Evangelización

San Bonifacio, el “Apóstol de los alemanes”

San Bonifacio, originario de Inglaterra, dedicó casi toda su vida a la labor misionera en tierras germánicas. Su principal legado es la organización eclesiástica en la actual Alemania.

José M. García Pelegrín·17 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

La historia del cristianismo en Alemania se remonta al siglo III. En Tréveris –que entonces formaba parte de la provincia romana de Galia–, Colonia y Maguncia –las capitales de Germania prima y Germania secunda– ya había comunidades cristianas. El primer obispo en tierras germánicas del que se tiene constancia histórica es Maternus, quien participó como asesor del emperador romano Constantino I en el Sínodo de Letrán en Roma en 313 y en el de Arlés en 314. Según las listas de los obispos de Tréveris, fue el tercer obispo de esta ciudad, así como el primer obispo históricamente atestiguado de Colonia (Civitas Agrippinensium) y posiblemente obispo de Tongeren.

Sin embargo, el verdadero  “Apóstol de los alemanes” es san Bonifacio (c. 673 – 754/755), quien es considerado el mensajero de la fe a tierras germánicas por haber establecido de manera duradera el cristianismo en dichas regiones. Más que un misionero, Bonifacio fue un organizador. Dotó a la Iglesia alemana –en su época, el Reino franco oriental– de una estructura sólida mediante la creación de diversas diócesis y la fundación de numerosos monasterios. Aún hoy, los obispos alemanes mantienen una de sus dos Asambleas anuales en Fulda, pues en la catedral de esta ciudad se encuentra su tumba.

Bonifacio cerró una brecha de unos tres siglos en la documentación histórica del cristianismo en tierras germánicas. Con la caída del Imperio Romano y, en esas tierras, ya alrededor del año 400, desaparecen las fuentes que podrían aportar pruebas del cristianismo en las ciudades de Germania.

Mientras que en el reino de los francos occidentales el cristianismo se impuso tras el bautismo de Clodoveo hacia el año 500, los intentos de labor misionera a la orilla derecha del Rin fracasaron inicialmente. Apenas existe alguna fuente del siglo VII que mencione a los francos —ya cristianos— como una potencia protectora en esa región. No es hasta el siglo VIII que vuelven a aparecer testimonios cristianos, momento en el que Bonifacio desempeña un papel fundamental.

Orígenes de san Bonifacio

Originalmente llamado Wynfreth, Bonifacio nació alrededor del año 673 en el seno de una noble familia anglosajona en Crediton, en el reino de Wessex. Fue educado como “puer oblatus” en los monasterios benedictinos de Exeter y Nursling, donde más tarde se ordenó sacerdote y trabajó como maestro.

Su actividad misionera en el reino franco y las regiones vecinas forma parte del movimiento misionero anglosajón de los siglos VII y VIII, impulsado originariamente por el papa Gregorio Magno (590-604). El objetivo era cristianizar a las tribus germánicas e integrarlas en una organización eclesiástica jerárquica.

En 716, Bonifacio emprendió su primer viaje misionero a Frisia, pero fracasó. Regresó a Nursling, donde fue elegido abad. Un año después decidió abandonar definitivamente Inglaterra y peregrinar a Roma. El Papa Gregorio II (715-731) le encargó en 719 la misión de proclamar la fe cristiana a los “pueblos incrédulos” y cambió su nombre en Bonifacio (“benefactor” o “el que actúa bien”).

Su misión entre los frisones se reanudó, esta vez en cooperación con el misionero Willibrord, pero ambos se separaron en 721 debido a tensiones. Bonifacio continuó su misión en las actuales regiones de Hesse, Turingia y Baviera, donde fundó varios monasterios e iglesias. Su compromiso con un estricto orden eclesiástico católico romano encontró resistencia, especialmente en Turingia.

Organización eclesiástica

Gran parte de su legado se debe a la organización eclesiástica que emprendió en Baviera a partir de 738. Allí logró establecer y reorganizar varias diócesis, como las de Salzburgo, Frisinga, Passau y Ratisbona. También fundó las diócesis de Würzburg, Eichstätt, Erfurt y Büraburg, cerca de Fritzlar. En 746 fue nombrado obispo de Maguncia, pero su influencia en Baviera pronto fue eclipsada por el irlandés Virgilio de Salzburgo.

En el “Concilium Germanicum” de 742 promulgó medidas disciplinarias estrictas contra los sacerdotes y monjes “licenciosos”. Durante este y en los sínodos posteriores (744 en Soissons, 745 en Maguncia) se establecieron las normas básicas de disciplina eclesiástica y vida cristiana: la posición y los deberes del obispo, la ética y el comportamiento del clero, la regulación del uso de los bienes eclesiásticos, la renuncia a las costumbres paganas, así como cuestiones de derecho matrimonial eclesiástico.

Bonifacio se esforzó por estructurar la Iglesia en el reino franco según el modelo romano. Su intento de convertir la sede episcopal de Colonia en sede metropolitana de una nueva provincia eclesiástica fracasó, sin embargo, por la resistencia de los obispos al este del Rin. Maguncia sólo se convirtió en arzobispado y sede metropolitana bajo su sucesor, Lulio.

La muerte de san Bonifacio

A la edad de más de 80 años, Bonifacio emprendió un último viaje misionero a Frisia. Presintiendo su muerte –pues llevaba consigo una mortaja– quiso terminar su vida donde había comenzado su misión. El 5 de junio de 754 (o 755), fue asesinado cerca de Dokkum por un grupo de frisones opuestos a la labor misionera cristiana, junto con once compañeros. Sus contemporáneos consideraron las circunstancias de su muerte como un acto de martirio. Sus restos fueron recuperados por cristianos, transportados en barco a Utrecht y, más tarde, llevados a Fulda, donde fue enterrado en la tumba que él mismo había elegido.

A pesar de las resistencias con que se topó su reforma eclesiástica, Bonifacio dejó un legado de cristianización y organización de la Iglesia en partes del Imperio franco. Por este motivo es venerado como el “Apóstol de los alemanes” y está reconocido como una figura central en la historia eclesiástica europea. Fue canonizado tras su muerte en 754 bajo el Papa Esteban II (752-757), y su veneración fue oficialmente aprobada por el Papa Pío IX en 1855.

España

Diversas confesiones crean la Mesa de Diálogo Interconfesional de España

Se trata de una iniciativa que pretende aumentar la colaboración, el conocimiento y el trabajo común entre entidades religiosas presentes en España.

Maria José Atienza·16 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

La iniciativa ha surgido de un grupo de representantes de distintas confesiones cristianas con fieles en España y quiere tiene, entre sus objetivos, el de velar por el derecho a la libertad religiosa de los creyentes.

La catedral anglicana del Redentor de Madrid ha acogido la constitución de la Mesa de Diálogo Interconfesional de España. El acto se ha centrado en la lectura de un Comunicado de constitución y su firma por parte de todas las confesiones cristianas que forman parte de esta Mesa.

La Iglesia Católica a través de la Subcomisión para las Relaciones Interconfesionales y Diálogo Interreligioso de la Conferencia Episcopal Española, la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE), la Metrópolis de España y Portugal del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, el Obispado Ortodoxo Rumano de España y Portugal, el Obispado Ortodoxo Ruso del Patriarcado de Moscú, la Iglesia Evangélica Española (IEE), la Iglesia Española Reformada Episcopal (Comunión Anglicana), la Iglesia de Inglaterra (Diócesis de Europa), la Comunidad Evangélica de Habla Alemana de Madrid, la Iglesia Apostólica Armenia y la Iglesia Siro-Ortodoxa son las confesiones que forman, a partir de hoy, parte de esta Mesa.

Las finalidades principales de esta Mesa, según la nota publicada con motivo de su constitución, son “promover el diálogo y la colaboración para el bien común entre las confesiones cristianas presentes en España en aquellos temas que sean oportunos. Velar y trabajar para que se garantice el adecuado ejercicio del derecho fundamental a la libertad religiosa de los creyentes y aportar valores fundamentales a la sociedad, poniendo de relieve la capacidad de la fe cristiana para construir puentes entre las personas”.

Todo ello a través del diálogo institucional “respetuoso, sincero y constructivo”, de la colaboración en áreas de interés comunes e incluso “el intercambio de recursos, cuando sea posible según las propias doctrinas”.

Carolina Bueno Calvo, secretaria ejecutiva de FEREDE, la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España será la presidenta de esta mesa que contará, como vicepresidentes, con Mons. Ramón Valdivia Giménez, presidente de la Subcomisión para las Relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal Española, y con Mons. Timotei Lauran, obispo de la Iglesia Ortodoxa Rumana de España y Portugal. Rafael Vázquez Jiménez, director del Secretariado de la Subcomisión Episcopal para las Relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal Española será el secretario de esta Mesa.

Actualidad

María José Atienza, nueva directora de Omnes

María José Atienza sucede a Alfonso Riobó al frente del medio multiplataforma Omnes.

Omnes·16 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Omnes inicia, a partir del 16 de septiembre de 2024, una nueva etapa bajo la dirección de María José Atienza, hasta la fecha redactora jefa de Omnes.

Maria José sucede en el cargo a Alfonso Riobó, quien después de casi 20 años ligado a la publicación, tanto en su época de revista Palabra como bajo la nueva marca Omnes, cede el timón del medio multiplataforma en una sucesión que confirma la apuesta por la transformación y el futuro de este medio de información sociorreligiosa.

Omnes continúa, de este modo, la línea editorial mantenida desde 1965, con la misión de ofrecer a sus lectores un contenido de calidad, caracterizado por el análisis y la profundización en los grandes temas que ocupan el corazón y la cabeza de los católicos de hoy.

Queremos reiterar, además, nuestro agradecimiento a todos los que, desde su fundación y hasta ahora, han hecho y siguen haciendo posible el desarrollo de este proyecto editorial, para hacer llegar a todos esa mirada católica de la actualidad.

Cultura

Georgia, el primer El Dorado

En esta nueva serie, Gerardo Ferrara se adentra en Georgia, un país a caballo entre Europa y Asia en el que destacan sus paisajes, su viticultura y una gran colección de oro.

Gerardo Ferrara·16 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 7 minutos

No me gustan las sorpresas. Me gusta informarme y documentarme sobre todo lo que me rodea. Sin embargo, antes de viajar a Georgia este verano, opté por leer poco, por abordar el viaje esperando algunas sorpresas, sobre todo porque la primera parada de mi visita al Cáucaso fue Armenia, sobre la que escribí varios artículos para Omnes. Pasé, pues, de un país del que lo sabía casi todo a otro del que sabía poco. Y debo admitir que me sorprendió mucho.

Un pequeño gran país

Georgia es un pequeño país del Cáucaso Sur situado en la orilla oriental del mar Negro, a caballo entre Europa y Asia y entre las dos cordilleras del Gran Cáucaso, al norte, y el Cáucaso Menor, al sur, pero es un auténtico tesoro por descubrir. Con una superficie de 69.700 km² (limita al norte con la Federación Rusa, al sur con Turquía y Armenia, y al este con Azerbaiyán), cuenta con una fascinante capital, Tiflis, de unos 1,3 millones de habitantes. Y fue precisamente desde Tiflis donde comenzó mi viaje, que terminó en las cumbres del Cáucaso, en la frontera con la Federación Rusa, en el maravilloso Monasterio de la Santísima Trinidad de Gergeti.

En Tiflis, desde un mirador a los pies de la ciudad vieja, junto a la hermosa iglesia de Metekhi y la estatua del mítico rey Vakhtang Gorgasali (439 o 443 – 502 o 522), fundador de la ciudad, contemplamos el castillo, los famosos baños antiguos (se dice que el nombre de la ciudad deriva de las aguas sulfurosas que allí manan) y el río Kura justo debajo de nosotros.

Antes de dar un largo paseo por las callejuelas de la ciudad, recorrimos la larguísima historia del país, que se remonta al Paleolítico. De hecho, a lo largo de milenios, la región fue una encrucijada de civilizaciones y pueblos procedentes de Anatolia, Persia y Mesopotamia. Durante la Edad de Bronce florecieron varias culturas, como la de Trialeti, que sentó las bases de las posteriores civilizaciones georgianas.

Vino y oro

Hay dos detalles sorprendentes: la “invención” del vino en Georgia y el tratamiento muy avanzado del oro.

En cuanto al vino, la viticultura está atestiguada en Georgia desde hace unos ocho mil años (tanto es así que la ánfora más antigua con restos de vino, y que data del año 6000 a.C., se encontró en este mismo país y se conserva en el Museo Nacional Georgiano de Tiflis). De los fragantes y espumosos vinos de esta región, por cierto, ya habló Homero en la «Odisea«.

Las mismas tinajas de terracota se siguen utilizando hoy en día, en un país que cuenta con al menos 500 especies de vid aptas para la vinificación (en Italia, donde el ejemplo más antiguo de fermentación de la uva “sólo” data de hace 6000 años, hay 350). La región donde se produce el 70 % del vino es Kakheti, al este de Tiflis, donde pudimos degustar, entre paisajes bucólicos y antiguos monasterios, varios vinos fermentados en ánfora, entre ellos el famoso Saperavi.

En cuanto al oro, es impresionante el tesoro arqueológico que se expone en el propio museo, con su inmensa colección de oro, plata y piedras preciosas precristianas procedentes de tumbas del III milenio a.C., de cincelado y factura extremadamente finos, sobre todo las halladas en Cólquida (Georgia occidental), región no poco famosa por el mito del Vellocino de Oro y los Argonautas, con la legendaria Medea, hija de un rey de esta misma tierra.

Desde un mapa de Georgia, que mi excepcional guía desplegó sobre una pequeña pared desde la que podíamos admirar la Plaza de Europa, un gran ensanche repleto de banderas de la Unión Europea (omnipresentes en todo el país, junto a las georgianas) y escenario, en los últimos tiempos, de varias manifestaciones populares, se puede ver cómo esta nación se enclava literalmente en el Cáucaso, entre vecinos poderosos y poco manejables, y, en su complejo y accidentado territorio, conviven varias etnias (junto a la mayoritaria georgiana), entre ellas la armenia (en el sur), la osetia (en el norte) y la abjasia (en el noroeste, a orillas del mar Negro). Y fueron precisamente las dos regiones de Osetia del Sur y Abjasia las que proclamaron su independencia, provocando sangrientos conflictos (independencia, sin embargo, sólo reconocida internacionalmente por Rusia).

Algunos datos

El territorio de Georgia se caracteriza por una gran variedad de paisajes: desde las montañas del Cáucaso, con picos que superan los 5.000 metros (el monte Shkhara es el más alto, con 5.193 metros, en el norte), hasta las fértiles llanuras centrales y la costa del mar Negro. El clima varía de templado en la zona costera a alpino en las regiones montañosas.

Georgia es una república semipresidencialista, con el Presidente como Jefe de Estado y el Primer Ministro como Jefe de Gobierno. La población ronda los 3,7 millones de habitantes, la mayoría de etnia georgiana (más del 83 %), con minorías armenia (5,7 %), azerbaiyana (6 %) y rusa (1,5 %).

El idioma oficial es el georgiano, una lengua con alfabeto propio (en realidad hay tres alfabetos georgianos). En el plano religioso, predomina el cristianismo ortodoxo, y la Iglesia Ortodoxa Georgiana (ahora autocéfala) siempre ha desempeñado un papel destacado en la vida social y cultural del país.

Un poco de historia

El reino georgiano más antiguo fue, por tanto, el de Cólquida, a lo largo de la costa del mar Negro, famosa en la mitología griega como la tierra del Vellocino de Oro. Según muchos estudiosos, sobre todo contemporáneos, los habitantes de Cólquida pueden definirse como protogeorgianos. Este reino desarrolló relaciones comerciales y culturales con los griegos desde el I milenio a.C., convirtiéndose en un importante centro comercial.

Sin embargo, en el interior del país floreció otro reino, el de Iberia, también conocido como Kartli. Este reino, fundado hacia el siglo IV a.C., se convirtió en uno de los principales centros del Cáucaso. Su situación estratégica la convirtió en objeto de disputa entre el Imperio Romano y los partos, y más tarde entre los bizantinos y los sasánidas. Durante el reinado del rey Mirian III, en el siglo IV d.C., Iberia adoptó el cristianismo como religión oficial, lo que convirtió a Georgia en uno de los primeros países cristianos del mundo, poco después de Armenia.

Interior de la catedral de Svetitsjoveli

En el periodo comprendido entre los siglos IX y XIII, a menudo denominado la “edad de oro” de Georgia, el país se unificó bajo una serie de importantes reyes y reinas, como David IV, conocido como “el Constructor”, y su sobrina, la reina Tamara (ambos considerados santos por la Iglesia georgiana). Con ellos, Georgia se convirtió en uno de los estados más poderosos de la región y se expandió por gran parte del Cáucaso. Durante este periodo, Tiflis se convirtió en un centro primordial de cultura, arte y arquitectura.

Esta época de prosperidad terminó, sin embargo, con la invasión mongola en el siglo XIII, seguida de la de Tamerlán, los diversos kanatos persas y los otomanos, que provocaron el debilitamiento gradual del reino georgiano y un largo periodo de decadencia y fragmentación.

Precisamente para buscar protección frente a las incursiones otomanas y persas, Georgia se volvió hacia Rusia en el siglo XVIII y, en 1783, el Tratado de Georgievsk sancionó la protección rusa sobre el reino de Kartli-Kakheti, que más tarde se anexionó formalmente en 1801, con lo que toda Georgia quedó gradualmente bajo dominio ruso.

Proceso de rusificación

Durante el siglo XIX, Georgia sufrió un proceso de rusificación, con la pérdida de muchas de sus tradiciones (prueba dramática de ello es el enlucido de los frescos de las iglesias georgianas por los rusos), así como de su autonomía política. Como reacción, sin embargo, este mismo periodo también fue testigo de un gran despertar cultural, con el renacimiento de la literatura georgiana y de la conciencia nacional.

Tras la Revolución Rusa de 1917, Georgia declaró su independencia el 26 de mayo de 1918, con el nacimiento de la República Democrática de Georgia, que sin embargo duró poco, ya que en 1921 el Ejército Rojo invadió el país y lo anexionó a la Unión Soviética como República Socialista Soviética de Georgia.

Durante el periodo soviético, Georgia sufrió una transformación radical. A pesar de la feroz represión política y las masacres, consiguió preservar su fuerte identidad cultural (muchas figuras prominentes, incluido el líder soviético Iosif Stalin, eran de origen georgiano).

Con los años, el descontento con el régimen soviético fue creciendo, hasta los sucesos del 9 de abril de 1989, cuando una manifestación pacífica en Tiflis fue violentamente reprimida por las tropas soviéticas, causando una masacre entre la población civil, con 20 muertos y cientos de heridos.

Con el colapso de la Unión Soviética en 1991, Georgia volvió a declararse independiente, pero sus primeros años como Estado soberano fueron de todo menos fáciles, tanto económicamente como debido a la agitación política y los conflictos étnicos.

Conflictos y tensiones

Las regiones de Abjasia y Osetia del Sur proclamaron la secesión, dando lugar a sangrientos conflictos que dejaron a estas regiones en un estado de independencia de facto, pero no reconocido internacionalmente.

En particular, es tristemente célebre la limpieza étnica llevada a cabo contra los georgianos de Abjasia por los separatistas abjasios, apoyados por mercenarios extranjeros (entre ellos, por desgracia, armenios) y fuerzas de la Federación Rusa durante la guerra abjasio-georgiana (1991-1993 y de nuevo en 1998). Entre 10.000 y 30.000 georgianos perdieron la vida, víctimas de una violencia incalificable, y alrededor de 300.000 tuvieron que buscar refugio en el resto de Georgia, con un descenso significativo de la población de Abjasia, donde los georgianos constituían el 46 % de la población antes de la guerra.

En 2003, la Revolución de las Rosas llevó al poder a un gobierno reformista dirigido por Mikheil Saakashvili, que pretendía modernizar el país y acercarlo a Occidente. Sin embargo, este gobierno estuvo marcado por las tensiones con Rusia, que culminaron en la guerra ruso-georgiana de 2008. El conflicto duró sólo cinco días y terminó con la derrota de Georgia y el reconocimiento por Rusia de la independencia de Abjasia y Osetia del Sur, lo que acentuó las desavenencias entre Georgia y Rusia.

Georgia en la actualidad

En los últimos años, Georgia ha realizado considerables progresos económicos e institucionales, al tiempo que se enfrentaba a importantes retos. El país, también tras la guerra entre Rusia y Ucrania (que provocó una inmigración masiva de rusos a Georgia) llevó a cabo una política exterior orientada a la integración euroatlántica, con el objetivo de entrar en la OTAN y en la Unión Europea, que le concedió el estatus de candidato en 2023.

Sin embargo, el gobierno actual, con el partido Sueño Georgiano en el poder, mantiene una actitud bastante ambigua, por un lado favoreciendo el acercamiento de Georgia a la Unión Europea, pero luego introduciendo, en política interior, una serie de leyes autoritarias, como la que asimila a todas las ONG extranjeras a agentes enemigos. Precisamente con motivo de la aprobación de esta última, en la primavera de 2024 se celebraron masivas protestas callejeras en Tiflis, en las que los manifestantes, en su mayoría jóvenes, ondeaban banderas de la UE y acusaban al gobierno de seguir una política prorrusa y despótica.

Vaticano

El Papa a la vuelta del viaje: conocer a Jesús requiere un encuentro con Él

En el Ángelus de este 15 de septiembre, Domingo XXIV del Tiempo Ordinario, ya de vuelta del viaje apostólico al Sudeste asiatico y Oceanía, el Papa ha indicado en Roma que para conocer a Jesús, es necesario un encuentro con Él que cambia la vida, que cambia todo. También ha pedido “soluciones de paz” para las guerras en el mundo.  

Francisco Otamendi·15 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Papa Francisco ha manifestado esta mañana en el rezo de la oración mariana del Ángelus, en la plaza de San Pedro, que para conocer al Señor no basta con saber algo de Él, sino que” es necesario seguirlo, dejarse tocar, y cambiar por su Evangelio. Se trata de tener con Él un encuentro. Se pueden conocer muchas cosas acerca de Jesús, pero si no lo has encontrado no sabes quién es Jesús”.

“Se necesita este encuentro que cambia la vida, cambia el modo de ser, cambia el modo de pensar, cambia la relación que tienes con los hermanos, cambia tu disposición para acoger y perdonar, las elecciones que haces en la vida, todo cambia”, ha proseguido. No basta, ha subrayado, conocer la doctrina, sino que es necesario ese encuentro, 

A continuación, Francisco citó al teólogo y pastor luterano Bonhoeffer, víctima del nazismo, quien escribió que el problema que no me deja nunca tranquilo es el de saber qué es realmente para nosotros hoy el cristianismo, o quién es Cristo. Desafortunadamente, muchos ya no se hacen esta pregunta, y se quedan tranquilos, dormidos, incluso lejos de Dios. 

Es importante, en cambio, preguntarnos. ha concluido el Papa: ¿Me pregunto quién es Jesús para mí y qué lugar ocupa en mi vida? ¿Dejo que el encuentro con Él transforme mi vida? Que nos ayude en esto nuestra Madre María,que dejó a Dios que trastocara sus planes, que siguió a Jesús hasta la Cruz”.

La meditación del Pontífice  ha arrancado del Evangelio de este domingo, de san Marcos, en el que Jesús pregunta a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que soy yo?”. Pedro responde en nombre de todos:”Tú eres Cristo, es decir, tú eres el Mesías”, 

Sin embargo, cuando Jesús comienza a hablar del sufrimiento y de la muerte, el mismo Pedro se opone, y Jesús le increpa duramente. Mirando la actitud del apóstol Pedro, podemos preguntarnos qué significa realmente conocer a Jesús”, ha señalado el Papa.

Vietnam, Myanmar, nuevo beato en México, enfermos de ELA…

Tras el rezo del Ángelus, el Papa ha rezado por las víctimas de las inundaciones en Vietnam y Myanmar, y ha pedido un aplauso para el mexicano Moisés Lira, sacerdote de los Misioneros del Espíritu Santo y fundador de la Congregación de las Misioneras de la Caridad de María Inmaculada, beatificado por el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, en la Basílica de la Virgen de Guadalupe en Ciudad de México.

También ha pedido el Papa por los enfermos de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), cuya jornada se celebra hoy en Italia, a los que ha manifestado su cercanía, y que no se olviden  “las guerras que ensangrientan el mundo”. 

Francisco ha rogado por la martirizada Ucrania, Myanmar, Oriente Medio, y se corazón se ha detenido en “las mamás que han perdido a sus hijos en la guerra”, pidiendo por las personas secuestradas, que se libere a los rehenes, y se encuentren “soluciones de paz”.

El autorFrancisco Otamendi

La foto de Jesús

¿Para qué puede servirnos, por tanto, una imagen más o menos fidedigna de un Jesús llagado en nuestra vida de fe? Pues solo en tanto en cuanto seamos capaces de ver en esa herida, en esa gota de sangre, en esa magulladura, su mensaje de amor personal sin límites.

15 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

En las últimas semanas se ha hecho viral una fotografía de Jesús creada con inteligencia artificial basándose en la imagen impresa en la sábana santa. ¿Es solo una curiosidad morbosa o podemos sacar algo bueno de ella?

En primer lugar, hay que dejar claro que la Iglesia Católica ve en la Síndone de Turín solo una reliquia de gran valor, pero en ningún caso ha afirmado que se trate realmente de la sábana que envolvió el cuerpo del Señor, por muchos indicios a favor que haya.

Y es que, como dijo San Juan Pablo II, «la Iglesia no tiene competencia específica para pronunciarse sobre esas cuestiones», sino que «encomienda a los científicos la tarea de continuar investigando para encontrar respuestas».

En segundo lugar, habría que relativizar la capacidad de la inteligencia artificial para reconstruir rostros, por muy impactantes que puedan ser sus resultados.

No olvidemos que la IA no puede crear de la nada, sino que se basa en lo que ya ha visto. Usa el impresionante caudal de datos que le da internet para «leer» cómo son las cosas y, con esa información de aquí y de allá, replica. Para esta recreación, ayudada por los humanos que la han guiado, habrá estudiado miles de rostros de varones con barba, los ha comparado con las proporciones de los trazos de la Sábana Santa y ha fusionado esos datos en una imagen que es la que vemos.

Así pues, este sería solo uno de los múltiples rostros similares que sería capaz de generar ateniéndose a las proporciones y rasgos estructurales que le fija la imagen original.

En cualquier caso, suponiendo que la imagen de la sábana fuera la de Jesucristo y que la IA fuera capaz de alcanzar un 99% de fidelidad en la recreación; aparte del primer «wow», ¿a mí qué me aporta como cristiano? ¿Alguien cree de verdad que, si Jesús se hubiera encarnado en la actualidad y dispusiéramos, no de una, sino, como es propio de nuestro tiempo, de miles de fotografías y vídeos de Él, su testimonio llegaría más lejos y aumentaría el número de creyentes y seguidores? Permítanme que lo dude.

Fueron muchos miles los que lo conocieron y asistieron a sus milagros, no a través de fotografías y vídeos, sino cara a cara; pero, en el momento culminante de su vida, al pie de la cruz, ¿cuántos lo acompañaron?, ¿cuántos se fiaron de Él?, ¿cuántos, en definitiva, creyeron en Él y en su mensaje? Solo María, Juan y algunas santas mujeres.

¿Dónde estaban los que durante años de discipulado lo habían seguido por aquellos caminos?, ¿dónde los que habían compartido con él enseñanzas, amistad y afecto? Incluso a Pedro y Santiago que, además, habían asistido junto con Juan a su transfiguración gloriosa no les sirvió aquello que habían visto con sus propios ojos para creer. ¿Qué les faltaba para dar el salto a la fe?

Benedicto XVI nos ofrece una clave explicando el pasaje evangélico en el que el apóstol Tomás, que no estaba en la asamblea cuando el Resucitado se apareció en medio de ellos, afirmó aquello de: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré». «En el fondo, –dice el Papa alemán– estas palabras ponen de manifiesto la convicción de que a Jesús ya no se le debe reconocer por el rostro, sino más bien por las llagas. Tomás considera que los signos distintivos de la identidad de Jesús son ahora sobre todo las llagas, en las que se revela hasta qué punto nos ha amado».

¿Para qué puede servirnos, por tanto, una imagen más o menos fidedigna de un Jesús llagado en nuestra vida de fe? Pues solo en tanto en cuanto seamos capaces de ver en esa herida, en esa gota de sangre, en esa magulladura, su mensaje de amor personal sin límites.

En estos días en que celebramos la Exaltación de la Santa Cruz y la Virgen de los Dolores conviene recordar que sólo quien es capaz de descubrir el misterio que encierra la cruz puede pasar de conocer a Jesús (el de la foto) a reconocerlo, como lo reconoció aquel centurión que, al ver cómo había expirado, proclamó: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios».

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Mundo

Sínodo de la Iglesia en Italia: comunidades más transparentes al Evangelio

La Iglesia italiana desarrolla estos meses su Camino Sinodal Italiano que servirán de orientación para la primera Asamblea Sinodal Italiana.

Giovanni Tridente·15 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

Coincidiendo con la marcha del Sínodo universal -cuya segunda y última sesión se abrirá el próximo 2 de octubre y concluirá el domingo 27-, las diócesis italianas están viviendo también su particular “camino sinodal” nacional, que obviamente no ha tenido el mismo eco que lo que está sucediendo en Alemania, pero que responde a la necesidad actual de hacer que el Pueblo de Dios se implique cada vez más en la vida de la Iglesia.

Tres fases

Articulada en tres fases -Narrativa, Sabiduría y Profética- la experiencia promovida por la Conferencia Episcopal Italiana se había abierto en octubre de 2021 relanzando las propuestas de “escuchar y recoger la vida de las personas, de las comunidades y de los territorios”, ya planteadas a nivel universal por el Sínodo de los Obispos. Al año siguiente, en 2022, se identificaron una serie de “prioridades” validadas por la Asamblea General de la Conferencia Episcopal. 

Siguió lo que se llamó la “fase sapiencial”, que convocó a todas las diócesis italianas a reflexionar sobre cinco macrocuestiones, surgidas de la fase de escucha del bienio anterior: la misión según el estilo de proximidad; el lenguaje y la comunicación; la formación a la fe y a la vida; la sinodalidad permanente y la corresponsabilidad; y, por último, el cambio de estructuras.

Necesidades emergentes

Las orientaciones de esta fase destacaban la necesidad de “abrir vías para que todos tengan un lugar en la Iglesia, independientemente de su condición socioeconómica, origen, estatuto jurídico, orientación sexual”. Además, ese documento subrayaba la necesidad de “repensar la formación inicial de los sacerdotes, superando el modelo de separación de la comunidad y favoreciendo modos de formación común entre laicos, religiosos y sacerdotes”. 

Igual atención debe prestarse -se lee en el texto- al “reconocimiento real del significado y del papel de la mujer dentro de la Iglesia, ya preponderante de hecho, pero a menudo inmersa en esa oficialidad que no permite una verdadera valoración de su dignidad ministerial”.

Hacia la Asamblea sinodal italiana

En estos meses, por tanto, se abre la última fase del Camino Sinodal Italiano, que se anticipará con la presentación de los llamados “Lineamenti” que el Comité Nacional presentará al Consejo Episcopal Permanente y que servirán de orientación para la primera Asamblea Sinodal Italiana, prevista en Roma del 15 al 17 de noviembre.

El borrador del texto subraya la necesidad de “encontrar los instrumentos para hacer realidad el sueño de una Iglesia misionera y, por tanto, más acogedora, abierta, ágil, capaz de caminar con la gente, humilde”, según ha comunicado en los últimos días el propio Comité Nacional. 

Cuidado con el narcisismo de autor

Por su parte, el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, el cardenal Matteo Maria Zuppi, al comentar el trabajo realizado – “hermoso e importante”- animó a mirar “con valentía al futuro de la Iglesia y del mundo para anunciar la presencia del Señor que hace plena la vida de las personas”, entendiendo que hay que tener cuidado con “el narcisismo de autor, que es enemigo de la sinodalidad porque enfrenta a unos con otros, quiere poner a unos por encima de otros y humilla la comunión, premisa y fruto de la sinodalidad”.

Los temas que caracterizan esta vez el texto de los “Lineamenti” son la formación, la corresponsabilidad, el lenguaje, la comunicación y la cultura, y sirven para “centrar la atención en algunos mecanismos que están lastrados u oxidados en la Iglesia para desbloquearla”, explicó el arzobispo Erio Castellucci, que preside el Comité Nacional del Camino Sinodal. Al fin y al cabo, “la cuestión no es qué debe cambiar en el mundo, sino qué debe cambiar en nosotros para que las comunidades sean más transparentes al Evangelio”.

Recursos

El sacramento del perdón. Una experiencia de libertad

Cuando voy a confesarme el protagonista no es mi pecado, ni mi arrepentimiento, ni mis disposiciones interiores –todo ello necesario–, sino el amor misericordioso de Dios, ha explicado el Papa Francisco en una parroquia romana el 8 de marzo. Cada sacramento es un encuentro real con Jesús vivo. El perdón es una experiencia de libertad, mientras el pecado es una experiencia de esclavitud.

Fernando del Moral Acha·15 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 7 minutos

Nadie puede perdonar si antes no ha sido perdonado, si no ha experimentado el perdón de verdad. Perdonar es una modalidad de querer, quizás me atrevo a decir que de las más perfectas. Decirle a alguien “yo te perdono”, es decirle “yo te quiero como eres, reconozco en ti algo que transciende tus hechos, tus limitaciones, tus errores”.

Pero el perdón tiene una doble vertiente: en primer lugar, es un don, no sale de nosotros mismos, no es resultado exclusivo de nuestra voluntad o nuestra determinación; pero, en segundo lugar, también se puede aprender a perdonar. Hay una serie de actitudes internas y externas que nos facilitan la acogida de ese don.

La oración colecta de la Misa del Domingo XXVII del Tiempo Ordinario recoge una provocadora afirmación: “Oh Dios, que manifiestas especialmente tu poder con el perdón y la misericordia, derrama incesantemente sobre nosotros tu gracia, para que, deseando lo que nos prometes, consigamos los bienes del cielo”. 

Aunque esta formulación puede sorprendernos inicialmente, hay que afirmar que la mayor manifestación del poder de Dios no es solo la creación o los milagros físicos narrados en el Evangelio y constatados hoy, por ejemplo, en los procesos de beatificación y canonización (detrás de cada santo que conocemos se esconden dos milagros confirmados), sino que se manifiesta “especialmente” al perdonarnos.

Con qué fuerza lo expresa san Josemaría Escrivá, que se pasmaba ante esta consideración: “Un Dios que nos saca de la nada, que crea, es algo imponente. Y un Dios que se deja coser con hierros al madero de la cruz, por redimirnos, es todo Amor. Pero un Dios que perdona, es padre y madre cien veces, mil veces, infinitas veces”.

Dios también pronuncia sobre nosotros una palabra de perdón, y la Palabra de Dios se hace carne: “Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret” (Misericordiae Vultus, 1).

Sed de amor

Dios lo tenía todo pensado. A través de los sacramentos permanece en la Iglesia la fuerza del misterio pascual de Cristo. Ese rostro de la misericordia del Padre sigue vivo y operante. ¡Dios me perdona hoy! Y me enseña a perdonar. Cuando en cierta ocasión le echaron en cara a san Leopoldo Mandic –santo confesor capuchino– que perdonaba a todo el mundo, señaló un crucifijo y respondió: “¡Él nos ha dado el ejemplo!” (…) Y abriendo los brazos añadió: “Y si el Señor me reprochase mi demasiada largueza le podría decir: “Señor, este mal ejemplo me lo habéis dado vos, muriendo en la cruz por las almas, impulsado por vuestra divina caridad”. El sentido de humor de los santos esconde una profunda verdad.

