FirmasXiskya Valladares

Amor en tiempos del coronavirus

7 de abril de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

De repente y con urgencia, el teletrabajo y las clases online tienen que normalizarse. Casi el planeta entero para y pasamos todos a confinamiento obligado. Los que tanto han criticado la digitalización tienen, incluso, que acabar asistiendo a misa por streaming. ¿Qué sentido podemos dar a todo esto? ¿Qué nos está diciendo el Señor en estas situaciones?  

El Papa Juan Pablo II, que conoció muy de cerca el sufrimiento físico y moral, decía: “En el programa del reino de Dios, el sufrimiento está presente en el mundo para provocar amor, para hacer nacer obras de amor al prójimo” (Salvifici Doloris, 30). Quizás el coronavirus venga a recordarnos que solo el amor da sentido a nuestras vidas. El amor de Dios que nos acompaña, el amor fraterno que se renueva. 

Tomamos conciencia de que por amor decidimos y actuamos. Nos quedamos en casa para no contagiar ni contagiarnos. Continuamos conectados de otra manera porque vemos la importancia de cuidar los vínculos. Nos ofrecemos a cuidar a los más vulnerables; continuamos rezando desde casa; nos damos cuenta de que, aquello que hasta hace unos días considerábamos normal, tiene mucho más valor del que le dábamos: la Eucaristía, un beso o un abrazo, quedar con los amigos o compañeros, poder pasear, hacer deporte al aire libre, las risas con los compañeros de trabajo, etc. El amor pasa a ser el centro y el motor. 

Y seguro que volveremos el día del reencuentro más serenos, más maduros, con más alegría. Porque la experiencia de vivir en familia enriquece el alma, poder vivir con calma el tiempo nos permite reflexionar, descubrir que solo unidos podemos vencer al virus nos ayuda a renunciar al individualismo, relacionarnos en la distancia nos enseña qué es lo importante de la relación y darnos cuenta de la corresponsabilidad de vivir en sociedad nos hace solidarios.

El autorXiskya Valladares

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El reto de disminuir los cultivos de droga

El autor analiza los cultivos ilícitos de droga y el objetivo de frenar las plantaciones de coca en Estados Unidos y Colombia. Señala la necesidad de medidas que puedan cerrar el suministro de materia prima o sustituir cultivos por una reforma rural.

7 de abril de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

Con 212.000 hectáreas sembradas con coca el año pasado, este cultivo ilícito se ha estabilizado en Colombia, de acuerdo con una información recién publicada por la Casa Blanca sobre el comportamiento de los cultivos ilícitos. Frente al año 2018, en el que se registraron 208.000 hectáreas sembradas de coca, el incremento ha sido de 4.000 hectáreas. El informe destaca que los esfuerzos antinarcóticos de Estados Unidos y Colombia han demostrado resultados, puesto que “los niveles de cultivo de coca finalmente se estabilizaron en 2018 y 2019 por primera vez desde 2012”, ha señalado Kirsten Madison, subsecretaria de la Oficina de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley (INL) de Estados Unidos. 

El ministro de Defensa colombiano, Carlos Holmes Trujillo, precisa que esas cifras se refieren sólo a lo registrado hasta mayo del 2019, y no tienen en cuenta el esfuerzo que realizaron las autoridades durante todo el año. A su juicio, según el mecanismo de medición de la Policía, en todo el 2019 hubo una reducción de cerca de 21.000 hectáreas y se está pendiente de la medición de Naciones Unidas, que se conocerá en junio de este año. “Vamos a continuar trabajando. Se va a retomar la aspersión, haberla suspendido fue un gravísimo error político”, indicó el jefe de la cartera de Defensa. El informe mostró también que la producción potencial de cocaína se incrementó en un 8 por ciento, llegando a 951 toneladas en 2019, en comparación con las 879 registradas en 2018.
Estos datos se explican por la madurez a la que han llegado extensas zonas de cultivo, que ya no dan una sola cosecha al año, sino que llegan a dar hasta cuatro cosechas. A esto se suma la tecnología usada por los narcotraficantes para incrementar la productividad de los sembrados ilegales. Cerrar el flujo de la materia prima a los laboratorios podría tener un impacto muy importante sobre la productividad. En este sentido, Camilo González Posso, director del Instituto de Estudios por el Desarrollo y la Paz (Indepaz), añade que hay que dejar de persistir “en la estrategia equivocada de atacar al pequeño cultivador sin mirar el conjunto del problema en salud, macrocriminalidad, centros de lavado de activos…”. A su juicio, dar prioridad a las estrategias pactadas en el acuerdo de paz de sustitución voluntaria de cultivos ilícitos y una reforma rural integral son “un camino mejor”. En todo caso, el reto de disminuir los cultivos ilícitos y la producción de droga es grande, y Estados Unidos y Colombia acordaron reducir tanto los cultivos de coca como la producción de cocaína en un 50 por ciento para 2023. 

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Actualidad

Encuentros entre jóvenes y mayores. Conectando generaciones

¿Cuántos jóvenes de nuestros días creen que los ancianos tienen algo significativo que aportarles en sus vidas? Ahora los problemas son otros, el mundo va muy deprisa… El proyecto Conectando generaciones, de la diócesis de Orense, ha conseguido que los jóvenes descubran las inmensas riquezas que pueden aportar a sus vidas las experiencias de los mayores.

Arsenio Fernández de Mesa·4 de abril de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

Muchas veces a los mayores se los contempla con respeto pero con cierta distancia, como si fueran una reliquia de tiempos pasados que está de vuelta de la vida y no tiene nada que decir a la sociedad actual. Pues bien, el proyecto Conectando generaciones, de la diócesis de Orense y cofinanciado por la Xunta de Galicia y la Fundación Amigos de la Barrera, busca provocar un conjunto de encuentros entre adolescentes y mayores para que construyan vínculos de relación y afecto partiendo de la experiencia. 

Esta iniciativa, que acaba de celebrar la tercera edición, ofrece a los alumnos de los últimos cursos de la ESO (Educación Secundaria) y Bachillerato la oportunidad de un voluntariado social que les enriquezca como personas. A los mayores, por su parte, les brinda la ocasión de ser escuchados y valorados aportando lo más valioso y preciado que tienen, que es su propia experiencia vital. 

En estos encuentros las palabras no se las lleva el viento, pues con las historias contadas los jóvenes se encargan de elaborar un libro que recoge los aspectos biográficos de los que han sido hechos partícipes. Un libro que a esos adolescentes les desborda su horizonte en ocasiones estrecho y les conecta con valores humanos profundos que les enriquecen.

Participantes

El primer trabajo consiste en la selección de los alumnos. Para buscar a los participantes se realiza un concurso público, invitando a colegios a que lo oferten a los alumnos de 3º y 4º de la ESO y 1º de Bachillerato que estén dispuestos a pasar unos días de voluntariado social y que dispongan de ciertas habilidades literarias. También se selecciona al grupo de los mayores, que han sido desde inmigrantes hasta residentes en un asilo, pasando por los abuelos de los propios alumnos. La intención de los organizadores del proyecto es que en la próxima edición los protagonistas sean sacerdotes ancianos. 

Para que la actividad pueda alcanzar los frutos esperados se pone un límite a la participación, de forma que se manejan grupos de entre diez y veinte jóvenes, y diez y veinte mayores. Una vez efectuada la selección, se les da una formación a los jóvenes con talleres rigurosos y bien preparados, que incluyen nociones sobre el voluntariado social -enseñando a escuchar o a preguntar- y sobre aspectos literarios, que se concretan en explicar el modo de escribir una biografía, las diversas perspectivas para abordar el relato de la vida de una persona, cómo se estructuran los diversos tiempos o de qué modo pueden implicarse ellos mismos en la narración.

En los encuentros con los mayores, merienda de por medio, se cuida especialmente la acogida para lograr que todos estén cómodos y contentos. No se trata de hacer un proyecto mecánico, sino de lograr que sea una experiencia inolvidable, un encuentro que destruya posibles prejuicios iniciales de los adolescentes hacia los mayores y les facilite una apertura para la recepción de los valores de los que sus predecesores son depositarios. Una vez impartidos los talleres y realizados los primeros contactos se hace un sorteo, al estilo de la FIFA, en el que a cada joven le toca un mayor. A partir de ahí arrancan los días de encuentro y redacción de experiencias. 

Al terminar se les da forma a los textos originales presentados por los alumnos, se recoge todo en fotografía y en película, y se publica un libro con todas las biografías, las fotografías de cada uno de los biografiados y biografiantes e incluso, en ocasiones, las ilustraciones elaboradas por los propios jóvenes. En el acto final, en el que están presentes las familias de los jóvenes y de los mayores, se presenta el resultado de la obra y se entrega a cada uno el libro, incluyendo un momento para compartir algunas experiencias.

Ejemplo que impactan

“Nuestro objetivo es poner en el centro la intención ejemplificadora, pues buscamos que sea un camino a seguir, subrayando y visibilizando la importancia de contar con los mayores y de valorarlos”, señala orgulloso José Manuel Domínguez Prieto, director del Instituto de la Familia de la diócesis de Orense. “Los mayores no son obstáculo sino una riquísima fuente de cultura y sabiduría”, precisa. 

La experiencia de estas tres ediciones es que los ancianos se sintieron muy homenajeados y felices, mientras que los jóvenes experimentaron un fuerte impacto emocional y personal. “Es apasionante ver las sesiones de encuentro entre unos y otros”, afirma uno de participantes en el proyecto, “ya que a los jóvenes se les abren panoramas de experiencias vitales, escuchando las aventuras de labios del propio protagonista, y a los mayores les produce una gran emoción por sentir que tienen muchas riquezas que aportar a la sociedad actual”

El éxito de Conectando Generaciones ha provocado que la iniciativa se replique en las otras diócesis de Galicia, buscando la creación de vínculos extraordinarios a través de encuentros de calidad entre grupos humanos con tanta distancia de edad.

Historias concretas

Los que de un modo u otro forman parte de este proyecto señalan que lo más bello y emocionante son las historias concretas que suceden gracias a estos encuentros. Historias que descubren una intimidad ni siquiera sospechada. Historias que cambian vidas o que, al menos, hacen recapacitar sobre qué es lo esencial y qué lo accesorio. Como botón de muestra, he aquí una referencia a dos bellas historias del enriquecimiento que para un joven puede suponer este tipo de contacto más profundo e íntimo con un mayor. 

Una de esas personas era inmigrante, profesora universitaria en Venezuela y alguien muy relevante en el ámbito de la cultura, casada y con hijos. Tuvo que ir a Galicia absolutamente sola y pobre, ya viuda, dependiendo de Cáritas y teniendo en Venezuela, tan lejos, su vida y sus amistades, que no pueden salir de allí. A pesar de ello, vive alegre su situación, con una alegría contagiosa gracias a su fe cristiana. Esa alegría en medio de su precaria situación vital conmocionó a su entrevistador. “Para un joven español, que vive con toda la estabilidad que le proporciona un sistema educativo y sanitario, descubrir la experiencia de haberlo tenido todo y perdido todo es algo emocionante y tremendo, que hace recapacitar”, afirma Domínguez Prieto. El joven al que le tocó en suerte entrevistarse con esta anciana terminó llorando a lágrima tendida y no consiguió escribir nada el primer día.

Otro joven, alumno del bachillerato de ciencias que tenía grandes reticencias con respecto a estos encuentros, pudo penetrar en la intimidad de un jubilado que le abrió horizontes insospechados. Acudió invitado por el colegio, pero sin especial ilusión. Lo que no sabía es que la persona a la que entrevistó fue hasta su jubilación una de las máximas autoridades en física nuclear a nivel mundial, alguien muy sencillo pero que puso en marcha importantes a nivel nuclear en toda Europa. Ahora es un humilde jubilado que cuida de su esposa con alzhéimer. Cuando el joven descubrió quién era ese anciano, que con semejante autoridad a nivel mundial se dedicaba a cuidar de su esposa y encontraba en ello su felicidad, sufrió un impacto vocacional espectacular que le ha condicionado de manera definitiva. 

Los mayores tienen mucho que decir a esta sociedad, aunque muchas veces con nuestras prisas, nuestra superficialidad y nuestra cultura tecnológica obviamos la belleza de encontrarse tú a tú con alguien, sin pantallas de por medio, que tiene algo que contarnos para enriquecer nuestra vida. Iniciativas como Conectando generaciones muestran a los jóvenes hasta qué punto compartir la intimidad con personas que han vivido tantas experiencias puede suponer una gran riqueza para sus propias vidas.

El autorArsenio Fernández de Mesa

Enseñanzas del Papa

Conversión, compasión y confianza

La crisis sanitaria desencadenada en tantos lugares por el coronavirus incita a reflexionar sobre algunas enseñanzas de Francisco en las pasadas semanas, y las hace resonar ahora de modo singular.

Ramiro Pellitero·3 de abril de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

Nos referimos a su mensaje para la Cuaresma, su mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud prevista inicialmente para primeros de abril en Roma; en tercer lugar, su discurso al clero romano con motivo de la Cuaresma.

Llamada a la conversión en una “cuaresma especial”

El mensaje del Papa se centraba en un texto paulino: “En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios” (2 Co 5, 20). Nos invita a mirar al Crucificado para redescubrir el Misterio pascual, fundamento de la conversión: “Mira los brazos abiertos de Cristo crucificado, déjate salvar una y otra vez. Y cuando te acerques a confesar tus pecados, cree firmemente en su misericordia que te libera de la culpa. Contempla su sangre derramada con tanto cariño y déjate purificar por ella. Así podrás renacer, una y otra vez” (exhortación apostólica Christus vivit, n. 123).

Este tiempo de gracia, que es siempre la cuaresma, se encuentra este año fuertemente teñido por las circunstancias –vinculadas a la pandemia del coronavirus– que nos rodean, que han llevado a la concesión de profusas Indulgencias (cfr. Decreto de la Penitenciaría Apostólica, 19-III-2020) por parte de la Santa Sede. 

Mucho se ha escrito ya y se escribirá sobre las “enseñanzas” que podemos extraer de este tiempo difícil, en el que tantas personas queridas se nos han ido y otras muchas están gravemente dañadas o amenazadas en sus vidas, en sus familias y sus economías. 

Por eso se vuelven particularmente dramáticas y significativas las palabras de Francisco, publicadas meses antes de que pudiera prever la situación en que nos encontramos, concretamente el 7 de octubre de 2019, el mismo día en que se abría el Sínodo de Amazonia: “Poner el Misterio pascual en el centro de la vida significa sentir compasión por las llagas de Cristo crucificado presentes en las numerosas víctimas inocentes de las guerras, de los abusos contra la vida tanto del no nacido como del anciano, de las múltiples formas de violencia, de los desastres medioambientales, de la distribución injusta de los bienes de la tierra, de la trata de personas en todas sus formas y de la sed desenfrenada de ganancias, que es una forma de idolatría”

Tal vez ese afán por acumular –el tiempo y la investigación lo dirán, pero también nuestra conciencia de consumidores occidentales– es uno de los factores desencadenantes de los problemas que estamos padeciendo. 

A grandes males, grandes remedios, y la reacción de los cristianos en todo el mundo está siendo de oración y de penitencia, apiñados junto al Papa y los obispos. Anclados en la fe, protegidos por el manto de la Virgen. Sabiendo que, incluso de todo esto, Dios puede sacar grandes bienes, contando con nuestra oración y conversión, nuestra cercanía a los que sufren y nuestro trabajo.

Experimentar la compasión y levantarse siempre

El Mensaje para la XXXV Jornada Mundial de la Juventud 2020 recoge las palabras del Señor al hijo de la viuda de Naín: “Joven, a ti te digo, ¡levántate!” (Lc 7, 14). Como continuación del sínodo sobre los jóvenes y preparación para la gran Jornada de Lisboa (2022), el Papa quiere que estos años los jóvenes se despierten, se levanten para vivir verdaderamente con Cristo. 

No se trata de un mensaje dulzón y contemporizador. El Papa les propone mirar, “ver el dolor y la muerte” en torno a ellos. No se refiere solo a lo que en estos días contemplamos; sino al amplio panorama –que afecta en gran medida a los jóvenes mismos– de la muerte también moral y espiritual, emotiva y social. Muchos están muertos porque han perdido la esperanza, viven en la superficialidad o el materialismo, saboreando ilusoriamente sus fracasos. Otros tienen motivos diversos para sufrir.

A todos el Papa invita a mirar directamente, con ojos atentos, sin poner por delante el teléfono móvil o escudarse en las redes sociales. Les propone derribar los ídolos, experimentar la compasión hacia los demás (cfr. Mt 25, 35 ss.)

Tantas veces hay que comenzar por levantarse uno mismo. No como un “condicionamiento psicológico” como el que pretenden ciertos consejos de “autoayuda”, tan de moda (¡cree en ti mismo, en tu energía positiva!), como si fueran “palabras mágicas” que deberían solucionarlo todo. Porque para el que está “muerto por dentro” esas palabras no funcionan. El dejarse levantar por Cristo supone realmente una nueva vida, un renacimiento, una nueva creación, un resucitar. Y eso se traduce –como sucedió con el hijo de la viuda de Naín– en que reconstruimos nuestras relaciones con los demás (“empezó a hablar”: Lc 7, 15).

Hoy existen muchos jóvenes “en conexión”, pero no tanto “en comunicación”. Muchos viven aislados, replegados en mundos virtuales, sin terminar de abrirse a la realidad. Y esto –advierte Francisco– “no significa despreciar la tecnología, sino utilizarla como un medio, y no como un fin”

En definitiva, propone: “‘Levántate’ significa también ‘sueña’, ‘arriesga’, ‘comprométete para cambiar el mundo’”. Levantarse significa apasionarse por lo grande, por lo que vale la pena. Y grande es “convertirse en testigo de Cristo y dar la vida por Él”.

Concluye el Papa con la que podríamos llamar pregunta del millón para los jóvenes: “¿Cuáles son vuestras pasiones y vuestros sueños?”. Les encomienda a María, Madre de la Iglesia: “Por cada uno de sus hijos que muere, muere también la Iglesia, y por cada hijo que resurge, también ella resurge”.

Esperanza, confianza en Dios, unidad

“Las amarguras en la vida del cura”, fue el tema del discurso del Santo Padre para el clero de Roma (leído por el cardenal De Donatis), el jueves 27 de febrero. Si bien la mayor parte de los sacerdotes están contentos con su vida y aceptan ciertas amarguras como parte de la vida misma, Francisco considera interesante la reflexión sobre las raíces y las soluciones de esas “amarguras”. Eso facilitará “mirarlas de frente”, tocar nuestra humanidad y poder servir mejor a nuestra misión. 

Para ayudar a mirar esas raíces, las divide en tres partes: en relación con la fe, con los obispos y con los demás. 

En relación con la fe, apunta la necesidad de distinguir entre “expectativas” y “esperanzas”. Los discípulos de Emaús (cfr. Lc 24, 21) venían hablando de sus expectativas, sin darse cuenta de que “Dios es siempre mayor” que nuestros planes, y que su gracia es la verdadera protagonista de nuestras vidas (para vacunarnos contra todo pelagianismo y gnosticismo). 

En nuestro caso –señala Francisco–, quizá nos falta “trato con Dios” y confianza con Él, recordarnos a nosotros mismos: “Dios me habló y me prometió el día de la ordenación que la mía será una vida plena, con la plenitud y el sabor de las Bienaventuranzas”. Y para eso es necesario escuchar no solamente la historia sino también aceptar –con la ayuda del acompañamiento espiritual– las realidades de nuestra vida: “Las cosas irán mejor no solo porque cambiemos de superiores, o de misión, o de estrategias, sino porque seremos consolados por la Palabra (de Dios)”

En relación con los obispos, la clave está en la unidad entre el obispo y los sacerdotes. Por parte del obispo, en el ejercicio de la autoridad como paternidad, la prudencia, el discernimiento y la equidad. Así enseñará a creer, a esperar y amar. 

En relación con los demás, Francisco promueve la fraternidad y la lealtad, el compartir rechazando el espíritu de cautela y de sospecha. Además –señala– se requiere una buena gestión de la soledad, necesaria para la contemplación, que es, en torno a la Eucaristía, el alma del ministerio sacerdotal. Pero todo ello, sin refugiarse en el aislamiento; no aislarse de la gracia de Dios (lo que lleva al racionalismo y al sentimentalismo) ni de los demás: de la historia, del “nosotros” del santo pueblo fiel de Dios (lo que abriría al victimismo, elixir del demonio), que espera de nosotros maestros del espíritu, capaces de señalar los pozos de agua dulce en medio del desierto.

América Latina

Puerto Rico contará con un Seminario Mayor Interdiocesano

La Congregación para el Clero ha aprobado un decreto para erigir el Seminario Mayor Interdiocesano Santa María de la Divina Providencia, en respuesta a una petición formulada por varios obispos de la Conferencia Episcopal de Puerto Rico. 

Alejandro Zubieta·3 de abril de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

Firmado por el cardenal Beniamino Stella, Prefecto de la Congregación, y por el arzobispo Secretario para los Seminarios, Mons. Jorge Patrón Wong, el decreto elogia el acuerdo entre los obispos que “han unido sus fuerzas con el fin de ofrecer a los futuros sacerdotes una formación en consonancia con la sana doctrina de la Iglesia católica”.

El documento de la Congregación para el Clero subraya que el seminario servirá para “fomentar la formación humana, espiritual, intelectual y pastoral que viene exigida por la realidad cultural actual y en sintonía con la Ratio fundamentalis institutionis sacerdotalis”.

El anuncio fue realizado hace poco de un mes por el arzobispo de Ponce y presidente de la Conferencia Episcopal puertorriqueña, Mons. González Medina, quien ha manifestado la “gran alegría” que significa para los obispos la realización de este proyecto. “Este es un anhelo que durante muchos años hemos atesorado en nuestros corazones y luego de un largo proceso de reflexión, consulta y oración, comenzaremos a partir del 15 de agosto de 2020”.

El arzobispo de Ponce señaló que el nuevo seminario “será el lugar donde se formarán los futuros pastores” de la nación e invitó a todos los fieles católicos a mantenerse en oración para que Santa María, Madre de la Divina Providencia, Patrona de Puerto Rico, los “favorezca con santas y abundantes vocaciones”.

El decreto aprueba la solicitud realizada por el propio Mons. Rubén González Medina; Mons. Roberto González Nieves, arzobispo de San Juan; Mons. Álvaro Corrada del Río, obispo de Mayagüez; y Mons. Eusebio Ramos Morales, obispo de Caguas y administrador apostólico de la diócesis de  Fajardo-Humacao. 

La sede y organización de los futuros sacerdotes en Puerto Rico tiene una larga historia de diálogo por causa de  circunstancias e intereses particulares de las distintas diócesis. Sin lugar a dudas, es un proyecto anhelado desde la erección de la primera diócesis. El reciente decreto de la Santa Sede es el resultado de la experiencia adquirida en ese camino y de una madurez en la comunión que da una gran esperanza para contar con un gran seminario.

Desde el siglo XVIII

El recorrido histórico recuerda que el planteamiento de un seminario en San Juan Bautista, nombre original de Puerto Rico, surgió del obispo Pedro de la Concepción en la segunda década del siglo XVIII. Su deseo fue más que ratificado, y en 1.768 la Corona española exigió que todas las diócesis contaran con un seminario. De esta manera, bajo el gobierno del primer obispo puertorriqueño, don Juan Alejo de Arizmendi, se comenzaron los preparativos para establecer el primer seminario. 

El apoyo y generosidad de los sanjuaneros permitió que don Pedro Gutiérrez de Cos, sucesor de Arizmendi, finalizara y estableciera en 1832 el Seminario Conciliar de San Ildefonso, que se construyó de planta en el casco del viejo San Juan a un lado de la casa arzobispal. 

En este seminario estudiaron no sólo los futuros sacerdotes sino aquellos estudiantes que aspiraban a una mejor formación. Además de desde la isla, los estudiantes provenían de Santo Domingo (actual República Dominicana), Venezuela y España (principalmente de las ciudades de Málaga y Barcelona). 

En San Ildefonso se formaron grandes hombres como el cardenal Luis Aponte Martínez, primer cardenal puertorriqueño, así como grandes próceres y padres de la patria como Román Baldorioty de Castro y Eugenio María de Hostos. Fue tan grande la influencia educativa de esta casa de estudios que durante sus primeras décadas el seminario fue el principal centro docente del país. En su larga existencia, el Seminario Conciliar pasó por cambios importantes de sus fines y regencia. La historia se puede resumir por los tres nombres que fue conocido: Colegio-Seminario, Seminario y Seminario Conciliar.

A partir de 1900, el seminario pasó por cambios de gobierno —uno de éstos fue la asociación política de Puerto Rico a Estados Unidos en el año 1898—, y serias dificultades económicas que aumentaron con el tiempo, y por no poder resolverse llevaron a su cierre definitivo. En 1915, el obispo Guillermo Jones lo reactivó nuevamente bajo la dirección de los Padres paúles. Un nuevo obispo, James Davis, decidió trasladar el seminario al pueblo de Aibonito, regido por los jesuitas. A mediados de los años 30 se cerró definitivamente.

Nuevas diócesis y recomienzo

El aumento de población y el establecimiento de nuevas ciudades y pueblos llevó a la Iglesia en Puerto Rico a la creación y división  de nuevas parroquias y diócesis por toda la isla. De la arquidiócesis de San Juan se crearon las diócesis de Ponce (1924), y de estas dos, otras nuevas diócesis: Arecibo (1960), Caguas (1964), Mayagüez (1976) y Fajardo-Umacao (2008).

Para recomenzar un nuevo seminario se buscó una solución de acuerdo a los tiempos.  Así, en 1948 se fundó en la ciudad de Ponce la Universidad Católica, iniciativa de los obispos James Davis, obispo de la arquidiócesis de San Juan Bautista, y el obispo E. McManus de la diócesis de Ponce. En sus comienzos, estuvo afiliada a la Universidad Católica de América en Washington. A finales de su primer año de fundación, la Universidad obtuvo la acreditación del Consejo de Educación Superior de Puerto Rico. La Universidad fue erigida canónicamente por la Santa Sede el 15 de agosto de 1972 y el  25 de enero de 1991 se le confirió el título de Pontificia.  

En la década de los 60, el obispo de Ponce, Mons. Fremiot Torres Oliver, decidió aprovechar la reciente Universidad Católica para fundar dentro de ésta un seminario diocesano: el Regina Cleri. Como sede, se dispuso del edificio de la facultad de Medicina. 

Más iniciativas

Al comprobar la experiencia de formación sacerdotal del Regina Cleri, algunos obispos propusieron una nueva sede en San Juan en colaboración con la diócesis de Ponce. De esta manera se fundó el Seminario Mayor Interdiocesano de Puerto Rico, con dos sedes: la facultad de filosofía en San Juan y la de teología en Ponce. Los rectores de las  respectivas sedes fueron Mons. Fernando Felices en San Juan, y Mons. Jesús Diez Antoñanzas en Ponce. De esta manera, además de Ponce y Mayagüez, contó el nuevo seminario con alumnos de San Juan, Cagüas y Arecibo. Esta experiencia se mantuvo en los años 1993 a 1996. A pesar de la corta edad de este seminario interdiocesano su existencia ayudó a crear lazos de fraternidad entre los sacerdotes de esa generación, lazos que perduran hasta nuestros días.

A partir de 1996, la arquidiócesis de San Juan fundó el Seminario Mayor Regional San Juan Bautista. Como sede se utilizó una propiedad de la Curia en la calle José de Diego, y se incorporaron al Mayor los seminaristas de la arquidiócesis de San Juan, los de la diócesis de Caguas y brevemente los de la Diócesis de Arecibo. Hasta la fecha, sus seminaristas  cursan las materias de teología en la Pontificia Universidad Católica en la ciudad de Ponce. En 2012, la diócesis de Arecibo busca otra solución y decide fundar un seminario en Pamplona.  

Después de este largo camino, Puerto Rico se llena ahora de esperanza por contar con esta nueva iniciativa, tan deseada por la Sagrada Congregación para el Clero. Pedimos que Dios bendiga copiosamente al nuevo Seminario Interdiocesano Santa María de la Divina Providencia con abuntandes vocaciones sacerdotales, tan necesitadas en la Isla.

El autorAlejandro Zubieta

Puerto Rico

Mundo

Centenario del nacimiento de san Juan Pablo II. Trazas de su legado

Hace 100 años nacía Karol Wojtyła, san Juan Pablo II. Con motivo de este aniversario, recogemos un reflejo del reconocimiento a un pastor, una enseñanza y una visión que han inspirado a nivel mundial a tantas instituciones, monumentos, espacios públicos y muestras artísticas. Doctrina, erudición, cultura, conjugadas santamente con su riquísima vida de piedad.

Alejandro Vázquez-Dodero·31 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 10 minutos

Si quieres la fuente encontrar, 
tienes que ir arriba, contra corriente.
Empéñate, busca, no cedas,
Sabes que ella tiene que estar aquí (…)

Dos versos sueltos del poema Fuente, escrito por “el caminante del Evangelio”, Karol Wojtyła, más tarde san Juan Pablo II. Nacido hace 100 años, el 18 de mayo de 1920, en Wadowice, un pueblecito polaco situado al sur de Polonia, a 50 kilómetros de Cracovia. Poesía que refleja una personalidad decidida, que dejaría una impronta cultural vastísima, de un hombre muy de Dios a la vez que muy humano, aclamado como uno de los líderes más influyentes del siglo XX. 

Quizá sea esa tenacidad, decisión, el atractivo de “Juan Pablo el Grande”, como también se le llamaría tras su fallecimiento, quien ha legado una influencia cultural global en todo el mundo.

Personalidad

¿Qué otros rasgos de su personalidad han podido atraer tanto a la cultura en estos ya cien años desde su nacimiento?

Cómo no, la alegría del “Papa peregrino”, que cautivaría a tantas instituciones y gentes. San Juan Pablo II integró el carácter medicinal del buen humor ante cualquier problema, y se convenció de que no valía la pena dejarse vencer por el desánimo ante los desastres del mundo que le tocó vivir, también los desvaríos internos de la Iglesia que lideró, y que tuvo que reconocer, pero con el firme propósito de sobreponerse a ellos.

Además, impresionaba su humildad, como reflejaba ese gesto de besar el suelo de los continentes que visitó en sus 104 viajes fuera de Italia, que, por cierto, supusieron casi 29 veces la vuelta a la Tierra –o 3 veces la distancia entre la tierra y la luna–. O su actitud desprendida ante tantos nombramientos y menciones, como la del hombre del año de la revista Time. Cuenta su portavoz que, al llevarle un ejemplar de la revista al comedor, durante la comida volteó la portada pronunciando un “no quiero alimentar mi vanidad, no me vaya a creer mucho”.

Podríamos abundar en la riqueza de la personalidad de este Papa viajero, pero basten esos trazos para situarnos ante quien dejaría un vasto legado cultural, parte del cual hemos querido destacar a continuación.

Otras informaciones y análisis sobre la persona y la obra de san Juan Pablo II se han recogido en números anteriores de la revista y, sobre todo, en el rico número especial con motivo de su fallecimiento, en 2005.

Algunas instituciones dedicadas a su legado

La magnitud del Juan Pablo el Grande imposibilita resumir las muchas iniciativas culturales inspiradas en su persona, en su mensaje. En este número especial hemos querido referirnos sólo a algunas de ellas que, en la celebración del centenario de su nacimiento podrán darnos luz sobre la huella tan firme y extensa que dejó su paso por esta vida.

En otro lugar podrán recordarse los principales aspectos del esfuerzo pastoral, de los desarrollos magisteriales o de las aportaciones filosóficas y el impacto histórico de esta gran figura.

Centro Juan Pablo II “No tengáis miedo”, Cracovia (Polonia). Se trata de una institución dedicada al estudio de la vida y obras del Papa polaco, instituida por la nación polaca en acción de gracias por el pontificado de Karol Wojtyła. El nombre está tomado de las palabras del Santo Padre pronunciadas en el año 1978 durante la misa de inauguración del pontificado: “No tengáis miedo. ¡Abrid de par en par las puertas a Cristo!”.

Su finalidad es difundir y desarrollar de modo creativo la herencia del papa polaco, promoviendo la espiritualidad, la cultura y las tradiciones relacionadas con su persona, y también con su actividad científica y educativa, así como la ayuda a los necesitados. Su sede se encuentra junto al Santuario de la Divina Misericordia, en los terrenos que fueron propiedad de la fábrica química Solvay, en Jugowicach.

El complejo contiene la iglesia de san Juan Pablo II, la casa (que alberga un museo, biblioteca, capilla, oratorio y centro de conferencias), el centro de retiros espirituales, el centro del formación del voluntariado, la torre con su terraza de vistas, servicio de hoteles, anfiteatro abierto, Vía crucis, parque móvil, etc. Como curiosidad, destacamos que en 2011 se colocó en la capilla baja del santuario de Juan Pablo II una reliquia del santo: un frasco con sangre, colocado dentro del altar. 

-Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y de la Familia, Madrid (España). La génesis de la institución se encuentra en el Instituto Pontificio Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia, establecido por la constitución apostólica Magnum Matrimonii Sacramentum, del 7 de octubre de 1982, fundado por deseo de san Juan Pablo II. Este se extinguió después de los recientes sínodos de la familia y la exhortación Amoris laetitia, erigiéndose en su lugar el Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y de la Familia con motu proprio por el Sumo Pontífice Francisco, el 8 de septiembre de 2017, Summa familiae cura.

Su objetivo es promover la renovación de la evangelización de la familia planteada en los sínodos de 2014 y 2015 auspiciados por el Papa Francisco, aportando enseñanzas eclesiásticas de segundo y tercer ciclo acerca de la Familia. En concreto, ofrece una licenciatura en Teología del Matrimonio y de la Familia, una licenciatura en Ciencias del Matrimonio y de la Familia, y un diploma anual Experto en Ciencias del Matrimonio y la Familia.

Está vinculado a la institución del mismo nombre, en la Pontificia Universidad Lateranense, de Roma.

-Fundación Juan Pablo II, Ciudad del Vaticano. Creada para promover iniciativas de carácter educativo, científico, cultural, religioso y caritativo relacionadas con el pontificado de san Juan Pablo II, la preside el arzobispo de Cracovia. Sus actividades incluyen: programas de becas, como las destinadas a estudiantes procedentes de las repúblicas de la antigua Unión Soviética y del Este de Europa que estudian en la Universidad Católica de Lublin y en la Universidad Pontificia Juan Pablo II de Cracovia; una Casa en Roma para la acogida de peregrinos y la celebración de encuentros; y un Museo y un Centro de Documentación e Investigación sobre el Pontificado de Juan Pablo II, que están alojados en la misma Casa.

-Fundación Juan Pablo II para la Juventud, Roma (Italia). Institución erigida como persona jurídica pública el 29 de junio de 1991 por el presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, con la finalidad de “cooperar a la puesta en práctica de las enseñanzas del magisterio de la Iglesia católica en orden a la prioridad de la pastoral juvenil, particularmente manifestada en las jornadas mundiales de la juventud”, y de promover la evangelización de los jóvenes y sostener la pastoral juvenil en todo el mundo.

-Fundación Juan Pablo II para el Deporte, Ciudad del Vaticano. Es una fundación creada en 2008 e inspirada en el santo polaco, que afrontó el tema del deporte en unos 120 discursos y mensajes. 

-Fundación Juan Pablo II, Florencia (Italia). La fundación Juan Pablo II para el diálogo, la cooperación y el desarrollo, nace en el año 2007, y su acción general ha producido grandes resultados sobre todo en Israel, en Cisjordania y en la línea de Gaza, en Líbano y en Irak, con intervenciones y proyectos han procurado crear las condiciones para un desarrollo global y a largo plazo, en particular en lo que se refiere al social, educativo y sanitario. 

Uno de los objetivos constantes y prioritarios de la fundación ha sido crear nuevos puestos de trabajo, convencida de que solo la dignidad del trabajo contribuye a crear una verdadera justicia social.

El nombre de la fundación obedece a la simpatía hacia el Papa polaco, fallecido hacía un par de años a la fecha de su inicio. San Juan Pablo II tuvo una especial sensibilidad en relación con los cristianos en Oriente. 

-Santuario Nacional de San Juan Pablo II, Washington DC (Estados Unidos). Se trata de un lugar de peregrinación, que cuenta con una reliquia muy exclusiva: la sangre de san Juan Pablo II, que está disponible para su veneración.

Como destaca su página web, a través de la liturgia y la oración, arte, eventos culturales y celebraciones religiosas, los peregrinos pueden celebrar el profundo amor del santo polaco hacia Dios y el hombre. Una gran exhibición permanente destaca los eventos significativos en la vida de san Juan Pablo II y su influencia trascendental como el padre espiritual y como líder mundial.

Desde su origen, el santuario se pensó como respuesta a la llamada del Papa peregrino para una “nueva evangelización”, que repitieron los Papas Benedicto XVI y Francisco. La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos elevó el santuario a santuario nacional el 14 de marzo de 2014. 

Se trata de una iniciativa pastoral muy importante de Caballeros de Colón, una organización fraternal laica con casi dos millones de miembros alrededor del mundo. Fieles a la misión y el legado de san Juan Pablo II, en 2011 los Caballeros establecieron un santuario en su honor en la capital de los Estados Unidos.

-Universidad Católica Juan Pablo II, Lublin (Polonia). Fundada en 1918 por el episcopado polaco y establecida en Lublin, es una de las universidades más antiguas de Polonia (después de las de Cracovia, Wroclaw y Varsovia), y está confiada al Sagrado Corazón de Jesús. Cerrada durante la ocupación nazi, reabrió sus puertas en 1944, y más tarde volvería a ser constreñida por el régimen comunista instaurado en Polonia, clausurando su enseñanza y confiscando sus propiedades. Sin embargo, durante el período comunista polaco, KUL fue el centro universitario de pensamiento católico de mayor importancia en Polonia y la única universidad independiente en todo el bloque soviético.

En los años 70 y 80 del siglo pasado fue abriéndose al mundo y logrando contactos con otras universidades extranjeras, reabriendo varios de sus institutos que habían sido clausurados por el gobierno comunista.

Un hecho remarcable de la historia de esta institución universitaria fue la elección del cardenal Karol Wojtyła en 1978 como pontífice (desde 1954 era allí el director de la cátedra de Ética del departamento de Filosofía Cristiana). En 1987 el Papa Juan Pablo II visitó la Universidad, y en su homenaje se instaló una estatua, junto a otra del cardenal Stefan Wyszyński. Más tarde, en la ceremonia de inauguración del año académico 2005-2006, con motivo del fallecimiento de su antiguo profesor Karol Wojtyła, la Universidad Católica de Lublin adoptó el nombre de “Universidad Católica Juan Pablo II de Lublin”.

Asimismo existe en Cracovia la Universidad Pontificia Juan Pablo II. Así pasó a llamarse en febrero de 2010 la Pontificia Academia Teológica, en la que se constituyó la tradicional Facultad de Teología de la Universidad Jaguelónica.

-Instituto Karol Wojtyla – San Juan Pablo II, Madrid (España). Se trata de una asociación sin ánimo de lucro, formada por laicos e inscrita en el registro de asociaciones de la Comunidad Autónoma de Madrid. El Instituto es independiente de ideologías o partidos políticos. Otro rasgo del Instituto es la multidisciplinariedad de los temas; y también la disposición a colaborar con cualquier persona, sea cual sea su ideología o confesión religiosa.

Organiza actividades de reflexión y debate sobre temas relacionados con el Magisterio de san Juan Pablo II, tales como cuestiones de antropología, temas de bioética, ecumenismo, diálogo interreligioso, doctrina social de la Iglesia, relaciones Iglesia-Estado, etc. Todas las actividades del Instituto procuran ser fieles al Magisterio de san Juan Pablo II.

-Centro Juan Pablo II, Pennsylvania (Estados Unidos). Esta institución estadounidense está dirigida a menores y adultos con minusvalías o necesidades especiales educativas, y les ofrece una variedad de programas inspirados, según dice su página web, en la santidad de la vida humana.

-Centro Juan Pablo II para la Nueva Evangelización, Milwaukee (Estados Unidos). Se trata de una comunidad que pretende acercar a su público a Jesucristo a través de la vida sacramental de la Iglesia, para que estos a su vez hagan discípulos en sus hogares y en sus lugares de trabajo.

Para ello cuenta, entre otros, con programas de formación en Teología, matrimonio y vida familiar y dignidad de la persona humana.

-Centro Juan Pablo II para la Divina Misericordia, Ottawa (Canadá). La misión de este centro es la de anunciar la misericordia de Dios a toda persona, ayudando a las parroquias a ser más conscientes de este misterio de amor divino, bajo la protección de Santa María, Madre de Misericordia.

Fue fundado en 2006, y se inspira en el mensaje de misericordia que Nuestro Señor comunicó a la religiosa polaca Faustina Kowalska, canonizada por san Juan Pablo II. 

Santa Faustina, en uno de sus encuentros con Jesús, le preguntó cómo hacer llevar el mensaje de la misericordia divina al mundo entero. Nuestro Señor le dijo que desde Polonia se difundiría ese mensaje; el Papa polaco contribuyó a propagar esa difusión.

-Centro Juan Pablo II para las Mujeres, New York (Estados Unidos). Como destaca la presentación de esta institución en su página web, citando a san Juan Pablo II, “según cómo vaya la familia, así va la nación, así va el mundo en que vivimos”, con palabras que pronunció en Perth (Australia), el 30 de noviembre de 1986.

Pretende la atención de personas, matrimonios y familias, a quienes prestar formación en materias diversas, en especial en relación con el amor, la dignidad humana, y la fertilidad de la mujer –en particular los métodos naturales de su regulación–.

-Centro Juan Pablo II por la Vida, Canterbury (Nueva Zelanda). Este centro pretende la promoción de la cultura de la vida, el matrimonio y la familia. Todo ello a través de la oración, la educación y el servicio. Ofrece especial asistencia a las madres que hayan tenido embarazos indeseados y puedan plantearse el aborto.

Una de sus iniciativas es la creación del “Libro de la Vida”, en memoria de los niños no nacidos: quienes hayan perdido un hijo por causa de aborto natural pueden notificarlo para su inscripción y rezo particular en la santa Misa que se ofrece semanalmente por su alma.

Algunos monumentos y espacios públicos

Por razones de espacio en este apartado nos limitamos principalmente a España y algunas ciudades del mundo, sin pretender mencionarlos todos.

Muchas ciudades cuentan con monumentos dedicados a san Juan Pablo II, entre otras Madrid, Oviedo, Sevilla, Ciudad de México, Denver, Roma, San Cristóbal de La Laguna, Sidney y Posadas.

En varios lugares de España hay parques dedicados al santo papa polaco. Entre otras ciudades, en Madrid, donde destaca un monolito conmemorativo en el que aparece inscrita la frase de san Juan Pablo II: “Con mis brazos abiertos os llevo a todos en el corazón”, dedicada al pueblo de Madrid con motivo de su visita en el año 2003. Otras ciudades son Alcalá de Henares, Boadilla del Monte, Las Palmas de Gran Canaria, Ciudad Real, Alicante o Jaén.

En Medellín (Colombia), se encuentra el Aeroparque Juan Pablo II, un parque acuático con multitud de ofertas e instalaciones para sus visitantes. En 1995 el aeropuerto de Cracovia, que es el segundo aeropuerto del país en movimientos, cambió su nombre de Aeropuerto de Cracovia-Balice al de Aeropuerto Internacional Juan Pablo II Cracovia-Balice, en honor del Papa polaco que pasó muchos años de su vida en Cracovia. Por cuestiones comerciales, el nombre oficial fue abreviado en 2007 al de Aeropuerto de Cracovia Juan Pablo II.

También el aeropuerto de Isla Sao Miguel, en las Azores (Portugal), se llama actualmente Aeropuerto Juan Pablo II, en honor al Papa peregrino, que visitó las Azores en los años 90.

-Península Juan Pablo II, Isla Livingston (Antártida). Se trata de una península cubierta de hielo en la costa norte de la isla Livongston en las islas Shetland del Sur, Antártida, que limita con la bahía Hero al este y la bahía Barclay al oeste. El nombre fue elegido en honor al Papa san Juan Pablo II por su contribución a la paz mundial y la comprensión entre las personas.

-Puente Juan Pablo II, Gran Concepción (Chile). El puente Juan Pablo II, antiguamente llamado Puente Nuevo, es el puente carretero más extenso de Chile. Mide 2.310 metros y atraviesa en sentido transversal el río Bío-Bío a la altura de las comunas de Concepción y San Pedro de la Paz

Cine, teatro…

Existe una serie de películas dedicadas al papa polaco, en particular El baño del Papa, Karol: el Papa, el hombre, Un hombre que se hizo Papa, El niño y el Papa, No tengas miedo: la vida de Juan Pablo II.

El mismo san Juan Pablo el Grande, en virtud de ese talento comunicativo y artístico que le acompañó desde joven, en 1956 compuso una obra de teatro, El taller del orfebre, una “meditación sobre el sacramento del matrimonio expresada a veces en forma de drama”. Trata sobre el amor y el matrimonio a través de la historia de tres parejas. También ha sido filmada.

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Dossier

Avanza la inteligencia artificial

Se usan mucho los términos “inteligente” e “inteligencia artificial”, casi siempre suscitando admiración. Pero, ¿qué es la inteligencia artificial? ¿Tan sólo otro nombre de la informática? El autor es catedrático de Universidad, ingeniero e informático. Ha trabajado en IBM y es autor de numerosas publicaciones, tanto científicas como de divulgación.

Manuel Alfonseca·31 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 9 minutos

La inteligencia artificial es uno de los ejes de la actual transformación de los métodos de trabajo, los modos de relacionarse y la mentalidad, caracterizada por la rapidez y por la complejidad técnica. Este dossier quiere ayudar a comprender sus distintos aspectos y sus repercusiones, también éticas, con la ayuda de profesionales expertos y de las reflexionas ofrecidas por al Papa Francisco sobre estos desarrollos.

Casi desde el principio de la historia de la informática, las computadoras fueron programadas para actuar de forma inteligente. En 1956, Herbert Gelernter, del Laboratorio de IBM en Poughkeepsie, construyó un programa capaz de resolver teoremas de geometría plana, uno de los primeros ejemplos de inteligencia artificial. Ese mismo año, John McCarthy y otros pioneros de la informática se reunieron en un seminario en el Dartmouth College de Hanover (USA). Tras dar nombre a la nueva disciplina (inteligencia artificial) predijeron que en una década habría programas capaces de traducir entre dos lenguas humanas y de jugar al ajedrez mejor que el campeón del mundo. Después se construirían máquinas con inteligencia igual o superior a la nuestra, con lo que entraríamos en una nueva vía en la evolución humana. El viejo sueño de construir hombres artificiales se habría hecho realidad.

Pero las cosas no sucedieron como aquellos optimistas preveían. Aunque Arthur Samuel, de IBM, construyó un programa para jugar a las damas que guardaba información sobre el desarrollo de las partidas y la utilizaba para modificar sus jugadas futuras (es decir, aprendía), el ajedrez resultó ser un objetivo mucho más difícil. El objetivo de ganar al campeón del mundo se retrasó más de 30 años respecto a la fecha prevista.

La traducción de textos entre dos lenguas naturales resultó también más difícil de lo que se preveía. Nuestras lenguas son ambiguas, porque una misma palabra puede tener varios significados, que suelen ser distintos en lenguas diferentes, y además, en una misma frase, una palabra puede desempeñar diversos papeles sintácticos. 

El fracaso de las predicciones de los expertos desanimó a los investigadores en inteligencia artificial, que en gran número se dedicaron a otras investigaciones. Además, en 1969, Marvin Minski y Seymour Papert demostraron que las redes neuronales artificiales de una o dos capas, con las que se venía investigando desde los años cincuenta, no son capaces de resolver problemas muy sencillos. 

