: nada puede frenar la fuerza explosiva de la Resurrección.

Actualidad

98 años del nacimiento de Joseph Ratzinger

Dios preparó al maestro y teólogo Joseph Ratzinger para que enseñara con sencillez los misterios del Reino a toda una sociedad que comenzaría a dar pasos ya no hacia Dios, sino alejándose de Él.

Reynaldo Jesús·16 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Benedicto XVI en el año 2012, en ocasión de su cumpleaños daba gracias “a todos los que siempre (le) han hecho percibir la presencia del Señor, que (le) han acompañado para que no perdiera la luz” (Benedicto XVI, Homilía 16/04/2012). Reflexionaba el Papa con estas palabras sobre el sentido de la luz en la noche de Pascua, en cuya noche también es bendecida el agua de la fuente bautismal y que, providencialmente, como signo premonitorio, fue el primero de los bautizados en la mañana de resurrección de 1927 en el pequeño pueblo de Marktl am Inn o “Mercado junto al río Eno” (Blanco, Pablo. Benedicto XVI, la Biografía. San Pablo. 2019, p. 35).

Una premisa clásica reconoce que Dios no sólo hace uso de su atributo de Providente para favorecer de bienes materiales a quien lo necesita, sino también de realidades espirituales y así, se atienden las dos dimensiones por las que el hombre ha de recorrer su camino vital: lo temporal y lo eterno, lo pasajero y lo perenne, lo que se corrompe de lo que dura hasta la eternidad. Y así, en el pequeño Joseph, en las aguas de aquella recién bendecida fuente, se le llamó desde sólo unas horas después de su nacimiento al pequeño de la familia Ratzinger para nacer de nuevo para Dios, para su Señor.

Joseph Ratzinger, maestro y teólogo

Con esta analogía, creo con firmeza que Dios preparó en su momento al maestro y teólogo Joseph Ratzinger para que enseñara con sencillez los misterios del Reino a toda una sociedad que comenzaría a dar pasos ya no hacia Dios, sino alejándose de Él, una sociedad que ya no se preocuparía de negar su existencia, pues ya la nueva línea es más simple: “vivir como si Dios no existiera” y, en medio de ese reto universal, se llamó a uno de los trabajadores de la viña, “tomado de entre los hombres, nombrado en favor de los hombres para las cosas de Dios” (Hb 5, 1).

Mucho se puede escribir sobre el recordado Benedicto XVI, y no acabaríamos de agotar su persona, su figura, sus palabras, su pensamiento y su teología. Bien afirmaba un reconocido sacerdote español y, cuyo nombre no cito pero que, estoy seguro de que en su momento ─en alguna de sus obras─, sabrá acuñar una frase que pronunció en la presentación de uno de sus libros al ser consultado sobre lo que Ratzinger significa para muchos jóvenes de nuestro tiempo. Decía con firmeza y convencido de lo que su afirmación significa que, “lo mejor de Ratzinger está por llegar”.

Hombre de estudio y de oración

Hago eco de esta frase sin el ánimo de apropiarme de ella, a solo dos años de celebrar el centenario del natalicio del sucesor de Pedro que ha sabido hacer uso de su perfil de maestro, teólogo y pastor, para mostrar una teología dictada en palabras sencillas, con un lenguaje no sólo asumible, sino también atractivo a los jóvenes de nuestro tiempo.

Sólo así, desde la sencillez y la profundidad de la experiencia de un Dios amor, se podrá adentrarse en la teología de un hombre admirable en sí mismo, un hombre al que, sin tenerle en persona, se le podía descubrir por sus libros, su teología, su pensamiento, su experiencia orante, un descubrimiento que nos mostraba no solo al Papa de escritorio, sino también al hombre del reclinatorio, al hombre de la oración, al hombre que había hecho suyo ─sin saberlo─, la experiencia de Jesús como luz de su vida y sus obras.

“Sé que la luz de Dios existe, que él ha resucitado, que su luz es más fuerte que cualquier oscuridad; que la bondad de Dios es más fuerte que todo mal de este mundo. Esto nos ayuda a seguir adelante, y en esta hora doy gracias de corazón a todos los que continuamente me hacen percibir el ‘sí’ de Dios a través de su fe” (Benedicto XVI, Homilía, 16/04/2012).

El autorReynaldo Jesús

Evangelización

Santa Bernadette Soubirous, vidente de la Virgen María en Lourdes

La liturgia celebra el 16 de abril a santa Bernadette Soubirous, a la que la Virgen María se apareció en 18 ocasiones en Lourdes (Francia), en 1858, y dijo: “Yo soy la Inmaculada Concepción”. También se festejan hoy mártires como Santa Engracia y los 18 de Zaragoza; ocho mártires de Corinto, y 26 de Angers, víctimas de la Revolución francesa.  

Loreto Ríos·16 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 7 minutos

En 1858, la Virgen se apareció a Bernadette Soubirous en Lourdes. Desde entonces, millones de peregrinos han acudido al santuario para rezar, reconciliarse con Dios y bañarse en el agua del manantial. Repasamos a continuación los puntos clave de la historia de Bernadette Soubirous, las apariciones, y el santuario.

La infancia de Bernadette

Bernadette nació el 7 de enero de 1844 en el molino Boly de Lourdes. En 1854, la familia empezó a afrontar dificultades debido a las malas cosechas. Además, hubo una epidemia de cólera. Bernadette lo contrajo y arrastró las secuelas durante toda su vida.

La crisis económica llevó a la familia al desahucio. Gracias a un pariente, pudieron trasladarse a un cuarto de 5×4 metros, un calabozo de una antigua cárcel que había dejado de usarse por sus condiciones insalubres.

Bernadette no sabía leer ni escribir. Debido a la pobreza de su familia, la niña comenzó a trabajar desde muy joven como sirvienta, además de ocuparse de tareas de la casa y sus hermanos pequeños. Finalmente, tanto ella como una de sus hermanas comenzaron a recoger y vender chatarra, papeles, cartones y leña. Bernadette se dedicaba a esto aun teniendo una salud muy frágil debido al asma y las secuelas del cólera.

La primera aparición

Fue en una de estas ocasiones, al salir Bernadette, su hermana y una amiga del pueblo para buscar leña, cuando tuvo lugar la primera aparición. Era el 11 de febrero de 1858, y Bernadette tenía 14 años (todas las apariciones tuvieron lugar en este año, sumando un total de dieciocho). El lugar al que iban era la gruta de Massabielle.

La niña contó posteriormente que oyó un rumor de viento: “Detrás de las ramas, dentro de la abertura, vi enseguida a una joven toda blanca, no más alta que yo, que me saludó con una ligera inclinación de cabeza”, dijo más adelante. “De su brazo derecho colgaba un rosario. Tuve miedo y retrocedí. […] Sin embargo no era un miedo como el que había sentido otras veces, porque me hubiese quedado mirando siempre a aquella (‘aquéro’), y cuando se siente miedo una huye enseguida. 

Entonces me vino la idea de rezar. […] Yo rezaba con mi rosario. La joven deslizaba las cuentas del suyo, pero no movía los labios. […] Cuando hube terminado el rosario, me saludó sonriendo. Se retiró dentro del hueco y desapareció súbitamente” (las palabras textuales de Bernadette y la Virgen están tomadas de la página de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes y de la página oficial del santuario).

Invitación de la Virgen

La segunda aparición, que tuvo lugar el 14 de febrero, fue también silenciosa. La niña le echó a la Virgen agua bendita, ésta sonrió e inclinó la cabeza y, cuando Bernadette terminó de rezar el rosario, desapareció. Bernadette contaba en casa lo que le estaba ocurriendo y sus padres le prohibieron volver a la gruta. 

Sin embargo, una conocida de la familia les convenció de que dejasen volver a la niña, pero acompañada, y con papel y pluma para que la mujer desconocida escribiese su nombre. De este modo, Bernadette regresó a la gruta, y tuvo lugar la tercera aparición. Ante la petición de que escribiese su nombre, la mujer sonrió e invitó a Bernadette con un gesto a entrar en la gruta. “Lo que tengo que decir no es necesario ponerlo por escrito”, le dijo. Y añadió: “¿Quiere hacerme el favor de venir aquí durante quince días?”. 

Más tarde, Bernadette diría que era la primera vez que alguien la llamaba de usted. “Me miraba como una persona mira a otra persona”, dijo explicando su experiencia. Estas palabras de la niña se encuentran actualmente escritas en la entrada del Cenáculo de Lourdes, un lugar de rehabilitación para personas con diferentes adicciones, especialmente a la droga.

Bernadette aceptó la invitación, y la Virgen añadió: “No le prometo la felicidad de este mundo, sino la del otro”. Entre el 19 y el 23 de febrero tuvieron lugar cuatro apariciones más. Mientras tanto, la noticia se había ido extendiendo y muchas personas acompañaban a Bernadette a la gruta de Massabielle. Tras la sexta aparición, la niña fue interrogada por el comisario Jacomet.

El manantial

Las primeras apariciones, siete en total, fueron felices para Bernadette. Durante las cinco posteriores, que tuvieron lugar entre el 24 de febrero y el 1 de marzo, la niña parecía triste. La Virgen le pidió oración y penitencia por los pecadores. Bernadette reza de rodillas y avanza a veces por la cueva en esa postura. También come hierba por indicación de la señora, que le dice: “Vaya a beber y lavarse en la fuente”.

Ante esta petición, Bernadette va tres veces al río. Pero la Virgen le indica que regrese y le señala el lugar donde debe escarbar para encontrar el manantial al que se refiere.

La niña obedece y descubre efectivamente agua, de la que bebe y con la que se lava, aunque, al estar mezclada con barro, se ensucia el rostro. La gente le dice que está loca por hacer estas cosas, a lo que la niña responde: “Es por los pecadores”. En la duodécima aparición tuvo lugar el primer milagro: por la noche, una mujer lavó su brazo, paralizado desde hacía dos años por una luxación, en el manantial y recuperó la movilidad.

Inmaculada Concepción

En la aparición del 2 de marzo, la Virgen le encomienda una tarea: que les pida a los sacerdotes que se edifique una capilla en aquel lugar y que se vaya allí en procesión. Obedeciendo a este mandato, Bernadette va directamente a hablar con el párroco. El sacerdote no la recibe muy calurosamente y le indica que, antes de atender su petición, la mujer misteriosa tiene que revelar su nombre. Porque Bernadette nunca decía que había visto a la Virgen, ya que la mujer con la que hablaba no le había dicho cómo se llamaba.

El 25 de marzo, la niña va a la gruta de madrugada acompañada por sus tías. Tras rezar un misterio del rosario, aparece la mujer, y Bernadette le pide que le diga su nombre. La niña lo pregunta tres veces. A la cuarta, la mujer responde: «Yo soy la Inmaculada Concepción». La Virgen nunca hablaba con la niña en francés, sino en el dialecto natal de Bernadette, y en este idioma aparecen escritas las palabras debajo de la talla de la Virgen de Lourdes que está colocada actualmente en la gruta: “Que soy era Immaculada Concepciou”.

Este término, que hace referencia a que María fue concebida sin pecado original, Bernadette no lo conocía, y había sido proclamado dogma de fe tan solo cuatro años antes por el Papa Pío IX.

Reconocimiento de las apariciones

Bernadette fue a la casa parroquial para dar cuenta de lo que se le había transmitido. El sacerdote se sorprendió de oír ese término en labios de la niña, y esta le explicó que había venido durante todo el camino repitiendo las palabras para no olvidarlas. Finalmente, el 16 de julio tuvo lugar la última aparición.

La Iglesia reconoció oficialmente las apariciones de la Virgen de Lourdes en el año 1862, tan solo cuatro años más tarde de que concluyesen, y estando Bernadette todavía viva.

Después de las apariciones, ingresó como novicia en 1866 en la comunidad de las Hermanas de la Caridad de Nevers. Falleció de tuberculosis en 1879, y fue canonizada por el Papa Pío XI en el año 1933, el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción.

Lugares del santuario

El santuario cuenta con algunos lugares clave que conviene visitar en cualquier peregrinación.

La gruta

La gruta de Masabielle es uno de los lugares más importante del santuario. En la parte más grande de ella se celebra actualmente la Misa. Situada en el lugar en la roca donde María se aparecía, hay una figura de la Virgen que se hizo a partir de la descripción de Bernadette: “Ella llevaba un vestido blanco, que le bajaba hasta los pies, de los cuales solo se veía la punta. El vestido quedaba cerrado muy arriba, alrededor del cuello. Un velo blanco, que le cubría la cabeza, descendía por los hombros y los brazos hasta llegar al suelo. Sobre cada pie vi que tenía una rosa amarilla. La faja del vestido era azul y le caía hasta un poco más abajo de las rodillas. La cadena del rosario era amarilla, las cuentas blancas, gruesas y muy apartadas unas de otras”. 

La figura mide casi dos metros de alto y se colocó en la gruta el 4 de abril de 1864. El escultor fue Joseph Fabisch, profesor en la escuela de Bellas Artes de Lyon. En el suelo está indicado el lugar donde se situaba la niña durante las apariciones.

El agua de Lourdes

El manantial que nutre las fuentes de Lourdes y las piscinas brota de la gruta de Massabielle, y es el que fue descubierto por Bernadette por indicación de la Virgen. El agua ha sido analizada en numerosas ocasiones y no contiene nada diferente a las aguas de otros lugares.

La tradición de bañarse en las piscinas de Lourdes surge de la novena aparición, que tuvo lugar el 25 de febrero de 1858. Fue en esa ocasión cuando la Virgen le dijo a Bernadette que bebiese y se lavase en el manantial. En los días siguientes, muchas personas la imitaron y tuvieron lugar los primeros milagros, que han continuado hasta nuestros días (el último aprobado por la Iglesia data de 2018).

Con el agua de ese manantial se llenan también las piscinas de mármol, situadas cerca de la gruta, donde se sumergen los peregrinos. La inmersión, durante la que se está cubierto por una toalla, se realiza con la ayuda de voluntarios de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes.

En invierno, o en época de pandemia, no es posible la inmersión total. El acceso al agua y el baño son completamente gratuitos. Mucha gente opta por llevarse también una botella rellena con el agua del manantial de Lourdes, fácilmente accesible en las fuentes que se encuentran junto a la gruta.

En total hay 17 piscinas, once para las mujeres y seis para los hombres. Las usan aproximadamente 350.000 peregrinos al año.

Lugares donde vivió Bernadette

Además del santuario, en Lourdes se pueden visitar los lugares en los que estuvo Bernadette: el molino de Boly, donde nació; la parroquia local, que aún conserva la pila bautismal en la que fue bautizada; el hospicio de las Hermanas de la Caridad de Nevers, donde hizo su primera comunión; la antigua casa parroquial, donde habló con el abad Peyramale; el “calabozo” en el que vivió con su familia después del desahucio; Bartrès, donde residió cuando era pequeña y en 1857; o Moulin Lacadè, donde vivieron sus padres tras las apariciones.

Las procesiones

Un acontecimiento muy importante del santuario de Lourdes es la procesión eucarística, que se viene realizando desde 1874. Se produce de abril a octubre todos los días a las cinco de la tarde. Comienza en la pradera del santuario y concluye en la basílica de San Pío X.

También es relevante la procesión de las antorchas. Esta se celebra desde 1872, de abril a octubre, todos los días a las nueve de la noche. La costumbre surgió de que Bernadette muchas veces acudía a las apariciones con una vela.

Tras las apariciones, se construyeron tres basílicas en la zona. La primera fue la basílica de la Inmaculada Concepción, que el Papa Pío IX convirtió en basílica menor el 13 de marzo de 1874. Sus vidrieras representan tanto las apariciones como el dogma de la Inmaculada Concepción.

Capilla construida a petición de la Virgen

También está la basílica de Nuestra Señora del Rosario, de estilo románico-bizantino. La basílica contiene 15 mosaicos que representan los misterios del rosario. La cripta, que fue la capilla que se construyó por petición de la Virgen, fue inaugurada en 1866 por monseñor Laurence, obispo de Tarbes, en una ceremonia en la que estaba presente Bernadette. Se encuentra entre la basílica de la Inmaculada Concepción y la de Nuestra Señora del Rosario.

También está la basílica de San Pío X, una iglesia subterránea de cemento armado construida por el centenario de las apariciones en 1958.

Por último, está la iglesia de Santa Bernadette, construida en el lugar donde la niña vio la última aparición, al otro lado del río Gave, ya que ese día no pudo entrar en la gruta porque la habían vallado. La iglesia se inauguró más de un siglo más tarde, en 1988.

El autorLoreto Ríos

Evangelización

Ávila y Lisieux celebrarán este año a ‘la pequeña flor’ y a la gran doctora

Millones de peregrinos llegan a Roma para el Jubileo de la Esperanza. Pero católicos de Francia y España tienen también razones para quedarse en sus países. Porque se va a celebrar a dos de las santas más populares de la Iglesia católica: Teresa de Lisieux y Teresa de Ávila.  

OSV / Omnes·16 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

Junno Arocho Esteves, OSV News

El Santuario de santa Teresa de Lisieux ha planeado eventos en Francia para celebrar a lo largo del Año Santo a ‘la pequeña flor’, conocida así cariñosamente. Y en mayo, podrán venerarse las reliquias de santa Teresa de Avila, la gran doctora, lo que no sucedía desde 1914.

Los eventos de santa Teresa de Lisieux culminan con la celebración el 17 de mayo para conmemorar el 100 aniversario de la canonización de la famosa santa francesa.

El mismo mes, las reliquias de santa Teresa de Ávila se abrirán al público para su veneración por tercera vez en más de cuatro siglos. Será del 11 al 25 de mayo. El evento sigue a un estudio de un año de las reliquias de la santa por parte de investigadores. Encontraron su cuerpo incorrupto desde su muerte en 1582.

La ‘historia de un alma’

El santuario francés ha dicho que la “historia de la vida y la posteridad de Therese” ha inspirado los eventos espirituales y culturales planeados para el año “con el tema de la alegría en la santidad”.

La santa era la más joven de nueve hijos. Nació en 1873, hija de los santos Luis Martín y Celia Guerin, que la llamaron Marie-Françoise-Thérèse Martin. Al igual que sus hermanas mayores, se unió a las hermanas carmelitas en 1888 a la edad de 15 años, tras aprobarlo su obispo. Tomó el nombre de Hermana Teresa del Niño Jesús y el Santo Rostro.

Creció su deseo de santidad

Su deseo de santidad no hizo más que crecer durante su tiempo como hermana carmelita. En su autobiografía, ‘La historia de un alma’, a menudo se comparaba con otros santos. Y a menudo dudaba de que alguna vez pudiera obtener su grado de santidad.

«Sabes que siempre ha sido mi deseo convertirme en una santa. Pero siempre he sentido, al compararme con los santos, que estoy tan lejos de ellos como el grano de arena. Un grano que el transeúnte pisotea, alejado de la montaña cuya cumbre se pierde en las nubes», escribió.

Sin embargo, esto no le impidió buscar “un medio para llegar al Cielo por un pequeño camino”. En él la monja carmelita esperaba obtener la santidad a través de pequeños actos de santidad.

Murió a los 24 años diciendo: “Dios mío, te amo”

«Debes practicar las pequeñas virtudes. Esto a veces es difícil, pero Dios nunca rechaza la primera gracia: coraje para la autoconquista. Y si el alma corresponde a esa gracia, de inmediato se encuentra a sí misma a la luz del sol de Dios», escribió.

«No estoy muriendo, estoy entrando en la vida», escribió a su hermano espiritual misionero, el padre M. Bellier, antes de morir en 1897 de tuberculosis con 24 años. Sus últimas palabras fueron: “Dios mío, te amo”.

Autobiografía, canonización, Doctora de la Iglesia

Debido al impacto de la autobiografía de Thérèse, que se publicó un año después de su muerte, el proceso de canonización se abrió en 1914, y el 17 de mayo de 1925 fue canonizada por el Papa Pío XI.

En 1997, san Juan Pablo II la declaró Doctora de la Iglesia. En su carta apostólica ‘Divini Amoris Scientia’, (La ciencia del amor divino), san Juan Pablo II dijo que santa Teresa no tenía “un verdadero y propio corpus doctrinal”. Pero sus escritos mostraban “un particular resplandor de doctrina”. Esto presentaba “una enseñanza de eminente calidad”.

Por otra parte, el Papa Francisco publicó el 15 de octubre de 2023 la Exhortación Apostólica ‘C’est la confiance’, que pueden ver aquí, con ocasión del 150 aniversario de su nacimiento.

Santa Teresa de Jesús, mística, reformadora

El estudio de los restos de santa Teresa de Ávila, aprobado por el Vaticano, fue llevado a cabo por médicos y científicos italianos en agosto de 2024.

El padre Marco Chiesa, postulador general de la Orden de los Carmelitas Descalzos, estuvo presente cuando se abrió el relicario de plata que contenía sus reliquias. Dijo que el cuerpo estaba “en las mismas condiciones que cuando se abrió por última vez en 1914”.

Tras concluir el estudio, la Orden de los Carmelitas Descalzos en España anunció que las reliquias se abrirían al público para su veneración del 11 al 25 de mayo. Lugar: la Basílica de la Anunciación en Alba de Tormes.