El hombre de hoy –que es el hombre de siempre– experimenta, con frecuencia, una profunda ruptura, abundantes fracasos, angustia, desorientación. Con razón afirmaba Benedicto XVI que “en el corazón de todo hombre, mendigo de amor, hay sed de amor. En su primera encíclica, “Redemptor hominis”, mi amado predecesor (san) Juan Pablo II escribió: “El hombre no puede vivir sin amor. Permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no participa en él plenamente” (n. 10). 

El cristiano, de modo especial, no puede vivir sin amor. Más aún, si no encuentra el amor verdadero, ni siquiera puede llamarse cristiano, porque, como puso de relieve en la encíclica «Deus caritas est», “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (n.1.).  (Homilía durante una liturgia penitencial. 29 de marzo de 2007).

Reconocernos pecadores

Cada sacramento es un encuentro real con Jesús Vivo. Cuando voy a confesarme el protagonista no es mi pecado, ni mi arrepentimiento, ni mis disposiciones interiores –todo ello necesario– sino el amor misericordioso de Dios. Recientemente lo explicaba el Papa Francisco en una parroquia romana diciendo que la confesión “no es una práctica de devoción, sino el fundamento de la existencia cristiana. No se trata de saber expresar bien nuestros pecados sino de reconocernos pecadores y arrojarnos en los brazos de Jesús crucificado para ser liberados” (Papa Francisco, Homilía en la celebración de la Reconciliación, 24 horas para el Señor, 8 de marzo de 2024). 

El Papa señala algo que es importante: el perdón es una experiencia de libertad, mientras que el pecado, la culpa es una experiencia de esclavitud, como aparece reiteradamente señalado en la Sagrada Escritura. Y con esa experiencia de libertad viene la paz, el gozo interior y la alegría.

El Catecismo de la Iglesia católica (n. 1423-1424) nos enseña que este sacramento puede recibir distintos nombres: “de conversión”, “de la penitencia”, “de la confesión”, “del perdón” y “de la reconciliación”. Ninguno de los términos agota toda su riqueza, sino que nos lo muestra como un diamante poliédrico que puede ser contemplado en sus distintas caras.

Sacramento de conversión

Es el punto inicial: reconocer que todos necesitamos convertirnos, que es lo mismo que decir que todos somos imperfectos. Pero la conversión no debe brotar de la contemplación de mi yo herido porque no soy perfecto, sino de la contemplación asombrosa de un Amor que me envuelve y al que quiero corresponder. “¡El Amor no es amado!”, gritaba el joven Francisco por las callejuelas de su Asís natal. El punto de partida de la conversión debe ser la conciencia de mi pecado, como en la medicina el punto de partida del tratamiento es el diagnóstico.

Es precisamente en esa imperfección, donde nos está esperando Dios que siempre nos da una segunda oportunidad. Siempre es tiempo de recomenzar, como se desprende de unas palabras del Venerable siervo de Dios Tomás Morales, SJ: “No cansarse nunca, de estar empezando siempre”. Estas palabras nos recuerdan la repetición insistente del Papa Francisco, ya desde los primeros días de su pontificado: “Dios no se cansa de perdonar, no nos cansemos nosotros de pedir perdón”.

Sacramento de Penitencia

La conversión de la que antes se hablaba no es cuestión de un instante, sino que implica un proceso, un camino que recorrer. Aún en los casos en que el inicio fue una acción directa y “tumbativa de Dios” (pensemos en san Pablo, san Agustín, san Juan de Dios, san Camilo de Lelis o los grandes conversos del siglo XX), se comprueba que después tuvieron que proseguir ese camino diario de vivir cara a Dios. Él cuenta con el tiempo, es paciente y sabe esperar, nos acompaña. Como tal proceso, la conversión es algo vivo, no lineal, con altibajos.

Para muchos cristianos la experiencia de la conversión puede resultar frustrante por no contar precisamente con el tiempo. En una cultura de lo inmediato es fácil sucumbir a la impaciencia o la desesperanza y quererlo todo para ahora. Pensemos en los cuarenta años de Israel por el desierto… Dios no tiene prisa.

Sacramento de la confesión 

Verbalizar nuestros pecados. Pasar de la idea a la palabra. San Juan Pablo II en la Exhortación apostólica sobre este sacramento, afirma que “reconocer el propio pecado, es más, —yendo aún más a fondo en la consideración de la propia personalidad— reconocerse pecador, capaz de pecado e inclinado al pecado, es el principio indispensable para volver a Dios (…). En realidad, reconciliarse con Dios presupone e incluye desasirse con lucidez y determinación del pecado en el que se ha caído. Presupone e incluye, por consiguiente, hacer penitencia en el sentido más completo del término: arrepentirse, mostrar arrepentimiento, tomar la actitud concreta de arrepentido, que es la de quien se pone en el camino del retorno al Padre. Esta es una ley general que cada cual ha de seguir en la situación particular en que se halla. En efecto, no puede tratarse sobre el pecado y la conversión solamente en términos abstractos”. (Reconciliatio et paenitentia, 13).

El examen de conciencia hecho desde la base del amor –y no desde una concepción legalista del pecado– nos ayuda a identificar, a concretar. No quedarnos solo en lo “que he hecho” o “no he hecho” sino ir a la raíz. Para matar un árbol no basta cortar las ramas sino que hay que acabar con la raíz.

Del perdón y la reconciliación

Es impresionante escuchar (en el caso del sacerdote, pronunciar) esas palabras que, si podemos, las recibimos de rodillas: “yo te absuelvo de tus pecados…”. En ese momento se corta la soga que nos tenía sujetos; Dios se acerca y nos abraza. 

Así lo explicaba el Papa Francisco hace unos años: “Celebrar el sacramento de la Reconciliación significa ser envueltos en un abrazo caluroso: es el abrazo de la infinita misericordia del Padre. Recordemos la hermosa, hermosa parábola del hijo que se marchó de su casa con el dinero de la herencia; gastó todo el dinero, y luego, cuando ya no tenía nada, decidió volver a casa, no como hijo, sino como siervo. Tenía tanta culpa y tanta vergüenza en su corazón. La sorpresa fue que cuando comenzó a hablar, a pedir perdón, el padre no le dejó hablar, le abrazó, le besó e hizo fiesta. Pero yo os digo: cada vez que nos confesamos, Dios nos abraza, Dios hace fiesta”. (Audiencia general, 19 de febrero de 2014).

Nexo entre Penitencia y Eucarístía

¿Y quién no quiere ser abrazado? ¿Quién no quiere ser injertado de nuevo en una relación de amor? Dios siempre nos espera con los brazos y el Corazón abiertos. Por eso también algunos autores han llamado a este sacramento “el de la alegría”. Es esta una virtud que aparece en todos los personajes de las parábolas de Lucas, excepto en el hermano mayor de la parábola del hijo pródigo; algo que debería hacernos reflexionar.

Este recorrido reafirma la necesidad de volver a colocar el sacramento de la penitencia en el centro de la pastoral ordinaria de la Iglesia. No olvidemos el nexo intrínseco entre el sacramento de la penitencia y el de la Eucaristía, corazón de la vida de la Iglesia, que aunque no es objeto de este artículo resulta imprescindible mencionarlo.

Nueva evangelización y santidad

De ahí que el Papa Benedicto XVI se preguntase: “¿En qué sentido la Confesión sacramental es “camino” para la nueva evangelización? Ante todo, porque la nueva evangelización saca linfa vital de la santidad de los hijos de la Iglesia, del camino cotidiano de conversión personal y comunitaria para conformarse cada vez más profundamente a Cristo. Y existe un vínculo estrecho entre santidad y sacramento de la Reconciliación, testimoniado por todos los santos de la historia. La conversión real del corazón, que es abrirse a la acción transformadora y renovadora de Dios, es el “motor” de toda reforma y se traduce en una verdadera fuerza evangelizadora”.

A continuación, el mismo Papa señalaba: “En la Confesión el pecador arrepentido, por la acción gratuita de la misericordia divina, es justificado, perdonado y santificado; abandona el hombre viejo para revestirse del hombre nuevo. Sólo quien se ha dejado renovar profundamente por la gracia divina puede llevar en sí mismo, y por lo tanto anunciar, la novedad del Evangelio. (San) Juan Pablo II, en la carta apostólica «Novo millennio ineunte», afirmaba: “Deseo pedir, además, una renovada valentía pastoral para que la pedagogía cotidiana de la comunidad cristiana sepa proponer de manera convincente y eficaz la práctica del sacramento de la Reconciliación” (n. 37).

“Quiero subrayar este llamamiento”, añadía, “sabiendo que la nueva evangelización debe dar a conocer al hombre de nuestro tiempo el rostro de Cristo como ‘mysterium pietatis’, en el que Dios nos muestra su corazón misericordioso y nos reconcilia plenamente consigo. Este es el rostro de Cristo que es preciso hacer que descubran también a través del sacramento de la Penitencia” (Benedicto XVI. Discurso a los participantes en el curso de la Penitenciaría Apostólica sobre el fuero interno, 9 de marzo de 2012).

Creo que, aunque de manera somera, se ha podido demostrar que el sacramento de la penitencia tiene también un valor pedagógico. Se inserta en un camino de santidad, fin último de la vida de cada uno de nosotros.

Por eso debemos compartir con otros nuestra experiencia. “La palabra del perdón pueda llegar a todos y la llamada a experimentar la misericordia no deje a ninguno indiferente” (Misericordiae Vultus, 19). También nosotros desde el perdón recibido nos convertimos en instrumentos de perdón.

El autorFernando del Moral Acha

Vicario parroquial Santa María de Caná. Adjunto a dirección Oficina Causas de los Santos (CEE).

América Latina

Mons. Jaime Spengler: El CELAM, la Sinodalidad y los retos para América Latina

Durante el Congreso Eucarístico Internacional 2024 en Quito, Ecuador, Mons. Jaime Spengler, presidente de la  Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) y del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), compartió su visión sobre el papel del CELAM y su misión de comunión en el continente.

Juan Carlos Vasconez·14 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

Mons. Spengler describió el trabajo del CELAM como fundamental para coordinar y promover la comunión entre las diversas conferencias episcopales de América Latina y el Caribe, con el objetivo de ayudar a las iglesias locales a través de asesoría en formación, investigación y comunicación.

El CELAM, con sede en Bogotá, actúa como un puente entre las iglesias locales y la Iglesia universal, ofreciendo apoyo en áreas clave: Comunicación, Gestión del conocimiento, Formación y Redes de Acción.

El Centro de Programas y Redes de Acción Pastoral se encarga de los servicios relacionados con ministerialidad, discipulado misionero y otras pastorales específicas, que se integran al área de Iglesia sinodal en salida.

Mientras que el Centro para la Formación Cebitepal, capacita a clérigos, religiosos y laicos, y centros dedicados a la investigación y la comunicación, que buscan articular los desafíos sociales, económicos y pastorales que enfrenta el continente.

El papel del CELAM en la sinodalidad

En un momento clave para la Iglesia mundial, marcada por el proceso sinodal impulsado por el Papa Francisco, Mons. Spengler profundizó en los tres niveles de este proceso, que considera esenciales para la Iglesia latinoamericana:

1. El Pueblo de Dios

«La sinodalidad parte de una premisa esencial: escuchar a todos», explicó Mons. Spengler. El proceso sinodal comienza con la escucha activa de las comunidades, de todos los bautizados, de aquellos que, en su vida cotidiana, buscan vivir la fe y construir comunidades más sólidas.

Para el CELAM, este primer paso es crucial, pues las voces de los fieles representan una riqueza de experiencias que reflejan los desafíos, las alegrías y las esperanzas de la Iglesia en América Latina. El CELAM facilita esta escucha mediante sus centros de estudio, que permiten recoger las realidades pastorales y sociales del continente.

2. Los Obispos

El siguiente nivel del proceso sinodal es el trabajo de discernimiento por parte de los obispos. «Después de escuchar a todos, corresponde a algunos discernir y articular lo que el Espíritu Santo está diciendo a la Iglesia», señaló Mons. Spengler.

El CELAM juega un papel esencial en coordinar a las conferencias episcopales, ayudándolas a interpretar y responder a los desafíos que enfrentan sus respectivas regiones. Mons. Spengler subrayó la importancia de la comunión episcopal, donde los obispos, en colegialidad, no solo escuchan a sus comunidades, sino que también se apoyan mutuamente en la búsqueda de soluciones pastorales.

3. El Papa

Finalmente, «este proceso llega a Pedro», destacó Mons. Spengler. El Santo Padre, como cabeza de la Iglesia universal, es quien tiene la misión única de guiar a toda la Iglesia hacia la verdad y la unidad. Mons. Spengler explicó que el CELAM, al facilitar este proceso sinodal en América Latina, ayuda a que las voces del continente lleguen a Roma de manera articulada y coherente.

«El Papa nos indica el camino según el Evangelio, y nosotros como pastores debemos acompañar a nuestras comunidades en este proceso de discernimiento», agregó.

Los retos actuales del CELAM

Mons. Spengler también abordó los desafíos a los que se enfrenta el CELAM en los próximos años. Uno de los mayores retos es consolidar la reciente reestructuración interna del organismo, realizada a pedido del Papa Francisco, con el objetivo de hacerlo más eficiente y cercano a las realidades locales. “El CELAM ha pasado por una gran reestructuración, y nuestra misión es asegurar que este cambio fortalezca la comunión y el servicio entre las iglesias del continente”, explicó.

Crisis política y social en el continente

Mons. Spengler también se refirió a los desafíos externos que enfrenta la Iglesia en América Latina, especialmente las crisis políticas, económicas y sociales. “Hoy, en América Latina, como en muchas partes del mundo, vivimos una crisis de las democracias. La polarización política y la desigualdad económica afectan profundamente la vida de nuestras comunidades», señaló.

Para Mons. Spengler, la sinodalidad y la comunión dentro de la Iglesia son un modelo que puede inspirar soluciones en un continente que necesita urgentemente reconciliación y fraternidad.

La formación y la evangelización

Otro reto importante es el fortalecimiento de la formación y la evangelización en un contexto cultural cambiante. El Cebitepal, como centro de formación, busca no solo educar a clérigos y laicos en la doctrina, sino también capacitarles para ser testigos efectivos en sus comunidades.

«Queremos formar pastores que puedan enfrentar los desafíos de un mundo globalizado y fragmentado», enfatizó Mons. Spengler. Además, se refirió a la necesidad de una evangelización más profunda y creativa, que responda a los problemas contemporáneos desde la fe, pero también desde una comprensión profunda de la realidad social.

Mons. Spengler (drcha,), presidente del CELAM con Juan C. Vasconez, corresponsal de Omnes

Fortalecer el testimonio de comunión

Por último, Mons. Spengler expresó su deseo de que la comunión dentro de la Iglesia sea un testimonio que trascienda los muros eclesiales y alcance a toda la sociedad.

«El testimonio de la comunión entre nosotros puede ser un faro de esperanza para un mundo que sufre divisiones», afirmó. Para él, la sinodalidad no es solo un ejercicio interno de la Iglesia, sino también una herramienta para promover la paz y la fraternidad en un continente que enfrenta crisis profundas.

Recursos

Rezar con el Salmo 23

El libro de los salmos es un libro de oraciones; Benedicto XVI lo llamaba “el libro de oración por excelencia” pues comporta un encuentro entre Dios y el hombre. Consiste en una colección de 150 poemas donde muchos de ellos han sido atribuidos al rey David, como es el caso del salmo 23, que será objeto de nuestra reflexión.

Santiago Populín Such·14 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

El Catecismo de la Iglesia Católica, en su número 2588, afirma que cada salmo «es de una sobriedad tal que verdaderamente pueden orar con él los hombres de toda condición y de todo tiempo».

En ellos podemos ver muchas situaciones comunes a todos los hombres, tales como: el sufrimiento, la alegría, la familia, la amistad, el trabajo, etc.; y nos enseñan que todo ello lo podemos convertir en motivo de oración.

En concreto, el salmo 23, según la datación grecolatina, es uno de los salmos más comentados y rezados tanto por la tradición judía como por la cristiana. Se trata de un salmo de acción de gracias; un poema que refleja muy bien la actitud religiosa del hombre que reconoce a Dios, su accionar en la propia vida, recalcando la confianza en Él.

Comentarios al salmo 23 (22) que pueden ayudar a la meditación

1)  El Señor es mi pastor –primera imagen

El salmista llama a Dios su pastor. «La imagen remite a un clima de confianza, intimidad y ternura: el pastor conoce una a una a sus ovejas, las llama por su nombre y ellas lo siguen porque lo reconocen y se fían de él (cfr. Jn 10, 2-4). Él las cuida, las custodia como bienes preciosos, dispuesto a defenderlas, a garantizarles bienestar, a permitirles vivir en tranquilidad. Nada puede faltar si el pastor está con ellas» (Benedicto XVI, Audiencia general, 5 de octubre de 2011).

2)  Nada me falta

En Israel, como en casi todo el Medio Oriente, no abundan ni el agua ni los pastizales. Pero en la presencia del Señor –el buen Pastor–, nada falta. Sabe dónde encontrar comida y bebida, ya que su prioridad es su rebaño.

3)  En verdes prados me hace reposar

En el Cantar de los Cantares 1,7 leemos: “Dime dónde apacientas el rebaño, dónde lo llevas a descansar al mediodía”. Pues el buen Pastor lleva a sus ovejas a conseguir abundantes pastos, siendo también un lugar muy confortable para reposar.

4)  Hacia aguas tranquilas me guía

Se trata de fuentes de agua tranquilas, pero no sólo para beber y refrescarse, sino también para limpiarse. A lo largo de la Biblia encontramos muchas veces el símbolo de la sed para hablar del deseo de Dios. Por ejemplo, en el Salmo 42, 2-3: “Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío. Mi alma tiene sed de Dios”.

5)  Reconforta mi alma

Luego del cansancio de la jornada, su cuidado nos reconforta. En este sentido el salmo 27 presenta una idea similar: “El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es mi fuerza y mi energía, ¿quién me hará temblar? Aunque los malvados se levanten contra mí… Él me recogerá en su tienda… Aunque mi padre y mi madre me abandonen, Él me acogerá”.

6)  Me conduce por sendas rectas por honor de su nombre

    Aunque camine por valles oscuros, no temo ningún mal

«También nosotros, como el salmista, si caminamos detrás del Pastor bueno, aunque los caminos de nuestra vida resulten difíciles, tortuosos o largos, con frecuencia incluso por zonas espiritualmente desérticas, sin agua y con un sol de racionalismo ardiente, bajo la guía del pastor bueno, Cristo, debemos estar seguros de ir por los senderos justos, y que el Señor nos guía, está siempre cerca de nosotros y no nos faltará nada». (Benedicto XVI, Audiencia general, 5 de octubre de 2011).

7)  Porque Tú estás conmigo

Llegamos aquí a una parte central del salmo. El motivo por el cual uno se siente seguro, sin miedo, incluso al atravesar la oscuridad de la vida, es la siguiente afirmación: “Tú estás conmigo”, esto es lo más importante. También el Salmo 118 afirma la misma idea: “Si el Señor está conmigo, no tengo miedo. ¿Qué podrá hacerme el hombre?”. Dice Benedicto XVI: «la cercanía de Dios transforma la realidad, el valle oscuro pierde toda peligrosidad, se vacía de toda amenaza». (Cfr. Benedicto XVI, Audiencia general, 5 de octubre de 2011).

8)  Tu vara y tu cayado me sosiegan

David era rey y pastor. Seguramente el cayado y el bastón hacen referencia a Dios Salvador, liberador, guía del pueblo, en referencia a la salida de Egipto.

9)  Preparas una mesa para mí frente a mis adversarios –segunda imagen

Entramos ahora a la tienda del pastor. «La visión es coherente y engendra unos cuantos símbolos arquetípicos: hospitalidad, banquete con comida y bebida, hogar». Se presenta al Señor como huésped divino. «Se trata de un gesto de compartir no sólo el alimento sino también la vida, en un ofrecimiento de comunión y de amistad que crea vínculos y expresa solidaridad» (Cfr. Alonso Schokel, L. y Carniti, Salmos I, traducciones, interpretaciones y comentarios; Benedicto XVI, Audiencia general, 5 de octubre de 2011).

 10) Unges con óleo mi cabeza

En aquella época ungir a un visitante –que llegaba cansado de toda una jornada agotadora– era una gran manifestación de cariño y aprecio. El aceite con esencias perfumadas da frescor y alivia la piel. El Nuevo Testamento (cfr. Mateo 26) nos muestra que en Betania, en casa de Simón el leproso, una mujer tuvo un gesto muy apreciado por el Señor: le derramó un frasco de alabastro con perfumes. ¡Cuánto valoró este gesto el Señor!

11) Y mi copa rebosa

¿Qué entraña esta figura? Dice Benedicto XVI: «El cáliz rebosante añade una nota de fiesta, con su vino exquisito, compartido con generosidad sobreabundante. Alimento, aceite, vino: son los dones que dan vida y alegría porque van más allá de lo que es estrictamente necesario y expresan la gratuidad y la abundancia del amor» (Benedicto XVI, Audiencia general, 5 de octubre de 2011).

12) Tu bondad y misericordia me acompañan

Todos los días de mi vida

Y habitaré en la Casa del Señor por dilatados días

«La bondad y la fidelidad de Dios son la escolta que acompaña al salmista que sale de la tienda y se pone nuevamente en camino. Pero es un camino que adquiere un nuevo sentido, y se convierte en peregrinación hacia el templo del Señor, el lugar santo donde el orante quiere “habitar” para siempre y al cual quiere regresar» (Benedicto XVI, Audiencia general, 5 de octubre de 2011).

A modo de concluir estos comentarios, es importante destacar que salmo 23 adquiere su pleno significado después de que Jesús dijera: “Yo soy el buen pastor” (Jn 10,11.14). Con Él, que ya nos ha preparado la mesa de la Eucaristía, y bajo su guía, esperamos llegar a las verdes praderas de su Reino, a la felicidad plena. (Cfr. Comentario de la Sagrada Biblia, EUNSA, Facultad de Teología, Universidad de Navarra).

Algunos consejos para rezar con el salmo 23

Primero, leerlo con calma. Segundo, leer los comentarios que suelen tener las biblias sobre el texto en concreto, para así tener una correcta interpretación y un buen complemento para la oración. Tercero, meditarlo; puede ayudarte responder las siguientes preguntas en diálogo con Dios:

  • ¿Qué te llama la atención del texto? ¿Cómo te interpela? ¿Qué te dice?
  • ¿Te lleva a notar la presencia de Dios a tu lado, a abandonarte en él, a ser más agradecido?
  • ¿Cómo afrontas tus dificultades, penas, dolores y preocupaciones? ¿Cómo te gustaría reaccionar ante ellas?

Oración de santa Teresa de Ávila

“Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene, nada le falta, sólo Dios basta”.

Tanto el salmo 23 (22) como la oración de santa Teresa nos invitan a descansar en la provisión y protección de Dios. Él es nuestra guía segura, está siempre con nosotros. Dios es puro amor, nos ama incondicionalmente y está siempre dispuesto a perdonarnos y restaurarnos.

Ambos, son un recordatorio poderoso de la fidelidad y el amor inagotable de Dios hacia nosotros, y nos invitan a confiar plenamente en su cuidado y provisión en todas las circunstancias de la vida.

Un propósito                        

Después de meditar el salmo 23 (22), puedes preguntarte ¿qué propósito me gustaría hacer con Dios, con mi familia, con mis amistades, con mi comunidad, etc.? Uno de ellos podría ser pedir y mantener la paz, que será fruto de abandonarse en Dios, especialmente en los momentos de dificultad que surjan a lo largo del día. También, transmitir esa paz a los demás; como decía la Madre Teresa de Calcuta: “Que nadie se acerque jamás a ti sin que al irse se sienta un poco mejor y más feliz”.                                         

El autorSantiago Populín Such

Bachiller en Teología por la Universidad de Navarra. Licenciado en Teología Espiritual por la Universidad de la Santa Cruz, Roma.

La gran escuela del sufrimiento

Nos cuesta aceptar que el sufrimiento es parte del tejido de la vida, y que ningún ser humano está exento, ni siquiera el más noble y bueno.

14 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 6 minutos

¿Por qué sufren los buenos y los inocentes? ¿Por qué la tragedia, los terremotos, las inundaciones, los incendios, las tormentas, la pandemia, o cualquier sufrimiento global tiene tan mala puntería? ¿Por qué no selecciona mejor a sus víctimas para golpear a quienes verdaderamente “se lo merecen” o se lo buscaron?

¡Qué extraña convivencia entre la justicia y la injusticia, entre presas y depredadores, entre fuerzas poderosas y víctimas frágiles! Pero también, que extraña presencia la de los inertes, inapetentes, indiferentes, apáticos y callados quienes ven los desfiles de dolor delante de ellos y se esconden o excusan en vez de ayudar a transformar esas tristes realidades. 

No nos gusta hablar del dolor humano pero no lo podremos evitar. Le tememos, le huimos, luchamos supuestamente por evitarlo o atenuarlo. Solo en Estados Unidos gastamos casi 18 mil millones de dólares al año en analgésicos y medicinas para el dolor, y otros 18 mil millones en antidepresivos a nivel mundial. Nos produce desolación, crisis existencial, sentido de injusticia, amargura, rebeldía, resentimiento, y hasta nos peleamos con Dios y con la vida por hacernos el blanco de lo “inmerecido”. Por eso entablamos una guerra fría contra él. 

Nos cuesta aceptar que el sufrimiento es parte del tejido de la vida, y que ningún ser humano está exento ni siquiera el más noble y bueno. Toda la naturaleza lo experimenta, y forma parte de las luchas diarias por la supervivencia. El primer lenguaje de un recién nacido es el llanto, y es también la más reconocida expresión en las despedidas. Como dice Eclesiastés 3, “hay un día para llorar y un día para reír”. En otras palabras, por cada día de alegría, esperemos un día de dolor. 

¡Cuán diferente sería aprender a convivir sobria y sabiamente con el sufrimiento, sin necesariamente abandonar esfuerzos legítimos para eventualmente erradicarlo! Como dice Santiago 1, 2-4: “Hermanos, considérense afortunados cuando les toca soportar toda clase de pruebas. Estas pruebas desarrollan la capacidad de soportar, y la capacidad de soportar debe llegar a ser perfecta, si queremos ser perfectos, completos, sin que nos falte nada”.

El sufrimiento tiene su programa, su propósito y finalidad. En realidad debemos entender que aunque todos hemos sufrido por razones diferentes, hay solo dos tipos de sufrimientos: el que destruye y el que edifica. En 2 Corintios 7, 10 san Pablo, el gran teólogo del sufrimiento, nos dice: “La tristeza que viene de Dios lleva al arrepentimiento y realiza una obra de salvación que no se perderá. Por el contrario, la tristeza que inspira el mundo provoca muerte”.

En las enseñanzas de san Pablo, él consistentemente exhorta a vivir el sufrimiento que edifica al encontrar misteriosos beneficios. Entre ellos, su don de espiritualizar la vida y de experimentar el consuelo de Dios. Las pruebas nos obligan a salir de las superficialidades para profundizar introspectivamente. El sufrimiento humano es el gran purificador de conciencias e intenciones, y es el ámbito donde se prueba el amor. Aunque parece que el sufrimiento nos detiene y paraliza, en realidad su mayor propósito es movernos de una realidad inconclusa o imperfecta a otra más significativa. Depende de nosotros si asumimos el reto con valentía y fe hasta encontrar sus propósitos sobrenaturales.

Peor que sufrir sería sufrir en vano

El sufrimiento experimentado por las pruebas o heridas deja marcas o da galardones, pues esa prueba puede servir de trampolín a una vida llena de desgracias, malas decisiones, o desequilibrio emocional, o a una nueva vida reorganizada, mejor priorizada y transformada. 

Cada prueba es un alto en la vida. Ya no podemos continuar viviendo en piloto automático pues ahora el camino seguro ha sido interceptado, y repentinamente se divide en dos caminos inciertos. No hay señales de tráfico específicas ni rótulos claros: nos toca discernir o adivinar. Si escogemos mal, habrá más dolor, pérdidas, desgaste, enfermedad, atadura, o, en casos extremos, deseo de muerte.

Pero si escogemos bien, hacemos inventario de reservas de bienes, de salud, de recursos emocionales y espirituales. Siendo conscientes de esos recursos al alcance, nos reposicionamos, optamos por cambios positivos que nos acercarán a conclusiones victoriosas y bendiciones escondidas. Es este camino el que conduce a los cambios necesarios, a la revitalización y reintroducción a la normalidad, en un empeño activo de minimizar las pérdidas y maximizar ganancias. 

Los tiempos difíciles son tiempos de enfrentar lo impredecible

Ya no podemos seguir inatentos, apáticos, o indiferentes. Ahora sí tenemos que dedicarnos a pulir las viejas virtudes y manifestar nuevos dones adquiridos, porque el esfuerzo es doble cuando a toda actividad hay que añadirle tenacidad, valor,discernimiento, resiliencia, paciencia y perseverancia. La tarea es salvarnos del daño físico y psicológico, y todavía tener las fuerzas y la voluntad para rescatar a otros en nuestra órbita personal.

Se puede aceptar mucho sin tener que comprender todo

Los seres humanos podemos demostrar una capacidad extraordinaria de resiliencia ante las adversidades más crueles. Muchas experiencias de la vida no tienen sentido lógico o explicación razonable en el momento cuando se viven. Por eso no podemos andar siempre con tanta prisa: con calma podremos desglosar, analizar, medir y pesar con más precisión.

Tenemos que aliarnos con el tiempo para permitirle que arme sus conclusiones sin nuestras interrupciones repentinas o precipitadas. Al final de este proceso nos daremos cuenta de que todo iba dirigido hacia un propósito mayor que reclamaba su momento en nuestros calendarios y esquemas, y que quizás no tomará en cuenta preferencias individuales o voluntades que se imponen. 

Después de cada tragedia se inmortalizarán imágenes icónicas que permanecerán cabalgando en nuestra memoria en años venideros. Será difícil olvidarlas. La pregunta es si recordaremos con la misma facilidad las grandes y valiosas enseñanzas que debemos estampar con cada imagen o evento vivido. Enumeremos algunas de las que deben de quedar tatuadas en el alma. 

Podemos aprender

• Que todavía hay mucha gente buena en el mundo. Los buenos no son solamente los santos, los sanos y virtuosos, sino también aquellos que se proponen llevar la delantera a la calamidad que se avecina e invierten sus mejores esfuerzos en ayudarse a sí mismos y a otros aún sin esperar justa recompensa. 

• Que los seres humanos no cambian fácilmente con discursos, exhortaciones, resoluciones, sino con nuevas virtudes que transforman sus paradigmas internos y sus esencias. Es del manantial de virtudes desde donde manan las grandes ideas, los nobles proyectos, y las mejores conductas apoyadas con las más sublimes intenciones. 

• Que las pruebas despiertan nostalgias para empezar a querer más lo que habíamos abandonado, desperdiciado o malgastado por ser ingratos o malos custodios de lo que tomábamos por hecho. 

• Que el encierro físico silencia la algarabía del mundo para que hablen las voces de adentro que tantas veces trataron de advertirnos a tiempo, pero estábamos muy distraídos y ofuscados que no las escuchamos. 

• Que el corazón se oxigena con amor y no hay sustituto. 

• Que pudiéramos vivir con menos dinero, menos diversión, menos odios, menos división, menos guerras, crímenes, egoísmos, violencia; con menos sentido de acaparamiento o merecimiento. 

• Pero no podemos vivir sin más conexiones emocionales, sin más fe, sin más esperanza, sin más resiliencia, propósito en común, colaboración y esfuerzo comunitario.

• Podemos descubrir que los mejores antídotos al sufrimiento son el perdón, la reconciliación, el reenfoque y la redefinición para conseguir ser trasladados de la angustia y de la amargura, a la paz. Y es la paz el puente a la salud emocional y a la felicidad.

• Y sobre todo, podemos llegar a la unánime conclusión que no podemos vivir sin Dios, sin oración, sin nuestras búsquedas y encuentros espirituales. 

Entendemos que nuestra vida antes de la prueba fue mitad sana y mitad locura. Perdimos mucho tiempo tratando de alimentar un corazón insaciable que por ir tras lo superfluo y temporero se olvidó de buscar la soberanía de la verdad. Ahora podremos apreciar que lo más apremiante de la vida es vivir, sobre todo, con calidad de vida, aunque sea unos días más.

Esta es la gran lucha antropológica y psicológica que emprendemos a diario, consciente o inconscientemente. Y así como luchamos por el derecho al último suspiro, ¿por qué no luchar más por el derecho de toda criatura al primer latido? 

Las pruebas no son castigos de Dios, sino confianzas de Dios 

Con el sufrimiento, Dios nos está confiando momentos tajantes porque conoce nuestras reservas, fortalezas y dones que podemos activar en las premuras de la vida. Es una invitación a conocer una nueva definición de milagros: tan milagroso es el amar la vida aún en medio del dolor, que ser liberados de la dolencia. 

Así que mantengamos la calma; es la insignia y carné de identidad de los sanos y de los santos. La quietud puede ser un movimiento anónimo o invisible, pues mientras estamos físicamente quietos, se moviliza todo aquello que siempre quiso manifestarse. Cuántas veces tratamos de esquivar el dolor, pero ¡qué don tan único tiene para transformar viejas identidades y tallar nuevas esencias! ¿Acaso se nos olvida que la naturaleza es madre, que concibe y corrige, a veces con paciencia y dulzura, y otras veces con dureza cuando le respondimos con rebeldía desafiante? 

Tenemos que adquirir el don de asignarles propósitos a todas las experiencias de la vida, para convertirlas en lecciones valiosas o en bendiciones escondidas. 

No desperdiciemos más lágrimas ni sacrificios. Empecemos a consagrarlo todo a los propósitos sobrenaturales de Dios pues el propósito es el más efectivo calmante y atenuante de todo dolor y sufrimiento. Así que dejemos que el silencio nos hable y que los corazones humanos comiencen a respirar sin máscaras. La invitación es para todos a que finalmente, ¡aprendamos a sufrir para aprender a vivir! Y recordemos que después de todo, hay una esperanza mayor.

El autorMartha Reyes

Doctora en Psicología Clínica.

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Vaticano

El Papa se despide de Singapur en un encuentro con jóvenes

El Papa Francisco terminó su viaje apostólico en un encuentro interreligioso con jóvenes en Singapur. Durante su discurso, el Santo Padre reiteró la responsabilidad de las nuevas generaciones para construir un mundo fraterno.

Hernan Sergio Mora·13 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

En perfecto horario y con el cielo parcialmente nublado, el vuelo A350 de Singapore Airlines despegó a las 18.25 hora local, llevando de regreso a Roma al Papa Francisco y a la delegación de periodistas y asistentes que lo acompañaron a Asia y Oceanía.

Concluye así el histórico viaje de 12 días que comenzó el 2 de septiembre y que vio peregrinar al Pontífice por el Sudeste Asiático, donde el Santo Padre hizo sentir la cercanía de la Iglesia, confirmó a los fieles católicos en su fe y les alentó a seguir caminando.

Amor al prójimo y armonía entre las religiones

Como aspectos a destacar, durante su estancia en Indonesia Francisco elogió la convivencia interreligiosa donde los católicos son sólo el 3 % de la población. Allí firmó una declaración junto con el principal representante islámico del país en la que reiteró el no a la manipulación política y a la violencia en nombre de la religión.