Durante los años setenta, el interés por la inteligencia artificial se renovó gracias a los sistemas expertos. De nuevo se lanzaron las campanas al vuelo y se predijeron avances inmediatos demasiado ambiciosos. El gobierno del Japón, por ejemplo, puso en marcha a finales de esa década el proyecto de la quinta generación, cuyo objetivo era desarrollar en diez años (siempre en diez años) máquinas capaces de pensar como los seres humanos, de comunicarse con nosotros en nuestra lengua, y de traducir textos escritos en inglés y en japonés.

Asustados por el proyecto, los Estados Unidos y la Unión Europea lanzaron sus propios programas de investigación, con objetivos menos ambiciosos. Los americanos enfocaron sus esfuerzos hacia programas militares, como la Iniciativa de computación estratégica (SCI), que se centró en la construcción de vehículos autónomos sin piloto en tierra y en el aire; armas “inteligentes”; y el proyecto apodado Star Wars, que debía proteger a los Estados Unidos de un ataque nuclear. Europa, en cambio, se centró en el problema de la traducción automática con el proyecto Eurotra.

A principios de los noventa, el proyecto japonés acabó en un fracaso rotundo. El programa militar de los Estados Unidos tuvo más éxito, como se vio durante la segunda guerra de Irak. Y aunque el proyecto Star Wars no llegó a ponerse en marcha, su anuncio presionó a la Unión Soviética, por lo que algunos analistas piensan que fue una de las causas del fin de la guerra fría. En cuanto al proyecto Eurotra, no dio lugar a un sistema autónomo de traducción automática, pero sí a la construcción de herramientas de ayuda al traductor humano que permiten aumentar su productividad, en la misma línea que Google Translate.

En 1997, 30 años después de lo previsto, un ordenador consiguió por fin vencer al campeón del mundo de ajedrez (Garri Kasparov) en un torneo a seis partidas. También ha avanzado mucho la conducción de vehículos automáticos (coches y aviones). Por eso, cada vez con más frecuencia se dice que estamos a punto de conseguir la verdadera inteligencia artificial, la de máquinas tan inteligentes (o más) que los seres humanos. ¿Es posible? ¿Está realmente tan cerca como parecen creer algunos expertos (no muchos) y los medios de comunicación? 

Definición de la inteligencia artificial

Los investigadores no siempre se ponen de acuerdo en la definición de esta rama de la informática, por lo que no es fácil distinguir de forma clara las disciplinas y aplicaciones que pertenecen a este campo. Últimamente se ha puesto de moda utilizar el término inteligencia artificial para referirse a cualquier aplicación informática, por lo que su delimitación es cada vez más borrosa y confusa. Se ha llegado a presentar como inteligencia artificial un sistema de bancos públicos callejeros que incorporan un repetidor de wifi y una placa solar que da energía para cargar un teléfono móvil. ¿Dónde está la inteligencia? En todo caso, en el ser humano al que se le ocurrió montar esos dispositivos.

La definición más extendida del campo de la inteligencia artificial es esta: conjunto de técnicas que tratan de resolver problemas relacionados con el proceso de información simbólica, utilizando para ello métodos heurísticos

Una aplicación de inteligencia artificial debería cumplir las tres condiciones siguientes: a) que la información a tratar tenga carácter simbólico; b) que el problema a resolver no sea trivial; c) que la forma más práctica de abordar el problema sea usar reglas heurísticas (basadas en la experiencia). El programa debería ser capaz de extraer esas reglas heurísticas de su propia experiencia, es decir, debe ser capaz de aprender.

Aplicaciones de la inteligencia artificial

Además de diseñar campeones para los juegos considerados generalmente como inteligentes, hay muchas más aplicaciones de la inteligencia artificial. En algunas, los resultados han sido espectaculares y se aproximan a lo que, intuitivamente, entendemos por una máquina que piensa.

Son muchos los temas en los que ha sido posible aplicar técnicas de inteligencia artificial, hasta el punto de que este campo se parece a un pequeño cajón de sastre. Veamos algunos:

-Juegos inteligentes. En 1997, el programa Deep Blue (una máquina dedicada de IBM) ganó al campeón del mundo, entonces Garri Kasparov. En la actualidad el mejor programa es AlphaZero, de la empresa DeepMind (propiedad de Google), que no se basa en reglas introducidas por seres humanos, sino en el autoaprendizaje (realizó cinco millones de partidas contra sí mismo). Otros juegos resueltos satisfactoriamente son el chaquete (backgammon), las damas, Jeopardy!, ciertas formas del póquer, y Go

-Realización de razonamientos lógicos. Existen tres clases de razonamiento lógico: deductivo (esencial en matemáticas), inductivo (usado por las ciencias experimentales) y abductivo (que se emplea sobre todo en ciencias humanas, historia y algunas ramas de la biología, como la paleontología). El problema de programar ordenadores para que realicen deducciones lógicas puede considerarse resuelto. En cambio, es mucho más difícil programar los procesos de razonamiento inductivo o abductivo, por lo que este campo de investigación en inteligencia artificial continúa abierto.

-Proceso de la palabra hablada. Se trata de conseguir que los ordenadores entiendan la voz humana, para que sea posible darles órdenes de forma más natural, sin tener que utilizar un teclado. La investigación en este campo encontró dificultades en el hecho de que cada persona tiene su propia forma de pronunciar, y en que el lenguaje hablado es aun más ambiguo que el escrito, pero últimamente se ha avanzado mucho, y a menudo se alcanza un porcentaje de comprensión superior al 90 por 100 de las palabras. 

-Proceso de textos escritos. Se subdivide en dos áreas principales: proceso del lenguaje natural y traducción automática. 

Un campo relativamente reciente es el de la minería de datos, cuyo objetivo es extraer información de textos escritos y tratar de comprender su significado. Para ello se utilizan métodos estadísticos y se construyen corpus anotados con información sobre los términos. Al utilizarlos, los programas mejoran o aceleran la comprensión de los textos que deben interpretar.

En el campo de la traducción automática, los problemas se multiplican, pues los programas han de enfrentarse con dos lenguas naturales en vez de una, ambas plagadas de ambigüedades e irregularidades, que además no suelen coincidir entre sí. Usualmente el objetivo de estos programas es realizar una traducción aproximada (no perfecta) de los textos de partida, sobre la que un traductor humano puede trabajar para mejorarla, aumentando así considerablemente su rendimiento.

-Proceso de imágenes y vehículos automáticos. Cuando observamos una escena a través de la vista, somos capaces de interpretar la información que recibimos e identificar los objetos independientes. Este campo de investigación tiene por objeto programar máquinas y robots para que reconozcan visualmente los elementos con los que han de relacionarse. Una de sus aplicaciones más espectaculares es el coche automático. Este proyecto, bastante avanzado en la actualidad por parte de varias empresas, tiene por objeto construir vehículos sin conductor que puedan desplazarse por las carreteras y las calles de una ciudad. Estas investigaciones, que comenzaron en la Universidad Carnegie Mellon a finales de los años ochenta, recibieron un fuerte impulso durante los noventa, cuando un coche sin conductor salió por primera vez a las autopistas alemanas. En lo que llevamos del siglo XXI, la investigación en el campo del coche sin conductor ha seguido avanzando, y no parece lejano el momento en que se autorice su comercialización.

-Sistemas expertos. Son programas que realizan deducciones lógicas para aplicar reglas de conocimiento proporcionadas por expertos humanos en el tema de que se trate, para resolver problemas concretos. 

El primer intento (un programa llamado DENDRAL, capaz de obtener la fórmula de un compuesto químico a partir de su espectrograma de masas) se construyó hacia 1965 en la Universidad de Stanford. Durante los años setenta y ochenta, la investigación en sistemas expertos se aplicó en diagnóstico médico, matemáticas, física, prospecciones mineras, genética, fabricación automática, configuración automática de computadoras, etcétera. Pero a finales de los años ochenta entraron en decadencia. Aunque no han desaparecido por completo, hoy no desempeñan el papel principal en la investigación en inteligencia artificial.

-Redes neuronales artificiales. Es una de las aplicaciones más antiguas de la inteligencia artificial, y también una de las más utilizadas en la actualidad. Las neuronas que componen estas redes están muy simplificadas, en comparación con las que forman parte del sistema nervioso humano y de muchos animales. Estas redes son capaces de resolver problemas muy complejos en muy poco tiempo, aunque la solución obtenida no suele ser óptima, sino sólo una aproximación, que a menudo es suficiente para nuestras necesidades. En la actualidad, las redes neuronales se utilizan en muchas aplicaciones de aprendizaje automático, como los traductores automáticos mencionados más arriba.

-Computación cognitiva y bases de conocimiento sobre el mundo. Uno de los problemas que han dificultado la investigación en inteligencia artificial ha sido el hecho de que las computadoras apenas poseen conocimientos sobre el mundo que nos rodea, lo que les pone en desventaja evidente respecto a cualquier ser humano, que sí posee esa información, pues la ha adquirido desde su infancia y puede utilizarla para resolver problemas de sentido común que parecen triviales, pero que son dificilísimos de resolver para las máquinas que no disponen de la información necesaria. IBM ha puesto en marcha un proyecto sobre computación cognitiva cuyo objetivo es construir programas que, a partir de datos muy abundantes (big data) y utilizando técnicas de inteligencia artificial y aprendizaje automático, sean capaces de hacer predicciones e inferencias útiles, y de responder a preguntas expresadas en lenguaje natural. 

Por el momento, estos sistemas no pueden compararse con los seres humanos, y normalmente se restringen a un campo de aplicación concreto.

¿Puede una máquina ser inteligente?

En 1950, adelantándose a su época, el matemático y químico inglés Alan Turing intentó definir las condiciones en que sería posible afirmar que una máquina es capaz de pensar como nosotros (la Prueba de Turing). Esto es lo que se llama inteligencia artificial fuerte, para distinguirla de la inteligencia artificial débil, que abarca todas las aplicaciones de las que disponemos hasta ahora, en las que está claro que la máquina no piensa. 

La prueba de Turing afirma que una máquina será tan inteligente como el hombre (o será capaz de pensar) cuando sea capaz de engañar a un número suficiente (30 %) de seres humanos, haciéndoles creer que están intercambiando información con otro ser humano, y no con una máquina. Turing no se limitó a plantear la prueba, sino que predijo que se cumpliría en unos cincuenta años. No se equivocó demasiado, pues en 2014 un chatbot (un programa que toma parte en una conversación de chat) consiguió convencer al 33 % de sus contertulios, tras cinco minutos de conversación, de que era un chico ucraniano de 13 años. Sin embargo, algunos analistas no ven las cosas tan claras. Evan Ackerman escribió: “La prueba de Turing no demuestra que un programa sea capaz de pensar. Más bien indica si un programa puede engañar a un ser humano. Y los seres humanos somos realmente tontos”.

Muchos investigadores piensan que la prueba de Turing no basta para definir o detectar la inteligencia. En 1980, el filósofo John Searle intentó demostrarlo mediante la propuesta de la habitación china. Según Searle, para que un ordenador pueda ser considerado inteligente, además de la prueba de Turing hacen falta dos cosas más: que comprenda lo que escribe, y que sea consciente de la situación. Mientras eso no ocurra, no podremos hablar de inteligencia artificial fuerte.

En todo esto subyace un problema muy importante: para construir una inteligencia artificial fuerte, hay que dotar a las máquinas de consciencia. Pero si no sabemos qué es la consciencia, ni siquiera la nuestra, ¿cómo vamos a conseguirlo? 

En los últimos tiempos se han realizado muchos avances en neurociencia, pero aún estamos muy lejos de poder definir lo que es la consciencia y saber de dónde surge y cómo funciona, así que mucho menos podemos crearla, ni siquiera simularla.

¿Es posible que los avances de la informática nos lleven en un plazo más o menos largo a crear en nuestras máquinas algo que se comporte como una superinteligencia? Ray Kurzweil lleva décadas pronosticándolo para un futuro casi inmediato que, como el horizonte, se va alejando a medida que nos acercamos a él. 

No sabemos si será posible, por medios informáticos, construir inteligencias iguales o superiores a la nuestra, con capacidad de auto-consciencia. Pero si la inteligencia artificial fuese practicable, se nos plantearía un problema importante: el “problema de la contención”.

Problema de la contención

Se trata de la pregunta siguiente: ¿es posible programar una superinteligencia de tal manera que no pueda causar daño a un ser humano?

Esencialmente, el problema de la contención es equivalente a la primera ley de la Robótica de Isaac Asimov. Pues bien, hay indicios matemáticos recientes de que no es posible resolver el problema de la contención. Si esto se confirma, tenemos dos posibilidades: a) renunciar a crear superinteligencias, y b) renunciar a estar seguros de que dichas superinteligencias no podrán causarnos daño. 

Siempre es arriesgado predecir el futuro, pero parece claro que muchos de los avances que se anuncian con ligereza como inminentes están bastante lejanos.

El autorManuel Alfonseca

Catedrático de Sistemas y Lenguajes Informáticos (retirado)

Actualidad

La comunión espiritual en tiempos de coronavirus

El autor explica qué es una comunión espiritual, y propone algunas fórmulas para realizarla. También en el caso de que se considere que no estamos en gracia de Dios.

Pablo Blanco Sarto·31 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

Cuando no se puede recibir la comunión sacramental, siempre puede recibirse el sacramento de modo espiritual. En la comunión espiritual se obtienen los efectos in voto, como promesa. Según santo Tomás de Aquino, consiste en hacer un acto de fe sobre la presencia de Jesucristo en la Eucaristía, después un acto de amor, y contrición por haberlo ofendido; a continuación, el alma invita al Señor a venir a ella y a que la haga suya completamente; en fin, le da gracias como si lo hubiera recibido sacramentalmente (cf. STh IIIa, q 80). Es decir, sería equivalente, en cuanto a los frutos, a recibir directamente al Señor por medio de una comunión sacramental.

   El concilio de Trento recordó que la comunión no es solo espiritual sino que está íntimamente unida a la sacramental (c. 8: D 1648). La Eucaristía era no solo para ver, adorar y contemplar, sino también de modo especial para comer. Establece allí tres posibilidades: a) Los que la reciben solo sacramentalmente pero no espiritualmente, como los que comulgan en pecado; b) otros la reciben solo espiritualmente, como los que hacen una comunión espiritual  —con fe viva a través del amor (Ga 5, 6)— gozan de sus frutos y se benefician de ella; c) un tercer grupo la recibe tanto sacramentalmente como espiritualmente (c. 8): son los que se preparan antes para acercarse a la Eucaristía, vestidos con las vestiduras nupciales (cf. Mt 22, 11ss.) y la reciben en la sagrada Comunión.

   El Cura de Ars afirmó que «una comunión espiritual actúa en el alma como un soplo de viento en una brasa que está a punto de extinguirse». Ronald Knox añade las siguientes palabras: “Sabemos que una comunión espiritual hecha sinceramente puede producir los mismos efectos que la comunión sacramental». A lo que añadía Juan Pablo II la siguiente recomendación: «Es conveniente cultivar en el ánimo, el deseo constante del Sacramento eucarístico” (Ecclesia de Eucharistia, n. 34).

¿Cómo hacer una comunión espiritual?

Se puede decir algo así: “Jesús, te echo de menos pues desearía recibir la comunión sacramental en este momento, pero ahora tengo que esperar, por eso te pido que vengas ahora espiritualmente a mi corazón”. Y entonces hacer un acto de fe y de confianza de que ya está dentro de nosotros. También se puede repetir la fórmula que enseñó un escolapio a san Josemaría: “Yo quisiera, Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre, con el espíritu y el fervor de los santos”.

¿Y si no estoy en gracia de Dios?

Como se requiere el estado de gracia para realizar la comunión espiritual, y así como existe el bautismo de deseo para el que está impedido de recibirlo sacramentalmente, de la misma manera puede existir la comunión de deseo. Esto sirve para disponerse a la conversión y posterior comunión —cuando se pueda confesarse y recibir la absolución— con el Cuerpo de Cristo.

Vaticano

Homilía del Papa en la Bendición Urbi et Orbi por la pandemia

El Papa Francisco volvió a rezar de modo especial ante la pandemia que azota a la humanidad. Fue el viernes pasado ante una impresionante plaza de san Pedro vacía.  He aquí el texto íntegro de su homilía. Al final impartió la bendición Urbi et Orbi.

Omnes·31 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

“Al atardecer” (Mc 4,35). Así comienza el Evangelio que hemos escuchado. Desde hace algunas semanas parece que todo se ha oscurecido. Densas tinieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron adueñando de nuestras vidas llenando todo de un silencio que ensordece y un vacío desolador que paraliza todo a su paso: se palpita en el aire, se siente en los gestos, lo dicen las miradas. Nos encontramos asustados y perdidos. Al igual que a los discípulos del Evangelio, nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente. En esta barca, estamos todos. Como esos discípulos, que hablan con una única voz y con angustia dicen: “perecemos” (cf. v. 38), también nosotros descubrimos que no podemos seguir cada uno por nuestra cuenta, sino sólo juntos.

   Es fácil identificarnos con esta historia, lo difícil es entender la actitud de Jesús. Mientras los discípulos, lógicamente, estaban alarmados y desesperados, Él permanecía en popa, propio en la parte de la barca que primero se hunde. Y, ¿qué hace? A pesar del ajetreo y el bullicio, dormía tranquilo, confiado en el Padre —es la única vez en el Evangelio que Jesús aparece durmiendo—. Después de que lo despertaran y que calmara el viento y las aguas, se dirigió a los discípulos con un tono de reproche: “¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?” (v. 40)

   Tratemos de entenderlo. ¿En qué consiste la falta de fe de los discípulos que se contrapone a la confianza de Jesús? Ellos no habían dejado de creer en Él; de hecho, lo invocaron. Pero veamos cómo lo invocan: “Maestro, ¿no te importa que perezcamos” (v. 38). No te importa: pensaron que Jesús se desinteresaba de ellos, que no les prestaba atención. Entre nosotros, en nuestras familias, lo que más duele es cuando escuchamos decir: “¿Es que no te importo?” Es una frase que lastima y desata tormentas en el corazón. También habrá sacudido a Jesús, porque a Él le importamos más que a nadie. De hecho, una vez invocado, salva a sus discípulos desconfiados.

   La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades. Nos muestra cómo habíamos dejado dormido y abandonado lo que alimenta, sostiene y da fuerza a nuestra vida y a nuestra comunidad. La tempestad pone al descubierto todos los intentos de encajonar y olvidar lo que nutrió el alma de nuestros pueblos; todas esas tentativas de anestesiar con aparentes rutinas “salvadoras”, incapaces de apelar a nuestras raíces y evocar la memoria de nuestros ancianos, privándonos así de la inmunidad necesaria para hacerle frente a la adversidad.

Con la tempestad, se cayó el maquillaje de esos estereotipos con los que disfrazábamos nuestros egos siempre pretenciosos de querer aparentar; y dejó al descubierto, una vez más, esa (bendita) pertenencia común de la que no podemos ni queremos evadirnos; esa pertenencia de hermanos.

   “¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?”. Señor, esta tarde tu Palabra nos interpela se dirige a todos. En nuestro mundo, que Tú amas más que nosotros, hemos avanzado rápidamente, sintiéndonos fuertes y capaces de todo. Codiciosos de ganancias, nos hemos dejado absorber por lo material y trastornar por la prisa. No nos hemos detenido ante tus llamadas, no nos hemos despertado ante guerras e injusticias del mundo, no hemos escuchado el grito de los pobres y de nuestro planeta gravemente enfermo. Hemos continuado imperturbables, pensando en mantenernos siempre sanos en un mundo enfermo. Ahora, mientras estamos en mares agitados, te suplicamos: “Despierta, Señor”.

   “¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?”. Señor, nos diriges una llamada, una llamada a la fe. Que no es tanto creer que Tú existes, sino ir hacia ti y confiar en ti. En esta Cuaresma resuena tu llamada urgente: “Convertíos”, volved a mí de todo corazón” (Jl 2,12). Nos llamas a tomar este tiempo de prueba como un momento de elección. No es el momento de tu juicio, sino de nuestro juicio: el tiempo para elegir entre lo que cuenta verdaderamente y lo que pasa, para separar lo que es necesario de lo que no lo es. Es el tiempo de restablecer el rumbo de la vida hacia ti, Señor, y hacia los demás. Y podemos mirar a tantos compañeros de viaje que son ejemplares, pues, ante el miedo, han reaccionado dando la propia vida. Es la fuerza operante del Espíritu derramada y plasmada en valientes y generosas entregas. Es la vida del Espíritu capaz de rescatar, valorar y mostrar cómo nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes —corrientemente olvidadas— que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia: médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y tantos pero tantos otros que comprendieron que nadie se salva solo. Frente al sufrimiento, donde se mide el verdadero desarrollo de nuestros pueblos, descubrimos y experimentamos la oración sacerdotal de Jesús: “Que todos sean uno” (Jn 17,21). Cuánta gente cada día demuestra paciencia e infunde esperanza, cuidándose de no sembrar pánico sino corresponsabilidad. Cuántos padres, madres, abuelos y abuelas, docentes muestran a nuestros niños, con gestos pequeños y cotidianos, cómo enfrentar y transitar una crisis readaptando rutinas, levantando miradas e impulsando la oración. Cuántas personas rezan, ofrecen e interceden por el bien de todos. La oración y el servicio silencioso son nuestras armas vencedoras.

   “¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?”. El comienzo de la fe es saber que necesitamos la salvación. No somos autosuficientes; solos, solos, nos hundimos. Necesitamos al Señor como los antiguos marineros las estrellas. Invitemos a Jesús a la barca de nuestra vida. Entreguémosle nuestros temores, para que los venza. Al igual que los discípulos, experimentaremos que, con Él a bordo, no se naufraga. Porque esta es la fuerza de Dios: convertir en algo bueno todo lo que nos sucede, incluso lo malo. Él trae serenidad en nuestras tormentas, porque con Dios la vida nunca muere.

El Señor nos interpela y, en medio de nuestra tormenta, nos invita a despertar y a activar esa solidaridad y esperanza capaz de dar solidez, contención y sentido a estas horas donde todo parece naufragar. El Señor se despierta para despertar y avivar nuestra fe pascual. Tenemos un ancla: en su Cruz hemos sido salvados. Tenemos un timón: en su Cruz hemos sido rescatados. Tenemos una esperanza: en su Cruz hemos sido sanados y abrazados para que nadie ni nada nos separe de su amor redentor. En medio del aislamiento donde estamos sufriendo la falta de los afectos y de los encuentros, experimentando la carencia de tantas cosas, escuchemos una vez más el anuncio que nos salva: ha resucitado y vive a nuestro lado. El Señor nos interpela desde su Cruz a reencontrar la vida que nos espera, a mirar a aquellos que nos reclaman, a potenciar, reconocer e incentivar la gracia que nos habita. No apaguemos la llama humeante (cf. Is 42,3), que nunca enferma, y dejemos que reavive la esperanza.

   Abrazar su Cruz es animarse a abrazar todas las contrariedades del tiempo presente, abandonando por un instante nuestro afán de omnipotencia y posesión para darle espacio a la creatividad que sólo el Espíritu es capaz de suscitar. Es animarse a motivar espacios donde todos puedan sentirse convocados y permitir nuevas formas de hospitalidad, de fraternidad y de solidaridad. En su Cruz hemos sido salvados para hospedar la esperanza y dejar que sea ella quien fortalezca y sostenga todas las medidas y caminos posibles que nos ayuden a cuidarnos y a cuidar. Abrazar al Señor para abrazar la esperanza. Esta es la fuerza de la fe, que libera del miedo y da esperanza.

   “¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?”. Queridos hermanos y hermanas: Desde este lugar, que narra la fe pétrea de Pedro, esta tarde me gustaría confiarlos a todos al Señor, a través de la intercesión de la Virgen, salud de su pueblo, estrella del mar tempestuoso. Desde esta columnata que abraza a Roma y al mundo, descienda sobre vosotros, como un abrazo consolador, la bendición de Dios. Señor, bendice al mundo, da salud a los cuerpos y consuela los corazones. Nos pides que no sintamos temor. Pero nuestra fe es débil y tenemos miedo. Mas tú, Señor, no nos abandones a merced de la tormenta. Repites de nuevo: “No tengáis miedo” (Mt 28,5). Y nosotros, junto con Pedro, “descargamos en ti todo nuestro agobio, porque Tú nos cuidas” (cf. 1 P 5,7).

Evangelización

Los jóvenes y la liturgia

Precisamente cuando las circunstancias nos impiden acudir físicamente a la celebración de la Misa, nos damos cuenta de que la necesitamos. Ahora, y cuando todo se normalice, querríamos aprovecharla más. También los sacerdotes imaginan con creatividad modos de ayudar a los jóvenes a vivirla.

Juan Miguel Rodríguez·30 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 9 minutos

El célebre film Amadeus de Miloš Forman, recoge una escena singular. Mozart, ha conseguido, no sin esfuerzo, que el emperador le permita componer una ópera que finalmente logra presentar ante la corte. Se trata de Las bodas de Fígaro. La escena es narrada por Salieri, también compositor y músico, que asiste al estreno. A pesar de su animadversión hacia Mozart, la belleza de la música le impacta de modo notable, suscitando en él una mezcla de envidia y admiración. 

La tensión dramática se dirige, sin embargo, hacia el emperador, que en franco contraste con los sentimientos de Salieri, expresa su aburrimiento a través de un bostezo que es notado por todos. La película sitúa en este punto el declive de la carrera de Mozart que, a partir de ahí, perderá paulatinamente el aprecio de la corte. Poco después se ve a Mozart, tenso y preocupado por la poca acogida que su composición tuvo ante el emperador. Salieri, intenta explicarle lo sucedido. No se trata, dice, en modo alguno, de una deficiencia en la composición o de una melodía mal interpretada. La causa ha de buscarse en el mismo emperador, que al ser incapaz de mantener su atención durante tiempos prolongados, cae fácilmente en el aburrimiento, aunque se encuentre frente a una bellísima creación artística.

El nuevo marco cultural

Esta escena resume de alguna manera el desafío que implica la liturgia para el hombre de todas las épocas, porque la grandeza del encuentro con Dios a través de la celebración litúrgica, muchas veces está en franco contraste con la escasa acogida que se le dispensa.

La liturgia tiene una grandeza sublime: en ella, “Cristo significa y realiza principalmente su misterio pascual” un acontecimiento verdaderamente único, porque “todos los demás acontecimientos suceden una vez, y luego pasan y son absorbidos por el pasado. El misterio pascual de Cristo, por el contrario, no puede permanecer solamente en el pasado, pues por su muerte destruyó a la muerte […] participa de la eternidad divina y domina así todos los tiempos y en ellos se mantiene permanentemente presente” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1085). “La liturgia constituye una experiencia viva del don de Dios y una gran escuela de la respuesta a su llamada. […]  Nos descubre el verdadero rostro de Dios; nos pone en comunicación con el misterio de la Pascua” (Pastores dabo vobis, n. 38). En la liturgia, y a través de su lenguaje sacramental, el hombre toca, por decirlo de alguna manera, la belleza del misterio de Dios. Pero estos tesoros no se abren si no es a través de un largo y paciente camino de oración.

Es preciso desarrollar la capacidad de adentrarse en el misterio de la liturgia. Se trata de una tarea para todas las épocas, porque la oración y la apertura hacia Dios requieren el pleno ejercicio de la libertad humana que siempre debe dar un “sí” decidido a los suaves impulsos de la gracia.

Este cometido asume unos rasgos particulares en el marco de una época en la que la tecnología marca una fuerte impronta en el modo de acercarse a la realidad. Las nuevas generaciones crecen en medio de interfaces rápidas e intuitivas; asisten a espectáculos en tiempo real, aunque no estén físicamente presentes; tienen, a través de las pantallas unas posibilidades de entretenimiento y diversión prácticamente innumerables y pueden conocer hechos de modo inmediato, aunque hayan ocurrido a miles de kilómetros de distancia.

La dificultad de la liturgia

Frente a este modo de relacionarse con el mundo que les rodea, la comprensión del lenguaje litúrgico presenta unas dificultades particulares. Captar la belleza de la liturgia requiere atención y paciencia, cultivar el recogimiento interno y externo, imbuirse de los símbolos y las realidades que significan, aprender a esperar y desarrollar el asombro ante una realidad que no nos pertenece y que al mismo tiempo nos comunica algo de lo divino. Desarrollar esta capacidad es un reto frente a una disposición en la que se buscan impulsos superficiales, inmediatos e impactantes. De todas formas, no todo el panorama es negativo. Ciertamente nuestra época tiene su problemática específica, pero las nuevas generaciones tienen también un potencial que la liturgia puede aprovechar. Por una parte, se puede mencionar, lo que, a falta de una expresión mejor, llamaríamos “sentido de globalidad”. 

La gente joven percibe con notable claridad que sus decisiones individuales no son nunca eventos aislados. Son particularmente conscientes de la influencia recíproca que es propia de toda interacción humana pero que en la era de la tecnología ha multiplicado su incidencia en términos de rapidez y difusión. Esta marca cultural que deja huella también en el ámbito de lo personal facilita enormemente la capacidad de entender a la Iglesia como el Cuerpo Místico de Cristo, en el que cada parte vive del todo y tiene una función única en insustituible en todo.

También cabe destacar la sensibilidad a problemas que quizá no les atañen directamente, pero en la que se sienten particularmente involucrados y dispuestos a colaborar. Se sienten implicados en ámbitos tan variados y diversos como el calentamiento global; la conservación de la biodiversidad; la guerra en regiones lejanas; la situación de los menos favorecidos.

El desafío de lograr que los jóvenes se involucren en la liturgia presenta en nuestra época unos retos particulares que ocupa y a veces preocupa a sacerdotes, catequistas y agentes de pastoral.

Enfrentar los retos

Cabe indicar, en primer lugar, un señalamiento evidente: la liturgia no puede, ni debe, competir con la industria de la diversión. Indudablemente, dentro de las posibilidades de elección hay que optar por aquellas que faciliten la participación fructuosa y activa del pueblo, tal como señala el Concilio Vaticano II. 

Sin embargo, nunca se debe perder de vista que el fin de la liturgia es el encuentro con Dios para rendirle culto en Cristo y con Cristo, y, por tanto, en la Iglesia. Desnaturalizar este principio fundamental en aras de una practicidad mal entendida, sería una traición a las personas que participan porque se les privaría de un encuentro con lo divino, sustraído subrepticiamente por un momento de entretenimiento. Aunque propuestas como estás puedan tener un éxito efímero, fracasan a la larga porque las personas siempre pueden encontrar otros espacios de diversión.

En no pocas ocasiones es necesario trabajar con paciencia, sin prisas, formar y educar lentamente, desarrollar la sensibilidad para la belleza y lo sagrado. Es necesario contar con la gracia, y atraerla con oración y un trabajo abnegado que tiene mucho de sacrificio.

Para ayudar a los demás, es necesario, en primer lugar, a vivir personalmente la liturgia. “El primer modo con el que se favorece la participación del Pueblo de Dios en el Rito sagrado es la adecuada celebración del Rito mismo” (Sacramentum caritatis, n. 38).

Nadie da lo que no tiene. Y, según un conocido principio litúrgico, nadie puede hacer rezar, si él mismo no reza primero. Se puede decir que la liturgia es una escuela de oración, no solamente para los jóvenes, sino para todos los que participan en ella, y de modo particular para el sacerdote, que actúa in persona Christi. Quien se adentra en el riquísimo mundo de la liturgia, pronto descubre que en este “arte de la oración” -la frase es de san Juan Pablo II- nunca se acaba de aprender. “En la liturgia el Señor nos enseña a orar, en primer lugar, dándonos su Palabra, después introduciéndonos en la Plegaria eucarística con el misterio de su vida de su cruz y de su resurrección”, señalaba Benedicto XVI en un encuentro con párrocos. 

Las dimensiones de esta formación abarcan lo intelectual, que llega a comprender cada vez mejor el sentido de los ritos, las oraciones y especialmente la Palabra de Dios; pero también abrazan las dimensiones afectivas, formando poco a poco al hombre para que ore con su sensibilidad; y llega también al ámbito de lo corporal, que también participa de la acción litúrgica. Solamente quien está verdaderamente imbuido de la liturgia puede transmitirla como una experiencia viva. Y esto es de particular importancia con los jóvenes, que siempre se caracterizan por una especial sensibilidad para lo auténtico y para responder a ello con energía.

Elementos a favor

La música juega un papel esencial en esta dinámica. Dice Aristóteles: “Nada hay tan poderoso como el ritmo y el canto de la música, para imitar, aproximándose a la realidad tanto como es posible […]  los sentimientos del alma”. A través de la música se pueden potenciar los sentimientos y con ello una participación que involucre tanto la inteligencia como los afectos. 

En este sentido, es particularmente elegir piezas adecuadas a través de unos criterios que dependen en gran medida de la celebración y de los asistentes. En todo caso, es necesario tener siempre presente que la música está en función de la liturgia, y no a la inversa. Además, debe considerarse que en nuestra época hay una considerable y abundante producción de música religiosa, pero esto no quiere decir toda ella pueda o deba incorporarse a la celebración. Para que la música religiosa pueda ser parte de la liturgia se requiere un discernimiento cuidadoso que permita integrarla en la celebración con el consentimiento de la autoridad eclesiástica.

También es importante cuidar la formación en el lenguaje simbólico. Dice el Catecismo que “toda celebración sacramental es un encuentro de los hijos de Dios con su Padre, en Cristo y en el Espíritu Santo, y este encuentro se expresa como un diálogo […]  las acciones simbólicas son ya un lenguaje”. Entender este aspecto de la dinámica de la liturgia es fundamental para que la participación sea activa y consciente. Como explica Guardini, “en la Liturgia, no se trata en primer término de conceptos, sino de realidades para hacerlas asequibles es necesario enseñar a descubrir en la forma corpórea el fondo, en el cuerpo el alma, en el suceso terreno la virtud sagrada oculta”.

Es necesario aprender a desentrañar, y cuando sea necesario, descubrir las riquezas de los textos y las ceremonias litúrgicas. Nos lo recuerda la Sacramentum caritatis: “En las comunidades eclesiales se da quizás por descontado que se conocen y aprecian, pero a menudo no es así. En realidad, son textos que contienen riquezas que custodian y expresan la fe, así como el camino del Pueblo de Dios a lo largo de dos milenios de historia”. Se trata de la catequesis mistagógica, tan apreciada por los Padres de la Iglesia, en la que los tesoros de oración y de piedad que nos lega la oración de la Iglesia se vuelven accesibles a las nuevas generaciones. 

La riqueza simbólica de la Liturgia es inagotable. Tanto en lo elementos físicos, sagrario, templo, altar, crucifijo, cirios, lámparas votivas, etc., como los gestos: de rodillas, de pie, la procesión, el rito de la paz, la inclinación, etc., encontramos un tesoro invalorable de piedad y de oración que siempre ofrece luces nuevas a quien medita con asiduidad.

Un elemento que conviene desarrollar con extensión es todo lo relativo al tiempo litúrgico. De esta manera, los jóvenes pueden entender que la celebración litúrgica es más que un paréntesis sagrado en medio de los afanes cotidianos, sino que lo vivido y celebrado debe dejar su impronta también en la actividad ordinaria.

La Catequesis Mistagógica

En la catequesis mistagógica se pueden aprovechar todos los recursos que ofrece la técnica moderna: presentaciones, videos, colecciones musicales, conferencias a distancia usando internet, etc. Puede ser también muy útil e instructiva una descripción, más o menos detallada del Misal y de su estructura. Para muchas personas puede ser también una muy buena alternativa un misal de fieles –o su equivalente electrónico– que les permitirá seguir con atención la Eucaristía incluso en condiciones de una cierta precariedad.

Es importante tener la certeza de que por muy conocidos que puedan resultar algunos textos o ceremonias, siempre encierran riquezas insospechadas. Una idea ilustrativa nos la puede proporcionar un suceso de la vida de san John Henry Newman. Cuando pertenecía todavía a la confesión anglicana, recibió, como recuerdo de un amigo que había fallecido hacía poco, un Breviario Romano. Comenzó a rezar el oficio diariamente, comentando que la brevedad de las oraciones, la modulación majestuosa y austera de la liturgia romana y el tono meditativo y tranquilizador de los salmos, junto con la naturaleza precisa y metódica del Breviario, le gustaban extraordinariamente. Y todo esto, a pesar de la fuerte animadversión que en ese entonces todavía experimentaba en contra de la Iglesia católica. 

En este punto, la homilía puede tener una función importante. Es un desafío integrarla armónicamente con el resto de la celebración litúrgica; y que tenga un contenido profundo y asequible al mismo tiempo y todo esto, dentro de una duración temporal adecuada, de preferencia breve. En más de una ocasión, la homilía podrá centrarse en algún aspecto relevante de la liturgia. Esto posibilitará que los fieles puedan entender mejor el sentido de la celebración y, en consecuencia, disponerse a participar de mejor manera. Puede ser oportuno abordar brevemente algún aspecto litúrgico en cada homilía siguiendo un plan sistemático. De esta manera, los jóvenes que acudan a las celebraciones de modo regular acabarán aprendiendo un buen puñado de nociones básicas.

Encuentro con la belleza

El encuentro auténtico con la liturgia es siempre un encuentro con la belleza. “La verdadera belleza es el amor de Dios que se ha revelado definitivamente en el Misterio pascual. La belleza de la liturgia es parte de este misterio; es expresión eminente de la gloria de Dios y, en cierto sentido, un asomarse del Cielo sobre la tierra” (Sacramentum Caritatis, n. 35). Sin embargo, esto no quiere decir que sea inmediatamente perceptible para todos. Al igual de lo que sucede en el mundo de la literatura, del cine, de la música, etc., se requiere un cierto aprendizaje, que en una medida no pequeña depende de un contacto sereno y abierto con la realidad.

C. S. Lewis, en su célebre libro Cartas del diablo a su sobrino ha tratado este argumento. El mundo refleja de alguna manera las perfecciones de Dios. Contemplarlo, vivir y participar en él, permite al hombre aproximarse de alguna manera al Creador. El gran riesgo del mundo actual es imponer un gigantesco velo tecnológico a través del cual no llegamos a la realidad en sí misma, sino solamente a su representación en pantallas y dispositivos electrónicos. Esto puede resultar entretenido y útil, pero puede sumergirnos en un mundo totalmente ficticio, como sucede en los videojuegos y de modo destructor, en la pornografía. 

En esta burbuja no hay verdadera interacción con la realidad, sino más bien con la propia imaginación que está bajo estímulos potentes y de prolongada duración. Cuando finalizan, las construcciones imaginarias desaparecen y pueden provocar una dolorosa sensación de vacío que parece reclamar un nuevo estímulo. Es prácticamente que una persona esclavizada de esta manera pueda sujetarse seriamente a la sana disciplina de la oración.

Por eso, una parte importante de la educación litúrgica consiste en acercar a las personas a la realidad y aprender a disfrutar sanamente de ella. Las excursiones de montaña, el deporte, el tiempo dedicado a dominar un instrumento, la ayuda y el servicio a los demás, son experiencias muy valiosas, independientemente de que sus resultados puedan considerarse pequeños o insignificantes en relación a los problemas humanos. Independientemente de su efecto final en el exterior, cambian a las personas, motivan, abren horizontes y despliegan fuerzas dormidas, y crean hábitos internos y externos que son necesarios para participar con fruto en las celebraciones litúrgicas.

Uno de los apartados del Catecismo de la Iglesia Católica, como es bien conocido, se titula con estas palabras: “El combate de la oración”. En un sentido analógico, se pueden aplicar a la participación en la liturgia, que por otra parte, es también oración: la oración de Cristo y de la Iglesia. Es una tarea fundamental de todas las épocas enseñar a los cristianos a participar en la liturgia como un modo de corresponder a la gracia que siempre requiere la colaboración humana del esfuerzo y del interés sincero por acercarse a Dios.

El autorJuan Miguel Rodríguez

Ecuador

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Evangelización

Querida Amazonia. Invitación para que renazca la evangelización.

Los 4 sueños del Papa trazan el camino para la evangelización de la Iglesia del futuro, comenzando en la periferia amazónica como una fuerza impulsora.

Giovanni Tridente·30 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

“Todo el texto es un himno, una alabanza por la belleza que Dios nos ofrece”. Con estas palabras, el cardenal Claudio Hummes, presidente de la Red Eclesial Pan-Amazónica (Repam), ha comentado la exhortación apostólica Querida Amazonia del Papa Francisco, fruto del Sínodo de los Obispos del octubre pasado, del cual el mismo Hummes fue relator general.

También ha expresado su felicidad una de las auditoras, la indígena Yesica Patiachi, de treinta y tres años, quien ha explicado cómo el texto pontificio, que ahora participa del Magisterio ordinario de la Iglesia, es básicamente la “coronación más hermosa de todo el trabajo realizado en estos años”, reconociendo que el Papa Francisco se confirma como “el único líder mundial que realmente ha entendido que en Amazonia se está jugando un partido crucial para la humanidad”.

Observando el estado de ánimo en la víspera de la publicación, muchos se esperaban una exhortación que siguiese al pie de la letra los puntos del Documento Final del Sínodo y que “aprobase”, o “no aprobase” en particular aquellas cuestiones que inevitablemente quedaron pendientes la última vez, ya que la última palabra siempre le corresponde al Papa.

Documento final del Papa

El Papa Francisco ha sorprendido nuevamente y ha lanzado su propia propuesta, agregando al Documento final –que invita a tener en cuenta íntegramente y hacer del mismo un tesoro especial– cuatro nuevos sueños que, como dice, ha logrado tener tras la experiencia sinodal: un sueño social (atención a los pobres, a los pueblos originarios y sus derechos), un sueño cultural (atención a la belleza del territorio), un sueño ecológico (atención al ambiente vital y a su custodia) y un sueño eclesial (nueva evangelización e inculturación). Sueños indudablemente deseados para la Amazonia, pero entregados a toda la Iglesia.

Por lo tanto, en el texto –que se desarrolla en 111 puntos y 4 capítulos, más una introducción y una conclusión–, el Papa nunca hace referencia al Documento final, y lo reitera explícitamente; más bien recorre el diagnóstico del Instrumentum laboris del Sínodo, cita algunas encíclicas anteriores, suyas (Laudato si’, in primis) y de sus predecesores, así como los documentos de las Conferencias Generales del Episcopado latinoamericano, y hace uso de escritores y poetas indígenas para circunscribir y narrar sus esperanzas para la Iglesia en la Amazonia.

Con respecto a las referencias a documentos del pontificado redactados en el pasado, que el Papa invita a releer, se muestra claramente que la Amazonia amalgama y, en cierto sentido, contiene todas las aspiraciones e inquietudes de la Iglesia entera. Y de este modo se convierte en un gran punto de referencia para el renacimiento de la evangelización universal, siguiendo estos 4 sueños del Papa a nivel global. También parece demostrar que todo lo que Francisco pretendía decir a lo largo de su Pontificado en el fondo ya lo ha dicho, y solo debe ponerse en práctica y adaptarlo a las diferentes circunstancias. En resumen, casi se podría decir que se trata de una especie de testamento espiritual.

Sobre los puntos “calientes” que animaron los debates que precedieron al Sínodo, en la exhortación el Papa parece querer confirmar su actitud de “no ocupar espacios sino iniciar procesos”. De hecho, en el texto deja claro que todas esas necesidades y expectativas que surgieron de una manera algo apresurada pueden madurar con el tiempo, a la luz de la sabiduría y la maternidad de la Iglesia, sin establecer necesariamente ahora algo concreto. Algunas referencias, por ejemplo, son la del “rito amazónico” (n. 79 y siguientes), la del acceso a los sacramentos (n. 84) y a la “ministerialidad” (85).

Diáconos permanentes

Por otro lado, la posición del Santo Padre sobre la ordenación de diáconos permanentes que pueden ser ordenados sacerdotes es muy clara: no hace ninguna referencia a ello; más bien, valora la figura del sacerdote al afirmar que solo él puede administrar la Eucaristía, que es lo que “hace la Iglesia”. La solución propuesta es: orar más por las vocaciones y alentar a nuevos sacerdotes misioneros para la Amazonia, además de valorar cada vez más el papel de los laicos y su protagonismo, que hay que combinarlo con la necesidad de la celebración eucarística (87-94), que permanece siempre como la prioridad. El Pontífice también cierra las puertas, de forma razonada y por enésima vez, a la ordenación de mujeres (100-103), pero realzando y valorizando la necesaria y fundamental “huella femenina” para toda la Iglesia. Queda claro que el camino solo acaba de comenzar y que debemos asegurarnos de que abra horizontes nuevos para el bien de la Amazonia y de toda la Iglesia, valorando cuanto ha dicho el Papa Francisco sobre la urgencia del anuncio del kerygma.

El debate sinodal y las conclusiones del Santo Padre quedan enmarcadas en la Laudato si’, con sus reflexiones también vinculadas a la conciencia del impacto ecológico y del “todo está conectado” de la sociedad actual. Preocupaciones que han sido confirmadas por la comunidad científica –como ha reiterado el Premio Nobel de 2007 Carlos Nobre durante la conferencia de prensa de presentación del Documento– y que hoy asumen un papel universal en el compromiso de todos, gracias a la Iglesia y al Papa.

Vaticano

Justicia como disposición del corazón

Se han adoptado algunas medidas de reformas en la esfera judicial del Estado de la Ciudad del Vaticano y en relación con las normas penales contempladas en el Libro VI del Código de Derecho Canónico. El Papa recuerda el carácter misericordioso de la administración de justicia.

Giovanni Tridente·29 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

El Papa Francisco ha establecido una nueva ordenación judicial para el Estado de la Ciudad del Vaticano, derogando y reemplazando la ley anterior (CXIX), que data de hace más de treinta años (1987), bajo el pontificado de san Juan Pablo II. Entrará en vigor inmediatamente después de la Pascua.

La disposición legislativa CCCLI (351) proporciona, en síntesis, una mayor independencia a los magistrados que operan en el pequeño Estado, garantiza una separación más clara entre la magistratura de investigación y la del juicio, y, de hecho, simplifica todo el sistema judicial.

Cada vez más eficiencia

Esta iniciativa del pontífice ha sido necesaria asimismo para integrar todos los cambios que se habían adoptado a lo largo de los años, también durante el pontificado de Benedicto XVI, especialmente si se piensa en los ámbitos económico y financiero, pero también en el penal (por ejemplo, en el campo de los abusos contra menores por parte de del clero), y en las diversas adhesiones del Vaticano a convenciones internacionales. La Sala de Prensa de la Santa Sede ha hablado, en efecto, de adaptación “al contexto histórico e institucional actual, que requiere una eficiencia cada vez mayor”.

Los órganos judiciales, por lo tanto, serán independientes y estarán sujetos jerárquicamente sólo al Sumo Pontífice y a la ley, ejerciendo sus funciones con imparcialidad. Por eso los jueces disponen de su propia policía judicial (servicio que continúa siendo realizado por el Cuerpo de Gendarmería), y todos los magistrados ordinarios adquieren la ciudadanía vaticana durante el período en que prestan servicio.

La decisión del Papa Francisco también establece que al menos uno de los jueces del Tribunal desempeñe sus funciones a tiempo completo y de manera exclusiva, e introduce como requisito para el nombramiento pontificio de magistrados, tanto para el Tribunal como para la Corte de Apelación y en parte para la Casación, el de ser, por ejemplo, profesores universitarios -que por lo tanto ya reciben una retribución en otra institución-, para garantizar una mayor independencia en el ejercicio de las funciones judiciales al servicio del Estado.