Según el sitio de noticias local español, ‘Salamanca Al Día’, los Carmelitas dijeron que el próximo evento era “histórico y único”, y que no volvería a ocurrir durante mucho tiempo.

“Esperamos que sea una razón para que los peregrinos se acerquen a Jesucristo y a la iglesia. Una evangelización para todos los visitantes y un mayor conocimiento de santa Teresa de Jesús. Para enriquecernos a todos con el ejemplo de su vida mientras invocan su intercesión”, dijeron los Carmelitas.

Renovación de la vida espiritual y monástica

La exposición, reportada en ‘Salamanca Al Día’, es parte de un proceso de reconocimiento canónico autorizado por el Papa Francisco que comenzó en 2022. Y que concluirá el 26 de mayo, el día después de la exposición, y sus restos serán devueltos a su tumba.

Teresa de Ávila jugó un papel clave durante la Contrarreforma en el fomento de la renovación de la vida espiritual y monástica y también en la reforma de la Orden Carmelita. Su llamado a un regreso a un estilo de vida más contemplativo inspiró a muchos, incluido san Juan de la Cruz, con quien fundó los Carmelitas Descalzos.

Doctora de la Iglesia, “determinada determinación” 

Conocida por sus escritos teológicos sobre la vida espiritual, como «El Castillo Interior» y «El Camino de la Perfección», fue proclamada Doctora de la Iglesia por san Pablo VI en 1970.

En un mensaje de video de 2021 que conmemora el 50 aniversario de la proclamación de santa Teresa de Ávila como doctora de la iglesia, el Papa Francisco dijo que “era sobresaliente en muchos sentidos”.

«Sin embargo, no se debe olvidar que su reconocida relevancia en estas dimensiones no es más que la consecuencia de lo que era importante para ella. Su encuentro con el Señor, su ‘determinada determinación’, como ella dice, de perseverar en unión con Él a través de la oración».

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Junno Arocho Esteves escribe para OSV News desde Malmö, Suecia. Este texto es traducción de un artículo publicado primero en OSV News. Pueden encontrar el artículo original (en inglés) aquí.

El autorOSV / Omnes

Recursos

El corazón del hombre escondido en Tierra Santa

Ir de peregrinación a Tierra Santa no solamente es subir a las cumbres más elevadas del espíritu, sino también hundirse en los abismos de la conciencia.

Gerardo Ferrara·16 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 6 minutos

Al comienzo de la Semana Santa, no puedo evitar pensar en Tierra Santa, donde he estado muchas veces, la última en 2020, poco antes de la pandemia. Y el corazón se me llena de nostalgia por un lugar que, sin duda, considero como “elevado”.

En la tradición judía, ir a la Tierra de Israel significa levantarse, tanto espiritual como físicamente. Israel y Jerusalén han sido durante siglos, incluso para los cristianos, los lugares más altos de la tierra, los más cercanos a Dios, tanto es así que todo el que va a vivir o peregrina allí se dice, en hebreo, “‘oleh”, es decir, “el que va hacia lo alto”, e incluso la compañía de bandera israelí se llama “El Al”, “hacia lo alto”, pues no conduce tanto al cielo, sino a Israel, o sea al lugar más alto de la tierra, en un sentido espiritual.

En cierto sentido, ir de peregrinación a Tierra Santa no solamente es subir a las cumbres más elevadas del espíritu, sino también hundirse en los abismos de la conciencia, exactamente como descender de Jerusalén a Jericó y a la depresión del Mar Muerto, el punto más bajo de la superficie de la tierra: un viaje para comprender mejor quiénes somos.

Momentos de sublime espiritualidad, de meditación, de oración, en los cuales compartir con amigos y compañeros de peregrinación, se alternan con otros de malestar, cansancio, intolerancia, egoísmo y confusión. Se sube al monte Tabor, más allá de las nubes, para disfrutar de la armonía del cielo, pero luego se vuelve a la cruda realidad cotidiana, una realidad de judíos, musulmanes y cristianos en constante pelea entre ellos, muros divisorios, pueblos árabes surgidos sin ninguna orden y lógica, ciudades israelíes hechas de edificios enormes y grises, pobreza y riqueza, miseria y nobleza, hospitalidad y rechazo lado a lado, enfrentándose.

Un momento es como caminar sobre el agua clara, dulce y azul del Mar de Galilea, que, sin embargo, es capaz de agitarse repentinamente, debido a los vientos y tormentas que vienen del Golán; en otro, viajando, se pasa de las verdes orillas de esta gran masa de agua de Galilea para llegar, en un par de horas, a las aguas fangosas, saladas y grisáceas del Mar Muerto, el mar de sal rodeado por el desierto: aquí, las colinas verdes y floridas en las que Jesús proclamó la Buena Nueva a la multitud dan paso a la aridez y a las rocas sobre las cuales se apoyan los cimientos de monasterios que han surgido de la nada y que se esconden entre grietas y precipicios.

La geografía de Tierra Santa: tan parecida al alma del ser humano

Parece natural que Dios escogiera Tierra Santa para revelarse a los hombres. Aquí, la geografía de los lugares es extraordinariamente similar – en variabilidad, cambios bruscos, alternancia entre aridez y riqueza de agua, silencio y confusión, amenidad y fealdad – al alma humana. Muchas veces en la vida uno se siente solo y perdido como en el desierto de Néguev; muy a menudo, los descensos del Tabor, la montaña que es símbolo de nuestros momentos de cercanía con Dios, son traumáticos y dolorosos; flotar en las aguas tranquilas de nuestros momentos felices es casi tan frecuente como hundirse en el barro y en el ardor de la sal que mata y nos incapacita para vivir y hacer vivir, precisamente como el Mar Muerto.

Personalmente, después de hacer muchos viajes a estos lugares, puedo testificar que me siento así, dividido entre la alegría y la nostalgia: en medio de tantos buenos compañeros de camino, me parecía estar escuchando nuevamente las palabras de Isaías y ver gentes que no conocía correr a mí por causa de Dios que me honraba; era como presenciar lo más sublime del mundo en una alta montaña: la comunión con personas queridas; sentía, luego, que el río Jordán lavaba todas mis impurezas, curaba cada herida, sanaba cada llaga.

Luego, de regreso a casa, especialmente en estos tiempos tan difíciles de guerras, enfermedades, incertidumbre, uno siente que casi todo se le escapa de sus manos y hasta la incomparable belleza de una ciudad tan maravillosa como Roma (y sin embargo invadida por turistas y tan caótica), la ciudad donde yo vivo, parece incapaz de compensar la pérdida de esa alta montaña, ese refugio seguro, de esas personas con las cuales pude compartir tan buenos momentos en muchos viajes.

Una vez más, experimento la separación, que es la negación de Dios y que me impulsa a soñar con el paraíso no tanto como un lugar exuberante y placentero, sino como la comunión eterna con Dios y con todos mis seres queridos, todos los con que me encontré en mi vida y de los cuales me veo obligado, inevitablemente, para separarme.

¿Fue todo en vano? ¡Para nada!

En primer lugar, llevo un tesoro precioso conmigo: la comunión espiritual con las mismas personas que me acompañaron, quienes hicieron la tierra de Israel aún más hermosa de lo que realmente es. Con ellas, aunque estoy lejos de Tierra Santa, la peregrinación continúa dentro y fuera de mí. Juntarme con ellas en oración es como transformar el río de mi ciudad, el Tíber, en el Jordán, San Pedro en el Santo Sepulcro, el salón de mi casa en el Mar de Galilea, ya que todos nosotros somos el nuevo Israel.

Y entonces me acuerdo de que ya no hay Tierra Santa, o mejor, de que toda la tierra es santa, que sea Italia, México, España, Chile o dondequiera en el mundo, y que todos somos guardianes e instrumentos del Reino de Dios que ya está presente en nuestra vida, en las cosas que hacemos todos los días, en las personas que viven al lado nuestro.

Así, viendo las fotos de esos lugares de Oriente tan queridos, veo, al mismo tiempo, los rostros de las personas que me acompañaban y me repito que ya no podemos vivir apegados a la idea de una tierra y una patria en este mundo: nuestras raíces están en un lugar diferente, en una realidad diferente, quizás menos visible, pero ciertamente mucho más concreto y resistente a las tormentas, que es nuestra fe.

Cada cristiano es un peregrino

En segundo lugar, pienso que un peregrino de verdad es, como se le definía en la Edad Media, un “homo viator”, es decir un hombre que anda, alguien que continuamente consagra no solamente a sí mismo y a lugares tradicionales donde se suele ir de peregrinación, como pueden ser el Camino de Santiago, Roma o Jerusalén, sino todos aquellos pequeños entornos físicos y espirituales de la vida ordinaria, donde él se convierte, antropológicamente, en instrumento de una teofanía, de una manifestación de lo divino, a través de las oraciones que él cumple andando.

En un sentido cristiano, para hacerlo más sencillo, un cristiano es Cristo, pues es un miembro del cuerpo de Cristo, así que ya no es él quien vive y anda, sino que es Cristo, el mismo Cristo que andaba por los caminos de Galilea, de Judea y de Samaría y que hoy en día sigue andando en las calles de Roma, de Madrid, de Bogotá, de Nueva York.

Divinidad civilizadora

De hecho, en la antropología de la Edad Media lo que distinguía el espacio (“káos”) del lugar (“kósmos”) era una teofanía: la manifestación de lo divino y la presencia de lo sagrado, a través de la cual todo lo que era salvaje, repleto de demonios y supersticiones, inexplorado e incivilizado, inculto, se convertía en tierra consagrada a Dios, civil, bien ordenada, gobernada, segura, el “no ser” que se convertía en “ser”. Las calles y los santuarios de la Europa medieval, pues, eran arterias de la civilización y los peregrinos que caminaban por ellos eran la sangre que fluía, una señal de la divinidad civilizadora.

En el libro “El hombre vivo”, de G. K. Chesterton, el protagonista es Innocent Smith, un excéntrico personaje que logra cambiar para mejor las situaciones y vidas de las personas que encuentra, a pesar de ser injustamente acusado de diversos delitos, por el simple hecho de ser un hombre feliz que desea transmitir a los demás la alegría de su propia condición. A través de él, incluso lo malo parece convertirse en bueno. Él es ese “hombre vivo”.

Hombre vivo y «homo viator»

Si lo pensamos bien, nosotros los cristianos, peregrinos en este mundo, podemos combinar, en nuestra vida, los dos conceptos de hombre vivo y “homo viator”. Cada día podemos volver a consagrar las calles, las plazas, los barrios de nuestros países tan afligidos, en estos tiempos de pobreza material y espiritual y de crisis en todo ámbito de la existencia humana. No hace falta ser tan dignos o sin pecado, perfectos y realizados en nuestras vidas y trabajos. Solo basta nutrirnos a diario de la fuente de la vida para convertirnos en hombres y mujeres vivos y, andando por los caminos de nuestras vidas, en “homines viatores”, portadores de la gracia que recibimos sin merecerla.

Así, aun no pudiendo salir de nuestras ciudades y de nuestros países para ir a Tierra Santa, podemos caminar sobre el agua, y no solamente sin miedo a hundirnos, sino ayudando a los demás para que no se hundan.

¡Felices Pascuas!

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Sagrada Escritura

Iglesia y Escritura. Jesucristo en la Biblia y en la Tradición

Aún teniendo un libro, la Sagrada Biblia, la fe católica no es una “religión del libro”, como el judaísmo o el islam. En la Iglesia católica, la Escritura siempre ha ido unida a la Tradición de la Iglesia. Esta última protege y guía la interpretación de la Palabra de Dios a lo largo de los siglos.

Vicente Balaguer·16 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 7 minutos

El cristianismo, aunque nació con un libro en la cuna —la imagen viene de Lutero para quien la Biblia era el pesebre donde depositaron a Jesús—, no es una religión de libro sino una religión de tradición y escritura. También lo era el judaísmo, sobre todo, antes de la destrucción del Templo. Esta nota es clara cuando se habla de religiones comparadas (M. Finkelberg & G. Stroumsa, Homero, la Biblia y más allá: cánones literarios y religiosos en el mundo antiguo).

Sin embargo, una sucesión de factores —más prácticos que teóricos— han originado cierta confusión. Los teóricos de la memoria colectiva (J. Assmann) señalan que 120 años después de un acontecimiento fundador, la memoria comunicativa de una comunidad se encarna en una memoria cultural, donde unos artefactos culturales crean la cohesión entre el pasado y el presente. 

Ahora bien, las comunidades religiosas o culturales que sobreviven al tiempo se caracterizan por priorizar la conectividad textual sobre la conectividad ritual. 

Esto es más o menos lo que ocurre a principios del siglo III en la Iglesia, cuando la teología se concibe como un comentario a la Escritura. Más tarde, con la aparición del islam, una religión de libro desde su origen, y el desarrollo del judaísmo como religión sin Templo, se asimiló la idea de religiones de revelación con religiones de libro: con ello se colocaba al cristianismo, religión de revelación, en un lugar que no era el suyo: religión de libro. 

En un tercer momento, Lutero y los padres de la Reforma, con la reducción de la idea de tradición a meras costumbres de la Iglesia (consuetudines ecclesiae), rechazaron el principio de la Tradición en favor de la Sola Scriptura. 

Finalmente, la Ilustración con su desconfianza de la tradición solo aceptó una interpretación de la Escritura que fuera crítica, también y, sobre todo, con la tradición.

En las comunidades de la Reforma, la sucesión de estos factores desembocó las más de las veces en una doble dirección a la hora de interpretar de la Escritura: o bien el mensaje se disolvía en el secularismo propuesto por la crítica, o bien se prescinde de la crítica y se acaba en el fundamentalismo. 

La Tradición en la Iglesia católica

En la Iglesia católica, en cambio, el planteamiento fue distinto. Desde Trento, se refería a las tradiciones apostólicas -las de los tiempos apostólicos, no las costumbres de la Iglesia- como inspiradas (dictatae) por el Espíritu Santo, y transmitidas luego a la Iglesia. Por eso, la Iglesia recibía y veneraba con igual afecto y reverencia (pari pietatis affectu ac reverentia) tanto los libros sagrados como aquellas otras tradiciones. 

Más tarde, el Concilio Vaticano II clarificó un tanto las relaciones entre la Escritura y la Tradición. Afirmaba primero que los apóstoles transmitieron la palabra de Dios mediante la Escritura y las tradiciones -la Tradición se concibe así como constitutiva, no meramente interpretativa, como ocurre en las confesiones protestantes-, pero señalaba también que, por la inspiración, la Escritura transmitía la palabra de Dios siendo palabra (locutio) de Dios. 

La Tradición, en cambio, es meramente transmisora de la palabra de Dios (cfr. Dei Verbum 9). Lo proponía también desde otra perspectiva: “La Iglesia ha venerado siempre las Sagradas Escrituras al igual que el mismo Cuerpo del Señor[…]. Siempre las ha considerado y considera, juntamente con la Sagrada Tradición (una cum Sacra Traditione), como la regla suprema de su fe, puesto que, inspiradas por Dios y escritas de una vez para siempre, comunican inmutablemente la palabra del mismo Dios” (Dei Verbum 21).

No hay que perder de vista aquí que el sujeto de las frases es la Sagrada Escritura. Pero en la Iglesia, la Escritura siempre ha ido acompañada y protegida por la Tradición. Este aspecto ha sido asumido, al menos en parte, por los pensadores protestantes que, en el diálogo ecuménico, se sirven de la expresión Sola Scriptura numquam sola: el principio de la Sola Scriptura se refiere en la lógica protestante al valor de la Escritura, no a su realidad histórica que es ciertamente nunquam sola. Se puede afirmar por tanto que las posiciones católica y protestante se han acercado. Sin embargo, el núcleo de la cuestión sigue estando en las relaciones intrínsecas entre la Escritura y las tradiciones dentro de la Tradición apostólica, es decir, aquella que entregada por los apóstoles a sus sucesores vivimos todavía en la Iglesia.

Tradición apostólica

Se ha hecho notar muchas veces que Jesucristo no envió a los apóstoles a escribir, sino a predicar. 

Ciertamente, los apóstoles, como antes Jesucristo, se servían del Antiguo Testamento, es decir, de las Escrituras de Israel. Entendían estos textos como expresión de las promesas de Dios -y, en este sentido, también como profecía o anuncio- que se habían cumplido en Jesucristo. También expresaban la instrucción (torá) de Dios a su pueblo, así como la alianza (disposición, testamento) que Jesús lleva a plenitud. 

Los textos del Nuevo Testamento, por su parte, no tuvieron fueron una continuación o una imitación de los textos de Israel. Ninguno de ellos se presenta, tampoco, como un compendio de la Nueva Alianza. Todos nacieron como expresiones parciales -y, en algún caso, circunstanciales- del Evangelio predicado por los apóstoles. 

En todo caso, en la generación que siguió a la de los apóstoles -lo mismo que antes en san Pablo, cuando distinguía entre el mandato del Señor y el suyo propio (1 Co 7, 10-12)-, el principio de autoridad estaba en las palabras del Señor; después, las palabras de los apóstoles y las palabras de la Escritura. Así se constata en los padres apostólicos, Clemente, Ignacio de Antioquía, Policarpo, etc., que mencionan indistintamente, como argumento de autoridad, palabras de Jesús, los apóstoles o las Escrituras. 

Con todo, la forma textual de estas palabras no coincide casi nunca con la que conservamos en los textos canónicos: los textos funcionaban más como ayuda a la memoria de la proclamación oral que como textos sagrados.

Un cambio de actitud se observa en las últimas décadas del siglo II. Dos factores contribuyen a este cambio. 

Por una parte, el cristianismo entra en contacto, y se contrasta, con cosmovisiones intelectuales desarrolladas; en concreto, con el platonismo medio -un platonismo bañado por un estoicismo moral- y con la gnosis del siglo II, que proponía una salvación por medio del conocimiento. Algunos maestros gnósticos vieron en el cristianismo -la expresión nace con Ignacio de Antioquía- una religión que podía ser concorde con su concepción del mundo. Basílides, a comienzos del siglo II, fue quizás el primero que entendió los escritos del Nuevo Testamento como textos fundantes para su enseñanza gnóstica, y otros como Valentín y Ptolomeo, ya en la segunda mitad del siglo II, eran agudos intérpretes de las Escrituras, a las que hacían coincidir con su sistema. 

San Justino, contemporáneo, y quizás colega, de Valentín, ya señalaba que las enseñanzas de estos maestros disolvían al cristianismo dentro del gnosticismo y que, por tanto, sus fautores eran herejes —es Justino quien acuña la palabra con el sentido de desviación, pues antes solo significaba escuela o facción—, aunque sin proponer razones profundas. Por otra parte, a finales del siglo II, se había debilitado ya la idea de una tradición oral fiable: ya no existen —quizás san Ireneo sea la excepción— discípulos de los discípulos de los apóstoles. Cuando ocurre eso en una comunidad cultural o religiosa, como se ha advertido, las comunidades establecen artefactos que preservan una determinada memoria cultural o religiosa y el artefacto de conectividad por excelencia es la escritura.

La gran Iglesia, mirando de reojo a los herejes de corte gnóstico, tomó tres decisiones que juntas preservaban su identidad. Benedicto XVI (cfr. Discurso en el encuentro ecuménico, 19-08-2005) se refirió a ellas más de una vez: en primer lugar, establecer el canon, donde Antiguo y Nuevo Testamento forman una sola Escritura; en segundo lugar, formular la idea de la sucesión apostólica, que toma el lugar del testigo; finalmente, proponer “la regla de la fe” como criterio de interpretación de la Escritura.

La importancia de san Ireneo

Aunque esta formulación se puede descubrir en bastantes teólogos del momento —Clemente de Alejandría, Orígenes, Hipólito, Tertuliano—, en vísperas del 1900 aniversario de su nacimiento, casi es obligado mirar a san Ireneo para descubrir la modernidad de su pensamiento. 

Su obra más importante, Desenmascaramiento y refutación de la pretendida pero falsa gnosis, conocida popularmente como Contra las herejías, atiende a todo lo señalado hasta ahora. Tras unos prolegómenos, comienza así: “La Iglesia, extendida por el orbe del universo hasta los confines de la tierra, recibió de los Apóstoles y de sus discípulos la fe en un solo Dios Padre Soberano universal, que hizo… y en un solo Jesucristo Hijo de Dios, encarnado por nuestra salvación, y en el Espíritu Santo, que por los Profetas…”. San Ireneo sigue el texto con una fórmula que en otros lugares denomina la “regla [canon, en griego] de la fe [o de la verdad]”. Esta regla de la fe no tiene una forma fijada, puesto que, entregada por los apóstoles, se transmite en el Bautismo o en las catequesis bautismales siempre oralmente. Se refiere siempre a la confesión de las tres personas divinas y la obra de cada una de ellas. 

Es reconocible en toda la Iglesia, que “con cuidado la custodia, […] y la predica, enseña y transmite […]. Las iglesias de la Germania no creen de manera diversa ni transmiten otra doctrina diferente de la que predican las de Iberia” (ibíd. 1, 10, 2). Por eso, lo mismo que la Tradición apostólica, es pública: “está presente en cada Iglesia para que la perciban los que de verdad quieren verla” (ibíd. 3, 2, 3), al contrario que la gnóstica, que es secreta y reservada a los iniciados. 