En Papúa Nueva Guinea el Santo Padre pidió equidad, paz y cuidado de la tierra. Por su parte, en Timor Oriental, país de mayoría católica y con un 65 % de jóvenes, invitó a cuidar de los más pequeños. Finalmente, en Singapur subrayó que de nada sirven los edificios gigantescos y el dinero si no hay detrás de ellos el amor a Dios y al prójimo.

Durante sus últimas horas en Singapur, el Papa mantuvo un encuentro privado con el cardenal William Seng Chye Goh, con los sacerdotes y las personas consagradas, en el centro de retiros “San Francisco Javier”.

En esta última jornada no faltó la cercanía y la caricia del Santo Padre hacia un grupo de ancianos y enfermos, en el Hogar Santa Teresa, donde también estaban el arzobispo emérito de Singapur, Nicholas Chia Yeck Joo, tres sacerdotes y una monja.

El Papa se despide de los jóvenes

A continuación Francisco participó en un encuentro interreligioso con los jóvenes en el “Catholic Junior College”. En esta institución los estudiantes de las escuelas católicas afiliadas realizan un curso preuniversitario de dos años que los prepara para el examen “Cambridge GCE Advanced Level”.

La alegría de estos estudiantes agitando banderas, vistiendo sus uniformes universitarios, se hizo sentir desde el primer momento con aplausos. Un grupo de muchachos colocó una guirnalda de flores al Papa y otros jóvenes con discapacidad interpretaron una coreografía. Junto al obispo de Roma, al evento acudieron varios líderes de diferentes creencias religiosas.

El cardenal William Goh, presente en el encuentro, calificó el trabajo de la Iglesia con otras religiones como la «Navidad interreligiosa». «Singapur se esfuerza por ser un ícono de la armonía interreligiosa en el mundo», aseveró. Después, un joven hindú, un joven sikh y un joven católico ofrecieron a los presentes su testimonio.

En su intervención, el Papa Francisco afirmó estar feliz “por pasar la última mañana de mi visita en Singapur con vosotros, entre tantos jóvenes, reunidos en unidad y amistad. ¡Este es un momento precioso para el diálogo interreligioso!”.

Construir un mundo fraterno

El sucesor de Pedro quiso indicar también «tres palabras que pueden acompañarnos a todos en este camino de unidad: valentía, compartir y discernimiento».

“Valentía” para “mantener una actitud valiente y promover un espacio donde los jóvenes pueden entrar y hablar». Luego “compartir”, porque «hay muchos debates sobre el diálogo interreligioso… no siempre exitosos». Sin embargo, lo que «derriba muros y acorta distancias no son tanto las palabras, los ideales y las teorías, sino sobre todo la práctica humana de la amistad, del encuentro, del mirarse a los ojos».

“Y añado una cosa”, dijo el Pontífice, “pensando sobre todo en ustedes, jóvenes que frecuentan mucho el mundo digital: a veces las diferencias culturales y religiosas se utilizan de manera polarizada e ideológica y nos sentimos divididos y distantes de los que son diferentes, simplemente porque estamos influenciados por clichés y ciertos prejuicios que también encuentran espacio en las redes sociales».

Por último, el “discernimiento”, un “arte espiritual” que es más necesario que nunca “ante los desafíos de la inteligencia artificial”, y que permite también “poder captar la verdad oculta, a veces enmascarada por muchas ilusiones o noticias falsas”.

“Continúen por este camino” instó el Santo Padre a los jóvenes, “sigan soñando y construyendo un mundo fraterno, cultiven la unidad aprovechando la riqueza de vuestras religiones”. Y a los jóvenes cristianos les recordó: «el Evangelio se concentra en el amor de Dios por cada uno de nosotros, un amor que nos invita a ver en el rostro de todos los demás a un hermano al que amar».

El final del intenso encuentro concluyó con la lectura de un llamamiento al compromiso por la unidad y la esperanza y con un momento de oración en silencio. El Papa Francisco saludó a los 10 líderes de otras religiones presentes en el encuentro y partió al aeropuerto para tomar su avión con destino a Roma, donde se espera la llegada del Pontífice alrededor de las 18:30 (hora local).

El autorHernan Sergio Mora

Ecología integral

Todo lo que no quieren que sepas sobre la Iglesia católica

Es más fácil fijarse en lo malo que en lo bueno, por eso muchas veces se pasa por alto todo el bien que la Iglesia aporta a la sociedad con el esfuerzo de los católicos en todo el mundo, desde el Papa Francisco hasta los laicos de los pueblos remotos.

Paloma López Campos·13 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

Cada cierto tiempo acapara los titulares una noticia polémica sobre la Iglesia católica. En muchos casos, la información de la noticia va cargada de datos que perjudican la imagen de esta institución. Abusos, textos confusos, fraudes… Hay historias reales que manchan el nombre del Cuerpo de Cristo.

Sin embargo, hay un extraño silencio alrededor de todas aquellas cosas positivas que la Iglesia y sus miembros realizan cada día. No existe una balanza en la que compensar lo bueno con lo malo, pero no es arriesgado afirmar que hay ciertas cosas sobre la Iglesia que a algunos no les interesa publicar.

Cáritas y su labor internacional

Por ejemplo, la labor que realiza “Cáritas” a nivel internacional. Según el informe publicado por esta organización católica, en 2022 ayudaron a más de dos millones de personas por todo el mundo en situación de emergencia. Invirtiendo unos 81 millones de euros, “Cáritas” llevó ayuda a Ucrania, la República Centroafricana, Pakistán, Siria y Venezuela, entre otros sitios.

A través de su labor, “Cáritas” presta asistencia sanitaria, ayuda a reconstruir territorios destruidos por desastres naturales o conflictos armados, o cubre las necesidades básicas de millones de personas en el mundo entero.

Su trabajo es muy conocido y hay testimonios en prácticamente todos los países de gente cuyas vidas han mejorado gracias a la intervención de esta organización de la Iglesia.

El Papa Francisco y la atención a los pobres

El Papa menciona con mucha frecuencia a los pobres. Sin embargo, su interés no es solo de palabra. El Pontífice tiene una multitud de iniciativas para ayudar a las personas con pocos recursos.

Desde duchas habilitadas en el Vaticano, a un sacerdote y una legión de voluntarios que reparten alimentos por Roma o las comidas que organiza el Santo Padre para los pobres en su propio comedor.

Es habitual que los medios de comunicación critiquen al Papa Francisco, acusándolo de hablar pero no actuar. Lo cierto es que la Iglesia, dirigida por Francisco, aporta recursos constantemente para ayudar a pobres, migrantes, ancianos y demás personas vulnerables en el mundo entero.

Cristianos que apoyan a otros cristianos

Ayuda a la Iglesia necesitada” es una fundación pontificia que asiste a la Iglesia católica en su labor. Según los datos publicados por la organización, se benefician de su apoyo unos 6 mil proyectos en 150 países.

“Ayuda a la Iglesia necesitada” calcula que el 62 % de la población vive en territorios en los que no existe la libertad religiosa. A través de su trabajo, esta fundación sostiene la tarea pastoral de la Iglesia en multitud de países. Destinan las aportaciones económicas de sus benefactores a la construcción o reparación de iglesias, a la formación de los laicos en su fe, a la dotación de medios de transporte para los agentes de pastoral, etc.

Ahora bien, esta no es la única organización de la Iglesia que tiene como objetivo cuidar de los demás católicos, sino que hay miles de personas que se esfuerzan por apoyar y sostener a los otros miembros del Cuerpo de Cristo.

La educación, un bien para todos

Históricamente, la Iglesia católica ha tratado siempre de fomentar la educación. A pesar de que hay ocasiones en las que hubo malentendidos y choques entre los ámbitos de la ciencia y de la fe, no es menos cierto que la Iglesia ha querido siempre proteger e impulsar la cultura.

La cantidad de instituciones educativas que dependen de la Iglesia católica se cuentan  por miles y el mundo universitario tiene una relevancia especial. En una nota de 1994, el Dicasterio para la Cultura y la Educación señala que “la Universidad y, de modo más amplio, la cultura universitaria constituyen una realidad de importancia decisiva. En su ámbito se juegan cuestiones vitales, profundas transformaciones culturales, de consecuencias desconcertantes, suscitan nuevos desafíos. La Iglesia no puede dejar de considerarlos en su misión de anunciar el Evangelio”.

No es de extrañar, por tanto, que millones de personas tengan acceso a la cultura y a la educación gracias a la Iglesia católica, que tiene presencia en el mundo entero y desarrolla actividades de formación en prácticamente todos los países.

La Iglesia dice “sí” a la vida

La defensa de la vida es una constante en la Iglesia. En el punto 2258 del Catecismo se dice que “La vida humana ha de ser tenida como sagrada, porque desde su inicio es fruto de la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Solo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término (…)”.

Por supuesto que esto no queda en la letra. La Iglesia despliega instituciones y recursos para proteger y promover la vida en todo el mundo. Desde hospitales a hogares para niños sin padres o instituciones que ayudan a madres en situaciones desfavorables, en todos los lugares donde hay presencia católica hay también un sistema que quiere cuidar de la vida.

Los datos

Para comprobar todo esto basta con mirar los datos que, desde que llegó a la sede de san Pedro el Papa Francisco, intentan publicarse con total transparencia. En Omnes pueden encontrarse varios artículos en los que se desglosan y explican los números publicados por el Vaticano.

A pesar de que no son lo más importante, los números siempre ayudan a hacerse una imagen clara. Aquí hay una cifra significativa: según los últimos datos publicados, la caridad del Papa financió 236 proyectos por un valor de 45 millones. Proyectos en todo el mundo que ayudan a millones de personas y de los que no se habla en los medios de comunicación.

Ahí está una gran parte de lo que no quieren que sepas sobre la Iglesia católica, que al estar formada por personas tiene defectos, pero también dispone de miembros cuyo objetivo es cuidar de los demás y amar al prójimo.

Estados Unidos

Scott Elmer: «Durante el proceso sinodal, la gente en Denver aprendió a rezar»

En esta entrevista con Omnes, Scott Elmer, Jefe de Misiones de la arquidiócesis de Denver, afirma que la comunidad católica ha vivido un proceso sinodal muy rico para los pastores y los fieles del pueblo.

Gonzalo Meza·13 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

Denver es conocida no solo por su belleza natural (que atrae a miles de turistas) sino por su vida cultural, próspera economía y desde el punto de vista de la fe, por la impronta que ha tenido en la iglesia a nivel nacional.

La arquidiócesis de Denver ha sido semillero de muchos apostolados y movimientos laicos que han tenido un impacto en la vida eclesial en el país. Algunos de estos nacieron tras la Jornada Mundial de la Juventud y la visita del Papa Juan Pablo II en agosto de 1993.

Para conocer mejor la arquidiócesis de Denver y su labor, Omnes entrevistó al Dr. Scott Elmer, Jefe de Misiones de la arquidiócesis. Está casado y tiene cinco hijos. Estudió un máster en Teología Sistemática en el “Augustine Institute” y cuenta con un doctorado en Ministerio de la Universidad Católica de América. Su trabajo consiste en supervisar que los esfuerzos de evangelización, formación de la fe y los departamentos de la curia se alineen con la misión de la Arquidiócesis.

En términos de comunidades culturales y étnicas, ¿cómo está compuesta la Arquidiócesis?

– En la arquidiócesis hay diferentes grupos étnicos pero los tres principales son caucásico, latino y vietnamita. En términos generales, la mitad de la población es latina, de varias generaciones. Muchos son bilingües. También tenemos una comunidad vietnamita bastante grande y siguen llegando inmigrantes de distintas partes del mundo.

¿Cómo ha evolucionado esa presencia étnica en Denver?

– En general, Denver es una ciudad muy caucásica, comparada con otras ciudades. Sin embargo, a partir de los años 90 comenzaron a llegar grandes grupos de inmigrantes latinos, así que nos hemos vuelto cada vez más latinos. También la presencia vietnamita ha sido estable, aunque cada vez más tenemos grupos étnicos provenientes de diferentes partes de África.

¿Cuáles son los principales apostolados o movimientos laicos en Denver?

– En términos de movimientos eclesiales laicos, el Movimiento Familiar Cristiano es el más grande. También tenemos la presencia de la “Renovación Carismática”, “Centro san Juan Diego”,” Prevención y Rescate” (apostolado de ayuda a personas y familias en situación de adicción y pandillerismo), “Adoración Nocturna”, “Cursillos de Cristiandad”, “FOCUS” y “Families of Character” (Dedicado a apoyar a padres de familia con hijos).

También tenemos muchos apostolados que nacieron en Denver, que tienen su sede aquí y han tenido un gran impacto en todo el país. Por ejemplo “Augustine Institute”, “Amazing Parish” (Apostolado orientado a brindar herramientas para ayudar a las parroquias) o  “Real Life Catholic” (ministerio dedicado a la evangelización en la era moderna), entre otros.

¿Cómo fue la experiencia diocesana con el Sínodo de Obispos?

– Fue una experiencia realmente hermosa. No recuerdo el número, pero participaron miles de personas provenientes de parroquias y de movimientos eclesiales laicos. Hubo muchas sesiones parroquiales dedicadas a escuchar. Nuestros pastores hicieron un trabajo admirable haciendo que las parroquias estuvieran disponibles para ello. Lo que hicimos fue básicamente escuchar al Señor, considerando en discernimiento lo que Él nos decía.

En términos prácticos, se le pidió a la gente que meditara en torno a ciertas preguntas relacionadas con nuestra misión, por ejemplo: ¿cuál es el papel y la misión de un discípulo?, ¿cuál es la misión de la familia, de la parroquia y de la arquidiócesis? De hecho, fueron preguntas que ya estábamos trabajando. Las respuestas nos proporcionaron mucha información, pero también confirmación, afirmación y aliento en todo ese proceso.

Luego, tuvimos un gran Sínodo de tres días en el que estuvieron dos representantes de cada parroquia. Tuvimos unas 400 o 500 personas con sus párrocos. En dichas sesiones retomamos las respuestas, las resumimos y meditamos nuevamente sobre ellas. Esta fue la base del informe que se envió a la conferencia episcopal.

¿Cómo se sintió la gente al participar en este proceso sinodal?

– Estaban contentos y entusiasmados. Decían que fue muy significativo participar y formar parte de “algo más grande” que su parroquia. Creo que uno de los principales beneficios fue que la gente sintió que aprendió a rezar y meditar juntos sobre determinados temas. Así que la acogida fue muy positiva.

¿Cómo fue la experiencia en Denver con el Renacimiento Eucarístico?

– A nivel diocesano organizamos grupos de la curia para visitar nuestros decanatos, parroquias, algunas de las zonas periféricas y exponer cuáles eran nuestros objetivos para el Renacimiento Eucarístico. El proceso fue similar al Sínodo diocesano: tuvimos representantes de todas las comunidades, las parroquias y los movimientos. También hubo charlas y por supuesto tiempo de oración.

El arzobispo celebró una Misa en la que comisionó a las personas a ir a las parroquias y ayudarlas en el proceso. Esto les ayudó a preparar la fase parroquial del Renacimiento Eucarístico. Durante el año y la fase parroquial establecimos sitios de peregrinación centrados en algún aspecto de la Eucaristía. De esa forma, en dichas parroquias se montaron paneles con material centrado en los milagros eucarísticos. En algunas ocasiones hubo ponentes que ofrecieron una charla, seguida de un tiempo de adoración o una misa. Por ejemplo, en una ocasión el Dr. Ben Aekers, profesor del Instituto Augustine, habló en la parroquia de la Preciosísima Sangre sobre la Eucaristía como sacrificio.

Asimismo, la peregrinación Eucarística nacional cruzó Denver del 7 al 9 de junio. Hubo varias procesiones eucarísticas en el centro de la ciudad, así como adoración y oportunidades para brindar algún servicio en la ciudad. Y durante el Congreso Eucarístico Nacional hubo un contingente de la arquidiócesis.

Desde su perspectiva de esposo cristiano, casado durante once años con cinco hijos, ¿qué le diría a una persona que se plantea el matrimonio como su vocación?

– Busquen primero el Reino de Dios y todo lo demás se les dará. Sólo hay una cosa que al final va a ser importante: su relación con Dios. Si nuestros corazones están bien y lo estamos buscando, su plan se desarrollará. Él se encargará de todas las cosas que les preocupan. No sacrifiquen ningún aspecto de su relación con Dios, porque Él quiere lo mejor para nosotros y tenemos que confiar en Él.

Vaticano

El Papa Francisco reúne a más de cincuenta mil personas en Singapur

En el penúltimo día de su viaje apostólico más largo, el Papa Francisco tuvo una intensa agenda en Singapur con dos grandes acontecimientos: el encuentro con las autoridades y el cuerpo diplomático en el Parlamento y una Misa multitudinaria en el estadio “Sports Hub”.

Hernan Sergio Mora·12 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

El Santo Padre fue recibido por el presidente de la República, Tharman Shanmugaratnam, participando en la «Orchid Naming Ceremonia», un homenaje floral simbólico que encarna la cálida acogida de Singapur. A pesar del clima adverso, fue una ceremonia hermosa, con la Guardia de Honor en posición y los himnos nacionales.

En el libro de honor, el Papa dejó escrito: “Como la estrella guió a los Reyes Majos así la luz de la sabiduría guíe siempre a Singapur en la construcción de una sociedad unida, capaz de transmitir esperanza”.

Después de este encuentro en el Parlamento, el Santo Padre se dirigió al Centro Cultural Universitario de la prestigiosa Universidad Nacional de Singapur (NUS, por sus siglas), donde le esperaban más de mil personas, entre las que se encontraban líderes religiosos, diplomáticos, empresarios y representantes de la sociedad civil.

Singapur, entre la armonía y la exclusión social

Francisco se dirigió a los asistentes reconociendo en primer lugar que “Singapur es un mosaico de etnias, culturas y religiones que conviven en armonía”. A continuación, elogió el hecho de que el país «no sólo haya prosperado económicamente, sino que se haya esforzado por construir una sociedad en la que la justicia social y el bien común sean muy apreciados».

«A este respecto” -advirtió el Pontífice- “quisiera señalar el riesgo» que la meritocracia conlleva como «consecuencia no deseada» de «legitimar la exclusión de quienes se encuentran al margen de los beneficios del progreso».

El Pontífice profundizó también en el problema de «las sofisticadas tecnologías de la era digital y la rápida evolución del uso de la inteligencia artificial» y el peligro de «hacernos olvidar que es esencial cultivar relaciones humanas reales y concretas» y que estas tecnologías «puede potenciarse precisamente para acercarse unos a otros, promoviendo la comprensión y la solidaridad, y no aislarse peligrosamente en una realidad ficticia e impalpable».

La Iglesia en Singapur

El Santo Padre no olvidó también la labor que «la Iglesia católica en Singapur, desde el inicio de su presencia, ha ofrecido», especialmente «en los sectores de la educación y la salud, gracias a los misioneros y a los fieles católicos». Porque «animada por el Evangelio de Jesucristo, la comunidad católica está también a la vanguardia de las obras de caridad».

Además, la Iglesia –prosiguió el Pontífice, recordando la declaración “Nostra Aetate» del Concilio Vaticano II sobre las relaciones con las religiones no cristianas– ha promovido constantemente el diálogo interreligioso y la colaboración entre las diferentes comunidades de fe.

El Papa aprovechó la ocasión para subrayar que la institución de la familia, hoy cuestionada, «debe estar en condiciones de transmitir los valores que dan sentido y forma a la vida y de enseñar a los jóvenes a formar relaciones sólidas y saludables».

Francisco se despidió elogiando que en Singapur «el compromiso con el desarrollo sostenible y la protección de la creación es un ejemplo a seguir, y la búsqueda de soluciones innovadoras para afrontar los desafíos medioambientales puede animar a otros países a hacer lo mismo».

Tras el encuentro en el estado, el Santo Padre regresó al Centro de Retiros “San Francisco Javier”, donde se aloja. Allí tuvo un encuentro con el ex Primer Ministro de Singapur, Lee Hsien Loong y su esposa.

Por la tarde, a las 16 horas, volvieron a abrirse las puertas del estadio nacional “Sports Hub” para recibir al Pontífice. Más de 55.000 fieles esperaban con entusiasmo para poder participar en la Santa Misa en memoria del Santísimo Nombre de María.

El Papa Francisco ingresó al estadio cubierto en un coche y bendijo a varios niños, visiblemente emocionados, en medio de fuertes aplausos y cantos de alegría.

Durante la Misa, las oraciones de los fieles fueron recitadas en inglés, chino, tamil y malayo, reflejando el corazón palpitante de una nación que es una encrucijada de culturas.

En su homilía, el Santo Padre se apoyó a san Pablo para recomendar el cultivo de la comunión en la caridad: “El conocimiento llena de orgullo, mientras que el amor edifica”. Una comunión por la que Francisco quiso agradecer al Señor, pues es la que vive la Iglesia de Singapur, “rica en dones, vivaz, en crecimiento y en diálogo constructivo con las demás confesiones y religiones”.

Comentando las “construcciones impresionantes” del país asiático, Francisco indicó que estas “no son, como muchos piensan, ante todo dinero, ni técnica, ni ingeniería -todos medios útiles- sino el amor: ‘el amor que edifica’”.

Pero más importante que esto, el obispo de Roma destacó las “muchas historias de amor por descubrir: de hombres y mujeres unidos en una comunidad, de ciudadanos dedicados a su país, de madres y padres preocupados por sus familias, de profesionales y trabajadores de todo tipo y nivel, honestamente comprometidos en sus diferentes roles y tareas».

“Queridos hermanos y hermanas”, añadió el Pontífice “si hay algo bueno que permanece en este mundo es sólo porque, en infinitas y diversas circunstancias, el amor ha prevalecido sobre el odio, la solidaridad sobre la indiferencia, la generosidad sobre el egoísmo”.

Recordando la visita a Singapur de san Juan Pablo II en 1986, el Papa citó una de sus frases: «el amor se caracteriza por un respeto profundo hacia todos los hombres, independientemente de su raza, su credo o lo que los diferencia de nosotros».

El Papa Francisco quiso recordar también en su homilía las figuras de los santos, «conquistados por el Dios de la misericordia, hasta convertirse en su reflejo». Destacó especialmente a «María, la memoria de cuyo Santísimo Nombre celebramos hoy» y san Francisco Javier, acogido en Singapur unos meses antes de su muerte, que en una hermosa carta suya dice que le gustaría «gritar aquí y allá como un loco y sacudir a los que tienen más ciencia que caridad».

Tras la homilía, el Papa bendijo a todos los presentes y la ceremonia concluyó delante de la imagen de María para el canto del Salve Regina.

La larga jornada del Santo Padre concluyó a las 19:35 horas locales, con una cena privada en su alojamiento del Centro de Retiros San Francisco Javier, para descansar del cansancio físico pero también con la alegría de llevar esperanza, dejando una huella profunda en el corazón de millones de personas.

El autorHernan Sergio Mora

Recursos

Carlos Manuel Cecilio Rodríguez: un enamorado de la liturgia

La vida del primer beato puertorriqueño está marcada por su amor a la divina liturgia y su apostolado constante en este camino de amor a Dios.

P. José Gabriel Corazón López·12 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

Carlos Manuel, primer beato puertorriqueño, nació el 22 de noviembre de 1918 en Caguas, P.R. Es el segundo de cinco hijos del matrimonio de Manuel Baudilio Rodríguez Rodríguez y Hermina Santiago Esterás.

A los pocos meses de su nacimiento la familia sufre el incendio de la casa y el negocio de su padre. Por causa de este incidente la familia se mudará a la casa de sus abuelos maternos.

La abuela materna, Alejandrina, será de gran influencia en su vida de fe y piedad llegando a heredar el altar de su casa en donde pasará sus tiempos de oración.

Su vida diaria, desde pequeño porque así lo aprendió, estaba centrada en la vida litúrgica y la Eucaristía, convirtiéndose en el centro de su vida. Acudiendo a su parroquia, en el pueblo de Caguas, comienza a involucrarse en la vida pastoral.

Siendo monaguillo entra en un contacto más directo con la liturgia enamorándose de ella, sobre todo, de la Vigilia Pascual. Tendrá en gran estima la celebración de la Pascua y el domingo descubriendo la centralidad del Resucitado en la vida cristiana. Podríamos afirmar que desarrolla y vive una espiritualidad litúrgico-pascual.

La espiritualidad litúrgica

La espiritualidad litúrgica es, o debería llegar a ser, una espiritualidad pascual porque la liturgia celebra el Misterio Pascual. La Pascua para el Beato Carlos llegó a ser una experiencia vital para el cristiano, pero para esto había que “entrar ‘dentro de la cosa’”. Es una experiencia vital para el cristiano dependiendo el concepto de vida cristiana o católica se tenga.

Carlos Manuel definía la vida católica con las siguientes palabras: “La vida católica es algo único, es una tremenda participación vive en el nuevo orden inaugurado por la muerte y resurrección de Cristo; es una vida en el sentido más profundo, real y pleno de la palabra; Cristo viviendo en nosotros”. La forma en como esta vida se alimenta y profundiza es por medio de la liturgia.

Consciente que “la Liturgia es para el pueblo y no para un grupo selectos de eruditos” se dedicó a promover la vivencia litúrgica en Puerto Rico. Para promover la vivencia recta de la liturgia se convirtió en un autodidacta. Por sus problemas de salud no pudo concluir estudios universitarios, pero esto no le impidió aprender sobre la Iglesia, en especial, sobre este tema tan apasionante para él. Leía y estudiaba los escritos sobre el tema emanados en su tiempo, impulsa la aplicación de las reformas litúrgicas de Pio XII, se suscribe a revistas y estudios de la época. Lo que aprendía lo daba a conocer por medio del apostolado.

El Círculo de Cultura Cristiana

Carlos Manuel llevó a cabo su apostolado por medio de la amistad y el acompañamiento, en especial con quienes visitaban el Centro Universitario Católico, y la correspondencia. Suscribía a distintas personas para que le llegasen artículos sobre liturgia y formación religiosa en general. Además, estando en el Centro Universitario funda un boletín llamado Liturgia, el Círculo de Cultura Cristiana y los “Días de vida cristiana”.

El Círculo de Cultura Cristiana es descrito por el propio Carlos Manuel en una carta en donde trata el tema: “El Círculo de Cultura Cristiana es una agrupación de estudiantes profesionales que funciona dentro del Centro Universitario Católico Puertorriqueño. Los fines generales del Círculo son:
Lograr que sus miembros lleguen a ser intelectuales católicos y apostólicos.
Laborar por la restauración y renovación de una cultura verdaderamente cristiana.
Laborar por la realización de los ideales del Movimiento Litúrgico”.

Los “Días de vida cristina” eran ocasión para reunirse, compartir y formarse. El tiempo estaba dividido para la oración, diversión, formación y conversación. Cada encuentro giraba en torno a algún tema, ya fuera, sobre el tiempo litúrgico que se estaba viviendo o temas de actualidad como el secularismo. La idea era ayudar a comprender la vivencia de cada misterio de la Iglesia.

La Vigilia Pascual

Finalmente, propagó la importancia de la celebración de la Vigilia Pascual respetando su tiempo y estructura. En una carta titulada “No echemos a perder la Vigilia Pascual”, Carlos Manuel afirma la centralidad de esta noche, la importancia de que se celebre según las normas para no crear una mentalidad errónea en los fieles, entre otros.

Su defensa de la Vigilia Pascual parte de su pensamiento de que la liturgia era para el Pueblo Santo de Dios, que todos podían llegar a entenderla y que siendo el centro de la vida cristiana se debía promover como medio de apostolado.


Carlos Manuel muere el 13 de julio de 1963 viviendo su pascua personal. Busca al Dios vivo mientras experimenta la noche oscura del alma y recupera su serenidad cuando redescubre la palabra que tiene un gran significado para él: Dios. Se encuentra con el Dios vivo, con el Resucitado, luego de sufrir por largos años una enfermedad gastrointestinal: colitis ulcerosa, la cual no demostraba. Vivió su vida intentando enamorar a otros de la alegría del Resucitado y de la centralidad de la liturgia para la vida cristiana.

El autorP. José Gabriel Corazón López

Evangelio

La verdadera ganancia. Domingo XXIV del tiempo ordinario (B)

Joseph Evans comenta las lecturas del domingo XXIV del Tiempo Ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·12 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Algunas sectas protestantes ofrecen el llamado “Evangelio de la prosperidad”. Se trata de un falso mensaje que proclama que, si sigues a esa secta y le haces donaciones económicas (¡!), Dios te bendecirá incluso en términos terrenales. Dicho en pocas palabras, su forma de cristianismo te hará rico. Este mensaje engañoso proviene de una lectura muy selectiva de la Biblia, ignorando las enseñanzas del Nuevo Testamento que advierten de los peligros de la riqueza material y centrándose en cambio en una serie de textos del Antiguo Testamento cuidadosamente elegidos que parecen mostrar la prosperidad mundana como una recompensa por la rectitud y el seguimiento de Dios.

El Evangelio de hoy es todo lo contrario a un «Evangelio de la Prosperidad» y es precisamente Pedro, el primer Papa, quien tuvo que aprender esa lección de una manera muy cruda. Pedro acababa de ser alabado por Jesús por haber acertado en su condición divina y mesiánica. El apóstol había declarado correctamente que Jesús era “el Cristo” (y el relato paralelo de Mateo añade: “el Hijo de Dios vivo”). Pero, quizá sonrojado por su éxito, Pedro se lanza impetuosamente poco después a intentar impedir que Jesús vaya a su Pasión.

Nuestro Señor, viendo a los discípulos a su alrededor (nótese este detalle), tiene que actuar con firmeza para asegurarse de que una visión tan equivocada no gane terreno. “Jesús se volvió y dijo a Pedro: ‘¡Ponte detrás de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú piensas como los hombres, no como Dios’”. El deseo de evitar el sufrimiento -una religión cómoda y próspera- es una contradicción del cristianismo, que es precisamente una religión de la Cruz. Como el sufrimiento es consecuencia del pecado, Cristo -y el cristiano- debe entrar en el sufrimiento para vencer el pecado. 

Pedro, que acertó tanto como primer Papa, se equivoca completamente como hombre individual. Su pensamiento es humano, no divino. Nuestro Señor insiste entonces: “Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará.”. El cristianismo no trata de ganancias terrenales; trata de pérdidas terrenales. Si alguien intentara que antepusiéramos la comodidad y los beneficios terrenales, y diluyéramos así las exigencias del cristianismo, ya fuera otra persona o simplemente nuestra propia blandura, quizá también tendríamos que responderle con la energía de Cristo: “¡Ponte detrás de mí, Satanás!”.

La homilía sobre las lecturas del domingo XXIV del Tiempo Ordinario (B)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Vaticano

El Papa Francisco en Singapur: un viaje de esperanza y diálogo hasta las fronteras de Asia

Singapur es la última parada de un viaje que dura hasta mañana y en el que el Papa ha recorrido cuatro países encontrándose con miles de fieles.

Hernan Sergio Mora·11 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Con un viento de esperanza a sus espaldas y el corazón abierto al diálogo, el Papa Francisco ha llegado a Singapur, última parada de un viaje apostólico que pasará a la historia como el más largo de su pontificado. Partiendo de Roma el 2 de septiembre, el Santo Padre cruzó océanos y naciones, llevando su mensaje de paz, de rechazo a la violencia en nombre de la religión, y de fraternidad a Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Timor Oriental.

Ahora, en la ciudad-estado de Singapur, el Papa enfrenta el último desafío de su viaje: hablar al corazón de una comunidad multiétnica y multicultural.

La jornada ha comenzado en Timor Oriental donde el Papa ha celabrado la Santa Misa en privado en la Nunciatura Apostólica,.

A las 9.30 horas (hora local) el Papa se ha reunido con cientos de jóvenes en un acto que comenzó con la colocación de flores frente a la estatua de María en el Centro de Convenções de Díli, entre sonrisas, cantos y un colorido pañuelo tradicional «tais» que le han colocado sobre sus hombros a la entrada del centro de congresos.

El pontífice, muy animado, habló en español prácticamente «improvisando» y en un animado “diálogo” con el público. El Papa comenzó con el saludo “Daader di’ak” (Buenos días), en lengua tetum, una de las dos lenguas oficiales de Timor Oriental junto con el portugués.

A sus palabras siguieron los testimonios de cuatro jóvenes y la invitación del Pontífice a hacer «lío», una frase que ha repetido varias veces durante el encuentro.

El Papa ha invitado a los jóvenes a no perder el entusiasmo de la fe y a no ceder ante los vicios «que destruyen a los jóvenes»: el alcohol, las drogas y «tantas cosas que dan felicidad durante media hora».

Francisco ha pedido “no más bullying” entre los aplausos de los presentes, y se ha referido al amor a los abuelos, porque los niños y los ancianos son el mayor tesoro de la sociedad y ha destacado tres cosas a los jóvenes: «libertad, compromiso y fraternidad».

Es decir que “un joven que no es capaz de autogobernarse es dependiente, no es libre y es esclavo de su propio deseo; y debe saber que «ser libre no significa hacer lo se que quiere».

“El compromiso -ha continuado el Santo Padre- debe ser por el bien común” y ha subrayado la tercera recomendación, la hermandad: debemos ser hermanos, no enemigos, porque las diferencias sirven para respetarnos unos a otros. “El amor es servicio”, ha repetido a los jóvenes destacando dos ideas: “Amor y reconciliación” así como ese conocido “hagan lío”, junto a la necesidad de veneración y respeto por los ancianos.

Fuera del centro, alrededor de 1.500 jóvenes le esperaban para saludarlo, muchos de ellos con lágrimas en los ojos.

El Papa se ha despedido de Timor Oriental en torno a las 11 en una emotiva ceremonia en el aeropuerto internacional de Dili, en la que miles de personas han acompañado los últimos compases de la visita papal detrás de las vallas.

Singapur: una ciudad-estado que abraza al Papa

A las 14.15 horas, el vuelo papal ha aterrizado en el aeropuerto de Changi, en Singapur. Aquí, en una ciudad donde conviven casi 6 millones de personas en un caleidoscopio de culturas y religiones, el Papa ha sido recibido por el nuncio apostólico Mons. Marek Zalewski, por el embajador de Singapur ante la Santa Sede y por el ministro de Cultura y Juventud.

El encuentro privado con miembros de la Compañía de Jesús será en el St. Francis Xavier Retreat Centrer, donde residirá el Pontífice.  

El autorHernan Sergio Mora

Evangelio

Mirar a la Cruz. Exaltación de la Santa Cruz

Joseph Evans comenta las lecturas de la Exaltación de la Santa Cruz.

Joseph Evans·11 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

En su viaje por el desierto hacia la Tierra Prometida, el pueblo perdió la paciencia y dio una interpretación negativa a todos los acontecimientos recientes que había vivido. Hablaron contra Dios y contra Moisés: “¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náuseas ese pan sin sustancia”. Este es el diablo que agria y da un giro negativo a todo, como hizo desde los albores de la creación, haciendo que Adán y Eva se centraran únicamente en el árbol prohibido, y no en todos los demás de los que podían comer.

Dios se lo había dado todo a los israelitas. Los había salvado, los había llevado a través del mar que milagrosamente se abrió para ellos, había ahogado a los egipcios, les había dado a los israelitas agua, pan y carne en el desierto. Y ahora se quejan. Como resultado, Dios los castigó. “El Señor envió contra el pueblo serpientes abrasadoras, que los mordían, y murieron muchos de Israel” (Núm 21,6). Esas serpientes abrasadoras recuerdan a aquella primera serpiente del Jardín del Edén, Satanás, que vive en el fuego del infierno, aunque está activo en la tierra. 