La nueva ley introduce novedades específicas en lo que respecta a los abogados, quienes para ser inscritos en el registro del Vaticano deben obtener la habilitación forense también en el Estado de residencia, mientras que antes bastaba solo el título civil, manteniéndose la necesidad del conocimiento del derecho canónico y vaticano. Se introducen sanciones disciplinarias contra ellos en casos de comportamientos o actitudes incorrectas hacia cualquier instancia en el ejercicio de la profesión.

Por primera vez se indican normas propias para la Oficina del Promotor de Justicia (los magistrados que representan a la acusación), marcando una distinción entre la magistratura de juicio y de investigación, de modo que esta última mantenga la autonomía e independencia en el ejercicio de sus funciones.

Además, los jefes de los Dicasterios de la Curia romana y de otros órganos de la Santa Sede, así como del Gobernatorado, pueden defender a sus respectivas administraciones ante las autoridades judiciales de todos los niveles. Como última disposición, el Papa ha decidido que el año judicial comience el 1 de enero, equiparándolo al año solar.

Equilibrio entre lo antiguo y lo moderno

Comentando estas nuevas normas, el Presidente del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano, Giuseppe Pignatone -magistrado italiano de reconocido prestigio que coordinó importantes investigaciones que condujeron al arresto de mafiosos, y que siempre ha estado en primera línea contra la corrupción, y a quien el Papa eligió para este encargo en octubre del año pasado, recién jubilado en Italia-, ha recordado precisamente las palabras del pontífice pronunciadas con ocasión de la última apertura del año judicial, el pasado febrero.

A saber, que junto con el compromiso “personal, generoso y responsable” de los magistrados, es oportuno garantizar “instituciones adecuadas, capaces de garantizar eficiencia y la tempestividad”.

Luego señaló que la interpretación y la aplicación de estas leyes deberán respetar “la especificidad del derecho vaticano”, sabiendo que la primera fuente normativa y el primer criterio de referencia interpretativa dentro de la Iglesia sigue siendo el orden canónico. “Este equilibrio entre lo antiguo y lo moderno constituye la peculiaridad del actual momento histórico y también un motivo más para el compromiso de nosotros, los jueces”, concluyó.

Virtud y misericordia

El discurso del Papa este año para el personal del Tribunal del Estado del Vaticano, a mediados de febrero, ha tenido un carácter más bien espiritual en la parte introductoria, a través de la cual el Santo Padre presentó a jueces, abogados y colaboradores el ejemplo de la justicia propuesto por Jesús en el Evangelio, no como “un simple conjunto de reglas aplicadas técnicamente, sino una disposición del corazón que guía a los que tienen responsabilidades”.

Por eso invitó a los presentes a una continua conversión personal, porque esta es “la única justicia que genera justicia”, pero que debe ir acompañada de virtudes cardinales como la prudencia, la fortaleza y la templanza. Además de saber cómo distinguir lo verdadero de lo falso y atribuir a cada uno lo suyo, un buen juez es aquel que sabe ser moderado y equilibrado en la valoración de los hechos, libre para decidir en conciencia y capaz de resistir las presiones y las pasiones.

No ha de olvidarse, dijo, “que en vuestro compromiso diario os enfrentáis a menudo a personas que tienen hambre y sed de justicia”, que sufren, “a veces presas de angustia y desesperación existencial”; por lo que las respuestas justas se encontrarán “escarbando en la complejidad de los asuntos humanos”, “conjugando la corrección de las leyes con ese algo más de misericordia que nos enseñó Jesús”. Precisamente porque la misericordia así entendida es la plenitud de la justicia.

En aquella ocasión el Papa Francisco también se refirió a las reformas que la Santa Sede ha llevado a cabo en el ámbito judicial a lo largo de los años -y que ahora han desembocado en el nuevo sistema judicial que hemos ilustrado-, recordando que son una parte “integral y esencial” de la actividad ministerial de la Iglesia, pues atienden a las condiciones de los más desfavorecidos y de los que han sido “pisoteados en su dignidad humana y considerados invisibles y descartados”.

Reforma de las normas penales

Una semana después de la inauguración del año judicial vaticano, el Papa Francisco recibió en audiencia por primera vez a los participantes en la sesión plenaria del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos, presidido por el arzobispo Filippo Iannone, carmelita, que había sido dedicada al esquema de la revisión del Libro VI del Código de Derecho Canónico, sobre las sanciones en la Iglesia, comenzada hace ya muchos años y finalmente ultimada.

La publicación del texto reformado no se espera antes de junio. También en este caso se había hecho necesario para que la legislación penal en la Iglesia fuera “más orgánica y conforme con las nuevas situaciones y problemáticas del contexto sociocultural actual”, además de ofrecer herramientas más ágiles para favorecer su aplicación.

Impronta pastoral de la justicia

También en esta circunstancia recordó el Pontífice que en la Iglesia la norma jurídica tiene un papel necesario pero subordinado respecto a la preeminencia de la Palabra de Dios y de los sacramentos, y debe estar siempre al servicio de la comunión. El derecho en la Iglesia, en efecto, tiene una naturaleza instrumental “en orden a la salus animarum, sabiendo que la justicia siempre debe ser afirmada y garantizada sin olvidar su naturaleza pastoral.

En este sentido, ha recordado el Papa, “el papel de juez siempre tiene una huella pastoral en cuanto está encaminado a la comunión entre los miembros del Pueblo de Dios”. Y lo mismo vale para la pena canónica, que persigue “no sólo una función de respeto del ordenamiento, sino también la reparación y sobre todo el bien del culpable”. Tiene por eso “carácter marcadamente medicinal” y de este modo representa “un medio positivo para la realización del Reino, para reconstruir la justicia en la comunidad de los fieles, llamados a la santificación personal y común”.

España

“La Comisión atiende de modo personal a cada víctima”

Miguel García-Baró, responsable y coordinador de la Comisión Repara del arzobispado de Madrid, explica en Palabra los objetivos de un proyecto que va más allá de las denuncias de abusos, y tiene que ver con “el afán de justicia”. 

Miguel García-Baró·28 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 6 minutos

Empezar justamente hoy hablando de que la sociedad está enferma puede parecer un detalle de mal gusto o una obviedad tremenda. Pero es que las enfermedades del ser humano dependen más de su libertad que de los virus; y la libertad está sometida a la fuerza espantosa de gravedad del egoísmo, que no suele dejar que se oiga la voz que quiere dirigirnos en sentido contrario (y que no es una fuerza sino solo eso: una voz, una voz santa). La llegada de un virus nuevo suscita formas nuevas y viejas del egoísmo, pero quizá también nos dé ocasión de recuperar trozos habitualmente perdidos de realidad, de volver a poner las plantas en suelo firme…

En este ambiente, la Comisión Repara continúa atendiendo, aunque sea por teléfono y a través de Skype, otro género de contaminación horrible. Solo lleva funcionando dos meses y ya ve efectos de salud, modestos en cierta perspectiva, pero inmensos si se los comprende de veras.

Cualquier persona de bien, aunque esté llena de defectos y miserias en muchos sentidos, siente (y no solo siente, sino que también entiende) los abusos sexuales y en especial la pederastia como un horror y un crimen. Si además los considera en el interior mismo de la familia, en los lugares de formación de los jóvenes, o como actos de un religioso o un clérigo (o una religiosa) vulnerando a alguien a quien somete a la vez anímicamente, es difícil que no le vengan náuseas. El cristianismo es seguimiento e identificación con el amor más puro e intenso, con aquello que más decidida y hondamente ayuda a la promoción de la libertad y de cuanto hay de mejor en el ser humano; pero bajo capa de esta religión –de este modo de vivir, en realidad– hay casos –de pronto, en muchos lugares, muchos casos– de invasión violentísima de las conciencias y violación de los cuerpos. Se destruye la inocencia, se pervierte el significado de las relaciones entre personas, se infligen heridas que duran muchísimo más que los períodos de prescripción de los delitos contemplados en los códigos penales de ningún país.

Justicia, plena reparación

Es necesario representarse primero a lo vivo este espanto, este contrasentido monstruoso, para que el afán de poner en el lugar central de los esfuerzos de sanación y reconstrucción a la víctima (en singular, no como un mero caso de algo general para lo que siempre habrá un protocolo impersonal de tratamiento) no parezca ni por un instante una toma de partido inquisitorial respecto de la figura, también plenamente individual, del abusador. Si ante tanto encubrimiento y tanto silencio no nos llenamos todos antes de vergüenza y afán de justicia (si es que no directamente de arrepentimiento), no seremos realmente objetivos.

Hay que mirar a la Comisión Repara con estos ojos. Desde luego, es como la ve y la vive la persona a la que el arzobispo de Madrid ha colocado como responsable y coordinador de ella. Por eso no dudó en aceptar el encargo, en cuanto vio la sinceridad con que se le pedía este trabajo y las excelentes personas que podrían componer el núcleo de su equipo. 

Repara significa reconocimiento de la situación, para poder ayudar a su cura, o sea, a la prevención de que se prolongue, se renueve y siga calladamente enferma. Para eso hay que atender de modo concretísimamente personal a cada víctima —ojalá que los victimarios acudieran también a sanar y pudiéramos auxiliarlos—, y aspirar a la recuperación, a la plena reparación, incluso en el caso extremo ideal, a la reconciliación, a la llamada justicia restaurativa. Por ella, la víctima rehace sus vínculos consigo misma y con los demás y logra dejar atrás, ya que no sus cicatrices, sí sus heridas sangrantes; a la vez que se logra que el abusador al menos no reitere su violencia y, de nuevo en el caso ideal, se rehaga en su persona y (re)establezca relaciones justas y sanas con los demás.

Abierta a toda la sociedad

El arzobispado de Madrid está al servicio de toda la ciudad. Ya que inaugura por fin esta comisión, y así ayuda a poner a la esperanza en el lugar de privilegio que le corresponde, no quiere ni debe limitarse a atender a quienes hayan sido víctimas de ordenados y religiosos o hayan experimentado abusos en ambientes cuya seguridad tendría que haber estado garantizada por alguna institución eclesiástica. Y como el abuso sexual es muchas veces un medio de especial violencia de que se vale el abuso de poder y de conciencia, toda esa extensión tiene que plantearse al trabajo de la Comisión Repara. Acogeremos a cualquier agredido, a cualquier agredida.

Quede perfectamente claro: aquí no cabe sombra de complicidad o de encubrimiento con el abuso. Es muy comprensible que la víctima de un eclesiástico desconfíe de una oficina eclesiástica que se le ofrece para atenderla; pero en lo que hace al coordinador de Repara (y no solo a él, sino a todo el equipo al frente de la comisión), no admitirá ni sombra de manejo oscuro de ningún caso.

Acompañamiento en todos los sentidos

La víctima será acompañada en todos los sentidos en que lo necesite. Se le ofrece, ante todo, escucha empática, cuidado psicológico, servicios jurídicos canónicos y civiles, cuidado espiritual. Se recurrirá a gabinetes de psicólogos (o psiquiatras) y de juristas que, si se hace necesario, sean enteramente ajenos a las estructuras de la archidiócesis. Todo ello tiene que ser gratuito (la Fundación Porticus ha comprometido su apoyo financiero).

Pero hay otra zona del trabajo de la comisión que mira al futuro: programas propios de formación, en interacción con los que ya están en marcha en Madrid. Esperamos poder lanzarlos antes del verano, si los miasmas físicos lo permiten. Quienes los sigan, obtendrán un Sello Repara que acredite esta formación. 

Por otra parte, además de que completemos y especialicemos la formación de escuchas, interesa mucho también reforzar en lo posible la preparación de los futuros miembros ordenados y los futuros religiosos y religiosas. Solo un ejercicio cuidadoso de la educación afectiva, de la integración del sexo en la vida célibe y de la comprensión adecuada de los ministerios eclesiásticos formará una barrera eficaz para que no se propague más esta infección.

Puedo asegurar que los que hemos iniciado la tarea lo hacemos con mucho entusiasmo y con auténtica esperanza. Algunos que no somos más que padres, profesores, terapeutas o juristas laicos vemos que la lucha emprendida nos hace vivir con mucha más holgura que antes la comunión cristiana y la hermandad humana universal.

Comisión Repara: email: [email protected], tfno. 618 30 36 66.

Las oficinas de denuncias en diócesis, antes del 31 de mayo

—texto Francisco Otamendi

Sólo el coronavirus podría impedir que prácticamente todas las diócesis españolas tengan en marcha antes del 31 de mayo una oficina para recibir denuncias de abusos sexuales a menores y personas vulnerables, como establece el motu proprio del Papa Francisco Vos estis lux mundi

Según el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Mons. Luis Argüello, que informó sobre estas oficinas al concluir la asamblea plenaria de los obispos a primeros de marzo, las únicas diócesis que en esa fecha no cumplían con el requisito eran algunas en Cataluña, y anunció que lo harían en las próximas semanas, porque habían preferido esperar a la celebración de la asamblea. 

Las diócesis de las provincias eclesiásticas de Pamplona y Tudela, Santiago de Compostela y Valladolid han optado por una oficina metropolitana para todas las diócesis circunscritas, como ha hecho también el arzobispado Castrense de España.

En cambio, las que corresponden a las provincias eclesiásticas de Burgos, Granada, Madrid, Mérida-Badajoz, Oviedo, Toledo y Valencia han acordado organizarse por oficinas diocesanas propias.

La provincia eclesiástica de Sevilla ha constituido asimismo una oficina metropolitana para la archidiócesis, a la que se han añadido las sufragáneas de Cádiz y Ceuta, y Huelva. Las diócesis de Asidonia-Jerez, Canarias, Córdoba y Tenerife han optado por constituir oficinas diocesanas propias.

Mons. Argüello informó que aunque la norma del Papa establece un mínimo que cumplir, la recepción de denuncias, la realidad muestra que en muchos casos “estas oficinas están viendo la posibilidad de realizar también un acompañamiento a las victimas”. Y puso como ejemplo el proyecto Repara, de la archidiócesis de Madrid: “Repara, además de contemplar la oficina, ofrece muchísimas más posibilidades”, señaló, como se ha visto en esta misma página en el artículo de su coordinador, Miguel García-Baró. El secretario general confirmó que la Conferencia Episcopal no contará con una oficina propia, pero se ha comprometido a realizar un servicio de “comunión y enlace” entre las distintas oficinas y el Tribunal de la Rota Romana en caso de ser necesario.

CEE y CONFER, caminar juntos

La CEE y la Confederación Española de Religiosos (CONFER), junto a Escuelas Católicas, celebraron en enero una jornada sobre Abusos de poder, conciencia y sexuales, en la que efectuaron “un llamamiento para que caminemos juntos. Camino de prevención, con las víctimas, formativos. Hay que poner sobre la mesa lo mucho que ya hay y desde ahí aprender juntos y ayudarnos unos a otros”, en palabras de Mons. Luis Argüello.

En el acto de apertura, la presidenta de CONFER, Mariña Ríos, expresó el “deseo de ayudarnos entre todos para hacerlo adecuadamente. Nos vemos afectados no sólo como ésta o aquella institución, sino como Iglesia. Y como Iglesia hemos de poner los medios necesarios para afrontar las situaciones que se han dado, para garantizar y trabajar juntos”.

José María Alvira, secretario general de Escuelas Católicas, mostró su consternación por los abusos, y subrayó la misma idea: debemos ser claros ante la universalidad de esta plaga, y colaborar: “Nos preocupan los abusos en el conjunto de la sociedad. El objetivo de la Iglesia es escuchar, tutelar, proteger y cuidar a los menores abusados allá donde se encuentren. La Iglesia tiene que estar por encima de las polémicas. Ha llegado la hora de colaborar juntos”.

El autorMiguel García-Baró

Coordinador de la Comisión Repara de la Archidiócesis de Madrid. Profesor de la Universidad Pontificia de Comillas.

Zoom

El Papa pide el final de la pandemia

El Papa Francisco dirigió un oración por el fin de la pandemia e impartió la bendición Urbi et Orbi con carácter extraordinario desde una solitaria plaza de San Pedro.

Juan Portela·27 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Actualidad

Coronavirus: la petición del Papa a la Virgen

Ante la situación creada por la pandemia del COVID-19, esta es la oración que ha presentado el Santo Padre a la imagen de la Virgen María, Madre del Divino Amor.

Omnes·14 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Ante la situación creada por la pandemia del COVID-19, esta es la oración que ha presentado el Santo Padre a la imagen de la Virgen María, Madre del Divino Amor:

“Oh María, tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza.

Nosotros nos confiamos a ti, Salud de los enfermos, que bajo la cruz estuviste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.

Tú, Salvación de todos los pueblos, sabes de qué tenemos necesidad y estamos seguros que proveerás, para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.

Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado nuestros dolores para conducirnos, a través de la cruz, a la alegría de la resurrección.Bajo tu protección buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies nuestras súplicas que estamos en la prueba y libéranos de todo pecado, o Virgen gloriosa y bendita”.

España

Orientaciones de la Iglesia en España sobre el COVID-19

Orientaciones de la Conferencia Episcopal Española ante la declaración de pandemia por el coronavirus. 

Omnes·13 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

“Animo, soy yo, no tengáis miedo” (Mt 14, 27)

En tiempos de tribulación el Señor sigue presente y nos acompaña con palabras de ánimo al mismo tiempo que nos envía a cuidar y alentar a quienes nos rodean. Constantemente nos saluda: “paz a vosotros”.

1.- Preocupación y responsabilidad 

La emergencia sanitaria que estamos sufriendo con el coronavirus Covid-19, pone en primer plano la preocupación máxima por la gravedad de la situación creada en todos los lugares y actividades, que sigue experimentando un crecimiento exponencial.

Junto a esta razonable preocupación, deseamos indicar las medidas necesarias, algunas de carácter extraordinario, siguiendo los consejos y las decisiones que desde el Gobierno, el ministerio de Sanidad y las comunidades autonómicas se están indicando. Agradecemos la entrega generosa de tantas personas que están ayudando en esta crisis, cada cual desde su responsabilidad. 

Como cristianos, queremos vivir estos momentos con toda nuestra responsabilidad ciudadana, con la solidaridad fraterna hacia las personas afectadas, y con la confianza en el Señor que en tiempos de prueba nunca nos deja de su mano, sino que sostiene nuestra esperanza y nos invita a la conversión. 

Esta situación global es signo también de los vínculos que nos unen y que fundan la llamada a la solidaridad en el cuidado a las personas más débiles y necesitadas de ayuda, enfermos mayores y solos. 

También hemos de disponernos a un nuevo y exigente ejercicio de fraterna solidaridad ante las consecuencias económicas y sociales que se temen como consecuencia de este problema global. Este momento de gran necesidad puede ser, esperamos, ocasión para fortalecer, entre todos, la solidaridad y el trabajo en favor de un objetivo común.

2.- Caridad activa para no exponernos al contagio ni ser cauce del contagio a otros.

Las medidas que hemos de estar dispuestos a poner en práctica han de ayudarnos a no contraer la enfermedad y así no ser la causa de que otros cercanos a nosotros se contagien. Por ello estamos llamados a realizar esfuerzos y renuncias aunque resulten dolorosas. Especialmente los jóvenes están llamados a colaborar y dar testimonio de fraternidad.

Por ello, hacemos un llamamiento a seguir las indicaciones de los responsables de la salud para evitar el avance acelerado de la enfermedad con las medidas higiénicas y evitando contactos que faciliten el contagio. Estas recomendaciones estarán vigentes hasta que lo determinen las autoridades sanitarias y se pueden resumir en:

  • “Aplicar medidas higiénicas como el lavado de manos frecuente con agua y jabón o con solución hidro alcohólica, taparse al toser con pañuelo desechable inmediatamente o en el pliegue del codo, así como la limpieza de superficies que hubieran podido ser salpicadas con tos o estornudos.
  • En cualquier caso, se recomienda evitar lugares concurridos en los que no sea posible mantener la distancia de seguridad interpersonal de, al menos, un metro. 
  • Se recomienda salir de casa lo menos posible.

3.- Medidas en relación a la catequesis, actividades formativas y celebración de la Iglesia

Se deben suspender las catequesis presenciales. Es importante animar a continuar la catequesis en familia para lo cual las parroquias han de ofrecer orientaciones y recursos. También se suspenden las charlas, encuentros formativos, actos de devoción, conciertos, conferencias o eventos de carácter similar en templos y dependencias diocesanas.

Mientras dure esta situación de emergencia recomendamos seguir la celebración de la Eucaristía en familia por los medios de comunicación. Debido a su vulnerabilidad, es aconsejable que las personas con enfermedades crónicas, ancianas, debilitadas o con riesgo potencial, y quienes conviven con ellas, se abstengan de acudir a la celebración de la Eucaristía. A todos se nos está recomendando salir de casa lo menos posible.

Las celebraciones habituales de la Eucaristía pueden mantenerse con la sola presencia del sacerdote y un posible pequeño grupo convocado por el celebrante. En caso de celebraciones abiertas al pueblo recomendamos evitar la concentración de personas, siguiendo las instrucciones citadas en el apartado 2.  Durante este tiempo cada Obispo puede dispensar del precepto dominical a quienes no participen presencialmente en la Eucaristía por estos motivos.  

Con respecto a la celebración de funerales y exequias, se recomienda que participen únicamente los familiares y personas más allegadas manteniendo las mismas prevenciones que en los apartados anteriores. Pospónganse en la medida de lo posible las demás celebraciones. Las procesiones de este tiempo han de suprimirse. 

De manera extraordinaria, se recomienda recibir la comunión en la mano. Los celebrantes y quienes distribuyen la comunión y preparan los objetos litúrgicos deben extremar el cuidado en la desinfección de las manos.  Debe de omitirse el rito de la paz o expresarse en un gesto que evite el contacto físico.

El sacramento del perdón podría celebrarse en espacios o ámbitos que aseguren la intimidad y la distancia de seguridad recomendada por las autoridades sanitarias. Los presbíteros estamos llamados a ofrecer medios para preparar la celebración en casa, tiempo y espacios adecuados para ofrecer la Misericordia a quien la solicite en este singular tiempo cuaresmal. 

4.- Unidos en la oración. Tiempo de creatividad espiritual y pastoral

Más que nunca hemos de abrirnos a contemplar el Misterio desvelado en la Cruz gloriosa de Jesucristo. Las medidas presentes y futuras nos obligan a mantener distancias. Cultivemos la cercanía de la oración. Oremos unos por otros, por quienes están padeciendo la enfermedad, por sus familiares y amigos, por el personal sanitario, así como por quienes trabajan por la contención en la propagación del virus. 

Esta situación nos convoca a una creatividad pastoral para ayudarnos unos a otros a vivir la Cuaresma y la Semana Santa de una manera nueva. Los pastores somos especialmente convocados a una nueva entrega y creatividad en la manera de acompañar al Pueblo de Dios. Como ha dicho hoy el Papa Francisco: “Que el Pueblo de Dios se sienta acompañado por los pastores y el consuelo de la Palabra de Dios, los sacramentos y la oración”.

En este itinerario cuaresmal, carente de algunos signos litúrgicos comunitarios y de las expresiones de la devoción popular en la calle, estamos llamados a un camino aún más arraigado en lo que sostiene la vida espiritual: la oración, el ayuno y la caridad. Que los esfuerzos realizados para contener la propagación del coronavirus se acompañen del compromiso de cada fiel para el bien mayor: el cuidado de la vida, la derrota del miedo, el triunfo de la esperanza. 

Los templos pueden permanecer abiertos para la oración personal e invocar al Señor los dones de la sabiduría y fortaleza para vivir este momento.

5.- Colaboración y revisión de criterios

Mostramos nuestra disposición a colaborar responsablemente en todo lo necesario para el control de esta pandemia atendiendo a las indicaciones de las autoridades sanitarias, especialmente la concreción del estado de alarma, por lo que estos criterios podrán ser actualizados en la medida en que evolucionen los acontecimientos y surjan nuevas medidas por parte de las Administraciones públicas.

Esta es una circunstancia en la que elevar nuestra mirada al Señor desde la fragilidad de nuestra humana condición recordada el Miércoles de ceniza. En este inesperado desierto que atravesamos, se despertará una mirada a Dios y una mayor acogida y solicitud por los hermanos, especialmente por los enfermos y los más faltos de alegría y confianza. 

En la oración de Laudes y Vísperas, así como en las preces de la Santa Misa, se eleven oraciones al Señor y al cuidado de la Santísima Virgen, para que nos sostengan en la esperanza a todos, alivien a los que sufren las consecuencias de este virus, mientras encomendamos al buen Dios a los fallecidos, pidiendo para ellos el eterno descanso. 

Hagamos nuestra la oración que el Papa Francisco nos invita a rezar en estos momentos:

“Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos con la voluntad del Padre y a hacer lo que nos diga Jesús, quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado nuestros dolores para conducirnos, a través de la cruz, a la alegría de la resurrección. Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No desoigas nuestras súplicas, que estamos en la prueba, y líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita”. 

Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española Madrid, 13 de marzo, viernes de Cuaresma de 2020

TribunaFernando Bonete Vizcaíno

The Economy of Francesco o la oportunidad de liderar un cambio radical

El Papa ha convocado a emprendedores y jóvenes profesionales, premios Nobel y líderes, al evento The Economy of Francesco, en Asís, a finales de marzo. Entre ellos estará el autor de este artículo. Se trata de poner a la persona en el centro.

12 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

“Estudiar y practicar una economía diferente, la que hace vivir y no mata, que incluye y no excluye, que humaniza y no deshumaniza, que cuida la creación y no la depreda”

Hace un año de estas palabras. Encabezaron el mensaje con el que el Papa Francisco invitó a jóvenes profesionales y emprendedores, y a líderes y premios Nobel de todo el mundo a proyectar juntos una economía preocupada por la persona y por el medio ambiente. El encuentro tendrá lugar del 24 al 28 de marzo de 2020. La ciudad de Asís acogerá el evento mundial The Economy of Francesco

Un año después, en las vísperas de este encuentro, no sería del todo justo decir aquello de “el momento ha llegado”, como si esa semana de marzo fuera la meta y final de nuestras preocupaciones sobre la economía y la sostenibilidad del planeta, una semana para encontrarse, compartir, desahogarse y estar encantados de habernos conocido. The Economy of Francesco no es el final, es el comienzo de un proceso de discernimiento a escala mundial con el que la Iglesia quiere liderar el gran cambio que la humanidad está pidiendo a gritos, y que pasa, en buena medida, tal y como el Santo Padre señaló en su mensaje, por “dar un alma a la economía del mañana”

¿Una nueva economía?

¿En qué consiste esta “re-anima-ción” de la economía? Sin duda, uno de los retos fundamentales se sitúa en la revisión de nuestro sistema actual, gobernado por el capitalismo. O lo que es lo mismo, gobernado por la competencia y el rendimiento. Esto es, una manera reduccionista de entender a la persona. Defender que la naturaleza humana no responde ni se identifica de manera esencial con estos dos contravalores, que la competencia y el rendimiento no deben ser los motores de nuestro trabajo, nuestras aspiraciones o nuestra vida, no será fácil. Como no lo es superar la manida dicotomía capitalismo-comunismo que tiende a imponerse en el debate, y que confunde la ausencia del capitalismo con el abandono de la economía de mercado.

Pero otra economía es posible. Una economía sostenida por la reciprocidad, que no da la espalda a nadie ni a nada; ni a una sola persona, ni a un solo elemento de la creación. Una economía sostenida por la gratuidad, que es capaz de sacrificar el beneficio, grande o pequeño, por el bien común. Una economía, como tantas veces nos ha recordado Stefano Zamagni, que sea instrumento de civilización y de progreso moral y económico al mismo tiempo.

Esta forma de entender la economía, ¿es realmente nueva? El trabajo entendido como el servicio a una vocación y a los demás, y no como esclavitud a la tarea o al beneficio, ¿no es el gran mensaje de Benito de Nursia? Reconocer la dignidad de todas y cada una de las personas sin necesidad de tener en cuenta sus méritos y nivel de ingresos, ¿no es el gran mensaje de Francisco de Asís? Y todas y cada una de esas ideas, ¿no son la gran revolución humana de los Evangelios

Por lo demás, es cuanto menos significativo que la memoria de ambos santos haya sido recuperada por nuestros dos últimos pontífices. Y al mismo tiempo, corresponden al Papa Francisco y Laudato si’ el acierto de haber puesto a la Iglesia en situación de protagonizar el cambio. ¿Aprovecharemos la oportunidad, o dejaremos que otros lo hagan por nosotros?

Hacia la economía de Francesco

Muchos de los grandes nombres de la economía actual se darán cita en Asís en respuesta al llamamiento del Papa Francisco: los Premios Nobel Amartya Sen y Muhammad Yunus, expertos internacionales y empresarios como Jeffrey Sachs, Stefano Zamagni, Kate Raworth, Juan Manuel Sinde, Brunello Cucinelli, Anna Meloto, Cécile Renouard, Mauro Magatti, Jennifer Nedelsky… Quinientos jóvenes de todo el mundo han sido seleccionados para trabajarán con ellos durante el encuentro, en un proceso colaborativo y de diálogo, que incluye –como se puede apreciar entre los citados anteriormente– no solo a quienes “tienen el don de la fe, sino a todos los hombres de buena voluntad, más allá de las diferencias de credo” –vuelvo a citar de Francisco.

En una réplica de este proceso, instituciones y comunidades en todo el mundo han organizado encuentros y grupos de trabajo preparatorios. Desde la Fundación Cultural Ángel Herrera Oria, CEU IAM Business School y las Universidades CEU celebramos el ciclo Hacia la Economía de Francesco. Diferentes expertos han pasado o van a pasar por nuestra Universidad: Christian Felber, líder del movimiento Economía del Bien Común; Pablo Sánchez, director ejecutivo de B Corp España; Xavi Roca-Cusachs, socio español de Capitalismo Consciente; Asunción Esteso, empresaria vinculada a la Economía de Comunión y presidenta de la Asociación por una Economía de Comunión en España (AEdC). 

Os invitamos protagonizar el cambio, a conocer el contenido de estas sesiones, a inscribiros y sumaros a próximos encuentros, a través de francescoeconomy.ceu.es

El autorFernando Bonete Vizcaíno

Doctor en Comunicación Social. Profesor de la Universidad CEU San Pablo. Participante en el encuentro mundial The Economy of Francesco.

@ferbovi

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Reverendo SOS

“Expediente X”

En medio de esa maraña de tentativas por comprar felicidad, los sacerdotes acaban topándose con algún “Expediente X”: fenómenos inclasificables de un modo estrictamente corpóreo o terrenal. 

Manuel Blanco·5 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

En una época profundamente materialista y de consumo, el ser humano anhela valores espirituales y morales. Le gustaría sentirse parte de una familia sana, pero algo muy distinto brota espontáneamente de las infectas profundidades del “ego”: el enfrentamiento, la soledad, la competencia, el atropello, la envidia… Chesterton sostenía que “cuando se deja de creer en Dios, enseguida se cree en cualquier cosa”. Pero, incluso manteniendo la fe, una nube sobrenatural de “respeto” y desconcierto se posa sobre la tierra. Sin miedo, pues Cristo venció y acompaña.

Un sacerdote presenció, hace años, un episodio curioso. Durante un encuentro de jóvenes alguien decidió jugar a algo que consideró “gracioso”: una representación del bien contra el mal; angelitos buenos contra angelitos malos; a modo de película de terror, se pretendía utilizar el miedo como entretenimiento. Contaba cómo, a las pocas horas, tuvo que apartarse de la algarabía reinante porque se encontraba mal: décimas de fiebre; diarrea; maderas chirriantes en la buhardilla de su habitación… La convivencia hubo de suspenderse por un virus estomacal que afectó a todo el grupo. El centro de salud lo diagnosticó con claridad; pero sobre aquella jornada planeó la sombra del ancestral consejo: “hay cosas con las que no se juega”.

“D. Remigio, hace unos días que suceden cosas extrañas en mi casa…”. El páter no es ningún experto en fenómenos paranormales ni ha hecho cursos de exorcista junto al famoso padre Amorth. Pero es pastor y acude ante la angustia de cualquier feligrés. “Yo de esto no entiendo, hijo mío. Pero, ¿qué te parece si rezamos juntos un poco? Daño no puede hacer”. Se trataba de unos ruidos extraños, sucesos con aspecto “gafe” que el cabeza de familia percibía. D. Remigio les hizo algunas preguntas concretas porque conocía bastante a quien le pedía ayuda: un tipo sensato, incapaz de inventarse cosas raras o de credulidades facilonas. “¿Habéis participado en juegos complicados de ouijas, cartas astrales, brujos…?”.

Al principio, parecía una pregunta extraña, sin fundamento. Pero entonces, alguien habló: “Mire, D. Remigio, puede ser…”. El hijo mayor explicó que, hacía unos días, se había enfadado con una amiga suya y, ahora, ella le amenazaba continuamente: “Se lo he dicho a mi madre, que sabe de brujerías”. “Te vas a enterar”. “Os haremos daño”. Además de criticarles por todo el pueblo, podrían estar haciendo “algo más…”. D. Remigio se asustó un poco; lo justo para dar un primer paso abrazadísimo al Señor. Citó a todos los de la casa para orar. Utilizarían el texto de una plegaria de bendición familiar que practicaba asiduamente en la parroquia. Si luego percibía una complicación mayor, lo pondría en conocimiento de sus superiores. Rezaron. Sencillos, pero concentrados (Dios también se sirve de estas circunstancias para que le recordemos y le reconozcamos). A los pocos días, la persona que acudió a D. Remigio le telefoneó: “Todo muy bien desde que Ud. estuvo en casa. Aquella misma noche, mamá durmió a pierna suelta. Está mucho más tranquila. En el trabajo, como una seda…”.

Poco antes de cenar, durante una noche de invierno épico en el norte de España (lluvia constante; frío húmedo; oscuridad intensa…), telefonean al sacerdote: “Me va a tachar de loca, D. Nicomedes. Pero llevamos unos días extraños en casa y no levantamos cabeza; mi marido y yo nos agobiamos… Tengo miedo por los niños… Si pudiese acercarse por aquí…”. Se trataba de una familia que había recibido el encargo parroquial de preparar el culto eucarístico. Instruían a personas para recibir los sacramentos; enseñaban a rezar de un modo auténtico; fomentaban el cariño a la Santísima Virgen… De ahí deducía D. Nicomedes que, actividad diabólica visible o no, el inquilino del sótano sí podía sentirse algo molesto con las funciones desempeñadas por esta familia. Salió para aquella casa. Por el camino pensó que, si las películas fuesen ciertas, no regresaría a su domicilio esa noche, aplastado por algún árbol mientras conducía, al compás cadencioso del limpiaparabrisas; o electrocutado por un errante cable de alta tensión. Aunque sabía que el Jesús “escondido bajo el sacerdote” desea acompañar a los atribulados; echando demonios y fantasmas; restaurando nervios; perdonando; llevando paz. Con fe y sentido común. D. Nicomedes recogió el Santísimo para que le “escoltase” en la visita. Rezaron juntos. Cenó un sándwich rápidamente y se marchó. Llegó sano y salvo a su casa; todos durmieron plácidamente.

El famoso dicho gallego apunta: “No creo en las meigas (brujas) pero, haberlas, haylas…”. Dios adornó al presbítero con los poderes sacerdotales de su Amado Hijo. Para que, de un modo sencillo y eficaz, ahogue el mal en abundancia de bien.

Evangelización

De la Amazonia al drama de las migraciones

Con la exhortación apóstolica post-sinodal Querida Amazonia, el Papa Francisco entrega a la Iglesia entera los frutos del Sínodo de octubre e invita a una renovación evangelizadora que parta de las periferias y de los pobres.

Giovanni Tridente·5 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

La había prometido para fin de año (2019) y el Papa Francisco ha cumplido su palabra. El 27 de diciembre, en efecto, ha terminado la exhortación apostólica post-sinodal Querida Amazonia, que debido a los tiempos técnicos de las revisiones y traducciones ha sido finalmente firmada el 2 de febrero de este año, fiesta de la Presentación del Señor. Se trata de un documento nace del corazón del Pontífice, como fruto de su experiencia de los trabajos sinodales de octubre pasado, en los que participó con ánimo atento y gran disponibilidad.

Ahora entrega a la Iglesia entera estas “resonancias” que –escribe– no quieren sustituir ni repetir el Documento final –que invita a leer íntegramente de todos modos– sino más bien “enriquecer e interpelar” a la propia comunidad eclesial partiendo de la periferia amazónica. 111 puntos, 4 capítulos y una bellísima oración final dirigida a la Virgen María, que sirven de marco a 4 grandes “sueños para la Amazonia” (5-7): derechos de los pobres, riqueza cultural, belleza natural y compromiso evangelizador encarnado.

DATO

15.10.2017

Durante el Ángelus en la plaza de San Pedro, el Papa Francisco convoca la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la Región Panamazónica.

Se trata de un texto que pertenece al magisterio ordinario del Sumo Pontífice, y que ha de ser leído y meditado en su integridad. El “sueño social” es una gran cercanía a los oprimidos, que el Papa identifica en los pueblos originarios, a menudo víctimas de “sometimiento” por parte de poderes locales e internacionales. Ante estas injusticas es obligado “indignarse y pedir perdón” (15-19) y al mismo tiempo constituir “redes de solidaridad y de desarrollo”.

El “sueño cultural” se centra en la custodia de las raíces (33-35), evitando homogeneizar las culturas, pero destacando el hecho de que la diversidad debe convertirse en “un puente”, asumiendo siempre “la perspectiva de los derechos de los pueblos”.

El tercer sueño es el “ecológico”, que hace pensar en Laudato si’, en la conciencia de que el cuidado del ambiente y el cuidado de los pobres son inseparables. A nivel mundial no debe dejarse de lado “el grito de la Amazonia” (47-52), dado que precisamente de la salud de aquellas tierras depende el equilibrio planetario.

Finalmente, el “sueño eclesial”, dedicado más expresamente a los pastores y fieles católicos, del que emerge un “gran anuncio misionero” (61) que es indispensable para la Amazonia pero también puede poner en marcha un proceso de mayor alcance. Aquí, evidentemente, el Papa desea un mayor acceso a los Sacramentos, sobre todo para los pobres, e imagina una más alta presencia misionera de otras tierras, además de un renovado protagonismo de los laicos y nuevos espacios para las mujeres.

La voz del Secretario Especial

En la larga entrevista concedida a Palabra en el número de enero, el cardenal jesuita Michael Czerny, que ha sido Secretario Especial del Sínodo sobre la Amazonia, había apreciado los muchos frutos y la mucha riqueza del Documento final. “Pero quizás puedo subrayar la experiencia de sinodalidad, de caminar juntos. Sentir la paz y la consolación que brotaron de la experiencia de sentirnos guiados por el Espíritu y reconocer tantos regalos, sentir la llamada a responder a una realidad particular y responder todos juntos sí, al clamor de la tierra y de nuestros hermanos”, añadió en aquella ocasión. 

DATO

6-27.10.2019

El Sínodo se desarrolla en el Vaticano con la participación de 185 Padres sinodales, 25 expertos, 55 auditores y 16 representantes de diversas etnias indígenas.

Hablando con Vatican News justo después de la publicación de la exhortación, ha reconocido cómo el corazón de este documento del Papa es su amor por la Amazonia y las consecuencias de tal amor: “Un vuelco de la manera común de pensar sobre la relación entre la riqueza y la pobreza, entre desarrollo y protección, entre la defensa de las raíces culturales y la apertura al otro”.

Diplomáticos en misión

Otro deseo que el Santo Padre había expresado al final de la Asamblea especial del Sínodo de los Obispos para la Región Pan-Amazónica es el que ha puesto por escrito hace pocos días, pidiendo expresamente al presidente de la Pontificia Academia Eclesiástica, el obispo Joseph Marino, que lo haga operativo desde el próximo año académico. Estamos hablando de la inserción en el curriculum de formación de los sacerdotes candidatos al servicio diplomático de la Santa Sede de “un año de compromiso misionero en una diócesis de las Iglesias particulares”, de modo que se les forme “en el celo apostólico para ir a los territorios de frontera, fuera de sus diócesis de  origen”.

Este deseo que ahora se hace realidad está también en la misma línea que el punto 90 de Querida Amazonia, donde se exhorta a los obispos a ser generosos al orientar precisamente hacia la Amazonia a quienes muestren una vocación misionera. En el discurso improvisado para la conclusión del Sínodo, por otro lado, el Papa Francisco había destacado el hecho de que “en la zona no amazónica, respecto de la zona amazónica”, hay una grande “falta de celo apostólico en el clero” dado que muchos sacerdotes son enviados a los países más desarrollados de los Estados Unidos o de Europa en lugar de aquellos donde habría necesidad urgente. Aquellos “lugares más remotos”, como se dice en Querida Amazonia 89, donde es difícil asegurar el ministerio sacerdotal.

Evidentemente, la decisión del Pontífice no está solo circunscrita a las tierras amazónicas, sino que quiere incidir en todas los “desafíos crecientes para la Iglesia y para el mundo” que se refieren por ejemplo a una Europa en fuerte decadencia desde el punto de vista del cristianismo, a África, “sedienta de reconciliación”, a América latina “hambrienta de nutrición e interioridad”, a América del Norte, que debe recuperar una identidad que no parta de la exclusión, a Asia y Oceanía, donde es muy amplia la influencia “de culturas ancestrales”.

Junto a la sólida formación sacerdotal y pastoral, Francisco quiere garantizar a los futuros diplomáticos –sus representantes lejos de Roma– también una experiencia persona de misión caminando junto a estas comunidades “lejanas”. Y está convencido de que esta iniciativa será para el recíproco beneficio también de las distintas Iglesias locales, además de suscitar en otros sacerdotes el deseo de mostrarse disponibles como misioneros fuera de su propia diócesis, quizá incluso en Amazonia. 

Próximo Sínodo en 2022

A comienzos de febrero se ha reunido el Consejo Ordinario de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos, que ha propuesto al Papa una terna de posibles temas a tratar en la próxima Asamblea General Ordinaria. En esa ocasión, el Pontífice ha decidido convocarla para otoño de 2022, de manera que se favorezca una mayor implicación de toda la Iglesia en la preparación y en la celebración de este nuevo Sínodo, también considerando que todavía han de consolidarse todos los dinamismos nacidos de las últimas asambleas sobre los jóvenes –con la exhortación Christus vivit– y sobre la Amazonia.

También en esa reunión el Consejo, que está compuesto por 16 miembros, que son cardenales y obispos de todo el mundo elegidos por los Padres Sinodales en la asamblea de 2018 y presidido siempre por el Pontífice, ha querido difundir un mensaje sobre las consecuencias del fenómeno migratorio que afecta a muchas regiones del planeta, ligadas sobre todo a guerras, desigualdades económicas, persecuciones, terrorismo y crisis ecológicas.

DATO

02.02.2020

En la fiesta de la Presentación del Señor, el Papa Francisco firma en San Juan de Letrán la exhortación apostólica post-sinodal Querida Amazonia, que entrega a toda la Iglesia.

Ante la desorientación de las personas, la destrucción de las familias y el trauma de los jóvenes que son víctimas de todo tipo de abusos, el Consejo del Sínodo ha querido recordar que la Iglesia “deplora las razones que causan un movimiento tan masivo de personas”, mientras “está llamada a ofrecer confort, consuelo” a los que están sufriendo. 

Recolocar a los refugiados

A distancia de algunos días, tres cardenales han dirigido una carta a las conferencias episcopales de toda la Unión Europea, con un llamamiento a recolocar en los diversos países europeos a los refugiados presentes en la isla griega de Lesbos, que el Papa Francisco visitó en 2016. En la misiva –firmada por los cardenales Jean-Claude Hollerich, presidente de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea; Michael Czerny, subsecretario de la Sección Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio al Desarrollo Humano Integral; y Konrad Krajewski, Limosnero de Su Santidad– se especifican también los procedimientos que se pueden seguir con la ayuda de la Comunidad de San Egidio, con los ya famosos “corredores humanitarios”.

Familia

Naprotecnología. Una respuesta ante problemas de fertilidad o de ciclo de la mujer

La Naprotecnología trabaja con el ciclo femenino y supone una visión distinta sobre cómo la ciencia se pone al servicio de las personas de modo integral, señala la doctora Helena Marcos. No se dirige sólo a matrimonios con dificultades de fertilidad, sino a toda mujer con problemas en su ciclo, y mantiene la naturaleza del acto conyugal. 

Helena Marcos·5 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 7 minutos

¿Te has enfrentado, o alguna mujer que conoces lo ha hecho, a circunstancias como las descritas a continuación? 

–Tienes ciclos irregulares o periodos largos sin menstruación, o de algún modo piensas que hay algo anormal en tu ciclo y cuando lo consultas con el médico te dice que “es normal” o te intenta recetar la píldora anticonceptiva para “regular el ciclo”. 

–Tienes menstruaciones muy dolorosas y otros síntomas incapacitantes y lo único que te han ofrecido (de nuevo) son anticonceptivos orales o ponerte un DIU. 

–En tu matrimonio los hijos no vienen a pesar de llevar un tiempo abiertos a la vida. Los médicos sólo te han ofrecido técnicas de reproducción asistida sin hacer más que un estudio muy básico, y os han comentado después que lo vuestro es “infertilidad de origen desconocido” o que hay una causa masculina cuya única solución es una fecundación in vitro. 

–Has tenido uno o más abortos, y no han estudiado sus causas y sus posibles soluciones (porque has tenido “pocas” pérdidas y necesitas al menos tres para que lo estudien, o porque ya tienes hijos y “no hay por qué empeñarse en tener más”).

Si has estado en situaciones así o parecidas, ¡no desesperes! Hay una respuesta que la Medicina puede darte. Y esa respuesta es la Naprotecnología. 

Qué es la Naprotecnología

Cuando me preguntan a qué campo me dedico dentro de la Medicina suelo decir que cuido de la fertilidad y la salud de las mujeres y los matrimonios. Si me permiten extenderme un poco más, explico que me dedico a una subespecialidad llamada Naprotecnología. Habitualmente la respuesta es una cara de asombro, motivo por el cual tengo que apresurarme a definir esta palabreja. 

La Naprotecnología viene de Natural Procreative Tecnology o Tecnología Procreativa Natural, y se define como “la nueva ciencia que trabaja de modo cooperativo con el ciclo femenino”. Esto significa en primer lugar que está fundada en hechos científicos, en una investigación muy sólida, y que es una ciencia médica. Se trata de estudiar de modo ordenado para diagnosticar las patologías y ponerles tratamiento. Especialmente se refiere a las patologías ginecológicas y también, por ello, debe abordar de modo conjunto a ambos miembros de la pareja cuando sufren de infertilidad. La palabra “natural” dentro de la definición indica que en esta ciencia se mantiene la naturaleza del acto conyugal, sin obviarlo ni dañarlo (como ocurre en la reproducción asistida y la anticoncepción). 

Aunque la infertilidad es la patología más común de las que tratamos, la Naprotecnología no se limita solamente a ella, sino que trata todas las patologías del ciclo femenino, como por ejemplo los ciclos irregulares, el síndrome premenstrual o las menstruaciones dolorosas, así como otras patologías de la gestación como los abortos de repetición, la depresión postparto, o la amenaza de parto prematuro. Por ello, no se dirige solamente a matrimonios con problemas de fertilidad, sino a toda mujer con problemas en su ciclo. 

30 años en Estados Unidos

El dcotor Thomas Hilgers, tomando como propia la llamada de san Pablo VI a los hombres de ciencia en la célebre encíclica Humanae Vitae, comenzó a investigar en los métodos naturales de conocimiento de la fertilidad con objeto de ayudar a los esposos a vivir la doctrina de la Iglesia. 