Es más, la regla podría ser suficiente, pues “muchos pueblos bárbaros dan su asentimiento a esta ordenación, y creen en Cristo, sin papel ni tinta […], con cuidado guardan la vieja Tradición, creyendo en un solo Dios [sigue otra confesión trinitaria, expresión de la regla de la fe]” (ibid. 3, 4, 1-2).

Con todo, la Iglesia tiene una colección de Escrituras: “La verdadera gnosis es la doctrina de los Apóstoles, la antigua estructura de la Iglesia en todo el mundo, y lo típico del Cuerpo de Cristo, formado por la sucesión de los obispos, a quienes [los Apóstoles] encomendaron las iglesias de cada lugar. Así nos llega sin ficción la custodia de las Escrituras en su totalidad, sin quitar ni añadir cosa alguna, su lectura sin fraude, la exposición legítima y llena de afecto según las mismas Escrituras, sin peligro y sin blasfemia” (ibíd. 4, 33, 8). 

Es en el último punto donde conviene fijar la atención. La regla (canon) de la fe es quien interpreta la Escrituras correctamente (ibíd. 1, 9, 4), porque coincide con ellas ya que las Escrituras mismas explican la regla de la fe (ibíd. 2, 27, 2) y la regla de la fe se puede desplegar con las Escrituras, como hace san Ireneo en su tratado Demostración (Epideixis) de la predicación apostólica

Esta compenetración entre la regla de la fe y las Escrituras explica bien otros aspectos. Primero, cada una de las Escrituras se interpreta correctamente a través de la otras Escrituras. Segundo: con el tiempo, la palabra “regla/canon”, se acaba por aplicar primeramente al canon de las Escrituras, que es también así regla de la fe.

El autorVicente Balaguer

Profesor de Nuevo Testamento y de Hermenéutica Bíblica, Universidad de Navarra.

Vaticano

El Papa reforma la Pontificia Academia Eclesiástica: se convierte en Instituto para el estudio de las Ciencias Diplomáticas

El Papa Francisco ha firmado un quirógrafo en el que reforma y actualiza la Pontificia Academia Eclesiástica para "proporcionar una educación académica y científica con un nivel de alta calidad" en sintonía con las necesidades pastorales de hoy.

Maria José Atienza·15 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Santa Sede ha hecho público un quirógrafo, firmado por el Papa Francisco por el que el pontífice actualiza el estatus de la Pontificia Academia Eclesiástica constituyéndolo en «Instituto ad instar Facultatis para el estudio de las Ciencias Diplomáticas, ampliando así el número de las Instituciones análogas previstas por la Const. ap. Veritatis Gaudium«.

De este modo, «la Academia se regirá por las normas comunes o particulares del ordenamiento canónico, a ella aplicables, y por otras disposiciones dadas por la Santa Sede para sus instituciones de educación superior» y «conferirá los grados académicos de Segundo y Tercer Ciclo en Ciencias Diplomáticas».

Como ha explicado el cardenal Parolin, «a partir de ahora, la Pontificia Academia Eclesiástica podrá conferir los grados académicos de Licenciado (equivalente a Máster) y Doctor (PhD), ofreciendo a sus antiguos alumnos una formación que integra disciplinas jurídicas, históricas, políticas y económicas y, por supuesto, conocimientos específicos en ciencias diplomáticas».

Unión entre labor diplomática y misión evangelizadora

Parolin ha señalado que «la reforma pretende reforzar el vínculo entre la investigación y la formación académica de los futuros diplomáticos pontificios y los retos concretos a los que se enfrentarán en sus misiones en el extranjero. El diplomático papal no es sólo un experto en técnicas de negociación, sino un testigo de la fe, comprometido en superar las barreras culturales, políticas e ideológicas, y en construir puentes de paz y justicia».

En este sentido, se enmarca la reflexión que el Papa hace en el quirógrafo cuando destaca que «la misión confiada a los diplomáticos del Papa aúna a esta acción, a la vez sacerdotal y evangelizadora, puesta al servicio de las Iglesias particulares, la representación ante las autoridades públicas» y como «el diplomático debe comprometerse constantemente en un proceso formativo sólido y continuo. No es suficiente limitarse a la adquisición de conocimientos teóricos, sino que es necesario desarrollar un método de trabajo y un estilo de vida que le permitan comprender profundamente las dinámicas de las relaciones internacionales y hacerse apreciar en la interpretación de los logros y las dificultades que una Iglesia cada vez más sinodal debe afrontar». 

La reforma de esta academia pontificia y la elevación al nivel de las facultades civiles responde además a la demanda actual de «una preparación más adecuada a las exigencias de los tiempos de aquellos eclesiásticos que, procedentes de las diversas diócesis del mundo, y habiendo ya adquirido la formación en ciencias sagradas y desarrollado una primera actividad pastoral, después de una cuidadosa selección, se preparan para proseguir su misión sacerdotal en el servicio diplomático de la Santa Sede. No se trata sólo de proporcionar una educación académica y científica con un nivel de alta calidad, sino de tener cuidado de que su acción será eclesial».

Zoom

Un niño participa en la Misa del Domingo de Ramos en el Vaticano

Un niño sostiene una palma durante la celebración de la Misa del Domingo de Ramos en el Vaticano, el 13 de abril de 2025.

Redacción Omnes·15 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Cultura

El Papa declara venerable a Antoni Gaudí

El Vaticano reconoció el 14 de abril de 2025 las virtudes heroicas de Antoni Gaudí, pasando este a ser considerado venerable.

Rome Reports·15 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

El Papa Francisco reconoció el 14 de abril las virtudes heroicas del arquitecto español Antoni Gaudí, quien ahora es considerado verenable.

El arquitecto de la basílica de la Sagrada Familia en Barcelona era un católico devoto que falleció tras ser atropellado por un tranvía mientras iba de camino a rezar a una iglesia.


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Evangelización

El padre Damián

La liturgia celebra el 15 de abril al padre Damián, misionero belga del siglo XIX que marchó a Hawai para cuidar de los leprosos cuando fueron desterrados a la isla de Molokai.  

Pedro Estaún·15 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

En el año 2005 la nación de Bélgica designó al padre Damián como “el belga más grande de todos los tiempos”. Pero ¿quién era este hombre y cuáles fueron las causas para ser designado con tan alta distinción?

Jozef Van Veuster nació en Tremeloo, Bélgica, el 3 de enero de 1840, de una familia de campesinos. De pequeño en la escuela gozaba haciendo obras manuales, casas como las de los misioneros en las selvas; tenía un deseo interior de ir un día a lejanas tierras a misionar. De joven fue arrollado por una carroza y se levantó sin ninguna herida. El médico que lo revisó exclamó: “Este muchacho tiene energías para emprender trabajos muy grandes”.

De joven tuvo que trabajar muy duro en el campo para ayudar a sus padres que eran muy pobres. Esto le dio una gran fortaleza y le hizo práctico en muchos trabajos de construcción, de albañilería y de cultivo de tierras, lo que le sería muy útil en la isla lejana donde más tarde iba a vivir.

Ejemplo de san Francisco Javier

A los 18 años lo enviaron a Bruselas a estudiar, y dos años después decidió ingresar en la orden religiosa de los Sagrados Corazones en Lovaina, adoptando el nombre de Damián. El ejemplo de san Francisco Javier despertó en él el espíritu misionero. La enfermedad de otro religioso hizo que recayese sobre él un lejano destino: Hawai. En 1863 zarpó hacia su misión y en el viaje se hizo amigo del capitán del barco, el cual le dijo: “yo nunca me confieso. Soy mal católico, pero le digo que con usted sí me confesaría”. Damián le respondió: “Todavía no soy sacerdote pero espero un día, cuando lo sea, tener el gusto de absolverle todos sus pecados”

El 19 de marzo de 1864 llegó a Honolulú. Allí fue ordenado sacerdote poco después en la Catedral de Nuestra Señora de la Paz. Trabajó en varias parroquias en la isla de Oahu mientras el reino sufría una crisis de salud. Los nativos hawaianos se vieron afectados por enfermedades que, inadvertidamente, llevaron los comerciantes europeos. Miles murieron por la gripe y la sífilis, y por otras enfermedades que nunca antes habían afectado a los hawaianos. Esto incluyó la plaga de la lepra que amenazaba con convertirse en epidemia. Temeroso de que se esparciera esta incurable enfermedad, el rey Kamehameha IV segregó a los leprosos del reino enviándolos a una isla alejada: Molokai.

Solicitó ser enviado a aquellos enfermos

La ley establecía que quien arribase a aquel rincón de dolor y podredumbre ya no podría salir para no propagar la enfermedad. De ahí que el obispo de Hawai, aunque preocupado por las almas de los enfermos, no se decidiera a mandar a ningún sacerdote. Sin embargo, al conocer la situación de Molokai, Damián solicitó ser enviado entre aquellos enfermos. “Sé que voy a un perpetuo destierro, y que tarde o temprano me contagiaré de la lepra. Pero ningún sacrificio es demasiado grande si se hace por Cristo”, dijo a su obispo. Unos días más tarde, el 10 de mayo de 1873, ya estaba en Molokai.

El panorama que encontró fue desolador. La falta de medios había hecho del lugar una antesala del infierno: no había leyes, ni hospitales; los enfermos agonizaban en cuevas oscuras e insalubres; pasaban el tiempo ociosos, bebiendo alcohol y en peleas.

La llegada del padre Damián fue un punto de inflexión. La primera misión que se impuso fue construir una iglesia, y después un hospital y varias granjas (los leprosos, con sus miembros casi pútridos, apenas podían levantar una vivienda por sí mismos). Bajo su liderazgo se restablecieron las leyes básicas, se pintaron las casas, comenzaron a trabajar en las granjas convirtiendo algunas de ellas en escuelas y estableció normas de higiene. Además emprendió una campaña internacional para recabar fondos, que comenzaron a llegar de todo el mundo. Pero lo que más le importaba era el alma de sus leprosos. Catequizaba puerta a puerta, los bautizaba, comía con ellos, limpiaba sus pústulas y les saludaba dándoles la mano, para que no se sintiesen despreciados. 

Se contagia

En diciembre de 1884 Damián introdujo los pies en agua hirviendo y no sintió dolor. Entonces lo comprendió: él también se había contagiado. Enseguida, se arrodilló ante un crucifijo y escribió: “Señor, por amor a Ti y por la salvación de estos hijos tuyos, acepto esta terrible realidad. La enfermedad me irá carcomiendo, pero me alegra pensar que cada día que esté enfermo, estaré más cerca de Ti”.

Junto a las ayudas internacionales, llegó también un grupo de franciscanas, con las que empezó a compartir la misión pastoral. En vísperas de su muerte, con los miembros impedidos, escribió a su hermano: “Continúo siendo el único sacerdote en Molokai. Por tener tanto que hacer, el tiempo se me hace muy corto; pero la alegría del corazón que me prodigan los Sagrados Corazones hace que me crea el misionero más feliz del mundo. El sacrificio de mi salud, que Dios ha querido aceptar para que fructifique un poco mi ministerio entre los leprosos, lo encuentro un bien ligero e incluso agradable”.

Se las ingenia para confesarse

Al no poder salir de la isla, el sacerdote llevaba años sin poder confesarse. Un día, al acercarse un barco que llevaba provisiones para los leprosos, el padre Damián se subió a una lancha y casi pegado al barco pidió a un sacerdote que allí viajaba, que lo confesara. Y a grito entero hizo desde allí su única y última confesión, y recibió la absolución de sus faltas.

Poco antes de que el padre Damián muriera, llegó a Molokai un barco. Era el del capitán que lo había traído cuando llegó de misionero. Recordó que en aquel viaje le había dicho que con el único sacerdote con el cual se confesaría sería con él. Ahora, el capitán venía expresamente a confesarse con el Padre Damián. Desde entonces la vida de este hombre de mar cambió, mejorando notablemente. También un hombre que había escrito calumniando al santo sacerdote llegó a pedirle perdón y se convirtió al catolicismo.

Heroico

El 15 de abril de 1889, el padre Damián, el leproso voluntario, cerró sus ojos, ya ciegos, por última vez. El mismo Gandhi dijo de él: “El mundo politizado de nuestra tierra puede tener muy pocos héroes que se puedan comparar con el Padre Damián de Molokai. Es importante que se investigue por las fuentes de tal heroísmo”. En 1994 el Papa Juan Pablo II, después de haber verificado varios milagros obtenidos por la intercesión de este gran misionero, lo declaró beato, y patrono de los que trabajan entre los enfermos de lepra. El papa Benedicto XVI le proclamó santo el 26 de abril de 2009.

El autorPedro Estaún

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Mundo

Tiempo de solidaridad ante la Colecta de Tierra Santa

La Colecta para los cristianos de Tierra Santa llega este Viernes Santo a las diócesis. Se trata de una colecta de solidaridad, de misericordia, que este año tiene acento de esperanza con el Jubileo. Fray Luis Quintana, representante del Custodio de Tierra Santa en España, y presidente de los comisarios de España y Portugal, habla de ello con Omnes.

Francisco Otamendi·15 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 6 minutos

Son tiempos duros para los cristianos en Tierra Santa. La pobreza, la migración y las guerras ejercen cada vez más presión. Pero llega un tiempo de solidaridad y de esperanza ante la colecta de Tierra Santa. «La oración, que tiene un valor infinito, las peregrinaciones, y ahora, la Colecta pontificia del Viernes Santo por los Santos Lugares, son muy importantes para las comunidades cristianas en Tierra Santa”.

Así lo ha comentado a Omnes este fin de semana Fr. Luis Quintana (Burgos, 1974), franciscano de la Orden de los Hermanos Menores (ofm), presidente de los comisarios (a modo de embajadores) de España y Portugal, y representante en España del Custodio de Tierra Santa, actualmente el italiano Fr. Francesco Patton. El lema de la Jornada este año, que incluye la colecta y otras cosas: oración, motivación, cartel, tríptico, etc., es: ‘Tierra Santa, puerta abierta a la esperanza”.

El corazón, cautivado en los Santos Lugares

En una conversación mano a mano, en la parroquia del Cristo de la Paz, en el distrito madrileño de Carabanchel, que llevan los franciscanos, el burgalés Fr. Luis Quintana se ha sincerado. Hemos hablado de la importante Colecta que ahora les detallamos, de su destino, y del Jubileo. Pero antes, le preguntamos por su primera relación con Tierra Santa, y por el contexto.

“En septiembre del año 2000 fui por primera vez a Tierra Santa, y ahí quedó mi corazón prendado por los Santos Lugares, por Tierra Santa. Por ese motivo, cuando hice los votos solemnes, en 2006, solicité ir a hacer una experiencia larga allí. Fue desde febrero hasta julio de 2007”, revela Fray Luis. 

“Los cristianos que están allí lo están pasando muy mal. Son ahora menos del 1,5 por ciento. En Betania no hay ninguna familia cristiana, aunque sí hay dos comunidades religiosas (los franciscanos y una congregación femenina). Marta, María y Lazaro eran tres personas en Betania. En Emaús hay una familia cristiana”, señala. 

Colecta de Viernes Santo: vivienda, trabajo, educación y sanidad

Siempre ayuda saber a qué irá destinado lo que se obtiene en la Colecta. El 80 por ciento de lo que recibe la Custodia de Tierra Santa, lo destina a la obra social. Y el 20 por ciento al mantenimiento de los santuarios. ¿Y qué es la obra social allí? Son cuatro conceptos, explica Fr. Luis Quintana.

“Primero, la vivienda. La Custodia tiene muchas casas en propiedad. Ellos, las familias, pagan el alquiler, luz, gas y agua. Nosotros tenemos la propiedad y las obras, el mantenimiento”.

“El segundo objetivo es el trabajo. Hay cerca de dos mil empleados directos en la Custodia, muchos colegios, casi 40.000 alumnos, hospitales, centros de salud. Dar trabajo es muy importante”.

La educación cristiana en Tierra Santa

“En tercer lugar, la educación, también muy importante. Tanto para cristianos como para musulmanes, no distinguimos”, afirma. “Una educación desde el cristianismo, son colegios confesionales”. Y el comisario comienza a contar historias concretas, el ideario:

“En mayo, todos los días, las flores a María. En Navidad, las aulas se llenan de belenes, crucifijos en todas las clases y muchos detalles. Los musulmanes quieren nuestra educación. Pero también hay algo por nuestra parte: cuando llega el Ramadán acabamos las clases un poco antes; si muere un padre de un niño musulmán, los niños cristianos van a rezar a la mezquita; en las clases de religión se separan cristianos y musulmanes”.

Tolerancia con el islam, colegios confesionales cristianos

Siga, le animamos. Y continúa: “Hay mucha tolerancia respecto al islam, pero el colegio es confesional cristiano. La Virgen está en el patio, todas las fiestas cristianas se celebran, la ceniza el Miércoles. Los musulmanes prefieren mayoritariamente colegios cristianos. El primer colegio de niños en Tierra Santa fue cristiano. el segundo fue judío, y el tercero musulmán. Con las niñas sucedió lo mismo. Y con el colegio mixto, igual. El primer colegio mixto ha sido cristiano”.

“Los grandes colegios nuestros son Jerusalén, Belén en segundo lugar, Jericó y Nazaret. Luego hay más. Estos son los principales. También nos referimos al colegio de Ammán, en Jordania, y al colegio de Damasco, en Siria. Y al de Beirut, en Líbano.”

“El cuatro bloque, como hemos hablado, es la Sanidad. Centros de salud, hospitales, dispensarios, en algunos casos son dispensarios parroquiales, como en Siria; hay muchas fórmulas…”.

Un poco de historia: la Custodia, y la colecta, origen en el siglo I 

La Custodia de Tierra Santa fue fundada por san Francisco de Asís en 1217, con el envío de los primeros frailes, y fue encomendada por el Papa Clemente VI a los franciscanos en 1342.

Está presente hoy en Israel, Palestina, Jordania, Egipto, Siria, Líbano, Chipre y Rodas. “En Egipto han crecido tanto las vocaciones que ya tienen provincia independiente”, cuenta Fr. Luis Quintana.

El Custodio de Tierra Santa y su equipo han insistido en la relevancia de este apoyo en la colecta del Viernes Santo, que pusieron en marcha San Pedro y san Pablo, como cuentan los Hechos de los Apóstoles, y que desde 1420, hace 605 años, se celebra de modo ininterrumpido.

Podrían destacarse, a título de ejemplo, algunas palabras del Custodio italiano, del Ministro general o del Vicario egipcio de la Custodia, Fr. Ibrahim Faltas, al que “el Papa Francisco quiere mucho, le ha mencionado varias veces, y se hizo famoso porque a raíz de la guerra de Gaza, sacó a varios niños a operar a hospitales de Italia”. Pero esto se haría largo. Pueden consultarlas ustedes.

Tres Puertas santas para el Jubileo de la esperanza

Para concluir, hay dos aspectos que Fr. Luis Quintana desea mencionar. Se trata de las Puertas Santas del Jubileo en Tierra Santa, y la capilla de la Inmaculada recién bendecida.

“Estamos en el año de la esperanza, el Jubileo es un signo de esperanza, y hay tres Puertas santas para ganar el Jubileo en Israel: “Nazaret, donde el Verbo se hizo carne, la Anunciación; Belén, donde Jesús nació, la Natividad; y el Santo Sepulcro, donde Cristo resucitó, Jerusalén”.

“El año pasado, el lema, la línea general, fue en torno al rojo, sangre, Tierra Santa sigue sufriendo, acababa de empezar la guerra el 7 de octubre.  Queríamos expresar el sufrimiento, y la imagen fue Getsemaní”.

“Este año, hemos cambiado al color verde, esperanza, jubileo, puertas abiertas, la puerta abierta con los franciscanos saliendo en procesión la Cruz, Cristo sale a nuestro encuentro para recibirnos, línea que hemos querido mantener”.

Capilla de la Inmaculada en Tierra Santa

Un botón de muestra de esta esperanza se encuentra en una noticia. La inauguración de una nueva capilla en Tierra Santa, que cuenta así Fr. Luis. “El pasado 5 de abril fue un día muy especial para nuestra Provincia de la Inmaculada Concepción, un día histórico, pues inaugurábamos una nueva capilla en Tierra Santa financiada desde nuestra Comisaría de Tierra Santa, y la hemos puesto el nombre de la Provincia: “Capilla de la Inmaculada Concepción”.

El arzobispo de Toledo, monseñor Francisco Cerro, presidió la Eucaristía en la Capilla superior de Nuestra Señora de Guadalupe, en el Campo de los Pastores (Beit Sahour, junto a Belén), con la presencia de fr. Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa, un nutrido grupo de franciscanos y sacerdotes seculares, el Cónsul general, Javier Gutiérrez, y muchos españoles residentes en Tierra Santa, tanto en Israel como en territorios de la Autoridad Nacional Palestina.

Tierra Santa, señala fray Luis Quintana, cuenta ya con una nueva capilla, gracias a la generosidad de los peregrinos españoles (por lo que ya ha sido bautizada como “la capilla española”). “Es la primera vez en la historia que la Provincia franciscana financia una capilla en Tierra Santa, con capacidad para más de 200 personas”, añade.