Cuando nos quejamos y nos dejamos llevar por la ira y la amargura, es como si serpientes ardientes se deslizaran dentro de nosotros. Es el diablo que nos hace enfocarnos en lo que no tenemos y así olvidar todas las bendiciones que Dios nos ha dado, en todo lo que está mal y nos hace olvidar todo lo que está bien. 

¡Qué activas están esas serpientes dentro de nosotros! Necesitamos pisarlas y expulsarlas. Sobre todo, necesitamos invocar a Cristo, que es el gran aniquilador de serpientes: él hiere la cabeza de la serpiente (Gn 3,15). Pero antes Jesús debe permitir que la serpiente le muerda. Debe tomar todo ese veneno sobre sí, y en cierto sentido dentro de sí, para vencerlo. Cuando Satanás nos muerde, nos envenena. Cuando Satanás “mordió” a Cristo, él, Satanás, fue envenenado: con el “veneno” del amor y la humildad en Jesús, que son mortales para él. Jesús tomó todo ese veneno, el veneno del pecado, sobre sí y dentro de sí (aunque permaneciendo sin pecado) y se convirtió él mismo en el gran antídoto, la gran vacuna contra él. Sí, lo mató en cierto sentido, temporalmente. 

Parte del veneno es la muerte y, para tomar todo el veneno, Jesús tuvo que sufrir también la muerte. Pero venció al pecado y a la muerte, venció al veneno. La fiesta de hoy nos invita a mirar una y otra vez la Cruz, al “levantado” por nuestra salvación, a verla, mirarla y contemplarla con los ojos del alma.

Evangelización

Álvaro Garrido: “La Fundación CARF no existiría sin los benefactores”

Casi 40.000 estudiantes de 131 países de todo el mundo se han podido formar en Filosofía, Derecho Canónico  y Teología en la Universidad de Navarra y la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma gracias a la Fundación CARF.

Maria José Atienza·11 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 6 minutos

2.171 seminaristas y sacerdotes han podido realizar sus estudios de Filosofía y Teología gracias a la ayuda de la Fundación CARF en 2023. Estos datos, extraídos de la memoria que la fundación presentó hace unas semanas se suma a las decenas de miles de estudiantes que, en los 35 años que lleva esta fundación, han pasado por las aulas de estas prestigiosas facultades eclesiásticas.

Álvaro Garrido Bermúdez, es el director de Comunicación, Marketing y Fundraising de la Fundación CARF. Este experto en comunicación ha pilotado la actualización de la marca de la Fundación CARf y los nuevos proyectos de expansión e información puestos en marcha desde la Fundación.

El 14 de febrero de 2024, la Fundación CARF cumplió 35 años. ¿Qué balance hace de estas más de tres décadas de trabajo?

–En primer lugar, ya hay un reconocimiento, a nivel internacional, tanto de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz como de las facultades eclesiásticas de la Universidad de Navarra como lugares de referencia en la formación en Filosofía, Derecho Canónico y Teología. Este reconocimiento viene avalado por las cifras de estudiantes, 2.171 en 2023, que se han formado en ambas universidades gracias a la Fundación CARF.

Eso este año, pero mirando atrás, desde aquella petición que san Juan Pablo II hizo al beato Álvaro del Portillo para montar una universidad pontificia en Roma, han sido unos 40.000 estudiantes de 131 países de todo el mundo. Decenas de miles de estudiantes que retornan a sus países con una gran formación y allí pueden formar a más personas. De estos antiguos alumnos, 134 ya son obispos, 3 de ellos han sido creados cardenales….

San Juan Pablo II sabía muy bien lo que estaba haciendo. Si se forma muy bien a la gente, no solo desde el punto de vista intelectual, sino también desde el punto de vista humano y espiritual, cuando retornan a sus países de origen, suponen una auténtica bomba de gracia en cada pequeña o gran diócesis.

En 2023, como destaca la Memoria que acabamos de publicar tuvimos estudiantes de 80 nacionalidades: 23 de Europa, 21 de América, de África 22 estudiantes, de Asia 12, y de Oceanía solo dos. Es una auténtica maravilla.

¿Cómo se gestionan las becas? ¿Son sólo para seminaristas de países más pobres?

–Una beca completa de estudios son 18.000 euros. Cada obispo que manda a estudiantes aporta a sus estudios lo que le costaría en su diócesis de origen. Es decir, si en Benín, Nigeria, o Haití, cuesta 5 o 10 euros al mes el seminarista, esa cantidad es la que aporta su obispo, y la Fundación CARF busca el dinero restante.

El seminarista que acude de una diócesis brasileña, que suelen estar en torno a los 120, 130 dólares, pues, evidentemente, ese coste lo obispo lo tiene que poner. Si vienen de Canadá o Estados Unidos aportan lo que costarían en sus diócesis. No creemos en la política de gratis total, porque se aprecia lo que cuesta, aunque sea poco.

Ya son más de 1.100 diócesis muy agradecidas de lo que está haciendo la Fundación CARF a través de las universidades de Navarra y de la Universidad Pontificia de Santa Cruz, porque ellos son los que otorgan las becas y nosotros los que financiamos las ayudas al estudio para que estos estudiantes puedan pasar por esas dos grandes universidades.

Todos los años tenemos que “empezar”, porque depende de cuánto vamos a necesitar ese ejercicio. Las ayudas no sólo son las becas, hay quien recibe ayudas directas y otros, indirectas. Por ejemplo, mantenemos 17 edificios en Roma y Pamplona, entre seminarios, colegios mayores, residencias sacerdotales, las propias aulas y las propias estructuras físicas de las universidades…. Es verdad que todos no reciben una ayuda directa, pero sin los sueldos de los profesores, los seguros sociales o los alquileres de los espacios en los que se desarrollan las cosas, etc., no habría universidad.

¿Reciben otro tipo de peticiones?

–Es curioso porque el hecho de que la web esté en 27 idiomas hace que todas las semanas nos lleguen cinco o seis correos de personas que nos preguntan: “¿Qué tengo que hacer para ser sacerdote?”. Nosotros le explicamos qué somos y lo que hacemos, porque eso sí, contestamos siempre.

También nos piden muchísimas ayudas desde múltiples partes del mundo de todo tipo, desde un sacerdote que pide ayuda para que le compremos un coche o un autobús para que los seminaristas no vayan en canoa a su seminario, u otro que necesita vasos sagrados y ropas para celebrar dignamente la Santa Misa….

Nosotros nos debemos a nuestros fines fundacionales y no les podemos ayudar en esas cosas. Lo que siempre hacemos es rezar por ellos, que es uno de nuestros fines, junto al de promover su buen nombre y dar las ayudas para poder financiar las becas, tanto de la Universidad de Navarra como de la Universidad Pontificia de Santa Cruz.

¿Qué papel tienen los benefactores de Fundación CARF?

–Los benefactores tienen EL papel; sin ellos esto no saldría, ya den 10 o 200 euros al año. A mi me da pena, a veces no poder agradecer a todos esos 5400 donantes que con sus ayudas hacen que esto salga adelante.

A veces no tenemos apenas datos y es una persona que aporta 20, 10 euros al mes. Muchas de ellas ni siquiera quieren el certificado para desgravar en la renta, y eso que ahora, con la nueva ley de Mecenazgo la desgravación es muy grande.

No tenemos una edad típica de benefactores. Queremos que los jóvenes sepan lo que hacemos, porque de ahí también salen vocaciones sacerdotales, y saldrán futuros benefactores. Obviamente las personas más mayores que tienen más capacidad económica que los jóvenes suelen colaborar más económicamente. Nosotros agradecemos a los benefactores esa oración por los sacerdotes y esa ayuda que hace que tantos sacerdotes puedan formarse y formar a otros.

En el plano de los recursos la Fundación CARF se sostiene sobre cuatro patas: los testamentos y legados, las donaciones periódicas, las donaciones puntuales y las rentas e ingresos derivados del patrimonio. Estas cuatro patas tratan de sostenerse unas a otras y en algunas podemos influir y en otras no. Por ejemplo, nuestro objetivo no es el crecimiento de nuestro endowment. Nuestro objetivo es dar las ayudas, el endowment puede crecer de modo orgánico y natural, pero también tiene que hacer su aporte a las ayudas, que normalmente suele ser el 10% de lo que genera, sin que pierda valor.

Como recoge nuestra Memoria, el año 2023 fue bastante mejor que el ejercicio de 2022. El pasado año pudimos dar más de 5 millones de euros, el 77% de nuestros recursos, a la formación de seminaristas y sacerdotes. Esto fue gracias a que recibimos 2.915.460 euros en testamentos y legados, más de 3 millones de euros en donaciones puntuales y más de 1 millón en periódicas y el patrimonio generó 1.458.444 euros.

Los testamentos y legados, por ejemplo, son una fuente de ingresos esencial. Hay personas que no tienen herederos, o los tienen, pero deciden dejar su herencia para esta labor de los sacerdotes y evitar que ese dinero se lo lleve el Estado.

También crecieron las donaciones puntuales. Creo que las personas tienden a eso cada vez más: a compartir un poquito de esa paga extra, un poquito de ese bonus que ha recibido o de esa lotería que le ha tocado. Hay por ejemplo muchos matrimonios que cuando celebran los 25 años o los 50 años les dicen a sus amigos y familiares que no les hagan regalos y el valor de lo que fueran a gastarse lo donen a la Fundación CARF.

¿Cómo ve los siguientes 35 años de Fundación CARF?

–Como un futuro que está por escribirse. En 35 años, san Juan Pablo II, junto al beato Álvaro y san Josemaría, han logrado muchas cosas y siguen impulsando esta tarea.

¿Por qué la web está en 27 idiomas? Porque, obviamente, hay que tratar de que todo el mundo sea consciente de la importancia que tiene que haya un sacerdote. Si los sacerdotes se nos acaban, el mundo se termina, no se va a acabar por ningún tipo de agenda, ni se va a acabar por ningún tipo de estrategia ideológica. Porque el Señor dejará de bajar del cielo a la tierra para estar con nosotros.

Hace 10 días entré en la página web para ver accesos de cuántos países distintos habíamos tenido y el número es curioso, porque son 210. La ONU solo reconoce 195 países, pero es verdad que luego se producen pequeñas islas-estados que son dependientes de los restos del imperio francés o de la Commonwealth y del imperio británico, y entonces te salen 210 países.

El último que aparecía en la lista creo recordar, que era Somalia. Y dentro de todos esos, hay países musulmanes, desde donde entra gente que tiene algún tipo de inquietud o preocupación. Entiendo que serán normalmente personas católicas las que entran dentro de esos países, pero claro, al final el proyecto tiene que ser un proyecto global.

Creo que un proyecto que la Fundación CARF debe acometer es el conseguir que una persona, sin necesidad de tener que constituir una fundación en Norteamérica, o en Alemania, Francia, Italia, pueda ayudar a seminaristas de esos y otros países y contribuir a esta gran labor.

Vaticano

El Papa Francisco impulsa la evangelización en Timor Oriental

El Papa Francisco se encuentra en la octava jornada de su viaje por Asia y Oceanía. Este día está marcado por su visita a unos niños y una Misa multitudinaria en Timor Oriental.

Hernan Sergio Mora·10 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

El Papa Francisco se encuentra en Dili, capital de Timor Oriental, país que, junto con Filipinas, tiene el mayor número de católicos de la región. El Pontífice, que dentro de tres meses cumplirá 88 años, quiso venir a esta periferia del mundo para demostrar su cercanía.

Es el octavo día del viaje apostólico al Sudeste Asiático (del 2 al 13 de septiembre), y la penúltima parada hasta el miércoles 11, después de visitar Indonesia y Papúa Nueva Guinea, y antes de llegar a Singapur.

Según datos de las Naciones Unidas y otras fuentes aproximadamente entre el 45 % de la población de Timor Oriental tiene menos de 15 años. Si se incluye la población de hasta 24 años el porcentaje es aún mayor, situándose en torno al 60-65 %.

El Papa Francisco y los niños

Por la mañana, el Santo Padre fue conducido desde la Nunciatura donde se aloja hasta la Casa Irmãs Alma, mientras a los lados de la carretera miles de personas que esperaban su paso lo saludaban con entusiasmo desde las barreras con banderas, con cantos y coros.

La casa a la que se dirigía el Pontífice está gestionada por la Congregación de las Hermanas ALMA. En este lugar ellas llevan seis décadas atendiendo a los niños más desfavorecidos que padecen discapacidad física y psíquica.

Un momento particularmente emotivo fue cuando tres niñas vestidas con trajes tradicionales entregaron al Santo Padre un pañuelo tradicional, el «tais», símbolo de hospitalidad y de la cultura local.

Durante el evento, ell Superior de la Congregación presentó al Pontífice la labor caritativa realizada por la comunidad, seguido de cantos y bailes tradicionales. El Papa en sus breves palabras dijo : «amor, lo que aquí se encuentra es amor». Y añadió, refiriéndose a los niños: “Ellos son los que nos enseñan a dejarnos cuidar por Dios, y no por muchas ideas o planes caprichosos”. Es decir “dejarnos cuidar por Dios que tanto nos ama, por la Virgen que es nuestra madre”.

Al finalizar, el Papa Francisco firmó una placa conmemorativa del 60 aniversario de la fundación de la Congregación ALMA, un gesto simbólico que subrayó su apoyo y aprecio por el compromiso de las monjas.

El Papa Francisco en la catedral de la Inmaculada Concepción

Una hora más tarde ya se encontraba en la catedral de la Inmaculada Concepción, recibido con un obsequio floral, seguido de un baile local y con cantos que reflejan el fervor de los obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados, seminaristas y catequistas.

Después de ser recibido por el arzobispo de Dili y cardenal salesiano, Virgílio do Carmo da Silva, por el presidente de la Conferencia Episcopal y por el párroco, una religiosa dio su testimonio.

Sor Rosa ante los presentes que llenaron la catedral indica: hay muchas vocaciones sacerdotales y una Iglesia en salida, siguiendo las huellas de San Francisco Javier, «misionero por excelencia de Oriente».

Al suyo siguieron los testimonios de un sacerdote, don Sancho, y de un catequista de una cierta edad con su casaca multicolor. Tras estas intervenciones, Francisco sgradeció a monseñor Norberto de Amaral “las palabras que me ha dirigido, recordando que Timor Oriental es un país en el borde del mundo. Y me gusta decirlo, por eso está en el centro del Evangelio».

Recordando cuando María Magdalena ungió los pies de Jesús, indicó que «el olor de Cristo y de su Evangelio es un don que debemos salvaguardar y difundir», sin olvidar el origen «del don recibido, de ser cristiano, sacerdote, religioso o catequista». Y aunque Timor tiene una larga historia cristiana, “necesita hoy un renovado impulso de evangelización, para que llegue a todos el perfume del Evangelio: un perfume de reconciliación y de paz después de los sufridos años de la guerra; un perfume de compasión, que ayude a los pobres a levantarse y suscite el compromiso de mejorar la suerte económica y social del país; un perfume de justicia contra la corrupción. Y, de manera especial, el perfume del Evangelio necesita ser difundido contra todo lo que humilla, degrada e incluso destruye la vida humana”.

Una Misa con 750.000 fieles que quedará en la historia

Por la tarde el Papa Francisco llegó a Taci Tolu, una zona de gran interés natural conocida por sus paisajes y su rica biodiversidad.

El 12 de octubre de 1989, san Juan Pablo II celebró en esta explanada la Misa con motivo de su viaje al país aún bajo ocupación indonesia. En memoria de esta visita, el gobierno timorense erigió una capilla y una estatua de 6 m de altura del santo Papa polaco.

En esta ocasión, la explanada de Taci Tolú estaba repleta, con alrededor de 750.000 fieles, una imagen que atestigua la profunda devoción del pueblo de Timor Oriental. Mucha gente ya había ido allí el día anterior para tomar lugar, con sombrillas blancas y amarillas para protegerse del sol.

Aquí el Papa Francisco celebró una Misa votiva de la Santísima Virgen María Reina, oficiando la Eucaristía en portugués, lengua histórica y litúrgica del país, con las oraciones de los fieles (mambae, makasae, bunak, galole, baiqueno, fataluku).

En su homilía, el Pontífice recordó que «en Timor Leste es hermoso, porque hay muchos niños: ustedes son un país joven en el que en cada rincón se siente la vida palpitar, explotar», pero aún más «es un signo, porque hacer espacio a los pequeños, recibirlos, cuidarlos y hacernos, todos, pequeños ante Dios y ante los demás, son precisamente las actitudes que nos abren a la acción del Señor».

“Por eso pidamos juntos en esta Eucaristía”, concluyó el Papa, “poder reflejar en el mundo la luz fuerte y tierna del Dios del amor, de ese Dios que, como rezamos en el Salmo responsorial”.

La Misa concluyó con un recorrido de Francisco en papamóvil en medio de la alegría de la multitud presente que se manifestó con coros de estadio, cantos y diversas manifestaciones de cariño hacia el Sucesor de Pedro.

El autorHernan Sergio Mora

Zoom

Lourdes bajo las aguas

La crecida del río anegó la gruta del santuario de Nuestra Señora de Lourdes el 7 de septiembre de 2024. La zona, que ya ha sido limpiada, vuelve a estar abierta al público y ninguna peregrinación se vió alterada.

Maria José Atienza·10 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

Una gran Primera Comunión en Quito

Rome Reports·10 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

1.600 niños recibieron por primera vez a Jesús sacramentado en la misa de inauguración del Congreso Eucarístico Internacional de Quito.

Más de 20.000 personas venidas de todo el mundo asistieron a esta ceremonia de inauguración de Congreso que, durante una semana reflexionará sobre el valor de la Eucaristía hoy y para ello también se hablará de los desafíos del mundo actual: desde las migraciones a la guerra.


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Vocaciones

Hna. Idília María Carneiro: “Me di cuenta de que era con los enfermos donde me sentía feliz”

La Superiora General de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, Idília María Carneiro, descubrió poco a poco su vocación siendo muy joven. Así lo cuenta en esta entrevista con Omnes, en la que también explica el carisma de su Congregación y la aportación a la sociedad que realizan las Hermanas.

Leticia Sánchez de León·10 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 6 minutos

Las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús es una Congregación religiosa de mujeres apasionadas por la vida, unidas por el amor, la oración y el servicio, en una palabra: por la hospitalidad. Su misión es llevar el mensaje evangelizador de Jesús como Buen Samaritano y María cómo primera hospitalaria a través del testimonio de su presencia y asistencia a los más vulnerables.

La Congregación de las Hermanas Hospitalarias fue fundada en Madrid (España) en 1881, por San Benito Menni, sacerdote de la Orden de San Juan de Dios, junto con María Josefa Recio y María Angustias Giménez, elegidos por Dios para dar respuesta a la situación de abandono sanitario y exclusión social de las mujeres con enfermedad mental de la época, aunando dos criterios fundamentales: caridad y ciencia.

La hermana Idília María Carneiro fue elegida Superiora General de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús el pasado mes de mayo. La elección tuvo lugar en el XXI Capítulo General, donde 34 miembros de la Congregación se reunieron en Roma para dar inicio a una etapa de discernimiento y reflexión sobre el carisma de la institución.

“El Capítulo General es el acontecimiento más importante en la vida de una Congregación, pues en él se hace una evaluación de lo realizado y vivido durante el sexenio, se planifica el futuro, buscando responder a las necesidades de hoy, y se eligen a las hermanas del Gobierno General que han de guiar la vida y misión de la Congregación en los próximos seis años”, anticipaba la entonces Superiora General, hermana Anabela Carneiro, (hermana de la actual Superiora), en la víspera del encuentro que se desarrolló bajo el lema: “Revestíos de entrañas de misericordia. Signos proféticos de esperanza y de la cercanía de Dios a la humanidad que sufre”.

Idília María Carneiro nació en Mozambique en 1966. Es la cuarta de cinco hermanos, tres de los cuales son Hermanas de su misma congregación. Sor Idília María se crió en una familia con raíces católicas profundas, lo que le formó como persona y mujer de fe, de donde viene también su vocación consagrada: “Aprendí de mis padres a vivir la fe cristiana a través de la oración y la caridad activa. Aprendí a rezar el rosario todos los días y a prestar especial atención a los pobres». También fue decisivo en su vida todo lo que vivió en la parroquia, donde formaba parte de un grupo de jóvenes que recibían catequesis.

La hermana Carneiro ingresó en las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús en 1984. Es licenciada en Trabajo Social por el Instituto Superior de Ciencias Sociales y Políticas de Lisboa y tiene un máster en Espiritualidad y Ética de la salud y un posgrado en Gestión de Recursos Humanos. En esta entrevista con Omnes habla sobre su vocación y el carisma de la Congregación a la que pertenece.

Casa de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús en Ciempozuelos, España (Hermanas Hospitalarias)

¿Qué significa para usted la palabra “vocación”?

– Es un don de amor gratuito que Dios nos ofrece. Por eso, la primera actitud que pido a Dios es de agradecimiento y, después, actitud de servicio, porque al amor se responde amando. La vocación es una llamada única y personal que el Señor hace a cada uno para vivir y entregar la vida de un modo particular, según el espíritu al que Dios te llame.

En nuestra Congregación, es una vocación hospitalaria, una llamada a vivir con Jesús, buen samaritano, la aventura de estar cerca del dolor de las personas enfermas, respondiendo con cercanía, escucha y comprensión.

¿Cómo descubrió la llamada de Dios a seguirle como Hermana hospitalaria?

– El descubrimiento de mi vocación fue una sorpresa, porque no estaba en el horizonte de mi vida. A los 16 años, tuve mi primer contacto con la vida de las Hermanas Hospitalarias en Braga (Portugal) al participar en un fin de semana de actividades para jóvenes. Recuerdo lo que me costó el primer contacto con los enfermos, sobre todo los que estaban más graves, pero poco a poco algo se fue abriendo dentro de mí y empecé a sentir que mi vida tenía un horizonte diferente y que éste se iba ampliando cuanto más me entregaba. 

La experiencia de servir a los enfermos dio a mi vida un giro de 180 grados: fue despertando en mí una perspectiva de vida basada en el amor y la gratuidad. Me di cuenta de que era con los enfermos donde me sentía feliz. Al mismo tiempo, hacía mella en mí el contacto con las hermanas, la alegría que mostraban al dedicar su vida al servicio de los enfermos, el conocimiento de la Congregación y de los fundadores – Benito Menni, María Josefa y María Angustias- así como su experiencia de descubrimiento vocacional, los momentos de oración y encuentro fraterno…

Mi camino interior de escucha a Dios y de búsqueda de lo que Él soñaba para mí me ha hecho ver mi vida, no desde mi propia perspectiva sino desde la perspectiva de Dios: reconociéndome amada por Él y donde este amor me despierta cada día para amar y servir a mis hermanos.

¿Cómo se concreta esta llamada en la vida cotidiana?

– El carisma hospitalario nos identifica cada vez más con Jesús compasivo y sanador, que ha pasado por el mundo curando a todos y haciendo el bien. La hospitalidad trata de poner en el centro a la persona, ofreciendo espacio y tiempo, atención y cuidado, humanidad y recursos a los más vulnerables. Es, además, un estilo de vida que, en el día a día, habla de acogida, de aceptación del otro como es, de respeto mutuo y de corazón abierto y, también, de dejarse acoger. Todos necesitamos dar y recibir.

Como al Buen Samaritano, nos interpela especialmente el sufrimiento y la necesidad de aquellos que están al borde del camino y nosotras no podemos pasar de largo porque nos sentimos llamadas a servir a la humanidad sufriente, a acoger al necesitado, a la universalidad, al amor, al servicio, a la ayuda y cuidado mutuo. 

Como Hermanas Hospitalarias lo vivimos desde nuestra vida consagrada, en comunidad, es decir,  compartiendo la vocación con otras hermanas, sintiéndonos, además, enviadas a evangelizar y llevar la Buena Noticia de la Hospitalidad de Dios a los hermanos que sufren y se sienten más frágiles. Forman parte de nuestra comunidad también colaboradores y laicos, pues ser hospitalarios es ser constructores de paz y de fraternidad, sembradores de esperanza y dignidad, porque reconocemos a Jesús en las personas que sufren enfermedades mentales y discapacidad intelectual. Nuestra misión es atender de manera integral a la persona, uniendo ciencia y humanización, sobre todo a las personas más desfavorecidas y las que presentan mayor necesidad, en el respeto y defensa de la vida.

¿Qué pueden aportar las personas que siguen este carisma concreto al mundo? 

– Lo primero que aportamos es precisamente corazón y compasión, cercanía y humanidad, atención cualificada según los avances de la ciencia y técnica en el área de la salud, de acuerdo con los principios de la Doctrina Social de la Iglesia. Queremos seguir siendo una Institución que contribuye a una sociedad más justa y fraterna en la que las personas más vulnerables, por su situación de enfermedad mental y exclusión, y sus familias, tengan efectivamente un lugar, una voz, un espacio vital que les ayude a sentirse y reconocerse como personas, queridas y respetadas, acompañadas e integradas. A aquellos que hoy son tantas veces, descartados en nuestra sociedad, queremos decirles que, para nosotros, para Dios, son los primeros.

La sociedad está viendo cómo se multiplican los problemas de salud mental y nosotros queremos estar ahí, dando respuestas humanizadoras y actualizadas a las necesidades de hoy, como lo hizo nuestro fundador, San Benito Menni.

Este modo de vivir claramente no está de moda; muchas veces no se entiende o incluso se rechaza sin apenas conocerlo. A estas personas que rechazan esta manera de vivir, ¿cómo les explicaría su elección?

– Elegimos esta vida porque, desde la experiencia de sentirse misericordiosamente amadas por Dios, queremos ser testigos de que el Cristo compasivo y misericordioso del evangelio permanece vivo entre los hombres y esto nos impulsa a ser mujeres de Dios, al servicio de la persona que sufre y a evangelizar por medio de la hospitalidad.

Es la misericordia de Dios que sana y genera comunión, la que nos abre horizontes de amor ilimitado y universal, y da sentido a nuestras vidas. Es la opción de vivir precisamente a partir de un servicio dignificador a las personas con sufrimiento psíquico. Esta es la opción que elige nuestra institución y el legado que recibimos de nuestro fundador San Benito Menni: la persona en el centro, la persona en la que reconocemos la imagen viva de Jesús, el lugar teologal donde Dios se nos revela y donde servimos y cuidamos la vida, sagrada e inviolable; la persona como sujeto del proceso terapéutico y del proyecto de vida. 

El autorLeticia Sánchez de León

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Vaticano

El Papa Francisco en Timor Oriental, entre espiritualidad y diálogo

Timor Oriental es la tercera parada del 45 viaje apostólico del Papa Francisco. El país ha recibido al pontífice con alegría y calidez en esta primera visita papal.

Hernan Sergio Mora·9 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

El lunes 9 de septiembre, el Papa Francisco partió de Papúa Nueva Guinea e inició una visita histórica a Timor Oriental, un país pequeño, pero profundamente católico del sudeste asiático, rico en historia y tradiciones culturales. Allí estará hasta el miércoles 11, en su tercera etapa del viaje apostólico

Últimos compases en Papúa Nueva Guinea

La séptima jornada del viaje papal comenzó por la mañana temprano en Papúa Nueva Guinea, con el encuentro con los jóvenes que tuvo lugar en el estadio Sir John Guise de Port Moresby. El evento fue un derroche de alegría y celebración, con alrededor de 20.000 fieles dando la bienvenida al Pontífice con cantos, bailes tradicionales y testimonios.

El responsable de la Comisión Juvenil, el obispo de Kimbe, abrió el encuentro dando una cálida bienvenida. A continuación, los jóvenes presentes ofrecieron diversas representaciones teatrales y musicales, compartiendo historias de fe y esperanza.

Durante su discurso, el Papa Francisco animó a los jóvenes a vivir con fe y valentía, y a convertirse en testigos del Evangelio en sus comunidades. “Les diré una cosa: estoy feliz por estos días pasados en este país, donde conviven mar, montaña y bosques tropicales; ¡Pero sobre todo un país joven habitado por muchos jóvenes!

Pero yo les pregunto: ¿cuál es el lenguaje que fomenta la amistad, que derriba los muros de división y que abre el camino para que todos entremos en un abrazo fraterno?” y a la respuesta de un joven: “amor”, el Papa añadió: “¿Y qué hay contra el amor? El odio. Pero también hay algo quizás peor que el odio: la indiferencia hacia los demás.» Y concluyó agradeciendo «a todos los que prepararon este hermoso encuentro».

Poco después, el Papa se trasladó al aeropuerto internacional Jacksons de Port Moresby, donde se celebró una ceremonia de despedida de Papúa Nueva Guinea. Después de saludar a los líderes locales, el Santo Padre partió hacia Dili, capital de Timor Oriental.

Bienvenida en Timor Oriental

El vuelo del Papa Francisco pasó por Papúa Nueva Guinea, Australia e Indonesia antes de aterrizar en el aeropuerto internacional Presidente Nicolau Lobato de Dili a las 14.10 hora local.

Dili, ciudad de aproximadamente 277.000 habitantes, es la capital y ciudad más grande de Timor Oriental, un país con una historia compleja, que se independizó de Portugal en 1975, luego fue invadido en 1976 por Indonesia hasta el 20 de mayo de 2002, cuando finalmente declaró su independencia.

A su llegada, el Papa Francisco fue recibido por el Presidente de la República, José Manuel Ramos-Horta, y el Primer Ministro, además de dos niños vestidos con trajes tradicionales que le ofrecieron flores y un collar tradicional (tais).

Encuentro en el palacio presidencial

Después de un breve traslado a la Nunciatura Apostólica, situada cerca de la histórica iglesia de Sant’António de Motael, el Papa tuvo un encuentro oficial con el Presidente de Timor Oriental en el Palacio Presidencial Nicolau Lobato alrededor de las 18:30 horas (hora local).

El país recibió al Papa con una solemne ceremonia de bienvenida con himnos nacionales, banderas y cañonazos. Veintinueve niños vestidos con trajes tradicionales recibieron al Pontífice con flores y otro pañuelo tradicional (tais), símbolo de respeto y amistad.

Reunión con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático

En el libro de oro, el Papa escribió su dedicatoria en español: “Doy gracias al Señor que me trajo a Timor Oriental y animo a su pueblo a vivir la alegría de la fe en armonía y diálogo con la cultura. Lo mejor y más hermoso que tiene Timor Oriental es su gente. Os bendigo desde el fondo de mi corazón. Francisco, 9 de septiembre de 2024”.

En su primer discurso leído en español, el Papa Francisco recordó cómo los primeros misioneros dominicos llegaron al país procedentes de Portugal en el siglo XVI, «trayendo consigo el catolicismo y la lengua portuguesa».

Asimismo añadió que «el cristianismo se incultura”. Una doctrina «que promueva el desarrollo de las personas y especialmente de los más pobres».

En un país con tantos jóvenes, el Santo Padre sugirió «que el primer ámbito en el que debemos invertir es la educación, la familia y la escuela, una educación que ponga a los niños y a los jóvenes en el centro y promueva su dignidad».

Concluyó sus palabras encomendándolas a la «protección de la Inmaculada Concepción, su patrona celestial, invocada con el título de Virgen de Aitara».

“Ojalá les acompañe siempre y les ayude en la misión de construir un país libre, democrático y solidario -concluyó- donde nadie se sienta excluido y todos puedan vivir en paz y dignidad”, dijo.

Al final del encuentro, el Papa dio su bendición a unas mil personas, empleados del Palacio Presidencial y sus familias que se reunieron en el patio frente a la entrada principal. Después de una foto grupal, el Presidente de la República despidió al Papa, concluyendo así una jornada llena de encuentros y significados.

El autorHernan Sergio Mora

Vaticano

Papa Francisco: «Que cada uno de nosotros promueva el anuncio misionero allí donde vive»

El sexto día del viaje apostólico del papa Francisco y segundo en Papúa Nueva Guinea tuvo dos eventos especiales: la misa dominical en el estadio Sir John Guise y por la tarde una visita a la ciudad periférica de Vanimo, a mil kilómetros de distancia.

Hernan Sergio Mora·9 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

La jornada del Pontífice en la capital de Papúa Nueva Guinea, Port Moresby, comenzó con la visita en la Nunciatura al Primer Ministro James Marape. Poco después partió hacia el Sir John Guise, un estadio repleto de fieles que le esperaban con cantos, especialmente animados cuando el Papa Francisco hizo su giro en un auto de golf abierto, partiendo del estadio de fútbol adyacente.

El Papa, con buen aspecto en silla de ruedas, celebró la santa Misa que contó con oraciones en inglés, motu y tok pisin, y diversos cantos.

En su homilía, hablando del milagro de Jesús con el sordomudo, recordó que «hay una sordera interior y un mutismo del corazón que dependen de todo lo que nos cierra en nosotros mismos, nos cierra a Dios y a los demás: el egoísmo, la indiferencia, el miedo a correr riesgos y exponernos, el resentimiento, el odio y la lista podría seguir”.

El Pontífice, explicando la parábola, aseguró que «esta es la cercanía de Jesús, que viene a tocar nuestras vidas y quitar toda distancia». Porque «como afirma san Pablo, con su venida Él anunció la paz a los que estaban lejos».

“Jesús se acerca y como al sordomudo nos dice también a nosotros: ‘Effeta’, es decir, ‘Abrete’”. Y concluyó con una exhortación: «El Señor también les dice hoy a ustedes: ‘¡Ánimo, no temas, pueblo papú! ¡Abrirse! Ábrete a la alegría del Evangelio, ábrete al encuentro con Dios, ábrete al amor de tus hermanos».

Después del rezo del ángelus partió hacia la Nunciatura donde almorzó y se dirigió al aeropuerto internacional de Jacksons. Desde aquí, un avión militar C-130 lo llevó en poco más de dos horas a la ciudad de Vanimo, con 40.000 habitantes de los cuales el 30 por ciento son católicos.

En la explanada frente a la Catedral de la Santa Cruz, sede episcopal de la diócesis de Vanimo, algunos miles de fieles lo recibieron entre bailes y cantos, a lo que se sumaron las palabras del obispo, el testimonio de un catequista, de un pequeño Niña del Hogar de Niñas de Luján, de una religiosa y de una familia.

El Papa recordó que «desde mediados del siglo XIX la misión aquí nunca ha cesado: religiosos, religiosas, catequistas y misioneros laicos no han cesado de predicar la Palabra de Dios y de ofrecer ayuda a sus hermanos».

«Así – añadió el Papa – iglesias, escuelas, hospitales y centros misioneros testimonian a nuestro alrededor que Cristo ha venido para traer la salvación a todos, para que cada uno florezca en toda su belleza para el bien común».

Y aunque «hemos escuchado cómo algunos de ustedes, para hacer esto, afrontan largos viajes, para llegar incluso a las comunidades más lejanas», recordó que «también podemos ayudarles de otra manera, y es que cada uno de nosotros promueva el anuncio misionero allí donde vive, es decir, en la casa, en la escuela, en los ambientes de trabajo; para que, en todas partes, en la selva, en las aldeas o en los pueblos, a la belleza del paisaje corresponda la belleza de una comunidad en la que las personas se aman».

Por ello los invitó a formar «como una gran orquesta» para poder «expulsar del corazón de las personas el miedo, la superstición y la magia; de terminar con los comportamientos destructivos como la violencia, la infidelidad, la explotación, el consumo de alcohol y drogas».

“Recordemos – concluyó el Sucesor de Pedro – que el amor es más fuerte que todo esto y su belleza puede sanar al mundo, porque tiene sus raíces en Dios.