En su investigación, que comenzó en 1976 y culminó con la descripción completa del método en 1980, desarrolló hace ahora ya más de 40 años el sistema método Creighton para conocimiento de la fertilidad, un sistema basado inicialmente en el desarrollo estandarizado del método Billings de la ovulación. Se rodeó de un equipo de colaboradoras con las que comenzó la investigación y andadura del mismo. 

El método Creighton se basa en el conocimiento adecuado de los periodos fértiles e infértiles de la pareja, y toma como base los estudios de los doctores Billings sobre el moco cervical, realizando, como novedad, la estandarización de método. 

Esto significa que convierte las observaciones subjetivas de cada mujer en otras objetivas, es decir, estándares donde pueden reconocer las mismas categorías de moco. Además al ser un método estandarizado, todos los procesos de enseñanza y aprendizaje están marcados, teniendo una pedagogía común para todas las partes del mundo. 

Es un programa basado en los pilares de aprendizaje, servicio e investigación. Las profesionales que enseñan el método tienen una formación muy completa que dura 13 meses y cuenta con una supervisión estrecha durante este tiempo.  

Durante sus estudios del ciclo femenino, Hilgers pudo comprobar que en las gráficas que las mujeres realizaban podían observarse alteraciones que se correlacionaban con problemas de salud específicos. Y éste fue el comienzo de la Naprotecnología, ciencia que, aunque “joven”,lleva desarrollándose en Estados Unidos desde hace unos treinta años. En España sigue siendo joven dado que celebramos este año el quinto aniversario desde que la primeras doctoras —la primera fue la doctora Mena, en Zaragoza— comenzaron a ejercer la práctica de la misma tras su formación en USA. 

El Dr. Hilgers continúa realizando investigaciones, y en 2004 como fruto del trabajo de varias décadas publicó el texto The medical and surgical practice of Naprotechnology, considerado libro de texto sobre el tema y libro de cabecera para todos los que nos dedicamos a la práctica de esta ciencia.

En España, desde 2016 

En 2016 un matrimonio, Jordina Fabrés y Venancio Carrión, padres de dos bebés Napro y pacientes de la doctora Mena, ante la falta de información en español que ellos mismos habían vivido, tienen la iniciativa de dar a conocer la Naprotecnología en España. Y así comenzó una labor de difusión y promoción a nivel nacional e internacional, poniendo en contacto a pacientes con profesionales en diversas partes del mundo. Para realizar mejor esta tarea, se presenta en España en 2017 la Asociación Española de Naprotecnología en su I Encuentro anual. Gracias al apoyo de obispos, párrocos y profesionales, hemos realizado diversas actividades para dar a conocer esta ciencia que es todavía bastante desconocida. 

Desde entonces, se han atendido telefónicamente unos 1.500 matrimonios y en torno a 900 matrimonios/mujeres en consulta médica. Además, se han realizado ya tres encuentros, el último de ellos internacional, con la presencia de renombrados profesionales de México y Polonia. En nuestra tarea siempre hemos visto como prioritaria la atención y ayuda a los pacientes durante su recorrido. 

Afortunadamente la andadura en España va avanzando y consolidándose y hay otros profesionales que se han ido formando durante el último año.

La Naprotecnología usa como herramienta diagnóstica la gráfica del Sistema Modelo Creighton, que ayuda a las mujeres a conocer su fertilidad y al médico a diagnosticar y monitorizar el tratamiento. Es una herramienta inapreciable para el seguimiento y en la que los médicos trabajamos en equipo con las profesionales de FertilityCare, quienes enseñan a los pacientes a realizar las gráficas de un modo adecuado. 

Tantos tratamientos como personas

De este modo, la Naprotecnología y el sistema Creighton forman una doble hélice y no pueden comprenderse el uno sin el otro. El sistema Modelo Creighton es también una herramienta que, como todo método de conocimiento de fertilidad, puede también usarse por los esposos en caso de motivos graves para aplazar la gestación y es por ello un método de verdadera planificación familiar, como explican habitualmente sus desarrolladores. 

Una vez los pacientes han iniciado su aprendizaje con la profesional FertilityCare, aportan una gráfica con dos o tres ciclos al médico experto en Naprotecnología. Posteriormente, se pide una batería de pruebas complementarias que dependen de las necesidades de cada paciente: suelen necesitarse analíticas muy detalladas (en momentos concretos del ciclo), pruebas para valorar la permeabilidad de las trompas de Falopio, ecografías para valorar la ovulación adecuada, seminograma para el varón, estudios de intolerancias alimentarias, etcétera.

Tras un estudio detallado se comienza un tratamiento de un modo totalmente personalizado y dinámico. Hay tantos tratamientos como personas dado que pueden variar mucho las causas del problema, por lo que los tratamientos van desde la suplementación, dietas especiales, hormonoterapia, inducción de la ovulación, incluso la cirugía en los casos necesarios. 

Ser pacientes

El tratamiento es un camino en el que es muy importante la paciencia, dado que el restaurar adecuadamente la salud no suele ser un proceso rápido ni fácil. Sin embargo, tratamos de acompañar durante todo el recorrido a estos pacientes en cada momento, contando con la ayuda de la asesoría de matrimonios que han pasado por el mismo proceso y tienen una formación adecuada para atender estos casos. 

En algunos lugares tenemos también grupos de ayuda donde pueden conocer a familias en situaciones semejantes y hablar de sus inquietudes comunes. En mi caso, desarrollo mi trabajo en el Centro de Orientación Familiar de la diócesis de Getafe, por lo que cuento con la cercanía de profesionales como psicólogos, sexóloga, orientadores y sacerdote en caso de que sea necesaria la derivación.

No sólo el embarazo

Cuando hablamos de que la Naprotecnología tiene éxito no nos referimos únicamente al embarazo. Por supuesto que hay matrimonios que consiguen un embarazo y lo consideramos un éxito, pero lo mejor que podemos aportar desde esta ciencia es realizar una medicina de calidad y, especialmente, el acompañamiento de los pacientes en este proceso. En muchos casos nos encontramos que lo que los pacientes piden no es “un hijo”, sino conocer los motivos por los cuales los hijos no vienen, ser tratados y estudiados de modo correcto, y ser mirados como las personas que son en un contexto muchas veces de sufrimiento, incomprensión y duelo. 

Si pensamos que en España una de cada 7 parejas  tiene problemas de fertilidad, podemos suponer que hay muchas familias sufriendo por este motivo. En la Medicina actual los pacientes, aunque parezca una paradoja en este momento de la exaltación de la autonomía, son los grandes olvidados y los grandes desahuciados. A los pacientes que acuden por esterilidad se les plantea una única vía, la reproducción asistida. Si no se desea este camino, no se plantea ninguna otra opción más allá del “ya volveréis”. 

Visión distinta ante propuestas oficiales

Asimismo, en las mujeres con problemas en el ciclo no se plantea otra opción más allá de la píldora, sin hacer otras investigaciones o tratamientos que puedan dar una visión distinta. 

Las propuestas actuales “oficiales” son aquellas en las que se proponen actos que: a) dañan la relación conyugal, separándola de la procreación; b) dañan a la persona, rompiendo su unión, haciendo que tenga en su salud consecuencias físicas (dosis elevadísimas de hormonas, superovulaciones), y psíquicas (gran estrés, culpabilidad por los embriones congelados, hacer públicos procesos que deben ser íntimos); c) dañan a personas: en este caso, los embriones que se desechan como “sobrantes” por ser de “menor calidad”, o estar enfermos, o que se congelan, pueden llegar a ser vendidos para investigar sobre ellos. 

Por si fuera poco, son actuaciones que tienen poca eficacia en la consecución de embarazos. Es difícil saber cifras exactas dado que las clínicas que hacen reproducción asistida se encargan de que los números se expresen de modo opaco, dando resultados “por ciclo” y considerando éxito un test de embarazo positivo y no un recién nacido vivo, por ejemplo. Si la eficacia es escasa respecto al embarazo, suele ser nula en cuanto a diagnóstico de la patología que subyace y la restauración de la salud de la mujer. 

Construir familia

En la Medicina actual, la Naprotecnología es como un soplo de aire fresco, una visión distinta (tan antigua y tan nueva) de cómo la ciencia debe ponerse al servicio de las personas de modo integral. 

Además, es la única ciencia desde la que se ayuda realmente a construir familia, hablando de la fecundidad a la que toda persona está llamada, ejercida en sus diferentes variantes —paternidad biológica, adopción, acogida, ayuda a otras familias, etcétera—, todo desde la vocación y el camino que Dios tenga para cada persona. 

Trato de “personas”

En mi experiencia puedo contar cosas realmente conmovedoras y maravillosas que me han pasado. Desde personas que te dan las gracias por hablarles “como a personas”, porque “nunca les han hablado así”; padres que me traen a sus peques para que los conozca, que me mandan fotos para ponerlas en la consulta; matrimonios que dejan el tratamiento y aún así están agradecidísimos por el diagnóstico y la ayuda recibida;  personas que mejoran su salud; mujeres que deciden hacerse ellas también profesionales de FertilityCare para ayudar a otras mujeres; familias que comienzan un camino para la acogida; o pacientes que se han convertido en grandes amigos durante este trayecto que no siempre es sencillo, pero que siempre merece la pena.

El autorHelena Marcos

Doctora en Medicina. Especialista en Naprotecnología. COF Getafe

EvangelizaciónAlessandro Gisotti

Querida Amazonia, sueños que abren nuevos caminos

¿Quién hubiera dicho hace sólo algunos años que un Sínodo sobre una región remota como la Amazonia despertaría tanto interés en la Iglesia y más allá de sus confines? 

5 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

El primer fruto de Querida Amazonia reside precisamente en esto: con el Sínodo, primero, y ahora con la Exhortación, el Papa ha tumbado la narración mainstream, poniendo en el centro la periferia y “obligándonos” a abandonar prejuicios y análisis simplistas. Por medio del camino sinodal, iniciado significativamente en 2018 en Puerto Maldonado –“puerta” de la selva amazónica–, ha dado voz a pueblos que habían sido silenciados y ha recordado, con una expresión bella presente en la Exhortación, que el destino de la Amazonia debe preocuparnos a todos, porque esta tierra “es también nuestra”.

Es un texto poético, y no solo porque el Pontífice cita diversos poetas que han narrado esta tierra maravillosa, sino porque ha escrito este documento como un texto “íntimo”, personal, en el que confía sus sueños para la Amazonia y para el Pueblo de Dios que la habita, para una Iglesia con rostro amazónico. Página tras página se manifiestan al lector los sueños de Francisco para la Amazonia: social, cultural, ecológico, eclesial, que están bien lejos de ser abstractos porque son un “don que Dios siembra en nuestros corazones”. Y no permiten que permanezcamos inmóviles ante el mal. En los sueños de Francisco podemos encontrar las esperanzas y las inquietudes, las fragilidades y la fuerza de un pueblo que grita al cielo por las devastaciones que está sufriendo su “casa”.

Esos sueños, sobre todo en el capítulo IV de Querida Amazonia, dedicado más directamente a los pastores y a los fieles, nos alientan a iniciar nuevos procesos,  a cambiar de dirección y emprender un camino de conversión. A superar, como ya indicaba Evangelii Gaudium, la tentación del “siempre se ha hecho así”. Y, sin embargo, el Papa escapa de la “lógica binaria” en la que algunos querían encerrar esta exhortación: abre o cierra, autoriza o no.

Para el Papa el objetivo no es simplemente aumentar el número de sacerdotes, como si fuese una ecuación algebraica. Esto lo ve más bien como un efecto, fruto de un renovado impulso misionero del que se benefician sobre todo los últimos, “los descartados” del mundo, que son, al contrario, los “primeros” para Francisco. Este es el corazón de Querida Amazonia, publicada poco después del Mes Misionero Extraordinario. Una vez más resuena el Documento de Aparecida con su llamada a ser “discípulos y misioneros”. Solo así, haciéndonos discípulos de Cristo y misioneros del Anuncio que salva, podremos ser “miembros los unos de los otros” y sentir de verdad que también pueblos lejanos, situados a millares de kilómetros, son nuestros hermanos.

El autorAlessandro Gisotti

Subdirector. Dirección Editorial del Dicasterio para la Comunicación.

MundoSeppo Häkkinen

Ecumenismo de los corazones

El autor, obispo luterano, señala prioridades ecuménicas en un contexto “muy positivo”. A su juicio, la fe y el amor están intrínsecamente vinculados, también en el ecumenismo. Y habla de un “ecumenismo de los corazones”.

5 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

Mi experiencia sobre el ecumenismo con los católicos es muy positiva. La buena atmósfera ecuménica general en Finlandia es, por supuesto, un factor. Del mismo modo, una larga tradición común une y hace que la Iglesia católica sea más familiar que muchas otras denominaciones. También son importantes las amistades personales que han fortalecido la experiencia de la fe común y creado una visión positiva de la Iglesia católica. Además, la oración común y la intercesión mutua han fortalecido la relación ecuménica con los católicos.

Aunque la Iglesia católica en Finlandia es pequeña, su importancia como parte de la Iglesia católica mundial es grande, especialmente en el ecumenismo, y puede ser una referencia de ecumenismo vivo para el conjunto de la Iglesia católica. La Iglesia Luterana es la heredera y sucesora de la Iglesia católica occidental. Incluso después de la Reforma, la Iglesia Luterana todavía representa la misma fe cristiana que san Henrik estableció en Finlandia. 

En cuanto a las prioridades ecuménicas, hay dos en mi mente. Primero, las Iglesias necesitan continuar el diálogo doctrinal con paciencia pero de manera activa. El objetivo es la unidad visible de la Iglesia de Cristo. Esto se puede lograr cuando hay suficiente consenso doctrinal entre las Iglesias y cuando se reconocen los sacramentos y el ministerio. En segundo lugar, la secularización de la sociedad occidental y la separación de las personas de la fe cristiana están obligando a las iglesias a estar cada vez más interconectadas. A menudo, en los debates ecuménicos, se hace una distinción entre ecumenismo doctrinal y ético. Ante los desafíos de hoy, es importante mantener estos dos aspectos juntos, incluso en el ecumenismo. La fe y el amor están intrínsecamente vinculados.

Si vamos a seguir la llamada de Jesús, nosotros como cristianos debemos trabajar por la unidad. Para ser fieles a Jesús y a su propia naturaleza, las Iglesias deben entablar un diálogo mutuo y luchar por el núcleo de la fe. Al mismo tiempo, es alentador recordar que la unidad no es el resultado del esfuerzo humano sino don del Espíritu Santo. Y es también misión de la Iglesia construir puentes y recordarnos que como seres humanos somos hermanas y hermanos. ¡El estado actual de la sociedad está clamando por la necesidad de ecumenismo! El ecumenismo de los corazones puede ser una fuerza ecuménica muy significativa. Así, el ecumenismo no será una reunión formal o una visita, sino sobre todo una comunión espiritual de crecimiento hacia el propósito de la oración de Jesús de que seamos uno.

El autorSeppo Häkkinen

Obispo luterano de Mikkeli (Finlandia)

España

Las patronales piden consenso y diálogo ante la nueva ley educativa

El anuncio de la ministra Isabel Celaá de una pronta tramitación del proyecto de una nueva ley educativa, ha provocado reacciones en las organizaciones del sector, que piden consenso en los temas más delicados. Precisamente el Papa Francisco está llamando a un Pacto educativo global.

Rafael Miner·5 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 6 minutos

Las principales patronales de la educación en España han solicitado estas semanas moderación y diálogo al gobierno y al arco parlamentario ante el anuncio de proyecto de ley educativa que sustituirá a la actualmente vigente (LOMCE). El pasado día 25, tanto Escuelas Católicas (EC) como la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE) emitieron sendos comunicados tras reunirse por separado con la ministra del ramo, Isabel Celaá, que había comparecido en la comisión de Educación del Congreso de los Diputados.

EC ha apelado a la “moderación y sensatez de todo el arco parlamentario en la tramitación de la nueva ley educativa”, con el fin de que “prevalezca el diálogo para llegar a una ley de consenso alejada de posturas extremas”. Los directivos de la patronal, encabezados por su secretario general, José María Alvira, han agradecido en su visita a la titular de Educación que “en sus últimas intervenciones públicas haya reconocido el papel positivo de la enseñanza concertada a la que representa Escuelas Católicas”, y han solicitado que “la nueva ley tenga en cuenta la libertad de enseñanza y el protagonismo de los padres en la educación de sus hijos, de forma similar a como ya se viene haciendo en la mayoría de los países de la Unión Europea”.

Los representantes de EC han expresado asimismo algunas demandas concretas del sector respecto a la gratuidad del Bachillerato, la educación de 0 a 3 años también para centros concertados, o que la nueva ley no permita que las comunidades autónomas “desarrollen a su amparo leyes intervencionistas que perjudiquen a una parte fundamental de nuestro sistema educativo, como es la enseñanza concertada”.

Evitar posiciones extremas 

En paralelo, dirigentes de CECE con su presidente, Alfonso Aguiló, han transmitido en su reunión con la ministra Celaá “su deseo de colaborar en la elaboración de la nueva ley y la voluntad de conseguir que en su  tramitación se alcance un consenso en aquellos temas más delicados y que suponen un riesgo para la pluralidad educativa. Nuestro país necesita leyes que no caigan en posiciones extremas y que puedan permanecer durante años, sin dar vuelcos a cada cambio político”

Tras agradecer a la ministra la convocatoria, el presidente de CECE ha solicitado que “no se legisle de modo lesivo contra la concertada amparándose en exigencias de sus socios políticos o en datos de la Comunidad de Madrid que se están difundiendo y que no son ciertos”. Los directivos de CECE insistieron “en la importancia de la normativa básica para proteger los derechos relativos a la educación en todo el territorio del Estado, y reiteraron el compromiso social del sector con la población con bajos recursos y la población inmigrante, así como con la inclusión de alumnos con necesidades especiales”. En la reunión se habló también sobre “las atribuciones que el proyecto de ley confiere a los Consejos Escolares y lo que supone para la autonomía de los centros, así como de la necesidad de encontrar una solución satisfactoria a la asignatura de Religión”.

Por su parte, el presidente de la Confederación Católica Nacional de Padres de Alumnos (Concapa), Pedro Caballero, reconoce estar “alerta”. “No sabemos si se van a vulnerar derechos fundamentales como elegir la educación de nuestros hijos, porque en el acuerdo hablan de blindar la escuela pública como eje vertebrador del sistema educativo, y tememos que lo que no esté blindado sobre”, ha manifestado.

Además, Caballero cuestiona los anuncios del nuevo gobierno de “eliminar la segregación escolar por las condiciones de origen de los estudiantes, por sus necesidades educativas especiales o por sexo”, que se atribuye a los centros concertados que tienen educación diferenciada. “En este país no existe segregación, y si creen que hay segregación, ya están tardando n denunciar”, añade el presidente de Concapa. “Sí hay educación diferenciada, y está avalada por sentencias de los tribunales”, señala Caballero.

Antecedentes

Como informó Palabra en su número de diciembre, la confianza no se ha recuperado en el sector tras las conocidas declaraciones de la entonces portavoz del gobierno, Isabel Celaá, que arremetió contra la enseñanza concertada y a los derechos de los padres en pleno congreso de EC.

En su intervención ante dos mil personas, la ministra cuestionó la libertad de los padres para elegir centro educativo y la enseñanza religiosa o moral que deseen para sus hijos. Dijo exactamente lo siguiente: “De ninguna manera puede decirse que el derecho de los padres a escoger una enseñanza religiosa o a elegir centro educativo podrían ser parte de la libertad de enseñanza. Esos hechos, los de elegir centros, formarán parte de derechos que puedan tener los padres, madres en las condiciones legales que se determinen, pero no son emanación estricta de la libertad reconocida en el artículo 27 de la Constitución Española”.

Las palabras de Celaá causaron honda preocupación en los organizadores del evento, EC, y ante el comunicado posterior del Ministerio, “me pregunto por qué esta insistencia en probar que el derecho de los padres a elegir centro no es un derecho constitucional. ¿Se están planteando restringir este derecho reconocido en las propias leyes socialistas?”, señaló Luis Centeno, secretario general adjunto de EC.

CECE, por su parte, manifestó su “preocupación por la intención de la ministra de Educación de recortar la libertad constitucional de elección de centro educativo”, y señaló que “es difícil imaginar libertad de educación sin libertad de elegir colegio”. También citó el artículo 26.3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, donde se señala “que los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”.

Un Pacto educativo global

En paralelo, conforme se acerca el 14 de mayo, fecha en la que el Papa ha convocado en Roma una Jornada mundial sobre la necesidad de tejer un Pacto educativo global, Francisco se refiere con más intensidad al objetivo de este encuentro.

La más reciente ha sido el pasado el día 20. Una revolución educativa que ayude a la humanidad a ser “más fraternal, más solidaria, más inclusiva”. Así ha hablado el Papa en un discurso a los participantes de la plenaria de la Congregación para la Educación Católica con vistas a la jornada de mayo. 

Unir esfuerzos

“Nunca antes” —dijo el Pontífice—, “ha habido tanta necesidad de unir esfuerzos en una amplia alianza educativa para formar personas maduras, capaces de reconstruir el tejido de las relaciones humanas en nombre de la compasión y la responsabilidad. Pero para lograr estos objetivos se necesita valor. El valor de poner a la persona en el centro, el coraje de formar personas dispuestas a ponerse al servicio de la comunidad. Una revolución educativa que ayuda a encontrar el equilibrio con uno mismo, con los demás, con la naturaleza y con Dios”.

Pocos días antes, el 7 de febrero, en un discurso a los cuarenta participantes en el Seminario organizado por la Pontificia Academia de Ciencias Sociales sobre Educación: el pacto mundial, el Santo Padre manifestó su alegría por el hecho de que reflexionen sobre este tema, puesto que hoy “es necesario unir esfuerzos para alcanzar una alianza educativa amplia con vistas a formar personas maduras, capaces de reconstruir el tejido relacional y crear una humanidad más fraterna”.

Alianzas, acuerdos

De un modo u otro, el Papa emplea cada vez con mayor insistencia, al hablar de educación, los términos pacto, alianza, acuerdos, unir esfuerzos… En este seminario, sus palabras subrayaban que “a pesar de los objetivos y metas formulados por la Organización de las Naciones Unidas y otros organismos, y de los importantes esfuerzos realizados por algunos países, la educación sigue siendo desigual entre la población mundial”. Y añadía: “La pobreza, la discriminación, el cambio climático, la globalización de la indiferencia, las cosificaciones del ser humano marchitan el florecimiento de millones de criaturas. De hecho, representan para muchos un muro casi infranqueable que impide lograr los objetivos y las metas de desarrollo sostenible y garantizado que se han propuesto los pueblos”.

A continuación, el Papa hizo notar que “educar no es solamente trasmitir conceptos, sino que es una labor que exige que todos los responsables de la misma familia, escuela e instituciones sociales, culturales, religiosa, se impliquen en ella de forma solidaria”, y que “para educar hay que buscar integrar el lenguaje de la cabeza con el lenguaje del corazón y el lenguaje de las manos”

Un pacto “roto”

El Pontífice ha subrayado en sus intervenciones que “este pacto educativo, ese que se da entre la familia, la escuela, la patria y el mundo, la cultura y las culturas”, “hoy está en crisis, está roto”. “Está roto, y muy roto” —ha manifestado Francisco— “y no se puede pegar o recomponer, no se puede zurcir, sino a través de un renovado esfuerzo de generosidad y acuerdo universal”

Al mismo tiempo, ha explicado que la ruptura del pacto educativo significa que tanto la sociedad, como la familia, o las distintas instituciones llamadas a educar delegan esta decisiva tarea educacional a otros, “evadiendo así la responsabilidad las diversas instituciones básicas y los mismos Estados que hayan claudicado de este pacto educativo”. 

Cultura del encuentro

“Sólo con una mayor participación de las familias y las comunidades locales en los proyectos educativos”, se podrá “promover una cultura del diálogo, del encuentro y de una mutua comprensión, de modo pacífico, respetuoso y tolerante. Una educación que capacita para identificar y fomentar los verdaderos valores humanos dentro de una perspectiva intercultural e interreligiosa”. 

Con este fin, “la familia necesita ser valorada en el nuevo pacto educativo, puesto que su responsabilidad ya comienza en el vientre materno, en el momento del nacimiento. Pero las madres, los padres, los abuelos, y la familia en su conjunto, en su papel educativo primario, necesitan ayuda para comprender, en el nuevo contexto global, la importancia de esta temprana etapa de la vida, y estar preparados para actuar en consecuencia”. n

Mundo

Diálogo con los luteranos finlandeses: hacia la plena comunión

El diálogo ecuménico de la Iglesia católica con la Iglesia Evangélica Luterana de Finlandia sigue avanzando. El tema crucial que se ha de estudiar con más profundidad con los luteranos es el ministerio sacramental. 

Raimo Goyarrola·5 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

Hace tres años tuve la oportunidad de conversar personalmente con el Papa Francisco. Entre otras cosas me preguntó cómo iba el ecumenismo en Finlandia. Le contesté que muy bien, porque en Finlandia hay mucha gracia de Dios. Continué diciendo que Jesús está especialmente presente en Finlandia porque precisamente la última palabra que dijo el Señor antes de subir a los cielos fue “Finlandia”. Me sonrió con una expresión de sorpresa. Le expliqué que Jesús dijo a sus apóstoles: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. Fin del mundo es Fin-land. El Papa se rió y exclamó: “No, no, el fin del mundo es Argentina”. Yo le repliqué diciendo que es Finlandia y él me dijo que no, que era Argentina. Llegamos a un acuerdo: había dos “fines del mundo”:en el norte Finlandia, y en el sur Argentina.

El diálogo ecuménico con la Iglesia Evangélica Luterana de Finlandia sigue viento en popa a toda vela. El soplo del Espíritu Santo es imparable, tanto a nivel personal como institucional. En las últimas conversaciones se ha puesto sobre la mesa en varias ocasiones la siguiente pregunta: ¿podría la Iglesia católica reconocer a la Iglesia Luterana como iglesia hermana de la misma manera que reconoce a la Iglesia ortodoxa? 

Me parece una pregunta muy importante, sobre todo por la sinceridad de la petición por parte luterana. Antes de contestarles a esa pregunta, señalamos que la Iglesia católica nunca ha pedido ser reconocida como Iglesia por parte luterana, lo cual consideramos un hecho muy significativo y no menos obvio. Además, habría que hacer una precisión terminológica: no es la Iglesia católica en general quien reconoce a la Iglesia ortodoxa como hermana suya, sino que la Iglesia local de Constantinopla sería Iglesia hermana de la Iglesia local de Roma. De todas maneras, no olvidemos que desde el punto de vista católico la Iglesia local de Constantinopla sería una Iglesia herida, precisamente por su falta de unidad con la Iglesia de Pedro y Pablo donde tiene su sede el sucesor de Pedro, el obispo de Roma. La Iglesia católica en general no puede ser hermana, sino en todo caso madre.

Desde esta perspectiva de Iglesias hermanas, hemos respondido a los luteranos con otra pregunta: en ese hipotético reconocimiento como Iglesia hermana, ¿tendríamos enfrente a la Iglesia Evangélica Luterana finlandesa o a todo el conjunto de la Federación Mundial Luterana? Y, antes de que contestaran, hemos añadido: ¿estaría dispuesta la Iglesia Evangélica Luterana finlandesa a llegar a acuerdos con Roma, e incluso a una posible comunión, aunque esta decisión no involucrase a las demás comunidades o Iglesias Luteranas? 

En camino hacia la unidad

Están —estamos— en este punto crucial. Mi experiencia en estos años es que la Iglesia Evangélica Luterana de Finlandia es única, sin parangón con ninguna otra Iglesia Luterana, desde el punto de vista eclesiológico y sacramental. Estamos en camino hacia la unidad. Y en todo camino hay baches, piedrecillas, charcos… No somos ingenuos. Hay temas fundamentales que siguen abiertos: unidad e indisolubilidad del matrimonio, ordenación de mujeres, moral de la vida, etcétera. 

En la Iglesia Evangélica Luterana hay dos corrientes que también sentimos en nuestra propia Iglesia católica: la corriente que lleva a Jesús y a su Evangelio (la corriente de la fidelidad), y esa otra corriente quizá aparentemente más fácil e integradora pero que en el fondo aleja de Dios y de los demás, que es la mundanidad. Si queremos seguir en este camino de ecumenismo, es decir, de plena unidad visible, necesitamos valentía, honradez y mucha gracia de Dios. Fidelidad. 

En las iglesias luteranas finlandesas existe un reclinatorio en forma de media luna delante del altar donde los fieles reciben la comunión de rodillas. Según me han explicado, este reclinatorio tiene forma de media luna porque a un lado está la Iglesia visible aquí en la tierra, y en el otro lado, está la comunidad invisible de fieles que ya gozan en el Cielo de la comunión plena con Cristo. Me parece una interpretación maravillosa. Con la confianza que da la amistad, les he añadido que a esa media luna visible aquí en la tierra le falta la comunión plena con la Iglesia católica para cerrar un círculo perfecto de comunión visible e invisible ya en la tierra y en el Cielo.

El ministerio sacramental

¿Qué faltaría, pues, para llegar a cerrar ese círculo completo de comunión? En esto estamos dialogando. Por el bautismo entramos a formar parte del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia. Esto, para algunos luteranos bastaría: la Iglesia de Cristo sería la comunión en un mismo bautismo de los miembros de todas las actuales iglesias y comunidades independientemente de su falta de unidad fáctica y visible. 

Para otros luteranos, no basta con formar parte del Cuerpo de Cristo sólo por el bautismo. Y así es. Hace falta estar conectado al corazón de ese Cuerpo para recibir sangre arterial, llena del oxígeno del Espíritu Santo. Y a través del corazón estar unidos a los demás miembros y a la cabeza que es el mismo Cristo. Esta unión con el corazón pasa por un ministerio sacramental que posibilita la realización del milagro de la Eucaristía, centro y raíz de la vida de la Iglesia. Unidos en el corazón visible de la Iglesia en Roma se puede celebrar de manera plena y fructuosa la única Eucaristía del Cuerpo y Sangre de nuestro Señor con dimensión universal, para todo el cuerpo y con todo el cuerpo.  

Por esto, el tema crucial que hemos de estudiar con más profundidad con los luteranos es el ministerio sacramental. Además, ver cómo este ministerio se engarza con la Eucaristía que es el mismo Cristo. No se puede entender la unidad en el cuerpo universal eclesial sin la unidad universal en el Cuerpo eucarístico, y viceversa. Hay un solo Corpus Christi, el eclesial y el eucarístico. Además, sólo el ministerio válidamente ordenado posibilita la acción litúrgica del misterio eucarístico. Hemos de seguir estudiando este ministerio en su dimensión sacramental y eclesial, y dentro de este ministerio cómo entender el ministerio petrino de unidad.

Hay un dicho importante que refleja una realidad no menos importante: lex orandi, lex credendi: la ley de lo que se reza es la ley de lo que se cree. La fe se refleja en la predicación de la Palabra de Dios y la celebración de los sacramentos. Las rúbricas y el modo de celebrar la Eucaristía nos habla de esa fe. Es decir, la fe se ve en la liturgia. Y la liturgia se convierte en espiritualidad, que lleva a rezar también litúrgicamente. En este sentido, creo que el esfuerzo que se está haciendo en la Iglesia Evangélica Luterana finlandesa de poner la Misa en el centro de la vida de la comunidad y de las personas, en la espiritualidad y en la liturgia puede ayudar a entender mejor no sólo la realidad de la Eucaristía sino también el ministerio sacramental como elemento de conexión vertical con el Cielo, y horizontal con los demás miembros del cuerpo eclesial de Cristo y de su cuerpo sacramental eucarístico. 

Nuestro diálogo continúa. Firme y decidido. El siguiente paso sería el estudio a fondo de lo que significa el ministerio sacramental y el papel del sucesor de Pedro en esta comunión eclesial y eucarística que estamos llamados a formar en la única Iglesia de Cristo. Nuestro diálogo va a seguir, precisamente porque en Finlandia es posible llegar a la plena comunión, porque en Finlandia abunda la gracia de Dios. Jesús nos sigue repitiendo constantemente: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo, hasta en Finlandia”.

El autorRaimo Goyarrola

Corresponsal de Omnes en Finlandia.

Vocaciones

¿Qué sacerdotes necesitamos? Formar pastores misioneros

A la espera del Día del Seminario, en la solemnidad de san José, y de los datos que publicará la Conferencia Episcopal Española, la dimensión misionera desataca como una de las prioridades en la formación de los sacerdotes. Lo subraya el nuevo Plan de Formación Sacerdotal para España, y a ella alude el Papa Francisco en la exhortación Querida Amazonia.

Sergio Requena Hurtado·5 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

Es una alegría empezar diciendo que el nuevo Plan de Formación Sacerdotal para España es ya una realidad. Fue aprobado en Plenaria por los obispos el 2 de abril de 2019, y por la Congregación del Clero, el 28 de noviembre pasado. 

El Prefecto de la Congregación, el cardenal Stella, recordaba en su decreto, que es “un Plan de Formación actualizado en consonancia con la doctrina de la Iglesia católica expresada en la Ratio fundamentalis istitutionis sacerdotalis(2016), y que se ofrece a los futuros sacerdotes “para el fomento de una formación integral exigida por la realidad cultural actual”.

Nuevo plan de formación

El nuevo Plan de Formación Sacerdotal. Normas y orientaciones para la Iglesia en España, es la aplicación de la misma Ratio Fundamentalis a las circunstancias, los candidatos y la Iglesia de nuestro país, y quiere servir como instrumento de comunión entre las distintas diócesis. Se trata por tanto, de aunar criterios en la formación que ofrecemos en nuestros seminarios. 

El nuevo Plan de sitúa en continuidad con los grandes documentos de la formación sacerdotal del Concilio Vaticano II: la Presbyterorum Ordinis y la Optatam totius; el magisterio de san Juan Pablo II —de manera particular la Pastores dabo vobis—; el magisterio de Benedicto XVI —especialmente Ministrorum institutio, el motu propio por el que se transfirió las competencias de Seminarios de la Congregación de la Educación Católica a la de Clero—; y el magisterio del Papa Francisco, que ha impulsado de manera especial este proyecto para que llegará a buen puerto.

El nuevo Plan recoge las aportaciones más importantes de la tradición formativa sacerdotal en nuestro país; por ello, es también fruto de su acontecer histórico. Desde el Concilio hasta ahora, cuatro planes de formación para nuestros seminarios, el último de 1996. Además de estos, han ido viendo la luz diferentes documentos sobre pastoral vocacional y vida sacerdotal, de manera particular las actas de los congresos y simposios sobre espiritualidad sacerdotal que se han celebrado, todos ellos han sido tenidos en cuenta a la hora de elaborar nuestro Plan de Formación.

Para definir lo que es en esencia el nuevo Plan de Formación Sacerdotal, podríamos repetir palabra por palabra lo que dijo Mons. Patrón Wong, arzobispo secretario para los Seminarios de la Congregación del Clero. Al hablar de la Ratio fundamentalis a los rectores y formadores de los Seminarios españoles, les dijo que aquel texto “recorre todos los momentos de la vida del sacerdote: los fundamentos puestos en su experiencia familiar y en su participación en la comunidad parroquial, el momento profundo y delicado de la decisión vocacional, la formación inicial en el Seminario y la formación permanente en el ejercicio del ministerio presbiteral, todos esos momentos constituyen un único proceso formativo”. La unicidad de todo el proceso es una idea central de la propuesta formativa.

Retos y desafíos

Son muchos los desafíos que se presentan a la formación sacerdotal, esto nos interpela de manera especial a aquellos que estamos en mayor o menor medida implicados en el proceso, pero es una tarea eclesial en la que no nos podemos quedar solos. Es verdad que el máximo responsable del Seminario es el obispo, y los formadores que viven el día a día al frente de la comunidad educativa del Seminario, pero lo son también de manera especial, y así lo han de sentir, las familias y las comunidades parroquiales donde nacen y crecen esas vocaciones, y por supuesto, los propios candidatos, que deben sentirse responsables de su propio proceso formativo. Pero lo es también cada uno de los cristianos, que están llamados a volverse cada día al Señor para rogarle que nos envíe pastores según su corazón.

El n. 3 de la Ratio fundamentalis asume que la formación de pastores misioneros es una prioridad cuando la llamada a la evangelización es apremiante: “La formación tiene como finalidad la participación en la única misión confiada por Cristo a su Iglesia: la evangelización en toda sus formas”. La Iglesia de España vive inmersa en un proceso, es por tanto consecuente recordar que la formación del discípulo pastor, es a su vez, la formación del pastor misionero.

Año tras año nos preguntamos por qué es necesario celebrar el día del Seminario. La respuesta es que sigue siendo importante para concienciar a la comunidad cristiana de que el Seminario es tarea de todos, y no solo de unos pocos, por muy cualificados que estén. Y porque además tenemos que empeñarnos en crear en nuestros hogares y parroquias un ambiente favorable a la escucha de la Palabra de Dios, para que pueda darse una respuesta serena a su llamada. Es de bien nacidos ser agradecidos, por tantos sacerdotes que en el camino de nuestra vida nos han hecho volvernos a Dios y nos han mostrado el camino de vuelta a la casa del Padre.

El autorSergio Requena Hurtado

Director del Secretariado de la Comisión de Seminarios y Universidades, CEE

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Actualidad

Sembradores de esperanza

Omnes·3 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El día 11 de febrero, fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, que la Iglesia dedica de una manera especial al cuidado y la oración por los enfermos, se presentaba y aprobaba en el Parlamento español una proposición de ley sobre la eutanasia. Y hace 4 meses, el 1 de noviembre, la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Española (CEE) publicaba el documento Sembradores de esperanza. Acoger, proteger y acompañar en la etapa final de esta vida. 

Por la actualidad del debate, la revista Palabra presenta un resumen de los principales contenidos del documento, que ayudará a comprender las implicaciones de una ley de eutanasia y la actitud de los cristianos ante el dolor y el sufrimiento. Puede descargar el documento publicado en la revista pinchando en este enlace.

El documento completo, más amplio de lo que permiten estas páginas, puede consultarse en la página web de la CEE.

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Cultura

Yuval Noah Harari y el futuro de la religión en el siglo XXI

El hombre necesita una salvación que, pese a la crítica de Yuval Noah Harari, no puede darse a sí mismo.

Joaquim González Llanos·3 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

Yuval Noah Harari nació en Haifa (Israel) en 1976. Se doctoró en la Universidad de Oxford en historia, y actualmente es catedrático en la Universidad Hebrea de Jerusalén. En el 2014 publicó Sapiens. De animales a dioses, del que se han vendido 10 millones de ejemplares. En 2016 publicó Homo Deus. Breve historia del mañana, que lleva ya 5 millones de ejemplares, y en el 2018 publicó 21 lecciones para el siglo XXI, Debate, Barcelona 2018, 399 pp. que completa la trilogía. Sapiens trata del pasado, Homo Deus del futuro y 21 lecciones del presente.

En este último libro se pregunta Harari: ¿qué está pasando? ¿Cómo puedo entender el mundo actual? Y en la respuesta incluye la religión, con un tratamiento que ocupa casi la mitad del libro. Es mi propósito en este artículo analizar la propuesta de este conocido historiador en el campo de la religión y hacer un breve comentario.

Antes, irán bien dos palabras para situar el contexto del libro. En la primera parte, a la pregunta ¿qué está pasando? añade unas consideraciones sobre el poder de remodelar y rediseñar la vida a través de la inteligencia artificial y la biotecnología. Los algoritmos, dice, decidirán por nosotros. Habrá que pensar en los puestos de trabajo del futuro. ¿Habrá para todos? También añade una crítica Harari a las democracias liberales de occidente. ¿Son apropiadas para los países en desarrollo? ¿No han mostrado su fracaso con la crisis financiera global del 2008? ¿Qué hacer con la inmigración? El autor va contestando y proponiendo puntos de vista para encarar los próximos años.

Otro punto, que en mi opinión contextualiza el libro es el contenido en el último capítulo titulado Meditación. En él explica Harari cómo en el año 2000 comenzó la práctica de la meditación Vipassana y cómo eso le cambió la vida, de manera que cada día, desde entonces, dedica 2 horas a esta meditación y hace un retiro de dos meses todos los años. Eso, según él, le proporcionó la concentración y la claridad para escribir sus libros. Y parece que esta meditación, con la observación de sus sensaciones corporales le brindaba un conocimiento mayor sobre sí mismo y los humanos superior a los relatos, cuentos o mitologías que había escuchado hasta el momento.

¿Qué origen tiene la religión, según Harari? La respuesta es que el hombre primitivo, el Sapiens, diviniza lo que desconoce: la luna, el sol, el fuego, la fecundidad de las cosechas. A medida que la ciencia avanza, lo desconocido es menor y va habiendo menos motivos para las creencias en poderes ocultos.

Según él las grandes religiones se basan en relatos: el cristianismo, el islamismo, el budismo, el hinduismo. Son narraciones ficticias, algunas ingenuas, que se han inventado los hombres. Han erigido instituciones globales que le dan su identidad y crean sus liturgias que los mantienen con vida. El hombre necesita relatos y, sin más, se los inventa, y lo sorprendente es que funcionan: le dan sentido y consuelo en sus vidas.

Harari dice que no es necesario ser una persona religiosa para comportarse bien en la vida. Piensa que el código moral laico es superior al religioso pues constituye los cimientos de las instituciones científicas y democráticas modernas. Y tiene un compromiso mayor con algunos valores como la compasión y la verdad.

Con la compasión, la ética laica no se basa en los mandatos de este o aquel dios, sino en una profunda comprensión del sufrimiento. Algo es malo, como el homicidio, porque inflige un gran sufrimiento a seres humanos. No hay que evitar matar sólo porque “Dios lo dice”.

El otro compromiso de la ética laica es con la verdad. La verdad tendría que estar por encima de todo. Y en caso de conflicto entre verdad religiosa con verdad científica, tendría que primar esta última. Por eso, la base de la ciencia moderna es la verdad científica que desintegra el átomo, descifra el genoma, observa las lejanas galaxias, y no los relatos de las religiones que, según Harari, no se sostienen en evidencias científicas.

¿Y qué pasa con las ideologías ateas que han desmembrado el siglo XX y han sido evidentemente catastróficas, como el nazismo o el comunismo? La respuesta es que no es fácil vivir a la altura del ideal laico y se han perdido por el camino. Dice que también a las religiones les ha sucedido otro tanto: que una cosa es el ideal y otra la realización práctica. En el caso de Stalin, por ejemplo, considera que es el pseudo-fundador de una nueva religión de Estado, con sus propios dogmas: el estalinismo.

En cuanto al sentido de la vida Harari cae en un cierto nihilismo. Se apunta al ideal budista de que la vida no tiene sentido, de que no hay que buscar un relato que la justifique. La solución viene por el lado budista de poner la mente en blanco. No pensar. No hacer cosas. No hacer nada y dejar que las cosas fluyan.

¿De dónde le viene el ateísmo a Harari? ¿Cuáles son sus raíces? Quizá de Feuerbach y su crítica de la religión, el cual considera, como Strauss, míticos los relatos de los evangelios, y habla de la religión como una creación humana. Es un ateísmo antropológico que pone al hombre en el centro del pensamiento.

Hay que decir que Harari acierta al colocar el compromiso con la verdad como objetivo fundamental. El problema es: ¿cuál es la verdad sobre el hombre? ¿Qué es el hombre? Sorprende que en un libro con 21 lecciones sobre el siglo XXI no haya una sola palabra sobre la familia, cuando el hombre es un ser social por naturaleza y forma parte de la verdad del hombre la verdad de la familia. Y no sólo porque Dios lo dice, sino porque el hombre descubre en su ser y en su actuar esa noble realidad. Hay que amar la verdad, pero también hay que descubrirla en el entorno que me rodea. Y no sólo la verdad empírica, experimentable, sino también la verdad de mis acciones trascendentes que rebasan la materia, como el amor y la admiración por la belleza.

La propuesta de Harari no distingue entre las religiones: todas son iguales. Pero la realidad es que hay algunas más verdaderas que otras. Algunos relatos de las religiones son ficticios. Pero hay que preguntarse: ¿hay alguno real? ¿Por qué no? ¿Quién le impide a un Dios revelarse a los hombres? El cristianismo establece un relato que se llama historia de la salvación. Hechos y palabras. Vienen en la Biblia. Pero también hay fuentes extrabíblicas y métodos histórico-críticos que analizan la veracidad de esos relatos.

Efectivamente hace falta la fe. Se cree o no se cree. Y yo diría la humildad. El libro de Harari muestra un panorama grandioso que pone en manos del hombre las claves del futuro. En el fondo hay un poco de lo que viene en el libro del Génesis: “seréis como dioses, conocedores de la ciencia del bien y del mal” (Gen 3, 5). Con la inteligencia artificial, la biotecnología, los algoritmos rectores de la vida, el hombre se siente capaz de jugar a ser dios. Sin embargo, el hombre no es capaz de salvarse a sí mismo, por mucha verdad científica que crea poseer. Y es evidente que es necesaria la salvación puesto que el ser humano está moralmente decaído (por sus errores y pecados) y necesita restauración. Es más sencillo creer en un Dios salvador y creador que vela por nosotros y es el Señor de la historia.

El autorJoaquim González Llanos

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Cultura

Un poeta que lo hace muy bien. Mal que bien, de García-Máiquez

El reciente poemario de Enrique García-Máiquez es un canto enamorado: sus hermosos versos destilan una sencilla belleza que oscila desde la cotidianeidad familiar y el buen humor hasta las verdades más profundas de la fe cristiana. 

Pablo Blanco Sarto·3 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 4 minutos

Enrique García-Máiquez, el amigo poeta de El Puerto de Santa María, Cádiz, me ha enviado con una generosa dedicatoria su último poemario que lleva por título Mal que bien. El volumen de 95 páginas, publicado por la editorial Rialp, hace el número 671 de la prestigiosa colección Adonáis, que constituye un verdadero monumento de la creación poética en español.

Este librito de poemas, tras nueve años de silencio poético del autor, está lleno de luz, de buen humor, de fe sobrenatural y de una impresionante erudición literaria. Cada verso es el eco de los miles de versos que ha leído el autor y que probablemente solo los muy expertos serán capaces de descubrir.

En mi primera lectura tres poemas me emocionaron en particular, quizá porque descubrí en ellos una peculiar sintonía de nuestros corazones. El primero titulado Empujones nos habla de nuestros muertos. Lo copio íntegro pues a mí me pasa lo mismo; me basta con cambiar los nombres propios (p. 26):

Vosotros, muertos con los que he vivido

y a los que sigo amando cada día,

qué cerca estáis —abuelos, madre mía,

tía Lola, Ana… —hablándome al oído.

Hoy son mis hijos los que os han perdido

y echo de menos algo en su alegría,

aunque no se hagan cargo todavía

o jamás, olvidados de su olvido.

Les hablo de vosotros con frecuencia,

imito vuestros gestos a conciencia

y a empujones os traigo hasta el presente.

Yo trato de saltar sobre un abismo,

y en una y otra orilla estoy yo mismo

y el vértigo de ver que no hay un puente.

Así es, conforme nos hacemos mayores nuestros muertos están cada vez más vivos en nosotros y hablamos de ellos a los jóvenes, e incluso imitamos sus gestos. 

Nuestra pobre vida y nuestra frágil memoria son ya los únicos puentes. Y en esta misma sección sobre la muerte, titulada con fe Hasta pronto, me ha conmovido hasta la lágrima el brevísimo Epitafio a una joven madre, dedicado a Cristina Moreno, y que transcribo aquí:

No, no te sea leve la tierra en que reposas

ni tampoco tranquila. No estás acostumbra-

da.