El autorFrancisco Otamendi

Anónimos

En la Pasión de Cristo, los anónimos son personas que no tienen muy claro lo que quieren, pero que aprovechan cualquier tumulto para dar rienda suelta a sus más bajos instintos: criticar, insultar, difamar y hasta linchar si hace falta al que pasa por delante.

15 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Entre los más viles personajes que aparecen en las lecturas de la Pasión de Cristo que se proclaman ahora, en Semana Santa, hay unos que tienen mucha actualidad. Han proliferado en las redes sociales y extienden su pernicioso influjo a toda la sociedad.

Se trata de los personajes anónimos. Pero no me refiero a esos de quienes no aparece el nombre quizá por desconocimiento del evangelista como la criada portera del palacio del sumo sacerdote, el guardia que lo abofeteó en el interrogatorio de este o los malhechores que crucificaron a su lado (aunque luego la tradición los bautizara como Dimas y Gestas); sino a los que actúan de forma anónima, amparados por la turba.

Son personas que no tienen muy claro lo que quieren, pero que aprovechan cualquier tumulto para dar rienda suelta a sus más bajos instintos: criticar, insultar, difamar y hasta linchar si hace falta al que pasa por delante. En solitario, no serían capaces de matar una mosca, pero encuentran el gusto en convertirse en masa enfervorizada pues, actuando en manada, la responsabilidad se diluye y las posibles consecuencias también.

Validar los actos de otros

Sin duda, estos personajes fueron clave en la muerte de Jesús, pues con su actitud validaban las acciones de los que hoy consideramos responsables: los sumos sacerdotes y Poncio Pilato. Ninguno de ellos se habría atrevido a ejecutar a quien el pueblo consideraba un profeta sin el apoyo cómplice de unos pocos de estos anónimos capaces de hacer mucho ruido, mucho más que la mayoría del pueblo.

En nuestra sociedad digital, las plazas y calles donde la gente llevaba a cabo tradicionalmente sus protestas y reivindicaciones, han dado paso a las redes sociales, donde todos podemos verter nuestras opiniones sobre los asuntos que nos preocupan. Pero, frente a una minoría que aparece identificada, con nombres y apellidos, que se hace responsable de los aciertos y errores que se puedan cometer a la hora de opinar, hay una masa ingente de cuentas anónimas o con identidades muy difusas.

En una manifestación pública, propia de los estados democráticos, quien lleva pasamontañas o se cubre el rostro con una careta, está muy claro que viene a liarla, y muchas veces sabemos que, quienes actúan así, no se identifican con el objeto de la reivindicación, sino que la usan solo como excusa para disfrutar con la violencia y el saqueo.

Anónimos y auténticos culpables

Entiendo a quien, en un régimen autocrático, tiene que proteger su identidad para compartir sus ideas sin ser detenido; pero en un país democrático, donde la libertad de expresión está asegurada, ¿qué sentido moralmente aceptable tiene ir por las redes esparciendo chismes o jaleando a quien lo hace, atacando a otras personas sin dar la cara, promoviendo el odio o acosando a otras personas? Solo se entiende desde la más absoluta bajeza humana, desde la maldad cobarde de esos cuyos nombres no aparecen en los relatos de la Pasión, pero que fueron auténticos culpables de la muerte del inocente.

Cuando quienes actúan así son miembros de la comunidad cristiana, atentos a criticar sin caridad ni justicia ni verdad cualquier movimiento del Papa, de tal o cual obispo o movimiento distinto a su cuerda, el pecado me parece mucho más grave. Me recuerdan a esos pequeños niños que, en la película La Pasión de Cristo acosan a Judas hasta desesperarlo y lograr que se ahorque. Al principio parecen inofensivos, incluso simpáticos; pero en cuanto se les da pie, se lanzan a bofetadas, insultos y mordiscos, revelando su verdadera identidad demoníaca.

Quizá usted que me lee haya tenido alguna vez la tentación de «disfrazarse» a través de un perfil anónimo en redes para poder explayarse y decir lo que su identidad le impide decir públicamente, pues le acarrearía problemas disciplinarios o le haría quedar mal ante sus amigos o familia. Piense bien de dónde puede venir esa idea de ocultar la personalidad que Dios le dio a su imagen y semejanza para tomar una apariencia distinta a la suya y agresiva contra el otro, por muy reprobable que sea lo que haya hecho esa persona. Y recuerde la escena de la película de Mel Gibson. ¿No ve que, aunque los personajes sean anónimos, el promotor de su acción tiene nombre por todos conocido? Pues eso, cuidado con caer en las redes que extiende en las redes.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Evangelio

Cristianismo y éxito. Viernes Santo (C)

Joseph Evans nos comenta las lecturas del Viernes Santo (C) correspondiente al día 18 de abril del año 2025.

Joseph Evans·15 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La primera lectura de hoy de Isaías es una profecía sobre los sufrimientos de Cristo. Escrita siglos antes de Jesús, al profeta se le concedió vislumbrar la agonía de Nuestro Señor y ver que el futuro Mesías nos salvaría mediante el sufrimiento. Sin embargo, es sorprendente hasta qué punto el pueblo de Israel ignoró estas profecías. Cuando llegó Jesús, sólo podían imaginar a un salvador “exitoso” que les salvaría mediante un evidente triunfo político y militar, liberándoles de los romanos y convirtiendo a Israel en una nación poderosa. La salvación era visible, bienestar externo, “éxito”.

Pero hoy nos señala la realidad de la victoria de Cristo. Vemos a Jesús clavado en la Cruz, sufriendo, agonizando y muerto. En términos humanos, esto no tiene nada de triunfo. Pero sabemos que éste es el verdadero triunfo de Jesús, y que a través de este sufrimiento y muerte, Cristo resucitará para vencer definitivamente al pecado y a la muerte. Lo sabemos, pero tal vez en teoría y no en la práctica, porque cada vez que nos sobrevienen sufrimientos y reveses, en lugar de aceptarlos como participación en la Cruz de Cristo, nos quejamos. Quizá también nosotros vemos la salvación como un éxito.

Esto es lo que Isaías nos dice de Jesús: “Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultaban los rostros, despreciado y desestimado”. Jesús tomó sobre sí nuestra fealdad. No nos gusta pensar que un día podamos perder nuestra belleza; no nos gusta envejecer o enfermar o tener que cuidar a un enfermo… Esto no es “éxito”. Vemos el éxito como el logro continuo de una mejor situación material y financiera, sin grandes problemas ni preocupaciones en la vida. Buscamos formas de “alfombrar” o “amortiguar” la Cruz.

Pero Jesús nos dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga” (Mt 16, 24). Debemos buscar y abrazar la Cruz, no tratar de esquivarla. Jesús vino a la tierra a buscar la Cruz, no a esquivarla, como acabamos de leer en el largo relato de su Pasión. Quizá tengamos que aprender que el éxito no es un término importante para el cristianismo. El éxito terrenal puede hacernos bien o mal, depende de cómo lo utilicemos.

Generalmente, la Cruz vendrá a nosotros en pequeñas cosas y tenemos que saber abrazarla. Y al hacerlo, somos bendecidos y hacemos nuestra pequeña contribución a la salvación del mundo.

Cine

Películas sobre la Biblia para Semana Santa y Pascua

Desde la era del cine mudo hasta mediados de la década de 1960, las películas basadas en la Biblia constituyeron un elemento esencial de la producción de Hollywood.

OSV / Omnes·14 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Por John Mulderig (OSV/Omnes)

Directores, tanto famosos como desconocidos, extrajeron de las escrituras historias que pudieran llevar a la gran pantalla, con resultados que iban desde lo reverencial hasta lo explotador.

Hoy en día, muchas de estas películas están disponibles en streaming. Con la llegada de la Pascua, los fieles pueden echar un vistazo a esta colección de películas antiguas. A continuación se presentan breves reseñas de algunas producciones de temática bíblica.

«Ben-Hur» (1959)

La clásica epopeya hollywoodense del director William Wyler sigue al príncipe judío que da título al film (Charlton Heston) tras ser traicionado por su amigo romano de la infancia (Stephen Boyd) y sometido a una gran miseria hasta que finalmente obtiene la retribución por todo su sufrimiento. El melodrama convencional de la narrativa se transforma por la grandiosidad de su espectáculo, especialmente la carrera de cuadrigas, y por las conmovedoras interpretaciones de sus protagonistas, quienes logran superar los clichés y estereotipos de la historia.

«La Biblia» (1966)

Seis episodios del Génesis (La Creación, Adán y Eva, Caín y Abel, Noé, la Torre de Babel y Abraham) se representan tan literalmente como fueron escritos, dejando en gran medida su interpretación al espectador. John Huston dirige, narra e interpreta el papel de Noé en este espectáculo reverente pero entretenido. George C. Scott, como Abraham, se lleva el premio a la mejor interpretación entre un elenco que incluye a Ava Gardner, Richard Harris, Ulla Bergryd y Michael Parks.

«Hechizo de Dios» (1973)

Versión cinematográfica de un musical basado libremente en el Evangelio según San Mateo, con un elenco off-Broadway compuesto por Victor Garber como Cristo y David Haskell como Juan el Bautista y Judas. Lo que hace que la película sea tan emocionante es que el director David Greene convierte la ciudad de Nueva York en un gigantesco escenario, utilizado de forma sorprendente para presentar las parábolas en parodias imaginativas, muchas de las cuales sirven de trampolín para melodías irresistibles, como «Day by Day» y «¡God Save the People!».

«El Evangelio según San Mateo» (1966)

La sencilla dramatización italiana del relato del evangelista sobre la vida de Jesús y su mensaje de salvación logra situar al espectador excepcionalmente en los acontecimientos evangélicos, evitando la artificialidad de la mayoría de las epopeyas cinematográficas bíblicas. El director Pier Paolo Pasolini es completamente fiel al texto, empleando la imaginación visual necesaria para su interpretación realista.

«La historia más grande jamás contada» (1965)

Aunque no es la mejor película jamás realizada, la visión del director George Stevens del Evangelio presenta una visión coherente y tradicional de Cristo como Dios encarnado. La película, a pesar de su épica escala hollywoodense, cuenta con buenas actuaciones, un guion de buen gusto y realismo, una fotografía magnífica y la creíble representación de Cristo por parte de Max von Sydow es el elemento esencial de su éxito.

«Rey de reyes» (1961)

Este sólido espectáculo cinematográfico presenta la vida de Cristo en el contexto histórico de la resistencia judía al dominio romano. Jeffrey Hunter, con cierta incomodidad, interpreta el papel principal, aunque resultan más efectivos Siobhan McKenna como su madre, Robert Ryan como Juan el Bautista, Hurd Hatfield como Pilato, Rip Torn como Judas y Harry Guardino como Barrabás. Dirigido por Nicholas Ray, el guion se centra en la inestabilidad política de la época, pero trata el relato evangélico con reverencia, aunque con más libertad dramática de la que algunos considerarían aceptable. La clasificación de OSV News es L: público adulto limitado, películas cuyo contenido problemático resultaría inquietante para muchos adultos.

«La túnica» (1953)

Historia reverente pero pesada de la época evangélica, basada en la novela de Lloyd C. Douglas, sobre un tribuno romano (Richard Burton) que, apostando, gana la túnica de Cristo en la crucifixión, pero que luego teme el poder de la prenda para hechizarlo, convirtiéndose posteriormente en mártir cristiano en Roma. Dirigida por Henry Koster, la historia de ficción es sincera, pero dramáticamente poco convincente en su argumento y sus actuaciones, que van desde la rigidez hasta la mezquindad escénica, con la consiguiente inspiración más en el espectador que en la pantalla. Violencia estilizada y referencias sexuales veladas.

«Los Diez Mandamientos» (1956)

Esta épica producción del director Cecil B. DeMille, menos una historia inspiradora basada en fuentes bíblicas que un vehículo dramático con sentido histórico, ofrece recreaciones espectaculares, excelentes efectos técnicos y una actuación impecable de un elenco excepcional, que incluye a Charlton Heston como Moisés, Yul Brynner, Anne Baxter, Edward G. Robinson y muchas otras estrellas de la época.

«La pasión de Cristo» (2004)

La visión de Mel Gibson sobre las últimas horas de Jesús de Nazaret se convierte en una experiencia cinematográfica intensa y desgarradora, centrada en el sufrimiento físico y espiritual del protagonista (Jim Caviezel). La narrativa, aunque conocida, se transforma por la crudeza visual y el realismo extremo con que se retrata el Vía Crucis, donde el dolor adquiere un tono casi místico. La puesta en escena, la fidelidad al arameo y al latín, y la potencia emocional de las imágenes convierten este drama bíblico en una obra tan polémica como profundamente impactante.

El autorOSV / Omnes

Evangelización

Santa Liduvina y mártires sirias, beatos Pedro González e Isabel Calduch

La liturgia celebra el 14 de abril a santa Liduvina (Holanda, 1380), a las mártires sirias Bernica, Prosdoca y su madre Domnina, víctimas en la persecución de Diocleciano (siglo IV). Al beato palentino Pedro González, y a la beata Isabel Calduch, del grupo de mártires valencianos canonizados por san Juan Pablo II en 2001.  

Francisco Otamendi·14 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Iglesia celebra este lunes 14 de abril a la holandesa santa Liduvina, paralítica a los 15 años cuanto patinaba, que ofreció sus enfermedades a Cristo. Se honra también a tres mártires sirias, santas Bernica y Prosdoca y a su madre Domnina, que murieron en Antioquía de Siria (hoy Turquía), perseguidas en tiempos de Diocleciano. A los beatos Pedro González e Isabel Calduch. Y a san Lamberto, primero monje y abad del monasterio de Fontanelle, y luego obispo de Lyon en Francia.

Santa Liduina o Liduvina, nacida en Holanda en 1380, sufrió un accidente a los 15 años. Señala el Martirologio Romano que “en Schiedam, en Gueldres, Países Bajos, santa Liduvina o Liduina, virgen. Por la conversión de los pecadores y la liberación de las almas, ofreció durante toda la vida enfermedades del cuerpo, confiada sólo en Cristo Crucificado (+ 1433). La santa tuvo fama de santidad, y sus reliquias se encuentran en la catedral de san Miguel y Santa Gúdula (Bruselas).

Replanteamiento de vida

San Pedro González Telmo (Frómista, Palencia, España, 1185), fue educado por un tío canónigo y estudió en la Universidad de Palencia. Ordenado sacerdote, fue canónigo de la catedral, y parece le gustaba la ostentación. Pero una caída de un caballo le hizo replantear radicalmente su vida. Renunció a dignidades y entró en la orden dominicana, dedicándose a la predicación en Galicia y norte de Portugal, en especial entre marineros. Murió en Tuy en 1249.

Persecución

Isabel Calduch Rovira (Josefina en el mundo), nacida en Castellón en 1882, está incluida en el grupo de mártires valencianos beatificados por san Juan Pablo II en 2001. Ingresó joven en el monasterio de las clarisas capuchinas de Castellón. Fue religiosa ejemplar. Al estallar la persecución religiosa y cerrarse su monasterio en 1936, marchó a su pueblo con un hermano suyo sacerdote, también mártir. Fue arrestada en abril de 1937, maltratada y fusilada junto al cementerio de Cuevas de Vinromá (Castellón).

El autorFrancisco Otamendi

Actualidad

Univ 2025: Una carta del Papa y reflexión sobre la ciudadanía

El tradicional encuentro universitario, impulsado por san Josemaría Escrivá reunirá este año a 3.000 jóvenes del todo el mundo para vivir la Semana Santa en Roma.

Maria José Atienza·14 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Nació en 1968 bajo el impulso de san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei y este año reunirá más de 3.000 jóvenes procedentes de todas las partes del mundo. El encuentro universitario UNIV centra este año su reflexión anual en el tema “Ciudadanos de Nuestro Mundo” (sobre el concepto práctico y aplicado de ciudadanía y bien común).

El Papa al UNIV: «¡cuántos motivos para dar gracias a Dios!»

Junto al congreso universitario, los jóvenes vivirán esta Semana Santa y Pascua en este año jubilar en Roma, cerca del Papa Francisco quien ha remitido una misiva a los participantes en la que anima a los participantes a «dar gracias a Dios y seguir caminando entusiastas en la fe, diligentes en la caridad y perseverantes en la esperanza», dado que este año se cumplen 100 años de la ordenación sacerdotal del fundador del Opus Dei.

El pontífice ha querido destacar también petición para que «este tiempo de peregrinación y encuentro fraterno los impulse a llevar a todos el Evangelio de Jesucristo, muerto y resucitado, como anuncio de la esperanza que realiza las promesas» 

Durante estas jornadas, los estudiantes participarán en las ceremonias litúrgicas de la Semana Santa y en varios encuentros con el prelado del Opus Dei, Mons. Fernando Ocáriz.

El congreso universitario UNIV

Bajo este tema de reflexión, los participantes tendrán la posibilidad de asistir a encuentros académicos-como el UNIV Forum y UNIV Lab, que tendrán lugar el 15 y 16 de abril y en los que se pondrán en común sugerencias, aplicaciones e ideas en torno a cuestiones como las virtudes y ejemplos que se necesitan para promover el bien común en nuestro mundo, qué significa la ciudadanía para los jóvenes de hoy o como crecer en la sociedad actual.

Para ello los jóvenes contarán con un programa que incluye conferencias, coloquios, muestras artísticas, mesas redondas con ponentes como Luis G. Franceschi, Secretario General Adjunto de la Commonwealth de Naciones; Karen Bohlin, directora del Practical Wisdom Project en el Abigail Adams Institute e investigadora en el Harvard Human Flourishing Program; Michelle Scobie, catedrática de Relaciones Internacionales y Gobernanza Medioambiental Mundial en The University of the West Indies (UWI); Ndidi Edeoghon, abogada internacional, fundadora de la Iniciativa de Embajadores para el Desarrollo de la Juventud y la Resolución de Conflictos (Nigeria), entre otras personas .

No sólo reflexionarán sino que también actuarán dado que los participantes en el UNIV 2025 promoverán diversos tipos de ayuda (económicas, asistenciales, etc.) para destinar al Dicasterio para el servicio de la Caridad del Papa.

Evangelio

Comulgar dignamente. Jueves Santo (C)

Joseph Evans nos comenta las lecturas del Jueves Santo (C) correspondiente al día 17 de abril del año 2025.

Joseph Evans·14 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Es un pensamiento aterrador que Judas recibiera a Nuestro Señor en la Eucaristía, pero también es un pensamiento extraordinario que Jesús quisiera entregarse a él sabiendo lo indignamente que lo estaba recibiendo. ¿Daríamos nosotros una comida especial a alguien que supiéramos -y Jesús lo sabía- que estaba a punto de traicionarnos? ¿Lavaríamos los pies a alguien que luego usaría esos mismos pies, sólo unos minutos después, para salir y guiar a los soldados a arrestarnos? ¿Aceptaríamos el beso de alguien cuando sabíamos que ese beso era absolutamente falso y traicionero?

Pero Jesús hizo todo eso por varias razones. En primer lugar, para vivir lo que nos enseñó: amar a nuestros enemigos, hacer el bien a quienes nos persiguen, ofrecerles nuestra mejilla aunque sea a bofetadas. Y también porque en todo momento, hasta el último suspiro de Judas, Jesús trataba de llamarle a la conversión. Este es el amor de Jesús. Siempre nos ofrece otra oportunidad.

No debemos aumentar las llagas de Cristo recibiéndole indignamente. Sí, Nuestro Señor nos dijo: “No necesitan médico los sanos, sino los enfermos”. Y estaba dispuesto a comer en las casas de los considerados pecadores y marginados. Pero el Espíritu Santo quiso regalarnos también aquellas palabras de san Pablo: “De modo que quien coma del pan y beba del cáliz del Señor indignamente, es reo del cuerpo y de la sangre del Señor” (1 Co 11, 27). Esta noche celebramos precisamente este don, el cuerpo y la sangre de Cristo. ¿Qué mayor regalo podría habernos hecho? No se limitó a compartir nuestra humanidad tomando un cuerpo y haciéndose hombre. Quiso entrar en la humanidad de cada hombre y cada mujer. No le bastaba con estar en un solo cuerpo. Encontró el modo de estar en cada uno de nuestros cuerpos recibiéndole en la Comunión. Por eso es tan importante la evangelización: para que cada vez más personas puedan recibir a Jesús en la Eucaristía y se cumpla así su deseo de venir a ellas.

Recibir la Comunión indignamente, sabiendo que estamos en pecado grave, es como el beso de Judas. Pero cuando traicionamos y chismorreamos y pensamos mal de los demás, es un poco como el beso de Judas. Cuando sonreímos a la gente y decimos lo bien que nos vemos, mientras pensamos mal de ellos o hablamos mal de ellos a sus espaldas, eso es el beso de Judas. Pero en lugar de eso, podemos imitar a Cristo amando a los que nos tratan mal, tendiéndoles la mano, esperando y rezando para que cambien, buscando su conversión.

Vaticano

El Papa sale de nuevo en el Domingo de Ramos y llama a ser “cireneos”

El Papa Francisco ha salido esta mañana de nuevo a la plaza de San Pedro. Lo ha hecho al final de la Misa del Domingo de Ramos, y ante el micrófono, ha dicho: “Feliz Domingo de Ramos, feliz Semana Santa”. En la homilía, ha llamado a ser “cireneos” y apoyo “los unos de los otros”.    