También se puso una Rosa de Oro ante la imagen de la Virgen María y el obispo rezó la oración de consagración a María.

Poco después, el Pontífice visitó la Holy Trinity Humanistic School, colegio católico gestionado por la parroquia y el Instituto del Verbo Encarnado. Recibido por los misioneros y acompañado a la School & Queen of Paradise Hall, Francisco asistió a un concierto de la orquesta estudiantil de los alumnos y posteriormente tuvo una reunión privada con los misioneros.

La jornada concluyó con el regreso a Port Moresby, a la Nunciatura, donde el Pontífice pasó la noche esperando su último día en Papúa Nueva Guinea.

El autorHernan Sergio Mora

Vaticano

Universidad Pontificia Urbaniana, entre las reformas y la huella misionera

Las reformas que está sufriendo la Universidad Pontificia Urbaniana tienen como objetivo cumplir con el deseo del Papa Francisco de que esta institución responda a las necesidades actuales de la Iglesia y del mundo.

Giovanni Tridente·9 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

En el contexto de la renovación exigida por el Papa Francisco para las universidades pontificias que dependen directamente de la Santa Sede, en las últimas semanas han surgido algunas actualizaciones significativas en relación con la Pontificia Universidad Urbaniana.

Esta institución, que depende del Dicasterio para la Evangelización, de la Sección para la Primera Evangelización y de las Nuevas Iglesias Particulares, siempre ha estado orientada a la misión y ahora se encuentra en el centro de un importante proceso de transformación.

Reformas en curso

Un año después del nombramiento del profesor Vincenzo Buonomo como Delegado Pontificio y Rector, se han filtrado algunos datos útiles que dan una idea de las reformas en curso. Según informa la Agencia Fides, también dependiente del Dicasterio Misionero, en diez meses se ha producido una reducción de costes de más de 1,5 millones de euros y una racionalización del personal docente. De hecho, el número de profesores permanentes pasó de 62 a 47, mientras que el número de conferenciantes se redujo de 113 a 40. La estrategia seguida consistió básicamente en eliminar duplicidades y trayectorias académicas redundantes.

Sin embargo, esta reforma no tiene que ver sólo con la eficiencia económica, sino que pretende mejorar la calidad de la oferta educativa, al menos en las intenciones del Santo Padre. De hecho, dirigiéndose a los participantes en la reciente Asamblea Plenaria del Dicasterio, Francisco subrayó que es fundamental permitir que el Ateneo fundado por su predecesor Urbano VIII en 1627 responda a las necesidades actuales de la Iglesia y del mundo.

“No vivimos en una sociedad cristiana, sino que estamos llamados a vivir como cristianos en la sociedad pluralista de hoy”, dijo el Papa, reconociendo la importancia de que la formación impartida en la Urbaniana no se limite a transmitir conocimientos, sino que sea capaz de proponer “herramientas intelectuales capaces de proponerse como paradigmas de acción y pensamiento” para anunciar el Evangelio en un mundo cada vez más marcado por el pluralismo cultural y religioso.

Retos de futuro

La Asamblea Plenaria, no por casualidad, había sido convocada específicamente para debatir la identidad, misión y futuro de la Urbaniana, y a ella asistieron cardenales, obispos y misioneros de todo el mundo. Las sesiones de trabajo recogieron las aportaciones de 26 Conferencias Episcopales, en particular de África y Asia, que destacaron por su parte la necesidad de reforzar el carácter misionero de la Universidad, reforzando el vínculo con las Iglesias locales y mejorando la formación de los responsables eclesiásticos llamados a afrontar realidades culturales diferentes.

A continuación, el Pontífice reiteró -tranquilizando las inquietudes surgidas en los últimos meses- que no hay en el horizonte ninguna iniciativa para “disolver” esta Universidad con otras ya presentes en Roma y dependientes del Vaticano. “¡No! Esto no sirve”, dijo tajantemente, insistiendo en la autonomía y la identidad misionera de la universidad situada en la colina del Janículo, a dos pasos de la plaza de San Pedro, dejando claro que el futuro de la institución debe basarse en su especificidad y en su capacidad de encarnar el impulso misionero de la Iglesia.

Ampliando su mirada a las instituciones académicas en general, Francisco explicó que para que una institución académica resulte atractiva se requiere un profesorado dedicado, un fuerte compromiso con la investigación académica y la capacidad de hacer una contribución significativa a la doctrina.

Añadió que, para utilizar bien los recursos, es necesario unificar caminos similares entre las distintas instituciones pontificias, compartir profesores y planificar las actividades con prudencia, evitando el despilfarro. “No tengáis miedo a la creatividad: necesitamos esta sana creatividad”.

Misión e internacionalización

En cuanto a los objetivos de la renovación en curso, de las últimas reuniones surgió la necesidad de ampliar y reforzar los centros de investigación de la universidad misionera, cruciales para su vocación global.

El Papa Francisco citó como ejemplo el Centro de Estudios Chinos y Asiáticos, con la esperanza de que se creen nuevos centros dedicados a otras áreas geográficas y culturales. Este refuerzo no solo permitirá a la universidad abordar mejor las especificidades de los contextos locales, sino que también favorecerá el encuentro entre la fe y las culturas cambiantes.

Al mismo tiempo, se animó a ampliar la red de seminarios e institutos afiliados a Urbaniana, que representan un puente hacia las Iglesias locales. Con más de 100 institutos conectados en 40 países, el Ateneo puede contar con una vasta red de colaboración que refuerza su papel de promotor de la evangelización a nivel mundial.

Vladímir Serguéyevich Soloviov

Vladímir Serguéyevich Soloviov quiso comprender en sus obras al hombre en su trágica situación de escoger libremente entre la fealdad del mal y la belleza del bien.

9 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

Vladímir Serguéyevich Soloviov nació en Moscú en 1853. Su padre fue el célebre historiador Serguéi Soloviov (nacido y muerto en Moscú en 1820-1879), profesor de historia en la Universidad de Moscú, quien publicó diversas obras entre las que figura como su obra maestra la “Historia de los tiempos antiguos” (1851-1880).

Retrato de Soloviov (Wikimedia Commons)

Con su obra “Crisis de la filosofía occidental” (Moscú 1874), había iniciado una lucha contra el positivismo, pujante entonces en Europa y que comenzaba a penetrar en Rusia. En 1875 terminó con brillantez sus estudios de Filosofía y se dedicó a la enseñanza en Moscú desde los 22 años hasta 1880 en que se trasladó a San Petersburgo para entregarse a la enseñanza en la Universidad de la ciudad y trabajar en el Instituto Superior para la enseñanza de la mujer.

Por sus ideas ponderadas frente al paneslavismo y por su aprecio a los valores tanto rusos como del mundo occidental fue de hecho sometido al ostracismo en el ámbito académico. Entre 1875 y 1876 viaja a Inglaterra -donde conoce los esfuerzos del cardenal Newman en pro de la unión de la Iglesia anglicana y la católica-, a Francia, Italia y Egipto, donde estudia la filosofía india.

En 1881 muere Dostoievski y Soloviov es uno de los amigos que lleva sobre sus hombros el ataúd del novelista. En ese año es asesinado el zar y 14 días después Soloviov pide el indulto de los asesinos de la pena de muerte a que habían sido condenados. Los eslavófilos consiguen que se le prohíba hablar en público y se le prive de la docencia por haber defendido públicamente la necesidad de abolir la pena capital. Dice sobre la pena de muerte que aplicando dicha pena la sociedad declara que el reo es culpable en el pasado, malvado en el presente e incorregible en el porvenir. Pero la sociedad no puede pronunciarse absolutamente sobre la incorregibilidad del reo en el porvenir.

Soloviov y la armonía

Admirador del pueblo judío, a los treinta años empieza su estudio de la lengua hebrea e inicia años más tarde varias campañas contra el antisemitismo. Para Soloviov ningún pueblo debe vivir en sí, por sí o para sí, pues la vida de cada pueblo es una participación en la vida general de la humanidad. En la división y aislamiento de los núcleos humanos encuentra Soloviov el origen de todos los males. El verdadero bien social es la solidaridad, la justicia y la paz universal.

Hay una triple violación de esta armonía: cuando una nación atenta contra la existencia o la libertad de otra; cuando una clase social oprime a otra; y cuando el individuo va contra el Estado o éste oprime a aquél. La fórmula verdadera de la justicia es ésta: cada ser particular, individuo o nación, ha de tener siempre para sí un lugar en el organismo universal de la humanidad.

A partir de entonces vive retirado estudiando, escribiendo y realizando obras de caridad hasta 1900, año de su muerte. Estudia Historia de la Iglesia y de la Teología, escribe los “Fundamentos espirituales de la vida” (1882-1884) y “La evolución dogmática de la Iglesia en relación con la cuestión de la Unión de las Iglesias” (1886).

Además de filósofo Soloviov fue un gran poeta de acentuado lirismo y, aunque su poesía es profunda, algunas de sus composiciones son populares en Rusia (“Niebla matutina”, “Resurrección”, “Oh amada”). En una de ellas, “Ex Oriente lux”, se dirige a Rusia para preguntarle: “Dime, ¿quieres ser el Oriente de Jerjes o el de Cristo?”.

La filosofía de Vladímir Serguéyevich Soloviov

Dejando aparte su elevada obra poética, entre sus obras filosóficas cabe considerar como las más importantes: “Principios filosóficos del saber unificado” (1877), “Lecciones sobre la humanidad de Dios” (1878-81), “Crítica de los principios abstractos” (tesis doctoral en Filosofía, Moscú 1880), “Historia y porvenir de la teología” (Agram 1887), “Justificación del bien” (San Petersburgo 1897), “La Russie et l´Eglise Universelle” (París 1889 y en ruso San Petersburgo 1912).

Soloviov critica las filosofías abstractas, que se fundan en el pensamiento o ideas a priori, y también al empirismo, que se limita a reconocer el valor para el conocimiento de los fenómenos externos. Afirma que la experiencia que conduce al conocimiento no es solo la externa sino también la interior por la que cabe llegar a lo absoluto y, desde luego, a la conciencia personal.

El objeto del conocimiento puede presentarse: como lo que existe absolutamente (Ente) y se conoce a través de la creencia en su existencia absoluta; como esencia o idea (Esencia) y se conoce a través de la contemplación especulativa o imaginación de tal esencia o idea; como fenómeno (Acto) y se conoce a través de su encarnación, sensaciones actuales o datos empíricos de nuestra conciencia natural sensible.

Fuera de Cristo, Dios no aparece para nosotros como realidad viva. En Él está fundada la común religión universal, dice Soloviov. Me atrevo a preguntar por mi cuenta: ¿Las demás religiones, las no cristianas, en lo que tienen de actual y verdadero, no han adoptado de Cristo -sin saberlo conscientemente- lo que las mantiene para sus seguidores como creencias que siguen suscitando consuelo, esperanza y sentido a sus vidas? Como ejemplos de tal pregunta, ¿no alimentó Cristo a Gandhi y a Tolstoi? ¿Cristo, en la madre Teresa de Calcuta, no se sigue revelando hoy a los hombres de las distintas creencias incluidas las agnósticas que se limitan a decir que no conocen?

El pudor y la ley moral

Soloviov en moral quiere comprender al hombre en su trágica situación de escoger libremente entre la fealdad del mal y la belleza del bien. Ve en el sentimiento de pudor, en su más auténtico significado, cómo se manifiesta experimentalmente lo moral en el hombre. Tal sentimiento de pudor distingue al hombre de toda la naturaleza física, no sólo de la exterior a él sino también de la propia, cuando se avergüenza de sus concupiscencias. Resume su pensamiento así: “He oído la voz divina y he tenido miedo de aparecer desnudo en mi naturaleza animal. Me avergüenzo de mi naturaleza concupiscente, luego subsisto y existo como hombre”. En el sentimiento de pudor se refleja la ley moral en una de sus manifestaciones mandándonos subordinar las pasiones al área de la razón mediante la ascesis.

Cristianismo universal

Soloviov ve la única solución de los problemas de Rusia y del mundo en el cristianismo universal y ve, por eso, la urgencia de la unión de los cristianos que es el modo de preparar la unidad del género humano. Sobre Cristo está fundada la Iglesia universal, la religión común de todos los hombres. Pero Cristo-Dios-Hombre lo hemos de buscar no solo en el pasado sino también en el presente, no solo en nuestra limitación personal sino en su revelación social. De ahí su consejo: confórmate interiormente con el vivo Dios-Hombre-Cristo; reconoce su presencia real en la Iglesia universal.

Soloviov pensó que en la unión con la Iglesia católica debería procederse paulatinamente preparando el ambiente y manteniéndose como ortodoxo. Pero previendo su próximo fin o tratando de llevar a la práctica sus creencias, el 18-2-1896 fue recibido en la Iglesia universal por el sacerdote católico ruso Nicolai Alekseevic Tolstoi, en la capilla de los Tolstoi en Moscú dedicada a Ntra. Sra. de Lourdes. Murió en una finca del príncipe Trubetzkoi, en Moscú, en 1900.

América Latina

Congreso Eucarístico Quito 2024, “fraternidad para salvar el mundo”

El 53 Congreso Internacional Eucarístico, con el lema “Fraternidad para salvar el mundo”, está listo para comenzar el domingo 8 de septiembre, con una Misa multitudinaria en la que 1.600 niñas y niños de Ecuador recibirán su Primera Comunión. Antes, el día 4, arrancó el Simposio Teológico.  

Francisco Otamendi·8 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

El arzobispo Alfredo Espinoza, presidente del Comité Organizador del Congreso, ha calificado la voz del 53 Congreso como “de esperanza” y “profética”, que proclamará “a todos que la fraternidad es el único camino posible para hacer y construir un mundo nuevo”. 

“Son muchas las heridas del mundo” y ahí está la misión del Congreso Eucarístico, que pretende mostrar que “la Eucaristía nos lleva a ser constructores de fraternidad”. “El Congreso Eucarístico nos hará tomar plena conciencia de que somos ‘misioneros eucarísticos de fraternidad’”, manifestó en mayo en la presentación en Roma. 

Ahora, ya desde Ecuador, el arzobispo ha dado la bienvenida hace unos días a las miles de personas que acudirán a Quito estas semanas de septiembre: laicos, religiosos/as, consagrados/as, sacerdotes y obispos, en decir, a todo el Pueblo de Dios, a un congreso en el que se celebran los 150 años de la Consagración del Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús.

Simposio Teológico 

Sus palabras han sido también un “pistoletazo de salida”, porque del 4 al 7 de septiembre ha tenido lugar un Simposio Teológico Eucarístico, en la sede de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.

El corresponsal de Omnes en Ecuador, Juan Carlos Vásconez, preguntó en una entrevista a Monseñor Alfredo Espinoza, qué experiencias podrían esperar quienes asistan a este congreso. Ésta fue su respuesta: “Les diría que pueden esperar una gran acogida, un ambiente de alegría, la riqueza de la vivencia de un pueblo que ama a Dios, vive la Eucaristía y manifiesta su fe, que pide la bendición, un signo característico de nuestro pueblo. Puede esperar la diversidad cultural y un folklor único, y algo que no lo tiene nadie, Quito es “La Mitad del Mundo”, el congreso se realiza en la latitud cero del mundo, y desde aquí, para el mundo entero, queremos abrir desde ya nuestras manos y nuestro corazón. ¡Los esperamos!”.

Entre los ponentes del Simposio se encuentran la Dra. Rosalía Arteaga, el Dr. Gonzalo Ortiz Crespo o la Dra. Vitória Andreatta De Carli, la Hna. Rosmery Castañeda, los Prof. Pablo Blanco (Universidad de Navarra), y Paolo P. Morocutti (Universidad Católica del Sagrado Corazón. Pontificia Universidad Gregoriana), los jesuitas Damian Howard (Universidad de Oxford), y Fernando Roca (Universidad Católica de Perú), o el empresario Juan Carlos Holguín.

Cardenal Porras: Eucaristía y Sagrado Corazón de Jesús

“Ecuador, país eucarístico consagrado al Sagrado Corazón de Jesús desde 1874, se viste de gala para ser la sede del 53° Congreso Eucarístico Internacional del 8 al 15 de septiembre próximo”, ha señalado el cardenal Baltazar Porras, nombrado Legado Pontificio para el congreso, en un escrito fechado el 31 de agosto. “Desde el centro del mundo en nuestro continente latinoamericano nos uniremos al viaje apostólico del Papa Francisco a las antípodas, el extremo Oriente, donde el catolicismo está presente en minoría y en condiciones nada fáciles, para predicar que la fraternidad en Cristo es oferta de salvación para el mundo entero”.

“Ecuador tiene larga historia en torno a la Eucaristía y a la devoción al Corazón de Jesús”, ha subrayado el cardenal. “Cinco años después del primer congreso internacional en Lille (1881) se celebró el primer congreso eucarístico nacional en Quito, en ocasión del segundo centenario del culto al Corazón de Jesús, bajo el patrocinio del Corazón Inmaculado de María, del patriarca San José y de Santa Rosa de Lima, bajo el pontificado del sexto arzobispo de Quito, Mons. José Ignacio Ordóñez”.

Papa Francisco: congreso “austero, pero fructífero”

En la entrevista citada anteriormente, el primado Alfredo Espinoza señalaba a Juan Carlos Vázconez: “El Papa Francisco, en una audiencia privada al Consejo de Presidencia de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, de la que soy vicepresidente, me supo manifestar que él quería un Congreso Eucarístico “austero pero fructífero”. Me baso en esas palabras para decir que el principal argumento sería que queremos vivir un Congreso “fructífero”, que nos ayude a reflexionar, celebrar y profundizar en nuestras vidas de cristianos, la centralidad de la Eucarística y a asumir el compromiso de una “fraternidad para sanar el mundo”.

Puede señalarse en este contexto que el Pontífice, en su Mensaje con motivo de la 97ª Jornada Mundial de las Misiones de 2023, señaló que “es necesario recordar que un simple partir el pan material con los hambrientos en el nombre de Cristo es ya un acto cristiano misionero. Con mayor razón, partir el Pan eucarístico, que es Cristo mismo, es la acción misionera por excelencia, porque la Eucaristía es fuente y cumbre de la vida y de la misión de la Iglesia”.

Documento base

Por su parte, Juan Carlos Garzón, secretario general del Congreso Eucarístico, ha relacionado el tema del encuentro con la encíclica “Fratelli Tutti”, pues ésta “coincide con el significado eclesial de la Eucaristía, fuente de comunión para quien la celebra, con su misión de hacer visible en las heridas del mundo la obra sanadora de Cristo”.

El padre Garzón ha analizado el Documento Base del Congreso Eucarístico, que dará fundamento doctrinal y teológico al Congreso, y que en su introducción menciona “un sueño de fraternidad”. Una fraternidad, ha dicho el secretario general, que debe brotar “de la experiencia eucarística” y tender “hacia ella como a su fin”.

Las tres partes del Documento Base exploran tres perspectivas del tema principal, como informó Omnes: la fraternidad herida, la fraternidad realizada en Cristo y la fraternidad como sanación del mundo. 

Desde Roma, el presidente del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales, Corrado Maggioni, ha expresado en diversas presentaciones y artículos, que  el Congreso Eucarístico de Quito es “un llamamiento decisivo a la ‘fraternidad’ vista como un don del Cielo y, al mismo tiempo, como un compromiso humano para convertir las relaciones inimitables en vínculos fraternos, dentro de los afanes del presente”.

Programación, algunos ponentes  

Algunos eventos que pueden destacarse de la programación del congreso Quito 2024 son los siguientes.

Día 8, domingo. Eucaristía de apertura

Misa multitudinaria en la explanada del parque Bicentenario a las 10:00 h. 1.600 niños y niñas de la arquidiócesis de Quito recibirán su Primera Comunión. Preside Mons. Alfredo Espinoza, arzobispo de Quito y primado del Ecuador.

Día 9. Mundo herido

El Congreso abre con una serie de ponencias sobre las heridas que afectan a la humanidad. Intervienen, entre otros, Mons. Jaime Spengler, arzobispo de Porto Alegre (Brasil), y presidente del CELAM, el español Juan Manuel Cotelo, cineasta católico, y Rodrigo Guerra, Secretario del Pontificio Consejo para América Latina.

Día 10. Fraternidad Redimida en Cristo

La Hna. Daniela Cannavina, secretaria general de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR), compartirá testimonios inspiradores, como el del arzobispo de Brazzaville, Mons. Bienvenu Manamika o el cardenal Gregorio Rosa. Preside Mons. Francisco Ozoria, arzobispo de Santo Domingo.

Dia 11. Eucaristía y transfiguración del mundo

Intervienen Mons. Andrew Cozzens, obispo de Crookston (Minnesota, Estados Unidos), y Mons. José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela-Alicante, que pronunciará una conferencia sobre el Sagrado Corazón de Jesús y la Eucaristía.

Día 12. Una Iglesia sinodal

Preside el cardenal Mauro Gambetti, Vicario General de Su Santidad para el Estado de la Ciudad del Vaticano. Intervienen, entre otros, Mary We, asesora del Consejo de Apostolado Laico de la Arquidiócesis de Taipei,, y Mons. Graziano Borgonovo, Subsecretario del Dicasterio para la Evangelización, que hablará sobre la familia y la Eucaristía.

Día 13. Eucaristía: Salmo de fraternidad

El Congreso se centra en la Eucaristía como un salmo que alaba y fomenta la fraternidad entre los hijos de Dios. Preside el arzobispo de Sydney, Mons. Anthony Fisher. El tema será desarrollado por el cantautor católico argentino Pablo Martínez.

Día 14. Procesión Eucarística

Solemne misa a las 16,00 h en la iglesia de San Francisco. Seguidamente, se celebrará una procesión Eucarística que recorrerá las calles del centro histórico de Quito, adornadas con alfombras florales y acabará en la Basílica del Voto Nacional, donde se llevará a cabo la bendición con el Santísimo.

Día 15. domingo, Misa de clausura, Statio Orbis

Misa multitudinaria que marcará el cierre del Congreso, y en la que se anunciará la sede del próximo evento, que tendrá lugar en cuatro años. Preside el cardenal Baltazar Porras, Legado Pontificio.

ORACIÓN DEL 53° CONGRESO EUCARÍSTICO INTERNACIONAL QUITO 2024

Señor Jesucristo,

Pan vivo bajado del cielo:

Mira al pueblo de tu corazón

que hoy te alaba, te adora y te bendice.

Tú que nos reúnes alrededor de tu mesa

para alimentarnos con tu Cuerpo,

haz que superando toda división, odio y egoísmo,

nos unamos como verdaderos hermanos,

hijos del Padre Celestial.

Envíanos tu Espíritu de amor,

para que buscando caminos de fraternidad, 

paz, diálogo y perdón,

colaboremos para sanar 

las heridas del mundo.

El autorFrancisco Otamendi

Recursos

¿Qué son los Congresos Eucarísticos Internacionales?

El 8 de septiembre comienza el Congreso Eucarístico en Ecuador, pero la historia de estos eventos se remonta a finales del siglo XIX. Con el paso de los años, se fueron determinando sus características y constituyendo organismos para facilitar su preparación y desarrollo.

Loreto Rios·8 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

Los Congresos Eucarísticos Internacionales comenzaron en Lille, una ciudad situada al norte de Francia, en 1881, en tiempos del Papa León XIII. En parte, nacieron de la espiritualidad de san Pedro Julián Eymard, conocido como “el apóstol de la Eucaristía” y fundador de la Congregación del Santísimo Sacramento, que promovió el espíritu eucarístico en su época por la secularización que observaba en su entorno. Fue una de sus hijas espirituales, Emilie Tamisier, quien impulsó la organización del primer congreso eucarístico. Anteriormente, esta laica francesa ya había organizado peregrinaciones a santuarios que habían sido protagonistas de milagros eucarísticos. Tamisier colaboró asimismo en la organización del segundo congreso, en Aviñón (Francia), ciudad en la que había tenido lugar un milagro eucarístico en el año 1433.

Cronología de los congresos

Según indica el portal de la Santa Sede, “los primeros 24 Congresos Eucarísticos Internacionales no tuvieron un tema general. Fueron sobre todo los Congresos de las ‘Obras Eucarísticas’. Trataron del culto de la adoración, de la procesión, de la sagrada comunión (particularmente de los niños), del Sacrificio de la Misa, de las asociaciones y de los movimientos eucarísticos”. Estos primeros congresos buscaban promover la comunión frecuente en los adultos, bajo unas directrices determinadas, y la primera comunión en los niños, pues la costumbre de la época era retrasarla hasta la adolescencia: “A la luz de los decretos de san Pío X sobre la comunión frecuente, «Sacra Tridentina Synodus» (1905), y sobre la comunión de los niños, «Quam singularis» (1910), en la preparación y celebración de los Congresos se promovían la comunión frecuente de los adultos y la primera comunión de los niños”, indica en sus documentos sobre los Congresos Eucarísticos el Vaticano.

Durante el pontificado de León XIII se llevaron a cabo catorce Congresos Eucarísticos, entre 1881 y 1902, en Francia, Bélgica, Suiza y Jerusalén. Además, este Papa nombró patrón de los Congresos Eucarísticos Internacionales a san Pascual Baylón.

Seguidamente, durante el pontificado de Pío X se celebraron once congresos entre 1904 y 1914, con una perspectiva más internacional, pues se incluyó por primera vez el continente americano. Los países anfitriones fueron Francia, Italia, Bélgica, Inglaterra, Alemania, Canadá, España, Austria y Malta. El último de su época, en Lourdes, fue el primer congreso eucarístico con una temática específica: “Eucaristía y reinado social de Jesucristo”.

Por su parte, en época de Pío XI tuvieron lugar nueve congresos eucarísticos, que se desarrollaron entre 1922 y 1938 en Italia, Países Bajos, Estados Unidos, Australia, Túnez, Irlanda, Argentina, Filipinas y Hungría. Por primera vez, los congresos se celebraban en los cinco continentes, y desde entonces se estableció la costumbre de ir alternando las sedes por todo el orbe.

Los congresos eucarísticos se vieron interrumpidos por la segunda guerra mundial y no se retomaron hasta catorce años más tarde, en 1952 en Barcelona, de la mano de Pío XII. El segundo y último congreso eucarístico de su pontificado se celebró en 1955 en Río de Janeiro.

Solo se celebró uno durante el pontificado de Juan XXIII, en Múnich en 1960, mientras que Pablo VI organizó cuatro entre 1964 y 1976, en la India (ocasión en la que el Papa regaló su coche a Madre Teresa de Calcuta), Colombia, Australia y Estados Unidos.

Más recientemente, Juan Pablo II celebró siete entre 1981 y 2004 en Francia, Kenia, Corea del Sur, España, Polonia, Italia y México.

Los últimos congresos han sido con Benedicto XVI en Quebec (Canadá) en 2008 y en Dublín en 2012, y, ya con el Papa Francisco, en Cebú (Filipinas) en 2016 y en Budapest en 2021. El que se celebra en septiembre de este año en la capital de Ecuador es, por tanto, el 53.º Congreso Eucarístico Internacional.

Organización de los congresos

El objetivo de un Congreso Eucarístico Interncional es “siempre hacer conocer, amar y servir mejor a Nuestro Señor Jesucristo en su Misterio Eucarístico, centro de la vida de la Iglesia y de la misión de la Iglesia”.

El encargado de convocar los Congresos Eucarísticos Internacionales es el Papa, en la ciudad que le propone un obispo o una conferencia espiscopal.

En 1879, el Papa León XIII constituyó un Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales para que se encargase de la organización y preparación de los congresos. San Juan Pablo II aprobó sus estatutos en 1986.

En 1898, con ocasión del Congreso Eucarístico Internacional de Bruselas, se alentó a crear comités nacionales que facilitasen la organización en el país anfitrión, según se expresó en los documentos del congreso: “Sería útil que todos los países imitaran el ejemplo de los obispos de España, Italia y de los Estados Unidos de constituir un comité nacional para promover juntamente con los comités diocesanos más fácilmente las obras del Santísimo Sacramento y para asegurar los frutos de los congresos eucarísticos”.

En este marco, se estableció también la figura del delegado nacional, que “debe preparar para la Asamblea Plenaria un informe sobre la situación del culto y de la vida eucarística en su país”. La constitución de los delegados nacionales es posterior a la del comité nacional: fue aprobada oficialmente por san Juan Pablo II el 2 de abril de 1986.

El desarrollo de un congreso eucarístico

Aunque el congreso se celebre en un país concreto, se trata de un “acontecimiento de la Iglesia universal” y “debe involucrar en la participación a las iglesias particulares esparcidas por el mundo, como expresión de la comunión en Cristo Eucaristía”.

Habitualmente, el congreso eucarístico se prolonga durante una semana, aunque no hay una duración establecida, ya que según las particularidades y recursos de cada diócesis puede ser de un día o varios. El culmen de un Congreso Eucarístico Internacional es la Statio Orbis, que es “la celebración eucarística presidida por el Papa o por su legado como expresión visible de la comunión de la Iglesia universal”. La Statio Orbis se realiza en los Congresos Eucarísticos Internacionales desde 1960, reanudando “una costumbre de la antigua Iglesia de Roma […], cuando el Papa y el pueblo se unían en la oración en determinadas ocasiones”.

Además, la Santa Sede indica la importancia de que el congreso no sea un momento puntual en la vida espiritual de la diócesis, sino que se siga trabajando y alentando el culto a la Eucaristía posteriormente en las parroquias, manteniendo “viva la llama, de manera que los Congresos Eucarísticos Internacionales no queden solo en un hermoso recuerdo personal, sino que tengan continuidad pastoral”.

Aunque los congresos son un evento de la Iglesia, pueden incluir “una dimensión ecuménica e interreligiosa”. Hay varios elementos indispensables en el desarrollo de un congreso eucarístico. Su centro es “la celebración eucarística, fuente y vértice de toda vida cristiana”. Por tanto, se realizan oraciones en común, adoración al Santísimo Sacramento y procesiones eucarísticas. Además, se llevan a cabo conferencias y enseñanzas para profundizar en el misterio eucarístico.

Vaticano

El Papa pide paz y cuidado de la tierra en Papúa Nueva Guinea

El 45° viaje apostólico del Papa Francisco continúa en otra de las escalas del Sudeste Asiático y continuará hasta el 13 de este mes en otros dos países: Timor Leste y Singapur.

Hernan Sergio Mora·7 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

El Papa llegó ayer tarde a Port Moresby, capital de Papúa Nueva Guinea. En el aeropuerto fue recibido con honores en los que no faltaron los cañonazos, una guardia de honor y un homenaje floral llevado por dos niños vestidos con trajes tribales.

En su recorrido hasta la nunciatura, donde se aloja en estas jornadas, el Papa pudo sentir a los miles de personas que lo saludaban con antorchas y las luces de teléfonos móviles por las calles de la capital.

Encuentro con las autoridades

La mañana del sábado ha comenzado con la Santa Misa tras la que el Pontífice se trasladó a la Casa de Gobierno en Port Moresby, donde fue recibido por el gobernador general de Papúa Nueva Guinea, Sir Bob Bofeng Dadae, con quien mantuvo un encuentro privado.

En el libro de honor que le ofrecieron, Francisco escribió: «Estoy feliz de poder encontrarme con el pueblo de Papúa Nueva Guinea, espero que encuentre siempre luz y fuerza en la oración para caminar unidos por el camino de la justicia y la paz».

La segunda parada fue en la APEC Haus para el encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el Cuerpo Diplomático donde se realizó el primer discurso del día. “En vuestra patria, un archipiélago con cientos de islas, se hablan más de ochocientos idiomas, correspondientes a otras tantas etnias -indicó el Sucesor de Pedro- lo que pone de relieve una extraordinaria riqueza cultural”.

“Vuestro país – continuó el Santo Padre – además de islas y lenguas, es también rico en recursos terrestres y hídricos”. Si bien quiso aclarar que “estos bienes están destinados por Dios a toda la comunidad, y aunque para su explotación es necesario recurrir a competencias más amplias y a grandes empresas internacionales, es justo que en la distribución de los ingresos y en el uso de la mano de obra se tenga debidamente en cuenta las necesidades de las poblaciones locales, a fin de producir una mejora efectiva de sus condiciones de vida”.

Además de esta defensa de la casa común el Papa quiso señalar su deseo de que “cese la violencia tribal, que lamentablemente causa muchas víctimas, no permite a la gente vivir en paz y obstaculiza el desarrollo”. Un llamamiento a todos “para que se interrumpa la espiral de violencia y tomemos decididamente el camino que conduce a una colaboración fructífera, en beneficio de todo el pueblo del país».

Se dirigió también a “todos los que se profesan cristianos –la gran mayoría de vuestro pueblo– deseo sinceramente que la fe nunca se reduzca a la observancia de ritos y preceptos, sino que consista en amar a Jesucristo y seguirlo, y que pueda convertirse en cultura vivida, inspirando mentes y acciones y convirtiéndose en un faro de luz que ilumina el camino”.

“Felicito – concluyó el Santo Padre – a las comunidades cristianas por las obras de caridad que realizan en el país, y les insto a buscar siempre la colaboración con las instituciones públicas y con todas las personas de buena voluntad, empezando por los hermanos de otras comunidades cristianas, confesiones y de otras religiones, en favor del bien común de todos los ciudadanos de Papúa Nueva Guinea».

Con los niños de calle y discapacitados

Por la tarde, al salir de la Nunciatura Apostólica, el Santo Padre Francisco se dirigió en coche a la Escuela Secundaria Técnica Cáritas donde, a las 17 horas, hora local, visitó a los niños de Street Ministry y Callan Services.

Tras el saludo de bienvenida del cardenal arzobispo de Port Moresby y los aplausos y saludos, la música del coro y un baile tradicional, un niño con discapacidad y otro de la calle se dirigieron al Papa, y agradecieron a Callan Services y el trabajo de la Arquidiócesis.

“Gracias, Santo Padre, por su presencia entre nosotros”, dijo el primero, mientras el segundo añadió: “Usted ama a los niños desde que tomó la iniciativa de encontrarse con nosotros, a pesar de que no somos productivos, a veces creamos problemas, vagamos por la calle y nos convertimos en una carga para los demás.

El Santo Padre dirigió unas palabras de saludo a los niños, les dio la bendición, seguida del intercambio de regalos y la foto grupal entre aplausos y cantos.

Encuentro con el clero y religiosos

Poco después, el Santo Padre llegó al Santuario de María Auxiliadora donde fue recibido con gran fervor. “Les saludo a todos con afecto: obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas y catequistas. Agradezco al presidente de la Conferencia Episcopal sus palabras», así como a los testimonios, dijo a los presentes.

El Pontífice se centró en “tres aspectos de nuestro camino cristiano y misionero, subrayados por los testimonios escuchados: la valentía de comenzar, la belleza de estar allí y la esperanza de crecer”.

“Quisiera recomendarles una ruta importante hacia la cual pueden dirigir sus “salidas”: a las periferias del país. Pienso en las personas que pertenecen a los sectores más desfavorecidos de la población urbana, así como en quienes viven en las zonas más remotas y abandonadas, donde a veces falta lo necesario. Y también a los marginados y heridos, tanto moral como físicamente, por los prejuicios y las supersticiones, a veces hasta el punto de arriesgar la vida, como nos recordaron Santiago y Sor Lorena”, dos de los testimonios que, previamente, había escuchado el Papa.

Precisó además que “la belleza de estar allí no se vive tanto en los grandes eventos y momentos de éxito, sino en la lealtad y el amor con el que nos esforzamos por crecer juntos cada día”.