Que sobre ella retumben cada día más firmes 

los pasos de tus hijos y el ruido de sus risas.

 Busco en Wikipedia y me recuerda que la locución latina Sit tibi terra levis –“que la tierra te sea leve”– era utilizada en el mundo romano precristiano como epitafio en las lápidas, frecuentemente abreviada con las iniciales S·T·T·L. En contraste con el paganismo romano, una joven madre, fallecida prematuramente, lo que anhela no es la triste paz de los cementerios, sino las gozosas risas y el cordial alboroto de sus hijos. 

En relación con esto, leía ayer al poeta Ramón Gaya: “Todo el terror de la muerte desaparecería si pudiéramos morir en los brazos de nuestra madre; sería ése el momento que más necesitaríamos tenerla a nuestro lado”. Y a mi memoria creyente –“ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”– acudían aquellas tres líneas finales del poema de Dámaso Alonso A la Virgen María:

Virgen María, madre,

dormir quiero en tus brazos

hasta que en Dios despierte.

El poemario de García-Máiquez contiene en total 49 poemas, más unas Primeras líneas (p. 9) y una Bendición final dedicada al padre del poeta (p. 89). Está organizado en siete secciones de siete poemas cada una con los siguientes títulos: Ten piedad, tiempo (pp. 11-21), Hasta pronto (pp. 23-32), Cuerpos gloriosos (pp. 33-41), Monogamia (pp. 43-52), Su rostro en mi espalda (pp. 53-62), Al alimón (pp. 65-76) y En realidad (pp. 79-88).

Un rasgo llamativo de muchos de los poemas aquí reunidos es que son divertidos; están llenos a la vez de un sonoro realismo andaluz y de un enorme buen humor. En particular me ha impactado el desparpajo con el que el poeta expresa su fe cristiana: se advierte que en él la fe es algo bien vivo, capaz de dar sentido a la muerte y a tantas pequeñas cosas que llenan la vida, sobre todo, el trato habitual con sus hijos, su esposa y sus amigos. Necesitamos poetas como Enrique que nos hablen de la atractiva belleza de la vida cristiana real. Viene a mi recuerdo aquello tan profundo de Simone Weil en La gravedad y la gracia: “El mal imaginario es romántico, variado; el mal real, triste, monótono, desértico, tedioso. El bien imaginario es aburrido; el bien real es siempre nuevo, maravilloso, embriagante”.

En la solapa del libro se escribe acertadamente que en este volumen “la versatilidad métrica y la frescura de los versos se combinan con el humor, la inesperada hondura, el cuidado coloquialismo, la elegante ironía, la emoción sostenida y la incansable vuelta a sus maestros clásicos y contemporáneos”. Traeré como última muestra un poema algo más largo que también me cautivó en la primera lectura: se trata –evocando a Keats– de A Thing of Beauty con el que se abre la sección En realidad y en el que aparece el “mal que bien” que da título al volumen:

Sabemos a veces tal vez demasiado

cuando eso interfiere con nuestros sentidos.

Con vuelo dorado la grácil gaviota

(sus alas, dos playas), eleva mi espíritu

hasta que recuerdo lo que han dicho siem-

pre,

que son ratas sucias. Me pasa lo mismo

oh, tronco marmóreo, oh, olor de la infancia,

oh, sombra de plata con el eucalipto

que es árbol exógeno que seca los pozos,

agota la tierra y asfixia al lentisco.

Leyendo un poema, de golpe, me paro,

rastreo influencias por sí es de un epígono

o sopeso, grave, si el texto responde

a las exigencias de estos tiempos críticos.

O basta una chica que cruza, y me turba,

y un memento mori resuena en mi oído.

Ojalá ignorase. Aunque no: prefiero

ver cómo lo duro, lo malo o lo mísero

por dentro me hielan. Hasta que lo hermoso

entabla una lucha a brazo partido

y mal que bien vuelve y va lentamente

separando causas, efectos, motivos

del claro milagro que alumbra mis ojos

de nuevo: la alada belleza ha vencido.

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Familia

La verdad del amor humano. Un modo diferente de celebrar san Valentín

El Papa Francisco escribe en Amoris Laetitia 208: “Todas las acciones pastorales tendentes a ayudar a los matrimonios [...] son una ayuda inestimable. Para dar un sencillo ejemplo, recuerdo el día de san Valentín, que en algunos países es mejor aprovechado por los comerciantes que por la creatividad de los pastores”.

Juan Miguel Prim Goicoechea·3 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

Desde 2013 la diócesis de Alcalá de Henares celebra –por iniciativa de nuestro obispo, Mons. Juan Antonio Reig Pla– una vigilia de oración en la catedral magistral de los Santos Niños Justo y Pastor en torno al día de san Valentín.

Recordemos que san Valentín, obispo y mártir, protector de los enamorados de todo el mundo, nació en Terni (Italia) en el 175 d.C., siendo el santo patrón de esta ciudad. El presbítero Valentín dedicó toda su vida a la comunidad cristiana que se había formado en la ciudad, a cien kilómetros de Roma, donde arreciaba la persecución contra los seguidores de Jesús. El eco de los milagros realizados por el santo llegó hasta Roma y se difundió pronto por todo el Imperio. El Papa san Feliciano lo consagró primer obispo de la ciudad de Terni, que todavía hoy conserva sus restos mortales. San Valentín fue encarcelado y azotado en la vía Flaminia, lejos de la ciudad. Recibió el martirio el 14 de febrero del 273 d.C.

Su nombre estará siempre unido al amor humano por un episodio que en aquel tiempo fue muy clamoroso: cuenta la tradición que san Valentín fue el primer sacerdote que celebró la unión entre un legionario pagano y una joven cristiana. Seguidamente fueron muchos los que pidieron su bendición. Aún hoy se recuerda este hecho en la fiesta de la promesa, celebrada en la Basílica que lleva su nombre en Terni.

Necesidades de la vida conyugal

En la Carta que Mons. Reig Pla dirigió a todos los fieles en 2013 convocando a la celebración de la primera Vigilia de san Valentín leemos: “Todos buscamos amar y ser amados; pero para ello necesitamos un maestro. Necesitamos volver a Jesucristo, el divino Maestro, para aprender a amar y para tener la fuerza para amar, cada cual según su propio estado y condición. El Espíritu Santo, que es Amor, es quien abre nuestros corazones para recibir el don del amor auténtico. En este sentido es necesario recordar a todos, y de manera especial a los jóvenes, al menos tres verdades sin las cuales la vida conyugal está llamada al fracaso. 

Primero: la unidad sustancial cuerpo-espíritu. No somos sólo cuerpo o sólo espíritu. Somos un espíritu encarnado; el cuerpo no es una prótesis de la persona, es sacramento de la persona, su visibilización. Segundo: la diferencia sexual, no es un accidente, es constitutiva de la persona. Somos persona-varón o persona-mujer por voluntad de Dios, y desde esa diferencia somos llamados al amor. Nuestro cuerpo, cada aspecto de nuestra anatomía, tiene una dimensión nupcial, está creado para el don, para amar, y en el ámbito del matrimonio se hace lenguaje del amor en el abrazo conyugal abierto a la posibilidad del don de una nueva vida. Tercero: como consecuencia del pecado original, todos somos víctimas de la concupiscencia, es decir, de una inclinación al mal que permanece en los seres humanos aún después del bautismo; por ello, es necesaria la redención del corazón, la gracia de Jesucristo que nos capacita para amar y perdonar”.

Alegría y dificultades

La Vigilia de san Valentín convoca especialmente a los novios, a los prometidos y a los esposos, particularmente a cuantos celebran sus bodas de plata o de oro. Pero tiene en cuenta también la experiencia de sufrimiento de los matrimonios que atraviesan dificultades y de aquellas personas que han vivido el dolor de la separación o el divorcio. 

Además, los solteros, las personas viudas y los consagrados, así como las madres que están gestando una nueva vida en sus entrañas, se unen en la acción de gracias por la vocación al amor, de la que también participan en su propio estado de vida.

La Vigilia, que transcurre en clima de escucha atenta, oración y alabanza, intercalada con hermosos cantos, comienza con el saludo del obispo y el rezo de algunos misterios del Santo Rosario, que iluminan la aventura del amor esponsal. Tras el enunciado de cada misterio se proclama un breve texto del Magisterio, normalmente del Papa san Juan Pablo II, el gran cantor del amor humano, y se escucha un testimonio. La libertad con que algunas personas que han atravesado dificultades en su vida afectiva y matrimonial se ponen delante de todos los presentes narrando hechos dolorosos, pero también gozosos, es signo claro de la victoria de Cristo, que sanando los corazones hace renacer la vocación primigenia al amor. 

Muchas de las personas que han dado testimonio en estos años han agradecido el acompañamiento maternal de la Iglesia y de sus pastores, así como del Centro de Orientación Familiar de la diócesis y de diversos movimientos y experiencias eclesiales laicales, en los que han encontrado acogida y compañía, pudiendo así realizar un camino de sanación con la ayuda de la gracia de Dios.

Ser bendecidos y conocerse

Tras cada uno de los conmovedores testimonios todos rezamos de rodillas el Padrenuestro y las Avemarías correspondientes al misterio del Santo Rosario, dando gracias y pidiendo por los más necesitados de la Misericordia divina. 

A continuación nuestro obispo nos dirige siempre unas palabras, llenas de realismo y esperanza, invitándonos a recorrer en compañía de la Iglesia el camino del amor, virginal y esponsal, sabiendo que lo que es imposible para el hombre abandonado a sus propias fuerzas es posible para Dios. Es en este momento cuando el obispo pronuncia oraciones de bendición sobre los novios, los prometidos y los esposos, así como sobre las madres gestantes. 

En la última parte de la Vigilia se expone el Santísimo, ante el cual nos postramos en adoración y silencio agradecido durante algunos minutos, antes de recibir la bendición.

La celebración concluye con un precioso gesto vinculado a nuestra Patrona, la Virgen del Val. Todos los que lo desean se acercan a los pies del altar, solos o en familia, para arrodillarse y ser cubiertos con el manto de la Virgen, mientras el Obispo los bendice y alienta. Acabada la Vigilia compartimos un chocolate caliente con dulces, preparado por las personas de Cáritas y algunos voluntarios. n

Testimonio de Cristina y Jesús

Durante este año y medio de casados hemos ido comprobando cómo nuestro amor va creciendo y cada día se va fortaleciendo. Vemos lo importante que es vivirlo en comunidad, abrir nuestra casa y donarnos a los demás. Sabemos lo necesaria que es la oración y poner a Dios en medio de nuestro matrimonio. 

La Gracia que Dios derramó en nuestro sacramento nos ha ido uniendo más día a día, y hemos recibido el regalo de alumbrar una nueva vida. Somos padres y estamos esperando el nacimiento de nuestro primer hijo, lo que nos llena de una enorme felicidad.

Mirando atrás, solo podemos dar gracias a Dios por todo, porque aquella felicidad y plenitud que intuíamos que tenía que existir, ya es una realidad en nuestra vida. Le pedimos que siga derramando su Gracia, sin la cual nada somos, y que nos quite siempre todos los miedos y egoísmos. No estamos libres de la tentación de reservarnos y centrarnos en nosotros mismos, pero la vida está para darla.

Testimonio de Juan y Belén

Nosotros también hemos tenido dificultades económicas, como otras tantas personas, pero cuando Dios está en el centro de nuestras vidas, en el corazón de nuestro hogar, la felicidad no salta por la ventana, la felicidad que es Cristo está en nuestro hogar y la miseria, sencillamente, no entra. 

No se puede basar una relación en un estado ideal como nos hace ver la sociedad actual,… alto, guapo, con una buena casa, un buen coche y mucho dinero. Y cuando cierras la puerta de tu casa, te das cuenta que estas solo y vacío, porque realmente lo que te llena, lo que te hace feliz, lo que te ayuda a superar cualquier obstáculo, es Cristo. Sin Él no tienes nada, con Él nada te falta.

El autorJuan Miguel Prim Goicoechea

Vicario episcopal de cultura, evangelización y comunicación. Diócesis de Alcalá de Henares

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La enfermedad, valor sobreañadido

3 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

Puede parecer una ironía, pero lo creo muy sinceramente. Es más, puede ser que alguno me tache de cruel, pero sinceramente no quiero serlo, sino todo lo contrario, quiero dar sentido a lo que nos toca vivir. Cuando se está intentando justificar quitar la vida a quienes padecen una grave enfermedad (y enfermedad termina siéndolo también la edad), disfrazándolo de humanismo, yo veo en la enfermedad un valor sobreañadido.

No deseo la enfermedad a nadie, me gustaría que nadie sufriera, padeciera, se sintiera angustiado o triste…, ¡me gustaría! Pero es imposible, el dolor, la enfermedad, la edad…, aparece como el Goliat que se enfrentó al joven David, amenazante y soberbio. Y la fe nos enseña que esa enfermedad, esas limitaciones físicas, psíquicas, morales, esos dolores y pobrezas, pueden revertir a nuestro favor.

Una enferma, amiga mía, calificó su enfermedad degenerativa, increíblemente, como un talento que el Señor le había dado. Ese talento, viviéndolo junto al Señor de todo consuelo y con el deseo de hacer de él una ofrenda unida a la Cruz de Cristo, por los hombres, por la evangelización, por los que viven con desesperanza, se convierte en un talento que da frutos abundantes de amor, de salvación, de consuelo…, ¡de misión!

El día 11 del mes pasado fue la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, patrona y refugio de todos los enfermos. A Ella les encomendamos. Y a Ella le pedimos por esos enfermos que con una generosidad preciosa y con un amor inmenso a Dios y a los hombres, se han convertido en enfermos misioneros, ofreciendo al Señor sus dolores y males por los misioneros y la misión de la Iglesia. Con este convencimiento, la Iglesia hizo suya la intuición de Margarita Godet de hacer una Unión de Enfermos Misioneros, vinculada a las Obras Misionales Pontificias, para ayudar a hacer de cada enfermo ¡un misionero! ¡un gran misionero!

El autorJosé María Calderón

Director de las Obras Misionales Pontificias en España.

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Enseñanzas del Papa

Sueños de evangelización y compromiso educativo

Dos enseñanzas cabe destacar entre las que nos ha ofrecido Francisco recientemente: la exhortación Querida Amazonia, que constituye su aportación al proceso sinodal sobre esa región, y sus observaciones sobre el Pacto Educativo Global (Instrumentum laboris, 2020), en relación con la Jornada Mundial de la Educación por él convocada para mayo. 

Ramiro Pellitero·1 de marzo de 2020·Tiempo de lectura: 4 minutos

La Exhortación apostólica Querida Amazonia (2-II-2020) constituye una carta impregnada de afecto y de retos. Desde el principio declara Francisco el foco que le ilumina y guía: “Todo lo que la Iglesia ofrece debe encarnarse de modo original en cada lugar del mundo, de manera que la Esposa de Cristo adquiera multiformes rostros que manifiesten mejor la inagotable riqueza de la gracia” (n. 6). 

Impregnada de afecto y de retos

Desde ahí enuncia sus cuatro “sueños” (paralelos a los “diagnósticos” del sínodo) para Amazonia, desgranados en los respectivos capítulos. 

1. El sueño social: la promoción de los derechos de los más pobres, de los últimos. Hay que convertir la “indignación”, ante las explotaciones y los crímenes, no en odio, sino en restauración de la “dignidad”; sobre la promoción del sentido de fraternidad y de comunión que brota especialmente de la fe en Cristo; en la cultura del encuentro y del diálogo social ante todo con los más pobres; y en la armonía con la tierra y la naturaleza circundante.

2) El sueño cultural trata de preservar la belleza que brilla en las culturas y, por tanto, el diálogo intercultural. La inculturación, obra del Evangelio, es una tarea educativa, cuyo sentido es siempre “cultivar sin desarraigar, hacer crecer sin debilitar la identidad, promover sin invadir” (n. 28). 

Atención, para ello, a los poetas, que ayudan a preservar y comunicar los valores de las culturas entre sí. Atención también a las cuestiones concretas que el diálogo intercultural plantea en relación con las familias, con los medios de comunicación y con el sentido de la “calidad de vida”. 

3. El sueño ecológico lleva al respeto y al cuidado por la tierra. Un sueño que ha de partir de la “ecología humana” y de la apertura a Dios, autor de la naturaleza. Por eso, solo una cultura que fomente la contemplación de la belleza –que en estos pueblos viene de antiguo– puede ayudarnos a escuchar el grito de la tierra y de sus criaturas. Esto requiere a su vez una “ecología social”, que los gobiernos deben impulsar con normativas e informaciones. 

Para que el sueño ecológico se haga realidad –señala el documento– hace falta una determinada educación de los “hábitos ecológicos”: “No habrá una ecología sana y sustentable, capaz de transformar algo, si no cambian las personas, si no se las estimula a optar por otro estilo de vida, menos voraz, más sereno, más respetuoso, menos ansioso, más fraterno” (n. 58). 

En este sentido, nuestra cultura consumista e individualista debe ser también evangelizada, y a fondo. 

4) Finalmente, el sueño eclesial, porque la Iglesia y el mensaje del Evangelio se encarnan en todas las culturas para el bien de todos. Es importante captar que no solo las personas sino las culturas, como tales, son protagonistas activas de la evangelización, en cuanto mediadoras de valores auténticamente humanos que se abren a la fe (cf. n. 67). 

Por eso la inculturación del Evangelio implica reconocer la sabiduría de las culturas, también de las culturas precolombinas. Requiere respetar los símbolos que las abren a la trascendencia, sin etiquetarlos de idolatría, superstición o paganismo, aunque manifiesten una religiosidad imperfecta, parcial o equivocada. Supone apreciar muchos de sus valores tradicionales, en relación con Dios, la tierra, la familia, el trabajo, el culto, el “más allá”. Son valores que nos cuesta aceptar a los que estamos sumergidos en la modernidad tardía o líquida; pero nos pueden ayudar –sostiene Francisco– a superar nuestro consumismo ansioso y nuestro aislamiento urbano. 

En esta línea espera el Papa que la centralidad de la Eucaristía, el recurso a la oración y la convivencia –especialmente a nivel ecuménico e interreligioso–, junto con el trabajo común en favor de los más desfavorecidos, impidan que nos devoren “la inmanencia terrena, el vacío espiritual, el egocentrismo cómodo, el individualismo consumista y autodestructivo” (n. 108). 

Destaca Francisco la importante aportación de las mujeres en la Iglesia y en la sociedad. Apunta la necesidad de desarrollar diferentes servicios eclesiales, contando con la generosidad de todos y de acuerdo con la condición y los dones de cada cristiano: laicos, ministros sagrados y religiosos. Y concluye invocando la protección de María, Madre de la Amazonia.

Compromiso y pasión educativa

En la situación actual Francisco desea impulsar la educación como tarea, arte y realidad dinámica, con dimensiones individuales y sociales. Su discurso a la Congregación para la educación católica (20-II-2020) señala primero cuatro rasgos del movimiento educativo apuntando cómo pueden hoy promoverse.

1) La educación es un “movimiento ecológico” en el que se pueden distinguir cuatro niveles personales: la relación de la persona con Dios (nivel espiritual), consigo misma (nivel interno), con los demás y (nivel solidario) con todos los demás seres especialmente los seres vivos (nivel natural). Esto ha de traducirse en los correspondientes itinerarios pedagógicos, como apunta en su última parte la encíclica Laudato si’ (24-V-2015).

2) La educación como “movimiento inclusivo” debe dirigirse hoy explícitamente a todos los “excluidos”. Y esto es “parte integrante del mensaje salvífico cristiano”. “Hoy” -observa Francisco- “es necesario acelerar este movimiento inclusivo de la educación para frenar la cultura del descarte, originada por el rechazo de la fraternidad como elemento constitutivo de la humanidad”

3) La educación como “movimiento pacificador”, constructor y portador de la paz, se opone a la “egolatría”, que genera fracturas y contraposiciones a todos los niveles, porque tiene miedo a la diversidad y a las diferencias. La educación debe enseñar que “las diversidades no obstaculizan la unidad, es más, son indispensables para la riqueza de la propia identidad y la de todos”. En efecto, y un elemento clave para esto es enseñar a discernir y comprender

4) La educación como “movimiento de equipo” requiere la participación de muchas personas: familias, maestros, instituciones civiles y religiosas, etc. Pero este movimiento de equipo -lamenta Francisco- hace tiempo que entró en crisis. Y por eso necesitamos promover un “pacto educativo global” entre todos los que intervienen en la educación. La finalidad está clara: “Reavivar el compromiso por y con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión” (Mensaje para el lanzamiento del Pacto Educativo, 12-IX-2019).

Pacto Educativo Global

En la segunda parte de su discurso, el Papa señala otros retos actuales del “pacto educativo”: actitudes, método, caminos concretos.

1) En primer lugar, hace falta valentía: “La valentía de colocar a la persona en el centro […]. La valentía de invertir las mejores energías […]. La valentía de formar personas disponibles que se pongan al servicio de la comunidad” (ibid.). Esta valentía –agrega con sentido realista– de pagar bien a los educadores.

2) En segundo lugar, la necesidad de una educación interdisciplinar y transdisciplinar (cfr. Const. ap. Veritatis gaudium, Proemio, 4c), capaz de abordar la unidad del saber, así como la fragmentación actual de muchos estudios, especialmente ante el “pluralismo ambiguo, conflictivo o relativista de las convicciones y de las opciones culturales” (Ibid.).

3) Finalmente, formula cuatro peticiones concretas para los próximos años: la redacción de un Directorio sobre este tema; el establecimiento de un Observatorio mundial; la actualización de los estudios eclesiásticos; el impulso al “trabajo pastoral universitario como instrumento de nueva evangelización”.

Mundo

Una Misa en la catedral de Ginebra después de cinco siglos

El próximo 29 de febrero se celebrará una Misa en la catedral de Ginebra (Suiza), que con la Reforma protestante pasó a los calvinistas. La última celebración tuvo lugar en el año 1535, hace casi cinco siglos, en tiempos de Calvino. “Es un fuerte gesto ecuménico”, señala l’abbé Desthieux.

Pedro Estaún·16 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

Las relaciones entre las autoridades católicas y calvinistas son excelentes en Suiza, un país en el que se vive de una manera especial el respeto de todo tipo de creencias y culturas. En este contexto, han tenido lugar en meses pasados unas conversaciones entre l’abbé Pascal Desthieux, vicario episcopal de Ginebra, y las autoridades calvinistas, en las que se acordó celebrar en la catedral de San Pedro una Misa el día 29 de febrero. Ciertamente es una gran noticia para los católicos.

Será la primera Misa después de aquel 8 de agosto de 1935 en el que se suspendió la celebración eucarística, y en ella concelebraremos muchos sacerdotes. El presidente de la Iglesia protestante de Ginebra, el pastor Emmanuel Fuchs, dirá unas palabras de acogida y la ceremonia será presidida por Pascal Desthieux. La Iglesia en Ginebra pertenece a la diócesis de Friburgo-Lausana-Ginebra y Neuchâtel, con sede episcopal en el cantón católico de Friburgo. Han pasado 484 años desde la anterior santa Misa. 

La catedral continúa hoy día mantenido el culto protestante y es también el lugar en el que se celebran las ceremonias oficiales del Consejo de Estado y similares. En la actualidad, la catedral puede ser considerada como un lugar turístico visitado por numerosas personas y donde los domingos por la mañana se mantiene una actividad de culto. También allí se celebran conciertos y actos oficiales.

Ginebra, sin mayoría calvinista

El turista no encuentra en su visita ningún elemento que pueda invitar a la oración, aunque continúa conservando la majestuosidad de un templo religioso. En las frías paredes, exentas de imágenes y cuadros, se encuentran sin embargo placas en las que se recuerdan algunos de los acontecimientos ocurridos en estos siglos. En uno de ellos aparece en perfecto latín el siguiente texto: “En el año 1535 abatida la tiranía del anticristo romano y abolida la superstición, la Santa religión de Cristo ha sido restablecida en su pureza…”. Un altar de grandes dimensiones preside la nave central y se encuentra vacío aunque en él aparece en ocasiones una Biblia de gran tamaño. En un lugar discreto se conserva un sencillo sillón con la indicación “Silla de Calvino”

Hoy, la población de Ginebra ya no es mayoritariamente calvinista. Como consecuencia de las posibilidades de trabajo en este país son muchos los que han venido de otros lugares de tradición católica, como Italia, Hispanoamérica, Portugal, Francia y España. Ginebra alberga hoy en día gentes de 190 nacionalidades diferentes, en buena parte por ser la sede de varios organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Derechos humanos, Derechos humanitarios y refugiados, Paz, Desarme, Seguridad, Economía y desarrollo y Mundo Laboral… La ciudad cuenta con más de 500.000 habitantes, de los cuales 180.000 son católicos bautizados, y la Iglesia católica administra 52 parroquias. 

Presencia cristiana antes de 313

Desde los principios de nuestra era, la actual Ginebra formó parte del Imperio Romano. El culto a Júpiter, Mercurio, Neptuno Cibeles, ha dejado restos que aún podemos observar. No disponemos de datos precisos de la venida a esta tierra de los primeros evangelizadores, pero pudo ser antes de finalizar el primer siglo. Los antiguos se desplazaban mucho, los viajes de san Pablo lo testimonian. Los contactos entre Roma y las provincias eran continuos gracias a una red de vías inteligentemente organizadas y Ginebra se encuentra en el cruce de dos importantes ejes de circulación de la Europa occidental, de norte a sur o y de este a oeste. El acceso desde Roma podía ser por el paso del Gran San Bernardo cruzando los Alpes o desde Lyon donde muy pronto encontramos cristianos. 

No sabemos quién pudo ser el primer apóstol de Ginebra, pero es segura ya una presencia cristiana antes del edicto de Milán. No consta que haya habido persecuciones religiosas en esta tierra, de hecho no se venera ningún mártir de aquellos primeros siglos pero sí parece ser que llegó a haber obispo, lo que suponía una comunidad cristiana. 

Cuando en el siglo IV el Imperio pasó a ser oficialmente cristiano, encontramos ya una organización eclesiástica en esta ciudad y la vida cristiana crece. Se tienen datos de una doble catedral ya en el siglo IV: una para los catecúmenos con su baptisterio por inmersión y otra para los fieles bautizados, y una comunidad cristiana de cierta envergadura. El obispo ocupaba un papel fundamental en el gobierno de la ciudad. 

Con la caída del Imperio romano en Occidente en el siglo VI, los francos se instalan en Ginebra en el año 443. La catedral se agranda y enriquece y crece la vida religiosa. Más tarde, en el siglo IX, bajo el reinado de los carolingios, Ginebra es gobernada por condes, y en el año 888 se integra en el reino de Borgoña. En esta época se crean varias parroquias rurales. 

En 1032, Ginebra se incorpora al Sacro Imperio romano-germánico. La vida religiosa en la ciudad y su entorno continúa creciendo conservando las auténticas creencias y bajo el Papa de Roma. La catedral sigue siendo el centro de las actividades religiosas, aunque son necesarias continuas reformas, en ocasiones por los incendios que en ella se producen, como el tremendo de 1430, y otras para agrandar su capacidad. 

La reforma protestante

En el siglo XVI la reforma promovida por Lutero conmociona a toda Europa. Como es sabido, este sacerdote de origen alemán promovió una nueva iglesia en la que Papa de Roma no tuviera la supremacía total, donde la fe volviera a ser el principal motor religioso y en la que la corrupción religiosa fuera aniquilada. En sus 95 tesis, Lutero defendía la fe cristiana como motor esencial de la religión y se contrapuso, así, al modus operandi que la Iglesia católica había estado llevando a cabo durante la Edad Media. 

En Ginebra, el iniciador de esta nueva corriente fue el pastor de origen francés Guillaume Farel, que muy pronto logró la condena y expulsión de la Iglesia de Roma de la ciudad. El 21 de mayo de 1536, en la plaza pública de Ginebra, mediante la institución de la teocracia, consiguió que todos aceptaran vivir “según el evangelio y la palabra de Dios”, lo que le abrió las puertas de un enorme poder: unir el Evangelio con el gobierno. 

En un encuentro con Juan Calvino, que ya era reconocido en toda Europa a los 26 años por su obra sobre el cristianismo reformado, le convence para que se instale en Ginebra con el fin de ayudarle en la implantación de esta nueva línea cristiana. Y fue principalmente Calvino quien abrió nuevos caminos al protestantismo en esa ciudad. Dotado de una mente más lógica y rigurosa que la de Lutero, Calvino llevó hasta sus últimas consecuencias las premisas fundamentales de la doctrina protestante.

Calvino en Ginebra

El protestantismo calvinista tuvo una enorme acogida en Ginebra, donde Calvino se instaló de manera definitiva en año 1541. A petición suya, el Consejo que gobernaba la ciudad prohibió el juego, la danza, los juramentos y las diversiones, y ordenó asistir al sermón y al catecismo. Todos los habitantes debían prometer obediencia a la autoridad religiosa o salir de la ciudad. Se creó un Consejo formado por los pastores responsables de celebrar el culto y de predicar que serían los que, en la práctica, gobernarían la ciudad. Los que no se avinieron a ello y se opusieron fueron castigados y muchos ejecutados. En cinco años hubo 68 ejecuciones en una población de 20.000 almas, entre ellas el español Miguel Servet. A partir de entonces la catedral, aun manteniendo el título de catedral de San Pedro, pasó a pertenecer a la iglesia reformada de Calvino y fue la sede principal del culto protestante.

El 8 de agosto de 1535, tras una predicación de Farel defendiendo la Reforma, los iconoclastas destruyeron los altares, así como las imágenes, cuadros y ornamentos y rompieron los órganos. El magnífico retablo de Conrad Witz ofrecido por el obispo François de Metz en 1444 fue desmontado y las estatuas destrozadas. El Consejo decidió el 10 de agosto suspender la Misa de una manera definitiva. La Reforma fue oficial en Ginebra el 21 de marzo de 1536, y se proclamó en el claustro de la catedral. 

La actividad de Calvino en esta ciudad fue muy intensa y eficaz. Uno de sus discípulos, el escocés John Knox llegó a decir que la Iglesia de Ginebra era la más perfecta “escuela de Cristo que alguna vez haya habido en la tierra desde los días de los apóstoles”. Los católicos fueron perseguidos y expulsados, y hasta el siglo XIX no consiguieron algunos derechos.

El autorPedro Estaún

Experiencias

Mons. Hoser: “Vienen a Medjugorje para encontrar a Dios”

En mayo de 2019 se anunció que el Papa había decidido autorizar las peregrinaciones al santuario de Medjugorje, que ahora pueden ser organizadas oficialmente por diócesis o parroquias. Se trata de promover los frutos espirituales del lugar, sin declarar auténticas las apariciones. Recogemos el testimonio de un sacerdote que suele peregrinar a Medjugorje.

Omnes·15 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 6 minutos

Lo que podía parecer mera beatería que suscitaba ciertas dudas y reticencias, ahora es un lugar más de peregrinación como Lourdes o Fátima. Así lo autorizó el Papa Francisco el pasado 12 de mayo de 2019, víspera de la festividad de la Virgen de Fátima: “Las peregrinaciones a Medjugorje, desde ahora podrán ser oficialmente organizadas por las diócesis y parroquias”. Para ello, el Papa Francisco ha tomado directamente la responsabilidad pastoral de toda esta realidad, nombrando al arzobispo Henryk Hoser como Visitador Apostólico especial de la Santa Sede y Delegado suyo de modo permanente para que actúe en su nombre.

Pero téngase en cuenta que esta autorización no comporta la autentificación de las supuestas apariciones de la Virgen en este lugar. La Iglesia no ratifica apariciones hasta que terminan, además de estudiarse con mucho cuidado, y en el caso de Medjugorje los hechos continúan. Por otro lado, la Iglesia tampoco lo ha condenado, después de 39 años desde que empezaron las apariciones, con lo cual no consta la menor sospecha de herejía que amenace la integridad de la doctrina católica.

El lugar y el mensaje

“Medjugorje” es una palabra de origen eslavo que significa ‘entre montañas’ por su situación geográfica. Es una pequeña aldea ubicada en un valle al sur de Bosnia-Herzegovina. Esta sencilla aldea tiene la peculiaridad de haberse mantenido fiel a la fe católica a lo largo de la historia, a pesar de haber estado sometida a diversos regímenes totalitarios.

Un buen resumen del mensaje que Medjugorje está transmitiendo al mundo podría ceñirse a una llamada universal a la conversión, a través de cinco armas fundamentales que favorecen una sólida vida de fe (las así llamadas “cinco piedras” de David contra Goliat):

  • la oración con el corazón, es decir, un trato vivo y personal con Dios, que abarca también una tierna relación con nuestra Madre, la Virgen María, a quien tanto le agrada el rezo meditado del Santo Rosario, arma poderosa contra el mal;
  • la Eucaristía, vivida en profundidad como centro de nuestra vida;
  • la lectura diaria y meditada de la Sagrada Escritura, que pueda estar en un lugar visible del hogar, de tal forma que estimule a rezar en familia.
  • el ayuno a pan y agua los miércoles y los viernes, lo cual purifica el alma, ayuda a vivir mejor el dominio de sí, hace que nuestra oración resulte más eficaz y pueda detener las guerras;
  • el sacramento de la Confesión, al menos una vez al mes, abriendo el corazón a la misericordia de Dios, que nos espera con los brazos abiertos.

Los videntes (Ivanka, Mirjana, Vicka, Marija, Ivan y Jakov) son personas absolutamente normales. Eran niños cuando empezaron las apariciones, y hoy día están casados y con hijos. Gozan de una buena salud mental, certificada por muchos médicos y científicos que desarrollaron todas sus artes para cuestionar el testimonio de los videntes. Han llegado a comprobar, sin embargo, que sus estímulos cerebrales durante las apariciones respondían a una realidad que estaban viendo y oyendo, aunque los demás no pudieran verla ni oírla.

Frutos

Nos dice el Señor que “por sus frutos los conoceréis” (Mt 7, 20) para poder discernir. Pues bien, en Medjugorje los frutos son innumerables. Ya han acontecido varios milagros con el sol -como en Fátima- y abundantes curaciones físicas -como en Lourdes- bien documentadas y científicamente inexplicables (hasta el día de hoy se han verificado más de 500 curaciones milagrosas). Pero los mayores milagros –que no se pueden enumerar porque suceden continuamente– son las curaciones espirituales, es decir, la conversión de miles y miles de personas que, quizás habiendo llegado hasta allí de forma circunstancial (acompañando a alguien, por mera curiosidad, o incluso con ciertos prejuicios), en realidad se han encontrado con el inmenso Amor que Dios les tiene, en contraste con todas las miserias y debilidades humanas que vamos arrastrando. 

Medjugorje se ha convertido así en un lugar de reconciliación con Dios. Representa los pulmones espirituales de Europa donde uno respira hondo después de una buena Confesión. Es llamado el “confesionario del mundo” por la gran cantidad de confesiones diarias, pero que, además, no se realizan de cualquier manera: se dan bastantes casos de penitentes que, al descubrir en su conciencia ofensas cometidas de la vida pasada y que nunca habían confesado antes, llegan entonces con un profundo deseo de “vaciar el saco” y de hacer una limpieza a fondo.

Encuentro con Dios

Medjugorje es un lugar en el que millones de personas descubren la belleza de la Iglesia y se encuentran con Dios a través de la Virgen María. El clima de paz y de oración que allí se respira favorece ese encuentro tan especial. Así, ha llegado a decir Monseñor Hoser: “¿Por qué viene tanta gente a Medjugorje cada año? La respuesta es clara: viene aquí para encontrar a ‘alguien’, para encontrar a Dios, para encontrar a Cristo, para encontrar a su Madre. Y entonces descubrir esa paz que conduce a la alegría de vivir en la casa del Padre y de la Madre, y finalmente el camino mariano como el más seguro y cierto. Ésta es la paz de la devoción mariana que ha tenido lugar aquí desde años” (homilía pronunciada en Medjugorje el 22 de julio de 2018). A Jesús se va y se vuelve por María. Ella es la Reina de la Paz que nos lleva al encuentro con su Hijo, el Príncipe de la Paz.

Entre los peregrinos a Medjugorje podrían destacarse miles de sacerdotes y muchos obispos que han concelebrado allí en Misas multitudinarias y han estado atendiendo en confesión a tantos penitentes, siendo testigos de la infinita misericordia de Dios, capaz de transformar la vida de las personas. Se podrían contar muchas anécdotas, pero no disponemos del espacio para ello. Simplemente traemos a colación la experiencia allí vivida de Josefina, fiel laica: “Debo confesar que ha sido una bendición. Una llamada de la Santísima Virgen para que fuera a visitarla, ya que no tenía intención de peregrinar a Medjugorje, pues tenía muy claro lo que allí pasaba, pero he de reconocer que ha sido una bendición recibir esa llamada de nuestra Madre. Me ha impactado mucho la cantidad de personas allí presentes, familias jóvenes, muchos jóvenes, también mayores, pero sobremanera el silencio, el respeto a pesar de las miles de personas que había, tanto en la adoración al Santísimo, como en el rezo del Santo Rosario y en la Eucaristía. La Virgen ha querido que yo viviera en mi persona su amor por mí ante mi escepticismo. Medjugorje nos invita a la adoración, al amor, a la amistad, a la unión con Jesús y a la alegría. A orar de corazón a corazón. Doy infinitas gracias a Dios por la oportunidad que se me brindó. Ella, la Señora, me esperaba con los brazos abiertos”.

Entre las distintas incidencias que pueden suceder en una peregrinación a Medjugorje, hay quien descubrió la dulce mirada de la Virgen María en los ojos de una niña, llenando a esa persona de paz y sosiego en momentos de mayor tensión y nervios, como diciéndole en lo más íntimo de su ser: “Tranquila, aquí estoy”. En otras ocasiones, es un mensaje de la Virgen que llega de forma imprevista, pero en un momento tan oportuno, que ha servido a evitar el suicidio y a dar un vuelco en la vida.

“Una ventana al mundo”

Los mensajes pueden parecer repetitivos, y sin embargo, cada mensaje es distinto, aunque pueda mencionar algún aspecto en común que es fundamental, como es la llamada a la conversión, la invitación a orar, a abrir el corazón
 Porque una madre no se cansa de esperar y de recordar aquello que es importante, como una persona enamorada tampoco se cansa de decir: “te quiero”.

Hay que destacar la gran cantidad de vocaciones sacerdotales y a la vida religiosa inspiradas por Medjugorje. Muchos de ellos dan su testimonio en el festival de jóvenes que se celebra cada año a inicios de agosto, llegando a acoger a más de 60.000 jóvenes de distintas partes del mundo.

Otro de los frutos son los miles de grupos de oración que han surgido de Medjugorje por el mundo entero. La adoración al Santísimo, el rezo del Rosario, la Confesión, la lectura de la Biblia, el ayuno, la Eucaristía, la consagración al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, son los puntos que se van llevando a cabo.

La parroquia de Santiago Apóstol de Medjugorje, bajo la tutela de los franciscanos, es referencia para el mundo. En ella diariamente se pone en práctica esta escuela de oración tan sencilla, y a la vez tan profunda, que viene a recordar la necesidad que tenemos de una mayor conversión y nos impulsa a reavivar nuestra fe.

El Papa emérito Benedicto XVI llegó a decir: “Dios, a través de la Virgen María, abre una ventana al mundo, cuando el mundo le cierra la puerta a Dios”. Si miramos a nuestro alrededor, nos damos cuenta de que este mundo moderno está excluyendo cada vez más a Dios de la sociedad. Pero Dios sigue llamando a nuestra puerta, nos invita a abrirle nuestro corazón para que Él pueda entrar y su amor nos vaya transformando. Dios selló una alianza con su pueblo, con nosotros… y a pesar de nosotros. Para que esta alianza persista, Dios cuenta con su Madre, la Virgen María, para recordarnos que somos hijos suyos y que espera nuestra conversión. Como una madre quiere lo mejor para sus hijos, así nuestra Madre del cielo intercede por nosotros y nos ayuda a ser más fieles a Dios.

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España

Teología para laicos: ¿por qué y para qué?

A propósito del Congreso de Laicos que tiene lugar este fin de semana en Madrid, sobre el que Palabra viene informando, se recoge un artículo de Raquel Pérez Sanjuán sobre la formación teológica de los laicos, publicado en marzo del año pasado, y de plena actualidad

Raquel Pérez Sanjuan ·13 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

Sería necesario establecer una primera clarificación respecto a qué se entiende por “formación teológica para laicos”: en el criterio “laicos” incluiremos a quienes no se están preparando para el ministerio ordenado, es decir, también a miembros de institutos de vida consagrada masculinos laicales, así como a todas las mujeres, pertenezcan o no a un instituto de vida consagrada.

En cuanto a “formación teológica”, es importante tener en cuenta que, junto a los estudios clásicos de Baccalaureatus in Theologia, Licentiatus in Theologia o Doctor in Theologia (los tres ciclos académicos de Teología) existe una modalidad específica orientada a la formación de laicos que van a desempeñar tareas u oficios eclesiásticos tales como la enseñanza de la Religión, la catequesis, la formación de agentes pastorales, etc. Dichos estudios, cuya oferta académica regula la Santa Sede (Congregación para la Educación Católica) a finales de los años 80, se denominan Scientiis Religiosis (Ciencias Religiosas), constan únicamente de dos ciclos  (Baccalaureatus  in  Scientiis  Religiosis y Licentiatus in Scientiis Religiosis), y se imparten en Institutos Superiores de Ciencias Religiosas (ISCCRR) patrocinados por las Facultades de Teología.

Como señala la introducción a la Instrucción para los Institutos de Ciencias Religiosas (2008), “con el Concilio Ecuménico Vaticano II se ha intensificado entre los fieles -laicos y religiosos- un vivo interés por el estudio de la Teología y de otras ciencias sagradas, para enriquecer con ellas la propia vida cristiana, ser capaces de dar razón de la propia fe (cf. 1Pe 3, 15), ejercitar fructuosamente su apostolado propio y poder colaborar con los ministros sagrados en su específica misión (cf. can. 229 §§1-2 CIC 1983). En el período post-conciliar, mientras las Facultades eclesiásticas, que ya contaban con una larga tradición, se han conformado a las disposiciones de la Constitución Apostólica Sapientia christiana (1979), ha ido asumiendo una creciente importancia en la Iglesia la necesidad de velar por una adecua- da formación de los fieles laicos, mediante modalidades específicas”.

 La ardua tarea de formar

En este sentido, vale la pena recordar lo que, al efecto, dijo el Concilio: “La Iglesia espera mucho de la laboriosidad de las Facultades de ciencias sagradas. Ya que a ellas les confía el gravísimo cometido de formar a sus propios alumnos, no sólo para el ministerio sacerdotal, sino, sobre todo, para enseñar en los centros eclesiásticos de estudios superiores; para la investigación científica o para desarrollar las más arduas funciones del apostolado intelectual. A estas facultades pertenece también el investigar profundamente en los diversos campos de las disciplinas sagradas de forma que se logre una inteligencia cada día más profunda de la Sagrada Revelación, se descubra más ampliamente el patrimonio de la sabiduría cristiana transmitida por nuestros mayores, se promueva el diálogo con los hermanos separados y con los no-cristianos y se responda a los problemas suscitados por el progreso de las ciencias. Por lo cual, las Facultades eclesiásticas, una vez  reconocidas oportunamente sus leyes, promuevan con mucha diligencia las ciencias sagradas y las que con ellas se relacionan y sirviéndose incluso de los métodos y medios más modernos, formen a los alumnos para las investigaciones más profundas.” (cfr. Declaración Gravissimum Educationis sobre la Educación Cristiana, n. 11)

Creciente número de alumnos

Es, pues, a partir del Concilio Vaticano II cuando los laicos acceden por primera vez a los estudios eclesiásticos en las Facultades de Teología, siendo minoritaria siempre su presencia en las aulas respecto a quienes se preparan para el Orden. Sin embargo, a partir de la última década del siglo XX, con el surgimiento de las Ciencias Religiosas como formación específica para laicos, el número total de alumnos/as en los ISCCRR ha venido a triplicar al total de alumnos/as matriculados en las Facultades de Teología, si bien también en éstas encontramos una presencia significativa de laicos/as.

Ciertamente es importante que esta formación teológica exista, tanto por lo que supo- ne de reflexión sistemática como para poder dialogar con la cultura actual. Además, desde hace más de una década, la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha establecido como requisito para impartir clases de Religión en Secundaria y Bachillerato haber obtenido al menos el grado académico de Baccalaureatus in Scientiis Religiosis y contar con una formación pedagógica específica para la enseñanza de la Religión.
El número de laicos que estudian Teología y Ciencias Religiosas lo desconocemos, por no preguntarse explícitamente esta categoría al momento de solicitar a las Facultades de Teología los datos estadísticos que, anual- mente, proporcionan para la elaboración de la Memoria Anual de Actividades de la Iglesia Católica en España.

Sí que podemos afirmar que, en los Institutos Superiores de Ciencias Religiosas, el 100 % del alumnado son laicos (como decíamos al inicio, esto incluye a miembros de institutos de vida consagrada que no se forman para recibir el Orden sagrado); su número, según la última estadística que disponemos, se acerca a los cuatro mil alumnos matriculados en toda España (curso 2016-17).

En cuanto a las Facultades de Teología, de los casi dos mil alumnos que se distribuyen por las 11 Facultades de Teología presentes en el territorio de la CEE, el número de laicos no llega a constituir un tercio del alumnado en sus aulas, si bien es posible que esta proporción varíe en función de la Facultad de Teología a la que nos refiramos. En este sentido es importante recordar que son varias las facultades, o bien centros teológicos agregados o institutos teológicos incorporados a las mismas que cuentan entre sus alumnos con los seminaristas de Seminarios afiliados a dicha Facultad.

Universidades y profesorado

Los estudios de Teología se imparten en Facultades de Teología, que pueden ser autónomas, o bien pertenecer a una universidad católica (es decir, tiene también estudios civiles) o a una institución eclesiástica (esto es, únicamente se imparten disciplinas eclesiásticas, es decir, bajo el régimen de la Santa Sede). Además, pueden impartirse en centros que ofrecen primer y segundo ciclo (agregados a la Facultad de Teología), o segundo y tercer ciclo (incorporados a la Facultad de Teología). En todos estos casos, las aulas están abiertas tanto a laicos como a candidatos al sacerdocio, sean seminaristas, sean miembros de institutos religiosos o sociedades de vida apostólica clericales.

En cuanto al profesorado, depende también de cada caso: en algunas Facultades e ISCCRR hay mayor proporción de profesorado laico (en varias, mayoritariamente mujeres), y en otros no hay prácticamente ninguna presencia laical, la cual se reserva para las disciplinas auxiliares y/o las lenguas clásicas. Si pensamos que únicamente tras el Concilio Vaticano II los laicos han tenido acceso a los estudios teológicos en las Facultades, y la exigencia del grado académico de Doctor para la docencia, realmente es significativo el esfuerzo de formación realizado por los laicos en el ámbito teológico -es importante mencionar que, en la mayoría de los casos, los laicos acceden a los estudios de Teología o Ciencias Religiosas con otras titulaciones universitarias previas-.

Aportación a la persona

Como hemos señalado más arriba, además de ofrecer la posibilidad de capacitar al fiel a dar razón de su fe, y de entablar un diálogo fecundo con las ciencias y la cultura de su tiempo, el estudio de la Teología o de las Ciencias Religiosas -como todo estudio sistemático de una disciplina- aporta rigor cien- tífico y capacidad investigadora, además de formación humana. En este caso es también oportunidad de profundizar en el conocimiento de las Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio, lo cual siempre es ocasión de crecimiento en la propia experiencia de fe.