Francisco Otamendi·13 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

En la mañana del Domingo de Ramos, el Papa Francisco ha salido de nuevo a la plaza de San Pedro, al final de la Misa celebrada por el cardenal Leonardo Sandri, vicedecano del Colegio cardenalicio. En la homilía leída por el cardenal, el Papa ha alentado a ser cireneos de los demás. En San Pedro, ante unos 25.000 fieles, el Papa ha dicho con una mejoría en la voz: “Feliz Domingo de Ramos, feliz Semana Santa”

La salidas del Papa de Casa Santa Marta, su residencia habitual, donde tiene lugar su proceso de recuperación, son cada vez más frecuentes. Ayer sábado, el Papa se dirigió a la Basílica de Santa María la Mayor, y se detuvo a rezar ante el icono de la Virgen, ‘Salus Populi Romani’. Esta es su visita número 126  a esta advocación mariana en Roma. Hoy, el Papa se ha entretenido saludando desde la silla de ruedas a numerosas personas, cardenales, autoridades, laicos, grupos de religiosas, etcétera. 

“La Pasión de Jesús se vuelve compasión”

En la homilía de este Domingo de Ramos, el Papa ha invitado a los fieles a vivir una Semana Santa llevando no solo su propia cruz, sino también la de quienes sufren alrededor: “La pasión de Jesús se vuelve compasión cuando tendemos la mano al que ya no puede más”. El Papa ha destacado la figura de “Simón de Cirene —un personaje que aparece de manera inesperada en el camino hacia el Calvario—”.

Se trata de una invitación a llevar no solo nuestra cruz, sino también la del prójimo y convertirnos en cireneos unos de los otros. “Sigamos ahora los pasos de Simón, porque nos enseña que Jesús sale al encuentro de todos, en cualquier situación. […] La pasión de Jesús se vuelve compasión cuando tendemos la mano al que ya no puede más, cuando levantamos al que está caído, cuando abrazamos al que está desconsolado”.

Ángelus: no ceder a la desesperación

En el texto del Ángelus preparado por el Papa, el Pontífice ha manifestado que “todos tenemos dolores, físicos o morales, y la fe nos ayuda a no ceder a la desesperación, a no cerrarnos en la amargura», sino a afrontarlos sintiéndonos arropados, como Jesús, por el abrazo providencial y misericordioso del Padre”.

“Hermanas y hermanos, os agradezco mucho por vuestras oraciones. En este momento de debilidad física me ayudan a sentir aún más la cercanía, la compasión y la ternura de Dios. Yo también rezo por vosotros y os pido que encomendéis conmigo al Señor a todos los que sufren. Especialmente a los afectados por la guerra, por la pobreza o por los desastres naturales. En particular, que Dios acoja en su paz a las víctimas del derrumbe de un local en Santo Domingo, y sostenga a sus familiares”.

Oración por la paz

Finalmente, el Papa ha recordado que “el 15 de abril será el segundo triste aniversario del inicio del conflicto en Sudán, con miles de muertos y millones de familias forzadas a abandonar sus casas”. Y ha mencionado de nuevo lugares habituales objeto de guerras y conflictos para rezar por ellos. “Ucrania, Palestina, Israel, la República Democrática del Congo, Myanmar, Sudán del Sur. Que María, Madre, Virgen de los Dolores, nos conceda esta gracia y nos ayude a vivir con fe la Semana Santa”.

Pueden consultar aquí el horario de celebraciones de Semana Santa 2025 en el Vaticano.

El autorFrancisco Otamendi

Evangelización

La conversión de España al cristianismo

La conversión del pueblo visigodo en España vino propiciada indirectamente por el rey Leovigildo, quien intentará llevar a cabo la unidad nacional y religiosa en torno a Toledo y a la religión arriana.

José Carlos Martín de la Hoz·13 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 6 minutos

Toledo ha sido la sede Primada de España desde los tiempos de la Iglesia visigoda hasta la actualidad, es decir desde el precursor, la conversión de san Hermenegildo mártir y, consiguientemente, con la coronación de Recaredo su sucesor, ya como primer rey católico en Hispania.

En los trabajos de Crhistopher Dawson y de José Orlandis, los grandes medievalistas europeos del siglo XX, quedó suficientemente asentado que la conversión de las nuevas naciones al cristianismo, después de las invasiones bárbaras, se realizaría a raíz de la conversión al cristianismo de los respectivos monarcas. Una vez incorporada a la Iglesia la cabeza, era natural que sus nobles y el pueblo le siguieran.

En el fondo, era reproducir el sistema de la conversión de Constantino en el año 313 cuando la Iglesia dejó de ser perseguida y obtuvo carta de naturaleza y pudo volver a trabajar y servir a las almas con normalidad y naturalidad.

Evidentemente, en ambos casos, la Iglesia corrió el peligro de ser manipulada por el Estado y dominarla en el cesaropapismo y aplicar el poder civil a la vida de la Iglesia. Una vez más, el Espíritu Santo protegió en muchos momentos a esa Iglesia naciente o que había recuperado la capacidad de servir a todas las almas.

Una evangelización lenta

Lógicamente, la historia ha demostrado que la nueva evangelización de aquellas tierras y valles fue muy lenta pues los nobles visigodos no actuaban al unísono, como los de otras naciones, y cada vez que un rey fallecía volvía a reproducirse el problema de la sucesión hasta que el nuevo rey era admitido por los nobles del reino.

Asimismo, la Iglesia arriana no cedió fácilmente su influencia en los reyes y nobles y casi puede decirse que las conversiones se fueron dando provincia a provincia y valle a valle. De hecho, la rápida extensión del Islam en la península Ibérica se debió, sin duda, a que en muchos lugares los habitantes prefirieron el yugo del Islam que no creía en la divinidad de Jesucristo con todo lo que eso implicaba, a la conversión al cristianismo y la dependencia de los nuevos señores.

La conversión del pueblo visigodo vino propiciada indirectamente, por el rey Leovigildo (573-586), quien intentará llevar a cabo la unidad nacional y religiosa en torno a Toledo y a la religión arriana, con esto dos objetivos pensaba convertir Hispania en una nación fuerte y culturalmente poderosa.

Desde el siglo VI hasta finales del siglo XX, el centro intelectual de la Península Ibérica se transformó en el núcleo religioso y cultural de España, desde donde Leovigildo (573-586) intentaría más tarde consolidar la nueva unidad nacional.

Los nobles católicos de España

Leovigildo descubrió que para poder llevar a cabo la fusión de aquellos pueblos tan distintos y variados en tan amplio territorio necesitaba apoyarse en los nobles católicos, dotados en general de un mayor espíritu y cultura que los arrianos.

En estos datos se apoyan las fuentes para mostrar que en realidad el dominio de los visigodos en muchas partes de Hispania era un dominio político y por la fuerza de las armas, pues el poder cultural y religioso era mucho mayor entre los descendientes de los romanos que habían sobrevivido a la invasión. Una prueba más de que los visigodos, lejos de destruir la civilización anterior, habían sido vencidos, subyugados y moldeados por esa civilización que tanto los deslumbraba y que no habían sido capaces de aniquilar.

El rey Leovigildo era arriano convencido y pretendió lograr que los nobles cristianos, mediante pactos y alianzas, se convirtieran al arrianismo con el clero y el pueblo cristiano. Por otra parte, enseguida fue consciente de que estaba rodeado por los francos, los suevos y los bizantinos del sur de la Península, todos ellos católicos y enemigos de los arrianos invasores.

Al encontrar una oposición completa a sus planes en los pueblos vecinos y en el interior del suyo, intentó lograrlo a través de amenazas y persecuciones violentas que, como veremos seguidamente, enardecieron a los cristianos en la defensa de sus tradiciones.

San Hermenegildo, mártir

A la oposición de los nobles cristianos se unió la de los obispos, especialmente la de Masona, obispo metropolitano de Mérida, en una región de Hispania profundamente cristiana, con tradiciones muy antiguas y la veneración de mártires y santos como santa Eulalia. Asimismo, se sumó san Leandro, el arzobispo de Sevilla, otra de las grandes iglesias desde la época romana.

Masona, particularmente querido por el pueblo cristiano, por intriga de los obispos arrianos fue desterrado al norte de Hispania, mientras que san Leandro logró hacerse fuerte en Sevilla y resistir. No olvidemos que procedía de una familia bizantina instalada en Cartagena desde donde se había trasladado a Sevilla. En el 578 fue nombrado arzobispo de la ciudad y en pocos años se hizo cargo de la sede arzobispal. Logró  aglutinar a todas las autoridades junto a él, por el prestigio cultural, económico artístico y educativo.

San Leandro conecta en Sevilla con Hermenegildo, el hijo de Leovigildo a quien su padre encarga el gobierno de la Bética. Los intentos de Leovigildo para que su hijo Hermenegildo (564-585) neutralizara la labor del arzobispo se volvieron del revés, pues tanto Hermenegildo como su esposa Ingunda (+579), que era católica pertenecían a la nobleza de los francos, comenzaron a apoyar las ideas del arzobispo y se entregaron de lleno a expandirlas por toda la provincia. Finalmente, Hermenegildo fue bautizado el 16 de abril y se convirtió en cristiano.

El problema fue que Hermenegildo, seguramente engañado por sus consejeros, se levantó en armas contra su padre ayudado por un buen número de católicos;  por los suevos, del norte que hacía poco se habían convertido, y por los bizantinos, que ocupaban la provincia cartaginense. Poco tiempo después fue derrotado y capturado por su padre que pretendió obligarle a apostatar de la fe.

Diferencia de opiniones

Las crónicas de la época no coinciden en sus opiniones. Por ejemplo, el monje Juan de Bíclaro, también llamado el Biclarense, habla de “rebelión y tiranía”. San Isidoro tiene palabras de elogio para Leovigildo por haber sometido a su hijo, “que tiranizaba el Imperio”; y ambos se duelen de los grandes males que llevó consigo la guerra tanto para los godos como para los hispanorromanos.

El hecho es que Hermenegildo fue hecho prisionero. Lo llevaron primero a Valencia y luego a Tarragona, donde en el año 585 fue ejecutado por negarse a comulgar de manos de un obispo arriano. Sin duda, con su martirio eliminó cualquier posible culpabilidad, y pronto el pueblo comenzó a venerar su memoria. Su culto fue posteriormente confirmado por los Pontífices Romanos, y fue canonizado el 15 de abril de 1585, mil años después de su martirio. Su festividad se celebra el 13 de abril.

Tal vez, el remordimiento, el gesto heroico de la resistencia o el evidente fracaso de su política de unificación llevaron al rey visigodo Leovigildo a un mejor entendimiento en sus últimos días. Según la “Crónica” de Máximo de Zaragoza, Leovigildo habría abrazado el catolicismo antes de morir y recomendado a san Leandro que trabajara por la pronta conversión de su otro hijo y sucesor, Recaredo. Pero ni san Isidoro, ni el Biclarense hablan de ello y la “Vida de los Padres emeritenses” sigue diciendo que murió en el arrianismo.

Recaredo, primer rey católico de España

El reinado de Recaredo fue calificada por las crónicas de la época como un tiempo de paz y de unidad para el pueblo visigodo, pues con su conversión al cristianismo y su nombramiento como rey la monarquía cristiana de Hispania se uniría a las de Francia y otras naciones para abrir la Europa de las nacionalidades que desembocaría en la cristiandad medieval, como sería conocida desde la “era isidoriana”.

Indudablemente los partidarios de la unión del “trono y del altar” que tantos sufrimientos acarrearía a la Iglesia a través de los tiempos, han visto en este tiempo su momento fundacional. Sabemos que la unión no fue plena, lógicamente pues el Estado y la Iglesia tienen sus ámbitos distintos y sus medios completamente diferentes de gobernar.

Por otra parte, la cristianización de España y la unidad religiosa nunca fue completa y menos en aquella época, pues los arrianos reticentes a su conversión comulgaron con los musulmanes que también niegan la divinidad de Jesucristo.

En el 587, Recaredo reunió a los obispos arrianos y les propuso lisa y llanamente la conversión. El hecho fue que bastantes lo hicieron y los demás no fueron desterrados sino despojados del apoyo del estado. De hecho, los escasos medios materiales de los que disponía el rey se entregaron para desarrollar y construir templos católicos en los lugares donde el obispo se negó a convertirse. Esto produjo algunas sublevaciones, que más obedecieron a razones políticas que a causas religiosas.

Consejo de san Isidoro

Cuando el Papa san Gregorio Magno conoció la conversión de Recaredo, como a otros monarcas en casos semejantes, le envió una preciosa carta: “No soy capaz de expresar con palabras cuánto me alegran tu vida y tus obras. Me he enterado del milagro de la conversión de todos los godos de la herejía arriana a la verdadera fe, que se ha realizado por medio de tu excelencia. ¿Quién no alabará a Dios y no te amará por ello? No me canso de contar a mis fieles lo que has hecho y de admirarme con ellos. ¿Qué diré el día del juicio si llego con las manos vacías, cuando tú llevarás una inmensa muchedumbre de fieles tras de ti, convertidos por tu solicitud? No dejo de dar gracias y gloria a Dios, porque me hago partícipe de tu obra, alegrándome por ella”.

El Biclarense traza un paralelo entre el rey de los visigodos, Recaredo, y los emperadores romanos, Constantino y Marciano: como hicieron ellos, no sólo se convierte él, sino que lleva consigo la conversión de los pueblos de su propia estirpe germánica.

El consejo de san Isidoro consistió sobre todo en no forzar las conversiones de los obispos, sacerdotes y el pueblo arriano, bastaba con vivir él su propia fe y esperar que, con la plenitud de la revelación y la felicidad consecuente, fueran muchos otros los que se convirtieran.

Ecología integral

María García-Nieto: “La praxis del gobierno de la Iglesia tiene que comenzar a incluir mujeres”

María García-Nieto es profesora de la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra y subdirectora del Máster en Formación Permanente en Derecho Matrimonial y Procesal Canónico. En esta entrevista destaca la necesidad de comprender bien el significado de una institución jerárquica como la Iglesia y el papel de laicos y laicas en su gobierno.

Maria José Atienza·13 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

En los últimos años, la presencia de mujeres en cargos de responsabilidad dentro de la Iglesia ha pasado a ser algo normal. Si bien, en la estructura de la Santa Sede la presencia de mujeres apenas supera el 23 % en puestos de gobierno, este porcentaje aumenta de manera notable en el ámbito diocesano. Una praxis necesaria para que, dentro de los límites propios de su naturaleza, la Iglesia responda, en sus instituciones y puestos de gobierno, con la realidad de la acción de la mujer en la actualidad. 

En su libro, usted apunta a hechos históricos que han consolidado problemas de autonomía para las mujeres en la Iglesia. ¿Siguen presentes en la Iglesia?

—Bueno, no solo en negativo. En la historia de la Iglesia hubo mujeres -sobre todo en la Edad Media- que gozaron de un enorme poder. Pienso ahora en la Abadesa del monasterio de las Huelgas (Burgos), una figura con potestad cuasiepiscopal. El mismo Papa respaldaba su autonomía frente a los obispos y nuncios. También es verdad que tenemos el ejemplo contrario. 

Actualmente, en el ámbito de la vida contemplativa tenemos el problema de la edad, llevamos tiempo con esto. Hay monasterios con un número muy reducido de monjas y de edad avanzada, que se enfrentan a enormes desafíos por la salud, la soledad, de tipo económico. 

El Papa Francisco ha visto la solución en las confederaciones de los monasterios, en unirlas. Esto, algunos lo han denunciado como una injerencia de la autoridad y otros lo consideran exactamente lo opuesto. Es verdad que para una monja mayor dejar el monasterio en el que desea morir tiene tintes dramáticos. Al mismo tiempo, no se les puede dejar solas… Tal vez sea un problema casi similar al que muchas familias se encuentran con sus mayores. Es fácil opinar, pero no es un asunto que tenga fácil solución. 

El mundo, en los últimos decenios, ha vivido un proceso de cambio en el papel de la mujer y términos como empoderamiento o liberación han pasado a primera plana. ¿Son aplicables en la Iglesia? 

—Se utilizan mucho estos términos: empoderamiento, liberación, emancipación. Pero su significado tiene muchas connotaciones, no todos entendemos lo mismo. Las ideologías, tan propias de nuestro tiempo, han impactado enormemente sobre estas palabras, cambiando o transformando su significado. 

Por otro lado, creo que es notable que las mujeres de hoy tenemos un lugar en la sociedad muy distinto al que tuvieron nuestras abuelas. Para llegar a realizar este cambio fueron muchas las mujeres que tuvieron que trabajar y arriesgar mucho, tenemos que estar agradecidas. Pero, al mismo tiempo, aunque provocar cambios sociales puede requerir, al principio, de cierta fuerza, creo que es un error ver la “liberación de la mujer” en términos de violencia o competencia con el varón. 

El mundo necesita de paz, y esto también en este campo. En concreto, el cristianismo es una religión de paz. Por esto no veo adecuado que algunos grupos generen violencia o desunión en la Iglesia bajo el pretexto de una mayor valorización de las mujeres. Hay que seguir trabajando, sin duda, pero desde la concordia y la paz cristianas. 

¿Cómo respalda el Derecho Canónico no sólo la posibilidad, sino la necesidad de la participación de mujeres en el buen gobierno de la Iglesia?

—En realidad, el Derecho Canónico no dice nada de que sea necesario contar con mujeres en el gobierno. Es más bien la praxis del gobierno la que tiene que comenzar a incluirlas. Para esto es necesario que la autoridad de la Iglesia descubra el gran valor de la aportación de las mujeres en la toma de decisiones. 

En materia jurídica, el límite de la mujer en el gobierno de la Iglesia es el de cualquier laico. ¿Existe aún clericalismo en este ámbito de gobierno eclesial? 

—Hace unos años el Papa Francisco modificó en el Código de Derecho Canónico, el requisito de ser varón para recibir los ministerios laicales de acólito y lector. Con este cambio se puede decir que, en la legislación universal de la Iglesia, no hay diferencias entre un varón y una mujer laicos.

Usted habla de un proceso de profundización en la antropología y un desarrollo de ésta en igualdad y corresponsabilidad ¿Se corre el riesgo de perder esta base en favor de un “derecho a tener derechos” como existe en el plano civil?

—En ocasiones parece que hay personas que priorizan el control sobre las cosas por encima de la justicia y la verdad. Sin embargo, aunque pueda parecer un riesgo, es el único camino. En la sociedad civil occidental el problema no está en la igualdad o en la justicia, sino en la negación de que exista una verdad. Es un asunto que se refleja muy bien en el último documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Dignitas infinita. 

No podemos olvidar que estamos ante una institución jerárquica ¿Hasta qué punto llega la potestad por el sacramento del orden y dónde se abre el campo laical? 

—Es propio de la Iglesia la organización jerárquica, no puede renunciar a ella sin perder su identidad. En ella los sacerdotes son necesarios, pero también lo son los laicos. Y a la vez, el trabajo que realizamos no nos otorga la dignidad sino el que somos hijos de Dios, y esto es el fundamento de la igualdad de todos los fieles. Tendríamos que fomentar más la conciencia de que en la Iglesia no hay fieles de primera o segunda categoría, todos tenemos la misma. Además, la labor del sacerdote necesita de la del laico y viceversa. No estamos ante ámbitos aislados o contrarios, sino complementarios.

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Nostalgia (que inspira)

Nos encariñamos con nuestros peluches porque son nuestra infancia, somos nosotros volviendo a ser niños. Desprendernos de ellos sería como desprendernos de algo que somos nosotros mismos y eso cuesta.

13 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 7 minutos

La abuela, que era una mujer muy ordenada, había guardado todos los juguetes en una habitación anexa del garaje que tenía una cortina roja. Un día, de los tantos que iba a visitarla con los niños, me abrió, como quien me descubre un secreto muy bien guardado, unas cajas llenas de juguetes polvorientos. A pesar de haber pasado más de cuarenta años, esos juguetes estaban dentro de la caja de cartón, inermes, esperando a que un niño pudiera de nuevo inventar historias con ellos. Sólo había que soplar fuerte para que el polvo se desprendiera de ellos y la magia comenzara.

Muchos de estos juguetes estaban ya viejos, obsoletos y pasados de moda pero eran una demostración del valor del juego que ella había inculcado a los hijos. Los niños, como sabemos, no aman a quien les regala juguetes sino a quien juega con ellos. 

¿Quién, si encuentra un peluche olvidado en un banco de un parque o por la acera de una calle, no siente lástima por ese niño que está sintiendo su pérdida en ese preciso momento? Y, ¿quién, si puede, no pone un cartel en un farol con el dibujo del peluche con tal de que el dueño recobre ese ser tan querido?

Recuerdos de infancia

Los peluches en la infancia son una forma tangible de amor y cariño, medicina para el alma. Son un recordatorio constante de personas especiales en nuestra vida. Sentir cariño nos hace sentir bien y éste se manifiesta con gestos, abrazos o palabras. Cuando sientes cariño no te sientes juzgado, ni tienes que disimular ni fingir. El peluche entiende al niño, no le juzga (eso es lo que el niño percibe), al contrario su mirada es dulce. Al fin y al cabo eso es lo que queremos desde niños, cariño. Dios nos da cariño (“El Señor es cariñoso con todas sus criaturas”, dice el salmo).