“¡Sigan así vuestra misión -concluyó el Pontífice- como testigos de valentía, de belleza y de esperanza! Les agradezco lo que hacen, les bendigo a todos desde el fondo de mi corazón y les pido, por favor, que no se olviden de rezar por mí». Tras la bendición, el intercambio de regalos, la foto con los obispos, saludó entre aplausos y cantos a los presentes que estaban en el patio.

El autorHernan Sergio Mora

Mundo

Segunda Sesión del Sínodo: ¿Hacia una asamblea eclesial europea?

Tras una reunión de 43 representantes de iglesias locales europeas, para preparar la segunda Asamblea del Sínodo, se abogó por “superar el clericalismo” y crear nuevos “ministerios” en la Iglesia. Una delegación del comité central de los católicos alemanes viajó a Roma al término del encuentro.

José M. García Pelegrín·7 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

En octubre de 2023 se celebró en Roma la primera sesión de la asamblea general del Sínodo de la Sinodalidad; la segunda sesión se desarrollará en octubre, también en la Ciudad Eterna. Para preparar esta segunda sesión, 43 representantes de iglesias locales europeas se reunieron del 29 al 31 de agosto en Linz, Austria.

Entre los asistentes se encontraron el arzobispo Gintaras Grusas, presidente del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), su adjunto Ladislav Nemet, y los presidentes de las Conferencias Episcopales de Italia, Austria y Suiza, además de Beate Gilles, secretaria general de la conferencia episcopal alemana.

También estuvieron presentes ocho de los diez participantes europeos en el sínodo que, sin ser obispos, tienen derecho a voto, como Helena Jeppesen-Spuhler, Thomas Söding, Myriam Wijlens y Thomas Schwartz. El documento fue presentado por Riccardo Batocchio, secretario especial de la Secretaría vaticana para el Sínodo.

Nostalgia, clericalismo y transparencia

Las sesiones se llevaron a cabo en siete grupos lingüísticos (alemán, inglés, francés e italiano) de seis personas cada uno. Klara Csiszar, decana de la Universidad Católica Privada de Linz y figura clave en la preparación del encuentro, destacó que se había logrado “una buena mezcla de obispos y laicos, hombres y mujeres, así como participantes de Europa occidental y oriental”. Se trabajó siguiendo el método del sínodo mundial, con debates privados y momentos de reflexión espiritual.

Aunque no se emitió una declaración conjunta, los informes de los grupos subrayaron la importancia de evitar la nostalgia, fomentar la colaboración entre las iglesias de Europa Oriental y Occidental, y aprovechar la “oportunidad ecuménica” en Europa. También se destacó que el catolicismo debe vivirse «en amplitud», con humildad y apertura al mundo, reconociendo que Europa ya no es el centro de la Iglesia, aunque su “corazón” siga en Roma.

Los participantes sugirieron superar el “clericalismo” —entendido como tal que sólo los clérigos deben dirigir la Iglesia—, sin restar autoridad a sacerdotes y obispos, promover la subsidiariedad y la consulta, y desarrollar “nuevos ministerios” como el asesoramiento espiritual.

Se enfatizó también la importancia de la formación, la responsabilidad y la transparencia, aunque se señaló que esta última puede ser problemática en países donde la iglesia es perseguida. El tema de la mujer fue considerado “esencial para mantener la credibilidad de la Iglesia”.

Asamblea eclesial europea

Tras la reunión, Thomas Söding, vicepresidente del comité central de los católicos alemanes (ZdK), publicó un artículo en la revista teológica “Communio”, en el que propone una “asamblea eclesial europea” para fomentar la sinodalidad en Europa, inspirada en las iniciativas de Sudamérica.

En el artículo escribe: “Todavía no existe una plataforma sólida en la que se puedan debatir las diferentes experiencias y respuestas y en la que se pueda contemplar la propia situación a través de los ojos de los demás. No habrá respuestas con valor eterno, pero necesitamos formas de diálogo que eviten la sospecha y el daño para crear comprensión y solidaridad”.

En una entrevista con “Vatican News”, Söding subrayó la necesidad de más sinodalidad en la Iglesia católica en Europa, con reuniones periódicas de amplia participación, que incluyan a laicos y obispos. Estas reuniones, afirmó, son cruciales para salvar las diferencias culturales, sociales y políticas dentro de Europa y apoyar el camino hacia la reforma de la Iglesia.

Esta última entrevista la mantuvo en el marco de la visita del ZdK a Roma, en la que participaron su presidenta Irme Stetter-Karp, el secretario general, Marc Frings, así como los vicepresidentes Claudia Nothelle y el propio Thomas Söding. Para el ZdK se trataba de “comprender a Roma y ser comprendido por Roma”.

El diálogo sobre los abusos

Los miembros del ZdK se reunieron con Mons. John Joseph Kennedy, secretario del Dicasterio para la Doctrina de la Fe como responsable de castigos canónicos para los autores de abusos, con los expertos en protección de menores Hans Zollner y Peter Beer, así como con el P. Markus Graulich, subsecretario en el Dicasterio para los Textos Legislativos hasta finales de agosto.

Al término de la reunión, en una entrevista con la agencia católica alemana de noticias KNA, Stetter-Karp hizo un resumen positivo: “Las tensiones entre el Camino sinodal y el Vaticano probablemente no se han resuelto del todo, ya que no se esfuman simplemente hablando. Pero allí donde hemos podido hablar abiertamente con nuestros interlocutores, la comprensión mutua ha aumentado”. Según la presidenta del ZdK, el “enfoque sistémico”; es decir “qué hay que cambiar en la organización de la Iglesia para tratar y prevenir los abusos y sus encubrimientos”, no está reconocido en general en el Vaticano, “pero existen similitudes de pensamiento con los dos interlocutores mencionados”, Zollner y Beer.

Camino sinodal alemán

Irme Stetter-Karp considera que, tras esta visita, “en Roma se entiende mejor que antes cuál es nuestra motivación en el camino sinodal. Antes estaban informados por terceros; ahora han hablado directamente con nosotros. Y creo que el clima ha cambiado y que nos han reconocido como cristianos comprometidos con su Iglesia”.

Aunque desde el ZdK hablan de un “viaje oficial” de dicho organismo al Vaticano, lo cierto es que los representantes del ZdK no han mantenido ninguna reunión de “alto nivel” en los dicasterios vaticanos. Además, la mayoría de las personas con las que se han reunido no tienen ya encargo oficial en el Vaticano: el P. Zollner abandonó en marzo de 2023 la Comisión pontificia para la protección de menores, siendo nombrado consultor de la Oficina para la Protección de Menores y Personas Vulnerables de la diócesis de Roma. El P. Graulich ha sido sustituido como subsecretario en el Dicasterio para los Textos Legislativos el 1 de septiembre.

Desde ningún organismo vaticano se ha producido declaración alguna respecto de dichas reuniones. 

Mundo

Juan Carlos Holguín: «Los fundamentos de la fe podrían ofrecer una vía hacia la resolución de los conflictos presentes»

El ex canciller del Ecuador ha sido uno de los ponentes del simposio Teológico que se desarrolla en Quito con motivo del 53 Congreso Eucarístico Internacional y que pretende reflexionar sobre la intrínseca relación que existe entre Eucaristía y Fraternidad en el contexto de un mundo herido.

Juan Carlos Vasconez·7 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

Juan Carlos Holguín Maldonado (Quito, 1983) fue designado por el presidente Guillermo Lasso Mendoza, como Ministro de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana en enero de 2022 hasta 2024.

Este empresario es además director y fundador de diversas organizaciones de la sociedad civil, y fue becario de la Fundación Konrad Adenauer enfocando su formación en campos de mecanismos regionales de integración, democracia y gobernabilidad.

Holguín centró la ponencia que ofreció, en el marco del Congreso Eucarístico Internacional que se desarrolla en Quito, en cómo la búsqueda de la fraternidad puede renovar el quehacer político en Ecuador y la importancia que la Consagración al Corazón de Jesús de la nación, en 1874, sigue teniendo en esta renovación

Comencemos hablando de la consagración de Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús, un momento histórico significativo. ¿Qué lo inspiró a enfocarse en este tema?

–Para mí, hablar de la consagración de Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María es fundamental, no solo como un hecho histórico, sino como una realidad espiritual que sigue influyendo en nuestro presente. 

La idea de consagrar públicamente el Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús le había sido sugerida al presidente Gabriel García Moreno por el Padre Manuel Proaño, Director Nacional del Apostolado de la Oración. En su respuesta en una de las misivas que cruzaron estos dos personajes históricos, el expresidente, con algunas vacilaciones producto de su sinceridad, le dice: “¿y será el Ecuador una ofrenda digna del Corazón del Hombre-Dios? ¿Reina la justicia en el foro, la paz en las familias, la unidad en los ciudadanos, el fervor en los templos?” y la pregunta que nos debemos hacer hoy es si seguimos siendo dignos de esa consagración.

Y mi respuesta es: definitivamente sí. Pero con algunos matices. 

En su discurso mencionó que Ecuador, a pesar de su rica historia religiosa, sigue enfrentando desafíos importantes. ¿Cómo ve esa tensión entre el pasado de fe y los problemas actuales?

–Exactamente. Hoy en día nos enfrentamos a nuevos retos. La historia nos muestra que hemos atravesado momentos de división y conflicto desde la época de la independencia. Estos problemas no son exclusivos del pasado. Incluso hoy, hay una falta de fraternidad y unidad en el país, tanto en el ámbito político como en el social.

Problemas como la corrupción, la desigualdad, y el aumento de la violencia sugieren que los valores que deberían guiarnos como nación muchas veces se pierden en medio de las luchas por el poder y el interés personal. Esta desconexión entre el ideal religioso y la realidad política y social actual genera una sensación de fractura y una necesidad urgente de reconciliación.

Son los fundamentos de fe los que podrían ofrecer una vía hacia la resolución de los conflictos presentes. Los principios cristianos de fraternidad, justicia y paz, si se aplican con autenticidad en la vida pública y política, podrían ser el motor para superar las divisiones y restaurar la confianza en las instituciones. 

Es un llamado a reavivar ese espíritu de consagración y alinearlo con los esfuerzos actuales por una mayor cohesión social y una política orientada al bien común. Solo cuando el país vuelva a mirar al cielo, como lo hizo en el pasado, podrá encontrar el camino para superar los desafíos actuales con esperanza y unidad.

Usted mencionó que el péndulo político ha dejado de ser tan ideológico como en décadas anteriores. ¿Podría explicarnos más a fondo este fenómeno?

–El péndulo político, especialmente en América Latina, solía estar claramente marcado por ideologías de izquierda o derecha. Hoy en día, ese péndulo es menos ideológico y más pragmático. Los votantes buscan soluciones inmediatas a sus problemas, lo que ha permitido el ascenso de propuestas populistas tanto de izquierda como de derecha. 

Este fenómeno refleja un cambio hacia una política más reactiva, donde el péndulo oscila entre el oficialismo y la oposición, en lugar de entre corrientes ideológicas. Las redes sociales y la pos-verdad han intensificado este proceso, permitiendo la rápida propagación de narrativas simplificadas que alimentan el descontento y la polarización. 

La irrupción de la tecnología ha transformado el escenario político, facilitando la difusión de noticias falsas y el populismo, lo que debilita el debate ideológico serio. En este contexto, el péndulo ya no responde a una lucha de ideas, sino a la búsqueda de soluciones inmediatas, a menudo sin importar el costo a largo plazo en términos de gobernabilidad y estabilidad democrática​.

Finalmente habló de esperanza y mencionó la importancia de la fraternidad como base para edificar una democracia sólida. ¿Qué mensaje daría a los ecuatorianos ante los desafíos actuales?

–A pesar de los desafíos, sigo siendo optimista. Ecuador tiene grandes oportunidades y ventajas comparativas únicas. Nuestra juventud, nuestras riquezas naturales y nuestra historia nos proyectan hacia un futuro lleno de esperanza. 

Yo soy positivo y tengo la esperanza intacta: nuestro país siempre ha mirado al cielo para encontrar su norte. Tenemos ventajas comparativas y competitivas únicas, que nos proyectan al futuro con gran esperanza. La posición ecuatorial y su distancia al sol, nos permiten tener las mejores flores, el mejor cacao o los mejores camarones del mundo. El tener al dólar como moneda, más allá de ser un escudo ante la tentación de los gobernantes de imprimir más moneda, nos permite tener estabilidad y poca inflación. 

La responsabilidad estará en sus políticos y ciudadanos, quienes debemos, necesariamente, estar convencidos de que la democracia solo se edifica sobre la concordia, el consenso y la fraternidad. De hecho, este será un reto del mundo actual, lleno de guerras y con muchos desafíos. 

Vaticano

Papúa Nueva Guinea, segunda parada del viaje del Papa Francisco

El cuarto día del viaje apostólico del Papa Francisco en el Sudeste asiático se centra, sobre todo en el viaje que le llevará desde Indonesia a Papúa Nueva Guinea. Situado a 5.700 kilómetros aún más lejos de Roma y con una diferencia en el huso horario de ocho horas.

Hernan Sergio Mora·6 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Pontífice ha iniciado la jornada del viernes con la misa privada en la nunciatura, donde ha estado alojado en Jakarta.

A su llegada al aeropuerto internacional, Soekarno-Hatta ha sido despedido por un piquete de honor, el ministro de asuntos religiosos Yaqut Cholil Qoumas, el cardenal Gnatius Suharyo Hardjoatmodjo y otras autoridades civiles y religiosas.

El Papa embarcó en un Airbus A330, acompañado por los periodistas y personas que se encargan del viaje.

Infografía del viaje del Papa Francisco ©CNS graphic/Justin McLellan

Recibimiento en Port Moresby

La aeronave de la compañía, Garuda–Indonesia despegó a casi las 6 de la mañana. Esta previsto que el viaje dure unas seis horas, por lo que el Airbus tocará suelo Jacksons International Airport de Port Moresby, capital de Papúa Nueva Guinea a las 12:00 (hora local).

Allí será la ceremonia de bienvenida presidida por el viceprimer ministro, que contará con la tradicional salva de cañones, guardia de honor, cantos, ofrecimiento de flores en vestidos tradicionales y presentación de las delegaciones.

Desde el aeropuerto el Pontífice se dirigirá a la Nunciatura, donde pernoctará cuatro noches hasta el lunes 9 de septiembre, durante su estadía en el archipiélago.

Papúa Nueva Guinea hoy

Port Moresby, conocida coloquialmente como Pom Town, con sus 350 mil habitantes es la capital y principal ciudad y puerto de Papúa Nueva Guinea, país con más de 10 millones de habitantes, conocido por sus playas, barreras coralinas y florestas pluviales.

En la Segunda Guerra Mundial fue base de Estados Unidos y se independizó de Australia y Gran Bretaña en 1975.

La situación política en Papúa Nueva Guinea (PNG) es compleja y se caracteriza por una combinación de inestabilidad política, corrupción y desafíos socioeconómicos.

Es una democracia parlamentaria dentro de la Commonwealth, con una estructura de gobierno que incluye un primer ministro como jefe de gobierno y un gobernador general que representa al monarca británico, Carlos III.

El autorHernan Sergio Mora

Zoom

Un original tocado para esperar al Papa

Una mujer con una original diadema espera la misa con el Papa Francisco en el estadio Gelora Bung Karno en Yakarta, Indonesia, el 5 de septiembre de 2023.

Maria José Atienza·6 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

De la Guardia Suiza al Seminario

Rome Reports·6 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

Didier Grandjean sirvió durante 8 años como guardia suizo. En ese tiempo, además de servir a dos Papas: Benedicto XVI y Francisco, descubrió su vocación al sacerdocio.

Ambos pontífices apoyaron y alentaron al joven que lleva ya 5 años en el seminario.


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Cultura

Cuando la música siembra la esperanza ante la muerte

La música no sólo es fuente de consuelo en los momentos trágicos y amargos de la muerte. En el caso de los grandes maestros, también aporta una nueva luz para asumirlos. Cuando, además, el maestro es un hombre de fe, conforta al oyente con la dulce armonía de la esperanza que trae la victoria de Cristo.

Antonio de la Torre·6 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 6 minutos

Una de las primeras composiciones de Johann Sebastian Bach (1685-1750) es la cantata que lleva el número 106 en el catálogo BWV, y cuyo título (sacado de la primera frase de su texto, como en todas las cantatas de Bach) es “Gottes Zeit ist die allerbeste Zeit” (“El tiempo de Dios es el mejor de todo tiempo”). Como rasgo propio, esta cantata lleva además el subtítulo, o sobrenombre, de “Actus Tragicus”, que no se debe al compositor, sino que aparece por primera vez en una copia tardía de la partitura, realizada en 1768.

Retrato de J.S. Bach realizado por Hausmann (Wikimedia Commons / Johnhuxley)

La cantata se fecha habitualmente en 1707 o 1708, que es el periodo en el que Bach ocupó brevemente el puesto de organista en la iglesia de san Blas, de la villa turingia de Mühlhausen. Está escrita para una pequeña plantilla de intérpretes: cuatro voces, dos flautas dulces, dos violas da gamba y un bajo continuo.

Se trata, por tanto, de la obra de un compositor primerizo, quien, con 22 años, y a punto de casarse con su prima María Bárbara, recibe el encargo de componer esta obra para un funeral. Temprana como es esta cantata, sin embargo, es ya una obra maestra, que revela por primera vez a su autor como el genio de la música que es. Tan sólo se conservan seis cantatas tempranas de Bach, lo que da un valor adicional a esta obra. Más adelante, trabajando en Weimar (de 1708 a 1717) y en Leipzig (de 1723 hasta su muerte), vendrán muchas más cantatas, de diversa forma y estilo a las compuestas en su juventud.

Una secuencia musical bíblica

La forma de esta cantata es todavía muy sencilla, pues consiste en una simple serie de textos bíblicos muy breves sobre la muerte. A un bloque de textos del Antiguo Testamento, que contienen reflexiones y advertencias sobre la muerte, sigue un bloque del Nuevo Testamento, que expresa la esperanza ante la muerte y el espíritu con el que un creyente ha de afrontarla. La selección de los textos se debe posiblemente al joven compositor, quien desde su juventud mostró una sabia veneración por la Palabra de Dios y la Teología, como se puede comprobar examinando el contenido de su biblioteca personal. En concreto, esta cantata parece ser el eco musical de la teología luterana sobre el “Ars Moriendi”, es decir, el modo de explicar al creyente cómo enfocar su deber de prepararse adecuadamente para el momento de morir.

Para ello dispone la secuencia de textos como un breve (y trágico) Acto de un auto sacramental, en cuyos protagonistas ha de irse reconociendo el oyente para que la obra se escuche con el sentido buscado por el compositor. En una acción continua, donde los números se encadenan unos con otros, primero escuchará las voces proféticas, que le conminan y le advierten, para después encontrarse con la misma “vox Christi” y terminar, con un coral, escuchando la voz de la asamblea creyente.

En medio del acto se sitúa, como su corazón, la intervención del alma en la soprano, que en una súplica desgarradora clama por la venida de Cristo y por escuchar su misma voz. Precediendo a todo este conjunto, maravilla una breve introducción instrumental que Bach compone como preludio (como hará también en muchas cantatas de Weimar y algunas de Leipzig).

Los ecos del Antiguo Testamento

Así pues, la cantata consta de esta sonatina, cuatro números vocales sobre el Antiguo Testamento, una intervención del alma, dos números sobre el Nuevo Testamento y un coro final. En la sonatina admira su simplicidad homofónica y la tierna nostalgia que evoca, muy alejada de los efectismos trágicos de composiciones funerarias no tan cercanas a la fe como esta.

En efecto, sobre un sencillo discurrir de las violas y el bajo continuo, las dos flautas dulces, instrumento tradicionalmente asociado a los ritos fúnebres, se van haciendo eco con un sencillo motivo de tres notas, que desemboca en un acorde mayor que da paso al primer número vocal.

Este es un coro que, después de una sentencia sapiencial (la que da título a la cantata), y un pequeño gesto rítmico de los instrumentos (una alegre gavota, para iluminar sin duda un tema tan serio), da paso a un coro muy vivaz, en ritmo ternario, sobre el texto “en Él vivimos, nos movemos y existimos” (Hechos 17, 28).

Un dramático contraste introduce una segunda idea sapiencial: vivimos el tiempo justo que Dios haya determinado. El coro queda callado tras las palabras “cuando Él quiera”. En pocos compases, pues, el oyente pasa de la reflexión alegre a la constatación trágica, pasando por el recuerdo de que todo el fluir de la vida lo hacemos “en Él”.

El segundo número, un arioso para tenor, ilustra Sal 90, 12: “Enséñanos a calcular nuestros años para que adquiramos un corazón sensato”. La voz del salmista David se va entrelazando con las dos flautas, sobre el acompañamiento de las dos violas de gamba y el continuo, para exhortarnos a no descuidar el deber que tiene todo creyente de adquirir una sensata preparación para el momento de morir.

De repente irrumpe el bajo que protagoniza el tercer número tomando la voz del profeta Isaías para cantar “prepara tu casa, porque has de morir y no permanecerás vivo” (Isaías 38, 1). Es la advertencia que hace el profeta al moribundo rey Ezequías, con quien debe identificarse el oyente, de modo que, igual que Ezequías se recuperó al creer al profeta, el cristiano supere la muerte por su fe en Jesucristo.

El desasosiego que suscitarían estas palabras en el rey se representa con la inquieta figura rítmica que repiten las flautas, esta vez sin la ternura de las violas da gamba, y que queda resonando cuando la voz enmudece.

Sin solución de continuidad, el coro toma la voz del sabio para cantar “es ley eterna que el hombre debe morir” (Eclesiástico 14, 17). El complejo contrapunto que teje el coro se hace cada vez más denso, privado además del timbre de violas y flautas. Como tratando de salir de esta telaraña agobiante, el alma, cuya voz toma la soprano, presenta su angustiosa súplica con las palabras “Sí, sí, ven Señor Jesús” (Apocalipsis 22, 20). Con ellas vuelve la ternura de las violas, pero por poco, pues el coro opresivo vuelve a repetirse una y otra vez, como enredando al alma en el miedo ante la muerte (“el hombre debe morir”). Enmudecido coro e instrumentos, en un gesto dramático genial, la soprano canta una melodía en caída libre sobre el bajo continuo, que termina con las palabras “ven, Señor Jesús” en susurro y ya sin acompañamiento alguno.

La voz de Cristo

Ante este grito del alma, se abre el bloque luminoso del Nuevo Testamento. En primer lugar, el alto recuerda las palabras de Cristo al morir para que el alma las haga suyas: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23, 46). Es una serena melodía, acompañada tan sólo por el bajo continuo, como lo estaba la soprano al final del número anterior, que canta también con esperanza “Tú, el Dios leal, me librarás” (Salmo 31, 6).

Las entrañables violas da gamba regresan cuando aparece el bajo trayendo la misma “vox Christi”, quien en persona consuela al alma cantando “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23, 43). Como hará más tarde en la Pasión según san Mateo, la musicalización de Cristo como un bajo acompañado por las cuerdas ofrece una representación que sintetiza genialmente el poder divino de Cristo con la ternura de su humanidad.

Como es propio de las cantatas tempranas, cuando el bajo repite su intervención lo hace sobre una melodía coral, cantada por el alto y acompañada por las violas da gamba. El coral pone música a una breve estrofa escrita por Lutero sobre el cántico de Zacarías “Ahora puedes dejar a tu siervo irse en paz”. 

El número termina con este coral flotando sobre un rico contrapunto elaborado por las dos violas sobre el continuo, como dejando saborear esta certeza de paz y gozo que queda en el alma después de todo lo experimentado en este Acto.

Para terminar, hay que ofrecer al Dios que nos ha redimido del pecado y ha cambiado en esperanza nuestra angustia ante la muerte, el agradecimiento y la alabanza que merece. Para ello, vuelven las flautas de pico para acompañar al coro y todo el conjunto instrumental en una glorificación del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, de nuevo con el ritmo danzable de la gavota, subrayando la alegría y la fuerza que recibe el creyente de su fe. Y como esa fuerza viene de Jesucristo, este coro final conduce a una fuga llena de vida y movimiento, que termina con las palabras litúrgicas “Por Jesucristo, Amén”.

El sorprendente final de este coro queda aquí sin desvelar, para que cada oyente lo pueda descubrir por sí mismo. Para ello se puede recurrir a una buena grabación del conjunto ruso «Bach-Consort», en la que además de escuchar esta cantata maravillosa es posible seguir visualmente las intervenciones de las diversas voces e instrumentos.

El autorAntonio de la Torre

Doctor en Teología

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Vaticano

El Papa se despide de Indonesia invitando a los católicos a «no cansarse nunca de sembrar»

El último día del Papa en Indonesia ha estado marcado por el encuentro interreligioso en la mezquita "Istiqlal", la más grande del Sudeste Asiático y los testimonios de personas con discapacidad en la sede de la Conferencia Espicopal.

Hernan Sergio Mora·5 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

Tres acontecimientos han marcado este jueves 5 de septiembre, último día del viaje apostólico del Papa Francisco a Indonesia – que continúa en Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur (hasta el 13 de septiembre).

En primer lugar, el encuentro interreligioso en la mezquita «Istiqlal», la más grande del Sudeste Asiático, con capacidad para 120 mil personas. En este emblemático lugar, el Papa visitó el «túnel de la amistad» que conecta la mezquita con la catedral católica construida al otro lado de la plaza, y tuvo lugar el encuentro interreligioso en la gran carpa, con la lectura y firma de un documento que hacer historia: la “Declaración Conjunta de Istiqlal 2024”.

En la mezquita

Al comienzo de la jornada, en una tienda de la mezquita Istiqlal, en Yakarta, el Papa Francisco fue recibido con música y cantos tradicionales indonesios, un canto del Corán y la lectura de un pasaje del Evangelio de Lucas.

El túnel de la amistad

Frente al «Túnel de la Amistad», el Santo Padre elogió la estructura que «quiere ser un lugar de diálogo y de encuentro». Indicó que “si pensamos en un túnel, fácilmente imaginamos un camino oscuro”, en cambio “es diferente, porque todo está iluminado”.

El Papa concluyó indicando que «nosotros los creyentes, que pertenecemos a diferentes tradiciones religiosas, tenemos un papel que desempeñar: ayudar a todos a atravesar el túnel con la mirada dirigida hacia la luz».

La “Declaración Conjunta de Istiqlal 2024”

Tras la visita al túnel, tuvo lugar la firma de la «Declaración conjunta de Istiqlal 2024», por el Papa y el Gran Imán Prof. Dr. KH Nasaruddin Umar. El documento indica cómo el «fenómeno global de la deshumanización se caracteriza sobre todo por violencia y conflictos generalizados», siendo «particularmente preocupante que la religión sea a menudo explotada».También señala que «el abuso de la creación por parte del hombre… ha contribuido al cambio climático», y «los valores religiosos deben orientarse a promover una cultura de respeto, dignidad, compasión, reconciliación y solidaridad fraterna para superar tanto la deshumanización como la destrucción ambiental».

Por tanto, la declaración invita a los líderes religiosos a «hacer frente a las crisis antes mencionadas», indicando que “el diálogo interreligioso debe reconocerse como una herramienta eficaz para resolver los conflictos locales, regionales e internacionales, especialmente los causados por el abuso de la religión”.

Las palabras del Pontífice en la mezquita

Una vez firmado el documento, el Papa Francisco, recordó que «esta mezquita diseñada por el arquitecto Friedrich Silaban, que era cristiano», atestigua «como también los otros lugares de culto son espacios de diálogo, de respeto mutuo, de convivencia armoniosa entre las religiones y las diferentes sensibilidades espirituales».

Y si bien «los aspectos visibles de las religiones -los ritos, las prácticas, etc.- son un patrimonio tradicional que debe ser protegido y respetado; también lo que está «abajo», bajo tierra, como el «túnel de la amistad».

En cambio, aseguró el Sucesor de Pedro, «puede suceder que tal enfoque acabe dividiéndonos, porque las doctrinas y los dogmas de cada experiencia religiosa son diferentes». En cambio, «lo que realmente nos une es crear una conexión entre nuestras diferencias, cuidando de cultivar vínculos de amistad, atención y reciprocidad».

En la Declaración conjunta preparada para esta ocasión, concluyó el Papa, “asumimos con responsabilidad las crisis graves y a veces dramáticas que amenazan el futuro de la humanidad, en particular las guerras y los conflictos, desgraciadamente también alimentados por la explotación religiosa, pero también la crisis medioambiental, que se ha convertido en un obstáculo para la vida. el crecimiento y la convivencia de los pueblos».

Y advirtió: «¡Nadie debe ceder ante la fascinación del fundamentalismo y la violencia, todos se dejen fascinar por el sueño de una sociedad y una humanidad libres, fraternales y pacíficas!». “Dios te conceda este regalo. Con su ayuda y bendiciones sigamos adelante, Bhinneka Tunggal Ika, unidos en la diversidad. ¡Gracias!»

Visita a la sede de la Conferencia Episcopal

Al finalizar el encuentro interreligioso, el Santo Padre se dirigió a la sede de la Conferencia Episcopal de Indonesia, donde se reunió en el salón Henry Soetio con quienes reciben asistencia de organizaciones caritativas, entre ellos un grupo privado de enfermos, pobres y discapacitados.

El presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Antonius Franciskus Subianto fue el encargado de recibir al pontífice, que escuchó allí los testimonios de dos personas con discapacidad, Mimi Lusli que perdió la vista cuando era niña y encontró fuerza en el Vía Crucis, y el joven Mikail Nathaniel, de 18 años, con trastorno leve del espectro autista, quien le pidió bendecir a sus “padres maravillosos y a todos los padres con hijos especiales, en todo el mundo”.

«Ustedes que son pequeñas estrellas brillantes en el cielo de este archipiélago», son «sus tesoros», dijo el Papa que alabó las palabras sobre Jesús dichas por los dos interlocutores.

«Descubran día a día cuánto vale el estar juntos», porque «todos necesitamos unos de otros”. Y “cuánto nos ama el Señor a cada uno de nosotros” porque el Señor nunca nos olvida. “Hagan de su vida un don para los otros”.

Poco después el responsable de la comisión litúrgica dirigió un breve momento de oración.

Aquí el Pontífice bendijo a los presentes y firmó la placa de mármol de la Sede de la Conferencia Episcopal. Al salir, fue evidente el cariño de los presentes que lo saludaron.

Misa en el Gelora Bung Karno

Por la tarde, desde la Nunciatura el Santo Padre se dirigió al estadio Gelora Bung Karno, con capacidad para 110 mil asientos, donde fue recibido entre coros de la plaza, aplausos y cantos mientras recorría en el Papamóvil.

La misa, memoria de Santa Teresa de Calcuta contó con oraciones en las lenguas regionales de Jawa, Toraja, Manggarai, Batak Toba, Dayak Kanayatn y Papúa, y con la presencia del presidente y diversas autoridades del país.

Después de la proclamación del Evangelio, el Papa vestido de blanco recordó que «el Señor pide encarnarse concretamente en nosotros: estamos, por tanto, llamados a vivir la Palabra». No se vistan de una religiosidad exteriormente perfecta, pensando hacer cosas extraordinarias, sino como cuando «Jesús se dirige a Pedro y le insta a correr riesgos apostando en aquella Palabra: “Echar con valentía las redes del Evangelio en medio del mar del mundo”.

El Pontífice recordó que santa Teresa de Calcuta decía: “Cuando no tenemos nada para dar, damos esa nada. Y “aunque no coseches nada, no te canses nunca de sembrar”.

Al final de la misa, antes de cantar la Salve Regina, el Papa exhortó a los presentes en línea con el evangelio leído: «¡Hagan lío, hagan lío!».

El autorHernan Sergio Mora

Mundo

Mons. Emilio Aranguren: “La Iglesia en Cuba está viva, unida y es pobre”

El obispo de Holguin y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba ha participado en la presentación de la campaña que Ayuda a la Iglesia Necesitada ha lanzado en favor de la Iglesia en Cuba bajo el lema “Donde contigo nada es imposible”.

Maria José Atienza·5 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

«La Iglesia en Cuba es una iglesia viva, unida y pobre», ha comenzado el prelado que se ha unido telemáticamente a la presentación de la campaña en favor de la Iglesia en Cuba. Una comunidad que, como ha querido destacar el obispo de Holguin ha desarrollado su espiritualidad propia sobre cuatro valores: “el valor de lo poco, el valor de lo pequeño, el valor de lo anónimo y el valor de la gradualidad, del paso a paso”.

Necesidades de todo tipo

A pesar de una leve mejora en algunos aspectos, la vida de la Iglesia en Cuba sigue estando marcada por la pobreza y las limitaciones de todo tipo.

Por una parte, la escasez de sacerdotes y estructura eclesial en muchos sitios ha llevado a una amplia y fructífera participación de los laicos en la vida de la Iglesia pero también arrastra consecuencias más penosas como la imposibilidad de celebrar Misa en algunos lugares de manera regular.

A esto se une un deteriorado parque de vehículos que dificulta la movilidad de sacerdotes y religiosas por la isla, la casi imposible tarea de conservación de construcciones y edificios y la carencia de publicaciones u otros medios necesarios para la catequesis.

A pesar de las dificultades, el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba ha señalado que la comunidad eclesial cubana es “activa, creativa y esperanzada”.

No basta con ser creyente, hay que ser discípulo

Mons. Emilio Aranguren ha querido señalar también algunos de los retos claves de la Iglesia en Cuba. El primero de ellos, ha destacado es el avivar y mantener la “presencia testificante, coherente de vivencia del Evangelio”. En este punto ha querido recordar y valorar la perseverancia en la fe de tantas personas mayores que “son el testimonio expreso de la Fe que motiva este estilo de vida con rectitud”.

Mons. Aranguren se ha detenido en la importancia de cuidar a las familias y, en especial a los jóvenes, que conforman la mayor parte de los exiliados del país. Para esta presencia testificante es necesaria, por tanto “una centralidad de la Iniciación cristiana” en la vida de la Iglesia cubana.

Junto a esta presencia, el obispo de Holguin ha señalado la importancia de el plan pastoral que tiene la Iglesia en Cuba en el que el objetivo es el otro, el prójimo y, por último, la necesidad de un anuncio de Cristo que genere una nueva vida.

Estos tres retos se apoyan, especialmente, en la comunidad laical, muy activa en Cuba, que llevan a cabo una enorme labor evangelizadora de primera línea en las llamadas casas de misión. Un panorama que exige a los católicos un compromiso fuerte de vida: “No vale ser creyente, hay que ser discípulo”, ha resumido Mons. Aranguren. Un ejemplo de este compromiso de los laicos lo ha personalizado Miguel Ángel Fernández, cubano, diácono permanente, exiliado en España desde hace 24 años, pero muy unido a su patria y que ha narrado, en primera persona, su experiencia de la labor entregada de muchos laicos en las distintas comunidades cubanas.

José María Gallardo, director de ACN España, y Miguel Ángel Fernández, diácono permanente cubano. (ACN)

La campaña de ACN

La campaña que ha puesto en marcha Ayuda a la Iglesia Necesitada para apoyar a la comunidad eclesial en Cuba es, en palabras del director de ACN España, José María Gallardo, “100% pastoral”. Primero con la oración, porque, como han querido subrayar desde el inicio de la presentación de la campaña, “sin oración no salen los proyectos”, y también con ayuda material concreta en la zona.

Con esta nueva iniciativa, desde la fundación pontificia quieren apoyar a los laicos a través de proyectos como la financiación de 2.000 publicaciones para la catequesis o la organización de talleres formativos para responsables parroquiales, de liturgia y ministros de la Eucaristía en la diócesis de Pinar del Río. 