Ciertamente es importante promocionar estos estudios, supone que tanto sacerdotes como consagrados y laicos estén bien formados y preparados en el ámbito teológico. También por el hecho de ser España uno de los países del mundo donde contamos con mayor presencia de Facultades de Teología (11) y centros agregados o incorporados (10) e Institutos de Ciencias Religiosas (casi medio centenar, contando con las secciones a distancia de la UESD).

El autorRaquel Pérez Sanjuan 

Directora del Secretariado de la Subcomisión episcopal de universidades

Experiencias

Cuatro nuevos embajadores de la Casa Grande de la diócesis de Ávila

El centro de educación especial la Casa Grande de Martiherrero, dependiente del Obispado de Ávila, ha incorporado a su gran familia a cuatro nuevos embajadores de la institución.

Omnes·7 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

– TEXTO Francisco Otamendi

Se trata del director de Instituciones Religiosas del Banco Sabadell, Santiago Portas; el periodista Javier Pérez de Andrés, la directora de Ser Ávila, Carmen Esteban, y el topógrafo y dinamizador del Espacio Castilla y León Digital, Ángel Martín.

   El acto de nombramiento fue presidido por el obispo de la diócesis, Mons. Gil Tamayo, y por la directora del centro, Pura Alarcón, quien subrayó que “embajador no es un título, sino una misión, pues son el altavoz para las voces que esta sociedad que mira para otro lado no quiere escuchar, solo las oyen”.

   Javier Pérez de Andrés señaló que “para un periodista que conoció la Declaración de Salamanca en la que nos comprometíamos a abordar con la seriedad que requería cualquier información sobre el mundo de la discapacidad, esta distinción lo que hace es alentarlo mucho más”.

   Santiago Portas, directivo del Banco Sabadell que ha impulsado la puesta en marcha del proyecto Done, un sistema de recogida de donativos digital, a través de tarjeta o móvil, en más de 240 parroquias e instituciones religiosas, manifestó que sentía “mucha gratitud por poder formar parte de esta obra de la Iglesia en Ávila y ser foco y altavoz de la Casa Grande. Que cuenten conmigo es muy digno de llevar y espero estar a la altura de ese nombramiento”.

   Carmen Esteban aseguró que supone una responsabilidad, porque “es un premio, es ratificar un compromiso desde hace años delante de un montón de gente, con lo cual hay que cumplir”. Por su parte, Ángel Martín dijo que “es un honor ser embajador de los valores que representa la Casa Grande y de todo lo que implica para la sociedad abulense”.
   Entre otras autoridades, estuvo presente la ministra de Defensa, Margarita Robles, quien señaló que acudir a este acto era “una visita obligada, como amiga de la Casa Grande. El trabajo que realizan no tiene precio y desde ese punto de vista todos tenemos que ser embajadores de la Casa Grande porque en un mundo en el que sigue habiendo injusticias, saber que hay gente que es capaz de dar lo mejor de sí mismo por trabajar por los demás es algo que nos reconcilia con el ser humano, y la Casa Grande de Martiherrero nos reconcilia con lo mejor del ser humano”, ha informado Diario de Ávila.

TribunaLourdes Ruano Espina

¿Quién decide la educación de nuestros hijos?

Los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos. Lo que proscribe la obligada neutralidad de los poderes públicos en el ámbito educativo es que se transmita esa formación desde un modelo antropológico y ético concreto.

6 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 6 minutos

Tradicionalmente, la educación se consideró como un deber más que como un derecho. De ahí que las primeras declaraciones de derechos (la de Virginia, de 1776 y la francesa, de 1789) no hicieran referencia al derecho a la educación. Fue en la época de la Ilustración cuando se planteó la conveniencia de proporcionar una educación obligatoria. Dado que la tarea educativa había estado encomendada tradicionalmente a la Iglesia, en la ideología propia de la Ilustración se optó por prescindir de las confesiones religiosas para que la educación fuera asumida por el Estado. Fue así como, a raíz de la revolución francesa, el Estado asumió la gestión directa de la educación, que comenzó a concebirse como un servicio público. La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 incluyó, entre los derechos fundamentales, el de toda persona a la educación, debiendo ser, la instrucción elemental y fundamental, obligatoria y gratuita, pues tiene por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana (art. 26, 1 y 2). Y estableció que “los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”.

Principio de neutralidad

La configuración de la educación como un derecho-deber de toda persona, que debe prestar el Estado de forma gratuita (art. 27, 1 y 5 CE), implica un importante avance en el reconocimiento de los derechos humanos, pero también exige la asunción, por parte del Estado, de amplias competencias, en cuyo ejercicio queda investido de un considerable poder. En el ejercicio de la potestad que la legislación atribuye al gobierno, éste podría adoptar fórmulas de adoctrinamiento que, invadiendo el ámbito de la conciencia moral de los niños, fuera considerada como no respetuosa de las convicciones personales de los menores y/o de sus padres, sean religiosas, morales, éticas o filosóficas. Aquí es donde encaja, precisamente, el derecho fundamental que tienen los padres de elegir para sus hijos aquella educación moral y religiosa que sea conforme a las propias convicciones, derecho reconocido tanto por nuestra Constitución (art. 27, 3) como por numerosos textos y tratados internacionales, que garantiza un ámbito de autonomía e inmunidad, para que los padres puedan elegir esas enseñanzas o negarse a que sus hijos reciban las que contraríen sus convicciones. Este derecho constituye un límite a la potestad del Estado al regular el sistema educativo, que tiene que estar presidido por el principio de neutralidad.

La transmisión obligatoria de unas concretas enseñanzas carentes de la exigida neutralidad se llevó a cabo ya con la famosa Educación para la Ciudadanía, que incidía en la formación moral de los niños desde una concreta ideología y antropología, que no todos compartimos. Por ello, el Tribunal Supremo, en su sentencia de 11 febrero 2009 estableció que, al organizar el sistema educativo, el Estado debe respetar en todo caso el pluralismo, que es un valor superior del ordenamiento jurídico. “El Estado no puede llevar sus competencias educativas tan lejos que invada el derecho de los padres a decidir sobre la educación religiosa y moral de sus hijos” (FJ 9). La Administración educativa no está autorizada “a imponer o inculcar, ni siquiera de manera indirecta, puntos de vista determinados sobre cuestiones morales que en la sociedad española son controvertidas” (FJ 10). 

Para salvaguardar ese ámbito, desde la asociación Educación y Persona y la Federación España Educa en Libertad se elaboró un documento de consentimiento informado, que se distribuyó a padres y madres de toda España en marzo de 2009. En él, los padres solicitan información y manifiestan su consentimiento –o no- para que sus hijos asistan, en el centro escolar, a actividades (generalmente extracurriculares, como talleres, charlas, etc.) o reciban una formación impartida por personas ajenas al claustro de profesores, de contenido moral, sexual o ideológico, dado que esta formación se puede impartir desde perspectivas antropológicas, éticas y psicológicas muy diversas. Este documento lo han hecho suyo y difundido, en las pasadas semanas, alguna organización y un partido político, con la desafortunada denominación de pin parental. 

Núcleo de la discusión

La solicitud de información y consentimiento de los padres para actividades extracurriculares no es excepcional, y viene aplicándose en el ámbito escolar. De hecho, fue adoptada hasta fechas recientes, por administraciones educativas de Comunidades autónomas gobernadas por partidos de izquierda como Extremadura (vid. comunicación a los centros educativos de 16 octubre 2019) o Valencia. La polémica ha surgido cuando determinados lobbies y partidos políticos han visto peligrar sus pretensiones. La discusión se ha centrado en aquellas actividades, talleres o charlas, que contienen una formación afectivo-sexual, generalmente impartidas por asociaciones LGTBI (la misma Comunidad extremeña envió otro comunicado el 28 octubre 2019 para excluir, de la necesidad de consentimiento expreso, las actividades formativas sobre coeducación, educación afectivo-sexual, identidad o expresión de género o modelos de familia), cuando tienen lugar en la escuela  pública, pues los centros con ideario religioso pueden hacerlo valer como cláusula de salvaguardia de su identidad religiosa y carácter propio ex art. 6 de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa. Cabe recordar que la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales y sus entidades, en octubre de 2019, exigió al Ministerio de Educación y a las consejerías autonómicas que recuerden, a través de un documento escrito a sus centros educativos, la necesidad y obligatoriedad de implantar este tipo de formación en sus aulas y de ofrecerla a todos los alumnos, así como la retirada inmediata de las instrucciones que obligan a los centros a solicitar el consentimiento paterno para determinada formación.

Los padres, primeros responsables

Con independencia de la denominación del documento, nos encontramos ante una cuestión nuclear en que están en juego derechos y libertades fundamentales, de padres e hijos. Se acusa a los padres de intolerantes, de pretender cercenar la formación integral de sus hijos, y se apela a la obligación de los poderes públicos de velar por sus derechos. La estrategia es, ciertamente, perversa. Tanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como la ministra de Educación, Isabel Celaá, han afirmado públicamente que el pin parental vulnera el derecho de niños y niñas a recibir una educación integral. Nada más torticero que hacer creer que son los padres quienes están privando a sus hijos del derecho a la educación, por lo que es el Estado quien debe asumir esa competencia. Craso error. Los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos, quienes deciden lo que es bueno para ellos. El Estado asume, de forma subsidiaria, la tarea, no de educarlos, sino de procurarles un puesto escolar, desde el respeto escrupuloso a la libertad de enseñanza y a la libertad religiosa y de conciencia. Y en base a esas libertades, el derecho a elegir la formación de los menores, en el ámbito religioso, moral e ideológico, es exclusivo de sus padres. 

 El adoctrinamiento

La educación exige una formación en valores, tan necesaria hoy en día: la libertad, la igualdad y no discriminación, el respeto al otro, el pluralismo, la diversidad y la tolerancia hacia todos, valores que constituyen el sustrato moral del sistema constitucional. Es preciso y urgente educar a los niños en el reconocimiento y el respeto a la dignidad de toda persona. Y ello con independencia de cuál sea la concepción antropológica, de la sexualidad o la afectividad que se tenga. Lo que proscribe la obligada neutralidad de los poderes públicos en el ámbito educativo es que se transmita esa formación desde un modelo antropológico y ético concreto. Expresiones como “Lo que va a hacer que seas hombre o mujer no es que nazcas con unos genitales u otros, sino cómo te identificas tú” (taller de diversidad sexual impartido en un Instituto de Ciempozuelos a niños de 10 y 11 años), “curiosidad ante el sexo anal: ¿hay división clara entre quienes desean penetrar y quienes desean ser penetrados?”, tener un número elevado de compañeros sexuales no tiene por qué tener connotaciones peyorativas” (Guía del colectivo COGAM para dar charlas en institutos), o “la escuela debe impulsar una educación afectivo-sexual basada en la atracción”, “enseñar la satisfacción y disfrute sexual en solitario” (Programa Skolae, del gobierno de Navarra) exceden la mera formación objetiva y neutral y constituyen adoctrinamiento en toda regla. 

Límites a la acción educativa

No son homófobos o machistas los padres que, en su libertad, quieren educar a sus hijos en una concepción antropológica y de la afectividad distinta a la impuesta por la ideología LGTBI. Los postulados ideológicos de la ideología de género constituyen un concreto modo de concebir al hombre y la sexualidad, con importante repercusión moral, pero no es el único. Por ello, podrá informarse a los menores, sobre diversos modos de concebir al hombre, o los distintos modelos de familia que la ley reconoce, pero la valoración moral que merecen las conductas, lo que es bueno y lo que es malo, forma parte de las convicciones ideológicas, religiosas y morales, sobre las que solo los padres pueden decidir. Como ha señalado el Tribunal Supremo español, los derechos consagrados en los arts. 16,1 y 27,3 de la Constitución, se erigen en límite a la acción educativa del Estado. Los padres no deben permitir el adoctrinamiento moral de sus hijos por parte del Estado. Sea cual sea su ideología y sus creencias. Es la libertad lo que está en juego. n

El autorLourdes Ruano Espina

Cumbre del Clima, ecología humana

Necesitamos un esfuerzo planetario para salvaguardar (o regenerar) las condiciones morales que permiten el florecimiento de este hábitat saludable para el armónico desarrollo del ser humano.

6 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

Leo en la prensa que investigadores españoles han descubierto en la Antártida una especie de “mosquito sin alas”. Su pequeño tamaño bien podría hacer pensar que poco tiene que hacer en aquel extensísimo territorio que se nos antoja inhóspito. Y sin embargo, con motivo del cambio climático se detectan ya más de cientos de miles de “mosquitos sin alas” por metro cuadrado, haciéndose muy difícil su erradicación: una plaga peligrosa que puede dañar otras especies animales y vegetales autóctonas… Una noticia más que aumenta la preocupación que se potenció con motivo de la Cumbre del Clima en Madrid el pasado mes de diciembre.

El cambio climático es un fenómeno muy importante y merece nuestra atención. Paralelo a este cambio, también se viene produciendo en Occidente otro más profundo y menos atendido: el “cambio climático cultural”. La expresión fue acuñada por el rabino inglés Jonathan Sacks, para quien las religiones en Occidente viven en un hábitat hostil para su desarrollo y para la mejora de nuestro mundo. Ante ese hábitat hostil, las tentaciones para las religiones y para sus seguidores —sigo el pensamiento del rabino— son tres: servirse de la violencia para imponer la verdad (fundamentalismo), aislarse en invernaderos religiosos ante un medio ambiente hostil (aislacionismo) o adaptarse a las condiciones morales a costa de perder la propia identidad (asimilacionismo). Cualquiera de estas tres tentaciones termina por desnaturalizar la religión, condicionada por la ira, el egoísmo, la debilidad.   

Los Papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco han exhortado a cuidar la “ecología humana”. Necesitamos un esfuerzo planetario para salvaguardar (o regenerar) las condiciones morales que permiten el florecimiento de este hábitat saludable para el armónico desarrollo del ser humano. La ley natural (que no es un “invento cristiano”) orienta este esfuerzo. Pero es una tarea que no se improvisa. Exige un atento análisis de nuestro medio ambiente para detectar  qué elementos provocan las “emisiones nocivas” que generan ese inhumano “efecto invernadero” en las sociedades occidentales… Exige pensar, exige innovar, superar las quejas que añoran “ecosistemas del pasado”.… 

En la Cumbre del Clima de Madrid se acuñó un lema de esperanza frente al profetizado desastre: “aún estamos a tiempo”. Ante un clima social adverso, los cristianos —sal de la tierra y luz del mundo (Mt. 5, 13-16)— siempre “estamos a tiempo” de contribuir (¡pequeños y grandes gestos!) a una floreciente ecología humana. n

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Cultura

Perfilado el proyecto del santuario de Fátima en San Petersburgo

La Asociación Icono de Fátima acelera la promoción de un santuario de Fátima en San Petersburgo, que estará dedicado a la Madre de Dios. Los impulsores desean colaborar en la difusión en Rusia del mensaje de la Virgen de Fátima, que pidió que Rusia se consagrara a su Inmaculado Corazón. Los ortodoxos, mayoritarios, no se oponen.

Omnes·6 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

El 13 de julio de 1917, durante la tercera aparición de la Santísima Virgen a los pastorcillos Francisco y Jacinta en Fátima, Nuestra Señora les habló de Rusia. Dijo que Rusia difundiría sus errores por todo el mundo, pero que al final se convertiría y su Corazón Inmaculado triunfaría. Añadió que volvería para pedir la Consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón, lo cual realizó algunos años más tarde. En efecto, el 13 de junio de 1929 se apareció a Sor Lucía en Tuy y le pidió que el Santo Padre consagrara Rusia a su Inmaculado Corazón. 

San Juan Pablo II realizó esa consagración el 25 de marzo de 1984, y a partir de ese momento, en Rusia se han construido más de veinte mil iglesias y se han bautizado alrededor del 70 por ciento de sus habitantes. Aunque las consecuencias del comunismo ateo siguen siendo enormes, y el tanto por ciento de fieles practicantes no es elevado, los impulsores del santuario aseguran que no se puede decir que Rusia sea un país ateo sino una nación religiosa, es decir, que favorece la práctica de la religión. En ese sentido, “puede afirmarse que Rusia se ha convertido, aunque no en plenitud”.  

Para que los mismos rusos, especialmente los católicos, puedan dar gracias al Inmaculado Corazón de María por lo sucedido y para ayudar a que el triunfo de ese Corazón se haga pleno, existe este proyecto de construir un santuario de Fátima en San Petersburgo. 

El proyecto ha sido autorizado, después de consultar con la Santa Sede, por el obispo Mons. Joseph Werth, ordinario para los católicos de rito oriental de toda Rusia. El santuario tiene una vocación ecuménica y universal. Hay muchos hermanos ortodoxos que estiman mucho las apariciones de Fátima. Por ejemplo, el metropolita de Volokolamsk, Hilarión, presidente del departamento para la relación con otras iglesias del Patriarcado de Moscú, ha visitado recientemente Fátima, como hizo su predecesor Nikodim Rostov, fallecido después en los brazos de Juan Pablo I. El Patriarca de Constantinopla, Bartolomé I, bendijo una copia del icono de Fátima. Los miembros de la Asociación esperan que “nuestros hermanos ortodoxos se sumen a esta acción de gracias a la Madre de Dios de Fátima”. 

“Las confesiones ortodoxas no se oponen a este proyecto. Muchos rusos tienen gran devoción a la Virgen de Fátima, que intercedió por la conversión de Rusia”, ha manifestado Aleksander Burgos, sacerdote de la diócesis de Valladolid que fue trasladado a Rusia en el año 2002 para servir a los católicos de rito latino primero, y desde hace siete años, a los de rito bizantino. que trabaja en San Petersburgo. El cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid, manifestó al P. Burgos su respaldo al proyecto.

Los católicos de rito bizantino 

Como es sabido, dentro de la Iglesia católica existen 23 “Iglesias de derecho propio”, que son agrupaciones de Iglesias locales o diócesis del mismo rito. Además de la Iglesia latina, que es la mayor, pues de ella forman parte casi el 90 por ciento de los católicos, existen otras, como la armenia, copta, ucraniana, siro-malabar, melquita, maronita, etc., todas católicas. La más pequeña de estas iglesias católicas de rito oriental es la Iglesia Católica rusa de rito bizantino. 

El santuario de la Madre de Dios de Fátima en Rusia servirá al mismo tiempo como templo para los católicos de ese rito, aunque evidentemente estará abierto a todos los católicos y en él se podrán celebrar la liturgia en todos los ritos de la Iglesia católica.

Por otra parte, el santuario dará la posibilidad a muchos creyentes de todo el mundo, amantes de la Virgen, especialmente bajo la advocación de Fátima, de hacerse presentes en San Petersburgo para dar gracias a Nuestra Señora por el cambio producido en Rusia y para rezar por el triunfo pleno del Inmaculado Corazón de María.

El proyecto del santuario de Fátima

Para levantar el santuario, lo primero es adquirir un terreno cercano a la estación de metro Oserki, una zona con lagos y bosques dentro de la ciudad de San Petersburgo. Después, se colocarán una capilla de madera y una casa también de madera. El presupuesto de este primer paso es de 900.000 euros. “Entonces llevaremos allí el icono de Fátima y podremos comenzar el culto. Mientras tanto, seguiremos buscando el resto de fondos para construir el templo, cuyo coste aproximado será de unos dos millones y medio de euros, más o menos lo mismo que cuesta construir una parroquia en España”, señala la Asociación impulsada por el P. Aleksander Burgos. 

El santuario está diseñado siguiendo las características de la arquitectura religiosa rusa. Las cúpulas azules son signo de la protección de María sobre los creyentes. La forma de las cúpulas no es la típica cebolla rusa sino unas medias circunferencias, que es como se construían los templos en el periodo anterior a la separación de las Iglesias ortodoxas y católica.

Los donativos para el proyecto pueden enviarse a: Asociación Icono de Fátima, ES30 0182 4924 1202 0157 1249, BIC o SWIFT: BBVAESMMXXX, Paypal: [email protected], y desde el móvil : www.fatimarus.com/dona. Y si se necesita recibir certificado para la desgravación, puede enviarse el donativo a CARF, Caixabank, ES39 2100 1433 8602 0017 4788, concepto: Proyecto Icono de Fátima en Rusia, y enviar los datos a [email protected]

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Teología del siglo XX

Heidegger y Haecker, diálogo y distancia con las ideologías

Se considera a Heidegger como el pensador característico del siglo XX y referente para el diálogo de la Iglesia con la modernidad. Pero Heidegger llevaba ese diálogo clavado en su propia historia. La comparación con Haecker explicita las distancias.

Juan Luis Lorda·6 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 8 minutos

Desde mediados del siglo XIX hasta finales del XX, las ideologías se extendieron como epidemias de la vida intelectual.  Los “intelectuales” del siglo XX, clase “nueva” cuya señal de identidad debía ser su sentido crítico (el “yo acuso” de Zola), se sometieron, con muy heroicas excepciones, a la ideología nazi en Alemania y a la ideología comunista en los países del Este. Y en el resto del mundo, durante decenios, creyeron en el comunismo con una fe ciega. ¿Cómo pudo pasar?

Un maestro de Alemania

En otra escala, también llama la atención la fascinación que ha ejercido Martin Heidegger (1889-1976): padre del existencialismo francés (Sartre) y del giro hermenéutico continental (Gadamer, Ricoeur, Derrida, Foucault). “Un maestro de Alemania”, según la biografía un tanto hagiográfica de Safranski. Es sorprendente su triunfo, por la oscuridad de sus “hermenéuticas”. Pero sobre todo, porque se alineó con la ideología nazi. ¿Cómo puede ser “maestro” de la filosofía, en la venerable tradición de Sócrates? 

El primer problema tapó el segundo. La oscuridad de Heidegger provocó la admiración ante lo “profundo”, desató las interpretaciones y ocultó el grado de su compromiso nazi. Sus muchos admiradores se resistieron sesenta años a creerlo. Pero las investigaciones de Otto, Farías y Faye; y, desde 2014, la publicación de sus Cuadernos negros (1931-1951) y de su correspondencia familiar no dejan lugar a dudas.

Lo notable es que la adhesión de Heidegger no fue un ceder, como otros, a la presión social del momento, sino que, en el trasfondo del movimiento nazi, vio encarnado su pensamiento filosófico y su idea del ser.  Es lo que merece atención.

Un mago del lenguaje

Era, sin duda, un gran profesor. Así lo recuerdan muchos y notables discípulos (Gadamer, Arendt), incluso los que se distanciaron de él (Löwith). Su fuerte era la “hermenéutica”: sacar lentamente partido de los textos filosóficos (sobre todo, los fragmentos presocráticos), de la tragedia griega, de la poesía romántica alemana, sobre todo Hölderlin, y de las mismas palabras, alemanas y griegas. 

Heidegger está convencido de la superioridad del pueblo alemán, dotado con una “lengua filosófica”. Ve Alemania surgiendo del terruño patrio (Boden), unida a las raíces profundas de lo griego y desplegándose creativamente en la historia, primero con una avanzada poética y artística, y después filosófica y científica.

Heidegger pensaba que el alemán es “la otra lengua filosófica” después del griego clásico, emparentada con él por el “indoeuropeo” (de moda entonces) y poco contaminada por el latín. Farías recuerda que, por eso, le desaconsejó traducir al español Ser y tiempo, aunque ya existía la meritoria y difícil traducción de Gaós y Rivera hizo otra después con mucho empeño (Trotta). Heidegger saca a las expresiones presocráticas fascinantes brillos, descomponiéndolas y recomponiéndolas en alemán (con neologismos, prefijos, sufijos y guiones, intraducibles) en una sucesión incansable de aparentes tautologías con destellos de genio poético, que es su estilo característico. Esto cimentó a la vez su prestigio continental y el aborrecimiento de la filosofía analítica, que, hasta el día de hoy, no ha podido tragar que “la nada nadea” (Carnap) o “¿qué es lo cósico de la cosa?”.

Heidegger creía estar “oyendo” la voz profunda del ser en los primitivos textos presocráticos (Heráclito, Parménides) y en las etimologías del lenguaje (donde el hombre vive), y maravillaba a sus alumnos. Aunque la escasez y fragmentariedad de esos mismos textos (recopilados por Diels en 1903) plantea serias dudas. Y parece mucho concederle un trágico “olvido del ser” desde los mismos orígenes hasta que lo recupera él, “Pastor (único) del ser”.

Del seminario a la universidad

Heidegger nació en la pequeña localidad de Messkirch. Su padre era sacristán y tonelero. Su vida quedó marcada por esa raíz popular alemana, y por la escasez de medios. En un entorno muy católico, ingresa en el seminario de Constanza a los 14 años (1903); después en el de Friburgo (1906). Al acabar la filosofía (1909), intenta sin éxito entrar en los jesuitas, y sigue la teología en Friburgo. Se identifica con la filosofía perennis; también lee a otros intelectuales católicos y a Brentano y Husserl. En febrero de 1911, por problemas cardíacos y respiratorios, lo mandan a casa.

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Título: Martin Heidegger
Autor: Hugo Ott
Páginas: 408
Editorial: Alianza, 1992

Con 22 años, solo sabe que le gusta estudiar y empieza matemáticas en Friburgo. Sus amigos eclesiásticos le consiguen becas para estudiar filosofía cristiana. Se doctora (1913), se habilita sobre Duns Scoto (1915), profundiza en Eckhart y se casa con Elfriede, protestante (1917). Alemania está en guerra. Cuando nace su primer hijo (1919), ya no se siente católico. Se distancia también de la filosofía católica, y Husserl consigue que lo nombren su ayudante con un pequeño sueldo (por excepción). En 1923, pasa a Marburgo, donde inicia una relación sentimental con su alumna Hanna Arendt, que tiene 17 años. En 1927 acaba Ser y tiempo, porque le urge Husserl para que le suceda en su cátedra de Friburgo. La ocupa en 1928 y da numerosos cursos.

Para seguir leyendo

Título: La autoafirmación en la Universidad alemana
Autor: Martin Heidegger
Páginas: 136
Editorial: Tecnos, 1989

El poder y la gloria (efímeros) del rectorado

El año 1933 es triunfal y crítico en su vida. La llegada de los nazis al poder provoca la dimisión del rector Möllendorf, y los admiradores de Heidegger lo aúpan al rectorado. El 21 de abril acepta y el 1 de mayo se incorpora al Partido. En el Discurso del Rectorado (toma de posesión) postula la adhesión de la universidad al proyecto de la nueva Alemania. Y es jaleado por la propaganda oficial. Se interesan las autoridades de Berlín, y por un momento le parece que va a orientar la política universitaria alemana. Escribe numerosos informes. Después de tantos años de penurias, el éxito de sus clases se extiende a la política. 

En el lenguaje de la época, “unificar” significa adherirse al proyecto nazi y depurar a los judíos, pero también a todo disidente. Está probado que Heidegger “unificó”. Y emprendió también la nazificación de los alumnos con sesiones de formación política. En el verano del 33 organizó un campamento de adoctrinamiento, que no salió bien, porque le discutieron otros grupos nazis. Y al comenzar el curso, notó oposición en la universidad, incluso entre los suyos, por su precipitada nazificación. Además, advirtió que, en las instancias de gobierno, otros gozaban de más confianza (y algunos lo consideraban un profesor iluso que “juega a ser nazi”). El 27 de abril de 1934 se retiró. Había quedado claro que su terreno eran las ideas y se sumerge en Nietzsche y Hölderlin. Aunque sigue colaborando con el régimen. 

El sujeto de la historia 

Es muy difícil comprender su pensamiento sin su contexto. Que es el de una Alemania que todavía vive del impulso romántico de su reciente unificación como nación, con un esplendor cultural, artístico, filosófico y científico sin comparación (eso les parece). Humillada por la primera guerra mundial y vendida –eso piensa el pueblo- por los políticos liberales (“judíos”) que aceptaron una rendición incondicional en lugar del armisticio que querían los militares. Alemania busca su sitio en el mundo, porque es portadora de una cultura superior en la vanguardia de la humanidad. Hoy, en un mundo globalizado, no pensamos que los sujetos de la historia sean las naciones. Pero es lo que creían entonces muchos alemanes. Lo había enseñado Hegel y analizado Spengler en La decadencia de Occidente, libro que Heidegger conocía bien. Y hay alguna razón.

Para seguir leyendo

Título: Heidegger y el nazismo
Título: Víctor Farías
Páginas: 420
Editorial: El Aleph, 1989

Heidegger está convencido de la superioridad del pueblo alemán, dotado con una “lengua filosófica”. Ve Alemania surgiendo del terruño patrio (Boden), unida a las raíces profundas de lo griego y desplegándose creativamente en la historia, primero con una avanzada poética y artística, y después filosófica y científica. Haciendo el futuro que se merece. Ese es el Da-sein y el ser que se realiza en el tiempo. Y como comparte con Nietzsche la idea de que el viejo Dios de la moral burguesa ha muerto, comparte también con él (y después lo compartirá Sartre) que no hay esencia humana preestablecida. El nuevo hombre se hace intrépidamente con su “voluntad de poder” en el tiempo, “aparece” como ser y fisis (naturaleza) y así “desvela” poéticamente su verdad (aletheia) en la historia: en el arte, la literatura, el pensamiento y el derecho, haciéndose como pueblo, nación y estado.

La introducción a la metafísica (1935)

Esto lo oyen sus discípulos en los cursos de aquellos años, como muestran Farías y Faye y comenta González Varela. Es la línea conductora de su Introducción a la metafísica, que a su vez, es la explicitación de Ser y tiempo

“Cuando preguntamos la pregunta ‘¿qué es del ser?, ¿qué es el sentido del ser?, no lo hacemos para establecer una ontología de estilo tradicional o para demostrar críticamente los errores de sus intentos anteriores. Se trata de algo totalmente distinto. Se trata de reconducir la existencia histórica del hombre, y por tanto siempre también la nuestra propia y futura, al poder del ser originario que hay que inaugurar, dentro de la totalidad de la historia que nos es asignada” (Introducción a la metafísica, Gedisa, Barcelona 2001, 43).

“¿Es el ser solo una palabra vacía? ¿O es el ser y el preguntar de la pregunta por el ser el sino de la historia espiritual de Occidente?” (84). “El ser entendido como fisis es la fuerza que surge” (118). “Tratemos de vislumbrar una conexión que es originaria y únicamente griega. […] El ser es esencialmente ‘fisis’. El imperar que se manifiesta en el aparecer […]. El ser, el aparecer da lugar a la salida del ocultamiento. En cuanto el ente es como tal, se pone y está al descubierto, aletheia […]. Ser significa aparecer” (97). “Únicamente la victoria en la lucha entre ser y apariencia permitió a los griegos arrancar el ser del ente y llevar al ente a la estabilidad y al descubierto: los dioses y el Estado, los templos y la tragedia, los juegos deportivos y la filosofía” (100-101). “1. La determinación de la esencia del hombre jamás es respuesta, sino esencialmente pregunta. 2. El preguntar esta pregunta y su decisión son históricas, y no de una manera genérica, sino que constituyen el acontecer histórico. 3. La pregunta de quién sea el hombre se debe plantear siempre en conexión esencial con la pregunta de qué pasa con el ser. La pregunta por el hombre no es antropológica sino histórica y metafísica” (130).

Cuando no se percibe esa línea, sólo se alcanzan jirones de su pensamiento. Además, al fracasar el proyecto nazi, todo quedó por hacer. Entonces eliminó las referencias más explícitas (también al reeditar los textos). Así quedó sublimado e individualizado el poético alumbramiento del “ser”. Y se ceba en la diatriba contra “la técnica”, inspirada por las matemáticas, con su afán de dominio pragmático (eso es “América”) y contra la masa “asiática” (la Unión Soviética – obsérvense, por cierto, los tonos “nacionales”). El impulso nacional alemán era la salvación frente a estos desvaríos del ser, pero no salió. Por eso, solo queda esperar “que un dios venga a salvarnos”, como declara en la famosa entrevista en Der Spiegel (1966), publicada póstumamente (1976). Pero no es el Dios cristiano, sino los románticos anhelos de trascendencia de Hölderlin, donde quiera que puedan encarnarse. 

Theodor Haecker

La Introducción a la metafísica hace varias referencias, más bien despectivas, al pensamiento cristiano y a un libro ¿Qué es el hombre?, cuyo título en forma de pregunta le parece fuera de lugar “porque ya se posee una respuesta” (en la fe). Por eso “pierde todo derecho a ser tomado en serio”. 

¿De quién era ese libro que no se podía tomar en serio? Lo contesta Hugo Otto en su estudio sobre Heidegger, y es el origen de este artículo. Su autor era Theodor Haecker (1879-1945). En un tiempo de oscuridad, fue un verdadero intelectual que vio y habló (“J’accuse”). 

Haecker nació el mismo año que Heidegger y fue un gran critico literario y artístico. Lleno de méritos culturales, tradujo a Kierkegaard y a Newman y los dio a conocer en Alemania. También difundió a Dostoyevski. Se convirtió al catolicismo en 1921, y desde 1933 se opuso valientemente al régimen nazi.

Por eso merece ser tomado en serio. Nacido el mismo año que Heidegger y de origen también humilde, fue un gran crítico literario y artístico, vinculado a las revistas Der Brenner, Hochland y Die Fackel. Lleno de méritos culturales: tradujo a Kierkegaard y a Newman y los dio a conocer en Alemania, y también difundió a Dostoyevski. Se convirtió al catolicismo en 1921. Desde 1933, se opuso valientemente al régimen nazi, fue declarado “enemigo del Estado” (Staatsfeind) y le prohibieron escribir y hablar en público. Se relacionó con el círculo de La Rosa Blanca (hermanos Scholl). Y en 1945 murió en el desamparo después de que su casa de Múnich fuera destruida por las bombas aliadas. 

El libro ¿Qué es el hombre?, publicado en 1933 (traducido por López Quintás, Guadarrama, 1961), también merece ser tomado en serio. Es menos brillante que Heidegger, pero más sabio. En un momento en que el evolucionismo se aplica a la historia, subraya que “lo superior puede explicar lo inferior, pero lo inferior no puede explicar lo superior”. Por eso es falsa “la protogermana herejía que atenta torpemente contra ese principio afirmando que Dios deviene, pero no ES” (27). “Los filósofos de nuestros días desconfían de la unidad del hombre, nosotros la proclamamos […]. Sabemos por la fe que las razas y pueblos poseen unidad” (36). “Esta idea del hombre […] la realizó Dios mismo de modo inefable y sobre toda medida en el Hijo del hombre” (39).  Y “nos impone la obligación de conservar y defender con todas nuestras fuerzas como hogar físico y espiritual nuestro que es” (41). “La idea de que es el hombre el que inicialmente da sentido a la Historia […] es consecuencia en primer lugar de una herejía, es decir, de una defección de la fe y, en segundo lugar, de una falsa concepción del poder creador” (46). 

Para seguir leyenddo

Título: ¿Qué es el hombre?
Autor: Theodor Haecker
Páginas: 232
Editorial: Guadarrama, 1966

“La frase de que el hombre fue creado ad imaginem Dei fue dicha al comienzo de la historia de la Humanidad y subsistirá hasta el fin de los tiempos. Toda verdadera Filosofía, toda verdadera Ciencia viene a ser una confirmación de esta frase para los hombres sinceros, los hombres de sentido común y de buena voluntad” (196).

Familia

Traer matrimonios al mundo

“Traer matrimonios al mundo”, preparando y acompañando a los novios, es una preciosa tarea. También en un contexto cultural y social en el que la posición de la familia ha cambiado. He aquí algunos de los ejes necesarios en ese camino.

Pablo María Riopérez·6 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 12 minutos

Hoy en día, nos encontramos con un cambio en la fisonomía tradicional de la familia en los países de tradición cristiana. En especial en occidente, está cambiando a marchas forzadas. Las relaciones prematrimoniales parecen obvias para algunos y los divorcios se han convertido en algo casi normal, muchas veces consecuencia de la infidelidad conyugal. A esto, hay que añadir las ideas de género y los llamados matrimonios homosexuales.  Lo que no ha cambiado es el corazón del ser humano en cuyo hondón late el deseo de formar una familia y si es posible, estable.

En esta tesitura, de giro copernicano en el modo de entender el matrimonio y la familia, así como de plantear su preparación, las más de las veces en medio de una relación de convivencia previa, solo caben dos actitudes: la resignación, conducente al pesimismo unilateral, o adoptar el espíritu del Concilio Vaticano II, que en estas cuestiones se concreta en: a) acoger, y b) reorientar hacia Cristo Salvador.

Así, en Gaudium et Spes (GS), nn. 47-52, nos encontramos con un acercamiento al matrimonio y la familia más personalista y en continuidad con la tradición anterior. Más adelante, san Juan Pablo II, en sus Catequesis sobre el amor humano y en la Exhortación Apóstolica Familiaris Consortio, abrió nuevas perspectivas a los problemas actuales. A esto, cabe añadir, los dos sínodos sobre la familia convocados por el Papa Francisco en los años 2015 y 2018 como una manifestación más de su interés por lo todo lo que atañe al matrimonio y a la familia.

Aterrizando en el tema que nos ocupa, ¿cómo está siendo la experiencia de preparar a los novios para el matrimonio, considerando que la mayoría de ellos (7 de cada diez parejas), ya conviven en una unión de hecho estable, a veces de larga duración? Comenzamos con un ejemplo que nos puede ayudar a situarnos ante el problema, que no deja de ser un reto y un desafío para la Iglesia del siglo XXI.

Alvaro y Cinthia han venido a la parroquia de la Natividad, en Navacerrada, a pedir una fecha para casarse el próximo mes de septiembre. Después de fijar la fecha y explicar sus motivaciones para casarse en la Iglesia, hemos quedado otro día, en el que hemos podido dialogar y profundizar en su historia personal y su proyecto de vida matrimonial. Ellos quieren hacer con nosotros el cursillo prematrimonial para favorecer ese conocimiento por parte del sacerdote. En ese diálogo, ha surgido la cuestión acerca del sacramento de la confirmación, que ella sí ha recibido y él, aún no. Me pregunta si podría prepararse para recibir el sacramento de la confirmación antes de la boda. 

Hemos quedado un segundo día, en el que hemos concretado una serie de encuentros y de lecturas como material básico para preparar su confirmación. Y, al hilo de este último diálogo, le he preguntado al novio: “¿Por qué decidisteis iros a vivir juntos, y qué ‘pros’ y qué inconvenientes habéis encontrado?”. Él me ha respondido: “La experiencia de vivir juntos nos ha ayudado a conocernos mejor en la convivencia diaria, pero nos hemos dado cuenta de que, como creyentes, hay algo que no estábamos haciendo bien”; por ello, prosigue, “ha llegado el momento de casarnos”.

Continuamos la conversación con mi pregunta: “¿Queréis tener hijos?”. La respuesta: “Sí; de hecho, ha sido un factor muy importante a tener en cuenta a la hora de decidir casarnos”. Prosigue el sacerdote: “¿Recomendaríais a amigos vuestros ‘probar’ antes de casarse?”, el novio: “Sí y no. Sí, por la oportunidad de conocernos mejor; y no, desde el punto de vista moral, somos conscientes que hemos empezado la casa por el tejado”.

Todas las dimensiones

Consideramos muy relevante y esclarecedora esta entrevista, realizada al novio en los 9 meses previos a la boda. De una parte, emite un juicio valorativo de la experiencia de convivencia como algo “necesario”, aunque no lo valora positivamente desde el punto de vista moral. Es más, esa sería la razón única para no recomendarlo. Y, de otra parte, reconoce que han vinculado su deseo de tener hijos a la decisión de casarse. 

Esto último es cada vez más habitual: después de convivir, a veces durante un largo tiempo, al ver que pasan los años y que la edad fértil de la mujer se va acortando, es cuando vienen a la Iglesia para pedir casarse. Algunos, pocos, lo hacen cuando ella ya está embarazada o con un niño/a ya nacido/a, para ser bautizado/a. Celebrar una boda con bautizo es algo con lo que hemos de contar los sacerdotes y que conviene saber plantear. Un “dos por uno” vende bien en el ámbito pastoral y siempre es camino de evangelización.

Como anécdota:  en una ocasión nos tocó celebrar una boda con bautizo (como digo, algo bastante habitual hoy en día), en la que los novios habían invitado a la familia “sólo al bautizo”, sin mención alguna de la boda. La sorpresa mayúscula fue general, y en especial del padre de ella, cuando al comienzo de la celebración el sacerdote les anuncia que han venido a la boda de sus hijos y al bautizo de su nieto. Los pañuelos comenzaron a salir de los bolsillos en la nave de la Iglesia…

Casarse, y hacerlo en la Iglesia, es un paso definitivo que cambia la vida de esos novios y les sitúa en un escalón existencial diferente, pudiendo contar con la gracia de Dios en su vida matrimonial y educando a los hijos en la fe católica. Y, además, les garantiza el estatuto social y jurídico necesario para el desarrollo de su vida familiar en sociedad. La boda, aunque haya solo cuatro invitados, no deja de ser una celebración pública, por el indudable sentido social que tiene el matrimonio. Es algo que no debemos olvidar cuando preparamos para el matrimonio en la Iglesia.

Se trata de un desafío pastoral, por medio del cual se vislumbra que, como en la preparación al matrimonio, entran en juego todas las dimensiones de la persona: intelectiva, afectiva y espiritual. Todos los que vienen a casarse en la Iglesia requieren un acompañamiento específico que les ayude a discernir bien su vocación, así como la idoneidad de la persona que han elegido para casarse. No hay crisis de la familia; hay crisis del ser humano, y por ello hemos de incidir en este discernimiento previo, tan necesario.

Acompañamiento personalizado

Nos acercamos a la importancia de un buen acompañamiento pastoral por parte del sacerdote y de otros agentes implicados (laicos competentes y bien formados, matrimonios con vida de fe comprometida), que puede facilitar a los novios el acceso al matrimonio con pleno conocimiento de lo que hacen y con plena libertad, además de favorecer que se encuentren fructuosamente con Dios, en un momento tan decisivo de sus vidas.

El Papa Francisco, en Amoris Laetitia (n. 297), nos recuerda que “se trata de integrar a todos, se debe ayudar a cada uno a participar en la comunión eclesial, para que se sienta objeto de una misericordia ‘inmerecida, incondicional y gratuita’”. Esta indicación que el Papa refiere a las personas en situaciones llamadas irregulares es extensiva por analogía a los novios que conviven antes de casarse. La mayoría de estos vinculan su decisión de casarse en la Iglesia con el momento de tener los hijos. No les cuesta aceptar con normalidad el vivir juntos sin estar casados, pero no conciben tener hijos fuera del matrimonio. Por eso es tan importante que los pastores sepamos acoger a las parejas que vienen a pedir el bautismo de un niño sin estar casados, pues muchas veces, durante o después de la preparación de ese bautismo, surge también la oportunidad de que esos padres se planteen el matrimonio.

De esta forma, la preparación para cualquier sacramento, pero en especial para el matrimonio, se presenta como una oportunidad dentro de la Iglesia de anunciar a los novios la Buena Nueva de Jesucristo, el cual también nació en una familia, se santificó en ella y la convirtió en modelo de vida familiar para toda la humanidad. Tal oportunidad requiere saber acoger, acompañar e integrar.

Acoger implicahacer ver a los novios que vienen a casarse en la Iglesia que no están solos. Al haber elegido el matrimonio canónico están, aún sin saberlo, respondiendo al plan de Dios en su vida. Es tarea del sacerdote que les recibe y en su caso, los acompaña, hacerles ver esta gran verdad: la de que el matrimonio es una vocación y en cuanto tal reclama de ellos una respuesta. Y, hoy más que nunca, se hace precisa una clara y completa explicación a los novios de lo que es el matrimonio cristiano en cuanto institución natural querida por Dios, encaminada al bien de los cónyuges y abierta a la vida, para formar una familia. 

Lo obvio por evidente no debe dejar por ello de explicarse, máxime en los tiempos presentes, en los que lo más básico, como pueda ser la complementariedad varón y mujer, requiere de una explicación.

A todos nos ha ocurrido, que hablando con los novios, en la primera entrevista, él o ella eran reticentes sobre la conveniencia del matrimonio en la Iglesia (lo hacían más por el otro que por ellos mismos), porque pensaban que para casarse hace falta, por ejemplo, ir a misa todos los domingos o confesar de vez en cuando. Y se sorprenden cuando se les explica que lo que la Iglesia pide, para poder celebrar el matrimonio canónico, es querer lo que quiere la Iglesia. Ni más, ni menos. 

La Iglesia quiere que el matrimonio sea la unión de uno con una, para toda la vida y abierto a la procreación y educación de los hijos. Lo que exceda de esto no puede ser exigido a los novios para poder casarse. Tampoco se les puede pedir menos. A la pareja en la que él o ella manifiesten en modo positivo y expreso una voluntad contraria a tener los hijos (lo que es diferente a querer posponer el momento de tenerlos) hay que aconsejarle esperar y en algunos casos disuadirles de celebrar ese matrimonio. Pues podrían verse abocados por propia voluntad a contraer un  matrimonio nulo por exclusión de uno de los dos fines del matrimonio (en este caso, el de la generación y educación de los hijos). Se trata de que los pastores que acompañan a los novios mantengan una posición de equilibrio que garantice su derecho a casarse y les ayude a discernir acerca del matrimonio que van a contraer, sabiendo que la libertad interna y externa es determinante para su validez.

Lógicamente, este diálogo con los novios ha de hacerse en un ambiente de confianza y cercanía, capaz de suscitar entre novios y sacerdote un franco diálogo acerca del modo de ser de cada uno, sus aficiones, virtudes y defectos dominantes, vida de fe. Si él o ella, o los dos, me dicen que no tienen vida de fe, los animaré a que la tengan; que acudan a alguna adoración, a la misa del domingo o a un retiro. Todos hemos tenido muy gratas experiencias en este sentido. Pero insisto en que no podemos vincular el grado de fe vivida con la validez de su matrimonio, aunque sí podemos ayudar a que esta preparación favorezca su encuentro con Dios y con la Iglesia… Poco a poco, llevando a los novios como por un plano inclinado.

– Acompañar: es la fase más importante de la preparación matrimonial, porque requiere dedicar tiempo a los novios. No debemos considerar que el cursillo prematrimonial y el expediente sean preparación suficiente. Ambas cosas han de ser el colofón de la previa preparación con los novios. En mi parroquia -así lo he visto en las tres parroquias por las que he pasado- este acompañamiento lo hace el párroco o el sacerdote vicario. Y ahora surge la pregunta fundamental: ¿qué duración ha de tener esta preparación? 

Recientemente, se han presentado los materiales Juntos en camino, +Q2, encaminados a acompañar a los novios en su discernimiento vocacional durante dos años. Esto nos debe llevar a pensar si la preparación que damos actualmente en las Parroquias es la que realmente hace falta y si es suficiente en el tiempo y contenidos. Es verdad que nos centramos en explicar el matrimonio-sacramento y lo que conlleva, pero no atendemos tanto a la importancia de que los novios disciernan su vocación y su correspondiente y recíproca idoneidad para el mismo. Una cosa es estar enamorado/a, y otra bien distinta que ese amor encuentre el cauce adecuado para poder desarrollarse y crecer.

Como aspectos, que no deben dejar de ser tratados con los novios:

a) El primero, la biografía de los contrayentes y las vicisitudes por las que han pasado antes de conocerse, durante el noviazgo y en los meses previos a la boda. 

b) El segundo, profundizar en el conocimiento de ambos contrayentes (uno puede ir viendo el modo de reaccionar ante determinadas preguntas o incluso el estado de ánimo de ellos, con respecto a la última entrevista). En este sentido, nos ha ocurrido que, “una semana antes de la boda”, la novia nos explica que padece una depresión grave que le incapacita en determinados momentos para una vida normal, impidiéndole incluso ir a trabajar. Es un dato que no había salido a la luz en encuentros previos y que surge a pocos días de la boda. 