De mi infancia conservo un recuerdo, una habitación muy pequeña donde había poca luz y un peluche con forma de jirafa que era más alto que yo. Un hermano de mi abuela tenía una tienda de juguetes y, una vez estando allí, me lo regaló. Ese regalo espontáneo y sincero es una hebra que conforma la urdimbre de mi corazón.

No me han regalado muchos más peluches -que yo recuerde con esa intensidad- a excepción de un elefante de tela que me hizo mi madre, el cual tenía por ojo un botón negro. Sigue ese elefante de rayas blancas y azules en una silla en mi cuarto, en la casa de mis padres en el pueblo. Yo volví otra vez a mi infancia, siendo adulta, al comprar peluches de nuevo o recibirlos como regalo para mis hijos. Tener hijos supuso para mí una carga energética vital. He dado a luz tres veces, todas fuera de mi país y bastante sola, pero eso sería el tema de otro artículo.

La primera vez que salí a tomar algo con mi marido después de haber dado a luz en Singapur, volví a casa con un conejo de peluche marrón con un lazo verde. La idea era salir y cambiar de aires (lo que ahora es el tardeo) pero en mi cabeza y corazón estaba el bebé y acabé en una tienda de juguetes donde lo compré. Todavía lo conservamos, han pasado casi dieciocho años. No puedo dar ese conejo a nadie.

Los hijos crecen y nosotros también

Me resisto a dar o abandonar los peluches de mis hijos porque, en torno a los cuarenta y cinco años, me ví inmersa de lleno en tres infancias, las de mis hijos. Y responsable como soy, estaba pendiente de que la tuvieran muy feliz. Para ejercer una influencia benéfica en los niños hay que participar de sus alegrías. Ahora, saliendo de esa etapa, me doy cuenta de que, quien quería recuperar la infancia era yo. Esos peluches son míos, y tal vez, de viejecita, sin mucha memoria, los pueda mirar como un objeto nuevo, que me aportará alegría. Y podría volver a jugar.

En mi casa, cada peluche tiene su nombre y son compañeros reconfortantes, y han sido facilitadores del desarrollo emocional así como han estimulado su creatividad y con ellos hemos creado un vínculo muy especial.

Los hijos se están haciendo mayores, pero los peluches siguen estando ahí y el vínculo también. Yo creo, por ejemplo, que Michele cuando se independice se llevará a Kiko consigo. Cómo podría olvidar o dar a alguien el peluche pato, al cual se le cayó una pierna, y una amiga mía me hizo un apaño con aguja e hilo, me cosió el agujero, pero no me añadió un nuevo miembro, así que ese pato carece simpáticamente de una pata. O ese otro conejo marrón clarito al que mi madre cosió la pata que se había roto pero, sin darse cuenta, la cosió del revés. Es el conejo de la pata al revés.

No puedo dejar de mencionar la foca blanca y el perro blanco y canela que me regaló una amiga para mis hijos, o un precioso ciervo, que te mira con ojos brillantes. En total, no serán más de ocho los peluches que viven en nuestra casa, y puedo contar la historia de cada uno de ellos (quién lo regaló, y en qué momento y por qué) y, como estoy segura de que tienen vida propia por la noche, nos conocen, pues nos observan atentamente y no desean otra cosa que ser acariciados y tocados.

Los niños que fuimos

Nos encariñamos con estos seres de tela porque son nuestra infancia, somos nosotros volviendo a ser niños. Desprendernos de ellos sería como desprendernos de algo que somos nosotros mismos y eso cuesta. El niño que fuimos viaja con nosotros, y si bien es bueno que el mundo nos expulse de la infancia, eso no es óbice para conservar valores que poseemos en la infancia: pureza, capacidad de asombrarnos, curiosidad, imaginación o la forma pura de mirar. 

Conforme mis hijos se van haciendo mayores, mi opción no es la de almacenarlos sino darlos a otros niños. Sin ir más lejos ayer dí dos bicicletas en buen estado, una caja de zapatos llena de cochecitos y un coche que conducía una muñeca. Sin embargo, con los ositos de peluche una mano invisible me para, forman parte de mí, y tienen algo de mí que me resisto a dar, tienen un simbolismo especial, ya que representan la ternura y el cariño que la persona que lo regala siente por la otra. Suaves y agradables al tacto, transmite un sentimiento de comodidad y seguridad. Los lavo frecuentemente, pues quiero que huelan bien.

Los niños se encariñan con las mantas y los peluches porque les brindan una sensación de seguridad, bienestar y comodidad interior. Desde el punto de vista psicológico para los niños los peluches son objetos transaccionales, los utilizamos para expresar cosas que no diríamos de otro modo, ensayamos con ello para la vida. Los usan pues para aprender a relacionarse con el mundo. Con el peluche se crea un vínculo muy especial, se llama cariño. Con el tiempo ese sentimiento se convierte en nostalgia de una época feliz que pasó.

Crecer y curarse

Las enfermeras suelen utilizar animales de peluche como estrategia de atención de la salud para los niños hospitalizados, especialmente para preparar a los que están a punto de someterse a una cirugía u otros procedimientos dolorosos o desagradables. Los osos de peluche motivan a los niños a mejorar. Un niño en el hospital que es capaz de jugar, anuncia el éxito del tratamiento o el retorno a la salud. Cuando los niños juegan, pueden superar sus sentimientos de estar en el hospital, lo que ayuda a reducir la intensidad de los sentimientos negativos sobre sus experiencias. Esto permite a los trabajadores de la salud cultivar el estado mental positivo que los pacientes jóvenes necesitan para curarse.

Para crecer los niños tienen que nutrirse, pero es cariño lo que más necesitan. Cuando un peluche que te ha ayudado a superar una dura enfermedad, difícilmente podrás deshacerte de él. Y me gusta pensar que tampoco el peluche de ti.

«En ningún momento es bueno que te expulsen de la infancia y la muerte de mi madre fue mi expulsión, la primera pérdida de un gran amor. ¿Cuántos tienes en la vida? ¿Dos? ¿Tres? Pues yo ya perdí uno». Descripción cruda de Milena Tusquets sobre la pérdida, sobre las bofetadas que puede darte la vida. La infancia, si ha sido bonita, queda como ese lugar seguro donde nos gustaría instalarnos también de mayores. Ese ser muy feliz sin darte cuenta realmente de que lo eres, sin darle importancia. Es la época en la que tener un peluche te da ánimos y te ayuda a crecer. Llega un día en el que miras a ese peluche y ya no te habla, no porque él haya perdido la voz sino porque has cambiado tú.

Rechazo a crecer

A veces vemos a un peluche sucio, viejo y desordenado en manos de un niño. En esos casos hay una relación tal vez demasiado estrecha. El niño no puede separarse del peluche porque ve en él todo lo que no ha recibido. Aloysius era el peluche  de Sebastian Flyte, personaje de la novela “Retorno a Brideshead” de Evelyn Waugh en 1945. Una novela inglesa que, cuando la leí, tendría unos veinte años y me impactó sobremanera. De todos los personajes que aparecen en la novela, es Sebastian Flyte el que más me cautivó. Un gran oso marrón que no puede soltar, ese apego tan extraño representa el rechazo a crecer. Un hacerse mayor en donde Sebastian vislumbra todas sus carencias para afrontar la vida y a la que no es capaz de enfrentarse. Era un joven que se abría a la vida y sentía mucho control e hipocresía a su alrededor.

Sebastian se mueve en una ambiente aristocrático, lleno de riqueza material pero donde falta empatía y amor. El oso representa su infancia, ese paraíso donde ha sido inconsciente del mal que le circundaba. Y descubre un amigo, siente algo auténtico con Charles. Invita a su amigo a cenar porque su osito de peluche se niega a hablar con él hasta que haya sido perdonado. Su amigo con esas frases lee en su alma lo que el peluche representa para él. 

Lo bonito es ir creciendo, tomando responsabilidades y conservar la infancia en el corazón, sabiendo que esa etapa pasó. Desde ese lugar, se mira el oso de peluche con cariño y nostalgia, que es un sentimiento positivo que ayuda a fortalecer el sentido de identidad, y más inspirados. Un amigo de cierta edad me mandó el otro día la foto de un muñeco de goma que su madre usaba. Me quedé pensativa… este tipo no es tonto, si le ayuda conservar ese objeto será porque la nostalgia, ayuda a vivir.

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Evangelización

Santos Giuseppe Moscati, médico, David Uribe, mexicano, y Julio I, Papa

La liturgia católica celebra el 12 de abril al médico italiano laico san Giuseppe Moscati, a san Julio I, Papa, defensor de la fe, y al sacerdote mexicano mártir san David Uribe, entre otros santos y beatos.  

Francisco Otamendi·12 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Iglesia honra el 12 de abril, en vísperas del Domingo de Ramos, a San Giuseppe Moscati, médico laico italiano, de Nápoles. También a Julio I, Papa, custodio de la fe del Concilio de Nicea y defensor de san Atanasio. Y al mártir mexicano san David Uribe, acusado en falso y luego fusilado en México en 1927. A la joven carmelita descalza santa Teresa de Jesús de los Andes (1900-1920), primera santa chilena, se le celebra el 13 de julio.

José Moscati fue un médico laico que, en Nápoles de finales del XIX y principios del XX, se ocupó de todos los enfermos, en especial los más pobres. Falleció de un ataque al corazón en 1927, y fue canonizado por san Juan Pablo II 60 años después. Atendía gratis a niños o ancianos sin recursos. Además, se mencionan dos episodios de modo especial en su vida. 

El primero es su intensa tarea en la erupción del Vesuvio de 1906. Se dirigió con rapidez a la Torre del Greco, donde el Hospital de los Incurables tenía una sede. Y justo después de poner a salvo al último paciente, la estructura se derrumbó. En 1911 se propagó en Nápoles una epidemia de cólera. Giuseppe estuvo junto a los enfermos sin miedo al contagio. Además, estuvo al frente de las investigaciones que contribuyeron a contener la enfermedad.

San Julio I, defensor de la fe

El Martirologio Romano describe de este modo al Papa Julio I: “En Roma, en el cementerio de Calepodio, en el tercer miliario de la vía Aurelia, sepultura del papa san Julio I, quien, frente a los ataques de los arrianos, custodió valientemente la fe del Concilio de Nicea, defendió a san Atanasio, perseguido y exiliado, y reunió el Concilio de Sárdica. († 352)”.

La agencia vaticana le denomina “campeón de la ortodoxia romana y defensor de la doctrina trinitaria”. “Durante su pontificado, san Julio I luchó contra los arrianos, buscando varias veces un acercamiento con ellos, primero a través del Concilio de Roma y luego de Sardica, pero sin lograrlo. Murió en el 352”.

San David Uribe, sacerdote mártir

San David Uribe nació en México en 1888. Ingresó en el seminario de Chilapa, y se ordenó sacerdote en 1913. Fue secretario del obispo de Tabasco y luego se dedicó a la pastoral parroquial en medio de la persecución desatada contra la Iglesia. Pasó a la clandestinidad, pero fue detenido y acusado en falso. Le ofrecieron la libertad y ser obispo de la iglesia cismática oficial, cosa que rechazó con rotundidad. Le fusilaron el año 1927 en Cuernavaca.

El autorFrancisco Otamendi

FirmasDiego Errázuriz Krämer

Volver a confiar

Desde que llegamos al mundo, confiar es nuestro primer lenguaje. Sin embargo, a lo largo de la vida, aprendemos también a temer, a sospechar. Este artículo nos invita a desandar ese camino y redescubrir el valor de confiar como base imprescindible para reconstruir los vínculos y sanar nuestra vida en sociedad.

12 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Nacemos confiando. Esta disposición de ponernos en las manos de los demás surge de forma natural. Los padres, con el tiempo, tienen la misión de enseñar a sus hijos que no se pueden fiar de todos, que hay riesgos ante los cuales es mejor estar prevenidos. Esa experiencia de la primera infancia, vivida desde la gestación, suele marcar de por vida.

Hoy se habla mucho de la crisis de confianza. Se desconfía del vecino, del político y de las instituciones. Quizás, los pensadores de la sospecha han hecho con nuestra sociedad lo que se cuenta de un padre, que, para darle una enseñanza a su hijo, le pidió que se subiera a una silla y se dejara caer de espaldas, que él le sostendría. La lección fue tan clara como dura; el padre no lo sostuvo y luego del porrazo le dijo: “para que aprendas que no se puede confiar en nadie”

Para volver a confiar tenemos que desvelar ese engaño, que no es verdad que nos convenga vivir desconfiando. Para no convertir esta situación en un círculo vicioso, tenemos que volver a valorar la interdependencia humana.

Reconstruir vínculos es volver a confiar. Hace falta educar la mirada para no ver segundas intenciones donde no las hay, descubrir en el otro a alguien con el que compartimos un mismo camino y bajar las barreras para mostrarnos necesitados de los demás.

La confianza es el oxígeno de la vida en sociedad. Hoy es imperioso trabajar para regenerarla. Junto con comprometernos por ser dignos de confianza, necesitamos bajar las barreras que nos hacen desconfiar. Quizás ya es hora de descubrir que si somos ese niño que recibió esa lección de desconfianza, es posible levantarnos, reconstruir los vínculos, no perpetuar esas situaciones y volver a confiar.

El autorDiego Errázuriz Krämer

Consultor en comunicación.

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Cine

El simbolismo cristiano en la película ganadora del Óscar, “Flow”

La película ganadora del Óscar a mejor película de animación, "Flow", tiene un gran simbolismo cristiano que se analiza en este artículo. Se advierte al lector de que el análisis contiene algún spoiler.

Bryan Lawrence Gonsalves·12 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

“Flow”, de Gints Zilbalodis, no es el tipo de película que exige atención con espectáculo o sonido. No se basa en grandes oleadas orquestales ni en diálogos rápidos para atrapar al público. En su lugar, se mueve como una fábula susurrada, una historia contada con gestos y miradas más que con palabras. Y, sin embargo, perdura, mucho después de que la pantalla se funda en negro, y te deja con la sensación de haber presenciado algo sagrado.

Viendo “Flow” en un teatro lituano junto a mi novia y unos amigos, no pude evitar reflexionar sobre sus temas más profundos. La película, que recientemente recibió el Óscar a la mejor película de animación, ha sido celebrada en los países bálticos como un gran logro artístico. Pero más allá de su maestría técnica, “Flow” late con algo más, una espiritualidad elemental que parece tan antigua como el propio mito.

“Flow” es un viaje elemental: agua, viento, tierra y las criaturas atrapadas entre ellos, arrastradas por fuerzas que no pueden controlar. En el centro hay un gato sin nombre, observador convertido en participante de un mundo que parece desvanecerse bajo la marea.

Sin diálogo ni exposición, “Flow” se basa en el movimiento, las miradas y los lazos tácitos que se forman entre sus personajes. El gato empieza solo, un carroñero andrajoso que navega por un paisaje en el que el peligro llega en forma de olas, estampidas, inundaciones y la silenciosa entropía de un mundo que se desmorona. El peso emocional de la película aumenta gradualmente a medida que el gato va coleccionando compañeros: un labrador, un carpincho, un lémur y, sobre todo, un pájaro secretario blanco cuya presencia sugiere algo más profundo que la mera camaradería.

Belleza meditativa

Al principio, el silencio de “Flow” puede resultar inquietante. No hay personajes humanos ni palabras que guíen la narración. Todo lo que hay son animales, moviéndose, interactuando, sobreviviendo en un mundo que resulta familiar y extraño a la vez. Sin embargo, a medida que se desarrolla la historia, la ausencia de diálogos se convierte en su mayor virtud. Los ladridos, los graznidos y el susurro de las hojas llenan los espacios en los que, de otro modo, vivirían las palabras. Cada sonido parece intencionado, cada movimiento deliberado. Es como si la película te enseñara una nueva forma de escuchar, de ver, de experimentar. Para quienes estén dispuestos a rendirse a su ritmo, “Flow” ofrece una profunda sensación de conexión, no sólo con las criaturas de la pantalla, sino con el mundo natural en su conjunto.

Me dio la impresión de una especie de calidad meditativa. Un recordatorio de la quietud, donde la voz de Dios puede oírse con mayor claridad (Salmo 8). En la quietud de “Flow”, hay lugar para la reflexión, para el asombro, para una profunda apreciación de la obra del Creador. Al ver la belleza natural presente en la película, me hizo pensar al instante en la grandeza de Dios, en cómo hace que todos los elementos del mundo funcionen juntos.

La figura del Mesías: El pájaro como símbolo de Cristo

El arco del pájaro secretario blanco destaca como el símbolo más abiertamente espiritual de la película. Desde su primera aparición, el pájaro actúa como protector, salvando al gato de morir ahogado al atraparlo y soltarlo suavemente sobre el agua y, más tarde, ofreciéndole comida en un acto de caridad. Sin embargo, la bondad tiene un coste. Cuando la propia bandada del pájaro ve su compasión, la rechaza. Sin inmutarse, sigue defendiendo al gato, incluso cuando eso significa enfrentarse a los de su propia especie en una batalla. Lucha por misericordia y pierde. Herido y abandonado, es expulsado por aquellos a los que una vez perteneció. El pájaro secretario es, pues, una figura de sacrificio, castigado por su bondad.

Pero es más que un simple guardián, es un líder, un guía que dirige el barco y pone a prueba la determinación moral de los demás animales. Cuando el grupo encuentra a los perros varados, el carpincho y el labrador se lanzan inmediatamente a salvarlos, pero el pájaro no actúa de inmediato. Observa, espera, como si estuviera evaluando si los demás han aprendido a cuidar de los que están fuera de su círculo inmediato. Sólo cuando todo el grupo muestra su voluntad de ayudar, superando así la prueba, el ave cede el control del timón. Este momento, por sutil que sea, refuerza el papel del pájaro no sólo como protector, sino como maestro. Les orienta hacia la compasión, del mismo modo que Cristo se centró en la compasión y la ayuda a los pecadores de su tiempo (Marcos 2, 17).

Y entonces, en el momento más etéreo de la película, el pájaro asciende, no en muerte, sino en partida. En un espacio donde la gravedad deja de existir brevemente, un portal radiante se abre sobre ellos. El pájaro se eleva hacia la luz, dejando atrás al gato, anclado en tierra. Es una imagen sorprendentemente bíblica, reminiscente de los mitos de la ascensión que se encuentran en todas las culturas, pero particularmente evocadora de la partida de Cristo de la Tierra tras cumplir su propósito.

Virtud y transformación: El viaje de los animales

“Flow” es, en el fondo, una historia de transformación. El viaje no se limita a poner a prueba a los animales físicamente, sino que les obliga a evolucionar de forma que reflejen virtudes profundas y humanas. Cada personaje comienza con un defecto que lo define y, a través de la experiencia, lo supera:

El Gato comienza siendo una criatura solitaria y autosuficiente, reacia a confiar y rápida para huir. Sus instintos de supervivencia, aunque necesarios, lo mantienen aislado. Al final de la película, el gato ha aprendido el valor de la compañía y está dispuesto a arriesgar su propia seguridad para salvar al carpincho. Su último momento de quietud, mirando su reflejo en el agua, no es sólo una pausa, es una toma de conciencia. Ya no está solo.

Al principio, el Lémur es materialista y se aferra a sus pertenencias como si definieran su valía. Pero cuando llega el momento de actuar, se desprende, literal y figuradamente, dando prioridad al grupo sobre sus posesiones. Este cambio, del acaparamiento a la generosidad, es una de las transformaciones más silenciosas pero más humanas de la película.

El Labrador comienza como un seguidor, cómodo con la compañía pero carente de dirección. A lo largo del viaje, aprende la verdadera lealtad, no sólo hacia quienes le benefician, sino hacia quienes le necesitan. Elige a sus verdaderos amigos antes que a la egoísta manada de perros a la que una vez perteneció.

El Ave encarna el sacrificio. Protege, guía y, en última instancia, paga un precio por sus convicciones. Aprende, de la forma más brutal, que defender lo que es correcto a menudo significa estar solo.

El Carpincho es el centro moral. Desde el principio se muestra paciente, amable y dispuesto a ayudar. A diferencia de los demás, no tiene un defecto egoísta que superar, quizá porque toda historia necesita un personaje que represente simplemente la bondad. Pero su presencia no es pasiva, sino que mantiene unido al grupo, recordándoles el compañerismo y la bondad inquebrantable frente a la incertidumbre y el miedo.

El significado de “Flow”

“Flow” no sólo describe la pérdida, sino que te hace sentirla. Presenta un mundo en constante cambio, donde el agua sube y baja, donde las criaturas se unen y se separan. Pero bajo la superficie, trata de algo aún más universal: el proceso de aprendizaje de la empatía, el peso del sacrificio y los lazos que se forman ante la adversidad compartida.