Además, para los sacerdotes, ACN va a encargar más de 2.000 misas para sacerdotes de la diócesis de Holguín, con cuyos estipendios podrán ayudar al sostenimiento de los sacerdotes. En todo el país sólo cuentan con 374 sacerdotes y 27 seminaristas, lo que supone un sacerdote por cada 20.872 personas.

Evangelio

La apertura del corazón. Domingo XXIII del tiempo ordinario

Joseph Evans comenta las lecturas del domingo XXIII del Tiempo Ordinario y Luis Herrera ofrece una breve homilía en vídeo.

Joseph Evans·5 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

Lo que llama la atención del evangelio de hoy es la molestia que se toma Jesús para curar al hombre que le trajeron, que era sordo y tenía problemas para hablar. “Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y mirando al cielo, suspiró y le dijo: Effetá (esto es, ‘ábrete’)”. El hombre quedó curado y pudo oír y hablar libremente. ¿Por qué hizo Jesús todo esto? No era su práctica habitual. Normalmente curaba en el acto, simplemente con una palabra.

Una posibilidad es que el estado físico del hombre expresara un estado espiritual: la falta de sinceridad, el no querer darse a conocer. Hay personas que van por la vida esquivando la verdad. No quieren oírla ni decirla. La sinceridad es la apertura a la verdad. 

A menudo, las personas esquivan la verdad buscando el anonimato, perdiéndose de diversas maneras: entre la multitud, de fiesta, en el trabajo, en las redes sociales… Cualquier cosa antes que enfrentarse a sí mismas, a su conciencia, a Dios. Y aquí Jesús lleva al hombre aparte, precisamente lejos de la multitud. Necesitamos hablar con Jesús a solas, ser sinceros con él, dejar que nos diga lo que necesitamos oír, sin esquivarlo ni negarlo. Jesús pone los dedos en el oído del hombre, como si tuviera que esforzarse más para curar su sordera. Como si Dios tuviera que “esforzarse más” para hablar a quienes no quieren escucharle.

Luego viene la siguiente fase del milagro: Jesús con la saliva le tocó la lengua. Este hombre no era completamente mudo. En el Nuevo Testamento encontramos a otras personas poseídas por un “demonio mudo”. No pueden decir ni una palabra. Esa es la peor condición: gente que no habla, que no pide ayuda. Pero este hombre no estaba tan mal. Sólo tenía un impedimento para hablar. Espiritualmente hablando hay personas que dicen algo del problema, pero no todo, una parte, pero no el todo. 

Entonces aprendemos: “Mirando al cielo, suspiró y le dijo: Effetá (esto es, ‘ábrete’)”. Este suspiro podría expresar el dolor de Dios ante la insinceridad humana. Le entristece nuestra resistencia a su gracia. Es el suspiro de Dios por aquellas personas a las que quiso ayudar pero que lo rechazaron. 

Todo esto nos enseña la importancia de ser sinceros en aquellos ámbitos en los que Dios quiere ayudarnos: la confesión, la orientación espiritual, con los propios padres, maestros y guías, y también, cuando sea necesario, con los especialistas médicos que tienen la experiencia necesaria para ayudarnos.

La homilía sobre las lecturas del domingo XXIII del Tiempo Ordinario (B)

El sacerdote Luis Herrera Campo ofrece su nanomilía, una pequeña reflexión de un minutos para estas lecturas del domingo.

Estados Unidos

La arquidiócesis de Denver: semillero de apostolados laicos

Denver es conocida no solo por su belleza natural sino por su vida cultural, próspera economía y desde el punto de vista de la fe, por la impronta que ha tenido en la iglesia a nivel nacional.

Gonzalo Meza·5 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 7 minutos

Denver es la capital del estado de Colorado. Se ubica en la base de las Montañas Rocallosas de Colorado, al este de las estribaciones de la cordillera “Front Range”. Por su altitud a 1,609 metros sobre el nivel del mar se le conoce como “Mile-High City” (La ciudad de una milla de altura). Aunque Denver no está sobre las montañas, estas dominan la vista de la ciudad.

Denver es conocida no solo por su belleza natural (que atrae a miles de turistas) sino por su vida cultural, próspera economía y desde el punto de vista de la fe, por la impronta que ha tenido en la iglesia a nivel nacional. Denver ha sido semillero de muchos apostolados y movimientos laicos que han tenido un impacto en la vida eclesial en el país. Algunos de estos nacieron tras la Jornada Mundial de la Juventud y la visita del Papa Juan Pablo II en agosto de 1993.

El estado de Colorado y la ciudad de Denver

Colorado es el octavo estado más extenso de la Unión Americana. Está ubicado en la región oeste del país, en las zonas montañosas, limita al norte con el estado de Wyoming, al sur con Nuevo México, al este con Kansas, al oeste con Utah y al noreste con Nebraska. Tres de los mayores ríos del país nacen en dicho estado: el río Colorado, el río Arkansas y el Río Grande. Fue llamado así por el río Colorado, nombre otorgado por los colonizadores españoles. Las Montañas Rocallosas atraviesan el estado y se extienden desde el norte de la Columbia Británica (Canadá) hasta el sur de Nuevo México.

Colorado formó parte de tres naciones: la parte oriental pertenecía a Francia. Esta fue adquirida por los estadounidenses con la compra de la Louisiana Francesa en 1803. La parte occidental formó parte del Virreinato de la Nueva España hasta que México se independizó de España en 1821. La parte occidental de Colorado fue territorio mexicano hasta la Guerra México-EUA 1846-1848, tras la cual México perdió (“cedió” le denomina la historiografía estadounidense) más de la mitad de su territorio.

Colorado se incorporó al territorio estadounidense en 1861 y fue admitido como estado en 1876, es por ello por lo que se le denomina el “estado centenario” pues ocurrió en el centésimo aniversario de la independencia norteamericana. La ciudad de Denver se incorporó en noviembre de 1861. Cuatro años más tarde se convertiría en la capital territorial y en 1876 en la capital del nuevo estado de Colorado.

Vista de la ciudad de Denver

Los pobladores

La parte oriental de las Rocallosas fue una ruta migratoria para los pueblos nativos y exploradores. Históricamente la región de Colorado fue habitada por diversos grupos nativos americanos, entre ellos los llamados “Pueblo”, los “apaches” y los “comanches”. Los primeros europeos colonizadores llegaron en el siglo XVII, pero no fue sino hasta 1787 cuando Juan Bautista de Anza estableció el asentamiento “San Carlos” cerca de la ciudad denominada “Pueblo”.

Otros asentamientos permanentes se sucedieron en el norte de Colorado tras el descubrimiento de oro en la zona en 1858. Para dar servicio a la naciente región minera se construyeron ferrocarriles y establecieron servicios para atender las necesidades de la comunidad. La ciudad de Denver se fundó en 1858 como un pueblo minero. Se le llamó “Denver” en honor del gobernador del territorio de Kansas, James Denver.

La Iglesia en Colorado y Denver

La presencia de la Iglesia en la región se remonta al siglo XVIII con los frailes franciscanos quienes establecieron misiones en el sur y oeste de Colorado. Durante su etapa como territorio mexicano, el clero de dicho país se encargó de dicha zona. Fue hasta 1851 cuando las misiones fueron atendidas por sacerdotes de Nuevo México. En esa década se establecieron asentamientos con comunidades permanentes en San Pedro (1852), San Acacio (1853) y Conejos (1854).

Eclesiásticamente la zona pertenecía desde 1850 al Vicariato Apostólico de Nuevo México, el cual se convertiría 3 años más tarde en la diócesis de Santa Fe, dirigida por el obispo John Lamy, quien en 1857 estableció la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en Conejos, Colorado. John Lamy fue sucedido por John B. Salpointe, quien fue clave para que Colorado se separara de la diócesis de Santa Fe y formara una nueva jurisdicción eclesiástica, configurando primero el Vicariato Apostólico de Colorado y Utah en 1868 y finalmente en 1871 el Vicariato Apostólico de Colorado, el cual abarcaba la totalidad de dicho estado.

Su primer obispo fue Joseph Machebeuf (1868-1889), quien ya había servido como misionero en la zona durante 20 años. Al asumir su cargo, Machebeuf realizó una gira por Europa para buscar sacerdotes y un préstamo económico. Regresó de su viaje con cinco sacerdotes, solo uno angloparlante, quien fue asignado a una parroquia en Denver. Los otros fueron enviados a parroquias hispanas de los valles de San Luis y Arkansas en el sur de Colorado. Ya para 1870 las iglesias del estado tenían capacidad para 8,500 feligreses en 14 parroquias. El número de católicos superaba al de la población protestante.

En 1860 la región creció demográficamente debido a la migración de miles de católicos procedentes del estado vecino Nuevo México. Para 1890 la mitad de los cristianos de Colorado (47 mil) eran católicos. Para ayudar en la misión, en 1871, llegaron los primeros jesuitas quienes se hicieron cargo de las parroquias del sur de Colorado. En ese periodo también se inició la construcción de las tres primeras escuelas católicas. La primera fue la academia femenina St. Mary en 1863.

El vicariato apostólico se convirtió en la diócesis de Denver en 1887, teniendo a Machebeuf como su primer obispo y Nicholas Chrysostom Matz como coadjutor. Al entrar en funciones Matz tuvo a su cargo la realización del primer sínodo de la diócesis en 1890 así como la construcción de la Catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción y el establecimiento del Seminario de Santo Tomás. El obispo John Henry Tihen sucedió a Matz en 1917. Tihen se centró en la educación, especialmente en la ampliación del Seminario.

En ese periodo se construyeron tres hospitales, un orfanato y un asilo de ancianos. En 1921 se consagró la catedral. En 1931 el obispo Urban J. Vehr sucedió a Tihen. Mons. Vehr dirigió la diócesis por 36 años, los 10 primeros como obispo y después arzobispo cuando Denver se convirtió en Arquidiócesis en 1941 y paralelamente se formó la nueva diócesis de “Pueblo”, Colorado separando una parte del territorio. La población católica de Colorado ascendía en ese año a 147 mil. Al arzobispo Vehr le sucedió en 1967 James V. Casey (1967-1986) quien dirigió la jurisdicción durante los años del Concilio Vaticano II. Casey creó nuevas oficinas para coordinar los programas y ministerios parroquiales, especialmente los dedicados a la familia, los servicios sociales y la población hispana. 

La JMJ en Denver

En 1986 James Francis Stafford se convirtió en el sexto obispo de Denver. Durante su gestión se llevó a cabo la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en 1993 a la que asistió el Papa Juan Pablo II y miles de jóvenes. Este evento fue un parteaguas en la iglesia de los Estados Unidos, no solo porque fue semillero de vocaciones sacerdotales y religiosas, sino porque fue la simiente de muchos apostolados laicos que nacieron en Denver.

Durante la homilía en la Misa conclusiva de la JMJ, el 15 de agosto de 1993, Juan Pablo II dijo a los jóvenes: “No tengan miedo de salir a las calles y a los lugares públicos, como los primeros Apóstoles que predicaban a Cristo y la buena nueva de la salvación en las plazas de las ciudades, de los pueblos y de las aldeas. No es tiempo de avergonzarse del Evangelio. Es tiempo de predicarlo desde los terrados. No tengan miedo de romper con los estilos de vida confortables y rutinarios, para aceptar el reto de dar a conocer a Cristo en la metrópoli moderna. Vayan a los cruces de los caminos a invitar a todos los que encuentren al banquete que Dios ha preparado para su pueblo. No hay que esconder el Evangelio por miedo o indiferencia”.

En el 30 aniversario de dicha visita, el arzobispo Aquila dijo: “Se puede reconocer el tremendo fruto que la JMJ 93 dio en la Arquidiócesis de Denver. Tuvo un impacto en las vocaciones que tenemos y en el establecimiento de los seminarios “Redemptoris Mater” (Camino Neocatecumenal) y “St. John Vianney”, así como en los diversos apostolados que surgieron de ellos. Antes de la JMJ 93 ambos seminarios no existían, el “Augustine Institute” no existía, “FOCUS” (ministerio universitario) no existía”.

En 1996 Stafford fue nombrado Presidente del Consejo Pontificio para Laicos y en 1998 fue creado cardenal. Le sustituyó como arzobispo de Denver, Charles J. Chaput (1997-2011). Al ser miembro de la tribu nativa norteamericana “Potawatomi”, Chaput se convirtió en el segundo obispo nativo en dirigir una diócesis. Durante su administración, Juan Pablo II nombró a José H. Gómez como obispo auxiliar de Denver. Junto con Chaput fundó en 2002 el Centro San Juan Diego en Denver para responder a las necesidades pastorales y educativas de la comunidad hispana. Más tarde Chaput y Gómez fundaron la Asociación Católica de Líderes Hispanos, CALL (Home | CALL USA (call-usa.org)). Mons. Chaput también fue providencial en la creación de “ENDOW” Educating on the Nature and Dignity of Women (endowgroups.org), una iniciativa de liderazgo de mujeres católicas para “educar sobre la naturaleza y la dignidad de las mujeres”.

La arquidiócesis de Denver

La arquidiócesis de Denver se encuentra en la parte norte del estado de Colorado. El territorio actualmente cubre 25 condados. Fue erigida como diócesis en 1887 y en noviembre de 1941 ascendió a Arquidiócesis. En mayo del 2012, el Papa Francisco nombró a Samuel Joseph Aquila como el octavo obispo de Denver. En 2016 el pontífice asignó a Mons. Jorge Rodríguez como auxiliar de la jurisdicción.

La arquidiócesis cuenta con aproximadamente 600 mil católicos, así como 148 parroquias y misiones. Hay 313 sacerdotes, 195 diáconos y 173 religiosos. La misión de la arquidiócesis dice: “La arquidiócesis de Denver existe para que en Jesucristo todos puedan ser salvados y tengan vida abundante, para la gloria del Padre”. Al respecto, Mons. Aquila, señaló en julio del 2024: “En la arquidiócesis de Denver tenemos un valor de la misión sobre el que predico y hablo muy a menudo. Lo llamamos ‘Permanece en relación’. Es simplemente el valor por el que permanecemos y crecemos en la caridad, en la intimidad con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Cuando permanecemos en esa relación primordial nos sentimos movidos a abrazar la misión del Redentor. El papa san Juan Pablo II escribió: ‘La vocación universal a la santidad está estrechamente unida a la vocación universal a la misión. Todo fiel está llamado a la santidad y a la misión’ (Redemptoris Missio, 90)”.

La arquidiócesis tiene dos periódicos católicos: “El Pueblo Católico” y “Denver Catholic”. En Denver hay 4 hospitales católicos, 35 escuelas de educación primaria y secundaria y 9 preparatorias. Estas instituciones brindan empleo a 1,100 maestros dedicados a la educación de 12 mil niños al año. Para los estudiantes de bajos recursos, la iglesia otorga becas a mil estudiantes anualmente por un monto de 2 millones de dólares.

Servicios sociales y de caridad

En la arquidiócesis existen diversos ministerios laicos que brindan servicios sociales, entre ellos la “Sociedad de San Vicente de Paul” que ayuda a 21 mil personas al año con apoyos económicos para el alquiler, alimentos, ropa y medicamentos. Asimismo, el apostolado llamado “Christ in the City” (Cristo en la ciudad) brinda un importante servicio a los indigentes y personas sin hogar. Igualmente, el ministerio católico de prisiones apoya a 800 personas a la semana en 40 lugares.

Las caridades católicas en Denver ayudan a más de 113 mil personas. Sus albergues otorgan 500 mil comidas al año y proveen asistencia de emergencia por cerca de 6.3 millones. Tanto las parroquias como las misiones y diferentes oficias de caridad católicas gestionan bancos de alimentos, comedores de beneficencia y donación de víveres y ropa. También ofrecen servicios de salud mental y organizan grupos de apoyo a personas con adicciones.

Cultura

Mujeres protagonistas de la historia medieval: santa Matilde de Ringelheim

En esta serie de artículos, José García Pelegrín recorre las vidas de algunas mujeres que protagonizaron la historia medieval en Alemania. La protagonista es Matilde, esposa de Enrique I, conocida como la "suegra de Europa".

José M. García Pelegrín·5 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

A lo largo de la Edad Media, destacaron mujeres que supieron imponerse en un mundo dominado por hombres y ejercieron una influencia duradera en la sociedad y la Iglesia. Resulta significativo que en los albores del (sacro) imperio romano-germánico, durante prácticamente todo el siglo X, surgieron cuatro figuras femeninas que desempeñaron un papel crucial en la consolidación del reino.

En 919, Enrique I fue elegido rey del “reino franco oriental”, convirtiéndose en el primer rey que no pertenecía a la dinastía franca, sino a la estirpe de los Liudolfinger. Se da comienzo así a la dinastía “otónida” o “sajona”, ya que antes de su elección era duque de Sajonia. Esta transición marcó el inicio de la historia alemana al consolidar la división del Imperio Carolingio en tres partes, con los nietos de Carlomagno. La parte oriental, gobernada a partir de 843 por Luis, conocido como “el Germánico”, sería la cuna de Alemania.

La primera reina consorte «alemana»

Mathilde o Matilde, es la esposa de Enrique I, y se la puede considerar la primera reina consorte “alemana”. Matilde era descendiente de aquel Widukin que durante años se había opuesto a los planes de expansión de Carlomagno hacia el este; su título como duque de Sajonia (más bien, la actual Westfalia) está históricamente probado. Su bautismo, tras ser derrotado por las huestes francas en 785, fue especialmente celebrado por el Papa Adriano I.

Matilde nació alrededor del año 896; de su educación estuvo a cargo de su abuela, también llamada Matilde, en el monasterio de Herford. En 909, contrajo matrimonio con Enrique, quien tres años más tarde se convertiría en duque de Sajonia y en 919, como se mencionó anteriormente, en rey franco-oriental o “alemán”.

Matilde se convirtió en madre del emperador cuando su primogénito Otón I (912-973) fue coronado como tal en 962; el imperio romano-germánico que comienza entonces existiría hasta 1806. Pero Matilde también pasó a la historia con el sobrenombre de “suegra de Europa”, ya que casó a sus hijas con importantes príncipes, anticipando unos 500 años el lema de la Casa de Austria “Tu, felix Austria, nube”.

Casó a su hija Gerberga (913-969) primero con el duque Giselbert de Lotaringia (Lorena) y luego con el rey carolingio Luis IV de Francia; la segunda hija Hadwig (914–965 aprox.) contrajo matrimonio con Hugo Capeto; de los otros dos hijos varones, Heinrich (922–955) fue nombrado duque de Baviera en 948 y Bruno (925-965) fue elegido arzobispo de Colonia y duque de Lotaringia (Lorena), dando comienzo así al “sistema de la Iglesia imperial”, en el que los obispos asumían importantes funciones seculares. La dinastía otona y luego la sálica gestionará de ese modo una de las grandes cuestiones de la Edad Media: las relaciones entre “trono” y “altar”.

Promotora de la vida religiosa

Sin embargo, Matilde destacó también por su promoción de los monasterios femeninos, ya en vida de su marido. Pero fue tras el fallecimiento de este cuando realizó la fundación más importante para preservar la memoria del difunto: la abadía de San Dionisio y San Servando de Quedlinburg, que se alza sobre la colina del castillo de Quedlinburg, se convirtió en el centro de oración y conmemoración de difuntos más importante del Imperio franco oriental. Allí, al igual que en otras abadías, se educaba a las hijas de la alta nobleza que más tarde contraerían matrimonio con destacadas personalidades de la nobleza, fortaleciendo así el poder del reino.

Matilde también fundó otras abadías, como Enger y Nordhausen. Para todos los monasterios femeninos de Sajonia Oriental obtuvo además privilegios papales. Por su dedicación a las obras de misericordia, en las que gastó toda su fortuna, fue canonizada como “Matilde de Ringelheim”.

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Vaticano

Segundo día del Papa en Indonesia: llamada contra el extremismo y la intolerancia

El papa Francisco inició su segundo día del largo viaje al Sudeste Asiático, con una nutrida agenda en Yakarta, la capital de Indonesia, nación formada de miles de islas volcánicas con cientos de grupos étnicos que hablan una variedad de idiomas diversos.

Hernan Sergio Mora·4 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

Tras la ceremonia de bienvenida, las danzas folclóricas de niños y la firma del libro de honor en el Palacio presidencial, el Santo Padre se reunió en privado con presidente de Indonesia, Joko Widodonen y con el ministro de Exteriores del país. También estuvieron el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, y los intérpretes.

El Papa calificó como esencial el diálogo interreligioso y el combate al extremismo y la intolerancia, que distorsionan la religión, así como la formación “de un tejido social más equilibrado” con una “equitativa asistencia social” señaló a continuación el pontífice al reunirse, en el Palacio Presidencial -el Istana Negara-, con las autoridades, el cuerpo diplomático, la sociedad civil y empresarios, en total unas 300 personas.

El Papa comenzó sus palabras recordando que “así como el océano es el elemento natural que une a todas las islas de Indonesia, el respeto mutuo por las características culturales, étnicas, lingüísticas y religiosas de todos los grupos humanos que componen Indonesia, es el tejido conectivo esencial para hacer que el pueblo indonesio esté unido y orgulloso”.

El Santo Padre subrayó también, la importancia de promover la armonía entre las distintas religiones en un país en el que, junto con la mayoría musulmana, convive con un 10 % de cristianos de los cuales solo el 3 % son católicos.

El Papa saluda a la gente al salir del Palacio Merdeka en Yakarta, Indonesia, ©CNS photo/Lola Gomez

El Papa aseguró que “la Iglesia católica se pone al servicio del bien común y desea fortalecer la colaboración con las instituciones públicas y otros sujetos de la sociedad civil, para favorecer la formación de un tejido social más equilibrado y garantizar una distribución más eficiente y equitativa de la asistencia social».

Y precisó además que “la armonía en el respeto de la diversidad se logra cuando cada visión particular tiene en cuenta las necesidades comunes y cuando cada grupo étnico y confesión religiosa actúa en espíritu de hermandad, persiguiendo el noble objetivo de servir al bien de todos”.

Francisco invitó a “fomentar la armonía pacífica y constructiva, que garantice la paz y una las fuerzas para vencer los desequilibrios y las bolsas de pobreza que aún persisten en algunas zonas del país», dejando constancia de que «la Iglesia católica desea intensificar el diálogo interreligioso» para que se puedan eliminar «los prejuicios y fomentar un clima de respeto y confianza mutuos, que es esencial para afrontar desafíos comunes, incluido el de luchar contra el extremismo y la intolerancia, que -al distorsionar la religión- intentan imponerse mediante el engaño y la violencia”.

 “En diversas regiones -añadió el Pontífice- vemos surgir conflictos violentos, que a menudo son el resultado de la falta de respeto mutuo, del deseo intolerante de hacer prevalecer a toda costa los propios intereses, la propia posición o la propia visión parcial de la historia, aunque eso suponga un sufrimiento interminable para comunidades enteras y dé lugar a auténticas guerras sangrientas”.

El pontífice añadió que “la armonía en el respeto a las diferencias se logra cuando cada opinión particular tiene en cuenta las necesidades que son comunes y cuando cada etnia y confesión religiosa actúa con espíritu de fraternidad, persiguiendo el noble objetivo de servir al bien de todos”.

“Este sabio y delicado equilibrio -añadió el pontífice dirigiéndose al Cuerpo diplomático y autoridades- entre la multiplicidad de culturas, las diferentes visiones ideológicas y las razones que fundamentan la unidad, debe ser defendido continuamente contra cualquier desajuste”.

Concluido el evento en el Palacio de Gobierno y de regreso a la Nunciatura, el Papa mantuvo un encuentro privado con los miembros de la Compañía de Jesús, como hace habitualmente en sus viajes.

Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Yakarta

En la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Yakarta, principal lugar de culto católico de la capital indonesia, así como sede del arzobispado, en el centro de la ciudad, el Papa Francisco fue recibido en un ambiente de gran alegría de los niños y niñas que le esperaban en el exterior y de todos los presentes.

Después del saludo de bienvenida del presidente de la Conferencia Episcopal y tras escuchar los testimonios de un sacerdote, una monja y dos catequistas, y el canto armonioso del coro que conmovió a los presentes, el Papa invitó a reconocerse como «hermanos, iguales también en la diversidad».

Destacó que en África, uno de los presidentes le dijo que «había sido bautizado por su papá que era catequista» y recordando que los catequistas junto con las madres y las abuelas llevan la fe. Y con cariño dijo: «Agradezco mucho a los catequistas, son buenos», exclamó.

“Les animo a continuar en vuestra misión -añadió el Santo Padre- fuertes en la fe, abiertos a todos en la fraternidad y cercanos a cada uno en la compasión”. E invitó: “Vayan a los cruces de camino. ¿Pero ese? … ¡¡todos!!». “Adelante con hermandad”. Y concluyó: “Fe, hermandad y compasión. Les bendigo y les agradezco todo el bien que hacen en estas islas.»

Después de la bendición hubo una foto con los obispos, y el movimiento de muchos presentes que intentaron saludarlo.

Desde la catedral el Pontífice fue a la Casa de la Juventud Grha Pemuda para el encuentro con más de un centenar de niños, jóvenes y adolescentes, muchas de ellas con el velo, quienes lo recibieron con cantos y música. Allí también se reunió con los dirigentes de Scholas Occurentes, una iniciativa para promover a los jóvenes que nació como escuelas de barrios en Buenos Aires y se expandió bajo el pontificado de Francisco.

En la entrada del salón había una carpa con forma de corazón, inspirada en un poliedro, realizado por los jóvenes con el que querían dejar huella.

Una docente conmovida hasta las lágrimas, le contó al Papa su experiencia, seguida por la de un niño con una camiseta de Scholas y una niña sin velo que también llevaba una camiseta de Scholas.

El Papa, dirigiéndose a los jóvenes, dialogando con ellos, indicó de la necesidad de que la realidad sea concreta, de no vivir en un mundo irreal, de lo contrario dijo, «serás un esquizofrénico».

“En la vida -dijo- existen cuatro principios para la convivencia y la paz: la realidad es superior a la idea; la unidad es superior al conflicto; todo es superior a la parte”. E invitó a “hacer las paces con todos”.

Después de entregarle algunos dones al Papa, se plantó un árbol de mangle.

Para terminar, el Santo Padre explicó que la bendición significa «encomendar bien». «Aquí hay personas de diferentes religiones, y la daré a todos» mientras rezan en silencio. El encuentro concluyó con una foto grupal.

El autorHernan Sergio Mora

Vaticano

La Iglesia que dio la bienvenida y despidió a Juan Pablo I

Han pasado dos años desde que el Papa Francisco beatificara a Juan Pablo I, el "Papa de la sonrisa", cuyo pontificado tuvo un contexto histórico muy particular, caracterizado por el Concilio Vaticano II y el espíritu de san Juan Pablo II.

Onésimo Díaz·4 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 6 minutos

El 4 de septiembre de 2022, el Papa Francisco presidió la ceremonia de beatificación de Juan Pablo I. Meses antes, aprobó el decreto de la Congregación para la Causa de los Santos sobre una curación milagrosa atribuida a su intercesión.

Para entender quién fue este papa en su contexto histórico me parece conveniente ofrecer unas pinceladas sobre la situación de la Iglesia en los años setenta.

Un hombre sostiene una imagen de Juan Pablo I momentos antes de que comience la ceremonia de beatificación (CNS photo / Paul Haring)

La Iglesia del posconcilio

En el libro “Diálogos con Pablo VI” del escritor francés Jean Guitton, el Papa Montini vislumbró un estado de espera, de apertura, de renovación, del que dependería la aparición de los frutos del Concilio Vaticano II. Entre otras cosas, Pablo VI sentenció: “El posconcilio será, como muy bien se ha dicho, una constante creación. El Concilio ha abierto caminos, ha lanzado las semillas, ha dado directrices. Pero la Historia nos enseña que los tiempos subsiguientes a los concilios son tiempos de inercia y de problemas (…). Vuelvo a repetir que los católicos no deben sucumbir a la tentación de ponerlo todo en tela de juicio, a consecuencia del Concilio; ésta es la gran tentación de nuestros contemporáneos; es una tentación omnipresente en este período histórico; la tentación de volver a empezar, partiendo de cero”.

Tal como había vaticinado Pablo VI, después del Concilio surgieron problemas. El llamado posconcilio se manifestó en la crisis de los sacerdotes, de los religiosos, y de los laicos. No sobrevino la primavera ansiada, sino un otoño oscuro, de confrontación doctrinal y descenso de vocaciones sacerdotales y religiosas. Si las sesiones del Concilio se habían vivido con cierto optimismo dentro y fuera de la Iglesia, el posconcilio se caracterizó por la crisis y las dificultades de su aplicación. Se manifestaron síntomas de disgregación en la vida de la Iglesia causados por interpretaciones e ideas ajenas a los textos del Concilio.

Pablo VI lamentó las interpretaciones incorrectas de los textos conciliares, los experimentos sobre la celebración de la Misa y los intentos de reformar totalmente la Iglesia, tanto en el derecho como en el dogma. Se manifestaron síntomas de disgregación en la vida de la Iglesia causados por ideas ajenas a la letra del Concilio.

Época de crisis

En “Memoria en torno a mis escritos”, De Lubac clamó contra la actitud autodestructiva y desagradecida de determinados eclesiásticos, que no valoraron los esfuerzos realizados durante el Concilio: “El posconcilio fue un tiempo (y lo sigue siendo) de oposición sistemática y multiforme al papado. Pablo VI fue su primera víctima. He admirado mucho a este Papa. Se han emitido sobre él los juicios más contradictorios; con frecuencia se le ha criticado injustamente y, a veces, se le ha calumniado indignamente”.

En sus Memorias, Danièlou lamentó la filtración de ideas mundanas y disolventes dentro de la Iglesia, y reconoció la apertura después del Concilio de una paradójica época de crisis como consecuencia de una falsa interpretación del Vaticano II.

El historiador Jedin criticó los abusos de la reforma litúrgica, como la eliminación casi total del uso del latín ante la introducción de la lengua vulgar en el culto. Esta crítica encontró una oposición cerrada por parte del secretario de la comisión litúrgica posconciliar Annibale Bugnini.

El sociólogo de las religiones Arnaldo Nesti escribió que las reformas y las tentativas de cambio del Concilio eran más aparentes que reales. Por consiguiente, “para que todo siga como está es preciso que todo cambie”, como en la novela El Gatopardo de Tomasi di Lampedusa.

En esta situación delicada de la Iglesia falleció Pablo VI en el verano de 1978. 

Un pontificado de 33 días

Juan Pablo I ha pasado a la historia por la brevedad de su pontificado, por su sonrisa y por ser el último papa italiano a lo largo de más de cuatro siglos hasta la fecha.

Tras la muerte de Pablo VI, ocupó la sede petrina el patriarca de Venecia, Albino Luciani (1912-1978). Era un hombre sencillo, formado en una familia cristiana y humilde, el mayor de cuatro hermanos. Siguiendo las huellas de san Juan XXIII y  san Pablo VI, unió sus nombres como signo de continuidad con sus dos predecesores. 

El pontificado de Juan Pablo I duró treinta y tres días. No le dio tiempo a escribir una encíclica, ni siquiera a trasladar sus libros y sus cosas al Vaticano. El “papa de la sonrisa” falleció repentinamente el 29 de septiembre de 1978.

Cartas de Juan Pablo I

Siendo patriarca de Venecia, movido por su afán catequético, se embarcó en la empresa de publicar una carta mensual, cuyo destinatario era un personaje famoso del pasado como los escritores Chesterton, Dickens, Gogol y Péguy. Este peculiar epistolario se editó con el título Ilustrísimos señores. Cartas del patriarca de Venecia (Madrid, BAC, 1978).

Sin duda, la carta más atrevida y profunda la dirigió a Jesucristo. La misiva terminó así: “Nunca me he sentido tan descontento al escribir como en esta ocasión. Me parece que he omitido la mayoría de las cosas que podían decirse de Ti y que he dicho mal lo que debía haber dicho mucho mejor. Sólo me consuela esto: lo importante no es que uno escriba sobre Cristo, sino que muchos amen e imiten a Cristo. Y, afortunadamente, a pesar de todo, esto sigue ocurriendo también hoy.”

El beato Juan Pablo I (CNS photo / L’Osservatore Romano)

Juan Pablo I y el Opus Dei

Unas semanas antes de ser elegido pontífice, había publicado en una revista veneciana un artículo sobre el Opus Dei, titulado “Buscar a Dios en el trabajo cotidiano” (“Gazzetino de Venecia”, 25 de julio de 1978). Entre otras cosas, se atrevió a hacer una comparación entre san Josemaría Escrivá y san Francisco de Sales: “Escrivá de Balaguer supera en muchos aspectos a Francisco de Sales. Este, también propugna la santidad para todos, pero parece enseñar solamente una ‘espiritualidad de los laicos’ mientras Escrivá quiere una ‘espiritualidad laical’. Es decir, Francisco sugiere casi siempre a los laicos los mismos medios practicados por los religiosos con las adaptaciones oportunas. Escrivá es más radical: habla directamente de materializar, en buen sentido, la santificación. Para él, es el mismo trabajo material, lo que debe transformarse en oración y santidad”.

Sus escritos sencillos y su sonrisa cautivadora transmiten la imagen de un hombre de Dios, que veremos pronto en los altares, como su predecesor san Pablo VI y su continuador san Juan Pablo II.

La Iglesia después de Juan Pablo I

El sucesor de Juan Pablo I decidió mantener su nombre como signo de continuidad. Juan Pablo II intentó dar vida al espíritu de los documentos conciliares, lo que no le había dado tiempo a su predecesor. Uno de los textos donde se podría ver la sintonía del papa polaco con Juan Pablo I y también con Pablo VI es la Exhortación Apostólica «Christifideles laici» (1988). En este documento, Juan Pablo II afirmó que la Iglesia poseía una dimensión secular. En el número 9, se preguntó quiénes eran los fieles laicos y contestó con la definición de «Lumen Gentium«: “Todos los fieles cristianos, a excepción de los miembros del orden sagrado y los del estado religioso”.

El número 15 del documento profundizó en la índole secular de los laicos que tienen la misión de ser fermento en el mundo: “Dios, que ha confiado el mundo a los hombres y a las mujeres, para que participen en la obra de la creación, la liberen del influjo del pecado y se santifiquen en el matrimonio o en el celibato, en la familia, en la profesión y en las diversas actividades sociales”.

La llamada universal a la santidad

Siguiendo la enseñanza del Concilio Vaticano II, Juan Pablo II recordó la llamada universal a la santidad de todos los bautizados, en el número 16: “Los fieles laicos están llamados, a pleno título, a esta común vocación, sin ninguna diferencia respecto de los demás miembros de la Iglesia”. Además, el pontífice animó a todos los católicos a participar en la política, en la cultura y en todas las actividades donde se puede transformar y mejorar el mundo. Por último, en el número 60, recomendó la necesidad de recibir formación espiritual y particularmente conocer la doctrina social de la Iglesia.

A mi modo de ver, san Juan Pablo II recogió la herencia breve, pero profunda, de su predecesor en ese y en otros documentos. Esperemos que pronto podamos escribir san Juan Pablo I.

El autorOnésimo Díaz

Investigador de la Universidad de Navarra y autor del libro Historia de los Papas en el siglo XX

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Vaticano

El Papa Francisco comienza su viaje en Indonesia con un encuentro con migrantes

A su llegada a Indonesia, el Papa Francisco ha aprovechado para descansar del largo viaje y acostumbrarse a la diferencia horaria antes de afrontar la intensa agenda preparada para esta primera parada de su viaje apostólico.