La incidencia que estas cuestiones pueden tener en el consentimiento que se ha de dar y prestar exigen por parte del pastor una gran atención para ayudar a los novios a discernir y valorar el matrimonio que van a contraer y la idoneidad de la persona y del momento en que lo van a contraer. No es tanto el “qué”, evidentemente importante, como el “cuándo” y “con quién”, lo que debe guiar al pastor de almas en la difícil tarea de ayudar a discernir. Se trataría de provocar en los novios la gran pregunta: ¿es viable nuestro matrimonio? ¿Tiene perspectivas de prosperar y de mantenerse en el tiempo? En relación con este aspecto, tiene pleno sentido la pregunta que aparece en el expediente prematrimonial de la diócesis de Madrid acerca de “si habéis tenido dudas acerca del éxito de vuestro matrimonio”; saber orientar esa pregunta y la respuesta que obtengamos arroja no poca luz a la hora de valorar el sacramento que van a celebrar y las condiciones en que lo van a hacer. Les da pistas a ellos y al  sacerdote.

c) y d) En tercer y cuarto lugar, nos centraremos en preparar el sacramento (el día de la boda) y en ayudar a los novios a reconciliarse con Dios a través del sacramento de la confesión. Es preciso destacar que algunos de ellos hace mucho tiempo que no confiesan, por lo que en esos momentos previos a la boda están en un tiempo óptimo para experimentar la misericordia de Dios en sus vidas. El acompañamiento del sacerdote, tanto antes como durante la confesión, respetando el ritmo y el grado de fe del penitente, es esencial.

2.- Discernir e Integrar: somos partidarios de situar en esta fase de integración en la comunidad eclesial los “grupos de novios”, que se están formando en muchas parroquias, el cursillo prematrimonial y la realización del expediente. El primero, porque es el momento en que la pareja de novios que hemos ido preparando de forma individualizada se integra con otras parejas como ellos y también distintos a ellos por edad, circunstancias, cultura, etc., un momento de mucha riqueza para todos, también para el sacerdote. Así, cuando llegan al cursillo prematrimonial ya han discernido su vocación y están integrados en la comunidad eclesial que les ha acogido, capaces de desarrollar una apertura y disponibilidad muy grande en relación con la información y experiencias que se les van a seguir comunicando. De hecho, algunos de ellos nos han dicho en la encuesta que les hacemos al terminar el cursillo que nunca antes habían experimentado la maternidad de la Iglesia como lo han hecho en el grupo de novios y en el cursillo prematrimonial.

Los grupos de novios, como los de matrimonios, requieren luego de un acompañamiento y regularidad al menos mensual, de manera que se pueda tener un rato de oración, algo de formación y tiempo para compartir: esto último, quizá, lo más enriquecedor.

Lo esencial para transmitir y comunicar

Respecto al contenido y duración de los cursillos, hay tantas formas como parroquias. Pero creemos que es importante que no falte nunca:

-un tratamiento adecuado y sistemático de los aspectos fundamentales del matrimonio. Su carácter de institución natural querida por Dios y por la Iglesia, el matrimonio sacramento, sus propiedades y fines, las dificultades que pueden surgir y cómo resolverlas, la sexualidad y la comunicación en la pareja, los métodos de planificación natural de la natalidad y, muy importante, cómo acompañar a los esposos que no han podido tener hijos. La novedosa naprotecnología y la tradicional adopción son realidades que hay que conocer y saber ofrecer a los esposos. 

-la duración debe ser la suficiente para poder impartir el contenido adecuado. Ni más, ni menos. Pero es claro que los cursillos de varios días, a lo largo de cuatro o cinco semanas, son un medio ideal para conocer mejor a los novios y ver su evolución en el tiempo; si uno sabe mirarles, puede advertir cómo están y qué necesitan. La mirada de la Iglesia es muy importante en este momento de la preparación matrimonial.

-el expediente matrimonial: depende de cada sacerdote el fruto de ese encuentro con los novios y con los testigos de soltería. Si aprovechamos las preguntas que lo conforman como ocasión para dialogar con ellos sobre temas fundamentales del matrimonio, estaremos haciendo de él un maravilloso momento de transparencia y sinceridad para los contrayentes. 

En definitiva, la Iglesia está llamada a hacer, a través del magisterio de los Papas y con la ayuda de los pastores, obispos, sacerdotes y los laicos más comprometidos, un anuncio de vida y de verdad a los jóvenes novios y esposos, que les haga capaces de ver por encima de las contingencias materiales para poder disfrutar y saborear las realidades del cielo que les van a llegar de modo admirable a través de su matrimonio. Animándoles a contraerlo y permitiéndoles darse cuenta de que “cualquiera que sea la firmeza del propósito de los que se comprometen en relaciones sexuales prematuras, éstas no garantizan que la sinceridad y la fidelidad de la relación interpersonal entre un hombre y una mujer queden aseguradas, y sobre todo protegidas, contra las veleidades de las pasiones” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Persona humana). La unión carnal sólo es legítima cuando se ha instaurado una comunidad de vida definitiva entre el hombre y la mujer. El amor humano no tolera la “prueba”. Exige un don total y definitivo de las personas entre sí (Familiaris Consortio, 80 y Catecismo de la Iglesia Católica, 2391).

Llamados a la santidad

Sería una incongruencia de los pastores no mostrar a los novios con claridad la vocación universal a la santidad que subyace al matrimonio. GS 48 nos lo recuerda con estas palabras: “Imbuidos del espíritu de Cristo, que satura toda su vida de fe, esperanza y caridad, llegan cada vez más (los esposos) a su propia perfección y su mutua santificación”. Y GS 49.2 señala: “Para hacer frente con constancia a las obligaciones de esta vocación cristiana se requiere una insigne virtud; por eso, los esposos, vigorizados por la gracia para la vida de santidad, cultivarán la firmeza en el amor, la magnanimidad del corazón y el espíritu de sacrificio, pidiéndolos asiduamente en la oración”.

Atendiendo a los “tiempos recios” que nos ha tocado vivir, es fundamental crear plataformas familiares donde estén presentes todas las instancias educativas: los colegios, las universidades como centros del saber, las parroquias como auténticos areópagos de la fe, los movimientos eclesiales, los agentes de la pastoral familiar, los Centros de Orientación Familiar (COF), los servicios de mediación familiar, los foros católicos en internet y cualquier persona en definitiva, con recto interés y formación, para “traer matrimonios cristianos al mundo”.  Al mundo, a la Iglesia y a las generaciones futuras, se lo debemos…

¡No cabe mejor tarea, no cabe mayor reto!

El autorPablo María Riopérez

Párroco, juez eclesiástico y doctor en Derecho

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España

Ancianos: Escucha, paciencia y tiempo

Lo necesario para un mayor que vive solo es sentirse comprendido. Esto requiere escucha, paciencia y tiempo. Hoy en día es complicado, pero eso es el cariño.

Alfredo Jiménez·6 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

Una célebre canción decimonónica compuesta por universitarios en Santiago de Compostela reza: “Triste y sola, sola se queda Fonseca”. La tristeza y la soledad invaden nuestros hogares de un modo desconocido en la historia de Occidente, porque nunca se había desintegrado tanto el valor, la estructura y la naturaleza de lo que tiene que ser una familia. Como todas las cosas, ésta tiene un manual de instrucciones, que nos ha dado ahora por no leer: estamos metiendo recipientes de metal para calentar leche en el microondas. 

Gracias a Dios, las excepciones a este paradigma cultural son muchas y buenas. El lema Acompañar en la soledad que ha elegido la Conferencia Episcopal en esta Campaña del Enfermo 2020, y cuyo material es la base de esta reflexión, nos asoma a la soledad de muchos mayores. En España, ¡más de dos millones! 

Cuando ellos nacieron, la situación social era difícil. Enfrentaron una situación de guerra y posguerra que marcó claramente su carácter, y su forma de entender la vida. En aquellas circunstancias, había que arrimar el hombro para ayudarse mutuamente en momentos de gran necesidad y penuria. Las familias compartían la dificultad: todos los miembros de la familia se ayudaban. La emigración a las grandes ciudades para labrar el futuro de los jóvenes exigía la cooperación de todos: abuelos, padres e hijos. Los mayores eran atendidos, cuidados y respetados en su ancianidad en sus propias casas hasta que la muerte les llegaba. En esa estructura, la familia se convirtió en la clave, asumiendo un gran sacrificio. Era una época con menos soluciones médicas, técnicas y sociales, que eran suplidas por el mayor bien que existía: las personas.

Ancianos: Cuando se les viene el mundo encima

Mi parroquia está en el centro de Madrid y éste es el cuadro que te pintan la mayoría de “jóvenes experimentados” (así les llamo yo) cuando te cuentan su vida. Visitamos a muchos de ellos en sus casas, y se cumple la estadística: muchos viven solos. Ahora, su mejor compañía es un colgajo con un botón rojo, que en la mesilla de noche adopta una forma más grande para contener el micrófono de alerta por si pasa algo. 

Una vez vino una persona mayor que me dejó desconcertado. Se valía por sí mismo, tenía gran carrera y una vida aparentemente llena. Pero cuando llegaba por la tarde/noche a casa, se le venía el mundo encima. 

Las medidas sociales de apoyo y acompañamiento, y las nuevas técnicas permiten que sigan viviendo en sus hogares: como en casa, en ningún sitio. Eso, sin duda, es un gran punto a favor. Y es que los mayores no quieren molestar. Tienen el miedo de convertirse, si los hay, en un estorbo para sus hijos, ya talluditos, que tienen una vida absolutamente colapsada por sus compromisos. 

Para los que tienen una economía más desahogada, la ausencia filial se suple con una persona de servicio doméstico, o bien alguien que viene desde servicios sociales del Ayuntamiento para lavarles o hacer las tareas de la casa. Es una grandísima ayuda para muchos, sin duda, pero no necesariamente implica una compañía real: en la mayoría de casos simplemente es una solución funcional. 

Sentirse comprendidos

Ciertamente lo más necesario para un mayor que vive solo es sentirse comprendido, tarea no siempre fácil. Requiere escucha, paciencia y sobre todo tiempo. Y con nuestros aceleres habituales, parecen tres dones de un tiempo pasado, cuando no había redes sociales. Pero el caso es que todos, niños, jóvenes, adultos y ancianos, necesitamos y vivimos de esos dones maravillosos que sólo nos pueden dar las personas y son los que nos hacen humanos. Cuando cuidamos los tres aspectos, y los damos, a eso le llamamos cariño. Porque su fundamento es el amor. Y si nuestra fuente es un amor sin límites, como el de Dios, comprenderemos que esos tres dones son los que siempre nos da Él. Por eso es importante darlos después nosotros a los demás, especialmente cuando se hacen más necesarios. 

En la parroquia tenemos organizada la visita a personas solas en sus hogares. Por un lado, la Legión de María realiza un apostolado precioso de visitarles; desde Cáritas apoyamos a algunos de ellos; el equipo de Comunión de enfermos les visita una vez a la semana; los sacerdotes vamos una vez al mes para confesarles y llevarles la Comunión.

Pero son muchos más los que tenemos en el barrio. Hace un par de años hicimos una campaña para animar a la feligresía a cuidar en su comunidad de vecinos a quienes vivieran solos y que no deseaban una atención espiritual; la parroquia se ofrecía a visitar a quien quisiera. Organizamos en paralelo un voluntariado que realizara las visitas, al que se apuntaron bastantes personas. Fue un fracaso el primer aspecto: hay miedo a abrir la puerta a gente extraña. Ciertamente son muchos los casos de quienes se han aprovechado de la debilidad de los mayores y les han robado. La desconfianza y el miedo cierran las puertas no sólo físicas, sino también del corazón. Y es ahí donde la soledad se convierte en un verdadero infierno.

Pese a las dificultades, el camino está claro: debemos acompañar en la soledad.

El autorAlfredo Jiménez

Enseñanzas del Papa

El amor vence al miedo

El amor vence al miedo. Así podrían sintetizarse algunas enseñanzas del Papa en lo que va de nuevo año: en el discurso a la Curia Romana con motivo de la Navidad y en los mensajes para la Jornada Mundial de la Paz y para la Jornada Mundial del Enfermo.

Ramiro Pellitero·3 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

En su discurso a la Curia Romana con motivo de las felicitaciones navideñas (21-XII-2019), Francisco ha subrayado que el amor vence el miedo. También el miedo a cambiar, cosa que es necesaria para ser fiel.

Vencer el miedo confiando en Dios

Francisco ha tomado pie en el pensamiento de Newman. El santo cardenal inglés escribe: “Aquí sobre la tierra vivir es cambiar, y la perfección es el resultado de muchas transformaciones” (cfr. El desarrollo de la doctrina cristiana). Y en otra ocasión: “No hay nada estable fuera de ti, Dios mío. […] Sé, Dios mío, que debe operarse en mí un cambio, si quiero llegar a contemplar tu rostro” (Meditaciones y oraciones).

También según la Biblia el corazón humano necesita recorrer un camino de conversión: “Paradójicamente” –observa el Papa– “necesita partir para poder permanecer, cambiar para poder ser fiel”. Hoy, en medio de una seria crisis antropológica y de fe, y también ecológica, tenemos esa necesidad. “El problema” –recoge aquí Francisco un argumento de la encíclica Laudato si’“es que no disponemos todavía de la cultura necesaria para enfrentar esta crisis y hace falta construir liderazgos que marquen caminos”

En esta perspectiva sitúa el Papa la reforma de la Curia, dando orientaciones y criterios que de algún modo sirven para la renovación cristiana y eclesial de todos nosotros, en medio de lo que Benedicto XVI llamó “profunda crisis de fe” y “eclipse del sentido de Dios”.

Concretamente ofrece tres propuestas. Primera: para que la tradición (la entrega de la fe) siga siendo viva es necesaria una renovada evangelización; porque es preciso reconocer que “hoy no somos los únicos que producen cultura, ni los primeros, ni los más escuchados”. La fe no es –sobre todo en Europa, pero incluso en gran parte de Occidente– un presupuesto obvio de la vida común, e incluso es frecuentemente negada, marginada y ridiculizada. 

Un segundo punto es la importancia de la comunicación en una cultura digitalizada, que privilegia la imagen respecto a la escucha y la lectura, y de este modo incide en el modo de aprender y en el desarrollo del sentido crítico (cfr. Christus vivit, 86). Esto requiere de nosotros, dice el Papa, una mayor coordinación y trabajo en equipo, para promover el desarrollo humano integral. 

Tercero, tomando como modelo vivo la Encarnación del Hijo de Dios, la humanidad es la clave distintiva para leer la reforma”. Atención a la clave: “La humanidad”, dice Francisco, “llama, interroga y provoca, es decir, llama a salir y no temer al cambio”. He ahí la tercera propuesta.

Para esto, algunas circunstancias proporcionan todo un baño de realismo: 1) “en el presente hay personas que irremediablemente necesitan tiempo para madurar”; 2) “hay circunstancias históricas que se deben manejar en la cotidianidad, puesto que durante la reforma el mundo y los eventos no se detienen”; 3) “hay cuestiones jurídicas e institucionales que se deben resolver gradualmente, sin fórmulas mágicas ni atajos”; 4) hay que contar con la historia y con el error humano; replegarse en el pasado puede ser más cómodo pero no es lo mejor; es preciso vencer la tentación de la rigidez y del miedo al cambio, puesto que eso comporta un desequilibrio que no ayuda sino que dificulta. 

Es preciso –concluye el Papa– abrirse al camino de la fe, de la confianza, de la valentía, del amor divino “que inspira, dirige y corrige la transformación, y derrota el miedo humano de dejar lo seguro para lanzarse hacia el misterio, y poder así participar en la salvación que Dios ofrece a cada persona y al mundo.

Paz y educación en la libertad y la responsabilidad

El mensaje para la LIII Jornada Mundial de la Paz –publicado el 8-XII-2019–, celebrada el 1 de enero, se abre bajo el signo de la esperanza, y se concreta como “diálogo, reconciliación y conversión ecológica”

En este mensaje el Papa alude a su discurso sobre las armas nucleares (Nagasaki, 24-XI-2019) para advertir que actualmente seguimos en una guerra del miedo, prolongación de la “guerra fría”.  Francisco avisa que esto “solo” se puede vencer cambiando la mentalidad en favor de la solidaridad y la corresponsabilidad. “La disuasión nuclear” –afirma– “no puede crear más que una seguridad ilusoria”: un equilibrio inestable al borde del abismo, encerrado en los muros de la indiferencia y de la cultura del descarte. Para salir de esa lógica hace falta avanzar en el camino del diálogo y la fraternidad. Y para ello, revalorizar la memoria y apelar a la conciencia moral y la voluntad personal y política. “El mundo no necesita palabras vacías, sino testigos convencidos, artesanos de la paz abiertos al diálogo sin exclusión ni manipulación”.

Esto pone de relieve, como señalaba san Pablo VI, la importancia de la educación no solo en los derechos, sino también en los deberes y en las responsabilidades, en el dominio de sí y en los límites de nuestra propia libertad (cfr. Octogesima adveniens, 1971, n. 24). Interesante esta cita en el actual momento de nuestra cultura. Un instrumento para avanzar en esta línea: “El trabajo paciente basado en el poder de la palabra y la verdad puede despertar en las personas la capacidad de compasión y solidaridad creativa”

Junto con ello es preciso apoyarse en la fuerza de la reconciliación y el perdón (agradeciendo el perdón de los pecados que se nos ofrece en Sacramento de la Penitencia) y de la gratuidad, tanto a nivel personal como público. Cristo ha reconciliado con Dios todas las cosas (cfr. Col 1, 20), “y nos pide que depongamos cualquier violencia en nuestros pensamientos, palabras y acciones, tanto hacia nuestro prójimo como hacia la creación”.

Identificarse con Cristo para cuidar de los enfermos

La XXVIII Jornada Mundial del Enfermo se ha celebrado el 8 de febrero bajo el lema de Jesús: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré” (Mt 11, 28). En su mensaje (3-I-2020), Francisco destaca la actitud de Jesús, que llama a la cercanía con Él y ofrece su misericordia. 

Hacer, de las propias heridas, claraboyas: esto lo hace Jesús ante todo con su propia vida, porque solo quien vive en primera persona la experiencia del sufrimiento y de la necesidad sabrá ser consuelo para otros. Por eso es necesario ponerse en el lugar del enfermo, para proporcionarle los cuidados (médicos, así como relacionales, intelectivos, afectivos y espirituales) que requiere, y también su familia. Tanto los que atendemos a los enfermos, como los enfermos mismos han de tener en cuenta que “Cristo no nos ha dado recetas, sino que con su pasión, muerte y resurrección nos libera de la opresión del mal”.

Por eso los enfermos han de poder encontrar, especialmente en los cristianos, personas que, curadas por la misericordia de Dios en su fragilidad, sepan ayudarles “a llevar la cruz haciendo, de las propias heridas, claraboyas a través de las cuales se pueda mirar el horizonte más allá de la enfermedad” y así recibir luz y aire puro para llevar adelante su vida. Claramente todo comienza por respetar la dignidad y la vida de cada persona. Para esto, quizá algunas veces los profesionales cristianos tengan que recurrir a su derecho a la objeción de conciencia.

En definitiva, oración y discernimiento, escucha y respuesta, con el amor que vence el miedo. Así es el camino que los cristianos han de recorrer con serenidad y alegría para contribuir a la nueva evangelización, a la paz y al cuidado de los demás. También para abrirlo a las generaciones venideras.

Reverendo SOS

¿Puede la vocación personal causar depresión?

Cuando atendemos en la consulta personas deprimidas que están comprometidas con su vocación personal, en el matrimonio o en el celibato, a veces se cuestionan si ese bajo ánimo y apatía podría estar originado por la vocación y se debería abandonar, como un vía necesaria para la salud.

Carlos Chiclana·2 de febrero de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

Me parece que la pregunta “¿es la vocación la causa de la depresión?” no está planteada de forma enriquecedora. Que Dios llame de una manera determinada y se personalice en ti tu vocación cristiana, para que seas lo más feliz en la tierra, no parece que en su lógica interna incluya la posibilidad de que te cause depresión. Sugiero mirarlo desde otras perspectivas:

1.- ¿Puede ser que vivir de forma impostada una vocación que no es la personal cause depresión? Sí, porque la persona se forzaría a vivir de una manera ajena a quien es de verdad. La depresión nos serviría de alarma para conocer que, por los motivos que sean (inmadurez, heridas personales, huida, necesidades económicas, miedos, etc.), se refugió en esa aparente vocación, que no es tal, y ahora, tras haber madurado, la realidad aconseja construir la propia vocación por otros caminos, de cara a uno mismo y a Dios, con la ayuda de acompañantes expertos en discernimiento.

2.- ¿Puede ser que vivir la vocación de un modo que no es el adecuado genere depresión? Sí. Cuando una persona tiene una vocación bien recibida y bien construida, pero la lleva a cabo de una manera forzada, inadecuada, sin cuidarse o entendiéndola mal, sobrecarga su cuerpo y su alma. La depresión avisaría de que el modo en que la vive no es sano, ni física ni espiritualmente. Es necesario cambiar algo: más conocimiento de su espiritualidad, nivel de exigencia, represiones, relaciones humanas, normativas autoimpuestas innecesarias, cuidado personal, etc. Así, vivirá de forma adecuada y saludable su vocación, las dimensiones de su vida serán coherentes y generarán seguridad, serenidad y optimismo. 

Hay quienes creen que han perdido el amor por su vocación y lo que han perdido es el gusto por “la vida”, porque, con toda su buena intención han restringido “su vida” a una dedicación extrema a las tareas de otros, a la observancia de unas ocupaciones y se han olvidado de disfrutar de tantos detalles presentes cada día en el mar de las obligaciones, y no se han detenido a cuidarse, descansar y potenciar los gustos personales en la medida de lo posible.

3.- ¿Puede una depresión causar una crisis existencial que haga ver todo negro? Sí: alguien vive normal y sano pero, al deprimirse, empieza a ver todo negro: no me quieren, no tengo vocación, mi marido no es el que yo quiero, el trabajo es muy aburrido, esta ciudad no me gusta, etc. Se ve todo a través de un filtro que hace que la vida pierda color, interés y atractivo. Es tiempo de ir al médico, no reinterpretar la vida, no tomar decisiones y esperar a recuperarse para reajustar estilo de vida y prevenir futuros episodios.

4.- ¿Puede una crisis vital normativa causar depresión y/o desconcierto general? Sí. Todos pasamos por “crisis normativas”, crisis “normales” como en la adolescencia, la madurez, en torno a los 30, 40 y 50, nacimientos de hijos, jubilación, cambios laborales, muertes de familiares, etc.

Nos “exigen” que cambiemos para adaptarnos a la nueva situación, pero si nos cogen desprevenidos se puede generar depresión o desajuste vital, como un modo de llamarnos la atención para “obligarnos” a cambiar de piel y adaptarnos a lo nuevo. Esto no implica cambiar de vocación, de cónyuge o abandonar a los hijos; suele ser algo más interior, de actitud, de estilo, de maneras, de posición ante la propia identidad y ante la vida. Se pueden solucionar con un buen acompañamiento espiritual, con la ayuda de alguien que te quiera, o puede ayudar un profesional.

5.- ¿Puede ser que no esté deprimido sino que esté pasando una “noche oscura del alma”? Sí, ambas tienen en común oscuridad, sufrimiento, malestar, sinsentido, pena, pasividad, dificultad para disfrutar, sequedad, vacío, temor de uno mismo. Se diferencian en su origen (médico vs. espiritual), proceso previo de desarrollo espiritual, manifestaciones externas e internas, consecuencias y contexto histórico. Una puede dar lugar a la otra y también se pueden simultanear.

En la noche oscura se da la pérdida de una conexión previa con Dios y del sentido trascendente, con sensación de vacío por no encontrarle y sentido absurdo de lo previamente vivido con alegría. Normalmente es capaz de comportarse de forma ordenada en su vida, de relacionarse, de desempeñar sus actividades cotidianas a pesar del grave sufrimiento espiritual que atraviesa. Sin embargo, en la depresión se dan una serie de síntomas que incapacitan más y con más manifestaciones físicas en el sueño, el apetito y la energía. En caso de duda se debe consultar con un médico que conozca ambos estados.

Experiencias

El compromiso de los jóvenes por la paz

El día 1 de enero se celebra la Jornada Mundial por la paz. El Mensaje del Santo Padre, que en este año lleva por título La paz como camino de esperanza, recuerda el deber de cuidar y trabajar por la paz en un mundo tan lleno de problemas. Más novedoso resulta sin embargo que sean los mismos jóvenes los que quieran participar y promover este deseo del Romano Pontífice.

Omnes·8 de enero de 2020·Tiempo de lectura: 4 minutos

Si la paz se presenta como objetivo al comienzo de cada año, se vuelve concreto y posible a partir de los movimientos y acciones concretas que para promoverlo se suceden por todo el mundo. En particular, alegra comprobar que las nuevas generaciones lo acogen y lo promueven en sus actividades de voluntariado.

El Mensaje del Santo Padre este año une la cuestión de la paz con el deseado cambio de mentalidad ecológico. Puede parecer un campo diferente para la acción pastoral y, sin embargo, es en regiones empobrecidas por los efectos negativos de la mentalidad poco ecológica donde nacen con frecuencia las desigualdades sociales y las posteriores reacciones violentas en la sociedad. 

El Papa en su discurso para la Jornada del año 2020 hace mención de sus viajes recientes a Japón y Tailandia, así como al Sínodo de octubre sobre la Amazonia. En ambas ocasiones tuvo oportunidad de llamar la atención sobre el problema de la conversión ecológica y su relación con los conflictos pasados y presentes de la humanidad. “Ante las consecuencias de nuestra hostilidad hacia los demás, la falta de respeto por la casa común y la explotación abusiva de los recursos naturales —vistos como herramientas útiles únicamente para el beneficio inmediato, sin respeto por las comunidades locales, por el bien común y por la naturaleza—, necesitamos una conversión ecológica”.

En este marco, el uruguayo Carlos Palma, con la inspiración del movimiento por la paz de los Focolares, promueve la iniciativa de un Congreso Internacional Living Peace International, Jóvenes Líderes y Embajadores de Paz. Una de sus actividades que promueve ha tenido lugar en el Centro Mariápolis de Las Matas (Madrid) en las últimas semanas.

Los orígenes de ese movimiento se sitúan en las revoluciones del norte de África en el año 2011. Con esas dificultades políticas, percibía la importancia que tiene la acción y la oración de los jóvenes. Él mismo lo describe en una entrevista en el Congreso de los Jóvenes Living Peace: “Rezar por la paz, todos los días, en una red que engloba a todos los jóvenes”.Después de vivir dramáticas situaciones de guerra en diversos países, consideró que debía hacer algo por la paz y por esas regiones menos favorecidas, donde el problema ecológico está presente. Desde entonces, las iniciativas no se han interrumpido. 

Testimonios directos 

Carlos nos presenta, con mucho orgullo y alegría, a los que él llama “embajadores de la paz”, es decir, los jóvenes de todo el mundo que se han comprometido en esta acción por la paz. El primer embajador de paz de Uruguay se llama Noel Hernández, y ya trabajó por este motivo de la paz en el congreso de 2015 en Brasil. Éste nos presenta a su vez a otros jóvenes españoles que han estado presentes en el encuentro, como Raúl, que viene de Jaén; un joven colombiano, Álvaro; y Aziz, de Irak. Ambos elogian el congreso y las conclusiones que han logrado entre todos de más acción y oración por la paz. También participaban muy activamente en las reuniones Laura y Guillermina, procedentes de Madrid y Buenos Aires, respectivamente. 

Ellas han colaborado con el congreso para llevarlo a los más jóvenes. Muy interesadas en la mediación de conflictos, piensan que se trata de una filosofía de vida más que en unos puntos más o menos concretos de acción. Esto implica, dice Laura, “conocer a otros de países diferentes, para fomentar una cultura de paz”. Guillermina recuerda los de voluntariados en las “villas” como llaman allí a las zonas más desfavorecidas. En este terreno surge más fácilmente atender a las llamadas del Papa para la conciencia ecológica y de sus consecuencias para los pobres. 

Trabajo de campo y acciones por la paz

El trabajo es concreto y muy real. Los proyectos de los jóvenes no son teorías acerca de la paz, pues se trata de movilizar a quienes tienen un deseo de ayudar a los demás pero no saben todavía bien dónde se dan las circunstancias apropiadas. Es el caso de Gabriel Osorio, quien escribe al congreso desde un lugar con alto índice de riesgo para las vidas, concretamente, en zonas de Colombia, en las que se han ejecutado masacres, o están todavía bajo el dominio de una de las facciones de la guerrilla. Esta dura realidad confiere al relato una especial viveza de la necesidad de ayudar en el mismo terreno de los problemas.

Dando un salto geográfico, nos trasladamos a la escuela de IRAP, en el Líbano. Sus trabajos han contribuido a tender puentes de entendimiento multiétnicos y religiosos. Entre las voces del congreso no podían faltar los testimonios de quienes hablan con la vivencia de contribuir allí mismo a la pacificación de estas regiones. Lo relata con énfasis el “enlace de prensa” en el encuentro Living Peace International, Victoria Gómez: “Vale la pena, por el esfuerzo que han realizado, y por la alegría que reflejan sus comentarios”

Léa procede de la escuela del Líbano a la que nos referíamos antes. Relata cómo el IRAP organizó un proyecto para recoger manzanas, al cual no tuvieron inconveniente en sumarse todos los alumnos de su clase. Pero antes decidieron concienciar a sus compañeros para que advirtieran que lo importante está detrás en el orden de la caridad: “Lanzamos el ‘Dado de la Paz’, con el lema ‘Amar a todos’. Nos dividimos en equipos y participamos en la competición para ver quién llenaría más manzanas y más rápido. Mientras estábamos recogiendo, nuestro amigo Elías perdió su audífono; Es una persona con quien la relación no es fácil. Rápidamente dejamos todo y fuimos a buscar este dispositivo porque era muy valioso para él. Encontrar el audífono, por amor a Elías, se había vuelto más importante para nosotros que ganar la competición. Cuando lo encontramos, nuestra alegría fue muy grande, no solo porque lo habíamos encontrado sino porque Elías sintió nuestro amor y creó entre nosotros un espíritu de unidad y solidaridad”.

Meta: la paz; camino: la caridad

La abundancia de temas y testimonios ha sido una de las notas del congreso. Ahora es el momento de centrar las ideas y seguir animando a estos jóvenes en la iniciativa por la paz sin dejar de lado las posibilidades de cuidar de los necesitados y del medio ambiente.

En el folleto destinado a explicar mejor las metas que se persiguen, Teresa Ausín nos informa de su amplitud a partir de la vivencia del Evangelio: “Este es un proyecto inclusivo, transversal e interdisciplinar. Ha sido presentado ante la UNESCO, la ONU, el Parlamento Europeo y en los Parlamentos de Argentina y Paraguay, así como en actos celebrados en Japón, Alemania, Brasil, Jordania, Filipinas, China, Vietnam, Canadá, Líbano, República Democrática del Congo y en muchos otros lugares del mundo. Y es esta sinergia entre todas las organizaciones internacionales involucradas la que ha propiciado el desarrollo de más de 20 proyectos”.

Son jóvenes y ya han hecho historia, pero ahora con la vía de la caridad cristiana, quieren llevar este don de la paz al mundo entero con la conciencia de una ecología integral.

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España

La Iglesia quiere potenciar la conversión evangelizadora de los laicos en 2020

El Congreso de Laicos 2020 tendrá lugar a mediados de febrero en Madrid, Hay expectativa, ilusión y trabajo. Se trata de impulsar una conversión misionera de los laicos desde su compromiso bautismal, explica a Palabra Luis Manuel Romero, coordinador del congreso.

Rafael Miner·8 de enero de 2020·Tiempo de lectura: 6 minutos

El Congreso de Laicos que organiza la Conferencia Episcopal Española (CEE) en febrero tiene “dos palabras clave: proceso y sinodalidad. Es decir, el Congreso no es un evento o un acontecimiento de un fin de semana (Madrid, 14-16 de febrero 2020), sino un proceso sinodal, un camino que hemos iniciado hace unos meses en la etapa precongresual, escuchando a los laicos en las diócesis, movimientos y asociaciones”. Quien así habla es Luis Manuel Romero Sánchez, director de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar (CEAS) y coordinador del Congreso de Laicos 2020. 

“El punto de partida es ayudar a redescubrir que todos los bautizados, por tanto también los laicos, están llamados a ser discípulos misioneros, a descubrir la importancia de vivir el compromiso bautismal en la Iglesia y en el mundo”, añade Luis Manuel Romero, y su éxito es “que haya una continuidad, el post-congreso, que significará la vuelta a las diócesis con el deseo de revitalizar y dinamizar el laicado”.

Luis Manuel Romero conoce al detalle el próximo congreso, y le formulamos unas cuantas preguntas. 

Origen del Congreso

–¿Cuál fue la génesis del Congreso de Laicos 2020 y cuáles son, en síntesis, los objetivos de su celebración para los próximos meses y años?

Esta iniciativa de la preparación y organización del Congreso de Laicos es una propuesta de la Conferencia Episcopal Española, que se le encomienda a la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, y nace a raíz de la asamblea plenaria de abril 2018, donde se presenta una ponencia sobre el laicado. Entonces, la Asamblea decide que sería oportuno organizar un congreso de laicos, para dinamizar e impulsar el apostolado seglar en nuestras diócesis. Y se hace coincidir con un congreso que se iba a realizar al concluir el Plan Pastoral de la CEE (2016-2020): Iglesia en misión al servicio de nuestro pueblo.

El Congreso de Laicos, en la línea del magisterio del Papa Francisco, que nos está pidiendo, en este cambio de época,  un nuevo talante evangelizador, que consiste en una conversión pastoral misionera, tiene como objetivo general: impulsar la conversión pastoral y misionera del laicado en el Pueblo de Dios, como signo e instrumento del anuncio del Evangelio de la esperanza y de la alegría, para acompañar a los hombres y mujeres en sus anhelos y necesidades, en su camino hacia una vida más plena. 

El lema del Congreso, Pueblo de Dios en salida, subraya que lo que se pretende es potenciar el papel de los laicos, en una Iglesia Pueblo de Dios, sinodal, cuya vocación fundamental es la evangelización, la misión en el mundo, en los ambientes.  

También se plantean otros objetivos específicos, que son: a) tomar conciencia de la vocación bautismal del laicado para la misión; b) promover la caridad política; c) transmitir, desde el discernimiento, una mirada de esperanza ante los desafíos de nuestra sociedad; d) fomentar la comunión y e) visibilizar la realidad del laicado. 

Destinatarios y objetivos

–¿Quiénes están implicados, a quiénes se dirige de modo especial, y de quiénes se espera una participación más intensa? ¿Todos los fieles cristianos? 

Los destinatarios principales del proceso, en general, y del Congreso, en particular, son: los laicos no asociados, de parroquia, que son la inmensa mayoría. Nos referimos a los fieles laicos que están en diversos ámbitos parroquiales y diocesanos: familia, juventud, personas mayores, enseñanza, universidad, catequesis, Cáritas, hermandades y cofradías. También los laicos asociados, miembros de movimientos y asociaciones, presentes en nuestras diócesis y a nivel nacional; y en tercer lugar, aquellos bautizados que no se han incorporado aún a la vida y dinámica pastoral de nuestras parroquias y movimientos y asociaciones. Este proceso puede ayudar a que surjan nuevos grupos de reflexión para laicos que no están participando en nada o se encuentran más alejados de la Iglesia.  

–Parece que se da prioridad a procesos formativos en cinco aspectos (ser cristianos en el corazón el mundo, vitalidad carismática, ¿qué es MAG+S, la formación en cinco puntos, y encuentro matrimonial). 

El Congreso va a girar en torno a cuatro itinerarios: el primer anuncio, el acompañamiento, los procesos formativos y la presencia en la vida pública. Y de fondo hay dos cuestiones transversales: el discernimiento y la sinodalidad. Hemos elegido estos temas, porque pensamos que son los aspectos fundamentales que está destacando el Papa Francisco en su Magisterio para la Iglesia en general y de un modo particular para los laicos, que son la inmensa mayoría del Pueblo de Dios. 

Y si tuviera que subrayar algunas de estas cuestiones, destacaría los temas transversales. El Congreso nos tiene que ayudar a situarnos como Iglesia en España en clave de discernimiento, de escucha mutua y del Espíritu Santo, para ir vislumbrando nuevos caminos evangelizadores. 

«El Congreso va a girar en torno a cuatro itinerarios: el primer anuncio, el acompañamiento, los procesos formativos y la presencia en la vida pública. Y de fondo hay dos cuestiones transversales: el discernimiento y la sinodalidad.»

Luis Manuel RomeroCoordinador del Congreso de Laicos 2020

Y además, la sinodalidad debe ser el rostro renovado de nuestra Iglesia, que desea tener una imagen poliédrica. Es fundamental que en estos momentos se fomente la comunión entre pastores, vida religiosa y laicos, evitando la tendencia al clericalismo, sintiéndonos todos corresponsables para la misión evangelizadora. 

–¿Puede ofrecer la apoyatura de algún documento del Papa Francisco y/o de Papas anteriores, que sirva de lectura y entrenamiento para todos lo que deseen participar o estar más al tanto del Congreso?

El Congreso, en cuanto a la reflexión que está siguiendo, hunde sus raíces en el Magisterio que aparece en el Concilio Vaticano II y de un modo particular en la Constitución Dogmática Lumen gentium

Después podemos encontrar dos textos importantes del Magisterio universal y particular de la Iglesia en España, que se refieren al laicado como tema específico: la exhortación apostólica Christifideles laici (Juan Pablo II, año 1988) y el documento Los cristianos laicos, Iglesia en el mundo (CEE, año 1991). 

Y en el momento actual, nos inspira el magisterio del Papa Francisco, especialmente su exhortación apostólica programática, desde un punto de vista pastoral: Evangelii gaudium (año 2013). 

Vocación misionera y acompañamiento

–Uno de los miembros del Comité Ejecutivo, Isaac Martín, ha subrayado el carácter de proceso de este congreso, y se están destacando lo que se denominan cuatro itinerarios en la vocación y misión de los laicos. ¿Puede explicar esta cuestión?

Hay dos palabras claves para entender esta iniciativa del Congreso de Laicos: proceso y continuidad. Es decir, el Congreso no es un evento o un acontecimiento de un fin de semana, sino un proceso sinodal, un camino que hemos iniciado hace unos meses en la etapa precongresual, escuchando a los laicos en las diócesis, movimientos y asociaciones.

El fin de semana de febrero será un momento de comunión, de diálogo y profundización en lo reflexionado con anterioridad. Y el éxito del Congreso es que haya una continuidad, el post-congreso, que significará la vuelta a las diócesis con el deseo de revitalizar y dinamizar el laicado. En todo este proceso nos sirven como guías esos cuatro itinerarios que ya antes he mencionado (primer anuncio, acompañamiento, procesos formativos y presencia en la vida pública) y que nos marcarán un camino de futuro en nuestra iglesia. 

–Parece que otro de los temas que se abordará será también el acompañamiento en las distintas situaciones de la vida, un tema del que se trató en el Sínodo de los jóvenes. ¿Es así?

El tema del acompañamiento es crucial en nuestra Iglesia en estos momentos, porque el anuncio explícito de la fe en Jesucristo es necesario que luego tenga una continuidad. Pienso que un error de nuestra pastoral, al menos en los últimos años, ha sido olvidar la cuestión del acompañamiento y por eso muchos jóvenes, especialmente, han abandonado la Iglesia. 

Muchos laicos demandan sentirse acompañados por los pastores y sus comunidades cristianas, sobre todo cuando deciden llevar a cabo un compromiso cristiano en el mundo, en los ambientes, en las periferias. 

«El Congreso tiene como punto de partida ayudar a redescubrir que todos los bautizados, por tanto también los laicos, están llamados a ser discípulos misioneros»

Luis Manuel RomeroCoordinador del Congreso de Laicos 2020

En el Congreso de Laicos no podemos olvidar esta cuestión del acompañamiento, porque siguiendo el ejemplo de Jesús con sus discípulos y con las demás personas, la Iglesia tiene que favorecer hoy más que nunca la cultura del encuentro frente a la cultura del descarte. La necesidad/tarea de acompañar, en cada concreta realidad, recoge muy bien el sentir pastoral de esta época porque pone en acción la misión de compasión que ha recibido todo creyente para hacer presente al Señor y su Reino, mediante una relación caracterizada por la hospitalidad, la pedagogía y la mistagogia. 

–¿Tiene previsto el congreso tocar de algún modo la vocación de discípulos misioneros y la evangelización?

El Congreso tiene como punto de partida ayudar a redescubrir que todos los bautizados, por tanto también los laicos, están llamados a ser discípulos misioneros, a descubrir la importancia de vivir el compromiso bautismal en la Iglesia y en el mundo. 

El aspecto de la evangelización, del testimonio en medio del mundo, estará muy presente en el cuarto itinerario, que se refiere a la presencia en la vida pública. No podemos olvidar que a los laicos les corresponde, de un modo propio y peculiar, aunque no exclusivo dar testimonio de su fe en los ambientes, en el corazón del mundo. 

–¿Hay algún otro tema que considere de interés para el próximo Congreso de Laicos?

Me gustaría subrayar que este Congreso de Laicos es un proceso sinodal, que pretende en un clima de discernimiento, de escucha, ayudarnos a ser cada día más Pueblo de Dios en salida, en el que nos sintamos en comunión, corresponsables de la misión evangelizadora que el Señor nos ha encomendado.

Animo a que todos nos situemos ante este Congreso desde una actitud de alegría y esperanza, con la confianza puesta en el Espíritu Santo que guía la Iglesia. 

Estoy convencido que los laicos no son el pasado, ni el futuro de nuestra Iglesia, sino el presente.

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América Latina

El V Encuentro impulsa a las familias hispanas, el 40 % de los católicos en EE. UU.

El V Encuentro de Pastoral Hispana Latina, un año más tarde de celebrarse en Texas, está suponiendo un importante impulso para los hispanos católicos y sus familias, el 40 % del total de católicos, y también para toda la Iglesia en Estados Unidos.

Norma Montenegro Flynn·8 de enero de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

—TextoWashignton D.C, Estados Unidos. Periodista y asesora de coomunicaciones

El V Encuentro Nacional ha sacado a los hispanos católicos de la invisibilidad, resaltando sus contribuciones, y demuestra el deseo de un acompañamiento más profundo por parte de la Iglesia católica. Las cifras demuestran que el futuro de los católicos en el país está entre los hispanos, quienes actualmente conforman un 40 por ciento de todos los católicos. Y entre los jóvenes católicos de 14 a 29 años, la cifra de hispanos asciende al 50 por ciento. El V Encuentro es un proceso que inició en el 2013, y que a través de actividad misionera, consultas, desarrollo de liderazgo y discernimiento pastoral en parroquias, diócesis, regiones episcopales y a nivel nacional, busca discernir prácticas pastorales y prioridades que ayuden a la iglesia a responder de manera más efectiva a esta comunidad.

“El V Encuentro ha aumentado de manera muy significativa la conciencia y apreciación del pueblo hispano/latino como una bendición para la Iglesia y la sociedad”, dijo en una entrevista con Palabra Monseñor Arturo Cepeda, obispo auxiliar de Detroit y presidente del Subcomité de Asuntos Hispanos de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB).

“Los obispos están muy conscientes de esta realidad y de que el pueblo hispano tiene un gran potencial de ofrecer este liderazgo al servicio de toda la Iglesia en parroquias, diócesis y otras instituciones católicas”, agregó el prelado. Guiado por los obispos del país, el V Encuentro ha identificado alrededor de 20.000 nuevos líderes, y a más de 250.000 discípulos misioneros a través del proceso que se realizó en casi todas las 4.473 parroquias con ministerios hispanos en el país. Los resultados, recomendaciones, y aplicaciones prácticas que surgieron tras la reunión nacional hace poco más de un año en Gaylord, Texas —de la que informó Palabra en octubre de 2018 en una amplia crónica—, y sus procesos previos en parroquias, diócesis y regiones episcopales, han sido recopiladas en el documento final titulado Memorias y Conclusiones del V Encuentro Nacional. 

Entre las prioridades y recomendaciones más importantes, están la necesidad del acompañamiento y mejor formación pastoral para familias hispanas, la necesidad de ayudar y acoger a familias migrantes que sufren por persecución, separaciones familiares y deportaciones, y la identificación y capacitación de líderes hispanos que sirven en ministerios de la iglesia. 

El V Encuentro en la actualidad

Las reuniones post-Encuentro comenzaron a realizarse este otoño y seguirán hasta la primavera en las 14 regiones episcopales del país con el propósito de discernir las prioridades finales correspondientes a cada región trabajando en base al documento final. Dichas conclusiones y recomendaciones regionales serán entregadas a las diócesis con la meta de que sean integradas en los planes pastorales según las necesidades de cada diócesis, y que sean compartidas con las parroquias para que adopten procesos similares.

“El V Encuentro no es solo para los hispanos, es para toda la Iglesia en los Estados Unidos. Pero la verdad es que en una institución jerárquica esto no va a pasar por acto de magia. Los obispos tienen que tomar la iniciativa y ellos tienen que asegurarse que el plan pastoral llegue a manos de sus líderes pastorales y ellos las conozcan”, dijo a Palabra Hosffman Ospino, profesor de teología pastoral y catequesis en la Escuela de Teología y Ministerio en el Boston College, y miembro del Equipo Nacional de Acompañamiento del V Encuentro (ENAVE). 

“El V Encuentro no es solo para los hispanos, es para toda la Iglesia en los Estados Unidos”

Hosffman OspinoProfesor de Teología Pastoral y catequesis (Boston College)

Una de esas reuniones post-Encuentro se realizó en octubre del 2019 en la Universidad Católica de América, en Washington, DC, donde alrededor de 50 delegados de siete diócesis y arquidiócesis que conforman la cuarta región episcopal realizaron una vez más el proceso de discernimiento y consulta sobre los temas prioritarios. Uno de los temas de mayor peso en esa región es el acompañamiento pastoral a familias hispanas y en particular a familias inmigrantes afectadas por la amenaza de deportaciones y separaciones familiares que afecta a miles. A través de sesiones informativas realizadas por la organización católica sin fines de lucro de la arquidiócesis, Caridades Católicas de Washington, ya se está facilitando información y capacitaciones sobre inmigración a pastores, sacerdotes, líderes ministeriales y feligreses. 

“Es importante que todos los católicos sean capaces de entender los sufrimientos y las luchas que han pasado los migrantes para poder venir a este país, por lo que necesitamos ver en ellos prácticamente el rostro de Cristo”, dijo Celia Rivas, coordinadora de servicios de Caridades Católicas durante su presentación. 

El Papa Francisco ha seguido los pasos del V Encuentro casi desde sus inicios. En septiembre de  2019, una delegación de obispos y de ENAVE viajó al Vaticano y presentó al Papa y al liderazgo de distintos dicasterios y Consejos Pontificios las conclusiones y recomendaciones generadas por la consulta nacional. “El Papa Francisco mostró gran interés en las conclusiones del V Encuentro y su compromiso por crear una cultura del encuentro. El proceso fue muy bien recibido por miembros de la Curia, quienes afirmaron la naturaleza sinodal del proceso, con sus dimensiones de misión y consulta en las periferias”, dijo Monseñor Cepeda. “El Santo Padre nos motivó a seguir adelante con la visión de una iglesia en salida y nos dio su bendición”, añadió. En 2018, los participantes de la reunión nacional recibieron un conmovedor video mensaje del Santo Padre, del que se hizo eco Palabra en un dossier junto a los preparativos del Encuentro.