En los momentos finales, cuando las aguas se retiran, el gato se encuentra mirando dentro de un charco, no sólo su propio reflejo, sino los rostros de aquellos que se han convertido en su familia. Es un momento de revelación silenciosa. Rodeado de su nueva familia, siente menos miedo y más curiosidad. Aunque la inminente inundación le depare un destino incierto, el gato ha llegado a aceptarlo, sabiendo que, venga lo que venga, no lo afrontará en soledad. La supervivencia, sugiere “Flow”, no consiste sólo en soportar las dificultades. Se trata de con quién eliges soportarlas.


A continuación, el tráiler de «Flow»:

El autorBryan Lawrence Gonsalves

Fundador de “Catholicism Coffee”

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Evangelización

San Estanislao de Cracovia, y beatas Elena Guerra y Sancha de Portugal

La Iglesia celebra el 11 de abril a san Estanislao, obispo de Cracovia, mártir, que defendió la libertad de la Iglesia y las costumbres cristianas. También a las beatas Elena Guerra, italiana, y Sancha de Portugal, y al beato inglés Jorge Gervase. Santa Gema Galgani murió el 11 de abril de 1903, pero su fiesta principal es el 14 de mayo.  

Francisco Otamendi·11 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La liturgia celebra hoy a san Estanislao de Cracovia, obispo y mártir. También a las beatas Elena Guerra, muy devota del Espíritu Santo, y Sancha de Portugal, que renunció al matrimonio y quiso vivir consagrada. 

Aunque el 11 de abril es la fecha del “dies natalis” (dia del nacimiento al cielo), de la joven italiana Santa Gema Galgani, su fiesta se celebra el 14 de mayo, informan los PP. Pasionistas del Santuario de Santa Gema en Madrid, y la archidiócesis madrileña, por lo que ese día se hablará de ella.

Entre otros santos, la Iglesia celebra hoy al beato inglés Jorge Gervase. Secuestrado por piratas, sirvió luego a la Armada española y se ordenó sacerdote en 1603. Tras ingresar en los benedictinos, admitió que era sacerdote y monje y se negó a prestar juramento al rey Jacobo I. Le ahorcaron en la Torre de Londres.

San Estanislao excomulgó al rey y fue martirizado

San Estanislao (1030-1076, Polonia), enviado por sus padres a estudiar a París y a Lieja, se ordenó sacerdote a su vuelta, y fue colaborador del obispo monseñor Sula. Según las informaciones, hacía penitencia y leía y meditaba las Escrituras en la oración. A su muerte, sucedió al obispo en la diócesis por orden del Papa Alejandro II, aunque no lo deseaba.

El obispo Estanislao reprochó públicamente al rey Boleslao II su vida licenciosa, y el rey prometió al obispo cambiar su conducta. Sin embargo, el rey secuestró a la esposa de un noble, y ante la amenaza de excomunión, el rey le acusó en un tema de compra de terrenos para la diócesis. San Estanislao le excomulgó, y el propio rey mató al obispo. Los fieles recogieron sus restos, porque para ellos ya era santo. Fue canonizado en 1253 por Inocencio IV, señala la web oficial vaticana. 

Tras la confirmación por el Papa de la excomunión, el rey se arrepintió y, de camino a Roma, se recluyó en un monasterio benedictino, donde pasó el final de su vida como hermano laico. La catedral de Wawel, catedral de San Wenceslao y San Estanislao, es un resumen de la historia de Polonia. 

El autorFrancisco Otamendi

Libros

«Legado de gigantes», una obra para conocer la Edad Media

Jaume Aurell reivindica el legado positivo de la Edad Media, desmontando mitos oscurantistas y destacando su riqueza cultural, espiritual y académica.

José Carlos Martín de la Hoz·11 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

El catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Navarra, Jaume Aurell (Barcelona, 1964), acaba de publicar «Legado de gigantes«, un magnífico trabajo acerca del legado de la Edad Media que contrarresta en gran parte la leyenda oscurantista de ciertas corrientes historiográficas que, desde Petrarca hasta nuestros días, han denostado una parte importante de nuestra historia, bajo el terrible baldón del nombre de “la oscura Edad Media”.

Efectivamente, a “hombros de gigantes” (p. 15), como se decía en aquella época, es como caminamos y avizoramos, en cada tiempo de la historia, mirando desde más arriba los pasos y caminos que hemos de tomar para ir adelante, pues cada etapa de la vida de los hombres aporta a la gran tradición de la Iglesia y de la sociedad un conjunto de valores y de aportaciones que contribuyen al desarrollo de la dignidad de la persona humana.

Indudablemente, la primera gran lección que nos ha dejado el medievo ha sido remontar la invasión de los pueblos germánicos, desde el siglo V hasta el siglo XV (Cf. 28), en el que comenzó el Renacimiento y enseguida llegaría el humanismo cristiano de la Escuela de Salamanca que ha perdurado hasta casi nuestros días. 

A hombros de gigantes

En esos diez siglos donde se fundieron el cristianismo, el derecho romano y la filosofía griega; Roma, el Gólgota y Atenas, para dar lugar a una nueva civilización bien distinta al imperio romano, llena de más luces que sombras, aunque lógicamente muy rica en contrastes (Cf. 39).

Nuestro autor irá desarrollando con gran maestría, aunque sea a grandes rasgos, los momentos estelares de la edad Media: el ambiente cosmopolita (Cf. 51), las intensas relaciones fe y razón (Cf. 53) y los claustros y monasterios donde se preservó la fe y la cultura (Cf. 58).

Es indudable que se tardó muchos siglos en erradicar el paganismo y recuperar el nivel de dignidad de la persona humana que desarrollaba san Agustín en su inolvidable “De civitate Dei”, donde explicaba que la caía del Imperio romano se debió a tres motivos: el primero a las debilidades humanas y a la decadencia, el segundo para que quedara claro que la Iglesia no estaba emparentada con un solo modelo de civilización y, finalmente, para provocar que los cristianos con sus conciudadanos construyeran nuevas culturas y nuevas civilizaciones. 

Universidades

Enseguida se detendrá a hablar de los muchos momentos álgidos de la Edad Media, especialmente, del origen de las Universidades; esas corporaciones de estudiantes y profesores unidos en la búsqueda de la verdad siempre nueva y siempre bella. También expondrá brevemente la intersección entre el clero regular y el clero secular, entre teólogos y canonistas, entre filósofos y teólogos, es decir, las Escuelas teológicas y las relaciones entre los diversos saberes.

Las relaciones entre los que buscan la verdad es una enseñanza viva de que la verdad requiere contemplación, estudio y diálogo, pues, como se afirmará siglos después, el corazón tiene razones que la razón no entiende. O más sencillamente: la verdad es poliédrica.

El profesor Aurell comentará varios cuadros y esculturas de diversas épocas y diversos lugares de Europa y lo hará con gran maestría para explicar que la historia del pensamiento se expresa con argumentos, libros y pensamiento oral, pero también a través del arte. 

La amplia exposición del arte románico y del gótico nos ofrecerá el mejor Aurell, es decir, un profesor convertido ya en un maestro de historia y no un profesor mediano que sabe lo que debe explicar para saber.

Catedrales

Precisamente, en el capítulo de “la Europa de las catedrales” (p. 81) la obra se torna más magistral, así como en el desglose del paso de la llamada innovación teológica desde los conventos a las escuelas catedralicias y palatinas. 

Efectivamente, el acceso a la enseñanza de los hijos de los nobles, de la burguesía, de los hijosdalgos, hará que las universidades se vayan extendiendo por toda Europa.  Como la lengua era el latín y los libros debían copiarse a mano, los conocimientos se globalizan y también se copian unos a otros ingenuamente.

La eclosión de la Universidades nos habla de personas dedicadas al mundo del saber y de la enseñanza: “Los héroes fundadores de las Universidades” (p. 72), pero también nos habla de paz, de bienestar, del mercado y de las leyes del mercado, del trabajo honrado y del trasporte de mercancías.

En realidad, para que la búsqueda de la verdad se abra camino hace falta haber recuperado la dignidad de la persona humana y por tanto del concepto de hijos de Dios en la vida espiritual y en el concierto de los pueblos y de las naciones y sobre todo en la apertura de la búsqueda de la verdad en la ciencia y de la “perspectiva en el arte”. Es decir, ir más allá (Cf. 111).

Momentos estelares

La segunda parte del libro, constituye un ensayo dentro del ensayo y viene a recordar los diez momentos estelares del medievo o las líneas de fuerza que deben tomarse para caracterizar un nuevo relato de la edad Media.

El resumen telegráfico sería el siguiente: espíritu contemplativo; la práctica de no ser práctico; la contención; “Nobleza obliga”; la aspiración al heroísmo; la reforma sobre revolución; el aprecio a la tradición; capacidad de sonreír; la permanencia de los clásicos y la cortesía.

En definitiva, con estos valores y la amplia exposición que ha realizado, el profesor Aurell, ha preparado el índice extenso de un nuevo libro que podría consistir en un nuevo relato de la Edad Media.

Legado de gigantes: Un decálogo de valores medievales para nuestro tiempo

Autor: Jaume Aurell
Número de páginas: 304
Editorial: Rosamerón
Idioma: Castellano
FirmasJuan Ignacio Izquierdo Hübner

El niño que domestica serpientes de cascabel

A estas alturas del partido los jóvenes reconocen que el móvil con redes sociales se parece bastante a un veneno. Muchos quisieran usarlos con más libertad, pero el sistema de notificaciones es adictivo.

11 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

“¿Qué regalar al niño por su primera comunión? Un reloj, un libro, no, no, eso ya se le ocurrirá a los demás… ¡Le daré una serpiente de cascabel!”. Después de una semana de pensar, la abuela se sintió satisfecha con su decisión. “Una pequeña víbora puede ser muy útil cuando está bien domesticada —se dijo—. Envía mensajes, entretiene con sus bailes, e incluso ayuda a dormir cuando hace el movimiento del ocho. Por algo todo el mundo ha adquirido una… Lo único es que a veces muerde un poco, y es venenosa, pero bueno, todo tiene su lado bueno y su lado malo, ¿verdad?”.

El niño sale de la iglesia, feliz por recibir tanta atención por parte de su familia. Llegan a la casa para celebrar y entonces aparecen los regalos. Un libro, un reloj, otro reloj, un cortaplumas. Él acepta con sus pequeñas manos y sonríe. La abuela está esperando su turno para entrar, busca un golpe de efecto.

Al fin, se abre paso entre los invitados y extrae de la cartera una preciosa serpiente de cascabel con una cintita roja atada al cuello. “Toma, cariño —dice, estirando la criatura, que empieza a enroscarse entre sus brazos—. Se llama Panchita, la puedes guardar en el bolsillo. Pero edúcala, ¿eh? No vaya a ser que te clave sus colmillos, inyecte su veneno y termines muerto en algún pasillo”.

Al niño le brillaron los ojos. No veía la serpiente, sino un smartphone. Así que dejó a los invitados clavados en la sala de estar, se fue a su habitación, le puso pestillo a la puerta por primera vez y creó una cuenta en Instagram. Luego otra en Tik Tok. Así, sin darse cuenta, se le fue el día. Lo mismo ocurrió el día siguiente. Y el siguiente…

Quienes forman parte de los 96,7 millones de personas que han visto la serie Adolescencia (Netflix, 2025) estarán de acuerdo en que no exagero.

El uso de pantallas entre los menores de edad es una pesadilla, pero ellos las reciben de todos modos porque, “whatever”, “todos tienen móvil”. Muchos colegios están tomando cartas en el asunto, pero es difícil avanzar, porque cuesta conseguir acuerdos entre las familias.

Gracias al libro de Jonathan Haidt, Generación ansiosa (Deusto, 2024), muchas instituciones educativas en todo el mundo han encontrado por fin el fundamento científico que necesitaban para atreverse a prohibir el uso de móviles dentro de la jornada escolar.

Para quienes lo han implementado ha sido un respiro. “Ahora juegan en los patios”, me dijo un profesor el otro día. “Cuando tenían teléfonos en los bolsillos, claro, nada podía competir contra eso. Ahora por lo menos me escuchan”, comentaba otro.

Ahora bien, una vez despejado el problema en las mañanas, quedan pendientes las tardes y los fines de semana, los cuales con frecuencia son robados por las pantallas. Por eso, el siguiente paso es postergar la entrega de los móviles.

Haidt demuestra que hacerlo antes de los 15 es una imprudencia grave. A partir de ahí empieza el debate y se mide la calidad de la formación que entregan unas familias versus otras. Unos prefieren quedarse con esa edad, otros prefieren retrasar la entrega hasta los 18. En esta segunda posición está, por ejemplo, el médico español Miguel Ángel Martínez, con su libro Salmones, hormonas y pantallas (Planeta, 2023). Y, modestamente, también yo.

A estas alturas del partido los jóvenes reconocen que el móvil con redes sociales se parece bastante a un veneno. Muchos quisieran usarlos con más libertad, pero el sistema de notificaciones es adictivo. La serpiente sonríe al principio, pero luego muestra sus colmillos. Lo mismo ocurre con los celulares: una vez que caen en manos del adolescente, pronto intentan devorar al dueño.

Los muchachos pierden el tiempo, bajan las notas, se deterioran las relaciones con sus padres y hermanos, fragmentan la atención, incurren en enfermedades mentales (en Reino Unido, un tercio de los jóvenes de 18 a 24 años experimentan síntomas de depresión, ansiedad o trastorno bipolar), sufren en su autoestima, duermen menos, son testigos del ciberacoso, se olvidan de Dios.

Los padres, por su parte, no han recibido un entrenamiento especial para sanar mordeduras de serpiente y cada día entienden menos a sus hijos.

En medio de toda esta confusión, hay familias que consiguen abrir un paraguas. “Si llueve, que por lo menos no nos mojemos nosotros”, dicen. Ellos luchan con uñas y dientes para preservar algunas tradiciones: comer todos juntos, tener conversaciones padre-hijo o rezar en familia. En paralelo, buscan trucos para evitar la competencia desleal: retrasan la entrega del móvil hasta los 18, o regalan uno a los 15, pero que es de los antiguos, es decir, no apto para redes sociales.

También he visto a algunos padres ingeniosos que consiguen un ladrillo sin redes sociales, pero con WhatsApp.

El esfuerzo de ir contracorriente les supone entrar en largas discusiones, es cierto, pero saben que el conflicto es muy inferior al que tendrían si sus hijos guardaran un IPhone-serpiente-de-cascabel en el bolsillo desde el día de la primera comunión.

El autorJuan Ignacio Izquierdo Hübner

Vaticano

La pareja real británica se reúne con el Papa en el Vaticano

La imagen facilitada por el Vaticano muestra al Papa sin las cánulas nasales para respirar que ha mostrado en sus últimas apariciones públicas.

OSV / Omnes·10 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Por Cindy Wooden, (CNS/Omnes).

A pesar de que pospusieron su visita oficial de estado al Vaticano debido a la salud del Papa Francisco, el rey Carlos y la reina Camilla se reunieron en privado con el Papa el 9 de abril, dijo la oficina de prensa del Vaticano.

El Papa felicitó a la pareja real en el 20 aniversario de su boda y “correspondió a los deseos de Su Majestad para una pronta recuperación de su salud”, dijo la oficina de prensa.

El rey Carlos fue hospitalizado brevemente el 27 de marzo por lo que se describió como “efectos secundarios temporales” de su tratamiento contra el cáncer. El Papa Francisco ha estado convaleciente en el Vaticano desde que fue dado de alta del hospital el 23 de marzo después de más de cinco semanas de tratamiento hospitalario por dificultades respiratorias, neumonía doble y una infección polimicrobiana en sus vías respiratorias.

Cambio de planes

La oficina de prensa del Vaticano había dicho el 8 de abril que el Papa estaba empezando a recibir algunas visitas en lugar de pasar sus días sólo con sus secretarios personales y el personal médico que le atiende.

El breve encuentro de los reyes con el Papa el 9 de abril fue muy diferente del programa completo que se había previsto para su visita de Estado.

Además de una audiencia con el Papa, habrían asistido a “un servicio en la Capilla Sixtina, centrado en el tema del ‘cuidado de la creación’, reflejando el compromiso de larga data del Papa Francisco y de su majestad con la naturaleza”, según el itinerario publicado originalmente por el Palacio de Buckingham.

Miembros del coro de la capilla real del rey y del coro de la capilla de San Jorge de Windsor iban a cantar en el servicio con el coro de la Capilla Sixtina.

Cuando aún era príncipe de Gales, el rey se reunió con el Papa Francisco en 2019, cuando acudió al Vaticano para la canonización de san Juan Enrique Newman. Su última audiencia privada con el Papa Francisco fue en 2017.

La visita de Estado de los reyes había sido planeada para coincidir con el año santo 2025, “un año de reconciliación, oración y caminar juntos como ‘Peregrinos de la Esperanza’, que es el tema del Jubileo”, dijo el Palacio de Buckingham.

El autorOSV / Omnes

Evangelización

Los primeros beatos colombianos, el polaco Zukowski, y Magdalena Canossa

La Iglesia celebra el 10 de abril a los primeros beatos colombianos, siete mártires en la persecución religiosa de la guerra española. También al franciscano polaco Bonifacio Zukowski, uno de los mártires de la II guerra mundial beatificados por san Juan Pablo II. Además, la santa italiana Magdalena Canossa.  

Francisco Otamendi·10 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La liturgia celebra este día a numerosos santos y beatos. Entre ellos están los primeros santos colombianos, siete religiosos hermanos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, asesinados durante la guerra española en 1936. Formaban parte de la comunidad de Ciempozuelos (Madrid). Luego llegaría la santa colombiana Madre Laura Montoya, que luchó por los derechos de las comunidades indígenas, canonizada por el Papa Francisco en 2013.

Los religiosos colombianos pertenecían a familias  campesinas católicas de varias regiones de Colombia. Entraron en la Orden Hospitalaria con la intención de dedicarse al servicio de los enfermos y les enviaron a España para ahondar sus estudios y su formación religiosa. Cuando estalló la guerra, los jóvenes formaban parte de la comunidad de Ciempozuelos en Madrid. Fueron beatificados por san Juan Pablo II en octubre de 1992.

Piotr Zukowski y santa Magdalena

El beato Piotr Zukowski (Bonifacio al profesar como religioso franciscano), nació en Baran-Rapa (Lituania) el 13 de enero de 1913 en el seno de una familia polaca. Tuvo como superior a San Maximiliano Kolbe, fue encarcelado en Varsovia y murió en Auschwitz en 1942. Es uno de los 108 mártires de la II Guerra Mundial (1940-43) beatificados por el Papa Wojtyla en 1999 en Varsovia (Polonia).

Santa Magdalena Canossa nació en Verona de una familia aristocrática en 1774, pero pronto quedó huérfana de padre y fue abandonada por su madre. A los 17 años acudió al Carmelo de Trento y después estuvo en el de Cornegliano. En Venecia entró en la Fraternidad Hospitalaria y se consagró a la educación de las niñas abandonadas, Fundó un doble Instituto, Hijos e Hijas de la Caridad. Aconsejaba, en vez de un rigor excesivo, el abandono a la voluntad de Dios.

El autorFrancisco Otamendi

Cine

Vanessa Benavente: “Yo quiero ser una madre como María”

Vanessa Benavente es la actriz que interpreta a la Virgen María en "The Chosen", la serie de éxito que estrena su quinta temporada en los cines de España el 10 de abril. En esta entrevista con Omnes, Vanessa habla de lo que ha aprendido interpretando a la Madre de Jesús.

Paloma López Campos·10 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El 10 de abril se estrena en los cines de España la quinta temporada de “The Chosen”, la serie de éxito sobre la vida de Jesús y sus seguidores. Pocas horas antes de la premier en Madrid, Omnes tuvo la oportunidad de conversar con Vanessa Benavente, la actriz que interpreta a la Virgen María.

Vanessa Benavente nació en Perú pero ahora vive en Estados Unidos con su familia. Lleva años en la industria cinematográfica, lo cual le permite afirmar que “como actor, si estás dispuesto a escuchar, todos los papeles tienen algo que enseñarte”. Sin embargo, interpretar a la Madre de Jesús es distinto.

“María me parece muy inspiradora”, dice Vanessa. Ve en ella “una persona con una fuerza maravillosa, determinada, llena de amor, falta de juicio y que personifica esa idea de que todos merecemos amor”.

La actriz afirma que no puede evitar aprender de su personaje y lo que observa “me lo llevo hacia mí, hacia mi casa”. Vanessa tiene dos hijas e, inspirándose en María, busca transmitir a sus hijas algo esencial: “Ellas se pueden equivocar quinientas veces, nosotros, como sus padres, vamos a seguir amándolas. Pero no las amamos porque hagan las cosas bien, sino por ser ellas”.

La Madre de Jesús representa esto a la perfección y Benavente resalta en concreto: “una escena en la que María Magdalena vuelve al campamento después de recaer en ‘sus andares del pasado’. María Madre agarra su pañuelo y se lo pone como si le devolviera su dignidad, para señalar que es aceptada otra vez y que puede seguir adelante”.

Con todas estas razones, Vanessa Benavente afirma: “Yo quiero ser una madre como María, que crea lugares seguros donde los demás pueden volver a levantarse”.

Recursos

Eucaristía: la celebración del cielo en la tierra

Celebrar la santísima Eucaristía y el Espíritu Santo, es celebrar la Santísima Trinidad Beatísima y celebrar también a los santos y al camino de salvación abierto por la santísima Virgen.