Hernan Sergio Mora·3 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

El martes 3 de septiembre es el primer día del viaje apostólico del Papa Francisco en Indonesia. Un vuelo de “ITA Airways” vio despegar del aeropuerto romano Leonardo Da Vinci al Pontífice el 2 de septiembre. El martes por la mañana el Santo Padre aterrizó en la capital de Indonesia, Yakarta, a casi 11.000 kilómetros de Roma y con una diferencia de cinco horas en el huso horario.

El Pontífice fue recibido en el aeropuerto por el ministro de Asuntos Religiosos, Yaqut Cholil Qoumas y algunas delegaciones. De allí fue directamente a la nunciatura donde le esperaban un grupo de enfermos, migrantes y refugiados.

En la sede diplomática almorzó, al atardecer celebró la Misa en privado, cenó y concluyó la jornada pernoctando en la nunciatura, adaptándose al nuevo horario y preparándose para un miércoles que prevé una nutrida agenda.

El Santo Padre, que está realizando su 45º viaje apostólico, permanecerá en Indonesia hasta el viernes 6, cuando viajará a Papúa Nueva Guinea, partiendo el 9 a Timor Oriental, y estando del 11 al 13 en Singapur, desde donde regresará a Italia. Este es, por tanto, el viaje más largo de su pontificado -32 mil kilómetros- a pesar de sus 87 años y dificultades de salud.

Indonesia, primer destino del Papa Francisco

Indonesia, el archipiélago más grande del mundo, con casi 300 millones de personas, es un país de mayoría islámica que registra una convivencia pacífica entre las religiones oficiales que además del islam, son el cristianismo (10%), el budismo, el hinduismo y el confucianismo.

A finales del siglo pasado el cristianismo en Indonesia sufrió una dura persecución, obligándoles a renunciar a la fe para salvar la vida o a emigrar. La libertad religiosa actual con el pasar del tiempo va mejorando, si bien en los documentos de identidad se debe indicar obligatoriamente la religión a la que pertenece cada ciudadano, no pudiéndose declarar agnósticos, lo que facilita una cierta discriminación. 

Los primeros en llegar a Indonesia fueron en 1513 los comerciantes portugueses, hasta que los desplazó el sultanato de Banten. En 1595 los holandeses derrotaron a los rivales británicos y tomaron el comando de la región con la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, construyendo en Batavia, hoy Yakarta, edificios estilo holandés que transformaron la capital en la llamada “Reina de Oriente”. 

Durante la II Guerra Mundial los nacionalistas indonesios combatieron y en 1945 declararon la independencia del país.

La capital situada en la isla de Java se está hundiendo debido a la extracción de agua del subsuelo, por lo que en el 2019 el gobierno decidió la construcción de una futura capital en la jungla, en la Isla de Borneo.

Otros Pontífices en Indonesia

El viaje del papa Francisco a Indonesia es el tercero realizado por un pontífice: en 1970 estuvo Pablo VI, en 1989 Juan Pablo II. En esta ocasión, Francisco no va solo, sino que le acompañan el cardenal italiano Pietro Parolin y el cardenal filipino Antonio Tagle.

Se prevé que este viaje apostólico dará impulso al diálogo interreligioso, en particular con el islam, en la línea de la encíclica ‘Fratelli tutti‘. El Papa espera que el pueblo y las instituciones se unen en su rechazo a la guerra, a la violencia en nombre de la religión y a la globalización de la indiferencia.

Además, el Santo Padre quiere animar a la lucha contra el cambio climático, con el fin de defender la creación y promover la importancia del componente espiritual en el desarollo económico.

El autorHernan Sergio Mora

Vocaciones

Almudena, joven supernumeraria: “Intento estar cerca de todos y poner siempre un extra de ‘buen rollo’”

Una joven supernumeraria del Opus Dei, de 26 años, comparte cómo vive su vocación diariamente en medio de su trabajo, su familia y sus amigos.

Maria José Atienza·3 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

Almudena Alonso tiene 26 años, la misma edad con la que san Josemaría Escrivá fundó el Opus Dei, al que ella pertenece como supernumeraria.

Almudena está casada, es madre de una niña y, en los próximos meses, nacerá su segundo hijo. Esta joven profesional, trabajadora, mujer de este siglo, vive su vocación en su casa, con sus amigos y compañeros con la naturalidad de los jóvenes, intentando ser “sembradora de paz y alegría”, como ella apunta.

¿Como vive una joven madre el carisma del Opus Dei hoy?

–En medio del mundo, ¡ahora más que nunca! Cada día, en la calle, en el trabajo, intento estar cerca de todos y poner siempre un extra de buen rollo. Transmitir ese poquito de luz y alegría que puede cambiar el curso del día. Y en casa, dando muchas gracias por los regalazos que nos ha dado, siempre con las puertas abiertas, ¡que nadie se sienta fuera!

Que puedan contar con nosotros para pasar un buen rato, con una cervecita en la mano, pero también para encontrar consuelo si lo necesitan. Y recomenzando todos los días, sin perder la esperanza, porque, gracias a Dios, no somos perfectos… Al final va de eso, de hacer de cada día algo nuevo, ¡en esas estamos!

¿Qué es lo que más te llama la atención o con lo que más te identificas del carisma del Opus Dei? 

–Me identifico mucho con ese espíritu de “ser sembradores de paz y de alegría”, que no es que sea una tarea fácil, sobre todo teniendo en cuenta que hay que intentarlo todos los días a todas horas, y el trabajo, el cansancio, a veces pesan…. Pero sí, me parece un mensaje que tiene mucho fondo.

Como en cualquier cosecha, hay que esperar a ver los frutos, y con lo de sembrar paz y alegría pasa lo mismo… Igual en tu día a día no ves un gran cambio, pero quizá dentro de un tiempo puedes ver el efecto de la mano de Dios.

Tú, como instrumento, eres su semilla, y Él, como sembrador, te va poniendo aquí y allá, como a Él le da la gana, a veces sin que tú entiendas por qué, para que des paz y alegría allá donde estés. Con el tiempo, ¡ahí estarán los frutos! Puede que no llegues a verlos, pero qué pasada saber que confía en ti para eso. 

¿A qué aplicas la formación que recibes y como te ayuda en tu día a día?

–¡A todo! Las luces que vas recibiendo a través de la formación son tantas que no podría elegir solo una…. Desde el trabajo hasta la gestión del descanso, porque es tan importante hacer las cosas bien como saber cuando parar y darse un respiro para volver a la carga «con la pila puesta» para todos.

La formación me ayuda mucho a gestionar también temas más de familia, los de fondo, que son los que más vértigo dan. Sobre todo, ahora que llevamos la “L” puesta porque, en un añito y medio de casados ya somos 3 miembros en casa y tenemos a otro en camino, y ¡es muy importante asentar bien las bases!

En la amistad, me ayuda a no perder de vista que hay que estar ahí siempre, un WhatsApp, una llamada… no sabría elegir solo una cosa. ¡Aplico la formación a todo! 

¿Cómo explicas tu vida cristiana a personas de tu entorno que no la comparten?¿qué es lo que te hace más feliz?

–Yo les cuento que tengo 26 años, que estoy casada y que estoy embarazada del segundo y ¡me miran como una loca! (Risas) Pero a mi me encanta eso, porque es lo que soy: ¡Una loca! Ellos, cuando lo escuchan y me conocen, al darse cuenta de que esto es lo que realmente me llena y me hace feliz, lo entienden y lo respetan muchísimo.

No es que vaya por ahí contando a los cuatro vientos cómo vivo mi vida porque, la verdad, no soy ejemplo de nada. Pero si te conocen, al final, preguntan…, ¡y no te queda otra que dar la cara! (risas).

La verdad que muchas veces tenemos miedo de mostrar nuestro fondo, pero creo que deberíamos hacerlo más, porque la respuesta de los demás es mucho mejor de lo que esperamos. Hay que tirarse a la piscina. 

Cultura

Científicos católicos: María Josefa Molera, pionera a pesar de las dificultades

María Josefa Molera Mayo  se especializó en cinética química y técnicas analíticas de cromatografía de gases. Omnes ofrece esta serie de biografías breves de científicos católicos gracias a la colaboración de la Sociedad de Científicos Católicos de España.

Ignacio del Villar·3 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos

María Josefa Molera Mayo (23 de enero de 1921 – 3 de septiembre de 2011) fue una eminente científica española especializada en cinética química y técnicas analíticas de cromatografía de gases, cuya labor tuvo un impacto significativo en la estructura actual de la investigación científica en España.

Nacida en la villa navarra de Isaba, Molera Mayo experimentó una infancia marcada por los acontecimientos de la guerra civil española (su padre murió en el campo de batalla).

Su educación transcurrió en la Universidad Central de Madrid (hoy Universidad Complutense) donde se destacó en Ciencias Químicas, graduándose con honores en tan solo tres años.

Más tarde, no sin dificultades debidas a su condición de mujer, logró doctorarse en el Instituto de Química Física «Rocasolano» del CSIC bajo la dirección del profesor Ríus Miró.

La tesis se centró en las aplicaciones del electro de vena de mercurio como sustituto de gotas del mismo metal, lo que le valió un premio extraordinario por su investigación.

Su trayectoria científica no se limitó a España. Recibió la beca «Ramsay Memorial Fellowship Trust», lo que le permitió trabajar en el «Physichal Chemistry Laboratory» de la Universidad de Oxford y en el Departamento de Química-Física de la Universidad de Sheffield.

Destacó por su contribución al desarrollo del cromatógrafo de gases en España y por su trabajo pionero en la caracterización del vino junto a las científicas Mª Dolores Cabezudo y Marta Herráiz.

En colaboración con el químico J. A. Domínguez y el matemático J. Fernández Biarge, desarrolló métodos de análisis de reacciones químicas mediante la cromatografía gas-líquido, utilizando una combinación de hasta cuatro columnas cromatográficas.

Su equipo fue reconocido por los fabricantes de cromatógrafos de gases, lo que le valió el prestigioso premio Pekín-Elmer Hispania en 1967.

Asimismo, también fue galardonada con recibió el Premio Alfonso X el Sabio del CSIC y la Medalla de Química de la Real Sociedad Española de Física.

El autorIgnacio del Villar

Universidad Pública de Navarra.

Sociedad de Científicos católicos de España

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Nos gusta que nos den la razón, que la realidad se amolde a nuestro pensamiento, que la vida sea fácil de entender, que entre en nuestros esquemas. Y los algoritmos, que lo saben y quieren hacernos agradable el tiempo en la red para que vayamos una y otra vez a la mina, nos ofrecen lo que queremos.

2 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

Cada vez más leemos, no lo que nos interesa, sino lo que interesa a los algoritmos. Ellos conocen nuestros gustos, los de nuestros amigos, lo que se mueve en el ambiente y quieren gobernar nuestra navegación en internet cuanto más tiempo posible. Si este artículo ha llegado a sus ojos a través de una red social o de noticias Google (siempre tan a mano a la izquierda de nuestra pantalla de bloqueo) quizá debería parar y no seguir leyendo.

Si aun así se empeña en seguir con la lectura, le advierto de que su libertad puede verse comprometida. Para bien digo, puesto que lo que hoy pretendo es que haga un ejercicio de autonomía que le lleve a no dejarse engañar por lo que lee en las redes porque nada llega a sus manos por casualidad. De poco sirve ya aquella sabia, aunque apócrifa frase de Santa Teresa de Jesús que decía «lee y conducirás, no leas y serás conducido». Hoy podemos decir que es justamente lo contrario, puesto que las lecturas que, de forma aparentemente inocente y amigable aparecen en nuestro móvil, lo que pretenden es precisamente conducirnos, llevarnos adonde los algoritmos quieren. Conocer cómo funcionan y cuál es su objetivo es la única forma de tomar la píldora roja que nos libera del ensueño en el que vivimos la mayoría de las personas digitalmente activas. 

En primer lugar, hay que saber que el principal objetivo del robot que nos recomienda lecturas es que permanezcamos el mayor tiempo posible conectados. Los dueños de internet viven de nuestros minutos de navegación. Necesitan que nos movamos, que hagamos cuantas más actividades posibles conectados. Es la forma en la que rentabilizan sus millonarias inversiones para poder darnos sus servicios de forma gratuita. Mientras nosotros perdemos el tiempo viendo videos cortos, subimos nuestras fotos a la nube, consultamos nuestras redes sociales, nos mensajeamos con los amigos o nos dejamos orientar caminando o en coche, estamos dándole su materia prima, facilitándole datos de nuestros hábitos, de nuestra forma de pensar y de vivir que ellos traducen en información muy cotizada en el mercado publicitario o de inversión. Cuanto más tiempo estemos enganchados a la máquina, más datos generamos, más dinero ganan. 

¿Y cómo consiguen que sus mineros (usted y yo) sigamos picando la roca, extrayendo oro para ellos sin pagarnos ni un céntimo? Pues dándonos recompensas, pequeños placeres: el de recibir un «Me gusta» en una foto que hemos subido, el de sorprendernos con aquel titular llamativo, el de troncharnos con aquel video de humor, o –aquí es donde quería yo llegar– el de autoafirmarnos en nuestras ideas. 

Nos gusta que nos den la razón, que la realidad se amolde a nuestro pensamiento, que la vida sea fácil de entender, que entre en nuestros esquemas. Y los algoritmos, que lo saben y quieren hacernos agradable el tiempo en la red para que vayamos una y otra vez a la mina, nos ofrecen lo que queremos. Por eso, siempre nos sugieren artículos, informaciones, mensajes que confirman cualquier aspecto de nuestras ideas o creencias. Si a usted le gusta la cerveza, verá que le recomiendan noticias en las que la ciencia desvela la bondad de la bebida; si es usted abstemio, verá continuamente informaciones contrarias a su ingesta. Ponga, en vez de cerveza, términos como inmigración ilegal, pena de muerte, LGTBfobia, vacunas, aborto o violencia de género. Temas difíciles de abordar pues tienen muchas aristas y requieren de una profunda reflexión y análisis de distintos puntos de vista. El resultado son los extremismos, la polarización que estamos viviendo porque, lejos de abrir nuestra mente, la lectura conducida por los algoritmos nos encierra en burbujas de pensamiento de las que es difícil salir ¿También usted se ha encerrado en una burbuja? Si todo lo que lee le dice que tiene usted razón y que los equivocados son los otros, míreselo.  

En casa siempre aprendí que hay que hacer el esfuerzo por leer, oír o ver los medios que no van siempre con mis ideas porque la verdad no tiene un solo sentido, a veces está en un punto intermedio, no todo es blanco o negro, sino que existe una inmensidad tonal de grises. 

En este sentido, el papa Francisco, uno de los que más sufre en sus propias carnes este fenómeno (muchos lo odian sin conocerlo bien y muchos lo adoran sin conocerlo bien), nos propone la figura del poliedro frente a la esfera. A muchos nos irrita lo que se salga de nuestra esfera perfecta, redondita y suavita. No nos gusta que otros, quizá en las antípodas de nuestras ideas o de nuestras creencias, puedan tener razón en algo porque eso no nos encaja, nos humilla frente a él; pero esto es falso, nos aleja de la verdad. El Concilio Vaticano II lo llamaba «auscultar, discernir e interpretar, con la ayuda del Espíritu Santo, las múltiples voces de nuestro tiempo». En el poliedro, todos encajamos pero todos mantenemos nuestra singularidad, porque la verdad absoluta no la poseen los algoritmos ni usted ni yo ni su párroco ni su periodista de cabecera ni el mismísimo Papa en la mayoría de sus discursos. La Verdad nos trasciende, es una Persona a quien le gusta removernos, sacarnos de nuestros esquemas, y es la única que nos hace auténticamente libres. ¡Vayamos tras Ella!

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Enseñanzas del Papa

Literatura, formación y evangelización

La “Carta” del Papa Francisco “sobre el papel de la literatura en la formación” resalta la importancia que tiene el arte literario en la maduración de las personas y en su capacidad de “tocar” el corazón del ser humano contemporáneo. 

Ramiro Pellitero·2 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 7 minutos

¿Qué interés pastoral puede tener la literatura (las novelas, los poemas) en la formación personal y en la evangelización, precisamente en nuestra cultura de la imagen y de las pantallas? 

El Papa Francisco ha escrito una Carta sobre el papel de la literatura en la formación (17-VII-2024): en la maduración de toda persona, en la formación de los cristianos y también concretamente en la formación sacerdotal.

Literatura y madurez personal

En su cartael Papa se suma a tantas figuras de todos los tiempos que han llamado la atención sobre este medio de enriquecer la formación, que tenemos a nuestra disposición, y que, por diversos factores, hoy corre el riesgo de dejarse de lado, con el empobrecimiento consiguiente, ante cierta obsesión por las pantallas. En comparación con los medios audiovisuales y sus características, quien lee un libro, señala Francisco, es mucho más activo. El lector va interviniendo en la obra que lee y en cierto sentido la reescribe. 

“En cierta forma él reescribe la obra, la amplía con su imaginación, crea su mundo, utiliza sus habilidades, su memoria, sus sueños, su propia historia llena de dramatismo y simbolismo, y de este modo lo que resulta es una obra muy distinta de la que el autor pretendía escribir”. 

De ahí que el texto literario, como sucede en general con cualquier texto, sea escrito o audiovisual, tenga como una vida propia que engendra otros “textos vivos” originales, en aquellos que lo leen: “Una obra literaria es, pues, un texto vivo y siempre fecundo, capaz de volver a hablar de muchas maneras y de producir una síntesis original en cada lector que encuentra”. Y esto enriquece al lector no solo en un sentido pasivo, sino en cuanto que abre su persona al mundo y entra en diálogo con él, agrandando su mundo personal. 

Al leer, escribe el Papa, el lector se enriquece con lo que recibe del autor, pero esto le permite al mismo tiempo hacer brotar la riqueza de su propia persona, de modo que cada nueva obra que lee renueva y amplía su universo personal”.

Francisco propone, a este propósito, “un cambio radical”, concretamente “acerca de la atención que debe darse a la literatura en el contexto de la formación de los candidatos al sacerdocio”

¿Por qué, cabe preguntar, ahora este interés del Papa? Una primera respuesta, antropológica, es que “la literatura tiene que ver, de un modo u otro, con lo que cada uno de nosotros busca en la vida, ya que entra en íntima relación con nuestra existencia concreta, con sus tensiones esenciales, sus deseos y significados”. 

Evoca Francisco sus experiencias a mediados de los años sesenta, como joven profesor de literatura que animaba a sus estudiantes a encontrar aquellas lecturas en las que resonasen sus propios dramas y experiencias. Hay en esta carta muchos consejos y detalles interesantes, por ejemplo a la hora de escoger lo que leemos. 

Debemos seleccionar nuestras lecturas con disponibilidad, sorpresa, flexibilidad, dejándonos aconsejar, pero también con sinceridad, tratando de encontrar lo que necesitamos en cada momento de nuestra vida”. 

Desde el punto de vista de la utilidad, del discernimiento espiritual y moral personal y de la contemplación, vale la pena leer detenidamente los nn. 16-20, 26-40 de la carta. En esos pasajes, el Papa utiliza diversas metáforas, el telescopio, el gimnasio, el acto de la digestión, para mostrar cómo la literatura es un excelente instrumento para la comprensión personal del mundo, para comprender y experimentar el sentido que los demás dan a sus vidas, para ver la realidad con sus ojos y no solo con los propios.

Y así, la literatura es una escuela de la mirada y del “éxtasis” (salida de uno mismo), de la solidaridad, de la tolerancia y de la comprensión. Esto es así, piensa el sucesor de Pedro, porque “siendo cristianos, nada que sea humano nos es indiferente”. 

Escuela de paciencia, de humildad y de comprensión, “la mirada de literatura forma al lector en la descentralización, en el sentido del límite, en la renuncia al dominio, cognitivo y crítico, en la experiencia, enseñándole una pobreza que es fuente de esxtraordinaria riqueza”. 

El lector acoge el deber del juicio, no como un instrumento de dominio, “sino como un impulso hacia la escucha incesante y como disponibilidad para ponerse en juego en esa extraordinaria riqueza de la historia debida a la presencia del Espíritu, que se da también como gracia; es decir, como acontecimiento imprevisible e incomprensible que no depende de la acción humana, sino que redefine a ser humano como esperanza de salvación”.

Para el discernimiento evangélico de las culturas

Tras la introducción, Francisco señala el interés que tiene la lectura para los creyentes, como camino para conocer las culturas (la propia y las otras) y así, poder hablar al corazón de los hombres (bastaría, a este respecto recordar los volúmenes de Charles Moeller, Literatura del siglo XX y cristianismo). Pues ninguna cultura aislada en sí misma puede agotar el mensaje del Evangelio (cfr. exhortación apostólica Evangelii gaudium 117).

En este punto el Papa dirige una mirada a un aspecto de la situación actual: “Muchas de las profecías catastrofistas que hoy intentan sembrar la desesperanza, tienen su origen precisamente en este aspecto”. Por ello, “el contacto con diferentes estilos literarios y gramaticales siempre nos permitirá profundizar en la polifonía de la Revelación”, sin reducirla o empobrecerla a la medida de las propias necesidades históricas o de las propias estructuras mentales.

De hecho, los Padres de la Iglesia, como san Basilio de Cesarea (cfr. Discurso a los jóvenes), ensalzaban la belleza de la literatura clásica incluso pagana, y aconsejaban conocerla, tanto en relación con los argumentos (filosofía y teología), como en relación con los comportamientos (ascética y moral). “Precisamente”, observa el obispo de Roma, “de ese encuentro del acontecimiento cristiano con la cultura de la época surgió una original reelaboración del anuncio evangélico”.

Por eso, y como testimonia el caso de san Pablo y su presencia en el Areópago de Atenas (cfr. Hch 17, 16-34), la literatura es un buen instrumento para el “discernimiento evangélico de la cultura”. Es decir, para “reconocer la presencia del Espíritu en la multiforme realidad humana”, y para “captar la semilla ya plantada de la presencia del Espíritu en los acontecimientos, sensibilidades, deseos y tensiones profundas de los corazones y de los contextos sociales, culturales y espirituales”.

De este modo la literatura se muestra como “una ‘vía de acceso’ que ayuda al pastor a entrar en un diálogo profundo con la cultura de su tiempo”.

El Papa retoma otra observación acerca del contexto religioso actual: “La vuelta a lo sagrado y las búsquedas espirituales que caracterizan a nuestra época son fenómenos ambiguos. Más que el ateísmo, hoy se nos plantea el desafío de responder adecuadamente a la sed de Dios de mucha gente, para que no busquen apagarla en propuestas alienantes o en un Jesucristo sin carne” (cfr. Evangelii gaudium, 89).

Tocar el corazón del ser humano contemporáneo

Es esto una consecuencia de la Encarnación del Hijo de Dios: “Esa carne hecha de pasiones, emociones, sentimientos, relatos concretos, manos que tocan y sanan, miradas que liberan y animan; de hospitalidad perdón, indignación, valor, arrojo. En una palabra, de amor”.

De ahí que, a través de la literatura, los sacerdotes y en general todos los evangelizadores pueden hacerse más sensibles a la plena humanidad de Jesús, de modo que puedan anunciarlo mejor. Pues cuando el Concilio Vaticano II dice que “en realidad, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado” (Gaudium et Spes, 22), señala Francisco, “no se trata de una realidad abstracta, sino el misterio de ese ser humano concreto, con todas las heridas, deseos, recuerdos y esperanzas de su vida”.

De eso se trata: “Esta es la cuestión: la tarea de los creyentes, y en particular de los sacerdotes, es precisamente ‘tocar’ el corazón del ser humano contemporáneo para que se conmueva y se abra ante el anuncio del Señor Jesús y, en este esfuerzo, la contribución que la literatura y la poesía pueden ofrecer es de un valor inigualable”. 

Haciendo un paréntesis a este propósito, cabría que alguien pensara, al ir leyendo esta carta del Papa, que lo que falta en nuestros contemporáneos es sobre todo fe y “doctrina”; es decir, conocimiento de la verdad cristiana sobre Dios, Jesucristo, los sacramentos, la moral. Ciertamente, habrá que discernir las necesidades de cada cultura. Pero en general ese juicio es al menos insuficiente.

Como dice T. S. Elliot y recoge el Papa, la crisis religiosa moderna lleva consigo una “incapacidad emotiva” generalizada. Señala Francisco: “A la luz de esta lectura de la realidad, hoy el problema de la fe no es en primera instancia el de creer más o creer menos en las proposiciones doctrinales. Está más bien relacionado con la incapacidad de muchos para emocionarse ante Dios, ante su creación, ante los otros seres humanos. De plantea aquí, por tanto, la tarea de sanar y enriquecer nuestra sensibilidad”.

En la parte final de su carta, insiste Francisco en señalar por qué es importante considerar y promover la lectura de las grandes obras literarias como un elemento importante de la paideia sacerdotal, lo que podría equivaler, para los evangelizadores en general, a la educación de la fe. Y, atención, como ya hemos visto, dirá que no se trata solo de tocar el corazón de los demás, sino de cambiar el propio corazón, el corazón del pastor del evangelizador, a imagen del corazón de Cristo.

Una autoeducación del evangelizador

Esa autoeducación del evangelizador puede desmenuzarse en cuatro direcciones que señala, para concluir, la carta. Y vale la pena recogerlas por extenso.

1) “Confío”, escribe Francisco, “en haber puesto de manifiesto, en estas breves reflexiones, el papel que la literatura puede desarrollar educando el corazón y la mente del pastor o del futuro pastor en la dirección de un ejercicio libre y humilde de la propia racionalidad, de un reconocimiento fecundo del pluralismo de los lenguajes humanos, de una extensión de la propia sensibilidad humana y, en conclusión, de una gran apertura espiritual para escuchar la Voz a través de tantas voces”.

2) “En este sentido” –sigue apuntando– “la literatura ayuda al lector a destruir los ídolos de los lenguajes autorreferenciales, falsamente autosuficientes, estáticamente convencionales, que a veces corren el riesgo de contaminar también el discurso eclesial, aprisionando la libertad de la Palabra”.

3) “El poder espiritual de la literatura evoca […] la tarea primordial y confiada al hombre por Dios, la labor de ‘dar nombre’ a los seres y a las cosas (cfr. Gn 2, 19-20). La misión de custodiar la creación, asignada por Dios a Adán, pasa en primer lugar por el reconocimiento de la realidad propia y del sentido que tiene la existencia de los otros seres”.

4) “De esa manera, la afinidad entre el sacerdote –y por extensión, de todo el que participa de la misión evangelizadora de la Iglesia, es decir de todo cristiano, llamado a ser discípulo misionero– y el poeta se manifiesta en esta misteriosa e indisoluble unión sacramental entre la Palabra divina y la palabra humana, dando vida a un ministerio que se convierte en servicio pleno de escucha y de compasión, a un carisma que se hace responsabilidad, a una visión de la verdad y del bien que se abren como belleza”. 

En efecto, la literatura puede ser hoy una vía maestra para la autoeducación de la propia personalidad, una purificación del lenguaje evangelizador, una ayuda para reconocer y cuidar la realidad; y, así, también un cauce para encarnar mejor la misión evangelizadora.

Ecología integral

Una propuesta cristiana de empresa

El autor cita unas propuestas a través de las cuales las empresas pueden desarrollarse con valores cristianos que permitan la participación y la inclusión de los trabajadores.

Juan Manuel Sinde·2 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 5 minutos

Entre 400.000 sacerdotes existentes a mediados de siglo en el mundo, el genio de Arizmendiarrieta no estuvo en sus aportaciones teóricas sino en las aplicaciones prácticas derivadas de su fe, en el marco legislativo y en el escenario competitivo de entonces.

Continuando con esa orientación, las ideas de Arizmendiarrieta tienen hoy una posible aplicación en las empresas convencionales en el modelo inclusivo participativo de empresa que desde la Fundación Arizmendiarrieta estamos impulsando: se trata de un modelo que, inspirado en los principios y valores del humanismo cristiano, busca humanizar las empresas a la vez que mejoran su competitividad para hacer que, de forma sostenible, generen beneficios y valor social.

Ha surgido de la propuesta de distintos grupos de personas relacionadas con la empresa y la economía en general, de distintas adscripciones sindicales, políticas y empresariales, que han reflexionado en distintos seminarios organizados por la Fundación Arizmendiarrieta y otras instituciones sobre las características que deberían tener las empresas que basen su competitividad en el desarrollo de las personas que en ellas trabajan.

Así, en el año 2018 los parlamentos navarro y vasco aprobaron sendas mociones (sin carácter de ley) en las que instaron a los respectivos gobiernos autonómicos a impulsar dos variantes de un modelo inclusivo participativo de características muy similares. Insistiendo, en ambos casos, en que no se trata de un modelo rígido, sino que debe ser adaptado a las circunstancias concretas de cada empresa, tanto en lo que se refiere a su situación interna como a sus necesidades para competir con éxito en el mercado global.

Ello ha generado, por otro lado, nuevas variantes, que mantienen la columna vertebral de lo inicialmente propuesto pero que se adaptan mejor a diferentes contextos regulatorios y culturales.

Recogemos a continuación la variante que UNIAPAC, asociación que agrupa a 43 organizaciones de empresarios y directivos cristianos, con más de 40.000 adherentes en todo el mundo, ha decidido difundir entre sus asociados. Los ejes y las características del modelo inclusivo participativo propuesto serían los siguientes: 

Eje 1

Formular un proyecto compartido por los propietarios, directivos y profesionales/trabajadores de la empresa, que mejore la competitividad de la compañía, sea beneficioso a largo plazo para todos y en el que se dé prioridad a la sostenibilidad del proyecto colectivo sobre los intereses de cualquiera de los grupos citados. Ello supondría:

1. Plantear objetivos anuales que evidencien las ventajas del nuevo modelo, mejorando a la vez la rentabilidad para los accionistas y la retribución global para los trabajadores

2. Destinar un porcentaje significativo de los beneficios de la empresa a la mejora de su solvencia, la inversión en nuevos equipos, las actividades de I+D+i y la formación de todos los miembros de la empresa.

3. Incrementar el porcentaje de los ingresos por ventas destinados a financiar actividades de I+D+i, cuando los resultados lo permitan.

Eje 2

Modificar las prácticas de gestión y la cultura de empresa, en la que la transparencia en la información, la colaboración y la confianza entre todos sus miembros sean las columnas principales del proyecto, en aras de una mayor competitividad y sostenibilidad, lo que incluiría:

4. Crear desde la dirección un clima de confianza mediante una política de transparencia informativa, con información regular a los trabajadores, a través de sus representantes, sobre las variables y políticas más importantes de la empresa, salvando aquellas que pudieran ser estrictamente confidenciales.

5. Implantar un modelo de gestión organizativo y participativo, que fomente la participación de los trabajadores aportando sus conocimientos y experiencia en la mejora del proceso productivo y que impulse la innovación y la sostenibilidad empresarial a largo plazo.

6. Programar y desarrollar planes de formación sistemáticos, con objetivos concretos para los trabajadores, incluyendo en los mismos tanto formación técnica como formación de gestión, con el propósito de intensificar los procesos de formación y acreditación de competencias de las personas de la empresa, haciéndolos extensivos a la mayor cantidad posible de las mismas, tras los acuerdos pertinentes con sus representantes.

7. Impulsar políticas retributivas que no generen una excesiva desigualdad y favorezcan la cohesión social, siendo recomendable que, cuando las circunstancias lo permitan, la remuneración incorpore alguna participación en resultados susceptible de alcanzar a la totalidad de la plantilla. 

8. Establecer sistemas periódicos de evaluación y mejora continua de la satisfacción y necesidades de las personas que en ella trabajan. Una referencia podría ser realizar un estudio sistemático con una frecuencia bienal.

9. Priorizar (sin exclusividad) la promoción interna para asignar funciones de mayor responsabilidad y utilizar criterios objetivos de valoración del mérito y posibilidades de aportación a la hora de seleccionar entre los diversos candidatos, dando adecuada respuesta a los planes de formación realizados por los empleados/ trabajadores.

10. Avanzar decididamente hacia la igualdad salarial entre hombres y mujeres.

11. Buscar fórmulas que favorezcan la conciliación de la vida profesional y familiar de todos sin perjuicio del desarrollo empresarial.

Eje 3

Avanzar hacia la superación de la dinámica de confrontación entre capital y trabajo mediante la creación de un clima de confianza y acuerdo sobre el proyecto empresarial que permita la progresiva participación de los trabajadores en los procesos de gestión relacionados con sus competencias y, si las circunstancias lo permiten, una participación en los resultados de la empresa.

12. Implantar sistemas de gestión participativos, con procedimientos y herramientas adecuados, que propicien la innovación y los cambios organizativos. Incluirían proporcionar regularmente información a los representantes de los trabajadores sobre la marcha de la empresa, sus resultados, las amenazas y oportunidades, así como de los proyectos más importantes a desarrollar, consultando y valorando sus opiniones y sugerencias al respecto.

13. Estudiar, cuando el nuevo modelo de empresa haya avanzado suficientemente y haya un proyecto común entre todas las partes para el desarrollo del mismo, la creación de comisiones de vigilancia y control donde haya representación de todos los miembros de la empresa.

14. Establecer de forma progresiva fórmulas de participación con carácter variable de los trabajadores en los resultados, teniendo en cuenta la problemática a corto y largo plazo de la empresa.

Eje 4

Preocupación por el impacto social de las actuaciones empresariales e implicación en algunos de los problemas sociales del entorno. Supondría:

15. Mantener una política de honestidad fiscal, sin incurrir en el fraude y en la elusión fiscal y sin la utilización de paraísos fiscales, de forma que no se vean mermados los recursos públicos necesarios para afrontar los retos económicos y sociales de la Comunidad.

16. Participar en la reflexión, evaluación y, si cabe, implementación de las políticas sociales dirigidas a la integración laboral de los trabajadores menos cualificados que puedan quedar excluidos de los procesos productivos por efecto de la incorporación de las nuevas tecnologías o de su situación personal, especialmente en épocas como la actual, de profundos cambios tecnológicos.

17. Colaborar con las administraciones públicas correspondientes para la adecuación permanente de la formación profesional, la formación continua y la formación universitaria a las necesidades de las empresas, tomando protagonismo en el establecimiento de los planes de formación dual, experiencia en prácticas, programas de servicio y aprendizaje adecuados. Establecer para ello una comunicación permanente y regulada entre el mundo empresarial y el formativo a fin de conseguir mejorar la empleabilidad de los egresados, así como dar respuesta a las necesidades del mundo empresarial.

18. Dedicar un porcentaje de los beneficios a actividades de responsabilidad social, valorando la implicación de los trabajadores en los distintos proyectos y contando para ello con los representantes de los trabajadores en la empresa.

19. Favorecer el intra-emprendimiento y una cultura interna que estimule vocaciones empresariales entre los profesionales y directivos de la empresa, de forma que se dé continuidad y se generen nuevos proyectos que aporten riqueza y empleo para la comunidad.

La aplicación práctica de esta propuesta se concreta en el trabajo realizado conjuntamente con Euskalit, Fundación Vasca para la Calidad de Gestión, que se puede consultar aquí.

Como ejemplo de empresas que han puesto en práctica las recomendaciones del modelo citado están las empresas que en la Comunidad Autónoma Vasca y la Comunidad Foral de Navarra han sido merecedores de los Premios Arizmendiarrieta Sariak, que concede nuestra Fundación en base a una valoración técnica realizada por evaluadores profesionales y a un Jurado independiente en cada caso. Destaquemos que han sido las siguientes. En el País Vasco: Alcorta Forging, Salto Systems, AB Laboratorios de Biotecnología, Egamaster, Grupo Zigor, Ingeteam y Cadinox y en Navarra: Hidrorubber, Seinsa, Conor Sports e IED.

El autorJuan Manuel Sinde

Presidente de la Fundación Arizmendiarrieta