Resultados y frutos

Entre los logros del V Encuentro, uno de los más importantes es el ánimo, la esperanza y las renovadas energías que ha inyectado a los miles de líderes en 159 diócesis con ministerio hispano en el país. En un reciente informe durante la sesión plenaria anual de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, Monseñor Cepeda informó al cuerpo de obispos sobre los resultados del proceso recopilados en el documento final. 

Entre los resultados más relevantes sobresalió la necesidad de un modelo de Iglesia más acogedor y misionero que busque integración eclesial y no asimilación cultural. También se identificó la necesidad de que parroquias y diócesis inviertan en la formación y desarrollo de líderes hispanos, la necesidad de aumentar personal con capacidad intercultural en escuelas, parroquias, diócesis y seminarios, y la necesidad del acompañamiento de las familias además de la formación de la fe a todos los niveles. 

“El V Encuentro nos ayudó a lograr una unidad más profunda en la pastoral hispana, a escucharnos mejor, reconocer nuestros talentos con más claridad y ponerlos al servicio de la misión de la iglesia en Estados Unidos”, expresó el obispo Cepeda. “También nos ayudó a identificar nuevos líderes, sobre todo jóvenes, y a colaborar en un proyecto común en forma sinodal. El proceso del V Encuentro nos ayudó, de manera muy intencional, a salir a las periferias para escuchar, involucrarnos y acompañar a nuestros hermanos y hermanas que viven en las periferias de la sociedad y de la Iglesia”, agregó. 

Los efectos del V Encuentro se verán en los próximos 10 a 15 años, predice Ospino; sin embargo, ya se observan algunos efectos positivos. “El V Encuentro ayudó a salir a los hispanos de la invisibilidad,” señala Ospino como uno de los efectos más significativos del proceso. El informe del V Encuentro está disponible en www.vencuentro.org.


El autorNorma Montenegro Flynn

Periodista y asesora en Comunicación en Washington, D.C.

Vaticano

Cardenal M. Czerny: “La Iglesia tiene que llorar con el grito de los pobres”

El cardenal Michael Czerny S.J. entró en la Orden de los Jesuitas en 1963 y fue ordenado sacerdote en 1973. Ha trabajado en el campo del apostolado de la justicia social en Canadá, América Central, África. Desde 2010 trabaja en el Vaticano. Ha sido creado Cardenal por el Papa Francisco el 5 de octubre de 2019, precedido por la ordenación episcopal el día anterior. Palabra le ha entrevistado.

Giovanni Tridente·8 de enero de 2020·Tiempo de lectura: 10 minutos

Desde la fe recibida en la familia, hasta la migración forzada a un país extranjero como rechazo del comunismo, pasando por el apostolado en las periferias del mundo, con la mirada puesta en los migrantes y refugiados, temas de los que se ocupa en el Vaticano desde 2010, el cardenal Michael Czerny, posee una experiencia integral en los temas de la “atención hacia los últimos”. Un momento especial en su vida es la reciente creación como cardenal por el Papa Francisco, sin olvidar su contribución en el Sínodo de los Obispos sobre la Amazonía.

–Eminencia, ¿Cómo surgió su vocación sacerdotal y cuándo decidió ingresar a la Compañía de Jesús?

Comienzo diciendo que mi fe la recibí de mi familia, de la escuela católica, de las comunidades en que crecí. Cimentado en una buena formación católica, fui descubriendo a lo largo de mis años que Cristo es el centro de mi vida, y eso lo descubrí en experiencias, testigos de la fe, opciones y en mi propia vida de oración.

El llamado a entrar en la Compañía de Jesús llegó temprano en mi vida, cuando todavía era un estudiante en Loyola High School en Montreal, y después de graduarme ingresé con los jesuitas en la entonces llamada Provincia del Canadá Superior. Sentí con fuerza el deseo de servir a Dios y al prójimo en la comunidad, usar los talentos dados por Dios, vivir en libertad. 

–Desde que era niño, también por razones familiares, tuvo que vivir en diferentes países, dejando su tierra natal Checoslovaquia (hoy República Checa). ¿Se siente un poco migrante?

Sí, tenía sólo dos años cuando tuvimos que dejar nuestra casa. Recuerdo el deseo de vivir en libertad y el consecuente rechazo del comunismo. Como familia quedamos muy agradecidos a Canadá por su acogida. Siempre crecimos conscientes de haber tenido que abandonar Checoslovaquia y conscientes de haber sido ayudados por una familia misericordiosa. Pocos años más tarde, nuestros padres también acogieron a otros que estaban en problemas, incluso a un refugiado de la revolución húngara de 1956 que vivió con nosotros durante medio año. De alguna u otra manera, todos somos migrantes.

–Durante casi diez años trabajó en Kenia fundando la Red Jesuita Africana contra el SIDA. ¿Qué recuerda de esos años?

Recuerdo que, como en todo el mundo, los jesuitas en África procurábamos caminar con los más necesitados, proclamando el Evangelio y responder a las injusticias más urgentes, entre ellas el VIH (SIDA)… Todo desde la fe en Cristo, junto con otros y otras. 

El trabajo de la Red Jesuita Africana contra el SIDA (AJAN) que inicié en 2002 continúa en manos muy capaces. Están usando las mismas bases y desarrollan las habilidades para impulsar un sentido de empoderamiento y liberación, una espiritualidad de compasión. Personas llenas de fe llevan la salud y la alegría de Cristo a los más necesitados. Recuerdo especialmente el testimonio de vida de una de ellas: “Estaba como muerta, y me ayudaron a resucitar”.

–Su experiencia lo ha llevado con frecuencia a ocuparse de temas de justicia social, también con cargos en la Curia romana. ¿Cree que la “toma de conciencia” de estos temas es urgente para la Iglesia y para la sociedad?

Más que una urgencia, pienso que la Iglesia no puede dejar de mirar y ocuparse de los temas de justicia social. Dios escucha el clamor de los pobres y el grito de la tierra, y responde llamándonos a participar de su respuesta, con creatividad y en discernimiento. Hago mías las palabras de Santa Teresa de Ávila: “Tuyos son los ojos con los que Dios mira con compasión a este mundo. Tuyos son los pies con los que Cristo camina para hacer el bien. Tuyas son las manos con las que el Espíritu Santo bendice todo el mundo”. 

–¿Existe el peligro de reducir la Iglesia a una ONG, desvirtuando su misión evangelizadora?

Existe el riesgo de ser como una ONG si nos empeñamos en construir el Reino, pero sin Jesús. Siempre es bueno recordar que somos colaboradores con Cristo, guiados por el Espíritu Santo. Tenemos por ello la necesidad de una vida de oración que nos permita escuchar y discernir la voluntad de Dios. La oración nos ayuda a mantener el equilibrio. También corremos el riesgo de querer vivir un seguimiento sin participación en la construcción del Reino, un cristianismo que busca ser “puro” y entonces se amuralla y se queda sin relación, sin “Reino”.

Los hombres y mujeres se experimentan enviados, en misión; buscan escuchar, comunicar, acompañar siempre en relación, colaborando para responder lo mejor posible. El Señor nos da los dones para esto. Como dice el Papa Francisco: sólo cuando olvidamos esta misión, y olvidamos la pobreza y el celo apostólico, es que las organizaciones eclesiales lentamente se deslizan a una ONG o a un club exclusivo.

–Muchos acusan al Papa de interesarse demasiado por “los últimos” con una retórica política (¿comunista?) y poco de dar valor a la doctrina. ¿Que piensa al respecto?

Interesarse por los “últimos”, por los más pequeños, por los más débiles, está en el corazón del Evangelio. Jesús no sólo habló de la misericordia, sino que él fue misericordia encarnada.  Cuando nos encaminamos el encuentro de las víctimas, nos vamos a topar con los victimarios y con las estructuras de pecado que hieren y quitan la vida a tantos hermanos nuestros. Si Jesús se hubiese encerrado en el templo, nadie se hubiera molestado con él, pero Jesús no se encerró, ni se calló. Jesús denunció las injusticias, se acercó a los descartados, comió con pecadores, sanó a paganos y llamaba a los demás a hacer lo mismo. Sus acciones y su vida irritaron a muchos; entonces, conspiraron y buscaron como silenciarlo, hasta llevarlo a la muerte en cruz. El Papa Francisco no dice ni hace nada novedoso, sólo vive el Evangelio. Quien lee esto en términos ideológicos, quizás necesita acercarse más al Evangelio.  

–¿Qué opina de la retórica que considera los migrantes y los refugiados como amenazas para los Estados?

Los migrantes no son una amenaza, sin embargo no es fácil creerlo cuando nos enfrentamos a un bombardeo de información que distorsiona la verdad. Yo puedo afirmar muchas cosas positivas sobre las personas que migran, pero no basta. Tenemos el desafío de presentar la realidad con transparencia, dejar que los hechos nos comuniquen directamente la verdad. Para que esto suceda tenemos que darles la palabra: dejar que entren en diálogo con las sociedades de llegada, tránsito o acogida. Esto ayuda a formularnos un juicio justo que se funda en el respeto a los demás y en la compasión. 

Esta es una misión de la Sección Migrantes y Refugiados: no sólo hablar bien de los migrantes, sino propiciar el encuentro entre los que llegan y la sociedad que recibe. Sólo así se combate el miedo y se desarrolla la solidaridad.

–Es innegable que en muchas partes hay una gran “confusión” sobre los temas de la acogida; y, por otro lado, muchas personas inocentes pierden la vida al cruzar el Mediterráneo. ¿Existe alguna solución concreta a la que se pueda aspirar?

Sí, claro, pero hace falta insistir en el plural: muchas soluciones concretas. Esperar una única solución completa y perfecta es sólo desatender el problema y dejar que se prolongue y empeore. Gracias a Dios, hay misiones de rescate inspiradas por el Evangelio o por motivaciones humanistas que ayudan a muchos a salvarse la vida y llegar a tierra firme. Hay corredores humanitarios. Hay muchos pueblos mediterráneos -en España, Francia, Italia, Grecia- que ayudan a rescatar y a acoger. Hay conversaciones continuas para que los Estados europeos cumplan con sus obligaciones nacionales e internacionales. Y tenemos el Pacto Mundial, acordado hace un año por muchísimos países para promover y facilitar una migración más segura, más ordenada y regular, algo que beneficia tanto a la gente que migra o huye, como a la gente que les acoge. 

Entonces, aunque las noticias que hacen más ruido son las que se publican, hay muchísimos ejemplos de acogida en parroquias, escuelas católicas, movimientos de la Iglesia. Y no se limitan a instancias de fe, sino que se extiende a gente de todas las edades, de todas las creencias; una expresión de la humanidad fundamental que nos unifica.

–En su escudo episcopal, además de la referencia a la Compañía de Jesús de donde proviene, se ve una barca en medio del mar con una familia de cuatro personas, una clara referencia al tema de la inmigración. ¿Cómo tomó esta decisión, que en algunos ambientes ha generado algunas críticas?

Sí, la parte superior de mi escudo reproduce el escudo de los Jesuitas, representando el Santo Nombre de Jesús, su crucifixión y su gloria. Ilumina todo, como el sol. La parte inferior exhibe una barca que lleva a una familia de cuatro miembros. Para mí el mensaje es sencillo: la barca evoca un medio común que las personas desplazadas utilizan para buscar una mejor vida en otro lugar. Pero la barca es también una imagen tradicional en la Iglesia: la Barca de Pedro, que tiene un mandato del Señor de “recibir al forastero” (Mateo 25, 35), independientemente de dónde se encuentre la Iglesia. Además, la barca sirve como recordatorio de las obras de misericordia hacia las personas excluidas, olvidadas o desamparadas. Si seguimos observando el escudo, el agua debajo de la barca representa el océano Atlántico que tuvimos que cruzar con mi familia cuando emigramos desde Checoslovaquia a Canadá en 1948.

–No contento con esto, ha elegido como cruz pectoral una realizada con la madera de un bote utilizado por los migrantes para cruzar el Mediterráneo. El suyo es un mensaje muy directo…

Cada obispo o cardenal lleva visiblemente, colgada al cuello, y sobre el pecho, la Cruz de Jesucristo, y ya hace 20 siglos San Pablo la llamó “escándalo” y “locura”. Mi cruz pectoral nos recuerda a unos crucificados de nuestros tiempos y suscita la pregunta: “¿dónde veo yo a Jesús crucificado hoy?”. Es un mensaje de lo que me ha tocado vivir, de mi misión. 

–¿Ha recibido alguna crítica por haber sido creado cardenal (5 de octubre) sin ser obispo todavía (ordenado el día anterior)?

No me ha llegado alguna crítica en este sentido. Al contrario, he escuchado la sorpresa positiva de algunos: al darse cuenta de que en nuestra Iglesia de casi 20 siglos el Papa ha llamado por primera vez a un sacerdote con menos de 80 años a servir como cardenal. Dios y el Papa saben qué han visto en nosotros, los 13 nombrados el 1 de septiembre, pero a nosotros no nos toca especular, sino ayudar al Santo Padre en su misión. En su carta a nosotros, el Papa ha explicado qué significa verdaderamente este nombramiento: “La Iglesia les pide un nuevo modo de servicio… una llamada a un sacrificio personal más intenso y un testimonio coherente de vida”.

–Por su parte, ¿cómo recibió la decisión del Santo Padre de llamarlo como su colaborador directo, elevándole a la dignidad cardenalicia?

El 1 de septiembre me encontraba en las afueras de São Paulo en Brasil, participando en una reunión de Movimientos Populares de América Latina que preparaban una contribución para el Sínodo sobre la Amazonía. De nuevo, en su carta a los nuevos cardenales, el Papa explicó muy bien lo que quiere decir: “Pueda esta nueva fase de su vida ayudarles a emular a Jesús más cercanamente y acrecentar su capacidad de sentir compasión por todos los hombres y mujeres que, convertidos en víctimas y esclavos de tantos males, buscan con esperanza un gesto de amor tierno de parte de cuantos creen en el Señor”. Acojo, pues, la decisión del Santo Padre como una misión. 

–Recientemente hemos vivido el Sínodo de los Obispos sobre Amazonía, del que Usted ha sido uno de los dos Secretarios Especiales. ¿Que cree que es lo más importante surgido de la Asamblea?

Hay muchos frutos, mucha riqueza que se puede encontrar en el documento final. Pero quizás puedo subrayar la experiencia de sinodalidad, de caminar juntos. Sentir la paz y la consolación que brotaron de la experiencia de sentirnos guiados por el Espíritu y reconocer tantos regalos, sentir la llamada a responder a una realidad particular y responder todos juntos sí, al clamor de la tierra y de nuestros hermanos. 

–En el documento final, además de los aspectos de la práctica pastoral, hay algunas “aperturas”, al menos en términos de una reflexión profunda sobre la ordenación de los diáconos permanentes casados y una mayor participación de las mujeres en papeles clave…

Estas reflexiones son también, todas, consideraciones pastorales generadas en vista de las necesidades reales, las peticiones y las situaciones concretas en el Amazonas. Por ejemplo, la mayor participación de las mujeres en la vida de la Iglesia y en los ministerios ya se está realizando, y el Sínodo ha pedido mayor reconocimiento. Este es el sentido de la posibilidad excepcional de que un diácono permanente, casado y con una formación adecuada, sea ordenado sacerdote para servir en comunidades sin acceso a la Eucaristía. Así debemos entender las muchas propuestas a lo largo de los 120 parágrafos del Documento Final; debemos apreciarlas en su contexto. Lo que llama la atención es la preparación cuidadosa que tanto ha ayudado a tener un Sínodo profundo y fructífero. 

–También se habla de un rito litúrgico específico para la Amazonía, ¿Usted está de acuerdo?

Quizá a muchos les sorprendería saber que, dentro de la Iglesia Católica, hay 23 ritos diferentes, de gran antigüedad y valor, cada uno respondiendo a una historia y a una situación particular. Este Sínodo especial, enfocado en la región amazónica, ha podido apreciar la fe y los valores, por lo que parecería oportuno desarrollar expresiones particulares, culturalmente tipificadas, para facilitar la vivencia cristiana y la evangelización. Esta propuesta es una buena noticia que me da alegría.

–Amazonía recuerda además el aspecto ecológico y ambiental de nuestro planeta. ¿Por qué es importante que hablemos al respecto?

El concepto de “ecología integral” sirvió como una de las guías para el Sínodo. Añadir el adjetivo “integral” a “ecología” le da un giro desafiante, porque se refiere en general a la “totalidad” y a la unidad de ese “todo”. Se trata de que todos los elementos esenciales estén incluidos y presentes (no falta ninguno), y de que estos elementos esenciales están conectados o mezclados entre sí. Al mismo tiempo, “integral” niega la exclusión o el aislamiento. “Integral” le da a la idea de la ecología una mayor amplitud y peso.

Ninguno de los problemas y oportunidades de la Amazonía pueden quedar fuera de la atención y las acciones de la Iglesia.

–Se ha criticado una supuesta concepción “ecologista” de la Iglesia. Pero en Laudato si’ el Papa dice que “todo en el mundo está íntimamente conectado”. ¿Son sinceras estas críticas?

En este contexto de la Amazonía, tal y como resalta el Papa Francisco en la encíclica Laudato Si’, todo está conectado. Lo social y lo natural, lo ambiental y lo pastoral no pueden y no deben separarse. No sé qué motivan estas críticas, pero el Sínodo se ha comprometido a solucionar este problema, a colaborar en la “sanación” de muchas vulnerabilidades cometidas en este territorio amazónico. En Laudato Si’, el Papa Francisco argumenta que el mundo se enfrenta a una crisis de supervivencia. “Tenemos que darnos cuenta de que un verdadero enfoque ecológico siempre se convierte en un enfoque social; debe integrar las cuestiones de justicia en los debates sobre el medio ambiente, a fin de escuchar tanto el grito de la tierra y el grito de los pobres”. El grito de la tierra y el grito de los pobres es un solo grito, y la Iglesia tiene que escucharlo y llorar con de ellos.

–El Santo Padre ha “prometido” una publicación rápida de la Exhortación apostólica ¿Sabe cómo procede su preparación?

La preparación va por buen camino, pero no puedo precisar la fecha de la publicación de la Exhortación Apostólica. Mientras tanto, el Documento Final merece nuestra lectura y apreciación: nos ayuda a conocer el Amazonas en una forma muy humana y espiritual, y al mismo tiempo nos lleva a reflexionar sobre nuestra propia situación como creyentes y como habitantes del planeta. 

–¿Qué opina de las críticas al Papa?

El mejor regalo o servicio que uno puede hacer a un líder es ofrecerle críticas bien pensadas y constructivas, porque la mera situación de autoridad tiende a aislar a uno. La sabiduría consiste en escoger las críticas legítimas y pienso que el Santo Padre lo hace muy bien. No tiene miedo a decir “me equivoqué, lo siento mucho”.

–¿Cree que la “Iglesia en salida”, que está cerca de los últimos, acoge, se compadece y perdona, puede tener márgenes de éxito?

Creo que la Iglesia intenta poner en práctica su compromiso con la compasión y la justicia del Evangelio. Está llamada a observar y comprender, para luego dialogar y actuar. La Iglesia está haciendo, siempre ha estado haciendo. Acompañar y buscar juntos: de eso se trata. La “Iglesia en salida” son esos miles de hombres y mujeres de fe que, en todo el mundo, dan la respuesta misericordiosa y eficaz de la Iglesia. Porque a lo largo y ancho del mundo están al lado de los que sufren.

–¿Como imagina nuestro mundo dentro de unos años? ¿Qué grado de influencia cree que tendrá el mensaje del Evangelio?

La fe cristiana y la Iglesia católica siguen creciendo numéricamente, de modo que en diez años uno puede esperar que el mensaje evangélico tenga más alcance, más impacto. Ojalá. Al mismo tiempo, deberíamos poner cada vez más en práctica el Concilio Vaticano II -como tanto ha hecho el reciente Sínodo de la Amazonia- ayudando a los cristianos a vivir y celebrar su fe más auténticamente. Gracias a Dios, Jesús nos prometió: “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin de los tiempos”.

Actualidad

Espejo de la sociedad. Las series nos retratan

Nadie se atreve a decir que las series son algo nuevo. Siempre ha habido seriales en prensa, comics, radio, cine y televisión. Hasta ahora habían sido un producto más del catálogo que ofrecían los medios. Pero algo ha cambiado, se han convertido en fenómeno de masas y estamos intentando comprender su repercusión en nuestras vidas.

Jaime Sebatián Lozano·8 de enero de 2020·Tiempo de lectura: 10 minutos

“El que veía series antes era el ‘friki’. Ahora parece que lo es el que no las ve”. Este comentario se escuchó durante un coloquio en la presentación de un estudio elaborado a partir de una encuesta hecha por El observatorio de las series. Dicho estudio ha tenido repercusión en muchos medios, y basta una búsqueda en Google para conocerlo.

Los datos de hecho

El estudio del año 2019 se llevó a cabo en enero, realizando a nivel nacional 3.140 entrevistas a través de internet con participantes a partir de 14 años, calibrados por sexo, edad y clase social, entre otros factores, para realizar este informe. Estas son  algunas de sus conclusiones. 

-Siete de cada diez españoles ve series como mínimo una hora al día.

-Más de la mitad reconoce que las series son “muy o bastante importantes en su vida”. En el caso de los jóvenes de 14 a 24 años, el porcentaje alcanza el 71 %.

-Uno de cada dos espectadores se identifica con algún personaje.

-Hay muchos “seriéfilos” que declaran que en un determinado momento de su vida un personaje les ha ayudado; se ha convertido para ellos en referente estético y actitudinal.

-Las historias sobre mujeres son las más demandadas por los encuestados, un 16,3 %, cifra que se duplica en la franja entre los 14 y los 24 años.

-El género favorito en España es la comedia (67,2 %).

-Un tercio de los seguidores de series se da “atracones” cuando puede. Las chicas menores de 24 años son las que lo hacen de forma más compulsiva. 

-Las mujeres menores de 34 años son el grupo que más maratones de series hace (67,4 %). Apuestan por un tipo de historias con temporadas largas y capítulos largos.

-Las mujeres mayores de cincuenta años, con hijos, tienden más a la comedia romántica y a series más dramáticas o históricas.

-Nueve de cada diez seriéfilos habla de series con amigos.

-Ver las series en el ordenador es algo muy frecuente entre los jóvenes. Cabía apostar por la tablet o el móvil, pero les sigue gustando la pantalla del ordenador. 

-Las mujeres trabajadoras y con hijos, que siguen llevando la mayor carga de trabajo en el hogar, las ven mientras realizan otras tareas, aunque han encontrado momentos de descanso para compartir con sus hijos. 

-Hasta un 30 % de los consumidores las ve mientras usa el móvil, chatea o interactúa en redes sociales. 

-El comportamiento de la gente sin hijos (hasta los 40 años) es muy parecido al de los jóvenes. No hay muchas diferencias entre alguien de veinte y alguien de cuarenta que no tiene hijos, en lo que a las series de refiere.

-El segmento de las mujeres con hijos, que es un gran porcentaje de la sociedad, no es el que más series consume, pero sí se declara como uno de los segmentos más felices y más a gusto con la vida.

-Las parejas suelen ver series juntas, pero cuando llegan los hijos se inicia la denominada edad de la divergencia. La relación es menos intensa y cada uno busca su hueco por separado.

-Dos de cada tres encuestados dicen que dejan de hacer otras cosas para ver series. Lo primero que dejan de hacer es ver otros programas de televisión. Lo siguiente es dejar de leer. Luego dejar de dormir, y luego, alguno ha contestado que dejan de estar sin hacer nada.

-No hay conciencia crítica de la cantidad de tiempo que ocupan en nuestras vidas las series. De hecho, el 40 % admite frustración y ansiedad porque les gustaría ver más. 

-De entre los personajes que despiertan más interés, los ocho primeros son todos hombres: de personajes cómicos españoles, como Antonio Recio o el Luisma, a narcotraficantes como el Sito Miñanco de Javier Rey o los médicos internacionales de ayer y de hoy. 

La socióloga Belén Barreiro, responsable de analizar los datos del estudio, ha comentado que “de todos los estudios que llevo visto desde hace muchos años, no hay nada que me haya hecho aprender tanto sobre la gente y sobre la sociedad que el estudio de cómo se ven las series”.

En las series, los referentes son los personajes, no los actores como en el cine, y muchos de ellos se han convertido en “ejemplos” a seguir, o han servido de ayuda e inspiración en determinados momentos. Para hacerse una idea del volumen de este fenómeno hay que saber que el año pasado, en España se estrenaron cada día una media de 1,2 series de TV o nuevas temporadas: cada día. En este momento, en nuestro país se están produciendo más de cuarenta series. Mucho se podría decir del impacto social de las series. Se trata de un fenómeno transversal a toda la sociedad. No hay grandes diferencias de consumo en la geografía española.

En general, se puede afirmar que las series son un entretenimiento que une, que no polariza y que ayuda a socializar, a generar y entablar conversación. Uno de los temas frecuentes de conversación en redes sociales son los acontecimientos y peripecias de las series. Este fenómeno ha venido de la mano de un cambio tecnológico. El hecho de que  internet llegue a casi todas partes, la multiplicidad de pantallas y el visionado en streaming, han modificado los hábitos y el ocio de los espectadores/consumidores. 

Muchos espectadores prefieren ver la programación “a la carta”: ver lo que le interesa, donde, cuando y como le da la gana. Esto está trayendo graves consecuencias para la publicidad. Ésta se está adaptando a nuevas fórmulas imaginativas para conectar emocionalmente con los consumidores.

La imaginación

Nuestra sociedad es la sociedad del conocimiento. Los grandes avances de la ciencia nos han llevado a situaciones inimaginables hace décadas. Pero esto no quiere decir que la nuestra sea una sociedad racional. Es posible que la imaginación haya reforzado su papel en nuestras vidas como forma de evasión en un mundo estresado. Un ejemplo de ello son las producciones que tiene que ver con los superhéroes. Nadie piense que se trata de un fenómeno de adolescentes. Sus taquillazos en el cine hacen pensar en un fenómeno de masas. 

Sirva de muestra The Umbrella Academy, serie de televisión de superhéroes estadounidense de 2019, desarrollada por Steve Blackman para Netflix. Es una adaptación de la serie de cómics homónima escrita por Gerard Way desde 2007 y publicada por Dark Horse Comics. Su primera temporada se estrenó el 15 de febrero de 2019. En abril de 2019, la serie se renovó para una segunda temporada. Sigue a los miembros separados de una familia disfuncional de superhéroes, The Umbrella Academy, nacidos en circunstancias extrañas, que trabajan juntos para resolver la misteriosa muerte de su padre. Mientras tanto, se enfrentan a muchos conflictos debido a sus personalidades y habilidades divergentes. Además, deben luchas contra una amenaza del apocalipsis. Ha sido la segunda serie más vista este año en Netflix, superando los 45 millones de espectadores. Pero si se preguntan cuál ha sido la primera, seguimos con la imaginación.

Stranger Things ha superado los 65 millones de espectadores. Es una serie estadounidense de suspenso y ciencia ficción coproducida y distribuida por Netflix. Fue estrenada en la plataforma el 15 de julio de 2016, con críticas positivas por parte de la prensa especializada, quienes elogiaron la interpretación, caracterización, ritmo, atmósfera y el claro homenaje al Hollywood de los años 80, con referencias a películas de Steven Spielberg, Wes Craven, John Carpenter, Stephen King, y George Lucas, entre otros. La segunda temporada se estrenó en 2017, y la tercera temporada en 2019: consta de 8 episodios y cuenta con nuevos personajes. El 30 de septiembre de 2019, Netflix confirmó la renovación de la serie para una cuarta temporada.

La historia arranca durante la década de los 80, en el pueblo ficticio de Hawkins, Indiana, cuando un niño llamado Will Byers desaparece, hecho que destapa los extraños sucesos que tienen lugar en la zona, producto de una serie de experimentos que realiza el gobierno en un laboratorio científico cercano. Además, en la ciudad aparecen fuerzas sobrenaturales inquietantes y una niña muy extraña. Ella, junto con los amigos de Will, se encargará de buscarlo, sin imaginar lo que tendrán que enfrentar para encontrarlo. Inadvertidamente, crearon un portal a una dimensión alternativa llamada Upside Down (“el Otro Lado”). La influencia de Upside Down comienza a afectar a los desconocidos residentes de Hawkins de manera calamitosa.

Por qué la serie cautiva a jóvenes y adultos es un asunto del que se ha hablado y se hablará como fenómeno a estudiar. Parece ser que hacerle un guiño al pasado es un ingrediente a considerar, aunque sea con la fantasía.

Con casi los mismos espectadores que The Umbrella Academy se encuentra una serie española, La casa de papel (44 millones de espectadores). Producida por Atresmedia para su emisión en Antena 3, y posteriormente en Netflix.

Se estrenó el 2 de mayo de 2017 en la cadena española Antena 3, que distribuyó las dos primeras partes de la serie en España, antes de que Netflix la adquiriera a finales de 2017; la editó y reeditó, y lanzó las dos partes en todo el mundo. El 19 de julio de 2019 se estrenó su tercera parte. El 3 de abril de 2020 está previsto el estreno de la cuarta parte completa.

La serie gira en torno a un asalto muy preparado, de varios días, contra la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Un hombre misterioso, conocido como “el Profesor”, está planeando el mayor atraco de la historia. Para llevar a cabo el ambicioso plan, recluta a un equipo de ocho personas con ciertas habilidades que no tienen nada que perder. El objetivo es entrar en la Fábrica e imprimir 2400 millones de euros. Para hacer esto, el equipo requiere once días de reclusión, durante los cuales tendrán que lidiar con las fuerzas de élite de la policía y 67 rehenes.

Aunque la trama parezca de entrada muy inverosímil, consigue atrapar al espectador. Los personajes resultan convincentes. Cada uno arrastra su historia de perdedores pero con cierto deseo de redimirse. En ocasiones sus diálogos recogen valores aunque no sean los políticamente correctos.

Basada en hecho reales

Si ya hemos dicho que la fantasía nos atrae, también es cierto que precisamente su valor es el contraste con la realidad. Precisamente uno de los reclamos de toda producción audiovisual es el conocido predicado “basada en hechos reales”.

Un duro ejemplo de ello es la serie Creedme  (32 millones de espectadores). Estrenada en septiembre de 2019 en Netflix, se alzó rápidamente al estrellato. Basada en hechos reales, la serie parte del artículo premiado con el premio Pulitzer de Ken Armstrong y T. Christian Miller. Se centra en la historia de una joven violada que por la ineptitud de muchos y la falta de especialización y tacto en este tipo de casos termina siendo obligada a decir que se lo ha inventado todo. Marie tenía 18 años en 2008, cuando es atacada en su departamento por un hombre que la viola. Ella denuncia el asalto a la policía, quien rápidamente abandona la investigación de su caso y la acusa de hacer un informe falso. 

Lo más duro de la historia es que la adolescente violada, cuando denunció la agresión fue presionada por los agentes de policía y cuestionada por algunas de las contradicciones de su relato. No le ayudó su pasado trágico entre maltratos y casas de acogida. Llegó a confesar que se lo había inventado todo. Sin embargo, años más tarde un nuevo caso de violación y dos detectives más consecuentes con su caso llevaron a que la justicia y la sociedad pidieran perdón a una Marie cuya vida se había roto en pedazos.

Más allá de lo basado en hechos reales está la propia historia. Las series en este aspecto tienen un hueco bien ganado. Hay de muchos tipos, pero quizá han tenido un éxito particular las series sobre reinas. El más claro ejemplo es The Crown, pero hay otras con buenos resultados. La serie española Isabel es una gran producción a nuestro nivel. La lista sigue con La reina blanca, Victoria, etc.

Ver con sentido crítico

Antes se ha mencionado que uno de los méritos de la series es la identificación del espectador con determinados personajes que le van a acompañar a lo largo de los diversos capítulos. Algunos de ellos quedan grabados en su retina y en su memoria convirtiéndose en referentes. Como parece evidente, no siempre estos personajes resultan ser ejemplares. Es más, en bastantes casos los protagonistas cargan con un dudoso mérito: hacer simpático el mal. Un ejemplo paradigmático de esto es Breaking Bad, serie que ha tenido cinco temporadas e innumerables premios. 

Walter White, un profesor de química de un instituto de Albuquerque, Nuevo México, de 50 años de edad se entera de que tiene un cáncer de pulmón incurable. Casado con Skyler y con un hijo discapacitado, la brutal noticia lo impulsa a dar un drástico cambio a su vida: decide, con la ayuda de un antiguo alumno, fabricar anfetaminas y ponerlas a la venta. Lo que pretende es liberar a su familia de problemas económicos cuando se produzca el fatal desenlace. El argumento plantea de fondo un gran tema de la ética: hasta qué punto se puede buscar el mal para conseguir un bien. El abordaje de estas cuestiones requiere un público maduro y bastante crítico. El peligro de manipulación a través de sentimientos de simpatía y emociones fáciles es una cuestión que debería preocuparnos.

Ejemplos como  Breaking Bad hay muchos. Un guion superficial puede ridiculizar comportamientos serios y responsables. A su vez, puede dar alas a actitudes irresponsables en aspectos claves de la existencia (familia, sexualidad, amistad, diversiones, trabajo, etc.).

Pienso que no están de más frecuentes mensajes a los espectadores para que veamos las series con sentido crítico. Esto es particularmente importante en un público joven, pero no está de sobra en el adulto. Comportamientos violentos, hedonistas, insolidarios, egoístas, despiadados, etc., son, en general, fáciles de vender y abundan en el mercado. Hasta qué punto son inocuos es una cuestión nada fácil de delimitar que ha generado multitud de controversias.

Qué nos espera

La oferta de productos de entretenimiento audiovisual resulta apabullante. La competencia no hace más que aumentar y los niveles de producción son muy altos. De la otra cara de la moneda no se suele hablar tanto: los costes. Sirvan de muestra los siguientes datos: Netflix desembolsó 4 millones por episodio de Orange is the new black; 4,5 millones por episodio de House of cards; 8 millones por episodio de Stranger Things; 9 millones por episodio de Sense 8, y 13 millones por episodio de The Crown.

Mantener estos niveles de creación de producto supone elevadísimos costes. El  presupuesto de Netflix en contenido para 2018 superó los 12.000 millones de dólares, de los cuales el 85 % fueron para producir series y películas propias, y el 15 % restante para comprar contenido ya hecho. Unas cifras a las que no puede llegar ningún estudio de Hollywood. Así, la Warner produjo 23 películas y Netflix llegó a las 82.

A Netflix las cuentas no siempre le salen. De todos modos, parece que el pastel es todavía grande. Toda la televisión en streaming (Netflix, Amazon, HBO, YouTube, etc.) es sólo el 10 % de la televisión lineal, la de siempre, en Estados Unidos. Esto ha animado la llegada de nuevas plataformas como Disney+ y Apple TV+. The Walt Disney Company, también conocida simplemente como Disney, es la compañía de medios de comunicación y entretenimiento más grande del mundo. El 14 de diciembre de 2017, la compañía anunció planes para la fusión con la multinacional 21st Century Fox, la dueña de la productora de cine 20th Century Fox y sus canales de televisión como Fox Networks Group, FX Networks y National Geographic. Ahora entre las filiales de Disney se encuentran: Walt Disney Pictures, Pixar Animation Studios, Marvel Studios, LucasFilm, 20th Century Fox, Fox Searchlight Pictures, Blue Sky Studios y The Muppets.

Apple TV+ se lanzó oficialmente el primero de noviembre en más de cien países y regiones a nivel global. Quiere ganar a Netflix en su propio juego: el de las producciones originales. El gigante de la tecnología planea hacer seis películas de mediano presupuesto cada año, con la intención de generar entusiasmo por Apple TV+ y obtener nominaciones al Premio de la Academia. Cuenta con el apoyo de artistas y figuras públicas como Oprah Winfrey, Steven Spielberg, Jennifer Aniston, Reese Witherspoon y otros.

Todo esto nos lleva a pensar en un crecimiento aún mayor en la oferta de series. También es cierto que puede suponer mayor gasto para los espectadores al fragmentarse todavía más el mercado. Esto, como todo, tiene un límite. Ya veremos cuando llega.

El autorJaime Sebatián Lozano

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TribunaPaul Toshihiro Sakai

La huella que ha dejado el Papa Francisco en Japón

El autor, obispo y responsable de comunicación de la visita, recoge sus impresiones del reciente viaje del Santo Padre a Japón. Un país que, como dijo el Papa, “es para todo el mundo el portavoz del derecho fundamental a la vida y a la paz”. 

3 de enero de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco ha estado por fin en la tierra a la que deseaba venir: Japón, el país del sol naciente. Durante el encuentro con los obispos japoneses, apenas llegar a Tokyo, uno de ellos le preguntó: Santo Padre, ¿por qué ya desde que era joven tenía la ilusión de venir a nuestro país? El Papa contestó así: “No sé por qué, pero tenía ese deseo desde joven. Después, una vez expresé oficialmente por escrito este deseo mío a mi superior, el Provincial, pero él me dijo que no, porque pensaba que mi salud, ya que no tengo un cuarto parte del pulmón, no resistiría en la tierra de misión. Así que yo hice, años más tarde, una ‘venganza’ cuando yo era Provincial, enviando a cinco a Japón”. Y el traductor que acompañó todo el viaje al Papa era uno de los cinco, el P. Renzo de Luca, SJ. Sin embargo, yo pienso que aquel jesuita argentino que se llamaba P. Jorge Bergoglio ha llevado a cabo ahora su mejor venganza: la de venir a Japón como sucesor de Pedro.

El segundo Papa en Japón

En efecto, ha sido el segundo Romano Pontífice en pisar la tierra nipona, después de que lo hiciera san Juan Pablo II hace 38 años. Se trata del país en el que san Francisco Javier sembró la semilla cristiana por primera vez, y también el país al que el joven jesuita Jorge Mario Bergoglio hubiera querido venir como misionero. El programa, de cuatro días, era intenso.

Aunque en la población de Japón los católicos son una absoluta minoría -450.000 personas en una población total de 120 millones-, los medios de comunicación han informado ampliamente de su venida, así como de los diversos eventos. Por ejemplo, en la primera página de todos los periódicos apareció la fotografía del Papa rezando en Nagasaki e Hiroshima, o en compañía de la gente en varios lugares de Tokyo. La televisión nacional, la NHK, retransmitió en directo la visita del Papa al parque memorial de la bomba atómica de Nagasaki, consiguiendo el 20 % de la cuota de pantalla, lo que equivale a la final del campeonato mundial de rugby que se jugó hace poco tiempo.

Medios de comunicación

La mayor parte de esas informaciones en los medios de comunicación hablaba sobre sus mensajes acerca del desarme nuclear, la bomba atómica, la paz, etc. Es lógico que subrayaran esos mensajes, porque en nuestro país la tragedia de la bomba atómica no es una cosa del pasado, sino que permanece muy actual. ¿Existe en algún otro país de Oriente u Occidente un hospital especializado para las víctimas de la segunda guerra mundial? En Japón sí. En Nagasaki sigue en funcionamiento el Hospital de la Bomba Atómica, como en efecto reza su nombre. Es un hecho que todos los japoneses tienen alergia a la energía nuclear, aunque sea el uso pacífico. Por eso, las palabras de Santo Padre estuvieron muy en sintonía con la actitud de los japoneses.

Sin embargo, yo, que gracias a Dios pude acompañar al Papa durante la visita como responsable de Comunicación, destacaría no solamente las palabras de Francisco, sino sobre todo su actitud. La impresión que tuve es que el Santo Padre no vino para trabajar, sino para acompañar. Como demostración podría citar muchos momentos: en el aeropuerto a la llegada, bajo la fría lluvia y con viento fuerte, después de los cuatro días en Tailandia, saludó amablemente a los chicos que le esperaban transmitiendo un mensaje y diciendo más o menos: “Caminad, y caeos, porque así aprenderéis a levantaros”; después del mensaje dirigido a los obispos de Japón, nos pidió poder estar un rato más con nosotros, para escucharnos y responder nuestras preguntas; escuchaba y animaba a cada uno de los supervivientes de Nagasaki e Hiroshima, aunque el programa era muy apretado; escuchó hasta el final la canción que cerraba el encuentro con los víctimas del triple desastre de Fukushima, etc. A sus 82 años estaba lógicamente cansado, y no lo ocultó en algunos momentos, pero ante una persona, aunque sólo fuera una, que le esperara, enseguida se volcaba con todo afecto e interés, con su persona entera.

Yo he sido, como dije, el responsable de la Comunicación, y he colaborado con las personas encargadas por parte de la Iglesia, así como de las empresas de comunicación y de los medios de comunicación católicos, para recibir y atender los periodistas nacionales y extranjeros. Un mes antes del viaje papal nos habíamos reunido casi todos para compartir todas las informaciones necesarias, y nos tomamos una foto todos juntos como recuerdo. Entonces se me ocurrió la idea de que, en caso de tener oportunidad, la enseñaría al Papa y le pediría que pusiera su firma sobre ella. Así lo hice. El Papa Francisco dejó escrita en dos fotos no ya la frase breve que le había pedido, sino unas frases muy significativas y profundas: “Sigan comunicando lo que gratuitamente han recibido. ¡Gracias! Comunicar la Buena Noticia es habituarse a ‘saludar las Promesas desde lejos’…, como lo estáis haciendo ahora. ¡Gracias!”.

Veo en estas frases su parecer sobre el trabajo de la comunicación, así como una expresión de lo que, en realidad, es su modo de obrar siempre.

El autorPaul Toshihiro Sakai

Obispo auxiliar de la archidiócesis de Osaka y responsable de comunicación de la visita del Papa Francisco a Japón

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Actualidad

Evangelizando en las periferias digitales

Creo que si en algo estamos de acuerdo hoy día los que nos dedicamos a la evangelización es que el mensaje de Cristo debe estar presente también en el mundo digital. No solo como un sistema ético, o iconográfico, sino influyendo el estilo de vida digital que viven los usuarios.

Hugo Dávila·1 de enero de 2020·Tiempo de lectura: 4 minutos

El reto, en el mundo digital, es llegar todos, pero en especial a los jóvenes. Las redes sociales y los servicios de mensajería no son ya un juego o un pasatiempo, forman parte de nuestro día a día, y configuran nuestro modo de enfocar la vida, más de lo que pensamos. Son varias ya las iniciativas apostólicas que han surgido en esta línea: textos del evangelio, de los padres de la Iglesia o autores de espiritualidad; páginas web, canales de podcast; redes de WhatsApp para distribución de contenido cristiano, etc. 

Pero el reto sigue aún en pie: que los jóvenes los enganchen con este tipo de iniciativas, o mejor aún, que estas influyan en el estilo de vida que llevan, tanto dentro como fuera del mundo digital.

El horizonte de los jóvenes

Este tema suele ser común en las conversaciones entre sacerdotes que trabajan directamente con jóvenes y adolescentes: ¿cómo lograr que enganchen con Jesús de una manera permanente y no sólo durante dos o tres días después de una experiencia tocante? ¿Por qué no plantear la vida espiritual con deportividad, como lo hizo incluso el mismo san Pablo, o como plantea la vida una aplicación de fitness o meditación trascendental?

Esto fue lo que me llevó a desarrollar una aplicación que ayudara a los jóvenes y adolescentes a enganchar con Jesús, a través de la oración personal. Antes de estudiar teología, había estudiado Ingeniería en electrónica y ciencias de la computación. Así que, desempolvé mis conocimientos de programación, y me lancé en los tiempos libres a desarrollar la app LinkBFF.

El nombre me lo sugirió un grupo de jóvenes luego de explicarles el concepto de la aplicación que desarrollaría. Por un lado, queríamos una imagen más fresca, que saliera del estereotipo que la gente maneja de las aplicaciones confesionales; y por otro, que se tratara de que LinkBFF que pudiera estar a la altura de las aplicaciones de productividad, deportes, etc. El nombre LinkBFF hace a referencia a dos conceptos. Por una parte, la necesidad de conectar (link) con Jesús; y por otra, descubrir que Jesús es realmente el mejor amigo (BFF, Best Friend Forever: mejor amigo para siempre). 

El mejor amigo

Detrás de las siglas BFF hay mucha tela qué cortar. Resulta que hoy día, debido a la crisis de la familia, muchos jóvenes crecen en hogares disfuncionales, o con padres ausentes por el trabajo o el motivo que sea. La figura del “mejor amigo” ha comenzado, entonces, a tomar especial fuerza. Los jóvenes y adolescentes necesitan sentir que cuentan con un soporte afectivo para la toma de decisiones, experiencias nuevas, errores, etc. De aquí surge la figura del “mejor amigo” al que le confían sus cosas personales, al punto que para no perderlo, no suelen elegirlo como novio o novia para un futuro matrimonio. La figura del “mejor amigo” se ha convertido en una entidad casi sagrada para los jóvenes y adolescentes. Se trata de alguien que me entiende, me da consuelo, me escucha, no me juzga, y me quiere como soy. Los problemas surgen cuando el “mejor amigo” traiciona, defrauda o empeora las cosas más que arreglarlas.

Objetivo, ayudar a rezar

La aplicación LinkBFF se ha marcado como objetivo ayudar a que los jóvenes descubran que el verdadero mejor amigo es Jesús; un mejor amigo que hay que descubrir a través de la oración personal.

Gracias a Dios, existen ya numerosos autores que han hecho excelentes propuestas para que los jóvenes conecten con Jesús. La que me resultó más sugerente fue la de un autor español llamado Juan Jolín, quien ideó un pequeño libro titulado 3+2. El libro consistía en unos comentarios breves del evangelio del día, que se lee en tres minutos; y dos minutos para el silencio (de aquí el nombre 3+2). En el fondo, el libro 3+2 seguía la metodología de la lectio divina, que tantos frutos ha dado a lo largo de la historia. Lo malo estaba en que como el libro 3+2 era una publicación periódica, para llegar a muchas personas se necesita un esfuerzo que, en lo personal, no era capaz de llevar a cabo. Así que decidí llevar la metodología del 3+2 a una aplicación y… ¡sorpresa! La idea funcionó.

Antes de llegar a la versión actual de LinkBFF, pude contar con la asesoría de profesionales del diseño gráfico, mercadeo, imagen de marca y audiovisuales. No cabe duda que en la tarea de la evangelización es necesario que las ciencias anejas a la comunicación tomen parte. 

Engancha

LinkBFF ha tenido buena acogida. Los comentarios breves y en lenguaje juvenil del Evangelio, enganchan; no sólo comentan el texto, sino que sugieren al usuario cómo podría ser su conversación con Jesús. Junto a estos textos, la aplicación también da unas herramientas más, como una zona para llevar el control de un plan de vida o de dirección espiritual. Esto, para dar a entender que sin un proyecto a largo plazo y constancia, no es posible encontrar ese verdadero mejor amigo que tanto anhelamos.

LinkBFF está disponible en Android y iOS, y es posible descargarla en la gran mayoría de modelos de dispositivos. Ocupa poco espacio, para que no choque con otras aplicaciones, bastante pesadas, como las de videojuegos o mensajería. Actualmente está disponible en tres idiomas: español, francés e inglés. Además, desde hace algunos meses, cuanta con enlaces a audios elaborados por sacerdotes, como 10min con Jesús, o los comentarios del Padre Luis Zazano.

En lo personal, me encantan las sugerencias; en especial cuando vienen de la gente joven. Varios han escrito sugiriendo añadir contenidos o cambios que puedan facilitar más es uso de la aplicación.

El autorHugo Dávila

Capellán del colegio Citalá (El Salvador)