Santiago Zapata Giraldo·10 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Celebramos el mes de abril dedicado en muchos países a la Santísima Eucaristía, donde esta presente el señor Jesús en su cuerpo, alma, sangre y divinidad, el que reina por los siglos con el Padre está presente en el pan.

Decía san Josemaría Escrivá: “Ahí lo tienes: es Rey de Reyes y Señor de Señores. —Está escondido en el Pan. Se humilló hasta esos extremos por amor a ti.” (Camino,538)

La eucaristía se hace presente por medio de las manos del sacerdote, esas mismas manos que logran traer a este tiempo al Señor y que se vuelve a poner para repartirse en un trozo de pan ¡tanta belleza en un trozo de pan! Este mes está dedicado especialmente a una vida interior que busque al Señor, no dejar pasar de largo que el centro del corazón, el centro de toda vida interior está en el sagrario.

En el Catecismo de la Iglesia católica nos enseña la eucaristía es el memorial de la pascua de Cristo, es decir, de la obra de la salvación realizada por la vida, la muerte y la resurrección del Salvador, obra que se hace presente por la acción litúrgica. (CIC 1409).

Es volver a vivir la Pascua, es volver a ir a ver el sepulcro vacío, es ver otra vez como Jesús sube al calvario, donde estamos como san Juan, viendo como el señor se entrega.

Visitar al Señor es una responsabilidad de todos, todos los días, cada día como nos alimentamos, debemos de dar gracias, seríamos ingratos al no ir, mostrando una debilidad que es propia de nosotros, de encontrarnos cada día con Él.

Pero, este mes también celebramos al Espíritu Santo, el santificador, esa santificación de la vida que tiene que buscar todo bautizado, “el gran desconocido” tal como lo dice san Josemaría (Camino, 57), el que está en nuestro interior y nos hace santos, nosotros templos del Espíritu Santo, un templo manchado, hecho polvo, pero que ese soplo del Espíritu limpia y hace un templo nuevo.

Celebrar la santísima Eucaristía y el Espíritu Santo, es celebrar la Santísima Trinidad Beatísima, celebrar también a los santos, que tenían por centro el santo sacrificio, que su vida interior lograban escuchar al espíritu que los guío y los santificó en cada una de las partes de su vida, sea con problemas o alegrías.

También es celebrar a la Iglesia, ese cuerpo de Cristo, que busca ver al Señor al final de su peregrinación por el mundo.

Es celebrar la vida eterna, que disfrutamos un poco en cada misa, es ver y contemplar lo que queremos ver eternamente en el cielo, donde se cumplirá todo lo que anhelamos los cristianos, ver al Señor tal cual es, este mes también es recordar todos los sacramentos de la Iglesia, donde se hace presente Dios, donde esa Trinidad se envuelve en nuestra vida pecadora y nos encamina al bien.

Es también, celebrar a aquella que llevó a Dios en su vientre, ¡bendito SÍ! Bendita afirmación que dio paso a la redención, es verla a Ella como Hija de Dios padre, Madre de Dios Hijo y Esposa y templo del Espíritu Santo

El autorSantiago Zapata Giraldo

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Evangelio

Total disponibilidad de Cristo. Domingo de Ramos (C)

Joseph Evans nos comenta las lecturas del domingo de Ramos (C) correspondiente al día 13 de abril de 2025.

Joseph Evans·10 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Una de las cosas más sorprendentes de las lecturas de hoy es su carácter físico. Con el Domingo de Ramos entramos en la Semana Santa en la que Cristo, a través de su propia santidad, convertirá la falta de santidad de sus asesinos en el medio por el que nos salva de nuestros pecados. Y la Semana Santa nos presenta tanto el sufrimiento corporal como la resurrección corporal de Cristo. El cuerpo importa y creemos en la resurrección de nuestro propio cuerpo al final de los tiempos.

El breve evangelio que presenta la entrada de Nuestro Señor en Jerusalén nos cuenta un hecho curioso: el pollino que le servirá de trono al entrar en la ciudad es uno “que nadie ha montado nunca”. Estaba destinado a Jesús y sólo a él, casi “virginal” en este aspecto, como el vientre de María (Lc 1, 27). Habrá que desatarlo, se extenderán ante él mantos y ramas de palma en el camino… todo detalles físicos. En el texto de Isaías que predice la Pasión de Cristo, se nos dice: “Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no escondí el rostro ante ultrajes y salivazos”. Y el largo relato evangélico del sufrimiento y la muerte de Cristo, este año de san Lucas, nos ofrece todo tipo de detalles físicos: el corte y posterior curación de la oreja del siervo del sumo sacerdote; el hecho de que los que arrestan a Jesús lleven “espadas y palos”; la burla de vestir a Cristo con ropas espléndidas; la división de sus ropas por los soldados; por supuesto, la crucifixión; la envoltura del cuerpo de Jesús en un sudario de lino; la colocación de su cuerpo en una tumba “donde nadie había sido puesto todavía” (también “virginal” en cierto sentido); la preparación de especias y ungüentos…

El Evangelio subraya la total disponibilidad de Cristo para nosotros. De niño lo acostaron en un pesebre (Lc 2, 7); Jesús es sentado en el asno, y luego depositado en un sepulcro… Jesús se pone a nuestra disposición en toda su fisicalidad, verdaderamente alma y cuerpo. Nacido de un vientre virgen, sentado a lomos de un asno “virginal”, depositado en un sepulcro “virginal”… El todo puro, sin pecado, entra en la inmundicia, en la pocilga de nuestra pecaminosidad (Lc 15, 15-16), incluso corporalmente. En la Semana Santa vemos a Jesús vivir realmente estas palabras de san Pablo: “Al que no conocía el pecado, [Dios] lo hizo pecado en favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él (2 Co 5, 21).

Vaticano

El Vaticano informa sobre avances en la detección de actividades financieras sospechosas

El 9 de abril se ha publicado el informe anual 2024 de la Autoridad de Supervisión e Información Financiera.

OSV / Omnes·9 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Por Cindy Wooden, OSV

El banco del Vaticano y otras oficinas del Vaticano con transacciones financieras se están volviendo más hábiles para identificar y detener actividades financieras sospechosas, según la Autoridad de Supervisión e Información Financiera del Vaticano.

Si bien el mandato principal de la autoridad es prevenir y combatir el lavado de dinero y la financiación del terrorismo, su informe anual de 2024 señaló que también se habían logrado avances en su capacidad «para identificar, con el propósito de su posterior recuperación, la ruta del dinero obtenido ilícitamente».

Informe de actividades financieras

El 9 de abril se ha publicado el informe anual 2024 de la Autoridad de Supervisión e Información Financiera. La oficina fue establecida por el Papa Benedicto XVI en 2010 como parte de acciones más amplias del Vaticano para prevenir actividades ilegales en las transacciones monetarias y financieras y para cumplir con los estándares internacionales en la lucha contra los delitos financieros.

El Instituto para las Obras de la Religión, nombre formal de lo que comúnmente se llama el banco del Vaticano, y otras oficinas del Vaticano presentaron solo 79 informes de actividades sospechosas ante la autoridad en 2024, en comparación con 123 en 2023, según el informe.

Tras la investigación, sólo 11 de esos informes fueron remitidos a la Fiscalía del Estado de la Ciudad del Vaticano, lo que demuestra «la mejorada capacidad del sistema para interceptar casos caracterizados por elementos que sugieren concretamente algunas actividades ilegales», afirma el informe.

Señales de irregularidad

El informe enumera cinco «indicadores de anomalía» que se encuentran con mayor frecuencia en los informes de actividades sospechosas: transacciones en efectivo; transacciones inconsistentes con el estado del cliente o transacciones pasadas; operaciones ilógicas o innecesariamente complejas; informes de prensa negativos sobre el cliente; y una conexión con «jurisdicciones riesgosas».

Debido a actividades sospechosas, señala el informe, se suspendieron tres transacciones de transferencia, por un total de poco más de 1,05 millones de euros (1,17 millones de dólares), y se congelaron dos cuentas en el banco del Vaticano, con poco más de 2,11 millones de euros (2,34 millones de dólares).

El informe también destacó una cooperación más estrecha con el Servicio de Impuestos Internos de Estados Unidos y oficinas gubernamentales similares en otros países porque «la Santa Sede está firmemente comprometida a garantizar la cooperación internacional y el intercambio de información con el fin de prevenir la evasión fiscal y facilitar el cumplimiento de los requisitos fiscales por parte de ciudadanos y entidades legales extranjeras» que tienen una relación con el banco del Vaticano.

El autorOSV / Omnes

Evangelización

Santa Casilda de Toledo, hija del emir, se convirtió en Burgos

La liturgia celebra el 9 de abril a santa Casilda de Toledo, hija del emir, posiblemente Almamún. Llevaba alimentos y medicinas a los cristianos en las prisiones, y se convirtió al cristianismo en Burgos. Mujeres con esterilidad y dolencias ginecológicas rezan a santa Casilda.  

Francisco Otamendi·9 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La Iglesia celebra este día a santa Casilda, hija del emir de Toledo. Practicaba la caridad, y llevaba alimentos a los prisioneros cristianos. Más adelante, tuvo una grave dolencia. Le hablaron del poder curativo de las aguas de san Vicente, cerca de Briviesca, en Burgos. Allí se bañó y curó.

Santa Casilda se convirtió entonces al cristianismo, pidió el Bautismo, recibió la Eucaristía, decidió ser virgen y pasar su vida retirada, en oración y penitencia, en torno a una ermita que construyó.

El Martirologio Romano señala “en el lugar llamado San Vicente, cerca de Briviesca, en la región de Castilla, en España, santa Casilda, virgen, que, nacida en la religión mahometana, ayudó con misericordia a los cristianos detenidos en la cárcel y después, ya cristiana, vivió como eremita († 1075)”.

Ante el emir: ¡son rosas!

Viviendo en Toledo, se cuenta que su padre intentó sorprenderla cuando acudía a una cárcel llevando alimentos a los presos cristianos. Santa Casilda parecía llevar algo escondido (era comida para los presos). El emir preguntó qué era eso, pues estaba prohibido. Ella respondió: ¡Son rosas! El emir pidió verlas, y ella dejó caer un puñado de ¡rosas!

Entre otros santos del 9 de abril se encuentran el beato Tomás de Tolentino, mártir en la India con tres compañeros, y la brasileña beata Lindalva Justo de Oliveira, de las Hijas de la Caridad de san Vicente de Paúl. San Demetrio de Tesalónica, Acacio, Edesio, Hugo de Ruán, arzobispo, y obispo de París y de Bayeux, y Máximo, obispo de Alejandría. Santa Valdetrudis, casada y con cuatro hijos, con padres y hermanos santos, y la religiosa polaca Celestina Faron, muerta en Auschwitz en 1944.

El autorFrancisco Otamendi

Cultura

Salvador Dalí, buscador de Dios

Por muy conocido que fuera el principal representante del surrealismo, poca gente conoce la fe católica del pintor español.

Die Tagespost·9 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Stefan Gross-Lobkowicz.

“L’État, c’est moi” (“Yo soy el Estado”) era el lema del Rey Sol francés Luis XIV, quien se celebraba a sí mismo como un gobernante monárquico-absolutista. El artista polifacético español Salvador Dalí (1904-1989) no tenía menos confianza en sí mismo.

De Marx y Freud a Jesús

Salvator – el salvador, así se veía a sí mismo el excéntrico paranoico, porque “como su nombre indica, estoy destinado nada menos que a salvar la pintura del vacío del arte moderno”. Estrella mediática, altamente pagado, obra de arte viviente con dos museos en vida, casi nadie había cultivado la autodramatización tanto como el hombre del bigote retorcido y el bastón, que afirmaba ser el surrealismo mismo. La obra de arte total, las vanidades, la superficie, todo eso también es Dalí, pero sólo la mitad; la otra mitad estuvo formada por el buscador de Dios y teólogo.

Políticamente, en un principio se inclinó hacia el marxismo, el ateísmo y el nacionalismo, para luego convertirse en él mismo. Se inspiró en el psicoanálisis de Sigmund Freud y se convirtió en un cronista pictórico del inconsciente, representando las profundidades del alma, la estructura impulsiva de Eros y Tánatos. Él deliberadamente contrastó sus mundos de sueños con la fragmentación del mundo. Motivos embriagadores, relojes derretidos, elefantes voladores, jirafas en llamas, el mundo de lo surrealista celebró con él su triunfo, pero él ya lo había superado.

Arte de inspiración bíblica

A partir de 1963, con su ciclo “Biblia Sacra”, contrapuso lo surrealista a un mundo vivo y religioso procedente del espíritu de la Biblia. Esta visión de las profundidades de la humanidad y de las alturas de Dios fue provocada, en parte, por sus dolorosos recuerdos de la Segunda Guerra Mundial y el lanzamiento de la bomba atómica. Estos tiempos de absurdo lo habían cambiado, lo habían interiorizado y le habían permitido construir un puente hacia la fe cristiana. Ahora veía su visión del mundo mediada por el Crucificado. Si Dios no mirara a Cristo, no podría soportar el mundo.

El antiguo excéntrico se había convertido al catolicismo, fascinado por las imágenes del Renacimiento italiano: Rafael, Velázquez e Ingres. Ahora quería abrir los ojos de la gente a la fe. Sus pinturas se convierten en testimonios vivos de su religiosidad, fuentes de inspiración que abordan la vida y el sufrimiento, la crucifixión y la resurrección de tal manera que transmiten esperanza y transforman la muerte como detención en movimiento.

Encontrando el cielo con Dios

Dalí quiere explorar el mundo y siempre regresará a Dios. “Todo este tiempo he estado buscando el cielo a través de la densidad de la carne confusa de mi vida: ¡el cielo!”. Escribió en el epílogo de su autobiografía de 1941: «¿Y qué es? ¿Dónde está? El cielo no está ni arriba ni abajo, ni a la derecha ni a la izquierda; ¡el cielo está precisamente en el corazón del creyente! FIN.»

Para el catalán, «no existe ningún método fiable para alcanzar la inmortalidad que no sea una gracia de Dios, la fe». Llegar al fondo de la vida, crear cercanía con Dios –mediada a través del arte–, conectar el cielo con la tierra y dar este mensaje a la humanidad se convirtió en el credo de una persona convencida de que el Evangelio no estaba sólo allí para la gente, sino que también servía como fuente de fortaleza para perseguir el mensaje de Jesús. Mientras Dios permanece constante, el hombre no.

Dalí, que aún no ha encontrado el cielo “hasta este momento”, confiesa: “Moriré sin el cielo”. Pero él siempre lo buscó, y este sigue siendo su legado para nosotros hoy.


Esta es una traducción de un artículo que apareció por primera vez en el sitio web Die-Tagespost. Para ver el artículo original en alemán, consulte aquí. Se vuelve a publicar en Omnes con permiso.

El autorDie Tagespost

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No escondamos la Cruz a los niños

Lo que Cristo conquistó para nosotros en la Cruz es el Cielo. Si de los más pequeños es el Reino de Dios, no les escondamos al Crucificado, que es más suyo que nuestro.

9 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

El otro día estuve hablando con algunas personas de una de las películas españolas más típicas de Semana Santa: «Marcelino, pan y vino», la historia de un niño abandonado por su madre y acogido por unos frailes franciscanos. Un día, cuando el pequeño se acerca a la imagen del Crucificado que hay en el convento, este cobra vida y empieza a hablar a Marcelino.

El mensaje central de la película queda perfectamente resumido en la frase que pronuncia Cristo en Marcos, 10, 14: “Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el Reino de Dios”.

Sería absurdo pensar que Jesús, después de decir estas palabras, quisiera alejar a los niños del misterio de su Pasión. En la película clásica se deja ver que el Señor no oculta su muerte a Marcelino, al contrario, se muestra ante él clavado en la Cruz, un Cristo sufriente que habla e interpela al pequeño.

El misterio del dolor

Difícil es para los niños entender el dolor, es terriblemente complicado explicarles la muerte de un familiar. ¿Cómo hacerles entender entonces la muerte de todo un Dios?

Parece imposible que un niño pueda entender que ese mismo Jesús, de quien decimos que iba por los pueblos curando a las personas, echando demonios y resucitando muertos, es el mismo que luego clavan en un madero y muere impotente. Sin embargo, estoy convencida de que los niños entienden la Pasión mucho mejor que nosotros.

Para los adultos, el dolor de la Cruz es un sinsentido, pero los niños son mucho más sencillos. Para ellos tiene todo el sentido del mundo que nadie reconozca a Superman cuando se pone gafas y dice que es un periodista, a pesar de que esa cara de Henry Cavill nosotros la reconoceríamos hasta en Mercadona. Para los niños es perfectamente posible que una pelota de goma desaparezca en tu mano y que los juguetes cobren vida por la noche.

La sabiduría de los niños

Los más pequeños creen todo esto porque piensan que quien lo hace es capaz de ello. Cristo, que podía resucitar a otros, curar a los enfermos y calmar las tormentas, puede morir en la Cruz, sencillamente porque es capaz.

En nuestras manos queda explicarles que no sólo muere porque puede, sino porque quiere. Que lo hace por ellos, por ti y por mí. La Cruz tiene un sentido, no es un absurdo, un capricho de Dios. Todo aquel que contempla el Vía Crucis puede ver que este es un camino de amor. Los niños, que se complican mucho menos que nosotros (y precisamente por eso son mucho más sabios), pueden entender la Pasión de una manera que nosotros, con nuestras gafas de adultos, no podemos ver.

“Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el Reino de Dios”. Lo que Cristo conquistó para nosotros en la Cruz es exactamente eso, el Reino de los Cielos. Si de los más pequeños es el Cielo, no les escondamos al Crucificado, que es más suyo que nuestro.

Tal vez, este año sea el momento de mirar la Cruz con los ojos de Marcelino, quitándonos las gafas que nos hacen miopes. Dejemos que los niños suban también al Calvario, que nos acompañen. Evitemos el sobreproteccionismo de padres que, con buena intención, olvidamos que Jesús también les llama a ellos, porque el Reino de Dios es suyo. Así tal vez descubramos lo más bello de la Pasión, ese misterio que solo se descubre con la mirada de los pequeños.

El autorPaloma López Campos

Redactora jefe de Omnes

Evangelización

San Dionisio de Corinto, santa Julia Billiart y mártires de Antioquía

La Iglesia celebra el 8 de abril al obispo de finales del siglo II san Dionisio de Corinto (Grecia), persona de gran celo apostólico. También a la francesa santa Julia Billiart, al profeta san Acabo, y a cuatro mártires de Antioquía (Siria entonces, ahora Turquía), entre otros santos y beatos.  

Francisco Otamendi·8 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La liturgia contempla este martes día 8 la celebración de san Dionisio de Corinto, que ejerció un hondo apostolado, también epistolar, en el siglo II; la religiosa santa Julia Billiart, perseguida en la Revolución francesa por hospedar a sacerdotes católicos; san Acabo y cuatro santos mártires de Antioquía; o el beato polaco Augusto Czartoryski, que renunció a ser príncipe para ingresar en los salesianos.

El obispo de Corinto, san Dionisio, pertenece a las primeras generaciones de cristianos. San Pablo había fundado la comunidad cristiana de Corinto en el año 50, vivió en la ciudad del istmo durante año y medio, y les escribió al menos dos de sus cartas, incluidas en el Nuevo Testamento. 

San Dionisio imitó en este apostolado epistolar a san Pablo y escribió, según el historiador Eusebio de Cesarea, siete cartas a las iglesias de Lacedemonia, Atenas, Cnosos, Nicomedia, Gortina, Amastris y Roma. En la última, durante el pontificado del Papa Sotero, elogia la caridad de los romanos con los pobres y muestra su veneración a los Vicarios de Cristo. El santo trabajó en los errores filosóficos del paganismo, origen de herejías, defendió la fe y murió el año 180.

Santa Julia Billiart, perseguida

Nacida en Cuvilly (Francia) el año 1751, una enfermedad dejó paralítica de ambas piernas a santa Julia Billiart. Una enfermedad de la que curó milagrosamente cumplidos los 50 años, según el Directorio Franciscano. Fue mujer piadosa. Perseguida durante la Revolución Francesa por hospedar a sacerdotes católicos, tuvo que exiliarse. Empezó a llevar vida en común con algunas compañeras y de ahí nació la Congregación de Hermanas de Nuestra Señora de Namur para la educación cristiana de las jóvenes. Falleció en 1816, y fue canonizada por san Pablo VI.

Otros santos del 8 de abril son los mártires de Antioquía Timoteo, Diógenes, Macario y Máximo. San Acabo, profeta citado en los Hechos de los Apóstoles: “Por aquellos días bajaron unos profetas de Jerusalén a Antioquía. Uno de ellos, llamado Acabo, movido por el Espíritu, se levantó y profetizó…” (Hch. 11, 27-28). Y también los beatos españoles Julián de San Agustín, natural de Medinaceli (Soria), que abrazó la vida franciscana, y Domingo del Santísimo Sacramento Iturralde (Dima, Vizcaya), que en 1918 profesó en la Orden de la Santísima Trinidad.

El autorFrancisco Otamendi